BS_1904_05

Ficha

Título
BS_1904_05
Descripción
Boletín Salesiano. Junio 1904
Fecha
1904.06
extracted text
1

ANO X IX — N. 6



Publicación mensual



J U N I O de 1904

SU.HARfO: ¡Venid á M f ! ........................................ n 3
Ecuador: Una plática en lengua Jibara...................126
El Representante del Sucesor de Don Bosco en
Bibliografía...............................................................12H
América ...............................................................Gracias de María A u x ilia d o ra ............................................129
Página ín tim a ...........................................................“ 9
Crónica Salesiana...................................................... i.t4
De nuestras Misiones: Matto Grosso (Brasil) . . 120

iVENID Á Mí.. !
cuando esa luz se apague, el mundo
dejará de existir.
A este propósito dice el ilustre Veuillot:
€ Solo, pobre, triste, cubierto de ha­
^ STABA Jesús enseñando a l
pueblo de Jerusalén con rapos, sin esperanza y sin amigos,
aquella autoridad y aquella echado sobre la vía pública, fuera del
verdad, que le captaba la templo en el que no entra y envuelto
admiración de los sencillos y el odio en las tinieblas de la noche, aquel men­
de los soberbios. Sus discípulos le pre- digo y ciego de nacimiento es el género
'^fntaron un hombre ciego de nacimiento, humano. De vez en cuando se le arroja
y antes de pronunciar sobre él las pa­ un óbolo mezquino; toda su vida se
labras solemnes y divinas que debían reduce á no morir; no ve la luz del
obrar el milagro, dijo á la multitud : día y guarda silencio: he aquí al hombre
<Mientras que Yo estoy en el mundo, abismado en lo más profundo de la
ruina. Pero Jesús, á quien los Judíos
^0 soy la luz del mundo. » Después
-ó al pobre ciego la luz de los ojos acaban de arrojar del templo, se dirige
y la luz de la fe: por que Cristo es hacia él, le mira y reconoce en él una
luz de la verdad que ilumina la alhaja suya. > Así pasó Cristo por el
y la luz de la sabiduría que mundo, bendiciendo, esparciendo la luz,
alumbra los pasos de la verdad, y sembrando el germen de la paz, obrando
Restaurar todas las cosas en Cristo.
iJSpkts. I, 10.)

j

— II4 —

la santa revolución del amor, renovando
todas las cosas.
Si el mundo llegara á perder la fe
(que no la perderá, nos lo asegura la
palabra divina) ¿ qué sería del mundo ?
Sin esa cruz que une los*corazones é
ilumina las inteligencias, la tierra que­
daría, como antes de Jesús, sentada en
tinieblas de m uerte; tinieblas en la
mente, maldad en el corazón. Los que
pretenden arrancar la fe de los pueblos,
quizás cegados por el odio que á tan
nefanda empresa los guía, no piensan
en las consecuencias; se olvidan que
el edificio de la paz y del bienestar
apoya sobre la piedra angular que es
Cristo y, una vez quitada ésta, vendrá
ese edificio al suelo con gran estrépito
por su propio peso, como las ag^as de
un torrente. Nadie puede poner otro
fundamento que el que hay, y éste es
Cristo, y el temerario que creyera lo
contrario, se engaña. « Quitar á Jesús
del mundo no es posible, porque la
misma^tumba le guarda siempre vivo:
pero ¿1 puede permitir que le quiten
el trono y que le vuelvan á clavar en
la cruz. Y la época que vuelva á ver
á Jesús en el Calvario volverá á ver á
Tiberio •en Caprea, y el dios Tiberio
volverá á tener templos. > Es triste
hasta pensarlo. Acostumbrados como
estamos á vivir al calor del Evangelio,
sería demasiado desolador vivir sin él,
y el frío del egoísmo helaría los co­
razones.
* *

La renovación es necesaria, pero no
se sueñe con novedades ni reformas
inútiles. La verdad parte de la Cruz,
que es el faro levantado sobre el Cal­
vario para alumbrar los pasos de los
hombres. Cuando sea levantado sobre
la tierra, había dicho Jesús, atraeré á
Mí todas las cosas. No hay, pi^s, otro
imán para las almas más que Él. y Él
sólo las podrá iluminar. Él que se llama

el camino, la verdad y la vida. —
Volver á la Cruz, renovar todas las
cosas en Cristo; esta es la,cruzada que
nos predica su santo Vicario; renovar
todas las cosas, pero renovarlas en
Cristo. Buscar el remedio en otra parte,
es no saber buscarlo. Pero para res­
taurar las cosas en Cristo, es nece­
sario volver á Cristo, volver á estudiar
y practicar su doctrina. Querer que sin
la abierta y franca práctica del Evan­
gelio se renueve la sociedad, es un
delirio. Los males presentes, los desór­
denes sociales parten de la corrupción
del alma y de la malicia del corazón,
y sin sanar esta maldad con el bálsamo
de la verdad, y sin lavar esta corrupción
con ias aguas purísimas de la moral y
caridad evangélicas, no se llegará nunca
á una solución. Las reformas que no
pasan del cuerpo es difícil, es imposible
que lleguen al alma. O sino ¿de qué
sirven las reformas económicas, si se
deja en pie el egoísmo y la ambición
insaciables ? ¿ De qué sirven las leyes,
si no se apaga en el corazón esa llama
destructora de la rebeldía y de la con­
cupiscencia que consume á todos los
hombres? Proclamar la libertad en un
pueblo que no tiene conciencia, es darle
en mano un arma para herir al teme­
rario que le enseñó á ser libre. Una
dolorosa experiencia de varios siglos
debía haber abierto los ojos á tantos
ilusos, pero son como el ciego de na­
cimiento : no ven á Jesús que pasa.
Contemplan los errores y sus efectos
en lo pasado, pero sacan argumentos
de ruina de lo que debieran sacar mo­
tivos de salvación. ¡ Cuándo pasará por
sus almas el Divino Maestro, les dirá
palabras de vida y les abrirá los ojos?
Pero hoy está mancillada y violada
la santa palabra libertad, de esa palabra
que sólo han pronunciado con razón
los hijos de la Cruz, pues de allí parte
sólo la verdadera libertad. Los demás
han confundido la libertad con el líber-

— 115 —

tínaje; y Cristo quería hombres libres,
pero no libertinos. A sus secuaces los
llamó amigos: ya no os llamaré siervos,
sino amigos. Desde entonces la escla­
vitud pasó á ser objeto sólo de la his­
toria , pues entre los seguidores de
Cristo todos se llamaban hermanos.
Pero les había dicho también en otra
ocasión que su yugo era suave y su
carga ligera. Somos libres, s í; alcemos
la frente que antes llevábamos humi­
llada por el yugo del infierno bajo la
tiranía del mal; El que murió por nos­
otros rompió las cadenas con que nos
había atado una tiranía sin entrañas;
pero no nos olvidemos que debemos
llevar el suave yugo de Cristo, el yugo
de la fe, el yugo de la conciencia, ese
yugo que nos preserva de la tiranía
del msd. Hay esclavitudes que honran,
hay cadenas que son más suaves que
los lazos de rosas. Someter la razón
débil y pobre á la fe que nos enseña
verdades divinas, si bien incompren
sibles, subyugar el corazón y las pasiones
á las leyes de Dios y de la conciencia.
estas son las suaves cadenas que ligan
á los cristianos. Por lo demás, somos
libres, somos dueños, más que los que
se proclaman tales; somos amigos de
Dios, sólo nos sometemos á Él, y ésto
es mucho más honroso que ser libres
con la libertad del mundo.

Para obrar esta santa revolución y
atraer á los hombres bajo las banderas
de su escogido ejército, ha aparecido
de nuevo entre nosotros la luz, que es
la precursora del amor. Como aparición
consoladora, como iris de paz en medio
de la borrasca, se presenta el Corazón
de Jesús á los hombres y les dice:
yeníd á M i y les pide su corazón al
paso que les da el Suyo. Los hombres
I ya casi le habían olvidado y habían ya
I casi borrado su divina imagen de sus

humilde y casta doncella, le muestra su
Corazón y le dice: He aquí el Corazón
que tanto ha amado á los hombres.
Viene para dar una muestra más de
su infinito amor, viene para renovar
todas las cosas, viene para atizar el
fuego del amor que los cristianos dejaban
apagar en el altar de sus corazones.
< Fuego vine á traer á la tierra ¿y qué
he de querer sino que arda? » Nos lo
había dicho ya el divino Corazón. Que
arda, pues, este fuego de amor en todas
las almas, para que se purifiquen y
lleguen á la santidad del deber; que
arda este divino fuego en las familias,
y reine en ellas como soberana la unión
y la caridad; que arda este horno de
amor en las sociedades todas para que
á su calor todo se purifique, todo se
renueve y todo se acrisole, y del uno
al otro polo no haya más que una sola
bandera, la cruz; un solo Señor, Jesu­
cristo ; un solo amor, el amor al Co­
razón Divino. A ésto ha venido y ésto
es lo que quiere, y |cómo se deshace
y se angustia su Corazón hasta que
ésto no se cumpla!
Jesús de los hombres no quiere más
que una cosa, tan pequeña y tan grande
al tiempo mismo, que es lo único digno
del amor de un Dios y lo que ningún
otro se ha atrevido á pedir: Hijo mío,
dame tu corazón. Y nosotros tenemos
el terrible poder de negarle este corazón
que nos pide, y por desgracia millones
y millones de hombres tienen la osadía
de no dárselo. Podemos, sí, negarnos
á darle nuestro corazón y á prestarle el
homenaje de adoración que le debe­
mos, porque nos ha dejado libres; pero
ante las súplicas de un Dios que bajó
á la tierra para ir como mendigando
corazones, ante los sacrificios que El
hizo por conquistarlos, es una crueldad
ó una ceguera no dárselp. El que á Jesús
no da su corazón es porque no lo tiene.
Ese dar á Dios nuestros corazones,
que es darle todo lo que tenemos, es

— ii6 —

volver á ser verdaderos Cristianos,
renovar todas las cosas en Cristo, re­
novar todos los corazones, modelarlos
según el Corazón de Cristo. Pero para
llenar esos corazones del amor á Jesús
y del amor á su ley, es preciso vaciarlos
de todo lo que no es Cristo, limpiarlos
de ambiciones mentirosas, de placeres
fingidos, de amores profanos y de ideas
erradas, porque, como buen amante,
Él quiere reinar solo y sin rivales, no
quiere corazones divididos.
Sólo en el Corazón de Jesús halla­
remos esa renovación de que tienen
sed las almas, y en El encontraremos
dulce sosiego para nuestros corazones;
no yendo tras los fingidos resplandores

del mundo, como las mariposas deslum­
bradas dan vueltas en torno del foco
de luz y se queman las alas, pues los
hombres con los placeres y mentidos
brillos del mundo, se queman como
ellas el corazón. Sólo en Jesús, en ese
Corazón coronado de espinas y abra­
sado de amor, encontraremos la dulzura
del sufrimiento y los embelesos del
verdadero amor que producen el sosiego
y la paz. Como el ciego de nacimiento,
en Él solo hallaremos la luz, luz que
resplandece en las tinieblas, alumbra
la mente y guía el corazón. Y como
el afortunado ciego, prostremonos y
adoremos al Divino Corazón, diciendo:
Creo, Señor; tú, tú solo eres la verdad.

EL REPRESENTANTE DEL SUCESOR DE DON ROSCO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero Gstsmafio á uitesiro Rector Mayor, D . M iguel Ríux)

U na escen a de fe en A n d a co llo
Todo lo que hasta entonces habíamos visto,
nos había dado una idea de Chile pero incom­
pleta; fué en Andacollo donde brilló con todos
sus resplandores la fe chilena; allí fué donde vi á
4000 romeros con 5 obispos y 107 sacerdotes,
representar una escena de fe, que yo nunca ha­
bía presenciado. Cuatro siglos de piadoso culto
tributado á la milagrosa imagen de Andacollo,
le obtuvieron del Capítulo Vaticano el decreto de
Coronación; primer acontecimiento de este género
que ha tenido lugar en Chile; y el Sr. Obispo
de la Serena fué el afortunado que lo realizó.
A unos 1090 metros sobre el nivel del mar
y á 70 km. de la ciudad de la Serena, en las costas
del Pacífico, se eleva el pueblo de Andacollo.
Todo contribuye á hacerlo singular y privilelegiado, pues mientras que los alrededores son
áridos y estériles, el valledto en que se alza el
Santuario de N. S. del Rosario, es bastante fértil.
El camino que allá conduce es áspero y fatigoso:
muchos lo hacen á pie por devoción, pero es
im{>osibie evitar el polvo, y uno llega allá cu­
bierto y j>enetrado de él. Centenares de hombres

á caballo salieron á nuestro encuentro á una hora
de distancia; durante el trayecto esparcían íiores
á nuestro paso y habían levantado numerosos
arcos triunfales. El Santuario tiene los cimientos
de })iedra y el cuerpo del edificio de madera fina
de California; la cúpula se eleva á 14 m. sobre
la nave central y es de estilo romano bizantino,
imponente y grandiosa. Cuesta el Santuario un
millón de pts. y caben en el más 10,000 personas.
Andacollo quiere decir oro mojado, oro en
polvo, y lleva este nombre porque los ríos cer­
canos arrastraban entre la arena pepitas de
este metal. Narra la tradición, que un indio lla­
mado Collo, al querer cortar un árbol en la mon­
taña donde ahora se levanta el Santuario, dio
con el hacha en el ojo izquierdo de una hermosa
estatua de la Virgen, que se encontraba dentro
del tronco y que media rm metro de alta. Aquella
imagen fué desde entonces precioso objeto de
la devoción de los Indios. E l descendiente di­
recto de aquel afortudado Collo, que ahora lleva
el nombre de Barrera, es el Cacxxiue. ó sea el di­
rector de la fiesta. Sin su permiso no se puede
hacer nada y ni siquiera d Obispo puede,
razón ninguna, mover la estatua. Dos mil Indios

— II7
llamados cini, que para ellos qiiiere decir devotos
de la Virgen, divididos en varios grupos, se tur­
nan tocando, bailando y rezando delante de la
estatua, que desde muy de mañana es colocada
á la puerta del Santuario. Van vestidos de la
manera más extraña y más suntuosa, con los co­
lores más vivos y cargados de docenas de espe­
jos, de plata y hasta de oro: llevan en la mano
un instrumento, cuyos monótonos sonidos se re­
piten por espacio de tres enteros días. Los man­
tos de la Virgen y del Niño son de una riqueza
increíble; coronas macizas de oro y plata cuel­
gan de sus brazos y por todas partes brillan en
profusión los diamantes y perlas; y es que nin­
gún indio, por pobre que sea, va al Santuario
sin hacer xma oferta.
Durante aquellos días no sucede ningún de­
sorden; honrar á la SSma. Virgen y contemplar
á los indios que bailan sin cesar al son monótono
de sus instrumentos y mueven una la bandera
que llevan en la mano, es el único pensamiento
de todos. Ante este raro espectáculo, alguno
creerá que vienen ganas de reir, pero al que lo
presencia, se le arrasan los ojos en lágrimas. No
es posible asistir indiferentes á aquellos desaho­
gos de amor, á aquel patético lenguaje del cora­
zón.
Como en la ley antigua los judies presentaban
sus hijos al Sumo Sacerdote para consagrarlos
á Dios, así aquí muchas madres dan sus hijos
al cacique para que los enseñe á bailar delante
de la Virgen; y hemos visto á algmios de cinco ó
seis años resistir esta penosa fatiga, y á otros estar
atentos para aprender como bailaban los demás.
Cuando un jefe de baile muere, toda la compañía
viste de luto y la bandera se cubre con crespón
a^ro. Terminada la danza uno de ellos, se ade­
lanta, se descubre y hace á la Virgen, general­
mente en poesía, la presentación de sus compa­
ñeros, da cuenta de su conducta y de los daños
sufridos, pide gracias y hace promesas; por fin
ruega á la Virgen aleje de ellos la plaga del pe­
cado y tenga compasión de los que van fuera del
recto sendero y no saben amarla. Es tal la con­
vicción con que dice todas estas cosas, que, ó hay
que apartarse de allí, ó pagar el tributo al cora­
zón y llorar. Allí he podido compreder perfecta­
mente la seriedad que encierra la danza de David
ante el Arca Santa, de que nos hablan las Es­
critoras.
Durante nueve días, los mejores oradores de
la República cantaron las glorias de María; pre<&aron varios Obispos y entre ellos Mons. Cosfamagna, con aquel afecto á la Virgen y aquel
ardor que le distingue.
Cuando el Sr. Obispo de la Serena, asistido
pc«- otros cuatro Obispos y numeroso clero, subió
^ gradas del altar y coronó la sagrada Imagen,

un estremecimiento de alegría, de devoción y de
entusiasmo se apoderó de todos los corazones.
Y o que hacía de maestro de ceremonias y estaba
al lado del Sr. Obispo, pude observar la impre­
sión profunda que se pintaba en el semblante de
aquella multidud, que prorrumpió en aclama­
ciones frenéticas é interminables: tal fué la oleada
de gozo que invadió el ahna de aquellos 4000
romeros, que era preciso exclamar: satis,Domine;
satis. Domine; parecía habernos trasportado al
monte Tabor.
Subió después al púlpíto el orador chileno,
el intérprete más fiel y más elocuente de los
sentimientos del pueblo: el Exemo. Sr. Jara. Al
querer hablar, llora, y dice que traía ]>reparado
su discurso, pero que lo quema como un holo­
causto á los pies de María. Soltó entonces la
vena del corazón: ésto es lo que deseaba aquella
multitud que extática contemplaba á su Reina
Coronada. ¡Qué prodigiosa elocuencia! Si la ebcuencia consiste en transfundir en los demás
nuestros propios sentimientos, yo no conozco
hombre más elocuente que el Obispo de Ancud.
Por la tarde se celebró una solemne procesión;
los dos mil cini, como un solo hombre estaban
pendientes de las órdenes, que con una bandera
blanca, les daba su cacique, y todos acordes bai­
laban, tocaban, y daban al viento sus artísticas
y variadas banderas.
Para ver este espectáculo más de cerca, mu­
chos salían presurosos de la Iglesia á tomar un^
puesto en las faldas de los vecinos collados. Un
Padre Agustino, bastante corpulento, al querer
subir al campanario, puso un pié en falso y cayó
de la altura de ocho metros. Al caer se desmayó
y quedó sin sentido, tanto que parecía muerto;
pero la SSma. Virgen no permitió que se nublara
la alegría de sus devotos y el P. Agustino, al
cabo de algujias horas, estaba ya sano y bueno
como antes. También corrían de boca en boca
varias otras gracias ocurridas aquel mismo día.
A l día siguiente, 27 de Diciembre, partimos
de madrugada, no sin haber dado las gracias á
los buenos religiosos del Corazón de María, que
con tan exquisita caridad nos habían hospe­
dado y á cuyo vigilante celo está confiado aquel
Santuario. En Santiago estaban ya esperando á
D. Albera nuestros hermanos para dar principio
á los Ejercicios Espiiiluales. Aquellos días fueron
todos consagrados al Señor, y cada cual sacó de
ellos firmes fMropósítos para trabajar á la gloria
de Dios, y dilatar el reino de Jesucristo, espe­
cialmente en medio de los jóvenes, porción pre­
dilecta del Corazón Divino.
L a estadística de la Caridad

Según un escrupuloso cálculo, hay en la Re­
pública Argentina 58 casas Salesianas, once en

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la sola ciudad de Buenos Aires. En ellas se edu­
can 17.645 niños y niñas, 3.673 mantenidos gra­
tis, algunos obtienen rebajas en la pensión, y la
mayor parte de ellos la pagan tan insignificante,
que no alcanza á cubrir la midad de los gastos.
En Chile el número de recogidos no asciende
á tanto; si bien en proporción no son menos los
niños que gozan de la caridad de las Casas Sa*
lesianas, caridad que se irá aumentando á me­
dida que la Divina Providencia aumente los re­
cursos que por medio de nuestro buenos Coope­
radores nos manda... y icuántosson los huérfanos
que esperan un asilo y una mano amiga que los
socorra’. ¡Es preciso hallarse en las condiciones de
un Director y tener todo el amor por los niños
que D. Bosco supo infundir en sus hijos, para
comprender lo doloroso que es negar asilo á los
que, desheredados de la fortuna y faltos de todo
sustento, tienen derecho á gozar de los beneficios
de la caridad! Y sin embargo, muchas veces hay
que acallar la voz del corazón y dejarse guiar
por la sola razón. Las Hijas de María Auxiliadora
prosperan y hacen con las niñas lo que con los
niños hacen los Salesianos.
Chile y los demás Estados

Permítame aún una breve observación. Según
mi parecer, de todos los Estados que se formaron
del antiguo dominio Español en América, Chile
es el único que recogió en gran parte el fruto de
su independencia y libertad; el pueblo se impuso
una constitución, que si bien no concede á los
individuos las quiméricas libertades de las demás
Repúblicas, suministra á las autoridades medios
suficientes para hacer respetar sus estatutos. Y
á su sombra ha gozado este pueblo del bien in­
comparable de larga paz, se ha desarrollado la
industria y el comercio de un modo admirable,
se ha difundido la instrucción pública hasta las
últimas extiemidades del territrio ; se han abierto numerosas vías de comunicación, habi­
litado nuevos puertos para el comercio extran­
jero y nacional y exti'aido del seno de la tierra
muchos artículos de exportación que constituyen
la fuente de la riqueza nacional; la agricultura
ha recibido grande impulso y Cliile ha sabido
mantener ante las demás naciones un prestigio
que tan honradamente había alcanzado. Y
mientras las demás Repúblicas Sud-Americanas
consunúan sus propias fuerzas en guerras fratri­
cidas, Chile adelantaba material y moralmente,
y su infiuencia no tardó en dejarse sentir sobre
los demás Estados del Pacífico en cuya suerte ha
sido árbitro más de una vez.
Varios autores he leído y he visto que se rom­
pen la cabeza para adivinar la causa de tanto
progreso, que para ningún creyente ni desapa­
sionado escritor puede so" im misterio. En Chile,

y a desde la época de la conquista, dominó siem­
pre el espíritu religioso y las tendencias piadosas,
no sólo en los patricios, sino también en las masas
populares, que conservan aun viva y radiante la
fe, que les inspira respeto á las leyes, institu­
ciones de los pueblos. « Ningún elemento hay
tan eficaz para salvar á las sociedades de la anar­
quía, dice Guizot, como la instrucción religiosa,
ni ningún freno más potente, como la conciencia
iluminada por la fe para enfrenar los pueblos
en sus excesos, á que les precipitan las malas
pasiones. »
Otra cosa también me impresionó: al recorrer
todas las Repúblicas de Sud-América, hemos po­
dido admirar fundaciones grandiosas, que mani­
fiestan el espíritu religioso que las anima; pero
todas estas instituciones se remontan á xma época
antigua, á la época de la colonización española
que fué eminentemente católica, por más que
la codicia de sus representantes mancille algún
tanto la gloria de aquella catolicísima y heroica
Nación. Mientras que ahora, aquel espíritu que
las animó parece extinguido, parece que aque­
llas obras de caridad abandonadas á la inconstan­
cia del tiempo hayan encontrado la muerte en
el seno de aquellas mismas sociedades que es­
taban llamadas á vivificar. En Chile sucede lo
contrario: las instituciones de la caridad, escasaS
en la dominación española, crecieron y se multi­
plicaron con la independencia para lenitivo de
todos los necesitados. Y es de notar, que no han
sido las autoridades, y en gran parte tampoco
el clero, quien ha dado impulso á estas institu­
ciones eminentemente caritativas, sino los fieles,
animados por la caridad de Cristo, han comuni­
cado la vida á todos estas obras. Esta es, según
mi parecer, la causa de la prosperidad de Chile,
y desgraciado el día que de ella se aparte.
El Real Profeta David después de haber dicho:
« Bienaventurado el que tiene compasión del in­
digente y del pobre, por que en el día de la tris­
teza será consolado, * añade « que el Señor le
conserve y le dé vida, le haga dichoso en la tierra
y no le deje caer en mano de sus enemigos. *
Este fué el voto, este el augurio que D. Albera
hizo al ^ lir de Chile, que por tres meses nos ha­
bía dado gratísimo asilo. El Corazón de Jesús y
María Auxiliadora se dignen cumplir nuestros
votos.
Pero... se nos avisa que y a está en el puerto el
vapor que nos ha de llevar al Perú y que mañana
zarparemos; pongo aquí por tanto punto á nu
relación.
Acepte pues la muestra de mis sinceros afectos;
Humilde hermano y servidor
C. GUSMANO, Pbro.

— 119 —
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F R U T O S D E L CONGRESO
Oratorios Festivos y Escuelas Nocturnas
Considerando:
I* el abandono en que se encuentra la pobre ju­
ventud, especialmente los dias festivos, el inminente
peligro de corrupción y la ignorancia religiosa que
cada día aumente;
2* que para atraer la juventud, en particular la
pobre y desvalida, á la santiñcación, de las ñestas
y á la instrucción religiosa, se necesiten alicientes
sobre todo en las ciudades;
3“ que muchos hijos de obreros pasan gran parte
del dia vagando por call^ y plazas;
4“ que el fruto de las escuelas lo hace muchas ve­
ces inútil la falte de vigilancia antes y después de la
clase;
5®la necesidad de que el joven se prepare á las
luchas de la vida con una buena educación social;
6®finalmente, que imo de los medios más eficaces
para atraer á los obreros á la práctica de la Religión,
sou las escuelas nocturnas :
El Congreso:
a) hace votos para que todos los Cooperadores
procuren, en la medida de sus fuerzas, fundar, sos­
tener, propagar y ayudar á los Oratorios festivos
según el Reglamento de D. Bosco, publicado en
Turín;
b) aplatede las deliberaciones del Congreso de
Oratorios Festivos, celebrado en Turín el 1902, y
recomienda á todos los Cooperadores lean las actas
y deliberaciones de dicho Congreso contenidas en
el Manual directivo de Oratorios festivos, publicado
también en Turín.;
c) recomienda los certámenes catequísticos hechos
con solemnidad y las distribuciones de premios, c o
mo uno de las más eficaces medios para inducir á
los pobres niños á estudiar el Catecismo:
d) hace votos para que, á imitación de muchos
^torios Salesianos, se abran Oratorios cuotidianos
para alejar en lo posible á los niños de las plazas y
de los peligrosos parajes que suelen frecuentar por
laiK)che:
a) recomienda que se fimde, especialmente en los
caitros industriales, la asistencia de antes y después
de la clase, á fin de facilitar á los niños ¿ cumpli­
miento de sus deberes esccAares v en provecho de los
^Qs de obreros y empleados, quienes difícilmente
Pmden hacer este asistencia, que viene á ser el

complemento de la acción de los maestros en' las es­
cuelas;
/) hace votos para que en los Oratorios festivos,
se agregue á las secciones ya existentes de dramá­
tica, música etc., una sección especial para los adul­
tos, con el fin de completar la educación religiosa
con una buena educación social, como exigen los
tiempos, á fin de que, una vez acostumbrados á la
práctica de la vida cristiana en los Oratorios, se
manifiesten más tarde buenos católicos en la vida
pública;
g) recomienda finalmente que, en la estación in­
vernal, se reúna é instruya la juventud obrera en
las escuelas nocturnas,
Easeñaozas de S.S. Pío X.
Pasaron reinos é imperios; se extinguieron pue­
blos florecientes por su fama y civilización; muchas
veces se han deshecho las naciones como por el peso
de su misma ancianidad, mientras la Iglesia, inde­
fectible en su esencia, unida en vínculo indisoluble
á su celestial Espeeo, se conserva en el mundo, ful­
gente, con eterna juventud, fuerte con su misma
robustez primitiva, tal como salió del Corazón de
Cristo, muerto en la Cruz. Levantáronse contra ella
los poderosos de la tierra; mas desaparecieron, y la
Iglesia permanece en pie. Se idearon innumerables
sistemas filosóficos, de toda forma, de todo género,
y sus maestros alardearon soberbiamente, como si,
por fin, hubieran vencido á la doctrina de la Iglesia,
refutado los dogmas de la fe y demostrado que sus
enseñanzas sean absurdas; y l^ o s estos sistemas se
enumeran en la Historia, fallidos y desacreditados,
mientras en la roca de Pedro resplandece la luz de
la verdad, ten brillante como cuando Cristo la encen
cendió al presentarse al mundo, y le dejó por ali­
mento su divina palabra: Pasarán el cielo y la tie­
rra: p^o mis palabras no fallarán,...
pues, diremos, valiéndonos de palabras del
Santo Pontífice: « Volved vuestros pasos á este
firme roca, sobre la cual quiso nuestro Redentor
fundar la universal Iglesia, para que los sinceros
de corazón no hallen en su camino obstáculos que
les extravíen » Sólo la caridad de la Iglesia y la
imión con rfla < unen lo dividido, ordenan lo desor­
denado, templan lo diggual y acaban lo imperfecto»
Con empeño ha de tenerse presente que « nadie
puede gobernar con rectitud las cosas terrenas, si
no sal3e tratar las celestiales, y que la paz de los
Estados depende de la universal de la Iglesia »
{De la EncicUca•acerca de S. Gregorio.)



120



E NUESTRAS MISIONES
w

mano ORO^SO (Brasil)
(Relación del R. P. A. TumcciaJ
Asunción, aa de Noviembre de 1903.
M u y R d o . P a d r e D on M ig u e l R ú a -

Amado Padre:
Estoy de vuelta de Cuyabá, adonde, como yz.
sabe V. R., cediendo á las instancias del Rdo.
P. Malán, Inspector de aquella provincia Bra­
sileña, fui con el objeto de acompañar una se­
gunda expedición de Misioneros á la Colonia del
Sdo. Corazón de Jesús. AUí he podido ponderar
los trabajos y penalidades de aquellos abnegados
Salesianos; y creo que no podré hacer cosa más
grata á V. R. como enviarle una relación de­
tallada de aquella importante Misión. Me anima
además á realizar este pequeño trabajo, el pen­
sar que ninguno hasta aquí, fuera del P. Malán,
en veinte meses que llevan pasados en aquel
desierto, ninguno ha ido á visitarlos, ni nadie ha
podido apreciar el espíritu de sacrificio y caridad
que reina entre aquellos beneméritos Hijos de
D. Bosco.
Sin más preámbulos me i)ongo á narrar Jos
pormenores de nuestro viaje, ¡«ira que por ellos
pueda hacerse una idea del mucho más penoso
que hicieron los primeros expedicionarios. La
Colonia del Sdo. Corazón de Jesús se encuentra
á la distancia de 80 leguas de Cuyabá {leguas bra­
sileñas que cuentan 6666 metros). El viaje hay
que hacerlo á caballo ó en muías, y de los mismo
hay que valerse para los transportes de mercan­
cías. No se puede hacer uso de los carros de
bueyes, porque se emplean meses para llegar, y
en ese caso toda la carga debería consistir en
comestibles ¡>ara los viajeros y para las bestias;
mientras que á caballo, sin percan<»s, se llega en
15 días. Otra dificultad para los carros, son las
dos épocas ó estaciones en que puede dividirse
el año, de la seca y de la lluviosa; en tiempo de
la terrible seca, no se encuentra en muchas partes
una gota de agua, ni un hilo de pasto para las

bestias, y en la otra época, son tan abundantes y
seguidas las lluvias, que imposibilitan nuestro
paso, sin contar otros mil inconveninetes y hasta
peligros. Pongo como ejemplo la primera expedi­
ción que se realizó en la temporada délas lluvias;
aquellos pobres Misioneros hicieron 32 eternos
días de viaje; y siento que no hayan escrito nada,
para que así se pudiera ver cuanto han padecido.
Yo, con mis compañeros, á saber, tres Hermanas
de María Auxiliadora y tres Salesianos, hicimos
el viaje en la temporada seca; pero sin llevar nin­
guna carga más que el altar portátil, y sin ni
siquiera lo suficiente para comer. Así se explica
que hayamos empleado solo 12 días. Las bestias
se resintieron de esa rapidez, pues á la vuelta
enseñaban los huesos de puro flacas; efecto de la
fatiga y del ayuno. Estoy seguro que nadie empren­
dería este viaje por solo placer. Y efectivamente,
son muy raros los que lo emprenden; sólo algunos
fazendeiros y en caso de mucha necesidad. Pre­
cisamente en nuestro viaje dimos con un buen
señor, que iba con dirección á Goyaz, que se
encuentra á 80 leguas más allá de la Colonia,
le tomó en el camino una fuerte fiebre y hubo
de volver á Cuyabá juntándose con nosotros.
Daba lástima verle montado en su caballo de la
mañana á la noche en aquel triste estado.
Y quien emprende estos viajes ha de estar dis­
puesto á todo; y si lo están los hombres por el
dinero ¿cómo no lo han de estar los Misioneros
por las almas?
Uno de los mayores sufrimientos es la sed. Yo
he llegado á conocer y á experimentar sus ar­
dores. En un día del viaje habíamos ya andado
muchas horas al sol sin encontrar ni una gota de
agua. La noche se echaba encima y nos apurába­
mos á bajar de la serranía, por miedo de estravenos si la noche nos sorprendía. El sudor era copioso
y cada vez nos acosaba más la sed. Por fin, al des­
pedirse el sol del horizonte, habíamos ganaíto
las faldas de la serranía, cuando descubro al pie
de un árbol un pocito de agua, quizás residuo
de la lluvria del día anterior. E l buen herme^
Gabé comprendió mis intenciones y me previno,
mas no pude dominarme: bebí, pero pagué cara nu
imprudencia. Y o no sé que tenía aquella agua.

sufrieron los de la primera expedición.
ó que tenía yo, lo cierto es que, apenas la tomé,
Como noté al principio, llevábamos altar, de
tuve que tenderme en el suelo preso de atroces
dolores. Creí morirme; y más que yo, lo creyó el modo que todas las mañanas celebraba yo la
Santa Misa y la comunidad recibía la santa co­
buen hermano que me acompañaba. El pobrecito
no sabía que hacerse, ni con que socorrerme: no munión. Algunas veces encontramos ranchos en
llevaba nada consigo ni había cerca ninguna mo­ que parar y pasar la noche y en ellas cumplíamos
rada. id quería persuadirme á montar en la muía nuestras devociones por la mañana. Pero ¡as más
para llegar á un rancho, que él creía distar poco de las veces hacíamos campamento a cid sereno
y levantábamos el altar bajo la bóveda celeste.
y me lo suplicaba con cariño y afán, mas no me
No faltaba con todo devotúón y l>ellos ]x?nsaera dado contestarle, y sólo cuando conseguí
arrojar aquella agua, causa de mi mal, pude mientos que nos com ¡daban á la meditación.
montar en mi muía y seguir el viaje.
¡Nunca olvidaré aquel momento y aquella noche!
Otro día nos separamos de la comi­
tiva, junto con las Hermanas, con in­
tención de adelantamos y llegar á un
lugar convenido antes que los animales
que traían los víveres. Pero los guiLs
Qo convinieron ó no se entendieron so­
bre el lugar en que debíamos descan­
sar. Nos habíamos esa mañana desajTinado con un poco de café con
¡eche, pero contábamos llegar ames
del medio día al punto de reunión ¡>ara
comer. Andábamos nosotros y á medi­
da que avanzaba el día, el sol se iba
levantando hasta que recibimos sus
rayos perpendiculares. Y o obser\’é que
nuestras cabalgaduras pisaban su som­
bra. ¡Que sol aquel! Es preciso andar
7 ú 8 horas bajo aquella tostera, como
nos tocó andar á nosotros, para saber
como cuece el sol en aquellos desiertos.
Sólo nos olvidamos un tanto de aque­
llos ardores, cuando empezamos á sen­
tir los estímulos del apetito, que se
fué transformando en hambre y en
hambre atroz. Y a no aguantábamos,
ni las bestias podían con nosotros. Eran
las tres de la tarde y no llegaban los
Nictberojr (Braslf)
h®* Percfrlnos hnjanío del monte.
compañeros. Quisimos apearnos pero no
había donde, pues no encontrábamos
Habíamos salido de Cuyabá el 28 de Septiem­
sombra. A eso de las 4 ¿ encontramos un arroyo
bre
y según los cálculos hechos, debíamos llegar
á cuya orilla nos apeamos. Las Hermanas se in­
ternaron en el bosque en busca de frutas silves­ á la Colonia del 10 al 12 de Octubre. Yo estaba
tres y después de mucho buscar volvieron con impaciente por llegar á la Colonia y á fin de acor­
las manos vacías. Eran los días de quemazón en tar los días de viaje, á 25 leguas antes de llegar,
aquellos campos y no quedaba un fruto en sa­ en el punto llamado Sangrador, hacienda del Dr.
Santos, excelente amigo de los Salesianos, de­
zón. Yo sufría más por ellas que por mí.
No sabría yo describir el asalto que dimos á jamos todo lo que nos podía incomodar y sólo
bs porotos cocidos al día siguiente y á la carne llevamos provisiones para dos días de viaje. Y
seca y cruda, cuando Uegaron los compañeros. efectivamente, los cálculos habrían sahdo justos
¡Cómo nos desquitamos del hambre padecida si un nuevo percance no hubiera interrumpido
dorante todo el día ! Ahora y a podré contar k) nuestra marcha- Las bestias, que durante la que
debía ser última noche, habíamos soltado, á
que es el hambre y la sed.
á pesar de estar mancadas, se alejaron más de
Cuento estas cosas para que de lo poco que beuna
en busca de pastos. Buscándolas por
íüos padecido nosotros, se deduzca lo mucho que



122

la mañana j)erdimos tiempo, y á las 9 ^ déla no­
che nos liallábamos aún á dos leguas de la Co­
lonia.
La noche estaba oscura: el rumor lejano del
trueno y los frecuentes relámpagos, nos hacían
temer algún temporal y éso nos había impedido
el vado del río Barreiro, lo cual era muy crítico
para nosotros que nos encontrábamos sin víveres.
Dios no lo j>ermitió, y á poco se despejó el cielo
y la luna clara nos permitió velar por la noche
para que 110 se alejaran nuestras fatigadas ca­
balgaduras. A las 3 J de la mañana ya estába­
mos en marcha. Pasamos sin dificultad el Ba­
rreiro y empezamos á subir la cuesta desde donde
según nos decían, debíamos divisar los rundios
de la Colonia.
Así filé en efecto. Una vez en la cumbre se
nos presentó un magnífico espectáculo. Un vasto
terreno alto y quebrado como una meseta afian­
zada en cuatro cerros, San Antonio, S. Juan,
S. Mateo, S. Lucas. En el centro había un grupo
de cabañas bien ordenadas y rodeadas por un te­
rreno cubierto de un verde manto esmaltado por
hojas de diferente color y forma. En el fondo
se veían unas rocas negras que, no por su eleva­
ción, cuanto por su forma y estructura gigantí'sca, daban al cuadro aún mayor belleza. Los
rayos del sol matutino daban al paisaje un es­
malte de oro.
Pocos instantes consagramos á contemplar
aquel cuadro. Estábamos ansiosos de abrazar
á nuestros abnegados hermanos, que con más
ansias aun que nosotros nos esperaban. Instigamos
])ues á nuestras bestias á que hicieran un último
esfuerzo, y después de andar un breve espacio
sobre la colina, encontramos una calle ancha, de
unos 1200 ms. de largo, que es la que lleva al
caserío. Y a se empezaba á notar un movimiento
inusitado el el seno de la aldea. Algunos gritos
llegaron á nuestros oidos: eran unos indios que
nos habían divisado y corrían á llevar la noticia
á los Padres. A poco rato vimos aparecer á estos
agitando pañuelos y sombreros; les respondíamos
nosotros, los gritos aumentaban y crecía el mo­
vimiento. Vimos aparecer al P. Bálzola y los
demás Salesianos. Y o no quiero detenerme en
describir el inmenso gozo que llenó los corazones
de aquellos amados hermanos. V. R. puede ima­
ginárselo, sabiendo que viven apartados de toda
sociedad, ajenos á toda noticia, en un verdadero
desierto, de tal manera que es para ellos todo
\in acontecimiento el recibir la visita de algún
hoimano. Y mayor aún ha sido la sorpresa de
ellos al encontrarse conmigo, pues jamás se lo
habrían soñado.
Y aliora le suplico, amado Padre, me acom­
pañe en la visita que hice á la aldea y en admirar
los trabajos y adelantos increíbles que han rea­



lizado en el espacio de 20 meses . ¿ú llegar los
primeros Salesianos, después de un viaje lleno
de penurias y sacrificios á que hice alusión arriba,
encontraron en el lugar designado un Verdadero
desierto y se vieron forzados á alojarse por más
de 40 días bajo pobres tiendas. Como noté arriba,
era entonces la época de las lluvias; de aquí nue­
vos sufrimientos é incomodidades, y si se a g r ^
la escasísima y á veces nula alimentación con que
vivían, se tendría una idea de la vida de sacri­
ficio que llevaban. La relación que publicó el
P. Bálzola en el Boletín, no relata nada, se puede
decir, de lo que padecieron en los primeros 6 me­
ses. Pero llenos de fe y confianza en la Providen­
cia, sobrellevaron con heroica resignación aque­
llas duras pruebas. Una prueba de ésto es lo que
les aconteció en una ocasión. Se concluían las
provisiones y no llegaban los que habían sido
enviados á Registro, pequeña aldea á 10 leguas
del lugar, para buscai' víveres en aquel trance.
Se vieron forzados á reducir las raciones: los
menos fuertes enfermaron. E l P. Bálzola no sabía
ya que hacerse: por poco que tardaran en llegar
los víveres iban á padecer hambre, y para a\rivar
la fe y la confianza en Dios repetía sin cesar: In
te, Domine, speravi', in te, Domüie, speravi. Al­
guien hubo que al oirle, se sintió tentado de
echarle en cara que él tenía la culpa de todo, por
haber insistido en inaugurar la Colonia en la
temporada de las lluvias Pero Dios había escu­
chado la plegaria de todos, y en aquel instante se
vieron á lo lejos las bestias cargadas de víveres.
El hecho de haber aprovechado aquella época,
fué causa de no pocos inconvenientes: muchos
de aquellos buenos Salesianos conservan re­
cuerdos perennes de aquellos tristes días. El
coadjutor Esteban Grosso, tiene en el pabellón
de la oreja izquierda una pronunciada cicatriz
de una úlcera horrible que tuvo: una de las Her­
manas de María Auxiliadora tiene todavía una
llaga en la cabeza. Todos padecieron de esas \ilceras y uno no puede explicarse como hayan po­
dido curar de ellas.
Sin embargo. Dios, que, como dicen vulgar­
mente los Brasileños, escribe derecho por líneas
torcidas , hizo que de aquel error, debido á la
falta de experiencia, naciera un bien mayor; pues
á p>oco de haberse establecido allí, á causa de las
frecuentes llu vias, pudieron recoger en abundan­
cia arroz, maíz, y porotos; de modo que en Junio,
cuando se acercaron los primeros indios, tuvieron
con que regalarlos. Solo Dios sabe lo que sufrie­
ron aquellos beneméritos Hijos de Don Hosco:
y d e b ^ ellos perdonar á un amigo, que se atreve
á sacar algunos de sus sacrificios del silencio y dd
olvido en que ellos los habían sepultado para ofre­
cerlos intactos al Señor, con el solo fin de que
lodos los que lleguen á conocerlos, ayuden á V.

R. á dar gracias á Dios de tener hermanos tan
abajados y generosos.
No obstante todos esos sufrimientos, han ade­
lantado mucho los trabajos. Han habilitado pa­
ra el cultivo una extensión grande de terreno,
poseen una hermosa huerta con toda clase de
verdura, y han dispuesto las casas con orden,
separándolas por calles bastante cómodas. Ade­
más, para que en tiempo de sequía no se perdiera
todo el cultivo, dieron salida por un canal á las
aguas cristalinas y frescas que brotan de una
mente situada al pie de las rocas citadas, á unos
500 ms. de allí. Y aún sacaron otra ventaja de
dicha fuente; pues antes de usarla para el riego,
la utñizan para dar mo\'imiento á un mortero o
máquina de pulir el aiToz.
Constniyeron dos ranchos de 16 ms. por 6, que
no han llegado á concluir por habérselo impedido
la llegada de los indios, y de consiguiente por
haberles debido enseñar á construirse habita­
ciones. Uno de los ranchos hace de oratorio; pero
no en toda su extención, pues está dividido en
dos partes con un comedor en medio que es un
ómnibus: sirve de dormitorio , de comedor, de
sala de estudio y aún de escuela para los indiecitos. Para la misa se abre una puerta que deja
ver al altar. El interior de esta capilla no puede
ser más pobre. Sin embargo se conserva en ella
la mayor de las riquezas; Jesús Sacramentado,
el amigo fiel del abnegado Misionero, tan
ñel que hasta en el desierto le acompaña,
para consolar sus penas, revestirle de fortaleza
y llenarle de amor. Una cosa me llamó la aten­
ción, y despertó en mi tiernos recuerdos. Sobre
el altar se venera una estatuita del Sdo. Corazón
de Jesús. L a reconocí al instante: era un pre­
sente hecho á Mons. Lasagna por la familia Tu­
rma de Montevideo. El malogrado Obispo la
tenía delante de su escritorio. ¡Cuántas veces
ante ella depositó sus penas aquel denodado
apóstol Salesiano! Al despedir á los primeros miáoneros para Matto Grosso, no tuvo otro regalo
ni obsequio más precioso que ofrecerles. El fué
quien inició las misiones entre los indios Corea­
dos y es justo que su recuerdo viva perenne entre
aquellos Misioneros.
El otro edificio es de las Hermanas, separado
del de ios PP. por una ancha calle. Tiene paredes
de paja, pero pronto serán sustituidas por pare­
des de adobes. Es todo un salón corrido, sin nin?ona separación, y para poder formar su oratorio
tuvieron ellas mismas, ayudadas por los indios,
que levantar unos tabiques con palos de burity.
Para cubrir la rudeza de aquelks paredes, las
l^bían adornado con tela de color, pero hace
poco debieron quitarlas... para cubrir la desnu­
dez de las indiecitas. Cuando Jesús desciende
®tre las manos del Sacerdote en esta capilla, sin

123 -esfuerzo se ha de acordar del presebre de Belén.
En medio de tanta miseria, privadas de toda
clase de comodidades, las Hermanas de María
Auxiliadora constituyen un poderoso sostén
para la Misión. En efecto, además de atender al
lavado y á la cocina, tienen á su cargo la educa­
ción de las indiecitas, á quienes enseñ;i,n á leer,
á lavar, á hacer costura y hasta á cultivar un
jardincito. Ellas son las enfennenis y las <pie
han de consolar á las madres é hijas que á c.tda
paso acuden á ellas llenas de quejiis y pedidos.
Pero como si todo ésto no bastara, deben ellas
fabricarse el jabón, preparar el íüniidón y el ha­
rina. En cambio son tratadas por los indios con
singular respeto y veneración; pueden elhis atra­
vesar la aldea sin ningún recelo y los indios
cuando penetran en casa de las Hermanas, cui­
dan antes de vestirse decentemente.
Por su parte los Misioneros llevan una vida
muy activa y trabajosa. Además de enseñar á
los indios y ayudarles á hacerse casas y á cultivar
la tierra, tienen que hacerse ellos mismos todo
lo indispensable para los usos domésticos y i)ara
el trabajo, pues por las dificultades del trasporte,
no se les puede enviar casi nada. La primera vez
que se comió en mesa, fué el segundo día de mi
llegada : antes se arreglaban como podían. En
un rancho pequeñito se armó la carpintería. Sin
enojar al santo Patrono, yo creo que San José la
tenía mejor montada. H ay que verlos prodigios
que obran en ella el P. Januario y el H. Minguzzi. Todo el santo día están dale que le dalo
con el serrucho haciendo tablas de unos troncos
más duros que las piedras. Luego al hacer ntuebles puertas y ventanas tro])iezan con otra di­
ficultad. Allí no tienen herrería, ni es fácil que
la puedan instalar ]>or falta de |>ersonal y de re­
cursos, de manera que es la cosa más común ver
allí visagras, pasadores, picaportes y hasta ce­
rraduras de madera: todo con patente de inven­
ción, 6 más bien, todo fruto de la buena volun­
tad de aquellos buenos Salesianos.
Pero yo me voy extendiendo, y no he hablado
todavía de la aldea y especialmente de los indios,
que son el objeto de tantos sacrificios inspirados
por el celo de llevar á Dios almas que ¡jermanecen in umhra mortis.
A la derecha de la casa de los Padres, formando
un cuadrado, se encuentran los ranchos donde
viven los primeros indios, que en numero de 145
se acercaron á la Colonia. Se deseaba separarlos
por familias, pero no se ha logrado aún. Cada
rancho ocupa 8 ms. por 4 : en el medio hay uno
mucho mayor, centro de reunión de los hombres;
muy pocas veces entran allí las mujeres. I.x)s
niños también tienen entrada franca y muchas
veces dejan la escuela, pues tiene para ellos más
atractivo el Boito que así se llama el rancho aludí-

En el rancho núm. lo, vimos á Manuel Díaz,
medio resentido aún de una herida de flecha que
recibió en el flanco combatiendo con los Cayapós,
hace 7 meses. Tiene dos hijos muy estimados
por todos, debido á su fuerza singular. Descubrí
en el altillo una pequeña provisión de maíz y
otros frutos, lo que me dió á entender que estos
indios son más prev’isores que los TobiK del Pa­
raguay, que no guardan nada para el día de ma­
ñana.
Hállase desocupado el núm. i i .

de los primeros que llegaron á la Colonia y que
persuadió á los otros á llegarse también. Hacia
un rincón estaba un chiquitín dando de comer
á un loro; mascaba él la comida y de su misma
boca se servía el pájaro.
Luego pasamos al rancho núm. 15. donde vive
Pablo con su hijito Pío, nombre que se le puso j^ara
recordar al nuevo Pontífice. \^imos allí algunos
araras, que ellos crían para ajírovcchar sus her­
mosas plumas con las cuales hacen adornos divei'sos que svielen ellos vestir. Con ellos vive una

Nictheroy (Brasil) — Recuerdo de la peregrinación del x" de Enero.
(En medio del grupo están el E.xcmo Sr. Obis¡x> de la Diócesis y el Excmo Sr. Presidente clel Estado.)

En el 12, habita Andrés, que estaba ausente
por haber ido á visitar á unos amigos de otra
aldea, también con el fin de traer algunos á la
Colonia.
En el núm. 13, hay otro Bari menor. Se llama
Antonio Malán. He visto allí una vieja toda em­
perejilada con plumas pegadas á las sienes, á las
mejillas, á los brazos. ¡Estaba impagable la viejal
Me sorprendió por su orden y aseo el núm. 14,
morada de Luis ( ^ le s y su numerosa familia.
Quedó muy satisfecho con las alabanzas que por
su limpieza le hicimos el P. Bálzola y yo. Fué

anciana siempre esperando á su es{x>so que cree
esté en otra aldea.
El núm. 16, está vacío.
En el 17, habita el Capitán Bori, indio va ­
liente y de índole muy buena. Es muy cariñoso
y estima mucho al Misionero. Tiene cuatro
hijos. En este rancho noté que tenían algunas
gallinas con pollitos, ignoro si para venderlos
ó para comerlos ellos mismos; pero de cualquier
modo se descubre que piensan ya para el día
de mañana, cosa poco común entre los indios.
Con el núm. 18, está designada la casa del ca­

pitán Mateo, quizás el Bari principal. Este no
puede figurar en los jaleos profanos ni religiosos,
pues estando enfermo de Lupulus, no le está per­
mitido gritar y sin éso, se acaba la función. Le
encontramos echando exorcismos sobre la cabeza
de una unía que acababan de traerle. Estos indios
no prueban bocado si antes el Bari no se lo ben­
dice. En el mismo rancho vive Tomás con su res­
pectiva familia.
Seguimos y topamos con el rancho 19, que
pertence á Julio, casado con una hija del citado
Lucas. Lo hallamos todo bien dispuesto. Para
mayor comodidad tiene fabricado un a lü ll.j,
donde guardan algunos objetos. Julio habla un
])OCO el ¡lortugués, por halier servido ya á varios
amos; sin embargo es bueno y muy amigo de ios
Padres . Entre los suyos pasa como un sabio.
No encontramos al entrar en el iiúm. 20 á
Pablo, pero en cambio la suegra que estaba allí
se encargó de contarnos sus fechorías. Allí pude
admirar un precioso [arico, adorno que suelen
llevar ellos en la cal.eza á manera de corona. Lo
hacen de plumas grandes hermosísimas. Había
allí un chico, con la cara pintada con un negro
lustroso como barniz. Según entendí, usan esa
¡)intura como remedio.
L a escena más curiosa la presenciamos en el
núm. 21, donde estaba Pablo, el ya citado .pintando
á su amante. Cuando entramos le pintaba el
el rostro. Era digno de verse con que aptitudes de
artista lo hacia: trazaba una línea y luego se ponía
á contemplarla como para inspirarse. De su parte
la otra, no quería ser causa de la menor imper­
fección: no se movía, ni siquiera pestañeaba; pa­
recía una estatua. Me dijeron luego, que ésto de
pintar es la mayor demostración de simpatía. Se
alojan en este rancho más de tres familias. Una
de ellas es la de Manuel Núñez, indio de bas­
tante edad. Otra escena también raca nos sucedió
allí. El P. Bálzola traía un ungüento para un
chiquillo que sxifría del pecho y se puso á hacerle
unas friegas. No bien vió ésto Manuel, sin otro
cumplimiento, se colocó de por medio dándonos
las espaldas y pidió que le fregaran á él también
en la espalda, donde había padecido mucho. Así
son los indios como los niños, lodo lo que ven
se les antoja.
Por último entramos en la choza 22, de Jorge
PiKiestein, el cual sufre aún de un balazo que
recibió hace dos años en la matanza de una fa­
milia á que hace alusión el P. Malón en su carta.
Allí he conocido á la primera criatura nacida en
la colonia, á quién se le dió el nombre de León,
en nremoria ilel ilustre Pontífice.
Ahora que felizmente he acabado esta relación
IH'sada y fastidiosa en la que, abusando de la
bondad de V .R ..he pasado una por una la chozas
de los indios de la Colonia contando la vida y

milagros de cada uno, paso á hablar de la
constitución que los rige y de otras cosas no
menos interesantes. Prometo desde ahora hacer
lo posible para no aburrir como hasta aquí á

V. R.
Quiera Dios que llegue á lograrlo.
(Se con/imiaró).

ECUADOR
U na p lá tic a en lengua Jib ara.
(Apuntes del P . F é lix TallachiniJ

El lenguaje de los Jíbaros se crea, enriquece
y empobrece á gusto de cada cual. Es preciso
descubrir las reglas y excepciones en medio de
un torbellino de sonidos irregulares.que no todos
pronuncian lo mismo.
La cosa más fácil,, creerán algunos, será distin­
guir, entre aquellos sonidos y articulaciones, los
sustantivos de los verbos y adjetivos; pero ésto
no ese obtiene sino después de mil preguntas y
pruebas directas é inversas. La idea del Jíbaro
no da más importancia á la acción, que al que la
ejecuta ó á la cualidad de éste. Para él todo es
una idea misma, que se presenta en montón, y
que debe entenderse de varias maneras según
el gesto, mirada, acento, posición y énfasis (de
la que hacen frecuente uso) del que habla.
No ha faltado quien dijera que lá lengua Jí­
bara es \ma de las más ricas y poéticas. Que sea
poética no lo dudo, porque, liace uso frecuentí­
simo de metáforas y énfasis; ésto se observa es­
pecialmente en la lengua Kiciua. Pero estas dos
notas características demuestran precisamente la
pobreza de un lenguaje, que tiene necesidad de
traslaciones y gestos para expresar los pensa­
mientos. Si la lengua de los Jíbaros fuera verda­
deramente rica, no necesitarían éstos repetir cin­
co ó diez veces seguidas una m¡>ma palabra,
como hacen en sus clásicas conversaciones. Pero
si á la lengua Jíbara se le debiera conceder el ho­
nor de ser rica, lo sería sólo en términos de la
flora y fauna amazónica. Desde este punto de
vista los J ibaros merecen el titulo de naturalistas,
pues no dejan sin su respectivo nombre ni el más
jiequcño insecto, ni la yerba más invisible.
Pero es imposible hallar en su lengua términos
abstractos ni generales. Así. por ejemplo, si pre­
guntáis á im Jíbaro como expresa la idea de cartigo, os dirá - pegar, de premio - regalar:
flor dirá - rosa, violcia, etc.; por animal perro, etc.; por virtud, prosperidad - bien;
vicio - desgracia, pecado etc.

— 127 —

Si deseáis enumerar los objetos, pasando del
número diez, es probable que el Jíbaro no os en­
tienda, porque nunca ha tenido necesidad de con­
tar hasta más de diez.
La sintaxis en esta lengua casi no existe. La
posición del sujeto, verbo y complemento es ar­
bitraria. Y si se trata de sintaxis compuesta, un
hermano nuestro que ha gastado un largo tiempo
en estudiarla, apostaría cualquier cosa con quién
encontrase una frase relativa ó una sola conjun­
ción, que no sea lo copulativa scia (y), que las más
de las veces significa también, ó la copulativa ¡ui
que muchas vez es artículo. De modo que al
hablar, es imposible formar más que proposicio­
nes breves é independientes. Esto se nota en las
conversaciones de ios salvajes, pues si bien ha­
blan con extraordinaria rapidez, hacen cadencia
final á cada cuatro ó cinco palabras.
Fácilmente podréis comprender, que para ha­
blar la lengua Jíbara, es preciso Jibarizarse. y
que el Misionero necesita gran dosis de paciencia
para desenmarañar la enredadísima madeja de
esta lengua.
Generalmente los Jíbaros mientras dan un cabo
de ella enredan los demás. Impacientes, bulliciososy volubles, como los niños mal educados, con­
testan casi siempre sin haber entendido antes la
pregunta. Y hay que preguntarles en medio de la
bulla que reina siempre entre ellos, escribir la
frase ó la palabra, corregirla, añadir, quitar, bo­
rrar y muchas veces volver á escribir la misma
versión. Para cada vocablo hay que prometerles
un nuevo regalo, por que sino le dicen á uno :
Adiós, adiós, me voy que tengo mucho que an­
dar aún.
Con no poco trabajo hemos logrado reunir unos
400 sustantivos, 150 adjetivos, 30 formas pro­
nominales, 60 adverbiales, 450 verbos, varias pre­
posiciones ó posposiciones y varias partículas de
naturaleza dudosa. Con este mosáico se ha com­
puesto y a un catecismo.
Pero la primera produción literaria, que no
han de echar en olvido los futuros literatos de las
selvas, es la plática que escribió y estudió de
memoria el mencionado hermano ; plática que,
para compendiar los misterios de la fe, fué en
diversas circustancias pronunciada por el orador.
De ella reproducimos un trozo, como modelo para
los venideros predicadores.
Winia sciuára yáizuru, éiscmanscia. nuuánscia.
Mis Jíbaros, hermanos, hombres, mujeres,
^iícscia: asci aniaiáarum.
niños: todos,
oid.
Yusa cikiciki puháwai: winia asci apáru.
Dios uno solo
es: nuestro todos padre.

Yúsa ti puingara itii. ti
carmna itii. Ahú
Dios muy bueno es, muy potente es. El
asci takámiawi.
todo
hizo.
Wi
attúmscia áhunu uciirisciáithi, Yiisa,
Yo, vosotros también, sus hijos somos. Dios,
nungdn, itzán, nattdún, yascidn nahandmiawai,
tierra,
sol,
luna, e.strellas
hizo,
wísda ■ asci naAdmiawai.
nosotros todos
liizo.
Hitgnik
wiscia
asci yatzurn sctdiiji.
Así
nosotros todos hermanos somos.
Gualaquiza
sciuora,
Indanza
sciuora,
De Gualaquiza el Jibaro, de Indanza el Jíbaro,
Méndez
sciuora,
apactscia
asci
de Méndez el Jíbaro, los cristianos también, todos
yátzuru
ydizuru.
hermanos, hermanos.
Yúsa hi
asci immuii;
ánncrdainscia
De Dios el ojo todo
ve; el corazón también
immuii; ahú ashi nekdwaitam.
ve;
El todo
sabio.
Sciuora yaizúruciru! Amne madtci aitam ?
Jíbaro, hermanito mío, ¿tú
malo eres?
Yúsa assuéüawai. Amue puingar aitam? Yúsa
Dios te pega.
¿ T ú bueno eres?
Dios
wachérawai;
quociai
quociat zsuzsáttawai.
te am a;
mucho
mucho
te regalará.
Sciuórascia! Atium námank, yameika puhawai
¡ Jíb aios! De vosotros el cuerpo hoy
vive,
Kdscin hakáUawai. Attum wakáni ha, atiact
mañana morirá. De vosotros el alma pero, aún
puhaUawai: hakátciáwai.
v iv irá :
no muere.
Sciuórascia yatzúciru! antatdarum: Yúsa,
Jíbaros hermanitos,
oid:
Dios,
yaki, nunguá, huinc, haálcia puháwai; ashi
arriba, abajo,
aquí, allí
v iv e ; todo
puháwai.
Yúsa héea,
paraisuüii.
vive. De Dios la casa })araiso es.
Igudnci
nunguá
pufiáwai.
Ahú

Diablo
abajo
vive.
El
muy
maáiciaítii, amignu manáiíiram.
Iguanci
malo es,
tu
enemigo.
Del diablo
¡féea, infiórnu itii. Puingara sciuora, urúm
la casa, infierno es.
Buen
Jíbaro, después
gnasci
hakam,
Yúsaheim
Paraisu
cuerpo
muerto,
con Dios al Paraíso
wisciaiawai. Pufngartcia sciuára, urúm gnasci
subirá.
Mal
Jíbaro, después cuerpo
hakám. Iguánciheim
infiernu untáiawai....
muerto, con el diablo, al infierno bajará....
Yúsa cikicik itii; Yúsa manaindiu itii; Yúsa
Dios
uno es; Dios
tres
es; Dios



apar itii, Yúsa ucign üii, Yúsa Espiritu santo
Padre es, Dios Hijo es, Dios Espíritu Santo
itii. Cikiciki Yiha, manaindiu a^ntzu.....
es. Un Solo Dios.
tres
personas.....
Yúsa
ucigntiri, éiscmangántii;
Santa
Dios
Hijo
hombre se h izo ; de Santa
María niheilciii ambuh ignit hurermiawai;
Mcjria
Virgen en el seno dentro
nació;
puhamiawai; quociat nahnámiawai; wigudngari
vivió;
mucho
sufrió;
cruz
hakámiawai; manaindiu tzáwai uriim,
attact
murió;
tres
días después, otra vez
puhámiawai;
nitke hacáciatawai.
Húgnik
vivió;
siempre no morirá.
Así
Yúsa
Ucignitri wiscia attimdmiawi, asci
Dios
Hijo
nos
libró,
todos
éiscmangan nuiiánscia cahinmatkimiawai.
hombros
mujeres
perdonó.
Yúsa Hclri eiscmang, Jesu Cristoitii. Ahú
Dios Hijo hombre, Jesu Cristo es. Ei
asci
khpthnitii. Ahú
winia
úunta
de todos capitán es. Él
nuestro
grande
yátzoruitii. Ahún nikáhai; akún waháshai:
hermano es. Le
creo;
le
espero:
ahún wachérahai. Húgnik ahttheipi
Paraisu
le
amó.
Así
con El
en Paraíso
maágkc puhátahai. Hádkhiata.
bien
estaré.
Así se haga.

BIBLIOGRAFIA
Libros recibidos en esta Dirección y
que recomendamos á nuestros Lectores.
Foesias de Paz de Borbón: opúsculo de 67 páginas
en rústica, pr. 1,50. B. Herder, librero-editor Pontiticio, Friburgo de Brisgobia (Alemania).
I.a augusta Autora de M i Píregrinadón á Poma
demostrado en estas cortas poesías toda la sen­
cillo* y toda la delicadeza de su noble corazón. Son
estas poesías devotas, morales, sencillas y llenas de
encanto como todo lo que sale de la delicada pluma
de la augusta Princesa Española.
— Del P. A mbrosio V alencina , Capuchino:
L i Vida Rellfiosa (Cartas á Sor Margarita). — Cuarta
edición. Es un precioso libro escrito para religio.sos y en especial para las Esposas de Jesu­
cristo. .Vlgunos Prelados le han llamado « Libro
de Oro » y < Kempis de Religiosas. * Forma un
tojuo de 400 páginas lujosamente encuadernado
■ en tela, con plancha, su precio 2,50 pesetas.

128 —

Leyendas edificantes - Historietas piadosas del Peregrliio
de la Capucha. — 3» Edición aumentada. Agotadas
estas dos obritas, se ha llevado á cabo la tercera
edición, uniéndolas en un solo tomo para mayor
comodidad de los que deseen adquirirla. Consta
de cerca de 400 páginas y su precio encuademaad
en tela fle,xible y corte redondo, 2,50 pesetas; en
cartoné, 2 id.
Flores del claustro y arrullos de Paloma. — Es un libro
por el estilo del anterior, con la sola diferencia
de que en éste los soliquios están puestos en
labios de una religiosa, flor del claustro y paloma
de la soledad. Es una joya en el concepto místico
y ascético y se vende en tela y corte redondo,
al precio de 1,25 ptas.
Las obras de! P. Valencina son de esas que por
la galana expresión, la delicadeza de pensamientos
y abundancia de materia, llevan en si marcado el
sello de la belleza. De estilo fresco y seductor, de
pensamientos claros, piadosos y á veces llenos de
gracia y de una mi.stica serena y dulce que arrastra
y deleita al mismo tiempo, bien merecen estas obras
tocia la fama y todas las alabanzas que les han
dispensado las almas devotas.
Las Flores del Claustro y La Vida Religiosa están
escritas para las religiosas y las Historietas piadosas
para el pueblo. Todas ellas son en extremo reco­
mendables.
Explicación del Catecismo de la Doctrina Cristiana, aco­
modada á las clases media y superior de las
escuelas elementales, por el Canónigo Dr. Don
J. ScHMiTT. Segunda edición. 3 tomos en 8*
mayor. En rústica Fr. 20,— ; encuad. elegante­
mente en media pasta P'r. 27,50.
Obra aprobada y recomendada por los Exemos. é
limos. Arzobispos y Obispos de Buenos Avres,
Comayagua, Madrid-Alcalá, Portoviejo, Santiago
de Chile y Veracruz y precedida de una introducción
del Rmo. Señor Obispo de Costa Rica.
I. De la Fe. (XIV y 630 págs.)
II. De los Mandamientos. (X y 674 págs.)
III. De los medios de obtener la gracia (se halla
en prensa).
B. Herder, Friburgo de Brisgovia (Alemania).
San José de Costa Rica', 5 de septiembre 1S90.
. . . Creo que la traducción de la obra del Pbro.
Dr. Schmitt, una vez conocida será estimada como
las Explicaciones del Padre Mazo y el Catecismo
de Perseverancia de Mgj. Gaume, y aún, visto el
método práctico que en ella se observa, tan ade­
cuado á las indicaciones y reglas de los grandes
catequistas de los primeros tiempos de la Iglesia,
como de un San Agustín y de un San Cirilo, será
considerada como e l manual más práctico por los
sacerdotes y demás personas que se dedican á la im­
portante obra de enseñar el catecismo á los niños.
t Brrn.xrdo A ugusto , Obispo de Costa Rica.
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— 129 —

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de María Auxiliadora

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Vir(re?i la más hermosa, los hombres te llam an M adre dcl Redentor y decoro
A u x ilio de los Cristianos e7i todas sus tribulaciones. Levánte7ise e>i bue7ihora
las puertas del Í7ifierno, 7’uja el a7itiguo eTtemigo del lÍ7iaje Immano, po7iga en
obra todos sus re7icores p a ra desii'uir el santo ejérñto de C risto; que en 7iada
podrá7i dañar stts odios á los corazones puros, pues la invocación de Ma7'ia, que
los cubre co7i su 7nanto, será su fu e rz a y su escudo. A su voz cesan los Í7i77i7iltos
y las 7nata7izas de la guerra, y los ejércitos eneinigos huyen y caen á sola su
77iirada. Co7)io la santa torre de Sión leva7itarán victoriosa su cabeza, como la
fortaleza de D a vid apoyada e7i firm e s cimientos, defendida p o r valerosos soldados
y C7ibierta de 7nil escudos. A s i M arta, con la diestra potente del Excelso, llena
siempre de gracias, dcfe7ide7'á á stts devotos de los analtos del etiemigo.
(H im n o

Honor á Maria

El 17 de Septiembre de 1903 me avisaron que
se había jDuesto gravemente enfermo el marido
de mi madre política: fui allá inmediatamente y
me encontré con que el pobre hablaba con mucha
dificultad, y divagaba bastante, lo que me apenó
muchísimo, j>orque el enfermo alardeaba siempre
de libre-pensador y hacía muchísimos años que
no recibía ningún sacramento. Empecé á supli­
car á personéis de su familia que le pusiesen la
medalla milagrosa y á prepararle para confesarse,
lo que me negaron por no asustar al enfermo,
aimque aquella noche le hicieron hacer testa­
mento y llegaron á preguntarle donde quería
ser enterrado, contestando él que en el cemen­
terio civil, y á ruegos de su mujer lo dejó á su
elección.
Viendo que nadie se preocupaba más que de
que el enfenno dejase en orden sus asuntos mate­
riales, me dirigí al Señor y á su Madre Santí­
sima, suplicándoles por aquella alma é interesan­
do en su favor á muchas almas fervorosas.

de la

I g l e s i a ).

El enfermo se fué reponiendo, aunque sin de­
saparecer la gravedad. (Adiendo á mis ruegos,
su esposa le habló de confesión en mi presencia,
pero se negó rotundamente, hablando atrocidades
de los sacerdotes, ensalzando á Renán y negando
que Nuestro Señor Jesucristo hubiese existido;
pero besó con veneración y respeto la medalla mi­
lagrosa.
Así pasamos cosa de mes y medio, sin adelantar
gran cosa en su curación, cuando recayó segunda
vez, en términos que los médicos le desahuciaron
y yo, no sabiendo á/juien acudir, prometí una li­
mosna á los Salesianos y escribir el suceso en el
Boletín si moría como buen cristiano.
No nos atrevíamos á hablarle de confesión,
aunque frecuentemente invocaba á la Virgen y
me pedía oraciones para recobrar la salud.
A l ver los médicos que resistía el segundo
ataque, cobraron alguna esperanza y empezaron
una medicación tan enérgica, que parecía im­
posible que el pobre sufriera tanta tortura.
Entre esperanzas y desalientos , pasamos No­
viembre y parte de Diciembre. A último de este

— i?o —
este mes, la situación llegó á ser desesperada. Los
médicos se admiraban de que resistiese tanto.
El día de Reyes habló un rato conmigo y pidió
perdón al Señor por todo lo que le había ofendido.
El 8 de Enero confesó y comulgó con mucha
contrición é hizo repetidos actos de humildad
que edificaron á todos los presentes.
Desde entonces invocaba con frecuencia á la
Virgen; él mismo pidió que le pusieran el esca­
pulario del Carmen, y el domingo lo estuvo mu­
cho rato hablando de las creencias de la otra
vjda y de la grandeza de Dios, haciendo llorar á
todos los presentes.
El martes 12 á la i dv. la tarde entregó su alma
al Criador sin agonía y con una muerte tran­
quilísima. ¡Mil veces sea hendida María A uxi­
liadora!
F r a n c is c a F u s t e r y R o m e r o
DE A ü u il o .
Madrid, Enero de 1904
Salud de las que L a invocan

Me hallaba gravemente enferma. Consulté á
muchos médicos y todos me dijeron que era pre­
ciso üj>erarrae, á lo que yo me resistí. Pasé en
este estado 7 ú 8 años, gastando mucho y sin
alivio alguno, hasta que llegué á no tener remedio
según declaración de los médicos.
En este desamparo, recurrí á La que es salud y
auxilio de los que La invocan, pidiéndole que
me ayudara en tan triste situación y haciéndole
varias promesas.
1
Confiada en el Auxilio de María me resigné á de­
jarme operar, y aunque los médicos no esperaban
buen resultado, -todo salió bien, y hoy, gracias
á la bondad do María , gozo de perfecta salud.
Doy también gracias á María Auxiliadora |x>r
haber sanado á mi esposo y á mi madre de gra­
ves enfermedades, y cumplo mi promesa.
Sea por todo gloria á la SSma. Virgen.
M. B ,
V.-\U-ucia (Esparta). »o de Septiembre de 1903.
iQué buena es María I

Quince años hacía que venía padeciendo do­
lores agudísimos , internos, pero intermitentes,
sin conocer su verdadera causa; cuando la pri-,
mavera pasada los dolores se hicieron más ho­
rribles y continuos. Me encontraba entonces en
España consulté á algunos médicos de Barce­
lona y me aconsejaron volver á Italia. Aquí los.
dolores seguían siempre con la misma intensidad. ’
Finalmente c! 6 de Noviembre p. pdo., gracias
al Dr. Calvmi, ful admitido en el hospital de
S. Juan de Tarín y supe que mi enfermedad era
una calculosis renal. Los doctores me propusieron,
ó someterme á una dolorosísima y poco s^ural

operación , ó resignarme á morir con aquellos
agudos dolores. Confiado en la bondad de María
Auxiliadora, me resolví á someterme á la opera­
ción, que prometió hacerme el insigne Doctor
Carie.
E l día 2 de Diciembre me operaron, y me ex­
trajeron del riñón un cálculo duro y cristalino
del tamaño de una bellota, que era la causa de
tan agudos dolores y que á cada instante me cor­
taba lentamente la carne y á no habérmelo ex­
traído, bien pronto hubiera producido una hemoragía interna y mortal. Para extraérmelo, tu­
vieron que abrirme en el dorso una herida de
35 centímetros de largo, y dividir en tres partes
el riñón.
Mientras viva, conservaré gratitud á la mano
maestra que me operó, pero á quien debo dar
eternas gracias es á María Auxiliadora, que me
ayudó á soportar tantos dolores y me salvó la
vida.
Terminada la operación, por un cierto inci­
dente , los médicos perdieron la esperanza de
salvarme; pero yo dirigí mis súplicas á la virgen
de D. Bosco y Le dije: « Madre mía, si os dignáis
salvarme, el milagro será mayor. »
Hoy, al cabo de un mes, me encuentro bueno
y fuera del hospital, en el Santuario de Valdoco
para cantar las bondades de María Auxiliadora,
Ba r t o l o m é D o l c e
Turia, 4 de Enero de 1904.
M ás gracias de María.

El día 23 de Mayo, víspera de la solemnidad
de María Auxiliadora, se cantaba en su Santuario
de la Tola una Misa solemne de acción de gracias
por un insigne favor recibido de la Virgen Auxi­
liadora . Una familia de Guayaquil recién llegada
á Quito, se desesperaba por la inminente pér­
dida de una niñita deshauciada jwr los médicos
de la capital, figurando entre ellos notabilitades.
Sin esperanzas ya en los medios humanos, por
consejo de ocho personas devotas de la SSma.
Virgen Auxiliadora, resolvió dicha familia poner
toda su confianza sólo en la Reina celestial Au­
xilio de los que sufren y gimen. Consiguióse una
medalla de María Auxiliadora, se puso al cuello
de la moribunda , ofreciendo una limosna al
Santuario y una Misa solemne cantada en acción
de gracia.
¡Oh bondad de María! la niña, aquella desahu­
ciada por los facultativos, entró en mejoría y
con asombro de todos, se restableció comple­
tamente; ahora se encuentra gozando de buena
salud, mientras la familia reconocida, cumple su
promesa. Pero hay que agregar una circunstancia
más. El jefe de esta familia no era muy adicto á
las creencias religiosas, y desde tiempo hacía des-

r

— 131 —
cuidaba sus deberes religiosos. Movido su corazón
en presencia de un favor tan insigne, volvió
sobre sus pasos y ofreció cambiar de ideas y
cumplir con el precepto Pascual de la Iglesia.
No en vano se confía en María Auxiliadora.

tigar su desobediencia. AI cumplir con mi pro­
mesa, invito á todos á que invoquen el Auxilio de
la Virgen de D. Bosco.
G uido R occa , Pbro,
Quito, Marzo de 1903.
¡Gloria á Maria Auxiliadora!

Una buena vecina nuestra , había contraído
una enfermedad que, si bien no muy dolorosa,
con todo le ocasionaba muchas molestias y le
impedía trabajar. Varios médicos la visitaban,
pero inútilmente, pues ninguno de los remedios
le proporcionaba siquiera algún alivio.
Y a cansada de experimentar sin provecho tan­
tos remedios, resolvió dejarlos todos y abando­
narse completamente en manos de María Auxi­
liadora, esperando de ella sólo el remedio á sus
males.
Efectivamente sus esperanzas no fueron vanas,
pues pronto entró en mejoría y á los pocos días re
cobró su perfecto estado de salud. Agradecida
quiso colgar un ex-voto de plata en la imagen
milagrosa de la SSma. Virgen Auxiliadora.
Una tremenda desgracia había caído sobre
nuestro Colegio * Don Bosco ». Uno de los alum­
nos, desobedeciendo á la explícita prohibición de
sus superiores, se subió á la torre de nuestra
Iglesia. Apenas había subido, cayó en un profundo
hueco, y se fracturó horriblemente una pierna
y por el golpe recibido, una extremidad del hueso
roto, penetró en la carne y abrió una herida más.
Inmediatamente se llamó al facultativo, que le
hizo la primera curación. Pero la pierna empezó
á hincharse y á ponerse negra, por lo que descon­
fiando de la primera curación, ordené que se lla­
mara al más hábil cirujano de la ciudad. Por la
amistad que nos tenía, vino, pero encontró el
estado de la pierna muy grave, con probabili­
dad de supuración, lo que hubiera ocasionado
cuando menos una demora inmensa en la cu­
ración, y tal vez la amputación de la pierna, por
lo que no quiso hacerse cargo del paciente.
Desconsolado, y temoroso de que se agravara
la herida, mientras tuve que resignarme á que se
siguiera la curación empezada, invoqué á María
Auxiliadora, y le puse entre las vendas una me­
dalla de nuestra buena Madre y una reliquia de
nuestro buen Padre Don Bosco, prometiendo yo
publicar la gracia y el niño mejorar su conducta,
ser muy devoto de María Auxiliadora, si nuestra
buena Madre le concedía una pronta curación y
sin complicaciones.
María se dignó escuchamos. Desaparead todo
peligro, con asombro y satisfacción de todos y del
mismo médico. E l niño actualmente está comple­
tamente sano y no conserva casi señal alguij<i
de la terrible fractura con que Dios quiso ca-

Son tantas las gracias y favores que nos ha
dispensado la Virgen Santísima, que ni sabemos,
ni nos es fácil enumerarlas.
Entre ellas apuntaré dos, por ser muy prin­
cipales y recientes.
Hacía algunos años, que un voraz insecto
invadía nuestro alcornocal, dejando á las plan­
tas sin hojas, precisamente durante el verano,
estación en que más la necesitan. El presente
año apareció el insecto con tanta abundancia,
que nos alarmó seriamente, pues sus efectos son
fatales.
En este trance, recurrimos á la poderosa
mediación de nuestra tierna madre María Auxi­
liadora, prometiendo una limosna para su altar
en la Iglesia de Puente-Mayor, al propio tiempo,
que el Señor Cura Párroco practicaba las ora­
ciones que prescribe el Ritual respecto las plagas
de insectos. Y no fueron defraudadas nuestras
esperanzas en la Virgen benditísima, pues que
no sólo desaparecieron pronto los insectos, sino
que contra lo esperado, las plantas brotaron
tan hermosas como no se habían visto desde
mucho tiempo.
La otra gracia fué: que hace pocas semanas
teniendo á la pequeñita Montserrat gravemente
enferma de pulmonía, la encomendamos á María
Auxiliadora y aplicamos á la enfermita una
reliquia del Siervo de Dios, el V. P. Claret,
recobrando luego la salud tan deseada.
Así, pues, permítasenos que cordialmente
agradecidos á nuestra bondadosa Protectora,
demos una voz de aliento á las personas y
familias que se sientan oprimidas ó necesitadas,
á fin de que siempre y en todo recurran á
la Virgen María, en la seguridad de que jamás
serán de Ella desoídas.
Una fam ilia agradecida.
Casa de le Selva (Gerona).
María Auxiliadora
Salud de los que la invocan

Llena del más profundo agracimiento y de­
seosa de ver extendida más su devoción, publico
el siguiente favor y gracia de la Virgen de
Don Bosco.
Mi hijo Manuel Martin había sido atacado
de viruela hemorragíal, terrible enfermedad que,
breves días, le puso al borde del sepulcro.
Administrada la Extramaundón por un padre

— I',2 —
Jesuíta, aseguró éste que se le había avisado
demasiado tarde y que nada se debía esperar.
En tan supremo trance, una piadosa vecina me
aconsejó buscare una medalla de María Auxi­
liadora en la Casa Salesíana de esta ciudad, se
la pusiera al enfermo y le encomendáramos á
la Virgen, j Cosa sorprendente! El enfermo, que
j a no daba señales de vida, apenas se le impuso
la medalla, comienza á despertar.se, como de un
■ profundo letargo; se inicia la mejoría, y á los
ipocüs días, puede abandonar el lecho comple/tamonte restablecido.
Con el corazón inundado de gozo, doy gracias
:á tan buena Madre por tan gran prodigio y
Jiconsejo á todos pongan su confianza en la que
es verdadero Auxilio de los Cristianos.
Salamanca,

I n é s M a r t ín R o m á n .
Enero 1904.

Dan también con tola la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y ofrecen una limosna:
Barcelona. Mercedes Llorens vda. de Casamada,
por una gracia especial obtenida.
Castillejo de la Cuesta (Sevilla). A . P . de S. En­
contrándome en una grave aflicción á causa de un
asunto del que pendia el destino de mi mando, que
es el sostén de mi familia, me encomendé á María
Auxiliadora, prometiéndole publicar la gracia, si lo
resolvía favorablemente. El asunto se resolvió al
día siguiente, quedando en mejores condiciones que
antes. Agradecido cumplo la promesa.
Gerona (España). Antonio Ñervt. La niña Cata­
lina Busquéis Martinell se hallaba tan gravemente
enferma del sarampión complicado con otras afec­
ciones á ios pulmones, que los médicos fundadamente
opinaban que no se salvaría del peligro y moriría
pronto. El día de Noche Buena se le dió la Ben■ dición de María Auxiliadora, y á los pocos dias
«staba fuera de peligro. Convencidos sus padres de
que la curación es obra de la Virgen Santísima,
para fomento de esta dulce y santa devoción, hacen
pública la gracia.
Granada (Nicaragua). Camilo Toledo se hallaba
con una grave herida. Desesperando de los medios
humanos, su familia le encomendó A María Auxi­
liadora cuya meilalla llevaba al cuello el paciente.
1.a herida ha desaparecido y el enfermo se halla
ipcrfectnntente sano.
Ibídem.y«i7ff(t Ai^^nsfina /Mcayo, teniendo dolorida
y entumecida la mano derecha, y no encontrando
.alivio en los remedios, invocó A María Auxiliadora
y rezó en su honor el Rosario por 15 dias. Obtuvo
el favor y agradecida lo hace público.
Ibídem. Oral. SedasHán Gutierres é hijo, Geró­
nimo Dnarte, Josefa Miranda de Aragón, Camilo
Peres Minan, Ester Cueo, E . J .. Encamación Lacavo V Atnalia Palma, eternamente agradecidos A
María Auxiliadora por favores obtenidos.
Madrid. Ramona Gohis: habiendo estado ocho
meses .sufriendo mucho de una enfermedad nerviosa,
Jüce una novena á María Auxiliadora y le ofrecí.

si me escuchaba, publicar la gracia. Obtenida ésta,
cumplo gustosa lo ofrecido.
Ibidem. Francisca Fusier de Agüitó, por varios
favores materiales que pedí á la Auxiliadora de los
Cristianos.
Preixens (Lérida). Sebastián Mateo sufría una grave
y extraña enfermedad de vientre que le llevó A las
puertas del sepulcro. Cuando ya de nada le servían
los auxilios humanos, unas piadosas personas ro­
garon á María Auxiliadora por su salud. El mal
cedió, y hoy está perfectamente restablecido.
Punta Arenas (Tierra del Fuego). E . B . P ., devota
de María Auxiliadora, en cumplimiento de un voto,
y en agradecimiento A María Auxiliadora por ha­
berme curado en el espacio de- ocho dias de una
larga y cruel enfermedad, hago pública la gracia.
San Juan de Dios (Costa Rica). M innel Monje y
Rafaela Monje, dan gracias A María Auxiliadora
por favores recibidos.
San Pedro Lovago (Nicaragua). Luisa González
de Alemán; Tenía con dolores reumáticos A una
hijita mía, y por más remedios qne usé para curarla,
ning^uno conseguía aliviarla. Viéndola en tan grave
estado, la encomendé con todo mi corazón á María
Auxiliadora, prometiendo publicar la gracia. Hoy
mi hijita está restablecida y creo que sólo á María
Auxiliadora se debe su curación. Agradecida, cumplo
lo prometido.
S. L. de la Frontera (Paraguay). Crisanto Axila
y su esposa Joaquina Samaniego, Cooperadores Salesianos: encontrándose D. Crisanto A las puerta.s
de la muerte y no teniendo otra esperanza de sal­
vación sino el maternal amparo de María Auxi­
liadora, su esposa le pidió la salud del paciente. 1.a
Santísima Virgen escuchó sus plegarias y concedió
la salud al enfermo. En agradecimiento á tan seña­
lado favor, los esposos publican la gracia, mandan
celebrar una Misa y dan una limosna.
Ibídem. F élix Acosta, Cooperador Salcsiano: había
sido mordido por una víbora ponzoñosa y me en­
contraba agonizando, sin que la medicina pudiese
atajar el mal. Recurrí A María Auxiliadora prome­
tiendo mandar decir una Misa en acción de gracias
si recobraba la salud. María oyó las súplica.s de
este su hijo agonizante. Pronto me sentí mejorado
y A los pocos dias prodigiosamente curado. Quedo
eternamente agradecido.
Santiago de Bolívar (Ecuador).
Lucio: de
resultas de la vacuna, enfermó gravemente de un
ojo una hijita mia. La enfermedad se comunicó al
otro ojo, quedando los dos irritados, doloridos y
cerrados, y con supuración uno de ellos. De nada
sirvieron las medicinas, pues con grande dolor de
la familia, la enfermedad siguió atormentando á la
pobre niña. La encomendé á María Auxiliadora,
prometiendo una limosna y publicar la gracia, y
la dolencia desapareció bien pronto. Agradecida
cumplo la promesa.
Ibídem. Femando NúHez: Temiendo por repetidas
amenazas perder una parte del terreno heredado de
mi padre, y extraviados los títulos de propiedad,
acudí á María Auxiliadora para que remediara nu
mal, ofreciendo una limosna. Algunos dias de.spués,
se encontraron las escrituras y todo quedó arreglado.
Gracias á María.

— 133 —
Sania (Barcelona). Sor Mario de Loreto: En la
fa«ta de salud que tienen en Sarriá las Religiosas
de María Inmaculada, se hallaba una joven atacada
de fuerte erisipela complicada con un ataque al
cerebro. Después de dos días, teniéndola como
muerta, recibió de uno de los RR. PP. Salesianos
la bendición de María Auxiliadora, y empezaron
las jóvenes de la casa una novena; antes de conduirla se encontraba perfectamente curada.
Sevilla. M. B .y L .: Encontrándome enferma de
congestión, que en el espacio de seis meses rae
había atacado dos veces, me encomendé á María
Auxiliadora y le hice una novena, prometiendo
publicar la gracia si me ponía buena. Ya hace de
ésto tres años y, gracias á la SS. Virgen, estoy
perfectamente bien. He recibido además varios otros
favores de María Auxiliadora en enfermedades de
mi hija y asuntos de familia, por lo que doy mil
gracias á tan bendita Madre.
Ibídem. Manuel Ram írez; A causa de un catarro
pulmonar descuidado, agravóse mi mal hasta el punto
de no poder hacer nada, y hacíaseme difícil la res­
piración, con dolores de costado intensísimos. En
este trance, acudí con confianza á María Auxiliadora
y empecé una novena que terminó el día de S. José.
La víspera del Santo pude levantarme. Quedo
agradecido á la Santísima Virgen por esta y otras
gracias.
Tobes (Burgos). D . Víctor Relio Pbro., Cooperador
Salesiano: en dos circunstancias dolorosas he acu­
dido á María Aux. y Ella me ha escuchado. ¡ Ben­
dito sea su nombre santo 1
Urachiche (Venezuela). Éster de Galindez, encon­
trándose ya casi en la agonía, desahuciada de los
médicos que la asistían, suplicó á María Aux. le
concediese la salud, si le convenía, prometiendo
varios ejercicios piadosos y dar una limosna; ahora
que está completamente restablecida, cumple lo
prometido y hace público tan señalado favor.
Valencia (España). Santiago García: abrigaba
pocas esperanzas de salvar á un hijo mío nacido
prematuramente, hasta el extremo que tuvimos que
bautizarle enseguida. Acudí á María Auxiliadora
pidiéndole conservara á mi hijo. Aquel mismo día
se notó gran mejoría en el niño y hasta la fecha se
encuentra bueno y robusto. Doy infinitas gracias
á María Auxiliadora.
Ibídem. N . N .: por haber obtenido la curación
de su hija. — N . N .: porque, desahuciada de los
médicos, acudió á María Aux. y quedó sana.
R. V ., teniendo á una hija gravemente enferma,
la encomendó á María Aux. y obtuvo la salud.
Valencia (Venezuela). Isabel Fernández Ichazin
en cumplimiento de lo prometido á María Auxi­
liadora doy testimonio público de la insigne gracia
que me ha concedido, devolviendo la salud á una
enferma, á quien recomendé en momentos de tenible angustia, á la protección de tan buena Madre.
£1 éxito correspondió á mi oración humUde y con­
fiada. Infundan en todos aliento y confianza estos
rasgos de divina bondad que nos da la Santísima
Virgen.
Ibídem. Isabel Galindez Aeparren, por un favor
recibido. María del R . G ., por haber obtenido la

curación de su hermano. — Amalia Acosta y P.J»
R ., por favores recibidos.
Villa San Pedro (Paraguay). Andrea Emilia C.
de Apesteguía: Mi hijita Josefa, de 4 años, fué mor­
dida por una víbora de la cruz en un lugar ú mjcw
leguas de Villa S. Pedro. Le prometí á la Samisima Virgen publicar la gracia si conservaba la
vida á mi hija, puesto que en aquel instante no
tenía remedios á la mano. Si bien al llegar á la
Villa se encontraba en mal estado, la mordedura
no tuvo malos resultados y ahora la niña está fuera
de peligro. Doy humildes gracias á la Reina de
los Cielos.
Yaritagua (Venezuela). Francisca García de A’odríguez, da gracias á María Aux. por varios seña­
lados beneficios. — Isabel María Colmenares de
Santa Rosa, por haberle concedido l.i salud, se
inscribe como Cooperadora Salesinna.
Véle* Rubio (Almería). Antonia M.inc/uin Romero;
De nuevo me obliga la bondad de iMaria Auxilia­
dora á publicar sus grandezas. Habiendo sido mi
querido esposo atacado de tifus y á la vez de ata<iue
cerebral y ya desahuciado por los médicos, acudí
en demanda de consuelo á nuestra buena Madre
María A u x .,y á los pocos días tles.npareció la gra­
vedad del mal y hoy se encuentra resi.ihlecido. Doy
una limosna y publico la gracia.
Zaragoza (E)spaña). Un dei'olo de María; Prometí
una limosna á la Iglesia de María Aux. de Sarriá
si conseg^uia obtener la reforma de carácter de un
individuo de mi familia. Conseguida esta gracia,
cumplo lo prometido.
Súplicas á María
José B . Morales de S. Juan de Dios (Costa Rica)
para obtener cuatro gracias especiales; é Isaura y
/. J . Navas de Cabudore (Venezuela) para conseguir
remedio en una grave necesidad, suplican á los
Cooperadores y lectores amables los recomienden
en sus oraciones.

N. B. Recomendaba D. Bosco tres medios
para obtener una gracia de María Auxilia­
dora: I. Rezar con fe y devoción nueve días
s^uidos tres Pater-nóster, Avemarias, Glo­
rias y Salves; 2. Dar ima limosna; 3. Fre­
cuentar los S S . Sacramentos.
Con estos tres medios obtendremos las
gracias necesarias del Auxilio de los Cristia­
nos, si nos convienen, pues es imposible que
no se mueva á nuestras súplicas la que es
la Madre de las Misericordias.

— 134 —
A__ o O

.

oa



é íS

.

3

J

* -^r- *

RÓNICA SALESIANA
TURIN — Santuario de Valdocco. — Cuando
este número llegue á manos de nuestros lectores,
se estarán celebrando en el Templo de María
Auxiliadora, la Reina Coronada de Valdocco,
solemnísimas fiestas. Dejando para Julio la des­
cripción de la solemnidad, damos algunas bre­
ves noticias del programa.
Se está celebrando el mes con inmenso con­
curso de fieles. Por la mañana á las 6 y por la
tarde á las 7 i]a hay Sermón y bendición con
S. D. M. Cada domingo del mes se celebra
Misa solemne, y los cantores de las casas más
cercanas vienen ,al Santuario á ensalzar con sus
cantos á la Auxiliadora de los Cristianos.
El día 17 de Mayo, aniversario de la Coro­
nación, el Excmo Sr. D. Juan Bertagna, Arzo­
bispo de Claudiópolis dirá la Misa de comunidad
y habrá Misa solemne.
El 22, Domingo de Pentecostés, Misa con
asistencia pontifical del Excmo Sr. Spandre,
Obispo auxiliar de Turín.
El 24, solemnidad de María Auxiliadora, ce­
lebrará la Misa de Comunidad el Emmo. Car­
denal Richelmy, Arzobispo de Turín; pontifi­
cará el Excmo Sr. Gamba, Obispo de Biella en
la Misa y en las Vísperas solemnes. Por la tarde
como todos los años, habrá solemne procesión
é iluminación general por la noche.
Turín, la ciudad dichosa del SS. Sacramento,
se prepara además para celebrar el IX** cente­
nario de su celestial Patrona, La Consolaía, y
con la afluencia de fieles las fiestas de María
Auxiliadora resultarán más concurridas y solem­
nes. D. Bosco fué devotísimo de la Consolata,
tan amada de los Turíncses; Este año se uni­
rán en estrecho lazo los hijos de Turín para
festejar á la Consoladora ^de los afligidos y los
hijos de D. Bosco para venerar á la Auxiliadora
de los Cristianos.
El Excmo. Sr. D. Juan Cagliero primer Obispo
Salesiano y Vicario Apostólico de la Patagonia ha
sido recientemente nombrado por S.S. Pió X,
Arzobispo titular de Sebaste
BERNAL (ARGjprriNA) — Coogreso de Música
Sagrada — Tenemos noticia de que se ha cele­
brado ya el anunciado Congreso de Música Sa­
grada el II, 12 y 13 de Abril.
Ignoramos los pormenores de su celebración,
si bien sabemos que ha resultado práctico, con­
currido y solemne.
Su Santidad Pío X, tan amante de las sagra­

das melodías, ha animado con su autorizada
palabra y bendecido el Congreso. Numerosos
Prelados de todas las partes del mundo han
enviado su adhesión, entre ellos los Emmos. Car­
denales Ferrari, Svampa y Aquiles, quienes en
atentas y cariñosas cartas aprueban y bendicen
tan laudable idea.
Damos aquí el programa detallado de los tres
días del Congreso:
II
Abril, (En la Iglesia de la Merced) por la
mañana: Misa solemne con asistencia Ponti­
fical — Conferencia de ocasión por el Rmo. Sr.
Pbro. Antonio Rasore, Cura de la Merced.
(En el Aula del Congreso) por la tarde:
I». Apertura del Congreso y palabras del Sr.
Presidente efectivo.
2**. Estado actual de la música sagrada en la Re­
pública. Necesidad de reaccionar. Discurso por
el limo, y Rmo. Mons. Dr. Gregorio Romero,
Obispo tit. de Jasso.
3*. [El Canto Gregoriano). Discurso por el Rdo.
P. Román Descomps, de la Congregación del
Sdo. Corazón. Resoluciones.
4«* [El Cánto Popular). Discurso por el Rdo. P.
Domingo Duthu, superior de los Padres Lourdistas. — Resoluciones.
5®. Alocución de un Prelado.
NOTA: En los Intermedios de las sesiones se ejecnteroo
trozos de canto gregoriano y música sagrada.

12 Abril, (En la Iglesia de San Francisco) por
la mañana: Misa solemne con asistencia
Pontifical.
(En el Aula del Congreso):
I®, P ío X y el Motu proprio sobre la música sa­
grada. Discurso de S. S. lima. Mons. Dr. Pa­
blo Padilla, Obispo de Tucumán.
2®. [La música litúrgica) Discurso por el Rdo.
P. Pedro Rota, Salesiano, Director del Colegio
Pío de Villa Colón (Montevideo). Resoluciones.
3®. [Formación de Coros). Discurso por el Rdo.
P. Federico Grote, superior de los Padres Redentoristas. Resoluciones.
4®. Alocución de un Prelado.
13 Abril, (En la Iglesia de las Victorias) por la
mañana: Misa solemne con asistencia Pon­
tifical.
(En el Aula del Congreso) pór la tarde:
I®. [La música sagrada en los Semmarios). Dis­
curso por el Rmo. Canónigo Mons. Luis C
Duprat, Provisor y Vic. Gen. de la Arquid.

— 135 —
j®. {El órgano). Discurso por el Ingeniero J. A.
Medina. Resoluciones.
(2*. Espíritu de asociación y propaganda). Discurso
por el Sr. Pbro. D. Andrés Pont y Llodrá. Re­
soluciones
4®. Alocución de un Prelado.
14 Abril, Clausura del Congreso {en la Iglesia de
Merced): A las 5 de la tarde, solemne Te
Deum y Bendición con el SS. Sacramento.
BARACALDO'BILBAO. — Nos escribe el Señor
Director de aquel importante Colegio; Oratorio
festivo ó recreo y catecismo dominical. He aquí
la obra capital de esta casa y á la que se ha
procurado dar todo el impulso posible.
En una población compuesta en su casi to­
talidad de obreros, entre los cuales se siembran
las más extrañas teorías acerca de la Religión y
sus ministros, creo que no es poco alcanzar un
concurso de 400 alumnos todos los días festivos,
pasando una hora larga en escuchar las expli­
caciones del Catecismo.
Después de las bendiciónes del Señor, que tanto
quiere á estos hijos del trabajo, contribuyen en
mi concepto á sostener la concurrencia, las si­
guientes industrias que se ponen en juego.
Cada niño lleva una libreta de asistencia que
entrega á la entrada y se le devuelve á la sa­
lida con la marca correspondiente.
Para premiar la asistencia se celebran al año
dos ferias, una el día de Reyes y otra al ter­
minar el curso (en Agosto).
El domingo anterior á la celebración de las
ferias se entrega á cada portador de las libretas
un número de vales (papel moneda) equivalentes
á las marcas de asistencia, con los cuales ellos
compran los objetos expuestos en la feria.
Para mayor estímulo y además en concepto
de premio, entran en el bazar por grupos, co­
menzando por los que tienen mayor número de
Vales, y terminando por los que tienen menos. De
aquí resulta que los primeros, como más dignos,
llevan la flor de la mercancía y compran á su
entera satisfacción aquello que más Ies conviene
ó les han insinuado (como regularmente sucede)
sus proprios padres. En cambio, los últimos lle­
van su condigno castigo, porque no encuentran
lo que apatecían y se tienen que conformar con
lo que hallan.
En tales términos ha excitado eñ los niños
el estimulo el medio indicado, que guardan la
libreta como un tesoro precioso y á raíz de cada
feria, hay que registrar de 40 á 80 nuevos alumnos.
Otro de los medios para mantener constante
la asiduidad al Catecismo, es la forma amena
que se procura dar á las explicaciones, valiéndo­
nos cada año de nuevas industrias.
Ora en la descripción y análisis de un cuadro
que representa algún misterio, Sacramento, man­
damiento etc. que el catequista traza de palabra
al principio dé la explicación; ora se reparten
entre varios niños, preparados ad hoc, unospape-

litos con telefonemas (puntos de doctrina) que
ellos desde abajo leen en alta voz para que el
Catequista los desenvuelva con ayuda del mismo
niño qne ha leido el telefonema; ora (como este
año) sube uno de los niños á ama pequeña tri­
buna colocada frente á frente del púlpito y ohro
se coloca en el presbiterio de cara al pueblo.
Comienza el de la tribuna haciendo varias cdusulUis sobre materias litúrgicas, el otro sobre
puntos de catecismo (ambos naturalmente prepa­
rados de antemano) y el catequista desde el
púlpito contesta al uno y al otro, haciendo in­
tervenir también á algunos de los que están
sentados en los bancos. Se termina con el canto
del Ave maris stella y bendición con S. D. M.
Como pueblo esencialmente industrial, tiene
el dibujo mucho porvenir para estos niños: de
aquí su afición extraordinaria á este arte. Nun­
ca se cansan, y están dispuestos siempre á sacri­
ficar el recreo con tal que puedan dibujar.
La clase de dibujo (de 6 á 7 de tarde) dura
todo el año.
Alguien dirá: en las academias de dibujo por
regla general se matriculan muchos, pero se
cierra el curso con pocos. ¿En que consiste, pues,
que en el Colegio de V. están los alumnos todo
el año sin fafigarse?
A mi parecer, la causa no es otra que la ame­
nidad que se le procura dar también á esta ense­
ñanza, sin mucho cansancio del maestro. El
sistema que se emplea es el colectivo. Diez y
seis ó veinte niños de idéntica capacidad artística
copian una lamina de gran tamaño, colocada en
el centro. Ocurrirá que dos ó tres la copiarán
antes que los demás. A ellos se les obliga á
decorar la figura adicionándola con algún rasgo
que le venga bien ó haciendo resaltar el clarooscuro de las líneas hasta que la hayan termi­
nado todos.
Las Secciones están divididas en esta forma:
I» trabajo en papel cuadriculado; z* Figuras
circunscritas en trazados geométricos; 3* Figuras
sin auxiliar de ningún género; 4* Figuras acota­
das con ciertas medidas y 5* Figuras á escala.
Para las transicciones de una á otra sección
se emplean también algunas industrias que no las
enumero, por no alargar demasiado esta Crónica.
Vienen diariamente 160 á 170 alumnos, siendo
constante la asistencia. Se da el caso de haber
alumnos de pueblos lejanos, que hacen el sacri­
ficio de pagar una buena pensión á las posadas
por asistir á este Colegio. Se impone ya un in­
ternado, porque no pasa día en que no se reciba
alguna solicitud. ¡Qué el Señor mueva el corazón
de alguna alma generosa que nos proporcione
los medios para ello !
— Colegio de Sta. Dorotea. —
Hermanas de aquel importante Colegio escriben
al Rdo. Sr. D. Rúa; Pocas veces, por no molestar
demasiado su atención, acostumbramos á partidparle la sendlla fiesta que en honor de nuestra
ínclita Protectora Sta. Dorotea celebramos anual­
mente ; pero este año hemos querido salir de nüestro
sarria (Barcelona )

1

— ií6 —
silencio para hacerle partícipe de una gratísima
satisfacción que en este hermoso día hemos expe­
rimentado.
Poco han variado las Sagradas funciones de la
mañana de las celebradas en años anteriores, y como
en ellos, han consistido en Misa de Comunión ge­
neral , y á las lo Misa solemne con sermón, en el
que en escogido discurso celebró las glorías de la
Santa el renombrado orador D. Juan Román Gar­
cía; mas las de la tarde han revestido una inusi­
tada solemnidad. El Emmo. Sr. Cardenal JCasañas,
Obispo de esta diócesis, dándonos una nueva mues­
tra de su inmensa bondad, ha querido venir á
darnos la bendición con S. D. M., y su presencia
ha impreso á los cultos que hemos tributado á
Sta. Dorotea, una expresión de majestuosidad que

el venerable Pastor una palabra afectuosa, una
expresión paternal.
Pasó este dia, amado Padre, como pasan todas
las cosas del mundo, pero su recuerdo no se bo­
rrará jamás de nuestra mente, y su impresión no
se desvanecerá nunca de nuestro corazón. En el
fondo de él se alza potente el purísimo sentimiento
de la más viva gratitud hacia el Emmo. Principe
de la Iglesia que tantas muestras nos da de su pa­
ternal afecto.
NICTHEROY (Brasil ) — Festejos marianos al pie del
Monumento. — Recordarán nuestros lectores que, el
8 de Diciembre de 1900, se inauguró en la colinas
de Nictheroy, frente al puerto de Rio Janeiro, un
grandioso monumento á María Auxiliadora para
conmemorar el IV*’ centenario’ dfel descubrimiento
del Brasil. Ahora bien, los Salesianos de aquel im-

Vista de la Exposición de la Casa de Artes y Oñcios de Lima
nos ha inundado de la más dulce emoción.
Explicarle, amado Padre, los afectos de mie.stras
almas, decirle nuestros sentimentos al recibir al
ilustre Purpurado, fuera punto menos que impo­
sible: la venerable figura de nuestro ilustre Pre­
lado, que semejaba para nosotros al divino Maes­
tro cuando decía: « dejad que los niños vengan
á mi » nos llenaba de profunda veneración á su
Sdii. Persona y nos hacia prorrumpir en un himno
de gratitud hacia Dios que tan liberal se mostraba
con nosotras.
Después de darnos la bendición con S. D. M.,
nos dirigió una hermosa y conmovedora plática,
exhortándonos al amor de Dios y á la necesidad
en que estábamos de reparar los ultrajes que se
infieren al Señor y terminó dándonos su pastoral
bendición. Acto seguido pasó S. E. al salón de
actos para asistir á la sencilla academia que en su
honor se tenia preparada; después de la cual toda
la Comunidad t^nto de niñas como de Hnas. fue­
ron á besar el anillo, y para to<las y cada una tenia

portante centro concibieron la feliz idea de cele­
brar peregrinaciones el 8 de cada mes, ó el do­
mingo siguiente, de este año jubilar de la Inmacu­
lada, á los pies de Maria Auxiliadora. A este pro­
pósito se lian servido de conferencias, diarios,
hojas sueltas, programas para exitnr el entusiasmo
y la devoción.
El dia destinado para la peregrinación, un señor
Obispo, invitado de antemano, celebra Misa campal
y los mejores oradores del Brasil se turnan en
cantar al pie del monumento las glorías de Maria.
Solemnísimo fué el 8 de Diciembre, día de U
inauguración de los festejos. Celebró la Misa cam­
pal el Exmo. Sr. Julio Tonti, Nuncio Apostóliw.
La concurrencia de fieles fué extraordinaria. Predicó
después de la Misa Mons. Macedo Costa. — Igual
escena de piadoso entusiasmo, el dia de Año Nueim,
en que celebró el Sto. Sacrificio el Sr. Obispo dio­
cesano, en presencia del Exmo. Sr. Dr. Nilo Pe*
(¡anha. Presidente del Estado, y de un numer(^
peregrinaje, que vino con varia.s bandas de música
á cantar himnos de alabanza á los pies de María.
— Estas conmovedoras funciones irán repitiéndose
cada mes durante este año jubilar para honrar á la

— J37 —
Auxiliadora. S. S. Pío X, por medio del Emmo.
Cardenal Merr>' del Val, se ha dignado bendecir y
aprobar estos festejos, que son otros tantos triunfos
que va ganando en las almas nuestra Virgen Co­
ronada.
ENSENADA (República A rgentina ) — Fiesta de
San Francisco de Sales. — Nos escriben: Con la so­
lemnidad que nos fué posible celebramos el 31 de
Enero la fiesta de nuestro Patrono san Francisco
de Sales.
La Iglesia parroquial, bien que pobre en adornos,
ostentó en ese dia sus mejores galas.
En la Misa parroquial comulgaron en crecido nú­
mero los Cooperadores y Cooperadoras de la loca­
lidad. Muy concurjida fué también la Misa solemne
cantada por los alumnos de nuestra escuela.
El Panegírico del Santo estuvo á cargo del Sr.
Cura Vicario de la Parroquia quien con oportunas
frases demostró que « S. Francisco de Sales amó
mucho á Dios y por éso amó mucho á la huma­
nidad. »
Pero la nota sobresaliente de la fiesta fué la con­
ferencia á los Cooperadores por el M. R. P. Dr.
Federico J. Rasore, Cura Rector da San Ponciano
en La Plata. Previa lectura de unos puntos del
Reglamento de los Cooperadores, apareció la sim­
pática figura del conferenciante quien atrajo las
miradas de todos los presentes. Exordió el Orador
haciendo constar que muy gustoso había aceptado
el compromiso de dirigir su palabra á los Coope­
radores Salesianos, considerándolo como un deber
y un honor. Luego, abriéndose paso al asunto con
el arte que diriamos peculiar del Dr. Rasore, entró
de lleno en el tema de su conferencia, preguntando
cual debiera ser el carácter del Cooperador Salesiano. Para elfo hizo muy oportunas reflexiones
sobre el espíritu de Don Bosco, concretándolo en
estas palabras « amor, celo, constancia, » afirmando
que tal había de ser el del Cooperador Salesiano.
Debía de tener amor á Dios , sentir en su co­
razón la llama de que ardía el de Don Bosco para
la gloria del Señor y la salvación de las almas,
comentando el lema que el Padre de la niñez des­
valida legara á sus hijos los Salesianos , da ntihi
animas caetera tolU, dame almas y nada más, y fi­
nalmente abrigar en su pecho la constancia varonil
del .Apóstol del siglo X IX , y no desfallecer ni
desmayar por los trabajos y dificultades que en­
contrare en obrar el bien. Hizo además notar la
grande equivocación de muchos que se creen
que basta, para ser Cooperador, el proporcionar
medios pecuniarios con los cuales puedan los hijos
de D. Bosco cumplir su misión de regeneradores de
la niñez, como no sea tampoco cooperación per­
fecta el rezar. Estos, dijo, son medios muy impor­
tantes sin duda, pero la cooperación más necesaria
consiste en tratar de todas maneras de que la niñez
vaya al Oratorio Festivo. Verdaderamente acertada
fué esta obser\’ación, puesto que es por demás la­
mentable de que aptenas una quinta parte de
niños V niñas de esta importante población asista
a la doctrina.
Como esforzado paladín de la buena prensa, cual
es el Dr. Rasore, no dejó de indicar otro campo de
acción para el Cooperador Salesiano, cual es el de
la difusión de buenos libros, recomendándoles es­
pecialmente las Lecturas Católicas, asegurando feliz
suceso, especialmente en los hogares en que no
poede llegar el ministro de Dios, el Sacerdote.
Concluyó finalmente el orador pidiendo á Dios
bendijera su palabra é hiciera que la buena setoüla depositada en los corazones de sus oyentes

Ik

produjera abundantes frutos de vida eterna jiara
la juventud especialmente y para la sociedad en­
tera — Acto continuo se impartió la solemne ben­
dición con S. D. M. y con ella se dió por con­
cluida la fiesta de nuestro glorioso Patrono, dejamlo
en todos gratos recuerdos y vivos deseos de esme­
rarse en cooperar eficazmente á la obra de l)*.m
Bosco y prestar todo su apoyo á los Salesi.anos
establecidos en esta localidad.
GENERAL ACHA (A rgentina ). — El R. P. Orsi
en una carta al Rdmo. D. Miguel Rúa, asi describe
el estado material y moral de aquel Colegio y
centro de Misiónes:
« Hemos dado cima, muy Reverendo Padre, d los
dos colegios que desde hacia ya seis años, veniamos construyendo con todo género de sacrificios y
privaciones en esta media capital del Territorio,
sin que las gravísimas dificultades y grandes obs­
táculos qüe se nos habían atravesado por el esca­
broso derrotero, hayan conseguid^:’ desalentar nues­
tro espíritu, ni detener un momfenio siquiera la
marcha providencial de nuestra misión bienhechora.
La solidez y arquitectura del edificio, con el or­
nato y las condiciones higiénicas de todas sus de­
pendencias, le hacen acreedor á continuos elogios
por parte de las personas que lo visitan, no sólo
del Territorio, mas también de los que vienen de
Bahía Blanca, Buenos Aires y otras ciudades.
Lo que más da realce á nuestros colegios en
estas alturas, es la abundancia de aguas potables,
contenidas en cuatro aljibes de grandes dimensio­
nes, que diiicilmente se agoUrían en las sequías á
veces muy prolongadas en estas regiones.- El so­
lado de los grandes patíos que facilitan el recreo
de los colegiales, sin el inconveniente de los remo­
linos de arena, que temamos antes, es otra nota que
resalta á la vista de todos. No menos importantes
son los pórticos que rodean por dentro los dos co­
legios, abrigando á los alunmo.s de los rayos del
sol y de las mil intemperies del invierno.
Por juicio imparcial de las personas competentes
que han visitado detenidamente nuestros colegios,
pueden las familias de la Pampa Central dar una
educación á sus hijos, tal cual se la danan en
Buenos Aires ó quizás aún con mayores ventajas
higiénicas, morales y pecuniarias. Muchas familias
han empezado ya los ensayos, con satisfacción
nuestra y provecho de la niñez, que nos fué con­
fiada en los años anteriores. Por los buenos prelu­
dios que tenemos á la vista, en este año irá en­
grosando el núcleo de nuestros colegíales y así
esperamos continuará de año en año, puesto (jue el
bien salta á los ojosi no solamente de los buenos,
mas aun de los que no lo son. Nuestra obra ma­
terial no se ha concentrado exclusivamente en los
colegios, se ha extendido también á la iglesia y no
sólo aquí en General Acha. mas aún en Santa
Rosa, Victorica y Toay, donde se ha tratado hacer
cuanto nos ha sido dable. En Victorica el Rdo. P.
Roggerone ha trabajado todo el año para hermosear
la capilla de aquel pueblo y es de alguna impor­
tancia la torre construida sobre el frente de dicha
capilla. En Sta. Rosa se ha podido costear una cam­
pana, debido á la actividad del Rdo. P. Cynalewkí.
En Toay fué habilidada una capilla provisoria, pro­
vista del menaje necesario para la celebración de
los divinos misterios. En esta Iglesia de General
.Acha se han realizado hazañas. Parece que .María
Auxiliadora nos haya bendecido con extraordinarias
bendiciones. Se adquirió un hermoso armonium,
por la cantidad de, 450 pesos; se ha colocado una
expléndída pila bautismal; un majestuoso pulpito

— 138 —
descuella en la parte derecha de nuestro presbi­ obra buena sin digna recompensa, un hermosísimo
terio, cuyo coste es casi igual al del armonium y
premio.
pila: fué construido en madera el cancel á la puerta
Dejo, amadísimo Padre, otros mil detalles para
principal del templo y otras muchas obras se han
no causarle más tedio y robarle el tiempo precioso
realizado en el transcurso del 1903.
que V . R. sabe siempre emplear en asuntos de
Ya me parece haber sido harto prolijo en lo ma­ noble trascendencia. Perdónenos lo exiguo de la co­
terial, y procuraré ser breve en lo tocante á lo es­ secha del año p. p. que le presentamos , y bendí­
piritual ; consignando sólo algunos datos principales
ganos, á fin de que sea cien mil veces mayor la del
y dejando al Señor, que todo lo sabe, el juicio
corriente 1904.
sobre nuestra obra evangelizadora de la Pampa.
Las varias misiones que en el transcurso del año
LIMA (Perú ) — Exposición general de trabajos. —
tuvimos la dicha de dar en el extenso territorio,
Nos esciben: « La clausura del año escolar de
fueron todas de un éxito satisfactorio, teniendo en
1902 en nuestro colegio de Lima, ha revestido una
cuenta lo que es la Pampa, y no lo que debería
solemnidad no común. Se hacía por primera vez la
ser delante de Dios. No hemos tenido que deplorar
exposición general de trabajos, á la que concurrie­
un solo acto contrario á nuestra marcha evangélica.
ron las casas de Arequipa, La>i Paz y Sucre. El
Si nuestros feligreses no han sido obedientes en
salón de exhibición presentaba un golpe de vista
recibir los SS. Sacramentos, como lo aconseja y
sorprendente y admirable. Las escogidas piezas de
mand.n la Ley de Dios, tenemos el
consuelo de asegurar, de que no
hemos oido negar la esencia, ni la
eficacia de éllos. Y si tienen fe en
los Sacramentos, puede ser que
tarde ó temprano se resuelvan, por
la misericordia de Dios, á entrar
en la observancia de aquellas di­
chosas leyes, á las que está anexa
nuestra temporal y eterna felicidad.
Xa
Xc^zñoua d i S. cVT. il S lc ddtaÁia
Una prenda, dig^ia de tener en .
RKLI.K a e m B U f i N K
cuenta, hemos podido apreciar en •
los vecinos del Territorio, y es la
DEL Perú. Bouvia ed Equatore
atención con que escuchan la pre­
dicación de la divina palabra, señal
^
^
casi cierta de una futura conversión
dootíu
odcdtíújii
(U Xirnaj)
al adorabilísimo Corazón de Jesús.
/f03 .
// .y,mu
—*•
Debido quizás á ésto, tuvimos la
profunda satisfacción de celebrar
en los pueblos precitados esplén­
didas y conmovedoras solemnida­
des, cuyo brillo principal fué la
concurrencia de los fieles, la devo­
ción y comportamiento observado
en la iglesia y el número crecido
de comensales al Banquete Eucaristico. Como resultado diré á V . R.
que pudimos distribuir en la igle­
sia, sin contar las de las varias
misiones dadas en las campañas,
13.225 comuniones, entre las cua­
Diploma otorgado por la Legación italiana & la Exposición
les, muchísimas de personas, que
desde hacia años y años no recibían
Salesiana de Lima.
el pan de vida eterna, y otras que
nolohabiati recibido nunca, á pesar
de contar ya más de treinta, cuarenta, cincuenta,
la banda y los cantos que amenizaron el acto arran­
sesenta, setenta y hasta ochenta y tres años de
caron vivos aplausos, pruebas de la satisfacción
edad. A fuerza de súplicas y ruegos, en la mayoría
general.
de los casos, se bendijeron 109 matrimonios, legiti­
« Componían la concurrencia el Exmo. Sr. De­
mando asi un número considerable de criaturas in­ legado Apostólico, Monseñor Alejandro Bavona,
conscientes, Entre párvulos y adultos bautizamos
SS. EE. los Ministros de Italia y Elspaña, e! Sr. Al­
á 884 infieles y conferimos 748 confirmaciones.
calde municipal y otros respetables Señores, á cuyo
Unos quinientos niños de ambos sexos han reci­ noble conjunto formaban corona los Directores de
bido los rudimentos de nuestra Sta. Religión en la
todas las casas de la Inspectoría y un no pequeño
iglesia: en el campo se ha hecho siempre cuanto
numero de espectadores. El programa, desempe­
se ha podido.
ñado con distinguida exactitud y delicadeza, fué del
Las sociedades del Apostolado, Hijas de María,
agrado general; pero lo que mayormente cautivó
Santos Angeles, San Luis, han ido aumentando en
la atención de todos, fue la Exposición. Todas las
número y piedad , si es que no me equivoco en
casas de la Inspectoría tuvieron piarte en ella, y
hacer tal juicio.
todas se distinguieron p>or la perfección de sus tra­
Las pobres Hermanas Hijas de María Auxilia­ bajos : la casa de Lima sobresalió en la zapatería,
dora han trabajado muchísimo en pro de la Mi­ sastrería, mecánica y sobre todo en la caligr^a,
sión, coadyuvando así á las tareas difíciles de los
cuyas muestras son á la verdad dignas de mérito;
ministros de Dios en esta mística Viña; y estamos
la de Arequipia llamó la atención por su bien or­
seguros de que recibirán del Señor, que no deja
ganizada agricultura y por la pintura de cuyos ra-

— 139
mos se exibleroa importantes objetos; la de La
Paz se distinguió en la ebanistería, fábrica de mo*
sáleos, zapatería y d ib u jo ; y en la de Sucre for­
maron una especialidad los trabajos de ebanistería y
los retratos de la fachada de la Iglesia y de la fun­
dición de campanas.
La Exposición se inauguró el 25 de Diciembre
p. p. Era de ver el entusiasmo que despertó en el
ánimo de los concurrentes; todos tenían algo que
admirrar, los elogios se prodigaban á porfía, sobre
todo considerando que todas las obras alÜ exhibi­
das, eran hechas por pequeños artesanillos, inex­
pertos aprendices, y que sin embargo dejaban ver
en ellas un grado de perfección superior á su edad.
Los periódicos déla capital no quedaron en zaga,
pues en varios da^ ellas se encuentran páginas ver­
daderamente consoladoras y llenas de simpatía por
nuestra Obra Salesiana. Entre otros La Voce d’Iíalia y el Bien social hablaron de una manera li­
sonjera, encomiando la sobredicha Exposición. Re
produciremos algunos párrafos de este último, en
los que se ponen de manifiesto los progresos que
con la protección de nuestra dulce madre María
Auxiliadora, van haciendo los pobres hijos de Don
Bosco en estas repúblicas del Perú y Solivia. Dice
asi: « La concurrencia que asistió ayer á la fiesta
organizada por los RR. PP. Salesianos, llenó por
completo el salón que para que se realizara habían
preparado convenientemente. S. E. Mons. Delegado
y su secretario, los EE. ministros de Italia y Es­
paña, el Sr. Alcalde municipal, el comandante del
crucero Puglia, algunos representantes á Congreso y
los superiores de las Comunidades religiosas, for­
maban parte de la distinguida concurrencia que es­
tuvo en la Escuela Salesiana y que gozó con la
interpretación de los números de que constaba el
programa preparado para esta fiesta.
Antes de terminar la ceremonia, el Exmo. señor
Delegado Apostólico pronunció un breve discurso,
felicitando á los Salesianos por los progresos de su
obra en el Perú y Solivia............................................
En la posición de muestras forman un solo lote
los objetos de las casas de Sucre y La Paz. Exhi­
ben trabajos de herrería, escultura y plástica en­
cuadernación y zapatería. Las muestras de los tra­
bajos de ebanistería, según nuestro modo de ver,
son perfectas, lo mismo que las que se exhiben de
la sección de dibujo industrial y de ornamentación.
Junto con las muestras se hallan algunas foto­
grafías que representan los talleres de los colegios,
que en tan buen pié se encuentran en las ciudades de
la Paz y Sucre, debido en gran parte á la protección
decidida que le otorga el Gobierno Boliviano.....
La exhibición que hace la casa de Lima, com­
prende trabajos de sastrería, tipografía, carpintería,
caligrafía, mecánica, productos de la sección de
agricultura, floricultura y horticultura.
Los trabajos de mecánica son algo notables.
Se exhibe una sierra circular y un tomo, traba­
jadas ambas obras en los talleres de la escuela.
Una urna de madera para el templo de Santo Do­
mingo también hemos visto trabajada en la escuela
con toda perfección. Llama la atención un saco de
ropa hecho de una sola pieza.
El colegio de Arequipa ha presentado obras de
pinturas muy buenas, hechas por los alumnos.
En la sección de agricultura, que es lo mejor que
tieoe, hemos visto muestras que son los primeros
ensayos de las industrias de esterilización de ver­
duras y elaboración de vinos.

También son notables los diagramas meteorol(^
gicos del observatorio que posee.

Hay varías muestras de modelación. Algunas
vistas fotográficas hacen conocer al instante los
bellos campos que posee ese plantel Salesiano que
tantos progresos hace......

No hay duda que tiene esta exposición impor­
tancia; es una muestra clara que los religiosos van
á la vanguardia del progreso, á pesar de que sus
enemigos los llaman oscurantistas y retrógrados 1... »
Por lo visto, casi nada se puede añadir al reíalo
de este importante periódico, solo diré que el bri­
llante éxito y la benévola simpatía con que ha sido
acogido este primer ensayo de Exposición general,
son muestras bien claras de un feliz y no muy le­
jano porvenir para nuestra amada Congregación en
estas regiones del Perú y Bolivia. La influencia del
bien que los Salesianos prodigan se va difundiendo
rápidamente, y así se oyen repetidas instancias
para nuevas fundaciones de casas; pero debido á
la escasez de personal, no se puede satisfacer á
ninguna de ellas. ¡ Lástima que carezcamos de bra­
zos robustos que nos ayuden en nuestra noble em­
presa!
Últimamente se concluyeron los tratados de la
fundación de una nueva casa en el Cuzco, y el
entusiasmo con que aquellos buenos Cuzqueños
esperan á los Salesianos es á la verdad consola­
dor, pues promete buen terreno para consechar
sazonados frutos.
También los Directores, en vista de los elogios
prodigados á sus trabajos, se excitaron á una
santa emulación, proponiéndose hacer mayores es­
fuerzos por el progreso y engradecimiento de los
establecimientos, á cuya cabera están; y ésto pro­
mete que en no muy lejano día veremos á la ban­
dera de D. Bosco flamear en el horizonte Peruano
y Boliviano, como emblema del bienestar y felicidad
de la juventud pobre y desvalida de estas regio­
nes. ¡ Quiéralo asi nuestra dulce Madre María y
nuestro buen Padre D. Bosco 1

*

Dice « E l Colombiano » de Bogotá en su nú­
mero del 17 del pdo. Febrero:
El Padre de los leprosos. — Está en la ciudad
el R. P. Rabagliati, de regreso de su viaje á
Europa. Bien venido sea este dignísimo apóstol,
consagrado hoy exclusivamente al servicio de
esa innumerable tribu de desgraciados, á quienes
hoy no sólo afligen sus propios dolores, su ais­
lamiento y su porvenir siempre oscuro, sino
también el hambre y la desnudez, que ha im­
pulsado á muchos de ellos á fugarse del asilo
respectivo en busca de pan. Sobre esto llama- ■
mos la atención pública.
BARANQUILLA (Colombia ). — Nos comunica el
Sr. F. de la T . C. El movimiento Salesiano en
Colombia necesitaba de uno que exclusivamente
se encargara de dirigirlo, y para/este objeto fue
nombrado Inspector el R. P. Antonio Aime, quien
el 23 del mes p. p. arribó á las costas de esta Re­
pública, que forma ya el objeto de su predilección,
que presenciará sus sudores y disfrutará de sus
amorosos cuidados.
Los Salesianos y Cooperadores de esta ciudad
fuimos los primeros que tuvimos la dicha de reci­
birlo y tributarle las primeras muestras de recono­
cimiento y amor.
Se mostró muy satisfecho al ver el bien que con
la ayuda de Dios se hace, no sóloá los niños, sino
también á los feligreses de esta parroquia y con-

— r40 —
cibió las más bellas esperanzas acerca del porve*
nir de esta Casa Salesiana, pequeña en la actua­
lidad como el grano de mostaza de que habla e!
J-ivangelio, pero que dada su posición y teniendo
presente el ambiente en que se encuentra, será con
el tiempo árbol gigantesco.
Y ese júbilo que interiormente sentia, no pudo
menos de manifestarlo aprovechando para ésto un
entreacto de la función dramática-músico-literaria
que en su honor se dió, durante el cual demostró
á todos los prentes la importancia de educar á la
juventud, poniéndola en un estado tal, que cuando
necesite de sus manos para sustentar su vida, en­
cuentre fácilmente en cualquier parte trabajo, y no
se vea obligada por falta de habilidad y de apti­
tudes, á llevar una vida miserable, viviendo como
planta parásita del trabajo ajeno ó ejercitada á la
sombra de los ricos en oficios, que tal vez le hu­
millan y degradan. Dió asi mismo las gracias á
tollas las personas que tan bondadosamente hablan
protegido á los hijos de D. Bosco en esta ciudad
y dijo que su agradecimiento para con Bairanquilla
sería eterno, pues de un modo tan benévolo
habia acogido en su seno á algunos de sus hijos; y
terminó implorando la caridad de las personas de
buena voluntad para con los Salesianos, á fin de
que con su ayuda puedan llevar á termino sus
grandiosos planes.
Grande entusiasmo levantó en todo el auditorio
la palabra del Sr. Inspector, y el Pbro. Sr. Dr. Pe­
dro M. Rebollo, párroco de la iglesia de S. Nico­
lás, con palabra fácil y elocuente contestó al Padre
Aime, no sólo en nombre de todos los presentes,
sino que interpretando los sentimientos de todos
los habitantes de la ciudad, hizo manifestación del
amor y simpatía que los barranquÜleros tienen á los
.Salesianos, afirmando que sus deseos serían cum­
plidos, pues Barranquilla nunca ha quedado indi­
ferente ante las obras grandes y que en el pecho
de sus hijos palpita con fuerza la generosidad
siempre que se trata de favorecer una obra bené­
fica y de útiles resultados para la Patria.
Corta fue la permanencia del S. Inspector entre
nosotros. Otros hijos lo esperaban en el centro de
la República y tuvo que continuar su viaje, dejándnnos el corazón lleno de gratas impresiones y la
mente de indecibles recuerdos.
BOQOT\ ^CoLOMmA). — Cortamos de E l Porvenir,
iliario de la Capital: — Muy complacidos asistimos
á la K\posición de los trabajos de los Talleres Salesianos, á metliados de la semana pasada. Verda­
dero entusiasmo y consuelo traen al patriotismo
acongojado, espectáculos como ese: allí la obra de
la niñez es ya la obra del hombre, en muchos ramos
de la actividad humana. En materia de fundición
de tipos, bien se sabe que es el único taller que
existe en el país y que últimamente ha mejorado
do modo notable sus productos, y en cuanto á la
encuademación, la finura, elegancia y solidez de las
pastas, ha sido en Bogotá una verdadera novedad
on el arte, desde hace varios años. Entre muchas
buenas cosas que allí vimos, merecen especial men­
ción una cerradura ó chapa, de secreto admirable
en su mecanismo, inventada por el maestro del

ramo y un galápago con su apero, hechura de un
niño que empezó el aprendizaje este año. Por su­
puesto que adelantos semejantes en su rapidez y
seriedad, ostentan la mayor parte de los niños apren­
dices en los diversos ramos.
Pero nada tan grato como la transición de los
oficios á las bellas artes: varias pinturas de los
alumnos exhibíanse en los corredores, y en el patio
amenizó el acto la Banda Salesiana, cuyos progresos
aplaudimos muy sinceramente. Llamó la atención
de los concurrentes la orquesta infantil que ese dia
se hizo admirar una vez más.
Ese hermoso conjunto de las bellas artes y los
oficios redentores, de lo espiritual y material, del
alma y el cuerpo, unidos asi en beneficio del hom­
bre, trajo á nuestra mente consoladoras reflexiones;
dimonos á pensar como este país se redimiría fá­
cilmente si se poblase pronto de obreros-artistas, es
decir, de hombres á quienes el trabajo productor
de riqueza material, en sus múltiples formas, pre­
domine siempre sobre las labores abstractas del
alma. Ahí debemos buscar todos la redención del
país.
Buena y laudable labor es la que están haciendo
los Padres Salesianos en Colombia: hacer obreros
y aislar leprosos son las dos grandes labores de la
hora presente; con diez años de esfuerzos perseve­
rantes de Gobiernos y ciudadanos en ese doble sen­
tido, transformaríase la faz de la Patria, que entonces
volvería á ser la altiva tierra, á la que no se pueda
vejar y burlar impunemente.
BARCELONA — Su Majestad Don Alfonso XIII en e l Tibidabo — Durante su permanencia en Barcelona,
donde tantas simpatías se ha captado y tantas
muestras ha dado de su piedad, Don Alfonso. <1
día 8 de Abril por la tarde hizo una excursión a la
montaña del Tibidabo en cuya cima se levantará
el templo del Sdo. Corazón de Jesús, Allí le espe­
raba una verdadera manifestación de entusiasmo
infantil ; millares de niños de todas las escuelas le
dispensaron una cariñosa acogiga. Nuestra banda
de Sarria tocó á su llegada los majestuosos acordes
de la Marcha Real. El Rdmo. Sr. D. Manuel B.
Hermida, Inspector de las Casas Salesianas de
Cataluña, fué á cumplimentarlo y á presentarle el
proyecto del futuro templo. Don Alfonso consi­
deró atentamente el plano y tuvo palabras de ala­
banza y de aliento para esta obra, que cen tanto
entusiasmo habían acogido los nobles Barceloneses.
Don Alfonso se entretuvo algunos momentos ha­
blando con el Sr. Inspector de la Obra S.ilesiana,
por las que siempre ha demostrado singular inte­
rés y simpatía.
Aprovechamos esta ocasión para recomendar á
nuestros Cooperadores y á los Españoles todo-, la
obra del nuevo Templo del Tibidabo, que ha de
ser la santa atalaya de defensa y el testimonio
de la piedad de la Ciudad de los Condes.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBIHO.
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1904