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Título
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BS_1904_02
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Descripción
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Boletín Salesiano. Marzo 1904
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Fecha
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1904.03
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extracted text
-
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EaANO
R e d a c c ió n
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AN O x v m — N. 3
Fia Co//o/i't{£-o.
Publicación mensual
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A su SANTIDAD PIO X.
eq el fausío día de su Santo Patrono - 19 Marzo.
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De nuestras Misiones: Matto Grosso (Brasil)
través del E c u a d o r .........................................
Gracias de María A u x ilia d o r a .........................
Crónica S a lesia n a ...................................................
^lemorias Biográficas de Mons. Luis Lasagna .
Necrología: Rdo. D. Juan Fuster y Seguí Pbro
Cooperadores Salesianos d if u n t o s ....................
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Turiii-Italia.
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SUMARIO t Á Su Santidad Pío X ..................................33
Las Escuelas Profesionales según el pensamiento de
Don B o s c o .................................................................. 34
Documentos S a le s ia u o s ............................... . . . .
37
Página intima . . . ' ................................................... 4®
El Representante -del Sucesor de Dcui Bosco en
42
A m é r i c a ..................................................................
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J^aÉeis s\i6idb al íi[ono aiigusío de
£cdi(o, ifodeado de amor
V simpatía, aclan\ado poí¡ vuestros^ Hijo^, respetado por vuestros
enemigos, v desde él enseñáis oí mundo cf camino del Cielo. Dios
03 conser\^c en ese trono inmoijtal poi[ muchos años, bendiga
vucsti[o patei[nal qo5iei[no v endulce vuesti[o^ dia^ con la p a l y
aumento de fa ^anta Iglesia Católica.
jostrados á vuestros augt^tos^ pics^, ^ant(simo £adi[e, los
JÓijos de í). :8 osco, os’ reiteran su ingueCrantaéle fe, su ilinpíada
contlansa v su tífiaf afecto á vuestra ^agijadd jEersona.
¡Que c f ^anto j^atriarca Esposo de jijaría, A^ucsíro Entrono
03 proteja, os dcíícndá, os conserve!
K las Jcliciíadones gue de todo el npindo os’ fijarán en ese
día se unen las tiernas v tlliales de todos los ^aíesianos v lofi
oraciones guc por \^os elc\'crán al ^eñor en esc jdusío día.
34 —
A ■ aiB, A o-s . cxs . J
4-
4
laB Iscaelas IrofeBioaales
—
Según el pensamiento de Don Bosco
bor de la transformación social, lo cual
da á conocer su alta inteligencia y su
os proponemos tratar en algunos admirable genio. En consecuencia, con
articuUtos de una de las más cibió el proyecto de una Congregación,
grandiosas manifestaciones del capaz de disminuir las miserias de la
genio social de D. Bosco, de una obra, sociedad y se consagró él mismo á la
que en las presentes críticas circuns educación de la juventud. Quería ha
tancias promete ser de gran provecho cerse útil á ella inspirándole una moral
á la juventud obrera; las Escíielas Pro cierta, enseñándole un arte ú oficio,
fesionales ó Talleres. Ayer eran una pe instruyéndola en las ciencias y en las
queña y humilde semilla escondida en letras con un método justo y conve
los campos de Valdocco, hoy son ya niente y cooperando á su mayor pro
flor de esperanzas y de bendición que greso. En una palabra, la Congrega
brota próspera en numerosas ciudades ción que formó pertenece y responde
de ambos mundos, mañana, con el au á sus tiempos, y sus colaboradores ó
xilio de Dios, serán árbol gigantesco coadjutores, sin hábito particular que
á cuya sombra se cobijarán legiones de los distinga, responden admirable
mente á este fin. Sin miedo de contra
obreros y de niños.
Los talleres sin Dios han sido la decirse, puede uno con justos títulos
perdición de tantos proletarios, que han llamarle el amigo de los hijos del pue
dado su nombre á la anarquía y su blo... Don Bosco dió además un so
alma á la irreligión; los talleres presi lemne mentís á los que llaman al clero
didos por la mirada de Dios deben con enemigo de la instrucción y de la ciencia
ducir millares de obreros á la fe y al bajo todas sus formas. »
Y el Emmo. Card. Parocchi, al es
orden social, millares de jóvenes, que
con el alma de fe y el corazón de santo cudriñar su íntimo objeto, decía: « Si
contento, entonen en el taller cristiano he llegado á comprender y aferrar su
ese himno, que Don Bosco ideó, com concepto, si no tengo velada la inteli
puesto del trabajo y de la oración: de gencia, su objeto y carácter especial es
la oración que ennoblece el alma, y del la caridad ejercitada según las exigen
trabajo que santificó con su ejemplo el cias del siglo. »
Y á la verdad, tal era el pensamiento
santo Obrero de Nazaret.
La pluma de uno de los biógrafos que agitaba á D. Bosco, y tal el objeto
de D. Bosco, el Sr. Leonor!, nos traza que en sus obras se propuso. Analizo
en algunas palabras los rasgos más las exigencias de los tiempos y estudio
admirables de esta obra: « D. Bosco, también sus defectos, no á la luz de
conocedor profundo de los tiempos )’ de la ciencia humana, que en medio de
las cosas, seguía con su atención la la tantos trastornos, tan poco resplandor
I
N
— 35 —
sabe dar de s í ; los estudió á la luz
de la religión, á la luz que suministra
al alma el conocimiento de las verda
des eternas. Y D. Bosco dedujo, que
era preciso que la religión entrase en
el taller ya que el taller se había se
parado de la Iglesia; que era necesario
volver al recto sendero de las ideas y
de la moral al obrero extraviado. Y
después de estudiar el campo y las ne
cesidades, se consagró á meditar el plan
de la reforma; se revistió de constancia
y de confianza en Dios, dos virtudes
que forman el sostén del genio cris
tiano, y dió principio á su obra con
humildes comienzos, educando á los
niños más humildes de la clase más
abyecta. Comenzó su obra gigantesca,
con escondido y débil principio, como
comienzan todas la obras de Dios, que
se complace en obrar cosas grandes
con débiles instrumentos, y producir
grandiosos efectos con causas insignifi
cantes.
El niño obrero y pobre era el prin
cipal objeto de los cuidados de Don
Bosco; con un niño obrero dió comienzo
á su providencial misión; de niños
obreros, que venían á Turín de los lu
gares vecinos para ganarse un pedazo
de pan, se componía el primer Ora
torio festivo, y para ellos fundó más
tarde el internado. Y si 'después educó
estudiantes y llamó á sí á sacerdotes
y fundó escuelas, lo hizo con el objeto
de tener coadyuvadores para salvar á
los niños obreros, de tener continua
dores de su obra, de multiplicarse á sí
mismo en bien de los obreros. Pero
D. Bosco no amaba á los obreros, ni
por capricho extraño, ni por miras po
líticas, ni por espíritu de explotación,
ai siquiera por amor al progreso; el
único móvil era salvarlos; el solo pen
samiento de Don Bosco era la suerte
del obrero en este mundo y en el otro;
bienestar en la tierra, sí, pero para
subir á la gloria del cielo.
Rara vez el obrero encuentra en el
taller ó en la fábrica objeto alguno que
le recuerde la dignidad de su alma. Se
somete, de mal grado muchas veces, al
yugo del trabajo: y durante las largas
horas en que con penosa fatiga suda
para ganarse el pan, casi nunca llegan
á sus oidos palabras celestiales, pala
bras que hablen de espíritu y le en
señen á santificar el trabajo y á sopor
tarlo por amor de Dios. Casi siempre,
y en especial en las grandes ciudades,
la blasfemia y las palabras soeces é
impías se mezclan en los talleres con
el ruido de las máquinas y con la ca
dencia de las herramientas; como si
debiera sólo desterrarse de ellos la
idea y el nombre de Dios. Por des
gracia es a sí: si todas las malas in
fluencias, si todos los vicios tienen franca
entrada y libre dominio para corromper
el corazón y las ideas del obrero, que
gana su pan á costa de la fe, sólo se
excluyen las palabras y las imágenes
que pueden recordar al trabajador el
inmortal destino de su alma y las re
compensas de Dios. Sólo atentos al
lucro y al trabajo, fuente de placeres
y de riquezas, los amos y los jefes no
piensan que deben á Dios dar cuenta
del alma de sus subalternos.
En una época como esta del dominio
de la materia, sólo ella es considerada,
sólo ella adorada y todo ha de sacri
ficarse en este frío altar de la materia;
la fe, las fuerzas, la vida, hasta el
alma. Religión, culto, moral, eternidad,
donde no son un objeto de sarcasmo
é irrisión, son por lo menos ideas se
cundarias y de poca importancia. Tal
vez algunos amos, por pura filantropía
tienen con sus obreros algunas consi
deraciones ; como no darles excesivo
trabajo, no exponerlos á peligros, re
tribuirlos con mayor largueza: pero tan
mezquina cosa es, que se queda en el
cuerpo y no llega nunca al espíritu;
siempre materia, por doquiera la ma
teria- — Las leyes mismas, que ejercen
vigilancia sobre la salud de los apren-
—
36
dices, las cualidades higiénicas del ta
ller y la justicia del salario, nada dicen,
nada disponen acerca de los verdaderos
inteses del obrero; los de su alma.
Desde medio siglo á esta parte la
cuestión obrera ha tomado una impor
tancia capital. Mucho se ha dicho y
escrito acerca de esta cuestión; pero
podía preguntarse, si se ha hecho mu
cho también, y sobre todo, si la acción
se ha apoyado en el espíritu verdade
ramente cristiano. Lo porvenir depende
de los que sepan captarse el corazón
y las ideas del obrero. Ahora más que
nunca, es necesario que todos los ca
tólicos á imitación del divino Maestro
se acerquen á los pobres y á los pe
queños ; en una palabra, al pueblo. Pero
sólo podrán acercarse á él, compar
tiendo con él alegrías y miserias, tra
bajando y sudando con él y enseñán
dole á buscar en el taller y la fábrica
el camino del cielo. Bien lo han enten
dido asi los secuaces del error y los ca
becillas de las sociedades secretas, que
van á buscar sus prosélitos en los hijos
del trabajo, y que emplean en esta triste
conquista un celo satánico, que debe
rían imitar los católicos para atraerlos
al bien; y este celo es tanto más efi
caz, cuanto menor es la oposición que
encuentran en los que ejercen el poder.
Porque triste es confesar, que son con
tados los talleres y fábricas, que no
ofrezcan al alma de trabajador insidias
peligros. ¿ En cuántas partes no se
considera falta más grave el dar una
respuesta amarga al amo, que el pro
ferir una blasfemia contra Dios? Bien
lo saben las madres cristianas que de
ben llorar frecuentemente esta injusta
situación, que sufren angustias de muerte
al ver que sólo se puede aprender un
oficio y ganar el pan, á costa de la
corrupcióit del alma y de la pérdida
de la fe.
Muchas almas generosas, muchos
amos cristianos se han esforzado y se
esfuerzan por implantar la religión en
—
el taller, y Dios bendiga sus fatigas y
su heroico desinterés; pero ¿ quién no
sabe lo débil que es una obra aislada
é individual? La vida más larga que
estas santas empresas pueden tener, es
la vida del amo cristiano; el espacio
más ancho en que puedan desarrollarse,
es el de un solo taller, quizá el de una
sola ciudad.
Ahora bien; D. Bosco emprendió la
obra de los Talleres cristianos, no con
las fuerzas de un solo individuo, no
por el corto espacio de su vida, no en
el breve círculo de una ciudad, sino
que la emprendió para perpetuarla en
todos los tiempos, para difundirla en
todos los ángulos del globo y darle
vida con la fundación de una Sociedad
depositaría de su espíritu religioso-so
cial. Fué una santa temeridad poner el
hombro á tan difícil empresa, pero todas
las obras grandes son temerarias para
el que fía en sus propias fuerzas; Don
Bosco contaba con la protección del
cielo y con el Auxilio de María. La
grande obra subsiste ya, humilde aun,
pues cuenta apenas cincuenta años de
existencia, pero ha extendido ya sus
ramos por muchas ciudades del orbe y
cuenta con el apoyo de todos los bue
nos corazones y almas generosas, y
sobre todo con la ayuda de lo alto.
Hemos pensado que no carecerá de
importancia este argumento para nues
tros beneméritos Cooperadores y lecto
res amables, y nos proponemos tra
tarlo en algunos articulitos. Ésto ade
más de dar á conocer el espíritu de la
obra de los Talleres Cristianos, servirá
para difundir este magnífico pensa
miento, que si algún alma generosa
quisiera sostenerlo y aumentarlo con
sus riquezas ó cooperación, esté se
gura que su acción será del ag^do
de los buenos y digna de las bendi
ciones de Dios.
Tres son los ramos de instrucción
que debe darse al niño obrero: reli
gioso-moral, para inspirar su corazón
“
en sentimientos é ideas de sana reli
gión, amaestrarle en las batallas de la
vida y salvar su alm a; intelectual, para
desarrollar sus facultades intelectivas y
darle la educación é instrucción que el
estado y los tiempos exigen: profesio
nal, que comprende el aprendizaje com
D
37 —
pleto de un arte ú oficio. Iremos tratrando en los siguientes números de
estas tres ciases de instrucción que for
man el obrero cristiano y hábil, según
el pensamiento é ideal de D. Bosco.
fSc continuará).
ocumentos salesianos
Discurso pronimoiado por si autor, el Dr. D. AUGUSTO PERSICHETTI,
C7i la I V ‘ Sesión del tercer Congreso de Cooperadores, el i ¿ de Mayo de /poj.
Eminentísimos y Exceleniisimos Señores’,
Señores y Señoras:
Dos fuerzas, dos acciones, dos trabajos se di
viden hoy el imperio del m undo: el trabajo de
la inteligencia y el trabajo de las manos. El
primero fué considerado como elevado y honroso
por todos los pueblos de la tierra; el segundo fué
emoblecido y santificado por Cristo, el Obrero
Divino, que escogió para padre putativo, al humilde carpintero de Nazaret, y por la Iglesia
Católica, que siempre y donde quiera lo elevó
y amparó desde Jos tiempos primitivos has
ta nuestros días, hasta el venerable Anciano
Léón X III que le hizo objeto de su célebre En
cíclica Rerum Novarum, cuyo duodécimo ani
versario es hoy, 15 de Mayo.
Pero estos dos nobles trabajos pueden des
viarse de su recto sendero. E l desvío del primero
®®cluye con la negación de todo lo sobrenatural,
con el delino orgulloso de la incredulidad; el
desvio del segundo viene á parar en el socialismo
ó en la anarquía, el delirio de la fuerza b ru ta : y
hs dos, la incredulidad y la anarquía van siem
pre juntas, como madre é hija unidas por la
®ano. Estos dos últimos siglos han sido testigos
ce tales aberraciones. E n d siglo x v i i i , el filo^<*smo y la Enciclopedia, hijos la t im o s de la
^®íonna luterana, prepararon d culto salvaje
la (hosa R azó n ; en el siglo que acaba de eq)i-
rar, y p>or desgracia también en nuestro siglo,
d socialismo amenaza exterminación al orden
social, y la anarquía dirige sus odios hacia el
trono y sigue asesinando á ios reyes. Es preciso
pues, y el bien de la sociedad y del individuo lo
exigen, que estas dos nobles fuerzas que repre
sentan d hombre, su alma y su cuerpo, la energía
intdectual y la energía física, se nivelen, se en
caucen en los límites razonables.
Pero ¿quién será capaz. Señores, de contener
en sus barreras á la razón y á los derechos del
trabajo, sino el Autor mismo del hombre, sino
Dios, sino su Religión, faro resplandeciente que
alumbra las tinieblas de la vida, y ley eterna de
verdad y de justicia? Sea pues la Religión la
que forme las tiernas mentes de nuestros hijos,
y aprendan los hombres desde sus primeros
años, que ningún principio verdaderamente cien
tífico podrá nunca contradecir las verdades de
la rdigión, así como ningún derecho humano
podrá destruir los derechos de Dios.
Esta es la obra ¡oh Católicos! á la que debe
mos nosotros consagrar todas nuestras fuerzas,
si queremos que la sociedad se regenere en
Cristo, esta la instrucción que debemos dar á
nuestros hijos, si queremos verlos crecer sabios
y sumisos, buenos hijos primero, fieles esposos,
padres ejemplares é ín t ^ o s ciudadanos después.
De ello nos dan ejemplo nuestros mí^m^ adversarios^ que aunque se profesan incrédulos y
— s8 —
ateos, confían la educación de sus hijos á los re
ligiosos y á los sacerdotes, porque, Señores, el
desorden lo permitimos en casa ajena, pero
no podemos consentirlo en casa propia. Según
confesión, y confesión admirable, de los mismos
incrédulos, los educadores más sabios son los que
ponen como base de todas las enseñanzas á Dios,
que informan toda la educación en los santos
preceptos del catolicismo, que educan el alma
de sus alumnos antes de instruir la mente, y
fundan de este modo y vigorizan la sana moral
que es la base del bienestar y de la felicidad no
sólo de la familia, sino de toda la sociedad. Y
entre estos santos educadores, permitidme. Señores, que, no porque la naturaleza del presente
Congreso lo requiera, lo exija, sino por sincera
y antigua admiración, permitidme, digo, que
señale á los hijos de D. Juan Bosco, el hombre
portento, como le llamaron sus tiempos, espíritu
inflamado de caridad y de indómita energía, que
á pesar de las persecuciones y de las desconfian
zas, que en los ánimos apocadc« infunden siem
pre las grandes obras, logi'ó ver su benéfica obra
esparcida por todo el mundo. Aquel Apóstol íué
padre cariñoso de los jóvenes, que en número de
200.000 se cobijaban á su muerte bajo techo salesiano; dió gran impulso á las Misiones, porque
sus hijos volaron á propagar en lejanas y bárba
ras regiones el dulce nombre de Cristo : íué sostén
de innumerables emigrados, por que los Salesianos hablándoles el suave idioma patrio, les en
jugan las lágrimas y los consuelan en anuncia
de la patria y de la familia, y lo que es más, los
ayudan á abandonarse en brazos de la fe, de
aquella fe que es el bálsamo más dulce y seguro
en las humanas desventuras.
Pero la Obra de D. Bosco se va haciendo gi
gante; la Sociedad de S. Francisco de Sales, las
Hijas de María Auxiliadora, los Cooperadores y
Cooperadoras Salesianas, forman como una santa
liga, como un ejército aguerrido, que con las ar
mas de la dulzura, del sacrificio y dcl amor he
redadas de D. Bosco, conquistan las almas y di
latan por el mundo el reino de Dios.
Y ya que el campo de batalla en que los Salesianos ganan más lámeles es en el campo de las
escuelas, pemritidme. Señores, que llame por
un momento ^*uest^a atención acerca de las es
cuelas de la primera y segunda enseüanza, que
contienen el germen de la sociedad futura. Allí
se encuentran también las dos fuerzas de que os
hablaba al principio de mi modesto discurso:
ía fuerza material, que debe recibir una direc
ción sana y robusta en las escuelas obreras y en
los talleres, y la fuerza intelectual, que no debe
crecer sofocada entre la duda y la n a c ió n , sino
^ivificada con entusiasmo á la luz y al calor de
las di^^nas \*erdades.
Y en cuanto á las escuelas primarias, quisiera
que en cada una de ellas se esculpiese aquella
frase de Victor Hugo que d ecía: Deben llevarse
ante los tribunales aquellos padres que mandan
sus hijos á las escuelas en que está escrito: Aquí
■ no se enseña religión. Profunda sentencia que los
males grandes que trae consigo esta instruccióo
sin Dios arrancaron de los labios de aquel eximio
y desdichado escritor. ¿Qué daño, por el contrario,
puede causar á los niños el estudio del catecismo,
de ese áureo libro que sobrepuja en sabiduría
los tratados de los antiguos filósofos? Ese übro
es la luz en el orden de las ideas, por que resuelve
los grandes problemas que agitan la humanidad:
' ¿De dónde vienes? ¿Qiiién eres? ¿A dónde vas?»
Ese libro es la fuerza en el orden moral, porque
una vez admitida la existencia de un Dios y del
alma inmortal, hay un motivo, el único grave y
eficaz, para seguir la virtud hasta en lo más inte
rior de nuestros más recónditos pensamientos y aborrecer el vicio hasta en lo más íntimo de nues
tras secretas aspiraciones. ¿Yno hade complacerse
la Sociedad, en que sus hijos aprendan en la Ict
eterna del Decálogo á amar á sus padres y á su
patria, á obedecer á quien está constituido en
dignidad, aimque sea perverso, á no herir la
fama y virtud ajena, á respetar sus bienes y no
conculcar su honor? ¿Cómo no sentirse firme y
segura, si procuramos arraigar en el ánimo de
sus hijos la idea de un noble deber que nos per
mite repetir aquel dicho antiguo: Poiius mon
quam feedari, antes morir que contaminamos con
ía maldad? ¡Ahí defendamos, Señores, con todas
nuestras fuerzas la en-señanza dcl catecismo en
las escuelas primarias, el catecismo que según d
mismo Didci ot, es el mejor tratado de pedagogía.
De este modo podremos alejar de los niños, que
más tarde serán en su mayor parte obreros, la
carcoma del socialismo, que con la negación de lo
sobrenatural y con la guerra contra el derecho de
propiedad, encierra en sí mismo el germen de la
destrucción social. Y atendida la dificultad en
que se encuentran aun los padres más piadosos
de dar esa enseñanza á sus hijos en el seno de 1
familia, exijamos que se observe la ley que la
favorece (i) y sobre todo el art. -f del R ^ *
mentó general de la instrucción primaria, que
manda que la enseñanza religiosa la confíen los
Ayuntamientos á maestros ú otras personas de
reconocida competencia. Este principio lo hem«
defendido nosotros poco ha en el Capitolio de
Roma y éste lo debemos defender acérrima*
mente todos.
En lo que atañe á la instrucción secundana,
tened presente. Señores, que para formar ^
alma cristiana no bastan sólo las prácticas
(i) E l orador habla de las leyes de Italia.
39 —
piedad 6 la simple enseñanza catequística: es
necesaria la ciencia de la religión,y son por tanto
loables y oportunas las clases de religión, si se
dan con método sobrio y eficaz, de modo que la
religión llegue á convertirse en jugo y sangre de
los alxunnos y hacerlos invulnerables, por así
decirlo, á los ataques que deberán sufrir en los
cursos universitarios, no sólo de sus colegas sino,
lo que es peor, de sus mismos profesores. ¡Ah! yo
quisiera decirles á éstos: vuestra pericia en las ma
terias que enseñáis no os da derecho. Señores, de
invadir el campo de la fe. Vosotros tenéis en vues
tras manos un sagrado depósito, los jóvenes,
respetadlos, oh maestros, porque no es Hcito en
medio de la volubilidad de los modernos siste
mas científicos, turbar sus conciencias y helar el
generoso entusiasmo de sus corazones con el
fiío hálito de la duda y de la incredulidad. Vues
tra acción no es ni patriótica ni civil, por que
una juventud sin fe, será una juventud sin vir
tudes, sin energía de ideas civiles, sin espíritu de
sacrificio, y de tales jóvenes no saben que hacer
ni la patria ni la sociedad. Téngaos al menos y
os aparte de esa vil y perniciosa propaganda de
la impiedad, el pensamiento de que en nuestra
patria y en el mundo entero los gigantes de 1^
ciencias, de las letras y de las artes profesaron
!as verdades que nos enseñó Cristo.
Pero además de un profundo conocimiento
de la religión, conviene que la enseñanza sea
enderezada al grande y capital objeto de instruir
á la juventud en las ideas cristianas, de tal ma
nera, que la escuela toda sea una continua ele
vación de la mente á los más sublimes ideales
de la fe. Deus sciaiHarum Dominus est, et ipsi
praeparantur cogitationes. Propónganse en buena
hora á la admiración de los jóvenes las inmor
tales bellezas de los clásicos griegos y latinos,
pero no se les iimpire un culto excesivo de la forma,
que sería caer en los errores del Renacimiento,
cuando el arte pagana amenazaba ahogar el es
píritu del Evangelio. Sabia es por tanto la obra
de las escuelas Salesianas, que al estudio de los
clásicos paganos juntan el de los Padres de la
Iglesia más citan te s, como Jerónimo, Firmiano,
Lactancio, Prudencio y muchos otros. Bueno
es estudiar los monumentos de la literatura mo
derna, pero no lo es hacerse esclavos de esta ó
esotra escuela, sino que debemcs recordar que
las letras tienen por objeto damos á conocer lo
verdadero é infundimos amor á lo bueno con el
atractivo de lo bello. No sea la historia nna per
petua conspiración contra la verdad, sí una fiel
y sincera exposición de principios y de hechos,
que infamen al alumno en entusiasmo para imi
tar á los verdaderos protectores de la patria. Y
¿que diré yo, Señores, de las ciencias naturales,
esa arma formidable de que tanto se abusa para
abrir brecha en la idea de un Dios personal y
Creador? ¡Ah! que los que tales materias enseñan
en Institutos y Universidades, no pueden y no
deben ignorar, que ciertas hipótesis, que en vano
ellos llaman teorías, se hallan desacreditadas
ante la ciencia, como no deben ignorar que la
teoría del origen de los séres vivientes, ésto es,
la teoría de los homogestos, que se reduce al
axioma de Robín omftc t ivum ex vivo y la teoría
de unidad humana luminosamente probada por
Quatreíages y por consiguiente de su origen di
vino, son verdades rigurosamente conquistadas
por la ciencia positiva, y que por lo tanto queda
condenada toda hipótesis evolucionista ó transformista, que tiene por único objeto borrar el
sello que la mano de Dios grabó en nuestra mente
y quitar todo mérito á la voluntad. Y ¿por qué no
hemos de decir que en el campo de las ciencias
naturales, cuanto más progresa el estudio, más
evidente resulta el fin teológico de todos los
hechos, y más portentosa aparece la economía
de los medios en la consecución de los múltiples
fines, que más viva luz arroja sobre el antiguo
aforismo Deus et natura nil ¡rustra molUuntur?
Y no quiero en este rápido resumen de las ma
terias de la enseñanza superior, olvidar la filo
sofía, que debiera ser la reina de todas y que
por desgracia no es más que una esclava, redu
cida en las escuelas modernas á poco más que
simples preceptos de lógica. Pero ¿quién de entre
nosotros no reconoce su importancia, no come
exposición de sistemas sutiles y delirios humanos,
sino como ciencia que tiende al períeccionamento
intelectual y moral del hombre y como estudio
auxiliar de la religión? Y me parece del caso re
petir aquí la profunda y conocida sentencia de
Bacón de Verulamio, que decía, que los estudios
superficiales en filosofía pueden conducir al
ateísmo, pero que la ciencia adquirida con abun
dancia y solidez conduce á Dios.
Este es, pues, el espíritu que debe informar
las escuelas de primera y segunda enseñanza,
espíritu que fielmente observ’an los liijos de Don
Bosco. Esta es asimismo la grande obra á que
deben dedicarse los Cooperadores Salesianos.
Los beneméritos hijos de D. Bosco, con su ener
gía admirable, han fimdado dondequiera es
cuelas para los obreros y para los jóvenes de la
clase media, y aquí se consagran á la instrucción
técnica, comercial y agrícola, allá á la instruc
ción clásica: en una parte llenan sus talleres de
jóvenes obreros, en otra a w d a n al aspirante
á cultivar su vocación. Pues bien, Señores, de
mos con generosidad la mano á estos heraldos
de la civilización y protejamos con todas nues
tras fuerzas esa obra santa, que es campo de
abundantes y preciosos frutos.
Y del mismo modo que el pobrecíllo de Asís
—
\’ió en sí y en sus secuaces, á los que sostenían
la Iglesia de S. Juan de Letrán, así vosotros
Cooperadores Salcsianos, que formáis la orden
tercera de D. Hosco, al mismo tiempo que os
esforzáis por imitar su espíritu y sus obras, soste
ned la educación cristiana de nuestra juventud,
que es el edificio moral, en que principalmente
se funda el porvenir de la Iglesia. Y sobre todo
vosotras, generosas Cooperadoras, que con la
delicadeza de vuestro corazón y d tierno amor
hacia vuestros hijos, ponéis en obra todas las
industrias y todos los cuidados para educarlos,
colocad á ^’uest^os adorados hijos y á los hijos
del pueblo bajo el manto de María Auxiliadora,
que los Salesianos han escogido por poderosa
patrona. De este modo imitaréis la abnegación
y desinterés de la madre de D. Hosco, de la
buena Margarita, y de la madre de su dignísimo
sucesor D. Miguel Rúa, hei'edero del espíritu y
del valor de su venerando Padre. Aqudlas dos
piadosas mujeres íuei'on las primeras que se
consagiaron al cuidado de los niños que recogía
aquel apóstol de la caridad, y vosotras seréis
4
0
—
las continuadoras de tan santa y benéfica obra.
No temáis por el éxito de vuestros sacrificios, por
que ,como la Sma. Virgen bajo el título de Au¿ lio de los Cristianos triunfó en Lepante de la
barbarie musulmana, derrotará también á los
que, más crueles aun que los turcos, pretenden
arrancar del seno de Dios las almas de vuestros
hijos.
y tú, grande D.'Bosco, humilde hijo del pue
blo, divinizador de los nuevos tiempos y gloria
de nuestra patria, noble amparo y defensa de la
juventud estudiosa y obrera, regocíjate en tu
tumba de Valsálice, hasta donde llegan los ecos de
esta solemne asamblea, donde Purpurados ilustres,
l^elados insignes y la flor del clero y del laicato
católico elevan un himno á tu grandiosa obra,
Tus hijos forman ya falanges y legiones, tus ins
tituciones nacidas aquí, en la fuerte, la culta, la
religiosa Turín, ciudad envidiada del Sacramento,
se han ya esparcido por toda la tierra, y todo
los que se precian de hombres de ingenio y de
corazón porfían por aclamarte benemérito de
la Iglesia y de la Sociedad.
AGINA INTIMA l|T
gratitud. En todas parles ha sido su apoyo el co
razón generoso de nuestros buenos Cooperadores.
Unámonos para cooperar, amados Cooperadores,. Por éso ruegan todos los días á Dios por vosotros y
al fin supremo que nuestra Asociación se propone.
por éso tantas veces os lo han manifestado y os lo
Si la unidad nos hace invencibles, la coojx:ración
manifcst.irán mil y mil \-eces más, porque en ellce
nos hará beneméritos, y la caridad, qvie sabe remu no tiene fin el agradecimiento.
nerar con tantos goces á los que la ejercen, nos hará
Poro al par que os bendicen por el .apoyo que les
también particijx's, no tan sólo de las bendiciones
prestasteis en lo pasado y les seguís prestando, os
de los hombres tan mezquinas piu-a un corazón
piden de nuevo que multipliquéis vuestro favor
generoso, sino de las bendiciones de Dios. Vosotros
hacia ellos y sigáis apoyando, con consejos, limos
lo sabéis; los Salcsianos, que todo lo han dejado
nas y oradones la obra grande que Dios les ha con
para inmolarlo á Dios, no piden para sí. piden para
fiado. Pero cooperad todos, y cooperad generosa
esparcirlo .1 manos llenas entre los necesitados, para
mente, que las necesidades se aumentan, su canq»
cobijar á la juventud pobre, que el mundo desprecia se extiende y el efecto de sus fatigas será tanto más
}■ condena después de haberla corrompido. En esta
halagüeño y benéfico, cuanto más firme, compacta
obra de sol\ ar á la juventud, que tan acepta es á ios
y decidida sea vuestra generosidad. E l campo de
divinos ojos, sois \-osotros su sosten, vososros su
la caridad es tan ancho, tan extenso, que por más
generosa ayuda. Sin \mestra cooperadón bien poco
grande que sean vuestras ansias por querer abra
hubieran podido hacer los pobres hijos de D. Bosco.
zarlo todo, no llegaréis á conseguirlo por vosotros
tjuienes después de Dios y de la .-Auxiliadora de los
mismos; pero lo que no podéis solos, lo podrfe
Cristianos, á vosotros consagran sincera y eterna
unidos á la gran familia Salesinna. Vorntrrs soé
Cooperemos.
_ 41 —
la mano bienhechora que esparce la semilla, la
Congr^ación Salesiana es el viento impetuoso que
la transporta hasta las naciones más apartadas de
la tierra; vosotros sois como los manantiales que
hilo á hilo dáis el agua de la caridad que v a á reu
nirse ai gran rio de la Congregación, que pasa entre
valles
llanuras fertilizando el mundo. De este
modo, no sois sólo bienhechores de una familia, de
ana ciudad, sois bienhechores del mundo entero,
sois Cooperadores de Dios. ¡Ah ! ¡cuántas grandezas
ocultas se descubrirán en el último dia, el gran
día de las justicias ! ¡cuántas almas humildes, que
han dado á escondidas una limosna que quizá ne
cesitaban, que daban sin restricciones, sin obstentación y con modestia, se manifestarán ceñidas
con la aureola dcl heroísmo !
El campo, pues, se abre á vuestros ojos extenso
y necesitado. Las Misiones que piden obreros
evangélicos, subsidios para convertir infieles, para
sostener los inmensos gastos que tan sublime obra
requiere ; si cooperáis, tenéis parte y mérito en los
frutos recogidos y en las conversiones obradas. Los
asilos de la infancia pobre, que requieren pan, techo
y vestidos para alimentar, cobijar y abrigar á los
que no lo tienen y darles con el socorro material,
al alimento del alma, la religión, la salud : si coo
peráis, participaréis de tantos merecimientos, se
réis también vosotros salvadores de almas. Los
talleres cristianos, que exigen sumas cuantiosas
para enseñar al joven obrero el arte de vivir y el
camino del Cielo : si cooperáis, mereceréis bien de
los hombres y de Dios que ama infinitamente á
los obreros.
Los colegios, las colonias agrícolas, los oratorios
festivos sobre todo, que piden vuestro apoyo y
vuestras limosnas para producir los tintos de ben
dición, que están destinados á producir; coope
rando, tendréis parte en las fatigas del misionero,
del maestro de taller, del catequista que explica
la doctrina cristiana, del que enseña á labrar la
tierra y del predicador que convierte y guía las
almas.
Los tiempos porque atravesamos exigen acdón
y generosidad, por que si no trabajamos nosotros
por el bien, los perversos trabajan por su tiiste
causa. Nuestra acción es cooperar con los Salesianos á la salvación de la juventud. Ellos se sacrifican
con su persona, sacrificad vosotros algo 4© vuestros
haberes, algo de vuestra actividad y seréis delante
de Dios también apóstoles.
E ¡ año ju b ila r de la Im m aculada.
Hemos saludado y a con el alma henchida de
santa alegría y esperanza el año jubilar de la In
maculada.
Los Cooperadores Salesianos y todos los hijos de
D. Bosco tienen un particular deber para festejar
este solemne ano jubilar y en especial la fiesta de
la Purísima, que será el quincuagésimo de la so
lemne proclamación del Dogma : pues, la Provi
dencia de Dios dispuso que en el día consa
grado á la Inmaculada, se colocase la piedra f\mdamental de la Obra Salesiana, y D. Bosco solía
escoger este día para inaugurar nuevas fundaciones
ó iniciar obras nuevas, á que le guiaban el bien de
las almas y el amor á María.
El dia 8 de Diciembre del 1854, cuando el inmor
tal Pontífice Pío IX rodeado de más de 200 Carde
nales, Patriarcas, Arzobispos y Obispos vxnidos
de todas las regiones del orbe, en la Basílica Vati
cana, proclamaba dogma de fe la Inmaculada Con
cepción de María, se celebró con gran solemnidad
en Valdocco. Aquel año afligía á Turin un violento
cólera, pero ninguno de los niños del Oratorio,
aunque consagrados al servdcio de los apestados,
sucumbió del fatal morbo. E l único caso que de
cólera hubo en el Oratorio, como escribe D. Bonetti, fué el de D. Bosco, pero tma mano invisible,
la de la Sma. Virgen, le libró de la muerte.
L a mañana de aquel memorable día los jóvenes
del Asilo y los del Oratorio festivo se acercaron
casi todos con gran fervor á los Sacramentos en
honor de la Virgen Purísima que los había cobijado
á todos bajo el manto de su maternal tutela. Desde
entonces los hijos de D. Bosco vienen celebrando
este santo dia con gran solemnidad.
Por tanto, si celebrar solemnemente la fiesta de
la Purísima es ya en todas las Casas Salcsianas y
entre nuestros amados Cooperadores una tradición
de familia, será oportuno, para secundar también
los deseos de León X III (d. s. m.) y de Pío X , que
se celebre con festejos particulares este afio jubilar
y especialmente el dia 8 de Diciembre. Dejamos
toda disposición al celo y á la prudencia de los Di
rectores y Celadoras.
Frutos del Congreso
LA S MISIONES
Una nueva expedición de obreros evangélicos
partió el p. pdo. Diciembre del Santuario de María
Auxiliadora de Tnrin para las lejanas legiones de
América. Hace veintiocho años que se repite la
conmovedora
de despedida, hace veintiocho
años que los Salesianos trabajan infatigables en el
nuevo mimdo. De los progresos que en este lapso de
—
42 —
tiempo han hecho las Misiones Salesianas y de las
airnas que se han salvado, un día recibirán nuestros
Bienhechores la parte que á sus sacrificios se debe.
Para animarles más y más á seguir prestando su
protección a tan santa obra, trascribimos aquí los
votos del Ille r Congreso :
Las Misiones Salesianas tienen necesidad del
continuo favor de Dios y de los hombres : pues á
pesar de que con tanta celeridad y extensión se
hayan multiplicado, no obstante en todas partes
solicitan nuevas fundaciones, para la que se nece
sitan vocaciones y recursos. A este fin :
I®— Los Cooperadores rueguen al Señor conti
nuamente por las Misiones Salesianas. Rogaie Dominum messis, ut miitat operarios in messem suam.
2®— Los que han recibido de Dios la vocación
de Misioneros no pongan obstáculo á la gracia. Los
Ángeles de aquellas apartadas regiones suspiran
por nuevos apóstoles y s.e preparan á acogerlos con
regocijo.
3° — Los Cooperadores que puedan cultivar y
amparar tales vocaciones entre sus parientes, ami.
gos, ó alumnos, no perdonen sacrificios ni fatigas;
sino que agradeciendo á Dios les proporcione se
mejante ocasión, le ayuden con santo celo.
4® — Ningún Cooperador niegue el obolo de su
caridad en beneficio de las Misiones. Divinorum
divinisstmum est cooperari Deo in salutem animarum.
5®— Don Bosco, para demostrar que el mérito
de las obras buenas hechas en vida, es mayor que
el de las disposiciones que se dan para después de
la muerte, solía decir : que más nos alumbra una
linterna por delante que ciento por detrás. Á pesar
de ésto, loable es en gran manera la caridad á favor
de las Misiones en la hora de la muerte. ¡Cuánto
bien no hicieron á la causa de Dios algunos testa
mentos ! Es deber, pues, de todo buen cris
tiano disponer bien y á tiempo de aquellas ri
quezas de que deberá dar estrecha cuenta ante el
tribunal divino.
El REPRESEllTAETE REI SUCESOR DE DO» BOSCO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero Gusmano á nuestro Rector ¡Mayor, D . M iguel Rúa)
He aquí la primera relación de nuestra visita
á la^cuenca del Pacífico, que quizá he hecho es
perar demasiado, puesto que mi última llevaba
la fecha de hace cuatro meses: sin embargo, aun
que es mucho lo que tengo que manifestarle del
representante en América de nuestro Rector
Mayor y tan reducido el espacio que dispongo
en las columnas del Boletín, no dejaré de parti
ciparle nuestras noticias, para qvie á su vez las
comunique á nuestros buenos Cooperadores.
E n cuarentena
Después de siete días de navegación en el vajK>r /l/ogoíis y tres en el OrelUina, llegamos de
IVmambuco á Río Janeiro primeramente y des
pués á la República Oriental. Pero tuvimos que
pararnos á dos horas de su capital Montevideo,
en una pequeña isla. p>ara cumplir los cinco dias
de cuarentena jirescritos y ser además desinfec
tados. según lo ordenado para los que llegaban
de las Re¡>úblicas de la Piatii y los procedentes
como nosotros de las playas brasileñas, donde
estaba declarada oficialmente la existencia de
la fiebre amarilla, y tuvimos que resignarnos y
pagar cara aquella forzosa fumigación y poco
agradable cuarantena. La isla se llama Flores,
pero este nombre es una verdadera ironía. Fi
gúrese un arrecife desjjrovisto de toda clase de
vegetación, y tendrá una idea del lugar donde nos
encontrábamos: añádase á ésto el pensamiento
irritante de que no debíamos perder tiempo y
que nuestros hermanos del Uruguay nos espe
raban á corta distancia, y se comprenderá de
que buen humor nos hallábamos. Menos mal que
D. Gamba, superior de las Casas de aquella Re
pública, impaciente por ver á Ü. Albera pensó una
de las suj'as, y vino á constituirse con nosotros
en cuarentena. En su compañía nos fueron más
tolerables los días; era ya práctico, y recordaba con
todos los demás el hambre sufrida 25 años atrás
en aquella misma isla, cuando todavía clérigo,
llegara por primera vez á América. Nos mani
festó, que nos habían conducido á aquella isla
para la fumigación indispensable á fin de dar
— 43 - •
muerte á los microbios, que pudieran encon
trarse escondidos en nuestro equipage. Á 'n o s
otros, por cierto, no nos hicieron ninguna; las
maletas fueron apiladas en un gran salón, y qui
zás las desinfectarían cuando nosotros dormía
mos, pero no se notaba indicio alguno, ni tal
vez jamás se notará. Le dan tan poco crédito,
al menos en la práctica, los mismos vigilantes
á esto de la infección, que tratan casi familiar
mente con los supuestos apestados, deponiendo
toda seriedad, excepto la pecuniaria, á que queda
reducida esta medida higiénica. D. Albera, sin
embargo, estaba contento, porque aquella cua
rentena le daba ocasión para celebrar más veces
la Misa á los numerosos inmigi'antes, en su ma
yoría españoles, y dirigirles algunas buenas pa
labras.
M endoza
D. Albera, cansado ya de esperarle, é impaciente,
por verle se dirigió en persona á Buenos Aires,
para solicitar su risita, por la cuenca del Pacífico,
donde es Vicario general de nuestro venerable
Rector Mayor. Todos conocemos la ardiente ca
ridad y el celo de Mons. Costamagna. de este in
fatigable apóstol, el primero, que con gran riesgo
de su vida, penetró en la Patagonia seguido de
los Salesianos; el primero, que recorrió la Bolivia. para fundar dos casas, debiéndosele tam
bién la apertura de otras 58 casas, más la erec
ción de innumerables iglesias en la República
.\rgentina. Chile. Perú y el Ecuador han sido
igualmente camjx) abierto á sus fatigas en los
25 años, qtie lleva de ]>ermanencia en América.
En siete años de episcopado ha confirmado á
más de 160.000 personas, }>enetrando valerosa
mente donde los Obispos diocesanos no se habían
atrevido á acercarse. Por muchas que hayan sido
las ocupaciones á que debía atender, jamás
Mons. Costamagna ha dejado nada por hacer;
})ero de todo ésto, quien mejor nos ]->udiera dar
noticia, es Monseñor mismo.
Terminada la cu8irentena y después de saludar
de paso á nuestros hermanos de Montevideo y
de Buenos Aires, tomamos el tren directo que
en 32 horas nos condujo á Mendoza, con razón
llamada la Rioja de la Argentina, pues su prin
cipal producto es el vino.
R odeo del M edio
Varias Ordenes religiosas, especialmente los
Anres de partir de Mendoza, nos dirigimos á
Jesuítas, han contribuido mucho, para que
Rodeo del Medio, pequeño arrabal con algunas
también los Salesianos fundaran allí una casa.
/I principios del año 1892, comenzamos con seis casas diseminadas : la población de las próximas
pequeñas estancias, destinadas para escuelas ex cercanías es numerosísima, pero abandonada por
ternas, sirviendo al mismo tiempo de alojamiento completo en todo lo que se refiere al culto divino.
á cuatro de nuestros hermanos ; pero nos falta Demasiado distantes como están de la ciudad,
ban capilla, ornamentos sagrados, y en ima pa no tienen necesidad de imitar el mal ejemplo,
labra, todo lo necesario para el culto; ocho meses para dejar de cumjfiir con sus deberes religiosos.
Fuimos hospedados en una modesta casa de
después, se pudo bendecir la capilla, capaz para
200 personas, ampliándose más tarde el fabri cam pana; la habitaba una señora, que hacía
poco había enviudado, quedando con dos niños,
cado, de modo que se pudieron presentar á Don
dos verdaderos angelitos. Nos dejó en comjfieta
Albera 261 alumnos que frecuentaban nuestras
posesión de la casa y cuando nos acom]>añaba á
escuelas (de los cuales 77 eran in t^ o s ) y más
la mesa, ocupaba el último lu gar: por su conti
de 300 los concurrentes á nuestras oratorios.
Las Hijas de María Auxiliadora cuentan unas nente modesto y su traje humilde, nadie se hu
biera figurado que aquella fuera la dueña de la
153 niñas en sus escuelas y 150 en el Oratorio
Tal vez cometa una imjjrudencia al mani
festivo. El entusiasta y cariñoso recibimiento
que hicieron los dos colegios al visitador extra festar que esta humilde persona es la señora Lu
ordinario, es prueba ¡palmaria de su progreso en cila Barrionuevo de Bombal, que en el año 1898
el estudio, y sobre todo, del profundo reconoci cedió á los Salesianos diez hectáreas de terreno
cultivado de viña, á fin de que atendiesen á las
miento que nutren hacia la Obra Salesiana. Pero
lo que más agradó á D. Albera, fué la gran mul necesidades espirituales de la ix)blación de las
cercanías, terreno que duplicó al momento de
titud que concurría á nuestra pequeña iglesia y
de la cual la mayor parte recibió los santos la donación y que un año después cuadruplicó.
Ademá-‘í, como si aún no estuviese satisfecha con
Sacramentos. Él mismo les predicó durante el
mes de María, que terminó con la fiesta de la estas espléndidas donaciones, regaló su propia
Inmaculada Concepción. Su Excia. Mons. San rasa con un terreno anexo, á las Hijas de María
Au-xiliadora. Ella se ha fabricado otra, y ahora
tiago Costamagna, con su sabia palabra llena
de entusiasmo por D. Bosco, dió la acostumbrada ♦ se ha propuesto terminar el precioso templo co
menzado á María Auxiliadora, que no le costará
conferencia á los Cooperadores Salesianos. Este
compañero de colegio, de estudios y de ordena m-mos de 60.000 ir. ; los trabajos se encuentran
ción sacerdotal, este amigo del alma de nuestro bastante adelantados. .¿Quién lo crería? esta se-
— 44 —
ñora con tanta extensión de terreno de viñedo
como tenía, se ha quedado sin un grano de uva,
y si los Salesianos, por gratitud, no se le hubiesen
mandado, se hubiera visto obligada á comprarla
para sus dos hijitos. ¡Cuánto edifica su conver
sación y su prudencia ! no pasa día sin hacer su
oración y su lectura espiritual. Quizás estas líneas
vayan á parar á las manos de aquel ángel de ca
ridad, haciendo encender su rostro en rojo car
mín por extremada modestia, pero yo no puedo
olvidarme que si para ella deben decirse aque
llas ¡>alabras de la Sagrada E scritura; sacramentum Regis abscondere honum est que tan escrupolosamente observa, á nosotros imperiosa
mente nos obligan aquellas otras : opera autem
Dei revelare et confiteri honorificum esL Debido á
sus esfuerzos, actualmente se puede oír Misa
cómodamente todos los días en Rodeo del
Medio: en los días festivos, se dá á los fieles
instrucción ; observándose el fruto en la fre
cuencia de Sacramentos y en la asistencia de 50
jóvenes al Oratorio festivo. Algunos jóvenes
asisten también á la escuela teórico-práctica de
vinicultura, y D. Albera recomendó se abriese
cuanto antes alguna escuela externa en Rodeo
del Medio, que á no dudarlo habrá sido inaugu
rada cuando esta mía se haya publicado. Las
Hermanas hacen otro tanto por la educación de
las niñas.
La señora Doña Lucila no es, con respecto al
tiempo, la j)rimera bienhechora de nuestra casa
en Barrionuevo; ya su abuela había donado á los
Salesianos parte de la casa y del terreno que
ocupa el actual Colegio de D. Bosco, retirándose
después á vivir con las Esclavas del Sagrado
Corazón de Jesús, en el convento de C-órdoba, á
la edad de 80 años, en donde Jesús le concediera
10 años aún de vida, para edificación de
aquella comunidad, que siempre habla de ella
con la mayor veneinción.
D. Albera enterado, que en Mendoza se en
contraban muchos compatriotas nuestros, hu
biera querido visitarlos, como ha hecho siempre
en todas partes con los que ha encontrado du
rante su lai^o viaje, mas esta vez jx>r la falta
de tiempo y sus muchas ocupaciones no le fué
posible, por lo que mandó á su secretario para
que lo excusasen de esta falta. Entre otras cosas
que visitamos, fué una hermosa fabrica, que
ocupa poi completo una isla, á media hora de la
ciudad, y la grandiosa bodega de los hermanos
Tomba. Continuamente trabajan allí más de 300
obreros, todos italianos y en su mayor parte
venecianos. Con exquisita afabilidad nos hicie
ron examinarlo todo, aquellos enormes toneles
de más 200 hectólitros, las nuevas máquinas
y otros adelantos de vinicultura, no sabiendo
al despedimos cómo manifestarles nuestro vivo
agradecimiento.
P o r la s C o rd illera s
Acompañados de Monseñor Costamagna atra
vesamos las Cordilleras, siendo para nosotros
una verdadera fortuna su grata compañía, pues
conoce palmo á palmo aquellos campos, y
tres meses atrás, desafiando los tres metros de
nieve que lo cubrían y abriéndose camino á
fuerza de brazos y sobre todo con el entusiasmo
de su ardiente celo, libró aquellas elevadísimas
barreras. Los labradores de una y otra parte de
las Cordilleras referían llenos de admiración su
arriesgadísima empresa y su buen éx ito : el frío
le abrasó toda la piel del rostro, que poco á poco
se le fué renovando hasta cambiarse por com
pleto. Nuestro viaje no fué muy m olesto; en
Diciembre, que es cuando comienza en este país la
estación del verano, la nieve en su mayor parte
se encuentra derretida. No nos faltaron sin
embargo anticipadas advertencias y funestos
presagios, de los que nos veían partir. Y a está
bamos prevenidos, y no nos amedrentaban aque
llos avisos, que en parte estimamos exagerados.
Con tanto viajar habíamos llegado á persuadir
nos, que aquí se considera al europeo como inca
paz de resistir á las fatigas, de arrostrar los peli
gros y soportar las privaciones; pero he podido
constatar con mi experiencia que también por
estas tierras se conoce la hipérbole. No quiero
decir con ést« que el atravesar las cordilleras sea
una cosa deliciosa, tanto más porque nuestro ama
dísimo D. Albera está ya avanzado en edad, ren
dido por los trabajos, delicado de salud y no
acostumbrado á viajar á caballo; pero sí, que
exageran bastante cuando todo lo ven lleno de
peligros. Mucho tendría que decir de la travesía;
pero creo, que en 15 años que nuestros Misioneros
atraviesan estas montañas, r ia d a s ya el 1887
con la sangre de Mons. Cagliero, la habrá y a des
crito una pluma menos indigna que la mía.
U na ojead a á C hile
Hemos llegado á la altura de 4000 metros, el
punto culminante, y mientras el tren devora la
distancia, demos una rápida mirada á Chile, á
esta laiguisima zona de tierra que se d e s p li^
desde el Perú al estrecho de Magallanes entre
— 45 —
el Océano y la Cordillera. Podemos dividirla en
tres regiones, La del Sud, lluviosa, fría y alíombrada de vegetación exuberante; las, vírgenes
florestas van desmontándose lentamente ; la na
turaleza es salvaje, misteriosa y, en los días cla
res, encantadora. Sin la lluvia y los vientos fríos
el paisaje sería tropical; el viajero descubre á
cada paso nuevas riquezas: dehesas inmensas,
bosques impenetrables, donde la segur no ha
sacrificado víctim as; manantiales de agua ca
lientes donde se zambulle el indio para curarse
de su reumatismo, flores trepadoras que se
enlazan y corren confundidas con las hierbas y
las lianas. Las florestas llegan casi á las playas
sierto sin linderos. En su suelo seco y en sus ári
das montañas no se ve un árbol ni una hierba,
sino es en algún perfumado vallecito; tierra es
cueta, arena, oro, plata, cobre, salitre, colosales
riquezas, fiebre insaciable de metal y locura ]x>r
brillar. Este desierto fabuloso con sus ritjuezas
domina el C hile: sus rayos metálicos le deslum
bran, le hipnotizan. Los chilenos guardan vigi
lantes este inmenso cadáver, que desmiembran
y explotan y en el cual cada miembro representa
muchos millones. En aquella pampa sin vege
tación, sin sombra, sin agua, al ¡>arecer debiera
pasarse una existencia absurda; pero es preciso
no echar en olvido que aquella es la tierra de los
G ualaquiza-Ecuador. — Iglesia y Colegio de la M isión.
del Océano y las ondulaciones que forman, pa
recen continuar las del vecino mar : región fan
tástica, donde lo desconocido va encubierto con
el velo de la leyenda.
La parte central es menos atrayente, pero goza
de un clima benigno y primaveral. La vid pro
duce vinos que con un poco de experiencia y de
cultivo llegarán á ser exquisitos; las ñores per
manecen frescas durante diez meses, y sería de
liciosa si las llanuras interminables sin árboles,
ni límites no la hicieran monótona.
Santiago centraliza el por venir de la República,
miemras que Valparaíso, la reina del Pacífico,
recibe todos los buques de Europa y los devuelve
cargados con preciosas mercancías ; toda la for
tuna de Chile pasa por sus manos y bajo sus mi
radas.
La r ^ ó n del Norte comprende un espantoso
desierto baio un cielo eternamente azul; un de
contrastes; al calor sofocante del día, se sucede
una noche helada ; y como no hay agua, los mi
neros lo han suplido con champagne.
Nos paramos en los límites del territorio ar
gentino y chileno : y mientras que dábamos una
cariñosa mirada á la República que dejábamos,
dándole las gracias por la hospitalidad que desde
hace 26 años da á los hijos de D. Hosco, implo
ramos las bendiciones del Cielo sobre la Repú
blica en que íbamos á entrar. Bendiciones que
más que nunca necesitaba en aquellos días, pues
hallándose las dos Repúblicas en relaciones nada
amistosas, amenazaba desencadenarse una gue
rra desastrosa entre aquellas dos naciones her
manas, guerra que hubiera sido,fatal, tanto para
el vencedor, como para el vencido.
('Se continuará).
-
víí,
46
E NUESTRAS MISIONES
w
(nano GRO^SO [RrasU]
L o a Indios C o ro a d o s-B o ro ro s
(Carla del P. Juan Bálzola)
- 4 R dm o y A dm o S r . D. R úa :
Bendito sea el Corazón Sacratísimo de Jesús
y nuestra buena Madre María Auxiliadora ;
CIENTO CU AR EN TA INDIOS han venido á
habitar con nosotros en la Colonia.
Había ya por fin recibido subsidios de Cuyabá,
cuando el 15 del }>te. mes, precisamente á media
dos del mes del Sdo. Corazón, el Capitán Joa
quín con su mujer y sus hijos (total 12 personas)
vino á darme aviso de que á la opuesta orilla del
Harreiro, en el lugar llamado Tacho, habían
acampado numerosos indios que venían con di
rección á nuestra Colonia. En efecto, la tarde
del día siguiente, después de haber vestido á los
doce huéspedes, montamos á caballo y nos diri
gimos al lugar indicado ; bien pronto llegaron á
nuestros oidos los desaforados gritos de los In
dios. Llegados á la ribera del Barreiro, nos pa
ramos. El Capitán de allí fué á darles la noticia
de que el Padre había venido á buscarlos. A este
anuncio se alzó un grito extraño y frenético de
alegría que llegó á las estrellas. Me apeé entonces,
y apoyado en el hombro de un indio pasé el río.
Entré en su campamento, que era un verdadero
hormiguero. Me condujeron á donde se hallaban
congregados los hombres, me ofrecieron una be
llida de medula de bacayuva y me acompañaron
á visitar á todas las familias, tratándome en todo
con la misma cortesía que si fueran civilizados.
Todos me ofrecían algo, \*a fruto de coco, j^a
anta asada, ya otras menudencias por el estilo,
I)ero todos me ofrecían regalitos para agasajarme, y yo por no disgustarlos tenía que recibirlos.
Pasadas al^remente algunas horas en su com
pañía, volví con algunos niños y jóvenes á la
Colonia á fin de preparar lo necesario para recibir
bien á los nuevos huéspedes.
El día siguiente, 17 de Junio, á éso de las 7 dr
la mañana ya se encontraban todos en la altura
de Bella Vista, desde donde todos unidos se di
rigieron á la Colonia. Llegados al cercado que la
rodea á unos 700 metros de las chozas, se pararon
de nuevo; después precedidos por el capitán
Joaquín en traje de gala con chaqueta y todo,
se acercaron á las chozas, trayendo consigo los
hombres y las mujeres, sus instrumentos de caza
y el ajuar de ambulancia. Créame, amadísimo
Padre, aquella era una escena que nos conrao\dó.
-j ¿Quién, nos decíamos, sino el Sacratísimo Co
razón de Jesús, nos los conduce tan mansos y
tan alegres en busca de la civilización? Estába
mos celebrando el triduo de su fiesta.......
Los llevé después al sitio que les habíamos
preparado, los expliqué el plano del campamento
y en un instante todos corrieron á escoger el ár
bol junto al cual querían frabicarse la choza. ¡Y
qué contentos quedaron los que encontraron
la choza hecha !
Expresé al Capitán el deseo de contarlos; éste
los reunió á todos y conté 42 hombres, 41 muje
res y 57 niños. Después di algunas chupadas en
el cigarro de cada uno en señal y prenda de leal
tad y amistad. Todo aquel día ellos lo pasaron
fabricándose cabañas con hojas de aciiry, la ma
gnífica palma de estas selvas; y nosotros repar
tiéndoles mantas, ropa y todo lo que necesitaban.
A l día siguiente fueron de mañana á trabajar de
nuevo al campo y vohneron á las once para al
morzar. Por lo \nsto, estos p-obrecifos indios no
son como los de la Colonia Teresa Cristina: aque
llos el cabo de media hora de trabajo dicen que
tienen callos en las manos y se cansan: éstos
¡■ «rseveran y trabajan.
El 19 era la fiesta del Sdo. Corazón, y tenía }'a
deseos que asistieran todos á la Sta. M isa.«No
entienden aun nada, decía entre mí, pero ¿es im
posible que agrupándose entorno al altar en un
día de tanta solemnidad, el Sdo. Corazón de
— 47 —
Jesús no mire con agrado este homenaje y no los
colme á todos de sus bendiciones?» Dije al Capitán
que deseaba que asistiesen á la Sta. Misa, y él se
encargó de dar regularmente la orden á todas
las familias.
Pero la noche del i8 al 19 determinaron pa
sarla en bacururú y el día 19 cazando. En efecto
en toda la noche no hicieron más que gritar y
hacer bullicio. Por la mañana cuando toqué la
campanilla para llamarlos á Misa aun estaban
haciendo bacururú y parecía cosa imposible in
terrumpir bruscamente su frenética fiesta. No
obstante, apenas oyeron que los llamaba, lo de
jaron todo con suma presteza para ir á ver al
Padre Grande. Asistieron todos al Santo Sacri
ficio con la boca abierta y con profundo silencio.
Mientras entraban en la capilla uno traía en la
mano un tizón ardiendo : apenas le vi, le mandé
fuera diciendo que aquello no estaba bien y que
había peligro que prendiese fuego á la cabaña,
y él se disculpó humildemente, tiró fuera el tizón
y volvió á la capilla. Otro estaba tranquilamente
con su cigarro encendido en la boca, un tercero
con el sombrero en la cabeza; también éstos,
cuando los hube avisado, obedecieron con bue
nos modos. Acabada la Misa, leí el acto de con
sagración al Sdo. Corazón de Jesús y les hice una
plática en su idioma, de lo que quedaron muy
contentos.
Después de la función fueron á cazar, y vol
vieron por la tarde con 38 cerdos salvajes y un
anta, después de haber recorrido como unos 5 km
de distancia. Los pobrecitos no cabían en sí por
la alegría; yo aproveché la ocasión para decirles
que si se sentían tan felices era por que habían
oido Misa y prometido al Padre Grande ser
buenos. No sabían después como demostrarme
su agradecimiento y repetían á cada p a so : ¡E l
Padre Grande es verdaderanvenie bueno !
Mientra ésto le escribo, los viejos y los mozos
trabajan en el campo y en sus chozas, los niños
y las niñas están en la escuela. Todo, gracias á
Dios, está ya bien encaminado. Las niñas apren
den con facilidad los quehaceres domésticos, y
los niños son tan despejados, que uno de ellos
en la primera lección consiguió distinguir el valor
de las letras. Los padres están entusiasmados por
k) que queremos á sus hijos.
Hoy mismo han partido dos indios con di
rección al Sud para visitar á los demás compa®ffos y decirles que han llegado y a los Misione
ros. Estos buenos neófitos nos aseguran que en
tí "Rio das Martes hay en cada aldea más salvajes
que los que habitan en la G?lonia. Ha venido ya
el anciano Capitán Grande: dentro de poco
tiempo tendremc» cobijados á la sombra del Sdo.
Corazón á centenares 5’^centenares de hijas de
la floresta. ¡Que dilatado camjK) se abre ante
nuestra v is ta !
No se ohúde V. R. de nosotras, Venerado Su
perior y Padre, y mándenos do cuando en
cuando algo de lo que la generosidad de los bue
nos Cooperadores deposita en sus manos. Debo de
cirle que en estos pobres salvajes la fe entrará
por la b o ca ; cuanto mejor los tratemos, más
pronto los convertiremos... ¡ah ! si jnidicramos...
pero tengamos confianza en la Providencia di
vina.
El Sacratísimo Corazón de Jesús, á quien esta
Colonia está dedicada, no nos abandonará, según
esperamos, y nos colmará de todas las bendicio
nes espirituales y temporales. Y para que mejor
se realizen nuestras esperanzas, venerado Padre,
me encomiendo á sus oraciones.
Bendíganos á todos, pero en especial á este
Su humilde 5* obediente Hijo
en el Corazón de Jesús
JUAN B.ÁLZOLA, Pbro.
ñ través dei Ccuador
Impresiones de un viaje
(Correspóndencia d el P , F é lix Tallaofiini)
( Continuación)
Adelanle.
Pasamos todo aquel día sin novedad, si se
exceptúa que una muía se nos enredó en un
montón de ramos y barro, que se había formado
en una hendidura y al querer librarse se hubieran
despeñado caballo y caballero en una sima, sí
el guía no los hubiera agarrado con tiempo. Es
verdad que nos sorprendió una deshecha lluvia,
pero hay que notar que en ios estrechos senderos
de la floresta el ramaje hace superfluo llevar
paraguas.
Por otra parte nos distraía la infinita variedad
de la fauna y flora y las caprichosas y variadas
condiciones hidrográficas y orográficas de la
r^ión.
-
48 -
pruebas de tanta valentía. Bajaron con gran
soltura la difícil pendiente atestada de pozas
fangosas y profundas y tan juntas que los pobres
animales no salían de una sino para caer en otra.
Pero al llegar á cierto punto el camino se hace
pedregoso para precipitarse como encajonanado
en la dura piedra. Allá en lo profundo muge fu
rioso el río Rosario, que se contuerce como un
basilisco, se yergue como un gigantesco dragón
por encima de las enormes masas que quieren
contener su carrerEt y se precipita desde el altura
formando nubes de espuma ; se retuerce después
como m león herido con mil vértigos y se de
rrumba por la garganta que le hacen dos opues
tas montañas unidas por un puente.
Este cuadro espantoso trae á la memoria otro
más espantoso aún, el del río L itta por el cual
pasamos, cuando el i8g6 salimos desterradcK de
Quito. Con la diferencia de que este es un puente
seguro y aquel poco menos que una maroma de
titiriteros. Pasar á caballo hubiera sido qui^á
fatal, y por éso nos apeamos y pasamos á pié
sobre el vertiginoso abismo bajo una galería de
flores, como si el puente se hubiera engalanado
siglos.
para el recibimiento del Sr. Obispo. Así también
Al caer de la tarde pasamos por una de estas
se suelen pintar con hermosas palabras las ho
selvas bajas, donde el café brotaba á la sombra
rrendas páginas de la vida humana. ¡Cruel sar
<le los aromáticos limoneros y cedros que for
maban un hermoso verjel; vimos levantarse en casmo !
Trepando por el escabroso peñasco llegamos
medio una cruz, como un atalaya que custodiase
en poco tiempo á Aguacate. Allí nos esperaba
aquel recinto de verdor y que nos decía que
otra iwrtentosa barba ; la del Misionero P. Luis
aquel era un cementerio. Subimos después i>or
Giccardi, que vino á nuestro encuentro con el
una pendiente erguida y abierta, frente á la cual
se levantaba otra más alta y no menos escabrosa, coadjutor aún lampiño Miguel Avila
El Rosario rezado aquella noche después de
todas dos cubiertas de bananos, cañas, palmeras,
cenar en medio de los mugidos del río que lleva
café, naranjos y limoneros.
su nombre, debió resultar más imponente y
sublime que las armonías de los coros y de los
La lev de los contrastes.
órganos bajo las majestuosas bóvedas de San
Henos ya en Rosario, exclamó nuestro arriero; Pedro. Nuestro Sr. Obispo se retiró á repc^r
estas dos cabañas forman el pueblo de Rosario ; en un pobre aposento, que en aquellas circi*nsaquellas otras diseminadas allá al frente se lla tancias podía llamarse un alcázar, y los demas
man Aguacate ; detrás de la cima de aquel cerro nos acostamos por tierra ó mecidos al balan
¡)e todas las hendiduras de las inmediatas
montañas brota un hilo de agua ó mana una
vena inagotable : jxjr todos los poros de los ris
cos salta el líquido elemento que va formándose
su cauce y forma en la montaña gargant^ysenos:
se precipita en forma de caprichoso chorro ó de
rumoroso arroyo ó de cascada impetuosa bajo
cuya espuma volatilizada y adornada con los
colores del iris debe pasar el viajero, si es que
la fuerza de la corriente no lanza la masa ácuea
á algunos metros de distancia, formando sobre el
camino un arco terso y límpido como si un frío
intenso la hubiera helado y suspendido en el aire.
Tras la vegetación gigantesca y salvaje, al
aparecer una selva más baja y de árboles menos
corpulentos, se manifiesta la mano del hombre,
que no ha mucho tiempo, desboscó y cultivó este
terreno, en el cual despuntaron más tarde estos
arbolillos que espontáneamente va multiplicando
la exuberancia de la linfa; hasta que un esfuerzo
mayor de la naturaleza no cree nuevas plantas
más consistentes y más fuertes, que quiten la
\-ida á las primeras para desafiar los soles y los
se encuentra S. José y un poco más allá Cuchijximlia.
_
Encima de aquella colina quiere el P. Fran
cisco edificar la capilla de María Auxiliadora,
liara que de todos estos caseríos pueda venir la
gente á oir Misa, confesarse é invocar á la Virgen
Sma. en sus necesidades. Hizo a las muías una
arenga en su lenguaje y volviéndose á los calialleros concluyó: Dentro de cinco minutos es
tamos ya al otro lado.
Nunca habían hasta entonces dado las muías
ceo de una hamaca.
La tierra t>rometida.
Al día siguiente, después de haber satisfecho
nuestros deberes y la piedad de'unos treinta fie
les venidos para confesarse y comulgar, prose
guimos nut^stro viaje. Era el 23 de Julio, último
día de nuestro viaje, .Á éso de medio día divísame
entre los iirboles cierta luz que nos anunciaba
la proximidad de otro valle. M cabo de poco
■
— 49 —
rato vimos por entre el bosque, algunos plantíos á
los lejos. Nuestro corazón daba fuertes latidos
como el de los Israelitas á la vista de la tierra
prometida, ó conio el de los Cruzados al divisar
los muros de Jerusalén.
Estábamos á la entrada del Valle de Gualaquiza, que forma ángulo con el que hasta ahora
habíamos venido costeando.
Desde el Nordeste al Sudeste, hasta donde la
vista se pierde en la azulada cadena occidental,
contemplas, amado lector, un mar de verdura
que ondulado aquí al par de las lomas y colinas,
y de los indios. Con poca fatiga podrás contar
los habitantes civilizados, que no llegan á docientos.
Pero si nutres afecto hacia los demás herma
nos de roja piel y casi desnuda, que caigailos
con sus lanzas y envenenadas saetas cruzan los
bosques como ciervos, y como peces desafían la
corriente de los río s; si amas á los libaros, en
una palabra, tiende la mirada y verás bajo el es
peso follaje, una, dos ó á lo más cuatro casas reu
nidas á distancia suficiente pata no verse unas
á o tras; y corriendo después á través de la
Recuerdo de la visita del Exmo. Sr. Presidente de Cbile á la Misión de S. Rafael • Isla de Dawson • Palaxonla.
más allá, igualado por una Ilanura,interrumpido
ilespués repentinamente por una serie de coUaáos, acaba por dividirse en varios valles menores.
Allá , donde serpentea claro y tranquillo un río,
^ d e se divisan algunas casas de madera y paja
rodeadas de j>eqneños solares, allá está Gualaqaiza.
Ves allí la Iglesia, bastante alta y e l^ n t e . co
locada sobre una de las más bajas colinas, con dos
®sas y el colegio de los Misioneros al lado y cerca
^ otra de las Hermanas, todas revocadas con
amarillo y blanco. Dos chozas que están
cerca y ima casa no muy distante forman el
Snieso de la población .
Ahora busca entre las cañas, bananos y pal
acras en que se ocultan, las casas de los blancos
floresta por senderos comunes á salvajes, osos,
tigres y serpientes, busca tras medía jomada, más
y más chozas, á las orillas del cristalino BomÍ.K)iza. á las ael impetuoso Chuchumbleza, del
tranquilo Zamora, y del majestuoso Santiago:
vence las corrientes y búscalos en los valles del
Indanza y del Chipianza, entre las aguas orguUosas del Pante, en todos los afluentes del ma
gnífico Morona al Norte, adonde no penetran
los rayos del sol, donde ellos espían las huellas
del pie enemigo, donde sacrifican á sus víctimas,
donde sus iras hacen enmudecer á las fieras,
donde el grito de guerra ihuia, ihuta sobrepuja
el mugido de los torrentes.
En fin, abandonándote á merced de las aguas
del Morona, baja basta las caudalosas del fiiúunUi
V
—
50 —
canusa (el mayor de los ríos); sube, si puedes de
nuevo hacia la boca del Santiago, á través del
negro abismo llamado Pongo de Manseriche,
acércate á tus hermanos, habla con ellos. Todos
te dirán que son el pueblo más fuerte y más in
dómito de la tierra; que ignoran si de las mon
tañas del Kassci, donde duerme el sol, descien
den sus padres, ó del gran Kamasa, ó del ascí
gumiyumi (mar) donde el sol se despierta; pero
que todos eran fuertes como los árboles seculares
de la floresta, furiosos é invencibles como el
abismo del Pongo, terribles como los huracanes
que arrancan los troncos del bosque, Kilos te
dirán : nuestros j)adres al triste son del iunduy,
reunían todas sus tribus, desde el Caquetá al
Amazonas , sus bosques se llenaban de fuertes
guerreros como las hormigas llenan sus hormi
gueros, y para nadie faltaba yuca, banano y chi
cha. Te jurarán después, sacudiendo sus largas
y bien peinadas cabelleras, que nunca en todos
los tiempos pasados, ni siquiera uno de ellos
doblegó su frente al yugo extranjero : que los
antiguos Sciri^ ó señores de Quito, no pudieron
dominarlos, aunque ellos, quizá por comunidad
de origen se llaman Sciiiora: que los Incas, due
ños de todo el Occidente, debieron retroceder á
su presencia. Con los ojos chispeantes de cólera,
golpeando la tierra con el pie y blandiendo la
terrible lanza, te señalarán el lugar donde se
levantaban las antiguas ciudades do Logroño,
Sevilla y Mendoza, de que ellos hicieron heca
tombe de Españoles, cien años ha, y hoy sepul
tadas bajo la tercera generación de una floresta
secular. Nosotros no tememos á nadie, te dirán
al fin, porque la venganza del Jíbaro es «.ierta
y terrible, y nuestros bosques forman una forta
leza inexpugnable.
Y tú ¡oh lector! sorprendiendo en estas tersas
frentes, en el fulgor de estos ojos, en estos pechos
ardientes, un rayo de nobleza y gi'andeza, y bus
cando en vano las señales de su poder, preguntas
con tristeza: ¿Qué se hicieron tribus tan nume
rosas y tremendas? ¿Qué causa ha determinado
su gradual decadencia? ¿Quién les prestará una
mano pxira levantarse al esplendor antiguo?....
Hémonas entre tanto acercado al asilo del
Misionero, que desde hace ocho años suda y se
fatiga y se confunde con el feroz Jíbaro, para
sah'arlo : y que ha regado ya con sus sudores la
mitad del territorio que te he descrito.
¡Adelante, adelante! Que el buen Prelado,
aunque rendido, vuela ya delante de todos, an
sioso de abrazar á sus hijos, de explorar el campo,
de facilitar la acción del Misionero para la re^
dención de los salvajes.
Se esparce por el valle el sonido de las cam
panas ; acuden con los brazos abiertos los niños
del Colegio, los catequistas y el pueblo civilizado.
Mezclados con ellos viene un gian número de
hijos de la floresta: son los mejores, los que más
ayudan al sacerdote en la instrucción religiosa. To
dos están de fiesta. Llevan ceñidos las espaldas
y los muslos con un iti-pi (i) nuevo : pintados de
rojo ipiahi (2) la cara, el pecho y los brazos; bri.
lian sobre su luciente cabellera, pendientes de^
tzemai (3), las plumas más raras de guacamayos,
carpinteros y predicadores; del cuello y hombros
cuelgan en caprichosas dijes, dientes de monos,
V ista de Santiago - Chile.
OSOS y leopardos, alternados con picos y cabezas
de aves finísimas.
Se acercan altivos y sonriendo, besan la mano
del Obispo, que desde tanto tiempo esperaban;
y mirándole con ojos vivos, amorosos y altivos
al tiempo mismo, le preguntan ; ¿liiuz puháme,
aparti? — ¿Cómo estás, padre? — Hace muchas
lunas y muchas chontes {4) (meses y años), que
te esi>eramos. Finalmente has llegado; maágke,
está bien....
Un abrazo del Pastor, todo bañado en lágn*
mas, es la respuesta.
¡Después padre é hijos, ci\úlizados y salvajes,
se postran á los pies del altar, ante Aquél que a
todos nos hace hermanos 1
FIN.
(1) T ela basta á barras de varios colores que tejen
indios sin cortarla para ceñírsela á las caderas.
(2) Especie de azafrán.
(3) Lazo con que se ciñen la cabeza.
,« ^ te
(4I Chonta es una palma que produce anualmeo
una especie de coco.
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María
Auxiliadora
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■ 1^
te salve, paloma, que nos trajiste el ramo de oliva anunciador de
la p az: paloma cuyas plateadas plumas reflejan con la nitidez del
oro los fulgores vivísimos del Espíritu iluminador del universo. Dios te
salve deliciosísimo verjel plantado en el Oriente por la mano del Omni
potente; verjel matizado de olorosas azucenas y rosas inmarcesibles. Dios te
salve, sacrosanto, inmaculado y purísimo alcázar del Dios Rey. que acoges con
benignidad á todos y á todos los embriagas con tus inefables delicias; intercede
con tu autoridad de madre y de reina con tu Divino Hijo por nosotros; reviste
á los Sacerdotes de justicia y de fe probada, inmaculada y sincera; concede que
rijan en la prosperidad de la paz, los príncipes ortodoxos que prefieren orlarte
con diadema de gloria á brillar con el resplandor de la púrpura: humilla á las
naciones desdichadas que blasfeman tu nombre el de tu Smo. Hijo y haz que
el pueblo sumiso observe con suave obediencia los santos preceptos. Muéstrate
Auxiliadora á todo el universo y sostenle con tu poderosa mano.
IOS
S an
D os g ra c ia s de M a ria A u x ilia d o ra
Á causa de una calumnia que me levan
taron. atenté contra mi vida y solo por un
acto de la misericordia de Dios, no conseguí quitírmela. Tres meses estuve en manos de los
médicos que desesperaban poder salvarm e;
cuando un día la Sra. Natividad Porcel me
aconsejó hacer una novena á María Auxiliadora,
Tanto me entusiasmó, que á los 4 días de
liaberla empezado ya había arrojado las muletas
que me servían de apoyo ; quedé enteramente
restablecido.
Agradecido á la bondad de tan buena Madre
me alisté en la asociación de Cooperadores Salesianos, haciendo la promesa de repartir los
Bc^etines á los vecinos de mi Villa de PinosoQuedo eternamente agradecido á María Au
xiliadora que tan providencialmente supo sal’ arme.
Más tarde, el 14 de Noviembre del año pa^ 0 , caí de un andamio de la altura de 5 me
G
erm ano.
tros, sobre un montón de piedras. A l caer clamé
á María Auxiliadora, pidiéndole su amparo y,
si bien me disloqué un pié y me rompí al
gunas muelas, quedé con vida. El médico me
aseguró que tenía para tres meses, jjero á los
16 días volví al trabajo sano y bueno. En
agradecimiento fui' con mi esposa el 4 de
Enero á confesar y comulgar al .Santuario de
María Aux. en Sarriá, según habíamos pro
metido.
Honor á la Sma. Virgen.
Jo s é C o r t é s C a r b o n e e
y M a g d a l e n a Ma s .
Villa de Pinoso (Alicante), 16 de Enero de 1903.
U na g ra c ia de M aria
Cayó mi señora madre enferma de una fuerte
disentería, que la tuvo diez ú once días sin
poder tomar alimento de ningún género, nada
más que líquidos. \'iéndola desfallecer por mo
mentos, á los siete días de enfermedad la di.s-
—
puse para que recibiera los santos Sacramen
tos, y para pedir á María Aux. la salud si le
convenía, dí principio á la novena de los tres
PaternAster, \ves y Salves, ofreciendo hacerle
después la novena del librito en acción de gra
cias si sanaba. [ Cosa prodigiosa, á pesar de
su gravedad y tener la enferma 78 años de
ed a d ! á los cuatro días se inició la mejoría y
entró en el pcriódo de franca convalecencia y
hace días, gracias A María Aux., se encuentra
tan bien como si nada hubiera tenido. Esto
para mí es un portento por razón de la avan
zada edad de la doliente.
M a n u e l B a u t l s t a , Pbro.
P re se rv a d o s de la m uerte
Después de registrar tantas gracias que nues
tra buena Madre María Auxiliadora continua
mente concede á sus devotos, hoy con el co
razón rebosante de gratitud hacia nuestra ce
lestial Protectora, consignamos el favor singular
de haber la Virgen Sma. librado de una muerte
segura á nuestro querido P. Inspector y al
Rdo. P. Gherra juntamente con los benemé
ritos Cooperadores Salesianos Señores Ernesto
Vignaud y Juan Pasadore (hijo).
El lunes 5 de Octubre del p. pdo. año, el
Rdo. P. Inspector D. José Vespignani se trasla
daba desde el Rosario de Sta. Fe á la Colonia
Vignaud estación Brinkmann (por el ramal
de Rosario á Morteros) para visitar la nueva
Casa Salesiana establecida en dicha Colonia.
Habiendo llegado á la estación Brinkmann á
las 6,40 de la tarde encontró al proprietario
de la Colonia Sr. Vignaud con su cuñado el Sr.
Pasadore, que hablan venido A recibirle, junta
mente con el Rdo. P. Gherra que acababa
de predicar una fructuosísima misión en la
misma colonia. El P. Vespignani subió al óreak
del Sr. Vignaud: entablándose entre los cuatro
una interesante conversación, recorrieron un
kilómetro por el camino carretero paralelo á
la vía férrea á pocos metros de ella. Llegados
al punto donde el camino cruza la vía, ni el
cochero, ni los demás se dieron cuenta de que
el tren estaba muy próxim o: los caballos al
salií* lie la curva, donde había un pequeño
piintano, arrancaron con fuerza para subir la
\’ía algo más elevada y cruzar los railes en el
momento mismo que la máquina del tren con
la linterna adelante y con un fuerte silbido les
venía encima. Los caballos ya estaban en la
—
vía y las ruedas.del coche tocaban los railes,
cuando el P. Gherra gritó: « ¡E l tren! ¡María
Auxiliadora, ayudadnos! » y diciendo ésto tocó
al cochero en los hombros á fin de que hi
ciera retroceder los caballos, los cuales (contra
su costumbre, pues eran muy briosos) al ins
tante se retiraron de la vía, doblando á la iz
quierda; los afortunados viajeros á pocos pal
mos veían y sentían asustados el tren, que
como ráfaga de impetuoso viento casi rozaba
con el mismo coche.
A l volver en sí de su espanto, todos prorrumpieron en un grito de / Viva María Auxilia
dora / / Viva Don Bosco / y rezaron una salve
en acción de gracias. — Luego el Señor Vignaud prometió levantar un altar á María Au
xiliadora en su colonia, recomendando que se
diera publicidad á esta gracia tan señalada que
acababan de recibir.
Entre las circunstancias que aseguran la in
tervención de María Sma. Auxiliadora, la más
providencial es que el break, en el cual iban
los viajeros, se estrenaba aquella misma noche
para ir á buscar al P. Inspector desde varios
meses esperado; y la distinguida Cooperadora
Sra. Anita Pasadore de Vignaud con piadosa
previsión había colocado en el respaldar de
los asientos dos medallas de María Auxiliadora
y en el asiento del cochero las medallas de San
Benito Abad y la Milagrosa. — Además de
encontrarse pertrechados con estas medallas, el
Inspector Salesiano contaba con los 15 Sábados
de María Auxiliadora que con especial fervor
se celebran en varios Colegios salesianos y de
María A uxiliadora, y el Sr. Vignaud y com
pañeros acababan de tomar parte en la Misión
predicada por el P. Gherra, en la que no hubo
ni un solo colono que no recibiera los SS.
Sacramentos. — Era además un lunes dedi
cado á las Benditas Animas y no dudamos que
ellas velan por la vida é incolumidad de los
que contribuyen á la erección del Templo del
Sufragio.
A las 8 y i¡2 llegaron á « Vignaud " di
rigiéndose en seguida á la Capilla, la cual es
taba repleta de colonos. Un buen coro de niños
entonó cánticos sagrados y las Letanías de la
Sma, V irg en : el P. Vespignani dió la Bendi
ción cot; el Smo. Sacramento v dirigpó pala
bras de felicitación á aquellos buenos colonos
italianos, ya por la dicha de disfrutar de todos
los beneficios de la Religión bajo la dirección
y con el ejemplo de tan buenos Patrones, ya
~
53 —
por el fruto conseguido en la santa Misión.
— Refirió luego la gracia que acababa de re
cibir juntamente con sus compañeros, é invitó
á todos á oir la Sta. Misa, pro graüarum
aciione^ que celebraría al día siguiente. — Aquellos buenos colonos, no contentos con imo,
siguieron aún por tres días asistiendo casi to
dos á la Sta. Misa y á la plática de la tarde
y un buen número de ellos se acercaron de
nuevo á los Stos. Sacramentos.
El bien que se promete el Sr. Vignaud de
la fundación del Colegio Salesiano y de otro
de María Auxiliadora en su Colonia le hizo
afirmar (y nosotros convenimos con él) que el
enemigo infernal lucha desesperadamente contra
estas instituciones, y á cada momento les pre
para estorbos v peligros; pero tiene que vár
aselas con Aquella que una y más veces le
aplastó la cabeza!
Á la Virgen pues toda la gloria y nuestro
eterno agradecimiento.
Daa también con toda la efusión de su alma gradas
á María Auxiliadora y ofrecen una limosna:
Alicante. Luis Berenguer, Pbro. En trance apu
rado acudí á María Au.x. é hice una novena prome
tiendo liacer una limosna si alcanzaba la gracia; y
habiéndola obtenido, cumplo la promesa, ofreciendo
25 pts. para el culto de María Aux. y para los ni
ños de las Escuelas de Sarria. Ofrezco también una
Misa en acción de gracias por otro favor obtenido.
Antigua (Canarias). Una Hija de María; Hallán
dose mi madre atacada de un grave mal al cora
zón, ofred á María Aux. hacerle una novena y pu
blicar la gracia : al terminar el novenario mi madre
quedó completamente curada,
Cartagena (Colombia). Francisco Pacheco, agra
decido eternamente á María Aux. por haberle sal
vado á su hermana de una muerte segura á causa
de una fiebre violenta que le duró cuarenta d ía s:
cumple gustoso la promesa de publicar la gracia.
TetiríCanariasj.yiíJíiJ/íyíí/íífa, Decurión SaUsiano:
Enferma la niña Sebastiana de la Fe Berriel, de
modo que inspiraba serios temores á sus amantes
padres, la encomendaron á María Aux., y luego era,pezó á sentirse la suave protección de la Sma. Vir
gen, pues á pesar de resistirse á las medianas de
5su inteligente médico, fué mejorando hasta ponerse
buena. Agradecidos sus padres publican la gracia.
Granada (Nicaragua). José F é lix Gutiérrez; Pa
decía atroces dolores en el riñon derecho, y dos
acreditados facultativos declararon en él la exis
tencia de piedra y resolvieron que sólo una ope
ración me salvaría. En este estado pedí á María
Aux. la gracia de obtener la curación sin necesidad
de operarme Repetí mi súplica á la Virgen y antes
de operarme pude expeler la causa de mi enfer
medad y quedé emerameate curado. Cumplo mi
promesa publicando la gracia y remitiendo una limosna.
Ibidem. Sara Lacayo de Lacayo, Concepción I m cayo, Juliana Solano, Antonio Sandoval, Juana A/átus, María R . de Conrado, Nazario Oiavarria, Car
los J . Martínez, Rosalía Morales vda. de Marenco,
Camila de Espinosa, Faustino Fonseca, Martina
Doininguoz, Valentina Domínguez, Esiebana Robleto, Jerónimo Domínguez, Mana Centeno y Daniel
Ortega: dan gracias á María Aux. y una limosna
por favores obtenidos de su maternal bondad.
Gerona ('Esfiana). N. N. manda d decir una misa
por una gracia señalada. — Un devoto de PallaJrtigell y una devota envían una limosna por haber
obtenido gracias.
Hondón de los¡Frailes (Alicante). Trinidad Mira
Verdú, da gracias á María Aux. por un favor se
ñalado.— Teresa Mira, Cooperadora Salesiana, por
dos gracias especiales.
La Libertad (Nicaragua). Bartolomé Jirón. La
Sra, Ramona E ster Urbina me ruega haga pública
la siguiente gracia: Hallándome en grave pesa
dumbre por haberse fugado del poder de mis pa
dres una joven hermana mía, prometí á María Aux,
una novena y publicaría la gracia si volvía al abrigo
paterno sin percances y dificultades. Mi hermana
ha vuelto pronto, sana y sin dificultad y recomen
dando á todos que confíen en la Madre de los afligi
dos, cumplo lo prometido.
Málaga (España). Manuela García Juste: hallán
dome en trance apurado acudí á María A ux. y salí
de él con felicidad; quedo eternamente agradecida.
Salamanca (España). Manuela de Felipe. Cum
pliendo con un deber de gratitud, hago público mi
agradecimiento por el favor recibido.
Ibidem. Antonia Pelaez, ofrezco á María Aux.
una limosna y me inscribo como Cooperadora Sa
lesiana por haber conseguido el feliz resultado de
una operación hecha á un hijo mió.
San Ángel (Méjico). Juan Torres, Pbro. Hace 5
años que mi Hermano Heliodoro, jovencito de 10
años, empezó á padecer una inflamación en la pan
torrilla izquierda proveniente de debilidad en el
sistema huesoso; y por sus quejas y el no poder
dormir se conocía los dolores que sufría. Lleno de
amor á María Aux., lo encomendé á Ella. Cesaron
luego los dolores, y aunque no del todo, la enfer
medad que aun le afligió 4 años. Como en la ac
tualidad ya está completamente sano, hago público
mi agradecimiento á la milogrosa Virgen de Don
Bosco.
Sarria (Barcelona). Una Cooperadora por haber
conseguido la curación de un fuerte dolor que mi
madre padecía. — Una devota, por haber sanado
de la vista.
Ibidem. Cristina Cruz, padeció 20 meses convul
siones terribles de nervios que la 'ponían á punto
de muerte, se encomendó á María Aux., puso al
cuello su medalla y se víó instantáneamente curada.
Seo de Urgel (Lérida). Luis Jábrega, Pbro., se
complace en manifestar su profunda gratitud á María
Aux. por haber salido libre del servicio militar un
hermano suyo alumno de Teología dogmática en
el Seminario.
— 54 —
Torrebanio (España). José Alvarez Rodríguez,
Pbro. A l verme en peligro de reincidir en una pul
monía y tifus, y haliándose una niña acometida de
mortal accidente, recurrí á M. Aux., y en ambos
casos desapareció el peligro. Agradecido cumplo la
promesa de dar una limosna.
Talca (Chile). Una Cooperadora Salesiana, por
haber encontrado una parienta suya que se había
fugado de la casa paterna. También deseaba cono
cer la voluntad del Señor en un asunto y la he
experimentado sensiblemente por medio de su
Sma. Madre.
Ibídem. Zoila González Herrera da gracias á
María Aux. por varios favores recibidos.
Valencia (España^. M. B . Da gracias á María
Aux. por haber curado á su marido de un mal que
padecía en la boca, y A su madre de un íleo ó mi
serere que la puso á las puertas de la muerte.
Cumple su promesa.
Verín (Orense)./oíi? Abella: hallándome afligido
por frecuentes insomnios, acudí á María .-\ux. pro
metiéndole dar una limosna y publicar lá gracia:
obtenida ésta, cumplo lo prometido.
Vigo (Pontevedra). J . R . por haberla consolado
en una grave desgracia ocasionada por un fuerte
golpe que sufrió un jornalero y que por la pode
rosa intercesión de M. Aux. no tuvo las fatales
consecuencias que se temían.
Ibídem. Una Cooperadora-, hallándose mi hijo en
fermo tiempo hacia de escrófula y no hallando re
medio en los medicamentos, lo encomendé á María
Las bodas de plata de los Saleslaaos
en Vicdma-Patagonla.
Reproducimos gustosos una carta que con el hu
milde titulo de Un Indígena nos envía un excelente
Cooperador de aquella ciudad:
Sin vastos conocimientos para hacer historia, sin
vana soberbia estigmatizada por nuestra madre la
Iglesia y sin querer que se me crea sólo por mi
palabra, voy á narrar, aunque A grandes rasgos,
la influencia lenta, paulatina, pero continua que
ejercen, y probablemente ejercerán por mucho
tiempo los Hijos de Don Bosco en nuestra socia
bilidad criolla.
Que ella es benéfica para nuestro país, es indis
cutible; que merced á su espíritu, se han ido co
rrigiendo los malos hábitos, hijos más que de la
m^a fé, de la supina ignorancia de nuestros pai
sanos, también salta á la vista; que los Hijos de
Don Bosco han sacado de las tinieblas de la igno
rancia á unas cuantas generaciones de niños, que
hoy son útiles á la República en las diversas pro
Aux. y le prometí úna novena y una limosna si
curaba. Está ya completamente bueno y cumplo lo
prometido.
Ibídem. Una H ija de María; doy gracias á María
Aux. por haberme allanado una. grave dificultad, y
en agradecimiento doy una limosna.
S ú p lica s á M a ría A u x ilia d o ra .
UTta persona devota de Sarriá (Barcelona) y ZoÜa
Gozález Herrera de Talca (Chile) piden oraciones á
los lectores del Boletín para obtener, la primera,
que dezaparezca un defecto físico, que desaparezcan
dos vicios, que tenga feliz éxito un asunto de que
pende su porvenir; la segunda, una gracia espedalísima de la Virgen de D. Bosco.
N. B . Recom endaba D. B osco tres medios
p ara obtener una g ra cia de M aría Auxilia»
dora: i. R eza r con fe y devoción nueve días
seguidos tres Pater-nóster, A vem arias, Glo
ria s y S a lv e s ; 2. D ar u na lim osna; 3. Fre
cuentar los S S . Sacram entos.
Con estos tres medios obtendrem os las
gracias necesarias del A uxilio de los Cristia
nos, si nos convienen, pues es imposible que
no se m ueva á n u estras súplicas la que es
la M adre de la s M isericordias.
fesiones y oficios que desempeñan, no se puede
negar, pues también lo vemos con nuestros pro
pios ojos.
Y los pobres indígenas, los verdaderos nativos
y criollos de esta tierra, ¿dónde están, que no se les
ve con el natural terror que sus crímenes causaban?
¿ Se acabaron ya los Indios ? ¿ Desapareció esa pobre
é infeliz raza condenada por la civilización actual
mente liberal, al embrutecimiento y crasa ignoran
cia? N o ; los indígenas existen todavía; pero no
como antes, pues los Hijos de Don Bosco han re
ducido á esos pobres desheredados, los han cris
tianizado y enseñado, no sólo á leer y escribir, si
que también un arte ú oficio con el que pueden
ganarse la vida y subvenir á sus necesidades
más apremiantes; pues siguiendo el espíritu de la
Pía Sociedad Salesiana, al par que moralizan, los
Padres educan; porque donde ellos han edificado
una Iglesia, han elevado una Escuela y construido
talleres de Artes y Oficios: pasto moral, intelec
tual y material.
El dia 5 del mes de Noviembre del pasado año,
~
55
—
los PP. Salesianos inauguraron sus Bodas de Plata
Aires al Chubut, captándose en todas partes el
en el Territorio de Rio Negro, y dando á esta fecha
respeto y veneración á que sus virtudes le han
toda la importancia que encierra, lo hicieron con hecho acreedor. ¡ Bien representado ha estado Mon
sagrando* solemnemente una hermosa Capilla; allí
señor por su Pro-Vicario!
precisamente, donde no ha mucho se escuchaban
El generoso donante de la nueva Capilla, lo es
los alaridos del salvaje que al blandir sus lanzas
Don Cecilio Lucero y, aunque tenga que herir su
de tacuaza y ebrios de aguardiente y de sangre, la
modestia, lo haré, porque es justo que se haga
clavaban despiadados en el corazón de los cristia
conocer su generoso desprendimiento y su acen
nos, causando víctimas, incendios y desolación en
drado amor por la Religión. ¿Y por qué no he de
los tristes pobladores, que se veían en un momento,
decir que al hablar de El me siento regocijado por
ó pasar de la vida á la muerte, ó sumidos en ho que es de un .Argentino y paisano mió de quien
rroroso cautiverio.
hablo ?
Sí, María Auxiliadora preside hoy cual Reina de
¿ Por qué no decir que Él fué el primer criollo
absoluta potestad estas regiones, donde en vez de
de San Javier que tuvo la feliz idea de levantar un
los aullidos del indio bravo, sólo se oyen los cán monumento, si quier modesto, en homenaje á Ma
ticos tiernos y melodiosos de infinidad de niños de
ría Auxiliadora? Don Cecilio tenia una deuda con*
ambos sexos, que elevan suaves himnos á la Vir traída con la Virgen Santisima, y con la erección de
gen Santísima, Madre del Verbo que redimió á la
la Capilla, la ha en parte saldado. La finada mamá
humanidad. « Ave María, el Señor es contigo » se
del donante, estuvo cautiva de los indios y por la
oye cantar en la nueva Capilla y « A ve María » protección de la Madre de Dios, volvió al seno de
repercuten los valles y montañas de la hoy flore su familia. Don Cecilio estuvo junto con su mamá
ciente Patagonia, antes pa
trimonio del salvaje, pero
hoy evangelizada y educada
por los H ijosdeDonBosco,
que con heroico esfuerzo,
la entregaron cual á hija
menor á sus hermanas las
provincias que forman hoy
nuestra floreciente Repúbli
ca Argentina.
Lástima grande que nues
tro Obispo Mons. Cagliero
no haya podido asistir á la
bendición de la Capilla, ya
que á su erección cooperó
con todas sus fuerzas.
Pero el bueno y virtuoso
Prelado, á pesar de su avan
zada edad, no puede darse
punto de reposo, pues es
muy extenso el territorio
Eatrada de la Misión Salesiana de S. Rafael * Dawson - Patagonia.
confiado á su cuidado y muy
arduas sus tareas apostóli
cas, para que tenga un momento de quietufl. ¡Monse y una hermana escondida detrás de unas matas de
ñor! Ahora que estáis en Europa, decid á nuestros piquillin, mientras los indios los buscaban por iiaSuperiores eclesiásticos, que hoy la Patagonia ha en berles visto esconderse y á pesar del tenaz empeño
trado por la buena senda, decidles que merced á
que los salvajes tenian por encontrarles, no fueron
Vuestro zelo y evangélica enseñanza, somos aquí
habidos. Si el señor Lucero fué cuando jóven un
cristianos y que donde no ha mucho reinaba la ia- tanto despreocupado, no se le debe culpar, pues
cuaza del indio Pampa, hoy impera la Cruz de
no hizo más que seguir el ambiente que por do
Cristo y decidles también, que este hermoso resul quier le rodeaba...
tado lo habéis Vos, Señor, obtenido, con la coo
Pero en la edad provecta « cuando las canas de
peración de vuestros sacerdotes que en Vos han
la sien blanquean... » volvió á la fé de sus ma
bebido el espíritu de Don Bosco. Pero no, no di yores y hoy es modelo de esposos y de padres.
réis, Señor, lo que os pido, por que en humildad
En otro lugar he dicho:
habéis tomado por modelo á J^esús Crucificado.
A los dieciocho años no hay creencia,
De sentir es, repito, que Monseñor Cagliero no
que no borre la falta de experiencia;
1 4\a estado presente en el acto de la Consagra
pero cuando nos agobian los dolores
ción de la Capilla; pero el dignísimo Pro-Vicario
uno vuelve á l a f é d e sus mayores...
Eclesiástico, le ha sustituido y representado digna•■ ■ -ente y ésto no podía ser de otro modo, dado que
¿ Y cuántos tras una juventud borrascosa, no han
d P. Vacchina une á su zelo y apostólicas virtupor fin regresado á la verdadera senda de la cual
des. una permanencia de más de veinte años entre
nunca debieron salir?
r."K)tros y ha recorrido en misión desde Buenos
Feliz, si, mil veces feliz quien como Don Cecilio
—
5 6
•ga á la posteridad una obra piadosa, que al par
'¡ue perpetúe su memoria, sea un lugar donde pue
dan los cristianos cumplir con sus deberes de tales.
No hay un solo departamento, una sola casa, un
>olo paraje en el vasto Territorio del Río Negro,
ilonde no haya llegado y héchose sentir la benéfica
>' civilizadora influencia de los PP. Salesianos, ora
sea por que hayan construido Iglesias ó Capillas, ó
ya por el espíritu de religiosidad y trabajo que han
sabido inculcar en las familias que lo habian me
nester. El indigena que no tenia otra ocupación que
h s malones, las boleadas de avestruces, el latro
cinio y el pillaje, hoy se ha doblegado al trabajo
y los que no son pastores, son agricultores ü hon
rados menestrales, merced á la enzeñanza que de
los Salesianos han recibido. El indígena si aún no
es perfecto, lo será con el tiempo, si los PP. con
tinúan como hasta ahora, y hablo de perfección en
cuanto en lo humano puede habérla.
Y sentado lo que antecede, es incuestionable la
utilidad de los PP. Salesianos en nuestra naciona
lidad aun incipiente y muy particularmente en nues
tro extenso Territorio del Río Negro.
Con mayores recursos ¿ qué no harían estos po
bres Padres tan calumniados hasta en esa civilizada
Europa? La Misión Salesiana en el Río Negro ha
sufrido, ha padecido calamidades sin cuento, pero
lia sembrado y hoy ya se están palpando los resul
tados de la siembra.
En Viedma, tenemos escuelas de ambos sexos,
dos capillas, médicos, botica, hospitales y talleres,
todo salesiano.
Voy á terminar, por no cansar más su atención y
la de los benévolos lectores. Este articulejo lo he
escrito como humilde prueba de gratitud á los PP.
Salesianos y en homenaje á sus Bodas de Plata en
el Rio Negro. ¡ Que viva y eternamente perdure
entre nosotros la memoria del santo fundador é
ilustre apóstol Don Boscol
Noviembre 8—1903.
Un Indígena.
TURÍN — Oratorio de Valdocco — Fiesta de la Inma
culada. — Es antigua tradición celebrar en el Ora
torio de Valdocco la fiesta de la Concepción purí
sima con gran solcntnidad, pero este año había
para ello un motivo m ás; la apertura del ano ju
bilar. Este año los hijos de Don Bosco, según ex
presión de su Venerando Sucesor, deben venerar
con especial culto á M.\r 1a A u x i u a d o r a -I n m a c u LADA.
Los jóvenes estudiantes y artesanos presentaron
durante la Misa solemne dos nuevos estandartes al
Rdmo. Don Miguel Rúa para que los bendijese.
Las banderas son de fina seda bordadas en oro con
la efigie de San Luis y de S. Francisco y el mote
Studio e Pregkiera en la de los estudiantes; con la
efigie de S. José y de S. Francisco y el mote La
vara e Pregkiera en la de los artesanos. Asistió al
acto S. A . R. 1. la Princesa María Laetítia con
numeroso séquito de nobles damas y gentiles hom
bres.
La renombrada Sckola-Qsttiorum del Oratorio eje
cutó un programa musical magistralmente, y á Soo
'.•■ eos la magnífica antífona Corona Aurea del M«
—
Dógliani. Por la tarde predicó con sin igual afecto
y elocuencia el R. P. Alejandro Zampieri S. J. A las
5,30 se celebró en el elegante salón de actos una
solemne velada, presidida por Don Rúa, quien al
devolver á los alumnos las banderas ya bendecidas
les dijo estas palabras : « Vosotros me las distéis,
y yo ahora se las devuelvo á las respectivas seccio
nes. Pero no soy yo quien os las doy, es la misma
Virgen Inmaculada, vuestra tierna Madre, quien os
las da. ¿No las hemos bendecido en un día á Ella
consagrado, al despuntar su año jubilar? Recibidlas,
pues, como las recibiríais de sus mismas manos y
conservadlas como un precioso regalo. »
La fiesta y la velada no hubieran podido resultar
más solemnes; dejaron viva conmoción en el
ánimo de la inmensa muchedumbre y de los jóve
nes alumnos.
BARCELONA (E s p a ñ a ). — Por causas ajenas á la
voluntad de todos los que pudieran en ello interve
nir, suspendió sus tareas el Centro Católico « Dou
Bosco », establecido en la Casa Salesiana de esta
Capital, y por la misericordia divina el día 13 del
pasado IDiciembre volvieron á reanudarse, cele
brándose con tal motivo una animada y concurrida
función religiosa en la que dejó oír su autorizada
y elocuente palabra el conocidísimo y popular ora
dor D. Juan R. García, y en la que cantó con ver
dadero sabor religioso la Escolania de Marta Au
xiliadora la Misa del maestro -Capocci y delicados
motetes de Perosi, Casciolini y P ozzoli.
A las tres de la tarde empezó á afluir gente y á
ocupar los asientos del teatro del Centro, y á las
cinco tocaba la marcha triunfal de G. Marasco, la
banda salesiana de Sarriá, número primero del pro
grama de la parte recreativa de la función. Cuando
el Sr. Presidente del Centro, D. Cayetano Pareja;
dejó el asiento que ocupaba para dirigir su per
suasiva y convincente palabra á la muchedumbre
que impaciente le esperaba; una ensordecedora
salva de aplausos repercutió en todo el salón, y
poco después tuvimos la satisfacción de oir al Se
ñor Pareja uno de esos discursos, que siendo su
blimes en la forma y en el fondo, son del día, de
cuestiones candentes y de inmediata aplicación,
pues comparó á la obra de D. Bosco con todas
esas que tienen un fin puramente humano, y donde
no se sabe quien explota á quién; quien engaña y
quien es el engañado, pues todos se engañan y ex
plotan mutuamente. En el cinematógrafo de su dis
curso pasaron todos los cuadros de la Obra Sale
siana ; pero pintados con tan vivos colores y tan
interesantes detalles, que no lo haría mejor un Sa
lesiano que hubiese llevado 30 ó 40 años en la
Congregación: fundadísimos motivos tenía el pú
blico para aplaudir; seguidamente al Sr. Pareja un
himno coral á la Sma. Virgen, cantado por la Es*
colania, un soneto á María Auxiliadora y un valzBostón de C. Worsley, muy bien interpretado por
la banda, fueron los números 3®, 4® y 5“ del pro
grama.
El joven y elocuente abogado Sr. Bordas-, Secre
tario del Centro, pronunció uno de esos discursos
dignos de científico ateneo. Tres hermosísimas flo
res del Pontificado, era el título, siendo la primera
— 57 —
el inmortal Pío IX que condena en su Syltabus al
protestantismo y á su primogénito y maldito en
gendro el liberalismo; la segunda el sapientísimo
León XIII, que colocando á la Filosofía del Ángel
de las Escuelas en el puesto que debía ocupar,
consigue deshacer todos esos errores de los que
colocan á la razón como diosa absoluta; y la ter
cera el bondadísimo Pío X, que con su tradicional
caridad quiere Instaurare omnia in Chrisio. Por
demás está decir que recibió del público una ver
dadera ovación.
La Escolania cantó admirablemente el Jesús Aazareno de Gounod y la banda tocó después la sin
fonía de Karlin, leyendo á continuación una bonita
poesía de ocasión el popular poeta catalán Sr. Boloix; los repetidos aplausos le indicaban que el pú
blico deseaba oír nuevamente otra composición de
las suya, y leyó una que es imposible describamos
la impresión agradable que recibimos. Se titu la:
La Negra (la nera en catalán). En ella pinta á una
negra despreciada de todo el mundo por el enonne
delito de ser de este color, y así. vagando llega á
la basílica de Montserrat donde, al ver á la Sma.
Virgen de su mismo color la llama Madre. Pero
descrito con tal afecto que conmueve el corazón.
Este cuadro engalanado con los adornos poéticos
resulta hermosísimo.
La tradicional sardana finalizó el acto. Todos se
retiraron contentísimos y deseando que pronto el
centro Don Dosco, se vea concurrido por centenares
de obreros católicos.
NICTHEROY (B r a s il ). — Ea el Colegio de Sfa. Rosa
<56 ha establecido una Comisión organizadora del
solemnísimo Homenaje Nacional Mariano, dirigida
por los Salesianos. Esta Comisión ha publicado y
difundido por todo el Brasil un opúsculo titulado;
Hoinenaje á la Inmaculada Concepción, en el cual
se anuncian los solemnísimos festejos que se cele
brarán en el grandioso monumento elevado á María
.Auxiliadora junto á la Casa Salesíana, con motivo
del IV Centenario del descubrimiento del Brasil.
— Con decreto (n. 4876) de 6 de Julio 1903, el
Presidente de los Estados Unidos del Brasil con
cedía al Colegio Salesiano de Sta. Rosa de Nictheroy los privilegios y fueros de que goza el Gim
nasio Nacional. El decreto es de este tenor:
E l Presidente de la República de los Estados
Unidos del Brasil, vistas las informaciones dadas por
el delegado Jiscal del Gobierno, acerca de los progra
mas de enseñanza y e l modo en que se desarrollan
en e l Colegio Salesiano de Sta, Rosa, en e l Estado
•te Rio Janeiro, decreta conceder á este Establecimienio de instrucción, en vista de lo dispuesto por
el articulo 361 del Código de los Institutos oficiales
de enstíianza superior y secundaria aprobado con
decreto n° 38^0 fecha del
de Enero de rqoi, los
privilegios y fueros de que goza e l Gimnasio A'a-
cio::.-!.
R io JaiMíro, 6 d e Jo lio d e 1903, afio X V d e la R epública.
F r a n c is c o
de
P a o l a R o d r íg u e z A l v e s .
J . J . SCATRE.
S.4.NTLAG0 (C h il e ) — Inanguracíón de la Nneva Es*
cieU Profesional para Niñas. — Entresacamos de Iqs
diarios de la Capital; « El día 29 de Setiembre se
celebró unas de esas fiestas que dejan impresiones
que difícilmente se borran con el tiempo. Fué ésta
la inauguración del Instituto y Escuela Profesional
de María Auxiliadora, situada en la .\v. Matta.
esquina de Santa Rosa, y que es una elocuente
prueba de lo que puede la iniciativa privada, cuando
á ella van unidas la caridad, abnegación y patrio
tismo cristianos.
« A la verdad no se comprende como aquel ma
gnífico y extenso edificio, todo de cal y ladrillo
y construido según las reglas del arte y de la hi
giene, haya podido llevarse á término en poco más
de seis meses y sin contar para ello sino con muy
escasos recursos.
» Pero el amor al pueblo de que están animados
sus organizadores, ha sabido vencer las mil dificul
tades con que han tropezado en la realización de
esta magna obra que viene á prestar inmensos ser
vicios á los habitantes de aquel populoso barrio y
á llenar una verdadera necesidad social en estos
tiempos, en que la educación de la mujer está, por
desgracia, bastante descuidada.
» A las aulas de este colegio podrán acudir miles
de niñas á recibir, junto con una educación cris
tiana, los conocimientos prácticos que más tarde
les han de servir de arma poderosa en sus luchas
por la vida. Ahi se formará el verdadero tipo de
la mujer: la mujer cristiana.
» A las 4 de la tarde empezaron á llegar los in
vitados al local de la escuela, siendo amablemente
atendidos por el prebendado señor Don Miguel
León Prado, que los esperaba á la puerta del edi
ficio.
» Antes de la hora fijada para dar principio á la
fiesta, los visitantes se dirigieron á los altos de la
casa, para visitar sus varias dependencias y admirar
cl hermoso panorama que se ofrece al espectador
desde los altos del edificio.
» En una amplia sala, cuyas ventanas estaban
cubiertas con cortinas de color rosado, guirnaldas
de follaje y banderitas chilenas, se habia arreglado
un proscenio de elegante aspecto, en cuya parte
superior lucían los colores de la bandera de la
Argentina y un poco más abajo, entre dos lianderas, de la Sauta Sede, una Imagen de San Miguel
Arcángel. A los costados del proscenio se leían al
gunas inscripciones religiosas.
< A las 4 y medía de la tarde la banda de músi
cos de la Gratitud Nacional tocó la canción nacio
nal chilena, anunciando la llegada del Exemo. señor
Delegado Aix>stólico, Monseñor Pedro Monti.
» Entre aplausos calurosos, cl distinguido diplo
mático hizo su entrada en la sala en que debía efec
tuarse la fiesta, ocupando el sitio que se le había
designado. Cerca de él tomaron asiento el señor
Ministro de Industria y Obras Públicas, don Maxiliano Espinosa Pica ; el señor Ministro de Hacienda,
Don Miguel Cruchaga; el Señor Inspector General
de Instrucción primaria, Don Marco Antonio de la
Cuadra: el Sr. Rector del Seminario Don Gilberto
Fuenzalída; el Sr. Inspector de las Casas Salesianas, presbítero D. Luís Costamagna y muchos per
sonajes notables de la Capital.
9 Se inició la fiesta con un hermoso coro dedi
cado al Excelentísimo Sr. Monti y que cantaron
varias nifiitas uniformadas con traje negro y cor
bata de color rojo.
o El Sr. D. Miguel Prado, promotor y bienhechor
insigne de esta obra, pronunció un notable dis
curso del que damos algunos párrafos :
» Motivo de justo regocijo es para los padres
de familia, especialmente para los que viven en
este populoso barrio de Santiago, el poder contar
con este nuevo establecimiento que abre hoy sus
puertas ú la juventud, y en el cual centenares de
niñas podrán recibir una educación sólidamente
cristiana, una instrucción práctica y una profesión
con la cual puedan ganarse honradamente su vida.
» Con la debida aprobación de la autoridad ecle
siástica, el 25 de Enero del presente año se bendijo
y colocó la primera piedra que debía servir de fun
damento á la Iglesia, Instituto y Escuela Profesio
nal de María Auxiliadora.
» Contando con la protección de Dios, y con el
auxilio que podrían proporcionarnos personas ca
ritativas que se interesan por el bien de la Iglesia
y de la patria, se iniciaron los trabajos en los pri
meros dias de Febrero.
» Toda la obra se ha llevado á cabo con socios
de San José, y gracias á Dios, no hemos tenido
que lamentar ninguna desgracia durante el tiempo
de la construcción, que ha sido de seis meses...
» No hay enseñanza ni ilustración como la que
emana del catolicismo, y. el verdadero progreso y
civilización ha partido siempre del pie de esa Cruz
en que rindió su vida Aquél que dijo : « el que
me sigue no anda en tinieblas, » porque, « Yo soy
el camino, la verdad y la vida. »
» Formar, pues, nuevas generaciones educándo
las en la práctica de las virtudes cristianas, llevar
la luz de la verdad á las inteligencias oscurecidas,
convertir en instrucción práctica lo que hoy no es
sino un fardo pesado de teorías, ponerles d las jó
venes en sus manos una arma para las luchas por
la vida, y dejarlas en condición de ganarse honra
damente el pan con el sudor de su frente, he aqui
el objeto que perseguirá este benéfico estableci
miento .
» Asi como se cuidará de la educación moral é
intelectual, se cuidará también de la educación fí
sica, que siempre debe marchar en armonía con
aquellas.
» Esta obra patriótica y social que salvará á esa
porción escogida, de la cual depende la moralidad
del hombre y de la familia, y que las hará útiles
á la religión, á la patria y á ellas mismas, creo sin
duda alguna, merecerá vuestras simpatías y vuestra
protección.
^
» A l terminar. Señores, juntamente con hacer
los votos más sinceros porque la Divina Providen
cia continúe derramando sus dones sobre este nuevo
establecimiento, hecho para su gloria y el bien de
las almas, cumplo con el más grato deber de agra
deceros muy sinceramente vuestra bondad, por ha
ber venido á honrar esta fiesta con vuestra pre
sencia, y á todas las personas que han prestado su
cooperación á la realización de esta benéfica obra. »
A las ¿ y media de la tarde los asistentes empe
saron ñ retirarse, muy complacidos por los agrada
bles momentos pasados en la Escuela de María
Auxiliadora.
E5pigando
— Un circulo de amigos y admiradores de las
Obras de D. Bosco de Macao (China) está trabajando
por establecer una fundación Salesiana en aquella
apartada colonia Portuguesa. Los diarios locales,
particularmente O Patriota que se publica en HongKong, se interesan vivamente por la Obra Sale
siana con las expresiones más benignas y corteses,
por lo que nos sentimos obligados á darles las
gracias. El Señor bendiga tan buenos y santos
deseos.
— Se publica en Cuyabá (Brasil) un nuevo perió
dico: A Virgem de Dom Bosco, con el objeto de
dar incremento y apoyar la Misión de los Corea
dos y Bororos, á la que los Salesianos se han de
dicado en aquel Estado. Nuestros parabienes á los
celosos Cooperadores que promueven la publicación
del nuevo periódico,
é.
— Los Salesianos de Almagro (Buenos Aires) han
tomado á su cargo la dirección espiritual del Hos
pital Italiano de aquella ciudad ; celebran la St.i.
Misa todos los días festivos y asisten á los enfer
mos que necesitan los auxilios espirituales. Esto
hará que los emigrados, además de los cuidados que
el cuerpo requiere, tendrán también a la hora de
la muerte los auxilios del alma que son los más
necesarios y los que más consuelan en aquella
hora suprema.
*
_
consolador ver como por doquiera se pro
paga la devoción á la Auxiliadora de los Cristia
nos, especialmente en las Repúblicas Americanas.
Cortamos de una carta que nos escriben de SloceIcio (Colombia). « El librito de la novena que el
P. Briata me envió le llevé á Sampués, y desde
ese dia no lo tienen en descanso; ora una familia
ora otra, constantemente están haciendo novenas.
Aquí en Sincelejo me piden el librito; de Palmito
me escriben pidiéndomele: y á todos les respondo
que aguarden, que ya los encargaré. Con la devo
ción á María Auxiliadora se puede transformar
este pueblo; en Sampués hice el cambio de una
estampiu de María Auxiliadora por una piedra que
tenían en una vidriera y á la que encendía velas y
llamaban María del Cascajito: aquello filé una lu
cha, pero María Au.xiUadora triunfó. » Dios quiera
que triunfe perpetuamente en el corazón de todos
los fieles.
P l^
— 59 —
íDemoria$ Biográficas
DE
MONS. LUIS LASAG N A
(Continuación), (i)
la amargura que embargó por este hecho su
paternal corazón, que no pudiendo ya soportarla,
cayó enfermo, y poco después bajó á la tumba.
Residía ordinariamente en Buenos-Aires, y sus
preclaras virtudes le valieron la amistad y el
aprecio del Sr. Arzobispo y de las autoriiladcs
civiles. Había fundado las Escuelas de -•\rtes y
Oficios de S. Carlos en Almagro, donde instruía
en la virtud y el trabajo d más de doscientos jó
venes artesanos, yendo de puerta en puerta á
buscarles el p a n ; había mandado á las Pampas
de Patagonia los primeros obreros evangélicos,
mientras en Buenos-Aires atendía á los emigran
tes italianos. Á estas graves ocupaciones añadía
la de ser además inspector y representante de
D . Bosco en la República del Uruguay. Á él
por tanto acudía siempre D . Lasagna con filial
confianza, y de él rebibia consejos, animación
y socorro de personal. ¡Cuál no sería, pues, el
dolor de su alma delicada y sensible al recibir
la noticia de que el P. Bodrado, su superior y
amigo, estaba m oribundo! Voló á su cabecera
y tuvo aún el consuelo de oir sus últimas di.sposiciones y presenciar su edificante muerte.
Sirvió de lenitivo al dolor de todos los Sale
sianos, ver que toda la ciudad participaba de su
luto: el Sr. Arzobispo pronunció la oración fú
nebre en las solemnes exequias que se le hicie
ron; y tanta fué la muchedumbre de pueblo
que asistió, que más que funeral, parecía un
triunfo.
El ardiente deseo de poner un dique á los
vicios en la juventud de ambos sexos, le impelía
á emprender nuevas construcciones en Las
Piedras, en V illa Colón y en Montevideo, y de
estos planes daba cuenta á D . Bosco con estas
palabras dignas de un apóstol; < Y o le confieso
que ante la idea de tantos gastos, tantos sacri
ficios y tantos sudores por las obras establecidas
y no pagadas aún, la mente me aconseja retro
ceder. Pero ¿cómo puede uno ser espectador
indiferente de tanta ruina, de la corrupción que
consume á la desvalida juventud de estos paises ?
Los buenos me estimulan siempre á proseguir:
he visto á muchas personas derramar lágrimas
ante el espectáculo miserable de su p a tria ; no
faltan tampoco almas generosas que me sostienen
con abundantes recursos; pero las obras que
traigo entre manos me oprimen y temo aventu
Poco después D. Bosco elegía Inspector de
rarme en ulteriores empresas. Necesitaríamos la
Am érica y sucesor del P. Bodrato, al Rdísimo.
fe inquebrantable de D . Bosco, y entonces se
desvanecerían todas las dificultades; pero nos D . Santiago Costamagna, al intrépido misionero
otros sus indignos hijos... ¡Ah padre am adísim o! que había penetrado el primero en las inhospi
talarias regiones de la Patagonia. El nuevo Su
ayúdenos, aconséjenos, sosténganos en la árdua
perior siguió alentando á D. Lasagna en sus
misión que nos ha dado. >
santas empresas. Habiendo asimismo la Provi
Pero todos estos sus generosos planes no pudo
dencia inspirado á una caritativa señora, que
llevarlos á cabo por falta de recursos.
secundase los planes de D . Lasagna, ayudándole
Una sensible desgracia, que conm ovió á todos
á llevarlas á cabo, se inauguraron á principios
los Salesianos de -América, atrajo por entonces
del curso escolar de 1881, las nuevas clases de
la atención de D. Lasagna. E l 4 de agosto de
Las Piedras y Villa-Colón, para la instrucción
1880, fallecía víctim a de su celo y consumido
de los hijos del pueblo, verificándose de este
por el continuo trabajo, el P. Francisco Bodrato,
modo aquellas palabras del Real Profeta: inquiSuperior de las Misiones Salesianas de Am érica.
renUs Dominum non minuentur omní bono : á los
Habiendo estallado la guerra civil en Buenosque buscan la gloria de Dios, no les faltarán
Aires, el P. Bodrato fué espectador en Almagro
los medios necesarios (i).
de crueles escenas de sangre. Vióse en la neceOtro favor especial dispensó el Señor al C o
sdad de despedir á los niños y abandonarlos á
merced de si mismos expuestos á graves pe legio Pío IX el I® de Marzo de 1881, y fué la
feliz llegada de los Salesianos y Hermanas que
ligros para el cuerpo y para el alma. T a l fué
U %o se d SoleíÍM de Diciembre 1903, p ig . 334.
(i) Psalm. XXX. 10.
6o —
Don Hosco, sabiendo que se hallaban rendidos
por el trabajo, enviaba para ayudar á D . Lasagna
y á sus compañeros de fatigas. Este nuevo rasgo
de la bondad de D. Hosco infundió nuevo ardor
y nuevo aliento á aquellos buenos Salesianos,
para trabajar con todas sus fuerzas para gloria
de Dios y salvación de sus prójimos.
Cooperadores Salesianos difuntos
ESPAÑA.
Barcelona
Sr. D. Ramón Comas y Cañas
»
» Francisco Guardia
»
»
» Cristóbal Creux
»
Sra. D*. Emilia Draper de Freixa
»
fS e continuará).
»
» Gumersinda Agero vda. de Díaz
»
Sr. D. Juan Catalá
»
Rdo. Sr, D. Miguel Vegas, Pbro. — Bejar (Sala
manca).
Sr, D. León Ovejero — Bejar (Salamanca).
»
» Ramón Ipieus Escartín — Briescas (Huesca).
»
» Sebastián Bautista Giner — Carcagenie
(Valencia).
» »Francisco Torres Calabuig — Carcagenie
(Valencia).
Muy Iltre. Sr. D. León Segobia, Arcediano de la
Catedral — Cuenca.
Sr. D. Francisco Cañón Carrasco Don Benito —
(Badajoz).
Sra.
Joaquina Dujart — Gracia (Barcelona).
Rdo. D. Juan Fuster y Seguí Pbro.
Sr. D. Crisanto Muñoz — Hervas (Cáceres).
Rdo. Sr. D. Salvador Lomas — Málaga.
Sra. D». Dolores Matos Torrecillaí — María (Al
E l día I® de Julio de 1903, después de ha
mería).
ber recibido los Santos Sacramentos, falleció
Sr. D . Cirilo Tortosa —
Masegosa (Cuenca)
el Rdo. D. Juan Fuster cura-párroco de la insi
» » Gregorio Auñón
»
»
Sra. D^. Ofelia Crespo
»
*
gne Ex-colegiata de S. F élix de Gerona.
Sr. D. Manuel Martínez — Albacete.
Nació en la misma ciudad el día 24 de Junio
Sra. D». Juana Solana — Pedroñeras (Cuenca).
de 1839. Llamado por Dios al estado sacerdotal,
Catalina Yniesta
estudió en el Seminario gerundense, siendo or
» » Sinforosa Picazo
—
—
—
—
t> » Leona Redondo
denado de Presbítero el año 1863.
»
» Catalina Tolrá — 5". Martin de Provensal
Entró en la carrera parroquial, desempeñando
(Barcelona).
diferentes V icariatos; regente de Figueras en
Sr. D. Ildefonso Domínguez — Tarrancón (Cuenca).
1871, tuvo que huir á Francia por ser perse Rdo. Sr. D. Francisco Crespo — Tejcda (Cáceres)
guido por la revolución.
AMÉRICA.
Nombrado Rector de Figueras, puso su cora
zón y sus fuerzas al servicio de la salvación de
Sra. D*. Olimpia P. de A rrivillaga— Barquisimeio,
sus ovejas. Para reanimarlas y á fin de que sa
(Venezuela).
liesen del letargo en que se encontraban, pro Sr. D. Carlos Santana — Caracas (Venezuela).
» » Esteban Diaz — Granada (Nicaragua).
ducido principalmente por la revolución, y abrie
Sr. D. Manuel Martínez — Sta. Rosa (Venezuela).
sen su corazón á un feliz porvenir, dió una
» » Ismael Galindez — Urachiche
»
Sra. D.^ Victoria Villandrando— Viticens (Ecuador).
gran Misión, cuyo feliz éxito coronó sus esfuer
Sr. D. Isaac E. Faria — Yaritagua (Venezuela).
zos.
R . I. P .
En 1883 pasó de cura párroco á S. F élix de
Gerona; durante todo el tiempo que la rigió, la
N. B. — Se suplica á los Sres. Directores, Decu
caridad fué el motor constante que consumó to riones y Celadoras nos envíen cada mes los nombres
das sus fuerzas.
de los que han pasado á mejor vida, así como
Contribuj’ó con eficaz auxilio al sostenimiento
también la fecha de su defunción y el pueblo y
de la granja salcsiana de Gerona y cada año
provincia á que pertenecían. De este modo, adem^
de ser un lenitivo al dolor de los parientes del ú*
pagaba, como per costumbre, un cirio á todos
los asilados para que pudiesen asistir á la pro nado ver que se acuerdan de seres tan queridos, ai
verlos inscritos en la Necrología, nuestros benévolo?
cesión del Corpus de su {wrroquia.
lectores sufragarán con fervorosas oraciones al
Paz éterna á su alma caritativa y fuerte, y dulce
alma de los finados, pues: Santo y saludable es el
memoria á sus excelentes virtudes.
pensamiento de orar per los muertos.
Recomiéndenlo nuestros buenos Cooperadores
en sus oraciones.
R. I. P.
Con aprobación de la .^ntoiidad E cleáástica:
Gerente: JO SÉ G AM BIX O .