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Título
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BS_1923_11
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Descripción
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Boletín Salesiano. Noviembre 1923
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Fecha
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1923.11
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extracted text
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w
o
0 ^1
Boletín Salesiano
R E V I S T A DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año XXXVIII -
N. II
Noviembre 1923
S u m a riO p — Crista vive. Cristo impera. Cristo reinará. — Exposición Salesiana en Dueños
Aires. — La Obra Salesiana en la Patagonia. — Tesoro espiritual. — Monseñor Santiago
Costamagna. — De nuestras Misiones: Una visita a la Misión 5a/est‘o na de Katanga. — E pi
sodios de las Alisiones. — La Cuestión Social p las Escuelas Profesionales Salesianas, —
Coloquio iri/eresonte. — Culto de María Auxiliadora, - Gracias de Aforío Auxiliadora, —
Por el mundo salesiano. — Los que mueren.
VIEOMA O^ap. A r p a n tliu ) . — L o s a lu m n o s sa lu d a n a la b a n d e ra en las fls s ta s da m ayo.
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A v e n id a R e g in a M a r g a r id a , 1 74 — T U R iN ( it a lia )
NOVUM MISSALE
HfícictnlA D A m oiinin cleereto Sacrosancti Ooncilii Tridentim
miSSllKj llOlülllUllll restitutuin S. Pii Y. P. M. jussu editum alinrum Pontiíicuni cura recognitiun a Pió X reformatum et SS.mi
1). N. Bciiedicti XV auctoritate vulgatum.
1) Editio typica Vaticana nigro tan tu m impressa, cnm nibricis italicis litcris resultantibiiF,
in charta
sed solúla. Cm. 17x2G marginibus comprebcnsis.
Shie i'-gumnito: Libellac 30. — Apud ext^ros: libellae 42.
Go7itectum: 1) Semipellc ac tela, sectione rubra, titulo ac cruce deauratis: Libellae 60. —
Apud extcros: lib. 84.
.. -r-, n da
a i
2) Tola poUe nibeo colore, sectione rubra, titulo ac cruce deauratis: Libellae 80. — Apuil
exteros: libellae 11 2 .
.
3) Tota pello rúbeo coloro, auratis foliis, titulo deaurato m dorso ac cruce aurata in
plauibus: Libellae 100. — Apud exteros: libellae 140.
2) Editio Turonica ju x ta typicam Vaticanam. Cm. 2 3 x 1 5 . Impressum rabeo mgroque
colore. I^ine tcgiunenlo: Libellae 70. — Apud exteros: lib. 80.
. . .
,-u aa
GontecUini: 1) Liutco, cum titulo aur. o, sectione rubra. Libellae 84. — Apud exteros:
2) Onmia u t supra N. 1 sectione vero aurata. Libellae 91. — Apud exteros: libellae 100.
31 Tota pelle, cum titulo áureo, sectione rubra. LibeUae 112. — Apud exteros: libellae 120.
41 Oinnia
u t supra N. 3,sectione vero aurata. Libellae
140. — Apud exteros; libellae
3) Editio Turonica ju x ta typicam Vaticanam (N. 14 typus 28x19). Impressum rúbeo
ui'uoque colore. Textus illustrationibus nitet, chrolibinaque improssione adeo perbelli refulget.
jierspicuitas litcrarnm visum non laedit. Minimum est pondus bujus Missalis (2 Kg.) ut
a pueris ecclesüs inservientibus ferri potest.
8bie tegumento: LibeUae 70. — Apud alias nationes: libeUae 80.
Gontectum: 1) Semipelle ac tela rúbeo colore, sectione rubra, titulo ac cruce deíiurafis:
Libellae 125. — Apud alias nationes; libellae 140.
a
a i
2) Tota pelle rabeo colore, sectione rubra, titulo ac
deauratis: Libtdlae 200. — Apwi
alias nationes: libeUae 220.
_
.
3) Tota pelle, rabeo colore, auratis foliis, titulo deaurato m dorso ac cruce aurata m planiP.
Libellae 225. — Apud alias nationes: libellae 245.
,
4) Editio Turonica ju x ta tj-pieam Vaticanam, manualis 1922 (cm. 10 x l5 ). Lditio m óm
nibus cum editiune concordans, eharta indica ícnui et solida, cum characteribus.m agnis ct
perspicuis rubro et nigro impressis, aecuratissima.
8inc Icgunivniu: Libellaí' 28. — Apud exteros: libellae 40.
GoHtedumx 1) Linteo, cum titulo áureo, sectione rubra: Libídine 35. — Apiul exteros; Libollae 17.
n
r2) Onmia u t supra, sectione vero aurata; Libellae 40. — Apud exteros: libellae oo.
6) Editio I Taurinensis, 1921. iuxta typicam, commodissima, in paginis conliciendis eonim oditatis ratione habita, fere numqiiam lectorem ab una ad aliam paginam rem ittens, pagp a te n t eni. 1 4 x 2 3 Vi:* riibro-nigro impressae, eiim lineis rubris in quadrum ductis, chámeteribus iiitidissimis appovsite fiisis, leetn valde idoneis.
Editií) haoc in diiabus chartis diversis venit:
In charta indica siibtili ac solida (Missal. religat. gramm. 600 pondo)
In charta a machina crassiore (Missal. religat. gramm. 1100 pondo).
Sine tegumento: Libellae 50. — Apud exteros: libellae 65.
Gonteetinn: 1) Seiiii-pídle ralK'a ac tela eiusdeiii colorís in planis, titulo ac crace in planiSr
foliis colomtis (vel infeclis coloribus): Libellae 75. — Apud exteros; libellae 9.,60.
2) Tota pelle rabea, foliis colomtis, titulo in dorso ac aurata crace in plañís: LibeUae sw— Apud exteras: libellae 117.
. , • t -a haaIOO
3) Tota pídle rúbea, deauratis íoliis, titulo in dorso ac au rata cruce m plams: LibeUae iwApud exteros: libellae 130.
Año XXXVIll -
N. n .
Noviembre 1923.
B O L E T ÍN S A L E S IA N O
—
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO R e d a c c ió n V A d m in is t r a c ió n : V i a Cottolengo, N . 3 2 - T U R I N ( I t a lia )
Cristo vive, Cristo impera, Cristo reinará
Reflexiones ante el Triunfo Eucarístico de Génova
Cuando Dios castigó divinamente la soberbia
de los ángeles rebeldes, arrojándoles de la mo
rada de la dicha al abismo de los eternos supli
dos, se inició también la ruina de los hombres,
cuya desventura fraguaron los en^údiosos re
probos en su caída.
Así como cuando se desmorona y derrumba
nn suntuoso palacio, nos dice con su elocuencia
el gran Bosuet, destru 3’e y arrastra el edificio
más pequeño sobre el que se desploma; del mismo
modo, aquellos espíritus precitos, al caer del
délo, vinieron a dar sobre nosotros, y nos envol
vieron con ellos en su ruina.
Al caer sobre los hombres, añade San Agustín,
Ies comunicaron un movimiento semejante al
(jue produjo su caída; en los inocentes corazones
de nuestros padres encendieron satánicos de
seos de rebelión e independencia; ansias de
sa^r y llegar a ser tanto como el amoroso Padre,
Dios, que tan generosamente los había enri
quecido con los dones de la gracia y de la natu
raleza; y, como consecuencia, fueron arrojados
del paraíso, perdieron su filiación excelsa, con
todas las prerrogativas que les daban derecho a
la posesión de Dios, de la gloria y de la realeza
sobre la tierra, y se vieron abandonados a sus
pasiones y enemigos, que los escla\dzaron sin
piedad.
Desde entonces, todas las calamidades que
ban afligido a los hombres con el diluvio, tras
tornos y decadencias; cuantas guerras han en^^r^entado la tierra; cuantas tiranías han ejerado usurpadores crueles, oprimiendo despótica®^te a los pueblos; cuantas lágrimas ha derra
bado la pobre humanidad a los continuadcs
que, cual mensajeros de la di\úna justicia.
**stigaban al mundo; todo ese cuadro de horro
res y miserias que se ofrece a In vista del que
obseiA^a la marcha de la humanidad a través de
la historia, es tristísima consecuencia de la
rebelión que inocularon en los pechos de nuestros
padres los ángeles caídos, fruto de la suprema
ley quebrantada, castigo de su primera protesta.
Ciegos de ira, sin embargo, porque la sober
bia ciega, en lugar de reconocer su error en el
justo enojo en que su desobediencia había tro
cado el tierno amor de un Padre misericordioso,
se obstinan, como sus per\*ersos consejeros, en
su desatentada rebeldía, corriendo por el camino
de su perdición y esclavitud. Soy indepen
diente y no reconozco más ley que mi voluntad,
exclamará más tarde su descendencia, sin
parar mientes que esa independencia está
escrita con caracteres de sangre en la liistoria
de todos los pueblos que han roto el freno de
la ley, que han sacudido el yugo de la autoridad
y se han revelado contra Dios.
Considerad la vida, la triste situación de los
pueblos que caen del lado opuesto a la venida
de Cristo. La humanidad no es más que un ca
dáver repugnante que se va descomponiendo al
correr de los siglos. Xo sólo han perdido los
hombres la tranquilidad de que gozaban en
una atmósfera de suavidad y dulzura natural
y sobrenatural que envolvía la tierra, sino tam
bién el dominio de las pasiones, que las mantenía
en sereno y perfecto equilibrio, y que, al rom
perse con la rebéldía, se desataron desenfrena
das, corrompiendo y degradando a la naturaleza.
Reniega el hombre de la soberanía de Dios;
declara neciamente su independencia, sin querer
reconocer más ley que su propia voluntad, y al
punto pierde, con su decantada libertad, hasta
la dignidad humana, que en manera alguna le
— j24
reconocerán los que le sujetan a humillante minaciones del error, y restablece el orden que
la culpa de nuestros padres había quebrantado
esclavitud, a la denigrante división de castas.
Rotos los moldes eternos de la moral; trasfor- y deshecho.
Entonces sí que habita, como había previsto '
raadas.y subvertidas todas las ideas éticas, y
apagadas como fuegos fatuos las mezquinas civi Isaías, el lobo junto al cordero, y el tigre está
lizaciones que aparecieron como oasis en los echado junto al cabrito; el león, el becerro y la
áridos desiertos de las sociedades, húndense los oveja andan juntos, y un niño pequeño es su
pueblos en el fango de la más espantosa corrup pastor.
Jesucristo echa los cimientos de una nueva
ción, y la sociedad entera, sin norte ni guía,
y
portentosa
y perdurable civilización, que, por
sin consuelo y sin salvación, rodaba, deshecha
en pedazos, hacia el caos, hacia su definitiv'a la gracia, rehabilita a la naturaleza, y que le
vanta a la humanidad caída, la redime y la
ruina.
Contemplad la sociedad romana a la venida salva.
Como el sol cuando alzándose en el horizonte
de Jesucristo, como nos la pinta de mano maestra
todo
lo alumbra y vivifica, del mismo modo
Hergenrother, en su Historia universal de la
Jesucristo
todo lo informa con su espíritu, que
Iglesia: « I/a esclavitud, dice, había hecho los
es
espíritu
de verdad y de vida.
más lamentables progresos; el esclavo carecía
A la luz del Evangelio se transforman los
de derechos, si bien estaba encargado con fre
cuencia de educar a los jóvenes de las familias pueblos paganos; se desarrolla pujante, fresca,
ricas, cuyas costumbres corrompía. La mujer lozana una nueva vida que, con el correr de los
se hallaba envilecida; la crueldad alimentada años, florece en sociedades cristianas donde la
por las luchas de las bestias feroces y los gla caridad, nuevo código de amor, matiza la tierra
diadores, ávidamente deseadas; el desprecio de de santos, donde los hombres viven formando
los pobres a vista de un proletariado vicioso, que un corazón y una alma sola, y la práctica de
iba multiplicándose sin cesar en las ciudades; la las virtudes, junto con el perfume de los méritos
venalidad de los jueces; la inmoralidad del culto de Cristo, hace del mundo cristiano este nuevo
público que paseaba triunfal por calles y plazas paraíso de la vida, donde hasta las miserias del
las pasiones y vicios degrad.antes divinizados; hombre se convierten en grandezas de su ser,
la apología y progreso creciente del crimen: tal cuando la resignación las funde en lágrimas de
era el espantoso cuadro de la sociedad romana, santa expiación.
Pero, desgraciadamente, ni el enemigo había
y más o menos la de todos los pueblos paganos,
sido
aniquilado ni en el corazón del hombre la
antes de la aparición del libertador celeste, de
gracia
había sofocado el germen de la mala se
la venida de Jesucristo que debía romper las
milla
,
de la zizaña que sembrara S a tan ^ . AI
cadenas de la esclavidud. y, muriendo por los
florecer
las ciencias y las artes, al cubrirse la
prevaricadores en cruz ignominiosa, curar con
tierra
de
maravillas, merced a los asombrosos
su anonadamiento el orgullo de los hombres».
progresos,
y ver como se realizaban grandiosos
Por fortuna, compadecido el cielo de nuestro
proyectos:
que las ciudades se unían por redes
extravío, en ese momento en que la hum'anidad,
eléctricas
y
se borraban las distancias de ambos
hundida’en el abismo de la más espantosa co
rrupción, en que deshechos los frenos de las hemisferios; en una palabra, que los hombres
pasiones más degradadas y los apetitos más se enseñoreaban de las fuerzas naturales y se
innobles, cu que obscuridad de muerte envuelve hacían superiores a muchas leyes de la natura
a la sociedad entera, en que la malicia del hom leza, ya que perforaban con facilidad las mon
bre parece haber llegado a su más alto punto, tañas y lo mismo cabalgaban sobre las olas del
en que extinguida la luz que ilumina al entendi- mar que excudriüaban sus secretos bajo las
inieuto y a la conciencia, se presentan aterra- aguas, y que emulando a las aves se lanzaban a
ilores el e.spectro de la barbarie enseñoreáudo- los espacios haciéndolas competencia, el or
svc de la tierra y la amenaza del aniquilamiento gullo primitivo levantó cabeza; de nuevo el
de la especie humana; entonces tienen cumpli hombre, engreído con sus triunfos, rechaza la
miento las consoladoras profecías de Isaías: amorosa tutela de Dios y de su Iglesia,
y el Kspíritu del Señor derrama sobre la tierra cree bastarse a sí mismo, y que sin Dios ni Iglesia,
ios inefables tesoros de su amor y gracia: apa- sin moral ni virtudes, sólo con su cultura y
atavíos , con sus florecientes artes, el desarroUo
.ece Jesucristo que es faro que disipa las ti
de su agricultura y potente industria, con sus
nieblas. medicina que cura todos los males,
camino que conduce a la verdad y a la vida. Su máquinas y líneas férreas, con sus .buques >
demás formidables fuerzas, iba a gobernar el
obra redentora reconcilia al hombre con Dios,
mundo, hacer la íelicidad de la tierra, sin refle
a quien había ultrajado con su rebeldía: libra
al espíritu de la tiranía del mal y de las abo xionar que al abandono de Dios va siempK
— 325 —
aparejada la muerte, tanto para los individuos
como para las sociedades, y que todos los medios
que proporciona la ciencia y nos concede la
naturaleza se convierten, sin Dios, en instru
mento de ruinas y de catástrofes gigantescas.
Parce, Domine, parce populo tuo: perdonad,
Señor, los extravíos de vuestro pueblo; la liltima y
espantosa guerra parece lo haya traído a buen
acuerdo; reconocen, por fin, los hombres que
lejos de vos no se puede vivir, no hay paz ni
sosiego, y por eso, cual el hijo pródigo, vuelven
a vuestro regazo.
preferencia al crucifijo, sino que además se le
pasea triunfante por las calles y plazas de nuestras
populosas ciudades entre el santo alborozo de
los fieles que entonan himnos religiosos, y bajo
la lluvia de fragantes flores que se desprende de
todos los balcones de la ciudad engalanada,
que rinde a su Dios y Señor jubilosa pleitesía.
Attolite portas principes vestras et iniroxhii rcx
gloriae se lee en los arcos de triunfo que TiOnova
levanta al paso del Señor que se adelanta en
majestuosa apoteosis por las calles de la indus
triosa ciudad, cuajadas de banderolas que lla-
Los b arco s d e l SS.rrre S a c ra m e n to y d e la C ruz, c o n stru id o s p a re la p ro c e s ió n , en ocasión d e l C ongreso E u carlstlco
d e Génova.
Por doquiera se entonan himnos de arrepenti
miento y alabanza a la vez; revive pujante, ha
lagüeña la vida cristiana; los niños, los jóvenes
corren ansiosos a la fuente de la vida, a forta
lecer su fe y caridad con las inmaculadas carnes
eucarísticas para combatir intrépidos, a seme
janza de los primeros cristianos, las batallas del
Señor.
Cristo vive, 'Cristo impera. Cristo reinará.
Todas las naciones, a porfía, hasta las que más
sañudamente le habían perseguido y ultrajado,
toman sobre sus pasos y se echan en brazos de
Jesús. Y como saben que al que mucho ama,
mucho se le perdona, impelidas por el amor se
desviven y no descansan hasta no ver entro
nizado a Cristo Rey w bre el mundo y sobre sus
corazones, del que en mala hora le arrojaran.
N^o sólo se enseña de nuevo el catecismo en
las escuelas y se coloca en el lugar de honor y
mean estremeciéndose a las vibraciones del rego
cijo que se eleva de los centenares de miles de
corazones que palpitan de amor, mientras los
cañones de las fortalezas que la coronan true
nan en salvas de gloria, con las que se confunden
cientos de sirenas de los buques que empabesan su bahía, y los acordes de las bandas de
música y los aplausos y vivas entusiastas de la
multitud, formando un ritmo musical que .sa
luda al Dios de amor.
iCo creo que jam ás haya vivido Jesús en las
almas de la humanidad como en los años que nos
separan de la gran guerra. Congresos Kucarísticos, ciencia, literatura, filosofía, crítica, teo
logía, todo tiende a hacerlo vivir en nosotros,
a penetrarnos de Cristo. El padre de familia en
su acción educadora, el sabio en sus lucubra
ciones, el artista en las creaciones de su genio,
cuantos se mueven a impulsos del entendimiento
— 326 —
y viven la vida del espíritu y de la civilización,
laboran incesantemente porque Cristo domine
e impere sobre las naciones y los individuos,
])ara (jue su moral ligue las relaciones luimanas, para demostrar que la ciencia de Cristo,
el Evangelio es fuente de toda verdad, de donde
iluye a oleadas la vida, la paz y el progreso, de
donde emanan aromas purísimos que embal
saman a nuestra sociedad, como en otro tiempo
perfumaron los campos de Galilea con su fra
gancia las palabras que brotaron de la boca de
Cristo.
Jesús impera hasta sobre los mismos que
le combaten y le odian, porque El domina, quie
ran o no, su inteligencia, y se infiltra en sus cora
zones, haciéndoles esclavos del odio que le
profesan. No parece sino que sobre la haz de la
tierra se haya inaugurado ya la era del amor
a Cristo y que las naciones hayan comprendido
que la Eucaristía es la vida del mundo.
FRUTOS DE LñS MISIONES
Exposición Salesiana en Buenos Aires.
Pronto hará los cincuenta años que un
grupo de intrépidos hijos de Don Bosco se lan
zaba a la conquista espiritual de las tribus sal
vajes que campaban por las extensas e infran(jueables llanuras de la Patagonia y de las Pam
pas.
A fuerza de abnegación y sacrificios, en lucha
titánica con los elementos y la bravia condición
de aquellos moradores, lograron sembrar la
semilla del Evangelio, que regaron con sudores y
sangre.
No les faltó el celestial rocío, que impetraba
Don Bosco con sus incesantes oraciones para
que íétundizara los trabajos de sus hijos, y, al
cabo de los años, porque las obras del espíritu,
como los frutos de la naturaleza, necesitan
tiempo ]jara sazonar, aquellos campos estériles
en virtudes cristianas, reacios a toda civiliza
ción y progreso, entran de lleno en la vida social,
se trasfprman en veneros de riqueza , en pueblos
prósperos y religiosos que brindan a la Repú
blica Argentina un brillante y glorioso porvenir.
Pnieba elocuente de esa trasformación y
despertar de vida ha sido la Exposición de los
trabajos realizados por los alumnos de los Co
legios y líscnelas Profesionales y Agrícolas
Salesianas de la Patagonia, donde se educan y
forman para la vida las generaciones ([ue deben
contribuir con su trabajo y honradez al engran
decimiento de la patria.
Para satisfacción de los que siguen con interés
el desarrollo y labor eficaz de la Obra Salesiana,
transcribimos algunos de los juicios que ha
merecido la concurrida exposición a la prensa
lie la Capital Eederal del Plata.
La Nación: I/ 3S padres de las Misiones de la
Patagonia han inaugurado recientemente, en el
local de la calle Florida 672 . una exposición de
muestras de los diversos trabajos realizados por
los alumnos de los Oratorios de dichas Misiones.
A través de la múltiple variedad de objetos
y productos en exhibición, puede apreciarse la
eficacia con que se desarrolla la obra educadora
que los Padres Salesianos realizan en las más
apartadas regiones de los Territorios del Sur,
al par que se recoge una impresión de justifi
cado optimismo, abonado por el testimonio de
la realidad expuesta, respecto a la fecundidad
del clima y del suelo de esas comarcas tan dila
tadas como desprovistas de brazos que las tra
bajen.
Desde los modelados plásticos en arcilla hasta
los trabajos de fina ebanistería: desde los trazos
rudimentarios del dibujo hasta los trabajos
finísimos en madera y en cuero, donde se revela
ya el dominio de la técnica artística; desde las
muestras primarias de hilandería hasta los teji
dos más complejos de la industria aborigen, y
pasando por una larga gradación de las obras
más variadas dentro de las respectivas especia
lidades , están allí en exposición revelando un
aprovechamiento encomiable en los alumnos y
un espíritu de abnegación que honra a los Misio
neros que les enseñan.
Los . productos de las industrias agrícolas
constituyen una sección interesante. Allí se ve
una variedad bastante completa de tipos de
vino, poniéndose de manifiesto la cuidadosa se
lección de la \-id y los excelentes procedimientos
de elaboración, dentro de la relatividad de los
recursos con que se cuenta en los estableci
mientos de las Misiones.
La fruticultura está también allí representada
con una abundante variedad de formas, dando
idea del afanoso esfuerzo con que son cuidados
los cultivos.
Completando esta exposición se exhibe -en
el salón de la Calle Florida una copiosa co
lección de fotografías del lejano Sur, pudién
dose admirar en ellas la belleza de las regiones
— 327 —
heladas y de las zonas productoras de la Patagonia.
La Acción: Bajo el alto patrocinio de un grupo
de distinguidas danras de nuestra sociedad, se
realiza desde hace algunos días, en un local de la
calle Florida, una exposición de manualidades
trabajadas por los alumnos de los misioneros
salesianos en sus escuelas del lejano Sur.
Xada hay en esa exposisión de extraordinario;
son los que se exhiben trabajos modestos, de
índole práctica casi todos ellos, fuera de esta o
aquella muestra que denuncia en su esmerada
confección la mano experta de un profesional
ya formado y que destaca su excelencia entre
la plana caligráfica y el ensayo de encuaderna
ción primorosa. Pero en medio de esa modestia;
¡qué vaho de labor honestamente realizada se
respira! No proceden esos trabajos de la escuela
de artes y oficios con quien la beneficencia o el
estado fueron pródigos para dotarla de instru
mentos de trabajo; no fueron realizados bajo
el amparo de la sólida casa de estudios que se
alza en mitad de la ciudad, cercana a todos los
modelos y cercana por las comodidades que se
brindan al dócil aprendiz y al perseverante
maestro.^
\'ienen de lejos; todas esas muestras han sido
ejecutadas por manos humildes de ouas, yagones
y alacalufes: ningún modelo directo los inspiró,
>• para confeccionar la más modesta de esas
prendas que están denunciando la mano hábil
de competentes artesanos, hubo que vencer
toda suerte de dificultades, en mitad del de
sierto, sufriendo la inclemencia del tiempo, el
azote de las necesidades.
Un óleo que pende en mitad de la sala de la
exposición y que parece presidirla desde lo alto
iluminando el local con su mirada serena, nos
da la clave del milagro, que en sí comporta la
presentación de esos trabajos hechos por esas
manos, en tan lejanas regiones de la patria. Es
el del hoy Cardenal Cagliero, de nombre familiar
de uno a otro extremo de la Patagonia. Son sus
discípulos, los hijos de Don Bosco, abnegados e
incansables, y de quienes, dentro de poco, hará
medio siglo, el ilustre purpurado fuera vanguardia
los que han realizado el prodigio de llevar hasta
los bancos de las escuelas y las mesas de los
talleres, a los aborígenes pobladores de las re
giones envueltas en las nieblas precursoras del
I>olo.
Cuando por boca de las gentiles damas, bajo
cuyo patrocinio se verifica la exposición, el visi
tante toma conocimiento íntimo del esfuerzo
enorme que ha significado llegar a los resultados
que ahora están a nuestra vista, un sentimiento
de respeto llega hasta uno; de respeto y de admi
ración hacia los varones esforzados, sencillos.
humildes que consumaron el esfuerzo por amor
de Cristo, en cuyo nombre, sin vanas alharacas,
están allí haciendo patria; haciendo patria que
se hace así, en silencio, sin posturas heióicas,
venciendo al salvaje para trocarlo en ciudadano
útil, cuando en sus manos se deposita una herra
mienta, y un destello de luz en su cerebro.
La Obra Salesiana en la Patagonia.
Desde Bahía Blanca al sur del Clniln-,t, la
Obra de Don Bosco tiene establecidos 30 Ora
torios festivos, 27 Escuelas diurnas, 3 Escuelas
de artes y oficios, 5 líscuelas nocturnas, 4 Escue
las agrícolas, 7 bandas de música que alegran las
fiestas populares, 3 hospitales, 3' Farmacias po
pulares, 5 Asociaciones de caridad, 4 Sociedades
Obreras, 3 Estaciones metereológicas, 3 Escue
las secundarias incorporadas al bachillerato y a
las normales oficiales.
En toda la Patagonia durante alaño 1022,
acudieron al Oratorio 1977 varones y 1542 niñas;
se inscribieron a las clases externas diurnas }•
nocturnas 17 S4 varones y 1841 niñas, más 599
varones y 295 niñas, como internas. Lo cual
arroja la cifra de 7138 alumnos.
Además de la indulgencia plcnaria diaria e
indulgencia de 400 días, aplicablesa las almas del
purgatorio que, según la última concesión de
Pío XI, podemos lucrar, siempre que unamos a
nuestro trabajo cualquier devota invocación,
pueden ganar los Sres. Cooperadores Salesianos,
cumpliendo los requi.siíos de costumbre, Iitdulcencía pienaria:
1® El día que se inscriben en la Pía Unión.
2® Una vez al mes, a elección de cada cual.
3® Una vez al mes, asistiendo a la conferencia.
4® Asimismo, una vez al mes, el día en (jue
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5® El día que por primera vez se consagren
al Sagrado Corazón de Jesús.
6“ Siempre que hagan Ejercidos espirituales
durante ocho días seguidos.
.Además, los siguientes días del mes de Diciembre:
El 8. La Inmaculada Concepción de María.
» 25. La Natividad de N. S. J. C.
También pueden, ganar otras muchas indul
gencias plenarias y parciales, y gozar de varios
privilegios, como puede verse en el Reglamento
o « Cédula de admisión a la Pía Unión », a la
cual nos remitimos#
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328 -
Figuras de Misioneros Salesionos
Monseñor Santiago Costamagna
[Contimiación)
Una vez Tecorrido el extenso campo de las
nuevas Misiones a través de las llanuras de la
Patagonia y de las Pampas, cicatrizando con
el bálsamo religioso, con el suave cendal de la
misericordia cristiana las heridas que abrieron
en aquellas tribus errantes los sables de los con
quistadores, se retiró a retaguardia, para orga
nizar, cual hábil y experimentado capitán, *.4
plan de la campaña espiritual que debía ganar
para Cristo y la civilización las almas y corazones
de los indios, batiendo con denuedo al espíritu
de las tinieblas hasta en las fragosidades de la,
sierra, en las más ocultas guaridas e intrincadas
hondonadas de los Andes.
lü i unión del Rdo. Don Juan Cagliero, otro
de los taumaturgos de la Obra y Misiones Salesianas de la América, estudio detenidamente
la magna empresa y se decidieron a realizarla con
fe y entusiasmo, seguros del auxilio divino y el
aliento y bendiciones de su amado padre Don
Bosco.
Como por encanto fueron brotando los cen
tros de misión de Chos-Malal de Neuquén;
Pringles, Roca, Conesa, Rawson, Bahía Blanca
etc.... que jalonaban el inmenso campo que la
Providencia confiaba al celo apostólico de los
Salesiauos.
Ni las dificultades del árido e inhospitalario
desierto, ni los rigores del clima y desencade
nadas tormentas, temibles y frecuentes en aque
llos solitarios parajes, ni los reveses e ingratitu
des de los hombres fueron capaces de doblegar
aquellas almas de acero, templadas en la escuela
de Don Bosco.
Mientras algunos de los Snlesianos, obede
ciendo sus órdenes, cruzan leguas y más leguas
de espantosas soledades o tétricos barrancos
donde no se oye más que el eco de la cabalga
dura que galopa o el rumor de las plegarias del
misionero que, entumecidos los miembros por
el frío, o caladas las ropas por la lluvia y la nieve,
o bien fatigado por los ardorosos e implacables
rayos del sol de estío, corre en busca de los indios
rendidos y dispersos, para catequizarlos; otros,
ejecutando sus mandatos, recogen y educan
a los pequeños indígenas, a* quienes en sus es
cuelas y granjas agrícolas preparan para la vida
social, fuente de bienestar y riquezas.
Todos trabajan con tesón,» con el afán de ga
nar muchas almas para Dios, y convertir, si
puede ser, a fuerza de sudores y abnegación
generosa, en floridos vergeles y pintorescos
pueblecitos, las áridas estepas, reino un tiempo
de los indómitos salvajes, y sus miserables tol
derías.
La prem atura muerte del Superior de los
Salesianos de Argentina, Padre Bodrato, le
aleja por algunos años al Rdo. Padre Costamagna del campo de su fecunda misión, aunque
no de su acción misionera, pues no parece menos
glorioso y esclarecido el apostolado que se ocupa
en el sostenimiento de la fe en los pueblos e indhdduos civilizados, apartándolos de las sendas
del mal, y arrancando la cizaña de su corazón,
que el que se ocupó un día en dársela por primera
vez.
•
Bajo su inteligente dirección y merced a su
asombrosa actividad, los Colegios Salesianos
de Argentina aumentan y se desarrollan pro
digiosamente.
í5ir celo y caridad ardiente por la salvación
de las almas, especialmente las de los innume
rables niños que vagan, abandonados, en medio
del arroyo de las grandes ciudades cosmopolita?,
le mueve a dar impulso a los colegios de artes y
oficios y fundar hasta ocho casas salesianas en
los distintos arrabales de la gran urbe de Buenos
Aires, para recoger en ellas, alimentar, educar e
instruir a tantos seres desgraciados que no saben
lo que es religión, caridad ni amor.
Ño obstante las múltiples y variadas ocupa
ciones de su cargo, el P. Costamagna encontraba
tiempo para combatir el vicio y la ignorancia y
contrarrestar los perniciosos efectos de la mala
prensa con sus instructivos y amenos opúsculos
de Lecturas Católicas', para escribir páginas ar
dientes de amor a Jesús vSacramentado, como
las de su áureo libro Compéllt intrare, destinado
a conducir a las almas al banquete eucarístico,
embriagadas con las mieles de su devoción; para
mostrar a los religiosos el camino de la paz y
sosiego con los sabios consejos que perfuman
las hermosas páginas de Caridad Fraterna, que
junto con sus ConferctKias ascético-mlsiicos
tienden a convertir la \nda de comunidad en
anticipado paraíso y hacer de las casas religiosos
un trasunto del cielo.
H asta en la música le hizo cristalizar su alma
— 329 --de artista bellas composiciones, que cautivaron
Si bien su humildad procuraba ocultar las
a no pocas almas y arrebataron del mal a muchos preciosas virtudes que atesoraba su corazón, y
corazones, ganándolos para el cielo.
disimular a los ojos del mundo el bien que derra
Cuantas sabias industrias vió, en su niñez, maba a manos llenas, tan relevantes méritos 3’’
practicar a Don Bosco; de cuantos meiios se copiosos frutos no podían permanecer por mucho
valía aquel varón de Dios para hacer santos, tiempo ignorados: pues, por más que se recalen
como Domingo Sa\úo, a sus hijos del Oratorio, las violetas entre la espesura de la hierba y las
los puso, a su vez, el Padre Costamagna en j uego, rosadas pomas en la frondosidad del ramaje, su
sin ahorrar sacrificios, sudores, humillaciones 3* exquisito, delicado perfume las delata.
sufrimientos para apartar del mal a las almas
Conocedor el sucesor de Don Basco, el Udo.
y enderezarlas por el sendero del bien, de la Don Miguel Rúa, de grata memoria, no solo de
nrtud.
las dotes, virtudes y celo del Padre Cpslamagiia,
El III.m o M ons. C ostam agna e n tre los Jíva ro s,
¡Cuántas familias felices bendicen hoy su
memoria, cuántas almas dichosas, merced a su
telo, gozan les delicias del paraíso; cuántas
vocaciones religiosas y sacerdotales se conser
varon siguiendo sus sabios consejos; cuántos
pobres desgraciados, pródigos y pecadores ha
llaron en su caritativo corazón a un padre. >’
recobraron, con su bendición, la paz 3' alegría
perdidas!
Con propiedad pudieran aplicársele al Padre
Costamagna las palabras laudatorias del Após
tol: Omnibus omnia facius sum ut omnes jacerem
V Me di todo a todos, para salvarlos a
sino también de.su fecunda misión y de la ma
ravillosa obra realizada al frente de la Inspec
toría de la Argentina, le nombró vicario suy^o
para todas las Casas Salesianas del Nuevo Mundo,
lo que le obligó a emprender fatigosos viajes de
visita a los colegios de Chile, Perú, Bolivia y
Ecuador, de los cuales le hicieron Inspector, y
sucesivamente, a los de Centro América, México
y Estados Unidos, como visitador especial.
A su paso por el mundo de Colón, como al
contacto de una vara m ^ ic a , surgen de la nada
nuevas Misiones, Colegios, Escuelas de Artes y
Oficios, Granjas Agrícolas, Buena Prensa, etc.
despertando admiración por doquiera y ganando
—
—
de consolidar la ya existente de Gualaquiza; y
simpatías para la Iglesia y para la Obra de
desde estos puntos avanzados, ¿1 mismo se in
Don Bosco.
ternaba
en las selvas para catequizar a los te
Ivl aplauso general y sus prendas de apóstol
midos
jívaros,
convirtiendo y bautizando a
infatigable que lo acreditaban para grandes y
difíciles empresas, merecieron que Su Santidad muchos, que después no acertaban a separarse
León X III lo elevara, en el Consistorio secreto de su lado.
Cuando agobiado por los años y numerosos
del i 8 de Marzo de 1895. la dignidad de Obispo
achaques,
se vió obligado a retirarse de su amada
Titular de Colonia, y encomendara a su pro
Misión, en medio del sentimiento de la partida,
bado celo el penoso Vicariato general de Méndez
¿ozaba de grande satisfacción por dejarla per
y üualaquiza, en el Ecuador, para que empren
diera la trabajosa evangelización de los feroces fectamente establecida.
Amén de la construcción de una iglesia y la
jívaros, sumidos en las tinieblas del paganismo.
redacción
del catecismo en lengua jívara, que
•lín este momento de su historia es, precisa
fueron su continuo anhelo. Monseñor Costamagna
mente, donde empieza la parte más importante
de la vida apostólica de Monseñor Costamagna, gna dejaba instaladas tres casas de misión con
kis correspondientes capillas y escuelas parro
pudiendo decirse de él que, al recibir la plenitud
del sacerdocio, con la consagración episcopal, su quiales habiendo llevado asimismo las Hijas de
ñgura alcanzó todo su relieve, por el desarrollo María Auxiliadora, para que se hicieran cargo de
cada vez mayor de las cualidades de padre y las mujeres y niñas a fin de educarlas e instruir
pastor de almas, que va en busca de ellas ei^ las, obra de capital interés en aquellas comarcas,
todos los momentos y a costa de sacrificios inau donde la mujer está sumida enlama^^or degra
. _
,
ditos. realizando cumplidamente el sublime lema dación.
Poco después, a los setenta y seis anos de
que legara Don Bosco a sus hijos: Da mihi animas
edad, consagrados al servicio de Dios y salva
cadera tollc: Dame almas, aunque me prives de
ción de las almas, de los cuales casi cincuenta
todo lo demás.
No pudiendo, sin embargo, a pesar de sus en el glorioso apostolado de las Misiones, que
brillaban como diamantes de inestimable valor
deseos, dirigirse a la nueva Misión de los jívaros,
por inqjedírselo el Gobierno del I*.cuador, co en su frente, dejó dulcemente en brazos del Se
menzó una no interrumpida serie de viajes y ñor la madura carga de sus días fecundos.
Laudemus viras gloriosos; Alabemos a los va
expediciones apostólicas por las repúblicas de
Centro y Sud América, derramando a su paso rones gloriosos.
los raudales de la gracia divina, mediante la
«
l)redicación del Evangelio o el ejercicio de su
* *
ministerio .pastoral.
Para completar la figura dd insigne Mon
Su vida de sacrificio y el perfume de sus r ir- señor Costamagíia, añadimos el artículo que, a su
tudes junto con la unción de su cálida palabra, muerte, le dedicó el diario argentino El Pueblo.
que la prodigaba a las muthedumbres hambnentas de alimento espiritual, congregaba al re
Monseñor Santiago Costamagna.
dedor del abnegado varón ingentes multitudes,
viéndose no pocas veces precisado a administrar
¡Monseñor Costamagna ha muerto! Triste
el Pan de los Angeles y la Confirmación en campo noticia, que ha de llenar de consternación o los
abierto por no ser los templos lo suficientemente innumerables amigos y admiradores del infati
espaciosos para dar cabida a los millares de per gable apóstol, como hace trepidar en este
sonas (pte acudían al llamamiento del Obispo mentó nuestra pluma. Y a la verdad, tendna
misionero.
.
ijue estar muv adormecida nuestra conciencia,
Prueba elocuente la misión por tierras boli tendríamos que ser muy ingratos como argen
vianas. donde administró la Confirmación a más tinos y como católicos, para no expenmentar
de treinta mil personas de toda edad y condición. sentimientos de profundo dolor ante la desapa
Por fin, después de 7 años de ímctuosas corre rición de este trabajador -incansable, de este
rías apostólicas, pudo, en el año iqoi, penetrar \-erdadero hombre de sacrificio, de este sacer
cu >íu vicaría de Méndez y GuaUuiuiza, y. no obs dote inflamado de celo por la salud de las almas,
tante su edad avanzada y las dificultades de los de este misionero abnegado y ardoroso que alia
caminos, llegar hasta la región de las cubiertas en 1879 , primero entre los primeros, poma si^
montañas andinas, en busca del oro acendrado pies apostólicos en la Patagonia salvaje e ini
de las almas.
, •
. ciaba la intrépida empresa de su civilización cnsCon suma pobreza, y a fuerza de trabajos 3 tiana.de este educador que enriqueció la cultura
sacrificios increibles. logró establecer las resi argentina con numerosos institutos de enseñanza
dencias de Indanza y
Méndez, a mas
— 331 —
primaria, secundaria y de artes
oficios, de En el pulpito, en el confesonario, en la palestra
este escritor fecundísimo que en medio de sus literaria, en sus composiciones musicales, en las
agobiadoras tareas halló tiempo para producir infinitas excursiones apostólicas por pueblos,
obras excelentes sobre varias materias, de este villorrios y grandes ciudades; doquiera se halla
selecto espíritu de artista que adquirió singular estampada la huella, no sólo de su intenso amor
Hombradía como compositor de música sagrada, a Jesucristo Sacramentado y a María Sina., su
y en una palabra, de este genuino discípulo del especial empeño en formar maestros sabios y
\T)le. Don Bosco, que hizo su 3’os aquellos dos prudentes que lleven las almas a millares a la
lemas preciosos del gran apóstol de la juventud: práctica de tan santos amores. Kn el altar, cele
Da miJii animas, cadera tolle: trabajo, trabajo! brando, se le veía a menudo conmovido hasta
Y en efecto, cuánto ha trabajado en su larga derramar lágrimas. Enfermo de cuidado, había
vida — muere a los 75 años de edad — el limo. que hacerle respetuosa violencia para que se
Monseñor Costamagna. No vacilamos en afirmar resignara a privarse de celebrar la santa misa,
que este amor al trabajo constituye el rasgo pues en ello encontraba él sus delicias. Ajn'istol
más saliente de toda su personalidad, tan rica de la comunión frecuente, ,su hermoso libro
por lo demás de aspectos interesantes. No con Compdlc intrarc, recientemente reeditado, y
cebía la inactividad, no se allanaba a ella ni que es una compilación de elocuentes exhorta
siquiera cuando los quebrantos de su salud se la ciones a la piedad eucarística, prolongará des
imponían. Aun en sus últimos meses, cuando pués de su muerte su acción fervorosa en
ya comenzaban a agravarse y a hacerse más fre ese sentido. La ternura de su amor a la
cuentes los golpes de la enfermedad que lo ha Sma. Virgen no se puede decir... Recordemos
llevado al sepulcro, el obispo seguía predicando tan solamente que al ser elevado a la dignidad
y ejerciendo su ministerio en cuanta ocasión se episcopal, quiso inscribir en su escudo aquellas
presentaba, sin decir nunca que no a ninguna herniosas palabras de San Bernardo: « María
invitación; y el escritor y compositor no se daba es toda la razón de mi esperanza », y con este
punto de reposo, dirigiendo personalmente la lema abrazó animosamente la cruz que impor
reimpresión de varias de sus obras, amplián taba el ejercicio del ministerioepiscopal en medio
dolas, actualizándolas. Y toda esta inmensa de los indios, en las misiones de Méndez y Gualabor, subordinada siempre a su constante preo laquiza, cuyo \dcariato desempeñó hasta 191 S.
cupación, la que le infundiera Don Bosco, su
Esta piedad era también el fundamento de
padre y maestro; la salvación de las almas. Da su bondad exquisita. Poseía Monseñor Costainihi animas...
magna un carácter austero, al parecer rígido, que
Vidas como estas asombran por su fecundidad se explicaba por su intransigencia respecto a
y llenan de admiración por la armonía que en todo lo que pudiera ser un peligro para su virtud.
ellas se descubre. Sobre las variadísimas mani Y en un director de colegio, que debía velar por
festaciones de su actividad, adviértese el prin la disciplina y vida ordenada de centenares de
cipio que las origina y explica, reduciéndolas a niños, tal au.steridad, era harto justificada. Poro
la unidad de un solo, supremo ideal, que se al lado de esta necesaria severidad, ponía el
identifica con Dios.
Padre Costamagna una ternura paternal, todas
Por ello, si es difícil, casi imposible, encerrar las delicadezas de su corazón amante. Por eso
en una breve nota necrológica un resumen, sus discípulos lo amaron y con.servaron siemj>re
siquiera sea ligero, de los títulos que Monseñor de él afectuoso recuerdo.
Costamagna adquirió a la gratitud de la Iglesia
y de varias naciones, es en cambio fácil la sín
tesis de su laboriosa existencia, compendián
dola en una palabra: Caridad.
A su vez, esta caridad inagotable, que parece
Hablad poco y con dulzxna, poco y con bondad,
exceder las fuerzas del corazón humano, se pofj y con sennllez, poco y con amabilidda.
explica por Sos grandes amores que alimentaron
siempre, desde niño, el alma del ilustre Salesiano. Dos amores que han aprendido todos los
Cuando el mundo vinu a darnos noticias, debéis
que han pasado por la escuela del Venerable,
dársela
también, pero del otro mundo.
pero que prendieron con singular vigor en este
su hijo predilecto: el amor a Jesús Sacramentado
7 el amor a María. Como bien .se ha dicho, Mon
La sólida virtud no se ctía en el reposo exterior,
señor C ostam ^na, en cada día de su vida, tiene
un rasgo heróico que lo propone como modelo como tampcco los buenos pescados se crian en las
del apóstol de los grandes amores, de Don Bosco. ^suas estancadas de los pantanos.
1
CONGO BELGA
U i Visita a la isiíla Salesiaoa de Kataoia.
{Carta dd P. Virión, Superior de las Otras
Saiesianas de Bélgica).
De Ueja a BUsabethvlUe: Londres, Maderas,
Cape-Town. — Una obra salesiaaa que promete. — Seis días de ferrocarril a través
de ¡a colonia de Cape-Town, Transwaai, Podesia y el Sur del Congo.
Las ol)ras saiesianas (Kscuelas y Misiones)
del Congo forman en la parte S.E. de Katanga
una supcrticie que semeja una bota de montar
V está limitada en tres de sus lados por posesiones
inglesas, líl camino más rápido, menos interesajite, pero que es necesario resignarse a tomar,
es la linea Soulhamptdn-Cape~Town que supone
17 días de m ar sin otro descanso que la breve
escala de unas horas en Maderas.
Partí de Üstende el 6 de febrero con mar ma
lísima y fluvia torrencial; por la tarde tuvimos
la satisfacción de abrazar al P. Escaloni que se
había dignado venir en tren a la capital sólo para
saludarnos. Pasamos un día en Londres, ha
blando de Bélgica, de Lieja especialmente y de
la Misión de Cape-Town que vo debía visitar.
M. Pollet, Cónsul general de Bélgica, nos invitó
caballerosamente y se entretuvo con nosotros ha
blando del orfanato que se construye en Bruselas
a favor de los huérfanos de guerra, y del cual,
él, en su calidad de presidente del Comité inglés,
es el promotor más entusiasta. La primera piedra
la bendecirá el Ivmmo. Cardenal Mercier, y el
Sr. Cónsul general nos asegura su asistencia a
la tiesta.
La partida de Londres para Southampioixsñ
fija para el q por la mañana. El P. Kscaloni no
nos deja hasta el mismo momento de la salida
del tren! Nos embarcamos, tomamos un lunch
en el Sit.vón y a las 4 , hora reglamentaria, el
buque comienza las maniobras para abandonar
el puerto, líl viaje no tuvo incidentes de impor
tancia, y el mar lo tuvimos muy tranquiló,
después de pasado el golfo de Vizcaya (i).
En Maderas, sobre el puente, se veía una in
terminable multitud de marcadeies que vendían
coral, encajes y recamados, blondas muy vis
tosas y sillones con asiento de paja, y al rededor
del Saxón se movía irna flotilla de barcas de
todas dimensiones: unas vienen por si los via
jeros quieren trasladarse a la isla y otras traen
legumbres frescas y frutas para venderlas entre
los pasajeros. Einalraente un buen número de
desocupados nadadores esperan que los del buque
arrojen al agua alguna moneda para sacarla
con prontitud entre los dientes.
Llegué a Cape-Town el 26 a las seis. Apenas
el buque ancló en el puerto nos encontramos
cara a cara con el Director de la Misión Salesiana y con un hermano, que habían venido para
facilitarnos los asuntos de pasaportes y aduanas
y conducirnos a Casa. La recepción fué cordialísima. Sentimos la impresión que se experi
menta al llegar a todo Colegio Salesiano; las
mismas costumbres, el mismo horario, idénticas
prácticas de piedad, trn elevado espíritu de ca
ridad entre los hermanos y una familiaridad
sumamente agradable por parte de los niños.
El Padre Van Heusden tardó bien poco en cau
tivarse el corazón y la atención de los pequeños
con sus historias de misiones, vdéndose por otra
parte obligado a suplir con la riqueza de gestoií
que le caracterizan el escaso conocimiento de
nuestro idioma.
La obra de Cape-Town es muy importante y
además son los únicos talleres profesionales de
todo el sur africano. Tiene actualmente iJO
artesanitos internos, pero es muy estrecho.
Sería necesario poder duplicar el número de los
alumnos. Se ha podido conseguir un terreno en
los alrededores de Claremont y en él se colocarán
nuevos escolares, y también se tiene en proyecto
una granja agrícola para los indígenas.
Los antiguos aliimnos, agrupados en asocia
ción de foot-ball (cosa que ya se podía suponer)
son muy numerosos, y nos han dicho en un brin
dis muy bien preparadito que ellos viven con el
mismo espíritu cristiano y tienen el mismo ideal
que sus camaradas, los de las Asociaciones de
Bélgica, a quienes por medio del Sr. Inspector
mandan un cariñoso saludo.
Después de una semana de vida de familia es
{tu Señora. Dicha S eñora es la hiia del Horado Conde
(i) D urante la travesía tuvim os la fortuna d e tral>.ar
relaciones coa e l S r. StrafTord, ju e z d e Pretoria y con < W ilm ot, gran bienhechor de u uesta Misión d e Cape-Town.
— 335 —
necesario tomar el tren para Elisabeth\dlle, no
sin haberme visto precisado a prometer que a la
\Tielta pasaría entre ellos otros tantos días.
Cape-Town (la ciudad del campo) es una ciu
dad que tiene casi loo.ooo habitantes, muy
moderna, con edificios hermosos y espléndidos
paseos. La situación es admirable y el clima muy
sano. Sobre la pendiente de Table-Mouníain un
monumento greco-romano, m uy imponente y se
vero, recuerda la figura de Cecilio Rhodes, cuyo
busto parece abarcar al mismo tiempo el océano
Atlántico y el océano índico con toda la inmen
sidad del territorio que abrazan estos dos mares.
pío; es la región de Ophir; se han encontrado
ruinas que suponen una antigüedad muy grande,
de origen semítico. Las murallas de fortificación,
levantadas por extraños al país para asegurar
la extracción del oro, están unidas las unas a las
otras y parten desde la misma costa.
Pasando cerca de Majeking nos vienen a la
memoria, aunque no se quiera, las plagas de
Egipto, porque en el tren y hasta en las camas
nos asaltan una nube de langostas.
En Buluicayo, capital de la Rhodesia del Sur,
se para el tren una hora, que nosotros apro
vechamos para celebrar la Sta. Misa en la
G rupo d e e stu d ia n te s de la M ftid n S a le sla na de K ufubu (Co r so B e lg a ).
En la inscripción se leen estas significativas pa
labras: « Este es nuestro Hinicrland (territorio
interno).
Los alrededores de Cape-Town son también
muy pintorescos y muy fértiles. Se recolectan
todos los frutos de Europa, además de aquellos
que son propios de la región. La línea de ferro
carril se pierde poco después en una región de
aspecto triste y desierto, tiene sinuosidades de
serpiente y se eleva casi a 4.000 pies sobre el
nivel del mar, siguiendo todos los accidentes del
terreno. Los nombres, los reducidos cementerios,
los fuertes y las trincheras que se encuentran de
cuando en cuando recuerdan la guerra del Trans^■aaI. Es la región del oro y del diamante, de
donde parece que Salomón 5'a sacó para el tem-
herniosísima iglesia de piedra, construida por
los PP. Jesuítas, que nos reciben fraternal
mente e invitan a su mesa, cosa que hacen
con la misma cordialidad con todos los Salesíanos cada vez que uno de los nuestros debe
ir de Elisabethville a Cape-Town o viceversa.
Ix>s Padres de la Compañía tienen allí un gran
Colegio que contiene unos 150 alumnos blancos,
y en la misma parte de la ciudad, Religiosas Do
minicas tienen un pensionado de ninas. Los
Padres tienen además una iglesia en una ba
rriada indígena. Cuando vinieron a establecerse
a Bulutcayo tuvieron que hacer el viaje en carros
de bueyes y tardaron seis meses para venir desde
Cape-Town ¡Y a nosotros nos parecen largos seis
días de tren!
334 —
Después de Bulmtayo se nota la misma mono
tonía de paisaje. Da floresta rhodesiana es siem
pre la misma hasta Klisabethville con sus lermitidrcs (i) siempre más numerosos y grandes.
Ivn cambio las cascadas de Zambeza, en Ftfioriu f'alls, son una maravilla. Das aguas co
rren divididas en varios brazos desde una altura
de trescientos pies y caen en una endidura de
rocas. Das paredes verticales y los rápidos cam
bios de dirección que ocasiona el terreno obli
gan al río a volver varias veces sobre sí mismo,
líl ])iiente del ferrocarril que lo atraviesa di:en
(pie es el más alto del mundo, y el vapor de
agua se eleva en cinco columnas, visibles a la
(íistancia de cuarenta kilómetros; los negros la
llaman la humareda que truena »>. H1 sábado
por la tarde llegamos a Sakanía. Ks la primera
estación ferroviaria de Kafcmga. Un alumno de la
casa de lílisabeüiville, que está al irentedel re
gistro y e.xpedición de lo.s equipos se encarga
amablemente de los nuestros. Se pasa la revista
en la aduana, .se arregla el pasaporte y subimos
al tr.n, el cual, después de una noche de viaje y
algunas horas de retraso, nos deja en Klisabeth
ville, el domingo a las i i l 4 Llegada a EUsabeíhvllle. — A cogida cordlalislma.
— La Obra saleslaaa en la capital del Ka*
tanj^a es sumamente complexa y da hermosos
resultados. ■— Un grupo de exalumnos negros.
_ La casita D. Bosco ” sobre la ribera del
Kafubu. —■ Las esperanzas de la Misión.
Ul Padre Sak se encuentra en la estación,
a pesar de la alta fiebre que no puede ocultar.
Algunas personalidades de Klisabethville se han
dignado venir a saludar al Padre Provincial de
los Salesianos, y entre ellos se distinguen el Sr.
Director de Instrucción Pública, el de Justicia,
el Abogado Sr. Bruneel, el ex-alumno Sr.
José Dallemand, subjefe de la estación y otro
antiguo conocido de la Casa, el cual espera
poder ir el año próximo a ver a sus camaradas
de Dieja. K1 Padre Sak conduce a los Superiores
en auto, los niños de la misión toman los baúles
y en un isntante .se llega. Dos niños y los her
manos que esperan al Padre Superior le rodean
V le introducen en el salón de actos, donde la
charanga, bajo la dirección del Sr. PerrarL^, le
acige con un pasodoble brillantísimo. Después
de los cumplimientos y augurios de bienvenida
presentados por el Padre Sak en nombre de los
hermanos, y por un alumno blamx) y otro negro,
en nombre de sus compañeros, la música, que es
muy entusiasta, toca despiezas más, v acto se
guido el Padre Sui>erior se dispone a celebrar
la Sta. Mis.i o.ue del>e atraer las bendiciones del
(t) M outoacitos d e tierra q u e hacen las horm igas del
pata.
Señor sobre esta misión. ElisabetliviPe ha tomado
un incremento muy grande a causa de los yaci
mientos de cobre de sus alrededores. Contaba
apenas 40 europeos hace doce años, y actual
mente tiene más de 2 .000, y crece sin cesar. K1
Katanga, muy rico en cobre, tiene hasta ahora
el monopolio mundial de la extracción del radio.
Da riqueza de este metal es tan grande, que las
minas americanas que lo producían han debido
renunciar a su explotación.
Da Obra Salesiana de Klisabethville es al mismo
tiempo escuela y misión. Da escuela comprende
dos grupos muy diferentes. Uno lo forma la
escuela oficial de niños blancos, con un inter
nado para aquellos cuyos padres no habitan
en la ciudad; son en número de 120, y la mayor
))arte no hacen sino los estudios elementales.
K1 reglamento es más o menos como el de nues
tras casas de Francia y Bélgica. lU otro lo forma
la e.scuela profesional, también oficial, con un
orfanotrofio de niños indígenas mandados allí
por sus padres, ordinariamente segihi las indi
caciones que les da el iefe del distrito, para
aprender un oficio. Es el primer ensayo de una
escuela de este género. Dos resultacíos son muy
satisfactorios. Dos negritos se hacen fácilmente
a la disciplina de la casa, por lo demás muy
paterna y salesiana; los talleres son amplíes,
bien aireados y dispuestos, como los dormi
torios, al rededor del patio y del jardín.
Dos alumnos son doscientos, pero el Goberna
dor quisiera ver el mímero duplicado y aún tri
plicado. Como en todas las casas Salesianas de
este género, una parte del día la dedican al tra
bajo y otra al estudio. En general los niños son
hábiles en trabajos manuales y bastante apli
cados.
Da charanga rivaliza con la banda militar,
a quien gana (dicen ellos) . Cuando dan concierto
en el Kiosko dcl Pasco hacen una bonita figura
con su uniforme kaki y su gorro rojo, re
cuerdo del tiempo en que sustituían por com
pleto a la música militar.
El reglamento de la Casa tiene muy en cuenta
sus costumbres indígenas. El alimento es el
mismo de sus pueblos; consiste en la Conga, pa
pilla espe.'^a de harina de maíz que amasan con
sus manos antes de meterla en la salsa que la
acompaña, nueces de las que sacan una especie
de aceite, carne y pescado en conseiv'a y pan en
los días lestivos. Cada alumno lleva su provisión
de leña para la cocina, pero no lo dejan en un
depósito coimín, sino que cada uno conserva su
parte, y por la tarde, colcxados a lo lar^o del
amplio patio, se sientan al rededor de una olla,
común a los de un mismo caserío, y en ella
cuecen otra nueva ración. El efecto de estas
reuniones vespertinas es muy pintoresco, como
lo son también sus cantos }• danzas en las
noches en que brilla la luna. Estos niños sal
vajes y desconfiados cuando llegan, se dejan
ganar fácilmente por la bondad de los Supe
riores. Les gustan mucho las ceremonias y
cantos de la iglesia, que ejecutan muy bien.
Cuando prestan ser\-icio en el altar son píos y re
cogidos; vestidos todo de blanco, pues blancos
recogimiento todos los actos de la larga cere
monia (i).
Los Ex-Alumnos acuden numerosos a la
misión para asistir a los oficios, confesarse y
comulgar. Con ocasión de las fiestas de Navidad,
el P. Sak les predicó un triduo que fué muy con
currido y le coronaron comulgando todos en la
misa del gallo. P^í P. Superior tuvo otra nueva
U na m is ió n In d is e n a an la s o rilla s d a l K afubu (C ongo B a lg a ).
son tanto la sotana como el roquete, dejan aso
mar unas manos, unos pies y una cara tan mo
renos. que hacen un contraste sumamente lla
mativo. El uso de las medias y de los zapatos
no se conoce. El comportamiento en la iglesia
es edificante, aman la oración y desean el bau
tismo. Durante el 1919 le han recibido 237.
El 19 de marzo, fiesta de S. José, el Padre Su
perior tuvo la fortuna de administrarlo él mismo
a 14 alumnos muy bien preparados y a la esposa
de un es-alumno. La piedad de esos nue\'os cris
tianos le ha conmovido. Seguían con profundo
alegría el día de Pascua, cuando siete alumnos
blancos de la escuela recibieron de sus manos,
por vez primera, la Sta. Comunión. La Provi
dencia le había preparado una agradable sor|i ) N uestros negritos tienen profunda devoción n la
Pasión. La tard e ue1 V iernes S a n to a p en a s cabían e n el
tea tro p a ra presenciar las conm oventes escenas que se
proyectaban sobre el telón. T odos estaban alii, internos,
externos, los m ism os d e la escuela indígena, los enfer
m eros con su s fam ilias y hasta los alum nos d e la escuela
protestante; com entaban e n tre si estas escenas y las se
guían con vivo interés. A penas se anuncia q u e h a b rá
(unción d e cine, preg u n tan : ¿E s ia Pasión? Y si no es ta
Pasión no qu e re n venir.
presa, porque el padre de uno de los que comul
garon, el Sr. Ayudante Verbmgger, recordaba
que él mismo, 25 años atrás, había hecho su pri
mera comunión en la capilla del Orfanato San
Juan Berchmans. en lyieja, y que el mismo
I’. Virión era quien le había colocado la Sta.
Hostia sobre los labios, y este recuerdo le emo
cionó hasta hacerle derramar lágrimas.
I/a Misión de « S. Francisco de Sales o reccge
también algunas familias indígenas, es decir,
las de los antiguos alumnos que qyedan en la
escuela como ayudantes del jete de talleres o
como empleados de los mismos; ¡y ésto, sólo
pocos años después de haber entrado siendo
niños en la misión! Para quien conoce la insta
bilidad natural del negro, su necesidad de con
tinuo cambio, tiene en esto una señal incon
cusa del buen espíritu de cuantos viven en la
misión y de la huella que deja impresa en su
carácter la educación salesiana.
Otra familia está también agnipada en los
alrededores do la misión, la de los enfermos
enviados por Mons. Roelcns, Vicario Apostó
lico de Tanganika, para seguir los cursos de
medicina colonial y de liigiene, en el hospital
indígena. Tienen también allí sus fañiilias.
Además los Salesianos se cuidan de las clases
del barrio* indígena; este barrio tiene una po
blación que da un contingente escolar de 250
alumnos de todas las edades; no contentos con
esto se encargan de los niños de los soldados
indígenas y hasta de los negros que sir\’en a
los europeos, quienes, cuando han terminado sus
tareas diarias, van a aprender escritura, lectura
y cuentas. I^a e.scuela recientemente construida
con planchas de zinc, donde la temperatura
bajo el ardiente sol semeja un horno, es dema
siado estrecha.
Se les indicó que se pensaba construir otra
con ladrillos, y maestro y alumnos pusieron
cara de. fiesta apenas lo supieron, poro entre
tanto su buena voluntad será puesta a dura
])rueba. Nuestros hermanos tienen allá un fruc
tuoso, aunque al mismo tiempo laborioso campo
de apostolado, porque la mayor parte de estos
alumnos piden que se sigan las clases de cate
cismo, pata que así se les admita enseguida al
santo Bautismo.
(.'(ístf D. Bosco, sobre la ribera del Kafubu,
es una dependencia de la casa de Elisabethville,
arbolito que será en breve árbol vigoroso. El
terreno es muy extenso, mil hectáreas, aún
cuI)ierto de bosque en su mayor parte, y es una
escuela de agricultura para indígenas. Fastos,
abandonados a sí mismos, se contentan con hacer
producir a la tierra, con medios rudimentarios,
el maíz y los moniatos. No la cultivan sino en la
parte que croen necesaria para el consumo del
año. Una mala cosecha es señal de hambre
segura. Cuando la tierra es árida, trasladan sus
hogares a otro sitio, y por tanto es necesario
empezar de nuevo, sobre todo si se quieren in
troducir ciertos usos europeos, en los que en
cuentran menos dificultad. Después de dos años
de trabajo, la colonia agrícola de Kafubu co
mienza ya a dar lo necesario para el sustento de la
casa de Elisabethville. Además de los productos
del país, peras y albaricoques, se pudo cultivar
la p atata europea. Centenares de árboles pro
veen abundantemente limones, naranjas, ba
nanas y otros muchos frutos, de los cuales se
espera hacer una buena provisión de vino. Unos
cincuenta niños negros viven de la huerta. Están
ocupados en trabajos manuales una parte del
día y frecuentan las clases por la tarde. Esperan
tener su charanga, como también sus compañeros
los viticultores. Estos son iguales a los de Elisa
bethville, entusiastas jugadores del foot-ball. F.l
balón no le tienen todos los días. ¡El cuero es un
artículo muy costoso para el pobre negro!
Al lado de este grupo de artesanos, la Escuela
Don Bosco tiene una sección de estudiantes que
forman la porción predilecta y la e.speran2a de la
misión. Ellos serán más tarde maestros, cate
quistas, quizá sacerdotes, pues algunos lo de
sean y se aplican al estudio del latín con entu
siasmo.
Ea acción salesiana no tiene allí límites. Los
sacerdotes de la misión catequizan las aldeas
vecinas y la palabra de Dios es acogida con ca
riño. líl Superior lo ha podido ver por la acogida
que se le hizo. Los indígenas estaban en sus cam
pos cuando él pasó y, avisados por sus hermanos,
en un momento todos .se juntaron al rededor
de él, pidiéndole medallas, estampas, crucifijos
y rosarios. La abundante provisión que traía
se le terminó en breve. El domingo, cristianos
y catecúmenos corrieron presurosos a los oficios,
y ya este año es necesario pensar en una capilla
mayor.
En viaje hacia Kiniama. — Un automóvil re
calcitrante. — Una noche al descubierto. —
Entrada triunfal frustrada. — Verdadera
misión en plena fíoresta. — Una visita ea
piragua a las recientes cristiandades, colo
cadas a ¡o largo de la ribera del Kafubu. —
El bien que se ha conseguido. — El adiós a
estas tierras de corazones tan bien prepa
rados.
Antes de la fundación de la granja agrícola,
el F. Sak había recorrido el territorio asignado
a los Salesianos y fundó una misión llamada
Kh¡ií:t7ui, cerca de la frontera de Rodesia, a
una distancia de 115 km. de Elisabethville y en
plena floresta africana. Cuando el Padre Supe-.
337 —
rior mostró deseos de visitar esta misión, el Sr.
Director le dijo: Yo le conduciré en automóvil,
el camino es bueno y hará el \daje sin fatiga.'
El P. Superior aceptó el augurio y el ofreci
miento, no obstante su desconfianza al ver los
caminos del país. Eos primeros kilómetros se
recorrieron fácilmente en una hermosa mañama,
después, de repente, el auto se encontró en un
barrizal. Fué necesario bajarse, empujar las
ruedas y sacarle a tirones. Después de una hora
y media de esfuerzos salió del atolladero, pero
fué un triunfo momentáneo, porque algunos
kilómetros más adelante igual tropiezo puso a
prueba la paciencia y las fuerzas de los viajeros.
No se había salido apenas, cuando por tercera
de encuentro con fieras, se enNuó uno de los negros
que nos acompañaban a la misión, para buscar
sosorro.
Nosotros quisimos desaj’unar, pero la sed era
demasiado ardiente y no nos dejaba comer.
En vano recorrimos los alrededores en busca de
un manantial; nada más encontramos que la la
guna vecina, pero el agua estaba tan turbia, que
los mismos negros sentían repugnancia en be
bería. Todo el día se pasó en espera... y al .sol,
porque las florestas de Katanga no dan sombra.
Leones y leopardos nos dejaron trampiilos,
solamente las hormigas rojas, las terribles hor
migas rojas, nos asaltaron, siendo rechazadas
con facilidad. El auxilio finalmente llega a las
P u in t * s o b r t e l K afubu, o o n itru ld o p o r lo s to ld a d o s n e o r o i.
vez tropieza con el mismo obstáculo. Esta vez
fué la peor; sin haber abandonado el camino dió
en un terreno pantanoso, donde se atascó de
tal manera que, en 4 horas de esfuerzos sólo se
le pudo hacer avanzar dos o tres metros. La
noche se avecinaba. Estaban aún a 30 Km. de
la misión, sin luz, sin provisiones y, sobre todo,
sin agua. L q niás prudente pareció acomodarse
lo mejor posible y dormir sobre el camino al
amparo de Dios, resguardándonos de las bestias
feroces y del relente de la noche con hogueras
y abrigos de ramas. Este fué el chasco que nos
dió el auto. Felizmente cada cual tenía su abrigo
propio y algo valió, aunque, si fué suficiente para
protegemos del frío, no lo fué para evitar los in
finitos mosquitos atraídos por el fuego. A la
mañana, cuando hubo desaparecido todo peligro
cinco de la tarde. El primero fué el P. Mariage
que en bicicleta adelantó a los negros; traía pro
visiones de café. Con la ayuda de los indígenas
el auto salió del atolladero, pero en bastante mal
estado. Se decidió que el P. vSak emprendiera de
nuevo el viaje a Elisabethville, mientras que el
P. Superior continuaría adelante con el P. Ma
riage y los negros que les acompañaban. La
noche había llegado y era muy oscura. La.s altas
hierbas que alfombraban el camino estaban llenas
de rocío que descargaban en los pobres viajeros. A
veces nuevos pantanos interrumpían el camino.
Era ya media noche cuando se llegó a las orillas
del Kafubu (que baña también la misión de
Kinama). El río es muy ancho en este lugar y se
encontraba además aumentado por las lluvias.
El buen P. Van Heusden, que ya no nos espe-
— 338 raba y que acababa de recorrer la misión, dormía
]>rofundamente. Para despertarle hubieran sido
necesario cañonazos, y como entre tanto caía
un terrible aguacero, el P. Superior y el P. Mariage se refugiaron en una cabaña de negros, y
acurrucados cerca del fuego, en compañía de los
dueños de la cabaña, secaron su vestidos,. Des
pués de un buen rato, llega finalmente el P. Van
Heusden con su barquichuela y a la una de la
noche, bajo una lluvia torrencial, y a la simple
luz de una antorcha, el P. Superior hace su
entrada en la misión, sin otra solemnidad que
la fraternal acogida de los hermanos. jY pensar
en los grandes preparativos con que había so
ñado el P. Van Heusden para que la entrada
fuera un triunfo!
La misión de S. Juan Kvangelista está si
tuada sobre los terrenos (pie de sus mismas
posesiones cedió el gran jefe Kiniama: las aldeas
llevan aquí el nombre del jefe. La baña el río
Kafubu que no lejos de allí desemboca en el
Luapnla. Los edificios de la misión comprenden:
una capilla (ya demasiado pequeña), una casa
para residencia de tos Salesianos (ambos edi
ficios de ladrillos), clases y refectorio para los
alumnos; éstos son 50 niños y 15 obreros agri
cultores, jóvenes que tienen una hora de clase
al día. I;OS niños, en cambio, tienen clase toda
la mañana; unos y otros son internos de la mi
sión. Además otro grupo de obreros con sus fa
milias vive también en la misión. Ivl terreno
es una floresta, por eso no es raro tener allí la
visita de bestias feroces. Hace dos años, por
ejemplo, un niño fué llevado jior un león de en
medio de sus camaradas, mientras se recreaban
por la tarde delante de la casa. Kiniama es un
centro desde el ‘cual los misioneros extienden
su acción en una longitud de 90 Km. en las
aldeas establecidas en la margen izquierda del
río Luapula. Después de haber admirado la
manera como se cultivan las tierras y las
almas en la misión, el P. Superior ha querido
visitar algunas de las aldeas evangelizadas por
sus hermanos. Se forma una caravana, y el Padre
\'an Heusden acompaña al P. Superior, lista
mos en la semana de Pascua; los niños tienen
tres o cuatro días de vacación y se ha pensado
dejarles en sus re.spectivas aldeas, mientras pasan
los misioneros: después, al final de la semana,
volverán tc^dos al Colegio. Se de.íCiende primero
por río Kafubu en barca y se va a dar un sa
ludo a los catecúmenos de la aldea Kiniama.
ICn ausencia del jefe las imijeres hicieron, expoutaneamente. al padre una recepción de gala
y le aclamaron estrepitosamente. De Kiniama
a MakoK'^a hay unos 20 Km. líl sendero no es
nada bueno: las hierbas y malezas son más altas
que los hombres. H1P. Superior se arregazó el pan
talón y, sin tener en cuenta prejuicios europeos,
se mete por los pantanos y pasa los arroyos con
decisión sobre un tronco de árbol que tiene el
honorífico nombre de puente. En Makonga colo
camos la tienda de campaña cerca de la casa del
jefe y mientras llega la hora de la instrucción,
los PP. van a invitar a los catecúmenos de las
aldeas vecinas. El grupo de los oyentes es suma
mente interesante. La capilla la forma un gran
toldo abierto por todas partes, pero como el
auditorio es demasiado numeroso, no caben
todos dentro. Sentados en tierra, los hombres a
la izquierda y las mujeres a la derecha del pre
dicador escuchan con religioso silencio: a las
mujeres, sin embargo, se las ve distraídas con
frecuencia, a causa de tener que atender a les
niños pequeños, a quienes, según la costumbre
del país, llevan en las espaldas. Después de la
instrucción la conversación se prolonga hasta
muy tarde. Los indígenas han preparado una
gran hoguera cerca de la tienda del P. y después
de la cena se reúnen en el lugar indicado de ante
mano. Allí el P. Van Pleusden que ama mucho
a los jóvenes y es de ellos muy amado, hace
algunos juegos y danzas acompañadas de ciertas
músicas o canciones que semejan preguntas y
respuestas y que acompañan con golpes de
tambor. Se ve que la visita del misionero lleva
la alegría a las aldeas. Los avisos los reciben con
sumisión y los catecúmenos no toman parte en
las danzas paganas.
Al principio el P. Superior infunde un poco
de respeto. Dicen de él que es el Gran Baba y
que tiene más de cien años, pero los niños rom
pen fácilmente este temor y se reúnen a su alre
dedor pidiéndole estampas, medallas y choco
late: gracias a la generosidad de una coopera
dora de Lieja puede el P. distribuirlo en gran
cantidad, junto con un poco de ropa que tiene
el mismo origen y que sin duda por las circuns
tancias en que viven les es más necesaria que el
chocolate. Después de las oraciones de la noche
y de un canto, la asamblea se disueh’e no sin
continuar su charla por largo tiempo durante la
noche. Por la mañana se celebran dos misas
en la tienda: los cristianos rezan sus oraciones
y (x>mulgan casi todos. Después del desa>*uno
se da una última instrucción a todos juntos, critianos y catecúmenos y partimos para Kipepo:
nos acompañan por un gran trecho.
De Makonga a Kipepo el sendero atraviesa
una hermosa floresta, regada también por innu
merables arroyuelos y pantanos que la estación
de las Ihuúas ha llenado de agua.
La aldea de Kipepo no es grande. El jefe es
muy aficionado a la misión, lo mismo que el de
Kalasa quien \dene a nuestro encuentro con
cierto número de hombres para conducimos en
— 339 —
canoa hasta su aldea. Kclasa toma al P. Siiperior en la barca que él mismo dirije muy hábil
mente y toda una fiotilla, con el jefe al frente,
remonta el río Luapula venciendo la corriente a
fuerza de remos. Este río que separa el Congo
Belga de la Rodesia tiene una anchura de 600
a 800 m., es muj' hermoso, sobre todo en esta
^tación, y el viaje en barca resulta encantador
en estas soledades donde cocodrilos e hipopó
tamos han establecido sus guaridas. Llegamos
a Kalasa hacia la una de la tarde. La 'acogida
es aquí bastante más cordial y los catecúmenos
Maktm^Oy después de haber hecho esfuerzos inau
ditos para evitar los sitios por donde la embar
cación no pitede pasar (i).
El consuelo que ha probado el P. Superior
^'ie^do el espíritu de apostolado con que los
hijos de D. Bosco trabajan en estas misiones y
la buena voluntad de los pobres negros le hizo
olvidar todas las fatigas sufridas. l*n himno de
acción de gracias a María Auxiliadora brotó
de su corazón pidiendo a nuestra buena Madre
mande a estas tierras desheredadas numerosos
y fervientes obreros evangélicos y los socorros
M isión d a K tn ia m a : los p rim a ro s o ta e d m a n o s .
se muestran muy fer\'orosos debido a que allí
tienen un buen catequista negro, muy estimado
por la gente de los alrededores; es buen herrero,
con pretensiones de armero, y tanto él como su
esposa son cristianos muy fer\*orosos. El jefe
viene a ver al P. Van Heusden a nuestra tienda;
está sumamente triste porque su esposa ha
huido de la casa e ignora su paradero. Yo no
sé, dice, qué tenía ella en el corazón ». Kalasa
es catecúmeno asiduo y esperamos que la grande
tristeza que le causa la partida de su esposa no
le impedirá recibir el bautismo. El día siguiente,
viernes, terminada la misa se tiene una instruc
ción, y después de la despedida, quenofué nada
corta, la carabana, libre de niños que no volve
rán hasta el sábado por la tarde, toma de nuevo
el camino del río que les conduce esta vez hasta
materiales que les son indispensables, para ganar
los corazones mediante obras de caridad que
sean eficaces para atender, no sólo a las necesi
dades espirituales, sino también a las miserias
temporales. Cuando se disponen a partir, coniu(t) La m isión d e S an J u a n E vangelista d e K iniam a
cousta actualm ente de:
Crístianoe
63
C atecúm enos del año pasado
47
P ostulantes a catecúm enos
588
Bautism os conferidos en 1917
>7
>
»
1918
5
»
>
5
1919
>
»
1920
15
>
1921
•29
>
1922
>
39
M atrim onios cnst'anos
16
Com uniones en S921
4150
(Los datos d e ios dem ás años no se }>oseen).
— 340 —
nican desde una aldea bastante lejana que el
jefe está a punto de morir. El P. Mariage sute
en su bicicleta y va a ayudar al enfermo; le ad
ministra el santo bautismo, y horas más tarde
entrega su alma a Dios.
misión de Kiniama
es desde hace poco un puesto auxiliar de medi
cina. Los enfermos acuden ya numerosos a las
consultas del padre que ha hecho a este propó
Puedes matarme, pero no me caso con él
sito estudios especiales sobre las enfermedades
tropicales, primero en Bruselas y de.spués en el
Pasadas las dolorosas impresiones y días de
hospital de Elisabethville. El objeto de este ser congoja en que los piratas nos'tuvieron en
vicio, ya oficialmente organizado, es combatir continuo sobresalto, se respira cpn sosiego y
la enfermedad del sueño y enseñar a los negros nos sentimos aliviados. Ya comienza de nuevo
a evitar las horribles llagas de que a menudo se el activo apostolado que nos obligaron a suspen
infectan y que los remedios de sus curanderos der, en parte, las revueltas. Yo me siento irre
no hacen más que envenenar. La visita del Padre sistiblemente atraído hacia Fong Tong, un
Superior tocaba a su término. Lleva el recuerdo hermoso pueblecito de 500 almas, perdido
del bien de que ha sido testigo y del buen espí entre los montes, que emerge en el claro de un
ritu de sus hermanos, que le han edificado. Con frondoso bosque. Me recuerda las pintorescas
mucho gusto él se hubiera quedado para siempre aldeas diseminadas en las estribaciones de
en estos lugares, según decía. El P. Van Heusden nuestros Alpes. Dista de Shiu Chow tres días
muestra con lágrimas en los ojos al P. Superior de camino y cuatro horas del mercado, a que
el disgusto de ver estos días pasados tan rápi periódicamente acuden estos laboriosos mon
damente, y Salesiauos y niños no pueden resig tañeses. No l^s extrañará mi predilección por
narse a separarse de su lado. Los últimos días este pueblecito si les digo que todo él es cristiano
que pasó en Elisabethville los empleó en entre y que en él se siente el misionero como en
tenerse con sus hermanos, en volver a ver por familia.
Los primeros días de mi llegada, los buenos
\-ez postrera a los niños de la « Casa D. Bosco »
y en devolver la visita al Sr. Goveruador, al Fongtoneses acudían numerosos a saludarme,
Sr. Prefecto Apostólico y a las Autoridades de pasar un rato en mi compañía y enseñarme con
la I’rovincia. Abriga la esperanza de poder esta cariño e interés su dialecto A Ka, para hacerme
blecer pronto em Ratania una escuela profesio menos sensible la ausencia de Macao.
nal con internado para niñas indígenas. Las
Como conocía bastante bien el dialecto canHijas de María Auxiliadora trabajarían en su tonés, no me füé difícil, libro en mano, dar con
campo y la cuestión tan grave del matrinonio la clave del nuevo dialecto, aunque muy dife
de nuestros recién convertidos tendría con ello rente del primero. El rezar todos los días las
una solución práctica. Las religiosas tienen el oraciones en compañía del pueblo y oir la can
terreno preparado para ejercer una acción muy tilena de los niños de la escuela vecina, me
eficaz sóbre las jóvenes cristianas y catecúmenas. hicieron familiares los nuevos tonos, con lo que
Con atención sumamente delicada y que no tardé el ganarme los corazones de los nuevos
indica al mismo tiempo el aprecio que se tiene hijos espirituales.
a la Obra Salesiana en Klisabethvillc los Sres.
Una mañana, cuando entraba en casa, des
Directores de Justicia y Pública Instrucción, el pués de celebrar la santa misa, se me presentó
Sr. Pholieu, el Sr. Ilermens, coronel y jefe de las una joven, que, tímida y con los ojos bajos,
tropas de Katanga, el Abogado Sr. Bninneel, me dirigió el siguiente saludo:
antiguo Director de Justicia y el Sr. Comandante
— Tien Tchu Pas Yon. (Dios te proteja).
del distrito de Caroli se han dignado venir a
— Y que a tí te bendiga, le contesté.
saludar a nuestro Superior antes de que par
— Desearía preguntar una cosa al Shin ¡u
tiera, y han estado en su compañía hasta el (Padre), peró no se si tendrá tiempo para es
mismo momento de la salida del tren.
cucharme.
En este momento todos los alumnos de la
— Ya lo creo; di tranquilamente lo que
escuela, que habían rivalizado en velocidad con deseas.
el auto para acompañar al P. Superior, le salu
— Sencillamente, desearía saber si los cris
daron con una brillante, entusiasta aclamación. tianos pueden unirse en matrimonio con los
paganos.
— Y ¿por qué me haces esta pregunta?
— Por nada... únicamente por saber...
Como vo conocía a la muchacha, 110 fué ne-
Episodios de las misiones
f
— 341 —
■ •cesario que prolongara el interrogarlo, pues
I sabía de sobra de qué se trataba.
■
Un pobre cristiano había imprudentemente
prometido su hija, por esposa, a un pagano. El
contrato se había verificado entre ambas fa
milias, cuando, cosa corriente en China, los dos
prometidos eran pequeños todavía, y como se
acercaba el tiempo del matrimonio debían
ultimar algunas formalidades antes de realizar
el acto.
La muchacha, mocita ya, había llegado a
conocer el contrato efectuado, y durante la
visita pastoral de aquel año, era el igiS, se dió
cuenta del paso que estaba para dar. El día
que recibió la confirmación, en la instrucción
que les dió el Sr. Obispo sobre la educación de
los hijos, supo la grave falta que cometen los
padres casando sus hijas con paganos, y María
Ho, nombre de la joven que tenía delante,
fortalecida con la gracia del sacramento re
cibido, tomó una resolución enérgica, y, lle
gada a casa, le dijo al padre, sin más preám
bulos:
— El Señor ha tenido compasión de mí,
haciéndome conocer mi crítica condición: y
yo esta mañana, después de ser confirmada,
he tomado la resolución de no casarme con
Teño...
El padre le cortó en los labios la frase, antes
que la terminara, diciendole con sequedad:
Ya tendremos tiempo de tratar ese asunto:
cálmate y deja a tu padre disponer las cosas.
— Mira, observó la hija con firmeza, que
estoy decidida y quiero que se rompa el con
trato.
— Jam ás, eso de ninguna manera, y te las
tendrás que ver conmigo!
— Como quieras, ■puedes matarme, pero yo
no me caso con él...
Intervinieron los vecinos, y, por vez primera,
Ho Li Men cedía a las pretensiones de su liija.
Pero la cuestión no terminó con este inci
dente, se aplazó, pues en familia se vivía
sobre ascuas. El padre había empeñado su pa
labra y recibido las arras, y temía naturalmente
las graves rapresalias de la familia del esposo,
porque entre los A Ka no se deshacen fácil
mente los contratos. Este era el motivo que
traía a la joven a consultarme, pues esperaba
que el misionero allanaría la cuestión, y yo
así se lo prometí.
Después vino el padre en busca de consuelo,
llorando su equivocación, y temeroso de perder
sus pocos bienes si no entregaba la hija con
forme a lo convenido. Yo le calmé cuanto pude,
y le prometí mi apoyo, tratando con las auto
ridades si fuera necesario.
La ProWdencia me había deparado buenas
relaciones con el Mandarín, y en una de mis
entrevistas le conté esta historia)
— La solución es muy sencilla, me respon
dió: basta que la jovencita permanezca virgen,
y es asunto terminado.
— Pero ¿y si el joven insistiese?
— E stá tranquilo, que no lo hará; pero caso
que lo hiciera, está la ley que lo condena, y,
sobre todo, aquí me tienes a mí.
A pesar del buen deseo del Mandarín, com
prendí que la cuestión no quedaba resuelta,
aunque sí algo mejorada. Con todo, yo fuí en
seguida a llevar la noticia a Ho Li Men] pero
como me lo esperaba, no quedó satisfecho ni
tranquilo, pues temía las consecuencias de
faltar a la palabra dada, por lo que afligido,
y ocultando la cabeza entre las manos, repetía:
— Y ¿no habrá algún modo de arreglarlo?
— Pero si el Mandarín te protege ¿(¡ué puedes
temer todavía?
— Es verdad, pero eso no me satisface, yo
quedo mal, porque he prometido mi palabra,
}'■ ya. sabes que aquí en China...
— Entonces no veo otra salida sino que el
joven se haga cristiano, y así la victoria es
completa.
— ¡Imposible! E l no puede venir aquí (el
esposo no puede pisar el pueblo de la esposa
antes de casarse) y tú no puedes ir a su casa.
— No te preocupes más, Ho L i Men: déjalo
correr por mi cuenta. Vosotros haced una no
vena fervorosa a María Auxiliadora, y tened
fe en su protección.
En Tsi Kong, mercado a que hice referencia
más atrás, vi al joven en cuestión, excelente
muchacho, que no sólo se haría cristiano, sino
que además era un buen partido para María.
Ya estaba prevenido, y hasta había aprendido
las primeras respuestas del catecismo, por lo
que no tardamos en entendernos. El .se indus
trió para venir varias veces a Fong Tong, donde
el roce con los cristianos le hizo apreciar más
la religión, hasta que ya me pidió el bautismo.
Yo se lo prometí, y cuando comuniqué a la
familia de Ho L i Men el día establecido para
la ceremonia, íué un momento de alegría in
descriptible.
H ada dos años que había llegado al hermoso
pueblo de Fong Tong, y la religiosa vecindad
se preparaba a celebrar con grandes fiestas el
bautismo de José Tcng, y su boda con María
Ho. La g rad a del Señor había triunfado y unido
con lazo eterno a los dos jóvenes esposos, a
quienes, hasta poco antes, separaba un abismo.
Shiu Chow, 24 de Enero 1923.
JuAX Guarona Pbro,
Misionero Salesiano.
— 342
La Cuestión $odal y las escuelas Proíesionales $alesianas
{Conjcrcncia a los Cooperadores Salcsianos de Cartazo [Costa Rica) por el Revdo. Dr. D. Carlos Borog
Misión de D. Bosco.
el inventor de ese nrétodo excelente para formar,
hombres de carácter y honradez por medio de las
En 1843 el insigue filósofo español, Jaime Bal escuelas de artes y oficios o escuelas talleres y
ines, íulelantAndose a su ¿poca dijo esta frase profesionales, .solamente por arrebatar la gloria
memorable: « la cuestión social habrá de resolverla a la Iglesia de haber sido la primera en. Italia y
una Congregación religiosa ». Era precisamente tal vez en el mundo en fundar esas escuelas admi
en esa misma época en (jiie un humilde y virtuoso rables para la formación completa del obrero,
sacerdote de Italia, el Venerable Don Juan Bosco. pues le hacen aprender el arte que ha escogido,
se esforzaba con la mente y el corazón por resolver le educan como buen ciudano y le guían aún
el magno problema de la cuestión social.
fuera del taller con excelente maestría católica,
El había visto la sociedad gangrenada por los con la base de sólidos principios religiosos. 1-Na
vicios y la ignorancia de sus deberes, distanciadas gloria c.‘>la principal de Don Bosco, y la gloria de
las clases sociales por no conocerse, la niñez y la Don Bosco es la gloria de la Iglesia Católica,
adolescencia sumidas en gran parte en la miseria Apostólica y Romana.
moral y material; y comprendía perfectamente
Fué tan grande el éxito de las e.scuc-las profe
({ue la clase obrera se encaminaba con decisión sionales de Don Bosco, que un famoso enemigo de
a romper las cadenas de la ignorancia que parecía la Iglesia, el Conde Caxour, llegó a decir que sólo
sujetarla a las clases elevadas e intelectuales, de se lamentaba de ima cosa; ¿.sabéis crral.' « que no
suerte (jue era necesario guiarla cristianamente hubiera institutos de e.sa cla.se en todas las ciu
Y>or su nuevo derrotero. Así empieza su misión dades de la uacióii », palabras repetidas después
verdaderamente pro\idoncinl.
por B'rancisco Crispi, gran político italiano.
Animado por el espíritu de Dios, en 1 S44 fxmdó
Sí señores, el bienestar de la sociedad depende
sus pritueras escuelas dominicales y se dedicó de la educación de la niñez y la jux entud; y como
con afán y entusiasmo al mejoramiento de la.s la mayoría de la sociedad se compondrá en todas
clases obreras. lU era xui genio que no sólo com partes del elemento obrero, de aquí la gran im
prendía muy l>ieu su época, sino que penetraba portancia en lormar desde niños a los obreros de
el futuro y con un elevado conocimiento del hom mañana, pero no a los obreros-máquinas, sino a
bre trabajaba por la restauración de la niñez,- los obreros hombres, conscientes y dignos I.as socie
pticslo que la sociedad depende de ella, y si es dades no pueden ser felices con tener obren s
tarea imposible refonnar al hombre ya liecEo y hábiles sin cultura ni educación moral y religiosa.
formado, no .será jamás imposible formar dcl A remediar este gran defecto del paganismo conniño, que es el hombre en potencia, un ciudadano tcm[X)ráneo tienden precisamente las ohr.'S de Den
honrado y virtixoso. El gran deseo de Don Bosco Bí.'sco.
era ayudar a la humanidad doliente y tuvo un
De altí.sima trascendencia es el problema social
tino y acierto admirables en la solución dcl pro del mundo, el problema del obrero, el problema
blema social, señalando nuevos rumbos con sus (le las cla.ses que no se aman ni .se entienden, porque
escuelas talleres ciue, a costa de grandes sacrificios no se conocx’ii. El pobre se figxxra al rico siempre
y trabajos, empezaron a funcionar con el aplau.so feliz y con todas las cosas a sxi antojo; y el ri(x>
general en Valdocco, el año 1855.
.«e imagina que el pobre es xm ser inferior, hasta
brxxtal y degradado; el obrero nxxxchas veces ,se
exee
encademulo al trabajo como a una desgracia
Originalidad de D. Bosco.
y piensa que si otros son ricos y sin trabajo, él
¡Rsiuihis talU res! ¡Escuela'^ proirsionalcs! He debe serlo también aim a casta de lo ajeno. A fin
aqui la originalidad admirable d-' Don Hosco. V de buscar eso xuiión, Don Bosco no sólo inventó
esta es mm gloria muy grande de la Iglesia en el las cscxxelas profesionales para aquellos que deben
progreso hmnano ]X>r imniio de uno de axiuellos ganarse la vida con la mente y el brazo, sino tam
que el mundo tilda de curas ignorantes y retró bién escxielas o institxitos para aquellos qxxe lian
grados. l.n misión divina de la Igle.sia es enseñar de vivir (Xin el esfxxerzo de la nxeiile y de la palabra,
la verdad a Uvs hombres y por más <}ue las potes de la ciencia v de la axitoridad.
tades enemigas pretendan ascureccr su obra,
seguirá triunfante en su carro de luz y de amor,
Fundameoto religioso.
de belleza y de verdad, enseñando a los mortale.s
a svxlíordinar la vida presente a la futura, lo tem
¿Y cuál es la base de e.ste grandioso plan de
poral a lo eterno, lo caduco a lo estable, la nada re.stauración social por medio de la educación
a la realidaxl.
completa del obrero? Da base es Cristo Jesx'is, con
Nuestros enemigos se devanan los sesos buscando sxis xkfCtriiias morales y religiosas, es el obrero
— 343 —
divino de Nazaret qxie vino a regenerar al hombre
caído de su grandeza, educando sus sentimientos,
su mente y su voluntad con principios fijos, adapta
bles a tc^os los tiempos y razas humanas. I.a
gloria precisamente de Don Bosco está en haber
sabido adaptar a nuestra époch los principios
imnutables del Evangelio de Jesú?. ¡Paradoja
divina, inexplicable para el inundo! ¡Lo inmu
table, adaptable a la mutabilidad incesante del
progreso humano! Es el rayo de la luz divina el
que mueve al genio para encontrar el secreto de esa
misteriosa adaptabilidad. Y ese rayo penetró
muv hondo en el alma de Don Bosco para educar
cristianamente al obrero moderno conforme a su
civilización, haciéndolo útil a sí mismo y a su patria.
En verdad, señores, el obrero instruido y educado,
consciente de sus derechos y deberes cívicos y
religio.sos es el gran propulsor del progreso social
de las naciones, pero el obrero ignorante, sin idea.s
iii prácticas religiosas y patrióticas, es un juguete
en manos de los politiqueros y agitadores inte
resados de las masas, es una amenaza pennanente
para la sociedad, un verdadero peligro que a cual
quier hora se convierte en una tea incendiaria,
en un puñal asesino.
Y ¿qué es educar? Educar, señores, es cooperar
al perfeccionamiento de un ser personal. Eclucar
e.s comunicar una \'ida superior a la que el indi
viduo podría desarrollar por sí mismo. Educar,
dice Dupanloup. « es cultivar, ejercitar, desarrollar
y robustecer todas las facultades físicas, intelectuales,
morales y religiosas que constituyen en el niño la
naturaleza y la dignidad humana *. La instrucción
no es más que un medio para la educación, mejor
diría tal vez <iue la instrucción no es más que una
parte de la etlucación total del hombre. Por esto,
la sociedad que instruye y no educa, camina al
abismo. Educar, dice tí célebre pedagogo lian jón,
« es cultivar y liesarrollar cuantos gérmenes de per
fección física y espiritual ha puesto Dios en el
hombre, con el intento de hacer hombres perfcelos
con la doble perfección que cuadra a sm doble natu
raleza espiritual y corporal y en relación con su
doble destino, temporal y eterno ».
Esto es, señores, lo que hizo don Basco y lo
que continúan haciendo sus predilectos hijo.s. De
aquí la eficacia de su nnúodo y los óptimos frutos
cosechadas en Europa y America. Sólo así se explica
cómo so va ■extendiendo esta obra por toda la
tierra, cual árlx)l gigante que crece sin cesar y
que extendiendo sus ramas quiere cubrir con su
sombra a los mortales; cual buque colosal que
navegando por todos los mares recoge a los hom
bres en su primera edad y de todos los pueblos
y razas, para llevarlos con rumbo fijo a las playas
de la etenúdad, sin esquivar las luchas y tonucutas
del mar de la vida humana.
Hasta los librepensadores, como Máximo d’Azeglio, exclaman; « es preciso dar a ¡os pueblos
educación', no solo leer, escribir y hacer cuentas,
sino también y principalmente, la más importante
de todas; la que enseña el respeto a la ley mcral,
cl il y política » Los antiguos filósofos paganos,
í .n sólo la luz de la razón reconocieron la impor
tancia de la educación m'ral. Cuando recibe una edu
cación puramente intelectual, degeneia en el más
salvaje y desenfrenado de todos los seres vivientes »•
En verdad, señores, la cultura sin religión ni
moral, no es más que mía luz en las manas de un
ladrón. La voluntad educada vale mil veces más
que el saber, porque en ella se apoya la vida del
hombre. El filósofo Leibiiitz escribía que ;« la
educación buena es el primer fundamento de la feli
cidad humana ». « Siemp>re he creído, dice, que se
reformatia el mundo, si se reformara la educación *
esta es, repito, la gloria de don Bosco con sus
escuelas profesionales de artes y oficios; .salicr
educar al hombre i>ara la vida, hacerlo apto para
la lucha por la existencia.
Sistema preventiyo.
El secreto del éxito en esta educacun. (además
de los principios sobunaluruks de la Religión),
lo que podríamos llamar la llave ele oro natural
con que Don Bosco abre las tesoros riquísimos de
la educación, es el sistema prenntivo usado en
sus escuelas y que consiste scnsillanunte en poner
los almnnos en la imposibilidad de faltar a .sus
deberes, es decir, haciendo que eviten las faltas
antes de cometerlas, por medio de la vigilancia y
la persuasiüu de cumplir cen lo epic sea correcto
y debido. Es sin disputa muy superior al sistema
represivo, o sea al de la corrección por medio de
penas y castigos. El primero se basa más en el
amor y el s^undo en el temor y de allí proviene
su inmensa superioridad. En las escüelas de don
Bosco se cuida del cuerpo y de la fuerza, de las
ciencias y de las artes, de la manera de adquirir
bienes y aún de vivir bien, pero todo en i-elación
con el último fin del hombre, cultivando de un medo
especial el carácter para restaurar hasta donde
sea posible la dignidad humana atrofiada por las
perversas inclinaciones al mal.
¿Quién podrá explicarse debidnnunte que en
nuestro Siglo XX de tanto progrist) y civilí/ación,
es cuando mas voces de alerta se dan por <lo(¡uiera
sobre la decadencia de la raza? La causa e.stá jmncipahiKiite en les niaks iiilelccluaks, luoraks y
fi.siológicos que degradan a los hombres, hl pro
greso puramente material no ha hecho ni hará jamás
feliz a ningún pueblo de la tierra, porque el hombre
es ante todo, espíritu y vida innwrta! que no vive,
que no puede tener vida imperecedera y feliz con lo
material. Con todo, siendo como en realidad
somos, también materiales, necesitamos de las
cosas y bienes de la vida pre.sente y la verdadera
sabiduría consiste en ordenar lo material a lo
esfiritual.
Ante los destrozos y las ruinas no debemos
permanecer indiferentes. La e.speranza del triunfo
sonríe siempre al valiente que hace frent e*al peligro.
Trabajemos por la educación de la niñez y de la
juventud; ayudemos directamente a aquellos que
tienen en la sociedad esta tarea difícil y sublime
a la vez, porque son seres humanos, es decir su
jetos libres tos que deben educar. El elemento
obrero es im gran poder en las sociedades. De su
educación completa depende la suerte de la patria.
— 344 —
La Escuela Profesional es una necesidad.
C O L O Q U IO IN T E R E S A N T E .
Señores: esta es una obra de primera impor
tancia para la sociedad. En estas escuelas encon
trarán los niños en sus preceptores las cualidades
(jue integran la personalidad activamente edu
cativa. o sean: la autoridad, la ciencia, la virtud
y el amor; ac^uí se les educará seríanienle para la
vida intelectual, moral, física, y social, teniendo
por base nuestra Religión. Y no creáis como
muchos cjue piensan que las escuelas de religiosos
son solamente para rezar y llevar una vida de
encierro y pusilanimidad. No, aquí y donde reine
el espíritu de Don Bosco, se juntarán siempre la
oración y el trabajo, el amor y la obediencia. Aquí
se procurará siempre cumplir con el tema del
fundador: Pecado y mdana lia, lejos de la casa mía.
El mismo había fundado dentro de sus obras la
SOCIEDAD UE LA ALEGRIA, porque es fuente
de salud espiritual y corporal, pero la alegría
sana de la vida, la alegría de la buena conciencia,
la alegría del deber cumplido. Don Bosco y todos
sus seguidores en la vía de la refonua .social del
obrero desean (jue cada uno de sus educandos
sea un hombre saño, santo y sabio, un hombre
de mente sana en un cuerpo sano.
El R. 1’- Soldati desea formar maestros titu
lados en los cinco años señalados por los pro
gramas de las escuelas profesionales salesianas.
La enseñanza será teórico-práctica y de un modo
gradual y progresivo. El fin de estas escuelas ya
lo he dicho, no es sólo instnrir a los niños en la
Religión, .sino ponerlos en la condición de ganarse
honradamente la vida; y por esto es que las es
cuelas sale.sianas no tienen nrmea pdr objeto el
lucro con los trabajos de los aprendices, sino que
son verdaderos talleres para formar obreros. Se
los dan algunas propinas a los alumnos para es
timularlos y a fin de formar un depósito de dinero
con que puedan hacer frente a sus primeras necesi<lades\ma vez que salgan de las escuelas.
Mas no olvidemos que las obras salesianas son
producto de la caridad cristiana; caridad que ha
sido el móvil para congregamos aquí, pues se trata
de una obra útil a la sociedad. Seamos pues coo
peradores efectivos con la convicción de que así
serviremos a Dios y a la patria.
Don Bosco, Depetris, Nicotera yZanardelli,
La .sí.'íitr y humilde condescendencia debe rebosar
en todas nuestras acciones.
La (i:i!:io\i y ¡a humildad son las bases de la sa«tidad.
.Andemos f^yr los bajos valles de las f-equeñas vir~
ludes y vetemos ros^s entre las csf>inas.
El ano 1876, cuando se inauguraba el trozo
de ferrocarril Turín-Cirié-Lanzo, Don Bosco se
encontró con los ministros Sres. Depretis, Kieotera, Zanardelli y muchos senadores y diputados.
Durante la conversación, el diputado Sr. Ercole
dijo:
— Don Bosco lee en los corazones. Desearía
mos que nos dijera quién es más pecador, si el
Sr. Nicotera o el Sr. Zanardelli.
El Venerable dijo que no podía complacerles
con una respuesta, porque no podía ni debía
juzgar solamente por las apariencias.
El Sr. Ercole insistió, pero le interrumpió el
Sr. Nicotera, diciéndole:
¡Hombre! ¿qué interés tienes en ponerme a mí
como término de comparación? Yo no lo deseo...
Creo que estaría en su lugar, si le preguntaras a
Don Bosco si tú eres el más pecador de todos,
— Yo no tengo gana de convertirme,
contestó el Sr. Ercole.
— Entonces —- replicó el Sr. Nicotera — tú
eres más pecador que 5^0, porque conoces el mal
y lo cometes. ¿No sabes que dice la Escritura
que desideriim ■peccatonmx peribii: el deseo de
los pecadores perecerá? ¿No es así, Don Bosco?
— ¿Qué quieren Vdes. que yo diga? Para
conocer a uno sería preciso que viniera aquí, no
ha pasar una hora, sino para hacer los Ejercicios
Espirituales: que pensara en la vida pasada, en
la muerte, los pecados cometidos) en el juicio,
el infierno, y como remate hiciera confesión
general; entonces podría darle un juicio sobre
su vida.
— Pero, vamos a ver ¿V. cree que nosotros
nos salvaremos?
— ¡Oh! yo así lo deseo y lo espero, porque la
gracia de Dios es muy grande y .....
— Pero nosotros no deseamos convertirnos
tan de prisa...
— Querrán decir que desearían convertirse
de veras... pero temen no lograrlo... O bien, lo
desean y no se sienten con ánimos.
— Esto es, precisamente.
— Entonces — concluyó Don Bosco — yo
lio sabría añadir más a lo que ha dicho aquel
señor pocos momentos hace: Desiderinm peccatorum... con lo que sigue.
CULTO
1 de María Auxiliadora
N ós ie a e tn o s ¡a p e r s u a s ló a d e qae, e n la s v íc is ita d e s d o lo ro sa s de lo s tl.-n:‘
p o s q u e a tr a v e s a m o s , a o n o s q u e d a n m á s c o n su e lo s q u e lo s d e l C ielo, y e n r í e
é s to s , la p o d e ro sa p ro tec c ió n de la V irgen b e n d ita , q u e tu e e n lodo tie m p o e l
A u x ilio de lo s C ris tia n o s .
PIO X .
X
^
•O
Los triunfos de María Auxiliadora en las Misiones.
hay buen número de italianos y núcleo respctali’c
de árabes, algmios de estos católicos y otros mah< metanos, por e.so en cada ca.sa, a más de la baiuicia
R. P. Rinaldi. — Permita R. Padre que desde argentina, se ve la ele la nacionalidad del dueño. Por
este rincón de la Patagonia le envíe estas breves medio, pues, de banderas argentinas, españolas,
líneas para relatarle el triunfo definitivo de María italianas, ingles^ y árabes, se paseó triunfante
María Auxiliadora, por todos respetada y aclainnda
Auxiliadora en esta Colonia.
« Roca Nuevo * es im risueño pueblecito de como Reina de Roca.
l/os cantos de las niñas, las notas de la banda,
poco más de veinte años, pues las .terribles inun
daciones de 1898 destruyeron por completo el cedida galantemente por el Presidente de la So
ciedad Italiana y el rezo ferv^oroso del pueblo que
entonces incipiente Roca.
En este nuevo Roca es, pues, donde crece lozana acompañaba, todo nos hacía olvidar que estábamos
como sus praderas, vivificante conjo sus canales en plena Patagonia, pareciéndonos más bien que nos
la devoción a María Auxiliadora. Buena prueba hallábamos en la más catóhca población europea.
de ello fue la solemnidad y devoción con que este Yo por mi, sólo cuando después de la función volvía
año se celebró aquí la fiesta de María Auxiliadora. en mi cabalgadura al colegio, al atravesar por los
He de hacerle notar que en Roca no sólo no tenemos matorrales de piquellín y algarrobo, me di. cuenta
parróquia, pero ni siqiúera una capilla, y nuestro que estaba a unas cuantas legua.s de España.
La función fué un tritmfo de María Auxiliadora...
Colegio queda a ciuco km. del pueblo.
Como otra nota consoladora le añadiré que
Hace como dos años que las HH. de María Auxi
durante
la novena Inibo mas de quinientas comu
liadora abrieron el colegio, y su capilla, es la del
niones. ¡Cuánto alegra esto, amado Padre, en medio
pueblo, que hace de parróquia.
El día 27 de Mayo se celebró aquí la fiesta del trabajo! Aquí sólo somos do.s sacerdotes para
atender al colegio, con 70 pupilos y una treintena
de la Virgen.
Desde las primeras horas de la mañana la capilla de externos, la parroquia de S. Miguel y lo<lo ü
se vió llena de gente de Roca y de las chacras ve pueblo de Roca, pero, a pesar de todo, no sentiino;cinas. A las 7 se celebró la misa de comxmión en el trabajo viendo tanta corre.spondencia de parula cual se acercaron al divino banquete por primera de esta próspera colonia.
No quiero molestarle más, R. Padre. Bendígame
vez un grupo de 25 niñas, y si a estas añadimos los
30 niños que lo hicieron al día 24 en nuestro Colegio, y créame
Suyo ajtno. in J . C.
ya ve que nos da xm número consolador de primeras
J ulián F hrnAnukz,
comuniones.
Misionero Salesiano.
A las diez, el mismo padre que dijo la misa de las
7^2 cantó la segunda, estando la capilla llenísima de
devotos; no faltó el panegíric». La Schola Canío- María Auxiliadora en las fíorestas del Brasil,
r>‘»« de las HH. nos hizo saborear unalinda parti
La Directora de las Hijas de María Auxiliadora
tura de Botazzo.
Después de la misa se inició la procesión. ¡La de la Colonia del Sagrado Corazón de Barreiro
primera vez que María Auxiliadora salía por las (Matto Grosso Brasil) escribe: * María Auxiliadora
calles de Roca! ¡Qué hermoso espectáculo! Las sin duda goza lo indecible viendo a estos pobres
casas estaban todas engalanadas con banderas y indios tan devotos suyos y tan dispuestos siempre
gallardetes, y aquí resulta muy pintoresco, pues a honrarla. Son hijos de la floresta; y sin embargo
ia Colonia la componen la mayor parte españoles. hombres, mujeres, niños no omiten sacrificio para
María Auxiliadora
en Íloca-Rio Negro (Patagoaia).
asistir a sus novenas y rezar a su Celeste Madre.
Las pequeñas indiecita,s del internado cantan en
-SU honor y declaman poe.‘íos con mucha gracia y
regíjcijo de sus corazones infantiles ».
E¡ 24 de Mayo en el l^ío Negro (Brasil).
liHTihe un misionero salesiano: « La Virgen
Auxiliadora triunfa. Todo el mes en preparación
filé una fiesta: gran concurso y grande devoción
en todas las funciones, eiuJiellecidas con el canto
de nuestros niños. También la sagrada mesa cada
día repleta de comulgantes.
Dos botones para muestra:
Desde algún tiempo estaban enfermos dos de
nuestros niños. Vanos habían .sido mnestros es
fuerzos para combatir el mal. Al escuchar la narra
ción de las gracias de Maiía Auxiliadora, un grupo
do los mejores niños, por propria iniciativa,
comienza una novena. Cada día, a la misma hora,
el grupo abandona el recreo y se dirige a la capilla
con lo.s (los enfermos y, en voz afta, con verdadera
piedad, recitan todos la novena sugerida por el Ven.
D. liosco. A los nueve días uno de las enfermos
estaba sano; el otro, notablemente mejorado.
Ivl otro hecho edificante ocurrió al principio del
mes. Una Inicua familia llamó al misionero para
([ue le bendijc.se una imagen de Aí^ría Auxiliadora.
La pcípieña función se llevó a cabo en fonna muy
privada; no obstante llegó a conocimiento de todos
e iumediutnmente se encendió en las familia.s una
noble porfía para procurarse imágenes de María
.Auxiliadora y preparar doquiera pequeños ora
torias; el sacerdote hubo de pasar de casa en casa
para bendecir y consagrar esas familias a María
.Auxiliadora y al Sagrado Cora?ón.
A.sí todas se animaron a celebrar .solemnemente
la fiesta del 24 de Mayo. A este objeto, grandes y
chicos determinaron abrir una nueva calle, cómoda
y espaciosa, para que pasara por ella la procesión;
era un espectáculo sumamente conmovedor el
verlos acudir puntuales con sus herramientas en
las horas más calurosas del día (las i'micas libres)
pura entregarse silenciosos al trabajo, a despecho
de ese sol ecuatorial. A quién les bnbie.se pre
guntado; « ¿A qué tanta fatiga? habrían respon
dido a una voz: <>Para María -Auxiliadora ».
El 24 de ^layo ea China.
• Ivl alma se abro a las más risueñas esjioranzas
— iscrib.' un mísicíucro - viendo con cuánta
piedad e.^ venerada nuestra querida Virgen Auxi
liadora... He a([uí un detalle que demuestra el
fervor de las cristianas en honrar a María Sma.
Si bien la solemnidad externa no .se haya celebrado
c! 24, sino el 25. día de la .Ascensión, y aunque se
luibía dicho repetidas v(,H:es que el 24 no tenían
ninguna obligación de ir a la iglesia, sin embargo,
vinieron trnlivs y se acerc.aron devotamente a la
sagrada mesa. De molo que por tres días consecu
tivos hulx) comunión general. Abrigo la seguridad
de (pie la .Auxiliadora ha bendecido tanto fervor v
spierrá abrir .sus mateniales brazas también a la
turba inmensa de paganos <iue nos rodea *.
B.a^rcei.ON.a. (España). — Sufría fuerte calen
tura, y habiendo invocado con fe la protección de
María Auxiliadora, casi instantáneamente quedé
completamente bien.
Desde lo más íntimo del corazón doy rendidas
gracias a tan buena Madre.
T eres.a. Casademukt,
Baracat.do (España). — Hallándo.se enfermo
de gravedad mi padre, y habiendo rogado a María
.Auxiliadora intercediera al Señor para su curación,
cumplo hoy con sumo gusto, al ver atendido mi
humilde ruego, la promesa hecha de publicar en el
Boletín Salesiano tan señalado favor, exhortando
a todos los afligidos y necesitados a recurrir a
nuestra bondadosa Madre María Auxiliadora w.
Concha P érez.
San Cristóbal íCiudadela-España). — Muy
atribulada me hallaba a causa de una terrible enfeniiedad que amenazaba con la muerte a mi que
rida hija Juana; acudí a la que es la Auxiliadora de
los Cristianos, prometiendo hacer celebrar ima misa
en su honor y publicar la gracia, si me alcanzaba la
salud tan suspirada, la que no se hizo esperar. Hoy
se halla perfectamente bien, por lo cual, después
de cumplir con la nii.sa que sé celebró en su propio
altar, hago pública la gracia, bendiciendo a la que
fué nuestro verdadero Auxilio.
Doy también las gracias a tan buena Madre,
porque a Ella encomendé la .suerte de mi lujo que
debía entrar en (juiuta.s, oyendo mis ruegos con
cediéndole buen luimero. Qui.siera que cuantos .^e
encuentren cu necesidad se acordaran de Ella y
verían cómo sus esperanzas jamás quedan frus
tradas.
M.vría Barbkr.
F errkrías (Ciudadela-Espana). — La terrible
enfermedad del tifas me atacó tan fuertemente, fir.c
las médicos me dieron por desahuciada varias
veces consecutivas. .Afligida ante tal noticia acudí
a María Auxiliadora, con.siguiendo la salud sus
pirada, por lo cual ofrezco un exvoto de plata para
sn Santuario de Cindadela.
BoGOT.v (Colombia). — .A principios del año en
vurso apareció en mi mejilla izquierda una especie
de granito que fué creciendo, el cual, los facultativos
que lo examinaron, tomaron por unepiteleoma en
fonuacióu, que hacía indi.spensable la intervención
quirúrgica. Uno y otro dictamen fueron para mi
causa de grande tribulación, y, en medio de ella
acudí a nuestra Madre Mana Auxihadora, ofre
ciéndole publicar la gracia que me hiciere v en
viarle cinco pesetas de limosna para las Obras Salesianas. Al siguiente día de hacerle tal promesa, al
haoenue un la\’ado, salió adherida a un parchecito
— 347 —
r
de costras que se me había hecho colocar- allí, algo
del tamaño y consistencia de \m garbanzo y casi
trasparente. Era opinión general que aquello se
me reproduciría: pero, muy al contrario, llenó en
términos que hoy no quedan ni vestigios de la
novedad. Lo octirrido lo reputo como un verdadero
milagro y por ello cumplo con el deber de darle
pubhcidad, como lo ofrecí al hacer la respectiva
petición.
JUWA V. DE GONZAI.ES.
Carmen (Colombia). — No tengo palabras para
expresar dignamente mí agradecimiento a mi ce
lestial protectora María AuxiUadora, por haber
le devuelto la \nda a mi hijita Dolores, de mi
ataque que le dió. En medio de tanta tribulación,
cual no fué nuestro gozo, cuando invocando el au
xilio de María Virgen, vimos que nuestra adorada
hija daba señal de vida y, al poco tiempo, recobraba
por completo la salud. Este inmenso beneficio lo
debemas a tí. Auxiliadora bendita, que nunca
desoyes a los que te invocan con ardiente fe y espe
ranza. Seas eternamente alabada, y acepta la pe
queña ofrenda que hago para los desamparados
niños del \Tjle. Don Sosco.
Cdotii.d e R . d e E cheverri.
Guad.\dupE (Colombia). — Profundamente
agradecida he resuelto publicar el siguiente mi
lagro de la Sant^m a \'irgen, para mayor honra
V gloria de esta Señora en la preciosa advocación
de María Auxiliadora. Hallábame bastante atri
bulada por una terrible enfermedad, consistente en
violentos ata(jues al pecho y asfixia, y, en tales circmistancias invoqué a tan buena Madre que se
dignó círme y en consecuencia hoy me encuentro
completamente sana.Hagoconstarqueestoy since
ramente agradecida a la Sma. Virgen por este \otros muchos favores que me ha dispensado.'
También envío cincuenta centavos (0,50 pts.)
para los huerfanitos de la Casa Salesiana.
Gustosa me suscribo como ima humilde, pero fiel
devota de la Sma. Virgen.
Ana I nés Oi.ava.
G uanabacoa (Habana). — Después de tres
meses de sufrir una infección en la mano derecha,
a consecuencia de habenne pimzado en las espinas
(le un tallo de rosa, invoqué por vez primera a la
X'irgen Santísima, en su advocación deMaría Auxi
liadora V , desde el siguiente día, comenzó la mejoría,
ha.sta quedar completamente .sana.
En cumplimiento de mi promesa, doy gracias a
María Auxiliadora por el favor qire se dignó con
cederme.
A mérica R omiíro .
PlEDEcrEST.A (Colombia). — Encontrándome
enferma durante varios meses con im padecimiento
ante el cual la ciencia no había podido obtener
ningún resultado satisfactorio, ni siquiera la espe
ranza de un remoto alivio, imida a mi familia actidí
con la mayor fe a la Sma. ^^i^ge^ María Auxiliadora
en súpliera de que me otoi^ara la deseada salud, y
nuestra bondadosa Madre, siempre solítñta en
bien de los que sufren, oyó nuestra súplica. Desde el
día en que fué suplicada se me inició mía mejoría
tan definitiva, que al poco tiempo me encontraba
<X)mpletamente bien. Reconocida por lo que todos
entendimos un verdadero milagro de la Sma. \'irgen, ofrecí hacer pública mi gratitud en el Bole’.ía
y en\-iar ima limosna para su templo en coas? 1uo(úón, lo que, aim cuado con alguna demora, cum
plo con la mayor satisfacción.
Envío ima limosna de 20 pesetas.
Is.ABEi. Dií P inzón . •
H abana (Cuba). — Encontráudase onforma do
gravedad mi hija Blanca, llegó un momento en
que la vi desfallecer cu mis brazos y quedar (X>ii
todas las .señales de cadáver. A pe.sarde mi inlcn.so
dolor acudí con fe a María. Auxiliadora, rogándole
por aquel dolorcwo instante en que Ella tuvo tam
bién a su Hijo muerto en los brazo.s, que me de
volviera la vida de mi liija.
Con gran asombro mío y de todas las personas
que lloraban a mi deiredor, mi hija empezó a abrir
los ojos, a cambiar color, hasta salir fuera de pe
ligro.
Agradecida a este señaladísimo favor, hago
público mi reconocimiento para aliento de los cris
tianos.
CAT.U.INA FACIODO.
Dan también gracias a María Anxüiadora.
Bólliga (España). — Eduardo Atienza hace una
ofrenda en favor cíe los huerfanitos del 'V*ble. Don
Bosco en agradecimiento a la Virgen, por haberle
de\Tielto casi milagrosamente la salud a su esposa.
Villa (U Domingo García (España). — Dña. Re
migia Arribas rinde infinitas grr cías a María Axixiliadora por un favor que le otorgó, y hace una
ofrenda para su culto.
Villa de D. Fadrique (España). — Dña. Salustiana Villarrubia, Isidro Carpintero, Agustina Car
pintero, Casimiro Organero, Adela Pulido, Juana
Telo, Basilisa Muñoz y Rosalía Marín tribuían
férvnda gratitud a María Auxiliadora jx)r varios
beneficios que les dispensó y envían cada uno su
ofrenda para la Obra Salesiana.
Arrecife (Argentina). — T. G. R. agradece a
María Auxiliadora a Don Bosco variíjs favorc.s
alcanzados por su intercesión.
San Nicolás de los Arroyos (/Vrgeutiua). — Una
Cooperadora Salesiana, habiendo recibido de la
Sma. Virgen Auxiliadora unas gracias y favores
señaladísimos, hace público su agradecimiento y
ofrece una limosna para el culto de la misma celes
tial Señora.
Montevideo (Uruguay). — María Stewart Usher
da repetidas gracias a su buena Madre María
Auxiliadora por un gran favor que consiguió.
Cumple con la promesa de mandar celebrar una
Misa y publicar la grada.
Estación Rodríguez (Uruguay). — Dan gracias
por favores redbidos y envían limosna: Sta. Mata
Zunino; Sra. Dña. Juana R. de Cantime; Sta.
Zoila Tejero; Don Antonio Fuster,
Vida próspera de las Asociaciones de los A. A.
Salesianos de España.
Que los Antiguos Alumnos Salesianos de ICspaña
l)iügre.san, que su organización se robustece y
desarrolla pujante y próspera nos lo demuestra,
no sólo la vida floreciente de las asociaciones lo
cales, (pie ven crecer considorableineiite el número
de socios con el contingente anual de los jóvenes
(jue terminan sus estudios en los Colegios Salesia
nos, sino tambión las buenas relaciones de estos
ini.smos centros con las Asociaciones Regionales,
y las de éstas, con la Federación Nacional; como
asimismo la prosperidad de sus revistas, modelos
en su género, como son: el « Don Bosco », y el
I Don Bosco en España ».
Pero como si fuera poco lo mucho que han ca
minado en pocos años, en la actualidad estudian
un proyecto de mutualidades, presentado por
Don Joaquín E. de Fuelles, con objeto de atender
a las •necesidades económicas y sociales de los An
tiguos Alumnos de España.
Como muestra del laudable proyecto, que pueden
leer íntegro en el « Don Bosco * de Septieuibre,
insertamos el artículo primero, que dice así: < Por
la Federación de Antiguos Alumnos Salesianos y
en representación por el Comité Directivo de la
misma, se crea mía Sociedad de socorros mutuos
para los siguientes casos; A de « Fallecimiento »,
B) « Toma de estado *; C) « Ténnino de oficio o
carrera * y D) 4 Nacimiento de los hijos »; estos
socorros llevarán el nombre de sufya§io en el primer
caso, el obsequio en el segundo y quinto, y el de
premio en el tercero y cuarto.
Hacemos voto.s para ciue, bien estudiado el pro
yecto, lo lleven cuanto antes a feliz realización, a
lin de que seau beneficiados todos nuestros amigos.
BARCELONA (España!. — Obsequio de los An
tiguos. Alumnos de SarriA al Rdo. Ü. Manuel Herniida en sus Bodas de oro.
El día de la festividad de San Pedro fué una
í.clui luemoruble para la Asodudón de Autigiuxs
Alumnos de Sarria.
lía el so verificó la visita al Templo Nacional
hixpiatorio del Tibidabo que todos los años en tal
día, acostumbra a hacer en colectividad la referida
Asociación, con la novedad, en este año, de efec
tuarse la solenme entrega al Rector del Templo de
un espléndido Misal tpie la A.sodadón, por sí
misma y por su.scripcióu entre sus sodos ha cos
teado.
La iniciativa de este donativo se debió al Sr.
Prc.sidente de la Asociación D. José Durán y al
malogrado Secretario de la misma Sr. Gimbemat
y merced a la deddida cooperadóu de todos los
sodos se efectuó la entrega del mismo a D. ^lanuel
Ilermida, gestor de la obra del Templo, Padre v
viejo maestro de los Antiguos Alumnos de Saniá
que se lo ofrecen como recuerdo de sus Bodas de
Oro que va a celebrar en fecha próxima.
El Misal es una obra de refinado gusto artístico
estilo siglo XV, dibujado y dorado por el artista
Mr. Fierre Gucrin de las Asodaciones Católicas
de París. De la encuademación y ornamento de la
mi.sma han cuidado respectivamente D. José Du
ran y D. José Manuel Pérez, Presidente y subse
cretario de la Asociación.
Con la ofrenda del Sagrado Libro, los *Vntiguos
Almimos de Sarriá hacen ostensibles sus sentimien
tos de devoción al Sagrado Corazón de Jesús y de
adliesión a la Obra del Templo que por ser esendalmente Salesiana necesita de la cooperación de los
ex-aluimios como complemento adecuado del
esfuerzo sale-siano. Así lo ha comprendido la Aso
ciación de Sarriá y consecuencia de eUo ha sido el
donativo de referencia.
MONACO (Baviera). — Colegio Salesiaao. —
Nació este colegio en los año.s difíciles ae ia post
guerra, y, a pesar de las estrecheces y dificultades,
cuenta ya en la actualidad con 86 jovencito.s que
aspiran al estado eclesiástico. I«a conducta ejem
plar que observan, los sentimientos piadosos y
tierna devoción a la Auxiliadora, jimto con la fre
cuencia de Sacramentos, son xma halagüeña espe
ranza para la Congregación Salesiana y la católica
Baviera.
El colegio se sostiene con la caridad de los bue
nos, que, no obstante las críticas circunstancias
por que atraviesa el país, no dejan de socorrerlo.
La Providencia, que se ha mostrado siempre madre
benigna de los hijos de Don Bosco, renueva en
este colegio, <x>n frecuencia, las conmovedoras esce
nas de los primeros tiempos del Oratorio de Valdocco.
BAHIA BL.ANCA (Argentina). — Desarrollo de
la Obra de Don Bosco. — En aquella progresiva
ciudad, de porvenir risueño, positivo, la Obra de
Don Bosco toma un incremento admirable, merced
al decidido apoyo de los Cooperadores y al acierto
y abnegación generosa de los Salesianos.
En diversas ocasiones hemos leído en diarios y
revistas encomiásticos elogios tributados por sig
nificados personajes a la meritoria labor realizada
por los beneméritos hijos de Don Bosco, tanto en el
Colegio del Sagrado Corazón, donde se educan
má.s de un millar de' niños y funcionan florecientes:
el Oratorio festivo; el Centro de Ex-Alumnos; la
Unión de Padres de Familia y los Centros Juveniles
— 349 —
<Íe Estudios; como en los Patronatos, Escuelas y
Oratorios festivos de los alrededores, que contri
buyen en gran manera a la cultura y moralidad de
la población.
Es que saben muy bien e.sos señores que el por
venir de la República está en la niñez; que, si se la
educa sana y virtuosa, se puede esperar fimdadamente en la grandeza de la Patria.
Por eso el Excmo. Sr. Presidente de la Nación,
Dr. Don Marcelo Alvear, en su visita al Colegio
Sg^<=>sianrv de Babia Blanca, el día i 8 del mes de
Marzo pasado, decía en presencia de los mil tres
cientos alumnos: « Que se sentía vivamente eiuociouado de la acogida que se le tributaba; que le
halagaba, no por vanidad personal sino como un
expolíente fiel de que en su persona se tributaba
uu homenaje a la Patria; que le era grato contem
plar ese enjambre infantil que plasmaba su inte
ligencia y bondad para devolver, a la Patria que
los cria con cariño y orgullo, su tributo de bien y
gratitud; que el día que deberá cerrar los ojos lo
liará tranquilo descansando en la seguridad ».
Y tenía razón el insigne estadista. En tiempos
difíciles como los que atravesamos, de rebeldía y
disolución social; en que hijos degenerados con
juran contra el bienestar y existencia de la Patria,
consuela sobremanera ver como a la sombra de
instituciones tutelares, en centros de religiosidad,
honradez y patriotismo, sabia y amorosamente
dirigidos por los hijos de Don Bosco se educan y
fonuan franges de sanos ciudadamos, que serán
el día de mañana el honor de la República, firme y
seguro sostén del orden, de la Religión y de la
Patria.
Garantizan nuestra seguridad y optimismo, no
sólo la aprobación pública, que aplaude sin re
servas la actuación salesiaiia, sino también hechos
tan elocuentes como el Congreso del Sagrado Co
razón de Jesús, grajidiosa manifestación de fe
promovida y llevada a calx» por los Sulesianos de
Bahía Blanca, y la simpática y patriótica entrega
de una preciosa bandera de guerra a la Escuela
de Aviación Naval, regalo de los colegiales del Sa
grado Corazón, acto que electrizó los ánimos de
la población en entusiasmo patriótico, y los mili
tares apreciaron como rasgo generoso y delicado
de amor a la Patria.
Vaya también nuestra enhorabuena a los Salesianos de Baliía Blanca y su Director Padre Pesce,
al par que mostramos el sentimiento de no j ^ e r
firmar en el Album del Colegio, como lo hicieron
el General Caviglia y otros personajes al salir
altamente satisfechos de su visita al Colegio del
Sagrado Corazón.
TÜCÜMÁN IArgentina). — Don Manuel García
Fernández Comendador de la Corona de Italia.
Noticias de origen oficial hacen saber que el
Sr. Manuel García Fernández, propietario del in
genio Bella Vista, acaba de ser designado comen
dador de la corona de Italia por el Rey Víctor
Manuel 111.
Es el más alto titxdo honorífico que el monarca
italiano puede conferir a un extranjero — pues
antes existen los grados de cabaüero y caballero
oficial — por encima de los cuales se ha pasado cii
este caso, como la demostración más elocuente de
la repercusión simpática que lia tenido en el Pa
lacio Real el acto filantrópico realizado por el se
ñor García Fernández, espeñol, regalando uu
millón de pesos al colegio de artes y oficios de
los Padres Salesianos de esta capital, para la
construcción de su edificio.
Aun se ignora cuando y en qué forma le será
entregado al Sr. García Feniáudoz su honroso
título, bien merecido, por cierto, y que ha <lc pro
poxcionarle una de las emociones más inlciisas ile
su vida, ofreciendo ima compensación moral de
muy alto relieve a su noble gesto en pro de la be
néfica institución a que ha vinculado su nombre y
el de su hijo Tulio, perdurablemente.
Lleguen hasta el Sr. García Fernández nuestras
felicitaciones.
LINARES (Chile). — Nuevo templo dedicado a
María Auxiliadora. — Toda la población de bi
nares acudió a recibir al Excmo. Sr. Nuncio Aik)vtólico. Monseñor Benedicto Masella, que venía a
honrar con su presencia las fiestas de inauguración
del nuevo templo, dedicado a i^Iaria Auxiliadora.
Los niños del Colegio rodearon de cariños y
respeto al Representante del Papa, quien les ce
lebró la Misa y dió la commiión a los numeroso.s
jóvenes, que, por iniciativa de la Asociación Na
cional de Estudiantes Católicos, hacían en aquellos
días su retiro anual.
También tomó parte el Sr. Nimcio en la impo
nente procesión eucarística que se celebró en«.*.sa
ocasión, y visitó el colegio de las Hijas de Alaría
Auxiliadora, mostrando, su satisfacción por ti
mucho bien que hacen entre las niñas del pueblo.
SANTA ANA ^República dcl Salvador). — Con»
decoración merecida. — El l>eueméríto .sacerdote
sale.siano, Rdo. Don José Miglio, ha sido condeco
rado con una medalla de oro, como premio a la
benéfica labor cultural y social realizada durante
.siete años de incesante trabajo.
El acto s<*verificó en el .salón de acto.s del Colegio
San José, resultando una manife.stación de pn»funda admiración y simpatía hacia Don Bosco y
su Obra.
PANAMÁ :Ceníro América). — Subvención al
Colegio de .María Auxiliadora. — El Sub.secretano
del Ministerio de Agricultura ha presentado a la
Cámara de Diputados un proyecto de ley para
subvencionar al Colegio de María Auxiliadora,
Para ello hizo referencia de los beneficios que reí iben en dicho centro los niños pobres del paí-,
quienes, merced al celo de los hijos de D. Bosco,
se trasfonnan en útiles }’•honrados ciudadanos de
la República. Terminó pidiendo otro colegio que
nropordone a las niñas la educación que ya reci
ben los niños.
SAN FRANCISCO DE CALIFORNIA (Estadas T ri
dos). — Monseñor Ernesto Coppo parte para Aus«
tralia. — Después de varir,'. meses de proj>aganda misionera en Nueva Y-rk, donde trabajó
— 350 —
^omo párroco por más de veinte años, sale con
rum
a su Vicariato ApostóHco de Kimberlev
en Australia, Monseñor Coppo.
Ivl Señor ha bendecido su celo apostólico, mo
viendo los corazones de los generosos norteauiencaiios. quienes han depositado en sus manos li
marías, para atender a las primeras necesidades
de su Misión.
Le auguramos viaje feliz y copioso fruto en su
nuevo campo de acción.
Rdo. Don Andrés Manjdn.
ni diez dcl pasado julio murió cargado de ménlos y llorado por Ivspaña entera, el catequista
modelo d gran pedagogo, el venerado sacerdote
Kdü. Lon Andrés Manjón.
De cualidades nada conuines, estudió con apro
vechamiento líLS ciencias .sagradas y profanas,
llegando a poseer un cumulo de enseñanzas, cápaces
«le procurarle honores y gloria.
Conociendo, sin embargo, la vanidad de las
cosas tnuisitorias. y la vesania de los que se afanan
porcias honras immdanas. se consagró, en el sacer
docio, al apastolado de la niñez vagabunda y des
valida, para devolver, a fuerza de cuidados"y ca
ri ñas. el brillo perdido a esos diamantes caídas al
buigo, de la corona d^ Dios.
Vara ellos fué cuanto valía y paseía; talentos
bienes, salud y vida, de todo hizo donación eii
favor de la niñez abandonada, para hacer de esas
almas tan queridas al Corazón de Jesús buenos
cristianos, útiles y honradas ciudadanas
Cuando canónigó del Sacro Monte, bajaba en
-u borrica blanca a explicar su cátedra en la uni
versidad de Granada pudo apreciar el lamentable
abandono de los harrias extremos de la ciudad
lo que le decidió a fundar sus Escuelas del Avernaña, hoy de fama mundial.
ICn ellas pasaba el varón de Dios sus mejores
horas, derramando a raudales los tesuras de su
noble corazón, que tanto bien producían en aque
llas almas saUentas de amor v de los dones di
vinos.
¡A cuántos pobres desgraciados alejó con su cari
dad dcl camino del deshonor y del crimen v los
enderezó por la senda del bieu!
Hombre de tan buen corazón v relevantes cua
lidades pctiagógicas. no pcnlía iñenas de admirar
>• amar al otro apóstol dé su siglo, que se llamó
Don B«>sco. Por eso manifestaba tanta .simpatía
por la Obra Salesiana y su sistema admirable, v
gozaba con ser Cooperador Salesiano.
’'
Con su muerte la humanidad pierde a uno de
sus gnuides bienhechores, la religión im apóstol y
la patria a xmo de sus más preclaros hijos.
El Boletín Salesiano se un? al luto general y
ruega a sus lectores una otacícíto por el eterno des
canso de su alma.
Don Juan E. Romero.
El 13 de Julio pasaba a mejor \dda, en Buenos
Aires, el Antiguo Aluimio Don Juan E. Romero.
Su muerte fué el eco de su vida. Conociendo
que su enfennedad era grave, quiso prepararse
para el gran paso, fortaleciéndose con los auxilios
de la Religión.
Con admirable resignación cristiana soportó los
más agudos dolores, aceptando de buen grado la
muerte en la plenitud de la vida.
Si bien su partida de este iñimdo deja im «Tan
vacío en su cristiana familia y en el corazón de
sus compañeros. Antiguos Alumnos y Superiores,
no obstante, consuela el pensar que ya gozará de
Dios.
Una plegaria para su alma bendita.
Don Guillermo González.
Comenzó en los Colegios de Don Bosco de Bue
nos Aires sus estudios, que terminó brillantemente
en la facultad.
Su natural bondad y condescendencia le gran
jearon el cariñci de cuantas le trataron. Por hacer
un bien al prójimo se imponía cualquier sacrificio.
Sus últinos días y obras fueron digno epílogo de
to<la su vida, mostrándose bueno para con Dias.
que premió .sus virtudes procurándole, con los aiixilias religiasos, la paz y esperanza de las justos.
Mientras disemios muerte tan feliz a nncsLics
amigos, pedimos una oración por él.
Otros Cooperadores difuntos,
Barcelona (líspaña). — Dña. María del Pilar
^ z á l e z : Dña. Kniesta Tell; Don Miguel Seguí v
Riera; Dña. Carolina Juncosa v Mestres
^ ó l l ig a ÍRspafta). — Dña. M¿ría Vicenta Blanca;
Dña. Claudia Jiménez; Dña. Bonífada CasDon Evaristo San Julián; Don Nicolás
Vindel.
Villa de San Fadri,/ue (España). — Dña. Santiaga Colmenar.
ArgenViui. — Don Santiago V í^ o lo y Don Este
ban Monlagna.
K- . M
la Autoridad Eclesiástica; Gerente; GEMINIANO FERRARI-------hstab.ee IIP . de la Sociedad Editora Inteniacional. - Corso Regina Margterim. N r ;4 XURIN
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í\rC A Sac PETKUS. — Theologiae m oralis synopsis. Breve opus e s sapientissimis scnp^v
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normam novi Codicis Juris Canonici esaratm n: laVMsiiflp 12 .^0 ADud esteros: Übellae 16,50.
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í AZZELL a ’ h OE. Arciiiep. Tarentinus. — Praelectiones Scholastico-Dogmaticae irexm i
iirsni accoiiiodatae. Editio quinta recognita et aucta.
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^ ‘ Yol. I. — Traelatus de vera Mcligio7ie, de Scriptnra, de TradiUone et de LccJrsia ChiusU.
T.i'hollae 25. — Apud esteros: libellae 30.
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Vol. II. Traetaiiis de Deo Vno ac Trino ei de Dco Creante: Libellae -o. — Apud cxlerí .'í:
''" v ó r n í : . - TmtíaUis de Verbo lucamaio, de Orotia Cbrieli el de VirMibus i„iuris-.
l,ibellae ‘^5 — Apud esteros: libellae 30.
.
,
,
Vol.'lA'. — TraetaUiS de Sacrame^itis ci de Xovissimis: Libellae 2o. — Apud externa.
^FRASTIAS'I Sac XICOLAL'S S . TheoL e t utriusque inris lloctor, CancelIanuR a BroMbr.s
i p o i t u e l P b P P ^ . - Summarium Theologiae Moralis ad Codicem Juris Caiimnei
accomodatum cuni lucupletissiiuo indice analytico.
.
,
x
t
io ".n
auinta m aior (1920). I n -8 max.: LibeUae 9,50. - Apud axtcroB: Libcllau 12 a .
a u t i o sexta minor-mauualis. In 24o (cm. 9 x 1 5 ) c h a rt^ n d ie a pondero uummo, pug. üoO.
- « a e
asceticae
e t^ y s tfc re ^ u rs u s. ad usum Seminariorum, In stitntom m reUgiosoium, elerioonm^ n e ^
Mo“
o™m an taaru m . Prim a versio latina ab auctore recogmta et adprobata: Libell.e
G A ^ ñ c O U Í S gV A ' gT ^ ^ ’ k EGIA^^^
P. - Theologia tundam entalis secundum S. Thcd o a t o a ^ Pars apologética:
per Eoolesiam cathol.oam proposita.
S d ü io i t ^ r e Z n d a t a . i Opus ju x la S. P. Benedieti XV optata sacrae praesert.m juxeii-
De reveUtiom
GURY
S
.
1
moS
«.cc-ntioribus actis Sanetae
O I P P E L M Sm FELIX^S. J . — Tractatus canonico-m oralis«D eSacram enti 3 .., juxtac< ^i«
inris canonici: Vol. I.
(De Buptmmo, Conl.rmat.one et E uthaLibellae 20. — Apud esteros: libellae 2(k
C IKBOVB & c C Theologiae e t Juris Canonici Doctor, inSi-minario Kegiona i Ap«lo,Bncano
S o m A e Dogm. et I^icrae E lequrnüae llagistcr. Confessanorum ad Codicia
J S c m o n i c ^ r m a n concinnatum ; Litxdlac 12,50. - Apud ex croa:
De Sacrón,enlis in genere
Examen
MI XERATI Sac. DAXTIS. — Prontuarinm pro ordinandia et conlessionia exammand ,
AN-TOXBLl /
7 o S E ra ^
confessiariorum c t ciiriaruni
in pluribna aucta. Accedunt 94
X •
-í vni • Tiihellae 60. — Apud esteras nationes. nbtllae oU.
C n E L o í)! Pac. -TO^VIsV e S. — Jus m atrim oniale ju s ta Codicem Juris Canonici: Libellae G,aO.
S
D E T lG O K I°a^^ ^
moralis. E ditio nova eum anüquis ediH ouib^
„ 5t iSS?
5
s.,- « n . - r — ■
? a d ^ h » ic g i a e m oralis inatitn tio n » ej. anct. Editio 4» ad normam Codicia Juna lecognita et pluribus casibus aucta a J . Salsmans S. I. etc.
Libellae 34. — Apud esteres: libtllae 40.
S O C IE JD iV X »
K Ü I T O R A . I I V 'T K R Í ^ A O I O lV A X v
Avenida Regina Margarida, 174 - TURlN (Italia)
C O D E X
lU R IS
C A N O N IC I
Pii X Pontificis Maximi iussu difjestus, Benedicti Papae XV auctoritate promulgatus, praefíltiono fi.nii Petri Oard. Gasparri et índice analytico-alphabetico^iictus.
1) Editio m inuta in -1 8 (cin.9i4xl5)characteribusnitidislectaquefacillim is, cliartasubtili
nun translncida.
Hiñe teginnento: Libellis Italicis: 7,50. — Apud exteros: Lib. 9.
Cum tegumento’. 1) Linteo conlectum cuín titulo áureo in dorso: Lib. I t. 12. — Apud ex
teros: Lib. 13,50.
2) Pelle contectum dorso, áureo titulo in dorso, foliis intonsis: Lib. I t. 14. — Apud exteros:
Lib. 15,50.
.
3) Chagrín contectum dorso et angulis, cetera linteo, nervis in dorso diStinctum ornamentis aureis e t tessellis cúiu titulo et stem m ate áureo foliis intonsis: Lib. It. 15. — Apud
exteros: Lib. 1G,5Ü.
2) Editio in-18 — ut supra — cum íontium annotatione.
Apud exteros: Lib. 12,50
Sine tegumento: Libellis Italicis:
10,50
Apud exteros: Lib. 17,—
Cum tegumento: 1) u t supra: Lib. Ital. 15,—
Apud exteros: Lib. 19,—
Cum tegumento: 2) u t supra: Lib. Ital. 17,—
Apud exteros: Lib. 20,—
Cum tegumento: 3) u t supra: Lib. Ital. 18,—
3) Editio M anualis in-12 (cin. 1 2 x 1 9 ^ ) characteribus paulo maioribus ac perspicuis,
charta subtili.
Apud exteros: Lib. 14,50
Sino tegumento: .Libellis Italicis:
11,50
A pud exteros: Lib. 20,50
Cu7n tegumento:'!) u t supra: Lib. Ital. 17,50
Apud exteros: Lib. 22.50
Cmw tegumento: 2) u t supra: Lib. Ita l. 19,50
Apud exteros: Lib. 23.50
Cum teyionento: 3) u t supra: Lib. Ita l. 20,50
4) Editio in-12 — ut supra — cum funtium annotatione.
Sine tegumento: Libellis Italicis:
16,50
Apud exteres: Lib. 20,—
Apud exteros: Lib. 26,50
, Cum tegumento: 1) u t supra: Lib., Ita l. 23,—
Apud exteros: Lib. 28,50
Cum tegumento: 2) u t supra: Lib. Ital. 25,—
".............................
í'-rt
Apud extoros: Lib. 31,—
Cum tegumento:
3) u t supra: Lib. Ital. 27,50
annotatione charta crassiore, characteribus
5) Editio in-8 (cm .l6i^x2C ), cum fontium an
grnndiusculis.
Apud exteros: Lib. 25,—
Sine tegumento: 1) Libellis Italicis:
21,—
Apud exteros: Lib. 37,—
Cum tegumento: 2) u t supra: Lib. Ital. 32,—
Apud exteros: Lib. 40,—
Cv.m tegmnento: 3) u t supra:' Lib. Ital. 35,—
Litterae universae ad nos remittendad, hac signentur inscripüone quae nostram ofdcinam aliarum caput, respicit:
SOCIETÁ EDITRICE INTERNAZIONALE. — Corjo Regina Margherita, 174.
TORINO (9) (ITALIA).
Quomodo in diem deposcentibus obtempsrabimus.
Redacción y Adnninistración: Via Cottolengo, 32 - TURÍN.