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Título
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BS_1904_09
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Descripción
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Boletín Salesiano. Octubre 1904
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Fecha
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1904.10
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extracted text
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Redacción y Hdm iqistracióri
y¿d Cotfolcngo, J2
AÑO X IX — N. lo
—
Publicación mensual
SUMARIO : Segunda Exposición trienal de las Escuelas profesionales y Granjas Salesiaiias............... 217
Documentos Salesianos.......................................... 221
De nuestras Misiones : Ecuador — Colombia.
..224
—
—
Turin- Italia.
O C T U B R E de 1904
Gracias de María A u xiliadora..................................231
El Excmo, Sr. D. Juan C a gliero ..............................233
Crónica Salesiana........................................................ 236
Cooperadores Salesianos d ifu n tos..............................240
Segunda Exposición trienal
de las Escuelas profesionales y Granjas Salesianas
_
n medio de los aplausos de los
jóvenes artesanos del Oratorio
de Turín, que representaban los miles
y miles de jóvenes recogidos en todo
el mundo bajo la santa bandera de D.
Bosco, el 22 del p. p. Agosto se inau
guró en Turín la II* Esposición de las
Escuelas profesionales y Granjas Sale
sianas, bendecida por el Excmo. Sr. Ca
gliero, Arzobispo titular de Sebaste, y
honrada por la presencia de numerosos
é ilustres eclesiásticos y bienhechoras de
la Obra Salesiana. Fué aquello un
himno de gloria al trabajo, un premio
merecido á una labor paciente y activa;
fué la apoteosis de la espléndida crea
ción del humilde Sacerdote de Becchi.
D. Bosco, cuando el 1854 fundó las
Escuelas profesionales ¿previó él el pro
digioso desarrollo de su obra? — Esto
no lo sabemos nosotros; pero lo cierto es
que conoció á fondo las necesidades de
los tiempos, previó las tendencias de la
edad moderna, y como buen hijo de la
Iglesia, que si bien es apostólica, es
también eternamente joven, previno el
movimiento de las naciones modernas,
y lo secundó con actividad incansable,
sin que nada le arredrase cuando había
descubierto una senda que lo había de
llevar á la meta suspirada.
Eran aquellos los tiempos en que ya
se empezaba á buscar pretextos para
poner en ridículo la religión y sus
ministros, vociferando por todas partes
que los sacerdotes eran holgazanes y
retrógrados. D. Bosco previó que todos
estos malignos lazos serían prisión de
— 2 I8 —
muchos incautos, y estudió el asunto:
y de lo alto le vino la luz. Vio las fe
briles aspiraciones de las masas obre
ras y las fatales con.secuencias de su
apostasía; sintió á lo lejos el rumor
fragoroso de nuevas máquinas y los
frenéticos aplausos de nuevos inventos,
y se entusiasmó con tantos triunfos: y
puesta la confianza en Dios, sometién
dose generosamente á mil sacrificios,
puso manos á la obra, escogiendo co
mo objCto de sus desvelos á los hijos
del pueblo.
La empresa era difícil é importante.
Colegios para la educación de los ni
ños estudiantes, la Iglesia los había
tenido siempre: faltaban sólo escuelas
para los obreros, pues el ochenta por
ciento de los jóvenes estaban en la im
posibilidad de recibir una educación
seria, y religioso-moral durante los años
más críticos de la vida. D. Bosco dió
principio á su grandiosa obra con un
humilde taller de zapatería. Los niños,
que lo llamaban con cl dulce nombre
de padre, acudieron alegres y nume
rosos. La Divina Providencia fué en
viándole niños y recursos y D. Bosco
siguió adelante con su empresa. Poco
á poco sus escuelas crecieron en nú
mero é importancia; y tanto llegaron
á difundirse, que al cabo de 50 años'
gracias al apoyo constante de los bue
nos, se educan en la virtud y el trabajo
miles y miles de jóvenes obreros. Sí,
Providencia y la generosidad de los
buenos corazones son su apoyo, por
que, son escuelas y no talleres; pues
no es la ganancia lo que se busca,
sino únicamente el bien y aprovecha
miento de los alumnos.
jAh! la virtud que sana y vivifica
¡cuánto terreno no conquistaría con la
difusión de esta obra de D. Bosco!
La Religión ante el progreso nunca le
ha dicho: ¡parate! nó, que precepto es
de nuestro Divino Maestro no tener la
luz encubierta bajo el celemín, sino
encima del candelabro. De la aparente
discordia entre los tiempos y la Religión,
la culpa es de los tiempos, que no de
la Religión ; pues, como dijo él poeta
italiano, la Religión bendijo las velas
de nuestros abuelos republicanos y po
bló las telas de Rafael de castas vír
genes » y « cuando nacían los estudios
y al despuntar el albor de las artes,
abriendo nuevos caminos y ensanchan
do los antiguos, filosofó con Sto Tomás,
cantó con Dante y Tasso, declamó con
Bossuet y Segneri, edificó con Braman
te, esculpió con Miguelángel...» y los
tiempos, absortos en sus investigacio
nes, se olvidan de lo sobrenatural, y
locos con sus triunfos, sueñan con la
libertad. A lo más podrán creerlo en
este mundo ¿y después? También en los
tiempos de Noé creían los hombres
llegar á tocar el cielo, y Dios confun
dió su soberbia con la confusión de las
gracias a l apoyo constante de los buenos: lenguas.
porque de otra manera ¿cómo hubiera
Pero cuanto más los pueblos se ale
llevado á cabo D. Bosco tan colosal jen de Dios, más arderán en malas
empresa? ó ¿cómo podrían ahora sos ambiciones.- y no se acuerdan que los
tenerse las Escuelas profesionales ? Mu progresos modernos, puestos á la sombra
chos de los alumnos no contribuyen de la cruz, podrían entonar el himno
con nada á su manutención y otros de la tranquilidad y del triunfo. Pero,
sólo en parte ¿y ios locales, la insta sea bendecido el nombre del Señor,
lación de talleres y. sobre todo, la con que hace sanables á las naciones, dis
servación, y el gasto de materiales? La pone los acontecimientos según su di-
j .
— 219 —
vino beneplácito para la ansiada restau
ración del obrero y nos da con esto
una prenda consoladora de su miseri
cordia ; gloria sea también á D. Bosco
que fué uno de los primeros iniciado
res de este movimiento, empezando
por los niños.
para que perseveren en el recto sen
dero, seguros de la protección de Don
Bosco y de la caridad de nuestros ge
nerosos bienhechores.
La inauguración
Fu^ una hermosa tiesta dciücada A los triun-
Esctiela tipográfica del Oratorio Salesiano de Turin -
Ojalá que la Exposición ya inaugusada disipe en algunas almas ciertas
antiguas prevenciones contra la Iglesia
y sus ministros, y estimule á todos
para emprender una santa cruzada en
pro de los jóvenes obreros, para bien
de la Religión y de la patria. De esta
manera el aplauso y la admiración de
los visitadores, aumentará el ánimo de
nuestros queridos jóvenes artesanos.
Italia.
fos del trabajo y un justo homenaje á la me
moria de nuestro Fundador. Transcribiremos
aquí lo que acerca de ella escribió la Italia
Reale de Turín en su m'imero del 2 2 de Agosto.
« Ha sido un acontecimiento de gran impor
tancia, por el objeto para el cual fué conce
bido y por la noble porfía con que lué pre
parado. Conocida es la solicitud con que los
Hijos de D. Bosco se dedican á la educación
é instrucción de los hijos del pueblo; y es
admirable como, marchando tras las huellas
de su fundador, aún á costa de grandes sa-
-crificiüs, han abierto en tocias partes numero
sas escuelas profesionales, han tomado la di
rección de granjas, en las que millares y mi
llares de niños, junto con la profesión de un
art<*, aprenden las nociones generales de cul
tura necesarias á sus oficios y que los sabios
criterios de los tiempos presentes exigen.
«Ahora, para estimular á sus alumnos al
trabajo y á la emulación, han tenido el feliz
pensamiento de hacer la 11“ Exposición gene
ral de sus escuelas profesionales; ésto sirve al
mismo tiempo para presentar á todos sus
bienhechores y admiradores como en un cuadro,
todo lo que hacen en uno y otro continente,
por la educación de la juventud obrera.
« Ayer, á las 5*30 de la tarde, con la bendi
ción del Exemo. Sr. Cagliero, Arzobispo titu
lar de Sebaste y Vicario Apostólico de la
Patagonia, se inauguró dicha Exposición, que
está dividida en cinco secciones :
a) Artes gráficas y afines _ 6) Artes libe
rales
c) Oficios — d) Granjas — é) D i
dáctica.
« Dió principio al acto el Rdo. Sr. D. José
tíertello, consejero profesional de la Pía So
ciedad Salesiana, quien explicó el objeto que
se había tenido presente al inaugurar la Expo
sición. « Dos son los fines, dijo: el primero
es demostrar nuestra gratitud á D. Bosco, á
Oíos que le ha inspirado y á todos los buenos
corazones que le han ayudado á educar la
niñez; el segundo es manifestar lo que se ha
hecho y pedir consejos y alientos para hacerlo
mejor en lo porvenir. »
« El discurso de ocasión fué prt)uunciado
por el ilustre caballero y abogado Sr. Carlos
Bianchetti, discurso rico en elc\a.las conside
raciones filosófico-sociales, hermoso por sus
poéticas imágenes y su oportunidad.
«El concepto principal consistió en demostrar
como la Iglesia vencedora, en el campo doc
trinal, del filosofismo volteriano y (.leí raciona
lismo materialista, ha salido vencedora tam
bién del marxismo en el campo de la acción
social y de la cuestión obrera. D. Bosco fué
el hombre providencial que tuvo intuición de
las tiempos modernos, y proveyendo el sociali.smo, inició sus instituciones que van mani
festando al mundo, que la Religión es la única
do.ensa dcl obrero y que se interesa por su
instrucción técnica no menos que de su educacción moral y civil. Recordando después
como cincuenta años hace D . Bosco dió prin
220
--
cipio á sus talleres con un zapatero, dijo que
las suelas que cosía el remendón del Oratorio,
como le llamaban, prep iraron las otras con las
que los Salesianos dieron vuelta al mundo
fundando talleres en Europa, en las Américas
en Asia y en Africa. Pasó luego á hablar de
la importancia de esta I P exposición trienal,
que será seguida de muchas otras más ricas
é importantes. El espléndido discurso del Sr.
Bianchetti fué interrumpido varias veces por
aplausos y coronado con una entusiasta ova
ción.
<< Fué también muy aplaudida una compo
sición que leyó un alumno impresor, toda im
pregnada en veneración y gratitud hacía el
gran padre y maestro D. Bosco y hacia su
dignísimo Sucesor.
« El Rdmo. Rector Mayor D. Miguel Rúa,
dió las gracias á todos los asistentes al acto
y recomendó á todos que acompañaran y man
daran visitadores á la exposición, para que
todos puedan juzgar de los frutos de las ins
tituciones Salesianas. Rogó después al Exmo.
Sr. Cagliero que bendijera la exposición dis
puesta en el ampio local del teatro.
Después de la ceremonia religiosa, el nume
roso publico se dispersó por las galerías
para contemplar los trabajos y productos de
85 escuelas profesionales Salesianas.
4:
♦ *
Estuvieron presentes á la inauguración casi
todos los miembros del Jurado, compuesto de
los individuos más competentes en cada uno
de los ramos de la exposición. Intervinieron
también rapresentaciones de varios círculos,
institutos y sociedades obreras, diez de ellas
con sus pendones.
Se ha constituido una comisión de honor:
es presidente el senador Sr. Frola, Alcalde de
Turín : vice-presidente el diputado Boselli, el
senador Sambuy y el barón D. Antonio Manno.
También la Comisión de damas bienhechoras
de la Obra Salesiana ha tomado esta exposi
ción bajo su alta protección: es presidenta
honoraria S. A. I. y R. la Princesa María
Leticia de Savoya-Napoleón, quien se ha di
gnado hacer una visita á la Exposición.
—
221
—
Documentos Salesianos
Discurso pronunciado por su autor Mons. José Alessi
en la quinta Sssión del II! Congreso Salesiano
e l i6 de M a y o de 1903.
( Continuación).
ero ¿qué es lo que ha destruido en el alma
de este joven, de este niño el edificio de la fe
materna? ¿Acaso la ciencia?— Nó, que el Autor
de la razón es el mismo Autor de la Revelación.—
¿Acaso la enseñanza atea, con sus sofismas, con
sus objeciones, con sus sarcasmos?... — Cierto es
que ésto habrá contribuido no p oco; pero no
en todo. ¿Por qué, pues, ese joven no ha sabido
resistir á las insinuaciones del ateismo? ¿Por qué
no ha sabido sobreponerse á las objeciones y
á los sarcasmos?.... Señores, la causa principal
del naufragio de la fe en nuestra época, es el
desequilibrio, la falta de nivel entre la cultura
científica y la cultura religiosa.
H ay en nosotros dos clases de conocimientos :
los que atañen al alma, á Dios, á la vida futura,
que forman el objeto de la cultura religiosa;
y los que respectan al mundo sensible y las cosas
de la vida presente, que forman el objeto de la
cultura científica. Estos dos órdenes de conoci
mientos debieran siempre armonizar y compe
netrarse mutuamente, salvo siempre la jerar
quía que depende de su origen, de su objeto y de
su fin. Ahora bien; para que la cultura científica
no sobrepuje á la cultura religiosa y no la sofo
que, es preciso que se mantenga equilibrio entre
estas dos culturas. Y , para que este equilibrio se
mantenga, es necesario de toda necesidad que
la cultura religiosa vaya desarrollándose y se
estudie paralelamente á la cultura científica.
Saber las nociones elementales del Catecismo
basta para un niño, pero no para im joven y un
adulto. Estos necesitan estudiar más á fondo
aquellas verdades religiosas que aprendieron en
los días de su infancia, en las páginas de aquel
libro pequeño, pero divino; de modo que el es
tudio de la Religión corresponda á las exigencias
de la razón elevada y desenvuelta, pueda afrontar
dignamente los conocimientos intelectuales y sos
tener comparación con ellos. Sólo en este caso
un alma podrá poseer el conocimiento reflexivo
de la fé y soportar, sin ceder, el empuje poderoso
de las doctrinas contrarias y de las enseñanzas
ateas. Pero si este equilibrio falta ¿qué suce
P
derá?... Señores, aun suponiendo que la ense
ñanza no sea atea, sino indeíerente y neutral
para con las creencias religiosas {cosa quizá
idealmente posible, pero imposible en práctica);
aun su}X>niendo todo ésto, el desequilibrio entre
las dos culturas será bien pronto causa de la
ruina y perdición de la fe. Puesto que, cuando
se abandona la Religión á un estado de noción
elemental, carecerá de fuerza y valor para una
mente desarrollada, pasará pronto á ser un ob
jeto de segundo orden, y sino se perderá por con
vicción, se perderá por indiferencia y olvido.
Pero si por el contrario, como desgraciadamente
suele acontecer, el joven estudiante se encuentra
siempre expuesto á la influencia de una ense
ñanza atea, ¿qué se harán al cabo de poco sus
creencias ? ¿Cómo resistir el embate de doctrinas
anticristianas, que se le presentan bajo la capa
de ciencia, y en las que por insuficiencia de
cultura religiosa, no llegará á descubrir el so
fisma?... ¡Ah! entonces. Señores, sin un milagro
visible de la Providencia, sólo se presentan abier
tas dos vías, que conducen todas dos al escej)ticismo y á la incredulidad.
Algunos se conservarán religiosos y creyentes
por algún tiempo, pero sólo por hábito. Seguirán
asistiendo á las sagradas ceremonias de un modo
meramente mecánico; de sus labios no se oirá
una oración, sino como una fórmula vacía y sin
intención, á manera de los mandras inconscientes
y mudos, que despiden los molinillos para orar,
usados por los budistas del Tibet. Pero tal es
tado de un alma no puede durar por mucho
tiempo. Pronto llegzu’á un dia en que la fe, esa fe
sin alma y sin vida, caerá al primer empuje sin
resistir á la lucha, como cae del árbol al primer
soplo de viento, un fruto raquítico y lacio, antes
de ll^ a r á su pleno desarrollo.
Para otros al contrario, la fe sucumbirá tras
ruda y larga lucha, esa suprema lucha del alma
que se <»mbate ordinariamente á los veinte años,
entre una razón desarrollada ya y crecida en la
cultura científica, y la misma razón niña aun é
ignorante en cultura religiosa ¡Lucha dolorosa
—
y fatal, que deben sostener casi siempre vence
doras ó vencidas, las almas más sensibles é int.-J!gcntes^! ¡1 ucha tremenda y en el día de hoy
á menudo desdichada, como la de Hipólito
Taine y de feodoro Jouffroy, quien de esta tra
gedia dcl alma nos ha dejado la página, quizás
siglo
psicológica, que posee el
222
—
repr^eniais el siglo X X . Os esperan nuevas v
fecundas batallas que se reñirán en el campo
mte ectual. Preparaos para alcanzar la victoria
en ellas Enseñoreaos de la ciencia moderna, para
darle el bautismo religioso que le falta y hacer
de ella aquello que los Sagrados Libros llaman
setenhae rehgiosiias. ¡Pero recordadlo! Como
primera de todas las ciencias poned la de Dios
la ciencia de la Religión. Sin ella bien pocj
podréis conseguir y no cumpliréis dignamente
vuestra misión.
La institución de las Escuelas de Religión resjwnde eficazmente á remediar tan grandes pe
ligros. Divididas y organizadas con prudencia y
eiiterio moderno, de manera que correspondan
*«*
a Jas necesidades de los diversos cursos escolás
t ic a forman diques de salvación que preservan
Pero entre estas Escuelas de Religión para la
a fe de la juventud estudiosa del influjo avasajuventud estudiosa, hay una, acerca de la cuai
Uodor de la enseñanza atea. Estas escuelas, Se
quiero principalmente llamar vuestra atención,
ñores, no lorman solo un deseo; sino que desde
por la grande y particular importancia que en
liace mas de diez años existen florecientes en
cierra: hablo de las Escuelas de Religión para los
muchas ciudades de Italia y doquiera se estable
alumnos y alumnos de los Institutos normales,
a n los lujcK de D, Bosco. Pero aun quedan mupara aquellos que están llamados á ejercer un
dias necesidades á que proveer. Por todas partes
día las funciones sociales del magisterio. Sin
-se deja sentir esta necesidad, todos reclaman
gran dificultad vosotros todos os hacéis cargo
altamente tóta fundación; pero sea por indolen
de la importancia de esta misión. Aquí no se
cia ó por desaliento á vista de las dificultades
trata de satisfacer una necesidad individual 6
«o están aun muy extendidas, ni toman el incre
de conservóla frescura de la fe en un alma so’la:
mento que debieran, donde existen. Este Conhay algo más. Se trata de la formación de muchas
g r ^ , tan animado para las obras fecundas y
almas, de la educación de generaciones enteras,
civiJizadoras,,debe darles un nuevo impulso, para
que se halla confiada á la acción continua y du
que esta institución, tan eficaz y benéfica, flo
radera de los maestros. Yo, Señores, no conozco
rezca, y prontamente se propague.
una miston más grande, elevada y delicada, y al
Y sabed, Señores, que la acción que deben ejermismo tiempo más peligrosa que ésta. El maes
w 1^ Escuelas de Religión, no es puramente
tro es una inteligencia puesta en contacto con
de defensa y prevención, nó ; las Escuelas de que
otras inteligencias para desarrollarlas y modetratamos sem rán también para imprimir nueva
Jarlas á su imagen y semejanza. El maestro es
<ürección a los espíritus y una mayor extensión
un padre... mejor dicho, una madre, que goza dei
a la culluja científica de los católicos. En estos
privilegio de grabar sus mismos pensamientos
Ultimos años se ha hablado mucho, con razón y
en la mente de sus alumnos. El maestro es un
sin ella, de la inferioridad de los católicos en el
sacerdote, y sino puede ejercer el ministerio de
nivel intelectual. ¡Ah! somos no pocas veces de
consagrar, puede i»mo él ejercer el de adoctrinar,
masiado benignos para con los adversiarios. y
y por esta misteriosa analogía, en la frente del
«nsores inflexibles i>ara con nuestros j>artidarios.
maestro se refleja un destello del mandato de
Yo no creo en esta inferioridad intelectual de
Cnsto á los Apóstoles : Id y enseñad. Porque en
tos católicos, como no creo en la inferioridad de
las razas latinas a las anglo-sajonas y germá la escuela, donde el sacerdote no puede enseñar
a los niños el catecismo, el maestro le sustituye
nicas. Lo que no podemos menos de lamentar
en
tan elevado ministerio. Es , pues, preciso que
es no digo a interioridad, j>ero sí la insufi
el maestro posea corazón de madre y alma de
ciencia de cultura religiosa en nuestra juventud
católica insuficiencia que se manifiesta en el ócerdote. Sólo en este caso la escuela será au.xihar de la familia y del tem plo; sólo entonces
estudio de las doctrinas y de los hombres y que
Izaremos decir que la enseñanza es un sacer
I>or desgracia indica poco amor, ¡xira no d « ir
docio.
apatía, á los estudios religiosos. Estos estudios
Ahora b ien ; para que el maestro posea cora
que eran un tiempo herencia común de sacerzón
de madre y alma de sacerdote, es preciso
dote.s y laicos; pero que ahora, al menos entre
que
sea
en él la fe viva, completa y profunda.
n o s o t^ . parecen ser función reservada á los
Pero
¿cómo
ha de conservarse y crecer en él esta
Mwrdotes y pasión de uno que otro laico, verfe,
si
a
medida
que prc^esa en la cultura proda(^ ro^ htario en el campo intelectual,
no avanza á igual paso en la cultura reli
¡Oh Jóvenes! Nosotros representamos el siglo
giosa? ¿Cómo se conservará en él y se aumentará
A IX ; somos la generación que pasa. Vosotros
esta fe, si en los Institutos normales no existen
— 223 —
cátedras para la enseñanza superior de la Reli
gión y debe asistir á clases en que la pedagogía,
la moral, la historia, todo se presenta como ins
trumento de odio al cristianismo, para inocular
en los futuros maestros la corrupción intelectual?
¿Quién no echa de ver la necesidad de fundar al
lado de cada Instituto normal, una Escuela de
Religión, para llenar el vacío de la enseñanza
oficial y neutralizar la nefanda tarea de los pro
fesores ateos?...
íntimo contacto con los niños, para formar sus
inteligencias y sus conciencias, para poner en
sus tiemecillas mentes el fundamento de todos
los conocimientos literarios y científicos, debe
al mismo tiempo infundir en sus almas el espíritu
del Cristianismo, que debe entrar en todo y san
tificarlo todo. Señores, hasta aquí hemos traba
jado y luchado por la enseñanza religiosa en las
escuelas, y hemos merecido bien ; continuemos
trabajando y luchando sin dar tregua: no nos
Taller de cajistas en el Oratorio Salesiano de Turin -
Y observad bien. Señores, que la Escuela de
Religión no proporciona sólo á los alumnos y
alumnas de los Institutos normales simples no
ciones de verdades reveladas; sino que profun
dizando en este convincimiento, defendiendo su
realidad contra las objeciones y sofismas de la
incredulidad, demostrando sus divinas bellezas
y sus profundas armonías con las aspiraciones
del alma, las exigencias de la conciencia y las
necesidades sociales; introduce estas verdades
reveladas en toda la cultura y viene á conver
tirse en esencia, en sangre de los alumnos. Esta
es la causa por la que yo pedía para el maestro
alma de sacerdote y corazón de madre cristiana.
Obligado por su ministerio á estar siempre en
Italia.
arredren los obstáculos, ni nos desaliente el mal
éxito de nuestras tentativas. ¡Ay de la jiatria,
de la familia y de la sociedad, si se suj)rime la
instrucción religiosa en las escuelas ! Pero creed
me ; una ó dos horas que se emplean en la ense
ñanza del catecismo, no bastan. Vosotros bien lo
sabéis. El maestro, á falta del sacerdote, ense
ñará los misterios de nuestra santa fe, los pre
ceptos del Decálogo... ¿Pero de qué sirve ésto, sí
lo enseña con la misma indiferencia de quien
repasa la serie de figuras geométricas ó de los
reyes de Roma? Si ateniéndose al programa di
dáctico, en 1^ horas determinadas, da sí, clase
de catecismo, pero en las demás horas, faltando
á los deberes de su misión y á los deseos de las
— 224 —
familias, enseña el error y desprecio al dogma y
creencias cristianas?...
Un maestro, digno de este nombre, debiera
respirar, quisiera decir , por todos sus poros, las
creencias religiosas; debiera esculpir las ideas
del Cristianismo en el alma de sus alumnos, no
sólo con la explicación del Catecismo, sino por
medio de todas las materias de la enseñanza, de
todas sus palabras y su conducta. Sólo entonces
será el maestro para sus niños, una nueva madre.
^
un nuevo Sacerdote, otro Cristo. Sí, Señores,
otro Cristo ; porque de este modo copiará en sí
la f gura del Divino Maestro, cuya taumiturga
potencia, no sólo se manifestaba en las pala
bras, en los gestos, en las miradas, sino que
transpiraba de toda su p Tsona, como un in
flujo divino que curaba á to i)s los qae 'on
El estaban en contacto. Virtas de illo exib it ei
sanábat omnes.
{Se continuará).
0
ECUADOR^
Mons. Cosfamagna en Gualaquiza.
(Relación de D , Abrahári Aguilera,
Secretario del Prelado).
(Continuación).
Hemos, pues, determinado establecerlas (las
Hijas de María Auxiliadora) aquí en la ciu
dad de Cuenca en la casa del Corazón de María.
Con una grave diflcultad, empero, tropezamos:
la alimentación siquiera por los primeros años
mientras ellas no se acomoden. A vosotras acu
do, nobles hijas del Azuáy. Si cada una se
propone costetir la mitad de la alimentación
de una Hermana, la diflcultad desaparece.
Este apoyo de la mujer verdaderamente pia
dosa á las Obras del Apostolado, trasj>asa los
límites de la mera prerrogativa y se constituye
en derecho y obligación, porque así lo ha reco
nocido el Espíritu Santo cuando en las páginas
del Eclesiástico, la j>roclamó consuelo del pobre,
por las letras que dicen: Quitada de por medio
la mujer, el pobre gime ; {>orque asi lo conhesa
el mundo al llamar fascinación vuestro celo por
la casii de Dios: porque asi lo ha establecido la
naturaleza, pues no por otro motivo que por
éste, adornó á la mujer de esa belleza, devoción
y facundia que la introducen doquiera con las
poderosas armas del ascendiente, de la oración
y la convinción; y porque así, finalmente, lo
atestigua la historia sagrada tanto como la pro
fana. Sin remontarnos á las mujeres que en la
antigüedad tan útilmente desarrollaron sus
fuerzas por la religión, es un hecho que N. S.
quiso abrir los tesoros de su misericordia en
favor de la indigencia, á ruegos de una mujer
tipo inmortal de las que, en nombre de la caridad
cristiana, se insinúan en el ánimo de los podero
sos y de los ricos para que protejan las miserias.
De las mujeres piadosas se valieron los Angeles
de la Resurrección para despertar la tímida fe de
los Apóstoles, y de ellas continuarán sirviéndose
para decir á todos, aún á los ministros del altar,
que la fe sin las obras muere. Y en la era de los
mártires ¿no se nos ofrecen á menudo mujeres
intréjiidas que, sobreponiéndose á su natural
debilidad y á la ferocidad del sicario, animaban
al sacrificio á esos que en la arena del circo tre
pidaron por coger la corona á trueque de las tor
turas? Siempre admirable será la madre de Costantino por cuyo desprendimiento poseemos
el precioso madero en que agonizó el Redentor.
Siempre digna de imitación será Catalina de
Sena, cuyo celo ardiente no excluyó al Pontí
fice entonces en Aviñón. Y para no extenderme
en largas enumeraciones, bástame citar estas
lacónicas palabras que se aplican al fundador
de las Hermanas de la Caridad, S. Vicente de
Paul:*D?f placer sacó el sacrifi:io y la fuerza de
la debilidad.*
Para estimularos diré que las americanas han
sido siempre nuestro punto de apoyo para le
vantar nuestras obras. ¿Y no haréis eso y mucho
más vosotras, nobles cuencanas, que tenéis la
dicha de pertenecer á una ciudad ejemplo y
modelo de las demás?
Sí; lanzaos á la obra en la convicción de que.
— 225 —
serán coronados vuestros esfuerzos por un re
sultado sorprendente.
Os h? dicho que carecemos de subsidios, os
he probado que sin un dineral la conversión de
los salvajes del Oriente es una paradoja y os
he demostrado que á los ecuatorianos y á vos
otras en modo especial, toca el ayudarnos y
protegemos.
Y o no os digo que el pueblo no nos haya so
corrido, os digo que debéis continuar, y si cabe,
empeñaros un p>oquito más. Os he presentado
un círculo de acción en el establecimiento de
las Hijas de María Auxiliadora en esta Capital.
No dejéis fallidas mis esperanzas. No desdiga
vuestra conducta de vuestra fama. »
Hermosa fiesta.
de María Auxiliadora. Acto seguido, D. Tallachini pronunció un discurso de circunstancia,
concluido el cual, se procedió á la ceremonia,
mientras el trueno discurría por el cielo y los
relám p^os iluminaban los pálidos contornos.
Algunas confirmaciones cerraron la función.
Se nos invitó á tomar algún refresco en la casita
que, mientras no se termine la Igleúa. tendrá
á María Auxiliadora expuesta al culto y vene
ración de sus devotos. Los mismos que á la ida,
de vuelta acompañaron á Monseñor hasta el
Colegio.
¡Sea gloria y honor á nuestra Madre María
Auxiliadora! y al fervoroso pueblo de S. Roque,
bendición y prosperidad!
A la Misión.
Al día siguiente emprendimos el viaje á la
Entre los arrabales de la ciudad, el de S. Roque
Misión de Gualaquiza.
situado al S. O. como vigía, es principal y prós
Orillando el río Machdngara y el Cuenca for
pero.
mado por la confluencia de aquél con el Azogues,
Sus moradores, dulcemente violentados por
se entra en el Tagual, garganta imponente por
los prodigios de la Virgen de D . Bosco, se han
su majestad y alteza. A largas horas de allí
propuesto erigirle un templo, expresión perenne
está la parroquia de Gualaceo, hato feliz del
y monumental de su piedad y gratitud. A
Dr. Luis Salazar, sacerdote que desarolla en su
decir la prímera piedra y los cimientos, fué lla
modo de serlas fecundas ideas de nuestro Padre.
mado nuestro Monseñor el día de Todos los
Es enteramente adicto á los Salesianos, se cartea
Santos. ;Qué ñesta tan heimosa aquella , y tan
con el Rdmo. Sr. D. Rúa y aprecia á Monseñor
memorable para los Hijos de D. Bosco! Fué un
como el que más. Por eso éste quiso hacerle una
triunfo de María y una ovación para el Obispo
visita y enfervorizar á sus feligreses predicándo
Salesiano.
^
,
les y administrando la confirmación á los pár
El Sr. Pbro. Dr. Napoleón Piedra con más
de ochenta jinetes de la parroquia, fué á sacar vulos.
De aquí adelante nuestros Cooperadores ten
á Monseñor de nuestro Colegio de Cuenca. Tor
drán idea de los caminos que se llevan y de los
cimos á la izquierda, pasamos el Matadero y
pueblecitos que se encuentran de paso. Me limi
seguimos subiendo por el ejido. En la boca del
taré, pues, á lo absolutamente indispensable.
callejón un arco de pañuelos daba al viento sus
Y ante todo es digna de notarse la recepción
colores, más allá, otro lucía unos trastos de co que tuvo Monseñor en Sigsig, pueblo Salesiano
cina y á diez pasos un tercero recomendaba iM
de corazón y de hecho. El dignísimo Sr. Párroco
habilidades de la florista que lo formó. Creía
Pbro. Luis Morales, el distinguido caballero
que tres arcos hubieran bastado, pero me en
D. Guillermo Vega, los Moscosos, las autorida
gañé porque en todo el trayecto se continuaron,
des civiles y una turba innumerable, salieron á
como cien arcadas de un pórtico sin fin. Durante
recibirlo en las altas cumbres tras las cuales
toda la hora que duró la cabalgata, quince ó
queda Gualaceo. El devoto pueblo nos mandó
veinte floreaban el suelo y á intervalos con voz
en el viento los saludos de \Viva el Omt>o baunánime y estruendosa todos vitoreaban al
lesiano\ Viva D. Bosco! Viva María Auxvhaiora!
Obispo Salesiano, á D. Bosco, y á María A u
y al cruzar las calles quiso por exceso de carino
xiliadora.
¿p u ltam os bajo un cúmulo de flores.
De una casita blanca como paloma salió lle
Monseñor los recompensó permaneciendo un
vada en procesión la Imagen de nuestra Madre
día con ellos para confirmar y wnfesar.
tal cual se venera en el Santuano de Tunn.
Bajando el morro del pueblecito se pasa el río
Nuestro encuentro con Ella ¡oh que tierno fué.
Sigsig y se ganan las cuestas de Cuchil, cuyoa
oh qué inefable! más para imaginarlo con l ^
habitantes se llevaron un buen chasco. Como
puras fantasías del amor que i^ ra borronearlo por la noche había llovido á cántaros, no creían
con las expresiones del len^ aje!
eUos que el Sr. Obispo emprendiese la jornada
En la altura de una colina que protege la
y así se la pasaban tranquilos disponiendo los
población, está diseñado el templo en forma
festejos para el día siguiente, mientras el feste
de cruz g ri^ a . Hendiendo la multitud llega
jado se les iba. Afortunadamente un buen chico
mos primero nosotros y luego después el Cuadro
—
le divisó, llamó á sus compañeros, se cargaron
de flores y salieron de estampía corriendo á más
no poder. Una vez al lado de Monseñor, pidieron
mil escusas y dijeron lo que yo acabo de decir
prometiendo además que resarcirían el agravio
á la vuelta de Gualaquiza, como en efecto lo
hicieron. Tres millas y más lo acompañaron
derramando rosas, no obstante el fango, y la
empinada subida y el cansancio. ¡Es que en
esas tiernas almas el buen Jesús ha hecho nacer
la fe, y no hay nubes que desde entonces la
traigan ofuscada!
Por las gradas enhiestas del Molón se sube
hasta la línea del Vicariato Salesiano y á él se
baja por la horrible escalera del Churucá (cara
col) y Mamachurnrú (gran caracol).
A las puertas se presenta una cruz de madera
sostenida por cuatro ó cinco sillares: es el punto
que llaman E l Calvario. Una escena patética
y llena de poesía tuvo lugar en ese monte. El
Obispo de los Jíbaros en traje de peregrino se
echó á los pies de ese leño desde el cual Jesucristo
dijo, avasallaría las edades atrayéndolas á sí.
Una plegaria ardorosa, mezclada con las lágri
mas del corazón, subió al cielo entre el mur
mullo del boscaje que ondulaba movido por la
brisa, al sordo estrépito de los ríos, al trinar
lastimero de las aves. « Señor, esta cruz es mi
cayado, es mi esperanza. A pie por entre mi ol
vidado Vicariato/oA cruz, salud y gloria nuestra!
caminaré contigo en busca de mis ovejas. Te
enarbolaré allí donde los cielos jamás te han
visto, y tú vencerás la fiereza indómita de mis
hijos. Atráelos á tus plantas para que allí de
pongan los hábitos perversos que han manchado
los siglos de su existencia, y han profanado el
templo grandioso de esta floresta en que mi
espíritu te adora y mi corazón te siente. ¡Oh!
Vístanse mis hijos, vístanse de una vez de Jesu
cristo en quien y por quien nos ha nacido la
salud! »
Si es verdad que las lágrimas de un Apóstol
dan vuelta una página en la historia de los su
cesos, ¿no es de esperar que la diestra del E x
celso acelere el día en que los jíbaros se cambien
de hijos de ira en hijos de luz? ¡Oh! Así sea!
La república de la floresta.
En la república de la floresta se descubren las
profundidades del misterio que, al decir de Pas
cal. es incomprensible si no se eslabona con la
caída de nuestro estado primitivo. ¡Tanta degra
dación en seres poco menos que los ángeles y
corona de las obras del Todopoderoso! Los árbo
les que tal vez nacieron antes de la aurora que
mostró á Colón las verdes playas de Guanahaní
son allí los únicos testigos de los aborígenes del
Oriente salvaje. ¡Cuántas generaciones habrán
226 —
caído como caen los árboles añosos! Las que
quedan ¿entrarán en el gremio de la civilización
cristiana, ó seguirán creciendo destructoras
de sí mismas cual el bejuco, parásito terrible
que da muerte á los árboles y en su víctima se
apoya para vivir?
Las grandes avenidas, los estrechos cajones,
las vertientes plateadas; los manantiales que
arrojan un arro5nielo del seno de los peñones:
el vasto imperio de la selva poblado por millones
y millones de árboles; la cadena interminable
de cerros y colinas que en su distribución y va
riedad remedan á las estrellas del firmamento;
la numerosa familia de los pájaros que han ro
bado á las hojas en que anidan los tintes de su
plumaje y han aprendido su gorgear monótono
y desacorde del estridor que hacen las ramas
al moverse, lo árboles al caerse y las peñas al
derrumbarse, todo eso me da la idea de la repú
blica sobre que luce primero el sol en su ca
rrera, todo eso, me dice que solo Dios es grande,
que su poder es inmenso, su sabiduría infinita.
Palmo á palmo han conquistado para sí ese
reino que le acabo de pintar, las tribus nómadas
de los cobrizos. No lo conquistaron para culti
varlo y establecer ciudades: no lo han tocado.
Lo han r^ a d o sí de sangre humana, lo han ha
bitado bajo la ley del talión, bajo el exterminio
y hoy lo habitan bajo los desconciertos inhu
manos de la guerra fratricida. L a sola ocupación
para que creen haber nacido es el parlamentaristno. El solo fin de su existencia es urdir ven
ganzas y perpetuar á través de los años el crimen
de Caín.
En hora buena les han visitado los Hijos de
S. Ignacio; en hora buena también han llegado
los Salesianos. Y a sonó para las hordas del
Oriente ecuatoriano la hora feliz de su regene
ración moral y social; ya el radiante sol de la
fe les descubre los nuevos horizontes de la igual
dad y fraternidad; ya un Sucesor de los Apósstoles al soplo misterioso del Espíritu divino,
ha dejado patria y hogar y comodidades para
predicarles la buena nueva.
Las dificultades atemorizan, arredran los obstáculos,pero consuelan las palabras del Redentor:
No íem-iis. Yo he vencido al mundo.
Los auevos cristianos del Vicariato.
Nada fuera la distancia, poco la lluvia, menos
el calor, á no ser los caminos tan atroces.
Cuando las aguas en ellos se abren un cauce,
los siembran de atolladeros y de barrancos.
La bajada del Rosario, p. ej., semeja el genio
de la atrocidad, ó mejor diré, que allí el demonio
se divierte en echar zancadillas al Misionero.
Para no sentarse en un barrizal, para no tenderse
de bruces, es menester la hercúcidad de Hércules-
— 227 —
Los ángeles, empero, que siguieron á Jesús por
la via ¿olorosa de la ciudad deicida, recogerán las
gotas de sudor y las flores, de virtud que se de
rraman y esparcen por esos trechos.
Allí existió el Rosario, pueblo del cual no que
dan sino una triste memoria de su maldad y
un ejemplo terrible de la cólera divina. E l Ro
sario se había apartado del Señor y Este le
mandó una peste, para borrarlo de sobre el haz
de la tierra. Un solo habitante se libró, una sola
casucha yace para recuerdo y en la hondonada
el río levanta sus gritos al cielo lamentando el
caso y el infortunio de los que en él cifraron un
tiempo su orgullo y felicidad.
que todo lo ve, hay una mano que todo lo es
cribe, hay un oído que todo lo escucha; es el ojo,
es la mano, es el oído del Señor. *
« En la soledad resuena la voz de Dios, ha
dicho con sobrada razón un escritor ilustre, pero
es necesario que no se pierda en el desierto de
nuestra indiferencia y poca fe. j.\h! queridos
diocesanos, temed al Dios justiciero, salvad
vuestras almas, dejad que os salvemos. »
iFinalmentcI
.Al rayar el alba de la sexta y última jornada,
el limo, picó á la muía que con presteza se dió
á devorar el camino. Los deseos de abrazar des-
Mons. Costamagna entre los Jíbaros de Gualaquiza
H oy se están formando al lado opuesto otras
aldehuelas llamadas Aguacate y S. José. Pero
;qué diferencia! Todos esos colonos aleccionados
por la voz siniestra de la catástrofe y sostenidos
por el Salesiano son un modelo que refleja mucho
de las antigüedades del cristianismo. A l saber
la llegada de su Pastor, todos se reunieron para
escuchar su palabra de vida, comunicarle los
secretos de la conciencia y recibir de su mano
el Pan de los fuertes.
« Satanás ha tenido aquí sus victorias, les decía
Monseñor , y seguirá venciendo hasta que el es
píritu de fe en la presencia de Dios, no os acom
pañe en estas soledades como atalaya, como
adalid y defensor de vuestras almas. » Y les re
cordaba sus gráficas expresiones; * H ay un ojo
Ecuador.
pues de un año á sus queridos hijos de la selva,
le dieron alas.
No lo esperaban sino para el día siguiente;
sin embargo, el miedo de una sorpresa les puso
la barba sobre el hombre, como dice el re fr^ .
Nuestro joven Hermano coadjutor Miguel Avila
salió por acaso á andar el boá^ue; los demás se
quedaron arralando arcos, dispuestos á partir
á la primera voz de alarma.
E l haber seguido las inspiraciones del corazón
les puso á salvo de un bochorno. -A las doce y
media sienten la voz preventiva, se dan á correr
y á pocos pasos se encuentran con el suspirado
Padre. Misioneros y salvajes se prosternan.
-.Escena hermosa! E l primer Obispo de las re
giones amazónicas, estrecha á aquellos como
—
228 —
el anciano Jacob á su amado hijo en las tierras
de Jesén, recibe á éstos como el compasivo padre
al hijo ]>ródigo, bendice á los primeros y les
sonríe, llora sobre los segundos como el labrador
al contemplar la tierra ingrata á sus sudores. ¡Oh!
Quiera el buen Jesús convertir esta porción tan
(lí'sgrac’ada de la familia Salesiana! Derrame
Él sobre la raza jíbara una lágrima vivificante
como la virtió sobre la tumba de su amigo Lá
zaro! Pronuncie también para los hijos de la
selva el omnijíotente ¡V en i joras! y devuelva á
ese cadiver por siglos de siglos sepultado en la
barbarie, la vida de su gracia!.....
La sencillez y pobreza de los arreglos trascen
dían amor y gratitud, regocijo y festividad. En
el frontispicio de la Catedral, no tan indigna de
la Mitra que digamos, se destacaba el retrato de
Monseñor graciosamente sombreado por los
¡)liegues de las banderas italiana y ecuatoriana.
Más arriba flotaba la del romano Pontífice.
Adentro, á la derecha del altar se erguía un trono
con tres gradas cubiertas de tela burda y un
dosel forrado en jíercalina de á lo c. la vara.
También un báculo de palo, primer obsequio
de la floresta al primer Obispo de los jíbaros,
bajo el dorado de su talle simulaba ser de oro.
¡Finalmente un hijo de lejanas playas pisó
la tierra de sus ensueños! Finalmente contempló
al jíbaro, héroe hasta entonces para él mitológico
y de hoy más objeto de sus simpatías y compa
sión! Finalmente besó la mano del Sacerdote
infatigable cuya es la gloria de haber resucitado
en la Misión Salesiana de Gualaquiza la de los
R K . PP. JesuitasI el Padre Francisco. ¡Con qué
placer le oí contar sus aventuras! Cuántas veces,
me decía, caí extenuado al pié de un árbol! Cuán
tas estuve á punto de perder la vida! Cuántas
por no morir de hambre he debido comer raíces
mojadas en mis lágrimas! Imitador del Príncipe
de los Misioneros le sostiene un alma grande y un
corazón de Apóstol.
Las huellas de este glorioso Salesiano van pi
sando el Rdb. P. Joaquín, el Rdo. P. Cadena
y el clérigo Sr. Juan de María. Un grupo selecto
de jovencitos forma el Colegio de las Misiones.
¡Ojalá todos sin excejx-ión aprendan desde luego
las sublimes enseñanzas del Misionero y con él
un día trabajen de cualquier modo por la obra
divina entre las divinas!
El porvenir.
Hijos de la floresta, jíbaros guerreros, hoy,
tras largas penalidades, finalmente ha llegado
vuestro Obis¡>o. ¿Comprendéis siquiera el ob
jeto de su veniJa? Es vuestro corazón de roca ó
vuestra mente voluble como las hojas que el
huracán desgaja? Sois un metéoro fugaz que tan
pronto alumbra los espacios como se apaga?
Las castas de vuestros hijos ¿perecerán todas
al golpe del hierro inicuo que aguza la saña
cruel de las venganzas? Qué maldición os pesa?
Qué destino se os reserva en los arcanos del por
venir?
La aurora de la fe cristiana os ha nacido. ¿Lle
gará el día en que rindáis tributo de acatamiento
y adoración al Hacedor supremo de los mundos
y maravillas que por todas partes os llaman á
reconocerle?
En diez años de trabajo no se os han disipado
los negros nubarrones que impiden nazca el sol
para vivificar la simiente dcl Misionero.
Por segunda vez os llega el Obispo, pero llega,
muertas casi las esperanzas de vuestra futura
regeneración.
Tenéis una deidad funesta, madre de los ho
micidios, de los raptos, de las felonías: ¡la ven
ganza! piedra fatal en que se estrellan todos los
esfuerzos del pobre Misionero. ¡Venganza! es
pectro maldito que se envuelve en las tinieblas
del paganismo.
Las venganza es para los jíbaros una virtud.
Es más. Es un veneno que bebe con la leche, es
la primera palabra que aprende de su madre, es
la que dirije sus pasos, es la compañera de su
vida, es el precepto que recibe de los labios tem
blorosos del moribundo padre. Venganza jura
ante el cadáver exánime, y venganza clama co
mo león rugiente al cubrir con tierra los restos
mortales del autor de sus días.
En el año pasado la visita de Monseñor terminó
con la confesión y comunión de varios jíbaros.
Sellaron con la Sagrada Hostia el propósito de no
vengarse ¡Triste realidad! Esos mismos han vuel
to nuevamente á recaer!
Un capitán y los suyos se fueron á Zamora
para matar á seis del modo más borroso que pu
dieron fraguar esos bárbaros, linaje de tigres y
de leones. Dos llegaron al caer la tarde á casa
de sus enemigos y pidieron por favor hospitali
dad, diciendo que al día siguiente de mañanita
hubieran continuado el viaje. La trama estaba
tan bien urdida, que aquellos pobres incautos
cayeron en la red.
El capitán y los demás se agazaparon entre
los arborillos á poca distancia, para acudir á
una cierta señal convenida.
P.isadas las cuatro de la mañana los dos que
dormían dentro la casa, se levantan despacito
y sin rumor abren las puertas y dan la seña. Se
precipitan al punto los de afuera armados de
lanza y de machete. ¡Horrihile dictu! Los rayos
de la luna iluminaron en ese instante una tra
gedia cien veces repetida en la florestal Los cielos
estunefactos contemplaron una vez m is el delito
que abrió las sangrientas páginas de la historia
de los jibaros y que tal vez en breve cerrará si
— 229 —
Dios no los convierte y los subyuga! Seis infelices
perecieron víctimas de la confianza que habían
tenido en dos malvados, víctimas cuyo último
respiro se ahogó en un reguero de sangre hu
meante, víctimas inmoladas para vengar los
crímenes de sus abuelos!
El capitán iba señalando una por una las gar
gantas destinadas al degüello y sus compañeros
le seguían dando cada cual su machetazo ó lan
zazo. Cuentan los asesinos que abrían tres ó
cuatro heridas para saciar la sed de venganza
y para apresurar los estetores de la agonía.
Uno logró escaparse por el bosque, tras él co
rrió el verdugo que le dió picanee. Con dos ó tres
lanzadas lo arrojó al suelo 3' con otras tantas lo
ultimó. ¡Qué iniquidad horripilante! Pero no es
éso todo. La venganza jíbara es más tremenda.
La casa en que se verificó la infamia debía
también perecer para que ni vestigios quedaran
de la familia, En efecto, de la choza hicieron una
pira y á la voracidad de las llamas arrojaron los
seis cadáveres decapitados.
En seguida se retiraron con su botín, satis
fechos , alta la frente, ufanos de llevar las manos
y la lanza manchadas con la sangre de sus con
trarios. Ese botín no es oro, no son prendas, no
son alhajas. Meminissehorret!... son las cabezas
de las víctimas que llevan ensartadas en la punta
de la lanza. Con ellas el jibaro cumplirá el postrer
escarnio de la venganza.
Pero, parémonos un momentito para mirar
á través de las historias del pasado y del pre
sente, el porvenir de esta raza desgraciada, por
no decir indigna de compasión.
Siglos van que existe esta atroz república de
los bosques y, sin embargo, al presente los jíba
ros no pasan de z.ooo. ¿Será que no se multipli
can? ¿Será que las enfermedades los han diez
mado? No. Es la lanza destructora que los mina
á la vez que cava la fosa á esta raza un tiempo
numerosa.
¿Crees que el jíbaro nace para vivir? Crees
que su madre lo amamanta para que salga á
engradecer el nombre de la familia? ¡No! Ese
noble orgullo, esos sentimientos humanitarios
bien podrás hallarlos en los indios fueguinos,
en los del Matto-Grosso, en los africanos , en la
raza más desgradada que se le ocurra, mas no
en la jíbara. El niño nace y ya el padre le fija
un crimen ya el enemigo piensa hincarle una
lanza en el pecho ó hundirle un puñal en el
cuello. L a madre lo alimenta, lo mima para que
crezca coipulento, ágil y vigoroso, capaz de re
sistir sin deshonra, apto para ofender con honor.
Decidme ahora, si los jíbaros no deponen esas
costumbres ó á lo menos no las amortiguan en
el espíritu del cristianismo ¿resistirán un siglo
más sin que todos hayan caído? La centuria
que siga á la que corre ¿encontrará al jíbaro co
mo un milagro de la religión cristiana, ó sólo
la punta de la lanza?...
Por eso Monseñor ha llegado al Vicariato
casi descorazonado.
¡El capitán había miserablemente prevaricado!
él,que de su mano había recibido la i'jrimora co
munión! Qué contraste! Qué desengaño!
{Sfi coiUinuará).
C O L O M B iy \
Visita á los Lazaretos
{Carta del Rdo. Sr. Inspector D. Antonio Aime)
Bogoti, 17 de Abril de 1904*
Rámo. y amadísimo Padre:
Nuestro amado D. Evasio Rabagliati me ha
enviado su grata carta,y últimamente he recibido
la que V. R. me escribió con fecha del ig de
Enero. ¡Si supiera el placer que se experimenta
al recibir correspondencia de nuestros venerados
Superiores! Aquel es para nosotros un día de
verdadera alegría. Reciba por éllo, carísimo
Padre, nuestras más afectuosas y vivas gracias.
Por aquí las cosas van bastante bien, gracias
á Dios, y de todas las casas de Colombia tengo
buenas noticias. Este instituto de Bogotá está
ya lleno de niños: hay unos 230 y si no asisten
más, es por falta de local. Todos nuestros her
manos trabajan con sumo empeño en la ense
ñanza y asistencia de los niños y florece el orden
y la piedad; esto me da esperanzas de que el
año que viene podremos abrir de nuevo el no
viciado.
Pero lo que por ahora absorbe todos mis cui
dados es el personal de los Lazaretos que está
en malas condiciones de salud.
Hace pocos días estuve en Agua de Dios, y
me he podido convencer de la absoluta necesidad
que hay de cambiar todos los hermanos de
aquella Casa, si queremos que no sucumban
víctimas de la anemia que los consume. No exa
gero, amado Padre, con decir que su aspecto es
casi cadavérico y más triste y doloroso que el de
la mayor parte de los leprosos mismos. El Padre
Crippa se encuentra aún en más tristes condi
ciones.
El trabajo que les da el Lazareto y escuelas
es tal y tan continuo, que no les deja un mo
mento de descanso. Pero pwr otra parte, el es
pectáculo que ofrece es verdaderamente conso
lador. Y o creo que no haya una iglesia en el
mundo en que Jesús Sacramentado reciba mayor
culto, y en que, con respecto al número de feli
greses, haya cuotidianamente mayor número de
Comuniones. Las confesiones comienzan por la
mañana temprano y, con breves interrupciones,
continúan hasta poi la noche. Y ¡si V. R. supiera
lo que cansa allí confesar! Además de la incó
moda posición, hay que soportar el olor desagra
dable que produce la enfermedad y que llega
á excitar nauseas insufribles. El espíritu de
sacrificio que anima á nuestros hermanos del
Lazareto es verdaderamente digno de la mayor
admiración. Durante la visita que hice al Laza
reto de Agua de Dios he podido también yo ex
perimentar lo difícil que es el sagrado ministero
en aquel pueblo llamado, no sin razón, el país
del dolor... Añádase á esto la temperatura, que
no baja nunca de 35 grados á la sombra y podrá
comprenderse fácilmente la triste condición en
que frecuentemente se encuentran nuestros her
manos. Que antes bien, según yo firmamente
creo, si todos ellos no han sucumbido ya ó ren
didos por la fatiga, ó víctimas del terrible mal,
es por que María Auxiliadora los tiene de su
mano.
En cuanto al Lazareto de Contrntación, las
cosas van aún j^eor. Según tengo entendido el
clima es caluroso como el de Agua de Dios,
pero muy húmedo; y en vez de casas, tienen
para vivir, sólo cabañas. No hay que extra
ñarse, pues, si todos los hermanos se encuentran
enfermos. El P. Garbari ha sufrido una grave
enfermedad que le llevó á las puertas de la
muerte. El P. Rizzardi se encuentra aún muy
delicado.
Enterado yo de estas cosas, apenas llegué,
me propuse cambiar ])arte del personal de Con
tratación, que es el que se encuentra en peores
condiciones: así es que he aprovechado la ida
del P. Rabagliati para mandar con 61 al P. Cattaneo, al Subdiácono Diaz y al coadjutor León
Octavio. Ha marchado también para Contra
tación, la Visitadora Sor Brígida Prandi, en
compañía de tres hermanas que van para sus
tituir á otras tres que volverán á Bogotá por
encontrarse enfermas. Según parece, dentro de
jx>co se terminará el grandioso hospital-lazareto
de Medellin, capital del departamento de Antioquía, á donde tendremos que enviar al menos,
tres siicerdotes y dos coadjutores.
En Agua de Dios está casi terminada la mitad
de un grande asilo |>ara los niños leprosos; con
vendrá abrir también algunos talleres.
Por ésto.V. R. comprenderá, amadísimo Padre,
la necesidad extrema que tenemos de un buen
refuerzo de personal robusto y escogido, de
mucha piedad y acendrado espiritu de sacrificio.
Para Agua de Dios se necesitan dos sacerdotes,
dos coadjutores y cuatro maestros de arte, un
sastre, un zapatero, un carpintero y un herrero.
Para Contratación, un sacerdote y un coadjutor;
para Medellin tres sacerdotes y tres coadjutores.
Aquí en Colombia los Salesianos se consideran
como especialistas para la asistencia de los pobres
leprosos , y esta idea crece de día en día, gracias
á la propaganda activa, insistente, continua de
nuestro P. Rabagliati. Y esta es la preciosa
herencia que nos dejó nuestro inolvidable Padre
Unia; yo espero que nuestros amados hermanos
responderán generosamente á esta expectativa.
Y ahora, amado Padre, que le he expuesto
nuestras necesidades le daré una grata noticia.
Con ocasión de las fiestas de Pascua fui á feli
citar al Exmo. Sr. Presidente de la República,
quien agradeció el acto y prometió devolvernos
pronto la visita. En efecto, ayer 16 del corriente,
nuestra casa se vió honrada con la presencia
del Jefe supremo de la Nación y del Ministro
de instrucción pública. Los recibimos á los acor
des del himno nacional y visitaron todas las
secciones de nuestras escuelas de artes y oficios,
examinando con sumo interés los trabajos de
nuestros alumnos. A l salir. Su Excelencia me
manifestó su satisfacción con estas textuales
palabras: « Le doy las gracias por la satisfacción
que me ha procurado; me congratulo con los
Salesianos por el bien que hacen á la clase tra
bajadora con sus escuelas y pido á Dios que se
levante una .casa como esta en todas las prin
cipales ciudades de la República.
He tenido también el honor de saludar al
Exmo. Dr. D. Joaquin Vélez, antiguo embajador
ante la Santa Sede y que con el tiempo ocupará
quizás altos cargos en esta República. Nos re
cibió con grande afecto; nos habló de Turín, del
Oratorio y de nuestra casa de Roma. Nos pre
guntó por el estado de V. R., recordó al P. Unia
y el banquete que dió en su honor; y al despedespedirse nos dijo: * Acuérdense que yo soy Salesiano: y Vdes. traténme como tal y nieguen
por mí. *
Que el Señor nos ayude con su gracia para que
podamos corresponder lo menos indignamente
posible á la vocación que nos ha dado y á la pu
blica aspetación.
Bendíganos á todos, amado Padre, y en es
pecial á este su
.
i
Afmo. hijo en J. C.
A ntonio A im e Pbro.
lÉ
RACI AS
de María Auxiliadora
N ós tenemos la persuasión de que, e?i las vicisitudes dolorosas de los tianpos
que atravesamos, fio 7ios quedan m ás cu7isuelos que los del Cielo, y efitre éstos,
la poderosa protección de la V irgen bendita, que fu é en todo tiempo el A u x ilio
de los Cristiafws.
Poder de María.
En Diciembre último enfermó de fiebre
gripal complicada con una afección al corazón
Rita Bosch, de esta ciudad. Su estado se
agravó de suerte, que el 23 del mismo mes
dispuso el médico que se le administrasen los
sacramentos. Y a estaba confesada y dentro de
pocas horas se le había de traer el santo Viá
tico, cuando una Cooperadora Salesiana, que
tiene gran confianza en el poder de nuestra
Madre, dispuso se le diese la bendición de
María Auxiliadora. Fué tan eficaz este auxilio
espiritual, que se mejoró luego, y ya no fué ne
cesario administrarla. Por lo cual reconocida
dió una limosna y mandó celebrar una misa
en la iglesia de esta Granja de San Isidoro,
i Bendita sea M aría!
Gerona, Enero 1904.
D o m in g o T o v a r M é n d e z .
Pbro. Sal.
¡V iv a María Auxiliadora!
Encontrándome de misión en Tricau Malal
el 12 de Mayo, día de la Ascensión del Señor,
muy de madrugada, presentóse una Señora
pidiéndome por fevor le permitiera llevar,
después de misa, en procesión la imagen de
María Auxiliadora. La pregunté cual era el
motivo, y me contestó: « anoche me dieron
tres ataques tan fuerte que creía morirme; en
iL
casa no tenía remedios y no había nadie á
quien mandar á llamar en tal apuro. Acudí
á María Auxiliadora, prometiéndole llevarla
en procesión el día después ; hecha la promesa,
sentí mejoría: ahora estoy buena y deseo
cumplir mi promesa para mayor gloria de Dios
y alabanza y honor de María Auxiliadora que
me ha sanado. » Después de misa, la estatua
de María Auxiliadora fué llevada en procesión
con grandísima concurrencia de fieles. Era un
espectáculo verdaderamente consolador ver la
devoción con que acompañaban á la imagen
rezando el Rosario de María.
Chos-Malal,
31
de Mayo de 1904.
M a i e o G a v o t t o , Pbro. S.
¡Loor á María!
Hallábame en Chile en el mes de Marzo p. p.
con el P. Mateo Gavotto. En víspera de re
gresar á Chos-Malal, capital del Territorio
Argentino del Neuquén, y lugar de nuestra
residencia, fui acometido de un fuerte dolor
dé cintura, que me imposibilitaba para cualquier
obra de fuerza. A los tres días ya estábamos
á los piés de la Cordillera dé los Andes; y
era fuerza el día siguiente ensillar nuestros
caballos y arreglar sobre muías tres cargas de
objetos para las misiones. El dolor de la cin
tura persistía. Viendo que si el dolor no se mi-
— 232 —
tigaba, me habría sido imposible levantar las
cargas, poco antes de acostarme estando algo
pesaroso por eso, me acogí al favor de María
Auxiliadora: lo hice prometiendo hacer una
novena y 'publicar la gracia en el B o l e t ín
S a l e s i a n o . A l levantarme por la mañana, con
sorpresa noto que apenas un insignificante
rastro me queda de mi dolencia. Arreglo con
denuedo nuestras cargas, y marchamos al A r
gentina. Á las doce del día ya estaba comple
tamente sin dolor. Aunque un poco tarde, hoy
en que empecíamos la novena en preparación
á su fiesta, cumplo con la otra parte de mí
promesa.
Chos-Malal (Neiiquén), ao de Mayo de 1904.
S e r a f í n M. S a m b e r n a r d .
Un portento más.
El día 28 de Diciembre de 1903, estaba
Josó Bilche en su finca acompañado de su
hermano Trinidad. Á eso de las cuatro de la
tarde se dispuso á sacar agua de un pozo que
tiene unas cien varas de profundidad. Dejó
caer desde el brocal el bote con que acostum
braba sacar agua; pero el bote pesa tanto que
no pudo sostenerle, la cuerda se le enredó en
los pies y lo arrastró al fondo. Mientras lu
chaba para salvarse recibió un rudo golpe en
el cerebro, tal que creyó ser mortal. Su her
mano Trinidad estuvo buscando por la finca
á José, y no encontrándole se asomó al brocal
y vió el bulto en el fondo. Corrió á llamar á
un vecino, pero no pudieron sacarle. Acudió
la familia y fueron á dar parte al pueblo para
ver que al menos pudieran llegar á tiempo
para administrarle los auxilios espirituales. Yo
en aquel momento acudí á María Sma. Auxi
liadora con todo el fervor de mi alma. Al cabo
de mil esfuerzos pudieron sacar del pozo á
José Bilche, quién recibió los auxilios de la
Religión y gracias á la protección de María
Auxiliadora, vive todavía, agradecido á su
Divina Salvadora.
ClUchigalpa (Nicaragua), Ma>’o de 1904.
C arm en C astro,
Daa también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y ofrecen una limosna:
Almería (España) — Adolfo Ramírez, Ingeniero:
Una hijita mia de 16 meses estaba enferma sin es
peranzas de vida. En aquella congoja empecé una
novena á M. A ux. puse una medalla á la enfermita
y prometí mandar decir una misa en su altar. Ob
tenida la gracia, cumplo la prometido.
Barcelona — Elena Potius de Algorra: Hállandose á punto de muerte de un terrible espastno la
niña Eugenia Maresch y Jerrán, invoqué á María
Aux. prometiendo visitar el templo á Ella dedicado
en Sarria. Acabada la súplica, la niña se encontró
completamente curada, con la particularidad de
que desde tal fecha no le han vuelto á repetir los
espasmos que antes tenia con frecuencia. El mé
dico ha declarado que sin una gracia especial la
niña hubiera muerto. Sea, pues, bendita la pode
rosa Auxiliadora de los Cristianos.
Ibídem — María Secars de Hefas, agradecida
á M. Aux. por haber obtenido una gracia. — José
A/.* Puig y su Señora por haber obtenido la cura
ción repentina de un hijito suyo atacado de garrotillo, dan gloria á M. Auxiliadora.
Coruña (España) — Beatriz M. de S . : Hallábase
una parienta mía en grave enfermedad y yo con
un fuerte catarro que podía tener malas consecuen
cias r acudimos á M. Aux. y prometimos publicar
la gracia si sanábamos; obtenido el favor, cumpli
mos lo prometido.
Cuenca (España) — Luisa Biistindiig, por una
gracia alcanzada por intercesión de M. Aux.
Chinandega (Nicaragua) — Rafael Tercero por
haberle salvado M. Aux. de la muerte y haber li
brado á una niñita de la epilepsia de que estaba
atacada. Eternamente agradecido.
Ibidem — Manuela y Emperatriz Salamanca envian una limosna por un favor obtenido de -María
Auxiliadora.
Granada (Nicaragua) — F. J . Castillo: Hacia ya
dos años que un hermano mío padecía una terrible
dispepsia. Invoqué á M. Aux. prometiendo una li
mosna y hoy se encuentra restablecido. Gracias in
finitas á tan buena Madre.
Ibídem — Daría Ortega: Padecía de una enfer
medad sin esperanzas de alivio ni salud: pedí á
M. Aux. que me concediera la curación y hoy me
encuentro restablecida. En prueba de agradeci
miento doy una limosna.
Ibídem — í/na Cooperadora: A fines del año pa
sado enfermó nii hijo de mucha gravedad: ofred
á M. Aux., si sanaba, que se haría Cooperador y
daría tina limosna. Obtenida la gracia, cumplo lo
prometido. — Trinidad Sandino, Jerónimo Duarte,
Sebastián Gutiérrez, Juana Agustina Lacayo, Jo
sefa Miranda de Aragón, Rosa García, Esiébana
Muñoz, Carmela Jiménez, José Jesús Itrio s, Angela
P . Vda. de Alegría, dan gracias á M. Aux. por
favores recibidos.
Guatemala — D . M .: da gracias á M. Aux. por
que al ponerle la medalla á un señor que hada
muchos años que no se confesaba, se arrepintió y
se reconcilió con Dios.
— 233 —
Ibídem — L . A . J . F . por haber obtenido de
M. Aux. que un sobrino suyo recobrara la salud.
— A . E . R. da gracias á M. Aux. por haber cu
rado á una hija suya.
Jarapiel (Valencía-España). — Adriana Rabió,
manda una limosna en agradecimiento por haber
recibido una gracia de María Aux.
N. B . Recom endaba D. B osco tres medios
para obtener una gracia de M aría A u xilia
dora: I. R ezar con fe y devoción nueve días
se nidos tres Pater-nóster, A vem arias, G lo
rias y S a lv e s; 2. D ar una lim osna; 3. F re
cuentar los S S . Sacram entos.
Con estos tres medios obtendrem os las
gracias necesarias del Auxilio de los C ristia
nos, si nos convienen, pues es imposible que
no «e n u e v a á nuestras súplicas la que es
la Madre de la s M isericordias.
El Excnio. Sr. E. Juan Cadiero
Viaje al Paraguay. — De una correspondencia en
viada por el corresponsal de la importante Revista
Cristó/oro Colotnbo, que se publica en el Rosario
de Santa Fe, entresacamos los siguientes párrafos
referentes al reciente viaje del Ilustrisimo Arzo
bispo Cagliero al Paraguay.
Apenas se supo en la Capital que estaba para lle
gar el vapor que traía á estas playas á S. E. R.
Mons. Cagliero, acompañado por el P. Inspector
de las Casas salesianas del Uruguay y Paraguay,
inmediatamente el Gobierno impartió las órdenes
necesarias para que su mismo transporte de guerra
fuese al encuentro de! ilustre Prelado. Hallábase á
bordo del transporte el Edecán del Presidente, en
representación del Gobierno; el Coronel Candía y
varios oficiales del ejército y de la marina; el Pá
rroco de Encarnación como representante del Clero,
vario-i Cooi>eradores y el Director del Colegio Sa
le luo en representación del pueblo del Paraguay
y de li*s numerosos niños de los Colegios Salesianos. Tcxlos éstos fueron los primeros que tuvieron
la satisfacción de saludar al Apóstol de la Patagonii. al nuevo Arzobispo de Sebaste que antes de ir
á la bella Italia venia á despedirse de esta gloriosa
R‘ -iblica.
•i'-i'.i cuando una falúa de gala enviada expresanif ae ¡H)r el Gobierno iraiis|)ortó á S. E. MonSe'-.r Ca-jliero á tierra, era cosa imponente el ver
la )■ ! ¡Biin-nsa de pueblo [ue se apretaba sobre el
DI
para dar la bienvenida al ilustrisimo Arzobi 1
lentamente se Iba ya acercando. — En
DI
I este extraordinario gentio notábase en priDii^ar la presencia del Vicario General, represea.a.ue del Ordinario , que hallábase á la sazón
muy lejos por razón de unas misiones, y todo el
Clero seglar y religioso; y en segundo lugar' per
sonas de toda edad y condición que se juzgaban
felices de poderse acercar á Monseñor, besarle el
Sagjado Anillo y recibir su espiscopal bemlidón.
En cuanto fué posible Monseñor subió al carruaje
y se dirigó al Colegio Salesiano donde lo esperaban
ansiosamente los Salesianos y 350 alumnos del Co
legio y Oratorio Festivo y una muchedumbre de
personas que habían entrado en el templo ya por la
venida de Mons. Oiglicro, ya también por la au
gusta fiesta de Pentecostés que se solemnizaba'
aquel dia.
Antes de la bendición Mons. Cagliero tomó la
palabra, y profundamente enternecido por la de
mostración de fe y de afecto que acababa de pre
senciar y de la que era objeto en calidad de Ar
zobispo y de misionero salesiano, dirigió palabras
de agradecimiento tanto á las Autoridades como al
pueblo; y elogió el entusiasmo demostrado en
aquella grandiosa manifestación. — Concluyó di
ciendo que no sólo se consideraba feliz por encon
trarse en medio de un pueblo tan lleno de fe, sino
también porque se veía rodeado de tantos niños.
Fué felicísimo cuando exclamó: € Si tuve alguna
vez alguna aspiración, ésta fué la de poderme lla
mar y ser el Obispo de los niños.
Después de la función religiosa Monseñor pasó
la tarde entre los Salesianos y sus alumnos, que
con piezas de música, disparos de bombas, lumi
narias, etc. quisieron demostrar su alegría por la
llegada del Obispo de los niños.
Durante los diez días que Mons. Cagliero pasó
en el Paraguay, en el Colegio Salesiano fué un con
tinuo ir y venir de personajes eminentes, como va
rios ex-presidentes, muchisimos senadores, diputa
dos, y otros empleados civiles y militares, además
de un gran número de señores de la más elevada
aristocracia de la capital.
Mons. Cagliero quedó muy satisfecho de las aten
ciones y la buena voluntad de que dieron elocuente
prueba el actual Presidente Gen. Escurra y todos
sus ministros. Gracias á sus insuperables buenas
disposiciones pudo nuestro Prelado hacer desapa
recer divergencias y prevenciones nacidas en el an
terior Gobierno contra nuestra Institución.
Y no se contentó sólo de esto nuestro Arzobispo;
pues que viendo que el terreno estaba bastante
preparado, pudo con feliz resultado insinuar la idea
de un mayor desarrollo de la jeranjuía eclesiástica,
hasta el presente bastante restringida en esta vasta
República, tan escasa de clero y de misioneros y
por otra parte bastante poblada y dispuesta á re
cibir y hacer fructificar la semilla de la instrucción
religiosa. Esperamos que la persuasiva palabra de
nuestro Arzobispo hallará eco eficaz en aquel Go
bierno y que pronto la ciudad de la Asunción se
eleve á Metrópoli, florezcan nuevas diócesis, se
multipliquen los pastores de las almas y aquella
República tan desolada pK>r los efectos de la guerra
exterminadora del 70, pueda de nuevo levantarse
á acjuel grado de prosperidad y de gloria á que la
habían levantado años atrás las misiones católicas
y la fe de sus pobladores.
El 2 de junio, dia Corpus Domini, el incansable
— 234 —
apóstol pontificó en la Catedral y llevó él mismo
el Santísimo Sacramento en la procesión. Es impo
sible describir la impresión que causó á nuestro
Arzobispo la piedad de que dió prueba el pueblo
del Paraguay en semejante circunstancia.
La enorme afluencia de pueblo á la larga cere
monia de la mañana, que duró desde la 8, 30 a. m.
basta medio dia, el orden que reinó soberano du
rante el paso de la procesión, los cañones que tro
naban desde el fuerte, el ejercito formado y pre
sentando armas, el fervor de los fieles, todo en fin
concurrió al esplendor de la procesión y á probar
^ue no está apagada en los corazones paraguayos
aquella piedad que supiéronle en los pasados siglos
infundir los Hijos del Guerrero de Pamplona, del
Soldado de Cristo, san Ignacio de Loyola.
Monseñor asistió también á la fiesta de María
Auxiliadora.
Se organizó una procesión solemnísima en la que
la Virgen de Don Bosco fué conducida en triunfo
por las calles de la Asunción , en medio del em
banderamiento general delante de las casas ador
nadas con verdadero lujo, bajo los arcos triunfales
fabricados des-interesadamente por un grupo de in
dios guaraníes.
Los honores del último dia tocaron al senador
doctor Gondra (amigo intimo de Monseñor á quien
conoció en un viaje á Europa, mientras aquél se
dirigia en misión diplomática), que le ofreció un
suntuoso baiHiuete.
A este banciuete tomaron parte importantes per
sonajes, ministros, senadores, diputados; y entre
otros el Ministro argentino, el de Méjico y el ge
neral Escobar, ya Presidente de la República.
No contento con los honores mencionados, el
Gobierno quiso acompañarlo hasta la salida del Pa
raguay.
Presentóse nuevamente el Edecán del Presidente
i nuestro Prelado, ofreciéndole la carroza presi
dencial y otras ])ersonas respetables lo acompaña
ron hasta el muelle, donde el pueblo se unió a la s
autoridailes locales para dar un sentido y doloroso
adiós al ilustre Hijo de Don Bosco, al Cum|uistador moral de la Patagonia, recientemente nombrado
Arzobispo de Sebaste.
Homenajes al Excmo. Sr. Cagliero. — Al despedirse
de la República Argentina para venir á Italia el
Prelado Sulesiano Ita recibido tantas y tales de
mostraciones de afecto y respeto, que por si solas
bastan para manifestar y descubrir los méritos al
canzados cotí su celo y virtud en 29 años de infa
tigable ajwstolado. Vaya, pues, esta relación como
justo tributo de admiración y cariño al Exxmo. Sr.
Cagliero. Los hombres sólo podemos dar mezqui
nas alabanzas, pero Dios le dará la corona que
nosotros no pcKiemos ceñirle.
Dejemos hablar al hermoso semanario Flores del
OiHépo;
/ai despedida. — El sol estaba de huelga corrida,
la neblina tan espesa que se tocaba con las manos,
el cielo era invisible, sin claridades, sin horizontes
y sin etnbargo.. toda Viedma se arrojó á las calles
intransitables, cubiertas de un barro tan indiscreto
<)ue hasta había invadido las veredas.
Pocas veces nuestra Capital se habrá visto más
animada; ni en los grandes días de la Patria ni en
sus más sonadas festividades religiosas.
Del Colegio S. Francisco de Sales, acompañado
por el Sr. Gobernatlor interino, Caballero D.
mulo Sarmiento y por los Padres Salesianos, salió
S. S., saludado por los acordes de la banda que
tocaba una de sus marchas más estruendosas.
A la puerta esperaban los enfermos del hospital,
de ese hospital que como flor de caridad brotó del
corazón noble y sensible del santo Arzobispo.
Aunque llevasen estampadas en el rostro las trazas
de incontables dolores sin embargo sonreían coa
sonrisa de gratitud, besando con cariño la mano
que tantos beneficios ha prodigado. Para todos el
dulce Prelado tuvo una palabra impregnada de
acendrado amor.
S. S. y la comitiva se digieron á la Gobernación
en donde se había preparado un recibo cordialisímo. Alli se dieron cita los vecinos más caracte
rizados de la población, j Gentil pensamiento el de
dar una prueba oficial y popular de aprecio al que
iba á ausentarse! Todos los presentes fueron objeto
de las atenciones más delicadas por parte del sim
pático personal de la Gobernación y de su Jefe.
Servida una copita de Oporto, tomó la palabra el
Sr. Gobernador. Con frase galana, sentida y cultí
sima, dijo que alli, en esa casa del Gobierno, donde
se ostentaba el querido pabellón de la patria, era
el propio lugar en donde debía recibirse á Monse
ñor Cagliero, Arzobispo de Sebaste. Su obra de
progreso era altamente apreciada por los poderes
públicos y él se sentía halagado en darle junto con
los vecinos laboriosos y honrados de Viedma, una
prueba de aprecio y de cariño... Con su acostum
brado donaire y afabilidad contestó Mons. Arzo
bispo que casi casi le parecía ser algo, en verse
tan honrado y festejado: que él siempre había tra
tado de actuar en una esfera humilde y que con
verdadero pesar se veía ensalzado á Uin altas cum
bres : que tenia por bien empleados sus veinte años
de labor en estas regiones que recorriera repetidas
veces desde Viedma hasta las Cordilleras : que se
apartaba de este vasto campo de acción salesiana
con hondo sentimiento y que aquí dejaba girones
de su alma.
Después de un rato de conversación, se convino
en que era bueno dirigirse al muelle por miedo que
el tiempo empeorase.
Abría la marcha S. S. y á su lado el Sr. Gober
nador : seguía el Circulo Católico, muchos caballe
ros, damas y todas la corporaciones de la ciudad;
hasta los enfermos no impedidos se incorporaron á
los acompañantes.
Creo que el tiempo rabiaría de firme, porque, i
pesar de su encapotado mal humor, media Viedma
se trasladó al muelle aunque sea chapaleando barro
y abriéndose paso entre la neblina gris, fría y pe
netrante.
Un chiquillo de largos cabellos, angelito de unos
cinco años, se puso al lado del bondadoso Arzo
bispo y pidiéndole el bastón, se lo llevaba muy
campante. Hasta dijo queria acompañarle á Italia,
que mamá hacia poco había concluido de peinarle.
Llegados al Muelle, los niños y las niñas se agru-
— 235 —
4
paron en derredor del buen amigo que se iba, lo
rodeaban, lo estrujaban, lo impelían : todos querían
besarle el anillo. Mientras tanto se iban llenando
los botes que hacen el servicio del Rio. Los que
en ellos no cupieron se despidieron de S. S. Una
falúa de gala, gentilmente enviada por la Escua
drilla, esperaba á Mons. Cagliero que subió á élla
acompañado por el Sr. Gobernador, por los RR.
PP. Pagliere, Guerra y Veneroni. La falúa, especie
de capitana, se movió lentamente acompañada
por los demás botes cuajados de manifestantes.
Antes que la neblina corte toda vi.sión, me apre
suro á decir que la punta del muelle y la playa ,
que sirve de embarcadero estaban coronados de
cabezas. De muchos ojos brotaban mal compridas
lágriina.s, se sacudían pañuelos, se repetían tiernos
tdioses. Aquellos rostros, aquellos corazones gra
vitaban hacia el hombre bueno, bienhechor del
pobre y de la niñez. Bien pronto la neblina redujó
á un bulto informe á aquel núcleo de vivientes:
únicamente se distinguían los pañuelos que se agi
taban y las blancas tocas de la Hijas de María
Auxiliadora. Adioses infantiles, y las voces de
buen viaje, que vuelva pronto. Viva Monseñor
Cagliero... era lo único que venda la atmósfera
de tintes plomizos y melancólicos, la falúa, especie
de capitana, cruzaba el Río N egro: la seguían
muchos muchos botes cuajados de manifestantes.
El Rio dormía: parecía una balsa de aceite:
Monseñor emocionado callaba y yo..... sueña fan
tasía, sígu elas imposibles ideas; como esta bar
quilla navega cortando la impetuosa corriente, na
vega tú también por desconocidos espacios... Mala
espina me daba la calma misteriosa del Rio. Si
hubiese sido la mar, habría dicho : tu calma es
mensajera de tempestad... siendo el Rio Negro,
dije para mi capote : tu calma, no me agrada. Que
no te empine hasta pasar las naturales barreras y
hacer una visita nada oportuna á Viedma.
En la borrosa lejanía ya se empezaban a distin
guir bultos colosales: á medida que nos acercaba-,
mos, iban tomando firma y Patagones apareció
con su aspecto de pueblo vetusto, con sus c.asas,
que trepan por la cuchilla: se adivinaba la iglesia'
que párese castillo almenado.
El muelle y su rampla se nos aparecieron lite
ralmente cubiertos de gente que esperaban á S. S.
La notas de la banda que besaban la superficie de
las aguas, los repiquetees de las campanas de
Viedma y de Patagones que se decían palabras
sagradas, las voces casi imperceptibles del muelle
del Sur que se confundían con las bien claras de
los que estaban en el del Norte... todo concurría
á dar á la manifestación un aspecto imponente,
grandioso.
A l desembarcar S. S. lima., un grupo de niñas
con la cabellera suelta, coronadas de rosas, lle
vando artísticos canastillos, empezaron á arrojar
flores por donde debía pasar el Sr. Arzobispo: con
sus vocecitas argentinas aclamaban al Prelado,
como los niños inocentes aclamaban A Jésús en su
entrada solemne á Jerusalén. Toda la comitiva,
como una ola inmensa, movible, cubría la calle
Corta y subía lentamente. Desde abajo se veían
los diferentes matices producidos por los prosás-
ticos sombreros de los caballeros confundidos con
los elegantes de las señoras, de variados plumajes,
de primorosas cintas, cabecitas con moñitos que
sujetaban la desbordante cabellera, niños imiuietos,
curiosos, ávidos de nuevas impresiones.
En vez de ir directamente hacia la iglesia, se
dió un rodeo por la plaza. Saludos, sonrisas, feli
citaciones, apretones de manos y la policía escalo-
S. Juan de la Cruz.
fJuicuUmnu d t h s T a l l 'r f i SaU sianot de Sa rriá -O arcelo M j.
nada para honrar al Prelado, fueron la nota saliente
de ese paseo triunfal.
Una vez en la iglesia, Monseñor Arzobispo emo
cionado, con acento juvenil, dirigió ardientes paIabra.s á la apiñada grey. Era tal el calor con que
brotaba de sus labios la palabra que parecía repi
tiese las notas de un himno aprendido en momen
tos de suprema felicidad. Como por cinematógrafo
hizo desfilar ante nosotros sus veinte años de lu
chas y de tnunfo, sus dolores y sus alegrías. En
comió la piedad atávica de los Patagoneses, esa
piedad que les valió arrebatar sus insignias al ene
migo y conservarlas como trofeo de victoria, ador
nando los altóres de la celestial Patrona. Concluyó
su alocución impartiendo la bendición pastoral.
236 —
El Rdo, P. Esteban Pagliere, sucesor de Mons.
Cagliero, invitó á los presentes para que junto con
él impetrasen sobre el augusto Prelado las celestiales
bendiciones.
El celoso Director del Colegio San José, Rdo.
P. Luis Marchiori, habia preparado un pequeño
certamen dramático-musical. Fuimos al teatrito y
aqui... vengan discursos, cantos, poesías. Un aplauso
á los pe(|ueños actores que con tanta corrección
suiiit-ron interpretar sus papeles.
.M(!t'i‘cen un acápite los discursos del Sr. Peralta
y <li-l '>r. Andrés Kial. ipie fueron calurosamente
aplaudidos. Una So<-ietlad (jue cuenta en su seno
con tales hombres, no hay duda que está llamada
á un desarrollo pronto y seguro. Tan hermosa
mente concluyó un dia que será memorable para
los pueblos de Viedma y Patagones.
Amantísimo Prelado, que vuestros días sean muy
largos y el Angel del .Señor guie vuestros pasos.
Vuestra memoria será imperecedera entre nosotros.
El humilde cronista de vuestros tiempos de ayer,
hace votos porque vuestra dulce efigie sea per
petuada aquí en el bronce, para que las genera
ciones venideras se inspiren en vuestras virtudes y
santas energías para propagar el bien. » Hasta aqui
Flores del Campo.
o x>< o x v r o a k ó ><^()>0;
3
* -^ r *
*
ROÑICA SALESIANA
España.
CURNCA (EsPAfÍA). — No.s envía nuestro benemt rilo é infatigable Cooperador Don Francisco
González Herrero: Si todo.s los años los Triduos
á .María están empapados de celestial simpatía y
de esplendores divinos, en el del año presente se
respiraba una tan suave atmósfera de gracia, de
belleza, de animación y de e.spiritu sobrenaturales,
que el alma se sentía como trasportada á la ante
sala del Cielo.
Todo contribuia á dar vj,.ia á los fervientes cultos
que los Cooperadores Conquenses dedican á la
gloria de su exceisa patrona, María Auxiliadora:
los hueno.s deseos de nuestro Prelado, la brillante
(¿locuencia dcl orad<»r, los Sres. Sacerdotes que
llenaban el presbiterio, la Capilla de Música con
mis piezas y voces escogidas, la piedad y recogi
miento de los fieles, y la multitud de luces que
«mbollecian el altar y el retablo.
Se celebró el Trkiuo en los días 24, 25 y 26,
'Hernes, sábado y domingo, respectivamente, del
•pasado mes de Junio; y en cada uno de ellos hubo
por la mañana Misa rezada con acompañamiento
de órgano, y por las taiales. Exposición de S. I). M,,
Rosario ó Trisagio, Sermón. Meditación. Salve,
Motete y otros cánticos dedicados á Maria Auxili.adora, terminando con la Reserva y despedida.
El último dia se dignó el Sr. Obispo dar por su
mano la Sagrada Comunión á los numerosos fieles
que se acercaron á la mesa eucarística; á las diez
y media celebró Misa solemne el Muy Iltre. Señor
Provisor del Obispado, y por la tarde se dió la
bendición con el Santísimo Sacramento, y se ben
dijeron los escapularios y medallas.
El orador, que lo fué el Ilustre Sr. Magistral,
D. Eusebio H. Zazo, desarrolló con la verbosidad
y acierto que le distinguen, y que son de todos los
conquenses conocidos, los siguientes temas de tan
verdadera novedad, cuanto palpitante interés. María
es fuente: i® de la legitima libertad, 2® de la ver
dadera igualdad, y 3® de la verdadera fraternidad.
A l dia siguiente del Triduo se celebró una Misa
y se cantó un responso por el eterno descanso de
los Cooperadores difuntos, y comulgaron al mismo
intento muchas personas.
\ Ojalá el recuerdo de este Triduo deje, como es
de e.sperar, imperecedera memoria en los hijos de
Cuenca, y sirva de estimulo á sus hermanos los
Cooperadores de otros pueblos!
SALAMANCA (E s p a ñ a ). — Tomamos de « ¿ a Se
mana Católica de Salamanca: laanfaraclón de noa
Capilla. En la dehesa de Santibáñez de Cañedo, tér
mino municipal de Jorsoleda, tuvo lugar el 16 del
pasado Julio, el solemne acto de inaugurar una
capilla bajo la advocación de María Auxiliadora.
La víspera por la tarde se verificó la ceremonia
de bendecir el edificio por Don Antonio Iglesias,
párroco del pueblo antes indicado, resultando un
acto verdaderamente consolador, al ver á aquellos
- 1
Mucho celebraremos que atiiiella capillita humilde
honrados labradores llevar las velas en la procesión
que
se levanta airosa entre los demás edificios de
y contestar á las letanías de los Santos, con la
la
dehesa,
sirviéndola de alfombra las hermosas
alegría reflejada en sus curtidos rostros por tener
flores del campo, llegue á ser un santuario vene
un asilo seguro donde poder hacer oración á la
rado á donde concurran todas las gentes de mmellos
Madre de Dios.
El día de la inauguración, muy de mañana, con pueblos comarcanos, extendiéndose asi la devoción
á María dentro de su año jvibilar.
currieron á la capilla todos los pastores, segadores
y criados con sus trajes domingueros, como en día
VALENCIA (España ). — Nos escriben: « Con el
de gran fiesta, y después de acercarse la mayoría
auxilio de Dios algo se ha podido hacer en esta
de ellos al tribunal de la penitencia, se prepararon
convenientemente para recibir en sus corazones el
pan de los ángeles.
La misa fué celebrada por D. Juan Tagliabue,
Director de la Casa Salesiana de esta capital, quien
en sentida y conmovedora plática hizo una breve
historia de la devoción de María Auxiliadora, ex
poniendo los milagros obrados en favor de sus
devotos y alentando á aquellas sencillas gentes á
depositar en María todas sus penas, que ella las
consolaría y la protegería con su manto en esta
vida de lágrimas, y en la hora postrera les serviría
de áncora de salvación. No fueron dichas estas pa
labras ni sembradas estas semillas en mal terreno,
pues tuvimos ocasión de ver á varios de aquellos •
mocetones limpiarse las lágrimas que rodaban por
aquellas mejillas cubiertas con el polvo y el sudor
del trabajo y ennegrecidas por los rayos solares,
como si fueran de esos niños que educan los hijos
de Don Bosco.
Llegó el momento de la comunión y más de
treinta personas se acercaron á la sagrada mesa á
gustar de las delicias del sagrado banquete. Después
terminó la ceremonia, se repartieron estampas y
medallas de María Auxiliadora, y aquellos infelices
labriegos, queriendo expresar su gratitud de algún
modo, besaban con veneración las manos del Padre
Juan, como ellos decían.
El resto del día, cual si fuera una fiesta señalada
con lapicero rojo, transcurrió entre las algazaras
de las meriendas preparadas por los renteros para
sus criados en recuerdo del día, y el alegre repi
queteo de la pandera y los pitos y las sencillas
coplas de la jota y la charrada entonadas por
aquellos que el día antes habían estado sudando
con el rudo trabajo de la recolección.
Beata Juana de Lestonnac.
Por la tarde se rezó en la capilla el santo rosario
(E tcu ltu r a ¿ e lo s T a lleres S a lesta n oi de Sarriá~BareeU>nA).
y el primer día de novena á Mana Auxiliadora, sin
faltar ninguno de los que por la mañana habían
casa durante el año escolar p. pasado. Se ha dado
asistido á la misa.
principio á los talleres con un modesto taller de
Después y como festejo obligado en estas fiestas,
imprenta y carpintería y es de esperar que con
se celebró una corridita de vacas en la que lucieron
ayuda de los buenos Valencianos, que no dejarán
sos dotes taurinas varios jóvenes del pueblo de
que se desmienta su fama de generosos, pronto se
Forfoleda y los renteros y criados de la dehesa,
dará principio á un nuevo edificio para Escuelas
terminando con esto aquel memorable día cuya
fecha jamás se borrará de nuestras memorias, po profesionales. También se celebró con gran so
lemnidad la fiesta de .María Auxiliadora el día 29
diendo asegurarse que desde aquel momento todos
de Mayo en la iglesia de S. Antonio Abad contigua
hicimos entrega total de nuestros corazones á María
Auxiliadora, para que ella los dirija al puerto se al Oratorio. El coste de la fiesta estuvo á cuenu
de las generosas Sras. Cooperadoras D* Joseía Gaseó
guro de salvación.
-
238 -
dirccliva del Apostolado con su estandarte, cruz
vda. de Pons, D* Josefa Mas vda. de Escot y D* Do
lores de Alííio. Digno es de notarse en este día
la procesión con S. D. M. presidida por el Dr. Tormo,
Penitenciario de esta S. I. C.
El digno Vicario y celoso Cooperador Salesiano
D. José Pons y Pons coadyuvó á los Salesianos en
todas las funciones del triduo y de la festividad.
El día 19 de Junio dióse la representación de la
tragedia .S". Eustaquio en el teatrito de la casa con
asistencia de numerosos Cooperadores de la Ca
pital, Dióse fin á las fiestas de este año con la
tierna función de despedida á los niños y del Santo
del Sr. Director de la casa D. Buenaventura M*
Roca, que resultó animada y simpática. Los niños
que frecuentan las escuelas ascienden á 200 exter
nos y 50 internos, y si no asisten más, es por falta
absoluta de local. Pero esperamos los Salesianos
que con el auxilio de María Auxiliadora y la ge
nerosa caridad de los Valencianos, podrá aumen
tarse el número de los niños y se aumentarán los
beneficios de la educación cristiana en esta católica
Capital. »
siendo recibido allí por el Sr. cura, presbítero Farinatti. por varios sacerdotes, Círculo de Obreros
y numerosas personas, que lo acompañaron hasta
el templo parroquial.
Momentos después el Prelado ofició una Misa y
distribuyó la Comunión á numerosos fieles, diri
giendo^ luego á los comulgantes una alusiva plática.
Siguió después la bendición de la imagen de la
Merced, siendo padrinos del acto la señora .Manuela
Zumarán de Levalle y el señor Víctor F. Sar
miento.
De la bendición del estandarte de la Congrega-
R ectificación.
En el Bolet In de Agosto cometimos un error
involuntario al trascribir la relación de la fiesta
que en honor de María Auxiliadora se hizo en la
Casa Salesinna de Barcelona.
Dábamos á entender en dicha relación que por
causa de la procesión hasta se suspejidié la cerrids
de toros, mientras que lo que quisimos decir fué,
que por la circunstancia de haberse suspendido la
corrida de toros á mitad del espectáculo, presencia
ron la procesión muchos miles de personas, ó sean
todos aquellos de la plaza de toros que se retiraban
á sus casas y que en efecto eran muchos miles.
Conviene dejar las cosas en su verdadero lugar,
aunque este error esperamos que el buen criterio
de nuestros lectores lo habrá yn subsanado.
San Baldomcro.
América.
LA ENSENADA (R ep . A rgentina ). _ De ¿ a Voz
de la iglesia; Las fiestas realizadas en el templo
parroquial de la Merced, de esta localidad, en
honor dcl Sagrado Corazón y con motivo de bentlecirse una nueva inmgen de Nue.stra Señora de
la ^íerced, tall.ada y decorada en la Casa Silesiana
de Sarriá-Barcelona, y un estandarte de la Congre
gación de los Santo Angeles, revistieron extraor
dinario brillo y solemnidad y congregaron á un
crecidísimo número de familias.
El limo. Obispo diocesano, que debía presidir
la ceremonia, llegó al dock, á las 7 de la mañana,
fEtCuÜnrm á t k>¡ T a lU ret S a lts ia ^ s i * SarriA -Saretán uU .
ción de los Santos Angeles fueron padrinos los do
nantes, señor Juan B. Tunessi y señora.
A las 10 se cantó Misa solemne por el señor
cura, haciendo el panegirico de la Sma. Virgen el
Pbro. Gregorio Corellano.
Por la tarde, á las 2, .Mons. Terrero administró
Confirmaciones, y á la 3 se realizó una hermosa
procesión.
Encabezaba la columna la cruz parroquial y se
guían después el Oratorio festivo de niños, la Com^ ñ ia de San Luis con su estandarte, el Oratorio
festivo de María Auxiliadora para niñas. Asociación
de los Santos Angeles con estandarte. Comisión
— 239 —
parroquial con ciriales y clero, palio, Circulo de
obreros, Apostolado de la Oración, Hijas de María
con sus distintivos y pueblo.
La procesión recorrió las principales calles de la
Ensenada. La banda ejecutaba marchas dobles y
un gran gentío, estacionado en las veredas, le abría
larga calle de honor.
Al regresar al templo, se cantaron las letanías y
Sv; dió la bendición con el Santísimo.
Los Salesiaoos en Bolivia. — De la Revista Católica
de Lima: El i® del pasado mes han inaugurado
Kw Padres salesianos, una Escuela de Agricultura,
en las hermosas posesiones de la « Prosperina, »
cedidas, para el objeto, tan filantrópica y genero
samente por su propietario el doctor Aniceto Arce.
La importante capital de Bolivia cuenta ya con
«n nuevo y gran establecimiento.
LA PAZ (B o l iv i a ) . — El General D. José M. Paado,
•K-presidente de la República de Bolivia, durante
el tiempo de su presidencia, dispensó decidido
El Excmo. Sr. D. José M. Pando.
apoyo y demostró acendrado afecto á la Obra Salesiana establecida en aquella República. Si allá las
fundaciones florecen y dan óptimas esperanzas de
copiosos frutos, débese en gran parte al Exmo.
Sr. Pando, cuyo amable semblante tenemos el gusto
de reproducir. Sea ésta una prueba pública de la
gratitud y afecto de los Salesianos al ilustre ex
presidente.
PUERTO PORVENIR (P a t a g . M b r i d .) — Bendlcldn
it la Iglesia Parroqnlal. — Hacia muchos años que se
sentía en Porvenir la necesidad de una iglesia pa
rroquial, y Monseñor Fagnano, el 1894, escribió al
Rdmo. Vicario capitular, sede vacante, de Ancud,
exponiéndole la necesidad de crear una parroquia
en Puerto Porvenir, capital de la Tierra del Fuego
que pertene á Chile. Efectivamente aquel mismo
año, el 26 de Septiembre tanto la Curia episcopal
de Ancud como el Supremo Gobierno aprobaron la
propuesta, nombrando al Salesíano D. Víctor Du
rando párroco y Vicario. Pero sólo el año pasado
á ruegos del Excmo. Sr. Jara, Obispo de Ancud,
se obtuvo del Gobierno la subvención de 5000 pesos
para la construcción de la Iglesia, que ahora con
el auxilio de Dios se ha podido inaugurar.
Levántase en una altura, desde donde se domina
el pueblo que se extiende á orillas de Babia.
Entre las beneméritas personas que ayudaron con
sus limosnas á la terminación del sagrado edificio,
son dignas de particular encomio, la señora Elena
Mac-Rae , el señor Ernesto Mobbs , el señor Er
nesto Wales , la señora Daly , el señor A . A . Cameron , el señor Wood , el señor Mac-Leunau. el
señor Peacokt médico de Porvenir y muchas otras
que seria largo enumerar. Que el Señor les retri
buya abundantemente y los conduzca todos al puerto
de salvación. La bendición se efectuó el 24 del p.
Abril con toda solemnidad, oficiando el Gobernador
Eclesiástico D. Carlos Maringer, asistido del Padre
Mayorino Borgatello, párroco de Puntarenas y del
P. Simón Dzverovich.
JARITAQUA ( V e n e z u e l a ). — D‘ Filomena de
Carballo, infatigable Cooperadora Salesiana nos par
ticipa que < el 26 del p. p. Junio llegó á aquella
población la deseada Imagen de María Auxiliadora
tallada y decorada en los talleres del Oratorio de
Turin. A las 12 de dicho dia fué recibida y salu
dada por nuestros entusiastas Cooperadores coa
aclamaciones de júbilo y rodeada por una inmensa
multitud de pueblo que se agolpó á las puertas é
invadió nuestra casa al oir los disparos de cohetes
que anunciaban la feliz nueva.
Todos los dias que se siguieron á la llegada de
la preciosa Imagen, fué un continuo llegar de fieles,
hasta que el 4 de Julio se trasladó al templo, lle
vada en artísticas andas, lujosamente adornadas,
por un grupo de excelentes jóvenes de los más
granado de esta sociedad, que se disputaban el
honor de llevar sobre sus hombros la veneranda
Imagen de la Auxiliadora de los Cristianos.
Colocada sobre riquísimo trono con elegante esca
linata, rodeada la devota efigie de infinidad de
luces, recibe ahora la veneración de los piadosos
fíeles.
Terminada la bendición de la imagen se cantó
una escogida misa y pronunció un elocuente di
scurso el Muy Iltre. Sr. Dr. D. Francisco M. Arraiz,
Canónigo Doctoral.
La coincidencia de celebrarse en este mismo dia
la fiesta del 5 de Junio, fecha de nuestra emanci
pación nos da á esperar que María Auxiliadora
está dispuesu á dispensarnos su especial protección.
Terminada la simpática fiesta se dió la confe
rencia á los Cooperadores, presidida por el ya
mencionado Dr. Arraiz, párroco también de esta
Iglesia. Gloria sea puf todo á nuestra buena Madre
María Auxiliadora.
— 240 —
BIBLIOGRAFIA
El Talismán del Escritorio: Novisimos métoflos que
resuelven con una rapitiez sorprendente, nunca
vista, los m is interesantes problemas de cálculo
mercantil. Vale q’ so pesetas, por correo lo. Con
súltese bibliografia del n" 7 de 1902 de este Bo
letín .
El Reformador de la Contabilidad por el mismo autor.
Nuevo método de cuentas corrientes con interés sin
números nebros ni encarnados. Es la más notable
que se ha visto en contabilidad. Vale 4*50 pesetas,
por correo 5, remetidos los dos á la vez 14*75 pe
setas. Son dos tesoros que debe poseer toda per
sona de escritorio. Pídanse en la librería Salesiana
ó al Autor, Barbará, 25 prol., Barcelona— España,
Cooperadores Salesianos difuntos
ESPAÑA.
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(Salamanca).
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* María G o n zález— Algueña (Alicante).
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» Ramona Sánchez
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Rdo. Sr. D. Ángel Mátquez P arreño— AlmonU
(Huelva).
M .Iltre. Sr. D. Buenaventura R iv a s— Barcelona.
Sr. D. Domingo Espelta
»
Sra. D“. Eulalia Soler y Gloria
»
>
» Luisa Vilasau V da de Pares
»
#
» Justina Auli — Camf>rodon(Gerona)
>
» Dolores Barril Cassá de la Selva
»
Sr. D. José Jordá y Camps — Gerona,
Sra. DV Sabina Pascual
»
»
> María Danls
>
*
* Dorotea Martí
>
Sr. D. Juan Cruanas
»
Sr. Dr. D, Francisco Cánovas Cobeño — Lotea
(Murcia).
Rdo. Sr. D. Juan Purcalla — JUadó (Gerona).
Sr. D. Alfredo Cavani — Mbdena (Italia).
Rdo. Sr. D. José Burg — Qlot (Gerona).
Sr. D . José Sastre Tormo Tarra^na,
> » Jacinto Curbelo y Carrión — Tetir (Cana
rias).
Sra. D*. María Alonso de Rodríguez
r
»
1»
» Brígida del Castillo de Peña
»
»
Sr. D . José Pinel —
Valencia
Sra. L*. Petronila Turquet
Vaiencia
*
o .María Y n arie
•
Sr. D. Jósé Moinpó
»
»
Vicente G i lea
»
Rdo. Sr. D. Joaqnin Camallonga
»
S t . D. .Manuel C a omarde
*
Sra. L*. Josefa 1 ertó
»
*
>> Asunción M vrtin—
»
»
* Dolores Bonora
»
Sr. D. Pascual Cortina
»
*
» Diego Saavedra
»
Sra, D*. Francisca Richart
»
Rdo. Sr. D. Elíseo Talens
*
Sr. D. .Miguel P ortabella— Vich (Barcelona)
Sra. D». Dolores Urries — Zaragoza.
AMÉRICA.
Exemo. e lim o. Sr. D. Críspulo, Uzcatequi Arzo
bispo de — Caracas (Venezuela).
Sr. D . Pedro Bustamante »
i>
» » Celedonio Correa
»
»
Rdo. Sr. D . Victoriano González, Canónigo y Di
rector del Semanario Cátolico «El Do
mingo» — Durango (.México).
Sr. D . Terencio de Trinidad — Managua (Nica
ragua).
Sra. D». Justa P. Moreira
»
»
»
> Angela Antich. Vda. de García — Quito
lEcuador).
»
» Doloies Caamaño Vda. de Gangoteno
— Quito (Ecuador).
Sr. D . Francisco Feno Basils — Quito (Ecuador).
Sra. D*. Cesaría Córdoba — 5 . Juan d i Norte
(Nicaragua).
Sr. D . Bruno R. A lvarez
»
Srta. D*. Teresa Sandoval — Yariiagua (Vene
zuela).
Sr, D . Juan Bautista Orozco
>
» D . Miguel A . Orozco
»
R . R . P.
NB. — Se suplica á los Sres. Directores, D e
curiones y Celadoras nos envíen cada mes los
nombres de los que han pasado á mejor vida,
así como también la fecha de su defunción y el
pueblo y provincia á que pertenecían. D e este
modo, además de ser un lenitivo al dolor de
los parientes del ñnado ver que se acuerdan de
séres tan queridos, al verlos inscritos en la Necrologia, nuestros benévolos lectores sufragarán
con fervorosas otaciones al alma de los finados,
pues : Santo y saludable es el pensamiento de orar
Por los muertos.
CoQ
mprobacióD de
Ut Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ CAMBINO.