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Título
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BS_1954_03
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Descripción
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Boletín Salesiano. Marzo 1954
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Fecha
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1954.03
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extracted text
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Redacción y Administración
Alcalá, 164 ♦
MADRID
M A R Z O
1954
Núm ero 3
BOLETIN
S AL E S I A NO
M o n s « ñ o r S e g u n d o G a r c ía , S a le s ia n o , O b is p o titu lar
d e O lim p o y V ic a r io A p o s t ó lic o d e A lt o O r in o c o
umorio:
Un ancla............. ........................
En la Escuela Salesiana........ ..........
Noticiario salesiano........................
Un Oratorio modelo en la capital de
España.......................................
Ecos de la fiesta de San Francisco de
Sales .........................................
Siluetas de cooperadores; D. Julio Paz
de Roda.....................................
Crónica de gracias.........................
Reportaje gráfico...........................
El Beato Domingo Savio en la liturgia
romana.......................................
Un concurso muy laudable............
De una carta-lección......................
Efemérides seculares; Caridad heróica
De nuestras Misiones; Cinco lustros
evangelizando Bengala...............
«Decíamos ayer...»—Nuestros difun
tos..............................................
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BOILKiniN SAUIESIINO
R E V I S T A
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L A S
D E
O B R A S
M A R Z O 1954
D O N
B O
S C O
Núm ero 3
♦
S OL O V I R T U D ES N O B L E Z A
tU i
o m
I
o/
'
El blasón de nuestro escudo que campea presidiendo todas las demás figuras es
un áncora. Un ancla, como hoy decimos por contracción gramatical. En Heráldica
se denomina «Anda de Almirantazgo».
Para nosotros esa ancla representa la Esperanza, virtud teologal segunda, que
resplandeció en Don Bosco como base inquebrantable de todo su apostolado.
Por la Esperanza nuestro Padre vivió unido siempre a Dios en el corazón de Ma
ría, «Spes nostra», como cantamos en la Salve. No nos parece exista blasón espiritual
más elocuente para cifrar el marianismo salesiano.
La Esperanza en la divina Providencia era norma constante del santo Sacerdote.
A ella fiaba el cuidado de los medios materiales para salvar almas. De ella ha
blaba cuando había de levantar ánimos decaídos. Con ella soñaba, viéndola represen
tada sobre un diamante en esta leyenda; «Esperad en Dios, no en los hombres». Y,
cuando trata de dar cima al magnífico poema de su Misa—Santo ya canonizado—la
Iglesia no halla palabras mejores para aplicarle en la acción de gracias de la comu
nión que las de San Pablo a los Romanos refiriéndose a Abraham: «Estribado en la Es
peranza, fuera de toda esperanza, creyó...». Esperanza con mayúscula, virtud; esperan
za con minúscula, confianza simple en los hombres.
La ascética de Don Bosco, referente a la Esperanza, humanísima en cuanto este
adjetivo tiene de altruista y cristiano, tendía siempre al pensamiento del cíelo, mien
tras sólo se tratara de guiar a almas viajeras sobre las vías inferiores del espíritu. (El
sabía qué otros procedimientos de abnegaciones seguir con santos suyos, como los que
ya veneramos en los altares). «Vamos al cielo, hijo mío». «Si os halaga la grandeza
del premio, no os agobie la pesadez del trabajo». «Pongamos el corazón donde están
los verdaderos goces». Sueños, «buenas noches», pláticas, escritos, infinitas piezas de esos
géneros tenían por epígrafe genérico el Paiaíso. Todo su afán era meter a las almas
en eso que el pulcro orador Coloma dice que es ancla paulina: «In spem vitae aeternae».
En la Esperanza de perdurable vivir.
¡Bendita ancla del escudo salesiano! ¡Haz que subamos al cielo prendidos de tus
dos brazos!
Consistiendo la verd adera perfección c ristia n a en ser uno tan grande delante de
Dios cuanto pequeño delante de los hombres. SAN JO S E , que pasó su vida entera en la más
hum ilde oscuridad, es el modelo de aquellas virtu d es que sirven de cim iento a la santid ad .
San Ju a n Bosco.
—
1
En la Escuela Salesiana
L E C C I O N
V
Propiedades y excelencias de la devoción
Los que pretendían disuadir a los israe
litas de que fuesen a la Tierra de Promi
sión decíanles, para asustarles, que aquel
país devoraba a los habitantes; es decir,
que el aire era tan mEillgno que no se po
día vivir en su ambiente por largo tiempo,
y que sus habitantes, por otra parte, eran
gentes tan descomunales que se comían
a los hombres como si fuesen langostas.
De la misma manera el mundo difama
cuando puede la devoción, pintando a las
personas devotas con talante sombrío y me
lancólico, proclamando que la virtud en
gendra caracteres malhumorados e inso
portables. Pero así como Josué y Caleb die
ron testimonio, no solamente de que la
Tierra Prometida era feraz y hermosa, sino
que su posesión les sería llevadera y agra
dable, el Espíritu Santo, por boca de los
elegidos, y e^i mismo Jesucristo Señor Nues
tro, por la suya, nos aseguran que la vida
devota es dulce, amable y placentera.
El mundo ve que las almas devotas ayu
nan, oran, soportan injurias, asisten a en
fermos, dan limosna, vigilan, refrenan la
cólera, sofocan y encauzan sus pasiones, se
privan de placeres sensuales y se ocupan
en multitud de obras parecidas que de suyo
y por su naturaleza son ásperas y riguro
sas. pero no ve que la devoción interna del
corazón las hace fáciles y llevaderas.
Contempla a las abejas libando el tomi
llo; allí encuentran un jugo amarguísimo,
pero al mezclarlo con la propia saliva lo
connrierten en miel por una propiedad todo
suya. Así. oh mundanos, las almas devotas
hallan fuerte amargura en sus ejercicios
de mortificación, es cierto, pero los truecan
en dulzura y suavidad al reiterarlos. El
fuego, las llamas, el potro y las espadas
parecían flores y perfumes a los mártires,
porque eran devotos. Pues si la devoción
puede cambiar en dulcedumbre los más
crueles tormentos y la muerte misma, ¿qué
no hará de las acciones virtuosas?
El azúcar endulza los frutos verdes y ha
ce que no sean desagradables ni dañosos
los demasiado maduros; ahora bien, la de
voción es como azúcar espiritual que neu
traliza el amargor de las mortificaciones y
el peligro de los consuelos; quita la tris
teza a los pobres y el afán de lucro a los
ricos: el desconsuelo a los oprimidos y el
engreimiento a los afortunados; la melan
2
—
colía a los desamparados y la disipación al
que vive en sociedad; es fuego en invierno
y rocío en verano; sabe vivir en la abun
dancia y sufrir en la pobreza; hace útiles
las honras y los menosprecios; acepta el
placer y el dolor con el mismo corazón se
reno, y llena el alma de maravillosa sua
vidad.
Contempla la escala de Jacob que es el
verdadero retrato de la vida devota; los
dos largueros entre los cuales se sube, y
en los que se apoyan los peldaños, repre
sentan la oración que impetra el amor de
Dios y los sacramentos, que lo alcanzan:
los escalones no son otra cosa que los di
versos grados de caridad por los cuales se
asciende de virtud en virtud, bien abaján
dose hasta el prójimo y prestándole soco
rro, bien elevándose por la contemplación
hasta la unión amorosa con Dios.
Ahora considera quiénes se encuentran
en la parte superior de la escala: o son
hombres con corazones angélicos o ánge
les con corazones humanos; no son jóve
nes, pero lo parecen por mostrarse llenos
de vigor y de agilidad espiritual; están
dotados de alas para volar y se elevan has
ta Dios por medio de la oración, pero tam
bién tienen pies para caminar con los hom
bres en santa y amable conversión; sus ros
tros aparecen hermosos y alegres, porque
todo los reciben con dulzura y suavidad;
sus piernas, sus brazos y sus cabezas que
dan al descubierto, demostrando que sus
pensamientos, sus afectos y sus acciones
no tienen otro objete que agradar a Dios.
Lo restante del cuerpo está vestido con
túnica hermosa y ligera, porque usan de
este mundo y de las cosas de la tierra de
modo puro y sincero, tomando lo estricta
mente necesario a su condición; tales son
las personas devotas.
Créeme, la devoción es la dulzura de las
dulzuras, la reina de las virtudes, la per
fección de la caridad. Si la caridad es la
leche, la devoción es la nata; si aquella
es la planta, ésta es la flor; si la una es
como piedra preciosa, la otra es como su
brillo; si la primera es un bálsamo es
cogido, la segunda es el perfume, olor de
suavidad que conforta a los hombres y re
gocija a los ángeles.
(FILOTEA, 1, 2).
NOTICIARIO SALESIANO
LA F IE S T A D E SAN JU A N BOSCO
El 31 de enero ha sido en España un día
de triunfo para nuestro Padre. Aparte de
los centros salesianos masculinos y feme
ninos—casi doscientos—, la han honrado
con fervorosos cultos poblaciones sin Hi
jos suyos aún de la «primera y la segunda
orden», pero, donde la devoción y el salesianismo de muchos antiguos alumnos y
cooperadores ha prendido poderosamente
ya. No nienos han rivalizado en homenaje
multiformes diversas entidades que le han
nombrado Patrón: El cine, los ilusionistas,
las Escuelas de Formación Profesional, va
rios centros de Acción Católica.
En la imposibilidad de hacer reseñas
amplias, nos referimos en esta sección a
los centros que se han servido remitirnos
programas o reportajes de prensa. Lo ha
cemos por orden de llegada a nuestra Re
dacción, destacando en cada caso los actos
más importantes y específicos.
BARCELONA (Tibidabo).—Se clausuró el
año cincuentenario de la primera piedra
con Pontifical por el Cardenal-Arzobispo
de Tarragona, Doctor Arriba Castro.
BARACALDO-BILBAO.—^Los aprendices
de la Zona Industrial del Nervión, la Es
cuela del Trabajo de Baracaldo con el Ayun
tamiento y el Frente de Juventudes, entre
otros actos sugestivos, inauguraron el «Cen
tro Obrero San Juan Bosco>.
MADRID (Francos Rodríguez).—Se ben
dijo el nuevo altar a San Juan Bosco, cos
teado por los antiguos alumnos de aquella
popular barriada.
MADRID (La Paloma).—El Nuncio de Su
Santidad, Monseñor Antoniutti, delante de
los dos mil alumnos de esta Institución
profesional celebró la Santa Misa, habien
do sido la primera que dice fuera de la
Nunciatura.
MADRID (Vicálvaro).—Con asistencia del
Ministro de Trabajo, Obigjo Auxiliar Doc
tor Lahiguera, Consejero General don Mo
desto Bellido y la Junta de Señoras pro
tectoras, se bendijo solemnemente el nue
vo Oratorio Festivo dedicado al Beato Doniingo Savio.
MADRID tVillamil).—En el gran teatro
María Guerrero, las Hijas de María Auxi
liadora rindieron homenaje al Padre con
una sugestiva velada en la que intervinie
ron famosos artistas profesionales.
MADRID (Santa Teresa).—El Secretaria
do de Caridad de la Hermandad Ferrovia-.
ria honró a su celestial Patrono con una
fiesta religiosa en dicha iglesia carmeli
tana.
MADRID (Atocha).—El Rvmo. Don Mo
desto Bellido celebró la santa Misa para
los Antiguos Alumnos que, después de un
concurridísimo triduo de preparación, se
acercaron al comulgatorio el día 31.
BURRIANA.—Se inauguró un nuevo pa
bellón para internado en homenaje póstumo al insigne patricio don Manuel Perís
Fuente, bajo la presidencia del Excelentí
simo Ayuntamiento, habiendo sido padri
nos el Presidente de los Cooperadores don
Juan Granel! y su distinguida esposa.
i n ’RERA (Consolación).—El Cardenal
Arzobispo, Dr. Segura, bendijo una emi
sora local que, «en manos de los Hijos de
San Juan Bosco—decía su Eminencia—será
eficaz propagadora de la devoción mariana>.
VILLAFRANCA DE PANADES.—En este
Noviciado se celebró la fiesta con los nú
meros tradicionales, que rezuman el en
canto primitivo de familia.
CADIZ.—El señor Obispo de la diócesis,
Dr. Gutiérrez Diez, clausuró la solemnísi
ma jom ada impartiendo la Bendición eucarística.
SANTA (mUZ DE TENERIFE.—En am
biente del más auténtico salesíanismo se
celebró la fiesta, predicando el Padre Sán
chez Ramirez, dominico.
MONZON.—La ciudad entera, con su cle
ro y autoridades, acompañó a los Salesíanos durante un denso programa que llenó
muy a gusto de todos la jomada, habien
do constituido grata novedad el pregón de
la fiesta una semana antes en el (^nema
Goya.
— a
CAMPELLO.—Fervor, arte y alegría fue
ron la tónica de la fiesta en esta casa de
formación, cercana al cielo y al mar.
AVILA.—El Sr. Obispo de la diócesis ce
lebró la santa Misa para la Juventud Obre
ra de Acción Católica que tiene por celes
tial Patrono a nuestro gran Fundador y
que desplegó un maravilloso guión de fes
tejos en día tan señalado.
O T R A S N O T IC IA S D E L MUNDO
TüRIN.—Para relevar ante la juventud
las gestas de los personajes que más hon
raron a la región, h a surgido la iniciativa
de «El domingo del pionero piamontés».
Sus organizadores han querido dedicar la
primera sesión a exaltar la figura de San
Juan Bosco, el ciudadano que más que na
die atrae la mirada del mundo a Turín.
SIRACUSA.—El dia de la Inmaculada se
CABRA.—Los Caballeros de Don Bosco,
■asociación canónicamente erigida en la .bendijo una bella casa que las Hijas de
parroquia de Santo Domingo, honró al San María Auxiliadora destinan a las niñas de
to con un triduo y una fervorosa misa el los suburbios pobríslmos como homenaje
31, en sufragio del inolvidable fundador filial al Papa.
Don Antonio Povedano.
NOVARA.—Nuestro Rvdmo. Rector Ma
inauguró un monumento a María Au
SEIVILLA (Santísima Trinidad).—Con un yor
xiliadora en los patios del Instituto Sale
Interesante programa religioso recreativo siano.
se celebró la jornada, de arraigo tan solem
RECIFE.—Transíversal a la calle de Don
ne en este barrio tan salesiano.
Bosco se ha dedicado una avenida al Bea
ALICANTE.—Hubo de trasladarse el acto to Domingo Savio, cuya devoción es popude entrega de viviendas para Antiguos larísima en la ciudad.
Alumnos, y la bendición de la primera pie
BUCARAMANGA.—En esta c iudad co
dra para otro grupo, por imposibilidad de lombiana ha surgido, por la fe y la cons
asistir el Excmo. Sr. don Federico Mayo,
de una virtuosa cooperadora, ya di
Director General del Instituto de la Vivien tancia
funta,
doña
Sofía Motta, una importantísi
da, que había de presidir el acto.
ma Escuela de formación profesional, a
JEREZ DE LA FRONTEKA.—Se bendijo cargo de los Salesianos.
una artística imagen del Santo, costeada
TOKIO.—El Vicealmirante de la Mari
por el antiguo alumno y celosísimo sacer na japonesa Kazuyoshi Yamajy, ha recibi
dote don Juan Torres Silva.
do el bautismo después de cuidadosa pre
paración llevada a cabo por el sacerdote
SAN SEBASTIAN.—La insigne coopera salesiano don Antonio Colussi.
dora María de Echarri publicó en «La Voz
SHUJjONG.—El gobernador del Assam
de España» un jugoso artículo con el títu
visitó
detenidamente la Exposición Profe
lo: «Don Bosco ha llegado»—que recogemos
en este número—, congratulándose de la sional «Don Bosco», en cuyo libro de honor
apertura de una casa de Hijas de María dedicó estas palabras a los jóvenes apren
dices: «Sed buenos y virtuosos.—Haceos fuer
Auxiliadora en la capital donostiarra.
tes y robustos.—La India necesita hombres
BEJAR.—Después de fervorosa novena, honrados que no vacilen frente al deber».
la fiesta resultó espléndida, con la coope
LIMA.—Frontera a la calle María Auxi
ración del clero secular y el Ayuntamien liadora. las autoridades municipales han
to, que asistió en pleno a la misa solemne dedicado ctra a Don Bosco, como homena
presidiendo a las diversas representaciones je de la ciudad en el centenario de las Es
bejaranas.
cuelas Profesionales.
PÜERTOLLANO.—Salesíanos, Autorida
des, exalumnos y alumnos rivalizaron en
honrar al Santo con un magnifico progra
ma que se desarrolló en ambiente de a r
monía y hermandad. Tan joven como os
esta fundación, da ejemplo de actividad y
salesianismo.
HUESCA.—Fiesta íntima y solemne,
con el programa tradicional.
4 —
PROPAGUE
IJECniRJIS
(A T 0 L ir.^ S
P id a núm ero de m u estra al
A partado 9.134
-
MADRID
UN O R A T O R I O
e n la c a p i t a l
MOD E L O
de
España
Por lo trascendental del hecho y en atención a las personalidades
aue asistieron, damos la m áxim a am plitud al informe sobre esta
inauguración. A ello dedicamos también exclusivam ente el repor^
taje gráfico central del presente número. El Oratorio Pf'shuo es la
obra cumbre de la Pedagogía Salesiana. Este de Pueblo
ha levantado y lleva exuberante vida gracias a la d m jra b le dina
m ism o de un salesiano ejemplar: el Padre Póm ulo Pinol.
M A D RID . Se in a u g u ra el O ratorio F e sti
vo «Beato Domingo Savio»
Ayer tarde se efectuó la inauguración
del Oratorio Festivo y escuelas populares
«Beato Domingo Savio», emplazado en la
calle de los Hermanos García Noblejas, nú
mero 66 (Pueblo Nuevo). Al acto asistieron
el ministro de Trabajo, Excmo. señor Gi
rón de Velasco y señora; Obispo auxiliar
de Madrid, doctor Lahiguera; teniente de
alcalde, señor Alonso de Celis; presidente
de la Diputación, marqués de la Valdavia;
consejero del Capítulo Superior de la Con
gregación Salesiana, padre Bellido; inspec
tor de los Salesianos, padre Corrales; di
rector de la Asociación Católica de señoras
de Madrid, padre Larequi, S. J.; arquitec
to don Femando de Urrutia; don José Maria Oriol y señora, con sus hijos los Mar
queses de Castelfuerte; presidente nacio
nal de Antiguos Alumnos Salesianos, señor
García de Vinuesa, con los miembros de la
Junta, señores don José María Tabeada
Lago, don Francisco Francoy, don Javier y
don Leopoldo Pérez Fontán; el Fiscal del
Supremo, don Manuel de la Plaza; don Je
sús Marañón; Consiliario Nacional de los
Antiguos Alumnos Salesianos, P. Rodolfo
Fierro: la Junta de Señoras Cooperadoras
integrada por doña Dolores Tartiere, viuda
de García Conde; doña Margarita Salaberria de Argüelles, doña María Vallejo de
Urrutia, Exema. señora Duquesa de Luna.
Asistieron además otras muchas personas
simpatizantes y bienhechoras, tales como
los señores Condes de Aybar, señora Mar
quesa del Arenal, señores de González de
Castejón, señorita de Loygorri, señora de
Marsans, don Ismael Pérez Fontán y seño
ra, don Rafael Martínez Cordón, etc. En
tre los eclesiásticos pudimos ver a ios Re
verendos señores Curas Párrocos de Pue
blo Nuevo (en que está enclavado el Ora
torio), Caniilejas y Fátima.
F IN E S D E L A O B R A
En primer lugar, se impusieron las co
rrespondientes insignias a los primeros 40
antiguos alumnos, y como antiguo alumno
honorario, a don José María Oriol. El pre
lado pronunció unas palabras de exalta
ción de la Obra y de los esfuerzos que. para
la dignificación y regeneración de los su
burbios, se vienen realizando.
A continuación, en el salón de confe
rencias, donde estaban reunidos ya unos
muchachos, se celebró un acto de gratitud
a las personalidades asistentes. Ocupó la
presidencia el ministro, con el obispo y de
más autoridades y personalidades citadas.
Pronunciaron breves palabras el padre La
requi y el provinóial de los padres salesia
nos. Expusieron la finalidad del Oratorio,
que es la de la formación de los hijos de
los obreros, ayudados por quienes, como el
ministro de Trabajo y la Junta de Señoras,
tanto apoyo han prestado a la Obra. Des
pués los asistentes visitaron detenidamen
te el edificio con todas las dependencias, y
contemplaron una maqueta de la inme
diata ampliación con las naves apropiadas
para las escuelas profesionales.
E L O R A TO R IO
Se trata de una obra de formación Inte
gral del hijo del trabajador que vive en el
suburbio, ya que procura crearle un am
biente de vida cristiana y social digna. Este
nuevo Oratorio Festivo salesiano es un cen
tro de diversión y de reunión, de atracción
de la juventud en el tiempo líbre que deja
al joven obrero la vida laboral y familiar.
Hay en él escuelas elementales y de orien
tación profesional. El amplio edificio, de
nueva construcción, según planos y direc
ción del arquitecto señor Urrutia, cuenta
con una iglesia de estilo moderno, sencilla
y de buen gusto. El presbiterio tiene por
fondo un magnífico fresco pintado por el
gran artista Serny. Consta el edificio de
siete aulas con capacidad para 50 niños,
vivienda para una comunidad de diez re
ligiosos. salón de actos y otras dependen
cias. Dada la aridez de aquella zona y el
mucho despoblado, los mismos muchachos
han contribuido a la construcción de un
parque, que consta de 200 árboles variados,
donación del Ayimtamiento.
(«Hoja del Lunes», Madrid, 1 de febrero
de 1954.)
— 5
E C O S DE L A F I E S T A
DE
SAN FRANCISCO DE SALES
Dos días antes de la de nuestro Fundador
se celebra la fiesta de nuestro dulce Patrono.
Lo que algunos estiman coincidencia no con
veniente, lo juzgamos nosotros elegante dis
posición de la divina bondad.
Es cierto que la conmemoración litúrgica de
nuestro Padre resta esplendor a la de San
Francisco de Sales, y ello debe considerarse
como un hecho lógico de la historia. Pero
la proximidad de ambas fiestas da ocasión a
los Salesianos de Don Bosco para celebrar
una especie de cursillo donde se conjuguen
temas cuyo ideario debe divulgarse más y más
en los ámbitos de nuestra acción. Algo refe
rente a esto dijimos en nuestro editorial de
enero.
Los días 28, 29 y 30 son para el Triduo
del Fundador, que comienza con las Vísperas
del Patrono. En la función religiosa se canta
la oración de San Francisco. Al día siguiente.
29, se dedica todo entero a él, con Oficio so
lemne y panegírico. Excelente preparación para
desembocar a la fiesta del Fundador, más so
lemne, naturalmente. Y si el predicador com
bina los temas, como sucedió este año mis
mo en la iglesia madrileña de la Ronda de
Atocha (El corazón de Don Bosco, corazón
salcsiano, corazón mariano, corazón eucarísti~
co). ambos gloriosísimos Santos se distribu
yen los honores.
No ha dejado, pues, de ser actual para los
Salesianos de ahora el dulce Obispo a quien
los viejos Salesianos tanto honraban. Lo que
sucede es que. si se nos permite hablar así, la
devoción se ha unificado en dos personas ge
melas de corazón. Y hasta se ha hecho más
6
—
racional y lógica (si‘ es lícito hablar así, con
la debida reverencia siempre), comenzando por
el nombre y apellido; SALESIANO DE DON
BOSCO.
Una circunstancia ha venido últimamente
a declarar que es cierto cuanto decimos: El
hecho de haberse intensificado en España la
celebración de la fiesta de San Francisco, pa
trono de los periodistas. <iLos Salesianos y la
Asociación de la Prensa—dice aPor la Patrian,
de Zamora—celebraron brillantemente sus
fiestas en la Fundación San José, regida por
ios Hijos de Don Bosco. Presidieron los actosel Prelado y el Gobernador Civil. Carlos Pinilla asistió a la misa de comunión.
Los periodistas de Jerez, y los Salesianos
—anunciaba «Ayer»—celebrarán con el má
ximo esplendor la fiesta de su Patrono.
Con asistencia pontifical del Cardenal Se
gura—comunicaban los diarios sevillanos el
día 30—cantó misa en la iglesia de las Salesas
ante todos los periodistas de la ciudad el Pa
dre Director del Colegio Mayor San Juan
Bosco. Don Manuel María Martina. Esta tri
ple muestra de salesianidad mancomunada en
un ministerio tan salesiano, cual es el de la
buena prensa, es un testimonio claro que con
firma nuestro aserto. Y así ha sucedido en
toda la nación. Sentimos no haber recibido
hasta la fecha más referencias sobre el caso.
** «
San Francisco de Sales siempre vive con
r^osotros, modernizado en lo que era conve
niente, por el corazón de San Juan Bosco.
S i l u e t a s de
COOPERADORES
S A L E S I A N O S
DON JULIO PAZ DE RODA
Se nos están marchando los veteranos. Dios
los reclama para darles el premio a su caridad
salesiana.
Ahora le ha correspondido a nuestro queri
dísimo Don Julio. Las fiestas de Navidad de
1953 se han visto enlutadas con este duelo de
familia. Porque Don Julio para la Obra Sale
siana fué un miembro entrañable, de excej)cionales condiciones.
El Colegio de Utrera, donde se formaron
generaciones de alumnos que hoy son orgu
llo de la Congregación y prez de la Patria, le
contó entre sus alumnos de la primera dece
na del siglo. Allí conoció a salesianos del tem
ple de Don Manfredini y Don Salvador Rosés, cuyos nombres, en afanes rememorativos,
jamás estuvieron ausentes de sus labios y de
su noble corazón. Allí—¡cuántas veces nos lo
repetía él!—aprendió a querer a María Auxi
liadora, a la que desde niño rezaba todas las
noches hasta la última de su vida, después de
hacer el examen de condene a. recogido ante
su lecho con las manos juntas, como ingenuo
colegial.
*«*
Salió Don Julio de Utrera ya bachiller. Des
de entonces repartió sus días entre Linares,
donde nació, y la capital de España, donde se
graduó de médico, abriendo consulta que en
breve se acreditó. En el vaivén de la vida per
dió el contacto con sus antiguos educadores.
Madrid es muy grande, y la obra salesiana
aquí, por aquellos tiempos de su mocedad es
tudiantil, estaba como anquilosada en la hu
milde casita de la Rcmda de Atocha, donde
por otra parte tanto bien hicieron las huestes
salesianas—^verdaderas huestes morales contra
los vicios y la impiedad de aquellos barrios
pcw entonces auténticos suburbios madrile
ños—bajo el mando del P. Oberti, Don An
tonio Castilla, D<m Manfredini y otros direc
tores tan celosos como éstos.
Fué necesario llegar a los fatídicos días de!
1931, recién instalada en España la segunda
efímera república. Los afanosos de una era
nueva no hallaron mejores luminarias para ce
lebrar su triunfo que las hogueras de conven
tos y de iglesias. Llegó a oídos de Don Julio,
médico en el apogeo de su fama, el grave pe
ligro que corrían los Salesianos y, sin conocer
a ninguno, voló a las Escuelas, hizo ver su
cualidad de ex alumno y, corazón ardiente, ge
neroso, empeñado en afirmar que cuanto era
se lo debía a los Hijos de Don Bosco, puso
a disposición de los Padres Olaechea y Lasaga. Inspector y Director respectivamente, «su
coche, su dinero, su casa y... su pistola».
Desde entonces todo lo de Don Julio fué
de los Salesianos.
Derecho tenían a su afectuosa caridad tam
bién las Hijas de María Auxiliadora. Un he
cho prueba entre mil cómo él se la prodigó,
aun con riesgo de su vida. Nos referimos otra
vez en esta revista al desagradable caso de los
ccaramelos envenenados», que por aquel en
tonces aconteció. Enterarse Don Julio del atro
pello de que eran víctimas las inocentes reli
giosas de la calle Villamil y volar con su au
to, y meterse sin temor entre la plebe, y apos
trofar a la canalla, y recoger a las monjitas,
y llevarlas a su casa, d<mde las trató como un
padre cariñoso..., todo eso se cuenta muy fá
cilmente, pero es de santos el hacerlo...
Don Julio Paz de Roda es el tipo ideal del
cooperador salesiano según Don Bosco. Para
(C o n tin ú a e n la pág. 8 )
— 7
C R O N I C A
DE
G R A C I A S
Atribuidas a María Auxiliadora, San J u a n Bosco
y d e m á s S a n t o s y s i e r v o s d e D io s s a i e s i a n o s
Se nos van pasando los días y los meses
DAN T A M B IE N G R A C IA S Y E N V IA N
sin dar cumplimiento a la promesa que hi
L IM O S N A S ;
cimos de publicar una gracia de Don Fe
lipe Rinaldl.
El caso es el siguiente: Se hallaba un
A M aría A u xilia d o ra y San Ju a n Boeco
chico del colegio jugando con pólvora que
había sacado de unos petardos pequeños
Rosa Cuesta, V. de Riobóo, de Córdoba;
de los empleados en la fiesta de María Au Concepción Vinagre, de Coruña, Francis
xiliadora, y la iba amontonando en una
botellita con el fin de pegarle fuego y así co Hernández, Felicísima Revllla, de Sala
divertirse un poco. Su imprevisión, viendo manca; Francisco Favá, de Santa Bárba
que la pólvora no se encendía, llevóle a ra; Irene Manzanero, de Gandía; una de
aplicar la mecha encendida teniendo el vota, de Bilbao, pidiendo además nuevas
frasco cerca de la cara. Naturalmente se gracias; Petra Cifuentes, de Carabanchel
produjo la inflamación, la llamarada le dio Alto, y el P. Jesús Muzás, desde Newton
en pleno rostro, y de manera especial en (Estados Unidos).
los ojos. Un especialista apreció que el ac
cidente era muy grave; después de haber
Al Beato Domingo Savio
curado al muchacho manifestó que proba
blemente perdería la visión del ojo dere
Elena Casado, de Alcalá de Guadaira;
cho, en cuyo interior se habían incrustado
Clara
Ranz, de Carabanchel Alto (ofrece
unos corpúsculos amenazando derrame de
los humores. Todo el colegio acudió enton una limosna para su próxima Canoniza
ces a Don Rinaldi; los compañeros del le ción); familia Cayóla, de Jaén.
sionado íbanse turnando durante los re
creos en la capilla pidiendo al Slenvo de
A nuestros m á rtire s
Dios le salvara de tal desgracia. Al quitar
le el médico las vendas, pasadas veinticua
tro horas, lleno de admiración hubo de de
Visitación Roras. de Santa Cruz de Te
clarar que no había ya peligro alguno, y nerife, a DON RAFAEL RODRIGUEZ ME
cuando se le dijo que los alumnos se ha SA por tres favores; Francisco de la Sie
blan pasado el día rezando a Don Rinal rra, de Santander, por una curación inespe
di. dijo; «Ahora ya me lo explico». Hoy el
niño sigue su curso escolar sin que le haya rada después de haber invocado a Don EN
RIQUE SAIZ; Don Calixto Ortiguera, de
quedado ni señal del accidente.
Málaga, agradecido al P. ANTONIO TO
RRERO.
J a v ie r Rubio, S. D. B.
DON
JULIO
PAZ
DE
RODA
f P ie n e d e la pág, 7)
él lo de menos era tener su bolsa siempre a
disposición de nuestra causa; lo esencial con
sistía en pensar, vivir,, rezar y hacer el bien,
dentro de su estado de hombre de mundo, con
criterio salesiano, desde que volvió a Don
8 —
Bosco aquel día turbio de mayo, siniestramen
te iluminado con hogueras de conventos...
María Auxiliadora, piadosamente lo cree
mos, le llevó al cielo en las vísperas de la ale
gre Navidad para que allí la celebrase con ella,
con el Niño Jesús, con Don Bosco, con sus
educadores y maestros que a buen seguro felicitaríanse gozosos de aquel fruto hecho y
maduro del Sistema Preventivo.
M A D R ID .— Aspecto parcial de la capilla del Oratorio «Domingo Savio», de Pueblo Nuevo, du
rante el acto de imponer la insignia a los cuarenta primeros Antiguos Alumnos.
• i\
'■
'
m
i
El Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá bendice las insignias de los nuevos
Antiguos Alumnos.
NUESTRA PAÍ
Elegancia sobria, sencillez encantadora, originalidad artistica... he aqui
las principales características que se reúnen en el recién inaugurado
Oratorio Saleslano «Domingo Savio», en Madrid, del cual ofrecemos en
esta página tres vistas, a saber: fachada exterior, fachada interior y
altar mayor de la capilla, cuyo fondo ostenta un hermosísimo cuadro
con las figuras de María Auxiliadora y del Beato Domingo Savio deli
ciosamente armonizadas en ingenua alegoría.
El Sr. Obispo dirige la
y AmigosI
Aspecto parcial del sai'
pú*
IIA GRAFICA
La satisfacción que obras como ei Oratorio Festivo recién inaugurado pro
ducen en las almas nobles, es la garantía de su eficacia como obras socia
les cuando vemos, como en la foto inferior, a los Excmos. Sres. Ministro
de Trabajo y Presidente de la Diputación de Madrid atravesar alborozados
las filas que les abren los muchachea obreros que en ese Oratorio han
encontrado calor de hogar y centro de sana y contagiosa alegría cristiana.
ibra a los Cooperadores
i Oratorio.
I de actos rebosante de
po.
T
Algunas de las personalidades que asistieron a la inauguración del Oratorio «Domingo Savio»j
durante el canto de la Salve en la capilla.
El Rvdo. Padre Larequi, S. J.. hace un breve resumen de tos seis años de vida del Oratorio
«Domingo Savlo^s ensalzando el espíritu saleslano y su magnífica actuación entre los jóvenes.
EL B E A T O
DOMINGO SAVIO
EN LA LITURGIA ROMANA
Vale Ja pena comenlar la oración oficial que diri
ge a Dios la Iglesia Católica al celebrar al Santo
confesor más joven de la hagiografía universal. Lea
mos su contexto:
OREMUS
ORACION
Deus. qui in Beato
Dominico mirabile adolescentibus pietaíis ac
puritatis exemplar dedisti: concede propitius,
uí Christi mortijicationem circunmferentes in
corpore, mundo carde Tibi serviré valeamus. Per
eumdem Dominum nos¡rum Jesum Christum...
Oh Dios, que en el
Beato Domingo diste a
los adolescentes un ad
mirable ejemplo de pie
dad y de pureza: con
cédenos benigname n t e
que, practicando en nues
tro cuerpo la mortifica
ción cristiana, podamos
servirte con pureza de
corazón. Por nuestro Se
ñor Jesucristo...
Un Oremus muy romano, como se ve; de buena
prosa eclesiástica, cadenciosa en las sílabas finales
de sus incisos; de factura sobria, con la discreta
brevedad aconsejada por Jesús para el rezo y adopta
da como estilo por la Liturgia romana. Porque Roma
es la discreción; si en arte el aticismo es sint^tmo de delicadeza y elegancia, bueno fuera reservar
el nombre de romanismo para significar la sobrie
dad clara y densa. (Ignoro por qué el romanticismo,
exuberante como selva virgen, echa las raíces de su
apelativo en el nombre de la Urbe). En contraste
con la fastuosidad y frondosidad de otras corrien
tes religiosas—no excluidas algunas cristianas—, la
Liturgia romana, poniendo sordina a la expresión de
sus emociones aun cuando canta, rehuye el llanto
en sus dolores, la risa en sus alegrías, el ditirambo
en sus alabanzas. Con ello logra no sólo dominar sus
sentimientos, sino también discernirlos con precisión
y expresarlos con justeza. Cuando se dispone a orar,
sabe qué debe decirle a Dios y qué tono dar a su
plegaría. La parsimonia y precisión de su lenguaje le
permiten a menudo abrir la visión de un mundo por
la escasa rendija de un adjetivo, como se revela a ve
ces la personalidad de un hombre en el esguince de
una rúbrica.
He aquí a Roma frente un muchachito de quince
años a quien ella misma ha discernido el honor su
premo de los altares. Adusta y grave, está admirada
de la virtud de este héroe del cristianismo, y que
riendo dar a la plegaria litúrgica una versión oficial
de la impresión que él le produce, acierta a con
densarla en un adjetivo: mirabile.
Sentimiento de adultos es la admiración, cernió la
oiTTOsidad lo es preferentemente de niños; sólo aqué
llos son capaces de percibir la fuerza con que algo
o a ^ i e n , destacándose de sus congéneres por pres*4Daa o merecimieoto, concita en sí las miradas y
provoca al aplauso. Para admirarse ante una grande
za humana, hay que gozar de una (perspectiva de
edades» que permita reconocer la altura moral media
de cada una de ellas, como para valorar lo ordina
rio y lo extraordinario en cualquiera actitud dcl hom
bre. ¡Y sí que es difícil gozar de esa perspectiva!
Admiración era lo que el Boato Pío X. buen cono
cedor del corazón humano, expresaba cuando decía,
un mes antes de morir, que «Domingo Savio es el
verdadero modelo para la juventud de nuestros tiem
pos. U n adolescente que lleva a la tumba la inoccnci.! bautismal, y que durante los breves años de su
rida no revela jamás defecto alguno, es realmente
un santo. ¿Qué más podemos pretender? El ser jovencito es razón mayor para santificarlo. ¡Es tan
difícil que un niño se conser\’e virtuoso en forma perfecta! Y Savio Ic ^ ó vencer esta dificultad... Mere
ce que se lo señale como modelo»..
Y era un juicio de valor, resultante de la «pers
pectiva de edades», el que expresaba la admiración
de Benedicto XV al decir: «Domingo Savio será
otro San Luis; mejor aún, los jóvenes lo amarán
más a él, lo sentirán más cerca de sí, de su propia
vida».
Y admirado se mostraba Pío XI cuando, ponderaba,
desde el cénit de su experiencia y conocimiento de
las edades dcl hombre y de la historia, la figura de
este «pequeño grande gigante del espíritu», en el
cual veía una «verdadera y auténtica perfección de
vida cristiana, adornada con las características que
nos hacían falta a nosotros, a esta época, para poder
picscntarla a la juventud de nuestros días».
Esc es el sentimiento que cuaja ahora, para la pos
teridad, en el Oremus que el Pontificado de Pío XII,
cifrando en un adjetivo el sentimiento de sus prede
cesores inmediatos, lega a la Iglesia al declarar que
Domingo Savio es un tadmirable ejemplar para los
adolescentes».
L a EJEMPLARIDAD DE DOMINGO.
Antes, en realidad, que los Pontífices, fueron los
muchachos los primeros qiw certificaron la ejwnplarídad entera de su com pañero: que si éstos no son
capaces de admirar, saben mirar, y suelen hacerlo con
esciutadores ojos de lince. Don Bosco nos cuenta
qué vieron en Savio los ojos zahories de quienes con
vivieron con é l : «Yo be conjurado a sus compañe
ros a que me dijesen si, en los tres años que Savio
estuvo entre nosotros (en el «Oratorio» de Turín, di
rigido por el Santo), habían hallado en él algún de
fecto ¿c que avisarle o alguna virtud que sugerirle;
todos acordes aseguraron que jamás vieron en él cosa
alguna que tachar, y que no acertaban a descubrir
virtud que no le adornase».
Es, pues, un modelo completo, acabado.
Pero acabado, por io que presenta a la imitación
— 13
no sólo en su estadio final, cuando la muerte lo
constela en la inmortalidad, deteniéndolo en un m o
mento del proceso evolutivo de su perfeccionamiento,
plasmado ya en sus líneas definitivas, casi estatuarias
y, por lo mismo, estáticas; sino también en cada
paso de esc admirable proceso, cuando es dado cap
tar lo cxistcncial de sus vivencias, en la enérgica fae
na de la autoformación, en el despliegue de un vigor
que puja por librarse de pesadumbres e inercias, para
ascender limpiamente. Porque es cl suyo un proceso
ascendente que se configura sobre una determinada
conjunción espacio-temporal, en una edad personal y
en una hora histórica poco propicias para heroísmos
y santidades (ya apuntamos una vez que Savio labró
su aureola de oro en una época de gangas en el taller
de una ciudad que era y es de las más pecadoras de
Italia, descrita por el poeta turinés Cesare Paveso
como «cittü dolle fantasticherie, cittá. della regola,
cittü dolía passionc, citlá dell’ironia, cittá escmplare,
ciltá verginc in arte..., amante c non madre nfe sorelia»), en cl ambiente de un colegio multicolor, en
lucha victoriosa con un temperamento despierto, ar
diente y vivaz con tentaciones como las de cualquier
hijo de vecino, con deficiencias de salud y el agui
jón ipermanente de unos ideales desmesurados, con
las urgencias de la Gracia y la pesadez congénita de
la condición humana, con los apremios de una vo
luntad empeñada en aquemar las etapas», y los fre
nos metodológicos de una ascética sabiamente diri
gida por un auténtico Maestro de espíritu cual era
Don Bosco.
i Un dechado completo en todas las gradas de
su escala ascendente!
Pero Roma detiene, sobriamente, su atendón sobre
dos aspectos que cifran esa ejemplaridad y la actua
lizan frente a las necesidades de los adolescentes
modernos.
En su período latino, bien recortado y armónico
como el alma del Beato, cl Oremus señala en equili
brada prótasís y apódosis, lo que Domingo ostenta
con particular lelievc, y lo que a nosotros nos con
viene con especial oportunismo. A los adolescentes
ha dado Dios en Domingo Savio un admirable ejem
plo do piedad y purez;t, y a nosotros, hombres adul
tos que. rezando Misa y Breviario, somos los labios
que rezan la oración de toda la Iglesia, nos manda
^ t a pedir que seamos, mediante la mortificación de
la carne, capaces de servir al Señor con pureza de co
razón. El modelo de los adolescentes resulta, así, un
admirable ejemplo para toda la cristiandad que reza.
La simetría conceptual de las dos partes del Oremus. salv.ado esc salto desde los adolescentes a la
cristiandad entera, es apretada y elocuente. En la se
gunda parte la pureza de corazón aparece como mo
dalidad o complemento del servicio de Dios, mien
tras q w en la primera se presenta formando bino
mio, en igualdad de función, con la piedad. Poco
se necesita, sin embargo, para advertir que se trata
de dos expresiones de una misma y única realidad,
pues en Domingo Savio, como en todos los Santos,
la pureza fué modalidad y complemento de la piedad,
o mejor aún. algo asi como cl epifenómeno psicosomático de esc profundo (Servicio de Dios» en que
consistía su piedad religiosa. En los hombres que vi
ven genuinamente el cristianismo la pureza no es fin,
sino m edio: no es meta, sino clim a; ni se la concibe
aislada, sino unida a la religiosidad, dirigida a ella
14 —
como la circunferencia al círculo; es, sencillamente,
la devoción del cuerpo y del .psiquismo, así como la
piedad es la pureza del alma unida a Dios.
Domingo no fué puro para ser p u ro ; sino para lo
mismo que fué piadoso. Lo declaraba él a su modo
en la respuesta que diera una vez a cierto compañero
que le había preguntado:
— ¿Para qué tienes ojos, si no miras esas cosas?
—y se refería a los peligrosos atractivos callejeros.
—Quiero conservarlos—contestó Domingo—^para
contemplar el rostro de María, nuestra Madre, cuan
do, por la gracia de Dios, me sea dado ir al cielo,
donde la he de ver».
Por cierto que la educación de la pureza lleva mu
cho ganado cuando se la integra como un capítulo
de la formación religiosa, y en función exclusiva de
la caridad o «servicio de Dios». Desde luego, la «pie
dad» que destaca cl Oremus no es precisamente, en el
léxico litúrgico, la virtud que con tal nombre se es
tudia en Moral como parte potencial de la justicia
y que tiene atingencias con los deberes hacia los pa
dres y consanguíneos (cfr. S. Th. 2*, 22e, q. 101), sino
la que solemos llamar devoción, aspecto de la vir
tud moral de la religión, que consiste en una dispo
sición permanente de la voluntad de entregarse ^ n
prontitud a cuanto pertenece al servicio de DiosiaVoluntos quaedam prompíe tradendi se ad ea quae
pertinent ad Dei famulatumr>, como dice S. Tomás
en 2» , 2ae,q . 82, a. 1). Esa «piedad» es, pues, la en
trega generosa y total a D ios; el «quiero hacerme
santo pronto santo, grande santo», que decía Domin
go a su Padre y Maestro Don Bosco, y que implica
esencialmente la renuncia mediante la mortificación
de todas las impurezas y ataduras que traban o difi
cultan el rápido acceso a Dios, a fin de que todo
cl ser, incluso el cuerpo, pueda unirse a El.
Proyectadas así las cosas y echando mano de una
sinécdoque legítima, puede afirmarse que vsanlidad
e¡ purezas y que no se da verdadero servicio de Dios,
como no sea en pureza de corazón, obtenida por una
estricta mortificación «cristiana» del cuerpo.
Y siendo así que el servicio de Dios se identifica con
la caridad total e incluye el servirlo en cl prójimo
para su mayor gloria y dilatación de su Reino, se
echa de ver cómo el Oremus, en el prieto ámbito de
sus escasas frases, pone de relieve otro aspecto inte
resante de la ejemplaridad de Domingo Savio, opor
tunamente ponderado por Pío X I : cl apostolado.
Piedad y pureza se fundieron en Domingo para
hacer de él un apóstol de empresas ambiciosas y de
atracción irresistible. «¡Oh ri pudiese yo ganar para
Dios a todos mis co^^)añcros!»—iba repitiendo aquel
joven cazador de los cotos de Dios—. ¡Y a fe que
los ganaba, y sigue ganando, por la fuerza poderosa
de sus ejemplos arrastradores y la radiosa simpatía
de su figura primaveral! «Su mirada subyugaba»,
dijeron quienes lo habían conocido; y el más auto
rizado de ellos, Don Bosco, pintó así su primer en
cuentro con el muchachito: «Quedé prendado al ob
servar el rostro alegre y sonriente y el porte respetuo
so con que se me presentó».
Es que la pureza era en Savio sana, gozosa, va
liente, conquistadora. Era su santidad, su alegría.
«Nosotros—escribió una vez a un amigo—^hacemos
consistir la santidad en estar alegres». (De nuevo un
tropo legítimo: ¿no afirma S. Tomás que la piedad
•per se et principaüiers, engendra la alegría? Ib. a. 4).
UN C O N C U R S O
MUY L A U D A B L E _______________
Nuestro fraternal colega «L»ecturas Cató
licas» ha convocado un concurso literario,
que patrocinan dos generosos cooperadores
salesianos. Juzgamos muy afines a estas
páginas las ideas que lo informan y las
publicamos integras, también y en ho
menaje al Beato Domingo Savio, valeroso
defensor de la buena prensa y acérrimo
enemigo de la mala, como San Juan Bosco
lo pone de manifiesto en la preciosa biogra
fía de este santo joven.
SO BRE
LA
N O V ELA
H IS T O R IC A
Uno de los géneros más afortunados en
el mundo, del Romanticismo acá, es sin
duda la novela histórica.
Avido nuestro siglo de una verdad des
cantada por crítica minuciosa, en estos
últimos lustros ha dado la preferencia, cul
Coa semejante ejemplar, la pureza resulta la mejor
propaganda de la religiosidad y de la mortificación;
nada más se necesita para provocar la imitación en
los muchachos.
Nuestros
adolescentes ...
El mal religioso de nuestros alumnos es el des
equilibrio moral. N o han logrado integrar en una
expresión unitaria y armónica las diversas virtudes
que constituirían, parejamente cuUvadas, su admira
ble contextura moral, y que, en cambio, desunidas y
disociadas resultan inoperantes y a cada trique se
les escapan de las manos como pájaros inquietos.
No advierten, por ejemplo, que nunca podrán ser
auténticamente piadosos st no son íntegramente cas
tos; ¡y viceversa'. Quizás, para colmo de desventura,
ni siquiera saben con exactitud por qué y para qué
tienen que ser puros.
Por otra parte, aun cuando aciertan a emparejar
los ideales de la piedad y la pureza, no poseen la va
lentía de trabarlos con el vúieulo de la mortificadón
de cuerpo. La Imitación de Cristo diría de ellos que
«el horror de la lucha» los acobarda para no seguir
a Cristo hasta el Calvario, y les consiente apenas
acompañarlo basta el Tabor.
No tienen eá coraje de ser puros, porque son cobar
des ante las exigencias de la mortificadón. Querrían
piadosos, pero no obran como Savio, que se atenia férreamente a la fidelidad de sus deberes religio
tivando la humana curiosidad, al género
biográfico, todo lo ameno que se quiera,
pero esclavo siempre de la pura objetividad.
Cierto que los investigadores tienen en
esta modalidad de la Historia ancho cam
po a sus afanes analíticos, pero la poesía
de leyenda presta un no sé qué de encan
tador al relato, que torna insustituible lo
novelesco y fantástico.
Este siglo nuestro, tan parecido a los
tiempos de hace cien años en muchos de
talles de estética literaria, está fomentan
do desde su mitad segunda la afición a la
no(vela histórica; obras de autores olvida
dos casi, como Walter Scott, Dumas y Shellabarger, y en España Ortega y Frías con
Fernández y González, tienen hoy día muy
presentables ediciones y numerosos aficio
nados.
(C o n tin ú a e n la pág. I6 )
sos y se imponía sacrifidos para poder confesarse
y comulgar con frccucnda, y darse a la más intensa
oración unitiva.
Querrían ser puros-, pero no quisieran obtenerlo
al precio que pagó Savio, el cual, fiel a su propó
sito de tmorir antes que pecar», huía de las ocasio
nes, frenaba la curiosidad y la imaginación, domina
ba la vivacidad de sus ojos «hasta el punto de sen
tir dolores de cabeza», y—como San Pablo—castiga
ba su inocente cuerpo y lo reducía a servidumbre es
catimándole satisfacciones en la comida, en el des
canso. en la diversión.
/
Querrían ser apóstoles, pero no heroicamente co
mo Savio, sufriendo paciente y calladamente calum
nias, insultos y hasta gripes, para ganarse a los com
pañeros díscolos; sacrificando comodidades para dar
se a las empresas c'-el reino de Dios.
Hay que darles a entender que la santidad, como
disposición de espíritu y cmno actividad humana, es
un solo querer, que basta con la grada, sobrenatural
forma unidad, y acaba por ser una desvelada ten
dencia de toda la persona a identificarse en una to
tal unión con Dios.
Concretamente: que se decidan a pronunciar se
riamente el c i quiero hacerme santo!» y se ceben a
andar, con beroismo, tras las huellas de ese admi
rable e je m i^ de muchachos que es Domingo Sa
v io; verán como todas las virtudes los seguirán en
enjambre, como las abejas a su reina.
(V. Bonamín en cDidascaiia».)
— 15
UN CO N CU RSO
M UY
LA U D A BLE
(V ie n e d e la pág. iS )
trataba de legar al mundo unas gestas que
la Historia suscintamente narra, parecía
como si, al impulso del escritor no analista,
se despojasen de su envoltura terrena—el
viejo Adán con sus vicios, de San Pablo—
para transfigurarse en héroes.
Algo de esto sucede en los grandes hom
bres de hoy. ¿Per qué no buscar los temas
en esos trances sublimes? La cantera es
inagotable. También nuestra historia con
temporánea los tiene. Y abundan en la
Cruzada de Franco... De aquellos tiempos
y de éstos pueden salir maravillosas no
velas.
A tal empeño estimulamos con las pre
sente líneas. Creyéndolo muy propio del
fin de nuestra publicación, convocamos
desde ahora hasta el 1 de diciembre veni
dero un
No nos parece mal que vuelva a primer
plano—como decimos ahora—un género que
bien dirigido podría situar muchas horas
ociosas de nuestra vida en ambientes pla
centeros de otros tiempos, ungidos de aque
lla deliciosa poesía que no se incubó en el
cine, ni en la televisión ni en el fútbol. Lo
malo es que ese género histórico novelesco
no pueda vivir ni multiplicarse sin común
denominador que a fuerza de resobado y
sensiblero se avecina a lo morboso: los
amoríos. Y no es lo peor entre lo malo esto
de los amoríos: lo pésimo está en que, como
bajo envoltura de celofán—transparente,
demasiado transparente—^las infidelidades
DE NOVELAS CORTAS HIS
conyugales y los excesos contra la más am CONCURSO
TORICAS SIN AMORIOS
plia moral viven a la orden del día en los
sobre las siguientes bases:
argumentos a que aludimos. Hallan los no
Cada
trabajo constará de veinte cuar
velistas insano y torpe placer en fingir o
tillas
a
máquina
sin espacios—unas 25 li
exagerar flaquezas inconfesables desde las neas por hoja—sobre
temas históricos de
alturas del trono real, con machacona mo cualquier siglo, con trama original o le
notonía, con sospechoso regusto y con daño gendaria, nacionales o extranjeros.
Mensualmente publicaremos la novela
de lectores que, sujetos a una autoridad,
corta histórica que, a juicio del Consejo de
por ciudadanos, ven desprestigiadas secta Redacción, merezca ser preferida. Esta
riamente instituciones milenarias, afinca quedará en propiedad de LECTURAS CA
das por la Providencia sobre este mundo TOLICAS. Nos reservamos el derecho de
para regir a los pueblos. Nada digamos, insertar en cada número más de un tra
bajo. Por cada novela publicada ganará
porque la gravedad sube de grados, cuando su autor 250 pesetas.
tampoco se respeta la cátedra suprema
El 5 del próximo ■diciembre se hará el
pontificia ni el prestigio del santuario... sorteo de MIL pesetas entre los autores
de novelas publicadas, y de QUINIENTAS
¡Leo Táxil, el de Pío IX!
entre los otros concursantes. Estos últimos
¿Es posible una novela histórica sin eror r>cdrán retirar entonces su trabajo inédito
tismo? ¡Y tan posible! Aquellos monarcas, aún, o mantenerlo en depósito para un
segundo concurso en 1955.
aquellos conquistadoires, aquellos sabios,
Cada autor responderá de la originali
poetas, artistas, inclusive, aquellos pica
dad del trabajo presentado, que debe ser
ros de nuestras rancias edades, cuando se absolutamente Inédito.
DE
UNA
CARTA-LECCION
Burgos, 9 de febrero de 1954.
Rvdo. Sr. Director: Le ruego que desde este mes remita 25 ejemplares del BOLETIN SALESIANO en lugar de los seis enviados hasta ahora. Son tan continuas las gracias que de María Auxiliadora Y nuestros santos recibe esta pobre fundación aue me ha parecido LA MEJOR ACCION DE
GRACIAS dar a conocer nuestras obras por medio ae la revista oficial. De momento resulta un
pequeño sacrificio, pero lo Sma. iVirgen se cuida de que nada de lo necesario nos falle...
Sor Carmen .Marlm Alnreno.
Nos complace publicar estos bellísimos fragmentos, que rezuman generosidad, confianza en la
Santísima Virgen y gratitud hacia la Divina Providencia, por si alguien tuviera que aprender.
¡Bien se conoce que por las venas de quien firma la carta corre sangre de un noble general de la
Cruzada Españolal
16
—
EFEMERIDES SECULARES
DON BOSCO EN 1854
H E R O IC A
C A R ID A D
Cierto día vió Don Bosco a un joven que
parecía iba a enloquecer a causa de un te
rrible dolor de muelas.
El Santo le dijo:—^No te desanimes: yo
le pediré al Señor que me pase una parte
de tus dolores.
El muchacho respondió que de ninguna
manera quería ver padecer a Don Bosco,
pero el buen Padre mantuvo su palabra.
Por la noche, apenas hubo terminado de
cenar, Don Bosco se sintió repentinamen
te asaltado por un dolor de muelas tan
agudo que se vió obligado a llamar a su
madre para decirle:—iPor caridad, no me
abandone porque temo que voy a arrojaime por aquella ventana. Este dolor es
tan intenso que puede quitarme el juicio.
Con todo, según solía siempre, no se arre
pintió de lo hecho ni pidió al Señor que le
aliviara.
La pobre Margarita se hallaba sobresalta
da y no sabia a qué remedio acudir. Don
Bosco pasó gran parte de la noche en aque
lla angustiosa situación hasta que. hacién
dose el dolor insoportable, llamó a Buzzetti y le rogó que le acompañase al dentista.
Salieron de casa y al ver un letrero que
decía: «Camusso, dentista del Rey», lla
maron a la puerta; pero el niño que salió
a abrirles les dijo que el señor Camusso
estaba todavía en cama.
—¡Llámale, por favor!, exclamó Don Bos
EN
co. Dile que venga a hacerme una opera
ción pues sufro horriblemente.
—Pase, pase, dijo el niño; mi padre sabe
qué mal es ése y se levantará en seguida.
Vino en efecto el señor Camusso, exami
nó la dentadura de Don Bosco y compro
bó que no había ni siquiera un diente ni
una muela dañados. Sólo se advertía una
enorme inflamación de la encía.
—¿Qué hacemos?—^preguntó el dentista.
No queda más solución que intentar arran
car una muela. Es el sistema que se sigue
cuando el licor contenido en una bota fer
menta.
Se trataba sin duda de una operación
dolorosísima: arrancar de cuajo una mue
la sanísima, bien encajada entre sus com
pañeras, todas sanísimas también.
Pero era tal el dolor que Don Bosco sen
tía que se hubiera dejado arrancar todos
los dientes si hubiera sido necesario, pues
no creía que pudiera ser mayor el dolor
que esto le ocasionase. El dentista operó con
la mayor delicadeza posible, pero Don Bos
co se desmayó y hubo que administrarle un
medicamento para hacerle volver en sí.
Salió de la casa del señor Camusso y se
encaminó al Oratorio donde poco a poco
fuéle desapareciendo el dolor. Y al mismo
tiempo también el joven se sintió curado.
(De la s M em orias B io g rá ficas, Volum en V,
cap itulo I I ) .
ROGATIVA
PERPETUA
^ Durant» este mes corresponde el turno de oraciones por teda la Fam ilia Salesiana a las
siguientes Inspectorías:
Del 28 de febrero al ó de m arzo. ■■■ Siciliana
> 7 » m arzo > 1 3 ............................ Veneciana
> 14 al 2 0 ........................................................ Austríaca
»
21 >
2 7 ................................... Belga
> 28 » 3 de abril .................................. Eslovaca
— 17
DE N UESTRAS
MISIONES
Cinco Ínsteos evangelizando en Bengala
Por LUIS DEL NEVO,
Los Hijos de Don Bosco llegaron a Ben
gala el 24 de mayo, hace veinticinco años.
Fué María Auxiliadora quien llevó a los
Saleslanos a fecundar ese inmenso campo,
ya regado anteriormente por los sudores
de los Padres de las Misiones extranjeras
de Milán.
La Sagrada Congregación de Propaganda
Flde dividió el Bengala Central en dos
grandes zonas, partiendo de las faldas del
Hlmalaya y a lo largo del caudaloso ríe
Ganges: la parte norte siguió bajo- los ci
tados Padre de Milán, y la sur fué confia
da a los Hijos de Don Bosco.
El centro de esta nueva Misión quedó
radicado en Krishnagar.
Allí se estableció el primer Administra
dor Apostólico, que lo fué nuestro compa
triota Monseñor Manuel Bars, auténtico y
verdadero héroe de la evangelizacíón de las
tribus assamesas. Con él permanecieron va
rios Hermanos, mientras otros fuéronse dis
tribuyendo por los distritos de Bhoboipara,
Shimulla y Yesore. Eran éstos, centros mi
sioneros con funciones parroquiales, pero
de ellos dependían una serie de centros o
estaciones secundarias diseminadas por
donde hubiera familias cristianas o siquie
ra una posición apta para establecer nue
vos contactos con los paganos.
A ocho mUlones ascendía la población de
la nueva diócesis, contándose sólo ocho mil
católicos entre ellos.
No era ciertamente muy halagüeña esta
estadística, Pero los misioneros salesianos
se pusieron a trabajar llenos de confianza
en la bondad de Dios y en el poderoso au
xilio de la Virgen Santísima.
Monseñor Bars rigió la diócesis de Krish
nagar desde 1928 a 1934. En este tiempo
logró darle fisonomía netamente salesiana. Los Oratorios Festivos y diarios se mul
tiplicaron por doquier. Las dificultades de
todo orden, empezando por las económicas,
no quebrantaron la fibra tesonera de aque
llos adelantados de la fe.
En 1934, año de la Canonización de Don
Bosco, fué nombrado Obispo de Krishnagar
Monseñor Ferrando, que sólo estuvo allí un
año escaso, ya que pasó a regir la diócesis
de Shillong, sustituyendo a Monseñor Luis
Mathias, nombrado Arzobispo de Madrás.
En tan poco tiempo construyó la sede
episcopal y un colegio para niñas internas.
18
—
HisioDerotSalPsianü.
H am bre, agua y fuego.
Al dejar la diócesis Monseñor Ferrando,
quedó al frente de la misma, como admi
nistrador apostólico, el Inspector salesiano
don Vicente Scuderi. Fueron años de terri
bles pruebas. Hubo que luchar con el ham
bre primero, y después con las inundacio
nes. Para colmo, el Viernes Santo de 1936,
un incendio espantoso redujo poco menos
que a cenizas la catedral de Shillong, el pa
lacio episcopal y el adjunto Seminario
mayor.
Era la señal de Dios sobre la incipiente
ebra salesiana en la India.
No se desalentaron los nuestros y siguie
ron trabajando con mayor entusiasmo que
antes. En poco tiempo surgió un plantel
de catequistas y se dobló el número de alum
nos de la Escuela Profesional inaugurada
por el 1933.
Dos años más tarde esa misma escuela
se ponía a la cabeza de las mejores del
Asia.
En 1936, a pesar de las desdichas duran
te el mismo ocurridas, se adquirió una her
mosa villa rodeada de extensos terrenos
y en ella se montó una escuela elemental
para alumnos internos y externos. En tan
pintoresco centro se recogieron casi todos
los niños cristianos de la Misión.
L a nueva Escu e la Pro fesio nal.
Entre tanto iba en aumento la vida cris
tiana. Las fiestas católicas llamaban la
atención y constituían verdaderos aconteci
mientos. Las organizaciones, tanto mascu
linas como femeninas, adquirían creciente
prestigio. La última obra llevada a cabo por
Monseñor Scuderi en la Misión fué la crea
ción y puesta en marcha de una magnífi
ca y moderna Escuela Profesional.
De su tiempo data también la construc
ción del ^acioso santuario dedicado a Ma
ría Auxiliadora en Ranalx)ndo, que desde
entonces se llamó «Mariampur>, esto es,
«Pueblo de María». El santuario se convir
tió pronto en centro de piadosas peregri
naciones integradas por cristianos y por no
pocos paganos.
Finalmente, la Divina Providencia, en
premio al trabajo cumplido por los Hijos
de Don Bosco sobre aquella tierra de sol y
de fuego, envió a la diócesis al Pastor en
la persona del obispo salesiano Monseñor
Luis La Ravoire Morrow. Su llegada impri
mió un nuevo y decisivo impulso a la dió
cesis.
Pian estratégico.
Monseñor Morrow, sabiendo cuán difíci
les son las conversiones entre hindúes y
mahometanos, se dedicó preferentemente a
profundizar la formación religiosa y cultu
ral de los católicos, logrando con ello nota
ble elefvación de su nivel social y económico.
La serie de nuevas obras realizadas por
Monseñor Morrow se abre con la inaugu
ración de la «Escuela Superior San José»,
de Khulna. En poco tiempo esta escuela
llegó a ser la institución educativa más im
portante de la ciudad. La frase más repeti
da entre las personalidades paganas era:
«En la escuela de los Padres se aprende
para la vidas*.
En estos últimos trece años la Misión ha
terminado de construir todos sus edificios
y ha levantado otros nuevos. Se ha inten
sificado sobre todo la construcción de in
ternados para la juventud de ambos sexos,
cuyos alumnos suman la consoladora cifra
de 1.100. Además de las escuelas elementa
les, funcionan gran número de centros
de enseñanza media, profesional y superior.
Asimismo se ha podido montar una escue
la agrícola modelo.
División que multipitca.
Al dividirse la India entre Indostán y
Pakistán, hubo que formar la nueva dióce
sis de Yesore, cuyo territorio, en el distri
to de Khulna, quedó en la parte del Pakis
tán. La diócesis de Krisnhagar se redujo
a la mitad peidiendo cuatro centros flore
cientes de Misión, pero de esta manera
pudo concentrar sus esfuerzos en un espa
cio menor y abrir nuevos centros. En con
secuencia, durante estos años de la inde
pendencia se han construido seis nuevas
iglesias con su correspondiente casa para
el catequista y los locales necesarios para
la vida católica del lugar.
Las más hermosas son las iglesias de Ma^
llapota y de ’R anaghat de las que se sien
ten justamente orgullosos sus fieles.
La «eatedratn de Bengala.
El máximo esfuerzo de estos años se ha
llevado a cabo en la capital donde ha sur
gido la bellísima y moderna catedral de
Krishnagar, cuatro veces mayor que la an
terior. A su lado se levanta el convento
de las Hermanas Adoratrices Perpetuas. La
adoración perpetúa se hace en la capüla
del Santísimo Sacramento, joyel de arte
cristiano. La comunidad se compone de
veinte monjas.
La torre de la catedral domina toda la
ciudad.
^^
Un poco más aUá se levanta el Noviciado
de la Congregación indígena «Catequistas
de María Inmaculada», fundadas por Mon
señor Taveggia, a las cuales ha dado nue
vo impulso Monseñor Morrow. La labor de
estas hermanas en medio de sus compa
triotas paganos es magnífica.
Monseñor, Morrow ha desarrollado en
grande la prensa católica. Las ediciones se
hacen en inglés y en bengalí. He aqui al
gunos de los principales títulos: «Espero
a Jesús», «Mi Catecismo», «Mi fe católica»,
«Historia Sagrada», «Historia de la Igle
sia», «Mi Compañero», «La Vida de Jesús
en cuadros», etc.
D istribución de tierras y víveres.
El trabajo en la Misión es agotador; los
misioneros son pocos y su salud, debilitada.
La situación de los habitantes del país ne
cesita la caridad de los católicos, pues vi
ven en gran miseria. Para remediarla se
compran terrenos que luego se distribu
yen entre las familias más pobres. La úl
tima distribución fué de diez hectáreas y
se h ^ a favor de los cristianos llegados
del Pakistán.
Este año pasado se ha realizado abun
dante distribución de víveres gracias a la
gran cantidad de huevos y leche en poLvo
enviada por los Estados Unidos. De tal ma
nera se mitigó notablemente el hambre
ocasionada por la acumulación de refugia
dos en Bengala Oriental. Los huérfanos
mantenidos y vestidos durante el año 1953
suman, entre niños y niñas, un total de
800.
Estos constantes esfuerzos para aliviar
los sufrimientos de los cristianos producen
muy buen efecto en el pueblo, que va vien
do cómo la Iglesia Católica es una Madre
amantísima que quiere el bien de todos.
Aquí, como en todas partes, los hijos de
Don Bosco no ahorran sacrificios en bien
de las almas. Sólo el hecho de que un mi
sionero aguante quince años seguidos en
esta región es ya un acto de verdadero
heroísmo dadas las dificultades que crea
el clima. En los cinco lustros, muchos salesianos han perdido la salud y han tenido
que ser retirados del campo de trabajo
completamente deshechos. Tres han muer
to en la brecha, uno de veintinueve, otro
de treinta y tres y otro de treinta y nueve
años. Junto a sus tumbas, en el cemente
rio de la Misión, se levantan otras tum
bas de Hermanas, caídas como lirios fra
gantes.
Pero su sacrificio no será inútil y la au
rora que al cabo de cinco lustros vemos
despuntar en el horizonte de Krishnagar,
desembocará en esplendoroso día de Fe y
de Catolicidad con el triunfo de Don Bos
co y de María Auxiliadora.
— 19
« D E C I A M O S
A Y E R . . . »
(Marzo
1904)
iLETIN
ESIANO
Redacción y íldmiqistracióri
Coitolengo, 3 2
Pellcitábamos en la priniera página a
S. S. Pío X por su onomástico.
Iniciábamos una serie de artículos sobre
«Las Escuelas Profesionales, según el
pensamiento de Don Hosco».
En «Documentos salesianos», ofrecíamos
un discurso de don Augusto Persichetti,
pronunciado en la IV sesión del III Con
greso de Cooperadores.
En una «Página intima», exhortábamos a
la cooperación, aludíamos al Año Jubi
lar de la Inmaculada que iba corriendo,
y exponíamos algunos frutos del men
cionado Congreso.
EL REPRESENTANTE DEL SUCESOR DE
DON HOSCO EN AMERICA, don Calógero Gusmano escribía una carta a nuestro
Rector Mayor don Miguel Rúa, sobre su
visita a la cuenca del Pacífico.
De don Juan Hálzola, publicábamos una
relación sobre los indios Coroados-Bororos, y continuábamos las «Impresiones
—
T u rin -Italia.
de un viaje a través del Ecuador», por
el P. Tallachini.
Tres amplias referencias y ventitrés notas
breves formaban la sección de gracias
de María Auxiliadora.
La CRONICA SALESIANA se ocupaba de
las Bodas de Plata de los Salesianos en
Viedma-Patagonia, de la fiesta de la In
maculada en Valdocco, de la reapertura
del «Centro Católico» en Barcelona, de
un Homenaje a la Inmaculada proyec
tado en Nictheroy, de la inauguración
de Escuelas Profesionales para niñas en
Santiago de Chile y de otros detalles más
menudos.
Dedicábamos una página a las MEMORIAS
BIOGRAFICAS DE MONSEÑOR LUIS
LASAGNA.
Insertábamos la NECROLOGIA del Presbí
tero Cooperador don Juan Fuster y la
lista de otros 34 cooperadores difuntos,
NUESTROS DIFUNTOS
RVO O . DON ED U A R D O E S P IN O S A
DON A N TO N IO LEO N R O M ER O
El 14 de enero falleció en Utrera este
ejemplar sacerdote, antiguo alumno, en
cuyo colegio salesiano celebró su primera
Misa el 4 de abril de 1904, después de ha
ber cursado el Bachillerato en sus aulas. *
Amigo leal de los Salesianos, las imá
genes de María Auxiliadora y San Juan
Bosco campeaban en las principales pie
zas de su casa: estuvo con nosotros en ios
momentos aciagos de persecución marxista. Sacerdote ejemplar, de acrisoladas vir
tudes, recta conciencia y conduct-a intacha
ble; amigo de los pobres a quienes siempre
socorría, su muerte ha sido muy sentida.
En Aguilar de la Frontera entregó su
alma a Dios este cristianísimo caballero,
cuya vida estuvo siempre consagrada al
bien. Su entierro más parecía un cortejo
triunfal, formado por ricos, personas de
clase media y muchos pobres.
20
—
También fallecieron en Huesca: Rosa
Pueyo, Adoración Fernández, Angela Es
parza, Carmen Orensanz y Victoria Belenguer; y en Moneada, doña Rosario Zambrano.
¡R eq uíescan t in pace!
Hacia la canonización del
BEATO D O M IN G O SA V IO
El día 9 de este mes de marzo, precisamente en la fiesta litúrgica de nuestro angélico
Beato, se celebrará en Roma una de las sesiones más importantes referentes a la suspirada
canonización. La llamada en el Derecho Canónico tCojigregación preparatoria».
Nuestros Superiores han dispuesto que ese día transcurra en rogativa fervorosa. Las
casas de formación tendrán media hora de oración común extraordinaria. Las compañías
piadosas de los colegios promoverán devotas iniciativas para pedir la suprema glorifica
ción <de su más sincero amigo», en expresión del Rvmo. Rector Mayor.
Quiera Dios que hacia el mediodía de esa jornada saviana podamos echar a vuelo
las campanas de nuestro gozo contenido, tras la noticia de que el acto trascendente ha
terminado con éxito satisfactorio, porque ello será claro indicio de que .se avecina la
canonización.
Todos: Salesianos, colegiales, ex alumnos, cooperadores, ¡a conseguir del cielo un
favor tan señalado!
P ídanse a esta E ditora, A partado 9134, M adrid, las estam p as con oraciones
especiales p rep arad as p a ra ese día. El ciento, 4 ptas.
HABANA.
S a le s ia n o s e n el C o n g r e s o P e d a g ó g ic o Ib e r o a m e r ic a n o , p r e s id id o s p o r M o n s e ñ o r R e se n d e , e l O b is p o
A u x i lia r d e C a li y P. F lo re n c io S á n c h e z , In sp e c to r