BS_1934_06

Ficha

Título
BS_1934_06
Descripción
Boletín Salesiano. Julio-agosto 1934
Fecha
1934.07
extracted text
IN

5CR.I

BIOS

EN LA

PIA OBRA
DEL SGDO. CO R A ZÓ N DE JE S Ú S DE ROM A
¿Quién no conoce la Obra Pía del Sgdo Co­
razón de Jesús?
fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Basco, y benignamente aprobada por S. S.
León X III, el 30 de junio de 1888.
Censólo la limosna de una peseta, o 20 céntimos
de dólar se adquiere derecho a participar de to­
das las oraciones y buenas obras de la Pía So­
ciedad Salesiana y a la aplicación de seis misas
que se celebran todos los días, a perpetuidad,
en nuestra Basílica del Sgdo Corazón de Jesús
de Roma, dos en el altar mayor, dos en el de
María Auxiliadora y dos en el de San José.
I.<os que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuántas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destímuisc. de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses aüturales de la
sociedad, acogiendo niños pobres y abandonados
{jara educarlos cristianamente.

P e d id que os envíen e/

B O L E T IN

P ro p a g a d lo , A consejadlo.

Suscribios a

JUVENTUD
MISIONERA
SUSCRIPCIÓN ANUAL:
8 Uros — 3 píos — 0.50 dólar
en cualquier Cosa Solcslona. o Redac­
ción - Cotlolengo. 32. Turin (llalla).

No tardéis en pedir Hojas de sttscripción
R

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M

a yo r

d e

los

S

a l e s ia n o s

Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma.
Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala 42.

SUMARIO

S A L E S IA N O

Es una Revista interesantísima y pul­
cramente ilustrada, que no debería
foitar en ninguna familia cristiano.

¿Quién no contribuirá pues, con algunos cén­
timos, que con tanta facilidad se gastan, a esta
invitación paternal de' Don Bosco y de la
Iglesia, motivada por ideales tan nobles y
caritativos ?
¿Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿Quién no tiene almas queridas, AÚvas o difimtas, a quienes obsequiar con tan esplén­
dido regalo espiritual?

í

Una explicación a n}$estros lectores — Más luz
sobre las obras y ¡a personalidad de Sa» Juan
Bosco. E l Precursor de L-i Acción Católica —
San José Benito Cottolengo — La Obra de Don
Bosco en EspaAa y América: Gerona. Don Bosco
en el Seimaario Diocesano - Santiago de Chile.
Nuevas ordenaciones sacerdotales - Lima. Certamen
Cotequistteo - La Vega (Venezuela). Un Concierto
:— La Glorificación de San Juan B qsco en el mundo:
La Coruüa. Solemnes cultos en honor del Santo Salamanca. Fiestas de la Canonización de Don Bosco
- Sevilla. Las Fiestas en honor de San Juan Bosco Medelliu (Colombia). Homenaje al nuevo Santo Callao. La Fiesta de San J uan Bosco - San Salva­
dor. Apoteosis de Don Bosco — El cuerpo milagroso
de San Juan Bosco que se wnera en Turin — Crónica
de las gracias — Necroíogias,

AÑO

XLIX

BOLETIN
SALESIANO
NÚMERO

7

REVISTA DE L A S O B R A S DE D O N B O S C O
JU L IO 'y AG O STO __
1934

Una explicación a nuestros lectores
En -poder ya de todos nuestro segundo Extra­
ordinario de 64 páginas, un poco retrasado
por el trabajo enorme que ha pesado sobre
7Uiestra Editorial, y al reanudarse ahora la
serie interrumpida de los Boletines ordinarios,
ha dispuesto la Administración que este
primer número comprenda los meses de Julio
y Agosto, a pin de compensar, aunque
sólo sea en parte, el exceso de gasto producido
por el Extraordinario de Abril, que coiistó
también de 64 páginas.
Los sacrificios considerables ocasiona-.tos por
la publicación de estos dos Extraordinarios,
que tan amable acogida han tenido en todas
partes, imponen esta contracción, justa y razo­

importancia y no venga a ocuparnos demasiado
espacio.
Hemos de asegurar, para tranquilidad de
muchas personas, que lo que llega a esta
Redacción, tii se pierde, n i se olvida.
fn

nable.
Encabezamos este número con una niieia
Sección, titulada: M á s lu z s o b re la s obras
y la p e rs o n a lid a d de S a n J u a n Bosco.

Se la habíamos prometido a nuestros cola­
boradores. y aquí está. Esta Sección continuará
todos los meses, mientras haya en nuestra
carpeta cuartillas que, por uno u otro concepto
merezcan ser publicadas, a juicio de esta Re­
dacción, que no devolverá los originales, n i
discutirá sobre la no publicación de trabajos
que haya recibido.
Finalmente, queremos rogar a nuestros co­
rresponsales tengan paciencia si las relacio­
nes, gracias, o . necrologías enviadas no han
visto todavía la luz. E n el largo intervalo de
estas Fiestas el montón ha crecido de un modo
enorme, pero todo se irá publicando; iodo —
ya se entiende — lo que juzguemos de alguna

La Mlsí6n S a íe ^ ta de Slam erigida en Prefectura A póit
El nuevo P refecto Ap. M ona. Pasoiti,
antes Visitador de la M isión.

MAS LUZ SOBRE LAS OBRAS Y LA
PERSONALIDAD DE S. JUAN BOSCO
SE C C IÓ N

DE

El Precursor de la Acción Católica.

CO LABO RA CIÓ N

E l prado de Becchi, los cuentos de Juan, la
prestidigitación, las piruetas domingueras,
Y o no he conocido a Don Bosco, pero
no son mas que las armas de su apostolado;
indubableniente Don Bosco me conoció a mí.
las más seguras, las más eficaces, las más
N o se crea que haya, en esta afirmación, la
idóneas, para atraer a aquellos a quienes
mas mínima vanidad, j)orque, lo que quiero
quería conquistar para Dios. Apostolado se­
decir es que, cuando el gran taum aturgo
glar, por lo tanto, con elección del apóstol
estuvo en Barcelona, yo contaba escasa­ entre la clase misma que catequiza.
mente tres años y, si bien yo no pude, por
E l Cura de Murialdo, Don Calosso, el
mi corta edad, conocerle, él hubo de cono­
Párroco de Moncucco, el de Chieri, Don Cacerme a m í porque mis padres — que vivían
fasso, Don Cinzano, y el mismo Arzobispo
la atm ósfera salesiana— me llevaron segura­
pesimista, y el Cardenal Tonti, y los Papas
mente a recibir la bendición del Apóstol
comprensivos, marcan, en su carrera, la Imea
de los niños, a aquella gran Casa Salesiana
de la Jerarquía. ¡Todas las características de
de Sarriá, de la que éramos vecinos, y en
la Acción Católica!
donde yo hube de tratar, andando el tiempo,
Luego, cuando la ordenación sacerdotal
a Don Rila y a Don Rinaldi, los grandes
convierte al apóstol seglar en evangelizador,
continuadores del Maestro.
se dedica preferentemente a formar apóstoles
N o he conocido a Don Bosco, pero he
obreros para que trabajen entre los obreros;
vivid o tan to sus obras que con facilidad
jóvenes, para que trabajen entre los jóvenes;
juraría a veces que me había paseado, cogido
niños, para que trabajen entre los niños.
de su mano, por cualquiera de los patios del
Y o releí, hace pocos clíis, una historia de
Colegio de Sarriá, y es que Don Bosco era
Don Bosco, y me paré especialmente a m e­
no sólo un hombre, sino un sistema y , por
ditar una de las anécdotas de su vida, en
esto, no es raro que, los que hemos vivido
que está concentrado el secreto de su triunfo,
el sistema, creamos haber conocido al hombre.
y la idea madre de toda Acción Católica.
l i e de confesar que, esta sensación de
Me refiero a aquella visita del Santo Fun­
conocimiento, nunca la he experimentado
dador a la plaza del Alam o {popuhis) de
tan intensamente como desde que la bon­
Roma — no plaza del Pueblo, como la llam an
dadosa selección de la Jerarquía me llevó
algunos traductores, confundiendo popolo
a intervenir activam ente en las obras de la
con populas — acompañado por el Cardenal
Acción Católica. Y ello se comprende per­
Tonti, a quien quería demostrar la eficacia
fectam ente, porque, Don Rosco, fué, por
de su sistema.
encima de todo, un hombre de Acción Ca­
niños correteaban por la plaza, entre­
tólica; me atrevería a decir más: ju¿ el P re­ gados a sus juegos, indiferentes a toda otra
cursor de la Acción Católica.
cosa. E l Santo se les acerca — no esi>era a
¿Cuáles son, en efecto, las características
que ellos lo hagan — ; les habla; les inte­
de la Acción Católica? K 1 apostolado seglar;
rroga sobre su juego; les hace observaciones;
la sujeción a la Jerarquía, y la selección de
lo com parte con ellos; Ies hace unos regalos;
los apóstoles en las mismas filas, en la misma
les sugiere nueius combinaciones; se las
clase, de los apostolizados. ¿Ihi qué vida
explica prácticam ente; y los chiquillos se
de apóstol moderno se reúnen, como en la
le acercan, le rodean, le festejan como un
de Don Blasco, estas características?
compañero insospechado, y, ya el terreno
Ajióstol, por excelencia, y aj>óstoI de los
preparado, verifica el tránsito apostólico;
niños, empieza su apostolado en la infancia,
pasa insensiblemente a hablarles, de las cosas
entre la infancia, y para la infancia; a)n
del juego, a las cosas de Dios, con esa pirueta
lenguaje infantil, y con métodos infantiles.
genial que aprendiera, con inspiración sobre-

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bumaíia, cuando era niño, entre aquellas
piruetas \nilgares que entretenían a los ni­
ños, atisbando el momento oportuno de rea­
lizar aquella otra pirueta con que los niños
se con\'ierten en hombres.
Y , cuando el Cardenal le pregunta: « ¿Cómo
puede lograrse que se acerquen a nosotros? »,
él le contesta — y aquí está la verdadera
doctrina de la Acción Católica: — «Acer­
cándonos nosotros a ellos; procurando adap­
tam os a sus gustos; haciéndonos iguales a
ellos...
Y o veo en la vid a del nuevo Santo, una
alta lección de Acción Católica que los que
estamos en ella no debiéramos olvidar nimca.
Hemos de hacem os niños con los niños;
jóvenes, con los jóvenes; obreros, con los
que trabajan; pensadores, con los que pien­

san; alegres, con los que ríen; y doloridos,
con los que lloran. Sólo así se i>uede realizar
el í^ran apostolado, tan necesario siempre, y
hoy día imprescindible; sólo así puede rea­
lizarse esa pim eta m aravillosa que lleva, a
un pobre nifuj ignorante y casi abandonado,
hasta lo más alto de los altares, y aquella
otra pim eta, más m aravillosa «ún y sobre­
natural, con la que salta, un pueblo, desde
el más bajo fondo m aterialista de un am ­
biente social corrompido, hasta la mística
contemplación de Dios.
J oaq u ín M. d e N a d a l
Presidente de la Junta Arckidiocesana
Tarraconense de A cción Católica.
Diputado a Cortes.

SAN
J O S É BENITO
COTTOLENGO
Una nueva gloria se ha proyectado estos
días, con la de San Juan Bosco,
sobre la ciudad de Turín.

V o ld o c c o , o r r o b a l de lo s m ila g ro s ,
s o la r de S a n to s , e m p o rio de la c a rid a d .

língolfndos eii nuestra propia dicha y en el
triunfo de nuestro Fundador, tan enorme éste
y cltunorosa aquélla, que todos los instrumentos
de publicidad capaces de exteriorizarlos nos
parecían pocos e ineficaces, no dispusimos de
tieniix) ni de espado para hacer aparecer en
estas páginas la noble figixra de otro gran Santo
turinés. conocido de nuestro Santo, a quien se
anticipó de once días en la gloria de los altares,
habiendo sido canonizado el 19 <ic Marzo.
Nos referünos a San José Benito Cottoleugo,
Fundador de la Piccola Casa delta Divina Prov^
videma, piccola, es decir pequeña, en la mente
del huniildí.sÍino Santo; i>ero graudi;, inmensa,
en la realitlad puesto que se albergan en ella
alrededor de 10.000 personas; gigantesca, in­
conmensurable, eu la admiración y aprecio (le
los que tienen la suerte de visitarla y estudiar sxí
organización, única en el mundo. Nosotros que
apreciamos muy de veras tU Cottoleugo, y
todo lo (jue con él se relaciona, porque la Insti­
tución que lleva este nombre y la que ha fun­
dado Don Bos(H) hanse criado contemporánea­
mente en un misino iunbieute, como lujas geme­
las de la Caridad, y viven etv la más intima co­
rrespondencia de vecindad y afectos, queremos
rendirle cuanto antes este obligado obseqxxio.

José Benito Cottoleugo unció en Brá, de la
diócesis de Asti, el día 3 de Maj-o de 1786 y
murió en Clüeri. el 30 de Abril de 1S42.
Llamado a la \ ida del santuario por una vocaci(in especúü del cielo, que el ambiente cris­

tianísimo del hogar secnmdó de im modo exqui­
sito, en 1811 se ordenó de sacerdote, en i8 i6 se
doctoró en la regia Universidad de Turín, y en
1818 fué nombrado canónigo de la. histórica
Colegiata del Corpus Dómini.
Así como Don Bosco soñaba, desde chico, en
reimir a ejércitos de niños, para hacerlos buenos
y felices, el Fundador de la Piccola ’Casa dis­
tinguióse, desde su tienxa infancia, por ima ex­
trema sensibilidad hacia los pobres enfermos,
hacia los seres tarados y estigmatizados.
Una graciosa anécdota (jue de él se narra,
cuando no tenía más ipie 5 años, revela muy a las
claras acíuclla dtüco jxropensión admirablemente
cultivada p< r sus padres, que siempre le llevaban
consigo a la s visitas de hospitales, y liacían pa­
sar por sxís monos inocentes las limosnas des­
tinadas a los ixibres.
Provisto uti día de una cuerdecilla, viósele
medir, con gran diligencia, tcxlas las luxbitaciones de la casa, y pregmxtado por su madre per
q\ié hacía aqxicllo, respondió: quiero saber
cuántas cumas pueden caber aquí, porque cuan­
do yo sea grande, recogeré a teídos los enfermos
que se me pre.senten.
Don Bosco y el Cottoleugo ¡qué üiefables figurasl
Dos veces se han encontrado, aquí en la
tierra, estos dos incomparables amigoé y ama­
bles Santos. F u 1841, cuando a raíz de cantar
mis;\ nuestro Fundador, fué uivitado a ejercer
su ministerio en el ya célebre hospital, siendo
allí objeto de una profecía por parte del Canó­
nigo Cottoleugo, y . en 1934, en la Gloria de
Bemini.
Iva misma carroza triunfal que. el día 8 de
Abril, paseó por las calles de Turín el cuerpo

glorificado de San Juan Bosco, paseó, el día 20
de Mayo, el de San José Benito Cottolengo.
Los hijos de los dos Santos han mancomu­
nado de un modo intíable sus alegrías, en estas
inolvidables fiestas, y en la Basílica de la Auxi­
liadora, un triduo concurridísimo dedicado al
Padre de la * Píccola Cas? » y realzado por tres
solemnidades pontificales ha venido a sellar,
como un abrazo, el fterdurable afecto de estas
dos colosales Obras de la Divina Provide:icia
que, con las de la Marquesa Barolo hacen dcl
sdelo de Valdocco el arrabal de los milagros, el
solar de los Santos, el emporio de la caridad.
La Obra creada por el nuevo Santo en Val­
docco es de tal naturaleza que, si no se la v i­
sita, es imposible darse cuenta de su impor­
tancia.
Vengan pues nuestros lectores, e iremos
juntos a la « Píccola Casa ».
D ^ de nuestra Redacción del Boletín se v e su
portada, humilde, flanqueada a uno y otro lado
por dos alas de edificio de más de 300 metros
de línea. E sta portada es uno de los muchos
corredores de serstcio, cubiertos y volados sobre
arcos, para salvar las calles, que pasan a través
del inmenso hospital, cuya área edificada es de
250.000 metros cuadrados.
Debajo de un frontón triangular, cuyo re­
voque recién pintado liabla de las fiestas que

acaban de celebrarse en honor del Santo, destá­
case, de un gran nicho, la blanca figura de un
sacerdote con la mano izquierda apoyada, en
actitud de protección, sobre la espalda de un
mendigo arrodillado, y la diestra señalando al
cielo. En el triángulo del frontón unas^lotras
cubitales de oro dicen: Diviixa Provvidni a.
A l lado de la portada y debajo <le otro ]>asillo
aéreo, ábrese la entrada priuciixil, rectangular,
pequeña y de.suuda. Difícilmente las jx:rsonas
que exccílon de la talla ordinaria podrán intro­
ducirse sin agachar la cabeza.
La puerta, de día, hállase siempre abierta, y
la portera siempre en su sitio, o mejor dicho,
las porteras, la \'irgeu del Consuelo, iluminada
por mía laniparita de aceite y rodeada de cora­
zones de plata y de rosas blancas fresquísimas,
y la hennana Vicentiua, ocupada en sn labor,
y dulcemente mcliiiada sobre la blanca jiechera,
bruñida al fuego, de su hábito, en la que juega
la luz y se tercia mi cordón verde claro, simlxilo
de esperanza y de juventud eterna.
Dos o tres minutos de espera, que bastan
para percibir y casi palpar la pulcritud material
y espiritual que allí reina, y en seguida otra
hermanita que se ofrece a compañamos.
— ¿ Disponen de mucho tiempo los Señores ?
— Pregúnteselo Vd. a sí misma, hermanita,
porque nosotros, los lectores del Boletín Salesiano, somos personas curiosas y venimos dis­
puestos a ver todo lo visible.

Vista panorámica del hospital del Cotfoleiigo.

229

Bn eJ reino d e! “ Z)eo G ra íia s\

L a c iu d a d d o lie n te .

Kstamos en e! patio central, en el que desem¿ Cuándo étnpieza la visita de los pabellones?
bc)can trílleles y calles, y se abren balcones co­
címos que dice alguien en voz baja. — Tenga
rrido^ hechos con impostas voladizas de piedra
paciencia, amigo. Y es necesario que sepa,
azul, a la usanza piainonlesa. lín todas direccio­ ante todo, que este no es un hospital a la mo^
nes obsér\*ase un ir y venir incesante de monjas
denia, como los de las grandes ciudades de nuevo
y sacerdotes, de niños y niñas, de lisiados y
cuño y que aquí no se viene a admirar la técni­
\ isitautes; túnicas oscuras, cofias de color, velos
ca de la ciencia, sino la de la Providencia. Nadie
Mancos y azules, blusas, delantales...
piense, pues, que va a ver grandiosos pabello­
Cada uno va a lo suyo, sin distraerse y süi
nes perfectamente alineados entre parterres y
decir palabra, mientras la figura paterna del
jartlhtes, con sus pisos silentes e impecables de
l-'undador bendice y sonríe a todos, de lo lüto
linóleura, con sus nítidos esmaltes y sus trenes
<le su petlestal.
(le servicios automáticos. I.as nuevas construc­
Por una encrucijada viene una cruz, seguida
ciones que sin cesar se ^•ienen levantando tienen
de un cortejo de niñas adolescentes, que dos a
ya, más o menos, esta fisonomía, pero el núcleo
«los, se dirigen a la iglesia cantando. Es una de
más importante <Íe l a «Píccola Casa»es una amal­
litó «l-amilias » que va a hacer su tum o de ora­ gama de edificios, hecha de caserones y de casi­
ción. Aijuí — dice la hermana — se ora contitas viejas, adaptados a la buena de Dios, sin
muunenle. El Fundador quería que Jesús no
I>lan arquitectónico, y ampliados a trozos, a
estuviese nimca solo en el sagrario; ni de día
tirones. E l Cottolengo empezó, en plena po­
ni de noche.
breza, como Don Bosco, y hasta en el mismo
Nuestra guía nos mete en un dédalo de esca­ descampado de la ciudad, en la misma zona
leras oscuras y tortuo.sas donde tampoco falta
hortícola donde sólo había algxmos figones llenos
d trajín de los que van y vienen, solos o en
habitualm aite de tahúres y de borrachos.
grujas, con o sin prisa, y todos al pasar conríen
A la mísera ♦ Tettoia Pinardi ♦ que dió origen a
y scludan ¡Deo Graitas! Es la consigna que en
la Obra Salesiana, sustituidla con l a « Ostería del
esta casa oiremos repetir cien y cien veces, ora
Brentatore » y tendréis el germen dé la «Píc­
en voz clara y rotunda, ora siunisameiite y
cola Casa». T cmío lo viejo recuerda aquí, todavía,
como suspirando a flor de labio; es el tenia, sin
la indigencia, la desnudez. la bóveda caliginosa
cesar recordado, de esta colosal sinfonía del
y ahumada del figón orighiario, aunque cien
amor y d d dolor, obsesionante y divina.
veces haya sido ya sepultado bajo la cal blan­
Do estas escalerillas oscuras desembocamos
quísima que recubre los muros.
cu un atrio lilminoso, lleno de rdiquias de San­
tos. de curiosas estampas de todos los Santuarios
«le María que hay en el mundo, de flores y de
Ahora comencemos la visita del hospital que
exvotos.
no será m uy larga.
• A la derecha, en un ángulo, una expresiva
llenos en un pasillo estrecho, por el cual es
escultura de la Dolorosa muestra las siete espreciso disponemos uno a mío. La hennana
I>adas de su martirio, y a dos metros de Ella,
empuja una puerta suavemente, y entramos
cuatro o cinco canarios pulsan, sin ciuisarse en la primera sala de niños.
nunca, el laúd cristalino de sus gargantas.
Tres largas filas, en vez de dos, de cunitas
Son los nuisicos de la Virgen — comenta la
que
semejan nidos, de cada uno de los cuales
hermana. — .í\sí les lliunalxi nuestro Padre, y
itóoma la cabecita un pajarillo. Son pajaricuando les dalxi de comer a estos pajarillos les
llüs graciixsos, de pelos ensortijados, mbios o
exhortaba lunorosainentc a que recreasen u la
negros; de caritas pálidas o camiinosas; pajaSanta Madre, siempre que él no pudiese estar
rillosqueUoran, ríeno juguetean... Algiuiosdnerucjuí haciéndole compañía.
men t<xlavia. soñando con los ángeles otros
S«.m ternuras de któ Santos, y nos recuerdiui
chupan pacíficamente del biberón.
otras muchas, «xuuo las de b'nmcisco de Asís y
Desde la ¡xired del fondo una «Madonnina »
de aquel romántico caballero Juan de Manara,
tiene abiertos sobre ellos dos ojos como dos es­
que instituyó la famosa Caridml de Sevilla, en
trellas, y el Cottolengo bendice. De una a otra
cu>H» patii» vense unos rosales pliuitatlos por él
cuna van y vienen dos religiosas, encargadas
IKira <iue diesen siempre flotes al Amor del sa­
de la custodia de estos inocentes, mientras otra
grario, y aún se las dtui, al cabo de 300 años.
religiosa, sentada delante de una jofaina con
I<as nxxtó tatnbién cantan, como los canarios.
agua caliente, hállase toda ocupada en enja­
1.a eslret'ha habitación que. en vida, ocupaba
bonar la cabeza rap>ada de un niño, que no da
el Siuito, está junto a esta Virgen y hállase
la menor señal de impaciencia. Más allá, im
tmnsfomiada en capilla, viéndose, a lo largo de
hennano de San Vicente pela a máquiría a
sus muros, copiosos e impresionantes testigos
otro pajarillo, con una habilidad y destreza que
de su austeridad y de su fe heroica.
cualquier barbero de profesión podría envidiarle.
------ - 2 3 0
^

m

A l pasar nosotros, los pequeños agitan las
manitas y los más grandes saludan a coro:
¡Alabado sea Jesucristo! que suena como im gor­
jeo que procediese de una arboleda mojada aun
de rocío, en ima mañana limpia de primavera.
Pero la dulce poesía del ambiente no debe
hacemos olvidar que todos estos niños son hijos
de la desgracia, de lo contrario no estarían en
el Cottolengo.
Este: hijo de una madre que se halla en la
cárcel.
Aquél: \uia preciosa criaturita que la autora
de sus días dejó abandonada.
E l de más allá: ¡huérfano! como el otro y el
otro, hasta^ varias docenas. Cada cvinita es un
dolor o una tragedia.
Aquí una niña gordinflona llora continua­
mente. A llá hay otra con los ojos cerrados y el
semblante amarillo como la cera. L a hennana
que la cuida hállase nerviosa. « Hace diez días
que está como Vdes la ven — dice casi sollo­
zando — y todo lo que se le hace es inútil.
Jesús, haced que se cure pronto o llevadla con
Vos al cielo » y mientras esto dice, envudve con
su mano aquella cabecita helada, en una ca­
ricia lenta y materna.
Recorriendo el ala izquierda de otra sala,
también de niños, llama nuestra atención una
preciosa criaturita, alegre y llena de salud, de
cabello abundante y negro como el azabache,
que nos mira sonriendo con irnos ojos esplén­
didos. Sentada como está en su blanca camita,
nos recuerda algimo de los lienzos que hemos
visto, de los grandes autores. L e ofrecemos un
caramelo y ella lo recibe con la mano izquierda,
siempre mirando y sonriendo.
— ¿ Quieren saber su historia ? E sta niña tiene
tres años y es muda — y sacándole del em­
bozo el brazo derecho — ¿ ven ? no tiene mano,
sólo le ha quedado este pobre y arrugado muñoncito. Un animal inmundo la atacó en el
campo y quedóse muda de espanto y de do­
lor, pero verán Vdes como pronto habla otra
vez. ¿Verdad, RIarietta?
La pobre niña ha entendido y ^-uelve a sonreír.
¿Cómo contener las lágrimas?
Entre tanto, en la sala anterior y en la de
más allá, continúa la algazara. La alegre paja­
rera humana se va llenando, poco a poco, de
cantos y de jolgorio.
Y estamos ya en otra sección también de
niños, mas ¡qué niños! C9mo los otros pajaríllos
compañeros suyos, gritan, cantan, salqdan gra­
ciosamente con un Alabado sea Jesucristo, pero
no bullen, no corretean, porque muchos no
tienen piernas, o son paralíticos, o mutilados.
E l escopetazo cruel de la desgracia les ha roto
las ales, cuando empezaban a volar, y
mientras vivan, tendrán que ir arrastrán­
dose por el suelo. ¡Oh si no tuviesen el amor
del Cottolengo!

Continuamos... siempre niños. Algunos se nos
acercan y nos toman de la mano, lanzando
sonidos guturales, en una de esas lenguas inintel^ b les, propias de la regiones que lindan con
la animalidad. Son dementes. Ivés damas cara­
melos y ¡Deo grat’os! responden también ellos;
es lo único que se les entiende.
Nuestra curiosidad no dice basta, aunque
la sensibilidad se va poniendo temblona, y su­
bimos y bajarnos por nuevos correiiores y pi si­
llos aéreos y vemos salas y más ¿alas, .siempre
llenas, siempre atibomidíus de camas. Aquí
nadie trata de salx.T cuántas le corresixindou
a cada local, sino cuántas se poilrán hacer caber
en él, sin que se produzca el amontonamiento;
en lo demás pensará la Providencia.
Aquella cuerdecita que el Santo Fundador
manejaba,.a los 5 años, anda coutinuaiuente en
manos de sus hijos, porque el troi>cl de las
humanas mLserias está siempre en la inierta de
la « Píccola Casa », empujando, apremiando.
Y ahora veamos el pabellón de crónicos y
parpliticos. También está rebosante de carga
averiada; aquí viene a parar lo que nadie quiere,
todos los detritus de la miseria humana. A me­
dida que avanzamos el cuadro se nos ensom­
brece, el corazón flaquea y sobreviene la an­
gustia.
Aquí y allá rostros inmóviles y cadavéiicos,
proyectándose sobre la albura de las sábanas,
en él misterio de una penumbra silente. ¿ Duer­
men? ¿están muertos? es difícil saberlo.
Alguno menos grave, apoyando verticalmente el torso en una pila de almohadas, con la
única fibra muscular que en sus miembros
queda tal vez con vida, lanza de un modo
extraño sus manos anquilosadas alrededor de
un juguetiUo que la monja le lia dado para
hacer menos pesadas las horas eternas.
También los liay que están lei’antados, pero
parecen espectros, sombras que se mueven con
dificultad extrema, arrastrándose de una ciuna
a otra, gesticulando trágicamente.
A una pregunta nuestra — H ay aquí de todo,
se nos dice; epilépticos y reblandecidos, lieiiiiplégicos y alcoholizados, enfermos que decaye­
ron de su pwsición social y hombres que han
sido carne de presidio.
En la intersección de dos salas, dispuestas en
cruz, elévase un altarcito que puede ser visto
desde todas las camas. Allí im sacerdote dice
diariamente la santa misa y lleva el Pan de la
vida a cuantos lo desean, y son muchos los que
lo reciben todos los días, lo cual nos explica el
por qué de esa dulce tranquilidad y resignada
paciencia que, a través de su carne deshecha,
demuestran aquí todos los enfermos.
¡Qué sementera de dolores y qué campo de
sacrificios! ¿ Quién podría enumerar los actos de
heroísmo que reli^osos y religiosas realizan, e
cada momento, en esta ignorada trinchera?
231

San José Benito Cottolengo — dicen sus bió­
grafos - no reparaba en sacrificios personales,
tratándose de sus enfennos, siendo con ellos,
más que secerdote, médico, enfennero, madre.
Todo lo daba jxir bien empleado con tal de
jxKler enjitgar una lágrima.
Un día su hermano Unís, que como él era
canónigo, sorprendióle en una de sus acostumbrndjis faeuíis con los jx)l>res. * Con tu dichosa
mnuíp, le «lijo me<lio enfadado, concluyes, no
.sólo por dar sino también por recibir; ahora
que ese intercambio es, a la verdad, poco sim­
pático, ¿No ves lo que te corre por la sotana?
|Bali! esto no es nada; adelante en el Señor.

pero que viven gustosos a la sombra de una cari­
dad inagotpble y materna, que tiene mieles
para todas las amarguras y bálsamos eficaces
para todas las heridas.
L a Virgen de los Dolores, desde el consabido
altar del .pabellón, les habla a estas mujeres,
a todas horas: «Animo, pobrecitas, ved que yo
también sufrí, y considerad si m i dolor no ha
sido mayor que el vuestro ».
¡Alabado sea Jesticrisio!... ¡Deo gratiasf...
Adelante, adelante...
¿Qué quieren visitar ahora?
- - Lo que Vd. no,s enseñe, hermana.
Abre una puerta, vacila y dice: No; aquí no;

...y se abran balcones corridos, hechos con impostas voladizas de piedra azul...
“1 buoni hgii” .

Y el Santo reía, reía con verdadera efusión de
felicidad.
Aliora bien; después de un siglo vemos qtie
aquí no ha cambiado nada; la misma caridad,
la misma dedicación, las mismas risas elegres y
felices...
Un hermano de San Vicente, inclinado sobre
un lecho, está limpiando una de esas pi'istulas
infectas, sobre las cuales nosotros no podemos
ni siquiera pasar los oji^s. Algo más allá, otros
dos hermanos medio tapados por unas cortüias,
para ahorrar a los que puaieran verles un es­
pectáculo que podría producirles bascas, rea­
lizan. en tom o de nn viejo paralítico, una de
esas obras de cnri<lnd para las c\mlcs no hay
recompensas bastantes en este mundo, y he
aquí que, mientras nosotros pasamos, salen, y
sorprendidos y con las manos tcxlavía ocupa­
das, sonríen y saludan: ¡Deo gratiasl
Unas monjitas qi\e encontrami^ más allá,
liaciendo limpieza. ¡Deo rjatiasf exclaman tam ­
bién, y nn joven es<ivielétieo, que tiene sus horas
contadas y tase horriblemente, nos repite a su
vez, con un flébil hüito de voz que jvirece un
eco de ultratumbii, ¡Deo gratias! ¡Deo grafías!
Pasamos a la enfermería de umjeres y ¿ para
qué repetir? lo mismo aquí que pUÍ, desgracias
sobre desgracias, pobres seres ftenazados por
el dolor que cxjfian culpas propias o ajenas,
232

se impresionarían demesiado; pero al ojo Immano, como al objetivo fotográfico, le basta un
rayo de luz para fijar lo que tiene delante y
ese rayo, visto a través de la puerta entrea­
bierta por la hermana, iluminó en aquel ins­
tante un fantasma alto, delgado, casi filiforme,
que andaba despacio y bíUanceándose, y cuyo
rostro hacían mps lágubre dos negros cristales
enormes echados sobre los párj^ados y la mitad
de la cara. ¿ De la cara?... i>ero, ¿ donde está la
nariz y la boca, y el mentón?
— ¿ Qué raza de monstruo es éste, que no se
parece a ningim ser hiuuano, con esa mueca
trágica, con esa carátula infernal?
— iChitol que puede oímos. E s un pobre
enfermo de lupus. Füijan Vdes que no lo han
visto. El mismo, siempre que puede, se esconde...
y temiendo la rel^ osa que el desgraciado haya
podido darse cuenta de nuestra conversación,
le grita, desde el sitio: ¡Animo, Francisquito!
¡Alabado sea Jesucristo! — ¡Sea por siempre ala­
bado! — murmura el monstmo, agachando el
rostro deforme y escurriéndose m uy de prisa
detrás tle las cortinas del lecho.
Iba a Cerrar la religiosa, pero un enfermero
que venia de la sala, de prisa, con mi vaso mal
oliente en la mano, pidió permiso para pasi r y
desapareció, haciendo mía inclinación aristo­
crática.

r
Kra joven, como de unos 20 años, 6no, bien
portado, de rasgos distinguidos, y lo que más
nos intrigó era el hábito que llevaba, en n&da
p>arecido a los del Cottolengo. L a hemianita,
siempre amable con nosotros, vino a sacím os
de aquella perpejidad; É un novicio spagnuolo.
¿ Cómo? ¿un novicio español?
Precisamente. Ix)S Padres Jesuítas, disueltós
en España por la revolución, lian venido a esta­
blecerse en Bollengo y nos em ian a sua novicios,
dos a dos, a hacer lo que ellos llaman «la prueba
del hospital í . Este año hemos tenido unos
veinte. Si vieran con qué amor se entregan a los
oficios más humillantes!... son unos santos.
Nuestros eiifennos les lian cobrado un afecto
tan grande, que algunos hasta se cartean con
ellos. ¿ Por qué — comenta la liermana, con
encantadora ingenuidad — por qué el Gobierno
español les echa, siendo tan buenos?
¿Qué íbamos a contestarle nosotros a la
bnena hija del Cottolengo? Así como, a ese
pobre menstruo que acaba de esconderse a
nuestra mirada, los bacilos del lup%is vorax
le han mutilado el rostro, cegándolo y bo­
rrando lo que en él había de bello y armó­
nico, e ciertos hombres dotados a veces de
superiores cualidades, los bacilos del secta­
rismo les mutilan el espíritu, privándoles de
la visión serena y de todo sentido de equilibrio

E1 molino de la Providencia.
P o r una parle entra e i trtfo (70 sacos de a 10 0 kttos
todos lo s días); por otra salen m iles de panecillos
rublos y olorosos.

E l corozóft de ¡a "P ícco la Ca&a".
Entre tanto la noche se nos lia venido en­
cima. ; Nos vamos ? No, en la iglesia queda to ­
davía algo que ver y estas horas son precisa­
mente las más interesantes.
En todo d inmenso hospital reina el silencio
durante la noche, mientras rezan ante al sa­
grario las Religiosas para ello instituidas. Al

dar las cuatro de la mañana, a través de una
niebla baja y hdada, oímos sonar una campana
con toques lentos e iguales: tan, tan, tan, tan...
¿Qué significan? ¿a quién llaman?
No lo sabemos, mas a los cinco minutos, ca­
lles, pasillos y patios están en plena auimaoló;i.
Es una ciudad entera la que, a la voz <le esta
campana, se ha puesto de pie y ha emjHízadt)
a moverse. -M atrio de la iglesia van llegando,
de todas partes, cruces y más cruces, humildes
y desnudas, ]>recediendo a las diversas proce­
siones salmodiantes. Las ♦ familias • de hom­
bres eiii run pt>r una puerta y las de mujeres iwr
otra.
Ks ésta la mejor visión sintética de la Casa del
milagro, del inmenso cúmulo de miserias que en
ella hay recogidas,'y ante esta visión, tanto los
que creen como los que no creen han de sen­
tirse forzados a caer de rodillas.
Y a hemos visto como cu el Cottolengo torio
es pobre y mpdesto, y ahora estamos \dendo
como en la iglesia todo es regio y magnifico;
la arquitectura, los altares, las pinturas. Así
como la sangre de nuestro cuerpo, atraída por
una fuerza aspirante, aflu^'e toda al corazón,
que es el músculo más rico y mejor dotado, para
luego llevar la vida a las distintas regiones del
organismo, asi los dones de la Pro^ndeiicia vuélcanse, día a día, sobre esta iglesia, que, a ma-

El reino de las 8 0 cocineras de S an ia M aría, el
único del Coitolengo donde no se ven miserias.
P o r doquiera pastas, purts, verduras, montañas de ebu*
U tas y de polh.- para h i enfermos... 100 k ilo s de sal
a l día... 1 7 0 0 docenas de huevos a la -em ana..
1 00.000 liras de leche a l mes...

llera de corazón viviente, se llalla eii el centro de
la ' I’íccola Casí- ♦ , para, desde ella, apagar el
hambre de 10.000 aimr ; que quieren liaceTse
buenas y de 10.000 bocas que piden pan.
I.,a fuerza aspirante que atrae esos dones es
la oración; por esto no falta nunca, de día ni
de noche. Nadie administrará aquí ninguna
renta, naHb» subirá al palacio de los ricos a
pedir limosna, pero todos tienen obligací&i de
273

Fachada de la ''Piccola Casa'*.

rezar; todos, hasta los pobres imbéciles a quienes
tal vez el sol de la inteligencia sólo alumbra im
minuto fugaz todos los días.
Hace ya cien años que lo.ooo personas rezan
aíjuí y conuilgan, sin que ninguna tenga
bienes propios de que vivir, ni cupones que
cortar, ni sueldos, ni pensiones, y hasta hoy
no ha faltado nunca lo necesario.
|Ay d é la Píccola Ca.'^a, el día que llegase a
faltarle esta sublime fuerza aspirante y divinal
Renunciamos a describir ivmcluis de las cosíis
que Vemos, no sólo ]>orque nuestro artículo se
va hinchando ya como un libro, sino porque
faltan colores y alientos ¡vira reproducir ciertas
escenas, como la de la comunión, por ej, en la
que t(KÍas las mafuuuis se vacian tres enonnes
copones de on>. y viene Jesiis de ralestina, a
¡xmerse en contacto con sus turbas prciHlectns
lie etifennos y de lisiados, que, acercAndose unos
con las órbitas vacias, le pal¡vm amorcisameiite
los veslid<\s; y hacieiulo hablar otros a las manos
donde la naturaleza ha puesto sus cuerdas
vtH'ales. le gritan: Hijo
Dai-id, íftt piedad
de ; : ’. v y llevados a hombros los p;ir.iliticos y los sin ¡liemas, caen llorando en sus
brazos.
Los Fomilios d el Coilolengo.
Nos queremos marchar, pero la hennanita —
ahora es otra la que nos acompaña — nos pre­
gunta si hemos visto i buoni figii, y los talleres.
234

y ios sordomudos, y ia cocina, y la panadería.
y los lavaderos, y j qué sé yo cuántas cosas más!
— Pero...
— No lo estrañen Vdes, esto .es m uy grande.
Cuando, pocos meses hace, vino el Sr, Mussolini,
exclamó: « Vosotros la Uamais la * Píccola Casa *
pero a m í me parece hallarme en una gran
ciudad ». Vengan, vengan, y nos lleva al pabe­
llón de i buoni figii,
pequeña portería por donde ayer entramos
queda muy lejos y aun se descubre la silueta de
nuevos edificios qi:e se entrecruzan formando
patios, (¡ue huyen liacia el horizonte, en escorzos
pofundLsimos. E s el Cottolengo, siempre el Coitotengo, enorme, vastísimo, insaciable de espacio
como la sed de caridad del que lo ha soñado y
levantado, piedra a piedra.
Por el camino la hermana nos dice algo de lo
que son i las Familias ».
En esta ciudad del dolor viven trece Comu­
nidades religiosas, integradas por más de 1.500
individuos, y creadas para las distintas necesi­
dades de la casa.
La primera y más importante son las Vicentinas, brazo derecho de la « Píccola Casa *, ver­
dadera « Compañía de la muerte t que, si no
llevan sobre el hábito, de un modo visible, la
divisa clásica de la calavera con las canillas
cruzadas, la llevan sobre el alma, grabada con
surcos de sangre por los buriles del sacrificio.
Doce señoras turinesas que se asociaron al
Santo, haciendo donación a los pobres de su
libertad y de su vida, y entre ellas Doña María
Nasi, que fué la primera Superiora, c nstituyeii
el grano de mostaza de las «Familias» femeninas.
Siguen las Hermanas de Santa María, que
pasan de 80 y están dedicadas a la cocina; las
de Santa Eliana, 120 lavanderas que, en silencio
o rezando, o cantando, y haciendo jomadas de
12 horas, limpian tres toneladas y media de
ro|)as al día; ropas que reciben impregnadas de
ptxiretlumbre humana y entregan blancas, crujieutc.s y perfumadas.
I.,as del Divino Pastor dedicanse a la ense­
ñanza de niños y adultos de la casa, aim de los
sordomudos e idiotas. Las de la Crux proveen de
cantoras y roperas. Las Hermanas Aáorairices
obsen-an clausura, cosen y confeccionan ropas
¡xira los hospitalizados y dedícanse a obras ex­
piatorias. Las Hijas de la Piedad asisten a los
moribundos. Las Carmelitas Descalzas, de rigu­
roso encierro, a fuerza de silencjns y ayunos
perjíetuos, tienen como JIoisés los brazos con­
tinuamente elevados al cielo para implorar, en
favor de la Iglesia y del clero regular y secular,
auxilio y ^*ictoria.
I Basta ? No, que aun quedan Las Hermanas
del Sufragio, obligadas al Oficio de Difuntos y
al de la Sma Virgen, a la adoración perpetua del
Srao. Sacramento y a rezar todos los üías 150
veces el Miserere. Son las dulces enfermeras de

se los coloca uno a la derecha y otro a la iz­
los fieles difuntos, que la inmensa caridad del
quierda, y llevándolos de la mano ante la ima­
Cottolengo no podía dejar olvidados.
gen de laV igen .les exhorta amorosaiuenlc, ha­
Y faltan, para hacer el número de diez. Las
ciéndoles prometer que serán buenos y, al iU‘CÍr
Hermanas de Santa Tais, segregadas completa­
ellos que sí con la cabeza, les da una golosina y
mente del mundo, donde llevaron una vida de
pecado, para hacer volxmtaria penitencia, por ’ los sienta a comer juntos.
Y esto todos los días, de la mañana a la noche,
ellas y por las que no han tenido el valor de
imitarlas, purificándose en su retiro con el con­ durante diez, veinte, cincuenta años, Ivjusla que
la fibra se rompe.
tacto de la Hostia Divina, que a las almas mal­
Algunos de ellos, apenas nos han visto llegar,
trechas y heridas, axmque estén rojas de sangre
en Seguida nos han rodeado, mirando,con ojos
como la grana, las hace blancas como la nieve.
estólidos, haciendo chocar la mandíbula unas
Estas diez Familias o Congregaciones tienen
cuantas veces, hasta que de su laringe, como de
todas su hábito, su Regla, su Claustro y su No­
una botella que se destapa con fuerz;i, han .sa­
viciado projños, dentro de la « Píccola Casa *.
lido lanzados irnos monosílabos: ♦ De-e ga-a ».
¿No es un prodigio único en el mundo?
— Dicen Deo grafios, interpreta la liennana
Además de ellas hay tres Congregacio­
en el acto, con una sonrisa de felicidad que
nes de hombres, absolutamente indispensables
para muchos menesteres del hospital: Los Sa­ le retoza en el rostro.
— A estos «buoni figli * les llamamos también
cerdotes de la Sma Trinidad, de los que depende
i padroni, nuestros amos, y ahora VíUiios a ver a
el ministerio de las almas; Los Tomasinos, o
Seminaristas del Cottolengo, que una vez ter­ los padronissimi, a los amos en grado superlativo.
Nos echamos a temblar, y nos metemos ¡xir
minada la carrera sacerdotal, optan por que­
uno de esos acostumbrados callejones «a la Cotdarse en la casa o irse a seiv-ir al Obispo que de
toíengo », estrechos, a más no poder, para no
ellos tenga necesidad, y Los Hermanos- de San
derrochar espacio inútilmente.
Vicente, de sotana negra con su m ota en el
E l local está cerrado, pero se empiezan ya a
pecho como un corazón en Uamas, cuyo come­
percibir gemidos, gritos que suenan como relin­
tido especial es el cuidado de los enfermos, la
chos, gruñidos, y otras mil voces indefinibles. lú­
dirección de loa talleres y la vigilancia de i
gubres o rabiosas, que meten el alma en un puño.
buoni
Instintivamente damos un paso atrás.
Y veamos y a quienes son estos buom ügli,
— No teman. - Y al abrir la puerta, nos
es decir, los buenos hijos; nombre que daría sin
liallamos ante una monja robusta que nos
duda el Fundador a los clientes más pequeños,
a los más inocentes, a los más graciosos...
jAh! qué mal conocemos, lector, la psicología
de la caridad, en sus máximas temperaturas!
Esos s^ es graciosos, pasan de mil, nos dice la
hennana, comprendidos los dos sexos.
Existen varias Secciones. En la de los que aún
pueden valerse, vagan éstos de im lado a otro,
con un delantal que les llega hasta los pies, ríen
estúpidamente, palmotean, gntan, lloran; pa­
sean su cara enonne cubierta de un bozo repug­
nante V siempre colgada de su cuello flácido,
como una flor podrida; hacen visajes, y afgunos
inician gestos y acometidas que inspiran horror
y espanto.
Estas hermanas, no obstante, andan tranqui­
las entre ellos, los conocen a todos por su nom­
bre, los acarician, y ejercen un ascendiente que
tiene algo de prodigioso.
A la ora de comer, les atan pacientemente
al cuello una enorme servilleta, les arriman
el plato o escudilla, que suele ser de hierro y...
¿para qué describir la escena? Aquellas manos
pulcras y santificadas tienen que recoger los
chonos de caldo, que se deslizan por las comi­
suras de la boca, distraerles, sonre’ries, limpiar
las ropas y hasta el suelo, volver a llenar y
El B asco de la **Pkcola Ca»a**.
lim piar de nuevo. Cuando, alborotando como be­
Esta rajita 91/e hay en el antro de la calle es la única boca
cerros si trincan dos de ellos para aponearse,
qae pide llatosna. Todas las demás se la piden a Dios.
fiTga bastante frecuente, la hermana los separa.
■------ 2 3 5

- - -

rpclbc ron las mangas recogidas y la boca son­
riente. Alabado sea Jesucristo, y otra a su lado
íjue, HKltlla en tierra, está fregando una mancha
relK-lde. Ivn cuanto nos ve, aiza su rostro con­
gestionado por la fatiga y enmarcado en una
cofia blanca, y ¡Den gralias! Dos saludos y dos
sonrisas c|ue dcsvams’en nuestra, inquietud y
nos devuelven la calma i>erdida.
ISi están aquí ellas — peiLsamos — que son
mujeresi
PcH) estar, aunque no sea más que irnos m i­
nutos, es una cosa, y contemplar, describir, es
otra, Se trata de algo dantesco, inimaginable.
Muchos están como enclavados en el lecho,
comj)letamente inertes. Vemos a uno, atado con
fuertes vendas, a fin de inmovilizar el cuerpo,
ctHitinuamente sacudido por convulsiones vio­
lentísimas; la cal)eza es lo único que le queda
libre, pero está también condenada a agitarse
sin tregua ni reposo. Asear y dar de comer a
estos infelices es un problema imi>resionante.
A su lado e.stá Ren^o «un figlio buono * que
tiene veintiún axlos y se ha quedado como
cuando tenía seis meses. Cal)eza deforme, m i­
rada vidriasa e inexpresiva de cuadnnnano, y lo '
demás de niño en ])añale.s. Se pasa sentado en
la cama las horas muertas, exhalando vagidos
trémulos que se dirían más bien balidos de ca­
brito; al pasar nosotros alarga sus manos dim i­
nutas, fofas, amarillentas y velludas. La liernmna .sabe lo que quiere, y se las toma, e.strechándolas entre las suyas. — Sí, pobre Renzo,
no tcngíus cuidado; ahora mismo te traeré la
mino.strina que a tí te gusta. — ¡Deo gratiasf y
v\ engendro humano responde con una mueca,
(pie (piiere ser una sonrisa.
V así es todo lo de esta sala. ; Vámonos! no
es ix)sible resistirlo.
Estas pobres religiosas tendrán que .ser rele­
vadas con mucha frecuencia, j venlad, honnana ?
— jCa! no lo crean \’des. Tanto ellas como los
Viceiitinos .se disputan esta S«.-cciün como un
regalo, y el que la consigue ya no la suelta, l'na
de nuestras hennanas e.stuvo aquí 6o añas y,
momentos antes de morir (en 1926) decía que
tenía miedo de ir al Purgatorio, porque el Señor
la había lu'cho «lema,sia(lo feliz en este mundo.
Con las ('jas pix'ñadas de lágrimas y un dogal
en el coraziSn nos dirigimo.s a la jx>rtería.
— ¿ Ks jxxsible que el heri'i.smo humano pueda
rayar a tanta altura?
- Si. es un luvlu' que desixuicierta. Rstas
admirables cjcri.'itas del Cottolengo se jxisau
aqui la vida, e.stnijámk'se el alma para verter
toda su amabilidad sobre este encrespado mar
de mist'rias y de (U'lores. y se tienen por los seres
nuLs felices de la tierra.
Cuantío las fuerzas de estos héroes empiezan a
(U'creccr. y la carne vacila y desfallece, les abren
una puerta, les muestran una cainita blanca, la
luiniera o la última de una larga fila — la que

2^6

ayer dejó vacía una hermanita joven que se
marchó, para no volver, contagiada por una
de sus enfermas. Y ¡Deo gratias! Allí, en aquella
camita. esperan, rezan, trabajan todavía, si
pueden, siempre serenas y sonrientes, hasta
que el Esposo Divino les trae el anuncio jubi­
loso del premio eterno.
Antes de de.spedimos, so nos ocurren algunas
l>reguntas.
Diga hennana ¿ Quién gobierna esta m ara­
villosa ciudad de diez mil almas? — El Señor
Padre.
— Y ¿quién es el Señor Padre? — Padre RiIxjro, el V« Sucesor del vSanto, un sacerdote pró­
ximo a cumplir los 80 años.
— V todo lo gobierna él ? — Todo.
— Pero tendrá algim Con.sejo directivo; habrá
jerarquías que le ayuden. — Nada; aquí no hay
más que el Padre, y todos dependemos directa­
mente de él; las trece Familias, los enfermos, la
administración. — Que ocupará seguramente
un personal respetable, atajamos nosotros.
L a hermana sonríe... ¡Si Vdes vieran! pero
se la puedo describir en pocas palabras: una
estancia de pocos metros cuadrados, algunos
registros y « Don Talenti » sentado delante de
mi escritorio, viejísimo. He aquí la administra­
ción de la « Píccola Casa ».
— ¿Nada más? — Nada más. E l sacerdote
« Don T a le n ti« no lleva mas que un libro de
contabilidad, el Diario. límjiieza con una pá­
gina en blanco, donde está escrito Haber, ym ás
abajo esta partida Divina Provvidenza. I/O de­
más es para el Debe, y en sus columnas figuran
las sumas pagadas y por pagar que, en con­
junto, ascienden a más de un millón de liras
cada mes.
¡Alabado sea Jesucristo!
¡Deo gratias!... y
dejamos la Casa del milagro.
Si alguien no cree en lo que decimos o se
atreve a poner en duda este milagro, diario, pal­
pable, esplendente, que hace ya un siglo cabal
se viene renovando en Turín, todos los días,
t*onq)adezcámc>sle: merece ser acogido entre t
huivii jigli del Cottolengo.
Atliós í Píccola Casa », ya estamos otr? ver
en esta babel de nuestra sociedad excéptica v
sensual, donde los pobres van mostrando sus
andrajos sin que naciie se digne mirarlos, donde
el dolor es befado y escarnecido de continuo por
la frivolidad y el lujo; donde hasta estas heroí­
nas de silueta angelical, que en los pebeteros del
amor del prójimo queman hasta la última fibra
de*su vida, tienen que recibir, no pocas veces
algiín salivazo soez de la chusma.
Adiós, € Píccola Casa *. haznos a todos más
humanos y más cristianos: haznos más buenos v
más santos, acércanos al (x>razóa inefable
de San José Benito Cottolengo.

La Obra de Don Bosco
en España y América
R elacio n es enviadas al R ecto r Mayor.

Arequipa (Perú). — Homenaje al Venerable Domingo Savio.

ESPAÑA - Gerona. — D o n B o s c o en e l S e ­
m in a rio D io c e s a n o .

Suniamente simpático y significativo ha sido
el acto celebrado el día de la Purificación de
K tra. Sra, en el Seminario Conciliar del Obis­
pado de Gerona.
E l Muy lltre. Sr. Rector, Profesores y Se­
minaristas rindieron tributo de admiración al
Bto. Juan Bosco organizando una velada mu­
sical, a la cual invitaron a los salesianos y no­
vicios de la Casa de Gerona.
Todo el escogidísimo programa fué ejecu­
tado maravillosamente, bajo la batuta m ^ c a
del joven Mtro. Prat.
Puede enorgullecerse la Ciudad de Gerona de
poseer en su Seminario ima de las mejores
masas corales de Cataluña, tierra bendita de
arte, donde se rinde culto fer\'oroso al orfeón.
O^n el más dulce placer espiritual, salesianos y
novicios escucharon las obras clásicas de los
Maestros de la Música Sagrada, los coros po­
pulares y jocosos... y , sobre todo, las melo­
días gregorianas.
A l final, un salesiano agradeció la in\'itación
en nombre de todos. En sus palabras vibró im
pensamiento de unidad apostólica proclamado
por D. Bosco. « E l día de mañana — les dijo
— iréis por esos pueblos de Dios con ministe­
rio de aliñas; pues bien, sabed que el Bto. Juan
Bosco quiere que sus salesianos sean los me­
jores auxiliares de los Sres. Curas en las pa­
rroquias*.
Cerró el acto el Muy lltre. Sr. Rector, Dr.

Pedro Iglesias, y con el más sentido acento
entonó un himno a la rmión de los cleros
secular y rel^ oso, propagadores ambos de un
mismo ideal... cuerpos distint(»s de uua sola
milicia sagrada: la de Cristo Rey.
Iva enhorabuena... Con este acto tan culto,
tan oportuno y tan bien preparado, el Semi­
nario de Gerona ha expresiiflo su alegría, eii
vísperas de la canonización de Don B o .h co .
CHILE - Santiago. — N u e v e o rd e n a c io n e s
SBcerdofales.
E l día 30 de noviembre p. p. fué un gran día
para la Inspectoría salesiana de Chile. Era la
primera vez que el Eistituto Teológico Don
Bosco ofrecía a la amada Congregación un nú­
mero tan grande de sacerdotes de Je.sucrlsto,
auüncio de un próximo porvenir que se pre­
senta abundante y risueño. Iva fimción oficiada
por el Excmo. Sr. Nuncio Mons. Héctor Felici,
resultó m uy solemne por la exacta cjecucióji
de las ceremonias y por la asistencia de nume­
rosos cooperadores y amigos de la Obra sale­
siana, que acompañaban con su.s oraciones a
los ordenados. Se tomaron varios grupos fo­
tográficos para recuerdo de estos solemnes
actos, y en muchos de nuestros niños se des­
pertó ¿f germen de la vocación religiosa, avi­
vándose en otros. Ivos alumnos del colegio
besaban con gran fe esas manos consagradas,
y no se cansaban de p>edir bendiciones.
E l día 2 de Diciembre fueron los noveles
237

í•

Sanfiago de C hile. — Los nuevos sacerdote*

sncdrdotcs a pasar unas lloras de alegría en
la casa de fonuación de Macul, llevando en sin
juveniles pechos las flores de la gratitud y del
cariño, pues todos habían transcurrido allí
años de ventura, ya como novicios ya como
estudiantes de filosofía. Se leyeron en su honor
sentidos discursos y se ejecutaron hermosos
cantos.

E l Rvmo. Sr. Inspector D. José Puertas,
gozó mucho, en estos días al ver iluminarse con
nuevas.luces de esperanza el horizonte de su
extensa jurisdición salesiaua, que adolece de
tanta escasez de personal.
PE R U - Lima. — C e rta m e n c a te q u ís tic o in ­
te rc o le g ia l.

5antiago de Chile.

-

-

23S

-----

El acto de la ordenación.

Se realizó con éxito m uy satisfactorio el
jueves 23 de Noviembre, con la participación
de cinco concursantes para cada una de las
tres Secciones del Colegio de Lim a y cinco del
Colegio del Callao, en total veinte.
Iva noble lid se desarrolló ante todos los
alumnos de ambos Colegios, que llenaban el
Salón, y un selecto gnipo de invitados que ocu­
paban los puestos de honor. Dos horas de lucido
combate que entusiasmó al público, manifes­
taron la preparación de los concursantes y el
honor en que es tenido el Catecismo en los
Colegios representados.
Entre nutridos aplausos se proclamaron Ven­
cedores del Certamen:
1. - Emf>erador. Enriqite Murillo, del Colegio
Don Bosco del Callao;
2. - Principe, Angel Barriga, id.
3. - Duque, Avelino Aponte, del Colegio de
Lima, Sección Artesanos;
4. - Marqués, Lucas Alberto Huanira, del Co­
legio Don Bosco del Callao;
5. - Conde, Angel l ’a/cíírcíi del Colegio de Lima.
Sección Estudiantes Internos.
Después de la coronación y premiación de
los vencedores, se hizo la entrega de los pre­
mios a los Vencedores de los Certámenes eliminatorios del Colegio de Lima, realizados
anteriormente.
Con estos 70 preuiiados (5 por cada clase) v
los del Certámen General, formóse un imponente
grupo de * Amigos del Catecismo ».

VENEZUELA - La Vega.
E l Estudiantado Salesiano de esta loca­
lidad ha tenido la feliz y oportunísima idea
de celebrar la fiesta del i n s ^ e S. Gregorio
Magno con una audición de Canto Litúrgico
que ofreció al Excmo. Sr. Nuncio Apostólico
Mons. Femando Cento.
He aquí cómo la reseña el importante
diario caraqueño « La Religión *;
U n a r iis lic o c o n c ie rto .

• H ay en la tierra horas de cielo », decía ayer
el Excmo. Sr. Nuncio, después de la audición
de música sagrada con que lo obsequiaron los
Estudiantes Salesiauos de La Vega.

Christus vincit. — Palabras de introducción.
— L ucís Creator optime — Dedit illi Síipicu-

tiam. Introito: — Misa B. J. Bosco.
PiK'SÍa.
— Exultet. — Inviolata. — Lumen ad rcvclationem gentium. — Discurso de octvsión.
Réquiem y Ofertorio. — Sanctus. MLa de .\ngelis. — Cliristus factus est. — Lauda Sioii.
— Salve Regina.
Con oportunas y bellas ixilnbms ofn.H'ió el
acto el R. P. Inspector, Don Serafín Síintolini;
entre otras cosas dijo que era una mwlesla
contribución a la Acción Católica Social y una
adhesión práctica a los de.seos de Su S;uitida<l
y de su digno Representante en Venez»iela.
La ejecución que, fué impecable, llevó a todos
los ánimos el convencimiento de la naturalidad.

Lima
£ ] Certam en CatequSslico.

Los CIRCO veocedore*.

Y efectivamente. L a ejecución fué magistral.
«Guardadas las debidas proporciones >, nos
decía Su Excelencia, «creía hallarme oyendo
alguna de las famosas Capillas de Roma.
Esto prueba que aquí también, cuando se quiere,
puede cantarse música estrictamente litúrgica,
y por la emoción que todos sentimos, se prueba
además que dicha música gusta y se aplaude.
L a belleza la siente todo el mundo ».
La Capilla o Escolanía salesiana de Ina Vega
no es m uy numerosa pero ayer fué ima especie
de revelación de valores.
£1 programa estaba m uy bien escogido y
m uy en armonía con los recursos de núfnero y
educación musical de los cantores. Helo aquí*

belleza y eficacia dt la música sagrada y de la
necesidad de atenerse a la.s normas sapientí­
simas de Su Santidad Pí«.> X , en su histórico
Motu Proprio.
E l Sr. Nimcio cerró el acto con una imi>rovisación soberana. Fué im canto a la memoria
de Gregorio el Grande, de Pío X , de Pío X I,
de Don Bosco. Fué
aprobación rotmida y
nna voz de aliento al P. Santolini y al Instituto
Salesiano de La Vega. Fué una lección de L i­
turgia y un comentario crítico-musical de la
ejecuciái con que lo habían obsequiado.
Aplausos fragorosos interrimipieron con fre­
cuencia al orador y al fin se le tributó una ova­
ción clamorosa.
239

LA
GLORIFICACION
DE S. JUAN BOSCO EN EL MUNDO
KIISOí^ANCIAS DE LA CANONIZACIÓN

ESPAÑA - La Coruña. — S o le m n e s cuU os
en h o n o r de S a n J u a n 3 o s c o .

G elo plomizo, frecuentes aguaceros, rostros
Infantiles, alegres y vivaracho,s, eiioniie afluir
de gente de todas las clases, edades y condi­
ciones, al templo, tal fueron los tres díiis dedi­
cados a honrar al pastorcillo de I Becchi, al
— santiñü novo — según frase popular en esta
ciudad de Coruña. Tros días de intensa vida
salesiana, en los cuales los habitantes de la
alegre ciudad del cristíil demostraron el afecto
y la simpatía tpie sienten por Don Bosco y su
l>oiréflca oí>ra.
Tuvieron lugar los cultos los días 24, 25 y 26.
Una activa propaganda hecha por medio de
hojas volantes, carteles y artículos de prensa,
fut' I)rcl)arando el terreno y despertando en
t(xlos vehementes deseos de conocer al gran
Santo moderno. Thi mi precioso altar de la
parroquia de San Nicolás, una de las Parro­
quias más céntricas de la ciudad, bellamente
adornado con profusión <lc flores y velas, se
puso la estatua del nuevo santo. Hl hermoso
templo lucía sus vLstosas colgailuras y su es­
pléndida iluminación, como en las mayores
solemnidades.
I,a afluencia de fieles a todos los cultos fué
enorme, sobre tixUi a los de la tarde, en (pie el
amplio templo re.sultaba peciueño para conteuer lauto público; esta atluenciu fué siempre en
aumento hasta el último día. luía tic las Jiotos
más slmpátúuis y emocionantes de estos cultos
era ver el entusiasmo y el fervor con que la
inmensa muelusiumbre que invadía el amplio
templo se acett'aba cada dia a Ix'.snr la reliquia
del Simio. I a»s sermones tie>l triiiuo estiwieron
a cargo del siUesianisimo Magistral de Tuy, M.
1. Sr. Dr. D. Alfomso Casas Villanueva, que
con i>alabra cálida, a veces velada por la euu)ción y en periotic^s \ ibrantes de entusiiusmo salesiamv desarrolló los temas: D. Basco y Josu
cristo - 1>. Utvsco y la Virgen Auxüiailora D. Bosat y
niños, contestando asi a la pre­
gunta formulada el primer día ¿ Quién es Don
240

-------

Bosco? Prueba inequívoca de lo sugestivo de la
materia y de la perfección con que el ilustre
orador explanó los tenias, fué el silencio casi
sepulcral con (pie el numeroso auditorio; a
I>esar de estar buena parte en pie por falta de
sitio, oía sin cansarse la doctrina expuesta sobre
D. Bosco.
Mas donde los cultos rayaron en apoteósicos^
y se vió el amor que se profesa a D. Bosco y su
obra, fué en la ferviente y nutrida comunión
general del día 26, con que Cooperadores, Archicofrades. Antiguos Aliunnos, niños, y los
ímiumerables devotos del Santo, quisieron
poner el broche de oro a tan solemnes cultos,
rindiendo este último homenaje al Santo Eucarístico.
El gran corazón y apostólico celo del Doctoral
de la Colegiata M. I. Sr. Don Deoncio Barro se
encargó de preparar nuestros corazones, con un
entusiasta fen-orín.
1.a función de la tarde resultó sublime, sobre
toda iwuderación, y a pesar de la lluvia perti­
naz, el templo era im enjambre de cabezas
humanas, hennoso racimo de corazones que
acudían para oir por última vez las maravillas
de un l ’astorcillo, (jue. con el sudor de su frente
y manos encallecidas jxir el duro trabajo del
menestral, llegó sin gran aparato a escalar las
cumbres de la santidad más j>erfe{rta.
Inútil será decir ^que el diminuto coro in­
fantil hizti prodigios en la interpretación de su
selecto repertorio, derrochando gracia y buen
gusto, así como el clero de niños, en esta gloritisa joma*la salesiana en la ciudad herculiua.
Quiera D. Bosco desde el ciclo bendecir a esta
ciudad de Coruña y derramar sus gracias a
manos llenas en tantos hogares en que hoy
ocujia el puesto de honor, y es invocado en las
amarguras y tristezas del corazón lumiano.
ESPAÑA. — S alam a nca c e le b ra , co n g ra n
e n tusia sm o, la ca n o n iza ció n d e D o n B o s c o .

Cual era de esperar, Salamanca entera ha
ct'lebradü con santo entusiasmo y henchida de
gozo la*cauonizacióu de Don Bosco.

E n la mañana del domingo, a las doce, las
campanas de San Benito lanzaron al aire su
majestuoso sonido, acompañado del estampido
de los cohetes. Así quisieron dar a conocer los
antiguos alumnos Salesianos. los actuales, el
fausto acontecimiento.
Roma la chica iba a participar de ^lna
partecita del aleluya de gozo que ese día reso­
naba en la ciudad eterna, al ver enaltecido en
la gloria de Bem ini al humilde sacerdote, al
Santo Fundador de la Pía Sociedad Salesiana.
A las seis de la tarde aparecía el templo de
San Benito completamente lleno de fieles, e
incapaz de contener más, pues muchas i>ersouas
hubieron de permanecer en el atrio del templo.
Allí vimos una representación del Seminario
Diocesano, presidida por cinco desús superiores,
a los reverendos PP. Capucliinos, Jesxiítas, Reli­
giosas Adoratrices, Hijas de la Caridad, ilustrísimo Cabildo Catedral, representado jxjr los señores
Deán, Arcipreste, Doctoral y Penitenciario; a los
señores Párrocos del Carmen y la Purísima, y
una nutrida representación de los sícerdotes
de la ciudad. Adoración Nocturna, Antiguos
Alumnos Salesianos, etc.
En el centro de la iglesia ocupaba lugar pre­
ferente la reverenda señora Directora del
Colegio de María Auxiliadora, religiosas y
alxunnas del mismo. Los Antiguos alumnos Salesiauos podemos decir que en masa llenaban
gran parte del templo.
La imagen del nuevo Santo, ahora provisio-

Salan u B ca.

La Coniña.

AKar de S a n Ju an B osco .

Imponente asp ecto de la iglesia de S a n Benito» durante la apoteosis de S a o Ju a n B o sco

241

'r

nal, pues la definitiva que se venerará en Sala­
manca, se adquirirá con donativos de los admi­
radores de las obras salesianas y cuya suscrip­
ción está aún abierta, apareció en un hermoso
trono de luces y de flores, en el centro del altar
mayor.
A la h<jra anunciada cometizó la solemnidad
religiosa, con hi exjxjsición del Santísimo Sa­
cramento, el rezo del Santo rosario y devotas
íleprecaciones a Don Bosco. Terminadas estas
preces ocupó la sagrada cátedra el doctor don
Teodoro Aiidrós. Tomó jwr texto las palabras
¡.audetur Jesús Chrislus Rex noster per saecula.
lín un l)cllo discurso probó cómo las canoniza­
ciones de los Santos son manifestaciones de la
divinidad en sus siervos, y hablando de Don
Bosco dijo que toda su grandeza se comiKUidia
en el amor al niño.
Hizo la reserva el ilustrísimo señor Vicario
Capitular don Pedro Salc<¡do, dando escolta al
Santísimo Sacramento una representación, con
bandera, de la Adoración Nocturna, TarcisicTs,
Antiguos Alumnos Salesianos, laiises y Juven­
tudes Católicas de San Sebastián y San Pablo.
Da parte musical estuvo a cargo del maestro
Benialt, quien dirigió un selecto coro, formado
por elementos de la Capilla de la Catedral y.
otros de la ciudad, interpretando Jesu mi
dulcisime, de Arboalaza; Te Deum, de.M. Viñas;
Tantum ergo, de Benialt; Himno a Don Bosco,
de M. Gregorio, salesiano.
Tenninó el acto dándose a besar la reliquia
del Santo.

ensalzando la santidad de San Juan Sosco, el
santo cmnbre de los colocados en los altares
durante el Año Jubilar, resplandeciendo por sus
virtudes heroicas, su apostolado incansable y
por sus instituciones salesianas; por todo ello
pueden aplicarse a San Juan Bosco aquellas
palabras del Evangelio: petransit benefaciendo,
pasó por el mundo haciendo bien.
Terminada la Misa, que fué escuchada también
en las afueras del templo por medio de un alta­
voz, el Sr. Cardenal fué aclamado por la multi­
tud. dándose vivas al santo, a la Religión y
a su eminencia.
F u n c ió n de ¡a fa rd e .

A las cinco y media tuvo lugar la fimción
religiosa final, con exposición, estación, Rosario
y Te-Deum, dando la bendición con el Santí­
simo su eniinencia el señor Cardenal, y desde la
iglesia se trasladó la m ultitud al salón-teatro,,
donde se iba a celebrar la velada. Todo el
mxmdo ansiaba escuchar la palabra del señor

ESPAÑA » Sevilla. — L a s P ie sla s en h o n o r
de S an J u a n B o s c o .

K 1 domingo, 13 de Mayo, a las ocho de la
mañana, el ilustrísimo señor Obispo auxiliar
de Granada celebró la Misa de Comunión, en
la que comulgaron unas mil quinientas ]>ersonas amantes de San Juan Bosco y su obra
snlesiana. Da l'^coluníu del Colegio interpretó
preciosos motetes.
A las diez llegó su einhieucia el señor Carde­
nal, así como el señor Obls|xi de Granada,
siendo recibidos en la puerta ix)r el director del
Colegio, con el coro de canlenaUtos. Dlegado al
altar entonó el canto tle Nona, que el coro si­
guió hasta s»i terminación, y asistido por los
cupitiúares de tum o, etni)ezó la Misa Ponti­
fical, et» la que viáronse representaciones del
Cabildo catedral, clen^ parroquial. Ordenes
rcligiosa.>. cooperadores, aluimuís, antiguos
alumnos, Padres de familia y jnlblico numen«ü. que llenaban lotahuetile el amplio templo
de la Trinidatl. I^a Escolanía interpetó la Misa
StfCMtitia PoHtificaiis de Perusi, a tres voes.
Caivtado el Kvangelio. subió al pülpito el ilus­
trísimo señor Obispto auxiliar de Granada, quien
pronunció un magniñeo diseprso, encomiando y

Espléndido cuadro de M aría Auxiliadora de 7 X 4 metros
hecho ariisHcamenle con algunas de las famosas
eslaluas de (alia de los "p a so s" sevillaaos.

M edellín. — L as autoridades locales y devotos del nuevo San to en el oficio solemne.

Pcmán, y cuál sería el descontento nuestro al
saber que no había podido asistir, como estaba
anunciado. Sin embargo, hemos de decir, en
honor a la verdad, que el sabio dominico padre
Suárez, tan conocido y alabado en Sevilla,
suplió m uv honrosamente al señor Fernán, su­
perándose a sí mismo en su discurso improvi­
sación, que arrancó frecuentes ovaciones. Cree­
mos que entró en la médula de la misma vida
e instituciones de Don Bosco, tan admirable­
mente, que loS murmullos de aprobación en el
público daban a entender cuán bien había in­
terpretado sus desfeos. N o hay mal que por bien
no venga.
E l señor Obispo de Granada era uno de los
que con más entusiasmo aplaudieron.
Como se esperaba, la raoltitud era enorme, y
ante la imposibilidad de entrar todos en el
salón, se pusieron altavoces en los patios para
escuchar a los oradores. Había más gente fuera
que dentro del salón, con ser espacioso éste.
Comtíizó el acto a las siete, presidiendo el Sr.
Cardenal, Obispo de Granada, in s p ^ o r salesiano, padre Suárez, padre provincial del Co­
razón de María y señores Ollero, De Caso,
Tovar, Pabón y Ramos.
Cantado el himno y declamadas algunas
poesías, d Trío Andaluz ejecutó algunas
composiciones y el abogado señor Ramos,

ant^uo alumno salesiano, hizo la presenta­
ción del padre Suárez. que dijo no ne­
cesitaba, por ser bien conocido, excusando la
asistencia del señor Pemán, por haberle sido
imposible. Dió las gracias al señor Cardenal
por sus deferencias para con la obra salesiana
e hizo varios recorridos históricos sobre la
devoción a María y la labor de las Ordenes
religiosas, con gran elocuencia, siendo aplau­
dido.
A l levantarse a hablar el sabio dominico
padre Suárez es aplaudidLsimo.
« San Juan Bosco lia venido al mimdo mo­
derno a predicar amor y caridad entre todos
los hombres: él dijo: En la iglesia se reza y
se canta; en la fábrica se mahiice y se o<iia.
¿ Se pueden aimar estas dos corrientes contra­
rias que se repelen? ¿E s posible la reconcilia­
ción del obrero con el rico? A intentarlo se
aprestó el Santo con sus íjistituclones, donde
liay sacerdotes, y obreros; sastres, mecánicos,
tipógrafos, carpinteros, zapateros; donde el tra­
bajo y el sacrificio tienen un lugar distingui­
dísimo; donde el estudiante de bachillerato y
el pequeño menestral practican la fusión de
clases, que luego en la sociedad d a 'á frutos
abundantes de amor cristiano».
E l orador fué m uy aplaudido y lá fiesta re­
sultó un verdadero triunfo.

Sres Cooperadores,

consultad el T E S O R O ESPIRITUAL.

Propagad !a O B R A PÍA DEL 5 G D O C O R A Z Ó N . Véase ia cubierta de nuestro Boletín'.

----- 243 -----

M

!’

C allao. — S a n Ju an B o sco en las calles
escoliado por grupos de exalumnos.

C O L O M B IA - Medellín.
$x*gi'm proprani.'i que circuló profusamente en
t(Mln la prensa de esta capital, se celebró con
deslíordante entusiasmo la primera fiesta de
San Juan Bosco, el día 24 de abril.
Celebró la misa de comunión el R. P. Caye­
tano Sarmiento S. J., quien, en J883, tuvo la
dicha de hablar personalmente con el Santo
en Roma, y conserv’a una medallita que en
dicha ocasión recibió de sus manas.
Kn la misa solemne se ejtn'utó la polifónica
del Pbro. Licinio Refioe; los ejecutores fueron
los coros unidos do la escuela de nulsica del
Instituto do Bollas Artes, do la Universidad de
Antioquia y dol Instituto S;Uosiano - Po<lro
Ju.sto Borrio \
Por la tanle tuvo lugar la l>endición del púlpito y do das altaros laterales tlol santuario tle
María Auxiliadora, coromonia que efectuó el
Kexmo. S e ñ o r TU»orio de Josñs Salazar, Arzo­
bispo Coailjutor, siendo presidida por Ip s altas
autoriiiadós doparlmnontales y municipales.
Inmensa uuicho<Íumhro: feni'or dosboixiante:
alalKinztis extraonlinarius; lluvia de gracias.
PERÚ —* L o fíe sfo d e S . J u a n B o s c o en e l
C a lle o .

Con entusiasmo creciente se han celebrado en
este puerto las fiestas organizadas con motivo
de la canonización de
Juan Bosco, que
-

¿44

culminaron con la solemflidad dei domingo 22
del presente, en la Iglesia Matriz, facilitada
generosamente por el W. R. Sr. Párroco P. E r­
nesto Cotte.
Desde el miércoles 18 se llevó procesional­
mente la imagen del Santo, de la Capilla de la
Concepción a la Igle.sia Matriz, con nximeroso
acompañamiento de fieles.
En los días que siguieron se cumplió el pro­
grama religioso establecido anteriormente. En
cada uno de los días del tridtio, se cantó misa
solemne y hubo panegírico a cargo de las Padres
Gutiérrez y Rayna, salesiajios, y P. García, des­
calzo.
En las noches, hubo sermón del P. Santos,
mercedario, del P. Capitán, jesuíta, y del P.
Pérez, de la Buena Muerte.
E l primer día fué dedicado a los Rxalumnos y
alumnos de Don Bosco; el segundo, a los Coo­
peradores Salesionos; y el tercero, a las Hijas
de María Auxiliadora, Exaluimtas y Alunmas.
I.rfi Mesa de propaganda estuvo a cargo de la
Sni. Juana B. de Oviedo, el primer día; de la
Sra. Luisa de Zárate y Srta. Hermelinda Na­
varro, el segundo día; de una comisión de Seño­
ritas l'xalumnas, el tercer día; y de la Archicofradía de María Auxiliadora, el día de la fiesta.
Toílos estos días asistió una gran concurrencia
de fieles. Las andas del Santo, artísticamente
arregladas e iluminadas, se destacaban en lugar
preferente del templo.
E l domingo 22, los cultos en honor del nuevo
Santo revistieron excepcional solemnidad.
El Exemo. Sr. Arzobispo Mons. Pedro Pas­
cual Farfán ofició la Misa de ComunÍOTi General
y dirigió su palabra elocuente a los fieles, exal­
tando la figura de Don Bosco, como el apóstol y

educador más insigne de los tiempos modernos.
Centenares de niños y niñas y fieles participa­
ron de la Sagrada ilesa, con visible satisfac­
ción del venerando Prelado.
Más tarde se cantó la Misa solemne.eu honor
de San Juan Bosco. Ofició el limo. Mons. José
Burzio, Encargado de Negocios de la Santa
Sede, y asistió de capa magna el limo. 5' Revmo.
Mons. Pedro Plablo Drinot y Piérola.
Iva cátedra sagrada fué ocupada por el R. P.
Dr. Víctor Alvarez, director del -Colegio Don
Bosco. Tomando como texto la frase del Ecle­
siástico: * Como la viil broté i>imi>ollos de suave
olor: y niis flores dan fnitos de gloria y de vir­
tud », describió a grandes rasgos la vi»ia del
Santo y su obra admirablemente propagadla por
todo el mundo, como fruto precioso de la santi­
dad que adornaba su alma.

Siguió el almuerzo ofrecido en el Colegio, en
tan fausta circunstancia, asistiendo Mos. Dri­
not, Mons. Burzio, el alcalde Dr. Aspiazu, el
Sr. Tirado y d Sr. Medelius, representante.*? tic
la Provincia, el edecán del Prefecto, el vSr.
Ugaz, el P. Cotte, el P. Castorina, director del
Colegio Salesiano de Tima, el Dr. Ciussiim, se­
cretario de la Municipalidad, el vSr. ligarle y
otros Cooperadores y Exalumnos.
A los postres, ofreció el agasajo en un breve
(tiscurso el Director del Colegí»), ngradcd'iendo
la asistencia i>ersünal de los distinguidas auto­
ridades locales y representanti*.^ dc-I Callao, co«iIX'radores y amigas, (jue se liabiau asociado efi­
cazmente al homenaje que se tributaba a D»m
Bosco.
Reitiltó una nota espléndida, llena de fe v o r y
entusiasmo, la procesión de la tanie, que salió de

C allao — G rupo de alumno* que (ornaron parle en la procesión.

Asistieron a esta misa las primeras autori­
dades de la provincia, a.saber, el teniente Coro­
nel don Manuel Chamorro Suárez, Prefecto del
Callao, acompañado del Dr. Rufino Aspiazu.
Alcalde de la ciudad y del Jefe del Grupo de
Artillería de Costa, Teniente Coronel don Ma­
nuel Paredes Prada y varios oficiales de esa
unidad, habiendo rendido honores una compañia de ese cuerpo que formó con estandarte
V banda de músicos, en la calle Constitución,
frente a la Iglesia Matriz. Asistieron además
el Sr. don José Ugaz, Jefe del Resguardo, pl
Sr. Ignacio Ugarte, inspector del Concejo Pro\-incial, la directiva del Centro de E xalnmnos
de Don Bosco, las Hijas de María Auxiliadora
con sus Exalumnas y Alumnas y numerosos
Cooperadores Salesianos.
Una competente orquesta de profesores acom­
pañó la misa Te Deum ’audamus de Perosi, can­
tada por un grupo de Exalumnos de Don Bosco.

la Iglesia Matriz, recorriendo la.scalle.sde Cálve?.,
Washington.Colón,eiitrandoen la Iglesia Parro­
quial de SuR< -i.G ui-^f.Zi-pita y América. I'recefiían Ir.-, andas el IiLstituto de >Laría Auxilia­
dora, el Colegio Don Bosco, In ? A.socÍacíones
Religiosa-. <iel Callao, mi nutrido gmpo de E x ­
alumnos, y gran número de fiele.s.
Presidió la procesión, acompañado del Pe­
queño Clero
alumnos, el R. P. Rayna, quien
llevaba una reliquia del cuerpo del Santo.
1.a Banda de músicos del Grupo de Artillería
de Costa ejecutó en el trayecto diferentes píeza.s
musicales.
Al.llegar la procesión a la Capilla de la Con­
cepción, el Director del Colegio dirigió a la
multitud nna breve exhortación, dando ,en se­
guida la bendicirá con S. D. M. Momentos despu<% subió a la sagrada cátedra el R. P. iíuente,
y pronunció «ua conceptuosa oración en honor
de San Juan Bosco.
2 4 5 --------'

San Salvador. — . Aspecto de la nave central de la
catedral a la hora de los oficios.

Por la noche hubo iluminación en la plazuela
de la Concepción, la Banda de la Artillería eje­
cutó un atrayente programa musical, y la
muchedumbre que llenaba literalmente la pla­
zuela pudo así disfm tar de algunas horas de
solaz, como conclusión de tan solemne 6esta.
SA N SA LV A D O R y Santa Tecla. — A p o Ic o s is de D o n B o s c o .

Ila sidi' sencillamcutc un triunfo el conjunto
de las soleninidades, con que se celebró la Cano­
nización del gran IMxicador de la juventud moílema. el sim pátiw Don Bt>sco. El domingo 22
de -Vbril ct>nstituyerv>u todo un éxito las hennosas y brillantes manifestacjoires con que los
Ex;üunuu^ S;desi;uios reunitlos en el Colegio
«Siuita Cecilia » de la ciudad de Santa Tecla
ein|x>zaron l;is grandes festividatles de la Cano­
nización de Don Bosco.
I*or la mafliuia hubo misa de comunión gene­
ral con asistencia de un centenar de Exaluinxios

24O

seguida^de nrr lucido acto académico-musical en
el cual hicieron uso de la palabra, en frases
brillantes, cantando las glorias del Padre, el
Rvdo. P. Luis Alemán P.. el Señor Orantes
Director del Colegio de Comercio y Hacienda
y el Rvmo. P. Inspector Don Julio Dati. A
•las 12 m. cerca de 120 Exaliunnos se reúnen en
ágape fraternal. En la mesa de honor hacían
corona al Rvmo. Padre Inspector los Señores
Directores de las Casas de Ayagualo, Sáix Sal­
vador, Santa Cecilia, lístudiantado Teológico,
el Gol)eniador del Departamento, General José
Trabanino, el Comandante de la Plaza General
Allxerto Pinto y muchas otras autoridades.
Imponente, grandiosa y entusiasta fué la
manifestación popular de la tarde en la que
participó toda la ciudad.
Sin embargo, las fiestas en la Capital fueron
superiores a toda expectativa.
No ha habido clase social que de alguna ma­
nera no luvya correspondido al llamamiento de
la devota simpatía que por doquiera inspira
el nuevo Santo. E n todas las Parroquias y di­
versas Iglesias de San Salvador se celebraron tri­
duos con gran concurrencia de fieles y nume­
rosas comuniones. E n el triduo efectuado en la
Santa Iglesia Catedral hicieron derroche de elo­
cuencia nuestros mejores oradores.
Para la solemne Misa Pontifical del día 29,
que tal vez ha sido la más solemne que se haya
celebrado hasta la fecha, el Templo Metropoli­
tano estaba profusa y artísticamente engala­
nado, destacándose, en un mar de luces, el
hennoso cuadro de vSan Juan Bosco.
Estuvo representado el Exemo. Sr. Presi­
dente de Ib República por el Gral. José Tomás
Calderón, Ministro de Gobernación, asistido por
altos empleados y por jefe.s militares; la bella
Italia, Patria del Santo, en la persona del Señor
Comendador Don Bartolo Daglio, que llevaba
la representación del Exmo. Sr. Ministro de
Italia; estuvieron presentes los Cónsules de
varias naciones, un gnipo de la colonia italiana,
el Rector de la Universidad, la representación
de los Cooperadores Salesianos, ICxalunuios.
simpatizadores, y una muchedumbre inmensa
de miles de personas que habian llegado de
todas |>artes de la Nación.
\ p<.>r otro lado la primera Dama de la Repú­
blica, Doña Concha de H. Martínez, acompa­
ñada ptxr las muy activas Cooperadoras salesianos. organizadas en comité Iho-Pestejos, v
diversas personas y grupos representativos en
su respectivo puesto designado de antemano.
Y mientras los invitados y devotos iban lle­
gando a la Catedral, frente á la Iglesia dcl Ro­
sario se iba organizando el numeroso desfile de
Colegios y Asociaciones... M compás de la
Banda de Guerra, llegó a las ocho y cuarto el
grupo de los Alumnos salesianos, a bandera des­
plegada, y con ellos rompe el desfile y tras ellos

f
van Colegios tras Colegios, todas las Alumnas
de las Hijas de Alaría Auxiliadora vestidas ae
blanco, las Exalumnas como bandadas de pa­
lomas, el poderoso grupo del Liceo Salvadoreño
en perfecta, formación... Y miextras resuenan
^ d ambiente las clásicas notas de la Banda
de los Supremos Poderes, va pasando el desfile
entre xma muchedumbre admirada, y va en­
trando en la Catedral a ocupar sus respectivos
puestos... E l clero revestido precede al Exmo.
Sr. Arzobispo, rodeado del Venerable Cabildo
Metropolitano, y por último aparece, con su
inimitable sonrisa en los labios, el que fué hu­
milde Pastorcillo, el amaxite de los niños aban­
donados, el poderoso en su palabra y en sus
escritos, el que ha llenado el mmido de su
nombre y de sus Obras, el recién elevado a la
gloria suprema de los altares, el gran Don
Bosco!
E l cortejo entra en la Catedral entre la vaUa
formada por los alunmos del Liceo Salvadoreño
y de Santa Cecilia, que ponen ima nota de or­
den y de aristocracia en el ambiente. Y a para
comenzar la ceremonia, llega a presidirla el
Excmo. Sr. Nuncio, el Representante de Aquel
que en Roma, el
de Abril, proclamara con
indecible gozo de su alma, la santidad de Don
Bosco ante el mundo entero, en nombre del
mismo Dios.
La entrada dq las Autoridades Eclesiásticas
fué saludada con el Sacerdos et Ponlijex de uno
de los discípulos predilectos de Don Bosco- y
gran músico Salesiano, Cardenal Cagliero, y
bajo la batuta del R. P. Martelli, S. S., fué
interpretada una de las mejores Mbas del
Maestro Lorenzo Perosi.
Ocupa la cátedra sagrada el M. R. JP. Manuel
Sicker, Director del Colegio Salesiano de Gua­
temala, el cual con frase breve, clara y elegante

tejió un estupendo panagírico de San Juan
Bosco, présentándolo como santo, como refor­
mador y educador y como Fxmdador de flore­
cientes Familias Religiosas. E n más de unn
frase llegó hasta lo íntimo de los corazones tle
sus oyentes. Y una muchedumbre inmensa q\ie
imposibilitada de entrar en el templo se había
congragado en el parque seguía con respctmx.so
silencio el curso del panegírico, repetido por Ux*-;
altoiKirlantes. Habló un Salesiano y habló de
su Padre y lo hizo con amor y emoción de hijo.
¡Qué espectáculo tan sublime oonlemplar la
muchedumbre llenando el templo católico, fija le
mirada y el corazón en el altar, donde celebra
con la pompa de la liturgia romana el limo.
Sr. Arzobispo de San Salvador, asistido por el
Representante del Sumo Pontífice, ensalzando
a un Héroe cristiano, que ayer, no más era un
simple pastorcillo!... ¿E s concebible un hecho
más elocuente de verdadera democracia, de
sincera fraternidad, de más pura gloria humana
y divina, cuyos ecos resuenan en-al mundo v i­
sible e invisible, a través del tiempo y del es­
pacio!
Y mientras en la Catedral se desarrollaba la
ceremonia solemne, varias Cooperadoras Salesianas, alistaban en el Colegio »Don Bosco >
el almuerzo para más de 600 pobresl
¡Oh la Iglesia Católica, Madre de todos los
verdaderos crej’entesl ¡Qué consolador y pro­
fundo es el dogma de tu Credo!
En los dias 26,27, 28 y 29 la fachada y
torres de la hermosa y vasta Iglesia Catedral
estuvieron regiamente iluminadas con cente­
nares y railes de lamp.arillas cuya luz se perdía
en el infinito azul del Cielo, recordando las
Fiestas de Roma y de Turín.
Del Diario Latino de San Salvador.

S o a ta Tecl®. — Los exaiumnos en lom o del odew» Sn oto. Entre eltos. el Gobernacíor General,
Subaecrefario de HacieMla y G eneral del ejército, p ro iA eod o con el R »do S r . Inspector, P . DalrL

247

J

E l cuerpo milagroso de San Juan B o sco
que se venera en Turín
A c ta de io s p e r ito s m é d ico s qu e en i9 2 9 lo
re c o n o c ie ro n , y p ro c e d im ie n lo c ie n tffíc o
e m p le ado p a ra su c o n s e rv a c ió n en la urn a
qu e ie s irv e d e R e /ic a rio .

Doctores, A cta cuyo original consetx-an les
Archivos de la Casa Madre.
Dice así:

* Después iii'l reconocimietilo cajiátiico de los
resios mortaUs del Venerable Don' Bosco, verifi^ Ivl 26 (le Mayo de 1929, ante la presencia del
cada el dia 16 del corriente M aw, se procedió a
I'.niino Sr. Cardenal Ganiba, Arzobispo de Tu­
un nuevo examen de los mismos, libradas de todas
rín: del Sr. Conde Timón di Revel. Todestá de
las ropas de que estaban cubiertos, por tos peritos
la misma ciudad: de todo el ConsejoSui)erior de
médicos jurados Dr. Pedro Luis Peynetti; Dr.
la Soeiinlad Sídesiuna, presidido jxir su Rec-- Juan l'ilippeUo, cirujano mayvf del Cottolengo;
tor Mayor l\>n 1-Vlijx. Rimddi; de Mons.
Dr. Eduardo Testera, jefe lie ¡a Sección de Higiene:
Carhís Salotti. Troínotor Gnd de la Fe cerca
Dr. Eugenio Bocea; Dr. -Jorge Canuto, catedrá­
de la Sj-da Vongresaemn de Ritos, y de
tico de medicina legal: en presencia de los Bvmos
otros jK'rsonnjes, re({uirióse a calificados
Sres Mons. Carlos Salolti, Promotor de la Fe
IK'ritos nu\lkx)s. |>aru. en vLsta de la inmi­ cerca de la Sgda Congregación de Ritos; de Don
nente Heatifieaeión de Don Basco, exhu­
Francisco Tomasclti, Postulador Oral de ¡a Causa
mar los veneradas restos mortales del gran Ade Beatificación; de Móns. José De Secondi, SubIxSstol de la juventud, y hacerlos exiunüiar
promoior de la Fe de la Curia Arsobispal; del
lK»r elhvs. recaband«i su infonne verídico, sobr^
\oiatiO Dr. Adolfo Baldioli, y del Rvmo Sr.
el estado de conservaciíin de los exi)resadas
Don Fiticl Giraurfí, del Consejo Superior de
restos mortales.
¡a Sociedad Salesiana.
Hoy, a miz de la supa-ma glorificación de
Del e.vaint }: de los v,— dos restos, hecho por
nuestro Santo, nos es grato reproducir el Acta
los abajo firmantes, resulta que han sido halla­
que, en aquella ocasi&i, suscribieron aquellos
dos en las siguientes condiciones:


24 8 —

EJ esqueleto aparece anatómicamente com­
pleto; los huesos, desecados y compactos, hállanse
en su posición normal, y las articulaciones
mantiénense todavía unidas, en su mayor parte,
por los cartílagos y por algunos tejidos blandos
que se han librado de la destrucción.
T.

ha encontrado particularmente en buen estado de
conseriiación, la lengua ».
Siguen las firmas: Dr. Pe^metti, Dr. Füippello,
Dr. Testera, Dr. Rocca, Dr. Canuto.
Turfn, 26 de Mayo de 19^9.

2.
Los tegumentos cutáneos de la cabeza, dese­ A los pocos días de haber sido redactado este
cados por proceso de tnomificación, recubren por
Documento, al continuar los referidos inéilicos
completo los huesos craneales y de la cara, que sus trabajos para la conser\-ación indefinida
mantiene todavía su línea, gracias a ¡a firme
del cuerpo del Santo en la unía, tuvieron la
unión de la mandíbula. Los cabellos están casi
suerte de descubrir y extraer, a través del
intactos.
gran orificio • occipital, los residuos .secos de
3. E l tórax presenta momificadas muchas de stts toda la masa enccfAlica.
En cuanto al proce<limicnto empleado ])ara
partes blandas, de modo que las costillas y la
columna vertebral forman una sola pieza, unida la couser\*ación de los sagrados restos, a fin de
y compacta. En el interior de la cavidad torácica asegurarla para lo sucesivo ile un modo perfecto,
optaron los médicos pt>r envolverlos en un
vense restos desecados de los órganos internos.
vendaje, impregnado, a la saturación, con un
4. De los tejidos blandos situados a continua­ preparado coloidal aromático.
ción de las regiones dorsal y lutnbar, hállanse
Este procedimiento ha sido aplicado espe­
todavía en buen estado los que rodean y mantienen
cialmente al tronco, pelvis y costillas, que
unidos los huesos de la pelvis, a la que están
hállanse depositados en la unía formando un
adheridos los dos fetnorales, cubiertos abundante­
todo único y aislado. Dos demás iniembro.s
mente de múscuJos motnificados.
colocáronse también aislados, pero afectando
5.
E l esqtteleto de pies y piemos hállase, asi su posición normal respecto del esqueleto,
mismo, en buen estado de conservación, en protegidos con rm barniz hecho a base de
relación con el resto del cuerpo, no obstante la una solución alcohólica de laca y bálsamo
desaparición de los tejidos blandos. Dígase otro benzoico.
Dentro de la artística urna, que no es sin em­
torito de las extremidades superiores.
Los médicos que suscriben, se creen pues au­ bargo la definitiva, en la que, revestido con los
ornamentos sacerdotales se halla expuesto a la
torizados para poder afirmar que el cuerpo del
Beato Don Bosco, hállase en general bien conser­ publica veneración el cuerpo de Don Bosco,
colocáronse además vasos con esencia de mirvado, y para satisfacción de sus devotos y de todos
bana, para aseguiar la conservación de las ropas,
los admiradores del gran Apóstol de la juventud,
pueden añadir que, entre los diversos órganos, se de las que se ha excluido cu absoluto la lana.

CRUZADA MISIONERA
3 Nuevas Becas
“ N U EST R A SE Ñ O R A MARÍA
S A N T IS IM A D E LA E S P E R A N Z A ”
fundada por Dña María Orendain Vda de &aoda, de Guadalajara (Méjico)

“A M P A R O
“ S A N

M AYCAS”

B E R N A R D I N O ’’

por Dña Amparo Mayeas. de Valencia (España) en sufragio de su esposo.

249

WÉIá

m

1

Crónica de las Gracias
conseguidas, p o r m e d ia c ió n d e
lia d o ra ,

de S a n J u a n

M a r ía A u x i­

B o s c o y d e n u e s lro s

S ie rv o s de D io s

IÍSP A S a (Córdoba) Adamuz. — Ilay en este
pueblo varios exalumnos salesíanos.
Uno <lc ellos, Don francisco Data, que honra con
su religiosidad al Colegio de Utrera donde estudió,
y a quien Dios ha bendecido concediéndole una
taiuilia ejemi^ar y una posición económica desaho­
gada, venia de Bujalance, en un auto de su pro­
piedad, con su esposa y cuatro hijitos.
Como ellos jamás emprenden ningún viaje sin
rezar en el coche el santo rosario, mientras aquella
tarde terminaban el ídtimo misterio, al llegar al
kilómetro 7 de la carretera que va de Pedro Abad
a Adamuz, partídsele a la máquina un cogincte
de la dirección, cuando se hallaban sobre un des­
nivel de unos 30 metros de altura.
El «chófer», en cuanto se dió cuenta del peligro,
viendo que el coche cejaba hacia el abismo, por
cuyo fondo corría el Guadalquivir, sin que le fuera
posible contenerlo, avisó a sus amos con grandes
voces.
Aterrorizados ellos, invocan instintivamente a
.María Auxiliadora, y en aquel mismo instante,
el auto se queda clavado en tierra, como para
<larles tiempo de bajar, y libre apenas del último
ocupante, se inclina hacia la sima y cae. destrozado,
a medio metro de Ia.s agna.s del rio.
Recogidos los que ct)U tan evidente milagro aca­
baban de ser salvados, en el coche de Don Diego
Maiuoz, también «le .-\damuz, e igualmente exalumno
salesiauo, regrcs4\rou a su casa sin el menqr rasg\iñ«>,
y llenos de agra«leeiuiiento hacia la tauuialurga
Virjten de Don Bost'o.
En acción «le gracias, cantiVse en el pueblo una
misa sidenmisima, a la que asistió enmeionado todo
el vecimlario, a pesar de ser día laborable, y ahora
desea la familia que, por mi cou«luct«>. le comunique
al Boletín Salesiauo este insigue favi>r. para que.
publieán«l«>se. ivntribnya a aumentar más y luAs
la devoción de tan buena Madre.

M. C
250

ESPAÑ A Córdoba. — Mi sobrina Margarita J urado Fernández, de cuatro años de edad, enfermó
con calenturas paratíficas, y desde el primer día
se presentó la gravedad. Fui a verla, supe con dolor
que el médico perdía toda esperanza de salvación, y
con todo el amor que siento por el Beato Don
Bosco, me quité una medallita que llevaba puesta
y con fervor y confianza se la puse a la niña, diciéndola; mira, Margarita, te pongo esta medallita,
para que el Beato J uan Bosco te devuelva la salud;
también coloqué • en un cuadro de la habitación
de la enfermita una estampa con una reliquia del
Beato. Cuando llegué a casa empecé una novena.
Ocho días llevaba, y no hacia mas que pre­
guntar, por la niña, y siempre la misma con­
testación; la niña sigue lo mismo. ¡Qué dias má?
angustiosos pasé! pero confiaba siempre. El día
14, terminé la novena y el 15 se presentó mi her­
mano a buscarme a mí y a los niños; no me quiso
decir la grata sorpresa hasta que fuese y lo viese,
|oh prodigio! la nina estaba sentada en im sillón,
completamente curada y completamente limpia
de fiebre, con asombro de todo el que la rodeaba;
sus padres la preguntaron: Margarita, ¿ quién te ha
puesto buena?, el Beato Juan Bosco.
Estas fueron las primeras palabras que pronun­
ció la niña, cuando se puso buena.
{Gracias, querido Padre, gracia.s!
G l o r ia

ju r ad o

Ma r t ix f z .

ESPAÑ A ZaraoQza. — Doy gracias a María Auxi­
liadora por dos señalados favores:
Una hermanita mía vióse acometida de fuertes
ataques, los que unidos a un estado extremo de
raquitismo, nos hicieron temer por su vida; estando
la pobre al borde del sepulcro, recurrí llena de
confianza a María Santísima Auxiliadora, prome­
tiéndole, si sanaba a mi hermanita, ingresarla en su
Archicofradia y publicar el favor obtenido.
Este no se hizo e.spcrar, cesando los ataques y
gozando la niña actualmente de perfecta salud.
Posteriormente, y encontrándose mi buena madre
enferma de suma gravedad, pue.s se le paralizaba
el corazón, hice la misma promesa de ingresarla
en la Archicofradia y publicar el favor en el Boletín
SaUsiano. Hoy puede decirse que se encuentra casi
totalmente restablecida.
Muy agradecida os quedo. Madre mia, a vuestras
muchas tondades.
M.^ria L uisa Sánchez O choa.
ARGEN TIN A Buenos Aires. — Salvada de una
peritonitis nuestra madre Victoria Pagliere de
Berra, sintiiSse atacada súbitamente de dolores
viscerales \'iolentisimos. Con la consiguiente alarma,
corrimos al teléfono y llamamos' a dos hermanos
suyos, médicos, pero ninguno se hallaba en casa,
acuiUcndo en cambio, de un modo providencial,
otro hermano que es saexirdote salcsiano, quien dió
a mamá la bendición de María Auxiliadora, exhortámlonos a invocar al Beato Don Bosco y a tener
confianza.
Cuando vinieron los médicos, encontraron a la
enferma gravísima, y por indicación suya, la trasla­
damos a un sanatorio para ser operada, sin pérdida
de tiempo, operación que .sirvió únicamente para
hacer patente una peritonitis infecciosa, ocasionada
por rotura de un tumor intemo, y para acentuar
más y más el pesimismo de los Doctores, quienes.

m

en vista de lo alarmante del caso y de la avanzada
edad de la enferma que pasa de los 70 años, y cuyo
corazón estaba además muy delibitado, hicieron
im diagnóstico en extremo desconsolador.
Ante al terrible fallo del la ciencia, volvimos los
ojos al cielo y empezamos todos en seguida una
novena al Beato Don Bosco, eficazmente secundada
por oraciones especiales, que en el nuevo Colegio
Salesiano de Ramos Jlejía se estaban haciendo por
la salud de la enferma.
Nuestra madre, que con ánimo entero y resignado,
había recibido ya todos lo sacramentos y hecho a
Dios ofrecimiento de su vida, comprobó, bien
pronto, el poder del nuevo Santo, pues ya en la
primera cura .notaron los médicos un cambio insó­
lito en el proceso de la terrible dolencia, de tal
naturaleza, que quitaba a sus previsiones todo lo
que tenían de desesperante.
Desde entonces, en efecto, fuése retirando la
fiebre gradualmente, hasta desaparecer del todo, y
al mes, asistía nuestra madre a una misa celebrada
en casa, en compañía de toda la familia, festejando
jubilosamente las bodas de oro de su matrimonio.
Cumplidas ya las promesas hechas a nuestro que­
rido Don Bosco, en los momentos críticos y angustio­
sos de la gravedad de la enferma, confiamos ahora
a las páginas del Boletín Salesiano la cálida expre­
sión de nuestro agradecimiento, para que otros
enfermos y necesitados hallen estímulo y consuelo
en su lectura.
La familia agradecida.
AR GEN TIN A Buenos Aires. — La Sra Ester
Belloni de Oribe hallábase, desde hace tiempo, bajo
los efectos de una afección intestinal, tau grave, que
se había vuelto intolerante a toda clase de alimentos.
Seis veces había sido ya operada y, llamado a
examinar a la enferma el Dr. Pagliere, creyó éste
indispensable ima nueva operación.
Antes de que se reahzara, fué mandado llamar
jxjr la paciente el Director del Colegio Salesiano de
Ramos Mejía, quien le llevó una reliquia de Don
Bosco y la animó a empezar una novena, con pro­
mesa de comulgar, en compañia de su esposo el
Dr. Oribe, y de hacer una vida siempre más y más
ejemplar.
Al ver el Dr. Oribe a su Señora en la mesa da
operaciones y comprobar el estrago horrible que
había echo le enfermedad, nublóscle el cerebro, y
se retiró llorando con las manos en la cabeza.
El médido operante no pudo cerrar la herida,
teniendo que dejar dos orificios abiertos para la
evacuación de las materias fecales. Visitada de
nuevo la enferma por el mismo sacerdote, prodigó —
la sus consuelos y le dijo que Dios empieza donde
acaba la ciencia, que tunera fe y siguiera con­
fiando en la intercesión de Don Bosco, y como ella
le alargara la mano para devolverle la reliquia
prestada "no — añadió el salesiano — es necesario
que esta reliquia quede aquí, hasta que Don Bosco
nos haga la cura completa
El Beato aceptó el reto, y pasados algimos meses,
uno de los orificios abiertos se cerraba espontáne­
amente, mientras el otro se dejaba cerrar por el
médico sin la menor dificultád.
La Señora come hoy de todo y no ha vuelto a
sentir ninguna molestia, por lo cual .agradecidísima,
publica este favor, y promete contribuir, en la me­
dida de sus fuerzas, a la erección del nuevo altar
de San Jan Bosco, en Turin.

ARGEN TIN A Buenos Aires. — Habiéndose etlfermado gravemente mi esposo, tuvo que aer trasla­
dado a un sanatorio, donde, después de una con­
sulta médica, se me hizo sabeí que no pasaría la
noche, pero como me habían dado mía reliquia de
S. Juan Bosco, se la coloqué y esperé confiando en
él, y a la mañana siguiente, con gran sorjiresa de
los médicos, había pasado el peligro, gozando ahora
de perfecta salud. Igualmente me pasó a mí que,
después de una consulta, en la que se dijo que de
no operarme en seguida, dentro de un par de horas
tendría que morir, me encomendé a San Juan
Hosco, colocándome la reliquia que poseo; y bien,
llegué al Sanatorio y no hubo necesidad de opera­
ción. Estoy perfectamente bien y ahora agradecida
a mi Santo protector publico estas lineas.
J. D. nK C.
COLOMBIA (Santander) San Andrés, enero de
1934. — En el mes de julio de 1933, una niña le hizo
tragar un hierro a nuestro hijito de tres mese.s de
edad, Alirio Cáceres, quedando éste cu peligro de
muerte. En tan terrible angustia, llenos de fe, su­
plicamos a María Auxiliadora y al Boato Juan
Bosco que librara a nuestro hijito de la muerte
ofreciendo publicar el milagro en el UoleHn Salesiano.
Fué oída nuestra súplica, pues después de veinte días
de sufrir fuertes dolores, nuestro hijo pudo arrojar
el hierro, quedando perfectamente bien de salud.
Llenos de gratitud a nuestros celestiales protec­
tores, por este y muchos otros favores, gustosos
cumplimos lo prometido.
C arlos J ulio Caceres ,
C lara R osa F. de C aceres .
ECUADOR (Manabi) Playa Prieta. Ana María
de Romero da gracias a María Auxiliadora por
haber salvado a su hija Mélida Clenicutiua, que se
encontraba atacada del terrible flagelo de la bu­
bónica; en tan angustio.sa ciroun.stancia imploré el
auxilio de nuestra Madre Sanlisimu, liaciéiulole
varias promesas,y entre olla.s publicarla gracia. Jvn
otra ocasión fué curada otra de mis hijas de iinu
grave aiceeíón al estómago, hasta el extremo de
que le era imjKisible contener lo.s alimentos. Invovoqué a María .Vnxiliadóra y al H. Juan Bosco y
obtuve la gracia.
ECUADOR (Manabi) Chanio/cic. -- R<isario Vera
de .Alava vien<Ii> .1 un miembro muy cercano de su
familia casi al borde del .sepulcro, ocasionado por
un desquicie de sus facultades mentales; invocó al
Beato Bosco, ofreciendo hacer suscribir a la enferma
al Boleiin Salesiano, y hacer celebrar una misa en
honor del Beato, confesando y comulgando cu ese
dia; al siguiente estaba mejor y sigue bien. ;Mil
gracias, querido Don Bosco!
ECUADOR (Manabi) Toragua. Octubre
de
1933. — H acii algún tiempo que uo podía terminar
satisfactoriamente un asunto intriucadísimo: enconmendé a la Santísima Virgen Auxiliadora de los'
cristianos su solución pacífica, y la he obtenido.
En otra ocasión tma amorosa madre de familia cayó
gravísima, con una maligna enfermedad, y ha­
biéndola yo encomendado a la Santísima Virgen,
se encuentra hoy mejoradísima.
Para obtener estos favores, ofrecí hacer varias
obras de caridad y hoy cumplo lo prometido,
expresando además públicamente mi gratitud.
Zabulón J. A lcivar .

251

k

ESTADOS UNIDOS (California) Los Angeles.
Hutro 28-1934. — Hallándose un hermano mío
gravemente enfermo de pulmonía, con ima fiebre
altísima, que le hizo perder el sentido, y negándose
obstina<lumeiitc a éoníesarse y pedir por su salva­
ción, acudí con toda mi alma al Beato Don Bosco,
poniéndole su reliquia en el pecho en un
momento de letargo. El amado Santo escuchó
mi petición, pues desde esa feliz hora, las
di.sposiciones del enfermo cambiaron por completo,
mostrándose arrepentido. Hoy se encuentra conva­
leciente. Agradecidi.sima hago público el favor.
R ita C. V ai .kncia .
ESTADOS UNIDOS (Florida) Tnmpa, enero de
• 934 - — Después de liaber padecido una enferme­
dad penosa c incurable, los médicos pronosticaban
cercano mi fin.
En mi enorme aflicción, acudí al cielo, ponién­
dome cu manos del Beato Don Bosco, para que
intercediera unte María Auxiliadora por mi salud.
Hoy, con inmensa alegría mía y de mi casa,
puedo manifestar que me encuentro fuera de peligro
y casi completamente restablecida.
Como este favor lo atribuyo exclusivamente a la
intercesión poderosa del nuevo Santo Don Bosco,
u El se lo agradezco destic el fondo de mi alma.
Matilde Nales .
FIIHl’ INAS Manila, 19 diciembre 1933. —
Dña J. F. de V. sintiendo un dolor fuerte invocó
al Beato Don Bosco prometiendo que si la curaba
escribiria la gracia para su publicación, y así lo
hace cu estos renglones, muy agradecida.
MÉJ ICO D. P. Febrero 8 de 934. —Quiero hacer pú­
blico mi reconocimicuto y gratitud al BeatoJ. Bosco,
por haberle concedido la salud a una hija mía, la cual
estuvo de.sahuciada por cinco Doctores, habiéndome
manifestado uno de ellos que él no podía hacer
milagros: pero Nuestro querido Padre Don Bosco
si pudo interceder con la Virgen Santísima que
es el •á.uxiUo de quienes en ella confian, y me
fué concedida la gracia que con toda fe y
confianza le pedí, volviéndole lo salud, de mui ma­
nera inesperada y rápida, .y sin la intervención de
medicina alguna, por no estar a nuestro alcance
los tratamientos prescritos, y ser tlemasiutlo peli­
grosos. Otras muchas gracias me han sitio ci^uce
(lida.s por iuicrcesión de mi buen Pudre el Bcalt*
Don Bosco, y sólo de.sei> tjue Ntro Sr me conceda
verlo canonizado y poticr decir: San Juan Bo.sct*,
ruega por nosotros.
.Ma r ía

d kl

R io V d a de mci. Rit».

MÉJICO
Dioiombrv ilo lo.tt. — Hl día
:8 lie ugtisto ilcl año 1933
espti.sa dió a luz
uu niñt>, a quien de antemano leui.uui's eucomentiatU) ul Beato Boseo; el día
tic septiembre fué
ÍKUitizado recibicmlti ix>r lumibre Juan Bixsct» tiel
Sgib» Corazón de Jesús, pero contra ti'das las leye.s
<ie la naturaleza, rehusaba tomar el pecho de la
matlre, jmr m.\s que IKirabn de hambre, y tA>mo yo
soy un pobre artes.mt» que con muchas sacrificios
.sostengo a mi numerosa familia, mis apuros fueron
grandes, pues no hallaba un alimento barato y a
propósito para mi hijito, y sobre Itnlo crecía mi
int'rtificación al ver a mi esposa casi eu la desesjK*
r.ii'ióii. pasátuU'se l.is horas cncerratla en un cuarto
sin que atlmitiera ningún cvuisuelo, asi que mi

^5 ^

hijo se moría de hambre y mi mujer de tristeza, y
yo sin poderlo remediar. Una noche, meditando yo
sobre las causas de este hecho insólito, que no
podían ser sino mis muchos pecados, acudí con fe
a María Auxiliadora y a Don Bosco, pidiéndoles
remediaran este mal de algún modo y he aquí que
el día 27 del propio mes de septiembre, recibí un
recado de un Señor que es aquí de los más fervorosos
católicos, para que fuese a su casa, en la cual iban
a recibir una Reliquia del Beato Don Bosco, de
su propia carne. Reliquia traída de Guadalajara
por mera casualidad, si es que existe, porque yo
no creo más que en la Providencia. Eu ello vi en
seguida un rasgo de la bondad de Don Bosco.
Conseguí que me dejaran la Reliquia, se la apliqué
al pequeño, que ya no era más que piel y huesos, y
providencialmente encontré para él un sencillo ali­
mento que me lo salvó. Gracias, Bienhechor mío
Salvador V ega ,
Cooperador Salesiano.
NICARAGUA Managua, abril 5 de 1934. —
Quiero hacer público mi agradecimiento a nuestro
Amado San J uan Bosco por haberme concedido un
milagro.
E.stando mi padre con un dedo gangrenado a
causa de la peligrosa enfermedad llamada diabetes,
le fué indicada una operación en la que perdería el
referido dedo. Empezamos una novena a nuestro
Santo (que todavía era Beato, pues fué en el mes
de marzo), y el día que estaba preparada la opera­
ción, le fué encontrado mejor el dedo, por lo cual
desistieron de ella; el dedo se salvó y el
enfermo está que parece otro.
R osa María C alero .
U RU G U AY Montevideo. — Da familia Bacigalupe hace público su agradecimiento a María Auxi­
liadora y al Beato Don Bosco por el feliz éxito de
la operación de una hija, cuya enfermedad inspiraba
serios temores.
V líN E /.l'líU A San Cristóbal. Ihiero de 1934. —
En febrero del año pasado fui objeto de la especial
protección de Don Bosco. Seria enfermedad me
puso pronto eu peligro de muerte; 110 podía recibir
uiugúu alimento, me faltaban las fuerzas y era tanta
la postración de todo mi ser que no podía ni hablar,
ni dormir. Afortunadamente llegó a oídos de mis
buenas j' antiguos profesoras, las Hijas de c María
Auxiliadora ' de e.sta ciudad, el estado de salud
cu ijuc me hallaba y presurosas, como spn siempre
cu acudir adonde hay lágrimas que enjugar, do­
lores que aliviar, vinieron a verme y a colocar cerca
a mi cabecera, una reliquia del Beato Don Bosco.
ruidos a mi familia, empezaron una novena a este
gran Protector de la juventud.
l'ué instuulánca casi la mejoría; empecé a dar
señales de vida, y cesó el estado de inconsciencia
en que me hallaba; gocé de nuevo del descanso que
proporcionan noches tranquilas. Después de pocos
dias, los málii'sxs declararon que no había ya niugiiu
I>eligro, y desde entonces gozo de perfecta salud.
Agradecida doy gracias a este amigo celestial y
no acabaré de proclamar su eficaz, auxilio.
JKSL'SA R o m e r o ,

F.x-alum-ut de las H. de M. .-í.
V EN K Zl’ EIy.á (TAchira) San Cristóbal, enero
24 de 1034. — En los carnavales fui presa de un
fuerte y alarmante ataque de apendicitis aguda.

Los médicos llamados a consulta fueron del parecer
que debían operarme inmediatamente.
Después de reconciliarme con Dios y de recibirlo
como Viático, me dispiise a la operación, confiando
por completo en la intercesión de Don Bosco.
Muchas fueron las complicaciones después del acto
operatorio, y fué largo y lento mi restablecimiento,
pero al fin triunfó Don Bosco, á quien debo cierta­
mente la curación y el estado de salud en que me
hallo al presente, debido sin duda alguna a las
múltiples oraciones que la familia entera y mis
buenas maestras las Hijas de « María Auxiliadora »
elevaron por intercesión del Beato Padre.
{Bendito sea este amable y poderoso Santo!
R o s it .a G ó m e z ,

Ex-aitítmta de las H. de M. A.
D a n ta m b ié n g ra c ia s a M a r ía A u x ilia d o ra y
a S a n J u a n B o s c o , p o r fa v o re s re c ib id o s :

Hsp -í S a (Almería) Vera. Rita Delgado — Agus­
tina Ballesteros — Angeles Párraga.
E spaña (Avila) Foníiveros. Juana Lagar —
Aurea López — Antima Paradinas.
E sp -^ña (Barcelona) Matará. Una devota.
E spaña (Cuenca) Alcohujate. María Valdeolivar
López — Julia Gómez Gamboa.
E spaña (Jaén) Linares. Rufina Guillamón.
E spaña Madrid. J. C. M. V. de M.
A rgentina Buenos A tres. Teresita Ratto de Rolla

— E. L.
A rgentina Córdoba. M. Personesi — N. N.
A rgentina (Córdoba) Deán Funes. Eustacia de
Plores — Ignacia de Parias — Irene de Picco —
Rosenda de Pereyra — Sofía Mozano — Segunda
Pereyra — María de Pereyra.
Colombia (Nariño) Pasto. Joaquín Escandón
— Pedro Jurado G. — César Onofre — Laura O.
de Villota Ch. — Lurita Santacruz Jurado — Jorge
Efraín Moncayo Pbro — Alfonso C. Santa Cruz —
S. M. — Juan Bta. Delgado.

C o l o m b ia (Santander) Vereda de Chocoa. Eva­

risto Arenas.
C o l o m b ia (Santander)
Grande. Sih ino García.

Vereda

de

Quebrada

CoLOMBLi (Santander) Vereda de Palogordo. Ezoquiela Parra de Mantilla — Heniiiuia Parra de
González — Alberto González S. — Cristóbal Man­
tilla M. — Laura Mantilla.
COLO.MBIA (Valle) l'ichiude. Pedro Rcalpé — José
M. Sandoval — Manuel A. Vivas — José de la
C. Sandoval — J ulia Rosa Hernández — Estefanía ( 1.
de Aragón — Ascensión Choqué — Esteíaniu Gon­
zález — Ulpiana de Méndez — Hcrmila Zúñigu.
E cuador (Mauabí) .Abdón Calderón. Pastora M.
de Aray.
E cuador (Manabí) Pueblo Nuevo. Angela Vélez
de Vega.
E cuador (Manabí) Riochico-Chamolele. Teresa
Vera — Teresa Jesús Bermeo — .Ana María Casanova — Rita O. de Mendoza — Manuel R. Pincay —
Mariana Intriago de Bermeo.
E cuador (Manabí) Tackel. Diosclina Zambrauo.
E stados Unidos (California) Los Angeles. Fe­
derico Sepúlveda — Carlota González — Jo^fita
Baken — Rosa V. de Díaz — Josefina Anañaga
— .Angel Váaquez Estella G. Lanuy — Manuela
Amescua — Concepción O. Vda de Amescua —
Herlinda Loaíza.
H onduras Tegucigalpa. Augusto C. Coello.
Méjico Capital. Teresa Valezzi — María Esther
Calderón — Un devoto — Marina Rivera — Una
devota — M. L. P. H.
Méjico Aguascalien1e<^. Florencia Briceño de
Vázquez — María Concepción E.strada
.Agustina
González.
MEJICO (Jalisco) llucjiiear. Herminia de Santiago
Vda de Santiago
S<jledad del Real.
MEJICO Querétau). María T. Vda de Herrera —
Varios devotos.
MEJICO Chipiio. l ’na Hija de María Auxiliadora.
MEJICO Tucuhay.i. Vicente Ortíz y (Jrlíz.

Colombia (Santander) Ducaramanga. Teresa Ro­
dríguez de Moreno — -A.na María Novoa — Valeria
C de Orduz — Ana Rosa Ferreira de Serrano.

Mp:jico (Michoacán) ZirilHcuaro. Clemeiitiiia Ra­
mos.

Colombia (Santander) Contratación. Ana Dolores
Solano — Pascual Mejía.

MEJICO (Sinaloa) Guasave. María López — Gila B,
de López.

C o l o m b ia (Santander) Chindcoia. Julio Medina
— Alonso Reyes — Simón Salamanca — Nepomuceno Rodríguez — EduNÚges Támara — Luis Ra­
mírez — Eugenio Rozo M.

N icaragua Corinto. Santos Silva S.
P ero L íum. J. M. S.
Uruguay Munk-vUeo. Carlos y Antonio Maío —
María Rosa BaIdo\ino— HugoMezzotloni - María
Ester Sampedro — Dora B. M. — Un padre de
familia.

C o l o m b ia (Santander) Girón. Trinidad Duarte
— Mercedes Uribe Quiroga — José Domingo
Franco V. — Julia González Vda de Reyes —
Patrocinia Gómez de C«»Hq — Francisco González R.
— J esús Valdivieso Hormiga — Un devoto de María
.Auxiliadora — Aminta Mantilla de Mantilla.

V enezuela (Yaracuz) Yaritagua. Pablo Y . Car­
vallo — Silvestre Orozco con su esposa María Pi­
neda.

C olombia (Santander) Tona. Maurida P. de
Landázabal.

V enezl'ELA Barquiswieto. Blanca de Martínez
Ojeda.

------- 2 5 3 ----------

Por intercesión
del Venerable Domingo Savio
y de nuestros Siervos de Dios.
CUBA Guanabacoa. Noviembre de 1933. — Ha­
biéndome sido comunicada lu noticia de que mi her­
mano Orlando, niño de 9 años, padecía con mucha
frecuencia ataques de ahn|ros, cosa que en gran
manera le fatigaba, hice que llevara siempre al­
guna imagen de Domingo Savio y rogué al Siervo
de Dios me consiguiera del Señor la gracia de
que se aliviara mi hermano, pnmietiéndole que
mandaría al Boletín su gracia si me la concedía.
Y obtenida esta, cumplo mi promesa.
Muy agradecido al santo niño.
H umberto H ernández SS.

del mundo, que en la desgracia y en ía persecución.
Duramente probada en todos sentidos, jamás salió
de sus labios una palabra de queja, siendo un reñejo exacto de la imagen de Job. Su carácter dulce
y apacible sólo se transformaba y enardecía cuando
se trataba de la gloria de Dios, de impedir el
pecado, o defender los derechos de la Iglesia.
• De su amor por los pobres y los htamildes, y de
su entusiasuio por la Obra Salesiana que de ellos
cuida con preferencia, todo cuanto se diga es poco.
Fué de las ])rimeras Cooperadoras de España. El
inolvidable Don Rúa consideraba a ella y su familia
como Salcsianos y el actual Rector Mayor siempre
que le escribía la llamaba Madre.
Su ilustración exquisita le permitió cultivar va­
rios géneros de literatura, especialmente el narra­
tivo, en obras didáctico-educativo-morales, cuya
propiedad cedió a las Lecturas Católicas de Sarríá.

D a n ta m b ié n g ra c ia s a ¡ Ven. D . S a v io :

bn Directora del Colegio «María Auxiliadora»
de Chipilo (Méjico).
Carlos Bnutell, de Bernai (Buenos .\ires).
F. F. S., de Montevideo.
lívaristo Pruda, de Girón (Colombia).
lí. (». Huerta, de Malehuaia (Méjico).
Ro.sa Ibiuyóii, de Ki Ferro/ (ISspaña).
.-Vntuiiin Buró — María Vidal —• Mirria Bésora
— Dolores Morist — María Navarro — Juanita
Ramonet — Mercedes Ramoiiet — Jlaría Angela
Cugat — N. R. de Soisona (España).

N E C R O L O G IA S
S A L E S IA N O S

D IF U N T O S :

Fernando Ratnelli, sacerdote — de Corbetta (Milán)
t en Uérgamo el 30 de Noviembre.
Emilio Lambrughi, sacerdote — de Linonc (Milán)
t en San Pablo del Brasil, el 3 de Octubre.
Carlos ^Mlekus, sacerdote
de Vionjevik (Gorizia)
t en Sbillong (India), el 2 de Noviembre.
Santiago Alaccio, sacerdotr — de Voltaggio (.-Vlejandría) f en Génova, el 19 de Noviembre.
.indr/s Oppl, sacerdote — de Triebendorf (Baviera) t el 8 de Noviembre.
Josi .-IcrríMi, clérigo — de Ruma f e o Turin el
19 de Noviembre.
C O O t^ E R A D O R E S

D IF U N T O S :

Doña Guadolupe Ortiz-Monasterio.
Falleció en Sevilla, el 8 de Febrero de 1034, a los
87 uiW de edad, después de recibir los Stos Sacramentos y la Bcudición de Su Santidad.
Alma hermo.sa la de Düa Guadalupe, verdadera­
mente privilegiada de Dios. No vivió sino para
amarle y servirle, lo mismo en U abundancia de
bienes que en la escasez, lo mismo entre los aplausos

254

Era hermana del gran patricio y católico meji­
cano D. Angel, Contralmirante de la Armada y
sobrina del Arzobispo de México el Illmo D. Juan
M. Irizarri.
El acUmlmente San Jimn Bosco le escribió una
carta, desde París en 1886. llena del más delicado
afecto paterno, que ella conservó hasta la muerte
como una preciosa reliquia.
Dña Guadalupe, llena de virtudes y merecimien­
tos. ha pasado del tiempo a la eternidad, con la
suave tranquilidad de los ju.stos, rodeada de ben­
diciones y del afecto solicito de sus famniares.
Los Salcsianos no olvidaremo.s nunca a tan buena
Cooperadora, cuya alma encomendamos iiiny enea
recidamente a las oraciones de nuestros amigos.

Exmo. S r. D. Juan Pérez de Guzmán,
Duque de T ’Serclaes.
El 12 de febrero de 1934 se dormía plácidamente
en el Señor, a una avanzada edad. Desaparece con
él una de las figuras más destacadas de la nobleza
española. Literato insigne, modelo de caballeros
cristianos y fenicnte cooperador Salesiano.
En 1922 ,\*isitando los nece.sitados barrios popu­
lares de Bellas Vistas, de •Madrid, observó la con­
veniencia de una iglesia para facilitar a sus mora
dores el cumplimiento de las prácticas religiosas,
y ofreció generosamente no sólo los terrenos para
su construcción, sino además otros para levantar
escuelas. La iglesia salesiana es hoy una magnifica
realidad.

Formó im hogar modelo y legó a sus hijos, más
aún que títulos nobiliarios y bienes de fortuna,
grandes caudales de piedad y de virtudes.
Confortado con los Santos Sacramentos, que re­
cibió con fe y resignación a la volimtad divina,

Socorro y los Jueves Eucaristicos, que tenían por
Presidenta a Doña Emma, no cesaron un momento
de rogar por ella, mas aquella alma era demasiado
grande para que la tierra pudiera detenerla, y el
26 de didembre, a las 9,30 de la noche volaba
al cielo a gozar para siempre de la vista de Dios.
El cortejo fúnebre que acompañó sí» cadáver a
la lUtima morada, fué como el gesto dolorosamente
expresivo que suelen imprimir las grandes calami­
dades sociales.
Doña Emma habia enjugado muchas lágriiua.s,
vestido a muchos huérfanos, amparado a úicojitablcs desvalidos; quien a ella se acercaba ' en
busca de consejo o de recursos, encontraba uno y
otros sin reticencias y sin disimulo.
Aunque ello nos da la seguridad de que en esto.s
in.stantes está gozando ya de la beatitud eterna,
pcdiiuos, no obstante, en sufragio de su alma y para
que Dios conceda la resignación cristiana, tan dificíl
de conseguir en estos momentos angustiosos, a todos
sus deudos y amigos.

Don Pastor Alvarado.
entregó su alma al Criador con las palabras: « Jesús,
José y María, os doy el corazón y el alma mía *.
A todos los miembros de su ilíistre familia nuestra
sincera condolencia.

Doña Emma Castellanos de Sol.
Voló al cielo a recibir’ el premio de sus grande.s
%'irtudes la insigne Presidenta de las Cooperadoras
Salesianas de Santa Tecla (El Salvador).
El corazón le animciaba a Doña Emma que .su
fin se acercaba. El día antes de caer enferma habia
terminado los Ejercicios Espirítuale.s, en los cuales
hizo su confesión general. Últimos Ejercicios y úl­
tima confesión general de su vida.

f
Durante su corta enfermedad de 18 días fué Doña
Emma modelo de piedad y resignación. Las opera­
ciones, cauterizadónes y tratamientos dolorosos
no le arrancaron palabra de queja, ni lamentos de
dolor.
Plegarias y oradones se elevabam en todas partes
por la enradón de la enferma. Las Coqperadoras
Salesianas, las del Apostolado de la Oradón, las
Damas del Carmen, la Asodadón del Perpetuo

Falleció cristianamente en Tuluá (Colombia) la
noche del 4 de nodembre a los 72 años do edad.
Fué D. Pastor el tipo acabado de ciudadano la­
borioso, de cristiano a la antigua y de cooperador
salesiano.
Venido al mimdo en condiciones humildes, desde
muy joven se dedicó al trabajo de los campos; pero
con tal intensidad y tino, que cuando contrajo
matrimonio, a* los treinta y dos años, era ya posee­
dor de una fortuna no despreciable.
Y esa fortima, casi destruida a fines del siglo pa­
sado por la guerra civil, y rehecha luego con rara
energía, le sirvió, no para fausto mundano o viajes
de placer, sino para ayudar a no pocas obras de
beneficencia y del culto. I^s conventos de la Orden
Kedentonsta, la imprenta diocesana, las habita­
ciones anejas a la iglesia parroquial de su ciudad,
lo mismo que la Conferencia de San Vicente de
Paúl y el Hospital recientemente inaugurado, experimentarou las larguezas de su mano; pero ¿quién
dará cuenta exacta de todo el bien hecho por él
a los particularc.s, cu forma de limosnas, préstamos
o condonaciones 7
En las postrimerías de su vida aún dedicó sus
haberes y energías a una obra que inmortalizará su
nombre: la fundación saUsiana <U Tulud.
Desde que conodó, en 1917,1a institución salesiana, sintióse tocado del más puro scntitnieiito de
paternidad hada los Hijos de Don Bosco, y dotar
a Tuluá de un establedmicnto salesiano fué en
adelante su solo ideal; para ello ofreció parte de
sus haberes, y no paró hasta ver su deseo convertido
en realidad, en octubre de 1931.
Cuando, el 8 de mayo liltimo, se inauguró un
tramo de edifido, casi en su totalidad costeado por
él, donde fimdonan la capilla pública de María
Auxiliadora y San Antonio, el Oratorio Festivo, y
el colegio frecuentado hoy |>or un^ centenar de
externos, su feliddad no tenía limíte.^.
Bien se ve que era esa la última alegría que el
Señor le tenía reservada. Los achaques naturales
de su avanzada edad le redujeron bien pronto al
lecho, donde una enfermedad larga y dolorosa acabó
de parificar aquella alma cristiana.

255

Mas ni aun «ntonces dejó de ser el padre de los
que habia adoptado; pensaba continuamente en su
obra; se iuformaba solicito de la marcha del colegio;
preguntaba p<jr cada uno de los Salesianos. En su
estancia tenían éstos entrada tau franca como los
médicos, y en medio de sus padecimientos le pro>

En medio de la fiebre que lo devoraba, sentfa
hambre de Jesús Sacramentado y lo pedía con insistenda «Espera, hijo mío, decíale su madre, ya
comulgarás el Primer Viernes ♦ . ¿ Quién sabe, mamaíta, donde estaré yo el Primer Viernes?'«y en
los ocho días de enfermedad, comulgó dos veces,

te -

ducia consuelo ver a su lado casi de continuo a
alguuo de los Hijos de Don Bosco. Cuando hubo
perdido el- habla, aún cx]>rcsaba esa complacencia
con la mirada, y se despidió de este mundo en día de
sábado, como lo había pedido a la Virgen, y mientros al oido le eran sugeridos los nombres dulcísimos
de María Auxiliadora'y del Beato Don Bosco.
Por eso los Salesianos de esta Inspectoría y en
especial los de Tuluá sienten su desaparición, no
como la de un amigo o cooperador, sino como la
pérdida de un padre.
Consolándoles sólo de esta pérdida la dulce segu­
ridad del premio que a estas horas estará gozando
en el ciclo, y el ver que virtudes tan grandes y tan
excelsas como las del ilustre fiuado, siguen x>«n^tuándose, fielmente reflejadas en la noble dama,
hoy sumida en el dolor, que compartió con él,
durante 41 años, los afanes y alegrías de la vida y
el amor hacia las obras dcl apostolado snlesiano.
Que la misericordia del Señor la consuele a ella
y le asegure a él la gloría merecida por su vida
ejemplar de" varón justo y caritativo.

Fernandito CarboncU Cadenas de Llano.
Un ángel de la tierra que, desde Córdoba (Ivspañn),
donde deja a sus padres muertos de dolor, ha ido a
rcimirsc con los ángeles del délo.
Dulce de carácter y amable con todo el mundo,
hablase cautivado el afecto de cuantos lo trataban,
haciéndose admirar, además, por la seriedad, inu­
sitada en niños de sus años, con que entendía y
dey;mpeñaba sus deberes de bucu liijo y de escolar,
y i>or el afecto especial que ponía ea sus dcv'ociones,
aprendidos de sus cristianos padres y de sus macstixus.
Todos estáis cualidades bcUisimsis pusiéronse de
mimificsto, de un mwlo soqircndente y conmovedor,
cu la brcA-e y terrible enfermedad que lo llevó a la
tumba.

256

no habiéndolo hecho con más frecuencia a causa
de los vómitos que le acometían.
Cuando un temblor espasmódico sacudía su
cuerpedto, acribillándolo de dolores, bastaba que
se le sujiriese una jaculatoria para verle en seguida
elevar los ojos al délo, y serenarse.
Da que decía con más afecto, la última que pronundó toda entera fué; ¡María, Auxilium Ckrisiianorum, ora pro nobisf y con esta jaculatoria en los
labios, después de pedir perdón a todos, tendió
Fernandito los brazos y se fué para siempre cbn
los ángeles que le llamaban. {Descanse en paz su
alma dichosal
fía n muerto también en Ja p a z

d el Señor:

E spaña (Murcia) Cüsa, — Rita Marín.
Colombia (Santander) Contratación. — Eurípides
Novoa — Tránsito Arismendis.
C olombia (Santander) Girón. — Camila Herrera
— J uUo Lizarano — Macaría Neira Vda de Rueda
— Matilde Ordóñez A. — Mercedes Valdivieso de
Rivera — Luis Felipe Piua — Quintina Delgado
de Ballesteros.
C olombia (Santander) Lebriia. Sofía Serrano de
Reyes — María Galvis de Mantilla.
Colombia (A'alle) Pescador. Isídra .■ Vstudillo .Vda
de Paz — Candelaria Otero \'da de Prieto.
Colombia (Valle) Pichinde. — Justo Pastor Marroquin — Rufina Marroquín.
Colombia (Valle) Vurn.*'©. — María Cruz S'iera —
Encamación Salinas.
E cuador (Manabí) Rtochico. Pastora Macías de
Aray — Celmira
de Pinoargote — Celmira
Mendoza.
E cuador (Manabí) Roca¡uerte. — Mercedes G. de
Solórzano — Mercedes M. de .-Ucivar.
E stados U kidos (.Atizona) Tueson. — Carmen de
Romero — Francisca Cazares.
E stados Unidos (California) Los Angeles. — Ma­
tilde de Padilla.

C o a ^ r e í a o ó e ^ tm
ec fcitáaf/ca. — Dh-oc<ar^<ipBt »hl t t D . G U I D O F AV IN I.
E«liH éd wfa«>o Tip.
W Sodc4ad E4>lor« lokraedeeel - Tarta, Ox-ao R eg tm M arjtetrlta, /?# .

]

TESORO ESPIRITUAL
R elación d e las Indulgencias Plenarías

FEBR ER O
2 - Purificación de la Sma Virgen
22 Cátedra de San Pedro en Anlioquia.

que los C oop erad ores Salesianos p u e­
den ganar, en e l íranscurso d e l año.

1 - Una ves cada día, sólo con elevar a Dios, en medio
de sus ocupaciones habituales, una piadosa invo­
cación, por corta que sea. (Esta Indtdgenda, Ua*
mada del trabajo, pueden tambiép. ganarla los
Salesianos e Hijas de María Auxiliadora 7 sus
alumnos y exalumnos, y si durante el día se sigue
repitiendo la misma piadosa invocación u otra
cualquiera, se ganan cada vez 400 días).
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
3 - E l día en que se hace el piadoso Ejercicio Mensual
de la Buena Muerte.
4 - £/ dia en que se asiste a la Conferencia Mensual
Salesiana.
^ - E l dia en que uno inscribe su nombre en la Pía
Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l dia en que por primera ves se consagra uno al
Sgdo Corazón de Jesús.
7 - Cada ves que practique los Santos Ejercicios Es­
pirituales, de ocho dios.
i - A la hora de la miurte, con tal que, confesado y
comulgado o por lo menos arrepentido de sus peca­
dos, invoque, con los labios o con el corazón, el
nombre sacralisimo de Jesús.

EN CADA UNA
DE LAS SIGUIENTES FIESTAS:
1) M o v ib le s :
Sagrada Familia (el primer domingo después de la
Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de PeniecosUs.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi
Fiesta del Sgdo Corázón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (dia siguiente del
anterior).

2) F ija s:
ENERO
1
2
6
• l8

- Circuncisión del Señor.
- Santísimo Nombre de Jesús.
- Epifanía.
- Cátedra de San Pedro en Roma.
23 - Desposorios de la Sma Virgen.
25 - Conversión de San Pablo.
29 - Fiesta de San Francisco de Sales.

MARZO
19 - Fiesta del Patriarca San Josi.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
MAYO

3

- Invención de la Santa Cruz.
8 • Aparición de 5 aa Miguel Arcángel.
17 - Aniversario de la Coronación de Maria
Auxiliadora.
24 * Fiesta de Maria Auxiliadora.
JUNIO
24 • Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO
1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesucristo.
2 - Visitación de Nira Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO
6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEM BRE

8 - Natividad de la Sma Virgen.
12
14
15
29


-

Dulcisimo Nombre de Maria.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel,
OCTUBRE

7 - La Virgen del Rosario.
l i • Maternidad de Maria.
16 * Pureza de Maria.
NOVIEMBRE
21 - Presentación de Nira Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE
8 Inmaculada Concepción.
25 • Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias se xeqniere, además de las condiciones ordinarias, que
los Socios de la Pía Unión recen cada día un Padre­
nuestro, Avemaria y Gloria, con la invocación
Sánete Frandsce Salesi, ora pro nobis, según la intenedón del Romano Pontífice.

E N L A E SC U E LA DE S A N FRAN CISCO DE
SALES. — Un tomito de 230 págs, escrito para
sacerdotes, pero recomendable para toda clase
de fieles. El Pbro J. P. lo ha traducido muy
acertadamente del francés. (Tipografía CatólicaPino. 5 - Barcelona).

VIDA D E S A N J U A N BOSCO - de Zarbá D ’Assoro. S. S. traducida del orígiual italiano por X . —
El autor es ya conocido por su pulcro y elevado
estilo y era ya hora de que los lectores de lengua
española pudiesen saborear esta obra, llena toda
ella de interés, y muy acertadamente traducida.
— Un tomo de 470 pdgs, en rústica, con magnífica
cubierta • Tipografía * CristobaJ Colón ». Méjico,
A LOS JO V E N E S - Frente a la vida por Raúl
Plus S. J. — Esta obrlta, traducida del francés,
va derecha al corazón de la juventud, y es muy
a propósito para enfervorizarlo. Estudia los si­
guientes temas: Fortalexa de alma • Virtudes ■
Deberes - .Apostolado - E l problema del porvenir ■
Fiestas y devociones. Se han hecho dos ediciones;
una para los jóvenes, y otra para las jóvenes, y
consta cada una de dos elegantes tomitos de bol­
sillo, cuyo precio es de 2 ptas tomo. (Editorial
Subirana - Ap. 197 - Barcelona.
LA JO V E N C R IS T IA N A E N LA ESCU ELA
DE. S A N TA TE R ESIT A D EL N IÑ O JE S U S
del I’. Remigio de Papiol — Obra interesantísima
para Colegialas, Hijas de María, etc. muy reco­
mendable como antidoto contra el paganismo
de nuestras costumbres; la inmoralidad ambiente,
el enfriamiento de la piedad... Las Madres de
familia y las Maestras católicas tienen en este libro
un poderoso auxiliar para formar el corazón de
las jóvenes, según el espíritu de la Florecilla de
Lisieux.
Un tomo en 8' de 538 pdgs, 8 ptas, ntsh'ca, y
10 ptas. tela (Editorial Subirana).

DOS LEC CIO N ES SOBRE B IB LIO G R A F IA Y
B IB LIO T E C A S. — Por el Profesor de Biblio­
grafía del Seminario Pontificio de Tarragona Este interesante folleto, donde se esbozan temas
de palpitante actualidad, puede pedirse al mismo
Seminario, enviando o'6o ptas.
SA N T A IS A B E L D E H U N GRIA. — POR EDELV IV ES. Como todos los libritos de la deliciosa
Colección Flores y frutos de Santidad, es ideal
para premios en Colegios y Catcquesis, e instru­
mento preciosa de formación cristiana para las
Familias - Encuadernado. 1*25 ptas (Editorial
Luis Vives, S. A.; Calle Sicilia, 400 Barcelona).
LA E D IT O R IA L S A L E S IA N A tD O N BOSCO»
D E M O N TEVID EO (Maldonado, 2125). — He
aquí un nuevo paladín que, esforzadamente, baja
al estadio del Apostolado de la Prensa, y todos
los amantes de la buena siembra, en el campo de
las ideas, tendrán que felicitarse de ello.
No son muchas las pretensiones con que se
presenta, pero su programa es muy sugestivo.
¡Quiera Dios concederle pingües y duraderas co­
sechas.
Sus primeros opúscxilos publicados son los si­
guientes: Don Bosco (Bosquejo biográfico, tradu­
cido de Karl Huysmans. — La Madre de un
Santo {Margarita Occkiena) por el Dr. José M.
Vidal — Un has de anécdotas de San Juan Bosco,
del Dr. Carlos D’Espiney. — Mes de San Migttel
Arcángel. — SECCIO N T E A T R A L . — E l sueño
de muchos - Por la tarjeta -U na broma de Carnaval Comedias en un acto.
B IB LIO TE C A C IR C U L A N T E * ANTONIO AG U S T I N » {Ap. 31, Tarragona) ofrece grandes
ventajas a quienes desean informaciones y adqui­
siciones de libros.

BOLETIN SALESIANO
RF.DA CCIÓ N

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A D M IN ISTR A C IÓ N : V ÍA C O T T O L E N G O . 32 - TURÍN

(109) - ITALIA

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Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1934