BS_1967_12

Ficha

Título
BS_1967_12
Descripción
Boletín Salesiano. Diciembre 1967
Fecha
1967.12
extracted text
AÑ O L X X X I - N.9 12 - ORGANO DE LOS COOPERADORES SALE SIAN O S - DICIEMBRE, l\ m

CIUDAD DEL VATICANO.—Del 11 de octubre al 18 se celebró en Roma el ID Congreso Mundial de
Apostolado Seglar, acontecimiento que dejará sentir su influencia en un próximo futuro. La foto nos
muestra un aspecto parcial de la Basílica de San Pedro durante la Misa celebrada por Pablo VI para
los congresistas, en cu ya homilía anunció la proclam ación de Santa Teresa de Jesús, doctora de la
Iglesia.

B O LET IN S A LES IA N O
ORGANO DE LA PIA UNION DE
COOPERADORES S A L E S I A N O S
Revista

de la

Obra

de Don

Bosco

Año LXXXI ■ Núm. 12 . Dic., 1967

S u m a rio
LA IGLESIA, EMPLAZADA, por Ja v ie r Rubio .

8

ESTA ES TU C A S A ...................................................

13

NOTICIARIO SALESIANO MUNDIAL . . . .

17

DIRECCION, REDACCION Y ADMON.¡

20
UNA CAIDA IN O P O R T U N A ............................... 21
POXOREU, UNA PARROQUIA MISIONERA . 22

Aleáis, 164 • Apartado 9.134

LOS CAPRICHOS DE UNA Y E S P A .....................

24

Teltíono: 255 20 00
MADRID-2
Depósito legal: M. 3.044-1958
(Coff censura eclesiásiica)

CRONICA DE G R A C IA S .........................................

26

N E C R O L O G IA ..............................................................

29

BECAS SA C E R D O T A L E S.........................................

30

DIRBCTOR:

JAVIER RUBIO IBAÑEZ

CAMPAÑA ANUAL: LA F E ....................................

-soíocoK^fí^DK^ ‘¡^►>^K‘fcí->3« -fc^^'ífr

$

3

¿SERIA ESE EL SECRETO DE LA BONDAD DEL
PAPA JU A N ? .............................................................

áeK^KíféíGí^'^-50í-:-íí^4^5^í56^

M^'i^Tí

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BOLETIN SALESIANO

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d ese a :

a fo s c o o p e r a d o t* e s ^
a Modos s u s l e c t o r e s
y a t n iy o s

LA BENDICION D E NIÑO DIOS
s o b r e ellos^
s u s f a m i l i a r e s y a m is t a d e s

EN UNAS NAVIDADES FELICES
y ojirafleee
la s im p a t ía y atilda q u e a
l o l a r g o d e l M S 7 l e h a n re«
t ild o d is p e n s a n d o *

2



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*

E L PU E BLO DE DIOS
E N E L C AM IN O DE LOS HOMBRES

LA IGLESIA. EMPLAZADA
E l problema de la Iglesia, si no quiere que su mensaje sea desoído es
tratar de dar xma respuesta a las preguntas espinosas formuladas en lo
vivo, en lo más íntimo del hombre.

ROMA.—^Aspecto paicial de la sala del Palacio Pío durante una sesión general del Congreso.

— 3

pasado un mes y medio desde que se
celebró el III Congreso M undial de Apos­
tolado Seglar. Y aunque la prensa, áv i­
da de servir noticias cali-entes, ha dejado
de hablar d e él, el Congreso está em p e^ n d o
todavía a producir sus frutos.
No caerem os en la ingenuidad de compararlo
en importancia con el Sínodo de los obispos, que
contemporáneamente tuvo lugar en Roma y menos
con el Concilio, como con evidente exageración,
alguien lo hizo. Pero creemos sinceram ente que
está llamado a tener en los próximos futuros me­
ses y años una influencia fortísima en las Aso­
ciaciones de apostolado seglar y más aún en la
integración de los seglares en las estructuras de
gobierno y consulta de la Iglesia, hoy servidas
casi exclusivam ente por el Clero.
Los seglares han reclam ado su participación en
las tareas de la Ig lesia; se sienten, al menos sus
dirigentes, plenam ente Iglesia y reclam an al lado
de la Jerarquía su puesto de compromiso. Mas
también han comprendido su labor apostólica
dentro del mundo, su solidaridad con todos los
hombres, han demostrado su real sensibilidad
hacia los problemas del mundo de hoy y d e los
países en que viven / y, todavía más, se han pro­
nunciado clamorosa y masivamente solidarios
acerca de su tarea específica de informar cris­
tianam ente las estructuras del mundo, reformarlas
donde sea necesario o crearlas con inspiración
cristiana allí donde deban instituirse nuevas.
Tuve la suerte de ser testigo presencial del am­
biente en que se desarrolló el Congreso, de asistir
a las im ponentes sesiones generales, a la Misa del
Papa, a alguna paraliturgia, participar en varias
sesiones de trabajo y a las reuniones d e los jefes
de delegaciones nacionales e internacionales en
calidad d e je fe de la delegación de los coopera­
dores salesianos/ todo lo cual me permitió v ivir
el Congreso por dentro y por fuera con cierta
precisión. Es obligado, por tanto, que sea yo
quien dé a los cooperadores salesianos y lectores
del Boletín una referencia directa del mismo.
Claro que pretender en unas pocas y breves
páginas dar una visión completa de diez días de
intensos trabajos y de las opiniones en ellos e x ­
presadas es com o querer resumir en un beso el
amor que se tiene a los padres. Diremos algo de lo
más sobresaliente, d e lo que más interés pueda
tener, a nuestro juicio, para los cooperadores.

H

a

El mundo entero
V w r t ü ''

estaba allí

El primer contacto con el Congreso lo tuve el
mismo día 11 de octubre a las puertas del Pala­
cio Pío, el número 4 de la V ia d ella C onciliasione,
la ca lle d e Roma que permite ver a un lado el

4 —

macizo y redondo castillo de Santángelo, de cé le­
bre memoria para los españoles, y al otro la
Plaza de San Pedro, cerrada por la im presionante
Basílica cu ya contem plación nunca cansa.
Las tres amplias puertas del Palacio Pío, abiertas
de par en par, lanzaban a la calle y absorbían si­
multáneamente un abigarrado conjunto de per­
sonas de toda raza y color. La vestim enta resaltaba
más aún el colorid o: negros con atuendos mul­
ticolores, como se v en en las portadas de las re­
vistas misioneras, gráciles japonesas con sus de­
licados kimonos, lituanas d e rostro blanquísim o
adornadas con trajes bordados con hilos polícromos y locadas con coronas d e lela igualm ente
bordadas, mujeres hindúes envueltas en sus fi­
nos saris, coptos revestidos de blancos ropajes,
orientales con sus barbas de patriarca y áus tú­
nicas talares, constituían oasis d e color dentro de
los trajes corrientes que amarillos, blancos y ne­
gros de todos los matices vestían.
La amplia entrada del Palacio Pío d ejab a ver
con un solo golpe de vista el enorme esfuerzo
del Comité organizador. Llenando los ángulos unas
v eces y otras dividiendo el tráfico estaban las
O ficinas de información y cam bio, de en treg a de
documentos, los servicios de alojam iento y re­
serva de bóteles, el de fotografía, las d e provisión
de aparatos de traducción sim ultánea al caste­
llano, francés, inglés y alemán, lenguas oficiales
d el Congreso. Y en todas ellas abnegadas jó v en es
de apostolado seglar de diferentes naciones para
poder atender a cada uno en una de las cuatro
lenguas.
La primera impresión fue que el Congreso tenía
reliev e propio de magnitud desusada. Me vino, al
verm e dentro de aquel hormiguero tan variopinto
y heterogéneo, el lema del Congreso: tEl Pue­
blo d e Dios en el cam ino de los hom bresi, por­
que aquello era dem ostración en pequeño del
mismo. A llí se v eía claro que para Dios no hay
discrim inación racial ni acepción de personas
y tampoco para el Congreso/ allí se veían los
alcances universales, planetarios, como gustaban
decir ciertos delegados sudamericanos, del Pue­
b lo de Dios. Y algo se v eía tam bién d el itinerario
de los hombres viéndolos preocupados por su
alojam iento, por el transistor de traducción simul­
tánea que no funcionaba bien del todo/ aftnando
el cam bio de la moneda, buscando amigos.
Con estas primeras impresiones entré en el mag­
no auditorio, donde se celebrarían todas las se­
siones generales. Su capacidad d e 3.000 asientos
se v io rebasada en todas las reuniones.
Gozaban los ojos con el esp ectácu lo quieto
que en la entrada h abían contem plado en mo­
vim iento. A mi lado d erecho un hombre bajito,
fuerte, de tez casi aceitunada, representaba a Madagascar como je fe de delegación. En la tarjeta
de identitícación, qu e cada uno llevábam os en la
solapa, un círcu lo am arillo indicaba que mi len­
gua era la española y otro azul qu e me defendía
en fran cés; en la suya, idéntico círculo azul nos
permitió intercam biar unos saludos y frases de

^

'
¡

ocasión. A mi - izquierda un jo v en colombiano,
que después se demostraría dem ocrático y bata­
llador; delante dos m ujeres de N igeria con un
gran lazo en la cabeza formado con un pañuelo
floreado. Detrás de mí oía hablar en una lengua
que jamás h abía oído,- me giré, al principio disi­
muladamente, cuando v i que no conseguía leer en
la tarjeta d e identidad su nacionalidad me volví
con tranquilidad y leí Singapur,- nos sonreímos
mutuamente y le mostré la m ía: Spain, España.
A medida que la sesión avanzaba y se produ­
cían las primeras reacciones del auditorio ante las
palabras de los oradores iba com prendiendo que
allí nos unía de verdad un amor a la Ig lesia; más,
el común sentimiento de Iglesia. Ese amor había
borrado en escasos minutos todas les diferencias
que la piel o la lengua habían creado. Más larde
comprendí que ese amor no borraba la d iversi­
dad de opiniones ante los diversos problemas,
iguales para lodos, pero sentidos y pensados con
esquemas distintos a los del pensar occidental, y
vividos en unas condiciones que forzosamente
provocaban reacciones diversas.
Sin em bargo allí estaban tres millares de perso­
nas tan distintas, pero todas apóstoles, marcadas
con el mismo compromiso, todas preocupadas
porque el Pueblo d e Dios sea para todos los hom­

bres un compañero serv icial en su camino. Desde
que rezamos todos juntos el Padre nuestro, es és­
te para mí algo distinto,- desde entonces lo rezo
de otra manera, porque me parece haber tenido
v iv en cia de la magnitud de la paternidad de Dios
con los hombres.

¿Qué esperan los
hombres de la Iglesia?

No creo que sea necesario detallar la marcha
del Congreso ni descender a pormenores de or­
ganización, d e la que se puede decir en alaban­
za de los dirigentes que se legró casi plenam en­
te. Pero sí importa dar una idea acerca de su
significado, de las ideas predominantes en los
scg.ares en lo que se refiere al interior de la
Iglesia y a las relaciones del Pueblo de Dios,
o mejor, a las actitudes que el Pueblo de Dios
ha d e adoptar frente a las grandes necesida­
des y problemas del mundo actual. Problemas

ROMA.—Algunos de los prelados que asistieron al Congreso. Destaca el representante del patriarca
Atenágoras. Su intervención en la sesión inaugural fue acogida con grandes aplausos y visibles
muestras de simpatía.

cuya vitalidad y virulencia asomaban ante las
unánimes reacciones masivas de los representan­
tes del laicado católico. Problemas que tenían los
nombres concretos de lim itación de la natalidad,
subdesarrollo, racismo, opresión política y econó­
mica, etc., y ante las cuales el Pueblo d e Dios
no tiene más remedio que pronunciarse de una
manera clara y decisiva de acuerdo con el Evan­
gelio.
Bien claro lo dijeron los delegados de los 103
países y los de las delegaciones internacionales de
apostolado seglar: Si el Pueblo de Dios no da la
solución justa y cristiana a tales necesidades, si
no se enfrenta con valentía y pronto, los hombres
arrinconarán a la Iglesia y cam inarán hacia su
futuro sin contar con ella para nada.
Estremecía pensar en una Iglesia desfasada y
desprestigiada cam inando a rem olque sin saber
qué hacer.
Por ello el Congreso ha querido ser en primer
lugar un toque vigoroso de atención a la Iglesia,
a todo el Pueblo de Dios, para que tome con­
ciencia de esta situación de expectación de los
hombres y se renueve interiorm ente poniendo al
día sus estructuras y las del apostolado seglar,
de suerte que compenetrados Jerarquía y fieles
acudan a la tarea de ayudar a los hombres, pero
con soluciones.

Testimonios

El Congreso repartió sus trabajos de acuerdo
con su lema, en dos partes. En la primera se tra­
taba de que los congresistas oyeran y dieran tes­
timonio de la situación actual d e los hombres,
sus conquistas pero tam bién sus angustias/ sus
adelantos científicos pero tam bién el desequili­
brio producido entre religión y cien cia/ se qu e­
ría que los hombres procedentes de los países sub­
desarrollados, los oprimidos, los sometidos a dis­
crim inación racial plantearan los problemas de
sus países así como los ricos las consecuencias de
sus adelantos, porque como decía no sin cierto
patetismo un delegado africano: No son lo mis­
mo los problemas de un padre, que sabe que va
a engendrar hijos para el hambre, que el de
aquél otro padre que tiene preparada una cuna
cómoda y llena de juguetes para el h ijo que
le va a nacer.
En esta serie de testimonios, expuesta por d i­
versos delegados destacó por su interés periodís­
tico la del astronauta norteam ericano Me. Diwit
como exponente de los máximos alcances cien tí­
ficos. Pero la intención del Congreso no era sólo
dar testimonios de los problemas, sino ofrecer a
los congresistas los temas en los qu e d ebían cen ­
trar su atención principalm ente y hallar solucio­

6



nes, puesto que si el cristiano tiene como fin de su
apostolado cristianizar las estructuras de la socie­
dad moderna, d ebe conocer cu áles son las que
por su deficiente constitución o funcionam ien­
to son causa de la tribulación y angustias del
mundo.

Tensiones

Inmediatam ente que dieron comienzo las labores
de los grupos de trabajo, compuestos cada uno
por unas docenas de hombres, que se pudieran en­
tender en una o dos lenguas, se pusieron de ma­
nifiesto las diversas tensiones que hoy oponen
a unos hombres con otros y, dentro de la Ig le­
sia, a laicos y Jerarquía, y a las distintas con­
fesiones cristianas.
Una de ellas, muy llam ativa, que surgía a cada
instante y cristalizó en peticiones, mociones y
conclusiones de los diversos grupos de trabajo
es la existen te entre los laicos comprometidos y
los obispos. No se deben cerrar los ojos a esta
realidad. Los seglares se consideran adultos en
la Iglesia/ se han percatado de que ellos tam bién
son responsables en el diálogo con e l mundo y
pidieron un calor, co n respeto, que en todas las
organizaciones y estructuras de la Iglesia haya lu­
gar para ellos, para las mujeres, para los jóvenes.
Y que no se mande a ellas personas designadas
por la Jerarq u ía sino elegidas dem ocráticam ente,
por m ayoría de votos, a fin de que sean real­
mente representativas del Pueblo de Dios a lodo
n iv e l: pontificio, de conferencias episcopales, dió­
cesis, parroquias, etc.
Esta aspiración afloró muchísimas veces y el
mismo Papa se hizo eco de este estado de opi­
nión seglar al dirigirse al Sínodo, presente en la
misa que celebró para el Congreso: iSed su guía
paternal, les dijo, previsora, abierta y dadles
plena confianza, que no os d ecepcionaráni. Más
tam bién les d ijo a los seglares: iS i las labores
confiadas a los seglares en el apostolado son
tan extensas, ¿n o habría que admitir que de aquí
en adelante haya en la Iglesia dos Jerarquías pa­
ralelas... para asegurar la gran labor de la santi­
ficación y salvación del m undo? Pero esto sería
olvidar la estructura de la Iglesia».
He aquí, pues, una gran tensión que se da en
todas las latitudes dentro de los elem entos acti­
vos de la Ig lesia: O bispos y algunas asociaciones
d e apóstoles seglares. Es un hecho nuevo en la
historia del Pueblo de Dios que el laicado pre­
tenda ser copartícipe d e la Jerarquía y lo e x ija
con todo respeto, pero decididam ente. La solución
vendrá cuando un nuevo corwepto de autoridad
venga. ¿Cóm o dar con esa nueva dim ensión de la
autoridad jerárq u ica? Esta es la cuestión.

ROMA. — Delegación de los
cooperadores salesianos en el
Congreso de Apostolado se*
glai. Los organismos mundia­
les podían llevar cinco repre­
sentantes; los cooperadores
llevaron (de izquierda a de­
recha) a Karel Blanckaert, di­
putado del Parlamento bel­
ga, a W eigl W ollgang, cate­
drático de lenguas clásicas
en la Universidad de Munich,
a Herbert Beinbauer, gerente
de una editorial de Linz, Aus­
tria y al delegado nacional
de los cooperadores en Espa­
ña, Jav ier Rubio. La fotograiía está tomada en el patio de
la casa salesiana, Sacro Cuore, que fue edificada por el
mismo Don Sosco.

Al lado de esta tensión evidente saltaron otras:
la cuestión del hambre y del subdesarrollo que
enfrenta a países ricos y pobres; la de los sis­
temas políticos (era interesante ver la sensibilidad
tan extraordinaria, que demostraban los miem­
bros de las delegaciones d e países subdesarrolla­
dos, ante los conceptos de dem ocracia y representatividad). A lgunos testimonios, como el de una
mujer, magistrado del Tribunal Supremo de Ghana,
eran en verdad angustiosos, al com probar que
las estructuras económ icas de sus países eran
tales que cuanto más trabajan los pobres más se
em pobrecen y más se enriquecen unos cuantos
ricos.
La tensión entre generaciones dio ocasión a
la juventud para levantar su voz pidiendo se la
incluyera tam bién a ella en las tareas directivas
y se la consultara, puesto que no en balde son y
representan el cuarenta por ciento de la población
de casi todos los países.
A nte estos y otros muchos problemas de la hu­
manidad expuestos con amor cristiano, buscan­
do una solución para ellos, vistos desde unos
hombres que están consagrados al servicio de la
humanidad, me preguntaba: ¿Q u é puede hacer
la Ig lesia? ¿Q u é soluciones puede dar a estos
hom bres? Porque esta es una cuestión fundamen­
tal: Si la Ig lesia no puede ofrecer ni dar nada,
pues está bien claro que no tiene recursos, mate­
riales, ni poder político, ¿q u é servicio puede pres­
tar en la solución de estas tensiones?
Com entaba estas cosas con un jo v en diputado
del parlam ento belga, cooperador salesiano,- el
azar nos puso en nuestro cam ino a un jo ven ecu a­
toriano, b ien preparado, fogoso, uno de los que
más exigían y le expusim os nuestra pregunta.

Creo que nos anticipó la solución: El mundo le
está pidiendo a la Iglesia dos cosas: doctrina y
caridad. Si se las da a tiempo, la Iglesia se cons­
tituirá en guía de los hombres y de los pueblos
subdesarrollados.
(En este sentido la en cíclica de Pablo V I «Populorum progressioi ha sido un acierto, de repercu­
siones en extrem o favorables para el Pueblo de
Dios entre los hombres.)
Efectivam ente eso es lo que el III Congreso mun­
dial de apostolado seglar pidió a la Iglesia para
la hum anidad: doctrina y caridad.
Muestra de ello son las ocho relaciones apro­
badas plenam ente. Entre ellas, por ejem plo: la
condenación del racismo (<Que la Iglesia defina
claram ente la enseñanza que rechaza como total­
mente in aceptable el racismo, como contrario a
todos los valores humanos y a la fe cristiana); la
lucha contra la opresión cincitando a todos los
cristianos a recordar qu e su d eber es ponerse de
parte de los oprimidos cualquiera sea su raza, re­
ligión, co n v icció n o clase social; ayudándoles en
sus esfuerzos de liberación con apoyo moral y
m ateriali); la paz y comunidad mundial (ibasadas
en la reforma económ ica de las estructuras!, en el
idesarm e general y com pleto! en el cese de
la actual carrera de armamentos!, e.n la edu­
cación de la opinión pú blica para la paz, esp ecial­
m ente por parte de los educadores de la ju v en ­
tud...!)
IJo vamos a seguir, porque las resoluciones las
pu blicaron a su tiempo los diarios y revistas ca­
tólicos, pero no queremos concluir sin dar cons­
tancia de la existen cia de grandes grupos de cris(Pasa a pág. 29)

S A N FRANC ISCO DE SALES Y

ASERIA ESE EL SECRETO DE
«M i vida escribió Angel Roiiealli siendo seminarista— tiene que ser una perfecta imitación
de Siin Francisco de Sales». E l que ojea el «Diario del Alm a» y estudia la personalidad

H

o y ha sido día de fies­
ta completo,- lo he pasa­
do en com pañía de San
Francisco de Sales, mi
santo dulcísimo. ¡Q ué hermo­
sa figura de hombre, de sacer­
dote, de obispo. ¡Si yo fuera
como él, no me inmutaría por
nada, aun cuando me hiciesen
Papa... Mi vida, el Señor me
lo dice, debe ser copia perfecta
de la vida de San Francisco de
Sales... Amor grande, ardentísi­
mo, a Jesucristo y a su Ig lesia;
inalterable serenidad de espíri­
tu, dulzura inefable con el pró­
jimo, eso es íodo.i
Así escribía A ngel Roncalli
siendo seminarista, el 29 de
enero de 1903, en la fiesta de
S. Francisco de Sales. En estas
palabras está quizá la clav e de
un secreto. M uchos se pregun­
tan por qué el Papa Ju a n ha con­
quistado el mundo con su sim­
patía. La respuesta es ciertam en­
te com pleja, pero el propósito
hecho en su juventud de tomar
al santo de la mansedumbre co ­
mo modelo, puede arrojar mu­
cha luz sobre esta figura tan se­
m ejante a la del cDoctor del
amor divino y de la dulzura
ev a n g élica !.
Y a en 1895 el sem inarista Ron­
ca lli se había propuesto imitar
a «este gran santo de la dulzu­
ra, que trataba a todos con jo ­
vialidad, am abilidad y alegría,

V

ES Y E L P A P A J U A N X X H I

IH BONDAD DEL PAPA JUAN?
del «Papa bueno» se encuentra con la agradable sorpresa de constatar que el p r o p ó s i t o
del seminarista llegó a ser en el Papa Juan una realidad viva.

pero siempre unidas con la gra­
vedad Y m odesiiai.
Conforme profundiza en el conocim ienío de S. Francisco de
Sales, alarga la esfera d e su imilación Y modela la propia per­
sonalidad según las directivas
del que llam a «mi santo d u lcí­
simo».
Siendo todavía estudiante de
teología, saca la conclusión des­
pués de profunda reflexión so­
bre e l tipo de santidad que Dios
le p id e; «Me he convencido de
una cosa: cuán falso era el con­
cepto que d e la santidad apli­
cada a mi mismo, y ® n\e había
formado. En cada una de mis
acciones, en las pequeñas fal­
tas inm ediatam ente advertidas,
traía a mi mente la im agen de
cualquier santo, q n e me propo­
n ía imitar en todas las cosas más
menudas, como un pintor copia
exactam ente un cuadro de Ra­
fael... Pero sucedia qu e yo uo
alcanzaba nunca cuanto me ha­
b ía im aginado poder hacer, y
me inquietciba. Es un sistema
equivocado. De la virtud de los
santos yo d ebía tomar la sustan­
cia, no los accidentes... Dios qui­
so que, siguiendo los ejem plos
de los santos, absorbamos e l ju ­
go v ital de la virtud, convirtién­
dolo en nuestra sangre y adap­
tándolo a nuestra manera de ser,
y a las especiales circunstan-

— 9

cias... Yo no debo desear aque­
llo que no soy, sino ser óptimo
en lo que soy. Así lo dice mi
San Francisco de Sales».
AQUELLA FIGURA DULCISIMA
A ngel Roncalli, mientras se
convence que Dios no llama a
una santidad preiabricada, sino
a una santidad personal, encuen­
tra que su temperamento es muy
sem ejante al del Obispo de Gi­
nebra Y siente que la propia
santidad debe ser una encarna­
ción de la bondad, humildad y
dulzura del Corazón de Jesús.
Por consiguiente, aun m antenien­
do la línea de la propia perso­
nalidad, entra en la escuela del
Santo de la dulzura, convencido
de que es Dios el que le llama
a esta escuela, porque quiere ha­
cer de él un santo am able y dul­
ce, como San Francisco de Sales.
Y vedlo ¿n el empeño con la
firmeza y constancia que le son
propias.
El retiro mensual del mes de
agosto de 1900, todavía siendo
seminarista, se exam ina sobre la
virtud de la dulzura y co n clu ye:
«Si se trata de la mansedumbre,
da la tranquilidad, da la dulzu­
ra, en una palabra, de todo lo
que resplandece en la dulcísima
figura de San Francisco de Sa­
les, mi especial ptolecior y mo­
delo especialísim o, aunque no
pueda hablar de excesos, tam­
poco tengo todo lo que desearía
Y con la gracia d ivina podría
conseguir».
El 28 del mismo mes está en
lucha contra su amor propio y
se expresa así: «Ojo a la lengua,
amigo mío, por olla el amor pro­
pio hace de las suyas... Serón
cosas de nada, será Iodo verdad,
pero el amor se cuela allí siem­
pre, y después de la conversa­
ción, yo quedo descontento y mi
dulce maestro Jesús, con su voz
interior, me d ice que aquello no
le agrada... IQué lejos estoy de
asem ejarme a la sombra de mi
modelo, San Francisco de Sales!
Y sin embargo, loh Jesú s!, y vos
sois testigo de ello, siento la
amargura de esta lejanía...» Des­
de luego se lo había tomado en
serio el asem ejarse a su modelo.
10

En otra ocasión que quiere co­
rregirse del defecto d e hablar
demasiado de política, inm edia­
tamente su pensam iento corre
hacia su m odelo: «Y es que a
veces me d ejo ir a hacer un
poco el doctor en política, ha­
blando a diestro y siniestro, de
un hecho y de otro, en una pa­
labra, entrando en estas cosas
de lo que con v ien e a un semi­
narista de mi condición. Cierta­
mente, siempre que me doy
cuenta de ello experim ento un
vivo desagrado, pero ¿por qué
no poner atención antes? ¿Cómo
se portaría en este caso San Fran­
cisco de Sales.
Aun cuando se exam ina en
general sobre el progreso alcan ­
zado en la virtud, su mirada se
vu elve hacia San Francisco de
Sales: «En conjunto, —escribía
el 7 d e septiem bre del mismo
año— no mal. Incluso la morti­
ficación del paladar en honor
da M aría la he practicado es­
crupulosamente. Pero siento un
continuo desaliento y un v iv o
desagrado al considerar lo que
soy Y compararlo con lo que po­
día ser, con lo que eran los san­
tos, San Ju a n Berchmans, San
Francisco de Sales, a mi edad».

«YO LE DEJE HACER»
«Si se estudiase por decenios
-—ha escrito Alfonso L'Arco en
el volumen El secreto del Papa
Ju a n — una expresión que ca ­
racteriza la espiritualidad de
Roncalli, no se encontraría otra
m ejor qu e la que escribió él
mismo. «Yo le d ejé hacer». El Se­
ñor me ha hecho nacer de gente
pobre Y ha pensado en todo. Yo
le d ejé hacer. Desde que era jo ­
ven sacerdote me impresionó la
Koboedientia y pax» del padre
César Baronio con la cabeza in ­
clinad a besando el pie de la es­
tatua de San Pedro; y le d ejo
hacer, y me d ejo conducir en
perfecta conformidad con las
disposiciones de la Providencia».
Esta actitud del espíritu se unía
a la de ser dócil discípulo de
San Francisco de Sales, que en
su Tratado del Amor de Dios tie­
ne páginas sublimes sobre lo

que él llam a «la santísima indi­
ferencia».
Esta es algo más que la simple
conformidad a la voluntad de
Dios, porque se puede hacer con
mérito la voluntad de Dios aun­
que se piense: mi voluntad se­
ría diferente, pero porque Dios
lo qu iere así, me resigno volun­
tariam ente; por el contrario el
que practica la santa indiferen­
cia ya no tiene la propia volun­
tad, porque la ha unido y fun­
dido con la de Dios.
A ngel Roncalli, en la v ig ilia
del subdiaconado, h abía y a ah
canzado tal grado de perfección
en la santa indiferencia de po­
der manifestar: «A este respec­
to {habla de los dones de Dios)
mis relaciones consisten en aque­
lla le y d e oro de la indiferen­
cia, en la cual los santos están
verdaderam ente informados. Ci­
to, por todos, a mi San Francisco
de Sales. Indiferencia qu e no es
apatía natural, como la de cier­
tos caracteres, sino virtud so­
brenatural, despego de todo,
cuando está de por medio la v o ­
luntad o el querer de Dios...

UNA ESPIRITUALIDAD
CONGENITA EN EL
En este clim a de santa indi­
ferencia A ngel R oncalli se pre­
para al sacerdocio. El estudio,
que tanto le apasiona, lo d eja
tranquilo, desasido, humilde. El
Papa Ju a n ha sido un hombre de
estudio en función de su sacer­
docio. Aun en esto se ha inspi­
rado en su modelo. Y a en 1904,
apenas ordenado sacerdote escri­
b ía : «Dios me libre de tener en
poco el estudio: pero guardém o­
nos no obstante de dar al estu­
dio un valor e x cesiv o y absolu­
to. El estudio es un ojo, el iz­
quierdo; si el derecho falta, ¿p a ­
ra qué v ale un ojo sólo, el estu­
dio sólo? ¿Q u é soy yo, después
d e lodo, co n mi doctorado? Na­
da... ¿Q u é podré traer a la Ig le­
sia con eso sólo?... D ebo ser doc­
to, peto como San Francisco de
Sales.
Existe un estudio que D. A ngel
R oncalli prefirió a todos: es el
estudio del libro que desde ha-

ce v ein te siglos habla al cora­
zón de los santos co n una elo­
cuencia irresistible: «Mi gran li­
bro del cual en adelante deberé
atender con m ayor cuidado y
afecto las divinas lecciones de
alta sabiduría, es e l Crucifijo...
El Calvario —escribe S. Francis­
co de Sales— es e l monte d e los
amantes, la academ ia del afecto.
Por esto yo debo hacérm elo más
familiar, precisam ente porque
allí fue hecha la primera y la
más solemne aparición del Sa­
grado Corazón».
Con todo derecho, siendo Pa­
pa, e l 3 d e abril de 1960, podrá
afirmar: «Antes d e elev a r la cruz
sobre nuestros templos y sobre
las cumbres de nuestros montes,
debemos llev arla b ien esculpida
y fija en nuestro corazón».
La ascética de San Francisco
de Sales es tan congénita a su
temperamento que le acude en
las circunstancias más diversas.
En los momentos d e apuro se
consuela con e l pensam iento del
Paraíso, b ajo el ejem plo de San
Francisco de Sales: «Paraíso. Pa­
raíso... he aquí mi meta, mi pa­
tria... O h cielo, cielo, tú eres
hermoso, y tú eres para mil En
las contrariedades, en las tris­
tezas, en e l desconsuelo, he aquí
mi consuelo: ensanchar el cora­
zón a la dichosa esperanza, y
después mirar y pensar en el
paraíso. Esta es la práctica de
los santos, de mi San Francisco
de Sales».
En las tentaciones se echa en
brazos d e San Francisco de Sa­
les y sigue fielm ente sus direc­
trices: «Recordaré siempre lo que
me sugiere San Francisco de Sa­
les»; «Dejad que el demonio g o l­
pee y grite a la puerta d e vues­
tro corazón, presentándoos mil
im ágenes e importunos pensa­
mientos/ porque é l no puede en­
trar por la puerta del consenti­
miento, tened ésta b ien cerra­
da y estad en paz».
Ahora y a es sacerdote y se
propone sacerdotes modelos a
quienes imitar. Entre esos, natu­
ralmente, San Francisco de Sa­
les: «Será mi estudio preferido
ejercitarm e en las devociones

Ju a n X X III
besando
el pie
de la estatua
de San Pedro
del V aticano.

siempre agradables a mis dul­
císimos Santos protectores, San
Francisco de Sales, etc.»

LAS CUENTAS SALEN
Aun de obispo, m ejor dicho,
sobre todo de obispo, continua­
rá inspirándose en San Francisco
de Sales. M ientras se prepara a
la consagración episcopal, hace
sus propósitos. Entre ellos.- «Mis
principales protectores serán San
Francisco de Sales...»
Enviado poco después como
representante del Papa a Bulga­
ria, encuentra graves dificulta­
des, «no de los búlgaros» d ice
expresam ente, sino «de los órga­
nos centrales de la autoridad
eclesiástica». ¿Cóm o se las arre­
g lará? Propone: «Con espíritu
de mayor p aciencia, calm a y
suavidad interior y sobre todo
con el silen cio —silencio que
debe ser, como me enseña San
Francisco de Sales, dulce 7 sin

h iel— objeto de mis exámenes
de conciencia».
Mons. Roncalli se propone otro
silen cio no menos d ifícil: el si­
len cio de los propios sufrimien­
tos. Y recurre todavía al Obispo
de G inebra: «La imagen de san
Francisco de Sales, que me agra­
da repetir con los otros: «yo soy
como un pájaro que canta entre
un bosque de espinas», d ebe ser
una constante invitación para
mi. Por tanto pocas confidencias
acerca de lo que me puede ha­
cer sufrir... Con tal de hacer
triunfar la can d ad a toda costa,
prefiero ser tenido por un inépto. M e d ejaré aplastar, pero qu ie­
ro ser paciente 7 bueno hasta el
heroísmo...»
Más tarde Mons. Roncalli se
encontrará en la ocasión de al­
canzar la cumbre del heroísmo
en este silencio-virtud, cuan­
do será promovido nuncio en
París. Bueno y bondadoso como
es, no teme ser — en aquel am­
b ien te de consumada diploma­
cia de la primera nunciatura


II

del mundo— un vaso de barro
entre vasos de hierro. Antes bien
renueva sus propósitos de bon­
dad Y de dulzura: «Mi tempera­
mento Y In educación recibida
me aYudan en el ejercicio de la
am abilidad con todos, de la in­
dulgencia, de la cortesía y de
la paciencia. No me apartaré de
este camino. San Francisco de
Sales es mi gran maestro. lO jalá
me asem ejase a él de veras y en
todol Por no fallar al gran pre­
cepto del Señor, estaré dispuesto
a afrontar aun los desprecios y
las burlas. El «manso y humilde
de corazón» no d ejará de ser la
aureola más resplandeciente y
gloriosa de un obispo y de un
representante del Papa. Quédese
para los demás el acopio de as­
tucia Y de la llamada destreza
diplom ática: y °
contentán­
dome con mi bondad y simpli­
cidad de sentimiento, de palabra
Y de trato. Al final las cuentas
salen siempre en benefício del
que perm anece fiel a la doctri­
na y a los ejem plos del Señor».
Y las cuentas salioron en b e­
neficio de este hom b.e humilde
Y pacífico, que Dios enalteció a
la suprema dignida:’ de V icario
SUYO.
LA SIMPLICIDAD ES VIRTUD,
NO CANDIDEZ
Aun siendo Papa continuó su
linea de sencillez evangélica
Y de veneración a San Francisco
de Sales como su maestro de es­
piritualidad.
Confió a los periodistas que,
entre sus libros, la obra de 26
volúmenes de San Francisco de
Sales ocupaba un lugar de ho­
nor.
San Francisco de Sales fue
maestro del Papa Ju an sobre to­
do en dos virtudes, qu e fueron
características de los dos: la sencilles Y
optimismo.
La sencillez del Papa Ju an
conquistó el mundo/ pero a v e ­
ces se la ha confundido con la
candidez, cuando realm ente era
una sagacidad consumada. San
Francisco de Sales presenta la
sencillez como máxima expre­

12



sión del amor de Dios y del
prójim o. El Papa Ju a n miraba
a lo esencial, y 1° esencial es
el amor. En él la sencillez, la
santidad y 1^ genialidad se han
fusionado como tres motivos de
una única sinfonía: la caridad
evangélica. «Mi querida sor An­
gela —escribía a su nieta reli­
giosa— guarda como un tesoro
esta primera p alabra: sencillez.
Comunica a todas tus manifesta­
ciones un tono de se.icillez na­
tural, con toda espontaneidad,
pensando en Jesú s que lee en
tu corazón y í 0 quiere así, sin
ningún artificio». En estas pala­
bras se encierra el autorretrato
del Papa Juan.
«Los egipcios inventaron el
plano inclinado —escribe Adolfo
L'Arco— Y con él pudieron cons­
truir las pirámides. Con el ejem ­
plo de su sencillez evangélica,
el Papa Roncalli ha ofrecido al
mundo un fácil plano inclinado
sobre el cual los mejores cris­
tianos podrán construir la p i­
rámide de la santidad.»
El Papa Ju an tiene rasgos sor­
prendentes de semejanza con
San Francisco de Sales en esa
visión optimista de los hombres
Y de las cosas.
En su sesenta cumpleaños en­
vió a un amigo su fotografía con
estas palabras: «Este es Mons.
Roncalli a los sesenta años. Es
la edad más herm osa: buena sa­
lud, mejor criterio, una feliz dis­
posición a v er claro/ con senci­
llez y con optimismo confiden­
cial».
El Papa Ju a n estaba conven­
cido de que «si Dios ha creado
la sombra es para hacer resal­
tar mejor la luz».
Para él era preferible fijar sus
ojos bondadosos en la luz. «Al­
mas desconfiadas — afirma en la
bula del Concilio— no ven otra
cosa que tinieblas, que se cier­
nen sobre la faz de la tierra.
Nos por el contrario nos atreve­
mos a reafirmar toda nuestra con­
fianza en nuestro Salvador, que
no ha abandonado el mundo re­
dimido por El.»
El 4 de enero de 1963 afirmó

categóricam ente; «Está bastante
equivocado e l ju icio sobre nues­
tros contemporáneos,- pues exis­
ten realm ente muchas almas ju s­
tas Y piadosas, sensibles a la
luz Y a la gracia de nuestro Se­
ñor Jesucristo».
El «Papa Bueno» hasta el fin
de su vida continuó irradiando
sobre el mundo bondad, sereni­
dad, optimismo. Solía él mismo
afirmarlo sencillam ente así: «Pre­
fiero ser un calentador que un
frigorífico».
Hacia el final de su vida un
personaje, virtuoso pero rígido,
creYÓ útil advertir al Papa qu e
su optimismo era excesiv o y 9^®
podía ser perjud icial a la Iglesia
Y a la humanidad entera, que
cam inaba al borde de un abis­
mo. El Papa Ju an le dio las gra­
cias Y después le d ijo ; «Tam­
bién Y®
aconteci­
mientos no van como deberían
ir, pero en mi espíritu b rillan
tres certezas. Primera certeza: te­
nemos un padre que v ig ila y
nos guía desde arriba/ segunda
certeza: Jesú s derramó su san­
gre por nosotros, y
i ^®s ha
abandonado, tercera certeza: y ®
SOY ®1 padre de la humanidad,
si se descorazona el padre, ¿q u é
será de los hijos?»
Mi vida —h abía propuesto el
seminarista Roncalli— d ebe ser
copia perfecta de la vida de
San Francisco de Sales. Para el
que ojea el «Diario del alma»
tiene la agradable sorpresa de
constatar que el propósito ha
llegado a ser en el Papa Ju an
una realidad viv ien te. Es la co n ­
firmación a cuanto escribía Pa­
blo V I en la Carta A postólica
con motivo del IV Centenario
del Nacimiento de San Francis­
co de Sales sobre la perenne
actualidad del espíritu «salesiano». En el pasado siglo la Pro­
vid en cia suscitó un Santo de
primera magnitud que se puso
a sí mismo y ® 1®^ suyos b ajo
la escuela de San Francisco de
Sales Y asimiló su espíritu: san
Ju a n Bosco. Y en nuestro siglo
Dios glorificó este espíritu co lo ­
cándolo sobre la cátedra más
alta del mundo con el Papa Ju a n
XXIII.

U N A O B R A SO C IAL E N F A V O R DE L A JUVENTU D
A B A N D O N A D A DE B E LE M DO P A R A

ESTA ES TU CASA
Han pasado cien años y la historia de Don Bosco se repite en los suburbios
de Belém, en el Brasil: Multitud de muchachos abandonados, un prado y
balón para que jueguen, el oratorio que se traslada varias veces, la lotería,
la escuela y sobre todo el catecismo. H oy la escuela de Belém acoge a
800 muchachos y el Oratorio más de mil, mientras a su lado se desarrolla
la obra paralela de las religiosas de Don Bosco. Y junto a todo ya desde
el principio tenemos la sonrisa de un misionero, el P. Lorenzo.

BELEM DO PARA (Brasil).—El P. Lorenzo rodeado de an grupo de muchachos para los que
ha construido, siguiendo los pasos de Don Bosco, unas escuelas profesionales, sacándoles del
arroyo y elevando su nivel moral y cultural.

I
13

E

H Belem, en la desem­
bocadura del inmenso
Amazonas, los salesianos
írabajan desde h a c e
treinta años en el célebre co­
legio de Nlra. Sra. del Carmen,
que acoge a más d e mil alum­
nos externos que estudian ba­
chillerato elem ental y superior.
En la ciudad de 500 mil habitan­
tes, en situación de rápido des­
arrollo, atender a la juventud
estudiantil es una necesidad.
Pero si un tercio de la pobla­
ción tien e una vida iácil, có ­
moda Y de lujo, el resto vive
en condiciones de subdesarrollo.
Sobre lodo en los suburbios do­
mina la pobreza, el analfabetis­
mo, el desempleo, la enferm e­
dad Y el abandono. Por su si­
tuación privilegiada, por las in­
agotables riquezas naturales y
por la nueva política del Go­
bierno, la industria en estos ú l­
timos años ha sufrido en Belem
una evolución sorprendente, p e­
ro con los resultados morales ne­
gativos que acompañan la lle ­
gada repentina de la gran in­
dustria a una zona no cap a­
citada.
Los hijos de D. Sosco veían
con dolor a todos aquellos ni­
ños pobres y abandonados de
los suburbios y se preguntaban
si no podían hacer algo por
ellos. Y se puso manos a la
obra. Los principios de la que
hoy es la cEscuela Salesiana del
T rabajo i, tuvo una semejanza
im presionante con la historia del
primer Oratorio de Don Bosco.
Fue suficiente que un salesiano
llegase con las armas tradiciona­
les: un balón y la sonrisa de
Don Bosco, para que los m ucha­
chos corrieran a su encuentro
cada vez en número mayor.

A quel salesiano que comenzó
a vivir los primeros días y me­
ses con aquellos muchachos po­
bres es el iPadre Lorenzo», sin
más.
•No teníamos locales —escri­
b e el P. Lorenzo—, pasábamos
el día en las plazas y en los
pradosf después comenzó a hos­

14

pedarnos algún bienhechor. An­
tes de encontrar un lugar defi­
nitivo, tuvimos que mudarnos
tres veces. Finalm ente lleg ó el
actual, que tiene una capacidad
para una obra de vastas propor­
ciones. En la encrucijada de los
suburbios, donde mayor es la
miseria, un antiguo alumno de
corazón grande nos dio 35.000
metros cuadrados de terreno:
una suerte, una base segura, po­
co a poco otros bienhechores
nos ofrecieron los medios n ece­
sarios. Así pudimos construir su­
cesivam ente un campo de juego,
un barracón de madera para de­
fendernos de la lluvia, un pri­
mer pabellón definitivo para el
oratorio. Entretanto se estudia­
ron los planes de una escuela
profesional, que preparara a los
muchachos para la v id a ; inm e­
diatamente comenzó la realiza­
ción, construyendo dos, después
cuatro, seis, ocho talleres y al
mismo tiempo un edificio central
para la escuela, la administra­
ción Y una gran cap illa. Los mu­
chachos aumentaban y abarro­
taban los talleres y la escuela,
b ajo la mirada, llena d e estupor
al principio y después de sim­
patía, de toda la ciudad.
—Cuenta hum ildemente el Pa­
dre Lorenzo: «Debemos recono­
cer que hemos dado pasos que
fueron juzgados audaces, impru­
dentes Y, según algunos, autén­
ticas locuras. Pero a todo ha lle­
gado la Providencia en el mo­
mento oportuno. De tal manera
que, después d e siete años de
continuos y grandes gastos, hoy
tengo la satisfacción de decir
que no tenemos deudas. Puedo
afirmar por exp erien cia que M a­
ría A uxiliadora se ha mostrado
una madre y ha correspondido
a la fe que teníamos puesta en
Ella, de manera no pocas veces
sorprendente. Es evidente que
a su corazón material le urgía
arrebatar aquellos millares de
hijos suyos del abandono mo­
ral Y m aterial en que yacían.
Pero, igual qu e Don Bosco, no
hemos descuidado los medios
humanos como loterías, que sir­
vieron además para llamar la
atención y la simpatía del pú­
b lico sobre la escuela. Los mis­
mos muchachos hacían los nú­

meros, los vend ían por las calles
Y por las casas, haciéndose oír
empleando unas veces su gar­
ganta Y otros altavoces. Corría­
mos un peligro: las rifas están
prohibidas. Una vez el je fe de
policía mandó suspender la ven­
ta de números, requisar los co ­
ches que se rifaban y demandar
al director. Una hora después, le
lleg aba un telegram a del Gober­
nador... Y pudo continuar la v en ­
ta. £1 día d e la rifa, entre los
20.000 asistentes al sorteo en los
patios del colegio, el P. Lorenzo
vio al je fe de policía, que con
sumo interés anotaba los núme­
ros premiados.

H IS T O R IA S
DE
M IS E R IA
Para atender más de mil oratorianos y ochocientos alumnos
de la Escuela sólo hay cuatro
salesianos. Esta es la dificultad
más importante. Nos servimos de
seglares escogidos entre los an­
tiguos alumnos y cooperadores,
Y estamos muy satisfechos de su
labor. Pero necesitam os algún
salesiano más: se trata de un
campo inmenso y de un trabajo
absolutamente salesiano, q u e
colm aría plenam ente el corazón
de tantos jó v en es apóstoles ar­
dientes de celo, que sueñan en
consumir su vida entre los n i­
ños pobres y abandonados de
los suburbios d e una ciudad, co ­
mo hiciera Don Bosco con los
de Turín.
La escasez de salesianos po­
dría h acer pensar que los 800
alumnos de la Escuela sean lo­
dos externos, pero no es así.
Teníamos sólo externos y mediopensionistas. Pero el año pa­
sado una nueva circunstancia
nos hizo modificar nuestra orga­
nización. El Gobernador del Es­
tado nos pidió con insistencia
que recibiéram os algunas dece­
nas de muchachos abandonados
o con particulares circunstancias
familiares, que se encontraban
•colocados» en un reformatorio,
Y en muy tristes condiciones mo­
rales Y materiales. Se pensó que
éstos, más qu e los otros, tenían
derecho a nuestro afecto y a

BELEM DO PARA.—V ista general de las escuelas profesionales y residencia levantadas por el P. Lo­
renzo para los muchachos del subiubio, cuyo aspecto se distingue claram ente en torno al edificio.
nuestro trabajo. Los acogimos.
El Gobierno nos ayuda a man­
tenerlos. Se trata de una medida
provisional, porque estos m ucha­
chos tienen necesidad de una
casa aparte y de un tratamiento
especial. Evidentem ente nosotros
no podemos darles lodo lo que
necesitan. Constatamos no obs­
tante que nuestro trabajo no es
inútil: tienen buena voluntad,
están contentos con nosotros, tie­
nen confianza, nos aprecian y
se van haciendo m ejores. De
cuando en cuando lleg a uno nue­
vo, siempre con una triste his­
toria de sufrimientos, miseria y
abandono. Las clases no basta­
ban para tenerlos ocupados por
lo que iniciam os una pequeña
industria según sus p osibilid a­
des. Así nació la panadería, una
fábrica de cuadernos y finalm en­
te una fábrica d e juguetes de
madera. íSi los vierais cómo dis­
frutan!

^^LA M A D R E ?
TE N D R IA
Q UE T E N E R L A ...^
Entre tantos muchachos los
hay d ifíciles y tam bién con his­

torias tristes en su corta vida.
He aquí algunos casos.
Una bienhechora nos mandó
un muchacho de 16 años. Se lla ­
ma Antonio: un carácter pésimo,
con peores costumbres. Un día
faltó gravem ente al respeto a
un superior. D ebido a sus ante­
cedentes, el director lo llamó a
su despacho y le dijo:
—ISe ve que quieres abando­
nar el colegio!
—Sí, IY ya sé donde ir! — res­
pondió descaradam ente.
£1 director escribe una nota
para la bienhechora y lo hace
acompañar a su casa. Como no
estaba en su dom icilio la criada
no quiso atenderle. Antonio lla ­
mó a varias puertas. Hacia el me­
diodía un interno avisó al di­
rector de que Antonio estaba en
un rincón del patio. El director
se hizo el desentendido. Hacia
las 15 horas otro le com unicó
qu e Antonio se encontraba en
el pórtico. El director no dijo
nada. H acia las 17 un tercero le
avisó de que A ntonio estaba a
la puerta de su despacho y de­
seaba hablarle. El director le re­
cib ió con bondad, pero con cier­
ta reserva. Entró, levantó los ojos
llenos de lágrimas y d ijo :

—Señor director, verdadera­
mente no tengo a nadie, pues
nadie me quiere. Permítame q u e­
darme en el colegio. !Verál...
Fue admitido nuevam ente y
realm ente demuestra qu e tiene
buena voluntad.
En el (D ía d e la Madre» les
permitimos que aquéllos que la
tienen vayan a visitarla y que
los otros pasen un día en casa
de familiares. Uno de los más p e­
queños está muy triste cerca de
la portería. El director lo v e:
¿Q u é hay de nuevo, Sergio,
por qué estás tan triste?
—ITodos se van a casa!
—¿ Y tú no quieres ir?
B ajó la cabeza como para llo­
rar, pero inesperadam ente la le ­
vantó con una hermosa sonrisa
y d ijo :
—^Yo ya estoy en mi casa.
Este m uchacho lo trajo la po­
licía : no ha conocido a sus p a ­
dres Y nunca hasta ahora nadie
le ha venido a visitar.
Otro, tam bién completamente
sólo en la vida, comete una fal­
ta más grave de lo ordinario y
le acompañan al director. Pasa­
dos algunos minutos de diálogo,

— 15

BELEM DO PARA.—«Doña María», la mamá Margarita del colegio,
cuya abnegada e inteligente labor ha captado el corazón de tantos
muchachos abandonados, recogidos por el P. Lorenzo.
Y y a en el cam po d e la c o n fi­
d en cia, el d irecto r le p re g u n ta :

—¿C onoces a tu padre?
—Lo he visto una vez, cuando
pasaba vendiendo helados y me
han dicho que era mi padre.
—¿Y tienes m adre?
— Debo tenerla...
—¿La quieres conocer?
—INol
—¿Por qué?
—Porque si ya murió no la llo­
ro, Y si está viva no la quiero
porque es mala.
El niño tiene 9 años.
Se ve claram ente por estas
anécdotas, que existe un vacio:
el de la madre, o al menos una
madre digna de ese nombre. Pre­
cisamente por esto el Padre Lo­
renzo pensó en fundar algo se­
m ejante para las niñas. iS i no
queremos —escribe— que los re­
sultados d e nuestro trabajo qu e­
den muy limitados, debemos pen­
sar paralelam ente en la educa­
ción de las muchachas. Sin eso
no podemos esperar una base
cristiana en la futura familia. Así
surgió la O bra de las Hijas de
M aría Auxiliadora. A nuestro
lado, con principios muy humil­
des, pero en proporciones cada
16



vez más vastas, han comenzado
a trabajar estas magníficas edu­
cadoras, que actualm ente se ven
rodeadas por más d e 500 m ucha­
chas. M e atrevo a afirmar que
su trabajo en el cam po fem eni­
no en ciertos aspectos, es más
necesario y más urgente que el
nuestro».

SiE M PR E HAY
UHA
M A M A MARRARITA
Parece cosa de la Providencia
que allí, donde surge una obra
social como la primera de Don
Bosco, aparezca la correspon­
diente émula de la madre de
Don Bosco.
Antes d e qu e llegaran las her­
manas teníamos ya nuestra iM amá M argarita». Es una señora
muy buena y sacrificada, madre
de tres oratorianos. Dirige la
marcha de la cocina y de la
despensa. Es un poco la ma­
dre de todos los muchachos in­
ternos Y h ace olvidar a muchos
la tristeza de no tener una ma­
dre. Prepara una comida espe­
cial a los enfermos y da trabajo
a los nuevos internos, que así

se sienten en seguida como en
su casa. Escucha al que se va a
desahogar, calm a a los que ve
alterados, apacigua dulcemente
a los rebeldes, com unica al di­
rector los inconvenientes, pero
siempre con bondad y pacien­
cia : luna auténtica madre!
Para muchachos como aqué­
llos se necesitaba verdaderam en­
te otra «Mamá M argarita». Na­
rra todavía una última anécdota:
Un niño de 10 años huyó de
su casa escondiéndose en una
ca ja de cebollas en el fondo de
una barca. Tras una semana de
navegar clandestinam ente, al lle­
gar a Belém, la policía lo arres­
tó y lo encerró en el reforma­
torio. Estuvo aquí dos años de­
bido a varios intentos de fuga
fracasados. Lo trajeron con los
otros a nuestra escuela. Estába­
mos contentos de su progreso,
pero inesperadam ente desapare­
ció. Se nos com unicó que había
ido a parar de nuevo a manos
de la policía y le mandaron al
reformatorio. A provechando una
excursión en barca de los jó v e ­
nes d el reformatorio, el niño se
lanzó al agua y a nado llegó
hasta la ciudad. Perm aneció es­
condido varios días sin que la
policía pudiera encontrarle. Pero
una tarde, demacrado y cansa­
do, apareció por nuestra porte­
ría. No hizo ni dijo nada de lo
que el evangelio nos d ice del
h ijo pródigo. Simplemente lanzó
sobre el director una larga mi­
rada, llena de vergüenza, de tris­
teza, y tam bién de astucia, como
d iciendo: «¿Me quiere todavía?»
El director, superado el estupor,
le respondió con una sonrisa con
la que le d ecía: «ISabes muy
b ien que ésta es tu casal Y lo
mandó con los otros».
No es de extrañar que ante es­
tos hechos el Padre Lorenzo sea
llamado el «Don Bosco de Paiá»
y que dos años seguidos haya
sido proclamado «el sacerdote
del año». Todos le conocen, to­
dos le aprecian y le ayudan, por­
que ha saneado aqu ella zona
suburbana y porque en él rev i­
v e el amor de Don Bosco hacia
los jó v en es más pobres y más
abandonados.

N O TIC IA R IO S A LE S IA N O M U N D IA L

RATBURI (Tailandia).—El obispo
Mons. Garretlo comenzó el año
de la ie bendiciendo 44 gruesos
cirios para cada uno de los 44
centros misioneros de su dióce*
sis. Cuando luzcan en sus res*
pectivas parroquias y capillas,
los fieles inmersos en un mundo
budista recordarán el don inesti­
mable de la fe que ilumina sus
almas.

CORUMBA (Brasil).— El primer
colegio salesiano de la ciudad
celebra su 50 aniversario con un
desfile de alumnos por las calles
de la población. Los gastadores,
con sus adornadas bicicletas y
sus banderines del Brasil, abren
la marcha.

O
LUBUMBASHI (Congo).—Qué fá­
cil resulta crear una orquesta en
el Congo. La muestra la tienen
en la foto tomada en la Ciudad
de los muchachos, bien conoci­
da de nuestros lectores, de Lnbnznbashi.


17

NOTICIARIO
SALESIANO
MUNDIAL
SAIGON-GO VAP (Vietnam).—Cuando la banda
del colegio salesiano pasa tocando marchas, las
primeras miradas son para este hermoso bajo.

COMODORO RtVADAVIA.—Mons. Peirou, gran Canciller de la Universidad de
San Juan Bosco, entrega los primeros dilomas a los primeros ingenieros que
an cursado y terminado sus estudios en
ella. Los títulos son reconocidos por el
Estado argentino.

E

MERCEDES (Chile).—El presidente Frei
visita la escuela agropecuaria salesiana

BADEN (Alemania).
Cartel que presidía
la reunión interna­
cional de prestidigi­
tadores, c e l e b r a d a
recientemente en la
ciudad.

MADRID.-»E1 misio­
nero salesiano, Padre
Mariano Uguet, con
la Venera de Plata
concedida por el go­
bierno e s p a ñ o l en
atención a su tecnnda obra misionera.

CAM PAÑA A N U A L : L A FE

NADIE INACTIVO - NADIE OCIOSO
I Crisío volviera hoy, sería un revolucio­
nario. Por eso iodo cristiano auténtico d e­
b e ser un comunista. Día vendrá en el
cual la lucha contra el capitalism o será
considerada como una cruzadai. Asi habló Douglas
Hyde, pastor protestante a sus iieles. D ejó el cris­
tianismo por el Partido Comunista.
De espíritu generoso le dolía ver a las masas
obreras oprimidas. El único cam ino v iab le que
tenia a su alcance estaba en el Comunismo. Y
esto a pesar de proceder de fam ilia burguesa,
protestantes y haber cursado los estudios u niver­
sitarios y seguir la vocación d e pastor con ansias
misioneras en la India.
Siendo director de una revista fue llamado para
servir más directam ente al Partido dentro de su
periódico, D aily W orker. La aceptación suponía
una disminución d e sus ingresos monetarios, no
obstante ni dudó un instante en aceptar. Por
encim a del dinero estaban los intereses de los
obreros. Dentro del am biente del periódico notó
un contraste muy bien remarcado entre la dirección,
redacción y los repartidores de periódicos. A estos
los admiraba por su generosidad y entrega. En
medio de los bombardeos de la última guerra
mundial, en Londres, pasaban de refugio en re­
fugio repartiendo la prensa del partido. Se ju g a­
ban la vida y algunos la perdieron. A los otros
les vela un tanto egoístas.
Después de veinte años de bregar por el
partido con mítines, conferencias, artículos de
prensa y alcanzar uno de los primeros pues­
tos dentro del comunismo inglés, todo se vino
a bajo. A quel idealismo de ayudar al obrero se
quebró. La realidad de la vida le demostró que
los dirigentes del partido estaban más por el
triunfo político de Rusia que por e l bien del
pueblo.
El individuo no importaba, aunque se tra­
tase de una de las primeras figuras d el partido
en Inglaterra como Springhall. Este fue acusado
por la policía do espionaje a favor de Rusia.
Para evitarse com plicaciones el comunismo lo
expulsó de su organización.
Su esposa, Carol, entusiasta del partido y elem en­
to activo, mientras escuchaban la radio cerró
diciendo con enfado:
—Ya estoy haría del v ie jo M olotov diciendo a
todo que no y estoy completam ente hastiada de
la conducta de Rusia desde el fin d e la guerra.
Las palabras no podían ser más insultantes,
salidas de la boca de un miembro del partido.
Douglas simuló enfado y le gritó a su vez:
—¡H ablas como L'Univers! ¿Q u é diablos piensas
h acer? ¿Es que quieres hacerte ca tó lica ? A l d e­
cirle estas palabras su corazón latía violen ta­
mente.

S

20



—ILo deseo!
Siguieron unos instantes de silencio y luego
le contestó:
—ITam bién yo quiero ser católico!
Los dos se desahogaron hablando de sus d e­
cepciones. Se instruyeron; el mismo día que sus
dos hijos recibían el bautismo, ellos se acercaban
a comulgar.
Douglas atribuye su conversión a la V irgen de
Fátima de la qu e había leído algo. V isitó su san­
tuario y posteriorm ente se d irigió a Roma. En
C astelgandolfo le recibió el Papa, Pío XII.
— i Santísimo Padre, cuánto mal he hecho a la
Iglesia y a la humanidad, pero desde ahora traba­
jaré por convertir al Catolicismo, al menos a cuan­
tos se extraviaron por mi culpa!
El Papa le abrazó. Guarda im borrable recuerdo
de estos instantes, pero sobre todo ha sido fiel
a su promesa. Para atraer a Cristo a una alma
no le han espantado ni las rejas de prisión com­
partida día y noche.
*

T

*

*

RAEMOS este testimonio de encuentro con
la fe para que nos sirva de reflexión so­
bre nuestras responsabilidades contraídas
con el bautismo. Somos cristianos, pero,
¿cuál es nuestra actitud ? ¿H ay quién al ver nues­
tras obras se d iga: iPero el cristianismo ¿es una
idea o es un hecho ?i
El Papa, Pablo VI, no se cansa de llamarnos,
de incitarnos a la acción. Son sus palabras:
iSabéis que este problem a de las relaciones en­
tre la Iglesia y el mundo vien e a incidir en la
con cien cia de todo fiel de la Iglesia con la formu­
lación de un principio qu e el C oncilio igualm ente
ha puesto en ev id en cia : el principio d el em peño
que apremia a lodo cristiano para que se inte­
rese en el apostolado, en cualquier forma de apos­
tolado, de tal modo que ningún miembro de la
Iglesia sea inactivo, ninguno ocioso, ninguno pa­
sivo. Y aquí terminamos nuestro discurso con
una afectuosa exhortación, que dirigimos pater­
nalm ente a cada uno de vosotros: debes ser cons­
ciente de este deber, de esta llamada, de este
honor qu e te ofrece, no tanto la Iglesia com o el
mismo Señor. Recuerda sus palabras en la célebreparábola de los viñadores: c¿Cómo estáis aqui
sin hacer labor todo el día?... Id tam bién vosotros
a mi viña> (Mí, 20, 6-7).
Sí, queridísimos hijos, Ihay tanto que trabajar
en la viña d e la Iglesia! Nos lo podemos decir
con conocim iento de causa. ¿N o queréis echar
una mano?
Es una llamada del Papa, ¿q u é hice por mi fe y
por la de mis herm anos? ¿Q u é v o y a hacer?

A N E C D O TAR IO DE DON BOSCO

UNA CAIDA INOPORTUNA
era un buen
estudiante. Q uería seguir
estudiando pero la es­
cu ela de su pueblo no
d aba para más. H abía oído ha­
b lar de Don Bosco, de su O ra­
torio, y de la seriedad de los
estudios, que en él se cursaban.
Por m ediación de su párroco
consiguió una plaza de interno
en el Oratorio.
Sólo le separaban los meses
de verano de su ilusión d e es­
tudiar en Turín. Una desgracia­
da caída desde un p ajar a los
adoquines del suelo le d ejó el
cuerpo molido, con una fractura
Y dos días sin recobrar el senti­
do. Su situación era gravísima.
Sólo después de cuarenta y ocho
horas, cuando le vieron reaccio­
nar sus fam iliares recobraron la
esperanza de que no le perde­
rían.
Poco a poco entró en franca
m ejoría, pero una terrible ame­
naza se proyectó sobre sus ilu­
siones de estudiante. Intentó re­
cordar algo de lo q u e había
aprendido en la escuela y no
podía. Parecía como si en esos
días de inconsciencia le hubie­
sen borrado de su mente todos
los conocim ientos.
Tomaba un libro y leía un pá­
rrafo. Cerraba los ojos e intenta­
b a recordar lo que acababa de
leer. Inútil, nada h abía quedado
grabado en la memoria. Ni si­
quiera mientras leía entendía el
contenido del libro.
Le expuso su desilusión al pá­
rroco. Este le animó:
—D ebes ir al Oratorio. A llí los
compañeros te ayudarán. Verás
com o recobrarás la memoria y
la in teligencia. Quizá sólo es
cuestión d e unos días.
Comenzaron las clases,- los
compañeros le ayudaban en lo­
do. £1 se pasaba horas y más
horas sobre los libros. Fijaba su

D

o m in g o

atención sin perder una sílaba
de las explicaciones de los pro­
fesores. ITodo inú til! Ni enten­
día ni se le grababa nada en
la memoria.
¿Q ué h acer? Su desconsuelo
aum entaba de día en día. Los
profesores iban d ejand o atrás,
por sabidas, las lecciones ya da­
das. Pero él no las sabía... ¿S e ­
guir ad elante? Pero si cada vez
se hacía más d ifícil. ¿La ayuda
d e los com pañeros? Sí, le habían
ayudado, pero ¿q u é podían h a­
cer por é l? Al verlos adelantar
se descorazonaba más y más. V i­
vía b ajo la constante pesadilla
de la tristeza/ se deshacía en
lágrimas...
Resultaba im posible aguantar
por más tiempo todo aquello. Se
fue en busca de Don Bosco. Lo
encontró en la sacristía:
—IDon Bosco, cúreme la ca ­
bezal
—Hijo, —le respondió el San­
to— quisiera darte un remedio
eficaz, pero... ¿H as recurrido a
M aría A u xiliad ora? ¿Has confia­
do tu mal a la bondad d el Se­
ñor Y a la protección d e la San­
tísima V irg en ?
—Sí que lo he hecho, con to­
das mis fuerzas.
—Ven, asiste a la santa Misa.
Luego hablaremos.
Al terminar le cond u jo ante el
altar de la V irgen y le reco­
mendó:
—Haz una novena rezando tres
padrenuestros, avem arias y glo­
rias a Jesú s Sacramentado y tres
salves con la jacu latoria: tM aria A uxiliadora de los cristianos,
rogad por nosotros>. Si curas de
tu mal atribúyelo a M aría A u xi­
liadora, Y por la g racia obtenida
darás una limosna para la ig le­
sia que se está construyendo en
su honor.
—^Las oraciones sí que las pue­
do rezar. Pero esto d e la limos­

na, será difícil, porque no tengo
dinero.
— No te preocupes por ello. Re­
zarás para que la V irgen inspire
a un devoto suyo que haga una
limosna para la iglesia en cons­
trucción. Además contarás e l fa­
vor alcanzado de la V irgen San­
tísima.
—Haré todo lo que me han di­
cho. Respondió lleno de confian­
za pensando en alcanzar la cu­
ración.
Le parecía que lodo estaba
arreglado. Pero, no. Por más que
rezaba y pedía oraciones a sus
compañeros y superiores conti­
nuaba con sus dolores inaguan­
tables de cabeza y la im posibi­
lidad de retener algo en la me­
moria seguía igual.
El último día de la novena no
pudo resistir más y se fue a Don
Bosco.
—¿Cómo estás Dom ingo? ¿Has
m ejorado?
— i Absolutamente nada! lEstoy mucho peor que antes!
He perdido la esperanza de
poderme curar.
—Pero Iquó chiqu illo eres!
¿Por qu é dudas? V e a rezar las
oraciones que te dije. Pon tu
confíanza nuevam ente en María
A uxiliadora y espera.
Cumplió lo ordenado por Don
Bosco Y se fue a dormir. M ien­
tras intentaba distraerse para no
pensar en su dolor, sin saber si
estaba despierto o dormido, le
pareció qu e una mano acariciaba
su cabeza llevándose todos sus
dolores.
— i Estoy curado!, d ijo para sí.
La em oción le quitó el sueño.
A la m añana siguiente, con la
adm iración de todos, respondió
a sus leccion es y realizó los tra­
b ajo s escolares con toda norma­
lidad. Las señales de su enfer­
medad desaparecieron com pleta­
mente para siempre.


21

DE N U E STR AS MISIONES

UNA PARROQUIA MISIONERA
nombre de Poxoreu
vien e del bororo: po,
agua y
xoreu, oscu­
ra, e indica el gran río
que nace dentro del territorio del
m unicipio de Poxoreu, lo atra­
viesa Y bañ a la ciudad a la que
da nombre.
Situado en el Mato Grosso, uno
de los 22 estados del Brasil, Po­
xoreu cuenta con 35.000 almas,
diseminadas en una extensión de
9.350 kilómetros cuadrados, algo
así como nuestra Navarra. La
ciudad tiene 6.000 habitantes y
es cabeza de partido; los salesianos rigen la parroquia que per­
ten ece a la Prelatura de Registro
do Araguaia.
La zona es en general monta­
ñosa con una altitud media de
400 metros sobre el n iv el del
mar. D escuellan sobre ella el
monte Araras y la punta de la
M esa con los Dos hermanos.
En el territorio abunda el oro,
los diamantes, las maderas finas
Y cuenta con una flora ex u b e­
rante Y una fauna d e lo más v a­
riada. A 60 kilómetros de la v illa
mana una fuente de agua calien­
te.
El clim a es templado, cálido
en la estación de las lluvias.
M illares d e palmas siempre v er­
des dominan las colinas y b a ­
ja n a extend erse por los valles.
Ríos Y torrentes forman en su
descenso cascadas pintorescas.

E

l

(empl
Hermosos ejem
plares capturados

en el Poxoreu.

22

1

i

j

Los más importantes son el río
das Moríes, e l Poxoreu y el río
Verm elho. Senderos, vericuetos
Y simples pistas llenas d e agu­
jeros Y tropiezos nos perm iten a
los misioneros atender a nues­
tros 19 centros y ocho capillas.
Dos carreteras estatales unen
Poxoreu con C uyabá, cap ital del
estado, y con G uiratinga, resi­
d encia del obispo salesiano, M.
Camilo Faresín. Como mínimo
son cin co horas de v ia je envu el­
tos en una densa polvareda du­
rante el tiempo seco y con el
barro hasta los tobillos durante
las lluvias. Pero así y todo da­
mos gracias a Dios porque aún
no están muy lejos los días de
v iaje interm inable a pie o a ca ­
ballo.
En el m unicipio hay instala­
das 85 escuelas primarias, dos
d e las cuales pertenecen a la pa­
rroquia Y una a las Hijas de M a­
ría Auxiliadora,- un instituto de
segunda enseñanza y una nor­
mal. Toda la instrucción es m ix­
ta Y gratuita.
Dos sacerdotes salesianos atien­
den las necesidades espiritua­
les Y temporales de sus feligreses ayudados por las Herma­
nas, las archicoírades de María
A uxiliadora, las Hijas de María
Y la Legión d e María.

IO S GARIMPEIROS

*

El treinta o cuarenta por cien
de nuestros feligreses son garimpeiros o sea buscadores de dia­
mantes. El diam ante lo encuen­
tran en e l lecho d e los ríos, o
en sus márgenes y a veces fue­
ra del agua en terreno seco. £1
trabajo del garimpeiro es ex te­
nuante Y sus ganancias no muy
lucidas porque debe pagar un
diez por ciento al propietario
del terreno y si busca en un
curso d e agua y a existente debe
añadir otro diez u otro v ein te;
si hay irdiltraciones de agua en
la mina le cuesta un v ein te por
ciento de lo que saque e l ser­
v icio de la bom ba extracíora.
Lo que queda se lo dividen en
partes iguales entre los socios
cuando trabajan juntos.
El garim peiro, a veces, hace

un contrato con una persona pu­
diente que le provee de instru­
mentos Y del saco, saco es la
comida y la red para dormir.
Liquidados los tantos por cien ­
to, ambos se reparten las ga­
nancias, pero si el garimpeiro
no saca nada, no paga el saco.
Casi siempre el garimpeiro
conduce una vida infrahumana.
Por casa una choza de p aja en
la que duermen sobre la red tres
o cuatro hom bres; si el garim­
peiro está casado, su ranchito
lo divide en tres p arles: un dor­
mitorio, la cocina y la sala de
estar, que llaman sala d e noche,
porque tam bién se aprovecha
para dormir. Y en ese espacio
tan b rev e v iv en en triste promis­
cuidad padre, madre, y dos, tres
o más hijos, cuando no se aña­
de algún pariente.
La gente come según el ren­
dimiento del garim po: mucho,
suficiente, poco o nada.
Un episodio q u e yo mismo pre­
sencié. Era en enero de este mis­
mo año. Me hallo escribiend o en
mi despacho cuando se asoma
la cab ecita de una niña de siete
u ocho años. Pide la bendición
como es costum bre en todo Bra­
sil.
—Dios te bendiga, pequeña,
¿q u é deseas?
—Dinero.
—ID inero! ¿Para qu é?
—Porque mi madre está mala.
—¿Q u é tiene tu madre?
i Hambre!
—Y ¿tú has com ido h oy?
—No he comido desde ayer
por la mañana.
—Y tu padre ¿e n qué trab aja?
—^Es garim peiro, pero e l nego­
cio ardió (quería d ecir que des­
pués de trabajar mucho no en­
contró nada y el comprador, que
le fiaba, h abía corlado el sumi­
nistro d e alimentos.)
—¿D ónd e está tu casa?
Me la señala h acia el sur de
la ciudad. Le d oy unas galletas.
Hablo con Don Pedro M elesi y
resolvem os ir a v er personalm en­
te la situación. Montamos en el
jeep . Llegamos. Un rancho todo
de paja, paredes y techo. Un
interior lim pio, ocho niños y la
madre. En la co cin a n i rastro de
alimentos. Son las tres d e la tar­

de Y ninguno ha probado boca­
do desde ayer.
Don Pedro vu elv e a casa por
provisiones qu e la Cáritas nos
envía. Les resolvem os el proble­
ma para algunos días. ¿ Y des­
pu és? A em pezar de nuevo, por­
que son muchos los que se ha­
llan en idénticas circustancias
Y no podemos llegar o lodo.

LOS AGRICULTORES
Entre nuestros parroquianos
h ay quien trabaja la tierra. Pero
como sus bisabuelos, sin abonar­
la, sin instrumentos modernos.
La tierra es fértil y produce con
abundancia arroz, alubias, algo­
dón, tabaco, plátanos, naranjas,
mangos, bananas, etc. La vid da
dos cosechas al año. Un campo
supone hallar un rincón del bos­
que libre, abatir los árboles se­
culares, construir una empaliza­
da en torno y además montar la
guardia día y noche para d e­
fenderlo del ganado, de los cier­
vos, de los jabalíes, de los pa­
pagayos Y de las hormigas, es­
pecialm ente de las cumpin, las
tem ibles hormigas blancas.
La vida del agricultor no es
mucho más fácil que la del ga­
rim peiro; es verdad que no pasa
hambre, pero su alimentación,
sin carne, a base de arroz y alu­
bias es deficiente. Su higiene es
d etestable: los puercos sueltos
se meten en los riachuelos de
agua potable y entran librem en­
te por la casa; carecen de toda
clase d e servicios incluso los
más primitivos. Las heces es­
parcidas por todas las partes
son el mejor am biente para la
m ultiplicación del gusano mi­
croscópico, que penetra a tra­
vés de la piel de los pies (y ellos
van siempre descalzos) en la
sangre y se fija en los intesti­
nos. Resultado: el famoso amareláo, una anemia mortal, que
h incha al atacado, le pone ama­
rillo, le d eja sin fuerzas y sin
ánimo, matándolo lentamente.
Un caso entre mil. Don Pedro
M elesi, entonces mi com pañe­
ro d e apostolado y hoy mi su­
cesor, al vo lv er de una visita
a un poblado d e los indios ho­
reros, entró en la choza de una

— 23

fam ilia proíestanle llegada po­
cos dias antes de Minas Gerais.
Seis niños. Sonia, la más alta,
tiene once años, rostro cada­
vérico, manos, vientre, pies y
piernas hinchadas. Se mueve
a duras penas. El padre se e x ­
p lica: iN o puedo curarla. He
gastado todo en el v iaje, en
comprar la casa y el terreno e
incluso he contraido deudas, i
—Si usted quiere —d ice Don
M elesi— nos ocuparemos de la
niña. Sonia irá al hospital de
C uyabá que cuenta con una sala
especialm ente preparada para
niños. Las Hijas d e M aría A u xi­
liadora tienen cuidados mater­
nales con ellos. Recom endare­
mos a Sonia a uno de los doc­
tores, gran amigo y bienhechor
nuestro al que en estos últimos
meses hemos enviado una trein­
tena de enfermos, casos deses­
perados, y él los ha curado a
casi todos.

—Lo haría con mucho gusto,
pero yo y mi fam ilia somos pro­
testantes.

brazos una gran muñeca, rega­
lo de la directora del hospital.

—Lo sé, pero tam bién sois her­
manos hijos de Dios como nos­
otros.

UN CRIMEN QUE NO ES
UNICO

Al día siguiente el padre y la
h ija acompañados por el misio­
nero emprenden el v ia je a Cu­
y abá: cinco horas bien peno­
sas para una enferma en tales
condiciones, tan penosas que
el conductor se ve obligado a
detener el coche varias veces
por que la niña agoniza.
A mediodía lleg a al hospital.
El doctor avisado con anticipa­
ción la aguarda. Sonia está lla­
mando a las puertas de la muer­
te. Siete meses de hospital, ventiuna transfusiones, medicam en­
tos eficaces y buena alim enta­
ción y todo por amor a Dios.
Y Sonia vu elve completam ente
restablecida llevando en sus

FLO R EC ILLAS
IS cristianos de Hridoypur habían tenido la de­
licadeza de invitarm e a
la fiesta de su aldea. Las
fiestas de estos pueblos son. te­
mibles porque no terminan nun­
ca.
Me sucedió como lo había su­
puesto que me darían las altas
horas de la noche en al poblado.
Eran las dos y media de la ma­
drugada Y no me d ejaban toda­
vía marcharme. Y sin em bargo
tenía un compromiso en la mi­
sión para la mañana siguiente
ineludible.
Poco antes de las tres me im­
puse, me despedi y partí a lo­
mos de mi vespa. En el silencio
de la noche el tubo de escape
cantaba rítm icam ente un poco
fatigada hay que confesarlo,
pues mi peso no es tan ligero y
llevaba además todo mi equipa­
je Y e l acordeón.
D ejé el camino principal, p o l­
voriento pero más seguro y me
interné por un atajo que atrave­
saba la selva. Un cam inito muy
interesante porque siempre de­
paraba alguna sorpresa/ una lie­
bre asustada, un chacal que no

M

24

Los iazendeiros forman la ter­
cera parle de nuestros feligreses.
Crían ganado y necesitan mucho
terreno, mucho pasto y lo con­
siguen destruyendo la floresta
para formar praderas. Entre ellos
los hay buenos cristianos que
v iv en en paz con sus vecinos.
Pero otros, pocos por fortuna,
aprovechan la ignorancia de los
campesinos para explotarlos y
saquearlos.
Un caso. Un fazendeiro de otro
estado, vendidas sus propias
posesiones, compra otros terre­
nos a 60 kilómetros de Poxoreu
y se traslada a ellos. Llega con
su ganado, llam a a un agrimen­
sor Y le h ace trazar un recinto
que inclu ye 2000 hectáreas de

M ISIO NERAS

Los
caprichos
de
una

quiere apartarse del medio por
mucho que la bocina repiquetae,
un pajarraco nocturno qu e pa­
sa rozando en vuelo como pro­
testa por haber alterado su caza.
Yo iba cantando al ritmo de
la vespa y... de mi miedo. No es
que me falte coraje, pero de no­
che Y en la selva todo coraje
es poco. Para colm o me vino de
pronto a la memoria que por
aquellos parajes precisam ente
una vez me salió un leopardo a
quien maté creyendo que era
un ja b a lí/ si lo llego a recono­
cer no sé que hubiera hecho.
Dios me ayudó una vez más
Y sin contratiempo salí de la sel­

va Y me v i en el cam ino que
atraviesa los arrozales. Eran las
tres Y media de la madrugada.
Para mi tranquilidad la luna
en su redonda plenitud había
salido Y me ilum inaba todo el
camino con esa belleza de luz
que solo en el O riente sabe d e­
rramar. Apreté el acelerador a
fondo Y me prometía una pron­
ta llegada a mi residencia misio­
nera.
Estaba en las afueras de Betbería, habitado por algunos cris­
tianos, cuando mi com pañera de
fatigas se paró de golpe. Y se
fue a parar en mitad del campo
a muchas millas de mi casa. Des­
monté Y puse en práctica todo
lo que mi p ericia m ecánica me
aco n sejab a: lim pié la bu jía, con­
trolé los contactos, los hilos...
todas las piezas una por una
estaban b ien pero todas juntas
no arrancaban. Probé una y otra
vez. En vano. Recurrí al cielo.
Tam bién en vano. La vespa h a­
bía decidido no echar a andar
Y se mantenía tiesa en su d eci­
sión irrevocable.
No tenia otra solución que
em pujarla hasta el poblado de

lierra más de las q u e le perlenecen. En aquella superficie
v iv en 50 fam ilias con sus peque­
ños campos Y sus pocos anima­
les domésiicos. M uy pobres, p e­
ro v iv en b ajo fecho propio con
su m ujer y sus hijos. Tras una
cam paña sicológica de intimi­
daciones Y frecuentes visitas de
hombres armados, disparos al
aire y amenazas de muerte,
consigue, m ediante engaño, una
sentencia jud icial contra tres in­
quilinos. Entonces con cin co po­
licías Y una docena d e hombres
a sueldo invade los domicilios
de aquella pobre gente, incen­
dia 21 casas y pone en fuga
h acia la floresta a 50 fam ilias:
ancianos, mujeres, madres en es­
tado, niños de pecho, enfermos,
todos son obligados a huir y
v iv ir al aire libre en los días
más fríos del año.
En cuanto lo supe corrí a ver
a un amigo y bienhechor, hoy

diputado esíalal, e l cual decidió
acudir inm ediatam ente a v er lo
sucedido. Partimos en un jeep.
No había exag eración : las casas
quemadas eran 21 y 50 las fami­
lias arrojadas a la selva. R eco­
mendamos a todos la calma y
decidim os visitar al cruel autor
del crim en. La cosa ten ía su
peligro porque en estas tierras
la gente aprende pronto que
solo se muere una vez.
Llegamos a la hacienda al caer
la noche. Nuestra conversación
fue agria, pero no desistimos.
Nos costó tres meses conseguir
que e l gobierno nos diera la
razón, pero al fin pudieron los
fazendeiros ocupar sus propie­
dades.
Otro caso análogo, que ame­
nazaba a 30 familias, se resolvió
gracias a nuestra oportuna inter­
vención cerca d el gobierno es­
tatal que en v ió un capitán con
varios números d e la policía

para mantener el orden y res­
tablecer e l statu quo.
No crean, sin em bargo, que
pasemos nuestra vida com ba­
tiendo contra el hambre o las
enfermedades o la injusticia.
Nuestro principal esfuerzo se
encam ina a erradicar la igno­
rancia m ediante la escuela, la
predicación, la calequesis y las
conferencias en el centro de se­
gunda enseñanza y en el club
de las madres.
Desde hace tiempo practica­
mos el diálogo deseado por el
Concilio. Respetamos a todos y
no excluim os a ninguno de
nuestro amor fraterno. Protes­
tantes, masones, espiritistas, ma­
los católicos, indiferentes e in­
cluso una media docena de
ateos declarados nos reciben
con gusto, especialm ente cuan­
do visitamos a los enfermos. El
Papa Ju a n se encontraría a gus­
to en nuestra parroquia.

Beíbería que estaba a unos cu an­
tos metros, d ejarla en casa de
algún cristiano y proseguir a
pie. Al día siguiente la transpor­
taría un carro de bu eyes con
vergüenza para la vespa, que
no para mí.
Y a lleg aba a las primeras cho­
zas de la aldea cuando oí voces
de hombres que decían:
—Vamos de prisa no sea que
se nos muera antes. Q uien sabe
si el Padre estará en casa.
Cuando salieron de entre los
árboles, me pareció reconocerles.
Efectivam ente eran cristianos.
Pablo fue el primero en verme.
—Padre, me dijo excitado,
¿q u ién le ha dicho qu e mi pa­
dre se estaba m uriendo? Venga,
ven ga en seguida antes que fa­
llezca.
— Sí, terció Lorenzo, tio M iguel
se está muriendo y ha pregun­
tado muchas v eces por usted.
Comprendí todo. A quellas po­
cas palabras habían sido sufi­
cientes para darme a entender
la situación de M iguel. Estaba
muy malo d e cuerpo y alma. Sí
tam bién d e alma. Estaba nada
menos qu e excom ulgado desde
h acía unos meses. La razón de
su excom unión había sido que

pese a todas las advertencias
h abía dado su consentim iento
para que su h ijo se casara aca­
tólicam ente. Y era una verdade­
ra lástima porque M iguel siem ­
pre había sido un cristiano ejem ­
plar. Nadie se ex p lica b a cóm o
había cedido a la tentación.
Me di prisa. E xtraje del equi­
paje los santos óleos que siem ­
pre llev o conmigo. D ejé en ma­
nos de Lorenzo la vespa y apre­
suradamente me encam iné hacia
la choza de M iguel en com pañía
de su hijo.
Me lo encontré en un estado
lastimoso. Había pillado el có ­
lera morbo por haber bebido
agua estancada mientras traba­
ja b a en el campo y estaba redu­
cido a las últimas. No ten ía fuer­
zas ni para abrir los ojos, tanto
menos para hablar. Sin embargo
cuando oyó qu e había llegado
el Padre trató de incorporarse.

Le ayudé a hacer una buena
confesión; le administré los san­
tos óleos, di comienzo a las ora­
ciones de los moribundos que
proseguí en presencia d e todos
los cristianos que fueron vinien ­
do uno a uno hasta que se dur­
mió M iguel en el Señor.
Di gracias a! Señor por haber­
me conducido hasta la ca b ece­
ra del moribundo por haberme
concedido el asegurar la salva­
ción de un alma en los últimos
momentos d e una manera tan
extrañ a; gracias a la vespa que
se había negado a proseguir su
cam ino. ILa primera vez en diez
años que me había conducido
perfectam ente por todos los ca­
minos de la misión!
En esto me asaltó un pensa­
m iento:
¿A v er si la vespa...? No me
atreví a acabar la frase.
M etí el pedal y el motor em­
pezó a trepidar suavem ente, rít­
micam ente. Su ruido apagó el de
los llantos d e los familiares de
M iguel.
Partió veloz. El sol salía y yo
corría con el alma mezclada de
tristeza y alegría. Y pensaba
¿n o se habrá parado porque un
Corazón tenía prisa?

—i A y Padre!, exclam ó h acien­
do un esfuerzo co n voz destro­
zada. Sabía que vendrías. He
sido malo, es cierto, en estos
últimos tiempos... Sin em bargo
siempre confié... en el Corazón
de Jesús... Hice los primeros vier­
nes siempre... hasta que... hasta
que...* Y se puso a llorar.

— 25

Gracias de María Auxiliadora
y de su Apóstol G. Juan Sosco
Tenía pocos días de vida

Vivíamos en una casa que se caía

S. Vicente déla H orts.—^Después de haber dado
a luz a nuestro primer hijo, un niño precioso, en
el año 1963, quedé algo mal debido a tener que
practicarme la cesárea, quedando ésta algo de­
fectuosa, y desde entonces con pequeñas moles­
tias. De nuevo, en julio del 66, un nuevo alumbra­
miento necesitó nueva intervención, después de
la cual nació una hljlta: desde entonces se fue­
ron acentuando las molestias que ya padecía,
hasta tal punto que tuve que guardar cama du­
rante tres meses. Mejoré; pude levantarme para
recaer cada quince días; así pasé 14 meses. En
dicho tiempo recurrimos a varios especialistas
sin resultado positivo, hasta que un gran gine­
cólogo: el Dr. Llasera diagnosticó que para mi
completa curación deberla intervenirme una vez
más, pero al estar mi cuerpo tan débil por los
antibióticos, altas temperaturas y sufrimientos,
comenzaron a darme unos ataques en los cuales
quedaba completamente paralizada funcionándo­
me tan sólo el corazón. El 29 de agosto se agra­
vó mi estado: ya no tomaba alimento; el médico
do cabecera dijo que de seguir así, era casi im­
posible que llegara para operarme el cinco de
septiembre. Mi familia, hacía dos días que había
empezando una novena con gran fe y conñanza,
cuando se presentó el Padre Director del Semi­
nario Salesiano y me impartió la Bendición de
Muría Auxiliadora, y cuál no sería nuestra ale­
gría al sentir, a los 45 minutos, un alivio tal, que
pedí de comer y ya no me volvieron los ataques.
Hoy, pasado un mes. de la intervención y en
franca mejoría, enviamos un donativo y manda­
mos publicar esta gracia tan grande para que
todos tengamos plena confianza en tan buena
Madre. Gracias, Virgenclta Auxiliadora, te da
este matrimonio que te está eternamente agra­
decido. F. Jiííidiiri' e Isabel Casas.

Aaiún, Sahara.— Deseo publicar esta gracia que
me fue concedida por la Santísima Virgen María
Auxiliadora. Vivíamos en una casa muy mala,
que se caía toda, pues es vieja y nos era impo­
sible encontrar otra. Nos enteramos de una que
quedaba libre, pero más de 30 personas estaban
detrás de ella. Le pedí a María Auxiliadora que
si nos la concedían a nosotros mandaría una li­
mosna y publicaría la gracia. Hoy ya estamos
en ella y cumplo mi promesa. P. P. B.

Me abrió camino en la vida
SfiHlíioir ía Mayor. Después de ocho años de
colocación, mi madre, a consecuencia de una
fractura, en la pierna, se vio obligada a aban­
donarla. no pudlendo yo reemplazarla, como
era mi deseo, viéndonos por ello en situación
apurada.
Acudí en estas circunstancias a María Auxilia­
dora y ella me abrió camino en la vida, por lo que
publico la gracia y doy una limosna. Pepita Cutiño.

26



Ha sido verdadero auxilio
«Siempre tuve a María como a verdadera ma­
dre nuestra. Pero desde que mi hijo entró en los
salesianos, la venero y la amo con más fervor,
bajo la advocación de «M aría Auxiliadora», por­
que ella ha sido verdaderamente para mí y para
mis hijos el verdadero auxilio.
Después de haber perdido a mi marido a los
cuatro años de casada, en mi hogar faltó el apo­
yo físico y sobre todo el apoyo moral por el que
tanto he sufrido. Hoy mis hijos son mayores y
gracias a María Auxiliadora, bien colocados; pero
no sin antes haber pasado por el camino de las
dlflcultades: mi hijo mayor se vio sin trabajo,
sin piso y lejos de su mujer e hijos. El otro sufrió
una operación delicada poco antes de su ordena­
ción sacerdotal. Ahora se encuentran felices y
satisfechos.
A la hija la premió con la caridad de unos tíos
y sobre todo con la felicidad de un hogar ver­
daderamente excepcional.
El gozo de todos ellos es el mío, el que me dio
María Auxiliadora a quien doy tantísimas gra­
cias, enviando una limosna para que su culto se
propague por doquiera.» R. Arconada.

Sometido a segunda operación
Mi hijo Carlos, estudiante, de 17 años, se esta­
ba entrenando el pasado 29 de enero para una
competición de esquí, cuando perdió el equilibrio
y fue a dar contra unos árboles a gran velocidad.
Sus compañeros lo recogieron rápidamente y lo
sacaron de la pista. A poco comenzó a dolerle
fuertemente la cabeza, los ojos se le nublaron y
perdió el sentido del equilibrio.
Transportado en seguida a Turín llegó a la
clínica entrada la noche en estado de coma y con
toda la parte derecha paralizada, en donde le ope-

raron con urgencia de hematoma endocránico. El
diagnóstico era grave y m i hijo permanecía dia y
noche en estado de semiinconsciencia. A l tercer
día empeoró alai-mantemente. En poco tiempo
perdió el conocimiento y una nueva parálisis le
afectaba el cuerpo. Otra vez a toda prisa fue so­
metido a segunda operación del cráneo durante
cinco horas. Mi marido y yo confiábamos, a pesar
de la gravedad extrema, que nuestro Carlos se
curaría, pues habíamos recurrido a San Juan Bosco y a María Auxiliadora precisamente el día de
su fiesta 31 de enero. Cuando se tiene tanta con­
fianza en el auxilio divino forzosamente se con­
sigue lo que se pide y nosotros conseguimos la

gracia completa. Nuestro hijo salió de la clínica
enteramente curado, sin defecto ninguno y nor­
malísimo como si nada hubiera sucedido.
A los dos meses del incidente reanudó sus estu­
dios con gran aplicación y su vida se desenvuelve
igual que antes. Aun cuando reconocemos que
los doctores se han portado con él maravillosa­
mente no obstante reconocemos que sin la ayuda
divina hubiera sido imposible una curación tan
perfecta. De corazón agradecemos a Mai'ía Auxi­
liadora y a Don Bosco su protección sobre nues­
tro hijo que siempre fue devoto de ambos y les
suplicamos que sigan protegiéndolo. Rosita A llorio.

Otros corazones agradecidos
Salamanca.— Habiendo venido mi marido de
Francia, y no teniendo buscado ningún empleo
aquí, pues hay poca industria, encomendamos en
seguida nuestro grave asunto a la Auxiliadora,
seguros de que nc« atendería. Fuimos probando
en algunos sitios, y al mismo tiempo procurando
buscar otros empleos más productivos, según
nuestras necesidades, que no son pequeñas. A c ­
tualmente se encuentra en un trabajo bastante
discreto, por lo que damos gracias a María Auxi­
liadora, mandamos una limosna y deseamos se
publique en el Boletín. Isabel Sánchez Campo.
AdaTiero.— Por una grracia recibida de María
Auxiliadora y con la plena confianza de alcanzar
otras envío una limosna para las Obras Salesianas y una misa en acción de gracias a tan buena
Madre, pues todo lo que he pedido me lo ha con­
cedido. Dolores Sanz.
Barcelona.— Doy gracias a nuestra buena Ma­
dre María Auxiliadora y envío una limosna para
las Obras Salesianas como prometí, si la radio­
grafía de la pierna, que tenía enferma mi esposo,
daba un resultado satisfactorio. Invocamos de
nuevo su auxilio en la enfermedad que le aqueja,
ya que solamente Ella con su milagrosa interce­
sión puede curarlo. Invito a los que sufren a re­
currir a tan excelsa Mediadora y no quedarán
defraudados. J. Romeu de Simó.
Andorra.— Una noche me desperté al oír que
mi madre se quejaba de dolor de cabeza. Me asus­
té e invoqué a María Auxiliadora prometiéndole
que si mejoraba publicaría la gracia en el Bole­
tín. Una devota.
Madrid.—Teniendo que sufrir mi hijo una ope­
ración delicada, acudí a María Auxiliadora, ha­
ciendo la novena recomendada por Don Bosco,
todo salió bien. Cumplo lo prometido publicando
la gracia conseguida y entrego la limosna ofreci­
da. L . G.
Zaragoza.— Por un favor concedido de María
Auxiliadora, envío una limosna para el culto de
tan buena Madre y deseo se publique en el Bole­
tín Salesiano para animar a sus devotos a acudir
a Ella en ios momentos de apuro. Romana Caste­
llanos.
Zamora.— Agradecida a María Auxiliadora por
un favor que me ha concedido al verse realizado

los sueños de mi vida por tener un niño, envío una
limosna para su culto agradecida a tan señalado
favor. Gracias Madre Auxiliadora. Angela Carne­
ro Helena.
Valdeverdeja.— Envío una limosna en agradeci­
miento de un favor pedido a la Santísima Virgen
Auxiliadora, el cual me ha sido concedido. Por
tanto doy gracias a María Auxiliadora y espero
se publique en el Boletín. Longino Soria.
Santiago de Compostela.— Gracias sean dadas
al glorioso San Juan Bosco, pues por su interce­
sión mi hijo pudo encontrar un piso. Cumpliendo
mi promesa mando una limosna para las Misiones
Salesianas. María Camps de Paz Infante.
La Coruña.— En un trance apurado recurrí a
María Auxiliadora y habiendo sido escuchacha,
envío una limosna en acción de gracias. María
Esther.
Astudillo.— P or un favor recibido de nuestra
buena Madre, María Auxiliadora, agradecida man­
do celebrar una misa, envío una limosna y deseo
se publique en el Boletín Salesiano. Dolores Duque.
Huesca.— ^Doy infinitas gracias a María Auxi­
liadora y a Domingo Savio por haberme curado
de una enfermedad y mando una limosna. M. C. L.
Reinosa.— Doy gracias a María Auxiliadora por
haberme ayudado a aprobar unas oposiciones.
Mando una limosna y publico la gracia, según
prometí. Ai. Antonia Gutiérrez.
Orense.— Doy gracias y envío una limosna por
un favor obtenido para un niño que aprobó un exa­
men difícil. Camila Nóvoa.
Navarredonda.— Envío una limosna en acción
de gracias a María Auxiliadora por haber salido
mis hijos bien de sus exámenes. Y actualmente
le pido otra gracia que necesito. Agradecida por
este favor deseo se publique en el Boletín. Elena
Parabato.
Orense.— Deseo se publique en el Boletín la gra­
cia de haber aprobado una asignatura por media­
ción de María Auxiliadora. Aconsejo a todos los
que estudian y desean conseguir alguna gracia,
recurran a tan buena Madre. Envío una limosna
para su culto. J. L.

— 27

Mallorca.— Agradecida a María Auxiliadora por
varios favores recibidos cumplo mi promesa en­
viando una limosna para las Obras Salesianas y
deseo se publique en el Boletín. M. J. C.

Madre doy rendidas gracias a María Auxiliadora
y envío una limosna para su culto. Tránsito
Blanco.

T

Pozohlanco.—Por dos favores recibidos de Ma­
ría Auxiliadora y San Juan Bosco muy agradeci­
da le doy las gracias y envío una limosna. V. C.
Orense.— Encontrándome en unas ocasiones bas­
tante triste imploré a María Auxiliadora y a San
Juan Bosco, que intercedieran ante Dios por mí.
Acudí también a la ermita de santa Marina.
Comprendí que estaba enfermo mental, aún no
me encuentro bien, pero tengo confianza de que
curaré por su intercesión. Ruego que recen por
mí. Envío un donativo y ruego publiquen mi pe­
tición. Un devoto.
Zamora.---Pov favores recibidos de tan buena

W

n v o r e s

Dan gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco y envían una limosna
Benedicta Gonzalo, de Peñafiel; Soledad de la
Fuente, de Carabanchel Alto; María Olga; de Teror; Teresa Solá, de Barcelona; Antonia Gutié­
rrez, de Reinosa; Cesárea Gonzalo, de Trabanca;
Dolores Senent, Cooperadora; Guadalupe Ferreiro, de Madrid; Mariana Rodríguez, de Zamora;
Carmen Garda, de Fílente Dueñas; Un antiguo
alumno, de La Palma del Condado; María de Ro­
dríguez; N . N.

y

G r tB c ig B S

A e

MMoñiB M Poroten d e C h o p it e a
C o o p erad o ra

Le atormentaba la deuda
Barcelona.— Un empleado de comercio, por cau­
sa de las enfermedades de sus hijos se habla ido
retrasando en materia de intereses, tanto que
tuvo que pedir a su jefe que le adelantara una
respetable cantidad para salir del apuro. Le ator­
mentaba esta deuda, cuando se le ocurrió, inspi­
rado por el cielo, acudir a la protección de Doña
Dorotea, la cual, cuando vivía solía sacar de apu­
ro a tanta gente necesitada, y de la que ya habla
recibido alguna otra gracia. Y esta vez tampoco
se hizo esperar la intervención de su protectora,
porque antes de terminar la novena se presentó
en su casa una señora amiga y le dijo: — En la
distribución que suelo hacer de limosnas, me he
acordado do vosotros. He pensado que con tantos
enfermos como habéis tenido este año, vuestros
gastos habrán sido muchos. Y diciendo esto, le
entregó uji sobro con la cantidad exacta que de­
bía devolver a su principal. N. P.

S o fo s ta n n

letín Informativo de la Sierva de Dios Dorotea
de Chopitea. Inmediatamente me encomendé a
ella, en vista de las numerosas gracias que obtie­
ne para sus devotos, y comencé una novena. A
los dos días de comenzada se me resolvieron to­
das las cosas con claridad y feliz éxito. Sufrí una
operación quirúrgica y he quedado completamen­
te restablecida. Y como prometí, envío una limos­
na para su Causa de Beatificación, rogándole pu­
blique la gracia en el Boletín. Teresa Monforte.
Pucrtollano. —Doy gracias a Doña Dorotea de
Chopitea por un favor muy especial que me con­
cedió y en agradecimiento entrego una limosna
para las Obras Salesianas. E. R.
Aguilas.— Mando una limosna para la causa de
Beatificación de Doña Dorotea por haber salido
un nieto mío bien en los exámenes, cosa que creía
yo bastante dudosa, áf. Afompd.

Dan también gracias a D.^ Dorotea de Chopitea
y mandan una limosna

Gravemente enferma
Zampona.— Me encontraba gravemente enfer­
ma. y sin ver solución por ninguna parte. Afortu­
nadamente cayó en mis manos una hojita del Bo­

28



Pilar Velázquez, de Las Palmas; Natividad N aharro, de Madrid: Antonia Téruel de Benavides,
de Posadas; Dolores Senent, Cooperadora Salesiana.

G r a c ia s y fa v o r e s de n u e s tro s S a n to s
Adahuesca (Huesca).— Por varios favores obte­
nidos del mártir Salesiano Rvdo. Don José Bonet
Hadal, envío para su Causa de Beatificación xma
limosna. Isabel Supervía.
Picasent (Valencia).— Agradecidos a los favo­
res que continuamente nos dispensa el mártir Sale­
siano Rvdo. Boíl Juan M artorell, envían una li­
mosna para ayudar a la Causa de Beatificación:
Mercedes M artorell, Cristóbal M artorell y Señora,
Paquita Silla, Lolita M artorell, Carmen M artorell
y Bautista Medina.

(Viene de la página 7)
líanos, que han comprendido cu ál es su misión
aposíólica en e l mundo d e hoy Y cu ál su aporta­
ción al crecim iento del n ivel material, moral y
espiritual de los pueblos y cómo su actitud trente
a los hombres es de servicio.
A pesar de ello son pocos, poquísim os; serían
necesarios los 500 millones de católicos. Mientras
sean tan escasos los cristianos comprometidos, en
com paración con las ingentes necesidades, la
desproporción hará im posible toda solución. Hu­
manamente hablando no h ay solución.
¿N os quedaremos co n esta im presión pesim ista?
No, Y quedó bien patente en e l Congreso. Los cris­
tianos tenemos un recurso qu e lleg a tanto más
lejos cuanto mayores son su insuíiciencia y la
necesid ad: nuestra fe. <Si esto es im posible al
hombre, todo es posible a Dios». Como d ijo Pa­
blo V I a Je a n G uitton: iLa íe d ice al hombre que
no d ebe contar en sus solas fuerzas para realizar
su destino y que una fuerza poderosa, una fuerza
paterna y dulce puede intervenir en el curso de
los acontecim ientos decisivos qu e le conciernen
(e incluso haciendo un milagro si llegáram os a
caer tan b ajo qu e sólo una intervención visible
de Dios fuera capaz de salvar en el últim o mo­
mento a esta humanidad tan querida al corazón
de Dios).
Esta íe, v isib le a lo largo d el Congreso, mani­
festada en una liturgia vivid a por todos los con­
gresistas, tanto que un observador protestante
señaló que había sido lo que más le había impre­
sionado del Congreso, hizo aflorar más de una
vez la esperanza de un nuevo Pentecostés próxi­
mo sobre la Ig lesia y especialm ente sobre el laicado católico y comprometido.
Hoy, a la distancia d e unas semanas del III Con­
greso M undial, una impresión me domina sobre
todas, la he indicado, pero insisto: Los seglares
quieren trabajar por C risto en favor de los hom­
bres. Estamos volviend o a la edad d e oro de los
primeros cristianos, cuando todos juntos: Apósto­
les Y fíeles tenían como mayor am bición renovar
el mundo con la difusión d e la doctrina y caridad
d e Cristo.

Salamanca.— Para la Causa del mártir Sale­
siano Don Julián Rodriguee, varias personas a g ^ decidas, envían una linaosna.
Barcelona.— Bon Luis Bsplitosa envía una li­
mosna para la Causa de Beatificación del mártir
Salesiano Bo»i Julio Junyer, agradecido a favores
recibidos.
Monzón (Huesca). -D o n Aurelio Moreno, para
la Beatificación de los Mártires Salesianos.

Roguemos
por
difuntas
Don Heliodoro V elasco Huertas
en Béjar, el 7 de
junio. Su amor a la Congregación Salesiana ra­
y ab a a gran altura. Defendió e l C olegio de Béjar
con riesgo de su vida los tristes días de la re­
volución. Era un apóstol seglar en todo el sen­
tido de la palabra sirviendo en puestos de res­
ponsabilidad a la Iglesia en la A cción Católica,
en la adoración nocturna, en los antiguos alum­
nos salesianos y finalm ente en los cooperadores
salesianos. Era un auténtico salesiano en el
mundo y su hogar una casa salesiana más.
Don Francisco Luis M enayo ^ en Sanlücar la Ma­
yor, el 17 d e agosto. Este entusiasta cooperador,
joven, de 21 años, ha ligado su nombre a la
fundación del Centro de Sanlúcar y a las demás
actividades salesianas. Su amor a M aría A u xilia­
dora más que devoción constituía una obsesión.
Siempre dispuesto, incondicional a lodo trabajo
salesiano fue un ejem plo y lo seguirá siendo
para los cooperadores de su ciudad.
Roguemos tam bién por los cooperadores difun­
tos: Don Andrés Bonifacio y Doña Pabla M on­
tañés, del Centro de la Almunia de Doña Godina; Don Jo sé Puig A regall, del Centro de
A lella Y por Don M arceliano Mateos M artín, pa­
dre del llorado Don A ngel Mateos, delegado
inspectorial que fue de los cooperadores de
Córdoba.
Por éstos Y por todos los cooperadores, salesia­
nos e h ijas de M aría A uxiliadora difuntos e le ­
vem os preces al Señor y apliquém osles nues­
tros sufragios.

— 29

^ecas fim d sostenimiento ^
formación d«eocaciones
«E l mejor premio que Dios concede a una familia es un hijo sacerdote.» (Don Sosco.)
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P. Provincia: P.< San Juan Bosco, 74 - Barcelona-17
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B eca «S. Jo s é Obrero*. (Ind ustrlales-Santand er). T .: 10.000
B eca «M aría Auxiliadora». (Arch. San tand er). T .: 6.000 pts.
B eca «S. Paulino». Baracaldo. T o ta l: 23.000 pts.
B eca «E. D. Caprani». B aracaldo. T o ta l: 6.000 pts.
B eca «D. J . Santos». D eusto. T o ta l: 17.000 pts.
B eca « Jesú s Aznar». Prom ovida por D oña M aría Salm erón
Vda. de Aznar. T o ta l: 7.000 pts.
B eca «Coadjutor don Pedro M artínez»: 100.000 pesetas.

IN S PE C T O R IA DE CORDOBA
P. Provincial: Calle María Auxiliadora, 14 • Córdoba
BEC A S COM PLETA S
B eca « J. M. M anfredini». Granada. N. e .: 33.000. T . : 100.000.
B EC A S E N FORM ACION
B eca «M aría Auxiliadora». Málaga. N. e .: 3.000. T . : 18.300.
B eca«Fam ilia Ansorena». N. e .: 2.000 pts. T o ta l: 19.000 pts.
B eca «M.8 Aux.» F am ilia Gómez B riasco. N. e .: 5.000 pts.
T o ta l: 39.000 pts.
B eca «Ntra. Sra. del Carmen». Pozoblanco. N. e .: 10.000 pts.
T o ta l: 36.000 pts.
B eca «Cías. Juventud Salesiana». L a Orotave. T . ; 40.000
B eca «Escuelas Externas». M ontilla. T o ta l; 6.000 pts.
B eca «Don Antonio Espinosa». T enerife. T . : 42.800 ptas.
B eca «Santa Cruz de Tenerife». Tenerife. T . ; 32.000 ptas.
B eca cSto. Domingo Savio». Cías. T enerife. T . : 21.000 ptas.
B eca «Virgen del Pino». T ero r. T o ta l: 47.000 pts.
B eca «Fam ilia A tllio Ley». L as P alm as. T o ta l: 1.500 pts.
B eca «Fam ilia N aranjo». L as Palm as. T o ta l: 2.900 pts.
B eca «Fam ilia Lago». L a s P alm as. T o ta l; 4.800 pts.
B eca «F am ilia E . de Chacón Hdez.» L as P alm as. T . 6.100.
B eca «Fam ilia T orre». L a s P alm as. T o ta l: 3.^)0 pts.
B eca «Fam ilia Feo. León Navarro». L a s P alm as. T .: 2.900.
B eca «Fam ilia L a ra Padin». L a s P alm as. T o ta l; 5.100 pts.
B eca «Sto. Domingo Savio». Cías. L as Palm as. T . : 30.800.
B eca «Juan X X III» . Montilla. T o ta l; 14.350 pts.
B eca «M aría Aux.» Cooperadores. A ntcquera. T . : 6.500 pts.
B eca «S. Ju a n Bosco». Lopera (Ja é n ). T o ta l: 20.000 pts.
B eca «Fam ilia Hoyos González». T o ta l; 71.833 pts.
Boca «F am ilia E sp ejo Gómez». Montilla. T o ta l; 12.000 pts.
B eca «Domingo Savio». Cias. R eligiosas del Colegio Santa
T eresa. T o ta l: 4.700 pts.
B eca «D. Salvador R osés*. Ronda. T o ta l; 99.000 pts.
B eca «Fam ilia Muñoz». T o ta l: 18.000 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». Antonio Ro>'án. T o tal; 25.200 pts.
B eca perpetua «T roya Gozálvez». Ubeda. T o ta l: 24.000 ptsB eca «Ntra. S ra. de (Tonsolación*. Torredonjim eno. T .: 20.000
B eca «F am ilia Franchis». L e s P alm as l.B e .: ftOO pts.
B eca «Virgen del Pino». L a s P alm as l.B e .: 1.000 pts.
B eca «D. B ernardo López Baena». Córdoba. T .: 12.000 pts.
B eca «Baldom ero P agán *. T o ta l: 16.000 pts.
B eca «P u ra Bermúdez». Málaga. T o ta l: 26.000 ptsB eca «Santa Isabel». Granada. T o tal: 34.000 pts.
B eca «Sto. Dgo. Savio». Cias. R elig iosas. Ronda. T . : 13.000.
B eca «S. Jo s é y N tra. Sra. M onserrst». Granada. T . : 18.200.
B eca «U trera Deherves». Córdoba. T o ta l: 10.000 pts.
B eca «Nicolás Rodrigues». L a s P alm as. T o ta l: 2.100 pts.
B eca «San Jo sé». Pozoblanco. T o ta l: 4.000 pts.
B eca «Santa Teresa». Granada. T o ta l: 16.150 pts.
B eca «Moisés Redondo Tirado», Pozoblanco. Promovida
por D. Jo s é Fernández. T o ta l; 40.000 pts.
B eca «San R afael». Górdoba. T o ta l: 17.737 pts.
B eca «San Miguel». Montilla. T o ta l: 21.300 pts.
B eca «Manuel Hernández». L as P alm as. T o ta l; 6.000 pts
B eca «P . S an ta (?atalina>. 2.B L a s P alm as. T o ta l: 1.000 pts.
B eca «S. Ju a n B au tista». Córdoba. T o ta l: IS.CIOO pts.
B eca «Ntra. S ra. de Luna». Pozoblanco. T o ta l: 25.000 pts.

B eca cM arla Auxiliadora». Pozoblanco. T o ta l: 50.000 pts
B eca «D. SebasTian M aría Pastor». T o ta l: 4.016 pts.
B eca «R afael Moure Ríos». Córdoba. T o ta l; 8.750 pts.
B eca «D. Vicente R eyes». Córdoba. T o ta l: 2.200 pts.
B eca «N. Rodríguez». L a s P alm as. T o ta l: 2.100 pts.
B eca «Sra. F . Peña». M álaga. T o ta l: 12.000 pts.
B eca «M ontilla». Montüla. T o ta l: 25.000 pts.
B e ca «F am ilia V argas». Ronda. T o ta l: 10.000 pts.
B eca «Doña Marta». L a s P alm as. T o ta l: 3.700 pts.
B e ca «Sagrado Corazón de Jesú s». L a s P alm as. T o tal:
23.862 pts.
B eca «Manuel Moreno*. L a s P alm as. T o ta l; 1.500 pts.
B eca «M ártires de Pozoblanco». T o ta l: 8.725 pts.
B eca «Matrimonio CLM -SCB». M álaga. T o ta l: 46.060 pts.

IN S P E C T O R IA DE M AD R ID - «B E S A M A »
P. Provincial: Paseo del General Primo de Rivera, 25
Madrid <5) . Telé!. 227 56 91
Recordam os a todos los participantes en B S S A M A las
tres categorías de Becas Com pletas.’
— Beca O R D I N A R I A : 60.000 pesetas.
— Beca M A Y O R : 100.000 pesetas.
— Beca P E R P E T U A : SSO.OOO pesetas.
Siem pre pueden enviar cíonativos para ir completando
las becas ^ B E SA M A *.

BECA S COM PLETA S
B eca «Virgen del Carmen y de las Animas del P urgatorio».
N. e .: 10.000 pts. T o ta l; 50.000 pts.
B eca «Besam a» I I . D onativos; Un Coop., 3.500; N. N.. 2.500;
Jim énez-A rnáu, 1.500. T o ta l: 50.938 pts.
BEC A S EN FORM ACION
B eca «D.3 Mercedes Cruzado». N. e .: 3.000. T o ta l: 15.000 pts.
B e ca «Sto. Domingo Savio». C.9 M .i Aux.-Atocha. Fam ilia
Cestero. N. e .: 5.000 pts. T o ta l: 16.000 pts.
B eca «Arcb. M.5 Aux.» P .S E xtrem . N. e .: 2.000. T . : 15.000.
B eca «S£in Ricardo». T o ta l: 5.000 pts.
B eca «D. F é lix Gzlez.» F am . Pardo. N. e .; 1.500. T .: 21.500.
B eca «M.a Auxiliadora» I I . Atocha. Vda. Velayos. 300: F a ­
m ilia Cestero, 4.000. T o ta l; 34.325 pts.
B e ca «Fam ilia D. Antonio Miranda, salesiano». T . : 15.000.
B eca M ayor «V. S.» P .S Extrem ad ura. T o ta l: 50.000 pts.
B eca «Jo se fa A. Roldán y Fam ilia». T o ta l: 30.600 pts.
B e ca «Fam ilia Mesonero Rodríguez». T o ta l: 11.000 pts.
B eca «Padre Esteban ». AA. AA. Palom a. T o ta l: 19.305 pts.
B eca «Casim iro Ram iro». A. A. Atocha. T o ta l: 30.000 pts.
B e ca «M. A. L .» T o ta l: 18.000 pts.
B e ca «M aría Auxiliadora». Salam anca. T o ta l: 16.300 pts.
B eca «Don Ju an ». IT. T o ta l: 10.000 pts.
B e ca «S. E stanislao». F a m ilia López Alvarez. Saleimanca.
T o ta l: 80.000 pts.
B eca «E l Coadjutor Salesiano». Cías. Palom a. T . : 40.000 pts.
B e ca Mayor «Nuestros M ártires». General López de Letona.
T o ta l: 60.000 pts.
B eca «D. R ig in io Arce», para Coadjutor Salesiano. T . : 26.000
B eca «S. F ra n cisco de Sales». E strech o. T o ta l: 9.645 pts.
B eca «Padre E steban». AA. AA. Palom a. T o ta l: 9.800 pts.
B eca «Vda. Casanovas». T o ta l: 5.000 pts.
B eca «Sánchez B lanco». I I . T o ta l: 6 000 pts.
B eca « F . de B .». B é ja r . T o ta l; 25.000 pts.
B eca «Doña Dorotea». Madrid-Don Bosco. T o ta l; 20.000 pts.
B eca «Vda. de Pujadas». T o ta l: 12.000 pts.
B e ca «Centro Juvenil». P .8 Extrem ad ura. T o ta l; 13.600 pts.
B e ca «Ntra, S ra . de las A ngustias». Arévalo». T . : 26.500 pts.
B eca M ayor «Sta. T e re sa y S . Vicente». T o ta l; 98.000 pts.
B eca «Ntra Sra . del Carm en y S . Lucas». T o ta l: 24.000 pts.
B eca «Doña Carmen Olalla». T o ta l: 35.000 pts.
B eca «Manuel Nicolás». T o ta l: 10.000 pts.

IN S PE C T O R IA DE S E V IL L A - «B E S A S E »
P. Provincial: Calle María AnxUtadora 18 - Sevilla
Teléfs. 35 04 86 . 35 01 00
BEX:AS e n FORM ACION
B e ca «M ártires Salesianos de Morón». Morón. 1.® e .: 1.816.
B e ca «Corpus Christi». J . Quintana. Sevilla. N. e .: 100 pe­
setas. T o ta l; 9.930 pts.
B e ca «M.S A u iil.» por A. R ., Sev. N. e .: 500. T .: 4.500 pts.
B e ca «N tra. S ra . Sgdo. Corazón». Morón. T o ta l: 20.000 pts.
B eca «Stella M aris». Huelva. T o ta l: 28.100 pts.
B e ca «Colegio Salesiano». E d ja . T o ta l: 26.500 pts.
B eca «Virgen V ictoria». M érida. T otal: 55.500 pts.
B e c a «en em en te G uede». C ád iz. T o ta l-

B eca
B eca
B e ca
B e ca
B e ca
B eca
B eca

6.775 p ts.

^ a n t o Domingo Savin». E id ja. T o ta l: 23.000 pts.
«Colegio Salesiano». Sevilla. P "! A. R , ’ .OOO pts.
«Ntra. S ra . del R osario».
?'o ta l: l«.U00 nts.
«D. F . Ja v ie r Montero». T o t a ': 7.500 pts.
« S s n t i a ^ Apóstol». Cádiz. T o ta l. 60.000 nts.
«María Auxiliadora». P u erto R eal. T o ta l; 14.000 pts.
«Don F loren cio Sánchez». Sev .-T rin . T o ta l: 10.000 pts.

B eca
B eca
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B eca
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B eca
B eca
B eca
B eca
B eca
B eca
B eca

«D. L u is Hernández». Sevilla Trinidad. T o tal: 10.000.
«Rvdo. Tom ás González». Sevilla. T rian a. T . : 25.000.
«Bodas de Oro». Al. G uadalra. T o ta l; 60.000 pts.
«Cor. de Jesú s». H . Dña. Salvadora García. T . : 10.000.
«V. Esperanza». Sevilla. T o tiu : 1.750 pts.
«D. Ju a n Torres». Je re z . T o ta l: 20.000 pts.
«Sgdo Corazón». Coop. U trera. T o ta l. 63.000 pts.
«R . Rom ero*. S. J . del Valle. T o ta l: 5.193 pts.
«D. Andrés Yun». A lgeciras. T o ta l: ' ‘KK) pts.
«F . Molpeceres». Carmona. T o ta l; 13.J « ots.
«C. I . Cooperadore.<»*. T o ta l; 15 OUO pt^
«C. S . San Pedro*. Sevilla T otal: I.OIX.' i s.
«Doña. Jo s e fa Rodríguez». T o ta l; 2.000 ots.
«I. Concepción». L a L ínea. T o ta l: 500 pts.
«M aestro P agés». Cádiz. T o ta l: 13.295 pts.
«San Ju a n B osco*. (3.S). R . U. S . T o ta l: b.OOO p is.
« F . Alcalá Viva». Morón. T o ta l; 10.000 pts.
«San Andrés*. P . del Condado. T o ta l; 5.000 pts.
«P . Agustín Nofré». U trera. T o ta l: 26.810 pts.
«San Ju a n Bosco». Cáceres. T o ta l: 16.750 pts.
«D. Jo s é Canal». Sevilla. T o ta l: 31.500 pts.

IN S PE C TO R IA DE V A L E N C IA
P. Provincial: Calle de Sagunto, 212 - Valencia
BEC A S EN FORMACION
B eca «Cooperadores de Valencia». T o ta l: 8.500 pts.
B eca «Azul y Rosa». T o ta l; 27.500 pts.
B eca «Círculo Domingo Savio». l . i e .: 1.500 pts.
B eca perpetua «Ju a n Manuel», por D.® Carmen Gómez du
T ortosa. Alcoy. 1.5 e .: 50.000 pts.
B eca «Niño Je s ú s del M ilagro*. T o ‘ nl; 30,000 pts.
B eca «Rvdo. D . M ariano Aiso». B urrian a. T o ta l; 17.500 pts..
B eca «San Bernardo». V illena. T o ta l; 22.000 pts.
B eca «Ntra. S r a del Pilai-». Zaragoza. T otn l: 33.000 ptsB eca «Antonia Cabot». A lbacete. T o ta l: 26.000 pts.
B eca «Jesú s Mendfvil». V alencia T o ta l; 25.000 pts.
B eca «D. L u is Berenguer». A licante. T o ta l: 20.000 pts.
B eca «P. Tarín». Godella. T o ta l: 3 000 pts.
B eca «T rab ajo y Honradez». Valencia. T o tal: 24.000 p ts.
B eca «San Vicente». V alencia T o ta l; .64.000 pts.
B eca «A rchicofradía de M. A. 2.5». Prim era e .; 4.000 p ts.
B eca «Fran cisco Serrats». V alencia T o ta l: 8.000 pts.
B eca «Ramón G uerrero». A lbacete. T o ta l: 12.550 pts.
B eca «San A ^ s t ín » . Alcoy. T o ta l: 18.000 nts.
B e c a «Virgen de Luz». Cuenca. T o ta l; 13.725 pts.
B eca «Colegio Salesiano». Valencia. T o ta l; 83.500 nts.
B eca «Perpetuo Socorro». Valencia. T o ta l: 6.000 pts.
B eca «San Jo sé». A licante. T o ta l: 10.000 pts.
B eca «Virgen del P ilar». Alicante. T o ta l: 5.000 pts.
B eca «Colegio Salesiano Burriana». T o ta l: 11.000 pts.
B eca «D. Jo s é Calasanz». T o ta l: 14.02.5 pts.
B eca «Antiguos Alumnos* Valencia. T o ta l: 2.050 pts.
B eca «Colegio San Ju a n B osco*. Valencia. T o ta l: 6.000 p ts.

IN S PE C TO R IA DE ZAM ORA
P. Provincial: Universidad Laboral • Zamora
BEC A S EN FORMACION
B eca «P . Miguel Salgado». Vigo, S. Matías. N. c. 900 pts.
T o ta l: 49.150 pts.
B eca «San Jo sé *. Vlgo. S . M atías. N. e .: 1.000. T .; 59.000 pts.
B eca «M.» A uxil.» Zamora. R ey Fernando. 1.® c . : 10.000 pts.
B eca «M aría Auxiliadora». Oviedo-Naranco. T o ta l; 17.390.
B eca «D. Pedro Ollvazzo». Astudíllo. T o ta l: 12.370 pls.
B eca «Domingo Savio». León. T o ta l: 16.665 pts.
B eca «Virgen de Villanueva» A llariz. T o ta l: 21.125 pts.
B eca «Ntra. Sra. de Covadonga>. Tudela Veguiii. T .; 19.346.
B oca «M aría Auxiliadora». A llariz. 1.® e .: ^ .0 0 0 pts.
B oca «San Benito». Allariz. T o ta l: 28.000 pts.
B eca « Jo sé Sabaté». Vigo. T o ta l: 31 OOC pf.B eca «Don Em ilio Montero». Orense. T o ta l; 22.800 pts.
B eca «D. Jo s é Saburído». Orer.*-e. T o ta !; 22.üOi’ pts.
B eca «D. E rn esto Arm ellcs». C o rjfta. (Colegio). T . : 33.760.
peseta.s.
B eca «M aris Auxiliadora. Celanova. N. e .: 20.000. pesetas.
T o ta l: 32.000 pesetas.
B eca «M aría A uxiliadora». Are. Zamora. T o ta l; 19.500 pts..
B eca «P. Cirilo Sagastagoitia». Leen. T o ta l: 36.100 pts.
B eca «D. Tom ás Bussons». Vigo. S . Alatías. T o ta l; 20.000 p.
B eca «M.® A uxiliadora*. Vigo. S . M atías. T o ta !; 32.000 pts.
B eca «San Cristóbal». Vigo. S. M atías. T o ta l: 8.000 pfas.
B eca «Doña L u cía Bechade». Cambados. T o ta l: 14.250 nts.
B eca «P . F ila Arce». (Bodas de P la ta ). Masaveu. T .; 32 (X«
B eca «Sto. Domingo Savio». Vigo. S . 1 ttías. T o ta l: 10.500
B eca «Clooperadores Cánido». Vigo. P V -tía s T . : 9.000 pta
B eca «San Ju a n Bosco». Vigo. H ogar, i o ta !; ’ ooo ptas.
B eca «Ceferino Namuncurá». Vigo. fcog ai. T ota*: *..')00 pts
B eca «M aría Auxiliadora». Vigo. Hogar. Tot.-;:; j t s . ' "ila.B eca «Sto. Domingo Savio». Cambados. T o ta l: i 4 500 ptas.
B eca «San Jo sé». Compañías. Zamora. T otal. 11.000 ptas.
B eca « Jo sé Irisa rrí» . Estudian tes. Zamora. T . : 7 .^ 0 ptas
B eca «CTrculo Sto . EHwningo Savio». Zamora. T . : 14.0(X) pts.
B eca «S. León Magno». Zamora. T o ta l: 26.000 ptas.
B eca «Sto. Domingo Savio». A rilés. T o ta l: 4.600 pesetsu».

— 31

IV CENTENARIO DEL NACIMIENTO
DE SAN FRANCISCO DE SALES
Para conmemorar dignamente el Cuarto Centenario del Nacimiento de San Fran­
cisco de Sales, fomentando el conocimiento

de su espíritu, que San Juan Bosco trasmitió

a la familia salesianii se organiza un

C E R T A M E H L IT E R A R IO
entre antiguos alumnos y cooperadores salesianos con las siguientes bases:
Premio de (U)00 pesetas al mejor trabajo sobre el espíritu de San Francisco
de Sales - o un aspecto del espíritu del Santo.
Accésit de 2.000 pesetas al trabajo calificado en segundo lugar sobre el mismo tema.
2.S

El trabajo alcanzará una extensión de cuatro folios mecanografiados sin es­

pacios por lo menos.
Los trabajos se enviarán antes del 20 de enero de 1968, a la siguiente direc­
ción: CONCURSO L IT E R A R IO S A LE S IA N O
M A R IA A U X IL IA D O R A , 18
S E V IL L A .
N O TA : Los premios irán acompañados de un ejemplar de la obra sobre San Fran­
cisco de Sales publicada por la Biblioteca de Autores Cristianos.

EIscuela G ráñca Salosiana; Madrid-Atocha
Conjuntos de fichas
Boletín Salesiano
1967