BS_1936_06

Ficha

Título
BS_1936_06
Descripción
Boletín Salesiano. Junio 1936
Fecha
1936.06
extracted text
JUNIO 1936

Re

v i s t a

de

l a s

o b r a s

de

d o n

b o s c o

INSCRIBÍOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DE ROMA
I Quién no conoce la Obra del Sgdo Corazón sociedad, acogiendo a niños pobres y abando­
nados, para aducarlos cristianamente.
de Jesús?
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos,
que con tanta facilidad se gastan,
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
y caritativos ?
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
moneda equivalente, se adquiere derecho a
la benevolencia divina, en este mundo y eu el
participar de todas las oraciones y buenas
otro, mediante la aplicación de los méritos
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
de seis misas, que se celebran todos los días,
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
regalo espiritual ?
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
N o tardéis en pedir Hojas de suscripción.
Los que se incriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
R ector M a y o r de lo s S alesian os .
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de* modo exclusivo, a promover la M (^or o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizip Sacro Cuore - V ia Marsala, 42.
gloria de Dios y los intereses culturales de la

Normas para los corresponsales de

Boletín Salesiano

1. — Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
2.
Las croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
3.
Salvo rarísimas excepxüones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesiana. N o inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.
4.
Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
envío de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una crónica,
y, cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros co­
rresponsales, quienes deben sabqr a este respecto que de los diarios üustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.
5. - A los que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asom arles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o porque no recibimos otra cosa, o porque a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.

REVISTA DE
LAS O BRAS D E
DON B O S C O
REDACCION

V

BOLETIN
SALESIANO
ADM IN ISTRACIO N :

V !A -COTTOLENGO.

la

T V R IN

Año L I - Número

6

J U N I O 1936
(loq)

ITALIA

SUMARIO: Las obras de la Basílica. • El desastre de Shitiong- • Cómo quería Don Bosco el teatro en sus
casas. • Una nueva gloria de la Familia Salesiana. • La obra de Don Bosco en España y Amórica: Sarriá.
Ejercicios Espirituales; Argentina,
“ Descanso Don Bosco" en Mar del Plata; Rio Gallegos. Primera visita
pastoral de S. E. Mons. Dr. Nicolás Esandi, Cincuentenario de la llegada de los primeros Salesianos; Tuluá,
Fiesta simpática; Túquerres; Santa Tecla, La flesta de S. Francisco de Sales; Caracas, Al margen de un Cen­
tenario. - De nuestras Misiones: Misión de Alto Orinoco. Puerto Ayacucho. - Crónica de las Gracias. - Necrologías.

£1

£1

Turin. Casa Madre. 12 de abrii, nuestro Rector Mayor bendijo solemnemente el nuevo pabellón
del Primer Oratorio de Don Bosco que sustituye al que se quemó hace un año.

Las obras de ¡a Basílica.
Noble porfía por costear las colum nas,
que, en sólo dos m eses, han visto
completada la suscripción.
E l continuo sucederse de días lluviosos
ha im puesto un ligero colapso a nuestras
obras de am pliación, pero, de todos m odos,
las espaciosas capillas de la cripta están ya
totalmente cubiertas, y los grandes pilastrones de cem ento arm ado, que form arán
la osamenta d e las nuevas edificaciones,
dan ya una exacta idea de lo que éstas
han de ser, en lo que a belleza y grandio­
sidad se refiere. •
Entre tanto, hem os d e destacar, con la
más profunda satisfacción, qu e la circular
de nuestro am adísim o R ector M ay o r, in ­

vitando a suscribir el precio de las 48 co­
lum nas de m árm ol que han de sostener
la galerías y em bellecer los altares, ha sido
atendida con una solicitud pocas veces
igualada. E n 50/0 í/or
la suscripción se
ha visto com pletada p o r personas y entidades
cuyos nom bres ponem os a continuación.
Claro qu e todo esto representa sólo una
m ínim a parte del presupuesto general de
las obras, pero tan m agnífico ejem plo es
sum am ente alentador, y dem uestra, de
m odo elocuente, que nuestros buenos
am igos y cooperadores no se dejan ganar
p o r nadie en generosidad, y que la D ivin a
P rovidencia Im em pezado a m ovilizar el
ejército de sus limosneros reales, para que
el hom enaje e la soberana Em peratriz de
-

137

los cielos y a la gloria de San Juan Bosco
sea lo que se espera.
Sabem os que esta rapidez extrem a con
que se han visto agotadas las posibilidades
de poder costear alguna de las colum nas,
tiene contrariadas a no pocas personas,
especialm ente de las R epúblicas A m eri­
canas, las cuales habían form ado el propó­
sito de contribuir tam bién ellas. .
A todas esas alm as generosas les decim os
que quedan otras m uchas cosas por cos­
tear, y que la Sm a V irgen A u xiliadora
no desdeña ninguna oferta, venga cuando
venga, y sea de la im portancia que sea.

Lista de las personas y entidades que se
han ofrecido a costear las columnas:
Las cuatro grandes columnas laterales
del presbiterio:
Ilalia

• La Superiora Gral de la Hijas de María Auxi­
liadora.
Fsf)aña - Loa Sres cooperadores salesianos de Valencia.
Hspaifa - Don Vicente Gisbert.
I^spaña - Un cooperador salesiano de Barcelona.

Las 44 columnas pequeñas:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Q.
to.
11.
12.

Espaüa
Espaüa
España
España .

- El Instituto de San Vicente,

- Los Ex alumnos del mismo Instituto.

- El Colegio de San Antonio, de Mataró.
• Los Sres cooperadores salesianos de la
Inspectoría Bética.
España
- Los alumnos del Colegio de Ntra Sra del
Carmen, de Utrera.
España
- El Instituto de San José y Sres coopera­
dores de Barcelona.
España
- Los alumnos de las Escuelas de S. Juan
Hosco, de Pamplona.
España
- El Instituto de María Auxiliadora, de
Salamanca.
Argentina - Los Sres cooperadores salesianos de
Buenos Aires.
Argentina ~ Los alumnos y ex alumnos de la misma
ciudad.
Italia
- Don Mario Gcronaxzo, de Milán.
Italia
' El Dr. Guido Vallauri, de Tvirin.

13- Italia

- El Colegio San Carlos, de Borgo San

Martino.

14. Italia

- Los alumnos y ex alumnos del Colegio
de San Francisco de Sales, de Faenza.
- El Instituto San JIoque, de Sondrio.
iS- Italia
- Los alumnos y ex alumnos del Colegio
16. Italia
Manfredini, de Este.
- Los Sres cooperadores salesianos de!
- Italia
mismo Colegio.
• Los estudiantes del Internado Astori,
18. Italia
de Mogliano Véneto.
- La Familia Juan Nigra, de Torrazza
19. Italia
Piemonte.
20 . Italia
- Don Pedro Castelli y Señora, de Novi
Lígure.
- Los alumnos y ex alumnos de! Instituto
'2 1 . Italia
de la Sgda Familia, deTreviglio.
- Los Sres cooperadores, alumnos y ex
22 Italia
alumnos del Colegio de San Luís, de Gortzia.
Italia
La Familia Calvi, de Palestro.
23- Los alumnos de las Escudas de San
24. Italia
Vicente de Paul, de Sampierdarena.
- Los alumnos y ex alumnos del Colegio
25. Italia
de San Felipe Neri, de Lanzo Torinese.
- N . N ., cooperador salesiano de Florencia.
26. Italia
- N . N ., cooperador salesiano de la misma
27. Italia
ciudad.
- Doña Matilde RíbioHo Bose, Vda de
28. Italia
Rasetti, de Turín.
- Sras PriiAas Novarese de Fontanetto Po.
29. Italia
- Sres cooperadores salesianos del Cana30- Italia
vesano (Ivrea).
- Las familias de los alumnos del Colegio
s i­ Italia
de San Juan Evangelista, de Turín.
Italia
Los ex alumnos del Instituto D on Bosco,
sa.
de Verona.
- Los Sres cooperadores y alumnos del
3 3 - Italia
Instituto San José, de Médena.
- Pierina de Donatis Clementi, de Sondrio.
3 4 - Italia
- María Adela Marzucchi Macchi, de Ca3 5 - Italia
ronno Ghiringhello.
- N . N ., cooperadora salesiana de Pisa.
36- Italia
- Los alumnos de los Colegios Salesianos
. 37 - Italia
de la Inspectoría Napolitana.
- Las Sras cooperadoras salesianas de
.38. Italia
Nápoles.
- D on Salomón D i Pelino, canónigo de la
39 - Italia
catedral de Sulmona.
- El matrimonio Guido y Clelia Corli,
40. Italia
y Josefina, de Pieve del Cairo.
- Francia - Los Sres cooperadores de la Inspectoría
Salesiana del Norte.
42. Francia ~ Los Sres cooperadores de la Inspectoría
Salesiana del Sur.
- Los Sres cooperadores salesianos.
4 3 - China
- Los fíeles de la Misión Salesiana.
44 - China

17

.

41

Turín - Casa Madre. - Vista de los nuevos locales recientemente bendecidos.

13 8

i

m

J L

EL DESASTRE DE SHILLONG
Carta de nuestro misionero, P . José Bacchiarello, al Rector Mayor.
Amadísimo Padre,
Seguramente, estará Vd. ansioso de conocer
detalles dei terrible desastre que, en estos' días,
ha caído sobre nuestra Misión. Ignoro si,
antes que yo, algún otro hermano habrá te­
nido tiempo de comunicárselo. Por si acaso,
le escribo estos renglones, a vuela pluma,
rogándole me dispense el desorden con que
van redactados.

Cómo se inició el fuego.
La tarde del Viernes Santo, a eso de las
§eis y media, al terminarse los oficios en la
catedral, nuestro clérigo Dal Broi notó que
de uno de los ángulos del tejado del Colegio
salía humo. Corrimos a ver lo que era, y nos
hallamos con que una viga del desván donde
se guardaban los baúles estaba ardiendo.
Bastó que echásemos algunos cubos de
agua para hacer desaperecer la llama, no sin
que dejara en el ambiente una densa humareda
y un acre olor de azufre. Mas, he aquí que,
cuando creíamos conjurado el peligro, sur­
gió de improviso una nueva fogarada y pren­
dió veloz y simultáneamente en varios sitios,
comunicándose también al techo contiguo.

Para mayor desgracia nuestra, era aquella
una semana en la que soplaban los monzones,
y esta circunstancia hizo que el fuego adqui­
riese bien pronto proporciones de irremediable
catástrofe.
Con la rapidez del rayo, propagóse el in­
cendio a todo el cuadrilátero de la parte este
del edificio, cuyo maderamen acababa de
recibir, aquel mismo día, una mano de aceite,
convirtiéndose lo que debía haber sido ele­
mento de preservación, en cebo predilecto
de las terribles y destructoras llamas.
Salimos rápidamente de la iglesia, y nos
lanzamos a desalojar las habitaciones, y, con­
vencidos muy luego de la imposibilidad de
atajar el incendio que, con fuerza imponente
y avasalladora, se'elevaba ya a gran altura,
concentramos todas nuestras fuerzas en el sal­
vamento de muebles y enseres, y, en un abrir
y cerrar de ojos, formáronse en los patios mon­
tañas de objetos los más heterogéneos. Viendo
luego que también allí corrían peligro de con­
vertirse en pavesas, a causa de la dirección
del viento, de nuevo nos dimos a trasladarlos,
dejándolos hacinados, parte en la calle, y
parte en el patio del Orfanato Don Bosco.
No pocos de aquellos objeto.*? fueron arrastrados
hasta el bosque, resultando que, en ese preci­
pitado trajín, lo que no era consumido por

Sbillong (India). - La catedral destruida que, con las casas episcopal y rectoral, formaba el brazo mayor de una cruz.
Eran construcciones antisísmicas hechas a base de madera.

--

139

el fuego quedaba medio inutilizado o hecho pe­
dazos en aquellas febriles operaciones de salva­
mento.
Atraídas por la magnitud del siniestro, eran
miles las personas que se dedicaban a trasladar
todo lo que se les venía a mano. A nuestro Se­
ñor Obispo tuvimos que sacarlo de la catedral
casi a viva fuerza, y fué inspiración de la Pro­
videncia, porque, apenas hubo traspuesto la
puerta, se vino abajo una gran parte del techo.
Sin perder un minuto, avisamos por telé­
fono al Cuerpo de bomberos, pero bien se
echa de ver que, también aquí, como en otras
partes, adolece este benemérito servicio urbano
del achaque de llegar cuando todo ha termi­
nado. Hicieron, esto si, acto de presencia, al
cabo de bastante tiempo, pero fué solo para
comprobar que el material de extinción se
hallaba en pésimo estado y no funcionaba.
Entre tanto, las ráfagas del huracán, como
si saliesen de las mismas fraguas del infierno,
soplaban sobre el inmenso brasero de la ca­
tedral, y ésta iba poco a poco consumiéndose,
sin que ninguna fuerza humana fuese capaz de
evitarlo, principalmente porque lo primero
en que el fuego hizo presa fué la techumbre.
Hubo, sin embargo, un momento en que,
por haber cambiado la dirección del viento,
creimos que aún podríamos salvarla, y febril­
mente se movilizaron largas escaleras, y hasta
se logró enchufar la bomba en la cañería
del agua, pero fué una esperanza bien efímera,
porque, restablecido en seguida el primitivo
estado atmosférico, volvieron las llamas a
enseñorearse del edificio con nueva y más
terrible impetuosidjid. El Sr. Comandante de
la guarnición, muy amablemente, nos envió
un retén de soldados, pero, hacían falta al­
gunos más, y fui con un clérigo a pedírselos,
interesándole al mismo tiempo un poco de
dinamita para volar una parte del templo y
separarlo de las casas episcopal y rectoral,
que formaban con él el brazo menor de una
gran cruz. Ni la dinamita se encontró, ni
sirvió para nada el corte que, clérigos y solilados, a fuer/a de inauditas fatigas, lograron
practicar en el tejado.
Desde la colina donde está emplazada la
Comandancia militar, pude contemplar el ate­
rrador espectáculo. Las llamas que salían de la
Our Lady’s Huose y de la cate<iral parecían
envolver en un solo y gigantesco incendio todo
cl cielo y toda la ciudad. Hacía aquello pensar
en el fin del mundo. Muchos cristianos llo­
raban desconsolados.
El vecindario no dunnió y tuvo momentos
de verdaiiero pánico; en muchos rostros se

140

pintaba la más viva zozobra viendo que el
ímpetu del viento proyectaba con violencia,
en todas direcciones, una peligrosa lluvia de
chispas incandescentes.
Nadie había conocido en Shillong un de­
sastre de esta magnitud, y ello explica también
la cantidad enorme de personas de todas la^
clases sociales y todas las religiones que acu­
dieron aquella noche a nuqstra Misión, y que
pasaban seguramente de diez mil.

Lo que ha podido salvarse.
Es mucho, y es poco. M ucho en volumen;
poco en calidad, porque, como ya he indicado,
son numerosos los objetos que, en los continuos
y aturrullados trasiegos, han quedado casi
inservibles.
Desde luego, lo que había en la catedral
y en la casa del Sr. Obispo se ha podido librar
de las llamas, a excepción del altar mayor que
no puso ser arrancado a tiempo, de algunos
bancos y estatuas, y del grande y magnífico
órgano recién instalado, del cual quedan úni­
camente algunos tubos de registro y la consola.
Hemos salvado parte del material del ga­
binete de física y todas las instalaciones de
la enfermería que se hallaba en el punto más
distante del siniestro .Consér\'ase también
intacto el ajuar de uno de los dormitorios
y unos pocos bancos de clase.
Aún no hemos podido verificar lo que queda
de la biblioteca, porque los libros que pudieron
ser retirados de la estantería hállanse revueltos
con otros mil objetos, en los salones del Con­
vento de Loreto, que corrió también grave
peligro de ser pasto del incendio.
Nuestros diáconos y novicios, dada la situa­
ción de sus dormitorios, quedaron sólo con lo
que llevaban puesto.

Sin desgracias. Derroches de valor.
Nos consuela extraordinariamente el que no
haya habido desgracias personales que lamentar,
aunque abundaron los raguños y quemaduras,
que eran inmediatamente atendidos por el m é­
dico en nuestra enfermería.
Don Gustavo, en un alarde de arrojo, cayóse
del techo de Our Lady’s House, resultando
con ligera conmoción cerebral, de la que se
recrobró bien pronto, y, a renglón seguido, por
poco si perece asfixiado, con el secretario par­
ticular del Gobernador, en el arriesgado em­
peño de querer arrancar del altar de la cate­
dral en llamas, la estatua del Santo titular.
Don Foglia recibió algunas heridas en las

r

manos, y como él otros varios, pero sin que
sea cosa de importancia.
La conducta de todos merece los más altos
elogios, habiéndose prodi^ do de un modo
admirable la generosidad y desprecio de Ja
rida. Durante cinco horas mortales, clérigos,
soldados y paisanos, sin distinción de clase ni
de religiones, rivalizaron en un trabajo rudo y
agotador, luchando bravamente con el incendio,
no obstante los escasos medios de que dispo­
nían: quienes con palas y picos, quienes amon­
tonando ramas verdes sobre las partes expuestas
a las llamas, o arrojando sobre éstas agua y
tierra.
Gracias al arrojo de todos, se ha podido
librar de la destrucción el Orfanato Don
Bosco, que consta de nueve cas^, alguna de
las cuales había empezado ya a ser desalo­
jada. Si en ellas hubiese prendido el fuego,
es seguro que tan sólo una se habría salvado,
por ser hierro y cristal los materiales empleados
en su construcción.

Extremos de caridad.
Hasta las 10,30 de la mañana del sábado
no nos retiramos del lugar del siniestro, deján­
dolo todo al cuidado de policías y soldados.
La mayor parte quedábamos a la intemperie,
pero no hubo cuidado. Infinidad de familias
inglesas, con extrema y conmovedora deli­
cadeza, nos ofrecieron en el acto sus casas,
algunas de las cuales no hubo más remedio que
aceptar.
Los niños durmieron en las clases y en el
salón de estudios; los clérigos y sacerdotes se
acomodaron cómo y dónde pudieron. Un ca­
pitán del ejército nos hizo enviar cien mantas
de abrigo, que nos prestaron excelente servjcio.
El Señor Obispo aceptó alojarse en el Hotel
Pinewood, y así durante los tres primeros
días, hasta que nuestro Sr. Inspector accedió a
la generosa insistencia del Sr. Opispo de Cal­
cuta que ponía a nuestra disposición la casa
de ejercicios que los RR. PP. Jesuítas tienen
en Kurseong. Hoy mismo, han salido para esta
localidad todos los que componen el personal
del Colegio, desde el Sr. Director hasta el
cocinero, y esperamos que habrán llegado fe­
lizmente.
Pasados los primeros momentos de apuro, la
cuestión de alojamientos queda resuelta del
siguiente modo: El Excmo Sr. Obispo con su
secretario se acomodarán en el Convento de
Santa María, en la casa que reservan las re­
ligiosas para las hermanas que vienen de las
niiriones, a pasar temporadas de descanso. En

este mismo Convento hanse podido habilitar
locales para las clases que fimcionaban en el
salón teatro, provisionalmente convertido en
catedral. En cuanto al párroco y demás per­
sonal que no ha salido para Kurseong, se aloja­
rán en el Orfanato Don Bosco.
Queda indicado que nuestra catedral, mien­
tras no se haga otra nue\’a, será el salón teatro
de San Antonio, en cuyo escenario hemos
puesto el altar destinado a San José y que aiin
no había sido bendecido. El local de este salón
es sin duda bastante más grande que el de la
catedral desparecida.
Entre los rasgos de caridad que más nos
han impresionado merece señalarse el de un
grupo de hombres, en número de 500, de ellos
muchos protestantes y paganos, quienes, ayer
mismo, lunes de Pascua, en vez de ir a merendar
como acostumbran, vinieron espontáneamente
a la Misión a ofrecer su trabajo personal. A buen
seguro que muchos no sabían lo que era manejar
una azada. Pues bien, encuadrados todos esos
hombres por nuestros clérigos, y por los alum­
nos internos y externos, pusieron mano en el
descombro y, en venticuatro horas, el solar
donde se alzaban la catedral y las casas epis­
copal y rectoral, quedaba hecho una limpia y
hermosa plaza, pronta a recibir las cimentacio­
nes de nuevos edificios. El espectáculo arrancó
lágrimas de consuelo a no pocas personas.

¿Qué haremos ahora?
Cualquier cosa, menos desanimarnos. Cierto
que la Pascua de este año se ha presentado
para nosotros tristísima, pero la fe y confianza
absolutas que tenemos en la Providencia
hanle quitado todo el acíbar.
Aún humeaban, en el informe montón, las
cenizas de nuestros bien amados pabellones;
mejor dicho, aún estaba sin extinguir el incen­
dio, y en medio la plaza, donde, en forma de he­
miciclo, se alza nuestro Via Crucis monumental
recién inaugurado, hacíamos resonar, al aire
libre, los aleluyas del Sabado de gloria. El Señor
es buen Padre — pensábamos todos — y
nada permite que no sea para nuestro bien; no
consentirá pruebas superiores a nuestras fuer­
zas. ¡ Bendito sea pues su santo nombre!
Allí, postrados ante un rústico altar, tuvimos
la misa pontifical; la misa más solemne que
nosotros podíamos im ^ in ar; solemne, por el
vasto escenario de ruinas sobre el que se al­
zaba triunfante el Autor de la vida; solemne,
por las fuertes emociones que la precedieron;
solemne, por la exaltación vivísima de nuestra
confianza en Dios, y hasta por la enorme y

141

1

Interior de la catedral destruida, durante una solemne celebración
de ordenaciones sacerdotales.

£1

Via Cructa monumental donde se celebró la primera misa después del incendio.

emocionada concurrencia que afectuosamente
nos rodeaba.
Pronunciáronse tres sermones, y, ante todo
el pueblo reunido, hicimos promesa de iniciar
cuánto antes, el mismo lunes de Pascua, las nue­
vas coMtrucciones que habrán de sustituir a
las perdidas.
*
De momento, una de las cosas que más nos
afligen es vernos privados de los seis sacerdotes
que han marchado con nuestros estudiantes a
la villa de Kurseong. ¡Esta sí que es una pér­
dida dolorosa y bien difícil de sustituir!
Es también lo que más preocupa a Mons.
Ferrando, el cual, lleno de confortante opti-

ayer me produjo una puerta, al caer sobre mí,
mientras- descombrábamos los locales.
Pero no he de terminar sin antes referirme a
las causas que hayan podido producir el in­
cendio, asegurándole, desde luego, que no ha
sido ocasionado por incuria ni descuido de los
misioneros. ,
Algún periódico ha lanzado la consabida sos­
pecha del cortacircuito. Hay que excluirlo, en
absoluto. En el sitio donde comenzó a prender
la llama no había conductores eléctricos, y,
cuando el encargado del Cuadro de distribución
fué a quitar el interruptor general, comprobó
que todo estaba en orden y que no había sal-

E1 Our Lady’8 House o Estudiantado que um biéa ba sido destruido.

mismo, ha comenzado ya a movilizar inicitivas
para allegar recursos.
Ascienden a tres millones de liras las pérdidas
ocasionadas por el incendio, pero el Banco de
la Divina Providencia tiene siempre sus ven­
tanillas abiertas para los que no buscamos más
que el reino de Dios, y no dejará de suplir
estos millones y todos los que hicieran
falta.
No quiero cansarle más, amado Padre. Aún
podría añadirle mil y mil hechos, a cual más
entemecedores, que revelan tesoros de fe y
de espíritu de sacrificio, pero basta por ahora.
No puedo pedirle mayor esfuerzo a mi cabeza,
dolorida, no sólo por la ^^sión, que persistirá
durante mucho tiempo, de tantas llamas y rui­
nas, sino también por un fuerte golpe que

tado ningún plomillo. -Además, las lámparas
ardieron normalmente toda la noche, alum­
brando los trabajos de extinción.
I
Cuál pudo ser, pues, la causa?... Sólo Dios
lo sabe, y acaso alguien más. Y a veremos si
revelan algo ciertos indicios. Ellos inducen a
sospechar que el demonio, ávido de desquite
por las grandes derrotas que aquí sufre con­
tinuamente, ha puesto tal vez la tea incen­
diaria en manos movidas por el sectarismo.
Rueeue pos nosotros, Padre amadísimo, y
enWenos una bendición muy grande de María
Auxiliadora y de nuestro San Juan Bosco.
José B.\cch iarello

Misionero Salesiano.
Shillong, 14 de abril de 1936.
14 3

Cómo quería Don Bosco el teatro en sus casas.
(En ocasión del cincuentenario de nuestras “Lecturas Dramáticas” ).

{Continuación).

Actores.
Don Bosco quiere que a las recitaciones tea­
trales se las haga servir de estímulo y hasta de
premio. Los niños se desviven por recitar. Con­
cédaseles pues este gusto a los que demuestren
querer merecerlo, haciéndose o conservándose
buenos. «Entre los que tienen aptitudes para
recitar — dicé — deben ser preferidos los que
observan mejor conducta, y a éstos convendrá
hacerles pasar por turno a fin de que el estí­
mulo alcance a todos ».
Y entendiendo que debe reputarse también
como premio la música instrumental y vocal,
dice que a a los que por especial concesión
cantan o tocan no se les debe hacer intervenir
en las recitaciones. Podrán, esto sí, declamar
en los entreactos».
Para que el beneficio de este estímulo peda­
gógico lo reciban el mayor número posible de
alumnos, añade que «debe procurarse, por
cuanto es posible, que los maestros de arte no
reciten en la escena».
Por la misma razón, el Santo no veía
con buenos ojos que el Cuadro Dramático de
un colegio fuese invitado a recitar en otro,
pues, aunque en este caso el entretenimiento
llena de todos modos una de sus finalidades, la
de divertir, impide, hasta cierto punto, el libre
juego de otras, como la de educar e imstruir, ya
que los actores del colegio en cuyo teatro repre­
sentan elementos extraños ven así mermado el
estímulo y el factor formativo.
Siempre guiado de este exquisito tacto edu­
cativo, quiere Don Bosco que a la guardarropía
de los actores se limite a una simple transfor­
mación de los propios vestidos, o a lo sumo
de trajes que es siempre fácil encontrar en
casa, o que hubiesen sido regalados a la
misma.
K! traje atildado en demasía es incentivo de
vanidad para los pequeños actores y les incita
a ir a los teatros públicos para dar pá­
bulo a su curiosidad ». El Santo insiste mucho
cu que « el director de escena sea riguroso en
exigir que todos los trajes sean decentes ».
Mas para que el premio surta efecto es ne­
cesario que no sea excesivo. De aquí que pro­
híba que, a los actores, sobre permitírseles

que reciten, se les hagan además otros re­
galos. Asegura ^ue son fuente de desórdenes
«las copitas, los caramelos y golosinas de
cualquier género, las comidas o meriendas con
que a veces suele obsequiarse a los actores y a
los que han ayudado en la preparación ma­
terial del escenario ». « L a experiencia nos ha
hecho ver — añade — que estas preferencias
engendran soberbia y vanagloria en los que
de ellas son objeto, y envidia y humillación
en los demás compañeros ».
Además de estos inconvenientes podrían
apuntarse otros mucho más graves, razón por la
cual se ha creído oportuno establecer que a los
actores no se les haga objeto de trato especial, y
que tanto en la mesa como en lo demás se con­
formen con la vida común. A todos debe bastar­
les la satisfacción de poder tomar parte en esas
recreaciones colectivas, sea como actores o
como espfectadores. Si bien se considera, no
es nada pequeño el beneficio que ya se deriva
de aprender música instrumental o vocal, o de
poder ejercitarse en el arte de la declamación.
Cuando hubiese entre esos alumnos alguno
que se haya hecho acreedor a premio especial,
no Ies faltarán medios a los superiores para
recompensarle como es debido ».
L os que tratan con jóvenes saben muy bien
que todas las cautelas son pocas para vigilar
el teatro y evitar que en vez de ser instrumento
de educación, lo sea de perversión. Atento a
esto, Don Bosco quiere que, « en los ensayos,
se ejerza una esmerada vigilancia y no se per­
mita el acceso al palco escénico de ninguna per­
sona extraña a la recitación ».
« Hace también obser\^ar que a los dramas o
composiciones excesivamente largas, además
de hacer más pesados y laboriosos los ensayo?
cansan y contribuyen a desvalorizar las obras
más estimables ». « Sea especialidad y princi­
pal atractivo de nuestro teatro — dice — la
brevedad de los entreactos, y estos sean ameni­
zados con declamaciones de piezas oportuna­
mente preparadas o trozos de buenos autores
Finalmente, y para edificación de los alum­
nos, recomienda que «el palco escénico quede
preparado la víspera de la recitación, a fin de
no tener que trabajar en día festivo ».

Sres Cooperadores, consultad «i tesoro

espiritual.

Propagad la O B R A PÍA D EL S G D O C O R A Z Ó N - Véase la cubierta de nuestro ‘Boletín

144 --

Una nueva gloria
de la Familia Salesiana
Sor María Mazzarello
es proclamada “Venerable”
La tan esperada y jubilosa solemnidad, en
que S. S. Pío X I debía proclamar por Decreto
la heroicidad de las virtudes de Madre M az­
zarello, Perla de Mornese, excelsa Hija espi-.
ritual de San Juan Bosco, Primera Superiora
General del Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora, tuvo lugar el domingo día 3 de
mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz,
en el salón del Consistorio del palacio Vaticano,
donde esta clase de actos suelen celebrarse.
No nos entretendremos en describir esta
solemnidad, reducida por el protocolo a tér­
minos que se prestan muy poco a las novedades,
y que son bien conocidos de nuestros lectores.
A las once, tomó el Papa asiento en su trono,
y. hechos los acatamientos de rigor por los
Emmos Cardenales, Nobles, Prelados y demás
personalidades presentes, entre las que desta­
caban los Superiores y Superioras Mayores
de la Sociedad Salesiana y del Instituto de
Hijas de María Auxiliadora, hízose adelante el
Secretario de la Sgda Congregación de Ritos,
Mons. Carinci, y leyó el Decreto, terminado
el cual, habló nuestro venerado Rector Mayor,
Don Pedro Ricaldone, y pronunció su Discurso
el Papa.
La traducción íntegra y literal de estos dos
bellísimos Discursos que ponemos a continua­
ción, y la del Decreto que verá la luz D. m.
en nuestro Boletín inmediato, nos releva de
hacer el elogio y reseñar la vida y virtudes de
la nueva Venerable, gloria y consuelo de la
Familia Salesiana, por cuyo triunfo, precursor
de otros inme(|iatos y más grandiosos, nos
felicitamos como salesianos y, llenos de ale­
gría, felicitamos a nuestras admirables y heroicasHermanas, las Hijas de MaríaAuxiliadora.

Discurso del R ector M ayor, Don Pedro
Ricaldone.
Beatísimo Padre:
Es un motivo de extraordinaria alegría el que
hoy trae aquí, a los pies de V. Santitad, a los
Hijos e Hijas de San Juan Bosco.

Cuando fu é proclamada la heroicidad de (as
virtudes de Don Bosco, fueron muchos los que
dijeron y escribieron que no solamente había
sabido él labrarse, de un modo heroico, su propia
santificación, sino que había sido además un ver­
dadero modelador de Santos.
Esta verdad, que confirma la historia de su
vida, viene a recibir una nueva y soberana con­
firmación, pues que, en efecto, después del joven
Domingo Savio. una Hija espiritual de! Sanio,
merced al beneplácito de V. Santidad, emprende
hoy el camino de la más solemne de las glorificaaones.
Hija de padres humildes, María Mazzarello,
parecía destinada a vivir oculta e ignorada
dentro del reducido ambiente de su pueblo natal.
La Providencia dispuso, por el contrario, que su
virtud no fuese luz oculta debajo del celemín,
sino puesta encima del candelera, para que pu­
diese irradiar sus claridades en la Casa del Padre
Celestial.
Jesús Sacramentado robóla el corazón, desde
que era muy niña, y su pureza angelical atrajo,
como un imán, en torrut suyo, a otras doncellas
de su pueblo, ávidas de tenerla como maestra
y de imitco sus ejemplos de vida cristiana. Un
-

145

continuo trabajo santificador de unión con Dios María Auxiliadora, en este día de sobrehumams
alegrías, esperan recibir la bendición de V. Santi­
llenaba todos sus dias, y asi iban aquellas jóvenes
dad, que yo humildemente imploro, en su nombre,
elevando su vida, edificando al prójimo; secun­
dando, sin ellas saberlo, especiales designios de y en el de toda la Familia Salesiana; de sus
cooperadores y cooperadoras, de sus ex alumnos
Dios.
E l digno sacerdote que se había hecho cargo y ex alumnos.
de su dirección espiritual, Don Domingo PestaD iscurso del Papa.
rino, era -confidente de Don Basco, y hubo de.
« E x hüc, beatam me dicent omnes generationes ><
llamar su atención sobre el minúsculo cenáculo
Debemos atribuir a una feliz y no casual
de Mámese, recibiendo de él normas preciosas
coincidencia el que sea éste el día en que nos
para la sólida formación de aquel plantel de
hemos aquí reunido para ocuparnos de la.
almas, hasta el dia en que ¡as puso completa­
Venerable Sierva de Dios, María Dominga
mente en sus manos.
Mazzarello.
San Juan Basco descubrió, en la joven M azEs, en efecto, muy oportuno que esta reunión
zarello, apenas la hubo visto, el ideal de la virgen
se haya promovido en uno de los primeros
cristiana capaz de gobernar una gran familia de
días del mes consagrado a María, del mes de
almas consagradas a Dios, tal como su celo apos­
mayo. Es muy oportuno venir a recordar en
tólico la habia concebido, y, sin ella darse cuenta,
este día las virtudes de la Sienta de Dios; que
lafu é preparando pura tan alta misión.
en nombre suyo se nos haya reunido, en nombre
No hay nada más edificante que ver el ahinco
de la que fué antigua Hija de María, de la que
de la humilde doncella en corresponder, del modo
precisamente en los comienzos de un mes de
más perfecto posible, a la acción de la gracia
divina, y venir a ser, poco a poco, el providencial mayo vio la luz de la vida, y en la primera
quincena de otro mes de mayo abrió los ojos
instrumento que, del granito de mostaza de Mora la luz de la eternidad.
nese debía hacer un árbol frondosísimo, bajo
La Venerable fué una Hija de María ejemplar,
cuyas ramas, hoy extendidas ya pór toda la haz
y esto es ya, de suyo, indicio de grandeza en
de ¡a tierra, acude a buscar su salvación la ju ­
una vida que crece y se desenvuelve bajo la
ventud femenina.
mirada y dirección de tan grande Madre. Pero
Profundamente penetrada de su debilidad ori­
ginaria, María Mazzarello supo hacer suya ¡a es que, además de esto, en la Sien’a de Dios
fuerza del Hombre de Dios, en el cual veía el descubrimos, al primer golpe de vista, y no
Pudre y el Maestro, y del cual fu é siempre, hasta sólo al primero, todos los caracteres de la
más humilde simplicidad, no siempre fáciles
¡a muerte. Hija devota y discípula dócilísima.
de encontrar en la medida por ella alcanzada.
Entregando las Reglas del Instituto a sus reli­
Una figura sencilla, sencillísima; pero de
giosas, les decía: « Nos las ha dado Don Bosco,
esa sencillez que caracteriza a los cuerpos que
y Don Bosco sabe qué es ¡o que quiere de nos­
son más sencillos, como por ejemplo el oro;
otras María Auxiliadora«.
En el gobierno de la Comunidad, se guardó sencilla, pero rica de prerrogativas, dotes y
cualidades especialísimas.
siempre muy mucho de hacer pret'alecer sus
Así fué esta humilde Sienta de Dios. El
puntos de vista personales, no obstante que en
Decreto que se ha leído y el bello y edifican­
ellos se refiejaba tanta luz de lo alto, prefiriendo
tísimo comentario que le ha hecho el Padre
apoyarse de ordinario en la autoridad del Santo,
Mayor de his grandes Familias Salesianas, han
V e.xclamando hahitiialmente: >Es lo que quiere
ya señalado, en efecto, y con verdadera elo­
Don Bosco. Es lo que dice Don Bwco
Dios bendijo su humildad, haciendo crecer de cuencia, los delicados matices de la santidad de
esta privilegiada figura, de la Venerable María
un modo prodigioso las Hijas di iMaria
Mazzarello y de su vida. Pero hay una palabra
liadora v sus casas, en las que se fomentaba el
en el Decreto que define, de un modo esplén­
espíritu de Don Bosco; espíritu de piedad eucadido, el punto céntrico preciso de esa santidad,
ristica, de fragante pureza, de incansable tíabajo, santificado en un ambiente de serena alegría y nos im ita a considerar este caso con mayor
detenimiento. Nos referimos a la afirmación
y confiado optimismo.
que hace el Decreto de que el Señor ha ben­
ÍV(> Madre Mazzarello el nacer halagüeño
decido especialísimamente la humildad de la
de esta espiritual fecundidad, y han visto sus
Sierva de Dios.
Hijas el maraz'illoso y nunca interrumpido des­
Es esta humildad, sin duda, la nota carac­
envolverse de ¡a misma.
Para que este fe liz desenvolvimiento no se terística de la vida de la Venerable. Y fué la suya
una humildad grande. Diríase que de continuo
detenga, v aumente en lo sucesivo, las Hijas de

146

la dominaba una plena conciencia, un ahincado
recuerdo práctico de su humilde condicióny origen, de su humilde trabajo.
Pobre lugareña, pequeña costurera de aldea,
de formación y educación humildes; de una
educación desde luego cristiana, y por ende
preciosa en alto grado, pero desprovista, po­
demos decir, de todo lo demás que comun­
mente se entiende por educación, desprovista
de la más modesta instrucción, aun en la más
mínima dosis. Y no obstante de esto, ador­
nábase de aquella simplicidad, que Dios, único
preparador de las almas, había infiltrado en
esta tan privilegiada alma, y a Nos parece que
haremos cosa conforme a los gustos de Dios y de
la misma \^enerable, siguiendo y estudiando el
secreto de la vida que vivió la Sier\'a de Dios,
y de la que continúa desenvolviendo en este
tan maravilloso sobrevivirse de personas y de
o b r^ .

¡Su humildad! F u é tan grande, que nos
invita a preguntamos qué es lo que ve Dios en
un alma humilde, verdadera y profundamente
humilde, pues diríase que, seducido por ella,
se siente obligado a obrar las más grandes
maravillas en favor de esta alma y por medio
de la misma.
Importa ante todo hacer constar una cosa:
que esta pequeña, pobre, sencilla aldpanita
que había recibido sólo una formación rudi­
mentaria, hizo bien pronto gala de una cualidad
que se reputa como un talento, como uno de los
más grandes talentos, el talento del gobierno.
Es éste un don extraordinario, sin duda al­
guna, y la Venerable demuestra poseerlo en tan
alto grado, que un hombre como S. Juan Bosco,
el famoso Don Bosco, que tan profundamente
conocía a los hombres y tan inteligente y
experto era en el gobierno de hombres y de
cosas, descubre en el acto este raro y precioso
talento y lo aprovecha para sus fines.
T al vez hubo entonces muchos que dirían:
¿ Q ué es lo que estará pensando Don Bosco ?
y ello no obstante, la elección no pudo haber
sido más acertada; fué aquella elección con­
secuencia del descubrimiento de aquel talento,
y su oportunidad y eficacia la vemos hoy demos­
trada, no sólo en la fundación estable, segura,
de la nueva Familia de las Hijas de María
•Auxiliadora, sino además en el rápido y ma­
ravilloso crecer y propagarse del floreciente
Instituto.
He aquí el lenguaje sobremanera elocuente de
los números; En 14 de M ayo de 1881, aún vivía
la Sierva de Dios, habiendo visto dilatarse y
multiplicarse su obra en bien poco tiempo.
Hoy. llegan a 734 las casas del Instituto, siendo

de misión 66 de ellas; a 8352 las hermanas o
religiosas, y a 1100 las novicias.
Grande y poética elocuencia la de estas
cifras, que nos obliga a hacer de nuevo esta
pregunta; ¿ Qué es, pues, lo que ve Dios en
esta verdadera, total y profunda humildad,
que le hace ser pródigo con ella de sus más
preciosos dones, como son este gran talento,
esta tan excelente obra, esta tan difundida
multiplicación de almas ?
Cuando se piensa en lo que vale el alma.
— E l Señor ha dado su vida por mi, decía el
Apóstol — I qué es lo que' ve el Señor en
la humildad de un‘ alma ?
Esta pregunta se impone especialmente
cuando se piensa, por el contrario, qué es lo
que el mundo piensa de la humildad. En pocos
asuntos como en éste demuestra el mundo
de un modo más palmario su ignorancia, a
pesar de su orgullo y de su pretendida sabi­
duría. Para el mundo, la humildad, la simpli­
cidad, son sinónimos de pobreza, en el sentido
más miserable y digno de lástima.
¿ Y Dios, qué es lo que ve en la humildad ?
El mismo Señor ha procurado resolvernos este
problema, que, humanamente, se nos presenta
de un modo desalentador.
Nos lo dice en una Me las más bellas expre­
siones de San Pablo, cuando pone en sus labios,
— dirigiéndose precisamente a los no humildes,
a los soberbios, a los que creen poder ufanarse
y gloriarse de cualquier cosa: de cualidade.s,
de empresas, de obras, — estas palabras extra­
ordinariamente solemnes y amonestadoras:
¿ Quid habes quod non accepisíi ? ¿ S i auiem
accepisti ¿quid gloriaris quasi non accéperis?
H e aquí el secreto de la humildad. A través
de ella, el alma ve y aprecia esplendores reales
de verdad, majestades
justicia, dulzuras de
agradecimiento, que son las relaciones que
deben existir entre el alma y Dios.
Mediante la humildad, el ainta ve lo que es
Dios en la verdad; sabe lo que le debe en la
justicia; hace lo que para con El le impone el
agradecimiento. .Aquí es donde stá la substancia
de la humildad. Primero en la verdad, que
remontándonos a nuestro destino demuestra
que todo nos, viene de Dios. ¿ Qué es lo que
tienes tú que no hayas recibido de Dios? Se­
gundo en la justicia, que todo lo atribuye a
la gloria de Dios. Non nobis Domine, sed Nómini tuo da gloriam. Tercero en el agradeci­
miento, entero, perfecto, a la liberalidad divina,
por ser absolutamente gratisdata esta libera­
lidad de Dios, tanto en la medida como en la
elección.
L o que ve Dios en la humildad, las miras
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Como si los hombres, a su vez, no tu­
viesen que aprender otra cosa, y como si,
aprendido esto, lo tuviésemos ya todo apren­
dido, todo lo que nos hace falta para la recons­
trucción de las almas, para la reconstrucción
moral del mundo.
He aquí unas lecciones que sólo la infinita
Sabiduría de Dios podía darnos; he aquí lo
que, a favor de transparencias infinitas, des­
cubre Dios en la humildad.
Y hasta qué punto ha llegado la simpatía
divina, la simpatía del* Corazón de Dios por
la humildad, nos lo dice y recuerda hoy la
Santa Iglesia, en esta fiesta de la Invención
de la santa Cruz, cuando nos invita a meditar
aquellas grandes palabras que, potentemente,
nos representan la excelsitud de los caminos
recorridos por el Verbo Encarnado: Humiliavit
semetipsum usque ad mortem, mortem autem
crucis.
A tales extremos llegó el amor, la simpatía

La casa donde nació !a Venerable.

que tiene Dios respecto de la humildad, sbn
cosas completamente opuestas a lo que ve el
mundo.
lín conclusión: ¿ Qué es lo que ve Dios ?
Dios ve en la humildad, o sea en el alma hu­
milde, una luz, una forma, un diseño delante
del cual le es imposible resistir, porque le
recuerda, en su más sapiente belleza y en sus
líneas más fundamentales y constructivas, la
fisionomía misma de su amado Hijo Unigénito.
Kste pensamiento lo expresó el propio Maes­
tro Divino, cuando dijo: ¡Aprended de Mi.
¿ Y qué es lo que tenemos que aprender?
Aprended de Mi, que íqv manso y humilde de
corazón.
Nunca reflexionaremos bastante en el sentido
de estas breves palabras; Aprended de M i, que
Hiy manso v humilde de corazón!... Es el Maestro
Divino, portador del Verbo de Dios, portador
de todos los tesoros de la Sabiduría, de la
C’iencia, de la Santidad, quien lo dice: Aprended
de M i, que íqv manso y humilde de corazón.
Como si no tuviera otra cosa que enseñarnos
más que ésta, a nosotros, a estos pobres hom­
bres, a esta pobre humanidad que había per­
dido hasta los vestigios de la verdad, hasta el
hilo con que poder hallarla de nuevo, y que
tenía que aprenderlo todo, todo. Es el mismo
Señor quien dice esto a la humanidad, a la
universalidad de los bombes. Aprended de M i,
que íov manso y humilde de corazón.
148

La Casa de las Hijas de Maria
de Mornese.

I

La Cm
Niza

La solemne ieciura del

divina, por la humildad; hasta tocar el ápice
de un amor y de una humillación que que con­
ducen, no obstante, al ápice de la exaltación,
de la recompensa y de la gloria. Propter quod et
Detis exaltavit lllum^ et dedil JUi Nomen quod
est super otnne nomen, ut in Nomine qus omne
genu flectaíur, coelestium, terrestrium et infernorum.
El mundo no puede, no es capaz de pensar
que todas esas universales genuflexiones,
exaltaciones y adoraciones del Nombre Divino
son el reconocimiento de las humillaciones,
de la humildad ejercitada hasta el mayor lí­
mite posible, del amor de Dios.
He aquí unas consideraciones harto precio­
sas que tenemos que agradecerle hoy a la V e­
nerable Mazzarello, porque es ella la que ha
venido a recordarlas.
Es ella la que nos señala estas cosas, puesto
que toda su vida y todas sus obras armoni­
zaron con este orden de ideas, con estas di­

L a actual Superiora Gral Sor Luisa Vaschetti que tanto
impulso ha dado a la Causa de Beatificación.

vinas enseñanzas con esta divina escuela de
humildad
Y ahora, hechas estas breves consideraciones,
Nos daremos muy gustosos nuestra Bendición
a estos amados hijos que la han solicitado; se
la daremos a ellos y a todos sus hermanos,
a todas las Familias de San Juan Bosco y
de 'a Venerable Mazzarello, la antigua y ejem­
plar Hija de María, que noy ha venido a re­
cordamos y repetirnos la sublime lección de
humildad de María.
La Madre de Dios atribuyó su elección y
su bienaventuranza a la humildad. Respexit
humilitatem ancillae suae. La Madre de Dios
se llama a sí' misma sierva, criada del Señor,
y exclama: Ex hoc, beatam me dicent omnes
generationes. Es hermoso considerar a la Ve­
nerable María Dominga Mazzarello a esta
misma luz, que es la luz de María.
Tam bién ella puede hoy repetir: E l Señor ha
mirado con benevolencia infinita mi humildad
y mi simplicidad, y por consiguiente: Beatam
me dicent omnes generattones
Y en efecto, su nombre, sus casas y sus reli­
giosas son hoy conocidos por todas las gentes
del mundo, y precisamente en este día, en
que recordamos la grande humillación de la
Cruz, al ser proclamada la heroicidad de las
virtudes de esta Sierva de Dios, viene a abrirse
para ella la posibilidad de poder repetir más
adelante, y aún con más propiedad: Beatam
me dicent omnes generationes.
149

LA OBRA DE DON BOSCO EN
ESPAÑA Y AMERICA
Relaciones enviadas al Recíor Mayor.

'"H-

í
sn -^

.4
España. Sarrlá. • Grupo de ex alumnos que han practicado los santos Ejercicios Espirituales.

ESPAÑA - (Barcelona) Sarríá. — Ejer­
cicios Espirituales.
Pese a la ola de impiedad y ateísmo que en estos
momentos parece arrostrar a la sociedad española,
nuestros valientes ex alumnos han querido "demos­
trar, concurriendo a estos anuales Ejercicios, en
mayor m'imero que otros años, que la fe de España
no muere, que sus hijos siguen y scguiriin fieles a
la voz de la Iglesia y de sus antiguos maestros.
1/03 centenares de hombres que acudieron diaria­
mente a la iglesia de San Josí. escucharon atenta­
mente los temas doctrinales y las meditaciones que
Uks Rdus. O. Ramón Camlvi y D. Mariano Beltrán
fueron desarrollando.
Finalizaron los actos con una solemnísima Misa
de Comunión general, celebrada en el Santuario de
María Auxiliadora de Sarriá, y durante la cual el
Rdo. Don Francisco Bandrés, Superior de la Casa
nos exhortó a perseverar en tos propósitos hechos,
glosando los que aparecían impresos en la estamparecordatorio que nos acababan de entregar.
Después de la Misa, en uno de los patios, fué to­
mada una fotografía de los asistentes, la cual repro­
ducimos; hemos de hacer presente, no obstante, que
no todos U>s ejercitantes pudieron desplazarse a
Sarriá para la Misa de Comunión, y que buen nú­

15 0

mero de los que lo hicieron tuvieron que marchar
inmediatamente, por lo que, sin temor de equivo­
carnos, podemos afirmar que la fotografía no repre­
senta ni las dos terceras partes de los Antiguo.s
Alumnos que asistieron a los Ejercicios Espirituales
del presente año.

ARGENTINA — El “Descanso Don Bosco”
en Mar del Plata.
En la playa más hermosa del famoso balneario
Argentino de Mar del Plata, base construido, como
saben nuestros lectores, una casa para que los ex
alumnos salesianos puedan darse un descanso que
sea a la vez excelente y económico. A esta casa se
la ha llamado Descanso Don Basco.
£1 lugar es encantador, lejos de todo mundanal
ruido.
Inició la obra una Comisión de Cooperadoras Salesianas, presidida entonces por la activísima Señora
I/aurentina López de Pueyrredón, resolviendo con su
delicado gesto una dificultad casi insuperable para
muchos de nuestros ex alumnos, necesitados, como
todos los mortales, de Reparar sus fuerzas y poder
así xulver al trajín diario con entusiasmo y eficiencia.
Este año, el Rmo. Señor Inspector Salesiano, Don
José Reyneri, tan amante de las juventudes sale-

i
sianas y de visión tan larga y acertada, quiso que la
feliz iniciati\’a fuera disfrutada debidamente y el re­
sultado fué sencillamente sorprendente.
El D escanso D o n S o sco resultó chico, a pesar
de sus cincuenta camas, y h u b o necesidad de con ­
vertir en dorm itorios hasta el salón com edor y la
misma cocina.

Honraron este año el Descanso Don Sosco, los
Excmos. Señores Obispos Mons. de Andrea, Monse­
ñor Serafini, Monseñor Sosa; estuvieron allí el Visi­
tador Extraordinario de los Salesianos, Rvmo Sr. D.
Pedro Tirone y con él el amado Padre Inspector Don
Reyneri, Señores Canónigos, párrocos, sacerdotes,
etc., y del elemento seglar hemos visto al Profesor
de la Universidad de La Plata, Don Adolfo Korn
Villafañe y a su Señor hermano el diputado nacional
Don Guillermo; al Ingeniero Don José Pagés; al
Senador Nacional Sr. Palacios y a otros muchos que
sería largo enumerar.
Dios ha querido que, bajo la égida de nuestro querido
Santo, encuentren dulce solaz y raudales de salud
las juventudes salesianas. ¡Loado sea Dios!

ARGENTINA - Río Gallegos. — Primera
visita pastoral del primer Obispo de
la Patagonía, S. E. Monseñor Dr. Ni­
colás Esandi. - Cincuentenario de la
llegada de los primeros Salesianos.
Regocijo popular desde el 31 de diciembre 1935 a!
6 de enero 1936.
El martes 31 de diciembre, una caravana de au­
tomóviles se dirigieron hacia el puente de Güer-Aihe
con objeto de darle a Monseñor Esandi los pri­
meros saludos y después hacerle escolta de honor
hasta el pueblo.
Los disparos de bombas que se hacían desde el
Colegio Salesiano, y el repique de campanas, fueron
agolpando numeroso público en la Municipalidad,
punto éste donde Monseñor recibiría la bienvenida
oñcial de las Autoridades.
Frente a la Casa Municipal, el Presidente del Con­
cejo, Dr. Braulio Zumalacárregui, saludó al Sr.
O bl^o con un elocuente discurso. Acto seguido,
y después de las presentaciones de /igor, en la
misma Municipalidad revistióse Monseñor Esandi
de los ornamentos pontificales, dirigiéndose hacia
el templo parroquial de Nuestra Señora de Lujan,
bajo palio, siendo sostenidas las varas d d mismo, por
el .Señor Gobernador del 'Territorio, Teniente de
Navio Retirado, Don Juan M. Gregores; Señor Juez
Letrado; Doctor Germán Vidal; Señor Intendente
Municipal, Dr. B. Zumalacárr^ui y Presidente de
la Comisión Ejecutiva de Homenaje, Dr. M. Marienhoff. Una vez en el templo, el Cura Vicario R. P.
Don José Re, dióle la bienvenida en nombre de I<m
Salesianos. Alumnos, Ex alumnos y fíeles todos de
la ciudad.
Hubo durante el día magníficas recepciones y so­
lemne Misa Pontifical, pero el punto culminante fué
el descubrimiento y bendición por Monseñor Esandi
de la placa de bronce colocada en la antigtia calle

Zapiola, que, desde ese día se llamará Don Bosco,
con que la Municipalidad, interpretando el anhelo
de todos los habitantes de Río Gallegos, ha querido
honrar al inmortal educador y pedagogo del siglo
X IX , como homenaje, a los Cincuenta años de la
llegada de los primeros misioneros Salesianos a esta
capital.
Hizo uso de la palabra en este acto el Presidente
de la Municipalidad, Dr. Zumalacárregui, en un
elogioso discurso para la obra Salcsiana de la Patagonia.
Agradeció, en nombre de los Salesianos, el R. P.
Lorenzo Massa, y después habló también el Rvdo.
Padre Raúl A. Entraigas. Después, la concurrencia
trasladóse al Colegio Salesiano, donde la Comisión
de Homenaje había preparado un Lunch en honor
del Prelado, participando de él tudas las autori­
dades y caracterizados vecinos.
Como punto final del día, los Ex alumnos ofrecie­
ron al Excelentísimo Señor Obispo una Cena homen<ye, en testimonio del especial cariño y afecto que
sienten sus corazones agradecidos hacia sus antiguos
maestros los Salesianos. Ofreció la Cena Don José
S. Huertas, Secretario General de la Junta de Ex­
alumnos de Don Bosco.
Nos haríamos interminables si quisiéramos re­
señar, con pelos y señales, todos las agasajos y
solemnidades a que ha dado lugar esta memorable
visita. Resultó concurridísima y pictórica de fervor
una misa que Su Excelencia celebró en la Capilla
del Colegio de las Hijas de María Auxiliadora, cuya
comunidad, alumnas y ex alumnas festejaron la vi­
sita dcl Pastor como sólo ellas saben hacerlo. Estuvo
no menos concurridísima la Misa Campal que, el
viernes día 3. tuvo lugar en la plaza Mitre, con
asistencia del Sr. Gobernador del Territorio, y fué
altamente conmovedora la visita dcl .Sr. Obispo a los
reclusos de la cárcel local, previamente preparados
para el cumplimiento de sus deberes religiosos.
Como acto de especial deferencia a Mons. Esandi,
el Sr. Juez Letrado puso en libertad a diez presos,
recomendables por su buena conducta, libertad que
había sido pedida por el Prelado. Estos hombres, en
señal de agradecimiento, visitaron luego a Monseñor,
recibiendo, con la efusión de su palabra paterna,
una especial bendición.
£1 martes, a las ocho de la mañana, partió el Se­
ñor Obispo para Magallanes, dejando en la ciudad
una larga estela de simpatías y de filial cariño.

COLOMBIA - Tuluá. Fiesta simpática.
En el valle del Cauca, rodeada de palmeras y
«guaduales » álzaze la próspera ciudad de Tuluá,
que hace cuatro años recibió entusiásticamente
a los hijos de Don Bosco para que se encargaran
de regir un Colegio y un Oratorio Festivo.
Este, que de día en día ve aumentar sus falanges
de niños, organizó en obsequio de su cooperadores
una simpática fiesta, el zz de diciembre.
Más de 900 críattiras encuadráronse en el anchu­
roso patio del Oratorio para la misa campal, que
celebró, txm trran consuelo de su alma, el celoso

I5 Í

Arsentina. Buenos
Aires. - El “ Des­
canso Don Bosco".
Detallo de loa dor­
mitorios.

El mismo pabellón
visto desde el bar­
ranco.

párroco y cooperador salesiano Dr. Rafael Ocampo.
Alrededor de 500 recibieron el Pan Eucarístico y,
til terminarse la augusta ceremonia, fueron todos
agasajados con un suculento desayuno.
Igual concurrencia vióse por la tarde, en la ca­
pilla, para el acto enternecedor de la presentación
de los niños a María Auxiliadora, cuya bella ima­
gen rodeada de flores blancas sonreía a aquel
eniambre de inocentes almas.

El Sr. Director les enfervorizó con su palabra y,
recibida la bendición con S. D. M ., desbordóse el
ejército infantil por el patio de recreo, donde le
esperaban mil diversos juegos y exquisitos regalos
de frutas y dulces.
Como final de fiesta proyectóse un film moralisimo, y todos, llena el alma de paz, regresaron a
sus casas haciéndose lenguas de la amenidad de la
fiesta.

Argentina. Buenos Aires. • Grupo de veraneantes en el “ Descanso Don Bosco”

152

COLOMBIA - Túquerres.
Ün benemérito cooperador colombiano nos suplica,
desde Rama, que insertemos este elogio de las Hijas
de María AuxUiadora. — Con mucho gusto.
En febrero de 1930, las humildes cuanto grandes
religiosas Hijas de María Auxiliadora, entraban
triunfalmente en la ciudad de Túquerres, en el sur
de Colombia, en la hermosa sábana circundada
por dos ramales de la cordillera Andina. Un pueblo
noble y laborioso, de fe viva y de piedad fervorosa
abrió su corazón a las Hijas de Don Sosco; puso en
sus manos el tesoro más preciado de su alma, sus
hijas, para que recibieran de tan insignes maestras
luz en su entendimiento y virtud en su corazón.
En abril de 1932, el £xmo. Señor Agudelo, obispo
de la diócesis, inauguró solemnemente el hospital
San José y encomendó su dirección a las referidas
Hijas de María Auxiliadora. Una de ellas, colombiana
de noble estirpe y de vasta ilustración pedagógica,
fundó y dirigió un colegio de estudios secundarios
pata señoritas, con tan opimos frutos, que granjeóse
el aprecio de toda la sociedad.
Otras siguieron su obra y, cada nuevo año, los
exámenes finales eran prueba elocuente del apro­
vechamiento alcanzado por las niñas en ciencias y
artes, en las labores de mano y, sobre todo, en los
fundamentos de la virtud y piedad cristianas tan
necesarias para quienes mañana tendrán que ejercer
decisiva influencia en la sociedad.
Cuando todo auguraba días de prosperidad para
los nobles hijos de la ciudad de Túquerres, Dios,
l'ítro Señor, en sus designios inescrutables, sometió a
dura prueba la floreciente región meridional de
Colombia. Una serie de terremotos y de erupciones
volcánicas, desde el seis de agosto del año pasado
hasta el nueve de enero del presente, extendió su
larga mano de destrucción y de exterminio; la
muerte cubrió de luto a más de un centenar de
hogares; de los hermosos templos quedan sólo las
ruinas, y la desolación y la tristeza ocupan el puesto
de la abundancia y de la alegría. La casa de las
Hijas de María Auxiliadora quedó inhabitable;
y entre el clamor y las lágrimas de la ciudad de
Túquerres, las bien amadas religiosas tuvieron que
abandonar sus florecientes obras ante el peligro y
ante la falta de locales donde ejercitar su apostolado.
Pienso interpretar los sentimientos de gratitud
de todas las clases sociales tuquerreñas dando, en
nombre suyo y en el mío, el más rendido y público
testimonio de agradecimiento a las Hijas de María
Auxiliadora, que por un lustro inyectaron en
nuestra vida una actividad siempre creciente y
benéfica, y dejaron en cada corazón un afectuoso
recuerdo y una huella de eterna gratitud.
Plegue a Dios que, despejado el délo de señales
espantosas, tranquilos los volcanes después de
'■ omitar la lava ardiente y destructora, recobrado
por la tierra su equilibrio, las Hijas de María Auxi­
liadora vuelvan a la brecha de su apostolado a
<»ntinuar la obra que reclama el bien de las almas,
de la Iglesia y de la Patria Oslombiana.

E L SALVADOR — La fiesta de S. Fran­
cisco de Sales en el Colegio de Santa
Tecla.
Con musitada pompa y regocijo ha celebrado este
Colegio la fiesta del gran Apóstol del Chablais.
Estudiantes y artesanos rivalizaron en la noble
porfía de honrar a cual mejor a su Patrono, engala­
nando, con gusto primoroso, la capilla, salones y
corredores del Colegio.
Numerosísimas fueron las confesiones con que se
prepararon internos, artesanos, exalumnos, oratorianos y devotos del mansísimo Obispo de Ginebra,
durante el triduo y víspera de la fiesta.
En este día tan deseado, la Misa solemne fué can­
tada con su habitual maestría por la Schola cantorum
del Teologado, asistiendo de Pontifical el Exmo. Sr.
Nuncio de S. S., Monseñor Alberto Levame.
<La Obra de D. Bosco » fué el tema de la Confe­
rencia del Rmo. P. Inspector, D. Pedro Tantardini.
Con clásica dicción y frase pictórica de luz y de
fervor, fué relatando las principales escenas de la vida
de D. Bosco y fases de su Obra.
Hizo un caluroso llamamiento a los Cooperadores,
afirmando que sólo la acción social, somo la quiere
el Papa, puede conjurar la amenaza comunista y
protestante y salvar a la Patria.
En extremo regocijante fué el final que puso al
día el Cuadro Dramático del Instituto Salesiano de
Ayagualo, representando, con donaire y gracejo
insuperables, la zarzuela El Sacristán de la Aldea.

VENEZUELA - Caracas. — Al margen
de un Centenario.
{Tomamos de un periódico local):
La fecha diez y nueve veces centenaria de la Con­
versión del gran Apóstol de la gentilidad, Pablo de
Tarso, no podía tener en nuestra Capital una más
hermosa y práctica celebración que la que el 25
del corriente enero hemos presenciado en el Co­
legio de los PP. Salcsianos.
La fiesta debía ser algo grandioso, algo digno del
Personaje que se celebraba; y como era de esperar,
la realidad correspondió y hasta superó la común
expectativa. La noche de aquel día, un selecto audi­
torio llenaba el salón de Actos de dicho Instituto.
En la presidencia de honor figuraban, además del
Excelentísimo Sr. Nuncio Apostólico, al cual se debe
la iniciativa de esta fiesta, el Excelentísimo Monseñor
Lucas G . Castillo, Obispo de Coro, el Ilustrísimo
Monseñor Basilio de Sanctís, Consqero de la Nun­
ciatura, el Ilustrísimo Monseñor Dr. Nicolás Na­
varro, Deán de la S. I.; M. Monseñor Lovera, R. P.
Serafín Santoüni, y otros Sacerdotes y destacadas
personalidades de nuestra sociedad
El discurso de Monseñor Navarro fué todo una
pieza oratoria digna de él. La figura de Saulo, con­
vertido en Pablo, magistralmente iluminada por sus
magníficas pinceladas, tomó nueva vida ante ¡a
imagínacióa del selecto auditorio que con toda
atención seguía la disertación del ilustre orador,
premiándole con ruidosas ovaciones; y como no
-

153

Rio Gallego. • Mona. Esandl con el Sr. Gobernador del Territorio y el Sr. Presidente de la Municipalidad
en el acto de bendecir la placa de la “ Calle Don Bosco” .

debían faltar en esta ocasión las palabras del Exce­
lentísimo Sr. Nuncio, Monseñor Cento, levantóse él
n continuación. Alegróse por la manera tan cabal
con que los Salesianos habían sabido dar vida a su
deseo de conmemorar dignamente al gran Apóstol;
muy oportunamente hizo resaltar la fecundidad de
su Obra, y, queriendo dejar a todos los presentes un
recuerdo de la gran fecha centenaria, a los Sacer­
dotes les dió como lema el dicho tan conocido del
Apóstol: «Sed mis imitadores como yo lo soy de
Cristo» (Cor., 4, 16); a los jóvenes de la A. C. y
en general al laicado católico recordó otro texto
muy oportuno para los días que corremos: Non
ernbesco Evangelium, « no me avergüenzo de profesar
el Evangelio » (Ad Rom., i, i6), trayendo el ejemplo
de catolicidad de nuestro eximio Libertador Simón
Bolívar, y animando a seguir las pisadas de aquél
que quiso ser grande sirviendo con idéntico fervor

a la causa de su Patria y a la de su Religión.
Entre los homenajes rendidos al ilustre Apóstol,
uno de los que más llamó la atención por lo artístico
y aleccionador del trabajo fué el hermoso melodrama
intitulado «La Conversión de San Pablo »y compuesto
expresamente por dos jóvenes Sacerdotes Salesianos.
El trabajo consta de tres cuadros y está animado
por el soplo del arte musical, habiendo sido inter­
pretado a perfección por los estudiantes del Insti­
tuto Salesiano de La Vega.
En representación d el« Centro de A. C. D. Bosco *,
uno de sus mienbros leyó un bien pensado discursito, y la Administración del Radio Caracas puso
por una hora sus aparatos trasmisores a disposición
de los P. P. Salesianos, dando así ocasión a nuestra
culta sociedad de participar a actos que, como estos,
dejan en el alma huellas profundas y las mejores
enseñanzas.

Tuluá (Colombia). - Primera Comunión de 57 niños oratorianos.

154

DE N U E S T R A S M I S I O N E S
VENEZUELA
Misión de Alto Orinoco. - Puerto Ayacucho.
Amadísimo Padre:
El día de Cristo Rey, fu6 día de plácemes para
esta Misión, pues se bendijo la nueva Iglesia dedi­
cada a nuestra Buena Madre María Auxiliadora.
Patrona del Territorio.
¿Quién lo hubiese dicho cuando, a mediados de
Setiembre de 1933. arribamos aquí los primeros

de medios; con la materia prima reducida a lo
más indispensable de cemento y hierro, que de­
bemos a la bondad del Exmo Señor Presidente de
la República; sin obreros, habiéndolo tenido que
hacer todo el Misionero coadyuvado por unos niños
que tenemos recogidos en la Misión. No obstante de
esto, hemos logrado levantar edificios que ocupan
un área de más de mil metros cuadrados, y com­
prenden la nueva iglesia y la nueva casa.
Toda la arena que ha hecho falta tuvimos que
extraerla del Cataniapo, afluente del Orinoco, dis­
tante unos diez kilómetros de la población; las

España. Astudillo. - Inauguración del Centro local de Ex alumnos Salesianos.

Misioneros y nos jnstalamos en un ranchón abierto
a todas las intemperies, teniendo que celebrar los
Santos Misterios en una miserable chocita, donde
a malas penas cabía el Celebrante, que a los dos
años tendrían los habitantes de este lugar un verda­
dero templo, si no lujoso y artístico cbmo era nuestro
deseo, a lo menos grande, cómodo, fresco y aireado,
donde p»odrían acudir a instruirse en las Verdades
Eternas y a cumplir sus deberes para con Dios?
Lo que aver parecía sueño, es hoy una consoladora
realidad, elocuente testimonio de lo que puede con­
seguir una tenacidad irreductible movida por la
fe y el amor de Dios,.
Porque lo que acabamos de realizar parece un
milagro, estando esta Misión absolutamente falta

piedras las recogíamos entre las innumerables lajas
que asoman en las sabanas que rodean al pueblo
por el Este; la madera para puntales y andamiaje se
sacaba de la floresta retirada a menudo hasta 27 km;
todo traído en la pequeña camioneta de la Misión.
Mientras se ejecutaba un trabajo, debíamos suspen­
der otro, siendo a la vez sacerdotes y peones, inge­
nieros, chóferes o leñadores, según las circunstan­
cias lo pedían.
La gente de aquí se hacía cruces viendo esta activi­
dad a que no está acostumbrada y que ha coptri
buido en gran parte a que Don Bosco triunfe en
estas lejanas y abandonadas regiones, porque lo que
más induce a la gente a acercarse a los Padres es
cabalmente esa lalorsidad que no conoce dificulta­

K

des, sazonada con una bondadosa campechanía, que
a nadie desprecia y a todos encanta.
¡üenditu sea por ello la Divina Providencia!
No podíamos ni pensar en traer de la floresta las
trozas de madera. Era tarea imposible para nuestros
más que limitados medios. Traer las tablas de
Ciudad Bolívar habría costado un ojo de la cara, y
de dinero andamos pero muy escasos.
Cuando ya no sabíamos como hacer para el logro
de nuestros planes, la Providencia se encargó de la
solución. El cazador indio de la Misión, pescando en
los raudales de Atures, halló unos palos enormes que
las avenidas habían metido entre las rocas de las in­
numerables islitas que rompen la corriente impetuosa
del Orinoco,£n tan peligroso paso.
Pero, hallada la madera, quedaba en pie la difi­
cultad de sacarla, tirarla otra vez al agua, y traerla
por los rápidos, que forman varios saltos y tienen
una fuerza tan enorme que no hay práctico que por
estos parajes se atreva a navegar.
Después de muchas, llamémoslas así, exploraciones
y consultas, nos decidimos a trozar los palos en el
mismo sitio. De allí echamos las trozas al agua, por
entre enomtes rocas, todo a fuerza de gato y con un
calor que, a la sombra, nunca bajó de 38®.
Fueron tantas las dificultades de este último trabajo,
que varias veces estuvimos a punto de declararnos
vencidos.
l'iradas las trozas al agua, halamos contra corriente
hasta la punta de una islita que llaman de Danta, y
de allí se soltaron por un salto de agua, mientras más
abajo las esperábamos con una canoa para amarrarlas,
y, llevándolas contracorriente un trecho como de dos
km., las dejamos a favor del río hasta la Isla María
Auxiliadora, donde, por el salto llamado Zamuro, las
soltamos otra vez, repitiendo la misma maniobra, y
de este modo conseguimos ponerlas en la Misión
donde se reducían a tablas...
Alma de todos estos trabajos fué siempre Monse­
ñor, el cual, a pesar de su edad, quiso acampanar a
sus hijos aun en los momentos más difíciles, alen­
tándoles y derrochando alegría, en medio de un calor
agobiante y de contratiempo» que requerían una
voluntad de acero.
Desde luego. Padre amadísimo, que todo eso se
realizó sin menoscabo del trabajo espiritual, el pri­
mero y el más urgente, pues la (rahlación se encon­
traba en vm estado tal de apatía e ignorancia que
habría sido falta imperdonable, por parte nuestra,
descuidarlo. Se necesitaba instruir, animar, exhor­
tar, quitar prevenciones y difidencias, hasta llevar
pocoajKK» a estas buenas gentes al cumplimiento
de sus deberes para con Dios.
I loy, tenemos la legítima satisfacción de ver que,
aquí en Puerto .\yacucho, apenas si quedan
matri­
monios que regularizar y que la Iglesia es frecuen­
tada regularmente, mientras las Comuniones domi­
nicales van aumentando...
El ambiente, pues, estaba preparado para que la
fiesta de Cristo Rey fuese un triunfo y un gran día
de consuelo para los Misioneros que, viéndose ro­
deados de tantos hijos espirituales, fruto de sus apos­
tólicas labores, en este Templo, les'antado por sus
ií6

desvelos y sudores, no podían menos de sentir
en sus corazones la alegría del deber cumplido, y la
necesidad de bendecir al Dueño de la mies por los
beneficios que, a manos llenas, derrama sobre la Misión.
Y ahora, dos palabras sobre la crónica del gran día.
Por la mañana hubo primeras Comuniones de pe­
queños y adultos, entre los cuales hay que contar
algunos indios, seguida de una Comunión general.
Celebró Monseñor, el cual, antes de distribuir el Pan
de los Angeles, hizo una plática de las que van al co­
razón.
A las 8 hubo Misa cantada, realzada con la asis­
tencia de Monseñor y de todas las autoridades ci­
viles de! lugar. Se cantó la misa de Angelis, por los
muchachos de la escuela, que quisieron dar muestra de
sus adelantos en el divino arte. El P. Alvarez acom­
pañaba al armonium que ha regalado el Sr. Gober­
nador del Territorio.
AI Evangelio, se leyó la alocución de Mons. Salotti,
que acababa de llegar, y que hizo en el numeroso
auditorio mucha impresión.
Por la tarde, Santo Rosario, una plática catequís­
tica, y concluyó el día la Bendición con el San­
tísimo.
He aquí, amado Padre, algo de lo que hacen sus
hijos en,1a nueva Misión del Orinoco. De lo expuesto
podrá colegir las~enormes dificultates con que esta­
mos luchando: escasez de personal y de recursos
materiales, pésimas comunicaciones, aislamiento;
todo esto y lo distanciados que estamos de todo
centro civil hace que no podamos, como es nuestro
más vivo deseo, extendernos, abrir nuevos centros
que reclaman la presencia del Misionero, y, serían
puntos de apoyo indispensables para poder inter­
narnos en la gran floresta, donde, según refieren los
explotadores de, balata, millares de salvajes viven
sumidos en la más horrorosa barbarie.
El alma del Misionero se parte de dolor at consi­
derar las almas que se pierden y ver que, antes que
nosotros, hombres llevados de intereses materiales
desafían peligros sin cuento, penetran en estos
bosques, y se ponen en contacto con los indígenas,
para llevarles no el conocimiento de Dios, sino, los
vicios más ruines de la civilización!
Padre, tenga piedad de estos pobres hijos de la
seh’a y envíenas más Misioneros que nos ayuden a
extender entre ellos el reino de Cristo.
Bendiga a esta apartada Misión y pida especial­
mente por este
su aflfino hijo
A lfredo M arja B o n v ecch io Pbro

Misionero Salesiano.

B O LETÍN S A L E S IA N O
5 e envíñ
a cuantos desean leerlo.
Basta expresarlo y remitir, coa toda claridad, las
señas personales a: R e c to r M a y o r d e h P ia S o ­
c ied a d Safesiaoa - C olloíea g o 32, Tarín (Italiai.

Crónica de /as Gracias
conseguidas p o r m ediación d e M aría A u x i­
liadora, d e San Juan B o sco y d e nu esíros
S ierv o s efe D io s
ESPAÑA Barcelona, abril de 1936. — El día 24
de enero de! corriente año, mi hija María Gracia
debía ser operada de pleuresía y, según los médicos,
con pocas esperanzas de éxito. La temperatura de
la enferma era de 39,5, y, aterrado ante el temor de
perderla, la encomendé a San Juan Bosco, colo­
cando una reliquia del Santo en la almohada.
Al venir el médico para hacer la operación, se
quedó sorprendido porque la temperatura había
descendido a 37, y resolvió aplazar el acto opera­
torio. En días sucesivos, se acentuó la mejoría y hoy
se encuentra restablecida.
Según los médicos que la han asistido, es éste un
caso sobrenatural, por lo que expresamos a San
Juan Bosco nuestro más rendido agradecimiento.
J osé R o m á n B ecer r a , ex alumno salesiano,
y M a r ía G r a c ia R oiiían .

ESPAÑA (Sevilla) Ecija, setiembre de 1935. —
Sufría mi hija una colitis, y el doctor sólo ofrecía
esperanza de su curación si se la suministraban
alimentos. Esto no era posible, por el estado especial
de la enfermita, y en mi aflicción, acudí a San Juan
Bosco, el cual escuchó tan pronto mi plegaria, que
la niña empezó a tomar la leche y en seguida se inició
la mejoría. Mil gracias a tan insigne Protector por
este señaladísimo beneficio.
M ar ía O stos

de

O su n a .

A R G E N TIN A (Magallanes) Puerto Natales, fe­
brero 15 de 1936. — Mi hijo Alberto Ojeda Cárcamo.
3 principio del año 1934, fué atacado de una dolorosa enfermedad, debida a un eczema maligno, que
le apareció en la cabeza. Después de un año entero
de curas, en que tres célebres médicos le aplicaron
diferentes remedios con resultado negativo, el
mismo San Juan Bosco me inspiró que me dirieiese a él con plena confianza. Así lo hice, y en
bre\e tiempo mi querido Alberto quedó completa­
mente sano. Ya ha trancurrido un año y el niño
no ha \'uelto a experimentar malestar alguno.
Agradecida al glorioso Santo, deseo sea publicado
tan señalado beneficio.
O t i l ia C ár cam o

de

O jed a .

AR GEN TIN .\ (Río Negro) Viedma, 8 de enero
de 1936. — Expreso una vez más mi eterno agrade­
cimiento a S. Juan Bosco. pues sufriendo yo agudos
dolores en los riñones, que me imposibilitaban de
atender a mis quehaceres, no obstante haber hecho
todo lo aconsejado por los médicos, resolví acudir
San Juan Bosco, para mí el mejor médico, el cual,
como padre amoroso, se compadeció de mí, desde
«1 primer día, porque noté confortadora mejoría,
que fué acentuándose hasta la desaparición completa
de
rnis dolores.
Un devoto.
AR G EN TIN A Santa Cruz, octubre de 1935. —
Ha^^i.-ndo tenido una hermanita de tres meses grave­

mente enferma y sin esperanza, recurrimos a la
Sma. Virgen María Auxiliadora, y, en compañía de
mis padres y hermanos, empezamos una novena.
{Cual sería nuestra alegría, cuando a los pocos días
comenzó a mejorar, y al mes ya estaba completa­
mente sana!
Y o también me he encontrado en ciertos apuros,
y le he pedido a mi Madre celestial su ayuda, que me
la otorgó según mis deseos. Hoy, eternamente re­
conocida, cumplo la promesa de enviar una oferta
para las Obras de su gran Siervo Don Bosco, a la vez
que pido la publicación de estos favores para mayor
gloria de la Sma. Virgen y estímulo de todos los nece­
sitados de su protección materna.
J. D. F., Cooperadora Salesiana.
C O LO M B IA (Cartagena) Caño de Loro, 28 di­
ciembre de 1935. — Hacía algo más de 3 años que
venía padeciendo de una dolencia, la cual, a medida
que pasaban los días, se acentuaba de tal manera
que ya había perdido toda esperanza de alcanzar
de nuevo la salud.
^luchos médicos había consultado, ansiosa de que
me indicaran una medicina que devolviera las fuerzas
a mis agotados miembros.
Después de diagnósticos errados, venían, como es
natural, tratamientos también errados y mi enferme­
dad seguía su curso.
Llegó al fin el día fatal; ya en mi rostro estaba
dibujada la imagen de la muerte; su presencia se
notaba a mi alrededor; por todos lados veía a mis
familiares que en silencio derramaban lágrimas; ya
sólo en salvar mi alma y entregar mi cuerpo a la
tierra pensaba.
En los momentos más angustiosos, se presentó
en mi habitación un virtuoso sacerdote, miembro de
la Congregación fundada por San Juan Bosco. Asom­
brado a la vista de mi cuerpo cadavérico y después
de dirigirme algunas palabras, propias de aquel mo­
mento, y en vista de que la ciencia humana era impo­
tente para devolverme la salud, me indicó como úl­
timo esfuerzo hacer una novena a San Juan Bosco,
con la obligación de repetirla tantas veces cuántas
fueran necesarias para obtener mi completo resta­
blecimiento.
Al fin de la primera novena ya podía dedicarme en
mí casa a algunos quehaceres domésticos; al fin de
la segunda ya podía hacer jomadas más o menos
largas; y continuando de esta manera he alcanzado
mi salud.
Yo conservaré eterna gratitud a mi bondadoso
celestial Protector.
E u fe m ia R. Y an es .
C O LO M B IA (Santander) Girón, enero de 1936.
— Profundamente agradecida a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco por haberme alcanzado el gran
beneficio de que uno de mis hijos-dejara un funesto
vicio, mando una pequeña oferta para las Misiones
Salesianas de la China.
H o s o r ia C e l is

de

L ipe s .

MEJICO Guadalajara. — Enfermo mi hermano de
un agudísimo dolor en el estómago que le duró 30
horas, no sabiendo qué hacer, acudí a María Auxilia­
dora poniendo por intercesores a Don Bosco y al
157

I
«a■ '¿í'
?•'

M.

Perú. Lima. - El Excmo Sr. arzobispo Dr. Pedro P. Farfán y Mons. Belisarlo A, Phüippo
en medio de nuestros teólogos.

Señor Snn José, y desapareció el dolor, alcanzando
además otros favores que al mismo tiempo pedí.
Doy por todo públicamente eracias a tan Santos
Protectores.
R. p., conperndora.
MEJICO (Jalisco) Gitadalajara, marzo 5 de 1036.
■ Quiero manitcstar públicamente mi agradeci­
miento a María .-Vu-Kilindoru y a San Juan Hosco por
h.iberme aliviado en las dos veces que estuve irravernentc cnfcnna, y por otros beneficios recibidos me­
diante su intercesión.
Envío una pequeña oferta para el .Mtar que se está
levantando en honor del Santo en el Santuario de
María /Vuxiliadoni. e invito a todos a acudir a Ellos
en las circunstancias apremiantes de esta vida.
E m il ia

^

A.

de

C astellanos

Cooperadora Salesiana.

UHUGC.VY Meló. — Estando la hijita de mi pro­
fesor pravemente enferma, empecé con todo fervor
una novena a San Juan Hosco con la promesa de
publicar la gracia si la niña se curaba, y ¡oh prodigio!
al cuarto día de la novena, la enfermita estaba
iuera de peligro. ¡Gracias, oh querido San Juan
Boscm!
E. C. L.
i=:8

Dan también gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Hosco por favores recibidos:
E spa ñ a (M adrid) Carabanchel Alto. —
M ed in a Sevillano.

Pacífico

E s p a ñ a (Murcia) La Unión. - Francisco Martínez.
A r g e n t in a (Patagonia) ChiviUoy. — U n a devota.
A r g e n t in a Buenos Aires. — C . S . U.
A r g e n t in a (Bs. A s.) Pehuajo. — R . U . R.
-•\r g f n t in .a (Córdoba) La Puerta. — Teresa To-

matis.
A r g en tin a (C órdoba) Rio Cuarto. — Ernestina .A.
V d a de Schenone.
E stad o s U n id o s (California) Los Attgeles.
Gua­
dalupe Castillo.
M é jico Capital. — Ermelinda A . de Salinas —
Sara Alercado — María de la Luz de Santa Gertrudis,
cooperadora salesiana.
M éjico Affiutscalierttes. — Basilisa Bautista.
M éjico (Jalisco) Guadalajara. — J. V. O. Vda'de
V. — Una devota.
í)I e jico (Jalisco) Tonila. — Manuel Valdivia —
María Guadalupe Sánchez de Chacón — Gracia
Beas, Vda de Chacón.
M é jico (San Luis de Potosí) Matelmala. — Jovita
Calvillo — Marcelina Hernández, celadora salesiana.

M eijco (Michoacán) Zitdaiaro. —
Fidelina
Gonzáles de Alcantar.
M éjico (Sinaloa) Toro. — Gxiadalupe Cantú.
M eijco Tacuyaba, —
Virginia C. de Correa
— Virginia C. de Torres.
•Méjico (Zacatecas) Jerez. — Rafael Ramírez.
Venezuela Maracmbo. — Ana F. de Finol. —
Jacinta de Ochoa — Zoilit Unceín — Josefína Martucci — Josefa Fonseca — José M. Finol — María
Ch. Nava — Neptalí Finol — María de P. Finol
— María Concepción Finol — María Aurora Finol
— Dalia Morillo — Emiro Augusto Morillo.

N EC R O LO G IA S
SA L E S IA N O S D IF U N T O S:
Carlos Fariña, sacerdote — de Valle Lomellina
(Italia) f en Turín, el 7 de marzo de 1936.
Carmelo Manzella, sacerdote — de Romagnano
al Monte (Italia) en Porto Chester (Estados Unidos
de América), el 5 de enero de 1936.
Honorio Dovano, clérigo — de Cortandone (Italia)
t en Buenos Aires, el 25 de junio de 1935.
Manuel Cárdenos, coadjutor — de Sanlúcar La
Mayor (España) f en San José del Valle (Idem),
el 29 de febrero de 1936.
COOPERADORES D IF U N T O S:

W
Ezcm o y Rymo
Sr. Don Francisco Orozco Jiménez,
Arzobispo de Guadalajara {Méjico)
Con su muerte, acaecida el 18 de febrero último,
^.2 desaparecido una de las figuras más testacadas de
la Iglesia \Iejicana, boma y prez de su valiente
episcopado.
Podríamos hacer de este sabio y virtuoso Prelado
una larga e interesante biografía, pues disponemos
púa ello de datos abundantísimos, pero no es éste
d lugar oportuno.

Nombrado obispo de Chiapas, diócesis apartada
y difícil, supo emular allí, durante diez años, el celo
iluminado y misericordioso del clásico Apóstol de
los indios, Fray Bartolomé de las Casas, que en
aquel cam;>o de apostolado derramara, a manos
llenas, su amor y ternura evangélicos. Mas, consi­
derando Pío X aquel campo demasiado pequeño
para el genio intrépido y emprendedor de Mons.
Orozco, lo elevó, en 1921, a la sede arzobispal de
Guadalajara, donde, sin permitirse el más breve
reposo, elaboró un plan vastísimo de acción social
que el turbión rewlucionario truncó sin piedad,
convirtiendo toda la vida del Santo Obispo en una
pura zozobra y en un prolongado martirio. En 22
años, sufrió cinco destierros, y tuvo que pasar siete,
oculto en un abrupto rincón de su patria, disfrazado
de rústico campesino, haciendo revivir allí, con una
•gallardía inmensa, las gestas heroicas de los primeros
cristianos de las catacumbas. Desde aquel escon­
drijo, y, -valiéndose de ingeniosas mañas, dirigía a su
numeroso rebaño y confortaba a sus dispersos y
abnegados sacerdotes, veinticinco de los cuales re­
cibieron la palma de los mártires, así como muchos
intrépidos seglares y seminaristas, que habían llegado
a alcanzar el prodigioso número de mil. Con harta
razón le llama el buen pueblo * el Atanasio me­
jicano »; otros lo han comparado con Mercier. En
1927, en ocasión de sus Bodas de Plata Episcopales,
fué nombrado Asistente al Solio Pontificio, y en
1933, después de habérsele concedido con especialísimo privilegio, el honor de celebrar en el Altar
Papal de San Pedro, en Roma, el día del reconoci­
miento del Patronato de Ntra Sra de Guadalupe
sobre toda la América I^atinai fué condecorado por
Pío X I con la <Medalla al valor >.
Minada de modo irremediable su robusta salud, a
causa de tantos trabajos y sacrificios, y agotado por
las continuas solicitudes del ministerio pastoral,
entregó santamente su alma a Dios, a raíz de haber
obtenido del Gobierno una tregua de libertad ate­
nuada, habiendo podido ser confortado, en su lecho
de muerte, por su Sr. Obispo Coadjutor y los Pre­
lados de Zamora y Aguascalientes.
El duelo fué impresionante. Más de cien mil per­
sonas desfilaron ante se féretro, y sus funerales y
sepelio constituyeron una apoteosis.
A ese luto universal hase asociado, con dolor de
su alma, la Sociedad Salesiana, que contaba al Exemo
Sr. Arzobispo de Guadalajara entre sus mejores y
más insignes cooperadores.
Cuando de joven estudiaba en Roma, tuvo la di­
cha inmensa — ¡con qué gozo lo refería él! — de ver
y hablar a San Juan Bosco, a quien preguntó si los
Salesianos irían a M^íco. « Sí, respondióle el Santo,
después de pensar un poco. Irán; los enviará mi Su­
cesor y harán allí mucho bien >. Es lo que, en efecto,
ocurrió.
Nosotros creemos firmemente que es muy grande
la gloria con que el Señor ha recompensado las
apostólicas virtudes del santo Obispo, Mons. Orozco,
pero esta convicción no nos dispensa de recomendar
su alma, muy encarecidamente, a las oraciones de
nuestros amigos y cooperadores.
--

159

Don Felicísimo Conde Vicente, Pbro.
La vida de este bueno y sencillo sacerdote de la
diócesis salmantina (España), fué un magnífico apos­
tolado de acción sacerdotal y también de coope­
ración salesiann, 'en el sentido más noble de la pa­
labra, pues lo mejor de su tiempo lo consagraba a
preparar jóvenes para el seminario diocesano y para
nuestras casas de formación, de las cuales, encau­
zados y dirigidos por él, han salido hasta doce salesianos, que hoy dan gloria a Dios y ruegan por su
bienhechor en la Inspectoría Bélica de María Auxil'adora.
Verdaderamente enamorado de nuestras cosas,
propagaba, cuánto podía, la Pía Obra del Sgado
Corazón de Roma, la de los Cooperadores, y hacía

vedora predicación de entereza y fervor cristianos,
reflejo de una vida por entero consagrada a la gloria
de Dios y a las obras de celo.
Labrador honrado e inteligente, mantuvo constan­
temente un tenor de vida modesto y lleno de encan­
tadora sencillez, dedicando todo su tiempo al tra­
bajo, a las obras de caridad y a educar a su numerosa
familia en el santo temor de Dios.
En cuanto conoció la Obra Salesiana se aficionó
a ella con generoso entusiasmo; propagó con grande
ardor el culto de María Auxiliadora y aumentó consi­
derablemente el número de Cooperadores en Girón y
pueblos limítrofes, manteniendo cariñosa correspon­
dencia con los tres últimos Sucesores de San Juan
Bosco. Murió a los 81 años de edad, rodeado de su
cristiana familia y confortado con todos los consuelos
de nuestra santa Religión. Su sepelio fué una impo­
nente manifestación de todo el vecindario.
Enviamos a su esposa e hijos nuestro sentido pé­
same y a nuestros Cooperadores y lectores pedimos
la caridad de sus oraciones.

Doña Ignacia Gómez de Villegas.

circular el Boletín Salesiano entre las familias cris­
tianas, a las que a menudo exhortaba haciéndoles ver
la dicha inmensa de tener algún hijo religioso.
Conocemos de este ejemplar sacerdote un rasgo
hermoso que revela la pulcritud y delicadeza de su
conciencia. Celoso como era del buen orden de la
parroquia y del decoro de la casa de Dios, procuraba
tener siempre su Archivo al día, y, revolviendo y
examinando legajos, encontróse, en una ocasión,
dentro de un pergamino viejo, billetes del Banco de
España por valor de 25.000 pesetas, las cuales, inme­
diatamente y sin titubear, fué a poner en manos
de su Sr. Obispo.
Esta rectitud, y su celo y bondad de carácter, le
grat\jcaron la estima de todos svts feligreses, que,
al ocurrir su muerte en Cabeza de Caballo su pueblo
natal, expresaron unánimemente su sentimiento.
Lo encomendamos a las oraciones de nuestros
Cooperadores, pidiendo al cielo suscite muchos
Siíccrdotes del temple de este nxinistro del Señor.

Don Ramón Prada G.
Por espacio de 15 años fué activo y celosísimo De­
curión Salesiano en la ciudad de Girón ( C o l o m b ia Santander). El tS de enero sintióse atacado de un
cólico maligno que en seis días apagó su existencia.
Su breve enfemtedad fué una edificante v conmo­

160

Sorprendió la muerte a Doña Ignacia Gómez de
Villegas el día iz de enero en la ciudad de Los An­
geles, Calif. ÍU. S. A.).
Al saberse la triste noticia, todos los que la cono­
cían expresaron', el más profundo pesar, pues su
piedad y cristianas virtudes le habían cautivado la
estimación general.
La finada pertenecía a todas las Sociedades de la
Parroquia de Ntra Sra. Reina de los Angeles, ha­
biendo sido presidenta de todas ellas, aunque últi­
mamente sólo lo era de la Asociación Carmelitana.
Su devoción predilecta era la de la Sma. Virgen
del Carmen y de María Auxiliadora, cuyo culto pro­
pagó por cuantos medios estuvieron a su alcance.
Salesianos y Cooperadoras lamentan de un modo
especial la desaparición de la buenísima doña Ignacia,
en la que han perdido una celadora ejemplar y un
válido apoyo de las Obras de San Juan Bosco. Fué
asidua propagadora de la Pía Obra del Sagrado Co­
razón de Jesús.
Pedimos una oración por su eterno descanso.

Han muerto también en la paz del Señor:
E s p a S a (Alicante) Alcoy — Rvdo Don Rafael
Lanús Aura — Santiago Gisbert Boronat.
E s p .aS a (Tarragona) Reus — Sor María Luisa Cons­
tanza de Cristo Sacramentado, de las Adoratrices.
A r g e n t in a Antelo — Angel Faccendini.
M éjico (Sonora) Narojoa — Jesús Ruy Sánchez.
V enezuela (Yaracuz^ Yaritagua — Laureana
Fonseca de Rodríguez — Rita Ramírez — Josefa
de Flores — Yocasta de Calistri.

C oa aproAorASa de im uloridmd eciesMst/cM, — U m ctor-copaoub^cs O. G U I D O FAVINI
EriablccÍBÍeD(o Tip, de U Sociedad Edtfor* Io<era*cioMÍ • T btíb. Corao ffegn e M argéerff*. trS

TESORO

E S P IR IT U A L

Relación de las Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesianos pue­
den ganar, en el transcurso del año.

1. — Una vez cada día, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y exalumnos. Si, hall^ d ose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
2, - E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
4 - E/ día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
5 - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
b - E l día en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
Cada vez que practique los Santos Ejercicios
Espirituales, de ocho días.
% - A la hora de la muerte, con tal que, confe­
sado y comulgado o por lo menos arrepentido 3e
suspecados, invoque, con los labios o con el corazón,
el nombre sacratísimo de Jesús.
EN C A D A UN A
D E LAS SIGUIENTES FIESTAS:

1) M O V IB L E S :
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifaníá).
Dolores de la Sma Virgen (El riemes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJ A S :
ENERO

1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísirruo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

18
23
25
29

-

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquía.

20

MAR

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de ¡a Sma Virgen.
MAYO

3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de In Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
JUNIO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
2 9 Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO

1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO

6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEMBRE

8
12
14
15
29

-

Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Sania Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE

y • La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
NOVIEMBRE

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Francisco Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pon­
tífice.

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no se ha editado en ninguna lengua extrangera. Quien desee
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