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Título
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BS_1897_01
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Descripción
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Boletín Salesiano. Enero 1897
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Fecha
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1897.01
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extracted text
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PUBUCACiON MENSUAL
ANO X I I — N . 1.
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E N E R O d e 1897.
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Turfn (llallar
í
LOS
COOPERADORES SALESXANOS
Beneméritos Cooperadores
y Cooperadoras;
N’ año más se ha precipitado
para siempre en el abismo de
la eternidad. En los tristísi
mos tiempos qne corremos,
i quién se admiraría si se di
jese que á muchos infelices,
QQe i>or desgracia no nutren en su corazón
sentimientos cristianos no les queda de los
366 días pasados más que un vano recuerdo
y quizá un doloroso remordimiento de
lo que han hecho y gozado 1 ¡ Loado sea,
sin embargo, el Señor! porque no puede
decirse lo mismo de nuestros amados y be
neméritos Cooperadores y Cooperadoras,
para quienes el año no ha pasado en
balde, pues les ha dejado el mérito del
bien obrado y la paz y tranquilidad do
la buena conciencia, que Ies testifica que
lo han pasado cristianamente. Sus fervo
rosas oraciones y las muchas obras de
caridad y celo con que han enriquecido
el año 1896, han quedado escritas con
caracteres de oro en el libro de la di
vina justicia, la cual les prepara una re
compensa superior á nuestros deseos. T
que esto no sea una mera suposición mía
))ien nlto lo dicou, á más del bien que
cada uno de vosotros ha hecho eu par
ticular ó como inieiiibro de otras piado
sas Asociaciones, las muchas obras que
ííracias á vuestra generosa cooperación y
á la ayuda de Dios, Señor nuestro, ha ]>odido llevar á cabo durante el 1890 la I?ía
Sociedad do S. Praucisco de Sales.
Demos, jmes, todos juntos una ojeada
á dichas obras para nuestra comim edilicacióii y para rendir al Señor las debi
das gracias por todo, y al mismo tiem])o
que esto hacemos, os propondré, según
costumbre, las obrasque proyectamos para
el año ípie empieza, pues en el negocio de
la gloria de Dios y salvación de las al
mas nunca debemos decir basta ni darnos
por satisfechos.
Breve Reseña de las obras llevadas á cabo en Europa
durante el año I8B6.
Las varias vicisitudes porque hemos
atravesado, las graves pérdidas de per
sonal que hemos sufrido, las muchasdeudas
que pesaban sobre algunas Casas vSalesíanas, y por último, la dificultad de los
tiempos (jue corremos, me habían ins
pirado un cierto cual temor sobre els
l>orvenir de varias obras que teníamo
entre manos, pero la divina Providencia
ha imístrado una vez más que nuestras
Obras son suyas, porque no sólo han con
tinuado su existencia nuestros Institutos
y Misiones, sino que siguen i)rosperaudo
y produciendo frutos muy consoladores
para las almas; esto unido á las nue
vas fundaciones, constituye una elocuente
prueba do la vitalidad do la Pía Sociedad
Salesiaua y del celo y generosidad de
sus Cooperadores. Si la muerte ha abierto
grandes brechas en el pereonal salesiano,
especialmente eu el Brasil y Uruguay,
hemos podido al instante repararlas me
diante el generoso celo de otros Salesianos y I^lisioneros. Y )>ues la sangre
de los mártiivs ha sido siem]»re semilla
de nuevos cristianos, también en nues
tra humilde Sociedad la i>érdida de al
gunos Misioneros ha suscitado otras nu
merosas vocaciones, (pie han mitigado
nuestro dolor.
No obstante la escasez de recursos, el
0011)01*0 de nucstixis niños no sólo no ha
disminuido sino que ha aumentado de
muchos miles, proveyendo el Señor, por
medio de nuestros caritativos bienhecho
res, el pan de cada día y los libros y
demás útiles necesarios para su instruc
ción intelectual y iirofesional.
Es para mi de gran consuelo y me
inspira nuevos bríos para continuar ade
lante con las obras emprendidas, el ver, ama
dos Cooperadores, el santo espíritu que os anima en favor de nuestras obras. Profunda
mente grabado en mi corazón ha quedado
ülsauto entusiasmo, el celo y la caridad que
he admirado en los Directores diocesanos
de los Cooperadores, reunidos eu Yalsálice
junto á la tumba de D. Bosco, á fines del
1>. p. Setiembre. Esta asamblea lia sido ver
daderamente un eco fiel del solemne Con
greso Salesiano de Bolonia, y basta por sí
sola para asegurarme que la semilla espar
cida en aquellas memorables reuniones, ha
producido abuudantes frutos. Si con senti
miento hemos visto los vacíos hechos por
la muerte en las filas de nuestros queridos
Cooiieradores, hemos podido constatar con
gran regocijo que se han inscrito muchos
más, los cuales prometen emular el fervor
y la generosidad de los que ya no exis
ten. Vuestra industriosa caridad no ha
(juedado satisfecha con continuar ayu
dando á los Institutos Salesianos ya
existentes y dar mayor desarrollo á al
guno de ellos, sino que ha contribuido
también á la tundacióu de otros; por lo
tanto os anuncio con toda la efusión de
mi alma que en Italia se ha podido tomar
últimamente la dirección de un Colegio
eu Módena y Ferrara, y abrir otros en
Legnago y Froscati. Y x>ara mostrar mi
gratitud á la docta Bolonia por la cordialísima hospitalidad prodigada á los
miembros del primer Congreso Salesiano,
y no queriendo hacerla esperar por más
tiempo, he mandado personal para abrir
al menos un Oratorio festivo en dicha ciu
dad, esperando de la divina Providencia
los medios para poder hacer algo más;
son bien humildes los principios, pero es
precisamente esto lo que me hace esperar
<1110 el Señor bendecirá nuestra buena
voluntad y los generosos esfuerzos de los
Cooperadores Boloñeses. Después de rei
teradas y calurosas instancias, nos hemos
también encargado del Colegio de Cuorgné (Piamoute) y de Intra, junto al Lago
Mayor, y se ha comenzado un Oratorio
festivo en Desenzano (Verona).
Gracias á la admirable y ejemplar ac
tividad de la Junta y Sub-juuta de CooXieradores de Milán, se ha podido con
tinuar y activar la construcción del nuevo
Oratorio de S. Ambrosio que se levanta
m
— ó —
en dicha capital, esperando fundadamente
que para el centenario que se celebrará
en honor del santo en la x)róxima pri
mavera , podremos ocupar el nuevo edificio y satisfacer así, al menos en j)arte,
las muchas peticiones que se nos han pre
sentado en favor de niños pobres de la
Metrópoli lombarda.
La nueva Oasa Salesiana de ííovara
está también concluida y en el curso del
año, que hace poco hemos emx)ezado, i)odrá ser habitada.
Pocos meses hace que se celebraron
solemnes fiestas para la bendición del
Instituto Salesiauo de Genzano (Roma),
y ya se educan en él, en la piedad y en
las letras, muchos jóvenes de grandes es
peranzas, los cuales se forman á la vida
Salesiana. Igualmente han ido adelante
sin interrupción los trabajos de la funda
ción de Oaserta, cuya primera piedra ben
dijo en el pasado Junio el Prelado dio
cesano.
Ha sido también, sobre todo para mí y
para toda la familia salesiana, objeto de
gran maravilla y dulcísimo consuelo, el ver
lasolicitud con que se ha llevadoátérmino
el Templo de María Auxiliadora en la
ciudad de Ohieri (Piamonte). Desde hacía
más de diez años se sentía la necesidad
de una capilla proporcionada al gran nú
mero de niñas y de jóvenes que frecuentan
aquel Oratorio; el 14 de Marzo último i>asado el Exmu. ó lim o. Sr. Arzobispo de
Turíu, D. David Riccardi, beudijo la pri
mera x)iedra de la nueva Iglesia, y el 8
de ííoviembre último pude yo inaugu
rarla, del todo terminada. Los bienhe
chores que tan generosos se han mostra
do durante los trabajos, y á quienes envío
mi más sincero reconocimiento, compar
tirán con nosotros, no me cabe duda, el
peso de las deudas contraídas. — En
Francia debo hacer particular mención de
la ampliación hecha en la Gasa de Mar
sella ,donde poco á x>oco se ha levantado
un vasto edificio, complemento necesario
de construcciones anteriores. En la indus
triosa Romans, en el Delfinado, se i)rincípió
un Oratorio festivo el 8 de Diciembre,
fecha memorable para nuestra Pía So
ciedad; en el Oratorio de S. Antonio de
Padna de Montpeller se levanta, gracias
á la caridad de un insigne bienhechor,
una magnífica Capilla, que podrá pronto
abrirse al público; y x>or último, se ha
hecho una nueva fundación en Rueil cerca
de París.
Finalmente, os anuncio las nuevas fun
daciones de Ectel (Bélgica), de Bójar
(Salamanca), y la entrega que se nos lia
hecho de un Hospicio x>ara niños x>obres
en Lisboa (Portugal); desde hacía muchos
años los buenos Ooox)eradores xiortugueses nos esx>eraban con ansia, pero hasta
ahora no nos ha sido posible comx>lacerles.
El Instituto de las Hijas de María Auxiliadora durante
el año 1896.
Desde el tlía en que el corazón de Don
Bosco, tan sensible á cualquier desven
tura , se sintió conmovido por los peli
gros gravísimos que amenazan á las
niñas, y rindiéndose á la voz interior que
en sí sentía, fundó el Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora, para que des
plegara en favor de las niñas las obras
de caridad que los Salesianos ejercen con
los niños, estas dos ramas de la Familia
Salesiana trabajan necesariamente unidas
entre sí en el campo de la cristiana ca
ridad. H é aquí porqué al daros cuenta
de lo que los Salesianos han hecho, creo
conveniento deciros también algo sobre
el desarrollo del Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora. — En Europa se han
hecho este año veinte nuevas fundacio
nes, la mayor x>arte de las cuales son Ora
torios festi vos, en los que, por lo que parece,
el Señor ha de recoger uua mies abundan
tísima. Al lado de este Oratorio, y como
indispensable complemento, han abierto,
como de costumbre, un taller de labores,
medio eficíieísimo para arraigar más en los
tiernos corazones de las jóvenes la ense
ñanza religiosa, y para (pie cobren amor al
Oratorio y á sus Maestras, jireparándose
al mismo tiempo al estado á que la Providenciá las destine. Tales son los Insti
tutos abiertos en Alejandría y en Intra
(Italia), y en otros jiuntos.
También han sido llamadas á dirigir
Asilos y Escuelas en Arignano,Crusinallo,
Faliceto, Fezzano y Samacata (Italia); y
se han tenido por muy dichosas con ha
ber sido llamadas á ejercer la caridad
para con los pobres enfermos en los hos
pitales de Buttigliera de A sti y de Toceno, de los que se han hecho cargo. Y no
queriendo detenerme más sobre otras varias
fondaciones que han hecho en Italia,
España y Francia, notaré sólo de paso,
que también en las Misiones han aumen
tado considerablemente el número de sus
— 4
colegios, y con la gracia de Dios conti
núan prestando grandes servicios á los Mi
sioneros Salesianos de la Patagonia,Matto
Grosso ( B rasil) y Tierra del Fuego, ha
biendo además llevado á cabo las dos
fundaciones de Ouro Preto y Ponte Kova
en el Brasil, adonde se dirigían las Her
manas que fueron víctimas del desastre
ferroviario del año i)asado.
Progresos de las Misiones Salesíanas.
El sai)ientísimo León X I I I en su
Encíclica Praeclara^ después de haber
calurosamente recomendado las Misiones,
termina diciendo que el mayor de sus de
seos es que el nombre sacrosanto de Jesu<yristo no tarde en ser conocido, y domine en
todas las partes del mundo. Nuestro amado
Padre Don Bosco ya desde los albores
de su vida sacerdotal, en el ardiente
celo que le devoraba, prorrumpió en aquel
levantado grito: ¡ Da mihi animas! Este
deseo de salvar almas fuó el que le hizo
parecer estrechos los límites de Europa y
le impulsó á mandar á sus hijos á las
remotas Misiones de la América.
Animado con la i>alabra del Padre
Santo y estimulado con el ejemplo de
Don Bosco, también yo he tomado siem
pre muy (i pechos el progreso de nuestras
Misiones, y por esto á más del envío de
personal, las he socorrido cuando vuestraslimosnasme han procurado los medios,
especialmente á lasde Monseñor Eagnano,
el cual, debiendo proveer de habitación,
alimento y vestido á un gran número de
salvajes, principalmente on la isla Dawsón
y en la Misión de la Candelaria, se en
cuentra muy á menu(U> en gravísimas
necesidades.
El limo. íSr. Oostamagna con cartas
muy editicantes nos ha informado do las
nuevas fundaciones de lia Paz y Suero
en Bolivia, asegurándonos por sus últi
mas relaciones que en los Oratorios de
dichas poblaciones se obran verdaderos
prodigios, ascendiendo ya á 1.400 el lui*
mero <le niños que los frecuentan.
El limo. í^r. Cagliero va extendiendo
de un modo verdaderamente consolador
su esfera de acción en favor de los pobres
indígenas de la Patagonia, y este año,
secundando las vivas y replicadas instan
cias del Exemo. ó limo. Sr. Arzobispo de
Buenos Aires, se ha encargado también
de la nueva Misión de la Pampa Central,
mandando tres sacenlotes que han fijado
su residencia en la capital, General Acha,
de donde salen á llevar la luz del Evan
gelio y los consuelos de nuestra santa
Religión á las varias poblaciones de aquel vastísimo Territorio.
A costa de grandes sacrificios hemos
querido cumplir, al menos en parte, los
ardientes votos del nunca bastante llorado
Apóstol do los salvajes, Mons. Luis Lasa g n a , enviando algunos Salesianos á
Asunción, capital del Paraguay.
El Sr. Arzobispo do Bogotá (Colombia),
primero por carta y luego viniendo en
persona á Turín, nos instó calurosamente
á fin de que mandáramos otro Sacerdote
á los leprosos de Agua de Dios, y más
Misioneros para evangelizar á los salva
jes de los Llanos de S. Martín, donde al
principio del 96 se establecieron nuestros
amados hermanos, RR. PP. Eerraris y
Briata; á esta hora deben ya haber lle
gado á su campo de acción los nuevos
obreros evangélicos, cuyas fatigas dígnese
el Señor bendecir, y fecundizar los tra
bajos y padecimientos que les esperan.
Otra pequeña caravana de Hijos de
Don Bosco ha partido en estos últimos
días para las Misiones del Cabo de Bue
na Esperanza, y otros se disponen á
partir para San Francisco de California,
llamados por el limo. Sr. Obispo, para
que tomen la dirección espiritual de los
emigrantes italianos, numerosísimos en
dicha ciudad.
T siéndonos comunes las alegrías y
las penas, como miembros de una misma
familia que som os, después de haber
mencionado los progresos de nuestras
oMisiones de América, preciso es que ma
nifieste el acerbo dolor de mi corazón
paterno al saber la terrible nueva de la
muerte del P. Agosta, mártir de la ob^
diencia. que se ahogó al atravesar el río
Neuquón. No menos me han afligido Jos
sufrimientos ypeligros délos Salesianosde
las Casas del Ecuador durante la última
revolución, y mucho más con la muerte del
P. Juan Milano que falleció en el Hos
pital de Guayaquil, víctima de los sufri
mientos que tuvo que compartir con sus
hermanos. — En la carta del año pasado
os manifestaba mi ardiente deseo de fun
dar un Instituto para la niñez de Nazaret, donde nuestro Divino Redentor paso
la mayor parte de su vida mortal y san
tificó el trabajo manual con el hiimild©
oficio de carpintero. Con gran regocijo
recibiréis ahora la nueva de que mi pxo
yecto empieza á realizarse, pues ya se
ha podido recoger á unos treinta niños
orientales en una casa para este objeto
alquilada. Apenas la caridad de los bien
hechores nos proporcione los medios ne
cesarios, levantaremos el Colegio en el
terreno que hemos comprado.
Durante mi corta estancia en Alejan
dría de Egipto, de paso para Palestina,
el Rdmo. Sr. Delegado Apostólico, Mons.
Corbelli y otros personajes importantes italianos y franceses me mauiíestarou de
uua manera aijremiaute la necesidad de
que los hijos de Don Bosco fundasen
allá una Escuela de Artes y Oficios.
Esta necesidad se hace tanto sentir en
aquella ciudad cosmopolita, que no me
pareció prudente diferir el remedio; por
lo que compramos en seguida un vasto
terreno, trazó los planos un caritativo
ingeniero y cuanto antes se comenzará
la obra. Ya se encuentra allí el Director
para asistir á la nueva construcción y
para ocuparse entre tanto de los emigran
tes italianos. No creáis, mis buenos Coo
peradores, qu^ un celo imprudente nos ha
impelido á estas fundaciones ó que en
ellas se ha i)rocedido con demasiada li
gereza y precipitación; yo creo por el
contrario que los Salesianos han secun
dado con esto los ardientes deseos de
S. S. León X III, quien desde hace tres
años trabaja incansablemente por la unión
de las Iglesias de Oriente.
Para la construcción y i)lanteamiento
de ambos colegios tendremos necesidad
de una suma considerable, la que espe
ramos que nos la ha de mandar la divina
Providencia, por medio de nuestros ge
nerosos y caritativos Cooperadores. En
Octubre p.p. se nos confió también una
Parroquia en la ciudad de Túnez, donde
poco después hemos abierto un Oratorio
para los niños de los extranjeros, cual
quiera sea su nacionalidad.
Una propuesta para el nuevo año de 1837.
La exposición que hasta aquí os he
venido haciendo, beneméritos Cooperadoros, de las obras que hemos emprendido
durante el último año, bastaría por sí sola
para daros á conocer el fin principal á
que debemos enderezar todos nuestros
esfuerzos y solicitudes durante el pre
s t e . Esto no obstante, creo conveniente
ludicaros la extrema necesidad de una
uueva Iglesia en Florencia. Después de
repetidas instancias del Sr. Arzobispo, el
Emmo. Cardenal Bausa, nos hemos puesto
á la obra en un terreno contiguo á nues
tro Instituto, en la via Aretiua, habiendo
ya comenzado las excavaciones. Las solos
fundaciones de Nazaret y Alejandría do
Egipto revisten tal importancia, que me
recen nuestra especial atención. Para con
tinuar vivieudo, os tienden también las
manos, implorando vuestro socorro, los
Institutos Salesianos que no tionou otto
sostén que la caridad de las bueuas almas,
y los que os recomiendo en modo especial.
Y al confiar á vuestra reconocida caridad
estas obras ya empezadas, permitidme, be
neméritos Cooperadores, que llame vues
tra atención hacia una obra que ba de
producir grandes frutos; obra que forma
el objeto de mi propuesta y que á todos
os es bien conocida: la Obra de los Sijos
de María AnzUiadora para fomentar las
vocaciones al estado eclesiástico. 4 Cómo
es posible que al hombre de fe no se le
desgarre el corazón al pensar que más
de las dos terceras partes del género hu
mano gimen todavía en las tinieblas de
la ignorancia y del error sin conocer ab
solutamente nada de cuanto Jesucristo
ha hecho por la salvación d esú s almasí
i Y cómo contener las lágrimas si se re
flexiona sobre el inmenso número de las
almas que se pierden en i)aises donde
la verdadera religión es conocida y i)racticadaT
Este triste espectáculo nos hace excla
mar con frecuencia, messis quidem multa,
operara autem pauci^ y desear que aún a
costa de graves sacrificios crezca cada
día más el número de buenos y celosos
sacerdotes, como crecen las necesidades
de las almas. Que si tal deseo se entii>iase
algo en nue.stro corazón, lo encendería de
nuevo el célebre grito de S. Francisco
Javier, mandadnos obreros evangélicos que
nos ayuden, grito que continuamente nos
repiten en sus cartas y á viva voz tantos
Obispos, tantos pueblos y nuestros mismos
Misioneros.
Nuestro amado Padre Don B osco, á
cuyo celo no pasaba desapercibido nada,
de lo que pudiese contribuir á la gloria
de Dios y salvación de las alm as, con
vencido, como S. Vicente de Paul, de que
no hay obra más grande que la de contribuir
á la formación de un sa>cerdote^ encaminú
| primero por la vía del santuario á uu
; grandísimo número de niñ os; luego tuvo
¡ una idea, que como decía el Emmo. Carde
nal Alimonda, fu é toda mya. Efectiva
mente: Don Bosco encontró el modo de
facilitar lo» estudios al estado eclesiástico
ó religioso á los jóvenes ya entrados en
años que desearen consagrarse á Dios y
que no Imbieren podido hacerlo en la edad
<?onveniente á causa del servicio militar,
por dificultades de familia, ó por falta de
medios.
Este es el objeto do la Obra de los Hijos de
María Auxiliadora^líxcMol fue elevada á la
categoría de Asociación piadosa y aprobada
el 19 de Mayo del87C por Pío IX , que la en
riqueció de numerosísimas indulgencias.
Las esperanzas que Don Bosco tenía
puestas en su Obra de los Hijos de Ma
ría, no podían menos de realizarse, pues
que se apoyaban en el ejemplo de grandes
Santos. Eli efecto: ¿ no salieron de estas
escuelas un Ignacio de Loyola, un Camilo
de Lelis y tantos otros, (jue habiendo em
pezado tarde á estudiar, llegaron pronto á
obrar el bieni Nuestro Fundador tuvo la
suerte de ver, antes de salir para la eter
nidad, los frutos de esta su nueva Obra,
y nosotros hemos tenido i)oco hace un
ejemi»lo patente en el generoso Apóstol
lie los leprosos, P. Miguel Dnia, que había
salido precisamente de nuestras escuelas
de Hijos de María.
Hl Señor rico en misericordias y en cuyo
poder están los tiempos y los momentos, tal
vez ha dispuesto que sea e.sta la hora
oportuna para el desarrollo de esta Obra;
quizóla haya reservado gracias especiales
(le salud, al mismo tiemjio que jMaría Sma.
Auxiliadora concede las más copiosas ben
diciones á sus jiroinotores.
I Cómo se aflige nuestro corazón cuando
por falta do recursos no podemos atender
las líeticionea que se nos hacen á este
respecto!^Muchas diflcultades se vencerían
y el número de alumnos crecería por mo
mentos si buen luímero de generosas per
sonas (piisieran inscribirse como Oblatores,
Con'vsyonsalcs 6 Bienhechores de los Hijos
de IMaría Auxiliadora, según el programa
escrito por el mismo Don Bosco.
El Kedactor del Boletín se encargará de
trazar las normas para recoger las ofertas
destinadas á sostener esta categoría de
jóvenes, de tan grandes esperanzas para
la Iglesia y para la misma sociedad c iv il;
por lo tanto me contento por ahora con
estos breves apuntes acerca de una Obra
tan grata al corazón de Don Bosco. Es
pero (pie estas mis pocas palabras caerán
sobre un terreno bien preparado, y que
vuestra benevolencia y apoyo no nos han
de faltar. Y pues los Salesianos consagran
á esta Obra todos sus talentos y su mis
ma vida, dad vosotros generosamente el
óbolo de vuestra caridad.
N o puedo terminar esta carta sin dirigir
una ferviente súplica al Sacratísimo Co
razón de Jesús, para que estreche cada día
más el lazo de unión que existe entre los
Hijos de Don Bosco y sus Cooperadores,
unión de sentimientos y deseos, que tan
gratos momentos nos proporciona cuando
podemos reunirnos.
Aunque muchas veces os lo he repetido,
siento el deber de aseguraros una vez más
que en nuestras prácticas de piedad pedi
mos todoslosdías á MaríaAuxiliadora que
os tenga siempre bajo su potente protección,
que os colme de toda suerte de gracias espi
rituales , que os defienda á vosotros y á
vuestra familia de todo infortunio y que
os prepare en el Cielo una digna recomj>ensa del bien que hacéis á nuestras Mi
siones ó Institutos.
Con el más profundo respeto y el más
vivo reconocimiento me repito de vosotros,
beneméritos Cooperadores,
Humilde Servidor y Amigo en J. C.
M i g u e l K ü a , P b ro .
Turín, 1 do Enero de 1897
SEGUNDO CONGRESO DE LOS DIRECTORES DIOCBS&NOS
DE LOS COOPERADORES.
[rísidido por nuestro venerando Rector Mayor,
R. P. Miguel Rúa, y con la asistencia de va
rios miembrosdel Capitulo SuperiorSalesiaiit
________ y de unos sesenta Directores diocesanos de
los Cooperadores, se celebró en Valsálice su segundo
Congreso, los días 23 y 24 del p. p. Setiembre.
Espirita verdaderamente cristiano inoculado á h
moderna sociedad por los Cooperadores Salesianos;
oraciones, obras de caridad y de celo, conferencias
que mantengan siempre estrechamente unidos á los
socios; juventud arrancada á la corrupción y al vicio
para instruirla y amaestrarla en las artes ó en las
ciencias, ó encaminarla al santuario; limosnas para
el sostenimiento de estas obras; Oratorios festivos
en contraposición con las obras de satanás; Escuelas
nocturnas en las que con el estudio de las ciencias
se mezcla el más importante de la Doctrina cristiana:
buena prensa difundida de mil maneras y especial
mente con ediciones purgadas de autores antiguos J
modernos, con las L ecturas Católicas, (1) Lecturas en Turín para conmemorarlo. — El B de Xoviembre
amenas y educativas, Lecturas dramáticas y con de 1846 D. Bosco, acompañado de su madre, echaba
el Boletín Salesiano; espíritu do piedad fomentado los cimientos de una obra tanto más grandiosa y
con las Asociaciones do María Auxiliadora y del admirable, cuanto más modestos y huraildeg fueron
Sgdo. Corazón y con la próxima publicación de un sus principios. Cincuenta años se han cumplido desdo
Manual de Piedad para los Cooperadores; y por esta, para nosotros, memoranda fecha, y 1cuanto han
último, Misiones en la Patagonia, Tierra del I^ego, cambiado las cosas!
Aquella pobre ó incómoda casa so ha convertido
Brasil, Colombia y Ecuador, ñieron los puntos so
metidos á la discusión y examen de los congresistas, en vastísimo edificio quo alberga il casi mil niños
los cuales cumplieron su cometido con un interés y que se forman al bien y á la virtud y so adiestran
quienes en el estudio do las ciencias, quienes en el
un entusiasmo dignos del mayor encomio.
Se celebraron dos sesiones diarias, y en todas de las artes. Pero no ©s esto todo: do aquella mo
ellas reinó el mayor espíritu de caridad, no obstante desta casa, cual grano do mostaza hoy roiivortida
las vivas discusiones que sobre algunos puntos so en árbol frondoso, han salido toda esa gran falanjo
do apóstoles quo extendidos ya por todo el mundo,
suscitaron.
Al terminarse la última sesión llegó un telegrama cumplen en sus Escuelas do Artes y Oficios, Granjas
de Roma en contestación al mandado por los congre agrícolas, Colegios y Misiones la gran obra de la
sistas, en el que S. S. les daba su Apostólica ben regeneración social y de bien entendido y cristiano
dición.
progreso. Justo era, pues, quo fecha tan memoranda
Al salir de la sala de sesiones los congresistas se no pasara inadvertida, y así ha sido principalmente
dirigieron á la tumba de nuestro amado padre Don en Tmiii, donde los días 15, 16 y 17 de dicho mes
Bosco para rezarle un L e profundis y después á se tuvo de manifiesto á S. D. M. celebrándose las cua
la capilla, donde se, cantó el Te L eum y se dió la renta horas, viéndose concurridísima la suntuosa
bendición con S. D. M.
iglesia de Slaiia Auxiliadora, á pesar do la lluvia
De las varias ó importantes decisiones tomadas, y del mal tiempo. En los tres días el limo. Sr 0nos ocuparemos. Dios mediante, en otra ocasión.
bispo de Ivrea dirigió su fervorosa palabra á los
Grande fue la animación que reinó en la última fieles sobre la santa eucaristía, obteniendo grandes
comida que todos los congresistas hicieron en Valsálice, y abundantes frutos, como lo prueba la extraordinaria
pues la mayor parte de ellos recibió allí cariñosa hos concnrrencia de fieles á la Santa Mesa. El último
pitalidad, y numerosos y entusiastas los brindis que día dió la solemne bendición al pueblo con S. D. M.
se pronunciaron. De éstos sólo citamos el del R. Sr. el limo. Sr. Arzobispo de Turín, que tantas y tantas
Reviglio, Párroco de S. Agustín y el primer sacerdote pruebas está dándonos cada día de su amor á los
de D. Rosco, el cual ocupando hoy un alto puesto humildes hijos do D. Bosco.
Sirvió de digno remate á esta fiesta una gran
en el clero Turinés, no se avergonzó de confesar públicaineiito que todo se lo debe á D, Bosco, pues á diosa academia músico-literaria, quo satisfizo por com
los 17 años no había aún hecho su primera comu pleto al limo. Sr. Correa, obispo del Estado del Es
nión, y el día en que D. Bosco le recibió en su Ora píritu Santo (Brasil), quo la presidia, y á los nume
torio á las 8 'ij de la noche, no había probado un rosos y distinguidos Cooperadores quo asistierou.
pedazo de pan. (2) Xo hay para qué decir que esta
conmovedora historia despertó en todos el mayor en
tusiasmo.
A continuación nuestro fotógrafo, Sr. Vespignaní,
sacó una fotografía de los congresistas, que repro
ducimos en otro lugar. ("V. pág. 12).
CINCUENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL ORATORIO.
i£N quisiéramos ocupamos detenidamente de
este acontecimiento que señala el funda
mento de nuestra Pía Sociedad Salcsiana y
el principio de los prodigios que en este siglo
de materialismo han obrado Dios y María Auxiliadora
por medio de su ñel siervo Don Bosco; pero impidién
donoslo el poco espacio de que podemos disponer, nos
contentaremos tan sólo con reseñar las fiestas hechas
(1) Las LxcTuaas Catúlicís se publican en opúsculos de llO
á i¿0 p ie , en Almsgro (Bueoos Aires) desdo el año de 1884;
«o Kietberof (Brasil) dektc el de 1892; y en Sarria (Barce'roaa)
Icsde el de 1894. 1.a suscríetón cuesta i'6 0 Ps., 5 $ 7 2’ 50
ptas. rtfpe't'Taniente.
(2) T, ” £] OranApósUd de la niSez eo el siglo XIX. ,, Litrertas saksianas j <stúHcas.
bü ia Vóz á (’haHapata.
( Caita del limo. Sr. Costamagna.)
Rdmo. y amadísimo Padre B ú a :
nueva Casa de L a Paz, llamada Colegio
L . Bosco, empezaba á tomar incremento
siendo ya 400 los niños del Oratorio feetívo y *250 los alumnos de las escuelas
elementales) además los talleres empezaban tam
bién á organizarse, por lo que yo me decidí á partir
para Sucre, lugar de la segunda fundación (1).
(1) T . Bwl. Dbre. J89G.
—
8
parte los muías caminaban á paso de b u ey , así
que llegamos á Aso - Aso á las 2 de la noche •, la
población nos esperaba recogida en la Iglesia desde
las 2‘/, de la tarde. Administré la santa Confirma
ción terminando á las 10 de la mañana en medio
Las solíales más ciertas para conocer las obras de la alegría general; al salir de la Iglesia todos
de Dios son siempre las persecuciones, y éstas pu se aglomeraron para besarme el anillo ó arrojarme
dimos oxpcrimoutarlus también en la nueva Casa flores, por lo que á penas pude observar el curioso
de L a Faz pucos días antes de mi partida. £1 de cuadro que en una capilla lateral ofrecían las ma
monio, sin embargo, quedó burlado, pues la per dres con sus niños pequeñitos; extendían un tosco
secución no hizo más que aumentar la fama y })uñuelo en el suelo, acomodabau en él al niño, y
buena reputación de los Saicsiauos, y de 400 después, atándole los pies con dos puntas del pa
llegai'on bien pronto ú mil los niños del Oratorio ñuelo, se le echaban á la espalda, usegui'áudosele
festivo. También el hambre, que parecía quisiese cou las otras dos puntas, que se atabau al pecho.
visitamos, fué deseguidu alejada de nuestra Casa, A las 4 de la madrugada del día siguieute estaba
encargándose los mismos indios de proveernos de ya la Iglesia llena de ludios que me acompañaron
toda suerte de legumbres, que nos arrojaban por al ómnibus, donde me despedí de todos y continué
las ventanas de la Capilla ; además, las Keligiosas mi viaje, llegando á Sica - Sica á las 11 de la ma
do S la. Ana y las de los Sagrados Corazones, de ñana; el Sr. Párroco salió cou la población á re
Fiepa H, que son los ángeles do aquel país, nos cibirme é invitarme á dar la Confirmación, pero
abrieron generosas sus despensas m ientras duró
no pude complacerle, porque debía partir deseguida
nuestra necesidad. No quise dejar L a Fas sin ir la diligencia y no disponía yo de 150 duros que
antes á despedirme del limo. Sr. Obispo, que se costaba un coche particular para ir á Oruro; me
encontraba en Obrajes^ pueblecito poco distante limité, pues, á visitar la Iglesm parroquial, cons
do esta ciudad, adonde había ido para restable truida por Felipe V de España, y después di la
cerse un poco de su penosa enfermedad. Fui, pues,
bendición al pueblo; el Párroco, entre tanto, co
ú verle y precisameute eu el décimo séptimo ani locó un sillón en medio de la plaza, y me hizo
versario de su consagración episcopal j yo iba sentor en él para que todo el i>ueblo me besara
pava festejarlo, p oro él me cambió las cartas en el anillo, mientras las campanas daban el to
la mano, como so suele decir : en efecto, se pre que melancólico de la plegaria por la partida
sentó á la cabeza de la población dando vi del Obispo. Por la tarde, pasando por entre las
vas Y arrojando ramilletes de flores sobre mi chozas del Biscazani, bajé del coche para asistir ú
persona ; las campanas tocaban á fiesta: fuimos una moribunda, que al verme lloraba de alegría;
á la Parroquia y allí dirigí ima breve alocución se confesó y se dispuso á morir con la mayor re
al piH'blo eu favor del limo. Prelado. Nos reti signación. Al salir de aquella choza se arrojó á
ramos di'spués en casa dcl Ex - Ministro del Perú, mis pies toda la familia para darme las gracias, be
Dr. L). Guillermo Costas Ferreiros, amigo y pro sándome unos el anillo, otros la cruz y otros las
tector de nuestros herm anos de Lima, y allá fui manos, m ientras que otros toiuaudo el manteo se
de nuevo agasajado por los niños de la escuela restregaban cou él los ojos. ¡ Cuánta fe cu estos
que vinierou á saludai’mo, y por otra lluvia de pobres in d io s!
flores. Por la tarde, mientras me disponía á p a rtir,
Ya de noche llegábamos á GaracoUo, donde la
sentí que las campanas doblaban ; px'oguuté quién gente me esperaba para la Confirmación ; la
había muerto y el Sr. Obisjiümo respondió: nin administré hasta las 10, pero no so pudo con
guno ) esto toque se llama plegaria ó lamento, y es cluir, i)or lo que tuve que reanudaría á las tres de
porque parte su lima. Una tercera lluvia de flores la mañana, aunqite sin la asistencia del Párroco,
cayó sobre nuestro coche; me despedí conmovido porque éste había tenido que ir á confesar en
de a()uelln buena gente, y una hora más tarde me uno de los 16 anexos ó fracciones do la Pa
encontraba do nuevo tui La Paz eu medio do los rroquia. ¡ Pobre Parroquia de GaracoUo ! ¡ No tiene
hermanos de aquella Casa. Al rayar el idba del día casi nunca el Smo. Sacram ento, y vo á su Pá
siguiente sivlí acom{>auado de varios amigos eu rroco sólo algunos días del año !
dirección ú la estación do la diligencia : por el ca
Mis ayudantes aquella mañana fueron el jó*
mino upeuntramos ú los indios que barrían las ca ven lego y el sacristán. El primero, cuando se
llos, pues son ellos los encargados de la limpieza presentaba un niño de siete lí ocho años le mos
pública.
traba un emeidjo que tenía en la mano, á fin de
Estos indios van siempre descalzos aáu en lo moverle á contrición perfecta, mientras que el
más rígido del invierno, pero eu cambio, á pesar sircristán, con aire de autoridad, gr itaba fuerte al
dt' tener una larga cabellera, se cubreu la cabeza confirmando: — ^ Im a su U ^ t — t Cómo te lla
primero con un gorro do lana que los tapa hasta mas t — Si el niño no sabía aún hablar, el sa
las orejas y después con uii sombrero muy grande, cristán dirigiéndose al padrino le gritaba todavía
también de lana, según eiistuinbre de los indios J.Í- más fuerte: — ^Im asutil — 4Cómo se llama el
En la estación «meontré al venerando octo niño T Renuncio á describir el desorden infinito
genario P. Sans, lie Uw Keformados, con el P. Pérez, que allí reinaba por la falta de todo lo que res
quien viendo que debía partir sin un compañero, pecta al decoro de las sagradas funciones... ¡Po
me presentú un hermauo lego para que me acom bre Parroquia ! ¡ Y pensar que es tan vasta casi
pañase hasta Oruro. Le di las más cordiales gra como una Diócesis! Mi pensamiento entonces se
cias y bendiciéudoles á todos, Salesianos, amigos dirigía á las imponentes solemnidades de nnestro
y bienhechores allí reunidos, partí con mi buen hermoso país, y decía entre m i: ¡ Cuán afortu
compañero á tiu de llegar á las tres de la tarde á nados son nuestros compatriotas, pero también
.Uo-«4íi>. donde la población en masa me esperaba cuánto más grande y estrecha no serri la cuenta
para la Sta. Coutirmacíón : pero no pudo ser asi, 4¡ue ellos deberán rendir á Dios !
jiorque después de uua hora de vÍ5\je se rompió
el eje del coche, faltando poco para que nos precipi
táramos y nos n>mpiéramos la crism a: |K>r otra
PruobuH
H>espodida —
todas
pai*t>es so desea al Obispo par*a
eoullraiux* —”
|Jna mox?il>uiida coasolada.
o —
Vuelta *i Oruro —Otros seis mil
ocJufllx’iiiaclos — Oousuclos px*oLÜclos ou Oliulluputu.
Hacia el mediodía del 7 de Marzo llegamos á
Omro, donde ya nos esperaba el óptimo Sr. Go
bernador, D. Samuel González Poital, Abogado,
quien me lle>'ó ai Palacio usándome las más de
licadas atenciones.
Empecé á confirmar á las 10 de la mañana y
concluí ya bien entrada la nocbe. ¡ Tanta gente
fue la que acudió ! He tenido que presenciar coumoredoras escenas. Padrinos babía que antes se
confirmaban ellos y después me presentaban tres,
cuatro y más criaturas.
El lunes siguiente, 9, si bien se habían ya con
firmado más de tres mil, continué administrando
la santa Confirmación á un número casi igual,
procediendo todo con mucbo orden, merced á los
esfuerzos de los sacerdotes y de este ]iobre Obispo.
El martes 10, después de la santa Misa, á la que
asistió el Sr. Gobernador, me dirigí, acompañado
por éste á la estación del ferrocarril, donde nos
separamos con pena y como dos antiguos amigos.
¡ Que el Señor bendiga á aquel Taleroso cristiano!
A las 10 de la mañaua llegué á Challapata, donde
desde hacía un mes me esperaban para la Con
firmación. Grande fué su regocijo al verme, pues
yo era el primer obispo que les visitaba.
En la estación, distante dos kilómetros de la Pa
rroquia, me esperaba una gran multitud de gente,
las Autoridades civiles del pueblo y el Vice-Prefecto de Poopd; el Párroco y los otros sacerdotes
no salieron á la estación porque confesaban á los
confirmandos. Al entrar en el pueblo echaron á
vuelo las campanas y una copiosa lluvia de flores
cayó sobre la per'soua del Obisiro, por lo que es
pantándose el caballo que inoutaba , faltó poco
para que el caballero cayese á tierra. Fuimos luego
á la Iglesia para cantar el Te Denm : ¡ qué beruioso
templo! ¡ cuánta majestad ! Las casas son casi todas
de adobes, cubiertas con paja y coronadas de una
cruz, que las adorna y protege, pero la Casa de Dios
es verdademuieute como requiere la majestad de
Xuestro Señor: caudeleros, atriles, frontales, an
gelitos, etc., todo es de plata maciza, pudiéndose
aplicar al Párroco y á sus feligreses la exclama
ción del profeta j Zelus domus itiae comeúit me.
Dicho Sr. Párroco es en verdad muy piadoso y
celoso de la gloria de Dios: y hace el catecismo
en castellano y en los idiomas indígenas qmchmi
y aimard. Después de un ligero desayuno se dió
principio á la Confirmación, y no coiiio en otras
lories, donde tuve que adm inistrar este Sacra
mento á ciertos Nicodcmut á escondidas, sino
•viendo desfilar con mucbo orden toda una parro
quia de casi tres mil almas, desde el más achacoso
anciano basta el más tierno niño, acercándose todos
á recibir el Espíritu Santo con grandes muestras
de sincera p ied ad ; baste decir que yo no sentía
el cansancio; ¡ tan grande era el consuelo que
probaba al presenciar escena tan conmovedora!
A la caida de la tarde, terminada que fué la
sagrada ceremonia, salí á la plaza donde el pue
blo me esperaba radiante de gozo, y todos, an
cianos y jóvenes, hombres y mujeres, ceñida la
frente con una hermosa cinta de variados y viví
simos colores, se inclinaban delante de mí para
que les impusiese las manos. Algunos, reno
vando la escena de otros pueblos, no contentos
con besarme el anillo y las manos, se frotaban
los ojos y la frente con el m anteo; las m adres,
arrodillándose y encorvándose un poco, me da
ban á entender que pusiera la mano sobre la cuhccitn del niño que traían atado á la espalda.
Después de no pocos esfuerzos, pude llegar á la
casa parroquial, donde se me presentaron al mo
mento los siete Caciquea de las siete fracciones ó
anexos de Challapafa; traían en la mano con gniii
gravedad tres, cinco, seisy siete bastones do mando,
todos guarnecidos y con el puño de plata, heredados
de aquellos de sus antepasados que Imbíau sido Cucigues. Estos Caciquea tienen el derecho y el deber de
exigir á sus tribus el tributo ó impuestos pata dar
los al Corregidor, quien á su vez los entrega al X're.feeto de la provincia ó deparbunento; les di á cada
uno un escapulario y una medalla do María Au
xiliadora : después les bendije y se maT chai'ou con
tentos.
Parecía (|ue la Confirmación hubiese terminado,
mas no fué así, pues á la mañana siguiente em
pezaron á venir los do Voopó, líuari y otros pueblecitos circunvecinos, durando la función todo el
día. Por la noche nos encontrábamos cansados do
veras, y guacias que aquel mismo día llegaron do
Valparaíso los Salesiauos destinados á SucrCf los
cuales me prestaron un gran servicio. Se calculan
en seis mil los confirmados en aquellos dos días.
Al día siguiente, 12 de Marzo, celebrada la Sta.
Misa y confirmados todavía cerca de ti*escientoa
ante hicem, salimos para Fotoaí. Toda Challapata nos acompañó por casi medio kilómetro, y
muchos lloraban; antes de darles la última ben
dición Ies recomendé la obediencia no sólo al l^áiToco sino también al Intendente, sobre todo en lo
que respectaba á la higiene pública, y que cui
dasen de sus liijos enfermos do vinielns y no tes
sacasen al aire con gran peligro de su vida y de
las do los demás á quienes pudieran contagiar.
Prometieron obedecerme en todo, y después acer
cándoseme uno á uno les impuso las manos y
beudiciéndolcs nos separamos.
(Se
TIEIIIIA DEL FUEGO.
Mifiiún di! H. fíiilíiol,
Sr. Director dcl Boletín Salesiauo.
\s mi última carta (1) le decía áV . que visi
tadas las clases y los talleres de la Misión
de S. Rafael en ía isla Dawsón, coutiuuaría la relación que el correo no me babía
dejado concluir, y ahora le cumplo lo prometido.
TJníx visita ú . las escu d as —INot**l>les adelantos —
Ocupaciones de
los ludios —
IVuestros deseoM y diflcultades <iue A su realiseaciou s<^
oponeu—
Necesidad que seutinxos
del <51>olode nuestros Cooperado
res.
Visité primero las clases de las niñas que están
á cargo de las Hijas de María Auxiliadora, quie
nes dan la instrucción á cuarenta niñas internas,
todas indígenas. La Hda. Hermana Sor Antonieta
Tapparello me las presentó muy aseadas, y divi(1) V. Bol. de Octubre 1896.
10
didns en tres secciones, según el progreso y la
capacidad
do cada una.
.tía
Hicelos variask preguntas de aritmética, de his
toria sagrada y de catecisi
catecismo, y á todas me con
testaron muy b ie n } también he quedado muy
satisfecho con el rezo de las oraciones, pues he
visto con placer oue hay unas quince alumnas
muy bien instruidas para recibir los Stos. Sa
cramentos do la Confesión y Comunión. Con la
Kda. M. Visitadora, Sor Angela Valiese y la Rda.
M. Directora, Sor Catalina Pelissetti, examinamos
los trabajos de costura, zurcido, bordado y tejido,
encontrándolos muy adelantados, por lo que me
rece sinceros plácemes la Rda. H. Sor Arcángela Marino, que tiene á su cargo este ramo de
enseñanza.
Tienen las Hermanas otra sección do mujeres
y niñas adultas que acuden cada día al taller des
pués de concluidos sus quehaceres de ca sa , y las
pudimos ver h ila r, hacer m edia, cobertores y
m antas; este taller está empozando y carece de
muchos útiles, razóu por la que son todavía pocos
los trabajos quo jiueden hacerse; en todo, sin em
bargo, reina el orden más perfecto, mucba lim
pieza y relativa perfección en los trabajos.
En el taller de costura hemos visto ó las mu
jeres coser la ropa de sus maridos é hijos, pudiendo constatar el empeño que tienen las madres
en tener bien arreglada la ropa de sti familia.
Nada digo del lavadero, porque todas, mujeres y
niñas se ejercitan en este trabajo y van saliendo
muy aprovechadas. La Rda. H. Sor Juana Valgimigli que está encargada de esta sección, obtiene
gran resultado en la instrucción y educación de
dicbas midieres. Mientras todas trabajan en tomo
de una gran hoguera y ven juguetear á sus hijitos,
aprenden lo más esencial del catecismo, algunas
nociones de economía doméstica y el canto de
alabanzas que por la noche repiten en sus cosas.
¡Cuánto bien hace esta Hermana! Ella visita
las casas de los indios, cuida de que todo esté
aseado, de que las mujeres tengan preparada á
tiempo la comida y lista la ropa para mudarse,
;ue debe hacer una
y en una palabra, de todo lo qu
>en á la Hermana
madre de familia. Todas rocilu
como á un Angel de paz y es muy conmovedor
ver á las madres de familia acudir á ella cu to
das sus nocesidiuU-s y hasta recibir con gustólas
reprensiones de la Hermana Juana, como la lla
man ollas.
Pasamos luego á las Clases de lo niños quo en
número do cincuenta están bajo la dirección del P.
Antonino Grosso y el clérigo Luis Camino ; el pri
mero cu la sección de los mayores y el segundo
en la do los pequeños. Los primeros dieron prue
bas do lectura, escritura, aritmética, geografía,
historia sagnida, catecismo y m úsica: y u>s segun
dos sólo de lectura, escritura, aritm ética, catecis
mo y canto.
A uiás do la clase se ocupan los niños durante
ol día en varios trab ajo s, como ordeñar á las
vacas, partir leña para el uso de casa, guiar los
bueyes cuando traen leña del bosque, y otros
quehaceres de la Misión.
Do li>s niños educados ya y quo han formado
familias, tcnomos marineros, que tripulan la go
leta María A iixiliadora, vaqueros, carreteros, pasto
res, etc.
Ahora estamos montaudo una gran máquina para
aserrar madera y ya tenemos un fogonero y apren
dices de mecánico nara atender á esos trabajos .
ácuyo fronte 80 halla el mecánico José Arrighini,
ex-aiumno nuestro de S. Benigno. Los hermanos
coadjutores Mottar, Colombo, Dalmazzo y Bergia
se cuidan de enseñar á los indios el uso y manejo
de las sierras. El hermano Sickora con unos veinte
hombres se ocupa en talar los bosques para abrir
caminos. ¡ Qué grande satisfacción se experimenta
cuando al caer de la tarde se ve á los hombres,
alegres y satisfechos bajar del monte trayendo al
hombro el hacha y grandes trozos de leña seca
para quemarlos en sus casas! Aquí viene bien hacer
notar un hecho, y es que antes lo^ hombres dejaban,
ó mejor dicho, obligaban á la mujer á que trajera
leña, y ahora que se van civilizando ayuda mucho
el hombro á la mujer, lo que hice notar al Mé
dico quo me acompañaba. Me acerqué á un imlio
llamado Miguel, y pi'eguntáudole que por qué lle
vaba tanta carga, me contestó: — Yo hombre irabajar para inujeTf no soy más indio. — Contestación
que me consoló mucho, pues así empiezan á res
petar la familia.
Viniendo del monte, pasan bajo un cobertizo
muy espacioso llamado Galpón donde los Hermanos
Asviui y Tarabale tienen preparada una gran fo
gata, y allá enjugan su ropa y después lea dan
una buena taza de té caliente y galleta como
merienda, dirigiéndose enseguida á sus casas, don
de la mujer les tiene ya preparada la cena. En
las largas noches de invierno, después de la me
rienda, se retiran los liombres á las clases, divi
didos en pequeñas secciones, y aprenden la doc
trina cristiana que les explican los Hermanos, quie
nes hacen con gusto este trabajo contándoles hechos
ediñeantes.
Esta misión empieza á consolarnos con la marcha
que toma su desarrollo, pues presenta el aspecto
de un verdadero pueblo, con sus calles rectas, sus
casas, Colegios, Hospital, Iglesia, muelle, y sus
trescientos cincuenta habitantes. Mas si por un lado
nos consuela, por otro nos pone en apuros para
alimentar y vestir á tanta gente, ocupándolos en
algo para sacarlos de la vida ociosa y haciéndolos
capaces con el tiempo, de trabajar para sí mismos.
Desgraciadamente el clima de esta región no per
mito sombrar trigo ni imiiz que serían de grande
alivio, y sólo produce hortalizas y pastos parales
animales. Sería necesario tener un gran capital en
ganado lanar y vacuno, pues así se proporcionaría
trabajo á tanta gente, y con los productos de las
i-eses se imdría mautenor ú los indios y pagar to
dos los gastos.
Los indios educados como pastores de vacas y
ovejas llevarían una vida más adaptada á su cons
titución física, entregarían á sus hijos para qoe
les educasen en la Misión, y llegarían muy pronto
á vivir do su propio ü ’abajo.
Mientras tanto siento mucho tener que agravar
cada mes á nuestro amadísimo y reverendísimo
Padre Rúa, con letras á su cuenta áfin de cnbrir
las necesidades más apem iantes de la Misión, y
temo, si la divina Providencia no viene en nuestro
socorro, que habrá que despedir á los indios, por
carecer del diario sustento.
Confío en que mediante la caridad de nuestros
beneméritos Cooperadores no sucederá tal cosa,
y así podremos contar pronto con un nuevo pueblo
en el territorio de Chile, fundado y desarrollado por
los Salesíanos con el apoyo de sns Cooperadores.
De V., Sr. Director, Afmo. H.® in C. J.
M o Jís. J
o sé
F
agxaxo.
PREKBCTO APOSTOLICO
PnutaTcnas, 10 <ie Junio de 1896
— 11
—
Ooós de Guatemala, 21 de Julio.
DE CALIFORNIA A S- SALVADOR
E s t im a d o
Sr .
D ir e c t o r :
O céano P a c ific o A I>ordo <1el « Colón »
16 do J u lio do 1896.
encuentro en el Pacífico con dirección
á la Repiíblica de S. Salvador, en donde
86 tra ta también de la fundación de una
Casa Salesiana.
Salida, de
Fi*aucisco
Oceauo I*aoilico.
—ICu el
Salimos de S. Francisco la mañana del 10, des
pués de habernos despedido con muestras de Ja
más sincera ^ a titu d de los RR. PP. Jesuitas que
con tanta caridad nos habían tratado, y nos em
barcamos en el vapor « Colón » de la Pacific MaU
Steamship Company. A bordo se encontraban 120
Chinos, que expulsados de los Estados Unidos,
iban á vender su opio á la América española^ había
también Ingleses, Alemanes, Franceses, Rusos,
Bohemios, Españoles, Italianos, y sobre todo Ame
ricanos; Católicos, Cismáticos, Ebreos, Boncistas,
Confucianos, Luteranos, Anabaptistas, Metodistas,
etc. etc.; parecía sin embargo que todos tuvieran
unidad de fé en el dollar omnipotente. El P. Dutto,
mi compañero de viaje, se ha hecho ya amigo de
todos: habla inglés, francés, español é italiano:
conversa de política y de religión, de los grandes
disparates y absurdas teorías de ciertas sectas,
de cálculo infinitesimal y de ómnibus rebus et dé
quibusdam nliis. E ntre tanto el tiempo se ha cam
biado : una densa neblina se extiende por el mar
y los marineros dicen también aquí, como he oido
sobre el Atlántico y el Me<liteiráneo, que es el
peor tiempo que puede h a b e r: en efecto, es pe
ligrosísimo. Doró dos días, empeorando siempre,
por lo que hemos tenido un viaje muy incómodo.
Ayer noche llegamos á la rada de Mazatlán ciu
dad mejicana, y esta mañana, fiesta de la Sma.
Virgen del Carmen, quisimos bajar para celebrar,
pero el capitán no nos lo permitió porque debía
mos partir en seguida.
Acapaíeo. 19 d« Julio.
Ayer tarde llegamos felizmente á este magnífico
puerto natural, rodeado de altas montañas, llenas
de bosques de cocoteros. A pesar de reinar en
este pueblo la ñ»-bre amarilla, el capitán nos per
mitió desembarcar y pudimos celebrar la santa
Misa en la úuica Iglesia que hay en esta vastísima
parroquia. Hasta ahora nada nuevo hemos encon
trado, ya que no pueden aquí calificarse de nue
vos el calor sofocante y los fuertes tempoiales
que en alta mar, con el resplandor del relámpago
y el fragor del trueno, forman un espectáculo gran
dioso, pero que no nos permiten descansar. El P.
Dutto es siempre el alma de la conversación ,
haciendo mucho bien con sn erudición y su buen
humor. Desde aquí podría ir á caballo á nuestra
Casa de Méjico en ocho días, pero me es fuerza
continuar la navegación por otros diez días hasta
llegar á S. Salvador, meta de nuestro viaje.
Haremos escalas en Ooós, Champerico y S. José
de Guatemala, y por áltímo en la bahía de AcajuÜa.
Hemos llegado á las 9 de la m añana: el pue
blo se reduce á xm grupo de casas do madera
junto á la playa, pues no hay puerto ; desdo aquí
se divisan los altos picos de las montaims guate
maltecas ; el calor se hace insoportable.
He dado á un camarero protestante una me
dalla de María Auxiliadora, por lo que se alegró
mucho diciéndome varias veces: « Thauk you ,
Father: Muchas gracias, Padre ». Luego, paia
darme una prueba de sn agradecimiento, me triyo
al camarote plátanos frescos. Que la Sma. Virgen
le ilumino para que conozca y abrace la verdadera
religión.
S. José do Guatomsls, 24 do Julio.
Xos encontramos en el liltimo puerto de trán
sito ; creo que mañana llegaremos á Acajutia, de
jando el Océano. Por toda la costa de Guatemala
no se ven puertos, sino tres desembarcaderos para
las mercancías. Se ven támbién muchas y muy
altas montañas cónicas y volcanes apagados.
Tengo por compañero de camarote á un m ilitar
que tiene apenas 22 años y cuenta ya dos cam
pañas.
^ S. Salvadox* —Grx*atos
encuentiros —
la Ooirdlllex*a
—A . la Capital.
S. Salvador, 30 de Julio.
Hemos llegado felizmente el 25 á la bahía do
Acajutla: desde el mar se ve humear el vol
cán de Isalco, que con sus rojas llamas ilumina
de noche el Océano, por lo que los marineros le
llaman el Faro de la América Central. Bajamos,
ó mejor dicho, subimos á tieira, porque el muelle
está á 15 metros sobre el nivel del mar. Apenas
pisamos tierra se nos acercó un señor preguntán
donos; i Son Vdes. Padres SalesianosT — Para
servirle. — Yo soy el Director de la Aduana y
he recibido orden del Gobierno de venir á reci
birles y ponerme á su disposición. — Se lo aCTadecemos roncho y que Dios se lo pague. — Nos
introdujo en su oficina, y no sólo no permitió
que se abrieran nuestras maletas, sino que nos
ofreció un refresco y después nos acompañó al
teen, colocándonos en 1*. chise. — Bien empezamos
dije yo para mí. Atravesamos con vertiginosa ra
pidez magníficos prados, grandes plantíos de azú
car, plátanos, algodón, tabaco, cocos y café, y
encantadoras florestas vírgenes. No se ve ni un
palmo de tierra sin cultivo; el panorama no puede
ser más encantador. Entre tanto los volcanes
elaboran el oro y la plata en su ardiente seno, pre
parando al mismo tiempo las tennas que restituirán
la salnd á tantos pobres enfermos.
Llegamos ÁSonsonaU: nos bajamos p^ra almor
zar, pero DOS esperaban el R. Sr. Vicario Foráneo
con otro Sacerdote, los cuales nos tenían prepa
rado nn exquisito almuerzo. Hasta Seiba nos acom
pañó nno de los Sacerdotes. Aquí cambiamos el tren
por una diligencia no de las más cómodas. El
camino serpentea por entre horrendos precipicios,
y nos internamos en la cordillera; á nn lado y
á otro rocas abruptas y empinadas, bosques espo
sos, bajadas rapidísimas, saltos continuos, de modo
que cuando no se contemplan las montañas, se
ven las estrellas. Después truenos y relámpagos,
y como consecuencia un aguacero. ¡ No nos faltaba
más que esto ! Como Dios guiso llegamos á la
ciudad de Sta. Teda á las 7 de la tarde, y no obs-
r
— 14 —
tniitc Ja gran lluvia, salió á recibirnos ana Coinisióu compuesta del Excmo. Sr. Rendón y Frava,
Ministro Plenipotenciario de Méjico en S. Salva
dor, <ltí BU Secretario y del Sr. Veccliiotti, sobrino
(lol M. I. Sr. Vicario Oeneral.
Al llegar á la capital media llora después, un
venerando sacerdote so adelantó y nos dió un
abrazo: era Mons. Miguel Vecebiotti, el gran anii^o de los Salesianos. ¡ Cuánta bondad y ama
bilidad para con nosotros! A pesar del delicado
estado de su salud, de lo intempestivo de la Lora y
del mal tiempo que hacía, quiso salir á recibirnos.
¡ Dios se lo pague todo !
Un cocho nos llevó en pocos minutos al palacio
cspiscopal, en donde hemos recibido cordialísima
líoapitalidad. El Sr, Obisj)o no estaba porque había
ido il otra ciudad para bendecir la xnedra funda
mental de una nueva Iglesia; la mañana siguiente
recibimos un telegrama suyo, dándonos la bien
venida y su santa bendición. El mismo día 26
por la mañana, Mons. Veccliiotti me presentó al
Excnio. Sr. Presidente de la República, D. Rafael
Gutiérrez, el cual me recibió con la más delicada
cortesía, y me habló muy bien do los Salesianos.
A las 2 do la tarde se presentó con un Ayudante
de Campo en el Palacio episcopal para tomar al
limo. Sr. Vecchiotli y á mí, conduciéndonos en
el cocho presidencial á visitar la Colonia agrícola
que so quiero confiar á los salesianos. Se cultiva
cu olla maíz, tabaco, banano, ramié, yuca, papaya
y toda clase de legumbres. Hay ya recogidos 80
niños, que esperan la educación religiosa, como
las llores el rocío del cielo. Después el Sr. Pre
sidente nos hizo pasar al vecino Asilo de Mendigos,
«lirigido por las Hermanas do la Caridad: no es
necesario decir el orden y buen arreglo que hay
en todo, pues á estas insignes Religiosas cuadra
muy bien el tanto nomini nidlumpar elogium. "hluy
edificante resultaba ver al Jefe del Estado con
versar amigablemente con aquellos santas Reli
giosas y tratar con tanta afabilidad á aquellos pobrecillos. ¡ El Señor le ilumine siempre, y le guíe
por el dificultoso camino del gobierno! Quiso por
último acompañarnos A casa, y me dijo que ilebiondo partir aquella misma tarde para inaugurar
un ferrocarril en otro punto de la República, me
hablaría en otra ocasión de lo que tanto deseaba;
de la ida do los Salosianos A S. Salvador. No olvi
daré jamás aquella bronceada figura de guerrero,
la energía de su mirada y la amabilidad do su trato.
Ruogue jior él, Sr. Director, como lo bago yo cada
día. Ahora le diré algo do la capital: S. Salvador
tiene poco más do cuarenta mil habitantes y paVüco una ciudad ayer edificada; es muy primo
rosa, las callea rectas, y las casas en su mayoría
do mmlera ó hierro y do «u solo piso, A causa do
los frecuentes terremotos; dignos do especial men
ción son el Palacio do la Gobernación, el Ajnuitamieiito, la Universidad y el Cuartel de Artillería.
Sus calles y nlazUvS, están casi cubiertas por una
inmensidad de hilos telegráficos y telefónicos é
iluminadas con luz eléctrica. El monumento más
notable es la nueva C atedral, debida al celo y
actividad do Monseñor Veccliiotti; este hermo
sísimo templo de tres naves, de estilo gótico y
bizantino, es todo do madera, inclusa la esbelta
y elegante cúpula y las grandes pilastras muy
bien labradas y adornadas de preciosos relieves';
aún no está pintada. En ella canto Misa y predico
cada mañana A las cinco, hora la más cómoda
para los fieles, por lo ft'csca; esto se hace en preimraoión A la fiesta de la Transfiguración, titular
do la capital y de la Catedral, la cual se celebra
por toda una semana con procesiones cívicas,
músicas, fuegos artificiales, disparos de cañón, ek.
¿ Sabe cuántos sacerdotes hay en esta ciudad de
más de 40,000 almas? Apenas una docena, inclusos
los cinco Canónigos, algunos de los cuales son in
válidos é incapaces para el trabajo. ¡ Ojalá que
los Salesianos pudiesen prestar alguna ayuda á
esta Diócesis, que tan ta necesidad tiene, satisfa
ciendo así los deseos de su limo. Prelado, D.
Antonio Adolfo Pérez y Aguilar, quien en su au
sencia nos ha hecho prodigar toda suerte de aten
ciones, y que habiendo vuelto esta mañana de su
viaje, nos abrazó como á hijos amadísimos. ¡ El
Señor lo haga!
Reciba entro tanto, estimado Sr. Director, mis
afectuosos saludos, y acuérdese en sus oraciones
de su afmo. hermano
en J. a
ÁNtiEL PlCCONO, Pbro.
JEMARIAADHLIADORA.
M a ría
h a v e n id o e n m i s o c o r r o
a p e n a s l a lie in v o c a d o .
Es mi deseo dar publicidad á un favor
recibido de María Auxiliadora, á fin de que
se propague cada día más la devoción á la
Reina de los Cielos Madre cariñosísima de
los hombres, que se complace en ser invo
cada con el consolador y tieruísimo título de
Auxilio de los Cristianos.
Hace como tres años que de resultas de
uii fuerte catarro quedóme como reliquia una
tos tan molesta y tau Inerte que á veces me
quitaba la respiración y casi me ahogaba.
Después de ver á varios médicos no tuve
ni la más pequeña mejoría, por lo que estaba
bastante fatigado de ver que cada día iba
peor.
Habiendo venido á esta Ciudad los PP*
Salesianos y traido el año próximo pasado
una preciosa imagen de María Auxiliadora,
no han dejado de hacerse muchos milagros,
como lo demuestra el gran número de ex
votos que adornan su altar. Confiando en la
poderosísima protección de la Sma. Virgen
acudí también yo á Ella suplicándola qne
si convenía para la mayor honra y gloria de
Dios, honor suyo y bien de mi alma, me ali
viase por lo menos en mi enfermedad, pro
metiéndola, si sanaba, colocar en su altar
un ex-voto y publicar este favor en el Bo
letín Sakaiano, lo que cumplo con graudi-
— 15 —
sima aleg ría, p u e s la tos h a desaparecido
por completo. E s te fa v o r obtenido inm edia
tamente, pu es g ra c ia s á D ios y á su Sm a.
Madre me sien to co m p letam ente b ien , m e h a
hecho ta n devoto d e M aría A u x ilia d o ra , q u e
no dejo d e e ste n d e r cu a n to puedo su de
voción.
Ma e c e l in o D ía z .
SeTÍIla, 7 de Jn lio de 1896.
q u e su sp en d iero n la aplicación del suero que
se h a b ía ordenado.
A n u e s tra S a n tísim a M adre debo no sób)
la v id a d e mi h ija, sino tam bién el q u e se
h a y a ev itad o el contagio d e ta n te rrib le e n
ferm edad á m is o tro s hijos, q u e en aquellos
m om entos d e d olor y d e a n g u stia no se h a
b ía n sep arad o d e m i lado.
G racias por lo ta n to , sean d ad a s á !María.
M a ría E l e n a
M aría A u x iliu m G U r istia n o r u iu
Oi*a p r o n o b is .
Oordialm eute ag rad ec id o á n u e s tra lum acolada M adre y P a tro n a , M aría A u x iliad o ra,
cúmpleme p u b lic a r la sig u ie n te g ra cia.
A quejado tre s m eses a trá s d e u n a a g u d í
sima Flebitis (inflam ación d e la s venas) del
brazo derecho, q u e d u ra n te m uchos d ías puso
en gravísim o p elig ro mi ex isten cia, y h a
biendo llegado al m ay or extrem o d e p o s tra
ción p o r no po d er co n ciliar el sueño m ás q u e
por b reves in s ta u te s y d evolver mi estóm ago
todo alim ento, como asim ism o c u a n ta s m e
dicinas c o n tra el vóm ito to m a b a , cedieron
los vóm itos in coercibles y renació la calm a,
iom ediatam ente d esp u és d e h a b e r mi b u en a
Esposa y cariñ o sa fam ilia dad o p rin cip io á
la novena en h o n o r d e M aría A u x iliad o ra
sugerida p o r D . Bosco. E stab leció se luego
una fran ca co n v a le c e n c ia ; y a u n q u e sigo en
la actu alid ad algo im p osibilitado d e la m ano
derecha, es d e e sp e ra r fu n d ad am en te q u e
dentro d e u n a s sem an as q u e d a rá re su e lta la
artritis de la m uñeca, recobrando dicho m iem
bro la in te g rid a d d e su s funciones.
►R indo, pu es, la s d eb idas g racias á n u e stra
Excelsa S eñ o ra p o r ta n g ra n beneficio.
Aiuvilium G hristianorum , ora p ro 7iohis.
F é l ix R i u , Médico.
linrceloiia, 15 <le Mayo de 1896.
¡ C u ú n b u e n a e s M a r ía !
A b rig an d o la firm e p ersu ació n d e q u e sólo
á la p ro tección d e n u e s tra a u g u s ta M adre,
M aría A u x ilia d o ra , debo la v id a d e m i q u e
rida h ija C lo tild e, sin perjuicio d el cu m p li
miento d e la s p rom esas h e c h a s, m e decido á
publicar el h ech o p a r a g lo ria d e M aría.
A ta c a d a mi m encionada h ija d e la terrib le
enferm edad difteria^ y considerado el caso
por loa fa c u lta t vos llam ados en co n su lta, de
gravedad sum a, p e d í á n u e s tra S a n ta M adre
con el m ay o r fe rv o r u n m ila g ro ; coloqué
bajo l a alm o h ad a d e la enferm a u n a m ed alla
y p rincipié acto co n tinuo u n a nov en a. E l
mismo d ía m i h ija arrojó con re la tiv a faci
lidad m em branas, q u e sirv iero n p a r a corro
borar con el an á lisis, q u e se tr a ta b a d e un
caso d e v e rd a d e ra d ifteria , y cu an d o p o r la
tard e vo lv iero n los m édicos la encontraron
tan m ejo rad a y fu e ra d e p elig ro in m in en te,
de
Lla n e s.
Barcelona, 15 tío Mayo do 1896.
{ R e c u r r i d u M a r í a A u x i li a d o r a !
E n co n trá n d o se g ra v em en te enferm os do
fiebre tifoidea m is h ijo s A n g é lica y R icard o ,
a c u d í á n u e stra M adre M aría A u x ilia d o ra ,
pidiéndola el restablecim iento d e éstos. E l
re su lta d o no se hizo e sp e ra r; al d ía sig u ien te
em pezó la m ejoría, consiguiendo después de
b re v es d ías su com pleto re sta b le c im ie n to ;
p o r lo q u e doy g ra cias á M aría A u x iliad o ra
p o r ta n señalado favor, curaplieudo con la
pro m esa d e p u b lic a r en el B oletín Salesiano
e s ta relación.
A n g e l a R.
de
Y il a r d e b ó .
Payaandií, 19 de Junio de 1896.
M a r í a h a s a lv a d o á m i b ija .
H a c e pocos m eses estu v o u u a h ija m ía e u
u u estad o d e g ra v e d a d ta l, q u e p o r m om entos
creíam os, m i fam ilia y yo, v e rla m orir.
E n e s ta a n g u stia , u n a s v irtu o sa s am igas
n u e stra s nie aconsejaron q u e p id ie ra la salud
d e m i h ija á la Sm a. V irg e n M aría A u x ilia
d o ra, ofreciéndola p u b lic a r la g ra c ia si me
la co n ced ía: así lo hice y logré el favor.
E n reconocim iento deseo q u e se p u b liq u e en
el Boletín Salesiano, p a r a m ayor g lo ria d e hi
Sm a. V irg en M aría Aiixilía<lora, q u e sea pov
siem pre b en d ita y íilabada.
P a u l in a Ce r v a n t e s
de
S ier r a
Méjico, 8 de Junio de 1896.
¡ V i v a M a r í a A u x i li a d o i v i !
G racias sean d a d a s á n u e stra M adre M aría
A u x iliad o ra p o r la g ra c ia o b ten id a p o r su
intercesión. H a llán d o m e g ra v em en te enferm a
d e u n a p a rá lisis en l a san g re, vóm itos contiu u o s , y c a le n tu ra s, á los cu atro m eses y
m edio, m e encom endó á la Sm a. V irg en h a
ciéndola u n a n o v en a d e Salves, p o r no poder
n i siq u ie ra le e r, y el 24 d e M ayo q u e c o n
c lu ía l a n o v en a m e lev an té , siendo la m e
jo ría ta n re p e n tin a , q u e h ac e u n m es que
estoy tra b a ja n d o . A l mismo tiem po á u n niño
d e nu ev e años q u e v iv e en mi casa se le
p re sen tó el tifo s q u ed án d o se p a ra lític o d e nn
lad o , y m udo. N o d a n d o esp eran za alg u n a
el m édico, la d ije á sn m ad re q u e le éneo-
Ití —
m eu d ara á la Sm a. V irg en A u x ilia d o ra , y
p ro n to fu ero n oidas su s súplicas, p u es y a lioy
el niüo corre y h ab la.
P a ra m ayor g lo ria de la Sm a. V irg e n deseo
q u e 86 p u b liq u e en el B oletin p a r a q u e se
p ropague m ás y m ás la devoción á n u e s tra
bond ad o sa M adre M aría A u x iliad o ra .
Ma riana Ca l d í : rón .
IJtrei'u, 1¿0 (lu Julio do 18*Jü.
conclusiones, so turnaron importantes acuerdos enca
minados á la mejor organización y buena marcha
de la Pia Unión.
Al mismo tiempo que presentamos estos ejemplos
á nuestros amados cooperadores de España y Amé
rica, les recordamos el número 4 del Art. VII dd
Reglamento, que dice: C a d a a ñ o t e n d r á n
d o s O o n f^ re n c ia s , c u a n d o m e n o s:
u n a e l d í a e n q u e s e c e l e b r a l a f ie s t a d e M a r í a A - u x i l i a d o r a , y l a oti*a
c u l a d e S . F r a n c i s c o d e S a l e s : eu
a i t i b u s s e l i t i r á u n a c o l e c t a c u la v o r d o la s O b ra s S a lc s ia n a s . L os
O o o p o r u d o i 'c s d o d o n d e n o s e lia y a
] > o d id o a u n c o u s t i t u l i ' u n a H > c c u r ia
y lo s q u e n o lia y a u p o d id o a s is tir
a l a c o n í c i 'e i i c i u , m a u d a i * á n s u oí r o n d a á l a m á s p ró x .im a c u s a s a lc s i u n a , i>oi* l a v í a m á s l U c i l y scg jfiu ’u.
8. YíGlí NB (Barcelona).
Ausentes en estos dos últimos meses del centro de
redacción del Boletín, nos vemos precisados á dar á
nuestros beneméritos cooperadores algunas noticias
importjintos con más retraso de lo ordinario, no
dudando que con su acostumbrada indulgencia nos
han do dispensar no sólo este retardo, sino también
las deficiencias que hayan podido notar en los dos
últimos números.
B u o u a o p o i* tu u id L a < l.
En 1846 el teólogo Vola regalaba un hermoso
reloj do oro á D. Bosco, cuando ésto se dirigia á Valdocco para empezar el Oratorio, y recordando y que
riendo imitar la generosa acción del primor coope
rador do D. Bosco, la casa delosSres. Granaglia y
C.* ha regalado al Oratorio un reloj do torre para la
primera que levantó D. Bosco junto á la capilla do
S. Francisco de Sales. | Dios pague tan generosa ac
ción & dicha casa!
<li(stÍnoÍ<Su.
Nuestro celoso cooperador B .'P . Florencio Villaíiova Sanz. director dol Mensajero del Safjrado Corazón <í<? Jesús, do Buenos Aires, ha sido honrado
por la Santa Sedo con el nombramiento de Prelado
doméstico de S. S. debido á los grandes servicios
qo'i'stados á la Religión con su importante revista.
Nuestros más sinceros plácemes al R. P. Sanz por
tan honrosa distinción, que á no dudarlo, lo ha de
prestar nuevos y m is encendidos brios, si cabe, en
la defensa de la causa católica.
«Juutns Reifionalcis.
En Rirma, Alasio y Faenza se han reunido últi
mamente las Juntas Diocesanas y las de Decuriones
de los Cooperadores. Después de haber referido Don
Trioue el éxito del Congreso de Valsálice, de que
más arriba damos cuenta, y do haber expuesto sus
Se .
d el Boletín Salesiano.
Muy estimado Sr. mío:
D iee c to e
Una nueva visita que he tenido la satisfacción do
hacer al Noviciado de San Vicens (Barcelona), rae
mueve á dirigir á V. estas pocas líneas , dándole
pormenores de la hermosa fiesta que el 22 del p.p.
Octubre se celebró en aquella santa Casa, en la con
fianza de que con su amabilidad acostumbrada se
servirá V. dispensarlas favorable acogida en el Boletín
que tan dignamente dirige, á fin de que lleguen á
conocimiento de los que cooperan con sus limosnas i
la gran Obra Salesiana.
Tratábase de dar la sotana á 32 novicios que ban
ingresado este año, procedentes de las varias Casas
que la Congregación tiene en España, y de la pro
fesión religiosa de diez ó doce del año anterior.
En los tres días precedentes, ó sea el 19, 20
y 2 1 , hicieron la preparación que prescriben los
estatutos, mediante los ejercicios espirituales que les
dictó el muy reverendo P. Felipe M.* Rinaldi, Ins
pector de las Casas Salosianas de España. Llegado
el 22, aiite.s del amanecer, á la luz de la luna que
brillaba con toda su claridad, se veían ya correr de
aquí para allá á los más despiertos de los novicios,
quién cargado de escaleras, quién de varios pertrechos,
palos, etc., siendo el resultado de aquel vertiginoso
movimiento el que á la mañana apareciese la hu
milde casa y los árboles vecinos empavesados con
banderas y ^ la rd e te s de variados colores que anun
ciasen la fiesta del día.
A las 10 se cantó la gran misa del Sagrado Co
razón de Jesús, de Mona. Cagliero, siendo celebrante
el R. P. Inspector y asistentes el Sr. Ecónomo de
la localidad y e t presbítero D. Perramón, que debía
hacer los votos aquella tarde. Asistieron al oficio,
á pesar do ser día de trabajo, las señoras de las prin
cipales familias del pueblo.
— 17 —
A las 4 de la tarde hubo vísperas, solemnes y á
continuación la edificante ceremonia de la vestición
de sotana. Era cosa de ver como aquellos jóvenes
al Exuat fe.. Induat te Eom im ts.. se trasformaban
en modestos y compuestos cleriguitos, en cuyos ros
tros resplandecía un no sé qué de aire angelical,
transparentándose al mismo tiempo la interna satis^ i ó n de que rebosaban sus almas.
¡ Dichosos ellos que supieron escoger la mejor parte
dejando los devaneos y fementidas promesas del mundo
para seguir de cerca á Aquel que es luz , camino ,
verdad y vida! .
Terminada la ceremonia de la vestición, comenzó
la no menos edificante de la profesión. La gravedad
de las palabras que preceden á este acto, dichas
por el K. P. Inspector, las promesas que solemnemente
hacían los que pronunciaban los votos, el aparato de
la Iglesia y el profundo silencio que en ella reinaba,
apesar de estar llena de bote en bote, infundían tal
respeto y emoción tanta, que á más de un circunstante
vimos arrasársele los ojos y derramar abundantes lá
grimas.
Kenuncio á reseñar la patética oración que siguió
á este acto. Baste decir á V. que la dijo el E. P.
Einaldi, quien con la sencillez y ternura paternal
con que acostumbra hablar á sus hijos, debió sin
duda grabar hondamente en sus corazones la idea
capital que se propuso inculcarles, esto es, que al tomar
el hábito clerical los unos, y ligarse los otros con los
votos de pobreza, castidad y obediencia, quedaban
obligados á revestirse del espíritu de D. IBosco y del
celo ardiente y vigoroso que aquel hombre de Dios
desplegó hasta la muerte por la salvación de las almas.
Dióse fin y coronamiento á tan bella función con
la bendición solemne del Santísimo Sacramento, y el
público, que era aún más numeroso que por la ma
ñana , pues vinieron los Señores Directores de las
Casas de Sarriá y Barcelona, y varios bienhechores
de la capital y de la vecina población de ilolins de
Key, se retiró altamente complacido de la fiesta salesiaiia.
Se me dijo que al siguiente día 23, los novicios
todos con sus profesores, ó sea toda la comunidad,
>■; proponía visitar en peregrinación el lindo San
tuario de Nuestra Señora del Eemedio, que está si
tuado en una colina distante como una W a de la
Casa Noviciado, con objeto de dar gracias á la Madre
de Dios por el beneficio que les había alcanzado del
Señor de poder vestir la sotana, que por tanto tiempo
I con tanto anhelo habían deseado.
Y •■n efecto, según he sabido después, se verificó
la peregrinación con un tiempo espléndido , prima
veral. como sí la misma naturaleza quisiera tomar
parte en la espansión religiosa de aquella caravana,
^ue semejante á las bandadas de golondrinas que
días cmzan los espacios para refugiarse en las
templadas regiones del Africa durante el rigor del
toviemo, se encaminaba también á postrarse á los
pies de su querida Madre y refugiarse bajo su ca
riñoso manto con protestas de eterno amor é ínqne^ntaU e fidelidad al divino Uamamiento.
Eu el camino rezaron el Santo Rosario, y nna vez
<n la Capilla, el Sr. Director celebró misa de co®nnión, prononciaudo despnés nna breve pero fervo^ plática de ocasión, en la que recordó cómo el
Santo Padre Pío I X , de feliz memoria, celebró su
primera misa en nna capilla retirada á fin de decirla
con más recogimiento; cómo xm S. Francisco de Sales
venció aquella formidable tentación que lo traía triste
y demacrado, acudiendo también á los pies do la
Virgen en un apartado Santuario, para demostrar do
este modo á los novicios que la soledad y aparta
miento del bullicio del mundo es el lugar más propicio
para obtener las bendiciones del cielo. Como prueba
de este aserto pudo citar el caso rocioiitomonte ocu
rrido á uno de los que abastecen de viveros el Novicia
do. Tenia éste, dijo, un próximo pariente enfermo de
gravedad: hizo promesa á Ntra. Sra. dol Eemedio
de mandar celebrar una misa impetrando sn cnración:
esta misa fuó la que se rozó on la última visita y iio
fueron vanas nuestras súplicas, pues el enfermo sanó.
Cumplido con esto deber, se tomó un ligero des
ayuno y después se desparramaron los novicios i)or
la vecina colina llamada por ellos Domingo Savio.
Jugaron en ella alegremente y á las 11 ‘]. vol
vieron á la Capilla para hacer la meditación,' pues
no pudieron hacerla por la mañana por haber salido
muy temprano de casa. Terminada ésta se despachó
en santa paz y armonía el arroz que el cocinero,
iioricio también, había preparado en la casa con
tigua al Santuario, donde reside el guardián, y después
de una breve lectura espiritual que siguió al ágape
se dirigieron á la alta montaña de María A uxiUadora (vulgo S. Antonio) cuya subida y bajada
ocupó el resto déla tarde.
¡ Loor á los insignes hijos de D. Bosco que así
saben conciliar la piedad con el estudio, las santas
espansioues del ánimo con el a.siduo trabajo, admi
rable gimnasia que sólo aquel gran hombro, inspi
rado por el Altísimo, ])udo concebir para formar
apóstoles dignos de la juventud desvalida, á cuya
salvación están consagrados!
Con este motivo y dándole anticij>adas gracias pol
la inserción en el Boletín de las mal jwrgoñadas lí
neas qne anteceden, me es grato reiterarme do V.
con la consideración más distinguida,
Afmo. S. S. Q. B. S. M.
S. L.
Barcelona, 4 de Noriembre de 1S96.
BARCfiLCNA.
La fiesta de la Purísima Concepción de la Sma.
Virgen María ha sido celebrada con gran solenniidad
por los niños qne frecuentan el Oratorio festivo del
Colegio de S. José, conmemorando al mismo tiempo
el quincuagésimo aniversario de la fundación del Ora
torio Salesiano de Tarín.
El Diario Catalán al dar cuenta á sos lectores
de esta fiesta, dice:
« Por la mañana hubo una nnmerosísima Comauión general en la que con mucha devoción y reco
gimiento recibieron por vez primera el Pan de los
ángeles unos veinticinco alumnos de aquellas es
cuelas.
-
18 —
101 Celebrante Kdo. don Rapión Serra, presbítero
salesiano los dirigió una sentida plática.
K1 oficio del Mtro. Cagliero, fuó interpretado pol
la Kscolania do la Casa.
Celebró las glorias de María Inmaculada el Director
del establecimiento K. P. Antonio Aime, quien probó
cómo la Virgen Santísima por el hecho de ser Madre
do Dios debía sor exenta del pecado original, y cómu
siempre Ella, toda pura y sin mancha, ama con espe
cial amor á las almas <iuo viven en estado do gracia,
acabando con animar á todos á la perseverancia final.
Por la tardo, después do un variado concierto en
quo la Banda obrera de San José dió prueba do su
adelanto y afinación, so dió la solemne bendición con
Su Divina Majestad.
Terminó tan hermosa fiesta con una bonita fun
ción do teatro dada por los alumnos de las escuelas
nocturnas, recibiendo los actores merecidos aplausos
por la soltura y el acierto con que desempeñaron su
papel.
Los niños y Jóvenes que asistieron á la fiesta pa
saban do 700, resultando insuficientes para contener
á tanta gento la capilla y el salón.
En rosúmen, fuú una fiesta completa, digna de los
hijos do Don Hosco. »
ritu, ya que la porción predilecta de su rebaño,
los niños, los muy amados de Jesiís, iban á ser
instruidos en religión, de una manera especial, por
los hijos del amigo de la infancia, el excelente
Don Bosco, quienes se iban á consagrar exclusi
vamente á ellos en los días de más peligros para
la niñez, cuales son los Domingos, convirtiéndo
los de este modo eu días de bendición para los
jovencitos, sus pequeños fieles, objeto de sus so
lícitos cuidados.
A eso del mediodía se instaló el Oratorio festivo
en Funza, eu la iglesia parroquial; un Padre Salesiano, cuyo nombre sentimos no recordar, subió
á la cátedra sagrada é hizo una corta pero conmo
vedora conferencia acerca del civilizador fin que
los hijos (le D. Bosco se proponían, con respecto
á la niñez eu particular. Habló con el leuguajo
del amor; y bien se conocía el vivo interés, el
entusiasmo quo mueve á loa nobles Padres Salesianos por hacer el bien espiritual y material á
la tierna juventud, para la cual, como es sabido,
trabajan con todas sus fuerzas, y á la que dedi
can su vida entera con verdadero espíritu de ab
negación y de sacrificio. Con palabra frauca pon
deró, como era debido, el celo nada común que
anima al Sr. Cura de Funza, por el adelanto de
su pueblo en todo sentido, y por el cuidado que
abriga para con la infancia, en bien de la cual
ha abierto el Oratorio ya dicho, no ahorrando
medios, como excelente Cooperado)' Saleskino que
es, para darle grande impulso.
Verdaderam ente, esa obra es uua esperanza
para Funza. Con eitiem po y la couíianza eu Dios,
muchos niños del Oratorh) podrán llegar á ser
diestros, no solamente en la virtud sino también
en las artes, ó en el estudio los (jue tengan pava
ello disposicioues.
Concurrieron unos cien uiños, no obstante ser
el primer día de Oratorio, y esperamos que cu los
siguientes, llegue su mimero á más de doscientas.
PUNZA (Oyloinl)iu).
La Sábana <le Bogotá está de plácemes porque
la Inméüca misión do los hijos do D. Hosco se
estó extendiendo en tierra tan apropiada para
sembrar el bien con gran provecho.
Los Padres Salesianos liaco ulgvín tiempo esta
blecieron en Bogotá, la Capital de la Repiiblicn,
y en Fontibóu, pueblo inmediato. Oratorios fes
tivos, á los cuales concurren crecido número do
niños. Hace unos tres meses que so abrió otro en
Mosquera y el domingo ID do Julio se instaló uno
en la población de Fuñía. Estos dos últimos se
fundaron en atención á los deseos del Sr. Dr.
Pedro Muría Sierra, Vicario de Funra, cuya juris
dicción se extiende á los pueblos de Mosquera y
Fontibóu. Este celoso sacerdote, eu viste de la
pesada carga que lleva sobre sus hombros y no
pudiendo siqmrtar que sufran algún pequeño per
juicio las almas por no muler atender material
mente á toílas bis ueetísiuades de una vaste pa
rroquia de 8 á lO.lXH) habitantes, no podía menos
do tener oprimido su corar.óu y do que se resin
tiera su ardiente celo do P;istor, al considerar las
varias necesidadi's espirituales de sus apreciadas
ovejas. Por estas ratones el buen Párroco, vién
dose enteramente solo para trabajar eu su extenso
canqH), qxüso que los hijos de Don Bosco, por me
dio de un Oratorio festivo, atendieran á los niños
en Mosquenx. y viendo bis buenos resultados ob
tenidos, ahora acaba de llamarlos á Funza con el
mismo fin, podiendo así dar descanso á su espí
A. Z. L.
Funza, 25 de Julio de 1890
MÚJlUO.
E l sig u ien te n o tab le a rtíc u lo lo hemos
tom ado d e E l Tiempo d e d ic h a ciu d ad :
Uua de las manifestaciones más esplendentesde la virtud del catolicismo es la oportunidad
cou que en su seno aparecen las g a n d e s obras,
las destinadas á oponerse á un peligro inminente
y actual quo amenaza á la sociedad. En los siglos
eu que la herejía era el enemigo más poderoso
suscitó Dios varones ilustres por su ciencia que
pulverizaron los sofismas del error. En las épocas
eu que grandes desgracias afligieron á los pueblos,
tiües como la peste ó la guerra, vinieron las ór
denes religiosas consagradas á aliviar esas mise
rias. La caridad apareció con toda su majestad eu
medio del egoísmo más refinado. San Vicente de
Paul puede ser reputado como salvador de la
Francia. Y así como en otro tiempo los Ignacios
y Javieres reparaban con las conversiones las p e
didas qne el protestantismo causara á la Iglesia,
así ahora el indiferentismo religioso ocasiona gra*
ves males y hace que las clases que pertenecen
á la escala social más humilde se veau privadas
del consuelo de la fé y de una instrucción nece-
I W
— lo
garía. Para que comprendan cuáles son sus deberes
y cuáles sus derechos, ha venido, como auxilio
oportuno, la grandiosa, la bendita y fecunda obra
de D. Bosco, destinada á la niñez desvalida, á
esos gérmenes de la revolución del mañana en
gue el socialismo será el lema.
Por desgracia, que lamentamos de veras, la
obra que nos ocupa, es poco ó nada conocida en
este país. Pertenece á este siglo, es de nuestra
época como para demostrar al mundo escéptico
que á pesar del egoísmo reinante y de la corrup
ción aterradora que invade toda la sociedad, el
catolicismo tieim savia para alim entar la planta
benéfica que en su invernadero crece, y tiene
calor y virtud para enaltecer y vivificar los sen
timientos nobles y los proyectos generosos. Don
Bosco parecía un visionario á los ojos de los hom
bres sin fe, porque iba á realizar un prodigio,
hoy evidente, de fundar una congregación de
sacerdotes abnegados, de gente caritativa, de mu
jeres angelicales, que sin contar con más recursos
que la caridad pública, acogiesen á los huérfanos
y los arrancasen de la corriente de desmoraliza
ción en la que tienen que caer si no hay una mano
poderosa que los auxilie.
Es muy sencillo el programa de la obra salesiana. pero su sencillez es como su grandiosidad.
Las clases bumildes son las dueñas del porvenir
de loa pueblos. Los niños desvalidos que van por
eaas calles sin abrigo y sin pan, tienen que ser
socialistas ó dinamiteros cuando sean hombres,
porque no bay que negar la evidencia: quien no
tiene principios religiosos, quien no ha aprendido
á creer y á orar, no puede saber amar. El trabajo
no contará con esos pequeños vagos. Los presi
dios los esperan.
En Europa, donde los tr.abajos del espíritu ma
ligno son más terribles, los resultados son más
fanestos. El socialismo no ha nacido tan sólo por
la falta de caridad cristiana de los ricos, sino por la
ignorancia y perversidad de los pobres. Si, pues,
hay algo que destruya estos elementos, el peligro
será conjitrado. La instrucción láica ó atea, que
es lo mismo, no sirve sino para halagar las pa
siones torpes y fomentar el orgullo. El pobre no
puede jamás conformarse con su triste suerte si
no sabe sufrir cristianamente. El trabajó es un
tormento del que siempre huye quien no conoce
los deberes de la honradez. Y la honradez no
pasa de palabra vana, de término vacío de sentido,
si no está sentada sobre bases sólidas, es decir,
sobre la instrncción religiosa, para que siendo
virtud, sea loable.
Los salesianos son los apóstoles de la civiliza
ción, son los batalladores que necesita la sociedad,
poique luchan por la buena causa, buscando re
saltados prácticos, eminentemente prácticos, como
es transformar al pilluelo callejero en artesano
laborioso y honrado. Esa transformación no es
obra de un día ni es posible sin el elemento re
ligioso. La obra de Don Bosco cuenta pocos años
de establecida y como Dios la protege visible
mente, ha prosperado de una manera admirable.
En Enropa hay muchas casas de salesianos. En
Snd-América existen varías y todas han dado opi
mos frutos. Los gobiernos católicos las protegen
decididamente y los más radicales no se atreven
i combatirlas, porque ven qne quienes como los
Padres Salesianos y las Hijas de María Auxilia
dora. se consagran á la niñez desvalida con una
abnegación inimitable, bien merecen la gratitud
de las sociedades cultas.
En Méjico hace apenas tres anos que comenza
ron los trabajos formales de la obra de Don Bosco;
y al ver los adelantos' obtenidos, no puede uno
menos de convencerse de que el dedo de Dios
está ahí para protejer á sus siervos. ¡ Cuánto nos
hemos lamentado al visitar el Colegio Salcsiauo
de la Colonia de Santa Julia, do que po vayan á
verlo tantas personas que se precian du ilustradas
y de creyentes! Les hijos do Don Bosco realizan
allí diariamente el prodigio do la caridad cris
tiana que consiste en dar asilo y oficio á cien
niños pobres y cuarenta niñas hucvmnas, contundo
con lo que almas caritativas suministran. So ha
gastado mucho eu la construcción dul edificio,
que será muy uoríible, y está ya muy adelantiulo.
Se gasta eu esa obra una raya seimuiaria de con
sideración. Cierto es quo personas muy distingui
das han ayudado con su valioso cuntingouto para
realizar ese proyecto, como el Sr. lugcuiero Don
J. Hilario Elguero, que so encargó de dirigir la
construcción sin cobrar un solo centavo; pero esto
no basta y es necesario quo la sociedad entera
conozca la obra y se convenza de su utilidad ad
mirable.
Estamos en circunstancias tales eu quo hay quo
oponer la práctica católica á la impía. El ejerci
tar la caridad es muy bueno, pero debe ser con
prudencia y con acierto. La obra do Don Bosco
es el mejor medio de ejercer esa virtud, porque
los salesianos van derechos á combatir el mal so
cial en una de sus unís alarmantes mauifestaeioues.
Hacen del niño desvalido uu hombre honrado.
Reciben un granuja y devuelven un hombre hon
rado. i Qué mayor bien pueden hacer á la socie
dad?
El R. P. Piccono es uu apóstol, digno discípulo
del inmortal Sacerdote do Turín. Es el director
de la obra de Don Bosco en Méjico. Ha realizado
prodigios y tiene fe ciega eu Dios para realizar
otros. Es preciso que la sociedad conozca esa be
néfica institución. Cuanto de ella so diga es pá
lido ante los hechos que están á la vista.
No hay que hacerse ilusiones. La filantropía
moderna es una farsa: es el egoísmo disfrazado.
Sólo la caridad cristiana pruduco frutos sazonados,
porque la gran virtud tiene i)ur aliailas insepara
bles la abnegación y la prudencia. Mientras las
clases desheredadas no tengan fé, esto es, una
instrucción cristiana sólida, no darán más que
contingente á la criminalidad. El día cii que el
pobre sea católico á carta cabal, estará asegunulo
el porvenir de la ]>atria. Y quo uo so nos diga
que el fanatismo lo hará todo, pues la obra de
Don Bosco no es sino pura formar artesanos, hom
bres trabajadores que sepan cumplir con los de
beres del ciudadano honrado.
Excitamos formalmente y con todo entusiasme
H los hombres de bien á que procuren conocer la
obra salesiana. Al efecto, no tienen sino visitar el
Colegio de la Colonia de Santa Julia ó leer el B o
l e t í n S a l e s i a n o que cada mes so publica en Turín
en varios idiomas, y qne aquí circula b o tan te.
Por nuestra parte, convencidos de que esa obia
salvará á la sociedad por medio de la regenera
ción del pueblo, estamos resneltOB á hacer cuanto
esté en nuestras focnltodes para darla á conocer
y para favorecerla.
—
OIÍILB.
Con ül título (lo Obreros del Progreso ba pu
blicado J¿1 Chileno un resumeu de las Obras Salesianos do aquella República, que no dudamos han
do vor con gusto nuestros lectores. Dice así el
■citado diario:
« Una do las instituciones más rudamente comba
tidas por esos (lue se llaman amigos de la libertad
y no la quieren sino para el mal y la quitan para
las obras buenas, ba sido en los lUtimos tiempos la
Congregación de misioneros y educadores fundada
por el inmortal Don Bosco y conocida con el
nombre de “ Los Salesianos” .
Kntre tanto la obra Ita seguido viviendo en
Chile, á la sombra de la caridad privada, que
rosbv siempre amparo generoso á lo que signiüca
eneücencia, socorro de los necesitados, cultura
moral y bienestar material de los pobres.
Sautiago, Talca, Concepción y Melipilla. tienen
escuelas prácticas industriales en que los salesianos
enseñan ú ccntemires de hijos de los obreros los
oficios de zapatero, carpintero, mueblista, músico,
herrero, mecánico, agricultor, y muchos que con
estos BU i'ulacionau.
Esa enseñanza gratuita y práctica va acompa
ñada del cultivo general de las facultades mo
rales ó intelectuales de los niños para hacer de
ellos obreros modelos, ipiu sean más tarde hon
rados Jefes do una familia y ciudadanos dignos
de la Patria.
Poro la obra más hermosa emprendida por los
Salesiauos os sus misiones de Magallanes y la Tierra
del Fuego.
Allí, en jK|uellas regiones remotas viven en is
las (^ue el mar envuelve con sus olas, bajo un
clima riguroso, en una especie de invierno per>etuo, tribus salvajes en estado casi primitivo y
lacia las cuales la civilización no había tendido
Jamás ningún esfuerzo.
La última Memoria del Culto, que acaba de re
partirse, nos da cu breves y modestos informes
algunas noticias de esas misiones, de sus progresos
y de la obra humanitaria y civilizadora que la
Kación hace subvencionándolas con una suma que
por cierto es pequeña para las necesidades á que
hay (pie atemior.
Én 1891 Monseñor Fugnauo, Inspector de las
Casas Salesianus de Chile y del Perú, informaba al
Gobierno sobre el buen estado de los colegios de
niñas y de hombrea de Punta Arenas y do la
Misión do la Isla Dawsóu, en Puerto Harris, en
donde s<' enseña á los salvadlos á vivir eu socie
dad, á formar familias, á practicar la higieue y
la moralidad, á cultivar los campos, construir sus
casas, cuidar los animales y cuanto es posible
para iniciarlos eu la vida civilizada.
Más tarde, con fecha 2ó de Abril del 95, Mon
señor Faguano informaba mievaiueute y comuuioaba al Gobierno con viva y legítima satisfacción
los progrt'sos do sus misioues.
Eu la isla DaNvsiúi había eu esa época más de
doseieuttw indios en notable estado de progreso.
Las niñas formadas en la escuela de las Her
manas de María Auxiliadora conocen ya todas las
labores de su sexo, saben lavar, planchar, coser,
cocinar y. por supuesto, leer y escribir con bas
tante corrección.
Los niños revelan en general aptitudes buenas
para el anreuditaje, s;ibeu aritm ética y i>oseec
mK'ioues de diversos conocimientos.
E
1
20
—
Con ellos se ha formado una banda de música
que turba con ' sus alegres himnos la agreste y
serena soledad de aquella estremidad remota de
la tierra.
Muchos jóvenes indígenas conocen perfecta
mente todos los trabajos agrícolas y fabrican queso
y mantequilla para el consumo de sus familias.
Los hombres limpian el bosque, abren sen
deros y labran las maderas necesarias para me
jorar sus casas.
Ellos, como dice con mucha razón Monseñor
Pagnauo, « serán los operarios de las grandes
haciendas que se establezcan eu el territorio, y
así habremos cambiado á los enemigos do la ci
vilización en factores y ayudantes del progreso
del territorio. »
La goleta María Auxiliadora, <jue sirve para ir
de la isla al continente, está tripulada por iudigenas, que han resultado excelentes marinos y
que serán auxiliares preciosos para la esploración
de esas comarcas.
La escuela de hombres en Punta Ai’euas ha te
nido cerca de cien alumnos y xmos 30 internos,
que son en su mayor parte huérfanos abando
nados.
Hay en la escuela un observatorio meteoroló
gico eu el cual los Salesianos han hecho estudios
de grande interés científico y que han sido to
mados en cuenta en los centi'os científicos de
Europa y América.
Anexo á la Casa Salesiaua de Punta Arenas
hay un pequeño hospital en donde asisten gra
tuitam ente á los enfermos que es posible recibir.
Allí fueron cuidadosamente atendidos un guardia
marina de la Armada Nacional y un marinero de
la cañonera Magallanes.
La Escuela de Niñas, dirigida por las Herma
nas de María Auxiliadora, ha tenido gran nú
mero do alumnas, de las cuales 30 son internas
y tienen que ser vestidas y mantenidas gratuita
mente por la institución.
Los progresos de estas jóvenes eu labores de
mano, costura, bordados, encajes, como así mis
mo eu idiomas, música y canto, han sido nota
bles y han (^ausado la admiración de las autori
dades y vecinos respetables que concurren á las
solemnidades de la Escuela.
A estas obras debe agregarse la Escuela Do
minical que funciona sólo en días festivos, y á
la cual acuden más de 120 uiñas.
Todo este conjunto de obras de tanta impor
tancia social, y (le tan alto interés para Chile,
uesto que se están ganando para la P atria esos
ombres que morían en la barbarie, exigen, no
sólo el auxilio modestísimo y diñcil del presu
puesto uaoioual, sino principalmente la generosa,
amplia y (musfaute ayuda de la (paridad privada.
Deber de todos los chilenos es no abandonar
jamás á esos infatigables obreros del progreso
cristiano, heraldos de la civilización en el más
remoto conñu del globo, educadores hábiles de
los hijos de nuestros obreros. »
g
—
21
—
BI-F.N 05 A m e s .
El 24 de Agosto p. p. nuestro Colegio de Al
magro en Buenos Aires fué honrado con la visita
de uno de los hombres más esclarecidos de la flo
reciente República Argentina; el Doctor Don Eu
genio Telio, ex-Senador del Congreso Nacional y
en la actualidad Gobernador del Chnbut, visitaba
por primera vez dicha Escuela de Artes y Oficios
qne en veinte años que existe ha recogido ya más
de 5000 niños abandonados, para entregarlos más
tarde á la sociedad, convertidos en otros tantos
hábiles y honrados obreros.
Por demás está el decir que se le recibió lo más
cordialmente posible, como sabe inspirar la gra
titud que late en infantiles corazones, al tener de
lante de sí, íxl oir las palabras, al percibir las son
risas de uno de sus más insigues bienhechores. El
recto Magistrado después de haber escuchado los
harmoniosos acordes de la Banda Musical del Co
legio, pasó á visitar los hermosos y vastos talleres
quedando gratam ente sorprendido al ver el or
den que reina en ellos.
En las pocas horas que estuvo con los huérfa
nos de D. Bosco captóse las simpatías de éstos;
y cuando se encontraban todos reunidos en el pa
tio contiguo á la portería para despedirle, pro
rrumpieron en estruendosos vivas al Gobernador del
Chnbut, al Bienhechor de los Salesianos de la Patagonia, al denodado campeón de la civilización
5^del progreso.
Su nombre y su memoria quedarán perpetua
mente grabados en el corazón de los Salesianos y
de los Alumnos del Colegio Pío IX de Artes y 0ficioB.
/\ ✓ x.
✓ x /X <x <x ^ ^X
/X.
V/ \y V/ % \> x> x/ v/ \> x>
........................ I I I I I I I I . . .
I I I 1 1 1 1 I 1 1 1 1 1 ....................................
BKASH..
Iniciada por la benemérita Sociedad do S. Vi
cente de Paul y patrocinada por el limo. Sr. Ar
zobispo, D. Gerómino Thomó da Silva se celebró
en Bahía á mediados del pasado Junio la primera
conferencia salesiana para preparar el terreno y
disponer los ánimos á que coadyuven á la fun
dación de un Colegio Salesiano en dicha ciudad.
Tuvo la conferencia el dignísimo Prelado, asis
tiendo numerosísimo concurso y produciendo halagidores resultados.
También en Río Janeiro se celebró el 12 de
Octubre una solemnísima conferencia para con
memorar el descubrimiento de América y honrar
la memoria del limo. Sr. Lasagna, tan estimado
y querido en el Brasil. La concurrencia fué extra
ordinaria, asistiendo también las más distinguidas
notabilidades civiles y eclesiásticas.
El limo. Sr. Arzobispo, que había manifestado
deseos de presidir la reunión, no pudp, por su
delicado estado de salud. Dio la conferencia el
Orno. Sr. Luis Raimondo da Silva Britto, desarro
llando el tem a: D. Bosco y las necesidadss del
siglo X IX . Terminó la función con la solemne
bendición con S. D. M. dada por Mona. Amorín.
Los alnmnos del Colegio Salesiano y Escnelas de
Artes y Oficios de Ñictheroy, tomaron también
parte con su banda en esta ñesta.
iÜ iíIE D J^
ItiKMt iM »iisanil«»iilo. - Para perpetuo re
cuerdo délas fiestas conmemorativas (lo la primera
Comunión de León X lll trátase de erigir un mo
numento en la ciudad deV iterbo(en cuya iglesia
de S. Ignacio el niño Joaquín Pecci se acercó por
vez primera á la Mesa Eucarística el 21 de Juni<)
de 1821), con el concurso de todos los católicos.
Apenas abierta la suscripción se ha visto cnáii
grata ha sido á todos la idea. De los Colegios Ecle
siásticos de Roma, nno de los primeros en tomar
parte en esta obra demostrativa del afecto que se
profesa al Sumo Pontífice, ha sidoel Colegio Español
de S. José, establecido en el palacio Altenips, de
la plaza de S. Apolinar, fundado por el virtuoso
sacerdote de Tortosa D. Manuel Sol, y sabiamente
dirigido por el joven presbítero D. Benjamín Miñana
de la misma diócesis.
E l s a c e r d o t e y e l m é d i c o . — Mr. Mandenpeerehoon, Ministro de los Caminos de hierro
de Bélgica, ha ordenado que en adelante, siempreque ocurra un accidente en la vía ó en las es
taciones ó en los talleres, tendrán los jefes res
pectivos la obligación de avisar á iin sacerdote al
mismo tiempo que al médico, á cuyo efecto Jos
expresados jefes tendrán una lista con las senas
de los curas y vicarios de la circunscripción, de
biéndose, en caso de haber un convento cerca del
lugar del accidente, avisar con preferencia al Ca
pellán del mismo, cuyas occupaciones no son tantas
como las de los párrocos y vicarios.
E e o ii X I I I y la Im c iia
— H«*
aquí unas palabras de su Santidad León XIII
qne conviene que muchos católicos conozcan, pues
ó no las han oido januts ó las han olvidado por
completo. « Del mismo modo — dice el Sumo Pon
tífice — qne es obligación de la prensa católica
descubrir los pérfidos planes de secta, auxiliar y
secundar la acción de los sagrados Pastores y de
fender y propagar las obras católicas, así también
es deber de los fieles sostener eficazmente d la prensa
buenaj ya negando ó retirando todo favor d ía mala,
ya directamente concurriendo cada uno en la medida
de sus fuerzas á hacerla vivir y prosperar, en lo cual
creemos que no se hace bastante..... Todos aquellos,
pues, qne deseen realmente y de corazón que las
cosas, lo mismo sagradas que civiles, sean por
valerosos escritos eficazmente difundidas y pros
peradas, traten de favorecer con su propia libera
lidad los frutos de las letras y del ingenio, para
que cuanto más se comprenda que ese es el deber,
tanto más con las facultades y bienes se acuda á
sostenerlos. Débese, por tanto, por todos los modos,
acudir en amúlio de tales escritores, pues que de
otra manera el propósito tendrá poco éxito, será
inseguro y tenue. »
X Ju H i K i o r d o t o l i e r ó i e o . — La Acade
mia «lo MaMolla (Francia) ha conferido el premio
Jieuujour á un liumildo, jiero verdaderamente heróico Cura de aldea. En la relación de sus hechos,
so rolleren ésto» de la manera siguiente: « Cada
«lía visitaba este sacerdote heróico cerca de 40
onlVíi'mos, respirando una atmósfera corrompida,
curando & ucpiollos que oran por todos aban«lonados, consolando álos moribundos, sepultando
á los muertos y ayudando á los pobres, sin de
mostrar nunca repugnancia ni temor al peligro,
al que siempre se hallaba expuesto. Desde 1871,
siendo vicario en Auriol, en una espantosa inva
sión do viruela, asistía á los enfermos y los abra
caba y confortaba, consolándoles del abandono de
sus familias. £ l mismo daba sepultura á los cuer
pos ya corrompidos, de los cuales huían los más
animosos sepultureros. »
3i3l 'v o i i c i i o n o « o H í o n t e , pex*o o l> r a .
Un pobre hombre ora muy aficionado á la lec
tu ra do libros frívolos. Cierto día le reconvino su
esposa por esta mala costumbre.
— No te inquietes por eso, ooiitostó : ¿ qué mal
crees tú que me pueden hacer f Eb me olvido al
poco tiempo do ¡kwcHos leído.
— Papá, lo dijo su hya, que estaba escuchando
la conversación, ¿ qué comimos el domingo pasadot
El padre, sorprendido, no sabía qué resxionder,
y concluyó jior decir que no se acordaba.
— Ilion está, exclamó la hya, no os acordáis,
y sin embargo, esa comida os alimentó.
Esta sencilla réidica hizo sonreír al padre. Abrazó á su hya y desde entonces renunció á lec
turas tan funestas y perniciosas.
l i l i t'-fe u - — Iban solos en nn coche de
Bogumla dos viajeros franceses: uno de ellos, bajo
y endeble, pertenecía á la clase m ed ia: el otro,
alto y robusto como un Hércules, era obrero.
El tren xiaró. En el andón de la estación había
un sacerdote esperando.
— 4 Para «pió sirve ése f Dijo al obrero su acomx>añaute.
El interpelado no contestó, y ol tren se puso
eu marcha. Cuando la estación que acababan de
«lejar estaba á bastante distancia, el obrero, dijo
al otro :
— Estamos en un desierto; la estación dista
muclio do aquí, y si me diera el capricho de echariuü sobro usted y o.xtraugularle j quién había
de impedirlo t
— Y 4 qué ganaría usted cometiendo esa barba
ridad 1 lu’eguutó al obrero ol libre-pensador.
— Eos treinta mil francos que lleva usted en
la nmh'ta.
—- ¡ 'rreiuta mil francos ! exclamó aterrado.
— Si, me huu asegurado positivamente «pie
usted lleva treinta mil francos.
El Ubre-pensador se creyó perdido y palideció
corno un mnerU», pen> el obrero le devolvió la
trauquiliilail con estas palabras :
— No «lebe usted temer nada de mí; duerma
traaipiilo, ]>orque por su fortuna y la mía. he
sido educa«h> eu el temor «le Dios desde mis tier
nos añ«>8 |Hir uno «le esos que al partir el tren,
me jireguutaba usteii con aire desjireciativo que
para «pié servían.
PENSAMIENTOS.
—Si no hay otro mundo, yo me atrevo á pre
guntar á la novísima sabiduría de los hombres:
iq n é hornos venido á hacer eu ésteT
—La fe con los ojos vendados ve más que la cien
cia del hombre con los ojos de par en par abiertos,
por que ye á Dios, principio de todas las cosas.'
—Las ciencias humanas son ciertamente una luz
pero es una luz que sirve sobre todo para que veamos
la oscuridad que nos rodea.
Selgáe.
El orgullo es uno de los pecados más pernicio
sos, y de los que más hemos de temer, por iniáiiiarnos á él nuestra naturaleza, por lo cual debemos
observar una vigilancia para siempre en contra de
la naturaleza corrompida. San Vicente de Faúl
ííi n í í í í í í
HISTORIA DEL ORATORIO
DE SAN FRANCISCO DE SALES
C APITU LO X V III.
(Continuación). (1)
La franqueza con que hablaba Don Bosfco,
llamó la atención de Parini, quien estupe
facto y admirado creyó atemorizarlo tomando
un tono de autoridad y amenazador, y con
tinuó :
— V., señor abate Bosco , se deja llevar
de demasiado calor y de un celo indiscreto,
sin pensar que habla á> un Ministro, que
puede encerrarle eu un presidio.
— Nada temo, respondió Don Bosco, de
cuanto los hombres puedan hacerme por ha
ber dicho la verdad; temo solamente lo que
Dios podría hacer de mí si mintiera. Ade
más, V. E. ama grandemente la justicia}'
el honor, por lo que no creo que se atreva ja
más á cometer la infamia de encarcelar á
un inocente ciudadano, que hace 20 años
consagra su vida y sus bienes en favor de sus
semejantes.
— lY si yo me atreviera á ello!
— No creo posible que la honradez del
Comendador Parini se envilezca de este
modo; mas si contra mi opinión, esto suce
diere, sabría yo también cómo obrar.
— i Qué quiere Y. decir con estot
— V. E. ha escrito sobre la historia y ha
señalado á la pública reprobación á ciertos
personajes , que juzgaba culpables. Pu«
bien, si el Sr. Ministro me hiciera violencia
lo tomaría, como he dicho, por modelo, man
daría tal infamia á la imprenta, invocaría
el testimonio de la historia, invitaría á la
presente y futuras generaciones á ser juecM
de entrambos y á sentenciar sobre la ini
quidad de un tal abuso de poder, mientras
a ) V. Bol. de Julio de 1896. .
su íta s, con F ra u s o n i y con el C ard e n al A nto n e lü .
— Q ue tam poco e x iste n n i ex istiero n j a
m ás. D e los J e s u íta s d e T u rín ignoro h a s ta
el dom icilio ; con M onseñor F ra u so n i y con
la S a n ta S ede no h e ja m á s ten id o o tra s r e
laciones fu e ra d e la s q u e u n sacerd o te debe
m a n te n e r con su s su p erio res eclesiásticos, s o
b re lo q u e a ta ñ e al sag rad o M inisterio.
— K o o b sta n te , tenem os c a r ta s , tenem os
p ru e b a s (1 ).
— M as si e x iste n c a rta s ó p ru e b as c o n tra
m í, ¿p o rq u é, p u es, V . E . no m e las m a n i
fiesta ? S obre e ste p u n to , señor M inistro, yo
n o im ploro g ra c ia , pido ju s tic ia . A V . B . y
a i G obierno im ploro ju s tic ia , no p o r m í, que
d e n a d a tem o, sino p o r ta n to s po b res niños
q u e se h a lla n co n stern ad o s p o r la co n tin u as
p esq u isicio n es y p o r la p re se n c ia d e la policía
en su pacífico H ospicio y llo ra n y tiem blan
a n te su p o rv e n ir. M i corazón 110 p u ed e por
m ás tiem po v e rle s s u frir y q u e sean b lan co , p o r m edio d e l a p re n sa , d e l a rep ro b ació n
p ú b lica. P a r a ellos, p u e s, p id o ju s tic ia y r e
p a ra c ió n d e su h o n o r , á fín d e q u e no Ies
lle g u e á f a lta r el p a n d e l a vida.
mano.
A e sta s ú ltim a s p a la b ra s, F a rin i e s ta b a t u r
P a re c e q u e e n e ste p u n to F a r in i se r e
cordó q u e D o n B osco h a b ía im blicado poco b ad o y casi conm ovido'^ p o r lo q u e p o n ié n
hacía u n a Sistoria de Ita lia , m uy a la b a d a dose d e p ie, em pezó á p a se a rse silencioso por
por ho m b res co m p eten tes, y ta l vez tem iendo la sa la . P a sa d o s alg u n o s m in u to s, abrióse u n a
que á su tiem po le h ic ie ra sobre esto a lg u n a p u e r ta y apareció el C onde C am ilo C av o u r,
ad ju n ta, ju z g ó m ejor p a rtid o v o lv e r á to m ar en to n ces M in istro d el E x te rio r y P re s id e n te
el tono p rim e ro , p u es cesando en su s am e d el M inisterio.
nazas volvió so b re la su sta n c ia d e la cu es
(S e continuará).
tión y p re g u n té :
— P e ro V ., señ o r A b a te , 4 p o d ría e n c o n
ciencia afirm a r q u e en su ca sa no se tien en
(1) Para aclarar esta insistencia de Farini sobre
reuniones re accio n arias, y q u e n o m an tien e
oxisteuoia de cartas coini)roiueto<lura8, lio querido
correspondencia p o lítica con los J e s u í t a s , la
preguntar á Don Hosco si sabía algo, y he llegado á
con el A rzo b isp o F ra u s o n i y con la C orte conocer un hecho hasta el presento iguoriMlo ]ior nos
otros. Monseñor Luis Frausoni, desUirrado oji Liéii,
B om aua^
— E x c e le n c ia , si V . am a la v e rd a d y la había pensado en aquellos días mandar una oirculur
á los párrocos, y temiendo quo en el correo fuera se
ingenuidad^ p erm ítam e q u e le d ig a q u e me cuestrada,
creyú oportuno enviársela jior medio de jiersiento m ovido á in d ig n a c ió n , n o c o n tra V ., souas de quienes pudiera liarse, l'ara esto escribié
que re sp eto como a u to rid a d , sino c o n tra los también ú Don Bosco, pidiéndole que quisiera ayu
en este asunto y le respondiera; mas la carta
que le h a n n a rra d o ta n m a lv a d a s m e n darle
del Arzobispo ú Don Bosco fué abierta y secuestrada
tiras d e m í ; c o n tra los m iserab le s, q u e por
or orden del Ministerio. De tal cosa nada supo Don
u n a to rp e g a n a n c ia , p iso te a n to d o p rin cip io
oseo, hasta qne pasadas las referidas pesquisiciones
de h o n ra d e z y d e co nciencia, y h a c e n m e r y el presente coloquio con Farini, recibió otra carta
Monseñor Frausoni, en que le decía, que no ha
cado d e l h o n o r y tra n q u ilid a d d e pacíficos de
biendo obtenido de él respuesta alguna, se había di
ciu d ad an o s. S í , se lo re p ito en conciencia, rigido para el servicio pedido á otras personas. En
que yo n o h e h ec h o n a d a d e c u a n to le h a tonces Don Bosco llegó á descubrir uno de los moti
sido referid o en c o n tra m ía y d e m i I n s ti vos por el cual el Gobierno tanto sospechalia de él
or un hecho en el cual no entraba él para nada,
tu to , y esp ero d e Y . E . u n a sola p ru e b a que
'arini que poseía la carta secnestrada, habría podido
i presentársela á Don Bosco; pero siu duda le detuvo la
desm ien ta e s ta m i afirm ación.
•
■
vergüenza
de haber de tal modo violado el secreto
— M as la s c a rta s ...
• postal. Por otra parte , aquella hoja na<la probaba,
— Q u e n o ex isten .
: pues no la había escrito D. Bosco, sino el Arzobispo.
— X la s relacio n es p o lítica s con los J e ¡ _Por entonces, era muy común secuestrar las cartas,
como lo probaron varios hechos; en cada d e p a r^
. 1) El pobre Carlos Farini , que en aquellos mo mentó postal se había establecido un oficio especial
mentos trataba de loco á Don Bosco le amenazaba llamado dererijicación enya atribución más importante
con la cárcel, ni aún aiqniera se imaginaba que ape- era precisamente la de verificar, si salían ó llegaban
dirigidas á personas tenidas, como se decía,
■aas toes años despnés, él se encontraría en este caso, cartas
por lo que sería encerrado en el Convento de la No- por enemigas del nnevo orden de cosas. ¡Y todo esto
se
hacia
en las barbas del Estatuto, y en honor y glo
valesa, convertido en manicomio. ¡ Dios haya usado
ria de la libertad!
con él de misericordia!
que Dios ju s to y o m n ip o ten te v e n g a ría á
su tiempo a l in o cen te oprim ido.
— P ero V. e s tá loco, señ o r a b a te , V . e s tá
loco (1). S i yo le m an do á p re s id io , 4 cómo
podrá y . esc rib ir y d a r e s ta s cosas á la im
prenta ?
— S i b ie n p r e s o , n o creo q u e V . E . me
privara p a r a m i consuelo a l m enos d e u n a
pluma, u n poco d e p a p e l y u n tin te ro 5 pero
aún cu ando n o solo d e esto se m e p riv a ra ,
sino tam b ién d e la v id a , n o fa lta ría n e s c ri
tores q u e á su deb id o tiem po lo h icieran .
— ;Y te n d ría V . la o sad ía d e tra s m itir á
la h isto ria h ec h o s q u e p u d ie ra n in fa m a r á
un M inistro y á u n G obierno?
— Q uién no q u ie ra p e rd e r su re p u ta c ió n p ro
ceda como h o m b re h o n ra d o . P o r lo dem ás,
creo q u e el e sc rib ir y p u b lic a r l a v e rd a d sea
un derecho y u n d eb e r q u e a ta ñ e á to d o c iu d a
dano y ad em ás un servicio q u e se h a c e á la ci
vil sociedad ; lejos d e se r abom inable u n ta l
modo d e o b r a r , es m uy la u d a b le . P o r m i
parte creo q u e s e a n e sta s la s consideracio
nes q u e m ovieron á T . E . á escrib ir v a ria s
de sus o b r a s , m áx im am en te Lo Stato Ro
S
f
— 24: —
des necesarias de brevedad, claridad y seguridad de
doctrina para hacerlo títil y provechoso, que el pre
sente Enquiiidión. Siguiendo en todo á S. Alfonso
desenvuelve el autor en esta obra todas las cuestiones
con una. lógica severa y con tal claridad y precisión,
que hace de ella un excelente Manual para los con
fesores, que en él encontrarán normas seguras y pre
cisas para el desempeño de este difícil ministerio.
A más de estas cualidades intrínsecas que avaloran
este Enquiridión, reúne otras extrínsecas que también
le recomiendan, cuales son la claridad y elegancia de
la impresión, la comodidad y facilidad de consultarlo
á cada instante pudiéndose llevar consigo sin gran
incómodo y la baratura del precio, que es verdadera
mente grande, tratándose de esta clase de obras. Cre
emos que este Enchiridion ha de ser de gran utilidad
á los que desean tener continuamente bajo sus ojos
todas las cuestiones morales tratadas con nn métoclo
fácil y breve quo no perjudique, sin embargo, á la
claridad, cualidad indispensable, y que como hemos
dicho, ocupa en esta obra lugar preeminente.
Racolta cli ast^sunti, testi, figure e fa tü
C
O
Raentenze de’ P a d rie detti d’ nomini grandi ed aisiomi p e r numero de ’Í ' S Argomenti morali, ad uso
de’ venerandi sacerdoti e pxedicatori anche in cura
d’ anime. Opera del Sao. Giov. Battista Rizzm . —
Turín, Librería Salesiana. Un volumen casi folio,
de 4b2 pág. 4 ptas.
Basta enumerar su titulo para conocer toda la prác
tica importancia de este libro para los que se dedi
can al noble y sublime ministerio de la predicaci(jn.
Mas no se crea que sean pensamientos y sentencias
8aeltasespaicidasdeaqníydeallá,pues lo que máscamea en esta obra es el orden maravilloso con qne está
ispnesta. Basta para ver esto, tomar al azar nno de
los 72 argumentos de qne trata, y sea el XXXIV, de
la D ivina Misericordia.
Vienen en primer término algunos pensamientos
como exordio, á continuación cinco asuntos ó pensa
mientos, los cuales pneden dar materia para un buen
niímero de sermones; signen cinenenta y cuatro textos
de la Sagrada Escritura, los cuales prueban que la
misericordia divina est generalia nullum excludena; sa-
A.1 C i o l o i>oi* 3X{ii*ia, ó nea eficacia de la de
voción á la Madre de Dios, por el sacerdote salesiano
D. Camilo Ortiízar. — Lilu-ería Sal«fliana <le Sairiíí
(Barcelona).
Esto CA el título (le un líbrito que acabo de leer
yque me hizo formare] proposito, mientras le leía, de
que en ooncluyémlolo esoribiria dos renglones reco
mendando su lo(stnra á todos los cristianos. Sogún mi
modo de ver, su lectura es importantísima y por tanto
su propagación útilísima.
Aqnmlos que csttín puestos por Dios al frente de nn
pueblo ó feligresía como pastores para miiarla á las
eternas moradas, oreo qneagradeceran m u^o que se les
facilite un medio muy elieaz para l(»CTar el objeto de
sn misión que es salvar Á aquellas almas de las que
están encargados y do las que darán cuenta el día del
juicio si alguna por descuido 6 incuria de ellos se
erdiera eternamente. Los sefíores párrocos que hoy
ía ven contrarrestado su celo por una inmenmdad de
lecturas que extravían el sentimiento y corrompen el
corazón, que borran dol nueblo cristiano la piedad y
devoción y precipitan á las almas en los vicios y de
éstos en la incredulidad y por ende en la eterna des
dicha, estarán más que persuadidos de que hay nn
sólo medio para qne las almas no se pierdan; si, nn
sólo medio, y ésto no es otro que la devoción á María.
Y i cómo ser devotos de María si no se la conoce ? T
i cómo eonocorla sino so frecuenta la lectura de los
libros quo tratan de María t Alguno dirá: ¡ Se predica
ya tanto de María!; sí, es verdad, pero los ministros
de Dios saben la parábola del sembrador, y hoy más lutaria, moerentca consolando ; expectana ; auacipiena re
qne nunca se va ti oir los sermones más por cumplir verentes, etc., vienen después diecisiete Figuras Bíbliras, y por óltimo, dieciocho sentencias de S. Agustín,
que con verdadero deseo de aprovecharse de ellos.
No niego qne algtín fruto se saque de la palabra de S. Buenaventura, S. Bernardo, S. Juan Crisóstomo,
Dios, pero es incontestable qne un libro es un compa- S. Anselmo, S. Pedro Damiano, etc., etc. Por la an
Tiero constante y qne muchas veces que hace falta la terior indicación podrán nuestros lectores formarse
divina palabra, falta el predicador, mientras que el una idea dol plan ordenado, sencillo y claro que el
libro nunca falta y á la hora que el espíritu es mo antor signe, pues emplea el mismo m ét^o en el des
vido por la gracia, en el libro enenentra lo qne en arrollo do los 72 argumentos morales de que trata, ar
tonces le hace falta, y ¡ sabe Dios cuántas almas se gumentos que abrazan las augustas verdades de nues
han decitlido á dejar el vicio y emprender el camino tra Santa Religión y I.as virtudes cristianas. Con razón
do la virtud porque con la lectnra de un libro piadoso podemos, pues, decir que ésta es una obra excelente,
vieron fácil lo que antes se lea hacía dificultoso y que reúno en sí las cualidades necesarias para el alto
fin á qne se la destina, es á saber; poner en mano de
casi imposible!
Y si esto pasa con la lectura de cualquier libro los sacerdotes, materiales abundantes y sólidos para
bueno i quién me negará qne so verifique cuando el qne en tanta abundancia puedan escoger cómodamente
librotratade María Sma. t 4Quién es la que hace las loa que más les hacen al caso para levantar en las
paces entre el h\jo ingrato y el padre irritndo f iNo almas de los fieles el gran edificio espiritu.-vl qne se
es acaso la madre T 4Quién sabe baldar mejor al co proponen, por medio de la predicación. Se 1.a rccomenrazón del hijo qne su propia madr«'T
(lamos encarecidamente á los Sres. Sacerdotes.
i Quién tiene poderes para mitigar lacólera y des.ar.A .n is in ó una Virgen del siglo I V es el título de
mar la ir.a del ^úrdre como la madre t Pues todo esto
se halla en el librito qne estoy recomendando. Pro- nna preciosa uovelita histórica qne la Rerista Popular
de
itarcelona ha regalado á sus suscriptores, y qo»
págueulo. pues, los Seflores Curas entre sus feligreses,
encarezcan su lectnra diaria, y pronto verán que se forma parte de la Biblioteca del Hogar.
Es nn interesante cuadro en el qne se destaca con
premiarán do sn lectura, y tras esto vendrá el que
ol>seqnien diariamente á María con aignnos de los vivos colores la vida de aquellos her«Íicos cristianos
olwequios qne el autor apnntaen esas páginas de oro, de los primeros siglos, espejo de los católicos de todos
ios tiempos y singularmente de los nnestros. El libro
tUn Cooperador S.alesiano.
está adornado de excelentes dibujoe de Torres García.
á las familias cristianas la lectnra
T l i o o l o f f i n e 3 X o r n l i s . deRecomendamos
esta novela y agnulecemos vivamente su envío al
ad « f a t m
AJpM. M . de Lig. E p. t t Eccl. Doct..
Director de la Rerista Popular.
addita eousliM ione Apostolicae Sedis, cura et studio
Su precio es de 0..50 ptas. en rústica y 1 peseta en
JOAKNis M o r ix o Cosyrfjtrttioai* 3fí.t$ÍOMi« rfl«rí«¡ ex
percalina
y plancha dorada.
oficina Salesiana. 1897. — Dos tomos en uno de 30^
218 pág. 8,00 ptas.
Difícil es encontrar un Compendio de Teología Coi aprebadós la iotorídad Eeclisiittíca. - Genate; JOSÉ GilBlK
Moral que reúna en más eminente grado las cualida
Tuiin — Tipografía Salesiana.
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