BS_1928_05

Ficha

Título
BS_1928_05
Descripción
Boletín Salesiano. Mayo.1928
Fecha
1928.05
extracted text
Año XLIIL

M AYO , 1928

Número 5.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LA S O BR A S DE DON BO SC O
SUM ARIO: Cruzada misionera - Caria del Rvdmo. D. Pedro Ricaldone. — El primer salesiano espaRol ha
fallecido (D. Manoel Hennida). — De nnesiras iSlísiones: Una excursión entre los indios Carach&s - Japón:
La residencia di Oita. — Culto de María Auxiliadora: Dos fechas memorables - Las Jornadas Marianas.
- El Rey de España y la Sma. Virgen - Gracias. — La Causa de la Sierva de Dios, Dorotea de Chopitea;
Llovía de gracias. — Por el Mundo Salemano: Astudillo: C olero de Misiones - Buenos Aires: Colegio
León XIII, incorporado a la Escuela Industrial - Comodoro: Nuevo Colegio - Mar del Plata: Nuevo Oratorio
Festivo. — Al vuelo: Arequipa, Madrid, Panamá. Río Grande, San José, San Nicolás, Santiago. Valencia.
— Tesoro espiritual. — libros recibidos. — Los que mueren.

CRU ZAD A

M IS IO N E R A

Llamamiento del Sucesor de Don Bosco.
Amados Cooperadores
y Beneméritas Cooperadoras:

He leído, repetidas veces, ¡a adjunta carta
de! queridísimo D. Pedro Ricaldone, que
en nombre y representación
del Sucesor de Don Bosco,
ha visitado las lejanas M i­
siones de Oriente. La es­
cribió cuando se disponía
a zarpar desde el Siam,
última región que visitó
durante su largo viaje.
Era su intento, al escri­
birla, proporcionarme ma­
terial para exponeros las
necesidades de nuestras M i­
siones en aquellas inmensas
regiones que él ha reco­
rrido. Pero su carta es tan
expresiva, está tan impreg­
nada de celo por el bien de
las almas, que, sin necesi­
dad de comentarios ni am­
pliaciones, me ha parecido
bien dárosla a conocer tal

cual ha sido escrita, en la convicción de que
hará mella en vuestros corazones y de que
como me ha conmovido a mí, conmoverá
también a cuantos la lean.
Y os la comunico en este
mes de mayo, porque así
espero ser de los primeros
en invocar sobre nuestras
Misiones la protección es­
pecial de la nueva Patraña
de las Misiones, Sta. Tcresita dcl Niño Jesús,
como tal proclanjada últi­
mamente por Su Santidad
Pío X I . Y en segundo lu­
gar, para que, hallándo­
nos en el mes consagrado
a M aría Auxiliadora, a
quien Don Bosco consagró
todas nuestras Misiones,
esta celeste Madre y S e ­
ñora nuestra nos ayude,
inspirando a nuestros amados Cooperadores y a
tantas almas buenas, pro-

¡S fs . T e n sila d el N ino Je sú s, p ro te g e d a los qae ayadaa a las M isioaes!

130

pósitos generosos y caritativos en favor de
las Misiones.
Los salesianos, sus misioneros y sus niños,
como también ¡as hijas de M aría Auxilia­
dora con sus alumnos, no cesarán de pedir
al Señor que conceda abundancia de gracias a
iodos aquellos que vengan en nuestra ayuda y
les premie con creces en esta y en la otra vida.

Y entre tanto, amados cooperadores y
beneméritas cooperadoras, aprovecho gustoso
esta ocasión para repetirms con profunda
gratitud vuestro afmo. in C. J .
F elipe R inaldi, Pbro.
2 j de abril de 1928
primer día del mes de María Auxiliadora.

CARTA DEL Rvdmo. Sr. D. PEDRO RICALDONE
Prefecto General de la Congregación Salesiana, que, en nombre
del Rector Mayor de la misma, Rvdmo. Sr. Don Felipe Rinaldi,
visitó las Misiones Salesianas de Oriente, durante el pasado año 1927.
Siam — Noviembre de 1927
Amadísimo Padre en } . C.:
Bendito sea e l Señor.
Heme, al fin, en la última etapa de mi
largo viaje. Acabo de dejar a nuestros que­
ridos hijos establecidos en el Siam. Los
he bendecido y abrazado, allí, en el em­
barcadero de la Misión, y los contemplo
todavía agitando los pañuelos y enjugán­
dose alguna furtiva lágrima, mientras el
vaporcito me aleja de sus miradas sur­
cando velozmente las aguas del Mekiong.
También yo me siento hondamente con­
movido.
Va a hacer un año de que V., bendiciéndome, me encargó llevara a nuestros
misioneros lejanos el consuelo de su pa­
ternal afecto y las palabras de aliento del
tercer'sucesor del Vbic. Don Bosco.
Mientras la nave me trasporta a otros
mares y a otras tierras, se agolpan a mi
memoria suaves visiones, mezcladas con
Imperecederos recuerdos, y nace, en mi
corazón, vivo y espontáneo un sentimiento
de gratitud hacia Dios que tan visible­
mente me ha protegido y me ha propor­
cionado consuelos, difíciles de expresar.
Impresión consoladorrt
Permita, amado Padre, que para su
consuelo y para hacer más llevadero y

suave el peso de su grande responsabilidad,
le repita una vez más que, por doquiera,
sus hijos avanzan con celo, siguiendo las
huellas de Don Bosco y animados de su
espíritu.
En la India, en el Assam, en la China,
en el Japón, en el Siam, bajo climas y
cielos diversos, rodeados de pueblos de
las más raras y diversas costumbres, viven,
como en el Oratorio, la vida salesiana, con
el mismo fervor de piedad, en el tradicional
ambiente de cariño, entregándose con
ardor al trabajo, abrazando generosamente
los sacrificios y en medio de una serena
y continua alegría.
Lo confieso que, más de una vez, en
lugar de animarlos, tuve que refrenar el
ardor y el celo de aquellos queridos hijos,
que, olvidados de sí mismos, se lanzan
con ardor juvenil al trabajo agotador, no
deseando sino aumentar los frutos de su
actividad y atraer almas a jesús. Y a mis
cariñosas observaciones sobre el particular,
una sola era la contestación: — ¿ Qué
quiere V .? Don Bosco nos ha hecho y
nos quiere así.
E l mapa d e ! Asia.
Por otra parte cuando pienso que nues­
tro Vble. Padre lloraba sólo al contemplar
el mapa del Asia me hago cargo, y aún
yo mismo experimento iguales sentimientos
que estos nuestros queridos hermanos.

>31
que, hallándose en contacto con estos
pueblos, sienten, con mayor fuerza y ardor,
el deseo de redimirlos y de llevarlos al
amor y a la luz de Cristo. Son más de
900 millones de almas, que, extraviadas
en las sombras del error, no han gustado
todavía las dulzuras de la caridad cris­
tiana. También yo, más de una vez, me
he sentido con el corazón oprimido y no
he podido contener las lágrimas, sobre
todo a la vista de los niños.

Oriente que de un modo especial debe
ser objeto de las mayores preocupaciones,
de los solícitos cuidados, del trabajo in­
cansable de las almas buenas! Se trata,
y no es posible ya la duda sobre ello, de
los grandes intereses y de los problemas
vitales para el porvenir de los pueblos.
Un Oriente cristiano será prenda de se­
guridad y de paz en el mundo; a la par

M .I S pequeños Siameses,

Todavía me parece contemplar a mis
pequeños amigos de Padang Besar. Ibamos
a cruzar la frontera y, dominados por la
emoción, rezábamos con fervor al poner
pié en territorio siamés, cuando, de mo­
mento, nos llamó la atención un grupo
de niños vivarachos que, con aquella
habitual y simpática sonrisa que los hace
tan amables, nos contemplaban con ex­
presión de sorpresa, que se cambió bien
pronto en señales de afecto cuando vieron
que nos acercábamos a ellos en actitud
cariñosa. Eran los primeros niños siameses
que rodeaban a Don Bosco en la persona
desús hijos y le confieso que me separé de
ellos con profunda y afectuosa amargura.
Y i cuántas veces en «la India, en la
China y en el Japón experimenté toda la
pena que diariamente atormenta el co­
razón del misionero, al contemplar cen­
tenares, millares y millones de almas que
se ve impotente para salvar!
La Cruzada,
Permita, pues, amado Padre, que le abra
hoy mi corazón y le manifieste una idea
que hace mucho tiempo S2 presenta con
insistencia a mi mente. ¿Porqué, me he
preguntado muchas veces, porqué el su­
cesor de Don Bosco no levanta su voz e
invita a todos a organizar una santa Cru­
zada en favor de los pueblos del Oriente,
como lo hizo, en su tiempo, el Vble. Don
Bosco para las tierras y pueblos de Occi­
dente? ¡S í, veneradísimo Padre, hoy es el

Jovencífos wameMS.
que llegaría a ser una constante y terrible
amenaza, si se dejara a merced de !a pro­
paganda anárquica y del odio bolchevique.
En nombre de Don ^osco.
Quizá V. me dirá: ¿ Pero qué quieres
que hagan los pobres salcsianos más de
lo que han hecho y están haciendo? —
¡A h! Yo quisiera que su voz, amado Padre,
llegase a todos los corazones, resonase
como señal de alarma, como, clarín de
guerra, de una guerra santa, que desper-

152

tara la actividad y el entusiasmo de todos
los buenos hasta en los más apartados
rincones de la tierra. Se trata de las almas
y nadie debe ni puede permanecer indi­
ferente. Todos, si no lo están ya, deben
convencerse de que aquellos millones de
almas redimidas con la sangre de Jesu­
cristo deben ser conducidas a Él, para
que las Ilumine con la luz de la verdad y
las inflame en aquel ardor de caridad que
Él vino a traer a la tierra. Es necesario,
pues, decir a todos y V., amado Padre, no
puede menos de hacerlo, en nombre de
Don Bosco, que para salvar a tantas almas
se necesitan dos cosas: hombres y dinero.
¿ Y quién no sabe que también las grandes
batallas espirituales se organizan, se com­
baten y se vencen con soldados aguerridos
y con abundancia de medios materiales?

sedientas de luz y de amor, me veía en
la triste necesidad de no poderles decir
sino algunas palabras de consuelo o de
lejana esperanza, cuando no una respuesta
evasiva, que me partía el corazón, pues
la triste realidad me hacía comprender
que no podíamos hacer nada por ellos.
¡Cuántas veces m¡ mirada se cruzó con
la del queridísimo Mons. Mafhias con
una expresión de amargura y desconsuelo!
Ambos recordábamos entonces que sólo
el Assam cuenta más de 8 millones de almas
diseminadas en una superficie de más de
190 mil kilómetros cuadrados. ¡Y los mi­
sioneros son tan pocos, no obstante los
enormes esfuerzos hechos, que no pueden
hacer frente a la mayor parte de las múlti­
ples necesidades, por apremiantes que sean!
Vocaciones, no fallan,

En Laifkynsew,
Permítame todavía un recuerdo de
viaje. No puedo olvidar las turbas de
Laitkynscw, acuclilladas en la plazuela
de la humilde iglesia de la Misión. Eran
miles de personas que soportaban pacien­
temente aquel sol canicular, ávidas de
luz y de verdad: no pocos habían venido
de lejos, sometiéndose a un fatigoso viaje
de dos, tres y cuatro días, a pié, por las
escarpadas montañas del Assam.
I Cuántos de aquellos pobrccitos, des­
pués de haber asistido a la imponente
reunión, a la grande giniassen se acercaban,
en comisiones, para depositar en las manos
del Padre, dcl Fatber Rambá, sus instan­
cias que, pocQ más o menos, decían todas
así: Padre, nosotros queremos hacernos cris­
tianos; cuando ¡legues a Turin di al Padre
Grande que envíe en seguida misioneros a
nuestros pueblos, para que nos instruyan y
nos hagan cristianos. Di a tus buenos her­
manos de Europa, a ¡os ricos, a las almas
buenas, que nos ayuden a construir una
Iglesia y una Escuela para educar a nuestros
hijos y para formarnos y conservarnos todos
en ¡a Religión Cristiana.
Conmovido hasta las lágrimas en pre­
sencia de aquellas almas sencillas y buenas,

¿ Pero, es que faltan vocaciones ? No,
no; al contrario son cada vez más nume­
rosas. En todas partes se nota un nuevo
fervor, un entusiasmo nunca visto, un acudir
de jóvenes animosos, decididos, deseosos
de consagrarse a la salvación de las almas.
La palabra dcl gran Pontífice Misionero
ha despertado por doquiera un santo en­
tusiasmo, una generosa porfía. Tengo
aquí, a la vista, algunas cartas recibidas
últimamente de 'nuestros colegios de M i­
siones. ¡Qué pena. Dios mío! Solo en el
espacio de tres meses se han tenido que re­
chazar unas zoo peticiones. ¿ Y porqué?
Porque nuestras Casas de formación mi­
sionera son insuficientes, porque nos faltan
¡os medios para sostener y formar a estos
aspirantes misioneros.
Pues bien; yo tengo el convencimiento,
amado Padre, de que si la palabra del Su ­
cesor de Don Bosco pudiera llegar a tantos
corazones generosos, que el Señor sabe
suscitar en todas las partes dcl mundo,
no dejaría de ser escuchada y noble y
eficazmente correspondida.
A ¡a edad de

99

años.

Sin duda V. recuerda a aquel anciano
venerando, que plácidamente se durmió

15?
en el Señor, el año pasado, a la avanzada
edad de 99 años en Jerez (España); Cuando
yo le daba las gracias porque había fun­
dado una casa para la formación de vo­
caciones, aquella alma profundamente cris­
tiana me contestaba conmovido: — « Soy
yo quien debo estarles agradecido a Vds.
El Señor me ha concedido bienes y es
justo que por Él los emplee. Pero es tanta
y tan pura la alegría que yo experimento
al contemplar los frutos de mi caridad
que me considero abundantemente re­
compensado del sacrificio hecho y no ceso
de dar por ello gracias a Dios ».

crificio de 10.000 pesetas, o de lyoo dó­
lares, para sostener con los intereses de
tal suma a un aspirante misionero?
Y hasta dedicaría, por todo cl presente
año, la primera página del Boletín, que
se convertiría así en pagina de oro, a pu­
blicar, para ejemplo y estímulo de loa
demás, los nombres de cuantos contri­
buyan a esta obra de sublime caridad. Y
quisiera que figurasen también, aunque

Un Ilamamienfo a Jos ríeos.
Pues bien, j cuántos habrá que se en­
cuentren en condiciones semejantes a las
de nuestro querido Don Rafael Romero!
Hay a veces señores, solos, que no saben
como emplear sus riquezas; personas de
nobles sentimientos que, o recibieron en
herencia o acumularon con su inteligente
actividad, pingües fortunas y que viven
desconsolados por falta de prole. ¿ Porqué
no decirles, en nombre de Dios, que adop­
ten como hijos espirituales, un grupo,
una familia de aspirantes misioneros; que
se procuren el inefable consuelo de fundar
un Colegio,, donde se puedan recoger tantas
y tantas vocaciones que de otra suerte se
malograrían?
i Hacen falta muchos miles! Lo se muy
bien; pero también tengo la convicción
de que algunas fortunas no sufrirían nin­
guna mengua dando a Dios, para la sal­
vación de las almas, cuantiosas sumas.
La pagina de oro.
Y otra idea, sobre todo, creo que puede
y debe lanzarse con grandes probabilidades
de éxito, en cl nombre, con la autoridad
y con el espíritu del Vblc. Don Bosco.
Para que nuestra acción en Oriente
resulte eficaz necesitamos almenos 1000
becas misioneras. ¿ Le parece a V. mucho?
Pero ¿ es que no se encontrarán mil per­
sonas generosas dispuestas a hacer el sa­

limo. S r . D. R a fa ^ Romero, fandador de una caaa

de vocaciones, maerio a la edad de 99 aRos.

fuera sólo con las iniciales o de otra ma­
nera, aún aquellos que desean hacer cl
bien sin ser conocidos. En esta empresa
tendrá un gran valor cl ejemplo que anima
y decide.
Lo que sabe hacer una madre crísfiana.
En 1908 me encontraba en la América
del Sur; omito nombres para no faltar a
la reserva impuesta. Una distinguida se­
ñora se me presenta y me dice: — Padre,
yo habría sido muy feliz si uno de mis
hijos se hubiera hecho sacerdote. Pero
ya que no he tenido semejante dicha,

‘ 54

dígnese aceptar esta suma para contribuir
a la formación y educación de un misio­
nero, que todos los días rucgue al Señor
y ofrezca sus sacrificios por mis hijos y
por los intereses espirituales y temporales
de mi familia. Y su voz se conmovió
mientras de sus ojos se deslizaban las lá­
grimas. ¡Cuántas madres, cuántas viudas,
cuántas almas buenas se sentirán animadas
a imitar estos nobles ejemplos!
¡A lm os affigidas... Escachad!

obras de tanta importancia; muchos ten­
drán que limitarse a contribuir de una
manera más modesta. Pero es necesario
que entre en todos el convencimiento de
que las necesidades son tan grandes y tan
apremiantes, que reclaman con urgencia
el concurso de cada uno. El Señor recom­
pensa también con bendiciones y premios
especiales el óbolo del pobre.
Quién podrá llegar a dar 700 pesetas
o 100 d lares para la pensión anual de un
aspirante misionero; otro ofrecerá 500
pesetas u 80 dólares para la formación de
un catequista, o 200 pesetas o 35 d lares
para los gastos de un alumno. Unos podrán
contribuir con telas y otros géneros; otros
nos ayudarán con la oración fervorosa y
con la propaganda activa, dando a conocer
la idea a personas ricas, o enviándonos
buenas vocaciones. ¡Todos quieren, pueden
y deben venir en nuestra ayuda. Por todos,
nosotros y nuestros niños pediremos al Señor
gracias especiales!

¡Sólo quien lo experimenta puede decir
cuán suave bálsamo sea la caridad para
curar las heridas abiertas por el dolor!
Y es que la caridad nos conduce, nos
aproxima, nos une a Dios cuyo corazón
es la fuente del verdadero amor y del
consuelo eficaz. Pues bien, yo juzgo opor­
tuno invitar a las personas afligidas, pro­
badas, abatidas por el dolor, a que bus­
quen los consuelos de la caridad.
¿ Porqué no hacer revivir, y para siem­
pre, al hijo fallecido, a la niña volada al
Cielo, en un aspirante misionero que goce
Pero... ¡es que los salesianos
de la beca creada con este fin? ¿ Porqué
ya son ricos!
el nombre de un padre querido, de una
¡Cuánta pena experimenté al leer su
madre idolatrada, de una persona amada,
última
carta, en la que me daba a conocer
pasados a mejor vida, no podría quedar
los
graves
aprietos en que se encontraba,
unido perennemente a un misionero, que
para
hacer
frente a los gastos de viaje y
en tierras lejanas llevaría a cabo un glorioso
apostolado, siendo sus fatigas apostólicas a las cosas más indispensables a los
eficaz sufragio para el alma del difunto, a la 142 misioneros que iban a partir este año
par que consuelo inefable para su familia ? para los distintos campos de misión! Pena
Hemos visto, con admiración, fundar que se hace más cruel ai oir que hay quién
Hospitales y Casas de Beneficencia en dice que los salesianos son ricos. También
memoria de personas fallecidas, y sin duda a mí me ha sucedido, y en circunstancias
el Señor bendecirá a esos generosos do­ bien apuradas, oir semejante cosa.
Y cuando yo veo los apuros en que V.
nantes. ¿ Y no podría haber quien siguiera
se
encuentra y la penosa estrechez en que
estos nobles ejemplos, creando o dotando
viven
nuestros misioneros, de veras que
casas de formación misionera, que es hoy
no

explicarme
cómo haya podido pro­
sin duda, la Obra de caridad y de celo por
pagarse
tal
infundio.
¿ Cómo habrá podido
excelencia? ¿Quién es capaz de medir el
surgir
semejante
insubsistente
y fantástica
bien que pueden hacer semejantes Casas?
leyenda ?
Quizás algunos, al contemplar c! desa­
E l campo de la caridad
rrollo
de nuestra humilde Congregación,
abierfo a lodos.
al leer en el Boletín o en otras revistas las
Ya sé que la mayor parte no disponen noticias de nuestra actividad en las di­
de medios suficientes para llevar a cabo versas partes del mundo, habrán dicho

135
para sí: — « Los Salesianos fundan nuevas
Casas, desarrollan las ya existentes; señal
que tienen mucho dinero. ¿Pero, no le
parece que la conclusión debería ser pre­
cisamente la contraria? Precisamente por­
que los hijos de Don Bosco fundan nuevas
Obras y desarrollan las ya existentes, se
encuentran siempre con las manos vacías
y hoy, como ayer, se hallan en los mayores
apuros.
Y por otra parte ¿ tendremos que ocultar
nuestras Obras? ¿ Podemos privar a nues­
tros bienhechores del derecho de conocer
c'm o se emplean sus limosnas? ¿ N o dijo
el Señor: « Sean conocidas vuestras obras
buenas » para que sirvan de edificación y
estímulo? No es la vanidad la que nos
mueve, que en este caso sería la mayor
ridiculez; no es ostentación, ni mucho
menos indicio de riqueza; es únicamente
cuenta consoladora del bien llevado a cabo,
de las riquezas empleadas en beneficio
de los huérfanos, de las vocaciones, de
infinidad de obras que para mayor gloria
de Dios y para salvación de. las almas han
consumido cantidades, que ya no existen
en esta tierra, pero que forman un pre­
cioso capital para la eternidad, en favor de
las personas que las han ofrecido al Señor.
i Pobre Don Rinaldi! i Cuánto debe
haber apenado su corazón esta absurda
habladuría, i No, no! No sólo no somos
ricos, pero es que ni queremos serlo.
“ Mamma M a rgh erífa ”
Sentimos todavía resonar en nuestras
almas el eco de aquellas palabras de
Mamma Margherita, cuando decía a Don
Bosco: « S i por desgracia llegaras a ser rico
yo no pondría los pies en tu casa*.
Los Salesianos quieren que la madre
de Don Bosco pueda entrar siempre en
todas sus casas, sin reparo alguno y sin
miedo de encontrar riquezas. ¡Almas,
almas! he ahi nuestra aspiración, nuestro
programa, el ideal de los hijos de Don
Bosco. Nosotros queremos poder decir
al mundo, presentándole los centenares,
los millares de huérfanos, de niños pobres

recogidos en nuestros colegios: «¡H e ahi
nuestras joyas; éstas son nuestras riquezas!*
Pero, me doy cuenta de que he abusado
más de lo debido de su bondad. ¡Hace
tanto tiempo que no tengo la satisfacción
de verle! Y hoy, al escribirle, quisiera
prolongar el placer de encontrarme, si­
quiera en espíritu, en su compañía.

Chinilo cristiano, qae reza todos los dtas
por los bienhechores de los Misiones.
Unicamente quiero decirle, antes de
terminar, que cualquiera que visite el
Oriente y tengíi en su corazón una chispa
de amor de Dios y a las almas, sentiría
con fuerza la necesidad de gritar conmigo:
¡Corred todos a salvar a estos ¡numerables
hermanos nuestros; ofreced generosamente
vocaciones y medios para salvar tantas
almas! *
El buque surca veloz el océano. A pri­
meros de diciembre espero poder recibir
su abrazo paternal. Entre tanto bendígame
y créame siempre su humildísimo hijo
in C. I.
Pedro R icaldone, Pbro.

IJÓ

El primer Salesiano español ha fallecido

Una grande figura de la España Salesiana.
¡ España salesiana está de luto! i El primer
salesiano español, preciosa primicia que
el Señor quiso regalar a la Congregación
Salesiana apenas establecida en España;
el admirador entusiasta e imitador fiel de
Don Bosco; el padre cariñoso de los niños
pobres y abandonados; el amigo, conse­
jero y superior insuperable de los salesianos; el Director de almas, experto y
bondadoso; el apóstol de la devoción al
Sagdo. Corazón de Jesús y de su Templo
Nacional en el Tibidabo; aquel a quien
todos queríamos con afecto de hijos, el que
a todos nos edificaba con sus extraordi­
narias virtudes, el queridísimo e inolvidable

Rvdo. D. M ANUEL B. HERMIDA
ha fallecido! La noticia nos fué dada en
un momento en que estábamos arrodi­
llados ante el altar de María Auxiliadora
de Turín y no pudimos menos de esconder
nuestra cara entre las manos y dar rienda
suelta al llanto. Quien estas líneas escribe
fué recibido por Don Manuel en Sarriá
a la edad de nueve años y, en circunstancia
decisiva de Su vida, hubo de experimentar
la bondad de su corazón y a él, después
de Dios, debe sin duda el honor y la dicha
de ser hijo de Don Bosco.
Vano empeño sería querer en breves
líneas trazar una semblanza de. este santo
sacerdote salesiano, tanto más grande
cuanto más humilde; esperamos que muy
pronto una extensa biografía nos dé a
conocer su actividad benéfica y sobre todo
los tesoros de su corazón y de su alma.
Hace pocos meses anunciábamos la muerte
del fundador de la Congregación Sale­
siana en España, el llorado Don Juan
Branda; poderoso auxiliar ^uc para él y
para su sucesor, Don Felipe Rlnaldi, este
sacerdote español que, entrando en la
Congregación ya sacerdote, contribuyó

eficazmente al consolidamiento de la misma
en el solar hispánico.
Cuando nuestro Rvdmo. Rector Mayor
D. F. Rinaldi tuvo noticia de su grave
enfermedad, escribía al Sr. Inspector de
la Inspectoría Tarraconense: « Seguimos
con interés y pena la enfermedad del
buen Don Manuel. Tú sabes cuán grande
confianza he tenido siempre en él, durante
los diez u once años que hemos pasado
juntos en esa Casa de Sarriá. Pude com­
prender que era un alma realmente recta
y buena. Su vida, desde hace 30 años, la
dedicó por completo al Sagdo. Corazón, por
cuya gloria trabajó constantemente; y po­
demos decir que a él se debe en gran parte,
cuánto hemos alcanzado en el Tibidabo;
muchos han trabajado pero él ha tenido la
parte más importante. Que el Corazón de
Jesús nos lo conserve todavía para animarnos
a todos con su ejemplo, mansedumbre y hu­
mildad y para poner cima al Templo de
mayor importancia que los Salesianos tienen
en España». Y cuando recibió la noticia
de la muerte escribió: « Acabo de recibir
el telegrama en que me comunicas que D.
Manuel se ha ido al Cielo. Hágase en todo
la santa voluntad de Dios. Pediremos por
él, pero pediremos también para que él in­
terceda por nosotros. Es un santito que me­
rece ser imitado. Recoge luego todos los re­
cuerdos que haya de él; conviene preparar
pronto una biografía de su vida edificante ».
Y en la carta dirigida a! Director de la
Casa de Sarriá, decía:« Dios se os ha llevado
al Cielo al ángel de esa Casa de Sarriá y
del Tibidabo. Era un buen siervo de Dios,
humilde, trabajador, celoso por el Sagdo.
Corazón de Jesús, al cual consagró toda su
vida. Pedid por él, pero no os olvidéis tam­
poco de pedirle a él que os haga dignos imi­
tadores de sus virtudes. Yo lo he hecho ya en
cuanto supe que ya no estaba entre nosotros ».

137
Los dafos d e su vida.

en sus caritativas manos, para que la distribu­
yera entre tantos niños pobres que se glorían
en llamarle con el dulce nombre de padre.

Nació Don Manuel Hermida en Morgadancs,
provincia de Pontevedra (España), el día 6 de
marzo de 1849, y habiendo sentido en su co­
D irecfor de la Casa de Gerona.
razón el noble ideal de! sacerdocio, cursó los
Ai abrirse en 1890 la Casa Salesiana de G e­
estudios eclesiásticos en los seminarios de Tuy
y de Sevilla, siendo or­
rona, los Superiores
denado sacerdote el día
mayores, siempre jus­
JO de mayo de 1874;
tos apreciadores de los
méritos y relevantes
Nombrado Cura-e­
cualidades de Don Macónomo de la Parro­
nuelHermida, en quien
quia de Sta. Eulalia
veían a unficl imitador
de Gamos, Diócesis de
del Vble. Don Bosco,
Tuy, en 1878, después
de brillantes oposicio­
le confiaron la direc­
nes, obtuvo en 4 de
ción de aquella nueva
julio de 1879, la parro­
Casa, seguros de que
quia de San Cristóbal
la virtud del nuevo Di­
rector supliría la po­
de Couso, que regentó
hasta 1886, siempre
breza con que se inau­
cordialmente querido
guraba.
por sus feligreses, que
todavía recuerdan con
D irector de la
cariño cj celo y des­
Casa de Sarria,
interés de su amado
pastor.
Dos años más tarde,
Pero Dios le tenía
en 1892, cesó en el
destinado un campo
cargo de Director de
más extenso, donde
Sarriá, por haber sido
pudiera desplegarse su
puesto al frente de la
celo por la gloria de
Inspectoría Española,,
Dios y su amor a los
nuestro amadísimo Sr.
niños pobres. Y el día
Rector Mayor, Rvdmo.
j de noviembre de 1886
Don Felipe Rinaidi y
solicitó y obtuvo su
los Superiores, consi­
ingreso en la Congre­
derando ya sólidamen­
gación Salesiana, en­
te cimentada la fun­
trando en la Casa de
dación salesiana de
Sarriá (Barcelona), re­
Gerona, encargaron a
cientemente fundada,
Don Manuel Hermida
pocos meses después
la dirección de la Casa
de la visita que le
de Sarriá, la más im­
hiciera nuestro Vene­
portante de España y
rable Padre y Funda­ El Rdo. D. Manuel Hennida, en ocasión de sos Bodas en la cual de modo
de Oro Sacerdotales (mayo 1924).
dor Don Bosco, y el
tan admirable había de
Z9 de enero de 1888,
desarrollar su celo, ac­
dos días antes de la muerte del Venerable, hizo tividad e industriosa caridad, a costa de tantos
su profesión religiosa, siendo' Don Manuel el sacrificios personales.
primer salesiano español sacerdote, así como en
Tanto como los centenares de niños alber­
el mismo día profesó el primer salesiano español gados en la Casa de Sarriá, que encontraron
coadjutor, que tantos recuerdos de su arte dejó en en Don Manuel Hermida al padre tierno y ca­
la Casa de Sarriá, el inolvidable D. Vicente Gu­ riñoso que se preocupaba por el bien de sus
tiérrez, como si Don Bosco hubiera querido, antes almas y por su porvenir material, siempre ama­
de subir al Cielo, dejar asegurada la semilla de las ble, siempre sonriente, pudieron apreciar su
dos ramas de su Congregación en España, donde virtud, su sencillez y profunda humildad, mi­
tan abundantes frutos habían de cosecharse.
llares de familias de Barcelona, a cuyas puertas
Desde entonces se halló Don Manuel en acudía D. Manuel, para implorar la caridad en
pleno campo de acción y son millares y millares favor de sus huerfanítos de Sarriá.
los que recibieron sus beneficios y depositaron
¡.Aquellos si que fueron tiempos heroicos!
sus penas en su patemel corazón y la limosna ¡Cuántas humillaciones y negativas tuvo que

---- tjS
soportar por amor de sus hijos! ¡Cuántas veces
el Señor ponía a prueba su fe y su constancia!
y los que lo rodeaban sólo podían adivi­
narlo a través de una sonrisa especial con que
en semejantes ocasiones regresaba a Casa, famás dejó escapar una queja; nunca se notó en
él el menor desaliento ni contrariedad, por no
haber sido atendido en sus peticiones a favor
de sus huerfanitos. Su pensamiento estaba
siempre puesto en. Dios y a él ofrecía el nuevo
sacrificio, sin que jamás desapareciera de sus
labios la dulce sonrisa, que tantas simpatías le
conquistaba entre propios y extraños.
¡Cuántas veces, y acaso precisamente en los
mismos días en que en vez de un auxilio para
sus huerfanitos había recibido una de esas amar­
gas negativas, cuando no insultos, al regresar
a Casa, traía de la mano a un huerfanito más
que había encontrado por las calles sin amparo,
expuesto a perderse moral y materialmente!

Como Don Bosco,
En este punto Don Manuel Hcrmida llegó al
verdadero heroísmo y es uno de los recuerdos
más dulces y edificantes que conservamos de
nuestra infancia. Recuerdo que en una ocasión
nos hizo saltar las lágrimas dando las Buenas
Noches a los niños estudiantes, cuando nos ex­
plicó que al ir a tomar el tren para regresar a
Sarriá de sus cotidianas peregrinaciones por la
ciudad de Barcelona, en busca de limosnas, se
le había acercado un pilluelo que, fingiendo
quererle besar la mano, le había escupido en
ella. [Cuántas manos se habrían levantado para
castigar al insolente! La mano de Don Manuel
se levantó para acariciarlo, para interesarse de
su estado de miseria y de abandono y para
llevarlo consigo a Sarriá, a fin de que, apren­
diendo un oficio, fuera un día un buen cristiano
y un ciudadano eicmplar. No cabe duda: ¡la
vida de Don Bosco se reproducía en su fiel hijo
e Imitador Don Manuel Hcrmidal
Y en Casa era el verdadero superior según el
espíritu de Don Bosco. Permitiéndolo todavía
entonces las leyes canónicas, era confesor or­
dinario y era de ver cómo la mayor parte de
sus subalternos, salesianos y niños, acudían a
vaciar su corazón en el suyo y la cualidad de
superior, lejos de restarle confianza, la aumen­
taba pues todo en él respiraba bondad y verda­
dero amor de padre.
Otro de los recuerdos de mi infancia es su
aparición en el patio de los estudiantes. Desde
la iglesia donde había visitado a Jesús Sacra­
mentado, bajaba a ver a sus hijos en animado
recreo. Al ver aparecer aquella figura de bon­
dad, sonriente, encanecido no sólo por los años
que pasaban de 50, sino por las preocupaciones
y trabajos que el amor a los niños pobres le
procuraba, era un correr, de todos los ángulos

del patío para rodearlo y besarle la mano y en
un momento un grupo de 50, 80, 100 niños se
estrechaba a su alrededor y él, para cada uno
tenía una frase, una sonrisa, una señal de afecto
e interés y cuando el número de niños que se
apretujaban en torno suyo era mayor, Don M a­
nuel decía:«¡ En corro, a contar!». Y en seguida
se formaba una inmensa e irregular circunfe­
rencia de 50 y 80 niños, en uno de cuyos pun­
tos quedaba el buen Director, que se sometía
a la suerte para ver si le tocaba ser guardia o
libre; cuando le tocaba líbre, todos los guardias
(a veces eran más de 20), la primera presa que
apetecían era la del amado Director, que cierta­
mente no resistía mucho tiempo a la persecu­
ción y siete u ocho niños a la vez, lo apresaban,
se colgaban de sus brazos y todos lo rodeaban
orgullosos de la presa. Aquellas partidas cier­
tamente no duraban mucho, pero en el cora­
zón dura todavía la impresión de alegría y placer
filial, que los años se han encargado de trocar
en admiración, ante el sacrificio de un sacer­
dote, entrado ya de edad avanzada en la Con­
gregación y que tan bien sabía adaptarse a su
espíritu, por amor a los niños. iSiempr.e el fiel
imitador de don Bosco!

Inspector de la Tarraconense,
Y esta fué su vida cotidiana por espacio de 10
años, hasta que, nombrado Prefecto General
de la Congregación el Inspector de España,
Rvdo. Sr. D. Felipe Rinaldi, se formaron tres
Inspectorías de la que hasta entonces había sido
Inspectoría Española y en >90? fué elegido
Inspector de la Tarraconense, Don M . Hermida.
La mayor extensión de su campo de acción
intensificó, si cabe, el celo que había desarro­
llado como Director de la Casa de Sarriá en
favor de los niños pobres. Sin contar el mayor
desarrollo que como Inspector dió a las Casas
ya existentes, a su celo se debe la apertura de
las Casas de Huesca, de Mataró y de Campello,
dedicada esta última al cultivo de vocaciones
saicsianas y en la que se han formado gran parte
de los salesianos que hoy trabajan en las cua­
renta y cuatro Casas Salesianas de España y
muchos misioneros esparcidos en diversas partes
del mundo.
Atacado de grave enfermedad tuvo que dejar
el cargo en 1909, pero apenas algo repuesto,
volvió de nuevo al intenso trabajo a que le esti­
mulaba el amor a la Congregación y su celo
por la gloria de Dios. Fueron sus más ardientes
amores Don Bosco y los niños pobres, la devo­
ción a María Auxiliadora y al Sacratísimo Co­
razón de Jesús; bien probado dejó su amor a
nuestro Venerable Padre en el propósito que
había hecho de imitarle de cerca en sus virtudes
y todos hemos visto cuan fiel fué en el cumpli­
miento de su santo propósito.

Iglesia de M aría Auxiliadora.
Durante su Directorado en la Casa de Sarriá
se llevó a cabo la construcción de la magnífica
iglesia de María Auxiliadora, y ese templo será
monumento perenne de su devoción a la Virgen
de Don Bosco, y puede decirse que cada una
de sus piedras y ladrillos son fruto de otros
tantos pasos y sacrificios de D. Manuel Hcrmida.

Las principales limosnas con que se construye
ese bellísimo Templo, que ha de ser gloría de
Barcelona y dp España, son fruto de sacrificios,
pero el primero en sacrificarse era D. Manuel
Hermida que, a los setenta y nueve años de
edad, recorría las calles de Barcelona con e!
entusiasmo de un joven, en busca de medios
para que cuanto antes pudiera levantarse la
cúpula del Templo, coronada con la estatua

Barceiona-Sarríá. — San(uarío*Basilica de Marta Auxiliadora,
por coya constniccida tanto trabajó D. Manuel Hermida.
Templo d e ! Sagrado Corazón de
Je s ú s en e l Tibidabo.
Pero terminada la Iglesia de María Auxilia­
dora, y especialmente desde que, por causa de
su salud, se vió libre de cargos, concentró todos
sus afanes en la construcción del templo del
Sagrado Corazón en la cumbre del Tibidabo,
cuyo principal propulsor, como nos dice nues­
tro amadísimo Sr. Rector Mayor, ha sido Don
Manuel Hermida hasta el momento de su
muerte, ya que puede decirse que la muerte
le sorprendió trabajando por ese bello ideal,
pues el día antes de caer postrado én cama
todavía recorría las calles de Barcelona én busca
de limosnas para terminar las obras.

del Corazón de Jesús que fuese, como había
dicho el Emmo. Cardenal Casañas al colocar
la primera piedra, pararrayos que alejara la ira
de Dios, foco que iluminara las inteligencias
e imán que atrajera los corazones de todos los
hombres.
Recordaba muy bien D. Manuel Hermida
que cuando los antiguos propietarios de la cum­
bre del Tibidabo, postrados ante la Virgen de
la Merced en el presbiterio de su Basílica en
Barcelona, donaron al Venerable Padre Juan
Bosco aquellos terrenos para que levantara allí
una ermita dedicada al Corazón de Jesús, nues­
tro Venerable Padre les había contestado: <no
una ermita, sino un Templo dedicaremos en- el
Tibidabo aJ Sacratísimo Corazón

140
Y era tanta su fe en la palabra de su santo
Fundador que, a pesar de las contrariedades
que sobrevinieron, incluso la pérdida de aque­
llos terrenos para los Salcsianos, D. Manuel
jamás dudó de que la profecía de Don Bosco
se convertiría en bella realidad. Los hechos lo
están demostrando; pero ¡cuántos pasos, cuán­
tos s^riflcios y amarguras le ha costado a
D. Manuell Por bien empleado lo daba todo
con tal de conseguir ver honrado y adorado al
Sacratísimo Corazón de Jesús.
Una de sus grandes alegrías la tuvo en el
pasado mes de Octubre cuando vió reunidos
los primeros niños que, con vocación religiosa,
se instalaron en la residencia del Tibidabo: el
Corazón de Jesús recibiría ya en su morada del
Tibidabo culto constante y de corazones ino­
centes que, con sus oraciones atraerían las ben­
diciones de Dios sobre las almas caritativas y
amantes del Divino Corazón que han ayudado
con sus limosnas a la construcción de la Cripta
y parte del Templo ya construida, y sobre los
que en adelante contribuyan con sus donativos
a la pronta terminación del referido Templo.

S u Bsonomía moral»
No obstante todo lo dicho, lo más admirable
y cdiTicante en la vida de nuestro D. Manuel
Hcrmida es su vida de perfecto religioso, de
hijo fícl de Don Bosco, que sabe conservar uni­
das y paralelamente desarrolladas la oración y
el trabajo, es decir su unión con Dios Nuestro
Señor. Los múltiples y agobiadores trabajos que
llevó entre manos no le absorbieron sus fuerzas
espirituales, ni distrajeron en lo más mínimo
aquella vida interior de recogimiento que no
le dejaba perder ni un minuto de tiempo, pa­
sando largas horas a ios pies del Sagrario; de
puntualidad ejemplar a las prácticas de comu­
nidad, a pesar de sus años y enfermedades; el
fervor con que celebraba la sonta Misa, la es­
crupulosidad que demostraba en todo lo que
se refería ol sagrado culto, la modestia en toda
su persona que tanto edificaba a los que le veían
por la calle y en las visitas, que hacia más por
obligación que por cortesía; aquella manse­
dumbre y longanimidad que tantas simpatías
unió a su venerable persona, a la que en tan gran
número acudían, unos, y no pocos, en busca de
trabajo, sabiendo cuanto era apreciada y aten­
dida una recomendación de D. Manuel, otros, y
los más, en busca de consuelo y dirección para
sus almas, conocedores de cuan abundantemente
podía darlos aquella alma toda de Dios, que no
buscaba otra cosa que su gloría y la salvación
de las almas.
Ni es para pasado por alto su respeto a los
Superiores, en quienes veía siempre la repre­
sentación de Dios. Por eso, especialmente en

estos últimos años, aun cuando varios de los
Superiores, de la Inspectoría o de la Casa habían
sido en otro tiempo alumnos o subalternos
suyos, mostraba por ellos suma veneración,
rehuyendo ocuparar sitios de preferencia que
estos le ofrecían, saludándolos, bonete en mano,
cuando pasaba por su lado o iba a hablarles,
y queriendo darles con regularidad la cuenta
de conciencia como el último subalterno. Es
de Regla, decía, y lo necesito y debo cumplir
ese punto de la Regla como todos los demás.

S u enferm edad y sania muerfe»
Ya hemos dicho que hasta el día antes de caer
en cama había seguido trabajando por el Tem ­
plo del Sagrado Corazón. En efecto, el lunes
día 20 por la tarde había estado todavía .por
Barcelona, convertido en verdadera abeja mís­
tica que iba libando de flor en flor las limosnas
que habían de formar el místico panal del Tem­
plo del Tibidabo.
Al día siguiente se levantó, como de costum­
bre, para ser siempre el primero en acudir a la
meditación, como a todos los demás actos de
Comunidad. Celebró luego el santo sacrificio
de la Misa, pero después del desayuno sufrió
un desvanecimiento que alarmó a los de Casa.
Al visitarle el médico consideró el caso de cui­
dado, y como esa fuese también su impresión
al día siguiente, se dispuso su traslado desde el
Tibidabo a esta Casa de Sarriá, en donde había
de ser más fácil la asistencia médica.
No fué más optimista la impresión de otro
médico que le visitó en seguida, por lo cual
el jueves 23, recordando los vivos deseos que
repetidamente había manifestado de recibir en
seguida el Santo Viático y la Extremaunción
en caso de enfermedad, se le hizo una ligera
indicación en ese sentido; pero D. Manuel,
atajando al que le hablaba, dijo en el acto: «Sí,
sí, que me den todos los auxilios espirituales *
Quisimos darle a entender que el caso no era
tan grave como por ventura hubiera podido
creer, pero él contestó: «debemos vivir siem­
pre preparados, y yo gracias a Dios, lo estoy;
no retardéis en administrarme los Sacramentos s.
iCuán conmovedor fué el acto de llevarle el
Santo Viático! Acompañaban al Santísimo todos
los Salesíanos y Novicios, e incorporándose
D. Manuel cuando el Señor llegó a su cuarto,
contestó con entereza a las oraciones del sacer­
dote, y recibió la Sagrada Comunión con tan
profunda piedad y recogimiento que enter­
neció hasta las lágrimas a muchísimos de los
circunstantes.
Con iguales muestras de piedad siguió reci­
biendo la Sagrada Comunión en los días si­
guientes, incluso el de su muerte, durante los
cuales pudimos admirar su constante unión

141
con Dios. No se contentaba para ello con las
continuas jaculatorias que elevaba a Dios, sino
que quiso se le hiciera algo de lectura espiritual
y la del mes de San José, cuya devoción era en
él. tan grande, que, aún en aquellos días, seguía
recomendándola a los que lo asistían y visi­
taban. Sin duda por lo que contribuye a la
unión con Dios el rezo del Breviario, repetida­
mente solicitó se le permitiera rezarlo aún
durante su enfermedad.
Cjemplarísimo había sido durante toda su
vida, pero se diría que Dios había querido

allí, dijó a Don Manuel que todos iban a rezar
por su salud, pero que todos deseaban también
una bendición más de aquella mano que tantas
veces los había bendecido y reconciliado con
Dios, rogándole al mismo tiempo en nombre
de todos, les perdonara de todo aquello en que
pudieran haberle ofendido. Rezó el Director
la fórmula de la bendición de María Auxilia­
dora y D. Manuel, alzando la mano, dió la ben­
dición: la última, pero acaso la más copiosa,
pues al pasar luego a besar su mano la dejaron
regada de filiales lágrimas, en las que iba el pro-

£1 cadáver de Don Manoel Hemiida en la capilla ardienle.
compendiase en sus últimos días los ejemplos
de virtud: tantos fueron los que recibimos durante
su breve enfermedad, especialmente de pa­
ciencia y resignación a la voluntad de Dios, de
humildad y de gratitud por ios servicios qüe
se le prestaban y hacia los que se interesaban
por él y por su salud.

La álfima bendición»
De imperecedero recuerdo será para todos
el acto en que dió su bendición a todos los Salesianos de la Casa. Era la antevíspera de su
muerte: el mal se agravaba por momentos, y
los salesianos no sabían separarse de su lado.
El Director de la Casa les invitó a que le hi­
cieran una visita todos juntos, y ya reunidos

Beobj M

pósito de ser fieles imitadores de tan cariñoso
padre.
Hasta el último momento se esperó que, por
un milagro, el Señor conservara tan preciosa
existencia, pero Dios quiso darle el premio
que, con tantos méritos, se había conquistado
D. Manuel, y el lunes 27 de Febrero, con
los ojos fijos en el Sagrado Corazón del Tibidabo, durmióse en el Señor: ¡qué dulce des­
pertar habrá tenido al encontrarse cara a cara
con el Divino Corazón por cuya gloria, con tanto
celo y sacrificio, había empleado la vida entera!
Reguemos por él, pero roguemos también
para que él desde el cielo, como nos dice nues­
tro venerado Sr. Rector Mayor, nos obtenga
la gracia de ser imitadores suyos como él lo fué
de nuestro Venerable Padre Don Bosco.

flvtr wvim é pave^

na:ip¿i naíavÁm
'

'Mádif-xn*

Una excursión
eníre los indios Carachás
(Conclusión).

La vuelta - Generosidad y cariño - P a­
rientes improvisado^ - Do/orosas prue­
bas - Una mies que espera segadores.
A la vuelta; decidí llevar conmigo algu­
nos remadores indios, no sólo para sostituir
a dos de los míos que seguían hacia Con­
cepción, sino también para ayuda de los
que quedaban y disminuirles la fatiga, ya
que ahora nos tocaba ir río arriba.
Hablé de ello con el jefe de la tribu,
Mariano Maluá, el cual después de ma­
dura reflexión, me dijo decidido:
— Vendré yo mismo con mi sobrino
Joaquín; pero nadie más; y no hoy, sino
mañana. Me siento todavía demasiado

Un indio c^sn^ché, después de hacer
una buena presa.

cansado de las luchas que sostuve ayer
con mis guerreros...
Y fué de palabra. Al alba dcl día si­
guiente, apenas dimos con el cuerno la señal
de la partida, aparecieron inmediatamente
Mariano y Joaquín y con la mayor desen­
voltura saltaron a la barca, empuñaron
los remos y demostraron con los hechos
que eran excelentes remadores. Todavía
me quedaban por visitar dos villorrios
bastante importantes, distantes uno de
otro, varias horas de canoa.
Los indios al darse cuenta de nuestra
llegada salieron todos a recibirnos a la
orilla y formando escolta nos acompa­
ñaron hasta sus habitaciones, i Qué con­
suelo para el corazón del misionero en­
contrar tan buenas disposiciones en estos
buenos indios!
El recibimiento fué cordial, entusiasta:
en la choza del jefe de la tribu, adonde
nos dirijimos apenas desembarcados, nos
ofrecieron cestas llenas de patatas, ba­
nanos, caña de azúcar ya sin corteza y
hecha pedazos. Correspondimos a su ge­
nerosidad ofreciendo a nuestros buenos
huéspedes nuestros regalos: tabaco, an­
zuelos, agujas, espejos; y ellos en señal
de gratitud, redoblaron sus regalos car­
gándonos de los mejores productos de
sus tierras. Jefes y súbditos iban a porfía,
ofreciéndonos gallinas, pájaros, huevos, ha­
bichuelas, mandioca y que sé yo cuántas
cosas más, i Nadal que resultó un problema
cargar con todo aquel bien de Dios y tu­
vimos que comprar otras dos barquitas,
que nos siguieron cargadas con aquellos
dones providenciales.
Llegada la hora di la orden de zarpar,
pero con sorpresa general, a pesar de los
esfuerzos de los remeros, la embarcación
no se movía; parecía embarrancada en el
fondo dcl río. ¿Q u é había sucedido? Me
abalancé para indagar la causa de aquel
inesperado accidente y con gran mara­
villa, y, lo confieso, con grande emoción,
descubrí alrededor de la proa, varias cabecitas de indios que apuntalaban vigo­
rosamente la barca para no dejarla partir;

145

Una familia de carúchás rodeando a Mons. Cooluron.
era una cariñosa prueba de su afecto y
gratitud...
Para hacer menos penosa la separación
los invité a venir a pasar con nosotros la
noche a la playa vecina y accedieron gus­
tosos, siguiéndonos en gran número, y
aún varios llegaron antes que nosotros.
Y su cariño fué bien recompensado; pues
apenas dejada la playa, descargó sobre
sus chozas una verdadera nube de mos­
quitos y cuando llegan semejantes hués­
pedes, adiós sueño y descanso: pican como
condenados, excitando los nervios de una
manera insoportable. Muchas veces nos­
otros mismos nos hemos visto obligados,
a causa de estos mosquitos, a levantar las
tiendas y buscar un refugio en alguna
cnsenadura, no molestada por el ejército
invasor. Así es que por aquella noche
nuestros acompañantes durmieron tran­
quilos.
El que pagó la fiesta y quedó chupado,
no por los mosquitos sino por moscardones
de carne y hueso, fué el pobre Checco,
nuestro fiel intérprete. A cada dos por
tres se presentaba uno de aquellos bue­
nos Carachas, que se decía su pariente.

Quién quería pasar por tío, quién por
sobrino, quién por hermano de leche...
— 6 Pero no te recuerdas cuando éramos
pequeños? le decía uno y como Checco
no se acordaba de nada, le colmaban de
abrazos, caricias, sonrisas, para conven­
cerle de que eran parientes próximos o
al menos íntimos y antiguos amigos...
Y todas estas manifestaciones de afecto
no cesaban hasta que sacaba alguno de
los objetos que había acumulado con sus
economías, y lo iba distribuyendo entre
sus inexorables parientes y amigos; y tras
unos llegaban otros, que, a fuerza de ma­
nifestaciones de cariño, acabaron con sus
provisiones de tabaco, anzuelos, agujas, etc.
y sólo entonces lo dejaron en paz.
El 3 de junio fiesta del Corpus, después
de celebrar la misa en acción de gracias
á Dios por habernos asistido en esta pri­
mera parte de nuestro feliz viaje, nos des­
pedimos de nuestros queridos indígenas,
que casi se resistían a separarse de nosotros
y emprendimos la vuelta hacia Registro.
La subida del río fué accidentada, pues
la corriente se había hecho bastante im­
petuosa y los remeros sudaban la gota

144
gorda, luchando como leones para vencer
la furia de la corriente. A veces había que
ir de una orilla a otra para no ser arras­
trados a un banco de arena, con lo cual
se alargaba el camino y se agotaban las
fuerzas de la tripulación.
Finalmente, el 5 de junio llegábamos
de nuevo a Isabel de Mauro y yo me hice
un deber de acompañar a su tienda al jefe
de la tribu, que me había prestado sus
servicios, colmándolo de regalos y pidién­
dole que me procurara otros seis remeros
para lo que quedaba del viaje.
Mientras su sobrina lo peinaba y su
mujer le daba cuenta de todo lo que había
sucedido durante su ausencia, aproveche
el momento para examinar el interior de
la cabaña; en un ángulo vi un hacha de
piedra, herencia do un bisabuelo y un
arco y flechas de los Chavantes, glorioso
botín de guerra, y compré ambas cosas.
Apenas pude, me retiré a descansar,
pues buena falta me hacia y cuando estaba
en lo mejor del sueño (eran las once de
la noche) me siento llamar por el jefe,
que me invitaba a cenar. Para no desai­
rarlo me levanté y fui a su reió (cabaña)
dónde ya toda la familia se hallaba acu­
rrucada, alrededor del fuego haciendo
corona a una buena provisión de tucunaré
(guiso de pescado), que habían preparado
en nuestro honor. Y no dejamos de hacer
nuestro papel, pues se nos había desper­
tado un regular apetito.
Acabada la cena, a eso de media noche,
el jefe hizo venir a seis remeros y a un
buen pescador, para contratarlos y po­
nerlos a nuestro servicio y tras algunos
bocados de tucunaré, fácilmente nos pu­
simos de acuerdo.
Al día siguiente emprendimos la marcha,
aumentándose la comitiva, pues se nos
juntaron algunos que tenían que cruzar
el frccho de río que separa el Río das
Martes de los poblados existentes junto
a la isla Dananal.
Llegados a Sta. Isabel, dcsambarcamos
para visitar el pequeño cementerio, for*mado por unas 50 tumbas. Cada tumba
está señalada por una sartén vuelta hacia
el oriente y puesta a los pies de los restos
mortales del difunto. En el centro del
cementerio campea una pequeña y rústica
cruz, recuerdo quizá de los tiempos en
que había allí un puesto militar avanzado.

Después de .este pequeño descanso,
continuamos el viaje que tenía que durar
unos doce días, sin encontrar alma vi­
viente.
Durante el trayecto aprovechábamos
todas las ocasiones para enseñar, espe­
cialmente después de cenar, en los lugares
donde pasábamos la noche, el Padre­
nuestro, el Avemaria y las primeras no­
ciones de catecismo, a los indios, que nos
escuchaban con gran atención.
Pero el viaje de vuelta no debía ser tan
tranquilo como el de ida.
La noche del 10, noté que habían ce­
sado bruscamente las manifestaciones de
alegría de los indios y que alguna nube
se cernía sobre el corazón de los remeros,
cuya actitud era poco tranquilizadora.
No hice gran caso, pensando que fuera
quizá efecto de un sentimiento natural
de nostalgia, tan fuerte en el indio o bien
del cansancio por lo largo del viaje.
Mientras los demás estaban acampados
en la orilla, yo me retiré a un ángulo de
la embarcación para rezar el rosario,
cuando se me acerca consternado uno de
los rrucstros, para advertirme que los
indios habían empuñado las armas, dis­
puestos a agredirnos:
— No me vengas con cuentos, le dije
yo sonriendo; como tú no conoces su len­
gua quién sabe lo que has entendido;
vete a dormir tranquilamente y encomién­
date a la Virgen para que te conceda una
buena noche.
Pero no dejé de preocuparme, porque
también podía ser cierto. Llamé enseguida
al intérprete, el cual, sin ambages, me
confirmó que los indios estaban decididos
a volverse atrás y que estaban dispuestos
a servirse de la violencia, si se les hubiera
querido impedir su plan.
Le hice comprender que tal decisión
me disgustaba mucho y que a todo trance
teníamos que continuar el viaje. Le rogué
procurara convencer a ios indios hicieran
lo que yo quería, prometiéndole, si lo lo­
graba, un buen regalo: — Te daré mi
fusil, si eres capaz de quitarles esta idea
de la cabeza.
Y el intérprete se marchó sin decir ni
si ni no.
E indagando un poco más vine a conocer
la razón de aquel cambio tan brusco. Uno
de los remeros, de otra tribu, pocos días

J

antes había tenido una discussión con el
intérprete y éste para vengarse había in­
citado a los indios en contra de él, hasta
el punto de que el Jefe de los salvajes
había dado orden de acabarlo a golpes de
maza. El indio que se había buscado al­
gunos aliados, habiendo comprendido de
qué se trataba, se parapetó detrás de una
barca, dispuesto a defenderse y uno de
los remadores amigo suyo, sospechando
un asalto inminente, se armó con un te­
rrible cuchillo, dispuesto a vender cara
su vida.
Gracias a Dios pude conjurar el peligro;
pero si el intérprete tardaba algunos mi­
nutos en venirme a poner 'al corriente de
la dramática situación, sucedía una ca­
tástrofe.
El intérprete volvió después de unos
20 minutos de penosa espera, diciendo
que mis hombres habrían continuado el
viaje pero con la condición que no que­
daran en la barca más que indios carachás.
Accedí a sus pretensiones y acabó todo
allí.
Aún ahora pensando en tan singular
aventura, casi no sé darme razón de ella,
pues durante todo el viaje los carachás se
habían demostrado siempre respetuosos
y dispuestos a todo.
Otro caso doloroso nos sucedió la noche
del 4 de junio, fría y lluviosa, que tuvimos
que pasar acampados en la orilla del río.
A todos nuestros indios les cogió la fiebre
y un fuerte resfriado y uno de ellos con­
trajo un pulmonía fulminante. Nuestra
pequeña farmacia ambulante prestó en­
tonces grandes servicios; hicimos lo que
pudimos para aliviar a todos, pero des­
graciadamente el que había sido atacado
de pulmonía, murió cuando estábamos
ya cerca de Registro. Se llamaba Obedú;
tendría unos 45 años y era padre de cuatro
hijos, dos de los cuales casados ya. Con
nosotros se mostraba siempre muy atento.
Lo bauticé poco antes de morir con el
nombre de Juan, siendo una de las pri­
micias de la misión de los Carachás.
Apenas muerto, sus compañeros que lo
querían mucho, rompieron en deshecho
llanto. Una vez llegados a Registro, el
pobre Obedú, llevado a espaldas de los
indios y acompañado por los alumnos y
alumnas de los dos colegios salesianos y
por numerosos amigos, fué conducido a

la última morada, i Descansa en paz. que­
rido Obedú, lejos de tu villorrio natal.
Desde el ciclo intercede por tus hermanos
de tribu, para que el Señor haga brillar
prónto ante sus ojos la luz de la fe!
Amadísimo Don Rinaldi, la brecha
está abierta, el tiempo urge, la mies abun­
dante espera a los segadores. No deje de
recomendar a todos este nuevo campo de
misión, donde pululan tantas almas an­
siosas de ser dirigidas por el camino del
cielo.
Bendíganos a todos y especialmente a
su humilde hijo in C. J.
Mons. G . B. COUTUROM,
Admdor. ApostóJico.

JAPÓN.

La residencia de Oiía,
Miyazaki, 12 marzo 1927.
Amadísimo Padre,
Acabo de regresar de Oita, donde he
dejado instalados a nuestros queridos her­
manos, Rvdo D. Tanguy, Rvdo. Margiaria y Dc-Mattía. Fué cí mismo día ani­
versario de la muerte de nuestro angélico
Domingo Savio. Después de recibir y co­
rresponder a los saludos de los cristianos
que salieron a esperarnos, nos dirigimos
a la Casa de la Misión. Llegados a ella,
nos postramos ante el altar para consagrar
al Señor nuestras fatigas y las almas con­
fiadas a nuestros cuidados; entonces el
P. Margiaria, gran devoto de Domingo
Savio, nos dió la agradable sorpresa de
sacar de su baúl una estatuita de nuestro
santito y después de colocarla en un lugar
honorífico de la casa, le confiamos el cui­
dado de todos los niños y jóvenes de nues­
tra misión.
Mientras tanto, con santa pobreza y
sencillez salesiana, cn^pezamos a disponer
nuestras pocas cosas y a establecer la dis­
tribución de la Casa.
Contrastes.
AI día siguiente de nuestra llegada, se
celebraba el aniversario de la victoria del
Japón contra la Rusia, que en Oita se

146

conmemoraba con una gran manifestación el cariño y amabilidad, en la que los japo­
cívico-militar, tomando parte las escuelas neses son maestros insuperables.
y gran número de expcctadores. Por todas
Semejante afecto sintió por esta pobre
partes se hacían disparos y salvas de fu ­ alma San Francisco y desde aquel día
silería y cañones, entre el chisporroteo de Otomo, que significa precisamente grande
las ametralladoras y el estallido de pe­ amigo, fué el mayor amigo que el santo
tardos. Era un continuo afluir de grupos haya encontrado entre los japoneses. Los
y patrullas y una espesa selva de ban- autores antiguos narran la entrada triunfal
deritas que daban la idea de una verda­ de San Francisco Javier en Funai y el
dera batalla.
espléndido recibimiento que le hizo Ofomo.
Los niños, en grupos, conducidos por Los portugueses, desde el puerto, lo salu­
sus maestros acudían a tomar parte o daron con 4 salvas de artillería. El daimyo
a presenciar el espectáculo y la muche­ lo admitió a su mesa y escuchaba con
dumbre extática contemplaba el espectá­ avidez la exposición de la doctrina de
culo desde los puntos más elevados.
Jesucristo. Permitió que el Santo predi­
Así el pueblo japonés mantiene aquel cara en sus dominios y hasta emánó edictos
espíritu de aguerrido valor, que lleva en para la reforma de las costumbres de sus
la sangre y que es otra de sus caracterís­ pueblos. En cuarenta y seis días de per­
ticas.
manencia allí, predicando constantemente
En medio de tanta algazara y alegría a las turbas, San Francisco hizo numerosas
de corazones y exuberancia de vida, a la conversiones, entre ellas la de un bonzo
cfuc daban mayor brillantez el hermoso famoso, que le había desafiado a una dis­
sol de primavera, el mar tranquilo y ma­ puta pública. Esta conversión fué seguida
jestuoso, los colores abigarrados de los de otras 500.
kimonos y la sonrisa que se dibujaba en
Pero en China esperaban con urgencia
todos aquellos rostros japoneses, los po­ al santo apóstol y ya se despedía para
bres Hijos de Don Bosco, objeto de cu­ embarcarse, cuando los bonzos, temiendo
riosa admiración, pasaban por las calles, quedar mal por la derrota de su compa­
pensativos, dominados por extraños con­ ñero, desafiaron al santo a una nueva dis­
trastes de ideas que embargaban su espí­ puta pública y solemne. El santo aceptó.
ritu. Por una parte grandes máquinas de El adversario, a falta de razones, acude
guerra que sirvieron para vencer a un a ios insultos y azuza la pleba contra el
pueblo y para manifestar el poderío de santo, promoviendo una especie de motín
otro: corriente de vida que se renueva y cerrando los templos en señal de pro­
en este gran pueblo conocedor de su gloria testa. Y un grupo de 3000 personas insti­
y de sus energías. Por otra los humildes gadas por los bonzos, se presentan en el
hijos del Vbic. Don Bosco, que con armas palacio del daimyo, que escoje a cinco de
bien distintas se preparan* para la pacífica ellos para discutir de nuevo con el ex­
conquista de las almas.
tranjero. Tres días duran las discusiones
y la victoria es decretada al cristianismo.
Con esta victoria, el aposto! del Japón,
Recuerdos le/anos.
después de haber pasado 26 meses entre
Al extender nuestra mirada sobre esta aquellas nacientes cristiandades, delicia
ciudad, que desde las colinas baja hasta de su alma, después de haber regenerado
el mar, desparramándose a lo largo de con el santo bautismo a millares de infieles,
una pintoresca playa, pensábamos en el después de haber ganado para Jesús el
apóstol del Japón, San Francisco Javier. corazón de muchos príncipes y de haber
A mediados de setiembre de 1551 de­ confundido la idolatría y el orgullo de sus
sembarcaba en Funai, la antigua Oifa, bonzos, enarbolaba en medio de un nuevo
accediendo a las repetidas instancias de pueblo el estandarte de Jesucristo.
Otomo Yoshishigke, el daimyo más pode­
roso del Khiu~Sh¡u y uno de los más
grandes del Japón. Ofomo, joven entonces
Aquella misma tarde fui a saludar a los
de 20 años, concibió en seguida una grande hermanos de Nakatsu y a la mañana si­
estima por el santo y lo recibió con todo guiente regresé a Myazaki.

1

m

147
La misión confiada a los salcsianos en
la provincia de Miyazaki recuerda a los
japoneses las antiguas tradiciones de su
origen y las glorias del primer emperador,
del Gummu Temo, fundador de la actual
dinastía y sobre todo recuerda a los cris­
tianos, el apostolado de San Francisco

Este debe ser un ideal de toda la familia
salesiana y todos a una deben contribuir
a convertir en realidad este santo deseo,
por medio de la oración y con auxilios
de todo genero.
i Amado Padre! i Qué hermoso es y
cómo consuela sentirse apoyados por uiia

Oita (Japón). — Amiguifos de Domingo Savio todavía paganos. [Ya los cotivcri.rS!
javier en la floreciente cristiandad de
Oita.
i Que estos recuerdos, influyendo en
las generosas almas japonesas, confiadas
a nuestros cuidados, sirvan, con la gracia
de Dios, que no faltará, y con la práctica
de una vida verdaderamente cristiana,
para trasformarlos y a hacer de ellos la
delicia dcl corazón de Dios.

falange de almas ardientes y generosas!
i Hermanos, alumnos, cooperadores nues­
tros del mundo entero, que el buen Jesús
os bendiga y os recompense! como se lo
pide de lo más profundo dcl alma vuestro
humilde servidor
VlCEhíTE C lM A T T I,

Pbro.

Misionero salesiano.

Los gac deseen gracias de M aría Auxiliadora ayuden a las Misiones
Salesianas y estén seguros de que ¡as obtendrán. El Ven. Don Bosco

EL MES DE MAYO.
Dos fechas memorables. — Las Jornadas Marianas.
Henos de nuevo en el mes consagrado
a la Virgen Santísima, a María Auxilia­
dora, a la Virgen de Don Bosco. Su de­
voción se extiende cada vez más. Cada
año aumenta el número de devotos y el
entusiasmo y fervor con que se celebra
su fiesta, donde ya es conocida; como tam­
bién todos los años sus glorias y su fiesta
se celebran en alguna nueva localidad,
en algún templo nuevo, donde por vez
primera ha entrado su devoción, que se
adueña en seguida de todos los corazones.
Pero este año el mes de Mayo y la fiesta
de María Auxiliadora tienen que revestir
una solemnidad especial, tienen que se­
ñalar una nueva era de mayor amor, de
mayor entusiasmo, de mayor difusión de
esta devoción inspirada por Dios al Vble.
Don Bosco, no sólo para que María Au­
xiliadora fuese la inspiradora y la patrona
especial de todas sus obras, sino para que
difundiéndose por todo el mundo la de­
voción a esta significativa invocación,
compendio y razón última de todas las
grandezas de María, atraiga sobre los in­
dividuos, sobre las familias, sobre la Iglesia,
sobre la sociedad entera, todas aquellas
gracias, especialmente necesarias en estos
tiempos; y llegue, así, pronto aquel
día, augurado por nuestro Vble. Padre
en su librito: « La Nubecilla del Carmelo *
« ... Llegará día en que todo buen cris­
tiano se gloriará de profesar una ternísima
devoción a María Auxiliadora... Esta de­
voción hace caer sobre la tierra una ver­
dadera lluvia de bendiciones, las cuales
la harán amar y difundirse por doquiera».
Y el motivo de esta solemnidad, amor
y entusiasmo especial, con que este año
hemos de celebrar esta fiesta, os lo co­
municó, amados Cooperadores y bene­
méritas Cooperadoras, nuestro amadí­
simo Superior General D. Felipe Rinaldi
en la carta anual que, desde estas co­

lumnas, os dirigió el pasado enero: « E l
17 del próximo mayp, decía,
cumplirán
los 25 años de la Corondeión Pontificia
de M aría Santísima Auxiliadora. M u­
chos de vosotros recordarán el grande es­
pectáculo de fe que Turín contempló en
aquellos días y supongo que a • todos os
complacerá el ver que no queremos pase
desapercibida una fecha tan memorable» ...
« Pedid también, en circunstancias espe­
ciales, la Bendición de M aría Auxilia­
dora, según la fórmula que hace 50 años
aprobó el Papa León X I I I , a instancias del
Vble. Don Bosco, y que ha sido incorporada
al Ritual Romano. E l cincuentenario de
esta bendición, con la cual se han obtenido
tantas gracias extraordinarias, debe ani­
marnos más y más a practicar y a difundir
esta devoción tan acepta a la celeste Patrona
de las Obras Salesianas».
He aquí pues los dos acontecimientos
que el mundo salesiano ha de celebrar
este año con grande amor y entusiasmo:
Las Bodas de piafa de la Coronación
ponfiBcia de la taumaturga imagen de
la Virgen de Don Bosco y las Bodas
de oro de la benedición de M aría Au­
xiliadora, que tantas gracias ha obtenido
y ha de obtener a sus devotos.
Para ello se celebrarán en todas las
Casas Salesianas y doquiera existan nú­
cleos de Exalumnos y Cooperadores, no
sólo funciones religiosas extraordinaria­
mente solemnes, sino, como dice nuestro
amadísimo Rector Mayor, « congresos
locales, regionales y nacionales como adhe­
sión a los actos que se celebrarán en la Casa
Madre de Tarín, cabe al primer Santuario
de María Auxiliadora ».
En Turín, además de las solemnidades
extraordinarias que se celebran todos los
años en el Santuario y que, como saben
nuestros lectores, alcanzan proporciones
de verdadera apoteosis, se han organizado

Tres grandes Jo rn a da s Marianas.
La primera tendrá lugar el 17 de mayo
y será dedicada a los Cooperadores y
Exaiumnos. En ella se desarrollarán los
siguientes temas: I. María Auxiliadora y
el pueblo cristiano. ¡I. La devoción a
María Auxiliadora y los padres y madres

mayo, será dedicada al Clero y desarro­
llará los siguientes temas: 1. María Auxi­
liadora y el Clero. 11. La devoción a María
Auxiliadora, como auxiliar eficaz del Clero
en las obras de celo a favor de la juventud.
♦ «♦
Su Santidad, el Papa Pío X I, en la au­
diencia que concedió el 14 de enero úl-

Maria Auxiliadora, coronada en Villa Colón (Uragnay)
al a&o signienfe de la Coronación PonfiBcia de la de Tarín.
de familia. III. El Cooperador y el ex­
alumno salesianos, como celadores de la
devoción a María Auxiliadora.
La segunda se celebrará el día 20 de
mayo y será dedicada a las Juventudes C a­
tólicas. En ella se* tratarán los siguientes
temas: I. María Auxiliadora y los jóvenes.
II. María Auxiliadora y la pureza. 111. M a­
ría Auxiliadora y las vocaciones.
La tercera, señalada para el día zz de

timo a nuestro Superior General, al ser en­
terado de estas Jornadas Marianas, mostró
gran complacencia y, para animar a todos
a tomar parte en ellas, doquiera se cele­
bren, concedió indulgencia plenaria a cuan­
tos a ellas participen, cumpliendo las con­
diciones acostumbradas y dió facultad a
los Superiores que las presidan, de im­
partir la Bendición Apostólica a cuantos
a ellas asistan.

150

El Rey de España
y la Sma. Virgen.
«H a sido para mi una satisfacción muy
grande poder venir a visitaros. Veo, por
vuestras caras y por lo que acabo de oir de
vuestros labios, el animado espíritu que os
inflama. No olvidéis nunca, cuando salgáis
de aquí, de Toledo, que habéis pertenecido
a la Congregación de M aría Inmaculada;
ya que siempre a todo el que ha vestido el
uniforme militar, le ha animado para el
cumplimiento de su deber el ser confortado
por la fe. En todos los grandes hechos de
armas, en todas las grandes victorias que
hemos conseguido, hemos sabido invocar
primero el nombre de Dios, pidiéndole su
protección. Y fortalecidos con esa fe y con
la confianza absoluta de que íbamos prote­
gidos desde arriba, el esfuerzo personal su­
ponía más, porque se podía caer, pero siem­
pre se vencía.
Por eso, una de las características que
yo deseo que tengan mis oficiales es que
crean, que tengan fe, porque teniendo fe
serán buenos católicos, buenos militares,
buenos españoles y al ser buenos españoles
dejarán bien puesto el nombre de España,
que es lo que yo deseo que hagan siempre mis
soldados.
Tened la seguridad de que la Purísima
Concepción, que es la Patraña de nuestra
Congregación, no ha de faltarle nunca a la
infantería española y que siempre la pro­
tegerá. Sabed que la Santísima Virgen, al
que cae en el campo de batalla, lo recoge
como Madre amorosa para llevarle al Cielo,
para cuyo logro, el militar que cumple 5u
deber tiene muchísimo adelantado.
iQue la suerte os proteja a todos y que
siempre que nos encontremos en la vida sea
tan unidos y hermanados como en estos mo­
mentos, en que nos cobijamos bajo el manto
amoroso de la Inmaculada!
(Palabras S. M . el Rey A lfonso XI I I
(q. D. g.) a la Congregación Ivlilitar de
la Inmaculada de Toledo, el día 26 del
pasado febrero).

Bahía Blanca {Arsentina). — Encontrán­
dome gravemente enferma y viendo que todos
los cuidados y esfuerzos de los médicos eran
inútiles, me dirigí con toda confianza a María
Auxiliadora pidiéndole por intercesión del
Vble. Don Bosco que me concediera la salud.
Rápidamente desapareció toda enfermedad
y hace ya cuatro años que me encuentro com­
pletamente sana. Agradecida a la Virgen por
haberme restituido la salud, cumplo gustosa
lo ofrecido, dando una limosna para los huerfanitos de Don Bosco, haciendo celebrar una
misa en su altar y publicando la gracia en el
Boletín Salesiano.
II febrero 1928.
M aría J. de F eijoo .

H uesca (España). — Tuve a mi nieto Martín
Solanes bastante delicado de una afección a
la garganta y viendo que la enfermedad no
desaparecía, lo llevé al médico, quien, me dijo
que era necesaria una operación.
Apenada por tal noticia, invoqué a María
Auxiliadora y en muy pocos días desapareció
la enfermedad como por encanto, sin que desde
entonces le haya vuelto a repetir.
Agradecida por tan señalado favor doy una
pequeña limosna para el culto de María Auxi­
liadora y deseo se publique la gracia.
Febrero de 1928.
C atalina Bitrian .

L ima (Perú). — Soy padre de un niño lla­
mado Carlos Alberto Rozas, que cayó enfermo
con la tcrribilc peste bubónica, el día d 6 de
junio de 1925, debiendo ser trasladado al La­
zareto de Guia de esta Capital. Mi corazón de
padre quedó hondamente apenado al oir que
el medico jefe y los practicantes del Lazareto
me dijeron que el caso era fatal y que no había
esperanza de salvar la vida a mi único e idola­
trado hijo. El día 10 el médico me comunicó
que era imposible luchar contra el mal, pues
habían sebrevenido serias complicaciones, que
hacían inútil la intervención facultativa.
Pero a pesar de todo, me quedaba un rayo
de esperanza. Desde el comienzo de la enfer­
medad de mi hijito, clamé al Cielo, implorando
de Dios Nuestro Señor *por mediación de la
Sma. Virgen, María Auxiliadora, la curación
de mi hijo único.
Cuando el médico me anunció que le que­
daban pocos instantes de vida a mi hijo, con el

T

Í 51
corazón angustiado corrí presuroso a la capilla
del Lazareto, donde se venera la imagen de la
Virgen Auxiliadora y de rodillas le pedí, entre
lágrimas y sollozos, que devolviera la vida a
mi hijo y volví al lado del enfermo temiendo
llegara el momento fatal.
¡Oh poder y misericordia de María! No
sólo no sobrevino la muerte, sino que empezó
enseguida una franca mejoría y, con asombro
mío y de los médicos, mi hijo al poco tiempo
estaba en perfecto estado de salud.
Aunque algo tarde, no quiero dejar de pu­
blicar este favor extraordinario, exhortando a
todos a confiar en María Santísima Auxiliadora.
Febrero 1928.
L . A. R ozas.

M adrid (España). — Una gracia especial me
ha concedido María Auxiliadora, invocándola
por los méritos del santo Varón de Dios, Don
Juan Branda, cuyos datos biográficos he leíde
en el último Boletín Salesiano.
Se trata de un pobre muchacho a quien hi­
cieron una operación muy. peligrosa, en el hos­
pital general, el último viernes. El domingo pa­
sado se había perdido toda esperanza de sal­
varlo. Por la noche encendí una vela delante
del cuadro de María Auxiliadora, recomendán­
dole el enfermo, por los méritos de D. Juan Bran­
da. El lunes por la mañana se notó un cambio
radical en el estado del operado, que no duda­
mos en atribuir a la poderosa intervención de
la que es salud de los enfermos, por mediación
de su fiel siervo Don Juan Branda.
16 febrero 1928.
P edro C apellán .

P eÍ3arROya {España). — Quisiera en esta re­
lación, al afecto que siento, como antiguo
alumno del Colegio de Utrera, hacia la Virgen
•que fué el encanto de mis primeros años y la
estrella que me guía en la vida, añadir el agra­
decimiento del esposo que, contra los dictámenes
de la ciencia humana, recobra a la que acaba
de hacerle padre dichoso de su primogénita.
Una infección general ocasionada por una
peritonitis, acompañada de la pérdida progre­
siva del habla y de síntomas alarmantes, hacen
considerar a los tres médicos que la asisten,
el desenlace fatal tan inminente, que, recla­
mando la maxima tranquilidad para la mori
bunda, me retiran de su lado.
En aquellos momentos, para mi tan angus­
tiosos, me arrodillé y pedi a María Auxiliadora
lo que los recursos humanos no me podían dar.
Inmediatamente empezó la mejoría, que, a los
20 días, era curación completa.
Agradecido publico esta gracia, precedida y
seguida de tantas otras que me imponen el de­
ber de propagar la devoción hacia tan buena

Madre, haciendo conocer el poder y las finezas
de su amor.
Febrero 1928.
José R amírez, Farmacéutico.

S an F ernando {Argentina). — Habiendo
unos muchachos dado fuego a un pajonal cerca
de mi casa, el fuego, favorecido por el viento,
iba acercándose conj rapidez. Cuando fui avi­
sada del peligro salí inmediatamente de casa
sin poder sacar nada y al salir dejé una imagen
de María Auxiliadora cerca de la puerta, su­
plicando a la Virgen Santísima se dignara sal­
var mi habitación. Al mismo tiempo no pocas
personas acudieron en mi ayuda para ver como
apagar el fuego, lo que no fué posible, a pesar
de todo esfuerzo. ¡Oh poder y bondad de M a­
ría! cuando la llama estaba a poca distancia de
mi casa, sopló un viento contrario que la re­
chazó luego y se dirigió a otra casa vieja que
estaba cerca y vacía, reduciéndola a cenizas.
Agradecida, manifiesto mi gratitud a María
Auxiliadora, haciendo publicar el insigne favor
recibido, para que también otras personas en
apuros semejantes acudan a la Taumaturga
Virgen de Don Bosco y que veneren todos su
imagen en sus casas y para que se vean libres
de toda desgracia.
Noviembre de 1927.
R osa E lena C oronel v . de C obos.

TÁRIBA {Venezuela). — Hallándome alar­
mada ante el estado de salud de una de mis
alumnas, recurrí a María Auxiliadora, ofre­
ciéndole una misa y publicar la gracia si me
concedía devolverla sana a sus padres y ful
atendida.
Llena de gratitud doy las gracias a la que
siempre ha sido mi buena Madre; como tam­
bién por otra gracia que me alcanzó para un
individuo de mi familia.
Enero 1928.

A na

C.

O rtega

C.

T urin {Italia). — Habiendo caído enfermo
hallábame en el lecho con alta fiebre y sin poder
conciliar el sueño, ni de día ni de noche. Re­
currí a la Sma. Virgen Auxiliadora y empecé
una novena, como lo recomendaba Don Bosco,
pidiendo a la Sma. Virgen que a lo menos pu­
diera levantarme al terminar la novena.
La Sma. Virgen mostró una vez más su bon­
dad: al tercer día la fiebre disminuyó y pude
dormir algo; la mejería fué tan rápida que el
último día de la novena pude dejar ai lecho y
en pocos días quedé completamente sano.'
Gracias, oh Madre Auxiliadora por tu bon­
dad y amor con este tu pobre hijo.
14 de marzo de 1928.
V. M.

152
Dün íümbién gracias a Aíar/a Auxi­
liadora:

B uenos A ires (Argentina). — C. L. de E., da
infinitas gracias a la Virgen de Don Bosco por
haber obtenido feliz éxito en los exámenes.
C ali (Colombia). — Leonor L . de Velasco,
Primifiva Palacios, Mercedes R . de EcheverrI y
Clementlna Prado, envían una ofrenda para las
Obras y Misiones Salcsianes, en señal de gra­
titud por favores recibidos. — Adolfo Herrera,
Manuel M. González, Tomás Joaquín Zapata,
María Jesús Ayala de Mera y Mercedes Aragón
de Lenis, mandan una limosna por gracias re­
cibidas. — María de López agradecida por va­
rios favores y envía una limosna para los huerfanitos de Don Bosco.
E l C armen (Colombia). — Clotilde de Echeverrl, Agripina de Crespo, Carmen y Ana Julia
EcheverrI y Manuela de Palacios tributan eterna
gratitud a la Virgen de Don Bosco y mandan
una ofrenda.
G arcihernandez (España). — Eleuteria Sán­
chez López y hace celebrar una misa en acción
de gracias por haber recobrado la salud.
M orales (Colombia). — Custodio M . C.
Villegas, Manuel Antonio Mera, Eladio Gambóa, Joaquín Clavija, Pedro J . Flor, Evangelina
Bautista de G., Narciso M . de Arce, M . Petrona
Arce, Presentación Ribera y Leticia Villegas, dan
gracias a María Auxiliadora por beneficios que
les otorgó y envian una limosna para las obras
y misiones salesianas.
TA riba (Venezuela). — Desiderio M . Or­
tega, Celso Ortega y Carmen Gilly dan gracias
por varios favores recibidos.
T unia (Colombia). — Juana M a. Gómez,
por favor recibido por intercesión de la Virgen
de Don Bosco envía una ofrenda.
Y umbo (Colombia). — Joaquina L . de Hur­
tado, Benedicta de Cortázar, María de López,
Francisco Puente, Annunciación de Arce, María
de Mafia, Pedro García, Benigna P. de Freire,
Carlos Freire, Teresa de Sánchez, Isidoro Hur­
tado, Clemencia Prado, Rosalba Delgado, Fran­
cisco Quintero, Nepomuceno Tello, Roberto Vá­
rela, María B . Prado, Mercedes de Froilán,
Mercedes O. de Lénis, Soledad de Mosquera,
Obdulia Torres, Gertrudis de Muñoz, Herminia
Ortíz, Marf ra Vivas, Manuel García, Camilo
Vivas, Clemencia de Muñoz, Casiano Zúñiga,
Leticia de Rosan, Avelina Jsanoa, Julia Ortíz,
Eudoro Ferrerosa, Ninfa de Arámburo, Eleuterio
López, Ernestina de López y Nelson López, ma­
nifiestan publicamente su gratitud a la Virgen
del Vblo. Don Bosco por haberlos socorrido
en sus necesidades y por conducto de la activa
Celadora Sra. Da. M aría M . H. de F errerosa,
envian una ofrenda en beneficio y sostén de las
obras y Misiones Salesianas.

La Causa de la Sierva de Dios,
Doroíea de Chopitea, Cooperadora
Salesiana.
El día 6 del pasado marzo, en la capilla del
Palacio episcopal de Barcelona, se celebró la
sesión de constitución del tribunal para la re­
cogida de escritos y para el proceso de non cuitu,
en la causa de beatificación y canonización de
la Sierva de Dios Dorotea de Chopitea.
A petición del Vice-postulador de la Causa,
Rvdo. P. D. Julián Massana, el Sr. Obispe ha
publicado el edicto en el cual se ordena que
en el plazo de seis meses, a contar desde el 15
de marzo, sean recogidos todos los escritos de
la Sierva de Dios y entregados al tribunal de­
legado, como también al mismo tiene que ex­
ponerse todo lo que se sepa en favor y en con­
tra de la fama de santidad y milagros de Dña.
Dorotea.
Después de los trámites canónicos, quedó
abierto el proceso de non cuitu. Los Sres. D.
Sebastian Pascual y'M arqués de Alós fueron
testigos del acto y de todo dió fe el Dr. D. Fran­
cisco Ortega de la Lorena, canciller del Obis­
pado. Asistieron numerosos familiares de la
Sierva de Dios.
LLUVIA DE G R A CIAS
aíríbiridas o la infercesión de la Sierva de Dios.

AI hablar de D* Dorotea, como de los demás Siervos
de Dios, nos importa hacer constar que no queremos
en manera alguna contravenir a las disposiciones ponti»
ñclas, ni atribuir a ningún hecho una autoridad superior
a la que merece un simple testimonio humano, ni pre«
venir el iuiclo de la Iglesia, de la cual, a ejemplo de
Don Bosco nos gloriamos, de ser obedientísimos hijos.
L lavaneras (España). — La mujer de un

colono de una Casa de campo de esta localidad,
se puso gravísima. El médico de la población
juzgó urgente una operación quirúrgica e inme­
diatamente se envió a la próxima ciudad de
Mataró, en busca de otro médico y de ios ins­
trumentos necesarios.
Dicha casa de campo pertenece a unos nietos
de Dña. Dorotea, los cuales guardan con vene­
ración una pequeña porción del cabello blanco
de su abuela, cortado por Dña. Mariana a su
santa madre, para conservarlo' como reliquia.
Mientras llegaba el médico operador le apli­
caron esta reliquia, encomendándose a la pro­
tección de Dña. Dorotea; y al llegar el cirujano,
comprueban con admiración que la operación
ya no es necesaria.
A los pocos días la mujer estaba completa
mente curada.
15 marzo 1928.
M. L L .

i

*55

Bilbao (España). — Habiendo visto en el
Boletín Salesiano la novenita de Dña. Dorotea
la recorté, pues precisamente en aquellos días
tenia que decidirse un asunto muy importante
y con gran fe lo encomendé a Dña. Dorotea.
El martes 24 de enero empecé la Novena
habiendo todos los días la comunión y rezando
las oraciones delante del Santísimo. El domingo
29 quedó arreglado la mayor parte del asunto
y continuando en mis oraciones, el miércoles
1® de febrero, último día de la novena, quedó
tan perfectamente como jamás hubiese creido
ni soñado.

derecho, acompañado de vómitos y como el
mal duraba desde hacía varios días, los que
estaban a mi lado creyeron se trataba de apendicitis y me aconsejaban acudir al médico para
que me hiciera la operación. Poro yo me resistía
a llamar al Doctor, pues pocos días antes había
fallecido un hermanito mió que el Doctor había
visitado.
Habiendo visto en el Boletín Salesiano la
novena de Dña Dorotea, empecé a encomen­
darme a ella, prometiendo enviar una limosna
para su beatificación y como por encanto me
vi libre del mal.

Madrid (España). — Aiganos pocos niños (mis de 2000)
del Oratorio Festivo Salesiano de la Rda. de Atocha
¡Sean dadas gracias a Dios y a la intercesión
de su Bel Sierva!
2 febrero 1928.
M . D. A.

M adrid

t

(España). — Por giro postal envío
una limosna para la causa de Beatificación de
la Sierva de Dios, Dorotea de Chopitea. Hice
dicha limosna para que me concediera la gracia
de encontrar lecciones y a los pocos días me
vinieron tres, de lo que le quedo muy agra­
decido.
16 forero 1928.

P edro C apellán .

E stación G orostiaca (Rep. Argentina). —
Deseo sea publicada en el Boletín Salesiano
esta gracia recibida por intercesión de la Sierva
de Dios, Dorotea de Chopitea.
Me vi atacada de un dolor agudo al costado

Pero pasaron 15 días sin que yo cumpliera mi
promesa y otra vez me vi atacada por el dolor.
Entonces me arrepentí de mi descuido, pedí
perdón a' Dña. Dorotea y empecé otra novena
invocando su favor. A los dos días cesó el dolor
y no ha aparecido más. Agradecida envío el
doble de lo que le había prometido para su
Causa de Beatificación.
2 febrero 1928.

C elia Borgatello.

Se suplica a las personas que obtengan al­
guna gracia, que la comuniquen a la Redacción
del Boletín Salesiano, Via Vottolengo 52 - Turín (109) - Italia - y al Vicepostulador de la
Causa, el Pbro. Salesiano Don julian Massana, Escuelas Salesianas, Apartado 175 - Bar­
celona (España), al cual deberán enviar también
las limosnas para la Causa de Beatificación.

El Colegio Sülesiano de Misiones
de Asfudíllo (Palencía^España)
Recordamos a nuestros lectores que, desde
el pasado octubre, funciona en España este
Colegio, destinado a la formación de misioneros

atrás en este consolador movimiento misionero,
que cual incendio de amor ha prendido en el
mundo entero, ante las repetidas exhortaciones
del Padre común de los fieles.
■ [Cooperadores Salesianos de América Espa­
ñola! Vosotros que sentís gratitud hacia España,
porque supo dejar la religión católica tan arrai­
gada en esas hijas suyas que son su orgullo.

Asfodillo (España). — £1 Colegio de Misiones que necesita ser dotado al menos de 200 becas misioneras.
que vayan luego a aumentar el número de obre­
ros evangélicos que trobajan en los distintos
campos de misión confiados a los salesianos,
en América, Asia, Africa y Oceanía, donde
tantos millones de almas yacen todavía en las
tinieblas del error y de la barbarie.
Las vocaciones, como no podía ser menos en
una Nación misionera por excelencia, no faltan;
sólo en el primer año pasan de 70 los generosos
aspirantes que anhelan un día llegar a ser mi­
sioneros.
Pero hacen falta medios para sostener estas
vocaciones y para aumentarlas.
i Cooperadores Salesianos españoles y cuantas
almas sintáis el noble ideal de las misionesl redordad que el mejor medio de contribuir a ellas
es favoreciendo vocaciones misioneras; pues es
incalculable el bien que puede llegar a hacer
un misionero y todo ese bien redundará en
mérito de quien haya contribuido a su forma­
ción con sus limosnas. Enviad donativos, fun­
dad becas misioneras: que España no quede

las generosas 'repúblicas hispano-americanas.
¿No es verdad que sentís la necesidad de que
se multiplique el número de sacerdotes y mi­
sioneros, que ayuden a sostener esta vida cris­
tiana y a propagarla en aquellas regiones donde
no ha podido penetrar todavía? Pues bien; ha­
ced que florezca este Colegio Salesiano de M i­
siones de España y de ahí podrán salir grupos,
cada vez más numerosos, que, con el mismo
espíritu que animaba a aquellos santos reli­
giosos que acompañaban a los descubridores
y conquistadores de América, vayan a prestar
ayuda a ese ejemplar clero americano, que,
dada su escasez, el número grande de almas a
que atender y las extensiones enormes con­
fiadas a sus cuidados, es bien digno de aplauso
y admiración, pero sobre todo de que se le preste
eficaz ayuda!
íTodos, pues, a una, por la Iglesia, por el
Papa, para propagar el Reinado de Jesucristo,
a cultivar, a promover, a favorecer y a sostener
vocaciones misioneras!

15?
M edios de Cooperación:
Se puede cooperar a la formación de misio­
neros saiesianos:
1. Suscribiéndose por una determinada
cantidad mensual o anual.
2. Ayudando al mantenimiento de uno o
más aspirantes misioneros:
a) La pensión de un día es de 2 ptas
b) La pensión de un mes 6o ptas
c) La pensión de un año 700 ptas
d) La pensión de cinco años 5000 ptas.
7. Con la fundación de Becas perpetuas;

barcan cinco años y la reciente SECCIÓN In ­
dustrial , para proporcionar a los jóvenes obre­
ros de la capital y de las provincias los medios
de adquirir conocimientos prácticos, para llegar
e ser obreros técnicos y capacitados.

El Colegio cuenta con 360 internos y con
450 mediopcpsionistas y externos, que fre­
cuentan los cursos gratuitamente o mediante
una reducidísima pensión. Los programas de
la sección industrial serán los mismos que rigen
en la Escuela Otto Krausse, abarcando la ense­
ñanza teórica y práctica. Para esta última cuenta
el establecimiento con gabinetes de física, quí­
mica, construcciones e historia Natural, con los

Comodoro Rivadavia (Argentina). — Colegio “Don Rúa”, en costrucción.
se calcula en 10.000 ptas. la suma necesaria
para la fundación de una beca, pudiendo ser
costeada por una o varías personas.
4. Los Rvdos. sacerdotes podrán cooperar
con la celebración de misas, según la intención
del Director del Colegio.

t

BU EN O S A IR E S (Argenfinal. — E l Colegio
León X III ha sido incorporado a ¡a Escuela
Industrial d e la N ación.— Por decreto de 17
de enero pasado, el Ministerio de Instrucción
Pública ha declarado incorporado a la Escuela
Industrial de la Nación, Otto Krausse, al Co­
legio León X I I I de los Padres Saiesianos de
Don Bosco. Es el primer colegio, que en la
capital de la República, ha sido objeto de tal
distinción, que premia la marcha ascendente
de aquellas Escuelas Profesionales.
El Colegio León X l l l comprende Escuelas
Primarías, regidas por los programas ofíciales,
las Escuelas Profesionales cuyos cursos a-

iaboratorios de máquinas y de ensayos de ma­
teriales y con los talleres de ajuste, electricidad,
carpintería y moldeado, herrería, fundición,
galvanotécnica y mecánica.
Posee ademas una Central eléctrica, perfec­
tamente instalada, con un motor Diessel Otto
de 60 H. P., el cual, mediante una trasmisora,
actúa sobre un alternador de 220 «volts y 50
periodos. De esta central se distribuye la ener­
gía necesaria para los diferentes talleres, siendo
atendidos por los alumnos tanto las máquinas
generadoras, como los aparatos de control.
Una nutrida biblioteca profesional, con co­
lecciones de libros técnicos, apuntes, monogra­
fías y tablas de cálculos, sirve a los alumnos
para consulta y estudio y amplios patios de
gimnasia, campos de foot-ball y el material
correspondiente, les facilita el cultivo de las.
energías físicas y les proporcionan sanas diver­
siones.
En todos los talleres se hacen toda clase de

150
trabajos; pero especialmente en los de mecánica
se han ejecutado obras importantes, tales como
una grúa para 8 toneladas, una máquina lava­
platos a razón de 5000 por hora, máquinas
para pelar patatas, fundiciones en bronce y en
hierro y se han reparado por completo 8 auto­
móviles V todo el instrumental de la escuela.
CO M O D O RO RIVADAVIA (Argentina).—
Nuevo Colegio en consínicción. — Tenemos
hoy el agrado de presentar a nuestros lectores
la fotografía del nuevo Colegio * Miguel Rúa*

presentantes de 52 naciones. Se comprende,
pues, la influencia moralizadora que tendrá la
nueva obra salesiana.
M A R DEL PLATA (Argentina). — Un
nuevo O ralorío Festivo.— El día 4 de marzo,
se verificó la inauguración de un nuevo Ora­
torio Festivo Salcsiano, que revistió caracteres
de verdadero acontecimiento. El anuncio de la
llegada de los Exploradores « Don Bosco * de
Buenos Aires; las invitaciones de las Damas
Cooperadoras, los llamativos carteles anun-

Comodoro Rivad. (Argent). — Colegio “D. Rúa" 1. Tren qoe trae los materiales, - 2. Van sabiendo las
paredes. - 3. Máquina hormigonera para el cemento armado. - 4. Los entrepisos de cemento armado.
que los Misioneros de la Patagonia están le­
vantando en Comodoro Rivadavia, donde nues­
tros Hermanos trabajaban, desde el año 1914,
en una miserable casa de alquiler.
El nuevo Colegio viene a llenar una verda­
dera necesidad y tendrá una capacidad para
214 internos y unos 700 externos.
El presupuesto aprobado por el Ministerio
de Obras Públicas de la Nación es de Pesos
59S.800. El Gobierno Nacional puso a dispo­
sición de los Misioneros el terreno necesario
y too.000 pesos. Recomendamos vivamente
la nueva obra a nuestros beneméritos Coope­
radores.
Comodoro Rivadavia, la activa e industriosa
ciudad del petiólco, ya cuenta con más de
20.000. habitantes y en su población hay re-

ciadores, la participación de las autoridades,
todo contribuyó a aumentar el interés. Nu­
merosos fueron los hoteles que ofrecieron alo­
jamiento a los pequeños exploradores.
¡Hermoso cuadro! Un prado alambrado y
nada más; en el medio, un pasavolante; en de­
rredor, casas de trabajadores; una masa de pue­
blo obrero enorme; una fila interminable de
autos; las grandes damas argentinas codeándose
con las buenas mujeres del pueblo; la gritería
ensordecedora de los chicos; un cuadro de la
cuestión social solucionada, con la sencilla sa­
biduría de un santo, por la obra del Vble. Den
Bosco.
El Sr. Presidente de la República, que asistió,
a pesar de la lluvia, con otras muchas persona­
lidades, como el ministro Gallardo, el Ministro

1

*57
de la Provincia, el Sr. Peralta y otros muchos,
desde el ancho palco ofíciai seguían los actos
con visible interés y animados comentarios.
A pesar de la lluvia que cayó a ratos con verda­
dera violencia, el Presidente de la República
no quiso que se abreviaran en nada las distintas
ceremonias y descubierto y sin hacer uso del
paraguas, dió un gran ejemplo de aprecio hacia
estas obras eminentemente populares.

AL VUELO
AREQUIPA (Perú). — Con grande solem­
nidad se hizó la apertura de la rifa organizada
por los salesianos a beneficio de ¡os niños del

seos de hacer algo grande en beneficio de sus
prójimos. Unas Escuelas y una Iglesia en un
barrio tan necesitado como el de Bellas Vistas,
serían una de las obras más meritorias ante
Dios y ante los hombres.
PANAMA (Centro América), — El día 25
del pasado febrero, en (a Escuela Profesional
femenina de María Auxiliadora, se clausuró el
año escolar con una velada muy concurrida,
durante la cual el Dr. Juan J. Amado manifestó
la gratitud que la Nación siente hacia los Sale­
sianos y las Hijas de María Auxiliadora, que
llevan a cabo una labor tan meritoria y benéfica.
Quedó abierta al público una interesante expo­
sición de labores, que fué grandemente admi­
rada por cuantos la visitaron.

La Paz (Bolívia). — Alumnos inlernos del Colegio Salesíaoo.
Oratorio Festivo, con una hermosa fiesta literario-musical que alcanzó un verdadero éxito.
En ella pronunció un discurso, encomiando la
labor de los salesianos, el Inspector de Coope­
rativas, Sr. Bailón Alvariño. En seguida se pro­
cedí© a la rifa del primer lote de objetos, entre
los cuales había varias piezas de plata, obsequio
del Presidente del Senado y del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
M ADRID (España). — A fin de allegar fon­
dos para continuar las obras de ampliación de
las Escuelas y construcción de ¡a Iglesia de Ntra.
Sra. del Rosario, paradas por falta de medios,
se rifa también este año un magnífico automóvil,
marca Renault. Es una obra necesarísima y
ojalá cayeran estas lineas bajo los ojos de alguna
de estas personas, que, poseyendo abundancia
de bienes de fortuna, sienten en sus almas de-

RIO GRANDE (Tierra del Fuego-Argen­
tina). — El 2 de febrero último con motivo de
la fiesta de Ntra. Sra. de la Candelaria, titular
de la Misión Salcslana de la Tierra del Fuego,
hallándose de visita e! Rvdmo. Sr. Inspector
P. Aliberti, tuvo lugar una reunión de Coope­
radores fueguinos. Tratóse, entre otros asuntos,
de la construcción de una Iglesia en el incipiente
pueblo de Rio Grande. En alas del entusiasmo
y actividad, propios de los que conocen de
cerca las Obras de Don Bosco, dirigiéronse en
la tarde del mismo día al vecino puerto y gra­
cias a la óptima acogida de las autoridades lo­
cales, unida a la generosidad de los vecinos, se
pudo obtener un espaciosa solar e iniciar desde
luego una suscripción. La nueva Iglesia será
dedicada a Mana Auxiliadora, como homenaje
de gratitud filial de los misioneros y de la ju­
ventud indígena educada en la Misión.

SA N JO S É de Costa Rica.— Poco antes de
terminar su periodo de Gobierno e/ Señor Pre­
sidente de la República, Don Ricardo Jiménez,
al dar cuenta a un periodista de las cosas hechas
durante su Gobierno en favor de la Nación,
habló con satisfacción del apoyo prestado a las
relig:iosas del Buen Pastor y a los PP. Salesianos,
a los cuales tributa el más cálido elogio por haber
fundado una Escuela que por todos conceptos
merece el apoyo de la Sociedad, pues a ella
sirve de un modo satisfactorio. «A los librepen­
sadores debe sernos de ejemplo la labor silen­
ciosa de estas Congregaciones; y da pena el ver
que, mientras hablamos tanto, nuestra bulla no
es sino un mero batir de alas, en comparación
.con lo que hacen las Instituciones dichas».
SA N N IC O LA S D E L O S A R R O Y O S (Ar­
gentina). — Correspondiendo a la la invita­
ción de nuestro Rector Mayor y como acto de
apertura dcl Año Jubilar de María Auxiliadora,
se celebraron solemnes fiesta los días 21 y 22
dcl pasado enero. El acto principal del día 21
fué una Conferencia explicativa de las dos gran­
des fechas que se conmemoran {Cincuentenario
de la fórmula de la Bendición de María Auxilia­
dora y Bodas de plata de la Coronación Ponti­
ficia de su imagen en el Santuario de Turín) que
estuvo a cargo del P. Antonio Zitta, dcl Colegio
de Bcrnal. El día 22, además de las solemnísimas
funciones de Iglesia, tuvo lugar una velada
conmemorativa que congregó en fel Colegio
Salcsiano a gran número de amigos de la Obra
algunos de los cuales, de los más antiguos, con­
servan largas cartas autógrafas dcl Vblc. Don
Bosco.
SAN TIAGO de Cuba. — El día 18 dcl pa­
sado febrero se llevó a efecto la bendición del
nuevo edificio y de la capilla, asi como la pro­
cesión eucarística por el interior dcl edificio,
para el traslado del Smo. Sacramento a la nueva
Iglesia que servirá de Parroquia de María Au­
xiliadora en Punta Blanca. Este Colegio, que
aún no está concluido, se debe a la munificencia
de Mons. Zubizarreta en parte, y en su mayoría
a la dcl Sr. Kindclán, residente en la capital de
España, que, habiendo visto la luz primera bajo
el ciclo cubano, en la heroica ciudad de San­
tiago, ha querido favorecer a su Patria con un
centro de educación salcsiana en el barrio de
Punta Blanca. La inauguración dio lugar a una
fiesta solemnísima y de marcado sabor popular,
como todas las salesianas. La muchedumbre
de pueblo quería darse cuenta de todas las de­
pendencias, como si visitase su propia casa;
y todos se sentían orgullosos do poseer un centro
donde sus hijos se hagan buenos cristianos y
óptimos ciudadanos.
VALENCIA (Venezuela). — Siguen las
obras de re/iovocwn y ampliación de aquel Co­

legio Salesiano: se han arreglado ya cuatro ma­
gníficas aulas, se ha pavimentado y enlucido
un bello pórtico de 5 m. de alto y ancho por
50 m. de largo, se ha ensanchado el comedor
y se ha empezado a derribar el último tramo
de las chozas viejas para rematar por ese lado
el edificio, con que María Auxiliadora esta en
galanando a Valencia. Pero todo eso supone
ingentes gastos y es necesario que los amigos
de la Obra de Don Bosco de Venezuela no
escaseen sus limosnas, para que cuanto antes
sea una realidad completa este centro que tanto
bien ha de hacer a la juventud.

L IB R O S R E C IB ID O S ,
De'su autor el Rvdo. Dr. Alberto B onet ,
Prof. auxiliar de la Universidad de Barcelona,
hemos recibido un elegante volumen, editado
en la Casa Subirana de Barcelona, titulado La
conciencia m oral d el niño. Estudios teóricoprácticos acerca de su contenido y de su forma­
ción. El autor se halla capacitado como pocos para
escribir sobre el asunto: Capellán del Asilo de
San Juan de Dios de la ciudad de Barcelona,
se dedicó con verdadera vocación y cariño a la
formación y estudio de aquellas almas infan­
tiles y ello, unido a su profunda erudición en
la materia, ha dado a sii libro un carácter prác­
tico y convincente, que lo hace sumamente
útil a todos los educadores. Felicitamos ai autor
y le damos las gracias por su obsequio.
Razas Humanas. — El Instituto Gallach de
Barcelona sigue publicando los fascículos de
esta importante Obra, que ya dimos a conocer
a nuestros lectores. Han llegado a nuestra re­
dacción el 6® y 7®, con los cuales se completa
la descripción de los pueblos de Asia y que
lejos de desmerecer de los primeros, conservan
un interés siempre crecicnto, tanto por lo que
se refiere al texto cuanto por la abundancia y
esplendidez de las ilustraciones.
Geografía Universal. — Otra obra magna
que ha empezado a publicar la misma Casa
Gallach y que ha de constar de 5 volúmenes
de 560 páginas cada uno, con más de 5.000 ilus­
traciones y multitud de mapas en negro y a
colores. Es la tercera obra que junto con Razas
Humanas (2 volúmenes) y con la Historia Na­
tural (4 volúmenes) de la misma casa Gallach,
formarán un conjunto insuperable para el es­
tudio y conocimiento de cuanto se refiere a
la costra terrestre y a sus modificaciones y ha­
bitantes. En cuanto a la presentación y lujo
de grabados parece que en la Geografía Uni­
versal ci Instituto Gallach quiera superarse a
si mismo.

159

Los Sres. Cooperadores salesianos, además
de las indulgencias ordinarias que se detallan
en el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo
los requisitos de costumbre, indulgencia plcnaria, los siguientes días:
3.
8.
17.
24.
27.

Mes de mayo.
Invención de la Sta. Cruz.
Aparición de San Miguel Are.
Ascensión del Señor.
María Auxiliadora.
Pentecostés.

5.
7.
16.
24.
30.

Mes de Junio.
Santísima Trinidad.
Corpus Domini.
Inmaculado Corazón de María.
San Juan Bautista.
Conmemoración de San Pablo.

S eis M isas diarias perpetuas.
Recordamos a nuestros lectores el privilegio
extraordinario concedido por el Papa León X 111
(de f. m.) a nuestro Vble. Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus limosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma o contribuyan en lo porvenir
al sostenimiento de aquella Iglesia e internado
de Artes y Oficios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosna de
I peseta (20 centavos de dolar más o menos)
para tener derecho , en vida y después de muerte,
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica como tam­
bién, de todas las prácticas de piedad que
en ella se practican. Pueden también ser inscri­
tas, entregando por cada una de ellas la misma
limosna, las personas ausentes o fallecidas, las
cuales gozan igualmente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
basta recoger en una lista los nombres de los que
deseen inscribirse y enviarla, junto con la li­
mosna correspondiente, al Rector Mayor de
los Salesianos - Via Cottolengo 52 - Torino (109)
Italia - y apenas inscritos en los registros, em­
piezan a gozar de la aplicación de dichas 6
misas. Como testimonio de la inscripción, cada
uno de los inscritos recibe una cédula con su
nombre y con la explicación detallada de este
privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
y veréis como no queda ni uno que no se ins­
criba y que no haga inscribir a sus difuntos.

• Da. Manuela de la Lastra de Funes.
Después de sufrir con admirable resignación
cristiana las alternativas de ifna larga y dolorosa
enfermedad, ha fallecido en la ciudad de Cór­
doba (Rep. Arg.) la señora Manuela de la Las­
tra de Funes, dama extensamente vinculada a
la sociedad de Córdoba.
Fué la extinta, una de aquellas almas que
pasan por el mundo como una bendición de
Dios. Ideal fué de su larga vida, hacer el bien.
Siguiendo los impulsos de su generoso corazón
movido por la fe, realizó obras magníficas de
beneficencia para el pobre y el necesitado.
Largo sería enumerar las instituciones de
beneficencia a las que la distinguida dama prestó
el contingente de su trabajo personal y la coo­
peración de su fortuna.
Pero no podemos oct Itar que la Obra de
Don Bosco pierde con la señora de Funes una
de sus más antiguas y beneméritas Coopera­
doras. Formó parte de la primera Comisión de
Damas Cooperadoras Saicsianas que se nom­
bró en Córdoba y desde el día en que los Sale­
sianos llegaron a esta ciudad, veintitrés años
hace, encontraron en la Sra. de Funes un sostén
y una ayuda eficaz.
Espíritu inteligente y capaz, supo, desde el
primer momento, comprender la obra múl­
tiple de los Hijos de Don Bosco y anhelando
el bienestar de los hijos de ios obreros y de los
niños de la calle, prodigó a la incipiente obra
el apoyo de su entusiasmo y de su óbolo gene­
roso.
Desde hace veintitrés años, la piadosa ex­
tinta, con una fidelidad y regularidad admirable,
mensualmente hacía llegar al Colegio Salesiano,
su bondadosa cooperación en favor de los huerfanitos.
Aún pocos días antes de su muerte, en los
primeros días del mes de Enero del presente
año, dió orden, desde su lecho de dolor, que se
cumpliera con esta disposición.
Su muerte fué la del justo, que ha empleado
toda la vida en hacer el bien. En ella se han
cumplido las palabras del Vble. Don Bosco:
AI fin de ¡a vida se recoge el fruto de las buenas
obras.
Confortada con todos los auxilios de nuestra
Santa Religión, rodeada del cariño de sus hijos
y d-?l afecto de millares de almas favorecidas
por su generosidad, entregó plácidamente su
esuiritu al Señor.

i6o
Sus exequias fúnebres fueron un testimonio
elocuente de los afectos que había sabido con­
quistar en vida.
Los salesianos, como los Huerfanitos de Don
Bosco, no han de olvidar a la querida y bene­
mérita Cooperadora; su nombre queda escrito
con caracteres indelebles en los anales de la
Casa y será recordado siempre con profunda
veneración y cariño.
Una plegaria por su hermosa alma.
♦♦♦

Sía. Braulia Torres
Con la dulce esperanza que alienta el alma
de los justos en el postrer instante de la vida,
con la sonrisa en los labios y la palabra de con­
suelo y de aliento para los parientes y amigos
que rodeaban su lecho de dolor, ha entregado
su bella alma ai creador, en la ciudad de Cór­
doba (Argentina) la señorita Braulia Torres.
La Obra de Don Bosco pierde una Coopera­
dora piadosísima.
Espíritu selecto, enriquecido con los dones
de la gracia, vivía del amor a Jesús Sacramentado
y del consuelo que proporciona la caridad hecha
en el silencio y en la obscuridad.
Tuvo una predilección especial por la Obra
de las Vocaciones Eclesiásticas. Para ella no
existía obra mejor que cooperar a la formación
de un Sacerdote. Por eso supo contribuir y
sostener generosamente la Obra de María Auxi­
liadora y dar así a la Iglesia buenos y celosos
sacerdotes.
Mucho se esperaba aún de su celo y de sxt
piedad. El Señor sin embargo quiso premiar
sus bellas y acendradas virtudes.
Una rápida enfermedad la llevó a la eterni­
dad. En sus últimos momentos tuvo la sere­
nidad de los santos. Con palabras llenas de con­
fianza en la infinita Misericordia de Dios, in­
fundía ánimo a sus afligidos hermano y pa­
rientes y se despedía de ellos con la seguridad
de encontrarse un día en el Ciclo. Perteneciente
a una familia eminentemente cristiana recor­
daba la santa muerte de sus padres, y como
ellos pudo decir antes de expirar que moría
completamente tranquila y resignada a la vo­
luntad de Dios.
Mientras se le rezaban las oraciones de los
agonizantes, con plena lucidez, plácidamente
entregó su alma a Dios, dejando en todos la
certeza de que entraba, de inmediato, en el gozo
de Dios, a quien tan intensamente había amado
y fielmente servido.
Esperamos confiados que desde el Cielo se­
guirá intercediendo para que Dios envíe a la
Congregación Salcsiana muchos y celosos sa-

cerdotes y suscite otros corazones que compren­
dan la grandeza de la obra de cooperar al sostén
de las vocaciones religiosas y eclesiásticas.
Los sacerdotes formados por su generosidad
y piedad pedirán todos los días en el Santo Sa­
crificio por la que contribuyó a que pudieran
ser Ministros del Altísimo.
Paz en su tumba.
♦♦♦

Sr. D. Juan Vicari,
Profundo pesar y honda sensación ha cau­
sado la muerte de este cristiano caballero na­
cido en Carrara (Italia) en el año 1848, acae­
cida en Rosario (Argentina).
Hombre de acción y sincero católico, dedicó
sus actividades al comercio siendo de los pri­
meros pobladores de la ciudad de La Plata,
donde gozó de grandes simpatías. Establecido
luego en Rosario, era reconocido por todos como
el hombre del trabajo y amante de su hogar.
Miembro activo de la Cofradía del Smo.
Sacramento, todos recuerdan su constancia en
la comunión del primer domingo de cada mes.
Sincero admirador y Cooperador de Don Bosco,
su mayor consuelo era el de haber entregado a
dos de sus hijas al Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora y a la Congregación Salc­
siana a su hijo Pablo, hoy Director dd Colegio
de Don Bosco de Mendoza.
Aquejado de dolorosa enfermedad que su­
frió con cristiana resignación puso el colmo a
sus dolores la muerte de su santa esposa que
murió tres meses antes y con la cual esperamos
goza ya de aquel premio que el Señor promete
a los que saben cumplir su ley y ser caritativos
para con el prójimo.

Recordad en vuestros sufragios a :

Baracaldo (España). — Ignacio Martin.
Y umbo (Colombia). — Eusebia Quintero.
C ali (Colombia). — Rita Ducer v. de La­

brada, M aría Rosario Ducer y Ruperto Victoria.
S ilvia (Colombia). — Saturia Holguin de
Fernández.
R. I. P.
C o a a/>ro¿acAia

d e l» mmlorided ecJesiástíem.

G c r a l e : D . D O .U E N I C O G A R N E R l .
E atab lccú aicato T ip . de la S o cie d a d Edálora la lera a c in a a l - T v í a
C o r s o Regimm M tr gitrilm . I!4.
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1928