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Título
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BS_1924_10
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Descripción
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Boletín Salesiano. Octubre 1924
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Fecha
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1924.10
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extracted text
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BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año X X X IX .
O C T U B R E 1924
MIstcaea Salesiaaas de la ladla.
—
Número 10.
Orfanotrofio de Taa/ore. Loe veacedoret de varkn coacarsoe.
-O
Redacción j
(i
Adm iniatración: V ía C o tto le n ^ N . 32 - T U R IN , 9 (Italia).
> a
COOPERADORES SALESIANOS
o modo práctico para moralizar la sociedad.
Es el periódico oficial de las Obras y Misiones Salesianas, que se envía
mensualmente a los Cooperadores Salesianos y a las Cooperadoras Sa
lesianas, o sea a los que sostienen diclias Obras y Misiones.
Salesiano „
Fundador de las Obras y Misiones Salesianas y de los Cooperadores
Salesianos es el Venerable Padre Don Juan Bosco {1815-1888) apóstol de la juventud y fundador
de la Fia Sociedad Salesiana y de las Hijas de María Auxiliadora.
''B o le t í n
Cooperadores
Salesianos,
La Unión de los Cooperadores Salesianos — como dice Don Bosco — no
crea vínculos de conciencia y por lo tanto pueden participar las familias
seglares y religiosas, y los institutos y Colegios, por mediación de sus
padres o Superiores.
Las condiciones establecidas por Don Bosco para ser inscriptos en la Unión de Cooperadores
Salesianos son:
1. Tener 16 años de edad.
2. Gozar de buena reputación religiosa y civil.
3. Estar en grado de promover por sí mismo o por otros, con oraciones, ofertas, limosnas
o trabajos, las Obras de la Pía Sociedad Salesiana.
N B. — Los que desean inscribirse entre los Cooperadores y sobre todo aquellos que proponen
nuevos socios, reflexionen sobre la tercera de las condiciones, requerida por el Venerable Fun
dador; es a saber: que puedan promover por si o por otros, con oraciones y limosnas — que
compensen por lo menos el envío gratuito del « Boletín » — las Obras Salesianas.
Los pedidos de inscripción envíense directamente al Rector Mayor de los Salesianos, Cottolengo
32, Torino,. 9 — Italia.
En el Cincuentenario de las Misiones Salesianas (1875-1925) recomen
damos a todos la celebración de Jornadas Misioneras a favor de las
Misiones Salesianas, para que se difundan con su conocimiento sus ma
de caridad.
chas necesidades — extendiendo el marco de las simpatías y procurán
doles el apoyo de todos los buenos — Es cierto que las Jornadas Misioneras no recogerán de
golpe la ayuda necesaria. Nuestros Misioneros piden por ejemplo con insistencia diaria, géneros
y objetos para el sagrado ministerio, y principalmente telas, vestidos, calzados, para sus huér
fanos y neófitos, m*/ic»n<ís y mil otras cosas necesarias para el inicio de la vida civil de los nue
vos cristianos.
Indicamos pues, a las Casos de Comercio, esta grande obra de civilización y de fe, rogán
doles quieran enviar al Rector Mayor de los Salesianos Don F E L IP E R IN A L D I, Cott»l^ io , 32 - TORIN O (9) - Italia, cuanto estimen oportuno dar a las Misiones Salesianas. 0
Señor, por las fervorosas plegarias de los protegidos, bendecirá sus negocios proporciooa
dómente a su generosidad.
O bra grande
Ruégase enviar las limosnas y ofertas directamente al Rmo. RecW
Mayor de los Salesianos, que es asimismo el Director General de la Uniór'
de Cooperadores Salesianos y de las Cooperadoras Salesianas, con esta
la s ofertas.
dirección: Rmo. Sr. Don F E L IP E R IN A L D I - Oratorio Salesiana'
Cottolengo, 32 - TO R IN O (9) - Italia.
Bnofo de
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año X X X IX .
O C T U B R E 1924
Número 10.
S u m ario : E l I X Congreso Iniernacional de los Cooperadores Saleslanos, — Cíncuenla anos de
labor. — La enseñanza del Catecismo. — D e nuestras Misiones, — Mis viajes en la tierra del
Fuego. — Culto de María Auxiliadora. — Tesoro espiritual. — Por el mundo salesiano. —
Los que mueren.
C in c u e n te n a r io d e la s M is io n e s S a le s ia n a s .
El IX Congreso Internacional de Buenos Aires.
Hemos recibido noticias satisfactorias sobre
los trabajos preparatorios del Congreso interna
cional Salesiano que se verificará en Buenos
Aires a principios del mes de Octubre para dar
comienzo a la conmemoración cincuentenaria
de las misiones salesianas, y vemos con gusto
que van progresando felizmente, haciendo
concebir las más halagüeñas esperanzas.
Siguen afluyendo de todas partes un sinnú
mero de adhesiones. Entre las más importan
tes nos complacemos en enumerar las de los
Emmos. Srs. Cardenales José Francica-Nava
de Bontifé, Arzobispo de Catania, Alejandro
Lualdi, Arzobispo de Palermo, Desiderio Mercier, Arzobispo de Malinas, Luis Enrique Luqon,
Arzobispo de Reims, Antonio Méndez Bello
Patriarca de Lisboa, Francisco Boume, Arzo
bispo de Westminster, Juan Csmocjh, Primado
de Hungría, Arzobispo de Strigonia, Luis José
Hauriu, Arzobispo de Lión, Carlos José Schulte
Arzobispo de Colonia; de sus E E . RR . los Ar
zobispos de Turin y Vercelli, Mons. José Gamba
y Mons. Juan Gamberoni, de los Obispos Mons.
ilateo Filipello, de Ivrea, Mons. Juan Cazzano
de Cremona y Mons. Ercilio Menzani de Pia51 Abogado Cav. F elis Masera, Presi
dente de la Federación Nacional de los Ex*bnttno= enviaba el mensaje que a continuación
^^^oscribimos:
* ha asociación italiana nacional de los E xde Don Bosco se adhiere al IX Con
greso internacional de Cooperadores Salesianos.
Esta nuestra adhesión es un acto de amor hacia
la grande familia salesiana, es expresión de
profunda hermandad que vence los espacios y
los años, con todos aquellos que actúan en esta
solidariedad de vida, es la señal de la más ad
mirable solidariedad de cooperación salesiana
qua sabe vencer toda barrera politica y econó
mica.
Por Don Bosco, a través de la educación de
los jóvenes y la santificación del trabajo ma
nual e intelectual, la dulzura cristiana será
restituida a esta nuestra vida tan compleja y
topnentosa.
Por Don Bosco a través de las heróicas mi
siones Cristo se trasforma en el divino ciuda
dano de toda clase de razas.
Por Don Bosco, el humano sufrimiento se
conforta en los hospitales, hospicios y lazaretos
en los que los salesianos y las humildes Hijas
de María Auxiliadora se convierten en los lazos
de unión entre el Dolor y la Bondad Divina.
En el nombre de Don Bosco surgen templos
en todas partes y en todas partes hay un re
nacimiento de piedad hacia Dios y caridad
hacia los semejantes; ser cooperadores de obra
tan divina y cooperadores de vida, no de nom
bre es título de santo orgullo, es deber de hom
bres y cristianos.
Que vuestro Congreso avive el entusiasmo en
las almas, la energía de las voluntades, trace prác
ticamente las nuevas vias, encamine las varias
actividades: cooperar con Don Bosco es vida
y ^egría; y los Exalumnos de Italia vivamente
— 292 —
deberán gozar tan ta alegría, v iv ir tan ta vid a
cristiana pero obedeciendo a vuestras disposi
ciones, se aperdben a la acción.
Con salesiana herm andad y afecto os saluda
Dr. F kltx M a s e r a
'Presidente de la Federación Nacional
de Exalumnos de Don Bosco.
Programa Oeneral del Congreso.
Damos a continuación al plan general y pro
grama definitivo del I X Congreso Internacional
esbozado:
I. — E l Objeto del I X Congreso internacional
de Cooperadores Salesianos (y segundo de Buenos
Aires) es, realizar una digna conmemoración y
un solemne Acto de Homenaje a la Obra de Don
Bosco en el cincuentenario de su arrivo al Nuevo
Mundo, con el desembarque de los primeros diez
Salesianos capitaneados per el hoy Emmo. Car
denal Cagliero y enviados por Don Bosco el año
1875. Los Homenajes y actos del Congreso tendrán
por lo tanto;
а) el carácter de un solemne acto de Acción
de Gracias a la Divina Providencia por los favores"'
otorgados a la Sociedad y especialmente a los
pueblos americanos por medio de la Obra Sale
siana;
б) y tenderán, mediante las asambleas del
Congreso y una activa propaganda, a difundir los
grandes principios de regenéración y de acción
social cristiana que informan el amplio programa
de la Obra providencial de Don Bosco.
E l Congreso propicia la idea de crear una nueva
obra que sea a la vez lui monumento comneiuorativo de esta fecha histórica y un homenaje de
gratitud de la República Argentina a la Obra del
■ Vble. Don Bosco y a los diez primeros misioneros
que arribaron a nuestnis playas.
PR IM ER A
SECCION
Obra de la E ducación de la J uventud .
I® Sub-Sección (o Primer grup>o):
Sistema educativo de Don Bosco. — Sus ideas
o principios pedagógicos.
Oratorios.festivos y diarios. — Clases nocturnas.
Ateneos.
Escuelas superiores de religióir. — Centros de
Estudios Sociales.
Escuelas y Colegios (externado e internado).
Pensionados.
La Obra post-escolar.
2® Si«fe-5 ícciún (Segundo grupo):
Escuelas e instituto.s profesionales.
EscueUis y* colonias agrícolas.
Asociaciones obreras para jóvenes y adultos.
3®. Sub-Sfcrión (Tercer grupo):
Las Hennmias de María Auxiliadora y sus insti
tuciones para niñas en las escuelas y para las
jÓN'enes obreras.
Obras análogas promovidas por las Coopera
doras Salesiauas. Comisiones o juntas de
Asistencia y protección de la joven.
SE G U N D A SECCION
L a Obra d e las Misiones .
Entre los indígenas. — Medios morales y materiales
de cooperación a las Misiones. Las distintas
obras que se sostienen en territorio de misiái:
escuelas, iglesias, ásilos, hospitales, dispensa
rios, etc.
Entre los emigrantes. — Colegios, Iglesias y Mi
siones entre los emigrantes. — Centros de pn>
tección para los m ism os.'— Comisiones.
T E R C E R A SECCION
L a Obra d e la B uena Prensa .
Buena prensa para el pueblo. — Lecturas católicas.
— Periódicos y Revistas. — Bibliotecas.
Buena Prensa para la juventud. — Textos esco
lares. — Lecturas educativas. — Lectura amena,
edificante e instructiva.
C U A R T A SECCION
ACCION S ocial Cristiana .
Cooperadores Salesianos:
Su espíritu. Su organización. Su acción.
Comisiones y Centros de Cooperadores para
la acción Salesiana.
E l Boletín Salesiano. — Suplementos.
Conferencias anuales y reuniones.
La obra particular de las Cooperadoras Salesianas.
Asociaciones religiosas y sociales:
La disociación de Maestras católicas.
L a colaboración a las grandes asociaciones
cristianas nacionales.
La Devoción a María Auxiliadora.
La Obra de las Vocaciones Eclesiásticas.
Universidades populares.
La lucha contra el analfabetismo.
Un fruto inmediato del Congreso.
Dícese a veces que los Congresos, suelen ser fecmidos en iniciativas simpáticas, conclusiones y
votos, que en la práctica transfómianse general
mente en simples anhelos.
No ha sido esa sin embargo, la característica
de los ocho hasta hoy celebrados por los Coope
radores.
Y se desea que así continúe sucediendo con este
nuestro noveno congreso.
Algunos cooperadores están empeñados en qnc
las asambleas de Octubre produzcan entre otros
frutos inmediatos, el de alguna obra eminente
mente práctica, que perdure y se afiance con d
correr del tiempo. Quieren algo que siendo o*
r
— 293 —
efecto legítimo del Condeso, resulte un monumfnio vivo erigido por el pueblo argentino en ho
menaje al Venerable Don Bosco y a su Institución;
y que como tal diga gratitud, signifique estimulo
y traduzca practicidad.
Y está agitándose en el ambiente de las nobles
iniciativas, la idea generadora de ese homenaje,...
y son los cooperadores mismos quienes sigilosa
mente la alientan y buscan darle fonua.
Sabemos que con estas líneas quebramos un si
lencio que es consigna entre ei grupo de Srs. coope
radores, a quienes pertenece la paternidad de la
iniciativa. Ellos perdonarán nuestra indiscreción
de periodistas, si queremos adelantarnos a informar
lo que no debemos.
Y salimos comprometiendo su proyecto ante la
pública consideración, para que ¡quiera Dios pros
pere y no se malogre!...
Háblase por ahí de una obra magnífica, directa
mente ^•mculada con el tema esencial de la obra
de D. Bosco: la educación de la niñez desvalida.
Y hasta alguien nos dijo a la sordina que, pro
yectaban la construcción de lo que ellos llaman
* El Hogar del Niño >....! y que la Comisión de
Damas Cooperadoras, entusiasmada con la noble
idea, le ha hecho suya y se propone secundarla
con eficacia.
¿Es eso?... ¿no es eso?... ¡Quizás si!...
Con ello repetiríase y anotamos la coincidencia,
la liistoria del otro Congreso del año 1900, que
remató con la edificación del actual Colegio gra
tuito «León X III »de los Huerfanitos de Don Bosco.
Apuntes históricos de la Obra de D. Bosco
en la Argentina.
Cincuenta añas de acción educadora máxime
si va eUa desarrollada por la Institución Salesiana
tan múltiple e incansable en su actividad, dan
tema al historiador para llenar muchas y nutridas
páginas. Era necesario recoger, aún cuando fuese
en un breve bosquejo, tanto rico material para
ofrecerlo en sucinta historia a la consideración
de quienes no conocen suficientemente la mara>illosa e intensa Obra cmnplida generosamente
por la Congregación Salesiana en la R . Argentina,
en este medio siglo de vida.
De este I X Congreso, ha de salir también ese
trabajo. En efecto, ha sido y a él encomendado
por la Junta Ejecutiva a mi distinguido ex-alunmo
y cooperador salesiano, que viene ocupándose
activamente en esa la ^ a y compleja tarea.
El sello • enblema del Congreso.
Todú,< las notas y circulares relativas al ConP«so. van timbradas por un artístico sello, obra
del conocido y reputado artista Sr. D. Quintm
Kana, y en el que se han sintetizado a manera de
sónbolo, los principales atributos que dan forma
•i emblema o escudo que presidirá la omamende las salas del Congreso.
Aparecen en el campo interior del sello y ojv
la parte central, los dos escudos argentinas y sa
lesiano, uniéndose por sus bordes, y dando margen
a un común florecimiento de laureles que le prestan
su follaje a modo de fondo. Desde el seno formado
por la conjunción de los dos escudas, y ocupando
todo el campo superior del sello, surge .sastenidn
por una mano fuerte que la empuña, la cruz del
misionero, aureolándose en rayas de luz — la ver
dad evangélica, — que irradian su luminasidad
redentora, sobre la patria argentina y la pro
pia Obra de D. Bosco, en la materialidad de los
dos escudos que las simbolizan.
Cierran el campo circular del escudo, mías fajas
o cintas que llevan como leyenda el tema que
inspira y provoca la celebración del Congreso:
« Cincuentenario de la Obra de Don Bosco en la
República Argentina », con las dos fechas 1875-1925,
que limitan el ciclo histórico de los 50 años,
colocados una a cada lado, en su parte más
exterior.
Sírvele de base en forma horizontal, que rompa
la monotonía circular del conjimlo, y como a
modo de doble peana, la otra leyenda distribuida
en dos planos superpuestos: « I X Congreso In
ternacional de Cooperadores Salesianos — Buenos
Aires ».
Una doble palma de laureles, nace de esta inscrijición para ir a rodear al escudo ya fuera de su
campo, significando que si lauros y triunfos ha
conquistado la obra de Don Bosco para la patria
argentina en sus cincuenta años de vida en el país,
a su vez el Congreso de los Cooperadores, sabrá
arrojar sobre ambos, nuevos lauros y suuiará para
ellos nuevas glorias.
Finalmente, en el campo inferior del sello y
dentro del mismo, léese la frase-programa que
sintetiza en mía sola expresión, todo el esjúritu
dado por Don Bosco a su Obra: « Da mihi animas
coetera talle: Dadme almas y quedaos con lo
demás 1. Leyenda que da así la pauta de una ac
ción altamente misionera y evangélica, desplegada
durante los cincuenta largos años de labor salesíana.
< Los Cooperadores Salesianos están llamados
a hacer un gran bien en la Iglesia y en la sociedad.
Su obra, que tiende especialmente a sostener y cul
tivar la juventud que peligra, será con el tiempo tan
considerada y estimada, que ya me parece ver, no
solo a las familias sino a pueblos y ciudades enteras
hacerse Cooperadores Salesianos.
Este es el motivo porque yo les amo tanto y les he
concedido tantos favores ».
P ío IX .
La página salesiana de las Misiones Católicas.
Cincuenta años de labor.
r.ra el i i de Novienlbre de 1875, y en el
puerto de Genova.
Amarrado al muelle el soberbio trasatlántico
« Savoie » que hace el servicio entre los puertos
del Mediterráneo y América del Sur, espera
la hora de zarpar....
Finalmente los mozos' de a bordo, campanilla
en mano, reúnen sobre el puente de paso, a los
parientes y amigos que no parten.
El último en retirarse es un anciano sacerdote
de 60 años bien cumplidos: con los ojos bañados
de lágrimas acaba de despedir a algunos reli
giosos. Helos allá, cuatro sacerdotes, dos acólito
y cuatro coadjutores, que desde el puente su
perior no le pierden de vista.
El puente de paso se levanta: ya nadie habla,
porque, de tan alto, con el ruido de anclas y
cadenas que se recogen, fuera preciso gritar
para hacerse oir: pero, las miradas se cruzan
joh! cuán llenas de expresión y ternura!
F.S hora de partir; la nave, resbalando sua
vemente sobre las olas, sale del puerto. Dentro
de diez minutos doblará la punta y después...
estará en alta mar.... Y a está descubriendo
m ajestuosa su casco sobre las aguas...
En el muelle y sobre el puente, el grupo de
personas que cambian sus saludos con los pa
sajeros. Eos brazos y pañuelos se agitan ner
viosamente... Después... todo se pierde en lon
tananza: a penas se distinguen las personas: se
alejan...
¿Nos volvemos?, pregunta, entonces, tími
damente Don Pablo Albera, Director del Insti
tuto de S. Pier d'Arena, a Don Sosco, todavía
absorto, con la mirada fija en el barco que lleva
sus primeros misioneros.
— * Volvam os»repite como un eco Don Sosco.
Y , como perdidos en un sueño, los dos religiosos
emprenden el regreso.
Sigue un prolongado silencio durante el cual
parece que cada uno procura ahogar su emoción:
luego, de inipro\nso, D. Sosco, como embele
sado por el espectáculo de los últimos minutos,
continúa: — ¡Qué adiós tan desgarrador!: Ellos
me rodeaban, y cuando tuve que abandonarlos
fué un continuo sollozar. Y o procuré mante
nerme sereno y dominar mi emoción; ¡vanos
esfuerzos! — A pesar mió, la lágrimas acudieron
a mis ojos. Pero eran lágrimas varoniles; los
ojos estaban humedecidos, mas las miradas
expresaban la dicha interior.
— * Nosotros partimos contentos, porque
vamos en el nombre del Señor a llevar su Evan
gelio a los pobres infelices que aun no lo co
nocen ».
y en el último instante de la despedida,
cuando tuvieron que retirarse todos los que
quedaban en tierra, tú los has visto, ¡qué escena!
Todos aquellos jóvenes, hasta el capitán, con
algunos señores se arrodillaron para recibir mi
bendición; y de corazón pedí que descendiera
sobre sus frentes.
Es un gran paso el que hemos dado. Mañana
daremos otro, pues en Niza se nos espera para
abrir la primera casa salesiana de Francia.
¡Verdaderamente, uno a uno se realizan todos
mis sueños!
Y era verdad. Aquella expedición de misio
neros, tendiendo el vuelo a las extremas re
giones de América del Sur, era la reproducción
real de la film- misteriosa que tiempo atrás se
desarrollara ante los ojos de Don Bosco.
Una noche del año 1871 habíale parecido
en sueños, hallarse en una región completamente
salvaje y desconocida, inmensa llanura, vastí
sima sin que la quebrara una colina.
Sobre el fondo del horizonte se distinguía una
cadena de agrestes montañas que aumentaba
aún más la grandeza de aquel panorama. Hom
bres semidesnudos, de estatura gigantesca y
feroz aspecto recorrian aquella inmensidad
Eran todos del mismo porte: hirsuta cabellera
en desorden, tez bronceada, ancha piel de animal
terciada a las espaldas, y en las manos sus
armas: la lanza y el lazo.
Dispersos por la llanura se entregaban a di
versas ocupaciones. Unos perseguían y caza
ban con sus lanzas bestias salvajes; otros volvían
a sus chozas llevando como trofeo en las puntas
de sus picas pedazos de algún animal, cho
rreando aún sangre; estos luchaban entre sí;
aquellos llegaban a las manos con soldados
vestidos a la europea: y la llanura se cubría de
cadáveres.
En esto se divisa en el horizonte un grupo
de hombres que por su aspecto, dice Don Bosco,
conozco pronto que son misioneros Estos se
acercan a los salvajes con la sonrisa en los labios,
y les predican el Evangelio. Y o fijo en ellos
mi \*ista tratando de conocerlos, o almenes
saber a qué orden pertenecen, pero en ^•ano■
Los salvajes no me dieron tiempo. Se arrojaron
sobre ellos, los asesinaron, los descuartizaron.
Y en medio de gritos y rugidos infernales le*
— 295 —
yantaban en la punta de sus picas las carnes
de aquellos mártires. A l ver esto, pensaba para
mis adentros: ¿Quién llegará a convertir estas
bordas salvajes?
Abismado estaba en estas reflexiones, cuando
del mismo punto del horizonte v i destacarse
un segundo grupo de misioneros. No eran mu
chos; pero la dicha se reflejaba en sus rostros,
y un tropel de jóvenes les precedía. « Van a
hacerse asesinar también ¿ lo s », pensé yo.
Cuando pasaron ante mi vista reconocí a al
gunos de los niños. Eran todos salesianos, y
podría nombrar a varios de ellos.
Yo traté de detenerlos y hacerles desistir
de su empeño, porque corrían a una muerte
segura, y dentro de poco sus cadáveres irían a
confundirse con los anteriores. Pero, no; he
aquí que al acercarse ellos se llenan de gozo
aqudlos caníbales: deponen sus armas, el gesto
feroz desaparece de sus rostros; y con muestras
de la más viva simpatía reciben a los nuevos
misioneros.
!< Veremos, me dije yo, veremos cómo acaba
la cosa »! Y a fé que acabó bien. Estos apóstoles
se unieron a los salvajes, los catequizaron e
instruyeron; y aquellos grandes niños del de
sierto los escucharon dócilmente; recibieron
bien sus lecciones, y aceptaron gustosos sus
paternales correcciones.
Algunos instantes después v i a estos mismos
misioneros rezar el Santo Rosario, entonar un
cántico; y todas estas gentes respondían en
masa.
Con tal afecto, con tal fuerza de voz cantaban
y rezaban que yo me desperté, y me encontré
sobre el lecho, en mi cuarto.
Este sueño me dió a entender claramente,
añade Don Bosco, que un día mis hijos debían
partir a lejanas misiones; pero, yo me pregunto
siempre: ¿Quienes son aquellos salvajes a los
que por primera vez han de llevar ellos la an
torcha de la Fé?
Esta pregunta permaneció sin respuesta
para Don Bosco por espacio de cinco años.
Creyó en un principio que se trataba de Etiopia.
Esta creencia se relacionaba con una visita
Í>echa a su naciente Instituto por un misionero
de aquellas regiones: pero informacoines más
prec:í:ts le hicieron abandonar esta idea. Soñó
entonces con la China. Y precisamente por
aquel tiempo vino a Turin im misionero de
aquellas lejanas tierras en busca de nuevos
aportóles. Don Bosco lo visitó, lo interrogó:
pero ’.-ien pronto comprendió que tampoco se
trat&r- de aquel país. Pensó después en Aus^íalia; pero cuando conoció el carácter, las
costumbres y la fisonomía de los salvajes de
aque'.-í regiones comprendió que no se tra
taba tampoco de ellos. Su pensamiento voló
entonces a las Indias. Buscó datos de este in
menso imperio; conversó con sacerdotes in
gleses misioneros de estas regiones, y por un
momento creyó haber conseguido su objeto.
Efectivamente se le oyó hablar a menudo por
entonces y con un fervor extraordinario de las
misiones católicas en las Indias; animó a mu
chos de sus religiosos a estudiar el inglés, y
estaba a punto de aceptar de Roma un Vica
riato Apostólico en la Tierra de las Castas cuando
el cónsul de la Argentina le puso por el buen
camino.
En diciembre de 1874 este diplomático vino,
en nombre del Arzobispo de Buenos Aires, a
proponer a Don Bosco la evangelización de las
inmensas regiones desiertas que se extienden
al Sur de la grande República: Patagonia, Tierra
del Fuego, Playas de Magallanes, los confines
del Nuevo Continente en el Polo Sur. Estas
extensiones inmensas estaban habitadas por
tribus tan salvajes que los partidarios de la
teoría de Darwin pretendían haber encontrado
en ella y en sólo ellas, los famosos tipos de
transición entre la especie animal y la humana.
Cómo Don Bosco, desde el primer instante,
se persuadió que estos desdichados eran aque
llos mismos que había visto en sueño, es un
problema que no se ha podido jamás resolver.
Pero el hecho es éste: la oferta estaba apenas
hecha, y él y a la aceptaba.
Todo el año 1875 se pasó en escoger, instruir
y preparar un puñado de apóstoles, los que
habían de abrir el camino a los futuros obreros
del Evangelio.
Eran diez: cuatro sacerdotes, dos acólitos y
cuatro coadjutores. No queda ningún sobrevi
viente de aquella gloriosa cruzada, a excepción
de su jefe, el Cardenal Cagliero, que a los
ochenta años, ha visto recompensado sus treinta
años de labor apostólica, y los diez al servicio de
la diplomada pontifida, con la purpura cardenalida.
¿Recordad aquella página del Evangelio
en que se habla de la inmensa piedad de Jesu
cristo con las multitudes errantes, sin luz en
el camino, oprimidas y abatidas, como ovejas
sin pastor: « ¡Ah! cuánta es la mies, suspiraba
el Salvador, y cuán pocos sois vosotros! En fin,
no importa; id a ellos para predicarles mi Evan
gelio. Y antes de dejarlos partir y recorrer la
Galilea los reúne y dá los últimos avisos...
E sta escéna se había renovado en los sueños
del disdpulo, en los sueños de Don Bosco. ¡Qué
inmenso campo es la Patagonia!, Grande más
del doble de España, cuánta mies ofrece a una
cruzada de apóstoles! Y vosotros sois muy
pocos. No importa, partid lo mismo: pero antea
— 296 —
escuchad las últimas recomendaciones de vuestro
padre:
« No os preocupéis más que de las almas, y
no busquéis los honores, las dignidades ni las
riquezas i.
« ¿Queréis merecer las bendiciones de Dios y
la benevolencia de los hombres? Tened una
ternura especial para con los enfermos, con los
niños, con los ancianos y con los desdichados ».
« Sed siempre y doquiera respetuosamente
sumisos a las autoridades civiles y religiosas ».
« Haceos apóstoles de la devoción a Jesús
Sacramentado y a María Auxiliadora ».
Y como apéndice, agregaba en voz baja al
jefe de la expedición: « Haced lo qite podáis,
y dejad lo demás en las manos del Señor. Tened
una confianza ilimitada en Jesús Sacramen
tado y en la Virgen Auxiliadora, y veréis lo que
son milagros ».
E l más grande de estos milagros fué sin duda
el desarrollo prodigioso de esta obra de las mi
siones, desarrollo que iba a distinguir a la Con
gregación Salesiana de las doce o quince grandes
Ordenes o Congregaciones de Misioneros.
Porque a este primer escuadrón de buenos
obreros de la l'é siguieron otros. Año tras año,
a pesar de todo, de la ingratitud de este suelo,
de la grande turba de enemigos que encon
traban, de los pocos y pobres medios de que
disponían, del pequeño número, estos misio
neros fueron siempre adelante. Ellos internán
dose en las vírgenes florestas disipaban las ti
nieblas del error y elevaban la luz de la Fe.
Veinte años después de su llegada, el desierto
había florecido: toda esta inmensa región que
abarca la Patagouia septentrional, central y
meridional y la Pampa argentina estaba visi
tada y cónquistada al Evangelio. Presente
mente ella forma el Vicariato Apostólico de
Magallanes (Chile) y las misiones de la Pampa
y de la Patagouia (Argentina).
La mirada de estos apóstoles se posó entonces
en otra parte, más alta, muy alta, en la Re
pública del Ecuador. D e las tribus asiáticas,
los famosos Jivaros, vivían allá, muy lejos de
la civilización y de la Fe.
En 1893 Roma reunió todos estos territorios
bajo el cayado de un obispo salesiano, formán
dose el Vicariato de Méndez y Gualaquiza.
Un año después, en 1894, los hijos de Don Bosco
se internaron en el corazón de uno de los 21
Estados del Brasil, en el Matto-Grosso porque
habían tenido noticias de que tribus de indios,
los Bororos sobretodo, esparcidos por aquellas
regiones, esperaban siempre la luz de la Fe.
Después de veinte años de fatigas este terri
torio, preparado, trabajado y en parte fecun
dizado por la divina palabra ha sido reciente
mente, 1914, erigido en prelatura, la Prelatura
del Registro de Araguaya, teniendo a su frente
xm obispo salesiano.
Sin salir del Brasil, pero caminando muy
hacia el Norte, a lo largo del Río Negro, a m¿
de rail kilómetros de longitud se extiende una
región de florestas y de ríos, habitada por Bra
sileños, por emigrados de las tribus indígenas
los célebres Tucanos, entre otros. Hasta ^tos
últimos años ellos andaban como ovejas sin
pastor: unos privados de la luz del Evangelio,
otros de la gracia de los Sacramentos. En 1914
Roma incluyó en la Prefectura Apostólica del
Río Negro todas estas poblaciones y las confió
a los Salesianos.
Hasta primeros de este siglo las circumstancias parecían favorecer únicamente a los hom
bres de color cobrizo, a los Indios Pieles Rojas
con la actividad de estos misioneros; pero he
aquí que en 1909 un escuadrón de salesianos
belgas; a petición de su Gobierno, se establece
en la región africana del Congo, en el Vicariato
Apostólico del Katanga, confiado a los RR.
PP. Benedictinos.
Después de 17 años de infatigable labor en
pro de los pobres indígenas, han abierto en
Elisabethville una escuela profesional y una
primaria para los indígenas; además una se
gunda' escuela en la población indígena en Kiniama, Shindaka y Dilanda florecientes centros
de misión , en Kafubu una colonia agrícola de
excelente porvenir.
De los hijos de Cam se pasó inmediatamente
a los de Jafet. En 1920 Mons. Guebriant actual
Superior General de una Congregación Misio
nera belga, lleno de admiración por el celo
desplegado por los hijos de Don Bosco, rogó
a la Propaganda que separara de su campo de
acti\ddad en la China meridional una gran
porción de terreno, reuniendo 1.500.000 indí
genas para constituir el Vicariato Apostólico
de Shiu-Chow, cuj'o primer pastor salesiano
fué consagrado en Cantón, con grandísima
solemnidad por el mismo Mons. Guebriant.
E l mismo año el tratado de Versalles alejaba
de la India Septentrional a los misioneros ale
manes que llevaban 25 años de evangehzación
en aquellas tierras. L a Propaganda ofreció
entonces a los Salesianos la Prefectura Apostó
lica del Assam.
Faltaba dar un último paso, ocupar un Nuevo
Continente, Australia, para que como Carlos V
los Sal^ianos pudiesen decir; « E l sol no se
pone en nuestro reino espiritual ».
E ste paso fué dado en 1922. Cuando el Car
denal V an Rossum, prefecto de la Propaganda,
obtuvo del Superior General de los Salesiancs
un puñado de misioneros para ir a la costa N.W-
— 297 —
de Australia, formándose así el Vicariato Apo
stólico de Kumberley. Y no mencionemos el
Chaco Paraguayo que promete abundante mies
V que será la palestra de los Misioneros indí
genas. Por no adelantamos no hablamos de
los hijos del Sol levante, los del Mikado...
¡Qué lástima, pensarán algunos, que este
desenvohnmiento, estos resultados prodigiosos
obtenidos en 50 años, D. Bosco no los haya
visto realizados! E l murió en el 1888, cuatro
« Mire aUá, le dijo el angélico niño, señalando
con el dedo multitud de salvajes esparcidos en
la llanura, sobre las «brillas de los ríos, en el co
razón de la floresta: vea esos millares y millares
de desgraciados que esperan después de tantos
siglos la luz de la Fe. Diríjase a ellos. Es ésta la
mies reser\nda a los Salesianos ». Esto es claro;
la profecía es evidente. Los más apartados lu
gares de la inmeusa América del Sur, en donde
se escondían la superstición, la idolatría, la
B n e l C o n g o . — In ic ia n d o la v id a c iv iliz a d a .
anos después de la creación del primero de estos
siete Vicariatos y Prefecturas Apostólicas; sus
Wjos, en esta época, lejos de haber invadido
todo el mundo, ocupaban solamente el extremo
de las tierras de Magallanes. ¡Ah, si él lo hubiese
ristol ¡Si él hubiese vivido!
Pero él lo sabía perfectamente; había leido
en sueños toda esta maravillosa historia. Por
primera vez en 1883, en la noche del 3 de agosto,
® sueños, recorrió en todas direcciones América
del Sur, vió desde lo alto de las Cordilleras una
r.ultit'.'.d de razas y pueblos, y estuvo sentado
en la tienda de las tribus más salvajes.
CoTT-. gm'a, en este viaje nocturno a través
í^ue'. o Mundo, tuvo a su amigo Luis CoUe,
del conde CoUe de Tolón, muerto dos años
Sjies en olor de santidad, a la edad de 17 años.
infidelidad, debían ser explorados y conquistados
por sus hijos.
Pero allá no debían terminar sus esfuerzos.
A ellos les estaba reservada la gran empresa
de llevar la buena nueva al Africa inexplorada,
al Asia misteriosa y a la lejana Australia. El
9 de abril de 1886, en Barcelona, un último
sueño se lo hizo conocer. L a divina Pastora que
en otro tiempo, cuando únicamente frisaba en
los nueve años, le había manifestado su misión,
mostróle en esta noche los. puntos principales
que alegrarían la marcha conquistadora de sus
misiones. En un momento vióse transportado
a las Altas Cordilleras de Santiago y Valparaíso:
de allí a las florestas Africanas y finalmente a
la misma capital del Celeste Imperio, Pekín.
A pesar de su fe robusta no podía creer todí •
— 298 —
estas maravilas. ¡Tanta gente que avangelizar
y tantos obstáculos que vencer! ¡atravesar tan
enormes distancias! ¡Con armada tan pobre
y con tan débiles medios! No, verdaderamente,
esto es un sueño, se decía.
Pero la misteriosa Señora disipó sus temores.
« No te inquietes, le dijo, no tienes porqué
temer. Esta empresa no sólo han de llevarla
a cabo tus actuales hijos, sino los hijos de tus
hijos, las futuras generaciones son las llamadas
a realizar tan grandes prodigios »....
¿Q u i^ pondrá en duda, que no sea la ter
cera generación la llamada a escribir t d página
de gloria, viendo que aún sin acabarse la se
gunda está y a tan adelantada?
Sin embargo tan rápida conquista, parecíale
demasiado lenta a D. Bosco. ¡Cuántas veces
hubo que reprimir su emprendedor celo apostó
lico para impedir que fuera a los lugares no
iluminados todavía por la luz del Evangelio!
Siendo aún joven sacerdote quiso marchar
en compañía de algunos misioneros y fué ne
cesario que su confesor D. Caiasso, previendo
su obra, la misión a que estaba destinado, le
retuviese en Italia.
Más tarde, a la edad de 33 años, descubrimos
en él los mismos ardientes deseos. En esta época,
1848, su lectura preferida eran los « Anales de
la Propagación de la Fe ».
Uno de sus externos, vecino suyo, recibía
tal revista y él procuraba' leerla tan pronto
como llegaba a sus manos y, ¡ah si yo tuviera
abundancia de sacerdotes! exclamaba D. Bosco,
los conduciría conmigo a evangelizar la Patagonia y la Tierra de Fuego. ¿Sabes por qué?
— Seguramente porque ésta es la parte del
mundo que tiene más necesidad de misioneros.
— ¿Has entendido mi pregunta? Existen
allá pueblos completamente abandonados a
los cuales quisiera yo ir.
Siete años después, en 1855, uno de sus pri
meros discípulos entrando en su despadio,
maravillóse de ver allí colgado un nuevo cuadro.
— ¿Quién es este sacerdote? preguntó.
— Un valiente misionero, Gabriel Perboyre,
martirizado en G iina hace ya algunos años.
Y hablando consigo mismo prqsiguió: « Oh!
!Yo quisiera que también mis hijos fuesen allá,
al Extremo Oriente! !Oh! Si el Señor me pro
porcionase doce sacerdotes según mi corazón,
partiríamos todos juntos ».
En el ocaso de su \nda, lejos de extinguirse
su celo apostólico, aumentaba cada día más y
más hasta el punto de hacerle exclamar: « !Si
no fuese tan viejo y achacoso, llevaría conmigo
a D. Rúa y juntos marcharíamos a las misiones!»
Estos deseos irrealizables, pero meritorios
delante'de Dios, por la fe que los engendraba.
la obra misionera que él había creado en todas
partes, las fatigas que debió imponerse hasta
el fin de su vida para proveer de personal y de
recursos a las misiones, le merecieron en sus
últimos instantes momentos de alegría inde
cible que Dios únicamente reserva a almas
privilegiadas.
Seis semanas hacía que estaba postrado en
su sillón, cuando le llegó la grata notida de que
venía uno de sus disdpulos predilectos, llons.
Cagliero, a quien él en otros tiempos había
devuelto la salud milagrosamente con estas
palabras: « No, yo no quiero que tú mueras:
eres tú quien debes cerrar los ojos a D. Bosco
en su lecho de muerte ». E l obispo misionero
llegaba 13 años después de su partida, desde
la inmensa Patagonia.
Imagínate lector aquella escena. El obispo
y el gran Padre se abrazan tiernamente y ape
nas calmada la emodón y la alegría de verse,
cuando la puerta se abre. E n d umbral se pre
senta el alegre rostro cobrizo de una indígena.
Eos presentes abren paso y he aquí que la niña
se postra a los pies de este andano paralítico
a quien eUa le debía todo. D. Bosco no había
podido ir a la Patagonia, pero la Patagonia
venía a él en la persona de esta niña, recogida
con otros salvajes por los apóstoles de la pri
mera expedición en la Tierra del Fuego.
« Querido D. Bosco, dijo entonces el Obispo,
he aquí las primicias que os ofrecen vuestros
hijos, ex uUimis finibus ierrae ».
E l corazón del gran Apóstol del siglo XIX,
gozaba de un nuevo consuelo.
Pero cuando la niña, con un acento medio
salvaje, prosternada delante de él y davando
sus ojos en los de D. Bosco, pronunció la frase
que aprendió a fuerza de repetirla: « Oh padre,
yo agradezco la bondad que tuvisteis al mandar
misioneros, para mi salud y para mis hermanos»,
el corazón d d Venerable estalló de gozo; lá
grimas de gratitud saltaron de sus ojos, y^as
palabras con las que quería manifestar su gozo,
no pudieron llegar a sus labios.
Los pri\nlegiados que asistieron jamás olvi
darán escena semejante que tan bien repro
dujo la grandeza de corazón de nuestro Padre¡Digna recompensa tributada al cdo del
Apóstol! ¡Noble corona de una vida que sola
mente trabajó por la salvación de las almas!
Dios ha destinado en nuestro siglo a /w *
Bosco para detener los avances del socidUsfi*9>
levantando el nivel moral y religioso de las darts
populares.
L u is G. R epetto .
— 299 —
L a enseñanza del Catecismo.
En una circular en viada a los Obispos del
mundo entero de fecha 24 de Junio p.p. el
Emmo. Cardenal Prefecto de la S. C. del Con
cilio pide informaciones detalladas sobre la
enseñanza de la D octrina Cristiana en las pa
rroquias, en los colegios católicos dirigidos por
el Clero secular y regular y por Religiosos, y
en las públicas escuelas. Dam os a continuación
el texto de la im portante circular que el Em m o.
Cardenal enviaba conjuntam ente a los Obispos
de Itaha:
« La reanudación de la enseñanza religiosa en
las escudas primarias, dice el autorizado do
cumento, ha llenado de gratas esperanzas el co
razón de aquellos a quienes está a pecho el bien
de los individuos, de las familias y de la sociedad:
que tales frutos y aún mayores pueden brotar de
ese humilde y pequeño libro en apariencia, pero
divinamente grande y sublime en realidad.
El contiene los elementos destinados a nutrir
y robustecer la vida del espíritu: él sólo puede
templar la conciencia y lanzarla a reñir las ba
tallas dd espíritu contra la materia y obtener dd
fango de sus pasiones la más gloriosa victoria.
El catecismo enseña al hombre la existencia
de un Dios pródigo en mercedes para con él hasta
la vida derna: le manifiesta su origen, le precisa
su fin y depara los medios para alcanzarlo. Le
presenta ddante la hermosura y valor dd alma
rescatada con la sangre de un Dios y por ende la
bajeza del pecado que la hace repugnante a los ojos
de Dios y digna de la perdición eterna.
Inculca la necesidad de amar al prójimo como
asi mismo, de posponer los propios a los in
geses supremos de la religión y déla patria. En
fin le pone en conocimiento de los medios con que
nos ha enriquecido Jesucristo para que con ellos y
sólo con ellos se pueda salvar.
El catecismo, por consiguiente, contiene un
conjuTíto de verdades sublimes, de leyes, de pre
ceptos y de medios encaminados al perfeccionarr.icnto del hombre en general. E s evidente que un
ai-tr/.Q de tan capital importancia y que interesa
a la ..umanidad en todas sus edades, merezca un
ii'u-jio concienzudo y asiduo y que no pueda darse
por terminado con las escuelas dementóles. Y
téni-.-r presente que no debe encontrarse un pánoco en toda Italia que se.crea exento de la obli'n de enseñar d catecismo, conforme lo pres
■ :n los sacados cánones, basado en que d niño
ya la recibe en las escuelas primarias.
La enseñanza que se recibe en las mencionadas
escudas, no es suficiente, para la formación com
pleta dd cristiano. Los niños aprenderán de menwria algunas oraciones: d decálogo, d'credo,
la salve: tendrán conocimientos generales sobre
algunos puntos de la Doctrina Cristiana: pero
hacer que estos aumenten, sean más precisos y
amoldarlos a sfís intdigencias, este es un trabajo
reservado a los párrocos y a los que tienen cura
de almas.
’ A ellos de una manera muy especial, la Iglesia
ha encomendado la importantísima misión de
nutrir y desarrollar con la enseñanza dd Cate
cismo la vida espiritual de sus parroquianos.
Ellos, antes que otros, son los más indicados para
una misión que ejercitan en nombre y con la au
toridad de la Iglesia. Ellos que kan cultivado di
chos estudios, son los nuís capacitados para tal
fin y ciertamente recibirán del Señor las gracias
necesarias con que llenar debidamente su obli
gación.
No debe descuidarse la circunstancia del día
y lugar donde d párroco ordinariamente ejerce
su ministerio.
E l templo mismo y d día de domingo contri
buyen eficazmente a imprimir en d alma de los
jovencitos, un más alto sentimiento de la belleza
de la Religión, una necesidad más imperiosa de
seguir la moral y un deseo más vivo de sacar de
ella los consuelos divinos.
Es también evidente que la enseñanza catequís
tica parroquial impartida a los niños, debe darse
hoy más que nunca, con suma diligencia: usando
aquellos medios que eminentes catequistas han
empleado e ilustrado con éxito. Ello ayudará a
formarse un exacto conocimiento de la amplitud
y dd grado de la enseñanza religiosa recibida en
las escuelas primarias y podrá ser oportunamente
integrado ».
E l Em m o. Cardenal encarece luego a los
Rdm os Ordinarios a que quieran llam ar la
atención de sus Sres. Párrocos y de cuantos
tienen cu ra de almas y recordarles la gran res
ponsabilidad que tienen contraída ante Dios y
la sociedad y de un modo esj>ecial indica « a los
padres la muy grave obligación de educar cristia
namente a sus hijos, obligación que no quedará
satisfecha a menos que los manden a la enseñanza
parroquial dd catecismo (canon 1335 Cod.).
« Se trata — term ina la circular — de la sal
vación eterna de los hijos y Dios pedirá por ella
estrechísima cuenta ».
El reino
del dolor y de la caridad.
{Carta de D. José Vespignani a D. Felipe Rinaldi)
El Revmo. Señor D. José Vespignani, Visitador
extraordinario de las Casas salesianas de varias
Repúblicas del América del Sur, ha dirigido al
Rector Mayor la siguiente carta desde Colombia,
después de haber visitado algunos de los centros
destinados por el Gobierno para los leprosos y que
dirigen los Salesianos. Los grandes sacrificios
que se impone la noble Nación con el fíñ de deste
rrar tan terrible azote, son conocidos del mundo
entero, asi como también es conocida de nuestros
antiguos. Cooperadores la heroica asistencia que
prestan algunos Salesianos e Hijas de María A u
xiliadora, por amor de Jesucristo, a aquellos in
felices. La carta de D. José Vespignani es un
nuevo documento de tanta abnegación y sacrificio.
A g u a de Dios, 13 M ayo 1923.
Revmo. y Amadísimo Señor D. F . Rinaldi:
Le escribo desde este lugar de dolor, campo
donde trabajan nuestros hermanos, el más
heroico y abnegado que darse pueda en esta
valle de lágrimas y al mismo tiempo el más
meritorio, cual es el de sacrificarse por el bien
estar espiritual y temporal de tantos infelices.
No pudiendo llegarme hasta el lazareto de
Contratación, pues necesitaba 14 días de marcha
a caballo entre ida y vuelta por caminos casi
impracticables teniendo que pasar las noches
en lugares nada a propósito a mi edad y con
dición física, me limité a visitar este lazareto,
que es el primero y el más antiguo, a donde
llegué después de unas horas de camino a ca
ballo.
Llegué aquí en compañía del Sr. Inspector
D. Ba^ignana el Jueves, 8 del corriente, en la
semana dedicada al « Buen Pastor » y en el
mismo día de S. Miguel Arcángel, cuya imagen
cami>ea en el Altar Ma>or de esta iglesia co
bijando bajo su protección a tantas almas, que
sin los auxilios de la fe fácilmente serían vícti
mas de la desesperación.
Bien puede decirse que Agua de Dios es un
pueblo de leprosos, puesto que de sus 8,000 ha
bitantes, 3400 son enfennos y el resto hijos o
allegados de ellos.
No le cuento la impresión de nuestra llegada
que fué verdaderamente conmovedora, al con
templar en aquellos rostros desfigurados por
la terrible enfermedad una sonrisa compla
ciente, y unas manos que se alzaban jubilosas
al vernos llegar. No faltó la turba de niños imfelices que venían a saludar al humilde hijo
de D. Bosco y a nuestro queridísimo D. Bassignana que fué padre y pastor de esta población
por algunos años.
E l director y párroco D. Maximiliano Burger
tenía para todos una buena palabra y una son
risa con las que sabe cautivarse la admiración
y confianza de estos infelices.
Visitamos enseguida la iglesia y asistimos a
las funciones del mes de María Auxiliadora que
también aquí se celebra con grande solemnidad
y rodeado de unos veinte monaguillos descalzos,
enfermos e hijos de enfermos, di la Bendición
con su D. M.
Después de las funciones de iglesia, la banda
nos alegró con sus notas musicales y durante
la cena ejecutó su escogido repertorio. Está
compuesta enteramente de leprosos y dirigida
por un maestro que es-también leproso y com
positor.
A l día siguiente visitamos el asilo « Miguel
Unia » y repartí a los 120 niños estampas y me
dallas de María Auxiliadora. Los pobrecitos
empiezan a aprender a leer y escribir y además
se les inicia en algún arte u oficio.
Del Asilo pasamos a la Casa de las monjas,
enfermas también ellas o hijas de enfermas, lla
madas « Hijas de los SS. Corazones de Jesús
y de María », fundada por el benemérito D. Va
riara, de feliz memoria. Estas monjitas además
de atender a la cocina y al repaso de la ropa
blanca de los niños asilados, asisten a uno.s
veinte niños, algunos de pocos meses u otro?
de pocos años en quienes se cebó la lepra pf»
ser hijos de enfermos. Estos niños son educadc'
según el sistema de D. Bosco y conmueve pro
fundamente ^•erlos tan buenos y tan sumisos a
sus Superiores y al mismo tiempo tan infelices
por la enfermedad. Con todo, su inocencia y la
maternidad con que son asistidos les hacen
pasar la \rida alegre.'
He rezado ante la tumba de nuestros héroc^
especialmente del queridísimo D . SantinellJ
— que murió víctima de su actividad entre
estos infelices — y además visité los tres gran-
— 301 —
des Hospitales de hombres, de mujeres y de
niños y el Asilo.
Es verdaderamente grandioso y admirable
el Hospital ideado y construido por nuestro
hermano D. Unía; tiene la forma de una cruz
con el altar en el centro, visible desde las espa
ciosas salas que forman los brazos; en una de
ellas encontré a un enfermo que hacía 50 años
que tenía la lepra y 20 que era ciego por com
pleto, era admirable por su serenidad y paciencia
cimiento a las Hermanitas de la Presentación
que asisten aquí en los hospitales (como en los
de Contratación, Guadalupe y Caño de boro
las generosas e infatigables Hijas de María
Auxiliadora).
Más de 25 años hace que atienden a estos
pobrecitos con solicitud maternal y es tan v i
sible la protección que las dispensa la Divina
rro\ndencia que en todo este espacio de tiempo
ninguna ha sido contagiada. Eo mismo sucede
M ls ia n e s S s l e t lf t a a i d e C h in * . — E s c u e la d e m ú s ic a d e l p r f e n o t r o f i o d e M e e s u .
robustecida con la esperanza del paraiso y con
el recuerdo de Jesús crucificado.
\’inieron a saludarme las Cooperadoras Salesianas, quienes, a juicio del Sr. Director,
cumplen una misión no inferior a la del sacer
dote visitando a los enfermos en sus mismas
casas; y he tenido ocasión de oir la consolante
relación de Ibs actos de piedad, de virtud, y de
heróica resignación de muchos leprosos, que
en medio de sus dolores — donde el mal los
tiene postrados por largos años, a veces desde la
mfancia hasta la vejez — no piensan y no sus
piran sino por el paraíso y cotidianamente
Eecen sus padedmientos a Dios y a Jesús
■ ^icramentado.
Jso puedo menos de dirigir ima palabra de
alabanza, de profunda admiración y recono-
con nuestros hermanos quienes aseguran que
— después de la gracia de Dios — • el mejor re
medio contra el mal es el de afrontar con ánimo
la natural repugnancia de aquellos cuerpos en
descomposición.
Linda y a la vez conmovedora fué mi visita
al oratorio festivo. Había más de 200 niños
asistidos por sus catequistas; y aún podría au
mentarse el número si se considera que pasan
de 1800 los niños de ambos sexos que hay en
esta ciudad del dolor.
Muy tiernas resultaron las academias que
se celebraron en honor del Visitador y del Ins
pector en los locales del Asilo de niños y de
niñas; conmovedores fueron sus discumitos,
cantos y poesias mezclados de tristeza y de
llanto, pero visiblem ente endulzados por la
suavidad y ternura de nuestra fe... A l fin les
dirigí la palabra tratando de hacerles compren
der, a ellos que se sienten abandonados y des
preciados por el mundo, las grandes simpatías
de que gozan del padre común de todos los
cristianos, el Papa, y del deseo generoso de
tantos jóvenes sacerdotes, coadjutores, novicios
y aspirantes que piden con instancia a sus Su
periores el permiso para venir a convivir con
ellos la soledad y el destierro... destierro que,
por lo demás, exhala un aroma de dulcísima
e invidiable paz, de oración y de caridad de
jando entrever las dulzuras y alegrías del Pa
raíso.
Le aseguro, amadísimo Señor D. Rinaldi,
que mi estancia de cinco días en medio de estos
leprosos de Agua de Dios me ha hecho mu
chísimo bien espiritual y ha servido para ben
decir una vez más nuestra Institución que,
— entre otras misiones — tiene también ésta,
tan bella, tan hermosa, cual es la asistencia de
los leprosos....
Bendíganos y créame su
a§mo. hijo in C. J .
Sac. JOSE V e s p ig n a n i .
Patagonia septentrional.
Por el alto Neuquén.
{Del Pbro. Lino Del Valle Carbajal, M is. Sales.)
(V éase el n». correspondiente al m es d e Julio d e 1934).
Estas páginas escritas por el Pbro. Lino Del
Valle Carbajal, en el año 1906, como fruto de
una serie de estudios, ven por primera vez la
luz en las columnas del Boletín Salesiano, co
rregidas con la ayuda eficacísima y valiosa del
Dr. Pablo Groeber, a quien tributamos aquí las
más rendidas gracias. E l Dr. Groeber, distingtüdo geólogo, con larga práctica adquirida en
sus periódicas visitas a los lugares y parajes
que describe el Autor, nos ofreció su imponde
rable concurso, aquilatándose así el valor de
esta obra póstuma, que gana en autoridad y en
interés con tan preciosa colaboración. (C. P.).
Las regiones Andinas d el N euquén.
El Neuquén es el territorio más lleno de con
trastes y maravillas de todos los de la Patagonia. Tiene la gobernación del Neuquén una
superficie de 96.500 Kmc. (964,640 Has.). Eué
censado por primera vez en 1895 arrojando
una población de 14.000 habitantes; el Censo
Nacional dé 1914 dió la cifra de 28.666 hbs.;
actualmente se calcula su población en 40.000
almas, de las que el 50 % es argentina y la otra
mitad chilena en su casi totalidad. Su topo
grafía general presenta ora d^iertos estérües
de grandes depresiones {Auca Mahuida),' ora
altiplanicies lisas como tablas rasas, y a cadenas
de sierras y montañas que esconden sus picos
entre las nubes, y a colinas ondulantes y valles
longitudinales de abundantes pastos. En general
está dividido en dos grandes zonas: una mesetosa, la más extensa, y otra cordillerana. La
primera es algo estéril y con poca población;
la segunda es fértil, rica y por consiguiente
más habitada.
L a configuración de todo el territorio es la
de un triángulo, cuyos lados están subtendidos
por los dos correntosos ríos, Neuquén y Limay
que convergen al Oeste para dar curso al Río
Negro» L a base del triángulo la forman las.
cordilleras de los Andes en una extensión de
ciento treinta leguas de Norte á Sur. Esta base
tiene al oriente las sierras y precordilleras que
encajonan el curso de los ríos afluentes de los
dos principales en su sección de N. a S. El me
ridiano 12® de Buenos Aires puede servir de
línea divisoria oriental, y el macizo andino de
límite occidental E l ancho de esta .base varía
de 8 a 10 leguas habitables. No es todo uni
forme de N. a S., pues hay varias precordi
lleras transversales y mesetas que la inte
rrumpen.
A la latitud media, 39® S., una altiplanicie y
precordillera transversal la dividen en dos partes:
la del Sur, forma la zona del Limay con todo
el sistema de sus ríos y sierras; y la del Norte,
la zona del Neuquén con sus afluentes.
L a zona meseiosa, al oriente de la base, se
va angostando hasta terminar en el ángulo de
la confluencia de los ríos que forman los lados
del gran triángulo neuqueño. Tiene también
varias secciones divididas por la prolongación
^ oriente de la gran meseta central, constituida
en la región precordÜlerana por diversas for
maciones secundarias y terciarias al llegar a
la confluencia.
Cada gran zona Norte y Sur de la base indi
cada se divide á su vez en otras regiones ca
racterísticas.
La zona del Limay, a la altura de la con
fluencia de los ríos Aluminé y Catanlil, para
formar el río CoUón-Curá, se fracciona en dos
regiones, siendo la del Sur montañosa y la dd
Norte mesetosa hasta la planicie central.
región d d Sur, forma lo que se ha llamado y se
llama todavía « Región de los Manzan.ires »
— 303 —
hasta el lago Nahuel Huapí. por la abundancia
de los bosques de manzanos silvestres, en medio
de los cuales habitaban en pintorescos valles
los belicosos indios, que obedecían en los úl
timos tiempos de la conquista del desierto
(i88o) al gran cacique D. Valentín Say Hueque,
cuyo último suspiro recogí yo mismo, el 8 de
Setiembre de 1903 en su toldería de L a Piedra
de Sotel, á orillas del río Genua, en el territorio
del Chubut. {Colonia S. Martín).
La misma región Sur, siguiendo los cordilleras,
desde el lago Lacar al gran lago Naliuel Huapí
se llama actualmente Región de los Lagos, por
los muchos qtie hay tanto de la parte Argen
tina como Chilena.
La región del Norte, desde la confluencia del
Aluminé y CatanÜl a cuyas inmediaciones
tenía su rancho el famoso cacique D. Manuel
Namuncurá, se extiende al Norte por todo el
curso de los ríos citados, y se llama región del
Aluminé y del Caianlil.
La sección de este último, ha sido bastante
célebre para las razas indígenas, a causa de
una renombrada piedra que presenta un pe
queño arco triunfal, de ancho apenas suficiente
para pasar un jinete a caballo. A su derredor
los indios moluches tenían a menudo sus par
lamentos y camarujos, y era prueba de agilidad
y de buen augurio atravesar el agujero a todo
escape sin tocar las paredes. E l tocar las pa
redes, a más de la fatal desgracia del jinete que
se rompía algún hueso, o la crisma para siem
pre, era de malísimo agüero..
Si todos los hombres de lanza-y bola atrave
saban el foramen sin incidente alguno, podían
acometer el más atrevido malón, o entrar en
la más fiera liza seguros de la victoria. E l Calanlil les aseguraba el éxito.
Entre el Aluminé, el río Chimehuin y el río
Quilquihue hay muy ricos valles y lagos hermo
sísimos. Actualmente se encuentra la población
de Junín de los Andes, en la margen derecha
del Chimehuin, y a tres leguas al N. del río
Quilquihue, que en realidad forma el límite
de la región Sur.
El río Quilquihue desagua en el río CoUon
Cura, a unas siete leguas más al Sur de la reu
nión del Alimiiné y Catanhl. Entre el Chime
huin y el CoUon Curá hay una meseta, y entre
el Catanlil y Aluminé otra, serranosa en su
mayor extensión.
La parte oriental del Catanlil es mesetosa,
y contiene terrenos jurásicos, micaesquitos y
cuarciiüs antiguas — paleozoicas — sedimen
tos marinos y terrestres, jurásicos y cretáceos,
bos campos no son malos y la población au
menta
ha z'K.j del rio Neuquén está dividida en dos
regiones principales: la del río Agrio, y In del
Alto Neuquén. L a región del río Agrio se sub
divide, partiendo de la meseta central en dos
subregiones: la del río Covuncó al Sur, y la del
verdadero río Agrio al N., hasta el codo que
forma al pasar por el hermoso valle de Norquíu,
hacia donde se dirige desde el^ Oeste hasta el
Volcán Copaliue, de cuyos ventisqueros y la
gunas termales y sulfurosas nace el famoso
Macú Leuvú de los indios pehucnches y moluches
que lo habitaban. Esta sección se llama de Los
Pinares por los grandes bosques de estos se
culares árboles.
En los últimos tiempos, el cacique Purrdn
era el gran jefe de todas las indiadas de esta
región.
L a zona Norte, o del Alto Neuquén, (sepa
rada del río Agrio por un cordón coronado de
cerros lomosos volcánicos, que corren de E.
a W.) se extiende hasta una precordiUera trans
versal, que arrancando del Monte Domuyo,
se dirige a la cordUlera Andina, para separar
las vertientes del río Colorado de las del río
Neuquén
En esta zona, hay también dos fracciones,
la del Sur del río Neuquén, y la del Norte. La
zona Sur del Alto Neuquén, está.compuesta por
las subregiones de Chosmalal, del Butalelvum,
y del río Trocoman; la zona Norte, por las re
giones del río Curileo, río Neuquén y Varvarco.
L a llamada sierra o cordillera del Viento o
Chocoy Mahuida, que también se desprende
del Monte Domuyo, divide de Norte a Sur toda
la zona Norte del Alto Neuquén.
Todas estas'zonas, regiones y secciones las
hemos visitado desde Setiembre de 1903 a Fe
brero de 1904. Así es que hablamos con cono
cimiento de causa, aún de color medio cientí
fico (i), que siempre tuvimos en vísta durante
nuestro largo viaje desde la' Tierra del Fuego
a estos parajes. Todas estas regiones que for
man la base Occidental del triángulo neuqueño,
son muy ricas y fértiles.
Por doquiera numerosos son los ríos y arroyuelos, notables los saltos de agua, encanta
dores los lagos,, fértilísimos los valles, sorpren
dentes los bosques seculares, altísimos los
cerros, grandiosos los volcanes extintos, majestuc«as las montañas, impresionantes los
ventisqueros eternos y las nieves blanquísimas
que coronan las cimas corpulentas.
No hablemos de los minerales metálicos; de
los que se truecan en codiciosas monedas, de.
( i ) E l Pbro. C arbajal podía hablar con pleno cooocimiento d e causa, preparado por largos aílos d e estudio,
observación y práctica: conocía adem ás, cuanto habían
escrito a l respecto i>ro;ños y extraños.
. - 304 —
los que afianzan las construcciones y ornamen
tan los palacios, de los que se transforman en
rodados y larguísimos caminos de hierro, de
los que se apropia el mundo mecánico para
entregarlos desde el que hace el clavo ordinario,
que cerrará los cajones llenos de productos y
mercaderías, hasta el que labra el instrumento
de precisión del sabio, y la joya artística que
relucirá en los momentos solemnes de la vida,
y en las horas de diversión y ostentación de
la opulencia. Que todos ellos, con otros que
tienen aplicaciones infinitas están cuidadosamante conservados en las entrañas de esas
famosas precordilleras y cordilleras Andinas,
invitando a los capitalistas a explotarlas, de
jándoles ver los afloramientos seductores de
esos variados metales.
Y como a todo esto pudiera faltar lo más
necesario acaso, el fuego reductor y purificador,
he aquí que esas mismas montañas guardan
en sus faldas y valles, el combustible necesario:
el carbón, el negro mineral que enciende la
fragua del humilde herrero; y la homalla del
gran motor que da la fuerza, la luz, y el movi
miento á la fábrica que elabora las materias
primas; y a las máquinas de los acorazados que
hacen respetar las naciones; y a las rápidas lo
comotoras que transportan los productos de la
tierra, las manufacturas mercantiles, los via
jeros y los regimientos que marchan apresu
radamente a restablecer el orden perturbado
por alguna conmoción interna, o a defender la
patria amenazada por algima extranjera in
vasión (i).
Todo esto tiene el Neuquén .cordillerano, y
todo ello dará perenne trabajo y ocupación a
millones de pobladores; vendrán con el trabajo
la riqueza y el bienestar, la paz y la moral,
fundadas en la cultura y principios de la Re
ligión Cristiana, que es fuente inagotable de la
virtud, del derecho y de todo verdadero pro
greso.
Sentadas estas generalidades, vamos a entrar
en nuestro asunto principal, el viaje y ascensión
al Monte Dorauyo.
(CofUinitard).
(l) El A utor esrríbia estas páginas mientras du raba la
impresión de los d ía s inquietos, qu e v ivió la República
A rgentina antes de la n ja r su viejo pleito con la Nación
Chilena. El Dr. G roeber ca liñ ci de optim ista esta im
presión de C abajal. com partida aún ho y día por los ór
ganos más serios del i>eriiKlisnio .Argentino; se confunden
—- dice — los aúoram ientos de rafaelita con el carbón.
No cabe la menor du da qu e el mineral en cuestión es
un excelente com bustible, pero su naturaleza de petnSleo solidificado se ojw ne a una suficiente explotación
en regla com o com bustible. A caso la industria quim ica
se hallará en grado d e aprovecharlo con ventaja — a
ju z g a r por los ensayos afectuádos en Alem ania.
A los pies de los Andes.
{Del Misionero D. Pedro Bonacina, de Junin ie
los Andes, Paiagonia Septentrional).
Si bien nos encontrábamos en pleno invierno,
fué celebrado con grande piedad todo el mes
consagrado a María SS., con la asistencia de
numerosos devotos, desarrollándose la novena
con verdadera solemnidad y con la cooperación
del colegio femenino.
E l 25 de Mayo, nuestra iglesia resultó in
capaz para contener a la muchedumbre.
En el mismo día, 15 ■ de nuestros indiecitos
se acercaron por primera vez al Banquete Eucarístico. ¡No puedo expresar nuestra gran
consolación! Ea devoción a María Auxiliadora
obra verdaderos milagros, y predispone favo
rablemente para la conversión a estas pobres
almas, verdaderamente dignas de toda com
pasión por su ignorancia en materia de reh'gión
y por la extrema pobreza en que viven.
De valor inapreciable es la obra que llevan
a cabo las Hijas de María Auxiliadora, pues
ellas logran lo que no puede hacer directamente
el misionero, y sólo merced a su cooperación
podemos salvar tantas almas no malas, sino
más bien ignorantes e indiferentes.
De este modo, aún en medio de las continuas
fatigas, el alma goza consolaciones inefables.
E l Señor no permite que falte nada a nuestros
huérfanos e indiecitos, los cuales, ingénuos y
alegres corresponden de buen grado a nuestros
desvelos. Uno de ellos, de 14 años de edad,
hijo de un capitanejo y que ha hecho ahora su
primera Comunión, me ha dicho lo que Jesús
le ha sugerido y lo que él le había prometido:
— « no alejarse y a en adelante del Colegio, y
que le hagamos nosotros de padre, porque quiere
ser como su maestro, para poder enseñar, a su
debido tiempo, a sus hermanitos y a sus amigos
el camino de la salud... >
Otro, más vivaracho, que ha dos años vive
con nosotros, vino a confiarme el secreto de que
había quitado a cierto compañero una man
zana (fruta que les gusta mucho, y que aquí
se recoge en abundancia), y me rogaba que
le regalase otra para poder reparar el pequeño
hurto. Hícele una dulce amonestación y
ofrecí dos manzanas, una para que la restitu
yera y la otra como premio a su delicadeza-No, padre, me dijo, dame una solamente para
mi compañero; yo no la quiero, y si quieres
que tome las dos, se las daré a élL... también
porqué deseo acercarme mañana a recibir a
Jeáüs en mi corazón....
¡Cuánta fe en estos amados niños! Precisa*
mente por esto les bendice D. Bosco. Cierto
w
—
305
día uno de ellos fue atacado repentinamente
por la gripe, que bien pronto degeneró en gastro
enteritis. Durante varios días su temperatura
osciló entre los 39° y 41°.
A falta de médicos y de medicinas, acudimos
a.... los remedios celestiales. Invocamos a nues
tro Venerable Fundador, y precisamente el
24 de Mayo se inició ima pequeña mejoría; la
temperatura disminuyó, y a los pocos días
desapareció la fiebre por completo. ¡Creo que
nuestro Ven. Padre lo haya arrebatado a~la
muerte para hacerlo todo suyo!...
y administrar la Santa Comunión a varios fieles,
entre los cuales a tres por primera vez. Al medio
día visité el hospital en donde encontré a dos
católicos cubiertos de lepra. Por la tarde ad
ministré la Confirmación y el Bautismo.
Los católicos de Derby gustosos aceptaron
mi propuesta de recogerse todos los domingos
en la improvisada capilla para rezar las oracio
nes en común, escuchar un ¡)oco de lectura y
los avisos que les mandase desde Broome, ya
A u stra lia o c c id e n ta l.
Vicariato Apost. de Kimberley
V isita pastoral e a .„ aeroplano.
Su E. Rma. Mons. Ernesto Coppo, Vicario
Apostólico del Kimberley, escribe al Rdo.Sr.
D. Felipe Rinaldi el 4 de junio:
Le escribo desde Derby, a donde he venido
en aeroplano para hacer mi visita pastoral.
Ya otra vez me había visto obligado a dar un
\Tielo de varios centenares de kilómetros para
risitar a un moribundo; pero cedí a las instan
cias de D. Setaro, que gustoso hizo mis veces.
Ahora tratándose de administrar la Confir
mación y la Visita Pastoral me resigné a hacer
mi viaje en aeroplano, a falta de otro medio
más seguro.y digo me resigné, porque recor
daba los versos de Tasso.
Pero gracias a Dios después de recorrer 150
kms. pude parar en Derby sano y salvo.
Se encuentra este país al norte del Vicariato
y tuvo algún tiempo de fortuna, cuando ca
sualmente se encontró en sus alrededores una
mina de oro.
De todas partes acudieron los codiciosos del
rico metal y en poco se levantaron numerosas
casas y una iglesia católica. Pero pronto la
mina quedó exhausta y Derby volvió de nuevo
a su antigua soledad y la iglesia fue destruida...
por las hormigas blancas. Los pocos católicos
que quedan debieron contentarse con asistir
de tarde en tarde a la santa misa, en alguna
casa privada, cuando algún sacerdote de Broome
o deBeagle B ary les h ad a una breve visita.
Tan pronto como supe que y a h ad a algunos
^ os que ningún sacerdote había estado en
Derby, mandé a D. Setaro algunos días, pre
parando de esta manera mi primera visita.
El señor Amstrong, maestro de Derby, me
Ofreció gratuitamente su casa, y me apresuré
a levantar un altar. D e esta manera pude <xfebrar el domingo de la octava de la Ascensión
,0
•>v "r. '
M o n s. C o p p o s u b e e t a e r o p la n o .
que por ahora no era posible levantar una nueva
iglesia, ni mandarles un sacerdote; el sr. Amstron
aceptó el ofidio de Catequista.
Habiendo llegado el vapor que debía con
ducirme a Wyndham unos días más tarde,
pude celebrar en Derby tres veces más y ha
cerles otras tantas instrucciones.
Por la tarde di un poco de catecismo a los
nuevos confirmados. L a madre de dos de esto?
es protestante, sin embargo también les mandó
al catecismo y me trajo un hijo para bautizar.
El padre es católico, pero se encuentra actual
mente a unos 800 kilómetros trabajando.
Parto hoy en el ♦ Bam tra » para Wywdham,
en donde pienso hacer mi primera visita.
Haga el Señor que el fruto de estas visitas,
hechas a vudo, no se pierda tan pronto, sino
que crezca y madure para la vida eterna!
— 3o6 —
M is v ia j e s p o r la T ie r r a d e l F u e g o .
Pbro. Alberto M. De Agostini.
Como primicias para los lectores del Boletín
Salesiano, publicamos el Capitulo I X de esta her
mosísima obra — en prensa — que honra de ver
dad a su conocido autor y al trabajo de nuestros
Misioneros. La ciencia se enriquece con la con
tribución de libros como él del Pbro. De Agostini.
E n sus páginas palpita la acción desarrollada
■ por la Obra de Don Bosco en la extremidad Sur
■ del continente americano. E l libro es también un
exponente de arte. Los geógrafos y particular
mente los estudiosos de las reptíblicas Argentina
y Chilena, tienen en la obra del Pbro. De Agosiin i un riquísimo venero de datos, descripciones
y exactísimas observaciones amén de las preciosas
y artísticas ilustraciones que realzan notable
mente el valor del volumen.
CAPITU LO IX .
Ushuaya y el monte Olivia.
4Jshuaya, su fundación y causas que determ inarott su desarrollo. —
A sp ecto y d ivisió n
de lo s m ontes que la rodean a! septen trión .
—
E l V alle de Carbaja! y la C o td ille ra A lv e a r
E l m onte O liv ia y p rim ero s in ten to s para
escalarlo. — N uestra fe liz ascensión.
Ushuaya (i), capital del Territorio Argen
tino de la Tierra del Fuego, es el pueblo más
austral del continente Sud Americano. Desde
aquí hasta el Cabo de Hornos no hay más que
un grado de latitud, y después de este cabo
empiezan las soledades del Océano Antártico
sin interrupción hasta la Tierra de Graham,
comprendida en el círculo polar.
La fundó en 1868 una misión protestante
dirigida por D. Tomás Bridges, prendada de
la hermosura de aquella bahía, entorno a la cual
formó un centro de población a causa de la
afluencia* de los indios que se verificó al poco
tiempo.
En 1883, cuando creó la República Argentina
las gobernaciones territoriales, elegió a Ushuaya,
que entonces contaba apenas con 150 habitan
tes, como capital del Territorio Argentino de
la Tierra del Fuego, y creó el año siguiente la
subprefectura marítima.
Quince años después estableció un presidio
militar, que más tarde se convirtió en civil,
para internar a los más famosos campeones de
(t^ L a posición g«<^nifíca de U shuaya la ñjó la expe<
dictón d e la Rom anche entre el 54«. 43’ , 93” de latitud
y el 68», xy’ , 58” de longitud t>este.
la delincuencia internacional, que la República
Argentina deporta a aquellas apartadas re
giones para que expíen sus delitos, por lo ge
neral, con cadena perpetua.
Ordinariamente se ocupan estos penados
en sus respectivos oficios o en los talleres del
presidio o fuera, pero con estrecha vigilancia,
y construyen casas, abren caminos o asierran
madera en la floresta. El grandioso edificio de
la cárcel, no acabado todavía, encierra ya a
unos 600 penados, y cuando esté terminado
podrá contener hasta tres mil.
L a bahía de Ushuaya es m uy apreciada ncf
sólo por st^ bellezas naturales, sinó también
porque es un puerto al abrigo de todos los vien
tos, principalmente de los prevalentes del Oeste,
de los que la protege una península que se des
taca de la costa de la Tierra del Fuego.
Una elevada y nevosa cadena de montañas
domina el fondo al septentrión a cuyos piés
se extiende un no interrumpido manto de ver
degueantes florestas.
Las casas, casi todas de madera, revestidas
con planchas de cinc, se levantan junto a la
plaza y en el declive de una meseta, algo apar
tada de la floresta, en gran parte destruida por
los incendios.
Descuellan entre estas casas la de la Gober
nación, residencia del Gobernador territorial,
el Banco de la Nación, la Iglesia de los Salesianos, y varios hotelitos de comerciantes que
allí residen.
La población de Ushuaya, que subirá a unos
600 habitantes, está formada en su mayoría
por empleados del presidio y sus familias y por
comerciantes (almaceneros) que suministran
los víveres y las bebidas espirituosas, de las
que se hace enorme consumo. E l desarrollo y
vitalidad de Ushuaya dependen casi exclusi
vamente del mayor o menor número de emplea
dos de la cárcel, pues ni el pastoreo ni la indus
tria de la madera pueden ser fuentes del iu*
cremento de la población, dada la excasez de
prados para la cría del ganado y la explotación
en grande que se ha hecho ya de las florestas.
L a pesca de las sardinas en la época del desove,
de los moluscos y crustáceos, especialmente
de las centollas, abimdautísimas durante el
verano, podría ser no despreciable coeficiente
de prosperidad y riquezas, pero tentativos lle
vados a cabo años atrás se malograron induda
blemente porque mal dirigidos y peor adminis
trados. E n la actualidad los han renovado con
m
-
307 —
mayor seriedad y competencia varios comerdantes de Ushuaya y se tienen fundadas espe
ranzas de buenos resultados, por manera que
constituya la pesca im excelente artíciüo de
exportación.
Pasan de cuando en cuando por este puerto
goletas de pescadores y naves mercantiles chi
lenas y argentinas, algunas de las cuales bajo
la razón social de alguna importante Casa de
Comercio de Punta Arenas, entre las que es
la principal la Sociedad Menéndez Behety.
Una estación radiotelegráfica pone en comu
nicación a Ushuaj'a con los otros centros de
población situados en territorio argentino,
como la isla Observatorio en el puerto de Go
londrina, junto a la desembocadura del Río
Grande, y con el Cabo de las Vírgenes en la
costa del Atlántico. E l dim a no es tan rígido
como pudiera suponerse por su posición geográ
fica, y es bastante más suave que el de las re
giones de igual latitud de la vertiente de la
Isla Grande, a lo largo de las costas del Atlán
tico, en las que los vientos glaciales del Sudoeste
dominan sin obstáculo algimo, mientras que
en Ushuaya son providencial abrigo las mon
tañas y florestas. Ea más elevada temperatura de
Ushuaya ha sido de 25° en el mes de Febrero,
y la más baja de -12° en le mes de Julio. A pesar
de que puede llegar el termómetro a señalar
más de una vez en el curso del año tan sensibles
diferencias, el límite normal de la oscilación
es tan sólo de 16° y de -6® conservando una
temperatura media de io®,5 en el verano y de
i°,6 en el invierno.
El aspecto de Ushuaya durante el verano es
muy pintoresco y agradabilísima la permanencia
en ella, sobre todo cuando cesan los vientos
del 30 y 40 cuadrante, a los que suele seguir
nna ^ucesión de días serenos y tranquilos, en
los que apenas se dejan sentir las tibias y li
geras brisas del Noroeste. Debido a estos atrac
tivos, no cabe duda que se convertirá un día
en interesante meta del turismo (i).
Pueden darse desdeUshuaya hermosos e
interesantes paseos por sus alrededores y sobre
todo por la costa oriental del Canal de Beagle,
por donde corre* un sendero que lleva hasta
Harberton.
Otro camino han construido en estos últimos
. (i) Durante el veran o de 1922-33 efectuó e! transatlánt o C a p . Polonio una serie de viajes de turism o desde
Aires a la T ierra d el F uego con escalas en
Arenas, U shuaya. H arberton, etc. pasando por
*1 pintoresco Canal d e Beagle. De desear es qu e abran
viajes, que se asegura han d e repetirse todos los
r « a t ^ , ana n ueva vía de honesto y sano solaz a los
y europeos am antes de los grandiosos especde la naturaleza virgen y salvaje, y sirvan adepara dar m ayor im pulso a la industria y al comercio
* asaclias apartadas regiones.
años los presidiarios de Ushuaya, que lleva en
nna sola jom ada a caballo hasta el lago Fagnano. Sube al principio el valle del río Olivia y
penetra después en el valle de Carbajal, siguiendo
buen trecho su curso hacia el Este hasta el
punto en que se abaja notablemente la Cordi
llera de Alvear, .ofreciendo fáciles portillos.
Por uno de ellos llega el camino al Lago Fagnano, donde existe una pequeña factoría,
lo costea hasta su término y se une después
al camino de Harberton.
Este camino, que debiera ser carretero, y que
ahora sólo puede hacerse a caballo, porque mal
trazado y. construido, no podrá prestar los
buenos ser\acios que debiera y a que está lla
mado, mientras no ponga manos en él un in
geniero de caminos que le dé el debido trazado
y vigile su construcción.
Pero las más interesantes excursiones que
le dan al viajero emociones nuevas y espectá
culos jamás presenciados, son las que pueden
hacerse a los montes de la cadena Martial, o
en las cercanías del picacho Olivia. Grande
obstáculo era años atrás para estas excursiones
la dificuldad de atravesar la floresta virgen
pero los numerosos senderos que han abierto
los leñadores facilitan por cualquier parte la
subida a las montañas.
{Continuará).
Los Sres. Cooperadores Salesianos, cum
pliendo los requisitos de costumbre, pueden
ganar Indulgencia pUnaria:
I® El día que se inscriben en la Pía Unión.
2® Una vez al mes, a elección de cada cual.
3® Una vez al mes, asistiendo a la confe
rencia,
4® Asimismo, una vez al mes, el día en
que hagan el Ejercicio de la Buena Muerte,
5® El día que por primera vez se consa
gren al Sagrado Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios Espiritua
les durante ocho días seguidos.
Además, los siguientes días del mes de Noviembre:
E l 21 Presentación de María SSma.
» 22 Sta. Cecilia.
También pueden ganar otras muchas indulgeruias plenarias y parciales, y gozar de xaríos privilegias, como puede verse en el R e
glamento o « Cédula de admisión a la Pía
Unión », a la cual nos remitirnos
p
#
C U L T O
de María Auxiliadora «
Náa tenem os la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de lo s tlsm^
pos que alravesam os, no nos quedan más consuelos que lo s d el Cielo, y enríe
éstos, la poderosa protección de la Virgen bendita, que fue en todo tiempo e l
A u xilio de lo s Cristianos.
Pío X.
v
i)
tras día a pesar de los cuidados más prolijos
sin que se pudiera contrarrestar el mal, que ha
cía rápidos progresos. Resolvieron entonces
los médicos realizar una peligrosa intervendoD
quirúrgica, cuyo éxito por otra parte no ase
guraban.
Por Intercessión de mi Madre
María Auxiladora estoy salva.
Desde tiempo sentía una grave molestia en
la garganta y fué aumentando, impidiéndome
la respiración.
Los médicos locales opinaron debía ir a Bue
nos Aires y hacerme ver por un especialista de
garganta. Mi madre me llevó y ejecutó la in
dicación de los médicos.
Estuve un mes en observación y como los
especialistas no aseguraban el éxito de la ope
ración, mi tia Sta. ElviraM. Crespo me propone
una promesa a María Auxiliadora, confiándome
enteramente a Su valiosa protección. Esta
consistía en hacer la S. Comunión, mamá, tia
y yo y hacer una oferta a la Capilla de las Hijas
de'M aría Auxiliadora. El 5 de noviembre de
1923 recibimos os tres las S. Sacramentos, y el
día 13 me interné en el Sanatorio Podestá re
suelta a sujetarme a la operación y fuera lo que
que la Sma. Virgen quisiera. E l 18 del mismo
mes fui operada con todo éxito y en breve estuve
Ubre del peligro que los médicos temían y hoy
en perfecto estado de salud, doy las gracias a
mi Doctora celestial María Auxiliadora, de
seando se publique en el Boletín para gloria de
mi Madre Auxüiadora.
Patagones.
M a r ía E s t e l a C r e s p o
Exalumna de M. .4.
Ha tumor que desaparece.
Siento imprescindible necesidad de exte
riorizar mi reconocimiento hacia la bondadosa
Virgen de Don Bosco.
Mi hija, Albina M. de Canutti, atacada de
una dolorosa enfermedad, iba decavendo día
Reconociendo la gravedad del peligro, de
cidimos acudir a la que siendo Salud de los
enfermos es también Auxilio poderoso de los
cristianos, prometiendo que si María nos es
cuchaba haríamos insertar la gracia en el Bo
letín Salesiano.
¡Gracia sorprendente! María no se hizo esperar.
Al día siguiente, con no poca maravilla, pu
dieron comprobar los facultativos que el tumor
había desaparecido y que por lo tanto ya no
era necesaria la operación, mientras que la
enferma pocos días después completamente
restablecida pudo acudir al templo a dar gra
cias a su celestial -Protectora.
Llena de reconocimiento por tan insigne
favor envío la tenue limosna de L. 29,45 para
una Misa en su altar.
Ensenada {Rep. Argentina), Marzo de
V ic t o r ia
de
Ma r r a '.
D oy fé; Pbr. L u is J . M u r a s Cura Vicano.
C artagena . — E l día 27 del mes pasado me
bañaba a las orillas del Caribe y como en estos
días los vientos azotan fuertemente, sus aguas
se encrespan y se agigantan. A mi espalda lleva!»
un niño hijo mió; este aterrado por el golpear de
las olas las que se descargabdh como cintarazos
y por asirse más a mi cuello, el niñito reverto
una cadena donde llevo ima medalla con la bella
imagen de María Auxiliadora. Estas dos prendas
de oro fueron arrastradas por las aguas salobres
y re^•ueltas del bullicioso mar de las antíUas..-Salí a tierra a poner en salvo al niño y volri *1
prmto del percance lamentando mi pérdida. Es
taba dándome las últimas zambullidas cuando de
repente el agua tuvo un momento de lucidez y d*
tranquilidad; miré hacia el fondo, y vi allí a 1»
imagen de María Auxiliadora en la faz de la n»]
dalla y más adelante la cadena, objetos que saque
lleno de gozo, dándole gracias a tan excelsa madre. •
Hago pública esta m^iifestación que no es otra
cosa que un verdadero favor por quien todo lo
¡niede y. para que la humanidad se convenza de
qne María Atixiliadora es toda bondad. E n mu
chos-otros casos he recibido palpables bondades
por lo cual a mis amistades creyentes les hablo
lleno de placer de esta advocación lo que hago de
modo franco y Heno de fé.
G tjiujermo G. M artínez , Telegrafista.
BETANCURIA (Canarias). — . Hallándome ago
biada por una pertinaz dolencia y mía gran con
goja de espíritu, acudí a la que es Auxilio de los
Cutianos y consuelo de los afligidos y ai instante
me vi Ubre de ambos males; por lo que doy gracias
muy rendidas a esta Soberana Madre, publicando,
como prometí, estas mercedes y enviando una
limosna para las Misiones del gran Apóstol de la
orfandad, Ve.ble Don Bosco.
A. M. S eúvera P u ja r b o .
Los Angeles (California). — Muy apreciable
P. Rinaldi: Por m i mamá, la Sra. Da. Catalina G.
de Freese, que es Cooperadora de María Auxilia
dora, he aprendido a ser devota de la Santísima
\l^en bajo ese dulcísimo nombre. Ahora tengo
el gusto de incluir aqui im dolar que le ofrecí por
la gracia que me hizo el mes pasado. Sufría de los
ojos y la ayudanta del doctor que me atendía,
inerpertamente me echó demasiada medicina en
ellos, habiendo quedado yo sin poder ver, casi
nada por más de una semana. María Auxiliadora
a quien invoqué me hizo la gracia de ponerme la
vista en perfecto estado y smnamente agradecida
por este favor escribo a Ud. para cumplir con mi
oferta.
Princesa M aría L u isa S u ekow ski .
\’ICT0RICA (Pampa Central) R . A. :— i E l día 26
de septiembre de 1923, m i esposo fué preso de
un ataque cerebral, huyendo del hogar sin que
pudiera averiguarse su paradero. Me recomendé de
todas veras a María Auxiliadora, teniendo el con
suelo de verlo regresar sano y salvo, sin que hasta
el día de hoy se la liaya repetido el ataque. Envío
una limosna y doy rendidas gracias.
R obertin a B azan d e B ustos .
Moktii,i.a (Córdoba). —- Profimdamente agra
decida a mi buena Madre María Auxiliadora,
quien siempre ha oido mis súplicas publico.hoy
la gracia que acaba de concederme devolviendo
la salud a mi liijo Paquito.
El agraidecdniiento me lleva a hacer púbhca nrí
gratitud y recomendar a cuantos se encuentren
tu apuros recurran a la protección de María Au*lEadora.
A n g u stias D uque d e J d ie n e z .
— Tengo mncho gusto en cumplir la prcanesa
que hice -i la Santísima Virgen de D. Bosco, María
áurihaij .-T-a, si me obtenía varias gracias que
únpioraV. i.
Agrade ida de corazón a tantas bondades, hago
público mi reconocimiento; me inscribo como
y envío ima pequeña limosna.
Pn.AR JDIEKEZ D uque .
V idua Co ib n -Montevid EO (Uruguay). — jCuán
buena es María Auxiliadora! Con estas pocas ])alabras quiero hacer publico mi agradecimiento
hacia la excelsa Madre de Dias, bajo la advocación
de Auxiliadora de los cristianos, por haberme li
brado, después de una novena hcclia cu su honor,
de un grave peligro con qne el enemigo infenml
me amenazaba, y con el cual quería arrcbatarire
y tal vez para siempre, lo que más aprecio en este
nnmdo, la paz de mi alma. Nunca podré, pues,
ni con m il años de vida, agradecer a taji dulce y
bondadosa Madre la valiosa protección que en
trance tan difícil y peligroso me otorgara.
Además, quiero también agradecer a María
Auxiliadora su maternal protección que, en mo
mentos de verdadera angustia para toda la fa
milia, benignamente otorgó a dos miembros de
la misma en dos intervenciones quinirgicas, una
a m i querida mamá y otra a una hennana mía,
las cuales tuvieron un feliz resultado, gracias a la
Auxiliadora de los cristianos, a la cual acudimos
en demanda de a}*uda.
Por estos favores y por otros recibidos ya en el
decurso de m i existencia os doy, querida y bonda
dosa Madre, las más rendidas gracias.
Srta. A m atia G iu st .
CORDOBA (Eispaña). — Encamación Duque, de
Montilla hace pública su gratitud á María Auxi
liadora, por la satisfactoria solución de im dificil
asunto, y entrega cinco pesetas para su culto.
ViGO (España). — Madre m ía Te envío esa li
mosna en agradecimiento de oir mis ruegos y para
que me sigas protegiendo.
R. F.
L^R IJA (Colombia). — Adelaida Serrano F.,
Concepción C. de Domínguez, agradecen a la
Virgen de Don Bosco por favores que les otorgó
y cmnplen con su promesa de enviar mía limosna
para su culto. «
P aysandu (Uruguay). — M. Margarita Aschierí
da gracias a María Auxiliadora por varios favores
que le concedió especialmente el liaber devuelto
la salud a dos p e la n a s que se encontraban en
grave estado.
Caracas (Venezuela). — A fines del pasado
año enfermé gravemente de gripe y por esjwcio
de tres meses no encontré remedio que me aliviara.
Habiendo llegado a esta capital el R . P. Visitador
de los Salesianos, le pedí una reliquia del Ven.
Don Bosco, y llena de fe en su valimiento para
con María Auxiliadora, le pedí m i curaciési. A los
pocos día»; sentí ima completa transformación
en m i cuerpo, pude levantarme, caminar y hablar
con voz natural. Las personas de mi familia, asom
bradas por m i repentina mejoría, me aconseja
ban que guardase cama todavía, pero m í curación
era omipleta y hoy llena de gratitud al
Don
Bosco, hago pública la gracía-y envío una limosna
para sus Obras.
Sofía Martínez Braudt *
En favor de las Misiones Salesianas.
La tarde del 23 de Junio, antes de la academia
en honor del Rvmo. Rector Mayor se reunieron
en el Oratorio las nobles Damas Patronas de
las Obras del V. D. Bosco, para presentar al
Sr. Don Rinaldi el fruto de su activa caridad,
consistente en múltiples ornamentos sagrados
por ellas recogidos y confeccionados para las
iglesias y capillas de las Misiones Salesianas.
Presidía la reunión la Presidenta Honoraria
S. A. Real e Imperial la Princesa M. Leticia
de Savoya-Bonaparte. L a condesa Camerana
leyó un gentil saludo de circunstancia; y el
Sr. Don Rinaldi demostró a S. A. R. e I. y a
toda la Comisión su complacencia y les dió
las gracias más sinceras prometiéndoles un
recuerdo especial en sus cotidianas oraciones.
Por la beatificación de Pió X.
Se ha cumplido en el mes de Agosto el dé
cimo aniversario de la santa muerte del Papa
Pío X , de grata memoria. Sabido es que se
han comenzado los trabajos del Proceso In
formativo para su Causa de Beatificación y
Canonización correspondiendo a las muchas
instancias provenientes del Episcopado Cató
lico y de casi todos los Superiores de Institutos
Religiosos.
Recordando las pruebas de benevolencia
que diera el Santo Pontífice a la Sociedad Salesiana, nos es grato publicar la instancia que
ha dirigido nuestro Rector Mayor.
' Beatísimo Padre:
Siento la necesidad de unir mi débil voz y la
de toda la Sociedad Salesiana del Venerable D.
Bosco, al grandioso coro que se eleva hacia la
Cátedra Apostólica a fin de que se promueva la
Oiusa de Beatificación y Canonización del Sumo
Pontífice Pió X, de santa memoria.
Estamos convencidos que el inmortal Pontífice
cuya vida fué siempre animada por el espíritu de
Xuestro Señor Jesucristo, dando preciosos frutos
de santidad, tuvo por norma y guia constantes el
propósito de recorrer en grado heroico el camino
de la perfección.
No bastó, en efecto, la suave afabilidad de su
carácter, para velar los esplendores de su virtud; ni
la postrera voluntad de ser enterrado en los sub
terráneos del Vaticano, para impedir el continuo pe
regrinar hacia su tumba; ni la serie aterradora de
los últimos aconteciminetos sociales.' iniriados al
fin de su vida, para impedir el aumento mara\Tlloso
de su fama de santidad. El mismo Jesús, cuyo
amor y culto tanto promovió, bajo las especies
Eucarísticas, quiere exaltarlo a la vista de toda
la Iglesia.
Tal convicción de la Santidad de Pió X, la com
partían también mis predecesores, el Siervo de
Dios, Don Miguel Rúa y Don Albera, y es el común
sentir de la Sociedad Salesiana.
Dignaos, pues. Beatísimo Padre, acoger, en
medio de otras súplicas tan autorizadas, esta hu
milde de los hijos de D. Bosco, mirando a la bondad
intrínseca de la misma y al afecto con que la ha
cemos, el cual quisiéramos que fuera el mismo del
Venerable Fundador, a quien ninguna otra a»a.
que no fuese la gloria de Dios y la salvación de
las almas, estaba tan a pecho como el honor y la
gloria del Romano Pontífice.
Dignaos también, Beatísimo Padre, conceder
la Bendición Apostólica a todos los Salesianos,
en tanto que en nombre de todos ellos, postrado
a vuestros pies, me profeso, de Vuestra Santidad
Humilmo., Devmo. Oblgmo. hijo
Sac. FEI.IPE Rina U)I.
Para el Instituto ^‘Cardenal Cagliero*,.
Una de las más hermosas celebraciones del
« Jubileo de Oro » de las Misiones Salesianas
debería ser el proveer a cada centro misional,
de excelentes coadjutores que, permitiendo a
los sacerdotes dedicarse de lleno a las funciones
de su sagrado ministerio; tuviesen en sus
manos bien seguras y atendidas las obras se
cundarias, indispensables para sostener en el
camino de la fé y. de la civilización cristiana a
las nacientes cristiandades.
Encontrando almas generosas, ávidas de
dedicarse a Dios en un ministerio más humilde
que el del sacerdote, hacedles presente nuestra
fraternal invitación, exponedles las necesidades
de nuestras misiones y mostradles el hermoso
campo de sus sudores; donde ^sus energías,
empleándolas en las Escuelas Profesionales,
en las Granjas Agrícolas, en los Orfanotrofios
etc., podrán valerles a éllos, un encumbrado
lugar en el cielo; y a tantas almas la fe en Je*
sucristo, aquí en la tierra y luego la hienave*iuranza en d cido.
—
El Sr. Don Rinaldi
a los pies del S. Padre.
$ 11
—
el S. Padre habló detenidamente de la necesidad
de las Hermanas en las Misiones, poniendo de
relieve el bien que sólo la Hermana puede hacer
en muchos casos, pues ella solamente puedepenetrar en todas partes y preparar familiasenteras a recibir el Santo Bautismo.
Finalmente, imploró de S. S. algunas bendi
ciones e indulgencias; y el Augusto Pontífice,
no sólo concedió cuanto le pidiera, si no que
espontáneamente hacía extensiva su Bendición
Apostólica más cordial a toda la Familia Salesiana, a las Hijas de María Auxiliadora, a
nuestros bienhechores y bienhechoras, y a
todos los Cooperadores; alumnos y ex-alumnos
de los Salesianos; alumnas y ex-alumnas de las
Hijas de María Auxiliadora.
Con razón, pues, salió nuestro Rector Mayor
profundamente conmovido de la afectuosísima
audiencia, y con el firme propósito — según
el ejemplo de Don Bosco — de cultivar siempre
más entre sus hijos y cooperadores el' amor y
la devoción al Romano Pontífice.
Cumplimos con la promesa de dar algúnos
detalles sobre la audiencia concedida por el
S. Padre, al Rvmo. Sr. Don Rinaldi. •
Nuestro Superior sentía principalmente el
deber de tributar a S. S- las más rendidas gra
cias por la paternal benevolencia que ha mos
trado recientemente con varios de nuestros
hermanos, y su gran interés por el Mariyrium
de S. Esteban, y por los Congresos promovidos
por los Salesianos en Venecia, en Bahía Blanca
y en S. Pablo del Brasil.
El S. Padre se entretuvo largo rato hablando
sobre nuestras obras, pasó en reseña cada nación
en particular y paró mientes de modo especial
sobre cada una de las Repúblicas americanas.
Quiso saber el número de aspirantes de cada
repúb'ica y cuántos son los que perseveran in
tercalando de vez en cuando sapientísimas
observaciones. Complacióse sobremanera al sa
ber que el número de los aspirantes es bastante
consolador, e insistió sobre la necesidad de
BAHIA BLANCA (R. A .). — Actividad de la Co>
darles educación esmerada, para que a su tiempo mlsiÓD de Cooperadoras Salesiaaas.
produzcan opimos y abundantes frutos. La
Merecen las Damas que componen la dignísima
bondad del Vicario de Jesús Cristo no podía Comisión de Cooperadoras, nuestro más cumplidomostrarse más soKcita, pues quiso también elogio por la actividad que caracte_iza su acción
detalladas noticias sobre su salud y buen espí en pro de la Obra de Don Bosco de esa floreciente
ritu, alegrándose con nuestras alegrías y to ciudad. Se ha puesto de manifiesto una vez más la
dedicación y celo inteligente de sus trabajos el
mando parte en nuestras preocupaciones.
24 de Mayo próximo pasado, organizando una
Habiéndole anunciado el Sr. Don Rinaldi
jom ada, que fué genuína y totalmente salesiana„
los festejos que se preparan en Buenos Aires, tanto en los actos religiosos como en los actos cípara celebrar el Cincuentenario de las Misiones . vicos que bajo su patrocinio se realizaron. Por la
Salesianas, y habiendo pedido al Augusto Pon noche de ese día, en el espacioso teatro muiiícipaU
tífice una especial Bendición Apostólica para que presentaba im aspecto acaso nmica igualado,,
cuantos contribuyan al buen éxito de tales se proclamaron los nombres de los vencedores en.
festejos — cuyo fin especial es que sirvan de los « Juegos Floréales » que con tan brillante éxito
estímulo para multiplicar el bien que hasta se llevaron al cabo, por iniciativa de la activa
Comisii^. Podemos asegurar que las familias de
ahora ha podido hacerse. — Su Santidad, dijo,
Bahía Blanca aplauden los mil resortes que en
con suma benevolencia, que entendía tomar
manera tan inteligente y provechosa, pone en
parte en los mismos de modo condigno.
juego la Comisión de Cróperadoras.
Otros de los fines que se proponía el Sr. Don
Vaya con el p a d e cim ie n to de los benefidados
Rinaldi yendo a los pies del S. P., era el de ob también nuestro modesto aplauso, a toda esa
tener que las Hijas de María Auxiliadora tu- entusiasta Comisiéoi y en especial a su distinguida
tieran nueva Superiora General sin reunirse presidenta la Sra. Saja O. de Huergo.
ca menos espacio de dos años, para un nuevo
Ea los Colegios de U Patagoaia. — Por la alñea
Capítulo General. S. S. escuchó amablemente
caanto y a se había hecho a propósito, recibidas abandonada.
Nos hemos ocupado en estas mismas columnas
las oportunas indicaciones de la S. Congregación
de
la Obra de regeneración social que cumple la
^ Religiosos, y aseguró que cuanto antes le
Sociedad ftaipciana, entre los abandonados y
poable había de dar benévola acx>gida hnerfanitos, que sin ser culpables, están en serio
a la propuesta; y con efecto, según dijimos, e inminente peligro material y espiritual, si a
ti 2 de Julio — fiesta de la Visitación de María tiempo no se extiende la mano bienhechora de
^santísima — las Hijas de María Auxiliadora Don Bosco, ofreciendo a esos niños el asilo de sus
teman nueva Superiora General
colegios, el aprendizaje de un ofido y más que
Tomando pié, precisamente de ta l argumento. todo la belleza de ima vida cristiana. Algunos
— 312 - colegios de la Patagonia cuentan en su haber con
esta misión eficazmente realizada. Ultimamente
los Dres. Carlos Brendeur y Raúl B. Nicholson,
visitaron esos colegios en gira de observación para
inspeccionar el trato y la educación que se dispensa
a los menores abandonados. De su visita llevaron
la mejores impresiones, consignadas en el informe
extenso, elevado a la Superioridad. E l Dr. Fran
cisco J. Oribe, después de recibir ese informe, ha
enviado al Sr. Inspector de las Misiones Pbro. Luis
J. Pedemonte, una atentísima nota, significándole
lo grato que le ha sido comprobar el celo y eficacia
con que se desempeñan las distintas Escuelas
Salesianas del Sur Argentino, en la obra de ree
ducación’ de los menores confiados a su custodia.
PATAGONES (R. Arg.). — Merced ai celo de la
Comisión de Damas del Nuevo templo de Pata
gones y significadamente de las Srtas. Crespo, este
I)rimer campo de Misiones, tan vinculado a la
acción de Monseñor Fagnauo y de S. E- el Cardenal
Cagliero, verá muy pronto realizarse lo que es im
ardiente deseo de toda la población. Se han ini
ciado los trabajos para completar y ampliar la
Iglesia, esperando ver concluidas y decoradas
las dos naves laterales que faltan, para fin del
Año Cincuentenario de las Misiones.
Los exaliunnos en miión del Círculo de Obreros,
tienen ya su espacioso y cómodo local para sus
reuniones y pasatiempos. Aplaudimos de corazón
el entusiasmo de los jóvenes y de los obreros ca
tólicos, enviando nuestra felicitación especial
al amigo de toda hora de la Obra Salesiana, el
Sr. Dr. Jan Andrés Ríal, presidente del Círculo
y distinguido con la Cruz pro Ecelesia et Pontífice.
BERNAL (Rep. Argentina). — 25° Aniversario.
Cúniplense en este faustísimo año jubilar de las
Misiones Salesianas, los veinticinco años de la
Incorporación Oficial de la Escuela Normal, que
funciona anexa al Aspirantado y N onciado de
Bemal. Sabemos que esta fecha será celebrada
en todo su importante significado. En la impo
sibilidad de reseñar siquiera brevisimamente los
comienzos y alternativas de este plantel de Maes
tros Salesianos, prometemos ocupamos en el pró
ximo número, adheriendonos desde luego, ex toto
corde, a las festejos conmemorativos.
CÓRDOBA (R. Arg.) VIGN AU D. —— Hemos reci
bido unas espléndidas relaciones sobre Jornadas
Misioneras y Congreso de Padres de Familia, que
se realizaron con éxito y entusiasmo a fines del
año pasado y cu los meses de J ulio y Agosto del cte.
I’or el interés que revistieron estos actos daremos
su detallada crónica cu el próxinro mlmero.
LEBRIJA (Colombia). — Entusiasta fiesta de
María Auxiliadora.
Por mi especial favor de Dios el Illmo. Sr. Obispo
de la Diócesis de N. Pamplona, detemiinó practicar
la .'Jauta \'isita Pastoral en los primeros días del
corriente mes, y de aquí, que fuera preciso anticip;\r la fiesta de nuestra común Madre para el día
n , aprovecliando asi la presencia de Mons. Afa
nador V Cadena.
' E l día 9, a las 4 p.m., hizo su entrada en la ciudad
el Illmo. Sr. Obispo en medio de rma cabalgata
de más de cincuenta jinetes, de las Congregaciones
religiosas dé la Parroquia y de una parte muy
numerosa de vecinos.
Por la noche se dedicó Monseñor y los Drs. José
de Jesús' Peralta, Gonzalo Godoy, nuestro digní
simo Párroco, Pedro Pablo Serrano y el Rdo. P.
Atuezta S. J. a oir confesiones hasta las lo p.m.
E l día lo, misas rezadas desde las 4 a.m.; a las
6 celebró el señor Obispo, y a las 8 a.m. Misa solenme diaconada y sennón por el Rdo. Padre
Atuezta. A las 12 y a las 6 música, alegres repi
ques y pólvora. A las 7 p.m., solemnes. Vísperas
en honor de María Auxiliadora y sennón por elllnio.
Sr. Afanador y Cadena, quien predicó el i i por
la nochq también. A las 10 p.m. gran retreta al
Sr. Obispo y demás clero asistente.
E l día II amaneció la ciudad luciendo infinidad
de banderas blancas. De las 4 a.m. en adelante y
después de la alborada, principiaron a celebrarse
misas rezadas.
A las 6 celebró el Sr. Obispo y dió la sagrada
comunión a la enorme concurrencia. A las 8 aun.
Misa con asistencia pontifical y sermón por el
Rdo. P. Atuezta. A la i p.m. sesión solemne de
la Archocofradía, Salve y presentación de centenares
de niños a la Santísima Virgen. A las 3 p.m. se dió
principio la gran procesión, que recorrió 14 cuadras,’
o manzanas, todas las cuales se hallaban atestadas
de gente. En este acto, así como en el de recibir
la sagrada comunión y en la misa, fué en donde
pudo ver y apreciar el Ihno. Sr. Obispo cuánta es
la piedad y devoción del pueblo lebrijense, el
cual dió en esta vez nueva prueba de cultura y
religiosidad. A las 6 p.m. ejercicio del mes de Mayo
y a las 9 retreta y gran quema de pólvora, en h
cual se representaron con admirable maestría el
cuadro de María Auxiliadora, el Cáliz de la Sa
grada Forma y las insignias episcopales.
E l día 12 a las 8 aun. solemne Misa de Réquiem
por el descanso de las Almas del Purgatorio y en
especial de las devotas de María Auxiliadora, en
la cual hubo numerosísimas Comuniones. Durante
las horas en que no se celebraban Oficios reli
giosos, se ocupaba el Sr. Obispo en administrar
el Santo Sacramento de la Confirmación.
E l santo templo fué adornado de manera sor
prendente, así como el paso de la Sma. Virgen;
centenares de almas devotas se veían llegar de
rodillas con ceras encendidas ante el Trono de la
Celestial Madre; muchas madres llevaban sus
uiños en brazos o caminando, a dar gracias a la
bendita Auxiliadora por algún favor recibido, y
lo que es mejor que todo, lo que habrá llenado
de júbilo a la Sma. Virgen y llena de consuelos
a los de acá abajo, es el crecido y nimca visto nú
mero de fieles, que en esta ocasión se reunien»
en la Ciudad y que se ha calculado en 8,000, d*
los cuales muy raros fueron los que no se acer
caron a la Sagrada Mesa.
E l resultado brillante y provechoso en lo espi
ritual que se lia obteiddo, se debe, primero, a la
protección de la Sma. Virgen, y luego, al celo y
constancia de nuestro virtuoso y digno Párroco
Dr Godoy, quien, a pesar de su quebrantada salud,
no ahorra medio alguno para conducir a las almas
paestas bajo su cuidado a la consecución de la
Terfadera felicidad.
Antomio D omínguez S., Decurión y Pre
sidente de la Archicofradía de Maria
Auxiliadora.
BUCARAMANGA. — Revdo. P. Felipe Rinaldi:
Como sabemos que S. R . desea que le demos cuenta
de todo lo relacionado con nuestra Arcliicofradía
de María Auxiliadora, le enviamos este pequeño
inforaie de la manera como se celebró la fiesta
este año en esta ciudad, en la Parroquia de San
Laureano, la cual resultó solemnísima, gracias a
la actividad y celo.de su dignísimo Director, el
venerable párroco de esta parroquia, Sr. Dr. José
de Jesús Peralta.
En los días 22-23-24 del mes de mayo, se celebró
con gran solemnidad un Triduo en honor de Mana
Auxiliadora, con misa de comunión a las 5 y misa
cantada a las 6 a.m., siendo de notarse el ambiénte
de piedad y amor a la Santísima Virgen que en
estos
se respiraba, pues fueron muchísimas
las almas que se acercaron a recibir la santa co
munión.
A la I p.m. se rezó el ejercicio del Triduo; y a las
6 pja. rosario, ofrenda, sermón, y salve en honor
de Maria Auxiliadora, notándose en estos actos
el fervor y devoción de que todos estaban ani
mados, por el orden y compostura que guardaban.
El 23 hubo solemnes vísperas, y el 25 a las 6 a.m.
misa y comunión general de todas las socias, la
cual fué muy nmnerosa.
A las 8 a.m. tuvo lugar la misa solemne y sermón,
y a las 10 a.m. desfile de la Escuela de Tejidos de
María Auxiliadora, al terreno obsequiado ^ r la
familia Navas, para levantar allí una iglesia, en
honor de María Auxiliadora. Como manifestación
de regocijo, se colocó luia bandera, en el pimto
señalado para levantar la iglesia.
Dió este año mayor esplendor a la fiesta, la
inauguración del hermoso altar consagrado a
Maria Auxiliadora en la iglesia de San Laureano,
el cual fué obsequiado por el Sr General Rafael
Reyes Lima, su esposa, e hijo. .
La bendición del altar tuvo lugar a la i p.,.
con gran solemnidad y regocijo.
1.a fiesta terminó con la solemne procesión de
la im^en de la Santísima Virgen, a las 4 p.m.,
qoe recorrió las principales calles de esta ciudad,
y en la cual tomaron parte las autoridades civiles
y militares.
Una \ ez más demostró esta ciudad su encendido
*nior y devoción a María Auxiliadora, por el gran
entusiasmo y fep'or, de que estaban animados
los fieles en estos días.
He 5 . R. atlas. S. S.
La Presidenta: Sofía Camacho M olla.
La Secrciaria: Julia Mutis v . de Sarmiento.
REPUBLICA ARGENTINA (Pampa Central. —
T'jav es el pueblo de María Auxiliadora, que sanse gloría de haber levantado en su honor
la priniera capilla en toda la Pampa, y no es para
decir como la Virgen de D. Bosco retribuyó (xm
creces la devoción de sus hijos! Ahora más que
nimca ha querido probar con curacionCvS extraor
dinarias que ha elegido a ese pueblo para ser desde
allí la dispensadora de todas las gracias,
L a fiesta del 24 de Mayo próximo i>nsado ha
sido- im acontecimiento religioso social.
Preparada con mi novenario de pláticas y pia
dosos ejercicios, los que noche a noche eran más
concurridos, se descontaba ya el éxito de la fiesta;
pero a buen seguro que nadie pensaba que resul
tase tan colosal.
Por iniciativa del capellán del Santuario, R . P.
Carlos Fligier, se solicitó de la empresa del F. C. O.
im tren especial con el fin de trasladar a Toay a
los peregrinas.
E l santuario ostentaba sus mejores galas y el
exterior del templo había sido convenientemente
adornado con cortinajes, banderas y gallardetes.
A las 7 y media el señor Vicario Foráneo de la
Pampa celebró la misa de comimión general, la
que fué m uy concurrida. Acto continuo se diri
ñeron los fieles en columnas de a cuatro en fondo
a la estación del ferrocarril para recibir a los pe
regrinos dé Santa Rosa. Los niños y las niñas,
ostentaban en sus manos, pequeñas y flamantes
banderas argentinas. L a idea de enlazar los sen
timientos réfigiosos que inspiraba la fiesta con los
gratos recuerdos que traía a la memoria la eman
cipación política del País, cuyo aniversario se iba
a celebrar al día siguiente, fué saludada por la
concurrencia con atronadores vivas a María A u
xiliadora y a la Patria.
L a llegada de los peregrinos fué mía sorpresa
para los que esperaban y para los que venían, pues
nunca se había visto tanta gente en tantos años
que lleva la estación. Sin pérdida de tiempo se
organizó la procesión, la <iue precedida por la
banda de música de la policía, se dirigió al santuario
alternando con alabanzas el rezo del Sto. Rosario.
Las alumnas del Colegio de María Auxiliadora
tuvieron que cantar desde la sacristía por estar
el coro completamente lleno de peregrinos.
A l lado del altar y haciendo guardia de honor
a la excelsa Patrona del Pueblo estaban el Inten
dente Mmiicipal, el Sr. Jefe de Policía, el Dr. J.
Alfredo Torres, ex juez letrado, el profesor ü .
César Rodríguez y la honorable comisión de damas
y señoritas patrocinadoras de la fiesta. A l final de
la misa hizo uso de la palabra para cantar las
bondades de María Auxiliadora el R. P. José
Fuchs, Capellán Vicario de Guatraché. Su d iscu to,
lleno de unción, fué escuchado con especial interés.
No bien terminó, se dispuso la concurrencia para
la tradicional procesión, llevando en andas la
estatua de la Fundadora del pueblo, que así lla
man a la primera imagen de la Virgen de Don
Bosco que tomara posesión de la capilla. Más de
doscientos hombres, venidos muchos de ellos de
a diez leguas de distancia, formaron en pos
de las andas, dando un ejemplo admirable de fe y
de devoción.
Antes que la procesión regresara al santuano
se colocó la Imagen de la Patrona de cara a la
muchedumbre que entusiasta la aclamaba y se
— 314 —
«ntonó el himno nacional. Fué aquella una escena
■ conmovedora, emocionante. El acto terminó con
la bendición de Mai^a Auxiliadora dada desde la
plazuela del santuario. A las 13 y cuarto los pere
grinos regresaron a Santa Rosa en el tren especial
que los había traído. Un abogado de mucha nom
bradla, el Dr. Torres, pudo decir al día siguiente,
ante un núcleo de personas respetables: «he asistido
ayer a un acto religioso patriótico que rae ha lle
nado de santo orgullo. No creía que en Santa Rosa
y Toay liubiese tanta fe ni que se supiesen ligar tan
eficazmente los sentimientos de la Religión con
los de la Patria.
No tenninaremos esta crónica sin elogiar cual
se merece a la Comisión de Damas y señoritas,
que tuvieron a su cargo la organización de las
fiestas habidas con motivo de la solemnidad de
la Patrona, lo propio que a la Honorable Muni
cipalidad que coadyuvó tan eficazmente al éxito
de las mismas.
MONTEVIDEO (República Oriental del Uruguay.
— Aqui va mi manojo de hermosas y consoladoras
noticias:
En el Colegio S. Isidro Las Piedras. — Doble
mente memorable en las crónicas del querido co
legio salesiano de las Piedras será el día 8 de Jimio
que recordará la celebración del primer día del
ex-alunmo y la colocación de la primera piedra
del Colegio Monmnento a Artigas.
El cielo que amaneció nublado y luego lluvioso,
fuése despljando, barriendo im benéfico pampero
las nubes y permitiendo que los ex-alunmos fueran
cayendo al viejo colegio. A medida que éstos iban
llegando fueron organizándose partidos de pelota,
de billar y de truco, mientras otros en animados
corrillos añoraban hazañas de tiempos que fueron
y no volverán. Llegaron así las doce, y con ellas
la hora del almuerzo preparado por el activo Martinelli y dirigido por el Prefecto R. P. Germá.
Progresivamente fueron aumentando el entu
siasmo y animación luista llegar la hora de los
postres y de los brindis.
El escribano Dn. Filiberto Carámbula con elo
cuencia y emoción recortló los tiempos de colegio
magnificando la obra educativa salesiana. Don
Pilar Cabrera habló de sus vínculos de afecto y
estima con los hijos de Don Bosco; el R. P. Ins
pector despertó un mundo de memorias y senti
mientos en la mente y corazón de sus oyentes,
y por último dijo breves pero elocuentes palabras
el director del colegio R. P. Dr. José M. Vidal,
invitando a los ex-alumnos, a menudear sus vi
sitas al colegio.
Leyéronse hicgo telegramas y cartas de adhe
sión de los ex-alunmos, Carlos Paganini, celoso,
Pbro. Lacabmme. Olaizola, De Lodron, Dr. Eduar
do Roubaud, Jerónimo Sanguinetti, etc.
La Banda de los Talleres Don Bosco, galante
mente enviada por el R. P. Harispuni, entra en
estos momentos en el colegio y las vibrantes notas
hacen que los ciento veinte ex-almmios levanten
la sesión y se dirijan al patio empavesado artisticameute por el R. P. Fidel, donde un público
numeroso aguardaba la ceremonia de la colocación
de la piedra fundamental del nuevo colegio. 0
R. P. Inspector bendice solemnemente la piedra
haciendo de padrinos los señores Diputado Dr.
Carlos M. Janicó y Sra.; Don Filiberto Carám
bula y Sra.; Don Pedro Salvo y Sra.; Don Juan
Feo. Henry y Sra; Don José C. Suárez y Sra; Don
Calixto Trobo y Sra.; Don Teófilo de Bethenconrt
y Sra.; Don Manuel Lazbal y Sra.; Don Antonio
Soto y Sra.; Don Santiago Paganini y Sra.; Don
Domingo Gallo y Sra.; Con Ciríaco Mazzoni y Sra.;
Don Arturo Riba y Sra.; Don Antonio Sreemini
y Sra.; Sras. Petrona López de Marichal, Armanda
López de Rodríguez; Srta. Pura Lazbal.
En seguida la Banda rompe el silencio con
las notas del Himno Nacional y el R. P. jesé
M. Vidal da lectura al Acta.
Sube luego a la tribuna el primer alumno del
colegio San Isidro, Sr. Servando Suárez y emocio
nado, pronuncia im bello discurso cuyos párrafos
finales reproducimos;
« Cual campanadas de un reloj van llegando
uno a uno los recuerdos!
Aquí sentí la primera alegría y también el primer
desengaño! Aquí nació como una hermosa flor de
primavera mi primera ilusión y aquí también tuve
mi primer desencanto!
Sin embargo, edad feliz y tiempos felices en
que la vida se dezlizaba con intermitencias de
risas y llantos, soñando en las mañanas otoñales,
bajo el encanto de un cielo azul, con im por\'enit
color de aurora y sintiendo en los atardeceres de
los días grises invernales la nostalgia de algo des
conocido que entristecía nuestro espíritu ansioso
por descorrer el velo del porvenir!
Ahora, en la soledad de mi hogar, en esas ho
ras en que nos invade rma tristeza sin saber la
causa y acuden estos recuerdos de mi infancia
siento como si ima voz interior me dijera: « ¡Qu¿
diferencia entre tus alegrías y tus penas de la es
cuela, con las alegrías y desencanto del presente!
Mientras las primeras eran fugaces y desaparecía
al más leve soplo, éstas de ahora si son alegrías
son efímeras, sólo durables en el hogar feliz, y si
son desencantos producen una honda amargura
qire quebranta el espíritu y ahoga en dolor las más
l^ las concepciones de la \nda!
Pero dejemos que los recuerdos, revoleteen
mo mariposas aladas en este ambiente propiciol
Diré una última palabra sobre la hora presente.
Cuenta la Mitología que en los desiertos de U
Arabia vivía un ave de hermosísimos plumaj^
se llamaba el ave Fénix. Cuando se sentía morir,
formaba un nido con maderas resinosas y en á
se echaba. Los ardientes rayos de sol de aqueto
cálidas tierras calentaban y consiunían ese nido
y de las cenizas, según la leyenda, su^ía el a«
Fénix nueva.
De este viejo edificio en ruinas, cual nueva avt
Fénix, saldrá un flamante templo del saber, pero
no por la acción de los rayos solares, sino por U
actividad infatigable de im cura, el Padre ^
a quien le habrá costado muchas noches de m*
sonmio el ver plasmado en una hermosa realidad
el fruto de sus ca^*iladones y que hoy, conto»®
de su obra, dibujará con el pensamiento su pronta
terminación, llenando así las más halagüeñas
aspiraciones perseguidas por la Congregación de
Padres Salesianos, que desde la época de Don
Bosco trabajan con fé de iluminados en mía labor
educativa, tesonera y silenciosa t.
Una nueva iglesia de María Auxiliadora en Villa
Muñoz.
La tesonera labor de las Hermanas salesianas
del colegio de Villa Muñoz, y en especial de su
dignísima directora Sor Angelina Lenioyne, ha
sido coronada con el más franco de los éxitos.
Si no supiera, agregó Monseñor, cuán honda
simpatía tiene en el pueblo la obra salcsinnn, con
sideraría feliz milagro la erección de esta iglesia.
También habló el Rmo. Inspector, Ricardo
Pittini, teniendo frases oportunas y de reconoci
miento para los cooperadores de la nueva obra
y de todas las obras salesianas, que tan noble
mente se consagran a la causa salesiana que es la
causa de la Religión y de la Patria.
Les cultos de la inauguración, efectuada al
siguiente día, fueron solemnísimos.
Más de cuatrocientas personas, entre ellas nu
merosas obreras de ias que componen el Patro-
B E IT Q B M A L ( P a le s t in a ) . — O r fa n o tr o fio S a le a la o o . J ó v e n c a q u e a b ju r a r o n (1923*34).
Merced a su (xmstancia, en el corto espacio de seis
nies« surgió como por encanto una hermosa iglesia
dedicada a María Auxiliadora que viene a llenar
una sentida necesidad con el populoso barrio de
la papoquia de San Miguel. Costeada por la ge
nerosidad de los beneméritos cooperadores y coo
peradoras de las obras de Don Bosco, si bien senrilla en sus lineas arquitectónicas, es elegante,
esjadosa y hace ella honor al arquitecto Sr. Hotaao Terra Arocena, quien precisado por la si
tuación eccmómica hubo de hacer verdaderos
poniendo de manifiesto una vez más,
•os grandes dotes de hábil proyectista y (xmstructor
^ nueva iglesia fué bendecida por el Eexmo.
s^or. Arzobispo Mons. Dr. Juan Feo. Aragone
^«1^ <ürigió la palabra a la numerosa concurrencia
allí reunida, expresando su más calurosa felicitadóa hacia todos aquellos que le hacían experimeniar la grata sorpresa de poder bendecir un
®uwo templo, a los pocos meses de celebrada la
®iemonia de la (xilocadón de la piedra fundainental.
nato, se acercaron al Sagrado Convite en la Misa
de Comimión celebrada por el Rmo. P. Inspector.
Tanto en esta misa como en la soleume, can
tada por el Rmo. P. Peruzzo, y en la que ocupó
la sagrada cátedra el Rmo. Pbro. Augusto Rey,
el número de fieles fué credddisimo a punto de
resultar ya estrecha la espaciosa y amplia iglesia.
A las felicitaciones redbidas por las incansables
Hermanas de María Auxiliadora, verdaderas
apóstoles de la niñez y de las obreras unimos los
nuestras muy sinceras.
Bendicióo e laaaguracióa del Colegio de la Divina
Providencia.
F n la extremidad de la loma que corre a lo
largo de la bahía, desde Belveder hasta Panta
noso (Cerro), se ha formado el pueblo Victoria,
compuesto en su gran parte de gente modesta y
trabajadora. £1 lugar es hermoso, sano y de los
más panorámicos de la capital dice el "D . Bosco,,:
< Nos detenemos frente a la <plaza » y la cruza
mos. Pasto V maleza la cubren totalmente, re-
— 3i 6
clamando la intervención de alguna mano amiga
e interesada en el progreso del vecindario.
Cerca de la plaza, formando ángulo con ella,
está el amplio terreno en que v a naciendo el Co
legio Salesiano de la « Divina Pro\idencia » cuya
inauguración de.seamos presenciar.
Una alta y sólida pared de reciente construcción
lo rodea.
Nos atrae poderosamente el panorama de la
ciudad, de la bahía, del Cerro, que se despliegan
ante la mirada con sus más pequeños detalles
en la diáfana y luminosa tarde otoñal.
La ceremonia. — Vocerío jubiloso de niños,
mezclado al són de una banda y al estallido de
cohetes animcian la proximidad de la ceremonia.
Mucho pueblo modesto confluye de todas partes
con el rostro resplandeciente de alegría.
Es una numerosa muchedumbre, en su mayoría
niños, la que se agita por los amplios patios e
invade el pequeño edificio de construcción frágil
y provisoria que está ahí a unos pasos de la en
trada.
Llega el señor Arzobispo y con su llegada se
reproduce la escena evangélica de las muchedum
bre que se aprctabmi en tom o del Salvador. Es
la primera vez c[ue aquellos buenos vecinos re
ciben a .su Obispo.
Después de la Bendición solemne del local, desde
mía tribuna improvisada al aire libre el Inspector
de los Salesianos, expone entre la atención y el
aplauso de todos el propósito que impulsa a los
Hijos de Don Bosco a establecerse en aquel lugar,
venciendo grandes obstáculos. Ellos serán los
amigos y los bienhechores del pueblo, particular
mente con la educación de los niños en las clases
y en el Oratorio festivo.
Agradeció a todos los concurrentes que hu
bieran acudido a la invitación que se les había
hecho; tuvo también palabras de agradecimiento
para el Eomo. señor Arzobispo que había querido
bendecir él mismo el Colegio y para la Comisión
de Domas que tanto se ha afanado y se afana por
llevar a feliz término la obra, y por iiltimo tuvo
también im recuerdo de gratitud para el señor
Reboruti. arquitecto y constnictor de la obra
que « con tan poco dinero (dijo), nos ha hecho
una casa relativamente amplia ».
Sus palabras son confirmadas luego por las del
Prelado quien, poseído de profmida emoción,
ri'oucrda a grandes rasgos el origen de la obra,
preparada por la Divina Providencia que se sirvió
del mismo señor Arzobispo, su primer autor, y
del concurso eficaz y abnegado de una Comisión
de Damas y Señoritas, realizada en parte ahora
por la intervención de ios Salesianos.
Ttivo verdaderos desbordes de elocuencia patenud al dirigir sus consejos a los niños y a los
puilrcs, j>endieutes de sus labios. Terminó derra
mando sobre todos la más efusiva bendición.
Nos retiramos de allí con el corazón lleno de
alegría por lo visto y oído, y cou la certeza de que
el Colegio de la Divina I^ovidencia será un gran
centro de ilustración y de religiosidad para la po
blación laboriosa de aquel barrio *.
CUENCA (Ecuador). — La inauguración del Tem
plo de María Auxiliadora.
E l sábado último fué verdaderamente de gloria
para el barrio de las faldas de Culica, que los Pa
dres Salesianos lo han transformado rápidamente
no sólo en un foco poderoso de piedad sí que tam
bién en una sección perfectamente urbanizada
con amplias y bien pavimentadas avenidas y un
hernioso edificio, él de la Casa Central de las Mi
siones.
Como baluarte de la Obra Salesiana que entre
nosotros está llamada a uii futuro brillante, cuando
pueda poco a poco desarrollar todo su programa,
la tradicional generosidad del pueblo cuencano
ha cooperado a los efuerzos de los Hijos de Don
Bosco, para levantar un hermoso templo a María
Auxiliadora. A la sombra de este nuevo trono de
la Reina del Cielo no dudamos que florecerán
pronto muchas obras en beneficio de la niñez aban
donada y del pueblo: siempre la Institución Salesiaua ha hallado el secreto de sus energías en la
piedad difundida a raudales; y es la historia de
esta moderna Familia Religiosa la confirmación
más patente de que quien busca ante todo el Reino
de Dios, recibe lo demás por añadidura.
Y la gloria que ha presenciado el barrio de María
Auxiliadora es la solemne inauguración de ese
Santuario. Fué un verdadero acontecimiento re
ligioso y social el que se realizó desde las 5 de la
tarde hasta las 8 de la noche: de todas partes de
la ciudad, en mía como romería general, se formó
una enorme concurrencia para presenciar la signi
ficativa ceremonia.
Un grupo de entusiastas admiradores de la
Obra Salesiana había tomado a su cargo el adorno
del nuevo templo: profusión de colgaduras, flores
y luces, combinadas, con exquisito gusto s^ún
la decoración de la nave central, presentaban un
hermoso golpe de vista: todo convergía a la estatua
de la Taumaturga Virgen Auxiliadora que cam
peaba en el altar.
Numerosa representación de Madrinas y Pa
drinos, en los que figuraban Damas y Caballeros
de la mejor sociedad, Sacerdotes y Religiosos sos
tenían las cintas, que formando mi liaz simb^co
arrancaban del pecho mismo de la Imagen Sagrada.
E n la concurrencia había no sólo elemento de
nuestro pueblo profmidamente bueno y católico,
sino una selecta y numerosa agrupación de nuestra
mas disiiiiguida aristocracia, lo que es una afir
mación más del prestigio que cada día adquiere
la Institución Salesiana.
A las 6 y 20 p.m. el Timo. Obispo Salesiano
Mons. Comin, tan conocido y estimado entre nos
otros, se presentó en el Presbiterio, rodeado de
numeroso clero y teniendo como diácono al R- _PJoaquín, apóstol de la devoción a María Auxilia"
dora eii las comarcas azuayas, y como subdiácono
al Sr. Presbítero Dr. Arce. Antes de la ceremonia
dirigió a los presentes una hermosa aiocucioo.
La palabra del Obispo Misionero impresionó gra
tamente al auditorio, arando hizo xma alusión ai
primer templo de Turín, de dcmde habían partido
ya 2.000 nusioneros a todas partes del mundo-
-
317 -
mes y con verdaderos milagros de economía, cu
bren todas sus necesidades y adquieren dos hijos:
un sacerdote, a cuyas oraciones 5' méritas que
darán eemamente unidas; y una maestra cri.stiana
continuadora de su meritísima tarea, sembra
dora del bien.
¡Cuántos y cuántos, sin privaciones, ni econo
mías. ni sacrificios, podrían adquirir tan gran te
soro! Autos, joyas, comodidades, podéis tenerlas;
vuestra posición os lo pennite; pero el bienestar
que debéis a Dios, ¿por qué no completarlo con el
goce de estos hijos espiritrrales, cuya oración con
tinua os asegura la posesión del cielo?
El Dulcísimo Corazón de Jesús ofrece a sus de
votos 33 hijos, desde la cumbre bendita del Tibidabo. Sanos, hermosos, buenísimos, cantarán
las glorias del Corazón Divino; y serán apóstoles
formados en la verdadera escuela del Sagrado
Corazón. Son lujos que nimca mueren; si imo cierra
sus ojos en la tierra para abrirlos en la gloria, otro
le substituye, uniendo a los méritos del viviente
la intercesión del ángel favorecido. ¡Pensadlo bien!
Dirigios al P. Superior del Tibidabo, preguntadle
el precio de rma beca y... quizás os sorprenda que
por sólo 18,000 pesetas podáis fruir este goce y
adquirir tal acumulación de méritos.
¡Pensadlo bien! Este pequeño capital es el que
reditúa mayor interés; es el único que al morir no
dejaréis en la tierra.
¡Pensadlo bien! No se os pide que midáis el pan
como la benemérita maestra extremaña; no se os
BARCELONA. — El Tíbidabo.
impone el menor sacrificio; no se os priva de autos,
Transcribimos el hermoso artículo que firma
ni joyas, ni viajes, ni de favorecer a las obras bue
un gran corazón ya suficientemente conocido por
nas que os sean más queridas; sino muy al contra
nuestros lectores.
rio, se os brinda el beneficio de santificar vuestros
¡Sin Hijos!
goces y vuestras obras y llenar el vacío de vuestro
¡Cuántas veces oímos esta triste exclamación!
corazón.
Matrimonios buenísismos a quienes favoreció el
¡Sin lujos! No lloréis ya. El Sagrado Corazón
Señor con todos los dones de la fortuna, pero sin
el encanto de los niños que tanto alegran el ben de Jesús ofrece 33 en la bendita cumbre. ¿Quién
será el que, pudiendo, no acoja siquiera uno?...
dito hogar. ¡Sin hijos! ¿Por qué. Dios mío, por
<De esta
de María, dijo Monseñor, han de
partir los apóstoles que en un día no lejano y por
f^or de María Auxiliadora, convertirán a las tri
bus orientales del Ecuador ». Congratulóse por
el nuevo templo, pero aseguró que mayor consuelo
daba a su corazón de salesiano, el ver en cada co
razón de tanto devotó un templo viviente, una
fragua de amor a la Virgen de Don Bosco.
Luego, a las indicaciones del Maestro de Ce
remonia,’ R. P. Ayala. se procedió a la Bendición
solemne’ exterior e interiormente, mientras la
hennosa voz del artista Sr. Canales deleitaba el
auditorio con artísticas selecciones. En seguida
ocupó la cátedra sagrada el M. R. P. Jacinto de
J. Palacios 0 . P. que tuvo el Discurso oficial de
la' inauguración.
Con aquella facundia que le es propia, habló
del significado y misión de un- templo cristiano
como cátedra de la Verdad cristiana y como lugar
de santificación y perfecionamento moral. Tuvo
hermasas frases para el Venerable Don Bosco y
sus Obras, y concluyó con una cálida exhortación
para que los Cooperadores Salesianos y todos los
católicos de Cuenca apoyen la obra de las Misiones
Orientales, no sólo por el común deseo de que se
extienda el Reino de Dios en esas comarcas, sino
hasta por patriotismo, ya que son los Misioneros
los únicos que actualmente sostienen nuestros
derechos y aspiraciones en esa dilatada sección.
qué?
Dios es infinitamente bueno; Dios sabe lo que
mejor conviene; y reparte sus gracias a manos
llenas, pero en diversas formas. A unos les envía
estos angelitos rubios o morenos, siempre hermo
sísimos a los ojos de sus padres. A otros les priva
de este dulce encanto, pero en cambio les evita
muchos pesares y resposabiUdades grandes: ellos
no sufrirán el dolor de perder im hijo, ni el dolor
de los dolores, !el ver qtu un hijo se pierde...! Ellos,
con los bienes que Dios les ha concedido, pueden
adquirir hijos espirituales, hijos siempre sumisos,
•ries’.iprj agradecidos, que les pagarán en gloria
eterna, la vida espiritual a ellos debida. ¿De qué
manera se adquieren estos hijos? Seguid leyendo:
En Hinojosa del Valle (pueblecillo rural de
Ertrensadura) \rive una señora Maestra con una
hermana suya. Son dos almas de Dios. 'Xo les
hasta !a abnegación continua de la enseñanza;
ansian mayor cariño, mayor sacrificio; y costean
la carrera de sacerdote a im niño pobre y la del
magi-terio a una hermanita suya; ¿qué rentas
tienen? Unicamente el sueldo de ía maestra; 2,500
pesetas anuales; y una pensión de 625 pesetas
perteneciente a su hermana. Con 260 pesetas al
M. V icto ria .
Crónica d el Tibidabo.
Fueron tantas las fiestas celebradas y las vi
sitas recibidas durante los meses de Mayo y Jimio,
que sólo anotaremos las más cuhiiinantes.
El día 16 de Mayo subieron al Tibidabo el R.
Sr Inspector D. Marcelino Olaechea, el Sr. Di
rector de Sarriá, D. Esteban Giorgi. y el Reverendo
D. Schiralli. para redbir la visita de S. A. el Prín
cipe da Asturias. En cuanto S. A. llegó a la cumbre,
dirigióse al templo, en cuya puerta le esperaba
un Padre vestido con roquete, que le presentó el
hisopo del agua bendita. Al tomarla, el Príncipe
dijo con voz muy clara: Sit nobis salus et vita, y
se santiguó devotamente. Arrodillóse en el recli
natorio preparado y oró breves instantes, mientras
la Schola Cantorum de Sarriá cantaba un precioso
motete. Después admiró los altares y mosaicos,
pasó a la Sacristía, firmó en el álbum, y recibió
del R. Sr. Inspector
medalla de oro como re
cuerdo de su visita.
_ El día 18 nos sorprendió la de la Infanta
D» Isabel, teniendo apenas tiempo de prepararle
— 3i 8 —
el reclinatario. Rezó fervorosamente; elogió mu
chísimo todos los artísticos detalles de la Cripta;
firmó en el álbum, y mandó encender cirios en to
dos los altares.
— E l día 30 se celebró con gran solemnidad el
homenaje de España al Sagrado Corazón. Por la
mañana celebróse en la Cripta Misa de Comimión
general, acto solemne de religiosidad organizado
por la Obra de la Entronización del Corazón D i
vino en los hogares. E l celoso Director de la Obra
Iltre. Sr. Dr. D. José M» de Alós, celebró la Misa,
pronunciando sentidos fervorines el Rdo. Mon
señor Lisbona. Se cantaron escogidos motetes;
y exponiéndose después a S. D. M., se rezó el acto
de consagración y se dió la bendición con el San
tísimo.
Por la tarde, a las siete, se celebró la solemne
función organizada por los Apostolados y las Aso
ciaciones piadosas de Barcelona. L a Cripta lucía
sus mejores galas y quedó materialmente llena de
fieles, quedando en la explanada una numerosa
muchedumbre que no podía entrar. Cantóse im
solemne Trisagio por la capilla que dirige el maes
tro Mas y Serracant. E l P. Isla, S. J., predicó un
liennoso semrón alusivo al acto. Se organizó una
magnífica procesión a la que concurrieron mu
chísimas señoras con cirios, caballeros, capilla
de música, clero y representaciones de distintas
Ordenes religiosas. Era portante del Santísimo
el Muy Ilustre Sr. Canónigo Penitenciario Dr.
Auguet, asistido por el R . Dr. Parsals y el Rdo.
Dr. Tdumá. Sostenían las varas del Palio los Excmos.
Sres. generales Despujols y vizconde de Belloch,
el presidente de la Diputación, señor conde de
Fígols, y los concejales Sres. Marqués de Alós,
Marqués de Ciutadilla y Sr. Tort. Presidían la
procesión, a la que seguía una multitud enorme
de fieles, el Excmo. Sr. Capitán General D. Emilio
Barrera, el catedrático Dr. Torroja, representando
al Rector de la Universidad, y el concejal Sr. de
Ros, en representación del Alcalde. Antes de entrar
en la iglesia, mientras las bandas de música to
caban la Marcha real, se dió la bendición con el
Santísimo.
— E l día 2 de Jiuiio se celebró la « Romería
del Ram » con mucha concurrencia, muchas ñores,
mucho entusiasnío y mucha piedad. Fueron de
votísimos la función de la mañana y los ejercicios
de la tarde; y muy concurrida la procesión, cuyo
pendón llevaba el Excmo. Sr. Gobernador Civil.
— E l día 20, a las cuatro y cuarto de la mañana,
se Celebró Misa de alba; asistieron a ella muellí
simos fieles que habían subido al Tibidabo para
asistir a la suelta de cinco mil palomas traídas
de Bélgica. A las ocho y media hubo Misa de co
munión con asistencia de los Antiguos Alumnos
de Sarriá, celebrándose a las chico de la tarde el
fin de mes, con im cauto de despedida ante el
altar de la Virgen de Montserrat.
Magdalena Pedrazzíni Viuda de Bonetti.
Q. E . P. D.
Falleció el 8 de julio en las primeras horas de
la noche, a la respetable edad de casi 90 años, con
todos los auxilios de la santa Religión.
Enviudó joven aún con ocho hijos para educar,
a los cuales consagró su talento, su corazón, toda
su vida formándolos ciudadanos cristianos, ho
nestos y laboriosos. No tan sólo no se opuso, sino
que favoreció la vocación religiosa de uno de ellos,
el Rdo. P. Valentín Bonetti, hoy Superior Pro
vincial de los P P. Salesianos y Rector de la pa
rroquia de San Carlos. La señora Magdalena Bonetti, fué durante toda su larga vida madre cris
tiana y ejemplar, m uy caritativa con los pobres,
activa soda Vicentina y varias veces presidenta
de la Conferencia de la parroquia de San Juan
Evangelista.
En estos últimos años, imposibilitada para salir,
con mucha frecuencia hacía sus devociones en
casa, dividiendo el tiempo entre la oración, algún
trabajillo y atender a las visitas de las mxiphas
relaciones de la casa. Lamentaba tan solo no poder
visitar a los pobres de la Conferencia. Vivía felii
en medio de su famiUa, y su día onomástico aga
sajada por todas, rejuvenecía. Conservó la lucidez
de su mente y la jovialidad de su carácter hasta
lo ixltimo.
Magdalena Bonetti dejó la tierra como la dejan
las almas buenas que han llenado bien la noble
misión de la vida.
Don Jaime Lera.
Q. E . P. D.
Buen Cooperador Salesiano mereció la muerte
del justo confortado por los auxilios de la ReligiónIntrodujo y propagó la devoción de María Auxi
liadora en el Edo. Trujülo y como celador de los
Cooperadores fué activísimo en aumentar el nú
mero de los bienhechores de la Obra de Don Bosco.
Muy agradecidos lo encomendamos a las oraciones
de todos los Cooperadores.
O tros C ooperodores difu ntos:
Lebrija (Colombia). — Etilogia O. de Domínguez.
Cali (Colombia. — Dolores S. de Herrera.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEM IN IAN O FE R R A R I.
Establee. í ip. de la Sociedad Editora lutemacÍon;ü. — Corso Reg;ina Margherita, N. X74 - TURIN
C o r s o R e g i n a M a r g h e r ita , 174 - T O R IN O (Ita lia )
Opera theologica ad normam Novi Codicis luris Canonici exarata
et Commentaría eiusdem Codicis.
A.NTONELLI Sac. JOSEPH. — Medicina pastoralis in usum confessarioriim et curiarum ecclesiasticarum. Editio quarta in pluribus aucta.
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CAESAR . — Instltutlones Juris
Canonici. Editio altera aucta.
BADII Sac.
V o l . i . IniroducHo in ju s canouicum. — Lib.
I. N o r m as g e n e r a l e s . — Lib. II. D e p e r s o n is :
L. 16,50. — Apud exteros: L. 20.
V ol. II. - De rebus: L. 20. — Apud exteros:
L. 24.
BLAT Fr. ALBERTU S O. P. — Commentarlam
textus Codicis luris Canonici.
L íber I. - Normae generales. Previo tractatu
introductorio, et appendice subsequente de legibus ac übris liturgicis: L. 7,50. — Apud exteros:
L. 9.
L íber II. • De personis cum authenticis declarationibus usque ad diem 7 Julii 1921 (A. A . S.
XIII, fase. 9): L . 30. — Apud exteros: L. 36.
L íber III. - De rebus.
Pars I. D e S a c r a m e n t is cum declarationíbus
authenticis usque ad diem 2 Augusti 1920 (A. A.
S. XII, fase. S). Accedit dúplex appendix, prima
de relationibus ex libro V , altera de formulis facultatum S. Congr. de P. Fide: L. 30. — Apud
exteros: L. 36.
Pars II. D e l o c is e t t e m p o r íb u s s a c r i s . •
Pars III. D e c u l t u d iv in o . - Pars IV . D e m a g i
sterio B C C L E S iA S T ic o . - Pars V . D e b e n e f ic iis
ALllSQ üB IN S T IT Ü T IS EC C LB S1ASTIC IS N O N C O L L B GiALiBirs. - Pars V I. D e b o n is E c c l e s i a e t e m PO RAU BU S, CUM
D E C L A R A T IO N IB U S
A U T H E N T IC IS
ÜSQÜB A D D I E M 31 O C T O B R I S I 9 2 2 : L. 24.— Apud
exteros: L. 30.
L íber V . De delictis et poeuis (Sub prado).
C.\RBON'E Sac. C. Theologiae et luris Canonici
Doctor, in Seminario Regionali Apulo-Lucano,
Theologiae Dogm. et Sacrae Eloquentiae Magister. — Examen Confessariorum ad Codicis
JnrisCanonici normam concinnatum: L. 12,50.
Apud exteros: L. 15.
CHELODl Sac. JOANNES. — Ju s matrimoniale:
L. 8. — Apud exteros: L. 9,50.
— Jus de personis, etc., praemísso tractatu De
pri*i \‘'iis et fontibus ju r is canonici : L. 25. —
Apud exteros: L. 30.
— Jas poenale et ordo procedendi in judiciis criminalibus: L . 6. — Apud exteros: L . 7,20.
GARRIGOU-LAGRANGE Fr. REGIN. O. P. —
Theologia fundaraentalis secundum S. Thomae
doctrlnam. Pars apologética: De revelatione
per Eedesiam catholicam proposita. — Opus
' S. P. Benedicti X V opiata sacrae prae»^:dm juventuti commendatura. 2 voL: L . 4 5.—
Ai uQ «teros: L. 54.
P. GEM ELLI AU G. O. P. M. — De Scrupulls.,
Psyclio-pathologtae specimen in usuni coufessariorum: L. 10. — Apud exteros: L. 12.
— Non moechaberls. Disqiiisitiones medicae in
usum confessariorum. - Editio sexta: L. 12 .—
Apud exteros: L. 15.
GENICOT ED . S. J . — Casus conscientlae propositi ac soluti. Opu.s postumum accomodatum.
ad Theologiae moralis Instltutlones e|. auct.
Editio 4 1 ad m*rmam Codicis luris recognita et
pluribus casibus aucta a J. Salsnians S. I. etc.:
L . 24. — Apud exteros: L . 28.
— Instltutlones theologiae moralis. 2 vol. :
L. 35. — Apud esteros: L. 42.
MUNERATI Episc. D A N TIS. — Promptuarlum'
pro ordinandis et confessariis examinandis:
L. 5,50. — Apud exteros: L . 6,50.
SEBASTIAN I Sac. NICOLAUS S. Theol. et utriusque inris Doctor, Cancellarius a Brevibus Apostolicis Pii PP. X I. — Summarium Theologiae
moralis ad Codicem Juris Canonici accomodatum
cum lucupletissimo indice analytico:
Editio quinta maior(i92o). In-8 max.: L. 9,50.
— Apud exteros: L. 11,50.
Editio sexta minor-manualis. In-24 (cm. 9x13).
charta indica, pondere mínimo, pp. 650. Linteocontecta: L. 14,50. — Apud exteros: L. 17.50.
TAN Q U E R E Y A D . S. J. — Synopsis theologiae
do^maticae ad mentem S. Thomae Aqiiinaiis
hodiernis moribus accomodala.
VoL. I. D e vera religione - De Ecelesia • De
fontibus revelationis: L. 25. — Apud exteros:
L. 30.
V o l . II. De fide - D e Deo uno et trino - De Deocreante et elevante: L. 25. — Apud exteros: L.30.
V o l . III. D e Deo sanctificante - De Deo reinuneratore seu de gratia - De Sacramentis et de
Novissimis: L. 20. — Apud exteros: L. 24.
— Synopsis theologiae moralis et pastoralls ad
mentem S. Thomae Aquinatis hodiernis moribus.
accomodata.
V o l . i . De poenitentia - De matrimonio et de
orditte (Pars dogmática simul et moralis); L. 25. —
Apud exteros: L . 30.
V o l . II. (Theologia moralis fundamentalís) D e
viriutibus - De praer.eptis - De censuris - DeProhibitione librorum: L. 25. — Apud exteros:
L . 30.
V o l . III. De virtute justitiae et de variis slatuum obligationibus: L. 20. — Apud exteros:
L . 24.
TAN Q U EREY A D . et Q Ü EVA STRE M. - Bre-
víor synopsis theologiae moralis et pastoralls.
Editio nova: L. 20. — Apud exteros: L . 24.
TAN Q U EREY A D .-Q Ü E V A S T R E M .-H ERBERT
L.
Brevior synopsis theologiae dogmatlcae..
Editio quinta: L . 20. — Apud exteros: L. 24.
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K O IO T R IC B
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C o r s o R e g i n a M a r g h e r ita , 174 - T O R IN O (Ita lia )
A . P I S G B T T A e t A . G fiN X A R O
S. S.
THEOLOGIAE MORALIS ELEMENTA
AD CODICEM JURIS CANONICI EXACTA
Jam edita su n t In ¡ucem :
pr im u m : De Theologiae Moralls Pundamentls. — r. De actibus humanis. - 2. De conscientit.
V olum en
• 3. De legibus. - 4. De peccatis. Vol. in-i6, pp. CVlI-404: L. 15. — Apud exteros: L. 18.
s b c u n d u m : De obligatlonibus erga Deum et nos ipsos. — i . De virtutibus theologicis. •
2. De virtute religionis. - 3. De prudentia, fortitudine et temperantia. Vol. in-16, pp. X*63o: L. 20.
— Apud exteros: L. 24.
V o l u m e n t e r t iu m : De obllgationlbus erga proximum. — i . De justitia et jure. - 2. De iniurüs et
restitutione. - 3. De contractibus. Vol. in-16, pp. XII-750: L. 25.— Apud exteros: 30.
V o lu m em q u a r t u m : De obllgationlbus pecullaribus et de poenls eccleslastlcis. — Vol. in-it
pp. XII-420: L . 15. — Apud exteros: L . 18. ‘
V olum en
P ro xim e e d e n d a :
o u in t u m : De Sacramentis In genere et de quinqué primis Sacramentís in specie. —
VoLUMRN
I. De Sacramentis in genere. - 2. De Baptismo. - 3. De Confirmatione. -4 . De Eucharistia. - 5. De
Pcenitentia. - 6. De Extrema Unctione.
De Ordlne et de Matrimonio.
De sexto et nono praecepto decalogl; de usu matrimonii et de ratlone servanda In sacramentorum admlnlstratione.
V olum en
V olum en
sextu m :
s k p t im u m :
S. THOMAE AQUINATIS OPERA
SUMMA THBOLOQICA diligenter emendata, De Rubeis, Billuart et aliorum notis selectis omata, cni
accedunt septem locupletissimi índices, quorum unus est auctoritatum Sacrae Scripturae, alter quaestioimm, tertius rerum omnium praecipuarum, quartus dogmatum ad hodiernas haereses confutandai,
quintus locorum seu doctrínarum ad explicandas Epístolas et Evangelia Doniinicarum et festorun
totius anni, sextus auctorum quibus usus est D. Thomas, septimus locorum ad usum catechí*
starum. Accedit lexicón Scholasticorum verborum Josephi Zamae Mellinii, quo explicantur verU
máxime inusitáta et locutiones praecipuae D. Thomae et aliorum Scholasticorum. 6 vol. in-8 mu.
Editio Taurinensis 1922: L. 80,— Apud exteros: L. 96.
IN OMNES S. PAUL! APOSTOLI EPISTOLAS CO.MMENTARIA, cum indice rerum memorabilium.
2 vol. in-8 max. Editio Taurinensis emendatissima: L. 3 3 ,— Apud exteros: L. 40.
CATENA AUREA IN QUATUOR EVANQELIA. — 2 vol. in-8 max. Editio Taurinensis emendatissimt.
L. 32.— Apud exteros: L. 39.
IN EVANQELIA S. MATTHAEI ET S. JOANNIS COMMENTARIA. — 2 vol. in-8 max. Editio Tiurinensis emendatissima: L. 32. — Apud exteros: L. 39.
SUMMA CONTRA GENTILES» seu de veritate Catholicae Fidei. Editio Taurinensis emendatissimtL. 12. — Apud exteros: L. 14,50.
QUAESTIONES DISPUTATAB ET QUAESTIONES DUODECIM QUODLIBBTALES ad fidem optimarom
editionum diligenter refusae. Editio Taurinensis emendatissima: L. 45. — Apud exteros: L. 54-
R e d a c c i ó n y A d m in is t r a c ió n : V ia C o it o le n g o , 3 2 - T U R ÍN .