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Título
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BS_1899_04
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Descripción
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Boletín Salesiano. Abril 1899
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Fecha
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1899.04
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extracted text
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IIiSTOiuA iiBL O ratorio dr S ax í ' raxciboo d e S alk « » ]/ii
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<>RA1>AI)0 A. R, p . Mlc^nel H 'ia. — V ín ' ü general ilu Jax E r-
CiU’ia* Profesional'-R y Colegio ¡^alo»Í!iJi<i d e S iiii’j.i
ílía rc e lo n a ). — OriiiKi d e anl-igtios alum n..» ,iu l.n» j;* .
c á e la s SalcR ianai du S a rriii. - E l .Sant-. .\iig e l do la
G u a rd a . — Colegio del S anf« A n g e l d e S a rrU . — Esctiola
d e A rte s y O ficios d e .‘'a rr í.í.
OimA.'s S aj.esia v a s
S a m ' i ( B a rc e lo n a ), B u e n o * A ir e * . C h ile ,
U o n te v id e o . L im a . B o liv is , Bogotá.
P a r a g iu y ¿ o jic o . P u e b la .
S0é- !
■J DA MIHI ANIMAS
V'
C /tTE R A TOLLE
S a rriá — LIBRERIA SALESIANA — Barcelona
K f j A M A X T 1 5 1 )K Í I A J I I A i)or C. C. sac. do las E scuelas P ías. — E l sabio
y íd icísiiu o líey íáaloinóii nos dice p o r boca d e la E sposa de los C antares, estas
lierm osas p alab ras: « FUtren ap p a m em n t in tsrra nostra. » (Cant. c. IT, v. 12). Las
flores h a n aparecido en n u e stra tie rra , el m es do Mayo ó d e M aría h a llegado 5 le
vántate i>ara obsequiar (i la rosa, del cam po y al lirio de lo r v alles; apresúrate para
v er la palm a d e Óndes y el cedro dal monto L íbano; ven y veriis la m ás hermosa
en tre todas las criatu ras, la liija de Dios, la m adre del V erbo y la esposa del Esu íritu S anto <iue tien e pOi- corona doce estrellas, por adorno do sus pies la luna,
por v estid u ra el sol, por jtianto el fírm am ento; v en á escuchar p alab ras de consuelo
en esto hermoso lib ro que te ofrece M aría p a ra que la honres, dándote en prueba
de su regalado eurif-o el pevliuiu' d e las tloics; como del lirio la pureza, ile la rusa
la caridad, do la violeta la hum ildad, do la ]>alina de Cades la san tid ad y del ce
dro la inm ortalidad, dicióiidüto coa am or: « P asad á m i todos los que codiciáis y
llenaos de m is frutos. »
,
1 .i- • i t
E n este libro se contiene u n am or m isterioso, como el arom a en el cáliz de, la
flor, la v irtu d de ésta, abro su corola y las au ras recib en su perfum e. D el mismo
modo el am or de !María reflejado en estas páginas, abre nuestro corazón y a l cielo
so lleva el am or do aíiuellos que, im itrm do las enseñanzas dadas en este libro, les
prom eto flores do v irtu d es que nacen del trono de D ios por la gracia, regadas con
Miiugre del Cordm-o Inm acnlado y cu ltiv ad as y florecidas por el soplo benéfico del
E spíritu Santo. « Mis flores son frutos do honor y de riqueza. » J'Z om m e?,/nícíu^
lumoris et honestntis. (Eccli. c. XXIV).
En r ú s tic a .................................. O’OS
Encuadernado
• 075
C’I K I . O F U U l U A l i l A — L a E scuela Tipográfica de Saxriá tien e publi
cado un im portante libro sobre la devoción á ^íui íu. E l autor, el presbítero salosiano D. C am ilo O r t u z a ií , h a unido allí con sin g u lar esm ero á la doctrina de la
Iglesia sobro las glorias y v irtu d es de la m adre de D ios, m il iireciosos qieminos
i\\ni conlinnun la im portancia y eficacia de la devoción con que so la honra.
ICh dicho libro un tratado selecto on su género.
o.., i , , ,
Dividido en dos partes, trata en la primera de la dignidad do María, de su santidad, de los lioluuvH nue so la tributan, de los boneücios quo nos concede, del amor que nos tiene, y deumestra
tiualmentc, quo la devoción á María es uua señal inequívoca de predestinación.
Fnnnii'ra en la scRunda parto los medios pira conseguir esta devoción, como son, recordar las
prerrogiifiva.H <lo la lioina del Ciclo, invocarla y obsequiarla.
t , • i
Do.sigtia las invocioiies y príícticas recomendadas espocmlmeiito jior la Iglesia, las nula euriqiiecidas de indulgencias y las niiís predilectas do los Santos. ,
^
,
,
Señala por ultimo, los obsequios mrts gratos lí la Madre do Dios; íí saber: elegirla por madre,
reverenciar sus imiígcnes, visitar dovotivuiente sus santuarios, celebrar sus fiestas, consagrarle un mes
cu el año, hacer celobniT ú oir misas en su honor, bomarla especialmente en los sábados, hacer limos
nas en su obsequio, asociarse á uua de sus cofradías aiistcnerso do todo pecado y proi>agnr su devoción.
Todo esto ostá indicado con ehoviacnmes de la más autorizadas y con nivrracioucs amenísimas
quo doleilan tanto como cdilican.
Nos pevmitiuios, pues, rcconumdavlo cneiuocidament»' a toda claso do pers.uuns.
En r ú s tic a ............................ptas 1*00
E n c u a d e rn a d o ...........................ptas. 1*50
T .A
IM-: n O X K O S < 'í> iH>r el presbítero C a 3 ULO OiiTúz.vii — P re
ciosa eoleeeíon ile graeías y favorivs alean/.iulos por la ititeroesiou de Mtiría AuxiI íjhIovo. m uy iflie¡<rt*.s para a v iv ar la fe y devocic-U do los fieles.
En r ú s t i c a .......................píus 0*50
E n c u a d e rn a d o ........................... ptas. 075
B H S H H .11.^111 A por el presbítero D on Kt.»i)on'o.
.
Encuadernado en t e l a ...................ptas. 1*25
,
, pjgi......................
,
1-50
En rústica . . . • P^as. 100
A I . A A r < Í l \ S T A M A O K K I> K l> 1 0 ü í B A JU » I . . i
< * .\i* IO A
B A H I A A V X I l i l A H O R A por e ljire sb íte ro D o x J uan B usco .
E n cuadernado..............................................................................
ptas. 050
C ' í> X O I C " I O X 15S
1. Al que comprare diez e|emplares se le dará uno gratis.
2. A los institutos da educación, las comunidades religiosas, los f^rocagandisfas de
las buenas lecturas y en general ó todos los que adquieran buen número de libros se
les hará una rebaia considerable.
^
^
^
3. El producto es ó beneficio de las casas Salesianas da España y obras de bene
ficencia del Inolvidable D. JUAN BOSCO, Pbro.
Todos los pedidos so diñBirdn d lo LIBÜEftid SdLESIdH SARRI.^ - [Berceiona.)
Quien recibiere á un
niño en mi nombre, á
mí me recibe.
(S. D i o n i s i o .)
Os recomiendo la ni
ñez y la juventud; cul
tivad con grande esmero
su educación cristiana;
y proporcionadle libros
que le enseñen á huir
del vicio y á practicar
la virtud.
(Pío IX.)
El amor al prójimo es
uno dé los marores y
más excelentes' dones
que la divina bondad
puede conceder á los
hombres.
(S. F ranc. de Sales.)
R e d o b la d \niestras
fuerzas á fin de apartar
á la niñez y juventud de
la corrupción é incre
dulidad y preparar así
una nueva generación.
(León XIII.)
(M a t h . XVIII.)
Entre las cosas divi
nas, la más sublime es
la de cooperar con Dios
á la salvación de las
almas.
DA MIHI ANIMAS CAETERA TOELE
A N O X III—N. 4
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PU B LIC A C IO N M EN SU AL
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CoítolenoQ, 32
A B R IL de 1899
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@ f lE D A C c iO N
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in is t r a c ió n
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Tiirin (Italia)^
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¡ ’^Tiva SA aría ¿Vustíliadora 1
^ X•CSí
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la Obra Salesmna. La preciosa vida de nuestro amado Héctor ilajor se ha visto en sü viaje por España
peligro del qae sób ha p^ido escapar merced á la protección de nu^rí^ cariLsa
í í í í Hé aquí wmo refiere el hecho E l Correo de Andalucía, diario católico: . De prodigioso nos
S í L R P "ai^ Í
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Superior General de bs SaleBéjar a Salamanca marchaba el virtuoso sucesor de Don Busco
awmpanado de los RR. PP. Rm^di y Marenco, y próximamente á la mitad del camino descarrilóse la
maquin^ destrozándose por completo los vagones de mercancía y chocando entre si los coches de viajeros
numerosos desMrfectüs. Sólo en el que viajaba el P. Rúa, bs efectos del descarrilamiento
^
sacudimmnto que produjo una insignificante hemorragia por la nariz al venedwpertar del sueño a uno de bs acompañantes. Puesto en movimiento nuemente el tren, por bs a ^ i o s que le prestaron de la estación más próxima, llegaron bs ilustres
lajeros felizmente al térmmo de su viaje. — Ckimo se ve, no es aventurado afinnar^ue Don Miguel
Roa y los señores que le acompañaban han sido prodigiosamente librados de un funesto nercan¿ .
entusiastas, amados Cooperadores, á María Auxiliadora por tan patente' prote-aon, y supliquemos muy de veras a tan buena Madre, que nos conserve aún por muchos aSs la nre
el espirito jk .rirt¿ ;ie s
i Y ív a I z a r í a .A iis iiia d o ra !
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Jif L fin se ha dignado Dios escuchar
nuestros ardientes ruegos; las fervo
rosas oraciones de los Salesianos y
sus ninos, los eficaces deseos de nues
tros más beneméritos y celosos Coo
peradores!
Nuestro venerando y querido Rec
tor Mayor, el inmediato sucesor de Don Bosco
en el gobierno de la Pía Sociedad Salesiana, el
Kvdmo. Sr. D. Miguel Riia, dándonos una prueba
más de su amor á España, ha decidido visitar
esto año a nuestra infortunada patria, pata dar
más vida y mayor impulso u la fundaciones Salesianas en ella establecidas.
Este hecho tan sencillo, sin interés alguno, al
parecer, y que pasará inadvertido para la gene
ralidad de los españoles, no deja de tener para
nosotros, Salesianos y Cooperadores, trascendental
importancia.
La Obra Salesiana, inspirada y vivificada por
Dios, es la obra providencial de nuestros dias,
oimos repetir frecuentemente; es el último espe' cífico que Dios ha dado á las modernas socie
dades para sanarlas de los profundos males que
las aquejan, pues en su variado y múltiple ob
jeto lo abarca todo, no pudiendo señalarse una
sola necesidad para la cual no ofrezca eficaz re
medio. Es obra de D ios, y las obras do Dios
nunca son incompletas, son siempre perfectíis en
su género.
Aliova bien; para que la Obra Salesiana cumpla
en todas partes cou esta sublime misión que Dios
le ha encomendado, es de todo en todo necesario
que mantenga siempre viva en si y en sus miem
bros la sabia salesiana, ese soplo divino con que
el Criador le infundió la vida, ese espíritu viviticiidor que debe informar todos sus actos, que
es el alma que la anima y sin la cual vendría
á sor como un cuerpo muerto, elemento de co
rrupción y de muerte, en vez de serlo de puri
ficación y de vida.
Este espíritu, gracias á Dios, crece gallardo
y vigoroso en nuestras Casas de España, y buena
confirmación de esto la tenemos en el verdade
ramente extraordinario y prodigioso desarrollo
que asi la Obra Salesiana en general, como cada
ftindacion en particular han tomado y continúan
tomando, sin que obstáculos ni dificultades de
mil géneros sean bastante para oponérsele en sn
marcha rápida y bienhechora. Veinticinco son ya
las fundaciones salesiauas en nuestra patria; mi'
de cinco m il los niños y niñas que reciben sn.'
beneficios en sus Oratorios festivos. Colegios)
Escuelas Profesionales, é innumerables las alma>
generosas y caritativas alistadas en las filas dí
los Cooperadores Salesianos, que con sus limosnas,
con sus oraciones, con su propaganda y demi
medios que la ingeniosa caridad sugiere, contri
buyen al sostenimiento de todas esas obras.
Pero la Obra Salesiana, que vive á espens»í|
de la caridad cristiana, no ha podido menos
sentir los efectos de las desgracias, de los de
sastres que desde hace varios años, pero en moh
más abrumador durante el pasado de 1898 hi* ¡
caído sobre nuestra infortunada España, bit:,
digna de mejor suerte. Contadas, muy eontadsr
serán las familias españolas, si es que existe a!gima, que no hayan tenido que suñir ó en sis
afecciones ó en sus intereses con motivo deesas
desgracias nacionales. Y como si esto fuera Udavía poco, el desbarajuste que reina en toi^
los órdenes del estado; los enormes tributosqi*'
pesan sobre los contribuyentes, y el presaga,
bastante fundado desgraciadamente, de próxinu:
y más tremendas catástrofes, traen de tal inoá»
inquietos y soliviantados los ánimos, que pudie.^
con razón temerse por nuestras Obras, si por ua» I
parte no velara por ellas la Providencia, y p* I
otra no creciera la generosidad y el desprea’*
miento de nuestros beneméritos Cooperadores,»
medida que crecen y se multiplican las dificah
tades.
— S7 —
« si I
B . P . M ig u e l
^
B ú a
R e c t o r M a y o r d e la C o u í^ re g a c io n S a le s ia n a .
— S8 —
de poder besar su santa mano y abrir de par
en par nuestra alma al sucesor de D. Bosco,
que cual nuevo Elíseo recibió con el cargo las
virtudes y el admirable espíritu que en nuestro
Fundador y Padre resplandecieron? No se estrañará, pues, V. si le digo', que desde aquel mo
mento D . Rúa fué la idea que á todos embargalja. En él pensábamos constantemente en
nuestros recreos y hasta con él soñábamos. T este
amor y este deseo fué creciendo cada día más
en nuestras almas á medida que se acercaba el
momento por tanto tiempo suspirado, que como
todo lo de este mundo, llegó por fin el 4 de
Febrero.
...................
Desde la mañana de este felicísimo e inolvi
dable día notábase en todos, Salesianos y a t a o s ,
una agitación }■ movimiento extraordinarios é
inusitada alegría y regocijo. Era de ver la so
licitud amorosa con que unos adornaban con
vistosas colgaduras los intercolumnios de los pór
ticos, mientras otros colocaban hermosas c a n a
llas de verde hierba salpicada de ñores artificiales
tan primorosamente hechas, que aun algunos de
los que sabían ser obra de la industria buma^
se engañaron mas de una vez, creyendo habíai
sido sustituidas por las que produce la natura
leza. Otros, en fin, aplicábanse á colocar visto»
banderas y gallardetes, y escudos de las poblacio
nes españolas donde hay casas salesianas, y otM
en que estaban escritos los nombres de n u e ^
santos Protectores y de los principales snperiorfí
de nuestra Congregación. La parte descubi^
----------^ ---------del patio había sido cruzada con hilos metáto
Interpretando los deseos de todos nuestros be cuajados de banderitas, de variados colores, des
neméritos Cooperadores, y deseando dar una prueba cendiendo del centro un magnífico pendón, q»
más de nuestro encendido amor ni sucesor de tenía escrito con letras de oro ¡Viva D . iíáa.
En este ir y venir incesante v en este «fr
D . Bosco, á nuestro venerando Padre D. Rúa.
empezamos con esto número á publi(?ár una es- timio trabajar para poder ofrecer á nuestro an^
tensa crónica do su visita á las Casas Salcsianas Padre la recepción más digna posible, pasó a
día como un relámpago y llegó la noche tu
de la luspectoria española.
deseada, pues entre las 7 y las 8 de la luntí
debía llegar el tren que nos traía al am*«
Superior objeto de nuestros más ardientes dese.^
Y para que vea V ., Sr. Director, que no
SARfílA (fiaroelona.)
gero, y pueda formarse una idea de la alti
á que ravaban el ansia y el entusiasmo de i
Escuelas de Artes y Oficios.
dos, quiero referirle una anécdota por dem
|iFÍfiLMENTE podrá V. imaginarse, Sr. tierna y significativa.
Serían próximamente las dos de la tarde
Director, el contento y la alegría que
este
día, cuando uno de los Superiores vi6 ®
probaron nuestros corazones al recibir
patio,
por donde á la sazón pasaba, á un F
la noticia, tanto más faustísima cuanto
menos esperada, de la visita de nuestro amadí niño que por su talante no parecía estar ”
simo Padre y venerando Rector Mayor D . Miguel bien de salud. Interrogado, contestó que
Rúa á todas nuestras casas de España. Y ¿cómo efecto, sentía dolor de cabeza, de piernas y
lio llenarnos de júbilo si íbamos á ver cumplidos garganta v un sudor frío en todo el cuerpo^
la mayor parte de los salesianos españoles, los Vete, pues, le dijo el Superior, ve á pedir^^
más ardientes deseos de toda nuestra vida sale- miso á quien corresponda y retírate á la f
siana, de poder couocer á nuestro Rector Mayor, mería. — Eso sí que no lo haré. —
Conmovido por tan gran cúmulo de desgracias
nuestro venerando Rector Mayor, y deseoso de
xjue ni nuestros liuérfanos ni nuestras obras se
vean envueltos en ellas y languidezcan y lleven
una vida precaria con no poco perjuicio de las
almas, se ba decidido á visitar nuestras casas de
la Inspectoría cspafiola, la mayor parte do las
cuales lian sido abiertas posteriormente á la úl
tima visita que hizo D . Rúa á España en 1890.
Nuestro amadísimo Rector Mayor va, pues,
á España para avivar la fe y alentar en sus
trabajos á nuestros hermanos; para alegrar y beneficar con su veneranda presencia á nuestros
niños; para animar á los beneméritos Cooperadores
á sostener la tarea emprendida á pesar de los
obstáculos que las circunstancias ofrecen, y al
mismo tiempo para conocer y manifestar su agra
decimiento á nuestros bienhechores, que fieles á
las inspiraciones do la gracia no han permitido
con sus limosnas que las desgracias y desastres
que han afligido á España, pesaran como losa de
plomo sobre los huerñiuitos de D . Bosco, los
ahijados do María Auxiliadora, que les premiará
abuudunteinente su caridad y su sacrificio.
¡ Quiera Dios bendecir este viaje de nuestro
amado Padre, que ba de ser, no lo dudamos,
fecundo en frutos pava la gloria de Dios, nuestras
Obras y las almas!
—
qué no? — Porque si voy á la enfermería no
podré ver á D. Rúa cuando venga. — ¿Y si
por esperar á D . R úa empeoras y te mueres?
— No importa: ;con tal que yo pueda verle!...
De Turín á Barcelona.
Antes de seguir adelante, y para que esta
relación sea más completa, creo oportuno decirle
una palabra tan solo del viaje de nuestro Padre
desde Turín á Barcelona.
Celebrada la fiesta de S. Francisco de Sales,
nuestro venerando Rector Mayor salió de Turín
el 31 do Enero líltimo acompañado del Sr. D.
Juan Marenco, Vicario General de las Hijas de
Haría Auxiliadora. Cogiéndole de paso, paróse
la noche del 1 y mañana del 2 de Febrero en
R o m á n » , para visitar la Casa Salesiana
aquí establecida, y que por primera vez veía.
so
—
Llegada á Barcelona.
Entre 7 y 8 de la noche del Sábado 4, Don
Rúa llegó á Barcelona acompañado de D. 5Iarenco y D. Rinaidi, nuestro amado Inspector,
que había ido á encontrarle á Gerona. En la
estación le esperaban la mayor parte de los
d^istinguidos señores que forman la Juiitji de
emperadores de Barcelona, varias beneméritas
bienliechoras, el presidente del “Círculo Obrero
D . Bosco", algunos salesianos y unas cuantas
personas más, que dispensaron á nuestro amado
Padre un muy cordial recibimiento. Después de
cambiarse los primeros saludos y de dar D. Rúa
las más expresivas gracias á todos los presentes
por la dignación que habían tenido de salir á
recibirle, en dos lujosos coches, debidos á la ge
nerosidad del benemérito Cooperador Salesiano
a :ss
a ssa^fín e
Vista general de las Escuelas Profesionales y Colegio Salesiano de Sarria (Barcelona).
Grande fué el contento que experimentaron con
m . gratísima visita nuestros hermanos y los
distinguidos Cooperadores de la localidad, los
cuales se desvivieron para agasajar á D. Rúa,
haciendo en su honor cuanto les permitió la
premura del tiempo y escasez de recursos de
nuestra casa que aun se halla en estado inci
piente.
m
pasó á : % f o n t p e l l í e r , en
donde se paró todo el día 3. E l recibimiento fué
fíenme: hubo música, iluminación, banderas y
follage, entusiastas aplausos y atronadores vivas
de los niños de nuestro Instituto, y hasta la
represenmion de un precioso drama sacro en tres
actos. Siendo aquel día viernes primero de mes.
» hizo por la mañana una conmovedora función
de desagravios con exposición de S. Ü. M. y
jumerosisima comunión general, á la que tam
bién tomaron parte nuestros principales bienhe
chores. Por la tarde dió una conferencia á los
^operadores, despidiéndose de ellos y de nues
tros hermam» dándoles la Bendición Apostólica.
Sr. Marqués de Barbará, fuimos á tomar el tren
que debía llevarnos á Sarria. Digo fuimos,
porque también cúpome á mí la dicha de formar
parte de esta comitiva.
Vuelvo á interrumpir mi relación para darle
á V. cuenta, Sr. Director, de una trama urdida
por algunos jóvenes obreros que frecuentan nues
tra casa de Hostafranchs, y que no pudieron
llevar á cabo, debido á la oportuna intervención
de su Director. No se asuste V. y vaya á creerse
que se trataba de algiin atentado criminal con
tra la preciosa existencia de nuestro amadísimo
Padre, que la ha empleado toda ella en derra
mar el bien á manos llenas entre todas las
clases de la sociedad, especialmente entre la
obrera. Nada de eso. La trama, sí. estaba fun
dada precisamente en esa caridad de D. Rúa,
pero no tenía otro fin que el darle una elocuente
prueba del amor y gratitud que encierra su c o - .
razón para con él: prueba algo dura, es verdad,
pero al fin prueba de amor.
La trama era la siguiente: desuncir los ca
ballos del coche en que iba D . Rúa, tirar di-
—
00
dios jóvenes ílc tíl, y liacorle pasar por la Rambla
que íi aquella hora rebosaba ele luz y de gente.
En Sarrié.
Pálido, muy pálido, eomparado con la reali
dad, será cuanto pueda decirle mi tosca pluma
del solemnísimo 6 iinpoiiento recibimiento que
se lo hizo á nuestro amado Padre al poner su
bendito pió en estas escuelas de Artes y Oficios.
Cerca de dos horas estuvieron formados en
correctísimas lilas los casi 4 0 0 alumnos de esta
Casa, esperando verle llegar á cada instante, tal
oran su deseo y su impaciencia, engañándose
innumerables veces creyéndole llegado, siempre
que alguno de los siiporiorcs que se hallaban en
la puerta de la calle, entraba á alguna diligen
cia ó para advertir do algún pequeño detalle que
creyera olvidado.
Llegó, por fin, el anhelado momento, y á los
armónicos acentos de la banda, uniéronse como
por mágico resorte un ensordecedor ruido de
bombas, y estruendoso estrépito de aplausos y
aclamaciones salidas de 800 manos y 4 0 0 pe
chos que roporcutíaii imponentes en las bóvedas
del pórtico.
Entro este clamoreo, y á la luz clarísima q»ie
despedían multitud de faroles á la veneciana
suspendidos de la bóveda, y á la fantástica de
las de bengala que ardían on las azoteas, con
tribuyendo á realzar el brillante aspecto que en
conjunto ofrecía el engalanado patio, fué pasando
por entre las filas de los niños nuestro veneran
do Padre, recibiendo una tierna manifestación
de la gratitud y amor de todos, expresada en
ardientes ósculos á sus benditas manos nunca
cansadas de dispensarnos bienes.
Llegados á la Iglesia, y dado gracias á Dios
con un solemnísimo To Deum por el leliz arribo
do nuestro (luerido Padre, recibimos de él la
bendición con S. I). M.
Conferencia Saleslana.
Celebróse el día siguiente, Domingo 5, en la
grandiosa iglesia parroiinial do Belén.
La manaña de este día nuestro amado Padre
la dedicó, poilemos decir, completamente á nos
otros: confesó desde las primeras horas de la
manaña v celebró la misa de comunidad, distri
buyendo en ella el divino Pan de los Angeles
á todos los niños.
Por la tarde asistió á la conferencia, como
. era natural. E l templo se atestó literalmente
de distinguida concurreuoia, en la cual domina
ban los Cooperadores y Cooperadoras Salesianos.
Ocupó la sagrada Cátedra el renombrado orador
sagrado de Barcelona Dr. D. Ramón de Gara-
—
mendi, el cual con su habitual elocuencia habló
de la importancia de la Obra Salesiana por sus
Escudas de Artes para la formación de buenos
y católicos obreros; por sus Colegios para la
instrucción sólida y educación cristiana de la ju
ventud estudiosa; por sus Oratorios festivos ó
recreos dominicales para la moralización de la
niñez abandonada, y por sus Misio7ies en las que
cateq\iiza y reduce al suave yugo de Jesucristo
V á vida social y civilizada á millares de seres
que estaban sumidos en las tinieblas del error
y en las abominaciones del salvajismo.
Eti párrafos verdaderamente admirables des
cribe el largo camino ya lieclio por la Sociedad
Salesiana, que adaptándose á las exigencias mo
dernas, sin por esto apartarse un ápice de la
senda trazada por Jesucristo ni transigir con el
error y la mentira, trata de salvar á la sociedad,
llevándola á Dios y preservando del contagio del
mal á los nuevos 'retoños de todas las clases
sociales, á los niños, que constituyen las espe
ranzas del mañana.
Terminado el sermón y hecha la colecta de
Reglamento, adelantóse D. Rúa á la barandilla
del presbiterio y desde allí, en lenguaje bastante
correcto y con 'unción verdaderamente' conmove
dora, habló en espiñol á la multitud allí con
gregada: manifestó su profundo agradecimiento
á los católicos barceloneses y de una manen
particular á nuestro venerando Prelado: dijo que
Su Santidad, ante quien había tenido el honor
de prosternarse antes de emprender el viaje i
España, le habla encargado que bendijese en su
nombre á los .Cooperadores Salesianos, cuyo pri
mer lugar ocupaba el Sumo Pontífice; y terminó
manifestando que pedía á la Sma. \ir g e ii Au
xiliadora que concediera abundantes bendiciones
á los Cooperadores y á cuantos se interesan por
la salvación de la juventud abandonada, objeto
preferente de la fundación de D . Bosco.
Inmediatamente después de la bendición con
S. D. M. el lltre. Provisor de la Diócesis, DValentin Basart. que en aquel acto representaba
ul Señor Obispo, recordó en breves y senüdas
frases la historia de la Congregación Salesiana.
mostrándose conmovido y consolado por el espectiieulo que ante sus ojos se desenvolvía, y en
nombre del Sr. Obispo felicitó á D. Rúa por lo
mucho que los Salesianos contribuyen á la rege
neración é instrucción de la clase obrera.
Durante estos solsnines actos, la numerosa
y distinguida concurrencia no quitó un momento
ia vista de nuestro venerando Padre, que ocu
paba puesto de honor en el presbiterio, edifi
cándose con su noble y reposado continente f
con esa como aureola de gloria que da un tinU
particular á su semblante, de manera que «
imivosible mirarle sin quedar prendado y como
— 91 —
arrobado en su contemplación. A esto sin duda
obedeció el conmovedor espectáculo que más tarde
se desarrolló en la Sacristía; todos se precipita
ron detrás de nuestro Padre; todos querían oir
de sus labios al menos una palabrita, besar su
mano y recibir su bendición. Es un santo, es
im santo, salían todos repitiendo: dichosos los
Salesianos que pueden contarle por padre.
Si, digo yo; dichosos de nosotros, y que Dios
V María Auxiliadora nos conserven aun por m u
chos años esta felicidad para gloria de Dios y
de la Iglesia, y provecho de nuestra Congrega
ción y de- las almas.
Academia.
Aprovechando la primera oportunidad, celebra
mos la noche del 7 la academia músico-literaria
que teníamos preparada en honor de nuestro
Padre. Fué lucidísima en todos conceptos; ya
por lo hermoso y bien preparado d d local, como
por los cantos y bellísimas composiciOTes en prosa
5 verso que se leyeron, impregnadas todas ellas
del amor más tierno y filial. Concluido tan
agradable acto, levantóse nuestro amadísiiuo Su{«rior General, y después de elogiar las compo^iciones que más le habían gustado, dió las
gracias á todos por lo hecho en su honor, y re
comendónos encarecidamente que nuesti'O prin
cipal objetivo é intención en nuestras obras en
d actual año, fuese desagraviar al amabilísimo
r sacratísimo Corazón de Jesús, de las muchas
ofeusas que se le han hecho durante el siglo que
slá para espirar.
En obsequio
de los beneméritos Cooperadores.
Queriendo nuestro amadísimo Padre manifes
tar de algún modo la gratidud de su corazón
^ con los beneméritos bienhechores de nuestras
Olías, invitó el miércoles, 8, á una modesta co
mida y honesto esparcimiento, á los individuos
^ la Junta de Cooperadores y á otras distinpüdas personas, dirigiéndoles al terminar la co
mida muy afectuosas espresiones por la buena
acogida que de los Cooperadores había recibido,
y si buen estado en que, gracias á la caridad
J éstos, liabía encontrado la casa de Sarriá. que
ra prí^esado mucho. En efecto; esta casa que
a los principios de su fundación, allá por los años
« 1884, contaba apenas con una docena de
«ttinnos. contiene hoy unos cuatrocientos; y los
^ cid ísim os locales de entonces se han convertwo en estensos edificios donde atienden los niños
^ relativa holgura unos al cultivo de las cien®*a yotros al de las artes, podiendo con razón
^■'mnderars-- esta Casa c-omo el centro de las fnn-
daciones salesianas, ya muy numerosas en nuestra
patria.
La prensa de Barcelona dió cuenta a sus lec
tores de esta fiesta de familia, publicando el si
guiente artículo firmado por una de las distin
guidas personalidades que ú ella conciUTieron;
« Atentamente invitados por el Itdo. señor
Director de las Escuelas Salesianas, do Sarriá,
tuvimos el gusto de asistir á la fiesta de fa
milia, muy grata y hermosa por cierto, que con
ocasión de la visita del llvdmo. señor Don Miguel
11 úa. Sucesor de Don Bosco, ú las Casas Sale
sianas de España, se celebró en dichas Escuelas
la tarde de ayer.
La Junta de señores Cooperadores salió com
placidísima del trato fino y amable que los RK.
P P . Salesianos les prodigaron durante la comida
que allí se sii'vió, reinando en ella esa dulce ale
gría y animación que sienten los hijos al con
gregarse en derredor de su padre después de
larga ausencia.
A las tres y media dió principio la función
de Teatro, cuyo espacioso local se veía completa
mente lleno de emperadores de ambos sexos,
personas, en su mayor parte, de lo más distinguido
de Barcelona y Sai'riá.
Se representó el precioso drama en cinco actos,
titulado E l Ave María, que agradó sobrema
nera, tanto por el argumento bellísimo de que se
compone, cuanto i>or su esmerada ejecución y
lindas decoraciones escenográficas que en él se
admiran. De no verlo, nadie creería lo bien y con
qué atrezzo tan completo se representan allí estas
funciones.
E l último número del programa fué una pre
ciosa zarzuelita que lleva por nombre E l Na
ranjero, original, como otras varias, de uno de
tantos P P . Salesianos que escriben estas obritas
para los teatritos de sus Oratorios festivos y Co
legios. La que hoy nos ocupa es tan propia, ins
tructiva, amena y completa, aun artísticamente
considerada, que gustosos la veríamos repetidas
veces donde quiera que se representara.
Varias piezas de banda y cantos al piano fueron
los números que ainenizaron los entreactos, y en
el último de éstos habló á los señores Coopera
dores el va citedo Rvdmo. señor Don Miguel
Rúa, Superior general de la Congregación, co
menzando por manifestar á los que no pudieron
asistir á la Conferencia dada el último domingo
en la Iglesia de Belén, cómo en su último viaje
á Roma tuvo la dicha de ser recibido en audiencia
particular por Su Santitad León X III, primer
Cooperador Salesiano, como lo era también su glo
rioso antecesor el angelical Pío IX, y cuán en
tusiasta se muestra el Soberano Pontífice por esta
Obra, verdaderamente providencial, dijo, no sólo
por su alto fin perfectamente adaptado á las ne-
— 92 —
dad más á propósito que la venida de nuestro
amado Padre D. Rúa para llevar á cabo este
hermoso pensamiento, y como es de presumir no
se desaprovechó. Varios de los más antiguos alumnos á quienes se propuso la idea, la encon
traron de perlas y se tomaron el empeño de con
vocar á una reunión á sus viejos camaradas que
en gran número acudieron al llamamiento.
Gustoso dejaría correr mi pluma para relatar
esto trascendental suceso, pero prefiero dejar la
palabra al excelente semanario de esta localidad
E l San ianés, que en su número del 25 de Fe
brero se expresaba en los profundos y elocuentes
términos siguientes:
« Entre las muchas demostraciones de consi
deración y respeto de que ha sido objeto el ve
nerando Superior General de los Salesianos Bdo.
P. Miguel Rúa durante su corta permanencia
entre nosotros, debe contarse como una de las
más tiernas y significativas, la que el 15 del
corriente, nuércoles de ceniza, le tributaron nn
numeroso grupo de jóvenes, ex-alumnos de las
Escuelas Salesianas de esta localidad.
Fué un espectáculo verdaderamente admirable,
de nosotros nunca visto, y que sumergió nuestn
mente en profundas y muy gratas reflexiones.
El afecto y la veneración hacia sus antiguos snperiores dé que estos jóvenes están dando paljttbles muestras, nos decíamos, no es un afecto fo*
gido ni una de tantas farsas que á diario d ^
brimos en las relaciones sociales: la sincoridid
que informa todos sus actos les sale á la
y fielmente so reñeja en el semblante de todos.
Y lio tuvimos que devanarnos mucho los sesa
para dar en el quid de este fenómeno que con
tanta fuerza nos había subyugado. Recorda^
algunos hechos de la vida de D. Bosco, el homjw
providencial de nuestros días, padre de la famw|
salesiíuia, y las bases sobre que se apoya e l^ i
tema de educación que él practicó y legó á su¡
liijos, y nos lo explicamos todo. El amor que a I
la graii palanca que mueve al mundo y
la tierra con el cielo, informa ese sistema; toó»]
por amor, nada por fuerza, fué el
tante de D . Bosco y continúa siéndolo de sc
liijos, que doquiera van, procuran atraerse á u
juventud con el cariño, ganarse su corazón caj
el afecto, cautivar su voluntad con su
.
cero y expansivo, por manera que vienen a »
mar entre ellos y sus alumnos una v e r d a c ^
bien ordenada familia con unanimidad de
Los antiguos alumnos.
mientes y reciprocidad de afectos, que hace de
Tiempo hacia que nuestros Superiores de Sarria parecer casi, por no decir por completo,
tumi distancia que ordinariamente separa de ■
anhelaban reunir á los ex-alimmos de esta casa
i para tratar la mejor manera de organizar una superiores á los inferiores. E l respeto, la ^8
ración y el cariño para con sus Superiores^
de esas Sociedndes de Antfg>(os Alumnos que
maestros que los Salesianos procuran arraigó
tantísimos bienes estón produciendo en otras
el corazón de sus alumnos, podrá sufrir a í»
partes. Jamás se había presentado una oportumcesidades de la actual sociedad civil, sino que
también por su prodigioso desairollo; y por úl
timo el privilegio especial que lo dió para ben
decir en su Nombre á todos los Cooperadores
Salesianos de cualquier parte á donde se diri
giese.
Su segundo punto lo dedicó á encomiar la ca
ridad verdaderamente asombrosa de los Coopera
dores Salesianos catalanes y de los barceloneses
en partitular, fundándose en el gran desarrollo
que vó ha tomado ya la casa do Sarria, ó de la
Providencia como la llama él, donde además que
para el mantenimiento de sus .400 moradores, se
suple para levantar un Templo á la Madre de
Dios bajo el título de María Auxiliadora, pro
tectora singular y en todo tiempo y lugar de
los Salesianos y sus amados Cooperadores, á quie
nes auguró colmadas bendiciones del cielo.
Animado por tan buen espíritu, se resolvió á
dar á conocer en el punto tercero de su discurso
el pensamiento genuinamente Salesiano ó inter
nacional, qiio ya se está llevando á efectoy de
levantar una Iglesia á San Francisco de Sales,
patrón electo por Don Bosco para su Congrega
ción, de lo cual toma el adjetivo de Salesiana,
y del actual Pontífice reinante para la Prensa
Católica.
Dicha Iglesia tiene la particular circunstancia
de ser la primera en el mundo que, como pro
tector de la prensa católica, dedica ésta á tan
gran Santo, y se levanta además junto á la
tumba de Don Bosco, allá en el Seminario de
Valsálice para Misiones Salesianas, cerca de Turín,
en cuyas aulas adquieren la virtud y la ciencia
jóvenes de todas las naciones, y que por tanto
también hay españoles.
Hizo ver la importancia y justicia de la de
dicación do tal monumento internacional, tratán
dose de escritores católicos y Cooperadores Sale
sianos y lo adelantado que ya está la obra^ de
fábrica, invitando á que se concurriera siquiera
con w«a peseta cada uno (unidad fijada para los
socios de todas partes), para tener el consuelo
de verla terminada dentro de un año ó año y
medio.
Damos las gnicias á los KK. P P . Salesianos
y en particular al señor Director de la casa de
karriá, por la agradablo tarde que nos proporcionai’on. »
— 93 —
algo de menoscabo en momentos en que la pasión
ciega y la razón pierde su imperio, pero estando
cimentados esos sentimientos en el amor más
sincero y filial y en la amistad más franca y
desinteresada, bien pronto recobran su vigor per
dido y con tal ímpetu se apoderan del alma del
alumno, que con gran placer y satisfacción ín
tima se inclina al sua\'e yugo y sin recelos ni
desconfianzas somete y entrega completamente
su corazón al benéfico influjo de sus antiguos su
periores.
en representación de todos los demás, hicieron
un entusiasta recibimiento al Rvdmo. Sr. D. Rúa
que volvía de su visita al Seminario Salesiano,
establecido en el vecino pueblo de San Yicens
deis Horts. Precedidos por la banda se dirigie
ron todos al refectorio donde se había preparado
una modesta comida, durante la cual reinó la
más expansiva y cordial alegría. La conversación
que desde los primeros momentos filé muy viva
y animada, giró exclusivamente, podemos decir,
sobre los días ya muy lejanos que los comensales
Gmpo de M¿m Alonmos de las Escnelas Salesianas de S a rril
A nadie podrá ocultársele lo beneficiosísimo
qne resulta no sólo para los jóvenes, sino también
para la sociedad de esa influencia que impide
que se agosten en flor y se pierdan los preciosos
^nnenes de religión, de moralidad y de orden
que con sus desvelos y cuidados depositan los
Salesianos en el alma de sus jóvenes alumnos,
y de aquí la importancia excepcional de la fiesta
que sin más preámbulos pasamos á reseñar muy
f la ligera, pues sin advertirlo nos hemos de
jado llevar de nuestras reflexiones algo más de
io que pueden permitimos las columnas de nues
tro semanario.
Reunido en las Bscuelas Salesianas un regular
®ómero de los primeros alumnos de las mismas
habíamos visto deslizarse en aquella mansión que
para muchos de nosotros había sido puerto se
guro y dichoso y principio de nuestro actual
Menestar. Al llegar á los postres, levantóse el
primero el reverendo P . Jotó Calasanz, uno de
los más antiguos alumnos de la Casa, y hoy
dignísimo y ^nem érito salesiano, y con bi'eves
y entusiastas palabras presentó al Rvdmo.
Sr. Don Rúa á todos sus antiguos compañeros
a llí reunidos, y le pidió en nombre de todos que
se dignara ^ndecir aquella primera reunión á
fin de que fuera como el fundamento y la raíz
de nna sólida Asociación de Antiguos Alumnos,
á semejanza de las ya existentes en otras partes.
Aceptada la invitación, levantóse el Rvdmo.
— 94 —
Si'. Don liú a, y con ese aire venerando y esa
unción (jue le son tan propios habló de los orí
genes do la Asociación de los Antiguos Alumnos
allá por los años de
á 7 0 ; explicó sus
ftnes, que no son otros que mantener y avivar
siempre más las buenas relaciones de los exaluinnos con los Salesianos, ayudai-se mutuamente
en BUS necesidades, socorrerse en sus apui'os y
sobro todo conservar los sanos principios de vida
cristiana que aprendieron durante los años de su
educación en las Casas Salesianas, y terminó ma
nifestando la alegría que embargaba su ánimo
al verse rodeado de tantos jóvenes, y sus vivos
deseos de que tomara pronto forma, también aquí
en Sarria, y se organizara una Asociación que,
como la de los Antiguos Alumnos, tantos frutos
ha producido y produce en los muchos puntos
que ya cuoíitan con ella.
E l ltdo. V. Aime, Director do la Casa Salesiana de Hostafranchs, con la jovialidad y buen
humor que siempre le acompañan, dirigió tam])ien breves palabras á los jóvenes, encareciéndoles
dos cosas que Don Bosco recomendaba muclio á
sus ex~aluinnos para ser verdaderamente felicesen el tiempo y en la eternidad; una vida arre
glada y metódica, y la práctica fíel y constante
de la Keligion. Por últim o, habló el reverendo
P . Felipe M.‘ Rinald¡, Superior de los Salesianos
de España, el cual manifestó á todos lo mucho
que había ansiado el momento que con inmensa
satisfacción veía llegado de poder departir ami
gablemente con los jóvenes que habían recibido
educación en la Casa, renovar las antiguas rela
ciones, y en una palabra, reavivar en el corazón
de todos esa corriente de afectos y do sentimientos
(|ue deben reinar entre los Salesianos y sus alunmos para sostén y apoyo do éstos, y satis
facción y estímulo de aquellos al poder palpar
los sabrosos frutos de sus sacrificios y sudores
en pró do la juventud.
Los aplausos y vivas á 1). Bosco, á D. Rúa
y á los Salesianos suceiiióronse sin interrupción
durante los brindis y al final de la comida.
Al salir del refectorio el distinguido fotógrafo
señor Audouard sacó un artístico grupo de los
Superiores y exsilumnos que á todos hade servir
de gnitisimo recuerdo do esta cordialísima fiesta
de familia.
Antes de retirarse, los jóvenes nombraron á
v;u‘ios do entro ellos para formar una comisión
que estudio las bases sobre que debe constituirse
la Asociación de los Antiguos Alumnos de las
Escuelas Salesianas de Sarria.
Hacemos fervientes votos j>ara que pueda cons
tituirse pronto dieba Asociación y produzca entre
nuestros jóvenes los mismos sabrosos frutos que
ha dado y continúa dando en Italia, Francia y
América donde va se halla constituida. »
Las visitas.
La venida de D . Rúa á Barcelona ha desper
tado en todas las clases sociales de esta culta
ciudad tan extraordinario interés, que durante
los pocos días que ha parado entre nosotros ha
sido un casi continuo ir y venir de gente para
tjnor la inmensa e' inefable dicha, como todos
decían, de liablar con él, de consultarle sus dudas
y sobre todo de recibir de él la bendición de
María Auxiliadora, cuya devoción se ha avivado
mucho en los corazones. La lectura do las mu
chas gracias que esta buena Madre concede á
sus devotos y que el B oletín Salesiano puidica
en todos sus números, y principalmente el vivo
recuerdo que los barceloneses conservan de los
favores concedidos por nuestra gloriosa protectora
á los que recibieron su bendición de manos de
nuestro venerando fundador Don Bosco en la
visita que nos hizo en 1886, han sido los pode
rosos resortes que han movido á tanta gente,
habiéndose ahora renovado las mismas conmove
doras escenas de entonces y las manifestaciones de
fe y confianza en María Auxiliadora. Enfermos
de todas clases, señores de la alta aristocracia,
pobres trabajadores, personas, en fin, de todas
condiciones han desfilado en gran número delante
de nuestro Padre, pidiéndcle la bendición de María
Auxiliadora y encomendándose á sus oraciones
para la consecución de gracias espirituales y aim
temporales. Con decirle á V. que fué preciso
anunciar que Don Rúa no recibía más, pues la
gente no le dejaba ni un momento ni aquí en
Sarria ni en Barcelona, y de otro modo apenas
si hubiéramos podido disfrutar sus hijos de su
inestimable visita.
Al día siguiente de su llegada. D. Rúa vi
sito al Hmo. Sr. Obispo, el cual, no obstante la
postración en que lo tenía la enfermedad que tan
inesperadamente y con tan general sentimiento
lo ha llevado al sepulcro, recibióle enseguida y
se entretuvo cou él unos tres cuartos de hora,
dándole inequívocas muestras de su bondad y
del aprecio en que tenía á nuestra obra.
No quiero terminar este párrafo sin decirle á
V. que también el Ayuntamiento de Sarria ha
tenido grandes deferencias patacón nuestro Padre,
á quien pasó á visitar una comisión del mismo
compuesta de los Sres. Alcalde, Secretario y
varios concejales. A l devolver D. Rúa la visita,
mandaron un coche particular á nuestras Es
cuelas para que le condujera á las Casas Con
sistoriales donde le esperaba el Ayuntamiento en
pleno. Después de visitar todas las dependencias,
el Sr. Alcade dirigióle breves palabras en el
magnífico salón de sesiones, á las que contestó
D. Rúa agradeciendo las distinciones de que era
— 95 —
objeto é implorando para el pueblo de Sarria y
sus dignísimas autoridades las bendiciones de Dios
y de María Auxiliadora.
La despedida.
N"o hay felicidad ni dicha duradera en este
mundo, suele decirse con sobradísima razón. E l
tiempo, á quien se pinta con alas, pasa dema
siado velozmente para que las cosas de aquí
abajo puedan tener consistencia y duren mucho.
Ya de por sí son m uy pocos los momentos de
verdadera felicidad que podemos disfrutar, y la
más negra es que pueden m uy bien parango
narse estos momentos, aunque no es muy exacto
el parangón, á esas ráfagas ó estrellas errantes
que suelen verse por la noche en el espacio, que
aparecen y desaparecen en un abrir y cerrar de
ojos. Apenas empezamos á giistar un poco de
felicidad, y ya ha desaparecido antes de que nos
demos cuenta de ella. En este triste caso nos
hemos encontrado nosotros en la ocasión presente.
Aun no se habían apagado los deliciosísimos ecos
de los vítores del recibimiento, cuando hirieron
dolorosamente nuestros oidos, y más qne los oidos
nuestro corazón, los mal reprimidos suspiros y
sollozos de despedida. Si grande, entusiasta, su
blime filé el recibimiento, conmovedora y paté
tica lo filé la despedida. Después de la misa de
comunidad, que celebró nuestro amado Padre, y
fué muy solemne así por los bonitos motetes que
se cantaron, como, y principalmente, por los pre
ciosos recuerdos que nos dejó D. Rúa en la plá
tica que nos dirigió antes de la CJomunion, y pol
lo numeroso de ésta, formaron los niños bajo los
pórticos del patio de entrada, despojados ya de
todas sus galas de los días anteriores, contri
buyendo así á aumentar la tristeza que se veía
dibujada en todos los semblantes. .Vtravesó Don
Rúa las filas de los niños y comunidad teniendo
para todos palabras de aliento y consuelo, y
al llegar á la puerta subióse á una silla
para dirigir á todos sus hijos una última pa
labra. ¡Momento solemne! nos apretamos unos
contra otros y todos nos agrupamos en torno á
nuestro Padre para no perder ni una sola sílaba
de sus palabras, que en síntesis fueron éstas:
« Hijos m íos: ha llegado el momento de sepa
rarnos. Sin temor alguno de equivocarnos po
demos asegurar que nunca jamás volveremos á
reunirnos todos en esta tierra, ünos morirán
pronto, otros más tarde; unos se irán por un
lado, otros por otro; lo cierto es que nunca más
nos juntaremM todos aquí abajo. Pero si ya no
nos será dable esto, en el cielo está nuestra ver
dadera patria; allí tenemos una Madre tiem ísima y un cariñoso Padre que nos esperan. A l
cielo todos, hijos míos; que ninguno atendone sn
puesto, que nadie falte á la cita que tan solem
nemente nos hacemos ahora: en el cielo po
dremos todos rennimos otra vez para no sepa
ramos jamás, y formando gloriosa corona á nuestra
:Madre María Auxiliadora, y á nuestro Padre
p . Sosco seremos felices para siempre, por toda
la eternidad.» Estas solemnísimas palabras, el
acento de paternal y entrañable afecto con que
las pronunció O. Rúa, la visible conmoción que
embargaba su ánimo y la quo ya mucho antes
se habia apoderado del nuestro, dieron al traste
con nuestros esfuerzos para contener las hlgrimas,
que corrieron libremente á su sabor, mientras
nuestros pechos, velados por Jos sollozos, ento
naban aquella tiernísima estrofa:
Don Rúa, sí, te amamos
Buen Padre y buen pastor;
Recibe, Padre amado.
Recibe nuestro amor.
En la estación esperaban á D. Rúa para des
pedirle buen número de Señoras y Señores de
las principales familias de Barcelona, v excelentes
Cooperadores. También ellos estaban conmovidos,
y así al recibir la últim a bendición de nuestro
venerando Padre, como al arrancai- el tren pu
dimos ver más de un pañuelo dirijirse á los ojos
para ocultar las lágrimas que pugnaban por
salir.
¡Que Dios os acompañe, amadísimo Padre! Os
alejáis de nosotros con el cuerpo, pero vuestro
espíritu, vuestra veneranda figura estará siempre
en medio de nosotros y será poderoso acicate (jue
nos estimule á caminar siempre sin torcernos por
la segura senda que nos liabcis trazado.
Muestro amado Padre D. Rúa salió de Bar
celona el 21 de Febrero, habiendo visitado á más
de esta casa de Sarria, todas las que tenemos
en Cataluña, de las que supongo recibirá V. no
ticias en propósito. Se dirige á Bilbao, y á su
paso por Zaragoza celebrará en el Pilar. Le
acompañan el Sr. D. Juan Marenco, Vicario Ge
neral de las Hijas de María Auxiliadora, y Don
Felipe Rinaldi, Inspector de nuestras casas de
España y Portugal.
Aquí pongo fin a mi cometido, Sr. Director,
que como ve ha sido bastante largo. Dado, sin
embargo, el hecho importantísimo que lo motiva,
cuenta con su indulgencia y con la de los lec
tores del Boletín S.4Lesiano, su afino. S. S. y
hermano en J . C.
T eopisto.
Sairií, 3-99.
— OG —
U
R£SU HB£CCIO H D E L SEÑOR
SSPUES de los triste s m isterios que
de su entrada. Los guardias, testigos incons
cientes de l a R esurrección del Señor, no pu
dieron sostenerse á la v ista del ángel, y ca
yeron de espaldas como m uertos.
¡G loria a i R ey d e Israel, cuyo reinado
eterno comenzó en la Cruz, eu ese leño,
antes de ignom inia, hoy de g lo ria imperece
dera I
¡G loria al R edentor del m undo, a l Amantísiino S alvador d e los hom bres, eu cuyos co
razones h a prendido el fuego sacrosanto de
su inefable am or, después d e rociados y pnrifiea<lo8 con la d iv in a sangre!
Cum plióse el vaticinio de la Resurrección
triu n fan te de Je sú s nuestro bien.
la Ig lesia couinemora d u ra n te la
Semana S anta, y en los q u e el co
razón parece p artirse de j)ena al
co n sid erar los padecim ientos del S alvador
del m undo, ta n m al correspondido en su infi
n ito am or á los hom bres por el pueblo ju(láico y p or los cristianos de nu estro s días,
que h a sta parece se avergüenzan d e esto
lionrosísiino nom bre, viene á llen ar el Animo
de inefable consuelo la contem plación do ese
¡ A leluya 1 ¡A leluya!
otro gloriosísim o m iste rio , fundam ento de
n u estra fe, aliento d e n u e stra esi>oranza y
aureola esplendorosa de n u e stra carid ad y
am or á Jesú s crucificado, al q u e tan to nos
enternecía v er i)ude(5or cuando le m iríibamos
í‘omo al m ás hernioso y am able en tre los hijos
é
A LO S Ñ IÑ O S
^
do los hom bres.
Jesu c risto saliendo triu n fan te del sepulcro
vestido do g lo ria ó inm ortalidad, atravesando
sin obstiiculos la fúnebre losa, rem ovida luego
jior los ángeles, y aterrando con su divino
E L PA IT D E
Y IK G SN *
resplandor á la g u ard ia pretoriana, después
(CüEKTo I nfantil)
<le h ab er qu eb rantado con su alm a bendití
sim a las cadenas del averno y arrancádole
su presa con el rescato de aquellas b rillan tes
ENID acá, hijos mios, así.... má» cerca.
legiones de P a tria rc a s y justos de la an tig u a
Que pueda yo acariciar vuestras rubias
ley, es á la verdad p a ra el corazón cristiano
cabecifas y buscar descanso á mis ojos
un m otivo de sincera alegría, porque tam bién,
en vuestras pupilas. ¡Vosotros no sabéis,
como m iem bros suyos, esperam os u n d ía ser
i.
hijos de mi corazón, cuánto me consuela
glorificados con C risto, au n cuando ahora el
m undo so ría do nosotros, al paso que los ter la pureza de vuestras almas á través de vues
tros ojosl
impíos y los blasfem os de to d a especie que
Pero... ¡ya os entiendo! esos vuestros labios,
parecou triu n fa r en el mundo, persiguiendo
con sus b u rlas y crueldades á los verdaderos rojos y húmedos, como fresas bañadas de rodo,
discí})ulo 8 del Crucificado, serán reducidos á ya ine están repitiendo en coro: ¡Cuéntanos algo!
polvo y undidos en los abism os sem piternos ¡cuéntanos algo!
Pues bien, os voy hablar del Pan de la Virgen.
p or el rayo divino q u e s a ld rá de los ojos
dcl R edentor del mundo, convertido p a ra ellos pero con la condición de que habéis de obsequiar
eu Ju ez iuexom ble, capaz de hacer tem blar mucho á María en el próximo mes de Mayo, ma
como hojas que agit-iv el viento á todas his cho, ¡mucho! ^
¿Si? pues manos á la obra.
naciones enem igas del signo de su inefable
redención.
E l domingo, al apunhvr el alba, resucitó de
c u tre los m uertos el glorioso A u to r de la
Bieguin era un pobre niño de seis años, pero
v id a C risto J e s ú s ; su alm a b ien av en tu rad a tan simpático, tan amable, tan bueno, y luego
e n tra en el cuerpo sacratísim o, q u e desfigu- tan desgraciado, que le hubierais quericlo como al
nid o y acía eu ol sepulcro, le d a n u ev a vida, mejor de mtesfros compañeros si le h%ibierais lle
llóiuile de su g loria cuanto es catmz do po gado á conocer, S u padre, pobre jornalero, fui
seerla u n oueriK) resucitado, y le vuelve m ás á trabajar á unas minos, l^os, muy l^os, y .....
herm oso y resplaudeoieuto que el sol eu la ¡no volvió!
m itad do su curreni. Con el don do su tileza
Un barreno, con la espantosa explosión de la
propio tle htó cuori>os gloriosos, salo d el se- dhuxmita, derribó sobre él inmensas moles de pie
pulei-o sin m over la enorm e p ied ra oou que dra y ... allí quedó: ¡no tuvo el infeliz otra se
estab a enoerrailo.
pultura !
Poco después b^jó del cielo un ángel, cuyo
L a madre de Bieguin, que vivía con su hijo
sem blante se p arecía á n n relám pago, vestido de lo que le enviaba so pobre m arido, supo su
d e blanquísim o ropqie; se acercó a l sepulcro, desastrosa muerte, y cayó enferma, muy enferma
causando g ran terrem oto, y removió la p i e ^ i
de dolor y ... ¡de hambre!
w
i
r
— 97 —
¡Dieguin, hijo mío, te dejo solo en la tierra...
gero tienes «na madre que no te dejará, la Vir
gen; quiérela mucho, hijo de mis entrañas, y que
seas bueno, muy bueno... ya nos volveretnos á
juntar en el cielo!
Dieguin escuchaba á su madre, pero no entendía
btm sus palábrcís, y no obstante, una cosa asi
como un sollozo subía de su pecho á su garganta.
La jisonomia de la pobre madre se iba tornando
cada vez más demacrada y pálida: dos gruesas
lágrimas temblaban en sus párpctdos inferiores,
sin acabar de rodar, como si estuviesen ya heladas
por el frío de la muerte.
Dieguin miraba á su madre y lloraba, — por
gue llorar es lo único que saben hacer los niños
desde que nacen — y lloraba sin sollozar, porque
le parecía que su madre se iba quedando dormida
y no quería despertarla.
Al fin se durmió, ¡pero fue para no despertar
más!
Dieguin aguardó largo rato en silencio.
Después la llamó una, dos, fres .. muchas ve
ces... no respondió: besó llorando una de sus
manos, que pendía de su miserable lecho... ¡estaba
fría, muy fría! y Dieguin volvió á mirar el ros
tro de su madre, en que primero el hambre, y
luego la muerte, habían impreso su huella, y tuvo
miedo, y huyó de su pobre choza sin dirección
/yo¡Dieguin ya no era en el mundo más que un
pobre, huérfano de padre y madre! ¡Estaba solo
en el mutúio! ¡Y no tenia más que seis años!
Hasta ahora Dios no nos ha dado hijos, y ahora
nos da éste ya crecidiio.
Dicho y hecho; Dieguin fué adoptado por aquellas buenas gentes, y aunque sus caricias no
reemplazaban las de sus padres, todavía el pobreniño lloraba cada vez con menos pena criando se
acordaba de su madre; y ya no tenia ni frío, n i
hambre, porque pan. gracias á Dios, le daba la
buena Santera en ahundnneia.
Sin embargo, la idea de ir al ciclo no le aban
donaba nunca.
— Seña M aría— que asi se llamaba la San
tera — ¿cuando vamos á buscar á t«» rnadre?
¿Porqué no me lleva V, al cielo? ¿No quedamos
en eso?
Mira, Dieguin, rézale mucho al Señor y á la
Santísima Virgen, y si sigues siendo bueno, ya
verás como te llevan al cielo.
Dieguin, como aunque pobre le había educado
bastante bien su madre, sabia de corrido el Padre,
nuestro y el Ave María, y no tenia más recreo,
aquel angelito, que ir muy á menudo á la emnita,
que estaba consagrada d la Virgen de los Dolores,
y allí pasarse las horas muertas delante de su
imagen.
Ésta pobre ermita que á través de unas toscas
rejas de madera que fortnaban su puerta, dejaba
ver un alfar y «n modesto retablo, estaba situada
en la encrucijada de dos caminos, su espalda
resguardada por copudos árboles, y á un lado y
otro de la entrada había la Santera seminado, en
una especie de arriates, enredaderas y pasionarias,
que trepando por las taredes fe.<itoneaban la puerta,
y cuyas flores mecidas por el ciento enviaban á
— ¿Donde estará el cielo? decía para sí, an la Dolorosa el incienso campestre de sus perfumes.
dando, andando por un camino largo que no se Los caminantes, al emprender sus viaje.t, cotno
acababa nunca. ¡El cielo debe ser cosa muy buena, hallaban á su madre al paso, la saludaban re
puesto que por irse allá han dejado mis padres zando y encomendándose á su proteaíon; olrolá su Dieguin, á quien tanto querían! ¡En el cielo x'er de sus caminos ó de. su-s faenas, le daban
tendrán todos pan, pan iodos los días, pan siem gracias á la Madre de la dirimí gracia, y solían
pre! ¡allí nadie tiritará de frió!... ¿pero, donde echar alguna limosna en el cepillo que había por
estará el cielo?
Y Dieguin, caminando, caminando, llegó á las la parte de adentro, junto á una de las jambas
la puerta.
afueras de una ciudad, y cayó rendido de can- de Esa
limosna de la piedad de. los hijos para
fancio y de debilidad á las puertas de una er con st< Sma. Madre, era la que ulimrnUiha una
mita.
lámpara que la Santera cuidalMi de que estuviese
A no ser por la Santera que cuidaba aquella siempre encendida.
ermita campestre, allí hubiera muerto también el
Dieguin se asía á la verja de madera, se em
pobre Dieguin. Pero la Santera era una mujer pinaba para ver mejor, fijaba los ojos en la ima
tan buena como fea, y era bastante fea la pobre. gen. y sus ojos se le arrasaban en lágrimas.
— ¿Quién eres, hijo mió, de donde vienes?
¿Porqué lloraba aquel ángel de Dios?
— Yo soy Dieguin. Mis padres me han dejado
E ra que aquella imagen, pintada en un anti
solo. Se han ido al cielo. L a Madre me dijo qgte quísimo lienzo, con su negro manto y st* blanca
(dli los encontraré. Pero ¿donde está el cielo? he toca muy ajustada al rostro, le recordaba á Die
andado mucho para encontrarlo y ... ya no puedo guin el rostro delgado, pálido y lloroso de su
moribunda madre, que le estaba aguardando en
~ Ven. hijo mió, ven á m i casa — dijo la
pobre mujer conmovida — que después buscaremos el cielo.
(Se continuara.)
á tus padres. Un rinconcito abrigado y un pedazo
de pan nunca fe ha de faltar en mi casa.
Ten, hijo, ¡comeremos más y comeremos menos!
— A quí tienes este ángel del cielo que Dios
nos enría, dijo la Santera á su marido al entrar
en su casa, que distaba muy poco de la ermita.
L
— 9S —
ARfiESllVA
Viaje (le nuestros Misi' neros.
Caiisímo Sr. Director del B oletín S ale.<ia.\o .
LEGADOS ya, gracias ú Dios, d esta Re
pública, puedo mandar á V. la sencilla
relación de nuestro viaje, revisada por
el limo. Sr. Cngliero, (íue me mandó
,
hacerla, de lo contrario ya sabe V. que
mi genio no me inclina á ser cronista.
Testigo filó V. mismo de la respetuosa despedida
(luo el Oratorio do Turin hizo en masa á Mons. Caglicro el 30 del pasado Noviembre en que salimos
para Sampierdarena. Allí, al día siguiente, se nos
juntaron varios más do los Misioneros destinados á
Patagonia, completándose el número en Barcelona el
do Diciembre.
También fué cordialísima la despedida i|uo en
Sampierdarena liicieron los jóvenes del Colegio á
Monseñor, siendo lo más notable que nos acompañó
hasta el magnífico Vapor Oriom, 1). liña, nuestro
veneradísimo Superior General con Don Calcagno y
1\ Kabagliati, y á las 8 Hermanas su Superiora Ge
neral y la Vicaria do ésta. Por lo cual Salesianos y
Hermanas esUibamos muy contentos y animados para
engolfarnos en el Océano, que pocos días antes es
tuviera embravecidísimo; poro que á nosotros nos
dejó pasar tranquilos, incluso en el para tantos Salesianos tristemente cólehre Golfo de Lion.
Saliendo de Oónovu el 1 dol pasado Diciembre á
las 5 y 1 ^ de la tarde, al día siguiente á la misma
hora llegamos á Barcelona, viniéndonos á recibir á
bordo el Uvdo. D. Feliiw Hinaldi con los Sres. Di
rectores de Sarria y Barcelona y algunos sacerdotes
do las dos Casas.
Como era de noche, quedamos gratamente sorpren
didos, llegando al muelle y encontrándonos como en
claro día \\or la profusión y buena combinación do
los focos do la luz eléctrica, que permite contemplar
el colosal y magnifico monumento de Cristóbal Co
lón. que dió á España el Nuevo Mundo, para civi
lizarlo y evangelizarlo, dominándolo por varios siglos,
hasta que entreg-ándoso en brazos de las sectas, ha
ido desertando de su heroica, generosa y católica
Ivindera.
Visitó Mons. Cagliero, acompañado de los predi
chos y do los tres sacoi’dotes de la expedición, la
Casa Inspectorial de España, en toda la cual tanto
y tan justamente se ama á S. S. lima. Después do
las más sinceras manifestaciones de afecto que el Co
legio de Sarria hizo á nuestro limo. Jefe de expe
dición, y de haber él dirigido la palabra á los nifu..?,
acabadas las oraciones de la noche, con los mencio
nados y los cinco más que se juntaban á nosotros,
volvimos al buque, despidiéndonos cariñosamente pa
sada media noche.
Al cabo de poco, es decir, en las primeras horas
del 3 de diciembre, fiesta do San Francisco Javier,
Apóstol do las Indias, Mons. Cagliero, 3 sacerdotes,
5 clérigos, 10 coadjutores, 1 españolito y 8 Her
manas; total 34, dábamos resueltamente el á Dios á
Europa, para venir á consagrar nuestras vidas eii
provecho espiritual y temporal de los indios do América.
Fuimos costeando la afiigida España viendo suce
sivamente á la derecha Tarragona, Valencia y Cádiz,
y á la i/Apuierda los dominios españoles fronterizos ai
caduco Imperio Marroquí, siéndonos muy placentero
el paso por el famoso Estrecho de Gibraltar, yendo
al J*his ultra, que ignoraban los antiguos.
Todos los días Mons. Cagliero y los ü-es sacer
dotes pudimos celebrar tranquilamente la Santa Misa,
oyéndola y comulgando casi todos los demás; hacer
la meditación, rezar el santo Rosario y tener nuestra
lectura espiritual por la tarde, presididos siempre por
Mons. Cagliero, que se dignaba con afecto de Padre
pasar diariamente algunas horas con los hermanos.
Al vemos reunidos á su rededor, algunos pasajeros
so acercaban á tomar parto en nuestros actos de
piedad.
Los días festivos celebrábamos una misa á las 8
en el comedor de 1.® clase, y gracias á la bondad
del Comandante, Caballero V. M. Lavarello, podían
oírla todos los triimlantes desocupados y los pasaje
ros de 2.* y ÜP clase, no faltando nunca el mismo
Comandante y Oficialidad.
El día 7 do Diciembre festejamos, como nos fué
posible, á nuestro limo. Jefe por el 14 aniversario
de su Consagración Episcopal. Los Salesianos y Her
manas ofrecimos á Dios por El nuestras oraciones.
Sus oompiañeros de mesa, que lo colmaron de aten
ciones en todo el viaje, lo obsequiaron con varias
piezas de Fonógrafo, con un concierto de piano y
violín por la noche y con varias otras cosas no me
nos agradables.
El 9 tocamos en Cabo Verde para hacer carbón.
.Vllí tuvimos noticias confusas de las catástrofes acaecidas al MontevUlco de la Vdoce y al I^rseo de
la Gcncralc. Allí mismo Monseñor reprendió con la
enei^ia que lo caracteriza á varios pasajeros la in
moral costumbre de echar monedas al agua, para que
los negros in
nufuralibus se sumerjan á to
marlas, vendiendo asi sus indecencias.
El día 12 pasamos la linea ecuatorial como ;i las
8 de la mañana, templándonos el calor, el viento t
una llovizna benéficos, que se repitieron otros días,
do modo que sufrimos poco el calor tropical.
El 1¿>. previos algunos dias de Catecismo, hubo
varias comuniones de niños y niñas y pasajeiXK ^
mayor edad, y S. S. lima, celebrando en público baje
el Puente de mando en un pabellón que lo formaban
las banderas italiana y argentina, después de un ma
gistral sermón de circunstancias, confirmó soIemn<^
mente á varias niñas y niños. El Sr. C o m a n d a n te
— 00 —
dispuso qae todo el día estuvieran izadas en los máS'
tiles las banderas de gala, como en día de fíesta
para el Vapor.
El 19 vimos en la isla de Lobos destrozado el
Vapor Montevideo y á las pocas horas ya anclados
ante la Cindad de este mismo nombre, Capital del
ürcgaay, supimos que se había salvado toda la gente,
y que el Perseo había encallado y sufrido averias
presididos por D. Borgatello esperaron el Vapor qno
los ha conducido á Puntarenas (Tierra del Fuego).
A las 11 de la noche salimos para Buenos Aires,
adonde llegamos á las 12 horas, d sea el día 20 antes
del medio día, quedando todos admirados por la atre
vida obra de este Puerto, que por su empresario se
llama Puerto Madero, quien por medio de un largo
canal y varios puentes corredizos á fuerza hidráulica
EL SANTQ ANGEL DE LA GUARDIA
Patrono del Colegio del mismo nombre de Sarriá (Barcelona)'
(Cuadro al óleo de D. Vicente Gutierrer, Saleeiano).
de consideración, habiendo tenido necesidad de ser
remolcado por un Vapor inglés desde cerca de Jlontevideo á Buenos Aires, para repararse, perdiendo
en esto 15 días y costándole el remolque y repara
ciones 10.000 libras esterlinas. Estas dos de^racias
acaecieron en los últimos dias del próximo pa
sado Noviembre en que hubo en varias partes un
temporal furioso.
Como á la 1 de la tarde del mismo 19 vino á
bodo D. Gamba con dos Salesianos del Uruguay,
y «nferenció largamente con Monseñor, que no bajó
i tierra. Aquí nos despedimos de los 12 H.H. que
1
logró hacer entrar hasta tocar en el muelle & toda
clase de buques, aun los de mayor calado.
La entrada duró unas dos horas, y como D. Vespigiiani y algunos Directores, sacerdotes y coadju
tores salesianos nos estaban esperando con mucha
anticipación, pudimos saludarlos y casi darles la mano
por lo estrecho que es el canal, mucho antes que
nuestro buque se parase.
Bajamos ó pasamos á tierra en pocos momentos,
y mirados más bien que r^istrados nuestros e^^uipajes, cargados éstos en uo carro, y subiendo nosotrus con los que nos venían á recibir en varios coche::
i
—
100
vinimos & todo correr á esto Colegio Pío IX do Al
magro, al cual llegamos d la 1 % do la tarde
entre entusiastas vivas á Mons. Cagliero y loa acor
des do la música.
Monseilor, después do visitar varias do las casas
de csUi Capital y ol vecino Colegio do Hornal; des
pués do visitar y sor visitado por varios personajes
del Gobierno, siendo muy bien recibido por ol Señor
Presidente y algunos Ministros; después de predicar
y confesar en la 1.* tanda do los Ejercicios de esta
Inspectoría, etc. etc., salió anteayer para Montevideo,
dejando ordenados los destinos do todos los do su
Expedición.
Saldremos, Dios mediante, ol 10 en Vaper de
guerra argentino, los quo vamos á 1‘atagonia, donde
ol Señor y la Virgen Auxiliadora nos concedan la
gracia do trabajar mucho á mayor gloria suya, honra
do la Congregación y bien del prójimo.
l)e V., Sr. Director, aímo. b.® en Jesús y María
F laneo G uerka
Misionero Saksiano
Biionos Airos, 4 do Knoro do ISOO.
o
(i r a c i a s
MARIA AUXILIADORA
M n r ía A iix llln ilo r n
m e d e v u e lv o e l h o n o r p e r d id o .
Estando sumamente alligido con ol pensamiento do
quedar de.shonrado, por causas que no es del wso
nombrar, ant*« |H>rsonas muy dignas de mi gratitud
y cjiriño me propuso hacer una novena á la Virgen
de 1). Hosco, y esta buena Madre se dignó favore
cerme, U'iiiendo ol consuelo de que al i>oco tiempo se
me devolvióse ol honor quo ya considorala perdido.
Consto también, que aquellas personas ante las
cuales yo parecía un monstruo de ingratitud, han
tenido A bien devolverme ol cariño que antes mo
pRifosaban, estando también ellas contentas en afir
mar y patentizar la intervención de María Auxilia
dora.' I<a gracia fué inmediata á la novena, ]>or lo
que, agradecido A la Sma. Virgen, deseo se publique
esto singular favor en el Boletín Salesiaxo.
G. A.
U trera. 1 do Setiem bre de 1898.
M a r ín , « a la » iiit lr m o r u n i.
A fines de Julio cayó enferma de gravedad mi
hija María Carlota, atacada de una fiebre tal, que
en 4 dias la puso al borde del sepulcro. El 29 la vi
tan mal, que creí ineficaces los auxilios humanos;
—
en esto apuro me dirigí á María bajo el titulo de
nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ofreciéndola
una novena, confesar y comulgar al fin de ella, y
mandar decir una misa ou su honor. El primero de
Agosto tuvo un paroxismo tal. que todos, iucluso el
médico, la creyeron en su último momento, pero
Jlaria la volvió en si y ol dia 3 de dicho raes eml>ezó á sentir algún alivio, hasta quo el 5 por la
noche, octavo de la novena, desapareció completa
mente la fiebre. La convalecencia ha sido muy difí
cil, pues ha tenido 3 recaídas, pero hoy está, casi
restablecida para consuelo de su padre, de su esposo
y de sus dos tiernos hijos, i Gracias á María Sma!
Por mi parte ya cumplí la promesa, y aunque no
entró en ella ])ublicar el milagro, lo hago para que
los devotos do María tengan siempre fe en Ella,
porque siempre es y seiá salud de los enfermos y
socorro de los cristianos.
R afael P asos.
Cooperador Salesiano.
R ivaa (N icaragua), U de Setiem bre de 1898.
¡ V iv a M a r ía A u x il i a d o r a !
Quiero que los verdaderos creyentes conozcan un
milagro prodigioso que la Sma. Virgen María Auxi
liadora realizó en mi persona, y tengo la satisfacción
de publicarlo para que los incrédulos vean, si es que
quieren ver, que aún estamos en la época de los
milagros, como estaremos siempre, toda vez que ten
gamos fe y no perdamos nunca las esperanzas.
El caso os el siguiente. A principios del mes p. pme apareció en el muslo derecho un tumor grande
y muy doloroso, de esos que solo con la cuchilla
sanan' cuando no concluyen por resolución, salvo el
caso do que ol paciente se rosiudva á sufrir por es
pacio do varios meses hasta que se reviento solo.
Como mo descuidara en tratarlo oportunamente,
cuando quise hacerlo ora ya tarde; entonces acudí
con gran confianza á María Auxiliadora pidiéndole
mo hiciera la gracia de extinguirme el dicho tumor.
Desde ose mismo dia empecé á sentirme mejor, pro
gresando cada vez más mi alivio hasta desaparecer
por completo en poco tiempo tan molesta enfermedad,
pues convirtióse por gracia en un tumor frío.
Como no espero ser creído simplemente por mi pa*
labra de honor, acudo al irrecusable testimonio de
mi amigo v compadre el Sr. Dr. D. Felipe Aviles,
quien mo vió en el estado en que me encontraba
cuando elevé mi plegaria á la Reina de los Angeles.
Dov mil gracias á la Sma. Virgen y deseo se
publique en el B oletín Sai.ísiano para que todos acudan con fe á tan bondadosa Madre.
H ipólito T orres.
B iv as (N icaragua), 13 de Setiem bre de 1898.
M a r ía A u x ilia d o r a m e c o r a l a \ i s l a .
Habiendo padecido cerca de 6 meses de u n a en
fermedad de la vista, me la examinaron dos médiws
diciéndome arabos que tenia la vista muy delicada.
Yo me aplicaba los remedios que ellos me indicaban,
pero sin resultado alguno. Agravándoseme siempre
más V más. me acordé de haber leído en el BoLEns
S alesiano los milagros de María Auxiliadora, y m
■
101
ese momento hice á la Sma. Virgen la petición de
qne me corara la vista, prometiéndola decir una
misa cantada y llevarla un ojito de plata.
Desde el día en que le hice la i>eticiou hasta hoy,
qne ya hace dos meses, me siento completamente
boena, teniendo varias personas de testigos que me
vieron cuando estaba enferma, y cómo estoy al pre
sente. To ofrecí la misa de las limosnas que reco
giera, y espero que á las personas que me ayudaron
con dichas limosnas, Dios las premiará, y María
Aniüiadora las colmará de bendiciones y felicidades.
SocoERO Gaecía L andaeta.
Valencia (Venezuela), 15 de Setiembre de 1898.
G lo r ia á Ufaría.
Un artillero del segundo batallón de nn regimiento
de montaña hallábase en riesgo grandísimo de su vida
durante unas operaciones de dificilísima ejecución.
En tan difícil como tristísima circunstancia, acor
dóse de María Auxiliadora, y á Ella se encomendó
con el más vivo fervor para que quisiera socorrerle
en tan peligrosa situación, prometiéndole que si salía
fleso de tan gran peligro, baña publicar la gracia
en el B oletín Salesia.no, y ¡oh prodigio! El miedo
y las dificultades, junto con los peligros, desapare
cieron, y el artillero quedó sano y salvo.
Agradecido á tan excelsa Madre, cumple con sn
promesa dando publicidad al hecho y animando á
todos para que en sus penas y peligros acudan
siempre á tan cariñosa madre.
—
perdidas sus esperanzas, se levanta, y con acento
resuelto dice á sus padres: « si se lo digo á Mana
Auxiliadora vereis como saldré con la mía, jmes ya
le hice una novena, qne acabo hoy, y Ella luo es
cuchará, porque nunca abandona á quien en Ella
confía. » Se rieron todos los de casa, pero lo cierto
os que se cumplió la esperanza del niño. Esto volvió
corriendo al Colegio, y encontrándose con el Superior
encargado de los de la primera Comunión, lo dice:
-- Mis padi-es no quieren que haga la prinu'ra Co
munión, pero ahora voy ú decírselo á M.‘ Auxilia
dora y ya lo veremos. — Animóle el Suj>erior á
iwner toda su confianza en ol patrocinio de María,
y lo introduce tu la iglesia: al poco rato salo, y
corre sin detenerse á su casa: ¡ qué buena es María!
todo estaba cambiado; el padre y la madre le abra
zan y le conceden todo cuanto pedía. El niño quiso
más y dijoles: — ya que sois tan buenos, me habéis
de otorgar mañana otro favor. ¿Quién os imjíide
qne así como ahora entre nosotros, estemos mañana
todos unidos con Dios? — El niño había vencido.
i Gracias mil á María Auxiliadora por haber con
cedido á esta familia el consuelo de ver á su tierno
hijo protegido por Ella!
F rancisco M aría L . y M .
Batcelona, 12 de Setiembre de 1898.
¡C n a n b u e n a es M a r ía !
Doña Elisa Lacayo, esposa de D. Abraliám Sotomayor, asistió á una fiesta de Emilia de donde volvió
N. N . ■ con un dolor interior: este dolor fuó haciéndose más
intenso hasta hacer necesaria la presencia del mé
Barcelona, 7 de Setiembre de 1898.
dico. Se creyó primeramente que lo produj<‘ra la dis
locación de alguna entraña; ¡lero un reconocimiento
Si se lo d ig o á U fa ría A iuciliadora
posterior comprobó la existencia de un tumor dolo
vereis com o s a ld ré bien.
roso. En los últimos días (todo esto pasó del 4
El niño Francisco X., alumno del Instituto Salo- al 29 de Agosto de 1896), el dolor aparecía á
siano de Hostañanchs, se estaba preparando con todo intervalos tan agudo, que parecía poner fin á la
el fervor de un angelito para la primera Comunión, vida de la paciente: los calmantes aconsejados por
qoe debía hacer en la solemnidad de la Purísima; los facultativos cada vez eran menos eficaces. En
p^o mil dificultades se le presentaban por parto de este estado, una junta de médicos compuesta de los
sos mismos padres y parientes, que la prudencia no Doctores Alvarez, Chamorro, Martínez, Graham y
permite recordar. Primero, se le opusieron diciendo Lacayo practicó nuevo reconocimiento y declaró que
entre mñ otras cosas, que no t ^ a n dinero para era indispensable hacer una operación, la cual era
comprarle traje, lazo, y el ciño de costumbre, y qne de carácter grave y de éxito dudoso; pero que había
por lo tanto de ningún modo podría hacer entonces que tantear este recurso desesperado, puesto que á
continuar aquel dolor con tal intensidad, la muerte
8Qprimera Comonion.
Al oír esto, respondió el niño con toda sencillez era inevitable. Estaba la paciente en terrible any franqueza: « S'o os apuréis por tan poca cosa; g^ustia; el dolor era incesante; los anestésicos y
'un tal que yo tenga el alma y la blusa bien limpia, venenos no hacían efecto; el esposo y las hermanas
podré hacer muy bien la primera Comunión, pues no de la enferma estaban angostáados por la convicción
« el traje exterior, sino el candor del alma lo qne de nn fatal desenlace. 1.a operación se había apla
b gusta al niño Jesús y á Maña Auxiliadora. > — zado para el día siguiente, ó para tan pronto obtu
viese la enferma alguna reparación de sus fuerzas.
1 ^ 0 no tienes la edad suficiente y hasta los 12 ó
En aquellos momentos de amargura, cerca ya el
13 años no podrás hacer la primera Comunión. —
Pero me han dicho mis Snpeñores que estoy sufi- sol del ocaso, 1 1 ^ de risita D.^ Luz Sequeira de
oentemente instruido para poder comulgar; y después... Arellano, cooperadora salesiana, y dijo á la enferma:
espero más tiempo me podría morir ó cometer pe- — Elisa, ¿estás resignada? — Si lo estoy, niña Lu^03, y entonces ¿no es mejor qne entre en mí co- cita, contestó la enferma. — ¿ Tienes fé en María
razón y se haga dueño el niño Jesús que no el de Aniiliadora? — S í, volvió á contestar, y agregó:
monio? — Pero ya te dijimos que no puede ser, y pídale mi salnd, por mis hijos. — Encomiéndate á
W o... no queremos de ningún modo. £1 niño Dora E lla, le dijo D.^ Loz, que si no to dá la salud
J nidica que se le conceda tanto favor; pero viendo corporal, to dará conformidad con la voluntad de
- - 103 —
PiOB, — y lo puso una motlalla que la enferma toinó
con efusión. D.“ Luz, al retirarse, le dijo. — se
halla en ésta el l'rosbit<‘ro Salesiano D. Angel Piccono ¿no quisieras confesarte con él? — y la in
terrogada contestó: — sí, me confesaré, dígale V.
que venga, — Quince minutos después, D. Piccono
llegaba & la casa do la enforina, y encontró á ésta
no sólo con el dolor calmado, sino en el mds apa
cible sueño. Cuando despertó, reconcilió .su alma con
Dios, y la enferma siguió mejorando do tal manera,
que cuando fuó puesUi en la mesa de operaciones, y
se hizo el reconocimiento preliminar para operarla,
estando ya ol Dr. Martínez con la cuchilla en la
mano, con gran maravilla do los módicos ol tumor
había disminuido do modo quo hacía innecesaria la
Operación.
La mejoría iniciada precisamente en el instante
en quo la enferma recibió la Medalla de María
Auxiliadora, vino á sor cura radica!, pues quo hasta
este momento, y van pasados dos años, el mal no
so ha repetido.
M anuel P asos, Abogado.
Granada (Nicaragua), 29 «le Agosto de 18b8.
U E S T R A
I
O O R R E S P O N D E N G IA
^‘ ■ ■'j'*' j '
jíhj
y que cuando quieren una cosa, ya saben arre
glárselas muy bien, como así se va verificando lu
nuestro caso.
En vista de todo esto y del entusiasmo que por
esta causa reina entre los cooperadores salesianos
de esta provincia, hemos venido en la determi
nación do dar pronto principio á los trabajos, en
la firmo confianza de llevarlos á cabo en breve
tiem po, apoyados en la valiosa protección de
María Auxiliadora y en la decidida y buena vo
luntad y caridad de nuestros muy apreciados coo
peladores. No dudamos ni un momento quo todos
los de esta provincia, á los cuales esta casa, con
no levo sacrificio so encarga de enviarles inenfiualmente el B o l e t ín S a l e s ia n o , mandarán su
()bolo para tan santa y necesaria obra. También
quedaremos muy agradecidos á todas las personas
caritativas quo deseen ayudarnos en esta empresa.
Creo conveniente declarar aquí quo la mayor
parto do las limosnas recogidas hasta ahora me
han sido entregadas en agradecimiento de favores
recibidos (le María Auxiliadora, y en cumplimiento
de promesas, lo cual prueba que.se van obrando
aquí los mismos prodigios que se obraron cuando
nuestro venerable fundador D. Bosco edificaba
el Santuario do María Auxiliadora de Turín, (leí
cual decía que cada piedra atestiguaba una gloria,
un favor recibido de María Sma.
Ya hemos empezado á escabar los cimientos y
acopiar materiales, y si nada de contrario sucede,
(íl primer domingo de Maizo, mes consagrado al
;ílorio80 Patriarca S. Jos(3, se bendecirá y colo
cará solemnemente la primera piedra, de cuyo
acto mo haré un deber do enviarle á V., Sr. Di
rector, una breve reseña.
Rueguü V. por mí, y yo lo prometo hacer otro
tanto por V., y disponga do esto su afino. S. S.
in C. J.
S a n t ia g o G h io n b , Pbro.
Gerona, 10 do Enoro de 1899.
CEh'fíN-A.
lí. S r. Director d e l B o l e t ín S a l e s ia n o :
Mo pateco tino tanto V. como nuestros muy
amados cooperadores leerán con sacisfaccion liis
noticias que lo comunico solmc micstro proyecto
(le construir en esta iiraiija de S. Isidro una
iglesia dedicada á nuestra tiuerida Madre y Patrena María Ainviliadora.
El llamamiento quo dirigí li nuestros bciioméritüs cooperadores, y qiu' fué publicado en el
B o l e t ín S a l e s ia n o de Julio ^dol ario p. p., no
fuó infructuoso, pues desde entonces so Imn au
mentado do tal modo las limosnas para la nueva
iglesia, (pie las seiscientas ptas. quo teníamos en
aquella feeha, han subido en poco nuts do sois
meses nada menos quo á 2,60ü.50, sin contar las
limosnas quo mo tienen prometidas (pro suman
tatnbieu una respetable cantidad.
Dadivs las circunstancias por que atravesamos,
ni yo ni nadio habría podido imaginarso tóu ex
celente resultado, (pie na maravillado muchísimo
á varias personas quo mo asegitrabau uo ser el
presente tiempo oinirtuno jurra emprender con
m ito esta cliwo do obras: una do éstós al felici
tarme por tari lisonjero éxito,
á decirme:
esto es pruebii evidente de que Dios lo quiere.
A los (pie nio oponían la dificultad de los
tiempos, reaiwndía yo sin que por esto negara
esta verdad co«uo un templo, que para Dios y
María Auxiliadora no había circunstancias críticas,
fllvIA K (Salam anoa)
Señor Director dol B o l e t ín S a l e s ia n o ;
Muy Sr. mío y de mí considex’ucion más distin
guida: Los católicos honramos á los Santos no
romo dicen los racionalistas, con mi culto de servidumbro y sujeción, sino con un honor de cari
dad y (lo sociedad fraternal. Veneramos en ellos
ios milagros de la mano del Altísimo, la comuni
cación do su gracia, el esparcimiento de su gloria
y la santn y gloriosa dependencia por la cual
quedan eternamente sujetos á este primer Ser,
al cual solo referimos todo nuestro culto, como
al solo principio de todo nuestro bien, y al tér
mino único (le todos nuestros deseos.
Los protestantes atribuyen á Dios una debili
dad deplorable, haciéndole celoso de sus propios
(Iones y do las luces que esparce sobre sus cnatu ras: porque j qué son los Santos sino la obra
de su mano y de sn gracia? Si el Sol fuese ani
mado, no tendría celos viendo la luz tan d a »
do la luna, porque toda su claridad deriva de el
y es él mismo quien nos ilumina y nos esclarece
por la retíexion de sus rayos. ¡ Y qué diremos
cuando resplandecen estos dones celestiales en
un confesor de la fe como S. Francisco de Sales
En la noche del 28 del corriente el alegre soi
nido de las campanas y la m ultitud de cohete.
— 103 —
voladores que cruzaban el espacio anunciaban á
los regocijados bubitauies de Béjar la proximidad
de una gran fiesta. Por la mañana todos podían
contemplar las banderas y primorosos gallardetes
qne adornaban el edificio y la multitud de ]>eqneñuelos que prorrumpían en aclamaciones y ví
tores. En la iglesia de Santa María la Mayor, ce
dida galantemente para el objeto por su párroco
y digno cooperador salesiano D. Leóu Ovejero,
había sido dispuesta en rm precioso altar y bajo
un dosel elegantísimo, rodeada de profusión de
luces, la bella imagen del Santo.
En la misa de comunión acudieron á recibir el
nuiujar celeste multitud de pequeüuelos, que pa
recían comprender que ninguna ofrenda tiene más
precio á los ojos de Dios ni sube ante su trono
como uii perfume de olor más agradable que un
corazón puro humillado al pié del altar donde El
mismo desciende. En la función solemne ofició el
en las que los jóvenes alumnos hicieron alarde de
su gracejo y donosura; se tocaron algunas piezas
escogidas y se recitaron diálogos y poesías que
merecieron loa plácemes del auditorio.
Una vez m¡is ban demosti'ado los Salesiauos,
Sr. Director, que saben seguir fielmente el ejemplo
de su fundador D. Bosco y de su inspirador San
Francisco de Sales. ¡ Qué vida tmia gloriosa que
llevar á regiones lejanas la antorcha de la verdad;
no buscar sino la salvación do las alm as; consa
grarse á la educación de la juventud para for
marla en la ciencia y la v irtu d ; vivir sin ccsiu*
entre los desgraciados, los leprosos, los ouformos;
desafiar la peste á impulsos do la caridad! Des
conocer 6 despreciar tjilcs ejemplos es formarse
de la virtud una imagen baja y vulgar; es tomar
ueciameuto por medida de las obligaciones del
hombre hacia Dios esos hábitos de regularidad
aparente, de una vida tibia y muelle que bastan
! I
>'V
fLl
■
eOLLEGie DEL SANTO ANGEL DE SARRIA (Barcelona).
digno párroco de San M artín, de Salamanca,
D. Antonio Kodríguez García, ocupando la sa
grada cátedra, después de cantarse el Evangelio,
el Padre Daniel de San José, de la Orden del
Carmelo. Pálido resultaría, al lado de la realidad,
cuanto dijéramos en elogio del panegírico que
pronunció. Después de un brillante paralelo entre
loa héroes del mundo y los que forma el Cristia
nismo, trazó con frase límpida y elocuente los
nsgos principales de la vida del santo obispo de
Ginebra, y la feenndidad de sns obras hasta la
fundación de la Congregación Salesiana. Aso
ciando el poder de la verdad á la majestad del
cotilo; aduciendo de tal manera los pasajes de la
f r i t a r a , que parecían salir del corazón. más
wien que de la memoria; sosteniéndose digna
mente á la altura del dogma; indagando las pa
siones hasta en loa más recónditos pliegues del
corazón; excitando, en fin, en. las almas emociodnlces y tiernas, encontró esos acentos patétieos y arrobadores que hacen vibrar las fibras
Blas delicadas del corazón á impalso de generosos
sentimientos.
Por la noche, en presencia de una selecta con
currencia, se representaron dos graciosas piezas.
¡>or lu cumúu ú las almas sin fervor y sin colo.
lii'j.ir, 30 de Eü'-» de 1899.
U n CüOi’KUADOE.
í--<-
BfIftN'AL (.Vr^entifia).
Sr. Director del B o l e t ín Sa l e s í .í n o .
Con grandísimo gasto presenciamos el día 27
del p a s ^ o Octnbre el bellísimo certamen cate
quístico, dado por los Aspirantes de nnestra Ca.'-a
de noviciado. Expléndida salió la función, hon
rándola con su presencia nnestro Vicario Dispectorial, á quien estaba dedicada, el B. P. Borghiuo.
y el distinguido Gerente de Ferrocarriles, insigne
bienhechor nnestro; por lo demás fué variadísima
ya en cantos ya en poesías.
Consiste este certamen catequístico en dar el
— 104 —
Catecismo de nnestra Arcliidióccsis, dividido en
4 partes, sucesivainento con iiroguntaa y respues
tas y sin transigir en su recitación los puntos de
las les: loe que se equivocan ya se hallan fuera
de la li<l, continuando los demás hasta que no
quede más que uno que es el vencedor y pre
miado. En nuestro certamen so concluyó el cate
cismo y se volvió á empozar y no fnó posible
hacer caer á los 30 tíltimos, que con su constancia
cansaron á los examinadores, siendo aclamados
victoriosos y dignos de premio. ¡ Tanta era la
diligencia y asiduidad con que lo habían grabado
en la mente! Y no merecía, sin duda, menor em
peño el estudio del Catecismo, el libro de los
libros, scientia scientiarnm, el pan diario de todo
Salesinno, el libro tan recomendado por D. Bosco,
del cual nunca podía separarse y coya explicación
á los niños era su principal tarea. Del mismo
modo quiso que el objeto primario de la caridad
de sus hijos fuera la enseñanza del Catecismo.
Igualmente nuestro amado D. Rúa nunca deja
do encarecer en sus circulares el estudio y cons
tante exposición del catecismo á los niños pobres.
I Loor, pues, á estos aspirantes salesianos que,
adivinando las intenciones de nuestros Superiores
y de la Iglesia toda, se empeñaron tanto en el
estudio del Catecismo!
J. P.
Bemal, 4 de yoviembre de 1698.
URiegLARfiBA (Argentina),
Sr. Director d e l B o l e t ín S a l e s ia n o :
El pueblo de Uribolairea, aunque humilde y poco
numeroso, tributa ó la reina del cielo grandes y
mny solemnes cnltos con la más tierna y fervo
rosa devoción. En este año La celebrado el mes
de María (Noviembre) con grande concurrencia
de fieles devotos, que aumentó notablemente cuando
se dió principio á la novena de la Purísima Con
cepción. Esta fiesta so ha celebrado con una so
lemnidad y esplendor extraordinario. El día an
terior parecía que el cielo amenazara lluvia; pero
María, atendiendo á los ardientes votos de sus
hijos, no quiso frustrar los píos anhelos do un
pueblo decididamente cristiano.
El día 8 de Diciembre amaneció más alegre que
nunca, y toda la naturaleza, secundando los deseos
do los corazones, daba los más halagüeños ]U'csagios sobre el óxito admirable de la solemnidad
m;o 80 iba á celebrar, repitiendo con sus eneautos:
Hoy es el dio de Marín Inmacnlada. Al amanecer,
no bien se abrió la Iglesia, quedó llena de fieles
que 80 preparaban para confesar y luego comul
gar CU la misa de comunión general. Diunute la
comunión las llU. lili. Hijas de María Auxiliadora,
oantiuron con prccisiou varios motetes. Un númora bastante crecido de hombres y señoras,
niños y niñas se acercaron con devoción nunca
vista á recibir el pan do los Angeles.
El Kvdo. Señor Capellán hizo después de la
misa la recepción de las Hijas de María. ¡Qué
dulce oueanto era ver á aquellas niñas llenas de
ingcuua devoeiou, hacer sus promes:\s á la que
ftié siempre p u ra ! I^a Virgen Santísima se digne
recibirlas como hijas suyas, ampárelas por toda
su vida y ayiídeles constantemente en la imita
ción de sus hermosísimas y celestiales virtudes.
La misa cantada fué oficiada por el Señor Ca
pellán, Rvdo. Padre Andrés Pestarino, que eu
tan propicia ocasión celebraba también el día de
su cumpleaños. La banda de música de la Es
cuela Agrícola “Don JBosco'^ ejecutó escogidas me
lodías en ambas misas. Cantóse por las RR. HH.
con arte y maestría admirable la misa de “Santa
Infancia^' del Ilustrísimo Señor Cagliero. Tan sua
ves y «uicantadoras eran aquellas voces, que pa
recía que los coros celestiales cantaban con ellas.
Mncho más concurrida fue la procesión, á las
cinco. Precedía la cruz parroquial, seguida por
los niños do la aldea colocados en orden de es
tatura. En seguida iban las compañías do San Luis
y San Josó con sus respectivos estandartes y ban
deras, y tras de éstas la banda ya nombrada.
Las hijas do María estrenare]! en este acto dos
hermosos estandartes. Precedida de todo este cor
tejo iba la devota y artística estatua de la Virgen.
Mientras duró el trayecto (que no fué corto), can
táronse alabanzas, y la banda ejecutó varias pie
zas. Terminó la fiesta con la solemne bendición
de S. D. M., que recibieron reverente y devota
mente todos aquellos devotos de María. Antes de
la Bendición las RR. HH. cantaron el motete
¡Oh Salutaris hostia! del Ilustrísimo Señor Costamagna. El Tantuni Ergo fué solemnísimo. ¡Haga
Dios y María Santísima que dure por siempre la
gratísima y devota impresión que dejaron estas
fiestas en los vecinos de Uribelarrea, y que afir
me siempre luiis sus propósitos de una vida sant.!
y perseverante hasta que lleguen á celebrar la
fiesta eterna con los espíritus celestiales!
A. D.
Uribelarea, Picembre de 1898.
jijvrux/\jnj^^tj-ij\i\/\jijaTuvnj'uxrvfUVnjvr\jvr\r\jvi/i.n
HISTORIA DEL ORATORIO
DE S. FRANCISCO DE SALES
C a pít u lo L IV . (1)
Gatti contra Seimi — Entre dos contendientes
el tercero goza — Un documento para la
historia.
TNQUE por el referido acto de la
au to rid ad escolástica do la pro
v in cia quedase conjurado el iwligro inm inente de la clausm*a
de nuestras escuelas, no por eso
descuidó I>. Bosco los m edios que inspirab;»
la prudeucia para precaverse cada vez
por consiguieute volvió á p racticar las dUigeucias anteriores p a ra lo g rar tam bién el
apoyo d el M inisterio y alcanzar cuanto antes
los títu lo s legales p a ra los m aestros ante
riorm ente citados. A i>esar d e conocer 1*
m iüevolencia d el Cab. G atti, que á la sazón
hacía y deí»bacía á su antojo en las oficinas
(1) V. B ol . de D bre. de 1898, pág. 264.
— 105 —
del M inisterio, se presentó á é l á principios
del 1803 y p id ió contestación de la solicitn d
elevada al M inisterio de In stru cción pública
con fecha d e l 11 de N oviem bre del año an
terior.
— Lo sien to m ucho, querido D . B csco, le
lijo G atti; h e hecho todo lo posible para que
su petición fu ese atendida, pero no se puede
luchar contra e l im perio de la l(;y. Sus
actuales m aestros no pueden ser n i aprobados
ni adm itidos ú lo s exórnenos públicos.
— i Porqué?, preguntó D . P oseo.
— Porque no han asistid o regularm ente á
las clases de la U niversidad,
— Sí, señor, h an asistid o á ella s durante
más de i anos, y aquí en esta oficina existen
los certificados correspondientes.
— E s cierto, pero asistieron como s im p le s .
oyentes, sin m atricularse y sin haber abonado
los derechos que prescriben.
— E n lo pasado bastaba frecuentar la U n i
versidad para ser adm itido á- lo s exám enes,
y no faltan ejemplos q u e lo acreditan. E n
cuanto á lo s derecíhos prescritos por la ley,
estoy dispuesto á pagai-los cuando quieran.
— Y a no e s tiem po. L os ejem plos son fa
vores excepcionales que no pueile alegarse
contra la s disposiciones lega les.
— E sto es inexplicable. E l M inisterio, por
medio de V. S. mismo, ordenó hace tiem po <iue
mis m aestros sufrieran exám enes á fin de habi
litarlos para la enseñanza, y alioi a se m e dice
que m is m aestros no im edeii ser adm itidos
á los exám enes. Perdone V. 8.. pero aquí en
cuentro y o una verdad(ira <‘Oiitradic(Uon.
— Cuando e l M inisterio dio la orden men
cionada, aun no hal)ía »ístndia<lo ú fondo la
cu estión ; ahora lia cuido en la cuenta de
que para ser adm itido á lo s exám enes públicos
no basta haber asistid o ú la s clases de los
respectivos cursos universit-arios, sino que es
indis]>en8able haberse m atriculado form al
mente.
— Siendo así, ten ga V . S. la bondad, señor
Gatti, d e darme un consejo d e verdadero
am igo. í- (^nó es lo que en concepto de V , S.
debería hacer?
— Procurarse, por cuatro anos, profesores
titulados y m atricular inm ediatam ente en la
U niversidad á lo s m aestros actuíüe.s. Xo
tien e V . otoo m edio para la conservación de
sus escuelas.
— P ero no m e es p osib le hallar imr e l
momento á cuatro profesores titu lad os y , aun
cuando lo s híiUara, no tendría con que pa
garles.
— L o siento mucho.
— ¿ P u es bien?
— C ierre T . la s escuelas.
— P o r e ste año siquiera creo i^ e r la .s tener
abierta.s, para el año venidero D io s proveerá.
— ; Y con qué autoriilad pretende V . tener
abiert.as su s es<*uela.s el ]»rcsente año?
— Con la autoridad d el P roveedor real.
— ;Y iKHlra dicho Proveedor c o u c e le r lo '
q u e no pue<le conceder el M inisterio? El
P roveedor no puede inm iscuirse en estos
asuntos.
— A sí s e r á ; i>ero es lo cierto que h a apro
bado á m is m aestros actuales por todo »d
presente año escolar.
— R epito que él no puede hacer esto.
¿T iene Y. algún escrito suyo?
— Sí, señor, y aquí tiene V. S. copia del
decreto.
— É l no puedo, repitió G a tti v arias veces,
no piiedt^ no puede; esto no <*s de su in
cum bencia. Voy ú escribirlo en el acto, recri
m inándolo por su abuso de potlor. Ese es un
ignorante, y os m enester tenerlo á raya.
— Yo ignoro el lím ite <le sus facultmles,
concluyó D. Roseo; lo único que só es que
por lo que respecta á los asuntos cscolá.sticos
de la P ro v in cia d e T arín , todos acuden al
Proveedor. A sí es que por ahora me vuelvo
á m i casa tranqiiilo, pero, en todo caso, si
V. S. tu v ie ra alg u n a orden co n traria á este
decreto, ruégele q u iera ten er á bien comuni
cárm ela para m i norm a.
A l v e r la indignación concebida por G atti,
Don Rosco tuvo m otivos sobrados p a ra tem er
alg u n a dolorosa sorpresa, i)or lo cxial, sa
liendo del M inisterio, se dirigió inm ediata
m ente a l des])aclio del P roveedor, al cual
refirió lo a<!ontecido. Este, al oír las palabras
que ÍTatti había pronunciado respecto á él,
■?e sulfuró en extrem o. — ¿Y o ig n o ran te?
exclamó, ¿yo ignoraiitcf ¡E l ignorante, el
im bécil es él! Siem pre quedó suspenso en los
exámemís, y «Icbo .su título no al m érito sino
al f.n oritisino. Suliió al puesto que ocupa á
fuerza de reverem úas y adulaciones; ¿ y se
atreve ú bw liar de ignorantes á los <lemás?
Pero dejemos c.sl« á nn lado. V., señor Don
Rosco, v ay a traiiqnilainento á su (jasa. A uto
rizando á sus m aestros hice lo (¡ue podía y
debía hacer. 8 i alguien exiiiiliese órdenes
contrarias á mi aproba<úon, a<[iií estoy yo
jiara sacarle á V. d e tíwlo a]niro.
Va vei el leedor como acontenció entonces
lo co u tiario tle lo que pasó e n tre Ilerodes y
Pilato.s euam lo tuvieron que fallar la causa
de nuestro D ivino S a lv a d o r; de enem igos se
trocaron amigos. A quí suce<lió lo c o n tra rio ;
G a tti y Selmi, d e am igos se trocaron en ene
migos, pero esta enem istad ni p re v ista ni
q u erid a por Don Hosco, j>or disposición de
la d iv in a Providencia, nos tornó á todos de
g ran d e utilidad, verificiiiidose el refrán que
d ic e : Entre don contend enten el tercero goza, y
el tercero en esto caso fné nuestro O ratorio.
E n efecto, G a tti escribió resentido v aria s
ca rtas á Selmi. y éste lo m etió en u u puño;
l>ero m ientras lo.s dos emiileados gubernativos
se i>eleabau e n tre sí á m ás y mejor, nuestras
esrmelas seguiaa adelante y el decreto de
aprobación continuaba en todo su vigor.
E n cuanto á la aíbuision <le los m aestro»
á los exám enes d e idoneidad, D on Hosco reeibió tam bién en Marzo o tra negativa ¡wr
— lUG —
í'Scritn de] M inisterio ajxtyada on los frívolos
proü'xtos ya expresados ]>or ( l a t t i ; eircunstaiieáa (lue (la m otivos i»ara creer (jue la coiitostacioii fiietse dictada i>or 61, aniKiuo no
llevase sn firma. Dou Bo.sco no se desanim ó,
y con la o.spei’anza de liaccr llüífar su voz
liasta los oídos del I^linistro, <]ue en o tras
ocasiones so le había m ostrado fa^'orable, repitió la jadiídoii ; pero ('*sta tuvo la m ism a
su erte íiue las anteriores, porque fuó íi p arar
á las m ismas manos, y para (p iitar íi Don
Hosco toda esperanza, el caballero G a tti hizo
alegar, en la c(mtirmaeion del rechazo, el pa
recer del (hnisejo su))erior de la pública
instrucción, dcieil instrum ento d e su m ala
voluntad.
C ual docum ento h istó rico y ])ara norm a de
todos, rei)roduzco aquí u n a do las solicitudes
de Don Bosco al !^Iinisterio de Instrucción
Bública, (ton fecha 9 de M arzo de 1803. lis
ta b a concebida en los siguientes tórm iuos:
« D x c k l e n c 'i a :
» Knego respetuosam onto á V. S. quiera
d ig n arse loca’ el presento escrito, cuyo objeto es
solicitar u n favor j)ara la ju v e n tu d estudiosa.
» A nim ado por el vivo deseo de ])romover
la in stru cció n secundaria en tre los niíios
pobres ó do condición poco acomodada, he
iniciado u n a especie de pequefio sem inario ó
gim nasio en beiieúcio do los niños asilados
en la casa llam ada: Oratorio üe tí. Francisco
fie Sales. Oou esto, á las artes mocúiiicas añádonse las bellas letras, cual nuevo medio
para imiicrlos en grado de g anarse un día
el p an de la vida.
» yA M inistro de liistrnccion P ú b lica miró
siomiiro con ojo p atern al estas esc u elas; las
alentó con ]>aiabras y con subsidios jiecuniarios, y con carta fecha 29 de A b ril de 18,^7,
tiúm. 1585, se me p artic ip a b a q u e ese Mi
nisterio deseaba que n u estras escuelas tom a
sen el m ayor increm ento posible, nianircstúndose dispuesto ú favorecerlas en cuanto lo
fuese posible.
» yA afio ]msado (1SG2), siem pre á in sin u a
ción del M inisterio, se solicitó su aprobación
regular, y id P roveedor real, atendiendo cortésm ente la )a‘ticion, con doi'reto del 2 1 do
Diciem bre p. p. aprobaba estas escuelas en
la persona de los eusoñautos actuales. E stos
m aestro s, dtxsdtf luu‘C m ás do siete años,
prestan g ratu itam en te sus sei'vicios t‘u favor
de nuesü'os asilados, que sacaron u n pro
vecho verdaderam ente satisfactorio, tan to que
muchos de ellos actualm ente g anan honradauiente el susteuto ó como m aestros de escinda,
ó como tiim grafos, ó como graduados m ili
tares. ó como saceixlotes. y alguno q u e otro
tam bién como em pleado público, Pcixi al paso
que atien d en á la enseñanza, frecuentan desde
hace cinco años las escuelas universitarias,
eu calid ad do o y e n te s, como consta iK>r el
certitioado que v a ad^imito.
> A h o ra b i e n ; no siendo la aprobación del
P roveedor real m ás que provisoria, por no
ser tales m aestros titu la d o s, sería de todo
punto necesario que dichos enseñantes rin
diesen u n exam en regular, p a ra el cual, en
concepto con sus profesores respectivos, están
suüciiíiiteinente preparados.
» Con este objeto solicité la autorización
corri;8 i)oadicuíe. P ero cou ca rta fecha 2 del
coiTÍciite lUarzo, se me conteste'» que los enR(;rmutc8 moneiomulos no lualíau ser admitidos
ú los exám enes, porque frecuentaban los
curso.s u n iversitarios de lite ra tu ra griega, la
tin a é ita lia n a como sim]»les oyentes, sin la
inserii»cion necesaria. É sta form alidad so
om itió únicam ente i»orqne, siendo los maestros
pobres y trabajancío en u n a casa que vive
exclu.sivam eute de beneficencia, no se podían
l>agar los derechos prescritos por la ley del
13 do N oviem bre de 1859.
» Sentado esto, suplico á V. E . quiera tener
la bondad de tom ar en consideración lo si
guiente :
» l .“ E l apoyo m oral y m aterial que el
M inisterio do in stru cció n P ú b lic a siem pre ha
dispensado á estas esc u e la s:
» 2.® L a idoneidad reconocida p o r el P ro
veedor re a l en los ensoñantes de las respectiva.s escuelas preparatorias:
» 3." Las declaraciones do los profesores de
la U niversidad con. que atestig u an la ñ e oueucia y el provecho sacado por los mismos;
» 4.® É l servicio caritativo que desdo lince
m ás de siete años p re sta n ú los pobres niños
de esta casa.
» P o r estas consideraciones y m ás aún por
la g ran d e proi»ensiou q u e tie n e V. E . á fa
vorecer ú las i»ersonas ó instituciones que
tienden ú jiromover la jiública instrucción,
me perm ito pedir lum iiklem ente que la asis
tencia de dichos m aestros á la real U niver
sidad se considero como válida á ])csar do su
falta de inscripción y que, por consiguiente,
puedan ser adm itidos ú los exámenes.
Mas si ú y . K. lo pareciese deinasi.ado
grande el favor que solicito, quiera á lo mo
nos. por excepción, conceder á estos ensenantes
lo (pie la ley 719, art. 5.® concede á la U ni
versidad de N ápoh‘s. donde se establece que:
« O uahpiiera (pie (pusiese re n d ir exám enes y
optar á los grados académieo.s, sin haberse
in scrito do antem ano en los cursos de dicha
universidad, jiodrá ser adm itido m ediante el
pago de u n a sum a igual á la can tid ad pres
crita para los corríMixnidientes derechos de
inscrii»cion, > cou ta l que, m ediante el pago
de estos derechos, (piedeii disiKmsados ¿el
tieniiHi m aterial que deberían rei»etir frecuen
tando Io.s mismos cursos que y a frecuentaron
cüuu» oyentes.
» Esi>erando que V . E . se d ig n ará satisfa
cer mi hum ilde petición, le aseguro desde
ahora que los agraciados couservaniu siempre
de T . E. lo.s m ás g rato s recuerdos, a l jia.so
que el infrascrito le desea cordialm eute toda
suerte de felicidad.
— 107 —
» Ai>roYeciio la oportunidad para saludar
á V. E. con los sentim ientos de la 4nayor
consideración y respeto.
» S. S. A . S.
» J u a n B osco, P b ro .
ejecutada por los niños que componen la clase de
canto.
Al día siguiente, 30, cantóse solemnemente la
misa de Jiegiiicm cu sufragio del alma do imc8tn>
inolvidable Puilre y Fundador D. Bosoi), y d<‘
todos los beneméritos Cooperadores do las Obras
Salesiauas fallecidos hasta ahora.
Esta súpEca estaba apoyada por la s reco
]ja tiesta dt» S. F raiu d seo do S a lo » ou
mendaciones d e l M inistro del Interior, al cual ol O i'atorio «lo C iu d a d o la (>Ioiior«*a). —
Don Bosco se babía diri^íido; por consij>uiente,
Con imttivo de tener la ex|>osicion del Santísimo
si hubiera tenido la suerte de ir á ])arar d en mieslra Iglesin do Maiía Auxiliadora ib>l 9 d«'
las manos del ^linistro. liabríu tenido indu cuero al 10 de febrero inclusive, era nmclia la
dablemente un é x ito m ás sa tisfa cto rio ; pero afluencia de gente (jno toilos lo.s días cmicuiTÍu á
todo (piedó frustrado por causa de una per la mismn, y cou la novena que celebramos antes
de la festividad de nuestro insigne Patrón, sirvió
sona m alévola. E l rechazo desagradó al mismo
todo para mejor jneparacion á dicha fiesta, que
Ministro, que con fecha 23 de Marzo se lo
á Dios gracias se celebró con la mayor solemni
notificaba á D on B osco en lo s térm inos si dad posible, y en su día propio por caer el pre
guientes :
sente año en Domingo.
« E ste M inisterio sien te que no hayan te
La vigilia, al anochecer, se cantaron Complot is
nido el efecto deseado la s recom endaciones poi- el Rdo. Cloro, Al día siguiente do Ü á 8 de
con que se hacía m i deber de aconipafiar la la umñuua hubo Misas rezadas. A las siete y media
solicitud elevada por V . B . a l M inisterio de celebró la Misa de Comunión goncrul nuestro
Instrucción p ú b lic a , para alcanzar que el Exemo, Sr. Obispo, daudo con esto una prueba
más do su amor y de su devoción á nuestro glo
personal docente de ese benem érito In stitu to
rioso Santo Paü’ón, y á la benéfica Obra Sale
fuese adm itido 4i io s exám enes universitarios
siana, por la que tanto celo é interés so lia to
(le habilitación á la enseñanza secundaria. » mado. La comunión fué numerosísima. A las diez
lüu el capítulo sig u ien te referiré otras ha tuvo Jugar la solemue Misa mayor que cantó el
zañas d el (Jab. G atti y el inem io, poco en v i 31. Don Juan Mascaré, Beneficiado de la Catedral
y Ctxqierador Salesiano j cantóse por la música y
diable por cierto, que al fin y al cabo recibió
• Esctilanía del Oratorio una bonita i>artitura de
de la d ivin a Ju sticia.
F ie s t a d e S. FraiieiMCO d e M ales e n la s
E-seaela-H S alesiaiiaw d e Sni‘i*iá. — Precedida
«le devota novena y fervoroso triduo predicado
)K)r el Sr. Director de la Granja Saleuiaua de
Gerona, D. Santiago Ghioue, celebró.se el 29 de
Enero último la fiesta de nuestro insigne protector
S. Francisco de Sales, en las referi«la8 escuelas.
La comunión en la misa de comunidad fué im*
merosíaima, pudieiido muy bien asegur¡us<« (pie
no quedó ni un solo niño sin acercarse al divino
liauquete.
1.a misa solemne la celcbrií el Kvdo. Sr. Dr.
D. Vicente E stadclla, celoso cura itárroco de
Sarria. Durante ella hizo un elocuente panegírico
del Santo el 11. P. Juan González, Superior délos
PP. Dominicos de Barcelona, el cual presentó á
S. Francisco como modelo acabado de perfección
«••ristiana y varón á medida del corazíín de Dios,
linciendo en modo especial resaltar las virtudes
HDe le«adomaron como ministro del Altísimo,
rirtades que más deben resplandecer en todo sa«5efdote.
l a música que se cantó en las funciones d é la
•isñana v de la tarde fué muy estjogída y bien
L. Bórdese. El sermón estuvo á cargo del R. Don
Miguel Polis Barbel-, Pbro. Profesor del Seniinaiio, el cual hizo un hermoso panegírico del
Santo Obispo, y grandes elogios de la luiriuitiva
obra del liumbre do Dios, Don Bosco.
Por la tarde á las cuatro y iiu m I Í ji se expuso e l
Santísimo, rezóse el Santo Rosario, Letanía y Estjicion ; despuíss eautó la Esccdaiiía <d Trisngio
Seráfico, y jmr último se liizo la reserva solemne
y Bendición.
por la.i tristes circmistaiicias de nuestra des
graciada Patria se suprimieron los htstojos jiublicos con los que se alburuzabau la gente menuda
y también la mayor.
Dios nuestro Señor nos conceda oli’o año moyore.8 Síitisfaciones; y que esta nuestra fiesta pa
tronal sea más completa haciéndola, como cunlia11108 . los beneméritos y celosos hijos de Don
Bosco. Amen, amen.
F ii l 0 !« Sal(M«iaiiOH tic Sevilla. — Turnamos
el siguiente suelto del nuevo y excelente diario
católico
Correo de Andalucía, que v ela luz en
dicha ciudad:
« Cou verdiúlcro entusiasmo y sat¡sfa<}cion in
mensa , damos cuenta de la fiesta celebrada pol
los reverendos Padres Salesiaiios en su nuevo
edificio en San Benito de Calatrava. Ayer, 32 de
Febrero, á las dos de la tarde nos encontrábamos
en el mencionado lugar, en cumplimiento de nues
tro deber como informadores, á la vez que im-.
pulsados por nuestros deseos de presenciar la
inauguración del local recientemente reconstruido,
cuyo terreno ha sido donado i>ur nuestro virtuoso
V sabio Prelado.
Paulatinamente fuese llenando de criaturas el
patío del (‘dificio, en el cual se ha levantado un
teatrito. hasta quedar completamente ocupado
|K>r distinguida concurrencia.
Una vez que el Exemo. Sr. AizobisiH) hubo lio*
— IOS —
gado, siendo recibido con grande entusiasmo á y ya están mny adelantados y cada día reciben
los acordes de la niarclia real; esmeradamente nuevos impulsos los trabajos para el G-ran Laza
interpretada por una do las tres completas bandas reto Nacional, obra iniciada, desarrollada y sos
creadas por los hijos do 1>. liosco, dióse comienzo tenida por nuestro querido hermano P. Evasio
al acto.
Rabagliati, abnegado ó infatigable apóstol de los
El ejomplnr director do las escuelas salesianas, leprosos, á quien éstos profesan el amor más en
don Pedro Ilicaldone, subióse al escenario del pe trañable y la gratitud más sincera.
queño teatro, desdo donde dirigió al público su
Las frecuentes relaciones que sobre esta Misión
autorizada palabra, dando al cielo gracias por los providencial <le los Hijos do Don Bosco en Co
divinos auxilios prestados, mediante la interven lombia hornos publicado y continuamos publi
ción de María Auxiliadora, para llevar lí cabo la cando en el B o l etín S a lk sia n o , habrán permitido á
obra cuya terminación se celebraba en aquel nuestros lectores formarse una idea aproximada
instante. Elogia el cariño y la esplendidez de los (lo la magnitud do diclia empresa. Con todo, no
cooperadores, á los (luo dedica frases 4I0 encomio, croemos fuera do propósito, para quo meior puedo
rogándolos (pío no desmayen en el camino em apreciarse la Obra y los aacrilicios que se imponen
prendido y sigan su propaganda, teniendo cu los Hijos do D. Bosco, reproducir algunos párrafos
cuenta que todo ('uanto hngaii por esos peque- del Informe oficial, quo sobro el l^nznreto do
ñueloB, crin«los donde la miseria y la corrupción C'iMiiralncioii lia mandado al gobierno del Detiene un palacio, Dios lo recompensará copiosa pai tamento (le Santander, con fecha del 3 de Mayo
mente. Pido á Dios les conceda elementos para último, el Sr. D. Alejo Pérez, visitador especial
fundar, no ya dos escuelas, sino sois ó más, que de dicho Lazareto:
falta y mucha lo hacen á Sevilla, pues no sólo
se ha da suministrar á los desheredados el pan
« Informó el Sr. Alcalde que con la venida de
material, sino que también ha do dárselos el pan
espiritual, formando así sus tiernos corazoncitus, los RR. PP. Salesianos y Hermanas de María Au
expuestos á graves contingencias ai se educan xiliadora, y las benéficas medidas de policía dic
con el ejemplo do ])cr8onas perversas que tanto tadas por esta Alcadfa, lia mejorado considerable
abundan por desgracia. Suplicando al exceleiití- mente la moralidad de la población, en términos
aimo y reveremh^imo Prelado dó su pastoral ben (jue hoy sólo existen en clase de detenidos nueve
dición, teriiiiiia su «liscurso, «lue si grande nos pa individuos, do los cuales tres son por delitos graves
rece por su olocuoiioia y hermosura, mayor aun y seis reos rematados j siendo de advertir que sólo
lo estiummiis por el entusiasmo y la fe con qxxe uno es por crimen perpetrado en ésta, porque los
otros cinco han sido remitidos por distintas auto
fuá pronunciado.
Después do un intermedio musical por la banda ridades por razón de encontrarse enfermos de
infantil, dió prijicipio un apropósito escrito por elefancía.
uno de los padres, graciosamente representado por
» Indiqu(5 a l Sr. Alcalde que á los que estu
los niños do la escuela, los cuales fueron muy
viesen en disposición, ya por su salud, ya por sus
aplaudidos.
Uopresentóse también la zarzuela titulada Los recursos monetarios, los obligue á construir sh
trasnochadores, la cual obtuvo una lucida in ter morada como medicla de policía para destruir
pretación por los infantiles artistas, <{UO consi la yngaucia , origen y causa de tantos males;
guieron deleitar á la concurrcucin, y uno de los atenidos á la ración diaria se ocupan do malgas
mncbachos entonó con inusitado gracejo una can tarla en bebidas alcohólicas que agravan su en
ción titulada
Carbonero,
fermedad, agriándolos el canicter más y más y
Mucho agradó esta parte del programa.
excitándolos á excesos quo los perjudican. Afor
Dióso fln á la tiesta con una súplica cantada tunadamente la venida do los Reverendos Sale
por la estudiantina improvisada {>or varios esco sianos quo tanto bien han bc'cbo y harán, pues
laros, que gozalmii do lo lindo llevando sobro sus con sus exhortaciones en el púlpito como en el
hombros disfraces tan ridículos y pintándose el confesonario, con su ejemplo y la ríjspetabilidad
rostro con corcho <|uema(b>.
do su carácter han modificado do una manera
A las cinco y media todo había terminado, y notoria los hábitos y costumbres anteriores, según
el público desalojó el local en tanto la banda informes.
tocaba un alegre paso doble.
Lo realizado ayer tardo por los reverendos
Examiné los útiles y objetos remitidos por
Padres Salesianos, es una tiesta liermosa á la vez el »Gobierno
á los RR. Padres y HH. Hijas de
que sencilla, cuyo recuerdo difícilmente se borrará
do la memoria do los pequeñitos educandos, para ^[a^ia Auxiliadora, (jue unos y otras recibieron
do gratitud y do reconocimiento; todo en
ios que constituyó un notable acontecimiento. » llenos
buen estado y al tenor de la lista remisoria. . . .
............. Tuve el gusto de trasmitirles verbalmente
C 0 I-0 2 S ¿ C B IA .
la orden que tenía del Gobierno de averiguar
escrupulosamente todo aquello que les hiciera
falta para hacer más cómoda ó soportable y en
liOSi H ilo s <Io H . B omco y lo s le p ro so s
mejores condiciones esa vida de abnegación y
lie C olom bia. — Conocidos son de nuestros anmdos lectores los trabi\ios llevados á cabo por desprendimiento, de amor y celo y caridad cris
ios Hijos de D. lb»scü en Colombia, y la grande tiana eu que con tauta consagración se dedican
y hcróioa misión que so han impuesto de iiaistir, al alivio de los desgraciados, al cultivo del alma
consolar en su inmensa desgracia y guiar hasta eu todas las virtudes y á la práctica de la reli
el cielo á los iuuumorablcs leprosos con que cuenta gión, fuente do consuelos y de esperanzas, qnc
aquella república. tal vez una de las naciones enjuga todas las lágrimas y <jue baj(Í def cielo á
del mundo más castigadas con este temible azote. la tierra con el Hombre-Dios, para volver do la
Dos son bosta la fecha los lazaretos que los Sa- ti(‘rra al cielo por las enseñanzas y prácticas de
lesianos é Hijas de María Auxiliadora regentan, los hombres de Dios. Y aquellas dulces cuanto
— 109 -
caritativas lierinauitas j y aquellos Venerables muchas úlceras que curar y muchas almas que
Hermanos tan llenos de unción religiosa y de ca encaminar á la Patria celestial} y se llaman íeridad cristiana, me aseguraban que su gratitud lices poique tienen vasto campo donde ejercer su
para el Gobierno era mucha por la manera como ministerio} y se llaman opulentas, y ellos también
los había acogido y hospedado en aquel lugar, opulentos, porque son muchos los desgraciados á
donde vivían llenos de comodidades, contentos su cargo á quienes tienen que socorrer. ¡Felices
y felices: qne tenían todo lo que necesitaban y almas, que han venido ni mundo con semejante
que antes temían que las muclnvs comodidades les predestinación, y más felices nosotros que pose
enervaran para el cumplimiento do sus sagrados yéndolos alcanzamos siquiera á comprenderlos re
deberes; y me aseguraba el Reverendo P. Gar- cibiendo el ejemi»lo de sus virtudes!
» Más (le úna vez insistí para «luo me dieran
barí, cuyos ojos dulces y expresivos se humede
cieron por la emoción que experimentaba, que él una lista de los objetos y utensilios que más falta
lo que ambicionaba para vivir y morir contento les hicieran, cumpliendo de esta manera las exy satisfcHiho era la vida do los desiertos, sin pan jiresas y terminantes (órdenes do mi Gobierno} y
ni abrigo ni lecho de descanso, armado con su fnémo preciso indicarles yo mismo nlgnnas do sus
cruz y su báculo de peregriuo, catequizando y necesidades quo saltaban á mi vista y tan sólo
conquistando almas para el cielo. ¡ Oh, qué her así pude obtener el ofrecimiento de quo me man
mosas veladas las que pasábamos des)mes de una darían la lista de aciuello más indispensable, la
comida demasiado frugal y hasta escasa, en un cual aún no he recibido, pero que trasmitiré al
ESCUELAS DE ARTES Y OFICIOS DE SARRIA (Barcelona).
cuartucho húmedo y reducido, alumbrados por
una vela de sebo mal oliente, en (lue la liiiica
mesa existente nos servía de comedor y ajiarador.
en donde confusos y amontonados yjiceu los pocos
utensilios de que disponen y sus escusas ]irovisiones y aun éstas para obtenerlas de los pueblos
circunvecinos les cuesta muchas dilicultades ! ¡ Y
estas son las comodidades que ellos temen que los
enerven jiara el cuiiipliuiieuto de su deber!
» Y esas hermanitas tau jóvenes aún, que re
nunciando al mundo y abrasjidas del fuego santo
del esposo amado, el Dios de amor y caridad,
abandonan su hermosa patria la artística Italia,
y atraviesan mares y escalau las empinadas sierras
de Los Andes hasta trepar por sendas escabrosas
hasta aquel último asilo de la desgracia, en donde
sin tregua ni descanso ruegan á Dios por el alivio
de los desgraciados y acuden solícitas y cariñosas
á sus lechos de dolor á curar sus úlc^eras y á beneñcíar sus almas con dulces palabras de amor,
consuelo y esperanza. Y' son ellas las que aban
donando jiatria, hogares y familia vienen á lla
marse íelices y basta opulentas en aquel desierto
lleno de incomodidades y (tre n te de recursos, tan
sólo porque hay machas lágrimas que enjugar,
.Gobierno tan luego como llegue,
: Tatito los HK. Padres como las KH. llormanas
me exigieron presimrara al Gobierno la expresión
sincera y reconocida de su gratitud, jior las atenI ciones y cuidados de que han sido objeto} y yo
I cumplo gustoso este dcbe,r, recomendándolos muy
I especialmetite, por ser RUiiiatn(;nte acreedores á
i las atenciones y gratitud del Gobierno y del país. »
t
j
C Ü I X .E
! I 'n a n o v o d a d . — La Union, diario de Val¡ paraíso, da cuenta á sus lectores, en los siguientes
• términos, de un j»aseo dado por los niños que
i frecuentan el Oratorio Festivo salesiano estable
cido en esta ciudad:
« Anteayer, 27 de Xbre, hemos tenido ocasión
de asistir á un csjK'Ctáciilo nuevo en Valparaíso.
; Como á eso de las 2 de la tarde una inmensa
¡ hilera de niños guiados jior los KR. PP. Salesíar
! nos. y encabezados ¡>or la banda de música de
sn establecimiento, se encaminaban hacia Playa
; Ancha para hacer una merienda en premio de su
asidua asistencia al Oratorio Festivo,
1 Tomaron parte á este pasco exclusivamente los
lio
nifMiH «•xt<TiM)>*, «'u Hu mayor parto vendedores
<lo ilinrioH ó poltladoroH en ;,njneral de la calle,
qtU‘ por ahora dan (pío hacer jt los guardias y
que más tnrd<*, nin auxilio do una mano benéfica
(pío los levante, darían sin duda que hacer á los
jm*ees.
A pesar 4I0 fodt> esto, era admirable ver el ordí'ti c«fii (pm seguían sus hiuiuldes estamlartea, los
cuales, entre los vivos «-olores «le nuestra baii<lera, llevaban impresa hv simpática oligio «le D«iii
Bosco, el aj/istol «le la niñ» z «-u este siglo y t'uii«hulor de esta obra tan bt-nélica para los hijos
del pueblo.
Sonthnos Sídamente que entro la universal acep
tación (pm tuvo estji pequeña demostración, haya
habido quien imputara á meztiuiudad de los «íirectores de la obra la pobreza de esos niños, sin
tener en cuenta «pie para todo esto los PP. uo
tienen otro recurso que la pro[>ia buena volun
tad y su «ispíritu «le sacrilicio.
Ooniiainos en que, reconociendo el verdadero
])atr¡otismo do la obra, muchos corazones nobles
y generosos protegerán su dcsairnllo, haciéndose
<Uí esto modo acreedores á la gratitud de la clase
p(d»ro tan numerosa en Valparaíso.
Poílemos asegurar que «ís o s niños recibii*án con
gusto toda uremia de ropa usada ó calzado vi* Jo,
para lo cual uo habrá más «pie enviarlo al di
rector del (jratovio Festivo. »
X’VJ^TL.XA .
H. S. liOÓii X I I I y In^s Obraü Saicsiaiiais.
— Futro las muchas pruebas de afecto y bene
volencia «pm el inmortal Pontífice León XIII
tiene dadas á la Congregación Salesiana, debe
contars«« como una do las más señaladas la audi(!noia concedida en Diciembre último á nuestro
veuevaudo Rector Mayor.
Casi seis años habían ya transcurrido desde la
última vez que el Rvdmo. Sr. D. Miguel Rúa
visitó al Vicario do Jesucristo, siendo ésto un
motivo mús pura que fuera recibido ímuediatamento y con mayores demostraciones de afecto.
Durante los tres cuartos de hora «pie duró la
nudieiicia. Su Santidad quiso enterarse minucio
samente del estado a«itual do nuestra Pía Socie
dad, (le nuestros niños, de nuestros Colegios, do
nuestras Misiones y del desauvllo admirable «le
la Pía Union de Cimperadores Salesiuuos. Con
cariñosas y muy lisonjeras expresiones León XIII
manifestó su Batisfucci«m por los pri>gresüs alcanwvdos p«»r las Obras Sah'siaims, y por las crecien
tes simpatías «pie en toilas partes so compiistnn,
eonm lo prueban las súplieas *pu« muchos Prelados
y Gobiernos «lirigen á la .Santa Sedo para obtener
fumhmionea Síilesinnas. Tuv«) también palabras
muy Imlagüeims pan\ las Misitmes Salesiauas,
cüujplaeiémlosü muclm del increnu-uto que han
tonia«lo en estos últimos aims.
Al retirarse, iuiestr«> amadísimo Superior impUm» uim bendición especialísiuia para sí, para
los Salesiam>s y niños «pm so educan en uuesiras
Casas, para to«las las Obras Salesiauas y pjua los
bencjm-ritos Co«»peradores Salesiaiuis. aecedieudo
benignamente el Padre Santo á esta petición.
; Qué el Señor se digno )>r«>lougar aun jmr largos
años la vida del imuortal Pontífice León XIII
ara gloria de Di«»s. bien do la Iglesia v pi-ovecho
e las Obras Salesiamw!
S
---------
1,‘im oslAnipn «lo io la . — Un penitente puesto
de rodillas ante el P, Claret, no pe«iía decir una
—
palabra por el llanto. Admirado el Padre le prc
guntó, qué le había movido á confesarse. —: Av
Padre_ m ío! — Ayer pasó V. delante de mi cas;)un niim le besó á V. la mano, y V. le dió nn:'
estampita. Dejándola él s«ii)re una mesa, salióse
á jugar con otros niños. Yo entonces por curio
sidad la leí, y ¡oh Padre mío! ¡qué impresiones
1110 causó ! Cada pahilua fue un «lardo que hirió
mi corazón; determiné mudar «le vida, y come
Dios se valió «le V. para convertirme, con V. h«pensado confesarme. Soy un gran pecador.
I je c to r n d e n o v e la n . — Durante una misión
que se daba en Marsclhi, una señora se dirigió á
uno de los padres «pm predicaban. Se presentó
con afectada cortesía y empleó expresiones extra
vagantes para saludarlo. Comprendió aquel qu«esta señora estaba acostumbrada á la lectura de
novelas y proílucciones seim-jantes; —Parece, se
ñora, «pie sois aficionada á bis novelas.
. — Ks «-•iertü, P adre: pero esta es para mí una
simple di8tra«!c¡un que no me hace.ningún mal.
— ¿Estáis segura, señora?
— Perfectamente segura, Padre.
— Está bien, pues entonces antes de leer uno
de esos libros, no dejeís de arrodillaros y decir á
Dio.s: Dios mío, voy á leer esta novela para agradaros; sé que en ella se encuentran malas doc
trinas, malos ejemplos y malos consejos; no im
porta, voy á leerla para cumplir las promesas de
mi bautismo, para trabajar por vuestra gloria y
por la salvación de mi alma.
— Pero, P adre, yo uo puedo hacer semejante
OI ación; eso sería burlarme de Dios.
— Xo, señora; si esa lectura es buena, podéis v
debéis bacer esa oración.
— ¡Pero... pi-ro. Padre!
— ¡Ah! ya comenzáis á comprender que «ista
Ie«;tura no es tan indiferente como os parecía al
principio. Dccidnu', Sra. ¿uo erais más piailosa
en otro ti«‘mpo que en el presente?
— Sí, Padio.
- i Y leíais novelas?
— Nunca, Padre.
— ¿Os ocupabais entonces con gusto en l««s es
tudios serios, en el trabajo útil, en buenas obras?
— Si, Padre.
— ¿Xo es verdad que erais entonces más pru
dente, mjÍ3 sumisa, menos aficionada al lujo v ú
los gastos superüuos ?
— Cierto, Padre.
— En otro tiempo ¿frecuentabais los sacra
mentos con más gusto y exactitud?
— :Ah! sí, Padre.
^“ ■ í*ucs bien, señora, nada más tengo que de
ciros; vos m ism a'habéis ctmiprendido cuán peli
grosa es una lectura t;m frívola.
F5n$aiBÍutos da I?, B m o
— Si por ventara viniex'a ;i vuestras manos
algún libro malo, arrojadlo al fuego; más vale
«iue el libro ó el periódico arda y se abrase en
el fuego de este mundo, que no el que pongáis
en peligro á vuestra alma de ir á arder y abrasars«* para siempre en las llamas del infierno.
— Debemos estar persuadidos de que cuando
vamos á couffjMiruus, en bus palabnis del sa«5erdote
escuchamos la voz de Dios, «jue pronuncia la sen
tencia de absolución ó do coiulenacion.
•— Elegid un c«>ufesor fijo y estable, y abriille
cada ocho ó «quince días todos los secretos de
vuestro corazón. 6 por lo menos una vez al mes,
como lo aconseja el Catecismo romano.
—
111
BIBLIOGRAFIA
NGTA. Para evitar pérdida de tiempo y gastos
inútiles, suplicamos encarecidamente á nuestros
lectores que para la adquisición de ios libros
que anunciamos en esta sección, se dirijan á
[as librerías que en cada uno de ellos se expre
san. — En esta sección anunciaremos ios li
bros de los cuales se nos mande al menos
un ejemplar, con tal que no se aparten de
los dogmas y moral católicos,
ICétotlo para enseDar bioii
el Catecismo. Obra útil para los Srea. Sacordutes y Miiostrus
(le escuela, por uu Sacettlott Saletiano. — 2.^ edic. Iiup. y
lib. Salesiuuas de SurriA (Ilarcelona). — U’7ü x>tas. cu rust.
y 1'25 eu tela corte eocaruado.
El
Con ningún otro ministerio se puede hacer ma
yor bien ú Jas almas que con el Catecismo cató
lico, decía el limo. Sr. Dupaiiloiip. Y, á la verdad,
nadie podrá negar que el estudio de hi religiou
es el más importante y el más necesario para el
hombre, y al que debe dai*, por lo tanto, prefe
rente atención en todo tiempo, como el que le
traza la vía y le sirve de norte para no desfalle
cer eu el camino de la vida, desterrar las tinie
blas que le cercan ó iluminar su mente con los
destellos de la luz increada. Mas i>ara que este
estudio obtenga su apatecido íiii, para que el
hombre pueda empaparse bien de las cuestiones
de vida ó muerte que en él se le proponen, ne
cesita de expertos guías q u e, coiiio de la mano,
le conduzcan sin tropiezos ni rodeos á la tan de
seada meta. A formar guías expertos, á propor
cionar á cuantos so dedican á la difícil, sí, pero
sublime obra de enseñar el catecismo á los niños,
normas prácticas y seguras de que valerse para
que su labor sea productiva, se endereza el pre
sente libro, pequeño eu su tamaño, pero lleno de
sabios y excelentes consejos y prácticos amaestiumieiitoa. Los capítulos que el autor dedica á exa
minar las cualidades que deben adornar á todo
buen catequista, el método que debe seguir eu la
explicación del catecismo y los medios de que
deberá valerse para hacerlo fructuoso, son, á
nuestro parecer, los más importantes de la obra
y loa que más la recomiendan : pues en í-llos el
piadoso autor, echando mano del tesoro de expe
riencia adquirida en su roce continuo con los ni
ños. y siguiendo ú los mejores autores eu esta
materia, explana estas cuestiones con no menor
acierto que sobriedad, presentando á sus lectores
medios útilísimos y prácticos, siguiendo los cuales,
ciertamente la enseñanza del catecismo obteudrá
sus apatecidos frutos. £ u vísta de est4i, no pode
mos menos de recomendar encarecidamente esta
nbrita. que está llamada á hacer uu gran bien
entre los que, dedicándose á la enseñanza del
catecismo , no pueden hacerse con obras volumi
nosas, pues en ésta se contiene cuanto pudiera
desearse, aun por los más exigentes.
L ectu ras Católica?.. — CUmeniina y He-‘
Toitmo de amor fiUaX son dos cuentos históricos
contenidos en el volumen del mes de Enero de
estas preciosas Lecturas de Sarriá. Refiere el pri
mero los esfuerzos de una piadosa señora para la
conversión de su hermano, y el segundo la abne
gación de un hijo que se sacrifica por el bienes
tar de sn familia. — Felicidad desconocida se ti
-
tula el volumen correspondiente á Febrero. En
forma de cartas y ejemplos que á un alumno sujo
dirige el R. P. Esteban Trione, desarrolla el im
portante asunto de la vocación religiosa, comoniendo muy sanos consejos sobre ella, exponiendo
la manera como se manifiesta, las dificultades que
á ella se oponen y la manera de solventarlas, Elibro muy apropiado para resolver eou aeierto i-l
asunto delicado que eu el so trata.
Recomendamos con tod*> encavecimienlo una
vez más á nnesíros lectores las L kctuh .as C ató
LTCAS. Eu estos tiempos en que la impiedad pone
eu juego todos los medios para desmoralizar ul
pueblo, nunca serán bastantes los esfuerzos do los
católicos y de las personas honradas para con
trarrestarlos propagando la buena prensa, que eel medio nuLs poileroao y del que más coinúnmcute
se sirven los malos para sus depravados fines.
Recordémonos de las palabras del inmortal Pío IX
el cual hablando de estas lecturas dij»): « No ha>
cosa más útil para promover é iufiam arla piedad
en el pueblo como las Lecturas Católieas. » S<jiublica cada mes uu opúsculo de más de 100 jniginas, costando la subscrij)cion á las de Sarria
(Barcelona) 2’50 ptaa. para España y :P50 para
Ultramar y Extranjero; y á las de Almagro (Buenos
Aires^, Bogotá (Colombia) y Nietheroy (Brasil),
en portugués. 1’50 ps. in n en la capital; 1’75 en
las provincia de cada República, y 1’25 ps. oro
en el Exterior.
C atholieum . — Es el título de una nueva
revista que ha empezado á publicarse, en Roma,
y do la cual es único representante eu España,
Portugal y .\méric!i del Sud la Casa de los Sres.
Subiruna, calle de Pueria Feirisa, 117, Barcelona
(£s¡niñaj.
CaíhoUcuut es una verdadera ilustración cientí
fica, arííslicn, aniueológica ó hisbirica, como sólo
puede publicarse en la Ciudad Eterna, museo in
comparable de las mayores grandezjis y maravi
llas eu los ramos (}ue acabamos de indicar. De
ello dan gallarda muestra los números que teiu^
nios ú la vista, eu los riutles son de admirar la
profusión do fotograbados, su rica ejecución, y
lo erudito del texto que los acompaña con firmas
de los más cojuiu-tentes crític»>s y lU'queóJogos
ibilianos. Se publica dos vet-e.s ul mes, y ofrc;ce
edición para Italisi. Kraiiciu, Inglaterra, Alomania
y España, eu el i«nüiim resp«‘clivo de cada una.
Se imprime con los caracteres de la Tífmgrafía
Vaticana bajo la censura del lidmu. Maestro del
Sacro Palacio, y ostenta eu su primera ))ágina la
siguiente valiosísima recomendación de León XIII,
al pie de un soberbio retrato <|ue le reprenta en
actitud de bendecirla: Episcopis caeterisijue buuarumartmm culioriltusopuseomniendamus. Leo X l l l .
El precio es de veinticinco liras en Italia y de^
treinta eu los demás puuio> de la Union postal*
Pocas veces se ha emprendido con mejores auspi
cios y con más brillantes comienzos una publica
ción de este género.
Para la celebración del Homenaje d Cristo, Bey de
los siylos, qne para el año próximo, último de la
presente centuria, prepara el mundo cristiano,
frente á frente de todos los ¡Kideres de la RevoIncion. hacíase indispensable uu periódico como
éste, qne indudablemente será de tales festejos
la crónica unís autorizada. S.^ snbscribe en dicha
Casa editorial.
— 312 —
¡I
Salesianos difuntos en 1898.
Pbro.
»
rró sp c ti) GaULiiiiri
(lahriMl G iulíuuo,
»
Moliiii,
»
N'uple,
»
Cele.'itiiio Pirula,
C arlos lioboiil,
>
Jos6 KontOiail,
>
» A lfredo Roiissel,
» Feliz Smirroue,
»
■ J u a n Turco,
» •Santiago Illanco ( érigo,
>
» iSantiauo Brnsa.
» Ju a n Hta. Coata,
>
V icente G iordani,
>
liicard o Lnque,
»■ J^oílro Maneo,
>'
Ju a n lita . P a stin elli,i »
b
^ P lin io Z ilio-G randi,
Coud,
>
Pw lro E n ría,
» J u a n Oarrouo,
>
» J u a n Milesi,
» A ngel líe sta ,
>
» M iguel líie c i,
>
•
H oque Z etti,
»•
»
»
»
«
*
>
A lm agro (B. A.)
B usto Ai'sizio.
L ila.
CoUu S iilv etti.
Lioii.
Trozz,o d ’Adda.
Puris.
>
M arsella.
T urín.
>
Rocoa Braua.
Im ula.
Ivrou.
V illa-C olóu.
Almagro (B. A.)
K iotheroy.
M arsella.
V alsálice.
'!'urín.
Spezia.
S. Benigno.
Je n isa lé n .
A lassiü.
T arín .
Cooperadores Salesianos difuntos.
Sra.
T eresa T ocorual — .Santiago (Cliile).
P a u la V. de Ibavrola — T acu b ay a (Méjico).
»
M uría M<ir<in de M artínez — Méjico.
»
O nudalupe M orales . . . . »
Sr. 1). J u a n li. de E e li a v u .....................»
M. 1. Sr. C auéuigo D. Jo sé P ila r O livares — Méjico.
Sr. D. M anuel S. C alderón — Córdoba (Méjico).
Kdo. Sr. 1>. Marcos H uesca . . »
»
Sr. E . M artín Jo sé V ota — J u u íu de los Andes (Ar
gentina).
Sra. D .“ A m alia Uouzdlez — S. A ndrés do E a n te (0 Tense).
S r. D . José M iguel T agl^ A íra te Abog. — Santiago
(Chile).
J n a n do la Cruz Monzón — S. F e lip e (Chile).
*
Santiago C arballo — Y uritagua (Veueznela).
S ra. D.® M atilde de Sandoval »
*
líd o . Sr. E. L uis P o rtav ella, Pbro. —liiba.s (Gerona).
Sr. E . Manuel K udiho V id al — P u en te Sam payo (Pontevetlra).
»
R osario M artínez
—
C aracas tVenezuela).
Sra. E .“ E olores N uisi
.
»
»
»
Isab el M edina .
*
»
»
E olores 1. do liiMulla . »
»
»
María A. de G av illa
»
*
S r. E . Dlínmeo Rumos
. . . . i»
»
> A rístides C. Pérez . . . » .
»
Rdo- M. Sor Teresa de las L lagas C astro
»
Sra. E.* Eominga Villuvuel — S. Martin (Argeut.).
Ghigl
Sr. E. Agustín Ghigliaíza
— Ltgón
Buenos Aires.
Sr. E. Jacinto Halan
Sra. E.* Antonia M. do Ca?ón
»
»
» Maiuerta Meabe ~ Corrientes.
Rdo. Sr. D. José M.** Orge, Párroco de Soutopenedo
»
Jnan de Eios l.ópej — Cádiz.
Sra. E.* Rosendo Parreño—*Valverdo del Camino
(Huelva).
»
Romana Feria . . •
»
»
»
Cayetana Viioaino
»
»
Sr. D'. Manuel Reina . . .
■
*
* Timoteo Sánchez — Oviedo.
» Pascual Favós — Lalucta (Huesea).
Exma. Sra. Marquesa de la Motezuma — Ronda (Jlá*
laga).
Sr. E. Francisco Lascuraiu
—
Méjico.
Sra. E.* Francisca Qnosada . . . .
»
Stta. E.* Carmen Berual y Pietlras . . »
Sr. E. Miguel A. de la Pascua — Zacatecas (Méjico).
Sra. E.* Enfeniia Manrique y Reina »
»
E xm a. S ra. D.* Concepción Baoh — Barcelona.
Sra. D.'‘ J u a n ita O nus — Vigo (Pontevedra).
*
E ste fa n ía A. de A nduaga — B ahía Bh-iuca.
*
F ra n c isc a F ern án d ez — G ranada (Nicaragua).
Sr. D. Ram ón de Z av ala y S alazar — Tolosa.
» A ngel C eretti — Mendoza,
lim o . Sr. i ) . A ndrés T o rrie lli — Montevideo.
Sr. E . J u lio P iñ a l, In g en iero —Méjico.
Sra. E.** T eresa A. de S ald au a — P atsuoa.
»
C a rlo ta V. de Barroso . .
»
>
G uad alu p e S ilv ia — Méjico.
»
C arm elita Triogo C arrera — S. Antonio.
S rta. E . “ T a id e Aiidrado — Palanca.
*
G uadalupe Oslo y del B arrio — Méjico.
Sr. E . A ndrés C osío y Gómez, P b ro .— Cosío (Santader).
> F rancisco Grafía - r C angas (Vigo),
Exorno. Sr. E . Jo a q u ín B otana — C arretera de Bayona
(Vigo).
Sra. E .“ F ern a n d a Yaíiez — C arreterad eB ay o n a (Vigo).
litm o . S r. E . S an tiag o E strd zu lu s — M ontevideo.
»
Sr. E . L orenzo C a p r a r i o .....................
»
Santiago C a x ir a r io .....................
»
Sra. E .* S ecu u d iu a G. de Ilu rm e n in
»
»
E olores de Saiim y . . . .
»
»
C arm en S i e u z a .....................
^
»
F e lic ia C o s t a ..........................
>
M aría Josefa V erde — P e ta re (Venezuela).
Sr. E . J u a n i '. B o lív ar . . .
>
»
» J u a n de E io s González
>
»
Rdo. Sr. D. J u a n Capiscrano — C h in ch a b a ja (Perú).
Sr. E . Lorenzo B arela — H o ja R edonda . .
»
»
C arlos L oyola
>
»
*
C arlos P ro u e tti
>
»
Sra- E.** M aría T ip ia n
»
*
»
O liv a G. de A quino — A sunción (Part^nay).
R da. Sor. B asilisa Rozalen, B en ed ictin a — Cueuc»
(Es]>aña).
Rdo. Sr. E . F em an d o Muñoz, Beneficiado
»
Sra. E .* Ana L u isa M iirc h a u t— L a V ald iv ia (Chilel.
»
M aría S á u o l i e z ........................................ SeviU».
»
E n riq u e ta d e l M a z o ...............................
*
»
F raiieisea C astro de P a re ja . . .
»
»
M aría L eg u in a de la V ega de H oz
»
»
C oneepcion P a s c u a l ...............................
*
Exem a. Sra. E .’vMaría d e l C arm en d o lla u o y D iaz »
Sr. E . P edro G a r c í a .........................................
»
>
Jo sé P a s c u a l .........................................
•
V F ran cisco Toledo .
.
*
Sra. D.'‘ P e tra E ía z — .Jerez (Zacatecas-M éjico).
»
Rosa J a r a de H erazo — Q u illo ta (Chile).
»
M ariana R eig V da. de B u taller — Baroeloofc.
Sr. 1). M anuel V iñas — Gerona.
'• José C abanach — Barcelona.
» (Gumersindo López P a rd o — E l F e rro l (Corulla)Rdo. Sr. 1). Arseniii Sacasns — Sarriá-B arcelona.
Sra. E-* Josefa E u ráu González — A racena (Hnelva)»
Sr. E . Ambrosio del H ierro y G arcía — U tie ra (Sevilla)'
Suplicam os encareoidam ente á nuestros heneméritoB
Cooperadores que no se olviden en sus cotidianos ejer
cicios do p ied ad de estas alnm s con quienes en vida
estuvim os unidos con ol vínculo de la cristia n a can
dad . Acordémonos de que la ca rid a d q u e usárem os cw
las b e n d itas alm as d e l P u rg ato rio , D ios dispondrá
que se use con nosotros después de n u e stra muerte.
Ig u alm en te les suplicam os que se s irv a n mandarnos
de la m ejor luauern y á la m ayor b re v e d a d posible ím
nom bres de algiíu Cooperador d ifu n to 6 miembros de
la fam ilia, p a ra in c lu irlo en e sta lis ta ó im p lo rar por
su alm a los sufragios de que ta l vez e sta rá neoMited*-
l^luy (leí caso fa e r a (|ue m an d aran a esta
redacción l a e sq n e la m o rtu o ria ; d e esta
m a n e ra se evitaría e l israve inconveniente
d e contar en tre lo s m nertos, com o mas
d e u n a vex b a su cedido con b a rto sen
tim iento nuestro, á qu eridísim o s C o o i ^
ra d o re s ()ae* g ra c ia s á D ioS f go za b an de
e n v id ia b le sa lad .
Paler, Ate Marta, B«piiem.
Cntprotie^de \t kiXañiii Eclesiutic». - G«mU: JOSÉGAIBO*
Almagro — L I B R E R I A S A L E S I A N A — Buenos Aires
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L a V ir g e n d e D o n B o s c o , ó maravi
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Ortúzar. .S a lo s r ín o ...........................b 0,15
N o v e n a d e M a r ía A u x i l i a d o r a , por
el R. P. Juan Bosco........................... b 0,15
R e r u m N o v a r u m , Carta encíclica de S.S.
León XIII, sobre el estado actual de los obre
ros. 15 de Mayo do-1891. . . b 0,10
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de los Católicos Argentinos . . b 1,00
D ie X I V A p r i l i s . Missa Sanoti Justini
M a r t y r i s ........................................... b 0,20
D ie X X V I A p r i l i s . Officium Sanctorum
Cleti et Marcelli, P. et M.
. . b 0,15
D ie X X V I l l M a ji. Missa S. Augustiní,
E. et C................................................... I 0,20
M is s a e p r o p r ia e sanctorum quae in archidioecesi S. Jacobi de Chile celebrantur
P r o p r i u m M i s s a r u m quae praetermissas
pro Hispania indultas in Ecelesia Mexicana
celebrantur.
; M is s a e p r o p r ia e sanctorum quae in Hispania celebrantur, cum supplemento pro dioecesibus Cathalauniae.
P r a e fa tio n e s sine canta per totum annum.
C a n o n missae.
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25
30
45
37
27
36
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badana negra, cortes encarnados . 55
70
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»
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. . 80
>
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