BS_1903_07

Ficha

Título
BS_1903_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1903
Fecha
1903.07
extracted text
^

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T e I am or al p r d jlm o t^ in o
d ( los m auorts y m ás fx c iI<nlc$ d o n ts q u t la divina
bondad putd< conceder i los
hombres

(S FsiUlC. deSaj^I

ANO XXIV — N. 7

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Q

O s recomiendo la n in e sy la
Juventud: cultivad con g ran ­
de esmero su e'ducacion cri­
stia n a; y proporcionadle li­
bros que la enseñen á huir dcl
vicio y á practicar Ib virtud.

{Pío!X)'

(Redoblad v u estras fucrias
t fin de a p a rta r * la nmes y
luventud de la corrupción é
incredulidad, y p rep ara r asi
una nueva generación.

(Lz6)i Xlll)

Si

PUBLfCAQION MENSUAL

8IT9CASIO — S a lv e B e g i u a ............................................paj;. IdO
Fiestas y T rinnfos de ^ a r ía A u x ili a d o r a ............................170
Primer dia del Confrreeo......................................................................173
Sefrundo dta dvl C o D fr r e s o .......................................................
37B
Tercer día d el C o n g r e so .....................................
1):>0
Aatdgrafo qae León X I I I d irige á Don K n a ...................... 134
El gran dia, Coronación de 2£aria A u xiliad ora . . . .
189

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ITAUA^

JULIO de 1903

A los uiD os: D io s á b o r d o ............................................................ 195
XUKSTuoe GieAHAtxis. — S. E . e l C anl. R an ip olla— Salida de
los Obispos y Preladne del Congreso — A la tum ba de Don
Bosco — In terior del Santuario de H . A . — A sociaciones
católicas — Di-sQle de Iu.s Obispos — L a Coronación do la Ea>
tatú a — La salida de la I g lesia — L a Proooaión.

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el colmo del refjocijo, que puro inunda nuestras almas, brota del labio espon­
tánea, tierna y entusiasta la salutación: ¡Salce Regina!
Orla ya tn cándida frente preciosa corona; tus sienes centellean con el brillo
de los diamantes y del oro, que las ciñen. Si siempre tu rostro fué sol de belleza á
los ojos de tus amantes hijos, hoy alborozados y extasiados te contemplan más
bella y graciosa, como aurora luciente de un día más belloLos pueblos acuden piadosos á visitar tu morada, atraídos por el imáu de tu
bondad; vienen á postrarse á tas pies, á invocar tu nombre y á decirte ¡Salve JEUg'xm! Tus bondades han llenado la tierra y tu nombre lo bendicen las almas todae,
por que has querido llamarte y ser su Auxilio.
Cobíjalas todas bajo tus alas de Madre y bajo tu manto de Eeina. Conserva
á los hijos fieles, y conduce hacia la casa paterna á los hijos pródigos, y de todas
las gentes se forme en la tierra un solo redil y nn Pastor solo. Y juntos, unidos,
postrados á tus plantas, se eleve de todos los hombres hácia tu trono un grito de
paz y de amor. La tierra y el cielo acordes por siempre te canten: ¡Salce Regina!

— 170

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Y TRIUNFOS

^ DE MARIA AMIMAD@1A
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A manera de introducción.

cristo, al inmortal León X III, que si hoyen
el mundo es el alma de todas las obras gran­
Sea ante todo mil veces bendecida des, de todos los planes sabios, halo sido en
nuestra Madre y Señora, María Auxilia­ modo especial de nuestro Congreso, y causa
dora, que durante estos días de santo re­ líriiicipal del santo alborozo que dejó eu
todos la Coronación de María Au­
gocijo y de grandioso triunfo ba conce­ nosotros
xiliadora.
dido á nuestros corazones gustar tantas
A É l , faro luminoso de la Iglesia de
alegrías y concebir tantas esperanzas. Cristo, al Santo Anciano del Vaticano, al
Eternamente sea ensalzado su bendito sapientísimo León X III, el homenaje de nues­
tra eterna adhesión, de nuestro filial amor.
Nombre.
Rendidas gracias también á los Emmos.
Las fiestas han pasado ya, como pasan Cardenales,
y Exemos. Prelados d éla Iglesia,
todas las cosas humanas, pero han dejado que ó con su presencia honraron los festejos
en las 200.000 personas que á ellas han ó mandaron su cortés y viva adhesión; íi
tomado parte emocioues duraderas y re­ los miembros de la J unta E je c u t iv a del
que con tanto desinterés y tesón
cuerdos indelebles; han pasado dejando Congreso,
han trabajado por el buen éxito de la asam­
tras de sí un rastro luminoso de lecciones blea: á la Comisión de piadosas Señoras,
divinas y de alegrías inmensas, han pa­ alma y vida de las fiestas á María Auxilia­
sado en el ciclo del tiempo y viven en dora, y eu fin á todos los Congresistas y
Peregrinos que han coiicnrrido al triunfo de
los corazones.
Virgen de Don Rosco: á todos, nuestra
Pretender ahora describir con toda su la
eterna gratitud; do todos conservaremos eterno
sublime belleza, con todos sus mágicos y grato recuerdo.
La Solemnidad de la Coronación Pontificia
atractivos, con todas sus tiernas escenas,
<;on toda su regia maguiñcencia estas do la Sagrada Imagen de María Auxiliadora,
auimciabamos en los pasados números del
Restas, es pretender una cosa imposible; como
B oletín , debía ser precedida por el IIP '' Con­
sería menester reunir en uno los senti­ greso Internacional de los Cooperadores ISalesiamientos de los miles do corazones que nos, como una preparación, un triduo para
palpitaron conmovidos al presenciarlas, tan grandiosa fiesta. Por más que el tiempo
sería preciso una palabra que en voz de de preparación era relativamente corto, pues
se comenzó á dar noticia tres meses antes,
describir pintase, que en vez de pintar sólo
se pusieron enjuego toáoslos medios posibles,
animase lo que expresa; nos ceñiremos para obtener un fídiz resultado. Se hizo recurso
sólo i\ narrar en fría y quizás cansada á la prensa, á la propaganda, á la emulación y
crónica, los rasgos principales de este sobre todo á la caridad de las almas generosas,
partea hallaron eco nuestras propuescuadro, que bien merecería un pincel yen ytodas
deseos, y gracias á la actividad y á la
maestro, si posible fuera pintarlo. Supli­ unión de todos, resultó digno preludio de la
camos á nuestros lectores nos sigan pa­ fiesta de la Coronación y digno compañero
cientes hasta la última línea, y perdonen del Congreso de Bolonia y de Buenos-Aires.
Constituyóse en Turin una Junta de per­
si, contra nuestra voluntad, no llenamos
sonas caritativas ó influyentes, que se-die­
MIS deseos,
ron con ahinco y desinterés al trabafo de
preparación y i>or medio de circulares y,conPi'epnmtivos.
fereiicias extendió bien pronto la noticia por
Sea nuestra primera palabra un himno de todos los ángulos del mundo.
íímtitud y amor al Santo Vicario de Jesu­
Una Comisión de entendidos Ingenieros

tomó ó su cargo la jíreparación del local del trasformado por una Comisión de peritos in­
Coügreso y délas tribunas de la Iglesia para genieros en salón de actos para el Congreso,
li fiesta de la Coronación, y alcanzó asimismo capaz de dar. cabida á. 2001) personas. La so­
de las Oompafiías de ferrocarriles italianos bria y elegante decoración de listas y florones
afla considerable rebaja de precios para los de oro en fondo blanco;, las tres galerías ta ­
pizadas con festones y colgaduras de teroioCongresistas y peregrinos.
Una J unta d e piadosas Seuoeas se es­ pelo encarnado; las plantas y flores que el
tableció para recoger fondos con que comprar gusto y el arte distribuyó acá y acullá en
las coronas; al llamamiento hedió á este fin, varios sitios del salón, le prestan un aspecto
respondieron con generoso de­
sinterés las damas más distiujuidas, contribuyendo quien
con dinero, quien con diaman­
tes y perlas, quien con sus joyas
]iara adornar las coronas.
Un trabajo tan activo, tan
enérgico, tan desinteresado no
podía menos de recibir do Dios
gracias y bendiciones y obte­
ner frutos excelentes; el resal­
tado sobrepujó á las mismas
esperanzas.
Dorante los días que prece­
dieron al Congreso, el Oratorio
de Yaldocco presentaba un
curioso espectáculo; diríase que
aqnella pacífica morada de los
hijos de D. Bosco se había con­
vertido en una de esas casas
de tráfico y comercio, en que
el movimiento y el trabajo ri­
valizaban con la alegría. Se tra­
bajaba con ardor, sin descanso,
de día y de noche, se trabajaba
ron placer, por que todo so hala Madonna: la Virgen
era en aquellos días el argamento de todas las conversa­
ciones, el afecto de todas las
almas.
£n la plaza que se extiende
delante d é la Iglesia se prepa­
raba la ilumimación. La fachada
luz eléctrica y el resto á va5itos de cristal de colores.
El interior del Santuario está
i-^A:orado con seriedad, i>ero con
Injo. Las columnas y barandilla
de la cornisa superior y de la
cúpula están todas tapizadas
S. E. el Cardenal Rampolla,
de damasco rojo con dibujos
Secretario
de
Estado
de S. S. y Protector de los Salesianos.
de plata, y los arcos del altar
mayor y de las capillas adoriiados con graciosas colgaduras de terciopelo de solemnidad y de alegría que al mismo
de varios colores. Catorce arañas de luz eléc­ tiempo que recrea, produce impresión y respeto.
trica convierten por la mañana y por la tarde En las paredes del piso bajo se hallan escritos
en nn mar de luz la elegante iglesia. Dos en cuadros de fondo encarnado con letras do
grandes palcos se levantan en los brazos de oro los nombres de las naciones donde hau
cmz griega que forma el santuario, cor­ establecido su morada los hijos de D. Bosco.
tinajes y festones azules y encamados cons- El escenario, convertido en elegante tribuna
de la presidencia, todo tapizado de terciopelo
titayen su adorno.
,En los vastos patios de la casa todo res­ presenta en su parte alta un finísimo me<i»pira movimiento y alegrm; en todos se di­ Uón con la simpática y veneranda figura ele
León VTTL I a dulcísima y amable figura do
buja el regocijo y la esperanza.
£1 ámpíio téa¿o con sos tres galerías fué D. Bosco de tamaño natural, copia del mo-

— 173
iinmonto de Oastelimovo, se destaca en el
fondo en medio de flores y ramos.
El frontispicio de la tribuna tiene una
liennosa inscripción eu italiano debida ó- la
artística pluma del P. Francesia: está cou^
cebida en estos tenninos:

A Vosotros
Que amor de Religión y amor de Patria
Reúne en este lugar
Se eleve un reverente aplauso
Con la esperanza de feliz augurio
Mientras los Salesianos de uno y otro Polo
Tendrán en vosotros fijas sus miradas
Escucharán vuestras óptimas y sabias palabras
Y mejor instruidos y más fortificados
Procurarán con la oración y con el trabajo
Salvar la juventud pobre y desvalida
’mplorando de la Augusta Auxiliadora
Especialísimas beñdiciones.

vibrará también la voz potente del aposto
lado católico aclamando al Vicario de Jesu
Cristo, que bendice el Congreso como pre­
ludio de la Coronación de María Auxiliadora
La mano bendita y piadosa del Bmmo
Cardenal Arzobispo de esta diócesis en nombre
de tí. S. León X III, pondrá sobre la frente de
la augusta Imagen la preciosa corona, perc
antes se elevará hasta el trono de María Au­
xiliadora, como perfume de flores, como
triunfo de luz, como armonía de acentos, la
voz de este Congreso, que es el himuo dr
vuestra gratitud, beneméritos Cooperadores,
que vosotros alzáis por las gracias iunume-

Los otros locales del Congreso se estable­
cieron en la Iglesia de tí. P'iancisco de tíales,
c.onvertida en salón do Exmos. Prelados; en
los vastos salones provisionales (jue ocupan
gran parte del patio del Oratorio festivo:
sirven 6st;08 de Secretaría, servicio médico,
salas do secciones etc. etc. En íiu todo fué
dispuesto con singular orden y previsión. Y
gracias al servicio cortés y puntual y á la
buena organización del conjunto, no tuvo que
lamentarse ni l<a míis mínima desazón, ni el
menor desorden.
U\ü \n afjaüdja ú sus Itut^speiles.

Encontraron en la bermosa y noble ca­
pital del Piamonte grata acogida y tino liospedage los (pie á ella vinieron para tomar
parte en los festejos. Tarín se dio toda en
aquellos días á festejar ji sus Imésiiedes y
asimismo la autoridad pública se inostvo
cumplida, abriendi» á los conenrroutes los mu­
seos y momimeiitos de la ciudad y prestando
todos los servicios noot'sarios á su c,oinodidud.
El excelente diario r/ta /'u lí^alo-Corriere
Xoj:iom¡e dirigió á los Congresistas un tierno
saludo en nombre de la ciudad de Tarín, que
bien merece reproducirse:
•« Con el himno do un pasado glorioso que
peínete un porvenir maa lialagUeüo y grato,
Turíu os saluda con fraternal regocijo, Coo­
peradores Salesianos, que aquí venís de todas
las iwrtes de lü ü ia y del niuudo á tomar
pjirte en su santo júbilo: Tarín os aclama
reapetnosainonte con íllial afecto, Principes
de la Iglesia y Prelados insigues, que con
vosotros traéis el honor augusto de vuestra
autorizada palabra y el fausto auspicio de la
boudieióu paterna, Eu el Congreso resonará
el eco de cieu pueblos y la armonía de miles
de uluu\s que se rcuulráu i>or algunas horas:

Salida (lo loa Obispos d(jl Congreso.

rabies que María os ha obtenido, para exal­
tación do la tíanta Igl(isia y salvación de hvs
almas; para bien de la sociedad civil por
medio (leí incomparable 1 ). Bosoo, de su ad­
mirable Sucesor Eou liúa y de la gran Fa­
milia Salesiaua.
Turíu santiuueute orgullosa del üonor y
del beneficio, que en ella redunda por la afluencia de tan ilustres ai>óstoles y Coopera­
dores d(isde todas las partes del mundo á la
cuna de la Sociedad Salesiaua, os saluda y
os da gracias con férvido entusia.smo, ilus­
tres Congrt2SÍstas. Aceptad pues, sns afectuosos
obsequios y saludos como prenda de feliz
augurio y de nuevos triuufos, que i>or medio
vuestro adornarán más y más la corona do
María Auxiliadora.
Los UustríshHos Prelados.
Muchos y muy ilustres Prelados de la

173 —
Iglesia acudieron gustosos al limnilde llama'
uTieuto de los Hijos de D. Bosco.
Participaron del Congreso y fiestas los
gigQieiites.
Los Emilios. Cardenales, Agustín Biehelmij, Ar­
zobispo de Turín.
Domingo Svampa, Arzobispo de Bolonia.
Andrés Feri'ari, Arzobispo de Milán.
Los Excmos. Arzobispos de
Vercelli, Mous. Lorenzo Pauipirío;
lie Viterbo, Mons. A. M. GrrasselU;
(lo Claudiópolis, Mons. Juan B. Bertngna.
Los Excmos. Obispos do
Alba, Mous. J. Re.
.\lejaudria, Mous. José Capocci.
Asti, Mous. Juciuto Arcáugeli.
Bielln, Mous. José Gamba.
Bobbio, Mous. Pascual Morgauti.
Chiavari, Mons. Fortunato Viuelli.
Ceneda, .Mons. Sigismundo Brandolini Rota.
Como, Mons. Teodoro Valfré de Bouzo.
Concordia, Francisco Isola.

Cúneo, Andrés Fiore.
Fossano, Mons. Emiliano Manacorda.
Garzón (Colombia), Esteban Rojas.
Ivrea, Mons. Mateo Filippello.
Mágida, Mons. Juan Cagliero.
Mondoví, Juan B.. Ressia.
Noto, Mons. Juan Blnudini.
Novara, Mons. Matías Vicario.
Pésaro. Mons. Carlos BoiiaiiUi.
Pineroío, Mons. Juan B. Rosso.
Pontrémoli, Mous. Autuuio Fioriui.
Potenza, Mons. Ignacio .Moutevisi.
Saluzzo, Mous. Juan Obcrti.
Siu'zann, Mons. Juan Cnrlí.
Tiberíades, Mons. Luís Spandre.
Urbauiiv, Mous. Antonio Valvonosi,
VentiiiiigUa, Mons. Ambrosio Diiffra.
Vültcrra, Mous. José Galli.

Además de estos Excmos. Señores Obispos
asistieron numerosos prelados domésticos,
canónigos y dignidades: durante el Congreso
se dió lectura á centenares de telegramas de
adhesión de Cardenales, Obispos y personas
distinguidas de todo el mundo.

Primer dia del Congreso
La maüana del día 14 de Mayo con toda
h pompa del rito y la soleiiiue majestad de
Jas sagradas funciones, se celebró eu el San­
tuario de María Auxiliadora á las 7*¡2 con
la asistencia de casi todos los Congresistas,
Señores Obispos etc. la función de apertura
del Congreso. El Emmo. Cardenal Svampa
celebró la Santa Misa y la iSchola cantoirura
del Oratorio dirigida por nuestro inteligente
Maestro, el Caballero José JJogliaiii, que si
siempre ha resaltado por sus dotes musicales,
ea estos días ha puesto á prueba su táctica
y su genio, cantó im Tota Tulchra de Perosi
y una Salve Regina de Aiitolisei.
La Comunión fiió ferviente y numerosa.
Terminado el Sto. Sacrificio, el pueblo cantó
el Veni Creator y el Tantum ergo, y el mismo
Emmo. Sr. Cardenal dió la bendición con
S. D. M., como preludio santo y prenda di­
vina del buen éxito del Congreso, que todo
él debía ser para su honra y gloria.

S e sió n P r im e ra .
A las 9,30 la banda del Oratorio salada
con sus acordes á los Prelados que entran á
dar comienzo al Congreso. £1 palco de la presidenzia presenta un aspecto imponente: los
Emmos. Cardenales liichelmy y Svampa, ro­
deados de nnnierosos Excmos Arzobispos y
Obispos dan á la asamblea una particular
uiajtstad.
£1 Exemo. Cardenal Svampa reza la ora­
ción de apertura. El Exemo. Cardenal Ri-

chelmy pronuncia el discurso inaugural:
« Jesús Sacramentado, M aría, el Papa son
los tres amores de la católica T uríii, en l a .
cual por disposición de la divina Providen­
cia tuvo su cuna la obra de aquel gran Sa­
cerdote, que sentía en sí mismo profunda­
mente estos tres amores. La ciudad del Smo.
Sacramento (1) hoy, vigilia de las fiestas cincuantcnaria.s del gran milagro, hospeda esto
Congreso Sale.siano.
No hace muchos años que so celebró en
Turiu un Congreso Eucaristico, i)icin4i'ado
por la actividad de Mous. Riccardi, que des­
pertó tanto en esta ciudad, como eu todo Píemonte nuevo y ardiente amor á Jesús, y que
fué una de las grandes luanifestaciones de la
acción católica al expirar el siglo X IX y
aparecer el veinte. Vino después el Congreso
Mariano que fué un verdadero triunfo de
la piedad do Turín y de Italia. Hoy el Con­
greso Sale.siano puede gloriarse de ser á la
vez Eucaristico, Mariano y de Acción Cató­
lica, y estos son é, mi parecer las tres notas
salientes de este Congreso. Be ha inaugurado
á los piés del Smo. Sacramento y nii Príncii>e de la Iglesia á El h a consagrado esta
mañana las almas de todos: D. Bosco además
(1) E l d ia 6 d« J u n io d e 1453 se ebró eu T u rín tm
estrepitoso m ilag ro . Unos lad ro n es llev ab an á cuestas
de o u jo m e n to algunos vasos sagrados robados en
Tina, ig le sia v ecin a; de p ro n to el ju m e u to cae, el sa c ó se
deshace j u n a custodia con la sag rad a H o stia se elev a
a lto con m a ra v illa de los círen u stau tes. E n el lu g a r
se h a erig id o u n a m agnifica Ig lesia, y T a rín es lla ­
m a d a con e l honroso títu lo de Ciudad del Sacramento,

— 174 —
filé gran propagador de la devoción á la San­
tísima Eucaristía y de esa fragua de forta­
leza y amor sacó él sus fuerzas y á sus piés
van a buscarlas sus Hijos.
Es Mariano este Congreso; lo celebramos
aquí á la sombra de su Santuiirio, en vísperas
de coronar la fronte de su augusta Imagen
con preciosa corona, en vísperas de una ñesta
á María Auxiliadora, que en labios de los
Salesiauos pronto recorrer/v el mundo. La Co­
ronación es moralmente el objeto del Con­
greso , y por medio do él la devoción á la
Virgen Auxiliadora, que forma ya la fuerza
y la delicia de los Saiesianos, se encenderá
más y más en sus corazones.
Es Congreso de Acción Católica. Los Hijos
de Don Bosco han oído las palabras del
sabio León X III ó interpretando sus de­
seos se ban liecbo los amigos del pueblo,
lío hay otro fin en este Congreso que el
de desplegar con todas nuestras fuerzas la
acción popular católicii, la santa democracia
cristiana, á la que en estos ó en los futuros
tíeiniíos está reservada la deünitiva victoria.
Dénios, pues, gracias rendidas á Jesús, á
la Madre del Buen Consejo (1) que el Papa
quiere que invoquemos. En estos instantes
nuestros pensamientos dirijámoslos al Vati­
cano y antes de dar principio á los trabajos
del Congreso enviémos un saludo filial y afectnoso ul SiUito Anciano de Boma, y después
de haber dado gracias á Jesús y á su San­
tísima Madre pidamos su Apostólica Bendi­
ción.
La Presidencia leyó el siguiente telegrama
dirigido al Sumo Pontífice:
Beatmmo Padre: Cardenales, Arzobispos,
Obispos, Prelados, Don Miguel Púa, idal^ianos
y Cooperadores d¡e varias partes del mundo reu­
nidos en Congreso d la sombra de Matia A u ­
xiliadora, cuya prodigiosa Imagen será en estos
dias coromida á nombre Vuestro, iniciando tra­
bajos, dirigen humildemente d Vuestra Santidad
su primer pensamiento , homcMje de profunda
veneración, adhesión invencible, obediencia ili­
mitada, suplicándoos bendición especial Congreso,
para que providencial Obra D. Bosco, recavando
de esta asamblea
y más fecunda energia,
se extienda siempre más en el mundo, para ineremento de Iglesia^ salvación juventud y rege­
neración rWsfwtm.
Cardenal IUchblmt .
Frenéticos aplausos coronan el discurso del
Emmo. Cardenal y la lectura del telegrama.
Carta del Cardenal RampoUa,
Se da lectura de innumerables adhesiones
de Cooperadores, y ante todo de la carta del
Smmo. Cardenal HampoUa, que la bondad
(1) KI S anto P adre h a decretado reotentem ente que

aa la L etan ía L a u re ta u a deepnée de la inrocacxdn

Ifa tc r ad«trdktlí« se afiada la de iía te r hoai C<m#t7(í.

del Santo Padre no« ha dado como protector
de Xuestra Pía Sociedad, en sustitución del
inolvidable Cardenal Parrocbi. La carta está
concebida en los siguientes términos.
Reverendísimo Señor:
He acogido con sin igual placer la noticia de
que dentro depocos días se reunirá en Turín ei
Tercer Congreso General de Cooperadores Salesianos. E l vinculo especial que desde hace poco
tiempo me U7ie al benemérito Instituto de Don
Bosco, me haría desear hallai'me presente á la
asamblea : pero circunstancias especiales ho me
lo permiten. Ro obstante me halaga la noticia
de que el Congreso sei’d kom’ado con la presencia
de cuatro Enimos. Cardenales, Colegas míos y de
muchos Revei'endísimos Obispos. Tengo por tjuífíl
decir que hago votos por el buen éxito ; la San-

Salida de los Prelados del Congreso

tísima Virgen Auxilio de los Cristianos, cu
Imagen será solemnemente Coronada al f n ¿et
Congreso, es la mayor prenda de pi'otección.
Con sentimientos de distinguida estimación
tengo el honor de repetirme de Vuestra Reve­
rencia
Afmo. en el Señor
Mariano , Cardenal K ampolla.
Biscurso del Exorno, Sr. Don Luis Spandre,
Presidente de la Junta Ejecutiva del Congreso
En nombre de la Ju n ta Ejecutiva del Con­
greso cuya presidencia han querido encarga)*
á mi pobre persona, me permito dirigir á
todos ana palabra de gratitud y de siípli»« Sean tributadas ante todo rendidas gra­
cias al Señor, que con su infinita bondad se
ha complacido en coronar la Obra Saiesiana
con un éxito tan consolador.
» Después de Dios damos todas las gracias
á Vos, Emmo. Cardenal líichelm y, que no
sólo os habéis dignado aceptar la presidencia

175 —

honraría del Congreso, sino qne con todas
vuestras fnereas nos habéis ayudado siempre
para llevarlo á cabo.
» A Vos, Emmo. Cardenal Svampa, se dirige
luego nuestra gratitud, que toda nos repre­
senta aquí la hermosa Bolonia, que tuvo el
honor de hospedar el primer Congreso Inter­
nacional de los Cooperadores Salesiauos. Vos,
Emmos. Cardenales, no sólo honráis con vues­
tra augnsta presencia el Congreso, sino que
nos hacéis sentir más de cerca la bendición
y la vida de Nuesti’o Santo Padre, León X lll.
> También damos gracias en modo especial
á los Excmos Prelados, que de diversas partes
han venido aquí para representar
la adhesión de sus diócesis.
« Damos asimismo gracias á la
Junta, qne con tanto ardor y de­
sinterés se ha ofrecido á trabajar
por el buen éxito del Congreso.
» La súplica, sea dirigida á la
angusta Madre de D io s, María
Auxiliadora, bajo coya sombra ma­
ternal nos hemos reunido. Bendiga
Ella nuestros esfuerzos para que
coronemos nosotros su augusta
frente.
Mon8. Carpanelli, representante
de Bolonia presenta un férvido
saludo al Congreso de Tarín en
nombre de su patria, que tuvo el
honor de presenciar el primer Con­
greso.

Expresa su satisfacción de que el Congreso
se celebre á la vigilia de la Coronación, y
exhorta á que todos den rendidas gracias á
María Auxiliadora y ruegtien paiii que el
Congreso sea uua digna preparación para las
tiestas.
Se oonotitupe el doftpacho de la Preaidencio-,
El P. Auacleto Trioue, relator del Con­
greso, lee la coustitución del Congreso:
Presidente JJonorano: Eimuo. Cardenal Agustín Richeliny, Arzobisim de Tnrín.
Presidente Efectivo: El Kdísimo. !Sr. Don

■nfi

Alocución de D. Búa.
D. Riia con la sencillez, que lo
es propia, expresa su gratitud y
su alegría á los Congresistas : hace
suyos los sentimientos de ios ora­
dores que le precedieron y de­
clara que en nombre de los SaLos Prelados ú la tumba de Don Bosco en Valsallce.
lesianos se declara altamente hon­
rado y dichoso con la presencia
de tantos Cardenales, Arzobisiws y Prelados Miguel R úa, Superior General de los Saley de tautos Cooperadores j estmra que este siaiios y Cooperadores.
Presidente de la Junta del Congreso : E \ Ex­
Congreso producirá inmenso bien y servirá
para ensanchar el cami>o de las obras Sale- celentísimo Mous. Luís Spaiidre, Obispo de
aiauas. Expresa su alegría al pensar que en Tiberíades y Auxiliar de Turín.
Vioe Presidentes: Barón D. Antonio Manno;
aquella Asamblea reina vivo el espíritu de
nuestro Padre D. Bosco, pues eu ese mismo Marqués de Sassoli-Toinba; Marqués de Vülagar él le había dado principio y eu el mismo leneuve de Marsella; D. Manuel Pascual y
le continuó con la ayuda de la Sma. Virgen Bofarnll, de Barcelona; Dr. D. Francisco Cery con sn protección había alcanzado tan ex- r u ti; Mons. Alpi de G orizia; Dr. D. Pablo
pléndidos trinnfos. Describe la conversación Albera, Visitador de los Salesianos en Amé­
qne tuvo con Su Santidad cuando el invierno rica y Mons. Santiago Carpanelli.
Secretarios: D. Abundio A nzini; D. Félix
pasado faé recibido en audiencia particnlar,
y la alegría qne se pintó en el semblante del Gane; D. Ju an Viola.
santo Anciano, al saber que se celebraría este
Congreso. Aquí hablaremos, añade, de los Discurso del Exorno, Cardenal Svampa.
obreros, de la jnveutud, de las Misiones, (y
D. Rúa invita al Emmo. Purpurado á que
no son estas cosas todas las qne más ama el
Papat E l dar un consuelo al Papa, es el dirija su elocuente palabra al Congreso, y es
mayor consuelo que pueda tener na católico acogido con una salva de frenéticos aplausos.

— 176
Beouerda el 1®' Congreso Salesiano cele­
brado en 8u ciudad do Bolonia eu medio del
más vivo entusiasmo, j espora que Monseñor
Cagliero los dé noticias del 11" que se ce­
lebró en Buenos-Aires. Aliora, decía el Em i­
nentísimo Cardonal el lionor pertenecía á
Tiiríii, la ciudad insigne por su caridad,
donde en el curso del pasado siglo brillaron,
por sus beróicas obras y por sus virtudes
tros perlas de la Iglesia: üottoleiigo, B. Oafasso y 1). Hosco. Convenía al decoro de Tarín
<iue el 111*»^ Congreso se celebrase en ella.
Los Cooperadores Salosianos presentan el
aspeóte de tina gran familia, reunida en el
nombre simpático de 1>. Bohco y bajo las alas
maternas de María AuxilijulíU’a. Esta familia
hoy so extiende del uno al otro polo por todos
los ámbitos del mundo, y para conocerse y
hablarse necesita de cuando en onaiido reu­
nirse para despertar y desarrollar sii benóllca acción. Todas las obras bumanas iiecesittiü de algo que las anime y de cuando eu
cuando las realce; por esto es mone.stor rea­
nimar el fervor y el celo entre los Coopera­
dores Salosianos; tanto más, cnanto los acon­
tecimientos sociales que hoy conmueven el
immdo, requieren ima acción más enérgica.
Se trata, irnos, de hacer revivir en todos el
espíritu según el santo ideal de Don Bosco.
Apesar do la humildad do D. Bosco, que en<íul)ría á los demás el genio de que el cielo
le había dotado, hoy están ya abiertos á
lodos los tesoros inestimables do su gran co­
razón.
Eu el siglo X IX h a habido dos hombres,
ó mejor dicho, dos ángeles á quienes poder
aplicar con precisión aquellas palalu'as de
S. Juan: Fuit homo missus a Deo, eiU nomen
crat Jomines: el Abato Juan Mastai, después
Pío IX, y D. Juan Bosco.
l). Bosco ha sid.0 uno do los hombros más
beneméritos eu el pasado siglo. ¿Que nece­
sidades no ha llenado durante su vida!— Ayer
al visitar su tumba he leído en el opitatio:
Orphmwrum
; le llaman Padre de los
huórlunos. Ai principio creí que ésto no era
bastante para oalitiear aquella grande alma,
pero después meditándolo bien lo hallé pre­
ciso, sublimo. El siglo X IX bien estudiado,
fuó el siglo do los huérfanos, trajo consigo
solo triste orfandad, porque ha arrancado, del
corazón, del hogar, de la sociedad á Dios,
que es el Padre de todos. D. Boseo, el fundailor de los verdaderos bUleres cristianos
fué el autor de aquella saub^ pedagogía, de
la cual los doctos razonan mucho y couclnyen
poco; ha procurado con su obra de regene­
ración do volver las alm as, la sociedad en­
tera á los brazos de su verdadero Padre, á
loa brazos de Dios.
Por esto D. lh)soo es el Padre de lor huér­
fanos, es el padre de la sociedad ; por que ha
continuado la SiUita obra de educ:u*ióu que
comenzó tres siglos ha el simpático S. Felipe
Xeri.

D. Bosco cultivó las vocaciones al estado
sacerdotal, despertó el espíritu de piedad en
el pueblo y aumentó con su doctrina los dos
grandes amores del católico: el amor á Jesús
y á María, el amor al Papa. ^ En donde apren­
dió él las necesidades del siglo ? — El siervo
de Dios, D. Gafasso, lo condujo á las cárce­
les, á osas tristes mansiones del vicio; en esa
clínica aprendió él los males y aprendió á
aplicar los remedios; allí se hizo él espec­
táculo de los ángeles y de los hombres y
hasta de los mismos demonios. D. Bosco se
inspiró en la miseria de sus tiempos, y noso­
tros no seremos verdaderos Cooperadores
suyos, si uo llegamos á adquirir pleno cono­
cimiento de los males presentes y si no ik>nemos en cuanto está de nuestra parte un
remedio á esos males. Fortifiquemos primera­
mente nuestro espíritu acudiendo á Aquel
que es el Dador de todo bien, á Aquel que
en el tiempo del pecado fortifica la piedad
de los buenos. Después, según la condición
de cada cual, pongamos manos á la obra eu
unión con los Salosianos, como dos ruedas
de una máquina, que no pueden funcionar
sino van juntas.
Los Cooperadores deben ser i)ava los Salesiauos, lo que Aarón y ü r eran para Moisés,
que sostenían suS'brazos mientras oraba al
Señor para que su pueblo alcanzase victoria
sobre los Amalecitas: vosotros os llamáis y
debéis ser Cooperadores de los Salcsianos.
Grande será el fruto de este Congreso si con
nuestro celo alcanzamos la santificación del
pueblo, la glorifibación de Dios y la regene­
ración de la sociedad.
Este magnífico discurso fuó saludado con
una delirante ovacióu.
jRelación dél P. Albora.
El lido. P. Albera, llegado liá pocos meses
de América, donde permaneció casi tres años
visitando las casas sjüesiaiias de aquel con­
tinente y que presidió el 11" Congreso de
CooiHjradores Salesianos en Buenos Aires, es
mensajero del cordial salado que los Coopermlorés de América mandan á los Coopera­
dores do Europa : narra á grandes rasgos los
viajes que hizo durante su visita y las ma­
ravillas de la gracia y del cielo que él ha
contemplado en el Continente Nuevo. Tiene
un remierdo para Zorrilla de S. Martín, Ma­
chado y otros muchos campeones de la acción
sali*siana,y celebra la unión fraternal de ideas
y de sentimientos que reina entre los CooÍ>eradores del Viejo y del Nuevo Mundo. Des­
cribe algunas de las muchas cosas que vió
atiavesaudo los interminables desiertos, al
visitar las Casas Salesianas, y los abundantes
frutos que la Obra de D. Bosco hace en aque­
llas regiones para gloria de D. Bosco, cuyo
nombre pasa bendecido por los pueblos, pro­
nunciado con veneración i>or los grandes. Con
sencilla pero atractriva frase describe el pro-

— 177 —
greso de nuestra Obra en las jóvenes Re­
públicas de América, las almas arrancadas
ya de las manos de la herejía, ya del salTajismo, y la acción benéfica que los Hijos
de D. Bosco ejercen entre los civilizados, especialmentre entre los emigrantes. Describe
L conmoción que le produjo la visita á los
buenos leprosos de Agua do Dios, la ciudad
del dolor y la sencilla piedad del indio, que

rante los días del Congreso las cuatro Sec­
ciones, que estaban encargadas de discutir
la parte práctica del programa, y de tomar las
decisiones que después debían conmimicarse á
la Asamblea reunida. El trabajo de las seccio­
nes había comenzado antes y continuó después
del Congreso; pero durante los días que éste
duró pudieron tomar imrte activa también
los congresistas.

Interior del Santuario de María Auxiliadora antes de la Coronación.

abandona su ferocidad nativa, para vestirse
óel dulce eucauto de la Religión de Cristo.
En fin trata del celo heróico de los P. Misioueros, que incansables trabajan por las al®as tanto en la floresta con el salvaje, como
® el Colegio con el niño, como en el Lazacon los de.sgraciados leprosos. (Dn vivo
y prolongado aplauso corona las sencillas
frases del Visitador Salesiano de América.
A. las 32 se cierra la 1 * Sesión.

S e g u n d a S esión.
De 2’30 á 4 de la tarde se renuieron da-

S eccióx i * — Educación é instrucción de la
juventud.
1“ ¿^ubsección. — Preliminares educativos
según el sistema de D. Bostio — Oratorios
festivos — Oratorios cotidianos — Escuelas
nocturnas — Escuelas de Religión para hom­
bres y mujeres — Escuelas primarias popu­
lares — Escuelas clásicas — Colegios — Pen sionados. — Relator D. Félix Gane.
2* Subsección. — Escuelas é Institutos pro­
fesionales ^ r a Obreros — Colonias agrícolas
— Asociaciones obreras para jóvenes y adul­
tos. — Relator el Dr. D. Carlos ^I. Baratta.

— 178
3* Snhgecoión. — Hermanas de María Au­ mundo reconquistan el terreno perdido de la
xiliadora y 811 Instituto i)ara jóvenes; la fe, será en gran parte debido á D. Bosco y
escuela y el taller. — Obras análogas que á sus Hijos. »
deben promover las Cooperadoras Salesiauas.
— Juntas de i)rotecci6u para las jóvenes. — Es¡)íritu de piedad en la Cooperación Sálesiana.
Kelator el Abogado J). Ouido Garelli.
Mons. Morganti, recientemente consagrado
S ección 2* — Mmonesy Esouelas, Colegios,
de Bobbio, celoso y activo Coopera­
Iglesias y Misiones para los emigrados. — Co­ Obispo
dor
y
antiguo
alumno de D. Bosco, sube á
mités de patronato para los mismos —- Misio­
tribuna.
nes en medio de los inüelos — Medios ma­ la Nunca
he oido llamar, dice á los Cooperado­
teriales para sostenerlas. — Kelator ü . Manuel res Salesiauos
con el título exótico y frío de
Manasaero.
lilántropos,
y
no
deben serlo: existe en el
S ección 3* — La Prensa — La buena prensa lenguaje cristiano ana pjüabra más expresiva,
para el pneblo — Bibliotecas circulares — más propia, más simpática que la p^dabra
Buena prensa para las escuelas — La prensa filantropía: existe la palabra, Caridad. No
amena, cdilicunte é instructiva pava la ju ­ llaméis nunca á nu Cooperador Salesiauo fi­
ventud. — Kelator 1). Abundio Anzini.
lántropo, porque no comprenderá vuestro
S ección 4** — Propuestas varias. — Devo­ lenguaje: el filántropo si hace el bien, lo hace
ción á María Auxiliadora — Organización de por propia satisfacción y no guiado por el
los Cooperadores — Boletín Balesiano. — Ke­ espíritu superior del cristiano. Su obra, la
lator 1). lüsteban Tvione.
del Cooperador, es una obra ante todo de
y de piedad; todos están en la persua­
A las 4 de la tardo volvieron á reunirse religión
sión
de
son cooperadores de Dios y en
todos los Congresistas y pocos minutos des­ verdad que
así pueden llamarse, adjutores Lei,
pués á los acordes de la banda, los Kdísimos porque ayudan
á Cristo á redimir con sn ca­
Prelados ocuparon sus es(;aüos en el paleo
al mundo.
de la presidencia. K1 salón y las galerías ridad
Es oportuno y necesario llamar la atención
estaban (completamente llenos; la mesa re­ sobre
este p u n to ; el fin que D. Bosco se pro­
servada á la prensa estaba ocupada por nu­ puso al
la Pía Unión de Coopera­
merosos redactores y corresponsales de pe­ dores, lioinstituir
fué
puramente
humano, fnó nn fin
riódicos aún do los no católicos. Se abre la sobrenatural.
sesión con la oración de costumbre; el Ke­
desastroso naturalismo lo invade todo,
lator conuinica la presencia en el Congreso y El
hasta
mismos católicos se dejan arras­
del Rdísimo. Gorzón, Obispo de Colombia y tra r por los
esta
corriente y confían más
de Mons. Kossi, Obispo de Moudoví, que en los mediosmaléfica
materiales,
que en el poder de
para dar una prueba de adhesión al Con­ Aquel que es fuente de todo
Omne de
greso, dispuso que la peregrinación de su sursum est, y de arriba deben bien.
siicar
los me­
diócesis, que debía dirigirse á Lourdes, par­ dios, y arriba deben dirigirse las aspiracio­
tiese del Santuario de María Auxiliadora.
los Cooperadores Salesianos para santi­
Toma la palabra el Bdo. Sr. J)r. I). Ma- nes
ficarse
á sí mismos y para santificar á los
nucci, que con vibrante v’oz y tViiso elocuente
demás.
traza los principios del sistema educativo de
Debemos ser pnes caritativos, no filántro­
D. Bosco; pinta con maestría el espíritu del pos,
pues sólo á los caritativos está reservado
gran educador, y el público expresa su satis- el premio que tantas veces recordaba Don
faceióu con repetidos aplausos.
á sus bienhechores. Los grandes en
Después Jfoíw. Carpanelli evoca el recuerdo Bosco
la
tierra
adornan con cruces y esclaren con
del Congreso do Bolonia y de los consolado­ decoraciones
el pecho de los que han mere
res frutos que tanto en la Congregación como
bien de la sociedswl y de la patria. Tam­
on Bolonia produjo aquella memorable asam­ cido
bién D. Bosco tenía sus cruces y sus con­
blea.
decoraciones. Cuando uno se hacía benemérito
de su obra le colgaba al cuello, no una croí
Alocución del Conde Orósoli, Presidente de la de c.aballero, no una cinta, no una condeco*
ración, sino la medallado María Auxiliadora :
Obra de los Congt-esos Católicos en Italia.
esta es vutjstra más honrosa insignia; m
Con palabra serena y simpática, el insigne premio, Dios os lo dará en el cielo.
El orador propuso la idea de compilar nn
omdor trato brevemente de la relación ín ­
tima que existe entre la Obra de D. Bosco devocionario común para todos los Cooperar
y la de loa Congresos Católicos: ambos tien­ dores Salesiauos, idea que fné acogida con
den á la regeneración cristiana del pueblo. vivísimo aplauso. La Presidencia, en nombre
« D. Bosco, doí'.ÍJi, va en busca de los ñiños y del Congreso todo, hizo voto por que el que
do los i>obr('s, apropiáudase el Sinite párvulos reoompile este devocionario, sea _el mismo
venire ad me del Divino M;\estro, y esta mi­ Mons. Morganti, que por tantos anos de tra­
sión es no sólo útil, sino necesaria en estos bajo y activa operosidad, se ha hecho bene­
aciagos tiemi>os. Sí algún día Italia y el mérito de toda la P ía Unión de Cooperado-

— 179 —
res. Al bellísimo discarso de Mons. Morgauti
se le tributó una prolongada y merecida
ovación.
Alocución del Sr. Scala y del Dr. Simonetti.
El Abogado Sr. Scala director del diario
católico Italia Reale-Corriere Nazionále trató
con clara y sencilla frase de las asociaciones
obreras de jóvenes y adultos en el concepto
de D. Bosco.
Después el conocido y elocuente Br. Simonettiy acogido con general aplauso, trató con
claridad de ideas, frescura de forma y pro­
fundo i)ensauiiento el argumento de los pen­
sionados y Colegios de Don Bosco. La edu­
cación es hoy más necesaria que uunca^ por
que á la mala que esparcen los impios es pre­
ciso oponer la buena: la obra de formación
del joven no debe ser sólo instruir, sino tam­
bién educar. E l educar es aproximar las a l­

mas á su principio y á su fin, y con estos
acordar los medios para obtenerlos; esto sólo
lo puede hacer una educación cristiana, ]>or
que el educador cristiano no sólo educa con
la^ palabra, sino también con el ejemplo. Nin­
gún educador se mezcló tanto con los nifíos
como D. Bosco, y i>or éso todos sus alumnos
lo han llamado padre: dichoso aquel qne
con merecimiento lleva este dulce nombre.
Durante su expléndido discurso fuó interrum­
pido varias veces por los aplausos de los
Congresistos.
La Sesión se cerró á las C’30 con la expo­
sición que hizo el Relator del programa para
el día siguiente.
A las 7 se reunieron todos en el Santuario
de María Auxiliadora. Predicó con la majes­
tad y elocuencia toda propia, el Emmo. Car­
denal Svampa y un Rdísimo. Obispo dió la
Bendición con Su Divina Majestad.

3 2 9 undo día del Congreso
S e s ió n T e rc e ra .
A los Ulcerosos Congresistas del día an­
terior 86 anaden otros recien llegados.
Los beneméritos Cooi)eradores de España es­
taban representados en el Congreso por I>. Ma­
nuel Pascual de Bo/arrull, Presidente de la
Junta de Cooperadores en Barcelona; D. José M.
Pascual Serra. Secretario de la Junta de Coo­
peradores; E l Excmo. Sr. Marqués de Juliá;
D. Tomás A . Boada: 1). Javier Marti Codo­
lar; Srita. Consuelo Marti Codolar y Srita.
Asunción Pascual de Lianza. Estos amables y
distinguidos Cooperadores llegaron á Turíu
el día 13: sin reparar en el sacrificio de un
largo y molesto viaje, vinieron á representar
en el Congreso toda la caballerosid^, todo el
celo de nuestra católica España. Lo hacemos
saber á nuestros Cooperadores para su satis­
facción y para rendir públicamente gracias á
tan amables y celosos Señores.
El día no aparece ni sonriente, ni sereno,
pero la alegría que no presta el cielo rebosa
en los corazones de todos: los Congresistas
acudieron en mayor número á la Sesión.
Este fué el día de las grandes cuestiones, de
la manifestación internacional de sim pat¿ á
D. Bosco y del poliglotismo en el Congreso.
Abre la Sesión D. Rúa, qne presenta al .Ifarde ViUeneuve^ representante de Francia.
Sel\^o de Francia CatóUca.
El orador, en idioma francés, tomando argu­
mento de la injnsta opresión de las Congrega­
ciones religiosas, celebró los méritos de la Con­
gregación deD . Bosco que tiende á reprimir

en los mayores las tiranías, en los menores
las revoluciones, presentando la Obra Salesiana y el espíritu cristiano como única solu­
ción del conflicto, y á D. Bosco como un ángel
de paz. Trae el saludo de los católicos y Coo­
peradores franceses; el público lo saluda
cou nu aplauso.
Saludo de la católica España.
En la augusta Asamblea se vió palpitar
por algunos momentos el espíritu español, se
oyó el suave acento del idioma patrio y cou
él el recuerdo de las graiidezius de España.
Las lenguas oficiales en el Congreso eran
la francesa y la italiana, pero la Jifasión de
la Obra de D. Bosco en los países donde se
habla la dulce lengua de Castilla, el número
grande de Cooperadores que abrazan, se im­
ponía; nuestro lenguaje tenía en el Con­
greso sns derechos; más de la tercera parte
de Jos Salesiauos ocupan terreno en qne se
habla español; así que también nuestra len­
gua fuá permitida en el Congreso. D. Rúa hizo
la presentación al Congreso del benemérito
Cooperador D. Manuel Pascual de Bofarull.
El orador pasó á la tribuna y fué saludado
con una salva de aplausos.
Con elocuente palabra y con patriótico
acento salada á todos los Congresistas en
nombre de los Cooperadores Españoles: Se oye
decir á menndo que España estó en su agonía,
que España muere. E spaña, señores, vive
aún aunque abatida, y vivirá siempre porque
la pátría de Teresa de Jesús, de Ignacio de
Loyola y de tantos y tan grandes Hantc^ la

— 180
nación de María no puede morir. María ha
dicho:
ehicidant me vitam aeternam habebunt. Lae glorias de María son nuestras
glorias, y Ella no permitirá que su nación
prodileoto perezca. Y si la adversidad ó la
guerra nos persiguen, tenemos una cueva en
Convadonga y un Pilar en Zaragoza donde
ampararnos. (E l orador ea interrumpido por loa
apUmoa del auditorioJ.
Habla do la obra salesiana como bienhe­
chora social, que aconseja al rico la caridad
y ensena al pobre la resignación, que como
santo lazo junta la mano callosa del obrero
y la perfumada del opulento. ¡Que hermoso,
exclamaba, es el hogar del pobre con la resi­
gnación, *y que santo
es el del rico con la
ciiridad.
Comenta el grito do
Don Hosco: J)a mihi
animaa caetera tolley y
concluye elevando un
himno al gran Papa
León X III.
Kosi)ecto al saludo
y discurso del Sr. Pas­
cual dice la JtalUi Rea­
le: « El ardor do la
católica España no po¡
día tenor en el Congreso
un intérpretü más simpótieo, luAa ferviente
y más entusiasta. El
público lo siente y le
e x p r e s a rospetuosameute su simpatía vi­
vísima, aplaudiendo la
poética alocución y el
férvido saludo do la ca­
Representantes do
tólica España.»
La Prensa en el concepto cduoati'^o de J). Basco.
El argumento esUvba rvAservado al Kdo. Dr.
J). Francisco Corruti, Diieotor de la Prensa
Salesiana.
Todas las cuestiones modernas, decía, van á
parar ú la educación j porque los que lioy son
niños luañaua serán adeptos de una opinión, de
im partido; estaos la cuestión de este siglo en
que la instrucción, no sé si por suerte ó por
desgracíi^ so ha extendido tanto: esta es la
fuente de donde espemu todos el bienestar
de la familiti, do la patria y de la civiliza­
ción: este 8oráelcam;K> en que se decidirá el
destino de la humanidad en lo porvenir.
La educación es la palanca de Arquímedes.
El siglo XX será llamado el siglo de la edu­
cación y ella escribe su seutenoia y sus dic­
támenes en papel que no admite ni borra­
duras ni retractaciones. La Preusa forma
jmrte de estos esfuerzos y de este problema.
I jo que coQ el desenvolverse do los tiempos,
hemos llegado á comprender nosotros, Don
Bosoo ya lo había penetrado en los suyos:

él oyó los gemidos de dolor do su época y á
la escuela añadió la prensa. EL espíritu de
revolución avanzaba, él le hizo frente para
combatirlo y sanarlo en sus fuentes y en su
origen; en la juventud.
Don Bosco escribió unas cien obras — el
orador cita algunas. — E l Doniinus illuminatio mea era su norma: la religión de Don
Bosco era la católica, apostólica, romana, sin
temores, sin uescaro, sin añadiduras.
Ai satánico grito de Latero: Ningxln niño
eacape de las redea del diablo, 1). Bosco opuso
el santo y dulce lema: « Conduzcamos los
niños al Corazón de Jesús. * Expone el ora­
dor los solícitos cuidados y mil ingeniosas

Ins Asociaciones católicas con

bus

banderas.

industrias que tenía para ganar el corazón
de los jóvenes; la integridad do su sauta
vida, la alta moral en que inspiraba sus con­
versaciones, y cita como ejemplos de virtud,
los uotubres de algunos santos joveiicitos que
vivieron bajo las alas paternales de D. Bosco.
Trati\ de algunas de sus obras como la Bi­
blioteca P opular, la purgación de los clási­
cos, que por algunos mal enteudidos y poco
amantes del pudor en la juventud, fué lla­
mada sacrilegio literario; hace votos para que
los bueuos se nuan para combatir con la
buena prensa los excesos de la iumoralidad.
Fe y moralidad son las bases en que Don
Bosco fnndó la prensa y ésto sirvió no
lK)co para el bien social. Dice que el siglo
X X debo cumplir una gran misión, la de po­
pularizar el Evangelio y todas las grandM
verdades para formar una humanidad ünminada por la fe, consolada por la esperanza y
Huimada por la caridad.
E l profundo y maestral discorso fué mny
aplaudido.

TiOgOi'ntorios festí vos.
El Ahogado Sr. RiccL trata de los Orato­
rios festivos, de las obras Salesianas eu este
campo de aecióu y de los laureles que en él
ba merecido, l.os Oratorios festivos fueron y
son el corazón y la esencia de la Obra salesiana. Hace votos por que todos se hagan
protectores y bienhechores de esta obra po­
pular y fructuosa.
El Gran Cacique de la, Patagonia.
Se presenta, acogido por una salva de
aplausos, el^ Excmo. Sr. J). Juan Cagliero, 7«cario Apostólico^ ó como él mismo se llama,
Gran Cacique de la Patagonia.
Es meusajero de un afectuoso saludo que
los Cooperadores de las Repúblicas America­
nas mandan á los de la Vieja Europa : y la
adhesión del liscmo. Sr. Roca, Presidente
de la República ; habla del I P Congreso Salesiano de Buenos Aires. Este tercer Conjrreso de Turíu euvía un aplauso al segmido
ilb Buenos Aires; dentro de pocos años, Es­
paña — donde, Dios inerliante, se celebrará
el cuarto'— aplaudirá á este de Turíu, el
que celebramos ahora.
Trata de la emigración italiana eu el Nuevo
Mundo y del grau bien que se ba obrado
allí. Hace pocos años al visitar por primera
vez La, Boca de Buenos-Aires, una pandilla
de mozalvetes tue querían arrojar al mar
viéndome vestido de sacerdote; ahora se des­
cubren y vienen respetuosos á besarme el
anillo. Describe las luchas que los Salesianos
han debido sostener para conquistar el campo
a<-cióii. Al princiido había eu BuenosAires siete escuehis protestantes, ahora las
liemos cercado con una trinchera de diez es­
cuelas ciitóiicas, y la lucha, que se libra to­
davía, promete terminar con nuestra victoria.
Habla de la conquista del desierto por las
armas argentinas: al lado del soldado iban
también los sacerdotes salesianos, no para
conquistar terreno, para conquistar las almas.
N ana el suceso de la enfermedad qne él
tuvo cuando era niño y estaba desahuciado de
losmédicosy déla profecíade l). Bosco,de qne
aquel uino sería Misionero y Obispo. Descrilm
tiernos episodios acerca de las misiones Sa­
lesianas en las Pampas.
La alocución viva y sencilla del Ajmstol
de la Patagonia entusiasmó y conmovió el
auditorio.
A las 12,30 se cierra la sesión.

S e sid n C o a rta .
A las 4 de la tarde el salón está ya lleno
de Congrcsmtis; pocos minutos desi^ués en­
tran los Señores de la Presidencia y Mons.
Pampino, Arzobisi>o de Vercelli^ que había
llegado á Tiirin el día anterior.
£1 ReLitor annneia que el Emmo. Cardenal

id i Patriarca de Tenecia no puede asistir, por
imprevista cansa al Congreso, pero que en
su representación manda á Mons. P rev itali;
añade que deutro de i)oi*as horas llegará á
Tarín el Emmo. Cardenal Feirari, Arzobisp»)
de Milán para asistir á ia clausura del Con­
greso.
7>. Rosco y la Prensa,
El ahogadlo Sr. Meda de Milán desarrolla
el tema con clara y elegante palabra. « La
prensa, como todo producto dol ingenio hu­
mano. es un gran btuíeticio, un gran pro­
greso ; y el qne quisiera juzgarla por los
abusos que de ella se han hecho, demostraría
que ha perdido la idea de lo que es la vida
y lo que debe ser. La prensa no tiene culpa
ninguna de los males (jue so le utribiiyon ;
¿sabéis por que ha.sta ahora ha liecho más
daño que provecho? — l'orque han sido más
diligentes eu aprovecharse de ella los hijos
de Jas tinieblas que los hijos de la luz. Es
verdad que libros, opúsculos, diarios irreli­
giosos ó inmorales han invadido los mercados
intelectuales del mundo; pero hasta ahora no
se ha opnesto á esta invasión un dique: es
preciso oimner á tanto mal libro otros tantos
libros buenos.
Esta era la idea de D, Bosco; no supri­
mir la prensa; aumentar la buena. 1). Bosco
conservó la prensa á la altura do un apos­
tolado.
ÍH , con el prestigio qne gozaba eu el
pueblo, hubiera podido recorrer las regiones
de Italia renovando la cruzada de Jerónimo
Savonarola (1) y reiiuir eu l;is plazas mon­
tones do libros malos.y al cauto de los salino.s, abrasarlos; santa protesta sin duda, poro
iufrnctuosa; cenhmares y millares do má­
quinas, más rápidas que las llamas mismas,
reproducirían cada día el libro, el opúsculo
que hubiera consumido el fuego. Don Bosco
creyó convcuieute seguir otra semla; en vez
de apoderarse del libro, se apoderó de las
máquinas y las obligó á trabajar en servicio
de la verdad y de la virtud; á la corriente
inmunda de la prens:\ impía, opuso las aguas
limpias y frescas de la prensa santa y lionesta.
Por eso D. Bosco se hizo también publi­
cista ; reunió entorno suyo algunos buenos
escritores, qne siu arrojarse al campo abierto
de las luchas cuotidianas en nu diario, i>or
ser poco comp:itible; con el espíritu de su
(1) JeróniiDO .Savonarola fiié tin fra ile «lomÍDÍrano
n a tu ra l 4 e F errara. Con la p o ten cia irre^tistíble rte im
p a la b ra , in d n jo á Ins corrooipidns h a b ita n te s d s
F lorencia á hacer p e n ite n c ia d e nos desvarios. De los
m alos lib ro s j de la s jo y a s de lujo fo n n ab a en las
plazas los qne él lla m a b a m ontones de a n ate m a y va­
n id a d ; el pueblo c a n ta b a los salmos y el los p ren d ía
fnego. XoriÓ en el 1496.

«a

- 182 iustituto, dieron fomento á -varias tipografías
y esparcieron eu medio del pueblo ávido 'lio
leer, libros tanto do piedad, como de ciencias
y de ameno solaz, que al mismo tiempo que
maiiteiiíun la religión, proporcionaban cono­
cimientos útiles, literarios.
» J>. Bosco no sólo se hizo escritor y edi­
tor, sino <pte fundó entre sus alumnos una
verdadera escuela tipográlica. quecneuta un
honroso pasado y un halagüefio porvenir:
hizo de la prensa, no sólo un instrumento de
verdad y de moralidad, sino un medio de re­
dimir á tantos desheredados do la fortuna,
proporcionándoles un arte lucrativo y ho­
nesto y el pan necesario para la subsisten­
cia. Por esto nosotros, que hemos consagrado
á la prensa la parte más preciosa de nuestra

cióu, que durante su discurso el público le
interrumpió cou frenéticos aplausos. «Dos
fuerzas, dos grandes trabajos se dividen el
imperio y forman el progreso del mundo: el
trabajo de la mente y el trabajo de los bra­
zos. De la armonía de estos dos esfuerzos
resulta en el mundo el progreso y el orden;
del desconcierto nacen la corrujmión y las
revoluciones. ¿ Quién pondrá un dique á, la
razón que ciégase avanzfX, quien ennoblecerá
el trabajoí ¿Quión? — El mismo Dios que
es autor de la mentó, contiene su audacia coa
la fe: el mismo Dios que es el criador déla
materia ennoblecer el trabajo cou su propio
ejemplo.
Antes de la venida del Salvador el trabajo
de los brazos era abyecto, sólo era noble el

El Uesfilü (lo lus Obispos yomlo li la iglesia.

existencia (21 , catamos obligados á considerar
á D. Boaco como un hombro boneniérito. »
La enroña nza relújhsa en Uta escuelas.
Subió á 1» tribuna el Caballero Dr. Sr. Persichettiy Presidente de la Federa;ñone Piaña de
las Sociedades Católicas de liorna y de la
Junta diocesana. A las Obras Saleslanas uno
un lazo de gratitud y amistad con esta so­
ciedad benéfica. De ella fuó la iniciativa de
levantar en el Castro Pretorio en Roma un
templo al Sagnwlo Conuón, y ella empezó á
recoger las oferta«s para sn construcción
El señor Persichetti trató su argumento
con ttü elocuencia, con tal abundancia de
sabios argumentos con tal frescura de dic(3) El
Sr. M«la os Director del excoleiito
diario de .Miidn, L'0$»errator« CaltoUee.

trabajo de la mente; Él fuó quien levantó
al obrero á la altara del (jue estudia, traba­
jando en el tívller del carpintero. Por otra
parte el esfuerzo de la mente se desvió de
su noble objeto, y en el siglo X V III jírodnjo
el filosofismo que preparó el culto de la diosa
razón, como eu el siglo X IX produjo el so­
cialismo y el anarquismo. iQuiéu señalará
los confines y la senda de estas dos grandes
fuerzas? — El magisterio infalible de la Igle­
sia. A este punto el insigne orador citabais
Síípieutísima Enciclica Jtenm Xovarum, cuyo
duodécimo aniversario se celebró este año y
tributaba un hiimio de alabanza al grande
I^ón X III, el Papa de las grandes cuestiones
sociales, <d Papa de los obreros.
Iinjxísible es en resumen d:ir cuenta del
vasto y profundo discurso del orador; ba.ste
decir que todo él fné uu e.stmlio preciso y
Síibio de la importancia de la e<lucación ro-

ü i

— 183 —
lidiosa, civ il, económica y social. Tratando el Sr. Abogado Bianehetti de las Hijas de
de las escuelas mostró como liasta los mismos ilaría Auxiliadora,
enemigos de la Iglesia, los mismos que pre­
dican la libertad y la indiferencia en la edu­ La palabra de ^[o7is. GrafmeUí y del Fxcmo,
Rkhelmy, la despedida del Card. Svampa,
cación, confían á sus bijos en manos de los
religiosos, dando así una prueba del aprecio
Accediendo á las súplicas de la Presidencia
en que tienen á la religión. Es que, decía el
orador, somos capaces de permitir y hasta el Excmo. Sr. Grassellí, Arzobispo do Viinsinuar el desorden eu casa ajena, pero todos terb o , dirigió la palabra al Congreso, que
qneremos la obediencia y el orden en casa escuchó complacido el discurso souc.illo, chis­
toso y franco del venerable anoiano de trajo
propia.
gris y blanca barba. Durante los días del
Después de desciibir el abuso quede la li­ Congreso siempre que entraba y eu especial
teratura, de las ciencias y de la filosofía se cuando se presentó A hablar, el público tr i­
hace eu escuelas y eii Universidades para butaba al venerable y simpático anciano un
combatir á la Iglesia, que nunca temió la vivísimo aplauso.
verdad, por que ella misma es maestra de
El Emmo. Richolmy advierte qne tiene
verdad, que nunca temió la muclia ciencia, que decir al Congreso una palabra suave y
la verdadera ciencia, i)or que esta conduce á alegre y otra disgustosa y triste. La primera
Dios, aseguró que la victoria final estaba re­ es una palabra de gratitud al Excmo. Car­
servada á la escuela cnstiana, patrocinada denal Svampa, honor de Bolonia y ornamento
por Aquel, que hizo callar á las herejías, bu- del Congreso, por su asistencia y cooperación ;
inílló á los enemigos de su Religión y aplacó la otra, el anuncio de que Su Eminencia por
las tempestades del mar.
particulares ocupaciones debe partir de Turíu;
Concluyó saludando al Congreso eu nombre como despedida y prenda de feliz éxito rogó
de la Federazione Piaña de Roma y del Escmo. al Exilio. Svampa que diera al Congreso su
Cardenal Rampolla, Protector de los Sale- bendición.
siauos y elevando un himno de admiración y
Este expresó á la Asamblea su satisfacción
de amor al sabio autor de la Encíclica Be- por haber asistido, sino á todo, á la mayor
rvm Nooarum, al grande León X III.
parte del Congreso, y su gratitud por las priieLa ovación fué entusiasta.
lias de afecto que en Tarín lo habían dado.
Trató después el Abogado Dr. Sr. Cattaneo El Emilio. Cardenal dió á todos su bendición
de los Institutos profesionales de D. Bosco, y y la sesióu se (lió por terminada.

Tercer dia del Congreso
Este fué el último de la memorab’e asam­
blea, el de mayor (;oninoc5Íón , de más luovimiento. A.siste también el Emmo Cardenal
Ferrari de Milán. Al uumeroso juiblico se
hau añadido uuevos coucurrentes. Eu los pa­
tios del Oratorio, en la igle-sia, eu la [daza
de María Auxiliadora se nota ya aquella agi­
tación, aquel incesaute afluir de gente qne
duró hasta el día
Es la víspera del gran
dí^ del día del triunfo de la Madre, y los
hijos todos estaban alegres, y la animación
y la esperanza se pintaba eu todos los sem­
blantes.

Q u in ta Sesióu.
La bendicú'in del Santo Padre.
Después de la plegaria de costumbre, se
dió principio á la Sesión con Ja lectura de
nn telegrama, que el Emmo. Cardenal liam[•olla en\iaba id Congreso en nombre de Su
Santidad.

Cardenal Rivhelmy, Tur(n.
Santo Padre agradece homenaje d>;l Congrego
Sakídano de Turiii y conjirmando eentimientoH
de benevolencia expresados en su Augusto Autó­
grafo á D. Miguel Rúa, bendice de nuevo á todos
los que participan de imjMrtante Asamblea. —
Mariano Cardenal Rampolla.
Después el Dr. Olivi, profesor de la Uni­
versidad de Módena habla de la emigración
italiana, de sus ventajas y de sus peligros, y
de las benemerencias que los Hijos de Don
Bosco han obtenido en e.ste campo en la
América del Sud.
El Relator lee primero eu latín, después en
italiano el Augusto Autógrafo que León X ÍII
dirige á D. Rúa. Todos lo escuchan de pió
V con suma veneración.

— 184

l^ u tó ^ p a fo

que

J^eón

d ip i¿ c

á

© on

l^ u a .

DUecte F i l i , salutem et ApoMohcam
henedictionem.

Amado
Bendición.

^ ^ g e n d u m próxima significabas Salesianorum ex omni tcrrarum orbe conventum, eumque, Deiparae Adiutricis ope
suffultum, solemniis iri conclusum decíarabas eiusdem Magnas Dei Matris insigni
corona induendae. Laetábiíe Nobis hoc
facinus accidit, quippe et diJecti F ilii
Nostri Eccíesiae Cardinales et dioecesum
Pastores, et viri e sacro Clero ac fideles,
quorum pietas ac virtus ad conferenda
vobiscum consUia est advócala, non unam
jiraebent sperandorum causam bonorum.
Nostram autem expcctactionem summopere
alit Opiferae Virginis praesidium, quam
sodaUcio máxime Saíesiano adspirantem
propitie novimus; planeque idcirco confidimus magno . cum Beligionis commodo
dique quidem cum institutae a vobis ju rcntuiis emolumento id omne fore extiturum quod María Mater ti Virgo
turatur ac muniat.
Auspicem interea cocíestium gratiarum
Apostolica7n Benedictioncfn tibi ac ccteris,
qui in coetum una tecum convenient, peramanter impcrVmur.

nos dabas la fausta noticia, que de
todas las partes del mundo tenia que
reunirse un Congreso Saíesiano, y Nos
anmiciabas además, que el mismo, soste­
nido por el Auxilio de María, se termi­
naría con solemnísimas fiestas, en que la
frente de la gran Madre de Dios sería
ceñida con insigne ^ corona. Este grande
acontecimiento Nos ha llenado de alegría,
porque el reunirse nuestros hijos, Carde­
nales de la Santa Iglesia, Pastores de va­
rias Diócesis, miembros del sagrado clero
y fieles, el llamar con vosotros á Congreso
su piedad y su virtud, Nos da no q}oca
esperanza del gran bien que de ello ha
de resultar. Autnenta más miestra con­
fianza el patrocinio de la Virgen A u xi­
liadora, que Nos sabetnos mira con par­
ticular predilección á la familia Salesiana.
Por tanto, tenemos plena convicción de
que todo resultará pai'a provecho de la
Religión, y especialmente para bien de la
juventud por vosotros educada; lo cual se
digne concederos la Vir(,en y Madre María
y hacerlo dwadcro; Nos entre tanto como
prenda de gracias celestiales de todo co­
razón damos á T í y á todos los que concurrati al Congreso, la Bendición Apos­
tólica.
Dado en Boma, jun'o á S. Pedro. 12 de
MayodelOOS, de Nuestro Pontificado el X X Y I.

Dahim Rowae apud S. Petrum die X I I Maii
MCUniI, Pontificatus Nostri anuo idcesimo S 'xto.

LEO x m .
Dilecto filio Michafli Búa
Moderatorí Oenerali Sodalitatis Salesiaue
Áugustam Taurinorum.

Txt limosna para las Misiones,
nubieudo tratado ya extousamoate Mons.
Ongliero y D. Albora de las Misioues Ssüosianas, el Dr. l). Albino Carmagnoloy á quien
esto argumento estaba reservado, se limitó á
recomendar la limosna para las Misiones y
Obras ¡Salesianas.

M ijo,

Salud y

Apostólica

LE O N P A P A X III.

La limosna, hecha con espíritu cristiano,
ennoblece á quien la hace y á quien la recibe.
Todos los títulos dol mundo, por más altos
y nobles que sean, uada montan en presencia
de Dios, para quien todos los títulos son
vanos, menos el de hijo de Dios, el título
de la caridad. Enc;irece los frutos materiales
y espirituales de la limosna. Expresa su

A

ígnidecimiento á los Sres. Párrocos, que per­
miten, y promueven las conferencias y colec­
tas en favor de los Salesianos. Dirige una
súplica especial al buen corazón de las da­
mas, pues la mujer en todo tiempo ha sido
gran iniciadora ó fuerte sostén de las obras
del corazón, como lo es la caridad. Recuerda
á la más grande de las Reinas, Isabel la
Católica, por cuya obra y mediación se llevó
á cabo el mayor de los acontecimientos mo­
dernos, el descubrimiento del Nuevo Mundo.
Justo es que los Cooperadores sacrifiquen algo

desnivel de la cultura científica con la religiosa.
Estudia el nino en sus primeros anos el
catecismo y -después se abandona la ulterior
instrucción religiosa para dedicarse, durante
los cursos medios y superiores, á la ciencia *
las ideas científicas y las religiosas empiezan
á desnivelarse, se antepone lo profano á lo
sagrado,y la ciencia ahoga á la religión: de
este desnivel resulta la pérdida do la fe y el
naufragio del alma.
Delinea el programa de una escuela reli-

E1 Desfile del Cortejo — El Cardenal Richelmy y los Superiores Mayores.
de sus haberes, ya que los Salesianos sacrifican
lo más precioso de su existencia.
Las Escuelas de Religión.
En medio do los vitoree del Congreso sube
á la tribuna el elocuente orador Mons. Aleas!
de Fadua. Habló de la necesidad de la instmcción religiosa en todas las esferas del
saber y de la vida. Dijo que D. Bosco es un
conquistador mayor que Volta y Marconi, que
lucharon en el campo de la ciencia, y que
Napoleón y los guerreros del Transvaal, en
el campo del combate. Examina el secreto de
las pacíficas conquistas de D. Bosco y lo
encuentra en la educación religiosa. D. Bosco
conquistó muchas almas en la escuela. La­
menta la prematura incredulidad de machos
jóvenes, que á los 15 anos ya no tienen fe.
Este hecho doloroso tiene su causa en el

giosa que siga la cultura científica. Dirige
una advertencia á los jóvenes para que se
precavan del escollo, que es abandonar la re­
ligión en medio de los debates de la ciencia:
á los jóvenes, dice el orador, que serán los
hombres del siglo xx, como nosotros fuimos
los jóvenes del xix. Imposible es describir
en un resumen los machos y luminosos pen­
samientos que Mons. Alessi trazó en su elo­
cuente discurso, que pronunciado con gene­
roso ardor y palabra brillante obtuvo una
completa ovación.
Granjas agrícolas y Unioersidadss pojmlarM,
El Dr. BocchialijU de Parma, con fraw ele­
gante trata de las granjas agrícolas é iavita
al Congreso á dar un aplauso al distinguido
Solari de Parma y á España Católica.
El Abogado 8r. Mauri es portador del sa-

-

ISC —

Indo y adhesión do Milán y de la Ju n ta SalüHiana de aquella ciudad.
Habla de las Universidades populares y
de la influencia que estas jiueden tener eu
el inoviinieiito popular: viví.siinos aplausos
acogen la clara y simpática palabra del Sr.
Maiirí.

fuera de lugar hablar aquí de este argumento,
eu este Congreso, donde los Salesiauos pu^
den dar testimonio de la gran influencia que
tuvo mama Margarita en la formación del
gran corazón de D. Bosco.
Nadie de vosotros ignora los innumerables
peligros, los mil y mil insidiosos lazos qae
asedian á la joven obrera en las calles, en
Alocución del JtJni7)w. Cardenal Ferrari,
las fábricas y eu los talleres, y las mañas sa­
tánicas de que se valen, los que fingen ayu­
El Ilustre Purpurado da las gracias por darla y la arrastran á la perdición. Pues
la invitación do venir al Congreso, invitación bien, fc'oííoros, yo vengo aquí á pedir vuestra
que lo da oportunidad de inajiiíestsir sus sen­ protección en nombie <lcl honor en peligro,
timientos de gratitud á Turín, á I). líúa y de la inocencia asediada. A vosotras me di­
á los Salesianos que tanto bien obran en rijo especialmente, damas cristianas, á voso­
Milán. Dirige un afectuoso sjüudo á D. Bosco tras , q ue tan á pecho tenéis el decoro de
y á su Obra que, como la Iglesia, si tiene vuestras hijas. i)ara que cou todas vuestrasj)rinmvera, verano y otoíío, no conoce nunca fuerzas os dediquéis á proteger á las jóvenes,
el invierno, por que la nieve de la vejez no que tienen en peligro el suyo.
blanquea nunca sobro su cabeza; ha nacido,
El orador explica el programa de esta so­
crece, puede encontrar adversidades, pero la ciedad de beneméritas señoras que tiene por
muerto, nunca.
fiu el i)roteger á las jóvenes.
Eeouerda su viaje á Palestina y los bene­
Poned, i)ues, todo empeño eu socorrerlasficios que en aquella población es[>arcen los en medio de los peligros que las rodean, imhijos de D. Bosco: hace votos por que su l>edid cou vuestra caribitiva actividad su ex­
obra se extienda más y más, y por que los travío, para que después no sean la ruina de
Cooperadores no se canseu en su celo do ayu­ la familia y de la sociedad ¡Ay de la socie­
darla. Termina su alocución augurando al dad que se deja corromper!
Congreso copiosos frutos de sus trabajos..
El eminente orador dirige una ardorosa
La palabrsi suave y sencilla del Emmo. l^ur- súplica á María, la Corredentora de la hu­
purado encuentra eu la asamblea un eco de manidad y concluye: Mientras nuestro Emmo.
aplausos.
Cardenal coronará mañana el cuadro de María
El Emmo. Caidenal Kicholmy le invita á Auxiliadora, vosotros le prometeréis prepa­
dar su bendición á la asamblea.
rarle otra coronado almas juveniles redimi­
das por vuestra carida«l.
S e x ta y ü ltim a S esión.
El cielo ba descorrido los oscuros corti­ Saliulo de los Oooperudores italianos á los d»
najes, que durante los días pasados le envol­ Ion demm iumone¡<.
vían, y deja ver á la hermosa Turín vestida
de fiesta, todo el esplendor de un cielo de
El conocido orador, P. Simouetti es el en­
primavera. Desde hoy hasta pasadas his fies­ cargado de dirigir el saludo cordial de los
tas, el firmamento no dejivrá do sonreir, el sol Cooperadores ibiliatios á los Cooperadores del
campeará señor eu el cielo, sin que le empa­ numdo entero. « Se ha dicho de mí que soy
nen las nubes, la naturaleza desplegará sus un mogo. ¡Ahí si lo fuese, quisiera con mi
galas, como el cielo las suyas, para rendir varita mágica que de un polo á otro i>oIohomenaje á su Reina y Seuonv, á quien la surgieran por doquiera institutos sulesianos.
devoción de sus hijos quiere festejar con al­ Se ha dicho que soy un tribuno. Si lo fuese,
borozo y ceñirle la frente eon corona pre- quisiera arrikjtrar eu i>os de mí las muche­
ciosju
dumbres y tener palabras de fuego para grabar
Se abre á las 3’30 la sesión do clausura.
eu su corazón el espíritu social de D. Bosco.
Pero no soy ni mago ni tribuno: be venido
La
ñe lajt Jói^ ikví.
aquí solamente para sjiludar en nombre de
los Cooperadores italianos á los Cooperado­
Acogido de aplausos entusiastas se pre­ res de todo el mundo aquí representados.
senta el simiuUico Dr. D. Adolfo Bettazzi,
A vosotros Sídudo, hijos de Francia, de
que aunque seglar y ocnimdo en el sudiio cuyos dolores por la actual persecución, ha
cargo del profesorjvdo, despliega un celo de sido eco la voz del ilustre Marqués de Villeapóstol en la protección de las jóvenes cris­ neuve. Se ha desternido del Congreso, y con
tianas.
razón, toda idea de t>olítica. pero bien pode­
Con el ánimo halagado de esi>eranza — dice mos y debemos afirmar aquí, que es una in­
el orm lor— ho subido á esta tribuna, á i>o- justicia la proscripción de las Congregacio­
rorar la cansa d éla criatura, que en nuestras nes Religiosas. La Sagrada Familia filé la
almas despierta los sentimientos suaves de primera desterrada, pero también para ella
hija, madre y esposa. Y no me parece sea. vino el tiemiH) de volver á la patria cuando

moría el cruel Heredes. A pesar de esto, re«jordándouos de la gran persecacióu que tiñó
de púrpura la cima del Gólgota, repitamos
con el sublime M ártir: ; Perdónalos,
padre,
porque no saben lo que bacen I
A tí te saludo con igual entusiasmo, grande
y católica España, que como prueba de tu
vida tienes hijos tan entusiastas y fervorosos
como el Ilustre D. Manuel Pascual de Bofarull, que te repre.senta. No morirás porque
eres católica, la católica i>or excelencia; tu
fe te restituirá á nueva y más vigorosa vida.

de la raza germánica y sajona, que dáis á
las sabios, ejemplo de que la ciencia y la fe
armonizan y de que nada existe en el mundo
más positivo, cierto y hermoso que la cari­
dad de Cristo.
A vos saludo, Mons. Caglioro, adalid de
las huestes de D. Bosco, que todas nos repixv
sentáis las jóvenes Kopúblicus del Nuevo
Mui\do: id á Américii y decid á sus hijos quo
los hijos de Italia los saludan.
Sea mi última expresión para vos, vene­
rado 1). Bosco, eiiuhulaiio cosmopolita quo

La Coronación de la Estatua — Vista de la Plaza.

Salud á vosotros, hijos de Portugal, cuyos
soberanos son aún ejemplos de católicos sentiuiieiitos.
A vosotros saludo, hijos laboriosos de Bél­
gica, que enseñáis á la Europa y al mundo
cutero, que uu ÍTobierno católico sabe hacer
progresos en todt)S los campos sociales, res­
petando el principio de aiittiridad y poniendo
á la libertad sus justos límites.
Gn salado de simpatía, á vosotros, bijos
de Polonia, cuya heroica constancia en man­
tener vuestros *derechos nos recuerda la de
los Macabeos, que confesaban al verdadero
Dios en presencia de su tirano.
A vosotros salado lleno de admiración, ca­
tólicos de A ustria y AJemanía y todos los

Í l

desde el cielo nos bendecís á nosotros vtiestro.s hijos y que en tortío vuestro c-strecliáis
todos ios pueblos con lazos de santa y sublime
caridatl.»
Alocución de D. Rúa,
Nuestro venerado Suj>érior con la sencillez
y ternura que le di.stingue habla, ex abundantia eordie. I>a las gracias á los Emmos.
Cardenales y Excinos. Arzobispos y Obisi>os,
á «luienes es debido, d»'spués <le María Au­
xiliadora, el feliz éxito del Congreso. Des]>aés de halmr dado las gracias á la Junta
Ejecutiva, á los oraílores, á la prensti, á todos
los Cooi>eradüres seglares y eclesiásticos, di-

— 188 —
rige á todos una sdplica á fin de que sigan
ayudando á los Salesianos con sns oraciones,
con sus consejos y con sus limosnas para
poder seguir siempre las huellas de nuestro
maestro y padre i>. Bosco.
Saludo y hendición del Card, Riclielmji.

El amable Card. Arzobispo de Turín se le­
vantó para poner término al Congreso. « Amados Cooperadores, ya que por la bondad
de María Auxiliadora hornos terminaílo con
provecho y éxito este Congreso, yo os invito
á vosotros todos á cantar mafiana conmigo
las glorias de nuestra dulcísima Madre. D i­
rijamos también nuestros homenajes al Papa,
al gran León X III, que por su bondad ha
vuelto una inirmla benigna íi los hijos de
D. Bosco. Mientras mis manos coronarán el
cuadro do la Reina del cielo, acompañadme
vosotros con vuestras fervorosas plegarias:
acordaos do mí y yo me acordaré de voso­
tros. Recordaos siempre de la solemne fun­
ción que celebraremos mañana, á fin de que
como habremos asistido á la coronación de
María Auxiliadora, podamos recibir de Ella
un día la corona de gloria por siemx>re en
el Paraíso ».
Se rezó la oración; su Eminencia dió la
bendición á la asamblea y al grito de ! Viva
María Auxiliadora! ¡Viva el Santo Padre!
¡Viva D. Bosco! se cerró la última Sesión del
Congreso.
la timba dél Padre.

Remate digno del Congreso fué el poregrinage á la Tumba do D. Bosco. Todos, Pre­
lados, sacerdotes y seglares, todos partieron
en devota comitiva á ¡mstrarse en la tumba
de nuestro venerado D. Bosco. á la sombra
de los sauces, en el alegre y pintoresco valle,
situado en las afueras de Turín.
El día orj^ primaveral, el cielo sereno, el
aire fresco, la naturaleza sourieuto, los cora­
zones alegres y la escena animada; el cuadro
qno prt'sentaban los peregrinos, el cielo y la
iiatuvaleza sería digno de un magistral pincel,
si el pincel fuera capaz de trazar los cuadros
divinos, si fuera capaz de describir las ideas
é imprimir los soutintientos.
La muchedumbre se dirige hacia Valsalice.
A las !) las rejas que dau acceso á la tumba,
se abren. Todos so arrodillan y oran por al­
gunos instantes. A ruego del Emmo. Richeliny, el Excmo. Sr. Mandiiii, Obispo de
Hoto, dirige, desde la azotea que bay sobre
el sepulcro, su elocuente palabra á la apiñada
umcbeilumbre, que eu el patio le escucha con

religioso silencio. « He venido, dice, desde el
apartado Mongibelo, á venerar la tumba del
grande D. Bosco, por que está escrito qu&
de las cenizas de los fuertes salen chispas
que eucieudeu los ánimos para obrar grandescosas, y nosotros podemos decir que el sepul­
cro de D. Bosco es glorioso, et sepulcrum eiu»
erit gloriosumj y que su memoria será eterna,
in memoria aeterna erit justus. Bien puede de­
cirse de él lo que s j dice de los santos do
Dios: sancti mei volabunt et non defident.
De su sepulcro sale una voz solemne que
llena los ámbitos del mundo. Él ha muerto,
pero sus obras y su memoria viven. Tiene
por protectora á la Reina de los Apóstoles
á aquella divina Amazona que defendió la.
Iglesia primitiva y la defiende ahora de las
herejías.
La obra de D. Bosco no podía menos de
ser grata á los ojos de María, que desea la
dilatación del imperio de su Hijo.
D. Bosco ha sido el fiel ejecutor de los de­
signios de D ios, el fundador de las obras
santas que deben redimir el mundo, el prin­
cipio de la democracia sagrada del siglo XX.
Auguro á la Obra Salesiana días de triumfo
y espero que su obra se extienda también bastjv
mi diócesis de Hoto, extremo deseo de mi epis­
copado que toca ya á su fin, por que mi vida
llega ya al ocaso. »
La afectuosa y entusiasta alocución del ve­
nerado Prelado es aclamada vivamente por
todos los concurrentes.
El Emmo. Cardenal dió á la muchedumbre
arrodillada la pastoral bendición.
Exitos y esperanzas.
Así terminó este Congreso, qne por mucho
tiempo constituyó nuestro deseo y ahora cons­
tituye nuestra esperanza. El éxito ha sido
verdaderamente satisfactorio. H a sido una
verdadera manifestación de vida salesiana,
del vigor que circula por los miembros de la
pía Unión, del celo y actividad de todos. Ho
eran solo 2000 los Congresistas que en él to­
maban p arte; cada uno llevaba en sí la adhe­
sión y el efecto de los 300,000 Cooperadores
esparcidos por todo el mundo, esa gran masa
de almas verdaderamente católicas, que en
unión con el Papa, con los Salesianos y bajo
el pendón sagrado de María, luchan por plan­
tar en el mundo el reino y la paz de Jesu­
cristo.
Dios quiera bendecir y fecundizar los tra­
bajos de este Congreso; extienda sobre nues­
tros Cooperadores su maternal mano María,
para que puedan en todo realizarse nuestras
esperanz;\s.

— 189 —

laríai Auxiliadora^
Despuntó al fía el alba mil veces bendita
y anhelada, el alba de un día venturoso, que
aefiala un triunfo para María Auxiliadora,
uoa gran manifestación del amor de sus hijos
y de la fe de sus devotos. El día amanece
radiante y bello como una sonrisa del cielo.
[Era hermoso y conmovedor oir á la una de
la mañana el cauto del peregrino, la oración
del fiel á la puerta del Santuario I Es her­
moso y conmovedor ver la devoción que
mana de la fe: ver á una muchedumbre que
en humilde actitud canta espontánea y libre
el Load d MaHa cuando, el crepúsculo de
la mañana no ha dorado el cielo, ni la
alondra ha saludado al día, ni el ruiseñor
ha dudo aún al viento sus trinos. Y no se
diga que ésto es fingida poesía, no; por que
para el que lo oye, lo ve y lo siente es una
poesía real y encantadora; por que la fe sen­
cilla es siempre dulce y poética. No es tanto
de admirar la suntuosidad de los adornos,
la solemnidad de las funciones, lo concurrido
del acto, como la fe del corazón y la piedad
espontánea y tie rn a : sin esta, todo lo demás
resulta sin calor, ni vida. Siempre será la fe
el alma de las solemnidades cristianas: y si
por la fe deben medirse y evaluarse, bien
podemos decir, ya que describir no podemos,
que la soloiimidad de María Auxiliadora fué
lio sólo grandiosa, sino sublime.

cedió ningún desorden, ni hubo que lamentar
desgracia alguna. Como que todos no cabían
en la iglesia, había necesidad de que los gru­
pos se turnasen; entraba un grupo y se ce­
rraban las verjas que hay delante del San­
tuario; salido aquel, entraba otro y así su­
cesivamente hastsi las 9 de la mañana en que
se cerró el Santuario para preparar los objetos
necesarios á la funcíóu.
Desde muy temprano en la plaza de María
Auxiliadora y calles adyacentes se empezó á
notar una animación extraordinaria, una gran­
diosa concurrencia de peregrinos con sus es­
tandartes y continuo entrar y salir de gente,
que prestaba á la escena un aspecto de so­
lemnidad y de entusiasmo.
Fuera de la Iglesia, á la mano derecha de la
fachada se había levantado un amplio tablado y
erigido un altar con la estátua de Muría Auxi­
liadora para que el pueblo, que no podía entrar
en el santuario, tuviese comodidad de oir misa
y desahogar su piedad. Cuando so elovava la
santa Hostia, el silencio ora completo, todos
80 descubrían y se arrodillaban con devo­
ción edificante. En los lados del Santuario,
í-ampeabnn á la derecha las armas de 8. S.,
I^eón X III y una inscripción dedicada al
Padre Santo, á la izquierda una inscripción
análoga y his armas del Emmo. Card. Ríchelmy.

Las ^nimeras funciones.

El SanUiarU).

Las puertas del Santuario se abren á las
3,30 de la mañana, y una muchedumbre de
pueblo, que esperaba eu la plaza, se precipita
dentro para desahogar su piedad, oyendo
Misa y acercándose á la sagrada Mesa. ¿Quien
podrá enumerar las Comuniones que desde
las 3 á las 9 do la mañana se repartieron en
el Santuario, si la muchedumbre se sucedía
cada momento y cada momento había que
consagrar nuevas formits para saciar la piedad
del pueblo?
Cn piquete de guardias municipales y una
compañía de jóvenes de Turín prestaron ser­
vicio dentro y fuera del santuario para con­
tener la multitud y regular la entrada. Gra­
cias á su puntual y diligente servicio no su­

P ara esta ocasión había sido dividido en
dos grandes secciones: la primera reservada
al público, la segunda al clero y á los repre­
sentantes extranjeros y de las diferentes Jun­
tas católicas. Se habían levantaílo también
cuatro grandes tribunas; dos á la entrada, re­
servadas, la primera á la prensa, y á lo.s fotó­
grafos y al personal de la casa la segunda:
. otras dos en las capillas laterales de S. Pedro y
de S. José: la primera para S. A. R. I. la P rin ­
cesa Leticia y respetables damas, y la segunda
l)ara los niños. En medio hay dos filas de
elegantes sillones y reclinatorios con cojines
de seda encarnada para los Prelados. En me­
dio el sitio reservado á los Superiores del
Capítulo Superior, los Inspectores y Direc-

190 —
tores Salesianos, los miembros de la Junta
Ejecutiva del Congreso y los numerosos re­
presentantes de Asociaciones y Comunidades
Iteligiosas.
Más atrás las Superioras de las Hijas de
María Auxiliadora, los Congresistas y las
Damas de Honor de María Auxiliadora.
El resto de la iglesia lo llenaba el pueblo.
L l cortejo.

de la sagrada Púrpura, rodeado de una co­
rona de venerandos Prelados con sus pre­
ciosos ornamentos, el sinnúmero de sacer­
dotes que les hacen corona, la multitud de
fieles que todo lo ocupan desde el pavimento
hasta la cúpula, dan al santuario un aspecto
de santo Concilio, de solemnidad y de respeto*
Za entrega de las ooronas.

Todos escuchan en pie la lectura del Breve
A las 9,45 los Exomos. Obispos se reunie­ Pontificio, en que se decreta la Coronación:
ron en la iglesia antigua de ¡S. Erancísco de el Bdísimo. D. Miguel B úa, en calidad de
Sales, que servía de sacristía, para vestirse Superior General, se presenta al Cardenal y
los hábitos pontificales y dirigirse procosio- jura guardar las coronas y dejarlas siempre
nalmente al Santuario. Poco después llega el puestas en la cabeza de la Sagrada Imagen;
Emmo. Cardenal, acompañado del Sr. Conde Su Eminencia las bendice con solemne rito
Duodato ülivieri de Vernier, camarero secreto y se canta á voz de pueblo el himno O glO’
de Capa y Esi){ula de Su Santidad y del gen­ riosa Tirginum.
tilhombre, Sr. Caballero de Lúea. A las 10
las campanas repican alegremente, y el cor­ Zas Coronas.
tejo en solemne procesión se dirige al San­
tuario. Precede una doble fila de unos dos­
El dibujo y hechura de las coronas es del
cientos clérigos con roquetes, siguen los 26 insigne y renombrado joyero, D. Antonio CarExemos. Sres. Obispos con capa, m itra y bár magnola. Sin apartarse del dibujo de las co­
culo, mas atrás Mons. Cagliero y el Emmo. ronas pintadas en la sagrada Imagen, ha sa­
Cardenal Itichelmy. E l cortejo sale por el bido con la finura de los rasgos, con el esmero
patio de D. Bosco, pasa la puerta principal en la obra, con la bien armonizada disposi­
del Oratorio y entra por la puerta mayor del ción de las perlas, dar á las coronas una
Suntuario, en medio de las aclamaciones del forma original y unir, lo que resulta tan di­
pueblo, que llenaba toda la plaza. Llevaban fícil, la riqueza y el esplendor con la gracia
en ricas bandejas de plata, las cuatro coronas y severidad conveniente, dando á un tiempo
de o ro , dos pagecitos, vestidos de seda azul mismo idea del poder y de la majestad, de la
á la Luís X IV (1).
belleza y de la suavidad de Jesús y de María.
Al entrar el cortqjo en el templo, los can­
Son de estilo clásico del Benacimieuto.
tores entonaron el Hoce Sacerdos del M“ Pa- todas de oro fino, amarillo opaco. El material,
gella. La muchedumbre se agolpó para entrar compuesto de anillos, cadenas y demás joyas,
en la iglesia y las guardias se vieron en es regalo de person.as piadosas. Son dignos
apuros para contenerla á fin do evitar al­ de mención un pedazo de un anillo del An­
guna desgracia. El pueblo quería e n tra r, gélico Pío IX (de s. m.), otro de la cadenilla
quería presenciar también él, el acto solemne episcopal de Mons. G astoldi, Arzobispo de
de la Coronación. TJn Simerdote siUesiauo ex­ Tarín, y un alfiler de oro regalado por una
plicó al pueblo la imposibilidad de entrar en bienhechora de Bolonia, cuyo adorno ha ser­
el santuario y le suplica observar desde afuera vido para formar la estrella de brillantes que
las funciones y esperar á que Su Eminencia remata la corona del Niño Jesús.
después de coronar el gran cuadro, corono
Los adornos son de relieve, con los engastes
también, por propia autoridad, la estatua que de las perlas en oro verde. La pedrería, ade­
estaba en el tablado de la plaza. La multitud más de un preciosísimo brillante de la mitra
á esta noticia se calmó, y durante todo el de Mons. Biccardi y de otros dos hermosísi­
tiempo que duró la función no cesaron en la mos brillantes, oferta de dos piadosos cón­
plaza ni el canto de las letaníivs y de cánticos yuges de T ren te, es finísima y de diversas
atigrados, ni el rezo del rosario. Las puertas clases: zafiros, granates orientales, amatistas,
del templo se dejarou abierttis. El interior y todo resalta en la ornamentación central.
presenta nn aspecto imponente y solemne. La Completan en derredor el trabajo y producen
venerable figura del Cardenal en el esplendor admirable efecto, multitud de diamantes, prc*
oiosísimos por su pureza y blancura.
(1) Los dos ulfios afortnuados nne sirvisrou de pajes
Pero el ornamento de más valor y de má*
en laOoronacdrtn,fueron: Agnstín Lombardi, estudiante
mérito,
es la preciosa estrella de 39 brillantes
y José Maooagno, aiteeano.

— 191 qae remata la punta central de la corona de
Haría. Esta valiosa estrella, que juntamente
con otras varias piedras, es regalo de una
piadosa pereona de Génova^ al paí que es
hermoso símbolo de María, la Estrella matur
tina, llama á la mente con su brillo y cen­
telleo la exhortación de S. Bernardo : Réspice
stellam, vooa Mariam: Mira la estrella ó in­
voca á María.
La Misa solemne.
Acabada la bendición de las Coronas em­
pezó la Misa Pontifical, celebrada por el va­
leroso Apóstol déla Patagonia, el limo. Señor
D. Juan Cagliero, Obispo salesiano, á quien
se le había reservado
este honor. Un coro de
más de trescientas vo­
ces hizo resonar en el
augusto templo las di­
vinas melodías de la
Missa Papas Marcelli,
de Palestrina. He aquí
lo que de esta misa
y su ejecución dice el
M® P. Ilo ta : « Entre
las muchas y selectas
obras, cantadas duran­
te las fiestas, sobresale
como astro de primera
magnitud, la Misa á
séis voces del Papa
Marcelo. Palestrina, la
águila de los músicos,
el rey de la sagrada
armonía, ha demostra­
do en esta obra, quizás
más que en ninguna
otra, la sublimidad del
genio cristiano. Esta es cosa que todos saben y
por eso no insi.steremos en demostrar las be­
llezas de esta obra maestra del a rte ; diremos,
sí, que Palestrina, en los cantores del Oratorio
de Tarín, ha tenido dignísimos intérpretes de
su inspiración. Bajo la dirección del experto
Caballero Dogliani, los 300 cantores, des­
pués de haber vencido las muchas dificulta­
des que la ejecución de tal música presenta,
segaros de sí mismos y llenos de santo en­
tusiasmo , la supieron interpretar maguífícamente ».

Conmovido como estaba, sus. palabras fueron
suaves y entrecortadas; hablaba nuis bien con
el corazón, que cou el labio:
Venerahles Mérmanos, amadieimos Hijos;
Uno sólo es el pensamiento de nuestra mente,
uno el afecto de nuestros corazones, uno el
acento de nuestro labio: ¡La Coronación de Harin
Auxiliadora! La mente se halla extasiuÚa do ath
miración, el corazón conmovido por la ternura,
el labio tembloroso por ¡a conmoción: breves,
pues, han de ser mis palabras,
Mi único argumento es la Coronación de Ma)'ia

La salida de la iglesia.

Aiuiliadora, y con ésto creo interpretar vuestros
deseos, llamando á vuestra mente tres consideyaciones ¿ Quién ha preparado la presente Co­
ronación y cómo se nos presenta en lo pasado 7
¿A quién corresponde el honor de coronar á hi
Virgen f fCuaJes serán los efectos y frutos de
la Coronación f
Si no existiese este santo templo, si no exis­
tiese este cuadro milagroso, sería una locura
pensar en el regocijo de este día.
Que el Señor conceda eterno descanso á cuan­
tos contribuyeron á erigir este templo; á los
arquitectos y á los que trabajaron para su adorno
Alocución del Cardenal Richelmy.
y suntuosidad, y en modo especial al artista, que
Al Evangelio, el Emmo. Cardenal-Arzo­ n s proporcionó este hermoso cuadro. lA quién
bispo de Turín subió á la cátedra sagrada. somos deudores de la presente solemnidad 7 A

192 —
tiquella alma grande y generosa, que la Províílenda suscitó al jyrinciyio del pasado siglo, que
limó de sus gracias earisinas y le desigfió para
ser padre de innumerable familia ^ á J). Sosco,
que sin parar en obstáculos ni dificultades, de­
dicó este templo á María Auxiliadora; á aquél
gran Pío, que despiiés de la batalla de Lepanto
coronó á María con uno de sus más preciosos
títulos, al gran Pío IX , ilustre predecesor de
León X I I I , que ayudó d D. Sosco en todas sus
grandes obras.
Pero más que d ninguno somos deudores d
la mioma licina de los ángeles, d María. Pila
ha dirigido «Jta mirada de complacencia sobre
Tarín y ha querido asentar aquí su trono, en este
lugar que en otro tiempo lo era de depravación,
y ahora lo es de innumerables prodigios. Tal
es la Coronación en lo pasado.
Pero d quien correspondo el honor de ctmplir
este solemne ritot Contemplo confundido lapoquedad de mi persona: pero me anima el pen­
samiento de que no corresponde á mi, que ape­
nas osaría arrodillarme á sus pies, el coronar á
la Virgen. Pepito ahora las palabras de S. Cle­
mente: — E l Señor me ha enviado á participar
de vuestra corona, poro no por méritos míos. —
La Providencia ha querido hacerme sin ningún
merecimiento por mi parte, hijo y padre d la
vez de la Congregación Salesiana. Como Coope­
rador soy hijo y como Amobispo debo conside­
rarme 2)udro de esta santa Congregación. Ho
pws, el que corona á la. Virgen, sino
la Congregación por medio mío. Sean dadas
pníblicamente gracias d las ilustres ¡personas, d
los generosos señores que con sus limosnas, su
obra y sacrificio han contribuido d hacer las
coronas ó d preparar estos solemnes festejos.
No obstante me preocupa aún la considera­
ción de mi poquedad; subir allá arriba, tomar
en mis manos las benditas coronas y ponerlas
con tembloro.sa mano .sobre la augusta frente de
nuestra .Madre dulcísima... Pero esto desaliento
íes en mi ansia ó temorf No, ^iorque no es el
Arzobispo do Tarín el que ooronord d María,
es el gran León dd Vaticano, y d él se eleven
en este in.dante nuestras gracias por el gran ho­
nor que nos ha dispensado.
^Cómo so presenta d nosotros Ui Coronación
en lo porvenirt ¿Cuales serótn los frutos de este
acontecimientof — E l aumento de gloria para
el augusto templo de Valdocco. La belleza de
las coronas y de los brillantes predicará siempre
con mudo leng^iaje la eficacia que tiene el poner
w María la esperanza. E l Pontífice además se
ha dignado conceder «ím Indulgencia plenaria,
qtte no SiUo ahora, sino t'-ida año descenderá
como rodo del cielo d purificar las almas en
el aniversario de la Coronación. Pero la Corona­

ción no tiende solo á glorificar este santo templo:
los Salesianos se extienden ya por ambos mundos
y con ellos irán las glorias de María. Pionto
su acción se extenderá por todos los ámbitos
del mundo. Estas esperanzas se cumplirán, por
que todo se obtiene con la conjianza de la proteccián de María. Ella nos recompensará por él
amor y el honor que le tributamos en la tierra,
permitiéndonos cantar por siempre sus glorias
en el cielo.
Momento solemne.
Acabada la Misa, llega el solemue mo­
mento, el instante anhelado; instante de emo­
ción, de entusiasmo y de inexplicable albo­
rozo. La orquesta entona élBegina coeU laetare,
alleluja. Todas la miradas se dirigen allá
arrib a , (i la imagen bendita de María y en
todos se pinta el sentimiento de la devoción,
del gozo, de la expectación ansiosa.
El Emmo. Sr. Cardenal con las coronas en
la mano, subo la escalina que conduce hasta
la allura del cuadro, se arrodilla y coa voz
clara, alta y devota, recita la fórmula de im­
posición : Sicuti per manus nostras eor'onaris
in terris ita et per Te a Jesu Christo iiUo tuo
gloria et lionore coronari me:vamur in coelis (1).
Pronunció estas palabras con acento tan con­
movido y entusiasta, que por sí mismas hu­
bieran merecido una ovación.
Al ver impuesta la corona sobre la frente
augusta de Maríji, el pueblo en la plaza proruinpió O lí vítores aolamadores, que encontró
eco en el templo en un respetuoso pero en­
tusiasta aplauso. El Cardonal miró complaeido desdo lo alto de la escjdinata al fervo­
roso pueblo, le bendijo y deseeiuüó con los
ojos bañados en dulce llanto.
El Emmo. Cardenal y los Obispos salieron
procesioualmente ii coronar la estatua colo­
cóla en la plaza. Se oyó uu grito de alegría
y mil voces que entonaban himnos y cantos
á la Virgen. Apenas terminada la coronación,
doce trompetas desde lo alto de la cúpula
anunciaron con festivos acentos á la ciudad
que el acto solemue estaba cumplido; diez
palomas mensajeras partieron ú Boma á sa­
ludar al Pontífice (2), las campanas del san(1) Como eres en la tie rra coronada p o r nneatras
m anos, así merezcam os se r coronados con gloria y
honor en el oielo por Je s u C risto t n H ijo, por in ter­
cesión tuya.
(3) I.as palom as lle v a b a n esc rito en u n a lista de
pa(>el finísim o esto salu d o : jV iva M aría A uxiliadora^
¡Viva León X III! ¡V iva D. Boseo! H oy, domingo 1"
de Mayo á la s 12, el Emm o. C ardenal RIcbeIniy Arlo b isp ó de T n rín , rodeado de num erosos Arzobispos
y Obispos, de D. R ú a y de los rep re-eu tau to s sale­
sianos de todo el m undo y de u n pueblo inm enso ha

— 193 —
fcuario tocaroü á gloria, después una, dos,
diez, todas las torres de la ciudad Mcierou
eco, y uu coro de mil voces eptonó el solemne
coro Corona Aurea, que resonó en la orquesta,
resonó en la cúpula, resonó en el pueblo como
si fuera la voz del arte, de los hombres y
de los ángeles qne se unían para celebrar y
saludar á su Beina.
Momento inolvidable y bemlito, momento

el mundo, los millares y millares de devotos
que agradecidos se postran ante ella, el por­
venir de esta devoción tan fructosa y siinpáticaj pasaremos nosotros, y María quedará
siempre allá arriba beudicióndonos, pasarán
nuestros hijos, pasarán nuevas generaciones
como pasaron tantas, y María esttu'á siempre
sonriente bendiciendo á las geuerivciones que
pasan y esperando á las generaciones que

La ProcCRÍón — El Clero y los Piolados.

de gozo, de santo entusiasmo, que el corazón
sabe sentir animado del amor, que el ojo
acierta a contemplar velado por el llanto, pero
que la pluma no sabe describir, porque es
indescriptible. ilS’uestros ojos no se cansaron
de mirar la santa Imagen orlada ya con la pre­
ciosa corona. Pasaron entonces ante lam ente
en tropel los hechos gloriosos que á María le
merecieron el título de Auxiliadora, las miles
de gracias que esparce á manos llenas ])or
coronado solem nem ento p o r delegaciiín P o n tificia la
Im agen de M aría A uxiliadoia.
Id . cándidas palom as, y llev ad a l B lanco A nciano
de Roma l a fa u s ta n o ticia.
Al d ía sig n ien te llegó u n -telegrama d el V aticano
anonciando que nueve palom as lleg aro n el d ía 18 á
U s 12 d e l día.

íi

vienen, siempre para bendecirlas, siempre
para ser su Señora y su Heina, siempre con
la celestial sonrisa en el labio, <M)n la corona
en la frente, y con miles de gracias en las
manos: y este continuo pasar en momentos
tan solemnes de recuerdos pasados, de emo­
ciones presentes y de esi>eraiiza8 futuras, dejó
en todos los ánimos por rastro, un rayo más
vivo de fe y una llama de más encendida
caridad.
J)eíípués de la Coronación.
P l pueblo entonó eh Te Deum, y el templo,
la ])laza y las calles vecinas resonaron con
este sublime himno de acción de gracias,
como si fuera el eco de las que allá en el

— 194 corazón, daban todos á María por la diciia
(le verla coronada.
Como confirmiiclón y prenda de celestiales
favores, el Cardonal delegado dió en nombro
del 8uino Pontífice, la bendición apostólica.
El snntiioso cort(\jo desfiló nuevamente haa*'-a
la iglesia do S. Erancisco de Sales: una ver­
dadera ovación le esperaba por parte del
pueblo que agitaba sombreros y pañuelos y
lio se cansaba de vitorear y aplaudir.
Corona Aurea.
El ilustre
Dogliani compuso para esta
ocMVsióu uua hermosa música para la antífona
Corona Aiirea ítuper caput ejus... BHU<i al fin
la corona de oro sobre su frente...
La orquesta estaba dividida en tres partes:
la primera en el coro, la segunda en la cor­
nisa inbirior do la cúpula y la tercera en el
centro del templo. Empiezan la antífona las
trompas desde el exterior de la cúpula, la
sigue el coro do voces tiples en el <3oro y
el pueblo respondo desde abajo; luego todos
juntos desenvuelven el tema en un magnífico
canon coral.
El efecto que produce es maravilloso, y
tiene él gran mérito de no discordar con el
estilo palüstrinliino, que era el que en la
función dominaba.
Intermedio.
Acabada la Coronación varios operarios
empezaron ú quitar la grande escalinata que
había servido para la Coronación y que cu­
bría casi todo el cuadro. Así apareció en
toda su majestuosa belleza ú los ojos del
pueblo, que desdo por la mañana temprano
hasta ya muy avanzada la noche, no cesó do
visitar el santuario. La escena que presoubiba
el templo durante el día era de sencilla y
tierna piedad: Aoú un coro que canta el
Ave Matns
allú otro que cantil las le­
tanías, mós allú otro que reza el rosario; ora
en fin un grato desorden, un hermoso des­
concierto el que ocupaba los ámbitos del
templo, y en medio de aquel aparente desor­
den, el fervor se encendía máe y la fe se
aumentaba, por que todíw eran voces de fe y
de fervor.
Por ht tarde.
A las cinco enq>ezaron las vísi>eras con
asistencia 1'ontificia de Mons. CagUero. Ter­
minadas est;is, emi>ezó la concurrida y triun­
fal procesión que duró’ h;ista las ocho.
Abren la marcha, precedidos del Siinto es­

tandarte de la Cruz, numerosísimos institutos
de jóvenes educandas; detrás vienen los Ora­
torios festivos de S. Francisco de Sales, de
S. José, S. Luís, S. Agustín y los alumnos
del Oratorio y del Blartinetto; largas filas
de Hijas de María vestidas de blanco y de
obreras católicas; las Damas de María Auxi­
liadora, Señoras, el clero de niños, los clé­
rigos de Valsálice, de S. Gayetano del Parquo
Regio, del venerable Seminario Metropolitano
y numerosísimos sacerdotes; siguen los repre­
sentantes del cabildo de la Oatedral, de la
Sma. Trinidad y del Corpus Christi y 23 Ar­
zobispos y Obispos, seguidos del Emmo. Car­
denal Richelmy. Detrás viene la Estatua Coronada de María Auxiliadora, seguida de
D. Rúa y el Capítulo Superior de nuestra
Sociedad, Asociaciones católicas y una mul­
titud inmensa de pueblo. Cuatro bandas de
música, más de cien estandartes de círculos
católicos y peregrinages con sus respectivos
representantes, cuatrocientos sacerdotes y clé­
rigos y más de sesentamil personas: este es
el dato más elocuente que todas las descrip
ciones. La procesión pasa por la calle de
Cottoleugo, el paseo del Príncipe Odone, Re­
gina Margherita hasta la plaza de Milán.
Las ventiiuas estaban adornadas con colga
duras y llueven de todas partes flores sobre
la santa Imagen. Se alternan los cantos del
clero y del pueblo con las notas armoniosas
de los instrumentos, como un homenaje uni­
forme y múltiple, como un triunfo majestuoso
y solemne á la Reina del cielo.
La bendición solemne.
Vuelta la procesión al Santuario, S. Em".
da la bendición con el Smo. Sacramento.
Cuando la hubo dado en el templo, salió con
el sagrado Viril en la mano á darla á la in­
mensa multidud do la plaza. Al aparecer en
la puerta el Divino Señor, todos callan, toda-s
las frentes se inclinan, todos se descubren:
de pronto se oye un grito unánime, potente,
conmovedor, de Viva Jesús; mil manos, mil
sombreros y pañuelos se levantan para sa­
ludar al Sacramento, se repiten los vivas
piadosos y entusiastas y el pueblo entona el
Os adoro en todo momento, que fué cantado
imr aquella inmensa muchedumbre de más
de lOtHKM) personas. El Emmo. Cardenal entró
en el Santuario con los ojos bañados en dulce
llanto; todos estaban conmovidos.
Filé aquel instante de inefable y santa
emoción y venía espontáneo á la mente el
ixíusamiento de que: aun hay fe, aun hay
corazones que palpitan con Jesú s; aquel grito

“ Ido -

universal y poderoso de Viva Jesús dice que
Jesús vive aun en los corazones: esto es un.
consuelo para el alma y un gran aliento para
sostener la fe, que si del todo y no siempre
brilla, aún no está muerta, y aún se des­
pierta en las grandes ocasiones.
La iluminación.
A las 9 de la noche el barrio de Valdoceo
apareció bañado de un océano de luz. La
plaza de María Auxiliadora, la fiicliada y
cúpula del Santuario brillan con más de
lOüOO luces, formando estiis vistosos juegos
que al mismo tiempo que alumbran, encantan,
y© sólo la casa salesiana, sino varias calles
de los alrededores aparecían pei'fectamente
iluminadas. Hasta las 12 de la noche no ce­
san ni en la plaza los cánticos devotos, ni
música en la orquesta, ni visitas continuas
7 devotas en el Santuario.
Conchisión.

Las fiestas de María Auxiliadora, como to­
das la cosas humanas, han pasado: pero si
ha hay que tras de sí deian un mundo de
recuerdos, estas los han dejado inolvidables.
Podemos asegurar que ha sido una extraor­
dinaria manifestación de la fe y espíritu cris­
tiano, un triunfo para María Auxiliadora y
un consuelo celestial para los Salesianos.
Sólo faltaba en aquel concierto de fe y
entusiasmo una cosa, que hubiera llenado los
dnimos de consuelo: faltaba D. Bosco, faltaba
ver entre nosotros el que preparó este triunfo.
Pero desde allá arriba, desde el cielo, habrá
contemplado su obra y habrá sonreido dul­
cemente : y ésto es para todos prenda de ce­
lestiales favores, por qne la sonrisa del padre
es una bendición para sus hijos.
lAh! — decía el anciano Obisi>o de Viterbo
*1 abandonar á Turín — si en la tierra el
Señor nos da á gustar tantas delicias ¿qué
será en el cielo T

4.

D io »

< i D o r < lo

Era un domingo de septiembi*e, en uno de nues­
tros puertos del Oeste, el antiguo y célebre Tróport, uno de los más favorecidos por la aristocracia
de París.
La brisa, ya muy viva por la mañana, se trans­
formó de pronto en tempestad; las olas se embra­
vecieron y al romperse contra los estribos del
viejo muelle lanzaron sobre los veraneantes sus
penachos de espuma.
Pero aquéllos, atraídos por la grandiosa belleza
del espectáculo, no se retiraron.
Bien pronto una ansiedad vivísima reemplazó á
los transportes de admiración y á las risas y bro­
mas con que los alegres parisienses celebraban
cada vez que el chaparrón salado les inundaba.
Las barcas, cargadas de los pasajeros que, de­
seando gozar todas las impresiones marítimas,
desafiaron el mareo, volvían al puerto.
Amontonados en el muelle, contemplaban los
curiosos la habilidad con qne el timonel y mari­
nero qne llevaba la escota verificaban la difícil
maniobra de introducirse en el canal, á pesar de
la furia del huracán.
Ta todas las barcas habían efectuado afortuna­
damente ese four de forcé, excepto la última de
la flotilla. Había sufrido más uverías que las de­
más; pero el vigor y buena maña desús remeros
la mantenían á flote, cuando ana ola monstruosa,
levantándola con fuerza irresistible, la lanzó á
estrellarse contra el muelle de todos los labios.
Un grito de terror se elevó; pero la presencia
de ánimo de aquellos curtidos marineros impidie­
ron la catástrofe.
Xjos remos se hicieron pedazos, pero la Juana
M aría.. . estaba salvada.
Como el accidente no tuvo nn fin trágico, los
alegres parisienses al volver á la ciudad no ha­
blaban ya del suceso.
Sin embargo, dos treportesas, mnjeres de mari­
nos, iban delante de mL y oí á la más anciana
decir á la más joven:
— Ven, hija mía, que no hay por qué tener

— 196 —

V

miedo. Este año no podía suceder una desgracia ¿convendría fiarse en la creencia treportiense I03
A Coiivien ni en la Juana Haría. Ya te acorda­ días en que el semáforo iza la señal de peligro!
rás... Ese barco llevó ó Dios á bordo.
— Ruego á Ud, *—?, itíteiTumpió con viveza el
joven sacerdote — que no prosiga. Sé muy bien
¡Dios á burdo!
Era esa frase (se convendrá conmigo) para lla­ que Ud. no es, como ha dicho esa buena mujer,
mar mi atención; así fue que quitándome mi gorro de esos señores de París que no creen en nada.
blanco de bañista, preguntó á la mujer qué quería Si la fe sencilla de estas pobres gentes le sor­
decir aquello,
prende, reconozca Ud. que se apoya en la filial
Pero mi pregunta lo desagradó sin duda, porque confianza en el Dios, cuyos misteriosos designios
deB¡)ués de examinarme un momento^ me respondió
desencadenan y calman las tempestades.
¿No serían más dichosos — dijo con acento me­
bruscamente:
¡Buh! Si os lo dijéramos os burlaríais de noso­ lancólico, señalándome la muchedumbre de bañistas
tras. Vosotros, los señores de Paria, no creéis que circulaban por ios paseos, — no serían más
dichosos todos esos corazones incrédulos si, como
en nada.
Y apretó el paso arrastrando á su compañera. mis sencillos feligreses, no se hubieran divorciado
Pero mi ciuiosi<lad debía ser pronto satis- de la divina esperanzad Pido á Dios con todo mi
corazón que, al menos éstos, conserven siempre sn
feclm.
Al continuar mi paseo por Tréport, y subiendo piedad, aunque haya de conservarse sencilla é in­
la rampa que conduce á la iglesia, deliciosa ñor fantil, porque Jesucristo, de quien soy hmniláe
del arte gótico, me encontró con el segundo vicario, ministro, es verdaderamente el Dios de las gentes
de m ar; el Dios que marcliaba sobre lasólas del
y me apresuró á preguntar al joven sacerdote,
cuya conversación, llena de encanto. Labia ya sa­ mar de Tiberiades; apaoiguava con un ademán
boreado otras veces, lo que constituía mi preocu­ las olas enfurecidas; suscitaba las pescas milagro­
sas; es el Dios que escogió ante todo á pobres
pación del momento: “ Dios á bordo.“ Yél me res
pescadores para esj)arcir á través del mundo sn
imndió:
— Es una antigua y piadosa costumbre del ¡mis. ley de consuelo y amor.
Se inflamaba é iba á pi-oseguir su hermosa im­
En esta tierra de Dios, la suerte designa al barco
provisación,
pero conmovido por su entusiasmo
en que so levantará el ava sagrada, y se instalará
religioso,
me
echaba ya en cara mi maligno ca­
al pie del mástil un altar radiante de luces y
pricho.
Le
toqué
suavemente el brazo.
ñores. Le aseguro á Ud. caballero, que es un her­

Perdóneme
Ud.
— le dije, •— señor vicario.
moso es]>ectáculo cuando la procesión se detiene
¡E
|
tan
dificil
olvidar
una vida de escepticismo!
á lo largo del muelle y cuando el señor cura, desde
Pero
Ud.
tiene
razón;
sólo la fe salva. La pido
la bai'ca, da la bendición á todas osas valerosas
ardiente
6
incesantemente
en mis oraciones. ¡Sí!
gentes de mar, de rodillas, los Lumbres con la
¡Creo!
¡Quiero
creer!
Y
sólo
estaré satisfecho el
cabeza descubierta, las mujeres pasando las cuen­
día
que
crea
con
la
confianza
y
sencillez de corazón
tas de su Uosurio, mieutnvs nuestros cantores en­
de
vuestros
marinos.
Y
lo
alcanzaré,
estoy segnro,
tonan el 2'aninm crgo.
porque
como
sabe
Ud.

añadí
golpeándome
el
¡ÜL! ¡Son dignas de verse esas frentes in d i,
corazón,

Dios
está
á
bordo.
nudas bajo la bendición del Dios de la Eucaristía;
es digno de oirse eso himno que sube suavemcute
F b a n c is c o Co p p é b .
hácia el cielo en una atmósfera de cándida fe!
Como es de siqmuer, los marinos consideran un
gran honor recibir la visita del Señor Sacramen­
tado, y de ahí la sencilla creencia de que el barco
que ha teuido “ á Dios á bordo“ , está exento por
el año de los peligros del mar.
— Costumbre de poesía eucautadora — exclamé.
— ¡Lástima que Chateaubriand no la haya cono­
Cm apnbÓM it k laiorihá Eckaiáiia - Qeratt:
cido! Hubiera escrito una hermosa página más
en su (?cnio dsl ÓVsstíuHÍsmo Si la Juana Marta
no se ha estrellado hoy, convengo en que ha sido
casi por milagro. Sin embargo — añadí sonriendo,—
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1903