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Título
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BS_1946_07
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Descripción
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Boletín Salesiano. Julio.agosto 1946
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Fecha
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1946.07
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1946.08
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extracted text
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Inscribios en la Pía Obra del Sagrado
Corazón de Jesús de Roma
Loa que ae inscriben en la tP ía O b ra»
pueden aplicar el fruto de estas m isas a
81 m ism os, o a otras p ersonas, vivas o diles^^pUzca
^ intención cu antas veces
día
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«fiica com pleiam ente term inada.
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»,s J ‘ ^‘‘ínosnas recib id as por este conducto djsstínanse. de m odo exclusivo, a promor»U « /
-^j® j y *®® Intereses culturales de la so ciedad, acogiendo a íniños
fun L m P ?.^
crU¿Q uién no contribuirá, pues, con algunos céntim os, qu e con tanta facilid ad se
fnñn R ®
p atern al d e San
Ju an Bosco y ^ e la Iglesia, in spirada en
id e a b s tan nobles y caritativo s? ^
i7u í ™ ' " l
n ecesidad de asebenevolencia divina, en este
mundo y en el otro, m ediante la aplicación
del a l t a ? ? " * '’* infinitos del Santo Sacrificio
difu?ifta“ ”
p liñ d a o
®®í®® queridos, vivos o
s r í í d ' ' i'*-
S n / f í í n f J í K .C r i S
3.YV;
¿»„i*VYi,;i.r¡";
Pidan h o ja s d e inscripción y envíen las
lim osnas a la D irección del «Boletín Salefia n o ., A p artad o 9 1 3 4 . M adrid, qu e es la
representación del Rvdm o. R ector M ayor de
la C ongregación S alesian a.
Cooperadores Salesianos
MEDIOS D E C O O PERACIO N
A los C ooperadores Salesian o s ae les ofre
fe :" :?
«se ‘"itC
cd n d
ri m odo siguiente:
n la Íim í
asocian
del
A yudan do a prom over ejercicio s piadosos. tales com o novenas, triduos, eiercidnñrl
y catecism os, sobre \ o d o
donde se eche de ver m ás la fa lla de so°
c®rr®8 m ateriales y m orales.
2.® Siendo tan esca sa s en nuestros días
las vocaciones a l estado eclesiástico, los que
estén en situación de hacerlo, ae ocuparán
«ñ ?“ k * '” * ’' * * de aouellos jóven es que. por
*“*
aptitudes p ara el
« l u d i o , den indicios de vocación, ayudány facilitándoles ia
en trada en los colegios o pequeñ os seminan o s. donde puedan ser encam inados a aquel
A u xiliad ora ha ¿ido
‘ t*m íada con ese objeto.
m Jlf
]»“ «>?« Pren sa a la m ala
m e la n t e la difusión de buenos libros, fo* “ «p re so » de toda clase,
gen eraliián d olos en las fam ilias y lugares
106 —
dond^e se crea poderlo hacer prudentem ente.
1
..
ultimo, ejercer la carid ad hacia
los ninos expuestos a extraviarse, reunirlos.
br®«Ví:" °*f® " ®* verdad es de la F e. acoslum Orarlos a frecuentar las funciones de 1a Iglesia. d arles buenos consejos, conducirlos ha
cia aquellos qu e puedan en cargarse de su
educación religiosa: he aq u í un vasto cam
po abierto a la acción de los C ooperadores
oalesian os. L o s qu e por sí m ism os no puedan
hacer algun a d e esta s b u en as o b ras, pue
den efectuarlo por medio d e otros, como sería ; anim ar a un o r ie n t e o am igo a que
* *• Pj®®*»»® ® ello. T o do esto, que se reco
m ienda p era los niños extrav iad os, se en
tiende tam bién de la s niñas qu e se hallan
en Iguales condiciones.
5.® Se p u ^ e tam bién contribuir a la
®bra por medio de la oración y la lim osna,
sum inistrando so corros m ateriales, a ejem plo
de loa prirnitivos cristianos, que deponían
* f ° * 5*®* ®® ^®® A póstoles lo que poseían,
a fin de qu e se sirvieran de ello p ara ali
viar a las viudas, huérfan os y dem ás nece
sitados.
(R eglam ento, art. IV .)
r e v i s t a
d e
LA S OBRAS DE
DON
BOSCO
Redacción y
SU M A RIO :
BOLETI N
SALESIANO
A d m in istra ciÓ T i;
Alcalá, 164.
A Ñ O
L 1 X
JU LIO - A G O ST O
NU M ERO S 7 y 8
Apartado 9134.
-
MADRID
M artyres Christi.— G ratitud.— Efem érides seculares.— N oticiario S alesian o : E s
p añ a (T ib id ab o . V alen cia. V illarreal, CarabancH el, M adrid) ; E xtran jero (Ita
lia, Chile, Brasil, A u stria, Bohem ia-M oravia, E stad os U n id o s).— D e las fies
tas de M. A .— S a v ia perenne.— D e n uestras M isiones: D erna, P arag u ay .— La
Sierva de D ios doña D orotea de C hopitea.— C rónica de gracias.— N uestros
obispos.— In m em oriam .— Predicción cum plida.
M AR TYR ES
CHRISTI
los m ártires. A quí tam bién está la san
el tom o VI de las «M em orias
gre de Jesu cristo, con la 'c u a l fueron
Biográficas») leem os un sueño
lav ad o s los que murieron en testimO'que tuvo don Bosco y que contó lue
nio de la verd ad y de la F e. N adie
go a sus hijos del O ratorio.
pu ede llegar al Cielo sin p asar por
Soñó que, rodeado de sus clérigos,
este lago y sin ser lav ad o con esta
coadjutores y sacerdotes, m archaba
sangre. E lla defiende la San ta M onta
hacia el Cielo, cuando he aquí que se
ña que ves delan te y q u e figura la
interpuso en su cam ino un gran lago
Iglesia C atólica. T o d o s cuantos inten
extensísim o y lleno d e sangre. E n sus
tan com batirla, quedarán ah o g ad o s; y
riberas se veían m anos, pies, brazos,
precisam ente t o d o s eso s m iem bros
cráneos destrozados, cuerpos hum a
que ves, son los restos m iserables de
nos descuartizados. jE ra aquél un es
los que quisieron destruir a la Iglesia,
pectáculo horroroso! P arecía q u e se
i T o d o s fueron hechos p ed azo s! iT o
hubiera dad o allí una sangrienta b a
dos perecieron en este la g o !»
talla. L o s niños que, corriendo, h a
bían llegado los prim eros, quedaron
aterrados. D on Bosco a p r e s u r ó el
No vam os a rem over lo s huesos de
paso y vió que en la orilla op uesta ha
los verdugos. B ajaro n todos, c o m o
bía un gran letrero en el que se leía:
herm osam ente d ice un autor, «al se
«Per san g u in em ...»
L o s niños se preguntaban unos a pulcro del o lv id o » . E l fin de estas b re
ves líneas es m ás noble. H ace diez
otros:
añ os dió com ienzo en E sp añ a la «ené
— i Q ué significa este espectáculo ?
T am bién don Bosco preguntó y le sim a» persecución religiosa. En los
fue respon<lido: «E sta es la sangre de m eses de julio a diciem bre de 1936,
E
n
—
107
Muy Rvdo. D . Jo sé Calascutz,
Inspector de la Inspectoría Salesian a T a r ra
conense, asesinado en V alen cia p o r los ene
m igos de Dios. H abía conocido a San Juan
Sosco cuando éste visitó n uestra P atria. N ues
tro Fun dador, que profetizó la .semgríenta
persecución religiosa de E spañ a, bendeciría
ciertam ente con una m uy p articu lar bendi
ción a aqu el niño que, cincuenta años m ás
tarde, había de acau dillar a su s h ijos c a
mino del m artirio.
cientos y m iles de católicos, seglares,
sacerdotes y religiosos, cayeron b ajo
los golpes de los enem igos de D ios y
de su Iglesia. Els este un hecho que.
perdonado pronta y totalm ente mien
tras estab a aún ocurriendo, no pue
de ser olvidado ni po drá serlo jam ás.
D e entonces p ara ac á se ha derra
m ado m uchísim a sangre en el resto
del m undo. L ejo s de nuestro p en sa
miento, de nuestros labios y de nues
tra plum a t o d o juicio que pudiera
ofendfcr a cuanto de noble, heroico y
aun santo se ha realizado entre las
infinitas m iserias de la guerra mun
dial. Pero deseam os repetir, porque
es de justicia, que «Hispana volvió a
ser tierra de m ártires en el trienio
108 —
de 1936 a 1939. sobre todo en el se
gundo sem estre de 1 9 3 6 ». (C arden al
P lá y D eniel.)
L a persecución en E sp añ a fue una
persecución religiosa. No fue un acto
im prem editado e irreflexivo d e las
m asas excitadas p o r un largo sufri
miento, exacerbad as por la n ecesidad
o la opresión. L a m atanza de católi
cos, y m ás especialm ente de sacerd o
tes y religiosos, fué p rep arad a c o n
tod a la sangre fría y llevada a cabo a
ciencia y conciencia de quienes la or
ganizaron y de quienes la llevaron a
cab o. A los asesinos del 36 se les ha
llam ado «cieg o s». Si eran ciegos, su
ceguera fué voluntaria.
L a s violencias com etidas contra los
católicos ono “fueron— dice el C arde
nal Prim ado— sanciones o represalias
contra individuos del clero q u e hu
biesen ay ud ado al alzam iento de mi
litares y p aisan o s de dicha fecha, pues
no fueron por tal hecho acu sado s ni
con den ados sacerdotes y religiosos en
la zona que quedó su jeta ah dom inio
de los frentepopulistas. En la zona
roja se persiguió, se cazó al cura sólo
por serlo; se incendiaron los tem plos
por ser la C asa de D ios; se destroza
ron las im ágenes de los san tos, y se
fusiló la del Sacratísim o C orazón de
Je sú s en el Cerro d e los A ngeles por
su representación religiosa».
Y si querem os un testim onio de m a
yor autoridad, recordem os 1 a s p a la
b ras dirigidas p o r S. S. el P ap a
Pío X I, d. s. m., a los prófugos de
Hispana, obispos, sacerdotes y segla
res, el 14 d e septiem bre de 1 9 3 6 :
«V enís a decirnos vuestro gozo por
haber sido dignos, com o los prim eros
A póstoles, de sufrir «pro nomine
J e s u » ; vuestra felicid ad y a ex altad a
por el prim er P ap a, cubiertos de opro
bios por el nom bre d e Je sú s y por ser
cristianos, í qué diría el m ism o, qué
podem os decir N os en vuestra alab an
za. venerables ob ispos y sacerdotes,
perseguidos e in juriados precisam ente
«ut m inistros Christi et dispensatores
m ysteriorum D e i? » T o d o esto es un
esplendor de virtudes cristianas y
sacerdotales, d e heroísm os y m arti
rios; verd aderos m artirios en todo el
sag rad o y glorioso significado d e la
p alab ra, hasta el sacrificio de las vi
d as m ás inocentes, de venerables an
cianos, de juventudes prim averiles,
h asta la intrépida generosidad que pide
un lugar en el carro y con las vícti
m as que espera el verdugo.»
A los católicos, y m enos a ios sacer
dotes, no les vino de nuevas el ver
se perseguidos y perseguidos d e m uer
te. T enían presente el anuncio en
tantas ocasiones hecho por el Divino
M aestro: «Y seréis aborrecidos de to
d o s por mi n o m b re ... Y me seréis tes
timonio (m ártires) en Jeru salén y en
to d a la Ju d e a, en S am aria y h asta las
extrem idades de la tie rra ... O s harán
com parecer en s u s audiencias y os
azotarán en sus sin agogas, y seréis lle
vad os ante los gobernadores y los re
yes p o r mi causa, en testim onio a
ellos y a los g e n tile s...»
T am bién la F am ilia Salesian a tuvo
sus m ártires: 108 Salesian os y dos H i
ja s de M aría A uxiliadora. L a hora de
pru eb a no 1 e s halló desapercibidos.
Un día habían escuchado y seguido la
voz de Cristo que d ije ra : «Si alguno
quiere venir en p o s de Mí, tom e su
cruz c ad a día y sígam e.» E ste seguir
a Cristo con la cruz d iaria sab ían ellos
que se refiere a la profesión de vida
religiosa afirm ada con los santos vo
tos de Pobreza, C astidad y O bedien
cia. cuyo mérito, según Santo T o m ás
de A quino, es com parable al mérito
del m artirio. C uando un puñado de
descam isados (no se debe ofender el
buen pueblo español hablando de
tu rb a s), tolerados y aun favorecidos
por autoridades crim inales, se lanza
ron tea en m ano sobre nuestras C a
sas. p o b lad as de h i j o s del pueblo,
nuestros herm anos clam aron c o n el
S alm ista: «jO h D ios!, los gentiles han
entrado en vuestra h eredad; han p ro
fan ado vuestro santo te m p lo ...» Pero
cuando se vieron arrastrados al p are
dón de ejecuciones, recordaron unas
p alab ras pronunciadas p o r don Bosco m edio siglo an tes: «jO h , E spañ a.
E sp añ a! ¡N ación n oble! V arias con
vulsiones guerreras asolarán el solar
hispano, y en la últim a se ha de ver
ter mucha sangre y san gre salesian a.»
Y fueron contentos a la m uerte:
sacerdotes cargad o s de añ os y de cien
cia; jovencitos ac ab ad o s de profesar;
santos, hum ildes y ab n egad o s co ad ju
tores. .. Iban contentos, sin el grito es
tentóreo del fanático, s i n el orgullo
repugnante del cínico, sin el pesim is
mo del criminal a te o ... Iban conten
tos, «porque habían sido hallad os d ig
nos de sufrir con C risto». I b a n
contentos, porque «C risto mismo su
fría en las personas de los m ártires».
(E u seb io .)
Ellos, com o ya de los m ártires del
principio del Cristianism o afirm ab a el
m ártir San Ireneo, «despreciab an la
m uerte porque e r a n superiores a la
m uerte»; y es q u e habían repetido
m uchas veces las p alab ras de la Sabi-
R evereodo D . M iguel I <»«»"•»
Uno de los salesianos m ártires más Talerosos
de la Inspectoría C éltica.
—
J0 9
du ría; uLas alm as de los justos están
en m anos de D ios, y ni les roza si
quiera el torm ento de la muerte. P a
recieron morir a los o jo s de los ne
cios. m as ellos v i v e n en p a z » ; y
aquellas otras de San tiago: «B ien aven
turado el hom bre que sufre tentación,
porque después q u e fuere prob ad o,
recibirá la corona de la v id a que el
Señor ha prom etido a los que le
am an.»
A l cum plirse los diez añ os del m ar
tirio de nuestros herm anos, elevam os
al Cielo el himno de nuestra gratitud
al Señor, porque el «m artirio es el
acto m ás fastuoso que se perm ite
cum plir a la naturaleza hum ana»
(P. R. R ogue) ; porque «el martirio
en el orden m oral y social es un fenó
m eno adm irable, único; un hecho
extraordinario que requiere una expli
cación divina, un m i l a g r o m oral»
( J . R iv ie r e ); porque la «sangre de los
m ártires es sem illa d e cristianos»
(T ertu lian o ), y la de nuestros m árti
res lo ha sido, adem ás, de abundan
tes vocaciones religiosas y sacerd o ta
les que han venido a cubrir las b ajas,
y que en este año se vuelcan sobre el
cam po del trabajo salesian o en el con
so lado r número de veinte nuevos
sacerdotes.
•S-
Conm em oreihos gozosos los días
aquellos de tristeza del año 3 6 . «L o s
que siem bran en las lágrim as, segarán
llenos de g o zo », nos dice el Salm ista.
Ellos, nuestros herm anos, contem plan
y a desde el Cielo el florecer glorioso
de los cam pos regados con sus su d o
res, lágrim as y sangre, y nos dejan a
nosotros segar con alegría.
Entretanto, adm iradores de sus vir
tudes y herederos de su gloria, digá
m osles:
« A vosotros, Salesian o s que venís
de la gran tribulación prom ovid a por
la bestia ro ja; que habéis trocado los
negros hábitos de los hijos de S a n
Ju an Bosco por las vestiduras teñidas
en la san gre del C ordero; cuyas m a
nos em puñan las p alm as m artiriales y
que consum asteis por Cristo el holo
causto de unas vidas, gastad as en el
trabajo callado y fructuoso de la edu
cación de la juventud; a vosotros, que
confesasteis a Cristo con vuestra v id a
y vuestra sangre, dirigim os ferv oro sa y
hum ilde plegaria.
Con predilección fuisteis escogid os
p ara form ar el Coro de los M ártires
d e la Congregación Salesiana.
¡U ngidos d e l SeñorI ¡L egion arios
de Cristo R ey l H abéis ido a ocupar
tronos vacíos; a em puñar palm as que
esperaban m anos vencedoras; a ceñir
en vuestras frentes coronas de justi
cia y de inm ortalidad.
RO N D A : U na de la s ciu da
des m ás salesian as de Espa*a , qu e recibió tam bién la
gloria de cont^^r con varios
m ártires entre los hijos de
don Bosco. A la derecha
del fam oso T a jo , y en prim er
término, se puede ver p arte
de la C a sa p a r a salesian os
en ferm os; una bendición, tal
vez, d e nuestros m ártires.
•.é
H erm anos Salesianos, conm ilitones
ayer aquí, en la tierra, com partiendo
con los que qu edam os en el destierro
p a n y techo, lágrim as y sonrisas, y
departiendo en un m ism o p lan o; se
p arad o s hoy p o r la distancia que m e
d ia entre el tiem po y la eternidad, en
tre el destierro y la P atria; reunidos
m añana en un m ism o abrazo, p a r a
nunca m ás sep aram o s en la gloria,
com o así lo esperam os, afianzados
en la sangre divina y en la v a
lía de la que es M adre A u xiliad ora
nuestra.
P ara vosotros, todo el in cierto de
nuestras plegarias, t o d o el culto de
nuestra adm iración, todas las ternuras
de nuestro cariño, todo el .álbum de
nuestros m ás vivos recuerdos.
V uestros nom bres serán recordados
de generación en generación.
Y este recuerdo será bendición,
honor y gloria p a r a la C on grega
ción.
Q ue vuestra sangre generosa tenga
tod a la fecundidad del grano de tri
go que muere a tiem po en el surco
de la tierra buena.
Y que en nosotros quede im pere
cedera la lección d e vuestro heroís
m o y la obligación d e perpetuar vues
tra m em oria con nuestra fidelidad y
vuestros altísim os ejem plos.
Y a la C ongregación, a cam bio de
tanta sangre derram ada. Dios le con
ced a espíritu p ara seguir dispuesta a
derram ar de nuevo por la Religión y
por E sp añ a to d a la san gre y todos los
sudores que sean menester.
Y ah ora te pedim os. D ivino R ed en
tor, com o suprem o com pendio de
nuestros com prom isos, de nuestros an
helos y de nuestras sú plicas:
«que eternam ente unidos
vivam os con tus m ártires
en la inm ortal Sión.u
«M artyres Christi, intercedite pro nobis.» (D e la (tOración a los m ártires salesian os», com puesta por el Muy R e
verendo D. Ju lián M assana, q. s. g. h.)
Gratitud
A
l
recordar los sucesos que tuvieron comienzo ahora hace diez
años» no pueden olvidar los Salesianos y las Hijas de María
Auxiliadora sup^ervivientes cuanto por ellos hicieron nuestros ama
dísimos Cooperadores, Cooperadoras y Antiguos Alumnos. En sus
hogares hallaron refugio, pan y amor de herm2uios; doquier se vie
ron hechos objeto de atenciones, tanto más dignas de memoria
cuanto mayor era el peligro a que se exponían quienes, llevados
únicamente por espíritu de caridad hacia los hermanos persegui
dos, les abrían las puertas de su casa, Ies ocultaban a la vista de
los esbirros, les alimentaban y vestían con generosidad heroica, les
visitaban en las cárceles o les facilitabam medios para huir de aquel
«infiemon.
Para todos los bienhechores y de parte de todos los Salesia
nos e Hijas de María Auxiliadora, la gratitud más sincera con la
promesa de abundantes oraciones.
—
III
EFEMERIDES
D o
B o s c o
aquellofl d ías (julio del 1846) el
A rzobispo de Turín, Mons. Fransoni.
en cargó a don Bosco que fuese a V iú, en
el valle de Lanzo, a fin d e hacer las conve
nientes indagaciones sobre la conducta de
una m ujer, que. por su m odo de vida, creí
do sobren atural. se había conquistado el ap e
lativo de la S a n ta de V iú. H ab íase esparcido
la voz, sin que ella la co n trad ijera, d e que
desde mucho tiempo a trá s no se la había
visto p robar bocado. Sin em bargo, em plea
b a bien la s m uchas lim osnas que recibía, so
corriendo a niñas h u érfan as y p obres. L a
gente acudía a ella en busca de consejo o
pora encom endarse a su s oraciones.
Don Bosco obedeció, e inform ado con
exactitud, pudo advertir -que aquella m ujer
tenía buena conducta m oral y ob serv ab a la s
leyes de la Ig lesia; pero sospechó qu e se
aunasen en ella una gran ignorancia y no
menor vanagloria.
Don Bosco, después de acom pañ ar a don
C afasso a San Ignacio p ara los E jercicios
E spirituales, b a jó a Lan zo, y, tom ando con
sigo a su am igo el señor M elanotti, cafete
ro. se encam inó a V iú. L le gad o s allí, entró
en ca sa del p árroco y envió al señor M ela
notti a anunciar su visita a la « sa n ta s. perO
en térm iiios tales que no indicasen tener
m ucha p risa en verla, ni diesen im portancia
a la visita.
L a «san ta» p areció poco conform e con la
friald ad del m ensaje, y a d u ras p en as logró
frenar su im paciencia, cuando, desp ués de
una hora larga, no aparecía su visitante.
Finalm ente llegó don Bosco y fué introduci
do a la presen cia de la m ujer, a quien ro
d e a b a buen núm ero de su s adm iradores, si
bien ella se hallaba sentada en el centro
a cierta distancia de los dem ás. E sperab a
la «san tas que don Bosco se p resen tara con
ran cortesía y señales de reveren cia; pero
on Bosco, sin m irarla siquiera, fuése a sen
tar junto a los que la rodeaban y se puso
a escuchar su s palab ras.
A un cierto punto, el señor M elanotti se
dirigió a don Bosco p ara decirle:
— Mire usted, don Bosco, por dónde te
nem os la suerte de hallarnos ante una santa
de poder escuchar sus sab ias y espirituar.es enseñanzas.
— }Y a lo c r e o l— respondió don Bosco.—
pero yo qu isiera hablar ap arte con esta se
ñora,^ V tratar con ella sobre asuntos confi
denciales y de gran im portancia.
L a m ujer, ya p icad a con la actitud de
don B osco y presintiendo en confuso que
algún peligro la am enazaba, se puso en pie
y con voz y adem án afectad os, d ijo :
— M e gusta hablar en público y de m a
n era que todos puedan ver y oír mi modo
de com portarm e. No busco subterfugios. Yo
quiero el «est, est> y el «non. non* del Santo
Evangelio.
— Bien está— replicó don B o sco ;— yo res
peto su m áxim a y la interpretación que h a
ce de la S a g ra d a E scritu ra; pero dígnese
3
I 12 —
SECULARES
en
1 8 4 6 ...
escucharm e un momento, pues creo poder
le d a r n oticias qu e habrán de com placerle
grandem ente.
Ella, tras una breve indecisión, salió de
la sala, indicando a don Bosco qu e la si
guiese, y M elanotti se situó de m odo que
p udiera seguir la escena. L le gad o s a la ha
bitación contigua y dejan do la p u erta ab ier
ta de p a r en p ar, desp ués de unos momen
tos de silencio, don Bosco, en voz b a ja , co
menzó a hablar así:
— ¿C u án to tiempo hace a u e ejerce este
oficio de em b aucad ora, de hipócrita y de
picara ?
— ¿ E h ? ... ¿q u é d ic e )— exclam ó la mu
jer, logrando a d u ra s p en as refrenar la có
lera.— jA ver si nos entendem os!
— Precisam ente por esto repito mi p re
gunta— replicó tranquilam ente don Bosco.
— ¿Y o una h ip ó crita?, ¿y o una em bau
c a d o r a ? ...— repetía enfurecida la m ujer.
— Ni m ás ni menos— p rosiguió don Bos
c o :— es uted una hipócrita, una soberbia,
que. abusando del nom bre de D ios, engaña
al pueblo y al mundo con su s m alas artes.
— ¡E l soberbio lo será usted I— gritó la
m ujer, y, con los ojOs fuera de las órbitas,
se dispon ía a p roferir mil insultos.
Don Bosco le cortó al punto la p alab ra,
y, sonriendo, le dijo con gran calm a:
— No tenía intención algun a de ofender
la. ¿ S a b e por qué he com enzado a hablarle
de este mOdo? No me ha inducido otro fin
que el d e asegurarm e de si era usted una
«anta o si, por el contrario, su m odo de vi
vir es una fa rsa . Pero la absolu ta falta que
encuentro en usted de la virtud m ás esen
cial e indispensable p ara la san tid ad, es
decir, la san ta hum ildad, me asegu ra qu e su
san tidad no es sino una m ala arte, un oficio
inicuo con el cu al quiere vivir a expen sas de
ios dem ás y ser. al m ism o tiempo, venerada
por los ingenuos qu e la creen. Y esto se lo
digo en nom bre del A rzobispo, qüe m e ha
enviado.
L a m ujer, el oír las p ala b ra s de don Bos
co. palideció y quedó de una pieza. R econo
cía en él a un nom bre revestido de autori
d ad V tem bló por su p rop ia suerte, p u es en
aqu ellos tiem pos sem ejantes im posturas eran
ca stigad as severam ente incluso por la s leres civiles. Por lo cual, desp ués de escuchar
i.a s caritativ as p ala b ra s con que el Santo la
exhortó a aju sta r la s cuen tas de su concien
cia y ordenar m ás cristianam ente su vida,
d ijo :
— No sa b ía fuera usted tan sagaz. L e a g ra
dezco su s consejos, que pondré fielm ente
en p rá c tic a ; pero le ruego qu e calle cuanto
aqu í ha sucedido.
S e lo prom etió el San to, y la m ujer cam
bió de vida.
Este hecho fué referido m ás tarde por el
señor M elanotti. testigo presencial.
(D e la s «M em orias BiegráH cas*. T om o II, cap . 1—)
Noticiario Salcsiano
e
:
]p
TIBID ABO.— Bendición d e fuui nneva cam
pan a.
£1 dom ingo 28 d e ab ril tuvo lu g ar la so
lemne bendición d e una cam pan a destinada
al Tem plo N acional E xp iato rio del S agrad o
Corazón, que se está construyendo en la cum
bre del T ibidabo. L a M isa que se celebró a
las doce se aplicó a intención d e los socios
rotectores difuntos de la M utualidad de
iajan tes v C orredores A so c ia d o s!, de previsión so c ia f p ara la vejez. N um erosos miemb ros de^ la A sociación y otros m uchos fieles
concurrieron a dicha m isa, a la cu al asistió
tam bién el Ezcm o. S r. O bispo de Colofón.
U na vez term inado el San to Sacrificio. Su
Excelencia R everendísim a procedió a la ben
dición de la nueva cam pan a, co lo cad a p rovi
sionalm ente en la gran terraza qu e hay so
bre la C ripta. L a fundición de esta cam pana
es o b ra de la antigu a y acred itad a ca sa de
H ijo de Esteban Barberí, en O lot, especíalita d a desde hace m uchos años en la construc
ción de cam panaa y o b jeto s artísticos.
L a form a d e la cam pan a es de la s llam a
das de esquilón, con un p eso de I.lOO kilos,
y la altu ra de 1,25 m ., con un diám etro de
1.30 m. En cuanto a su sonido corresponde
a l mi del diapasón norm al.
A lrededor de la cam pan a se d estacan , res
pectivam ente, la s Im ágenes del S a g ra d o C o
razón, en c u y o honor fue b en decida;
la Santísim a V irgen d e M ontserrat. P atron a
del Som atén, recordando qu e los Som atenista s de San G ervasio costearon la qu e fué des
truida en 1 9 3 6 ; d e San Ju an Bosco. qu e fué
uien profetizó y com enzó la erección d e este
cm plo.
A ctuaron d e pad rin o s el E zcm o. S r. M ar
qu és de D ou y la señora doñ a Beatriz Rocam ora, viuda de Huelín.
En la copstrucción de la cam pan a se ha
em pleado el mismo bron ce qu e en el año I 936
quedó d e la 'colosal estatu a del S a g ra d o C o
razón, qu e estab a em plazada delante del
Tem plo en construcción.
a .
a
No p arece sino que el Corazón de Jesú s
h aya querido que aqu el bron ce que form a
ra p arte en otro tiem po d e su im agen, ben
decida por un O bispo m ártir de san ta me
m oria, el doctor Irurita, fu era destinado a
la construcción de una cam pana, cuyo soni
do h a de servir p ara llam ar desde estas altu ras a todos su s h ijo s: a los fieles y a los
f
- -V
riB IO A B O ;
C am pan a recientem ente
decida.
—
ben
113
extraviados, puesto qu e el Dios de las m ise
ricordias desea ardientem ente la salvación de
lodos.
rincipal en la fiesta los Rvdos. PP . Carm etas de la localidad, cuyo com petente coro
Spolifónico
interpretó varios núm eros de mú
sica. E l Clero p arroq u ial p residió el acto.
V A LEN C IA . C onforeacia a los C ooperado
res Salesianos.
El día 5 da m ayo tuvo lugar en el cine
Rialto la C onferencia a los C ooperad ores S a
lesianos, p resid id a por los Excm os. S re s. G o
bernador y A lcalde de la ciudad, juntam ente
con el Sr. Presiden te de la ju n ta D iocesana
de A . C . y varios cated ráticos de la U niver
sidad y del Instituto. Proyectóse con esta
ocasión la película «U n hom bre de leyen d a».
Don Martín Dom ínguez, D irector de la A so
ciación de Pren sa V alen cian a, leyó u nas cu ar
tillas. poniendo de relieve la excelsa figura
de don Bosco. El num eroso público que a sis
tió al acto salió plenam ente satisfecho por
haber vivido unas h o ras en íntimo contacto
con el espíritu del Santo Fun dador de los
Salesianos.
V IU L A R R E A L (C a stelló n ).
salón de actos.
Bendición de «m
En la fáb rica de tejidos que en V illarreal
de los Infantes tienen los señores H erm anos
M arcet, fuá bendecido el día 17 del p asado
m ayo, fiesta de San P ascu al Bailón, un sa
lón de actos destinado exclusivam ente a los
obreros de la fábrica y a los p ob res habitan
tes del B arrio de Melilla.
L o s citados herm anos M arcet, varios de
ellos antiguos alum nos del C olegio Salesiano
de M ataró, han querido poner el local b a jo
la advocación d e San Ju an Bosco, cuya efi
gie p resid e el bocaporte del escenario, y le
han llam ado «S a la don B o sc o » . Dió la ben
dición un sacerd ote salesian o. y acto> segui
do las m ism as señ oras M arcet e h ija s sir
vieron una com ida abundante en los ja rd i
nes de su quinta a lo s vecinos del Barrio,
quien es no sabían quá agrad ece r m ás, ai el
alim ento m aterial o la sencilla am abilidad de
quienes se lo proporcionaban y servían.
A las diez de la noche, previo el rezo
del Santo R osario, se celebró una velada
muy fam iliar y am ena, en qu e tom aron p a r
te lo s m ism os vecinos del b arrio. T r a s de
u nas p alab ras del señorito M iguel M arcet y
o tra s del Rvdo. don Basilio Bustillo,' S. S..
se representaron la s o b ra s «S e necesita una
criad a» y «L a o c a » , con la colaboración de
don Enrique C ab rera, anticuo alum no sa
lesiano. y de su espo sa. Tuvieron p arte muy
IT A LIA .— L a o b ra en favor d e los «chicos
de la c a lle ».
El
jaron
abril
ción
A quí
(C ontinuación.)
I 5 de febrero, algunos «clérigos» se de
caer en la zona del puerto. El 5 de
constituyeron un nuevo centro de ac
junto a una ob ra a medio construir.
fueron las fam ilias, atea s en su m ayo
C A R A B A N C H E L A L T O (M sdbid)
V einte nuevos sacerdotes
E l día 15 de junio recibieron la ordena
ción sacerd otal, de m anos del Excm o. y R e
verendísim o S r. O bispo de M adrid-A lcalá,
veinte de nuestros estudiantes d e T eología
de C arab an ch el A lto. Son veinte nuevos mi
n istros de C risto qu e se lanzarán con todo
el ard or y el entusiasm o de su juventud a
tra b a ja r p o r la salvación de las alm as. Sus
nom bres son: D. E d uardo Diez, D. A n d rés
Sanz, D . Fernando O rtega, D. S ergio F er
nández, D. Francisco U reña, D. P ^ l o A z
cona, D. Ju a n Riu, D. M atías H ernández,
D. Engelberto U rbanczyk. D . E varisto S á n
chez, D. A niceto O rive, D. Ju an R afols, don
Luis Jorn et, D, M anuel Iv orra, D. Jo sé P é
rez, D. Jo sé M aría Gómez, D. Fernando B e
llo, D . Em ilio M aría G arcía, D. Ju a n G il y
don C ándido V illagrá. A todos los nuevos un
gidos n uestra m ás cordial enhorabuena, de
seándoles qu e el Señor les conceda un la r
go y fecundo apostolado sacerdotal.
MADRID
D os visitas ilustres
L o s d ía s 12 de m ayo y 9 de junio, res
pectivam ente, visitaron las E scu elas P rofe
sion ales S alesian as de A toch a los lim os, se
ñ ores D irector G eneral del T r a b a jo y Di
rector G eneral _ de Enseñanza P rofesion al y
T écn ica. E l prim ero visitó con gran detenimierito los talleres, deteniéndose con p articu
lar interés en el de m ecánica p ara exam i
n ar uno p o r uno los tra b a jo s de los apren
dices, tra b a jo s qu e elegió grandem ente. El
señor D irector G eneral de Enseñanza P rofe
sional y T écn ica, D. Ram ón Ferreiro, inau
guró com placido la Exposición «fin de cur
so» de las E scu elas y dirigió u nas em ocio
n ad as p ala b ra s en el teatro a la s tres mil
personas que lo ocupaban h asta reb osar. Di
rigiéndose a los m uchachos, qu e form aban
m ás de las do s terceras p artes del audito-'
rio,^ les felicitó por la suerte que tienen de
recibir una educación tan com pleta, que h ará
que el d ía de m añana puedan honrosam ente
defender su vida sin que tengan que reci
bir. com o obreros ineptos, un jornal que
antes es lim osna que recom pensa al trab ajo
ejecutado.
ría, la s qu e m ás obstaculizaron la labor de
los jóvenes ap ó sto les; pero al fin, el cam po
quedó por éstos. E l 12 del mismo m es lle
varon su s tiendas ( ¿ . . . ? ) junto a la fáb rica
de arm as ocu p ada p o r los ingleses. E l éxito
fué rotundo, h asta el punto de ^ u e el mis
mo «general en je fe » de los golfillos lleva
ra a su s tro p as a escu ch ar la p a la b ra de los
« c u r it a s » ... Finalm ente, el 2o de ab ril lie-
garoQ a l suburbio de (T o rre A n n un ziatas,
don d e pudieron reunir muy en breve 140
m uchachos...
L a o b ra de los (ch icos d e la calles esta
b a ^n m archa en Ñ apóles. S e h ab ía em peza
d o ca lo don B o sco », en plena caUe, sin lo
cal, sin m edios m ateriales, sin ninguno de
los recu rsos de qu e los hom bres sin (c no
sab en prescindir. Pero la ob ra llevaba, y
sigu e llevando, la bendición de Dios.
L a obra a favor de los (ch icos de la ca
lle» dio comienzo en R om a a finales del
añ o i 942. Un sacerd ote salesian o l ^ r ó re
unir en el O ratorio del S a g ra d o Corazón
a unos ochenta m uchachos, qu e con el pre*
texto de llevar bultos y m aletas, d esv alija
ban a no p ocos viajero s de la cercan a es
tación de Term ini. £1 núm ero fué en a u
m ento, y m uchos d e ellos, convenientem ente
p rep arad os, hicieron la Prim era Comunión
el 3] de enero de 1943, fiesta de San Juan
Bosco, y fueron confirm ados.
L o s Salesian o s siguieron trab ajan d o con
tesón en la rehabilitación m oral y cívica de
aqu ellos p obres m uchachos, pero no pudie
ron im pedir que 45 de éstos fueran recluidos
por la policía en un correccional, a p e sa r de
h aberse ofrecido reiteradam ente p a r a edu
c a rlo s en am biente m ás propicio. Sucedía
esto el 14 de ju lio, y cinco días d esp u és el
correccional fué alcanzado de lleno por las
bom bas de A viación, y sólo tres de los cu a
renta y cinco m uchachos, salv ad o s m ilagro
sam ente, pudieron correr a l O ratorio p ara
relatar lo sucedido.
A l ser ocupada R om a por los aliad os, el
núm ero de los (ch icos de la calle» aum entó
desm esuradam ente, y la ob ra en favor de
ellos tomó carácter que p odríam os llam ar
oficial. S e registrón entonces escen as que
recuerdan al vivo los tiem pos de don Bosco.
U na patrulla de policías, en una redada
d e (sciu sciá s (lim p ia b o ta s), efectuad a en
los alrededores de la estación de Term ini.
(p escó » tam bién a un cura.
— ¿Q ué hace usted a q u í?
P or de pronto, no estoy vendiendo c».
gaxrillos.
— ¿ L o s co m p ra?
— ^Tampoco.
— E n to n ce s... ¿ q u é ?
— ^Trato de com prar algo m ejor: el alm a
de estos p o b res m uchachos.
D esde aqu el día el C om isario fué el rnejo r au xiliar del joven sacerd ote que pudo
llevar a cab o una lum inosa idea.
L o s sacerd otes, com o cu alouier otro ciu
dadano. tienen su cartilla de fum ador y
pueden con ella adquirir tab aco. L o s salesianos no fum an, y el sacerd ote en cuestión
con los bolsillos repletos de cigarro » y c a je
tillas. se dirigió a la estación decidido a
p racticar el (e stra p e rlo ».
^
S e metió entre lo s golfillos. los fue ex a
m inando uno a uno, aprendió su s nombre»
y fijó su atención en los m ás a u d ace s y des
envueltos.
,
L o s m uchachos le observaban recelosos.
M as él, im pávido, siguió desafian d o todos
aquellos o jo s inquietos. C uando le pareció
llegado el momento, oportuno, tornó dulce
m ente a uno de los chicos por el brazo, le
llevó aparte, sacó de los bolsillos de la so
tan a un puñ ado de cigarro s y se los entrego
p a r a qu e los vendiera. El m uchacho se que
dó d e 'u n a pieza, pero, olido el buen nego
cio. aceptó.
, j 1
__ M ira— le d ijo el sacerdote.— véndelos a
m itad del precio lícito: el del estanco. C uan
do los hayas vendido todos, ven a l Colegio
qu e hay junto a l S a g ra d o Corazón. Pregun
ta rá s por D ... H aré que encuentres un buen
p lato de so p a caliente y. si no tienes dónde
dorm ir, yo le b u scaré cam a. L o que saq u es
de lo» cigarro » es p ara ti. y se lo en trega
rás a tus p ad re». V en luego a buscarm e con
tus am igos. (H arem os negocios redondosI
Minutos después, aqu el horm iguero de ven
dedores com entaba intrigado el extraño su
ceso. L o s p areceres se hallaban divididos;
pero a p esar de la (oposición » el pequeño
(sciu sciá» cum plió la prom esa hecha y se
presentó en el O ratorio Salesian o . M as no
iba so lo : le escoltaban otros veinte compa-
M A D RID : Niños del O ratorio Salesian o d e A tocha, qu e hicieron la P rim era Comunión
el d ía 2 3 del p asad o m ayo.
—
115
q u e ^ c o m ^ e i, hallaron la sopa p ro
metida y una acogid a cariñ osa.
El día 13 de m arzo de 1945 eran Teintiuno los «h u ésp edes* extraordin arios p ara
quienes habfa que p rep arar so p a caliente y
pan. A l día siguiente el núm ero se vi6 du
plicado, p u es fueron cuaren ta y dos los golñllos recogidos. El día 19. fiesta de San José,
llesaron a reunirse |2 2 .
L a m añana la dedicaban estos pobres mu
chachos a recorrer las calles practicando sus
respectivos «oficios». Al m ediodía acudían
al O ratorio a ju g a r al balón y a com er «gra
t i s » ... Su cios y harapientos seguían fum an
do, ju gando a las cartas y usando un len
guaje m ás o menos indecoroso. L a ocup a
ción, la mism a tam bién: lim piar b o tas y za
patos, vocear periódicos, com praventa clan
destina de p iedras p ara m echeros, e tc ...
L a conversión no se efectuó en rnasa; pero
poco a poco la confianza fue abrién dose el
cam ino de aquellos corazones. Y es que en
la C asa de don Bosco podían saciar adem ás
un ham bre muy distinta y m ás angustiosa
que la que tortu raba su s cu erpos: podían sa
ciar el ham bre de afecto y de cariño que
no encontraban en p arte alguna, ni siquie
ra en el seno de su fam ilia. , _ , ,
L o s estudiantes salesian os de T em o gia se
lanzaron con entusiasm ó al apostolado entre
los «chicos de la calle». D ivididos en gruos, com enzaron a recorrer la ciudad en
u sca de los «sc iu sc ii» , m ientras otros j e
ocupaban en adquirir loa víveres, tendiendo
la m ano, im plorando la carid ad de las p er
E
son as pudientes, solicitando la ay u d a de lo *
cu arteles y otras entidades oficiales.
A lgun os clérigos pusieron a contribución
de la ob ra su s habilidades com o enferme>
ros, y no faltó quien se d ed icara con e n
tusiasm o a cortar el cabello e incluso (b®"
m os de decirlo a fuer de sin ceros) a «d e *p io ja r» a los pobrecU los «sciu sciá» A sim i*mo hubo voluntarios qu e se prestaron coi»
gusto a lavar los p latos, faen a qu e tenían
que ejecu tar con presteza, p u es la falta d e
cubiertos ob ligaba a organizar v atios tu rn o *
de a cien com ensales por vez.
En fin, tod as la s n ecesidades de la o b ra
fueron celosam ente aten didas por nuestro»
estudiantes, sin olvidar la s actividades depor.
tivas y teatrales, la asistencia en el patio, l a
distribución, la com ida y. so b re todo, la en,señanza del C atecism o.
En la b a rria d a conocida • con el nom bre
de (II M andrione» los nuestros fueron re
cibidos a p ed rad as. A llí las «b an d as» se ha
bían «especializad o» ep el asalto a lo s t r e
nes. En una intervención d e la policía, h a
b ía caído m uerto un chico de doce añ os.
A lgu n as veces se vieron p isto las en manos»,
infantiles aún, en cañ on adas contra lo s S a —
lesianos. P uede ser qu e la Intención n o p e
sa ra del qu erer a te m o riza r... Finalm ente, a l
gunos rapazue^os entraron en el patio, atraíado s por los botes de un b a ló n ... Pero a l so
n ar la cam panilla p ara ir a la iglesia, el’
patio quedó v a c ío ... Y a sí un día y otro»
m ientras de cuando en cuando una lluvia,
de p iedras h acía añicos los cristales del e<K-ficio.
¿F ra c a so ab so lu to ? T o d o lo contrarioeal finalizar el año 1945 eran m ás de 3 0 0 loo
m uchachos que. dóciles y asidu os, asistíais
al O ratorio. Con ello se pudieron organizar
equip os deportivos, un Centro de A c c ió »
C atólica, los E xp lorad ores, e t c ... U nos cier»to cincuenta m uchachos fueron llevados a l a »
colonias de verano.
( C ontíttoará.)
C H ILE.— C on greso
llanes.
E1 C ardenal C agliero, el «C>v'l>»»dor do la
P atago n ia», con el Siervo de Dios C eferino
N am uncurá, la m ás bella flor de las Misio
nes Salesism as.
16 —
Eu carístico
de
M aga
El d ía I 0 del p. p. febrero se clau su ró e »
Punta A ren as• (Chih ). el C ongreso Eucaríatico N acional. Teniendo en cuenta las
ca sa población d e M agallanes, la d istan cia
que le sep ara de los gran des centros h a b i
tados y la s dificultades que tienen q u e sop erarse p ara llegar a tan a p a rta d as regio
nes y tan rem otos confines, este C on greso
puede consid erarse un nuevo y esplendoroso
gran triunfo de Jesucristo.
V einte mil p erson as form aron en la p ro
cesión fin al; mil ochocientos hom bres ae
acercaro n a recibir a je sú s Sacram en tad o e a
medio de la noche alu m b rada por m iles d *
antorchas qu e sostenían vigorosos b raz o s
de cab allero s cristian o s: doce excelen tísim o*
señores obispos, pertenecientes a cuatro d is
tintas n aciones, presidían la gran diosa A sam
b lea católica.
M onseñor Giacom ini, organizador de! C on
greso. había pedido a los niños y n iñ as d e
Chile y A rgen tin a qu e rezaran veinte míDo-
« e s de avem arias, y estos niños fueron tan
gen erosos qu e presentaron al p relado salesiaa o no veinte, sino cien millones de averna*
ría s rezad as por el éxito feliz del C ongreso.
l* a p iedad de loa fieles venció tod as las di
fic u lta d e s: frío intenso, viento, v ia je s costo
s o s y sum am ente incóm odos. T res locutores,
un chileno, un p aragu ay o y un argentino,
fiteron dan do por radio noticia detallada de
4os diversos actos del Congreso.
U n a visión p rofética d e don Bosco (1 )
C on m otivo del reciente descubrim iento
d e l coro n egro» en M agallanes, se oye ha
b la r mucho de la s visiones o p rofecías de
£ a n Ju an Bosco sobre la P atagon ia.
H e aqu í la versión ex acta o e lo qu e vió
•o b r e las tierras m agallán icas:
1873.— Don BoscO pron ostica la conver
sió n de los indígenas de la P atagon ia por
l o s Salesian os. cA vanzan sonrientes, prece
d id o s por una turba de niños y rezando el
S a n to R osario.»
_ £ i C arden al Ju a n C agliero, je fe d e los
d ie z prim eros Salesian o s d e A m érica, fué
llam ad o cel C ivilizador de la P a ta g o n ia», y
m onseñor Jo sé Fagnan o, cel C ivilizador de
M ag a lla n e s». H asta ah ora, desp ués d e se
se n ta años, los Salesian o s son los únicos obre
ro s en esta viña del Señor.
1883.— Don Bosco, siem pre en visión ( 2 ) ,
v ia ja acom pañ ado d e un intérprete en un
tre n transcontinental, qu e a rran ca de C ar
ta g e n a (C olom bia) y lo d e ja frente a Pun
t a A ren as (C h ile ). (3 )
_A1 atravesar de Norte a S u r la cordillera
orien tal de los A ndes, desp ués de descubrir
innum erables m inas de carbón, petróleo, p la
t a , plom o, estaño, etc., ex clam a: cEl día en
•que se exploten esas riauezas, será la tierra
prom eU da que m ana lecbe y m iel.»
En Punta A ren as es donde m ás se dem o
r a . expresán dose textualm ente a sí: «B ajam os
«sel tren. Enfrente tenía a Punta A ren as. El
«u eio, por varias m illas, h allábase cubierto
carbón fósil, m ad eras, tirantes, leña y
g ran d e s reservas de m etales, y a trab ajad o s.
T * «In tra b a ja r. L a rg a s h ileras de vagones
« f i n a d o s p ara la s m ercad erías hallábanse
•o b r e los rie le s... L o que ah ora es un p ro
y ecto. será un día realidad. L o s indígenas
< on el tiempo^ serán dóciles y vendrán ellos
m iam os a recibir instrucción religiosa, civi
lización y com ercio.»
Y term ina con este b roch e de o ro : «Lo
q u e en otras p artes cau sa m aravilla, aq u í la
cau M rá rnayor y su p era rá cuanto hay aho•sa d e m ás estupendo en todos los dem ás
p u eb lo s...»
í^ » a n d o luego de regreso p o r el paraie1® v 7", donde entrevé una gran ciu aad . el
in térprete le p recisa la fecha a l augurarle
co n qu e todo eso su cederá antea qu e termitte la generación.
E l descubrim iento del prim er pozo de pe
tró le o en Chile, en T i e r r a del Fuego
<29-X lI-l 9 4 5 ) , coinciendo con el IX Con( i) De artfcato d t M oas. GUcomlni, S . S-, Admlnlstrsd o r Apostólico de Magallanes.
“ (>1 «Suefio> teoido por el Santo la noche del 29 de
•S®^®i^ispera de la fiesta de Santa Rosa de Lima.
(31 run ta Arenas e s la capifal de! territorio de Magauanes, y se halla situada en la costa B. de las islas Bruns
w ick .
N ueva y m agnífica carroza sob re la que M a
ría A u xiliad o ra p aseó triunfante p o r su b a
rria d a de A toch a (M a d rid ).
greso Eu carístico N acional de M agallanes,
inicia la segunda generación prevista por don
Bosco, com o asim ism o la segunda etap a in
d u strial de M agallanes, desp ués d e haber su
p erad o su actu al fase gan ad era.
Don Bosco vió: «G ran d es reservas de me
tales. ya trab ajad o s, y a sin tr a b a ja r » , es d e
cir, la s industrias.
L a s dem ás m aravillas las traerán la ener
gía nuclear y la aviación.
Punta A ren as es nudo final donde se con
ju gan tod as las com unicaciones m arítim as,
terrestres y aérea s de este hem isferio, y es
tram polín de A m érica p ara saltar en m oder
nos ultraavíones. que se abrirán en abanico,
a través de la A ntártida, a tod os los conti
nentes qu e apuntan al Polo Sur.
1885.— Don B osco v ia ja en avión, que
añn no existía. Por eso ahora los aviones
de la «ae ro p o sta» A rgen tin a q u e vuelan so
b re la P atagon ia tienen en su costado iz
quierdo una p laq u ita de don Bosco aviador,
com o si fuera una insignia en la solapa.
A l fin de ese «raid » de la rg a autonom ía, to
do en tusiasm ado ex clam a: « ¡Q u é co sas m ag
níficas c o n te m p lé !... H e visto la gran can
tidad d e sa lv a je s qu e están esparcid os des
de el Pacífico b a sta el golfo d e A rn u ad, en
el Estrecho d e M agallanes, en el C ab o de
H ornos, en la s islas D iego Ram írez, en las
—
117
Malvinaa. T o d a m ies destinada a los Salesianos. A dvertí que ah ora .Mks* sólo siem*
bran, pero los que siguen, cosecharán. Hom>
bres y m u jeres se fortificarán y se volverán
predicadores. L o s m ism os hijos, que p are,
cía im posible gan ar p ara la Religión, se
tornarán a su vez en evangelizadores de
su s parientes y a m ig o s...»
Tenem os a a u í una alusión evidente a la
organización de una pujan te A cción Católi>
c a ,*c o n su s cu adro s m ilitantes de hom bres,
m i^eres, jóven es y niños.
T erm in a don S o s c o con este final p rofé.
tico: «D esde el día en que E u ro pa comenzó a d esp o jar a la Iglesia, dism inuyó su imortancia com ercial y decay ó siem pre m ás.
or esta cau sa los obreros y su s fam iliares,
im pelidos por la m iseria, correrán a b u scar
abrigo en esas hosp italarias tierras. Europa
se volcará sobre A m erica del S u r ...»
T erm inarem os tam bién n osotros: ¿A c aso
todo esto, así, a l pie de la letra, no se está
cum pliendo exactam ente b a jo nuestros m is
mos o jo s?
P
B R A SIL .— C u id a d
fratern a.
En el m es de marzo llegaron a Turín
algun as c a ja s con socorros qu e nuestros.herm anos del Brasil, al igual que el de otras
repúblicas am etican as, nan enviado p ara loe
niños p obres d e Italia y de E u ro p a. D ichos
socorros son producto en p arte del trab ajo
llevado a cabo por los alum nos de nuestros
C olegios y O ratorios, que, no contentos con
ir pidiendo limosna por las socied ad es finan
cieras Y P of 1^8 em presas de producción, se
han privado en ocasiones a sí m ism os de lo
necesatio, p ara acudir en auxilio de sus compañ critos de Europa.
A U ST R IA .— A postolad o Salesian o
cam po de concentración.
en
un
N uestros herm anos, sacad o s violentam en
te de su s C asa s, desp ués de p asar un tiempo
en la cárcel, fueron llevados a un cam po
de concentración juntam ente con prófugos
y p risioneros de varias naciones. Su sitúación ha m ejorad o con bt victoria de los aliados. E n cargad os del cuidado espiritual de
su s connacionales, han podido organizar la
asistencia religiosa con Misa d iaria, rezo
del Santo Rosario, alguna breve plática y
la bendición sacerdotal cuando no puedan
d arla con 5. D. M. En diciem bre se les
designó a los sacerdotes una pequ eñ a hab i
tación— de 3 x 5 m etros y 3 de altu ra—-con
tres cam as, dos de ellas sobrepuestas.
Un herm ano co ad ju tor, juntam ente con
otro concentrado, am bos sastres de oficio,
se dedican a rep asar las ro pas a n d rajo sas
de su s com pañeros. A principios d e diciembre de 1945, la U N R R A se hizo cargo de
la odministracitSn del C am po, con lo cual
todos han salido ganando, sea en la com ida, sen en el trato. Y el m ás ganancioso
Sa sido el O ratorio qu e los nuestros im pro
visaron. como don Bosco hace un siglo, en
un p rad o, recuperando de un b asu rero dos
balones y disponiendo, con la avu da d e los
mismos jóvenes, varios ju e g o s ... D espués han
logrado aum entar la s atraccion es y distri118 —
huir incluso estam pas, libros y ob jetos d e
devoción llegados providencialm ente.
L a dirección del cam po ba' puesto a su.
disposición una b a rra c a qu e sirve de ca>
pilla. Un artista h a pin tado un herm oso
cuadro de don Bosco, qu e los m uchacho»
trasladan de un sitio a otro p ara su s re
uniones.
T o d a s la s tardes acuden al cam po, donde
ju egan alegrem ente, h asta que, distribuidos
en gru p os según la edad (d e los siete a lo s
veinte a ñ o s), reciben instrucción religiosa
du ran te m edia hora. E l día de la Inm acula
d a hizo su aparición el «C lero in fan til». con
una veintena de sotan itas p rop orcion adas por
la s alm as buenas.
A l fin de evitarles los p eligros del ocio
y p a r a que no pierdan los m ejores añ o s d e
su vida, se ha d ad o comienzo a clases ele
m entales y de bach illerato. L o s nuestros en
señan latín (v alién dose de un breviario co
mo único te x to ), m atem áticas, canto, etc.
L o s alum nos han hecho honor a su s m aes
tros en can tos co rales p úblicos y en un m ag
nífico certam en catequístico, en el que la
com isión se vió en un aprieto a l tratar de
design ar al E m perador. T o d o s los particip an
tes respondían con precisión m aravillosa.
E l Centro de juventud de A cción C atóli
ca cuenta con 50 socios efectivos de lo s
dieciocho a los veinte años, todos ellos m uy
buen os m uchachos.
Entre los internados se cuentan m uchos
C ooperad ores nuestros, q^ue prueban un gran
consuelo al verse asistidos por los Salesianps. Son ellos los m ás asiduos a las p rácti
ca s de p iedad y a las conferencias de cul
tura religiosa, y prestan su valiosa ayuda en
la educación de la ju v e n tu d ...
BO H EM IA-M O RAVIA
Ror el D irector de n uestra C asa de P ra
ga, que desp ués de estar prisionero en Mathausen y en D ach au . llegó a T u rín p a r a
d ar gra c ia s a M aría A uxiliad ora, se sab e q u e
en la Inspectoría de Bohem ia se ha reem orendido cora gran fervor la v id a salesian a,
qu e es una verd ad era providencia p ara la
juventud an siosa de cristian a educación.
L a guerra ha cau sad o gran des d añ os a
n uestras C asa s de M oravaká O strava y Brno.
En P rag a tenem os do s iglesias pú b licas, un
colegio con 2 0 0 internos y O ratorio con E s
cu elas N octurnas. L a C asa d e F ry sták alber
ga 120 asp iran tes saleaianos. L a de D vorak
se b a destinado p a r a tan d as de E jercicio s
E sp iritu ales y p ara asam b leas juveniles^ y
de A cción C atólica. L a C asa de P ard u b ice
se ha convertido en orfanato.
L a s C a sa s de E slovaqu ia han sufrido d a
ños relativam ente leves, habiendo p odido
reem prender su m archa norm al. Sólo la C asa
de T rn av a ha sido requ isada por el G obier
no p ara escu elas públicas.
E S T A D O S UNIDOS
L o s Salesian o s en Boston
En 1883. en la s vísperas de la s fiestas d e
San ta R o sa de L im a, prim era P atron a y
San ta de A m érica. San Ju an Bosco tuvo un
sueño en que recorrió la A m érica del^ Sur,
acom pañ ado del joven L u is Colle, hijo d e
un gran bienhechor fran cés y q u e había
m uerto santam ente poco antes. En ese via
je , qu e em pezaba en C artagen a y concluía
en Punta A ren as, describió el futuro de este
continente. L e preguntó entonces L u is:
c ¿ Y cuándo irem os a Boston, donde nos es
p e r a n ? ! C ontestó: cA su tiempo irem o s.!
‘ Y ahora, a los sesenta y dos años de esa
p rofecía, el A rzobispo de Boston, m onseñor
Cushing. m andó llam ar al R vdo. P . Inspec
tor, Ernesto Giovannini, p a r a ofrecerle un
m agnífico edificio escolar con intención de
qu e ab ra allí un colegio de A rte s y O fi
cios. H an ido, p ues, un sacerdote, un clé
rigo y un H erm ano coad ju tor p a r a comen
zar, P ero como los Salesian o s tienen por
b ase de su actividad los O ratorios Festivos,
han com enzado tam bién inm ediatam ente con
esta obra que, ciertam ente, en el barrio po
bre en el cual está situ ad a dicha E scu ela, está
llam ada a hacer m ucho bien.
Nuevo A sp iraatad o
V isto qu e el A sp iran tad o de Newton, edi
ficado en 1929 p a r a aspiran tes m enores y
m ayores, venía a resu ltar dem asiado pequ e
ño, se ha com prado una herm osa ca sa con
p arqu e d e 215 acres (u n as setenta hectá
re as) en W est H aberstraw , a p oca distan
cia de la gran urbe, con una *m agnífica vis
ta so bre el grandioso río H udson. Poco a
la O b ra de dón Bosco, a p esar de
[alosc om uchas
dificultades, va p rogresan do en
ese inmenso país.
C olegio D on Bosco
El A rzobispo de M ilw aukee (a l norte de
los E stad os U nidos) ha fun dado un gran
colegio secundario p ara varones, ^ e ha qu e
rido llam arlo C olegio Su perior Don Bosco,
del cual, por falta de S alesian o s, se ha
hecho cargo , una C ongregación muy acre
d itad a en la enseñanza.
E l Excm o. S r. A rzobispo d e Z arago za a l sa
lir de la cap illa salesian a.
De las fiestas de María Auxiliadora
M A L A G A
L a devoción a M aría A u xiliad ora va en
aum ento de año en año en la ciu dad de
M álaga. En el presente, el fervor y entusias
mo han alcanzad o un g rad o difícil de supe
rar. T a l ha sido la afluencia d e devotos a
iOs distintos acto s celeb rad os en honor de
la V irgen de don Bosco, qu e y a d esd e el
prim er d ía d e la solem nísim a novena hubo
qu e instalar altav oces en el patio del Co
legio y en la calle p a r a que los muchísim os
fieles qu e no podían en trar en la iglesia lo
grasen siqu iera seguir el piadoso ejercicio
y los serm ones p red icad os pOr el salesiano
R everendo D. Elduardo V illar R ein a. T o do
contribuyó al m ayor esplendor de esa s jo r
n ad as de am or roarian o: el altar, adornado
con exquisito gusto por la s C am areras de
la V irgen ; la C apilla de m úsica del C ole
gio, que interpretó p re c io sa s com posicio
n es; el cClero in fa n til!, con su s gracio sas
sotan itas, etc.
T o d o el fervor de la novena culminó en
la s num erosísim as Com uniones del día 24,
Com uniones qu e no b ajaron , ciertam ente, de
tres mil. L u ego , en el resto d el día. cente
n ares y m iles de p erson as de toda clase y
condición desfilaron por la iglesia p ara vi
sitar a M aría A u xiliad ora, con tarle su s p e
n as y pedirle su s gra c ia s y bendiciones. A l
día siguiente, cinco h o ras antes de la anun
ciad a p ara el acto, y a se hallab a la iglesia
rebosan te de fieles qu e ansiaban asistir al
típico acto llam ado c b a ja d a de la V irg e n !.
Se calculan en m ás de seis m il la s personas
—
119
que paaaron luego delante de la taum aturga im agen de la V irgen d e don B o sco ; mien«
tra s la m ultitud rezab a, los niños pronun
ciaban las sú p licas hechas du ran te el m es
y se elevaban al C ielo las notas p lácid as del
(R en didos a tus p la n ta s», o los vibrantes
acordes de la s b an d as de m úsica. A las on
ce de la noche se retiraban la s últim as p er
son as desp ués d e b esar el pie de la Reina
de los Cielos.
E l día 30 se celebró la im ponente m ani
festación de fe, que tal puede llam arse a la
gran diosa procesión de M aría A u xiliad ora en
la ciudad de M álaga, la ciu dad de la s p ro
cesiones. L a V irgen Santísim a avanza son
riente y m aternal entre interm inables filas
de devotos, entre la s aclam acion es de un
pueblo enardecido, al com pás d e las notas
m arciales de tres b an d as de m úsica (la del
‘Colegio, la M unicipal y la del C uerpo de
B o m b e r o s). L a s dignísim as A u torid ad es se
sum an com placidas a las n um erosas Corpo
racion es represen tadas en el m agno desfile.
El Excm o. A yuntam iento ha tenido la deli
cadeza de colocar sillas a am bos lad o s de la
calle L ario s, nervio prin cipal de la ciudad.
A sim ism o ha organizado, junto a las puer
tas del C olegio, una feria p opu lar qu e se
ve concurridísim a tod as la s noches, y en
la que tomó p arte todo el típico b arrio de
C apuchinos, tan devoto de la Santísim a V ir
gen.
U na vez m ás, M aría A u xiliad ora ha triun
fado en M álaga, y este triunfo ha sido a la
vez un nuevo triunfo de su gran apóstol,
el apóstol de su devoción y de su s glo rias:
San Ju an Bosbo .
S E V I L L A
L a s h ijas de M aría A u xiliad ora de la ca
lle C astellar y su s n um erosas alum nas qui
sieron celebrar con inusitado fervor y en
tusiasm o la fiesta de su T itu lar. Novena con
curridísim a. com uniones, altar p rim orosa
m ente adornado, cantos, flo r e s..., todo un
conjunto de belleza que sólo sab e y puede
en gendrar el» am or espiritual. P or la tarde
del día 24 de m ayo tuvo lugar un intere
sante Certam en C atequístico, en que las
alum nas dieron m uestras de poseer muy bien
In ciencia de la Religión. C om o broche de
oro de los festejos m arianos de todo el
m es. se celebró el día 30 la fiesta de la
Unión de la s A ntiguas A lum nas. qu e se
acercaron en núm ero verdaderam en te con
solador a recibir a Je sú s Sacram en tado,
m ientras un nutridísim o gru p o d e pequeRas alum nas lo hacía por vez prim era.
L A S P A L M A S D E G R A N C A N A R IA
T am bién de esta ciudad se puede afirm ar
ou e crece de año en año su fervor y en
tusiasm e por honrar a la V irgen de d o s
120
—
C A R A BA N C H EL A L T O (M adrid) ;ÍU
A V IA
sacerd ocio católico ni m uere ni en
vejece. U n sacerd ote, cab eza blanca,
E
esp a ld a s inclinadas y cam in ar cansino, pue
l
de com enzar to d as la s m añ an as su m isa ex
clam ando con v e rd a d : iM e ace rcaré a l al
ta r de m i D ios, del D ios qu e a le g ra 9ii ju
ventud.»
L a juventud del sacerd ote e stá en su corsizón, qu e se conserva san o, robu sto y ar
diente, p orqu e en él tienen asien to perpetuo
la pureza, el am or y el ideal, qu e ennoble
ce su v id a tod a.
C uando de un sacerd ote se dice qu e ha
m uerto, qu iérese sign ificar qu e h a p asado
del cam po de b atalla a l p alacio del gran Rey,
C risto Je sú s, qu e le a sig n a un trono desde
el qu e jiu g a r á a pueblos y naciones.
Un d ía p asó a o cu p ar su trono en el Cielo
un viejo luch ador d e la s b atallas d e Dios.
S e llam ab a O. M anuel H erm ida y co n tab a en
tonces (2 7 de febrero d e 1 9 2 8 ) seten ta y
nueve añ os. E ra el cprim er sacerd ote salesiano españ ol.»
El Rvdm o. R ector M ayor de la Congre
gación S alesian a, D . F elipe R inaldi, escri
b ió le qu e sig u e : (D io s se os h a llevado al
C ielo a ese án gel de la C asa d e S a rriá y del
T ib idab o. E ra un buen siervo d e D ios, hu
m ilde, tra b a ja d o r, celoso p o r el S a g ra d o Co
razón de Jesú s, a l eusd consagró to d a su
vida. Pedid p o r é l; pero no olvidéis tam
poco de pedirle a él qu e os h a g a dignos
im itadores de su s virtudes.»
: Í.O( nuevos sacerdotes salesianos.
’ e: R
!
I
e:
INJ iM e :
Y m ientras en Barcelon a se d a b a tierra
a los humildes desp ojo s del santo sacerdote,
I en el Centro, Su r, Levante y Poniente de
¡ nuestra P atria, unos niños csm dorosos, ale'■ gres y despiertos, corrían, quiénes cam ino de
j su p arroq u ia p a r a p rep a ra rse a recib ir por
vez prim era a Je sú s Sacram en tado, quiénes
hacia el O ratorio o C olegio S alesian o ; tal
I vez algunos, m ás creciditos, tra b a ja b a n en
I medio de su s com pañeros con un afán apos‘ tólico en el alm a...
Y b a jó a q u el d ía el ángel m ensajero de
M aría A u x iliad ora y los fué señalando uno
a uno y ciñendo stu frentes con lacito azul...
Han p asad o los añ o s... U n río de san gre
ha hecho m ás largo el csunino y m ás heroico.
Por fin. h a desptm tado la a u r o ra : el día 15
de junio veinte nuevos y exub eran tes reto
ños, crecidos so b re el tronco de sav ia peren) ne del sacerd ocio de C risto, ab rirán a l sol
alegre y viviñcante d e la Iglesia C atólica las
flores p ortad e ras de ubérrim os frutos d e saatidad y salvación d e alm as.
Don M anuel Hermids^ d e quien afirm ara
autorizada voz qu e ceras un santito digno
de ser im itado», a lég rate desde el Cielo, p o r
que, prim er sacerd ote salesian o español, h as
sido, eres y se rás im itado p o r m uchos jó ve
nes que han venido, vienen y vendrán a la
C ongregación Salesism a a ren ov ar tus ges
tas apo stólicas en bien d e la juventud y p er
la gloria de D ios.»
(D e cVen y Sígu em e»,
ju n io - ju lio
1 9 4 6 .)
Boseo. S o le m a ísia o resultó el novenario, co a
destacad o s orad ores, p reciosos cán ticos iaterpetad os por la E scolan ía del C olegio, y
artístico exorno de la iglesia, que se p re
se n ta rad ian te de luz y con extraordin aria
ab im dan cia d e azucenas y calas. Devoto so
b rem an era tam bién el R o sario de la A u ro
ra del día 24 de m ayo. Culminó el entu
siasm o en las M isas de Comunión y en la
Solem ne, precedida del canto de T ercia,
d el dom ingo, día 26. Elocuente y fervoroso
el pan egírico a cargo del R vdo. D. Jo sé
Báez, p rofesor d el Sem inario y p árroco de
S a n José.
D igno rem ate de los cultos lo fué la pro
cesión de la tarde, qu e se puede afirm ar es
hoy una de las m ás herm osas, concurridas,
o rden adas y fervoro sas de cu an tas desfilan
p o r la capital. Form aron en ella com o pre
sidencia de honor el E xcm o. S r. G obernador
C ivil de la Provincia, D . Jo sé M aría Olazáb a l; C ontralm irante, don Jo sé Bartolom é Mo
rales M endigutia; D . Ju a n D íaz M elián, Con
sejero d el Excm o. C abildo Insular, por dele
gación d el S r. Presid en te; Ingeniero Je je de
las O b ras del P uerto, D . Pedro M orales;
S r. C oronel del Regim iento de C an arias,
.don C astor T ellech ea G alfarso ro , etc. L a
B anda M unicipal dió realce al p iadoso des
file con las m ejores p iezas de su repertorio.
L a C iudad Jard ín alfom bró su s m ejores av e
n idas con flores n atu rales y acom pañ ó en
com pacta m uchedum bre a la R eina de los
Cielos, M aría A uxiliadora.
S A N T A C R U Z D E TE N E R IFE
Resum im os algun os p árra fo s del periódico
* L a T a r d e » , de S an ta C ruz d e T enerife, fo
ch a. 25 de m ayo p. p. qu e describe las fies
tas de M aría A u xiliad ora en dicha ciudad.
Con entusiasm o indescriptible celebróse
ayer la festividad de la V irgen Santísim a,
M aría A u xiliad ora, P atron a de la herm osa
Institución S alesian a. No sólo el sim pático
b arrio del T o sca l, sino T en erife entero vibró ayer de em oción a l p aso triunfal d e la
R eina del C ielo por su s calles. Predicaron
la novena los Rvdos. S re s. D . A ntonio Eroinosa y D. Antonio U reña, salesian os. En la
M isa de ocho hizo la prim era Comunión un
num eroso gru p o d e niñas, alum nas del C o
legio de las H ija s d e M aría A u xiliad ora. L a
M isa solem ne fué oficiada p o r el M. I. se
ñor D . Fran cisco H erráiz M alo, y du ran te
la m ism a se interpretó una p artitu ra de Perosi a tres voces.
A la s siete y m edia d e la tard e dió com ien
zo la gran diosa procesión. U n público in
menso de todos los sector|és sociales invadía
la s calles. L a Santísim a V irgen , en su a r
tístico trono circundado d e flores y luces,
sonreía am orosa y m aternal a la m uchedum
bre, m ientras el aíre se llenaba con las
aclam acion es y con la s n o tas arm oniosas d e
In ban d a de m úsica salesian a.
—
121
£1 retorno de la Reina A u xiliad ora a au
tem plo tuvo m agnificencia apo teósica: llu
via interm inable de rosas, ben galas, estruen
dosos estam pidos, cán ticos y v íto re s... La
V irgen de don Bosco, que desde hace muy
p ocos años llevó a su s apóstoles a San ta Cruz
de Tenerife, m ultiplica y segu irá multipli
cando cad a vez m ás su s bendiciones a fa
vor de una ciudad que así sab e honrarle.
V I C O
M illares de personas desElaron por el am
plio y bellísim o tem plo de M aría A uxilia
d o ra p ara honrar a esta celestial M adre
en el día de su fiesta anual. L a s comunio
nes fueron tam bién num erosísim as, tanto,
que apen as podían dar ab asto en su distri
bución d o s sacerd otes dedicad os exclusiva
mente a este sagrad o m inisterio h asta las
nueve y medio, en qu e tuvo lugar la Prim e
ra Comunión de un grupo de niños del Co
legio y del de los HH. M arietas.
C elebró la San ta Misa el M, 1. Sr. V ica
rio G eneral de la D iócesis, Dr. D. Federico
R asilla, el cual pronunció un herm oso fervorín.
L a Misa solemne fue oficiada por el Muy
Reverendo D. Faustino A nde, A rcipreste y
p árroco de San ta M aría. L a Escolanía eje
cutó una p artitu ra a varias voces y coros.
O cupó la sa g ra d a C átedra el R do. P. A lon
so Gil. que cantó m aravillosam ente las glo
rias. de la que es A uxilio del pueblo cris
tiano.
L a procesión constituyó un nuevo y esplén
dido triunfo de la V irgen de don Bosco en
la ciudad que ha sab ido levantarle un tem
plo tan herm oso. F orm aban en ella, a d e
m ás de tod as las diversas secciones de la
Fam ilia Salesian a, el £xcm o. S r. A lcalde,
don L u is Su árez L la n o s; el S r. Juez de P ri
m era Instancia, representaciones de los E x
celentísim os Sres. G obernador M ilitar y C o
m andante de M arina. Juven tudes de A . C.,
con su s guiones y b an d eras, y representa
ciones del Clero y de las O rdenes R eligio
sa s de la ciudad. L a ban d a M unicipal dió
realce al piadoso desfile, que fué p resen cia
do con devoción por una gran m asa de p ú
blico.
H U E S C A
(T ran scribim os del diario local tN ueva
E s p a ñ a !, del 25 de m ayo p asa d o ) . - - « L a
fiesta de M aría A u xiliad ora ha sido un acon
tecim iento religioso en n uestra ciudad por
el extraordin ario núm ero de fieles que han
desfilado por su san tuario durante todo el
día. Fué un jubileo constante de fervor y
devoción sinceros, que no se interrum pió ni
un solo momento.
D urante el m es actu al, la afluencia de fie
les al tem plo de M aría A uxiliad ora ha ido
«in crescen do», h asta el punto de resultar
insuficiente. El día 21 dió comienzo el so?2 —
lem ne novenario, interviniendo desde la sa
grad a cáted ra lo s reverendos P ad res don Jo
sé G iral, don M ariano Bosch y don Basilio
Bustillo.
A yer, festividad de M aría A u xiliad ora, los
acto s ganaron en brillantez y solem nidad.
D esde las prim eras horas de la m añ ana se
dijeron m isas, acercándose a tom ar la co
munión m ás de 1.500 alm as.
A las diez y m edia tuvo lugar la fiesta m a
yor, can tada por la Escolan ía del Colegio.
Por la tarde, hubo necesidad de instalar al
tavoces fuera del tem plo p ara que los fie
les pudieran seguir los actos. T a l era la mu
chedum bre que acudió a honrar a M aría
A uxiliad ora. A las cinco se celebró la con
sagración de los niños y niñas a la V irgen,
ofreciendo p reciosos ram os. A la s siete y
m edia continuó el ejercicio de la novena,
con serm ón. Exposición y Bendición con el
Santísim o. L a iglesia p resen tab a un asp ecto
fan tástico y poderosísim am ente ilum inado con
las doce m onum entales a rañ as colo cadas en
su s n aves y prebisterio. £1 altar, sob erb ia
m ente enriquecido y adornado, aparecía des
lum brante. U na fiesta sin gular qu e h a con
gregad o a m illares d e oscenses a los p ies de
M aría A uxiliad ora.»
£1 d ía 30 se celebró la procesión, en la
qu e llam aron la atención de un m odo espe
cial los niños que en núm ero grandísim o
acom pañ aban a su celestial M adre, con nu
m erosos ram illetes de flores en la mano.
A sistieron en sitio de honor: el Excm o. se
ñor G obern ador M ilitar, G eneral D . Guiller
mo Q uin tan a: el A lcald e de la ciudad, don
Jo sé M aría L a c a sa C o a ra sa ; el Presidente de
la Excm a. D iputación, D. Jo sé Gil. y el de
la A udiencia, D. Jo sé L . P in tado; el S ecre
tario del Excm o. y Revmo. P relado de la
D iócesis, etc., etc. C errab a la m archa la
Banda de m úsica de la R esidencia Provin
cial.
Z A R A G O Z A
Puede decirse que son do s la s fiestas qu e
celeb ra anualm ente Z arago za en honor de
‘M aría A u xiliad ora en el m es de m ayo. U na
es la ya tradicional y solem nísim a novena
^ue tiene lugar en la P arroqu ia de San Gil.
organ izad a por la A rch ico fradía fun dada en
ella hace cu aren ta año» com o p ara p rep arar
el cam ino a los S alesian o s. Predicó esta no
vena el M. l. D r. D. Leopoldo Bayo. C anó
nigo de la S. 1. C. B. M., y la fiesta se cele
bró el día 2 6 de m ayo con una nutridísim a
Comunión y M isa solemne.
L a otra fiesta es la celeb rad a en la O bra
Salesian a d e la C iudad Jard ín , cuya capilla
se va convirtiendo en un verdadero centro
d e devoción m ariana. Predicó en ella la no
vena el R vdo. D . P edro Escursell, S . S . Por
la tarde del día 24 tuvo lugar la bendición
de la b and era d e la A rch icofradía. bendi
ción qu e se dignó d ar el Excm o. y Reve-
lendísim o Sr. A izob isp o, D r. R igoberto Dom énech. A ctuó de p ad rin a la Presiden ta de
la A rch icofradía, doña O tilia Ibáñez de F er
nández. E l día 26, por la tarde, se celebró
la solem ne procesión. D espués de una elo
cuente 7 fervorosa plática p red icad a por el
citad o canónigo D r. Bayo, salió el p iad o so e
im ponente cortejo p a r a recorrer la s calles
p róxim as acom pañando a la p opu lar y qu e
ridísim a V irgen de don Bosco. Presidían las
dignísim as A utorid ad es d e Z a ra g o z a . L a E x
celentísim a D iputación Provincial envió la
Banda m úsica del H ogar Pignatelli. A l re
greso de la Procesión se dió la Bendición
a la m ultitud co n gregada en el patio del
O ratorio, y el Sr. D irector hizo la solemne
consagración de todos lo s asistentes a la
V irgen A uxiliad ora.
S A L A M A N C A !
Como dato elocuentísim o ace rca d el fer
vor y de la devoción qu e S alam an ca sien
te h acia M aría A uxiliad ora, direm os que
du ran te el m es d e m ayo ha resultado insu
ficiente la gran Iglesia in au gurad a h ace un
año, y ha sido p reciso repetir diariam ente
el p iadoso E jercicio del m es. L a víspera de
la gran fiesta se im puso la m edalla a un
núm ero incontable de nuevos arch icofrades.
y, entre otros, a los alum nos del pltim o cu r
so de bachillerato. L a b a rria d a exteriorizó
su regocijo con una ru idosa verbena, mien
tra s las interm inables filas de devotos p a s a
ban a b esar la m edalla d e la V irgen en p ia
d o sa rom ería, qu e duró h asta la m adrugada.
G U A R O (M álaga)
(R elación tom ada de «E l periódico del
S u r s ) .— «E l p asad o día 24 se han celebrado
en esta villa varios acto s religiosos en ho
nor de n uestra E xcelsa M adre M aría A u xi
liadora, que resultaron en extrem o b rillan
tísimos.
Por la m añana, a las once, se celebró la
san ta M isa, oficiada por nuestro querido p á
rroco don Florencio Benavides R aposo, en
la iglesia de San M iguel A rcán gel, ante cuyo
altar m ayor se hallaba la im agen, bellísim a
escultura, co lo cad a en precioso trono m a
terialm ente cubierto de flores. A sistieron las
autorid ades civiles y m ilitares, je rarq u ías del
Movimiento y gran p arte del vecindario,
qu e invadió totalm ente el sa g ra d o recinto.
T am bién asistieron la s b an d as m unicipales
y de corn etas del F . d e J . d e Coin, contra
tad a s expresam ente p a r a estos actos, las
cuales interpretaron escogid as p iezas religio
sas.
Por la tarde, a las siete, fué sa c ad a pro
cesionalm ente la sa g ra d a im agen de M aría
A uxiliadora, y acom pañ ada de inm enso gen
tío. Heno de recogim iento y fervor religio
so. recorrió el itinerario de costum bre, en
cuyo trayecto habían se im provisado varias
m esas o altares, que esperaban a M aría San-
M aria A u xiliad ora, so b re un trono de flo
res, p aseó m aternal y so b eran a entre las
aclam acion es y vítores de su s h ijos am an
tes de la ciudad de M álaga.
tísima p ara ser can tad a la S alve R egina. A
su llegada a la p laza de la villa, en donde
h abíase con gregado un inm enso gentío, el
trono fué colocado en floreciente altar, y
por los fieles se pidió perdón a la M adre de
D ios, escuchándose, en el m ás silencioso re
cogim iento, u nas p a la b ra s que nuestro que
rido am igo don Jo sé L a g a r Rfimírez dirigió
a los fieles con gregado s, dándose lectura por
nuestro p árroco a la consagración del pueblo
a M aría.
M ás tarde, y organizado por las cam are
ras de la V irgen , señ o ritas C arm ela Sánchez
Ram írez y M icaela G arcía A gü era, se veri
ficó el besam ano a M aría, concurriendo la
m ayor p arte del vecindario, que en todo m o
mento y ocasión ha sabido ofrecer a la Ma
d re de lo s D esam parad os su fe y entusiasta
fervor religioso y cristiano.
E s de hacer constar qu e con estos actos
e) pueblo se vió anim adísim o por la afluen— 123
cía de peraonal de M onda y Coin, Tenidos
exprofeso p ara p resen ciar la consagración a
M arta Santísim a.»
C lU D A D E L A (M enorca)
Se ha llam ado a M enorca cía Isla de María A u x iliad o ra», y con razón, pues no hay
un solo pueblo donde no se la venere y en
donde no cuente con un grupo de fervientes
devotos. Corazón y centro de esta devoción
acen d rada es su S an tu ario de Ciudadela, que ostenta lo p rerrogativa d e ser la pri
m era iglesia pública erigida en E sp añ a a la
taum aturgo V irgen de don Bosco. T o d o el
año es un continuo desfilar por dicho San
tuario, desfilar que no se interrum pió ni du
rante el dom inio rojo, pues los fieles se es
tacionaban ante la fach ad a p ara salu dar a
In im agen de M aría A uxiliad ora que la p re
sidía. Ello ah ora cam pea en todos los ho
g a re s: su nom bre se im pone a las h ijas en
el B autism o; p asan de mil los m iem bros de
su A rch icofradía, y su capillita visita menBualmente m ás de una tercera p arte de las
fam ilias de C indadela.
P ero todo este fervor se d esb o rda en el
m es de m ayo. Indicam os sucintam ente al
gunos hechos, índice del fervor m ariano de
los ciu d ad ela^o s: funciones vespertinas tan
concurridas, que el Santu ario, qu e no es p re
cisam ente un salón-capilla, no b asta a contrner el núm ero de fieles; el piadoso E je r
cicio d e Mes de M aría, p racticado en fáb ri
cas y talleres, donde levantan altarcitos en
cad a sala, y en algunos se ha repetido la
devota p ráctica h asta cinco veces cad a d ía ;
devoto R osario de la aurora todos los d o
m ingos y fiestas con una asistencia de m ás
de 500 caballeros el día 2 6 ; quince mil y
m ás com uniones repartid as en el m es de
m ayo (1 .8 0 0 sólo en el día 2 4 ) . etc. etc.
El día de la fiesta celebró la Misa de co
munión el Excm o. y Rvdm o. S r. O bispo de
la D iócesis. Aum entó la alegría de la jo r
n ada la circunstancia de celebrar su s Bo
d a s de p lata sacerd otales el M. I. Sr. C an ó
nigo L ectoral. D. Juan Florit, A ntiguo A lum
no Salesiano.
El día 26, después de la M isa de Com u
nión. celebrad a por el M. I. don Mateo Bosch,
V icario G eneral, tuvo lugar la consagración
de los A ntiguos A lum nos a M aría A u xilia
dora. L a procesión, en la que form aron h as
ta tres mil personas (tén gase en cuenta el
censo d e C iu d a d e la ), se celebró el día 30.
y fué com o el broche de oro del hermoso
Mes de M aría y un nuevo gran triunfo de
la V irgen A u xiliad ora en la isla qu e les
está co n sagrad a. T om aron p arte en ella, p re
sididos por el Excm o. y Rvdm o. S r. O bispo
d e la D iócesis, las dign ísim as A utoridades
civiles y m ilitares, el lim o. C abildo C atedral
y el Excm o. A yuntam iento en corporación.
124 —
PAMPLONA
L a Santísim a V irgen estará ciertam ente
satisfech a de stft am antes hijos d e Pam plo
na. Y lo estará p orqu e vió cómo la s seño
ra s d e la A rch ico frad ía tra b a ja ro n con en
tusiasm o. E n tre* otras co sas, distribuyeron
ta rje ta s de p ro p ag an d a por coros y barrios.
T ra b aja ro n con la p rop ag an d a verbal, im
poniéndose la obligación del buen ejem plo.
L o graron con su actividad un gran triunfe
p ara M aría A uxiliadora.
] C uán tas g ra c ia s podrán esperar todos de
tan buena M adre I L a concurrencia de fie
les fué muy num erosa desde el prim er día
del m es de m ayo. A bun dan cia de flores en
el altar de la V irg en ; cantos delicadísim os
satu rad o s de fervor m arian o ; rezos devotos
y sen tidos; herm osas p o e s ía s...
Y con la Novena va en aum ento la mu
chedum bre de fieles devotos que vienen a
honrar a la V irgen de don Bosco. E l predi
cad or, P . Fran cisco Diez, R edentorista, vi
b ra m uy en salesian o, y las gran dezas del
gran E d u cador de la juventud y su V irgen ,
M aría A uxiliad ora, van desgran án dose ante
el auditorio, atento al sin gular atractivo
de la vid a d e nuestro S an to y de la s glorias
de n uestra R eina.
Sum am ente conm ovedora la consagración
de los niños de la ciudad a M aría en la
. víspera de su fiesta. P asaron d e quinientos
los niños que se consagraron a la R eina de
los Cielos.
Y el d ía 24, d ía fué de verd ad era glo
ria y devoción a M aría A uxiliadora.
C oncurridísim as to d as la s m isas; comunio
nes ininterrum pidas; desfilar y desfilar con
tinuo durante el día de innum erables devo
tos, qu e p asab an a visitar a M aría A u x ilia
dora. Y com o punto de concurrencia de
todos, de gran m uchedum bre, d e interm i
nables filas de A ntiguos A lum nos, caballe
ros, A rc h ic o fra d ía ..., fu é la función de la
tarde, con la devotísim a procesión, que re
vistió caracteres de apo teosis: R osario, cán
ticos, Ban da, altavoces, poesías, fervorín, des
p edida, Bendición con S . D. M.
T A L A Y E R A D E L A REIN A (T oled o)
D ignos de todo encom io son los fieles de
T a la v e ra de la R eina, quienes, a p esar d e
que ya hace veinte años que no tienen en
tre ellos a los S alesian o s, siguen am ando y
honrando ca d a día m ás y m ás a la V irgen
Santísim a A u xiliad ora. En éste, com o en los
años anteriores, han celebrado con gran es
plendor novena, triduo y fiesta, con serm o
nes a cargo d e un sacerd ote salesian o, m isas,
com uniones y procesión. L o s A ntiguos A lum
n os S alesian o s han querido qu e fuese el
d ía d e su M adre el dedicad o a la Prim era
Comunión de su s h ijo s e h ijas. L a V irgen
de don Bosco siga bendiciendo a quien es con
tanto am or, entusiasm o y tesón saben hon
rarla.
D e nuestras Misiones
C arta del V icario A postólico d e D erna
(A frica) a l Revdm o. S r. R ector M ayor
(3 0 - X ^ 5 )
A m adísim o P a d re: Resum o brevem ente las
vicisitudes p a sa d a s desde julio de 1942 has
ta hoy.
L a población italian a de este V icariato
se vio reducida a una quinta p arte y fué
dism inuyendo cad a vez m ás de d ía en día.
En contra de la s disposiciones del G obier
no de R om a, las autorid ades locales efec
tuaron la evacuación total de los civiles en
la prim era decena de noviem bre de 1942.
L o s m isioneros perm anecieron por terce
ra vez firmes en su s R esidencias, custodios
fieles d e su iglesias, y la s H erm anas de la
S a g ra d a F am ilia de ^ p o l e t o pudieron con
tinuar su caritativa ob ra de asistencia a los
heridos d e los ejércitos contendientes.
E l 26 de noviem bre de 1942 recibí la vi
sita del brigadier D . C. Cum ing, G obernador
Civil de C irenaica, que m e invitó a salir,
dan do como p retexto la ausencia total de
católicos. L e respondí q u e probablem ente
dentro de diez años no se p o d rá afirm ar lo
mismo. L a benevolencia de los á ra b es hacia
los m isioneros no p asó inadvertida a las nue
v a s autoridades.
D efendí de p alab ra y p o r escrito las p re
rrogativas y derechos de la Sed e A postóli
ca cuando m e com unicaron qu e debía ale
ja rm e de la Misión ( I I de enero de 1943)
L a V irgen Santísim a AnzU iadora, flor de la s flo
res, recorre triunfante las
calles de la C iudad .lardin
(L a s P a lm a s), entre
a l fervor d e la multitud
qu e la aclaaaa.
y cuando m e ordenaron que tuviera a los
m isioneros p rep arad o s p ara salir rumbo a
T ríp oli (8 de m ayo de 1 9 4 3 ).
En consecuencia, fuim os todos concentra
d o s en Barce, juntam ente con Mons. Cán
dido Moro, V icario A postólico de B engasi,
y s u s m isioneros. Estuvim os concentrados
d esd e el 2 ! de enero a l 22 de febrero. El
retorno de lo s m isioneros a l V icariato co
menzó con la vuelta d e do s sacerd otes p ara
la asisten cia religiosa de la s H erm anas. L o s
m isioneros, tanto sacerd otes com o co ad ju to
res, y a p are m antenerse en actividad, ya
p ara d esah ogar su celo apostólico, se dedi
caron al trab ajo de p odar la s vides en la
llanura d e B arce y a otras faen as agrícolas
•n M agdalena.
L a vuelta de los m isioneros al vicariato te
subordinó a la dirección y labor de la gran
Cantina V inícola de Beda Littoria. En toda
C irenaica no fué posible hallar p erson as ca
p acitad as p ara la elaboración del vino. Nue
ve m isioneros se entregaron con ahinco a
esta nueva actividad du ran te un año. T e r
m inado éste, volvieron a su s Residencias.
L a vida hubiera sido muy difícil p ara nos
otros si las autorid ades in glesas no hubiesen
venido en n uestra ay ud a. D esde fin ales del
año Í9 4 3 dispusieron qu e se nos entregasen
víveres en especie.
E l 17 d e junio de 1944 se pudo abrir
de nuevo la R esidencia de A polonia, donde
prim ero hubo una guarnición inglesa y des-
puéa un cam po de concentración de italia
vía no h ab ía term inado la gu erra cuando ya
nos. De esta m anera, las R esidencias, que
se com enzaron a construir d o s inm ensos
antes de lo guerra eran once, se vie
cam pos de aterrizaje p ara la aviación civil.
ron reducidas a cuatro. (D ern a, A polonia,
E stos cam pos están ya term inados y en ple
Beda L ittoria y L u is Razza.)
na actividad.
L a actividad apostólica se desarrolló es
Mons. Juan L u cato, S . S.
pecialm ente a favor de los prisioneros ita
V ic. A pos. d e D erna
lianos, esparcid os por doquier. Su número
fuó variando de continuo. Llegó a haber
hasta nueve cam pos. L o s m andos nos die
ron facilid ad p ara celeb rar la S an ta Misa
P A R A G U A Y : M isión Salesían a de Puerto
los días de f i e s t a ,
pred icar triduos,
Sastre.
p rep arar a l cum plim iento p ascu al y p ara la
visita del V icario A postólico, que pudo así
El m iércoles 24 de octubre p. p.. acom
hallarse con frecuencia entre los prisione
pañado del Rvdo. P. Rogelio D uarte, Di
ros. En las visitas oficiales pudo celebrar la
rector del C olegio del S agrad o Corazón, de
San ta Misa y hablar tanto a las C om pañías
A sunción, arrib ó a este lejan o puerto tanicomo o los so ld ados en particu lar.
nero, en visita de inspección de las C asas
E sta tierra, que ha sido durante tres años
Salesian as, el M. R vdo. S r. Inspector don
cam po del (lujo y reflujo de los ejércitos
Luis V au la. e s p e r a b a n su llegada el p erso
contendientes, terminó siendo desde finales
nal de la M isión, el batallón de cscouts» y
de 1942 la gran arteria p ara la s com unica
la ban d a de San Pedro.
ciones del ejército inglés. L o s m isioneros se
L u ego de recorrer las distintas secciones
pusieron a l punto a ejercer el sagtiikdo mi
de la Misión, un grupo de indiecitos les
nisterio de la Confesión y de la predicación
ofreció una seqcilla dem ostración y afecto
en fran cés y en inglés. L o s frutos fueron
y reverencia en el salón D on Bosco.
palp ables.
Por la tarde se reunieron en la iglesia los
H a sido sum am ente apreciada la l a b o r
niños y la s niñas de Puerto S a stre p ara oír
llevada a cabo por la s H erm anas de la S a
la p ala b ra autorizada del buen Su perio r, el
grad a F a m i l i a de Espoleto. O b ligad as a
cual les invitó a com ulgar en la M isa que
abandon ar los hospitales de Puerto Bardia
diría al día siguiente. T erm in ad as las con
y T obru ch desde el año 1940, desplegaron
fesiones, se obsequió a los num erosos pequecon gran abnegación su actividad en los hos
ñuelos con un sabroso chocolate y ricos p a
pitales de D erna y L u is R azza. En cierta
litos, y se obtuvo un gru po fotográfico.
m anera fueron com o el p ararra y o s de la
D e noche, en el cam po de basquetbol,
Misión. L o s frutos m ás preciado s han sido
b ailaron los indios tu s b ailes típicos, y fue
varios bautism os adm inistrados <Ín articulo
ron obsequiados con cigarro s y caram elos.
m ortis».
A continuación p asaron al salón, qu e se lle
L o s dañ os su fridos por este V icariato son
nó de hom bres, a quienes el P. P u a rte diri
con sid erables: saqueo de l a s iglesias, sa
gió la p ala b ra , por no poderlo hacer el se
cristías y viviendas. En total, ascienden a
ñor Inspector, qu e se h ab ía qu ed ado afónico.
A l día siguiente el P . V a u la celebró la
5 .7 1 5 .5 6 0 liras.
A dem ás, la iglesia de Puerto B ard ia fué
Misa a la s cinco y m edia, y distribuyó nu
alcan zad a por artillería de m arina y se halla
m erosas com uniones. D ió desp ués una confe
medio en ruinas. L a iglesia de T obruch está
rencia a las H ijas de M aría, y a las ocho, en
la ráp id a lancha cM ab els, galantem ente ce
sin techo y con los m uros muy agrietados,
dida por el S r. A dm in istrador, se dirigió a
si bien se p o d rá re p a ra r...
E l presente nos ofrece un cam po estéril:
C asado, dejan do en n osotros la m ás a g ra
dab le im presión de bon dad y de espiritual
el porvenir es oscuro e incierto. Sin em bar
am or a n uestras alm as.
go, no se pueden form ular conclusiones.
El día 8 de diciem bre, fiesta de la Inma
M ás que en un estado de resurgim iento, nos
cu lada, celebró l á Misa en este pueblo, tan
hallam os en un estodo de g u erra: ¡ta n ta s
devotam ente entusiasta de la V irgen d e Coason las restricciones y con troles! M ientras
cupé. D espués de la M isa, los niños fueron
C irenaica no tenga un orden político deflniob seq uiados con un abundante desayuno. L a
do, no podrán hacerse pronósticos. E sta sisegunda Misa fué solem ne, con acom pañ a
tuoción nos im pide iniciar actividades de
miento de m úsica y asistencia del cClero In
carácter definitivo y estable.
fan til». D espués hubo reunión de indios en
' Se dice que si esta región no vuelve a
la iglesia p a ta rezar, can tar y oír la expli
pertenecer a Italia, la Misión tendrá una vi
cación de C atecism o. A l m ediodía te sirvió
talidad muy lim itada, p u es se estacion ará la
una gran olla de com ida a las fam ilias in
agricu ltu ra, única fuente de prosp erid ad y.
d ias. y por la tard e so celebraron reñidos
por consiguiente, de aum ento de población.
encuentros de fútbol entre lo s equipos de los
R odead a por el m ar y por el desierto, sin
distintos toldos. Y a declinando la tarde,
m ines y sin industrias, sólo tendrá los bene
am enguando el calor y term inados lo s p arti
ficios d el pastoreo y de su posición estra
dos del O ratorio, dióse comienzo a una piatégica con relación a la aeronáutica. T oda126 —
M aría A uxiliad ora triunfa tam bién en la b a rria d a de Estrecho (M a d rid ).
dosa al par que solem ne procesión, qu e con
cluyó con unas encendidas p a la b ra s del P a
dre Superior de la Misión y la Bendición
con S. D. M. A l despedirse, los niños y ni
nas recibieron un panecillo.
D e noche volviéronse a llenar de gente los
am plios p atios de la Misión p ara asistir a
la divertida vérbena, organizada por la s Hi
ja s de M aría, y asistir al espectáculo de una
sesión de cine popular.
Llegó finalmente la N ochebuena. En la
iglesia se h abía colocado un herm oso N a
cim iento. y en el patio un am plio tablado
ilum inado con potentes focos. A las ocho y
m edia la Banda d e San Pedro, qu e inaugu
rab a su s flam antes uniform es, comenzó a
ejecu tar la s m ejores p iezas de su variado re
pertorio. A la s diez se p egó fuego a l cjud a s » . que esta vez figuraba a l rey H erodes.
m atador d e los San to s Inocentes. L u ego , al
aire libre, se descubrió el Nacim iento, mien
tras un coro de niños ejecu tab a con acom
pañam iento de arm onium v ariad o s villanci
cos y se declam aban distintas com posiciones
navideñas.
A la m edianoche en punto dió comienzo
la Misa del G allo, con gran solem nidad de
cantos, luces y adornos.
E l día 25 por la m añana la B anda se di
rigió a c a sa del S r. A dm in istrador, D. N ico
lás G arcía, p ara agrad ecerle el regalo de
los uniform es. Se hallaron p resen tes al acto
el D elegado del G obierno d e la R egión O c
cidental, el T eniente C oronel U cra y A ra
gón. el .A lcald e, el D r. D. Jo sé P . A ndrad a y el R vdo. S r. C u ra Párroco.
P or la tarde se repartieron panecillos de
N avidad a los niños y niñas de am b os O ra
torios.
—
127
La
Siervo
de
Oios
Doña Dorotea de Chopitea
Cooperadora Salesiana
XV III
(C ontinuación.)
A
nadie can sa el sol, porque todos los
días se levanta el m ism o que el día an
terior sobre el horizonte. A sí tam poco
de can sarn os el sucederse cotidiano e in
interrum pido del sol de la carid ad cristiana
so bre la haz de esta tierra de odios.
{ M i s ejem plos sacad o s de la vida de la
Sierv a de D ios doña D orotea de C hopitea?
S í; m ás y m uchísim os m ás, que van en au
m ento tanto por la intensidad com o por la
frecuencia a m edida qu e avanza en años.
En el de 1689 se prop uso la p iadosa
dam a rem ediar una necesidad espiritual que
tanto m ás lastim ab a su corazón cuanto tal
vez era menos advertida por los m ism os in
teresados. Nos referim os a la fundación de
un beneficio eclesiástico en C alella de Palafrugell, barrio m arinero cuyos habitantes,
por falta de clero que cu idara de ellos, se
hallaban en muy deplorable situación m oral
y religiosa. Según consta por loa recibos, las
can tidades que invirtió doña D orotea en esta
san ta obra fueron las sigu ien tes: C asa para
el capellán, 5.000 pesetas. A l t a r m ayor:
m ateriales y construcción, 2 .5 0 0 ; ob jetos de
culto, 2 3 5 . Beneficio, valor nom inal, p ese
tas 2 2 .5 0 0 .
D e la citada población era oriundo el p a
dre do don Jo sé M aría S erra , su egro de la
Sierv a de D ios. Pero ningún lazo natural,
que sepam os, le unía a la villa d e R u b í; y,
•in em bargo, deseoso el señor cura-párroco
de abrir una escuela p arroq u ial de niños
b a jo la dirección de los HH. M aristas, y no
contando con m ás recu rsos que la carid ad ,
acudió a la inagotable beneficencia de doña
D orotea, quien le socorrió a l punto abun
dantem ente, com prom etiéndose a sostener a
un m aestro y a su fragar en p arte los gastos
de construcción.
En octubre de dicho año 1869, volvía a
Barcelona el sacerd ote S alesian o don A nto
nio A im e p ara en cargarse de la direcetéa
128 —
de las n uevas E scu elas d e San Jo sé en Hostafranchs. Don A im e era p ortador de una
carta del Sucesor d e don Bosco, carta que
decía a sí:
«T urín, 10 d e octubre de 1889.— Seño
ra doña D orotea de C hopitea, viuda de S e
rra.— lim a, se ñ o ra; Con la salid a del que
puerido P . A im e yo deseo hacerm e presen te a
usted, n uestra queridísim a m adre, p ara p re
sentarle nuestros respetos y asegu rarla de
n uestra viva gratitud por todo lo qu e ha
hecho, hace y h ará por los p ob res Salesianos, h ijo s del inolvidable don Bosco. He
oído con mucho gusto la noticia de la s o b ras
de la iglesia de M aría A u xiliad ora y de las
E scu elas, de San José p a r a los p ob res niños
del b arrio de H ostafran,chs. E speram os que
D ios ben decirá esas san tas o b ra s y que se
verán pronto term in adas p ara la m ayor glo
ria su ya y de M aría A uxiliad ora, y p ara sa
lud de m uchas alm as.»
D espués le com unicaba el nom bram iento
de don F elipe Rinaldi com o sustituto de don
B ran da en la dirección d e la C asa d e Sarriá. Y a ñ a d ía : «D esde ah ora yo le recomiento a la bondad m aternal de usted y de
tas otras señ oras qu e d e usted tom an ejem
plo y celo por la s ob ras salesian as.»
A p en as llegado a n uestra P atria, don R i
naldi se apresuró a com unicar a la Sierva
de D ios su feliz llegada. H alláb ase ella en
E au x B onnes, tom ando agu as, y a vuelta de
correo le contestó con una carta en la que
le decía, entre otras co sa s: «N osotros pen
sam os salir de a q u í el 26 y p asa r el 27 en
Lourdes, saliendo al día siguiente p a r a un
pueblo cerca de ésa, en donde espero ver
a usted descansad o del v ia je y ya con la
obra del pequeño pensionado em pezada, a
fin de aprovechar el buen tiem po antes que
vengan las llu v ia s... C elebraré qu e en toda
esa C om unidad no h ay a n oved ad ; y ruego
a usted les dé m ís recu erd os: yo. en L o u r
des. delante de la Santísim a V irgen , pediré
con m ás em peño qu e los otros días por los
Salesian os, p ara qu e los ayude en su s tra
b a jo s ...»
E l citado don F elipe Rinaldi era uno de
los m ás gran des valores qu e tenía la nacien
te C ongregación S alesian a, y tenía que ser.
andando el tiem po, el tercer Sucesor de San
Ju a n Bosco en el gobierno de la Pía Socie*
dad . P ero doña D orotea no le conocía y .
segú n p arece (p arecer q u e corrobora la
afirm ación categórica d el míarao don Rinaid i ) , quiso la prudente señora poner a p iu e*
b a ai nuevo director, a quien, según con
fesión de cuantos le Kan conocido, distin
gu ía un excepcional sentido de prudencia.
L a p rueba consistió en lo siguiente: Al
llegar a S arria, vió que eran de todo punto
n ecesarias ciertas obras cuya ejecución ya
tenía determ inadas su antecesor, don Bran
d a . Dió comienzo a los tra b a jo s cuando la
S ierv a de Dios, cuyo pensam iento y bolsa
estaban ocupados en la s o b ra s del Colegio
del Santo A ngel, en el m ism o S arria, y en
las E scu elas de San Jo sé, adm irad a de que
el flamante D irector em prendiese nuevas
o b ra s p ara las que no con tab a ni con me
dios ni con la esperanza d e que ella se los
pudiera proporcionar, d íjole un d ía sín ro
deos d e ninguna clase:
— ¿Cóm o ha em prendido usted esa o b ra ?
— A la verdad— contestó don R inaldi,—
no había averiguado las cuen tas d e j a C a sa ;
pero ya que^ los tra b a jo s em prendidos son
de absoluta necesidad, espero qu e no nos
faltará la Providencia.
L a Sierva de D ios te dió a entender que
era d e parecer contrario, según se lo había
m anifestado a su an tecesor; y esto se lo re
pitió hasta tres veces en distintos días. Pero
cuando m ás p erplejo se hallaba el buen Di
rector acerca d e lo que debía hacer, sube
doña D orotea a S arria, visita la nueva obra,
p ide presupuesto de lo q u e queda hasta
concluirla y entrega en efectivo treinta mil
pesetas.
En octubre de este mismo año de 1089
se presentaron entre las niñas a silad as en el
C olegio de S an ta D orotea, de S a rria , diri
gido por las H ijas de M aría A uxiliad ora,
varios casos de difteria. El m édico indicó la
necesidad de despedir, siqu iera tem poral
mente, a tod as las niñas si se qu ería cortar
todo peligro de contagio. Pero, ¿q u é h acer?
M uchas de las niñas eran h u érfan as, otras
no tenían h o gar, por ser su s p ad re s muy
p o b r e s ... L legó a noticia de doña D orotea
el apuro en que se veían la s H erm anas, y
al punto dispuso qu e fuesen tra sla d a d a s las
niñas a su torre o quinta de S arria, donde
m andó esterar todos los aposen tos y puso a
disposición de la Su p erio ra tod a la r o p a
b lan ca de s u s arm arios. M andó, adem ás,
com prar buen núm ero de m antas, ordenan
do que nada se llevaran del C olegio, p ara
evitar todo posible contagio.
Un m es disfrutaron niñas y H erm anas de
la torre, del herm oso jardín qu e la rodeaba
y de otras mil com odidades que no hubie
ran podido ni siquiera soñar en el C olegio:
todo ello debido al m aternal corazón y a la
gran carid ad de la Sierva de Dios.
(C o atin n ará.)
A parecen en el grupo O. F elipe Rinaldi (1 ) y D . Antonio A im e ( 2 ) . . . esos
«nom bres d e D ios y varones intrépidos dotados de gran virtud, inteligen
cia y tra b a jo , se hicieron tan nuestros, am aron tanto a E sp añ a, qu e y a ni
en su p rop ia p atria se hallaban.a (E xcm o. S r. D. M arcelino O laech ea.)
—
129
Crónica de gracias
TO R R E N G O C A N A V E SE (Italia) .— D e?.
de hacía m ás de un año tenía a mi hijo Atilio prisionero en A lem ania, y era tal mí p re
ocupación, que ni de noche podía tener so
siego. Como en todos los m om entos difíci
les de mi vida, recurrí frecuentem ente y con
ren confianza a M aría A u xiliad ora y a San
uan Bosco. Un día, una conocida m ía se
dirigió a consultar a un nigrom ante para
tener, según ella, noticias de su hijo, sol
dado. y se ofreció de paso a llevar ai fam o
so adivino fotografías de mi hijo y de un
sobrino mío, a quien dáb am o s por d e sa p a
recido, p u es habían resultado com pletam en
te inútiles cu antas p esq u isas habíam os he
cho desde un año a esta p arte por d ar con
su p arad ero. A un que nunca di fe a sem e
jan te s p atrañ as y h e sido siem pre enem iga
de supersticiones, era tan vehem ente el de
seo de saber d e mi hijo, que m e dejé sedu
cir. El pronóstico fu á; Mi sobrino había
m uerto, y ai mi hijo volvía, traería consigo
una enferm edad poco m enos que incurable.
Qué h ac er? /P o d ía dudar del p oder y de
a bondad de M aría A u xiliad ora y San Juan
B o sc o ? IJa m á sI Seg u í rezando con m ás fer
vor y confianza, y, una vez m ás, vi p len a
mente oída mi p legaria. V olvió mi sobrino
desde M ontenegro, y volvió mi hijo del cam
po de concentración, muy desm ejorado, en
verdad, pero sin enferm edad alguna esp e
cial.— C ristin a Piretto.
f
(
SU Z Z A N A (I ta lia ). — E ra la m añana del
3 1 del p asad o enero. Me hallaba en clase
con m is alum nos de la segunda, y después
de rezar la oración de costum bre, le s h ab la
ba del gran Santo del d ía : San Ju an Bosco.
Mis pequeños m e escuchaban atentam ente,
llenos de adm iración hacia el Santo de los
niños, cuando un grito aterrad or resonó en
el au la; a ca b a b a de desplom arse casi todo
el techo de la sala. A su stadísim a, co rrí ju n
to a m is niños, a todos los cu ales hallé m i
lagrosam en te ilesos, sin una herida, sin el
m ás leve rasguño. H ubo un breve y m ajes
tuoso silencio, roto por el grito entusiasta
d e: c lV iv a don Bosco, q u e precisam ente
hoy. 31 de enero de 1946, nos ha salvado
de tan grav e peligro I > .— Regina Scaravelli,
m aestra.
V A LE N C IA . — Encontrándose enferm os
cuatro de m is sobrinitos, acu dí a M aría A u
xiliadora, a quien p rofeso sin gular devoción.
L a V irgen me escuchó, por lo C|ue cumplo
la prom esa de p u b licar la gracia y hacer
una lim osna.— M. L. R. A.
M A D RID . — A ngustiado ante la s graves
dificultades ciue hallaba p ara seguir mi vocación sacerd otal, acu dí al Siervo de Dios,
el querido iL irio de la s P a m p a s», C eferino
N am uncurá. Hícele una novena, a la v e z
que otras varias p erson as le rezaban por mí
intención. Inesperadam ente, desaparecieron
tod as las dificultades, e incluso se solucio
naron otros p roblem as q u e me dab an no
poco que su frir. A gradecido a mi querido
130 —
arau canito. publico la gracia p ara estímu
lo de quienes se hallan afligidos.— U n A n
tiguo A lum no Salesiano.
Z A R A G O Z A . — Perdida la esperanza de
qu e mi m adre, enferm a de gravedad , cu ra
se, prom etí a San Ju an Bosco publicar la
gracia si m e obtenía su salu d. A p en as coocad a sob re la enferm a la reliquia de n u e ^
tro buen P ad re, desap areció el peligro, en
contrándose h o y en fran ca m ejoría y en
período de total restablecim iento. Envío cien
p esetas p ara la O bra S alesian a.— ^Valentín
B arquero, A . A . Salesiano.
f
M A L A G A . — En los d ía s de la solem ne
novena qu e M álaga entera dedica a honrar
a la m ilagrosa V irgen de San Ju a n Bosco,
acu dí llena de confianza a los p ies d e tan
bon dad osa M adre, pidiéndole un señaladísi
mo favor. H e sido escu chada y, agrad ecid a,
le envío una lim osna p a r a su culto, com o
con todo m i corazón se lo prom etí.— P ilar
Pérez.
M A LA G A .— A gradecido a M aría A u x ilia
dora por haberm e favorecido, com o con fer
vor se lo su p licab a en un tran ce apu rad o,
envío la lim osna de cien p ese tas p ara con
tribuir a los gasto s de su fiesta y procesión '
de esta ciudad de M álaga, que con delirio
am a a la V irgen A uxilio d e los C ristianos.
D octor M. Cleto.
M A LA G A . — Com o siem pre que acu do a
M aría A uxiliad ora en m is n ecesidades soy
escuchada, en el día de su procesión, al
verla tan herm osa en su trono, le pedí un
favor y m e lo otorgó.— N. N.
M A LA G A .— Cum pliendo una p rom esa por
un favor recibido d e mi V irgen A u xiliad o
ra. entrego una lim osna al S r. D irector del
C olegio S alesian o p ara el culto d e N uestra
Celestial M adre.— Inés Molina Palom o.
SA LA M A N C A .— A grad ecid a
«Bosco por un señ alado favor
concedido, envío diez p esetas
tenimiento del «B oletín », según
m etido.— fusta Rodríguez.
a San Juan
que m e ha
p ara el so s
lo h ab ía p ro
M O N TILLA .— D ebiendo su frir una op era
ción qu irúrgica una persona de mi fam ilia,
la encom endé a M aría A uxiliad ora, y la V ir
gen vino en auxilio de su s devotos, hacien
do d esap arecer la enferm edad de tal m a
nera qu e no se hizo n ecesaria ninguna ope
ración : por lo cu al, agrad ecid a a tan ce
lestial protectora, envío una lim osna p ara
su culto.— U na A rch icofrade.
G ERO N A .— D oy gracias a M aría A u x ilia
dora por un favor qu e m e ha otorgado y
por otros m uchos que espero alcan zar de
tan bon dadosa M adre, y entrego una li
m osna p ara qu e se celebren do s m isas.—^ J n a
devota.
Z A R A G O Z A .— T enia un grave asunto que
no había m odo de resolver. Me encomendé
a San ¿uan Bosco y di una lim osna p a r a una
m isa. E l m ism o d ía en que se celebró, y
d e la m an era m ás im prevista, quedó solu
cionado satisfactoriam ente. M uy agradecido
a tan prodigioso Santo, publico este favor,
ue se viene a añadir a otros muy señ ala
os qu e he recibido por su m ediación.—
J. Santullana.
3
BU EN O S A IR E S.— -A m ediados del pasado
año ca í gravem ente enferm o, lo cual, unido
a mi avan zada edad, m e hizo tem er por mi
vida. En tan doloroso trance, m e encom en
dé a San Juan Bosco, a quien tuve la dicha
de conocer en Sam pierdaren a (I ta lia ), y a
ouien pude besar la mano p ocos d ías antes
de que el buen P ad re vo lara al Cielo. L a
g rac ia no se hizo esperar. Un día, m ientras
su fría inm ensamente, se m e ap areció de
pronto don Bosco junto a m i lecho y me
alentó con su sonrisa. D esapareció en segu i
d a la visión, y yo quedé sum ido en un su e
ño reparador, del cual desperté c a si en
teramente^ restablecido. A ctualm ente m e en
cuentro bien, como han podido com probarlo
los P ad res Salesian o s y los colonos que
celebraron su fiesta anual el dom ingo 30 de
septiem bre, a quienes gozoso acom pañé en
los diversos actos de aqu ella m em orable jo r
n ad a.— C arlos T á rta ra .
BU EN O S A IR E S.— U no d e m is parien tes
enferm ó d e gravedad , y, a p esar de^ encon
trarse cercano a la m uerte, se^ resistía a re
cibir a l sacerd ote, aunque había sido ed uca
do en la Religión C atólica, que por m uchos
años p racticó. Fué entonces cuando por con
sejo de nuestro hijo, clérigo salesian o, a cu
dim os confiados a M aría A u xiliad ora y a
don Bosco, m ientras él intercedía ante don
R ú a, pidiendo antes Qtie la salud la con
versión del enferm o. Con gran alegría _ de
n uestras alm as, a los p ocos d ía s el pacien
te prom etió confesar y com ulgar el día de
la V irgen d el C arm en, com o en efecto lo rea
iizó. Profu.xdamente agrad ecido s a nueslio'.
celestiales p iotectores, pedinros a D ios se
digne otorgar pronto a su siervo, don Mi«ruel R úa, l a gloria d e los altares, y ro ga
mos a M aría A u xiliad ora y a don Bosco nos
asistan en todas las em presas de nuestra vi
da y particularm ente en el trance de la
muerte.
— D an tam bién g ra c ia s a M aría A u xiliad o
ra y a San Ju a n B o sco : D . T o m á s B ordaje,
señora A . L ap ie d ra, doña A polon ia G onzá
lez, don M ariano Sancho B raset, don Jaim e
R iera, don Ju lio M arqueta, don A rturo Guillén, doña M aría L u isa M ora, doña Elisa
D oñ aque (Z a ra g o z a ), don Jo sé P ascu al Torrent, doña A d ela Sau n er, doña En riqueta
F errer, do ñ a R am ona V iñ as de A gulló (G e
rona) .
Entre la s gra c ia s m uy señ alad as qu e la V irgen Santísi
m a A u xiliad ora h a concedido a la C ongregación Saleslan a, se cuenta la de h ab er lib rado de la destrucción,
de qu e han sido ob jeto tantos otros edificios de E u ropa,
a su S an tu ario de T u rín, el que le levantó don Bosco,
su apóstol, de donde ha salido su gloria. G rac ia s sean
dadsis a la poderosísim a R eina d e los C ielos y validísi
mo A uxilio de los cristianos.
—
13?
NUESTROS
R elación de los C ardenales, A rz
o b isp o s y O bispos Salesianos, con in
dicación de sus títulos y diócesis re
gentadas.
CARDENALES
Em m o. y R vdm o. Sr. D. A ugusto
Hlondy C arden al-A rzobispo de Varso via.
A R Z O B ISP O S
Excm o. y R vdm o. Sr. D. M arcelino
O laechea, A rzobispo de V alen cia y
A dm in istrador A postólico de P am
plona.
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Guillerm o
Piani, A rzob ispo titular de N icosia,
D elegado A postólico en Filipinas.
Excm o. y R vdm o. Sr. D. F élix A m
b ro sio G uerra, A rzob ispo titular de
V erissa.
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Francisco
D *A quino Correa, A rzobispo de Cuy a b á (B ra sil).
Excm o. y ‘ R vdm o. Sr. D. Elvecio
G óm ez de O liveira, A rzobispo de Marianna (B ra sil).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. A ntonio
L u sto sa, A rzobispo de Fortaleza (B ra
sil) .
Excm o. y R vdm o. Sr. D. M anuel
G óm ez de O liveira, A rzobispo de Goyaz (B ra sil).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. R oberto
T av e lla, A rzobispo de Salta (A rgen
tina) .
Excm o. y R vdm o. Sr. D. L uis Mathias, A rzobispo de M adras (In d ia).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. R icardo
Pittini, A rzobispo de Santo Domingo.
O B ISP O S
Excm o. y R vdm o. Sr. D. D om ingo
Com ín, O bispo titular de O b b a y Vi1 52 —
OBISPOS
cario A postólico de M éndez y G ualaquiza (E c u a d o r ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. O ctavio
Ortiz A rrieta, O bispo de C hach apoyas
(P e r ú ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Ernesto
C op po, O bispo titular de Peleópoli.
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Federico
Em anuel, O b i s p o de C astellam are
( Ita lia ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Ignacio
C anazei, O bispo titular de Caristo. V i
cario A p o s t ó l i c o de Shiu-Chow
(C h in a ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Em ilio S o
sa, O bispo de C oncepción (P a r a g u a y ).
Excm o. y R v dm o. Sr. D. Esteban
Ferrando, O bispo de Shillong (A ssam In d ia ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. N icolás
E san di, O bispo de V ied m a (A rgen
tina) .
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Salv ad o r
R otolo, O bispo titular de N aciancio,
residente en V elletri (Ita lia ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Jo s é Selva,
O bispo titular de Metre, P relado de
R egistro de A ragu ay (B ra sil).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. L u is L aravoire M orrow. O bispo de Krishnagar (In d ia).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Ju a n Lucato, O bispo titular de T igia, V icario
A postólico d e Derna.
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Francisco
Iturriza, O bispo de Coro (V e n ezu ela).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Fortunato
Chirichigno, O bispo de Piura (P e rú ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. V íctor Alvarez. O bispo de A yacucho (P e r ú ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. C ayetano
P asotti, O bispo titular de B arata. V i
cario A postólico de R ajab u ri (T h ai
la n d ia ).
Excm o. y R vdm o. Sr. D. P ed ro M assa, O bispo titular de H ebrón. P relado
de Río Negro (B ra sil).
E xcm o. y R vdm o. Sr. D. Ju lio Caicedo. O bispo de Barranquilla (C o lom
b ia) .
Excm o. y R vdm o. Sr. D. Jo s é Turcios, O bispo titular de Garre y A u xi
liar de San ta R o sa d e C opán (H on
du ras) .
E xcm o. y R vdm o. Sr. D. C ándido
R a d a , O bispo de San C arlos de Ancud (C h ile).
E xcm o. y R vdm o. Sr. D. A rn ald o
Apau'icio, O bispo A uxiliar del A rzob is
po de San Salvador.
Al. publicar esta fo tografía d e un grupo d e aspirantes salesian os a coad jutor,
que se form an en las Elscuelas P rofesionales Salesian¿ts de M adrid, hace
m os un nuevo llam am iento a nuestros am adísim os C oo perad o res en favor
d e las vocacion es y, especialm ente, d e las vocacion es p ara herm anos c o ad
jutores. D e to d as partes se nos piden con urgencia E scu elas d e A rtes y O fi
cio s; con todo, será im posible o m uy difícil atender a tantas dem an das
m ientras no tengam os m ás m aestros de taller, pero m aestros religiosos,
m aestros s a le s i^ o s . Y éstos no se im provisan. Su form ación supone sacri
ficios y geistos, y p ara ser m ás eficaz sería necesario poderlos reunir en una
so la C a sa d ed icad a a ellos. Entretanto, sepan nuestros bienhechores que
pueden dirigir sus ofertas a las C asas d e P am plon a, Sarriá, M adrid (G e n e
ral Prim o de R ivera, 2 5 ) y C ádiz, que cuentan con sen dos grupos de A s
pirantes, o a cualquier otra C a sa Salesian a, indicando siem pre el fin d e la
lim osna.
P red icción cum plida
cL a eleTación a l card en alato d e S u Exce
lencia Monc. A ntonio C aggian o, reviite de
actu alidad el siguiente episodio, referido por
el mismo p relado en ru ed a de salesian o s:
(H a ce m ás o m enos díecieséis añ o s m e dis
ponía a re g re sa r a la Argrentina desde la
C iudad E terna, a donde se m e h ab ía m an
d ad o p ara ponerm e a l corriente de la A c
ción Católics^ qu e entonces em pezaba.
No obstan te la p ro n n ra de la p artid a, no
quise em barcarm e sin an tes v isitar la C asa
M adre de la C ongregación S alesian a, con
cuyos hijos m e ligan fuertes vínculos de an
tigu a am istad.
F ui a Turín, y a l p resen tarm e en la por
tería y solicitar u n a en trevista con el Rec
tor M ayor don F elip e Rinaldi, se m e contes
tó no se r p osible p o r hallarse el S u p erio r
m uy delicado y con prohibición de recib ir
visitas.
Sum am ente contrariado, m ientras m e d is
ponía a retirarm e, sa q u é una ta rje ta de vi
sita y se la entregué a l portero, pidiéndole
qu e a l m enos la p resen tase a l R ector M a
yor com o testim onio de m í buena voluntad.
En esto, intervino un sacerd ote d e la C asa ,
el cu al, a l en terarse del u u n to , m e pidió q u e
esp erase un mom ento. Su b ió a l punto a l
—
I3 J
cu arto del iluatre enferm o, el cual, no bien
hubo vUto la tarje ta, exclam ó:
— E l un aacerdote argen tin o; que paae
en seguida.
Y fui introducido a la presen cia del ter
cer su cesor de don Bosco, el cual m e reci
bió con m uestras de extraordin ario afecto y
qu iso escu ch ar de mis labios noticias de la
A rgentina, tierra muy qu erida a su corazón,
com o y a lo h abía sido a l de San Ju an Bos
co y sus dos sucesores, don R ú a y don A l
bora.
D espués de un rato de an im ad a conversa
ción, a l despedirm e m e preguntó cuántos años
ten ía, y obtenida mi respuesta, fijó por unos
instantes en mí su s o jo s escrutadores, y,
com o leyendo en el porvenir, exclam ó de
p ron to:
——U sted todavía es joven t llegará cier
tam ente a C ardenal.
Y nos despedim os afectuosam ente.
Yo no di p o r el momento m ayor im por
tancia a estas p alab ras, pero cuando poco
IN
M E M O R I A M
Excm o. y Revmo. Mons. Jo sé S a k , S . S.*^~
Un telegram a de Elisabethville n o s anun
cia la m uerte de S . E- Mons. S ak , O bispo
titular de Scilio y V icario A postólico de
Sak an ia (C on go B e lg a ), fallecido el día 15
del p. p. m arzo. No se conocen detalles de
su muerte. Entretanto, suplicam os abun dan
tes su fragios por el alm a de este celosísimo
hijo de don Bosco. fundador, aposto! y S u
perior de n uestras M isiones del C ongo Bel
ga. H abía nacido en H echtel (L ie ja ) el 16
de enero de 1875. Fué elegido O bispo el 14
de noviem bre de 1939.
Excm o. y Revm o. M ons. C rim ont, S . J-,
V icario A postólico de A lask a.— Siendo joven
subdiácono enferm ó gravem ente de tubercu
losis y los m édicos le desahuciaron. A conse
ja d o por p erson as am igas, fué a visitar a
don Bosco, que por aquel entonces se halla
b a en P arís. E l Santo le d ijo que san aría, y
qu e viviría m uchos años. A gradecido por su
m ejoría, pidió y obtuvo ser enviado a Mi
siones, siendo destinado a una de las m ás
difíciles del mundo, cu al es la de A lask a,
tiem po después, el 5 de diciem bre de 1 9 3 1 ,
se esparció com o un ray o la n oticia d e su
m uerte y de su s funerales apoteósicos, se
m ejantes a los de don Bosco y don R ú a, so
b re todo cuando años m ás tard e, p o r mi
elevación a la dign idad episcopal, m e vi
m ás cerca de la p ú rp u ra carden alicia, co
mencé a com prender qu e esa s p alab ras habíap sido algo m ás que un m ero cum pli
miento.»
Tam bién n osotros som os de la m ism a opi
nión de S u Em inencia, teniendo en cuenta
que don Rinaldi fué u n a co p ia a c a b a d a de
San Ju an Bosco, qu e gobernó con extrem ada
pruden cia la C ongregación Salesian a duran
te nueve añ os, 1 9 2 2 -1 9 3 1 , y qu e m urió con
fam a y opinión de santo.
S e a todo esto a m ayor gloria de D ios y
de San Ju a n Bosco, en cu y a escu ela se for
m aron tantos colosos de san tid ad.»
ÍD e la revista «E x A lum nos
de don B o sco », m arzo 1 9 4 6 .)
donde ha vivido dedicado al m ás intenso ap o s
tolado. Mons. Crim ont fué siem pre muy en
tusiasta de don Bosco, y gran am igo y fa
vorecedor de su s H ijos, los Salesian o s. L e
encom endam os a las fervoro sas oraciones
de nuestros lectores.
Don A niceto C harro P rie to .— Falleció en
Z avadores-V igo el 23 de octubre de 1945,
a los setenta y dos años de edad. P ad re e)emp lar y am antísim o, y antiguo C ooperador
Salesiano. fué su m uerte la del justo qu e se
duerm e en b razos del Señ or. Pedim os a nues
tros lectores una oración por su alm a.
Don M iguel A nglada.— A nticuo y benem é
rito C ooperador Salesian o de C iu dadela. don
de falleció desp ués de una delicad a o p era
ción que no sufrió su efecto por la avanza
da edad del paciente. El. S r. A n glada p re
sentó señ alado s y desinteresados servicios a
la O bra S alesian a. Pedim os una oración por
su alm a m ientras dam os el pésam e a su anigida esposa, herm an os y dem ás fam ilia.
H an fallecido tam bién en la paz del Señor
los C ooperad ores Salesian o s: Rvdo. d o n
Francisco Roch, en F ortiá (G e ro n a ), y don
Pedro Ram ió en la Bisbal ( i d ) . R. I. P .
Este núm ero del «Boletín Salesiano» con sta de 3 2 p ági
nas, y corresponde a los m eses de julio y agosto. A si
mism o, el próxim o núm ero será doble, y corresponderá
a los m eses de septiem bre y octubre.
^ S O C I E D A D
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5
A l c a l á , 1Ó4
EDITORA
IBERICA
9134
--------------------------------------------------------------------Ij I S X I ? «
MADRID
»
1£
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O B R Í S . S
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BO SCO . — Ensayo psicológico literario, por
Jo sé M aría T a b o a d a L ago .— 3 4 2 p ág in as en
c u a r t o ............................................. P tas.
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O R A TO R IO F E ST IV O - C A T EC ISM O - FO R
MACION RE LIG IO SA .— Por el Revm o. se
ñor don Pedro Ricaddone, IV Su cesor de
San Ju an Bosco.
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EN L A E SC U E L A D E DON BO SC O .— L e e
turas p ed agó gicas p ara p ad res y ed ucado
res.— Por T om ás B arau t, S . S .
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tiano instruido en su L e y » .— D iscu rsos m o
rales y doctrinales p ara p árroco s, m isione
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cicios en h o jas sueltas, de p ap el dib u jo ta
maño cuartilla, agru p ad o s en carp etas, que
constituyen ocho grad os p rogresivos. Se han
editado separadam en te p ara niños y niñas.
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L U C IA N O : E l sueño, con notas y comenU ríp s a cargo de^ Jo sé M aría Díaz-Regañón.
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tas y com entarios y un breve estudio de la
obra literaria de H om ero. E quivalen cias áti
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Ezem o. y Rvdm o. d o n M arcelino Olaechea, S . S .. A rzob isp o d e V alen cia.— 180 p á
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•
—
135
ESC EN IC A C A T E Q U IST IC A
P a ra velad as
Coleccién de tom ito* de 112 p ág in as en
V olúm enes de m ás de cien p ág in as, que
6.°. cu biertas a colores. C ad a tomo, p tas. 3’00
contienen diálogos, bocetos, dram itas o reci
I.
— L A SO N R ISA D E DON BO SC O . taciones,
por
representables por jóven es actores
Róm ulo Piñol, S . S .— Selección de hechos
de uno u otro sexo.
edificantes de la vida de don Bosco.
I. P A R A V E L A D A S D E M ISIONES.
II. L U Z
EN L O S SU BU R B IO S, por
II. P A R A V E L A D A S C A T E Q U IST IC A S.
R. P. U ., S . S .— A leccion adora historia de
T em as evangélicos.
un niño pobre.
III.
P
A
R
A
JO
R
N
A
D
A
S D E V O CA CIO III. — L A RELIGIO N, por Balm es.— Pre
NES.
cioso tratadito apologético.
IV. P A R A JO R N A D A S D E L A BU EN A
IV. -—L A V O ^C E D O R A D E LE P A N T O , PR EN SA .
por Róm ulo Piñol, S . S .— H istoria anecdó
V . P A R A V E L A D A S M A R IA N A S.
tica de la devoción a M aría A uxiliadora.
VI. P A R A V E L A D A S D E NA V ID A D .
C ad a tomo, P tas. 3’ 00
V.
— E L H IJO D E L NILO, por ju m y , S . S.
Novelita de argum ento edificante.
O BRAS SU ELTA S
T— N A R R A C IO N E S M ISIO N ERA S, por
C u adros. ' bocetos, com edias y dram as de
lumy, S. S .— 'Colección de hechos entresa
asuntos v ariad o s en uno o m ás actos
cad os de la historia de las M isiones C ató
licas.
SEC CIO N M A SCU LIN A
V IL— L A L L A V E D E O RO . por Róm ulc
N.o 1 . E L PRINCIPE INDIO.
Piñol. S . S.— C onversaciones fam iliares acerN.o 2. L A SEN D A Q U E S U B E .ca de la devoción de .los Nueve Prim eros
N.o 3. E L H U ESP ED IN V ISIBLE.
V iernes.
N.o 4. E L PRIM ER GERM EN.
N.o 5. A U R O R A D IV IN A .V llL — E L SA N TISIM O R O SA R IO , por
N.o 6 . ESPIR ITISM O IN O CENTE
[uan Marín del C am po (C h a fa ro te ).— Ma
N.o 8. M A S Q U E L A M ADRE.
ravillas, esplendor y glorias de la devoción
N.o 9. E L A N G E L D E L A ANU NCIA
m ariana por excelencia.
CION.
IX . — L A E S T R E L L A D E M ANO LIN, por
N.o 10. E L HOM BRE N U EV O .
P . A restegu i, S . S .— Edificante historia de
L
A
C R U Z D E L BO SQ U E
.
N.o 11.
C ad a o b ra : P tas. 1 30
un niño español por tierras am ericanas.
N.o 7. V EN Y SIG U EM E.
X . — N. M UNCURA, por Róm ulo Piñol,
P tas. 2*00
S . S .— R asgo s biográficos .del siervo de Dios
C eferino N am uncurá, hijo del último rey
SECCIO N FEM ENINA
d e la Pam pa.
_ L V_________
N.o 1. E
EST ID O R O S A .X I. — DON BO SC O EN BA R C ELO N A , poi
N.o 3. E L C O L L A R M A R A V IL LO SO .
Róm ulo Piño), S . S .— R elato histórico de la
N.o 4 . E L D RA M A P A SC U A L .—
estancia de San Juan Bosco en E sp añ a (abrilN.o 5. CU A N D O L A N O C H E F U E DIA.
m ayo de I886).
N.o 6. M A S Q U E L A M ADRE.
X II. — CAM INO S D E D IO S, por Rómulo
N.o 7. L A C R U Z D E L B O ^ U E . C ad a o b ra : P tas. 1 50
Piñol, S. S .— Perfiles biográficos de San ]uan
Bosco.
N.o 2. V IE N T O S EN L A S CUM BRES
P tas. 2,00
XIII. — E L V U E L O D E UN A N G EL, por
En pren sa, nuevos títulos.
S . A ntolín.— P reciosa novelita.
BIBLIO TEC A D E L H O G A R C R ISTIA N O
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BIBLIO TEC A
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