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Publicación mensual.
A íío v n r .- N .8 .
AGOSTO de 1893
BOLETIN SALESIANO
Quien recib iere á un niño en m i
nom bre, á m í m e recibe.
{M a t u . x v h i .)
Os recom iendo la ñ in ez y la ju
ventud ; c u ltiva d con gran de es
m ero su educación cristian a ; y ,
proporcionadle lib ros que le en
señen á huir del v ic io y á prac
tic a r la virtu d.
i
(Pío IX.)
R ed ob lad vuestras fuerzas á. fin
de apartar á la niñez y ju v e n
tud de la corrupción é incredu
lid a d y preparar así una nueva
generación.
(L iío x X III.)
—
Debem os ayudar á nuestros h e r
manos & fin de cooperar á la
difusión de la verdad.
(III S. JiiAX, 8.)
A tie n d e á la buena lectura, 4 la
exh ortación y 4 la enseñanza.
(I T im o tu . IV, 18.)
E n tre la s cosas divinas, la más su
blim e, es la de cooperar con Dios
£ la salvación de las almas.
(S. D io n is io .)
£1 amor al prójim o, es uno de
los m ayores y más excelentes
dones que la d ivin a bondad
puede conceder & los hombres.
(E l Doct. S. F üanc . do Sales).
D I R E C C I O N en el O ratorio Salesiano — C a lle de C oltolen go N . 32, T U R I N (Ita lia ) )S#+-
Los Niños.
Conferencias del Illiistri-sinio Sr. D. Juan Cafflicro.
Br a s il . — Une excuraión por el interior del Esludo
de San Pablo.
Sarriá-Barcelona. — Obra de Don Bosco.
Santander. — Oratorio de Don Busco.
Valencia.
Sevilla.
Oratorio S.alosiano.
España, — La obra do Don Bosco. (Continnadón).
LOS ÑIÑOS
Llámalos la m de Dios y la de la serpiente.
L o s niños... ved ahí una porcióu her
mosa del género hum ano, que tieue la
suerte y la desgracia de atraerse las m i
radas de todos, de ser objeto de la soli
citud , del desvelo y, por decirlo así, de
la persecucióü de todos, buenos y malos.
M ientras su existencia se desliza risueña
y tranquila entre la alegi’ía y bullicio de
sus ju e g o s , ignoran ser objeto de lucha
encaruizada entre dos poderosos enem i
gos que se disim íau la posesión de sus
corazones. L o s im p íos, las sectas tene
brosas, los hijos de Satanás, como hijos
de tal ])}»dre, los persiguen con el odio
más profundo en el corazón y la sonrisa
en los labios.
L a Ig le s ia , como nacida del Corazón
d ivin o do Je.sús, fuente do caridad y
amor inlinitos, los persigue también, pero
con la persecución, penuíta.senos la pa
labra, do una nmdre que no sabe pensar,
ni respirar, ni v iv ir sino ]mva ])vocurar la
felicidad uiá.s cumplida del fruto do sus
eutraña.s.
Las sectas ven en los niños valiosas
llores (pie, andando el tiemijo, se han de
convertir en regalado.s frutos; pero como
su corazón late .sólo á impul.sosdel odio
contra el prójimo y contra la sociedad,
(luiere, y para ello no perdona fatigas ni
trabajos, infundir en esas flores el veneuo
y conseguir que sus frutos sean frutos
de odio, corrujición y libertinaje.
L a Ig le s ia v e en los niños á los pre
dilectos de Jesús, cuyo corazón amanto
se recrea en abrazarlos, en bendecirlos;
pide que se acerquen á £ l , y a.segura
que quieu no se hiciere semejante á
ellos no entrará en e l reino de los cie
los. L a Ig le s ia ve tam bién en los niños
— 114 —
graciosas flores, y las riega con riego beComonióD frecuenta.
nóflco y las cultiva con esmero para que
sus frutos sean frutos de am or, de cari
P ero la prim era Comunión no hasta
dad, do todas las virtudes: los v e perse para que esos n iñ os, en cuya fren te se
guidos por el furor de Satanás y se apre- reflejan, en día tan solemne, el candor y
siua á defenderlos, á evitar que los hiera la inocencia, arrastrados i>or las pasiones
no lleguen á ser esclavos de los v ic io s ,
algún dardo del feroz enem igo.
H ó aquí por (pió las sectas se empeñan el m artirio de sus mismos padres, y hasta
en ai)oderarse de la ensefiaiiza, en íuudar el oprobio de la fam ilia y de la sociedad.
Es m enester que la Sagrada Eucaristía
(escuelas en las que jam ás se o ig a el nom
bre de D ios, como no sea cuando se le sea siemiire su escudo y su defensa. Nues
insulta con as(pierosas b lasfem ias, y do tro Señor desde el Sagrario rep ite: De-las que se destierra todo objeto que pueda ja d que los niíios se acerquen á m i. Bien
excitar la más le v e idea religiosa, en tanto se puede asegurar que serán hijos dó
que se m ultiplican y amontonan libros, ciles, hijos sumisos, hijos que no arran
cuadros y cuanto puede contribuir á fo carán (le los ojos de sus padres otras lá
m entar la im piedad y los vicios en los grim as que las (pie hace brotar el gozo
tiernos corazones que les han sido cou- y la d ich a, aquellos en que sus mismos
liados: y hó ahí ])or quó el Soberano padres hayan infiltrado el deseo de acer
Pontíñco y los Obispos exhortan cons carse con frecuencia á Jesús Sacramen
tantem ente á ios fieles para que aparten tado , para inspirarse en su caridad, su
á los niños do semejantes centros de abo- mansedumbre, su humildad infinitas.
minaci(h) y para que trabajen en contrar
« E l niño en su v i d a , dice el célebre
restar la inlliioncia que en la niñez quie P . F é l i x , es im artista que form a un
ren ejercer los hijos de Lucifer.
cu adro, teniendo delante el modelo. Si
el m odelo está tomado en baja esfera, la
v id a será d(3gradada; si está tom ado en
una esfera mediana, la vid a será vulgar;
P a ra procurar el bien y felicidad de si en lina esfera e le v a d a , la v id a será
los pobres n iñ os, para librarlos de los noble, porque, como im ita un m odelo supeligros que i)or toilas partes los rodean, sublime, se levanta por sí misma, se eleva
para modelar osos tiernos corazones de en el verdadero y más bello sentido de
modo que, sólidam ente religiosos, llegnien esta palabra. A sí, pues, para que llegue
á sor hombres de quienes se gloríen la á su verdadera altu ra, necesita un m o
Ig le s ia y la Patria, el medio principal y delo v iv o lo más acabado y lo más per
más adecuado es fom entar en ellos sin fecto posible, i Queréis saber ahora cuál
gu lar amor á la Sagrada Eucaristía.
es eso m odelo que la Igle s ia x’oiie de
Sabido es el fausto religioso con que lante de la fam ilia cristiana i>ara la for
en Francia suele celebrarse la primera mación de su vida?... E l ideal de todos
Comunión de los niños: i>repara(los éstos los santos, el H om bre D io s , Jesucristo
con varios días de retiro, y aun á veces Señor Nuestro. A É l es á (piien debemos
de ejercicios espirituales, revístese el acto imitar. É l es nuestro m odelo. » Si los
do tanta pomt)a, de tanto lujo y do tanta l)adres do fa m ilia , si cuantos están en
devoción, que no ]mede menos de impre cargados de la educación de los niños les
sionar vivam en te la fantasía y el corazón repiten á menudo esta enseñanza de la
de los que tienen la dicha do recibir por Iglesia, si constantemente les ponen á la
prim era v e z en su pecho al K e y de los vista modelo tan su blim e, la afición de
los niños se convertirá en am or, cuyo
ángídes y de los hombros.
Y cierto que cu esto sou muy dignos fu ego irá siendo más ardiente á medida
de imitados los franceses, puesto (pie ese que con más frecuencia se acerquen á la
acto soloume es tan importante, tan trans Sagrada Eucaristía: y el niño tratará á
cendental qu o , por decirlo así, form a <S- su modo do copiar en su alma la im agen
l>oca en la vida del hombre, y su recuerdo de Jesús, y para copiarla más exacta
es el consuelo de muchos corazones e x m ente lanzará de su corozou el egoísmo,
traviados más tardo y auu corrompidos; la soberbia, la insubordinación, la n egli
rccuiTdo que produce eou frecuencia la gencia , los caprichos, dando en cambio
vu elta de muchos hijos pródigos á los lugar en él á la obediencia, la docilidad,
la aplicación y la caridad.
brazos do su P a d r j Celestial.
La Primora Comunión.
— 115 —
X i puede ser de otro m odo; porque si
el Siicrameuto de la Eucaristía produce
en el alma los efectos que el manjar cor
poral produce en los cuerpos, se^^mu afir
man los santos Padres, debe sustentar la
vida espiritual-, rehacer las fuerzas del
alma, robustecer la virtud y fortalecerla
contra las tentaciones del enemigo.
Podrá ta l v ez ese niño tan regalada
mente favorecido en la M esa Sagrada
extraviarse cuando llegu e á la edad de
las pasiones, podrá c a e r , porcpie es frá
gil j pero es muy d ifíc il que el fu ego de
amor encendido en su corazón se extin ga
del to d o , que su corazón se enfrie por
completo; y e s muy fácil, como lo acre
dita la experiencia, que los rem ordim ien
tos, los desengaños , los sinsabores , la
gracia, soifien y vu elvan á reanim ar la
llama que parecía próxim a á apagarse.
¿Se dirá que tienen pocos años? Pues
precisamente por eso necesitan más luz
para conocer y evita r las asechanzas de
sus enemigos, más fortaleza en los peli
gros, y hasta más consuelo eu las peuas;
que tam bién los niños saben sufrir y
tienen penas tanto más amargas cuanto
que todos las miran como cosa de nin
guna importancia. Sí, en sus pocos años
necesitan un am igo que los aconseje y
dirija, im protector que los defienda, un
padre que cuide de ellos, que les mues
tre los afectos de su corazón, la ternura
de su a m or, la solicitud de su cariño,
todo lo cual encuentrau abundantemente
en el Corazón dulcísimo de Jesús Sacra
mentado. ¡ A h ! ¡Cuántas lágrim as hubierjui dejado de quemar las m ejillas de
muchos padres y do muchísimas madres,
si hubiesen puesto empeño eu que sus
hijos desde la niñez se enamoraran do
este Im án de los corazones!
Se objetará que por su fa lta do refle
xión se acercan á la Sagrada M esa sin
pensar en lo que van á hacer, sin tener
idea cabal de lo que es el Sacrameuto do
la Eucaristía, y que se habitúan á fam i
liarizarse con nuestro Señor Sacramen
tado digno de toda veneración y respeto.
— Es verdad que el niño no tiene la
reflexión de que goza un hombre ; su in
teligencia no puede discurrir ni racioci
nar con la exactitud, profundidad y en er
gía de un hom bre; su im aginación viva ,
ligera y voluble, le im pide fijar su aten
ción con la seriedad con que la fija un
hombre reflex ivo ; pero i quién ignora que
si el niño no sabe discurrir con la per
fección del hombre, sabe eu cambio am ar
ardientemente lo (pie le encanta y atrae
su corazón y sabe aficionarse á lo que le
halaga? Si ese niño tiene uso de razón,
si sabe distinguir la diferencia que h ay
entre el pan del cuerpo y el del a lm a ,
no le a le jé is , decía D on B o s c o , de osa
fuente inagotable de misericordias. í A caso para que el niño sieuta los afectos
del manjar corp ora l, para que crezca y
adquiera v ig o r y rt)biistez, necesita cono
cer los elementos de que eso manjar está
com])uesto?
M ás aún: supongamos que el niño que
se va habituando á com u lga r, y p or lo
tanto á estar en gracia, se acerque á ese
inefable Sacrameuto varias veces como
l>or rutina y maquiualmente, ¿ quién puede
dudar que, si el pecado no ocuj>a su co
razón, si está eu amistad con Dios, ana
eu ese caso saca fruto de la Sagrada Eu
caristía, puesto que este sacramento pro
duce su efecto j)or sí mismo ó indepen
dientem ente de la voluntad de quien le
recibe: ez opere opéralo, según el lenguaje
de los teólogos?... ¡Q u é se fam iliarizan
con Dios!... Y ¿que otra cosa desea ese
D ios de amor infinito, cuyas delicias son
estar con los hijos de los hombres y en
es])ccial con los niños?
Los niños, añaden otros, á pesar de sus
frecuentes comuniones, nada ad elan tan;
caen en las mismíis faltas, en los mismos
I)ecadüs, lo cual indica que su contrición
no es verdadera.
¡V álgan n s el C íelo! P lu gu iera á D ios
que cuantos así hablan sacaran do la Síigrada !Mesa todo el fruto que sería de
desear! láeríaii todos santos, puesto que
santos pueden ser con sola una comunión
bien hecha. L a recaída prueba la fragi
lidad de nuestra naturaleza, fragilid ad
que muestra bien á las claras la nece
sidad de la frecuente com unión, puesto
que esa debilidad nos manifiesta que es
tamos euferinos, que tenemos necesidad,
l>ara no caer, <lo ser sostenidos por una
nueva comunióü antes de que h aya desaj)arecido de nuestras almas la acción
vivifica d ora de la comunión precedente,
y de v o lv e r á recobrar fuerzas para com
batir con energía contra las tentaciones
de todos nuestros adversarios.
Basta; fuera vanos pretextos y escu
chad la v o z dulcísim a de Jesús: Dejad
qiie los niños se acerquen á m í.
— IIG —
es indecible el bien que consiguen las mi
siones.
E l 30 de abril, de viaje de Loreto, subió
al púlpito en la iglesia de Jesiís, llena de
bote en bote. A llí estaba el diocesano del
lugar, que tanto aprecia las obras de Don
Bosco. En la conferencia que duró una hora.
E l viaje del limo. Sr. Cagliero por Italia, Monseñor trató tanto del objeto de las fun
para visitar las diversas casas del Instituto daciones salesianas, como de las misiones de
Salesiano, bu dado lugar á numerosas con América. Se entretuvo además en la cues
ferencias del mismo Monseñor, en el interés tión rel.itiva á la clase obrera y en mani
úe saludar (i luiostrot» Cooperadores, de ma festar la importancia de la educación de los
nifestarles el fruto de los trabajos empren niños pertenecientes á esta clase.
Monseñor fué oído en todas partes con
didos y expresarlos su particular gratitud.
Habiendo llegado A Marsala el 10 de marzOj singular atención, pues que á su reconocida
el 19 ante una numerosa concurrencia habló elocuencia une el mérito de haber sido tes
especialmente de las misiones salesianas de tigo y muchas veces actor de lo mismo que
Am érica del Siid. y después de dar A cono refiere.
cer el triste estado de los salvajes y de enu
merar los peligros y privaciones á que allí
,
Y Y VI
los misioneros se exponen, manil'ostó los con
soladores resultados obtenidos.
A gregó que el trabajo do los Misioneros
es también en sumo grado provechoso á la
gente civilizada y en particular á los mu
chos italianos establecidos en aquellas re
giones , donde forman estaciones y colonias U n a e x c u r s i ó n p o r e l i n t e r i o r d e l E s t a d o
d e S a n P a b lo .
que parecen verdaderos pueblos de Italia.
E l 9 de abril la vasta iglesia de S. Fran
cisco, en Catania, desbordaba de gente R i
B e v h o . Se . D. B it a :
mada de vivo interés do oír al limo. Señor
L a Obra de Don Bosco va tomando en
Cagliero. líeíirió allí Monseñor los trabajos
de los Misioneros salesiauos de la Tierra del San Pablo tal desarrollo que causa admira
Fuego y la cooperación poderosa que allí ción particularmente á cuantos no tienen
como en todas partes les prestan las H er conocimiento cabal de ella.
Lo que llama ahora más la atención de
manas dol Instituto de María Auxiliadora.
E l 23 asistía á la iglesia de la Sapienza, los fieles es la nueva y magestuosa iglesia
cu N ópoles, la gente más distinguida de del Sagrado Corazón de Jesús con una im
aquella ciudad, á la vez qu^ muchos repre ponente torre de más de 40 metros de alto
sentantes de las sociedades católicas de ca que será coronada cou una estatua del Sa
ridad. Habló Monseñor Cagliero de la mi grado Corazón. Todo el mundo es de opi
sión providencial de Don Bosco, suscitado nión que es la mejor de las iglesias del Es
para salvar á lo.s niños pobres : refirió los tado, y no pocos afirman que lo es aun de
orígenes del Oratorio de San Francisco de las dol Brasil entero. Los trabadlos están muy
adelantados: decorado el presbiterio va á
Sales, su rápido desarrollo, oto.
Innumerables son ya los niños educados comenzarse la pintura de la nave central;
en las casas salesianas, .los arte.sanos que luego so seguirá cou las laterales y se cele
han aprendido ()lleios en sus talleres, los brará en seguida la aoloiime consa^ación.
Si bien los Salesianos estamos vivamente
sacerdotes (lue han cultivado su vooación en
los sominarios de dicho instituto. ¡Cuánta interesados en verla pronto terminada, siendo
gloria para Don Bosco I 1‘ ero os menester la obra tan gigantesca ha sido menester bus
haberle cimoeido para apreciar su gran vir car recursos cou gran empeño; y nuestro
tud. Cou razón, exclamaba Mons. Cagliero, venerable Arzobispo viendo que ya bien
el Sumo rontíílce me ha repetido varias poco podía recogerse en la capital, resolvía
veces que el fallec.iníiento de Don Bosco ha oon nuestro Director mandar á uno de los
sido una calamidad para la misma Iglesia. nuestros á ]>edir limosnas para el objeto al
Manifestó mUanás cómo á D. Bosco le ayudó interior de este, vastísimo estado. E l designado
Dios por medio de una sociedad que sirve fui yo. Antes de partir me dió el venerado
aun de apoyo y providencia visible á sus diocesano la carta siguiente para el Kevmo.
obras: á saber la l*ía íSociedud de Coope'U- Sr. Vicario :
ilores Salesianos, y concluyó con exponer
brevemente, pe.ro en magnifico cuadro, lo
B evmo . Se . :
que á estos Coopen^dores se debe, ya en Eu
E l portador de ésta es el E. P , Luis Zanropa, donde existen tantos asilos salesianos
süsteuidiís por ellos, ya en América donde chetta de la Congregación Salesiana, resi-
dcl llusti'ísíuio 8r. D. JUAN CAOLIERO
BRASIL
— 117 —
dente en el Colegio de Artes y Oficios del
Corazón. El objeto principal, si no
único de la excursión que hace al interior
del Estado es pedir limosnas y donaciones
para llevar á término el majestuoso templo
del Sagrado Corazón, el cual como sabe
V. E. es un ex-voto solemne del clero y fieles
de esta Diócesis consagrada á Él.
Con algiin esfuerzo más de nuestra parte
veremos que en b re v e , con la protección
de Jesíis y la eficaz intercesión de María
AaxUiadora, se dará término á tan majestnoso monumento y que la gran estatua de
seis metros de altura, eu actitud de bendecir
¡i la capital y al Obispado, coronará la torre
de la iglesia.
Espero en Dios, que á pesar de todas las
Sagrado
desde luego cou todo reconocimiento y con
la mayor efusión de mi alma bendigo á Y . B .
y á todos sus feligreses.
De Y . E.
Humilde Prelado y servidor
en X .
J . C.
ino Obispo diocesano.
L
,
Lleno de confianza eu el Señor me puse
en camino y recorriendo los pueblos de San
tos, Piracicaba, Campiñas, P ío Claro, Bro
tas, Santa Slaría , Dons , Corregos y Jaliú
procuré dar á conocer á Don Bos(>o y su
obra, lín todas partes mo recibieron cou
suma cordialidad.
E l punto en que tenía fundadas mayores
B O T O C U D O S (cerca del P u e rto de A n g ic o s , en el B ra sil).
<Üficuítades, se realizará esta empresa entre
'Jsotros, como se edificó en Francia oí sanQario de Nuestra Señora de la G^uardia en
llarsella, y de Nuestra Sra. de Fourviéres en
tyon, y como se han edificado otros .semeMtes, en que se manifiesta la intervención
í’ la Providencia, en diversas naciones.
El sacerdote susodicho va cou la autori-;:óu nuestra y con la de su S u p e r io r y
'V“ ro que Y . E, le prestará grande apoyo,
■•-Sentándole á sus feligreses, ayudándole
sus consejos y tratando de que tenga
' “Cn éxito su cometido.
Concluyo con o segurarle que agradeceré
servicio hecho á mi mismo todo lo que
'•E. haga en favor de mi recomendado, y
esperanzas era Jaliú , uno de los pueblos
más importantes del Estado. A penas llegué
allí, las personas más animosas por la glo
ria de Dios se me acercaron y me pidieron
que trabajara un poco por su bien espiritual.
No habían pasado tres días que me hallaba
allí y ya la iglesia parroquial parecía un
uoovo .santuario del Corazón de Jesús, tal
era el gran concurso de fieles que llegaban
á recibir los santos sacramento.s. Dios ben
decía mis trabajos: llegado el domingo, como
debiera subrogar al párroco, se me presen
taba la mejor oportunidad para llenar mi
cometido. En la misa parroquial me con
creté á hacer una instrucción religiosa, que
bien advertí no caía en terreno estéril. Ter-
lis —
minadas mis funciones de párroco comenec gélicos; muchos hay que tienen hambre del
las de salesiano y me di á, visitar las familias pan espiritual y no hay quien se lo dé.
¡A h , Revmo. Sr. Don E ua, si hay una
más ÍD'porfantfs, diciendo para m í: Hasta
tierra que merezca la más particular aten
ahora he sembrado, es ija tiemjjo de recoger.
ción de ios SaTodos me aco
lesianos es ésta
gieron con ex
de S. Cruz! Nue
traordinario astras pobres fa
fecto; todos oyetigas serían co
roncon singular
ronadas aquí de
placer 6 interés
c o p io s ís im o s
lo referente á,
frutos de vida
Don Bosco, y
eterna: la índo
todos quisieron
le de la gente
contribuir gus
es muy buena
tosos (i la obra
no necesita más
que les reco
que de celos
mendaba.
guías.
Mas lo que
A l acercarse
me enternecía
la Semana San
hasta saltárse
ta, conociendo
me las lágrimas
los muchos tra
era el ver á los
bajos que abru
pobres negros
man á nuestros
venir á mí para
hermanos del
darme el óbolo
s a n tu a rio del
que destinaban
Sagrado Cora
al santuario del
zón en tales dí
Sagrado Cora
as, resolví dejar
zón }' álos huér
á Jaliú y volver
fanos de Don
á San Pablo.
Bosco. Era esta
Esto me era muy
como la moneda
doloroso; pues
de la viuda del
todos me supli
Evangelio tan
caban que per
encomiada de
maneciese aún
Nuestro Señor.
siquiera unos
KecoiTido que
quince días: y
hubo casi todo
h a c ía n m e las
el pueblo, como
más halagüeñas
me aconsejaran
promesas para
que visitase los
retenerme. Pero
a lr e d e d o r e s ,
creyendo queemonté á caballo
ra de mi deber
y me dirigí á los
regresar, prociillamadas fazenréliallarmemuy
das, vastas es
de madrugada
tancias de café,
á decir la misa
¡ Qué hermosas
el día de San
idan ta c io n e s ! ’
José; mas gran
¡qué árboles tan
de fué jai sor
frondovsos y lle
presa cuando
nos dofruto! Ame dijeron qae
un en aquellas
bacía ya rato
estancias se mo
quemuchasperprodigaron todo
sonas me espe
género do aten
raban en el con
ciones : no mo
fesionario para
CUPINHARO
trataban comoá
recibir un úlO'
(t*n la riber.a derecha del rio Tocaiitino).
un pobre hijo
inocnnsejo. Con
de Díui Bosco
me lo
cuanto
v vi
el tiempo
nviniiv/ i..,.
-- poj‘
- .
sino como á miembro de sus propias fami descendí en «n.im
lias. Y a eonocía yo al pueblo brnsilefio como initia : pero luego advertí que llegaba i
do corazón grande y hospitalario: pero no hora de partir. La gente me circundo .
ftn im'íse una concurremúa indecible q«® ^
creía que fuera tan exquisita su bondad.
Laméntase aquí la escasez de obreros evan aeonipañé) hasta la estación. Aun allí recim
— lid —
no pocas limosnas. Feliz ^ dice el Profeta,
el que se compadece del indigente., porque el
dia de la tristeza será consolado. Y añade:
Que el Señor le conserve, le vivijique, le haga
feliz en esta tierra y no le deje caer en manos
de sus enemigos. Esto repetí muy de corazón
al separarme de aquel amado pueblo. Sí, que
el Señor lo conserve muchos años y lo llene
de todo género de bendiciones.
E l día de la Anunciación me encontraba
de vuelta en San Pablo y ponía en manos
del Director de la iglesia del Sagrado Co
razón el fruto de mi peregrinación.
Feo gratias.
Todos en casa están buenos: todos salu
dan á V. R. con particular afecto, solici
tando su bendición, del mismo modo que su
Afm o. hijo y 8. 8.
Lu is. M . Z a n o h e t t a
Sacerdote Salesiano.
S. Pablo 7 de abril de 1893.
V^A >V vV v*vVv*v*^r‘v‘ v^>*v*vV‘v*v*v‘v*v^''V*v*v
S A R R IA -B A R G E L O N A
O b ra de D on D osco.
Muy solemnes lian sido las fiestas con que
en el Colegio Salesiano do Saryiá se han
conmemorado las virtudes del fundador del
Instituto Salesiano, el venerable sacerdote
Don Juan Rosco.
Si en todas las casas de este 'siervo de
Dios es visible la acción de la Provideucia,
que mira con marcada predilección á los
niños pobres y abandonados, parece ésta po
nerse todavía más de manifiesto con respecto
á la de Sarriá, la cual en sólo uuev’e años
de existencia, abriga en su seno á unas cua
trocientas personasj'esto es: artesanos aprendices de artes y oficios, estudiantes, clé
rigos, maestros y religiosos.
Comenzáronse las fiestas el 23 de junio
con celebrar el aniversario del visitador de
las casas salesianas de España, el R. P.
Felipe María Riiialdi. Efectuóse con este
motivo un precioso acto literario-musical; y
como aun los más espaciosos salones del es
tablecimiento habrían sido estrechos en tales
circunstancias, uno de los patios engalanado
con banderas, pendones y variados adornos
quedó transformado en lucida sala para el
objeto.
Largo sería hablar de la música y canto:
baste saber que el coro de cantores y la nu
merosa orquesta son dignos de la fama de
que gozan ; fama de tal modo notoria que
casi no hay fiesta alguna de importancia en
Sarriá y aun en Barcelona, “á la cual no sea
llamada la música salesiana.
N o seríamos menos prolijos si tratáramos
de dar cuenta de las composiciones que en
prosa y verso se pronunciaron tanto en me
moria de Don Rosco como para festejar al
amado Inspector.
Nos concretaremos á transcribir aquí liu»
dos siguientes:
A D O N SOSCO.
No canto la grandeza del monarca
Que so alberjp» en el alcázar suntuoso,
N i la del sabio cuya vista abarca
E l confín del espacio esplendoroso;
No cauto lí Lope, Dante ni Petrarca,
N i al magnate, al soberbio 6 poderoso,
Que las grandezas de la vida, en suma,
Se deshacen al fin como la espuma.
Canto al humilde, al noble, al docto, al santo,
De corazón i^ouoillo y generoso
Que al ajeno d»lor brindó su llanto
Y su mano tendió al menesteroso;
A Don Bosco santo, terror y espanto
De la impiedail «pie combatió alanoso;
Luz y esulendor del geuio cristiano
Padre del Instituto Salesiano.
De la verdad apóstol incansable
Teniendo el bien y la virtud por guía
E l bieo y la virtud, infatigable.
Difundió con heroica valentía.
A su voz poderosa, incontrastable,
Humilló la cerviz la hueste im pía;
Siempre ante la verdad pura y sencilla
Dobló el error vencido la rodilla.
Y quién resistiría al blando acento
Dulce como la miel de los panales.
Suave como el rumor del manso viento
Que juc^a entre las flores virginales;
A aquella voz que en mágico concento
L a piedad y el amor vertía á raudales
Derramando en el alma dolorida;
Bálsamo bienhechor, salud y vldaT
i Quién al mirar aquella noble frente
Do aureola divina circnndada,
Y a<iiiel afable y digno continente
E l alma no sintiera subyugada,
Si la bondad tranquila y dulcemento
Brotaba do su límpida mirada.
Como una luz que en apacible calma
Irradiaba dol fondo do sn almaf
¡Gloria á Don Bosco, cuyo ardiente colo
£1 ingrato erial de la existencia
A B U paso cubrió con noble anhelo
Do puras flores de divina esencia,
Y boy esperamos que de Dios en el cielo
Goce ya de la divina presencia
De eterna luz vestido, y coroiimla
Do laceros la frente iiuuacula^!
Perdona ¡ oh Santo! sí mi voz so atreve
A cantar la grandeza de tu gloría
Y haz que, no en balde, mientras viva llevo
F ija en el alma tan sublime historia:
I Animo corazón! La lucha es breve
Y el fin de la jomada es la victo ria ;
Un esfuerzo no más, y habrás vencido
Logrando el triunfo eterno axjetecidoí
Y tú, ¡oh Don Bosco! que en la excelsa altura.
Libre ya de los luchas de este mundo,
Contemplas del Eterno la hermoHiiia
Gozando el ¡iremio de tu :ifán iViiiido,
Haz que ú esa patria de eterna ventura
Que sueña el hombre en su anhelar lirofitudo,
A I quebrantar sus lazos eteruales
Asciendan nne^tras almas inmortales.
1
ÍI aktíx .Schrrof .
p
m
— 120 —
á otro de Barcelona, eu representación del
Sr. Gobernador C iv il, y al muy ilustie Sr.
Yieario General del Obispado, quien admi
nistró el bautismo al catecúmeno, el moro
Jamete Mqjador, de 20 años de edad.
Nació Jamete de padres moros en la ciu
dad de Tetuán. Una señora de Lérida, que
estuvo en aquel pueblo, movida de caridad,
le propuso que viniese á España para abra
Prentadme oídna
zar la religión católica, y, aceptada su indi
Un brovo iiiatauto,
UimiLud uiiii^oa;
cación, le costeó el viaje.
QuiiTo coiitavua
Para cumplir su propósito hubo Jamete
Uii cuHO raro
de
manifestar no sólo una decisión á toda
Aquí aiici'didu.
prueba sino muy heroico valor j pues al em
Notorio 03 dü tiorra y cíelo
Que el Niflo Dios generoso,
barcarse en Ceuta, tres hermanos suyos, sa
Eu nuestra tiem i espuliola,
bedores del designio que tenía, quisieron es-'
AuareeiCisu sin velo
torbarle el viaje, y armados de revólveres
A l fumlador muy íainuso
San Ignacio de Loyola.
trataron de impedírselo. Pero, x>or providencia
Y sin salir de la patria amada
de Dios, la autoi-idad civil acudió á tiempo
Ved <í la Beníüc.a Teresa,
para defender al inocente y encarceló á los
A San Pedro Pasütial y a otros ciento,
agresores.
Onmu Antonio J’adnuno, eu su morada
lieeibir á la inefable Alteza
A l llegar Jamete á Lérida el limo. Obispo
lullamados de sin par contento.
de a({uella diócesis interesóse en catequi
Para preiímbnlo basta, y voy al coso:
zarle; más convencido de que convenía tam
Un día iuolvidablo que eu la iglesia
Celebraba nuestro Padre y Superior,
bién enseñarle un oficio, confióle al ciudado
Con grande asuiul>io y temblor no escaso,
de los religiosos salesianos del instituto de
lO li üuiínto el Altísimo nos aprecia!
Don B osco, quienes hace ya diez meses
V i convertida el ara en nu Tabor.
que le instruyen en la doctrina cristiana y
Yo vi <ine cu sus manos el sacerdote
Estiitioo como Angel contemplaba
le tienen aprendiendo el oficio de zapatero.
A l Niño Jesiis que le sunvoía,
A l regenerarse con las aguas del bautismo
Tierno, dulce, afable con sin igual dote,
Jamete Majador tomó los nombres de Juan
Y oí ([lie <iou encanto que arrobaba
José Antonio María, ya por devoción á Don
Aquel divino Niño le decía:
l'u trabajo me es muy grato y tu celo.
Bosco, ya en gratitud á su ]>adrino.
Tantas alímis que en esta casa moran
Sirvióle como tal el muy distinguido señor
Y en dulce paz viven á tí confiadas
Don Antonio Satrústegui, y de madrina
Escogidas una á una para el cielo
EstAn por mi, pues que mi nombre adoran
la Exma. Sra. Dona Isabel Serra vda. de
Eu la doctrina santa bien fundadas.
Gispert.
A mi piulre adoptivo Las consagrado
L a ceremonia fuó majestuosa y conmove
Talleres, y al que es el ángel tutelar,
Los escuelivs. Bajo la muy augusta
dora, y todo el mundo la presenció con ávido
Proteocltíu de mi ^fad^e bas amparado
interés.
A todos; A olla bas erigido templo y altar.
Mucho contribuyó al esplendor de ella el
Plausible es tu obra y del todo justa.
canto del justamente renombrado Laúdate
Lo que basta por el más pequeño haces
Muy larga recompensa te asegura,
pueri del maestro Capocci y un Tantum ertjo
Que A mí lo bas hecho, y soy yo su padre.
de Mons. Oagliero, antea de darse la bendi
Habló el Niño, beudíjole; y m il haces
ción con su divina Majestad.
He Angeles cantaron con gran dulzura
Uosannas en honor de nuestro Padre.
Concluido el bautismo la numerosa con
Esto v i yo muy claro, os lo repito.
currencia pasó al ])atio' graciosamente ador
Con los ojos de la fe abiertos
nado, y donde para inaugurar la exposición,
Y olaiimr debo A voz en grito
á numera de certamen, de los trabajos de los
Que la fe mucho alcanza eu sus aciertos.
niños pertenecientes á las escuelas de artes
E l día 24;, fíesta de Sau Juau Bautista, y otiíúüs de la casa, se tocó un dúo del
celebráronla los alumnos cou una ñmcióu cuarto tinal de los Hugonotes y luego se leyó
teatral y fuejíos artíticinles, y el 25, día do- un saludo á las autoridades y demás perso
iniuífo, tuvo lujíar el solemne bautismo de najes y sujetos que honraban el acto con su
un moro y lu apertura de una exposición de X>reseiicia.
Declamóse desi)iiés un himno que fuécanJos artelactos de los artesanos del estable
cimiento.
t-ado eu seguida, pronunció un importante
A las cuatro de la tarde la iglesia de discurso sobre la Obra Salesiaua, lleno de
Alaría Auxiliadora, contigua á la COvsa sa- hermosas reflexiones, el Sr. Don Gustavo
lesiaua de Sarriá desbordaba de gente, que Gispert, y por fin al son de música se pro
tanto tlel lugar, como de los alrededores y cedió á visitar los trabajos de la exi)oaición.
de Barcelona misma había veuido á pre
senciar tan hermoso acto.
lira de notar entre los concurrentes á al
gunos regidores del ayuntamiento de Sarrisi
FANTASIA
CU honor del Sr. Inspector
de las Casas Salesiauas de España
—
121
SA N TA N D ER
O r a t o r io d e D o n B o s e o .
M u y E . Se . :
Jfo sabría explicarle la grande y santa
alegría de esta pequeña comunidad de San
tander. Acabamos de celebrar la bendición
de la nueva capilla levantada en bonor de
María Au xiliadora, nuestra buena madre.
Con esto, nos parece haber llenado un gran
vacío en nuestros corazones. Sabe U. lo poco
{[ proi^ósito que esta casa era para nuestra
obra, ya por su estrechez ya por su constmpción; mas con los auxilios de las per
sonas beneméritas de Santander, hemos po
dido, derribando por una parte y levantando
por o tra , hacerla capaz para albergar unos
300 niños. Muchísima falta hacía una capilla
donde poder reunir los domingos y días fes
tivos, no solamente á los 300 chicos que
frecuentan nuestras escuelas diurnas, sino
también á unos 60 jóvenes de 18 á 25 anos,
de nuestras escuelas nocturnas, que después
de haber pasado toda la semana en un taller
trabajando para ganar honradamente la vida
acuden á nuestro Oratorio para distraerse y
cumplir con los deberes de todo buen cris
tiano.
A principios de noviembre de 1802, se dió
principio á los trabajos de la nueva capilla
que acabamos de inaugurar. En el piso in
ferior á ésta, se ha preparado un magnífico
salón para estudio, teatro y actos académi
eos; y á los lados dos excelentes galerías
con vistas muy amenas.
Qué contento reinaba en nuestras fiestas
del 3 y 4 de junio. Este Oratorio no presen
taba ya el aspecto de un colegio, sino el de
una numerosa familia que i)repara un local
para recibir al padre que viene de lejanas
tierras. Superiores y niños, todos se junta
ban ; quien iba por una parte, quien j)or
otra sin que ni uno solo estuviera parado:
unos pintaban, otros barrían y otros lim])iaban. Todos los niños dieron en esta ocasión
verdaderas muestras del grande amor que
profesan á nuestra casa. Y era consolador
ver á aquellos niños que poco hace vagaban
por las calles, cómo trabajaban sin más re
compensa que la del gusto de contentar á
sus Superiores que tanto se afanan para ha
cerlos hombres útiles á sí mismos y á la so
ciedad.
E l sábado 3 de junio, á las 4 de la tarde,
hora en que se dió principio á la bendición
de la capilla, muchos señores y señoras lle
naban toda la casa. E l Sr. Provisor bendijo
solemnemente la capilla en nombre del Ilusstrísimo Sr. Obispo, que aun convalesciente
de una larga enfermedad no pudo asistir, no
sin gran sentimiento suyo, pues tanto nos
quiere, y de nosotros que nos i)reciainos de
ser sus humildes y sumisos súbditos. L a ce
remonia fué brillantísima.
Celebróse en seguida un acto literariomusical, en que se declamaron hermosas
composiciones en latín y en castellano. Loa
cantores, niños de este Oratorio, interpreta
ron muy bien el Sacerdos de Mons. Oagliero
y el Ave María del maestro D ogliau í, salesiano, y muy á satisfacción de la immorosa
y distingnida concurencia. Por fin ©1 señor
Provisor dirigió la palabra en nombre del
Sr. Obispo, á los circunstantes, con grande
elocuencia y gran entusiasmo, proprio do un
verdadero admirador de la Obra de Don
Boscü. Mucho siento no ]>oder transcribir
aquí las encoudidas palabras con que exhortó
ú los niños á perseverar en el bien y á ser
agradecidos al inmenso favor de haber sido
cobijados bajo el manto de la Virgen A u xi
liadora. Dió gracias á nuestros Cooperadores
por el potente apoyo dado para el desarrollo
de la Obra de D. "Bosco, y los animó á se
guir adelante con más bríos, por ser la Obra
salesíana la destinada á resolver el gran
problema social que agita á todos los go
biernos europeos. Concluyó prometiendo nn
día de campo á los niños, en nombre del
Sr. Obispo, como prueba del cariño que su
lim a, les profesa. En medio de entusiastas
aplausos y estruendosos vivas á María A u
xiliadora, á Dou Bosco y al Sr. Obispo, la
numerosa y distinguida concurrencia se re
tiró muy complacida de los iirogresos de los
Salesiauos.
El domingo 4 los corazones de los ñiños
rebosan de alegría. Desde las 6 á las 8 1^2
dos sacerdotes los oyen en el confesionario.
A la.s 7 1^2 hubo coiimiiióii general, en que
20 niños recibieron por primera vez el Pan
de los ángeles. La comunión fué muy nume
rosa. E l Sr. Don Francisco Laiiiera, distin
guido sacerdote de esta ciudad, animó á los
niños á que prepararan una digna morada
al rey de los royes.
A las 10 ofició el Sr. Provisor. La capilla
estaba com])letamente llena. Nuestros niños,
según los inteligentes, se distinguieron (;antando con orquesta la misa de la Santa I n
fancia de Mons. C agliero, con el Oredo de
"la misa de S. José, de D. Costamagna. To
dos los asistentes quedaron muy satisfechos.
Fué tan numerosa Ja concurrencia de la
tarde que los niños no i>udieron asistir á las
funciones, debiendo quedarse en la galería
contigua. El sermón á cargo del M. K. S.
Don Juan B. Ilubín de Celia , do(5toral de
esta S. I. Catedral, fnó muy notable. Con
gran erudición y elocuencia demostró cómo
la Virgen es y ha sido siempre el Auxilió de
los Cristiano.s. Se cantó solemnemente el
M a g n i^ a t, el Quasi arcus, el Tantum ergoy
todo de 3Ions. Cagliero. Tanto el Director
del Oratorio, como el maestro de música re-
122 —
cibieron los más cumplidos plácemes por lo
bien que los cantores desempefiaron su di
fícil cometido. Después de esto se distribuyó
una abundante merienda á los niños. A las
7 lj2 empezaron los fuegos artificiales, muy
lucidos y en medio de ellos apareció la V ir
gen Auxiliadora rodeada de luces. La saludó
nuestra música con la marcha real, y así ter
minó la fiesta que dejará uu recuerdo impe
recedero en todos, tanto por ser la primera
como por el entusiasmo con que todos par
ticipamos de ella. La aüuencia de gente en
este día fuó extraordinaria. Parecía que todo
Santander había venido al Oratorio. Todos
nuestros vecinos se unieron á nuestra ale
gría, poniendo en los balcones de sus casas
liermosns colgmluras. Concluiré traiiscribieudo aquí algunos párrafos del periódico La
Atalaya:
< En una de las salas del Oratorio hallá> base ayer expuesto el proyecto de los gran> des Talleres salesianos y de la hermosa
» iglesia que se construirá cuando la caridad
> de los Bantanderiiiüs haya lacililado me> dios suficientes para ello. Este proyecto
> muy bien ideado, es obra del distinguido
> arquitecto Dou Emilio de la Tórnente;
» cuantas personas lo vieron expresaron el
» deseo de que pronto se realicen los pro» pósitos laudabilísimos de los Salesianos,
> de que se emprenda cuanto antes la cons» trucción. »
« Las funciones celebradas ayer en el Ora» torio de Don Bosco resultaron, pues, muy
* lucidas, recibiendo el Director de la Obra
> muchos plácemes, á los cuales unimos los
nuestros. »
»
»
>
>
>
»
>
>
>
»
»
»
»
»
>
»
>
»
»
»
»
»
« Mientras estas funciones se celebraban,
hallábanse en Liergaiies en reunión de
confianza, invitados por los señores Don
Manuel Canales, Don Carlos Saro y el
Sr. Chantou {apoderado del Sr. Marqués
de Hazas), que tiuubicu asistían á la reunión; los señores Fernández Buladióu ,
García del Solar, Saro (hijo) Hazas (Dofi
Federico), Jado {Don Angel), Dou Candido
González ó hijo, üomoz (Don Tomas), Calderon y algún otro del gremio de comeroiautes capitalistas. »
« Hablóse eti la reunión de asuntos de
interés general, entro ellos, de la necesidad
de fiimlar una sociedad de pudres de familia contra la inmoralidad, á semejanza
de los que tanto benefician á las biioiias
costumbres en Madrid y otros puntos. »
« Los señores reunidos acortlarou desde
luego constituir tan noble asociación, designando para (pie la presidiera aL respetablo señor Don Manuel Canales y coinproiuetiémlose todos los allí presentes á
formar parte de ella y procurar el ingreso
del mayor iii'imero posible de personas.
« Entonces el Sr. Canales, con el espíritu
»
»
»
»
»
»
»
■»
»
»
»
»
»
»
»
»
práctico y proftindamente religioso que le
carateriza, habló de la Obra de D. Bosco
de las escuelas de artes y oficios que tratan de establecer para la enseñanza déla
juventud, del papel importantísimo que
esta institución lleva en la sociedad, recogiendo cientos de chicos abandonados en
sil mayor parte á sus proprias fuerzas y á
sus iucliuaciones j y dijo que no se consideraba capaz de desempeñar el cargo que
se le quería confiar y que creía que lo
más conveniente y provechoso sería prestar el mayor auxilio posible á los Salesianos, puesto que esta institución llena por
completo el fin que se persigue al crear
las asociaciones de padres de familia.
« Después rogó el Sr. Canales á todos los
» señores presentes, que como demonstración
» de sus buenos deseos, se hiciese desdo
» luego una colecta para la Obra de Don
» Bosco. La colecta se hizo y produjo o()
> pesetas, que el Sr. Canales tuvo el gusto
» de entregar por la noche al dignísimo di» rector D. A n gel Tabariiii.
« Mucho celebraríamos que los señores co» mercicintes capitalistas eu unión délas por» solías de buena voluntad que puedan au» xiliar esta Obra, llevasen á cabo el lau» dable proyecto de ayudar en su piadosa
» empresa á los Salesianos, que con tanta
» paciencia saben enseñar á los niños á ser
» hombres virtuosos y á ganarse la vida
» bonradameiite. »
« Si se construyese el edificio destinado á
» talleres podrían acudir á ellos á instruirse
» unos 400 jóvenes, que saldrían de allí pro> vistos de sana doctrina y de la aptitud
» necesaria para ganarse ei pan y ayudará
» sus familias. »
Hasta aquí el diario Santanderino. Qué
prueba tau patente de la bendición de María
Auxiliiidora.
De V. íi.
Afino, en J. 0.
D. E p ip a n io F . FustAGALLi Pbro.
V A L E N C IA
En L a Semana Católica del IS de junio
leemos lo que sigue:
E l Rvdo P. Hermida, superior de los Ta
lleres Salesianos de S a m a , dió el pasado
domingo eu la iglesia do San Bartolomé, y
ante bastante concurso de fieles, una conlerencia.
Con sencilla frase, propia del hombre evan
gélico , dió noticias interesantes de Dou
Bosco y su admirable obraj exxdicó la orga-
nización de las diversas ramas que éste com»
preude, como son : los Talleres Salesianos ,
Oratorios dominicales , vocaciones eclesiás
ticas, culto á la Santísima V irge n , bajo la
advocación de Auxiliadora, y misiones en la
Patagonia y Tierra del Fuego, y terminó
excitando á los católicos hijos de Valencia,
para que prest-aseu su auxilio á- tan bienhe
chora institución que vendría á ser en nues
tra ciudad completivo perfeccionamento del
Patronato de obreros y aprendices, cuyos
resultados son de todos bien conocidos.
Después de la conferencia se descubrió á
S. D. il., rezóse la estación al Santísimo y
se dió la bendición por el mismo P . üermida.
Deseamos que sii palabra haya caído en
terreno bien preparado, á ftii de que en breve
produzca opimos y abundantes frutos en la
caritativa Valencia.
4
S K V IL L A
O r a t o r io S a le s ia n o .
M u y E evd o S r . D. E u a :
Permítame V . R. darle una idea de la
fiesta de María Auxiliadora, que por vez pri
mera se ha celebrado por los hijos de D. Poseo
en la encantadora capital de Andalucía, la
hermosa ciudad del Betis. Varias circuns
tancias favorables juntábanse á dar más
realce á tan fausto d ía, y nos estimulaban
á celebrarla con el mayor esplendor posible.
>’ uestro querido hermano D. Pedro Eicaldone cantaba su primera Misa en la solemnida<l de Jlaría Auxiliadora y habíase
determinado celebrarla el 28 de mayo, dia
de la Santísima Trinidad, que como V. E.
sabe, es titular la Obra Salesiaiia aquí en
Sevilla. Hubiéramos querido ochar, como
suele decirse, la casa por la ventana, y si
no se hizo fiié por la sencilla razón de no
tenerla; como que estamos aquí tan sólo
ihteriiiaineiite ¿y que podían hacer tres po
bres hijos de D. Bosco, faltos de recursos y
como arrinconados en uno de los más infe
lices barrios de Sevilla ? Teníamos , es ver
dad, nua grandísima iglesia, pero tan des
mantelada y pobre, que imposible nos hu
biera sido en las presentes circunstancias
adornarla decentemente, y tan apartada de
la población que pocos hubieran asistido á
la función á causa del sol abrasador de A n
dalucía que amedrenta aún á los más fuertes.
Kos encontrábamos en esta dificultad cuando
el celosísimo Cura-Párroco de S. Andrés,
entusiasta admiráclor de D. Bosco y de su
Obra, y muy fervoroso cooperador salesiano
(inspirado sin duda por ‘María Auxiliadora)
nos ofreció su hermosa y artística iglesia
para la celebración de nuestra triple flesta,^
prestándose al mismo tiempo á hacer el pa
negírico de la SS. Trinidad , de la Virgen
de D. Bosco y del sacerdote católico, y el
cual fue digao de la fama de que goza. Con
oportuna invitación conviiiáronse á los Coo
peradores y otras personas.
Desde la noche anterior el alegre repiquo
de las campanas, convidaba al regooyo y
alegría. Lo primeros arrolxúes del alba fue
ron también saludados con ¡os festivos ta
ñidos del bronce sagrado que con voz ca
riñosa parecía llamar á los vivarachos
pilluelos de la Puerta »lel Sol. Y no so hi
cieron esperar. Unos cuarenta habíanse pre
parado para hacer su primera Comunión é
iban acudiendo presurosos para disponerse
con el mayor fervor á tan grande acto.
Mientras el patio se llena y ánima cada
vez más con la gritería y el bullicio propios
del Oratorio festivo, un número considerable
se preparan en la iglesia para la confesión.
Asistieron á la misa reziwbi, terminada la
cual el nuevo sacerdote distribuyó el Pan
de los Angeles á los que por vez i)rimera
se acercában á la sagrada mesa; no sin
dirigirles antes de repartirles el manjar divino, con voz enternecida, unas pocas, poro
conmovedoras palabras. Siendo la primera
vez, les dijo, que yo tomo en mis manos al
dulce Jesús y vosotros le recibiréis en vues
tros corazones j.qné os diré, mis amados ni
ños ! ¡ Ah, os repetiré con todo el fervor da
mi alma hi divina invitación de Jesús, que
lleno de amor, cariñosametite os llama: Velüte ad me omnes qui laborati et om rati estis
et ego rejlciam vos.
Viendo á nuestros niños ]>ensaba yo cuánto
gozaría nuestro amado Ihtdro 1). Bosco al
considerar á aquellos pobrccitos cubiertos de
andrajosy miseria, y que ini día pesatlilla de
sus pailresy parríKpiiauos, so hallaban ahora
arrodillados á los pies del altar recibiendo
á su Dios, para muchos, i)ocos rnosos antes,
desconocido. — A las once debíiimos estar
en la iglesia de S. Andrés. La tila de nues
tros pilluelos, que por primera vez así sa
lían, iba aumentuniio á mtidida que pasaba
por calles y plazas; y cuando vieron el her
moso campanario engalanado con numerosas
banderas, su gozo no tuvo límites. Llegada
la hora, el nuevo sacerdote acompañado del
Sr. D. José Camacho, del Sr. D. Ernesto
Oberti, Director de nuestro colegio en Utrera,
y del Sr. D. Juan Homero, celoso coopera
dor que tanto trabajó j)or la instalación do
los Salosianos en esta capital y que desem
peñaba el cargo de padrino del nuevo un
gido, entró en la sacristía para revestirse de
los ornamentos sagrados y pocos minutos
después subía las gradas del altar santo á
ofrecer la Augusta Víctima. — La iglesia
estaba primorosamente adornada. Un her-
— r ji —
nioHO coro de voces dirigido por nuestro distijjguido cooperador Bou Agapito lusaiisti
JiH(úa resouai* sus alegres melodías bajo las
ínaJestuoKas bóvedas del templo, líuuieroso
«•oiKau'so de Cooperadores y ñeles asistían á
Ja Junción. líl recogimiento y conmoción era
general. Kl pajiegírico del lído. Sr. Párroco
Juó verdaderamente inspiiado. Con la maes
tría que le es propia supo enlazar tan be
llamente los diversos puntos del variado tema,
que superó toda esi)eraiiza. Su palabra sen
cilla y vibrante encendía los corazones,
enterneídendo sobre todo cuando hablaba
<le María Auxiliadora y de B. Poseo. Hacía
votos para que el granito de semilla
sembrado en esta capital por la mano del
Emmo. Sr. Cardenal prosperara cada día
más y más y fecundado por la vivificadora
savia do la caridad cristiana, iirodujera los
copiosos frutos que la necesidad reclama.
Concluida la misa hubo el besamanos. Tu
vieron la preferencia los niños del Oratorio
festivo , que rebosando de jú b ilo, al pasar
p(>r meilio del numeroso pueblo dábaule una
mirada <lo satisfacción y generoso orgullo
como (lucrieiido decirle: B. Podro es nuestro.
Be8[)ués del besamanos hubo la confereucia
<le los Cooi)erudores. Siendo ya muy tarde
tuve que ser tnuy breve. Les expuse en cor
tas palabras nuestra situación presente, la
necesidad a])remiante en que se encuentra
sinnúmero de niños que tindan .vagando
por las calles, criándose en el vicio y hol
gazanería, y concluí con exhortarlos á soco
rrer, por amor de María Auxiliadora y de
J). Í3()sco á. tantos huerláiiitos y desampa
rados. ba función terminó á las tres y me
dia. Bespués de un ágape fraternal que nos
I>roporcionó el ilustre padrino, volví presu
roso á la Trinidad , donde una escena bien
triste ims esperaba. Siendo el personal taji
reducido habíase quedado nuestro liermano
B . Juan Boiuíiiguez con oti’ojoven aspirante,
solo al frente de unos 3U0 pilliudos vivara
chos y alborotadores como los tiene Sevilla
y particularmente la.l^iierta del Sol. Be
suyo indisciplinados, y entusiasmados ade
más por las emociones dol día, su algazara
y alboroto no tenían límites.
Cuando más eiiloqueeiib)S estaban en sus
juegos, lie aejuí que un liombre con la oara
ensaiigreutada y agitando un nudoso ga
rrote se prcí'ipita en el patio repartiendo
palos i\ troche y moche, con un furor ver
daderamente üiidemoniailo y lastimando prin
cipalmente
los peqneñifos. La impresión
en nn»‘stros niños fnó-tle espanto terrible;
quienes hnían, quienes gritaban: « al loeoi
al loco: » pero reeobrambi animo volvían á
entrar armados todos liasta los dientes con
piedras, palos y ramas de los árbolitos fru
tales, qu(‘ jmr desgrat'ia los ilesgajái'ou casi
todos, para defenderse del atrevido. A no ser
María Auxiliadora drama sangriento hay en
ca.sa. Eli el luoiueiito do mayor furor por
á
parte de uno y otros fuó cuando ponía los
pies en el p a tio , y al ver tan fatal escena
me arrojé corriendo sobre el desgraciado, á
quien á duras penas pude salvar del furor
de nuestros pequeños salvajes, que con ate
rradores gritos querían tomar terrible ven
ganza de los golpes recibidos. Pude calmarlo
y le conduje á mi aposento para que se
lavara. Eutretauto salí para calmar los áuimos de nuestros valientes, ifo era fácil tarea
el conseguirlo, pero persuadiéronse al fin .....
Y ¿ cuál era la causa de este funeste inci
dente que hubiese podido tener serias con
secuencias ? A l pobre hombre le habían he
rido con uini piedra, y él no conociendo al
que se la había echado, quiso tomar ven
ganza de todos.
Calmado todo, tomé á mi buen hombre del
brazo y acompnñéle hasta la calle, advirtiéndole no re])itiera la escena si es que tenía
amor á su vida y costillas, y todo cabizbajo
como persuadido de e llo , parecía repetir aquello d e : « A l que no quieras échalo á los
chiquillos. »
Pasado esto vuelve de nuevo la imponen
te y acostumbrada gritería. — E l largo p a
so que da entrada á la casa y convento á di
estra y siniestra cubierto de árboles, fiorefi
y vistoso follaje aparece en un momento al
fombrado como por encanto de rescas yerbas
y á todos agitando en sus manos las ramas
desgajadas de los árbo les, tallos y flores.
Pasó á nuestro jardín algo peor que al huertecillo de mama Margarita. — A un grito
corren, vuelan á la cancela y lascampanas
se echan á vuelo , la animación crece v raya
en frenesí. jQué pasa? Han visto á B. P e
dro, y « D. Pedro » es el único grito que re
suena en los labios de todos. Y agitando su.s
rauias y Hores rodean al nuevo sacerdote, y
entre vítores y aplausos entran con él triunfalmeiite en el patio interior. Habíanse tro
cado los paineles: al crwcí/iíre sucedía el hoaan na.
Quién grita, quién cauta, quién baila,
qui«*n salta qnerieudo todos manifestar de
algún modo su cariño y regocijo. Calmado
el primer entusiasmo y siendo ya tarde (eran
las 7) se les agasajó con unos dulces. A qu í
fué Troya. Cada uno quería sor el primero.
Satisfechos y contentos se iban ostentando
su chuchería, gritamlo desile lejos: .v Hasta
el domingo, hasta el domingo. » Pero para
borrar t»ida la triste impresión del funesto
incidente justo era hubiera un sainete y éste
no faltó. Cuando á nuestros ra])azuelos agol
pados á la reja se les hacía una dulce vio
lencia para enviarlos á sus casas, lié aquí
que se adelanta una señora, que su modestia
no me pennite nombrar, acompañada de una
anciana criada que llevaba una riquísima
batea de dulces para obsequiar al nuevo sa
cerdote. A Ja vista de aquella golosina nues
tros tamiguitos, que aun tenían los labios
endulzados, por lo que autes se les había
w m
— Iti5 —
todos los oficios propios del ministerio sa
cerdotal. A los hermanos legos toca el de
sempeño de los oficios materiales de la casa
y la dirección de los talleres y esbiblecimientos agrícolas é industriales. Los talleres
están destinados á la enseñanza de todas
las artes y oficios: en los colegios se da a
los niños la instrucción primaria elementul
y superior, y también en algunas localidades
la segunda enseñanza, en toilo ó en parte.
En muchas poblaciones tienen asilos para
recoger huérfanos, y en algunos lugares co
lonias agrícolas de grande importancia. Nació
la obra en Italia, y tiene su casa matriz y
centro principal en Tu ríii; mas em-oiitróst»
bien pronto oprimida en tan estrechos l i
mites: salvó los montos, extendióse por Eu
ropa, y atravesando los mares ha llegado
hasta los postreros confines del globo. En
todo el mundo se ha hecho célebre y glo
rioso el nombre bendito de su ftindador Don
Juan Bosco, no solamente por la piedad y
religión de sus h ijos, y por las inmensas
ventajas materiales y espirituales que do su
instituto 86 reportan, sino muy principal
mente por la fama de sus raras virtudes y
de los dones y gracias gratis dadas, de que
estuvo adornado, como son, de uii modo par
ticular, la curación de enfetmedades, la pre
dicción de lo porvenir, y el conocimiento do
lo más escondido en lo secreto del corazón
humano.
Que Dios nuestro Señor le hubiese mani
festado la próxima fundación de su instituto
en Barcelona, con la precisa cfrcunstaucia
de ser llamado allá por una señora, y de
que había de ser la de Barcelona una gran
fundación, parece ser cosa fuera de toda
duda. Pero la misma importancia de la obra
hubiera sido causa de que se retardase su
ejecución, á no haberse interesado en la fun
dación una señora del carácter enérgico y
emprendedor de D “ Dorotea. A l llegar á
manos de D. Bosco la carta que esta señora
le escribió pidiéndole una fundación do su
Pbro. sales.
obra salesiana en Barcelona, so hallaba el
fujulador en suma o.s<-asc.z de personal for
m ado, á causa de las numerosas colonias
que desde Italia había expelido á diversos
países de Europa. No hubo de sospreuderlc
la petición hecha ]>or la señora de Barce
lona, de la cual bahía tenido años anle.i
suj^erior conoc'iinieuto. Sin duda su deseo
era satisfacer á los de la piadosa dama barcehuiesa, destinada i>or Dios á ser en nuestro
L A O BRA DE DON BOSCO
país la madre de los hijos de Don Bosco:
mas por la razón que hemos insinuado tuvo
('ContimiacionJ.
que contestarle no ser posible por entonc<í.s
Compónese la Congregación de sacerdotes acceder á sus ruegos, y que debía esto d i
y legos. Aquéllos se ocupan en el gobierno ferirse para ha.sta que tuviese bien forrnado.s
de la Congregación, cuidan en lo espiritual los sujetos que habían de dar el primer im
de los niños y adultos que asisten á sus ta pulso y la forma primera á la grande obra
lleres, y enseñan á los que frecuentan sus de la fundación de Barcelona.
Fué sobre todo encarecimiento la desazón
colegios: fomentan además el culto divino y
la piedad de los pueblos ejercitándose en que produjo en D » Dorotea semejante, m>
dado, no pudieron contenerse: « Esos son
pá nosotros, » decía uno, « Deme V , uno »
de«'ía otro. Huelen bien, gritan todos y sin
luás ni más toman de asalto ia apetecida
batea y armaron una de populo bárbaro.
Ño es posible describir el contento de los
unos, el pesar de los otros que no habían
podido llegar en el momento de la mari
morena y que corrían preguntando si aun
quedaba algo.
La señora, que conoce muy bien á nuestros
rapazuelos, se calmó fácilmente, y nos reía
mos luego todos pensando en las aventuras
seríO'CÓmicas de aquel día. Pero aun no ha
bía concluido todo. A eso de las ocho vino
la banda de música mandada por la misma
buena señora para dar digno remate á la
fiesta. Entre las melodías de la m íisicay el
disparo de cohetes, y entre los entusiastas
gritos do: « V iva la SS. Trinidad, V iva
2klaría Auxiliadora y D. Bosco concluyóse
nuestra variada y gitanesca fiesta, dejándo
nos muy gratos recuerdos.
P or la narración que le he hecho bien podrá
V . R. figurarse con que clase de criaturas esta
mos. La miseria y una ftmesta maldad, origi
nada por la más supinaignorancia dominan en
los barrios de esta capital. ¿Cual será el
porvenir de la generación presente, si el
Señor no la mira con qjos compasivos ? Qui
taron al pueblo su Dios y el pueblo vuelve
al paganismo y lógicamente al salvajismo.
La necesidad es apremiante sobre manera.
A h , amado Padre D. Rúa ¡que vasto campo
se presenta aquí al Salesiano! Paltos de todo
estamos, y todo lo esperamos de nuestra buena
^[adre María Auxiliadora. E lla nos ha traído
y E lla se cuidará de los hijos de su amado
siervo D. Bosco.
Los hermanos y todos se encomiendan á
sus oraciones y piden su bendición, en esXiecial manera este
• Su afmo. en J . y If.
M a t ía s B u i l
ESPAÑA
12C
<lir6 Jiogativa, sino solamente dilación del
cumplimiento de sus deseos. La viva imagen,
<jue dentro de su mente llevaba impresa de
la übi’a anlesiana, y el deseo que ardía en
su corazón de ver con sus ojos realizada
aquella grande idea, tras la cual por tanto
tiempo había andado, no le daban momento
de rejiOHo en razón de obtener con toda la
prontitud i>08 ible la realización de aquel ideal
que absorbía toda su atención. No hubo
medio que no emplease, ni resorte que no
moviese, Jii inílujo de personas de autoridad
que no invocase, para inducir á D. Bosco á
que lio dilatara el cumplimiento de la más
elevada de sus aspiraciones, cual era el ver
establecidos y funcionando los Talleres Salasiauüs en Barcelona. Todo fuó en vano :
faltaba gente : era necesario formarla, y Don
Bosco no quería comprometer su obra en los
mismos comienzos de ella. Sin desmayar la
activa señora y sin desistir de su propósito,
elevó BUS súplicas al mismo liomauo l ’ ontíllce : y Dios bendijo su constancia do la ma
nera que so dirá.
C a p ít u l o I I .
Estahleciiiiieuto do loa Tivlloroe Sulesianoa en Sarriá.
— Ejortíioioa do.1883. — EnaúuuUaau «1 local de
loa 'rullorea. — D. Juróuimo Granell.— Carla m>tiüdti (le D* Dorotea. — Arbitrios para «ubvenuioiuvv los nuevos gastos do loa Tallijrea Salcsia. — Piogroaoa de la Obra Suleaiana. — Is’ oticia
de las roligioaus de María Auxiliadora.
1108
1883-1885.
liemos diclio ya que D* Dorotea no per
donó medio ninguno ni dejó piedra por
mover en njzón de alcanzar el pronto estable
cimiento del instituto salesiano en Barcelona.
Bendijo el Cielo su constancia j y la buena
señora obtuvo lo que con tantas ansias pre
tendía. A principios del año de 1883 llegaban
A Barcelona enviados desde Italia por Don
Bosco dos de sus bijos, D. Juan O aglieroy
D. Albera, para tratar de la nueva funda
ción con D'^ Dorotea. La primera cosa (pío
so propuso fuó determinar el lugar ó sitio
en que convenía dar ]n‘incii)io á la grande
obra. Había cu las afueras de Sarriá, y casi
jicgada á la población, una finca, llamada
Torro do Prats, do fácil adtpiisición, y muy
á l)rop(')sito para el objeto á (pío se la qnoria
destinar. Lo salubre del sitio, el estar á la
voz fuera de poblado y muy próximo, por
no decir contiguo, á Sarriá, y la c.oimMlidad
de tener tan puco distante la estaeiiin del
lerro(uuTÍl que ponía á la easa eu fácil coiiiunieiüu con Barcelona, llamaron la atención
de 1)“ Dorotea, y merecieron la aceptación
de los dos oomísioiiados de D. Bosco. La
fundadora eiiti-egó desdo luego la cantidad
de veinte mil duros jiara la tioiupra del terumo
y para los gastos más precisos de la insta
lación, y al instante se dio i>rinequo á la
ejecución del proyecto, que por tanto tiempo
bnbía ucuricíado.
P or marzo vino desde Utrera á Barcelona
D. Juan Branda, Superior á la sazón de los
Salesianos eu Andalucía. Las ansias de este
buen Padre por conocer y ver con sus pro
pios ojos á la señora profetizada por Don
Bosco tres años antes como instituidora de
la Obra Salesiaiia eu Cataluña, estaban en
proporción con lo tiv o de la grata sorpresa
que experimentó al leer la carta de D* Do
rotea del año anterior y al recordar las pa
labras proféticas de su Superior General
cuando le envió á España. Llegado á Bar
celona D. Branda, hospedóse en casa de la
misma señora, á quien tanto deseaba cono
cer : y tuvo la dicha de ser su huésped por
espacio de un uies entero, durante el cual
se fuó preiiaramlü todo lo iireciiso para po
derse etablecer la comuiiLdad Salesiaua en
la'Torre de Prats recientemente adquirida. Aqiiel mismo año quedó la Torre trausformada
eu casa religiosa y se abrieron para los niños
de la (dase obrera los Talleres Salesianos.
Desde su llegada reconoció D. Branda en
D “ Dorotea no á una simple fundadora de
un establecimiento Salesiano, sino á una
tierna y cariñosa madre de los hijos de Don
Bosco y de los alumnos que el Cielo (joiiiiaba á sus cuidados. E lla eu persona iba á
comprarlos muebles necesarios para la nueva
casa, y los pagaba de su b olsillo; eUa pro
curaba las provisiones necesarias para el
sustento de la nueva fam ilia; ella velaba
de continuo por su bienestar, y visitaba con
gran fiecuencia la casa para conocer por sí
misma las necesidades de ella y remediarlas,
como lo pudiera luu^er por sus amaiios hijos
la madre más solícita y cariñosa; ella jior
üu se encargó del lavado de la ropa de la
sacristía y cocina, que x>or sus propias manos
remendaba.
N o es ]>ara jiasado en silencio un caso de
mucha editlcaeion, (jiie sucedió en estos días.
Un Padre de los de Sau’iá tuvo en cierta
ocasión iiece.sidad de verse con D-‘ Dorotea.
Va á casa de la señora, y se la encuentra
atareada eu remendar un trajio viejo de co
cina, que por su antigüedad y largos servi
cios ya prestados era bien merecedor de ju
bilación y de ir á parar dentro del saco del
trapero. Admirado el Padre al ver tanta hu
mildad , tanto afán y tal espíritu de econo
mía, dijo á la señora: « ¿ A qué perder el
tiempo y el trabajo en remendar ese tra
pillo, si con lo que se uece.sita para ponerlo
eu estado de servir uii iiar de veces, se
podría comprar uno nm*,vof » — « E s pre
ciso, » responde con dulce sonrisa, « apro
vecharlo todo. Dios, » continúa, « me i>ediría cueutii del hecho, si j'o desi^cbara por
inútil esie trapo. » Y siguió adelante remoiidáiidolo; de lo cual quedó no jioco ediíiüudo y maravillado el buen Padre, al ver
que una señora tan principal y tau abundante
de medios, sin haber hecho voto de pobreza,
le diese de ella tau elocuente lección,
— 127 —
151 mayor deseo de B.* Dorotea era ver
establecidos los talleres, y á los jóvenes ocu
pados en ellos. Hasta en el retiro de los
santos ejercicios la preocupaba este pensa
miento, como se v e en uno de los propósi
tos que en ellos formó este año.
« En vista de mi último fin, » dice, « re
suelvo hacer toda-s mis acciones dedicadas
á Dios, purificando mi intención en todas
^ a s . Miraré con indiferencia todo lo que no
sea ofensa de D io s , amoldándome al gusto
de los demás. Tendré un particular cuidado
mi hacer bien el examen. »
« Me entregaré enteramente á trabajar en
la salvación de las almas por medio de las
escuelas, las que procuraré, en lo que mis
fuerzas alcancen, extenderlas lo más pcsible.»
« Procuraré una nueva regla de vida, se
gún me ha indicado el P. Director de los
ejercicios, rezando, cuando pueda, el oficio
parvo de la táiiia. Virgen. V e r cómo se
PODRÁ LO G R A R L A E S T A N C IA DE LOS C H I
COS EN LOS T A L L E R E S . Corregir el genio con
la dulzura. >
Como lo determinó en los ejercicios, así
lo realizó^ ocujíáudose con increíble tesón en
atraer niños á los talleres, á pesar de ha
llarse estos tan á los principios, que care
cían (le toda comodidad. Fué tal el entu
siasmo que se despertó en Barcelona por
estos talleres , que ya el año siguiente de
18i>4 ni bastó para darles cabida la primera
casa, ni fué suficientemente capaz la sala
que se destinó ]>ara capilla, sucediendo otro
tanto con los talleres y los dormitorios. En
vista de tal aüueiic.ia do niños y de tanta
estrechez de local, llama D .‘ Dorotea ñ su
maestro de obras, y le hace levantar los pla
nos (le una nueva capilla y de un segundo
dormitorio, formar los prcsnjjuestos y pro
ceder á toda prisa á su coustruccichi.
Era el imuístro de obras de D.“ Dorotea
Don Jeniiiiino G ranel, sujeto digno de esperml incuciÓJi. A su grande honradez é iiiteligi-iícia añadía el Sr. Granell el alto apre
cio en que tenía á » santa Dorotea funda
dora » como él la llamaba por verla toda
ocupada en bien del prójimo y en particular
de loa pobres y de los niños. Gomo sabía
que á veces no le alcanzaban á la caritativa
señora los recursos necesimos para empren
der todas las obras , que su caridad le ins
piraba, el Sr Granell se avenía fácilmente
ú que no le j)agara , sino cuando pudiese,
las cuentas de las construcciones que le en
comendaba. Con esto Doña Dorotea se atre
vía á emprender cualquiera obra que ju z
gase conveniente, esperando en Dios que no
faltarían medios para satisfacer tarde ó tem
prano el importe de ellas. Otras ve(jes, cuando
el coste de las obras era considerable, con
anuencia del maestro señor Granell lo satis
facía á plazos, entregando eii cada uuo can
tidades relativamente pequeñas liasta llegar
con el tiempo á amortizar tuda la deuda.
Cuando le llamaba D.* Dorotea, solía de
cirle : « Mande V . cuanto quiera j y á jiagar,
cuando pueda. » Estaba bien persuadido
que más ansia se daría la señora para ver
de pagar, que no él en querer cobrar. A la
muerte del Sr. Granell, ocurrida poco antes
que la de Doña Dorotea, ésta se hallaba en
descubierto con él de una no despreciable
cantidad, cuyo importe se satisfizo á la hya
de D. Jerónimo, según consta de un recilK)
por eUa firmado. Este Sr. Granell fué el que
este año de 1884 levantó la actual capilla
de la casa de Sarriá y construyó el nuevo
dormitorio. Además edificó una sala espa
ciosa con destiuo á taller de encuadernacio
nes, cuya maíjuinaria toda costeó Doiia Do
rotea, no cabiendo en st de pura satisfacción
al ver lo mucho que su obra prosperaba.
E l dormitorio construido el año anterior
do 1884 pronto fué insuficiente para conte
ner á todos ios niños que se iban admitiendo.
Además era necesario instalar nuevos talle
res para ocupar á todos los que acudían á
Sarriá con objeto de aprender oficio con
forme á sus inclinaciones y aptitudes. Las
necesidades aumentaban: los deseos que de
satisfaííerlas sentía la buena señora, eríui
ardentísimos; pero escaseaban los medios
pecuniarios con que atender á ellas. En si
tuación tan angustiosa acudió D .“ Dorotea
á su recurso ordinario al verse en aprietos
semejantes; y fué el de interesar á las per
sonas de su familia y á cuantos amigos ju z
gaba dotados de posibilidad y deseo (le hacer
bien, á que coadyuvasen á obra de tanta
utilidad para los hijos de la clase obrera y al
mismo tiempo de muchísima gloria de Dios.
No escaseaban afortunadamente en Barce
lona los amigos de D .“ Dorotea dotados de
las dos cualidades que hemos dicho, y á la
vez admiradores del espíritu emprendedor y
activo de la señora. Mucho.s y muy conoci
dos nombres podríamos citar de personas
ilustres que se ofrecieron generosamente á
secundar los vastos imanes de D.* Dorotea;
mas nos abstenemos de nombrarlas por no
ofender su modestia, contentándonos con
citar el nombre glorioso de D. Antonio Kscolano, administrador del Banco de Barce
lona, por haber ya fallecido y X)asado á re
cibir la reíjompeusa debida á sus virtudes y
á su grainie caridad con los pobres y nece
sitados. D.* Dorotea para atraer con más
disimulo y no menor eficacia á sus amigos á
que contribuyesen á la obra, ideó una rifa,
cuyas suertes fueran los mismos objetos que
dichas personas ofreciesen pura este fin. En
cargóse ella de recoger los donativos, de co
locarlos y exponerlos en el local de los Tallere-s; y más de una vez durante la prepa
ración de la rifa se la vió tomar la regadera
y la escoba, y regar y barrer, cual si fuese
una pobre sirvienta, los patios y tránsitos.
Y tan poco se parecía á sí misma cuando
; estos oficios de humildad ejercitaba, que en
12S
alguna ocasión se la confundió con una per
sona de más liumildo cuna, y como á tíü se
la trató. Entre los niños que trabajaban en
los talleres, había uno, andaluz, más vivo
que un azogue -, haragáu como el que más,
con un palique que dejaba atrás á los de su
tierra, y ])or añadidura sumamente travieso.
Todos los asilados profesaban tal respeto y
venerauióii á 1).“ Dorotea, que se acercaban
Á besarle la mano como si fuera su madre.
Estaban en una ocasión barriendo varios de
los niños, entre ellos el andaluz, y por allí
andaba D .“ Dorotea tra.steando. Üfreciósele
á ósta tener necesidad de una escoba; y vol
viéndose al primor chico quo vio cerca de
sí, le dice: * !Mira, niño, tráeme aquella es
coba. » — « Pue, váyaze oztó por eya, » le
respondió mirándola con cierto desdén el
deslenguado audalucito, creyendo ser la que
le hablaba una mujer cualquiera, que so ha
bía metido donde nadie la había llamado.
Los compañeros, al oír tal respuesta, grave
mente escandalizados y sentidos de contes
tación tan poco respetuosa, le reprendieron
agi’iamente, diciéiidole: « ¿No ves que es
nuestra madre, D .“ Doroteal » E l pobre no
la había recoiiocnlo. E l conjunto del hecho
hizo gracia á la buena señora, que se go
zaba de verse en aquel traje y ocupada en
tal vil oñcio: gustó del desparpajo del traviesillo andaluz, y se consoló con. las seña
les de respeto que manifestaron los demás
niños y el dulce nombre do « madre » con
que la apellidaron.
Más que todo la alegró no solamente el
buen resultado de la rifa ideada por ella,
sino también la abundante limosna que ofre
ció una persona distinguida para cooperai^á
t5in santa obra. Y en efecto : este mismo ano
de 1885 se comenzaron nuevas obras para
el ensanche del ediíicio, qne consistieron en
cuatro salas destinadas á otros tautos talle
res : fueron estos el de carpintería, eseullura, sastrería y zapatería. El gozo do D .“
Dorotea al ver los r.ápidos .progreso de su
obra favorita, no tenía límites- Parecíale un
sueño aquella misma realidad , que con sus
ojos veía y con sus manos palpaba. 2To sabía
cómo agradecer al Señor el insigne benetieio
que le íiabia liocho én darle á conocer á los
hijos de 1). Bovsco, con cuyo auxilio había
logrado poner por obra aquel ardiente deseo
quci tiuítos anos atriis había concebido de pro<auar el bien corporal y espiritual de los
hijos del obrero, y ahora veia realizarse y
tomar gradualmente dimensiones tales, cuales
ella nunci\ hubiera osailo imaginar.
íla s no estaba todavía satisfecho su co
razón. El estado actual de los Talleres y el
impulso que se había impreso á la obra,
daban esprnauizas vseguriws do que se habría
atendido al bien de los niños según sii po
sibilidad permitía. Pero faltaba un vacío por
llenar. No estaban menos necesitadas que
los hijos, las lujas de los pobres obreros.
Era preciso atender á e.sta necesidad con
tanto ahinco y empeño como se estaba aten
diendo á la primera. Y a anos antes había
D. Bosco concebido y realizado el piando
llamar á las mujeres á participar de los
combates y de los triunfos de los soldados
del Oratorio de San Francisco de Salea.
Era el 5 de agoslo, fiesta de nuestra Se
ñora de las Nieves , del año 1872. Quince
denodadas y animosas jóvenes recibían de
manos del Sr. Obispo de Acqui en Mornese,
linda población de Italia en la mencionada
diócesis, el hábito religioso, dando, principio
á la Congregación de las Hijas de María Au
xiliadora (1). A la cabeza de esta recién na
cida Congregación fué colocada María Mazzarello, doncella piadosa, que con ejemplos
de virtudes no comunes había durante algún
tiempo sido hi edificación de sus vecinos.
Bajo la dirección de esta virtuosa mujer pro
pagóse rápidamente el nuevo instituto; yen
XJOcos años las fundaciones de casas, asilos,
escuelas, oratorios festivos y casas de huér
fanos surgieron como por encanto en varias
ciudades y villas de Liguria y de Sicilia, y
en algunos otros puntos de Italia.
Las Hijas de María Auxiliadora no sola
mente emularon la industriosa laboriosidail
de sus hermanos los h'jq.s de D. Bosco, traba
jando día y noche sin darse punto de reposo
en la educación do la niñez desvalida, sino
que rivalizaron con ellos en heroísmo: y ya
en 1878 seis años después de su fundación,
X^artía x>ara la América meridional una co
lonia á ayudar á los misioneros en sus em
presas apostólicas. A esta primera exx^edición sucedieron otras y otras: y las Hijas
de María Auxiliadora hicieron x>rodigios de
abnegación y de caridad en el Uruguay y en
la República Argentina, y llegaron hasta el
centro mismo de la Patagonia.
L a devoción á lUaría Auxiliadora nació en
el ánimo de D .“ Dorotea desde el momento
en qne conoció y trató XJorsonalmente á los
Padres Salesianos. « Desde el immer día »
dice una de ellos, << qne I).“ Dorotea cono
ció á los Sale.siauos, concibió en su corazOn
una devoción ternísima á María Auxiliadora
y se consagró de una manera particular á
la propagación del culto de la Santísima
Virgen, invocada con el hermoso título de
« María Auxilio de los cristianos. « Habiendo
sabido que 1), Bosco había fundado una congregacii’m religio.sa jiara mujeres, bajo la ad
vocación de l\Iaría Auxilio de los cristianos,
cuyo fin es hacer con las ninas lo que los
Salesianos hacen con los niños, animada
siempre del deseo de ver establecida en su
totalidad en esta tierra (la Obra de Don
Bosco), tanto trabajó, que pudo conseguir...
viniesen alguiuvs de dichas religiosas á fun
dar su primera casa en Sarriá, » como ve
remos en el capítulo siguiente.
C«i aprobicióa dt la iatorid&d Eclniutiu - Gtrtnls JOSÉ QilBISO.
-
Texto
-
Publicación mensual.
A íío v n r .- N .8 .
AGOSTO de 1893
BOLETIN SALESIANO
Quien recib iere á un niño en m i
nom bre, á m í m e recibe.
{M a t u . x v h i .)
Os recom iendo la ñ in ez y la ju
ventud ; c u ltiva d con gran de es
m ero su educación cristian a ; y ,
proporcionadle lib ros que le en
señen á huir del v ic io y á prac
tic a r la virtu d.
i
(Pío IX.)
R ed ob lad vuestras fuerzas á. fin
de apartar á la niñez y ju v e n
tud de la corrupción é incredu
lid a d y preparar así una nueva
generación.
(L iío x X III.)
—
Debem os ayudar á nuestros h e r
manos & fin de cooperar á la
difusión de la verdad.
(III S. JiiAX, 8.)
A tie n d e á la buena lectura, 4 la
exh ortación y 4 la enseñanza.
(I T im o tu . IV, 18.)
E n tre la s cosas divinas, la más su
blim e, es la de cooperar con Dios
£ la salvación de las almas.
(S. D io n is io .)
£1 amor al prójim o, es uno de
los m ayores y más excelentes
dones que la d ivin a bondad
puede conceder & los hombres.
(E l Doct. S. F üanc . do Sales).
D I R E C C I O N en el O ratorio Salesiano — C a lle de C oltolen go N . 32, T U R I N (Ita lia ) )S#+-
Los Niños.
Conferencias del Illiistri-sinio Sr. D. Juan Cafflicro.
Br a s il . — Une excuraión por el interior del Esludo
de San Pablo.
Sarriá-Barcelona. — Obra de Don Bosco.
Santander. — Oratorio de Don Busco.
Valencia.
Sevilla.
Oratorio S.alosiano.
España, — La obra do Don Bosco. (Continnadón).
LOS ÑIÑOS
Llámalos la m de Dios y la de la serpiente.
L o s niños... ved ahí una porcióu her
mosa del género hum ano, que tieue la
suerte y la desgracia de atraerse las m i
radas de todos, de ser objeto de la soli
citud , del desvelo y, por decirlo así, de
la persecucióü de todos, buenos y malos.
M ientras su existencia se desliza risueña
y tranquila entre la alegi’ía y bullicio de
sus ju e g o s , ignoran ser objeto de lucha
encaruizada entre dos poderosos enem i
gos que se disim íau la posesión de sus
corazones. L o s im p íos, las sectas tene
brosas, los hijos de Satanás, como hijos
de tal ])}»dre, los persiguen con el odio
más profundo en el corazón y la sonrisa
en los labios.
L a Ig le s ia , como nacida del Corazón
d ivin o do Je.sús, fuente do caridad y
amor inlinitos, los persigue también, pero
con la persecución, penuíta.senos la pa
labra, do una nmdre que no sabe pensar,
ni respirar, ni v iv ir sino ]mva ])vocurar la
felicidad uiá.s cumplida del fruto do sus
eutraña.s.
Las sectas ven en los niños valiosas
llores (pie, andando el tiemijo, se han de
convertir en regalado.s frutos; pero como
su corazón late .sólo á impul.sosdel odio
contra el prójimo y contra la sociedad,
(luiere, y para ello no perdona fatigas ni
trabajos, infundir en esas flores el veneuo
y conseguir que sus frutos sean frutos
de odio, corrujición y libertinaje.
L a Ig le s ia v e en los niños á los pre
dilectos de Jesús, cuyo corazón amanto
se recrea en abrazarlos, en bendecirlos;
pide que se acerquen á £ l , y a.segura
que quieu no se hiciere semejante á
ellos no entrará en e l reino de los cie
los. L a Ig le s ia ve tam bién en los niños
— 114 —
graciosas flores, y las riega con riego beComonióD frecuenta.
nóflco y las cultiva con esmero para que
sus frutos sean frutos de am or, de cari
P ero la prim era Comunión no hasta
dad, do todas las virtudes: los v e perse para que esos n iñ os, en cuya fren te se
guidos por el furor de Satanás y se apre- reflejan, en día tan solemne, el candor y
siua á defenderlos, á evitar que los hiera la inocencia, arrastrados i>or las pasiones
no lleguen á ser esclavos de los v ic io s ,
algún dardo del feroz enem igo.
H ó aquí por (pió las sectas se empeñan el m artirio de sus mismos padres, y hasta
en ai)oderarse de la ensefiaiiza, en íuudar el oprobio de la fam ilia y de la sociedad.
Es m enester que la Sagrada Eucaristía
(escuelas en las que jam ás se o ig a el nom
bre de D ios, como no sea cuando se le sea siemiire su escudo y su defensa. Nues
insulta con as(pierosas b lasfem ias, y do tro Señor desde el Sagrario rep ite: De-las que se destierra todo objeto que pueda ja d que los niíios se acerquen á m i. Bien
excitar la más le v e idea religiosa, en tanto se puede asegurar que serán hijos dó
que se m ultiplican y amontonan libros, ciles, hijos sumisos, hijos que no arran
cuadros y cuanto puede contribuir á fo carán (le los ojos de sus padres otras lá
m entar la im piedad y los vicios en los grim as que las (pie hace brotar el gozo
tiernos corazones que les han sido cou- y la d ich a, aquellos en que sus mismos
liados: y hó ahí ])or quó el Soberano padres hayan infiltrado el deseo de acer
Pontíñco y los Obispos exhortan cons carse con frecuencia á Jesús Sacramen
tantem ente á ios fieles para que aparten tado , para inspirarse en su caridad, su
á los niños do semejantes centros de abo- mansedumbre, su humildad infinitas.
minaci(h) y para que trabajen en contrar
« E l niño en su v i d a , dice el célebre
restar la inlliioncia que en la niñez quie P . F é l i x , es im artista que form a un
ren ejercer los hijos de Lucifer.
cu adro, teniendo delante el modelo. Si
el m odelo está tomado en baja esfera, la
v id a será d(3gradada; si está tom ado en
una esfera mediana, la vid a será vulgar;
P a ra procurar el bien y felicidad de si en lina esfera e le v a d a , la v id a será
los pobres n iñ os, para librarlos de los noble, porque, como im ita un m odelo supeligros que i)or toilas partes los rodean, sublime, se levanta por sí misma, se eleva
para modelar osos tiernos corazones de en el verdadero y más bello sentido de
modo que, sólidam ente religiosos, llegnien esta palabra. A sí, pues, para que llegue
á sor hombres de quienes se gloríen la á su verdadera altu ra, necesita un m o
Ig le s ia y la Patria, el medio principal y delo v iv o lo más acabado y lo más per
más adecuado es fom entar en ellos sin fecto posible, i Queréis saber ahora cuál
gu lar amor á la Sagrada Eucaristía.
es eso m odelo que la Igle s ia x’oiie de
Sabido es el fausto religioso con que lante de la fam ilia cristiana i>ara la for
en Francia suele celebrarse la primera mación de su vida?... E l ideal de todos
Comunión de los niños: i>repara(los éstos los santos, el H om bre D io s , Jesucristo
con varios días de retiro, y aun á veces Señor Nuestro. A É l es á (piien debemos
de ejercicios espirituales, revístese el acto imitar. É l es nuestro m odelo. » Si los
do tanta pomt)a, de tanto lujo y do tanta l)adres do fa m ilia , si cuantos están en
devoción, que no ]mede menos de impre cargados de la educación de los niños les
sionar vivam en te la fantasía y el corazón repiten á menudo esta enseñanza de la
de los que tienen la dicha do recibir por Iglesia, si constantemente les ponen á la
prim era v e z en su pecho al K e y de los vista modelo tan su blim e, la afición de
los niños se convertirá en am or, cuyo
ángídes y de los hombros.
Y cierto que cu esto sou muy dignos fu ego irá siendo más ardiente á medida
de imitados los franceses, puesto (pie ese que con más frecuencia se acerquen á la
acto soloume es tan importante, tan trans Sagrada Eucaristía: y el niño tratará á
cendental qu o , por decirlo así, form a oca en la vida del hombre, y su recuerdo de Jesús, y para copiarla más exacta
es el consuelo de muchos corazones e x m ente lanzará de su corozou el egoísmo,
traviados más tardo y auu corrompidos; la soberbia, la insubordinación, la n egli
rccuiTdo que produce eou frecuencia la gencia , los caprichos, dando en cambio
vu elta de muchos hijos pródigos á los lugar en él á la obediencia, la docilidad,
la aplicación y la caridad.
brazos do su P a d r j Celestial.
La Primora Comunión.
— 115 —
X i puede ser de otro m odo; porque si
el Siicrameuto de la Eucaristía produce
en el alma los efectos que el manjar cor
poral produce en los cuerpos, se^^mu afir
man los santos Padres, debe sustentar la
vida espiritual-, rehacer las fuerzas del
alma, robustecer la virtud y fortalecerla
contra las tentaciones del enemigo.
Podrá ta l v ez ese niño tan regalada
mente favorecido en la M esa Sagrada
extraviarse cuando llegu e á la edad de
las pasiones, podrá c a e r , porcpie es frá
gil j pero es muy d ifíc il que el fu ego de
amor encendido en su corazón se extin ga
del to d o , que su corazón se enfrie por
completo; y e s muy fácil, como lo acre
dita la experiencia, que los rem ordim ien
tos, los desengaños , los sinsabores , la
gracia, soifien y vu elvan á reanim ar la
llama que parecía próxim a á apagarse.
¿Se dirá que tienen pocos años? Pues
precisamente por eso necesitan más luz
para conocer y evita r las asechanzas de
sus enemigos, más fortaleza en los peli
gros, y hasta más consuelo eu las peuas;
que tam bién los niños saben sufrir y
tienen penas tanto más amargas cuanto
que todos las miran como cosa de nin
guna importancia. Sí, en sus pocos años
necesitan un am igo que los aconseje y
dirija, im protector que los defienda, un
padre que cuide de ellos, que les mues
tre los afectos de su corazón, la ternura
de su a m or, la solicitud de su cariño,
todo lo cual encuentrau abundantemente
en el Corazón dulcísimo de Jesús Sacra
mentado. ¡ A h ! ¡Cuántas lágrim as hubierjui dejado de quemar las m ejillas de
muchos padres y do muchísimas madres,
si hubiesen puesto empeño eu que sus
hijos desde la niñez se enamoraran do
este Im án de los corazones!
Se objetará que por su fa lta do refle
xión se acercan á la Sagrada M esa sin
pensar en lo que van á hacer, sin tener
idea cabal de lo que es el Sacrameuto do
la Eucaristía, y que se habitúan á fam i
liarizarse con nuestro Señor Sacramen
tado digno de toda veneración y respeto.
— Es verdad que el niño no tiene la
reflexión de que goza un hombre ; su in
teligencia no puede discurrir ni racioci
nar con la exactitud, profundidad y en er
gía de un hom bre; su im aginación viva ,
ligera y voluble, le im pide fijar su aten
ción con la seriedad con que la fija un
hombre reflex ivo ; pero i quién ignora que
si el niño no sabe discurrir con la per
fección del hombre, sabe eu cambio am ar
ardientemente lo (pie le encanta y atrae
su corazón y sabe aficionarse á lo que le
halaga? Si ese niño tiene uso de razón,
si sabe distinguir la diferencia que h ay
entre el pan del cuerpo y el del a lm a ,
no le a le jé is , decía D on B o s c o , de osa
fuente inagotable de misericordias. í A caso para que el niño sieuta los afectos
del manjar corp ora l, para que crezca y
adquiera v ig o r y rt)biistez, necesita cono
cer los elementos de que eso manjar está
com])uesto?
M ás aún: supongamos que el niño que
se va habituando á com u lga r, y p or lo
tanto á estar en gracia, se acerque á ese
inefable Sacrameuto varias veces como
l>or rutina y maquiualmente, ¿ quién puede
dudar que, si el pecado no ocuj>a su co
razón, si está eu amistad con Dios, ana
eu ese caso saca fruto de la Sagrada Eu
caristía, puesto que este sacramento pro
duce su efecto j)or sí mismo ó indepen
dientem ente de la voluntad de quien le
recibe: ez opere opéralo, según el lenguaje
de los teólogos?... ¡Q u é se fam iliarizan
con Dios!... Y ¿que otra cosa desea ese
D ios de amor infinito, cuyas delicias son
estar con los hijos de los hombres y en
es])ccial con los niños?
Los niños, añaden otros, á pesar de sus
frecuentes comuniones, nada ad elan tan;
caen en las mismíis faltas, en los mismos
I)ecadüs, lo cual indica que su contrición
no es verdadera.
¡V álgan n s el C íelo! P lu gu iera á D ios
que cuantos así hablan sacaran do la Síigrada !Mesa todo el fruto que sería de
desear! láeríaii todos santos, puesto que
santos pueden ser con sola una comunión
bien hecha. L a recaída prueba la fragi
lidad de nuestra naturaleza, fragilid ad
que muestra bien á las claras la nece
sidad de la frecuente com unión, puesto
que esa debilidad nos manifiesta que es
tamos euferinos, que tenemos necesidad,
l>ara no caer, adrino.
Tantas alímis que en esta casa moran
Sirvióle como tal el muy distinguido señor
Y en dulce paz viven á tí confiadas
Don Antonio Satrústegui, y de madrina
Escogidas una á una para el cielo
EstAn por mi, pues que mi nombre adoran
la Exma. Sra. Dona Isabel Serra vda. de
Eu la doctrina santa bien fundadas.
Gispert.
A mi piulre adoptivo Las consagrado
L a ceremonia fuó majestuosa y conmove
Talleres, y al que es el ángel tutelar,
Los escuelivs. Bajo la muy augusta
dora, y todo el mundo la presenció con ávido
Proteocltíu de mi ^fad^e bas amparado
interés.
A todos; A olla bas erigido templo y altar.
Mucho contribuyó al esplendor de ella el
Plausible es tu obra y del todo justa.
canto del justamente renombrado Laúdate
Lo que basta por el más pequeño haces
Muy larga recompensa te asegura,
pueri del maestro Capocci y un Tantum ertjo
Que A mí lo bas hecho, y soy yo su padre.
de Mons. Oagliero, antea de darse la bendi
Habló el Niño, beudíjole; y m il haces
ción con su divina Majestad.
He Angeles cantaron con gran dulzura
Uosannas en honor de nuestro Padre.
Concluido el bautismo la numerosa con
Esto v i yo muy claro, os lo repito.
currencia pasó al ])atio' graciosamente ador
Con los ojos de la fe abiertos
nado, y donde para inaugurar la exposición,
Y olaiimr debo A voz en grito
á numera de certamen, de los trabajos de los
Que la fe mucho alcanza eu sus aciertos.
niños pertenecientes á las escuelas de artes
E l día 24;, fíesta de Sau Juau Bautista, y otiíúüs de la casa, se tocó un dúo del
celebráronla los alumnos cou una ñmcióu cuarto tinal de los Hugonotes y luego se leyó
teatral y fuejíos artíticinles, y el 25, día do- un saludo á las autoridades y demás perso
iniuífo, tuvo lujíar el solemne bautismo de najes y sujetos que honraban el acto con su
un moro y lu apertura de una exposición de X>reseiicia.
Declamóse desi)iiés un himno que fuécanJos artelactos de los artesanos del estable
cimiento.
t-ado eu seguida, pronunció un importante
A las cuatro de la tarde la iglesia de discurso sobre la Obra Salesiaua, lleno de
Alaría Auxiliadora, contigua á la COvsa sa- hermosas reflexiones, el Sr. Don Gustavo
lesiaua de Sarriá desbordaba de gente, que Gispert, y por fin al son de música se pro
tanto tlel lugar, como de los alrededores y cedió á visitar los trabajos de la exi)oaición.
de Barcelona misma había veuido á pre
senciar tan hermoso acto.
lira de notar entre los concurrentes á al
gunos regidores del ayuntamiento de Sarrisi
FANTASIA
CU honor del Sr. Inspector
de las Casas Salesiauas de España
—
121
SA N TA N D ER
O r a t o r io d e D o n B o s e o .
M u y E . Se . :
Jfo sabría explicarle la grande y santa
alegría de esta pequeña comunidad de San
tander. Acabamos de celebrar la bendición
de la nueva capilla levantada en bonor de
María Au xiliadora, nuestra buena madre.
Con esto, nos parece haber llenado un gran
vacío en nuestros corazones. Sabe U. lo poco
{[ proi^ósito que esta casa era para nuestra
obra, ya por su estrechez ya por su constmpción; mas con los auxilios de las per
sonas beneméritas de Santander, hemos po
dido, derribando por una parte y levantando
por o tra , hacerla capaz para albergar unos
300 niños. Muchísima falta hacía una capilla
donde poder reunir los domingos y días fes
tivos, no solamente á los 300 chicos que
frecuentan nuestras escuelas diurnas, sino
también á unos 60 jóvenes de 18 á 25 anos,
de nuestras escuelas nocturnas, que después
de haber pasado toda la semana en un taller
trabajando para ganar honradamente la vida
acuden á nuestro Oratorio para distraerse y
cumplir con los deberes de todo buen cris
tiano.
A principios de noviembre de 1802, se dió
principio á los trabajos de la nueva capilla
que acabamos de inaugurar. En el piso in
ferior á ésta, se ha preparado un magnífico
salón para estudio, teatro y actos académi
eos; y á los lados dos excelentes galerías
con vistas muy amenas.
Qué contento reinaba en nuestras fiestas
del 3 y 4 de junio. Este Oratorio no presen
taba ya el aspecto de un colegio, sino el de
una numerosa familia que i)repara un local
para recibir al padre que viene de lejanas
tierras. Superiores y niños, todos se junta
ban ; quien iba por una parte, quien j)or
otra sin que ni uno solo estuviera parado:
unos pintaban, otros barrían y otros lim])iaban. Todos los niños dieron en esta ocasión
verdaderas muestras del grande amor que
profesan á nuestra casa. Y era consolador
ver á aquellos niños que poco hace vagaban
por las calles, cómo trabajaban sin más re
compensa que la del gusto de contentar á
sus Superiores que tanto se afanan para ha
cerlos hombres útiles á sí mismos y á la so
ciedad.
E l sábado 3 de junio, á las 4 de la tarde,
hora en que se dió principio á la bendición
de la capilla, muchos señores y señoras lle
naban toda la casa. E l Sr. Provisor bendijo
solemnemente la capilla en nombre del Ilusstrísimo Sr. Obispo, que aun convalesciente
de una larga enfermedad no pudo asistir, no
sin gran sentimiento suyo, pues tanto nos
quiere, y de nosotros que nos i)reciainos de
ser sus humildes y sumisos súbditos. L a ce
remonia fué brillantísima.
Celebróse en seguida un acto literariomusical, en que se declamaron hermosas
composiciones en latín y en castellano. Loa
cantores, niños de este Oratorio, interpreta
ron muy bien el Sacerdos de Mons. Oagliero
y el Ave María del maestro D ogliau í, salesiano, y muy á satisfacción de la immorosa
y distingnida concurencia. Por fin ©1 señor
Provisor dirigió la palabra en nombre del
Sr. Obispo, á los circunstantes, con grande
elocuencia y gran entusiasmo, proprio do un
verdadero admirador de la Obra de Don
Boscü. Mucho siento no ]>oder transcribir
aquí las encoudidas palabras con que exhortó
ú los niños á perseverar en el bien y á ser
agradecidos al inmenso favor de haber sido
cobijados bajo el manto de la Virgen A u xi
liadora. Dió gracias á nuestros Cooperadores
por el potente apoyo dado para el desarrollo
de la Obra de D. "Bosco, y los animó á se
guir adelante con más bríos, por ser la Obra
salesíana la destinada á resolver el gran
problema social que agita á todos los go
biernos europeos. Concluyó prometiendo nn
día de campo á los niños, en nombre del
Sr. Obispo, como prueba del cariño que su
lim a, les profesa. En medio de entusiastas
aplausos y estruendosos vivas á María A u
xiliadora, á Dou Bosco y al Sr. Obispo, la
numerosa y distinguida concurrencia se re
tiró muy complacida de los iirogresos de los
Salesiauos.
El domingo 4 los corazones de los ñiños
rebosan de alegría. Desde las 6 á las 8 1^2
dos sacerdotes los oyen en el confesionario.
A la.s 7 1^2 hubo coiimiiióii general, en que
20 niños recibieron por primera vez el Pan
de los ángeles. La comunión fué muy nume
rosa. E l Sr. Don Francisco Laiiiera, distin
guido sacerdote de esta ciudad, animó á los
niños á que prepararan una digna morada
al rey de los royes.
A las 10 ofició el Sr. Provisor. La capilla
estaba com])letamente llena. Nuestros niños,
según los inteligentes, se distinguieron (;antando con orquesta la misa de la Santa I n
fancia de Mons. C agliero, con el Oredo de
"la misa de S. José, de D. Costamagna. To
dos los asistentes quedaron muy satisfechos.
Fué tan numerosa Ja concurrencia de la
tarde que los niños no i>udieron asistir á las
funciones, debiendo quedarse en la galería
contigua. El sermón á cargo del M. K. S.
Don Juan B. Ilubín de Celia , do(5toral de
esta S. I. Catedral, fnó muy notable. Con
gran erudición y elocuencia demostró cómo
la Virgen es y ha sido siempre el Auxilió de
los Cristiano.s. Se cantó solemnemente el
M a g n i^ a t, el Quasi arcus, el Tantum ergoy
todo de 3Ions. Cagliero. Tanto el Director
del Oratorio, como el maestro de música re-
122 —
cibieron los más cumplidos plácemes por lo
bien que los cantores desempefiaron su di
fícil cometido. Después de esto se distribuyó
una abundante merienda á los niños. A las
7 lj2 empezaron los fuegos artificiales, muy
lucidos y en medio de ellos apareció la V ir
gen Auxiliadora rodeada de luces. La saludó
nuestra música con la marcha real, y así ter
minó la fiesta que dejará uu recuerdo impe
recedero en todos, tanto por ser la primera
como por el entusiasmo con que todos par
ticipamos de ella. La aüuencia de gente en
este día fuó extraordinaria. Parecía que todo
Santander había venido al Oratorio. Todos
nuestros vecinos se unieron á nuestra ale
gría, poniendo en los balcones de sus casas
liermosns colgmluras. Concluiré traiiscribieudo aquí algunos párrafos del periódico La
Atalaya:
< En una de las salas del Oratorio hallá> base ayer expuesto el proyecto de los gran> des Talleres salesianos y de la hermosa
» iglesia que se construirá cuando la caridad
> de los Bantanderiiiüs haya lacililado me> dios suficientes para ello. Este proyecto
> muy bien ideado, es obra del distinguido
> arquitecto Dou Emilio de la Tórnente;
» cuantas personas lo vieron expresaron el
» deseo de que pronto se realicen los pro» pósitos laudabilísimos de los Salesianos,
> de que se emprenda cuanto antes la cons» trucción. »
« Las funciones celebradas ayer en el Ora» torio de Don Bosco resultaron, pues, muy
* lucidas, recibiendo el Director de la Obra
> muchos plácemes, á los cuales unimos los
nuestros. »
»
»
>
>
>
»
>
>
>
»
»
»
»
»
>
»
>
»
»
»
»
»
« Mientras estas funciones se celebraban,
hallábanse en Liergaiies en reunión de
confianza, invitados por los señores Don
Manuel Canales, Don Carlos Saro y el
Sr. Chantou {apoderado del Sr. Marqués
de Hazas), que tiuubicu asistían á la reunión; los señores Fernández Buladióu ,
García del Solar, Saro (hijo) Hazas (Dofi
Federico), Jado {Don Angel), Dou Candido
González ó hijo, üomoz (Don Tomas), Calderon y algún otro del gremio de comeroiautes capitalistas. »
« Hablóse eti la reunión de asuntos de
interés general, entro ellos, de la necesidad
de fiimlar una sociedad de pudres de familia contra la inmoralidad, á semejanza
de los que tanto benefician á las biioiias
costumbres en Madrid y otros puntos. »
« Los señores reunidos acortlarou desde
luego constituir tan noble asociación, designando para (pie la presidiera aL respetablo señor Don Manuel Canales y coinproiuetiémlose todos los allí presentes á
formar parte de ella y procurar el ingreso
del mayor iii'imero posible de personas.
« Entonces el Sr. Canales, con el espíritu
»
»
»
»
»
»
»
■»
»
»
»
»
»
»
»
»
práctico y proftindamente religioso que le
carateriza, habló de la Obra de D. Bosco
de las escuelas de artes y oficios que tratan de establecer para la enseñanza déla
juventud, del papel importantísimo que
esta institución lleva en la sociedad, recogiendo cientos de chicos abandonados en
sil mayor parte á sus proprias fuerzas y á
sus iucliuaciones j y dijo que no se consideraba capaz de desempeñar el cargo que
se le quería confiar y que creía que lo
más conveniente y provechoso sería prestar el mayor auxilio posible á los Salesianos, puesto que esta institución llena por
completo el fin que se persigue al crear
las asociaciones de padres de familia.
« Después rogó el Sr. Canales á todos los
» señores presentes, que como demonstración
» de sus buenos deseos, se hiciese desdo
» luego una colecta para la Obra de Don
» Bosco. La colecta se hizo y produjo o()
> pesetas, que el Sr. Canales tuvo el gusto
» de entregar por la noche al dignísimo di» rector D. A n gel Tabariiii.
« Mucho celebraríamos que los señores co» mercicintes capitalistas eu unión délas por» solías de buena voluntad que puedan au» xiliar esta Obra, llevasen á cabo el lau» dable proyecto de ayudar en su piadosa
» empresa á los Salesianos, que con tanta
» paciencia saben enseñar á los niños á ser
» hombres virtuosos y á ganarse la vida
» bonradameiite. »
« Si se construyese el edificio destinado á
» talleres podrían acudir á ellos á instruirse
» unos 400 jóvenes, que saldrían de allí pro> vistos de sana doctrina y de la aptitud
» necesaria para ganarse ei pan y ayudará
» sus familias. »
Hasta aquí el diario Santanderino. Qué
prueba tau patente de la bendición de María
Auxiliiidora.
De V. íi.
Afino, en J. 0.
D. E p ip a n io F . FustAGALLi Pbro.
V A L E N C IA
En L a Semana Católica del IS de junio
leemos lo que sigue:
E l Rvdo P. Hermida, superior de los Ta
lleres Salesianos de S a m a , dió el pasado
domingo eu la iglesia do San Bartolomé, y
ante bastante concurso de fieles, una conlerencia.
Con sencilla frase, propia del hombre evan
gélico , dió noticias interesantes de Dou
Bosco y su admirable obraj exxdicó la orga-
nización de las diversas ramas que éste com»
preude, como son : los Talleres Salesianos ,
Oratorios dominicales , vocaciones eclesiás
ticas, culto á la Santísima V irge n , bajo la
advocación de Auxiliadora, y misiones en la
Patagonia y Tierra del Fuego, y terminó
excitando á los católicos hijos de Valencia,
para que prest-aseu su auxilio á- tan bienhe
chora institución que vendría á ser en nues
tra ciudad completivo perfeccionamento del
Patronato de obreros y aprendices, cuyos
resultados son de todos bien conocidos.
Después de la conferencia se descubrió á
S. D. il., rezóse la estación al Santísimo y
se dió la bendición por el mismo P . üermida.
Deseamos que sii palabra haya caído en
terreno bien preparado, á ftii de que en breve
produzca opimos y abundantes frutos en la
caritativa Valencia.
4
S K V IL L A
O r a t o r io S a le s ia n o .
M u y E evd o S r . D. E u a :
Permítame V . R. darle una idea de la
fiesta de María Auxiliadora, que por vez pri
mera se ha celebrado por los hijos de D. Poseo
en la encantadora capital de Andalucía, la
hermosa ciudad del Betis. Varias circuns
tancias favorables juntábanse á dar más
realce á tan fausto d ía, y nos estimulaban
á celebrarla con el mayor esplendor posible.
>’ uestro querido hermano D. Pedro Eicaldone cantaba su primera Misa en la solemnidaensaba yo cuánto
gozaría nuestro amado Ihtdro 1). Bosco al
considerar á aquellos pobrccitos cubiertos de
andrajosy miseria, y que ini día pesatlilla de
sus pailresy parríKpiiauos, so hallaban ahora
arrodillados á los pies del altar recibiendo
á su Dios, para muchos, i)ocos rnosos antes,
desconocido. — A las once debíiimos estar
en la iglesia de S. Andrés. La tila de nues
tros pilluelos, que por primera vez así sa
lían, iba aumentuniio á mtidida que pasaba
por calles y plazas; y cuando vieron el her
moso campanario engalanado con numerosas
banderas, su gozo no tuvo límites. Llegada
la hora, el nuevo sacerdote acompañado del
Sr. D. José Camacho, del Sr. D. Ernesto
Oberti, Director de nuestro colegio en Utrera,
y del Sr. D. Juan Homero, celoso coopera
dor que tanto trabajó j)or la instalación do
los Salosianos en esta capital y que desem
peñaba el cargo de padrino del nuevo un
gido, entró en la sacristía para revestirse de
los ornamentos sagrados y pocos minutos
después subía las gradas del altar santo á
ofrecer la Augusta Víctima. — La iglesia
estaba primorosamente adornada. Un her-
— r ji —
nioHO coro de voces dirigido por nuestro distijjguido cooperador Bou Agapito lusaiisti
JiH(úa resouai* sus alegres melodías bajo las
ínaJestuoKas bóvedas del templo, líuuieroso
«•oiKau'so de Cooperadores y ñeles asistían á
Ja Junción. líl recogimiento y conmoción era
general. Kl pajiegírico del lído. Sr. Párroco
Juó verdaderamente inspiiado. Con la maes
tría que le es propia supo enlazar tan be
llamente los diversos puntos del variado tema,
que superó toda esi)eraiiza. Su palabra sen
cilla y vibrante encendía los corazones,
enterneídendo sobre todo cuando hablaba
r meilio del numeroso pueblo dábaule una
mirada or Dios á ser en nuestro
L A O BRA DE DON BOSCO
país la madre de los hijos de Don Bosco:
mas por la razón que hemos insinuado tuvo
('ContimiacionJ.
que contestarle no ser posible por entonc
dado, no pudieron contenerse: « Esos son
pá nosotros, » decía uno, « Deme V , uno »
de«'ía otro. Huelen bien, gritan todos y sin
luás ni más toman de asalto ia apetecida
batea y armaron una de populo bárbaro.
Ño es posible describir el contento de los
unos, el pesar de los otros que no habían
podido llegar en el momento de la mari
morena y que corrían preguntando si aun
quedaba algo.
La señora, que conoce muy bien á nuestros
rapazuelos, se calmó fácilmente, y nos reía
mos luego todos pensando en las aventuras
seríO'CÓmicas de aquel día. Pero aun no ha
bía concluido todo. A eso de las ocho vino
la banda de música mandada por la misma
buena señora para dar digno remate á la
fiesta. Entre las melodías de la m íisicay el
disparo de cohetes, y entre los entusiastas
gritos do: « V iva la SS. Trinidad, V iva
2klaría Auxiliadora y D. Bosco concluyóse
nuestra variada y gitanesca fiesta, dejándo
nos muy gratos recuerdos.
P or la narración que le he hecho bien podrá
V . R. figurarse con que clase de criaturas esta
mos. La miseria y una ftmesta maldad, origi
nada por la más supinaignorancia dominan en
los barrios de esta capital. ¿Cual será el
porvenir de la generación presente, si el
Señor no la mira con qjos compasivos ? Qui
taron al pueblo su Dios y el pueblo vuelve
al paganismo y lógicamente al salvajismo.
La necesidad es apremiante sobre manera.
A h , amado Padre D. Rúa ¡que vasto campo
se presenta aquí al Salesiano! Paltos de todo
estamos, y todo lo esperamos de nuestra buena
^[adre María Auxiliadora. E lla nos ha traído
y E lla se cuidará de los hijos de su amado
siervo D. Bosco.
Los hermanos y todos se encomiendan á
sus oraciones y piden su bendición, en esXiecial manera este
• Su afmo. en J . y If.
M a t ía s B u i l
ESPAÑA
12C
or sus propias manos
remendaba.
N o es ]>ara jiasado en silencio un caso de
mucha editlcaeion, (jiie sucedió en estos días.
Un Padre de los de Sau’iá tuvo en cierta
ocasión iiece.sidad de verse con D-‘ Dorotea.
Va á casa de la señora, y se la encuentra
atareada eu remendar un trajio viejo de co
cina, que por su antigüedad y largos servi
cios ya prestados era bien merecedor de ju
bilación y de ir á parar dentro del saco del
trapero. Admirado el Padre al ver tanta hu
mildad , tanto afán y tal espíritu de econo
mía, dijo á la señora: « ¿ A qué perder el
tiempo y el trabajo en remendar ese tra
pillo, si con lo que se uece.sita para ponerlo
eu estado de servir uii iiar de veces, se
podría comprar uno nm*,vof » — « E s pre
ciso, » responde con dulce sonrisa, « apro
vecharlo todo. Dios, » continúa, « me i>ediría cueutii del hecho, si j'o desi^cbara por
inútil esie trapo. » Y siguió adelante remoiidáiidolo; de lo cual quedó no jioco ediíiüudo y maravillado el buen Padre, al ver
que una señora tan principal y tau abundante
de medios, sin haber hecho voto de pobreza,
le diese de ella tau elocuente lección,
— 127 —
151 mayor deseo de B.* Dorotea era ver
establecidos los talleres, y á los jóvenes ocu
pados en ellos. Hasta en el retiro de los
santos ejercicios la preocupaba este pensa
miento, como se v e en uno de los propósi
tos que en ellos formó este año.
« En vista de mi último fin, » dice, « re
suelvo hacer toda-s mis acciones dedicadas
á Dios, purificando mi intención en todas
^ a s . Miraré con indiferencia todo lo que no
sea ofensa de D io s , amoldándome al gusto
de los demás. Tendré un particular cuidado
mi hacer bien el examen. »
« Me entregaré enteramente á trabajar en
la salvación de las almas por medio de las
escuelas, las que procuraré, en lo que mis
fuerzas alcancen, extenderlas lo más pcsible.»
« Procuraré una nueva regla de vida, se
gún me ha indicado el P. Director de los
ejercicios, rezando, cuando pueda, el oficio
parvo de la táiiia. Virgen. V e r cómo se
PODRÁ LO G R A R L A E S T A N C IA DE LOS C H I
COS EN LOS T A L L E R E S . Corregir el genio con
la dulzura. >
Como lo determinó en los ejercicios, así
lo realizó^ ocujíáudose con increíble tesón en
atraer niños á los talleres, á pesar de ha
llarse estos tan á los principios, que care
cían (le toda comodidad. Fué tal el entu
siasmo que se despertó en Barcelona por
estos talleres , que ya el año siguiente de
18i>4 ni bastó para darles cabida la primera
casa, ni fué suficientemente capaz la sala
que se destinó ]>ara capilla, sucediendo otro
tanto con los talleres y los dormitorios. En
vista de tal aüueiic.ia do niños y de tanta
estrechez de local, llama D .‘ Dorotea ñ su
maestro de obras, y le hace levantar los pla
nos (le una nueva capilla y de un segundo
dormitorio, formar los prcsnjjuestos y pro
ceder á toda prisa á su coustruccichi.
Era el imuístro de obras de D.“ Dorotea
Don Jeniiiiino G ranel, sujeto digno de esperml incuciÓJi. A su grande honradez é iiiteligi-iícia añadía el Sr. Granell el alto apre
cio en que tenía á » santa Dorotea funda
dora » como él la llamaba por verla toda
ocupada en bien del prójimo y en particular
de loa pobres y de los niños. Gomo sabía
que á veces no le alcanzaban á la caritativa
señora los recursos necesimos para empren
der todas las obras , que su caridad le ins
piraba, el Sr Granell se avenía fácilmente
ú que no le j)agara , sino cuando pudiese,
las cuentas de las construcciones que le en
comendaba. Con esto Doña Dorotea se atre
vía á emprender cualquiera obra que ju z
gase conveniente, esperando en Dios que no
faltarían medios para satisfacer tarde ó tem
prano el importe de ellas. Otras ve(jes, cuando
el coste de las obras era considerable, con
anuencia del maestro señor Granell lo satis
facía á plazos, entregando eii cada uuo can
tidades relativamente pequeñas liasta llegar
con el tiempo á amortizar tuda la deuda.
Cuando le llamaba D.* Dorotea, solía de
cirle : « Mande V . cuanto quiera j y á jiagar,
cuando pueda. » Estaba bien persuadido
que más ansia se daría la señora para ver
de pagar, que no él en querer cobrar. A la
muerte del Sr. Granell, ocurrida poco antes
que la de Doña Dorotea, ésta se hallaba en
descubierto con él de una no despreciable
cantidad, cuyo importe se satisfizo á la hya
de D. Jerónimo, según consta de un recilK)
por eUa firmado. Este Sr. Granell fué el que
este año de 1884 levantó la actual capilla
de la casa de Sarriá y construyó el nuevo
dormitorio. Además edificó una sala espa
ciosa con destiuo á taller de encuadernacio
nes, cuya maíjuinaria toda costeó Doiia Do
rotea, no cabiendo en st de pura satisfacción
al ver lo mucho que su obra prosperaba.
E l dormitorio construido el año anterior
do 1884 pronto fué insuficiente para conte
ner á todos ios niños que se iban admitiendo.
Además era necesario instalar nuevos talle
res para ocupar á todos los que acudían á
Sarriá con objeto de aprender oficio con
forme á sus inclinaciones y aptitudes. Las
necesidades aumentaban: los deseos que de
satisfaííerlas sentía la buena señora, eríui
ardentísimos; pero escaseaban los medios
pecuniarios con que atender á ellas. En si
tuación tan angustiosa acudió D .“ Dorotea
á su recurso ordinario al verse en aprietos
semejantes; y fué el de interesar á las per
sonas de su familia y á cuantos amigos ju z
gaba dotados de posibilidad y deseo (le hacer
bien, á que coadyuvasen á obra de tanta
utilidad para los hijos de la clase obrera y al
mismo tiempo de muchísima gloria de Dios.
No escaseaban afortunadamente en Barce
lona los amigos de D .“ Dorotea dotados de
las dos cualidades que hemos dicho, y á la
vez admiradores del espíritu emprendedor y
activo de la señora. Mucho.s y muy conoci
dos nombres podríamos citar de personas
ilustres que se ofrecieron generosamente á
secundar los vastos imanes de D.* Dorotea;
mas nos abstenemos de nombrarlas por no
ofender su modestia, contentándonos con
citar el nombre glorioso de D. Antonio Kscolano, administrador del Banco de Barce
lona, por haber ya fallecido y X)asado á re
cibir la reíjompeusa debida á sus virtudes y
á su grainie caridad con los pobres y nece
sitados. D.* Dorotea para atraer con más
disimulo y no menor eficacia á sus amigos á
que contribuyesen á la obra, ideó una rifa,
cuyas suertes fueran los mismos objetos que
dichas personas ofreciesen pura este fin. En
cargóse ella de recoger los donativos, de co
locarlos y exponerlos en el local de los Tallere-s; y más de una vez durante la prepa
ración de la rifa se la vió tomar la regadera
y la escoba, y regar y barrer, cual si fuese
una pobre sirvienta, los patios y tránsitos.
Y tan poco se parecía á sí misma cuando
; estos oficios de humildad ejercitaba, que en
12S
alguna ocasión se la confundió con una per
sona de más liumildo cuna, y como á tíü se
la trató. Entre los niños que trabajaban en
los talleres, había uno, andaluz, más vivo
que un azogue -, haragáu como el que más,
con un palique que dejaba atrás á los de su
tierra, y ])or añadidura sumamente travieso.
Todos los asilados profesaban tal respeto y
venerauióii á 1).“ Dorotea, que se acercaban
Á besarle la mano como si fuera su madre.
Estaban en una ocasión barriendo varios de
los niños, entre ellos el andaluz, y por allí
andaba D .“ Dorotea tra.steando. Üfreciósele
á ósta tener necesidad de una escoba; y vol
viéndose al primor chico quo vio cerca de
sí, le dice: * !Mira, niño, tráeme aquella es
coba. » — « Pue, váyaze oztó por eya, » le
respondió mirándola con cierto desdén el
deslenguado audalucito, creyendo ser la que
le hablaba una mujer cualquiera, que so ha
bía metido donde nadie la había llamado.
Los compañeros, al oír tal respuesta, grave
mente escandalizados y sentidos de contes
tación tan poco respetuosa, le reprendieron
agi’iamente, diciéiidole: « ¿No ves que es
nuestra madre, D .“ Doroteal » E l pobre no
la había recoiiocnlo. E l conjunto del hecho
hizo gracia á la buena señora, que se go
zaba de verse en aquel traje y ocupada en
tal vil oñcio: gustó del desparpajo del traviesillo andaluz, y se consoló con. las seña
les de respeto que manifestaron los demás
niños y el dulce nombre do « madre » con
que la apellidaron.
Más que todo la alegró no solamente el
buen resultado de la rifa ideada por ella,
sino también la abundante limosna que ofre
ció una persona distinguida para cooperai^á
t5in santa obra. Y en efecto : este mismo ano
de 1885 se comenzaron nuevas obras para
el ensanche del ediíicio, qne consistieron en
cuatro salas destinadas á otros tautos talle
res : fueron estos el de carpintería, eseullura, sastrería y zapatería. El gozo do D .“
Dorotea al ver los r.ápidos .progreso de su
obra favorita, no tenía límites- Parecíale un
sueño aquella misma realidad , que con sus
ojos veía y con sus manos palpaba. 2To sabía
cómo agradecer al Señor el insigne benetieio
que le íiabia liocho én darle á conocer á los
hijos de 1). Bovsco, con cuyo auxilio había
logrado poner por obra aquel ardiente deseo
quci tiuítos anos atriis había concebido de pro