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Título
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BS_1944_02
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Descripción
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Boletín Salesiano. Febrero 1944
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Fecha
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1944.08
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extracted text
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Inscribios en la Pía Obra del Sagrado
Corazón de Jesús de Roma
L a BAsn-iCA del S agrado C orazón de J e
EN R oma y el P ara L eón x m . —El año
sús
1879, el Papa León x m confió a D. Bosco
la construcción del templo al Sagrado Co
razón de Jesús, que se habla empezado a
levantar en Roma en el lugar denominado
Castro Pretorio. El Santo aceptó al punto
tan honroso encargo, si bien conocía cuán
difícil y costosa debía serle la empresa.
Venciendo mil dificultades, pudo cumplir
satisfactoriamente los deseos del Papa, vien
do consagrado el nuevo y magnífico templo
el año 1887. D. Bosco, que ya apenas podía
tenerse en pie, quiso ir por última vez a
Roma para ofrecer a Su Santidad León x m
en su Jubileo Sacerdotal la Basílica com
pletamente terminada.
S eis misas cotidianas perpetuas para los
INSCRITOS VIVOS Y DIFUNTOS, Y OTROS FAVO
RES ESPIRITUALES. — Fué fundada la Pía
Obra dei Sagrado Corazón por el primer
sucesor de San Juan Bosco, y benignamen
te aprobado por S. S. León X Ill el 30 de
julio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, se
adquiere derecho a participar de todas las
oraciones y buenas obras de la Sociedad
Salesiana, y a la aplicación de seis misas,
que se celebran todos los días, a perpetui
dad. en nuestra Basílica del Sagrado Co
razón de Jesús en Roma: dos en el altar
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que. habien
do confesado y comulgado, visiten una igle
sia u oratorio público (los religiosos y reli
giosas, la suya privada), y recen allí según
la intención del Sumo Pontífice, pueden ga
nar:
INDULGENCIA PLBNARIA
l.« El día en que dan su nombre a la
Pía Unión de los Cooperadores.
2.0 El día en que por primera vez se con
sagran al Corazón de Jesús.
8.0 Todas las veces en que durante ocho
días seguidos hagan Ejercicios Espirituales.
mayor, dos en el de María Auxiliadora y
dos en el de San José.
Los que se inscriben en la Pía Obra pue
den aplicar el fruto de estas misas a sí
mismos, o a otras personas, vivas o difun
tas, y variar la intención cuantas veces les
plazca.
Las limosnas recibidas por este conduc
to destíñanse, de modo exclusivo, a promo
ver la gloria de Dios y los intereses cul
turales de la sociedad, acogiendo a niños
pobres y abandonados para educarlos cris
tianamente.
¿Quién no contribuirá, pues, con algu
nos céntimos, que con tanta facilidad se
gastan,, a esta invitación paternal de San
Juan Bosco y de la Iglesia, inspirada en
ideales tan nobles y caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de ase
gurarse la benevolencia divina, en este
mundo y en el otro, mediante la aplica
ción de los méritos infinitos del Santo Sa
crificio del altar?
¿Quién no tiene seres queridos, vivos o
difuntos, a quienes obsequiar con tan es
pléndido regalo espiritual?
Pidan hojas de inscripción y envíen las
limosnas a la Direceñón del B oletín S alesiANo, Apartado 9134, Madrid, que es la
representación del Revmo. Rector Mayor de
la Congregación Salesiana.
4.«> En punto de muerte, si confesados y
comulgados, o al menos con corazón contri
to, invocaren devotamente el Nombre de
Jesús con la boca, y si no pueden, con
el corazón.
Cada mes:
l.° Un día a su elección.
2.0 El día en que hacen el Ejercicio de
la Buena Muerte.
3.0 El día en que asisten a la Conferen
cia mensual Salesiana.
Febrero: Día 2. Purificación de Nuestra
Señora: 22, Cátedra de San Pedro en Antioquía.
iifarzo: Día 19, Fiesta del Patriarca San
José; 25. Anunciación de la Sma. Virgen.
SUMARIO
El sacerdocio católico.—De nuestras Casas (Inauguración de la capilla a San
Juan Bosco en las E. P. S. de Zaragoza).—Noticiario breve.—^Efemérides secu
lares.—De nuestras Misiones.—La Sierva de Dios D.» Dorotea de Chopitea.—
“In memoriam”.—Crónica de gracias.
N U E ST R A P O R T A D A
18
Reproducción en bicolor del cuadro del altar de S. Juan Bosco en la Basílica
de María Auxiliadora, en Turín, debido al inspirado pincel de (3rida.
BOLETIN
SALESI ANO
Febrero de 1944
Núm. 8-2.* Epcca
REVIS TA DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
Redacción y Administración; Alcalá, 164. - Apartado 9134. - MADRID
El S a c e r d o t e
Insistiendo en el -pensamiento esbozado en
él número anterior sobre la necesidad de la
enseñanza religiosa, y siendo él sacerdocio
la columna alrededor y sobre la cual se
han de edificar y sostener todas las inicia
tivas y obras, en éste como en todos los
demás campos de las actividades de la
Iglesia, creemos oportuno poner a conside
ración de nuestros lectores algunos princi
pios y verdades referentes al sacerdote ca
tólico. Wo es ésta la vez primera que se
trata este asunto en las columnas del Bo
letín; sin embargo, tenemos la seguridad
de que serán acogidas estas lineas con ver
dadero afecto por nuestros Cooperadores, no
precisamente porque ellos necesiten conven
cerse de cuanto vamos a exponer, sino poi
que les ponen en ocasión propicia para
enaltecer y defender a este sacerdocio ca
tólico contra el cual los enemigos de Dios
“dirigen principalmente sus golpes a fin de
quitarlo de en medio y abrirse paso hacia
la siempre deseada y jamás conseguida des
trucción de la Iglesia misma". (Pío XI).
E l s a c e r d o t e , se g ú n la el estado eclesiástico, respondiendo así
IDEA DE ¡UANITO BoSCO a D . Calosso, que le preguntaba^ el
luanito era un niño, v, como tal,
no podía tener del sacerdote sino una
idea intuitiva, producto de una niente
infantil, coloreada por el sentimiento
de su natural afectuoso y según la vi
sión misteriosa, tenida a los nueve años,
en que el 3eñor le revelara su porve
nir. Y la idea que del sacerdote tem'a
apeu'ece con claridad en algunas fra
ses consignadas en las Memorias que
años después escribió para los Salesianos.
En abril de 1826, año de su pri
mera Comunión, tuvo su célebre en
cuentro con D . Calosso. que volvía
con sus feligreses de Murialdo de
la Misión que se estaba predicando en
Buttigliera. En aquella ocasión tuvo
con el buen sacerdote una conversa
ción histórica, aunque sencifla; téin
sencilla como la que puede sostener un
niño. V que, sin embargo, le abrió pa
so hacia el altar. Durante el diálogo,
luanito manifestó su deseo de abrazar
por qué : Para acercarme, hablar, ins
truir en la Religión a tantos compañe
ros que no son malos, pero que llegan
a serlo porque nadie se preocupa de
ellos.
En la mente de aquel rapazuelo, el
sacerdote era, pues, ante todo y sobre
todo, el amigo de los niños y el ins
trumento divino de su salvación eter
na. luanito, como cumple a un chiqui
llo, no pensaba en las personas mayo
res, que también necesitan, no cabe
duda, del sacerdote. Bien lo sabía él,
que las había visto trabajar en domin
go, desertar de la iglesia, blasfemar...
Pero en su condición de niño se
preocupaba sólo de los pequeños, ^por
que en su mismo corazoncíto sentía el
eco de su voz angustiada oidiendo hom
bres que los llevasen a Dios.
Este anhelo le preocupó con tanta
insistencia, que algún tiempo después,
embargado de tristeza, lloro amarga
mente. Hubiera querido acercarse a los
sacerdotes de su pueblo, celosos y
- 19
nando en él la idea del apostolado ju
venil que hasta entonces había teni
do, V puso el sello a das resoluciones
tomadas en el día de su vestición, con
este propósito : Todos los días conta
ré a mis compañeros y amigos algún
ejemplo o máxima provechosa para el
alma ; el día que no tenga a quién,
lo contaré a mi madre.
Uegado al sacerdocio, juan Bosco
realizó plenamente su concepción y fué
el hombre de Dios que, si bien pen
sando en las almas de todos, se dedicó
de un modo especial a la de los niños ;
fué la bondad del Señor hecha sensi
ble a los iovencitos con la amabilidad
en la palabra y en la sonrisa, con el
amor operativo de una vida empleada
sobre todo y por entero en su educa
ción.
Jaanito Bosco con D . Calosso
ejemplares; pero viéndolos pasar por
calles y caminos vecinales con solem
ne dignidad, y contestar muy serios a
su saludo, mas sin dirigirle una sola
palabra, no pudo menos que romper
a llorar, y aunque con frases respetuo
sas, se desahogó con su madre y con
sus compañeros: Si lleoo a ser sacer
dote, pienso obrar de muy distirita ma
nera : me acercaré a los niños, les di
ré buenas palabras y les daré buenos
consejos.
fuanito no cambió nunca este su
concepto sobre el sacerdote. La vesti
ción clerical puso fin a la vida y a la
mentalidad del seglar, y dió comien
zo a la del clérigo. Pero si en sus ora
ciones. dichas en lo íntimo de su co
razón durante la ceremonia religiosa.
V en sus propósitos, escritos la noche
de aquel día memorando, se puede ver
que luán se formó del sacerdote la
idea del hombre que reduce a un mí
nimum las necesidades y las debilida
des de la naturaleza humana e irra
dia a los demás hombres los resplan
dores de las virtudes divinas, es evi
dente. sin embargo, que siguió domi-
20
—
El
s a c e r d o t e en e l p e n
sa m ie n t o DE M a d re M ar
garita
En las palabras y en el modo de
obrar de la santa madre de D. Bosco
puede leerse el elevado concepto que
el buen pueblo cristiano tiene de sus
sacerdotes.
Margarita sabía que el sacerdote hace las veces de D ios; por lo mismo, le
confiaba a^sus hijos, tesoro de su co
razón. lose y fuanito le manifestaban
todo cuanto habían hecho v dicho, pe
ro reservaban para el confesor los se
cretos más íntimos; y la madre no só
lo no se sentía celosa por estas confidwcias, que ella ignoraba y no inten^ba descubrir, sino oue Ies recomen
daba insistentemente y se lo inculcaba
con el ejemplo, que manifestasen siem
pre con claridad al sacerdote cuanto
en pensamiento, palabra y obra, fuera
ofensa del Señor.
El elevado concepto en que Marga
rita tema al sacerdote se reveló sobre
todo en las memorables palabras dirigi
das a su hijito poco después de vestir és
te la santa sotana. Se sentía feliz al ver
lo encaminado ya hacia el santuario, pe
ro temía que más adelante llegase a
dudar de su vocación ; en tal caso pre
fería que juanito depusiese la sotana y
que volviese a cultivar los csunpos:
Prefiero tener por hijo a un pobre cam
pesino que a un sacerdote descuidado
en sus deberes. En el corazón de Mar
garita el amor de madre cedía el sitio
al profundo respeto que sentía hacia
el estado sacerdotal : por grande que
fuese su amor a luanito v desease el
cumplimiento de sus deseos, lo pre
fería pobre campesino antes que sacer
dote poco diligente en el cumplimien
to de sus sacrosantos deberes volunta
riamente abrazados.
^
El día de Corpus del año 1841,
D. Bosco cantó su primera Misa en
su aldea natal. Apenas pudo encon
trarse a solas con su hijo, Madre Mar
garita le dijo : Eres ya sacerdote : di
ces Misa ; desde hoy en adelante es
tarás más cerca de Jesucristo. Acuér
date, sin embargo, que comenzar a
decir Misa significa comenzar a sufrir.
No te darás cuenta en seguida, pero
poco a poco te irás dando cuenta de
que tu madre te ha dicho la verdad.
Estoy segura de que todos los días re
zarás por mi, bien mientras viva, bien
cuando haya muerto. Esto me basia.
Tú, desde este día, piensa sólo en la
salvación de las almas y no te preocu
pes más de mí.
Margarita se hallaba oerfectamente
compenetrada con la misión del hijo
sacerdote hasta el punto de pedirle se
olvidara de ella en bien de las almas.
En aquellos tiempos, las madres no ab
dicaban fácilmente a sus derechos ni
ante los halagos ni ante los caprichos
del niño, ni siquiera cuando el mjo lle
gaba a hombre, porque tera'an muy
arraigado el sentido de la autoridad
que Dios V la Naturaleza dcin a las
madres sobre los seres que les dá^en
el tesoro de la vida. Pero el hijo ha
bía Degado al sacerdocio v la madre
quiso pasar a segundo orden.
Aquellas palabreis fueron el último
acto de la autoridad materna de Ma
dre Margarita. Desde entonces, aquel
su afecto, que siguió inmutable y
grande cuanto grande es el corazón
Margarita Ocdiiena, madre de S. J. Bosco.
de una madre, adquirió un profundo
sentido de veneración porque tenía la
impresión de que su hijo había sido
hecho, con la unción sacerdotal, in
mensamente superior.
El
s a c e r d o t e en l a s p a
g in as DE LA H isto r ia
El sacerdote es la omnipotencia di
vina puesta a disposición de la Huma
nidad. El sacerdote multiplica entre
los hombres las obras del Señor como
la creación multiplicó los astros del fir
mamento.
Instrumento de Dios, el sacerdote
trabaja a escote, a medias con Dios ;
a diferencia de los hombres que fabriC2ui estados y haciendas utilizando ca
pitales enormes y sacrificando intere
ses V vidas, el sacerdote crea de la
nada.
Cada página de la Historia de la
Iglesia nos ofrece alguno de estos ma
ravillosos rasgos del poder de Dios
puesto a disposici^ de sus sacerdot^.
Los grandes Fundadora de Familias
Religiosas, desde S. Benito hasta Don
Bosco, por no nombrar otros más re—
21
cientes, no poseían nada ; y sobre es
ta nada surgieron abadías, conventos,
casas religiosas, colegios, iglesias y
centros de actividad tan numerosos co
mo las arenas del mar.
S . Vicente de Paúl, S, [osé Beni
to Cottolengo, 3. luán Bosco, D . Do
mingo 3ol y cien otros apóstoles de la
caridad han dejado estupefacto al
rnundo de las finanzas, para el que
siempre han sido un misterio las ins
tituciones benéficas hechas con la na
da, V que llenan de alegre admiración
al mundo de los que sufren, los cua
les se ven maternalmente asistidos en
sus innumerables miserias. ¡ Doquiera
asoma el dolor, allí vemos al buen 3a'
maritano, derramando bálsamo sobre
sus heridas abiertas!
Pero la omnipotencia de Dios para
con sus sacerdotes brilla sobre todo en
las estupendas metamorfosis que ellos
obran en los hombres. La voluntad hu
mana es el único obstáculo verdadero
que puede dificultar el camino de la
gracia ; y ésta se sirve casi siempre del
sacerdote para superar victoriosamente
el obstáculo.
Los bárbaros, rudos y belicosos, y
23 ~
S . la in Bosco, padre y maestro de la foTeatad
los patricios muelles del hundido Im
perio Romaiio fueron la cantera de la
que 3an Benito sacó a sus monjes, que
brillaron por su santidad y cultura, di
latando el Reino de Dios por toda
Europa y reedificando las iglesias y
las poblaciones que ellos mismos o sus
padres habían devastado.
San Francisco de Asís pobló la tie
rra de conventos en los cuales vivían
sacerdotes que parecían hombres de
otro mundo, que difundieron a su al
rededor sencillez, candor y desinterés,
y que triunfaron de los vicios median
te su palabra y su ejemplo tan opues
tos a las costumbres dominantes en la
época.
En el ambiente sibarítico del si
glo X II, 3 . Pedro Nolasco y S. Fé
lix de Valois suscitéiron falanges de
sacerdotes heroicos, hasta el extremo
. de poner a la venta su propia persona
para redimir a los cristianos esclavos
de los musulmanes, sustitución que
equivalía a un verdadero martirio, aun
que no siempre cruento.
3an Francisco Javier y, antes y des
pués de él, miflares y millares de
sacerdotes misioneros convirtieron na
ciones enteras, en las que eran doble
mente mal vistos, por extranjeros y
por suplantadores de la religión nacio
nal.
3an Vicente Ferrer, S. Juan de la
Cruz, el santo Cura de Ars, el Beato
Claret y toda la pléyade de sacerdo
tes dedicados a la predicación evan
gélica y al ministerio de las confesio
nes, han atraído a innumerables peca
dores y libertinos y los han converti
do a Dios con la elocuencia y la edi
ficación de su palabra, que parecía y
era la palabra de Dios.
Don Bosco, en un siglo que vió ce
rrados o semidesiertos los seminarios,
dio a las diócesis millares de sacerdo
tes y al tiempo que la juventud toda
coma desbocada a la ruina moral y
religiosa, transformó su primer Orato
rio en un vergel de lirios y de flores
olorosas y pobló sus colegios de mul
titudes ingentes de jovencitos que emu
laron la pureza candorosa de los án
geles.
El
s a c e r d o t e a la l u z d e
LA R ev el a c ió n
La persona del sacerdote irradia
maravillosos fulgores de divinidad.
En el lenguaje de la Escritura el
sacerdote tiene la categoría de coope
rador de Dios y de adminislTadoj y
dispensador de los Misterios del Señor.
Es el hombre de Dios por excelencia,
diputado para crear en las amas nue
vos mundos sobrenaturales inniutamente más bellos y grandiosos que el que
contemplan nuesiros ojos: para comu
nicar al Espíritu 3anto ; para traer m i
veces a jesús sobre la tiena *, ^ mas,
para perpetuar sobre la tierra la per
manencia del Hombre-Dios, pm el
sacerdote, los sagrarios estarían vamos
y las iglesias vendrían a ser mudos üofeos de una arquitectura sin sentido,
como lo son las ruinas de los templos
paganos.
...
Es el hombre delegado ohcidmente para integrar la Ppión de Lnsto,
añadiendo a la agonía del Redentor
los propios padecimientos, pwa hacer
llegar a las almas la Redención lleva
da a cabo en el Calvario.
Su bendición llega a todo y a todos :
animales, plantas, semillas, mieses,
casas, máquinas, agua, fuego ; en to
das las criaturas salidas de las manos
de Dios o transformadas por la mano
del hombre, el sacerdote imprime el
sello de su bendiaón, que es la ben
dición del Señor.
• r
Cumple en la tierra idéntica tunción que el Redentor; es más, cumple
exactamente las mismas funciones.
adora, reza, da gracias en nombre de
toda la humanidad, de la que es re
presentante oficial; como jesús, per
dona los pecados v celebm el mismo
Sacrificio de la Ultima Cena y^ del
Calvario, jesús le confió esta misión
al decir : A si como el Padre me envió,
asi os envió uo a vosotros.
En el confesionario no tiene otra msignia que una estola morada, P^o en
su mano ostenta un poder mfimto.
Traza la señal de la cruz y dice en
voz baja : Yo te absuelvo de tus pe
cados, y lo que no podrían hacer to
dos los poderes del universo, lo logran
estas sencillas palabras del sacerdote,
con las cuales reconstruye en un ins
tante el magnífico templo de Dios des
truido por el pecado.
En el altar, al inclinarse sobre a
Hostia, pronuncia las palabras de la
Consagración, y el pan ^ convierte en
el Cuerpo del Hombre-Dios. La ma
yor entre las maravillas de esta transubstanciación no es el cumulo de mi
lagros que exige y de que consta, sino
el que pueda ser hecha por las pala
bras de un hombre, siendo como es
esencialmente divina, y que se realice
con palabras que tienen la virtud de
producir lo que significan sólo^ cuando
antecede la unión entre jesús ^ el
sacerdote j que la palabra d ^ hom
bre llegue a ser palabra de Dios, y
la acción sacriíical del honibre sea
verdaderamente la acción sacrifical de
jesús.
. .
3e cumple, pues, en el la rnistenosa realidad proclamada por S. Pa
blo cuando oice : Crisío üíue en mi.
¿ t e divino fenómeno se realiza, es
cierto, en todos los cristianos que vi
ven en gracia y de la gracia, pero no
tiene perfecto cumplimiento sino en el
sacerdote, el cual participa, no solo de
la vida, sino también de los poderes
y de la dignidad del pontífice Eterno,
jesucristo. Y de este modo viene a
ser su Legado, su alier
° como
dicen los Padres, un alter Christus,
otro Cristo en la tierra.
El sacerdote es, pues, la respuesta
de jesús a la súplica Mane nobiscum,
Domine, Que le dirigieron los discípu
los de Emaus al atardecer del día de
la Resurrección, y que la humanidad
en el transcurso de veinte siglos repi
te de continuo en sus plegarias y con
sus dolores: jesús ha quedado con
nosotros en la persona de los sacerdo
tes y en el poder omnipotente conce
dido a su palabra con la que instruve, ayuda, perdona, renueva el sacri
ficio redentor y Deva a cabo las admi
rables creaciones de la gracia que i n
vierten al alma en un templo de Dios
V en un Cielo en la tierra.
— 23
De n u e s t r a s
ooooc&cooQioo
C 3
S 3. S
Z aragoza : Escuelas Profesionales Salesianos.—El dia 2 de diciembre pp., a las diez de
la mañana, fué bendecida por el Excelen
tísimo e Ilustrislmo señor Arzobispo doctor
D. Rigoberto Domenech, la capilla de San
Juan Bosco en las Escuelas Profesionales
Salesianas de Nuestra Señora del Pilar, que
se están construyendo en la ciudad de Za
ragoza.
Copiamos del diario “El Noticiero”, de
aquella ciudad:
”E1 acto se vió concurridísimo por perso
nas de todas clases sociales, predominando
los niños, que acudieron en tan gran núme
ro, que fué problema de no fácil solución
el colocarlos. Los vecinos de la bmrriada se
sumaron en masa al piadoso acto. Vióse
entre las personalidades allí presentes a los
directores de los grupos escolares "Rosa
Arjó", “Andrés Manjón” y “Cervmites”.
En la ceremonia de la bendición nuestro
amadísimo Prelado fué asistido por el Maes
tro de Ceremonias del Pilar, D. Francisco
Mateos, y por un sacerdote Salesiano.
Durante la misa, que se celebró después
de la bendición, la banda de cometas y tam
bores del Cuerpo de Policía Armada, ama
blemente cedida por su Jefe, rindió hono
res al Señor en el momento de la Eleva
ción. Dicha banda solemnizó también la Uegada y despedida del señor Arzobispo, el
cual, terminados los actos religiosos, pasó a
visitar las dependencias de la casa, cele
brándose en uno de los salones una recep
ción en la que un niño declamó una poesía
de saludo y acción de gracias a S. E.
Tierna por demás fué la escena que pre
senciamos, cuando al salir el señor Arzo
bispo, los chavales, rompiendo por entre
las filas de guardias, fueron a besar el ani
llo del Prelado. ¡ Hermosísima escena ver
al buen Pastor rodeado de tan gran núme
ro de ovejitas, que se estrujaban para lle
gar hasta él! Entre los vítores de los ni
ños y al son de las cometas y tambores,
sonriente y complacido, se despidió el se
ñor Arzobispo.
Detalle emocionante y simpático de la fies
ta lo constitu.vó para todos los asistentes
el oír quinientos y más rapazuelos orar
juntos, siguiendo los pasos de la misa, y
entonar a inténsalos fervorosos y entusias
tas cantos al Santísimo, a la Virgen y a
San Juan Bosco.
Preside el altar de la nueva capilla una
estatua de San Juan Bosco, que infunde
devoción y confianza; ha sido construida
en las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona, y es regalo de una noble dama,
24 —
ZARAGOZA.—El tobogán, uno
de los jnegos redentemente
Inangnradot
agradecida por un insigne favor alcanzado
por mediación del santo de los niños.”
En el mismo Oratorio se han inaugurado
recientemente nuevos juegos para atracción
y recreo de los niños que acuden allí a pa
sar alegre y santamente los dias de fiesta.
El de más éxito ha sido el tobogán. Forman
también las delicias de los pequeños el bandeador, los pasawlantes, etc. ¡ Cuánto bien
se haró a las almitas de esos niños que
acuden a centenares al Oratorio atraídos
por las diversiones, y qué recompensa tan
grande tendrá reservada el Señor para las
generosas personas que ayudan con caridad
al desarrollo de obras tan provechosas a la
sociedad, a la Religión y a la Patria!
M ataro : Colegio Salesiano de S. Antonio
de Padua.—El Círculo Misionero P adre C alasanz, integrado por los socios de las Com
pañías piadosas, ha querido este año pro
yectar ai exterior su amor y entusiasmo por
las Misiones. Los socios de la Compañía del
Santísimo Sacramento, además de su ora
ción diaria según la Intención misional del
Papa, convencidos de que para entusiasmar
se a sí mismos y entusiasmar a . los demás
en el ideal sublime de la conversión de los
infieles, lo más eficaz es conocer detalla
damente las Misiones y las fatigas y difi
cultades del misionero, han creado un
Círculo de Estudios Misionales que ha em
pezado a funcionar en el mes de enero. Asi
mismo han tomado a su cargo la organiza-
De n u e s t r a s
misiones
Grapos de veteranos muchachos
que frecuentan el O. F. Salesia*
no de Zaragoza
ción de la tradicional Rila en favor de las
Misiones.
, .
P amplona : Escuelas Profesionales Salesianos. Celebróse con gran fervor la fiesta de
las Misiones en nuestra Casa de la capital
de Navarra, fervor que se manifestó al ex
terior, amén de las numerosas comuniones,
visitas y sacrificios, con las setecientas pe
setas recogidas entre los internos.
Aplaudimos y señalamos como digno de
imitación el entusiasta y generoso rasgo
de los alumnos de Mataró y de Pamplona.
M adrid : Colegio de S. Miguel Arcángel.—
Este Colegio, situado en el Paseo de Extre
madura, fué uno de los que más sufrieron
en nuestra Guerra de Liberación, por ha
berse hallado durante toda ella en terre
no de fuego. Con tesón y entusiasmo se
ha logrado repararlo en sus líneas genera
les. Desde hace un año vienen funcionando
en él cuatro clases elementales, frecuenta
das por unos doscientos alumnos externos
gratuitos. En este mes se ha inaugurado el
Oratorio Festivo y se han abierto dos cia
ses más. Los Antiguos Alumnos y el Círcu
lo “Domingo Savio” han iniciado asimismo
sus actividades. Hermosas funcioncitas de
teatro y animados recreos constituyen la ale
gría de los niños de la barriada, cuya de
voción se puede admirar en sus prácticas
de piedad y en las frecuentes visitas a Je
sús Sacramentado. Quiera el Señe»' seguir
bendiciendo la hermosa labor que en aque
lla casa se lleva a cabo.
De D. Mariano Uguet, Inspector Salesiano en la India, se ha recibido una carta,
de la que entresacamos los párrafos siguien
tes :
“Muy amado Padre: Con gran alegría
leimos su carta de mayo último, cuyo con
tenido se comunicó a todos los Hermanos
de la Inspectoría. Estamos siempre unidos a
ustedes y, todos los días, en todas las casas
de la Inspectoría, se hacen oraciones espe
ciales por nuestros Superiores lejanos!
Seguimos adelante en medio de grandes
dificultades, pero el Señor nos proteje,
Para cumplir con sus deseos y celebrar el
jubileo de nuestro amado y venerado Rec
tor Mayor, hemos intensificado el cultivo de
vocaciones, y el próximo año tendremos sie
te novicios: cuatro, fruto de Sillooah, y
tres, de Gauhati. Tenemos 28 aspirantes, to
dos sanos y buenos muchachos.
Este año he visitado todas las casas dos
veces, y algunas hasta tres y cuatro; en
todas se trabaja con celo y amor. En este
mes tendremos dos tandas de Ejercicios Es
pirituales: una, en ShiUong, y otra, en
Krishnagar.
Esta Inspectoría es muy extensa, y paso
la mayor parte del afio en viajes, usando
todos los medios de locomoción: a pie, a
caballo, en elefante, en barco, en tren, y
últimamente también en aeroplano. En la
madrugada del 18 de mayo me encontré
en un choque de trenes: el coche en que
viajaba quedó hecho astillas, y hubo 14
muertos y 34 heridos. Un Padre Paúl y yo
fuimos los únicos pasajeros de aquel coche
que quedamos ilesos, sin ni siquiera un ras
guño. No se explica sin una protección
muy grande de María Auxiliadora.
Don José Carreño, Vicario General de Madrás y Pro-Inspector de aquella Inspectoría,
pasó aquí el mes de agosto y entrambos la
mentamos la falta de noticias. ¿No podría
mandarnos el Boletín español u otra revísta
que nos dé noticias de ustedes? De cualquier
noticia que me mande le quedaré muy agra
decido.
En nombre de todos le presento a usted
y a todc« los Superiores nuestras oracio
nes y augurios de im nuevo año muy fe
liz. Que él Niño Jesús nos traiga la tan
suspirada paz. Le agradeceré presente mis
respetos al amadísimo y Revmo. Rector Ma
yor, y usted dígnese bendecir a éste su aíectísimo hijo in C. J.
Mariano Uguet
Misiemero Salesiano
Gauhati-Assam, &-10-43 (India).’
— 25
Nuevo Cardenal Protector
de la C o n g r e g a c ió n S a l e s i a n a
Nos complacemos en presentar la jigwra del'
Emmo. Cardenal Salotti. a quien S. S. Pío XII
acaba de nombrar {según noticias que recogemos
de la Prensa transmitidas por la Agencia EFE.),
Protector de la Congregación Salesiana en susti
tución del fallecido Cardenal La Puma (g. s. g. h.).
Creemos del todo innecesario referir los méritos
que Mons. Salotti tiene ante la Obra Salesiana,
pues es sobradamente conocido cuanto por ella
ha hecho, de un modo especial en lo referente a
las causas de Beatificación de D. Bosco y . del
Vble. Domingo Sanio. Indican su amor hacia los
Hijos de D. Bosco estas frases que espigamos en
sus escritos: ... me ligan a los Salesianos víncu
los de devota y fra'ternal amistad... Para mí ha
blar de D. Bosco ofrece el atractivo más seduc
tor... He sentido siempre hacia la gran Familia
Salesiana, de la que me considero humilde tercia
rio, tma admiración profunda y especial...La Con
gregación Salesiana y sus Cooperadores y amigos
agradecen a Dios y a su Vicaría en la tierra el
inestimable don que acaban de hacerles. El
Emmo. Cardenal Carlos Salotti nació en Grotte
de Castro, diócesis de Montefiasone {Italia), el 25
de julio de 1870. Es actualmente Prefecto de la
Sagrada Congregación de Ritos.
EFEMÉRIDES
SECULARES
D on B o s c o en el a n o 1 8 4 4 ...
Un día, al llegar D. Bosco a cierta ciu
dad, tuvo noticia de que un señor amigo su
yo, y de edad muy avanzada, se hallaba gra
vemente enfermo. Sin saber explicarse el
porqué, tuvo un triste presentimiento, y al
punto se dirigió a visitarle. Aquel señor ha
bía empleado los años de su larga vida en
la práctica de la virtud y en obras de ca
ridad. Todos le tenían en concepto de san
to. Había conocido a D. Bosco cuando éste
era aún muy joven, y le tenía en gran
aprecio.
Al llegar D. Bosco a su casa, supo que el
buen señor había recibido los Santos Sa
cramentos y la Bendición ApostóUca. In
sistió, con todo, para poderle ver, y fuéle
dicho que los médicos habían prohibido las
visitas al enfermo; que, además, era in
útil su presencia, pues había perdido los
sentidos. No se dió por satisfecho D. Bos
co con estas razones, insistió nuevamente
y logró por fin ser Introducido en la habi
tación y quedar a solas con el enfermo.
Apenas éste oyó la voz de Juan, abrió
los ojos y exclamó:
— íOA! ¿Eres fii, Boscol
—Supe (pie estaba usted enfermo, y ha
llándome de paso quise...
28 —
— ¡ Gracias, gracias l
—¿Y cómo se eTicuentral
—Ya puedes ver: mal, muy mal.
—Me han dicho que ha recibido ya los
Santos Sacramentos.
—Sí... ¡los he recibidol
Y al decir esto, al pobre anciano le tem
blaba la voz.
—jDemos gracias a Dios—prosiguió D. Sos
co—y esté tranquilo, puesto que están en
o ^en los asuntos de su alma. Puede sen
tir gran satisfacción al mirar hacia atrás
y ver su vida empleada toda ella en el
servicio de Dios y en bien del prójimo.
El pobre anciano lanzó un profimdo sus
piro, que más parecía xm sollozo, miró a
su alrededor y dijo:
—Bosco.
—iQué deseo?
—¿Hay alguien en la habitación^
—Nadie. Estarnos sotos.
Asi creía D. Bosco, pero detrás de un
amplio cortinaje, se hallaba oculta una per
sona, que no habiendo podido retirarse a
tiempo, tuvo vergüenza de aparecer en aquel
instante. Cincuenta años después, cuando
no era ya posible determinar nombres de
personas ni de lugares, y ocultándolos cui-
II
La Sierva de Dios
Doñd
D oroted
Muchos de nuestros apreciados lectores
üabrán visitado siquiera iina vez las Es
cuelas Profesionales Salesianas de Barcelo
na (Sarriá); muchísimos, por no decir to
dos, las han oído nombrar y conocen el
gran bien que en ellas se hace... Sa,ben de
cuántos niños y jovencitos acogen, cómo és
tos se ejercitan en un arte u oficio hasta
salir maestros capacitados para ganarse hol
gadamente la vida; cuán profundo es el
tópíritu cristiano de que se im b^en sus
tiernos corazoncitos... Saben del cúmulo de
hermosas g^nspñanstas que allí se da a la
juventud desde la cátedra, desde el pulpi
to y desde el confesionario; de los cantos
fervorosos entonadce bajo las elegantes ar
cadas góticas del Santuario de María Auxi
liadora; del recogimiento con que aquella
masa de muchachos se acerca diariamente
al Banquete Eucarístico; del número ^ a n
de de vocaciones sacerdotales y religiosas
que el Señor ha suscitado entre sus cen
tenares de alumnos en el no largo espacio
de sesenta años... ¡Cuánto bieni ¡Cuán
tas almas santificadas entre los muros de
las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona 1 ¡Cuánto bien seguirá hacien
do fuera de sus ámbitos y en años y aun
siglos venideros mediante los padres de fa
milia reciamente cristianos que en ellas se
han formado, y gracias al apostolado de
los sacerdotes y religiosos que lian visto
germinar y florecer en aquel jardín de vir
tudes su vocación hermosa 1
¿Y a quién se debe tanto bien, tantas
almas salvadas y santificadas, tan gran
abundancia de pan espiritual repartido en
tre los pequeñuelos? A Dios, “dador de todo
bien”. Pero...
Un día Jesús, al otro lado del mar de
Genesaret, se vió rodeado de una turba
hambriento, hambriento del pan del espí
ritu y del pan material. Y se compadeció
de ellos. “ ¡Pobres gentes! ¿Qué van a co
dadosamente, esta misma persona refinó el
hecho.
El enfermo prosiguió;
—Dime, ¿te has examinado de Confesión^
—SI, mi buen señor; pero en punto de
muerte, cualquier sacerdote puede obsoí! ver...
' —¡xh, Sosco!... Tengo que hacerte una
i confidencia... Compadéceme, perdona mi de
bilidad..., \no me reprendasi Tengo un se
creto que revelarte.
—Hablad; sabéis cuánto os quiero.
—De muchacho tuve ¡a desgracia de co
meter un pecado mortal, y me entró tal
vergüenza, que jamás he osado confesarlo.
Todas mis comuniones, \hasta la primeral.
1
06
C h o p i 't e d
mer en este lugar desierto y solitario?” La
respuesta para Jesús, Hombre-Dios, podía
haber sido muy sencilla. Si Dios puede ha
cer brotar hijos de Abraham de las piedras
del camino, podía también convertirlas en
panes. Y hubiera sido im milagro y una
lección. Lección de omnipotencia y lección
de bondad por parte de Jesús, por parte de
Dios. Pero el Divino Maestro quiso que en
la lección que nos Iba a dar, viéramos no
sólo cómo obra El. sino también cómo de
bemos obrar nosotros.
Y ved qué hizo... Había un muchacho
que tenía cinco panes y dos peces. En com
paración con el resto de la gente, podía
han sido sacrilegas. Temía perder la estima
del confesor.
—Y en la última confesión, ¿lo habéis
manifestado!
_\Lo he ocultado también] \Ayúdame,
Hosco l
—Con mucho gusto. Tened gran confian
za en él Señor, que tan bueno es y que por
nosotros ha muerto en la cruz.
El anciano se confesó, recibió la absolu
ción y levantando los brazos dijo;
—¡Seo eternamente bendecida la infinita
misericordia de Dios\
Y dicho esto, dejó caer los brazos y ex
piró.
(De las Memorias Biográficas. IV tomo)
— 27
muy bien considerarse rico en aquellos mo
mentos: tenia el doble de lo necesario pa
ra vivir cuando los demás carecían de lo
más indispensable. Y Jesús le pide el sa
crificio de sus riquezas.
¿Acaso no podía el Salvador alimentar
a aquellas gentes, obrar el estupendo mi
lagro de dar de comer a aquella multitud
de más de cinco mil personas, sin necesi
dad de que aquel muchachito se viera pri
vado de todos sus bienes? ¡ Muy bien po
dían aquellas manos, obradoras de prodi
gios estupendos, haber prescindido del soco
rro de cinco panes y dos peces I Pero Dios,
que ha querido asociar al hombre a su di
vina Paternidad, le quiere también asocia
do a esto que podríamos llamar corolario
de su poder creador: su Providencia.
Corría la segunda mitad del siglo XIX...
Las muchedumbres, en pos de promesas fal
sas, aunque halagadoras y ofrecidas como
mesiánicas, se iban desplazando de la tran
quilidad de sus campos, de la paz augus
ta y cristiana de las aldeas, relicario de
seculares virtudes, para poblar los subur
bios de las ciudades, hacinadas en buhardi
llas, sotabancos y chebas de latas; en ba
rriadas sin parroquia ni escuela; frecuen
tando padres, madres e hijos fábricas cu
yos amos, en su mayoría, sólo se preocupa
ban de que los obreros produjeran a más
y mejor, poniendo mayor interés por la
rueda más pequeña de un engranaje que
por esos centenax'es de ruedas importantí
simas del engranaje social que son los obre
ros.
Eran las muchedumbres en un l i ^ r de
sierto y apartado... Era el desierto del aban
dono de las leyes higiénicas, morales y re
ligiosas; el lugar apartado de la cultura y
de la Iglesia... Aquellas almas, a la corta o
a la lai*ga, iban a materializarse y a en
mohecerse como sus cuerpos entre las de
vanaderas de los Inmensos telares y entre
los tomos de la moderna industria metalúr
gica.
Y mientras tanto, revueltos con los es
combros y basuras de los solares para cons
trucción. crecían los niños, harapientos, hos
co el semblante y con el corazón precoz
mente cubierto de mugre, sin que hubie
ra una mano compasiva que les repartlei*a el pan... ¡el del cuerpo y el del alma!
Jesús, como entonces al otro lado del mar
de Galilea, tuvo compasión de las tmbas.
Pero, como entonces también, llamó a sus
apóstoles y les dijo: Dad de comer a esas
genies.
Un santo celo consumía el alma de estos
apóstoles, que se llamaban «i Barcelona Hi
jos de S. Ignacio, de S. Juan Bautista de
la Salle, de S. Juan de Dios, etc. etc. Mas
a semejanza de los que seguían a Cristo en
el siglo I. los apóstoles del siglo XIX eran
pobres... ¿De dónde saldrían los recursos
para hacer frente a las necesidades de los
tiempos nuevos?
38 —
Dios Nuestro Señor hizo que hubiera va
rios con cinco panes y dos peces... Algu
nos cerraron los oídos de su corazón a la
invitación de los apóstoles... Otros supie
ron desprenderse tal vez de un pan. Con
estas ofrendas, Dios no quiso hacer mila
gros.
Hubo, sin embargo, una señoi*a, un alma
verdaderamente de Dios, un alma que en
tendía y meditaba las palabi-as de San Pa
blo ¿qué tienes que no lo hayas recibido?.
y en consecuencia, cumplía con el Man
damiento de Jesús al Doctor de la Ley
Vade et fac similiter, es decir, "obra con
tus prójimos como obró el Buen Samaiitano de la Parábola...” Un alma que, al en
tregarlo todo a los pobres, pensaba dar li
mosna no a un hombre cualquiera, tal vez
ingrato, sino a Cristo, cuyas palabras lo que
hicisteis con el más 'pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicisteis, resonaban de con
tinuo en su corazón.
Y esta señora, esta alma privilegiada, este
horno y ejemplar de caridad ciistíana en
el siglo XIX no fué sino aquélla cuyos
restos mortales se guardan cual preciada re
liquia en la iglesia de las antes citadas Es
cuelas Profesionales Salesianas y se llamó
doña Dorotea de Chopitea, viuda de Be
rra, hoy ya Siei-va de Dios.
Ella fué quien, en la metrópoli catalana,
en el momento crucial para la gran urbe,
al requirimiento de los apóstoles del bien
y aun anticipándose a él, como el mucha
cho del Evangelio, supo poner en manos
de Cristo, representado por sus ministros,
los cinco panes y los dos peces... ¡todos
sus bienes!
Y Dios hizo el milagro... ¿Quién podría
enumerar las obi'as de Caridad llevadas a
cabo en Barcelona gracias a la generosi
dad de doña Dorotea? ¿Las Escuelas Pro
fesionales Salesianas de Sarriá?... Y las de
Rocafort, dirigidas por los mismos religio
sos, y el Colegio de las H.H. de María Au
xiliadora. del Paseo de D. Bosco, y el Co
legio del Sagrado Corazón, de Sarriá; las
Salas de Asilo de las calles Aldana, Roger
de Flor y Barceloneta; el Colegio de S. Vi
cente de Paúl, el Obrador de la Sagrada
Familia, el Colegio de los P.P. Jesuítas, de
la calle de Caspe; el Ho^ital de Nues
tra Señora del Sagrado Corazón, los Cole
gios de los H.H. de las Escuelas Cristianas
de Las Corts, Barceloneta, Pueblo Seco y
Gracia; Colegio de María Inmaculada, del
Servicio Doméstico; Escuelas del Apostola
do de la Oración; Escuela Parroquial de
Rubí; iglesia de Calella de Palafrugell;
Albergue de San Antonio; Hermanitas de
los pobres, en la calle Borrtíl; Colegio de
Religiosos Franciscanos, de Pueblo Nuevo:
Asilos del Buen Consejo y S. Rafael... ¡y
cien y más obras benéficas de redención
espiritual, social y material que en Barce
lona elevan im himno poderoso a la Ca
ridad cristiana, el constante y perpetuo mi
lagro que Dios ha querido dejar como prue
ba fehaciente de la divinidad de la Iglesia
Católica.
Cuenta la leyenda que al morir Alejandro
Magno mandó que le dejaran las manos
colgando fuera del sarcófago para que to
dos vieran que nada se llevaba de este
mundo.
Si nos hubiera sido dado pasar el dia 3
de abril del año 1891 por la cámara mor
tuoria donde yacía el cadáver de Doña Do
rotea, nuestros ojos materiales no hubie
ran visto otra cosa que las lágrimas de los
pobrecitos, que, desconsolados, iban a de
positar el último beso sobre aquellas manos
que tantas veces en vida se habían abier
to para enjugárselas con bondad de madre.
Pero los ojos de nuestro espíritu hubiéranlas podido contemplar llenas de aquel te
soro que los ladrones no pueden robar ni
la polilla consumir (Mat. VI, 19), mien
tras voces angélicas irían repitiendo las pa
labras del salmo Beatus qui intellegit super
egenum et pauperem (P. XI). Bienaventu
rado el que se compadece del pobre y ne
cesitado... Dios le salvará en el dia de su
muerte; y aquellas otras del Kempis:
Quien, presta auxilio a un hermano nece
sitado, toma a Jesús por la mano.
Y Jesús la tomaría a ella por la mano
para introducirla trixmfante y gloriosa en las
mansiones etemales del Cielo, según habla
pedido por ella S. Juan Bosco, y según la
promesa del mismo Dios, que dice en la
Escritura: Quoniam elccmosyna a mortc Hberat, et ipsa est quae purgat peccata...
(Tob. XII. 9). La Umosna libra de la muer
te eterna y purga los pecados.
La Iglesia ha introducido la Causa de
Beatiñcación de esta gran Sierva de Dios.
Quiera el Cielo que pronto podamos vene
rarla en los altares. Encomendémoslo al Se
ñor para que en su bondad apresure la hora
de la exaltación de su “limosnera”.
Y entretanto aprovechemos sus ejemplos
de caridad. Hagámonos amigos con las ri
quezas, a ñn de que cuando llegue la muer
te nos reciban en la eterna morada. Y en
tonces se podrá escribir en nuestra sepul
tura lo que se lee en la lápida sepulcral
de un hombre caritativo: Cuanto dió ge
nerosamente en la tierra, lo llevó consigo
a la otra vida...
Las relaciones 'de gracias obtenidas por
intercesión de la Sierva de Dios D.^ Do
rotea de Chopitea, y las limosnas destina
das a la Causa de su Beatificación, envíen
se al M. Rdo. D. Julián Massana, Paseo
de D. Bosco, 74, Barcelona.
TRABAJAMOS POR UN AMO RIQUISIMO, DUEÑO DEL CIELO Y DE LA
TIERRA, POR UN AMO QUE QUIERE Y PUEDE DARNOS UN PREMIO GRAN
DISIMO: MERCES MAGNA NIMIS. LA RECOMPENSA EN ESTE MUNDO
CONSISTE EN EL CENTUPLO DE CUANTO POR EL HAYAMOS HECHO:
CENTUPLUM ACCIPIETIS; Y EN EL OTRO MUNDO CONSISTE EN LA VIDA
ETERNA. ET VITAM AETERNAM POSSIDEBITIS.
(S. Juan Bosco)
Tranquila y recogida mansión
de paz que en Mobemando
(Gnadalafara) es la palestra
donde se ejercitan para las fntaras batallas del Sefior, los
jóvenes Novi.íos y Estndiantes
de Filosofía de la Inspectoría
Céltica Salesiana. Ayndar a
aos’ener estas ca^s es ayndar
directamente a la formación de
bnenos sacerdotes
— 29
n,. I n m e m o r i a m .„||
Rdo. Sr. D. Gabriel Martín Hemández.—'El
día 4 de enero, en el Colegio Salesiano de Valencia, del que era Director, fa
lleció el Rdo. Sr. D. Gabriel Martín. El
diario Las Provincias, de aquella capital, en
su número del día 5 de enero, ai dar a co
nocer la infausta noticia, hace de D. Ga
briel el siguiente cumplido elogio, que co
piamos íntegramente:
“Nació el Padre Gabriel Martín en Escurial de la Sierra (Salamanca). Hizo sus
primeros estudios en el Colegio Salesiano
de esta misma ciudad, donde sintió el lla
mamiento de Dios a la vida religiosa y
sacerdotal. Profesó en el Noviciado de Carabanchel Alto (Madrid), y celebró por pri
mera vez el Santo Sacrificio de la Misa en
el Colegio Salesiano de Mataró (Barce
lona).
Muy pronto dió a conocer las dotes ex
traordinarias que poseía en la dirección de
las almas, por lo que fué nombrado direc
tor espiritual del mismo Colegio. Como no
sólo se veía en él un gran corazón, sino
también una despejada inteligencia, pasó
a la Universidad de Barcelona a ampliar
sus estudios, licenciándose en Ciencias Na
turales. En esta ciudad de Barcelona se en
contraba al producirse el Glorioso Movimien
to Nacional, y con ánimo esforzado el Pa
dre Gabriel pasó la frontera y se dirigió
a la España nacional, donde en un princi
pio se unió al Ejército salvador y luego
fué nombrado profesor del Colegio Salesia
no de Salamanca, donde ha dejado recuer
do Inolvidable.
Como delegado de la F. A. E. en esta ciu
dad. orientó a los colegios de enseñanza pri
vada en la aplicación del nuevo plan de
enseñanza media.
Liberada Valencia, ante el lamentable es
tado en que se encontraba el Colegio Saleslano de esta ciudad, el reverendo Padre
Provincial pensó en el Padre Gabriel como
la persona más apta para llevar la direc
ción de este Colegio, que tiene a su vez
aneja una parroquia.
Su actividad en este Centro es de todos
conocida. Era infatigable; su apostolado todo lo abarcaba. Dirigía el Colegio, que cuen
ta con cerca de im millar de alumnos, de
los cuales 280 son de enseñanza media. Es
taba al frente de la parroquia de San An
tonio Abad, donde había organizado admi
rablemente las cuatro ramas de A. Católi
ca. de la cual era apóstol incansable. Y co
mo si esto fuera poco, todavía tenía bajo
su directíón el nuevo Colegio Salesiano que
se
zafa.está construyendo en la barriada de Ru
Su celo por la salvación de las
no -
desplegado en el confesonario, en conferen
cias y obras de misericordia, no conocía lí
mites : robaba tiempo al sueño, llegando
apenas a seis horas las dedicadas al des
canso de la noche. Precisamente como buen
pastor que da su vida por sus ovejas, este
mismo celo ha sido la causa de su muer
te. Por atender a la fiesta de la Purísima
retardó el acostarse cuando ya una bronconeumonía atentaba contra su salud. Y to
davía se levantó porque urgía preparar la
distribución del aguinaldo a le» pobres de
la parroquia. Cuando se dió cuenta de la ,
gravedad de su enfermedad, ya no tuvo
remedio.” D. e. p.
Dfi Rafaela Pérez, viuda de Mata.—^E1
día 18 del pasado diciembre, confortada con
los Santos Sacramentos y la Bendición
de S. S., entregó su alma a Dios, en la
ciudad de Málaga, esta insigne cooperado
ra salesiana. Madre ejemplar, de acendrada
caridad y piadosos sentimientos cristiano^
sobrellevó su larga enfermedad con invic
ta paciencia. A sus desconsolados hijos y
demás familia, nuestro más sentido pésame.
D. Miguel Ferrer Guillén.—El día 10 de
enero descansó en el Señor este gran ami
go y cooperador de la Obra Salesiana en
Gerona. D. e. p.
D. Francisco Llacayo.—A punto de cerrar
la edición de este número del Boletín, re
cibimos la triste noticia del fallecimiento
de este buen coadjutor salesiano, ocurrido
en nuestra Casa de Deusto. El Señor había
premiado ya al ejemplar religioso sus mu
chos años de vida salesiana humilde y san
tificada en el ejercicio constante de la vir
tud. Pidamos al Señor de la mies envíe a
la Congregación Salesiana muchos obreros
del temple y del espíritu del Sr. Llacayo.
Itíno. Sr. D. José Vicens.—El día 5 de
enero, murió en la paz del Señor este co
operador y bienhechor de las Obras Salesianas en Alcoy. Enviamos a su familia nues
tro más sentido pésame.
Desconocedores de los secretos juicios de
Dios, suptícaTnos encarecidamente a nuestros
lectores rueguen a Dios en caridad por las
almas de los saiesianos y cooperadores di
funtos, especialmente por aquellas de cuya
defunción darnos noticia desde estas colum
nas. El Señor nos recompensará algún dia
la caridad que hayamos tenido para con
las benditas Almas del Purgatorio.
R. r. P.
Madre mía Auxiliadora: Según te prome
tí, envío una limosna para las Obras Salesianas 7 hago público mi agi*adecimiento por la gracia que tu valiosa mediación
me ha alcanzado. Sígueme protegiendo, Ma
dre mía, en otro asunto cuya resolución fa
vorable necesito con urgencia.
J. G. S.
La Coruña, 14 diciembre 1943.
Fuertes quemaduras sufridas en un des
graciado accidente pusieron en peli^o la
vida de mi padre. Exhorté a mi familia pa
ra que acudiera a la valiosa intercesión
de María Auxiliadora y de Su Siervo San
Juan Bosco. A este fin, hicimos ima nove
na. Nos fué concedida la gracia deseada, en
contrándose mi padre en la actualidad per
fectamente curado. Meses antes aquejába
le al mismo una tos fuerte y persistente,
que nos ponía en continua alarma. Invoca
dos los celestes protectores, fuimos escucha
dos. Hago público, conforme lo prometí, mi
agradecimiento por estos dos señalados fa
vores, exhortando al mismo tiempo a cuan
tos sufren acudan con fe en sus tribula
ciones a tan valiosos protectores.
S. B.
Salesiano
Madrid, 4 enero 1944.
Desde hacía un mes venía sufriendo una
enfermedad en el oído derecho. Acudí al
doctor, quien opinó ser necesaria una ope
ración. No decidiéndome a cumplir su con
sejo, pensé en nuestra celestial Madre Ma
ría Auxiliadora, Salud de los enfermos, y
Ella me alcanzó la gracia de la curación
sin que tuviera necesidad de operarme.
¡Gracias, Madre mía, pues te has dignado
escuchar al último de tus hijos!
Santiago Lloréns
Alcoy, 13 enero 1944.
Sumamente agradecido a María Auxilia
dora por la gracia que me ha obtenido con
su mediación poderosa, envío una limosna
para su Santuario y hago público mi agra
decimiento.
Affíífo Venturi
Dan también gracias a María Auxiliado
ra y a S. Juan Bosco: R. E. Alaiza (Barce
lona) : Mercedes Trías y Virginia Pell (Ge
rona); Trinidad Ribera CPígueras); E. P..
Remiro y Felisa Sierra (Zaragoza).
Hacía ya bastante tiempo que la fiebre
me tenia postrada en el lecho sin que pu
diera abrigar esperanzas de próxima cura
ción. En trance tan apurado, acudí a Ma
ría Auxiliadora y supliqué a un sacerdote
salesiano que me diera la bendición de tan
buena Madre. Aquel mismo día me desapa
reció la fiebre, sin que me haya vuelto a
aparecer. Agradecida a la Virgen de Don
Bosco, envío una limosna para su San
tuario.
Esperanza Brú, Vda. Masó
Gerona, diciembre de 1943.
Sentía una simpatía irresistible hacia
D. Bosco, simpatía que aumentó con el co
nocimiento más extenso de su prodigiosa
vida. Pero D. Bosco me parecía tan huma
no que creía conocerle y tratarle sin que
me produjera la sensación que suelen pro
ducir los Santos. En consecuencia, nunca
había recurrido a su intervención. Hace es
casamente un año me hallé mite tres gra
ves apuros, y me parecía demasiada osadía
pretender tanto del Cielo. Sumido en la
más profunda desolación, me acordé de
pronto de D. Bosco, de “aquel amigo mío”,
y le pedí su intercesión, prometiéndole un
donativo para la Obra Salesiana en pro
porción a mis posibilidades. San Juan Bosco
me ha escuchado, pues he alcanzado plena
mente las tres gracias pedidas, a saber: la
curación de mi hijito, desahuciado por los
médicos; mi propia curación de una terri
ble enfermedad, y la regularlzación de mis
negocios. Al cumplir mi promesa, hago otra
al glorioso San Juan Bosco y a María Auxi
liadora, y es de renovar mi donativo anual
mente mientras viva y cuantas veces du
rante el año me sea posible.
R. S. A.
Barcelona, 31 diciembre 1943.
Hallándome en un gravísimo apuro, re
currí a nuestra buena Madre María Auxi
liadora y al Vble, Domingo Savio, prome
tiendo publicar la gracia en el B oletín S aLEsiANo para gloria de mis celestiales pro
tectores y aliento de cuantos se hallan ne
cesitados de su auxilio. Hoy, satisfactoria
mente solucionado mi conflicto, cumplo
agradecido mi promesa.
Un Antiguo Alumno Salesiano
Sevilla, noviembre de 1943.
Agradecida al Vble. Domingo Savio por el
favor que me ha dispensado en xma inter
vención quirúrgica que tuve que sufrir, en
vío una limosna para su Causa de Beatifi
cación.
Josefina Morató
Santa María de Paiau Tordera (Gerona),
diciembre de 1943.
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S A L E 3 I A N O
Redacción y Administracción: A p a r ta d o 9134.-Madrid
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