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Título
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BS_1973_07
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Descripción
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Boletín Salesiano. Julio 1973
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Fecha
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1973.07
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extracted text
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EL C A P I T A N
Y EL P A S T O R
Queridos amigos Juanito y Mari:
|Oué dulces las siestas de verano! |Y qué delicia
poder tumbarse sobre la arena de la playa o sobre
el césped, a la verde sombra de un pinol Ya lo creo
que es mucho más bonito que estudiar. Y el sueño,
lejos de la ciudad, en una casa de campo, al arrullo
de los grillos y de las estrellas (|o de las ranas!)
parece hasta más sabroso, ¿no es cierto?
Y qué sueños más bonitos se tienen a veces. Los
de Alicia en el País de las maravillas no son nada al
lado de los nuestros...
Sabéis de sobra que Don Bosco era también un
buen soñador. Sus sueños son las páginas más bellas
de su vida y uno de los ejemplos más admirables de
la historia de los santos. Pero lo más bonito es que
sus sueños se hacían luego realidad.
También sé que habéis oído muchas veces el sue
ño que Juanito Bosco tuvo a los nueve años. Pero yo
no os lo he contado nunca. ¡Atención, que os lo va
a contar él mismo!:
■Me parecía estar en la pradera que rodea a nues
tra casa entre una multitud de niños que se divertían.
Me fijé algún tanto y advertí que reían, jugaban y
algunos hasta blasfemaban. Lleno de indignación quise
corregirlos a golpes pero ellos se arrojaron sobre mí
y me sacudieron de lo lindo.
En aquel instante apareció un Señor majestuosa
mente vestido: un manto blanco cubría toda su per
sone y su faz era tan radiante que no se podía mirar.
Me llamó por mi nombre, me ordenó que me pu
siera al frente de aquellos jóvenes y añadió: «No a
golpes, sino con mansedumbre y caridad deberás ga
narlos. Hazles enseguida una pequeña plática sobre la
fealdad del pecado y la belleza de la virtud.
Confuso y espantado le hice observar que yo era
un pobre niño ignorante, incapaz de explicar la reli
gión a nadie. En aquel instante los chiquillos, suspen
diendo sus riñas, gritos y blasfemias, rodearon al Se
Una pagina para loa ninoa
ñor que me hablaba. Casi sin saber lo que decía, le
pregunté:
—¿Y quién sois vos. que me mandáis un imposible?
—Precisamente porque te parece un imposible, de
bes prepararte a ello con el estudio y la obediencia.
—¿Dónde y cómo podré estudiar?
— Yo te daré una Maestra, bajo cuya dirección po
drás llegar a ser sabio, y sin la cual toda sabiduría
viene a ser necedad.
— Pero, ¿quién sois vos que me habláis de este
modo?
—Soy el hijo de Aquella a quien tu madre te ha
enseñado a saludar tres veces al día.
—Mi madre no quiere que sin permiso suyo me
junte con los que no conozco: decidme pues vuestro
nombre.
—Pregúntaselo a mi Madre.
Descubrí entonces a mi lado una Señora de majes
tuoso aspecto, vestida con un manto que resplandecía
como si fuese un tejido de brillantísimas estrellas.
Viéndome ella cada vez más turbado me indicó que me
acercara y. tomándome bondadosamente de la mano,
me dijo:
—Mira.
Miré y vi que los niños habían desaparecido y que
en su lugar había una multitud de cabritos, perros, ga
tos. osos y otros animales.
—We aquí tu campo: aquí debes trabajar. Hazte bumllde, fuerte y robusto; y lo que veas que sucede
ahora con estos animales deberás hacerlo con mis
hijos.
Volví a mirar y vi una gran multitud de mansos
corderos que acudían saltando y balando, como para
festejar a aquel Señor y a aquella Señora.
Me eché a llorar y supliqué a la Señora me hablara
en forma que yo pudiera comprender, pues no alcan
zaba el significado de lo que veía. Entonces, ponién
dome su mano sobre la cabeza, me dijo:
— Lo comprenderás a su tiempo.
Una carcajada general acogió esta relación. Anto
nio. con aire burlón, dijo:
—Ya se ve; serás un famoso capitán de bandidos.
José observó:
—No hay tal; será un pastor de ovejas.
Hasta la abuelita quiso pronunciar su sentencia:
—No hagas caso de los sueños.
Mamá Margarita lo contempló con los ojos húme
dos y dijo:
—¿Quién sabe si un día serás sacerdote?
Y vosotros, ¿qué diríais ahora de Juanito Bosco? !
¿Llegó a ser capitán y pastor? ¿Las dos cosas a la
vez?
^
Recibid un abrazo de vuestro amigo.
|
Padre RAFAEL
i
Un intenso
Ravista
ta Obra de Don Sosco
Año LXXXVIi • N.o 7 - Julio 1973
clima misionero
Director: RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Admón:
Alcalá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRID • 28
Depósito Legal:
«La Familia Salesiana reencontrará la vitalidad de sus orígenes comprometiéndose a vivir un intenso clima misionero.»
M. 3.044-1958
Este era el programa de acción que nos trazaba el Rector
Mayor en los comienzos de este año 1973. Bueno es recordarlo
después de seis meses y reflexionar sobre el sentido de las misio
nes en nuestro mundo actual. Ofrecemos cuatro puntualizaciones
sobre el sentido misionero.
(Con censura ectesiástica)
Imprime; Escueta C ráfica Salesiana
Madrid-Atocha
No hay «una Iglesia misionera» y «otra Iglesia que ayuda
a las misiones». Toda Iglesia debe ser misionera en su am
biente; no debe encerrarse en si misma, sino abrirse a la co
munión con las otras, especialmente las más necesitadas. Misión
es ir al otro, abrirse a los demás, vivir para el otro, llevarle el tes
timonio y la palabra de Cristo.
EN ESTE NUMERO
Págs.
Un intenso clima misio
nero ...........................
Hace taita silencio pa
ra poder orar .........
Las correcciones .........
Arévalo, cinco lustros de
seminario ......................
De nuevo en España ...
Don José María Dobla
do, un gran corazón.
I Congreso Nacional de
María Auxiliadora ...
Sensibilidad m is io n e ra
de la Inspectoría de
León .............................
Unas h o ra s en Medina
con lo s estudiantes
salesianos ....................
En Tenga no crecen ár
boles ............................
C ien d ía s en Magalla
nes ................................
Cooperación salesiana y
T e rc e r Mundo ...........
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Hay que estar dispuestos a dar. . . y a recibir. Son muchos
los misioneros que regresan a la Patria por un periodo de
descanso. Vuelven con grandes experiencias apostólicas. ¿Los in
vitamos a que nos comuniquen las maravillas que por su medio
ha obrado el Espíritu Santo? Eso hacia San Pablo, como se nos
narra en los Hechos de los Apóstoles, «con gran alegría de todos
los hermanos».
26
28
NUESTRA PORTADA
Las va ca cio n e s veraniegas
nos invitan a contemplar la
naturaleza y a gozar de la
creación con unos ojos nue
vos, a b ie rto s a sus mara
villas.
Foto.— José Luis Mona.
Son misioneros el sacerdote y el cristiano que saben darse,
que tienen el valor de abrir caminos nuevos, que no se
contentan con lo que han realizado, sino que desean ir más allá;
quieren hacer cosas nuevas.
Ser misionero no es sólo ayudar a los pobres del Tercer
Mundo; es también interesarse por los trabajadores emigra
dos, por los marginados y explotados en nuestras ciudades... Si la
misión está en todas partes, es lógico que en todas partes se
puede ser misionero.
O
Misionero no es el que nos pide una limosna o una oración;
es el cristiano que va al encuentro de los que están cerca. Es un
hombre que, más que ayudarlo, hay que imitarlo. No viene el
misionero a tranquilizarnos en nuestras comodidades; viene a sa
cudir y zarandear nuestra vida cristiana.
Nos parece que en esta línea ha de estar el intenso clima
misionero, en el que debe estar comprometida la Familia Sale
siana si desea reencontrar la vitalidad de sus orígenes.
—
í
I
LA ALABANZA DE LAS HORAS
por JOSE ALDAZABAL
UCE FILII El SILEI
El mes pasado escribimos unas
reflexiones sobre el «sentido de la
gratuidad» como una de las con
diciones de la oración. El cristiano
reza no con una preocupación de
«utilidad», ni siquiera espiritual,
sino con el ánimo pronto a una
alabanza desinteresada, gratuita,
hasta poética.
Hay otra condición psicológica
para poder orar con profundidad:
el silencio, sobre todo el silencio
interior.
Tanto a nivel personal como en
la celebración familiar o comuni
taria, es ésta una cualidad que se
necesita para llegar a una autén
tica experiencia de oración: saber
crear un clima de silencio interior.
MENOS PALABRAS
Y MAS PAUSA
Un primer aspecto en que ad
quiere importancia el silencio en
nuestra oración es éste: en medio
de los cantos, lecturas y oracio
nes, debe haber momentos de pau
sa, de reflexión, en que no se can
te nada, en que nadie diga nada,
en que no haya palabras.
Después de una lectura de la
Biblia no se debe pasar inmedia
tamente ni al canto, ni al salmo,
ni a la oración. Unos momentos
de silencio permiten que los asis
tentes reflexionen sobre lo leído
y que la Palabra que ha sido pro
clamada «cale» en su ánimo.
Así también una pausa silen
ciosa puede ser muy válida des
pués de una homilía, o después
de la comunión, o en el acto pe
nitencial al principio de la misa.
En la alabanza de las Horas.
Laudes y Vísperas, hay varios mo2
—
mentos en que cabe una oración
en silencio. Por ejemplo, después
de la lectura bíblica. O en la ora
ción litánica fínal: después de cada
intención recordada por el que
dirige la celebración. Como tam
bién puede haber un espacio para
que cada uno añada interiormen
te las intenciones que quiere pre
sentar a Dios.
La recitación o el canto de los
Salmos tendría también un valor
más personal y reposado si no
se sucediesen unos a otros inin
terrumpidamente, sino que hubie
se una pausa de silencio después
de cada uno. Cada salmo tiene una
tónica: de alabanza, de confíanza,
de lamentación, de alegría... Esta
tónica queda valorada cuando,
además de recitarlo con pausa
y sentido, se dejan luego unos
momentos para reflexionar en lo
que ha expresado el salmo. En la
liturgia española antigua, no sólo
hacían esta pausa de silencio,
sino que la concluían con una ora
ción (las «oraciones sátmicas») en
que se unían las ideas del salmo
con las preocupaciones de la co
munidad.
Estos espacios de silencio permi
ten «respirar» a la oración comu
nitaria. Sin ellos, corre peligro de
convertirse en un torrente de pa-
E( santuario de Lourdes
es un lugar de oración
que ha sabido crear
un clima
de silencio exterior
e interior
para el encuentro
de los creyentes con Dios.
labras. El canto, la lectura y la
recitación de salmos y oraciones
no deben tapar ni ahogar los sen
timientos interiores, personales.
Al contrario, deben expresarlos y
favorecerlos.
Sería una pena que el tono mar
cadamente comunitario que toda
celebración litúrgica ha recobrado
últimamente —un valor magnífico
que se ha redescubierto— se vie
ra deslucido por la pérdida de
CIO PARA ORAR
la oración personal. A evitar este
peligro contribuirá mucho el que
se potencien al máximo esos mo
mentos de silencio, que estimu
lan eKencuentro de cada uno con
Dios.
Este silencio no es pasivo, sino
más activo que las palabras exte
riores. No es silencio de ausencia
o de distracción. Sino de reflexión,
de posesión íntima, de alabanza
personal.
“A veces el silencio
nos abre sus compuertas
y nos hallamos solos con la voz
interior que nos mira desnudos desde dentro”.
R. A.
EL SILENCIO INTERIOR
Pero no es eso lo más impor
tante. Podría haber paréntesis de
pausa y de «vacío» exterior, en
las celebraciones y, sin embargo,
verse impedida la oración por la
algarabía interior.
Para orar es preciso crear un
ambiente interior, un «clima» que
permita escucharse y escuchar a
Dios, entrar en contacto interper
sonal con El.
Es el «silencio interior», la at
mósfera necesaria para que la Pa
labra de Dios resuene en nos
otros, y para que las palabras
que nosotros mismos decimos o
cantamos nazcan desde dentro,
estén en sintonía con nuestro es
píritu (es tan fácil decir o cantar
palabras vacías de contenido...).
Palabras que tenemos que «escu
char» en primer lugar nosotros
mismos.
Este silencio interior nos cues
ta mucho hoy.
Saber «hacer el vacío» y me
ditar es un ejercicio que cada
vez resulta más difícil.
Estamos sumergidos en una ba
rabúnda de palabras, de sensacio
nes, de imágenes.
¿Será que el hombre de hoy va
perdiendo el gusto y la capacidad
del silencio y de la soledad? La
evasión hacia las formas exterio
res, el movimiento y la actividad,
pueden ser un indicio de ello.
Si nos descuidamos, ni en la mis
ma vida familiar tenemos ya mo
mentos de auténtica intimidad. La
televisión se encarga de llenar
todo hueco que podría ser de tran
quilidad o de reposada conversa
ción.
Lo mismo pasa en la oración.
Los recuerdos, lo intereses, las
preocupaciones, los deseos: todo
eso puede matar de raíz la posi
bilidad de que «escuchemos» ver
daderamente la p a la b ra que se
lee, o la palabra que se canta, o
la palabra que nosotros mismos
decimos. Y una palabra que no se
escucha, es palabra vana e inútil.
Habremos «cumplido» con el rito
exterior de la oración (sucesión
de salmos, de oraciones...), pero
sin llegar al nivel de una viven
cia de oración.
Antes de empapar una esponja
hay que exprimirla del líquido que
— 3
tenía. Antes de extender nuestras que nos encontramos con Dios.
manos hacia Dios hay que librar Y eso aun en la oración celebrada
las de las mil cosas que guardan en común.
y aferran. Antes de entrar en ora
ción tiene que purificarse nuestra
mente de las preocupaciones aje EL SABOR DEL SILENCIO
nas a la oración.
En este mundo tan ajetreado,
El ruido exterior es fácil de
evitar. Pero el interior es el que que nos sumerge en las prisas y
más estorba. Las piedras que más en una tempestad de palabras y
molestan para caminar no son las ruidos, es una experiencia que los
que hay en el camino, sino las hombres de hoy necesitamos va
que se han metido dentro del za lorar: el gusto del silencio, el sabor
que tiene una oración hecha no
pato...
Tanto si es para bendecir la sólo de palabras, sino de contem
de admiración, de gozo
mesa, como para celebrar la Euca plación,
interior, de SILENCIOSA ATEN
ristía, como para entonar la ala
banza de la mañana o de la tarde, CION A DIOS y a su Palabra.
Es una experiencia que nos ense
aunque sea por pocos minutos,
tenemos que hacer ante todo un ñan tal vez las generaciones jó
esfuerzo para concentrarnos, pa venes; sus movimientos religiosos
ra «entrar» en ese clima interior (desde los hippies hasta el «movi
de silencio que hace posible nues miento de Jesús») valoran mucho
la meditación silenciosa.
tro encuentro con Dios.
Una de las sensaciones que no
Porque Dios habla en lo escon
dido. Y aunque es verdad que en olvidan los que han visitado Tailas cosas, en las personas y en zé, es la capacidad que aquel am
los acontecimientos resuena su biente infunde a los jóvenes, de
voz, no la podremos reconocer estar horas y horas en oración
ni oír si no hemos sabido profun contemplativa, en silencio.
Es también uno de los valores
dizar en el silencio y en la aten
que nos acercan a la espiritualidad
ción íntima.
«Cuando ores, entra en tu alco de las religiones orientales. El
ba. y ora en secreto a tu Padre. «yoga» del hinduísmo y el «zen»
Y El, que está en lo secreto, te del budismo son estilos de ora
escuchará» (Mt. 6, 6). Esto no ción que se basan en el gusto por
quiere decir que Cristo desautori el silencio y la concentración es
ce la oración pública (dio ejemplos piritual. Nos enseñan a nosotros
abundantes de ella), sino que nos que lo importante no es decir mu
enseña que la oración verdadera chas palabras, sino a través de
sucede «en espíritu y en verdad», las palabras llegar al contacto con
en el nivel íntimo, personal en Dios.
Ya Cristo nos avisó: «cuando
oréis, no digáis muchas palabras,
como los paganos, que piensan
ser escuchados por su palabrería»
(Mt. 6, 7). No sé si respeta este
criterio la abundancia de palabras
de que consta normalmente nues
tra oración común...
Cuando Pablo nos quiso expre
sar qué clase de oración nos inspi
ra el Espíritu, en lo hondo de nues
tro ser, la resumió en una sola
palabra: «Abbá: Padre» (Gal. 4, 6).
Es una sola palabra. Pero es la ora
ción más rica que se puede pro
nunciar, si resuena en nuestro si
lencio interior.
¿No será que tapamos con mu
chas «oraciones» nuestra dificul
tad por llegar a «la oración»?
Orar es ante todo profundizar
en nosotros mismos. Recoger los
múltiples y dispersos aspectos de
nuestro «yo», concentrarse unita
riamente y «encontrarse a sí mis
mo», a nivel profundo. Y así po
nerse a la escucha de Dios.
No hace falta llegar al éxtasis,
ni a la concentración total de «yo
ga», o al vacío contemplativo de
un místico.
Pero si nos hace falta a todos
una capacidad mayor de silencio
y de liberación de los mil ruidos
interiores de nuestro mundo.
Sería una lástima que termine
mos nuestra oración persona! o
comunitaria habiendo dicho mu
chas palabras, pero sin habernos
encontrado verdaderamente con
Dios. Habríamos pasado de largo,
sin haber «escuchado» nada perso
nal, sin habernos dado cuenta de
que Cristo y su Espíritu «estaban
allí», sin haber dirigido al Padre
una palabra de alabanza o de go
zo o de arrepentimiento, pero ver
daderamente pensada y sentida.
El silencio interior nos permi
tirá descubrir que la oración no
es palabrería, sino algo que suce
de en lo más escondido de noso
tros, aunque nos ayude mucho
hacerlo en común.
Tanto en la oración personal
como en la comunitaria,
lo importante es saber
encontrarse con Dios
en el silencio interior.
UNA PAGINA PARA TODA LA FAMILIA
LAS
CORRECCIONES
En caso de tener que corregir guárdense ios debi
dos miramientos, no se haga en cuanto sea posible la
corrección en público, sino en privado, excepción he
cha de cuando sea ésta absolutamente necesaria para
reparar un escándalo público.
Don Sosco
i\
La primavera había traído un
nuevo optimismo a mi vida. Las
calles, inundadas de ese cielo
azul que se mete hasta dentro,
me habían hecho olvidar peque
ños incidentes de la vida ordina
ria. Hoy sábado lo dedicaría a
descansar. Cogería el coche y
con mi mujer y mis hijos --los
que se adhieran a mi proposición—
nos iríamos a gozar plenamente
de la naturaleza.
El primer recibimiento no lo
hizo un cartelón que. en gruesos
caracteres negros, decía: «No fun
ciona». ¡Vaya con el ascensor!
¡En fin. qué eran cinco pisos para
mí, joven como me sentía! Juan
—me dijo— escala la montaña de
tu casa, y al final está la glo
ria.
Pero no fue la gloria la que en
contré. sino a «la Teresa» —la
asistenta— que bajaba como una
exhalación en busca de un mé
dico.
Don Juan —decía Teresa—,
Natalia ha bebido una pintura
marrón. Yo creo que se ha enve
nenado.
¿Una pintura?, ¿qué pintu
ra?
preguntaba yo, imaginán
dome a mi hija en las últimas.
No puedo entretenerme tengo
que avisar al médico
terminó
de decirme mientras seguía co
rriendo escaleras abajo.
De dos en dos terminé de su
bir los pocos peldaños que me
separaban de casa. No acertaba
a introducir la llave en la cerra
dura, menos mal que rápidamen
te se abrió del otro lado. Era Car
los.
-Papa. Natalia se ha bebido...
No le dejé terminar.
¿Dónde está?
le dije.
En el cuarto de los juguetes.
Carlos seguía contándome no
se qué de un tarro de pintura. Yo
no le oía. Allí, efectivamente, en
contré a la familia. Natalia sen
tada en el sillón, con un vestido
que en tiempos debió ser blanco,
pero que ahora era completamen
te marrón, excepto pequeños tro
zos de origen primitivo.
-Natalia, mi vida, ¿has bebi
do de esto? -decía mi mujer in
consolable.
—
5
UNA PAGINA PARA TODA LA FAMILIA
“Para que sea eficaz una corrección debe ser poco
frecuente y breve. Si toma el aspecto de comedia con
gritos muy fuertes, pierde todo su efecto”.
G. Courtois
•Sí. nena, querer chotolate...
¡Dios mío! - sollozaba Isa
bel - como no venga pronto el
médico no habrá temedlo.
Me abrí paso hasta llegar al
sillón. Isabel se abrazó a mi llo
rando desconsolada.
¡Ay Juan, se ha bebido la
pintura de témpera! Es horro
roso.
Se volvió a Natalia.
¿Has bebido mucho corazón?
DI tú a mamá si has bebido mu
cho.
No, potito, quero más —de
cía Natalia relan\léndose los po
cos ribetes que le habían queda
do en la cara.
Marlbel y Paloma la animaban
a escupir, m ientras Luis le apre
taba el estómago de una forma
que Iba a ser peor el remedio que
la enfermedad.
Carlos estaba retirado con cara
hosca y malhumorada. Las n\ujeres en situaciones así pierden los
estribos, y la mía no tenía ni
Idea en dónde los había dejado.
¡Calma! -grité para que n\i
voz sobresaliera por encima de
los gritos de ellas . explicadme
de una vez lo que ha ocurrido.
La culpa la ha tenido Car
los, papá
decía Paloma . que
siempre deja por medio todo al
alcance de la niña.
No tne di cuenta -contestó
su hermano con voz agria.
Nunca te das cuenta de nada,
y un día vamos a tener un dis
gusto terció Isabel suavemente.
Me queréis explicar de una
ver lo que ha ocurrido -dije ya
impacientándome . Vamos a ver.
Carlos, cuéntame.
El te lo contará a su modo,
papá —pinchaba Marlbel.
- -Pues aunque sea a su modo
quiei'o oírle a él y sólo a él. Va
mos, hijo, ¿cómo ha sido?
Carlos me contó que tenia que
pintar unos cartelones para el
colegio, preparó el caballete y las
pinturas y se puso a hacerlo. Le
llamó un amigo por teléfono y
cuando volvió se encontró a N ata
lia sentada en el suelo con el tarro
de pintura marrón. El no sabía si
había bebido, pero lo deducía vien
do los ribetes de pintura que tenía
en la cara y por las mismas pala
bras de la niña.
—Nene, chotolote etá meno...
—Es que este niño no tiene cui
dado —decía Isabel—, siempre ne
cesita una persona detrás de él.
Todos me miraban esperando la
sentencia. El hecho de que yo re
gañara allí fuertemente al chico
hubiera sido una buena descarga
para los nervios de todos. Me con
tuve. Si lo hubiera hecho, y allí
delante de todos también hubiera
sido una descarga para mí, pero
Carlos ya tenía bastante con la
preocupación de lo que pudiera sucederle a Natalia.
Atended a la niña —dije- - tú
ven conmigo.
Fuimos a mí despacho. Le invi
té a sentarse.
Elstán histéricas, papá, te lo
aseguro -me dijo.
No creo que la forma de jus
tificarte sea la de ofender a tu ma
dre y a tus hermanas.
Papá, estoy seguro que no ha
bebido tanto, ¡si tenia todo en el
vestido y en las manos!
—Está bien, otra vez ten más
cuidado dónde dejas las cosas, so
bre todo si está por allí Natalia.
-Gracias, papá, por no haber
me regañado delante de ellas: no
te hubiera escuchado.
LAS
CORRECCIONES
Le di unas palmadas en la es
palda y salimos. Al poco rato vino
Teresa con el médico. No encon
tró nada de particular, aunque mi
mujer insistió en que si era preci
so le hicieran un lavado de estó
mago. No fue necesario. Luis se
quedó un poco desencantado ante
el dictamen médico. No porque
quisiera que le sucediera nada a
su hermana naturalmente, sino
porque el principio de un envene
namiento le hubiera dado una cier
ta importancia entre los de su
Curso.
El paseo, como es de suponer,
se anuló. Los chicos se fueron a
jugar al fútbol al colegio, las ni
ñas también salieron y Natalia,
con un cansancio enorme por los
esfuerzos realizados para escupir
la pintura, se quedó dormida.
El sol fuera seguía luciendo,
pero mi mujer y yo nos quedamos
en casa. Y, como siempre, la pren
sa es muy socorrida para estos ca
sos. Sin embargo, al poco rato mi
mujer y yo nos encontramos en
frascados en una discusión de Pe
dagogía. Ninguno de los dos tene
mos un título específico en la ma
teria, pero queremos a nuestros
hijos y esto nos hace abrir los ojos.
Ella me sostenía que Carlos se
queda Impávido ante cualquier re
primenda, no le importa nada. Yo.
por el contrario, pensaba diversa
mente. Carlos siente las cosas y
porque las siente con toda profun
didad, alardea de una indiferencia
externa que está muy lejos de sen
tir. Analizamos la escena que ha
bía tenido lugar en el cuarto de
los juguetes. El causante indirec
to había sido Carlos, pero ni por
lo más remoto él sospechó una si
tuación semejante. El dolor y la
inquietud que le producía el ha
ber sido causa de ella, le hacia
rechazar cualquier regaño por en
contrarlo injusto. Máxime si ese
regaño lo estaban esperando las
personas asistentes a la escena.
UNA PAGINA PARA TODA LA FAMILIA
Repetí a mi mujer la frase que
él me había dicho: «Sos h em anas esperaban que yo le regañara
allí». Y creo —esto lo añadí yo—
que hasta ella misma lo esperaba.
Quizá minguna era consciente de
ese sentimiento, pero la humilla
ción de Carlos por el hecho, le
hizo percibirlo.
—Creo —decía Isabel— que
nunca aprenderé a educar a nues
tros hijos. Cuando me parece que
he captado ciertos matices para
uno, me doy cuenta que no vale
en absoluto para el otro. ¡Son to
dos tan distintos!
- Y no es eso lo malo —aña
dí- sino que el tiempo se encar
ga de desfasarnos ciertas nor
mas. ¿te das cuenta que tu hijo
mayor se quedó anoche a estu
diar en casa de un amigo, y hoy
ha llamado diciendo que no ve
nía a comer?
Había oscurecido. Isabel empe
zó a preparar la cena y yo se
guí viendo la televisión. Oí voces
en la escalera, segnjramente ha
brían venido a arreglar el ascen
sor. Oí que se abría la puerta y
un tropel de chiquillos enti'ó en
el cuarto de estar. En medio de
ellos mis hijos. Luis con una cara
de satisfacción enorme deseando
dar el parte de lo ocurrido. Al
lado Carlos, el más vivo repre
sentante de cualquier pintura
del íElcce Homo» del Siglo X\^I
o XVII. La cara y las rodillas
manchadas de sangre, y un pa
Luis, con infinito gozo, volvió
a contar la heroicidad de su her
mano. Vi la reacción de mi mu
jer: «O sea, que había sido él el
que se había metido en el ja
leo».
—¡Cuántas veces te he dicho
que no te metas con nadie —dijo
con un tono que se salla de la
escala.
Me temía una reprimenda de
lante de todos sus amigos. La
miré. El tono fue descendiendo.
—No obstante creo que te has
portado como un hombre. Estoy
orgullosa de ti. Ven, ven que te
lave.
Los amigos fueron abriendo
paso a Carlos, que dudo viera
nada con las moraduras de los
ojos.
ñuelo de color indeñnido tratan
do de contener la que le salía
de la frente.
Después de las lecciones de
Pedagogía que le había dado a
mi mujer, no sabía por dónde
empezar. Lo hizo Luis.
—Papá, mi hermano es un hé
roe. Ha logrado atrapar a unos
chicos que se habían metido en
el colegio a robar.
—Si, don Juan, si no llega a
ser por él... —decía otro.
—Mucho, Carlos —gritaban
apretándole las manos.
Llegó mi mujer. La pinta de
Carlos no era para contarla.
—¡Hijo mío!, ¿qué te ha pa
sado?, ¿qué te han hecho?
i
r
En un ambiente de confianza
el niño
se siente moralmente
obligado a ser mejor.
AREVALO:
CINCO
'•ti!'
>
LUSTROS
DE
SEMINARIO
Dtm Jesús Marcelhín, ese salesiano
hoy prisionero en su silla de ruedas,
solía decir a todo el mundo que el
colegio de Arévalo tiene forma de
avión; "un avión anclado entre los
pinares de Avila”. Pues bien, este
avión cumple ahora veinticinco años
de vuelo y de servicio. Buen momen
to para presentarlo ahora a la Fami
lia Salesiana de España, Nunca viene
mal una retrovisión de las singladu
ras hechas, no con el afán de la autocomplacencia, sino con algo de ojo
crítico al tiempo que avizor del futu
ro.
No son malas las cifras. Por el se
minario de Arévalo han pasado i.151
aspirantes. De ellos llegaron al Novi
ciado 1.299 jóvenes. S’ son actual
mente 597 los Salesianos allí forma
dos, hoy repartidos j>or las inspecto
rías de Madrid. Laxm y Bilbao y aun
por unías los wntinentes. El nombre
de Aróvalo ha traspasado las lindes
de Castilla y las fmnteras de España
para hacerse universal. Se ha mante
nido en pie de vuelo, abierto a t^xlos
las horizontes.
UN ARCHIVO DE HISTORIA
Siempre es grato llegar a Arévalo y
a>niemplar la gallatxlía de sus torres
blandidas contra tiempo y marea. En
la punta de saeta que forman el Ada
ja y el Arevalillo en su confluencia
surgen la ciudad y el Castillo con su
carga de historia, hoy convertido en
parte en almacén de cereales. Allí se
educó la Reina Isabel y allí se hos
pedó San Ignacio de Loyola, siendo
militar del Emperador Carlos V. Uno
va pin las calles de Arévalo creyendo
pisar las huellas de judíos, moros y
cristianos ante sus trazados medieva
les y con la sorpresa de iglesias como
la de San Martín, con sus dos torres
gemelas, y la de Santa María, con su
arco triunfal. Con Arévalo se mezclan
nombres como Hernán Cortés —al
guno de sus ascendientes era de la
muy noble, muy humanitaria, muy
leal y muy ilustre ciudad, según reza
su escudo— ; Fray Juan Gil, el libe
rador de Cervantes, quien murió allí;
Isabel la Católica. Juana la Loca, el
Alcalde Ronquillo... Por doquiera apa
recen restos de palacios, con el len
guaje de sus escudos, y ruinas de con
ventos. Aquí florecieron los francis
canos, trinitarios y jesuítas; en las
inmediaciones hubo también un mo
nasterio de monjas cistercicnses. dona
ción de Carlos V, donde se venera
a la Virgen de las Angustias, patrona
de la ciudad. Arévalo llegó a contar
hasta catorce comunidades religiosas.
Hoy la ciudad ha trocado la histo
ria por la agricultura y el comercio y
se ha convertido en un centro agríco
la y comercial de los más importan
tes de Avila. Es el punto céntrico de
una comarca excepcional, a II7 kms.
de Madrid y al lado de Avila, Segó-
Mons. Castillo
y don Antonio Mélida
en la reciente visita
que hicieron
a Arévalo.
Los acompaña
don Anselmo,
el director.
via, Valladolid, Salamanca, Medina,
Olmedo, Madrigal, Tordesillas...
Sobre los cimientos de la historia
y al ritmo de una ciudad que tra
baja en su desarrollo, han crecido las
nuevas comunidades de Salesianos,
Maristas y las monjas del Amor de
Dios, que llevan el Hospital Psiquiá
trico.
VEINTICINCO AÑOS
DEL SEMINARIO SALESIANO
Para escribir sobre los veinticinco
anos del Seminario Salesiano de Aré
valo me he reunido en una mesa re
donda con varios salesianos de la ca
sa. Estaban Don Tobías Hernández,
el actual vicario; Don Miguel Herre
ro, con su buena memoria del pa
sado; Don José Sanz, creador del ga
binete de Biología; E)on Juan Luquero, actual director de estudios; Don
Alvaro Ginel, encargado de la Pas
toral; y Javier Zapata, aspirante de
6." curso.
En primer lugar, hablamos de las
personas. Don Modesto Bellido fue
el hombre que quiso y realizó el aspirantado en Arévalo. Era inspector
de la Céltica en los difíciles años de
la posguerra española y mundial. Ha
bía entonces un despertar masivo de
vocaciones salesianas. Quedaba viejo
el seminario de AstudiUo y le venía
estrecho a los sueños de Don Modes
to. Y planificó una casa ancha y mo
derna. Era también la época de los
grandes seminarios españoles, todos
repletos de seminaristas. También na
ció nuestro seminario con capacidad
para unos 300 muchachos.
Don Jesús Marcellán, el colabora
dor de Don Modesto en la cons
trucción del edificio. Era el ecónomo,
intrépido e infatigable. Hoy paga sus
innumerables pasos y sus incansables
idas y venidas en una silla de rue
das, víctima de una parálisis.
Todos dedican un cariñoso recuer
do a la memoria del párroco de aque
llos años, Don Manuel Galán, que
recibió a los salesianos con brazos y
corazón abiertos; y del médico Don
Lucas Gómez Portado, entonces al
calde de la ciudad, quien ofreció a
Don Modesto los terrenos de la obra.
Estos dos hombres constituyeron el
apoyo humano de la primera comu
nidad salesiana que llegaba con el pri
mitivo entusiasmo fundacional.
Varios inspectores recogieron la he
rencia de Don Modesto: Don Emilio
Girrales, Don Alejandro Vicente, Don
Maximiliano F ra n c o y , E)on Emilio
Alonso, que ha sido el reestructurador
de la casa en la actualidad. Cada uno de
ellos ha contribuido en la edificación
de una obra en la que los ladrillos
son solamente símbolos. Arévalo es
legión. La legión de generaciones de
salesianos que han vivido allí su ado
lescencia y sus sueños sacerdotales y
apostólicos.
Algo interesante
deben estar comentando
estos jóvenes
seminaristas.
Asimismo surgieron los nombres de
los directores: Don Maximiliano Fran
coy, que recibió la nueva casa como
primer director; Don Eduardo Diez,
que cerró el pórtico y comenzó la
iglesia; Don Santiago Ibáñez. En sus
años se levantan la iglesia y el tea
tro y se les pone la medalla de oro
de la Congregación al Párroco Don
Manuel Galán y al alcalde Don Lu
cas Gómez Portado. Don Santiago lo
gra una pujante organización de co
operadores y bienhechores que consti
tuyen la “longa manus" de la Pro
videncia en años difíciles para sos
tener a tantos chicos como entonces
albergaba el seminario. Toda Espa
ña se enteró de la obra salesiana de
Arévalo y de todas partes se recibie
ron medios y ayudas. Don Juan An
tonio Romo amplió los patios del co
legio; Don Antonio Diez comenzó la
restauración; y Don Anselmo Pérez, el
actual director, en cuyo período se ha
efectuado la modernización y adapta
ción del edificio a nuestra época y ha
logrado el reconocimiento oficial de
los estudios del G)legio.
Se habla luego de los salesianos cé
lebres que han pasado por la casa. Y
es que Don Modesto Bellido fue lla
mado a Italia como miembro del Con
sejo Superior de la Congregación. Allí
se hizo el primer propagandista de su
Seminario. <Qué obispo salesiano ha
p>asado por España sin ir a Arévalo?
Era de rigor una visita al aspirantado
“modelo”. Inspectores de España y
América, Superiores Mayores como
Don Renato Ziggiotti, I ^ n Riccerí,
Don Fedrigotti, Don Antal... “ <Qué
tendrá Arévalo que todos hablan de
esta ciudad?”, dicen que exclamó un
día Don Gil Viganó. Pero en el cora
zón de todos está la memoria de Don
— 9
Para escribir sobre los veinticinco años del Seminario me he reunido en una mesa
redonda con varios salesianos de la Casa.
Pedro Olivazzo, cl alumno de Don
Ikísco, que vivió y murió en la paz
de este seminario.
POR QUE, DONDE,
CUANDO. COMO...
Sobre el tapete están las interroga
ciones y el papel en blanco. Vamos
por partes. ¿Por qué?
qué, este
seminario? Al cabo de veinticinco
años es fácil responder. ¿Por qué la
fundación de Arévalo? Era una ne
cesidad de la Inspectoría Céltica. Hoy.
la gran mayoría de los salesianos que
trabajan en las Inspectorías de Ma
drid, Bilbao y León ha pasado por
la cusa de Arévalo. El seminario ha
cumplido un papel de primera nece
sidad para la formación de los futu
ros salesianos de entonces y que hoy
llevan la marcha de la Congregación
de buena parte de España. Pero ade
más. Arévalo tiene un sentido misio
nero. Son muchc^s los salesianos que
han ido a inspectorías de América.
Africa V Asia. Y en Arévalo se ha
licsarrollado cl germen de su evoca
ción misionera.
¿Dónde? Ya hemos hablado de la
ciudad. Aparte el abolengo e historia
del lugar, Don Modesto lo escogió
por las facilidades que le brindó el
ayuntamiento. Vió cl sitio en una co
marca muy importante y con buenas
10
vías de comunicación, con un clima
sano y un paisaje espléndido.
LAS VOCACIONES DE HOY
No hubo más que abrir la ventana
y sentimos una bocanada de aire del
cercano pinar resinero. Aire libre y
buen sol castellano. Buen lugar pues
para un foco de cultura y espiritua
lidad salesiana en favor de las jóve
nes fuerzas de la Congregación.
Es cierto, no todos los que han pa
sado por Arévalo son hoy salesianos.
Aquí han estudiado 3.151 aspirantes,
de los que hoy son 597 salesianos.
Lo cual da un índice de perseveran
cia del 20 por 100, buen porcentaje. La
labor ha sido eficaz. Para celebrar es
tos veinticinco años se piensa escribir
a cuantos han estudiado en este co
legio.
¿Cuándo? Eran años difíciles. No
hace falta repetirlo. Basta decir que
las obras comenzaron en 1945 bajo
la dirección del arquitecto Don Enri
que Huidobro. No abundaban los ma
teriales de construcción, pero el nue
vo edificio quedó inaugurado en el
curso 1947-48. Ahora se cumplen los
veinticinco años.
¿Cómo? {Cuánta historia a lo largo
de estos cinco lustros! Si las piedras
hablaran podrían contar los sacrificios
de los primeros salesianos. Los que
vengan al cabo de estos veinticinco
años encontrarán una casa moderna
y acogedora, una espléndida bibliote
ca, vm hermoso salón de actos, los ga
binetes al día y hasta su gimnasio;
los comedores, los patios, los dormi
torios, renovados; un formidable fron
tón, campos de tenis y una piscina
olímpica... Todo ha nacido del sacri
ficio y de la voluntad inspectorial al
servicio de los jóvenes futuros sale-
Hoy, ya se sabe, las vocaciones han
disminuido. Actualmente hay 280 as
pirantes de la Inspectoría de Madrid.
Se mantiene bastante el número pero
han bajado los índices de perseve
rancia. Antes sólo había cuatro cur
sos y eran más que ahora en seis. “ En
sexto —dice Javier— somos 24, en
quinto éramos 60 y en cuarto, 75. Y
conste que se nos han añadido mu
chos compañeros que han llegado de
otros colegios.
La vocación... Las vocaciones...
¡Cuántos cabos hay que atar en una
vida hasta lograr la maduración de
la vocación sacerdotal! ¡Cuánta gene
rosidad se requiere por parte de las
familias cristianas y por parte de los
jóvates! Porque ser sacerdote hoy día
ya no es tanto un beneficio material,
sino más bien un servicio, una en
trega.
Por eso, Arévalo no es una fábri
ca de curas; es un lugar apto en don
de la vocación se madura mediante la
reflexión y el estudio para una deci
sión personal y generosa.
UNA COLMENA EN ACTIVIDAD
Basta poner los pies en el pórtico
de entrada del seminario para darse
cuenta de que se entra a un lugar
en el que se vive el trabajo. El silen
cio se interrumpe con la voz de algún
profesor. Quizás se oye una canción
de un grupo de chicos que celebran
la eucaristía en la capilla. En el pór
tico se observan detalles artísticos;
carteleras de anuncios, flores, muchas
flores. Los jardines están cuidados con
esmero...
En la mesa redonda se habla de
la biblioteca. No es un lujo. Los li
bros no cogen el polvo. Diariamente
hay una hora de biblioteca. Tiene un
buen número de volúmenes y “es la
delicia de los aficionados a la buena
literatura”.
Me dicen que se cultiva el teatro
con asiduidad. Esto es noticia. Una
vez al mes se celebra una represen
tación. La afición ha cobrado empuje
por el entusiasmo de Pedro Cuevas y
Andrés Sanz, dos salesianos que han
puesto alma en revivir la escena y la
escenografía. Tienen también sus se
siones de teatro leído.
No es raro que se sorprenda al vi
sitante con una orquesta muy ori
ginal pKjr la diversidad de instru
mentos de que consta. Arduo el tra
bajo de los clérigos Pedro Pablo Gar
cía y Luis Femando Sánchez. Ambos
llevan a cabo esa tarea tan salesiana
y tan en consonancia con el espíritu
de Don Bosco y de nuestra época.
Y los trabajos manuales. Hay un
grupo con un gusto refinado. Tiene
su taller, donde elaboran los formida
bles murales que aparecen en el pór
tico semanalmente.
Con razón, el colegio puede definir
se así; una colmena en incesante acti
vidad.
PENSANDO EN EL FUTURO
Pregunto por el número actual de
aspirantes. Ahora hay 280. Vienen
también a clase unos 120 chicos ex
ternos; pero están separados de los
seminaristas.
Se trata de un colegio oficialmente
reconocido y funcionan la Educación
General Básica y el Bachillerato Uni
ficado Polivalente. El personal es ex
clusivamente salesiano: 12 sacerdotes,
7 clérigos y 4 coadjutores; total, 23
salesianos.
Hay un buen grupo de antiguos
alumnos, con su centro y sus activi
dades; y una organización de la Archicofradía con más de 40 capillas de
la Virgen. María Auxiliadora recorre
todo el pueblo.
Pregunto por el futuro del semina
rio. “Es arriesgado profetizar sobre un
tema que no está del Uído en nues
tras manos”. “ Es posible que se ten
ga que avanzar hacia otras formas de
ser de los seminarios con sus corres
pondientes riesgos y prudencias" —co
mentan—. Sin embargo, la comuni
dad inspectorial lo ha visto y exami
nado en su Capítulo cómo es y cómo
debe ser.
En estos veinticinco años el semi
nario ha desempeñado un papel muy
importante. Creemos que seguirá sien
do un lugar céntrico de la Inspectoría
de Madrid. Desde luego, está prepa
rado para afrontar el nuevo plan de
estudios.
Fruto de estas bodas de plata y
como primicias del Inspector entran
te, esperamos la realidad de los labo
ratorios de Física y Química que com
pletarán el marco de los materiales di
dácticos que se necesitan.
* * *
Nuestra conversación tocaba a su
fin. Subimos a tma de las terrazas. La
anchura de Castilla se abría a nues
tros ojos con todo el verdor de la
primavera. Verdes pinares y trigales.
Al borde de la ciudad, el castillo, co
mo un barco encallado en el tiempo.
Sobre la inmensa llanura, la carretera
gris, siempre huyendo, como el tiempo.
RAFAEL ALFARO
El 7 de febrero
de 1960
se entregó
el diploma
de Cooperador
Insigne
al Reverendo
don Manuel Galón,
Párroco,
don Lucas Gómez,
exaicalde,
qufenes
falicHaron
la fundación
del aspirantado.
11
DE NDEYO EN ESPAÑA
Esta vez. el Redor Mayor llegaba a España,
pero sólo con intención de quedarse en Andalucía.
Hacia un mes escaso que había estado en Madrid
y Barcelona. Ya había estado en León, Valencia,
Portugal... Le quedaban ahora Córdoba y Sevilla.
En primavera es una tentación venirse por estas
tierras; pero su viaje tenía otras metas.
El 27 por la tarde, después de la celebración de
la Palabra, don Cristóbal Villalobos, Vicario de
Córdoba, hizo la síntesis de una conferencia de
don Gil Viganó'. “La autoridad en la comunidad
salesiana local". El día 28 estuvo dedicado al estu
dio de los problemas particulares de cada inspec
toría.
Del 20 al 30 de abril, en la Casa Inspectorial de
Córdoba, de reciente inauguración, se reunieron los
señores directores de las comunidades de ambas
inspectorías sevillana y cordobesa para unas jorna
das de espiritualidad salesiana.
El mismo día 28, a las nueve de la mañana, pro
cedente de Roma, llegaba el Rector Mayor a Cór
doba. Fue recibido por los dos inspectores de las
dos provincias andaluzas y por los directores de las
mismas. Llegaba para presidir las sesiones de estu
dio de ambas inspectorías.
Lot directores de las dos Inspectorías andaluzas se reunieron con don Rícceri en el Colegio Mayor de Córdoba
12
—
El Rector Mayor presidió en Cór
doba unas reuniones de los direc
tores de las dos inspectorías an
daluzas.
I
El día 29 durante la alabanza de la hora ma
tinal, el padre Kicceri dirigió una meditación.
La sesión de la mañana estuvo a cargo del pa
dre Inspector de Córdoba, don Antonio Calero.
Se trató el tema: “El director, animador de la co
munidad”. En la puesta en común, después de las
reuniones por grupos, el Rector Mayor tomó va
rias veces la palabra para aclarar conceptos y alen
tar a todos en la común tarea de crear auténticas
comunidades.
“El problema número uno — observó— es el de
formar a los hombres según las nuevas exigencias
de la vida salesiana. La medida es TODO EL CA
PITULO GENERAL 7 LAS NUEVAS CO NSTI
TUCIONES; no una parte. Y esto vale para los
salesianos mayores y para los más jóvenes. Todos
debemos encontrarnos dentro del espíritu del Ca
pitulo General”.
La sesión de la tarde estuvo a cargo de don Mi
guel Aragón, delegado de la Pastoral de Adultos.
Trató el tema: “La comunidad fermento animador
de la Pastoral Salesiana”.
También en la puesta en común, el Rector Ma
yor puntualizó el compromiso salesiano de ser los
animadores del movimiento salesiano en el ambien
te en que se desenvuelven los hijos de Don Bosco.
Cálida y familiar fue la concelebración de la
Eucaristía, a últimas horas de la tarde, presidida
por don Luis Ricceri. El mismo hizo la homilía
glosando el texto evangélico del Buen Pastor.
La mañana del día 30 estuvo dedicada a la re
unión de los Consejos Inspectoriales de Córdoba y
Sevilla, con la asistencia del Rector Mayor. A las
cuatro y media de la tarde, en el salón de actos
del Colegio Mayor “San Rafael”, se celebró un en
cuentro de don Ricceri con un gran número de
Estupenda fotografía de don Ricceri y don
Antonio Calero. Sin palabras.
salesianos de la Inspectoría de Córdoba, a quienes
dirigió una interesante conferencia. Después de las
palabras del Rector Mayor se mantuvo un anima
do diálogo en el que el Superior respondió a las
distintas preguntas e intervenciones de los salesia
nos presentes.
En la mañana del día 1 de mayo partió para
Sevilla donde también tuvo una reunión con unos
doscientos salesianos de la Inspectoría sevillana y
de Hijas de María Auxiliadora. Ese mismo día sa
lió en avión para Roma.
Corta visita, pero con metas bien definidas. La
palabra del sucesor de San Juan Bosco es siempre
una garantía de luz en estos tiempos de renovación
poscapitular que estamos viviendo. Y no sólo la
palabra, sino, aún más, los contactos personales y
las vivencias en determinados momentos y circuns
tancias.
De nuevo nuestra despedida es “hasta pron
to ”..., hasta la próxima vuelta.
C. R. M.
— 13
JK E M U
UN GUI
EL
PRIMER
PROVINCIAL
DE
LA
INSPECTORIA
SALESIANA
DE
CORDOBA
Don José Doblado: “Su arma supre
ma de conquista era la bondad; una
bondad sin repliegues, sin falsas
apariencias, puesta al alcance de
todos, ofrecida en la amistad se
ria y verdadera, y en la broma fa
miliar con dimensión andaluza y saleslana.
14 —
El 23 de junio de 1937 nos
ordenábamos en la Mezquita de
Córdoba los Salesianos que tuvi
mos como director de teólogos
a don José Doblado en Alcalá
de Guadaira. Aún resuenan en
mis oídos las palabras que uno
de mis compañeros dijo en la
sobremesa de aquel día inolvi
dable: “Aunque tengáis diez mil
pedagogos, sólo tenéis un pa
dre”. La emoción se asomó al
rostro de don José. Sus ojos es
taban húmedos y su garganta
anudada.
Sí, Dios le había dado un co
razón grande como las arenas de
la playa, un corazón paternal, a
la medida de su estatura, de su
apellido. Por eso, quizá, su amor
al “Corazón” de Jesús y a Ma
ría Auxiliadora, las dos devocio
nes “cordiales” que le infundie
ron ese amor a ía juventud po
bre; siempre atento a las nece
sidades de los demás. Los ni
ños humildes de Córdoba, de Má
laga, de Sevilla... le recuerdan
como al verdadero “padre” que
se hizo todo para todos.
No era su capacidad intelectual
el medio con que se ganaba a las
personas hasta lograr su amistad.
Era un hombre más práctico que
intelectual. Su arma suprema de
conquista era la bondad; una bon
dad sin repliegues, sin falsas apa
riencias, puesta al alcance de to-
in u D i.
N U M Z IN
dos, ofrecida en la amistad seria
y verdadera, y en la broma fami
liar con dimensión andalu2a y salesiana.
A CELEBRAR
EN EL CIELO LA FIESTA
DE MARIA
AUXILIADORA
Hombre gigante, humana y
espiritualmente, cargó sobre sus
espaldas grandes responsabilida
des que la Congregación le fue
confiando en el transcurso de su
vida larga y generosa.
El salesiano que entregó su
alma al Señor, en Málaga, el pa
sado 14 de mayo, a los ochen
ta y un años de edad, había na
cido en Lucena, el 24 de sep
tiembre de 1892. En 1903 en
tró en el Colegio Salesiano de
Córdoba y en 1906 pasó a Ecija como aspirante. En 1909 comen2Ó el Noviciado en San José
del Valle donde hÍ20 su prime
ra profesión en 1910. Después
de su ordenación sacerdotal en
1919 pasa a ocupar los puestos
de responsabilidad que le va
confiando la Congregación:
1927.— Es nombrado director
del Colegio de Málaga.
1935.— Director del Colólo
de Córdoba.
1942.— Director del Colegio
de Las Palmas.
1947.— Director del Hogar de
San Fernando, Macarena-Sevilla.
1953.— Director del nuevo
Estudiantado Teológico de
Andalucía, en Alcalá de Guadaira (Sevilla).
En 1954 se divide en dos la
Inspectoría Bética: la de Sevi
lla y la de Córdoba, Don José
Doblado es el primer Inspector
de la Inspectoría cordobesa. Des
pués de seis años de intensa crea
ción y configuración de la nue
va provincia, se retira en 1960 a
Torremolinos como capellán de
las Hijas de María Auxiliadora.
Desde 1965 hasta su muerte es
el confesor de la casa de Málaga,
colegio donde había trabajado
como clérigo y donde vivió sus
primeros años de director.
Según se puede apreciar, toda
su vida fue un acto de entrega y
servicio a la Congregación Salesiana, a la que amaba con toda su
alma. Como salesiano, se distin
guió por su amor a los jóvenes,
principalmente a los más pobres.
De ahí el entrañable afecto que
sentían por él los antiguos alum
nos de Málaga, de Córdoba o de
Sevilla, a los que él les había
abierto los horizontes en la vida.
En los colegios donde estuvo
supo crear un profundo clima de
familia entre salesianos y alum
nos. Con Don José Doblado todos
se sentían bien, todos trabajaban
contentos.
Asimismo, como buen salesia
no, profesó un gran amor a María
Auxiliadora, devoción que difun
dió entre los alumnos y el pue
blo. Una devoción no tanto de
prácticas externas, sino de plena
confianza en la Madre del cielo;
una confianza sencilla y filial, de
raíces populares profundamente
cristianas.
María era para él la Puerta del
cielo. De ahí su deseo y su sen
cilla convicción de morir en al
guna fecha mariana como signo
de toda su vida de fe en la Ma
dre de Dios. Conforme a su de
seo, partió a la casa del Padre
a celebrar allí la fiesta de María
Auxiliadora, precisamente el día
anterior a la novena de la Vir
gen. Con cuánto cariño la había
preparado él durante tantos años.
Esta fe daba una profunda di
mensión sobrenatural a toda su
actividad de salesiano.
C!omo inspector, antes que en
tregarse a obras materiales, su
gran empeño fue el de estar al
servicio de sus hermanos. Para
todos tenía detalles de gran deli
cadeza y a ninguno le faltaba la
felicitación del inspector en el
día de su onomástico. “Don José
Doblado — se le definió— fue un
auténtico caballero.”
“Por la m uerte— ha escrito
L. Boros— el hombre se realiza
a sí mismo, llega por fin a la
madurez definitiva, a la libertad
y al conocimiento sin límites.
Por la muerte se hace capaz de
tomar una d e c isió n definitiva.
Y por esta decisión se realiza el
encuentro con Cristo más diáfa
no de su vida.” Don José Do
blado — enorme su estatura de
hombre, de salesiano y de sacer
dote— ha realizado su encuentro
con el Señor. Buen ejemplo para
la F a m ilia Salesíana, para los
que lo co n o cim o s y vivimos
con él.
R. A.
— 15
SEVILLA
Como
mientos
nes han
no a la
en los grandes acontecí*
marlanos, nuestros corazo
vibrado a! unísono en tor
Madre.
Con la sencillez suma de la gran
deza, con ese tono fácil que im
prime a todo el amor, ha transcu
rrido el I Congreso Nacional de
Marfa Auxiliadora.
De Sevilla partió la chispa. Las
reservas optimistas de un hombre
probado en el dolor— la carretera
le ha jugado una mala pasada a la
pierna del querido D. Manuel Ruiz—
quien captó al vuelo la marlposllla de la idea y no ha dejado de
remover Roma con Santiago hasta
que ha hecho el congreso. Pensó
qué se podía hacer. Pensó cómo
se podía hacer. Pensó quiénes te
nían que h a c e rlo y... a crear el
equipo. Y el equipo se hizo y la
gente se entusiasmó y la g en te
vino de toda España y tos frutos
han empezado a madurar.
íi' 'íV '
ft. .
A
V
ivO
V
Una carta del Rector Mayor.—
El Congreso lo han hecho las archicofradías de María Auxiliadora.
Pero han participado militantes de
ambientes no salesianos. Sólo en
Sevilla no ha quedado comunidad o
asociación mariana que no haya re
cibido el cartel anunciador, cartel
que yo he visto en tas puertas de
las más olvidadas capillas y aleja
das parroquias. Por eso era lógico
que el Rector Mayor enviara una
carta al congreso.
Decía el padre Ricceri: “ Nues
tra alma” salesiana se siente pro
funda y gozosamente concorde con
et Capítulo General Especial, que
nos enseña: “ La larga e ininterrum
pida tradición maríána de nuestra
familia, fundada bajo el convenci
miento de que "María lo ha hecho
■'m
-■ m -'
1
1
Mesa presidencial
de la tercera ponencia.
Don Manuel Ruiz,
el organizador
del Congreso,
hace la presentación.
vuestro trabajo dé como frutos los
resultados que os proponéis, entre
ios que c ie rta m e n te no faltará
— una sólida justificación teológica a
tono con la actual doctrina relativa
a la devoción mariana y en concre
to a la devoción de María Auxilia
dora, la cual por su sencillez sea
salesianamente accesible a toda
clase de personas y por solidez sea
apta para convencer y ahuyentar
cualquier error relativo a esta ma
teria:
K
SÍVIIA
iwoim
'-y
— La creación de un clima más
fervoroso de veneración, afecto,
imitación y confianza en María Au
xiliadora entre todos los herederos
del Espíritu de Don Bosco.
Ai mismo tiempo que expreso
a los organizadores mi complacen
cia y mi personal aplauso, invoco
sobre ellos y sobre todos los parti
cipantes en el I Congreso Nacional
de María Auxiliadora la bendición
de nuestra buena Madre” .
todo” , porque Ella es la fundado
ra y auxiliadora de nuestra Obra,
deberá seguir caracterizando la es
piritualidad y la mística apostólica
de los hijos de Don Bosco” . (Actas
CGE, núm. 545).
Vosotros habéis descendido a
la aplicación práctica de cuanto el
supremo órgano de la Congrega
ción nos ha indicado. Os deseo que
Han sido muchos congresistas, no
sólo se deben tener en cuenta a los
que hemos ocupado el aula de se
siones p o rq u e son millares de
amantes de la Virgen los que han
seguido todos los actos por la
abundante bibliografía periodística,
por la radio y la TV, los días 11,
12, 13, 14 y 15 de mayo. Se ve que
la secretaría de prensa ha funcio
nado a perfección.
APERTURA CON BAILES POR
“ SEVILLANAS” . — HABLAR DE LA
VIRGEN, ES HABLAR DE FIESTA,
HABLAR DE QUE POR EL AMOR
VAí.OS A VENCER.
A las 8 de la tarde del 11 de
mayo estaba prevista le apertura
del congreso. Subían brisas del
Guada quivir a la Ciudad-maravilla.
La alegría de los pájaros, por el
azul purísimo de la tarde sevillana,
era eclipsada por el color de cien
tos de banderas desplegadas y por
las “ sevillanas de María Auxiliado
ra” que repiqueteaban en los alta-
W '- 1: i
A
Los Remeros
de la Puebla
actuaron
con simpatía y arte
en la clausura
del Congreso
*»-
SEVILLA
ir-
4 ^
Un detalle de los asistentes. En primera fila, el provincial de Sevilla, don
Modesto Bellido, el provincial de Barcelona, el Rector de la Universidad
Laboral de Sevilla...
voces de la casa de la Trinidad,
iban entrando en el patio del cole
gio los congresistas con la estampa
del congreso en la solapa. Se salu
daban los valencianos, los santanderinos, los catalanes, los alican
tinos, los madrileños... Y llegó la
tuna de la Universidad Laboral de
Sevilla en un remolino de colores
y risas. Pero ¿dónde iba a caber
tanta gente? Buen número tuvo que
seguirlo por los altavoces del patio;
no habla en el auditorio sitio para
casi 2.000 personas presentes.
Y empezó el Congreso Mariano.
Doña Felisa Flores, presidenta de
la archicofradía de la Trinidad, dio
la bienvenida a los congresistas
con las famosas palabras de Don
Bosco a las Hijas de María Auxilia
dora en 1685: "La Virgen está entre
nosotros y nos cubre con su man
to". El director del Congreso, pa
dre don Manuel Ruiz, leyó abun
dantes adhesiones de León, de Ato
cha, de Cádiz, de los Hogares Mundet, de Ecija, de Bilbao, de Puerto
Real, de casi toda España salesiana. El padre Valentín Vigueras pre
sentó al primer conferenciante del
congreso, el periodista don José
María Javlerre que habló de María
en el horizonte del hombre contem
poráneo.
El Sr. Javierre, con la sencillez
y la salsa que sabe imprimir a sus
palabras, mantuvo la atención del
auditorio dejando caer anécdotas
y sabrosas ocurrencias por en
tre la delicia de sus argumen
tos. Hizo elogios de Sevilla, su
casa a d o p tiv a , calificándola de
ciudad ideal para congresos por
18
ser una de tas ciudades más boni
tas del mundo. También reconoció
el riesgo que supone la primavera
de Sevilla para el trabajo: “ Sevilla
no parece estar dispuesta al estu
dio serio, sino más bien, a la ex
plosión festiva". Pero hemos de de
cir que, a pesar de la primavera
tentadora, se ha estudiado mucho
y bien estos días en Sevilla. A eso
se vino, no a procesiones ni rosa
rios mañaneros.
"Nuestros hijos y nietos, dijo,
van a ser capaces de dar techo,
trabajo y cultura a todos los hom
bres de a tierra". Concluyó que, en
estas perspectivas, no podemos ser
profetas de desventuras.
El hombre nuevo — añadió—
grande en la ciencia y en la
técnica, es una pura interroga
ción y necesita una palabra que
no puede ser otra más que el
Dios e n c a rn a d o que nos trajo
María, la mujer grande, la mujer
vehículo de la historia a pesar de
que la humanidad ha permanecido
a mitad de rendimiento porque el
hombre ha guardado celosamente
la inteligencia de la mujer para que
ésta no le hiciera la competencia.
El hombre nuevo, de cara al futu
ro, que no cuenta con todos los
medios para su autotransformación,
encuentra su motivo de esperan
za en la Virgen María que ha roto
ya el techo del cielo, como asegu
ra el Dogma de la Asunción. El
hombre nuevo, temeroso de que
le estalle el mundo en la mano en
el cataclismo de la deshumaniza
ción, falto de unos brazos de ter
nura, encuentra amor maternal y
alegría de vivir en María, Madre de
cada uno y Madre de la Iglesia,
Madre al servicio de la fe, la es
peranza y la caridad, fuente y cau
sa de alegría hasta el punto de que
hablar de la Virgen es hablar de
fiesta, hablar de que por el amor
vamos a vencer.
Muy aplaudido fue el Sr. Javie
rre tras quien actuó la Rondalla
de la Universidad Laboral y el Cua
dro Flamenco de las salesianas de
Nervión.
TRES PONENCIAS EN LA JOR
NADA DE ESTUDIO.— La direc
ción del congreso ha espantado el
fantasma del triunfalismo. Todo ha
sido sencillo, espontáneo. La gran
diosidad ha sido la consecuencia
lógica de la obra hecha con amor
a María. El día esencial del con
greso — 12 de mayo— pasó en el
silencio de la reflexión y la densi
dad del diálogo teológico-apostólico.
El inspector de Córdoba, don
Antonio María Calero, fue el pri
mero en desarrollar su tema: Ma
ría, Madre de Dios y Madre de
la Iglesia (nuestra devoción filial).
Don Antonio centró el misterio de
María en el misterio de Cristo. Des
cribió la actitud filial como núcleo
del cristianismo. Puso de manifies
to la Maternidad divina como fun
damento de la grandeza de María,
Madre del Cristo total. Madre de
la Iglesia, e insistió en que somos
“ testamento" de Cristo a María y
en la dimensión social del amor
de María hacia nosotros, sus hijos.
Exaltó la figura de María como ti
po de la Iglesia y dedujo la nece
sidad de nuestra imitación. Habló
de la práctica de las virtudes por
la Virgen. Desmenuzó el evangelio
haciendo ver que la vida de Ma
ría se desarrolló en la clase oscu
ridad de la fe, el gozo de la es
peranza y la magnitud de su amor
iluminado, respetuoso, discreto, ca
llado, fiel y constante.
María colaboradora del plan de
Dios (nuestro Apostolado Seglar)
fue la segunda ponencia. Don Ce
lestino Rivera habló de María en su
aceptación personal del Plan de
Dios: de cómo no hay modo de
comprenderla sin Cristo; de que la
fundamental exigencia de la aco
gida del Plan de Dios es trabajar
porque los otros lo acojan, siendo
María también incomprensible sin
sus hermanos los hombres; de que
el modo de trabajar para que los
otros acojan el Plan de Dios es
“asociarse” y colaborar unidos a
los Pastores para la obra de evangelización del mundo en movimien
tos de apostolado seglar; de que
María, en la Iglesia que reorganiza
su unidad a partir de Pentecostés,
ocupa su puesto junto al cuerpo
apostólico como verdadera Madre
y Auxiliadora de la Iglesia, de mo
do que no se la puede comprender
sin la Iglesia.
Con el tema expuesto por don
José Antonio Rico, inspector de
Madrid, terminó el día; Mana, alma
de la primera comunidad cristiana
(nuestra organización) fue su mate
ria. Descrita la primera comunidad
crisiiana, el conierenciante encon
tró unos puntos de comparación
con nuestras comunidades actua
les, fijó el papel de María en los
disúnios momentos de la vida de
Jesús y'd e la Iglesia naciente, explicanoo el significado de los tí
tulos “ Reina ae los Apóstoles” y
“ María Auxiliadora” . Por último, se
refirió al valor apostólico de la
archicofradía de Mana Auxiliadora
y a la plena validez de la devoción
y culto a la Virgen.
Diversas comunicaciones y ani
mados coloquios siguieron a las
conferencias, en el intento de des
cender a la práctica y de perfi
lar las orientaciones para la ac
ción: campañas d e propaganda
de la B ib lia y los Evangelios;
puesta al día y esmero en las ho
jas de difusión, estampas y fo
lletos; revalorizar la visita domi
ciliaria como ocasión de unir a to
da la familia en torno a la Madre;
compromiso de trabajo en las pe
riferias urbanas por sus necesida
des materiales y espirituales; co
operación con Cáritas; integración
en la pastoral de conjunto; creación
de una vocalia de emigración...
Solemne clausura del congre
so.— La mañana del 14 de mayo nu
merosos peregrinos desfilaron ante
la imagen coronada de la Virgen
Auxiliadora de la Trinidad.
Grande es el templo de la Trini
dad, pero muy insuficiente para
a c o g e r a más de 4.000 fieles
que deseaban participar en la eu
caristía. Mucho antes de la hora
tuvimos que buscar un hueco en
la nave del crucero. Allí estaban
“ Los de Doñana" que interpreta
rían la “ Misa por sevillanas" a ma
ravilla.
El templo, resplandeciente, era
un hormiguero humano que se sintió
sobrecogido con los sones de la
gaita y el tamboril roderos.
Cuarenta concelebrantes, presidi
dos por el irrspector de Sevilla don
Antonio Hidalgo, se agruparon en
tonto a la mesa. El señor Cardenal,
doctor Bueno Monreal, faltó por
hallarse enfermo. Pero envió una
carta a los congresistas que fue
leída en la homilía. El padre Hi
dalgo, con sobriedad y precisión,
glosó las palabras del señor Carde
nal que reafirmaban de nuevo cómo
la devoción a María Auxiliadora
es una característica esencial de
la espiritualidad salesiana y cómo
esta devoción es fundamentalmente
apostólica y creadora de compro
misos.
Al ofertorio, se acercaron al altar
representantes de medio centenar
de archicofradías presentes por
tando varias ofrendas, al tiempo
que sus banderas recibían de ma
no de los s a c e rd o te s un lazo
con los colores azul y rosa en
recuerdo del congreso. De inme
diato, se hizo la consagración de
los congresistas a María Auxiliado
ra por boca del director del congre
so, don Manuel Ruiz Guerrero.
A la comunión, se dispersaron
los sacerdotes por las naves y las
puertas del templo para distribuir
la eucaristía. Y, acabada la cele
bración, en una entusiasta explosión
de júbilo, brotaron los vivas y los
aplausos a la Virgen, entonándose
por fin el “ Rendidos a tus plantas” .
Gracias que está cerca el cine
Alkázar al colegio de la Trinidad
y se montaron dos sesiones de
clausura simultáneas, en el gimna
sio del colegio y en el referido cine.
Don Antonio Hidalgo, con bellas
palabras y basándose en el símil
del “ paso de gloria" de la Virgen de
la Trinidad, encontró simbolismo en
los diversos detalles, al referirse a
los costaleros, los respiraderos, la
peana del paso. De todo ello se
valió para insistir en el programa
que Don Bosco presenta a la Archi
cofradía: amor a Jesús sacramenta
do, auténtica devoción a María Au
xiliadora y defensa de los obispos
y el Papa.
Siguieron luego los coros, la ron
dalla infantil de la Trinidad, los
bailes de la tierra por las alumnas
de las salesianas de San Vicente,
destacando la actuación de “ Los
Romeros de la Puebla" que arran
caran lágrimas de los espectadores
con su canto del Angelus y las
sevillanas rociaras. Viva impresión
dejó en el ambiente el popular
y hondo recital poético mariano
“María,
alma de
primera comunidad
cristiana
era la ponencia
de don José Antonio Rico,
el in^>ector de Madrid”.
del poeta de Arcos don Antonio
Murciano.
Pero el congreso que se había
distinguido por la seriedad del es
tudio no podía acabar sin una
última lección magistral y ésta la
trajo de Roma, con la bendición
del Papa, uno de los mariólogos
más prestigiosos, el doctor don Do
mingo Bertetto, del PAS, Secreta
rio de la Academia de María Auxi
liadora.
Habló con Bertetto de la presen
cia de María en la labor educadora
salesiana. Puso de relieve los pi
lares básicos del sistema educativo
llevado a la práctica por Don Bosco
y describió los hechos fundamen
tales que evidencia la constante
presencia de María Auxiliadora en
la obra salesiana, tanto en vida de
Don Bosco como en el posterior
despliegue de su obra por todo
el mundo. Con unas consideracio
nes sobre la indisolubilidad del
binomio devoción mariana-devoclón
eucarística, concluyó en el deseo
de que se llevaran a la práctica
los compromisos contraídos en el
congreso y emplazó a todos los
presentes a un encuentro eterno
“en la Sevilla del cielo” .
Don Bertetto se llevó los últimos
aplausos de los congresistas; me
jor, los penúltimos porque todavía
hubo quienes siguieron redoblando
palmas al son de las “sevillanas” .
Así terminó el I CONGRESO NACIO
NAL DE MARIA AUXILIADORA. Eran
las 2'30 de la tarde del 13 de mayo,
en Sevilla.
JOSE GIL
EL CARDENAL TARANCON CON
SAGRA EL ALTAR DE LA NUEVA
IGLESIA DE ATOCHA: El 23 de ma
yo, el Cardenal Tarancón bendijo
solemnemente la nueva iglesia salesiana de Atocha y consagró el
altar. También ha sido solemne la
novena de preparación a la fiesta
de María Auxiliadora. La han pre
dicado sucesivamente: Monseñor J.
Guerra Campos, Obispo de Cuen
ca; don José Antonio Rico, provin
cial de Madrid; don Abelardo Ar
mas, seglar; don José Luis Pérez,
salesiano; señorita Pepita Rodero,
Cooperadora Salesiana; don José
Pérez Lozano, periodista; don Joa
quín Ruiz Giménez, catedrático de
la Universidad de Madrid; don José
Ramos Zambrano, antiguo alumno;
Mons. Vicente E. Tarancón, Carde
nal de Madrid; y Mons. José M. Es
tepa, Obispo Auxiliar de Madrid.
7
he
.1
SENSIBILIDAD M ISIONERA
EN LA INSPECTORIA DE LEON
En la Inspectoría de León se ha tomado con seriedad y empeño el
problema de los emigrantes. Han hecho un estudio de la situación y están
buscando el modo de aportar soluciones comunitarias. Traemos esta rK>*
ticia como ejemplo de la preocupación misionera de una comunidad inspectoriai, sensible a uno de los problemas que más Inquietan a la Iglesia
de nuestra época.
De todos es sabido el interés que los Superiores
Mayores tienen por la atención a los hijos de emi
grantes en el extranjero. Las gestiones sobre lo que
se pueda hacer en este campo, han sido encomen
dadas a esta Inspectorfa; aunque sea una misión a
realizar a nivel nacional.
De las conversaciones tenidas con los Organismos
correspondientes, se deducen las observaciones si
guientes, trasladadas aquf para g e n e r a l conoci
miento. ambientación y mentalización de futuros tra
bajadores en este campo tan interesante:
A. SITUACION DE LA EMIGRACION EN FRANCIA
La política francesa en relación con la población
emigrante extranjera, tiene un claro matiz integracionista. Los emigrantes deben integrarse en la so
ciedad francesa. Ello trae como consecuencia el que
las autoridades no se hayan preocupado de crear
escuelas para emigrantes, ante el temor de que éstos
se mantuvieran en ghetos cerrados sin mezclarse con
los ambientes v con la cultura francesa.
20
—
Se calcula en unos 607.000 el número de emigran
tes españoles en Francia. A éstos hay que añadir
unos 30.000 de temporada. En esta numerosa co
lonia de emigrantes españoles hay más de 160.000 ni
ños menores de dieciséis años.
Trabajan en Francia 64 Capellanes españoles, con
un promedio en cada Capellanía de unos 5.000 es
pañoles. La situación económica de estos Capellanes
es bastante precaria: el estipendio que reciben es muy
bajo.
El trabajo apostólico-pastoral que realizan es más
bien escaso. Muchos se desaniman y regresan. De
hecho, las «altas» no llegan a cubrir las «bajas» que
se producen.
Para trabajar con eficacia hay que partir de la
situación real en que se encuentra Francia y la emi
gración allí. Se trata de auténtica tierra de misión.
Con los niños se ha hecho muy poco o nada. Es
difícil la creación de Colegios o Escuelas Profesio
nales con reconocimiento oficial.
4
Soluciones posibles: Parecen ser:
— O bien, la creación de un equipo misional abier
to y activo, que comience como lo haría en una
misión de paganos.
— O bien, hacer un proyecto de ayuda cultural,
religiosa, asistencia!, etc., a alguna colonia española
de una gran ciudad: París, Marsella...
B.
SITUACION DE LA EMIGRACION
EN ALEMANIA
Aquí el trabajo de los Capellanes es mucho más
cómodo y fácil. Se trata de emigrantes no integra
dos dadas las barreras del idioma y carácter.
La Iglesia es rica: pone dinero, locales. Centros
y otros medios a disposición de los emigrantes o
sus hijos.
Trabajan en Alemania unos 180.000 españoles, cal
culándose en unos 50.000 niños menores de dieciséis
años; 29.000 en edad escolar y 21.000 en prescolar.
Las escuelas alemanas están muy bien organiza
das y los niños españoles tienen obligación de asis
tir a ellas. En teoría, esto es bueno; pero en reali
dad son muy pocos los niños españoles que son ca
paces de seguir el ritmo de los alemanes —sobre
todo por la lengua— y poquísimos los que pasan
los exámenes oficiales y van al Bachillerato.
Hay en Alemania 94 Capellanes. Todas las Cape
llanías están ocupadas con muy pocas bajas y mu
chos apuntados para cubrirlas. El gran peligro de los
Capellanes en Alemania, que están muy bien paga
dos, es el de «instalarse» y resolver de este modo
cómodamente su vida personal a costa de la emi
gración. De hecho, contrariamente a Francia, la ma
yor parte de los Capellanes alemanes lleva en la
emigración muchos años.
Las Capellanías están ocupadas; pero hay otras
posibilidades de trabajar con la juventud: Oratorios,
MONS. CASTILLO, NUEVO OBISPO
SALESIANO: El 24 de mayo era
consagrado obispo en C a r a c a s
Mons. Rosario Castillo, auxiliar de
Trujiilo (Venezuela). El nuevo obis
po salesiano nació en San Casimi
ro, Venezuela, el 4-IX-1922. Se or
denó de sacerdote el 4-IX-1949. Es
doctor en Derecho por el PAS, de
donde fue después profesor. Fue
inspector provincial de Venezuela
en 1966 y miembro del Consejo Su
perior de la Congregación Salesiana desde 1967. En el último Capí
tulo General fue elegido como Con
sejero de la Pastoral Juvenil. Feli
citamos ai nuevo Obispo salesiano
y le deseamos fecundo é^iostolado
en su reciente misión pastoral.
Centros Juveniles, Escuelas Profesionales. En la
actualidad se trabaja poco con los chicos; sólo al
gunos maestros mandados por el Gobierno español.
C.
JUVENTUD EUROPEA
Existe en toda Europa un problema grave con
respecto a la juventud emigrante: jóvenes no inte
grados - bandas delicuentes - drogadictos... Es un
problema para la Iglesia, que no sabe como educarlos
en la fe y en la moral, y es un problema para los
Gobiernos, que comienzan a darse cuenta del peligro
político y social que van a suponer estos grupos de
jóvenes descontentos, fácil presa de ideologías y gru
pos revolucionarios o anárquicos.
Sería una labor importante y necesaria el encon
trar la manera de atender a estos jóvenes —rebeldes
y descontentos por rechazados— y tratar de rein
tegrarlos a la sociedad y a la Iglesia. Se requiere un
personal muy capacitado y apto para entender y ser
aceptado por esa juventud emigrante...
A grandes rasgos, este es el estado actual de la
emigración en esas dos naciones donde más emi
grantes españoles hay en la actualidad. ¿Qué se po
dría hacer? ¿Qué podríamos hacer nosotros? ¿Puede
alguno contestar estas preguntas? Con gusto y agra
decidísimos aceptamos cualquier sugerencia. No se
trata de obtener beneficios, sino de hacer un servicio
real a la Iglesia en un campo tan interesante y tan
urgentemente necesario como es esto de los emigran
tes. Aquí, como en nuestras misiones de otras partes,
el sistema Salesiano de trabajo con los jóvenes puede
ser una respuesta muy adecuada al grave problema
de la emigración. Y el trabajo en sí, un beneficio
para las Inspectorías; sobre todo para la generosidad
y espíritu de entrega de muchos jóvenes Salesianos.
UNAS
HORAS
EN MEDINA
De Medina del Campo al Bal
neario hay unos cinco kilómetros.
Es primavera y el coche corre en
tre verdes trigales. Hay mucho re
gadlo por aspersión y el agua cae
pulverizada sobre los campos. Por
la Inmensa llanura vallisoletana ne
grean las manchas de los pinares.
En pocos minutos llegamos al Es
tudiantado Filosófico Salesiano de
la Inspectoría de León. Un hermo
so edificio de corte clásico surge
entre una densa arboleda. Me di
cen que tiene las mismas caracte
rísticas que el Palacio de la Mag
dalena de Santander. Le dicen El
Balneario, nombre de la primitiva
finca, que después pasó a ser ca
sa de Auxilio Social y luego Filo
sofado Salesiano.
El silencio envuelve el ambiente.
Sólo se oye el canto del viento en
tre los eucaliptos. Los clérigos es
tudian en sus habitaciones, en la
biblioteca.
Sorpresivamente llegamos al des
pacho del director. Don Luis Loza
no nos recibe efusivamente. Saluda
mos a dos de los profesores que
están en casa. En seguida van acu
diendo los estudiantes salesianos,
jóvenes de dieciocho a veinte años
que, en esta casa, continúan sus
Grupo de estudiantes salesianos de Medina en amena plática con su
director, don Luis Lozano.
estudios de formación para el mi
nisterio sacerdotal.
Son 42 y pertenecen a las ins
pectorías de León y Madrid. 14 son
leoneses y 28 madrileños. Pero no
son todos, porque en Guadalajara
hay otro grupo de 27 estudiantes
de las dos inspectorías. En total
completan un número de 69 filó
sofos.
BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Beca “ Bibiana S oclat“ . N. e.: 5.000 pls. Total: 20.000 pls.
INSPECTORIA DE BILBAO
Beca “ Mamá Margarita". L. CaAada. Pamplona. N. a.: 250 pta. Total; 33.000 pts.
INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
"J. H. S." Las Palmas. N. e.: 8.000 pls. Total; 68.000 pts.
"Familia Hernández de Chacón*. Las Palmas. N. a.: 2.000. Total: 8.000 pts.
‘ Sagrado Corazón". Las Palmas. N. e.: 14.000 pts. Total: 114.000 pts.
"Familia Lara Padin". Las Palmas. N. e.: 650 pls. Total: 9.050 pts.
"Santa Catalina" II. Las Palmas. Primera entrega: 100.000 pts.
INSPECTORIA DE MADRID
Beca "Besama". L. LImIa; 150 pts. Total: 130.000 pts.
Beca ‘ Don Miguel Rúa". Ciudad Real. N. e.: 40.000 pts. Total: 65.000 pts.
Beca 'F a m ilia Francia Q." Salamanca. N. e.: 1.000 pts. Total: 24.000 pts.
INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca *AAo del P ilar*. Primera entrega: 1X.000 pts.
22
—
Hay un clima de estupenda fa
miliaridad, que convida a la con
versación lejos de los ruidos y de
la contaminación de la gran ciu
dad.
DOS AÑOS DE REFLEXION
Y ESTUDIO
Tengo oportunidad de platicar
con Don Jesús Arambarri, un sa
cerdote joven de Madrid, profesor
de los estudiantes. Me acoge con
amabilidad y en seguida nuestra
conversación cobra cauce y sentido.
Le digo que vengo con el objeto
de hablar en el “ Boletín Salesiano”
del Estudiantado de Medina. Que
la Familia Salesiana lee con gus
to estas dos páginas vocacionales
que salen todos los meses...
— El Estudiantado — me dice—
empezó en 1959, a los pocos años
de la división de las inspectorías.
Los jóvenes estudiantes salesianos
que hay aquí todos han hecho ya
el COU. Ahora hacen dos años de
estudios eclesiásticos, un curso de
Filosofía y el primero de Teología.
Algunos, pocos, van a la Universi
dad de Valladolid.
— No es raro que aquí estudien
estas materias eclesiásticas. Ellos
mismos lo han reflexionado y pre
fieren estudios pastorales y teoló
gicos a los civiles. Como vienen
directamente del Noviciado, creo
1 CON
que estos dos años son extraordi
narios para cimentar la formación
religiosa recibida.
— No cabe duda que tenemos un
ambiente de tranquilidad y silencio.
Tiene sus ventajas pues supone
una incalculable ayuda en estos dos
años para reflexionar y pensar en
su vocación.
— De aquí saldrán unos al tiro
cinio práctico y otros, si lo prefie
ren, a hacer sus estudios oficiales
en la Universidad, antes de comen
zar la preparación de tres años al
sacerdocio.
— Es un estudiantado abierto en
su profesorado. De casa con cinco
profesores salesianos; de fuera vie
nen un dominico, un agustino y
otro salesiano.
LOS ESTUDIANTES
SALESIANOS
—¿Lejanía? Si, estamos lejos del
ruido de la ciudad; pero nunca he
mos pretendido perder su contac
to. Quizás asistamos a menos actos
culturales, pero hay más reflexión.
— Sin embargo, creo que hemos
tenido más intercambios culturales
que si viviéramos en la misma ciu
dad, porque los buscamos expre
samente.
— Hemos tenido la vista del poe
ta, novelista y crítico Paco Umbral,
la de Martín Abril y la de José Gar
cía Nieto. Hacemos nuestros cine
fórum sobre las películas más ac
tuales y, sobre todo, seguimos con
mayor facilidad el curso de la cul
tura a través de las revistas y pu
blicaciones.
— No pensamos sólo en nosotros
mismos. Llevamos una vida plena
mente apostólica desde el sábado
por la tarde y durante todo el do
mingo en que nos dedicamos to
talmente a la juventud.
—Tienen mucho ascendiente en
la juventud de Medina — corta el
director—. Podemos decir que nos
conocen todos los jóvenes de la
ciudad. Se ha abierto hacia ellos
una gran corriente de simpatía y
se han logrado crear muy buenas
amistades.
—Llevamos todo el movimiento
de la catequesis de Medina, en don
de hay tres parroquias y dos igle
sias anexas. De este modo, no sólo
los jóvenes, sino también los peque
ños son objeto de nuestra activi
dad.
— Dirigimos el grupo juvenil "Legio Club", en colaboración con un
padre dominico.
— En el mismo Estudiantado te
nemos un Oratorio Festivo. Actual
mente acuden ocho equipos de fút
bol de jóvenes trabajadores de die
ciocho a veinte años. Vienen a gus
to. No ejercemos sobre ellos nin
gún paternaiismo, sino que hay gran
camaradería entre todos.
— Dirigimos también la Eucaris
tía dominical de todas las parro
quias e iglesias de Medina. El do
mingo no tenemos la misa en casa,
sino que vamos a la ciudad.
*
*
*
De Medina al Balneario hay cin
co kilómetros de unión, no de se
paración. Las bicicletas ruedan ale
gres y los jóvenes salesianos cons
tantemente van en busca de su
campo de acción.
Medina del Campo, ciudad en
donde las piedras hablan, gritan sus
recuerdos históricos. Sobre este
fondo de la historia estos jóvenes
salesianos viven sus años de for
mación, preparándose mediante la
reflexión y el estudio para la vida
salesiana que, si ya es realidad go
zosa, ahí les está esperando en sus
respectivas inspectorías de León y
Madrid.
y
ENTREGADOS A LOS JOVENES
Después de sacar unos grupos
fotográficos, nos quedamos en la
dirección conversando con el di
rector Don Luis Lozano y tres jó
venes salesianos: Miguel Ramos,
Jesús Luis Manzano y Antonio
Ovalle.
iii
Medina del Campo:
Fachada
del Estudiantado
Filosófico.
’-S t -
IHI « 1 K f S t
m
II
EN TENGRA
Cuando el señor Arzobispo de Calcutta nos confió
la nueva parroquia lo dijo claramente: «Sé que os
pido algo duro. Os doy barriadas que están en los
limites de la miseria moral y material del mundo.»
Cuando esto se oye decir en Calcutta. la ciudad bo
rrada del mapa turístico de la India por sus desórde
nes y extremismos, uno tiene que prepararse a ver
mucha miseria.
Salgo de casa con las sombras de la mañana. El
aire todavía fresco y virgen. La vespa trota con un
ronroneo de seguridad. Hombres medio embozados
se me cruzan por las calles desiertas. Otros, al lado
de cualquier cuneta o acera, hacen sus necesidades.
Hay una neblina suave que lo esconde todo con mi
sericordia.
Tengra, el barrio de las fábricas de curtidos, no
se ve. Se huele. Es un olor extraño mezcla de pie
les, de ácidos, de aguas estancadas, verdes, azuladas,
con muecas de burbujas...
Carros tirados por hombres llevan pieles en diver
sos estados de acabado a la ciudad o a las fábricas.
En ellas, enormes tambores llenos de agua mueven
las pieles continuamente de noche y de día. Los tra
24 —
bajadores las van clavando, bien estiradas para se
carlas al sol, en tablados palafitos sobre las charcas.
El barrio es todo de relleno de escombros y tiene
sólo una dirección para más de 200 fábricas: 47.
South Tengra Road.
Llego a la capilla y la encuentro cerrada. Dejo la
vespa bajo una trinitaria de flores rojas y blancas.
En Tengra no hay árboles, solamente flores en ties
tos. Hubo hace muchos años cocoteros en el área;
ahora se ven solamente troncos secos como muñones
contra un cielo de ceniza. Tomo el breviario y me
pongo a pasear.
Unos perros lanudos y gordinflas me acompañan
arriba y abajo como si fuéramos amigos de toda la
vida. Esteban llega, pidiendo perdones y me abre la
capilla.
Esteban recibió el bautismo el día de Navidad, a
sus 21 años. Ahora, como el primer diácono traduce
los sermones y habla a la gente con su cara de niño
y les hace sonreír cuando les dice que el próximo
12 de agosto será la fiesta de la Inmaculada... Todo
fue una equivocación de acento y una sílaba en es
ta lengua JACCKA. Pues todos los chicos escriben
de un mismo modo —cada palabra es un signo— pe
ro leen como pueden... o como Dios les da a enten
der.
La capilla es una habitación de bambúes, cubierta
de tejas y alquilada por 2.000 pesetas al mes. Hay
que preparar el altar, quitar el polvo a los bancos,
esconder la miseria con algunas colgaduras... Me sien
to en el confesionario con la estola blanca mientras
la gente va llegando. Son las seis menos cuarto de
la mañana.
Delante de mis ojos, el primer sol va dibujando
el eterno y sucio paisaje de tablados de maderas y
bambú cubiertos de pieles. Los patos limpian sus
gargantas en bemoles estridentes.
La gente va llegando y se arrodilla en silencio. Fi
nalmente empieza la Misa.
ÑIAN TSZU YU NIMUN THUNG TCHAI!...
Una grande humillación y penitencia el pronun
ciar palabras para las cuales nuestros labios no han
sido entrenados, ni lo pueden ser cuando se pasa de
los cuarenta.
Pero por las almas hay que hacer el loco muchas
veces. ¡Adelante!
Esteban me traduce el sermón. Muchos de ellos
entienden el inglés por haber estudiado en escuelas
católicas. Y así, a trompicones, llego al final. NI SA
LI SEN! El último beso sella la ceremonia. Y no hay
tomates, a Dios gracias.
Voy a llevar la Comunión a una cieguecita; Rita.
Tiene ya la casa preparada que es un primor. Un
saco hace de tapete y no faltan dos velas rojas. Por
que el rojo y el azul son símbolo de alegría. Blan
co, negro y verde son colores tristes para los chinos.
¡Y he pensado en pedir permiso para llevar siem
pre sotana roja... aunque tal vez el vicario general
opte por ponerme un ojo... azul!
Voy a las fábricas a saludar a la gente. Rodeando
las naves que alojan las máquinas, hay habitaciones
para los diversos miembros de la familia. Siguen el
sistema patriarcal y ordinariamente los hermanos vi
ven y trabajan jimtos aun después de casados. Los
niños, con sus ojos de almendra, traen color y ale
gría a este ambiente oscuro y casi sórdido.
No falta la taza de té, o la coca-cola o las comi
das chinas que son algo exquisito...
Pero no la primera ni la segunda vez que uno va
a Tengra. El estómago se niega a funcionar por unos
días.
Este es mi campo de trabajo. Mi programa: Abrir
una escuelita con las monjas para atraer a todos los
niños del barrio. El inglés les es esencial, pues la
mayoría deberán emigrar y salir fuera de Calcutta.
Necesito un terreno (30.000 dólares) y una escue
lita (50.000 dólares) y un centro juvenil para toda
esta juventud que no ha conocido otra cosa que es
ta miasma inmensa.
Un centro juvenil... Todo esto es soñar demasiado
cuando uno lleva ya veintiún años en la India.
¡Mitad de una vida! Uno se ha casi ambientado a
esta mezcla híbrida del Oriente que curte, amansa,
mata y nivela. Todo esto es una gran ilusión. Pero
lo expongo a mis amigos, los bienhechores, para que
hagan ellos el milagro.
Hoy en Tengra no nacen árboles. Pero crecen to
davía flores en los tiestos.
Yo he plantado una flor blanca, de ilusión y es
peranza, para transformar este tercer mundo de mi
seria, en un mundo digno de los hijos de Dios.
EUGENIO OJER, SDB.
Misionero Salesiano. Calcutta 31-1-1973
25
CIEN DIAS
EN
MAGALLANES
por TEODORO NIETO GARCIA
Chile.— Volcanes Osorno
y Calbuco, vistos desde Llanquíhue.
4 de diciembre, 1972. Son las
primeras horas de luz del dia. La
noche se pasó rápida. Había can
sancio del día anterior: termina
ción de los Ejercicios Espirituales
en la riente Viña del Mar, recorri
do por la industrial Concón y la
soleada Quilpué, trajín de male
tas y emoción de despedida en
Santiago. Partía para el sur chi
leno. la Tierra de los Sueños mi
sioneros de Don Bosco.
—«Harás los Retiros —Ejerci
cios Espirituales— a los Salesianos
y Salesianas de Magallanes: pasa
rás allá el verano lejos de los
calores de Santiago; tendrás la
oportunidad de una experiencia
pastoral en la Parroquia de María
Auxiliadora; la escasez de alimen
tos no la sentirás tanto como aquí
(en Viña del Mar los días anterio-
26
res en verdad sentí los efectos
del gusanillo famélico) y, si aquel
clima te sienta..., te quedarás por
allí, aunque sólo sea un año».
—Estas fueron las palabras, lle
nas de exquisita bondad y diplo
macia. del padre Inspector. Y, co
mo garantía, pasaje de ida y vuel
ta valedero para seis meses.
E1 padre Schoemaker me acom
paña al aeropuerto de Pudahuel.
Me siento nervioso. Emprenderé
vuelo camino del v e r d a d e r o y
auténtico CHILE, el país sureño y
frío. Y me permito una digresión
sobre el nombre de Chile;
Poéticamente se debe este nom
bre a los TILES o TRILES. paja
ritos que en sus trinos parecen de
c ir «chili, chili».
Históricamente, al sentido etimo
lógico de la voz «chiri» que en
QUECHUA significa «frío» —«chiri», habrían dicho los indios perua
nos que volvían con los hombres
de Almagro ante el frío que los
entumecía—, y de la voz «chilli»
que en AIMARA indica los confi
nes del mundo: denominación que
bien pudieran haber dado los In
cas a este país por su posición
geográfica en la extremidad del
continente y por ser el país más
lejano que en esa dirección domi
naron.
Han pasado unos momentos y el
avión de LAN está preparado para
el salto, levanta el morro y ya
trepa por los aires tomando una
velocidad de 900 kilómetros por
hora y a una altura de 8 a 10 mil
metros. Juega al esconder con un
pequeño mar de nubes: unas ve-
tre la fronda, la montaña y pro
fundas quebradas, como el de la
Laguna de Maulé y los Altos de
Vilches, el del Lago Villaríca en
Cautín con sus aguas de cambian
te colorido y de belleza sin paran
gón, los de los Lagos de Panguipulli y Riñihue rodeados de vol
canes, el del Lago Raneo con sus
400 kilómetros cuadrados y 23 is
las habitadas por venados y faisa
nes...
—¡Oh! «Mire, padre» —me dice
el compañero de asiento. Despier
to de mis sueños y dejo mis con
sur de la Patagonia Occidental.
Llevamos dos horas y quince mi
nutos de vuelo y en lontananza
aparecen las aguas turbulentas
del Estrecho de Magallanes. Un
apretar de cinturones y un descen
so suave. Estamos en Chabunco.
Hemos llegado a la Tierra Magallánica.
En el hall del aeropuerto unos
abrazos de cordial acogida. Espe
ran dos salesianos: uno es Harry
Peterson, padre «gringo», párro
co de María Auxiliadora en Pun
ta Arenas; el otro es el Padre
POR LOS JURES
HACIA EL SUR
ces se asoma sobre ellas cara a la
luz directa del sol mañanero; otras
veces, en aras de una coexisten
cia armónica, cede y nos muestra
por un lado la costa recortada des
de Cartagena y San Antonio a Val
divia, y por otras zonas boscosas
y la Cordillera Andina bravia con
manchas, anillos y birretes de nie
ve, y abajo, en vertical, un valle
inmenso que es la cornucopia agrí
cola de! país.
Llevamos una hora de vuelo y
atrás han ido quedando Talca, Con
cepción y Valdivia, ciudades de
honda tradición hispánica; monta
ñas de cobre como la de El Te
niente, en la que se encuentra una
de las minas subterráneas más
grandes del mundo; recintos vera
niegos en tomo a los l^ o s y en-
templaciones. Un tercio del pasaje
está en pie.
Abajo, hacia la izquierda, una
maravilla de la naturaleza que
agota todos los adjetivos. Es el
lago LLANQUIHUE, el más cono
cido de los lagos chilenos, con su
perficie de 851 kilómetros. El agua
de azul fuerte, el verde de sus
bordes vegetales y la aridez de
las crestas volcánicas del Osorno
y del Calbuco, a una con la luz
solar y la blancura de las nieves,
ofrecen un espectáculo de contras
te que es lindo y majestuoso.
El tiempo pasa y la mirada se
ha volcado sin demoras sobre un
mundo de maravillas: se suceden
las islas y los canales con que el
«taconazo» fuerte de la Cordille
ra Andina ha jalonado todo el
Ferraris, italiano, Delegado del
Padre Inspector en Magallanes y
Vicario de la Diócesis. Son las
primicias de la gran fraternidad
salesiana y magallánica que hace
posible y eficaz una labor apostó
lica realizada por chilenos, italia
nos, españoles, alemanes y pola
cos.
Punta Arenas está cerca, a
15 kilómetros, y ya se divisa su
contorno amplio y lleno de colo
rido. Un monumento a San Juan
Bosco y a sus Misioneros marca
el comienzo de una hermosa auto
pista. Si así se muestra el comien
zo, ¿cómo será la ciudad?, ¿cómo
será su gente? La emoción detiene
el corretear de mi fantasía y la
baja temperatura seca el punto
del «viróme» - «boli», diríamos en
España.
27
Tres estampas de la misión de los Indios Moros.— En
la primera, el poblado formado por las chozas de los
Moros, que han decidido abandonar su vida errante
y trabajar las tierras que los salesíanos les proporcio
COOPERACION
SALESIANA Y
TERCER MUNOO
C O N 1.0S
IN D IO S
m OROS
el Chaco Paraguayo, en
tre ios Indios Moros, vues
tra ayuda se está convir
tiendo en verdes praderas. Vues
tras pesetas, vuestros sacrificios
se están tran.sformando en cam
pos de hierba para el ganado. Nos
alegra pensar que vuestras limos
nas están creando recursos con
los que desaparecerá el hambre
de una pobre tribu, hecha de her
manos semejantes a nosotros, que
no han tenido nuestra suerte.
Los Indios Moros hace diez años
era una tribu que vagaba por la
inhóspita región del inmenso Cha
n
E
28
—
nan. Estas chozas, construidas con troncos de árboies,
son espaciosas y cómodas en comparación de las que
habitaban; son también individuales, con lo que se está
consiguiendo intimidad y mayor personalidad de las
co Paraguayo en busca de un ali
mento precario que, sólo en épo
cas favorables de lluvias, les brin
daba con alguna abundancia, con
denándolos al hambre y a la sed
en los largos períodos de sequía.
La Providencia los hizo entrar en
contacto con los Salesianos. que
tienen encomendada la evangeiización de los indios chaqueños.
Los salesianos comenzaron por
ganarse su confianza para cono
cer sus costumbres, sus creen
cias, sus necesidades, descubrien
do su terrible situación material
y moral. Las Hijas de María Auxi
liadora les secundaron en esta
labor, prestando a las madres ines
timables servicios con sus ense
ñanzas de higiene, de puericultu
ra, logrando salvar muchos niños
de la muerte, pues era costum
bre de las indias enterrar vivos a
sus hijos enfermos, que Ies impe
dían sus correrías por la selva en
busca de agua y de sustento.
Era imprescindible lograr el
asentamiento de los indios. Para
ello hacían falta tierras, muy difí
ciles de conseguir pues las com
pañías explotadoras del tanino se
niegan a vender un palmo de terre
no. Luego había que asegurarles
la comida y ocuparlos o mejor
aún, conseguir que ellos mismos
con su trabajo produjeran lo ne
cesario para su vida.
Los salesianos se entregaron de
lleno a la realización del plan. Pri
mero fue Monseñor Muzzolón y
ahora Monseñor Obelar. En estos
diez años han logrado comprar una
extensión considerable de terre
no: han asentado ya unas cuaren
ta familias, faltan muchas más;
los gastos son cuantiosos y fre
nan la realización del plan pre
visto. Pero los salesianos siguen
adelante pensando que resuelto
el problema material que les acu
cia podrán entregarse de lleno a
la evangeiízacíón de los indios, úl
tima meta de todo trabajo misio
nero y de todas las ayudas que
aportáis vosotros con tanta gene
rosidad y con tanto sacrificio.
(Aunque sea entre paréntesis y
para que veáis que lo de sacrificio
es una realidad palpitante os diré
que he recibido una carta con
cien pesetas de un anciano jubi
lado, que cobra al mes mil pese
tas; el asilo le retiene para su
sostenimiento ochocientas; de las
que le quedan para todos sus gas
tos se desprende de la mitad para
fanilias. En la del medio, indios preparando el terreno
para sembrar “pasto pangóla” y conseguir praderas
para el ganado. En la última, carretas de bueyes con
las que se transporta el agua para los que trabajan en
ayudar a los que son más pobres
que él, según comenta él mismo.)
Monseñor Obelar os está muy
el interior de la selva, a 20 kilómetros de la Misión.
Como se aprecia los saleslanos están poniendo las con
diciones humanas necesarias para que los indios oigan
la palabra de Dios y la vayan aceptando.
agradecido como podéis comprobar por la carta que reproducimos
a continuación:
DONATIVOS RECIBIDOS
PARA EL TERCER MUNDO
Durante el mes de mayo
Mi hermano en Don Bosco:
He recibido la ayuda de mil dólares para la Misión de los Indios Mo
ros. Dígales a esos buenos Cooperadores que ellos no pueden darse una
idea de la dimensión del bien que hacen. Cristo dijo que a los pobres
«los tendréis siempre con vosotros»... y en esta hora del mundo yo aña
dirla: «allende los mares». Aquí están los doblemente pobres: de bienes
y de fe. Digales que sigan ayudándonos con evangélica sagacidad, acu
mulando tesoros allí donde la polilla no podrá carcomerlos.
Los mil dólares serán empleados en los trabajos de praderización que
estamos llevando a cabo en la Misión de los Moros. Pensamos que en
la explotación ganadera está la solución de nuestra penuria económica.
Los Cooperadores están ayudando a Misioneros y a Indígenos muy tra
bajadores. No caerdn en saco roto sus ahorros y sacrificios, antes se
convertirán en salvación para muchos.
Le mando algunas fotografías de la Misión, por si pudieran servirle
para el Boletín.
Nuevamente le expreso los agradecimientos de los Misioneros y de
los Moros a esos generosos Cooperadores de la Madre Patria.
Que cuenten siempre con el aporte de nuestras oraciones.
Y para usted un fuerte abrazo salesiano de su
Afmo. en Cristo,
ALEJO OBELAR
Después de esta carta sólo os
añadiré que por Pascua le envia
mos otros mil dólares y muy pron
to recibirá otros tantos de vues
tra parte. Os digo todo esto para
que os alegréis, pensando que
nuestro Padre celestial quiere ha
cer por vuestro medio manifesta
ción del amor hacia sus hijos más
pobres.
JAVIER RUBIO
Delegado Nac. de Cooperadores
Am paro Cortiñas, Jo sé Neri. Guada
lupe F erreiro , F e rnando Guzmán, Sinforosa E gido, M aría Fernández, A. B er
na!, G ertru d is Cardona, Manuel F e
rreiro , M arcos A. H ernández, Concep
ción Delgado, S usana Elizaldc, Mari
L edesm a. P rad o Pascual, Carmen Sil
vestre, Encarnación Nieto. J u lia F lo
res. Nicolás Maliol. Angel Arm cllcs.
M aría Costa. M ercedes Sánchez. C ar
men Blanco. Ju a n a A ndrés, Je sú s Gon
zález, Jo sé Kuiz V irtudes, Francisca
G arcía. M aría J . Sagastibclza, Sebas
tián M arqués. J u a n ita Gálmez. A rm an
do L uaña. C lem entina Vega, M aría J .
M untañé, M ercedes Ju a n . Ju a n Pérez.
Sres. de Cruz, Ana Capdevila. J . An
gel R ad. Ana M aría Curado. J u a n T intoré. Vda. de Revilla, Antonio M artí
nez. F em an d o Amado. Ju a n González.
P ila r Ayala. J u a n Díaz. P . Blasco.
Raúl Bonnín. T eresa C ruxent. Angel
Escudero. Manuel y E sposa. M aría L apuente. H nas. Espino. Je sú s Santín.
Severo Díaz. José López. P ila r Rivas.
Miguel T orrecilla. E n riq u e ta Núñez.
M aría C orral. M aría M artínez. A sun
ción González, E m ilia F ernández, Ge
noveva F uentes. Dolores Rey. Jo sé Ma
ría Conde. M aría Diez A legría. F elicí
sim o G arcía. Ilum inada Peñaranda, J o
sefina Ju liá . A ntonio L lam as. M aría
M olinero. M aría Maldonado, M a r í a
M urcia, B asilisa Colín. R osa Casellas.
A lejandro Pascua, F rancisco Roger.
M. C. Campos. R am iro A rm esto, Soleledad M egías, A ntonio Boix, Alfonso
López. G. Godoy, Jo sefin a Jacas. Ave
lin a A rroyo. Carm en y V ictoria Suftol.
J u a n a Pons, L olí R odríguez. N ativi
dad Santiago. A m paro R odríguez, P e
tr a Olmo. M aría J . Pozuelo. Miguel
H errero. Alipio Fernández.
29
NUESTRA
A MARIA AUXILIADO^
Granada.— Por un favor obteni
do para con mi hijo después de
muchas oraciones, agradecida, en
vío una limosna. Pilar Gordiilo.
Navalcán (Toledo). — Agradeci
da por un favor obtenido de la
Virgen, envío un donativo con in
tención de que se diga una misa
de agradecimiento, el día 24 de
mayo. Nicolasa Muñoz.
Madrid.— Padeciendo mi esposo
de cáncer y desahuciado por los
médicos, nos quedaba como últi
ma esperanza una operación de
resultados poco seguros. Acudi
mos a María Auxiliadora pidiendo
el éxito de la operación. Hoy, des
pués de un año, mi esposo puede
hacer vida normal, aunque deli
cado.
Agradecida, envió un donativo
para el Tercer Mundo. María Muntané de Ledal.
Allarlz.— Encontrándose mi hijo
muy enfermo y viendo que no me
joraba, acudí a María Auxiliadora
y a Santo Domingo Savio. A los
pocos días mejoró. Hoy se en
cuentra recuperado del todo. Hago
público mi agradecimiento y en
vío una limosna. Trinucha Pérez.
Alcalá de Guadaira. — Agradez
co a María Auxiliadora su protec
ción en un examen de vital impor
tancia para mí. Envío un donativo
de agradecimiento y lo publico en
el BOLETIN SALESIANO. Un es
tudiante.
Lérida.— Envío una limosna a
María Auxiliadora encomendándo
me a ella para obtener su protec
ción, imposibilitada como estoy.
En caso de no alcanzar la cura
ción total, le pido que me dé más
fuerzas. Anticipadamente le agra
dezco sus favores en el BOLETIN
SALESIANO. Mercedes Mestre.
Badalona.— Agradecida a María
Auxiliadora porque mi nieto ha en
contrado trabajo sin tener que mar
charse de aquí, enviamos como do
nativo la primera semanada y lo
publicamos en el BOLETIN SALESIANO. Josefina Sánchez.
Bilbao. — Profundamente agra
decidos por varios favores alcan
zados, en especial por la coloca
ción de nuestras hijas, entrega
mos como donativo el importe de
su primera paga. Hacemos públi
co nuestro agradecimiento en el
BOLETIN SALESIANO. A. Vicente.
Sevilla. — Agradezco a María
Auxiliadora por el puesto de tra
bajo que ha encontrado mi hijo
después de haber pedido su pro
tección. Manuel Pérez B l a n c o ,
A. A.
Santiago de Coniposteia. — Mi
gratitud al Señor por un favor al
canzado de Santo Domingo Savio.
Fue atropellada por un coche mí
nietecita, saliendo con vida a pe
sar del golpe recibido. En agra
decimiento, envío la limosna pro
metida. María Campos Elias de
Paz. Cooperadora Salesiana.
ÍRATITUD
rA SAN JUAN BOSCO
Vigo .— Por una gracia recibida
por intercesión de Santo Domín*
go Savio, envío la limosna prome
tida. E. Albnso.
Por tan gran favor, envío una li
mosna para las Obras salesianas.
Araceii Cambrón.
Madrid.— Por un favor obtenido
por intercesión del siervo de Dios
Don Fetípe Rínaídi, envío una li
mosna para su beatificación. R.
Montenegro.
DAN GRACIAS Y ENTREGAN UNA
LIMOSNA
Remondo (Segovia).— En agra
decimiento a María Auxiliadora,
por un favor concedido a mi ma
rido, después de una operación,
entrego una limosna y cumplo mi
promesa de publicarlo en el BOLE
TIN SALESIANO. Antonia Ortega.
Salamanca. — Habiendo enfer
mado en un breve lapso de tiem
po mi esposa y un hijo pequeñito,
los encomendé a María Auxiliado
ra. Pese a la gravedad inicial en
ambos casos, todo se arregló per
fectamente y tal y como yo se lo
había pedido a María Auxiliadora,
por lo que, agradecido, publico la
gracia. A. Pascua Mesonero.
Hinojosa del Duque (Córdoba).—
Mi hijo había sufrido unos fuer
tes dolores de cabeza, a conse
cuencia de los cuales tuvo que
ser hospitalizado por tratarse de
meningitis. Ya llevaba veinte días
en el hospital sin ninguna mejora
y por medio de una persona de la
familia, devota de María Auxilia
dora, que nos llevó un cuadro de
la Virgen, empezamos la novena y,
al quinto día, empezó a notarse
la mejoría de mi hijo hasta encon
trarse ya hoy en perfecto estado.
Josefa Garmendía, de Azcoitía;
Milagros García Guindal, de Cá
diz; R. R. S., de Madrid, por la
curación de un sobrino suyo de
enfermedad grave; María Jesús, de
Pozoblanco, por un favor que pe
día toda la familia; Concepción Jimeno, de Valencia; F. B., de Mon
zón, por la protección a su esposo
enfermo; A. Bernal, de Madrid; Pe
pita Caballero Gallego, de Madrid,
M. Martín, de NN.; María Maldonado, de Madrid; A. Diez, de Madrid,
por la solución de dos problemas
graves y difíciles; D. S., de Godelleta, por varios favores recibi
dos y otro que confía conseguir:
Aurora Quintas, de Allaríz, por una
gracia muy especial; Pilar Gordiílo
Rodríguez, de Granada, por un fa
vor especial de María Auxiliadora,
Don Bosco y Doña Dorotea, envía
un donativo y encarga una misa;
Carmen Jiménez Aicolea, de Ma
drid; Caridad Patiño, de Murcia;
una Cooperadora, de Vigo, por una
gracia singular en favor de un nie
to; Clodoaldo Manzano, de Valverde
Enrique (León); Encamación Nieto,
de Madrid; Martina Otín Biarge, de
Grañén (Huesca); D. V.. de Bilbao,
por una gracia muy especial; Pe
dro Miñarro A., de Sevilla; Ramón
López, de Godelleta, por el éxito
en los exámenes de su hijo.
FUERON
Doña Antonina Madrid de Merlo
t en Valdepeñas, el d(a 11 de abril.
Fue la fundadora del Colegio que
en dicha ciudad tienen las Hijas de
María Auxiliadora. Gracias a su ge
nerosa entrega, los hogares de Val
depeñas se han enriquecido con
sabor s a le s ia n o , llenándose de
amor a la Virgen de Don Bosco,
por medio de las numerosas niñas
y jóvenes que han pasado a lo lar
go de dieciocho años por el Co
legio.
Su vida fue un auténtico testi
monio de c o m p ro m is o cristiano.
Cuantos la hemos conocido, la re
cordamos ahora, acercándose a los
Sacramentos con gran recogimien
to y participando en la liturgia.
Parece que hubiera tomado co
mo norma de su vida el “ Pasar in
advertida". Seguía con interés ex
traordinario el avance del Colegio
y captaba todas sus necesidades,
pero su paso en él y su ayuda
eran como Jesús dice en el Evan
gelio; “ Que no sepa tu mano iz
quierda lo que hace tu derecha".
Silenciosa fue su vida y silen
ciosa su muerte. Se fue el Cielo
en pocos días a consecuencia de
una caída, teniendo sólo a su lado
a su esposo, don Francisco Merlo,
también Cooperador salesiano.
Don Serapio Mélida Garayoa t en
Pamplona, el 16 de mayo de 1973,
a la edad de setenta y tres años.
Ningún síntoma hacía prever el des
enlace; pero el Señor compiló su
deseo, manifestado en varias oca
siones. de “ no causar molestias a
nadie"... Su entierro y funerales
fueron un auténtico acto de fami
32 —
A
LA
CASA
DEL
lia: Salesianos, Hijas de María Auxi
liadora, Cooperadores, A n tig u o s
Alumnos y alumnos rodearon a sus
hijos, familiares y amigos, en un
ambiente de recia serenidad cris
tiana. La Familia Salesiana se hizo
presente en su verdadera totalidad.
Padre de tres Salesianos, — don
Antonio (miembro del Consejo Su
perior de la Congregación Salesia
na), don Jesús y don José Luis— ,
era ésta su mayor gloria y su satis
facción más Intima. Aceptó con ale
gría la paulatina separación de los
tres hijos y, junto con su esposa,
—verdadero faro del hogar de los
Mélida, a quien todos llamábamos
siempre “ mamá Petra"— , iba ofre
ciendo al Señor las penas y las
alegrías de esta oblación. Fue el
hombre “justo” , recto hasta la exa
geración evangélica, que le propor
cionó más de un grave sinsabor
en su vida. Cristiano fiel y ejem
plar, la Misa diaria y la frecuente
Comunión (acababa de comulgar,
esa misma mañana, en la iglesia de
nuestras Escuelas) eran para él tan
habituales como el cotidiano pa
seo por su querida Pamplona.
A su hija Carmen y esposo, a
estos tres Salesianos, nuestro re
cuerdo en la oración y el consue
lo de saber que el Señor ha pre
miado ya esa vida tan "extraordi
nariamente” sencilla, típica de los
cristianos auténticos.
Don L e a n d ro A yuso Madejón,
Sacedote saiesiano t en ei Estu
diantado Teológico de Salamanca,
el 24 de abril de 1973, a los ochen
ta años de edad.
Habla nacido don L e a n d ro en
Bernuy de Zapardiel (Avila) en 1893.
Joven sacerdote, fue enviado como
misionero a la India y estuvo mu
chos años en el Asam. Regresado
a la Patria, fue el confesor de los
teólogos. Su vida sencilla y fervo
rosa queda reflejada en propósitos
como éstos: “ Reconoceré en todas
las cosas la mano de Dios y me
conformaré siempre a su voluntad.”
“ No descansaré hasta haber alcan
zado una tierna devoción a la san
tísima Virgen, mi Madre y Señora.”
“ No dejaré pasar ningún día sin
rezar una parte del rosario.” “ Evi
taré todo pecado venial delibera
do."
Doña Dolores Hernández de la
Nuez t en Tenerife. Fue Coopera
dora salesiana por más de cuaren
ta años. Devota de María Auxilia
PADRE
dora, celebrada fervorosamente los
24 de mes. Demostró siempre un
profundo amor a las cosas salestanas, a los santos de la Congre
gación, en especial a Santo Do
mingo Savio.
Doña A u ro ra Cabello de Alba
Martínez, viuda de S a ra v ia t en
Montilla, el día 27 de febrero de
1973, a los setenta y seis años de
edad, siendo preparada a morir por
su hijo Carlos, s a c e rd o te sale
siano.
Esposa y madre ejemplar, fue el
suyo un auténtico hogar cristia
no y salesiano del que salieron dos
religiosos, Carlos, Salesiano, y Ade
la, Misionera de la Compañía de
María en Burundi.
Cooperadora Salesiana, en toda
circunstancia supo entregarse con
entusiasmo y calor a la obra sa
lesiana.
Mujer de espíritu evangélico muy
cultivado supo, con su simpatía y
amistad, influir en almas necesita
das de esperanza cristiana, devol
viéndolas a la paz de espíritu que
buscaban.
Su amor a la Virgen Auxiliadora
le contó siempre entre sus filas y
en diversos cargos directivos, con
dinamismo y eficacia apostólica.
De espíritu de apostolado siem
pre en marcha, fue un eficaz fer
mento dentro del campo de Acción
Católica, donde, su fe en Cristo y
en la Iglesia, comunicaba a todos,
haciendósela vivir con intensidad.
Dios le premió con un muerte
santa, como fue su vida.
Doña Concepción Espejo Sán
chez t en Montilla, a los ochenta
años de edad. Madre de un hogar
cristiano y ejemplar, supo educar
a sus hijos en las normas y espí
ritu del Evangelio. Alma de gran
fe, vivida en todos los momentos
de su vida, dio siempre testimonio
y, resultado de ello, fue la prácti
ca de la caridad evangélica.
Muy devota de la Santísima Vir
gen Auxiliadora y, aunque su pre
ferencia era la vida retirada, nunca
faltó su ayuda en todo lo que fue
ra apostolado social.
Doña María Concepción Herrero
Legarra f en Baracaldo, el 30 de
marzo de 1973. D e sca n só en el
Señor serenamente: el d o lo r, la
agonía, el temor del más allá, se
trocaron en un tranquilo dormir.
Grandes eran sus virtudes, sobre
todo su s e n c ille z al no aparen
tarías.
N
r
Colección «PASTORAL JUVENIL»
Colección
Para ecJucadores y sacerdotes, con abundan
tes temas de documentación y reflexión. Con
tiene multitud de recursos para la acción pas
toral unidos a orientaciones contrastadas con
la acción educativa diaria.
Sección Estudios:
le PASTORAL JUVENIL EN UN MUNDO SECU
LARIZADO.
2e RITMO JOVEN DEL AÑO LITURGICO. Aldazábal-Aubry-Colomer, 222 págs. 150 pts
3e LOS JOVENES Y LA ORACION. José Luís
Pérez.
Sección Subsidios:
1s LOS JOVENES ANTE LA PALABRA.
2s EN RUTA CON MARIA. (Lecturas sobre la
Virgen). 302 págs. 160 pts.
3s PALABRAS AL OIDO. Juan Manuel Espinosa.
4s EVANGELIO Y JUVENTUD. J. R. Urbieta- A.
Mélida. (Campaña de formación para gru
pos). 208 págs. 130 pts.
5s SEMINARIOS DE RELIGION PARA COU. J.
María Maíllo. (Esquemas y técnicas de es
tudio) .
6s TERCER MUNDO Y VOCACION CRISTIANA.
J. A. Samaniego. A. Mélida. 320 págs. 185 pts.
PEDIDOS.— Central Catequística Salesíana.
Alcalá. 164. — MADRID-28.
Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.
*
EN PREPARACION
5.
— Tavier Rubio.— «Mamá Margarita».
6.
— lesús Mairal.— «Padre Mantovani».
7.— Basilio Bustillo.— «D. Marcelino 01aechea».
PEDIDOS.— Alcalá. 164.—MADRID - 28
V
OBRA VO CAC IO NA L
A fin de ayudar al sostenimiento de las voca
ciones salesianas, los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII, por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins
criben en ella.
INSCRIPCION:
1. —Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2. —La inscripción, que es nomina!, se efectúa
previa aportación, por una sola vez, de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3. — La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesianos
Alcalá. 164 • Madrid 28.
Folletos de 32 páginas en un estilo ágil
y nervioso. Se leen en breves minutos,
mientras se viaja en metro, en autobús.
PUBLICADOS
1.
— Basilio Bustillo.— «Un poema de amor».
-(D on Bosco).
2.
— Rafael Alfaro.— «A medias con D. Bos
co». (Don Rúa).
3.
— lesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María Mazzarello).
4.
— Rafael Alfaro.— «Testimonio sellado».
(jaime O rtiz).
J
DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
«HUELLAS»
Novedad; TEMAS DE JUVENTUD
I.
LOS JOVENES ANTE SI MISMOS.
Doce temas: Personalidad. Voluntad. Voca
ción. Sexualidad. Juventud ac
tual. Amistades. Chicos-Chicas.
Tiempo libre. Fe. Esperanza.
Caridad. Oración.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.100 ptas.
II.
LOS JOVENES ANTE EL MUNDO.
Doce temas: Participación. Sociedad de con
sumo. Trabajo. Cuestión so
cíal. Compromiso. Viviendas
Emigración. Analfabetismo. Ex
plosión demográfica. Hambre
La guerra. Violencia.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.100 ptas.
Utilización:
Encuentros convivencias, reti
ros, ejercicios espirituales,
charlas formativas, curso de
orientación universitaria (COU).
PEDIDOS.—Central Catequística Salesiana.
Alcalá. 164 — MADRID-28
K W iN O
CUADERNOS DE PEDAG06IA
CATEQUISTICA
EN
CMEWEim
CUADERNOS
DE PEDAfiOCIA
CAIEQIIRIIGA
PLAN DE LA COLECCION
1.
— E. Alberich.
Orientaciones actuales de la Catequesis.
2.
— E. Alberich.
Naturaleza y enfoques
de una Catequesis moderna.
3 — J. Gevaert.
Antropología y Catequesis.
4 — J. Miianesi.
Psicología religiosa.
DE PROXIMA APARICION
5.— J. Negri.
Problemas generales de la Catequesis.
6.
— J. Dho.
Principios de Pedagogía para la Catequesis.
PEDIDOS:
Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. — MADRID - 28