BS_1899_02

Ficha

Título
BS_1899_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1899
Fecha
1899.02
extracted text
f

L I B R E R I A

S A L E S I A N A

DE

S E V I L L A

LIBROS DE PIEDAD
D ife re n c ia ontro lo temporal y eterno, y crisol de
desengaños, por el P. .Juan K. N ierembero, nuoVilmente corregido. Eiiicuadernado ú. la españo­
la .......................................................... Ptas. 3'00
I m ita c ió n d e C ris to y menosprecio del mundo,
j)or el V. TomAs de K emi’IS, traducción del latín
j)or el P . J uan E. N ieremberg, S. J . enriquecida
con varias ó interesantes ediciones, por el limo. Sr.
I)r. I). Antonio Estalblla, Obispo de Teruel; cuarta
odicíon^ tamañoprolongado. En Vadana corte en­
carnado
» 2'50
I m ita c ió n d e C r is to on latín, novova edición.
En r ú s t i c a .........................................
» l'ÜO
I m ita c ió n d e C r is to en castellano, nueva edición
con orla ú. colorea, seguida de las oraciones de la
mañana y do la noche, do la Confesión y Comu­
nión, la Sta. Misa, las Vísperas, Himnos, Le­
tanías y oraciones varias. En piel de rusia y cortes
d o r a d o s ....................................
» 26’00
N u e v a s M e d ita c io n e s prácticas para todos los
días dol año, sobro la vida y doctrina de H . S.
.ípsucristo, para uso principalmente de las Comu­
nidades líoligiosas, por el Rdo. P. B runo Vee CRUYssE, S. J . segunda edición. En tela y cha­
grín ......................................................... > 14’50
M e d ita c io n e s propias para señoritas, obra tradu­
cida do la 12.* edición, francesa por la Srta. doña
A ntoSita Coeominas, cuarta edic. En piel » 1’60
E n tr e te n im ie n to s e s p ir itu a le s de S. Francisco
de Sales, Obispo, Doctor de la Iglesia, Fundador do
la Orden de la Visitación, traducido del francés
por et Lie. D. F rancisco de Cübillas Pbro. En­
cuadernado á la española....................... » S’OO
E l E s p í r i t u d e S . F r a n c is c o d e S a le s , tradu­
cido del francés por 1). Sebastian de J ocano y
M ad iría . Encuadernado á la española. » S’OO
I n tro d u c c ió n A l a v id a d e v o ta escrita en fran­
cés por S. F rancisco de S ales y traducida al cas­
tellano de orden del Kmo. y Exemo. Sr. Cardenal
de Lütenzana, Arzobispo do Toledo, por D. P edro
DE S ilva , Pbro. y aumentada con un compendio
do la vida del Santo. Novísima edición, en tola
y c h a g r í n ................................................... » 2’50
C a r t a s E s p ir itu a le s de S. Francisco de Sales,
escogidas por personas de varios estados. En me­
dia pasta . ............................................. » 1*50
L a v id a e s p ir itu a l 6 cartas á Teúfila, por el P.
A mbrosio de V alkncina, Provincial y Lector de
Filosofía en su provincia capuchina de la Inma­
culada Concepción de María. Tercera edición, en
r ü s t í c a .........................................................> 2*00
En t e l a .........................................................» 3'00
L a V id a R e lig io s a y P lo r e s d e l C la u s tr o ó
sea cartas A Sor Mai^ariía por el expresado autor.
En r ú s t i c a ...................................................> 2’00
En t e l a ..................................
* S’OO
L u C o u fesio u por Mox?. de Sr^iUB, traducida de

la 24.* edición por ol Exemo. é limo. Sr. Obispo
de Vich. Tercera edición, en rústica, ptas. 0'40
L a S a g r a d a Comunión, por M ons. de S egur, tra­
ducción do D. Luis M.* Dacus. Séptima edición,
O’S-ü
on rústica.................................................. *
E l S a g ra d o C o ra z ó n d e J e s ú s , por Mons. de
S egur , versión española de la segunda edición
francesa. En r ú s t i c a .............................. »
0’75
V e n id to d o s á M í, por Mons. de Segur , versión
española de la segunda edición ñ'ancesa. En rús­
tica
» 0’20
P rin c ip io s frin d a m e n ta le s de la Vida Eeligiosa,
ó explicaciún del catecismo de los Votos por el
Edo. P . P edro Cotel, S. J „ traducido del francés
por una religiosa de María Reparadora. En rús­
tica ...............................................................1’50
R e c lin a to rio para la visita al Smo. Sacramento,
por Monseñor de Segur, traducido por J . Luis
O biols. Tercera edición aumentada con varios ejercicios de piedad para la Sta. Misa y Sacramen­
tos. En rústica.........................................» 0’70
P r á c tic a de los N ueve O ficios del Sagrado Cora­
zón de Jesús, por el P. Luis F it e r , de la Com­
pañía de Jesús. Cuarta edición notablemente me­
jorada. En rústica................................... > 0’50
Las tres joyas más preciosas de una Religiosa, ó sea
los tres votos do pobreza, castidad y obediencw,
por D. B ernardo V erges , Pbro. Misionero apos­
tólico y Prior de la Casa de Misericordia de
Barcelona. Segunda edición. En rústica. » 0’35
L o s tr e c e M a rte s de S. Antonio de Padua, pia­
dosos ejercicios compuestos en honor del Santo
Taumaturgo, por el Pbro. Doctor D. M arcelino
N ava D elgado, Catedrático del Seminario ConciliardeValladolid, tercera edic. En rústica » 0’40
E l M es d e D ic ie m b re consagrado al Niño Jesús
ó espiritual preparación al parto de la Virgf»
María. — J ornadas que hizo la Sma. Viigen con
su Esposo desde Naz.'vreth á Belén y N ovena^ aj
Nacimiento dol Niño Dios. En rústica. » 0’35
E l M es d e M a ría I m m a c u la d a por el Pbro.
R odolfo V ekgara A ntünez . Tercera edición. En­
cuadernado en tela.............................
>
N o v e n a á M a ría A u x ilia d o r a por el presbiterq
D. J uan B osco. En rú stica. . . . »
En t e l a ....................................................*
D e v o c ió n d e lo s S ie te D o m in g o s consagrados
á honrar los dolores y gozos de S. José, con in­
dulgencias plenarias para cada domingo. Van ¿
fin oraciones para oir la Santa Misa en honor de
S. José. Nueva edición tamaño proloi^do
orla. Encuadernado en tela . . . . » 0’75
L a S a g r a d a C o m u n ió n por el sacerdote D. BkR'
NARDO Arato, Doctor en Teología. Traducción h ^
cha sobre la cuarta edición italiana y aprobad
por 6U Autor. Antecede á la obra una carta del
Exorno, ó limo. Sr. Arzobispo de Sevilla.
tica . . . .
..................................."

Quien recibiere á un
niño en mi nombre, á
mí me recibe.

Os recomiendo la ni­
ñez V la juventud; cul­
tivad con í'randc esmero
su educación cristiana;
y proporcionadle libros
que la enseñen á huir
del vicio y A practicar
la virtud.'
(Pío IX.)

( M a t h . X V I II .)

Entre las cosas divi­
nas, la más sublime es
la de cooperar con Dios
á la salvación de las
almas.
( S . D iO K I S IO .)

R e d o b l a d vuestras
fuerzas á fin de ajjartar
á la niñez y iuventud de
la corrupción é incre
dulidad y preparar así
una nueva generación,

El amor al prójimo es
uno de los mayores y
más excelentes dones
que la divina bondad
puede conceder á los
hombres.
(S. F rakc. de Sales.)

{León XIII.)

DA mm AiííMAS m m

A N O X III— N . 2

Cottoluigo, 32

tolle

PUBLICACION MENSUAL

F E B R E R O de 1899

@ flEDACCiON Y ;^DMiNiSTRACiON

ír o g r e s o s



la

ROViDENOiAL fuó el nacímieiitio
de la Obra Salesiana; x)rovidencial y divino es igualmente
____ su admirable desarrollo y projgiosa difusión. Suprimamos por un mo­
mento toda intervención divina, y la Obra
<ieD. Bosco no tendrá explicación posible,
Poes ni es fácil comx>render ni mucho
menos explicar como un hombre solo,
Jilto de recursos y medios con que poder
|«cer nada, haya llevado á cabo en el
ilativamente corto período de 50 años
múltiples y admirables obras que con
W pequeña estupefacción contempla el
mndo entero.
El corazón se llena de indecible júbilo
el ánimo se snmeije en nn mar de
leñas y halagadoras esperanzas al po­

# b r a

«

Turfn (Ital(a)

^ a le s ia n a

der constatar, precisamente cuando apenas
han transcurrido diez años desde el trán­
sito feliz del gran Don Bosco, al poder
constatar, decimos, el prodigioso incre­
mento que cada día va tomando su Obra,
y la manera como, bien que paulatina­
mente, va infiltrándose su espíritu en los
gastados organismos de la actual sociedad
para resucitarla á nueva vida, á una vida
enteramente cristiana.
Guando el horizonte va cada día uiáa
y más tiñéndose de siniestros fulgores,
y densos y preñados nubarrones amena­
zan convertirse en tempestad deshecha,
horrible y espantosa, qne parece ha de
acabar con todo lo existente, consuela á
la verdad el ánimo y aminora su pesar
y su quebranto descubrir allá á lo lejos



30



nn rayo do luz y de esperanza, que en han de causar gratísima y fortificante
día no lejano desvanezca esos negros impresión las noticias de que el conoci­
nubarrones, conjuro la tormenta ó en gran miento y amor de la Obra Salesiana cre­
parto aminoro sus calamitosos efectos, y cen y aumentan cada día por doquiera;
envuelva á la tierra toda con haces do de qiie son muchas las almas que dia­
suave luz y viviíicanto calor á cuyo be- riamente se alistan entre los cruzados
nólieo indujo broten do nuevo los gér­ cristianos del siglo X IX , los Cooperado­
menes focundos do todas las virtudes res Salesianos; de que el espíritu de Bou
cristianas, que comuniquen á las nuevas Bosco se abre paso á iiesar de las muchas
generaciones el valor moral y templo de dificultades que so le atraviesan, y de
alma necesarios para hacerse superiores que cada día se ofrecen á sus energías y
á. las contrariedades y miserias do esta virtudes curativas nuevos y más vastos
tierra, para llenar comi»lotameule su mi­ horizontes.
Cada día tócanos registrar en nuestras
sión providencial sin declinar d, la diestra
ni la siniestra, salvando obstáculos, ven­ crónicas nuevas fundaciones que abonan
ciendo dificultades, y en una palabra, suficientemente nuestros asertos, quo tal
cumí)liendo toda la ley de Dios, único vez alguno inculpará de exagerados; nue­
medio de armonizar y hacer felices á vos hechos y noticias nuevas de regiones
aun no fertilizadas con el rocío salesiano,
todas las clases sociales.
Que de esto rayo de luz y de espe­ que nos prueban el elevado concepto que
ranza que en el Icjado horizonte á través en todas partes goza la Obra Salesiana,
de sus negras oscuridades se vislumbra, y consecuentemente el placer con que
forme parto la Oougregacioii Salesiana; la verían establecerse en su suelo.
Un día eran, para no hablar de nuestra
que la Obra de D. Bosco sea en la pre­
sente espantosa crisis el último especíñeo Europa, las Repúblicas del Plata las que
dado á la sociedad por la inagotable mi­ solicitaban este beneficio, que después
sericordia de Dios para que no perezca, de recibido lo hicieron extensivo con ge­
para que se salve y viva, díganlo por neroso arranque á sus demás hermanas
nosotros, á quienes pudiera cegar el de la América del Sur: otro era la Pa­
amor do parto, la voz unánime de los ‘ lestina, esa tierra bendita regada con el
pueblos que reciben en su seno á los sudor y la sangre de un Dios; que fu^
Hijos do D. Bosco como á rocío llovido teatro del drama más grande y trascen­
del cielo; díganlo el testimonio elocuente dental que han presenciado los siglos;
de Papas, cardenales, obispos y tantos y esa tierra de donde nos ha venido la
tantos ilustres personajes que á boca llena vida y la salud y la divina luz de la
llaman á esta obra obra providencial, verdad eterna, que nos envuelve, que nos
obra divina en la que todos reconocen rodea ó impele siempre adelante para
los preciosos gérmenes de vida que la acercarnos más á Dios, y que es causa
sociedad necesita para ser salva; dígalo primordial de todos nuestros verdaderos
sobre todo esa continua y no interrum­ adelantos y progresos; esa tierra, en fin,
pida serie de pro«ligios que patentizan que apostatando de su glorioso pasado
sus principios y desarrollo, con los cuales y renunciando inconsulta y loca á ser la
la divina Providencia parece como que herencia de D ios, yace presa de su im­
quiere probar hasta la saciedad y con­ potencia y bajo el peso de la maldición
vencer basta á los más recalcitrantes de divina, que gravita sobre ella como losa
que efeotivaiuento la Obra do D. Bosco do plomo, que la deprime, que la abate
es obra suytv, la obra de que actualmente y la tiene sujeta al infame yugo de la
está necesitado el mundo, la obra final­ pravedad y barbarie musulmanas. Bi*
mente que ha do salvarlo si sabe apro­ vereos puntos de Palestina, entre ellos
Belén y Xazareth, nombres gloriosos qae
vecharse de ella.
Y siendo las ideas que preceden la suenan al corazón más bien qne al oido
expresión no de un sentimiento pei'sonal de los verdaderos cristianos, con la sua­
más ó menos justo, más ó menos con­ vidad y dulzura que sólo saben arrmicar
forme á la realidad de las cosas, sino del á sus arpas las jerarquías celestiales,
de la inmensa mayoría do las personas tienen ya á los Hijos de Don Bosco, qee
sensatas, o como se diría en la moderna quiera Dios puedan pronto presentar m
jerga periodística, ftcl reflejo de la opinión divino Jesús regenerada y salva la juvenpública^ creemos que, como á nosotros, ^ tud de aquellos mismos sitios donde El



dejó sentir los primeros latidos de su eneeudido Corazón. También el Africa, ya­
cente aun boy día en las más espesas
tinieblas de la barbarie y el salvajismo,
ó causa en gran parte, digámoslo para
disculpa suya, de las bastardas ambi­
ciones que hoy amenazan estallar con
espantosa violencia sobre nuestras cabe­
zas, ha recibido ya el rocío saludable de
Ja Obra de Don Bosco que se arraiga y
desarrolla más cada día en ^Marruecos, en
Egipto y basta en la floreciente colonia
del Cabo de Buena Esperanza.
Pero no necesitaiuos recorrer todo el ca­
mino ya andado por laObraSalesianapara
advertir que progresa y adelanta á grandes
pasos; nos basta con dar una mirada á
lo hecho de dos anos á esta parte para
convencernos sobradamente. T ni aun
tanto es necesario. Lean nuestros Coox3eradores la última carta que en el número
de Enero les ha dirigido nuestro vene­
rando Superior Mayor, y sonarán á sus
oidos más de dos nombres nuevos y ante
su vista se ])resentarán nuevos campos,
vastas regiones confíadas al celo de los
Hijos de D. Bosco. Pero si no tuvieran
á inano esenúmero, vuelvan unas cuantas
liojas y paseen su vista por éste, y vean
8i no es el caso de elevar á Dios un en­
tusiasta himno de acción de gracias por
tantos beneficios.
La Obra Salesiana prospera para bien
del mundo, podemos contiadaiueute es­
perarlo, pero es digno de notar, y sobre
'ello llamamos la atención de nuestros
lectores, que no sólo prospera donde los
Salesianos han puesto su morada, lo que
no tendría nada de extraüo, sino también
en muchas otras partes donde aun ño se
han establecido. ¡ A qué es debido esto ?
Muy sencillo; al celo, á la actividad, al
sacrificio de algunos, relativamente muy
pocos. Cooperadores Salesianos, que pe­
netrados de las necesidades urgentes de
la época y del espíritu fecundador y vi­
vificante que el Señor ha depositado en
la Obra Salesiana, tratan con todas sus
tuerzas de inocularlo en los podridos orpnismos de la sociedad para al menos
librar áésta de la total destrucción, y en
los desgraciadamente pocos que aún se
^nservan sanos para preservarles y li­
brarles del contagio.
Bien decía nuestro amado fundador y
Badre D. Bosco: los Cooperadores Salepianos, si cumplen como tales, han de
la salvación del mundo; de aquí que

31



el día en que los Obispos y Párrocos
echen de ver el auxiliar poderoso que en
ellos podrán encontrar, no habrá diócesis
ni parroquia donde no se les constituya
y organice formalmente. Los Cooperado­
res son las avanzadas del ejército Salesiano, son como á modo de transmisores
eléctricos que reciben la fuerza que fluyo
del punto impulsor, y la trasmiten y co­
munican á todas partes y en todas direc­
ciones, convertida en luz resplandeciente
y vivificante calor.
Vean nuestros lectores las crónicas de
este número y admiren el celo y el ardor
que desplegan nuestros beneméritos Coo­
peradores de Cuenca, Barquisimeto y
Teotitlán, y los hermosos frutos que re­
cogen: traigan á su memoria los muchos
ejemplos de esta clase que, principalmente
de Venezuela, les hemos propuesto en
varias ocasiones, y dígannos con since­
ridad si no es muy cierto cuanto afir­
mamos arriba, y si no se salvaría muy
pronto el mundo si en cada capital, en
cada pueblo hubiera unas cuantas almas
de buena voluntad, unos cuantos Coope­
radores Salesianos celosos, activos, sacri­
ficados, sobre todo sacrificados, que con
los ojos puestos en D ios, sin respetos
humanos, sin desmayar ni decaer de ánimo
ante las ditícultades por graves que fue­
ran, y sin ahorrarse trabajo ni fatiga al­
guna cumplieran con su Reglamento y
especialmente con el artículo aquel que
dice que los Cooperadores Salesianos de­
ben ante todo atender á su propia per­
fección, y después dedicarse al “ejercicio
activo de la caridad para con el i)rójimo,
y muy especialmente hacia la juventud
expue.sta á los peligros del mundo y de
la corrupción.” Paren nuestros lectores
su atención en la palabra caridad^ que de
intento hemos subrayado, pues no se li­
mita á una sola obra de caridad, sino
que las abraza todas, absolutamente todas
las obras que directa ó indirectamente
pueden aparrar á nuestros prójimos de su
ruina e.sp¡ritual y encaminarles al cielo.
T basta por hoy.
La Obra Salesiana prospera; demos
ante todo gracias muy rendidas á Dios de
quien todo bien procede.
La Obra Sale.siana prospera: demos
también gracias á los hombres de buena
voluntad, á los celosos y caritativos Coo­
peradores Salesianos, dóciles instrumentos
de la divina Providencia, que por su
medio quiere salvar al mundo.

— 32 —

A

L O S

Ñ IÑ O S

los que les rodean, sino todos los honores de todos
los países y de todos los pueblos, pues iodos hemos
sido igualmente redimidos con la sangre diwfia
de Dios, y hecho hermanos en nuestro Señor Jesu­
cristo.
II .

LOS HIITOS LEPROSOS*
I n t e r esa n te carta.
I.
ARÉCEME veros, m is queridos amiguiios,
contraer vuestras puras y apacibles
facciones, hacer u n gracioso mohíno
de desagrado y establecer descomunal
batalla entre vuestro corazón sensible
y aelicaiio que repugna de cuanto lleva impresa
la huella dcl sufrimiento y el dolor, y vuestra
ingénita curiosidad que os atrae con violemcia hacia
estas lineas.
E l titulo que las encabeza ha despertado sin
duda en vuestra inquieta fantasía ideas ierrorificas
y desgarradoras escenas que os llegan al alma.
Pero no temáis \ sobreponeos á esas repugnancias,
dad rienda suelta á vuestra curiosidad, pasead
vuestros hermosos ojos por este escrito, leedlo hasta
el fin , que yo os aseguro que no ha de pesaros y
habéis de quedar contentos y satisfechos. T no os
asombre esU) que os digo. Pues si la vista de las
llagas y de los sufrimientos repugna á vuestro
tierno corazón, que aún no ha sido azotado por
el huracán de las pasio7ies y miserias humanas,
naturalmente compasivo, y más cuando lo arnillan
las suaves auras de la caridad cristiana, se sobre­
pone á si misino y vuela en socorro de la des­
gracia donde quiera que la encuentre.
Este efecto espero yo que ha de pi'oducir en
vosotros la lectura de este articulo, y por esto os
decía que d pesar de su ripugnancia, vuestro co­
razón compasivo y generoso hubia de agradeceros
clhaberle violentado y producido algún sufrimiento,
pues con esto le fto6efs proporcionado
bellí­
sima ocasión de remediar la desgracia y de ungir
con el suave bálsamo de la raridad las profundas
llagas que cttbrtn los tiernos cuerpccitos de tantos
infelices niños, apenas nacidos á la vida y y a los
*Míis desgraciados mortales, pttes la vida para ellos
fio ha de ser sino wua muerte cotdinua y una
perpetua agonía.
Leed, pues, con atención é interés la siguiente
caria que el abnegado sa/esiano P .
V an ara
dirige á todos los niños áe Colombia, aboganclo
en fat'or de sus protegidos, y que tan a l vivo des­
cribe los sufrimictiios y necesidades de los pobredios niños leprosos.
y no me digáis que muchos de vosotros no sois
colombianos, n i sabéis siquiera en que parte del
globo se encítentra esa desgraciada república de la
Umérict} del S u r, pues si no sois colombianos, sois
ciuindo menos cristianos, y buenos cristianos para
quienes no son solamente sus prójim os y hermanos

« Hace algunos dias, escribe el P . Faríaro,
me dirigí á varios Rectores y Directores de colegios
y escuelas suplicándoles que solicitaran de sus
alumnos su óbolo para una empresa que medito,
y hoy quiero hacerlo directamente á vosotros, tto
sin exponeros antes las razones que á ello me
mueven.
» Conozco suficientemente el corazón de los «ifios
y esto me convence de que me bastará una pequeña
explicación de m i p la n y de las razones en que
lo apoyo para que todos lo secunden con interés
decidido.
» Eiguraos, amiguitos m ío s , u n hogar donde
haya niños que hacen el encanto de sus padres é
ilum inan con su presencia aquel santuario del
am or: allí todo es bullicio, animación y alegría;
nada turba la ventura que labra la felicidad de
aquel afortunaclo oasis; mas, hé aquí que de im­
proviso una de aquellas inocentes criaturas á quienes
la razón no ha iluminado la frente con sus ful­
gores, siente el contacto de una mano fría gue
hiela sus débiles miembros; algo como una densa
y caliginosa nube se cierne sombría sobre aquel
hogar, sembrando la desolación y *el llanUt: el
niño no ríe y a ; las puertas de la felicidad en la
tierra se cerraron pa ra él; sólo le quedan lágri­
mas para llorar su desventura, y Dios que velará
po r él. L o que sigue luego no es menos patético
n i menos doloroso: el niño no puede como a«í«
jugar libremente con sus hennanitos; está leproso,
se teme el contagio, es preciso aislarlo evitando
con él todo contacto. D ías después el niño torna.,
el báculo d^fi peregriM y emprende la marcha,
¿para donde?para el L azareto; y ¿qué encuentra
allí? Caras desconocidas que le infunden pánico;
por todas partes el vacío, la horfandad y un des­
amparo absoluto. N i una tnano amiga d quien
lo liguen vínculos de sangre; n i una caricia,
una sonrisa, en fin, nada que mitigue aquella so­
ledad tan espantosa. ¿N o es verdad que esto es
profundamente conmovedor? Pues bien; lo que os
dejo referido es la historia fiel de lo que pasa,\no
á u n ntüo, sino á muchos de los que actualmente
residen o^ut.
» Yo conozco todos los males que los aqy^un}
palpo sus m iserias y esto lastima m i alma en sus
fibras mds sensibles. ¡ L a desgracia del niño con­
mueve tanto! Por eso he pensado construir un
local para ellos exclusivamente; pero u n localamplú>
y espacioso, donde puedan ju g a r libremente y donde
puedan congregarse para elevar á Dios sus preces
p o r sus padres, sus hermanos, sus protectores f
también por ellos; u n lugar, en fin , á cujKW
puertas puedan dejar la carga que sobre sus hom­
bros gravita doblegándoles con inflexible rigor.
> Quiero que haya u n taller donde puedan ad­
quirir hábitos de íra&íyo y huyan del ocio que en-

33 —
gmdra tantos males; u n dormitorio p a ra los huér­
fanos; una capilla donde puedan todos fortificar
sus corazones p a ra la lucha, porque si la enfer­
medad es una desgracia, la falta de fe
una
desgrada suprema; necesito tanibien u n cuarto de
música, pues como débeis saberlo, tengo u « a banda
de tnás de veinte witístcos, la m itad ó más de ellos
enfervws, y algunos nifios hasta de doce años.
Para esto solicité el concurso del supremo Godemo, giden bondadosamente me dio la mayor
parte de los instrumentos. L a música, como la oradon. eleva también el espíritu á regiones supe^'iores,
donde se extasía en la contemplación de lo inm a­
terial y excelso para acercarse m ás á Dios.
>Quiero, pues, que el Oratorio, pues esto es lo
que pienso fundar, sea: u n asilo hospitalario para
iodos los niños, enfermos; u n segundo hogar para
los más abandonados; u n monumento que acredite
la bondad é hidalguía de los jóvenes y niños de
este hermoso p a ís, y u n arco-iris que incline la
misericordia divina en favor del pueblo colombiano
para alejar y contener la propagación alarmante
del mal.
> ¡Qué dicha p a ra vosotros cuando al reclinaros
e» el materno regazo ó a l recibir las tiernas y
afectuosas manifestaciones de vuestros padres, p o ­
dáis aumentar la alegría del corazón, sabiendo
que tan eficazmente habéis contribuido al alivio de
los niños m ás infelices que existen sobre la tierra!
» S a y dos medios, á m i ver, de realizar estas
empresas, que siempre son el fruto de la santa ca­
ridad, á saber: los legados y las limosnas; conm o en los primeros no puedo iniciar los tra­
bajos, porque a ú n no cuento con ninguno; apelo,
pues, al segundo, que ha sido siempre el que más
prodigios ha hecho y el que mayores favores ha
obtenido del cielo para todos los que lo practican.
*Con que asi, m is queridos amiguitos, m i mano
afá tendida hacia vosotros y os pide u n a limosna
por amor de Dios p a ra vuestros compatriotas los
niños de este Lazareto...... »

m.
■Hairdn tenia yo al deciros lo que puse en el
principio. L a lectura de la carta que precede ha
conmovido vuestro compasivo corazón ¿no es cierto?
d. unos os habrá hecho derramar lágrimas de
^lor al pensar en la desgracia que aflije á tantos
pebres n iñ o s; á otros les infundiría ardientes defeos de aliviar en lo posible tanta miseria, y no
pocos, los m ás animosos y decididos de vosotros,
« uno de esos getierosos arranques semejantes al
de Sta. Teresa y su hermaniio cuando á la edad
de siete años huyeron de su cosa p a ra ir á tierra
de moros á padecer el martirio por la confesión
de la fé, ^ habrán llenado de bríos y estarán
impuestos á pasar á estas tierras, vivir entre esos
•iños desgraciados, curarles con sus m ism as manos
•w asquerosas llagas y entretenerles y alegrarles
^ bonitos cuentos y divertidos juegos.
Todo esto está m u y bien y demuestra los nobles
f cristianos sentimientos de vuestro corazón, pero
imposible de realizar, y por lo tanto ningún
“Ctirio Jlf^-ará á aquellos infelices.

L o práctico, lo que todos vosotros podéis hacer
si queréis, y yo bien sé que Ja voluntad no os
falta, es lo que el P . Variara os dice en su carta,
mandarles una limosna, medio el m ás importante
« que ha sido siempre el que wds prodigios ha
hecho y el que mayores favores ha obtenido dcl
cielo para todos los que lo practican. » L a p r i­
vación de una golosina, el peqyteño sacrificio de
u n juguete, y otras cositas p o r el estilo pueden ser
el principio de la única felicidad quepuedett espe­
rar los póbrecitos niños leprosos, cual es el estar
recogidos y bien cuidados, y recibir una educación
cristiana que les haga más llevaderos sus trabajos
y les merezca el paraíso, que indudablemente de­
berán á vuestras limosnas. Acordaos del noble y
generoso ejemplo de aquel nino de que os hablé
en otra ocasión que tratábamos de h mismo (1 ),
pero sobre todo de lo mucho más que os querrá y
favorecerá en está vida con sus gracias y en la
otra con su gloria, el divino N iño Jesús, que ha
prometido tener como hecho á E l mismo cttanto se
haga po r uno de los pobrecitos que en E l con­
fia n ( 2 ) .

Uaa visita á los leprosos de Noruega.
Sr. D irector del B oletín SA^LESiaNO :
CATÍsimo hermano en Cristo:
OHPLiEKDO con la promesa que le hice
ú V. antes de emprender mi viaje á
Xoraega, le escribo la presente, par­
ticipándole ante todo qne me fué de
___________ gran consuelo y ajad a la paternal
bendición qne recibí de noestro amado Padre D. Búa
momentos antes de mi partida; pnes no tardé mucho
en experimentar sos efectos. Apenas llegué á la
estación de Porta Nova en unión de mi compaílero
de viaje Dr. Fornara, temí que en medio del in ­
menso gentío que se ^ ra p a b a á la taquilla para
tomar billete, me podían escamotear el dinero del
viaje de los dos, y para estar más seguro, no qui­
tá is las manos del bolsillo en que lo llevaba. Pero
mientras estaba pagando los dos billetes, único mo­
mento en que había dejado libre el bolsillo, noté
que éste había disminuido de peso; meto la mano
inmediatamente y lo hallo vacio: el portamonedas
con 1,100 ptas. en oro, había volado. Miro á mi
alrededor, y observo que un hombre, á pasos acele­
rados, estaba para internarse en una galería que
(1) V. Bol , d« Febrero de 1 ^ , p á ^ 35.
(2) Las lúnoenu pueden mandarse a cnalqnier casa
salesiana, expreeando sn objeto, ó bien directamente
al R. B. L uis VaniARA, Lazareto de Agna de Dios,
Co7om>>ia.

m
— 34 —
hay á la fixtromidad do la pstacion y eu donde rei­
naba la más completa oscuridad, pues eran las 11 1/2
do la «oche. Dejó los billetes y la cartera sobre la
taquilla, y corrí detrás del desconocido antes de
que desapareciera. Cuando logró alcanzarle, lo aferré
por el cuello y con todas las fuerzas do mis pul­
mones gritó; « Miserable, devuélveme mi dinero. »
Al verse el caco acometido do improviso tan bruscamonto, intentó desasirse pronunciando algunas pa­
labras ininteligibles; pero yo lo estreché con más
fuerza, y casi seguro de haber hallado el ladrón,
levantó todavía más la voz y volví á apostrofarlo
nuevamente. Cuando vió que era inútil todo intento
do huida, me dijo en voz baja; « tome. Padre, tome,
y no grite ni diga á nadie nada; » y me entregó
el portamonedas queTialló intacto. Le dejé, y al di­
rigirme de nuevo á recoger los billetes y la cartera,
vi que dos hombros, no sé si de la policía secreta
ó amigos del rata, le seguían; • no puedo decirle
cómo acabaría aquella escena serio-cómica. A mi
llegada á la taquilla, el vendedor de billetes que
no sabía la causa de mi repentina desaparición en
el momento en que iba á recibirlos billetes, y á pa­
garlo, me echó un buen sermón-, pero yo dejó que
dijera todo lo que quisiese, porque no era tiempo ni
•casion de darle explicaciones.
iló aquí los primeros efectos de la bendición de
D. R úa, dye á mi compañero, espero que el viaje
lo haremos felizmente. Puedo decHe á V ., Sr. Di­
rector, que fui profeta.
Ol^ioto <le mi -vioje—E acxien ti’O pi’o-vlíloiielítl 0011 e l ‘V ic a r io .A-postollo o _ Claridad <le lo s INoxmegros —
lÚNtado d e l C a to lic is m o e a a q u e ­
l l a reírioa — F e s t iv id a d d e la
Ajsuiioion—V a r ia s v is it a s a l Iltm o.

l^ a llijB O .
No me detengo á describir el rápido viaje de
Turín á Paris, ni el más rápido de París á Londres,
ni menos el rapidísimo de Londres á New Castlo,
en el extremo oriente de Inglaterra, on el cual re­
corrimos 700 kilómetros eu unas seis horas, ca­
minando 116 kilómetros por hora. Tampoco lo digo
nada del magnifico cultivo que los ingleses dan á
sus campos, que parecen jardines, ni de la bonanza
del tiempo durante los dos días que navegué en el
mar del Norte, pues esto poco ó nada importa á V.
y á los lectores del B oletín Salesiano.
Paso por lo tanto inmediatamente al objeto pri­
mordial y único de mi viajo. Era éste ver, observar
é interrogar si era posible á los pobres leprosos de
Noruega; conferenciar con los médicos qqe les cui­
dan, inforuiarme de las principales bases en que
ésten fundados los Lazaretos, cuales son sus medios
do subsistencia, clase de alimentación, régimen y
horario interno y externo y leyes gubernativas para
formarme una idea y poder introducir todas las me­
joras posibles eu los actuales y futuros lazaretos de
Colombia.
Este y no otro fuó el olyeto de mi viaje, que no
estoy ya para viajes de recreo después de la acci­
dentada vida que he tenido durante los 23 años que
llevo de Misionero en América.
Como le decía á V. eu un principio, la bendición

de D. Rúa me ha valido para conseguir todo y aún
más de lo que deseaba. Un pensamiento me 'inquie­
taba en el viaje, y era el de no conocer á nadie en
Bergen para que me sirviera de intérprete y de guía,
pues el único Cooperador Salesiano en toda Noruega
que me podía favorecer y prestar su ayuda, era el
Vicario Apostólico Iltmo. Sr. D. Juan Bautista Fallize que tiene su residencia fija en la capital, Cristiania. Ni siquiera había pensado en llevar algu­
nas recomendaciones de los Gobiernos italiano y co­
lombiano, ni de informarme si en la ciudad de
Bergen existía alguna iglesia católica, aumentando
aún más mis temores y preocupaciones al pensar que
desconocía por completo la lengua noruega. Con un
poco que hablo el francós y algo inglés, pude ha­
cerme entender hasta que me condujeron á un hotel,
cuyo dueño hablaba medianamente, el francés. La
primera pregunta que hice, fuó si había en la ciudad
alguna iglesia católica. «Señor, me dijo, no lo sé
de cierto, ere® que hay u n a ; me informaré pronta­
mente para eu caso que la hubiera, decírselo y
mandar que le acompañen. »
Algunos momentos después llamaba yo á la puerte
de una humilde y antigua casa, pegada á una iglesia
que eu su exterior revelaba que era católica. Mi
sorpresa fué grandísima cuando vi que el que sahé
á abrirme era un caballero alto, con barba, vestido
de paisano y con un pectoral y cadena de oro al
cnello como se usa entre loa obispos católicos.
Al verle, yo no sabia qué decirle ni en qué len­
gua hablarle; él mo dijo en noruego algunas pala­
bras que no entendí, aunque supuse que mo pre­
guntaba quién era y qué quería. Deseando poner fin
á aquella situación embarazosa, resolví preguntarle
on italiano si por casualidad era él el Iltmo. señor
Fallize, Vicario Apostólico de Noruega; á lo que él
mismo me contestó eu correcto italiano. Deo gratias,
exclamó al mismo tiempo que me arrodillaba para
besarle el anillo. Con suma amabilidad me hizo en­
trar, y siempre en italiano correctísimo me preguntó
quién era, de donde venía y en qué podía servirme.
Cuando le dije quién era yo, y quién mi compañero,
y el objeto de mi viaje, mo manifestó su contento
y nos entretuvo con él algún tiempo, haciéndonos
varias preguntas y hablándonos dol Padre Santo J
de Roma en donde pasó algunos años de su juven­
tud. haciendo los estudios eclesiásticos. Nos dijo
también que era lector asiduo del B oletín S alesiano
y que admiraba la Obra verdaderamente providencial
de D. Hosco y de sus Misiones, ya extendidas por
todo el mundo. En un cierto punto de la co n v ec­
ción, me tomé la libertad de preguntarle el motivo
por el cual se hallaba en Bergen, teniendo su resi­
dencia fija en Cristiania.— Por una verdadera casua­
lidad, me respondió; hace pocos días que vine aqu»
á dar los primeros pasos para construir un hospital
católico, á fin de evitar que en lo sucesivo los cató­
licos sean llevados á los de los protestantes cuando
tengan la desgracia de caer enfermos; gracias á
Dios las cosas marchan perfectamente. T a hemos
comprado el terreno en un sitio á propósito, y unC
de estos días haremos la escritura. Su construcción
nos costará unas 80,000 coronas (moneda norue^
equivalente á una peseta cnarenta céntimos), canti­
dad obtenida por un empréstito hipotecario, cuyos

— 35 —
intereses nos ayudará á pagar la pensión que en el
hospital se les exige asi á los enfermos, protestantes
como católicos. También confiamos en la caridad de
estos católicos, y aun en la de algunos protestantes,
pues es tan grande, que es una verdadera bendición
de Dios. Este será el décimo hospital católico que en
el faanscurso de pocos años se levanta en Noruega;
y como le digo, estoy seguro de su buen éxito.— Sor­
prendido yo con lo que me había dicho de la cari­
dad y protección de los protestantes para con los
católicos, me movió á preguntarle si verdaderamente
fevorecían mucho las obras católicas.— Es tan grande
la generosidad de algunos de ellos, me respondió,
que yo mismo me ho maravillado, especialmente
cuando pido á beneficio de los hospitales. Me dijo que
en toda la Noruega hay cerca de dos millones de
habitantes, varios miles de los cuales son ya católicos
dependientes de 14 Misiones esparcidas por todo el
reino, asistiéndoles 20 sacerdotes, y que los 'cató­
licos gozaji de absoluta libertad, m ás que en ciertos
países que yo conozco, añadió S. S. no sin malicia,
y que en no pocos protestantes se nota una marca­
dísima propensión á ingresar en el Catolicismo,
razón por la que continuamente da gracias á
Dios y al Padre Santo que le han confiado una
Misión que tanto promete y tantos consuelos le pro­
porciona. Bergen, continuó, es la menos floreciente
de todas las Misiones, pues hace poco que se fundó,
y de 70,000 habitantes que cuenta toda la ciudad,
apenas 250 son católicos; pero espero que dentro
da poco se aumentarán considerablemente, tanto por
el celo y piedad de los dos sacerdotes que aquí reáden, como por la deferencia y amabilidad con que
íes tratan las autoridades civiles, la mayor parte
de los seglares protestantes, y algunos de sus pas­
tores. El Obispo protestante tiene severamente pro­
hibido el que se escriba y aún se hable mal de
nuestra santa Eoligion. Conozco obras de Teología
protestante escritas en estos últimos tiempos, que no
hay ningún inconveniente en adoptarlas de texto en
nuestras aulas; y hay ministros que tratándose de
materias de religión, no publican una obra sin
qae yo les dó antes mi consentimiento y el visto
bueno. Estoy completamente convencido de que
muchos de estos protestantes se salvan dado el
género de vida que hacen y teniendo también en
omnta su buena fe. En cuanto á ciertos errores y
Keocnpaciones y á l a confesión, van desapareciendo
poco á poco; tanto que son ya muchos los protes­
tantes que admiteu todas nuestras verdades ; sólo
que atemorizados por el respeto humano ú otros
motivos, no se deciden tan fácilmente á declararse
francamente católicos. Pero no todo el monte es
íasgradadamente orégano; por lo qne sí esceptuamos, como he dicho, unos cuantos ministros, el clero
Ijfiarano en general y en particular el de Bergen no
tos mira con tan bnenos ojos ni tenemos qne agra­
decerle muchos favores que digamos. E l campo es
^'totisimo y la mies á pesar de todo abundante; no
frita otra cosa sino que el Señor envíe muchos y
imeuos obreros para recogerla. ¡Verdaderamente el
Espmtu Santo inspiró al inmortal León VTTT al
eeenbir las brillantes Encíclicas llamando á los prohitantes al rebaño de S. P edro!
^ como la visita se prolongaba ya demasiado,

temiendo ser indiscreto di las gracias á S. lima,
y le prometí volver á visitarle alguna que otra vez
durante los días de mi permanencia en aquella ciu­
dad. — Sí, sí, venga cuando guste, que nos proporcio­
nará tanto á mi como al párroco un gran placer y
nos consolará todo cuanto podamos hacer en favor
de un Hijo de Don Bosco. Precisamente, añadió,
mañana deseamos celebrar con toda solemnidad la
fiesta do la Asunción de Ntra. Señora para obte­
ner una importantísima gracia; si V. quiere cantar
la misa solemne á las 10, tendremos mucho gusto
en ello; yo asistiré de pontifical; terminada la fun­
ción nos acompañará V. á la mesa para hacer un
poco de penítoncia. — Es natural que no pode rebasar
tan amable invitación, y al día siguiente, Domingo,

Gasa de las Hijas de Marfa Auxiliadora
de Guaratinguetá (Brasil),

cantó solemnemente la misa en la hermosísima Igle­
sia dedicada al Apóstol S. Pablo, gozando al mismo
tiempo de las dulcísimas armonías de una música
y un canto que foroiaban tres numerosos coros de
mujeres, acompañados por el órgano que por falta
de hombres tocaba una mujer. Manifestando yo
después mi maravilla, cómo siendo tan reducido el
número de católicos se habían podido formar aque­
llos magníficos coros, me contestó S. S.: — no se crea
y . que todas las señoras que han cantado hoy eran
catóñcas; una buena parte son protestantes ; pero
aquí son todos apasionadísimos por la música, y
aunque sean protestantes, cantan con sumo gusto
alabanzas al ^ ñ o r en cualquier Iglesia católica*
Eecuerdo que no hace mucho tiempo, en Crlstianín,
una señora judía tomó parte á una de nuestra.:
funciones religiosas; esto le valió la gracia de la
conversión, siendo poco tiempo después y hasta el
presente, nna fervorosa católica.
Durante la santa misa, la Iglesia, que es muy
e^)aci(ea, estaba llena de bote en bote, y cier­
tamente que todos no podían ser católicos, pues
como ya dije, éstos no son más que 250, y

— 36
algnnos do ellos habían cumplido ya con el santo
precepto, asistiendo á. la misa que se dijo muy
de mafiana. lío tardó mucho en salir de mi
duda: machos de los asistentes, especialmente se­
ñoras, oran protestantes que por inclinación ó por
curiosidad asisten frecuentemente d las funciones ca­
tólicas, y muy particularmente cuando en ellas hay
el atractivo do la música.
Otras varias veces volví con mi compañero el
Dr. Fornara A visitar al lltrao. Sr. Fallize, ya porjue nos ora muy grata su conversación y amable
acogida, ya para ilustrarnos con sus observaciones
y pormenores acerca de estas regiones, cuyos recuer­
dos me serán siempre gratos ó imperecederos. '
E l I>i*. H a n s o n y s i i o é l o b i ’e d i e s c x i l > i * i m i o u t o — XiOH l e p r o s o » c i i
y e n O o lo m b iu — S a l> ia s
l e y e s f j u b e x ’i m t i v u s p a r a , l o s p r i i t i e i * o s — X Ju p a s e o p o i * . l a l u o u t a u a .
Poro como el fin principal de mi viajo era ocu­
parme de los lazaretos y do ios leprosos, natural­
mente que era vivísimo en mi el deseo de saludar
cuanto antes al I)r. llansen, hoy do fama universal
por haber tenido la fortuna de sor el primero en
descubrir el bacilo de la lepra y de haber empezado
su cultivo, abriendo con esto nuevos horizontes á
los estudios de la ciencia médica y llenando de ha­
lagüeñas esperanzas á millares de leprosos disemina­
dos por toda la redondez del globo. Hasta el dicho­
sísimo descubrimiento del Dr. Hansen se había
considerado la lepra como una enfermedad incu­
rable ; actualmente la mayoría de los módicos creen
que se puede curar, y se comprendo: antes ora
desconocido el enemigo, y mal se puede destruir á
un enemigo que no se conoce; pero ahora el ene­
migo se ha descubierto, so sabe donde- está, cómo
vivo, cómo empiezan sus ataques, cómo se desarrolla
y multiplica y cómo finalmente so comunica á los
demás; de aquí, pues, la fundada esperanza de
hallar los medios para destruir completamente esta
terrible enfermedad ó para aminorar sus extragos.
El descubrimiento do esto bacilo ha conquistado
al Dr. Hansen una fama imperecedera y general en­
tre los sabios de nuestros días. A esto ha contribuido
no poco el haber sido traducidas sus obras á todas
las lenguas do los países en que reina la lepra. En
el Congreso módico tenido en Berlín en Octubre do
1897 con el único fin do estudiar los medios do
combatir la lepra, fuó objeto de las más vivas sim­
patías por parto de 120 colegas allí reunidos, y
hasta del mismo Emperador Guillermo que quiso
verlo personalmente y congratularse con él por sus
descubrimientos; y si algún fruto se pudo recabar
de aquel Congreso, en donde fraternizj\ron los más
insignes módicos do todo el mundo y dondo se ha­
blaron todas las lenguas, fuó especialmente debido
al Dr. Hansen. Nada menos quo con un hombre de
tanta fama en el mundo médico era con quien yo
debía conferenciar; razón por la cual yo tenia mis
temores de que tal voz sus muchas ocupaciones no
le pirmitirian recibirme, ó quo todo lo más so li­
mitaría á concederme « « a visita de
pero
todo esto no fue sino un juego de mi fantasía.

Apenas lle ^ é á Bergen, que es donde tiene su
residencia ordinaria el Dr. Hansen, le hice saber
desde el hotel en que me hallaba que un sacerdote
procedente de Colombia quería tener con ól una en­
trevista, para lo cual le suplicaba me fijara el día y
la hora en que me recibiría. Serían las 3 de la
tarde cuando yo le comunicaba mi deseo, y la res­
puesta fuó: « á las 5 en punto pasaré al hotel para
ponerme á su disposición »; y en efecto, á las 5 en
punto se me anunciaba el Dr. Hansen. Cambiados
los primeros saludos, pasó de lleno y sin perder
tiempo á exponerle el objeto do mi viaje, cosa que
hice hablando siempre en francés, único medio de
entendernos. Me habia yo figurado al Dr. Hansen
ya viejo, indiscutibleraeiite seri'», parco en palabras
y preocupado como lo están casi todos los hombres
que se dedican á arrancar á la ciencia sus secretos,
y máxime los que estudian las ciencias médicas;
pero nada más lejos de la realidad.
El Dr. Hansen, sin ser joven, pues tiene 65 años,
está conservadísimo y me demostró aquella misma
tarde que no le preocupan sus años. Es cariñoso,
franco y simpático, y uno de los hombres más cam­
pechanos que yo he tratado en mi vida. Baste decir
qne la media hora de conferencia qne yo le había
pedido como nn singularísimo favor, se prolongó
hasta 5 horas seguidas, esto es, de las 5 de la tarde
á las 10 de la noche, resolviendo todas mis dudas,
respondiendo á todas mis preguntas y dándome pre­
ciosos datos que ni siquiera soñaba yo pedirle.
En primer lagar le pareció fabuloso ó increíble el
número de los leprosos de Colombia; y verdadera­
mente pasa los límites de la credibilidad, el que una
nación quo cuenta apenas con 4 millones de habi­
tantes, tenga un número tan grande de leprosos.
Noruega, me djjo, tiene la fama de ser la nación
de Europa que está más contaminada de la lepra,
y sin duda alguna que hoy día el número de lepro­
sos no asciende á 600. Medio siglo hace había unos
4 ó 5’0 0 0 ; pero ahora las cosas han cambiado de
nn modo favorable.
Me hizo un sinnúmero de preguntas, á fin de
descubrir los orígenes del mal, y quiso informarse
de las medidas tomadas por el Gobierno Colombiano
para evitar que el mal se propague y tome mayores
proporciones.
Le entristeció grandemente cuando le dije qne
apenas en el corto espacio de un siglo, el mal se
habia propagado tanto, qne en el último tercio del
siglo pasado el número de leprosos no pasaba de
ciento, mientras que al presente son unos 30,000.
He aquí, he aquí, decía, una prueba incontrastable
de que la lepra es contagiosa; todavía se discute
si es hereditaria, yo no lo creo; pero no puede
menos de admitirse que es contagiosa: lo acaecido
en Colombia lo prueba suficientemente, pues un nú­
mero tan considerable de enfermos en una nación
pequeña y en nn tiempo tan corto, no se puede
explicar sino admitiendo qne la lepra es una enfer­
medad contagiosa.
Después continuó: — Hace 35 años, cuando yo me
consagré enteramente al estudio de esta terrible en­
fermedad, no eran en Noruega los atacados menos
do 4*000; hoy puedo asegurar á V. que no pasan
de 600 los leprosos, y Dios mediante espero qu

— 37 —
áentro de pocos años su número será cero, Pero aqu í parte puedo asegurarla que en tantos años como
nnestro Gobierno se ocupa de ellos, trabaja y hace llevo tratando con los leprosos de mi pueblo, no se
los gastos necesarios. Tea V ., me decía, en estos ha dado ni un solo caso de qne una persona saua
35 años he obligado al Gobierno á desembolsar al- haya contraído matrimonio con una enferma.— Des­
^ o s millones, pero en cambio le he librado de pués de haber hablado largo rato de otras muchas
gastar por otra parte mucho más. Puedo decirle que cosas, me dijo: — aquí no estamos muy bien, porque
sste Gobierno ha tomado todas las medidas que los én las casas de huéspedes no se respira un aire muy
médicos le han sugerido; y por tanto yo no puedo puro; si V . y su compañero no están muy cansados
á menos que hablar bien de él. Hasta el año 1885 del viaje, les invito á dar un paseo á la montaña
andaban las cosas de cualquier modo: se daban po­ que domina la ciudad, y desdo cnya cumbre so divisa
cas leyes enderezadas á combatir la lep ra, y éstas ua magnífico panorama, y allí cenaremos en una
no se observaban; pero en aquel mismo año envié fonda muy renombrada por su esmerado servicio.—
an informe á las Cámaras, que tuve la dicha de ver Me fuó imposible decir que n o ; á ello se oponían la
aprobado en todas sus partes, y convertido en ley cortesía y mi propio interés, porque de este modo
vigente. Pocos son sus artículos, pero son decisivos tenia más tiempo para prolongar una conversación
j concluyentes, y sus bases se reducen única y ex- que me era tan interesante ó instructiva, y por lo
climivamente al absoluto aislamiento de los leprosos.— tanto acepté gustoso el convite.
Como en aquel momento no tuviera á mano un ejem­
Durante la subida á la montaña, que duró una
plar impreso de la ley vigente, con sama compla- hora y media, se habló da diversas cosas, y yo le
«ncia tomó la pluma y me escribió los artículos dejaba hablar á fin de no cansarle mucho con mis
principales. Los reproduzco aquí fielmente extractados: preguntas sobre la lepra. Ha describió la ciudad de
1. ®Los médicos están obligados á denunciar alBergen, por quien él -demuestra toda su predilección,
Dr. Hansen cualquier enfermo de lepra que descu­ ya sea porque en ella vió la luz primera, ya porque
brieren. Dicho doctor dará aviso á la Ju n ta de sa­ en la misma no hace muchos años descubrió el ba­
nidad de la ciudad ó pueblo en donde se halle el cilo de la lepra. — Parece imposible me decía, que
enfermo. La Jn n ta de sanidad procederá inmediata­ á 60 grados y medio de latitud en que nos encon­
mente al aislamiento que puede ser de dos modos. tramos, se pueda gozar de una temperatura tan de­
2.
® Si el enfermo prefiere permanecer en casa yliciosa. Los extranjeros creen generalmente que vi­
tiene recursos para vivir cómodamente, se le permi­
vimos en medio de la nieve y de los hielos perpetuos,
tirá bajo estas condiciones: que prometa seriamente y vienen por aquí como si fueran al Polo Norte.
da no salir jamás de casa; que no duerma en el En Bergen raras veces nieva y de los vientos helados
mismo lecho con ninguna otra persona; que nin- del Polo nos defienden perfectamente estas montañas
gimo, aunque sea de la Emilia, use cosa alguna que que circundan por completo la ciudad. El puerto de
fe pertenezca, como camisas, pañuelos, sillas, libros, ésta es seguro, y la vegetación todo lo exliubentensUios de m esa, etc. etc. Sin e s t^ condiciones,
rante que puede darse en los países templados, razón
aunque sea persona rica, no se permitirá al enfermo por la cual Bergen tiene muchos atractivos para los
permanecer en casa.
forasteros, y se ve visitada principalmente en ve­
3. '* Si el enfermo es pobre y no puede procurarse rano, por personas de todos los países do Europa.
te medios de subsistencia para vivir en las condi­ Cuenta la ciudad con 70,000 habítautes y hasta el
ciones arriba expresadas, se le conducirá á un Lamismo Emperador de Alemania no deja pasar año
areto de grado ó por fuerza.
sin estar una temporada aqui eutre nosotros: señal
4. ^ En el caso de que el enfermo fuera personaevidente de que le prueba bien.
asada, está ig ^ m e n te obligado á abandonar la fa­
milia, siempre que el Gobernador provincial ó la XJiia pro(>:untn. oapciona —E l ino.Joir
uterídad eclesiástica no disponga lo contrario.
<5outt*u Ifi lei>i*a - W
<í<íoul>Holuta del ai)slumi«^iito —
5.
^ Las Autoridades gubernativas deben proveer
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fe todo lo necesario á los leprosos residentes en los
q u e el trabajo reporta á I oh le ­
lazaretos.
prosos.
lie pregunté si la ley que habla de los casados
Frecuentemente me venían ideas de dar otro giro
DOprohibe los matrimonios mixtos, esto es, de períODasana con enferma. — N o; me respondió: la ley á la conversación, aunque ésta era muy amena.
DOhabla de esto, solamente se ocupa de los que en­ Aprovechando un momento que cesó de hablar, le
pregunté: — Querido doctor, ¿ ha curado Y. á machos
ferman después de casados. Sería
una ley odiosa,
porque coartaría la libertad de los ciudadanos. Por leprosos eo los 35 años que lleva consagrados á esta
fe demás, nna vez que se observen las leyes pres­ preciosa y humanitaria tarea? La pregunta, como Y.
citas, el matiimonío mixto es casi imposible. Los señor Director puede comprender, era un tanto arries­
gada, y aún algo más; pero él la tomó en buen
^I^osos que habiten en los lazaretos tienen otras
en que pensar, pues su primer y principal pen- sentido y me dijo: — Curación radical, hasta la fecha
Duuieuto es hacer nna buena preparación para la ninguna, y creo qne ni yo ni otro alguno pueda ob­
muerte; y en cnanto á los que se les permite habitar tenerla ; y pnedo añadirle que no creo en la curación
sus casas, obligados como están á vivir separados de 2a lepra. Aún después del descubrimiento del 6atodos y sin ningún género de relaciones con las cilOf la enfermedad es de laa incurables; cesará
PWDonas del mundo, el matrimonio viene á ser difi- cuando se encuentre un animal que no sea refrac­
^ im o , porque en el supuesto de que alguno de- tario á la lepra; pero éste todavía no se ha encon­
trado. Así lo creyeron algunos médicos, entre ellos
casarse, no encontraría con quien. Per mi

— 38 —
«l Dr. Carrasquilla, colombiano; pero yo no lo he
creído jamás. En nuestros Lazaretos de Noruega se
ha hecho uso de todos los remedios indicados por
los médicos ó ensayados en otros puntos: en Bergen
tengo médicos que trabajan conmigo y que no hacen
otra cosa que aplicar los remedios que me envían de
todo el mundo; pero siempre sin ningún resultado
favorable. Por ahora el mejor remedio es la higiene,
mucha higiene, y puedo asegurarle que jamás será
atacada de la lepra la persona que sea limpia y
<|Ue practique las reglas generales de la higiene.
Hasta en los ya atacados es de suma utilidad
la limpieza, porque paraliza la enfermedad y la hace
mucho monos penosa. Esto es lo que más recomiendo
á mis enfermos, especialmente á los de los Lazaretos;
por lo tanto baños, muchos baños, que el agua cuesta
poco. Muchos paseos por los jardines que circundan
los Lazaretos; ventilación en todas las habitaciones,
principalmente en los dormitorios; alimentación sana
y abundante, y nada de licores. Ya lo verá V.
cuando vaya á visitar mis hospitales y podrá
convencerse y ver por sus propios ojos todo lo que
le estoy diciendo. En cuanto á lo do llegar á una
curación radical, le diré claramente que es tan poca
mi esperanza, que ni aún siquiera me ocupo de ello.
Mi vida la paso siempre en mi laboratorio químico;
antes para descubrir el bacilo, y ahora que ya lo he
hallado para cultivarlo; no hago otra cosa. No visito
jamás á personas que padecen de otras enfermedades,
porque además del tiempo, me falta la práctica. En
los mismos Lazaretos por propia simpatía y por dis­
posición del Gobierno, mi misión se reduce solamente
al estudio del bacilo y en esto he empleado 40 años
de mi vida.
Le preguntó después si era más conveniente situar
los Lazaretos en las islas ó en los alrededores de la
ciudad......
— Para mí, me dijo, es lo mismo; conveniente es
edificarlos en una is la , y conveniente es tenerlos
próximos á las ciudades, para mejor vigilarlos y asis­
tirlos. Todos nuestros Lazaretos, los dos de Bergen,
el de Molde, el de Throdjenm y otros que existen
en Noruega, están todos en las inmediaciones do la
ciudad; lo más importante do la cuestión está en el
aislamiento; este es el punto capital; hecha esta
salvedad, le digo á V. que los Lazaretos pueden edi­
ficarse en cualquier parto.
Con todos estos razonamientos llegamos á la cumbre
de la montaña, á 300 metros, cenamos y después
«Ifíscendimos poquito á poco, acompañando al Dr.
hasta cerca do su casa. Eran las 10 y algunos mi­
nutos ; es decir, que había durado nuestra entrevista
nada monos que 6 horiw. Al despedirnos me dijo el
Dr.: — Mañana es Domingo, y yo como buen cris­
tiano (conviene notar aquí que el Dr. Hansen es pro­
testante) en Domingo no hago n ad a; se descansa y
so hace alguna que otra cosa conveniente; por lo
tanto, hasta el lunes á las 11 en punto, en el Lazareto
tal, callo de tal, donde ciertamente me hallará Y.
Y esto diciendo, me dió la dirección escrita á fin de
qno lo pudiera hallar más &cilmente.
A las 11 en punto de la mañana del lunes, con
mi inseparable compañero el Dr. Fornara, que tan
buenos servicios me prestó durante el viaje, tiraba
yo de la campanilla del Lazareto. Mientras esperaba

qne alguno saliera á a b rir, leía el siguiente aviso
escrito en inglés á grandes caracteres. Ninguno
puede entrar en este asilo sin im permiso esj^claí
de la autoridad ó de los médicos del estedílecimiento. Perfectamente, dije para m i; si se hiciese
así en Colombia...... Inmediatamente se nos condujo
al laboratorio quiniico del Dr. Hansen, donde ya se
hallaba éste. En esta segunda visita nos trató
todavía más campechanamente, pues parecíamos an­
tiguos camaradas.
Sin pérdida de tiempo, hecha una ligera reseña
de lo que encerraba el laboratorio, se empezó inme­
diatamente la visita del establecimiento. Es todo él
de madera, dividido eu varios cuerpos; el principal
tendrá 70 metros de largo por poco más de 7 de
ancho; los demás tienen la misma anchara, pero
menos longitud, y todos tienen dos pisos. En el
mismo establecimiento, en un sitio conveniente está la
farmacia, los cuartos de baños, biblioteca, habitaciones
para los enfermeros, etc. A su alrededor, hay un her­
moso jardín y un parque pobladísimo de grandes
árboles, donde los enfermos tienen libertad de pasear
y distraerse á su placer, y más allá, en los confines
del parque, una espaciosa laguna en la cual no pneden bañarse los enfermos porque, como he dicho, tie­
nen los baños en casa. Las habitaciones son todas
iguales; y están muy limpias y bien ventiladas. Las
camas son verdaderas camas y no como las de los
pobres enfermos de Contratación, los cuales no tienen
otro lecho que el suelo ó una piel. Eu los cuatro
ángulos de la habitación están las camas y al lado
de cada una hay una silla ó un pequeño sofá, yen
el centro nada ó sólo una mesa. Tanto en las
lerias como en las mismas habitaciones hallé varios
recipientes de estaño llenos de ceniza ó de arena
destinados para que esputen los enfermos. Cuando
la gravedad del mal no les permite abandonar el
lecho, deben esputar en una escupidera hecha al
efecto; pero jamás en el suelo, porque los médicos
dan á esto mucha importancia. El refectorio es comin
y solamente cuando alguno está legítimamente impe­
dido se le sirve la comida en su habitación. Hay
dos grandes salones destinados al trabajo; en ano
vi á varios hombros en perfecto silencio, oenp^ot
eu tejer redes, y en el otro había algunas mujeres
ocupadas en cardar lana, coser, etc. etc. Snponp.
dye, qne no será obligatorio el trabajo á estos in­
felices. — No señor, me respondió el Dr.; pero s»
les aconseja y exhorta á que trabajen, siempre
la enfermedad se lo permita. De este modo se ^
proporcionan dos ventajas; la primera es que están»
ocupados viven más distraídos y no piensan tanto
en su desgracia; y la segunda qne con su tra­
bajo ganan alguna cosa, y el interés es una po^
rosa palanca para mover á toda esta gente, — ¿i"
modo, observé, ¿que el Gobierno ó el Municipio
pra y paga su trabajo? ¿ y qué hace de ello? — ^
que aprovecha para el Lazareto, nos quedam(^ f'®,
d io ; lo demás se vende al público. — ¿Al públio)— Si señor; una vez desinfectados no hay incoBT^
niente alguno; pero es tan poca cosa lo que hac»
que no son muchos los objetos que se venden al
blico. De ^ te modo se obtiene qne trabajen con«ligencia y gusto, pnes lo qne ganan es todo p***
ellos, y con e ^ pueden atender á saüs&cer ^

— 39
pequeños caprichos; concluyó diciendo que el tra ­
bajo forma parte de la higiene.
Curiosiclades satisf^elias~-X.,as diaGonisas— G i e a B ib lio t e c a —Xlex*mosas p a la b r a s dle u a p r o te s ta n te
— Generoso ofreeinxiento — B e s pedida — TJn d e b e r d e grratitud —
Conclusión.

Yo tenía una vivísima curiosidad por saber quien
asistía á aquellos 120 leprosos allí encerrados, y de­
seando satisfacerla pregunté al señor Dr. __En
cnanto á esto, me respondió, la cosa es sencillísima:
los enfermos que no están graves son los primeros
en prestar los servicios, y se les paga como si fueran
personas sanas; para lo demás se emplean personas
eitrañas.
¿T si no se hallan? — Pagándolas
bien, se encuentran siempre. — ¿ T no tienen miedo
de contagiarse? — Que yo sepa, no señor; los pre­
ceptos higiénicos qne yo les prescribo y que ellos
observan escrupulosamente, los hacen invulnerables;
y toda la higiene consiste en esto solo: agua, mucha
agía, muchos baños. En tantos años como yo llevo
aquí viendo á las personas de servicio en continuo
contacto con los leprosos, no se ha dado todavía un
sólo caso de contagio. Todas las semanas tienen obli­
gación de tomar uno ó dos baños, pero yo les acon>-jo hacerlo todos los dias. — Bneno es hacerlo sa­
ber á quien corresponde, dije para mi, pues el pre­
servativo no puede ser más sencillo.
También en aquellos Lazaretos, como igualmente
enlos hospitales, se hallan las monjas protestantes
lamadas diaconisas. Hacen también los votos, in­
t o e el de castidad, pero no yjerijcftía, porque pre­
fieren dejar una puertecita abierta para si llega la
icasion, que no se suele liacer esperar mucho si
2 ^trata de alguna diaconisa joven y rica, pues en
este caso pronto hallan quien las conduzca al altar,
fln donde ellas renuncian gustosas á sus votos, para
Procter y hasta jurar eterna castidad conyugal.
Hecha esta pequeña digresión, vuelvo otra vez á
entrar en materia. Lo que más me llamó la atención
en aquel Lazareto fué la biblioteca, que tiene al­
amos railes de volúmenes magníficamente encuader­
nados. Al notar el Dr. mi admiración me dijo: __
¿Quiero V. saber qnién ha proporcionado tantas y
tw buenas obras? La gula, aunque le parezca á V.
«riraño. La Sociedad que tiene el monopolio del
J^rdiente, está obligada á pagar al Gobierno un
tanto por ciento de las entradas; por otra ley el
?vbierno no debe retener de esta renta, que no es
“ significante, más de cien mil khroners (una pta.
0»40) anuales, el exceso de lo recaudado se destina
* la conservación y aumento de las bibliotecas de
hoqjitales, y principalmente de los leprosos. La
[jqneza y existencia de esta biblioteca se debe, pues,
“1 monopolio de aguardientes; por eso dije que es
Vicio el que la mantiene.
H® aquí un medio ingenioso para agenciarse
y atender á las neceádades de las obras de
«neficencia, ^ je para m í; ¿porqué no hacen otro
auto los Gobiernos que tienen exhaustos los erarios
Páfihcos y deben atender á cosas tan importantes
como urgentes?

Dtópues de haberlo recorrido todo, el Dr. Hansen
nos invitó á ir á visitar el otro Lazareto, distante
del primero poco más de un cuarto de hora á
pié. También el segando es de madera y tiene dos
pisos ; pero la forma es nn poco diferente. En el
centro hay un ospacioso salón con sillas alrededor y
sin nada en medio para que puedan pasear los en­
fermos. A los dos lados laterales so hallan las ha­
bitaciones que sirven de dormitorios, y en 'cada una
de ellas hay una cama, una silla, un sofá y uu
pequeño armario. — Este es un hermoso modelo,
me dijo ol señor Dr. , para un buen Lazareto, y así
lo haría yo todo él si debiera comenzarlo ahora. Un
gran salón en el centro para que durante el dia pue­
dan pasear y entretenerse los enfermos, y para poder
de esta manera ventilar bien los dormitorios; sola­
mente que éstos para los leprosos son un poco pe­
queños. Se necesitan 30 metros cúbicos de aire para
cada enfermo, de este modo no podrá viciarse mucho
la atmósfera y los leprosos estarán perfectamente
bien. Este segundo Lazareto en breve será suprimido,
y sus enfermos que actualmente no pasarán de 60,
se trasportarán al otro que tiene capacidad para unos
280, y una vez desinfestado, se destinará para hos­
pital de tísicos, que aquí abundan desgraciadamente
más que los leprosos.
Viendo qne los dos grandes Lazaretos estaban
construidos solamente con madera, supuse que tra­
tándose de hospitales para la lepra, y aún para
CMlquiera otra enfermedad, sería más conveniente ó
higiémca la construcción con madera que con otros
materiales, y supliqué al señor Dr. me dijera su opi­
nión. — Esto es indiferente. Nuestros Lazaretos
están fabricados de madera como lo eston también
otros edificios de la ciudad, por la sencOla razón de que
la madera abunda aquí mucho, y estas construcciones
son mucho más económicas que si se hicieran con
piedra ó ladrillo. Hay todavía otra razón, si bien
secundaria, y es que el suelo de madera puede te­
nerse más limpio qne si es de otros materiales, ex­
ceptuando el mármol, pero éste escasea mucho por
estas regiones.
Aquí creí satisfecha toda mi curiosidad; pero antes
de dejar á aquel Dr. tan amable y complaciente, le
dije que si eran los demás Lazaretos de Noruega como
los que había visto, pensaba no prolongar máa mi
viaje para visitarles.
— Tiene V. razón, me dijo; el Lazareto de Molde
se suprimió por falta de enfermos, y los demás se
han trasladado á otros puntos; el único importante
es el de Throdjenm, pero está muy distante y en él
no encontraría V. nada nuevo, porque está hecho
bajo los mismos planes y condiciones que este de
Bergen; los otros son insignificantes y seria tiempo
perdido el que empleara V. en visitarlos. — Gracias;
pero dígame V. ¿no me seria útil continuar mi
viaje basta Stokolmo ? He oido decir que también en
Suecia hay muchos lepros(W...... — ¿ u n error; en
Suecia son muy contados los casos de lepra, y éstos
se dan en el N orte: en Stokolmo hace ya mucho
tiempo que desapareció ; así es que si á V. no le
mueve otra cosa para visitar á Suecia, debe re­
nunciar á ello, jrarque pentorá V. el tiempo.
Le di mil gracias por la exquisita amabilidad con
que nos había tratado, y prometQe que estaríamos

— 40 —
fliempro agradecidos. Mo preguntó de nuevo mi
nombre, y cuando supo que yo era sacerdote católico
y religioso, me dijo algo impresionado: — Siempre
lie admirado vuestra religión católica, con sus reli­
giosos y hermanas de la caridad. i Hermosísimas
palabras en los labios de un hombro del género del
Hr. Hansenl ¿Quiero V ., saber señor Director, hasta
que punto llegó su cortesía? — Si en Colombia,
dijo, tuvieran necesidad de mí, iría gustoso, con la
sola condición de que no á mí sino á mi Gobierno
le pidieran el necesario permiso; no tengo otra di­
ficultad.
Dilo de nuevo las gracias, aunque este ofrecimiento
es inútil, porque en Colombia se necesita un médico,
no que descubra el "bacilo sino que lo destruya; más
necesario que el microscopio es el veneno.
Era cerca de las dos de la tarde cuando terminó
nuestra visita, y después do saludar al cariñoso Dr.,
nos trasladamos al hotel para escribir en nuestra
cartera estos apuntes. Como V. vé, señor Director,
la segunda conferencia ha sido también bastante
larga, pues duró 3 horas; no podía quejarme, pues
la bendición do nuestro amado Padre Don Rúa me
había obtenido un resultado mucho más halagüeño
que el que yo podía prometerme de mi viaje. Beo
grafios.
Otro consuelo que me ha proporcionado la ben­
dición del Rvdmo. señor D. Rúa, ha sido la gratí­
sima compañía del Dr. Fornara, natural de Taggia,
que también consagra sus desvelos al estudio de la
lepra. Me ha prestado grandes servicios durante mi
viajo, y ha sido para mí un verdadero amigo y un
fiel interpreto; sin él, no me hubiera arriesgado á
partir, y ciertamente que no hubieran sido tan grandes
los frutos de mi viaje. Bueno será, por lo tanto,
que desde las columnas del B oletín S alesiano haga
pública mi gratitud y le envíe mis más expresivas
gracias por el sacrificio que por mí ha hecho, aban­
donando á su familia, á sus enfermos y su pueblo para
emprender un viaje tan largo.
Aquí, señor Director, pongo fin á mi prolija rela­
ción, pidiendo á V. y á nuestros beneméritos Coo­
peradores mil perdones si los he cansado des­
cendiendo á particularidades que tal voz alguno
pudiera juzgar ociosas; poro he tenido en cuenta al
escribirlas la ilimitada indulgencia de unos, y el
sumo interés que pueden tenor para otros que yo
conozco perfectamente. De cualquier modo mi inten­
ción ha sido buena y mi fin recto. Sea todo á mayor
gloria de Dios.
De Y ., señor Director, afmo. in C. J .

/I

-/V»* •'i'M aría salad d e los enferm os.

El 22 de Diciembre de 1895 me sentí presa de
una enfermedad que muy pronto tomó caracteres
crónicos, á pesar de haber recurrido á tres doctores
en medicina, renombrados con justa fama de enten­
didos en la ciencia módica, quienes estuvieron me­
dicinándome por espacio de tres años ; y no habiendo
obtenido ningún alivio, fijé toda mi esperanza en
María Auxiliadora y Nuestra Señora de la Soledad,
para que por su intercesión me concediera el Señor
la salud de que carecía. Para lograrlo, empecé con
verdadera confianza á rezar todos los meses las
dos novenas, y el diez de Abril del presente año de
1898 quedó positivamente cierta de haber obtenido
la salud que pedí á Dios nuestro Señor por el po­
derosísimo valimiento de María Auxiliadora. Doy,
pues, gracias al Señor y á su bendita Madre, y de»?
que se publique esta gracia en el B oletín Salesuso.
Soledad de los Ríos de B eeúmbh.
(MAjioo), S de J a a io d e 1896.

M aría m e salva
d e un gran d e com prom iso.

Habiéndome encontrado no hace mucho tiempo en
un grave compromiso por un fuerte pago que tenia
que hacer, y no podiendo encontrar dinero para
hacerlo, invoqué á María Sma. Auxiliadora prome­
tiendo publicar esta gracia en el B oletín S alesiano
si salía bien de tal apuro. No bien hube hecho esta
promesa, cuando á los pocos días recibí por un con­
ducto que ya había intentado y del que desesperaba
en absoluto, la suma necesaria y aún sobrante parr.
efectuar dicho pago, por lo que lleno de gratited a
tan buena Maike, deseo se publique esta gracia.
F . L. de L.
C. d« T .. 39 d« JaU o de 1898.

EViVsio R.vbaouati Pbro.

Misionero SalesUino,
Bergen (Noruega), 22 de Aguato, de 1898.

Á

.A.g^t*a<leciinieiito
BXaria .A.u3 cltia<lox*a.

Padeciendo mi querido papá por espacio de ¿os
años de ahogo, y viendo que todas las medicin^
que se le aplicaban eran inútQes, invoqué á Mana
Auxiliadora ofreciéndole una novena y dos volivares
de limosna, que tengo el gusto de remitir. La noche
que empecé la novena le dió un fiierte ataque, y
desde entonces ha seguido mejorando de día en día.
Hallándose hoy en completa salud, deseo que fl*
publique en el ! ^ letín Salesiano mi eterno agrade-

— 41 —
cimionti) á tan bondadosa Madre, por los importan­
tes beneficios que derrama sobre sus hijos.
I sidora Gihénez.
Yaritagna y Julio de 1898
3 X a r i a .A .u x i l i a c l o i * a s a l 'v a . ri
nuestro liijo.
A los 5 meses de edad enfermó nuestro hijo con
o.ilora infantil; el módico que le asistió y de quien
estamos sumamente agradecidos, tomó grande interés
en salvarlo, pero el caso era de gravedad.
Llegó el momento en que le vimos próximo á mo­
rir, y entonces imploramos el auxilio de María Auliliadora, ofreciéndole que mi esposa y yo rocibif imos los santos Sacramentos de la Confesión y
Comunión.
A las 6 horas de haber hecho esta súplica, nues­
tro hijo había mejorado notablemente, debido sin
dnda alguna á que la acción del facultativo venía
ya inspirada por la Santa-Madre á quien habíamos
acudido en tan terribles momentos. Hoy se encuen­
tra completamente bien, y nosotros hemos cumplido
con María Auxiliadora, y deseamos se publique esto
milaero en el B oletín S.vlesiako.
M. A. A. y su E sposa.
Valencia (Yenezuelu), 1 de Junio do 1898.
C r lo r ia . í l 3 C : i r í í i .A .u x iH o < le l o s
O r i s t ia n o s .
Encontrándome en una inmensa aflicción por un
ramio de familia y no teniendo más esperanzas que
'*:en<r del Cielo el feliz resultado, me eché á los
r;'s de María Sma. como el naúfrago se aferra á la
tmica tabla de salvación, y empocé una novena en
sa honor, prometiendo, entre otras cosas, publicar
U gracia en el B oletín S alesiano para su mayor
rloría.
Estaba en el tercer día do la novena, cuando
hallándome más afligida que nunca, me fui á In
Iglesia á invocarla ante el Smo. Sacramento, y oMigarla asi á que me concediese la gracia antes que
día terminase : eran las 3
tarde cuando
'4o pedía, y á las 6, que fué cnando regresé á casa,
!» primera noticia que recibí fué la de haberse arrcfUdo favorableinonto el asunto, j Oh María ! ¿ Cuan­
do 03 he invocado en vano ? ¡ Gracias Madre m ía !
A. P.
Cooperadora Salesiana.
Almagro jr Julio de 1898.
X.«a no'\’eua. milairv^osa.

Me hallaba agobiada y abatida por cansa de un
y continuo mal de muelas que no me dejaba
w instante de reposo ni de día ni de noche, tanto
la medicina era impotente. Hacía ya quince días
52'? no podía abrir la boca, ní tomar otro alimento
530 caldo y leche, cuando mi esposo determinó que
f^-ra yo á Barcelona para sí-r visitada por nn especUlUta. Este, habiendo examinado bien el caso, dijo
53« era necesario hacer una operación, qne á ruegos
traslado i ocho días después. Mi ánimo iba
dí'^yendo de día en día y con sólo pensar que se

me había de hacer operación me ponía desasosegada
é intranquila. En uno de estos momentos en que más
fuerte era mi abatimiento, recordé las mochas gra­
cias que la Sma, Virgen Auxiliadora otorgaba á su.'J
devotos, y determiné hacer una novena en su hoiuir.
prometiéndole si me obtenía la gracia dar una li­
mosna según mi fuerzas á la casa Salesiana do esto
pm-blo, y publicar la gracia en el Boletín S alesiano.
Los auxilios de la Virgen de D. Bosco en favor
de esta última entre las Cooperadoras do su inmortal
Obra, no se hicieron esperar, pues pasados los ocho
días y siendo visitada por el Dr. especialista, éste,
con gran maravilla suya me dijo que ya había des­
aparecido todo peligro y que por lo tanto no era
necesaria operación alguna. En efecto; íiii mejorando
tan rápidamente, que pocos días después podía có­
rner sin trabajo alguno. ¡ María había sido mi salud!
En acción de gracias y de perenne agradecimiento
á la que es verdadero auxilio del pueblo cristiano,
d^eo que se publique tan insigne favor en el B ole­
tín S alesiano, para que todo el mundo conozca cu:in
pronto María auxilia á cuantos con fó la invocan.
Carmen Valls y A migó.

S. Vicena deis Horte, U de Agosto de 1898.
3iai*iu .Au>:iUa<1ox*n me sal'v'ó
la
Salí de viaje para hacer una comisión, y teniendo
que pasar un rio y no sabiendo estuviese tan hondo,
obligué á pasarlo á la caballería en que iba mon­
tado; ella no resistió y al poco trecho se sumergió
de tal modo, que no tenía fuera nada más que la
cabeza. El animal hai ia grandes esfuerzos para salir
y no podía; en tal apuro y no hallaiido otro auxi­
lio que el de .María, pues el lugar donde rae encon­
traba era un paraje enteramente solitario, me enco­
mendó á Ella de todo coraz«m. No sé cómo pndft
apearme de la silla en medio del río, cuando de
improviso me halló flotando on el agua sin Ir á fondo,
invocando siempre á María Auxiliadora y prome­
tiéndole qne si salía sano y salvo de esto trance,
liaría publicar la gracia en el B oletí.v Salesiano.
Gracias á mi celestial Auxiliadora, llegué ileso á la
otra orilla y pude también salvar al animal.
Hoy cumplo mi oferta con el mayor idacfir, y
no encontrando palabras con que expresar mi agradecimiente á tan buena Madre, recomiendo á todos
los qne lean el Boletín Salesiano que me ayuden
á darla gracias por este bí;neficio, y recurran en
sus tribulaciones y peligros á la qne con raz<)n es
llamada A u xilio de los cristianos.
E lIODORO CASTROLO.
Caracas, 15 de Agoeto de 1898,
Carme» B. de Olrera. deSantiago (Méjico),dagj-arjas
á la Sma. Virgen por haber enrado ádos amigat
ana de ellas enferma de macha gravedad. — Elias 01rera, de Jd,, manda 50 c t . por baber obtenido d e
.\I.* Anx. la salad qne había perdido. — Geríruiiiit Ch.
de Tottado, de Mazapil (Zacateca») agradece & María
Anx. la cnracion de so bija, y manda una limosna
^ r a sn templo y otra para una misa. — Jonifn,
y. de Sota, de la Hacienda de 8. Antonio de Padna
(Zacateca»; y Geranio Cosío, de Id., dan gracias á .M."
Anx. por vanos favores recibid»»», y mandan ni-a li­
mosna para la coustxuccion de sa templo en Mé’ieo.
★ e

■ iM í

mm

— 42 —
Pbri)., del Callao (Perfi), da gracias á M.*
Anx. en nombre de una pobre viuda, que, habiendo
estado gravemente enferma, y no podiendo hacer frente
it la enfermedad por falta <io recursos, aornUo d -la
Sma. Virgen y ésta lo concedió la salud ^ue pedía.
— M. E. fV., de Id., da gracias lí la Sma. Virgen por­
que, estando una amiga suya muy enferma de mal de
l orazóii, y eufureciéiuíoBe cuando so la hablaba üe
ronfeeion, acudió d M.* Aux. y al día siguiente pidió
un ooiifosor, niuriomlo santamente después de recibir
todos los Sacramentos. — ^1/. V. de G., de la Argen­
tina, da inñnitas gracias d María Aux. por grandes
favores que ha recibido.— A laryarita P a d illa , de ^a■■atecas, en agradecimiouto d la Sma. Virgen por ha­
ber saoinlo d un miembro de su familia de un grave
compromiso, manda 50 cv. para la coustrucciou de su
lemplo en Méjico. — Do» personas, de Irapuato (Méiioo), dan graoina d María Anx. por haberles devuelto
la salud, en una grave enfermedad. — Jesús Lseobeao,
da infinitas gracias d M.“ Aux.por haber sanado d una
¡lija suya de mía grave enfermedad. — fí- de if .. de
id., agradecida dM.“ Sma. Aux. manda S ps. para la
fonstrnocion «le su templo. — Oiiasco Paolo. de S. Nilíolds de los Arroyos, da infinitas gracias d M. Aux.
por haber curado d un hijo suyo «le una tunosa inanta
«m edios médicos fné imposible curar. — im so A.-,
«le Id., qneda agradecida d la Sina. Virgen, por haber
converthlo d un pecador próximo d la muerte.
Federico Sa, Phro., de Pepón, manda 5 ptas. en agra­
decimiento d M.* Aux.‘ por haber librado d sn madre
«le los fufirtes y tremendos dolores de muelas que
padecía.
Sor Luisa Iterreros, de Couesa; Angel Diax, de Sta.
Cruz de Campezo (Alava); Bernardiim Cetiín y Lspinola, de Molino d«i Plores-Foxeco; Severo Salas, de
Buenos Aires, y Faustino l'^aile Lozano, de Santiago
de Compostela.'nos han remitido relaciones de íavores
rot'ibidos do María Auxiliadora, las cuales las pal>lloni’<'iii<»Koiiaiiflo íi oarta una la
llojruo su i-ospeetivo turno.

— yi. Sani,

.

iv.

i
Jila 3<g>

OOREESPONDENOIA
“<s>’

'

C ..m m x (í^eviUa).
( Conchiftion) (l).
Cou nsietencia «le numorosisimo público, que
Ih'uabu lusgrnmU‘8 naves «le la eapacitwa iglesia,
olloiiS s«»lemnemente un sacerdote «le las sueodiclms
Eei'U«‘las Salesiaiias de Sevilla. Los niños do la
llamla. acompañando con sus instrum entos, ejecu­
taron en unimi de tos escolares del Colegio Salesiano
«le e<ta Ciudad, una d é la s más inspira«las misas
«pie han salido de plum a salesiana ; haciénd«)lo con
tanta atinacion. delicadeza y gusto artístico, que
llenaron de admiración A cuantos p resen cian^
um im ponente y s«>leiune manifestación del culto
«>at«ilioo.
0l»s«M|UÍad«>8 cou una nuulesta, pero sucnlenta
y bit'u condim entada com ida, retinironse á des«'ansar, v poco antes de la puesta del sol volvían
á inmul'ar las calles de tórrenlas de harm onía los
P ) y . BouiriN de £nen>. p<g. 19.

numerosos y limpios instrum entos de la Banda
que se dirigía A la citada iglesia de S. Josf*,
donde dejó oir los acordes de la marcha real,
m ientras el sacerdote elevaba la sagrada custodia,
con su Divina Majestad de manifiesto, para ben­
decir al pueblo.
No bien liubieron regresado á casa, animando á
transeúntes y vecinos con los alegres aires de poimlarcs paso-dobles, dióse comienzo á la Velada
mÚHico-literario-recreativa, A la que había sido
invitada la flor de la sociedad cavtnoneuse, que
tenía allí nmnerosísima y selecta representación.
Bajo la presidencia do nuestra prim era autoridad
mmiicipal, a quien a«5ompañabau en el estrado los
más re->«petable8 sacerdotes de la ciudad, y ante
«íHcogidísimo é ilustrado auditorio, que llenaba
por completo el henn«)S«) patio en que se verificaba
aquel acto, artísticam ente adornado con bande­
rolas y gallardetes, que generosamente prestó el
digno Sr. A lcalde, cuajado de macetas y profu­
samente iluminado con iufmidad de lámparas eléc­
tricas, cuyo vivo lesplam lor perm itía ver clara­
m ente hasta los más insignificantes detalles del
precioso y bien conibimulo cuadro que ofrecía el
conjunto,‘pr«munció el discurso prelim inar el joven
diputado A Cortes por Carmona, D. Lorenzo Do­
mínguez, quien presentó á D. Bosco como el in­
troductor de un esiúritu nuevo en la educación
(le la niñez, el espíritu de dulzura, que bebió á
raudales aquel gran Padre de la juventud desva­
lida en el rico é ineshausto venero de las divinas
páginas del Evangelio.
Siguiéronse A este discurso bellísimas poesías
y chispeantes diálogos recitados cou tal iiatnraiidad, gracia y despejo, que mantuvieron cons­
tantem ente excitada la hilaridad del inteligente
y distinguido púlilico, que no cesó de dar luuestrHS
de admiración ante la serenidad, soltura y gracejo
de aquellos chiquillos, «luo parecían ae.tores de
verdad, avezados al dificilísimo a rte de la decía
macion.
Contribuyó A dar mayor solemnidad y realce
al acto la Banda de música que ejecutó precios-is
comp«»sici«mes que les valieron nutridísim as salvas

de aplausos.

, -.t i i

Una de las partes más simpAtu-as de la \ elo« a
fue el conmovedor acto de la distribución «le
premios, consistentí^s en m edallas, diplomas y
vestidos, que aquellos dichosos jóvenes se acer­
caban A recibir radiantes de júbilo y rebosando
legítim a satisfacción y dulcísima complacencia,
precedidos de sus respectivos profesores, quienes,
con la inAs exquisita Ihiura. iban presentando las
medallas al Sr. Alcalde, que dispensó á los lau­
reados alumnos el honor de prendérselas él mismo
en los ojales de sus limpias chaquetas y ameneanas; los diplomas y trajecitos recibíanlos de
manos de los reverendos señores sacerdotes, y
ilistinguidas señoritas , que se dignaron honrar
la Velatla con su presencia, los cuales dirigíanl^
al entregárselos, las más h a la ^ e ñ a s frases de
alabanza, sim patía y afecto, animándolos A con­
tinuar por el buen camino emprendido.
Term inada tan hermosa y bien organizada -Acv
deraia, y después de una lig e ra , pero regocijad»
cena, salió la tantas veces nom brada Banda al»
plaza pilblica, donde con objeto de correspond^
A 1a buena acogida que le había dispensado e*
pueblo y A las continuas pruebas de consideraciM
y aprecio que del mismo han venido recibiendo
ios hijos del inmortol Don Bosco desde que aq®
pusieron el pié, tocó algunas escogidas pieza» «o
su magnífico repertorio, que fueron religiosamea»

— 43 —
escuchadas y frenéticam ente aplaudidas, dándose
,'on esto por term inada la serie do actos que cons­
tituyeron la brillante fiesta de aquel inolvidable
ilia,* la que ha sido objeto de todas las conversa­
ciones y de todos los elogios durante otros machos,
y una nueva prueba de los adelantos que pueden
Hacer los jóvenes bajo la acertada dirección de
los activos y celosos miembros de la P ía Sociedad
de S. francisco de Sales, y el gusto y sello de
inteligencia y verdadero progreso, que saben im­
primir ó todas sus obras.
Felicitamos de todas veras no sólo á los Salesiauos de C aruiona, sino A todos los individuos
quo forman i)avtc de su benéfico y ])rovi<lencial

m m L
Sr. D irector del B oletín S alesiano :
Tengo el honor de dirigirm e á V. por vez primera,
experimentando al hacerlo el más grande placer
por las gratísimas noticias que debo comnuicarle.
L a Obra de D. Bosco empieza á abrirse paso
en Cuenca, merced al celo infatigable ó intrépido
del M. P. Sr. Penitenciario D. francisco González
H errero, alma y vida del general entusiasmo que
cu Cuenca se ha despertado por la Obra Salesiaua.
Los trabajos que desde hace algún tiempo ve­
nía sosteniendo diclm señor, han tenido un éxito

Banda del Golegio Saiesiano de Méjico. (V . pág. 52).
Instituto, y hacemos fervientes votos para que su
Obra de regeneración se vea im plantada cnanto
anfes en todas las capitales de nuestra afligida
España.
Dígnese V., Sr. D irector, adm itir las reiteradas
muestras de consideración y respeto con que tiene
el honor de repetirse suyo afino. S. S. q. s. m . b.
U. S.
Coopkbádor Salesiano .
CaraoDB, 29 d* Agosto de 1S9?.

sorprendente, como podrá V. ver por ios siguien­
tes datos que me tomo la libertad de m andarle
sobre la solemne inauguración oficial de la F ía
Union de los Cooperadores Salesianos, que se ce­
lebró en la iglesia de la Merced el domingo 6
de noviembre.
A este propósito escribía el im portante sema­
nario JEl Correo Católico, en su número del 12 de
dicho m es:
« Pocas ocasiones se presentan de celebrar
fiesta como la del domingo en estos tiempos de
egoístas personalismos y de indiferencia religiosa.
L a actividad del hombre, sí, es cierto que se ma­
nifiesta febril y pujante como nunca, y á nadie
sorprende y a ver surgir, de la noche á la mañana,
alguna nueva creación de esa actividad en forma

— 44 —
(le lí'iilroí», cftaínos, pinzas <le toros, sociedades
¡Jiilurttrinlcfl, ote. o te .; jicro eso de crear una
>l>ra do calidad, do verdadera caridad, es cosa
fiui rara, quo, efcctivainonte, llegaría á sorpreud(T llanta á los mininos iniciadores do la ohra, ni
l'•nton lio enhivieran coiiveiiciilínimos de que para
la voluntad divina no hay jam ás obstáculos de
tiempo», lugares y pernoima. Y á la verdad; ¿c«3mo
lio lia do sorprender la existencia do espíritus
valii'iitns que, desatiando con serenidad y arrojo
las iiroociipacionos y tendencias del siglo, se lan­
zan lí luchar frente á frento contra esc poderoso
ej«-reilo del mal, organizado hábilm ente con inia
eonstaiieia verdaderam ente diabólica por las so­
ciedades secretas, que tienen jurado odio eterno
á la Iglesia católica y á la sociedad cristiana?
;Xo ha lio producir sorpresa, pero sorpresa grata,
el e.Hpeetáeiilo consolador, tan frecuente en tiem ­
po» más folices como escasísimo en los nctnalcs
días, lio ver liombres quo no so avergüenzan de
Ihmiarso públicam ente cristianos, y qno, como
h'jos do .fesucristo, se disponen á practicar lu
calidad cristiana?
I’orqno no otra cosa se propone la Pía Union
<lr Gonperodoyes Solcsionos: practicar la caridad
cristiana, principalm ente m’ogieiulo, mliioando ó
instniyondo á los niños, ¡lídnear c instruir á los
niño»! ¿Verdad quo es obra.-liermosísima esa de
guiar lí los niños por el camino dol bien, apar­
tándolos con paternal stdicitud de la senda de
perdieion por donde tratan de conducirlos esas
malditas socii'dadcs secretas que se lian declarado
enemigas irreconcili.ables de Jesucristo, y, por
consiguiente, de los niño», precisamente porque
éstos son loa amigos predilectos de nuestro divino
R edentor?
A»í, pues, vosotros los que os llamáis cristianos
meditar! un instante, y resolveos á formar en uno
il(' loa dos canipos en que de hecho, aunque apa­
rentem ente se crea otra cosa (y precisam ente en
esa njiaiiencia engafio.sa fnndaii las sbciedadt's sceretna su principal (“lemonto «lo perdieion), se
encuentra hoy diviílida la sociedad. En un campo
está la péiüda masonería, el nnaniuiaino brutal
y las demás aociedailes seonda.», y con ellas e.»a
masa do indiferentes y apáticos qne so llama
neutra, y que vealmeuto constituye el grueso del
ejército enemigo qno combate á Jesucristo y á
su Iglesia; en el otro campo llgurau los hijos de
la fo, los amante» d«d bi«‘n y del onleii, loa dis­
cípulos de Josneriato ¿los Coopcradoir» Snlea'anox! con el glorioso San Francisco de Sales á
la cabeza. No Imy térm ino medio ; no se bagan
distingos, ni so f«>nuulen atenuantes: ú al campo
do Jesucristo, que «>s donde m ilitan los Sali'sia
nos, ó al eauip«> de las sociedades seero tas, en
«loudo están, eoiisciouto ó iucoiuscionteineuto to­
dos los «'iiemlgos do Jesús.
Almra doei«iios, »
A c«»utinu.‘u‘i«m E l Correo Ckitólico daba la re­
seña de «‘sta fiesta y los nombres de los Sres.
Cooperadores que componen las Ju n tas de Pres.
y í^ras. Fretb re. siu embargo, copiarle, pues la
oreo más eoinpb'ta. la que publicaba el día 10
el i?«jh*tiH Kclesitistico de la dl«ícesis;
« Conocen los lectores «le este Boletín el espí­
ritu quo anim a á la Pía Union de Coop< radores
SuífímiM»,'} por el llamamiento que hizo su Diroct«ir, el Ilustre Sr. Penitenciario de la Catedial,
á la piedad y celo, nunca desm entidos, de l«>s
hijos de Cuenca y su diócesis. Teí»timmuo claro
y evidente de estos sentim ientos fue el acto que
tuvo lugar el domingo. 6 de los corrientes, á has

diez y media de la m añana, en la iglesia do la
Merced, de esta capital, al inaugurarse oficial­
m ente la Asociación Salesiana.
Al efecto celebróse solemnísima Misa, con
asistencia de nuestro Esemo. é Iltiuo. Prelado,
del M. Iltre. Sr. Provisor y Vicario general deí
Obispado, de casi todo el Clero Catedral y parro­
quial, de representaciones de todas las corporacio­
nes núigiosas y deselecta y numerosísima concu­
rrencia de fieles.
Nuestro Exemo. Sr. Obispo, según estaba aimnoiailo, dirigió su autorizada palabra á los asis­
tentes por cRpacio de unos cincuenta minutos,
expoiiicmlo el fin de aquella festivi«la<l, sus me­
dios y beneficios que de su roalizaeinn pudieran
venir al individuo, á la familia y á la sociedad.
No perm ite la índole de este Boletín ocuparse
«*n «liscursos sagrados, pero no será inconveniente
ni fuera de propiisito anotar que S. E. I., aptiyailo
en la Sagrada Escritura, Concilios, singularmente
el Tridentino, Santos Padres y documentos ema­
nados do la Cátedra Romana, en especialidad
del actual Pontífice, demostró clarísimámente en
qué consiste la vitla cristiana y cómo los Coope­
radores Salesianos realizaban sus obras para in­
troducir, conservar y aum entar en Jos niños y
personas desvalidas tan saludables máximas, en­
señándoles tam bién algún arte ú oficio, á la vez
qne suplían el abandono ó descuido de aquellas
personas á quienes directam ente incumbe el cum­
plimiento de esos deberes. Y hacién«lose cargo
S. E. I. del estado actual de la sociedad, mani­
festó sus causas y sus rem edios; atribuyendo, no
sin grave fundamento, los m ales presentes á los
trabajos «le las sociedades secretas, qne empiezan
quitando la fe á los ciudadanos para corromper
después sus corazones y convertirlos más tarde
en instrum entos ciegos de sus perversos fines,
hipócritam ente encubiertos bajo el m anto de liumaiiitarismo, filantrojiía ú otro cualquier nombro
destituido de sentidi) práctico. Solamente la Igle­
sia católica, agregaba S. E. I., es poseedtira «leí
remedio conveniente á los malos qne hoy seutimoB, y capaz de alejar de nosotr«>.s his qne so
divisan en lontananza; porque sola la Iglesia,
fundada por Jesucristo, cuyo Jefe visible es hoy
León X III, ha roiúbido la misión de enseñará
los pueblos el camino de la verdad, y eu sola la
Iglesia de Cristo se encuentra la «•aridnd no fmgi«la, sin la cual es imposible que haya paz oo
«‘1 mundo. D éla falta de amor á Dios y al pré>iinio,
«l«‘l in«'umplimiento do los Mandamientos traen
origen los males sociales do nuestra «ipoca, en la
qne muchos se apellidan católicos, pero no lo son
«m la práctica. Buscan les Estados — decía S. E.
I. — el remedio para neutralizar las máximas y
obras «l«'l anarquismo y soiúalismo en las fuerzas
m ateriales y en las leyes de sus códigos, pero no
quieren acudir ú la verdadera fuente de vida
social, á la Iglesia, al Papa, y en vano serán sns
t*»fu«‘rzo8, de nada les servirán sus intentos; porque
sin Dio.s, sin fe, sin religión, sin Iglesia verda­
dera no es posible hacer biumos á los cindndanos.
Y á este prop«isito analizaba iiu**stro Exemo. Pre­
lado los constitutivos de la buena sociedad, bajo
su aspecto religioso-civil, y de sn explicación
pudo comprendt'r cualquiera qne las socied.'i«lcs
civiles presentes no están infonuadas de sanos
principios; siendo de necesidad volver los ojosí
la Iglesia y fom entarlas asociaciones por ella apro­
badas. cutre las cuales se halla la de Coop*radores Salesianos, qne desea S. E. I. se establezca
en esta ciudad y diócesis: á cuyo fin tiene hablado

— áo —
Ta á respetables personas de la m ism a, con la
esperanza firme de que, trabajan d o con decisión
V energía, cada uno según su esfera de acción y
sin temor á los respetos humanos, bien pronto se
notarán sus buenos resultados.
Al final de la Misa S. E . I. se dignó bendecir
al pueblo desde el altar mayor.
Por último, el Sr. D irector de Cooperadores
Salesianos, term inados los actos del culto, dió las
gracias á todos los que habían asistido ó de al­
osna manera cooperado á la función expresada,
indicando los medios de inscribirse en la Aso­
ciación á aquellos que gustaran prestarla su apoyo,
V rogando á los asociados perm anecieran después
linos momentos en el templo, pues tenía que h a ­
cerles algunas observaciones. *
K1 llamamiento á quo so refiere el anterior
suelto en sus prim eras líneas, es una preciosa
circular que acompañó y publicó con el Regla­
mento el celoso Sr. H errero en su calidad de
Director Diocesano de los Cooperadores, dando
breves detalles de las cosas más im portantes que
convenía que supiesen y. que más habían de mover
á cuantos los leyeren á prestar su cooperación á
la nueva obra que á su caridad se les proponía.
A pesar de que las cosas de que tra ta esta cir­
cular debeu tenerlas de sobra sabidas muebos de
los lectores del Boletín Salesiano, me decido á
insertarla aquí, ya para que mejor las conozcan
los que aún no las supieran del todo, como porque
segdn reza el proverbio latino, repetita juvant.
Dice a s i:
«Nobles hijos de esta Ciudad y Diócesis de Cuenca:
Si no me constara, como de hecho me consta,
que es inagotable el feudo de vuestra caridad,
no rae atrevería ni á indicaros siquiera la conve­
niencia de establecer en tre vosotros la Piadosa
Átociacion de Cooperadores Salesianos, cuyo es el
nombre que va al frente de este escrito.
Sun tantos ya los lu stitu to s piadosos, Cofradías,
Hermandades y Asociaciones que hay establecidas
en esta diócesis, y especialm ente en esta Ciudad,
que temo que el sólo anuncio de la presento cause
cierto abatim iento hasta en las almas mits gene­
rosas y más llenas de compasión p ara con sus
semejantes.
Anímame, sin embargo, á difundir entre vosotros
esta benéfica idea, casi seguro de que la habéis
de prestar g ra ta acogida^ por u na p arte el que
loe habitantes de esta hidalga tierra jam ás de­
jaron de dar con sns obras elocuente testim onio
de ser dignos hijos de su amado P atrono San
Julián, de aquel insigne P atriarca de los pobres;
y por otra, la grande sencillez de esta Pía AsoswiMon que, como podéis ver en el adjunto Regla­
mento, no sólo no impone apenas sacrificio alguno
á la mayoría de los socios, sinó que es, á la vez,
perfectamente com patible con otra cualquiera
Hermandad y Asociación piad o sas, y tan lejos
está de entorpecer la buena m archa de éstas, que
es, por el contrario, su m ejor y más poderoso
auxiliar.
A eso será debido, según creo, y á la suave
influencia de la mocion de lo alto el que todas
ius personas á quienes en p articular be indicado
tsl intento se han ofrecido p ro n ta é incondicio­
nalmente á figurar en la lista de los socios y á
desempeñar cnalquier cargo qne se les confíe.
¡El Señor les prem ie ta n ta generosidad!
Hay ademáa, en esta noble ciudad, la inmensa
Ventaja que no sólo son católicos los artesanos y

los pobres, sino que lo son tam bién, y muy deci­
didos, los hombres de carreras literarias, lo son
las autoridades de todas las clases y lo son los
grandes propietarios, cosa que apenas se vo ya
en ninguna capital de provincia.
Animado con tales esperanzas me atrevo á hacer
pública la idea, y á confiar que, con la ayuda de
Dios, producirá abundantes frutos. Producirá, sí,
abundantes frutos espirituales en los Asociados,
para qxiienes el Cielo tiene abiertos los t-oaoros
de sus bendiciones, y ffutos temporales, y espiri­
tuales tam bién, en los infelices niños pobres y
abandonados que tanto necositon del alimento y
vestido del cuerpo, y mucho más aún del alimento
del alma. Porque no sólo de pan vive el hombre,
dice nuestro divino R edentor, sinó de toda palabra
0(16 sale de la boca de Dios, que es el alimento
uel espíritu.
P ara que los que tengan la bondad de alistarse
lo puedan hacer con toda espontaneidad y con
conocimiento de cansa, nos parece oportuno darles
una ligera nocion del origen de dicha Asociación
piadosa.
Su fundador fué D . Juan Poseo, llamado con
T.izón E l Apóstol de la 7iiñez. Nació este varón de
Dios en Italia, en el año 1815, á los 16 días del
mes de Agosto, en un caserío llamado Becebi, de
la Parroquia de Castelnuovo de A sti, en la pro­
vincia de T urín. Recibió la orden del sacerdocio
en 1841, y después de una vid a consagrada al
servicio de Dios y al bien de sus semejantes, es­
pecialmente de los niños, murió el 31 de Enero
de 1888. Sus funerales fueron xma elocuentísima
inaiiifestacion del mucho aprecio que disfrutaba
en la sociedad. Su cuerpo está sepultado en Valsálice, ju nto á T urín, en un Colegio de Misiones
extranjeras, y en elegante mausoleo. Estuvo ador­
nado D. Bosco del don de milagros y profecías,
y se tra ta con interés de declararlo Boato y de
canonizarlo. Por lo cual es de esperar que no
tarderem os en verlo sobre los altares.
Pues bien, las aspiraciones más constantes de
este hombre providencial del siglo X IX , fueron
la enseñanza de los niños abandonados y la pro­
pagación de la fe entre los infieles. P ara el pri­
mero de estos fines fundó lo que él llam aba Orar
torios festivos, en los que re u n ía , en los días de
Santo, á toda clase do niños para apartarlos de
los peligros y enseñarles la virtnd, permitiéndoles,
á la vez, honestas diversiones. P ara tener auxi­
liares en estas apostólicas tareas fundó una In sti­
tución, á (la q n e , por la devoción grande que
profesaba el varón de Dios á San Francisco de
Sales, puso el nom bre de Congregación. Salesiana,
que fué aprobada por el inm ortal Pío IX en 1874.
Tiene por fin esta Congregación toda obra de
caridad en fa v o r de la juventud, especialmente de
la pobre, y el establecimiento de Misiones entre los
infieles. A pesar de su aún tan corto existencia,
ha extendido ya sus ram as por Italia, Francia,
España, Portugal, Bélgica, A ustria, Inglaterra,
Suiza, P o lo n ia, Argel, O rá n , Túnez, Palestina,
Méjico, Venezuela, Colombia, E c u a d o r, Bolivia.
P erú , Chile, Brasil. Uruguay, Paraguay, República
A rgentina, Islas Malvinas y T ierra del Fuego.
Con el intento de que los niños puedan ser útíles á la sociedad, b ^ t a en las cosas temporales,
fundó D. Bosco las Granjas Agrícolas, en las qne
se enseña el a rte tan provechoso del cultivo de
la tierra, y se tra ta de levantar de so postraconi
á la abandonada a g ricu ltu ra: fundó los Talleres

il4

— 4G —
‘ialegianoH, en log que ios niños so dedican , bajo
la ílireccion do P adres, al aprendizaje de toda
clase do artes y oiieios: fundó la congregación
de las Hijas de María A m iliudora, con el fín de
qno ejerzan las obras do caridad y do evangelizacbm con las n iñ o s : y fundó L a Obra de María
Auxiliadora, para cultivar las vocaciones al estado
oclüsióstico.
A la Ooiuireijucion de Padres Salesianos se re­
fiero la P ía Asociación de^Cooperadores del mismo
nombro. Piios j)or eso se llam an Cooperadores;
porque ju’í'stiin su concurso íi un agente principal,
y por eso se llaman Salesimios, porque cooperan
al fin de la Congregación Salesiana.
Es, pues, L a P ía Union de Cooperadores Sale­
sianos una co.sa muy parecida á las 'J’orceras Orilenos de San Pranoisco y de Santo Domingo j ya
que sus socios, sin salir de su casa y siu necesi<lad de om itir loa votos religiosos, pueden p arti­
cipar do las gracias y de los méritos correspondiüDtes lí la Congregación Salesiana. He n(iuí como
la instituyó y definió el mismo Don Hosco. La
Asociación ó hnion de Coopei'adores Salesianos,
está formada de jieles de uno y otro sexo y de todas
clases y condiciones, quienes siií salir de sa propia
casa mantienen en medio del mundo el espíritu de
reliyion y de caridad; ayudan con medios morales
y materiales lí la Pía Sociedad de San Franoisco
de bales, para la educación de la juventud pobre
y abandonada, y forman como una T ercera Orden,
teniendo por principal objeto no interm inables
oraciones, ni ásperas iM*nitencias, sino el ejercicio
y práctica do varias obras de caridad y de celo
en ventaja de la Iglesia y de la sociedad civil,
informando principalm ente á los niños y á la ju ­
ventud que peligra en el espíritu religioso y en
la inorjü cristiana.
_A petición do su fundador fuó esta P ía Asociuoioa canónicam ente in stitu id a, y más tarde
aprobada por Pío IX en un Preve expedido en 9
de Mayo de 1876, en el que se conceden innum e­
rables indulgencias á todos los fieles de ambos
sexos inscritos, ó quo en adelante se inscribieren
como Cooperadores. Ya que tales gracias están
claraimuitü detalladas en los reglam entos quo so
<Ian ú los socios, y do las cuales so dará un ex­
tracto más adelante, sólo copiaremos aqní lo re ­
lativo á su institución. Dice, pues, haberse insti­
tuido canónicamente una piadosa asociación de fieles
bajo el titulo de S ocied ad ó ÜN ioy de C oopkra DOBEs S alesianos , cuyos miembros, entre Iw! varias
y numerosas obras de piedad y caridad, se propone*i especialmente la de pro tejer <i los jóvenes pobres
■y abandonados.
En el citado Breve hacía el Pontífice de la In­
m aculada fi'rvientes votos por la propagación rá ­
pida do la Asociación. El Cielo acogió la súplica
do su Vicario con suma benignidad, pues en sólo
el corto esiwcio de d iei años, desde Italia se ex­
tendió á Francia, á Bélgica, á España; pasó despm's á Inglaterra, Suiza, Austria, Prusia, Polonia
y U n sia: atravesó más tarde, llevada por los
Misioneros Salesianos, la inm ensidad del Atlántico,
y se estableció en las Repúblicas de la América
del S u r ; y de ésta pasó á la América del N orte,
l'u en ta, además, con m ultitud de Cooperados en
el Asia, en el Africa y hasta en las apartadas
regiones do la Ocoanía. En varios puntos de nues­
tra España, como en Barcelona, Málaga y Sevilla,
están establecidos ya los T alleres Salesianos. v
¿quién sabe si esta nuestra am ada Ciudad pmdiií
obtener no tardando tan incom parable beneficiuT
No es improbable.

Tiene esta Asociación sn Centro y su Superior
general en T urín, y allí se redacta y se imprime
el Boletín Salesiano, revista mensual que ge
da gratis á todos los socios que la deseen. Es una
revista bien escrita, con artículos Henos de ins­
trucción y amenidad, reseñas de Misiones, descrip­
ción de paisajes, p in tu ra de caracteres de las razas
incultas, y otras cosas de m ucha variedad y de­
licado gusto; y trae tam bién buenas láminas de
paisajes, edificios y cuadros de costumbres. Sólo
la recepción de este Boletín es un poderoso ali­
ciente para figurar en el número do Cooperadores
Salesianos.
*

Nuestro lUmo. y Rvdmo. Prelado, accediendo
á la instancia presentada por varios vecinos de
esta Ciudad y á los atractivos de su paternal co­
razón hacia esta grande obra, se ha dignado, en
una comunicación del 30 de Diciembre de 1897,
otorgar su licencia y beneplácito para establecer
en ella la Sociedad do Cooperadores Salesianos;
nom brar D irector de la misma al que tiene el
inmerecido honor de dirigiros la presente invita­
ción , y conceder á todos los inscritos y á los que
en adelante se inscriban como socios 40 días de
indulgencia en la forma acostumbrada.
¡ Dios pague á nuestro am ante Prelado las
gracias que á los socios concede y le perdone el
grande desaciei-to en la elección del Director!
Creo que no pudo haber escogido persona más
inepta para el cax'go presente. Animado, sin em­
bargo, como lo estoy, del buen deseo de contribuir
en todo lo que pueda al socorro de los pobres de
estas queridas Ciudad y Diócesis; ilustrado con
los consejos de la Ju n ta que so buya de nombrar,
y con el de los Decuriones, y favorecido con el
auxilio de todos los socios, y aún con el de todos
los conquenses de generoso corazón, y confiando
en la ayuda del Cielo, emprendo con resolución y
esperanza la obra que se me encomienda.
Contrastando con mi pequenez, resaltarán intnensamente más la cavidad de este noble pueblo
y la gloria de Dios. »
Sr. Director,
H abría querido darle tam bién á V., la lista de
los Focales do ambas Juntas, pero temo hacerme
demasiado indiscreto, pues su núm ero es verda­
deram ente extraordinario.
Dispensóme V., Sr. D irector, el mucho tiempo
que sin duda le be hecho perder, y créam e siempre
De V. Afmo. S. S. q. b. s. m.
V. J. C.

Cuenca,

30

Cooperador Salesuno.
de Noviembre de 1898.





- A .n s d z É K /io J L

8. 8AtVAf)f)fi,
Rvdmo. Sr. D. Migdbl B úa.
Finalm enta nos hallamos establecidos en S.
Salvador (América Central) (1) única p arte de laa
tres del Nuevo Mando en que hasta la fecha no

(1) Y. Boújma de Mejre de 18M, pág. 13S

habían instalado BUStinndas los Hijos d e D . Bosco.
El día 2 de D iciem bre de 1897 desembarcamos
felinnente en el p nerto L a Libertad, siendo re ­
cibidos con las mayores m uestras de afecto por
el Rdo. Párroco de la localidad, y por D. Jn a n
Antonio Dueñas, insigne bienbech.or nuestro, en­
cargado por el G-obiemo y por el Sr. Obispo de
acompañarnos h asta la c a p i ^ . A penas pusimos
pié en tierra, nos dirigim os á la Iglesia p arro ­
quial donde se cantó u n solemne Tedeum, acom­
pañado de una n u trid a orquesta, y por la tard e
en dos coches preparados a l efecto, nos dirigim os
á Sta. Tecla. A fin de no perder tiempo y evitar
los abrasadores rayos del sol, viajam os tom bien
de noche la luz de la luna, y el día 3, antes de
rayar el alba, llegamos á la tranquila ciudad de

R. P. LUIS GALGAGNO
Sipnior¿4luC
uuSiinim
i i«C
airoiaéricayd
eluddE
tudor.
Santa Tecla en donde dimos á nuestros cansados
miembros el reposo necesario. Celebrado el Sto.
Sacrificio, montamos en el tre n que comunica con
la capital. £ n la estación nos esperaban el lim o.
Sr. Vicario G eneral, algunos Sres. Canónigos y
Sacerdotes, y varios representantes del Gobierno.
£n carruajes del mismo S r. P residente nos condnjeron al palacio del Hmo. Sr. Obispo, D r. Don
Antonio Adolfo Pérez A gnilar, que nos recibió
con paternal afecto, llegando su am abilidad hasta
hospedarnos en su propio palacio, y sentam os á su
mesa. Pocos dias, sin embargo, pudim os usar de
la exquisita am abilidad del Sr. Obispo, pues el
deseo n atu ra l de comenzar nos tenia im pacientes
por conocer y ap reciar el abonado campo que se
nos ha preparado. L a víspera de la P u m im a
Concepción, en efecto, nos trasladam os a l Cole­
r o . Más de cien niños vestídos con uniforme, en
Ala y m arcando el paso nos esperaban á la en­
trada de la lin c a Modelo p p a dam os la bienve­
nida. Al d ía siguiente se virificaron los exámenes
de prueba de curso y en las vacaciones quedaron
Kdúuente unos 15 alumnos de los máe pobres.

E sta circunstancia de las vacaciones nos ba sido
favorable, pues era conveniente que en un prin­
cipio fueran pocos los niños, tanto para poder
ocuparnos del arreglo de los locales, como pafa
d ar tiempo á los clérigos recien venidos á quo
aprendieran el castellano.
L a llam aba PVnca Modelo ó Escuela de Artes
y Oficios y A gricultura, está situada extramuros
de la ciudad, á orillas de un riachuelo. El edifi­
cio en su mayor parte es de m adera, y lo forman
varios cuerpos separados unos de otros y no muy
á propósito por lo tiinto para Colegio ; pero so
espera quo cuando ceso la actual crisis financiera,
el Gobierno dará principio á nuevas construc­
ciones.
E l Estado del Salvador, en cuanto á extensión
territo rial es el más pequeño do los cinco que
form an la América Central, pues tiene 18, 720
K m .2, pero es superior á todos excepto á Gua­
tem ala, por su núm ero de habitantes (700,000).
Dicho Estado del Salvador, en unión de Hon­
duras y Nicaragua, constituye la llam ada Repúbli­
ca Mayor de Centro América, que se estipuló en
el Pacto de Am apala. Consiste este pacto en un
acuerdo de los Presidentes de las mencionadas
Bepúblicas para form ar de los tres Estados una
sola entidad política bajo la denominación dicha;
denominación que continuará hasta que las Bepúblicas de Guatemala y Costa Rica acepten vo­
luntariam ente dicho convenio, y entonces se lla­
m ará
de Oentro-América. Loa respectivos
Gobiernos, sin embargo, no entienden con esto
renunciar ó su .autonomía é in d ep endencia: de­
sean solam ente una confederación tal, que las
constituciones y leyes secundarias de cada Estado
continúen en vigor en todo aquello que no se
opongan á lo estipulado en dicho Pacto.
E ste tratado de unión entre las tres llcpúblicas,
firmado en Amapala, puerto del Pacífico, el día
20 de Junio de 1895, debe observarse ad experimenium por tres años, pasados los cuales so pre
sentará un proyecto de unión definitiva á una
Asamblea gcnem l compuesta de 20 miembroH
elegidos por el Cuerpo Legislativo do cada Kopública. Pronto conoceremos el resultado «lo las
discusiones do la Asamblea, pues este afín, y
precisamente en este mes, espira el plazo fijado
en el Pacto de Am apala (1).
E l clima de la ciudad de S. Salvador es calu­
roso de día y un poco fresco do noche á cansa
del aire de las montañas. Sus estaciones son las
dos de los regiones tropicales : una seca ó verano,
y otra lluviosa, pero tam bién cálida quo im pruyúamente se llam a invierno.
E sta Eepublica es m uy rica de productos ve­
getales, entre los que abundan el café, el indaco
y el bálsamo. Este últim o (im propiam ente llamado
bálsamo del Perú) abunda en la costa de su nom­
bre en el Pacífico, y se extrae del árbol mediante
algunas incisiones en la corteza. Los encargados
de esta operación son los indios de aquellas re­
giones, los cuales van á venderlo después á los
mercados. £1 indaco del Salvador pasa por c)
(1) Beim ida est* A sam blía, fimuS en HaLoagn» (K ieara^iu)
el 77 de Agoeto últím o 1» C oaetitncion porque tis de r e c n e
eete n a e r »e entided poUtioa. £11.^ de IToviembre empeed S^obernsiae por o s * P íe te de trea Pelegedoe, nao por caída £ sted a, le co sí ooiteerrari el m u d o beete M arzo prdxim o en que
ae elegirá el Preeideote, qoe e e r i G eneral en gefe de le e
ftte n a e de m ar j tie m u P a u ñ e ra Bepúbllca tien e doe millonee
de habiteatee j n n a eiroerficie de 165.000 Km.*, eztenaae ooetoe
e a el A tlS n tic o r eo e f Pacifioo, j territorio frontero al proyec­
tado canal de lu c a rsg n a , por donde p asará a n a buena parte
d el oom erdo del m a n » . —
de l a £.}

4S
m ejor dol mundo. El café está á buen precio y
tiene tin arom a excelente.
Eu el terreno perteneciente á esta Escuela de
A gricultura, hay plantas dignas de mencionarse,
en tre las cuales es notable el árbol del p a n del
género do los artocarpee, y cuyos frutos gruesos
y pulposos pesan cerca de 2 kilógramos cada uno,
si bien la p arte coniestiblo se encuentra solamente
en las num erosas nuececillas que rodean la pul­
pa : B U tam año ordiimrio es el de una castaña, á
la cual se j)arecen algo por eu forma y sabor.
Existen tam bién en abundancia el jugoso y
perfum ado ananaao {ananasa sativa), los bana­
nos, los cocos nucífera y hasta el exquisito ñrbol
de los melones, carica papaya, jí cuyos frutos se
les atribuyen propiedades antidispépsicas. Noso­
tros continuaremos el cultivo de esta preciosa
p la n ta ; pero nuestro especial cuidado será la en­
señanza teórico-práctica de los diferentes ramos
de la agricultura, y especialm ente del cultivo de
los productos de prim era necesidad. Los labra­
dores del país se han dedicado con preferencia
al cultivo del café, porque era para ellos una
verdadera fuente de riqueza; pero actualm ente
el grano de oro, como justam ente llaman al café,
h a sufrido una baja enorme eu los mercados eu­
ropeos á causa do las muchas ])huitaciones hechas
en el Brasil y en otros puntos ; nsí es (lue se debe
pensar eu el cultivo de cereales y de otros frutos
(pie actualm ente se im portan de las vecinas repiíblicas y do S. Francisco de California.
S. Salvador se prom ete y espera mucho de
nuestra Escuela Agrícola, y nosotros harem os
ouautt) esto de nuestra parte para no dejar falli­
das sus esperanzas.
Nuesti'os talleres de carpintería, sastrería y za­
p atería van haciendo progresos, y cuando nues­
tros jóvenes hayan adquirido alguna destreza en
el nmiiejü do las herram ientas de sus respectivos
oiloios y estén más adelantados en la instrucción
prim aria, duremos principio á la enseñanza pro­
fesional según nuestro program a para loa Escuelas
de A rtes y Üíicios.
L a Obra Salesiana es muy estim ada en S. Sal­
vador, tanto por los naturales del ^>aÍ8 como por
loa extranjeros. El mismo Sr. Presuloute <lcl Es­
tado, Exemo. Sr. G eneral D. liafael Gutiérrez,
viene á visitarnos con frecuencia ti'ayeudo casi
siempre consigo ú algún alto personaje para mos­
trarle su obra
como él la llama.
El día 26 de Marzo del ;>reseute año, estuvo en
nuestra casjv eou el Dr. Aíairenu, Agente Contldoucial del Gobierno de N icarag u a: hablando de
esta visita un periódico do la localidad d ic e :
« El sábado en la tard e el Sr. Prosideute G u­
tiérrez invitó al Sr. Dr. Ramírez M airena, Agente
Contideucial del GeuenU Zelaya, para recorrer en
cocho la ciudatl y visitar algunos estableoimlentos
públicos. E ntre otros lugaros visitaron la Escuela
de A gricultura y nos ha m anifestado el Dr. Ra­
mírez M airena que le prodqjo gratísim a impresión
ese plauU'l, cuya organización es, )>or modo ex­
trem o, perfecta, de tal suerte que imedo el Pre­
sidente Gutiérrez ufanarse de haber dotado al
Salvador de un centn> de enseñanza agrícola su­
perior, eual no lo tiene uingüu otro país centro­
americano. >
Pero el «pie imis se ha entnsiasm ado con nuestra
Obra ha sido el Sr. D. P. Pérez Zeledón, Agente
Coulldeucíal del Gobierno de Costa Rica, que tam ­
bién acompañaba a l señor P residente de la Re­
pública. Después vino solo á la lin c a }fodeto,
y en esta ocasiun,al m anifeetam ie su admiración

por la Obra de D. Bosco, me pidió
programa
del Establecim iento con intención d. trabajar
hasta v er si consigue que se establezc.au los Salesianos en su P atria. Al despedirse me dió un
chéque del valor de 250 pesos 6 sean más de 500
pts. en oro. ¡Dios recompense al señor Pérez Ze­
ledón su generosidad, y le conceda el ver pronto
á los Salesianos en su querida P atria!
Por su parte los católicos de S. Salvador no se
dejan vencer en generosidad y entusiasm o; nos
estim an y nos ayudan cuanto pueden.
Sun ya muchos los que se han alistado como
Cooperadores Salesianos, y en una conferencia
que di con motivo de la fiesta de María Axilia(iora, se formó una Ju n ta do señores Cooperado­
res que se encargaron de celebrar la novena en
una Iglesia de la ciudad, sufragando todos los
gastos del culto. £ l día do la festividad, que por
la lluvia se trasladó al 25, nuestros alumnos can­
taron p arte de la misa del Iltmo. Sr. Cagliero
titulada de la Santa Infancia, habiendo predi­
cado por la m añana uuestvo gran amigo el R. P.
Dueñas, y por la tarde nuestro hermano el P.
Misieri, D irector dol Colegio.
L a colecta que se hizo en la Iglesia rindió nn.a
buena suma que se destinó á la construcción de
la Iglesia de S. Francisco de Sales, que como
moumuento internacional se levanta á D. Bosco
eu Valsálice. Aquí debía m om brar á algunas
personas que más se distinguen por su caridad
y desprendim iento hacia nuestra O b ra; pero el
tem or de h erir su modestia me lo im p id e; conste,
sin embargo, que siempre estaremos agradecidos
á sus beneficios y que no les olvidaremos eu
nuestras pobres oraciones.
L a Obra Salesiumi está llam ada á hacer dd
bien inmenso á la juventud de estas regiones de
la América Central, y nos dan y a una prueba
consoladora de esto los 70 alumnos internos do
este Colegio que observan uua conducta irrepro­
chable. Por ahora pensamos abrir un Oratorio
festivo eu la capital, y si contamos con suliciento
personal, se ab rirá otro eu la vecina ciudad do
Sta. Tecla. Allí tenemos ya el Colegio bien pre­
parado : fue construid») á expensas del Dr. Gallardo,
el cual desea dárselo á los Salesianos á fin do
que se edmiuen un cierto núm ero de huérfanos
á quienes él mismo Ies pagará la pensión. ¡Que
Dios atienda pronto los vivísimos deseos del Dr.
Gallardo y nuestros, enviándonos buenos obreros!
Aquí termino, amado Pudre, pidiéndole la ben­
dición para tocios estos sus hijos de la América
Centrail. y en especial para el que se profesa de
V. R. ufmo. y bmnildísimo hijo en C. J.
L c is Calcagno, Pbro.
S. 'Salvador, Junio do 1898.

-BASÍU181M KT0 (Yenesuela.)
Rdvm o. Sr. D. M ig u e l R ú a .
AuA Dísm o P a d b e :

Al tener boy el honor de escribir á Y . R. veo
satisfecho un gran deseo de mi alma, comuni­
cándole las noticias más consoladoras acerca de
la propaganda entre nosotros de la admirable
Obra de D. Bosco, de quien es V. d ira o y abne­
gado Sucesor,
^

— 49 —
El martes pasado, con la eficaz y activa coo­
peración de la honorable m atrona Doña Carlota
de García, y de su virtuosa h ija la á rta . Carlota,
dejautos instalado un Centro de Cooperadores
Smesianos en esta ciudad, en el tem plo de La
Paz. del cual soy Capellán. Con el m ayor en tu ­
siasmo y con las más nobles esperanzas de t r a ­
bajar por extender aquí la salvadora idea salesiana, logramos reu n ir u n lucido grupo de Coo­
peradores, que obtendrá el más completo éxito,
poes son todas personas de acrisolada v irtu d y
amor á María Auxiliadora. Aquí en Bnrquisimeto
he propagado muchísimo la devoción á María
Auxiliadora j pero m e hacía falta una persona
como D.* Carlota, que me ayudara en un trabajo
más formal y organizado como ya, podemos decir,
lo tenemos formulado.
De ahora en adelante será bueno que nos en­
víe 100 ejemplares del Boletín , pues pensamos

ayudarles con todas las limosnas que podamos
reunir aquí, para las grandes obras que esa casa
sostiene en bien de las almas y de la sociedad.
Trabajando mncho por la gloria de María Au­
xiliadora, y ayudando á V. R. en todo lo que
nos sea posible, tenem os la esperanza de que
nuestra buena Madre nos conceda v e r un día
entre nosotros á los heroicos hijos de D. Bosco
instalados aquí, para salvar esta sociedad que
perece.
En adelante escribiré á V. R. con más frecnenda, para tenerle al corriente de nuestros tra b a ­
jos, llenando así de contento el noble corazón de
V. R. Yo tengo u na herm osa oleografía de María
Auxiliadora expuesta á la veneración en L a Paz,
y ahora necesito u na de S. Francisco de Sales,
de igual tam año, próxim am ente un m etro, y es­
pero que me la enviará.
Pronto le m andaré muchos milagros im portantes
<)ue aquí se deben á María A uxiliadora, lo que
contribuirá en gran m anera á nuestros deseos de
propaganda.
Nos encomendamos m ny encarecidam ente á
las valiosas oraciones de V. R. y demás Salesianos.
De V. R. hum ilde herm ano in C. J .
Dr. F rancisco M. Arraiz , Pbro.
Canónigo Lectoral.
Barquisimeto, 16 de Setiembre de I8ü8.

LA P A 2 ( M i m )

que pronunció, en nom bre de todos los Coopera­
dores Salesianos, el R. P . D aniel Chaves P eña,
nuestro más insigne bienhechor. Puso fin á tan
agradable fiesta nuestro amado señor director que
con palabra cariñosa dio á todos las m ás expre­
sivas gracias de sns m anifestaciones de afecto.
Los talleres todos de la casa ofrecieron varios
trabajos hechos por los niños al Sr. D irector, pero
entre todos los regalos descollaban un copón y
un cáliz de plata dorada, obsequio éste de los
alumnos internos.
No me es posible describir á Y. R. el entusiasmo
que reinó en toda la. Casa el día 21. Desde las
prim eras horas de la m añana los confesonarios
se vieron rodeados de n iñ o s; y en la santa misa
de Comunión general, celebrada por el señor di­
rector, se acercaron al Banquete Eucarístico cerca
de 300 jóvenes que ofrecieron sus santas Comu­
niones por su padre espiritual y amado director.
En la misa solemne, celebrada por el insigne
bienhechor D. Daniel Chavez Peña, hizo el pane­
gírico del santo el R. P. Latorre, y con suma afi­
nación y gusto se cantó la Misa titu lad a de S.
José, del Obispo Salesiano, lim o. Sr. Costamagna.
Nos honraron con su presencia en la mesa el
señor Gobernador de la ciudad, doctor Serapio
Reyes Ortiz, el señor Cancelario de la U niver­
sidad, doctor Isaac Tamayo, el cónsul italiano,
señor Maizmo y otros machos distinguidos caba­
lleros.
La comida fné am enizada con los acordes de
la b an d a; en ella se leyeron varias composiciones
en prosa y verso, brindando por la prosperidad
del señor director, el señor Gobernador, el señor
Cancelario, el señor Tesorero, doctor Antonio
G uerrero y otros cuyos nombres no recuerdo. El
señor director habló el último para dar gracias á
todos por las manifestaciones de cariño de que
era objeto.
Por la tarde, después de recibir la bendición
con S. D. M., dada por el R. P . G uardian de los
Franciscanos, pasamos al pequeño teatro, donde,
como ñn de la fiesta, se puso en escena el aplau­
dido dram a en cinco actos, original do D. Eusobio Calvi, titulado Juliano d Apóstata.
Esto es todo cuanto liemos heciio, amado Padre,
para festejar á nuestro querido director; bendí­
ganos á todos y un particular al que se suscribe
De V. li. Jiumildíeimo hijo en J . O.
E krex M. Capelli , Pbro.
I a Fax, 9 d« Julio de 1898

Rvdmo. Sr. D. Miguel R ú a :
Cumpliendo con cnanto le decía en m i anterior,
le escribo p a ra en terarle de la fiesta que hemos
celebrado en ésta el día 21 de Junio, onomástico
de nuestro mny am ado director R. P . D. Luis
Coetamagna, á quien basta ahora no había sido
posible darle esta prueba de estim a, de am or y
veneración. T anto los 80 niños internos'com o loe
-00 externos se han afanado para que dicha fiesta
^ ie ra lo más solemne posible.
La víspera, en nn vasto dorm itorio preparado
^ efecto, se verificó u na academ ia roúsico-literado. Los alumnos internos, acompañados por la
l^ d a de música, cantaron nn hermoso him no de
^ ^ io n compuesto por el popular Maestro D. José
Bonelli, director de nuestra banda. Se declamaron
ysrias composiciones en latín, castellano, francés
^ italiano , siendo de notar el bellísimo disenrso

H OJA FiBOONOA (P e rá ).
Bdo. St. D. hliGUEL B úJ l.
Amadísimo P ad re: Con gran placer tomo la
plam a para darle breves noticias de las cuatro fiestas
que con gran pompa y solem nidad hemos cele­
brado en honor de n u estra bnena Madre María
A uxiliadora, del Sagrado Corazón de Jesús, de
la Asnneion de María, y de K tra. Sra. del Rosario.
Empiezo por describirle, amado padre, la fiesta
de n uestra querida Madre. A pesar de no haber
aquí más sacerdote que yo, y d^e nuestros pocos re ­
cursos, se ha celebrado todo el mes con gran,
entosiasmo y anim ación, predicando todos loe
días, y dando deepnee del sermón la Bendición
con S. D. M. Un grande acontecim iento contribnyó
á em bellecer nuestro qneriúo Mes de M aría: o

— 50 17 dül niÍBnio mes hacía un año que M aría Auxiliathira pisaba por vez pri»iex*a este hum ilde suelo,
y ponía bajo su iiinnto A toda esta cam piña. No
quise que este tan fausto día pasase desaperci­
bido y creí conveniente poner un recuerdo en el
iiiisniü sirio en que fuó descubierta la V eneranda
Im agen. En efecto; liabiéndoseavisado á la gente
algunos días antes, el jueves 17 á las 3 de la
tju'do nos dirigim os en procesión al lugar indi­
cado. L a Virgen, modestamente adornada eu unas
pe(|uefms andas, se adelantó á esperarnos eu el
sitio denominado Iluaca, sitio en donde íbamos á
colocar en recuerdo, una cruz con la siguiente
inscripción: A ipii M aría Auxiliadora descansó;
H oja Jiedonda ¿7*4-97. Bendecida la cruz y colo­
cada eu una jíeaua hecha a l efecto, dirigí algunas
jíalabras á los piesentes, recordándoles el origen
do la devoción á M aría Auxiliadora, y exhortán­
doles á sor verdaderos devotos do Ella, única m a­
n era digna do dem ostrarla nuestro agradecim iento
or los grandes favores recibidos eu el espacio
e tan poco tiempo, cuales son, la apertu ra del
interm uloy la venida de las infatigables Hermanas
H ijas de M aría Auxiliadora. Concluido todo esto,
regresamos en procesión cantando him nos y ala­
banzas.
N ada es esto, arando padre, comparado con
la Novena que hicimos en preparación á la
fiesta, pues fuó verdaderam ente solemne.
Nueve personas estaban encargadas de lo ocu­
rren te para cada día de la novena, y todas pro­
curaron buscar los medios posibles para supejar
á las demás. Esto agradó mucho á María Suia.
pero no al enemigo infernal, pues callando otras
dificultades sobrevenidas, estando ya cercano el
trid u o , caí enfermo, por lo que tuvo que trasla­
darse la fiesta al Domingo siguiente. Al amane­
cer do esto día por todos tan esMcrado, lo salu­
dam os cou m úsica y disparo de m orteretes.
Celebró la Misa de comunidad á la 7, pues
H aría fuó tau buena que inpeiisadameute hizo
que viuieseu A celebrar la Misa cantada dos
KU. PP . Franciscanos. Poro lo que más inundó
de gozo mi corazón, fuó la participación por ]u'iniora vez del M anjar Eucarístico, »le 8 niñas
externas, preparadas por las Ilerm am is, á (|uiiMies
untes de la Comunión dirigí mi palabra. Ilacióndolus ver el favor glande (pie María Sma. ¡as
concedía en el día de su fiesta. A las 10 so cele­
bró la Misa cantada, Imciéndoso antes la reno­
vación de la consagración de las H ijas de Miu'ía
y la admisión de otras muebas.
E l panegírico estuvo á cargo de uno do los
RR. P P . Franciscanos, el cual desarrolló inaruvillosam ente sus lumtos, contraponiendo M aría á
Eva, y haciendo pal)mr la necesidad del socorro
de esta buena Madre. A las 4 ^ t u v i m o s la
Couferoncia do los Cooperadores, que concurieroii
oii gran número, y esto me hizo ver claram ente
el buen corazón que tiene esta humilde gente.
A las 8 de la noche el pueblo se ilum inó, empe­
cando acto continuo la procesión, que fuó la más
solemm> que hasta aquí hemos celebrado y dig­
nísimo rem ate 4le los cultos que consagramos á
uut*stra querida Madrt'.
Paso almra á reseñar á V. R. la fiesta del 3 de
Ju lio eu honor del Sagrado Coraztm de Jesús.
Como prejiaraciou á ella le consjigramos Uulo el
uu's do Junio, dando la beudiciou con S. D. M.
y leyendo « Jíl mes del Cimtxón de Jesús. » Hict*
la Novena preilicado, tom ando por tem a las 12
promesas que hizo Jesucristo á la Beata Marga­
rita Alacoque, las que estaban escritas con gran­

S

des caracteres en dos cartelones colocados á dies­
tra y siniestra del a lta r Mayor.
E l día 2 á las 7 de la noche cantamos so­
lemnes vísperas, concluidas las cuales animé i
todos á preparai-se para el día siguiente, espe­
cialmente purificando la conciencia. Desputó de
la bendición, los niños internos de nuestro Co­
legio “ D. Bosco” dirigidos por un distinguido
cómico dieron una hermosa representación, po­
niéndose eu escena el precioso dram a en 4 act^;
Un veneno ó profanación dé los días festivos, y la
piececita bufa: Un sólo p a r de calzones. El do­
mingo 3 de Julio fuó saludado coa salvas y coa
las melodías de la banda. A las 7 celebré la
Misa de Comunidad repartiendo el Pan de los
Angeles á unas 500 personas, que bien claro de­
m ostraron con esto (jue su prim er empeño para
honrar á Jesús era recibirle en sus corazones. A
las 9 celebróse la Procesión del Corpus Ghristi,
y á las 10 ^¡2 la Misa cantada, siendo celebrante
el digno Cura de Chincha Baja. In fra Missam
pronunció el Panegírico de ocasión, tomando por
tem a las bondades del Divino Corazón, manifes­
tadas do m il m aneras en este territorio.
No fué menos solemne la fiesta que celebramos
el 15 de Agosto para conmemorar la gloriosa
AsnncioQ de la Sma. Virgen. E n preparación y
con el fin de celebrar debidam ente ese día, tuvimos
las 40 horas, habiendo todos los 3 días vísperas
cantadas con un pequeño sermoneito sobre la
Eucaristía, y la bendición con S. D . M. El nú­
mero de almas que se acercaron á recibir el sa­
grado m anjar fué numerosísimo, y esto, amadí­
simo Padre, es lo que llena de gozo el corazón
de este pobre sacerdote, solo en este lugar tan
falto de obreros Evangélicos. Eu dichos días mi
ocupación principal fuó pasar horas enteras en
el confesonario, indicio claro de la preparación
que esta sencilla geute hacía para celebrar santiimente el día de su Santísim a madre.
Al amanecer «le dicho día nuestros músicos
dieron una i)equeña retreta en medio de la plaza,
invitando así á todos á pasar alegrem ente la
fiesta que empezaba. A las 7 hubo Comunión
gqneral, siendo mimerosísiina, y á las 9
antes
ííe empezar la Misa, hubo ilos grandes funciones;
la prim era fuó la admisión de 21 niña en la
Hermandad de las Hijas de María, y la segunda
la tom a de sotana de dos jóvenes pertenecientes
al antiguo Noviciado de Saugoiqaí (Ecuador),
últimos frutos de las misiones Ecuatorianas en
Quito. Acto seguido celebró la Sta. Misa habién­
dola cantado cou sencillez y gusto los niños in­
ternos do nuestro Colegio.
I nf r a Missam dirigí la palabra á los fieles de­
votos que llenaban el templo, tomando por tema
de mi <liscurso las hermosas palabras del Introito:
Assnmpta est María iu Ccelum, etc. terminando
cou un fervoríu á diez niños que por vez pri­
m era debían abrigar en sus pechos al Rey de
Cielos y T ierra, encareciéndoles que grabaran
eu su m ente aquellas palabras del S Luis (Jonzaga de nuestra C o n gre^cion, Domingo Savio;
« L a muerte, pero nunca jam ás el pecado. » Alas
3 de la tarde se cantaron solemnes vísperas y á
las 7 salió la iirocesiou, pasando por 10 arcos
triunfales que esta buena gente Labia construido
con finura y exquisito gusto. L a bendición con
S. D. M., la bendición P apal y la bendición de
los rosarios con el privilegio especial de 500 in­
dulgencias cada Ave María, pusieron fin á tan
solemne fiesta.
Y ya que tengo la plum a en la, mano y aun



51

tiempo, termino estos apuntes con dos pala­
bras sobre la fiesta de N tra. S ia. del Rosario,
que celebramos en su día. Varias circunstancias
iCDCurrieron á su mayor solemnidad, á s a b e r:
el tórmino de los ejercicios espirituales que por
tres días enteros be dictado á nuestros niños y
il pueblo, la fiesta en honor de S. Luis que ce­
lebraron los niños externos y la prim era comunión
de 12 niños y 20 niñas. Todo salió á las m il m aravillufi. Cantamos de m añanita el Rosario de la Anrora,
los cultos del día fueron solemnes y la frecuencia
de sacramentos, como siem pre, num erosa. En la
misa mayor bendije u n precioso estandarte para
la Compañía de S. José que forman nuestros
piños artesanos; fué pndriuo nuestro insigue
Cooperador D. Estanislao López H urtado, el cual
Ita hecho á dicha Compañía una generosa oferta.
Por la tarde, en la academia que celebramos,
dUtribuimos á los niños del Oratorio festivo y
externos buen núm ero de premios de buena con­
ducta, de aplicación y asistencia, consistentes en
tu mayor parte en cortes de camisa, trajes y otras
cosas útiles. Casi todos los premios nos los regaló
nuestro incomparable Cooperador D. Caídos M.
Elias. ¡Dios se lo pague! E l final de esta fiesta lo
dieron los niños estudiantes de la Compañía de
S. Luis Gonzaga, consagrándose una vez más á
su santo patrono.
¡Gloria sea dada siempre al Divino Corazón y
i nuestra querida M adre M aría Auxiliadora! Al
despedirme de V. R ., amado padre, le suplico
que nos ayude con personal, y al mismo tiem po nos
mande su Bendición ta n to á las Herm anas como
al Sr. D. Carlos Elias, nuestro gran bienhechor
Tdemás fam ilia, y por últim o á los humildes
habitantes de este pueblo.
Su hum ilde hijo en J . y M.
G u id o R oca, P h io .
^4* Xedonda, Q d e O o ta b re d e 189S.

A f ^ V a r i e d a d e s

ESFA-ISTA.
La fiesta d e la In m acu lad a en e l Ins>
Utato Salesiano d e S. J o sé d e llo s ta fi^ehs (B arcelon a)* — < Tam bién este ano,

dice nuestro estim ado colega E l Eiario Catalán,
los Salesianos de ésta celebraron con solemnísicultos la fiesta de su Augusta P atrona y el
aniversario del principio de su Congregación.
Dssde las prim eras horas de la m añana numegrupos de personas dirigíanse á la Capilla
pública de la calle de Floridablanca. E ran en en
^yoría padres de los alumnos de aquella Casa
*ine acndian para asistir á la Santa Misa y partí^psr á la Comnnion general. E sta tuvo lugar á
«8 7 y m edia y en p-ll» recibieron por vez pri­
o r a el pan de los Angeles más de setenta niños.
Pué celebrante el Edo. P adre don Tereso PaloD irector del B o l e ií :»' S a a esia so , quien



pronunció una elocuente plática preparatoria antes
de la Comunión, que fué muy concurrida. Los r e ­
cien comulgados fueron obsequiados con exquisito
almuerzo, costeado por una Sra. Bienhechora do
aquel establecimiento.
A las 10 hubo Oficio solemne cantado por la
Schola cantorum del Colegio. El D irector de aquella
C asa, en atención á las últim as disposicionos do
la Santa Sede sobre el cauto religioso, dispuso que
se cantara la }li8a A ugdonim del ritu al romano.
Llamó mucho la atenciou de todos los presentes
la gravedad de aquel cauto estrictam ente religioso}
aquellas frases graves, largas, majestuosas qjecutadas por uu robusto coro de voces infantiles lle­
gaban al corazón llenándole de una impresión
suave, mística, cual no puede causar ninguna otra
música aunque escrita por uutoi'es sumos como
Hayden, Rossini, etc...
Por la tarde cantáronse solemnes Vísperas, L e­
tanías y Tantum Ergo, acabando la fiesta con la
bendición con S. D. M. — La m ú sica, obra do
los Maestxoa Cagliero y De Vechi fué muy bien
interpretada por los niños mencionados. L a asis­
tencia á todas las funciones fué grandísim a, re ­
sultando muy insuficiente la CapiUa p a ra d ar ca­
bida á ta n ta concurrencia.
Muy consolador es el ver como aquellos buenos
obreros corresponden á la voz de la religión y
asisten á las sagradas funciones, probando así una
vez más como el obrero catalán es naturalm ente
católico y creyente. >
liOS Salesianos en A'^alencla. — Del va­
liente semanario católico L a Libertad, correspon­
diente al 3 de Dbre. último, cortamos la siguiente
g rata noticia: « Han llegado á esta ciudad dos
padres Salesianos para tom ar posesión del Con­
vento de San Antonio, situado en la calle de Saguuto, en donde se iusbilará la Comnnidad en­
cargada de dirigir las escuelas de prim era ense­
ñanza y m ontar los talleres para el aprendizaje
de varios oficios.
Dios Nuestro Señor bendiga los propósitos de
los funda<lures y prospere obra tan santa de la
que han de re|>ortar positivas ventajas espiritoalos
y m ateriales las clases obreras. »

9 1 ÍM one» S n lc N ia n n » . — Loemos y cortamos
del número del 30 de Setieiubre últim o de nuestro
católico colega L a Vo£ ds la Iglesia, diario de
Buenos A ires:
« El Poder Ejecutivo rem itió ayer al Congreso
un proyecto de ley, ]>or el cual so concede en
propiedad á los Salesianos de T ierra del Fuego
el área de tierra que ocupau desde liuce nniclio
tiem po, y donde tienen establecidius sus reduc­
ciones y colonias de iudios.
E l m ensaje con que el P . E. acompaña este
proyecto es la justificación más completa de lo
que hemos venido sosteniendo sobre los beneficios
que estos benem éritos soldados de laeivilizaciuii
prestan al país.
F a lta ahora que los señores senadores, á cuyo
estudio h a pasado el proyecto, interpreten el sen­
tim iento patriótico que anim a ul gobierno, y lo
dediquen la atención preferente que la imporuiucia
de este asunto requiere.
Teniendo los Salesianos la completa seguridad
de que no serán desalojados de la tie ira en que
están instalados, los frutos que dea ú la civiliziicion serán mayores, porque podrán entonces uiul-

52 —
tip licar 811 acción, en razón de los m ayores medios
do qiio líodríín echar mano para proseguir su
misión evaiigóllca.
E n la actualidad la situación tien e que ser de
incortidum bre, pues así como se les ha concedido
tie rra ]>ara que la ocupen en sus misiones, se les
puedo q u itar para cualquier otro objeto.
No os necesario que insistamos sobre los grandes
y permammtes beneficios de la Obra Salesíana,
porque todo ello está en la conciencia de los
hombres (pie so interesan por el porvenir de nuestro
país, tan to en el orden moral como en el orden
m aterial, porque su enseñanza comprende todas
las manifestaciones nobles del espíritu humauo.
Incitam os, pues, el patriotism o de los señores
d el congreso, pai*a el pronto despacho del pro­
yecto que nos ocupa. »

3VLÉJ-ICO.
E x t r a o r d i n a r i o d c n a r r o l l o d e lo » C o o p e r a d o r e » e n T e o i i ü á i i . — Con sumo placer
y gusto ontrosacainoB de una carta los siguientes
párrafos que prueban el prodigioso desarrollo que
en poco tnás de un año ha tom ado en T eotitlán
la P ía Union de los Cooperadores Snlesianos y lo
que es capaz de hacer un alnia_ que con la vista
tija en Dios, tra b a ja con empeño por su gloria.
« L a pía Sociedad de los Cooperadores Salesianos establecida en la PaiToquia de S. Miguel de
T eo titlán en el mes de Agosto del año de 1897,
en el año que lleva de instalada h a producido
los siguientes frutos.
Consta actualm ente del D irector local, Sr. Cura
Vicario Poránoo de esta Parraquia, Pbro. D. Ra­
fael M.“ Osorio, y de los Sres. Curas Párrocos de
Huohuutláu, llu a n tlá , Coxcatlán, Zoquitláu, Miahuatláii, Vallo N acional y Cuicatlán.
Nuevo son los Decuriones y 208 los Coopera­
dores, formando un total de 225 personas. Cuenta
con dos hijas de María Auxiliadora en el Colegio
Salesiauo <le Májico. Uu niño do esta población
« stá en el Colegio Salesiauo de Méjico y otro niño
entró en el mismo Colegio á ruegos de uu De­
curión de esta República.
So lian repartido corea de mil m edallas do Ma­
ría Auxiliadora y hay en circnlncion nnmeroaos
libros Salesiaiios, tan to de doctrina y piedad co­
mo de información sobi’o la Obra y vida de Don
Bosco. Se reparten luensualm onte 200 copias ilel
B ou etin S a i . ksiano y sen o tn gran repugnancia
en tre los Cooperadores hacia loa periódicos y
libros jirofanos. La devoción á María Auxiliadora
es notable aún cnitre los quo no son coopex'adores,
por más <lo un concepto; y las gracias y favores
quo ha dispensado la Sma. Virgen eu estos lu­
gares, son ya numerosas, y muchas de ellas co­
rren im presas en el B o l e t ín y en la Obra Marta
.Auxiliadora «n Méjico.
Aún en tre los niños hay gran cariño por los
niños do D. Bosco, y causa sorpi“csa ver cómo se
privan de pequeños gusttis para llevar un óbolo
pava el I*un ue S. Antonio, y se ha rem itido al
Colegio Salesiano de Méjico, eu efectivo, por li­
mosnas de CiMíperadores, la cantidad de seiscien­
tos trece posos. cnnreiit.a y cinco centavos. »
Al mismo tiempo que mandamos agradecidos
nuestixia más entusiastas parabienes á los Coope­
radores Salesiauos de T eotitlán, y especialmente
A su celoso D irector y Decuriones, hatremos votos
para que su adm irable celo y extraordinaria ac­
tividad eu difundir la Obra Salesiana, como lo
Jcm n cstra la nota preceilente, tenga imicbos im i­

tadores para m ayor gloria de Dios y de María
Auxiliadora y provecho de la juventud pobre v
abandonada.
^
F ie s ta en e l C o le g io Salesiano de MéJico. — E l núm ero correspondiente al 8 de Nbre.

último del excelente diario católico L a Voz de
Méjico, nos trae interesantes pormenores de una
fiesta de distribución de premios celebrada el 6
de dicho mes en el Colegio Salesiano de dicha
capital. Los reproducimos á continuación :
« Espectáculo conmovedor era el que presentaba
el domingo por la tarde el edificio eu que se
llalla situado oí Colegio Salesiauo. L a Colonia de
Santa Ju lia era visitada por muchas distinguidas
familias que eu coche ó ú pió atravesaban sus
senderos y calles recien trazadas.
Mas donde todo era gozo y animación era en
el interior del colegio. Absoluto era el orden que
reinaba allí, y los alumnos de aquel asilo cris­
tiano dejaban ver el jiibilo eu sus semblantes.
A la hora fijada en el program a, se presentó
el limo, y Rvdmo. Sr. Dr. D. Nicolás Averardi,
Visifador Apostólico, que presidió la solemnidad,
altam ente complacido durante toda ella.
Los cantos ejecutados por los niños y la piezas
tocadas por la banda, merecieron justos aplausos
de la inmensa concurrencia que ocupaba uno de
los extensos corredores de la parte baja del Co­
legio.
Las reci taciones fueron elogiadas y la pequeña
comedia E l alcade hurlado provocó la hilaridad
del auditorio con sus divertidas escenas.
El discurso oficial fué encomendado á nuestro
redactor en jefe el Sr. D. T rinidad Sánchez San­
tos, y como so com prenderá no es á nosotros i
quienes nos toca hacer su elogio.
•Mas, á fuer de cronistas, diremos que el Sr.
Sáucliez Santo fué interrum pido frecuentemente
con atromulores aplausos, y que uno muy prolon­
gado lo saludó ni bajar de la tribuna.
Su discurso causó una profunda impresión en
el auditorio. Abarca cuestiones sociales de in­
mensa trascendencia que im porta mucho sean
conocidas y m editadas por los católicos mejicanos.
Mañana publicareinos ese discurso en la primera
piaua de nuestro diario (1).
Felicitamos á los infatigables maestros que
están formando hombres útiles á la Keligion, á
la P a tria y a la familia, no menos que á los ce­
losos coxiperadoros de su obra.
V erdaderam ente satisfechos estuvimos el do­
mingo con la fiesta orguuizdaa en el Colegio Sa­
lesiauo.»

In n agaracion d el C o le g io Salesiano de
S. J o sé en G uarutinguetá. — Verificóse el

24 de Junio ultim o en medio del entusiasmo de
la población q^ue no cesó un momento de mani­
festar su agrauecim ieuto y simpatías á Mons. Joan
Filippo, á cuyo amor á la ju v en tu d y exclusivas
expensixs se debe el Colegio.
Las funciones religiosíis que con este motivo se
celebraron fueron solemnísimas y estuvieron muy
concurridas. Eu ellas dejaron oir su elocuente
voz Mons. J . FilipiM) en la función de la víspera;
el R. P . Carlos P eretto, Inspector de las Casas Sa(1) twnbien noeotroo bonraraiDos 1m colamnts d» BOMtn
huiuilde r«TÍ8t* con «ste magnifico diacarso, qae pnblicarwy
lo tu.'ia pronto posible, pnes eetemoe seguro qoe so lectnn bs
de ser gratisima & todos nnestros benemSiitoa Cooperadores.


--- Oli --leBiacas del Brasil, en la misa de comunión ge­
neral, en la que se acercaron á la sagrada mesa
loe alnmnos del Colegio Salesiano de Lorena y
bnen número de fieles, y el Canónigo D. F ra n ­
cisco J. Pereira Jorge en la m isa solemne y en
la función de la tarde, en la que á m ás de darse
la bendición con S. D. M. se cantó un solemne
Te Deum en acción de gracias, que puso térm ino
i la fiesta.
Después de u na bellísim a descripción, que por
falta de espacio no reproducimos, del barrio del
Alto das Alinas en que está edificado
el Colegio, que es el más elevado de
la ciudad y desde el cual se disfruto
de un espléndido panoram a, el Correto
do Norte, semanario de la localidad,
describe así el nuevo edificio; « El
Colegio de San José ocupa un área
vastísima. E l brazo derecho lo forma
la capilla que es elegante y bellísima
V de una sencillez que encanta. Las
preciosas imágenes que todo nuestro
pueblo ha podido adm irar, ocupan ya
sus respectivos a lta re s , ostentándose
en el mayor las im ágenes de tam año
natural de Jesús, M aría y José. Del
lado izquierdo está el Colegio, cuya
planta baja la ocupan las ardas, que
son vastísimas y bien aireadas, en
conformidad con los más escrnpnlosos
preceptos higiénicos, y más a l fondo
los comedores, la cocina y otras
dependencias de la capacidad y con­
diciones requeridas p ara estableci­
mientos de este género. El piso supe­
rior lo ocupan tres dorm itorios vastos,
bien ventilados y con numerosas
ventauas al S. y É.
» Como se ve, el Colegio de S. José
nada deja que desear ya sea por su
íílubridad é higiene, como p o r el
lugar que ocupa. En este estableci­
miento levantado m erced al esfuerzo,
i la buena voluntad y á la cristiaua
piedad de ese varón em inente que
se llama Mons. Ju an Filippo, han do
encontrar refugio seguro para su
edncacion intelectual, basada en las
santas doctrinas de la religión, de la
Tirtud y de la bondad, centenares de
niños de aquí y de otras partes, que
ban de ser confiados al ardiente celo,
abnegados trabajos y relevantes cui­
dados de los virtuosos P P . Salesianos, ejército de caridad y de v irtud
qne Don Ju a n Bosco esparció por
todo el mundo p ara elevar á la hum anidad ai
nivel que se merece...
» i Y á quien debemos agradecer este beneficio?
Aesa alma grande, á ese virtuoso m inistro de Dios,
raya modestia y sencillez no podrá impedirnos qne
ledigamos con*la voz unánim e de todos nnestro;
cotterráneos, qne es la joya qne Dios nos ha
mandado á este pueblo, p a ra qne desde lo alto
de los cielos E l pueda m iram os compasivo y d ^
tramar sobre nosotros las fuentes de sus bendi­
ciones y de sus gracias. Distingamos con nuestra
veneración á Mons. J . Filippo, pues que él re ­
presenta cuanto hay de bello y de sublime en esos
beioigmos v en esas dedicaciones desinteresadas
ca pro del bienestar de las generaciones contem­
poráneas. Y cuando veamos pasar por nuestro
«áo con la m odestia que le es propia á esa frente

majestuosa cubierta de finos y plateados cabellos,
sintámonos orgoUosos de ten er entre nosotros á
un héroe de la re lig ió n , y descubriéndonos con
respeto digam os: ¡ Ese es Mons. Ju an Filippo I »
L<a O bra Salesian a en A req u ip a. — Con­
soladoras son las noticias que de esta fundación
salesiaua recibimos. M ediante la protección y am ­
paro de María Auxiliadora, la Obra de D. Bosoo
adquiere cada día mayor arraigo en esto católica

limo. Sr. D. Juan Filippo.
ciudad, y se atrae nuevas simpatías.
Taa obras del nuevo Colegio, que se empezaron
en Marzo último bajo los auspicios de S. José,
proceden sin tropiezo alguno, y una gran p arto
está ya concluido. En Enero líltimo habrán to ­
mado los Salesisnos p r e s ió n de él y empezado á
vivir en
propia, disponiendo de locales airea­
dos y capaces para clases y Talleres. L a Sociedad
de la Colonia Agrícola de esta cindad, m ediante
el concurso de la honorable J u n ta departam ental,
ha celebrado un contrato con los P P . Salc«ianos
p a ra la fundación, anexa al nuevo Colegio, de
una Escuela teórico-práclica de Agricultura. D icha
Sociedad y J a u ta , y en modo esi>ecial sus dignos
p re s id e n ta D. Manuel G arcía Calderón y D. Ma­
riano Belacende, se han hecho acreedores á la
g ratitu d de sus ciudadanos por el interés que han

— 54 —
dem ostrado y so tom an por la cristiana edacacion
do la juven tud .
Ivas poblaciones com arcanas y los Cooperadores,
im cada día aumontun, continúan con sin igual
usintorós presrando sn concurso pecuniario ó
personal íi la construcción. Una Señora ha habido
41U0, no pudiondo hacer otra cosa, so ha despren­
dido do objetos do valor, recuerdos do familia,
y_ como tales guardados muchos años con venera­
ción y cariño.
Los niños del Colegio dan cada día mayores
m uestras do pieda<l y adelanto con la frecuencia
de los Santos Sacramentos y aplicación il sus
respectivas ocupaciones. Las fiestas del Sgdo. Co­
razón, do la Asunción y <lo Sta. liosa <le Lima
las han celebrado con gran piíulad y devoción.
U ltim am ente dieron un paseo hasta el pueblo de
P ancorpata, donde fueron muy obsequiados por
el Sr. Vahicrramiv, celoso Cura Piírroco, y por el
pueblo todo ciuo entusiasmado por lo bien (pie
cantaron y tocaron y lleno de estupor por las
Obras Salesianas, determ inó poner ó la )>laza
principal el nom bre do F lasa de J). Bosco, como
así lo hizo en el acto.

a

IT A L IA .
nlnm iios SnlcslniiOM d cl Astilo clel
S a grad o C orazón y ol certa m en c a te qnísitlco d<* Itonia. — Todos nuestros Coope*

radores saben la im portancia (|uo en las Casas
Saloshiims se da al estudio del Catecismo de la
D octrina cx'istiaiia, adm irable compendio de l&s
verdades do nuestra santa fe, y el empeño co--^

—1- 9

Iglesia Salesiaoa de! Sgdo. Corazón de Jesús en Roma.
<IU8 nuestro amado P ad re y fundador D. Bosco
reoomeudü siempre esto estudio. Juzguen, pues,
nuestros lectores ol ]>lacor que causaría A nuestro
vonornndo liector Mavor D. Miguel Rúa la noti­
cia del triunfo obtonid«) por los niños que so edu­
can en el Asilo del Sgdo. Corazón do Jesús,
en ol solomue y tradicional certamen catequístico
quo todos los años so celebra en la ciudad eterna,
cu tre jóvenes de todas las parroquias.
P ara consuelo, pues, y edificación do todos,
poblioamos la siguiente carta eu que los niños
comunican ó D. Rúa tan g rata nueva. Dice a s í :
Rvilmo. Sr. D. M ig u el R ú a :
Conociendo el am or que hacia nosotros guarda
eu corazón, croemos deber nuestro com unicarle
una noticia que siq duda alguna le será de gnm
consuelo.
Como V. ya sabe, es costumbre en Roma tener
todos los años un certam en catequístico cutre los

jóvenes de las varias parroquias y escuelas cató­
licas de la ciudad. Aliora bien, no queriendo ser
nosotros' menos que los otros jóvenes, y deseando
que el Oratorio festivo del Sgdo. Corazón tomara
parte en el certam en, un grnpo compuesto de
14 compañeros nuestros, de los cuales, cuatro
eran del Asilo, se prepararon al combate. So­
lam ente cinco de los nuestros fueron vencidos en
el examen verbal j mas no por esto debíamos
alegrarnos, pues todavía faltaba la parte escrito
que siempre suele ser la más difícil; pero el
Sgdo. Corazón nos bendijo y el resultado no pudo
ser más favorable. Sois obtuviei’on la primera
medalla, tres la m edalla de segundo grado, v
otros tres el premio de tercer grado j éxito tanto
más consolador, cuanto que fueron muy pocos
los que obtuvieron premios de 1.’^ y 2.'** clase.
El más sobresaliente de todos, ó como aquí &«
llama, el Bmperador del Certamen Catequístico,
fué un joven de nuestro Oratorio, llamado M-artín Martin!, y el segundo Príncipe de su corte,
fu6 un tal Antonio Corradini, alumno del Asilo.
El Em perador fuó presentado por nuestro Sr.
Párroco al Emmo. Card. Vicario, que presidía, el
cual, abrazándole afectuosamente y obsequiándole
con preciosos regalos, le hizo sentar en un trono
preparado al efecto para presidir la repartición
de premios. Term inada ésta, el Emperador fué
llevado en un lujoso coche á la Iglesia Parroquial
del Sgdo. Corazón, donde debía verificarse la
función de acción de gracias. Todos nosotros le
esperábamos á la puerta, y no es posible descri­
b ir el entusiasmo con que le recibimos.
A los armoniosos acordes del órgano, el Empe­
rador, acompañado de toda su corte, entró enl,i
Iglesia ricam ente adornada ó ilum inada con infi­
nidad de lám paras eléctricas. Se cantó un íoleniiie Te Deum, dándose después la bendición
con S. D. M. U na m ultitud de personas é infi­
nidad de niños so agolpaban junto al altar piOra
ver HUÍS de cerca á estos afortunados y estudiosos
jóvenes quo tam o se habían distinguido en el
estudio dcl Catecismo, y que ocupaban puesto de
honor en el presbiterio.
Cuando nuestro Emper.ador se presente al Pa­
dre Santo, no dejará do obtener una especial
bendición para la Congregación Saleaiana y para
V., Sr. D. Rúa, que es su digno Rector Mayor.
Bendíganos tiuubieu V., amado P adre, y obtén­
ganos del Señor la gracia de estudiar siempre
con mayor ardor la doctrina cristiana y practi­
car sus enseñanzas, á fin de que tam bién noso­
tros podamos ser dignos hijos de D. Bosco.
L o s JÓ V E N E S

del Oratorio festivo del Sgdo. Corasó»>
Roma, 4 de Octubre de 1898.
r a A .is r o iA .
X a o va C a p illa S a lcsia n a en Rontans. —

E l incremento que, en los dos años que lleva de
instalado ha tomado el Oratorio Salesiano de
Romans, ha hecho necesaria la construcción de
uua nueva Capilla, que se bendijo y abrió al culto
en Agosto último. En esta im portante y conmo­
vedora ceremonia ofició el reverendo canónigo
Sr. Caillet, gran amigo y protector de los Salesianos, que pronunció al term inar las oraciones
del rito, una conmovedora plática, exhortando »
los niños á no dejar nunca sólo á nuestro Señor qoe
desde aquel momento se quedaba real y veras*
deram ente con ellos, visitáudole y recibiéndola



5 a



rrni frecnencia v correspondiendo á
finezas
íon una conducía.intachable y enteram ente ajus­
tada á 603 santos preceptos. —
la torde,
ilfBDues de las solemnes funciones de iglesia, se
L o término á la fiesta con una divertida repregentacion cómica que al mismo tiem po que m antavo la continua hilaridad de los niños, les puso
ante sus ojos escenas llenas de m oral y de salu­
dables máximas cristianas.
F O ü T ' O " G -A .X jBendicion d e la C a p illa Salesian a, d e

B raiia. — Con gran solem nidad se vennco en
Aeosto último la bendición é inauguración de la
Capilla dedicada á S. Cayetano en n uestra Casa
de Braga. L a fiesta fué solem nísim a; a la misa
cantada que celebró el R. Dr. Pinienta, Rector
del Seminario, asistió pontificalinento el Lxcmo.
é ñtmo. señor Arzobispo, dando así u na prueba
más del amor que profesa á los Hijos de D. Rosco.
Aeistieron tam bién á dicha función el i>r.
José M.* Rodríguez de Carvallo, P r^ id e n te del
Senado y buen núm ero de Cooperadores de la
más selecta aristocracia y demás clases so cial^.
Cantóse á toda orquesta la misa de Sta. Cecilia
de Goxmod con satisfacción general. _
La Capilla ocupa el centro del edificio, h a sido
construida por hábiles m aestros y es de u na sen­
cillez Y gracia adm irables.
.
Por la tard e se dió u na bonita ^representacm n
con asistencia de los amigos y bienhechores del
Colegio, dando con este acto fin á esta fiesta que
hs proporcionado una nueva ocasiou a los gene­
rosos habitantes de B raga de raanifestor el amor
y estima con que recibieron y siguen distinguiendo
*4los Hijos de D. Bosco.
F eE S ítakatos d i i . I cseo
— Recordad que hemos sido criados para amar
y servir á Dios que es nuestro Creador; y que de
nada nos serviría toda la ciencia y las riquezas
del mundo, sin el tem or de D io s; pues tan sólo
de este santo tem or depende nuestro bien y feli­
cidad tem poral y eterna.
— Cuando se os presente la ocasión de p racti­
car el bien, no digáis m inea: « esto no es de mi
Obligación ni de mi oficio, y por lo mismo no
ijniero mezclarme en ello. » N o , esta fué la res­
puesta de Caín, el cual tuvo la osadía y desfacha­
tez de contestar al Señor: ¿Soy yo acaso el guar­
dián ó custodio de mi hermano ? Todos estamos
obligados, podiendo, á salvar á nuestros prójimos
del mal y de la ruina.
— El L ® tien e la obligación de tra b a ja r y no
trabaja, le hace u n robo á Dios y á sus jiatronos
y amos. Los ociosos sen tirán al fin de su^ vida
grandísimos rem ordim ientos por todo el tiempo
que han empleado inútilm ente.
— Socorred y favoreced á las ilisiones con do­
nativos en tela, en objetos de Iglesia ó vasos
sagrados, en género, vestidos ó piezas de ropa
blanca, pero sobre todo con dinero, á fin de qne
los Misioneros puedan hacer frente á los gastos
de víAje y transporte por m ar y tierra, y si vuestra
pobreza nada de esto os perm ite, ayudadles con
vuestras oraciones, Comuniones y penitencias.

N6TA. Para evitar pérdida de tiempo y gastos
inútiles, suplicamos encarecidamente a nuestros
lectores que para la adquisición de los oros
que anunciamos en esta sección, se dirijan a
las librerías que en cada uno de ellos se expre­
san — En esta sección anunciaremos los li­
bros de los cuales se nos mande al menos
un ejemplar, con tal que no se aparten de
los dogmas y moral católicos,
d e m e n t a a c i* a ,m m n t lc a c l l i i a z m e l i e l > r a ! c « * '*

cum chre$tomathia «t glotario, porelDr.
do la Real Universidad de Turín. —
XII-212 i)ág. Tipografía y librería ealeaiaaae de lu n n
(Italia), Via Cottolengo, 32. — l ’SO liras
Con el Único fín de proporcionar á los alumnos
de las U niversidades y Seminarios una guía prác­
tica á la vez que científica, y de allanarles el ca­
mino para el estudio del hebreo, el ilustre orien­
ta lista y sabio profesor de la U niversidad de T urín,
D. Italo Pizzi ha publicado una im portante obra,
con el título qne encabeza estas lineas.
Sin perder de v ista la práctica y simplifi­
cando en lo posible las reglas, expone el autor
la teoría del verbo, del nombre, del pronomm-e,
ote., etc., de la lengua hebrea, explicando al tra ­
ta r de la sintaxis las reglas más necesarias é in ­
dispensables.
, ,
í
En la C h r e s io m a th ia , no obstante el carácter
elemental de la obra, el autor con singular acierto
no se ha contentado como Vosen en sus
mentos con presentar algunos trozos de libros his­
tóricos, de estilo demasiado uniíormo, sino que
cita pasos históricos de la Sagrada Escritura, en­
tresacados del P entateuco, del libro do los Ju e ­
ces, del de Samuel y del do los Royos, bacumdolos seguir de algunos otros do los libros proteticos y poéticos.
Figuran, pues, en ella algunos Salmos, el Cántico
(le Moisés y varios pasos do Isaías, Jerom ías, Ezenuiel, Job V de los P roverbios, que por su sen(lillez pueden ser perfectamonto tra«lucidos en una
escuela elemental de hebreo. Numerosas
explican con claridad los varios pasajes del texto.
El vocabulario contiene las v o c ^ y diwionea
de la Antología en su significado obvio y literal.
De la niavor p arte de las palabras derivadas do
raíces triííteras n o ta tam bién su origen, recu­
rriendo de vez en cuando al árabe, caldeo y si­
riaco cuando la raiz no se halla usada en hebreo.
Las formas gram aticales y frases más difíciles y
raras se hallan convenientem ente explicadas y
anotadas en su lugar correspondiente.
Bien qne el libro sea elem ental, el autor se na
servido mucho, especialmente en la p arte ^ a m ^
tical, de los trabajos más recientes como los do
Strack, Gesenius (1), Scerbo y otros. E n la Anm P n tr* I w obr*8 oonsulUdM m erece etpecU l mención el
diaáim etío BAráUtiuM
p o r el D r. B n U e<m
^ f w i r e a Socln y Zim oiem . - L ipii*. Vogel, 1895.

— 56 —
tología, para la interpretación de los pasajes bí­
blicos é históricos, ha consultiido con suma de­
tención las mejores versiones antiguas y modernas,
pero sólo en lo que respecta á la interpretación
ujeram eute literal, dejando jv{>arte toda otra cuestión
extraña á la índole de la obra.
i<hi cuanto á la parte m aterial, no obstante las
diilcultades <{ue presentan obras de esta n atu ra­
leza, la edición ha salido con exquisita nitidez,
dundo con esto la Librería Salesiana una prueba
m ás de la perfección de sus trabajos.
Por nueslxa parte recomendamos vivam ente esta
im portante obra ú. los estudiosos de las lenguas
sem íticas, y muy particularm ente ó los alumnos
de los Seminarios <iuo hallarán en ella una pre­
ciosa goía para el estudio del Antiguo Testam ento,
y de la lengua y literatu ra orientales.
Bl Tonoro de
Narración d t Tierra Satvta, por
Magdalena SauUflco Kuuutoa Soto. —Ud t>uuio eu 12. de 110
pAg. 1 fr. O
Q i-Asuoa y 1’25 eno, —B. Herder, editor ponti*
noío. Tilburgo do Brlagovia (Alomanla).

Conocen ya los asiduos lectores del B oletín
S alesiano el nom bre do la Srta. D.** M agdalena
S. Fnentes, pues más do una vez han podido re­
crearse con las sencillas y encantadoras produc­
ciones dol ingenio de esta joven y humilde escri­
to ra católica, con que so han honrado las columnas
d e nuestra m odesta publicación. P or demás nos
parecen, pues, todas las frases y encarecimientos
que pudiéram os usar para hacer resaltar la bondad
' belleza de esta obvita, porque para nuestros
eotores el sólt> nom bre de la autora es su más
▼alittsa recomendación y sólida garantía.
S I Tesoro de Abigail es una preciosa novelita
llena de encantadora sencillez y gracia, y de un
fondo em inentem ente moral y religioso, que pone
bien al descubierto los elevados sentimieutos que
anidan ou el alm a de la piadosa autora.
D el viaje que hacen á T ierra Santa los tres
personajes de la novela, Jeliií, viejo judío de duro
corazón y de insaciable avaricia; su hijo Aser,
joven distinguido de nobles y elevados sentim ien­
tos naturales, y Abigail, angelical y encantadora
criatura de fe ardiente y encendida caridad, toma
pié la autora para d ar una galana m uestra do
una fantasía fecunda y creadora y una inteligencia
y corazón sanos y robustos. Las descripciones que
d e los Santos Lugares nos hace la Srta. Fuentes
en BU libro son tan bellas y exactas, y estAn es­
critas con tan correcta y robustí» prosa y t<ui arre­
batador entusiasmo . que no porm iteu d ejar el
libro de la mano una vez empozado.
O tra de las cualiiladcs que avaloran tam bién
este libro es el estar sembrado todo él de pre­
ciosos pensamientos y sabias mtlximas morales
oou tal protuaiou y tino. q\ie bien puede decirse
do él que tv» una obra apologética de la Religión,
sin que esta bella cualidad quite ó am inore en
nada, ñutes bien acrecienta ol interés que despierta
la acción novelesca.
Do la p arte m aterial dol libro, impreso con ni­
tidez y elegancia y adornado con bonitos grabados,
luistanos decir que ha sido editado por el Sr.
H enlor, pjira hacer su más cumplido elogio.
Felicitam os de todas veras á la Srta. Fuentes
por BU nueva obrita, y hacemos votos im raquosu
laboriosidad y celo nos regale cou otras nuevas
producciones de su privilegiado ingenio.

Í

alumno del Colegio Salesiano Pío IX , de Buenos
Aires, pues la tienen bien conocida por haberla
publicado hace dos años en estas columnas. I*
ingenuidad y sencillez con que está escrita y los
felicísimos resultados que su lectura puede pro­
ducir en el alm a tiern a de los niños, á quienes
enseñará la m anera práctica de ser buenos, acre­
cientan el m érito de este librito, que debiera an­
dar en manos de todos los niños. Esta tercera
edición h a sido aum entada con nuevos interesante
datos, y con varias cartas muy edificantes de
dicho jovencito. — Form a un tom ito de 48 pág.
y se vende al precio de 0’05 pesos oro ej. en rust.
y 0*15 ene.; 4’00 ps. oro 100 ej. en rust. y lO’ÜO
ene. en tela y plancha.
I.<a P ataffonln. — Con respecto á este inte­
resante opúsculo de que nos ocupamos en el
B oletín de Setiembre-Octubre del año pasado,
leemos y coa gusto reproducimos cuanto signe de
uno de los últim os números del Boletín de la Beal
Academia de la Historia, de M ad rid : a E l Sr. DomingoMilaneslo, misionero salesiano de la Patagonia, haenviado endonativoparanuestraB iblioteca,
su erudita Memoria acerca de la lengua, industria,
costumbres y religión de aquel píds extremo de
la América m eridional poco explorado hasta el
presente. L a gram ática y el vocabulario de los tres
idioiuas que se reparten la región patagónica en­
cuentran bajo la plum a del P . Milanesio un dig­
no expositor que acrecienta los caudales quede
la lingüística ha recibido y sigue recibiendo la
Anolngía general de las antiguas naciones ame­
ricanas. »
T.ieotara.s C ató lica s. — Hemos recibido el
opúsculo correspondiente á Noviembre-Diciembre
de huí L ectuu .vs C atólicas de Sarriá (Barcelona);
titulase D . FrancÍHco Provera y contiene la inte­
resante biografía de este salesiano modelo, uno
de los primeros alumnos de D. Bosco. L a mayor
parto, si no todas, de los hechos y episodios qne
n arra contribuyen mucho á dar m ejor á conocer
la interesante figura de D. Bosco, y lo que era
la vida salesiana en aquellos tiempos en que
empezaba á m auifestarse.
Recomendamos cou todo encarecimiento una
vez lujís á nuestros lectores las L ecturas Cató­
licas . En estos tiem pos ou que la im piedad pone
en juego todos los medios para desmoralizar al
pueblo, nunca serán bastantes los esfuerzos de los
católicos y de las personas honradas para oontrarreAtarlos propagando la buena prensa, que es
el medio más poderoso y del que más comúnmente
se sirven los malos para sus depravados fines.
Recordémonos de las palabras del inm ortal Pío IX,
el cual hablando de estas lecturas dijo : « No hay
cosa más titü para promover ó inflam ar la piedad
en el pueblo como las Lecturas Católicas. » Se
publica cada mes un opúsculo de más de 100 pá*
giaas, cosUmdo la subscripción á las de Sarriá
(Barcelona) 2’50 ptas. para España y 3’50 para
U ltram ar y Extranjero; y á las de Almagro (Bnenoe
Aires), Bogotá (Colombia) y Niethéroy (Brasil),
en portugués, 1’50 p.s. m 'n en la cap ital; 1’75 en
las provincia de cada República, y 1’25 ps. oro
en el Exterior.

Lula Teiatn* Batyee hÍogr4.Seei. —Twwra edición. Imp. j
Lib. Saleelaoas. Bneaoa Airée, 189S.

No necesitamos recom endar á nuestros lectores
la biografía del piadoso jovencito Luis Testa,

Coi tpnbidoi dt U Antoridid Edesiisfici. - Gemlt: JOSÉGllBllO

DEVOCIONARIOS.
0 Joven In s tr u id o en la práctica de sus debe­
res y en los ejercicios de piedad cristiana seguido
del Oficio de la Sma. Virgen, de las Vísperas
de todo el año, del Oficio de Difuntos, de un peqoeSo diálogo sobre la Eeligion y de una colección
de cánticos piadosos, por el Sacerdote D. J uan
Bosco, Fundador de la Pía Sociedad Sdesiana.
Tercera edición de la 170.* italiana . ptas. 1’50
Manual d e P ie d a d dedicado á los devotos del
S^yado Corazón de Jesús. Décima edición encua­
dernado en tela y corte encarnado . . » 2 ’50
Eucologio R o m a n o Devocionario completo com­
puesto y arreglado conforme al Breviario y Misal,
por el Doctor D. P edro M.* T orrecilla , presbí­
tero de la Real y Militar Orden de Nuestra Sra.
de Síontesa, y aprobado por el Excmo. y Reve­
rendísimo Sr. Arzobispo de París. 'Novena edic. Encnademado en piel, cortes dorados y broches » 5 ’00
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piadosas para el aprovechamiento de la vida crisüana, compuesto por %1 Reverendo P. S antiago

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dos y r e d o n d o s ................................... ptas. 4’00
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y prácticas devotas entresacadas de las obras de
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V is ita a l S m o . S a c r a m e n to y á M a ría S a n ­
t í s i m a por S. A i .fonso M.* de L iqorio, aumen­
tada con las visitas al Patriarca S. Josó.
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L e y e n d a s e d ific a n te s ó Historietas Piadosas, pwr
el P. F ray A mbrosio de V albncina, Provincial
de los P. Capuchinos.
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1. SEYANO. Drama en 5 actos escrito por el
Sacerdote DON J uan B autista lEMOYNE^dela Con-sgaeion Salesiana. — En rústica . ptas. 0’50
2. LA CASA DE LA FORTUNA. Drama para
V niños; preciosa lección de moral, por el Pbro.
IUd.kn Bosco. — En rústica . . . »
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3. CULPA Y PERDON. Es uno de los dramas

•:is acreditados del muy distinguido escritor
•t-ro. D. J uan B. Lemoy.ne* — En nística » 0’50
^ ■!. LAS PISTRINAS. Drama en 5 actos por el
D. J uan B. L emoyne. — En rú stic a » 0’50
5. LIBERTAD. Drama en 5 actos por el doc­
tor D. F rancisco F enoglio. — En rústica n 0’ 50
6. ENRIQUE ó EL HIJO GENEROSO. Drama
'■'i tres actos. — En rústica . . . . » 0’50
7. UN VENENO ó PROFANACION DE LOS
BIAS FESTIVOS. Drama en cuatro actos del Dr.
-'•P. F. Sac. Salesiano. — En rústica ptas. 0’25
8. FUNERALES Y DANZAS. Sainete en un
V:to.— En r ú s t i c a ...................... * » 0’50
3. LEOPOLDO. DUQUE DE TOSCANA. Drama
cuatro actos de Carlos F ederici. — En rú-

13. EL HI.TO CARCELERO DEL PADRE.
Drama en tres actos. — En rústica ptas. 0’50
14. LOS TRES GIBOSOS DE EGIPTO. Farsa
en dos actos. — En rústica. . . . » 0’50
15. UNA NOCHE TOLEDANA. ~ Juguete có­
mico en un acto. — En rústica . . n 0’25
IG. EL HUERFANITO DE SUIZA. Drama en
tres actos. — En rústica . . . . » 0’25
17. EL FOTíiGRAFO EN APURO Sainete en
un acto — En r ú s t i c a .......................» 0’50

18. LOS TRES VALIENTES, Sainete en un
acto. — En r ú s t i c a ........................... i 0 ’25
19 DOS HORAS DE REINADO DE UN LIM­
PIACHIMENEAS. Sainete en un acto. — En rús­
tica
...........................................................» 0’25
20. VENIDA y ADOR.ACION DE LOS REYES
MAGOS. Drama en cuatro actos, por un Coopera­
dor Salesiano. — En rústica . . . » 0’50
21. LOS BAÑOS DE VIARREGIO. Sainete en
dos cuadros. — En rústica....................... » 0’25
22. LAS CONSULTAS RIDICULAS Saineteen
sti-a ................................................................................ í 0’ 50 un acto. — En r ú s t i c a ...................... » 0’25
10. DON PAPIRIO TONDO ó EL ALCALDE
23. LOS NOVENTA Y NUEVE DUROS. Sai­
•I^RLADO. Comedia en tres actos. — En rúsnete
en un acto. — En rústica . . . » 0’2á
..................................................... » 0’50
24. AMOR DE HIJO. Drama en cinco actos y
, H. TIGRANTS.Drama en 5 actos con próen
verso, por D. F. F*. Sac.Salesiano. — En
estracto de una novela del F. G. Franco. —
ü rú stic .i............................................ 1 0’50 rústica ^................................................. » 0 ’:j0
12.
LA POSADA DE PRATORRASO. Come- 25. ANTONI ó UNA LLISSIO DE MORAL.
^^uíaen tres actos. — Ennística
i 0’50 Comedia en tres actos — En rústica . 1 0’50

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N o v en a a l G lorioso P a tria rca San J o sé tamaño 32 proloníraclo.
Cediendo á Iuh Topotidufl instancias qtic se dos ban hecho publicamos esta Dovena en
lionor dól glorioso P atriarca S. José.
Se ha procurado que ella, á la p ar que rica do afectos, fuese de utilidad prilctica para
los devotos que á tau poderoso intercesor se encomeDdaran. A esto propósito obedece el mé­
todo que en sus consideraciones se lia seguido, proponiéndolo como modelo do las princi­
pales virtudes cristianas, y liacieudo resaltar su patrocinio en la hora do la m uerte y en
todo tiempo sobre la Iglesia universal. No dudamos que, si la hacemos con la afectuosidad
que en ella se propone, acomiínñada de la prík^tica do la virtudes que d ta n ta gloria ele­
varon al Padre nutricio del Salvador, so verifiear.d en todos los devotos el dicho de Santa
'reresa, y podrán rep etir con esta gran S anta: «No recuerdo haber pedido jam ás cosa al­
guna á S. José que uo me haya sido concedida. Los favores y grandes gracias que me­
diante la intercesión do este santo he recibido de Dios} los peligros tanto de alma como
de cuerpo de que luc ha librado son asombrosos. Quisiera inspirar á todos la devoción á
este glorioso P atriarca por la grande esperieucia qxie tengo de los grandes favores que
obtiene do Dios. Pido por el amor de Dios, á los que no me crean, que bagan la prueba y
verán que ventjyoeo es el ser devoto de este santo Patriarca.»
(Del Dróíogo).
E » i 'ú s t i o a . .
............................................................................... p t a s ^ O ’S S
Eucmnilemacla.........................................................................................*
O’SO
E u o u a < lo x * u a o io n <le li\ ) o ..................................................*

E l J o v en In stru id o en la práctica de sus deberes y en los ejer­
cicios do piedad cristiana seguido del Oficio de la Sma. Virgen^ del
Oficio de Difuntos y de las Vísperas de todo el Año por el sacer­
dote D . J uan* B osco. — Un tomito en-32.
«Esta obrita está dividida en tres partes. En la prim era encontrareis todo lo que debci.s practicar y lo que debéis huir para vivir cristianam ente. En la segunda se encuentiiui
reunidas las principales oraciones que están en uso en las parroquias y eu las casas de
educación. L a tercera, en fin, contieu© el Oficio de la Santísima Virgen, las Vísperas
de todo el año y el Oficio de Difuntos. Encontrareis además un pequeño diálogo sobre loa
fundamentos de nuestra santa religión católica, adaptado al tiempo en que vivimos. Aña­
dimos al fin una corta colección do canciones espirituales.
• Queridos míos, os amo con todo mi corazón, y mo basta qne seáis jóvenes p a ra que os
ame tanto. Conservad cuidadosamente en vuestro corazón el tesoro de la v irtu d : con ese
solo sois bastante ricos y estáis en posesión de todos los demás, pero si lo perdéis, llega­
reis á ser los más miserables y desgraciados del mundo.
• Que el Señor os acompaño siempre, y os haga la gracia de poner en práctica mis consejos,
para que podáis aum entar la gloria do Dios y salvar v u estra alm a, único fin oue me he
propuesto conseguir al escribir este librito.»
(Del Pi'ólogo).
Enouncleruadlo eu tela .......................................................ptas.
»
p iel............................................................»
l*i>0
3*00
eliaurriii eoi-te <lora<lo.

N u ev a Sem ana Santa.
La
S n n t a que en castellano y latín han publicado en su Tipografía do Sarriá
Im Padres de loa Tivlleres Salesiauos de D. Bosco, merece con toda propiedad llamarse
de propaganda. Además de los Oficios compuestos para dichos días, inclusivas las bendi­
ciones del Domingo de Kamos y del Sábado Sjmto. y las Horas canónicos del Miércoles,
Jueves y Viernes, contiene extensas y muy instructivas explicaciones litiirgicas para la d e
bida inteligencia del hermoso cenm onial de dichas solemnidades, y un apéndice de d e
votas oraciones para la Confesión y Comunión. A pes,ar de lo cual el tom ito no resulta v e
luminoso, ni es muy pequeña la letra, ni subido el coste. Es un nuevo beneficio hecho á
las clases popularos por el celo infatigable de la bienhechora In stitución Salesiana.
(D e la Ilevisto Popular).
E n tota.
.
.
.
.......................................................................ptasi. 1*S2¿5
Eli i>lol.............................................................................................................
>
l'n o
Eu piol corte cuenm ado..............................................................
»
?2*0<>
Eli piel coi-te dorado........................................................................
»
í2*."»0
Eu cliagfriii corte dorado.
» 3'<>0

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Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1899