BS_1893_07

Ficha

Título
BS_1893_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1893
Fecha
1893.07
extracted text
ANO VIII.-N.7.

Publicación mensual.

JULIO de 1893

BOLETIN SALESIANO
Debem os ayudar á nuestros h er­
manos k fin de cooperar á Ui
difusión de la verdad.

Quien recib iere á un niño en m i
nom bre, k m i m e recibe.
{M a TH. XVIII.)

(111 S. J u an , 8.)

Os recom ien d o la ñ in ez y la ju ­
ventud ; cu ltiva d con gran de es­
m ero su educación cristian a ;'y
proporcion adle lib ro s que le en­
señen á huir del v ic io y & prac­
tica r la virtud.

A tie n d e k la buena lectura, k la
exh ortación y 6, la enseñanza.

(1 T imoth .

(L eón X III.)

13.)

E n ti'e las cosas divinas, lam ^ s su­
blim e, es la de cooperar con Dios
£ la salvación de las almas.

(Pío IX.)
R ed ob la d vuestras fuerzas á fin
de ap artar á la n iñ ez y ju v e n ­
tud de la corrupción ó incredu­
lid a d y preparar así una nueva
generación.

IV,

(S. D ionisio .)

11

E l am or al prójim o, es uno do
los m ayores y mñs excelen tes
dones que la d ivin a bondad
puede conceder á los hom bres.
(E l Doct. S. E k a n c . lio Sales).

D IR E C C IO N en el O ratorio Salesiano — C a lle de C ottolengo N. 32, T U R I N (Ita lia )

SU M .AItlO .
E l Santo Escapulario
Colombia.
Ecuador.
Méjico.
Chile.
Buenos Aires.
España.
L a fiesta de María Auxiliadora.
Savoua: Un nuevo Oratorio festivo Salesiano.
Gracias de Mavú» Auxiliadora.
El linio. Sr. Jjasagiia en Uruguay.
España: L a obra do Don Bosco.

) jJXCv )2 j 'lO Vij ñ>^lX0^•I^CC0•■D^

EL SANTO ESCAPULARIO
Con esta palabra se entiende siempre
la espiritual divisa de la insigne Orden
Carmelitana, por ser el Escapulario de
ella el que diú tipo y norma para todos
los demtis que después se han usado en
la Iglesia de Dios.
Aunque debilitada la fe y entibiado el
amor que debe tenerse á las prácticas
piadosa.^, el santo Escapulario comparte
con el Rosario de Muestra Señora ei bla­
són de la más universal popularidad.
A im hoy parece ser ñesta en todos los

pueblos el día del Carmen, bien que como
tal no la haya preceptuado el Calenda­
rio cristiano, y son los altares más con­
curridos y más iluminados los de la V ir
gen del Carmelo, y son los colores de su
hábito los que más usan en coucei)to de
devoción y de e.x-voto muchas personas
piadosas.
bajo sotanas y monjiles, como
bajo trajes de seda y unilbrnies militares,
la mística divisa (Icl Escajmlarjo cubro
aún muc'hos pechos como celestial escudo
y mantiene en ellos como recuerdo santo
el calor do la fe y do la devoción más
acendrada á M aría Santísima.
S u origen.
Es la misma Virgen Santísima la au­
tora del santo Escajmlario. Sabida es la
hermosísima hi.storia del venerable Simón
S to k , carmelita in glés, general de toda
la Orden Carmelitana, á quien so apa­
reció la celestial Señora, donándole con
raro y nunca antes oído jirivilegio, la in­
signia del santo Escapulario con e.stas
palabras que expresan toda la importan­
cia del d o n : « Recibe, muy amado hijo,
este Escapulario, insignia y divi.sa espe­
cial de tu Orden y de mi Hermandad,
privilegio singular i)ara tí y todo.s ¡os
Carmelitas. Cualquiera que muriese in-

— 98 —
vestido con él no sufrirá el fuego eterno.
En él tienes bella consigna de salud,
ain})aro en los i>eligros, inenda de paz
y fie eterna alianza. »
Documentos de la crítica más incontostsible ])rueban la verdad de esta apa­
rición , sanciomnla por la suprema auto­
ridad de la Iglesia.
Le serie de Komanos Pontífices que én
seguida se a])resuraron á dar toda clase
do apoyo y firmeza á la devoción del
santo Escapulario princijiiaen Juan X X I I ,
el cual en su famosa h id a refiere cómo
se le a])areció la Keiiia del Cielo y le
manifestó ([ue su amor á los cofrades
Carmelitas era tjil, que no permitiría que
los exactos observantcis de esta Regla
j)asason en el purgatorio más allá del
])rimer sábado después de su muerte, por
lo cual se llamó á dicha Bula S a b u a TiNA. Singular juanera de jubileo otor­
gado á sus devotos ]K)r la bondad de la
Madre de Dios, y <pie fuó reconocido, no
como juera piadosa creencia popular, sino
como auténtica revelación de la Peina
de los cielos, ])or Alejandro V , Cle­
mente \ n , l ‘aulo li r , San Pío V y Gre­
gorio X I 11, que todos añadieron nueva
sanción á la referida Bula de Juan X X I I ;
á lo cual debe afmílirse la concesión de
innumerables indulgencias con que ha
cnriipiecido la Iglesia la in*áctica de que
tratamos aíjuí.
l*i*erogativas.
Lll elogio del santo Escapulario queda
lioclu) con citar las memorables palabras
con (jne se dignó acompañar la Santí­
sima A’’irgen sn entrega al beato Simón.
D e ellas so han deducido cineo como es])ecialos prorogalivas de esta espiritual
divisa, por este orden.
1“. El Escapulario eleva á todo aquel
que dignainenlo lo usa al earéieter de
hijo, hermano y familiar de la Santísima
A'^irgen.
d'ales son las primeras palabras de
María á vSimón S tok : « Peeibe, hijo mío,
el Eseainüario de tu O rden , divisa her­
mosa de mi coufrateniidad. » -V (piion la
A'ivgeu otorga con tal investidura esto
título de cohermano suyo, ¿quién se lo
podrá quitar?
2*. Hace ])artici]>antes á cuantos lo
visten tle todas las obras buenas que se
hacen en toda la Orden I'armeUtana. Com­
préndese esta i>rerogativu en la ante­
rior, pues haeieudo el s:m{o E'^capulaiio

de todos cuantos lo usan una verdadera
espiritual familia, hácelos ])artícipes, como
no opongan formal obstáculo, de un mismo
espiritual j)atrimouio, en lo cual consiste
el carácter verdadero de hermandad. *
3“. D a derecho á innumerable suma
de gracias espirituales abundantemeuté
prodigadas por la Iglesia á cuantos to­
men sobre sí esta devota insignia.
4®. Es signo de especial alianza entre
el cofrade y la Virgen Santísima, y prenda
de eterna salvación. D e aquí que varios
autores han dado en llamar al santo Esca})ulario una especie do sacramento de
jMaría, como que es signo sensible de la
gracia de ella.
5“ Es protección en los mismos pe­
ligros corporales.
Tales prerogativas han dado muy jus­
tamente á la (Cofradía del Escapulario los
honores de la más hermosa i)opularidad.
E sc u d o de defensa.
Baste citar dos hechos que comprue­
ban la eficacia de este divino talism án:
U n día que el rey Luis X I I I combatía
como im héroe en el sitio de Moutpelier,
el valiente caxfitán B eau regard, que le
acompañaba á coj’ta distancia, recibió en
el pecho dos golpes de mosquete que le
sacudieron fuertemente, á i)imto de ha­
cerle caer. Sus camaradas se apresuran
á soltarle las vestiduras i>ara buscar los
mortíferos proyectiles, y encuentran con
grande asombro dos balas a^fiastadas sobre
el escapulario que el general llevavaba al
cuello.
Pocos años hace que un joven marino,
dejando las costas de San M a lo , }>artía
para América. Tenía gran devoción á
Alaría y llevaba el Escapulario con ver­
dadera confianza y amor. Llegado al tér­
mino del viaje, <iuiso bañarse en el mar.
Algunos amigos procuraron disuadirle,
haciéndole presente que las olas estaban
muy agitadas; pero él persistió, y como
buen nadador se alejó de la playa. D e
repente ve junto á sí un tiburón pronto
á tragárselo: el primer movimiento del
joven marino fue de espanto; pero luego
su pensamiento se dirigió al cielo. Con
la mano izquierda se arrancó el escapu­
lario «pie no se había (piitado del cuello
y lo presentó al tiburón, mientras seguía
nadando con la mano derecha. E l mons­
truo, como herido de ceguera ó de pa­
rálisis , se detuvo, y el protegido de la
í^intí^inia A'ir.'ren, con su nrmn Tn’lnnrro.«a

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00

eu la mano lle g a siu la menor uoveilatl
á la playa, dóutle se arrodilla para dar
gracias á su s a lv a d o ra , rezando el Jircw<iría. Desde aquel día, cada vez que se
embarca se p rovee de Escapularios, no
sólo para sí sino tam bicu para todos los
marineros ( 1 ).

C O L O M B IA
(De E l Orden de 2 de marzo).

B o g o t á ..
Suevos Mensajeros del ciclo. — lian partido
de esta capital, con dirección á Agua do J^ios,
el Kevereudo Padre líalael Orippa y el H er­
mano Juan Lusso, ambos Salesiaiios, recién
llegados de Europa, á llenar la misión iiue
espontáneamente se lian impuesto : la misión
sublime y lieroica de ir á aliviar á sus des­
graciados hermanos leprosos en aquella man­
sión del dolor y del desconsuelo. A l despe­
dirse de ellos cualquiera habría dicho que
emprendían un viaje de recreo , una alegre
partida de campo, tal era el gozo que rebo­
zaba en sus semblantes y en sus palabras.
La Providencia, compadecida de ios sufri­
mientos de aquellos infelices, y más que
todo, de su cristiana resignación y pacien­
cia, Ies había anticipado, con la presencia
de su amadísimo Padre U n ia , Salesiano, y
de algunas Hermanas de la Caridad, dulces
é inesperados consuelos eii sus penas, alivio
eu sus dolores y el suave bálsamo de los
auxilios religiosos para sus conciejicias.
La antigua escena de desolación y aban­
dono ha cambiado, «muio por encanto, eu
motivos de alegría y de gratitud para tantos
corazones atiigidos, para tantas álmas aba­
tidas por el infortunio. Y estos ángeles de
la tierra, estos nuevos mensajeros del mise­
ricordioso Señor, irán á aumentar con su
voluntario sacrificio, y quizá á costa de su
salud, ó de su vida, la alegría de lo.s pobre.s
desterrados. A las bendiciones que éstos jirodiguji hoy á aquellas santas mujeres que con
sus propias manos curan sus horribles úlce­
ras, se unirán las que tributan á los heroi­
cos sacerdotes «pie se sienten felices al poder
darles en abundancia y eu dulces palabras
consuelos corporales y espirituales.
¡Qué lazos de amistad y de amor tan es­
trechos y tan fecundos se establecerán entre
esos tipos de la santidad y la virtud y los
tipos de la desgracia en este valle de lá­
grimas !
¡Dios bendiga á unos y otros y derrame
eu sus corazones el gozo y la esperanza!
( i ) OiiTúZAE, A l Cielo por María.



ECUADOR
Tiilkres salesiaiios en Cuenca.
( E l Eepublicano de 18 de marzo).

Faltaba en la capital del Azuay este úti­
lísimo instituto, por cuyo planteamiento se
han afanado, de algunos años á esfa imrte,
muchos notables hijos de aquella hermosa
sección de la República, tan exhuberaute en
robusta y laboriosa jiiveiUiid.
Uno de los azuayos que mayor empeño
han toúido en que los afamados hijos do
Dou Hosco pongan eu osla tierra virgen el
fecundo germen del trabajo protegido por la
religión, es el benemérito sacenlote l>r. Don
Julio H atovellc, harto conocido en toda la
nación, por el lustre de su inteligencia, el
fervor de sus .sentimientos católicos y la ac­
tividad de su proi)agauda en pro del verda­
dero adelanto social.
A tiempo en que él se despedía de Quito,
después de lucir como siempre, eu el último
Congreso, hizo con el Jefe del Estado una
estipulación propiamente patriótica; pues,
habiéndole ofrecido éste que , por su x>arte,
enviaría, á toda costa, Salesianos á Cuenca,
quedó couqirometido aquél á recibirlos, hosl)edarlos donde le fuera posible, ateirlerlos
en todo lo preciso, trabajar, en compañía de
ellos, hasta la fundación definitiva de la
nueva casa de beneficencia; cooperar, en
fin , eficazmente á la realización del cons­
tante designio del Concejo ^luuicixial y do
todas las personas distinguidas de Cuenca.
Partieron ya seis religiosos á esa simpá­
tica y iiróspera ciudad, como lo saben nues­
tros lectores, y el telégrafo nos avisa que
se les ha recibido en triunfo, levantándose
la iioblación toda, á manifestarles sin reboso
esa íntima comj)Iacencia con que los líuebloa
amantes del progreso abren sus brazos á
quien les trae un rayo más de luz, una
nueva esperanza de bienestar futuro.
lié aquí el telegrama ijuo el I’ residento
de la República recibió del Si’. Dr. MatoYelle, el día Id del que corre:
« E x o io . Se 510!1 :
« A yer llegaron á esta ciudad, sin nove­
dad alguna: los R R. P P . tíalesianos. ; Dio.s
])agne á V, E. por el insigne beneficio (jue
acaba «le hacer á Cuenca, dáiidonoH á estos
distinguidos religiosos! J. M a t o v e l l e . »
Se La vencido, pue.s, la más sería de la.s
diticultade.s. Están ya los Salesianos en el
Azuaj*. Tendrá ese bello i)aís talleres diri­
gidos i>or esta mible Orden monástica, y aún
contará, algo más tarde, con misioneros que
catequizeu á los bárbaros de Cualaíiuiza.
Sabemos que el instituto cueueano de Arte.s
y Oficios, que bien jíresto ha de establecerse,
llevará el nombre del ilustre religioso Fray
V ir r íiM SoIanOf radiante lumbrera dei Azuay
y de la patria.



100

M E J IC O
Colégelo Salesiano.
Alameda de Sta. María, N. 2705, 3-5-93.

I l m o . y líDO. Sr . D ir e c t o r
del Boletín:
Ilo y , fiesta do la Exaltación de la Santa
(Iruz, en el bello mes de María Auxiliadora,
se bendijo la primera clave de nuestra casa
en construcción en la colonia Santa Julia.
Los albañiles tienen aquí una hermosa
costumbre oristiuna. En el día de hoy hon­
ran la tiesta de la Santa Cruz levantando
una cruz bendita sobre el punto más alto del
edilicio que están construyendo. Y nosotros
hemos aprovechado esta costumbre para ben­
decir también la primm’a clave, por cuya
colocación se suele celebrar una tiesta.
A las !) el 1*. Visintainer, (pie atiende los
trabajos en ausencia del P. Piperui, el cual
ha ido á visitar unas fundaciones «pie se nos
ofrecen en el Yucatán y en Costariea, ce­
lebró la santa ^lisa, á la cual asistieron los
albañiles. Después bendijo la Cruz. En se­
guida ouarbolándola un albañil, seguido de
todos nuestros cincuenta niños formados en
procesión , el infrascrito revestido de alba,
estola y capa i)luvial, con los acólitos turi­
ferarios y ciriales fue al punto de la <mlonia
donde se está alzando nuestra casa. Esto se
pudo hacer sin violar las -leyes del país,
que prohiben cualquier acto de culto público
porque la colonia es-propiedad particular y
está cerrada.
Llegados a llá , se colocó la Cruz en el
punto más elevado, que corresponde al altar
mayor de nuestra futura iglesia, y so in­
censó: después .se bendijo solemnemente la
primera clave, siendo padrino uno de nues­
tros más distinguidos bienhechores, eí señor
Don Bodrigo líincón.
L a procesión, cantaiulo alabanzas á la V ir­
gen Snia., volvió en seguida á la capilla,
donde el que escribo dijo dos palabras alu­
sivas al acto que acababa de efectuarse.
Asistían á la modesta función nuestro án­
gel i>recui’sor ou Méjico, !Sr. Lascuraiu, y el
ingeniero de la obra, Cooperador salesiano,
el cual generosamente nos favorece sin al­
guna retribución, con su talento y su cien­
cia. Este señor es nada menos <pie el D i­
rector do Obras Públicas de esta ca|)ital,
D. Antonio Torres-Torija.
Tengo también el gusto do anunciarle que
ya se firmó la escritura de donación del te ­
rreno, generoso regalo del señor D. Eduardo
Zozaia y de su señora hermana D .‘* Julia Es­
calante.
¡ Oh cuanta gratitud debemos á todos es­
tos buenos Bienhechoivs nuestros, á los
cuales hay que añadir la excelente familia



Caballero de O livo s , que recomiendo parti­
cularmente á sus oraciones porque la enfer­
medad ha visitado su casa!
A María Au xiliadora, cuyo mes estamos
celebrando en nuestra capilla, presentamos
cada día fervorosas súplicas para que ob­
tenga el céntuplo del bien que nos hacen á
todos los que nos ayudan y prqtejeu. ¡Si
viera Vd. cuántos ñiños pobres y abando­
nados nos piden su admisión eu nuestra casal
Por eso hemos proyectado un edificio gran­
dísim o, cuyo plan espero mandarle dentro
de poco tiempo, y cuyo costo está todo á caigo
de la Divina Providencia. Ju te, Domine,
speraoi, non con/nndar in ueíenMüH. E l ejem­
plo de nuestro Padre D. Bosco nos alienta.
Adiós por ahora, mi muy querido hermano.
ICncoiuiéiulenos á todos á nuestra buena
Madre María Auxiliadora.
tifmo.
A :^ g e l PiccoNO,

El pueblo y los Salesianos.
(D el Círculo Católico de Méjico).

La desmoralización de las masas que en
Europa está llevando las cosas á un desen­
lace sangriento y de completa disosiación,
viene tomando eu nuestro país un curso de­
sagradable, intrauquüizador.
Sin moral, podrá haber infinidad de goces
más ó menos seductores y más ó menos fu­
gaces ; pero orden social, armonía entre los
hombres, verdadera felicidad, de ninguna
manera.
Los aterradores sucesos que están aconte­
ciendo en Europa, nos relevan de toda prueba
ya que especialmente eu estos tiempos (le
Xuiro sensualismo , un iiueblo sin moral es uii
imeblo sin freno; es decir, que es uii ariete
formidable contra la sociedad y contra la
autoridad. Porque eu la ignorancia y en la
com ipi'ióu, no es el orden el que se en­
gendra, sino todas las pasiones feroces.
Educar al pueblo es pues librar á las na­
ciones de la anarquía y del caos.
Y en xmnto á educación, es necesario srr
prácticos si queremos acertar. Hemos oído
y leído muchos discursos sobre éste inirticular; pero los hechos se han encargado de
demostrar que las corporaciones religiosas
del catolicismo son las que saben alcanzar
sólidos y útiles resultados para los indivi­
duos y para la sociedad.
Entre nosotros la educación del pueblo,
por punto general, deja muchp que desear.
A la verdad, el pueblo lejos de ganar va
lierdiendo cada día. Ya hay suicidios y otro.s
crímenes en esa clase, antes inocente, y ol
ejemplo de otros les va enseñando á hacer
huelgas. El servicio doméstico que prestar,
cada día es peor. Esto lo i>aIpamos, lo pade­
cemos y ..... no pensamos en remediarlo.

m



[Mientras tanto, hace cuatro meses que te­
nemos en Méjico á los religiosos Salesiauos,
enya misión especial es educar al x>ueblo,
formando el corazón de sus alumnos con la
verdadera doctrina que es la cristiana, con
la práctica de la virtud, con la instrucción
en los diferentes artes y otiíúos y en la agri­
cultura, teórica y prácticamente, y esto sin
interés de ningún género, ni lucro. Y los
tenemos poco menos que incomunicados.
Yadie procura tenderles una mano auxilia­
dora en provecho de la sociedad y de nue­
stro país natal.
Pocos, muy pocos son los recursos con que
han contado hasta ahora los Salesiaiios, y
sin embargo ya tienen á su cargo cincuenta
huérfanos, ya han abierto para instruirlos
cuatro talleres: de zapatería, sastrería, car­
pintería é imprenta, con las clases de instruc­
ción primaria, y ya han echado los cimien­
tos de una nueva casa, coníiaudo en la ca­
ridad nunca desmentida de los mejicanos.
Pero ¿quiénes son estos Salesianos?
Son los religiosos de la P ía Sociedad de
San Francisco de Sales, fundada en Italia
por el santo sacerdote D. Juan Bosco, cuyo
proceso de beatificación faé empezado á los
cuatro jueses do su muerte.
Esta Sociedad aprobada por la Santa Sede
eu 3 de abril de i8 7 f se ha, en tan breve
tiempo, desarrollado con extraordinaria ra­
pidez.
Más de cien casas tiene abiertas en Eu­
ropa en casi todas sus naciones, más de cua­
renta en América, sin contar las fuiidaciono.s de las Hijas de [María Auxiliadora, agi-iipadas bajo el mismo Superior do ios Salesiaiios, las cuales hacen á las niñas pobres
y abandonadas, el bien que éstos hacen á
los hijos del pueblo. Y'a han penetrado en
el Asia y en el Africa y no está lejano de
entrar en la Australia.
El que estas lineas escribe, ha visto los
ochocientos y más niños que se albergan en
la casa xjriucipal de esa institución en Eu­
ropa repartidas en doce oficinas, ha visto el
sinnúmero • de muchachos callejeros que
acuden á sus recreos dominicales, lia visto
los obreros adultos y, aun más, los mismos
soldados del ejército italiano que van á pa­
sar unas horas divertidas en esa casa de
Dios y á santificar la fiesta.
Los Salesianos que tenemos entre noso­
tros, desean ardientemente hacer á nuestra
patria querida todo el bien que bajo tan
variados y agradables formas obran en su
casa Madre y en todas las que tienen espar­
cidas en las varias partes del mundo.
Ayudémoslos, pues, con todos los medios
<iue esteii á nuestro alcance.
Los niños del pueblo van creciendo sin
religión, sin educación, sin aprender ningún
^rte ni oficio, sin sembrar los cambios ni be­
neficiar los ganados. Es d ecir, que se va
formando en la éx>oca de la mayor pobreza

101



un pueblo con hambre, harax)iento, sin los
coiiociuiieuto.'< necesarios para buscar el pan,
y lo que es peor, siu la moral y la justicia
que solo la verdad religiosa sabe enseñar.
¿Qué x)odemos esperar de todo éstoí No
tendremos que reprocharnos míicha indo­
lencia para evitar tan irreimrables desgracia.s. ¿ En una sociedad en donde hay rautas
personas piadosas, y muchas de ellas con
bastantes riquezas, no se hará nada por los
Salesianos y su obra redentora?
Bsi3eramos que nuestras palabras no cae­
rán en el vacío, sino que eneontraráii eco
en todos los corazones nobles, «pie gracias á
IMos abundan en nuestro p a ís , y <iue los
Salesianos podrán cumplir en él mas pront»)
ipie en cualquier otra parte roda su carita­
tiva y regeneradora misi(>n.
Si alguno deseara más particularizados
iiitoriues sobre la obra salesiana, pídalos á
la l.)irecci()n de este periiklieo ó á los mis­
mos talleres Salesianos situados en la xUaineda de Sta. [María, 2703, en l\Iéjico.

C H I L E
Fuiidadon de la primera easa de llyas de María
AHxiliadora en Santiago.
Sr. Presbo. Don Miguel Dua.
Santiago, 21 de felirero de 1893.

Mr MUY ESTIMADO S r . D. E u a :
Después de una navegación muy feliz, gra­
cias á D io s , llegamos con toda felicidad ú
Valparai.su el 13 de Enero. Dos de las Her­
manas se marearon nu poco en el viaje,
sobre todo sor Esperanza, que después ha
quedado algo delicada de salud.
El (lía diez y seis á las cuatro y media de
la tarde llegamos á Santiago. E l recibimiento
que se les hizo á la.s Hermanas no tiene
igual en los anales del país. Más do diez
mil almas había en la estación del íérrocarril, que esperaban con ansias su llegada j
y una vez que hubo arribado el tren el en­
tusiasmo de aquella gente fué tal que á una
voz prorrumpieron en entusiastas y estruen­
dosos v iv a s , junto con los acordes de las
bandas de música que tenían allí reunidas.
Tomamos nuestros carruajes preparados allí
y siguió acompañándonos toda esa gente,
unos á i>ie, otro.s á caballo y otros en ca- ■
iTuaje.
La calle vieja de San D ie g o , que es la *
que conduce á la j>aiToquia de San Miguel,
estaba toda embanderada, adornada con
guirnaldas y coronas de flores y con muchí­
simos arcos con hermosas inscripciones, como

102



estas; A las Hijas de Don Hosco — La
rroquia de San Miguel saluda^ a las heneméritan Hermanas de 'María Auxiliadora, etc. —
A l llegar á la iglesia se cantó nn solemne
Te J>enm en acción de gracias, y después, á
los acordes de la música, se elevaron unos
cuantos globos y se quemaron unos lucidos
l'negos ai't,ilic.iaíes, tal vez los más lieriuosos que se lian hedió en ('h ile , también
con inscrijnáonoa cmtouiiásticas á las liijas
de iMaria Auxiliadora.
Kn la aclualidad las hemos lio.spedado, en
la escuela que. más tarde ha de ser para
liombrcs, y allí tendrán im csíernado de nifiitas en el presente año.
Los trabajos de la casa do ellas los co­
menzaremos dentro de dos semanas. Y a te­
nemos aiuimulado el material para los ci­
mientos y edilicto, y en diciembre, Dios me­
diante, se concluirá. Se han hecho los planos
fiegún el gusto d é la Madre Superiora y de
Don Tomatis. Estoy facultado para gastar,
por ahora, en este edificio, cincuenta mil
}iesos.
Las Hermanas están contentas pues ven
que tienen un vasto campo de acción i>ara
hacer el bien.
Cada día pedimos á
Señor nos con­
serve por muchos años á nuestro buen l'adre I>on lina que nos hizo la caridad de
jiroporcionarnos á estas buenas Hermanas
que han venido á Santiago á trabajar por
la gloria de Dios y el bien de tantas almas.
I j6 saluda atenta y respetuosamente su
leconucidü S. y Cap.
M

ig u e l

L

eón

P

ealo

.

Ilienvcimla.
Pln uno de los diarios de la ciudad de San­
tiago de Chile hallárnosla .'siguiente:
Poderosos auxiliares de salud m oral, con
los cuales tengo que cumplir el grato deber
de enviarles nn saludo muy esi>ecial de bien­
venida, acaban de llegar á nuestras playas:
__el celoso sacerdote D. Miguel León Prado
lia conseguido traer do Europa una escogida
porción de religio.sas salesianas, que comen­
zarán su bonélica obra cu Santiago , para
establecerse después eii otros puntos de la
Pepública.
Las monjas de Don Hosco, institneión aná­
loga á la de los padres salesianos, tan Jus­
tamente queridos y respetados entro noso­
tros, i>or(iue en el corto esjiacio do tiempo
que se encuentran en nuestro país han rea­
lizado tantas y tan foenndas obras, tienen
]H>r misión educar ¡i la mujer del xmeblo en
la misma forma eseneiahuente lU'áctica en
que los Pailres educan á los hombres. —
Asi como ellos aeogen al niño pobre y aban­
donado para transformarlo en un obrero in­
teligente y laborioso, útil á la sociedad y á
la patria", las monjas se encargan de la
edueaeióu inmediata de la infeliz niña imra

la cual el mundo se presenta como un abismo ó una tumba, casi sin otros caminos
conocidos que el vicio y el liospital.
Los Padres salesianos desvían al futuro
vago ó malhechor de la senda por donde
camina inevitablemente al presidio, y lo co­
locan en ax)titud de servirse á sí mismo, á
su familia y á la comunidad en las honra­
das labores" del artesano inteligente y moral;
le quitan de la mano el puñal y la botella
de aguardiente, — que es la compañera iu.separable de aquél, — para sustituirlos por
la herramienta jirodiictiva del carpintero,
del sastre, del zapatero , del tipógrafo, del
lierroro. Del mismo modo , las monjas salesianas educan para el bien del hogar y do
la sociedad á las pobres muchachas desti­
nadas por la ignorancia, el mal ejemplo y la
mi.seria á la ]ierdicióii, y les enseñau la cos­
tura, el bordado, los tejidos, el lavado, la
fabricación de objetos industriales, el ser­
vicio doméstico, todo lo que puedo darles la
salvación y la victoria en la lucha por la
vida.,..
Sin entrar en detalles sohre el particular,
basta observar el rumbo de perdición y de
licencia moral que en estos últimos tiempos
ha comenzado á imponerse á la mujer, y
especialmente á la mujer obrera en nuestro
X»aís, para comprender cuán oxiortnna, enáu
saludable y cuán necesaria es la obra de reac­
ción que santas maestras, como las monjas
salesianas, han dé realizar. — Causa asombro
la cantidad iuuumerable de asociaciones de
obreras que han brotado como maleza en
campo sin cultivo en esto.s últimos anos. To­
das esas sociedades de mujeres están calca­
das sobre .sociedades análogas de hombre.s,
y unas y otras tienen de común nii mismo
séUo irreligioso y masónico. Es una vasta
empresa de propaganda, x>ervertidora en que
con el xiretexto del socorro mutuo se trabaja
con un liu antisocial y anti-religioso.
En ]>reseiicia de esta tarea subversiva y
corruptora contra el orden religioso y social,
la inacción de los buenos no se cxxilicaría.
— Pero hay todavía en la obra regenera­
dora á que han de dedicarse las monjas sa­
lesianas resultados mas inmediatos, intereses
más prácticos para la sociedad: la transfor­
mación moral de la mnier es el íin , el trahajo honrado es el medio, y de este último
aprovecharán directamente todos, binchas
veces he tenido ocasión de compadecer desde
aquí á las dueñas de casa , que tienen que
estrellarse contra inimerosos obstáculos doméstico.s que se hacen cada día mas insu*
Xierahles, y x>ara las cuales el gobierno de la
casa ha "llegado á ser nu sacrificio perpetuo,
más ingrato y laborioso que el gobierno de
un Estado. Para los empleos públicos hay
tan excesiva demanda , que toda la dificul­
tad consiste en esquivar á los pretendientes
que acuden i)or centenares: X'cro para los
empleos domésticos hay una falta tan deso-

— 103 ladora de demanda, y tan enorme abundan­
cia de oferta, que el encontrar ún ombre ó
una mujer que quiera servir es hoy un pro­
blema poco menos que irresoluble.
Esta educación práctica para los servicios
domésticos es la que vienen á d.ar las santas
peregrinas que acaban de llegar á este sueloj
este vacío que so ha hecho desesperante es
el que ellas vienen á llenar. — Sean bienve­
nidas , en nombre de la fam ilia, de la so­
ciedad y de la patria.

B U E N O S A IR E S
Viedma, Gobernaci«5u dol R io Negro,
febrero 1® de 1893.

A Su Sría. lim a, y Bvma. ^íom. D r. Don
Federico Aneiros^ Arzobispo de la Sma. T r i­
nidad de Buenos Aires.
ILMO. Y EEV310. S r .
Por ausencia do S. S. I. y R. Kons. Dr.
Don Juan C agliero, ObisiJO de IMágida y
superior de estas Misiones Salesianas y en
nombre del mismo, me es grato elevar ante
V. S. I. y R . el acostumbrado relato de los
adelantos que se veriñearon con el auxilio de
Dios en esta misión durante el año transcu­
rrido , como también de las obras nuevas,
qu e, contando con el aiioyo del Superior
Gobierno se piensan llevar á término en el
año corriente. H é a q u í, pues, uu sencillo
bosquejo ó resumen de las obras que se han
venido estableciendo y dilatando eu el año
que expiró.
La Oasa madre do las Misiónes establecida
en esta capital de Viedma, va tomando pro­
porciones siempre más grandiosas, cual lo
exige la naturaleza de la Obra de D. Bosco
y el tin de estas Misiones. En una manzana
poco menos, se ven reunidos la iglesia pa­
rroquial con sus despachos 5 las clases de
los niños internos y externos, los talleres y
el hospital, todo dispuesto según una forma
ú organización provisoria.
L a obra más importante que se llevó á
término en este año es el edificio ó Colegio
de las Hermanas Hijas do M aría'A u xilia­
dora de Don Bosco, el cual tanto por su
hermosura y forma artística, como por su
extensión y aptitud al objeto á que está des­
tinado, llama la atención de todos, siendo á
la rerdad el mejor edificio y el más com­
pleto de esta capital.
Con uu plano más grandioso trátase ahora
de empezar el nuevo edificio de la Escuela
de Artes y Oficios, con cuyo motivo se van
acarreando ya abundantes materiales. E l edi­
ficio será sumamente sólido y de dos pisos,
como conviene á obras de este género. Por

el momento siguen ñincionando los talleres
de sastrería, zapatería, carpintería, herrería
y hojalatería, notándose en los aprendices
de cada taller uu singular empeño en dedi­
carse á su ramo, como también un x>rogreso
tan rápido en varios, que causa admiración
á sus mismos maestros, siendo la mayor
parte de ellos indígenas.
Con el objeto do establecer una colonia
agrícola se dedicaron ya varios alumnos á tra­
bajar en una quinta que mide un perímetro
de ocho cuadras, prefiriéndose en la actua­
lidad , además de toda clase de hortalizas,
el cultivo de la v i i l , por haberse obtenido
ya buenos resultados y convenir con la
clase de terreno y el clima.
Estos artesanos tienen diariamente sus
horas de instrucción literaria, do manera que
nada les falta para poder un día ser útiles
á sí Uíisnios y á la sociedad.
Con ocasión do la Exposición Colombiana
en Génova, se enviaron á Europa indígenas
de la Patagonia y de la Tiersa del Fuego,
que habían sido educados desde muy niños
en nuestros colegios, alcanzando en todos
los ramos un grado de instrucción y cultura
que ha dejado admirados á cuantos quisie­
ron examinarlos. De tal manera la culta
Europa i>udo conocer que en los extensos
territorios de la Argentina, la Religión, re­
presentada x>or sus ministros y apoyada por
las Autoridades nacionales, trabaja eficaz­
mente para salvar y rehabilitar los últimos
restos de esta población indígena que fué
siempre tan desgraciada.
Varios Misioneros recorrieron durante el
año diferentes zonas, ejeveitando su minis­
terio en beneficio de los habitantes aislados
que con dificultad pueden ir á las poblacio­
nes. Así desde enero hasta ju n io , el R. 1\
^íilane.sio recorrió gran parte del territorio
de Liinay y la parte sui)crior del Río Negro.
El U. P . Vaccliina recorrió en los meses
de junio y julio gran parto del Río Colo­
rado, y favorecido especialmente por gene­
rosos propietarios de aíiuellas localidades,
pudo celebrar en repetidas í)ca.siones lo.s
S. B. Misterios, administrar todos los Sacra­
mentos y catequizar á la concurnMicia que
en los días señalados x)ara cada xmiito era
siempre muy numerosa.
Ahora otro mi.sionero, residente en ChoeleChoel se prepara á visitár lo.s pobladores d-í
la parte superior del Colorado, cou intención
de bajar hasta el territorio de Bahía Blanc.i,
donde la necesidad de misioneros, por ser
má.s numeroso.? los colonos, se hace más no­
table.
Además de estas casas de Viedma y
tagones, bastante conocidas por S. S. lima,
cuenta hoy día la misión salesiana con la»
casas sucursales de Priugles, Cone.sa, Roca,
Choele-Choel y Chosmalal, y en toda esta
Misión están repartidos más de cuarenta sa­
cerdotes, acólitos y hermanos maestros de

ipp

— 104 —
artes ó catequistas. En estos días se espera
nuevo refuerzo de personal que se desti­
nará esi)OcialQiente á las casas sucursales
j)ara que so haga más fácil i)ara los sacer­
dotes y caletjuistas de cada residencia re­
correr todo el radio del territorio que les
está confiado.
La.s Hermanas del In.stituto de María Auxiladora tienen además de la casa principal
<le ■\'’ieduia, donde educan unas cuarenta
interna.s y hasta setenta externas, la de P a ­
tagones, cuyas alunuias llegan hasta el nú­
mero de UM),
En Pringles hay también varias pupilas
y ciiéiitanse unas 00 externas. K o así en
bonesu ílonde, á causa de la reducida habi­
tación que 80 alquila, no se han podido te­
ner sino do 20 á .30 e.xternas.
Por último, en Poca , mientras se va au­
mentado el número de pupilas, según la ha­
bitación que se está editicando, se educan
también unas cincuenta niñas de aquella
población bastante numerosa.
Con el fin de dirigir mejor la marcha de
estas diferentes casas y colegios, y lu'oveer
á sus necesidades, el superior interino de la
Misión It. P . Mario Migone ]>or el mes de
oetubre hizo un viajo desde Medina hasta
Küca , visitando todos los puntos interme­
dios y dando disposiciones que fueron de
mucho ]>roveeho jiara la asistencia espiritual
do las poblaciones, como también para el
adelanto de los colegios de niños y niñas
establecidos.
Entro las obras más importantes y que
han dado nujoros resultados, debemos enu­
merar el llüsiiital, atendido por las Herma­
nas haeeu cuatro' años; ha prestado servi­
cios importantes, pues en él se han recibido
en <‘ada año hasta SU enfermos, la mayor
parte enteramente pobres y abandonados,
que sin duda habrían perecido en sus do­
lencias, mientras aquí encontraron alivio y
recibieron los auxilios espirituales y tempo­
rales. A pesar de las mejoras y refuerzos
que se han venido poniendo á esa pobre ha­
bitación que sirve de bosiútal, ahora se en­
cuentra en tal estado deplorable que se hace
necesario un nuevo y sólido edificio, ¡uiesto
que en estas regiones es casi general la ne­
cesidad de ir al hospital, pura tener la asis
tencia y los remedios necesarios. He la bo­
tica del mismo hospital salen las medicinas,
que se reparten á los enfermos de toda la
misión, puesto (pie las Ilermuuas para cum­
plir voi\ su misión do caridad, mientras v i­
sitan á bis enfermos, les suministran también
los remedios más eomunes.
Creo hacer cosa grata á S. S. lima, dán­
dole enenta de las varias asociaciones que
en todas las parrotpiias ó capillas «hmde re­
siden los P P . o las Hermanas, están esta­
blecidas con suma regularidad. A sí es nu­
merosa en Viedma la Cofradía de t^aii José
X>ara hombn's, que cumplen en cada mes con

las prácticas de p iedad, y se reúnen cada
quince días para sus conferencias. Entre las
señoras está muy bien regentada la.Cofradía
del Corazón de Jesús, con la práctica de los
primeros viérnes del mes, que trae á los S. S.
Sacrameutos numerosa concurrencia de heles.
Finalmente, la P ía Unión de las Hijas de
María, cuenta considerable número de aso­
ciadas en todas estas casas de las Hermanas.
Pero la Sociedad que está llamada á produ­
cir mayores frutos de piedad y de caridad cri­
stiana esla Conferencia deS. Vicente dePaúI,
establecida ya desde varios años en ambas po­
blaciones principales, Viedma y Patagones.
Las socias visitan á los pobres en sus casas,
les llevan socorros, vestidos y remedios, pro­
veen á la educación de los hijos é hijas, y
á menudo son verdaderos ángeles del Cielo
([ue llevan la ])az y la felicidad á esas aban­
donadas familias.
Hebeinos asimismo dar á S. S. lima, pú­
blicas gracias por la generosa deferencia con
que se dignó entregar á nuestra Congrega­
ción el cuidado de la IMisión del Chubut,
donde tres de nuestros hermanos trabajan
con gran satisfacción, pues les x^arece que
a(|uel lugar, aunque más lejano, se conforma
más que algunos parajes de estos al cultivo del
misionero. Ojalá i)odamos corresponder sieinlU'e como es debido á la confianza xJaterual con
la que S. S. lima, se ha dignado tratarnos!
Estos son , limo, y Kmo. Señor, los ras gos x^iíJicipales x)or los que se echa de
ver la imx>ortaucia y el desarrollo que va
tomando esta mi.sión y el bien cox)ioso que
X^uo-^le redundar á las alm as, si estas obras
no encueurran tropiezos en su marcha. Las
dificultades son muchas, especialmente tratáiido.se de sumiuisírar víveres y objetos de
toda clase á tan gran distancia, y á veces
habiendo éxíocas eii las que (]ueda imx)edido
todo medio de comunicación.
Pero en medio de tantas dificultades nos
ánima el i>eiisamiento de (jue disfrutamos de
la alta protección de V . S. lima, y E. que
nunca se olvid(> de socorrernos y recomen­
darnos al yu])ei'ior Gobierno i>ai'a que nos
favoreciese c ¡i particulares subvenciones.
3Iientvas, pin-s, agradecemos á S. S. lima,
de lo más íntimo de nuestro corazón tan in­
sigues faviu'»*-;. le rogamos quiera también
este ano favorecernos y recomendarnos con
su autorizada palabra, ya eii ])úblico, ya cu
lU’ivado : y de esta manera podrá extenderse
en estas regiones el reino de Dios y se fa­
cilitará la salvación de tantas, pobres almas.
¡Sin más x>‘'f ahora, beso el sagrado anillo
de S. S. y pido al mismo tiempo á S.S. su
pastoral bendición x>ara mí y x>ara mis comXtañeros de Elisión.
He S. S. I. y E. A . y S. S. y Caxipii*
J osé V

e s p i&n a n i

Sujierior interino de la ^fisión.

ESPAÑA
San Isidro (Gerona), 18 maj-o de 1893.

E evmo . Sr . D on R ú a .
Tengo la grata satisfacción de participar
á T . R. que con toda la solemnidad posible
se celebraron las fiestas de la bendición é
inauguración de esta naciente casa salesiana. Tuvimos la dicba de tener entre noso­
tros durante aquellos días al Sr^ Inspector
de las casas salesianas de España, D. F e ­
lipe 3F Riiialdi, al R. P. ilaniiel B. Ilermida, director de los Talleres salesianos de
Sarria, y al R. P . Antonio Balzario, prefecto
de los Talleres salesianos.
Los señores albaceas del Excmo. Sr. !Marqiiés de la Cuadra, que con tanta genero­
sidad cedieron este terreno á los Salesianos
para que se fundara una granja agrícola,
vinieron exprofeso do Barcelona para asistir
ó la inauguración de esta nueva casa, lo
que fué para nosotros motivo de suma ale­
gría y su presencia concurrió mucbísimo á
dar más importancia á tan solemne acto.
Gracias á Dios, todo salió bien, si se exceptiia la función de teatro, que por la poca
capacidad del lugar y la extraordinaria con­
currencia no se efectuó.
He aquí lo que respecto de estas fiestas
publicó la prensa de Gerona:
Como prometimos á nuestros lectores,
vamos hoy á reseñarles la solemne función
que tuvo lugar el domingo pasado en la
Granja salesiana con motivo de la iiiauguraciiiii del nuevo edificio sito en la margen
izquierda de la carretera que conduce de
ésta á Sarria.
E l día anterior se hizo la bendicifm del
nuevo local por t i Excmo. Deán de esta
santa iglesia catedral en sustitución del
Sr. Obispo. Ameniz»! el acto la brillante
banda de los mismos Padres, venida al efecto
de Sarria de Barcelona, costeados los ga.stos
por personas caritativas deseosas de que la
función resultara más espléndida.
Los actos del domingo consistieron en
oficio solemne cantado por los profes«)res y
la banda sobredicha, los cuales interpretaron
magistralmente una grandiosa Jlisa <le uno de
los más celebrados compositores de música
religiosa, inmediatamente después del Evan­
gelio, el Padre 3Iaresma, superior del Co­
legio de Padres Jesuítas de esta capital, hizo
un brillante paralelo entre el fimdador del
Instituto, Dou Bosco, y el titular de la
nueva iglesia, San Isidro, pintando con vivo
colorido las persecuciones y contrariedades
que para la realización de su proyecto tuvo
que vencer Don Bosco, quien encontró una
viva oposición en sus coetáneos para el logro
de sus santas y laudables pretensiones. Mos­

tró cómo la bemlioióm de Dios había caído
sobre la ardua empresa llevada á feliz tér­
mino por el ilustre Bo.sco, y así los hijos de
e.se benéfico Instituto se habían derramado
por todos los ámbitos del mundo llevando
su caridad inagotable por doquier y alber­
gando á tantos desamparados de la fortuna.
E l altar improvisado en una de la.s espa­
ciosas salas del nuevo edificio, ofrecía un
magnífico aspecto por la severidad del adorno
y la esplendidez de la iluminación.
P or la tarde no pudo celebrarse la función
de teatro, que estaba ammciaila, á causa del
estrepitoso barullo «¡ue movía la inmensa
com-urrmicia que llenaba por com]>leto el
vasto pátio dedi<‘ad«» al recreo y ejercicios
de gimnasia de los asilados.
Para llenar este número del programa, se
situó la banda en medio del patio y tocó
escogidas piezas de su vasto repertorio.
Los fuego.s artificiales de la noche resul­
taron lili tanto deslucidos á causa de la hu­
medad del tiempo.
E l limes por la mañana se celebraron so­
lemnes funerales en sufragio del alma «leí
marqués de la Cuadra, que cedió con lar­
gueza laudable los terrenos donde está insta­
lado el edificio. »
Ahora le doy, Sr. D. Rúa, algunas noti­
cias de esta Casa. E l estado de nuestra
salud es bastante satisfactorio. Los niños
internos al iiresente son n u eve, y ¡ironto
serán diez. Muchos más tendríamos si los
recursos nos hubieran permitido acceder á
las peticiones de admisión de niños pobres.
A l presente nos encontramos en graves estre­
checes, lo que nos impide admitir á estos
pobres niños.
Las clases gratuitas y el Oratorio festivo,
gracias á Dios, .son frecuentados por bastan­
tes niños, si se considera la distancia que
nos separa del ]>oblado.
Sin más ]»or ahora, .se encomienda en las
oraciones de V. R. este su afino, hijo en
Je.sucristo

S.INTIAGO G iiio n k , Pbro.
A

LA FIESTA DE MARIA AUXILIADORA
La católica ciudad de Turín manifestó el
24 de mayo su singular devoción á la Virgen
Santísima. El Santuario de María A u xilia­
dora visitado desde las cuatro de la mañana
hasta la noche i)or sinnúmero de fieles de
todas edades y condiciones, ofrecía al alma
cristiana el más dulce y consolador espec­
táculo.
VeíaiLse allí Cooperadores Salesianos de
Italia, Frau d a, España, Portugal, Suiza,

J

m m
■i:' '

wm

— lOG —
Inglaterra, Austria, Prusia, Eusia y aun de
América, á manera de representantes de los
miliares de devotos que aulielan visitar el
santuario que es centro de tan piadoso mo­
vimiento y de gracias tan señaladas.
A las 10 1¡2 comenzó la misa de pontifical
celebrada por el Eevmo. Sr. Arzobispo de
Tarín asistido de loa Ilustrísimos Obispos de
Samaria y Mágida.
INo es posible dar idea cabal del efecto
producido por la misa del Oapocci y el
íSíincta María sucurro miseris de JIous. Cagliero.
A la bondad de las composiciones de los
renombrados maestros uníase la sin igual
de los tres grandes coros que las ejecutaban,
el coro de la orquesta de como trecientos can­
tores, el de la cúpula de unos cien sopranos
y contraltos, y el del ángulo del presbiterio
como do cieuto cincuenta tenores y bajos,
coinimicados por hilo eléctrico se armoni­
zaban sin discrepar en lo jnús mínimo y ma­
ravillaban al auditorio con la majestad y
belleza de aquel sublime concierto.
Inefable era el efecto del Gloria que apenas
entonado i>or el Sr. Arzobispo cantaba el
coro de la cúpula con el cual ya se alter­
naba ya se unía ol coro de la orquesta.
De más efecto todavía fué el canto del
Sancta María que mayores esfuerzos exigía
á los diversos coros que llenaban la iglesia
con ondas las más sonoras, dulces y conmo­
vedoras. E l alma imagenada sentíase movida
á. trasladarse al cielo, á orar con viva fe y
entusiasmo y á ofrecer á Dios el liomeuaje
verdaderamente regio tributado por las cria­
turas.
E l sermón predicado por el Padre Salesiano Don Albino Carmaguola fué un himno
solemne á la Virgen Auxiliadora; la bendiciÓJi dada con el Santísimo, cuando, desbor­
dando la iglesia de gente, fué menester abrir
las grandes puertas que dau á la plaza,
atestada igualmente do fieles, fue digna co­
ronación de Jas süleniniilades de todt) el día.
Fiesta más hermosa no veremos sino en el
Paraíso exclamaba entusiasmado el pueblo.
¡ Bendita sea una y mil veces María A u xi­
liadora !

Un nuevo Oratorio festivo Salesiano.
El 0 de abril del presento ano una mu­
chedumbre de niños corrían alegres y como
ú una fiesta [lor las calles de Savoiia.
; Quiénes son í ¡ á dónde van t preguntan
las gentt“s. Son los alumnos del Oratorio
festivo recientemente fundado por los reli­

giosos Salesiauos, y los cuales después de
un triduo de conveniente preparación van á
hacer la pascua.
A medida que se acercan al Oratorio crece
su número y al llegar allí cuéntanse por
centenares.
Entremos á dar un vistazo. A la derecha
vemos una modesta y hermosa construcción
con espaciosas salas para la enseñanza y
una pieza para el Director. La imagen de
San José en la fachada, con la inscripción
Posuenmt me custodem, indica que es este
Santo su patrono.
El vasto patio está provisto de numerosos
aparatos gimnásticos para el entretenimiento
de los muchachos, y una doble fila de árboles
proporciona buena sombra á la parte no ocu­
pada ijor aquéllos.
H ay además un extenso y ancho corredor
que sirve para abrigo y recreo de los niños
cuando cao la lluvia.
Toda la casa está engalanada de fiesta:
abundan las banderas y festones de variados
colores y los farolillos venecianos y chinescos
para las iluminaciones.
Los chicuelos juegan, corren y rebosan de
alegría. Llegada la hora de la m isa, todos
los muchachos se ordenan en fila y entran
en la iglesia vestida de gala y en cuyo
altar mayor se ostenta un hermoso cuadro
de María.
Su Ilustrísima el Obisx^o de la diócesis, ce­
lebra la santa m isa, da la comunión á los
niños y con sentidas palabras expresa la
ternura de su particular afecto hacia esta
porción de su rebaño, el consuelo de que
goza al considerar la fe que los anima y las
esperanzas que le hacen abrigar.
A las 10 celebró misa cantada el Sr. Ca­
nónigo Fazio, en la cual cantó con satis­
facción de todos el coi'o salesiano del Co­
legio de Varazze.
Alternáronse las recreaciones y variados
entretenimientos con las ceremonias, instruc­
ciones religiosas y enseñanzas.
La benevolencia verdaderamente salesiana
del Director del Oratorio, el E. P . Descalzi,
le atraía las .simpatías y voluntades de todo
el mundo. Cuanto gozaba él con ver con­
tentos á sus chicuelos , con animarlos como
Don Bosco á servir al Señor con alegría,
como San Felipe Xeri que los exhortaba á
divertirse y hacer todo lo que quisieran
menos el jieeado.
Su Ilustrísima conmovido i)rofmidamente
con el espectáculo singular que ofrecen los
Oratorios festivos salesiauos pasa allí todo
el día, asiste á la vísperas solemnes de la
tarde y da su bendición á los niños.
Terminada esta distribución, tiene lugar
una iluminación fantástica y muy lucida y
luego un acto literario musical en el cual
uno de los Superiores del Capítulo Salesiano,
el E. P. Cerruti, refirió los orígenes del
Oratorio festivo de Savona, el cual bende-

— 107 —
cido por el Sumo Pontífice y amparado por
el venerable Diocesano toma extraordinario
desarrollo. Agradeció el Ilustrísimo Obispo
los coüceiítos con que le honró el It. P. Cerruti y expresó su particular devoción á Don
Bosco y su obra y su vivo agradecimiento
al E. Sr, Don Eua por haberse dignado
establecer en Savona un Oratorio que llena
una de las exigencias más imperiosas de la
sociedad.
Los vivas al Sr. Obispo y el entusiasmo
de los niños fueron indescrivíbles.
La fiesta colmó los deseos de todos, y por
nuestra parte, complacidos en extremo, nos
retiramos diciéndonos: felices los pueblos
que tienen oratorios festivos.

Santuario de Tiiríu con nuestro hijo, en caso
de sanarle, y hacer una limosna.
¡ Oh bondad de María! La noche siguiente
á nuestra promesa nuestro enfermo se vió
libre do la fiebre que de tiempo atrás lo
atormentaba. E l médico quedó maravillado
al verle- pero uo creyó que el mal pudiera
desaparecer, y nos dijo que ora de temer que
luego atormentara ai niño con mayor fuerza.
Lo que hubiera debitlo suceder según la
ciencia no ocurrió, gracias á María A u xilia­
dora. La niojoría del niño continuó gradualmeute, y ahora sano y restablecido está
alegro como una pascua.
liemos cumplido nuestra promesa, y, llenos
de reconocimiento á la Ueina del Cielo, pe­
dimos se publique cu el Bolelín Sdh'skino
tan consoladora y extraordinaria gracia.
Ca

t a l in a

D

alm azzo

.

Caramagua, 8 de abril tle 1893.

Gracias de María Auxiliadora
L a m e d a lla d e M a r ía A u x ilia ­
d o r a . — A fines de agosto de 1892 llegó
á mí muy angustiado y lloroso uujovencito
á i)edirme tuviera á bieu ir á dar una úl­
tima bendición á una hermana suya euferma
de muerte. Había ya recibido ésta los santos
sacramentos, y como se bailaba lejos de la
casa parroquial y estaba yo solo desempe­
ñando las funciones del ])árroco, no creí
conveniente alejarme, y pues no me era po­
sible complacer al joveucito, le di una me­
dalla de la Virgen de Don Bosco y le en­
cargué que se la diese á su hermana en­
ferma. V e tranquilo, le dije, Alaría os con­
solará. Y así sucedió; porque pocos días
después la enferma dejaba la cama entera­
mente sana.
Juan

(t i l l i o

Sacerdote.

C o n fia n z a e n A la r í a . — Llamado un
médico á visitar á cierto sujeto enfermo lo
halló tan gravo que juzgó necesario hacerle
uiia seria operación quirúrgica; pero (íomo
esta fuera muy difícil y peligrosa, pidió la
ayuda de otro médico. lío se encontró otro
por el momento, y además el enfermo so re­
sistía á sufrirla.' A s í que el médico se retiro,
decidieron los deudos del eufermo hacer uu
triduo á María Auxiliadora, y escribieron al
Santuario de Turíu para pedir las oraciones
del Instituto Salesiano. Apenas escrita la
carta, el enfermo advirtió notable mejoría.
En breve, sin valerse de médico alguno, ni
medicina, estaba completamento sano. Tan
improvisa curación es debida únicamente á
María.
A sí lo declara el eufermo y toda la familia
con profundo reconocimiento.
Mando para su Santuario una limosna de
lüü liras.
Uii Párroco de í/ujnria.
11 (lo m.'irzo de 1893.

Noasca, 2G ¿le fübrero ño 1893.

G lo r ia ú M a r ía A u x ilia d o r a . —
!Mi marido y yo estábamos sumamente ariigidos por la enfermedad de nuestro hijo
único. Los médicos no nos daban e-sperauza,
y las medicinas no producían resultado al­
guno.
Habiendo oído hablar de numerosas cura­
ciones obtenidas por intercesión de María
Auxiliadora, nos volvimos á aquella buena
M adre: escribí á un religioso Salesiano á fin
de que encomendase-eu las oraciones y co­
muniones del Instituto de Don Bosco y de
los 900 niños que se educan en el Oratorio
de Tarín la curación de mi hijo. M i e.-sposo
y yo comenzamos á la vez una iiovena á la
Santísima Virgen y le prometimos ir á su

E l lim o. Sr. L^^SAGNA
en U ru gu ay .
En E l Bien de M ontevideo, de fecha 2.*>
de abril leemos lo siguiente:
E l domingo, 23 de los corrientes, en el
vapor Vittúria^ llegó el limo, y Kvdo. Obispo de Trípoli.
Digna del ilustre Prelado fué la recepcióii
que se le hizo.
Una comisión de sus ex-alumnos, presidida
por el doctor Luís Pedro Lenguas y lo.s Di-

— IOS —
reotorefl do los institutos salesianos se tras­
ladó á bf)rdo del Vittoria en el vapor LavaUfija, cedido galantemente por la Comandan­
cia General do Marina.
En el iniieno esperaban á Monseñor Lasagna centonares de personas amigas que le
])iesontaron saludos y respetos con muestras
do verdadero júbilo.
Inmodiatamonto so trasladó al ColegioTaller, donde reside, acompañado de nume­
roso cloro y caballeros.
A llí se alojará hasta el dom ingo, día en
que se trasladará á V illa Colón, donde se
preparan grandes festejos para recibirle cual
so moreco.
Anteayer y ayer Monseñor Lasagna ha re­
cibido la visita de las autoriíbubis eclesiás­
ticas los representantes de las Asociaciones
y Congregaciones católicas.

Muchas y muy afectuosas han sido las manifestauiones hechas á Moas, Lasagna por
sus jimigos y por la juventud educada por él.
116 aípií la dedicatoria do un valioso ál­
bum que le ofrecieron los ex-alunmos del
Colegio l*ío I X :
« Tl m

o

.

Sr .

y

am ado

Maestro:

«r En nuestros corazones aun palpitan los
recuerdos do los años do colegio; aun
vienen á nuestra mente vuestras sabias
palabras do maestro, vuestros puros consejos do sacerdote.
» En medio del mundo y de sus pasiones
» las verdades inquebrantables que nos
» iiiculcásteis, nos preservarán del vicio y
>• nos sostendrán si en la azarosa senda de
» la vidti nuestros pies pisan espinas y de» smaya nuestro valor.
» A. vos que con la bondad del padre, la
» abnegación <lel sacerdote y la ciencia del
» maestro oiicaminásteis Jinestros corazones,
» <]ue se abrían como flores en la alborada
» (lo la vida, expuestos á agostadores vieu» tos, debemos cu gran parte nuestra (mI ii » cacióii y que sobre nuestras frentes brille
» tranquila nuestra conciencia sin mancha.
>> Tloy (luo volvéis del viejo mando, ci.
» uemlo vuestra ft'cuto con la mitra del l'ontí> Üce, y en vuestra mano el báculo del Pastor, los antiguos alumnos del Colegio Pío,
» llenos de admiración y agradecimiento, se
j» CiHigregaii en torno vuestro como en otros
> tiempos y os ofrecen esta pobre muestra
» do su cariño al besar con respeto vuestra
> mau(í bienhechora, >'
Sin sernos posible publicar todas las eoinI>osieiones de ese álbum nos limitaremos á
copiar las hermosas octavas siguiemes:
»
»
>
»

I.
Toñas tus fuerzas «Lalo, ¡ oh! mente mía,
Y tú, mi corazón, todo tu aliento
A l dulce padre, (iiio en tan fausto día
Derrama en nuestras almas el contento.
Prestadme, ¡oh! cielos. I107 vuestra armonía,
Robusteced mi tembloroso acento,
Pues mi pecho, encendido oii ardor santo,
(Quiere elevar á la virtud un cauto.
II.
'
Mo ií la virtud que entre armas resplandece
Y al enemigo con furor devora.
Ardiendo cual cometa que se mece,
Sobre las ondas de la mar sonora:
A la virtud, yo cauto, que aparece
H ija del cielo suave y bienhechora
Y solo al varón justo ae acompaña:
Tu virtud cauto, monseñor Lasagna.
III.
Celebra el mundo el nombre del guerrero
Que so lanza animoso ¡í la pelea:
Fuerte lo llama si en corcel ligero
Vuela, alentando al diSbil que llaquea;
Héroe inmortal .si en el empi\je ñero
La sangre derrainar no titubea,
Y es, si le favorece la victoria,
Estrecho el mundo ú contener su gloria
IV .
Mas, pasa el tiempo y la memoria pasa
Del que sangre <le homlu-es ha vertido,
Y su fama de grande se hace escasa,
Y se deiTiimba el i)edestal erguido ;
E l tiempo ma.i y mas su nombre atrasa
Y lo empuja en la noche del olvido,
Y sobre su íguor.ada .sepultura
Arrastra el animal su planta impura.
V.
Pero .si un hombre ardiente y generoso
Pasa esparciendo el bien en su camino;
Si desprecia por Dios «al engañoso
Fausto del mundo y su favor mezquino;
Si deja 011 pos de sí, cual lmniuo'=o
A.stro en el cielo, im resplandor divino
y combate por Dios y eii Dios espera,
Alzando de la Fó la gran bandera:
VI.
¡O h! ¡no tom:íis! Su nombra en libros de oro
Orabado está y al tiempo desafía;
X i de .su honor el fúlgido te.sorn
Podrale arrebatar la muerte im pía;
Su virtud cantará célico coro
Con perenne y maguílicii armonía,
Pues dijo Dios: A l justo daré gloria
Y vencerá los siglos su memoria
V II.
Intrépido te aclam.au. varón fuerte.
Guerrero invicto siempre en el combate.
M:vs no .anhela tu diestra sangre v muerto
N i en tu pedio cl rencor, ni el óiiio late
Tu misión e.s do amor, amor quo vierte
Doquier la dicha y 1.a ignorancia abate,
Tu bandera es la Fé, tu ardiente espada
L a santa Gruz solire el Calvario alzada.
V III.
Sólo e.scuchas la voz de la conciencia,
Cumples Sido el tleber: deber sublime,
Que te dió por llenar la Providencia
Quo por ari-aiia vía nos redime.
Levantar al caído y en tu demencia
Desatarlo del lazo que le oprime.
Y con dulces palabras do coiisueio
Llevar el alma hasta la luz del cielo;
I.V.

Combatir el error, funesta plaga
Que doquier triunfante se (lilata.
E l vicio destruir que al hombre halaga
Y con dulce i>onzoña al hombre mata,
Ser dique contra el mal que se propaga;
Verter la paz que el mundo no arrebata:
Presentar al Señor eti copa de oro
Casta plegaria y penitente lloro;

9

m



100

X.
Dilatar con la voz y ejeraj>lo santo
Del Cristo Salvador la gran bandera,
Sembrar consuelo y onjugar el llanto,
É l alma iluminar con lie! lumbrera,
Im itar al SeQor que sufrió tanto
Para el mundo salvar que pereciera,
Héroes decid ¿Puede anhelar el alma
Lauro más bello y más gloriosa palma ?
X I.
Salvar la sociedad enferma y loca, •
Curar su llaga aunque podrida fuere.
Ser contra el vicio inexpugnable roca.
Hacer que la virtud tan sólo impere,
Ante tal dicha toda dicha es poca,
Ante tal triunfo todo trinnfo muere
Ante ta l gloria, es la terrena gloria
Inmundo cieno y despreciable escoria!
X II.
¡ Y es un hombre, un mortal quien tanto alcanza !
Es un hombre, un mortal que obm el portento,
lilas dióle Dios su fuerza y su ]mjauza,
Templó la gracia su animoso acento,
Luuba en la tierra, mas su anhelo lanza
En alas del amor al iirmaiueuto,
Cual ángel peregrino de su esfera
Que siempre aspira á su mansión primera.
X III.
Peinar por el amor santo y fecundo,
Renovar de los pueblos la existencia,
Un templo preparar, un digno mundo
Para adorar con él la Omnipotencia!
¡ Qué deleite santísimo y profundo
A l mirarse en la célica eminencia!
Ser ministro del Dios que eleva y aterra,
1' apóstol del amor sobre la tierra.
X IV .
¡ Cuál mandato! ¿ Mayor pudo anhelarlo
Héroe jamás de Hombradía sediento t
¡Qué destino mejor! ¿Pudo forjarlo
JÍiís espléndido nunca el pensamiento?
¿Y bastará ta l véz par.i llenarlo
De un arcángel finísimo el aliento?
Hasta a l mortal un corazón sincero
Basta el amor fecunda y verdadero.
XV.
Basta la fó que las montarías toca
Y como pluma las arrastni y lle v a :
Basta el oristiauo cuando á Dios invoca
Y la podrida sociedad renueva,
Poniue á la voz de la verihul se apoca
E l negro error y el corazón se eleva,
Y la virtud se efimdo bienlie*;hora,
Desdo el ocaso á la brillante aurora.
X V I.
Vióso ya un tiempo el mundo envilecido
Quemar incienso á una deidad impura
Do impuro cieno: el justo perseguido
Pasaba entro el desprucio y la amargura,
Y el vicio su dominio había extendido
De polo á polo por la inmensa auclmra.
;(^iiiéu derribó su altar? ¿Qué jioderoso
Redujo en polvo el ídolo asiiueTOso f
X II.
¿ Quién ? progimtáis- E l hombre Dios moría
Enclavado su cuerpo en v il madero,
Y amorosos los brazos extendía
Par.i abrazar al imiverso putero.
E l solo retUmió la raza impía.
E l derritió su corazón de acero j
Y su verbo de vida y amor ardiente
Resonó desde el Orto ul Occidente.
X V III.
Lpi-.-intaron los reyes orgullosa
La frente, contra el Cristo y sus campeones,
Y su sangre corrió, sangre gloriosa
Que lavó la maldad de las naciones,
Reguero santo, lluvia prei-iosa,
Que hizo brotar los fuertes á millones.
Dormid Xerones, en el polvo inmundo;
Los Mártires son hoy dueños del mundo.



ESPAÑA
L A OBRA DE DON BOSCO.
Orígenes de los Talleres Salcsianos
y del Instituto de las Ueriiianas do fiaría .^uiíliadora
en Sarriá-Barceloiia.
Escrito está entre los nombres más insi­
gues quo honran los fastos do Uarceloini ol ilo
la señora dona Dorotea CU. do Sorra, cuyo
fallecimieutü lloran todavía inconsolables
millares de pobres ’á quienes sirvió do utadre cariñosa y cuya memoria heudicoii cuan­
tos tuvieron la dicha de conocerla. Personas
de tan raras virtudes enaltecen á los pueblos
á que pertenecen, y son como fulgidas lum­
breras (pie sirven de ediíicación y consuelo
á los buenos y de estímulo y ejemplo á todo
el mundo.
X o hace mucho que la Tipografía Salesiana
de Sarriá dió á luz la biografía de aquella
noble matrona, hecha con mano maestra por
el R. P. Jaime Xonelle de la Oonpanía de Jósús; y nos iiarece conveniente dar á cono­
cer algunos capítulos, que leerán sin duda
con gusto nuestros Cooperadores, por refe­
rirse á los orígenes de la principal do las
casas Salesiauas existentes en España.
C a p ít u l o

I.

Proyecto (Je D®' Dorotea á favor de la clase obrera.
‘— Dificultad do ponerlo por obra. — l'rimera no­
ticia de los Talleres Salesiaiios. — Ve en ellos
realizada su idea favorita. — Gestiones que hace
para obtener que se establezcan en Barcelona. —
l'rofecía de Don Boseo refeiviilo á D“ Dorotea.—
Noticia de D. .Inau Bo.sco. — Puntos de contacto
entro él y D“ Dorotea. — La Congregación SalesLana. — ‘ Difi«oiltailes quo se levantan lontra la
fundíK'ión de Barcelona. — Medios eficaces con
que D“ Dorotea traía do Hiix»er¡U'las.

1SS2.
La obra de las Salas de Asilo alcsinzí» iiu
incremento superior alas risueña.s esperanzas
concebidas al ])lantearlas en nuestra nación ;
y ademá.s e.stalni por e.sta 8az<3n ba.sada sobre
tan siílidos fimdainentos, que prometía esta­
bilidad y consistencia. Parece que con tan
halagüeño re.sultado diibía darse por satis­
fecha el ansia de D-* Dorotea por procurar
el bien de lo.s niños de la clase obrera; pero
no fue así. Veía abiertas casas de refugio
para los hijos de tierna edad de padres ocu­
pados en el trabajo en fábricas y talleres;
mas al mismo tieiu])o se le partía el corazón
al ver que lo.s niños formados en las Salas
de Asilo perdían miserablemente la pureza
de la fe y de costumbres al pasar á aprender
algún oficio mecánico en talleres dirigidos
! por amos i>oco e.scrupuIo.so8 en materia de
i religión y costumbres sana.s, y en compañía

— lio —
tle jóvenes perversos, que con sus malos
ejemplos y pésimas conversaciones aliogaban
en pucos meses la preciosa semilla que con
tanto celo y trabajo se babía depositado en
el corazón de la niñez en las Salas de Asilo.
Más aún : lastimábase la caritativa señora
al ver ú gran número de cbieuelus sin edu­
cación andar vagabundos por calles y plazas,
ignorando los elementos de la religión , sin
amor al trabajo por falta de <inien se lo
inspirase; y preveía cuán dañosos habían de
ser ú la sociedad estos pobres niños cuando
llegasen á ser liombrcs, por no poseer arte
ni oficio con que procurarse los medios de
subsistencia, ni quedarles para atender á
ella otro arbitrio, que el robo, el timo , el
servir para cualquier tiu al primero que les
alargase un pedazo de pan ó dinero para
entregarse al vicio, vijiiendo por íiu á parar
en un establecimiento i>enal para satisfacer
la pena de sus delitos.
¿Como podría ponerse remedio ú mal tan
grave, tan extenso , de tanta trasceiideiieia
para el bien corporal y espiritual do estas
ijií'elices criaturas? JOste es el problema caI)ital, cuya resolución preocupaba seriamente
á X)' Dorotea poco antes y poco después de
la muerto de su marido. Kesoiiaba continuamente en sus oídos la voz de su difunto
esposo de (pie hiciese cuanto bien estuviera
ú su alcance: la fortuna que á su libre
disposición había dejado, la ponía en condidicióu de poder dar entero y cabal cumpli­
miento á la benéfica voluntad del que con
su trabajo la atesoró, y ella misma no de­
jaba de comprender que sólo iniciando nuevas
obras de beueticeueia , y fomentando las ya
establecidas, y dándoles la mayor consis­
tencia posible, satisfaría cumplidamente á
los deseos do su íiuado esposo. Toda la dilicultad estaba en atinar eii el medio más
oportuno do emi)lear en tan piiidoso objeto
sa fortuna. « | Cómo se recoge, » decíase á
sí misma, « como se recoge á los niños que
no pueden ser acogidos en las Salas de
Asilo por razón de su edad ? y ; cómo á los
ya salidos de ellos se les aplica á aprender
íin arte ú oficio sin peligro de su fe y de
la pureza de costumbres, autos al contrario
imbuyéndolos eu las saludables máximas de
la religión y formando .sus tiernos corazones
en el amor y práctica de la virtud i »
La solución de tan iiitricado problema no
se presentaba fácil á su preclaro talento.
Dos elementos comprendía su idea. El uno
era asegurar la parte religiosa, y est-e era
el capital. El otro era procurar á los niños
iin decente iikhI í»> de subsistencia para lo
porvenir. Lo primero exigía un celo tan puro,
una vigilan, ia tan asidua, uua abnegacióu
tan completa, que sólo entre personas adornailas con el carácter sacerdotal ó consagra­
das á Dios por votos religiosos podían ha­
llarse sujetos aptos para tan delicada misión,
.rara lo segundo eran indispensables hombres

l)eritos, capaces de ensenar á los asilados el
arte ú oficio más conforme á las inclinaciones
y aptitudes de cada u n o, y esto con tanta
perfección, que sus artefactos pudieran cuando
menos competir con los fabricados en los
establecimientos y talleres más acreditados.
P or lo que toca *á la primera parte de la
obra que meditaba, parecióle hallar solución
con encargar á un celoso sacerdote, que re­
sidía en Gracia, el cuidado de los aprendices,
por lo que miraba á la parte moral y reli­
giosa ; para la segunda con escoger artistas
y oficiales honrados, que atendiesen á la en­
señanza del arte ú oficio.
De este plan á medio concebir y de este
informe embrión de una idea tan maravillosa
y de tan fecundos resultados, habló im día
á un individuo de su fam ilia, y le propuso
eu breves palabras el proyecto de iniciar su
obra y encargarla al mencionado sacerdote.
Comprendió el consultado el esfuerzo gene
roso de la señora, lo vasto de su i)ensamieuto,
y al mismo tiempo la dificultad casi insupe­
rable de su realización. — « ¿Xo v e . Y ., »
le dice, « que esto plan no ofrece prendas
de duración y solidez? ¿Eu qué pararía tan
importante y complicada obra el día en que
faltase ese buen señor sacerdote, que piensa
Y . poner al frente de ella ? » Siguióse un
momento de silencio. D “ Dorotea sintió caer
una sombra, aunque tenue y muy delgada,
en lo más vivo j esplendoroso de la luz que
bañaba su meute; pero la luz quedaba en­
tera, viva y brillante como en los momentos
aiiteriores/lntemimpe el silencio su interlo­
cutor y confidente, y le d ic e : « Kecuerdo
haber leído en algún periódico ó revista, que
recientemente se ha fundado un instituto
religioso con el fin precisamente de recoger
niños abandonados y enseñarles oficio á la
vez que formarles el corazón é instruirlos
en las máximas cristianas. » En el rostro
de D ‘ Dorotea se i)intaron instantáneamente
ia alegría, la sorpresa y la satisfacción más
cumplida. — « ¿Dónde está, » pregunta,
« este periódico? » — « Ahora no lo sabré
decir, » responde; « yo lo buscaré. » —
« Sí, » dice, « búscalo luego; y avísame eu
cuanto lo encuentres. >
Y a desde aquel instante no vivió en so­
siego hasta ver el periódico. « Un instituto
religioso, » se decía, « una orden que se
dedique á enseñar oficios, esta es la que
conviene á mi idea. Y a doy el lu’oblema por
resuelto,
Dióse cyn el deseado papel, en
el cual se leía que eu Utrera, provincia de
S evilla, á instancias del Sr. Marqués de
Ulloa, unos religiosos, recientemente fun­
dados eu Tarín por un varón de Dios, el
presbítero D. Juan Hosco, habían fundado
en 1S80 uu colegio llamado del Carmen, un
asilo para niños pobres y un recreo domi­
nical. Eu el colegio se educaba á los ñiños
en letras. Otro tanto se hacía eu el asilo:
y cu el recreo dominical se recogían los



111

niños trabajadores y estudiantes, que en los
domingos, por descansar del trabajo y cesar
del estudio vagaban por los calles sueltos,
con peligro de pervertirse en sus costumbres:
en un patio se los entretenía con juegos ino­
centes, y también se les repartía'el pan de
la divina palabra.
Explicar lo que pasó por
Dorotea, al
oír la primera noticia de los Talleres Salesianos, es empresa superior d mis fuerzas.
Miraba resuelto el gran ijroblema que tanto
tiempo venía preocupándola: veía desarroUai-se ante su mente un grandioso . cuadro
perfectamente y con gran maestría delineado,
que parecía la realización de la idea, de la
cual ella solamente babía logrado trazar un
muy rudimentario boceto. Su gozo no pudo
ser más cumplido. ¡ E in r h i! ¡eiu-cla! poilia
exclamar con el geómetra siracusano. Sin
darse punto de reposo, escribe á Sevilla
l)rcguntando si era exacto lo (pie de la fundación de Utrera .se decía. Habiendo sabido
que también en ^Marsella de Francia funcio­
naban ya los Talleres Salesianos, sin esperar
la contestación de Sevilla, escribe á aquella
ciudad pidiendo informes de la institución
de Don Bosco.
¡ Qué largos se le bicieron los días que tar­
daron eu llegar las eonresfaeiones! Pero ¡ qué
agradable sorpresa al ver la conformidad
entre ellas eu las descripciones que de los
Talleres se le daban!
le parecían sino
un exacto planteamiento y ejecución de la
misma idea que ella babía concebido en su
mente, aunque la veía realizada con un vigor
y maestría, á que ella jamás hubiera aspi­
rado. Sucedióle lo <iue al Venerable .luán
de A vila, quien, al tener conocimietito de la
Compañía de Jesús «jue acababa de fundar
San Ignacio de Loyola, exclamó : « lié aquí
tras lo que babía yo andado tanto liemiH»
sin verme con fuerzas para ejecutarlo. > V
decía con grande biimildad, que le babía
acontecido lo que á un mucbacbo (pie pre­
tendiera subir á la elimine de un monte una
piedra muy pesada y no fiie.se para e llo : y
viene un gigante, toma la iiiedra, y con gran
facilidad la coloca en la cima de la mon­
taña. Esto sentiría D* Dorotea al compararse
con D. Bosco. Pero así como S. Ignacio
tenía por tanto ó más capaz que él para tan
ardua empresa á su amigo Juan de A vila ;
así también Don Bosco conceptuaba á D ‘ Do­
rotea como nacida para la obra del Oratorio
Salesiano; y sus hijos, conformes con su
padre en este sentimiento, apellidan á la
buena señora su madre , como dan el dulce
nombre de padre á Don Bosco, de quien
aprendieron á dar aquel glorio.so título á
D* Dorotea.
Cerciorada ya de la existencia dcl nuevo
in.stituto y de su correspondencia y confor­
midad con la idea que babía jireconcebido,
se dirige respetuosa al Superior de los Sa’ •-‘-*iin-i de Utrer.T.
TMo. D. Juan Branda.



suplicándole se sirviese exponer las condi­
ciones que seria pi\íciso cumplir para instalar
en Barcelona una casa salesiana. E l fuego
y decisión con que se le hablaba en aquella
carta, el punto de su procedencia, el verla
firmada con el nombre de una señora, des­
pertaron eu el ánimo d e D . Branda extraños
recuerdos, que por espacio de dos años ha­
bían estado como dormido en .su nunite. A l
despedirle Don Bosco para Andalucía desdo
Tiu-íu el año de 1S80, le d ijo: .< Ahora vas
á Andalucía; pero no estarás allí mucho
tiemjio. 2>o es Andalucía donde está llamado
nuestro Oratorio á hacer una ruidosa fun­
dación, sino Cataluña: de allí se nos llamará
por una señora do Barcelona para una grande
fundación eu la capital de Cataluña. » Leía
y releía la carta el buen Su))eriorj y mc(iio
atónito, al ver cuan al pie de la 'letra se
cumplía la predicción de su amado padre,
no sabía lo (pie le pasaba.
Vuelto en sí de su asombro , respondió á
la carta de D'‘ Dorótea, diciéndole que no
podía él satisfacer á sus preguntas; y que
para ello le era á la señora preciso dirigirse
al Superior General del Oratorio, que residía
en Italia eu la ciudad de Turíii. Ku la misma
carta le preguntaba si sería por ventura
ella la señora á quien hizo referencia su Su-

aquella ciudad á su instituto , del cual se
haría allí una gran fundación. Quedó so­
bremanera sorprendida D* Dorotea al leer
este párrafo de la carta. Que ella escribió
desde Bar(*elona, y que deseaba con todas
las veras de su alma hacer en esta ciudad
una fundación <hd Oratorio Salesiano, le
constaba con evidencia; pero ignoraba abso­
lutamente <pie existiese el personaje de quien
.se le Iiablabla: el nombre de Don Bosco no
era conocido de D ‘ Dorotea; y e.sfce nombre,
y el de Oratorio do San Franci.sco de Sales
y el de Talleres Salesiuiio.s no llegó á su no­
ticia hasta el momento en (|Uo leyó en el
periódico mencionado la primera noticia do
la nueva institución. Xo podía, pues, saber
si era ó no ella la dama de Barcelona, á
quien aludía la predicífión del Superior Ge­
neral del in.stituto.
Era este, como dijimos, D. .Tuau Bosco.
Xacido en Caslelnuovo de Asti, diócesis de
Turíu, el lo de Agosto de ISl.*), de padres
más ricos de virtudes y dones del Cielo, que
de bieiie.s de la tierra, reciliió de ellos, y en
especial de su pia«losa m adre, que era mo­
delo de maíroiia.s ciistianas, una esmerada
educación religiosa. Su raro talento, unido
á una memoria felicísima, brilló en el Semi­
nario de Cliieri, en donde .se dedicó á los •
estudio.s ecle.siásticos, y en Turín, en donde
los perfeccionó. El e.stado miserable de lo.s
niños, cuya educación y formación estaba
descuida«ia por .sus padres, si los tenían, ó



112



l>or sus tutores y encargados, si eran ImérIniios, impresionó vivamente su corazón. Co­
noció por experiencia y por reflexión que
los niños, cual blanda cera, son susceptibles
de recibir cualquiera sello que en sus tiernas
almas se quiera imprimir: y desde luego se
sintió inspira<lo á recogerlos y ¿i dedicar su
vida toda al cultivo de aquellas jóvenes
l)lantas , que bien cuidadas , podían Ibrinar
un deleitoso y ameno jardín ; y descuidadas,
iKí serian más (pie árboles estériles en la
selva inculta de este mundo , para ir más
tarde á arder en los fuegos intérnales.
I)ió principio á su obra en 1841 , cuiindo
solamente contaba 2(* años de edad. Tenía
su exterior, y más aun su bella alma, todas
las cualidades necesarias para atraer á sí
los nifio.s. lié aquí cómo le pintaba' un autor
que lo tenía bien conocido. « En su üsonomía, » dice (1), « bay algo «pie no es de
este mundo: brilla su frente como si la cer<*ara celestial resplandor y de sus ojos brotan
rayos de fuego divino: una sonrisa ])lácida
se dibuja siempre en sus labios, y palabras
dulces cual la miel salen de suboca: eu ñu,
sencillez sin ficción y nobleza sin altivez
son sus rasgos más característicos, comuni­
cando á su 'i)crsoiia irresistible atractivo.
Sus jóvenes alumnos, no insensibles á ese
encanto, rodeaban con Iriiición inefable á
su buen Padre el día festivo; y cuando lle­
gaba la noche, costábales sumo trabajo se­
pararse de é l : cada uno le daba cien veces
las buenas noches, y no tenían fuerza j>ara
dejarle hasta que el mismo Don Bosco les
despedía. No es posible recordar sin emoción
los mil y mil episodios de la vida de Don
Bosco, en que de uno íi otro modo se pa­
tentiza la tierna adhesión de los discípulos
al Jlacstro. »
A l empezar el año 1842 la tropa de mu­
chachos que Don Bosco capitaneaba, era ya
una legión compuesta de cien individuos; y
el día de la Purísima Concepción de est-¿
mismo año el venerable sacerdote tuvo por
vez primera el consuelo de celebrar el santo
sacrificio do la misa rodeado do más de dos­
cientos jóvenes, que le respetaban y amaban
como á padre. Durante los días de la se­
mana desplegaba si>bre sus niños Don Bosco
una vigilancia suma. Kecorría los talleres ,
fábricas y lugares ou que trabajaban; seguía
solícito los pasos y movimientos de cada
uno: y con la destroza y tino, que sólo sabe
dar la cavidad, se aprovechaba do cnanto
veta ú oía para alojar de los peligros á unos,
enseñar á otros, y'hacerlos mejores á t<ídos.
íSi alguno (piodaba desocupado, el misino lo
procuraba colocación, y no descansaba hasta
que cons«‘guia \umerlo al lado de un maestro
hábil, y sobre todo cristiano.

Observemos aquí una cosa que luwje
mucho á nuestro propósito, y és, que el plau
ideado por D'' Dorotea en la época de la
vida en que nos hallamos , es decir , poco
antes de teuer noticia de la institución salesiana, no era nada diferente de lo que
practicó su fundador en los principios de su
obra. Por donde se ve la semejanza entre
el espmtu de estas dos grandes figuras de
nuestros días: ambos íijabau sus ojos eu las
necesidades de la moderna sociedad; ambos
arbitraban idénticos medios de socorrerlas,
porque-ambos sentían el mismo impulso del
Cielo para procurar con todas sus fuerzas
el bien corporal y espiritual de los pobres
niños de las clases más humildes y menos
acomodadas. D “ Dorotea con la institución
de las Salas de Asilo había comenzado á
atender á los párvulos, y ahora sentía la
necesidad do perfeccionar sii obra exten­
diendo sil caridad á los adultos; Don Bosco
empezó por estos mucho antes que D “ Do­
rotea reconociese tal necesidad; pero á su
vez comprendió que eran dignísimos de su
paternal afecto los parvulitos, y hubo de
abrazar eu adelante como obra propia de su
instituto la institución de casas de huér­
fanos.Pero continuemos nuestra breve resena de
la vida de Don Bosco. A l verse ya á fines
del 1842 rodeado de doscientos jóvenes, trató
de dar orden y organización á su obra y de
llamar en su auxilio celosos operarios, que
le ayudasen en tan santa empresa. A l lugar
que servía como de teatro á su obra, y á
esta misma dió el nombro de « Oratorio de
San Fraucisco de Sales. » Para obtener
obreros que coadyuvasoii á realizar sus vastí­
simos planes, so convenció do la imperiosa
necesidad de formar una Congregación de
hombres de sacrificio, que trabajasen por la
conservación de su obra, la propagasen, ve­
laran por ella y la tuvieran á su cargo.
Desjmés de repetidos ensayos, de constantes
estudios y profundas meditaciones, y de fer­
vorosa oración, logró dar á luz el nuevo
In.stituto religioso, y aparecieron las « Reglas
y Constituciones de la Congregación Salosiana, » que fueron deünitivameute sancio­
nadas y aprobadas por el inmortal P ío Ü
en 3 de Abril de 1874.

(l) Pon PíMCü y
Ohra, por A Ot>ispo «lo
quo os el rtotual obispo «le MiUagu, D. Marcelo «lo
Spíuola. $ 11.

Con «probiciÓB da U' Autoridad Scleáistica • Gereats JOSÉ GAIBIXO,

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Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1893