BS_1954_07

Ficha

Título
BS_1954_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1954
Fecha
1954.07
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El excelentísimo señor don Ricardo Pittini, S. D. B.—**Arzobispo ciego”—,
Primado de las Antillas, bendice.la primera piedra de la Casa de Formación
pora la nueva Inspectoría Salesiana de Cuba, dedicada a Domingo Savio,
Esta Casa será la primera en su género bajo el patrocinio del nuevo Santo,
que en su breve paso por la tierra se consumía por la salvación de las almas
y ambicionaba ser sacerdote.

B O IL lE in N
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V I S T A

ABo LXVIll

D E

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L A S

S M IE S IIIN O
O B R A S

D E

JULIO 1954

D O N



B O S C O
N ú m ero 7

SOLO VIRTUD ES NOBLEZA

BLASONES DE NUESTRO ESCUDO
¿í" la u re le s

¿í"

Nuestro escudo a su derecha está ornado con laurel.
El laurel de nuestro escudo es promesa y realidad, dentro de su simbolismo.
Fué promesa, recién formado el escudo, de que la Obra Salesiana sería plantel
de santos. Es ahora realidad de esos santos ya logrados.
Y siempre será la cifra de aquel trinomio familiar a nuestro Padre: Pan. Trabajo,
Paraíso.
Pan, para poder trabajar: Trabajo, para en él santificarse; Paraíso, galardón de!
buen obrero.
¿Quién se ha atrevido a decir que la ascética bosquiana es ascética a la buena?
Quien lo dice desconoce qué es ascética y desconoce a Don Bosco.
Juzgad, si no. por los frutos.

El laurel, símbolo de santidad. Pero del tipo de santidad encarnada en el coníc*
sor de Cristo.
Cuando el santo confesor sube a la Patria después de vencer las batallas de la
vida. Dios mismo le corona de laurel al decirle las inefables palabras; «Pues fuiste
fiel en lo poco... entra en el gozo de tu Señor». El Rey. premia al triunfador.

En la venturosa exaltación de nuestro alumno DOMINGO SAVIO el confesor
más joven del Santoral, fruto bendito de la ascética bosquiana, el laurel del escudo
salesiano reverdece más y más, y nos dice en torno de sus cabellos, que ha dorado
el sol del cielo: «Si éste sí, ¿por qué no tú, que eres hijo de Don Bosco?

NUESTRA PORTADA. ¡OH SANTO DOMINGO SAVIO,
coronado de laurel inm architable, triuniador, hérce,
caudillo de juventudes, ruega a Cristo por noroírosl
— 1

EN LA ESCUELA SALESIANA
SANTO DOMINGO SAVIO
Domingo Savío, alumno del Oratorio de
Don Bosco, fisiológicamente era un mucha­
cho normal. Muchas y pintorescas versiones
se han dado sobre las causas somáticas de su
temprana muerte. Cualquiera de ellas sería
humanamente admisible, menos las indocu­
mentadas de que su organismo estaba mina­
do del mal que no perdona, como llaman en
Italia, con eufemismo corriente, al que nos­
otros llamamos ahora tuberculosis.
Un adolescente tarado por ese mal no re­
siste legua sobre legua de fatigoso camino
para frecuentar la escuela; no se dedica al
deporte como éste se dedicaba — Mastroiani
nos lo ha dejado plasmado en aquellos deli­
ciosos «barros» que causaban la delicia de
nuestros días infantiles—jugando con ardor a
la pelota, organizando batallas campales con
la nieve de los duros inviernos turineses, ex­
poniéndose por caridad a las pedradas de
compañeros frenéticos, cuidando a los apes­
tados...
Si, conforme a lo que dice San Agustín, la
virtud es el orden en el amor, Domingo Savio se hizo santo porque amó con orden; a
Dios, sobre todas las cosas; al prójimo, como
a sí mismo; a su propia alma, prefiriendo la
muerte al pecado
Dios permite en el hombre los pecados des­
pués de su bautismo, de sii primera comu­
nión, de las sucesivas absoluciones sacramen­
tales. porque con infinita sabiduría acierta a
sacar bien hasta del mal; pero en algunos
hombres no consiente más que el pecado pri­
2

-

sh^úh

nuestro dulce Patrono

mero y en otros recoge los anhelos generosos
de morir antes que pecar. Fundadamente pode­
mos creer que Domingo Savio fué de éstos
últimos.
Y no porque el Santo hubiera dejado
transcurrir sus quince años escasos en una
inocencia boba e inmeritoria por carente de
luchas morales. La virtud de Domingo Savio,
adolescente precoz de corazón y cerebro, es
fruto de raciocinio y de fe, pero sobre todo,
de amor, trinomio divino-humano que, armó­
nicamente conjugado, produce el tipo del
santo.
Ya veis a qué punto casero de humana ra­
cionabilidad llega su virtud discreta: Un día
pide a Don Bosco permiso para ir a ver a su
madre, «que está enferma». (La familia de Car­
los Savio se iba a enriquecer con otro vástago.)
Llega el niño a su hogar sin que nadie le
espere; su padre y sus familiares forcejean
suavemente con él, «porque son cosas que no
interesan a los niños». Pero Domingo se sale
con la suya: entra en la alcoba, sonríe a Brí­
gida, le da un beso filial, le pone al cuello
una cinta «pro parturientibus»... y regresa al
Oratorio. ¡Cinta milagrosa, que desde enton­
ces fué corriendo por todas las madres de
Mondonio, hasta que desgraciadamente se ex­
travió. ¿Quién se la dió a nuestro joven?
*

*

.

*

Ese amor humano-divino le hace ser un ángel muy de la tierra, modelo de nuestros ado­
lescentes de hoy que, ya vencido por su mitad



UN BUEN PROGRAMA OE VIDA
Mi diversión más amable es cumplir bien
mis deberes.

María, yo quiero ser siempre hijo tuyo; haz
que me muera antes de cometer un pecado
contra la virtud de la pureza.


Si yo pudiera ganar a todos mis compañeros
para Dios ¡qué feliz me sentiría.'

El trazarme la norma de dominar mis ojos
completamente me costó no pequeñas fatigas,
>• a veces tuve que sufrir fuertes dolores de
cabeza.

el siglo veinte, con el cine, la prensa, la radio,
la televisión... «saben más que muchos vie­
jos*, como vulgarmente se dice.
* • *

Y aquí de nuestro San Francisco. En el ca­
pítulo 10 del libro VII de su Teótimo el dul­
ce Obispo hace unas felices declaraciones que
parecen alusivas, con la distancia de dos cen­
turias y media, al futuro acabamiento terrenal
de Santo Domingo Savio. Léalas y aplíquelas
el lector ducho.
«Entre los santos amadores hay algunos que
tan de lleno se entregan a ejercicios de la ca­
ridad divina que este sagrado fuego los devora
consumiendo su existencia.
La nostalgia impídeles a veces por largo
tiempo comer, beber y hasta reposar; al fin
llegan a fenecer debilitados y desfallecidos.
Entonces el vulgo dice que han muerto de
pesadumbre, pero ello no es verdad, porque
mueren agotadr^; aunque la pesadumbre es el
agente de semejante agotamiento, y hemos de
reconocer que, si no han muerto de pesadum­
bre han muerto por la pesadiunbre y en aras
de la pesadumbre; con ansias de vida eterna.
Cuando el fuego del amor es vehemente da
tales acometidas y asaltos al corazón, tan con
frecuencia le hiere, cáusale tantos desmayos,
le derrite tan a menudo en hondos afectos, le
causa tan repetidos arrobamientos que, no

Yo no creía que era tan fácil hacerse uno
santo; ahora que veo cómo se puede ser san­
to estoíído alegre, absolutamente quiero, nece­
sito hacerme santo.

pudiendo el alma, ocupada casi toda en Dios,
proveer a la naturaleza para que realice el or­
ganismo sus funciones digestivas y nutritivas
convenientes, las fuerzas vitales comienzan a
languidecer, la vida se acorta y la muerte
llega.
¡Dulce y amorosa saeta que, hiriendo con
incurable herida de amor santo, hace enfer­
mos languidecientes a perpetuidad, con pal­
pitaciones de corazón tan apremiantes que al
fin, produce la muerte!»
* • *

Razón le sobraba al piadoso médico de ca­
becera cuando diagnosticó de nuestro santito:
«El remedio para la enfermedad de este niño
sólo se encuentra allá arriba. Hay que dejar­
le ir al cielo».
Y, sin embargo, ya es un tópico la senten­
cia de Santo Domingo Savio a aquel alum­
no recién venido al Oratorio: «Mira, en la
casa de Don Bosco la santidad consiste en es­
tar uno siempre alegre». Porque no hay ma­
nantial de alegría y optimismo más transpa­
rente que la conciencia tranquila.
* « *

Domingo Savio murió del corazón. Que a
los santos se les rompe el corazón cuando los
afectos divinos se hacen muy grandes en vis­
cera tan pequeña y el amor no halla el ámbi­
to suficiente en sus pujos de expansión.

— 3

o

A trib u id a s a M a r ía A u x ilia d o ra , S a n J u a n Bosco y d e m á s
San tos y siervos de D io s sa le sia n o s
Una reliquia oportuna.
Me hallaba desde hacía tiempo enferma,
cuando una flebitis grave me puso en tran­
ce de muerte. Enterada una tía mía, Hija
de María Auxiliadora, de mi gravísimo es­
tado, me encomendó a D. Felipe Rinaldi
prometiendo enviarme una reliquia de este
Siervo de Dios e invitándome a hacer una
novena. Antes de comenzarla me confesé
y al día siguiente. Primer Viernes de mes,
recibí la Santa Comunión por Viático. El
mal iba conduciéndome por momentos al
borde de la tumba y el sábado entré en ago­
nía. La hinchazón había subido hasta el
cuello y de un momento a otro se espera­
ba q,ne expirase. En estas circunstancias
llegó la reliquia del Siervo de Dios D. Fe­
lipe Rinaldi, me la pusieron y en seguida
noté el bienestar, cesó la fiebre y desapa­
reció la hinchazón, habiendo de constatar
el médico, a la mañana siguiente, que me
hallaba fuera de peligro; a los ocho días
pude levantarme completamente curada. Es
de notar que el doctor había dicho que si
curaba, lo cual ora imposible, según los
cálculos de la ciencia humana, deberla per­
manecer cinco meses en cama.
Agradecida, publico la gracia y envío una
limosna.
¡iamona Carratald (Torrente-Valencial.

DAN TAMBIEN GRACIAS Y EN\HAX
LIMOSNAS
A María Auxiliadora.
J. Higuero, M. T. Aparicio, M. Moreno.F. Muñoz, J. Carrasco, M. Cabeza, R. Hena
y D. Sierra, de Ronda; M. Vera, de Yimquera; R. de Ruiz, de La Línea; A. Vega,
de Tánger; M. Márquez, de Faraján; José
Pascual, de Alcoy; M. Salord. M. Seguí y
F. Sales, de Ciudadela; M. Hernández, de
Béjar; A. Ballesteros, Sra. de Bazán, M. Pellegrini y Galvá, de Cádiz; Dolores T., Fa­
milia Vila, Familia Salvadó, M. Blanco y
M. Casellas, de Gerona; D. Viviani, de Padua; F. Colomba. de Turín; E. Sala, do
Muggio; E. Merenda, de Mesina; L. Fatano, de Roma.
A San Juan Bosco.
P. T. Gutiérrez, de Sevilla; A. Colombo.
de Bérgamo; S. Mario, de T urín; R. Manini, de Novara; N. Rosso, de Turín;
M. Basili, de Orvieto; O. Olbert, de Aosta;
A. Novo, de Chieri.
A Sarita María Mazzarello.
E. Minetto, de Foglizzo; W. Cardinal!, de
T urín; F. Ariagno, de Moncrivello; A. Tacco, de Alba; A. Cortis, de Alejandría:
M. Hernández, de Béjar.
I*. T. Guiérrez, de Sevilla, y D. F. de la
Sierra, de Santander.

Con intima satisfacción, por lo que el hecho en sí y por lo que representa, consignamos la
primera respuesta a nuestro «S. O.S.n sobre «Lecturas católicas». Los señores de Ulecia (Don
Rafael) que tienen bajo la custodia de Don Bosco los Intereses económicos de su casa, en­
tregan para esta obra de prensa predilecta del santo escritor el tanto por ciento previamen­
te fijado a él, resultante de una afortunada operación mercantil: OCHO MIL pesetas.
Cada vez, nuevos motivos para confiar en la divina Providencia. «Lecturas católicas» no
es ino queremos que seal una publicación de empresa. Su pervlvencia se funda en la
comprensión de los buenos salesianos, en el donativo de ios cooperadores generosos y en
la propaganda de los lectores entusiastas. Con ello todos tendremos ante Dios una partecilla
de mérito.

4 —

r

SAISTO nUMINSOrSAVIO
ar

EN LA GLORIA DE BERNINI

La benignidad de la Divina Providencia, que hizo a Don Bosco maestro genial de santidad,
ha concedido a esta revista, órgano oficial de la Obra Satesiana, las mercedes sucesivas de Ir re­
latando en 1924, 1929, 1934, 1938, 1947, 1950 y 1951, las gloriosas efemérides de beatificaciones y ca­
nonizaciones de miembros pertenecientes a dicha Obra.
Hoy le cabe la suerte de hacer un reportaje sobre la canonización del espíritu salesiano en su
modalidad principalísima, cual es la de informar y formar la vida de la Juventud acogida a la
práctica y la doctrina del Sistema Preventivo, quj redime, preserva y santifica.
Forzosamente hemos de ceñirnos. Si quisiéramos dar rienda suelta a la pluma, el relato de lo
que hemos visto en Roma durante el 12 y el 13 del pasado Junio formaría una enciclopedia, por
su volumen y por la variedad de sus temas.
® nuestro corazón de parcialidad, espigamos del «Osservatore Romano»
(13 y 14 de junto) con traducción literal.

Rito de la ranonización
EJ Sumo Pontífice Pío XII procedió el sábado 12
de junio a la solemne Canonización de los Beatos
Pedro Luis María Ghanel, mártir, de la Sociedad
de María; Gaspar del Búfalo, confesor, fundador
de la Congregación de los Misioneros de la Precio­
sísima Sangre; José Pignaíelli, confesor, de la Com­
pañía de Jesús; Domingo Savio, confesor, y de la
Beata Mario Crucificada de Rosa, virgen, fundado­
ra del Instituto de las Esclavas de la Caridad.
Como para la elevación a los supremos honores
de los altares del Beato Pío X, dado el excepcio­
nal número de peticiones llegadas, y para permitir
a todos los fieles que lo deseban poder asistir al
sagrado rito, el Padre Santo concedió que el acto
se desarrollase en la Plaza de la Basílica, donde de­
lante del cancel central estaba erigido el trono pon­
tificio y habían sido dispuestos los sitiales para los
eminentísimos cardenales, los arzobispos, obispos y aba­
des. y para los demás que participaron en la proce­
sión del clero y del cortejo papal.
Alrededor de las 17'40 la gran teoría del clero
regular y secular de Roma, con sus estandartes y
distintivos, a través de la Escala Regia y el Portón
de Bronce, se dirigieron a la Plaza de San Pedro,
wbiendo la escalinata y disponiéndose a los lados
del camino que conduce a la plataforma: a la dere­
cha del observador de la Basílica, el clero regular;
a la izquierda, el secular.
Abrían la procesión los representantes de las or­
in e s mendicantes y de las monásticas. Detrás de la
Cruz, acompañada de dos acólitos y seguida por los
alumnos del Pontificio Seminario Romano, el Veiwrable Colegio de los Párrocos de Roma y los Ca­
bildos de las Iglesias Colegiatas y de las Basílicas
menores Patriarcales.
Llegados a las escalinatas todos los del cortejo,
junto con el pueblo, se unían al canto de las Leta­
nías de los Santos, entonada por una «Schola canlorum».

Después del Clero venían los miembros de la Sa­
grada Congiegación de Ritos; consultores y oficia­
les con el Promotor General de la Fe y el Vicepro­
motor ; el Abogado y cl Procurador de la Causa;
los miembros del Tribunal del Vicariato, presididos
por el Vicegerente do Roma S. E. Mons. TragUa;
luego, llevados por lo< Hermanos de la Archicofradía del Stmo. Sacramento de San Pedro del Vati­
cano los grandes estandartes de los cinco nuevos
Santos, que precedían los respectivos posluladorcs y
otras personalidades.
El estandarte de Santo E>omingo Savio iba acom­
pañado. además del postulador. reverendísimo don
Julio Bianchini. por ct reverendísimo don Renato
Ziggiotti. Rector Mayor de los Salesianos; y por los
reverendísimos don Fedrigotti, don Giraudi. don Se­
ñé, don Manionc, don C anela, don Bellido, don
Ríceeri y don Puddu.
Mientras tanto, el Sumo Pontífice, abandonando
sus habitaciones particulares, acompañado por su
Noble Antecámara Eclesiástica y Seglar, escoltado
por su Guardia Noble, precedido y seguido por la
Guardia Suiza, después de haber adorado al Santí­
simo Sacramento, se dirigió a la Sala de los Ornamentes, donde esperaban los eminentísimos cardena­
les que se habían ya revestido con los paramentos
de sus respectivas órdenes. Una vez revestido de ro­
quete. amito, alba, estola y manto papal recamado
en oro con las iasígnias pontificias. Su Santidad,
precedido por el Sacro Colegio, ingresó en la Capi­
lla Sixiina. y tras una breve oración, entonó el €Ave,
Maris Stdla*.
Teiminada la primera estrofa, se acercó a Su San­
tidad el Cardenal Cicognani, Prefecto de la Sagrada
Congregación de Ritos y Procurador de la Canoni­
zación, presentándole tres diios encendidos. El San­
to Padre tomó uno. y subiendo a la silla gestatoria,
después de haberse puesto la mitra preciosa, se dírigió hacia el Portón de Bronce.

~ 5

En el Cortejo Papal, abierto y escoltado por la
Guardia Suiza, estaban los oortasedes. el Colegio de
Procuradores de los Sagrados Colegios Apostólicos,
el confesor de la familia pontificia y el predicador
apostólico; los procuradores generales de las ór*
denes mendicantes; los capellanes comunes y los se­
cretos; los abogados consistoriales, los camareros
de honor y eclesiásticos, la Capilla Musical Pontifi­
cia, el Colegio de Prelados Clérigos de la reverenda
Cámara Apostólica, el Colegio de los Auditores de
la S. Rota Romana, el auditor de la Rota con la
cruz papal entre siete votantes de la Signatura con
los candelabros; los penitenciarios de la Patriarcal
Basílica Vaticana, los abades generales y NuUius. los
obispos y arzobispos, el patriarca Mons. José Nuñes
y Castro y el Sacro Colegio de Cardenales.
Estaban presentes los siguientes cardenales: Tisscrant, Micara, Pizzardo, Alvisi, Massclla, Pioz^,
Verde, Fumasorii Biondi, Fossati, Tappouni, Agagianian, Caro Rodríguez, Constaniini, Cicognani, Ciriaci, Borgongini Duca, Luque y Ottaviani.
Precedían a la Silla Gestatoria, escoltada por los
suizos con el morrión, la coraza y los espadones,
el príncipe asistente al Solio Pontificio, los dos protonotarios apostólicos, los dos auditores de la Rota,
el prefecto de Ceremonias Apostólicas, los co m o ­
dantes de los Cuerpos Armados Pontificios y los dig­
natarios seglares de la familia pontificia.
Inmediatolmcntc tras la Silla Gestatoria venían
Mons. Gullicn. Decano de la Sgda. Rota Romana,
Ministro de mitra; Mons. Di lorio y Mons. Gallori
di Vignali, Pro-Maestro de Cámara, con los cama­
reros secretos participantes; el médico de Su S ^ '
tidad; el ayudante de Cámara; los protonotanos
apostólicos supernumerarios y ad instar, y los su­
periores generales de órdenes religiosas.
Llegado a la plataforma de la Basílica el Santo
Padre, descendió de la Silla Gestatoria y subió al
trono, teniendo a los lados a los cardenales diáconos
asistentes, Canali y Bruno, y al Príncipe Asistente
al Solio, don Felipe Orsini de Solofta.
A la derecha del trono pontificio estaba el estan­
darte de la Santa Iglesia Romana.
La Capilla Musical Pontificia, dirigida por el Maestro Mons. Lorenzo Perosi. entonó el Tu es Petrtts.
y los Emmos. Cardenales se llegaron ante el trono
para prestar la «obediencia».
Se inició después el sagrado rilo de la Canoniza­
ción. El Cardenal Cicognani. Procurador de la Canonización, acercóse al solio para la postulación, ex­
puesta en su nombre por el abogado consistorial.
Comendador Corsnncgo.
Inmediatamente después, el Secretario de los Bre­

ves ad Principes, Mons. Antomo Eacci. respondía
favorablemente a la devota petición.
- En silencio siguió la plegaria hecha a invitación
del cardenal primer diácono, Mons.
por el
Sumo Pontífice y por toda la asamblea. Acto se­
guido el Padre Santo entonó el himno Vem. Crealar Spiritus, después del actual cantó el Oremus del
Espíritu Santo.
Obispos asistentes al Solio para el Ritual eran:
Mons Diego Venini, Arzobispo titular de Adana.
ümosnero secreto de Su Santidad, y para el cirio.
Mons. Jacinto Tredici. Obispo de Brescia.
Después el Sumo Pontífice procedía a la solernnv
proclamación. En el memorable msUinte, pomén
dose de pie con la cabeza descubierta los cardena­
les y todos los demás de la selecta asamblea, el V cario de Jesucristo, cubierto de mitra, d ^ e su
tedra, con la plenitud de su sagrado magisterio, pro­
nunció la fórmula de la Canonización.
. ..
Vibrante aplauso acogió la augusta definición,
mientras cafa el velo que ocultaba la imagen de los
nuevos Santos expuesta en el balcón central de
Basílica.
Hecha la acción de gracias por el Emmo. Carde­
nal Procurador a Su Santídad y la ^lición de que
los protonotarios apostólicos extendieran el docu­
mento de la realizada Canonización, el Padre Santo
pronunció su venerando discurso.
Después, el Augusto Pontífice entonó el Te Deinn
proseguido por la Capilla y por el pueblo, cantan­
do, como conclusión del sagrado rito el Oremus:
Oh Dios, que nos concedes cele}>rar ¡a solemntaaa
de ¡os santos Pedro Luis, mártir; CasiMr, José y
Domingo, confesores, y de María Crucificada, vir­
gen: otórganos gozar de su compañía en la bien­
aventuranza eterna. Por Cristo Señor Nuestro.
Finalmente, el .Cardenal Ottaviani. colocándose _en
la parle izquierda del trono, cantó el Confíteor, ana­
diendo a continuación de los nombres de los santos
Apóstoles Pedro y Pablo los de los nuevos Santos,
y el Papa impartió la Bendición Apostólica con in­
dulgencia plenaria anunciada por el Cardenal Obis­
po Asistente. Emmo. Tisserant, el cual también infor­
mó sobre la indulgencia de diez años, aneja a la
visita del sepulcro de cada uno de los nuevos
Santos.
La ingente muchedumbre tributó al Sumo Pontí­
fice enturiasias manifestaciones de afecto y de ho­
menaje, que se repitieron después de la proclamadón, durante el discurso, una vez dada la Bendición
Apostólica y hasta que el Padre Santo, atravesando
de nuevo la Plaza, regresó al Palacio Apostólico.

Ltí (c'ipilla papcil
El domingo, día 13. se celebró en la Basílica Va­
ticana el solctunc Pontifical.
El Padre Santo se revistió de los sagrados orna
nKnlos en la Capilla de la Sontísima Trinidad, don
de le esperaban los cardenales Micara. Pizzardo
Marzdla. Piazza. Verde, Fumasoni Biondi. Fossati
Tapounni. Agagiatúan. Caro Rodríguez. Constaniini
Cicognani, Ciriad, Borgongini Duca. Luque. Cana
li, Mercati, Bruno y Ottaviani.

Cuando el Papa, sobre la Silla Gestatoria, entre
flabelos, aparedó en la Puerta de la Piedad, desde
lo alto de la ¡oggia. las trompetas de plata interpre­
taron la «Marcha» de Silveri y la inmensa muche­
dumbre recogida en el templo saludó con entusias­
ta'*. aclamaciones al Sucesor de San Pedro.
El cortejo papal, habiendo recorrido la nave cen­
tral. se dirigió hada el lado derecho de la Confe­
sión y se detuvo a la entrada del ábride.

DISCURSO DEL PADRE SANTO
Si las fuerzas del mal no cesan, durante el curso de ios siglos, en sus ataques contra
la obra del Divino Redentor, Dios no deja de responder a las angustiosas súplicas de sus
hijos en peligro, suscitando almas ricas en dones de naturaleza y gracia, que sean
para sus hermanos sostén y ayuda. Cuando se marchita en la conciencia de los hombres
el conocimiento de las verdades saludables, obscurecidas por los halagos de los bienes
terrenos; cuando el espíritu de rebeldía y de orgullo suscita contra la Iglesia persecu­
ciones capciosas y violentas; en medio de las miserias, siempre presentes, de las almas
y de ios cuerpos, la Divina Providencia llama bajo el signo de la Cruz de Cristo a
héroes de santidad, resplandecientes en pureza virginal y caridad fraterna, para atender
a todas las necesidades de las almas y mantener en su integridad el fervor de las vir­
tudes cristianas.
He aquí a nuestra vista la figura de Domingo Savio, grácil adolescente, de cuerpo
débil, pero de alma tensa en pura oblación de sí al amor soberanamente delicado y
exigente de Cristo. En edad tan tierna se esperaría encontrar más bien sencillas y ama­
bles disposiciones de espíritu, y en cambio se descubren en él con estupor los caminos
maravillosos de las inspiraciones de la gracia, una adhesión constante y sin reserva
a las cosas del cielo, que su fe percibía con rara intensidad. En la escuela de su
Maestro espiritual, el gran Santo Don Bosco, él aprendió cómo la alegría de servir a
Dios y de hacerlo amar por los demás puede convertirse en un poderoso medio de
apostolado. El 8 de diciembre de 1854 su maestro lo vió elevado en éxtasis de amor hacía
la Virgen María; poco después Domingo reunía a algunos amigos suyos en la «Compañía
de la Inmaculada Concepción», con el fin de avanzar rápidamente por el camino de la
santidad y de evitar también el mínimo pecado. El incitaba a sus compañeros a la
piedad, a la buena conducta, a la frecuencia de sacramentos, al rezo del Santo Rosario,
a la huida del mal y de las tentaciones. Sin atemorizarse por malas acogidas y por
respuestas insolentes, intervenía, con firmeza, pero caritativamente, en reclamar af
deber a los descarriados y perversos. Colmado ya de la familiaridad y de los dones
del dulce Huésped del alma en esta vida, bien pronto dejó la tierra para recibir, por
intercesión de la celestial Reina, el premio de su filial amor.

LA HISTORIA SE REPITE
Fué nota pintoresca y m uy simpática en el acto de la Canonización, la insistencia de'
los millares de niños y de jóvenes, en aplaudir sin rebozo cada vez que se pronunciaba
el nombre de Domingo Savio. Luego, el público se contagió y los otros cuatro santos jueron igualmente ovacioTiados. Naturalmente, más que nadie, el nuestro.
No debió parecerle seria la insistencia délos aplausos juveniles a un eminentísimo
Cardenal que estaba cerca del Papa, y hubo de expresarlo verbalmente en voz lo sufi­
cientemente alta como para que lo oyera el Papa, que, sonriendo paternalmente, senten­
ció: Lasciateli, sono i ragazzi di Don Bosco. (Dejadlos, son los muchachos de Don Bosco.)
Su Santidad, después de recitar el Introito de la
Misa con el cardenal Tisserant, Decano del Sagrado
Colegio—que celebró pontificalmente la Santa Misa
en el Altar Papal asistido por los ministros de las
Capillas Ponüfícías Mons. Paschini, como Presbítero
Asistente, monseñores Fontenelle como diácono y
Hemmick como subdiácono—se dirigió al trono, don­
de recilBó la obediencia de los Emmos. Purpurados.
Asistían al Augusto Pontífice los cardenales diá­
conos Canali y Bruno; el primer cardenal del or­
den presbiteral. Mons. Verde, y el Principe Asis­
tente al Solio Pontificio, S. E. José Colonna.
Al ofertorio fueron presentadas al Sumo Pontífice,
conforme al ceremcmial de costumbre, las tradicio­

nales ofrendas, cemsisteotes en cirios, pan, vino,
agua, tórtolas, palomas y algunos pajarillos más, en­
cerrados en jaulas plateadas y doradas.
Con el cardenal Cicogoani, procurador de la Ca­
nonización, presentaron las ofertas los cardenales de
la Sagrada CcHigregación de Ritos, los primeros de
los tres órdenes. Emmos. Mícara. Verde—que fué
sustituido como Asistente del orden presbiteral por
el Cardenal Fossati—y Ottaviani.
Cada uno de los grupos que bacía la ofrenda es­
taba integrado por el postulador de la causa respec­
tiva y otras personalidades eclesiásticas—entre los
que se encontraban los Superiores Generales de los
tu ristas, de los Misiemeros de la Preciosísima San-

grc, de lu Compañía de Jesús y de los Salcsianos—y
civiles de las diócesis originarías y de aquellas en
las cuales desarrollaron su apostolado los nuevos
Santos.
Al Saticiui el Papa se arrodilló en el faldistorio.
permaneciendo así hasta el ePater nosler»; a la Ele­
vación las trompetas de plata, desde lo alto de la
cúpula, ejecutaron el (Largos de Longhi.
Continuó el divino Sacrificio, seguido con devota
atención por la muchedumbre que asistía al mismo,
la cual recibió con profundo agradecimiento la Ben­
dición Apostólica impartida por el Padre Santo, cuya
indulgencia plenaria fué promulgada por el Emiiienlisimo celebrante.
Terminada la Santa Misa, el Augusto Pontífice
subió de nuevo a la Silla Gestatoria. Al llegar, en
medio de vivísimas aclamaciones, a la puerta cen­
tral de la Basílica, hizo volver la Silla y bendijo a
la ingente muchedumbre, que acogió el gesto de pa­
terna bondad con una entusiasta manifestación de
gratitud.
Y luego, correspondiendo al deseo de sus hijos,
salió varias veces n In \cntuna de su estudio para ben­

decirlos. Estuvieron presentes de nuevo al sagrado
oficio muchísimos obispos, dignatarios eclesiásticos.
Misiones Extraordinarias, S. A. 1. el Príncipe Gholam
Reza Pahiavi, familiares de los nuevos Santos, los
agraciados con los milagros, las representaciones y
otras personalidades que habían asistido a la solem­
ne Canonización.
La Capilla Musical Pontificia, dirigida por el
Maestro Loicnzo Perosi, Director Perpetuo, inter­
pretó con la acostumbrada perfección: a la Cano­
nización: el Tu es Petras y el Veni Creator, de Pe­
ros! ; el Regina Coeli y el Te Deuni. de Baini; el
Beali Onwes, de Mcndclssohn; el Cántate Domino.
de Palestrina; y al Pontifical: la Missa Papae Mar­
cela, de Palestrina; el Tu es Petras y el Oremus pro
Pontífice, del Maestro Perosi.
El sagrado rito fué dirigido con su maestría habitual por el Prefecto de las Ceremonias Apostóli­
cas, Mons. Dante, con la colabración de los Maes­
tros de Ceremonias Pontificias.
Todos los servicios de radio funcionaron magnífi­
camente, tanto en el interior como en el exterior de
I.) Basílica.

OT RAS N O T I C I A S
I

PurlicuhirnK’mo numerosas entre las reprcscnla• ciones que honraron a los cinco santos—dice
el tOsservatore Romano»—eran las de la Sociedad
Salesiana de San Juan Bosco, con la Curia Gencralicia, nutridas falanges de sacerdotes, Hijas de Maliu Auxiliadora y, sobre todo, de alumnos. Con su
csiundarlo estaba en pleno el Consejo Internacional
de los Antiguos Alumnos.
España llegaron en Misión Extraordinaria
2 • donIX- Esteban
Bilbao, Presidente de las Cortes;
don Mariano Puigdollcrs, Director General de Asun os
Eclesiásticos del Ministerio de Justicia, y don Anto­
nio Zubiri, Presidente de la Diputación de Zarago­
za. Estuvieron presentes a las solemnes ceremonias el
Arzobispo de Valencia, Mons. Olacchca: el Obis­
po Auxiliar de Zaragoza, Mons. Borcciarlúa, y el de
Barbastro, y por los antiguos alumnos snlosianos. cl
picsidenle y vicepresiJente nacionales, scñoics Garda
de Vinucsa y Torrente.
Varias peregrinaciones esp;)ftolas de Madrid.
3 • Barcelona,
Alicante y Bilbao volcaron sobre la
Ciudad Eterna centenares de salcsianos. cooperado­
res y ex alumnos, perfectamente dcstacahics por el
distintivo que llevaban al pecho con los colores na­
cionales.
notada con mucha emoción la presencia
4 • deFuéalgunos
sacerdotes lituanos, a quienes se unió
un grupo de compatriotas, que han invocado la pro­
tección dcl Santo muchacho sobre su Patria perse­
guida.
C Al atardecer dcl domingo IJ de junio, todos
• '• l o s peregrinos españoles asistieron a una ca­
lurosa recepción del Embajador ante la Santa Sede,
señor CastieUa. que les atendió y agasajó cspléndidan>cntc. Al despedirse cantaron letrillas de sabor

8

hispano ante el monumento de la Inmaculada, en la
histórica Plaza de España, y ofrecieron a la San­
tísima Virgen bellísimas flores de la campiña romana.
Z.

Los diversos grupos desembocaron cl día dcl
Corpus en la capital del mundo salesiano, Turin, para venerar los restos de nuestros Santos, re­
zar ante cl cuadro milagroso de María Auxiliadora,
peregrinar a Bccchi. Mondonio y demás lugares sa­
lcsianos, saludar a los Superiores Mayores y saturar­
se de amor a la Obra de Don Bosco. Sobremanera
emocionante en esta ocasión fué la visita a la hu­
milde casa donde murió Domingo Savio.
"W La radio Vaticano, en su emisión española, di“ • rígida por cl P. Topete, S. J.. explicó con la
máxima perfección los diversos momentos de las dos
funciones sagradas.

O

El jueves, día 17. ante cl micrófono de la men® • donada Radio, enclavada en los jardines pon­
tificios, cl P Francisco de la Hoz, S. D. B.. emi­
tió una charla titulada »Un santo para los adoles­
centes». dialogando con varios alumnos de las Es­
cuelas Salcsianas de Zamor.-t
Q
El lunes 14 dió comienzo en la Basílica del
^ • Sagrado Corazón de Roma el primer triduo
salesiano a Santo Domingo Savio, donde nuestro
insigne Arzobispo Doctor Olacchca pronunció un
bello sermón en elogio dcl (Ragazzo Santo», como
al nuevo Santíto dió en llamar cariñosamente l3
prensa romana.
El lufKS día 21. bajo el patrodnio de San
Luis Gonzaga, de quien tan devoto era Do®
Bosco, llegó felizmente a Madrid la peiegrínadóo
organizada por esta revista, después de quince dias
entre sucesivas eraocioDes. cumplido hasta la última
letra su interesante programa.

JVofas "ráficas
de la cannnizaciún

El estandarte de Santo Domingo Savio
en la comitiva papal, camino del trono.

El Padre Santo entona el «Veni Creator Spirítus» antes de proceder a la
canonización.

La Plaza de San Pedro (parte ante*
rior) en el solemne acto.

La Confederación Internacional de
Antiguos Alumnos Salesianos hace
acto de presencia en el triunfo del
primer ex alumno santo.

El í r n n P S ta n ila rtv

Cara posterior. Domingo Savio ex«
pone a su Maestro el deseo vehe*
mentlslmo que le devora de ser

Cara anterior.—El nuevo Santo, a
los pies de María inmaculada,
ofrece su vida a Dios antes que
cometer el primer pecado.

tQuó maravilloso contraste! Arriba, la Iglesia católica, presidida por el Vi*
cario de Jesucristo, proclama a la faz del mundo entero la santidad de
nuestro Joven. Abajo, la casa donde Domingo Savio abrió los ojos a la luz
de la vida terrenal, nos hace recordar el humilde recinto de Beién, y la
otra, donde el Santo exhaló su ultimo suspiro, nos, sugiere la idea de que
el cielo comienza donde la oobreza se recibe como herencia de un Dios
hecho en la tierra Niño pobre. . .

Arriba, la Iglesia católica, presidida por el Vi*
I a la faz del mundo entero la santidad de
donde Domingo Savlo abrió los ojos a la luz
} recordar el humilde recinto de Belén, y la
KU ultimo suspiro, no^ sugiere la idea de que
'^rcra se recibe como herencia de un Dios
t la tierra Niño pobre. . .

¡Sólo virtud es nobleza! Nunca nos cansaremos de repetir este lema, cuya
práctica en la Pedagogía de Don Bosco, desplegada sobre todo en favor de
alumnos humildes, da a la Iglesia verdadera sartos de tipo nuevo, como
Domingo Savio el primer adolescente confesor en veinte siglos de cristia­
nismo. Por algo un gran Papa de nuestros tiempos decía, urgiendo la
canonización: «¡Pronto, Salesianos, que tengo necesidad de este muchacho!

p

w

b is (los m iliifiro s

Instantánea y porloota curación en
doña Antonia MIccIII MlKilotta do
sinusitis maxiiar purulenta crónica
on la parto derecha.

Instantánea y perfecta curación en
dona María Porcellí Gíanfreda de
anemia aguda por hemorragia intraperitoneal.

Esto t d o $ g r o n d e s p in tu ro s o d o r n o b o n la
C a p illo P o p o ! d e S a n P e d r o e n R om a.

^.sl.WrWTA áC l'KHI'IX'TA SA\Mll» OUMíWr MAi«\t
i\írtu;ii,i 6 i\T O m AB
v n \ •
ÜB ilMíMUUBílAWA''! KTUM'D^iOM'ALF.':

ííe la conmacwn de María
\uxiliadnra en Hevilla
/
Los pajecítos llevan las coronas y los
cetros.

La multitud espera el gran momento.

Su Eminencia el Cardenal Segura co>
roña a la Santísima Virgen y pone
el cetro de Reina en su mano.

El Prelado habla a la multitud enfer*
vorizándola.

El Alcalde de Sevilla, Marqués de Con­
tadero, ofrece a la Virgen, en su paso
por las calles, un ramillete de flores.

Cuando e! cielo habla...
La l^hsia im prtirprfe a id (viiioiii/flriOii de un
lieato simi iras pI pxanipii de dns nuevas nii/a^ros. He aquí los que han servida para miesíra

íiA^Tn mmmiu)

El primer milagro
Doña María Porcelli,. vecina de Magüe,
en Otranto, desde febrero de 1950 comen­
zó a sentir desarreglos internos con fuer­
te m alestar general. Como la cosa se pro­
longaba, hízose examinar por un médico
que, a la vista de síntomas no del todo
claros, se reservó el diagnóstico, prescri­
biendo reposo absoluto en cama. Finalmen­
te. en la tarde del 23 de marzo se vió la
necesidad de una consulta.
La paciente aparecía palidísima, con pul­
so tenue, extremidades frías y respiración
difícil: no era posible apreciar la tensión
arterial.
De pronto el mal se agravó. El pulso era
imperceptible, a pesar de los tónicos y
transfusiones de sangre. Se llamó a un ci­
rujano que, confirmando la diagnosis del
médico de cabecera, declaró que se trata­
ba de anemia agudizada por una hemorra­
gia interna, y aconsejó la intervención ur­
gente, aunque reservándose el pronóstico.
Opusiéronse los familiares, dada la grave­
dad del caso, convencidos de que la enfer­
ma estaba ya para sucumbir, y llamaron un
sacerdote a toda prisa para que la confe­
sara y administrara.
Entonces el médico de cabecera, conmo­
vido por el pensamiento de una madre que
iba a dejar huérfanos a seis hijitos, no
viendo ya remedio en la ciencia, rezó con
viva fe a Domingo Savio, cuya vida había
leído la tarde anterior, Al mismo tiempo,
exhortó a los familiares a que rezasen
también, diciendo que no quedaba otra e.speranza fuera de un milagro divino.
La fe consiguió el milagro. En anoche­

havi o

ciendo, la enferma comenzó a mejorar de
tal modo, que a la mañana del 24 se la de­
claraba clínicamente fuera de peligro.
Un cirujano de fama aconsejó hospitali­
zarla para proceder al lanzamiento de los
grumos de sangre. Pero no fué necesario,
porque la curación se manifestó del todo
franca, con absoluto reintegro orgánico.
Han transcurrido cuatro años y doña Ma­
ría continúa sana y robusta.

El segundo niiingro
En la ciudad italiana de Lecce, Antoniota Nicelli fué atacada, allá por el 1940, de
fuertes dolores en la mejilla derecha, qu:*
pronto se corrieron hasta la frente y por
toda la cabeza. El mal fué disminuyendo,
hasta desaparecer del todo, después de diez
días y diez noches de incesantes molestias,
gracias a la penicilina.
Pero hacia la mitad de aquel diciembre
se manifestó un fenómeno de origen in­
explicable. De la parte enferma se des­
prendía un hedor cada vez más insoporta­
ble, tanto que, venido enero, la paciente
resolvió a ir a un especialista.
E l resultado de la visita fué descubrir la
presencia de una fuerte sinusitis maxilar
y frontal derecha, confirmada por la ra­
dioscopia. El tratamiento, a base de peni­
cilina en inyectables, y luego por aerosol y
marconiterapía, únicamente sirvieron para
agravar a la enferma. Todo era Inútil; la
penicilina febrífuga, los intentos de respi­
ración nasal, la privína, la rínasina y las
inhalaciones de alcohol mentolado. Ya el
especialista hablaba de operación.
Todos los de casa estaban alarmados, por— 17

que el mal no cesaba de crecer; fiebre pro­
gresiva, fosas nasales obturadas, impresio­
nante adelgazamiento. La pobre señora ni
fuerzas tenía para rezar.
El 8 de marzo de 1950 el doctor insistía
en la operación y los familiares se resig­
naron a ella. Para prepararla procedióse a
la extracción del prim er molar superior de­
recho hasta llegar al fondo del alvéolo den­
tal y poner allí inyecciones de penicilina.
Todo estaba a punto: cirujanos, instru­
mental y desinfectantes. Y la enferma, pre­
ocupadísima con el recuerdo de los sufri­
mientos que al día siguiente la esperában.
El pobre marido, no resistiendo la vista
de su esposa, víctima de tan atroces dolo­
res, salió de casa. Ya anochecido, regresó
trayendo en la mano un ejemplar de la
revista ilustrada II Tempo, que extendió
ante sus ojos a la enferma con el deseo
laudable de distraerla. Conviene advertir
que en aquella casa nunca entraban re­
vistas así por razón de los pequeños.
Antonieta, para dar gusto al marido,
abrió la primera página, aun convencida
de que allí quedaría todo, y descubrió la
figura del Beato Domingo Savio, a quien
tantas veces había recomendado a sus hijitos m ientras leía su vida escrita por San
Juan Bosco.
La simpática mirada del muchacho sa­
cudió con energía el corazón de la enfer­
ma. Con la fe y la emoción que en casos
como aquel suyo sabe poner una madre con
cinco niños, rezó varios «Gloria Patri» por
su canonización a la Santísima Trinidad,

y luego cayó en un sueño profundo, sien­
do así que habían transcurrido veinte días
sin poder cerrar los ojos. Su marido, feliz
viéndola dormida, dejó tal cual la revista
sobre la sábana, por tem or de despertar
a su esposa.
A la mañana siguiente la despertó una
fuerte palpitación. Sentada sobre el lecho,
le era imposible respirar; un cuerpo duro,
entre nariz y garganta, la ahogaba. Un
empujón contra los dientes, y sobre el em­
bozo de la sábana vino a caer un grueso
bloque cretáceo, duro y del color de la ar­
cilla. ¡Estaba curada, curada completamen­
te, y reanudó el sueño!
Llegado el nuevo día, sintióse tan llena
de salud que se reintegró a sus habituales
labores, bien segura de que pronto podría
recuperar el tiempo perdido.
Alegremente comieron todos. A los pos­
tres, doña Antonieta quiso abrir la revis­
ta, curiosa de saber sobre el santo jovencito. Leía en voz alta, ya clara y normal.
Cuando llegó al punto de la m uerte donde
se decía: «Era el amanecer del 9 de mar­
zo de 1857», todos m iraron el calendario
fijo sobre la pared; señalaba el 9 de mar­
zo. Les parecía soñar, pero la realidad era
tan palpable que todos reconocieron el mi­
lagro.
Hacia el mediodía vino el médico para
efectuar la operación, pero ni instrumental
ni medicinas tocó sino para guardarlos en
las vitrinas, repitiendo varias veces, enton­
ces y en los días sucesivos, a la señora:
«Esto sí que ha sido un milagro de primer
orden».

Como se ve, los dos milagros que sirvieron para la canonización han sido realizados en favor
de dos madres de familia, necesitadas de continuar aún sobre la tierra para educar cristianamente
a sus hijitos. Los de la beatificación se verificaron en favor de dos niños. ¡Niños y madres! ¡Oh
ternura providencial del poder intercesor que en el cíelo despliega Santo Domingo Savio!

18



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La fiesta de M a ría Auxiliadora
“Ningún año como éste", es la tónica de casi todas las iniormaciones que han llegado de
España entera a nuestra Redacción. ;Es naturall El empuje con que los Hijos de Don Bosco
elevan a M ana Auxiliadora, la pone cada vez más alta a la veneración de los fieles, y la
mete cada vez más honda en todos los corazones. iGracias a Dios! Hoy todavía, por suerte,
no se puede decir—¡nunca se podrá decir!—que haya salesiano sin palabras para encender la
llama de la devoción mariana: no sería buen hijo de Don Bosco.
Nuestros corresponsales de España entera nos han hecho vibrar de emoción filial dándo­
nos las noticias del Mes, de la Novena, de la Fiesta, de la Procesión, de las comuniones, de los
Rosarios fle la Aurora, de las comidas a los pobres, de los concursos de balcones adornados,
de los certámenes escolares, de las nobilísimas porfías estudiantiles por perennizar en todas
las aulas, en todos los salones de estudio, en los dormitorios, en los patios de recreo la tradicio­
nal y bella costumbre, que tanto entusiasmaba a Domingo Savio, de los altarcitos en Mayo.
Asi acusamos recibo—por orden de llegada a nuestras manos—a:
CADIZ, cuyo Obispo realzó con su presencia la
fiesta, de la cual se hizo mucho eco la prensa local.
PAMPLONA, donde el día 24 ha revestido—dice
«El Pensamiento Navarro»—caracteres de extraordi­
nario esplendor, digno del Año Mariano, destacando
consoladoramente la Vigilia de Adoración Nocturna,
turno Marta Auxiliadora, compuesto por antiguos
alumnos.
GERONA, en que la nota relevante, dentro de un
grandioso programa, fué la Peregrinación oficial dio­
cesana. bendecida por el Prelado, desde la capital al
santuario de la Virgen. El diario «Los sitios» dedicó
una página entera a cantar las glorias de la Virgen
salesiana.
RIOGORDO, bello pueblecito de Málaga, cuya crómea, por el mérito de la espontaneidad en la orga­
nización en localidad sin salesianos, publicamos en
lugar más visible,
VILLENA que, con laudable acuerdo, seguramen­
te para no multiplicar excesivamente los días de fies­
ta con mmoscabo de la formación cultural de los
alumnos, unió en una la de nuestra Madre, el home­
naje ' anual al P. Director y el Día del Antiguo
Alumno.
RONDA, con su procesión de antorchas, millares
de comidas a los pobres, consagración de la ciudad
a la Virgen y la Hermandad de la Paz unida en es­
trecho contacto espiritual con la Ardúcofradía, para
agasajar y consolar filialmente a la gran Madre
común.

PUERTOLLANO (Ciudad Real), donde el aroma
salesiano—dice el cronista de «Lanza»—prende ver­
tiginosamente en el corazón de todos los buenos
pucrtollanenses. «Nuestro venerable Obispo—conti­
núa—que pasó casi todo el día con los niños de las
escuelas, tenía reflejada en su rostro la inmen'^a ale­
gría de aquellos pequeñuclos en día tan señalado. Le
oímos decir; «Estoy muy contento, muy satisfecho.
Dios me compensa hoy de las tristezas de otros días,
no tan venturosos.»
BARACALDO, a cuyo celoso Director no le duelen
prendas cuando se trata de honrar a la Virgen; c
hizo un verdadero derroche de estampas, con motivo
de la bendición de las nuevas carrozas para llevar
en procesión a María Auxiliadora y a Don Bosco.
CIUDADELA. la ejcmplarísima ciudad isleña de
los salesianos que, tras un fervorosísimo día de gozo
espiritual maríano, coronó la jornada con la tradi­
cional «Fiesta de la Ensaimada».
SARRIA, que hizo honor a su solera salesiana. nom­
brando a María Auxiliadora su Patrona. Su ludda
procesión fue presidida por Monseñor Caicedo, obis­
po salesiano.
HUESCA, que congregó a toda la ciudad en la pro­
cesión de la Virgen.
BEJAR, donde el pueblo entero dió comienzo a la
Novena con una emocionante Peregrinación al Cas­
tañar para ganar la indulgencia d ü Año Mariano y
echar así el más resonante pregón de la jomada
del 24.
MADRID (Atocha), cuya procesión incomparable
presidió el limo, señor Director General de Aduanas.

-

19

MADRID (Estrecho), cuyo barrio vibró como en
d/a de fiesta, llenando la nave inmensa de la iglesia
saicsiana y asediando pequeños y mayores el comul­
gatorio.
LA CORUÑA que, en las personas de sus prime­
ras autoridades, rindió a nuestra Virgen un homena­
je oficial, y señaló la inusitada característica de una
grandiosa procesión matutina. La Archicofradía que­
dó reorganizada y se puso la semilla de una devo­
ción tan salvadora.

ORENSE, donde el E ^m o. Sr. Arzobispo de Va­
lencia bendijo el nuevo te&plo que los Salesianos con
el pueblo han levantado a María Auxiliadora en la
capital. De ello ofreceremos más amplio reportaje
cuando nos lleguen las fotos y los detalles prome­
tidos.
CARMONA, donde resurge rigurosa la devoción
tan arraigada desde los tiempos del buen Padre Don
Fermín.

en prensa este número, nos llegan referencias de otras cosas, <]ue publicaremos en agosto, junto con
el reportaje gráfico, impedido ahora por el de la canonización reciente.

La fiesta de íianta María MazzareHo
El viernes 14 de mayo se celebró la fiesta litúrgica de esta Santa ilustre, cofundadora ídel
Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. En todas sus iglesias y capillas se le dedicaron
devotos y solemnes cultos de primera clase con octava, según la reciente disposición de la Sa­
grada Congregación de Ritos.
Al lado de los actos religiosos, las niñas, las jóvenes y las religiosas han pasado felizmente
la jornada entre festivales, veladas y juegos muy entretenidos, cultivando la santa alegría de
la Escuela de Don Bosco.
Esperamos para otro año ofrecer a los lectores detalles concretos si cada colegio de
Hijas de María Auxiliadora se pone en contacto con nuestra Redacción para enterarla de los
mismos.
Otra característica ha tenido esta vez la fiesta: la inserción en el Martirologio de la Iglesia
universal, dispuesta por la Santa Sede, del “elogio" correspondiente a la Santa, así:
DIA 14 DE MAYO
Festividad de Santa María Dominica Mazzarello, cofundadora del Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora, virgen preclara por su humildad, prudencia y caridad, a tjuien el Papa Pío X I I colocó en el
catálogo de los santos.
En todas las catedrales del mundo, en todos los monasterios, en todas las casas religiosas, en muchísimas
íamilias cristianas donde perdura la cristiana costumbre de «leer los santos del día», cada año, el l4 de mayo,
resonará el nombre de esta mujer extraordinaria por humilde, prudente y caritativa, como premio terrenal del
Señor a sus virtudes.

0 T l\ A S

N n TI C IA H

PAMPLONA. Inauguración de un salón de actos.
Las Hijas de María Auxiliadora de La Chantrea es­
tán de enhorabuena. El 27 de mayo vieron colmados
sus anhelos con la bendición, hecha por el Sr. Obis­
po. dcl precioso teatrito correspondiente o la fun­
dación «Francisco Franco» que ellas regentan.
Las primeras autoridades navarras, representaciones
de los institutos leligiosos de ambos sexos y mudiísimos amigos de la Obra Saicsiana realzaron con su
presencia la solemnidad, donde el Prelado y el Go­
bernador civil dirigieron halagadores discursos, finalizando todo con una velada en honor de .Santa Ma­
ría Mazzarello. donde alumnas y exalumnas derro­
charon arte y amor a la Obra.
En MOLFETTA (Bari-Italia) se bendijo la motonaw pesquera <E>oo Bosco», la primera embarcación
dedicada al gran pescador de almas.
La UECI (Onitto de editores católicos de Italiai
ha instituido premios anuales a obras de cultura en
los límites morales, que se darán en Roma el 31 de
cada año. fiesta de & n Juan Bosco. patrono en Ita­
lia de los editores.

20



Frecuentando en TOKIO las escuelas de las Hijas
de María Auxiliadora, se ha convertido al Catolicismo la célebre violinista Toshiya Eto con toda su fa­
milia.
Diez saixrdotes salesianos confesaron el Martes
Santo en la cárcel de LIMA a centenares de presos
que luego se consagraron a María Auxiliadora ante
un altar portátil, donde habían comulgado.
Por vez primera en THAILANDIA, pafe budista,
ha hablado por radio un sacerdote, s u ria n o por
cierto, invitado por las autoridades para exponer las
excelencias del Sistema Preventivo.
Un violento ciclón sobre la Misión Saicsiana de
DIBRUGARH ha destruido el pabellón escolar a car­
go de las Hermanas Catequistas Indígenas.
Cuatro casas de Salesianos y otras cuatro de Hijas
de María Auxiliadora, se han habilitado ya en ITA­
LIA para darse este verano sendas tandas de Ejerci­
cios a cooperadores y cooperadoras.

DOS INSIGNES VETERANOS ESPAÑOLES
por «Panyabí»

U N A TARDE EN CALCUTTA C O N EL PADRE M A R M O L
He ido a Calcutta con el P. Mármol. Aquí nadie
le llama así, sino el padre «nanaji* (abueiito).
Con su barba blanca de león domesticado, su
gorro, suplemento de sol y de bastón, es un autén­
tico patriarca del siglo pasado; pero se trajo a
la India toda la sal que puede haber en Jerez, y
la va echando por todos los costados.
Vamos caminando por lo mejor de la ciudad, con
grandes edificios y avenidas; el sol calienta y el
Padre me habla:
—Decía Isabel II que en verano hay que ir a la
sombra y en invierno al sol. Que cuando se está
cansado, lo mejor es sentarse y, si se está muy
cansado, tumbarse.
—¿Todo eso decía Isabel II?
—No. pero lo decía un loco de mi ipuebloi.
Con esto be entendido que hay que cruzar bada
la sombra, y allá vamos. Hay gente tumbada en las
aceras. Delante del mejor hotel de la dudad, el
tpirpo», hay un muchacho sucísimo, durmiendo al
sol.
Entramos en el hotel; la orquesta diaria está for­
mada por profesores españoles. Entre ellos, el di­
rector, señor Casanovas, va a estrenar su primera
sinfonía. Después de hablar un rato salimos del
aire acondicionado a la amplia acera...
—Mira, el mudiacho ha cambiado de posición;
ahora duerme panza..., digo, costillas arriba.
Asi es la India. Junto al coche último modelo, el
carro de búfalos. Junto a hoteles que no envidian
al Ritz, gente tumbada y durmiendo en la acera.
Anteayer, al pasar por aqní, salieron unos mu­
chachos desnudos, pintados de blanco, la lengua
atravesada por un palo y un platillo en la mano,
mientras .en la otra agitaban nna campanilla.
Aquello era demasiado comprometedor. Había que
darles algo para que el espectáculo cesara lo más
pronto posible...; para que recogieran algo con que
comprar pantalones.

Entramos en el mercado. Un señor nos ofrece
lápices por cuatro anas. El padre ¡manaji» Ic replica
en hindú:
—Hijo, ya tengo un lápiz de cuatro colores por
dos anas...
Se acerca otro mendigo, y ahora el padre levanta
muy serio el bastón; el otro se asusta y no se acer­
ca más.
Ahora pasamos delante de un corro. Una cobra
duerme en una bandeja, y hay un señor que vende
anillos. Naturalmente, si le pica una cobra (en el
anillo) no le pasará nada. Los limpiabotas nos sa­
ludan y nos agarran de los zapatos.,. Pero logramos
escapar.
Entramos en la Oficina Católica de Prensa y sa­
ludamos a Mons. Tovar, obispo de Cuttak, amabi­
lísimo y gentilísimo. Nos conocemos ya, y da gus­
to oír de sus labios un «¡Hermano!», mientras
nos abraza. Allí compramos algunas estampas para
los diicos, aunque todo el material bueno viene de
Europa o América y es aquí el preferido.
El abueiito me va enseñando lo que había aquí
hace veinte, veinticinco años... Charla español, ita­
liano. hindú, bcngalés...
Luego tomamos un autobús para volver a casa.
Nos ofrecen sitio en la cabina. El chófer es católi­
co, antiguo alumno nuestro. Trabaja desde las «eis
hasta las diez: dos jornales de trabajo. La paga
no es mala: 100 pesetas.
Al bajar del vehículo es ya de noche, y el padre
encuentra sus piernas entumecidas. A él desde
luego le gusta más viajar en barca o en elefante.
Cruzamos enfrente de un rebaño de búfalos. Luego,
tienducas iluminadas con quinké (?). Unos hombres
arreglan una bombilla que los chiquillos han roto
en la calle. Después de todo, hay que constarse:
cuaiAdo el abueiito era pequeño, se dedicaba tam­
bién de vez en cuando a hacer puntería sobre los
faroles de gas, en Jerez.
21

las montañas khasis, echando los bofes durante una
hora. Monseñor Bars me afirmó haber empleado
solamente quince minutos por las mismas resbaladi­
Si ¡e veis con ¡a barba florida...
zas pendientes.
EJ os puede hablar en un español muy correcto
con una barba de profeta o patriarca, blanca, ancha
sobre costumbres de nagas, kasis y gasos; sobre
y dura como de hombre de salud vigorosa, sus ga­
animales, plantas, minerales de estas regiones. Ha
fas de hombre sabio pero humilde, su porte sen­
sido picado y ha «picado» a muchas cobras; es un
cillo sin pretcnsiones...
gran defensor de la homeopatía (este dato para el
doctor Andreu, de la calle Dante III, en Barcelodadle todos cordial acogida,
na-Horta) y ha obtenido fama como el «padre
que es un gran misionero español.
doctor».
No hay lengua que no haya estudiado, y espera
Un veterano de nuestra India que vino aquí en la
que almas caritativas le ayuden a imprimir diccio­
primera expedición salesiana... y predicó en Kasí al
narios que ha preparado durante muchos años.
mes de su estancia en Sbillong. No es obispo; se
Como todos los grandes misioneros es alegre;
llama, o mejor, le debemos llamar Monseñor, por­
cuando cuenta sus aventuras, yo creo que ríen
que es el Vicario General de la diócesis de Shi- ' hasta los cuervos. Pedidle que os enseñe fotos, mú­
llong, que cuenta hoy más de 60.000 católicos.
sica indígena... pero tiradle de la lengua, porque
Lo \créis pronto en España y os creeréis encontra­
él es demasiado humilde.
ros con Jacob o Isaac, aunque no es, ni mucho
Si le veis, que le veréis,
menos, un viejo. Su caminar es decidido... desde
aquellos días heroicos en que tenía que acudir a
dadle todos cordial acogida
cortar pestes o epidemias, batiendo todos los récords
que es un gran misionero español
de velocidad. La gente le llamaba el padre «motocar®, o sea. motocicleta. Yo he hecho caminos en
y salesiano, en esta bella India de nuestros amores.

M O NSEÑO R BARS

LIBROS

RECIBIDOS

R. Ragucci. S. D. B.: Don Sosco en mi camino.
Editorial «Difusión», Buenos Aires, 1953.
El P. Ragucci, literato tan español que ha mere­
cido ser citado varias veces en la última publica­
ción de la Real Academia como autoridad indis­
cutible, ha regalado este nuevo libro a nuestras
letras.
La obra se nos antoja una tesis contra los que
afirman que los libros de viajes son un género
trasnochado. Porque las 467 páginas de este vo­
lumen se leen en plena segunda mitad del si­
glo X X con la fruición de los viejos libros de aven­
turas. con la ventaja aquí de que se aprende a ser
mejor sobre las rutas inmortales de la historia.
Tratándose de este autor no hace falta decir con
qué fidelidad a los hechos escribe, con qué maes­
tría enseña y con qué elegancia redacta.
Y, puesto que la misma Academia Española le
estima como maestro, nos place ponderar aquí—en­
tre mil cosas muy buenas—la lección de ortogra­
fía que el P. Ragucci brinda; castellanizar los nom­
bres propios, como hacemos con London, Torino,
Géneve ,. Según él. se debiera escribir Quieri, Butillcra. Callero... Nosotros iríamos más allá y es­
cribiríamos «Los Picos» por «I Becchi»...
Don Sosco en mi camino es un libro nuevo,
digno de ocupar un puesto de preferencia en toda
biblioteca salesiana.
PIA SOCIEDAD DE SAN PABLO
De esta editora, tan benemérita ya de la Bue­
na Prensa, hemos lecibido los siguientes volúmc-

22



nos, que recomendamos con todo interés a Com­
pañías piadosas de colegios, centros de Acción Ca­
tólica y Antiguos Alumnos y bibliotecas parroquiáles:
J. AJessi: Quiero vivir asi.
L. Sales: El Corazón de Jesús al mundo.
De Conlegio rhaudensi: El sacerdote en la vida
moderna.
M. Castiglionc; Eva Lavalliere.
N. Romeo: La flor de Turingia.
Mark Twain: El principe y el mendigo.
B. Cottolengo: El Sanio de los desgraciados:
San José.
Lcwis Wallace; Ben-Hur.
F. Montgomcry: ineomprendido.
Bumett: El pequeño Lord.
Rosa Bcralli: Lo perla de ¡a roca.
Rcynes Monlar: ¡Yo le he visto morir’.
Y varios cuentos infantiles maravillosamente ilus­
trados, junto con Valentin (diciembre 1953, ene­
ro 1954), la deliciosa revista de los pequeños.
P. Juan J. Gómez, O. F. M .: Catecismo eucaristico. Tjiig Gili, editor. Barcelona, 1953.
En 175 páginas su autor agota la exposición clara
y exacta de la doctrina católica sobre el Sacramen­
to del amor divino. Se trata de un trabajo de di­
vulgación presentado al Congreso Eucaríslico de
Barcelona, donde tuvo g-an aceptadíto.
cono­
cida editorial que lo publica agrega con eso un
mérito más a su empresa veterana de apostolado.
Libro muy útil para conferenciantes, maestros y pre­
dicadores.

PREPARANDO
EL CONGRESO
MARIANO NACIONAL
El Boletín Eclesiástico de Zaragoza, en
su número del 1 de junio último, publicó
un interesante y nutrido avance de los di­
versos actos que llenarán las jornadas del
7 al 11 de octubre.
España entera vibra ya de marianismo
Zaragoza, en esa semana, debe ser un
foco inmenso de luz que alumbre al mun­
do entero los caminos del Pilar.

Dentro de dicho Congreso—como tene­
mos anunciado—los Salesianos celebrare­
mos nuestras reuniones marianas.
Se trata de consolidar con la fuerza de
las razones teológicas una devoción casera
cuyo influjo no tiene límites ya.
María Auxiliadora merece estar en el ca­
lendario litúrgico de la Iglesia Universal.

Publicamos la segunda lista de obras
marianas aprovechables para el Congresi11o. Y dejamos abierta la consulta todos
estos meses para responder gustosos a cuan­
tas demandas de información bibliográfica
se nos ha.gan.

BIBLIOGRAFIA MARIANA
¡Nuestra Madre!, por Mons. Fulton. Edi­
ciones Paulinas, 1954.
Catecismo Mariano, por el Dr. Ildefonso
Rodríguez Villar. Valladolid, 1954.
La Virgen María, por el Dr. Aragó. Edi­
ciones Paulinas, 1952.
Instrucciones marianas, por P. G. Roschini. Ediciones Paulinas. 1953.
E l secreto de María, por S. Luis M. Grignion de Monfort. Ediciones Paulinas, 1954.

Como de nuestro Congreso zaragozano
no deben estar ausentes los colegiales, con­
vendría que sus profesores y dirigentes es­
pirituales empezaran a estimularlos ya en
la correspondencia postal que suele mante­
ner el colegio con sus alumnos durante las
vacaciones.
¿Manera? El amor es ingenioso. Y el edu­
cador salesiano debe ser un loco enamo­
rado de amor por María.
Tal como sea el maestro, tal resultará
el discípulo.

Auxilium Christianorum, por la Acade­
mia Mariana Salesiana. Turín, 1953.
María Ausiliatrice, por el Dr. G. Lardone. Turín, 1937.
Tota Pulchra, por Mons. B. Spila. Ñápe­
les, 1923.
Libro del Año Mariano, por la Redacción
de «Vida Religiosa». Madrid, 1954,
Todos estos libros puede servirlos la 8. E. I-,
Apartado 9134. Alcalá, 164. Madrid.

— 23

«DECIAMOS

AYER...»

T
(Juiio - 1904)

iLETIN
r
LESIANO
R e d a c c ió n

y

H d m in is íra c ió ri
C o ito le n g o ,



T u r ín -lía lia .

NUESTRO PROGRAMA era el oartículo de fondoD en que glosábamos con cuatro pá­
ginas el del recién elegido Pío X : Restaurar todas las cosas en Cristo.
Al CONGRESO DE MUSICA SAGRADA, celebrado en Buenos Aires, dedicábamos cinco
páginas.
El REPRESENTANTE DEL SUCESOR DE DON BOSCO en América don C. Gusmano, enviaba otra relación más al Rector Mayor don Rúa.
En PAGINA INTIMA estudiábamos algunos frutos del último Congreso de Cooperadores.
Una carta del P. Bálzola desde Barreiro (Cuyabá) y otra desde Asunción (Paraguay) ha­
blando respectivamente de la Colonia del Sagrado Corazón y las costurnbres y el régimen de
los bororos llenaban la sección DE NUESTRAS MISIONES.
Cinco amplias referencias y veintitrés nombres de favorecidos ocupaban las tres páginas
de GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
La CRONICA SALESIANA reseñaba las fiestas de María Auxiliadora en Valdocco, Sarriá. y otros acontecimientos en Buenos Aires, Valparaíso, San Salvador, Ecuador. Puntarenas
y Patagonia.
En BIBLIOGRAFIA enjuiciábamos un libro de Solari y el último número de «Santa Ceci­
lia», revista musical de Buenos Aires.
La NECROLOGIA hablaba de dos ilustres personajes: E! P. Cámara, inolvidable obispo
salmantino, y Don Domingo T. Romero, canónigo de Zacatecas (Méjico).

MURIERON EN EL SEÑOR
DOÍÍA DOLORES GALINDO
La señora Dolores, como la llamábamos familiarmenlc. fué durante su larga vida la «mamá» de los
sakstanos do Alcalá de Guadaira. Cuantos la cono­
cieron. aún por poco tiempo, pueden justificarlo.
Detalles de verdadera madre la hacen acreedora a
nuestra perenne gratitud.
El .pan material, que suministró por tantos años al
Colegio, simbolizó siempre el pan de su innienso ca­
riño hacia todo lo nuestro.

Su hogar vivía en salesiano... Todos sus hijos se
educaron en nuestro Colegio; salesiano era el am­
biente de su casa y por eso cuantos salcsianos la tra­
taron nunca olvidarán la solicitud esmerada que po­
nía en lo salesiano...
Esperamos los datos convenientes para trazar en
nuestras columnas el perfil admirable de esta excep­
cional cooperadora
Ciudadeia.—Don Jaime FedcHch, doña Antonia Torrent y doña María Pascual.

¡ATENCION! En uno de los autobuses de la peregrinación organizada por el BOLETirl SALESIANO. quedo un paquete contenier'do recuerdos de la Canonización. El interesado ía.; '■
*
'
cuando guste, de esta Administración, Alcala. 164. Madrid.

24 —

Estudiantes de La Coruña en proee^
sión matinal con la Virgen de su Co.
legio.

’f- '

El Gobernador Civil de Guadalajara y
su señora, padrinos en la bendición de la
imagen de María Auxiliadora destina^
da a la capilla del nuevo Estudiantado
Filosófico que los Salesianos han abierto
en aquella capital.
Rafaela Pinzón, la /amo*
sa **RafaeliUs” rondeña, al­
mo y vida de la devoción
popular a nuestra excelsa
Madre en la bella ciudad de
la serranía.
. n-i

i

El Padre Agustín
Stassig, actual Di­
rector de la Resi­
dencia U n iversita^la S a l e siana de
Friburgo (Suiza),
codeado de la Jun­
ta directiva, como
Consiliario d e la
Juventud Católica
d d Colegio Mayor
Juan Bosco**,
de Sevilla.

D O M IN U S

C O N S E R V E T E U M ...

EL PAPA DE SANTO DOMINGO SAVIO. UN 5 DE MARZO, EL
DEL ANO DEL DOGMA DE LA ASUNCION,_LE DECLARO BIEN­
AVENTURADO; AHORA, EN ESTE VENTUROSO 12 DE JUNIO DEL
ANO JUBILAR DE LA INMACULADA, LE ACABA DE CANONIZAR.
¡¡¡GRACIAS, DULCE CRISTO DE LA TIERRA!!!

B(METIN
Suplemento

ai

núm ero

de

Mayo

de 1954

Peregrinación española oficial
a ¡a Canonización de Dom ingo Kavio
Redacción

y

Admínístrodón

Alcalá, 164 - MADRID

PEREGRINACION
Salesianos, Amigos de la Obra de Don
Sosco, ¡llegó el decreto suspirado! E l 12 del
próximo junio, DOMINGO SA V IO será
elevado a la gloria suprema de los altares.
Su Santidad Pío X I I le pondrá, en la gran
Basílica de San Pedro de Roma, la aureola
de SAN TO ; él se arrodillará, devoto y re­
verente, áríte la imagen de este confesor de
Cristo de quince años— el más joven del ca­
lendario católico y nosotros elevaremos a
Dios un entusiasta TEDEUM por el inmen­
so beneficio que hace a la humilde Congre­
gación Salesiana canonizando así el Sistema
Educativo de Don Sosco.
El BO LETIN SALE SIAN O , con tan
fausto motivo, organiza esta triple Peregri­
nación: a Roma, centro de donde irradiará
al mundo entero la gloria del nuevo Santo;
a Turin y .sus alrededores, escenarios de sus
virtudes y grandezas: a Lourdes, sede pro­
videncial de las bondades de la Inmaculada
Concepción, el misterio por el que nuestro
seráfico Beato sentía tan encendido amor.
He aquí el programa de nuestra piadosa
romería:

rom a

- tu r in - Lo u rd es

NARBONNE

Parada para el almuerzo. Con­
tinuación del viaje por BEZIERS. MONTPELLIER. ARLES. AIX EN PROVBNCE.
hasta

MARSELLA

Cena y alojamiento.

Día 10.



MARSELLA

Desayuno en el Hotel, salida a
las 8 de la mañana. CANNES.
ANTIBES para llegar a

NIZA

Parada para almorzar, conti­
nuando por MONACO, MONTECARLO, MENTON, VENTIM IG LIA (trámites de Adua­
nas). SAN REMO. SAVONA.
hasta

GENOVA

Cena y alojamiento.

Día 11.
GENOVA

Salida a las 8. por SPEZLA.
PISA (breve visita), hasta

LIVORNO

Almuerzo y salida para

ROMA

Llegada, cena y habitación.

ITINERARIO
Día 8.
M ADRID

A las 7. en la iglesia de María
Auxiliadora. General Primo de
Rivera (Ronda de Atocha), 25.
Misa de romeros. Bendición y
Despedida de la Santísima Vir­
gen. salida desde la puerta del
templo, emprendiéndose el viaje
por Alcalá de Henares y Guadalajara hast.i

ZARAGOZA

Visita al PILAR. Almuerzo.
Continuación del viaje por LE­
RIDA. IGUALADA, hasta

BARCELONA

Llegada sobre las 9 de la no­
che. Cena y alojamiento.

Día ¡2.
ROMA

Día 13.
ROMA

Día 9.
BARCELONA
*

Salida a las 8 de la mañana.
siguiendo la ruta por GERONA.
LA JU N Q U ER A (trámites de
Aduana), PERPIGNAN. hasta

Estancia en pensión completa.
Visita a las basílicas y acto re­
ligioso en la de Santa María la
Mayor, para ganar el Jubi’eo
Mariano. Por la tarde, CANO­
NIZACION DEL BEATO DO­
M INGO SAVIO.

Estancia con pensión completa.
Solemne Pontifical de Pío X ll en
San Pedro, con motivo de la
CANONIZACION. El coche es­
tará a disposición de los excur­
sionistas para las ceremonias del
Vaticano. La tarde. libre.

Dio 14.
ROMA

CARCASONNE Almuerzo. Continuación p o r
TOULOUSE, TARBES. hiusla

Estancia con pensión completa.
Audiencia papal en la mañana.
Tarde, libre.

LOURDES
(Sábado)

Día 15.

Asistencia a la ProccsiiSn de Anlorchas. Cena y alojamiento.

Día 20.

ROMA

Desayuno. Salida a

las 7.30.

FLORENCIA

Almuerzo. Visita a la ciudad.
Continuación del viaje por BO­
LONIA, hasta

PARM A

Cena v habitacii^.

LOURDES

Visita a la gruta. Santa Misa.
Desíiyuno y almuerzo. Salida pa­
ra
BAYONNE.
BIARRITZ.
SAN JUAN D E LUZ. HENDAYA. IRUN (trámites d e
Aduana), hasta

S. SEBASTIAN Cena y alojamiento.
Día 16.
PARMA

T U R IN

Desayuno. Salida a las 8. Paso
por PIACENZA. ALESSANDRIA. ha,sla
Llegada. Visita a la basílica de
María Auxiliadora, a las reli­
quias de Domingo Savio y a las
habitaciones de Don Bo,sco. Al­
muerzo. Tarde, libre. Cena y
alojamiento.

Día 21.
S. SEBASTIAN Desayuno. Salida a las 8, por
VITORIA, hasta
BURGOS

Parada para almorzar y visita a
la Catedral, continuando p o r
ARANDA DE DUERO y SOMOSIERRA. hasta

MAiDRID

Llegada por la noche.

Día 17.
TU RIN

Estancia. Por la mañana, visita
a CH IERl. CASTELNUOVO.
BECCHl y MONDONIO. luga­
res santifícados por la presencia
de Don Bosco y Domingo Sa­
vio.

Día 18.
T U R IN

N IZA

AVIGNON

Desayuno. Salida por la maña­
na. pasando por CUNEO, hasta
Almuerzo. Continuación del via­
je por ANTIBES. CANNES.
hasta
Cena y habitación.

Día 19.
AVIGNON

Desayuno, saliendo a continua­
ción por NLMES, BEZIERS.
NARBONN'E. hasta

CO N D IC IO N E S

Importe total por persona: 4.200 pesetas, que
deberán abonarse en «Obras de Don Bosco».
Banco de Bilbao (Madrid), al formalizarse la
inscripción, tras de lo cual se entregará la tar­
jeta de peregrino.
Esta suma comprende;
El viaje en autocar durante todo el recorrido.
Las comidas en ruta.
Un seguro de equipajes de 2.000 pesetas por
persona.
Asistencia en las fronteras.
Servicio de guía - intérprete para la visita de
Roma.
Los servicios de un representante de la Agen­
cia durante todo el viaje.
Las propinas e impuestos en los hoteles.
N o comprende:
Los extras, vinos, licores, lavado de ropa, etc.

N O T A S
Cada peregrino deberá estar provisto de §u
pasaporte, visado por los Consulados de Francia
c Italia.
El alojamiento en ruta será en hoteles de 3.»
o pensiones. En Roma y en Turín, en institutos
religiosos dedicados a este efecto. Si algún pe­
regrino deiseara hotel’*de superior categoría, se
le podrá complacer abonando el suplemento co­
rrespondiente:

Hoteles de 2.* clase en Roma, Turín, Lourdes
y San Sebastián: 1.137 ptas.
En Roma, sólo: 644 ptas.
E n Turín, sólo: 322 ptas.
El equipaje no puede exceder de 15 kilos por
persona.
Los peregrinos acatarán en todo momento la
autoridad del personal del BOLETIN SALESIANO. dirigente de la excursión.

Organización técnica:

VIAJES

C.Y.R.A.S.A.

Agencia de viajes — Título 22 — Grupo A
Teléfono 31-57-00 (tres líneas)

Confiamos nuestra Peregrinación a esta com­
petentísima Agencia de viajes mundialmente co­
nocida y acreditada.

tes, hoteles, instituciones religiosas, etc. En con­
secuencia, C.Y.R.A.S.A. declina toda responsa­
bilidad por deficiencia en los servicios prestados,
así como p o r cualquier daño, enfermedad o ac­
cidente que pudiera ocurrir mientras se prestan
los servicios a las personas que realicen el viaje
por nuestro intermedio.

NOTA.—C.Y.R.A.S j ^ , como Agencia de via­
jes, actúa única y exclusivamente como interme­
diaria entre los viajeros y las entidades o perso­
nas llamadas a facilitar los servicios que consta
en los itinerarios, o sean: empresas de transpor­

.

MADRID, mavo de 1954.

AK&OS

J;

‘p ' ' i

-S.
D o m in g o S o v io m anifiesta a D. B osco su d e se o d e ser Santo,
grande, Santo, pronto Santo.
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1954