BS_1907_04

Ficha

Título
BS_1907_04
Descripción
Boletín Salesiano. Abril 1907
Fecha
1907.04
extracted text
AÑO

A b ril de 1907

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N. 4

52.

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Tarín - Oratorio de S. Francisco de Sales

SUMARIO: E l Salesiano como educador, IV
pdS'- 85
Hijos de M a r í a .................................................
Comunión de los niños y enferm os. Declaración im ­
90
portante de la S . C . d el C o n c ilio ...................... »
Sursum c o r d a ..................................................................
93
La confesión de los n i ñ o s ...................................... »
94
De nuestras M isio n es: C h in a : 19 niños de i* co­
munión. En la isla de T a ip a (P. V®rs'SU^) • *
95
96
India: -Memorias del Apóstol S to . T om ás (P. Tom atis)
93
De Italia á C hina {D iario de v i a j e ) ...................... *
lOI
Tesoro espiritual
. .
.......................................»

o

ó

^

^

G racias de María A u x ilia d o r a .................................»
Por el m undo salesiano: E spañ a: La ñesta de S .
Francisco de S ale s en Sarriá (Barcelona), Idem
en e l Oratorio festivo, H uesca — Italia: T u r in
Bolonia, Caíanla, M ilá n Roma — A m érica: A
sunción, B uenos A ir e s , Maldonado . . . .
N ecrología: Los Em mos. C ard. T ripepi y Cavagnis
"L& S ra. Scholtz y C aravaca; el Pbro. Salesiano
D . J. B o lo g n a ............................................................
Cooperadores Salesíanos d ifu n t o s ...........................
M em orias biográficas de Mons. L u is Lasagn a .
B i b l i o g r a f í a .................................................................

88

105
1 10

111
111
1 12

El Salesiano como educador
IV.
A.SARON ya definitivamente
para bien del mundo aque­
llos tiránicos principios edu­
cativos que, como el famoso
< la letra con sanare entra, » hacían
de la escuela una cárcel; y en brazos
del progreso nos ha traído la ciencia
principios más racionales, y por lo mismo
más eficaces, como más conformes á la
naturaleza. Gracias á ellos, la degra­
dante férula se ha trocado por los cas­
tigos morales; el calabozo y la jaula
han cedido el puesto á la exhortación
y al consejo; el maestro no es amo ni
el discípulo esclavo; el despotismo en
el uno y la servilidad en el otro se han
convertido en el amor y el respeto.
Mas como todo exceso provoca nece­

sariamente una reacción excesiva tam­
bién y no menos viciosa, puede que al
aplicar los principios pequemos por
debilidad y venga la educación á pa­
decer mayores males que los que antes
se lamentaban, frustrando así la acción
de la gloriosa conquista. . Así sucede
que si antes se pecaba en general por
demasiado rigor, hoy pecan muchos por
demasiado laxismo y excesiva debilidad;
y si antes la escuela podía engendrar
hipócritas y esclavos, hoy puede llegar
á ser fábrica de vanidosos y amplísima
turquesa de tiranuelos domésticos y so­
ciales, El principio citado arriba, cons­
tituía al maestro en una esfera tan
alta, como la de otro Júpiter Olimpo,
con facultad de tronar y fulminar;



ciertos principios de hoy no sólo bajan
la cátedra á nivel de los alumnos, sino
que la constituyen en grado muy inferior,
imponiendo al maestro la obligación de
obedecer ciegamente y atribuyendo al
escolar el derecho de dictar leyes é im­
poner caprichos. Y como la escuela es
la preparación de la vida, allí se forman
aquellos pequeños monstruos que luego
van á amargar el corazón de los padres
y que más tarde encenderán las discor­
dias en el seno de la patria.
Parécenos que un justo medio se im­
pone y en este medio, si no nos equi­
vocamos, se ha situado D. Bosco.
Es su sistema de educación el sistema
del amor; el mismo, perfeccionado é ilus­
trado con los resplandores de la ciencia
moderna, que usó en el siglo X V con
tan grande éxito, el más grande pedagogo de la Edad Media, Victorino
de Peltre, cuyos principios parecen
dictados en pleno siglo X X por un
genio latino con un carácter sajón,
el mismo, ampliado y bastante corregido,
del Padre Girard y Pestalozzi, los in­
mortales suizos.
Este sistema no concede carta de
nacionalidad á la crueldad y aspereza,
pero tampoco da al niño poder para
rebelarse; es enemigo de toda violencia
y tiranía, pero al mismo tiempo deja
al maestro la suficiente autoridad, para
que no sea irrisoria su misión. Esta
autoridad es moral. En una palabra,
quiere que las relaciones entre educador
y educando sean regidas por el mutuo
amor y el mutuo respeto, algo así como
deben ser las relaciones entre padre é
hijo, pues el maestro se llama con ra­
zón segundo padre.
Es este el famoso principio conocido
con el nombre de sistema preventivo.
Y aquí, dejemos hablar á Don Bosco
mismo, que nos trazará con mano maes­
tra el retrato vivo y palpitante de su
sistema, destacándolo, para mejor efecto,
en frente de su contrario.

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« Dos son los sistemas empleados en
todo tiempo en la educación de la juven^ ’
tu d : Preventivo y Represivo. El Repr/
sivo consiste en promulgar la ley y vela^
después para conocer los transgresores
y aplicarles el merecido castigo. En este
sistema, las palabras y la actitud del
Superior deben ser severas y amenaza­
doras, y él mismo debe evitar toda fa­
miliaridad con los súbditos. Para au­
mentar el valor de su autoridad debe
hallarse de raro entre sus dependientes,
y en general, sólo cuando se trata de
castigar. Este sistema es fácil, menos
fatigoso y sirve especialmente en la
milicia y en general con personas adul­
tas y ya de juicio, que deben por sí
mismas saber y recordar lo que es con­
forme á las leyes y demás prescripciones.
« Diverso y aun opuesto es el Sistema
Preventivo. Consiste en hacer conocer
las prescripciones y reglamentos de un
instituto y velar después de manera que
los alumnos tengan siempre sobre sí el
ojo vigilante del Director y los asisten­
tes, que como padres amorosos hablen,
sirvan de guía en tpdo caso, sumi­
nistren consejos y amablemente corrijan,
que es lo mismo que decir: poner á los
alumnos en la imposibilidad de faltar (i).
Este sistema se apoya todo en la razón,
la religión y el amor. Por esto rechaza
todo castigo violento y procura evitar
cuanto sea posible, los mismos castigos
leves ».
Tenemos aquí definido y expuesto
con las mismas palabras de Don Bosco,
el célebre sistema.
Pero el gran Maestro no se contenta
con definirlo. Conocedor del corazón hu­
mano y ajeno al prurito de mandar y
decretar, expone en seguida, quizá con
(i) Nótese que de intento evita D. Bosco la pa­
labra violante, que envuelve algo de odioso, y |a
sustituye por asistente ; que ayuda, que cuida. Más
adelante veremos su profundo significado (N. del R.)«

-

8 7

-

ánimo de persuadir lo que creía tan de algunos que vengaron brutalmente
en la vejez castigos injustos recibidos
justo, las razones en que se funda:
< Paréceme, continúa, que este sis­ en tiempo de su educación. A l con­
tema deba preferirse por las siguientes trario el sistema preventivo hace amigo
al alumno, que en el asistente ve un
razones:
< I. El alumno, previamente avisado, amigo que lo advierte, que desea hacerlo
no queda envilecido por las faltas co­ bueno, ahorrarle disgustos y castigos
metidas, como sucede cuando son refe­ y evitarle el deshonor.
€ IV. El Sistema Preventivo ejerce
ridas al Superior,. ni se irrita por la
corrección que se le hace ó el castigo tan dulce influencia en el alumno, que
amenazado ó tal vez infligido; porque en el educador podrá siempre hablarle con
ello hay siempre un aviso amigo que el lenguaje del corazón, tanto durante
lo hace razonar y por lo general llega el tiempo de la educación como des­
á ganarle el corazón, de modo que el pués de ella. El educador, ganado el
alumno conoce la justicia del castigo corazón de su protegido, podrá ejercer
y aun se da el caso que llega á desearlo. sobre él un grande imperio, avisarlo,
< II. La razón más esencial es la lige­ aconsejarlo y aun corregirlo hasta cuando
reza y movilidad (i) juvenil, que en un se halle en medio de los empleos, de
momento olvida las reglas disciplinares los cargos civiles, del comercio.
y los castigos que ^stas amenazan. Por
« Por estas y otras muchas razones,
esto, un niño frecuentemente se hace parece que el Sistema Preventivo deba
culpable y merecedor de una pena en prevalecer sobre el Represivo. »
que jamás paró mientes, que absoluta­
Hasta aquí D. Bosco.
mente no recordaba en el acto de la
He aquí, pues, definido, descrito y
falta cometida y que ciertamente habría defendido con las propias palabras de
evitado si lo hubiera avisado una voz D. Bosco el Sistema Preventivo. En él,
amiga (2).
nada de violencia, nada de coacción;
< III. El Sistema Represivo puede todo amor, todo cariño: un hálito de
impedir un desorden, pero difícilmente libertad sopla en esas páginas benditas
hará mejores á los delincuentes: se ha que cada vez que se meditan revelan
observado que los niños no olvidan nuevos tesoros.
los castigos sufridos y que las más de
No sabemos si todos pensarán co­
las veces conservan amargo recuerdo mo el que esto escribe; pero es lo
con deseo de sacudir el yugo y hasta cierto que cada vez que leemos estas
de tomar venganza. Parece á veces que concisas líneas de D. Bosco, le admi­
se desentienden, pero quien sigue sus ramos más, y por instinto anhelamos
pasos con cuidado, conoce que son te­ revestirnos de su espíritu. Con una sen­
rribles las reminiscencias de la juventud, cillez y un abandono candorosos é in­
y que olvidan fácilmente los castigos fantiles, está trazado un cuadro sober­
de los padres, pero muy difícilmente bio, tanto más admirable cuanto más
los de los educadores; y se dan casos real. Y cuando la experiencia viene á
confirmar estos idílicos pronósticos,
cuando por curiosidad ó convicción se
(i) Nótese que no dice volubilidad (N. del R.).
ha uno ensayado y ha palpado los be­
(3) Cuánta profundidad h ay aquí! Cuánta confor­
midad con el Corazón tolerante y compasivo de
néficos resultados, y sacado al Maestro
Jesús! Si Dios no nos imputa una falta cometida
verdadero en sus pronósticos, ah! en­
■ in advertencia; ¿ por qué seremos nosotros tan rigfurosos que pretendamos castigar en el niño, de fan­
tonces no se puede menos de bendecir
tasía tan ligera, el descuido y la inadvertencia ?
la Providencia que se ha manifestado
N. del A.).



tan claramente en ese hombre, á favor
de nuestros hijos.
No hay duda, D. Bosco ha ejercido
una grandísima influencia en la direc­
ción de la Pedagogía. Así lo reconocen
hombres tan autorizados como César
Cantil, Juan B. Losio, el Cardenal Spínola, el célebre César Lombroso, quie­
nes se hacen lenguas para alabar su
método educativo y hacen votos porque
sea universalmente adoptado.
I D. Bosco se adelantó á su tiempo
y proclamó principios que entonces pa­
recían sueños hermosos y bellas utopías,
pero que la ciencia ha venido á confirmar
y que aun más los hostiles á las ideas
religiosas del autor, se afanan hoy por
implantarlo, aunque mutilándolo y pri­
vándolo de una parte de su savia vital.
Razón, pues, tienen los que le co­
locan al frente de Pestalozzi, Froebel,
el P. Girard y enlazan, como en algunas
escuelas protestantes de Inglaterra, su
retrato con el de aquellos grandes edu­
cadores. Razón tienen los que viendo
el avanzarse de sus ideas, sienten el
entusiasmo del triunfo de una causa
buena, y palpando sus benéficos resul­
tados en pro de los educadores y de
los educandos, exclaman con el poeta:
j Himnos sin fin al Bienhechor del mundo 1

Hijos de María
La primera educación é instrucción.
i se hubiesen recopilado en un libro, almenos
los principales hechos relativos á los medios
de que el Señor se ha viilido para llamar á
aquellos de sus hijos que forman sm porción esco~
indudablemente que se registrarían hechos
curiosísimos y entretenidos, admirando el creyente
la infinita sabiduría de Dios que se vale á veces de
de medios tan sencillos para UeN*ar á cabo empresas
tan grandes y estupendas y capaces de asombrar
b astad los más indiferentes y apáticos; y decimos
para el creyente porque para éste nada ocurre en
el mundo que no haya sido pesado en la divina

§

88



balanza y dispuesto desde toda la eternidad con
sabiduría infinita.
¿Veis ese Señor que hoy es tan honrado por todos
los niños del colegio, que gozosos celebran su ono­
mástico para manifestarle de algún modo el ca­
riño y amor que le profesan ? Pues ése precisasamente, como quien dice ayer era un niño que
huyendo de sus padres que justamente querían cas­
tigarle por haber faltado semanas enteras ,á la
clase, penetró en un local parecido á un patio, y al
ver que otros niños de su edad corrían y saltaban
alegres, y jugaban llenos de entusiasmo y regocijo
y que unos Padres (i ) los trataban con tanto amor y
cariño, se despertaron en su alma deseos de formar
parte de aquella juguetona grey, sintiendo más
tarde ansia vehemente de sumarse á las filas, no da
ios niños, sino de los educadores de los niños, y esta
pequeña llama, creciendo de día en día con el
favor y gracias del Dador de todo bien, han dado
lugar á un hombre que está'dispuesto á sacrificarsa
por el bien de la juventud.
Es evidente que Dios llama como y cuando 1a
place, pero, generalmente hablando, las vocaciones
salesianas salen de los niños que se educan en las
casas dirigidas por los hijos de D. Bosco.
Y a en el alma del niño germinan hermosas y vi­
vificantes semillas; pero hasta que nazcan y sa
desarrollen para que en tiempo oportuno puedan
dar sabrosos y exquisitos frutos, es preciso que
transcurra mucAo tiempo durante el cual únicamente
labores esmeradas y cuidados extraordinarios pue­
den conseguir un árbol bien formado : así, y sola­
mente asi puede librarse esta joven planta de las
glaciales heladas de la indiferencia y de las espan­
tosas tormentas de las pasiones que en el estío de la
vida se forman en su corazón.
Necesita esmerada educación y no menos esme­
rada que vasta instrucción, debiendo comenzar
ambos en los primeros tiempos para que una y
otra puedan marchar con verdadero paralelismo.
¡Qué empresa tan ardua y difícil 1 Empezar á in­
sinuar en el corazón de aquel niño el amor á sus
semejantes fundado en el amor divino y á que
aprenda á prevenir las faltas para no tener que
castigarlas, y en caso de infracción, lejos de emplear
un castigo humillante y que aleje al niño de su Su­
perior, curar la llaga con un suave bálsamo im­
pregnado de un amor tal, que sirva para estrechar
los lazos entre el que sufre el castigo (si tal nombre
puede dársele á la verdadera corrección hecha con
caridad cristiana) y el que lo aplicay á que no dé ca­
bida en su corazón al bajo resentimento, y mucho
menos á la ruin y mezquina venganza y á que, en
una palabra, sea dulce y manso con todos para con­
ducirlos al Corazón de Aquel que dijo : Aprended
de mi que soy manso y humilde de Corazón.
Estas y otras cosas que sólo puede comprender el
que sienta verdadero amor hacia Dios y hacia su
prójimo y abrasadora sed por la salvación de las
almas, no son obra de un día, pues el corazón hu­
mano es pesado como el hierro y tiende de suyo á
(i) Este nombre dan generalmente á los Profesores
Salesianos, por ser clérigos ó Sacerdotes y llevar sotana.

II
cosas bajas y propias de aquí abajo, y para alige­
rarlo y hacer que se desprenda de todo lo que le
abruma, para que pueda remontarse á l a r d ó n de
10recto, justo y santo, para esto, repetimos, además
de los au?dlios especiales de lo alto, se requiere
mucho tiempo á la vez que constante y ardua labor.
Pero la instrución debe correr parejas con la edu­
cación, y, como decíamos antes, es preciso que mar­
chen paralelas, por lo cual hay que iniciar también
el cultivo de ese campo, tan extenso como inculto.
Es difícil adquirir conocimentos científicos y no
menos difícil el enseñarlos y transmitirlos.

89 algún tiempo, á la enseñanza, y si no fuera que todo
se hace por Dios, es indudable que el desaliento se
apoderaría del corazón del que instruye, quedando
en sus comienzos una obra tan transcendental y
gigantesca, pues tiene sus cimientos en este mundo
y la cúpula en la mansión de los justos.
Y esto y mucho más hay que hacer con el Hijo
de María en los primeros años, es decir, al iniciarse
en él la vocación que más tarde ha de ir consoli­
dándose á medida que transcurran los años.
D e lo dicho podrán y a entrever los Cooperadores
Salesianos la importancia de la llamada Obra da lo$

SANTIAGO (Chile) — El Se3or Anadón, Ministro de la Argentina y Mona. Jara en el Colegio de la Gratitud Nacional
Recuerdo de una visita á los huérfanos por el terremoto (V. N. de Enero).
La inteligencia humara, decía un eminente pe­
dagogo, es algo así como un gran campo cubierto de
maleza, y antes que dé doradas mieses es preciso
prepararlo convenientemente, siendo una tarea
larga y difícil.
¡La ciencia !..... Gigantesca é inaccesible mon­
taña que se presenta á nuestra vista, y que para
Subir algo por ella es preciso ir ganando las laderas
menos pendientes, pues á la cima nadie puede
llegar.
Las fatigas, trabajo y tiempo que cuesta incxiicar
en las tiernas inteligencias algunos conocimientos
por rudimentarios que sean, no pueden apreciarlo
lino aquellos que se hayan dedicado, almenos por

G

Hijos de María y además ya pueden vislumbrar
lo que cuesta formar un operario que mañana
ha de empezar á trabajar en esta parte de la viña
del Señor, fundada por el hombre no menos admi­
rable por su obra redentora que por su abnegación
y celo en favor de todas las clases sociales, y de
un modo especialisimo de la juventud pobre y
abandonada.
Pero hasta aquí no hemos colocado más que
los cimientos: en los números sucesivos veremos
lo que cuesta el resto del edificio, y sobre todo su
decorado interior, indispensable para el fin que
con él nos proponemos cons^uir.

D



9

0



Declaración importantísima
D E L A S A G R A D A C O N G R E G A C IO N D E L C O N C IL IO

para axliortar á la Comunión cotidiana también á los niños después de la primera Comonión.
lECORDARÁN nuestros lectores la pre­
mura con que nos apresuram os á
publicar el D ecreto Pontificio sobre
la Comunión frecuente y cotidiana.
s< Por orden de S. S. el Papa Pío X —
decíam os — la Sagrada Congregación del Con­
cilio, con fecha 20 de Diciem bre de 1905, ha
dado un importantísimo D ecreto sobre la Co­
munión frecuente y cotidiana. Traducido en las
varias lenguas del Boletín, deseamos que la
vo z consoladora de la Santa Sede que viene
á sancionar la más característica recomendación
de nuestro amado Padre D. Bosco, llegue lo
m ás pronto posible á las familias de nuestros
lectores para que aviven su fe.....
E s conocido, añadíamos, que nuestro buen
Padre ha sido siem pre decidido prom ovedor
de la Comunión frecuente y cotidiana. D e esta
saludable frecuencia formó él la base de su
paternal pedagogía y la característica de sus
institutos. A algunos les parecía casi dema­
siado, pero los afectuosas y sabios consejos
y enseñanzas de D . Bosco, han sidos ahora
sancionados. Nosotros no podemos callarlo;
leyendo el sapientísimo documento, hemos te­
nido que repetir: A s i decía, asi enseñaba D on
B o sco !..... ( i ) ».
Con el mismo entusiasmo publicam os hoy
una importante declaración de la Sagrada Con­
gregación del Concilio relativa á la interpre­
tación del citado decreto y en ventaja de los
niños y de los enlermos.

Dudas propuestas á la S. Congregacidn.
L as disposiciones de la Santa Sede para
propagar cada vez más el uso laudabilísimo
de la Comunión cotidiana, han sido acogidas no
sólo con ent\isÍasmo sino con gran espíritu
de piedad y fervor, com o se desprende (se­
gún manifiesta la misma S. Congregación del
Concilio) de la m uliitud de cartas enviadas á
la S. C. p o r Obispos y Superiores de Ordenes
Religiosas, como también gran número de So­
ciedades Católicas que kan alabado y recomen­
dado dicho Decreto.
(i) Véase el Boletín de Mayo del afto pasado.

P ero en estas cartas (observa el Relator d«
la S. Congregación) encuéniranse también ciertas
dudas acerca de la comunión frecuente y coti­
diana, entre ellas, hay dos que merecen um
consideración p a rticu la r; una, que se refiere d
los niños que y a han hecho la prim era comu­
nión, y la otra sobre los enfermos de padeci­
miento crónico.
« H e aqui lo que escribe un docto y pió
religioso de B élg ica : « A n te todo, los pobres
enfermos ¿ serán los únicos excluidos de los
favores de la S. Sede ? A quellos á quienes
una enfermedad crónica ó prolongada les im­
pide observar en todo su rig o r el ayuno ecle­
siástico ¿ no obtendrán alguna excepción para
m itigar sus dolencias y no estar por tanto
tiempo privados de las gracias del Pan de la
V id a ? A l presente. la m ayor parte de los sa­
cerdotes no creen oportuno conceder la comu­
nión sino á aquellos que han recibido los
Sacramentos de los m oribundos 6 están en el
período de verdadera gravedad.
L a otra duda se refiere á los niños. E l De­
creto del Santo Padre, aunque recibido con la
más com pleta sumisión, no destruye por com­
pleto ni tan pronto el efecto de tantos pre­
juicios como de esto se tienen. P or tal motivo
es de temer que sacerdotes doctos y celosos,
se muestren todavía indecisos p severos en
conceder la comunión diaria á los niños. Este
tem or aumenta porque la palabra epkebeis del
Decreto, podría ser interpretada por espíritus
timoratos aplicable solamente á los adolescentes.
Entretanto lo que importa ante todo es con­
ceder también la comunión á los niños pe­
queños á fin de que participen de las abun­
dantes gracias que nuestro Señor concede —
imbuantur Christo — antes que las pasiones
Ies hayan corrom pido el corazón. Pero ¡ a y !
muy á menudo sucede lo contrario y las difi­
cultades aumentan doblem ente para hacerles
aceptar un rem edio tan necesario, tan útil é
infalible para destruir los efectos, ya tan pro­
fundos en el espíritu, en el cuerpo y en la
voluntad, de pasiones m alvadas, á las cuales
los jóvenes son los más expuestos. L o s Sacer­
dotes que piensan así, dirigen ardientes votos
para que Su Santidad se digne repetir con su



autoridad á todos los Sacerdotes las palabras
de Jesucristo: Sinite párvulos venire ad m e !
Y tan santos deseos serán cum plidos si siguen
el ejemplo del V . C ottolengo, de D. Bosco
y de otros apóstoles, tan santos é ilustres por
su virtud y por su am or á la juventud, y se­
rán bendecidos públicam ente y propuestos á la
imitación ».
« Además en algunas diócesis existe la mala
costumbre de que á los ?iiños y niñas admiti­
dos ya á la prim era comunión, les sea prohi­
bido acercarse otra ves á la M esa Eucaristica,
sino después de U 7i año con motivo de otra
nueva y solemne prim era comunió7i, coi>io la
anterior.
Esto f u é lo que motivó que se dirigieraii
repetidas súplicas a l Stano Pontífice para que
se dignase resolver tas sigiiientes dudas:
» I. Quotidia7ia Bucharistiae su7uptio Í7i cathoUcis ephebeis suaderi ne debet eiia 7n pueris
quibuscumque post suscepta 77i p rÍ 7na 7n commiinion€77if (La comunión diaria ¿debe aconsejarse
ea los colegios católicos aun á todos ios niños
que han hecho la primera comunión ? ).
« II. Pifirm is, q u i diutuT^io morbo labora7it
nec yiaturale ieiu 7iiu 7n Í7i sua Í7itegritate obser­
vare queanty nuUum remedium suff7'agari potesi, 7ie pane euckaristico tam longo tempore
priventur? (Para los enfermos atacados de larga
j penosa enfermedad, é incapaces de observar en
todo su rigor el ayuno natural, ¿ no habrá algún
medio para que no estén privados del Pao Eucarístico por tanto tiempo?)

Respuestas de la Sagrada Congregación.
Habiendo e l Santo Padre sometido á examen
las referidas dudas d esta S. C., los Emineiitisimos PadreSy en la reunión d el día 15 de Sep­
tiembre de 190 6, mediante una concie7izuda
ponderación resolvieron :
« Ad. I. Sacrae Conwiunionis frequentiam
commejtáari iu x ta articulu 7n prim um decreti
etiam pueris, q u i ad sac7 a 7n 77iensa 7)i, iuxta
nortTias in Cateckis7no Romano cap. 4. n. ó j,
semel admissi, ab eius fre q u e n ii participatio 7ie
Prohiberi non debent, sed poti?is eos ad id horta ii; reprobata p r a x i contraria alicubi vigente.
(La comunión frecuente, se recomienda también, según
ei primer artículo del Decreto, á los niños ya admi*
tidos á la primera comunión según las normas del
Catecismo Romano cap. 4. no. 63, y no se debe im*
pedir que se acerquen frecuentemente á la Sagrada
Mesa, antes bien, aconsejarlo, y exhortarlo; siendo
reprobada cualquier costumbre contraria vigente en
cualquier lugar).
« A d . II. J u x ta TTientem, /acto verbo cum
SSmo. % esto es, como interpreta el M onitor
Eclesiástico, la Sagrada Congregación propuso

9 1



al P ad re Santo un benigno indulto general
para los pobres enferm os crón icos, á fin de
que si no cada día, almenos cada mes (y con
más frecuencia para aquellos que tienen el San­
tísimo en casa, puedan com ulgar aun s i ob­
servar la ley del ayuno natural. Y el 7 de Dbre.
salía este decreto otorgando plenamente la gracia:

Oecretum
de S. Communione infirmís non jejunis.
P ost editum defrequeyiti et quotidiana SS . E uchaTisiiae su 77iptione decretum... quaesitiofi est si
quo foTde modo consuli posset aegrotis diutuTmo
7norbo laborantibus et Eucharistico Pane haud
sem el coiifortari cupientibus, q u i naturale je ju 71ÍU771 in sua Í7itegritate servare nequeant. Quare
supplices ad koc preces delatae sunt SStno. D .
N . P ió P P . X , q u i re 7tiaiure perpe7isa, auditoque C071SÍIÍ0 S. Co7igregatio7iis Concilii, benigne
concessit 7it infirmi, q u i ja m ab 7ne 7ise decu 7nberent absque ce7'ta spe u t cito co7ivalescant, de
co7ifessarii co7isilio SanctissÍ77ia77i E7ickarisíia7>i
sutnere possint sem el aut bis in hebdómada, si
agatur de infir^nis q u i degunt in p iis do77iibus
7ibi Sanctissimum Sacrainentum adse7vaíur, aut
privilegio fr u u n ia r celebratio7iis M issae Í7t Oratordo domestico ; sem el vero aut bis in mense pro
reliquis, etsi aliquid p e r modum f o tu s antea
sumpserini, servatis Praesentibus valituris, contrariis quibuslibet non obstantibus.
D atum Roniae, d ie 7 m ensis decem bris 1906.

ViNCENTius, Card. Episc.
Praenestinus, praefectus.
Com o se ve, por el presente decreto se con­
cede un gran p rivilegio á los enfermos cuya
enferrrudad haya durado y a un mes, y no haya
esperanza cieida de que se restablezcan pronto:
como no se pide el ju icio del médico, basta el
del confesor, sin perjuicio de que éste pueda y
aun en algunos casos deba pedírselo. El en­
fermo, pues, que esté en tales condiciones, puede
tomar algo liquido á manera de bebida, antes
de la com unión: dos veces por semana si vive
en casa religiosa ó en familia que goce el pri­
vilegio del oratorio dom éstico; una ó dos al
mes para todos los demás fieles.
L a Comunión diaria debe recomendarse tam­
bién á los niños que y a han hecho la prim era
Comunión.

Observaciones importantísimas.
A fin de que sea enteramente comprendido
el sentido de esta decisión, creemos un deber
comp>endiar lo m ás claro posible las interesan­
tes observacioues hechas de oficio y publicadas
también por el Monitor Eclesiástico, y las razones

92
que prom ovieron á la Sagrada Congregación á
las decisiones susodichas.
A n te t o d o :
I) Convendría que para impedir cualquier
eventual profanación del Smo. Sacramento, no
se insistiera para una frecuencia á la santa
Com unión si no es en sí necesaria;
II) puede suceder también, que exhortando
á los niños á la Com unión diaria, se fomente
en algunos la hipocresía y aun el sa crile g io ;
III) es también una verdad que la norma
de la frecuencia á la Santa Comunión se de­
bería resum ir de la pureza de conciencia y
del fruto que se saca, cosas que difícilmente
pueden verificarse en los niños, agitados por
las más vehementes pasiones, como también
á los que por su estado viven distraídos y d i­
sipados y no m uy adictos á la p ie d a d :
A esto se responde que también hay muchas
razones que persuaden el acercare diariamente á la
S. Mesa aun á los niños de cualquiera condición.
Y las razones son estas:
I® E l uso antiquísimo de la Iglesia en dar
la Coniimión también á los pegueñitos) cuyo
uso si bien fué abolido, no se puede reprobar;
2® la necesidad que tienen los niños antes
que las pasiones se desarrollen en ellos y les
corrompan el corazón, de ser prevenidos con
el potentísim o m edio de la santa C om un ión ;
3® la necesidad que tienen más que ningún
otro, de un antídoto eficacísimo para preser­
varse de las culpas mortales, si no se quiete
perm itir en ellos pronta caída al prim er em ­
puje de la tentación;
4“ la certeza que la Santísim a Eucaristía,
igual que los demás Sacramentos, produce la
gracia cuando el que los recibe no pone obstá­
culo ; y m ayor obstáculo no se encuentra en
los niños que en los adultos, sino que más ó
menos la ignorancia ó distracción deaquéllos, es
en cam bio recompensada de m ayor inocencia y
sencillez. {Nuestro Señor, dice M. de Segu r, no
exige de ellos sino lo que soji capaces de d arle);
5® porque así se puede secundar la singu­
lar predilección de Jesucristo hacia los niños
y deseo de tenerlos consigo;
6® porque la iglesia ha recomendado siempre
esta frecuencia á la Com unión en los n iñ o s;
7 finalmente, porque el espíritu de la Ig le­
sia respecto á esta materia, se ha manifestado
com pleto y terminante en el decreto último
Sacra Tridentina Synodus del 20 de D iciem ­
bre último donde:
en prim er lugar ha dicho que la Comunión
diaria ómnibus Christi Jxdelibus pateat, esto es
les sea permitida d todos los cristianos indis­
tintamente^ á grandes y pequeños y por tanto á
los niños adm itidos ya á la prim era comunión;

en segundo bigar m uy particularmente se
recomienda la comunión diaria, á los alumnos,
pequeños y m ayores, de los seminarios y de
cualquier instituto educativo.
« Con toda razón (concluye el Monitor Ecle­
siástico) la S. Congregación ha dicho en esta
causa, qtie los niños apenas hagan la primera
comunión deben excitarse á continuar recibiendo
á Jesús Sacramentado cada día ó ahnenos con
la mayor frecuencia posible, declarando abusiva
y reprobable toda costumbre contraria á esta
determinación y con obligación á extirparla.

Conclusión.
Para concluir esta im portantísima declara­
ción nosotros abrim os las pocas páginas que
nos dejó escritas nuestro amado Padre Don
Bosco sobre el Sistema preventivo en la educación de la ju ven tu d y leemos con gran con­
suelo: (cap. II art. V II y V III).
« D ebe desecharse la opinión de algunos
que quieren diferir la primera Comunión para
una edad m uy adelantada, para cuando por
lo general el demonio ha hecho presa del co­
razón de un joven , haciendo un daño incalcu­
lable en su inocencia. Segú n la disciplina de
la Iglesia primitiva, se acostumbraba dar á
los niños las H ostias consagradas que queda­
ban de la Comunión Pascual. E sto da á co­
nocer cuánto ama la Iglesia el que los niños
sean llevados en tiempo á la Santa Comu­
nión. Cuando un jovencito sabe distinguir en­
tre pan y pan y revela suficiente instrucción,
no se le retarde más en que venga el Sobe­
rano Celestial á reinar en aquella bendita alma.
« L os catecismos recomiendan la frecuente
Comunión, S. F elip e N eri la aconsejaba cada
ocho días y aun más á menudo. E l Concilio
dé Trento dice claramente que desea mucho
que todo fiel cristiano cuando va á oír la
Santa Misa haga también la Comunión, pero
que esta Comunión sea, no sólo espiritual,
sino sacramental, á fin de que se saque el
fruto de este augusto y divino sacrificio. (Conc.
T rid. sess. X X II. Cap. V I) ».
H e aquí, amados Cooperadores, las normas
que debéis tener presente, en la dirección de
vuestros hijos con respecto á la S. Comunión.
Y á vosotros todos, niños y niñas, he aquí
la más explícita y autorizada invitación para
acercaros diariamente, ó lo más frecuente que
podáis, á la' Mesa Eucarística. E n el candor 6
en el arrepentimiento, en la calma ó en la
lucha con vuestras pasiones, habituaos ahora
desde la primera edad á uniros afectuosamente
á Jesús en la S. Comunión, porque E l es ver­
daderamente para todos Padre, hermano, amigo,
maestro, g u ía y sostén incomparable.



93 —

Si la nueva generación se educa toda sobre
esta saludable doctrina, no tardará en apare­
cer el día que será cum plida aquella restau­
ración social en Cristo, que es el programa
del Pontífice reinante.
-— ----------- < f ^ : ^

Sursum corda
pfoN este epígrafe nos envía el excelente Cooperador Salesiano D . M anuel Sánchez de
Castro, Catedrático de la Universidad de Sevilla,
el siguiente artículo, que con mucho gusto inser­
tarnos en nuestro Boletín Salesiano, pues sin
duda alguna, ha de ser del agrado de nuestros
Cooperadores. Dice:
Se escriben estas líneas en momentos bien di­
fíciles, de verdadera prueba para los católicos
de Europa y del mundo entero, porque los cató­
licos, los hijos de la Santa Iglesia, viven, sin
distinción de razas ni de naciones, en perfecta
comrmidad, en estrecha herm andad de afecto y
de intereses, y todos participan, como como
que son de Cristo, del bienestar y del m alestar
de cada uno de sus miembros.
Una torm enta grande se cierne y descarga
sus rayos amenazadores sobre la noble Francia
y sobre la heroica España, en mucho m ayor
grado sobre aquélla que sobre ésta, pero de la
misma índole, y encam inada al mismo fin ; tor­
menta contra los sagrados derechos de la Iglesia,
contra su autoridad intangible, contra su liber­
tad divina, contra su misma existencia. L as
miradas de los fieles se dirigen alternativam ente
á una y otra nación ; se posan luego en la blanca
figura del Augusto Pontífice, prisionero en el
Vaticano, y se vuelven por últim o al Cielo para
pedir misericordia.
¿Cuál será la solución de esta crisis, por la
que pasa la Iglesia una vez más ? P ara los que
tenemos fe no puede caber duda de ningún gé­
nero : escrito está que las puertas del infierno
no p revalecerán ; pero, aunque la fe no asegu­
rara así el triunfo de nuestra San ta Madre, la
historia bastaría para convencem os de que la nave
del Pescador, que ha salvado m ayores peligros
y ha salido ilesa de m ás formidables borrascas,
no puede zozobrar, no zozobrará, m ientras dure
el mundo, m ientras h a ya que conducir á puerto
de salvación á las almas de los elegidos.
L a herencia que para esta vid a m ortal dejó
á su m ística esposa Nuestro divino Redentor
íué precisam ente esta : E l m andó á sus discí­
pulos que predicaran el E vangelio por todo el
mundo ; alentó á su pequeña grey para que no
temiera n u n c a ; com paró su doctrina, su reino
espiritual, al grano de m ostaza que extiende

por los espacios sus ramos protectores, y anunció
persecuciones, cárceles y torm entos á todos
aquellos que se acogieran á su citiz y abrazaran
sus enseñanzas. N o puede, pues, sorprender á
ningún católico que estas persecuciones, estas
cárceles, estas torturas, se hayan empleado sin
cesar contra ellos desde el principio del Cristia­
nismo ; y que, h oy un emperador, mañana un
monarca, luego una república ó una oligarquía
ó una secta, renueven en las personas de los
sacerdotes y de los fieles, las escenas del Huerto
de las olivas, del Pretorio y del Calvario ; poro
— h a y que repetirlo — así como cayeron los
emperadores de los tres primeros siglos, y más
tarde los que favorecieron á los arríanos, y luego
los iconoclastas de Oriente, y los reyes francos
y alemanes de la estiri^e cesarista de los Felipes y
Enriques, y por último, todos los que con distin­
tos nombres — reyes absolutos, parlamentos,
asambleas, cónsules... — han com batido á la
Iglesia, buscando diferentes pretextos, así tam ­
bién.caerán ahora, y caerán siempre, mientras
ella, invencible, se levanta serena para seguir
cumpliendo su misión providencial.
L a s persecuciones religiosas son una prueba
de la divinidad de la Iglesia ; porque, como
queda dicho, están profetizadas por N. S. Jesu­
cristo, y , cuando se realizan, se cumple una pro­
fecía y se confirma una vez más que pasarán el
cielo y la tierra, más no la pqlabra de Dios. Por
este concepto, pues, los católicos debemos
alegram os en épocas tales. Nuestress enemigos
lo ignoran : ellos creen qué van á lograr el fin
que se proponen de desterrar á Cristo del mundo;
y no saben que, á pesar suyo, se convierten en
testigos- de la verdad de la misma fe que com­
baten, de la misma doctrina del Salvador á quien
persiguen.
Pero, además, estas épocas de persecución
producen aun humanam ente, otro resultado
beneficiosísimo para la santa causa de Dios ;
pues en ellas se estrechan m ás y m ás los vínculos
de la caridad entre los católicos que, olvidando
las diferencias de opinión en puntos controver­
tibles, se agrupan al rededor de sus pastores,
ofreciendo edificante ejemplo de unidad y con­
cordia.
Por todo esto, aunque escribimos estas líneas
bajo la impresión penosa que producen las no­
ticias de las leyes francesas sobre la separ^ición
de la Iglesia, de los proyectos españoles sobre
las comunidades religiosas, no decae nuestro
ánimo, ni eá de creer que decaiga el de ningún
buen católico, ni decaerá seguramente el de los
Cooperadores Salesianos que, por este título,
unido á tan arraigada fe, están más obligados al
trabajo, á la oración y á la esperanza.



94 —

La Confe5¡ón de los JNÍiños,
En el artículo de fondo de nuestro Boletín de
Septiembre último hicimos alusión al Decreto pon­
tificio que recomendaba á los fieles la Comunión
frecuente como base y fundamento de la vida cris­
tiana, así en el individuo como en la sociedad. En
efecto, es cosa averiguada que á medida que las
personas se alejan del Sacramento del Amor, se
sienten más débiles para resistir á las pasiones, se
hacen cada día más indiferentes en materias de
religión si es que no se truecan en defensores del
error, á la manera del ascua que se' sopara de la
masa del fuego, que pierde primero el calor y des­
pués se apaga: y si se trata de obras católicas, sa­
bido es también que careciendo de aquella base,
esto es dp la Communión frecuente, no llegan á
arraigarse, sino que por el contrario andando el
tiempo se derrumban, como muro construido en
seco, por falta de cohesión.
Otra prueba de la eficacia de la Santa Comunión
nos ofrece el siguiente caso ocurrido no ha mucho
en una población de la Nación vecina. E l celoso
párroco de X deploraba la suerte de un su feligrés
que al entrar en el taller para aprender un oficio
se le obligaba á trabajar los días festivos desde las
primeras horas de la mañana. Queriendo ante todo
salvar la íc del joven, le dijo un día : puesto que
la dura necesidad te coloca en la grave situación de
no poder asistir á misa en los días de precepto,
te propongo un medio de suplirla. Elementos
antes de la hora del taller y debidamente prepa­
rado, vienes á buscarme. Y o dejaré toda otra
ocupación para servirte. Te administraré la santa
Comunión y en el camino darás las gracias al
Señor.
Así lo hizo el joven y ha conservado la íc. ‘
Es pues indudable que el adorable Cuerpo de
Nuestro Señor. Jesucristo, al unirse con nosotros
en el Sacramento de la Comunión, nos comunica la
vida espiritual, robvistocc nuestra fe y nos hace ca­
paces para cosas grande.s.
Y los pobrecitos niños que no pueden comulgar,
porque no han llegado todavía á la edad de la discre­
ción, ó, como decía nuestro venerado P. D. Bosco,
á distinguir el Pan espiritual del pan material ¿no
participiirán de alguna influencia benéfica que los
preserve del mal >• vaya preparando sus tiernos
Corazones para recibir también ellos algún día á
su gran amigo, al dulcísimo Jesús ?

Amando Jesús tanto á los niños como los ama,
no podía faltarles ese saludable influjo y éste es sin­
duda alguna la santa Confesión.
Y no se diga que es tiempo perdido el que se em­
plea con ellos, confesándolos. Este siniestro error
— resabio jansenista — ‘ ha producido y a funestí­
simos efectos.
• Estamos convencidos de que la mejor cátedra
para íormnr el corazón del niño es el confesionario.
Allí se desarraigan una á una las malas pasiones que
empiezan á germinar en su corazón, se les enseña
á amar á Dios, á la Santísima Virgen, á los padres,
á todo lo que es bueno y con la gracia propia del
Sacramento, va fecundándose poco á poco la buena
semilla.
Para obviar todo reparo en esta materia, oiga­
mos lo que la misma Iglesia ordena á los sacerdo­
tes : S i el confesor conociese que el penitente ignóra­
los rudimentos de la fe cristiana, instruyale breve­
mente en los artículos de la fe y demás cosas nece­
sarias para la salvación. Es decir, que la confe­
sión en las intenciones de la Iglesia es como un
catecismo en favor de los que no saben su re­
ligión, y este es precisamente el caso general de los
niños.
Nuestro venerado Fimdador, gran propagador de
la frecuencia de los Sacramentos, dejó consignado
en el Reglamento de las escuelas un artículo que
dice : Elegid un confesor estable, descubrid á él to­
dos los secretos de vuestro corazón cada ocho ó quince
días, ó almenas una vez al mes, como lo dice el Cate­
cismo Romano; y de conformidad con este artículo,
los niños de las casas salesianas se confieran todos
cuando menos una vez al mes.
Compenetrados, por tanto, amados cooperado­
res con las intenciones de nuestra Santa Madre
Iglesia, corramos á salvar á la pobre niñez tan
descuidada y á veces tan contrariada -por sus pro­
pios padres en la recepción de Sacramentos, ix>r
causa ó de una supina, ignorancia de parte de éstos
en materias de religión, ó |X)r los prejuicios que han
adquirido con la lectura de los malos periódicos; y
trabajemos sin descanso, valiéndonos de toda
clase de industrias para acercar la porción más
escogida de la grey cristiana al Divino Pastor de
las alntas. A la vez habremos trabajado para gloria
de Dios y para bien de nuestra amada Patria, y por
' lo tanto grande será nuestra recompensa.



DE JSÍUESTf^AS MISI0J\ÍE5
Zí- - - - - - Í Y

Gi)lna
19 niños admitidos á la Santa Comunión.
Una jira á la isla de Taipa.
{Carta del Sacerdote D . Ltiis Versiglia)
Macao, a de Noviem bre de 1906.

Rev.mo y 'amadísimo Sr. D. M iguel Rúa,

E

stoy cierto que recibirá V . con gusto no­
ticias de estas lejanas tierras. L a primera
aoticia que le v o y á dar es que nuestros huerfanitos son verdaderam ente buenos y corresponden
admirablemente á nuestros trabajos y á nuestras
esperanzas.
A im itación de nuestro querido Padre Don
Bosco, que estribaba toda su pedagogía en la
piedad y en el santo tem or de Dios, hemos pro­
curado á nuestros alumnos el incom parable
beneficio de los ejercicios espirituales : á ello se
ofreció con celo y grande can d ad el Revino.
P. Antonio M. R oliz de la C. de J. que W ya
conoce como adm iradorde los hijos de D. Bosco.
Lo hemos y a inscrito en el álbum de los bien­
hechores de esta lejana fundación. L a breve
tanda de ejercicios espirituales se tenninó con
un acto solemne y conmovedor, con la primera
comunión de 19 de nuestros alumnos. No he­
mos dejado pasar esta ocasión sin recomendar
4 estos jóvenes afortunados rogasen por la con­
versión de tan tos chinos hermanos suyos y por
sus bienhechores. Todos se han acordado espe­
cialmente del celosísimo Obispo de M acao ciuo
es para con ellos padre amorosísimo ; pidieron
también por todos nuestros Cooperadores y Coo­
peradoras. Recuerde V ., amadísimo Padre, á
todos nuestros cooperadores que su nombre es
repetido diariam ente en las oraciones de esta
pequeña com unidad china. Si la presente le lle­
gara á tiempo, desearía comunicase á todos nues­
tros Cooperadores las felicidades que les desean
los 50 alumnos nuestros para las Pascuas de
Navidad y para el año nuevo.
El día siguiente ál de la primera Comunión
dimos una hermosa jira á la isla de T aip a que
recreó inmensamente á nuestros queridos hueríanitos. Perm ítam e V . amadísimo Padre, que
le trascriba la relación que hizo poner nuestro

A

Excelentísim o Obispo en el Boletín de la diócesis,
para no alargarm e demasiado en descripciones.
« E n la Capilla del Asilo de H uérfanos de la
Inm aculada Concepción (nombre que quiso
poner su E xcia. á nuestro instituto, y que que­
dará como Recuerdo imperecedero del
cin­
cuentenario del dogm a de la Inm aculada, el
domingo 14 de O ctubre tu vo lugar la fiesta de
la primera Comiinión de los alumnos.
» Su E x cia . R ev.m a Mons. (Mfispo fué al
Asilo á las 8 para celebrar la S. Misa, en la cual
recibieron por prim era vez el Pan de los Angeles
19 alumnos, que habían sido m uy bien instruidos
y preparados para ese acto tan im portante. E l
R evdo. P. R o liz del Seminario, que los había
preparado con un triduo de ejercicios ^espiritua­
les, les hizo antes y después de la Comunión una
conm ovedora platiquita. ¡El porte exterior tan
modesto y humilde con que estos pequeños
chinos se acercaban á la sagrada Mesa encan­
taba !
« D urante la Misa, cantaron ellos algunas
coplas, m ostraron en ellas sus disposiciones para
la m úsica y lo mucho que van aprovechando
bajo la dirección de expertos maestros.
» E l día siguiente todos los alumnos del asilo
dieron un hermoso paseo á la isla de Taip a en
donde pasaron alegremente el día.
E n la artística iglesia de aquella Misión oye­
ron misa, los 19 hicieron su segunda comunión,
y todos asistieron al Bautism o solemne de dos
adultos preparados de antemano por aquel
Rev.do Párroco, y después de esto subieron al
monte de la isla donde gozaron del magnífico
y encantador
panoram a que desde aquella
altura se divisa.
n Por la tarde volvieron á la iglesia, donde
después de haber cantado varias coplas á Nues­
tro Señor y á la Virgen Santí-sinia, recibieron la
bendición con el SS. Sacramento.
» L a gente se m aravillaba extraordinaria­
mente de ver aquellos jo v en d to s chinos tan
trasform ados y con tan buenos modales.
«Finalm ente volvieron á la ciudad satisfechos,
llevando consigo otros compañeros, entre los
cuales uno de los dos que habían sido bautiza­
dos aquella m añana : c»n estos el número de los
alum nos del Asilo h a llegado á cincuenta.



96



ciadas. H abían éstos aprendido en una ocasión
la tan conocida copla napolitana « S u l mate
Iticcica V astro d'argento », y en otra jira dada
á la isla de Lapa la habían cantado repetidas
veces durante la travesía. Tam bién la tarde
del 15 de Octubre, en la vuelta, la repitieron
varias veces con gran m aestría. E staban con
nosotros en el mismo vaporcillo el Comandante
de la Isla y otros empleados gubernativo^ ; todos
ellos se quedaron adm irados del
porte y del aprovechimento de
nuestros niños. Uno de aquellos
señores, m ientras los huerfa­
nitos cantaban esa copla ita­
liana, dirigiéndose al Coman­
dante, exclam ó : Excelencia,
¿no le parece á V . casi impo­
sible que niños chinos y que
hace tan poco tiem po que han
sido acogidos sepau y a cantar
tan bien y e n lengua italiana?...'
A l separarnos, estos Señores
tuvieron con nosotros palabras
de encpinio y de animación las
cuales, m ientras nos aseguraban
que la O bra Salesiana también
en estas partqs v a haciéndose
sim pática, nos proporcionaron
una grande satisfacción pensan­
do en lo mucho que se alegra­
rá el corazón de V. y el de nues­
tros cooperadores al sabré esto.
E l Señor nos ayude á corres­
ponder á las esperanzas que
tienen en nosotros, y á este fin
ruegue V . por nosotros, ama­
dísimo Padre.
P or últim o le felicitam os de
todo corazón y le deseamos fe­
lices Pascuas de N avidad y
buen fin y principio de año
nuevo : acuérdese V . de nos­
otros y nos bendiga á todos.
Meliapor • Cruz ante ía cual fué martirizaclo el Apóstol Stn. Tomás.
Su af.mo in Corda Jesu,

n E l Señor continúe protegiendo tan hermosa
y salnclable institución !»
H asta aquí c\,Boletín de la diócesis. Y o , am a­
dísimo Padre, sólo añadiré que las impresiones
agradables que han dejado en nuestros corazones
estos dos días serán indelebles.
E n la pequeña isla de Taipa visitam os la casa
de las Hermanas Canosianas: es una casa pobre,
pero que por lo mismo honra altam ente á aque-

lias heroínas que la habitan y que haceir tanto
bien. E ra deber nuestro hacerles una visita,
porque muchos do los huerfanitos que tenemos,
perteneciendo á la Obra de la 5 . hifanciay han
sido educados por aquellas buenas religiosas.
Pero tam bién nos proporcionaron á todos nos­
otros una grande satisfacción, pues siendo ellas
do institución italiana y además todas italianas,
pudimos por largo rato tener el gusto de hablar
en nuestro idioma.
Y á este propósito tengo que decirle que
nuestrtíS huerfanitos le van y a tom ando gusto
al italiano y á menudo se oyen de sus labios
expresiones italianas, bastante bien pronun­

L U IS V E R S IG L IA . Sac.

Fndia.
Memorias del Apdstol Sto. Tomás.
[Carta del Sac. Jorge T.omatis).
S . T om é d e MeHapor, 8 de Noviem bre de 1906.

Rev.mo y atnadísitno Sr. D. M . Rúa,
J J ace y a algunos días que estoy aquí en Meliapor hospedado por Su E x cia . Rev.ma.
Mons. Teotonio de Castro, nuestro queridísimo

— 97 —
Prelado que nos acoge siempre con afectuosa y
paternal bondad. E sto y aquí por asuntos de
nuestro A silo de huérfanos de Tanjore, adonde
\olveré, si Dios quiere m añana ó pasado.
En estos días pude visitar varios sitios y mo»
numentos, que recuerdan la venida y perm a­
nencia de S. Tom ás A póstol en estas tierras, y
me apresuro á darle algunas noticias que le serán
ciertamente g r a t a s : al mismo tiempo le mando
algunas fotografías (i).
Fui primeramente á visitar el pequeño monte
ic Sio. T más y después el grande; llámanse así
dos colinas situadas una á ocho y la otra á diez
kilómetros de ileliap or.
El Pequeño Monte no tiene m ás que unos cin­
cuenta metros de altura, y está lleno de riscos
por todas partes, menos por la parte sur donde
se abre una larga y espaciosa escalera que con­
duce al pequeño santuario que se levanta en la
dma. L a iglesia fué construida por los P ortu ­
gueses hace muchds siglos, y está dedicada á la
Virgen de la Salud.
Detrás del altar m ayor se abre en la dura roca
una como tétrica tronera por donde con difi­
cultad se entra en una gru ta b a ja y de peque^im as dimensiones. E s m eta de innumerables
peregrinaciones. L a im agen de Santo Tom ás
apoyada en la roca sobre un altarcito atrae las
uúradas de todos los visitantes. L a tradición
dice que el Apóstol Sto. Tom ás habiendo ido
á predicar el E vangelio á estos pueblos establecía
allí cerca su m orada ; y que subía á menudo al
pequeño monte para rezar en dicha gruta, espedsdmente cuando la perfidia de los idólatras
lo perseguía á m uerte. A la derecha del altarcito
se observa un ventanillo que d a lu z á la gruta
y dícese que se form ara el día en que el Santo
.Apóstol que estaba escondido en la gruta, fué
decubierto por los idólatras y perseguido por
un bracmán armado con lanza h asta aquel escon­
dite. Por aquel ventanillo dice la tradición que
el Señor salvó m ilagrosam ente al Apóstol.
En el mismo sitio aparece una fuente llam ada
de Sto. Tom ás, quien m ientras predicaba, que­
riendo apagar la sed de los oyentes acosados
por ella en aquellos lugares donde por el calor
sofocante no se encontraba ni una gota de agua,
dicen hiciese brotar cual otro Moisés ese m a­
nantial de la m ism a roca. L a tradición añade
que con esa agua se obtuvieron sorprendentes

(i) Es y a común opíníAii entre los eruditos, qu e Santo
Tomás no sólo fué e l prim er apóstol de Etiopía, de la
India y de la China, sino que Ileg^ó también hasta á las
•«janas tierras .\m ericanas. H ace dos años Mons. C . PasSílacqua, Protonotarío .apostólico ad in star y miembro
del Instituto H istórico y G eográfico de S . Pablo en el
Brasil, publicó u na hermosa monografia sobre la venida del
apóstol 5 . T om ás á .América, apoyando su aserción en
argumentos sólidos y d e m ucha autoridad.

y prodigiosas curaciones. E l m anantial todavía
dura y no se seca ni en las sequías más ex tra ­
ordinarias.
A unos cuatro kilóm etros de allí se encuentra
el gran monte, llam ado simplemente Monte
Santo Tomás.
E s una colina un poco m ás alta que la primera.
Se llega á la cumbre por una ancha escalera de
unos cien escalones. E n la parte superior se le­
v a n ta una iglesia dedicada á la Expectación de
la Virgen. Tam bién fué edificada por los P or­
tugueses. E n sus alrededores no h ay m ás que
una casa y es la de las Religiosas Franciscanas,
llam adas Misioneras de Alaría, que tienen un
Asilo de huérfanas y una crcche ; jiero ésta no es
más que una sucursal del grande establecim iento
que tienen en Meliapor, donde hacen un bien
inmenso.
Llegados á la cim a del monte, la Madre Superiora nos abrió la puerta de la iglesia y nos
enseñó los tesoros que ella encierra. E n la roca
en la cual se apoya el altar m ayor, se v e escul-»
pida una cruz. Dice la tradición que en este lugar
más elevado y solitario tam bién se retiraba con
frecuencia el Santo Apóstol, y que postrado de­
lan te de aquella cruz pasaba largos ratos en
oración y que á los pies de la misma herido m or­
talm ente por la lan za de un hraemán entregaba
su alm a á Dios. E s esta una tradición constante
y m iiversal en la India. A este lugar acudieron
en todo tiempo y acuden numerosos peregrinos
de toda la India : allí se postraban los P ortu ­
gueses cuando abordaban en estas playas, y
hasta del lejano M alabar aquellos cristianos que
aún hoy desean ser llam ados cristianos de Santo
Tomás, andaban á pie unos 25 días para venir
á venerar estos santos lugares (i).
E s fam a que esta cruz h aya obrado m ultitud
de prodigios. Muchas veces se vió cubierta de
una nube blanca y destilando abundante agua.
Se conserva aún el recuerdo de un liecho acaecido
hace un siglo. E ra el día de la Expectación de la
( i ) Q ue el Apóstol S. Tom ás h a y a muerto eii 1.a India
da testimonio el mismo M artirologio Romano. Alguien
observará qu e el M artirologio d ice: en Calaminas de las
Indias. Pero como advierte m uy bien el erudito misionero
jesuita P. Atanasio Kircher, en su China ilustrada, en
toda la India no hay ningún lu gar <{ue se sepa tenga el
nom bre de Calamina, por lo cual se ha de reteuer que
la ciudad en qu e fué m artirizado S . Tom ás fué precisa­
mente M eliapor, cuyo nom bre com pleto es hace siglos
Sto. Tom é de M eliapor; el nom bre pues de Calamina
registrado en el M artirologio no puede ser míis que una
fusión de la palabras Calur-M ina qu e en la lengu.i del
M alabar significan sobre la piedra, expresando asi el
martirio del Santo, qu e fué traspasado i>or una lanza
precisam ente sobre la piedra delante d e la cruz mencio­
nada. E l P. K ircher dice qu e esta explicación se ai>oya
en tradiciones antiquísim as.
Sinem bargo el D m iz en su H istoria de P o rtu g a l de
7>aso hace mención de otra opinión de un misionero,
según el cual Calamina habría sidq el nom bre q u e Me­
liapor tenía antíguam eute.



Virgen. L a iglesia estaba llena de gente, cuando
hé aquí que se oye un rum or confuso y al punto
g r it a r : Milagro ! Milagro ! E l Misionero que
estaba jun to al altar pudo com probar el pro­
digio : la Cruz que es de piedra tosca y de color
casi oscuro apareció al principio rojiza, después
oscura, al pt)co rato blanca y brillante como el
sol para cubrirse poco después de una especie de
niebla y al fin apareció en su superficie un sudor
tan copioso que las gotas llegaban hasta el altar.
Condescendiendo á las instancias de la muche­
dumbre el misionero empezó á secarla con pa­
ñuelos, saliendo em papados varios que conser­
varon como reliquia. Y adviértase bien que la
cruz está labrada en la m ism a roca que forma
la pared de la iglesia y que era del todo im po­
sible que hubiera agua en aquel sitio donde en
todo tiempo el calor es grandísimo y la roca
está ardiendo bajo los intensos rayos solares.
Muchos ingleses protestantes no pudiendo negar
la evidencia del prodigio visitaron el altar, su­
bieron sobre la iglesia y después de tan minu­
ciosas indagaciones se vieron precisados á con­
fesar que en el hecho no había nada natural, sino
que debía ser ciertam ente sobrenatural (i).
Pero el lugar que m ás se ha venerado es la
tum ba donde por m ás de dos siglos reposaron
los restos m ortales del Santo antes de ser trasla­
dados á E d e sa y después á*Ortona en los Abruzos.
E s ta tum ba encuéntrase en Meliapor á unos
300 metros del mar. Los discípulos de Sto. T o ­
más habían construido sobre aquella tum ba
una capilla llam ada de Sto. Tom ás. Más tarde
fué cam biada en una va sta y hermosa iglesia
jun to á la cual, al poco tiempo se edificó un con­
vento. Cuando Marco Polo abordó por la pri­
m era vez en estas tierras vió que este era un
lugar de numerosas peregrinaciones ya de cris­
tianos, y a de infieles quienes tenían grande v e­
neración al hombre que estaba allí enterrado y
que ellos llam aban Avarián ó el hombre santo.
E n el 1606 el Pontífice Pablo V fundaba la
diócesis de Meliapor y la iglesia de S. Tom ás se
convertía en catedral. En estos últim os tiempos
habiéndose aum entado considerablemente el
número de los cristianos y no siendo la iglesia
antigua ni decorosa ni suficiente, se principió
la construcción de la nueva Catedral más grande
y menos indigna del Sto. Apóstol cu ya tum ba
está en su interior.
(i) Tnm bién el P. K ircher Imbla de hechos m ilasrosos
de unn C rin atribuida á Sto. Tom ás. Entre otriís él ha
reunido una antiquisim a tradición que asegura haber el
Apóstol predicho qu e cuando el mar llegase A los pies de
aquella Cru*. el Señor habría enviailo d e lejanas tierras
hombres blancos A predicar la misma doctrina qu e él
preilicaba. Y lo cierto es, dice Kircher. qu e cuando los
Portugueses emprendieron la conquista del Coroinatidel,
el (x^ano se habla internado tanto, qu e realm ente sus
olas batian con Ímpetu á los pies de aquella Cruz.

<58 —

F u é Monseñor D. Enrique Reed de Silva,
Obispo de Meliapor quien emprendió el difídl
trabajo que sólo hace diez anos, después de
grandes gastos se llevaba á cabo y su Excia.
R ev.m a. Mons. A ntonio Valente, Arzobispo de
G oa y Patriarca actual de las Indias, lo consa­
graba solemnemente.
E l suntuoso templo, de estilo gótico, es cierta­
m ente uno de los más hermosos monumentos
cristianos de la India. E n el centro se halla la
tum ba de Sto. Tom ás á la cual se desciende por
algunos escalones. A l presente h a y un devoto
altarcito debajo del cual se abre la tum ba que
por m ás de dos siglos encerró el cuerpo del
Apóstol. H asta estos últim os años el altar y la
cripta estaban adornados con piedras del país,
pero su E xcia. Revm a. Mons. Teotonio de Castro,
actual Obispo de Meliapor, en el I I I centenario
de la fundación de la diócesis, quiso embellecer
la cripta y hacer de nuevo el altar con mánnoles
de Italia, añadiendo á la celebridad del lugar el
homenaje del arte y de la m ás generosa piedad.
H e aquí amadísimo Padre, las noticias que
quería darle acerca de los recuerdos de la venida
de Sto. Tom ás á la India. E l glorioso Apóstol nos
conceda la fortaleza y el celo necesarios para
poder como él, que fué el prim er misionero de
estos pueblos, salvar m uchas almas.
Bendíganos V ., amadísimo Padre, á todos
nosotros, á nuestros alumnos y á estos nuevos
Cooperadores.
Su afmo. in Corde jesu,
Sac. J O R G E TOM .f,TlS.

üe Italia á China
D e l D iario d el v ia je de n u e stro s M isio n e ro s . (í)

Miércoles, 7 de Febrero — Penang. Muy poco
puedo decir de Penang, que está situada á los pies
de hermosas y verdes montañas y que tiene el
aspecto de nuestras risueñas ciudades y tierras de
Liguria. El puerto está animadísimo, pero no puede
compararse con el de Colombo. Su extensión es
considerable, poro más bien es un hermoso y ''astísimo golfo que un simple puerto. L a vegetación
tan exuberante que se di\isa en sus alrededores,
recrea inmensamente nuestras vista cansada ya de
las estepas áridas y de los escollos que desde PortSaid hasta Socotra se han ido sucediendo.
El vapor se pára pocas horas ; pero ¿ quién se
atreve á desembarcar con el calor sofocante que
hace ? Para bajar á tierra sería preciso tener el ce­
rebro de piedra, porque de lo contrario los rayos
dcl sol, que cual saetas hieren á nuestro cuerpo,
(i) V éase B oUHh de Febrero, p. 38.



99 —

razones, gozosos por haber llegado tan íeUzmente
á la última extremidad de nuestro hemisferio.
Al rededor del vapor acuden las acostumbradas
turbas de mozalbetes. No son ya los audaces India­
Singapor.
nos de Colombo, sino los robustos y elegantes tipos
Jueves, 8 de Febrero. Las ciudades que hemos
de cara redondada v dientes salientes, hijos de la
encontrado en el trayecto , aunque tan diferentes
raza m alaya que allí domina. Resbalan sobre el
unas de otras, sólo ofrecen el aspecto de un cuadro ' agua en ligerísimos esquifes, impelidos por hermo­
ó á lo más de un paisaje que apenas se llega al - sos remos ; en una palabra mejores sin compara­
puerto, de una mirada se abarca todo. Port-Said
ción que los pobres kafatnaran indianos.
es un grupo de casas, Suez una reunión algo más
E l espectáculo varía siempre creciendo en nos­
considerable, Aden un simple y negruzco escollo,
otros el interés. Mas los ojos se dirigen ávidamente
Colonibo un jardín y Penang una risueña villa, y
todas á la europea.
Singapor, más bien que un cuadro, es una gran
reunión de ellos á cual más vistoso. No es una ciu­
dad sola, in un solo puerto ; sino que aparecen tan­
tas ciudades y tantos puertos según el punto á que
se dirija la vista.
En la extremidad superior del estrecho de Malaca
i la monotonía del inmenso océano sucede un pa­
norama encantador : el horizonte aparece limitado
por un verdadero archipiélago, cuyas fértiles islas
y vistosos canales recrean nuestra vista. A medida
que nos internamos, aparecen villas, vapores, velas
y lanchillas, que dan vida y A-ariedad al cuadro de
por sí tan actrativo.
A nuestra derecha verdaderos diques de árboles
de coco esconden bajo sus frondosas ramas, blancas
casitas. Para mayor dicha nuestra, aunque estemos
tan cerca del Ecuador donde los rayos del sol hieren
incesante é irremisiblemente, la hora vespertina
nos regalaba de cuando en cuando algún aireciilo
vivificador.
El termómetro marca 30 grados, media normal
en estas tierras que no conocen estaciones ni días
diversos. Sinerabargo nos aseguran que el calor
máximo no excede á los 36®. E l clima de Colombo
es algo más templado, de 22® á 36®. Según se ve,
en algunas partes de Italia y de España p. e. en
Sicilia y en Andalucía, si se prescinde de la du­
ración, casi hay más comodidad para achicharrarse
que aquí.
En un abrir y cerrar de ojos hénos en una pin­
toresca ensenada : colinas á los lados y colinas de^
frente. ¡Con qué a\údez se fijan nuestras miradas*
Sto. Tomé de Mellapor. — La fuente de Sto. Tomás.
en aquella tierra que no dista más que unos 200
metros ! Con qué gusto deseríaan nuestras manos
tocar aquella verde yerba y gozar el aire saludable
á unas casas perforadas que jxrrmiten ver todas las
de aquellas praderas ! pero otras colinas y otros
plantas de que están rodeadas, y donde el aire
prados llaman nuestra atención por la playa
agitándolas suavemente da vigor y vida.
opuesta, donde detrás de largas empalizadas apa­
Siete grandes vapores están anclados uno detrás
recen almacenes, fábricas y oficinas de donde llega
de otro junto á una fuerte y larga empalizada lla­
á nuestros oídos un ruido confuso de estrepitosos
mada por los naturales doks. También el Alice,
martillazos. Mas apenas hay tiempo de dirigirles
el vapor más imponente en cualquier puerto éntre,
una ligera mirada cuando ya otras colinas y otras
mientras la banda derrama sus alegres armonías
huertas sobre las que brillan blancas y encantado­ entre los perfumes de la flora ecuatorial, maniobra
ras quintas, llaman nuestra atención.
estrepitosamente, girando su enorme flanco que
levanta espumantes oleadas por un gran trecho,
En el puerto.
y finalmente echa las anclas junto á la orilla. Es
tal su extensión que ocupando gran parte del
Se pasa de una m aravilla á otra, sin tener siquiera
puerto, parece cerrar la entrada de una larga calle
el gusto de disfrutar pocos instantse de ellas. De
entre dos hileras de coches. Echado el puente, se
repente empieza la banda sus alegres armonías,
nota al punto un confuso ruido de personas; el
eco fiel y expresión sincera de todos nuestros co­

OI pocos minutos dejarían nuestros sesos más secos
que los del mismo D. Quijote.



embarcadero se puebla de señores y de faquines.
Del barco bajan saludos contestados desde tierra
por otros tantos; agitan manos y pañuelos; son
.sonrisas de felicidad y alegría. Al poco rato en el
buque no se ven más que dos grandes hileras de
hombres que alegres se dirigen de todos los puntos
del barco al puente, para bajar á la tan suspiiada
tierra.
Ix»s que están más contentos son los pequeños
malayos, que no cesan de pedir eñ su lenguaje in­
comprensible (|ue se parece al de los pájaros, se
les eche alguna moneda. Algunos tienen sus es­
quifes á fiesta con flores á proa y á popa : otros
tienen consigo monos que naturalmente siguen la
suerte de sus discretos dueños. Me ahí que una
Ijequeña moneda que brilla lentamente en el agua,
lirada al improviso, le hace olvidar á uno do aque­
llos mozalbetes que tenía de la mano al animalucho,
y sin pensar lo tira consigo fü fondo del mar. Aun­
que después por compensación fuese el pobre ani­
malucho acariciado, no dejaba éste de mirar es­
tornudando y con ojos melancólicos á su dueño que
tal susto le había dado. Los pasajeros se reían y
recreaban grandemente ; mas cuando los mucha­
chos se zambulleron por segunda vez, el mono aun­
que tenga fama de gran imitador, se quedó muy
quictecito en la barca, no queriendo de ningún
modo ir de nuevo al fondo.
Nosotros mientras la hora fresca nos invita á
bajar para la comida, percibimos un estruendoso
y confuso ruido que venía de la ciudad, como de
continuos estallidos.
De sorpresa en sorpresa.

K

¿Quién puedo resistir á la tentación de una jira
á la ciudad ? Esta es la hora más oportuna, porque
sólo la noche con su benéfica sombra puede tem­
plar algo los abrasadores rayos ecuatoriales. Por
segunda vez disfrutamos al sentir la tierra bajo
nuestros pies ; por todas partes reina una calma
y tranquilidad perfecta; además la brisa vespertina,
la hci'niosísima luna, y el deseo de ver cosas nuevas,
lodo aumentaba nuestro gozo y mayormente la
curiosidad~dc ir á un lugar del todo desconocido.
A la primera parada del tranvía, un fuerte ruido
nos hace mirar atrás. Hs un amigo, digo dos, que
qon ademanes y á voces, nos invitatt á bajar á
tierra, librándonos así de tener que acudirágente
que no comprendíamos ni una jota.
Es necesario que explique cómo sucedió este
feliz encuentro. En nuestro vaix)r viajan dos ópti­
mos señores ixjrtuguescs con los cuales cslreciiantos cordial atuistad. Uno de estos dos hermanos,
el Sr. l'raucisco González, conociendo al Kcv.do
Padre .\ntonio Cardoza, sujKrior de la Misión
portuguesa de Singapor, apenas bajado á tierra
voló en un coche, sin saberlo nosotros, á notificarle
imcstra llegada y lo condujo á nuestro encuentro.
i Podía acertíu’ más en la idea, digna en verdad de
un hididgo do su cabidlercsca nación ?
El Kev.dt' P. Antonio Cardoza quiso fuéramos á
su ca'i.r. á la cual sin saberlo nos habíamos dirigido.
Pero i>or desgracia nuestra el Iran.via nos llevaba

lO O



á una ciudad completamente revolucionada, donde
no se oían más que disparos y más disparos.
Es la pura verdad : nosotros caminábamos con
miedo en medio de un tiroteo tan continuado. Pero
lo que nos maravilló á la par que nos tranquilizó
algo, íué el ver la gran tranquilidad de la muche­
dumbre. Innumerables personas poblaban las
calles y bocascalles, todas con sus rostros encamados
al refiejo de los estrepitosos fuegos. Pero ni un
grito, ni una voz : por el contrario parecía ver en
sus semblantes alegría y regocijo : no sabíamos
cómo explicamos lo que veíamos. Tampoco com­
prendíamos porqué entre tan grande multitud no se
vieran más que chinos. Que los hubiese en el puerto,
empleados en los oficios más bajos, b ien ; pero de
dónde han llovido tantos hijos del celeste Im­
perio ?
E l buen Padre nos tranquilizó por completo,
cuando nos dijo que se trataba de los festejos del
año chino, que coincidía con la presente lunación(i).
La misión católica.
E l Padre Antonio estaba feliz al tenernos en su
casa, más que.si se hubiera encontrado con sus mismos
hermanos. Y a él sabía nuestra llegada, pero no nos
esperaba tan pronto. Tampoco nuestro amado Obis­
po de Macao, (cuyo retrato nos enseñó), creyéndo­
nos en otro vapor, no nos espera sino para primeros
de marzo. ¡Qué sorpresa le causará á su buen co.razón la noticia que esta tarde recibirá por telegrama
de nuestra próxima llegada ! Parecíanos estar en
familia, pues el Padre que tan cortésmente nos ha
acogido, también depende dcl mismo Obispo de
Macao. Después de haber visitado la hermosa y
vasta iglesia, supimos con sumo placer, que su
misión se ocupa con no menos de 9.000 católicos.
Nueve mil católicos solamente entre unos dos­
cientos cincuenta mil habitantes, es ciertamente
poco : no obstante y a hay una iglesia católica exclusi\mmente para los Cliinos, oficiada por un sa­
cerdote francés, y los mismos padres portugueses
tienen en sus escuelas unos trescientos niños
y estos son frutos seguros. También estas escuelas
como las de Colombo, son socorridas por la gene­
rosidad dcl gobierno inglés, del cual no se oyen
más que elogios, como colonizador por exce­
lencia.
E l Padre Antonio quiso acompañamos en nuestra
vuelta al puerto exponiéndose por segunda vez con
valor á la horrible halgazara. Reciba nuevamente
nuestras más expresivas gracias.
(i) El año chino no tiene época fija com o el de los
cristianos. Cuentan los meses .según las fases de la luna
y cada tres años, el año nuevo tiene tres meses. La su­
cesión de los años sigue el* movim iento de la tierra al
rededor del sol El principio de año cae siem pre en el
prim er cuarto de la luna, después que «’l sol ha entrado
en la constel.ación dcl acuario, según nosotros, en un
dia fijo entre el 21 de Enero y el 19 de Febrero.
E l dia primero de año es la fiesta más solemne del
celeste Imj>erio y la celebran de la m anera más estre­
pitosa : el d ía anterior se deben pagar todas las deudas,
y se hacen regalos á los dioses patrios, para qu e el año
nuevo que v a á enqtezar sea feliz.



101



9 — En el Mar de la Clüna.
De nuevo en el mar.
Martes, 13 de Febrero. — Hong-dong á las 10 a. m.
Viernes, 9 de Febrero. — Al salir del puerto, pa(26° dia de viaje), 8* parada. — Km. 2661*324.
janios cerca de un vapor dirigido á B atavia en la
A las $ y media pom. llegamos á Macao, Total de
Isla de
el cual nos había quitado una tercera
Genova á Macao Km. 14990*4 .
parte de los amigos de viaje. Nos habíamos visto
Sac. JUAN FE R G N A N I.
Vconocido por unos veinte días, y aquel adiós nos
co a m o n ó visiblemente. Queridos amigos, ¿cuándo
aos encontraremos o tra vez j untos, en tan agradable
compañía ? La respuesta es dolorosa, pero cierta:
auüca jamás!... Este era el pensamiento que afligía
'jecretaiuente el corazón de cada uno de nosotros.
TESORO ESPIRITUAL
Vimos que de Siiigapor teníamos un concepto
L os Cooperadores Salesianos que confesados
muv incompleto : pues donde nosotros nos había­
mos embarcado, no era más que una parte del y comulgados, visiten devotam ente una ij^lesia
■ 'uerto, el puerto alemán. A medida que íbamos saó capilla pública, ó si viven en comunidad, la
Sendo. más se iba extendiendo á nuestra \ústa el
propia cajiilla, y rueguen según la intención
cuerto principal, ó ó por mejor decir el puerto inglés.
del Sum o Pontífice, pueden ganar las siguientes
Puerto, barcos, casas y colinas desa]iarecen rápiind u lgencias:
iamente de nuestra vista bajo las aguas del mar.
Plcnarias. En todo tiempo:
l^n pensamiento nos consuela : estamos ya en el
mar de la China : Hong-Kong y después Macao!...
1. ®E l día que dieren su nombre .á la Unión
Qué son yá dos ó tres mil kilómetros de viaje ?
de Cooperadores;
Bástanos saber que el telégrafo pasando debajo
2. ® Una vez al mes, el día que cada cual (piiera
denosotros con la velocidad del rayo ha ya llevado á
escoger;
nuestro amado Prelado la noticia de nuestra llegada.
3. ® Igualm ente una vez al mes, el día cjue
Sábado, 10 de Febrero. — Cielo y agua ! Por la
asistan á la Conferencia:
arde se ve á lo lejos un hermoso piróscafo.
4. ® Asim ism o una vez al mes, el día que hagan
Domingo, 11 de Febrero. — Es el cuarto domingo
el ejercicio de la buena muerte;
que pasamos en el mar : el día 25" de nuestro \-iaje.
5. ® E l día que por primera vez se consagren
k medida que vamos en dirección al norte, va dis­
minuyendo el calor. Pero aunque el mar tenga todas
al Sgd o. Corazón de J esú s;
las apariencias de estar en completa calma , es
6. ® Cada vez que por ocho días con.^^ecutivos
una calma traicionera y largas oleadas mecen el
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
.\lice, como si fuera una lanchilla, trayéndonos á la
7. ® E li ay'Uculo de mucrie:, si confesados y co­
memoria el Océano Indico de no muy grato re­
mulgados, ó almenos contritos, pronunciaren
cuerdo.
devotamente el .Smo. Nom bre de Jesús con
L le g a d a á M acao.
la boca á ser posible, ó al menos con el
corazón.
Lunes, 12 de Febrero. — Habiendo
llegado, sin
damos cuenta á la vigilia de nuestra llegada, me
En el mes de Mayo:
permitirán los corteses lectores reunir los princi­
1. ®E l 3. Invención de la Sla. Cruz.
pales datos de nuestro viaj c.
2. ® » 8. Aparición de S. M iguel A rcá n g el;
18ie Enero. Salida de Genova á las 10 a.m.
3. * » 9. Ascensión de N. S. Jesucristo ;
19.— Llegada á Ñápeles (i“ día de viaje),
parada
4. ® »19, Pentecostés;
Km. 622*202.
5. ® »24. M aría A uxiliadora;
ío.— En el mar Jónico.
6. ® >>26. L a Sma. T rinidad;
II — Cerca de Candia.
I I . — Llegada á Puerto-Said (4® dia de viaje), 2^
7. ® » 30. Corpus Christi.
parada Km. 2055*020.
Adem ás, pueden lucrar muchísimas indul­
13 — En el Canal de Suez (5® dia de viaje), 3* pa­ gencias parciales, las cuales están todas enu­
rada Km, i 6 i ’ i 24Í
meradas en el R eglam ento, en las páginas 26
24 — En el Mar Rojo.
y
27 y en el Boletín SaUsiano del mes de
I? — Aden (9®dia de viaje), 4* piarada Km.
Enero de 1905. al cual remitimos á nuestros
2522*416.
Cooperadores. Notam os especialmente, el pri­
li — En el Océano Indico.
vilegio de poder ganar, sin necesidad de con­
1 de Febrero. Un escollo en las islas Lanuedivas.
fesarse, estando eso si, en gracia de Dios, todas
2 — Cabo Camoiln.
J— Colombo {16° dia de viaje), 5* parada Km.
las indulgencias de las estaciones de Rom a, de
3876*236.
la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de
6 — Sumatra,
Com postela, todas las veces que recen cinco
7 — Penang (20® día de viaje), 6* parada — Km.
Padrenuestros, A v e M aría y G loria Patrís, por
2366’ 56.
la
paz de la Cristiandad y un Pater, A v e y
í — &ngap)or (21® dia de viaje), 7* parada —
G loria según la intención del Sum o Pontífice.
73 i ’ 540.

G RACIAS

de (Daría Auxiliadora
Nós leneinos la persuaslóo de
loa liempoa qne airavesamos, no
Cielo, y enire dsios, la poderosa
fn¿ en lodo tiempo el Auxilio de

Gracia singular.
H abiendo salido al campo un niño de 4
años, con otro compañero, sin saber cóm o ni
de qué manera, el niño tragó un insecto ve­
nenoso. Muy i^ronto, hubo de sentir los efectos
de semejante de.sgraoia, pues el niño enfermó
tan gravem ente, que ninguna esperanza había
de (juc sanara, después de haber agotado todos
los recursos que la ciencia humana ¡)odía su­
ministrar.
Conocedora yo de las gracias que María
A uxiliadora otorga á los que con fe la invo­
can, A ella acudí en caso tan apurado, prome­
tiendo publicar la gracia dado que la obtuviera
y dar una pequeña limosna,
¡¡F eliz idea!! ¡¡Bendita mil veces M. Auxiliailoral! al momento de hecha la promesa,
arrojó el niño el dañino y venenoso in.secto,
quedando con la más completa salud. Obtenida
la gracia, cumplo lo prom etido, publicándola
en el Boletín, y exhortando A los fieles A que
en sus tribulaciones acudan á María A uxilia­
dora, pues esta bonda<losa madre no deja de
consolar A sus hijos en todas sus necesidades.
T

eresa

H

o y o .s .

Reocin de los Molino» (Santander), ao-ia igoó.

Cuán buena es María.
Seré eternamente agradecida A la SS . Virgen
nuestra Madre Auxiliadora por dos gracias re­
cibidas de su bondad.
Estaba enfermo de una pierna un miembro
de la familia . que es hasta ahora el único
sostén do la misma. S e hizo visitar por un
médico de los mAs acreditados en la ciudad,
el cual declarú muy peligroso su estado, pues
se trataba nada menos que de una fistola y
añíulió que además de ser muy dificultosa la
operación por el punto delicado en que se
hallaba, era tan necesaria, que el no h.acerla

que, en las viclshudes dolerosas de
nos quedan máa consuelos que los del
protecolón de la Vlrqeo Bendita, que
los Cristianos
h o .pp . x .

importaría la muerte acaso antes de los cuatrO'
meses. Era pues necesario se trasladara lo más
pronto al hospital y que por lo tanto no le
recetaba remedio alguno.
En tanta angustia ya nos parecía ver muerto
A nuestro único apoyo y esperanza. Nos acor­
damos en seguida y recurrim os á La que
siempre fué el A uxilio de los cristianos. Esa
misma tarde fui á ofrecer una misa al Altar
de María SS . Auxiliadora para él día siguiente.
Mi mamá y yo hiciinos la S. Comunión en la
misma Misa pidiendo encarecidamente á Madre
tan piadosa no perm itiera tanta desgracia para
nuestra familia; y ¡ o h ! prodigio de la bondad
de M aría! Vueltas á casa encontramos que una
pequeña cataplasma que mamá le había puesto
sin otra esperanza que la confianza en María,
había producido un electo extraordinario, ¡)ues
durante el tiempo de la misma Misa, se abrió
una herida y se desahogó de tal modo que volvió
á su trabajo sin ningún otro inconveniente, sano
y perfecto como antes. Por esto pues doy in­
finitas gracias á L a que es salud de los en­
fermos y consuelo de los que L a invocan.
O tra señaladísima gracia nos concedió esta
buena Madre. Una persona también muy que­
rida, miembro de la familia, contrajo amistad
muy impropia y peligrosa para él. inconve­
niente y acaso de serias consecuencias para la
familia. Nos sentimos pues otra vez oprimidos
bajo el peso de la desgracia y del infortunio.
Nos teníamos ya por perdidos. Recurrimos á
todos los medios , apuramos todos los expe­
dientes del caso ])ero sin resultado, pues las
cosas estaban de tal modo enredadas y com­
prometidas que hacían inútiles todos los es­
fuerzos humanos. Conociendo entonces que nada
valían los hombres, nos dirigim os de nuevo á
la bondad de María que tan buena se había
mostrado en otras circunstancias y resolvimos
ir á la que dispone del poder de Dios. Hi-

1


cimos pues recurso á esta buena Madre ha­
ciendo rezar una Misa en su altar, prometién­
dole publicar la gracia en el Boletín Salesiano.
La gracia está concedida, la SS . V irgen triunfó
de los insuperables obstáculos, y yo cumplo
en nombre de mamá y de toda la familia con
la promesa que hice deseando que todo esto
sea para la m ayor gloria de D io s , y de su
SS. Madre y m adre nuestra piadosa.
C

lara

G

u s t a v in o

.

La Plata., i6 Diciembre 1906.

10 -3 —

me hallaba encarcelado y de verdad que me
sentía atribulado y que lamentaba la pérdida
de la libertad. A cu d í á María Auxiliadora y
em pecé una Novena. A l tercer día, ó mejor
dicho, la noche de tal día, me pareció ver á
M aría A uxiliadora, y que me decía: tú entraste
en la cárcel el día de la Ascensión de mi H ijo;
me acompañas en la soledad del mundo, tú
saldrás cuando cumplas los tres novenarios
ofrecidos, é irás á celebrar mi fiesta: no te
angusties... pronto nos veremos. Cuando des-

Meliapor — La nueva catedral de Sto. Tomás.
Haria salud y libertad de los que la in*
vocan.
Cumplo un deber de gratitud , publicando
¿os señalados favares. Enfermó gravem ente mi
tijo Eleodoro, de 26 años de edad y el 26
de .Mayo p. p. entró en el hospital de esta
ciudad, en donde fué deshauciado por el médico.
Yo me encontraba en la cárcel y allí comencé
ona Novena á María Auxiliadora, pidiéndole la
salud de mi hijo. D esde el mismo día empezó
i mejorar y hoy está sano y lleno de fuerzas.
7 de Junio 1906.
Yo mismo necesitaba de todo el poder de
María Auxiliadora. Acusado de un homicidio,

É L

perté, que eran las 4 de la m añana, un com­
pañero me dijo que me había oído conversar
y agitarme en el lecho, pero que no me había
podido entender. O frecí darpúblicam ente gracias
á María A u x. en el Boleiin , si el sueño me
salía cierto. Y com o así fu é , cum plo mi
promesa. E l 5 de A g o s to , comprobada mi
inocencia, estaba en libertad, y en mi ca­
lidad de m aestro de capilla fui á acompañar
la Misa de la V irgen de las N ieves, Patrona
de mi Parroquia. Loada sea María A u xi­
liadora !
T o m ás In c a C a s t il l o .
Riobamba (Ecuador), Noviembre 27 de 1906.

104 —
Gracias, Madre nuestra !
Con mil lenguas te alabara, oh M adre A u ­
xiliadora, si mil lenguas tuviera! Una hermana
política mía ha sido objeto de los amorosos
cuidados de M aría Auxiliadora. E l 2 de F e­
brero de 1904 se hallaba en gravísim o estado,
á lo cual se añadía la postración y d eb ilid a d .
causados por anteriores gravísim os malestares.
Vino un padre salesiano á administrarle los
últim os Sacramentos. Pusímosle una medalla
al cuello. Y o prometí á María Auxiliadora, co­
m ulgar en su honor si nos concedía la cura­
ción de la en ferm a, y oh prodigio I aquel
mismo día quedó notablemente aliviada.
E l prodigio se repitió en M arzo de 1905,
cuando de nuevo temíamos perderla.
A la criatura nacida este año le pusimos
por nombre María, en señal de gratitud.
D e mi parte le doy rendidas gracias por mil
favores recibidos.
T e r e s a L oor

de

V é l e z Coop. Sal,

Manambi (Ecuador), N ov. 26 de 1906.

María conserva el Pastor.
Durante la semana santa enfermó nuestro
celoso Párroco, el R . P. D . José W enzin, de
tal gravedad, que el médico lo desahució. F i­
gurarse el estupor y la consternación que se
apoderó de nosotros al fatal anuncio, es im­
posible. Inmediatamente bajamos á la iglesia y
rezamos el Santo Rosario, y con voz ahogada
por el llanto suplicábamos á María Auxilia­
dora, no nos arrebatase nuestro padre espiri­
tual. Ella oyó nuestra súplicas é hizo ceder
la enfermedad. Gracias sean dadas á María,
que nunca desoye á sus devotos.
A d e l a V é l e z L oor
Presidenta de las H ijas de María
en esta ciu d ad ’
S . Francisco de Manabl (Ecuador), N bre. de 1906.

Habiendo caído gravemente enferma con todos
los* síntomas de una grave pulmonía, acudí á
María \uxiliadora prometiéndole hacer celebrar
una misa en su altar en la iglesia de S. Antonio
de Valencia y recibir los Santos Sacramentos.
Bien pronto experimenté una muy notable mejoría
y al poco tiempo me hallé perfectamente curada.
M a r ía C u e n c a .
Benimaclet (Valencia)

Con el corazón lleno de pura alegría, hago
público el favor recibido de la Reina de los Cielos
y Tierra, que ha devuelto la salud á mi hijo Este­
ban, que se hallaba á las puertas del sepulcro
con llagas en el interior del cuello, siendo de­
sahuciado por la ciencia médica. En prueba de
mi eterno reconocimiento, mando celebrar una
misa.
S a n to s Ib a r r a

v iu d a

de

A

r r ic ia g a .

Dao tambiéa, con toda fs efusión de su alntSr gradii
í María Auxiliadora y envían una limosna:
Barcelona (E.spaña). — Hercilia R. de P., po(
haberle devuelto la salud,- estando ya en extremo
de vida — Epifajiia Alaner» de A ra fo , por haber
devuelto á su padre la salud — N . de Arafo, por
haberla curado de una enfermedad -á la cara.
Cabeza del Buey (Córdoba - España). — Ma­
tilde Núnez SwM//eas, Cooperadora bal., da de todo
corazón gracias á María Auxiliadora por una seña­
ladísima gracia obtenida y agradecida manda una
limosna de 25 pías, para la Casa de Córdoba.
Carantoña (E.spaña). — Carolina López, por mul­
titud de favores.
Cartagena (Colombia). — Eduardo Amador
la limosna de francos 500 en acción de gracias por
un gran beneficio recibido por intercesión de María
Auxiliadora — Rosa Amador ofrece francos 60 en
acción de gracias por haber tenido un feliz alum­
bramiento.
Córdoba - España. — N , N , da gracias á María
Auxiliadora por una gracia recibida.
Gijón (Valencia-España). — Un Cooperador Salesiano, por vario.s favores recibidos.
Lucena del Cid (Valencia-España). — Marta Her­
nández, por varios favores.
Lyón (Francia). — María Denaclara Vda. Tuset,
por haberla sanado de una muy grave dolencia en
una pierna , acompañada de fuerte pleuresía, no
bien acudió á la celeste Auxiliadora.
Ochagavia (España). — Flora D íaz, por haber
.sanado de grave enfermedad.
La Plata (Argentina). — Ignacia Joreno , por la
salud de su esposo.
Pisagua (Chile). — Magdalena Taylor, por haber
sanado de la peste bubónica, acudiendo á María
Auxiliadora, después de haber sido completamente
desahuciada por los médicos. — Elena F. Nieto,
la cual, implorando la protección de María Auxi­
liadora, sanó de un maligno tumor en una pierna,
después de haber buscado en vano alivio y salud
en las medicinas humanas — Margarita Vda. dt
Andrade, por haber sido preservada prodigiosa­
mente de muerte inevitable en el terrible terremoto
de Valparaíso, invocando á María Auxiliadora.
Sta. Rosa de Mendoza (Arg.). — Pastor de Barcos,
por haber ganado un pleito importante, y se hace
Cooperador Salesiano.
Talca (Chile). — G. A ., por haberla escuchado,
librándola de una operación y curándola completa­
mente de grave dolencia.
Valencia (España). — Amparo Domingo, por fa­
vores recibidos — Milagro González, por la salud
de su querido esposo, librándolo también de penosa operación.
Vinces (Ecuador). — Isabel Ronquillo,’fiox'tzñcA
favores recibidos y remite la limosna de veinte cen­
tavos — Juana Arriciaga de Anchttndi, por hal^
sanado de una neuralgia rebelde, manda festejar
una misa y hace ostensible su gratitud recibida de
la Virgen de D. Bosco — Joaquina C. de León, pot
favores alcanzado de la Virgen, remito la manda
de un cuerpito de oro — Cristina Ronquillo, igual­
mente agradecida envía á la Virgen un cuerpito de
plata — Juan María d. uloza, alcanzando de I»
Virgen un portentoso milagro, manda un cuerp^
cito de plata.
— E. C. Cooperadora Salesiana por un favor reci­
bido.
,
Vigo (España). — E . C., por un favor recibido.
X* — E . B ., por haberle ayudado en sus
menes.

POR EL M UNDO SALESIANO
la Misa de Comunidad en el altar mayor de
■ nuestra Iglesia interna.
El número de Comuniones fué extraordinario
10292117
como correspondía á la santa preparación de
nuestros niños.
Durante la celebración del Santo Sacrificio se
cantaron: el Adoramus te -Cliriste de Palestrina.
SARRÚ (Barcelona). — Escaelas de Artes y Oficios.
O Sabitaris de Caudana y O Sacntm conviviinn
de Perosi.
L a víspera.
El Oficio solemne celebrado á las 10 por el
La festividad de nuestro Santo Patrono S. Fran­
Muy R ev.do S. R. D. Vicente Estadella, Cura
cisco de Sales era esperada entre nosotros con
Párroco de Sarria, se vió muy concurrido ])or
aquella excelente disposición de ánimo propia de
las representaciones del clero regular y secular
'as casas salesíanas.
y por números fieles. La capilla de María .Auxi­
La víspera, al mediodía repicaron todas las
liadora ejecutó con acompañamiento de orquesta
ampanas de la casa como quienes querían, tam­
la Misa solemne, á tres voces del inspirado y
bién ea esta ocasión, lo mismo que á diario, ser
joven maestro salesiano Don Felipe Alcántara.
las primeras en recordarnos que teníamos un
La interpretación fué tan esmerada como debia
grato deber que cumplir. El repique fué recio,
esperarse de los excelentes elementos corales de
y con ser tan grande nuestra casa y mucho el
que disponemos en esta casa.
trabajo en los talleres, no hubo niño qu.e no
Estuvo encargado de hecer el panegírico del
oyera el bullicioso repique, y que frotándose las
Santo Obispo de Ginebra el M. R.do Sr. Don
manos, ó guiñando los ojos, ó dejando escapar
Juan Forteya. Desde que expuso el tema de su
alguna palabrilla de íntima satisfacción, no se
discurso cautivó nuestra atención. « /« carne
las prometiese muy felices con las fiestas del día
enim ambulantes, non secundtan carnem milita^nus.
siguiente.
Nam arma militiae nosirae non carnalia sunt, sed
Cuando llegó la noche, y antes de la cena,
poieníia Deo ad destnictioticm munitionum.,... >
los niños en grupos bien nutridos acudían á la
Cor. II, X , 3 y 4. He aquí el texto que el orador
iglesia buscando en el tribunal de la Confesión
interpretó diciendo que. si los guerreros vencie­
un medio digno para prepararse á honrar al
ron y se coronaron con el laurel de la victoria,
suavísimo .San Francisco de Sales; y lo hicie­
lo debieron á las armas, y su gloria está escrita
ron con tal fervor que todavía á la hora del
con ríos de sangre y en pos de si no dejaron
Triduo se veian los confesionarios rodeados de
sino ruinas y desolación.
grupos de penitentes que hacían sonreír de sa­
En cambio los soldados de Cristo, vencién­
tisfacción por su religioso aspecto y recogido
dose primero á sí mismos ganaron dc.spués á sus
semblante.
hermanos con las armas inmortales de la ca­
El R. P. Salesiano Don Epifanio Fumagalli,
ridad y de la virtud, y muchos dejaron como
de temporada entre nosotros, terminaba aquella
fruto de su fecunda vida esas milicias de Reli­
noche sus pláticas, que los niños escucharon
giosos que están perpetuando el santo nombre
con interés digno de aplauso, y todo terminó
de CrLsto,
por aquel día con la Bendición solemne con
Ejemplo brillanie de e.so.s sanio.s guerreros fué
S. D. M.
San Francisco de Sales . varón ilustre por .su
saber y santidad . que in.spiró á otro varón inL a ñesta.
sigfne la fundación de esta magna y benemérita
Congregación Salesiana con sus numerosas casas
Amaneció por fin el ansiado día 29 y con él
y sus admirables obras. Para concluir excitó á
se despertaron las risueñas esperanzas de los
niños.
los niños á que jamás olviden el bien que se
les hace en las Casas salesíanas.
A las 7
nuestro amadísimo y reverendísimo
Nuestro selecto convite fué cumplidamente
E Inspector Don Manuel B. Hermida celebró
E SP A Ñ A .

En honor de S ,"



de Sales

— io6 —
atendido y obsequiado por el Rmo. Sr. Inspector
á quién secundó como Director de la Casa el
M. R. Don Luis Costam agna, que pocos días
antes se liabía posesionado de su cargo.
La solicitud y amabilidad de ambos contri­
buyeron á hacer pasar rápidamente á los convi­
dados las horas que nos honraron con su com­
pañía.
Después lie un concierto dado por la banda,
cjuc no pudo ser todo lo largo que se deseaba,
por falta de tiempo , se cantaron Vísperas so­
lemnes cun el mismo ceremonial de las basili-

El Sr. Inspector, al dar las buenas noches
tuvo un sentido recuerdo para nuestro venerado
Padre D. Bosco y expresó su confianza de que
pronto le honraríamos en los altares.
i Dios lo haya! que entonces el Boletín Saksiano será pequeño para dar expansión á nuestro
amor y nuestro entusiasmo.
Queda á sus órdenes, su
Afmo. in C. J.
E l Corresponsal.
Sarriá, Febrero 1907.

SARRIA (Barcelona). — En el Oratorio Festivo
de S. Francisco de Sales.
Como uñ eco de las fiestas precedentes fué lo
que se hizo el domingo siguiente en este Ora­
torio para solemnizar la fiesta del Santo.
La espaciosa capilla que allí existe, vióse
desde primera hora de la mañana ocupada por
numerosos niños de edad y condición tan di­
ferentes, que sólo el amor con que allí se les
trata es capaz de reunirlos á todos en paz y
armonía.
Celebró la Misa el M. R. P. Costamagna, que
dió la Santa Comunión á un crecido número de
sus infantiles feligreses, y les hizo una sentida
y tierna plática para alentarles á la práctica del
bien y al ejercicio de la virtud.
Quedaron tan satisfechos tos niños que á la
tarde acudieron en mayor número. Asistieron á
la Bendición con S. D. M. y participaron tam­
bién de una copiosa merienda.
La tarde la pasaron muy alegres y contentos
y entretenidos con los variados fuegos instalados
en el Oratorio, prometiéndose ser muy fíeles en
su asistencia al mismo y en corresponderá! bien
que se les hace.
En suma, que tenemos motivos de sobra para
alabar á Dios, por que no cesa de ayudamos
y nos permite a.si trabajar en favor de la pobre
•juventud abandonada.
HUESCA — Fiesta de San Francisco de Sales.
Mellopor — Altar edificado sobre la tumba de Sto. Tomás.
cas, y en fabordanes compuestos por nuestro
Maestro de capilla Don Felipe Alcántara. Can­
táronse también: el Iste Confessor, de Perosi ,
el Magnijicat
O . Ravanello y el Tantnm ergo,
<lcl M" salesiano J. Dogliani.
La representación de Las Pisírinas fué una
sorpresa; ya hacia muclio tiempo que no se ha­
bían puesto en escen a, y esta vez no se esca­
timó nada , decoraciones y vestuario nuevo, y
muchos ensayos para una ejecución esmerada,
y asi resultó, porque los niños aplaudieron con
insistencia y entusiasmo.
La banda de música llenó su cometido ejecu­
tando un selecto programa con gran precisión
y ajuste. Lástima que no se hubiera repetido
alguna pieza!

- Cortamos de la Asociación Popular de Huesca- Muy grata impresión nos han dejado las solemni­
dades religiosas celebradas en la Capilla de la Es­
cuela de Artes v Oficios en honor de S. Francisco
de Sales. F.n ellas pudimos admirar los adelantos
pasmosos que en la música han hecho los alumnos
de aquella Escuela, cantando con maestría y afi­
nación, desconocidas en Huesca, hermosas com­
posiciones, presagiando un verdadero progreso en
el divino arte una vez que hayan llegado á realizar
los Salesianos el plan propuesto ; y siendo garantía
de que, con el desarrollo ordenado y metódico dd
mismo, propuesto por los compietentes señores que
llevaron á cabo el del benemérito fundador, la Es­
cuela de Artes y Oficios ha de llenar cumplidameni*
su misión.
Incipiente, en verdad, es esta casa y data de muy
poco su apertura. Con todo María, cuya estatua co­
rona la hermosa fachada, la protege con su amparo
y la mira con ojos benévolos. Prueba de ello, es

— 107 —
solemne fiesta que los R R . PP. Salesianos celebra­ Era la primera vez que se celebraba bajo rito de
i*‘ clase con octava la fiesta de Nuestro Titular,
ron en esta ciudad en honor de su excelso Patrono,
oficio concedido benignamente por la sagrada Con­
S. Francisco de Sales, fiesta, que salió muy lucida
gregación de Ritos. A pesar de ser día laborable y
y brillante y fué de no escasos resultados.
Precedióla un triduo de preparación. E l entu­ de intenso frío, el Santuario fué muy concurrido,
y durante el triduo y la novena fueron numerosí­
siasmo juvenil de los niños llevó muy luego la
simos los fieles que se acercaron á los Santos Sa­
alegre nueva á toda la población. L a fiesta de San
cramentos.
Francisco de Sales iba á celebrarse por vez primera
E l venerando P. Rúa celebró la Misa de comunión
en estas Escuelas de S. Bernardo dirigidas por los
hijos de D. Bosco. Cundió la voz y 5^a desde el pri­ general de los artesanos, y la de los estudiantes
mer día \nóse la capilla concurridísima. Feliz es­ el Apóstol de la Patagonia y Arzobispo de Sebaste,
Mons. Cagliero.
tuvo la infantil Capilla de Maria A uxiliadora que
En la Misa Solemne y las vísperas pontificó
ejecutó con maestría durante él, el Rosario cantado
Mons. Masera, Obispo de Biella. Pronunció el dis­
de J. Villani, el Quasi arcas del mismo, el Tantum
curso el Dr. Carlos Cuttica, Archipreste de Fruergo de Alessi y los gozos del Santo, compuestos
para esta ocasión, letra de Ogubas V música del ya.citado M tro.
J. villani. Predicó durante el tri­
duo el ilustrado Sr. C a p ell^ de
las Copuchinas, D. Mariano Laguna.
Al amanecer el 3 de Febrero,
3 hermosas banderas anunciaban
la fiesta que en las Escuelas iba
á celebrarse. Amanecía el día
frío en extremo, lo que no impi­
dió que á las 7 tuviera lugar la
misa de comunión general. A las
9 hubo otra misa y á las lo
ofició de pontifical el limo. Sr.
Obispo de esta ciudad, ocupando
la sagrada cátedra el R. P. Martín
Sánchez de la C. de J. Elogió las
virtudes de S. Francisco de Sales,
pronunciando un hermosísimo pa­
negírico, y terminó describiendo
alSalesiano, heredero de su espí­
ritu y su constante imitador.
Durante las augustas funciones la
Capilla de María Auxiliadora
cantó la Misa de Capocci, in­
terpretada con delicadeza, y sen­
timiento y que no desmereció en
Lá gruta del pequeño monte de Sto. Tomás.
nada de tan solemnes cultos, el
duosi Arcus y los gozos del San­
garolo, antiguo alumno de D. Bosco, y supo
to. Por la tarde Trisagio cantado del joven
presentar admirablemente al Doctor de Ginebra
Mtro. Felipe Alcántara con S. D. M. de manifiesto,
como inspirador de las grandes Obras del pastoriTantum ergo de Alessi y bendición con el SS. que
cillo de Castelnuovo d ’Asli.
dió el limo. Sr. Obispo. Túvose asimismo en esa
L a Escolanía del Instituto, generosamente ayu­
misma tarde la conferencia de reglamento á los
dada por los artistas de la ciudad, se mostró á la
Cooperadores Salesianos, dada por el M. I. Sr.
altura de su fama, haciéndonos gustar las armonías
Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral que­
del Palestrina en su clásica Misa }esn Nosira Redando así con su autorizada palabra cerrado el
demptio, con las partes variables en severo canto
programa de fiestas que los RR. PP. Salesianos
gregoriano.
de esta ciudad dedicaron á su dulcísimo Patrono
L a hermosa solemnidad, de que fué Prior el
S. Francisco de Sales, y á las cuales asistió nu­
señor Marqués de Roasenda, fué coronada con
meroso é ilustrado público.
la hermosísima representación de la tragedia
S. Eustaquio.
IT A L IA .
Al día siguiente el Santuario aparecía vestido de
TURÍN — Fiesta de S. Francisco de Sales.- —
luto : bajo la soberbia cúpula se levantaba majes­
Peñera! de D. Bosco — Coaferencia.
tuosamente triste el túmulo para la celebración
del anual funeral de nuestro inolvidable padre Don
El 29 de Enero se presentaba suntuosamente
Bosco, que tuvo lugar el 31, con asistencia ponoigalanado el Santuario de María Auxiliadora,

1

— io8 —
tifical de Mons. Cagliero, celebrando D. Rúa y ha­
llándose presente todo el Capítulo Superior de la
Pía Sociedad Salesiana. Las notas de Palestrina y
Anerio llenaron ese día las bóvedas del templo.
El 2 de Febrero dió la Conferencia á los Coope­
radores Salesianos el limo. Sr. Cagliero en la Igle­
sia de S. Juan Evangelista. £1 orador con rasgos
concisos y escultorios, y con el convencimiento de
un testigo ocular, íué mostrado gradualmente el
prodigioso cuadro del desarrollo de la Obra de D.
Bosco en el mundo, desde que, semilla impercepti­
ble, lanzada por Dios en un prado de la capital al­
pina, empezó á brotar, hasta el día de hoy que
es árbol gigantesco que abraza el mundo con sus
benéficos ramos. El venerable Arzobispo, blan­
queado ya con la nieve de los años, y algo encur­
vado, aunque vigoroso y sano, bajo el peso del
apostolado y los laureles de cien victorias, tuvo
rasgos verdaderamente sublimes, de esos que en­
tusiasman, conmueven y estimulan.
El órgano, hábilmente tocado por Pagella, y la
la solemne Bendición del Santísimo Sacramento,
acabaron de dar suceso á la simpática función.
BOLONIA. — Para promover las obras salesianas, el Comité de Cooperadores de la docta ciudad
invitó al P. Juan Semería á dar una conferencia á
favor del instituto que los Hijos de D. Bosco di­
rigen allí. El ilustre orador aceptó, y el 9 de Enero
cu la sala del Museo Nacional, daba la esperada
coiiíereiicia, ante numeroso y escogido auditorio,
desarrollando, como él sabe, el significativo tema :
E l Cristianismo y el Progreso.
CATANIA — Una nueva sociedad esportiva.
En el Oratorio festivo de S. Felipe ,uno de los
más florecientes de Sicilia, se ha inaugurado una
sociedad esportiva. Llámase Ardor, y fué bendecida
é inaugurada por el Eminentísimo Cardenal Francica Nava.
MILÁN. — Ecos de la Exposición. — Con el in­
cendio- de algunos pabellones, se redujo á ce­
nizas, entre muchos objetos de arte y de valor,
también el fruto de varios meses de trabajo
de los niños del instituto Salesiano de arte deco­
rativa. A pesar del desastre, no se desanimaron los
niños, y trabajando enérgicamente lograron exhi­
birse de nuevo en trabajos dignos del arte moderno,
á los cuales asignó el Jurado la Medalla de Oro.
ROMA. — El Circulo del Sagrado Corazón ha en­
arbolado su proprio estandarte, que será emblema
de sus triunfos y símbolo de la gloria que habrá de
conquistar entre las asociaciones de la entusiasta
Juventud Católica de Italia. Para estrenar dig­
namente su bandera, oyeron devotamente la
Misa celebrada por Mons. Symon y luego, acom­
pañadlos del Comettdador Dr. D. Pablo Pericoli,
Presidente General de la Juventud Católica Ita­
liana, tuvieron la envidiable suerte de ser recibidos
por el Padre Santo, y escucliar de sus labios pala­
bras de aliettto y bendiciones de padre.
Por la tarde, las naves del Santuario del Sagrado
Corazón presentaban un espectáculo grandioso. En
las laterales se remecía la briosa juventud romana

de varias asociaciones católicas, congregados allí
por solidariedad, en el centro estaban nobles da­
mas y caballeros. En medio de las emocionante®
armonías de la Schola Cantorum, se avanza Su
Emcia. el Card. F. de P. Cassetta, llamado con ra­
zón el padre de los pobres, el admirador de toda
obra buena. La bandera .desplegada en medio, era
sostenida por el presidente del Círculo D. P. Poeáo
mientras tocaba un borde S. E. la Princesa Lúea
Motta de Bañara Ruffo, Madrina y patrona del
círculo. En medio de tan bella función hubo en
momento de sensación profunda, y íué cuando el
Cardenal y la Princesa besaron la Bandera. Acto
seguido pronunció un discurso de ocasión Mons.
Salotti, haciendo palpitar el entusiasmo con d
recuerdo de las victorias adquiridas por los cató­
licos luchando al amparo de las .banderas de Crista
El ilustre Purpurado impartió la Bendición coa
S. D.M. y por por remate hubo un lunch de gala ne
el teatro del Instituto.
Mas el mejor recuerdo es un autógrafo del Pa­
dre Santo, que guardará el Círculo como una re­
liquia y estimará como palabra de orden, como
prenda del amor del Padre de los fieles.
A M E R IC A .
ASUNCIÓN (Paraguay). — Distribución de Prfr
míos en el Colegio Monseñor Lasagna. — Verificóse
con toda solemnidad el 2 de diciembre, en el vasto
patio del Colegio, ante una reunión numerosa de
distinguidas familias. A la hora conveniente se le­
vantó el telón y apareció un cerro, magníficamente
reproducido, coronado por un castillo, en cuya
cumbre flameaba airosa la bandera nacional, á la
que hacían la guardia una escolta de marineritos:
siguió una poesía á la Bandera, y un himno pa­
triótico, declamados con verdadero entusiasmo por
dos alumnos.
Púsose en escena la graciosa comedia :« Un expe­
diente para, viajar,» que divirtió muchísimo. Des­
pués de la grandiosa marcha Juana de Arco, do
Verdi, ejecutada en piano por el Prof. Queirolo, di­
rector del Colegio, y el alumno Bazano, pronunció
el mismo Sr. Director un bien elaborado discurso
sobre la educación cristiana, única salvaguardia
de la sociedad.
Vino la distribución de premios de conducta y
clases de adorno; un robusto coro de hombres y
niños ejecuta el hermoso coro de Lombardi Oh Signore, y en seguida la Zarzuela « Por ser el último
día,» compuesta expresamente por el Prof. Queirolo.
Terminó con la distribución de premios de apli­
cación.
BUENOS AIRES. — Ea honor de la Inmaculada.
E l día ocho de Dicbre. dedicado á la Purísima (la
tradicional fiesta de Almagro), el Templo-Home­
naje presentaba un aspecto imponente y majestuoso
á pesar de sus paredes rústicas y sin revoque, falta
de pavimentación y de ventanas, lleno de armar
duras y andamiajes y con Altares provisorios. —
El espectador dirigía su mirada á la esbelta y
característica Cúpula, adornada con esculturas é
imágenes simbolizando los cuatro Evangelista»

— 109 —
y más alto en cuatro templetes cuatro ángeles sim­
iacos con instrumentos musicales que represen­
tan la gloria, y reciben luz por una galería exterior
qne es de admirable efecto tanto en el exterior como
pjr el interior de la misma cúpula.
Además de esta novedad de la Cúpula concluida
y descubierta, el espectador veía el revoque comjjeto de las bóvedas centrales y laterales que con
sns hermosas líneas y con sus costillones ó nerva­
duras, propias del estilo románico-lombardo, dan
una idea espléndida de la arquitectura eclesiástica
ai toda su pureza y magnificencia.
Lo que no podía verse ejecutado aún ,y que toda\ía es un piadoso deseo, el Camarín de la Vir­
gen, siquiera se veía pintado y dispuesto de tal ma­
lera con el Cuadro de la Purísima, su Altar y sus
escalinatas, que ofrecía al espectador una idea clara
de su forma y de sus grandiosas y estéticas pro­
porciones.
Se ha anticipado algo esta inauguración para
satisfacer los justos deseos de los que contribuyen
i la construcción del Nuevo Templo, haciéndoles
verlos adelantos de este año ; y por último hemos
tratado de interesar á todos los feligreses para que
presten su óbolo para la pronta terminación del sa­
grado edificio.
Las primeras Comuniones: A las 6 a. m. un nu­
meroso grupo de niños estudiantes y artesanos se
veían dispuestos en las galerías, ante el templete de
la Inmaculada, para su primera Comunión. —
Las voces des quinientos alumnos, que rezando y
cantando, el subir y bajar devotos y recogidos por
las gradas en el solemne momento que dos sacer­
dotes repartían el Pan de los Angeles, daban á
aquel cuadro unos matices celestiales que conmo­
vían.
No bien acababan esas falanjes de niños intemos
de acercarse á, la sagrada Mesa, otros escuadrones
de ciento cincuenta niños de Primera Comunión
les sucedían. Eran niños externos del Oratorio de
San Francisco de Sales y de nuestra Parroquia.
El espectáculo más sorprendente fué cuando
doscientas niñas de primera Comunión vestidas
de blanco llenaron casi toda la nave del medio, pre­
parándose á recibir al Rey del Cielo ; mientras desde
lo alto de la Cúpula un nutrido coro de voces blan­
cas y barítonos entonaba el Motete Tota pulchra es
Marta alternado con el cántico Magníficat, esplén­
dida composición del M°. Pozetti. — Otros dos Sa­
cerdotes administraron por largo rato la Sda. Co­
munión á ese tercer grupo de niñas de nuestra Panoquia; y vimos llegar á 500 los niños y niñas, que
hasta las 9 a. m. fueron sucediéndose ante el Altar
saato para recibir por primera vez el Sacramento de
b pureza y del amor.
Enteramente repleto estuvo nuestro Templo
durante la Misa Solemne, que se cantó en el Ca­
marín de laSS.Virgen, asistiendo todos los alumnos
co las galerías mientras se celebraban misas re­
radas en el .Altar inferior.
Pero el verdadero triunfo de la piedad y la mamíestación encantadora la ofreció nuestro Sanmario por la tarde con la tradicional Fhrocesión

de la Inmaculada. — Cantadas las Vísperas por
todos los alumnos y Clero en las Galerías y ordena­
das y a en las afueras dei Templo todas las Aso­
ciaciones que iban llegando empezó con perfiecto or­
den y con suma devoción el desfile hermosísimo do
la Procesión colocándose de ocho en fondo todas las
agrupaciones piadosas, que llegaban á cinco mil
personas y además una inmensa y compacta multidud de espectadores respetuosos y devotos. —
Por todas partes resonaban los cánticos sagrados
acompañados por los acordes de dos bandas de mú­
sica, y alternándose en toda la extensión de la pro­
cesión el canto con el rezo del Sto. Rosario, ;U
cual contestaban las olas movedizas de los especta­
dores en ambas aceras. — Los hermosos estandar­
tes de las Asociaciones, los escuadrones de niñas
blanco vestidas de i* Comunión, Hijas de María, de
los SS. Angeles, etc. los hermosos uniíormes de va­
riados colores de las Compañías de los niños, los
ornamentes sagrados del Clero daban al espectáculo
religioso un aspecto deslumbrador, que imponía
respeto y despertaba admiración. — Al volver la
procesión al Templo se notó muy bien cómo su
extraordinaria capacidad era oportunísima (aun­
que escasa) para estas solemnidades. Todas las
Asociaciones de niños y hombres ocuparon las ga­
lerías, y mientras el pueblo llenaba todos los ám­
bitos del Templo superior, las Asociaciones de
niñas y señoras con muchas otras personas se co­
locaron en la cripta.
Digno remate fué la Velada en honor de María
Inmaculada, que llenó de santo entusiasmo y de
satisíación á todo los generosos vecinos de Almagro.
MALDONADO (Argentina). También aquí deja
inperecederos recuerdos la solemnidad de María
Inmaculada. Muchos niños y niñas se acercaron
llenos de amor por vez primera al banquete
de los ángeles. Padres y madres de familia, jóve­
nes y hombres .de mundo participaron también de
él. El Círculo de Obreros de Maldonado asistió en
en corporación á la Misa Mayor, edificando con su
digna actitud y devoción.
Imponente sobre toda ponderación fué la pro­
cesión de la tarde: en ella se inauguró un amplio
pórtico del edificio en construcción para los Huerfanitos. A l volver á la iglesia, habló el director do
los Hueríanitos y párroco del Sdo. Corazón, y el
público no pudiendo refrenar por más tiempo el
entusiasmo, prorumpió en un imponente / Viva Ma­
ría Inmaculada l
Siguieron dos días de fiestas en que hubo di­
versiones útiles é inocentes, como la rifa-bazar,
en que se hicieron acreedores á la gratitud de los
Salesianos y de sus alumnos varios comerciantes
generosos y algunos abnegados caballeros que
ayudaron.
Un aplauso especial se merece la Cofradía del
Smo. Sacramento que trabaja asiduamente por
fomentar la frecuencia á la Sagrada Comunión, no
sólo entre los niños, sino también entre los adultos.
A la fiesta de la Inmaculada siguió la distribu­
ción de premios, efectuada con toda solemnidad el
16 de Diciembre.

— lio —

NECROLOGIA.
El Emmo. Card. Luis Tripepi.
Moría el 29 de Diciembre en Roma, á conse­
cuencia de una hemorraffia cerebral. Tres días
antes había sido atacado de bronquitis.
Nacido en Cárdete de Calabria, pasó desde muy
joven á Roma donde se consagró con ardor á las
ciencias eclesiásticas ; íué ordenado de Sacerdote
y no cesó de escribir y dictar elocuentísimas con­
ferencias y cumplir cargos delicados, hasta que en

parado : su vida había sido edificante, pudién­
dose resumir en estas dos palabras : Operosidad y
modestia. Sacerdote, Profesor, Rector del Colegio
Romano, Cardenal, siempre íué igual á sí mismo; y
la modestia que lo hizo amable en los primeros cargos, lo hacía además admirable bajo los esplendores
de la púrpura. Si á esto se añade su vasta y sólida
ciencia hallaremos la razón de la estima universal
de que gozaba.
Fué constante Cooperador salesiano.
Había nacido en 1841 en Bordogna de Valle
Bembrana.

La Sra. Dona Dorotea Scholtz y Caravaca.
El I®de Octubre p. p. falleció confortada con los
auxilios de nuestra Religión sacrosanta, la respeta­
ble señora y distinguida cooperadora salesiana,
doña Dorotea Scholtz y Caravaca.
Dama distinguidísima, ocupaba muy digno lu­
gar en la alta sociedad malagueña y no menos ele­
vado en el corazón de los pobres, y de los niños des­
amparados quienes sabrán testimoniar á su me­
moria la gratitud debida elevando al Cielo fervientes
plegarias por el descanso eterno del alma de la
finada.
¡Dios tenga en su santa gloria á la piadosa y ca­
ritativa señora! Rueguen nuestros lectores por
ella ,y reciba su muy apreciable familia nuestro pé­
same más sentido.

D. José Bologna, sac. sales.

E l C a rd . L u is T rip e p i.

el Concistorio del 15 de Abril de 1901 León X III
lo distinguía con el Capelo Cardenalicio.
Su caridad se demostró ampliamente en la des­
gracia que sufrió la Calabria en los últimos te­
rremotos. Vivió siempre modestamente ; murió en
un lecho humilde y éste, provisto los últimos días,
pues de ordinario dormía en un sofá, encima del
cual, y en la pared, había puesto este letrero :
Morituro satis. Para quien ha de morir, esto basta.
Dejó dos abundantes legados para sortearse
entre los periódicos católicos.
Era ferviente cooperador Salesiano y admira­
dor profundo de D. Bosco, cuya obra vidas de los
Paf>as, cita frecuentemente sus obras. Era el Po­
nente de la causa de nuestro Fundador.

El Emmo. Card. Félix Cava^nis.
En la mañana del mismo día que murió el Card.
Tripepi se encontró muerto en su cama el Em.mo
Card. Cavagnis. Pero la muerte no lo halló impre­

El 4 de Enero moría repentinamente en el Ora­
torio de Valdocco este ilustre Hijo de D. Bosco.
Venido al lado de D. Bosco en 1861, fué compa­
ñero de Francisco Besucco y émulo de sus vir­
tudes. Ordenado de Sacerdote fué inmediatamente
nombrado Prefecto externo del Oratorio, cargo
que desempeñó durante siete años, hasta que el 78,
en que fué mandado á Francia, en donde pasó 29
años de no interrumpido trabajo, primero como
Director de Marsella y Lila y luego como Inspector.
Largo sería enumerar sus trabajos: baste decir
que, dotado de exquisitas dotes que ganaban á
corazón de cuantos lo trataban, vió multipli­
carse bajo sus manos las obras de D. Bosco en el
Sur y el Norte de Francia. De una bondad encan­
tadora, jamás pudo imaginarse que los salesianos
se vieran precisados á emprender el camino del
destierro en una nación que se precia de ^
madre de la libertad y en donde los salesia­
nos no cometían otro delito que el de reco­
ger niños desheredados para devolverlos á la so­
ciedad convertidos en dignos obreros y honrados
ciudadanos; así es que esperó siempre, confiado
quizá también en los buenos oficios de eminentes
personajes admiradores sinceros delaobrasalesiana.
Pero también fué despreciada la voz de esos perso­
najes. Así Don Bologna asistió á la desocupación
de los colegios que había fundado, vió arrojar á la
calle los niños que educaba, poner en almone^
los edificios con tanto trabajo levantados.
este cúmulo de penas tenía que abatir la fibra mai



robusta, y tal vez el golpe apoplético que lo arre­
bató á nuestros Superiores, que aún se prometían
mucho de sus grandes cualidades, fué debido á
fjifls. Oremos por la víctim a y oremos también por
Jo que le persiguieron l

Cooperadores Salesianos difuntos.
Da. Adela Moredo, viuda de Palomero— Archidona (Málaga).
Da. Francisca Vázquez Pérez
Cartaya (Huelva)
D. Diego Morgado
*
»
D. Manuel Pérez
>
*
D. Francisco Vázquez
>
»
Da. Mariana Pérez
»
*
D. Manuel Pérez Noroa
D. Francisco Vázquez
D. Hermenegildo Rocha
Da. Antonia Gómez Pérez
Da. Dolores Gómez Pérez
Da. María Pedraza Gómez
Da, Antonia Peréz Díaz
D. Gonzalo Gómez Romero
D. José Pedraza Romero
Da. Dolores Martín Chaves
Da. Dolores Díaz
D. Faustino Pérez
Da. Natalia Bem al
D. José de los Santos Romero
»
*
Da. Tomasa Florencio Romero
*
*
D. Francisco de los Santos
D. Francisco Bem al López
»
»
D. .\ntonio Toscano Castillo
»
*
D. Tomasa Díaz de los Santos
»
»
Da. María Zamorano Cárdenas
»
»
D. Eleuterio Díaz de los Santos
Da. Carmen Cruz Villeda
D. Raíael López Ponce
Da, Eulogia Novoa Santiago
D. Gonzalo Pérez Rodríguez
»
»
Da. Francisca Vázquez Pérez
»
>
Da. Josefa Gómez Pérez
Erna. Sra. Condesa de Antillán
Granada
D. Fermín de la Sierra
Huelva
Da. Ana Coto
*
Da. María M ^dalena
»
Da. Margarita Galliía
»
Da. Pastora Hierro
*
D. Lorenzo Bermejo y Ecsaao
imolága
D. Anastasio Sotés
Mméhd
Extna Sra. Condesa, viuda de T o m an aa
D. Toribia Alcolado
Da. Ignacia Mendoza
D. Máximo Ruiz de los Paños
Exma. Sra. Marquesa de Tolosa
Enna. Sra. Marquesa de Perales
D. Luiz López Niculant
Da. Margarita de Avira
R. Sr. D. Ensebio R ivera Sanlúcar la Mayor
D. José Salguero
Los Santos (Cáceres)
D. Francisco de P. Fedriani
Sevilla
D. Federico Pantaleón Orüz
>
E- Sr. D. Jerónimo Garrido Sánchez
>
E. Sr. D; Eduardo Gordillo, Pbro .
>

III



Da. Juana Beltrán
Da. Matilde Perodi
Da. Dolores Romero
Da, Dolores López Ñuño
D. Lm z Bravo
D. Francisco Solé y Macías
Da. Luisa Daguerre viuda de BoateUa
D. José María Tobiá
D. Joaquín Livianas González

(Dcmorias biográficas
DB

MOS-

LUIS

LASAG N A

f Continuación)
Y hé aquí que uno de ellos, arrancando de un án­
gulo del patio un cardo silvestre erizado de punto­
sas espinas, le dió él en el rostro. Con lo recio del
golpe sembráronsele aquellas puntas en la cara y
algunas se le entraron por los ojos con peligro de
enceguecerle. No pudo aguantar el misionero tan
extremada caricia y hubo de retraerse á su apo­
sento donde á duras penas le sacaron las espinas
de los ojos, i Vale Dios que habían quedado intactas
las pupilas, y de consiguiente salva la vista ! Este
doloroso lance no impidió al buen sacerdote decir
algún donaire sobre tal casta de mimos y volver,
apenas pudo, á mezclarse con aquellos queridos rapazuelos á quienes, por lo mismo que eran rudos é
ignorantes, le profesaba particular cariño.
Como era natural, si cuidaba de todos los insti­
tutos de la Inspectoría, consagrábase con especial
esmero y más que paternal afecto al Colegio de
Villa Colón, por ser el primero que había fundado
y donde más había trabajado y sufrido. Trataba,
pues de que, en lo posible, estuviera bien provisto
de maestros y asistentes; en él pasaba todo el
tiempo que le quedaba libre, prodigando á aquellos
niños y jóvenes,casi todos de las familias más grananadas de la República, la más solicita é inteligente
para que cada día medrasen en el saber
y en la virtud. Y de este predilecto colegio coscchóabundantísimos frutos, como harto lo demuestra
el avetajamiento de muchos alumnos y su admi­
rable perseverancia en el bien, aun después de la
salida del colegio. L a Sociedad de los ex-alumnos
será una gloría inmortal para el P. Lasagna.
También las Hijas de María Auxiliadora y la
gran muchedumbre de sus educandas eran el blanco
de los pensamientos y desvelos de nuestro apóstol.
En efecto leemos en las Monografías de los institu­
tos para
de la República Oriental del Uruguay
cómo en el año de 1885, resultando insuficiente la
(V . N . de Febrero).



antigua casa de las hermanas, el P. Lasagna la en­
sanchó construyendo á par de la misma un gran­
dioso edificio. Mientras no se pudo tener iglesia
pública íué habilitada para capilla una sala de la
nueva construcción que bendijo el Il.mo Sr. D. Ino­
cencio María Yéregui, segundo Obispo de Monte­
video. Pero con este desarrollo material de los insti­
tutos confiados á las Hermanas de María Auxilia­
dora no guardaba proporción el exiguo número de
Maestras y Directoras que hasta entonces habían
zarpado de Europa. Animoso y arriscado como en
todas sus empresas, el P. Lasagna concibió el de­
signio de fundar un noviciado en donde reunir á las
jóvenes americanas que diesen señales inequívocas
de vocación, y no excusó gastos ni fatigas para po­
nerlo en planta. En aquel instituto, á medida que
las novicias se modelaban conforme al espíritu re­
ligioso adiestrábanse asimismo, en aulas al efecto,
en el el difícil arte de educar y se preparaban á ren­
dir exámenes públicos. D. Bosco aprobaba la obra
del P. Lasagna bendiciendo las primicias de su celo
y adivinando el maravilloso adelanto que dicha
institución alcanzaría en el Uruguay y en el Brasil.
Asi es que también para las Hermanas de Don
Bosco se instituyó la Inspectoría Uruguaya, con
una Visitadora especial, independiente de la de
Buenos Aires.
El Jubileo extraordinario concedido por el Sumo
Pontífice León X III á todo el pueblo cristiano en
el año de 1886, fué para el P. Lasagna un nuevo
acicate que le aguijó á trabajar con creciente celo
y tesón por la salvación de las almas. Tenemos que
renunciar á la idea de seguir sus pasos y de enume­
rar las piadosas industrias de que se valía en sus
institutos, sus santas peregrinaciones y la ímproba
labor á que se sujetó para facilitar al mayor nú­
mero posible de personas los medios de lograr las
santas indulgencias y de gozar de las especiales
ventajas del Jubileo. Sin embargo no hemos de
pasar en silencio el gran bien que hizo en la iglesia
paroquial de Paysandú, según se le escribió á Don
Bosco uno de los Cooperadores Salesianos de aque­
lla ciudad con fecha del 20 de Mayo de 1886. Hé
aquí en qué términos se expresa :
« Sabrá V. R. como en estos días, para avivar
el fuego de la caridad divina y de la propaganda
síüvadora, llegó muy á punto el Dr. D. Luis L a­
sagna, tan querido y estimado en esta ciudad donde
los hombres de todos los partidos saben apreciar
su espíritu conciliador, su incansable actividad y su
desinterés en todas las empresas que pueden re­
dundar en lavor de los pobres y de los niños desva­
lidos. Con su predicación fácil y fervorosa preparó
antes á los niños y niñas al precepto pascual y pa­
saron de doscientos cincuenta los que comulgaron
de su mano el día 9 de Mayo; ciento de ellos reci­
bieron al Señor por vez primera en medio de un
inmenso gentío que asistía al solciune acto con el co­

112



razón enternecido ylos ojos arrasados en lágrimas.
El siguiente día estaba destinado á las Señoras de
la Conferencia rodeadas de sus pobres, ancianos v
desamparados. iQué espectáculo conmovedor! ¡Si
esos que tanto hablan de igualidad y fraternidad
sin entenderla hubieran presenciado aquella escenal
Y o que estaba presente no pude contener las lágri­
mas y lloré de consuelo. s>
» Pero se acercaba el domingo 16 de Mayo, fes­
tividad del Patrocinio de S. José, destinada para
la Pascua de los hombres y particularmente de les
Socios del Círculo Católico. Tratábase de ima gran­
de novedad, y bien se le alcanza á V. R. cuánto
cuesta el primer paso en estos tiempos de abierta
persecución ó de glacial indiferencia. Muchos tenían
por imposible la empresa, y aconsejaban que se
abandonase ó aplazase para evitar un fracaso se­
guro; sin embargo el éxito más espléndido coronó
la fe de los buenos y la labor del Dr. Lasagna.
Paysandú vió, por vez primera desde que existe,
á ciento veinte hombres acercarse á la Sagrada Mesa
con la actitud y devoción de una fe grande y sentida.
Aplauso bien merecido y á un tiempo testimonio
elocuente del celo industrioso del misionero.

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Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1907