BS_1928_11

Ficha

Título
BS_1928_11
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre 1928
Fecha
1928.11
extracted text
Año XLIII.

N O VIEM BRE, 1928

Número II.

BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO

SU M A RIO : De la Cruzada Misionera: La p6^na de oro. — Porfía de amor y de sacrificio. — La Cru­
zada se extiende. — De !a vida de la Sierva de Dios Dorotea de Chopitea. — De nuestras Misiones:
Malto Grosso (Brasil). - Mons. Bars nombrado Administrador Apostólico de la nueva Misión de Krishnagar.
- Un grande acontecimiento para la Misión de Méndez. — Tesoro espiritual. — Culto de María Axiliadora:
Fiesta de M aría Auxiliadora en Medellín (Colombia). — Gracias. — Por intercesión del Vble. Juan Bosco.
— Libros recibidos. — Por el Mundo Salesiano: Tucumán: Visita gratísima. - Valencia: Vida Salesiana. Asunción: Bendición del estandarte de la Juventud Misionera. — Al vuelo: Madrid. Alcoy, Montevideo,
General Acha. Panamá, Agua de Dios. — Los que mueren.

De la Cruzada M^isionera.
L A P A G IN A D E O R O
•destinada a registrar los nombres de las
Becas Misioneras que se van formando
para responder al llamamiento del Sucesor
de Don Bosco. He aquí la cuarta:
39. Beca San Fernando de Castilla

fundada por un Cooperador Salesiano
de Madrid (España).
40. Beca Alar/a Auxiliadora

ofrecida por la Casa Salesiana de Va­
lencia (España).
41. Beca San P ío V

por iniciativa de los aspirantes misio­
neros de Penango (Italia).
42 . Beca San Pablo

formada en la Casa Salesiana de Bova
Marina (Italia).
43. Beca D . Ambrosio R ossi

por iniciativa de los 53 alumnos aspi­
rantes misioneros del último curso del
Instituto Card. Cagliero de Ivrea (Italia).
44. Beca Dña. Victoria M , Teresa La

Barbera-Preacco.
ofrecidas por el Sr. Franciíc^ La Bar­
bera Cuccia.

46. Beca Casa Nebiolo

donativo de la grande fábrica de material
de imprenta de Turín (Italia).
47. Beca Aions. Malán

ofrecida por los Salesianos del Matto
Grosso (Brasil).
48. Beca San Francisco Ja v ie r

por un generoso cooperador.
49. Beca Domingo Savio ( 111)

ofrecida por los salesianos alumnos y
cooperadores de Caltagirone (Italia).
50. Beca Sfa. Teresifa d e ! Niño Je sú s

por el Director, alumnos y Cooperadores
del Oratorio Festivo de Caserta (Italia).
51. Beca D . M ario M anzini

por iniciativa de la Unión de Exalumnos
de Bolonia (Italia),
52. Beca P . Bellam y

recogida entre los salesianos, alumnos
y Cooperadores de Orán (Argelia).
53. Beca San Bonifacio

por iniciativa de los Cooperadores y
salesianos de Alemania.

522
54. Beca Sagrado Corazón de Je s ú s y

Sfa, Teresífa de/ Niño Je s ú s
donativo de una noble Cooperadora
Salesiana de Ragusa (Italia).
55. Beca D . J . B . Ferrando

a cargo de los exalumnos del Instituto
Salesiano de Novara (Italia).
56. Beca Marta Auxiliadora (II)

ofrecida por un generoso sacerdote
Cooperador Salesiano, el cual añade
otras 10.000 liras para otra Beca en
honor de la Virgen de Don Bosco.
57. Beca D. Alfío Basbaga/Io

ofrecida por los alumnos y Coopera­
dores de Pedara, como recuerdo del

primer bienhechor de . aquel ColegioSalesiano.
58. Beca Mons. M organfi

a cargo del Instituto Salesiano de Rávena (Italia).
59. Beca D a mihi animas ceefera folie

ofrecida por un distinguido Señor, al
Director del Instituto Card. Caglicro
de Ivrea (Italia).
60. Beca R ecio fíxus cal/i ero

por iniciativa de los alumnos misioneros
del Instituto Card. Cagliero de Ivrea
(Italia).
61. Beca Don Bosco (III)

completada entre varios

donantes.

Esperamos con ansia noticias de las iniciativas y resultados obtenidos en España y América
por lo que a ¡a cruzada Misionera se refiere, para darlos a conocer desde Ja columnas
del Boletín Salesiano. Los ejemplos tienen eficacia extraordinaria para animar a la acción.

Porfía de Amor y de Sacrificio
¡Bendito sea el Señor! La Cruzada
Misionera bendecida por el Inspirador
de toda obra buena, sigue despertando
doquiera el entusiasmo e inspirando sa­
crificios generosos. La abundancia de
material nos obliga a entresacar breve­
mente algunos rasgos de los más salientes,
de entre las noticias que recibimos de
todo el mundo salesiano.
Sacrifício.
Todos los amigos de Don Bosco qui­
sieron llevar a cabo un buen número de
sacrificios de un valor moral extraordinario.
Las redenciones se verifican en el Cal­
vario y hacia el Calvario dirigen sus pasos
con heroísmo cristiano los amantes de
Jesús, que quieren con El y por El cooperar
a la salvación de las almas.
* Tenia intención de hacer un viaje — escribe
un alma grencrosa — pero creo hacer cosa grata
a Jesús ofreciendo su importe para una B eca
M isionera ».
« Con el mayor gusto — dice otra — ofrezco
mis joyas de matrimonio, que yacen inaeth^as,

para contribuir a ¡a C ruzada M isionera y ala salvación de los pobres infieles».
« No podiendo por mi edad ya avanzada
(¡Estoy ya en los 90!) trabajar activamente en
favor de la Cruzada, he procurado interesar a
otras personas; sin dejar por mi parte de ofrecer
mi pequeño óbolo, augurando a ¡a Santa empresa
los más cumplidos éxitos».

Estamos seguros de que el augurio de
la veneranda nonagenaria será como la
bendición de los antiguos patriarcas, fuente
de bendiciones y gracias para la santa
empresa.
El Director de un Colegio Salesiano, al
anunciar la formación de una beca, añade:
* Entre los niños se han formado pequeñas co­
misiones encargadas de recoger limosnas. És dig­
no de mención el rasgo de algunos alumnos, que,
recogiendo durante varios meses ¡os caramelos
distribuidos en las fiestas, llegaron a reunir un
buen número, que sacrificaron luego para la
B eca M isionera ».

¡M uy bien por nuestros queridos alum­
nos! Así os formáis cristianos fervorosos,
ciudadanos ejemplares, apóstoles y ..... mi­
sioneros.

327

Otro buen señor escribe:
« Quisiera ser uno de los primeros en hacerle
-llegar el fruto de mi sacrificio para una Beca
Misionera: es una pequeña cantidad, que re_presenta una gotita de agua en comparación de
las necesidades inmensas de nuestros pobres mi­
sioneros, sometidos a tantas privaciones y su¡frimientos, para llevar a los hermanos lejanos
no sólo la redención espiritual, sino también el
bienestar material. Hay momentos en la vida en
■ que se deplora ser pobres y no poder dar cuanto
se quisiera.....*

¡Almas generosas, no os aflijáis! El
óbolo de la viuda fué acepto al Señor: que
premia aún los deseos.
A cientos llegan las cartas que revelan
los más nobles sentimientos de caridad
cristiana y que al sacrificio de la limosna
-añaden la promesa de fervorosas oraciones
para el buen éxito de la Cruzada.
Una Beca espirííual.
No queremos privar a los lectores del
Boletín Salesiano de un fragmento de carta
que las Hijas de María Auxiliadora, al­
bergadas en el sanatorio de Villa Salus
junto a Turín han dirigido al Rvdmo.
Sr. D. Rinaldi, nuestro amadísimo Supe­
rior General. El suave perfume de caridad
que despide, servirá quizá para estímulo
a tantas almas que desean contribuir de
alguna manera a la Santa Cruzada:
* E l santo y generoso entusiasmo suscitado
por el conmovedor llamamiento que V. R. lanzo
desde las columnas del B oletín S alesiano para
la formación de B ecas M isioneras, ha cundido
también en * Villa Salus», despertando encen­
didos deseos que, desgraciadamente, por falta
de medios, habrían quedado latentes y sin efecto,
si el Angel del Buen Consejo no hubiera apare­
cido para allanarnos un fácil y seguro camino.
Fué una venerada superiora que nos propuso
la formación de una B eca E spiritual con los
medios que la Divina Providencia ponía a nues­
tra disposición, para ofrecerla como homenaje de
afecto filial a V. R., que cual gran Padre de las
almas, no se para ante ningún sacrificio ni fatiga,
con tal que llegue a salvar aunque fuere una sola.
¡Con qué alegría acogimos la idea! ¡Con qué
fervor pusimos manos a la obra, para reunir la
suma necesaria! Y Ja B eca M isionera espiritual
'D on A ndrés Beltram i * (que fué grande mi­
sionero encerrado en su celda de dolores) quedó
completada en el breve espacio de un mes, tra­
bajando activamente para ganar ¡o más posible
■ aún con ¡os más exiguos medios. Porque también

nosotras, aunque enfermas anhelamos ganar almas
para el Cielo, queremos muchos misioneros que
lleven la Fe a los pueblos infieles e id ílatras, para
que todos entren a formar parte del Reino de Cristo.
Amadísimo Padre, con la ayuda de Jesús y
de la Sma. Virgen Auxiliadora hemos logrado
nuestros deseos y no nos contentamos con un solo
misionero, sino que queremos miles de ellos que se
lancen a ¡a conquista de las almas y todas las
atraigan al regazo del buen Padre celestial.
L a D irectora y Hermanas de
« V illa S alus.

Y las buenas religiosas presentaron a
nuestro Superior una lista de las prácticas
de piedad, mortificaciones y obras buenas,
llegando a formar el tesoro inestimable
de 48.660 actos diferentes, que consti­
tuirán el fondo de su Beca Misionera. Sí,
sí, hupiildes siervas del Señor, Nuestro
Superior General, que aprecia la magnitud
y el valor de vuestros sacrificios, no sólo
acepta la Beca Espiritual, sino que da las
más expresivas gracias y bendice de co­
razón a las almas generosas, que, en medio
de los sufrimientos, enclavadas quizá en
el lecho del dolor, supieron idearla y lle­
varla a feliz término.
A legrías y penas»
También la práctica de santificar las
alegrías y las penas con algún donativo
para las Becas Misioneras se va extendiendo
y ojalá se generalice más y más.
« Con motivo del séptimo aniversario de la
muerte de nuestro único hijo, enviamos en me­
moria suya una limosna para las B ecas M isio ­
neras. Esposos Longo.
« He tenido ¡a pena extraordinaria de perder
dos hijitos: deseo recordarlos enviando (en silencio)
una limosna para las Becas.

Nosotros respetamos el silencio y la
modestia de la generosa donante; nos aso­
ciamos a su dolor y al de su familia, invo­
cando dal Cielo el bálsamo de la resigna­
ción y nuevas alegrías y nuevas sonrisas.
Un

sacerdote ejemplar nos escribe:

* A l cumplirse el 44 aniversario de mi orde­
nación sacerdotal me es sumamente grato poder
en esta fausta circunstancia enviar un donativo
para las Becas Misioneras*.
* M i esposa Dna. Victoria M aría Teresa re­
cientemente fallecida, tuvo la dicha de conocer
al Vble. Don Basco en las frecuentes visitas que
él hacia al Institudo donde ella se educaba y con

V
724
mucha satisfacción nos hemos contado siempre
entre los Cooperadores de Don Bosco.
Para sufragar el alma de mi difunta esposa,
que aún desde el lecho de muerte me recomendó
las Obras y los huerfanitos Je Don Bosco, es mi
intención fundar dos becas para la formación de
dos misioneros, una a su nombre B eca V ictoria
M aría T eresa y otra en el mío B eca F rancisco
L a Barbera C uccia.
Me complazco en poder así responder al llama­
miento de V. R. para la C ruzada M isionera ».

Otras elevadas palabras añade el distin­
guido Cooperador, que omitimos para no
ofender su modestia. Pero rogamos a
nuestros amigos se unan con nosotros
para invocar del Cielo paz eterna a la
noble consorte y especiales bendiciones
para quien sabe llevar a cabo el bien con
espíritu tan profundamente cristiano.
Todavía un ejemplo. Para conmemorar
dignamente a un compañero suyo los Ex­
alumnos de Bolonia (Italia) respondieron
con entusiasmo al vibrante llamamiento
de su Secretario, el cual nos escribe:
* E l llamamiento dirigido a todos los Coope­
radores y Exalumnos para la Cruzada Misionera
no ha encontrado insensible el corazón de los
Exalumnos de Bolonia. La Junta Directiva de
nuestra Unión, en la sesión del día 4 de junio,
aprobó la formación de la B eca D on M ario
M anzini, exalumno de D. Viglietti y después
clérigo salesiano, que murió cuando el terremoto
de Messina, el 28 de diciembre de 1908. Don
Mario Manzini era un santo que consagró su
vida a la Obra y al ideal misionero de Don Bosco
y que derramó su sangre mientras soñaba en su
alta y generosa misión.
Así los exalumnos de Bolonia responden
/Presente.^ en el nombre de Don Bosco.
T omas M archeselli.

De la eficaz cooperación de los Ex­
alumnos en la Cruzada nos ocuparemos
en otro número; por ahora decimos que
el ardor con que han respondido y coo­
perado a la empresa es digno de todo en­
comio y consuela a los que fueron sus
maestros y educadores.
Y no sólo los difuntos sino aún los vivos
son recordados por los corazones agra­
decidos. Conmovedor resulta el ejemplo
de los alumnos del último curso del Insti­
tuto Misionero de Ivrca, que lograron
reunir zo.ooo liras para crear una Beca
dedicada a su Director, antes de dejar el
Instituto para dirigirse a los distintos
campos de Misión.

Así, a más de dedicar su vida a Dios,
a Don Bosco y a las almas, han hecho que
en el Instituto quede siempre un aspi­
rante misionero, que rece para su perse­
verancia. ¡Que el Señor bendiga y escuche
la plegaria de estos corazones generosos I
Ya nos hacemos cargo de los sacrificios
que habrán tenido que imponerse para
reunir la respetable cantidad y si la historia
de esta Beca fuera conocida, serviría sin duda
de estímulo a tantos jóvenes y haría nacer
quizá en muchos la vocación misionera.
También las Fábricas.
La iniciativa de la Casa Nebiolo (Gran
fábrica de material de Imprenta deTurín)
que después de la S .E .I. (Sociedad Edi­
tora Internacional), ha ofrecido una Beca
Misionera, tiene un valor especial. No es
raro que en los países más remotos se
encuentren el misionero y el industrial
o el comerciante y éstos no pueden menos
de admirar el sacrificio de los apóstoles
de la fe y en muchas ocasiones no les
regatean sus alabanzas y apoyo.
Así se explica como importantes empresas
industriales y comerciales tengan especial
empeño en contribuir a la Obra de los
misioneros, porque reconocen en ellos a los
heraldos de la civilización y del progreso.
i Cuántas fábricas podrían, con un pe­
queño esfuerzo, contribuir eficazmente
a la obra humanitaria de las Misiones!
Nosotros quisiéramos ver figurar en la.
página de oro el nombre de muchos Bancos
y Casas industriales y comerciales. Harían
labor verdaderamente digna de encomio
y atraerían sobre sus empresas las bendi­
ciones del Cielo.
¿ Por qué nuestros amigos y Coopera­
dores no han de decir una buena palabra,
para dar a conocer la Cruzada Misionera
a muchas personas, que, si no contribuyen
a ella, quizá es solamente porque no la
conocen y porque engolfados en sus ne­
gocios no tienen tiempo de considerar la
hermosura de una obra, a la cual se con­
siderarían dichosos de poder contribuir?
La benemérita Casa Nebiolo dió las gracias
a quien le hizo conocer la iniciativa de la
Cruzada y otro tanto harían, sin duda,
muchas otras. Hay que tener atrevimiento,
santo atrevimiento, para la gloria de Dios
y para la salvación de nuestros hermanos..

525

D e oíros países.
Las noticias que van llegando de fuera
de Italia también son en extremo conso­
ladoras y cuenta que nos hallamos sólo
al principio de un movimiento, que ya
se ve ha de llegar a tomar proporciones
gigantescas.
_
La noble ESPA Ñ A sabrá sin duda
ocupar en la Cruzada el lugar que le

corazón español sabemos que es capaz de
grandes cosas para cooperar a una Obra
de celo.
FR A N CI A, después del admirable ejem­
plo del Conde De Maistre, no desmentirá
su tradicional generosidad en favor de!
movimiento misionero, que ha consti­
tuido siempre una de sus más puras glo­
rias. Desde Argelia ha llegado la Beca
D. J. Bellamy, como homenaje al hombre

Salió (Urugnay) — El claro iafaniíl del Colegio Salesieno.
corresponde, por sus gloriosas tradiciones.
Un generoso Cooperador ha iniciado el
movimiento desde Madrid, con una Beca
completa dedicada al glorioso Rey San
Fernando; Valencia, la encantadora ciudad
de las flores, ofrece una primera beca que
será seguida de otras; la industrial y fuerte
Barcelona no quiere ceder a nadie el primer
puesto. El Director de nuestra Casa de
Sarriá, con una corazonada verdadera­
mente española, nos notifica que se han
iniciado seis becas en aquel importante
Colegio, i Loor a la Nación hermana que
sabe sumarse con entusiasmo a las santas
empresas! Nosotros que conocemos el

eminente, al religioso ejemplar, que tra­
bajó incansablemente en aquella región.
A L E M A N IA ha formado ya una Beca
y se propone, con las dotes de inteligente
organización que le son propias, contribuir
dignamente a la Cruzada.
Sabemos también que los Colegios, los
Exalumnos y Cooperadores de América
se preparan para dar un magnífico ejemplo
de activa generosidad. Las jóvenes Re­
públicas Americanas estarán a la altura
del entusiasmo que ponen en todas sus
manifestaciones; su vida exuberante en­
contrará en la Cruzada un vasto campo en
el que desarrollar sus admirables energías.

22Ó

Lluvia de rosas.
El 7 del pasado octubre, se honró por
primera vez a la simpática santa de Lisieux
en el día de su fiesta como Patrono de ¡as
Misiones. Nosotros también hemos puesto
esta Cruzada bajo el potente Patrocinio
de Sta. Teresita del Niño Jesús. De todos
es conocido el ideal misionero que ani­
maba a aquella alma privilegiada; los que
deseen gracias de la escogida flor del
Carmelo, contribuyan a la Obra de las
Misiones y ella desde el Cielo hará des­
cender una lluvia de rosas, de belleza y
aroma extraordinarios, sobre quienes la
ayuden en tan santa empresa.
El Director del Oratorio Festivo de
Caserta nos escribe: Tuve la idea de pro­
mover quizá con ingenuidad infantil, uno
Beca Misionera dedicada a Sta. Teresita

y ahora tengo el gusto de manifestarle que
la simpática santita, con un prodigio espi­
ritual y material, completó muy pronto ¡a
Beca y como suya no la quiso ordinaria de
20 mil, sino de 25 mil liras. ¡Bendito sea el
Señor!
Beneméritos Cooperadores: las peti­
ciones de nuevos aspirantes misioneros
nos llueven de todas partes. Son cente­
nares de jóvenes animosos que quieren
consagrar su vida y sus energías a Dios
y a la salvación de las almas. Quiera Dios
que la caridad de nuestros Bienhechores
y la generosidad con que todos concurran
a la Cruzada Misionera, permitan a nuestro
Rector Mayor acoger en nuestros Colegios
Misioneros a tantos jóvenes que desean
llegar a ser apóstoles de la fe y heraldos
de la civilización.
Pedro R icaldone, Pbro.

LA CRUZADA SE EXTIENDE.
En e l Colegio Salesiano P ío IX
y en la adjunta Parroquia de S . Carlos.
Grande es el entusiasmo con que esta
Casa Salesiana y Parroquia ha respondido
al llamamiento de nuestro Superior General
para la fundación de Becas Misioneras. Se
hallan ya en vía deformación las siguientes:
1. Beca M aría Auxiliadora, fundada
por la Asociación de M aría Auxiliadora
y a la cual están invitadas a contribuir
todas las personas devotas que de esta
forma quisieran honrar a la Virgen y
obtener sus gracias y, favores.
2. Beca Sagrado Corazón. Fundada por
la asociación dcl Apostolado de la Oración
de Señoras.
3. Beca Sta. Teresita del Niño Jesús,
con las donaciones de sus devotos.
4.. Beca Don Bosco educador, con dona­
tivos de maestros, niños estudiantes que
piden su protección en los estudios, y
padres de familia que invocan su asistencia
en la educación de sus hijos.
5. Beca San Carlos, fundada con las
colectas realizadas en la iglesia y con do­
nativos de los devotos.
6. Beca San José, a cargo de los alumnos
artesanos dcl Colegio Pío IX.
7. Beca San Luis, a cargo de los alumnos
estudiantes del mismo Colegio.

8. Beca de las Animas, con las limosnas
en memoria o sufragio de los difuntos.
9. Beca Sagrada Familia. En memoria
del P . Valentín Cassini, por tantos mo­
tivos venerado y querido en la Parroquia
y para la cual una persona que reserva su
nombre ofreció 500 pesos.
10. Beca Liga de Damas católicas, a cargo
de las mismas.
« El Templo de San Carlos » propone
además la formación de otras dos becas
como homenaje de veneración y gratitud
especial a los inolvidables apóstoles de la
parroquia Mons. Santiago Costamagna y
P. José Vespignani.
¡Doce Becas Misioneras en una sola
Casa Salesiana! Esto es indicio de vita­
lidad, de entusiasmo y de fervor. Los feli­
greses de la parroquia de San Carlos dan
una muestra de nobleza de alma y de
correspondencia extraordinaria a los cui­
dados y fatigas que los Hijos de Don Bosco
se imponen por sus almas. Exempia trahunt.
Colombia responde con enfusiasmo.
Leemos en el « Don Bosco » de Bogotá,
cómo el Inspector Salesiano de Colombia,
P. José María Bertola, excita a todos los
amantes de la Obra Salesiana, que son
tantos y tan entusiestas en aquella cató-

•527

lica y noble República, a que se sumen
con entusiasmo a la Santa Cruzada. Dice
uno de los párrafos:
« 6 Los Cooperadores Salesianos de Co­
lombia, los exalumnos de nuestros Cole§ios
y ¡os mismos actuales alumnos se quedarán
acaso al margen de este creciente despertar
de entusiasmo misionero? ¿Porqué no tra­
ducir en acto ¡a fe con algo que patentice
nuestra completa y firme adhesión a la obra
de ¡as Misiones Salesianas'? E l Vble, Don
Bosco envió a ¡a noble Colombia hijos abne­
gados que le entregaron vida y energías,
educando juventud y aliviando leprosos:
¡a justicia reclama que paguemos todo ello
con abundante óbolo a favor de ¡as Misiones
que formaron el máximo ideal del eximio
aposto! y Padre », Y más abajo añade:
« Es muy natural que las becas lleven el
nombre de ¡os hijos más esclarecidos de Don
Bosco, que dejaron huellas imborrables entre
nosotros; por tanto creo interpretar el agrado
de todos proponiendo que ¡a primera Beca
se ¡lame R. P. A ntonio A ime . y la segunda
y la tercera se dediquen respectivamente a
la memoria de los RR. PP. E vasio R aba GLiATi y M iguel U n í a ».
No podemos menos de aplaudir estas
generosas iniciativas. Los nombres esco­
gidos son verdaderamente dignos de que
su memoria se perpetúe con una Beca
Misionera, para que haya siempre quien
emule sus ejemplos gloriosos.

Un emplazamiento a los Antiguos
alumnos de la Argentina.
De agosto de 1928 a agosto de 1929.
Copiamos de la valiente y entusiasta
« Revista Exalumnos de Don Bosco»; « Mun­
dial Cruzada Misionera — ¡Don Rinaidi
extiende ¡a mano para pedirte una limosna!
Es el padre que confiado recurre al corazón
del hijo. — Presidentes: No os asustéis!
Suscripciones, bazares, conciertos, repre­
sentaciones teatrales; etc. — En un ano
una Beca por Centro, iniciada entre ¡a
masa de pequeños y grandes simpatizantes.
¡Compañero! Hazlo como homenaje al
Santo Evangelio; al Buen Pastor, al Divino
Nazareno — Hazlo como expiación de
faltas propias y ajenas — Hazlo para que
la sangre de los mártires beneficie nuestra
amada Patria — Hazlo para que en ¡os
labios purísimos de tus nenes ¡a sonrisa
inocente jamás muera — Hazlo por tu papá
y mamá que en gloria estén — Hazlo para
que Dios bendiga tus negocios y fus intereses
— Hazlo por Don Bosco.
E l « Centro Pío I X » costeará la Beca
José Vespignani (5.700 pesos) sin focar
el fondo sociah.
El entusiasmo que vibra en las anteriores
frases habla muy alto en favor de los E x­
alumnos Argentinos, y servirá de estímulo
a todos, i Ojalá cada centro de Exalumnos
de todo el mundo tome igual compromisol

A
AA

Medellío (Colombia) — Eobrsíssfas socios de la “Jnrenhid Mísíooera.’

528

De la vida de la Sierva de Dios
Dorotea de Chopitea, Cooperadora Salesiana
Fundación de las Hijas de María Auxiliadora en España (0.
El Colegio de Santa Dorotea, el pri­
mero que las Hijas de María Auxiliadora,
fundaron en España, es uno de los princi­
pales que actualmente tienen esas Reli­
giosas, donde está el noviciado, v en el que
de ordinario reside la R. M . Provincial.
« Quizá no haya otra fundación en el
Instituto Salesiano — dice Don Branda
— que demuestre como ésta de Sarriá
la intervención tan directa de la divina
Providencia ».
Pues él fué por orden de Don Bosco
el que hizo esta fundación con el auxilio
de doña Dorotea, mejor será que él mismo
nos refiera, pues vive aún (2), los hechos pro­
videnciales de que Dios se valió para esta­
blecer en España las Religiosas Hijas de
María Auxiliadora.
Un sueño.
Era al caer de la tarde de uno de los
primeros días de Mayo y de los últimos
que Don Bosco pasó en Barcelona.
Al acompañarle a su cuarto Don Branda,
Superior de la Casa de Sarriá, y pregun­
tarle si le faltaba algo, advirtió que el Ve­
nerable estaba llorando.
— Pero, Padre, ¿qué le pasa?
— Nada.
Insistió Don Branda; más viendo que
nada podía conseguir, fuese a buscar a
Don Rúa, el hijo predilecto de Don Bosco
y su futuro sucesor , y tanto le instaron
los dos juntos, que al fin hubo de decirles:
— No quería hablar, pero me veo obli­
gado a hacerlo, es necesario que cuente
una visión que he tenido.
Y luego añadió:
— No sé si estaba soñando o despierto,
pero se me ha aparecido la Santísima \ ’ir(1) Un M odtlo dt Caridad, por el P. |. Alc*re, S. J.
(a) El P. Branda, a quien aluden estas lineas, volaba
al Ciclo en la Casa M adre de Turin. el a ? de noviembre
d« lo a ? . N. de la R.

gen y me ha dicho: ¿Te acuerdas de cuando
me aparecí a tí en Bccchi y te profeticé
todo lo que has hecho en Turín? Pues
bien, ahora quiero hablarte, no sólo de
tus Religiosos, sino también de tus R e­
ligiosas, y del mucho fruto que harán des­
de Oriente hasta el Occidente. Y así como
se cumplió aquello primero que te dije,
así se cumplirá cuanto ahora te diré.
Calló Don Bosco, y aunque no quiso
decir una palabra más, por lo que hizo
luego y sucedió después, se vió claramente,
que la Santísima Virgen le había man­
dado fundara una casa de Religiosas Saiesianas. y aún parece le indicó el sitio
en que había de levantarse. El caso pasó
de esta manera.
Dt

Xc

Era el día 3 de Mayo de 1886 cuando
Don Bosco, rodeado de gran número de
sus hijos, y paseando por el patio de los
Talleres de Sarriá, manifestó deseos de
ver toda la huerta hasta el extremo, cosa
rara en él, pues por sus muchas ocupa­
ciones y estado delicado de salud, solían
ser muy cortos sus paseos.
Al llegar allí, se quedó parado mirando
una magnífica torre que al otro lado de
la calle había, rodeada de huertos y jar­
dines, y como si ya la hubiese visto en
otra ocasión, dijo:
— Verdaderamente es aquella.
Luego, dirigiéndose a Don Branda, que
estaba a su lado, añadió:
— Compra esta casa para las Hijas de
María Auxiliadora y yo haré que vengan
pronto.
Como estaba por aquel entonces Don
Branda cargado de deudas y sin saber
cómo acabar el segundo piso de los T a ­
lleres, no estaba ciertamente muy dispuesto
para aceptar aquel encargo, y así, para
distraer de aquello a Don Bosco, lo llevó
hacia atrás hablándole de otra cosa.

329

Pero al poco rato vuelve Don Bosco a
lo mismo y dice:
— Iré a Turín, hablaré con la M . G e­
neral, en Nizza se prepararán las primeras
hermanas, que han de venir a España, y
cuando tú vengas, les enseñarás algo de
castellano, luego las traerás contigo a
Sarriá.
Entonces dijo Don Branda:
— Antes hay que hacer otras cosas.
— ¿Cuándo irás a T u rín ?— dijo Don
Bosco.
— A fines de Agosto.
— Bien. Pues cuando vengas, primero
harás los Ejercicios y luego enseñarás el
castellano a las Hermanas, que ya estarán
aguardándote en Nizza.

— Pero ¿cree V. — dijo — que a mí
me hace falta dinero?
— De ninguna manera. Usted dispense.
Si he venido aquí, ha sido únicamente,
para complacer a una persona, para mí
muy querida.
Y salió inmediatamente de la casa Don
Narciso, pidiéndole mil perdones.
Cuando se enteró Don Branda de esta
escena, se alegró infinitamente, y mucho
más cuando supo, poco tiempo después,

Las dí£culfafes.
Tres días después, el 6 de Mayo, par­
tía Don Bosco de Barcelona para no vol­
ver más, y al despedirse por última vez
de su querido hijo Don Branda, mirán­
dolo fijamente a la cara le dice:
— ¿Entendidos, eh? Prepárame la casa
que te dije para las Hermanas.
Dos meses se pasaron sin hacer nada,
consolándose entre tanto Don Branda con
el pensamiento de que a veces también
los santos tienen rarezas.
Pero como no le dejase el remordi­
miento de no hacer nada, y temiendo, por
otra parte, disgustar a su santo Padre,
acudió con su duda al común refugio de
todos los Salesianos de España por aquel
tiempo. Doña Dorotea de Chopitea.
Parecióle a esta señora completamente
imposible poder obtener para las Her­
manas Salesianas aquella casa, que ade­
más de pertenecer a un señor muy rico,
estaba éste tan encariñado con ella, que
jamás la dejaba ni aún para pasar una
corta temporada en Barcelona.
Y así, dijo:
— Lo único que podríamos hacer, se­
ría pedirle por favor a esc señor que nos
venda un trozo dcl terreno de su huerta;
allí construiremos una pequeña casa para
las Hermanas.
Ella misma se encargó de mandar a su
hijo político Don Narciso M . Pascual para
hacer esta proposición.
Cuando la oyó aquel señor rico, se in­
dignó mucho.

La Síera de E^os
Dorotea de Chopitea. Cooperadora Salesiaoa.

que el Sr. Obispo acababa de prohibir
terminantemente que viniesen a Barce­
lona nuevas Religiosas, pues había ya de­
masiadas, y encargaba a todos los Párrocos
de la Diócesis, que de ningún modo le
presentasen solicitudes para admitir nue­
vas Comunidades, pues todas serían re­
chazadas.
Con la alegría de pensar que no tenía
ya obligación de buscar casa para las Her­
manas, partió Don Branda para Turín.
Al llegar, supo que Don Bosco se ha­
llaba en San Benigno Canavese, y allí fué
inmediatamente.
Apenas le vió llegar Don Bosco, le dijo:

330

— ¡Oh! ¿Ya estás aquí? ¿Cuándo has
llegado?
Y luego añadió:
— He tratado ya de las Hermanas que
han.de ir a Sarria.
Don Branda, que quería hablar a solas
con Don Bosco de este asunto, contestó:
— Primero tengo que hacer los Ejer­
cicios y después preparar algunas pro­
visiones.
,— Sí, sí, — dijo Don Bosco, — haz
los Ejercicios Espirituales, prepara tam­
bién tus provisiones, y después... enten­
didos.
Cuando estuvieron solos, le dijo Don
Branda que el Sr. Obispo había prohibido
terminantemente se introdujesen nuevas
Religiosas en la Diócesis de Barcelona.
Oíale en silencio Don Bosco, y cuando
hubo acabado, le dijo:
— Y la casa ¿ya la has comprado?
— No, ni es posible, pues su dueño ni
siquiera quiere que le hablen de eso.
— Bueno, bueno, tú irás a Turín, y
después a Nizza, y no te marcharás sin
que te lleves las Hermanas.

Don Branda . contestó inmediatamente
que con mucho gusto haría esta obra de
caridad si pudiese, pero que por entonces
no podía ser, por razón de la gran po­
breza de los Salesianos; que a pesar de
ello, se le ofrecía un medio para compla­
cerle y atender a esta necesidad. Si la her­
mana del Sr. Obispo obtuviese de Su Ex­
celencia el permiso para que se estable­
ciesen en Sarriá las Hijas de María Auxi­
liadora, éstas se encargarían del arreglo
de la ropa de los Salesianos, los cuales,
con esto ahorrarían gastos, y con este
pequeño ahorro se podría atender al man­
tenimiento y educación del niño.
La respuesta fué favorable.
He aquí quitado el primer obstáculo.
Quedaba siempre el de la casa.
Llegan Jas Hijas de Níaría Auxiliadora.

Don Branda escribió a doña Dorotea
diciéndole: « Estoy aquí esperando a las
Hermanas. Nuestra marcha no puede
tardar mucho. Por amor de Dios, búsqueme una casa ».
Doña Dorotea hizo cuanto pudo. Fué
a ver a un sobrino soltero que era Juez
Cede un obstáculo.
en Barcelona y tenía una torre en Sarriá.
No hubo más remedio, después de ha­ Le informó de todo y le pidió su casa
cer sus Ejercicios Espirituales en Turín, fué para hospedar provisionalmente a las Her­
a Nizza para enseñar el castellano a unas manas.
El sobrino accedió gustoso y doña Do­
pocas Hermanas que le estaban aguardando.
Desde allí escribió a doña Dorotea para rotea escribió a Don Branda: « Vengan
ver si de algún modo se podía obtener el ustedes ».
El i8 de Octubre de 1886, llegaron a
permiso del Sr. Obispo. Habló doña Do­
rotea con el Vicario General y este le dijo Marsella y el 21 a Barcelona. Doña Do­
que estaba Su Excelencia tan puesto en rotea los aguardaba en la estación. En su
no admitir nuevas Religiosas, que era coche subieron con ella la M . General y
Don Branda. Sentados ya, les dio la no­
completamente inútil hablarle de ello.
Apenas acababa de recibir Don Branda ticia de que no podían ir a la casa prepa­
la carta de doña Dorotea en que le con­ rada, pues su sobrino tenía el tifus, pero
taba todo eso, cuando recibe otra del Se­ en cambio su yerno Don Narciso M . Pas­
cretario del Sr. Obispo de Barcelona en cual les cedía por un mes la suya, situada
frente al Colegio de los Salesianos.
que le decía lo siguiente:
Todo el mes se empleó en buscar casa
« Estamos en Arenys de Mar (a una
hora de Barcelona); ha ocurrido un caso para las Hermanas, que al fin se encontró,
bastante doloroso. En una familia ha aunque muy poco a propósito.
muerto de repente el padre, y la madre,
por el dolor de tal pérdida, le siguió al
La casa vista en sueño.
sepulcro, dejando en la orfandad un niño
El 25 de Diciembre de este mismo año,
y una niña. La hermana del señor Obispo
le suplica encarecidamente se haga cargo murió de repente el dueño de la posesión
del niño, pues la niña ingresará en un indicada, vista milagrosamente por Don
Bosco.
benéfico Asilo de Religiosas».

5?i

La heredera, hija única, estaba casada
con un rico banquero de Barcelona, bien­
hechor de los Salesianos.
Cuando algún tiempo después fué Don
Branda a visitarle para cobrar las lo pe­
setas que cada mes les daba de limosna,
recibida ésta, dijó timidamente:
— Si no temiera molestarle, quisiera ha­
cerle una pregunta.
— Diga.
— Su señora ¿no ha heredado una
torre?

— ¿Y la torre?
— Iré con mi señora a hacerles una
visita.
— ¿Cuándo?
— El día de Reyes.
— Bien, muy bien.
« *
El día de Reyes fueron, efectivamente,
y Don Branda lo había dispuesto todo
para que fueran recibidos con toda solcm-

BArcelona-SarríA (España) — La primera Casa de las Hijas de María Auxiliadora en España
Fundada por Dña. Dorotea.
— Sí, ¿la quiere comprar? ¿Tánto di­
nero tiene? Ya me han ofrecido 250.000
pesetas. ¿Me quiere dar más?
— Al contrario, mucho menos.
— ¿Y de dónde sacará el dinero?
— Del banco de la Divina Providencia.
En esto sonó la señal para comer, y le
dijo aquel señor:
— ¿V. no quiere comer?
— iOh, no! Yo debo continuar reco­
giendo las limosnas y no iré a comer hasta
no haber terminado.
— ¿Cuánto le falta?
— loo pesetas.
— Si es tan poca cosa, se las daré yo,
y así irá a comer sin pérdida de tiempo.
Al despedirse, añadió Don Branda.

nidad. A la puerta les aguardaba la banda
de música; visitaron toda la casa y se mar­
charon altamente satisfechos. Al salir le
dice a Don Branda el Sr. Girona.
— Pase V. por mi casa.
Fué muchas veces y siempre con la
intención de obtener la finca lo más ba­
rata posible. Tanto hizo, que el precio
de la Torre fué bajando a zoo, 180, 170 y
finalmente a 150,000 ptas.
Al fin cansado de tanta insistencia el
Sr. Girona le dijo a Don Branda;
— Le vendo la torre porque mi mujer
le ha tomado tal aversión después de la
muerte de su padre, que no le ha permitido
volver a entrar en ella. Pero le pongo una
condición sobre la cual no transijo, y es

*>52

que al firmar la escritura me ha de pagar
al contado las 70.000 pesetas por cuyo
precio la vendo. Es esta la suma que yo
debo satisfacer al Estado por la sucesión
de la herencia de mi mujer. Sin cumplir
esta condición no la vendo; no venga más
a molestarme.

♦ *
Corrió al punto Don Branda a casa de
Doña Dorotea para contarle lo ocurrido.
Mientras oía la Señora esta historia, vió
Don Branda que los ojos se le arrasaban
en lágrimas.
— ¿Porqué llora? — le preguntó. No
se apure. Dejémoslo estar. Si no puede
ser, es señal de que Dios no lo quiere.
— No, no — se apresuró a decir la
buena Señora. — Estoy conmovida por
otra cosa. Ha de saber que por la división
del patrimonio, he dado a cada una de
mis hijas grandes cantidades, reservánsomc sólo el usufructo y 70.000 ptas. que
he depositado en un Banco especial, pen­
sando que si se perdiesen todos mis bie­
nes, con esto podría vivir modestamente
con María (la camarera). Ahora veo que
Dios me quiere verdaderamente pobre y
lo seré... Conteste, pues, que las 70.000
ptas. están a punto.
— Pero, Señora — dijo Don Branda,
•— piense bien lo que hace.
— Lo he pensado; las 70.000 ptas. son
para la torre.
Volvió , pues, al punto Don Branda a
casa del banquero para cerrar el contrato.
Este le dijo;
— Todavía una cosa; los gastos de la
escritura ya se entiende que son cosa suya;
tres o cuatro mil pesetas.
Don Branda contestó:
— Por amor de Dios, piense lo que
dice. Yo le puedo dar 70.000 ptas. porque
las tengo, pero 74.000, no.
El banquero condescendió por candad,
y quedó cerrado el contrato.
Todo esto sucedía en el mes de Marzo,
y se fijó para firmar la escritura el 19,
fiesta de San losé; en este día fueron en­
tregadas las llaves de la torre a ios Padres
Salesíanos.
En resumidas cuentas, al cumplirse un
año justo, a principios de Mayo de 1887,
que la Santísima Virgen se había apare­

cido a Don Bosco, e indicado el sitio donde
quería que se estableciese en España la
primera casa de las Hijas de María Auxi­
liadora, estas santas Religiosas estaban
ya establecidas en ella en el actual Paseo
de Don Bosco.

* *
Al abrirse el Colegio, se le dió el nom­
bre de Santa Dorotea, en memoria de su
fundadora, y al poco tiempo ya no cabían
en él las niñas que iban acudiendo.
Mandó entonces doña Dorotea agran­
dar la casa por detrás, construyendo, junto
a la primitiva torre, un cuerpo de edificio
de tres pisos, casi el doble de la primitiva
casa.
En la planta baja está la capilla de M a­
ría Auxiliadora que pronto será trasla­
dada a la hermosa iglesia, que actualmente
construye en la huerta de la casa el Sr.
Marqués de Sagnier con las limosnas de
personas caritativas.
*

* ♦
Dos años después de la fundación, esto
es, en 1889 cuando estaba ya el Colegio
lleno de niñas, algunas de ellas cogieron
la difteria.
Mandó el médico que todas las demás
fuesen inmediatamente enviadas a sus
casas, si no querían exponerlas al con­
tagio. Pero ¿cómo enviarlas si muchas de
ellas eran huérfanas y otras por su edad
y condiciones de familia era exponerlas a
evidente peligro de perdición?
En cuanto supo Doña Dorotea el apuro
de la casa y la turbación de las religiosas,
acudió al punto a poner a disposición de
la Superiora su magnífica torre de Sarriá.
Manda esterar todos los aposentos, abre
todos los armarios de ropa blanca, compra
buen número de mantas y dice:
— Vayan allá todas las niñas del Co­
legio sin llevar consigo cosa alguna a fin
de que no lleven con ellas la infección.
Con esto, así las niñas como las Her­
manas, durante un mes disfrutaron de la
torre, de su hermoso jardín y de mil co­
modidades de que en el Colegio hubieran
carecido, debiéndolo todo a la bondad y
cariño de su buena madre Doña Dorotea.

A través de las selvas vírgenes
del Matto Grosso (Brasil)
(Relación del P. Colbacchioi - Continuación).

E ¡ asalfo de Jos caimanes.
Mientras nuestros compañeros prepa­
raban el campamento y la leña para el
fuego nocturno, el Sr. Martín, mi com­
pañero Luis y yo nos aproximamos con
las debidas precauciones hacia la orilla;
anchas plantas acuáticas y grandes algas
cubrían a trechos la superficie tranquila
de las aguas; a derecha e izquierda no se
veía más que una extensa superficie de
agua, rodeada de bosques, cuyos árboles
llegaban hasta la orilla para inclinarse
sobre aquel espejo inmóvil en el que se
reflejaba la bóveda celeste y los soberbios
penachos de las palmeras. El agua parecía
completamente quieta, pero observando
atentamente se notaba un ligerísimo mo­
vimiento de sur a norte, acusado por las
altas hierbas y por las ramas de los árboles
dobladas en aquella dirección por la co­
rriente en las grandes avenidas. Era pues
un río y no un lago; pero ¿dónde nacía y
dónde desembocaba? Todavía es un miste­
rio para nosotros.
Mientras absorto en tales pensamientos
estaba mirando el agua el Sr. Martín me
murmuró al oído: — Mire, Padre; ¿ ve
V. allí ? y me señalaba un punto con el
dedo. M iré bien y me pareció ver un pe­
dazo de madera carcomida a flor de agua,
como de un metro y medio de largo y que
estaría a unos 50 metros de distancia de
nosotros.
— 6 Qué es ? pregunté. — Es un caimán
me contestó que se ha dado cuenta de
nuestra presencia. Fíjese más allá... otro...
y otro... y otro. Lo que se vé no es más
que la cabeza y efectivamente fijándome
bien, distinguí hasta doce que permane­
cían inmóviles, asomados a la superficie
de las aguas.
Hasta ahora, continuó el Sr. Martín,

hemos hecho todo lo possible para no
hacer ruido y sin embargo estos animales
se han dado cuenta de nuestra presencia
y han salido a enseñarnos su antipático
hocico. Hay que decidirse; nosotros ne­
cesitamos cortar leña y proveernos de
agua y esto no se puede hacer sin hacer
ruido. Vamos a probar y así veremos qué
intenciones tienen estos monstruos. Y
luego mirándome fijamente, como para
asegurarse de que yo no tenía miedo,
añadió: — Prepare el fusil, para lo que
pueda venir. Y dicho esto, dió un grito
y se puso a dar golpes con su enorme
machete en el tronco de una palmera, que
erguíase orgullosa al borde del agua.
A aquel grito y al ruido de los golpes
respondió un gruñido ronco, feroz y
aquellos monstruos irguiéndose más sobre
las aguas vinieron directamente hacia
nosotros, algunos con sus terribles man­
díbulas abiertas. Yo miraba sin pestañear
aquella escena jamás vista y verdadera­
mente salvaje, dispuesto a hacer fuego
contra el primero que hubiera tenido la
temeridad de acercárseme demasiado...
cuando al lado mío sonó un disparo. En
un abrir y cerrar de ojos vi levantarse una
ola de espuma y delante de mí las mandí­
bulas abiertas de un enorme caimán que
hacia mí se dirigía. Apunté bien e hice
fuego, dando dos pasos hacia atrás, Y vi
al monstruo dar una vuelta sobre sí mismo,
a la par que se levantaba una enorme masa
de agua y el monstruo desapareció entre
un torbellino de olas. Al mismo tiempo
sonaron otros disparos y vimos a aquellos
monstruos cruzar en anchos giros y en
distintas direcciones la superficie de las
aguas, enseñando rabiosamente largas filas
de aguzados dientes.
Sin darnos cuenta nos encontramos los
tres hombres a una prudente distancia

774
de la orilla. Cuando he aquí que mientras
estábamos contemplando, allí, frente a
nosotros, aquellas cabezas inmóviles que
surgían de las aguas entre la orilla y las
grandes algas, uno de aquellos terribles
monstruos, quizá más astuto y atrevido
que los demás, se echó rápidamente hacia
nosotros; por fortuna, mi compañero
Luis tuvo tiempo de apuntarle el fusil y
hacerle fuego casi a boca de jarro. Pero
el monstruo, herido, apenas dió una vuelta
sobre sí mismo y se dirigió furioso contra

c insectos de toda clase cayeron sobre
nosotros como una plaga. Este era el ene­
migo más temible. A cualquiera otro por
grande y feroz que fuera, podíamos opo­
nerle resistencia; pero contra una nube
de insectos y mosquitos de toda clase no
había resistencia posible. No quedaba
más remedio que armarse de paciencia
y sufrir en paz aquel continuo y aburrido
zumbido y las punzadas irritantes que
no nos deiaban parar un momento.
Cenamos como pudimos, con un poco

Mallo Grosso (brasil) — Vi a dos palmos de distancia las blancas filas de aquellas sierras de marfil...
mí... La guerra estaba declarada habíamos
tenido la temeridad de invadir el pacífico,
tranquilo y absoluto reino de aquellos
monstruos y ellos no sólo se defendían
sino que venían a atacarnos directamente.
Pasado el peligro, el Sr. Martín nos dijo:
— Ahora vámonos, que ya sabemos el pan
que se come y con quién hemos de habér­
noslas; pero tendrán que rendirse y de­
jarnos dueños. Volvamos a! campamento
y más tarde quiero probar si pesco algo,
pues deben abundar ahí los grandes peces.
£ / enemigo más íerríb/e.
Nuestras tiendas estarían a unos yo
pasos de la orilla. El sol iba hundiéndose
en el horizonte y una nube de mosquitos

de arroz cocido con carne seca, de pie,
combatiendo entre un bocado y otro con
los mosquitos invasores, a los que procu­
rábamos ahuyentar con densas nubes de
humo.
Ya la noche se había hecho dueña del
campo; aunque no era muy oscura, pues
el pálido resplandor de tímida luna que
asomaba de cuando en cuando entre las
nubes daba a la escena un aspecto triste
y melancólico. El blanco de nuestras
tiendas, las rojas llamas de nuestra hoguera,
la tétrica oscuridad de la selva, el reflejo
de las aguas, producían contrastes tan
profundos que impresionaban hondamente
el espíritu.
Trascurrido un buen rato de la cena, el
Sr. Martín me dijo: — Padre, ¿ vamos a

555

ver si encontramos algún pez? — Por mí
no hay inconveniente, pero y los caimanes
¿nos dejarán en paz? — De noche no es
tan fácil que nos asalten; tanto más que
nosotros procuraremos no hacer ruido
y además tendremos encendido el fuego
•y no se atreverán a acercarse.
Pesca noefarna.
Tomamos dos tizones y un poco de
leña y con la mayor cautela nos dirigimos

sacó fuera del agua un magnífico pescado
grande, que aquí llaman Pintado, por sus
manchas blancas y negras y que los hororos
llaman orari.
La pesca continuó felizmente, sin que
los caimanes nos estorbaran, aunque los
veíamos pasar y repasar a lo largo del río,
como sombras en el negro espejo de las
aguas.
La cuerda que el pescador sujetaba con
la mano tendióse repentinamente con
violenta sacudida. El hombre que estaba

Los caimanes descansando a orillas del famoso rio. después de un suculento banquete.
hacia la orilla. Encendido el fuego, mi
amigo echó el anzuelo y en seguida lo
retiró dejando en seco un pescado no muy
grande, cubierto de grandes y relucientes
escamas que brillaban vivamente al res­
plandor rojizo de fuego. — ¡Piraña,
exclamó, esto nos faltaba! Lo observó bien
a la luz del fuego y añadió: es una pirana,
pero no de las malas y terribles: es negra;
que si fuera de las rolas Dios nos libre;
son terriblemente fieras y voraces; no
perdonan a nadie y se devoran a sí mismas.
Con el cuchillo cortó un buen pedazo
de aquel pescado y lo puso como cebo en
un anzuelo mucho mayor y volvió a probar
suerte. Al poco rato fuertes sacudidas
obligaron al Sr. Martín a aguantar la
cuerda con mano firme y con ágil maniobra

sentado se levantó de golpe y con toda la
fuerza de ambas manos afirmándose en
el terreno, aguantaba el empuje de la
presa mientras llamaba en su auxilio a
Luis; pues la presa debía ser enorme a
juzgar por las violentas sacudidas que
daba. Efectivamente, no sin grandes es­
fuerzos, lograron sacar del agua un gi­
gantesco pirarara, de la misma especie
de los pintadoi, pero mucho mayor, pues
medía al menos un metro y medio.
Los mosquitos que no nos daban un
momento de tregua nos obligaron a volver
al campamento. Llevamos con nosotros
el piwa h y demás pescados; pero el pirarara, por ser demasiado grande y pesado
lo dejamos algo apartado de la orilla, para
que algún caimán no se engolosinara con el.

556

La noche fué para todos un verdadero
tormento a causa de los mosquitos. Cuando
de repente nuestros perros de caza y de
guardia se ponen a ladrar furiosamente.
Nos levantamos todos de golpe con ios
fusiles apuntados. Los perros continuaban
ladradando con el pelo erizado y en di­
rección del río. Atizamos el fuego y con
una hoja de palma encendida empezamos
a observar hacia aquel lugar. Habíamos
hecho pocos pasos cuando oímos el ruido
de un pesado cuerpo que se sumerge en
el agua y nada más. Llegamos hasta el
lugar donde habíamos dejado el pirarara
y ya nada había; el pescado había desa­
parecido, arrastrado sin duda por algún
caimán.
Posa/e difícil.
Al día siguiente nuestra preocupación
era atravesar el río. Era necesario hacerlo;
pero ¿ cómo ? El río era ancho y profundo,
pasarlo a nado peligrosísimo ¿ y luego con
los equipajes? Finalmente decidimos pre­
parar una balsa que sirviera para pasarnos
a nosotros y para trasportar nuestros
equipajes. Y en seguida pusimos manos
a la obra. Empezamos a cortar troncos de
árboles secos; para que flotaran mejor los
acercamos a la orilla y formando varios
estratos sobrepuestos, bien atados entre sí,
pronto estuvo la balsa dispuesta; pero lo
difícil era echarla al agua y maniobrar sin
que los caimanes, que excitados ya por
aquellos preparativos, se veían cruzar
inquietos las aguas en todas direcciones,
no nos molestaran. Entonces decidimos
que mientras dos o tres atendían al tra­
bajo, dos estuvieran en guardia con el
fusil para defender a los compañeros contra
el asalto de los caimanes.
AI principio nos dieron no poco que
hacer aquellos monstruos; los golpes de
hacha y el rumor de los troncos en el agua
los atraían; salían de todas partes y pa­
recía que los disparos en lugar de meterles
miedo los hicieran más feroces. Los heridos
y muertos iban a fondo y desaparecían
en un torbellino de agua; pero enseguida
eran sustituidos por otros que nos em­
bestían furiosamente. Sólo nuestras balsas
hicieron retroceder a los feroces asaltantes.
El terrible cuadro-me ha quedado impreso
en la memoria y no se borrará mientras

viva. Poco a poco se fueron alejando y nos
dejaron en paz. Pero a lo lejos se veían
cruzar inquietos las aguas y si alguno se
acercaba un poco lo hacía ya con gran
precaución.
A eso de mediodía la balsa estuvo lista;
uno de los nuestros, mientras tanto, había
cocinado bien el pescado cogido la noche
anterior y terminado el trabajo nos pu­
simos a comer con el mejor apetito. T er­
minada la comida empezó la navegación
con la balsa, que flotaba perfectamente;
una larga caña de bambú, que aquí al­
canza una longitud de lo y 15 metros,
nos sirvió de remo y de timón. No sin
alguna fatiga, lo fuimos pasando todo a
la otra orilla, quedando siempre dos al
menos en guardia contra los caimanes
que todavía no habían cedido por com­
pleto el campo y no querían darse por
vencidos.
El Sr. Martín nos ayudó grandemente
con su experimentada habilidad y termi­
nada la difícil operación se dispuso a
regresar a su casa, dejándonos solos en
aquella inmensa soledad. Yo, que me
había quedado para pasar el último, abrazó
a nuestro generoso amigo y le encargué
fuera a dar noticias nuestras a Mons. Couturón, en Dumbá. Pocos momentos después
estábamos todos en la otra orilla.
La selva se extendía delante de nosotros,
oscura, hecha impenetrable por una red
de lianas, mimbres, ramas y troncos. T e ­
níamos que seguir la dirección este-oeste.
Desde aquel momento nuestro guía, des­
pués de la mano de Dios, fueron la brújula
y el sol. Con el machete tuvimos que
abrirnos paso entre la maleza, y al cabo
de breve trecho nos encontramos con un
pantano fangoso y poco profundo. Pro­
bamos atravesarlo; hicimos esfuerzos inau­
ditos, pero no se podía más; el barro nos
llegaba hasta las rodillas y se presentaban
peores perspectivas. Entonces decidimos
cambiar dirección, desviando hacia el sur
y así después de dos horas de fatigoso
trabajo, empapados de sudor, sucios de
barro, logramos pasar aquel trecho pan­
tanoso. Declinaba ya el día y por la des­
viación que habíamos hecho hacia el sur,
juzgábamos que no debíamos estar muy
lejos del famoso río de los caimanes y
buscando un lugar a propósito para acam­
par, acabamos por llegar hasta la orilla

337
del temido río, que no habíamos hecho más
que remontar unos dos kilómetros.
Esperaba que por aquel día las aventuras
y peripecias hubieran acabado y en cam­
bio me faltaba todavía la más grave, de
la que salí bien por un milagro de la bondad
de Dios y de la protección de nuestra
Madre celestial, María Auxiliadora.

acercó a la orilla. Yo estaba junto a él,
casi con los pies en el agua, pues deseaba
ser el primero en ver al monstruo traidor...
El compañero, dos pasos más atrás que
yo, levantó el palo y lo dejó caer sobre el
animal, que permanecía inmóvil como
muerto. En aquel instante vi erguirse de
nuevo aquel negro cuerpo y lanzando un

Salvado p o r milagro.
Plantadas nuestras tiendas y
dispuesto todo para pasar la no­
che, antes de que el sol se escon­
diera en el horizonte, me fui solo
hacia la orilla del río, rezando el
Rosario. Todo era calma y silen­
cio en torno mío. Por más que
observé no vi ninguno de aque­
llos pedazos de madera inmóviles
u hocicos de cocodrilo y creí que
en aquel paraje no habría. Con
esta persuasión y para admirar
mejor el hermoso cuadro que
tenía delante, me senté tranquila­
mente a los pies de una soberbia
palmera, que se levantaba en la
misma orilla y me puse a rezar
el Rosario.
Cuando he aquí que, no se có­
mo, vi que a mi izquierda se des­
lizaba entre las anchas hojas de las
algas y de otras hierbas, un bultc
negro. M e volví hacia aquella parte
y apenas pude darme cuenta de
qué se trataba, cuando el monstruo
al verse descubierto, irguiéndose mitad de
su escamoso cuerpo, fuera de las aguas
se dirigió contra mí como una flecha.
De un salto me puse en pie, cogí el fusil
que había dejado apoyado en el tronco
de la palmera, e hice fuego; pero todo
esto en menos de un instante.
Y vi al enorme caimán revolverse sobre
sí mismo, dar tremendos coletazos contra
las aguas, que se levantaban en columnas
de espuma, hasta que se calmó y quedó
panza arriba, flotando en las aguas, a poco
más de un metro de la orilla. Al ruido del
disparo, acudieron mis compañeros. —
Ya está muerto, les dije; ahora ayudadme,
que quiero ver de cerca a este inmundo
animal, que por poco no me hace una mala
jugada. Un compañero cortó una larga
rama, que tenía forma de gancho y se

Mon», Bar» j mis com¡>aneros en la nueva
Misidn de Krishnagar (India).
gruñido terrible, dio un terrible coletazo
en el agua, levantando una nube de espuma
que me salpicó todo y con rápido movi­
miento se lanzó contra mí, que era el más
próximo. Vi a dos palmos de distancia
las blancas filas de aquella sierra de marfil.
Y sin pensar, instintivamente, me eché
hacia atrás. Las altas hierbas y especial­
mente una especie de hojas y tallo cor­
tantes como navajas, que se entrelazaban,
me sujetaron los pies; tropecé y caí... Me
consideré perdido. Invoqué en mi cora­
zón a María Santísima... Oí un agudo
grito de mis compañeros... probé levan­
tarme; pero caí de nuevo y sólo arrastrán­
dome y abriéndome paso con las manos
entre aquellas cortantes hierbas, pude
alejarme algo del agua. Apenas pude po­
nerme de pie miré hacia atrás y vi al

758

monstruo que, hendiendo las aguas, se
alejaba.
Miré las manos que me ardían y las
vi todas ensangrentadas; en una de ellas
estrechaba todavía el rosario... Mis com­
pañeros, pálidos, me preguntaron: —
6 Se ha hecho V. mucho daño? Nos ha
hecho pasar un susto terrible. Aquel
caimán con las fauces abiertas estaba para
alcanzarlo. Cuando V. se cayó lo creimos
perdido... dimos un grito... Pero la protec­

ción de Dios es grande. En aquel momento
el animal que podía alcanzar su pie dio
la vuelta y se metió de nuevo en el agua,
para volver a aparecer en mitad del río.
Dimos gracias a Dios y cenamos char­
lando alegremente sobre las aventuras del
día. También aquella noche fué terrible,
sin poder conciliar el sueño a causa de la
nube de mosquitos que no cesaban de
chupar la sangre al pobre misionero.
. (Continuará).

Mons. Bars nombrado Adminisírador Apostólico
de la nueva Misión de Krishnagar.

Mona. Manuel Bars. reclentemenie nombrado
Adminiairador Aposidiko de Krishnagar (India).
Con gusto damos a nuestros lectores
la noticia de que con fecha 5 del pasado
agosto la Sagrada Congregación de Pro­
paganda Pide se ha dignado nombrar
Administrador Apostólico de la nueva Dió­
cesis de Krishnagar, confiada a los M i­
sioneros Salesianos, en la India, al salcsiano Español M ons . M anuel Bars que
desde hacía ocho años trabajaba incan­
sablemente entre las tribus Khasí del
A ssm .
Desde la nueva Misión escribe el
nuevo Administrador Apostólico a nues­

tro Superior General Rvdmo. D. Felipe
Rinaldi:
« Por vez primera tengo el gusto de
enviarle noticias nuestras desde la nueva
Misión a que nos ha llamado el Señor.
Antes de nosotros trabajaron en esta
región por muchos años los Padres de
las Misiones Extranjeras de Milán, que
ahora se han concentrado en la Diócesis
de Dinaypur en busca de otras almas que
salvar. Ellos han logrado ya muchos frutos,
con su celo y con su sacrificio. Su ejemplo
nos servirá de estímulo para conservar
con cuidado la preciosa herencia de almas
que nos ha sido confiada y para no per­
donar fatigas a fin de ampliar sus con­
quistas.
Por ahora sólo somos tres sacerdotes
y estamos muy ocupados estudiando la
nueva lengua; pero ya sentimos la necesi­
dad de mucho más personal para poder
atender a las obras más importantes; y
crea, amado Padre, que si pudiera enviarnos
otros 2 y sacerdotes misioneros, encon­
trarían en seguida aquí ancho campo
de trabajo.
Tengo que añadirle además que por
la parte material, la Misión de Krishnagar
es sumamente pobre por lo cual acudo
a su corazón de Padre, para que la reco­
miende de un modo especial a los Coo­
peradores y Bienhechores de las Misiones,
a fin de que vengan en nuestra ayuda.
Y V. por su parte no deje de encomen­
darnos a María Auxiliadora para que
bendiga nuestros trabaios.

339
EC U A D O R

Un grande aconíecimiento
para la Misión de Méndez.
Rvdmo. Sr, D. F . RinaMi.
Regreso de una breve excursión a la
Misión de Méndez a donde fui a acompañar
al Gobernador de la Provincia del Azuay,
actualmente Ministro de Instrucción Pú-

de la Casa, captándose la estima de todos
por su trato fino y palabra cariñosa.
AI día siguiente a caballo, con unos 50
hombres, empezamos la subida dcl monte
Castillo ('5.870 m.) utilizando el cómodo
camino de herradura abierto por el mi­
sionero P. Del Curto y a eso de las diez,
empezábamos ya la bajada hacia las selvas
orientales, dejando recorridos los primeros
35 Km. La noche la pasamos en el Tambo
Cosfama§na. Figúrese V. que noche: Dos
miserables estancias de cuatro metros en

Misión de Méndez (Ecuador) — £1 Gobernador Ministro, rodeado de los misioneros, colonos y jibaros.
blica, el Director General de Obras Pú­
blicas y varias comisiones de periodistas,
estudiantes y obreros, ávidos de conocer
de cerca la región del misterio, la zona
de las selvas encantadas. De la comitiva
casi ninguno profesa los principios cató­
licos. El viaje duró 13 días: cuatro de ida,
cinco de permanencia y cuatro de vuelta.
Rápido viaje.
La comitiva salió de Cuenca el 4 de
marzo y hacia el anochecer llegábamos
a la parroquia salesiana del Pan, dónde
D. Albino dcl Curto había organizado un
recibimiento triunfal, haciendo salir a
nuestro encuentro una comitiva de 100
jinetes. Mons. Comín hizo los honores

cuadro; 10 camas portátiles y 50 hombres
tendidos en el suelo y nosotros pobres
misioneros sobre una manta de las ca­
ballerías. Menos mal que la comitiva tenía
buen apetito y no le faltaba alegría y lo
pasamos bastante bien.
Al día siguiente, otros 15 km. a caballo
y otros quince a pie en la zona de las her­
mosas selvas, de las maravillosas cascadas,
de los precipicios terribles. No llueve y
hacia la caída del sol salen a nuestro en­
cuentro los primeros colonos gritando
Iviva! y ofreciéndonos sus bebidas, hechas
con jugo de caña de azúcar fermentado,
y racimos de plátanos dignos de la tierra
prometida.
i El día es espléndido, las impresiones
magníficas!

540

Esta zona, que sólo dos años hace era
desierta, está ahora ocupada por cuarenta
familias de colonos, que se sienten felices
bajo el cuidado de los misioneros. Doquiera
a lo largo del camino se encuentran casitas
con campos cultivados.
Encueníro enfusíüsfo.
Al día siguiente proseguimos la marcha,
siempre a través de los campos cultivados
por ios colonos y hacia mediodía, por el
sendero que baja hacia el Paute, divisamos
finalmente un buen grupo de jibaritos,
cnarbolando la bandera republicana guia­
dos por el P. Ghinassi, verdadero apóstol
de la niñez.
Puede imaginarse la conmoción de la
comitiva que, armada de fusiles y pistolas
quizá se esperaba alguna traidora em­
boscada de los terribles jíbaros y que en
cambio ve venir a su encuentro a los hijos
de la selva, vestidos a la europea, con una
flamante corbata roja (el rojo es el color
predilecto de los jíbaros) ofreciendo flores
a la suprema autoridad, dándoles la mano
con soltura y saludándoles en español.
El Gobernador Ministro se quedó ver­
daderamente conmovido.
Reanudamos la marcha y poco después
sale de la floresta un grupo de robustos
jíbaros adultos, con sus trajes de gala y
cargados de sus típicos adornos, que simu­
lando una emboscada disparan centenares
de salvas de fusil, corriendo al encuentro
de la comitiva, lanzando al aire gritos de
alegría. Entre continuas salvas de fusi­
lería seguimos la marcha y a las dos lle­
gamos a la vista de la Misión. Pasamos el
gran puente colgante sobre el Paute,
construido por el venerando misionero
salesiano Jacinto Pancheri y al otro lado
del puente ya nos espera una turba de
jíbaros y colonos con las Hijas de María
Auxiliadora que guían un grupo de niñas
de sus escuelas que rinden homenaje a la
comitiva. En formación jíbara el cortejo
llega a la Casa Misionera, al lugar sagrado
que recoje los sacrificios y sudores de
diez años de trabajo intenso.
El cansancio de! largo viaje desaparece
casi como por encanto; nadie se imagi­
naba poder encontrar en la inhospitalaria
selva un oasis de paz, un centro avanzado
de civilización. Algunos centenares de

personas aparecen en formación, en la
plaza, manifestando su alegría con gritos
y disparos, especialmente los jíbaros.
Ellos son positivos. Han visto llegar al
Gobernador con unas 20 cajas de pólvora,
municiones, machetes, hachas, cuchillos,
tejidos etc., y saben por experiencia que
nada de todo aquello saldrá de la misión.
Todo es para ellos. Impacientes quisieran
que se abrieran en seguida las ca as para
ver lo que contienen, pero ya son algo más
civilizados y por esta vez se contentan con
un poco de pólvora que ellos reciben con
graciosa sonrisa y vuelven a sus chozas
con la simple promesa del regalo.
PacíGcQ conquista de la fe.
A la mañana siguiente bien pronto la
Misión es un hormiguero humano; la
gente acude de todas partes. Es día de
fiesta y la vigilia del Patrono de la Misión
San José.
La Iglesia es incapaz de contener a
tanta gente y las misas se suceden con un
lleno completo y a la última, la de los jí­
baros, asisten las autoridades, i Qué ad­
miración ver aquella masa de pueblo,
esclusivamente jíbaros, seguir con bas­
tante devoción la santa Misa y oir al final
la lección de catecismo en lengua jíbara,
que les explica el misionero P. Ghinassi.
Después de la Misa el Gobernador
haciendo reunir a todos los habitantes en
la plaza entrega oficialmente a la nueva
Colonia de Méndez una espléndida ban­
dera nacional, que en seguida es izada en
el asta. Es regalo de los estudiantes del
Instituto oficial de Cuenca. Los jíbaros
la reciben con salvas de fusilería y cuesta
trabajo hacerles cesar para que el Superior
de la Misión, P. Conrado Dardé, pueda
pronunciar el discurso de bienvenida a
las autoridades, que contesta enseguida el
Sr. Gobernador.
Pesca prohibida.
Después de la comida ofrecida a las
autoridades e invitados, el ingeniero, y
los periodistas quisieron divertir a los
jíbaros con una curiosa pesca en el río
Cuchanza. Cuando se trata de pesca los
salvajes y sobre todo las mujeres demues­
tran una alegría loca. No se lo hicieron

láM

54»

Misión de Méndez (Ecuador) — La pesca en el r!o
verificada anle el Ecc. Gobernador Ministro.

decir dos veces y todos en un momento
estuvieron a la orilla del río, señalando a
las autoridades los lugares donde hay las
llamadas cunas o remansos profundos,
excavados por los remolinos de las aguas.
En pocos minutos los cartuchos de
dinamita estuvieron preparados. Encen­
dida la mecha el explosivo fué echado al
agua; va a fondo sin dejar de quemar;
dados los gritos de alarma todos se han
retirado detrás de un peñasco. Después
de algunos segundos que parecen horas
se oye una tremenda explosión y una in­
mensa columna de agua se levanta hacia
el cielo y centenares de peces aturdidos
vienen a flor de agua. En un instante el
río se llena de jíbaros y colonos y cada
uno recoge y tira a la orilla la fácil presa.
El entusiasmo aumenta y los mismos
jíbaros guían ai ingeniero para que eche
todavía otros cartuchos y la operación se
repite en otros remansos del río. Se había
quedado en que las mujeres jíbaras ha­
brían ofrecido las truchas mayores al
Gobernador y a su comitiva. Pero una
vez que vieron las cestas llenas, la mujeres

Puente colgante sobre el Paule de 75 m. de luz
construido por el misionero, Sr. Panchiero.
listas y callandito desaparecieron en la
selva dirigiéndose a sus chozas para darse
un atracón mientras que los maridos algo,
más civilizados, indignados, apenas pu­
dieron ofrecer algún que otro pescado.
Tuvo más fuerza el instinto de la gula
que todas las conveniencias de hacer un
buen papel ante las autoridades.
Una bomba inferna!
y una boa colosal.
Los días siguientes se emplearon en
recibir las varias comisiones de salvajes
que trayendo sus dones, daban también
sus quejas pidiendo justicia. También se
dio especial solemnidad a la distribución
de premios a los colonos más audaces y
diligentes. Luego se visitaron las varias
haciendas alrededor de la Misión y los
trabajos llevados a cabo por los misioneros.
Gustó mucho el campo de experimentos
con ufanas plantaciones de café, cacao,
de azúcar, sidra, limón, achote, etc.
El ingeniero Sr. Valencia, encargado
de inspeccionar las obras de la carretera,

342

visitó el gran puente sobre el Pauie. de
75 m. de luz, construido por el Misionero
Sr. Panchcri, cuyos años igualan a la lon­
gitud del puente. Contaba el venerando
misionero que en uno de los extremos
donde debía ira parar el puente había una
roca con una caverna. Para destruirla
hizo una bomba infernal con algunos kilos
de dinamita. La explosión fué enorme y
entre los escombros apareció una horrible
serpiente, de unos 6 metros de longitud,
una boa que había sido vista varias veces
en ios alrededores de la Misión y que
nunca habían podido cazar.
También hizo muy buena impresión
a los visitantes la Casa de las Hijas de
María Auxiliadora, que han montado un
pequeño hospital, un laboratorio y otras
escuelas para las hijas de los jíbaros y de
los colonos.
Bombardeo simulado.

Los Sres. Cooperadores salesianos, además
de las indulgencias ordinarias que se detallan
en el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo
los requisitos de costumbre, indulgencia plenaria, los siguientes días:
Mes de noviembre.
21. Presentación de Ntra. Sra.
22. Sta. Cecilia.
Mes de diciembre.
8. La Inmaculada Concepción.
25. La Navidad del Señor.

S eis M isas diarias perpetuas.

Recordamos a nuestros lectores el privilegio
Pasados los cinco días establecidos, el
extraordinario
concedido por el Papa León X III
día z j se organizó el regreso a Cuenca.
El viaje fué de los más rápidos y felices. (de f. m.) a nuestro Vble. Don Bosco en favor
El 24 de marzo, al llegar al río Negro, los de todos los que contribuyeron con sus limos­
trabajadores de la carretera que hacían nas a levantar la Basílica del Sagrado Corazón
saltar rocas con la dinamita, nos recibieron de jesús en Roma o contribuyan en lo porvenir
con una salva de cien barrenos, que nos dió al sostenimiento de aquella Iglesia e internado
la ilusión de un bombardeo de artillería. de Artes y Oficios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosna de
El día 25 fué día de lluvia. Afortunada­
mente teníamos buenos caballos y atrave­ 1 peseta (20 centavos de dólar más o menos)
sada la cordillera, al dirigirnos hacia E l para tener derecho, en vida y después de muerte
Pan, nos vino al encuentro una alegre a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
comitiva, con abundantes provisiones que en el altar mayor de dicha Basílica, como tam­
nos hicieron olvidar las peripecias del día. bién, de todas las prácticas de piedad que en
Hacia el anochecer estábamos en la casa ella se practican. Pueden también ser inscritas,
misionera y al día siguiente, a eso de las entregando por cada una de ellas la misma li­
cinco, nos encontrábamos en la carretera mosna, las personas ausentes o fallecidas, las
del Descanso, donde nos esperaban el cuales gozan igualmente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
Rector de la Universidad, el Comandante
militar y los más ilustres representantes basta recoger en una lista los nombres de los
de la industria y del comercio. E! Gober­ que deseen inscribirse y enviarla, junto con la
nador quiso que toda la comitiva acom­ limosna correspondiente, al Rector Mayor de
pañara en auto a los misioneros hasta la los Salesianos - Via Cottolengo 52 - Torino (109)
Casa de Cuenca. Y el día siguiente los Italia - y apenas inscritos en los registros, em­
diarios de la República referían los juicios piezan a gozar de la aplicación de dichas 6
más entusiastas del Gobernador y de los misas. Como testimonio de la inscripción cada
miembros de la comitiva, con gran satis­ uno de los inscritos, recibe una cédula con su
facción de Mons. Comín y del P. Inspector nombre y con la explicación detallada de este
que tanto se sacrifican para poner en privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
marcha definitiva esta difícil Misión.
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
C arlo s C r e s p i , Pbro.
y veréis cómo no queda ni uno que no se ins­
M isionero Salesiano,
criba y que no haga inscribir a sus difuntos.

Fiesta de M aría Auxiliadora
en Medellín (Colombia).
En la capilla de María Auxliadora que los
Padres Salesianos han levantado en la capital
de Antioquía celebróse el bello mes consagrado
por la Iglesia a la Reina de los Cielos, con en­
tusiasmo y fervor nunca vistos.
Desde el día primero se observó religiosa­
mente el siguiente horario: Misas desde las
cinco y cuarto hasta las seis y media de la ma­
ñana, ésta con Exposición de S. D. M . y Salve.
Por la tarde, a las cinco y tres cuartos, Rosario,
canto de alabanzas a María Auxliadora ejecu­
tadas por la Schola Cantorum Salesiana, Plá­
tica, Consagración a la Virgen, Bendición y
Salve. A estas funciones concurrió siempre
una gran multitud que iba aumentando a me­
dida que se acercaba la fiesta. Durante todo el
mes se d ó comodidad a los fieles para ac rcarse
al tribunal de la penitencia, siendo necesarios
varios Sacerdotes para atender las reiteradas
solicitudes.

Día 24 - La Fiesta.
Mañana espléndida, como si la naturaleza
quisiera también engalanarse con todo su sé­
quito de aromas y de flores, en honor de la
Virg n. El suave silencio de la alborada inte­
rrumpióse de pronto a los acordes de la banda
musical, saludando el nuevo día. Las campanas
lanzaron sus notas alegres, invitando a los fie­
les a ofrecer las primicias de su amor a la Celes­
tial Reina en aquel hermoso d/a.
Celebróse a las cinco y media la primera misa
rezada. A las seis y media la de Comunión ge­
neral, para las Socias de la Archicofradía, de­
votos de la Virgen y público en general, ofic ada por el virtuoso Prelado limo, y Rvdmo.
Sr. Dr. Manuel José Cayzcdo, principal coo­
perador y fervoroso entusiasta de la Obra SaIcsiana. Fué solemnizada esta misa con cantos
de motetes a grande orquesta. Con este acto de
su generosidad ha querido el amado Pastor
probar una vez más su interés por la Obra del
Venerable Don Juan Bosco y su devoción a
la Virgen Auxiliadora. A las ocho y cuarenta
y cinco minutos, el Rvdmo. Sr. Canónigo
Eladio ¡aramillo, cooperador Salesiano y muy
digno Secretario Arzobispal, bendijo solem­
nemente la nueva Imagen de María Auxilia­
dora, apadrinada por Damas y Caballeros so­
bresalientes de la ciudad. Acto seguido cele­

bróse la misa solemne oficiada por el mismo
sacerdote. Infra misam predicó el panegírico
a modo de Conferencia el R. P. Salesiano Ro­
berto Prado.
Terminada la misa se dio principio a la Ve­
lación. En aquel instante se echaron las cam­
panas a vuelo, saludando a la Excelsa Reina.
El momento era solemne y grandioso. Dimi­
nutas lamparillas eléctricas de variados colores
representaban monogramas del nombre de
María, primorosamente enlazados. En la ca­
pilla se respiraba un ambiente puro y santo.
El nicho lucía con irradiaciones de nácar y es­
parcía su luz diáfana y suave sobre la bella
Imagen. Todo presentaba un conjunto armo­
nioso y magnífico. Sobre la multitud devota,
iban a clavarse aquellos rayos celestiales, que
eran como un poderoso imán para las almas.
Imposible describir con acierto aquel momento
solemne. No cabía un devoto más en el recinto.
El patio estaba colmado y una muchedumbre
diez veces mayor esperaba su turno afuera
para llegar a la Virgen, rendirle el homenaje de
su amor y pedirle gracias que Ella sabe derra­
mar a manos llenas.

La primera procesión
de María Auxiliadora en McdcWn.
Cuando las campanas anunciaban la hora de
la procesión, ya la multitud se congregaba en
la capilla, en el patío' y a lo largo de las calles,
esperando la señal de marcha; todo era respeto,
devoción y cultura. ¡Qué honor para la ciudad
cristiana y noble! ¡Qué orgullo santo para los
buenos hijos de la culta Medellín.
Bajo su dosel, artísticamente fabricado en
los Talleres de ebanistería del Instituto, y pri­
morosamente adornado con cintas y canasti­
llas de flores, comenzó su marcha triunfal la
Virgen de Don Bosco, escoltada por un grupo,
de inocentes niñas coronadas de flores blancas
que armonizaban con la albura de su inocen­
cia y portadoras de cintas polícromas. A los
lados de las andas iba formando guardia de
honor en traje de gala, la primera brigada de
« Excursionitas Antioqueños de Don Bosco *,
simpático grupos de alumnos del Instituto Sa­
lesiano.
Entre tanto por el trayecto que debía reco­
rrer la piadosa romería, se hacían los últimos
preparativos; adornáronse puertas y ventanas
con hermosas macetas de flores y de los bal­
cones pendían gallardetes y banderas nacio­
nales. Media hora antes de la salida ya se dibu*

744
jaba en la calle la doble hilera de fieles. Apenas
sí bastaron treinta minutos para hacer desfila*
las escuelas y colegios de ambos sexos, con sus
insignias y vistosos estandartes. Sólo ios Co­
legios Salesianos de niñas y niños y de los Her­
manos Cristianos formaban un pequeño ejér­
cito de más de tooo: a estos debemos añadir
otros Colegios y Escuelas que supieron co­
rresponder a la invitación que se les hizo.
AI volver de la procesión a la capilla ya se
había preparado en el patio un pequeño pul­
pito. Dada la bendición y dejada la capa mag­
na, sube el predicador al pulpito. Un religioso-

CARACAS (Venezuela) Al verme atribu­
lada por la grave enfermedad de dos de mis
hijos acudí a María Auxiliadora haciendo su
Novena y al quinto día desapareció todo pe­
ligro de muerte, alcanzando los enfermos una
franca mejoría.

Medellín (Colombia) — La proceuión de M aría Auxiliadora al pasar delante del Consulado Español.

silencio domina toda aquella multitud, pen­
diente de ios labios del Padre Felipe, religioso
del Inmaculado Corazón de María, quien de­
sarrolló admirablemente el tema: * Ad Jesum
per Mariam *, conmoviendo al auditorio y de­
jando en todos los corazones una honda emo­
ción. Hizo un elogio admirable de la Obra Salesiana, haciendo resaltar con lujo de ejemplos
cl poder extraordinario de la Virgen Auxilia­
dora en todos los tiempos y su constante pro­
tección a las obras del genial Educador.
Los festejos no han podido ser más bellos
ni solemnes. Ni una sola nota disonante en ese
concierto de armonías dulcísimas en honor de
María Auxiliadora. Ella ha derramado a manos
llenas sus gracias y favores sobre esta católica y
noble ciudad que se acoge bajo su manto so­
berano, como lo hacen los buenos hijos con la
madre de su amor.
¡Viva María Auxiliadora!

Agradecida envío una limosna para el Tem­
plo de María Auxiliadora.
Octubre.
María T. de Muller.
Continuos ataque> de dolorosa enfermedad
me habían reducido a un estado deplorable
que a juicio de ios médicos reclamaban una
operación a la que jamás me pude resignar.
Después de veinte años de tales padecimientos
invoqué la protección de María Auxiliadora
experimentando una consoladora mejoría has­
ta quedar completamente curada, pues hace
cinco años que no he tenido el menor retroceso.
Agradecida a María Auxiliadora, deseo pu­
blicar la gracia obtenida y envío una limosna
para la fábrica de su Santuario.
Mayo iqzy.
Elvira de G arda.
Atacada de grave enfermedad acudí con la
mayor fe a María Auxiliadora ofreciéndole.

1

345
si me conseguía clivio en mi dolencia, hacer
celebrar una Misa en acción de gracias y dar
una pequeña limosna para su Culto. Mejorada
ya de mi enfermedad cumplo mi promesa con
deseo de que se publique mi curación como
•debida a la pro*^ección de María Auxiliadora.
Caracas, Mayo de 1927.
5 . N . Feria.
E L SA N TU A RIO (Colombia) — El 17 de
enero a las 12 de la noche se vio atacada mi
esposa por una fuerte pneumonía doble; se
agotaron todos los recursos, se llamaron los
mejores médicos; sin embargo los remedios
no producían ningún efecto; la enfermedad
avanzaba por momentos; luego hubo compli­
cación del corazón y de los riñones; llegó a tal
g;ravedad que una roche se quedó como muerta
durante tres horas.
Sin embargo no desespere y acordándome
de una Madre que jamás se olvida de sus hijos
y cuyo poder es inmensamente superior al de
los hombres, acudí a ella con amor y confianza
seguro de alcanzar su protección.
Luego vino mi hija Julia Emilia, Hija de
María Auxiliadora, con otras Rvdas. Herma­
nas, las cuales nos aconsejaron hacer una No­
vena a María Auxiliadora, pidiéndole la salud
por intercesión de Don Bosco y ofreciendo pu­
blicar la gracia y una limosna para su Causa
de Beatificación. Muy pronto se vio la meiora
y hoy mi esposa está compleramente sana. Ma­
nifiesto públicamente mi gratitud y con gusto
cumplo lo prometido.
12 Febrero 1927.
Ramón Zuluaga C
G U A D A LU PE (C olombia). - En el mes de
enero de 1924 un hermanito mío de seis me­
ses de edad, fue atacado por una afección in­
testinal. Desahuciado por varios médicos emi­
nentes y perdida toda esperanza de curación,
invoqué de todo corazón a Mana Auxiliadora
ofreciéndole que si le devolvía la salud, daría
una limosna y cuando estuviera repuesto se
lo presentaría a tan querida Madre.
La poderosa intercesión de la bondadosa
Reina del Cielo fué tan eficaz que el enfermito
salió pronto de la gravedad y hoy está perfec­
tamente bien; por lo cual cumplo lo prometido,
ensalzando la bondad maternal de María Auxi­
liadora y animando a todos a recurrir a su in­
tercesión.
Elisa Vesga.
14 Marzo 1928SOCORRO (C olombia) - Un hermanito
mío de un año fue atacado por la terrible en­
fermedad de la epilepsia, siendo cada vez más
frecuentes y fuertes los ataques, durante el es­
pacio de dos años. Viéndose hacer crónica esta
enfermedad, que amenazaba seriamente la vida
del niño y sin que le valiera remedio alguno en

lo humano, invoqué de todo corazón la pode­
rosa intercesión de María Auxiliadora, prome­
tiéndole velar por un año su santa Imagen, pre­
sentar al niño a tan poderosa Madre, enviar
una limosna a los huerfanitos de Don Bosco
y publicar la gracia.
No tardó un mes sin que se notase la mejo­
ría y hoy que el niño cumple ya los seis años,
se encuentra perfectamente bien. Con profunda
gratitud cumplo mis promesas.
12 Marzo 1928.
Elvira Vesga Ribero.
G E N E R A L ACHA (Pampa-A rgentina) —
¡Gracias Madre mía! Un alumno de mi clase
enfermó de pulmonía; el mal hacía rápidos pro­
gresos; de un momento a otro se esperaba el
desenlace fatal. El Doctor que lo visitaba ase­
guró que era un caso gravísimo y que temía
por la vida del niño.
En tan triste situación acudí a nuestra buena
Madre María Auxiliadora, comenzando inme­
diatamente una Novena para que por interce­
sión del Vble. Don Bosco nos alcanzara la
gracia de la salud del alumno. A este fin todos
los días rezábamos en clase una Salve a la Sma.
Virgen y un Padrenuestro a Don Bosco.
¡Oh prodigio de María! Desde el primer día
se notó una reacción; la fiebre bajó de repente
y a medida que pasaban los días de la novena,
se podía apreciar una franca mejoría. El mismo
día en que terminaba la Novena el médico per­
mitió al enfermo abandonar el lecho y lo de­
claró fuera de todo peligro. Ahora goza de per­
fecta salud.
18 Julio 1928.
Ernesto Frigerlo
Coadjutor Salesiano.
ROSARIO (A rgentina) — ¡Gracias sean da­
das a María Auxiliadora, a quien nunca se re­
curre en vano! Tuve que sujetarme a una ope­
ración fácil a la nariz. Las cosas siguieron bien;
la curación parecía ya completa, cuando se
produjo una fuerte hemorragia. En seguida se
me produjo una hinchazón detrás de la oreja
izquierda y los médicos declararon que era un
tumor maligno y se me obligó a guardar cama
por espacio de 45 días. Los médicos declararon
que no podía curar sin una difícil y acaso in­
cierta operación.
Al oir esto me acordé de ser hermana de un
sacerdote salesiano y de ser madre de familia
y mi mente y mi corazón volaron a la taumaturga Virgen de Don Bosco, a la querida Madre
de los Salesianos, cuya devoción está ya exten­
dida por el mundo entero. La invoqué con con­
fianza y empecé en su honor la novena que
aconsejaba el Vble. Don Bosco, prometiéndole
hacer publicar la gracia si me alcanzaba que se
evitara la operación a la cual tenía yo mucho
miedo. E! mal iba progresando y yo, aunque
algo consternada, seguí pidiendo con más fer-


vor; acabada una Novena empecé otra, segura
de que no me abandonaría tan buena Madre.
En vista de los progresos de la enfermedad
los médicos dijeron que no se podía diferir
más la operación. Estaba ya en la mitad de
la segunda novena; mi alma fluctuaba entre
el temor y la esperanza. Fui pues preparada
para ser llevada a la sala de operaciones y ¿cuál
no seria la sorpresa de los médicos cuando ai ir
a empezar la operación tuvieron que reconocer
que el tumor hab/a desaparecido por completo?
Ahora vuelta sana a mi hogar y al cuidado de
mi familia cumplo con un deber de gratitud
haciendo publicar gracia tan extraordinaria
a fin de que cuantos la leyeren se afirmen siem­
pre más en la confianza en María Auxiliadora.
zo Julio 1928.
Margarita Cabrini Caggiati.
YU M BO (C olombia) - Hará unos dos me­
ses fui sorprendida con la noticia de que mi
mamá había sido atacada al cerebro, al mismo
tiempo que una debilidad aguda y constante
ponía su vida en peligro. La hicimos visitar
por el mejor médico de la ciudad, quien des­
pués de un minucioso examen la desahució.
No tuve en aquellos momentos otro con­
suelo sino encomendarme al auxilio nunca des­
mentido de la Sma. Virgen María Auxiliadora
y con la confianza puesta en Ella principié
una Novena y ofrecí una limosna al Santuario
de Turín.
Días después le sobrevino a mi hijita Blanca
una fiebre muy fuerte; el médico que la visitó
diagnosticó que la niña estaba en peligro de
muerte. Recurrí inmediatamente a María Au­
xiliadora y di principio a otra Novena como
única fuente de salvación para mi hija.
No habían transcurrido muchos días cuando
tanto mi mamá como mi hijita entraron en
franca mejoría y hoy, gracias a la inagotable
bondad de nuestra celestial Auxiliadora, go­
zan de excelente salud.
Agradecida en el alma por estos señalados
favores cumplo lo prometido.
5 - Junio - 1928
Blanca de Mofiy.

Dan fambién gracias a M oría Auxi¡iac/ora;
B ahía B lanca (Argentina). — Lucía Ferio
y envía una limosna.
Bogotá (Colombia) — Francisco Vargas, por
la pronta curación de una persona querida.
B uenos A ires (Argentina) — C r. de Emmmy
envía anticipadamente una limosna según el
consejo de Don Bosco, para alcanzar una gracia*
— Lorenzo Mosquera, da gracias y envía una
limosna.

34Ó
C ali (Colombia) Leticia C. de Mercado, da
gracias por la salud recobrada y envía una li­
mosna — Carmen Palacios de Alvarado da gra­
cias y hace cantar una Misa en el Santuario de
Turín. — Rebeca de Vallecilla, por la salud de
su hijita y envía una limosna — Eva Suinga y,
Dolores Sardi Vda. de Otere, agradecidas en­
vían una limosna. — Trinidad Sarasfi, Primi­
tiva Martínez, Bárbara Santacruz v. de Caldas
Ludovina Rojas de Hernández Beatriz Izquierdo,
Dolores E. v. de Palacios, Herminia Muñoz,
Manuel M . González, José J . Ramírez Alafia,
Tomás Perea R., Rafaela García de Collazos
tributan gratitud a la V.rgen de Don Bosco y
maridan una limosna para las Obras y Misio­
nes Salesianas.
C aracas (V nezuela)
Guillermo A . Villasmil por la salud recobrada y envía una limosna
Mercedes G. de Trujillo T. por la obtenida sa1 -d de su hijo y envió una limosna para su Santuario en constru ción. —- Gabriela Machado de
Petare; Josefina Sonano, Leopoldina Maimone
y Carmen M . de Delgado, dan gracias a María
Auxiliadora.
Cartago (Colombia) — Francisco Estrada,
da gracias y envía un limosna.
C hone (Ecuador) — Gertrudis Zambrano,
por un favor extraordinario y envía una limosna
para el culto de María Auxiliadora.
E l C armen (Colombia) — Alejandrina de
Torné, por varios favores recibidos y esp cialmente por la salud de un enfermo y envía una
limosna para las Misiones Salesianas.
E l P lateado (Colombia) — Una devota, agra­
decida envía una limosna para los niños de Turín.
G ranada (Colombia) — Una cooperadora,
por la salud a su madre y envía una limosna.
L ebrija (Colombia) — Francisco Torres, por
haber curado de la mordedura de una babilla
que lo tuvo imposibilitado para el trabajo por
espacio de 6 años, hasta que se encomendó a
la Virgen de Don Bosco, obteniendo rápida­
mente la curación. — Ana Francisca Atguello
de Pinto envía una limosna por favores reci­
bidos. — María de Barón, manda aplicar una
misa en el altar de María Auxiliadora de Turín.
— Ramona S . Domínguez y Antonio Domín­
guez, dan gracias y mandan decir una Misa
en el Altar de María Auxiliadora de Turín.
Elias Serrano Navas, Juliana Esparza de P.,
Sofía Serrano de Reyes, M aría G . de Mantilla,
Ramona Serrano de Domínguez, Francisco Tor­
res G., José Vicente Serrano G., Concepción T.
de Serrano, Conchita S . de Cardozo, Santos
Ariza, Celedonio Pinilla, Dolores Ortiz, Juan
Duarte, Ana Julia de Serrano, M aría Gómez S .
S . de Isabel D. de Higuera rinden público
testimonio de gratitud a la celestial Auxiliadora
y por conducto del digno y activo Decurión Sa-

jesiano, Sr. D. Antonio Domínguez S. envían
una limosna para las Obras y Misiones Salesianas.
L obos (Argentina) — María Josefa RosseUi,
por varios favores y envía una limosna..
M ercedes (Uruguay) Rosa Moreira Peña,
por el feliz éxito de una operación quirúrgica.
Palmar (Colombia) — Una devota, por va­
rias gracias recibidas y envía una limosna.
S ocorro (Colombia) — Una devota, y envía
una limosna para la Obra Saiesiana — Zoila
Paiz, por la absolución de un hijo inocente y
envía una limosna.
T eg UCIGALPA (Honduras) — Joselina de Coello por señalado favor recibido y manda cele­
brar una Misa en el Santuario de Turín.

debía poner el bisturí *. Precisamente en esto
mi esposa y yo vemos la mano de nuestro gran
Protector el V. Don Bosco, a quien tenemos tanta
devoción. Como para probar que a él somos
deudores, el mismo día de la operación, por la
mañana, y antes de la consulta, las Hermanas
de San José de Tarbes, nos mandaron de su
Colegio de la Avenida Paraíso una reliquia del
Venerable, sin habérsela pedido. En fe.
Julio 5 de 1928.
V íctor m . B riceno.
A rgelia de B riceno.

Por intercesión
del Vble. Juan Bosco.

S an J osé D el V alle (España). — Dña. Isa­
bel Ruiz Gómez de Carrasco siente el deber de
hacer público su agradecimiento a nuestro Vble.
Padre Don Bosco, por la solución de una gra­
vísima dificuldad que humanamente parecía
sin solución.

A gua de dios (Colombia) — Hallándome
en estado de verdadera indigencia prometí con
mi esposo enviar una limosna en favor de las
Obras Salesianas si obteníamos de María Au­
xiliadora la gracia de salir de tan terrible si­
tuación.
La protección del Ciclo no se hizo esperar,
mi esposo encontró trabajo hoy. Cumplo gus­
tosa mi promesa enviando la limosna que ofrecí
para los huérfanos de la Casa Saiesiana de Turín.
i j Febrero 1928
SiN FO R O SA

DE L O P E Z .

V alencia (Venezuela) — Mi esposa Arcelia de Bríceño hallábase gravísima por un
fibroma uterino y anexitis supurada. Los mé­
dicos que la vi2ron, entre ellos el Dr. Martín
Alvizu, aconsejaron, como último recurso, la
operación. Nos trasladamos a Caracas y los
grandes operadores se mostraron indecisos.
En la perplejidad, nosotros acudimos al
Vble. Don Bosco, y le dijmos :* Inspira tú, y
lo que aconsejes, eso haremos *. Oramos bastante
y en esto sentimos un impulso de ir a la clí­
nica del Dr. Córdoba. El reunió consulta, la
cual experimentó también la natural perpleji­
dad, por lo delicado del caso, debido, especial­
mente, al estado de la paciente. De pronto,
el cirujano se decide, y opera, con tal acierto,
que el restablecimiento ha sido completo y el
doctor ha merecido plácemes no sólo de sus
colegas, sino de los académicos de París y Ber­
lín, a quienes se mandó la relación. En cuanto
a la operación, decía el doctor: * He sentido
una seguridad como nunca; me decidí a operar
porque vi con suma claridad dónde y cómo

M éjico (Ciudad). — Juana Barroso, da gra­
cias por un favor recibido y envía una limosna.
L obos (Argentina). — F . G. B ., sumamente
agradecida al Vble. Don Bosco por una gracia
obtenida, envía una limosna para su Causa de
Beatificación.

L IB R O S S A L E S JA N O S .
Lecturas Católicas. — De Buenos Aires he­
mos recibido la entrega 532, correspondiente
al mes de agosto y que se titula L A L E Y E N D A
D E ORO. — Romancero de la vida de Don
Bosco. Es del genial poeta saiesíano argentino
*Nice Lotus», cuyo nombre empieza ya a ser
familiar en el mundo saiesíano. Sus páginas
se leen con verdadera fruición pues reproduce
magistralmente, en romance castellano, varias
escenas de la vida de Don Bosco.

L IB R O S R E C IB ID O S .
De la Universidad Nacional de Tucumán he­
mos recibido dos números del Boletín de Di­
cha Universidad y dos opúsculos interesantí­
simos: uno titulado; Monumentos Megalificos
y Pictográficos en los altivalles de ¡a Provincia
de Tucumán y otro E l fruto del quebracho
Blanco.
De la Gallach de Barcelona: los fascícu­
los 12, ]?, 14 de Razas Humanas y el fascí­
culo 6 de la Geografía Universal. Ambas obras siguen apareciendo en entregas a cual
más hermosas. La parte ilustrativa es el colmo
de la perfección y el texto tiene un sabor cien­
tífico, a la par que agradable e instructivo, que
claramente denota que es fruto de plumas
esp cialízadas y prácticas en la enseñanza.

TUCU M AN (Ar5{en(ina) ~ Visito grafisima.
En la mañana dcl día ?i de julio último,
hallándose en Tucumán después de una jira
por cl Norte de la República, el Excmo. Sr.
Ministro de Justicia e Instrucción pública,
Dr. Antonio Sagarna, efectuó una breve visita
al Colegio Salesiano «Tulio Gracc Fernández»
Recibido al son de la Banda de Música en­
tre los vítores de los alumnos, quienes en per­
fecta formación esperábanle en el patio princi­
pal del establecimento, y las armonías del can­
to patriótico « A mi Bandera », diole la bienverida el R. P. Rector quien hizo resaltar la
distinción que significaba para el Colegio la
asistencia del Ministro de Justicia e Instrucción
Pública pidiendo, al terminar, un aplauso en su
honra, al que contestaron con entusiasmo to­
dos los alumnos.
El Sr. Ministro respondió al saludo del R.
P. Massa con frases galanas diciendo:
En mi calidad de Ministro de Instrucción P ú ­
blica cábeme el deber de visitar y darme cuenta
de cómo se imparte ésta en los colegios tanto del
Estado como particulares y he visto con sumo
placer que en los establecimientos de la Obra
Salesiana, desde la Tierra de Fuego, donde los
discípulos de Don Bosco fueron tos primeros que
penetraron en aquellos lejanos territorios, conquis­
tándolos a la civilización antes que lo hicie­
ran las armas, hasta estas provincias norteñas de

la nación, en todas partes he comprobado -que
reina la alegría, el canto y la música, que forman
el encanto de la vida.
Tanto en los colegios salesianos como en los
de las Hijas de M aría Auxiiiadora, he visto y
notado, con gran satisfacción, que la educación
es sumamente práctica y eminentemente cristiana
y argentina, y de ello estoy plenamente conven­
cido porque este sentimiento tiene hondas raíces
en mi alma.
Y me complazco sobremanera porque veo re­
flejado en vuestros rostros risueños, la salud es­
piritual que emana de la sana educación y ense­
ñanza que se imparten en establecimientos que
como el Colegio Tulio García Fernández, son
la interpretación de un sentimiento unánime de
engrandecimiento del alma y de perfecionamiento de las condiciones que mañana harán de
ios niños de hoy, hombres de bien para la patria.
Todo el país lo reconoce así y esto es un jalón
más que habla altamente en prestigio de ¡a obra
de Don Bosco.
E l espíritu que aquí reina es el mismo que se
exterioriza en Bahía Blanca, en la Patagonia y
en el extremo sud de nuestra patria, es decir, el
espíritu del trabajo, del cultivo de las letras en
el prestigio de la alegría.
Os felicito, niños, y os exhorto a aprovechar
los anos de vuestra formación intelectual bajo la
hábil dirección de estos abnegados Salesianos que

Tocumén (Argentina) — Daranfe ia visita del Excmo. S r . Ministro, Dr. Antonio Sagarna.

549

Valencia (Venezoela) — Alumnos que han (erminado los esiudios de Bachilléralo en el Colegio Salesiano.

no persiguen otro interés que vuestro mayor
provecho.
Luego visitó rápidamente el taller de im­
prenta quedando grandemente impresionado.
Al retirarse manifestóse muy satisfecho de­
jando testimonio de su visita en el Libro de
Oro del Colegio.
V ALEN CIA (Venezuela) — Vida salesiana.
Mucho es lo que en esta casa se trabaja. Y
el Señor visiblemente bendice el trabajo.
Hay un simpático periodiquín mensual, ór­
gano del Colegio y del Santuario de María
Auxiliadora: tiene el nombre del Colegio:
«Don Bosco« y bien quisiéramos siquiera
copiar unas cuantas columnas de la colección,
para edificación de nuestros lectores. No pu­
diéndolo, hagamos un concentrado de noticias.
La Archicofradia de María Auxiliadora ha
crecido tanto, que el número de socias casi
toca ya el millar. Todos los 24 se reúnen ma­
ñana V tarde en el Santuario, celebrando fun­
ciones tan imponentes y bellas, que son la ad­
miración de la ciudad. Hay tres misas de co­
munión general y nunca bajan de 600 las que
en dicho día comulgan. Con frecuencia cele­
bra la de 6 el limo. Obispo que, como es gran
devoto de jesús Sacramentado, goza lo inde­

cible. La función de la tarde tiene un encanto
indecible. Después del Rosario y la Plática,
se hace la consagración de los niños a la Virgen
y la admisión de nuevas socias, se cantan las
Letanías, alternando el coro y la masa impo­
nente de la Archicofradia, y Su Divina Majes­
tad bendice. El mes celébrase con gran pompa;
el día de la fiesta por la tarde, la hermosa es­
tatua de María Auxiliadora recorre en solemne
procesión un buen número de calles. Ya la
iglesia resulta demasiado pequeña y se va ha­
ciendo necesario construir una nueva.
El Colegio sigue, con los programcis oficiales,
todos los cursos de enseñanza Primaria « In­
ferior » y * Superior» y el Bachillerato. Él tra­
bajo es enorme, dado lo reducido del perso­
nal; pero se hace todo y todo con gusto y éxito,
supliendo la intensidad al número. En el gra­
bado aparecen los Bachilleres últimamente gra­
duados. Es un número realmente consolador.
El Oratorio Festivo. La hermosa institución
regularmente al lado del Colegio. Todavia no
es un Oratorio modelo ni se puede desarrollar
el programa máximo, pero mucho se hace, y
sobre todo mucho se hará. Dios mediante,
en un futuro próximo. Es á dedicado a San
Luis Gorizaga.
El nuevo edificio. La necesidad o la conve-

350
niencia imponía la edificación de un cuerpo
de edificio moderno sobre la calle principal.
Y hace dos años se emprendió y se ha llevado
con denuedo adelante. Está ya casi terminado;
es de cemento y hierro, tiene dos pisos, mide
64 metros de largo por 11 de ancho. Esbelto
y sencillo, de líneas purísimas, llama la aten­
ción de cuantos visitan la ciudad y es cierta­
mente un atractivo más para los alumnos. Las
aulas son amplias, ventiladas y cómodas. Para
el nuevo curso estará listo. La mano de María
Auxiliadora se ha visto palpablemente en
esta obra. Emprendida sin recursos, se ha ido
llevando a cabo sin pararla un solo día, sin
despachar un obrero y sin contraer deudas.

ASUNCIÓN (Paraguay) — Bendición del
eslondarie de la Ju veníu d Misionera. En la
mañana del Domingo 1. Julio, como estaba anun­
ciado, se efectuó la bendición del estandarte
de J. Misionera con ocasión de celebrarse.
«El día de la Misión».
S. S. lima. Mons. Juan Sinforíano Bogarín,
bendijo el nuevo estandarte, actuando de padri­
nos en la significativa ceremonia, el señor M i­
nistro de Hacienda. Dr. Rodolfo González y
su esposa, Sra. Elena Garabelli, y el Diputado
Nacional Don Eduardo Peña y su esposa, Sra.
Concepción Ligarte.
Terminada la ceremonia religiosa el bizarro
batallón de Exploradores Paraguayos, efectuó
varias evoluciones interesantes, con tanta co­
rrección y marcialidad que arrancó nutridos
aplausos del público.
Luego hizo uso de la palabra el joven Sigilfredo Aveiro, Presidente de la Juventud
Misionera, quien en su sencilla y sentida di­
sertación solicitó del Sr. Ministro aceptara la
Presidencia Honoraria y al Sr. Diputado, la
Vícc-Presidencia Honoraria de la Asociación,
invitación que fué aceptada, por los señores
Padrinos. Cerró el acto el R. P. Abel R. Peed,
con una alocución, agradeciendo la bondadosa
acogida que había tenido el de eo de la joven
asociación de parte de tan distinguidas perso­
nalidades.
Trazó con maestría y precisión el fin pro­
fundamente moralízador y patriótico de la
simpática asociación |. Misionera.

AL VUELO
M ADRID (España),— Con gran solem­
nidad se celebró en las Escuelas Salesianas de
San Juan Bta. la fiesta dcl Sagrado Corazón,
Los actos religiosos dcl día fueron: la Misa de
Comunión General, la solemne renovación de
las promesas bautismales, la bendición de la
bandera dcl Colegio apadrinada por D. M i­

guel Ramis, la Conferencia a las Sras. Cela­
doras de la Obra Salesiana y por último la Pro­
cesión del Corpus Christi. Sesenta niños reci­
bieron la Sagda. Comunión por vez primera.
Las numerosas personalidades que concurrie­
ron a la fiesta admiraron la mole de la Iglesia,
que se levanta en dichas Escuelas a la Virgen
del Rosario. Pero es necesario que cuantos
tengan algún interés por el bien de la clase obrera de aquella barriada contribuyan eficaz­
mente a fin de que las obras pueden seguir
adelante sin interrupciones.
ALCOY (España) — El día 24 del pasado
junio la Juventud Católica-Obrera del Patro­
nato confiado a los Salósianos, dedicó una
hermosa fiesta al Sacratísimo Corazón de Je-'
sús que sirvió para estrechar los lazos de unión
entre los socios y para animarles a una mayor
actividad y entusiasmo en las luchas a favor
de la Causa católica.
M O NTEVID EO (Uraguay). — En el nú­
mero de julio último del Don Bosco, órgano de
los Exalumnos del Uruguay, hemos admirado
una página en la que figuran seis retratos de
antiguos alumnos, miembros del equipo na­
cional de football, vencedor por segundi vez
en los grandes concursos internacionales. Damos
nuestro parabién a los Sres. N asizzi, capitán del
equipo y a sus compañeros Sres. Canavessi, Figueroa, Anselmi, Fernández y Melogno, entusiastas
exalumnos de Don Bosco y vencedores en los
Juegos Olímpicos de Amsterdam, pues con su
victoria han dado una prueba de que no está
reñida la piedad cristiana, con las grandes ma­
nifestaciones de Deporte que tanto cautiva a
la juventud.
GENERAL ACHA (Pampa-Argentina) —
Debido a la actividad desplegada por la Co­
misión del Centro de Exalumnos de Don Bosco
y por las Damas de María Auxiliadora han re­
sultado solemnísimos los festejos organizados
para conmemorar el 46® aniversario de la fun­
dación de General Acha. Tanto la parte reli­
giosa como los festejos y juegos fueron una
gran manifestación de vida.
PANAMA — El día 15 del pasado agosto
se conmemoró solemnemente el tp® aniversario
del Hospicio de Huérfanos de Panamá y para
dejar un recuerdo imborrable y útil de tan sim­
pática fiesta, se adquirieron para dicha ocasión
dos nuevas máquinas de imprenta, que a más
de servir para la formación de obreros cristia­
nos, contribuirán la difusión de la Buena Prensa.
AGUA DE DIOS (Colombia). — El día
20 de julio en el asilo Miguel Unía el Rvdo.
P. Enrique Piralí preparó entre los alumnos
que alberga este asilo un Certamen de Hidoria
Patria, al que los niños tomaron viva parte
con grande entusiasmo, relatando algunos pa­
sajes sobresalientes de la Historia de Colombia.

1’

55‘

María Magdalena de Ezcurra.
Falleció en París el i8 de Julio de 1928, con­
fortada con los auxilios de la santa religión y
la bendición Papal.
La Señorita María Magdalena de Ezcurra
y su buena madre, Sra. María Magdalena
Elias de Ezcurra, f cron cooperadoras muy
activas y entusiastas' de las obras Salesianas
en la Argentina, especialmente de las misiones
de la Patagonia, que habían visitado. No se
cansaban de favorecerlas. Por su medio se edi­
ficaron la Iglesia y el colegio de Santa Cruz:
a menudo enviaban ornamentos de Iglesia, que
confeccionaban ellas mismas, o bien obtenían
los de otras personas piadosas.
Fueron el sostén por varios años del Colegio
del Círculo de Obreros de la parroquia de
S. Carlos.
La Señorita de Ezcurra pasaba la vida ha­
ciendo mucho bien, especialmente a los pobres
y a los niños; repartía abundantes limosnas, en­
señaba el catecismo a los niños y niñas prepa­
rándolos para recibir dignamente los santos
Sacramentos de la confesión y comunión.
Hizo venir de Francia a las Hermanitas de
los pobres para atender en casa a los enfermos
menesterosos; les compró una casa y Ies hizo
construir una hermosa capilla en la calle Car­
los Calvo; lo mismo hizo para las citadas Her­
manas en la Ciudad de Montevideo, gastando
muchos miles de pesos en tales obras.
La Señorita de Ezcurra sobresalía de una
manera especial en el canto; su voz atraía a
numerosos oyentes que la escuchaban con ver­
dadero agrado; preparaba conciertos, dedicando
su producto a beneficio de obras piadosas.
Actuó en diversas instituciones de caridad,
a las que prestó su más amplia y desinteresada
cooperación.
El fallecimiento de la Señorita de Ezcurra
ha sido muy lamentado por verse la sociedad
privada de una persona llena de tantas simpa­
tías y buenas obras.

Dña. Emilia Santa María de Sánchez.
El 17 del mes pasado, en Santiago (Chile),
volaba al cielo con la placidez y tranquilidad del
justo el alma bellísima de la ilustre dama chi­
lena señora Emilia Santa María de Sánchez,
insigne bienhechora de la Obra Salesiana en
esta Capital.
Su muerte llevó el luto y la tristeza a todas

las Instituciones de beneficencia de Santiago,
que contaban con su ayuda oportuna y gene­
rosa, pero sobre todo a la obra de Don Bosco
que ayudó con particular predilección y es­
plendidez.
Ahí están para demostrarlo, las distintas de­
pendencias levantadas en c! Oratorio Festivo
< Don Bosco * situado en la calle Coquimbo
entre San Isidro y Lira.
Hizo constru r, en primer lugar, un salón
de teatro que sirviera de lugar de entreteni­
miento a los niños asistentes al Oratorio en
los Domingos y días de fiestas y ordenó que
en su frontis se estampara el nombre de
su idolatrado e ilustre esposo. Señor Carlos

Dfia. Emilia Santa María de Sánchez.
Sánchez, a fin de que su memoria se perpe­
tuara en una obra tan grata a su corazón, como
es la educación cristiana de la niñez desvalida.
Luego después, a la muerte de su inolvida­
ble nieto, Eduardo Covarrubias Sánchez, y
en el mismo local hizo levantar un pensionado
para jóvenes, con capacidad para veinticuatro
pensionistas, que quiso fuera llamado. Hogar
juvenil Eduardo Covarrubias.
Sus deseos, sin embargo, de hacer obra grata
a Dios y a sus semejantes, no quedaron aún
satisfechos sino cuando vió construida una có­
moda y amplía capilla destinada al servicio
del Oratorio y dispue tos los medios necesa­
rios para el sostenimiento de dichas obras.
i Cómo gozaba cuando le era posible ir a vi­
sitar estas obras, fruto de su abnegación y ge­
nerosidad que habían de prolongar el recuerdo
de esos dos seres tan queridos a su corazón y
que tanto habían entristecido su vida con su
doloroso desaparecimiento! En ellos los veía

2J2
sobrevivir y como vueltos nuevamente a la
vida cuando oía que sus nombres eran pro­
nunciados con respeto y gratitud por los mis­
mos que gozaban de los beneficios proporcio­
nados por ella.
Mu}cr profundamente cristiana y sabiamente
prudente trató siempre que sus caudales fue­
ran empleados útilmente en obras de provecho
positivo en bien de los niños pobres y desam­
parados. Por esto fue que a su muerte se halla­
ban educándose en colegios salesianos e Ins­
titutos de María Auxiliadora más de treinta
niños favorecidos por ella y a los cuales costeaba
graciosamente su educación.
Una de sus preocupaciones más viva en sus
últimos días fué la de asegurar de tal manera
la continuación de la educación de sus prote­
gidos, que pudieran continuar todos ellos sus
cst dios hasta terminarlos completamente y
quedar en condiciones de empezar a trabajar,
por su cuenta en la vida.
Podemos creer que fué el último encargo
que hizo al Señor Eduardo Covarrubias, el
fiel intérprete de sus deseos y su confidente
apreciado en todas sus obras de caridad y bene­
ficencia, y a la verdad que no podía abandonar
un negocio tal en mejores manos ni encomen­
darlo a un corazón más noble y generoso.
El Centro Camilo Ortúzar, formado por jó­
venes salidos de «La Gratitud Nacional*,
pierde también con la muerte de la Sra. Emilia
Santa María de S. a una gran bienhechora que
jamás negó su ayuda toda vez que esta insti­
tución acudió a ella en demanda de un auxilio
pecuniario.
Y hasta el nuevo Oratorio Festivo que se
proyecta abrir, vecino a La G. N., quedará
vinculado perpetuamente al nombre de la in­
signe bienhechora, por haber sido ella la pri­
mera que puso en manos de los Salesianos una
fuerte suma de dinero con este fm.
Dios no quiso, sin embargo, darle este pos­
trer consuelo; quiso llevársela antes de que pu­
diera ver realizada esta obra que tan a pechos
le estaba, cuando todavía podía esperarse tanto
de su bondad maternal. Confiamos, no obstante,
que desde el cielo ha de continuar esparciendo
rosas sobre las obras que tanto amó, y sobre
sus continuadores, los Salesianos, que tanto
quiso y prefirió.
A todos sus deudos, nuestro más sentido
pésame. A los cooperadores salesianos pedimos
una oración por la ilustre finada.

Mucre a la edad de 76 años, y puede de­
cirse en la brecha, que, después de una vida
laboriosa consagrada a la educación de sus
hijos, habíase retirado, dedicando sus activi­
dades a la iglesia y colegio salesiano de Santa
Catalina en esta capital, instruyendo a los niños
en la doctrina cristiana y preparándolos a la
primera comunión y prestando sus servicios
como custodio del templo.
Dirigía con edificante piedad las oraciones
públicas y fué anteayer que, al prepararse para
el rezo del santo rosario, se sintió indispuesto
en la sacristía. Atendido por los superiores del
colegio fué conducido a su domicilio donde
el padre Julio Bellingeri, salesiano, le admi­
nistró los santos sacramentos y la bendición
papal, entregando el señor Guglieri su bella
alma a su Creador, pronunciando las palabras
« Jesús mío misericordia ».
De una fe patriarcal y de una piedad sincera
cumplía con celo ejemplar sus devociones de
buen cristiano.
Todas las mañanas, muy tempranito, aún en
las más frías del invierno, se presentaba a su
querida capilla y ayudaba las primeras misas.
Luego atendía al templo y a cuantos acudían
a él a cumplir sus deberes religiosos.
A todos sirvió de ejemplo su celo por la glo­
ria del Señor pues no omitió esfuerzo alguno
para que fuera aumentando el número de
sus adoradores.
Fué uno de los fundadores y más tarde pre­
sidente de la Conferencia de San Vicente de
Paúl de Santa Catalina, cargo en que lo sor­
prende la muerte. Fué llorado por cuantos le co­
nocieron y sintieron los efectos de su cristiana
caridad, y todos están acordes en asegurar que
fué un santo y tienen la plena seguridad de que
ya estará gozando de la gloria prometida al
siervo bueno y fiel.

fíecordüd en vuesfros sufragios a :
Cali (Colombia). — Rafael Salinas Sierra,
Manuelita Cuevas.
F ontiveros (España). — Petra Martin.
G erona (España). — Antonia Llambi, Dya.
Ana Morera, Vda. Martinéll.
L ebrija (Colombia). — Antonio Aguilar y
Esteban Navas.
L lagostera (España).— Rvdo. Pedro Fabregas.

Don Félix GugUeri.

R. I. P.

Mondo pesar ha causado en cuantos fre­
cuentan la Iglesia y el colegio Santa Catalina,
de Buenos Aires, la desaparición de este buen
cooperador salesiano y ferviente católico, así
como propagandista de la buena prensa.

Coa tp toU d óm th U trntoridad eefes/ás/fca.
Gercalet D. DO.WENICO GARNBRl.
CslablecÍBÍ«B(o
de la Soct«d«<i Edilora lalerMciowl - Taris
Corso Rcgiam
Í74.
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1928