BS_1905_11

Ficha

Título
BS_1905_11
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre
Fecha
1905.11
extracted text
p

Redacción y íldmiqistracióri

A-»
^

yia Cottolefigo, 32

*
A N O X X — N. II



© -^

Piiblicación metisual

SUMARIO: La mayor de lasciencias. I I ....................277
Relaciones y recuerdos............................................... 282
El Representante del Sucesor de Don Bosco en
A m é r ic a ................................................................. 2S3
De nuestras Misiones: Matto Grosso (Brasil) . . . 286
»
»
E c u a d o r ............................ 2S8
»
»
C o lo m b ia ............................2S9
Gracias de María A u x ilia d o ra ..................................293





TurÍ7i- Italia.

N O VIEM BR E de 1905

Crónica Salesiana : Nuevos templos á Maria Auxilia­
dora, Trelewr-Chubut, Villa Colón— Por España :
Valencia, Béjar, Salamanca — Por América: Ambato, Bogotá, Ibagué, Córdoba, Uraguay, Punta
Arenas, Méjico —^Por Italia: Don Rúa y los huerfanitos de la Calabria, Nizza Monferrato — Islas
Azores; Angra do H eroísm o............................... 298
NvCrología............................................................... 304

La mayor de las ciencias
manera dijo al hombre: Te doy la in­
teligencia y el corazón para (jue me
Kecesidad y coiiTeiiieDíía de instruirse en la Religión. conozcas y me ames; ella es luz que
ilumina, y él fuego que inflama; plantas
A Divina Providencia, que todo que germinen y produzcan frutos de
lo ha hecho con número, peso vida eterna.
y medida, ha señalado á cada
Los demás seres del mundo visible
sér su destino y le ha dado los medios cumplen su ley sin esfuerzo alguno,
de conseguirlo, cada cual según su na­ porque la naturaleza misma los impele.
turaleza.
No así el hombre, que, como más
Sobre la masa informe, llamada caos, noble, debe cumplir su misión y tender
que creó al principio, dejó caer una á su fin con libertad completa. De ahí
palabra: F ia t lu x, y la luz comenzó á la necesidad de informarse de sus de­
brillar; á la tierra dijo: Te doy facultad beres para que, llenándolos, plazca á su
para producir hierbas y plantas, y las Creador y cumpla su voluntad soberana,
hierbas y las plantas brotaron y pro­ en que consiste su felicidad. Por esto,
dujeron flores y frutos. De la misma todos, y cada uno de los hombres.
II.

-

278 -

sienten en sí la necesidad y tiene la
obligación estricta de instruirse en la
Religión. Este es el estudio más noble,
más necesario y más útil.
*'
«*

Nuestra alma, ese reflejo de la Di­
vinidad, ese ángel encerrado en el cuerpo
como en una cárcel tenebrosa, tiene
tendencias infinitas: la sed de saber la
atormenta, el ansia ó mejor, la nece­
sidad de amar y de gozar no le dan
momento de tregua: por esto busca con
afán la verdad y el bién; aborda los
arcanos, quisiera sondear los misterios.
Sus investigaciones principales se di­
rigen, como es natural, á Dios y á sí
misma, los objetos más nobles que
pueda descubrir.
Ahora bien, el estudio de la Religión
nos pone en, conocimiento de estos
dos seres, de sus mutuas relaciones,
de los lazos que los unen. « Con ese
pequeño libro llamado Catecismo, decía
Bossuet, el último de los niños de una
aldea, tiene entre sus manos inocentes,
más verdades esenciales que cuantas
poseyeron Pitágoras y Platón.»
Con el estudio de la Religión apren­
deréis cuanto se puede saber de Dios.
Ella os le mostratá como un Sér Omni­
potente, Creador de todas la cosas vi­
sibles é invisibles, y halláis aquí una
explicación satisfactoria del misterio de
la existencia del mundo, que en vano
los filósofos se esfuerzan por explicar
con mil teorías, á cual más dispara­
tada. Os dirá que Dios es tan grande
y poderoso, que con la misma facilidad
que creó el granito de arena que el

viento lleva, y el hilo de hierba que
huellan vuestras plantas, hizp las mon­
tañas con sus moles, el mar con sus
misterios, el firmamento hermoso con
sus millones de mundos inmensos, y
brillantes, más allá de los cuales está
nuestra morada. Os dirá que Dios es
tan sabio y amante de la verdad, que
sabe todas las cosas, ó mejor, que las
ve todas simultáneamente, y que no
puede engañarse ni engañarnos; que
es tan bueno, que sin tener necesidad
de sus creaturas, las formó para que
reflejasen sus perfecciones y para que
sirviesen al hom bre; que no vive aislado
de la obra de sus manos, sino que se
mantiene en relación con ella para con­
servarla; que sobre todo, ama al hom­
bre, os ama á vosotros, os colma delp
favores, perdona vuestros yerros, enjug^;,
vuestras lágrimas, acoge vuestros ge-ld
midos y galardona vuestros trabajos.
¡ Cuán noble es esta ciencia, cuán ele­
vada, y al mismo tiempo cuán conso­
ladora !
El hombre tiene necesidad de ma­
nifestar su gratitud á la Divinidad por
los beneficios que de Ella recibe : el
culto es una necesidad del corazón:
por eso todos los pueblos le han te­
nido y le tienen. Pero ¡cuánto se ha
errado en este punto! Los gentiles,
privados de la verdad, le sacrificaban
víctimas humanas, y para honrarla, co­
metían mil abominaciones. El catecismo
os enseñará el culto agradable á Dios,
el sacrificio que le es acepto : os dirá
que no se huelga en la multitud de
víctimas, que lo único que exige de

vosotros es un corazón puro y am ante;
que una sola es la Víctima digna de
1, uno el Sacrificio, que El mismo
instituyó, y aquí os mostrará la escena
más grande de amor y de bondad; os
mostrará al Hijo del Eterno inmolándose
)or vosotros, muriendo por daros vida:
sacrificio único digno de Dios, porque
la Víctima es igual á Aquél á quien
se ofrece.
La Religión os instruirá acerca de
vosotros mismos. Ella os manifestará
vuestro origen divino y vuestros des­
tinos inmortales. ¡ Oh, cuánto se reba­
jan los que, por ignorar la Religión,
acumulan teorías para explicar el origen
del hom bre! Cuando menos os dirán
que descendéis de un cuadrumano estú­
pido y sucio. Pero el catecismo os dice
^:osa muy diferente; él os revela vuestra
-1dignidad y grandeza, pues os muestra
á Dios formándoos El mismo é infun­
diéndoos con su soplo divino la vida y
actividad; os pone en directa comuni/
t
cación con El, os eleva hasta El.
Os explica también vuestra natura­
leza, enseñándoos que sois un compuesto
1 de espíritu y m ateria; que aunque ésta
se disuelve y fenece, aquél vive y per­
manece eternamente; aún más, que ese
mismo cuerpo que muere, resuscitará
por voluntad de Dios y vivirá con el
alma.
Hay en el hombre misterios inefables
que forman el tormento de los sabios;
tales son las contradicciones que en é4
se observan: su tendencia al bién y su
proclividad al vicio, sus grandes cua­
lidades y sus enormes defectos, sus

propensiones sublimes y sus instintos
bajos. La Religión os rasga el enigma,
narrándoos la tragedia del paraíso te­
rrestre , el principio del pecado ori­
ginal.
La Religión, en fin, os pone delante
vuestros destinos inmortales. Habéis
sido creados, no para las cosas de acá
que no podrán saciar vuestro corazón,
sino para Dios mismo que, como es
vuestro principio, es también vuestro
fin; por esto padecéis tanto en este
mundo, por eso sufrís desencantos, des­
ilusiones , amarguras y penas, cosas
todas, por otra p arte, que se os han
de convertir en joyas que adornen
vuestra inmortal corona.
Hs

Si en todos tiempos ha sido nece­
sario el estudio sólido y profundo de
la Religión, lo es más en la edad pre­
sente en que pululan los errores que
pervierten la inteligencia y corrompen
el corazón. Mil teorías peregrinas, con­
tradictorias entre sí y unidas única­
mente por su odio á la verdad, ha­
ciendo alarde de saber, valiéndose de
palabras huecas y sin sentido, se dis­
putan el dominio de la inteligencia.
Jamás como en estos tiempos había
sentido la humanidad tan ardiente sed
de ciencia; jamás como ahora se habían
preocupado los gobiernos por reducir
el número de ios ignorantes: quiérese,
y en parte se logra, que todos sepan
leer y escribir, que tengan á lo menos
algunas nociones de aritmética, física,
química, historia y geografía, y ésta es

— aSo —

una gloria del siglo llamado de las
luces. Lástima grande que á esta ins­
trucción no úna la más necesaria de
todas: la de la Religión; antes, se la
destierre y se le jure guerra despia­
dada ; por lo cual parece que el pro­
greso y la religión deban caminar por
opuestas vías, que la razón y la fe se
contradigan, cuando úno mismo es el
Autor de la una y de la otra; úno
mismo el que nos dió la facultad de
conocer las ciencias humanas y el que
nos otorgó la Revelación divina.
Para cortar el mal, no bastan las
palabras y los lamentos; para no de­
jarse arrastrar de la corriente, es ne­
cesario luchar; para no morir de ine­
dia, precisa alimentarse. He aquí la
necesidad de instruirse en las materias
de la Religión, necesidad y obligación
de derecho natural. La Religión es la
única que nos puede enseñar nuestros
derechos y deberes, proponernos los
motivos en que se fundan, y suminis­
trarnos los medios para ejercerlos y
cumplirlos debidamente.
Los libros de los filósofos y los do­
cumentos de los sabios contienen, es
verdad, grandes máximas y justísimos
preceptos; pero están mezclados de
errores monstruosos. Además, ¿con qué
autoridad vienen á dar leyes á los de-i
más hombres, siendo todos iguales por
naturaleza ? Sólo Dios tiene derecho
absoluto á legislar, y sólo de El pueden
haberlo los legisladores humanos; de
modo que si destierran á Dios y la
moral evangélica, ellos mismos se ca­
van la fosa que debe sepultarlos con
su trono y poderío. Por esto, sólo en
la Religión hallamos el Código per­
fecto y exacto de nuestros deberes.

¿Dónde hallar otra moral más perfecta?
¿dónde una autoridad más competente?
Estudiad la Religión, y estaréis tan
distantes, así de la servidumbre indigna
que se deja maniatar, como de la li­
bertad exagerada que rompe todos los
frenos.
Los hombres os estimularán á cum­
plir vuestro deber, por el sentimiento
del honor, por la utilidad que reportéis;
por cualquier otro motivo humano,
insuficiente de suyo, como desgracia­
damente lo comprueba la experiencia
diaria; la Religión os presenta motivos
más elevados y por lo tanto, más di­
gnos de la grandeza humana. Ella os
pone delante la sanción divina: ó pre­
mio eterno ó eterno castigo; pero sobre
todo, os propone el amor, ese afecto
nobilísimo, capaz de todo, suficiente á
todo, engendrador de héroes, inspira­
dor de mártires. Dios os ama, y exige
que le am éis; en virtud de ese amor
os pide que cumpláis su ley, que améis
á los demás hombres, que respetéis á
sus Representantes, que son las auto­
ridades legítimas. ¿ Pueden los filósofos
incrédulos presentaros motivos tan fuer­
tes y tan suaves al tiempo, tan con­
formes á vuestra dignidad, tan bellos
y sublimes? La Religión, además, os
suministra los medios de cumplir vues­
tros deberes. Sabe qiie sois débiles, os
infunde fuerzas; que estáis inclinados
al mal, os da los correctivos. ¿ Qué
otra cosa son la oración y los sacra­
mentos sino un alimento del alma y
una saludable medicina ? Dichoso el
hombre, dichosa la sociedad que, lejos
de renegar de Dios y de su Religión,
hace de ellos su ornamento más pre­
cioso.

— 281 —

r

toridad y en nombre de‘ Dios,- que Je­
sucristo ordenó dar á Dios ¿os que es
* *
de Dios y a l César (ó sea á la autoTanto más útil es un estudio, cuanto
ridád civil) lo que es del César, que
más tienda á la práctica y más ven­
los Apóstoles predicaron el acatamiento
tajas procure. El de la Religión no es
á las leyes y la sujeción á las autori­
una teoría aislada, es de ejercicio diario
dades civiles: un hombre tal, no empu­
y de utilidad inmensa, así al individuo
ñará jamás el puñal del asesino ni al­
como á la sociedad. Las penas que
zará nunca la bandera de la rebelión.
cada día nos aquejan, amargan nuestra
Puede ser que os extraviéis; no es
existencia y nos la harían intolerable
imposible que las pasiones señoreen
si la Religión no nos sostuviera. Por
vuestro corazón, y vosotros, para dar
eso se ven tantos suicidios entre las
rienda suelta á los vicios, rompáis con
personas irreligiosas; al paso que los
las creencias religiosas; pero si las te­
bien cimentados en esta ciencia, per­
néis arraigadas en el alma, ellas, tarde
manecen como graníticas rocas aún en
ó temprano, volverán á ocupar su puesto
medio de las más agitadas tempesta­
des. El recuerdo de Dios y la espe­ y á devolveros la tranquilidad y la paz.
Debéis estar proritos á dar razón de
ranza cierta de una vida mejor, endul­
vuestra fe , á praticar valerosamente
zan todas la penas.
vuestra Religión, á mostraros dignos
Viviendo en el mundo, se requieren
de la dignidad humana. Por esto, es­
frecuentes sacrificios, y aun á veces es
tudiad la Religión y propagadla cuanto
precisa la total abnegación en aras de
sea posible.
la amistad, de la patria ó de la fe:
Terminaremos este artículo con las
sólo la Religión es capaz de inspirar
palabras con que nuestro venerado Supe­
estas virtudes, de sostenerlas y alen­
rior D. Rúa, cerraba la solemnidad que
tarlas : la urbanidad y las convenien­
el 24 de Junio se celebró en su honor:
cias pueden muchas veces hacer sus
« Al tributaros la expresión de mis
veces, pero reemplazarla del todo, nunca.
agradecimiento por vuestra espléndida
Por esto vemos que en los pueblos sin
manifestación, decía, permitidme que os
religión domina el egoísmo é impera
dé un consejo que habéis de llevar
la difidencia, lo que inspiró á un pen­
como recuerdo de la fiesta. Amados
sador esta frase tan bella como ver­
Cooperadores y Cooperadoras, y espe­
dadera: « Un pueblo sin Religión es
cialmente vosotros, padres y madres de
una agrupación de fieras » (i).
familia, sed siempre fieles á la obliga­
Respecto á los Gobiernos, ya hemos
ción de dar á vuestros hijos una sería
dicho que fomentando la Religión, fo­
enseñanza religiosa. ¡ El Catecismo!
mentan sus propios intereses y miran
He aquí la grande necesidad de nues­
por su seguridad. Un hombre que sabe
tros días! ¡ Leed, haced leer, aprended
que los mandatarios mandan por auy haced aprender ese libríto que con­
tiene la solución de todas las cuestio­
nes, y vosotros seréis siempre felices. >
(1) Elíseo Payan, hombre de estado colombiano.
*

— 282 —

Rdacionc$ y recuerdos
es vivir, ha dicho con admirable
sentimiento uno de nuestros grandes poetas.
Y en efecto, sin recuerdos ni esperanzas, ¿qué seria
la vida sino un horroroso desierto? E l recuerdo
es como una vibración del alma, que aunque sea
triste, llena de alivio el corazón, infunde fuerzas
en medio del cansancio, aliento durante el trabajo,
dulzura eiitre el tumulto de las penas. Yo no
sé porqué se deleita uno en recordar las dichas
ó las quebrantos pasados: vistos asi al través de
los tiempos, como que se doran en mágico espíendor y producen una esperanza, vaga y poética
como las ilusiones de la infancia. E l que está au­
sente de su patria, se goza en traer á la memoria
las amadas montañas, tos bulliciosos ríos á cuyos
arrullos se meció su cuna, y aunque estos re­
cuerdos lo entristezcan, sin embargo lo alivian y
consuelan. Quien ha perdido á su padre ó á su
madre, se complace en evocar su recuerdo; si con­
serva su fotografía, la mira y la remira con amor
siempre creciente ; y aunque esta vista y este re­
cuerdo hagan asomar las lágrimas á sus ojos, y
desangrar su corazón, encuentra en eso mismo
yo no sé qué placer: misterios son del corazón hu­
mano. Una voz que se levanta allá en el fondo,
como que le dice: el sér que te parece haber per­
dido, está presente á ti; y esta es la causa de ese
alivio qua experimenta el corazón.
Nada, pues, tan natural como el recuerdo de
los difuntos. Cuán consoladora es en este punto,
como en todo lo demás, la Iglesia católica, que nos
enseña que no terminan con la muerte las rela­
ciones con ellos; que, conocedora profunda de los
misterios del corazón, consagra un mes entero al
recuerdo de los muertos, temerosa quizá de que
las impresiones de la vida que se suceden unas á
otras como las olas en el mar, nos hagan olvi­
dar de ellos; é deseosa también de secundar sus
inclinaciones, de ponemos en directa comunicación
con las perso/tas que nos fueron queridas, de dar­
nos la ocasión de favorercelas y ayudarlas, de
hacernos levantar el corazón al cielo y suspirar
per él. ¡Qué profundo vacio tienen aqui las sectas
protestantes, y cuán mal interpretan los sentimien­
tos del corazón humano!
A l hablar de nuestras relaciones con los difun­
tos, no podemos resistir á la tentación de copiar
al pie de la letra una página del piadoso Ozánam.
« Nada sin duda, dice, más doloroso 'que el vacio
formado por la muerte á nuestro alrededor. Lo

R

fcordar

conocí por demás en la muerte de mi madre; pero
duró poco y presto llegaron otros momentos en que
comencé á sentir que no me hallaba solo, y en que
dulzura infinita bañaba mi altna; parecíame que
alguien me aseguraba que no se me había dejado;
notaba iota vecindad bienhechora, aunque invisible;
una alma querida me acariciaba tal vez con sus
alas al pasar. A sí como antes, en vida de mi ma­
dre reconocía su paso, su voz, su respiración;
asi ahora, cuando un aliento confortante reani­
maba mis fuerzas, ó una idea virtuosa se presen­
taba á mi inteligencia, ó movía mi voluntad un
saludable impulso, no podía dejar de creer que
siempre era ella.
< Y después de dos años, transcurrido el tiempo
que disipa los primeros extravíos de la exaltada
imaginación, experimento lo mismo. Hay instantes
de súbitas sorpresas, cual si mi madre estuviese
á mi lado, sobre todo cuando la necesito más, mo­
mentos de maternales y filiales coloquios en que
mis lágrimas corren en mayor abundancia quizás
que en los primeros meses, pero con melancolía
llena de inefable dulzura. Si me conduzco bien; si
hago algo en favor de los pobres, á quienes ella
tanto amaba ; si estoy en paz con Dios, á quien
ella sirvió tan bien; paréceme que sontíe de lejos.
Cuando oro, creo á las veces escuchar su oración
que se une á la mía, como á los pies del Cruci­
fijo acostumbrábamos hacerlo. En fin, cuando
tengo la felicidad de comulgar, cuando el Salva­
dor viene á visitarme, parece que ella lo acom­
paña á mi miserable corazón, como tantas veces
lo acompañaba llevado en Viático á casas indigen­
tes, y entonces tengo la firme persuasión de la
presencia real de mi madre junto á mí ■ >.
Qué página. Dios mío! Cuán bien expresa lo
que sentimos todqs, especialmente los que gozan
de un corazón tierno y sensible / Los muertos no
están ausentes sino sólo invisibles, dice S. Ber­
nardo : estamos unidos á ellos; podemos socorrerlos
y ellos pueden ayudamos.
Redoblemos, pues, nuestras plegarias; las per­
sonas que amamos sufren quizá por causa nues­
tra; imploran nuestros sufragios; nosotros po­
demos socorrerlas; ¿les negaremos el alivio? En
nuestras manos tenemos valiosísimos tesoros: las
oraciones, especialmente el Rosario, están enrique­
cidas de indulgencias, aplicables á las almas del
Purgatorio. Pero el mejor de los sufragios es la
Santa Misa y la Sagrada Comunión. No olvide­
mos que si somos piadosos con los que nos han
precedido, otros lo serán con nosotros, y las mis­
mas almas á quienos favorecemos, una vez llega­
das á la mansión eterna, recompensarán con usura
lo que por ellas hicimos.

-

2ÍÍ3 -

Í M g; % € i

^ É>#g^

EL EEPHESESTANTE BEL SDEESOR DE BOE BOSCO
EN A M ÉR ICA
(Correspondencia de D . Calógero Gmtnano á nuestro Redor Ríayor, D . Miguel Rúa)
(Continuación).

En Colombia.
'L vapor inglés que nos conducía á Co­
lombia, se llamaba también Colombia,
y nosotros gozábamos repitiendo este
nombre, no sólo porque recordaba al célebre y
afortunado descubridor de América, al grande
italióino, sino también porque llenaba un vacío :
justo parecía en verdad, este acto de justicia para
con Cristóbal Colón. Colombia no siempre tuvo
este nombre, habiéndose llamado sucesivamente
Nueva Granada, Confederación Granadina, Es­
tados Unidos de Colombia, hasta que en 1886
tomó definitivamente el puro y glorioso nombre
de Colombia. Y del inmortal genovés no lleva
solamente el nom bre; adoptó y ha sabido con­
servar sus principios religiosos ; su gobierno es
oficial y prácticamente religioso; el Presidente
y sus Ministros acuden á las funciones sagradas
que se celebran en Palacio ó en la Catedral, y
no se extraña que anualmente hagan su retiro
espiritual: sus valerosos soldados, antes de par­
tir á las campañas, se fortifican con las prácticas
piadosas que, robusteciendo sus almas, acrisolan
su patriotismo. Esto explica el porqué el espíritu
del mal conspira tanto contra el bien de esta
generosa nación de que ahora voy á hablar.
El territorio de Colombia es de forma muy
varia é irregular: carece de límites naturales, ex­
cepto al N. y al O. que son bañados por el mar.
Entre las naciones suramericanas ocupa el tercer
lugar por extensión y sólo el Brasil y la Argen­
tina la superan. Tiene, en efecto, 1-330.875
km*.; pero la población apenas pasa de 4.000.000:
de modo que con una extensión cincuenta veces
más grande que la de Bélgica, no tiene sino dos
terceras partes de su población.
L le g a n d o á P an am á.
También ahora viajábamos hacia lo ign oto;
hacía seis meses habíamos escrito á los hermanos
de (Dolombia, pero no habíamos recibido con­
testación. Sabfamos que allá, desde había cerca
de tres años hacia es"tragos láihás violenta guerra

civil, pero ignorábamos por completo la suerte
de los nuestros. Esto ponía á D. Albera en dolorosa aprensión. La prudencia lo disuadía de
aventurarse á ir así á ciegas hasta Bogotá, pero
el afecto lo impelía. Se oraba, y esperábamos ha­
llar alguna noticia con el Obispo de Panamá,
ilustre hijo de la Compañía de Jesús, sumamente
benévolo para con los Hijos de D. Bosco. Des­
pués de cuatro días de viaje, asomó la ciudad de
Panamá y nos dispusimos á bajar. El cónsul
general de Chile en Panamá, que con nosotros
viajaba, nos había insistido mucho para que nos
quedásemos, diciéndonos que nos haría ver de
espacio y minuciosamente las obras ejecutadas
y las que faltaban aún del célebre canal de Pa­
namá, y estábamos por ceder, cuando se nos co­
munica que en tierra se ensañaba la fiebre ama­
rilla, y que una vez bajados, no podríamos po­
ner pie en ningún buque, sin someternos á la
cuarentena. Desistimos del intento, y yo es­
cribí en el acto una carta de excusa al Sr.
Obispo, rogándole al mismo tiempo nos man­
dara á Colón la correspondencia si por acaso
la h ab ía ; y tomando el tren, en dos horas y
media nos pusimos en Colón, pequeña ciudad
que va poblándose y que si todavía no tiene
las comodidades de Panamá, goza en cambio
de mejor clima.
El tiempo de tren se nos pasó volando, á pesar
del insufrible calor, manteniéndonos casi siem­
pre á la ventanilla, observando con binóculo,
los trabajos del canal suspendidos hace tantos
años. Vimos máquinas y utensilios esparcidos
acá y allá á lo largo del camino. Poco tiempo
después, se um'a á nosotros un embajador de los
EE. U.U. encargado de arreglar definitivamente
con Colombia los negocios para continuar los
trabajos interrumpidos por la Compañía fran­
cesa, y así pudimos informamos de todo, y muy
bien. No hay duda : después las gigantescas em­
presas del corte del istmo de Suez y de los túneles
de Frejus y S. Gotardo, era la más grandiosa
á que se i» d ía aplicar la mecánica del pasado
siglo, antes, bajo ciertos aspectos, las superaba,
y se imponía de veras.

— 2S4 —
C o n ven ien cias del can al.

E n C arta g en a — H a c ia B arra n q u illa
P o b re C olom b ia.

pulen contempla el mapamundi, fácilmente
En Colón apenas tuvimos tiempo para tomar
advl'^pe que entre la Europa y el extremo
Oriente, se interpone,'cual barrera insuperable, un coche que nos condujera directamente al
el continente Americano, que interrumpe su Puertó : el vapor Versailles de la Compañía
comunicación directa, á menos que una nave, Transatlántica francesa había pitado ya, y yo.
hube de tomar á bordo los billetes para Car­
partida de la Europa, se resigne á dar la vuelta
por el Cabo de Hornos. Pero en muchos casos le tagena.
sería más factible rodear por el Nor­
te de la América, por entre mares
glaciales, que rebasar la tierra del •
Fuego. La empresa, pues, aunque
llena de dificultades, era indispen­
sable, y roto aquel hilo, hilo elabo­
rado por la naturaleza misma, y
por lo tanto imposible de romperse
con un dedo solo, el Atlántico estaría
en comunicación con el Pacífico, y
una nave que de la Europa quisiese
dirigirse'á las regiones intertropica­
les del Pacífico, abreviaría su tra­
yecto cerca de 14.000 m illas; y el .
que sabe cuánto cuesta un solo día
de navegación á una grande nave,
cargada algunas veces con diez mil
y más toneladas de mercancías, mo­
vida por un combustible que monta
á varios miles de francos diarios,
gobernada por un numerosos equipage y llevando con frecuencia
centenares y millares de pasajeros;
no tardará en comprender qué immensa ventaja es acortar el viaje
de 30 6 40 días y disminuir tanto
los peligrosos días de navegación, los
gastos de aseguro, de salarios’ y de
manutención. O h ! venga pronto
aquel día en que los dos océanos so
cambien amistosamente sus agitadas
aguas ! Hágase el canal por Pana­
má ó por Nicaragua, poco importa.
Ciertamente el de Panamá presenta
mayores ventajas ; la longitud de
E STA TU A DE MARIA SS. Auxiliadora
las excavaciones sería de 73 km.,
coronada
en Villa Colón el 18 de dicembre de 1904.
ó poco más, la mayor anchura de
(á los lados los pajes de las coronas).
100 metros, con una profundidad
Cartagena con su anchuroso puerto, atrave­
que permita el paso de las más grandes naves.
Los gastos se calculan en 600 millones.
sado por hermosísimas barquetas, se ostenta
Mientras escribo, parece que se venga á un siempre cual la reina de las Antillas, y aunque
arreglo definitivo entre Colombia y los Estados su comercio haya decaído mucho y tal vez para
U nidos; la Compañía francesa que comenzó siempre, con todo, de cuándo en cuándo es visi­
los trabajos y que luego quebró, como todo el tada por los vapores europeos. Cierto que la
mundo sabe, parece que cederá sus derechos, Cartagena de hoy no es la Cartagena de una
mediante el reembolso de 40 millones. Claro que vez. Al contemplar las espesísimas murallas que
si la empresa va á parar en manos de los Ame­
ricanos del Norte, la llevarán á cabo, porque
Elsto se escribía hace más de tres años. Hoy todo
no les falta ni la osadía ni el oro que es el ele­ el (i)
mundo sabe la tragedia de Panamá y cómo Colom­
mento indispensable para llevarlo á cima (i).
bia fu¿ victima del más injusto de los despojos.

-

285 -

circundan la ciudad, recordábamos cuántas
veces fueron inútilmente combatidas. Mientras
nosotros entrábamos, las torres, los conventos,
los edificios, heridos por los rayos del sol, se
destacaban, formando un semicírculo brillante
por la parte del mar. Parecía que en aquel mo­
mento la tierra firme y los numerosos islotes es­
parcidos por la bahía, y las rojizas colinas iban
á porfía para hacer encantadora la vista.
Entrando en la bahía, admiramos las dos for­
talezas que están allí, perpetuas sentinelas;
pero dados los adelantos del arte náutica y mi­
litar, las antiguas murallas, formidables como
son, no le dan la seguridad de antes.
Por medio de un ferrocarril está Cartagena
unida á Calamar, puerto sobre el río Magdalena,
y á nosotros convenía, para ahorrar tiempo y
dinero, aprovecharlo ; mas el Arzobispo, que es
lombardo y excelente benefactor de los Salesianos,
nos disuadió porque días antes el tren había sido
detenido y saqueado por los revolucionarios, y
se debieron lamentar varias víctimas. Por esto,
celebrada laSta. Misa, y tomada una taza de café,
volvimos á bordo, para dirigirnos á Barranquilla
y seguir por otro camino á Calamar. A bordo, el
tema de conversación era obligatorio, tanto más
que viajaban con nosotros algunos generales del
Gobierno, entre los cuales el General Tanco, cuyo
secretario era un hijo del Presidente. Pobre Co­
lombia ! Tres años hace que es asolada por la
guerra civil, tanto más terrible, cuanto más
profundos son los odios ! No se trata de simple
furor de partido, es cuestión de principios : un
hondo abismo divide los dos partidos, cada uno
de los cuales procura destruir al otro, debilitando
así el poder común, y enervando las fuerzas na­
cionales, que bien dirigidas y de común acuerdo
harían de Colombia una de las primeras Repúbli­
cas americanas.
Las tristes consecuencias de la guerra fratricida
son incalculables : en el departamento de San­
tander, en un solo combate quedaron en el
campo de batalla más de 8.000 hombres. Un
señor nos decía : « desde el principo de la guerra
hasta hoy, 37 son las personas de mi familia que
han perecido en las batallas. »La miseria se hizo
sentir en sus fértiles comarcas que la naturaleza
ha enriquecido de toda suerte de bienes, y la
situación ha venido á ser muy triste, aquí donde
los climas más variados y las más ricas minas
podrían hacer de esta República un emporio de
riqueza y bienestar (i).

En Barranquilla encontramos á los primeros
cuatro salesianos que de Bogotá partieron á fun­
dar un Oratorio. Ellos atienden á la parroquia
de S. Roque y hacen cuanto pueden por implan­
tar y robustecer la Obra Salesiana.
Barranquilla es una ciudad bien formada y de
grandes esperanzas, debido á su magnifica posi­
ción ; si el comercio pudiera desarrollarse amplia­
mente, bien pronto alcanzaría un incremento
poderoso. Los nuestros son muy bien vistos y la
población espera que llevarán á cabo la graciosa
iglesia que desde hace algunos años está aguar­
dando quien continúe sus trabajos interrum­
pidos.
E n el R ío

M agd alen a —

Los

zan cud os.

E l calor de Barranquilla aumenta la indispo­
sición de D. A lb era ; su estómago no funciona
b ien ; con todo, continuamos, aprovechando la
partida del vaporcito López Penha para Honda.
Henos pues, sobre el río Magdalena, uno de
los más grandes de Colombia, que recibe sobre
500 afluentes y es navegable en más de 950
km. Si Colombia gozara de perfecta paz y
sus gobernantes pensaran en la utilidad de la
patria, se podría hacer navegable en toda su ex­
tensión, con inmensa ventaja del comercio. Nos­
otros pasamos en el río varios días que no me
atrevo á llamar los más deliciosos de la vida. En
los ríos no se sufre el mareo y por esto los viajes
que por ellos se hacen, debieran ser los más agra­
dables y de grande alivio, y quizá en otros tiem­
pos lo sean, mas ahora ciertamente no es a s í;
los vaporcitos se .paran frecucentemente, y en­
tonces el calor se hace sentir con fuerza. Los zan­
cudos forman nuestra principal occupación, de­
biendo combatir cuerpo á cuerpo con ellos, y,
precisa confesarlo, mueren heroicamente, de­
jándose aplastar antes que renunciar á chupar­
nos la sangre, y, si bien la victoria final es siem­
pre nuestra, con todo, nos causan muchas heridas
con sus terribles aguijones, que nos hinchan la
cara, las manos y cuanto pueden coger. Además,
por la alimentación no se deja de penar (i).
Una de las distracciones que teníamos eran los
enormes caimanes tendidos perezosamente sobre
la arena de la playa, saboreando no sé qué man­
jar. Los pasajeros se divertían disparándoles
algunos tiros de fusil, pero la bala resbalaba por
sobre sus duras escamas sin causarles el menor
mal.
{Continuará)

(t) Gradas á Dios, la guerra terminó pocos meses
después de escrita esta carta, y actualmente, aunque
'Viendo las consecuendas de sus yerros, marcha <'olo’nbia, bajo hábil dirección, á un progreso cieno, y
abrigamos la e»i'eranra que la guerra dvil no volverá
;imá.s á enlutar su territorio vestido de perpetua pri­
mavera.

(i) Repetímos que esto se escribió hace cuatro afíos y
entonces la guerra civil había quitado todas las comodí'
dades de los \'iajes, especialmente en el Magdalena,
cuyos vapores todos se utilizaron para la movilizadún
de las tropas y hasta para las batallas fluviales.

E NUESTRAS MISIONES
w
Matto Grosso (Brasil).
90 indios más en la Colonia del Sagrado
Corazón — Una epidemia terrible —
Interesantes noticias.
[Relación del P . Juan Bálzola)
Veneradísimo Sr. D . Rúa :
Bnrreiro de Araguaia,
Colonia del Sdo. Corazón de Jesús, 25 de Marzo de 1905.

O hace todavía un mes que desde Cuyaba escribía á V. R. dándole diversa.s
noticias de esta nuestra amada colonia,
y entre otras, la de la llegada de noventa indios
más, que habiendo sido atacados casi en su tota­
lidad, de las pestilenciales fiebres del Río das
Mortcs, vinieron á refugiarse en la Colonia.
Confiaba que el cambio de aires y de clima les
valiera mucho, pero era demasiado tarde, y así
es que transcurridos apenas 20 días, 16 de ellos
habían pasado á la otra vida, afortunadamente
después de recibir el bautismo todos, salvo
tres que murieron improvisamente durante la
noche.
Amadísimo Padre : El mes de S. José nos ha
traído muchas cruces. Después de la llegada de
tantos infelices, nuestra colonia ha venido á s-;r
un hospital... sin médico y sin medicinas ! Cuán­
tas heridas recibía mi corazón cuando en divereas
horas del día y de la noche iba á visitar á tantos
desgraciados que me pedían llorando un remedio
que yo no les podía dar !... Al principio les pro­
pinaba las pocas medicinas que teníamos, y to­
dos los remedios caseros que la experiencia su­
giere, asegurándoles al mismo tiempo que rogaba
l>or ellos al Papá Grande (á Dios)... Pero cuando
la muerte nos empezó á arrebatar uno ó dos cada
dia, aumentó el espanto y la aflicción. Inmedia­
tamente mandé á nuestra niños indios comenzar
una Novena á María Auxiliadora, esperando que
estos nuevos cristianos obtuvieran prontamente
de María Auxiliadora la suspirada gracia ; pero
más bien parece quiso probar nuestra fe y la
perseverancia de los pobres indiecitos, porque
se hubo de comenzar una segunda, y solamente
Í

durante la tercera, comienza la muerte á sus­
pender sus visitas.
Era triste, amadísimo padre, entrar en algunas
chozas y encontrar familias enteras tendidas por
el suelo, contorciéndose y gimiendo á causa de
los agudísimos dolores que en todo el cuerpo les
producía la subidísima fiebre. Para traer un
ejemplo, un cierto Capitán Kigaddo, llegó con
sus dos mujeres, sus suegros y suegras, y otros
ocho entre hijos y parientes ; y en pocos días
murieron él, los suegros y las suegras, dejando
á los demás enormemente agravados... Estos,
gracias á Dios, están ahora mejor.
Me acuerdo también de un pobrecito niño
que duró todo un día sobre el pecho de la madre
agonizante sin que ninguno pudiese valerlo....
Apenas me apercibí de escena tan desgarradora,
lo mandé retirar por las Hermanas... Dos horas
después moría la madre, y el hijo era uno de los
huerfanitos que la peste nos ha dejado... Pero
aun en esto se ve la protección del Sagrado Co­
razón sobre nosotros. De 140 indios que vinieron
al principio de la Misión y que han permanecido
siempre fieles, ninguno murió ; de los demás, que
sólo de cuándo en cuándo venían á visitarnos,
y que quisieron jxirmanecer en sus aldeas, en las
florestas del Río das \forles, sobre 90, han muerto
ya 25, entre los cuales los tres capitanes que
tenían.
Confío que esto servirá de ejemplo á los sobre­
vivientes y á los que vagan todavía *por las flo­
restas. Pero si hasta ahora la muerte no nos ha
arrebatado á ninguno de los viejos habitantes de
la colonia, la enfermedad no nos perdonó ni
siquiera en casa, tanto que entre los atacados
tenemos al hermano Bertolino que estuvo y a en
las últimas; por manera que, como he dicho, el
Señor nos quiere probar bien. Fiat voluntas Dci.

26 de Marzo. — Ayer suspendí mi carta en
este punto, diciendo que el hermano Bertolino
estuvo bien grave ; y en efecto, ayer parecía que
estuviera mejor, mas no era sino la mejoría que
precede á la muerte... eJ no existe ya !... A las
2 de la mañana entregaba su alma al Creador.
¡Qué cruel herida para nuestro corazón ! ¡qué
inmensa perdida para la Colonia que tanta ne-

-

287 -

cesidad tiene de buen personal! El amado her­
mano enfermó el día de S. J osé, comenzando con
fuertes y continuos vómitos que duraron cuatro
días; y después, sobrecogido por la fiebre, fué
una de sus víctimas. Corta fué la enfermedad,
cortísima la agonía. Entró en ella cuando parecía
fuera de peligro. Corrí á su cabecera, le hice to­
davía pronunciar los nombres de Jesús, José y
María, díle la absolución in articulo moriis, le
administré la Extrem a Unción y exhaló el úl­
timo suspiro. Contaba apenas 26 años. A causa
del vómito no pudo recibir el Santo Viático, pero
estaba bien preparado á la muerte, y terminó sus

mismos últimamente han enterrado los suyos
como acostumbramos nosotros ; antes, yo mismo
señalaba el lugar de la sepultura y la mandaba
hacer y llenar como se debe. Pobrecitos ! A los
primeros que murieron les hicieron los funerales
y ceremonias como acostumbraban, pero des­
pués, siguiendo mis amonestaciones, acabaron
por renunciar á ellos y por j^ersuadirse que se­
mejantes ritos no sirven sino para sembrar el
contagio entre los sanos. Luego veremos si se
puede lograr que no toquen más los huesos, ya
que han dicho que harán como yo les digo, ¡>ero
que los huesos de los dos capitanes quisieran re-

C oronas que se pusieron á la estatua de M aría A uxiliadora en V illa Colón (Montevideo).
días como buen religioso, cual había siempre
vivido. ¡Una oración por su alma !
Imagínese, amado Padre, mí triste situación,
pero fiai! repito siempre y sin cesar, fiat voluntas
Dei! E sta mañana se celebró la Misa de Réquiem,
cadavere presente, con la asistencia de los indios,
que lo sintieron inmensamente, y esta tarde, con
la misma concurrencia lo acompañamos al ce­
menterio. Pobres indios! han visto morir tam­
bién uno de los nuestros que tal vez muchos
creían inmortales, pero al menos han visto que
nuestros entierros se hacen como siempre he
pretendido yo que hagan los suyos.
Hemos hecho nuestro cementerio aparte, pero
guardando simetría con el de los indios, estando
ambos á los dos lados del camino principal.
.Afortunadamente me han obedecido, y ellos

tirarlos, y unidos á los del otro que 5race sepul­
tado en la aldea, hacerles los solemnes funerales
según la antigua costumbre. Respondíles que
veríamos más tarde.
¡Cómo se ve la obra del demonio entre estos
desgraciados ! Uno de sus Bari seis meses antes
había dicho, en nuestra misma presencia, que
pocas lunas después morirían muchos indios. Y
una noche, durante la epidemia, que fui á la
aldea, encontré á este mismo Bari, sentado junto
al fuego, rodeado de todos los indios, chicos y
grandes, conversando con las almas y predi­
ciendo el fin de la epidemia. Todos aprobaban
cuanto decía, y apenas acabó de hablar, pasó á
dar un fuerte soplo sobre la cabeza de cada uno...
con el fin de alejar la enfermedad. Entonces
entré yo también en escena, y burlándome de

— 288 -

cuanto había hecho el Bari, les dije :
«Ahora no os encomiendo más al Papá Grande,
ni os doy más medicinas porque el Bari Totó ha
desterrado la enfermedad.»
Pero todos á una voz me respondieron :
« Caikimo, caikimo. Nó, nó ; continúe, conti­
núe... que no queremos que nos abandone. »
El Bari me dijo después que el alma con quien
había tenido comunicación directa, era la de un
indio muerto hacía ya mucho tiempo, el cual
había sido robado por los civilizados de quienes
había aprendido á trabajar y hacer muchas
otras cosas proprias de ellos, y que habiendo
muerto, se había ido al cielo, en donde él, el
Bari, ya lo había visto. Se entiende que lo había
visto en sueños, á los cuales prestan los indios
mucha fe, especialmente si es sueño de Bari;
tanto, que muchas veces llegan á dar muerte
á sus propios hijos, especialmente si recién na­
cidos, porque así lo han soñado.
Durante esta epidemia estrangularon á uno
porque decían, la madre había soñado que, v i­
niendo al mundo, el tal niño traía la enfermedad
de que debían morir tantos indios, y en conse­
cuencia, para acabar con ella, debía morir la
infeliz creatura. Si yo lo hubiese sabido antes,
hubiera podido impedirlo, pero lo supe después
que lo habían enterrado. Reprendí severamente
á las mujeres autoras del delito, pero ellas se
excusaron diciendo que aquel niño era la causa
de la enfermedad y que los indios habían orde­
nado matarlo. Díjeles que por esta causa, mori­
rían muchos más, y así sucedió en efecto. Los
padres y parientes son muy indiferentes en estas
ocasiones; antes, como lo demuestra el hecho an­
terior, las mismas madres, si antes de darlos á luz
tienen algún mal sueño, dan muerte al recién na­
cido. Y o estoy combatiendo con todas mis fuer­
zas estas supersticiones, pero es empresa difícil.
Bien embarazado me he visto varias veces
durante esta epidemia ; me consultaban, me ha­
cían mil preguntas, y yo debía apelar á términos
ambiguos, como hacen los Bari, para mantener
mi autoridad. Cuando pasaba por la mañana
temprano á sus cabañas, para ver si había en­
fermos, al momento me preguntaban s» había
muertos, si debían morir más en aquel día, y cuán­
tos... A la primera pregunta era fácil responder :
mxirió el tal, ó el tal o tr o ; pero respecto á las
demás, es decir si debían morir más, y cuántos,
me hallaba en verdaderos aprietos ; sin embargo
les d ecía : Solamente Dios lo sabe con plena se­
guridad ; pero Fulano difícilmente pasa el d ía ;
Zutano está muy gra^ve, pero hoy no muere;
veremos esta tarde ; y gracias á Dios, he adivi­
nado casi siempre. Además deseaban saber si ya
bastaba de níuertes, porque continuando así,
morirían todos.

Le aseguro, amadísimo Sr. D. Rúa, que para
vivir entre estos pobres salvajes se necesitarían
santos capaces de obrar milagros, porque de
verdad ellos quisieran presenciar alguno...
Pobrecitos... El primer domingo después de
llegados no quise invitarlos á la Misa porque su
estado de salud me inspiraba conpasión; pero he
aquí que á la hora de Misa los veo llegar todos,
unos en pos de otros, cuál apoyado en un bastón,
cuál haciéndose llevar por sus parientes y ami­
gos ; fué una escena comovedora y me parecía
ver la piscina prohática. Después de la Misa 1^
dirigí algunas palabras de aliento, animándolos
á la confianza en Dios, y añadí que los encomen­
daría mucho al Señor, á fin de que los sanase :
con lo que volvieron á sus casas muy contentos.
Aun ahora después de haber muerto tantos, se
hallan alegres y contentos en la Colonia, porque
ven que la enfermedad no es de aquí y que so­
lamente mueren los que vinieron ya enfermos de
las otras aldeas... y alabado sea el Señ or!
Y a advierto yo mismo que hay escrito dema­
siado y que debo tenerle fastidiado; y por lo
mismo, punto redondo. Pero antes quiero su­
plicarle que ruegue mucho y haga rogar por esta
Misión tan difícil y que la encomiende también
á la caridad y á las oraciones de nuestros Coo­
peradores. Bendíganos á todos, y especialmente
a su
Ob.mo hijo in C. J.
JUAN BÁLZO LA , Pbro.

ECUADOR^.
Un nuevo centro de Misiones.
{De una carta al Rvmo. D. Rúa).
'stoy de vuelta de la Misión de Pachicosa, adonde fui en compañía de tres
carpinteros para edificar una capilla
y una choza. Acompañábame también el Sr.
Reinaldo Moscoso, hijo de un gran bienhechor
nuestro. Muchas fueron las dificultades que nos
levantó el enemigo del bien, mas gracias á Dios,
fueron superadas todas, y cuando volvamos
allá, tendremos un techo donde abrigamos y
im oratorio para orar.
Durante el camino nos acompañó una lluvia
torrencial que hizo crecer inmensamente IcS
ríos, que no se podían pasar sin evidente peligro,
y en verdad que estuvimos varias veces al canto
de la muerte.

— 2S9 —
A la vuelta intentamos pasar en canoa el río
Chuchumblesa, que debido al inmenso caudal de
aguas, era impetuosísimo. Probé á pasarlo por
primero, en compañía de dos carpinteros; pero
apenas llegados á la corriente, la fuerza del agua
nos venció, y reversándonos la proa, nos arrojó
hacia abajo con la impetuosidad del rayo. De
nada servía el esfuerzo de los remos ; volábamos
precipitadamente á merced de las aguas verti­
ginosas.
Dirigíme entonces á María Auxiliadora y á
S. José, invoquélos con todo mi corazón y, con
más fuerza volvimos á remar.. ¡Inútiles esfuer­
zos ! De pronto, un nuevo y más impetuoso
remolino ¿ e agua se apodera de nuestra canoa
y la lleva precipitosamente á estrellarse contra
las rocas. Nosotros veíamos el peligro, lo sentía­
mos y no lo podíamos evitar : temblé ner\úoso,
cerré involuntariamente los ojos, y oí un golpe
formidable... La canoa debía romperse en mil
pedazos ; pero María Auxiliadora y S. José ve­
laban por nosotros, y solamente se dañó la punta:
con todo, comenzó á entrar el agua en abun­
dancia. Los dos compañeros, que se hallaban á
proa, de un salto se pusieron á salvo en la orilla,
mientras yo que me hallaba en la popa, no tuve
tiempo, y la canoa continuó su rápida carrera.
Pero el cielo vino en mi a5mda : no sé cómo, pude
agarrarme á una raíz saliente y quedé allí sus­
pendido, mientras la canoa, fué sumergida por
las ondas.
Corrieron los compañeros, y tomándome el
uno por la mano y el otro por las piernas, me
sacaron á salvo ; pero en qué estado! la raíz á
que me había aferrado, estaba erizada de espinas,
que me dejaron muchos recuerdos; pero esto
era nada ; lo que más nos dolía era la pérdida de
todas nuestras cosas, que habían quedado en
la canoa. Sin embargo ¿qué hacer ? era menester
resignarse y perder el valor de 106 sucres... pero
en cambio salvábamos la vida.
Aquella noche dormimos empapados como
estábamos y sin alimento alguno, allí sobre la
orilla del río. Otro día, no teniendo nada que
llevar á cuestas, fácil nos fué pasar el río á nado
y proseguir el camino hasta las J ibarías de Gualaquiza.
Si hubiera visto, amado Padre, qué cómica
caravana; quién una cosa, quién otra, todos
habíamos perdido alguna prenda del vestido.
Uno iba en calzoncillos, el otro sin camisa, todos
sin sombrero, y yo por añadidura descalzo. Be­
llísima comparsa ! En tal estado nos fué forzoso
detenemos algunos días entre los Jíbaros de
Gualaquiza, porque el río Bamboisa y uno de sus
afluentes, estaban sumamente crecidos. Cuando
Dios quiso, animándonos uno con otro y po­
niendo nuestra confianza en la Virgen, supera­

mos las últimas dificultades y llegamos á la casa
de Misiones.
L a entrada fué triun fal: pies desnudos, ca­
beza descubierta, y hecha jirones la sotana.
Bendiga, amado Padre, la misión de Pachicosa, á fin de que produzca frutos abundantes.
JUAN DE MARÍA,
Acólito, Misionero Salesiano.
Gualaquiza (Ecuador), 9 de Mayo de 1905.

COLOMBIA.
El nuevo Asilo P. Unia para los huér­
fanos leprosos. — La primera vestición
de hábito de las Hijas del Sdo. Corazón.
Agua de Dios, ii de Mayo de 1905.

Revmo. Sr. D. Rúa :
'ace un mes que me encuentro en este
Lazareto, y Dios mediante, mañana
regresaré á la capital. No le diré cómo
he pasado este mes. S. R. recordará las relaciones
pasadas — procesiones, comuniones, concurso
á los SS. Sacramentos — y así no repetiré las
mismas cosas, robando á S. R. y á mí un tiempo
precioso. H ay sin embargo algunas novedades,
que compendiaré aquí : un bellísimo drama :
los dos Sargentos, traducido del italiano por nues­
tro amado hermano el P. Emilio Hacna, sacer­
dote colombiano, y estupendamente represen­
tado por los jovencitos lej^rosos el domingo sub­
siguiente á mi llegada; y un segundo drama
/lista y Rufina mártires, representado con uni­
versal aplauso por las Hijas de María de Agua
de Dios, todas ellas leprosas.
El fruto de la Misión fué muy consolador: con
pocas excepciones, todos los enfermos ysanos del
Lazareto, recibieron los SS. Sacramentos, de­
jando así la lepra del alma, ya que no les es dado
dejar la del cuerpo. El día de la comunión fué
de gratísimas sorpresas para todos. Antes de la
Misa se bendijo solemnemente el nuevo altar
mayor, ideado y fabricado por nuestro celoso
P. Rafael Crippa, que también en esto es muy
entendido. Cuando cayó el velo que lo cubría,
todo el inmenso concurso que llenaba la iglesia,
habría prorrumpido en estrepitosos aplausos, á
no contenerlos el respeto debido al lugar santo.
Después del medio día se inauguró el Oratorio
dedicado al primer Capellán, nuestro P. Miguel
Unia de imperecedera memoria, cuyo nombre

1

— 290 —
se repercute con entusiasmo y amor en todos los
ángulos de este país del dolor, como llamó á
Agua de Dios un poeta colombiano. Los prime­
ros que ocuparon el Asilo Unia fueron doce huerfanitos, todos ellos leprosos y tomados de las
salas del hospital. Á última hora faltó uno, que
dijo á las Hermanas que no podía ni quería ir
por motivos que no le era dado revelar. Averi­
guado y descubierto el enigma, vine á saber que
el motivo era el temor de contagiar... al sacer­
dote que debía cuidarse directamente de ellos, á
causa de unas llagas purulentas y fétidas que
tenía en las piernas. ¡Cuánta delicadeza y cor­
tesía en esa tierna creatura ! Asegurado de que
podía hacerlo con tranquilidad, entró pocos dias
después. Por ahora no son sino doce los huerfanitos, pero el local es capaz de ciento, que ven­
drán cuando se hayan terminado las camas que
faltan, y la inauguración solemne se hará más
tarde, cuando esté completo el número de los
asilados.
Este edificio, que es sin duda el mejor de Agua
de Dios, bien pudiera llamarse la Casa del mi­
lagro, porque se inició y casi se llevó á término
durante los tres años de guerra, con las limosnas
que de todas partes enviaban para aliviar la
suerte de sus hermaninitos desgraciados, los
niños de las Escuelas de Colombia. El gasto
asciende á varios millares de pesos.
Y puesto que hablamos de limosnas, debo
añadir que también la cúpula de la iglesia, inau­
gurada poco tiempo hace, y el altar mayor, todo
se debe á las limosnas de los leprosos mismos,
muchos de los cuales se sometieron á rigurosos
ayunos y á muchas otras privaciones, con tal
de concurrir de algún modo á embellecer la
iglesia parroquial. ¡Cuántas almas buenas se
hallan en este Lazareto I
La última sorpresa, la más sorprendcfUe de
todas, fué la toma del hábito religioso de tres
jóvenes leprosas, que con el título de Hijas del
Sagrado Corazón de Jesiis, se consagraban al
Señor, para dedicarse enteramente al cuidado
y bienestar de los más necesitados de sus her­
manos los huerfanitos del asilo, á las cuales se
unían otras tres en calidad de postulantas(i).
La función tuvo lugar en la capilla del Hospital,
adornada de gala como en las más grandes fe.stividades, con todo el gusto y majestad sencilla
que suelen gastar las Hermanas de la Caridad,
y á la presencia de las mismas que atienden al
Hospital, de los Salesianos y de las autoridades
civiles, invitadas oportunamente. Las impre­
siones que entonces experimenté, renuncio á
describirlas. ¡Cuán admirable fecundidad se en­
cuentra en esta nuestra Madre, la Iglesia Cató­
(O Son las que escriben la c.irta que enseguida pu­
blicamos.

lica, que hasta entre los seres más desdichados
del mundo sabe producir almas, que, olvidándose
de sus propios padecimientos, se consagren por
voto al alivio de las dolencias ajenas ! ^ t a s seis
Hijas leprosas del Sagrado Corazón que ahora
se consagran á Dios en este Lazareto, no son sino
el grano de mostaza del Evangelio, que bien
pronto veremos germinar, crecer, hacerse árbol
frondoso y producir sazonados frutos de santi­
dad. Los huerfanitos del Asilo Miguel Unia tie­
nen ahora madres y hermanas que se dedican
á su cuidado material, al tiempo que los hijos de
D. Bosco miran por su bienestar espiritual.
He aquí una prueba manifiesta de que hay una
Providencia que vela por todos sin acepción de
personas y sin excepción de nadie. Y baste así,
amado padre, tanto más que ya parte el correo.
Todas estas fiestas debían ser presididas nada
menos que por Su Excelencia Mons. Francisco
Ragonesi, Delegado Apostólico y Arzobispo de
Mira que había prometido venir, á consolar con
su presencia á los enfermos y á confirmar á estos
buenos amigos. Inconvenientes imprevistos le
impidieron á última hora el realizar su deseo,
pero en el telegrama en que 'nos daba la inespe­
rada noticia, añ ad ía: Quod differtur, non aufertur, lo que significa claramente que pronto lo
tendremos aquí. Faxit Deus.
Adiós, amadísimo padre : después de la so­
lemnidad de María Auxiliadora visitaré el La­
zareto de Contratación.
A los pies de nuestra bondadosa Madre, díg­
nese rezar todos los días una Ave María por
Su afmo. y obmo. hijo in Corde Jesu,
E VASIO R A B A G L IA T I, Pbro.

A l Muy Reverendo Padre
Don M IG U E L R Ú A
Superior de la Sociedad Salesiana
TU RÍN.
Carísimo y muy eslimado Padre :
Confiadas en la gran benevolencia y caridad
i -'
R. siempre solícito en aliviar la suerte de
los seres mas infelices que existen sobre la tierra,
hoy las últimas de vuestras hijas, nos dirigimos
respetuosamente á V. R. que nosotras vene­
ramos cual Padre amadísimo, para pediros una
bendición y una gracia.
Pero antes nos permitimos manifestaros en
breves palabras los motivos que nos hacen intplorar de V. R. esa bendición y esa gracia.
Dejamos á la consideración de V. R . el pon-

— 291 —
derar cuántos y cuáles son los sufrimientos y
amarguras que torturan nuestro corazón... So­
mos pobres jóvenes... atacadas del terrible mal
de la lepra... desterradas de nuestros logares....
arrancadas con violencia del lado de nuestros
padres.... viendo desvanecidas en un instante y
en el mejor tiempo nuestras más vivas esperan­
zas y ardientes deseos.... huérfanas.... solas....
confiadas únicamente en brazos de la Divina
Providencia.... ¡cuánta lucha!... ¡cuántos pade­
cimientos hemos de sostener!

por causa de nuestra enfermedad, las esperanzas
que abrigábamos de podemos un día consagrar
á Dios. E sta nuestra confianza y manifestación,
que muchas veces no era sino un triste desaliogo
para nuestras almas atribuladas; esta espe­
ranza, que brillaba aún á nuestros ojos como la
última estrella que los ojos semiapagados del
desgraciado náufrago alcanzan á divisar, ha
sido en las manos de Dios como el medio para
devolver la paz á nuestros corazones, haciendo
renacer en ellos, y aun con más fuerza, los ar-

Grupo de N orm alistas del Colegio de Nízza (Monferrato),

Mas si hemos sido abandonadas del mundo.
Dios nos acogió con entrañable ternura y nos
hizo sentir más poderosamente su bondadosa
mano, que vela por el desterrado y cuida del des­
amparado : el Corazón de Jesús, para cumplir
sus designios y á la vez satisfacer nuestros vivos
deseos de consagramos á Dios, escogió para esto
al R. P. Luis Variara, dándonoslo por director
de nuestras almas ; él, lleno de celo por la gloria
de Dios y santificación de las almas, ha sabido
ganarse toda nuestra confianza hasta el punto
de hacerlo nosotras depositario, no solamente de
los acerbos dolores que torturan continuamente
nuestros cuerpos, sino de las penas aún más
profundas y sensibles que atormentan nuestras
almas, particularmente por ver troncadas nues­
tros anhelos y desvanecidas casi por completo

dientes deseos de nuestra vocación religiosa; y
esa esperanza, próxima y a á desaparecer, se ha
convertido ahora en una realidad, que embriaga
nuestras almas y dulcifica sus penas.
¡Amado P a d re! si para una joven llamada
por Dios á servirle, no puede haber momento
más feliz de aquel en que vea realizados sus de­
seos, imagínese V. R. cómo seremos de felices
nosotras, pobres, sí, y olvidadas enfermas, pero
tan favorecidas de Dios, al ver á punto de cum­
plirse nuestros deseos ! Sí, sí, carísimo y vene­
rado Padre, el amable Jesús que nos quiere
tanto, quiso también que Agua de Dios fuese
el lugar, donde debíamos hallar nuestra felicidad.
Siendo aún alentadas y viviendo todavía en
el seno de nuestras familias, sentíamos arder
en nuestros corazones esa santa vocación, y

— 292 —
¡Dios sabe ! cuánto hemos trabajado para lograr
nuestro in ten to; mas fueron vanos todos nues­
tros esfuerzos. Algunas hemos sido arrancadas
del colegio por nuestros padres, precisamente
apenas conocieron nuestra inclinación á la vida
religiosa ; para otras una mal entendida ternura
de nuestros parientes, ha sido motivo de que
ellos no se resolvieran á la separación, oponién­
dose con todos los medios posibles : otras en
fin, siendo ahora sanas, se ven cerradas las puer­
tas de todas las Congregaciones religiosas por
ser atacado de la lepra algún miembro de su fa­
milia.
Mas ¿quién puede oponerse á la voluntad de
Dios ? Dios triunfó de todo hiriéndonos con la
lepra, por la cual nuestros padres si no por amor,
por la fuerza se vieron obligados á desprenderse
de nosotras : nos enviaron al Lazareto de Agua
de Dios, donde el Señor nos aguardaba y donde
debíamos hallar de un modo tan particular como
inesperado, la paz de nuestras almas y el cumpli­
miento de nuestros deseos.
Persuadidas de la voluntad del Corazón de
jesús, y facilitado el modo para cumplirla, he­
mos empezado por ofrecernos á Él como V ícíimas
de Expiación, tras el ejemplo y con las mismas
condiciones que el R. P. Andrés Beltrami, Salesiano : ahora hemos resuelto dar un paso más
y formar todas una sola familia llevando una
vida común, ligadas con los santos votos á Dios
y á nuestra Superiora, practicando un regla­
mento, que deseamos sea el de las Hijas de María
Auxiliadora, con las modiñcacioncs convenientes
á nuestra condición de enfermas, y dedicándonos
al servicio de nuestros hermanos y particular­
mente en atender á la ropa de los niños d e l«Ora­
torio-Asilo Miguel U n ia » próximo á abrirse,
formando así una pequeña Congregación, lla­
mada de las Hijas del Corazón de Jesús, sirviendo
á Dios, ofreciéndonos á El como víctimas vo­
luntarias de expiación, bajo la protección del
Corazón de Jesús y de María Auxiliadora.
El R. P. Luis no ha podido creer que habién­
donos regalado Nuestro Señor con la vocación
religiosa, después nos privara de esta gracia so­
lamente per ser enfermas : procuró él informarse
bien sobre nuestra vocación y tansolo después
de unos dos años de prueba, de reflexión y de
oración, nos animó á trabajar y llevar á cabo
nuestra vocación, ayudándonos él en cuanto ha
podido (y con el mayor interés nos sigue ayu­
dando), hasta lograr establecer nuestra pequeña
Congregación, que para nosotras será como un

oasis de paz y de felicidad en medio del mar de
padecimientos que rodean á los pobres leprosos,
contribuyendo así nuestros sufrimientos á la
propia y ajena santificación.
Por estos motivos es que postradas todas á
los pies de V. R . imploramos humildemente la
santa bendición para cada una de nosotras y
sobre nuestra Congregación : y á la vez para
suplicaros con toda nuestra alma que nos con­
cedáis la gracia de dejar siempre entre los en­
fermos de Agua de Dios al R. P. Luis, que nos
conoce ya tan íntimamente y sabe interpretar
tan bien nuestros sufrimientos : él trabaja con
tanto gusto por la gloria de Dios y en aliviar
nuestra suerte, habiéndolo Dios dotado de extra­
ordinarios dones para servimos aquí de modelo.
El R. P. Luis acaba de regresar de Bogotá.
Los hombres no oyeron nuestros clamores y
nuestros sufrimientos no fueron considerados :
nos dirigimos entonces á Dios, á María Auxilia­
dora y á nuestro caro Padre D. Bosco y allá en
el Cielo sí merecieron compasión las lágrimas y
las oraciones de mil desgraciados leprosos, y
nuestro amado P. Luis ha vuelto entre nosotros...
¡Gracias, oh dulce Corazón de Jesús ! ¡Bendita
sea María Auxiliadora, la Madre de los desam­
parados ! La tranquilidad ha vuelto á los ánimos
de los leprosos, quienes hoy bendicen á Dios
é imploran de V. R. la gracia de que nó nos ha­
gan pasar más los Superiores por tan amargas
penas, que harto es ya lo que nos toca sufrir, y
nos deje al R. P. Lui& para siempre.
Amado Padre, las pobres hijas del Sagrado
Corazón de Jesús unimos hoy á las de todos
nuestros hermanos de infortunio nuestras súpli­
cas y esperamos de vuestro bondadoso corazón la
gracia que solicitamos : en cambio ofreceremos
siempre nuestras oraciones y sufrimientos par­
ticularmente por la amada Congregación Salesiana y muy especialmente por V. R. que tánto
nos ama y favorece.
Con sentimientos de profundo respeto nos
suscribimos
De V. R. humildes hijas in Corde Jesu,
Oliva Sánchez — Rosa Forero —
Limbania Rojas — Ana M . Lozano
— M . del Carmen Lozano — Rosa
María Jiménez — Ana Joaquina'
Reyes.

AW
\
RACIAS

de María Auxiliadora
■ n§)

^1

JVós tefiemos la persuasión de qíte, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos
qjte atravesamos, no nos queda^i más cofisuelos que los del Ciclo, y entre éstos.
La poderosa protección de la Virgen bendita, que fu é en todo tiempo el A u xilio
de los Cristianos.
Pío X.
U n fa v o r de M a ría A u x ilia d o ra .
Hace tres años un miembro de mi familia
enfermó de gravedad; más de doce médicos
opinaron que la dolencia era incurable; al­
gunos de ellos lo abandonaron y la muerte
estuvo á la cabecera del paciente. En circuns­
tancias tales, la familia puso toda su esperanza
en María Auxiliadora, y en veinticuatro horas
la enfermedad desapareció en absoluto. Es mi­
lagro exclaman todos los que han conocido el
hecho y los médicos no han podido declararse
autores de la curación. De entonces acá, los
devotos de María Auxiliadora han puesto más
fe en Ella, y de ahí que yo quiera aprovechar
la ocasión de extender el amor á Madre tan
misericordiosa.
S o f ía C a m a c h o M.
Bucaramanga (Colombia), Julio 9 de 1905.

M aría detiene lo s ra y o s.
Para gloria del Corazón divino de Jesús y
de su bendita Madre, María A uxiliadora, de­
seamos se publique una insigne gracia con que
hemos sido favorecidas.
El 27 de Junio se desencadenó una hor­
rorosa tempestad, cuando nuestras pensionistas
juntamente con la comunidad estaban en la
capilla para asistir como de costumbre al santo
Sacrificio de la Misa.
El cielo presentaba un aspecto de terror
imponente, y los relámpagos que se sucedían'
uno á otro cada vez más brillantes y acom­

pañados de espantosos truenos, encogían el co­
razón que temblando repetía: ¡Cuán grande
sois Dios mío, y cuán pequeños som os! —
Nuestras buenas pensionistas daban señales de
estremecimiento, es verdad; pero quedaban
quietecitas en sus asientos, cuando he aquí,
que de repente una chispa eléctrica penetra
en nuestra capilla, se hace paso entre los ban­
cos donde estaban las niñas sin causarles el
menor daño; llega al comulgatorio, y rasando
la cabeza de una hija que ac:)baba de comul­
gar, ilumina con uno extraño brillo el altar y
estatua de María Auxiliadora, y se dirige al
del Sdo. C orazón, á cuyos píes estalló con
una horrorosa detonación.
Describir el espanto (jue de todas se apo­
deró es humanamente imposible. Las caras ya
no parecían de seres vivientes; se hubiera
dicho eran cadáveres salidos de sus sepulcros
que empujándose unos á otros, con gritos des­
garradores buscaban su salvación. Aquel fué
un fin ís mundi cuyo recuerdo hace estremecer
y llenamos de inmensa emoción, pues á no ser
por especialísimá gracia del Sdo. Corazón y
María Auxiliadora, hubiéramos deplorado más
de una víctim a; pero nuestra celestial Madre
detuvo la temible centella y guiándola á Aquél
que con su Mano Omnipotente aplaca la tem-*
pestad y manda al rayo como Árbitro Sobe­
rano, la hizo estallar allí, librando á las hijas
que ella protegía, de terribles desastres.
Sirva este favor insigne de estímulo, para
excitar más y más en sus almas la devoción al

— 294 —
Deífico Corazón que dispensa sus insignes gra­
cias por cijnducto de su celestial Tesorera
nuestra purísima Madre María Auxiliadora.
Las Hijas de María Auxiliadora.
Casa de Sta. Dorotea..
Sarriá, 9-9 1905.

C óm o escu ch a M aría á su s h ija s.

sábamos, ■ desapareció todo peligro, y el 30 del
mismo mes pudo levantarse y hoy está com­
pletamente restablecida.
Sirva esta declaración que depone á los pies
de María Auxiliadora la reconocida agraciada,
para animar á todos los que necesiten gracias,
á recurrir con confianza á La que es llamada
con toda razón « Auxilio de los Cristianos. »

Sor A n a G r a s s i .
« La oración nos ha hecho omnipotentes. »
Hija de María Auxiliadora.
He aquí las palabras, que con verdad, pro­
nunciaron agradecidas las niñas del Colegio
U na deuda á M a ria A u x ilia d o ra .
María Auxiliadora del Rosario Santa Fe (Re­
Desde la más tierna edad fui atacado de
pública Argentina).
hernia
que en estos 10 últimos años me había
SI, porque acudieron á María SS. y fueron
obligado
hasta abstenerme de andar y de hacer
consoladas, pues alcanzaron de tan buena Madre
el
más
pequeño
esfuerzo, sin el auxilio de un
cuanto pedían.
braguero,
por
los
agudísimos dolores que me
Hallábase su pobre Directora enferma de
ocasionaba.
Llegado
para mí el tiempo de las
pulmonía doble, complicada con el corazón,
quintas,
revisáronme
varios médicos, y me de­
agravándose de tal manera el mal, que el
clararon
inútil
é
imposibilitado,
no sólo para
cuarto día se hallaba al borde del sepulcro.
el
servicio
militar,
si
no
también
para toda
A las 2 a. m. del 14 de Octubre se juzgó
clase
de
trabajo
fatigoso,
como
verdaderamente
prudente administrar á la paciente los S S . Sa­
lo estaba. De los facultativos que había con­
cramentos.
El mal recrudecía cada vez m ás; ya se deses­ sultado, unos me decían que era necesaria una
peraba de poderla salvar. En efecto los dos operación peligrosa, y que yo no podía cos­
módicos que la asistían dijeron que si no la tear; otros, que para mí era incurable esta
salvaba Aquella que es llamada Auxilio de los enfermedad, á causa de los años.
Habiendo conocido la Pía Sociedad SaleCristianos, ya no quedaba que hacer porque
siana, y entrado en una de sus casas de una
el caso era desesperado.
Multiplicáronse entonces las oraciones en manera providencial, al segundo año de mi
todos los Colegios de la Inspectoría, varias estabilidad en esta casa víme desprovisto del
Hermanas de otras Congregaciones y señoras del indispensable braguero y era imposible
bienhechoras de la Casa rogaban y hacían rogar provéermelo por ciertas circunstancias. ¿ Y qué
hacer en tal caso, si no podía valerme de las
j)or la pobre enferma. Las alumnas internas,
externas y oratorianas, multiplicaron las Comu­ fuerzas ni siquiera para andar lentamente, so
niones y mortificaciones. Impresiona aún pro­ pena de sucumbir bajo un dolor acerbísimo,
y con peligro de mi vida, según habían de­
fundamente el ánimo de la que suscribe, el
clarado los médicos ?
recuerdo de las privaciones que se impusieron
En tan terrible situación, me acordé de las
aquellas buenas y agradecidas alumnas por la
muchas
gracias que nuestra Buena Madre María
salud de la madre. Muchas de ellas se privaron
alcanza
á los que de veras la invocan con el
del postre por varias semanas; otras ofrecieron
título
de
Auxilio de los Cristianos, y empecé
abstenerse de mirarse en el espejo por mucho
una
novena
rezando al efecto tres Pater-nóster.
tiempo !
Avemarias,
Glorias
y Salves cada día, prome­
Una niñita de cinco años, oyendo decir de
tiendo
á
tan
Buena
Madre,
publicar esta gracia
sus hermanitas que ya la Directora no sanaría
Boletín
Salesiano,.
y
consagrarme ente­
en
el
lalvez, fuése solícita á su alcoba, y postrada á
ramente
á
Ella
trabajando
cuanto me fuera
los pies de la imagen de María Auxiliadora,
posible
por
el
bien
de
la
Congregación,
si me
diio en voz alta esta oración: O h ! Jesús, oh
alcanzaba la curación de dicha enfermedad.
María! no dejéis morir á nuestra Directora!
j Portentosa medicina! ¡Bondad infinita de
Sanadla!
María SS. escuchó benigna las oraciones de .nuestra Buena Madre! Aun no había termi­
tantas almas buenas. En menos de lo que pen­ nado la novena cuando empezó á desaparacer

'r

295 —
el dolor; más, concluida ésta, volvió de nuevo
á atormentarme gravemente el dolor; hice una
segunda, y otra vez se repitió lo de la pri­
mera; empecé una tercera encomendándome
con todo el afecto de mi corazón á María Au­
xiliadora y poniendo por medianeros á nuestro
amado Protector San Francisco de Sales y á
nuestro Padre y Fundador Don Bosco, repi­
tiendo las mismas promesas y... j Oh poder sin
igual de María! cuán cierto es. Madre mía,
que todos los que acuden á Vos confiada­
mente, alcanzan lo que desean! ¡ Y o quisiera
ahora poseer la lira de los poetas y cantar
vuestras alabanzas; quisiera, sí, ensalzar vues­
tras grandezas como se merecen, pero Vos ya
veis Madre, que no me es posible; aceptad,
pues, el deseo de mi corazón y en acción de
gracias lo que os prometí y la humilde é in­
digna ofrenda de mi persona! Concluida, pues,
la novena, el dolor desapareció por completo,
y ya no más lo he vuelto á sentir á pesar de
haber hecho esfuerzos muy pesados y sin ne­
cesidad del mencionado braguero. D oy gracias
pues, á María Auxiliadora por tan señalado
favor y empiezo á cumplir mi promesa publi­
cándolo en el Boletín Salesiano.
11 Viva María Auxiliadora! 1

X.

Escuelas de Artes y Oficios de Sarriá (Barcelona),
Julio de 1905.

C u ración instantánea.
Uno de mis hijos, que de muy pequeño
había sufrido una fuerte parálisis, quedó de
sus resultas caminando con alguna dificultad;
pero á medida que crecía, su cojera iba des­
apareciendo. Y a parecía completamente bueno
á la edad de 11 años, cuando atacado de fiebre
infecciosa, se le desarrolló un tumor en el
muslo, que según opinión de los médicos, no
podía desaparecer sino mediante una operación.
Grandemente afligida con tal desgracia,
mandé suplicar á las Hijas de María Auxilia­
dora, establecidas en este puerto, que hicieran
una Novena á su bondadosa Madre, á fin de
que no fuera necesaria la dolorosa operación;
prometiendo además, hacer publicar la gracia
en el Boletín Salesiano.
Las buenas Hermanas, empezaron la No­
vena el mismo día y me enviaron una reliquia
que llena de fe, puse al cuello del enfermo.
.Al sigpjiente día, con asombro de todos, es­
pecialmente del médico, desapareció el tumor,
dejando en su lugar una manchita negra y un

]>oco arrugada «la p ie l; disminuyó la fiebre y
hoy el niño está perfectamente sano, y da
conmigo las más fervientes gradas á María
Auxiliadora.
A m a l ia
Callao (Perú), Junio 30 de 1905.

de

Bla n c.

P o rten to sa curación.
Hacía algún tiempo venía padeciendo exci­
taciones nerviosas y otros síntomas molestos
que me anunciaban una grave enfermedad de
estómago. Un curandero á quien consulté, me
aseguró que tenía solitaria, lo cual no dejó de
consternarme un poco. Pedí, por tanto, á la
Sma. Virgen que, pues Ella todo puede, me
sanara sin necesidad de operación. Mas, como
Dios dice: ayúdate, que yo te ayudaré, no
quise descuidar los medios humanos y salí al
campo, esperando hallar alivio con el cambio
de clima, y consulté á uno de los más afa­
mados médicos, quien me aseguró que no tenía
solitaria alguna. Me recetó algunos específicos
vermífugos, que en vano busqué por aquellos
lugares. A l siguiente día se celebraba la fiesta
de nuestra benigna Madre y yo acudí á la
iglesia. Sentí después un extraño malestar en
el vientre y con gran sorpresa mía, arrojé dos
enormes tenias y quedé perfectamente curado.
Ese día concluía la Novena en honor de mi
Bienhechora. Creo que pecaría de ingrato si
no agradeciera tan señalado favor, haciéndolo
público, para gloria de María Auxiliadora. Con
cuánta razón se ha dicho que « quien invoca
á María, jamás se pierde.
J. J. C h a m iu ír l Á n .
Coop. Sales.
Mandamiá, 31 de Mayo de 1903.
María la salvó.
Encontrándose mi liija Asunción en verdadero
peligro de su vida á causa de una hemorragia muy
abundante, acudi á María Auxiliadora prometién­
dola la celebración de una misa en su santuario.
Hecha la promesa, pasó por completo la enfermedad.
Agradecido, cumplo mi promesa y al mismo
tiempo, ruego se publique esta nueva gracia de
.Maria Auxiliadora en el Boletín para su mayor
gloria y para que sírva de estimulo á sus devotos,
arraigando más y más su confianza en dicha Se­
ñora.
¡V iva María Auxiliadora!
E. .M.
Gerona, Julio 12 de 1905.

¡M il gracias sean dadas á María Sma. Auxiliadora!
Hallándose mí hermanita, de ocho años de edad,
gravemente enferma con infecciosa y menengitis;

— 296 —
y no teniendo ya ninguna esperanza en lo humano ;
pues hasta el médico se habia retirado dando el
caso por perdido; invoqué á Maria Auxiliadora
principiándole una novena y prometiéndole publicar
la gracia en el Holetin Salesiano, si obtenia la de­
seada salud de la enfermita. Al terminar la novena
su encontraba perfectamente sana, del modo más
prodigioso, pues ni el doctor habla repetido sus
visitas, ni se le dió remedio alguno capaz de me­
jorarla; todo era debido á la inagotable bondad de
Maria Sma. Auxiliadora, por lo que me complazco
en hacer público mi agradecimiento á tan buena
Madre.
Rosa C osta.

Callao (Perú), 18 JiiHo 1905.

Gracias, Madre mía!
Después de haber sufrido durante tres días con­
secutivos fuertes dolores de muelas, acudi á Maria
Auxiliadora rezándole tres Padres nuestros y prometile una limosna. Fué un calmante tan eficaz, que
a los pocos instantes me senti completamente ali­
viada.
SiLVEiRA A c o s t a .

Vivo por milagro.
Agradezco infinitamente á María Auxiliadora
por los muchos beneficios que me ha concedido
del Cielo durante la última guerra civil. Largo
seria si quisiera contar todas mis peripecias. Per­
secuciones, tormentas y larga enfermedad en
medio de un monte casi desierto y falto de todos
medicamentos. Mi vida es un milagro.
G regorio S a n ab r ia.
(Villa Oliva (Paraguay).

Fariba (Venezuela), 9 de Agosto de 1905.

Bendita sea María Auxiliadora.
Hacia algunos años que me encontraba muy afli­
gido por una grave enfermedad en la garganta que
iba acentuándose de dia en día. Consulté varios
médicos distinguidos y no alcancé mejoría ninguna.
La aflición de mi alma era muy grande, porque
además de no poder cumplir con mis ocupaciones,
un porvenir muy sombrío se abría delai te de mis
ojos. Por la mañana y en la noche, casi no podía ha­
blar. Hice una novena á María Auxiliadora y desde
entonces empecé á mejorar de tal modo, que si no
he conseguido una curación perfecta, sinembargo
ya puedo cumplir bien mis ocupaciones, no faltán­
dome la voz. Que la Sma. Virgen Auxiliadora
siga protegiéndome en toda mi vida, y me ampare
bajo su maternal manto.
J u l i o D a t i , Salesiano.
Santiago de Chile, i® de Agosto de 1905.

Soy sacerdote por Maria.
A l terminar la carrera del sacerdocio, comenzada
bajo la protección de Maria Auxiliadora, y durante
la cual experimenté bien visiblemente su poderoso
auxilio, doy rendidas gradas á mi Protectora por
todos sus beneficios, y principalmente porque ha­
biéndome faltado, al ordenarme de Presbítero, un
documento que me era materialmente imposible
presentar en el brevísimo plazo de tiempo que tenia
para ello; para no perder la Témpora, acudi en
súplica de dispensa á la Santa Sede, comenzando
al mismo tiempo una novena á la Virgen Auxilia­
dora y prometiéndole varios obsequios, — entre
ellos celebrar 9 misas en su honor, dar una litnosim á la Casa Salesiana de Sarriá y publicar la
gmeia en el fíoMín, si me alcanzaba la dispensa
y el feliz arreglo de aquel contratiempo en tan
angustioso plazo. Y como al fin tuve el éxito que
esperaba y pude ordenarme de Presbítero en el
tiempo deseado, ~ después de celebrar el nove­
nario de misas prometidas y remitir la limosna,—
doy en el Roltfin Salesiano este público testimonio
de gratitud a mi poderosa Abogada.
Oviedo, Julio de 1905.

su protectora mano sobre mi atribulado hogar, que
gemía á consecuencia de la gravedad de una hija
nuestra, presa de terrible enfermedad que le iba
extinguendo por momentos la vida. Como cristiano
y devoto de la Santísima Virgen, ocurrí á Ella,
pidiéndole la salud de mi adorada hija, ofrecién­
dole hacer pública la gracia alcanzada; y ¡ cuál
seria mi asombro al ver que, pasadas tansolo dos
horas de la invocación, hace crisis la fiebre, y al
siguiente día empezaba la convalescencia de la en­
ferma 1
Por tan cuantioso bien elevo á diario mis preces
á la Inmaculada Virgen en acción de gracias infi­
nitas.
A . M. D e l g a d o .

L u i s D I a z , Pbro.

María Auxiliadora oyó mis súplicas.
En Agosto de 1904 Até repentinamente atacado
mi esposo de una congestión cerebral; nos encon­
trábamos en campo, sin recursos oportunos y era
de noche. En tan grande tribulación, supliqué de
todo corazón á nuestra divina Madre nos socorriera,
ofreciéndole publicar la gracia y mandarle una
limosna si le salvaba la vida. La gracia no se hizo
esperar.
En Febrero de este año acudí de nuevo á
tan celestial y misericordiosa Madre para que
curara un sobrinito de muy corta edad atacado de
angina, y recobró la salud brevemente.
En este mismo año nos dispensó otro nuevo favor,
sanándonos á nuestro Eugenio cuya enfermedad,
según la opinión de expertos en la materia, era de
mucha tardanza y causaba grandes gastos; pero,
tanto mi esposo como yo, acudimos á nuestra mejor
Protectora y nos remedió la necesidad con asombro
de todos.
Hoy, llena de la mayor gratitud á Maria Auxi­
liadora, cumplo gustosa mis promesas, publicando
los anteriores tres favores y enviando una limosna.
J u a n a Ig n a c i a C a r r i l l o

de

Parilli.

Mocoy de Impillo (Venezuela), agosto de 1905.

María Auxiliadora la ha curado.

¡Cuán poderosa y piadosa es Maria Auxiliadora!

Hago pública manifestación de mi eterna gratitud
á Maria Auxiliadora por el inmenso beneficio de

Encontrándome con un gran tumor en el vientre,
mi médico declara mi muerte.
familia se aflige.

f------

— 297 —



pero ponemos nuestra confianza en Mana Sina.,



enviando al mismo tiempo una limosna para sus
huérfanos y publicar el favor. La gracia fué obtenida.
' N. N.
{ Gracias, Madre dulcisim'a, gracias !
Mi hermana Mercedes Zambrano V . os agradece
la salud que recobró por vuestra poderosa inter­
cesión: además hada dos años que padecía de hi­
pocondría, ofrecí hacer una novena y que la en­
ferma daría una limosna. Obtenidos ambos fa­
vores, cumplo fielmente las promesas.
Ma n u e l A . V e r a .
Calceta (Ecuador), 4 de Julio de 1905.

Gracias á María Auxiliadora.
Doy gracias á María Auxiliadora de los Cristia­
nos por tres grandes favores recibidos. Los casos
eran desesperados, y ya estaban agotados los re­
cursos humanos, cuando acudí á la protección de
la Santísima Virgen, que oyó mis súplicas y me
concedió todo cuanto le había solicitado. Ofrecí
publicar las gracias obtenidas y hoy agradecida,
cumplo miipromesa.
F id e l ia d e S u á r e z .
Juigalpa (Nicaragua), 27 de Abril de 1905.

Dan tambiéa, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Acoyapa — Nicolasa O. de Cuadra, por dos fa­
vores señalados.
Barcelona (España) — La Sra. T. A . de F . Tenia
ya por perdida una cantidad de dinero. Encomendéme á María Auxiliadora y logré cobrada.
Ibídem — A . P .: Aparecieron en mi cuerpo sín­
tomas de grave enfermedad. Encomendéme á María
Auxiliadora, y desaparecieron.
Ibídem — Dos Cooperadores, por varios favores
recibidos.
E l Castillo de Nicaragua — Aurora P . de Bonilla,
por haberle devuelto la salud á su hijo moribundo.
Gerona (España) — Una devota, por una gracia
obtenida y otra que desea obtener.
Ibídem — M. C.: por un favor recibido.
Ibídem — Una devota de María A u x .: Hallábame
amenazada de tener que pagar una cantidad su­
perior á mis fuerzas. Acudí á María, y oyó mis
súplicas.
Granada de Costarrica — Petronila Guerrero : por
haberla sanado prodigiosamente.
Ibidem — Alejo Martínez; por un señalado favor.
Ibídem — Josefa Valle de G .: por un señalado
favor.
Granada (España) — Elena López y hermanas —
Muchos son los favores recibidos, pero agradecemos
especialmente el habernos librado de muerte segura
á nuestra madre.
Ibidem — Francisco López: por varios favores
recibidos.
Juigalpa (Nicaragua) — Genoveva Cruz: por un
gran favor recibido.
Ibídem — Rosa Cabrera : por una gracia obtenida.

Ibidem — S. de Borgre: por favores recibidos.
Ibidem — Esmeialda de Vargas: por haber de­
vuelto la salud á una hija.
Ibídem — Fidelia de Suárez: por una gracia ob­
tenida.
Los Navalraorales (España) — Antonio Síu tos:
Estaba amenazado de muerte mi nieto, único sostén
y alegría de mi vejez, imploré á María Auxiliadora
y le devolvió la salud.
Montevideo (Paraguay) — Lola Boi'é: Escuchó
mis súplicas en favor de una señora enferma.
Ibidem — María Pesce: Enfermó gravemente de
difteria un sobrinito de i i meses. Le puse al cuello
la medalla de María Auxiliadora y sanó completa­
mente.
Princes Terrón (Trinidad) — Amador Benito: por
haber arrancado de la nuierte á su liíja Lucía.
Rancagua (Chile) — Eleodora Miranda; manifiesta
su gratitud á María Auxiliadora por la curación
obtenida.
Rama (Nicaragua) -- Salvadora Galiana: por ha­
berla librado de la muerte en una enfermedad des­
esperada.
Ibidem — Saturnina Solano y Guadalupe Mon~
toya: por favores recibidos y esperados.
Ibidem — Teresa de Cruz: por gracias obtenidas.
Río Frío de Costarrica — Modesta Bonilla: por
haber librado á un hijo suyo de grave desgracia.
S. Marcos (Nicaragua) — Leonardo Márquez: da
infinitas gracias á María Auxiliadora por haberle
librado á su madre de mortal paludismo.
S. José de Costarica — Cecilia Bailadores; por
haberla sanado de fuerte palpitación.
S. Marcos — Angela P. de A . : por haberle de­
vuelto la salud á su nieta.
Sorrejón (España) — Tiberio Jiménez Hidalgo :
por haber concedido la salud á su madre, trabajada
de graves dolencias.
S. Lorenzo (Costarrica) — Ninfa Flores: por ha­
berle dado la salud á un niño enfermo.
Talca (Chile) — Carmen Vázquez de S ,:
chos favores recibidos.
Viemesa-Soría (España) — Manuel ¡íortal: por
un favor recibido.
Villa Oliva (Paraguay) — Pedro Cantero: j)or
haberle librado de muchos peligros durante la úl­
tima guerra civil.
Ibidem — Marcelino Fernández: Por idéntica
causa.
Ibidem — Juan Pablo Acosta: por la misma causa.
Ibidem — María Concepción Arólas: por haberle
concedido la salud de un nietecito de pocos dias,
atacado de asfixia y pulmonía fulminante.
X — María Pascual: por haberle otorgado la sa­
lud de su esposo, tan gravemente enfermo, que ha­
bla sido administrado.
Ibidem — Petrona Bonilla de G .: da gracias á
María Auxiliadora por haber librado á su hermana
de una grave operación.
Ibidem — N . N . : por haberle sanado de grave
enfermedad.

n v E

r a n R in

— 298 —

ROÑICA SALESIANA
Nuevos templos i María Auxiliadora
En el pasado número dábamos cuenta á nues­
tros lectores, de la nueva iglesia que á María
Auxiliadora levantan los habitantes de Mos­
quera en Colombia. Cuán dulce es ver cómo la
celestial Señora va extendiendo su imperio entre
los ñeles.
EN JABOATÍO (Pernambuco-Brasil) — Los
Salosianos ponían el 22 de Marzo del pte. año, la
primera piedra de un nuevo templo á su amada
Protectora, llenos de conñanza en su protección
soberana y en la generosidad de los Cooperadores.
Presidió la fiesta el Sr. Obispo diocesano, que ce­
lebró la Misa en una gruta de la roca sobre la cual
ha do levantarse el nuevo templo, y dirigió una
entusiasta alocución, demostrando la nobleza de
la empresa y prometiendo copiosas bendiciones ce­
lestiales.
TRELEW-CHUBUT ( Patagonia C en tra l). —
Trolew es, después de Rawson, la más importante
población del Chubut, como es también la más cer­
cana de aquel centro. Sabido es que el Sucesor de
D. Bosco se ha propuesto dar en este año de i905>
particular desarrollo á las Misiones de la Patagonia
Central, y con este fin se ha colocado en Trelew
la primera piedra de un templo á María Auxilia­
dora. L a imponente ceremonia fué llevada á cabo
por el Superior de la Misión, el P. Bernardo Vacchina, y la presencia del Gobernador del Territorio
del Chubut la hizo más solemne. Este magistrado,
después de los ritos, dirigió muy oportunamente
la palabra á los concurrentes. He aquí las palabras
con que terminó su elocuente alocución. « Réstame
solamente expresar mis más ardientes votos, como
católico y como Gobernador, porque sobre esta
piedra surja cuanto antes el templo á que sirve de
fundamento, y que el recinto de este edificio sea
colmado bien pronto, con la Majestad divina y
con el acento de nuestras plegarias. »
Por manera que María Auxiliadora tendrá dentro
de breve tiempo, tres santuarios más, donde de­
rramará sus gracias.
VILLA COLÓN (Montevideo) — Y a nuestros
lectores saben que el santuario que Maria Auxilia­
dora posee en aquella ciudad, fué declarado nacio­
nal. L a estatua de la Sma. Virgen que alli se venera.

fué solemnemente coronada el 18 de Obre, del pa­
sado año ; acto que llevó á cabo el Exemo. Sr. Arzo­
bispo de Montevideo, á la presencia de grandes
muchedumbres que de todas partes acudieron á la
imponente función. Esperamos poder dar á nues­
tros lectores particulares detalles.
VALENCIA (Venezuela) — Ejemplo digno de Imi­
tación. — Para terminar el Santuario que á María
Auxiliadora levantaron allí los Hijos de D. Bosco,
todo Valencia, hasta los más pobres, tuvieron el
consuelo de concurrir con su óbolo. La junta di­
rectiva organizó la recolección semanal de un cen­
tavo por persona, sin perjuicio de las* ofertas de
mayor cuantía que se quisieran dar. Esa pequeña
limosna estaba a l alcance de todos, y todos la daban
gustosos, juntándose así discretas sumas que ser­
vían para pagar sino todos, algunos de los obreros.
He aquí una buena industria para adelantar las
obras sin grandes esfuerzos.

Por España.
BÉJAR De una carta de un Coopera­
dor. — Entre el numeroso y distinguido público,
que tras invitación del M. R. Sr. Director acudió
á presenciar los exámenes que se verificaron al fin
de Julio, tuve yo la dicha de contarme también, y
todos pudimos convencernos una vez más de la
labor grande que los hijos de D. Bosco han tenido
que hacer. Porque, la verdad sea dicha, bien pue­
den estar satisfechos los respectivos maestros, ya
que los alumnos todos no solamente contestaron á
las varias lecciones que en suerte les tocaban del
vasto y bien ordenado programa, sino también res­
pondieron con desnvoltura á las muchas preguntas
que el tribunal dirigía.
L a satisfacción que se notaba todos los días (los
exámenes duraron 6 días) en el rostro de los pre­
sentes, los muchos parabienes que en tales circuns­
tancias recibieron los profesores, sean como una.
prueba del agradecimiento que todos sentimos
hacia una obra tan benemérita.
Pero lo que más llamó nuestra atención fué la
solemne fiesta de clausura y repartición de premios
que debía verificarse el 15 de -Agosto. ¿Que diré
del entusiasmo de los 260 niños que frecuentan
las escueUis salesianas? Aquel día fué de veras me-

299 —
morable, y yo .que nunca pierdo ningún acto que
los Salesianos celebran, no sé cómo describirlo.
Á la primera misa comulgaron^inaumerable, ni­
ños. A las 10 fué la misa solemne que cantaron
los niños de este colegio haciéndonos gustar una
vez más el verdadero canto eclesiástico según el
Motu proprio de S. S. Pío X . E l concurso de fieles
fué inmenso.
Por la tarde estaba anunciada la repartición de
premios. Esta vez no podemos salir con la frase
que el salón fué incapaz de contener el numeroso
público. Con verdadero acierto el hermoso patio
del Colegio fué escogido para celebrar en él tan so­
lemne acto. Bien adornado con banderas del Papa
y de España, se preparó en una punta del mismo

*

;

,

m,

. -

Al terminar el acto, el Sr. Morribas, abogado y
vicepresidente de los Cooperadores salesianos, tomó
la palabra y con elocuentes frases dió gracias á los
P P. Salesianos y animó á los padres de los alumnos
á que siguieran enviando á sus hijos á tan impor­
tante centro, invitando en último á los presentes
á inscribirse en la Pía Unión de los Cooperadores
salesianos.
Acto seguido,la banda tocó un alegre paso doblo,
mientras los niños pasaban á la capilla donde so dió
la bendición con S. D. M.
Con este acto so terminó aquella simpática fies'a
que dejó en todos un recuerdo indeleble. Recib n
tanto el Sr. Director del Colegio, como los den ás
maestros, las más entusiastas enhorabuenas de .o-

........

m w i¿

I

L

Colegio normal de N.tra Señora de las Gracias, dirigido por las Hijas
de María Auxiliadora en Nizza (Monferrato).
patio un magnífico tablado, campeando en el medio
el cuadro del immortal D. Bosco.
A las ; de la tarde empezó á acudir gente y en
pocos minutos se vió lleno de público, mezclándose
los más ricos con los más pobres, reinando una ver­
dadera armonía.
Todos los números del programa fueron muy
bien ejecutados llamando mucho la atención los
adelantos de los pequeños músicos y cantores que
arrancaron muchos y prolongados aplausos.
Los premios consistían en libros, diplomas, imá­
genes de María Auxiliadora, prendas de vestir y
telas, todo suministrado por los Cooperadores y
Cooperadoras. Qué hermoso espectáculo ! Ahí se
veía confundido el niño de elevada categoría con
el hijo del obrero. Cuantos presenciábamos, no po­
díamos á menos que exclamar: Solamente la cari­
dad cristiana puede hacer tales milagros, ¿no dicen
que es imposible armonizar el rico con el pobre ?
He aquí la obra que debe unir el obrero con el ca­
pitalista, he aquí la solución del tan decantado
problema sociaL

dos y estén seguros que siempre hallarán poderoso
apoyo en los buenos. Y a la Obra Salesíana ha dado
frutos en-Béjar, y esperamos que cada día irá proí-perando más.
SALAMANXA. — Una fiesta á María Auxiliadora.
Nos escriben ;
E l día 25 de Julio pasado, se celebró en la d' hesa
de Santibañer de Cañedo, una solemne y sim pá­
tica fiesta á la Sma. Virgen María Auxiliado a,
bajo cuya advocación se ha erigido la capilla.
Días antes de la fecha indicada, los pueblos i •
mediatos se hacían eco de la próxima solemnidau
en la que por primera vez la imagen de la bendita
Virgen iba á salir procesionalmente por aquellos
campos á darles su maternal bendición, y esto unido
á los demás festejos que se preparaban, hizo que las
alegres y sencillas jóvenes de todos los contornos,
preparasen para tan deseado día sus galas más
preciadas y aguardaron con ansia el momento en
que ludrias.
Llegó el día memorable y muy de mañana, el

— 500 —
alegre cascabeleo de los caballos annunciaron á los
colonos de la ñnca la llegada de los invitados de
Salamanca, que no eran otros sino los socios de la
cofradía de S. José, con su vicepresidente, el presbí­
tero D. Domingo Monleón y los Salesianos, los hijos
de Aquella en cuyo nombre se celebraba la fiesta,
eran el alma, por decirlo así, de la función, los que
habían hecho salir á aquellos labradores los
pueblos á rendir homenaje de devoción, á la Virgen
del immortal D. Bosco que no conocían hasta
ahora.
Hermoso espectáculo ofrecían aquellos senderos
y caminos, de suyo desiertos y en esta ocasión re­
bosantes de gentes, unos á pies, otros en caballería,
aquellos en carros y los otros en tartana que acu­
dían premurosos y contentos á la Misa solemne que
se había de celebrar.
El infatigable director de esta Casa Salesiana,
muy tempranito acudió al tribunal de la penitencia
á disposición de todos ; después se dijo una misa
rezada por D. Domingo Monleón, en la que reci­
bieron el Pan delosÁngeles losnumerosos fieles,con
recogimiento y devoción. Daba gusto ver aquellos
campesinos, que sufriendo los rigores de la estación
estival y de un trabajo rudo y penoso, hacían un
paréntesis en sus penas, para ir á ofrecer su corazón,
noble y generoso á la gran Madre de Dios.
Una hora antes de la señalada para la celebra­
ción de la misa solemne, la capilla era insuficiente
para tanta gente como había acudido, y en verdad
que bien merecía el placer de oír cantar á los socios
josefinos la Misa á canto llano, los sofocos y
apretones que pasamos durante hora y media.
Después del'primer evangelio el celebrante, que no
era otro sino el mismo Director salesiano, dirigió
la palabra á los fieles recordándoles el origen de esta
capilla y de la fiesta, y cuán grande debía ser la
devoción que los católicos guardaran á María Au­
xiliadora, cuya protección jamás fué negada; sus
palabras fueron escuchadas con religioso respeto
y cariño, que después se tnidujo en hechos al acom­
pañar la procesión, como lo hicieron centenares
de personas, dando con ello pruebas inequívocas de
que la buena semilla en corazones nobles nunca se
picnic.
Digno cuadro fué el que ofreció la religiosa comi­
tiva llevando en el centro á María Auxiliadora, en­
tonándose himnos y canciones en su alabanza. El
día parecía como que quería contribuir también á
celebrar á su Reina y Señora y aquellas aceradas
mieses servían de marco al cuadro.
También tuvimos función de teatro, cuyo palco
escénico fué un portal preparado ad hoc, donde
lucieron sus ya conocidas habilidades, con las fun­
ciones Sindo el Tonto y Los Fantasmas, los varios
artistas que tomaron parte, escuchando nutridos
y merecidísimos aplausos, que hacemos nuestros,
del uumerososo auditorio.

Así terminó la fiesta, primera que en honor de
la Virgen se celebra en la dehesa de Santibañer de
Cañedo, y que iseguramente será el fundamento
donde ha de construirse y do donde ha de arrancar
un gran círculo de devoción á María y al mismo
tiempo una éra interminable de fiestas anuales,
que, cual la que reseñamos, serán solemnes si á ello,
como es de esperar, contribuyen los mismos elo­
cuentes salesianos.
Un aplauso para todos los organizadores y un
V iva María Auxiliadora 1

Por América.
AMBATO (Ecuador). — Un nuevo Oratorio Festivo.
Nos escriben : Finalmente se ha abierto también
en Ambato el Oratorio festivo ! Dos largos años
hacía que se venía trabajando con este intento,
hasta que el 30 nel pasado Julio se bendijo la ca­
pilla, y se celebró la primera fiesta de S. Luis. Ad­
mirable semejanza hubo con nuestros tiempos he­
roicos, los primeros años del Oratorio, lo que con­
movió profundamente, no sólo á los Salesianos,
sino también á los Cooperadores que conocían la
historia de nuestras obras. Los niños, preparados
con seis semanas de anticipación, se mostraban
impacientes porque llegara la fiesta, y de ella habla­
ban entre sí y en sus familias : algunos acudían á
la vecina casa de Atocha para mantener viva en
los nuestros la memoria de la promesa, otros, ó
casi todos, cada vez que veían algún Salesiano, lo
rodeaban para preguntarle si era cierto que se iba
á bendecir la capilla. El sábado 29 de Julio, desde
las 2 p.m. se encontraban en el local del Oratorio
(que por ahora es una casa privada, cedida por los
consortes Rodríguez-Albornoz) grupos de niños,
deseosos de confesarse. Dos caballeros de respeta­
bles familias, quisieron para sí el honor de arreglar
el altar, y una señora cooperadora, nos procuró
una campana, que los niños tocaban opporiune et
importune, lo que interesaba era que todos su­
piesen que al día siguiente había gran fiesta, y que
era propia de ellos.
Vino el tan suspirado día , y apenas se abrieron
las puertas del Oratorio, tropas de niños invadían
el local, para confesarse y recibir el Pan eucarístico en la Sta. Misa ; otros preparaban el altar;
otros los cuartos adyacentes y otros finalmente
tocaban la campana á más no poder.. A las 8 menos
cuarto se pusieron en fila, y con actitud reverente,
se dirigieron á la iglesia parroquial. De allí se en­
caminaron procesionalraente hacia el Oratorio,
con el Rvmo. Sr. Cura párroco de Ambato, mien­
tras las campanas, tocadas á fiesta, respondían á
las martilladas de nuestro esquilón. Entre tanto
de las calles y plazas desembocaban multitud de
niños y de personas de toda clase, que llenaban

— 301 —
literalmente, no sólo el espacio destinado al Ora­
torio, sino los pórticos y patios adyacentes.
El Rvmo. Sr. Párroco bendijo el local, y en el
acto empezó la Misa solemne, que íué cantada en
canto gregoriano por los R R . PP. Lazaristas, que
quisieron tomar parte directa á la fiesta, dándonos
asi una delicada muestra de su benevolencia y
simpatía. Infra Missam, el Rdo. Sr. Cura, tomando
pie de la semejanza del nuevo Oratorio eon el de
D. Bosco en la casa Pinardi, donde el Arzobispo
tuvo que quitarse la mitra, ensalzó á nuestro Padre
y la obra redentora de los Oratorios festivos; de­
mostró que la obra que acababa de bendecir era
un verdadero y providencial progreso para Ambato, y excitó á todos sus habitantes, á cooperar
en la medida de sus fuerzas. Sus palabras brotaban
espontáneas del corazón, con aquella sencillez y
aquel acento pastoral de quien estaba íntimamente
persuadido, y trata de derramar en el ánimo de sus
oyentes sus propias convicciones. Por esto sus pa­
labras produjeron grande simpatía hacia nuestras
obras, simpatía que llegó al entusiasmo en los 200
niños que frecuentan el Oratorio, apesar de la es­
trechez del patio y de la total falta de j uegos. Por
la tarde tuvieron una merienda de fruta y dulces,
proporcionados por las Hijas de María, que son
nuestras bienhechoras.
Una palabra más. Después de las funciones ma­
tinales, el Sr. Abogado D. Agustín Rodríguez quiso
reunir en su casa la ñor y nata de la sociedad ambatense que había participado á la función ; y aquí
íué de nuevo una corona de admiración y de himnos
á María A,uxiliadoray á D. Bosco y á los Oratorios
festivos. Merece especial mención por su ardoroso
entusiasmo, el discurso del sac. Dr. D. Gabriel Vascónez Tobar, profesor del Seminario de Pellico y
padrino del nuevo altar.
Pronto se deberá buscar otro nuevo local, porque
los niños van haciendo correr la voz y el número se
redobla. Y , como escribe el Director de Atocha,
podemos estar seguros que María Auxiliadora tiene
en mira otro lugar, para que se pueda doblar y tripicar el número de estos amados niños, cuyos tier­
nos corazones y a le levantan con afecto himnos y
plegarias, recibendo en cambio sus divinas bendi­
ciones.
BOGOTÁ (Colombia) — De una carta del Rvmo.
Sr. Inspector tomamos lo que sigue : L a fiesta de
María Auxiliadora aquí en Bogotá íué, como siem­
pre, solemnísima. Desde las 5 hasta las 9 íué una
comunión continua. Pontificó la Misa solemne el
Exemo. Sr. Delegado Apostólico, quien pasó con
nosotros todo el día, y . por la tarde impartió fa
Bendición con el Smo. Sacramento. Tejió las glo­
rias de Alaría el renombrado orador Dr. D. Rafael
Carrasquilla, quien con su palabra clara y vibrante,
con su delicado estilo y su magnifico lenguaje, no

A

menos que con su majestuosa sencillez evangélica,
sabe electrizar y arrebatar á su auditorio. Es grande
el amor que este benemérito sacerdote tiene hacia
los hijos de D. Bosco.
A nuestra modesta comida tomaron parte tam­
bién el Exemo. Sr. Arzobispo de Bogotá, Printado
de Colombia, el Ministro de Instrucción Pública
y su Secretario, el nuevo Obispo do Tunja y varios
distinguidos personajes, y beneméritos coojioradores salesianos.
E l concurso de fieles fue numerosísimo y tanto
los salesianos como los alumnos estuvimos conten­
tísimos.
— En la misma ciudad, según nos escribe una
alumna, celebraron la fiesta de su Titular las Hijas
de María Auxiliadora con extraordinaria solemni­
dad. Celebró la Misa de Comunión el Exemo.
Sr. Ragonesi, y distribuyó el Pan de los A n ­
geles á todas las niñas, entré las cuales se con­
taban diez alumnas que tenían la suerte de
abrigar en sus almas por primera vez al Rey
de los corazones. Terminada la Misa, S. E. admi­
nistró la Confirmación á treinta niñas.
Después de la Misa mayor, el R. P. Aime ejecutó
la función siempre dulce y conmovedora, de la ad­
misión de 50 jóvenes á la Pía Asociación de las
Hijas de María Auxiliadora. Su palabra ardiente
dejó en todos una impresión profunda é indeleble.
A las 2 p.m. se desarrolló la Aacademia literariodramático-musical en honor de María Auxiliadora,
á la que acudieron muchos señores y señoras de lo
más selecto de la ciudad.
La hermosa fiesta terminó con la Bendición que,
en las manos de su digno Ministro, el Sr. Delegado,
se dignaba impartirnos Jesucristo, nuestro Rey.
IBAQUÉ (Colombia). — La devoción á María
Auxiliadora gana terreno diariamente en esta ge­
nerosa ciudad, donde hace poco que se establecie­
ron los Salesianos. Celebráronse este año dos fiestas
á nuestra Madre : una en la Catedral y otra en nues­
tra casa. El Obispo es entusiasta Cooperador Salesiano y la ciudad entera se muestra muy entusias­
mada por nuestras obras, de las cuales esperan
mucho.
Bendiga María Auxiliadora á todos los Coopera­
dores ibaguereños y haga desarrollar las obras salesianas que tanto bien pueden hacer.
CÓRDOBA (Argentina). — Una nueva fundación.
— E l director del Colegio Pió X de Córdoba, abierto
últimamente, escribía al Sr. D. Rúa, con fecha del
9 de Junio ;
« Después de tres meses de permanencia en esta
ciudad, nuevo campo de trabajo que me destinan
los Superiores, le dirijo mi primera carta desde este
lugar, para darle noticias de esta nueva fundación.
L a causa de m i retardo íué que estando vacante

— 502 —
la sede episcopal de Córdoba, nos faltaba todavía
la licencia formal del ordinario. Mas después del
ingreso del nuevo Obispo, Mons. Fr. Cenón Bustos,
de los Menores de S. Francisco, que es un verdadero
apóstol y un padre con los Salesianos, hemos obte­
nido la competente licencia é inauguramos el Co­
legio, que hemos dedicado al Pontífice reinante.
Con verdadero entusiasmo fuimos recibidospor los
Cooperadores, é inmediatamente nos ocupamos en

doctrina, y el sermoncito y se da la Bendición con
el SS. Sacramento, que ha tomado ya posesión e'table de la nueva Capilla.
E l 24 de Mayo, el Sr. Canónigo, Dr. Cabrera, Pre­
sidente del Círculo de los Cooperadores, bendijo la
cap illita; y desde entonces, el Oratorio se hace
mañana y tarde.
L a posición del Colegio es muy propicia. Como
S. R. sabe, en Córdoba abundan las igles ias y la

*\X, / % ; .

Cajnlla principal de la iglesia anexa al Orfelinato del B. Juan B. Machado.
(Angra do Heroísmo. Islas Azores.)
arreglar una casita do pocos cuartos, en hacer un
diván que sirve do Capilla y un pórtico para res­
guardarnos en caso do intemperie. Pero como el
estar ociosos é inertes nos atormenta, no bien esttivo cerrado el patio con un muro, abrimos el
Oratorio festivo, que empezó á funcionar el día de
Pascua. Ese día vinieron 50 niños; el domingo si­
guiente, 88 ; luego 160 ; en seguida 280 ; después
300 ; después 358 y el último domingo (4 de Junio)
400 ! Tan grande concurrencia nos empieza á dar
que pensar, pues no somos sino dos sacerdotes, con
dos acólitos y un joven ayudante. Hasta'hhora nos
hemos arreglado, y todos los domingos se hace la

comunidades religiosas, pero nosotros nos encon­
tramos en una parte nueva de la ciudad v lejos de
todos. E l vecindario no tenía ninguna iglesia, y
ahora nuestra capilla, dedicada á María Auxilia­
dora , es frecuentada, así los días de fiesta
como en los días de trabajo, y en las fiestas nos
vemos obligados á hacer dos veces la doctrina, á
las : ^ y á las 5 p.m.
Tenemos preparadas tres salitas, capaces de un
centenar de niños, para las clases que se inaugu­
rarán el primero de Julio.
Hasta ahora la Divina Providencia nos avuda
de un modo extraordinario; los Cooperadores son

— 303 —
infatigables, especialmente el Dr. Cabrera, D. V i­
cente Castro y D. Agustín Garzón que nos tratan
con todas las consideraciones y buscan auxilios para
comenzar d nuevo edificio en el cual deben esta­
blecerse las escuelas de artes y oficios. »
Hacía 20* años que Córdoba esperaba á los hijos
de D. Bosco. Que sus esperanzas sean colmadas
abundantemente !
URAGÜAY. — El Centro javeoil Mons. Lasagna.
— La memoria de este apóstol salesiano, aun vive
y fructifica. Últimamente se ha formado en el Uru­
guay un centro católico de jóvenes que, puede de­
cirse, es el primer grupo de jóvenes que se dedica
con ardor á la defensa de la causa católica en el
Uruguay.
E l primer acto de este círculo fué una solemne
y numerosa comunión en reparación de las viles
injurias que recibió la imagen del Salvador que se
venera públicámente en una de las principales
calles de la capital. Más de 400 jóvenes recibieron
el pan de los ángeles de mano de Mons. Soler, Arzo­
bispo de Montevideo. Con esta pública manifesta­
ción de fe y amor al augusto Sacramento, los jó­
venes del círculo Mons. Lasagna han puesto una
base sólida á su institución.
Otro acto público que grandemente los honra es
la solemne velada literaria que celebraron en el
Club Católico para honrar la memoria del ilustre
Obispo de Trípoli, á la cual invitaron al lUmo. Sr.
Arzobispo, á nuestro Inspector D. José Gamba y
á varios de los antiguos maestros y alumnos. La
banda de nuestro Colegio D. Bosco prestó en esta
ocasión sus bueáos servicios.
E l Arzobispo, entusiasmado, dejó oír su auto­
rizada palabra. Dijo que no sin grandes emociones
levantaba la voz en un acto que despertaba en su
memoria gratísimos recuerdos de aquella época, le­
jana ya, en que había dado principio á sus luchas
por la verdad y la Religión católica en aquel mismo
lugar ; y concluyó con frases de aliento y estímulo
á aquellos generosos jóvenes que se disponían á
cumplir con celo la misión de los soldados de Cristo
y de su Iglesia.
Nosotros felicitamos con todo el entusiasmo de
que somos capaces á esta generosa juventud y de­
seamos que su celo y perseverancia perpetúen al
mismo tiemjx) que el nombre del infatigable apóstol,
la emulación por el bien y el celo por los caros
intereses de la Religión que tan bien supo él fo­
mentar, y hacemos votos que su ejemplo se pro­
pague por todo el Uruguay, traspase sus fronteras
y se extienda por toda la América latina.
PUNTA ARENAS (Patagonia Meridional). — Ser­
vicios de no Observatorio. — Sabido es que en el
Colegio Salesiano de Punta Arenas existe un Ob­
servatorio meteorológico que ha prestado impor­
tantes servicios, principalmente álos numerosos in­

dustriales y comerciantes que visitan aquel puerto.
El R. P. Ríarabini ha compilado el Resumen de las
observaciones de 15 años, cuyo trabajo obtuvo el
honor de ser insertado en los Anales de la Univer^
sidad.

Aparte de las otras muchas ventajas del opúsculo,
y que la prensa ha comentado y ponderado, ha
prestado la de hacer desaparecer las erradas opi­
niones que acerca de la Climatologia del Territorio
de Magallanes, tenían los nacionales y extranjeros ;
muchos de los cuales miraban aquellas vastas co­
marcas como refractarias al progreso, jirones de
tierra aislados del resto del mundo, inútiles ó in­
dignas del progreso y de la civilización moderna.
Ahora esta publicación viene á desmentir seme­
jantes prejuicios, demonstrando que esas regiones
son aptas á la colonización y al desarrollo de las
industrias.
El autor ha dedicado su estudio al Sr. Ministro
de la Instrucción Pública y á los Ministros de las
colonias, como que son los más interesados en el
asunto.
MEJICO. — Los Salesianos de esta República,
compadecidos de la desgracia que ha experimen­
tado la población de Guanajuato, que fué. comple­
tamente inundada, y deseando aliviar en algo sus
desventuras, han abierto las puertas de sus colegios
á algunos de los huérfanos que la catástrofe ha
dejado.
— Á imitación de lo que se practica en Italia,
los antiguos alumnos de las Escuelas y Colegios
Salesianos, hechos ya hombres y trabaj ando en di­
versas partes y en variéis obras , se reúnen de cuán­
do en cuándo al rededor de sus antiguos Superio­
res, para renovar afectos, evocar recuerdos y ro­
bustecerse en el bien. En tales días reina grande ar­
monía y cordialidad ; celebran con entusiasmo las
fiestas religiosas, comen con sus superiores y salen
de allí llenos de ardor y entusiasmo por el bien,
más amantes de D. Bosco, más animados á la vir­
tud. Asi se explica el ensanche que va tomando la
devoción á María Auxiliadora, cuyas festividades
se celebran ya en todas partes con generoso arran­
que, y el amor que se va desarrollando por la obra
Salesiana, que hace de su parte cuanto puede por
corresponder á lo que de ella espera la sociedad.

Por Italia.
Don Rúa y los buerfanitos de la Calabria. —
Ante la enorme desventura que ha herido de
muerte las provincias del Sur de la hermosa Italia,
todos los corazones bien nacidos, se han conmovido
profundamente. E l Padre Santo envía cuantiosí­
simas lim osna, que y a superan el millón, al mLsmo
tiempo que alienta á los Obispos á no ahorrar gastos
ni fatigas en pró de los infortunados; el Episcopado

— 304 —
se muestra digno de su elevada misión, y todos los
Prelados rivalizan santamente en caridad; el Clero
secular y las órdenes religiosas demuestran celo
y caridad exquisitas ; el R ey Víctor Manuel III
manda socorros abundantes y él mismo en persona
recorre los lugares de la catástrofe ; los soldados
prestan sus valiosos oñeios, y los ciudadanos todos
concurren cuanto pueden á aliviar la suerte de los
infelices.
El Sucesor de D. Bosco no debía ser último en
esta santa porfía. Apenas supo la fatal noticia, abrió
sus colegios 6 institutos á los hueríanitos, y ya más
de 6o han sido recogidos en varios de ellos, donde
encuentran quienes hagan por ellos el oficio de
padres y de madres. Así, hasta en medio de su
desventura, pueden los desgraciados hallar un con­
suelo, y aun bendecir á la Divina Providencia, que
si permite males, suscita al mismo tiempo corazones
generosos que los alivien y contrarresten.
NiZZA MONFERRATO. En esta ciudad, anexo a
la casa Madre, centro de todas las otras de las
Hijas de María Aux., como Valdoco lo es de los
Salcsianos, está un Colegio educativo de grandí­
sima importancia, donde se imparte á las niñas una
educación completa, desde la i* clase elemental
ha-sta la última de la Normal. Las maestras todas
son graduadas y los programas que se desarrollan
están en todo de acuerdo con los gubernativos.
Como es natural, la instrución religiosa ocupa
un lugar muy importante, y de esto nos dieron
una prueba en la función del 4 de Junio. Todas
las alumnas, desde las de la primera elemental
hasta las de la tercera normal, con sus admirables
respuestas del catecismo y exposiciones de los
dogmas y fundamentos de la fe, manifestaron su
amor por la Religión, y su memoria perfecta­
mente cultivada. Los nombres de las interroga­
das se sorteaban, como también las preguntas á
que debían contestar. Ni faltaron las declama­
ciones, que, pronunciadas con todas las reglas
del arte, fueron una fuente do emulación y de
entusiasmo. Se distribuyeron los premios conve­
nientes, y se mandó un telegrama al Padre Santo,
como homenaje de filial afecto. Presidían la
función nuestros Superiores D. Cermtti y D. Francesia, quienes recibieron gratísimas impresiones.

De las Islas Azores.
ANGRA DO HEROIS.MO. De la fundación de este
orfelinato, como homenaje de los buenos isleños
á la Inmaculada Conccjxáón, hemos hablado en
nuestros número de .Abril. .Ahora nos es grato
dar una ligera noticia de la fiesta de María Au­
xiliadora, celebrada el
de Julio. Fué precedida
de un magnifico triduo, predicado por los más
distinguidos oradores. E l concurso de fieles, que
desde el principio fué numeroso, aumentó inmen­
samente los últimos días. El altar ostentaba sus
mejores g.alas que le daban espléndido realce.
Pontificó la Misa solemne el muy S. Gobernador
del Obispado, Mons. Conego .Antonio María Fer-

reira. E l pueblo estaba henchido de felicidad y
entusiasmo al presenciar una fiesta tan bella, que
había comenzado con una numerosa comunión
en la Misa de las 7 a. m.
Los ilustrados oradores Mons. Ferreira y Mon­
señor Antonio Mariano, pusieron de manifiesto su
grande amor á María SS. Auxiliadora y su en­
tusiasmo por los Salesianos y por la difusión de
sus obras.
Por la tarde hubo Conferencia y Te Deum, y
cuando entró la noche, se iluminaron profusa­
mente las fachadas de la iglesia y del hospicio,
que ostentaban hermosísimas banderas. Haga
María Auxiliadora descender copio as benediciones
sobre el Orfelinato, sobre el personal que lo di­
rige y sobre todos los habitantes de Angra.

Necrología
lln d r é 3 P e la z z a .
SALESIANO.

Sobrecogido de un golpe apoplético, moría
casi improvisamente el 23 de Septiembre, del
pte. p. año. este antiguo hermano, director de
la Tipografía del Oratorio de S. Francisco de
Sales en Turín. El ataque le vino'mientras aten­
día á sus trabajos diarios, y en pocas horas
lo arrebató del mundo. Se había confesado ese
mismo día, que era sábado, según su costum­
bre, y pudo recibir la Extrema Unción. Había
nacido en Carmagnola en 1843. El 62 entraba
al Oratorio de S. Francisco de Sales, después
de haber frecuentado por algún tiempo el
Oratorio Festivo.
Su amor á D. Bosco le hizo aceptar los
varios oficios que le fueron encomendados, y
sobre todo en la direción de la Imprenta ma­
nifestó singular habilidad. Bajo su direción se
perfecionó tanto, que ha merecido grandes ho­
nores así en Italia como en el exterior.
Como religioso, fué perfecto, y deja tras sí
el perfume de sus virtudes y el recuerdo de
sus fatigas. Una oración por su alma.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turín, Tip. Salesiana (B.S.) — Vía Cottolengo, 3*.
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1905