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extracted text
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AÑO
X.
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N. a
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P u b lio n c iú n m e n s u a l
-
PERRERO
«le
1 »? »5
lO L E T ffl
SALESIMO
El peligro, Padre Samo, está en la continua diíuslñn de libros Infames; y para poner coto á Uimaíio
maJ. yo no veo otro remedio, que la fundación de
una imprenta csU^lica. puesta bajo el patrocinio de la
Santa Sede. De esta mauera, no haciéndose esperar nues
tras respuestas, podremos con mayor veutaja descender
aJ campo de la lid y responder con feliz éxito i las
provocaciones de los apéstoles del error.
(Salb*)
No se engadarfa mucho quien intentara atribuir prindpuliiiente a Ja prensa malvada lodos los malea pre
sentes, asi como la deplorable condlcién de las cosas
a la cual hemos venido a panr. Los escritores católicos
deben con todas sus fuerzas valerse de la imprenta para
bien de la sociedad.
<lbo.<( .xmi
La prensa periódica sometida á la autoridad jerár
quica, revestida del espíritu de Jesucristo, viene á ser
un pnder inmeoso; ilumina, sosjene la verdad, hace
disiaparecer el error, salva y aviliza; es una especie de
apostolado sublime.
Uiaaosoa)
á
Buenos-Aires -
LIBRERIA SALESIA.\A -
LECTURAS CATOLICAS. Publicación que se propone
excluHÍvamento la enseñanza y defensa de la Re
ligión Católica mediante la difusión de libros
morales y amenos adaptados á la inteligencia
de todo el mundo. Cada mes sale á luz un opñsculo de 100 á 150 páginas quo se envía á los
señores suscritores.
Precio de snscricion (pago ad elan tad o ).
En Buenos Aires: Un año pesos m^n. 1 50
— Provincias:
—
— . . . 1 75
— En el extranjero: —
en oro . . 1 50
A los Señores Suscritores, que quieran consti
tuir centros de suscrición, se les concederá un
10 X
descuento.
Para los podidos y precio de la suscrición se
ocurrirá á cualquier casa Salesiana, á los res
pectivos agentes ó a la Direción de las Lecturas
en el Oolegio Pío I X de Aries y OJicioSf en Al
magro, Buenos-Aires.
Catecismo en Ejemplos por el Pbro. Salesiano D. Ca
ndió Ortúzar. — Es una recomendable obra en
la cual no sólo se exponen con gran claridad
las enseñanzas de la religión, sino que también
con variados y preciosos ejemplos se alienta á
practicar la virtud.
Tercera edición en prensa en los Talleros Salesianos de Sarriá.
Manual «je la Primera Comunión por el mismo autor. —
Obrita sumamente á proposito para preparar á
los niños á tan importante acto. — Torcera edi
ción. En tela Pts. 2 00.
€1 Joven Instrufilo. Devocionario muy recomendado
y del cual se lian publicado más de cien eviieioues, escrito con grau esmero por el Pbro. D.
jAiau Rosco.
Encuadernado en tela Pts. 1,00 — En badana
de color 1,25 — En vitela y con cortes dorados
2j50. — Preciosa edición de 1891. Pts. 5.
Vida de Margarita Bosco por el Presbo. D. Juan Lemoyne. Obrita en la que se refieren con gran
amenidad los admirables trabajos y virtudes de
aquella buena aldeana, que con un corazón digno
de una reina estaba escogida por Dios para
la formación del San Vicente de Pa\il de nuestro
siglo.
Tercera edición. En rástioa Pts. 1,00. — En
cuadernada en tola 1,25. — En tola y cortes do
rudos 1,70.
'Mes de María, por el Sr. Presbo. Don Rodolfo Vergara Antáuoz. Es uno de los más preciosos y
recomendables libros que de este género puedan
encontrarse para honrar á María en el mes que
le está consagrado. El método, la unción y pie
dad de las oraciones y reflexiones, los hermosos
templos, la amenidad y pureza de estilo» lo
hacen digno de la fama y popularidad de que
goza.
Tercera edición recién estampada en los Ta
lleres de Sarriá (Barcelona). Precio en Europa,
riR. — 1,00.
Sarriá (Bareeloiia)
OBRAS PUBLICABAS 0 DE 7EHTA
6D la Casa Salesiana de Alm agro - Buenos Aires
Severino ó las aventuras de un joven montañez seguido
de la Vida de Santa Margarita de Cortaba.
La Misa por Mñx de Segur.
La Semana Santa explicada por el abate Gaume.
¿Mi hijo fraile? Prefiero verle muerto! Memorias de
un joven contrariado en su vocación por el Pbro
D. C. M. Viglietti.
Dicha y desdicha. — Los dos caminos por Matilde
Bourdón.
Vida del Bienaventurado Fray Martín de Porres de la
Orden de Santo Domingo.
Veladas de un artesano por Jnan M. Pastor.
Fe y libre examen. —
Papa y el Concilio Vaücano. Eendn— yla Vida de N. S. Jesucristo.
Una nueva devoción por Francisco Martinengo.
El Cruzado. Leyenda original por Francisco Her
nando.
El Gran Hecho. El iMundo adora á un Judío Cruci
ficado, por G. Gaume.
El Corazón de Jesús al alcance de los niños por el:
Pbro Don Ramón Barberá, seguido de La J.u-;
rora de la devoción al 8. Corazón de Jesús pot
el P. Luis Coloma de la Compañía de Jesús.
Pilatlllo, — La Maledicencia y Perígiuílí» sin miedo
por el P. Luis Coloma.
Vida de San Alfonso María de Ligorio por el P. Viotorio Loyodice.
Agustín ó el triunfo de la verdadera cruz.
Valeria y el secreto por Matilde Bonrdón.
Valentín ó la vocación contrariada por el Pbro Don
Juan Bosco.
Angela ó la pastorcilla de los Apeninos por el mismo
autor.
Compendio de la Historia da la Iglesia por el mismo.
El Católico en el Siglo por el mismo.
El Gran Paso por ol Presb.™ Francisco Martinengo.'
El Arte divina de la oración mental según San Alfonso
M. de Ligorio.
Respuestas claras y sencillas á las objeciones que
más comunmente suelen hacerse contra la reli
gión por Mñr. de Segur, traducción de Don Gabino Tejado.
El buen Combate de la fe por Mñr. de Segur.
De la Imitación de la Virgen María por una monja dul
monasterio de Marcbtall.
Antonio ó el pequeño huérfano de Florencia.
El Liberalismo es pecado. — Cuestiones Candentes
por Don Félix Sardá y Salvany.
Josefina 6 una santa de nueve años por Mñr. de
Segur seguido de la Vida de í<i Venerable Albino
piadosa modista.
Los Francmasones por Mñr. de Segur.
La Gran Bestia señalada á la juventud por el Pbro
Don Francisco Martinengo.
Pablioaoión mensual.
ASO X >N. 2.
FEBRERO de 1895
BOLETIN SALESIANO
Quien recibiere & un niño en mi
nombre, & mi me recibe.
'
(M a TH. XVIII.)
Os recomiendo la ninez y la Ju
ventud ; cultivad con grande es
mero su educación cristiana ; y
proporcionadle libros que le en
señen á huir del vicio y {l prac
ticar la virtud.
:
(Pío IX.)
r?'Redoblad vuestras fuerzas & fin
de apartar &la niñez y juven
tud de la corrupción é incredu
lidad y preparar asi una nueva
generación.
(León XIII.)
Debemos ayudar á nuestros her
manos á fin de cooperar á la
difusión de la verdad.
(III S. J uan, 8.)
Atiende á la buena lectura, á la
exhortación y & la enseñanza.
(I T im o t k IV, 13.)
Entre las cosas divinas, laméis su
blime, es la de cooperar con Dios
á la salvación de las almas.
(S. D ionisio .)
E l am or a l prójim o, es uno de
lo s m ayores y m ás ex c elen te s
dones que la d ivin a bondad
puede conceder á lo s hombres(El Doct. S. F ranc. do Sales)
- ^ { DIRECCION en el Oratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32, TURIN (Italia) )Si§l—
SUM ARIO.
v a de la m u e rte del S alesian o D on
CA.A1KL.O
sa c e r
dote chileno. F u e p o r v a rio s añ o s
d ire c to r del B O L E T IN SA L E SIA N O esp añ o l y a l p re se n te se
e n c o n tra b a en N iza (F ra n c ia ) á
donde se h a b ía re tira d o p a r a ate n d e r á su q u e b ra n ta d a salu d .
E sp eram o s d a r en el p ró x im o
n ú m ero , a lg u n o s pequeños a p u n
^R A C iA S DE M a r ía A u x il ia d o r a .
te s sobre s u la b o rio sa y v irtu o sa
^ O T ic iA S Y V a r ie d a d e s .
WBCROLOGIA.
v id a . E n ta n to no podem os m e
B ib l io g r a f ía .
nos de reco m en d arlo en carecid a
^ f a f c l M M l T l T l T . T T n T l T . r 1 1 1 W J m en te á la s o racio n es de n u e s
tro s b u en o s C ooperadores y Coo
p e ra d o ra s , en fa v o r de los que
ta n to tra b a jó d u ra n te su la rg a
v id a s a le sia n a .
Dolorosa nueva.
'^Tlna flor sobre la tumba de D. Bosco,
I Pobres niños!
Peligros que traen consigo las malas lecturas.
E s p a íía . Sarriá-Barceloua. Velada. Discurso d e D. Ma
nuel M.* Pascual. —Santander. A. los católicos santanderiuos. En el Oratorio de Don Bosco.
P o r t u g a l . L os Salesianos en Braga.
A m é r ic a . Méjico. Solemne inauguración de los nuevos
talleres en la capital. — Santiago de Chile. La
escuela de agricultura de Melipilla. —Otras noticias.
' K o t ic ia s d e lo s M is io n e r o s d e d o n B o sc o . Tierra del
Fuego. Misión de Nuestra Señora de la Candelaria.
\ — Paraguay. Monseñor Luis Lasagna en la capital
' de la República del Paraguay.
DOLOROSA PÉRDIDA
E n el m om ento de m e te r en
láq u in a el p re se n te n ú m ero , re[cibimos la dolorosa y tr is te n u e
R -
I . I* . A -
— 26 —
Acoge benigno, ob Padre am ado, los su
fragios que con ferviente piedad deposita
mos sobre esta tumba como igualmente los
qne tus muy amados hijos, esparcidos por la
redondez de la tierra, elevan al cielo por tí _
en todas sus iglésias. E n el "reposo de la ^
vida e"terna, ruega por tus hijos que otra
cosa no quieren, que no á otra cosa aspiran
que á difundir tus admirables obras y á se
guir tus sapientísimos consejos.
Réquiem aeternam dona ei, Domine!
I dulce y consolador nos es h a
E t lux 'perpetua luceat e i!
blar todos los días del ano de
nuestro caro J>. Bosco, nuestro
P adre muy amado y amautísimo,
mucho más sube de punto esta
consolación y dulzura el 31 de
7Íf e
enero que nos recuerda la triste
y memoranda fecha de su partida de esta miserable tierra.
Oué luto, desolación y tristeza nos traía
El maldito Carnaval empieza ya su rei
consiao, siete años h ace, este nefasto d ía . nado. Los inmundos albañales del infierno
Su aurora era para nosotros
abren sus compuertas para anegarnos
dora do la muerte que nos arrebató a quién en las asquerosidades de las más ab
más amábamos sobre la tierra, al amigo de
nuestros corazones , al padre de nuestras yectas y pestilenciales pasiones. Luzbel
que ve con placer inmenso y satánico liealmas, á nuestro gran bienhechor.
1 Oh Don Bosco ! ¡ Don Bosco ! ¡ De cuanta gado el fatal momento de su anual re-^
resiLmacióu necesitamos entonces! Ahora colección de los inmensos frutos de imnuestro corazón so llena de celestial regocijo i)iedad y desmoralización que sus perver-.
al poder dirigir nuestros pensamientos á sos secuaces siembran por doquiera fieles á
aauella bendita tumba que guarda tus ve- sus malditos intentos, pasea por todas
ueraudos despojos. Los tristes sauces que la partes sus miradas impregnadas de una
rodean, renuevan nuestro antiguo llanto al diabólica alegría al ver el establecimiento,^
recordarnos el luto que os acompaiió cuando podemos decir absoluto, de su reinado et
devolvimos á la tierra tus restos muy amados ; mas los alegres y frondosos jardinillos el mundo en esos días de desolación y,- que la cercan, nos consuelan trayóndouos a ruina. Causa honda pena y dolor inmensoí
la memoria las grandes virtudes que tu, ¡ olí contemplarle en solemne triunfo por ca-l
querido p a d re ! nos dejaste y que todavía lies y plazas, ciudades, villas y aldeas, eii|
nos predican con tu imperecedera memoria. el suntuoso palacio y en el humilde al-^:
• ¿n a d o Don Bosco! han pasado siete bergue del artesano. La Religión conje
anos dcKsde el en que volaste á D ios; pero sus más santos y sagrados misterios
tu dulce recuerdo , el inmenso amor que te escarnecida y vilipendiada; el crimen yg
teniamos y el incesante ardor con que trabajábamos para consolar tu paternal cora la desvergüenza se pasean bajo el vil
zón no sólo no han disminuido un punto en antifaz, sin que nadie ose contenerles e
nosotros, sino que por el contrario cada día su vertiginosa carrera; el pudor, el recata
les sentimos más y más crecer y arraigarse la m odestia, bello 'adorno de las alniJ
en nuestros ánimos.
x
,v puras y castas, emi>añan desgraciadamen
Tú volaste á la celestial morada, más no su hermosura y se pierden por complet
nos abandonaste. Nosotros te vemos como para muchos. Ya se abren los desluit
en los más risueilos días de tu existencia; brantes salones; ya aturde la estrepit
nos parece sentirte y descubrirte en todos música bacanal; ya turban el silencio tl^
nuestros trabajos: tu espíritu nos está siem
pre presente, tu corazón aun late vivamente la noche lós gritos y alaridos de la inft
dentro de los nuestros : llevamos tu bandera mia. Corre desalada y ébria la juvet
á nuevas lid e s, nuevos países se abren á tudtrás esas inmundas orgías y aun tí
nuestro humilde apostolado y allí y en todas vez la edad madura compite con aqueil
partes estA Don Bosco que vive, tu espíritu en insensatez y en desenfreno de brutal<
que nos guia, tu corazón que nos mflama. apetitos. Llórase con amargo llanto ^
¡ Oh tumba b en d ita! nosotros te envidiamos más de un honrado hogar; madres
esos despojos que guardas, aun que el espí esposas cristianas se estreme(^u al so
ritu, el corazón del padre está siempre con recuerdo de esos sábados del infierno;
nosotros.
SOBRE LA TÜMBA DE DON BOSCO
¡P O B R E S N I Ñ O S !
— 27 —
madrugada del domingo no lo es sinó de
vergüenza y crueles remordimientos para
millares de almas redimidas con la pre
ciosísima sangre de K. S. Jesucristo.
Tanta ruina y miseria tanta no es lo
más horrible que tra« consigo el infame
Carnaval. H ay otra cosa que lo es más
aún; hay otra cosa que debe llegarnos
hasta lo más hondo del alma y que em
barga y detiene nuestra pluma horrori
zada; invención salida de lo más profundo
del infierno y que ha tomado carta de
naturaleza en nuestra querida al par que
desgraciada España. Me refiero á los lla
mados Bailes infantiles que más bién de
bieran llamarse CarnieeHas de la inocencia
infantil. Infanticidio aún más abominable
que el que con tanto horror y repugnan
cia nuestra ejercen algunas de las nacio
nes á las que llamamos iárharas.
Los niños, esa porción predilecta del
Corazón de Jesús, dejad que los niños se
acerquen á twí ; los niños, que personifican
,en sí la celestial fragancia de la pureza
virginal y de la humilde sencillez, por
cuya razón Jesucristo se complace tanto
en ellos, los acaricia, los bendice, y no
deja pasar ocasión de inculcar á sus dis
cípulos y en ellos á todos los hombres
la más grande ternura y la más afectuosa
solicitud hácia ellos, y por cuyo motivo
la Ig lesia, siempre fiel á las celestiales
: enseñanzas de su divino Maestro, ha dado
Isiempre y está dando á su educación la
•más excepcional importancia; los niños,
debieran ser para nosotros los más pre
ciados tesoros, las prendas más queridas
de nuestro corazón y á cuya formación
:debieran parecemos insuficientes los más
^exquisitos cuidados, las más delicadas
¡atenciones, los más ímprobos trabajos de
[nuestra propia existencia, jlfo son ellos
acaso, la esperanza y el sostén de la fa
milia, el género humano que ren ace, la
j patria que se perpetúa, la humanidad
1 que se renueva en su flor T¿ Qué cosa hay
|más grande, exclama San Juán Orisósjtomo, que dirigir los ánimos ó informar
¡las buenas costumbres en el corazón de
I los niños ?
« Los niños, dice Selgás, són una espejcie de espejos que reflejan todo lo que
vén. X como los ojos de los niños són
unos instrumentos nuevos que no están
gastados por el uso, todo lo vén. » Con
íaiaginación ardiente de sus juveniles
janos, sólo se dán cuenta de las impre
siones externas; impresiones que reves
tidas por nuestros modernos reformado
res de encantos y atractivos saturados
del inmundo miasma del vicio, sólo sir
ven para trazarles el camino de la co
rrupción. Impresionados y halagados de
sí mismos y alucinados por la pomx>a y
aparato que se obstenta, por objetos que
cual arma vengativa hieren su noble cora
zón, se dejan arrastrar por la corriente
é impulso de sus más bastardas é inno
bles pasiones. Examinad sinó á vuestros
hijos antes de conducirles por vez pri
mera á esos inmundos lugares; no les
perdáis un xmuto de vista ya en e llo s;
volved á vuestros hogares y cuaudo vues
tra insensatez y ceguera haya dado lugar
á vuestra razón para que pueda ver claro,
dirigid otra mirada escrutadora á vuestros
y I oh Dios m ió ! ya no son los mis
mos que eran al dirigirles vuestra pri
mera mirada; en ellos po.lreis mirar la
triste realidad de lo que vamos diciendo
que tal vez parezca á alguno exageración
ó engaño ó delirios de mi imaginación
calenturienta.
¡ Oh, padres y madres de familia! ¿ Cómo
no tembláis al adornar vuestros inocen
tes hijos para llevarlos á donde les ro
barán su más preciado tesoro, á donde
matarán sus almas, á donde os los harán
desgraciados para siempre ? A l que escan
dalizare á alguno de estos pequeñitos que
en M í creen le seria mejor se atara al
cuello una piedra de molino y se preci
pitara en lo p r o f undo del mar., dice Jesu
cristo. Y, i qué diremos de vosostros que
no contentos con escandalizarlescon vues
tra diaria conducta, los vais precisamente
á meter, guiados por una ceguedad in
comprensible, á donde todo es escándalo,
á donde todo es ruina, á donde todo
amenaza á la inocencia de vuestros po
bres hijos 1 ¿ Con qué derecho os quejareis
mañana de esos hijos que creciendo no
os respetan, os desobedecen, se aruínan
y os arruinan á vosotros, y lo que es
peor aún se precipitan vertiginosamente
por la resbaladiza pendiente que conduce
al precipicio ? i A quién os volvereis en
demanda de consuelo, si vosotros fuis
teis la causa de esos mismos males de
que ahora os lamentáis ? ¡ Desgpraciados !
i Qué responderéis á Dios cuando os pida
cuenta de sus almas ? ¿ Qué responderéis
á su Justicia justamente irritada, al pre
guntaros por esas criaturitas á quienes
Dios mira como á las niñas de sus ojost
L a moda.... el qué dirán..., ¡ Donosa escusa
,
—
28
I L a m oda, que anteponéis á la salud de
vuestros h ijo s ; el qué d irán , que prefe
rís á su salvaciéii etern a ! Y ¡ tales pad res
so llam an y se tien en por católicos ! ¡Ca
tólicos ! Contra m i está quién no está conm^íTO, dice la E te rn a verdad. Y ¿p u ed e estar
con Jo sü s quión tra b a ja p a ra robarle esas
alm as ta n caras á sxt am a n te C orazón y
p o r las que derram ó h a s ta la iiltim a g o ta
de sxi x>rocio8Ísim a san g re ?
I P o b res niños ! D esgraciados los niños
cxxyos pad res do todo so p re o c u p a n , á
todo atien d en , m enos á lo qxxe m ás les
im p o rta ; á edificarles con sus co n stan tes
ejem plos y á conducir sxxs alm as al cielo
po r la v ía do la v irtud.
Peligros que traen consigo las malas lecturas
ü
. -------c -------
U n padre do fninilia tenía un hyo único
©11 el que fundaba todas sus esperanzas y
In ventura de su vida ; por lo cual no cesaba
de prodigarlo los cuidados más tiernos y de
rodear sus niñez de la vigilancia más activa.
Conociendo cuán grande inllujo ejercen en
el porvenir de un niño las primeras impre
siones que recibe, se esmeró este excelente
padre en inspirar al hijo de su corazón, a r
diente amor á la religión y á la v irtu d ;
hizo más a ú n : apoyó sus lecciones con la
autoridad del qjemploj y tuvo el consuelo
de ver fructificar en ese tierno corazón las
benditas semillas que en él depositaba de
continuo.
A ejemplo del divino Infante, que es modelo
de todos los niños, Enrique crecía en cien
cia y sabiduría. Manifestaba las más felices
disposiciones y parecía haber nacido para
la virtud. Docilidad, afición al trabajo, m an
sedumbre, agrado en el tr a to , can d o r, ale
gría, respeto, piedad, tales eran las prendas
que brillaban en su conducta. ¿Quién po
dría expresar la dicha de que rebosaba ese
l3uón padre, al ver las disposiciones de un
hijo tan querido t iQuó dulces lágrimas le
corrían por las m aíllas al recibir las felici
taciones de sus parientes y amigos, al saber
que otros padrea envidiaban su felicidad!
Tal filé la conducta virtuosa y encantadora
del amable Enrique hasta los quince años.
Pero entonces se verificó en él un cambio
notabilísimo y cada día más sensible. Se
vió empanarse en él el brillo de tan preciosas
cualidades : su carácter , antes tan jovial,
86 vuelve triste y pensativo; corresponde
con fría indiferencia á las dulces caricias
de su p a d re , á los tiernos abrazos de su
m ad re; evita las miradas de sus padres,
que antes le llenabau de inefables delicias;
—
busca los lugares solitarios j no siente más
que disgusto en las sencillas é inocentes di
versiones de su edad, para las que mani
festaba tanto ardor en otro tiempo, huye de
sus antiguos compañeros buenos y juicio
sos, á cuyo lado se solazaba con los encan
tos de una tierna y sincera am istad; en vano
le invitan ellos á tomar parte en sus juegos
y p aseo s; los mira con desdén y parece te
merlos. Sus maestros, á quienes amaba y de
quienes era correspondido, lo encuentran
rehacio é indócil á sus paternales consejos
y amonestaciones, y les causa extrañeza esa
indolencia tan contraria á lo que antes pa
recía y á la viveza de su carácter. E l padre,
alarmado ó in q u ieto , no sabe á qué atri
buir tan funesto cambio, y tiene el dolor de
no reconocer ya á su hijo. En vano procura
sondearle el corazón y hacerle declarar la
causa de tan extraña conducta: súplicas,
lágrimas, amenazas, todo lo emplea á fin de
descubrir el mal que va consumiéndolo á
sordas. El desgraciado jo v e n , tan sensible
en otro tiempo á los más leves pesares de
su padre, no corresponde á sus lágrimas sinó
con tétrico silencio, con fría obstinación.
Bién pronto el cambio que h a notado en la
conducta moral de su pobre Enrique se ma
nifiesta en todas las facciones del joven:
tiene descolorido el semblante, empañada la
frente, agitado el sueño, cae enfermo, se en
flaquece y pierde la lozanía; el que rebosaba
antes salud y robustez, va consumiéndose á
ojos vistas. Consúltase al médico j mas él
no puede ó no quiere explicar el mal que
carcome á ese desventurado joven , n i pro
cura calmar las inquietudes tan fundadas de
los padres.
Sin embargo, tenía el padre un amigo dis
creto, ilustrado y sincero, á quién siempre
había profesado la más sincera amistad, y
que había mostrado por Enrique vivísimo
interés. E ra este amigo de la familia un
respetable eclesiástico. Lleno de confianza
el padre, en las luces y experiencia de este
hom,bre de Dios, va á v isitarle, le pone al
corriente de sus am argaras, y le suplica que
le ayxxde con sus consejos. « ¿Qué es io que
me dice Ud. í exclama el sacerdote. ¡ Y cómo,
de Enrique es de quiéu Ud. me babla!
probablemente alguna enfermedad descono*
cida h a producido tau espantoso trastorno. *
— N ada pueden descubrir los médicos, con
testó el p a d re ; ¡ ya no hay rem edio; he per
dido á mi hijo, á mi querido E n riq u e! Díg
nese rogar por él y por m í; sólo Dios puede
curarlo. — Bu efecto, hace mucho que uo
le he visto; antes venía Enrique á visi
tarme á menxido, añadió el venerable ecle
siástico; se mostraba muy grato á la amis
tad que yo le m anifestaba, y varias veces
me pedía libros. Ahora ya no vuelve más?
cuando le encxxentro, parece fastidiado, tur
bado. Pero le v e ré , le exam inaré, y estoy
seguro de que se abrirá conmigo.
F
— 29 —
Al día siguiente, E n riq u e, bajo un pre
texto inventado por su padre, va á casa del
eclesiástico, y entra con aire desconcertado.
El sacerdote le recibe con su ordinaria cor
dialidad. Después de algunas palabras in
significantes, le babla de su conducta actual,
del cambio que todos notan en él, del pesar
que consume á su padre. El joven se rubo
riza y calla j sin embargo, movido con las
palabras tan afectuosas del antiguo amigo de
la fam ilia, se enternece, y una lágrima de
P IS O
BA JO
DE
ben ambos, y Enrique le introduce al gabi
nete de su padre j toma u n libro de la bi
blioteca, y lo presenta al sacerdote, diciénd o le : Me aqxii, Señor^ lo que me ha perdido.
E l sacerdote lo a b re , y se encuentra con
una novela licenciosa.
I Cuál fuó la sorpresa del 4©sventurado
padre, al saber que él mismo era la causa
de tantas desgracias y el verdugo de su
propio hijo!... Se reprochó toda la vida la
imprudencia crim in é que había cometido
LA B A SA 8 A L E 8 Ü N A
DE M lJ lC D
bendecido é inangorado el 9 de Junio de 1894.
arrepentimiento se le asoma á los ojos. E n conservando libros m alos; él mismo no los
tonces el sacerdote le toma en los brazos, había leído jamás, y ¡ cuándo habría sospe
le estrecha contra su corazón, y ambos se chado que hubiesen caldo en manos de su
ponen á llorar. E nrique, vencido y a , ex hijo! Ufano no obstante con haber descu
clama : « ¡ Ay de mí I yo soy el m ¿ desdi bierto el origen del mal, suplicó al buen sa
chado de los jóvenes! Nó, no merezco escusa cerdote, á quién era deudor de tan impor
alg u n a ; soy culpable, me avergüenzo de mí tante descubrimiento, que continuara la obra
niismo! j O h ! cuán caro he pagado hasta que había principiado. No era aún dema
ahora mis criminales extravíos, cuántas lá siado ta rd e } la fó no se había apagado to
grimas me han costado! No estoy enfermo} davía en el corazón tierno de Enrique. E l
ó más bién, sí, me hallo devorado por una sacerdote despertó en él los buenos princi
enfermedad más cruel y tiránica que todas pios que había recibido en la infancia, y
las enfermedades. Desea TTd. conocer la bién pronto restituyó la Eeligión al sendero
causa de ello} sírvase ir manana á casa de del deber y de la virtud á este tierno cor
mi^ padre, y se la indicaré. > Al día si derino descarriado; volvió á ser lo que an
guiente no faltó á la cita el piadoso ecle- tes, no sin largos y penosos combates, y la
siástieo, y lo recibió E n riq u e, por hallarse virtud devolvió á Enrique la salud del cuerpo,
ausente el padre. E l jo v e n , que había pa la paz del alma y todos los tesoros que le
sado violentamente agitado toda la noche, había arrebatado el vicio, íjiito de las malas
estaba más pálido que de ordinario , y dijo lecturas.
al sacerdote: « Sírvase TTd. seguirme. * Su{Lecturaspopulares. Quito, noviembre 15-94)
— 30
E s i> ^ ]s r A ,
del que hemos indicado algo en la anterior
reseña, lo transcribimos íntegro á continua
ción.
¡Señores y dignos Cooperadores
y Cooperadoras:
El deber de aminorar, ya que no me es posi
Velada.
ble extinguir, la deuda de gratitud que tengo
contraida con el insigne fundador de la Sociedad
Sabedora la Jn n ta de Señoree Protectores de San Francisco de Sales, deuda que íntegra
de la Obra Salesiaiia de la necesidad extrema ha sido transmitida á sus dignos hijos, me ha
que la Casa de Sarriá tiene de un dormitorio obligado, cediendo á reiterada y cariñosa instan
para poder admitir á un mayor número de cia, á dar lectura á este sencillo trabajo, en que
pobres niños obreros que cada dia llaman á se consignan los datos estadísticos que demues
sus puertas, acordó organizar una Velada, tran, con irrefutable 'elocuencia, á la par que
grandes beneficios que la Obra Salesiana pro
poniéndose de acuerdo con las juntas de Se los
cura á las clases desvalidas, la escasez de medios
ñoras Cooperadoras á fin de que el éxito con que cuentan para realizarlos.
resultase más satisfactorio. Se acordó también
Temería ofenderos si intentase probaros el de
que en dicha Velada se obsequiara á los ber y deber imperioso, que nos obliga al ejercicio ds
concurrentes con algunos objetos de arte elabo la caridad, en la que se funden todos los preceptos
rados en los talleres de dicha Gasa, sorteándo del Sto. Evangelio. Bién sé que sois caritativos
y que teneis clara idea de la caridad de Cristo,
los como en efecto se hizo.
Velada tuvo lugar el 23 del pasado y que, por tanto , no es para vosostros su ejer
dar desdeñosamente al pobre algo de lo
diciembre en el local de la Asociación de cicio
que 08 sobra, y mucho menos contribuir con vues
Católicos, y era consolador ver el grán salón tra
cooperación á ciertos espectáculos llamados
completamente lleno de los señores y señoras de beneficencia, en los que no se practica s»
más distinguidos de Barcelona.
caridad que no cabe practicarla valiéndose de
Presidió la sesión, delegado por el Excmo medios que ofenden á Dios.
La caridad evangélica es amar á Dios , y por
Sr. Obispo, el Muy Il.« Sr. D.*- D. José
Casas, canónigo, Deán de la Santa Basílica. Dios y en Dios, amar al prójimo. Virtud, reina
Leyéronse varias poesías y se egecutaron de todas las virtudes; única inmortal, ya que
la fé y la esperanza en el Cielo,
distintas piezas musicales, mereciendo todas extinguidas
sólo
existirá
caridad, ya que la caridad es la
ellas muchos aplausos de todos los concu vida de Dios.la Caridad
desconocida del mundo
rrentes.
antiguo 5 completo compendio de la Ley nueva.
El Sr D.r D. Manuel
Pascual insig Caridad que constituye el único medio de con
ne bienhechor salesiano, leyó un discurso vertir á Dios en deudor del hombre, pués su
encaminado áencarecer la importancia d é la ejercicio nos hace acreedores de Dios, que con
Obra do 1). Bosco y los grandes beneficios signa en la banca del cielo, la deuda que con
que presta á la sociedad. Exhortó á todos á nosostros ha contraido j pués dar al pobre por
de Dios, equivale á prestar á Dios, prés
contribuir al sostenimiento de institución amor
tamo
que
reditúa intereses centuplicados de gra
tan benéfica y provechosa, ya con limosnas cia para esta
vida y de gloria para la venidera.
ó ya con el apoyo moral que puede prestarse Caridad que constituye uno de los medios más
á la misma. Puso de manifiesto las necesi eficaces para reparar algo ó mucho de lo que
dades de las Casas de Sarríá y de Hosta- hemos cometido it omitido faltando á nuestros
franchs, donde se halla establecida la In sti deberes. Caridad, en fin, que forma precioso árbol
tución, é hizo un llamamiento á los que plantado por Dios y que ni contrario de los demás
conocen su importancia, á fin de que^ coad árboles, tiene las raíces en el Cielo, extendiendo
frondosas ramas por toda la tierra, donde el
yuven á sotenerlas. E l Sr. Deán dirigió en sus
Evangelio ha sido predicado j árbol que re
nombre del Sr. Obispo, su autorizada palabra Sto.
cibe la sábia del mismo Dios, en cuyo tronco se
al numeroso público, dándole las más expre apoya la Sta. Iglesia y cuyas ramas cobijan al
sivas gracias por el grande interés que se mundo.
toma en pró de la Obra Sulesiana, y de un
De igual suerte que los árboles no pueden vi
modo especial á las Ju n tas de Cooperadores, vir y desarrollarse sin el alimento que por las
por ser los que inmediatamente trabajan en hojas reciben, el árbol de la caridad, no en sí,
que vivirá eternamente pués constituye la vida
beneficio de la misma.
Dios, sino en sus múltiples ramas, sólo ten
A sí terminó con satisfacción de ' todos de
drán
vida lozana y 'producirán abundantes fru
este solemne acto que dejará imperecedera tos, prodigándoles
el alimento que les es indis
memoria en nuestros corazones.
pensable.
Esto roe conduce á hablaros de la rama de la
caridad que integra la Obra de Don Bosco.
O ÍN c iirs o
S r.
M anuel
Los que tuvimos la dicha de conocerle, no pu
I%I.* P a s e u n l
dimos
dejar de amarle, y amarle con todas las
leído ett la.\ciada do que acabamos de hacer menoión. veras de
nuestro corazón.
Los que, por la Divina Misericordia, conoce
Suponiendo sea del agrado de todos nues mos su Obra no podemos dejar, asi mismo, de
tros bienhechores la lectura del discurso amarla, admirarla y favorecerla.
S A R R I A
(B a rce lo n a )
— 31 —
r
i K;
i >.
r
8
el
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1
8i
0
1
el
‘ a*
Haber conocido á Don Bosco equivale á haber
conocido al hombre de Dios, en quién replandelos caracteres de la Santidad j conocer su
Obra es lo mismo que tener clara idea del re
medio providencial que Dios nos ha deparado,
en los tristes dias que alcanzamos, para con
jurar la grán crisis social, que es causa de los
temores, de los recelos, de las angustias, y de
los acontecimientos borrosos que, en nuestra mis
ma ciudad, triste y recientemente hemos pre
senciado.
La obra de Don Bosco es obra de caridad
salvadora que transciende del individuo que la
recibe, á la Sociedad que se hace digna de sus
beneficios.
Obra que debe su nacimiento en nuestra tierra
á la poderosa iniciativa y acrisolada caridad de
xma ilustre dama, de santa memoria ó impere
cedero recuerdo, cuyo nombre vá unido á todas
las instituciones de caridad, muchas de las cua
les la deben su existencia y todas su eficacísima
cooperación j nombre, así mismo, vinculado al
alivio de un número sin número de necesidades
á las que con mano pródiga y el amor de madre
socorría. Séame lícito este sincero desahogo, hácia
la que no supe qué más admirar, si la bondad
de corazón, la claridad de inteligencia, la energía
de voluntad, el espíritu de sacrificio, la profun
dísima humildad, todo realzado por una piedad
acrisolada que recordaba y ^recuerda la vida de
las almas más privilegiadas.
La Obra de Don Bosco, como obra de Dios,
ofrece el carácter de la fecundidad. Nacida en
tre nosostros hace poquísimos años, se ha exten
dido considerablemente y en proporción muchí
simo mayor que la de loe reducidos medios con
que se cuenta para sostenerla.
lios Talleres Salesianos de Sarriá y el Afilo de
San José de Hostafranchs, bién lo sabéis Señores,
constituyen verdaderos umbráculos de la fé, co
bijados por María Auxiliadora, en los que sólo
se respira el suave ambiente de la virtud.
Los allí acogidos oran, aprenden y trabajan :
Oran, principalmente, por sus favorecedores j aprenden, ante todo y sobre todo, los deberes que
tienen para con Dios , para consigo y para con
el prójinjo ; trabajan, para hacerse un día, úti
les á si mismos, á sus familias y á la sociedad,
que tan necesitada se halla de obreros que, re
conociendo la santidad del trabajo, lo miren como
providencial y amoroso castigo impuesto por Dios
á todos los hombres, para hacerlos ^dignos de
eterno galardón.
Los niños que han recibido los beneficios de
la Obra de Don Bosco, en las casas de Sarriá y
de esta ciudad, durante el año que termina, han
sido en número de 1.398, habiendo excedido de
150.000 pesetas la suma que ha importado su
mantenimiento, vestido, educación é instrucción
en los estudios y en las artes y oficios á que se
dedican. Sólo délos 1.398 niños asilados, 166, re
sidentes en los talleres de Sarriá, han contribuido
con la módica pensión de 25 pesetas mensuales,
á sufragar gasto tan extraordinario, quedando,
£or tanto, un déficit considerable.
Don Bosco, con mirada providencial, no des
conoció las grandes dificultades con que, por falta
de medios materiales, habla de tropezar la Santa
Obra que acometió por inspiración de Dios. Para
subvenir á tan grave dificultad, y siguiendo el
ejemplo del Patriarca de Asís y del exclarecido fundador de la Orden de Predicadores, ins
tituyó una Orden tercera que la constituyen los
Cooperadores Salesianos.
Hombres y mujeres de toda condición y de
todo estado, con tal qi\e sientan amor al prójimo,
por amor de Dios, pueden alistarse á dicha mi
licia y con BUS oraciones y con sus limosnas, con
su palabra y con su ejemplo coadyuvar á la 0bra Salesiana, ora contribuyendo á los esplendo
rosos cultos que tributa en sus iglesias á Dios la
Congregación j ora ayudando á sostener las casas,
escuelas, talleres y esteblecimientos por aquella
erigidos, ora, en fin, socorriendo á los misioneros
para que vivan en las inhospitalarias tierras que
evangelizan.
Pío IX, nunca bastante llorado , y León IXIII
jamás encomiado como piden sus merecimientos,
amaron con amor intensísimo á Don Bosco} re
conocieron ser su Obra extraordinaria y sobre
humana y abrieron los tesoros de las celestiales
gracias á favor de la que constituyó el delirio
de Don Bosco, delirio sublime, cual el de Colón
al soñar un nuevo mundo al través de los mares
para agregarlos á los dominios de Cristo. Más
que delirio, locura fué la que tuvo D. Bosco
para su Obra; locura de amor para la salvación de
los infelices niños huérfanos y abandonados, lo
cura cual la de Teresa de Jesús y Francisco Jar
v i e r l a de la Beata Margarita y Estanislao de
Kostha j locura de todos los Santos j de todos los
mártires que morían riendo , locura del mismo
Cristo que realizó el más grande de los sacrificios
á impulso de infinito amor.
Pío IX y León XIII han enriquecido con innu
merables indulgencias los actos todos de piedad
y caridad que practiquen los Cooperadores Sale
sianos, á fin de estimularlos para trabajar y tra
bajar asidua y eficazmente á favor de la Obra
Salesiana. Para esto nos hallamos aquí reunidos
pués el fin de la presente velada no se limita al
sorteo de los objetos que, cual aguinaldo de Na
vidad, nos ofrecen loe niños asilados en los Ta
lleres. En manera alguna, Señores; nos hemos
reunido, yo el*primero, para reconocer que no
hemos hecho á favor de la Obra de Don Bosco,
lo que de los caritativos sentimientos de los bar
celoneses tenían derecho á esperar, ayer su insine fundador y hoy sus muy dignos hijos.
Bién sé que podréis objetarme que son muchos
los que piden y, desgraciadamente, pocos los que
dán, á lo que contestaré que es de oportunidad
suma la limosna con que contribuimos al soste
nimiento y desarrollo de la Obra Salesiana, pués
al favorecerla construimos un antemural que de
fienda á nuestras familias y á nuestra propiedad ;
de suerte que el auxilio que se presta á loe Salesianos, se asemeja al que demanda el ejército
que defiende nuestras fronteras, por cierto terri
blemente amenazadas por los que, con infernal
rabia, maquinan contra el alcázar de nuestra fé,
á la par que contra el Santuario de nuestras fa
milias y la propiedad de nuestros bienes. Al ha
cer bién á los Salesianos no olvidemos que, aparte
del galardón que espera á los que practican la
caridad, construimos potente para-rayos que nos
defienda de las chispas que se desprenden de las
densísimas nubes que sobre nosostros se ciernen.
Días, por cierto, muy adecuados y oportunísi
mos para ejercer la caridad son los en que nos
encontramos. En víspera del nacimiento del Niño
Dios, reeordemoB que i>obre en el Portal de Be
lén , recibió los dones de Pastores y Beyes para
enseñamos que la limosna pueden y deben ha-
— 32 —
cerla, en proporción á sua medios, todas las cla
ses sociales
Veamos, Sres. y dignos Cooperadores, en los
talleres de Sarriá y en el Asilo de Hostafranclis,
nuevo Belén en que pobre se halla nuestro buén
Dios, en la persona de los huérfanos allí acogi
dos, y prescindiendo de algo de lo mucho que,
aupérfluamonte gastamos, máxime en estos dias
en que el lujo y la gula, con el mayor descaro,
insultan ú la miseria, ofrezcámoslo á los pobres
niños, que por sus manos lo recibirá Dios, rena
ciendo en nuestros corazones y colmándolos de
sus colcstialoB gracias.
Antes de terminar, permitidme, Señores, que os
trasmita, por mi conducto, la sincera felicitación
que 08 dirigen los Salesiauos y sus amados niños.
Tened la seguridad que siempre, y especialmente
durante estas festividades, aquellos en el Santo
Sacriflcio y estos en sus comuniones y plegarias
l)üdirán á Dios, por conducto do María Auxilia
dora, os derramo toda suerte de venturas, que
es, sin di8])uta, la miís tierna y oíicaz felicitación
que pueden enviaros.
lio dicho.
Mas para toda esta misión que se han im*
puesto los Salesiauos, misioneros ciertamente
enviados A civilizar en pueblos civilizados,
se ha menester de recursos con que los reli
giosos no cuentan.
Todas las personas distinguidas que se
reunieron ayer en el Instituto de Bou Bosco
hubieran podido ell-as so las, comprometién
dose A dar para el Oratorio una cantidad
mensual, sacar de apuros á los buenos Padres,
que se hallan realmente en la penuria, por
no poder pagar algunos de los gastos que
se han hecho, y por no poder tampoco hacer
obras muy necesarias.
No pedimos grandes donativos; pedimos
únicamente que las personas humanitarias,
las que rezau todos los d ía s , como las que
de tarde eu tarde entran en los tem plos,
todas las gentes de buena voluntad que de
sean el bié^ii de sus seméjantes y, sobre todo,
el bién de los pobres, acudan A comprome
terse en una suscripción á favor del Instituto.
i No babrA en Santander mil personas que
puedan dar una peseta al més? i No habrá
otras mil que puedan dar dos reales men
suales? ¿No habrá dos mil que se puedan
SANTANDER
desprender de un real todos los meses? Pués
hagan un bién A los pobrecitos niños que
reciben educación en el Instituto Salesiano,
1 A loí*< c t t i ó l i c o s M a ii ta n d e r i n o s .
enviando su nombre á estas listas que abri
' Puros en nuestras ideas sin mixtiflcacionea mos de suscripción benéfica. Nosotros nos
y sin tram pa ni cartón, no somos, en verdad, lanzamos á esta obra de caridad. Abrimos
do la gente más atendida, y no es, lo con una suscripción por cuotas de dos reales
fesamos, Ijü Ucgión Cántabra el periódico mensuales, pudiendo las personas que ten
que en Santander más se lee.
gan á bién contribuir al sostenimiento del
¡Quó s e 'lia de liacer! Nosotros nos re Instituto Salesiano, enviarnos solamente un
signamos á eso y á más, y continuamos h a apunte con su nombre y el número de las
ciendo sacriñeios para que no les falte un cuotas porque se inscriben. Las listas se las
periódico sano á los que nos lean.
enviaremos A los Padres, que se encargarán
P or esa razó n , dudamos que el llama de efectuar la recaudación.
miento que vamos á hacer aquí á la caridad
Bogamos encarecidamente A nuestros lec
del vecindario resulte eficaz; pero no en tores que patrocinen y favorezcan la idea, y
esta duda nos abstendremos de cumplir lo hagan circular este número por enti’e sus
que entendemos uu deber nuestro.
parientes y amigos, ó iudiquen A todos la
Sabemos donde estorbamos y sabemos obligación en que estAn los buenos católicos
donde nos admiten, y allí donde nos reciben de ayudar A la obra iniciada.
con agrado, esperamos que se oiga nuestra
La Región Cántabra se suscribe por diez
voz débil.
cuotas mensuales, que suman cinco ‘pesetas.
> E n el salón de recreo del Instituto de los
Queda abierta la suscripción en la admi
Salesiauos se celebró ayer una función á la nistración de este periódico, Vad-Ras, 3, y
que asistieron multitud do personas, entre esperamos que eu las carteras de cuantos
ellas muy distinguidas. Allí se vió quó in lean esto número.
fluencia ejercen en la juventud estos buenos
{La Región Cántabra^ enero-2-95).
Padres, que han arrancado A las coucupisceucias, A los atractivos de la taberna y I >j
11>•“« j i 'í A * ‘
y,vi Ijj' iji IIII
del baile A cientos de jóvenes. E n vez de
pasar estos muchachos horas que les sobran
en malas tareas, se instruyen allí en muchas
artes útiles A la vida, y A la par se acos
tumbran A honestas diversiones. Los fines
del Instituto son laudabilísim os, y nunca
Buén día fué el de ayer para los niños
nos eunsai'omos de elogitvr al muy digno acogidos en este benéfico Instituto. Por la
Prelado de esta diócesis por haber contri mañana, como habíamos anunciado, cantó
buido eficazmente A que se estableciesen aquí misa el nuevo presbítero del Oratorio Don
esos buenos Padres.
Santiago Bernabé, que fué apadrinado por
En el Oratorio de Don Bosco
I
1
— 33 —
a1
señor Don Angel Jado Acedo
tinguida esposa doña P ü ar Canales de M o .
La fiesta fué solenmisima, cantando U
preciosa misa de S. José del
¡
Sago Costamagna y
vrqo del Exorno. Sr. Obispo Dr. D. Juán
Cagliero, Vicario Apostólico de la Patagonia,
los niños que asisten íi las clases del In sti
tuto , V pronunciando un elocuente sermón
alusivo al acto el reverendo Padre Mmervino, de la Compañía de Jesús.
La orquesta, muy numerosa, se componía
también de ñiños del Oratorio.
La concurrencia, muy distinguida.
Por la tarde tuvo lugar la función dramá
tica, que también anunciamos, representán
dose « La adoración de los pastores » y
« Los tres jibosos de Egipto. » , ., .
Los ióvenes intérpretes de las obntas íueroii muy aplaudidos. El amplio salón del
Instituto Salesiano era insuficiente para con
tener á todas las personas que acudieron a
la función, y que desde mucbo antes de em
pezar ésta, se agolpaban á las puertas del
edificio. La concurrencia, de la cual formaba
parte numerosa, la gente menuda de muchas
distinguidas familias, rió los chistes de las
obras°y pasó agradablemente la^tarde viendo
convertidos en actores á los ñiños que acu
den á recibir educación en el Instituto. Tan
estrepitosas fueron las manifestaciones de
regociío, que el mismo « Luzbel », á poco
de haber salido por un escjotillón, tuvo que
mandar callar al respetable público.
En los intermedios tocó diversas piezas
de su repertorio la banda do los iiiuos salesianos, que ha adelantado mucho en estos
últimos meses.
La fiesta resultó para los pequenuelos y
para los mayores deliciosa. La presentación
del « nacimiento » resultó bién, en una bo
nita decoración de bosque, completándose el
cuadro con los personajes que tomaron parte
en la obra.
Terminó la función á las siete, saliendo la
concurrencia muy complacida.
Los niños salesianos disfrutaron ayer de
uua abundante y buena com ida, de que
pocas veces pueden disfrutar por la penuria
en que se halla el Instituto. Por la tarde
se les (lió una merienda.
{La Atalaya).
La Befjión Cántabra termina así la casi
símile relación que hace de esta fiesta:
« Después de la anterior breve reseña,
solo nos ocurre decir: si estos frutos obtienen
al presente los P P . Salesianos, con poquí
simos recursos y en locales no del todo apro
piados, iq u é no será cuando tengan con
cluido el grandioso edificio que tienen co
menzado en el A lta, con destino á escuelas
y talleres t >
Poco ascendiente tenemos en Santander
—lo confesamos—’>ara interesarle en favor
de tan benéfica obra. Sin embargo, y por lo
que valga no tenemos inconveniente en ase('urar—tal es nuestra creencia—que es una
de las que más v en tajas, sobre todo mo
rales, puede ofrecer á esta ciudad, y que en
tal concepto todos tenemos obligación de
contribuir con nuestro óbolo á que se reauoe
pronto. >
PORTUGAL
Los Salesianos en Braga.
E n el anterior Boletia dábamos á nues
tros lectores la noticia de la apertura de la
primera casa salesiaiia en Portugal. Las p ri
meras noticias que de allá hemos recibido,
sóii las que se nos comunican en la carta
que á continuación publicamos.
D. R ú a :
Me he retrasado algo en escribirle, por
que deseaba tomar antes alguna idea del
Colegio, que se llama de 8. C í^tano.
Al segundo día de nuestra ^ lid a de B ar
celona, llegamos por Madrid y Salamanca ,
á Braga. Llegamos por la tarde y en la es
tación nos esperaban todos los alumnos del
colegio con el excelente Sr. Dr. D. F ran
cisco de la Cruz , que hasta ahora ha^dirigido el colegio, varios sacerdotes y sen ores
y numeroso pueblo deseoso de ver á los Sa
lesianos á quienes desde tanto tiempo es
peraba y de quienes varias veces han hablado
los diarios. El edificio del Colegio estaba
iluminado como en las mayores solemnida
des y al entrar en él fuimos saludados con
los dulcísimos acordes de la banda de la
casa. E n todos loa rostros se retrataba la
más grata emoción y la espresión sincera de
gratitud y estima á loa Salesianos
A nte Jesús Sacram entado, á cuyos piéa
nos dirigimos para rendirle las debidas gra
cias, yo, todo conmovido, tomé la palabra ;
lea di las gracias por el solemne recibi
miento que nos liabían dispensado, les sa
ludé en nombre de D. Rúa y de todos los
hijos de D. Boaco y les expliqué el fin que
nos habíamos propuesto al dirigirnos allí,
es á sa b e r; ser, aunque superiores, los ami
gos de aquellos buenos jóvenes y los cola
boradores de la óptima persona que liasta
entonces había gobernado la casa.
Le be dicho, buenas jóvenes y óptima per
sona / y en verdad, los 149 internos que hay
en la actualidad, de los cuales unos estu
dian y otros tra b a ja n , repartidos por los
talleres de sastrería, zapatería y carpinte
ría, y a existentes, son verdaderamente bue
nos; esto redunda en honor de los ex(»Ien! tes maestros que hasta ahora han tenido y
A
m a d ís im o
P
a d re
— 34: —
especialmente de su santo Director el Padre
Francisco de la C ru z, de solos treinta y
cuatro anos ^ pero tan rico en virtud, que
en Braga suele llamársele el Padre Santo.
Es un acabado modelo de humildad, obe
diencia y piedfid; basta mirarle para que
dar edificados. Desde que hemos llegado se
nos profesa de palabra y con sus hechos
súbdito sumiso y tan dispuesto á obedecer,
(jue casi nos hace salir loa colores á la cara,
de santa emulación. Sírvase N. Señor con
solarlo siempre y fortalecer su delicada
salud.
No só cómo explicarle la mucha fama
que nos ha precedido, la grán estima que
todos nos profesan y las esperanzas que
ponen en nuestra obra. Desde que llegamos,
no hemos parado de recibir visitas. Ayer,
nos visitaron en corporación las señoras que
forman parte del Apostolado de la Oración;
hoy, todo el Seminario, compuesto de más
de ción clérigos, con su venerando Director;
después, otros Institutos con sus respectivas
bandas, muchos señores y señoras y un gran
numero de eclesiásticos..... varias de estas
personas nos han hablado de otras casas
que desean confiar á los Salesianos, estando
itiuy animados á pagar inmediatamente el
viaje á cuantos salesianos D. Itúa estuviera
dispuesto á mandar á Portugal. Uno délos
diarios de Oporto anunciaba hoy que el P.
Sebastián Vasconcellos pasaba á Braga á
visitar á los Salesianos. Si no me equivoco,
es el mismo que con tantas ansias nos es
pera en Oporto.
Nosotros, por nuestra parte, hemos hecho
las visitas que debíam os; visitamos, ante
todo, al Arzobispo Primado, que nos recibió
muy cordialmente y nos recomendó saludá
ramos de su parte á D. Kúa. E n la primera
ocasión, pasjiremos á Lisboa á visitar al
Nuncio Apostólico.
Muchas otras cosas podría aún decirle,
bién de nuestros caros jóvenes ó bién de
estos beneméritos Cooperadores ; mas hago
punto para no retrasar más la salida de esta
carta.
_ Encomiéndenos, amadísimo Padre, á N . Se
ñor, y bendiganos á todos pero en particu
lar modo á su
<fhedientíftimo h ijo
Feduo Oogliolo , l’bro.
Braga, noviembre 12p>4.
IVH. Kn d B oU tin d« Kncro y en 1« página 3, linea 43, primcia
columna, pusimos inadwrlidamento, hablando de esto raso.
iS 9 3 , debiendo sor ÍS94.
.—
M ÍIJIC O
S o le m n e in a u g u r a c ió n d e lo.s n u evo s
T a lle r e s S a le s ia n o s en la c a p ita l.
Los Salesianos de Méjico, después de ha
ber seguido los pasos con que el Oratorie
de Turín.principiaba, pués han tenido quo
residir sucesivamente en Santa M aría, en
la factoría de la Ascensión y en la colonia
de Santa Julia, se hallan por fin definitiva
mente instalados en la nueva y grandiosa
casa, aún no acabada, que merced á las li
beralidades de aquellos distinguidos señores
Cooperadores, han podido levantar 'en muy
breve espacio de tiempo.
La posición topográfica de la casa'es magniñea ; pués se halla enclavada en una vasta
llanura que rápidamente se va poblando
situada al noroeste de la ciudad de Méjico.
Dos lineas férreas la cruzan, la una que
lleva á los Estados Unidos y la otra que
llegará muy pronto hasta el Occéano P a
cífico.
El 9 del pasado junio, celebrándose la fiesta
de María A iixüiadora, Monseñor el Arzo
bispo de Méjico, bendecía solemnemente las
máquinas que Ja egregia munificencia de
nuestra Cooperadora Sra. Doña Isabel Lo
zano, Vda. de Betti, regaló á la casa.
Sublime y solemne fué el momento en que
S. Illma. aproximándose al motor dió el pri
mer impulso al regulador. Silvó el vapor,
crugieron los ejes y al punto toda aquella
maquinaria, confundiendo sus monótonos r u
mores con los acompasados ecos de la banda
que daba al aire sus armónicos acentos, se
puso en movimiento y comenzaron los tra
bajos. El numeroso público que presenciaba
el acto se hallaba muy conmovido y no me
nos lo estaban los Salesianos.
Las notables palabras que el Superior de
dicha Casa dirigió á la comuirrencia momentos
antes del acto, las transcribimos á continua
ción para conocimiento y satisfacción de
nuestros caros Cooperadores.
Palabras del Presbítero Angel J. Piccóno, Director de los Ta
lleres Salesianos, en la bendición solemne de las máquinas,
para los mismos Talleres, dada por el limo, y Reymo. Sr.
Dr. Próspero M. Alarcón Aiíobispo de Méjico, el 9 de junio
de 1894.
E u la fiesta de San Francisco de Sales
del ano próximo pasado, la Bendición de
Dios pasando por las manos sagradas de
nuestro amadísimo Prelado consagraba la
primera piedra del Asilo Salesiano. Admirémos. Señores, la potencia y fecundidad de
la Bendición divina. Apenas h a pasado un
año, cuatro meses y diez días, y ya tenemos
aquí catorce amplios salones, cinco grandes
piezas, siete talleres, dos clases, una banda
de música y sesenta niños qne reciben el
alimento del cuerpo y el del alma, albergue,
instrucción y educación conveniente ú su
estado social.
' A quién, después de Dios, debemos todos
estos beneficios? A vosotros, Señores Coo
peradores y Señoras Cooperadoras, á- vos
otros, que con tesón digno de la causa que
protegéis habéis dado razón á vuestro P as
tor cuando proclamaba « la caridad virtud
proberbial de ^Mejicanos. »
Sí, Señoras y Señores: con la generosidad
que habéis manifestado hacia este Asilo,
habéis probado que si Aléjico puede dispu
tar con Chile la primacía en la virtud de la
religión entre los Estados americanos , nin
guno puede competir con él en el ejercicio
de la caridad cristiana. ¡ A h ! ¡ cuando se
piensa que en esta tierra de bendiciones, la
Iglesia , el clero , el culto divino , los San
tuarios, la euseñaiiza católica, los asilos para
la niñez y la ancianidad desvalida , todas
las obras pías viven.de la caridad particu
lar, y que esta después de haber hecho
tanto bién en su casa halla todavía recur
sos para hacerlo en países lejanos, sube es
pontáneo del corazón á los labios el grito
entusiasta de viva Méjico , patria de la ca
ridad cristiana en la más vasta acepción de
la palabra!
Y ahora nos hallamos aquí otra vez reu
nidos en torno del Príncipe de la Iglesia
Mejicana para admirar otro rasgo de gene
rosidad , para aplaudir un nuevo acto de
esta inagotable caridad, que raya en muni
ficencia, para invocar las bendiciones divi
nas sobre estas m áquinas, dádiva esplén«lida de una de las mejores hijas de esta
tierra bendita, que derrama por doquier el
rocío benéfico de su tierno amor á sus her
manos desamparados, escondiendo su mano
bienhechora en los pliegues de la más pro
funda humildad evangélica. Pero su humil
dad no acallará la voz de la g ratitu d , que
prorrumpe en un viva fragoroso á la señora
Betti, á la modesta, á la par que munífica
bienhechora del pueblo y de la Iglesia.
Y si alguno me preguntase para que ser
virán estas máquinas en un establecimiento
servido por sacerdotes, yo le contestaría qne
el Sacerdote católico no está reñido con la
mecánica y que cuando esta bamboleaba en
los jiasos vacilantes de su niñez, un monje
sacerdote, Gerberto, que fuó Papa con el
nombre de Silvestre I I , le infundió vigor
con invenciones asombrosas no sólo para la
edad media, sino para la presente 5 contes
taría que el sacerdote Alberto Magno, maes
tro de santo Tomás de Aquino, había cons
truido un autómata que pronunciaba una
frase en veinte idiomas: autómata que con
todos los adelantos de la mecánica no se
sabe ahora reconstruir 5 contestaría que esa
máquina de vapor, que tantas maravillas
produce en este fin de siglo, reconoce por
padre á un Jesuíta italiano, Francisco Lana
quién hizo los primeros experimentos con e
agua evaporizada un siglo antes que nacie
ran W atth y Stepheusou; contestaría con
los nombres inmortales de Bocearía , Castelli, Cavalieri, Denza, Embríaco, Grimaldi,
Secchi, Spiua, Zamboni y de otros á cente
nares , sacerdotes católicos todos é hijos de
aquella tierra privilegiada, que es la patria
del P apa y de Cristóbal Colón.
Estas máquinas servirán aquí para pro
porcionar á los niños enseñanza, trabajo y
pán, para despertar en ellos el amor al es
tudio y á la aplicación, para transformar
esas avispas zumbadoras de las calles en
abejas obreras del grande colmenar humano.
Enseñando estas máquinas á nuestros n i
ños les dirém os: He aquí lo que puede la
razón humana desarrollada con la atención
y ejercitada con el estudio y el trabajo: ob
servad lo que producen el capital y el tr a
bajo armónicamente asociados: admirad la
sabiduría de Dios que del mal aparente de
la diferencia de clases h a sacado el bién
real de la industria y civilización.
A nuestros niños que tienen los honores
de la pobreza, según la gráfica frase del
P apa León X III, en su alocución á los pe
regrinos españoles , enseñaremos á respetar
y amar á loa que tienen las prerrogativas
de la opulencia y usan bién de ella según
las lecciones del Evangelio, y aun cuando
el rico no merezca respeto por su orgullo,
lujo y despilfarro, por su ociosidad y sus
cráp ^as, por su indiferencia y egoísmo, por
su desprecio de toda ley divina y humana,
les enseñaremos á no envidiarlo, sino más
bién á compadecerlo, y les recordaremos las
sentencias de Jesucristo: ¡A y de vosotros
los ricos! (Luc. v i, 24). Mas fácil cosa es
pasar un camello por el ojo de uua aguja,
que entrar el rico en el reino de Dios.
(Luc. VI, 10).
Les enseñaremos que el origen más noble
de la riqueza es el trabajo honesto, inteli
gente, perseverante j pero que no existe el
derecho al trabajo, sino el deber del trabajo
para todos, ricos y pobres según su condi
ción, porque el trabajo es uua ley penal
impuesta por Dios al hombre como castigo
del primer pecado. Les ensenaremos que es
una utopía la limitación del día de trabajo
á ocho h o ra s, porque su mayor 6 menor
duración depende del clim a, del sexo y la
edad y de la forma de la industria. Les en
señaremos que las huelgas son una culpa
por el desorden y un error por la falta de
producción que disminuye la riqueza p ú
blica y con ella los jo rn ales; que el descanso
festivo es una obligación y una necesidad
religiosa, moral, higiénica, económica; que
el obrero tiene tres buenas amigas que lo
ayudarán á volverse acomodado, sino rico,
y son la economía, la moralidad, la religión
y que la economía tiene por enemigos el
— 36 —
juego, la lotería , la embriaguez y el vicio.
Les ensenaremos que el único (jomunismo
posible es el de los conventos y que fuera
de estos el comunismo es el medio debacer
con un to d o , útil á u n o , una porción de
pedazos pequeños que no sirven á nadie.
Les enseñareinos la asociación bajo la
égida de la religión como el mejor medio de
defensa en la opresión, de auxilio en la des
gracia, ,de emulación ú la virtud y al per
feccionamiento.
Les inspiraremos el deseo de adquirir con
sus ahorros una propiedad raíz , por pe
queña que s e a , porque el obrero que se
vuelve propietario ya no será socialista y
la propiedad es un capital que asociado con
el trabajo produce la riqueza.
A ün de que no desfallezcan en su ruda
tarea, les pondremos delante de los ojos al
Divino Obrero Jesucristo; les haremos in
vocar todos los días al P adre nuestro que
está en los cielos. Padre de pobres y ricos,
pero mús inclinado á los pobres; les hare
mos coiitlar en la maternal Providencia Di
vina , cuando hayan hecho por su parte
todo lo que pudieren; les hablaremos á. me
nudo de las esperanzas sobrehumanas y de
la patria celestial y los alentaremos al bión
con la oración y los Sacram entos, fuentes
inagotables de fuerza moral.
Este es nuestro program a, Señores, pro
grama que esperamos cum plir, con la gra
cia de Dios, según las enseñanzas de nuestro
Padre Don Bosco, programa que formará
del obrero no el anarquista feroz y deses
perado, sinó el más üel servidor y amigo de
la sociedad y de la Iglesia.
Y ahora sóame permitido recomendar una
vez más á vuestra eficaz protección , limo.
Señor, Señores y Señoras, nuestra humilde
obra. Gracias á Dios y á vosotros , algo se
ha hecho, pero mucho más es lo que queda
por hacer. Aquí se han de alojar, alimentar,
instruir, recrear quinientos niños, y al pre
sente , apenas si caben sesenta. Faltan tres
cuerpos de edificio y todo el segundo piso
pura completar el magnífico plan de nuestro
valiente y caritativo ingeniero Don Antonio
Torres Torrija; falta la iglesia capaz de
tantos n iñ o s; falta la casa de las Herma
nas; falta trabajo para estas mismas má
quinas que hasta ahora no podían necesa
riamente producir otra cosa que gastos.
Más que nunca necesitamos vuestra pro
tección, Señorea Cooperadores y Señoras
Cooperadoras; la necesidad de socorrer y
educar los niños pobres en Méjico es ex
trema, todos lo sab en ; pero no todos saben
que más de mil se nos han presentado en
poco más de un año pidiéndonos el pan del
alma y el del cuerpo.
Más que nunca necesitamos vuestra pro
tección en estos días cuando lloramos la pér
dida de nuestro experimentado consqjero,
sincero amigo, decidido bienhechor al p a r
que cariñoso padre D. Eduardo Zozaya. Él
también debía formar parte en vuestras fi
las , Señores Padrinos; él había aceptado
con todo el entusiasmo de su acendrado
amor á la Obra Salesiana la participación
á esta humilde fiesta, pero este asiento en
lutado 08 dice que su alma ya no pertenece
á la Iglesia militante, sino, como esperamos,
á la Iglesia triunfante , donde habrá reci
bido el premio de su caridad.
A vosotros, pues, Señores Padrinos y Se
ñoras Madrinas , pertenece el mérito y la
honra de representarlo y de sustituirlo; ú
vosotros la imitación de sus nobles ejem
plos de generosidad en favor de la clase
más desam parada; á vosotros la continua
ción de su o b ra; á vosotros la dicha de
verla concluida, como pedimos á Dios.
Y ahora descienda abundante y santificadora Vuestra Bendición sobre estas máqui
nas, Reverendísimo Prelado: V uestra Ben
dición es la de Dios, y así como aquella que
derramásteis sobre la primera piedra de este
edificio le infundió una fecundidad asom
brosa, comunique Vuestra Bendición á estas
máquinas insensibles , v id a , fuerza , movi
miento, actividad, trabajo, p ara la gloria de
Dios y para el bión de sus hijos predilectos,
los niños pobres y desvalidos.
u m m DE CHILE
La escuela de agricultura de Helípílla.
El pueblo de Melipilla y la sociedad dej
Santiago se aprestan para celebrar el do-i
mingo una fiesta que es justo motivo de re-|
gocijo para cuantos se interesen por el bien
estar de la clase obrera y el progreso de
nuestro país.
Mediante los esfuerzos verdaderamente
dignos de elogio del señor presbítero Doii
Manuel de la Cruz Flores y el celo y acti
vidad de los miembros de la Congregación]
Salesiana, se ha logrado levantar en Meli
pilla una escuela práctica de agricultura.
E ra una necesidad largo tiempo sentida
la de tener en Chile un establecimiento para
dar educación práctica á las numerosas per
sonas de nuestras clases pobres que se de-:
dioaii á los trabíyos agrícolas.
Chile es un país eminentemente agrícola;
su mayor riqueza está en sus tierras culti
vadas cada día con mayor esmero.
A medida que la propiedad se subdividej*
y que las exigencias del progreso sóu ma-^
yores, se hace necesario im plantar en nues-K'
tros campos procedimientos más modernos,^
sistemas que faciliten los cultivos y aumeu-^''
ten y mqjoren la producción.
— 37 —
Nuesti’oa agriciüLores iio puedeu ser yii
los sencillos labradores de otros tiempos, sin
más conocimientos que el arte de trillar
con yeguas y manejar el viejo arado de los
tiempos coloniales.
Hoy la maquinaria se b a introducido en
las haciendas desde el arado americano hasta
la trilladora y hasta el motor que dá vida
á los aparatos de lechería j de vinicultura y
cién más.
Un obrero del campo necesita ahora cono
cimientos que antes no le exigían y un grado
de cultura general mucho más elevado.
Mayor es aún la necesidad que se siente
de que haya personas debidamente prepara
das para ejercer los cargos de administra
dores ó mayordomos, ya en fundos donde
se cultiva el trigo, ya en otros donde es la
vina el principal interés, ya en bosques
donde se esplotan las maderas.
La Escuela Práctica de A gricultura de
Melipilla llenará esas necesidades y propor
cionará á las faenas agrícolas de Chile obre
ros instruidos, administradores inteligentes,
personas, en fin , dotadas de las aptitudes
necesarias para que sean prenda de pros
peridad en el fundo que las ocupe.
La circunstancia de ser los Padres Salesianos, los activos hijos de Don Bosco , los
directores de la nueva escuela, es una ga
rantía de su éxito y de que su porvenir está
asegurado.
El pueblo de Chile lo sabe ya demasiado
bién : donde quiera que los Salesianos han
puesto el esfuerzo de su celo cristiano y su
enérgica actividad, las obras de enseñanza
popular prosperan y viven protegidas por
Dios, mediante la intercesión del venerando
fundador Don Bosco.
Testigos de estos hechos son las Casas
Talleres de Sautigo, Talca y Concepción,
doud^ los Salesianos enseñan oficios á miles
de ñiños pobres, preparando así obreros que
sean orgullo de este país.
Con razón, pués, la sociedad de Santiago
se prepara para acudir el domingo próximo,
18 de noviembre, á la ceremonia de inauguraClon de la escuela de agricultura de Melipilla.
El Hustrísimo y Reverendísimo señor Ca®^^ova bendecirá la nueva institución.
El Presidente de la República, don Jorge
M ontt, honrará el acto con su presencia,
llevando la aprobación de los poderes pú
blicos á aquella obra consagrada al bién del
pueblo y de la patria.
1£1 « T o r i l l o . » — Después de cerca de
un mós de vitye regresó, en la noche del
sábado 3 de noviembre, el vapor « Torino, »
de la casa M. Gilli, de su viaje á Río
G ran d e, al sur de bahía San Sebastián,
punto en el cual los P P . Salesianos de P unta
Arenas han establecido una misión y^van
á establecer una hacienda lanar.
Xva misión de Rio Grande estáTsituada en
territorio argentino de Tierra del Puego,
habiendo concedido el Gobierno de esa R e
pública 20 leguas á los P P . Salesianos para
fundar allí un asiento de misiones para ci
vilizar á los indios onas.
Como un año atrás, los P P , Salesianos
fundaron la misión y el « Torino » les ha
llevado ahora una gran cantida de madera
y víveres para aumentar los edificios y pro
veer á la alimentación del personal de ella.
— {Pl Magallanes).
U n a r e t r i b u c i ó n . — E l Gobierno F e
deral del Brasil reconociendo públicamente
los importantes servicios prestados por los
sacerdotes católicos durante la calamitosa
época de la revolución, ha decretado se en
tregue al R. P . Superior del Colegio Salesiauo de Sta. Rosa una respetable suma
« por haber espontáneamente cedido, sin
interés alguno, su colegio, para que en él
se instalara un hospital para recibir á los
heróicos defensores de Ja República , y por
los señalados servicios que estos virtuosos
sacerdotes prestaron eu días tan calamito
sos, socorriendo á los enfermos, no sólo con
los consuelos de la Religión de que són
dignos m inistros, siuó también con todsi
suerte de solicitudes, cuidados y otros be
neficios materiales que la caridad cristiana
inspira. — ¡ Qué será que todos y sólo los
sacerdotes católicos són siempre y en todas
partes lo mismo; desinteresados ^ hasta de sn
ptypia vida, y heróicos cuando se trata del
bién de sus sem ejantes!
V S' V ' */ / \ * •' 's' V ” V V
.
. . .
..
. ,
NOTICIAS DE LOS MISIONEROS
3D E
I D O l 'T
B O S O O
TIERRA DEL FUEGO
Misión de Nuestra Sra. de la Candelaria.
r tu ita r « n a 8 , ^0 d e a b ril d e 189Í,
Amigo del Pueblo^ noviembre 17-94).
A
(Se continuaráJ.
•
m a d ís im o
S
e
. D
on
R
u a
:
¡ Bendito sea el Señor en su infinita mise
ricordia y bendita la cara memoria de nues
tro llorado Don Bosco que previó lo que
debía suceder en esta Misión, á la que nin
guno aten d ía! — V. sabe, amadísimo Padre,
que en junio del pasado año hicimos una
— 38
penosa y costosísima esi>edición para fundar
una estación en el centro de la Tierra del
li’ueífí» y las niuclias dificultades con que
hubimos de luchar. N. Señor lia bendecido
y coronado nuestro esfuerzo con un muy
consolador éxito. Le adjunto la siguiente
carta de Don Beauvoir en la que me anuncia
la llegada de ciento nctenta Indios, cuyo núinoro aum entará, Dios m ediante, al verse
tan bióii recibidos y tratad o s, ayudados en
su pobreza y en la educación de sus liijoa y
defendidos (joiitra la avaricia délos que vienen
en busca de oro y de los pastores que llegan
hasta el punto de matarlos para poder más
libremente perpetrar otros mil ilícitos abusos.
.S«‘
l<tM
1j4»MludíOM
di* loM MÍHÍonei'OH.
lUu Gruiido de lu T ie rra del Fuego,
Ui do iihril do isni-
KiovEJiENDO Sn. P r efec to A postólico :
Ya desdo un principio nuestro más grande
deseo era recojer en nuestra nueva morada
á algunos de los muchos Indios que viven
en estii grande isla.
JSl viernes santo por la mañana vimos en
la xíarto opuesta del río, y iirecisamente
frente á nuestra casa, nueve Indios seguidos
de mujeres y niños y de una multitud de
perros.
A tal vista, lleno de alegría, mandó luego
á su encuentro con una barquita al hermano
.luán Perrandü, al indio Miguel Oalaláfe y
al coadjutor carpintero líoberto Aravena,
los que, cambiadas algunas palabras, vol
vieron inmediatamente trayendo consigo tres
Indios. Estos dijeron que eran de la Babia
Tetis, la última al sur de la Tierra del
Pliego, que, habiendo sabido nuestra llegada
al Pío (rraiide, se habían unido para venir á
visitarnos, y que los otros esperaban que el
agua del rio bt\jara con el reflujo del mar
para poder p asar, como en efecto lo h i
cieron.
Estos ludios de la Babia Tetis saben un
poco el español, y uno de ellos en modo
particular llamado Oapello, se hizo entender
bión. Nos dijo en nombre de todos que ellos
eran buenos, que venían como amigos y que
á la orilla opuesta estaban sus familias, las
que al día siguiente vendrían á visitarnos,
porque saben que les queremos mucho y
que amamos de un modo particular á 'su s
hijos.
Principiamos por demostrarles que ver
daderamente les (lueriamos b iéu : les distri
buimos galleta y ilimos á cada uno una
manta de lana para cubrirse, y después los
despedimos diciéudoles que los esperábamos
al día siguiente y que les regalaríamos ca
misas, pantalones y otras cosas.
Al amanecer del día siguiente vimos descen
der de las alturas del río una interminable
columna de g e n te , cubierta con pieles de
guanaco y seguida de una infinidad de pe
rros... se acercaron á la orilla, y, apenas el
reflujo del mar se lo perm itió, pasaron á
nuestra orilla. Los mayores ayudaban á los
pequeños, y las mujeres á más de llevar á
los n iñ o s, venían cargadas con pequeños
bastoncitos, pieles, cuerdas de cuero, cubos
de corteza, canastillos, piedras para las fle
chas y con yesca para el fuego, etc. etc.
Colocaron sus tiendas á nuestro alrededor.
A las dós de la tarde todos habían ya
jiasado el río, y habían depositado sus u ten
silios sobre nuestra orilla. Se presentaron
en nuestra casita tan sucios y llenos de
fango que dabau asco. Distribuimos una
manta á cada uno de los mayores y media
á los m enores; después pasamos á la g a
lleta, á loa confites y á otras golosinas, que
eran recibidas y comidas con signos de
alegría y de reconocimiento. E n honor do
estos pobres salvajes debo decir que en ge
neral los hombres llevan una sola' piel de
guanaco sobre los lomos, pero las mujeres
y las niñas van cubiertas desde el cuello
hasta los pies, de modo que servirían de
ejemplo á ciertas personas esclavas de la
moda.
líecibidos estos regalos, las mujeres fueron
á levantar sus tiendas á unos doscientos
metros de nuestra c a s a , y los hombres se
desbandaron.
Estando siempre alguno de nosotros h a
ciendo de guardia, les dejábamos entrar en
casa, haciéndoles comprender que debían
respetarlo todo, y se mostraron muy dóciles
á nuestras indicaciones.
A las cinco sentimos un g rito , y en un
momento todos los hombres se retiraron á
sus tiendas, donde las mujeres habían en
cendido el fuego, del que se alzaban co
lumnas de humo. ¿Qué había sucedido? —
Pregunté al indio Copello y me respondió
que por el norte se veían venir á otros In
dios (del cabo Simday, á unas 11 millas de
distancia) y que por lo tanto ellos se debían
preparar á la defensa. En efecto, preparados
los arcos y flechas, salieron de sus tiendas
y se dirigieron hácia aquella p arte : como
unos doce formaron la vanguardia, y el
cuerpo, compuesto de unos cuarenta, se de
tuvo á poca distancia de las tiendas.
Poco después llegaban algunos Indios se
guidos de otros muchos 5 todos traían con
sigo á sus familias, sus utensilios y sus pe
rros. Después de algunas reverencias de
ambas partes, la vanguardia Ies dirigió la
palabra y parece les respondieron amigable
m ente; el hecho es, que sin demonstración
alguna hostil, los dejaron venir á nuestra
casa, donde recibieron los acostumbrados re
galos, y se retiraron con signos de alegría
á levantar sus tiendas á cincuenta metros
distantes de las de los otros.
Este fue para nosotros un verdadero día
de fiesta: al anochecer hicimos cocer dos
grandes calderas de carne y de judías, que
— 39 ristri buidas á nuestros huéspedes, las devoadron con gran satisfacción.
Al día siguiente volvió cada uno A tomar
su ración de carne y de ju d ía s , y nosotros
aprovechamos aquella ocasión para enseñarles
Don Delturco y los hermanos Ferrando y
Konchi cont-aron los Indios que han llegado
hasta ahora j son ciento setenta. ¿Dónde
hallaremos víveres para mantener tanta
gente? Y advierta que estos Indios no són
[nuestro modo de guisar, que llamaba mucho los que vimos el año pasado en nuestra
[su atención.
esploración; ¿qué haremos cuando vengan
Al tercer día principiamos á hacerles a l también ellos? P ara atender á la civiliza
l a n a s instrucciones religiosas. ¡Boén Dios! ción de todos estos Indios como conviene,
[¡que feliz combinación! en ellmismo día en no basta el personal que tenemos. Sé que
jqne el mundo recuerda el gran misterio de V., amado Señor Prefecto, hace cuanto puedo
jnuestra redención, principiaba para estos por e.sta M is ió n p e r o ahora es absoluta
ij^naios su instrucción cristiana.
mente necesario dirigirse a los Superiores
— 40 —
María Auxiliadora que los cubre con su
(le Tiin'n y rogarles liagan lo que
manto v los quiere á todos Cristianos. Las
nara nviiílariios y lo más pronto posible.
nrovisi¿nes y por lo tanto los viajes se ha^ Coi) ‘la primera embarcación que vaya á S á ^ s f e m p r i de m ultiplicar; y con estos
Ibintareiias, mandaré al hermano ^ergese, benditos barcos de vela no se
íiiie le llevará la nota de cuanto
falta. seguro, cada día se levantan borrascas que
Keciha los saludos de todos nosotros y ben ponen en peligro no sólo las grandes canti- .
díganos juntam ente con los Indios.
dades de géneros que llevan sino aun tam
f
Afm o. hijo
^^sÍ)lamente^en el mes pasado , una furiosa
J osé P eauvoir , Pbro.
tempestad arrojó por dos "^eces á la arena á i
Como vé, Kdmo. señor Don Rúa, las n e la pobre goleta Adehmra que volvía de llevar ,v
socorros á la Misión ; y el hermano Bergese .
cesidades són grandes y es
\' R nos ayude, como dice el Director de que venía en ella á P untarenas, re ™ ito ,
S i las ondas, con mucha fatiga
^
^
iuinella Misión, y que nos
varee nadando, y más muerto que vivo tanto ,
Konal y con medios materiales. E sta es ver
^
:
dadoramente obra del Señor, y la ^ongre^ por el susto como por
fortuna de hallar alojamiento en la Ju n ta ,
gíición Salesiana, que la ha
necesario que la sostenga. Quiera por l^o Argentina para los e.studi<i8 de los confines
con Chile. Y entre tanto el pobre Don Beaiit a n t o indicar esta obra á la candad de los
beneméritos Cooperadores Salesianos tant^ voir, que esperaba con impaciencia nuevos
en las conferencias, como en el B o le tin j las loTorros para los nuevos salvajes que lle
^
circulares; quiera también indicarla en las gan á la Misión, debió mandar de
cartas á loa Directores de las vanas Casas S íro sp o r tierra’, los q u e, atravesando a
Y Noviciados Salesiauoa, para, que T» en un Tierra del F uego, «®
iS is la
modo va en otro, quién con limosnas, quién adiunta carta en nuestra Misión en la Isla
Dawsóu, de donde con la goleta M ana A«c,.,n omeionea y quién con su
xiliadora manieron á
„
sona, todos concurran á esta santa et>ra.
Estas desgracias <loe continuamente se e
bendígame, y con loa m ás respe_tuosos sa
ludos de todos los Salesiauos, iduos é In piten y el peligro que se corre de no poder .
dios do esta rrefeotiirá Apostólica reciba socorrer á tiempo á nuestros hermanos de\^
la Isla Grande, con grave daño suyo y más
loa do su
especialmente de los Indios que se alejarían
Afilio, en J . O.
de los Misioneros en busca de qué comer,
J osé F actNAN), Pbro.
me dan mucho que pensar.
a .
Prefecto Apostólico.
Mientras le trasmito la adjunta , Poi^go ‘ .
su consideración esta nuestra
sidad V hago votos para que Dios toque ei «.
corazón de algún potente, *1®
■
lo ha«-a digno de participar de la civiliza
:\lÍMÍóit. «!«• un v a j»o i.
oílón ? de la salud"^ eterna de tantos pobres
P u u ta re n a » . 2i5 <le m ay o «le 1804.
salvajes, procurándonos lo necesario p*
A M A D ís m o S r . D o n E u a :
proveernos de uii pequeño
Dios inspirar á cualquier alma gene
Deapuéa de la última que le escribí, he ouiei’u
? ó r e l venir en ,m e.tra ay uda, para que
recibido la adjunta de Don Beauvm r, que
deu
se halla en verdadero aprieto para proveer nuestras INlisiones, aunque con
de alimentos, vestidos, casas, instrucción > das V sin lo necesario, puedan continuar s
educación á más de trescientos cincuenta empren lido camino de progreso y civiliza“ X X g a n o S ; olí amado Padre, y lecomiánYo^hago cuanto puedo para mandarle lo
indispensable, aún á costa de contraer gran denos á la caridad de los buenos Coopera
des deudas. He comprado cincuenta b u ey ^ dores Salesiauos. Oréame siempre su
Devino, y afino, en J . C.
V se los he mandado : ahora estoj contiatundo quinientas vacas y cuanto me querrán
J osé F acxNANo , Pbro.
Prefecto Apostólico.
dar al dado cu el i-omereio de esta Pͫ7.a :
(■argavemos una gran nave y se la mandaré,
rdespués volveremos nuestro pensamiento á
q'uríu pava <lnr algún mal de cabeza á N.,
señor Don Kúa.
,U .
CriTirteUTi.. R . o G raníe
Pava sostener esta Misión nos es de abso
10 d e m ayo d e l.-tU.
luta necesidad un vapor, que pueda entrar
y i l AMADO S v p e r t o r ;
en el Kio (Irande. Se trata ciertamente de
soltar una gran suma, pero es absolutamente
Hace va algunos meses que le maiidéj'
necesario. Ahora todos los salvajes acuden Y. una carta con el hermano Bergese, enea
á la M isión: es Dios que loa m an d a, es
— 41 —
gándole que volviera pronto con vív eres,
ropas, animales, etc., e tc .; dudando de su
pronta llegada á causa del mal tiempo que
i^ina desde su salida, me decido á mandarle
•esta con el hermano Jacinto Vülacura, acom
pañado del joven Cesarlo Villabos y de otros
dos, los cuales atravesando la Tierra del
Fuego de oriente á occidente van á pedir
socorros á la Misión de la Isla Dawsón. La
urgente necesidad me obliga á hacer tam
bién este sacrificio, quitando á la Misión
cuatro personas y por lo tanto su ftierza
material, y exponiendo á estos queridos ayu
dantes al grave peligro de un camino casi
intransitable entre bosques y pantanos {temhladero8)j terrenos donde se aJionda caballo
y caballero, por la formación del terreno que
tiene una ligera capa de yerba y uno ó dos
metros de agua y fango por debajo.
Después de salir B ergese, reuní á Don
Delturco, á los hermanos F erran d o , Villacura y líonchi y á loa jóvenes aspirantes
Aravena, Villabos y Calafate, y les expuse
la dificultad de mantener tan ta gente hasta
que volviera la barca, que poco más ó menos
tardaría dos meses. Les recomendé tuvieran
mucho cuidado en su conversación y mayor
parsimonia en la distribución de los víveres ;
les hice ver la necesidad que teníamos de
animar á los hombres á la caza y á la pesca.
El hermano FeJTando al oir e s to : « Padre,
dijo, tomo yo el encargo de animarlos, y si
es necesario, los acompañaré yo mismo en
todas estas operaciones. > Insistí sobre la
prudencia y precaución de estar armados y
prevenidos cuando se habla con los Indios
y de no dejarse rodear demasiado. Entonces
el animoso Bonchi x>ara quitarnos toda in■quietud : « Padre , dijo , no tenga miedo :
María Auxiliadora nos ha traído á todos
estos Indios y Ella los mantendrá pacíficos.
T además... no estoy yo con mi b arb a!... »
Al salir de la reunión, estábamos mucho
más animados que antes.
Al día siguiente principiamos á tener en
nuestra pequeña cap illita, adornada del
mejor modo i)osible, el Santísimo Sacramento,
nuestro iinico conforto y fortaleza. Si alguna
vez en mi vida he orado con devoción, ha
sido sin duda en aquella ocasión, viéndome
rodeado de tanta gente y con tan grán res
ponsabilidad.
Lon ludios comprendieron las circunstan
cias en que nos hallábamos y principiaron
a cazar, á pescar, á recojer una cierta yerba,
a cojer algunas raíces..... volviendo siempre
cargados.
Por la tarde se reúnen jiara las oraciones
y para una corta esplicación del catecismo,
que se les trasmite por el intérprete. — Se
^ n ta , se reza y vamos marchando bién. —
Don Delturco y el catequista, hablándoles,
les dicen que tengan paciencia, que tan
pronto como se pueda se les fabricará una
grán casa para cada u n o , y después otra
mucho más grande p ara sus hijos ó hyas y
que vendrá mucha gente.
A l domingo siguieute bautizamos al p e
queño Indio recojido sobre la playa de San
Sebastián en el setiembre pasado, y, según
su deseo, lo llamamos Pedro y le pusimos
por apellido Gama, nombre del río que corre
junto á dicha playa. Los Indios tenían fijos
los ojos observando todas las ceremonias.
Les dirijí la p a la b ra , que período i)or pe
riodo iba traduciendo el in térp rete, y por
cuanto v i , parece que tan solo compren
dieron que aquella función era una grán cosa.
Concluida la función , les regaló galleta ,
confites y otras cosas, y en señal de fiesta
al anochecer se quemaron algunos fuegos
artificiales, que habíamos traído de Puntarenas, lo que llamó mucho la atención de
todos, y especialmente de los niños, á quie
nes Don Delturco explicaba por señas lo
que eran.
E l día 27, á eso de las 11 , los ludios
vieron venir del septentrión á otros salvajes
y decían que eran muchos. Inmediatamente
se reunieron junto á sus cabañas y se pre
pararon á la defensa. Después de tres horas
llegaron seis. ¿Sabe quién venía entre ellos!
E l indio Benizio, el mismo que en el pasado
marzo no quiso seguirnos más adelante.
Estos formaban la v an g u ard ia, y venían
para saber cuantos éramos y para avisarnos
que vendrían también ellos con sus familias.
E l 28 los esperábamos á todos, pero no
llegaron hasta el 80. E ran como las diez de
la mañana, cuando sentí vocear en las ca
bañas ; miro desde la v e n ta n a , y veo á los
hombres en pié con el arco y flechas, des
pués correr como hasta unos doscientos
metros, aquí se detuvieron unos veinte y
los otros continuaron hácia el norte. ¿ Qué
IJasa? pregunté al intérx>rete y sin esperar
respuesta corro á alcanzar á los que so h a
bían detenido. E ntre estos estaba el capitán,
joven de 20 á 30 a ñ o s, de unos dos metros
de alto, de carácter sencillo y bueno, al que
pregunté si venían ludios. Me respondió que
eran muchos los que venían ; y luego se
pusieron á correr jiara unirse con sus com
pañeros. Entonces vuelvo corriendo á casa,
hago ensillar un caballo y en seguida les
alcancé á todos. Por medio del intérprete
hize comprender al capitán que no quería
pelearan, y que se volvieran todos á nuestro
campamento para recibir g a lle ta , carne y
otras cosa. To fui el primero en hacerlo;
mi ejemplo fúé seguido por to d o s, pero no
quisieron entrar en sus cabañas hasta que
no hubieron fijado el sitio para los que liegaban, á^unos 300 metros de distancia de
sus cabanas. Son 150, así que entre estos y
los que ya estaban son más de 350. Se pre
sentaron en nuestra casa, se les distribuyó
galleta y carne, y se consumió entre ellos
una grande olla de judias, patatas y harina.
Principiamos ya á enseñarles las palabra
42 —
más necesarias, y parece que las aprenden la educación de la juventud y la evangeüzación de los pobres salvajes que cubren de
con facilidad.
Venga á vern o s, amado Don F ag n an o ; una punta á otra este inmenso territorio.
Los Gobiernos de otros paises de América
socórranos y p ro n to , pués en pocos días
quedará todo consumido, y tal vez no po apelaron al inhumano medio de destruir
dremos hacer comprender á esta gente que á los pobres Indios con la metralla, cazán
nos faltan víveres. Confio que la Providencia dolos como si fueran fieras hasta en las más
y su grande amor á los Indios nos mandarán ocultas cavernas de las montañas; mas el
Paraguay providencialmente los h a dejado
prontos socorros.
Cierro esta recomendándola al Angel tu siempre vivir en paz, de modo que forman
telar de la Tierra del Fuego, para que ayude diversas tribus divididas en diversos sitios y
á las personas que la llevan. Eeciba los sa florestas, desnudos, ignorantes y desgracia
ludos de estos hermanos, de los ayudantes dos, esperando un alma buena que les lleve
y también de estos Indios que lo aman sin la luz del Evangelio.
No se puede andar por los caminos sin
ceramente por el empeño que siempre V . de
ver algún grupo, medio desnudos, andrajo
mostró por su conversión.
sos, que llevan de una á otra parte el espec
táculo de su horrible m iseria, vendiendo
Su Devino, en el Señor
algún tejido de hojas de palma ó de otros
J osé B b a u v o ir , Pbro.
juncos, ó también ofreciendo alguna piel de
fiera ó plumas de pájaros.
Aquí en la misma Asumpción, sobre la
ribera izquierda del Eío P araguay, acampa
una pequeña tribu, completamente apartada
de la ciudad por costumbres, religión y len
gua. Tienen una especie de sacerdote-mago
que preside los actos más importantes de
la
vida, nacimientos, matrimonios _y sepul
M oiiH . TjIiíh
e ii la c a p ita l
turas con ritos y ceremonias estranísimas.
d e la K e p ú b lic a d e l P a r a g u a y .
A la otra parte del río, en frente á la
misma ciudad, acampan otras muchas tri
A m a d ís im o P a d r e ,
bus. Figúrese que todas estas regiones, hasta
Asuinpción, 19 Mayo 1894.
las faldas de la Cordillera de Bolivia, no
Heme aquí en el Paraguay, en esta tierra cuentan ni siquiera una ciudad, ni una al
suspirada de tantos corazones Salesianos, y dea de gente cristian a: el suelo se halla
en cuyos sitios se abrirá sin duda el campo todo cubierto de tribus errantes, en general
más vasto ó la laboriosidad y al celo de de índole humilde y dócil. ¡ Oh, cuántas con
quistas se podrían hacer, cuántos pueblos
nuestra Congregación.
He recibido cordiales recibimientos de la nuevos se podrían unir á la gran familia
Autoridad. El Excelentísimo Presidente de la cristiana, si tuviéramos Misioneros y medios
Eepública, señor Ju an González, mandó al adecuados á la necesidad!
P or otra parte la necesidad de hacer algo
Comandante del Puerto á recibirme á bordo,
el cual me condujo á tierra en su barca de gala. por la juventud de este país es grande. V.
E n el muelle me esperaba la carroza del se sabrá que esta Eepública del Paraguay ha
ñor Presidente, la del Embajador argentino sostenido por sí sola una guerra gigantesca
y otras más que nos condujerou al palacio contra los Estados aliados de Brasil, A rgen
del señor Ministro de hacienda, que se nos ce tina y Uruguay, por espacio de seis años.
A pesar del insuperable heroísmo que mos
dió gentilineuLe para nuestra morada.
E n el muelle se hallaba también el Eev. traron tanto los hombres cuanto las muje
Señor A rrúa, administrador de la diócesis, res, debió sucumbir á la grán masa de los
con su secretario, el Héctor del Seminario, ejénútos invasores, ñié saqueada, destrui
Padre Montagna, muchos sacerdotes y gran da y dispersa. Desde esta fecha (1870)
pueblo. El mismo día por la tarde ñií á vi h a hecho grandes esfuerzos para levantarse
sitar al señor Presidente, que me recibió de ta n ta postración, para reorganizarse, y
cordialmente, me presentó ó su egregia fa sus esfuerzos hacen esperar días m ejores;
milia y después se dignó acompañarme á píe mas por ahora tiene una gran necesidad
hasta mi habitación en unión con el Minis de ser ayudada á formar nuevas genera
tro de cultos, el senador Idiranda, y otras ciones.
P or esto es de gran importancia fun
Agilidades del Clero.
Los diarios de la capital han publicado la dar cuanto antes un asilo para niños po
hermosa nota, en la que el Eminentísimo bres, alguna colonia agrícola para los jóve
Cardenal Bampolla prometía el año pasado nes embrutecidos por las campiñas. ¡ Oh, lloro
trabajar vivamente junto á T . en nombre de corazón al ver tantas miserias sin poder
del Santo Padre, á fin de que se extendie las poner remedio p ro n to !
En tanto que me estoy lamentando por
ra á este país la obra de Don. Bosco para
— 43 —
la escasez de personal, el Señor me hace
pasar por una nneva praeba. Bn estos días
(14 mayo) la mnerte inesperadamente se apoderó de nuestro amado Don Carlos Ci
priano, Director del Colegio de las Piedras,
sqnel que hacía mis veces en el ü ru g n ay
durante mis largas escursiones. Nació en
P ront (Piamonte) y vistió el hábito de nues
tra P ía sociedad en 1870, haciendo los san-
deramente grande y fervorosa, ejemplar en
todos sus actos, el Inolvidable Don Cipriano
era amado y venerado de todos por su p ru
dencia y experiencia j y ahora el Señor nos
lo h a quitado para siem pre!! Nuestros
novicios y aspirantes, ¡ cómo llorarán la pér
dida dolorosa del que les era guia segura
en la perfección y tiernísimo P adre I
Lo recomiendo á sus oraciones y á las de
EL MISIONERO SAIESIÁNO D. MILANESIO
de vaelta de ima de sus misiones a los Indios.
toSí votos perpétuos cuatro años después.
Ordenado sacerdote en 1875, partió con la
cuarta expedición de nuestros Misioneros en
1879. Después de haber sido modelo de obe
diencia en varias Casas de la A rgentina, fué
mandado á Montevideo, donde fué muchos
años activísimo Prefecto del Colegio Pío de
Villa Colón. De allí fué promovido al cargo
de Director de la Casa y Noviciado de Las
Piedras, que convirtió en un verdadero ja r
dín de toda hermosa virtud, con su palabra,
y mucho más con su ejemplo. Alma verda-
todos nuestros amados hermanos, y ruego á
V, quiera reforzar nuestras filas, yá dema
siado claras.
Me ofreció V. que, cuando hubiera llegado
entre los pobres salvajes, me habría soco
rrido con buenos Misioneros; y ahora heme
circundado de centenares de tribus salvajes
que invocan auxilio. Se hallan tanto en el
alma cuanto en el cuerpo, en la más espan
tosa y repugnante ‘m iseria, es necesario al
zarlos de la postración en que se hallan,
bacerlos hombres y cristianos y tal vez án-
— 44 —
geleS) en virtud é inocenoia. Por gran suerte
aquí no reina la poligamia y nos será fácil
reducirlos al suave yugo del Evangelio.
Apelo per lo tanto á su buén corazón en
favor do esta grande obra y al de nuestros
jóvenes hermanos que aspiran á recoger p al
mas y laureles en el campo de las Misiones.
A ellos están abiertas las puertas del P a ra
guay, del Gran Ohaco y del Matto Grosso.
[ Adelante, ó valientes I Los Ángeles de estas
ilorestas ha }^a dos mil años que os esperan,
Don Bosco os sonríe y anima desde el
Cielo. No tardéis más, y nuestros buenos
Cooperadores os armen con su caridad de
los medios necesarios á tan gran empresa.
Yo doy las gracias anticipadas á todos es
tos nuestros Bienhechores y los bendigo con
toda la efusión de mi corazón.
Con gran estima y veneración me profeso
de V., veueradísimo Padre,
Affmo. y Obligadísimo en el Señor
LUIS
Obispo de Trípoli.
V \
\
V
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA
\
de haber bendecido y rogado por la enferma,
la aconsejó se trasladara al altar de la
Virgen, recitando un Ave María á la V ir
gen Auxiliadora y, si era posible, oyera la
santa M isa, que hacía celebrar. A sí lo
hizo. Apenas term inada la santa M isa,
dicha enferma declaró á su esposo, allí pre
sente, que se sentía mucho mejor y con un
gran deseo de andar y de comer, cosas que
hacía mucho tiempo no podía hacer. Y j oh
prodigio! A la voluntad correspondió la
fuerza; y después de haber salido del San
tuario andando sin ningún apoyo y habiendo
comido con escelente apetito, probó la ale
gría de poder volver á su propria habitación
completamente san a, y atender, como atiende con sus maternales cuidados, á los
afanes domésticos y á la cristiana educación
de su joven familia, con grande estupor del
módico que la asistía y de todo el pueblo.
E n prueba de su imperecedero reconocimiento
á María Santísima Auxiliadora ella presentó
una pequeña limosna para su Santuario y
me ruega hacer publicar en el Boletín Salesiano la gracia obtenida.
Pbro. J u a n M a e i a P r i g a e z i
Brev. V. F. y Cooperador Salesiano.
S iíau d elu za (M o n fe rra to ), 28 d e M ayo 1994.
*
*•
U n a n o v e n a d e o r a c io n e s . — En
¡ C iiú ii b u e n a e s M a r í a ! — Desde que
el
pasado julio y agosto me sobrevino una
se hallan entre nosotros las venerandas Hijas grave
enfermedad de la que el médico tenia
de María Auxiliadora para la dirección de este pocas
esperanzas de que curara. Con gran
nuestro Asilo infantil, parece que María Santí fe recurrí
á María Auxiliadora, con una no
sima haya levantado aquí el trono de sus mater
de oraciones y prometiendo una limos
nas gracias para aquellos que á E lla recurren nvena
a á su célebre santuario de Turíu. ; Oh
en sus mayores necesidades. E n confirma bondad
la Santísima V irg en ! el primer
ción de lo que digo valga el hecho siguiente día de ladenovena
principié á mejorar y ahora
que tiene verdaderamente algo de prodigioso.
U na tal Paulina Macchia, esposa de A n me hallo bastante bien. Por lo que me apre
á mandar mi pobre limosna de 50 P ts.
selmo Cario, de esta parroquia, fué asaltada suro
de una enfermedad interna, que la debía sin Me recomiendo á las oraciones de los niños
del Oratorio, y ruego se publique esta en el
duda llevar á la tumba, siendo imposible toda Boletín
Salesiano.
operación quirúrgica. Agrabáudose siem
G - P e d u z z i.
pre más el m al, le fueron administrados
C om o 8 d e s e tie m b re d e 1894.
los santos Sacramentos y le fué dada la
bendición papal. E n aquel momento me viuo
«*
á la mente la santa inspiración de proponer
C
o
ii
liu
n
x
a
e
n
M
a r í a . — U na enfer-^
á la moribunda recurrir á Alaría Auxilia
medad
nerviosa
agravó
de tal modo á mi
dora con la x)romesa de ir á su Santuario
de Valdocco, apenas pudiera allí trasladarse. hermana que la ciencia médica se declaró im
Dicho y hecho. Después de pocos días nues potente, corría peligro su vida. Habiendo yo
tra enferma desde su ciisa era trasladada en leído en el Boletín Salesiano los numerosos
brazos á la carroza; })rimenimente en esta y milagros que la Virgen Santísima obra cada
después con el tram vía llegó hasta Turíu, y día, recurrí lleno de confianza á tan piadosa
aquí ftió de nuevo ti'asportada en brazos á Madre esperando que mediante su protec
la sacristía del Santuario de Talaría A uxilia ción obtendría un milagro. Y lo obtuve: en
dora, donde ñié presentada al Revmo. Su dos días mi hermana curó ¡ Gracias á María
perior Mayor de los SiUesiauos D. Miguel Auxiliadora! Quiera ella continuar su po
Rúa, para que la diera la bendición de Ma tente protección sobre nuestra familia.
ría Auxiliadora. El dignísimo sucesor del
J o E a E D e s c o t ic h .
inmortal y venerando Don Bosco, después
A t« p o 2 d e .iollo d e 1894,
M a r í a S a n t ís im a A u x l i a d o r a s a
lu d d e l o s e n fe r m o s . — Sobrevino á
mi querido tía Isabel Oalderoni una grave
pulmonía que en breve la redujo al punto
de muerte. Una tarde el médico la halló
muy grave y dijo que temía no llegara á la
mañana siguiente. E n tan apurado caso se
invocó con grán confianza á María Auxiliardora, hácia quién la enferma tenía una tierna
devoción y cuya oleografía había colocado
á la cabecera de la cama, para que la de^
fendiera y protegiera en su enfermedad.
María oyó nuestras oraciones. Aquella mis
ma noche q u e , según previsión del mé
dico debía ser la última de su vida, fué el
principio de una crisis benéfica que la sacó
de peligro. El médico á la mañana siguiente,
contra todas sus esperanzas, la halló toda
vía viva y afirmó que la enfermedad había
tomado un buén aspecto, y lleno de m ara
villa: « Señora, la dijo, yo no esperaba vol
verla á ver y por el contrario la hallo al
gún tanto mejorada y espero que curará.
Ciertamente la Virgen h a intercedido por
V. » Desde entonces ha ido siempre mejo
rando y al presente está casi completamente
restablecida. Eeconocida por el favor reci
bido, da públicas gracias á María Santísima
Auxiliadora, invitando á todos los que se
hallan en cu^quier necesidad á recurrir lle
nos de esperanza á su potente patrocinio.
sentir por todo el mundo, que Maria es mi
gran Consoladora! — Todavía he obtenido
otro señaladísimo favor por intercesión de
María Auxiliadora en favor de mi hijo
Ju an Carlos. Vuelto de la Germania y hallán
dose sin ocupación alguna, yo le indicaba
se buscara algún em pleo, en tanto que
rogaba á M aría para que nos ayudara en
tal necesidad. U n día, fuera de casa, oigo
decir á una amiga que había una vacante
aqui en Turín apropósito p ara mi hijo. Sin
pérdida de tiempo hago que mi Ju a n Carlos
presente su petición ; mientras yo á los
piés de la Virgen A nxliadora la suplico y
la ruego quiera ayudarnos. Y l^Iaría nos
ayudó. L a petición de mi hijo, todavía no
conocido en Tiirín y sin protección alguna
humana, con la potente intercesión de M a
ría fuó antepuesta á todas las otras peticio
nes en número de ciento veintinueve; y ahora,
gracias á María por esta y por las anterio
res gracias obtenidas mediante su potente
intercesión, cumplo el voto hecho de hacer
las publicar en el Boletín Salesiano.
A
N O T IC IA S
A > 'd r é s B E L T E A m P b r o .
buena es María Auxiliadora! ¡Cúan bién
sabe consolar el adolorado corazón de una
madre! Tres años hace, mi hija Elvina su
frió una terrible enfermedad que terminó en
locura. Grandemente adolorada por tal des
gracia, recurrí llena de confianza á la A u
xiliadora de los Cristianos, á la Consoladora
de los afligidos, para que se dignara enju
gar mis lágrimas, obteniendo del Señor la
salud para mi pobre hija. ¡ Oh bondad de
María! Después de dos meses de descon
cierto, mi Elvina recobra su prim itiva lu
cidez de mente y una salud tal, como si no
hubiera nunca estado enferma. ¡ O h , gra
cias infinitas sean dadas á María Santí
sima! — Mas en el octubre pasado pare
cía que mi pobre Elvina volviera á la lo
cura. E lla misma, notándolo por algunos
signos externos, con las lágrimas en los ojos
me anunciaba la gran desgracia que le ame
nazaba. Pero no; María no consentirá que
se me renueve tan grán dolor. E lla que ha
probado los desvelos de una m adre, fuó
pronta á oír mis súplicas, y alejó pronta
mente tal desgracia de mi hija. ¡ Oh-, cuanto
reconocimiento debo á María S antísim a!
Si me fuera dado, quisiera gritar y hacerme
M
adon
-Z e
x i.
V A R IA S
Desagravios.
Valajíliee - Tarín 4 de julio de 1894.
U n a m a d r e c o n s o la d a . — ¡Oh cúan
xa
Tarín, ^ de junio de 18ái.
Sabido es de todos los innumerables pecados
que en estos días de carnaval se cometen, así
como también las solemnes funciones religiosiiS
ue con S. D. M. de manifiesto, en las iglesias
e todas las partes de España en dichos tres días
se celebran para desagraviar en parto al Señor
de esos pecados. No so nos oculta que nuestros
muy queridos Cooperadores y Cooperadoras están
muy lejos de asistir ni aún contribuir en lo más
miuimo á las inmundas bacanales de estos días.
Permítannos sin embargo poner aqní, por si esto
Boletín cayera en manos de quién lo necesitara,
tres medios que nos parecen muy á propósito
para desagraviar dignamente á N. S. Jesucristo
de tanta injuria como recibe. Ante todo, no con
tribuyamos ni permitamos contribuyan nuestros
dependientes á ninguna manifestación del car
naval. En segundo lugar, demos siempre, pero
en modo especial estos tres días, generoso al
bergue en nuestro pecho á Jesús sacramentado;
allá en el sagrario nos aguarda. Los verdaderos
amantes, cuanto más injuriada vén á la persona
amada, tanto más se esfuerzan en manifestarla su
amor. Hagamos por último, cosa del templo, y si
nuestras ocupaciones nos lo impiden , hagamos
templo de nuestra casa, y que las frecuentes y
fervorosas jaculatorias que elevemos al cielo, su
plan los ejercicios de reparación que haríamos si
asistiéramos al templo. No puede Dios mirar con
indiferencia estos esfuerzos amorosos de sus cria
turas , por lo que estemos seguros descenderán
abundantemente sus gracias sobre nuestras ca
bezas.
2
— 46 —
Admirado el amo del cariño extraordinario
qne Tom profesaba á su snbordinado, quiso ave
Un sacerdote de Rivarole Ligure (Italia), qne riguar las razones que para ello tenia.
80 hallaba impedido de celebrar por los agudos
— ¿Es ese anciano tu padret le preguntó.
dolores neurálgicos que padecía, se curó radical
— No, señor, no es mi padre.
mente la víspera de la Concepción, mojándose
— ¿ Es un hermano de más edad que tú f
con agua de Lourdes la parte doloiúda, con cuyo
— Tampoco es mi hermano.
motivo tuvo lugar el siguiente día una solemne
—
¿ Es, acaso, tío tuyo ó alguno de tas pa
función do gracias á la Virgen Inmaculada.
rientes í pués que no me parece posible tomes tan
extraordinario cariño á nn extraño.
Lo qoe solo puede hacer la religión.
— No, mi amo, ni es pariente, ni aún amigo.
— Explícame, pués, por qué te muestras tan
ün pobre negro comprado en las costas del
Africa fue transportado á las Indias Occidentales. solícito y cariñoso con él.
— / Ü8 mi enemigo ! respondió el esclavo 5 me
Abrasó el Cristianismo, y por su ordenada con
ducta mereció la coníiauza de su dueño que le vendió á los blancos en las costas de Africa : pero
yo no puedo aborrecerle, por que el Padre misioencargaba trabajos de suma importancia.
El agaa de Lourdes.
Colcglo (le la Misión Salesiana de Puntarenas.
Un día su amo quiso comprar uua veintena do
esclavos; y dirigiéndose ou compañía del fiel
Tom al mercado, en donde los desgraciados esta
ban expuestos á la venta, ordenó á este eligiese
los que, á su juicio, habían de sor mejores obre
ros. Con sorpresa vió que Tom lo presentó entre
otros esclavos á un viejo caduco que decía era
coiivenieute comprar; el amo rehusaba liacerloy
el viejo negro no habría sido aceptado, si el co
merciante de esclavos no hubiese ofrecido darlo
á precio más bajo que el corriente, á trueque de
que le comprase veinte nuis. Su proposición fué
admitida y la venta so llevó á cabo.
Al regresar á los dominios do su principal,
Tom no cesaba de prodigar al viejo los más so
lícitos cuidados, y colocándole en su cabaña le
hacía comer con él, y cuando tenía frío, él mismo
le conducía al sol, así como cnaudo le sofocaba
el calor hacíale sentar á la sombra de los coco
teros; en una palabra, hacía todo lo que un hijo
agradecido puede hacer por el mqjor de los pa
dres.
ñero me h i dicho* Si tu enemigo ttaae hambre
dale de comer ; y si tiene sed, daleyde beber.
Boletín Salesiano Alemán.
Con sumo placer anunciamos á nuestros lecto*
ros que ni ñn han tenido plena satisfacción los
deseos de nuestros queridos Cooperadores alema
nes, pués á mediados del pasado enero salió el
primer número del Boletín en dicha lengua. Aquollos de nuestros Cooperadores que desearen
recibir el Boletín en alemán, no tienen más qne
avisarnos y serán al momento servidos.
Con esta*^ sóa ya cinco las lenguas en que nues
tro Boletín se publica, es á saber: tfalíana, «pañola, francesa, inglesa y alemana.
Confiados en la bondad del Señor y en la ca
ridad de nuestros Bienhechores, emprendemos
gustosos, á pesar de los nuevos gastos que nos
ocasiona, esta nueva publicación para contribuir
con nuestros trabajos á la difusión de la buena
prensa y á la salvación de las almas, únicos fines
nuestros.
— 47 —
Prohibición acertada.
En Alsacia Lorena, como todos los años, se han
prohibido los bailes públicos durante el Adviento
y la Cuaresma. Suiza impone la misma obligación
«n los cantones católicos. — ¿Se hace lo mismo
•en España? — Yo no lo sé, pero me parece que
no. — 4Será, tal vez, por que nuestros dignos
gobernantes no quieren privarse de tan inocente
•distracción en sus penosas tareas?
Los írntos.
27o ha mucho falleció en el hospital de Albigni un pobre anciano, víctima de los golpes que le
habían dado dos enfermeros, á quienes durante
la noche su tós impedía dormir como hubieran
deseado. — Este es el trato que dan ios enfermeros
láicoB, y esas són las consecuencias del laicismo
aplicado ó las escuelas. — Pero 4cuando que
rrán convencerse esos señorea laicistas de que
sin religión es un absurdo lo que pretenden ?
¡ Les sería tan fácil! Bastaría tan sólo que se mi
raran á sí mismos.
Congreso Salesiano.
El primer Congreso de los Cooperadores Salesianos que como ya saben nuestros lectores se
celebrará en Bolonia (Italia) los dias 23, 24 y 25
del próximo Abril, promete tener un éxito extraor
dinario. Ya se ha constituido una numerosa Junta
Promotora bajo la presidencia honoraria del Ar
zobispo de dicha ciudad, Emmo. Cardenal Do
mingo Svampa. Las sesiones prometen estar muy
animadas y concurridas. Con gusto publicaríamos
el Programa, mas no nos es aún posible por haber
sido presentado al Santo Padre para su aproba
ción. Esperamos que los beneméritos Coopera
dores españoles y americanos contribuirán eficaz
mente, al menos con sus oraciones, al feliz éxito
del primer Congreso de Cooperadores Salesianos.
Rogamos á nuestros buenos Cooperadores nos
dispensen si en este número nada decimos de las
solemnes fiestas y Conferencias que con motivo
de la solemnidad de nuestro Patrono 8. Prancisco de Sales, por todos serán celebradas. El deseo
de que nuestros bienhechores reciban más pronto
el .Bolstin, nos lo impide; pués sale con anticipación
de las máquinas. Esta súplica la hacemos extensiva
á todos los casos semejantes de los meses venideros.
N E C R O L O GI A
Maerte del Sr. D. Ignaeio Bem'tez.
Puebla de Jos Angeles (Méjico),
diciembre 4 de 1894.
S r . D. M ig u e l R oa ,
Pector Jfayor de la Pia Sociedad
de S. Prancisco de Sáles.
Turín.
A madísimo P a d r e :
El día 2 de diciembre ha sido para mi corazón
y para toda esta Casa salesiana un día de grande
tristeza, pués en la tarde de este mismo día, á
las 5 li2, falleció, en el seno de la Sta. Maare
Igesia católica, después de haber recibido de una
manera muy edificante todos los auxilios de la
Religión, el Sr. D. Ignacio Benítez. — Su enfer
medad, muy penosa por cierto, duró solamente
tres días. Su muerte ha sido la de los justos,
santa y edificante para cuantos estuvieron pre
sentes alrededor de su cama en aquellos pocos
momentos de agonía. Me cupo el dulce consuelo
de asistirle á bien morir: espiró entre mis bra
zos, estrechando sobre su pecho la amable imágen de un Crucifijo, que siempre llevaba consigo,
é invocando con amor los dulc^ nombres de
Jesús y de María Auxiliadora.
Pasó su vida derramando beneficios de un modo
muy particular entre los pobres: hasta en los
últimos momentos tuvo para cada uno de sus
parientes y amigos una palabra de recuerdo cris
tiano y de consejo. A varios, especialmente á su
hermano, no menos fervoroso católico que él, en
comendó la protección del colegio salesiano, cuya
fundación, repetía enseguida, había sido el deseo
más ardiente de su corazón, en beneficio de la
juventud desvalida, en loa últimos cuatro años
de su vida, y en aquel momento decía que moría
contento por haber visto realizadas sus queridas
esperanzas. Los sacrificios que él hizo, y única
mente él para fundarlo, han sido grandes. Nadie
le ayudó : de suerte que la fundación es exclusiva
mente suya.
4 Quién le reemplazará?... No dudo que Dios
N. Señor haya á estas horas designado el alma
generosa (y las hay muchas en esta Angélica
Ciudadj que siga la Obra santa comenzada por
el Señor Benítez. Esta es mi única esperanza y
la esperanza de muchos centenares de niños po
bres, á favor de quienes el señor Benítez se había
propuesto abrir un gran asilo, en donde se les
enseñara juntamente con el tejnor de Dios, el amor
al trabajo. Cuando en los últimos momentos le
decía yo que nuestros jóvenes internos eran ya
92 y que rogaban todos por é l, se le asomaba
á ios labios una dulce sonrisa, y los movía di
ciendo: « Ah!... bendito sea Dios: muero con
tento. »
¡ Cuantos podrían morir igualmente contentos
de haber hecho bién y haberlo visto con sus mis
mos ojos antes de morir, imitando al Sr. Benítez,
hoy de grata y santa memoria!...
Cuando á las 6 li2 volví al colegio y juntó á
todos los niños y maestros para anunciarles la
tristísima noticia, la pflicción fué general, y al
gunos niños derramaban tantas lágrimas que pa
recían inconsolables.
La mañana del día siguiente, el P. Don Simón
Visintainer fué á celebrar la misa de réquiem al
mismo oratorio de la casa del difunto y un gran
número de niños le acompañaron para recibir allí
la santa Comunión.
Al entierro asistió todo nuestro colegio. En el
Camposanto, propiedad del mismo difunto y de
uno ó dos señores más , canté yo mismo la
misa de réquiem, asistiendo nuestro clérigo el
Sr. Viaceli como subdiácono, y otro sacerdote
diocesano como diácono.
Asistieron casi todos los socios de la Sociedad Ca
tólica, de la cual era presidente el finado, y un gran
número de niños de las escuelas católicas, de las
que había sido promotor. — El duelo fné uni
versal, y en modo particularísimo de los pobres,
de quienes más que amigo fné verdadero padre.
— Todos nuestros niños se están preparando
para cantar la misa fúnebre en sufragio de la
bendita alma de su bienhechor que en paz des
canse.
— 48 —
Amadíoimo Padre, suplicóle le encomiende á
laa oraciones do todos y le beso humildémente
las manos.
Rafael M.** P iperni
El AmiffO (le la Verdad, periódico de dicha lo
calidad, on sil miinoTO del 7 do dicembro decía
lo que sigue:
La muerte de un justo.
« ICI domingo 2 del actrial, íi las cinco y media
de la tardo, falleció en el seno do la Santa Igle
sia católica ül Sr. I). Josó Ignacio Ilonítoz y Norioga.
» El pesar do todo l’ueMa os profundo ; la pórdUla quo hemos sufrido, irreparable. El Sr. Benítüz ora justo y espejo do justos. Presidente do
la Sociedad Católica, era el alma do todas sus
lovantadns empresas. Las escuelas católicas y el
Colegio Salosiano catán como huérfanos desam
parados y miden con espanto la profundidad del
mal q^uo loa ha caido encima con la muerto do
su principal sostén, do su amparo, do su mártir,
por decirlo así, jtorquo ¡cuánto y cuánto hacían
sufrir al Sr. Benítez las obras que sostenía!
» El Sr. Bonítez ora la humihiad personificada.
Todo su afán ora pasar desapercibido. Vestía con
tan suma pobreza, quo si no so supiera cuán ge
neroso ora para socorrer, so atribuiría á mezquin
dad ; poro no, quo el Sr. Benítez vestía con más
galas el cuerpo dol pobre que el suyo propio.
» Su entierro fué toda una ovación de esta
Puebla agradecida. Pobres, ricos, artesanos, obre
ros, asociaciones, corporaciones, todas las clases
sociales estaban representadas en él. Y eso que
no hubo invitacioues, ni so preparó nada, ni se
organizó nada.... ¡ y una imnonsa muchedumbre
acompañó el cadáver do aquél bienhechor hasta
8X1 x'dtima morada ! Entro éstos iba un amigo mío,
quo me probaba cuán difícil es reemplazar al
Sr. Bonítez. Quizá, me decía, quizá entre tantas
cabezas oncnuocidas como hay aqní, no sería del
todo imposible hallar alguno que se pareciese al
ilxxstro amigo que lloramos; poro yo lo quisiera
joven, aunque esto sí que no puede ser... ¡ ay!
jpor qué nuestros hijos no sirven para nada?
4Será por lo que dice Iloi’acio : Aetas parentum,
pejor (iris, tiilUt nos neqniores etc. La edad do
nxxestros padres, peor quo la de nuestros abuelos,
nos trajo más malos á nosotros que daremos la
vida á una progenie llena de vicios ?
¡ Descanso en paz el Sr. Benítez! Por fortuna
1X0 Boxnos nosotros, miserables y pobres, qxxiones
hemos do galardonar su mérito, sino xxu Dios inIhiito, rico on bondad y xnisericordia! »
B ib lio g r a f ía
liO o tiir iis popiilm*<‘ s. — Publicación semanal:
Año 1.“. N." 1." — Qxxito, Tip. Salesxana.
Nuestro proposito.
Con el título que encabeza estas lineas, nos
proponemos ^niblicax* periódicamente una serie do
lecturas sexxoxllus para el pueblo, á fin de preca
verlo, en lo posible, de las malas lectixras que lo
van iixfioionando y haciéndole perder ese timbre
tan le^tinxo do sxx gloriix: la Fé augusta herexlada do nuestros padres. En verdad, no puede
menos de causar espanto ese torrente de inmun
dos escritos que, ora en hojas sueltas, ora en pe
riódicos, ó en folletos y en libros, se va desbor
dando sobre nuestra Patria, cual lava infernal
que todo lo arrasa y destruye, dejando en pós do
sí desolación y ruinas, y arrebatando á las clase.spopulares el ünico remedio para sus males, el
linico consuelo en sus aflicciones, la xiltxma espe
ranza que les queda de salvación y vida.
Si los engendros del infierno, siempre divididos
entre s í, por lo que mira á sus intereses perso
nales se aúnan para mover guerra á muerte á.
Cristo Señor nuestro y á su Iglesia santa, ¿ha
brán de permanaeer inactivos y mano sobre mano
los hijos de la luz, y dejar que el lobo rapaz les
arrebate las almas de sus hijos, de sus herma
nos?... En esta contienda de Belial contra Jesús,
¿ será de almas nobles y de corazones generosos
el volver la espaldas en lo más crudo del com
bate, y desertar do la bandera de la Cruz ? No
sólo los geixeralos y oficiales sxxperioros deben ter
ciar en la lucha : los simples soldados són los
quo nutren el fuego y deciden la victoria, obe
deciendo á sus jefes.
Unáxuonos también nosotros, que ya es llegado
el tiempo de defender palmo á palmo el terreno
do nuestras sagradas creencias, bajo la égida de
nxxestros Pastores, y alentados con su ejemplo.
No incumbe sólo á los sacerdotes del Señor el
salir á la palestra: todos los fieles estamos obli
gados á defender nuestra Religión sacrosanta, y
á conservar incólumes sus imprescriptibles dere
chos. Nxxestros adversarios emplean la prensa como
arma de ataque y de desmoralización; empleé
mosla los católicos como arma de defensa y de
moralización. Demos á la propaganda de las sanas
lecturas la importancia y difusión que le dan las
naciones que han experimentado ya, y experi
mentan cada día sus benéficos resultados. Vayan
en buén hora los periódicos de grandes columnas
y de elevada polémica religiosa, á ilustrar á 1j<s
clases pudientes y á lucir en los salones las galas
del ingenio ; lancemos nosotros nuestras hojas di
minutas, derramémoslas á manos llenas, sin per
donar sacrificios, en el taller del artesano, en el
hogar del menestral, en el tugurio del deshere
dado de la fortxina, y hasta en los bancos de la
escxxela. Abramos los ojos de las turbas, arran
quemos la careta con qxie se dxsfrazaix los pre
suntos amigos del pueblo; demos á este, en po
cas líneas, lectxxras iustruotivas de purísima moral
cristiana y llenas de poderoso atractivo, y logra
remos sixx dxxda, en ixxxestra humilde esfera, medinxxto la ayuda de Dios y la protección de su
Madre Sautísima, por cuya gloria trabajamos,
contribuir á la salvación de nuestros hermanos,
á la salvación de nuestra amada Patria, librán
dola del cataclismo con que la .amenazan las sec
tas que, cual aves de rapiña, se albergan en los
, lóbregos y espantosos antros do las tinieblas.
Noviembre 15, de 1894.
£]1 IV a tu p alísm o e n la seg:unda E n s e
ñ a n za ó Beñexiones sobre la reforma introducida
en ella por el Sr. Groisard, por D. J. M. Orti
T Lara — Catedrático de Metafísica de la Uni
versidad Central y Miembro de la Academia Ro
mana de Santo Tomás de Aquino.
Un opxxscxilo de 52 páginas, 0,75 pesetas. Socie
dad Editoríal de San Francisco de Sales, Bolsa,
lo, prnl. Madrid.
Con aprobación de la Antoridad Eclesiástica - Gerente JOSÉ GAKBUfO.
T txrín — T ip o g ra fía S a le s ia u a ,
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Baenos-Aircs — LIBRERIA SALESUÜíA — Sarria (Barcelona)
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lUs dificultades. — ¡Pero si yo no tengo/é! Yo qui
siera practicar mi religión, pero no puedo, por
el P. D. Damás S. J.
La Lámpara del Santuario. Novela moral religiosa
por el Emmo. Cardenal Wiseman. ¿ Say un Dios
que cuide de nosotros y de su Iglesia f por Mñr.
do Segur.
La té y la Ciencia moderna por el mismo.
Los Viajeros del Ferrocarril, seguido de la Vida de
la Pastorcita Santa Germana Gousin por el Pbro.
Francisco Butiña de la Compañía de Jestís.
Vida de San Luis Gonzaga por el K. P. Rivadeneira.
Los Muertos y los Vivos. Conferencias acerca de las
comunicaciones de Ultratumba por el P. Matignon.
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Lecturas recreativas por el P. Luis Coloma.
Vida de Sania Rosa de Lima por el P. Pedro Riva
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Las siete maravillas de la Virgen del Valle por el R.
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el B. P. Francesia.
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Yo he sido impío. Revelaciones espiritistas y ma
sónicas por José Huei-tas Lozano.
El Dios de otro tiempo por Conrado de Bolanden.
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Opúsculos de propaganda contra el protestantismo.
Los verdaderos amigos del Pueblo por el Il.°'‘* S.r
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Don Bosco y su Obra por el Il.“®Obispo de Milo,
hoy día de M á la g a ............................... 0 60
Don Bosco por el Doctor Don Carlos D'Espiney,
C ablero Gran Crm de la Orden pontificia ae
San Gregorio Magno. Acaba de publicarse la
segunda edición española muy aumentada y re
visada con todo e s m e r o ..................» 3 —
Principios Elementales de Gramática Latina, por el
Presbo Salesiano Don Celestino Durando: tra
tado el más sencillo, metódico y práctico para
alcanzar el conocimiento de dicho idioma, y
que ba sido aplaudido por excelentes latinistas
y maestros.
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La Casa de la Fortuna, Drama del Presbo. D Juan
Bosco................................................. > 0 40
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castellano de las lecciones, espístolas, evange
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cada función, recientemente publicada en los
Talleres de Sarriá. En tela pts. 1 25. En piel
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hecha con no menor gracia que naturalidad y
sencillez, por el Presbo. Don Juan Bosco, y en
la cual se manifiesta cómo un niño recogido de
la calle llegó á ser uno de los alumnos más aventajados y virtuosos del Oratorio Salesiano
de Turín, donde murió en olor de santidad.
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Culpa y Perdón • Seyano. Son dos de los dramas más
acreditados del muy distinguido escritor Presbo.
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La Virgen de Don Bosco, por el Presbo. Don Camilo
Ortúzar. Preciosa colección de gracias y favo
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.i•.^
La Tipojíiafía Salesiaiia de Sarriá-Barceloiia acaba de publicar la tercera edición. Es
una obra do sumo interés, la que recomendamos de un modo especial á los señores Pá
rrocos y personas dedicadas al espinoso cargo de instruir á la juventud, no siéndolo menos
á. toda suerte de personas, y mayormente ú los padres de familia. El piadoso autor ha
üspuesto con claridad, no sólo las ensenaiizas do nuestra santa Eeligióii, .sino que. (“on
acierto', lia reunido varíado.s y preciosos ejemplos que alientan á practicar la virtud.
« El Catecismo constituye el fundamento indestmctible do la educación cristiana. En
él se resuelven todas las grandes cuestiones y se enseñan los más sagrados deberes 5 es d
hizo misterioso que une al hombre con Dios, el cielo con la tierra^ el tiempo con la eternidad
■<P a ra facilitar su conocimiento nada más á propósito que añadir los ejemplos á la
doctrina. Las palabras mueven : los ejemplos arrastran. El camino de los preceptos es largo
y penoso, el de los ejemplos corto y agradable. Nuestro Señor sembraba de parábolas sus
cnseñafizas.
El Catecismo explicado con ejemplos que annnciauios, tiene, pues, el objecto propuesto.
Constituye un tomo de 1010 páginas, y se vende al jirecio de 4 ptas. en rústica, y O encuadeniado.
AL C I E L O
por el Presb
POR
MARIA
Don CAMILO ORTÜZAR,
lie Ib Pía SocicOad de San Francisco de Sales.
Tip. Salesiana Tiirín. E n rústica
. . . .
P ts.
1.
BOLETIN SALESIANO
AÑO X. - N. 2.
K-P 0
—
Publicación mensual
Rev.“ '' Sig R ettore
—
FEBRERO d9 1895
14-7
Ospizio del Sacro Cluore
Via Porta S. Lorenzo 42
ROM.-V
-
Texto
-
AÑO
X.
_
N. a
-
P u b lio n c iú n m e n s u a l
-
PERRERO
«le
1 »? »5
lO L E T ffl
SALESIMO
El peligro, Padre Samo, está en la continua diíuslñn de libros Infames; y para poner coto á Uimaíio
maJ. yo no veo otro remedio, que la fundación de
una imprenta csU^lica. puesta bajo el patrocinio de la
Santa Sede. De esta mauera, no haciéndose esperar nues
tras respuestas, podremos con mayor veutaja descender
aJ campo de la lid y responder con feliz éxito i las
provocaciones de los apéstoles del error.
(Salb*)
No se engadarfa mucho quien intentara atribuir prindpuliiiente a Ja prensa malvada lodos los malea pre
sentes, asi como la deplorable condlcién de las cosas
a la cual hemos venido a panr. Los escritores católicos
deben con todas sus fuerzas valerse de la imprenta para
bien de la sociedad.
.
r
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el
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8i
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el
‘ a*
Haber conocido á Don Bosco equivale á haber
conocido al hombre de Dios, en quién replandelos caracteres de la Santidad j conocer su
Obra es lo mismo que tener clara idea del re
medio providencial que Dios nos ha deparado,
en los tristes dias que alcanzamos, para con
jurar la grán crisis social, que es causa de los
temores, de los recelos, de las angustias, y de
los acontecimientos borrosos que, en nuestra mis
ma ciudad, triste y recientemente hemos pre
senciado.
La obra de Don Bosco es obra de caridad
salvadora que transciende del individuo que la
recibe, á la Sociedad que se hace digna de sus
beneficios.
Obra que debe su nacimiento en nuestra tierra
á la poderosa iniciativa y acrisolada caridad de
xma ilustre dama, de santa memoria ó impere
cedero recuerdo, cuyo nombre vá unido á todas
las instituciones de caridad, muchas de las cua
les la deben su existencia y todas su eficacísima
cooperación j nombre, así mismo, vinculado al
alivio de un número sin número de necesidades
á las que con mano pródiga y el amor de madre
socorría. Séame lícito este sincero desahogo, hácia
la que no supe qué más admirar, si la bondad
de corazón, la claridad de inteligencia, la energía
de voluntad, el espíritu de sacrificio, la profun
dísima humildad, todo realzado por una piedad
acrisolada que recordaba y ^recuerda la vida de
las almas más privilegiadas.
La Obra de Don Bosco, como obra de Dios,
ofrece el carácter de la fecundidad. Nacida en
tre nosostros hace poquísimos años, se ha exten
dido considerablemente y en proporción muchí
simo mayor que la de loe reducidos medios con
que se cuenta para sostenerla.
lios Talleres Salesianos de Sarriá y el Afilo de
San José de Hostafranchs, bién lo sabéis Señores,
constituyen verdaderos umbráculos de la fé, co
bijados por María Auxiliadora, en los que sólo
se respira el suave ambiente de la virtud.
Los allí acogidos oran, aprenden y trabajan :
Oran, principalmente, por sus favorecedores j aprenden, ante todo y sobre todo, los deberes que
tienen para con Dios , para consigo y para con
el prójinjo ; trabajan, para hacerse un día, úti
les á si mismos, á sus familias y á la sociedad,
que tan necesitada se halla de obreros que, re
conociendo la santidad del trabajo, lo miren como
providencial y amoroso castigo impuesto por Dios
á todos los hombres, para hacerlos ^dignos de
eterno galardón.
Los niños que han recibido los beneficios de
la Obra de Don Bosco, en las casas de Sarriá y
de esta ciudad, durante el año que termina, han
sido en número de 1.398, habiendo excedido de
150.000 pesetas la suma que ha importado su
mantenimiento, vestido, educación é instrucción
en los estudios y en las artes y oficios á que se
dedican. Sólo délos 1.398 niños asilados, 166, re
sidentes en los talleres de Sarriá, han contribuido
con la módica pensión de 25 pesetas mensuales,
á sufragar gasto tan extraordinario, quedando,
£or tanto, un déficit considerable.
Don Bosco, con mirada providencial, no des
conoció las grandes dificultades con que, por falta
de medios materiales, habla de tropezar la Santa
Obra que acometió por inspiración de Dios. Para
subvenir á tan grave dificultad, y siguiendo el
ejemplo del Patriarca de Asís y del exclarecido fundador de la Orden de Predicadores, ins
tituyó una Orden tercera que la constituyen los
Cooperadores Salesianos.
Hombres y mujeres de toda condición y de
todo estado, con tal qi\e sientan amor al prójimo,
por amor de Dios, pueden alistarse á dicha mi
licia y con BUS oraciones y con sus limosnas, con
su palabra y con su ejemplo coadyuvar á la 0bra Salesiana, ora contribuyendo á los esplendo
rosos cultos que tributa en sus iglesias á Dios la
Congregación j ora ayudando á sostener las casas,
escuelas, talleres y esteblecimientos por aquella
erigidos, ora, en fin, socorriendo á los misioneros
para que vivan en las inhospitalarias tierras que
evangelizan.
Pío IX, nunca bastante llorado , y León IXIII
jamás encomiado como piden sus merecimientos,
amaron con amor intensísimo á Don Bosco} re
conocieron ser su Obra extraordinaria y sobre
humana y abrieron los tesoros de las celestiales
gracias á favor de la que constituyó el delirio
de Don Bosco, delirio sublime, cual el de Colón
al soñar un nuevo mundo al través de los mares
para agregarlos á los dominios de Cristo. Más
que delirio, locura fué la que tuvo D. Bosco
para su Obra; locura de amor para la salvación de
los infelices niños huérfanos y abandonados, lo
cura cual la de Teresa de Jesús y Francisco Jar
v i e r l a de la Beata Margarita y Estanislao de
Kostha j locura de todos los Santos j de todos los
mártires que morían riendo , locura del mismo
Cristo que realizó el más grande de los sacrificios
á impulso de infinito amor.
Pío IX y León XIII han enriquecido con innu
merables indulgencias los actos todos de piedad
y caridad que practiquen los Cooperadores Sale
sianos, á fin de estimularlos para trabajar y tra
bajar asidua y eficazmente á favor de la Obra
Salesiana. Para esto nos hallamos aquí reunidos
pués el fin de la presente velada no se limita al
sorteo de los objetos que, cual aguinaldo de Na
vidad, nos ofrecen loe niños asilados en los Ta
lleres. En manera alguna, Señores; nos hemos
reunido, yo el*primero, para reconocer que no
hemos hecho á favor de la Obra de Don Bosco,
lo que de los caritativos sentimientos de los bar
celoneses tenían derecho á esperar, ayer su insine fundador y hoy sus muy dignos hijos.
Bién sé que podréis objetarme que son muchos
los que piden y, desgraciadamente, pocos los que
dán, á lo que contestaré que es de oportunidad
suma la limosna con que contribuimos al soste
nimiento y desarrollo de la Obra Salesiana, pués
al favorecerla construimos un antemural que de
fienda á nuestras familias y á nuestra propiedad ;
de suerte que el auxilio que se presta á loe Salesianos, se asemeja al que demanda el ejército
que defiende nuestras fronteras, por cierto terri
blemente amenazadas por los que, con infernal
rabia, maquinan contra el alcázar de nuestra fé,
á la par que contra el Santuario de nuestras fa
milias y la propiedad de nuestros bienes. Al ha
cer bién á los Salesianos no olvidemos que, aparte
del galardón que espera á los que practican la
caridad, construimos potente para-rayos que nos
defienda de las chispas que se desprenden de las
densísimas nubes que sobre nosostros se ciernen.
Días, por cierto, muy adecuados y oportunísi
mos para ejercer la caridad son los en que nos
encontramos. En víspera del nacimiento del Niño
Dios, reeordemoB que i>obre en el Portal de Be
lén , recibió los dones de Pastores y Beyes para
enseñamos que la limosna pueden y deben ha-
— 32 —
cerla, en proporción á sua medios, todas las cla
ses sociales
Veamos, Sres. y dignos Cooperadores, en los
talleres de Sarriá y en el Asilo de Hostafranclis,
nuevo Belén en que pobre se halla nuestro buén
Dios, en la persona de los huérfanos allí acogi
dos, y prescindiendo de algo de lo mucho que,
aupérfluamonte gastamos, máxime en estos dias
en que el lujo y la gula, con el mayor descaro,
insultan ú la miseria, ofrezcámoslo á los pobres
niños, que por sus manos lo recibirá Dios, rena
ciendo en nuestros corazones y colmándolos de
sus colcstialoB gracias.
Antes de terminar, permitidme, Señores, que os
trasmita, por mi conducto, la sincera felicitación
que 08 dirigen los Salesiauos y sus amados niños.
Tened la seguridad que siempre, y especialmente
durante estas festividades, aquellos en el Santo
Sacriflcio y estos en sus comuniones y plegarias
l)üdirán á Dios, por conducto do María Auxilia
dora, os derramo toda suerte de venturas, que
es, sin di8])uta, la miís tierna y oíicaz felicitación
que pueden enviaros.
lio dicho.
Mas para toda esta misión que se han im*
puesto los Salesiauos, misioneros ciertamente
enviados A civilizar en pueblos civilizados,
se ha menester de recursos con que los reli
giosos no cuentan.
Todas las personas distinguidas que se
reunieron ayer en el Instituto de Bou Bosco
hubieran podido ell-as so las, comprometién
dose A dar para el Oratorio una cantidad
mensual, sacar de apuros á los buenos Padres,
que se hallan realmente en la penuria, por
no poder pagar algunos de los gastos que
se han hecho, y por no poder tampoco hacer
obras muy necesarias.
No pedimos grandes donativos; pedimos
únicamente que las personas humanitarias,
las que rezau todos los d ía s , como las que
de tarde eu tarde entran en los tem plos,
todas las gentes de buena voluntad que de
sean el bié^ii de sus seméjantes y, sobre todo,
el bién de los pobres, acudan A comprome
terse en una suscripción á favor del Instituto.
i No babrA en Santander mil personas que
puedan dar una peseta al més? i No habrá
otras mil que puedan dar dos reales men
suales? ¿No habrá dos mil que se puedan
SANTANDER
desprender de un real todos los meses? Pués
hagan un bién A los pobrecitos niños que
reciben educación en el Instituto Salesiano,
1 A loí*< c t t i ó l i c o s M a ii ta n d e r i n o s .
enviando su nombre á estas listas que abri
' Puros en nuestras ideas sin mixtiflcacionea mos de suscripción benéfica. Nosotros nos
y sin tram pa ni cartón, no somos, en verdad, lanzamos á esta obra de caridad. Abrimos
do la gente más atendida, y no es, lo con una suscripción por cuotas de dos reales
fesamos, Ijü Ucgión Cántabra el periódico mensuales, pudiendo las personas que ten
que en Santander más se lee.
gan á bién contribuir al sostenimiento del
¡Quó s e 'lia de liacer! Nosotros nos re Instituto Salesiano, enviarnos solamente un
signamos á eso y á más, y continuamos h a apunte con su nombre y el número de las
ciendo sacriñeios para que no les falte un cuotas porque se inscriben. Las listas se las
periódico sano á los que nos lean.
enviaremos A los Padres, que se encargarán
P or esa razó n , dudamos que el llama de efectuar la recaudación.
miento que vamos á hacer aquí á la caridad
Bogamos encarecidamente A nuestros lec
del vecindario resulte eficaz; pero no en tores que patrocinen y favorezcan la idea, y
esta duda nos abstendremos de cumplir lo hagan circular este número por enti’e sus
que entendemos uu deber nuestro.
parientes y amigos, ó iudiquen A todos la
Sabemos donde estorbamos y sabemos obligación en que estAn los buenos católicos
donde nos admiten, y allí donde nos reciben de ayudar A la obra iniciada.
con agrado, esperamos que se oiga nuestra
La Región Cántabra se suscribe por diez
voz débil.
cuotas mensuales, que suman cinco ‘pesetas.
> E n el salón de recreo del Instituto de los
Queda abierta la suscripción en la admi
Salesiauos se celebró ayer una función á la nistración de este periódico, Vad-Ras, 3, y
que asistieron multitud do personas, entre esperamos que eu las carteras de cuantos
ellas muy distinguidas. Allí se vió quó in lean esto número.
fluencia ejercen en la juventud estos buenos
{La Región Cántabra^ enero-2-95).
Padres, que han arrancado A las coucupisceucias, A los atractivos de la taberna y I >j
11>•“« j i 'í A * ‘
y,vi Ijj' iji IIII
del baile A cientos de jóvenes. E n vez de
pasar estos muchachos horas que les sobran
en malas tareas, se instruyen allí en muchas
artes útiles A la vida, y A la par se acos
tumbran A honestas diversiones. Los fines
del Instituto son laudabilísim os, y nunca
Buén día fué el de ayer para los niños
nos eunsai'omos de elogitvr al muy digno acogidos en este benéfico Instituto. Por la
Prelado de esta diócesis por haber contri mañana, como habíamos anunciado, cantó
buido eficazmente A que se estableciesen aquí misa el nuevo presbítero del Oratorio Don
esos buenos Padres.
Santiago Bernabé, que fué apadrinado por
En el Oratorio de Don Bosco
I
1
— 33 —
a1
señor Don Angel Jado Acedo
tinguida esposa doña P ü ar Canales de M o .
La fiesta fué solenmisima, cantando U
preciosa misa de S. José del
¡
Sago Costamagna y
vrqo del Exorno. Sr. Obispo Dr. D. Juán
Cagliero, Vicario Apostólico de la Patagonia,
los niños que asisten íi las clases del In sti
tuto , V pronunciando un elocuente sermón
alusivo al acto el reverendo Padre Mmervino, de la Compañía de Jesús.
La orquesta, muy numerosa, se componía
también de ñiños del Oratorio.
La concurrencia, muy distinguida.
Por la tarde tuvo lugar la función dramá
tica, que también anunciamos, representán
dose « La adoración de los pastores » y
« Los tres jibosos de Egipto. » , ., .
Los ióvenes intérpretes de las obntas íueroii muy aplaudidos. El amplio salón del
Instituto Salesiano era insuficiente para con
tener á todas las personas que acudieron a
la función, y que desde mucbo antes de em
pezar ésta, se agolpaban á las puertas del
edificio. La concurrencia, de la cual formaba
parte numerosa, la gente menuda de muchas
distinguidas familias, rió los chistes de las
obras°y pasó agradablemente la^tarde viendo
convertidos en actores á los ñiños que acu
den á recibir educación en el Instituto. Tan
estrepitosas fueron las manifestaciones de
regociío, que el mismo « Luzbel », á poco
de haber salido por un escjotillón, tuvo que
mandar callar al respetable público.
En los intermedios tocó diversas piezas
de su repertorio la banda do los iiiuos salesianos, que ha adelantado mucho en estos
últimos meses.
La fiesta resultó para los pequenuelos y
para los mayores deliciosa. La presentación
del « nacimiento » resultó bién, en una bo
nita decoración de bosque, completándose el
cuadro con los personajes que tomaron parte
en la obra.
Terminó la función á las siete, saliendo la
concurrencia muy complacida.
Los niños salesianos disfrutaron ayer de
uua abundante y buena com ida, de que
pocas veces pueden disfrutar por la penuria
en que se halla el Instituto. Por la tarde
se les (lió una merienda.
{La Atalaya).
La Befjión Cántabra termina así la casi
símile relación que hace de esta fiesta:
« Después de la anterior breve reseña,
solo nos ocurre decir: si estos frutos obtienen
al presente los P P . Salesianos, con poquí
simos recursos y en locales no del todo apro
piados, iq u é no será cuando tengan con
cluido el grandioso edificio que tienen co
menzado en el A lta, con destino á escuelas
y talleres t >
Poco ascendiente tenemos en Santander
—lo confesamos—’>ara interesarle en favor
de tan benéfica obra. Sin embargo, y por lo
que valga no tenemos inconveniente en ase('urar—tal es nuestra creencia—que es una
de las que más v en tajas, sobre todo mo
rales, puede ofrecer á esta ciudad, y que en
tal concepto todos tenemos obligación de
contribuir con nuestro óbolo á que se reauoe
pronto. >
PORTUGAL
Los Salesianos en Braga.
E n el anterior Boletia dábamos á nues
tros lectores la noticia de la apertura de la
primera casa salesiaiia en Portugal. Las p ri
meras noticias que de allá hemos recibido,
sóii las que se nos comunican en la carta
que á continuación publicamos.
D. R ú a :
Me he retrasado algo en escribirle, por
que deseaba tomar antes alguna idea del
Colegio, que se llama de 8. C í^tano.
Al segundo día de nuestra ^ lid a de B ar
celona, llegamos por Madrid y Salamanca ,
á Braga. Llegamos por la tarde y en la es
tación nos esperaban todos los alumnos del
colegio con el excelente Sr. Dr. D. F ran
cisco de la Cruz , que hasta ahora ha^dirigido el colegio, varios sacerdotes y sen ores
y numeroso pueblo deseoso de ver á los Sa
lesianos á quienes desde tanto tiempo es
peraba y de quienes varias veces han hablado
los diarios. El edificio del Colegio estaba
iluminado como en las mayores solemnida
des y al entrar en él fuimos saludados con
los dulcísimos acordes de la banda de la
casa. E n todos loa rostros se retrataba la
más grata emoción y la espresión sincera de
gratitud y estima á loa Salesianos
A nte Jesús Sacram entado, á cuyos piéa
nos dirigimos para rendirle las debidas gra
cias, yo, todo conmovido, tomé la palabra ;
lea di las gracias por el solemne recibi
miento que nos liabían dispensado, les sa
ludé en nombre de D. Rúa y de todos los
hijos de D. Boaco y les expliqué el fin que
nos habíamos propuesto al dirigirnos allí,
es á sa b e r; ser, aunque superiores, los ami
gos de aquellos buenos jóvenes y los cola
boradores de la óptima persona que liasta
entonces había gobernado la casa.
Le be dicho, buenas jóvenes y óptima per
sona / y en verdad, los 149 internos que hay
en la actualidad, de los cuales unos estu
dian y otros tra b a ja n , repartidos por los
talleres de sastrería, zapatería y carpinte
ría, y a existentes, son verdaderamente bue
nos; esto redunda en honor de los ex(»Ien! tes maestros que hasta ahora han tenido y
A
m a d ís im o
P
a d re
— 34: —
especialmente de su santo Director el Padre
Francisco de la C ru z, de solos treinta y
cuatro anos ^ pero tan rico en virtud, que
en Braga suele llamársele el Padre Santo.
Es un acabado modelo de humildad, obe
diencia y piedfid; basta mirarle para que
dar edificados. Desde que hemos llegado se
nos profesa de palabra y con sus hechos
súbdito sumiso y tan dispuesto á obedecer,
(jue casi nos hace salir loa colores á la cara,
de santa emulación. Sírvase N. Señor con
solarlo siempre y fortalecer su delicada
salud.
No só cómo explicarle la mucha fama
que nos ha precedido, la grán estima que
todos nos profesan y las esperanzas que
ponen en nuestra obra. Desde que llegamos,
no hemos parado de recibir visitas. Ayer,
nos visitaron en corporación las señoras que
forman parte del Apostolado de la Oración;
hoy, todo el Seminario, compuesto de más
de ción clérigos, con su venerando Director;
después, otros Institutos con sus respectivas
bandas, muchos señores y señoras y un gran
numero de eclesiásticos..... varias de estas
personas nos han hablado de otras casas
que desean confiar á los Salesianos, estando
itiuy animados á pagar inmediatamente el
viaje á cuantos salesianos D. Itúa estuviera
dispuesto á mandar á Portugal. Uno délos
diarios de Oporto anunciaba hoy que el P.
Sebastián Vasconcellos pasaba á Braga á
visitar á los Salesianos. Si no me equivoco,
es el mismo que con tantas ansias nos es
pera en Oporto.
Nosotros, por nuestra parte, hemos hecho
las visitas que debíam os; visitamos, ante
todo, al Arzobispo Primado, que nos recibió
muy cordialmente y nos recomendó saludá
ramos de su parte á D. Kúa. E n la primera
ocasión, pasjiremos á Lisboa á visitar al
Nuncio Apostólico.
Muchas otras cosas podría aún decirle,
bién de nuestros caros jóvenes ó bién de
estos beneméritos Cooperadores ; mas hago
punto para no retrasar más la salida de esta
carta.
_ Encomiéndenos, amadísimo Padre, á N . Se
ñor, y bendiganos á todos pero en particu
lar modo á su
4.
IVH. Kn d B oU tin d« Kncro y en 1« página 3, linea 43, primcia
columna, pusimos inadwrlidamento, hablando de esto raso.
iS 9 3 , debiendo sor ÍS94.
.—
M ÍIJIC O
S o le m n e in a u g u r a c ió n d e lo.s n u evo s
T a lle r e s S a le s ia n o s en la c a p ita l.
Los Salesianos de Méjico, después de ha
ber seguido los pasos con que el Oratorie
de Turín.principiaba, pués han tenido quo
residir sucesivamente en Santa M aría, en
la factoría de la Ascensión y en la colonia
de Santa Julia, se hallan por fin definitiva
mente instalados en la nueva y grandiosa
casa, aún no acabada, que merced á las li
beralidades de aquellos distinguidos señores
Cooperadores, han podido levantar 'en muy
breve espacio de tiempo.
La posición topográfica de la casa'es magniñea ; pués se halla enclavada en una vasta
llanura que rápidamente se va poblando
situada al noroeste de la ciudad de Méjico.
Dos lineas férreas la cruzan, la una que
lleva á los Estados Unidos y la otra que
llegará muy pronto hasta el Occéano P a
cífico.
El 9 del pasado junio, celebrándose la fiesta
de María A iixüiadora, Monseñor el Arzo
bispo de Méjico, bendecía solemnemente las
máquinas que Ja egregia munificencia de
nuestra Cooperadora Sra. Doña Isabel Lo
zano, Vda. de Betti, regaló á la casa.
Sublime y solemne fué el momento en que
S. Illma. aproximándose al motor dió el pri
mer impulso al regulador. Silvó el vapor,
crugieron los ejes y al punto toda aquella
maquinaria, confundiendo sus monótonos r u
mores con los acompasados ecos de la banda
que daba al aire sus armónicos acentos, se
puso en movimiento y comenzaron los tra
bajos. El numeroso público que presenciaba
el acto se hallaba muy conmovido y no me
nos lo estaban los Salesianos.
Las notables palabras que el Superior de
dicha Casa dirigió á la comuirrencia momentos
antes del acto, las transcribimos á continua
ción para conocimiento y satisfacción de
nuestros caros Cooperadores.
Palabras del Presbítero Angel J. Piccóno, Director de los Ta
lleres Salesianos, en la bendición solemne de las máquinas,
para los mismos Talleres, dada por el limo, y Reymo. Sr.
Dr. Próspero M. Alarcón Aiíobispo de Méjico, el 9 de junio
de 1894.
E u la fiesta de San Francisco de Sales
del ano próximo pasado, la Bendición de
Dios pasando por las manos sagradas de
nuestro amadísimo Prelado consagraba la
primera piedra del Asilo Salesiano. Admirémos. Señores, la potencia y fecundidad de
la Bendición divina. Apenas h a pasado un
año, cuatro meses y diez días, y ya tenemos
aquí catorce amplios salones, cinco grandes
piezas, siete talleres, dos clases, una banda
de música y sesenta niños qne reciben el
alimento del cuerpo y el del alma, albergue,
instrucción y educación conveniente ú su
estado social.
' A quién, después de Dios, debemos todos
estos beneficios? A vosotros, Señores Coo
peradores y Señoras Cooperadoras, á- vos
otros, que con tesón digno de la causa que
protegéis habéis dado razón á vuestro P as
tor cuando proclamaba « la caridad virtud
proberbial de ^Mejicanos. »
Sí, Señoras y Señores: con la generosidad
que habéis manifestado hacia este Asilo,
habéis probado que si Aléjico puede dispu
tar con Chile la primacía en la virtud de la
religión entre los Estados americanos , nin
guno puede competir con él en el ejercicio
de la caridad cristiana. ¡ A h ! ¡ cuando se
piensa que en esta tierra de bendiciones, la
Iglesia , el clero , el culto divino , los San
tuarios, la euseñaiiza católica, los asilos para
la niñez y la ancianidad desvalida , todas
las obras pías viven.de la caridad particu
lar, y que esta después de haber hecho
tanto bién en su casa halla todavía recur
sos para hacerlo en países lejanos, sube es
pontáneo del corazón á los labios el grito
entusiasta de viva Méjico , patria de la ca
ridad cristiana en la más vasta acepción de
la palabra!
Y ahora nos hallamos aquí otra vez reu
nidos en torno del Príncipe de la Iglesia
Mejicana para admirar otro rasgo de gene
rosidad , para aplaudir un nuevo acto de
esta inagotable caridad, que raya en muni
ficencia, para invocar las bendiciones divi
nas sobre estas m áquinas, dádiva esplén«lida de una de las mejores hijas de esta
tierra bendita, que derrama por doquier el
rocío benéfico de su tierno amor á sus her
manos desamparados, escondiendo su mano
bienhechora en los pliegues de la más pro
funda humildad evangélica. Pero su humil
dad no acallará la voz de la g ratitu d , que
prorrumpe en un viva fragoroso á la señora
Betti, á la modesta, á la par que munífica
bienhechora del pueblo y de la Iglesia.
Y si alguno me preguntase para que ser
virán estas máquinas en un establecimiento
servido por sacerdotes, yo le contestaría qne
el Sacerdote católico no está reñido con la
mecánica y que cuando esta bamboleaba en
los jiasos vacilantes de su niñez, un monje
sacerdote, Gerberto, que fuó Papa con el
nombre de Silvestre I I , le infundió vigor
con invenciones asombrosas no sólo para la
edad media, sino para la presente 5 contes
taría que el sacerdote Alberto Magno, maes
tro de santo Tomás de Aquino, había cons
truido un autómata que pronunciaba una
frase en veinte idiomas: autómata que con
todos los adelantos de la mecánica no se
sabe ahora reconstruir 5 contestaría que esa
máquina de vapor, que tantas maravillas
produce en este fin de siglo, reconoce por
padre á un Jesuíta italiano, Francisco Lana
quién hizo los primeros experimentos con e
agua evaporizada un siglo antes que nacie
ran W atth y Stepheusou; contestaría con
los nombres inmortales de Bocearía , Castelli, Cavalieri, Denza, Embríaco, Grimaldi,
Secchi, Spiua, Zamboni y de otros á cente
nares , sacerdotes católicos todos é hijos de
aquella tierra privilegiada, que es la patria
del P apa y de Cristóbal Colón.
Estas máquinas servirán aquí para pro
porcionar á los niños enseñanza, trabajo y
pán, para despertar en ellos el amor al es
tudio y á la aplicación, para transformar
esas avispas zumbadoras de las calles en
abejas obreras del grande colmenar humano.
Enseñando estas máquinas á nuestros n i
ños les dirém os: He aquí lo que puede la
razón humana desarrollada con la atención
y ejercitada con el estudio y el trabajo: ob
servad lo que producen el capital y el tr a
bajo armónicamente asociados: admirad la
sabiduría de Dios que del mal aparente de
la diferencia de clases h a sacado el bién
real de la industria y civilización.
A nuestros niños que tienen los honores
de la pobreza, según la gráfica frase del
P apa León X III, en su alocución á los pe
regrinos españoles , enseñaremos á respetar
y amar á loa que tienen las prerrogativas
de la opulencia y usan bién de ella según
las lecciones del Evangelio, y aun cuando
el rico no merezca respeto por su orgullo,
lujo y despilfarro, por su ociosidad y sus
cráp ^as, por su indiferencia y egoísmo, por
su desprecio de toda ley divina y humana,
les enseñaremos á no envidiarlo, sino más
bién á compadecerlo, y les recordaremos las
sentencias de Jesucristo: ¡A y de vosotros
los ricos! (Luc. v i, 24). Mas fácil cosa es
pasar un camello por el ojo de uua aguja,
que entrar el rico en el reino de Dios.
(Luc. VI, 10).
Les enseñaremos que el origen más noble
de la riqueza es el trabajo honesto, inteli
gente, perseverante j pero que no existe el
derecho al trabajo, sino el deber del trabajo
para todos, ricos y pobres según su condi
ción, porque el trabajo es uua ley penal
impuesta por Dios al hombre como castigo
del primer pecado. Les ensenaremos que es
una utopía la limitación del día de trabajo
á ocho h o ra s, porque su mayor 6 menor
duración depende del clim a, del sexo y la
edad y de la forma de la industria. Les en
señaremos que las huelgas son una culpa
por el desorden y un error por la falta de
producción que disminuye la riqueza p ú
blica y con ella los jo rn ales; que el descanso
festivo es una obligación y una necesidad
religiosa, moral, higiénica, económica; que
el obrero tiene tres buenas amigas que lo
ayudarán á volverse acomodado, sino rico,
y son la economía, la moralidad, la religión
y que la economía tiene por enemigos el
— 36 —
juego, la lotería , la embriaguez y el vicio.
Les ensenaremos que el único (jomunismo
posible es el de los conventos y que fuera
de estos el comunismo es el medio debacer
con un to d o , útil á u n o , una porción de
pedazos pequeños que no sirven á nadie.
Les enseñareinos la asociación bajo la
égida de la religión como el mejor medio de
defensa en la opresión, de auxilio en la des
gracia, ,de emulación ú la virtud y al per
feccionamiento.
Les inspiraremos el deseo de adquirir con
sus ahorros una propiedad raíz , por pe
queña que s e a , porque el obrero que se
vuelve propietario ya no será socialista y
la propiedad es un capital que asociado con
el trabajo produce la riqueza.
A ün de que no desfallezcan en su ruda
tarea, les pondremos delante de los ojos al
Divino Obrero Jesucristo; les haremos in
vocar todos los días al P adre nuestro que
está en los cielos. Padre de pobres y ricos,
pero mús inclinado á los pobres; les hare
mos coiitlar en la maternal Providencia Di
vina , cuando hayan hecho por su parte
todo lo que pudieren; les hablaremos á. me
nudo de las esperanzas sobrehumanas y de
la patria celestial y los alentaremos al bión
con la oración y los Sacram entos, fuentes
inagotables de fuerza moral.
Este es nuestro program a, Señores, pro
grama que esperamos cum plir, con la gra
cia de Dios, según las enseñanzas de nuestro
Padre Don Bosco, programa que formará
del obrero no el anarquista feroz y deses
perado, sinó el más üel servidor y amigo de
la sociedad y de la Iglesia.
Y ahora sóame permitido recomendar una
vez más á vuestra eficaz protección , limo.
Señor, Señores y Señoras, nuestra humilde
obra. Gracias á Dios y á vosotros , algo se
ha hecho, pero mucho más es lo que queda
por hacer. Aquí se han de alojar, alimentar,
instruir, recrear quinientos niños, y al pre
sente , apenas si caben sesenta. Faltan tres
cuerpos de edificio y todo el segundo piso
pura completar el magnífico plan de nuestro
valiente y caritativo ingeniero Don Antonio
Torres Torrija; falta la iglesia capaz de
tantos n iñ o s; falta la casa de las Herma
nas; falta trabajo para estas mismas má
quinas que hasta ahora no podían necesa
riamente producir otra cosa que gastos.
Más que nunca necesitamos vuestra pro
tección, Señorea Cooperadores y Señoras
Cooperadoras; la necesidad de socorrer y
educar los niños pobres en Méjico es ex
trema, todos lo sab en ; pero no todos saben
que más de mil se nos han presentado en
poco más de un año pidiéndonos el pan del
alma y el del cuerpo.
Más que nunca necesitamos vuestra pro
tección en estos días cuando lloramos la pér
dida de nuestro experimentado consqjero,
sincero amigo, decidido bienhechor al p a r
que cariñoso padre D. Eduardo Zozaya. Él
también debía formar parte en vuestras fi
las , Señores Padrinos; él había aceptado
con todo el entusiasmo de su acendrado
amor á la Obra Salesiana la participación
á esta humilde fiesta, pero este asiento en
lutado 08 dice que su alma ya no pertenece
á la Iglesia militante, sino, como esperamos,
á la Iglesia triunfante , donde habrá reci
bido el premio de su caridad.
A vosotros, pues, Señores Padrinos y Se
ñoras Madrinas , pertenece el mérito y la
honra de representarlo y de sustituirlo; ú
vosotros la imitación de sus nobles ejem
plos de generosidad en favor de la clase
más desam parada; á vosotros la continua
ción de su o b ra; á vosotros la dicha de
verla concluida, como pedimos á Dios.
Y ahora descienda abundante y santificadora Vuestra Bendición sobre estas máqui
nas, Reverendísimo Prelado: V uestra Ben
dición es la de Dios, y así como aquella que
derramásteis sobre la primera piedra de este
edificio le infundió una fecundidad asom
brosa, comunique Vuestra Bendición á estas
máquinas insensibles , v id a , fuerza , movi
miento, actividad, trabajo, p ara la gloria de
Dios y para el bión de sus hijos predilectos,
los niños pobres y desvalidos.
u m m DE CHILE
La escuela de agricultura de Helípílla.
El pueblo de Melipilla y la sociedad dej
Santiago se aprestan para celebrar el do-i
mingo una fiesta que es justo motivo de re-|
gocijo para cuantos se interesen por el bien
estar de la clase obrera y el progreso de
nuestro país.
Mediante los esfuerzos verdaderamente
dignos de elogio del señor presbítero Doii
Manuel de la Cruz Flores y el celo y acti
vidad de los miembros de la Congregación]
Salesiana, se ha logrado levantar en Meli
pilla una escuela práctica de agricultura.
E ra una necesidad largo tiempo sentida
la de tener en Chile un establecimiento para
dar educación práctica á las numerosas per
sonas de nuestras clases pobres que se de-:
dioaii á los trabíyos agrícolas.
Chile es un país eminentemente agrícola;
su mayor riqueza está en sus tierras culti
vadas cada día con mayor esmero.
A medida que la propiedad se subdividej*
y que las exigencias del progreso sóu ma-^
yores, se hace necesario im plantar en nues-K'
tros campos procedimientos más modernos,^
sistemas que faciliten los cultivos y aumeu-^''
ten y mqjoren la producción.
— 37 —
Nuesti’oa agriciüLores iio puedeu ser yii
los sencillos labradores de otros tiempos, sin
más conocimientos que el arte de trillar
con yeguas y manejar el viejo arado de los
tiempos coloniales.
Hoy la maquinaria se b a introducido en
las haciendas desde el arado americano hasta
la trilladora y hasta el motor que dá vida
á los aparatos de lechería j de vinicultura y
cién más.
Un obrero del campo necesita ahora cono
cimientos que antes no le exigían y un grado
de cultura general mucho más elevado.
Mayor es aún la necesidad que se siente
de que haya personas debidamente prepara
das para ejercer los cargos de administra
dores ó mayordomos, ya en fundos donde
se cultiva el trigo, ya en otros donde es la
vina el principal interés, ya en bosques
donde se esplotan las maderas.
La Escuela Práctica de A gricultura de
Melipilla llenará esas necesidades y propor
cionará á las faenas agrícolas de Chile obre
ros instruidos, administradores inteligentes,
personas, en fin , dotadas de las aptitudes
necesarias para que sean prenda de pros
peridad en el fundo que las ocupe.
La circunstancia de ser los Padres Salesianos, los activos hijos de Don Bosco , los
directores de la nueva escuela, es una ga
rantía de su éxito y de que su porvenir está
asegurado.
El pueblo de Chile lo sabe ya demasiado
bién : donde quiera que los Salesianos han
puesto el esfuerzo de su celo cristiano y su
enérgica actividad, las obras de enseñanza
popular prosperan y viven protegidas por
Dios, mediante la intercesión del venerando
fundador Don Bosco.
Testigos de estos hechos son las Casas
Talleres de Sautigo, Talca y Concepción,
doud^ los Salesianos enseñan oficios á miles
de ñiños pobres, preparando así obreros que
sean orgullo de este país.
Con razón, pués, la sociedad de Santiago
se prepara para acudir el domingo próximo,
18 de noviembre, á la ceremonia de inauguraClon de la escuela de agricultura de Melipilla.
El Hustrísimo y Reverendísimo señor Ca®^^ova bendecirá la nueva institución.
El Presidente de la República, don Jorge
M ontt, honrará el acto con su presencia,
llevando la aprobación de los poderes pú
blicos á aquella obra consagrada al bién del
pueblo y de la patria.
1£1 « T o r i l l o . » — Después de cerca de
un mós de vitye regresó, en la noche del
sábado 3 de noviembre, el vapor « Torino, »
de la casa M. Gilli, de su viaje á Río
G ran d e, al sur de bahía San Sebastián,
punto en el cual los P P . Salesianos de P unta
Arenas han establecido una misión y^van
á establecer una hacienda lanar.
Xva misión de Rio Grande estáTsituada en
territorio argentino de Tierra del Puego,
habiendo concedido el Gobierno de esa R e
pública 20 leguas á los P P . Salesianos para
fundar allí un asiento de misiones para ci
vilizar á los indios onas.
Como un año atrás, los P P , Salesianos
fundaron la misión y el « Torino » les ha
llevado ahora una gran cantida de madera
y víveres para aumentar los edificios y pro
veer á la alimentación del personal de ella.
— {Pl Magallanes).
U n a r e t r i b u c i ó n . — E l Gobierno F e
deral del Brasil reconociendo públicamente
los importantes servicios prestados por los
sacerdotes católicos durante la calamitosa
época de la revolución, ha decretado se en
tregue al R. P . Superior del Colegio Salesiauo de Sta. Rosa una respetable suma
« por haber espontáneamente cedido, sin
interés alguno, su colegio, para que en él
se instalara un hospital para recibir á los
heróicos defensores de Ja República , y por
los señalados servicios que estos virtuosos
sacerdotes prestaron eu días tan calamito
sos, socorriendo á los enfermos, no sólo con
los consuelos de la Religión de que són
dignos m inistros, siuó también con todsi
suerte de solicitudes, cuidados y otros be
neficios materiales que la caridad cristiana
inspira. — ¡ Qué será que todos y sólo los
sacerdotes católicos són siempre y en todas
partes lo mismo; desinteresados ^ hasta de sn
ptypia vida, y heróicos cuando se trata del
bién de sus sem ejantes!
V S' V ' */ / \ * •' 's' V ” V V
.
. . .
..
. ,
NOTICIAS DE LOS MISIONEROS
3D E
I D O l 'T
B O S O O
TIERRA DEL FUEGO
Misión de Nuestra Sra. de la Candelaria.
r tu ita r « n a 8 , ^0 d e a b ril d e 189Í,
Amigo del Pueblo^ noviembre 17-94).
A
(Se continuaráJ.
•
m a d ís im o
S
e
. D
on
R
u a
:
¡ Bendito sea el Señor en su infinita mise
ricordia y bendita la cara memoria de nues
tro llorado Don Bosco que previó lo que
debía suceder en esta Misión, á la que nin
guno aten d ía! — V. sabe, amadísimo Padre,
que en junio del pasado año hicimos una
— 38
penosa y costosísima esi>edición para fundar
una estación en el centro de la Tierra del
li’ueífí» y las niuclias dificultades con que
hubimos de luchar. N. Señor lia bendecido
y coronado nuestro esfuerzo con un muy
consolador éxito. Le adjunto la siguiente
carta de Don Beauvoir en la que me anuncia
la llegada de ciento nctenta Indios, cuyo núinoro aum entará, Dios m ediante, al verse
tan bióii recibidos y tratad o s, ayudados en
su pobreza y en la educación de sus liijoa y
defendidos (joiitra la avaricia délos que vienen
en busca de oro y de los pastores que llegan
hasta el punto de matarlos para poder más
libremente perpetrar otros mil ilícitos abusos.
.S«‘
l Insistí sobre la
prudencia y precaución de estar armados y
prevenidos cuando se habla con los Indios
y de no dejarse rodear demasiado. Entonces
el animoso Bonchi x>ara quitarnos toda in■quietud : « Padre , dijo , no tenga miedo :
María Auxiliadora nos ha traído á todos
estos Indios y Ella los mantendrá pacíficos.
T además... no estoy yo con mi b arb a!... »
Al salir de la reunión, estábamos mucho
más animados que antes.
Al día siguiente principiamos á tener en
nuestra pequeña cap illita, adornada del
mejor modo i)osible, el Santísimo Sacramento,
nuestro iinico conforto y fortaleza. Si alguna
vez en mi vida he orado con devoción, ha
sido sin duda en aquella ocasión, viéndome
rodeado de tanta gente y con tan grán res
ponsabilidad.
Lon ludios comprendieron las circunstan
cias en que nos hallábamos y principiaron
a cazar, á pescar, á recojer una cierta yerba,
a cojer algunas raíces..... volviendo siempre
cargados.
Por la tarde se reúnen jiara las oraciones
y para una corta esplicación del catecismo,
que se les trasmite por el intérprete. — Se
^ n ta , se reza y vamos marchando bién. —
Don Delturco y el catequista, hablándoles,
les dicen que tengan paciencia, que tan
pronto como se pueda se les fabricará una
grán casa para cada u n o , y después otra
mucho más grande p ara sus hijos ó hyas y
que vendrá mucha gente.
A l domingo siguieute bautizamos al p e
queño Indio recojido sobre la playa de San
Sebastián en el setiembre pasado, y, según
su deseo, lo llamamos Pedro y le pusimos
por apellido Gama, nombre del río que corre
junto á dicha playa. Los Indios tenían fijos
los ojos observando todas las ceremonias.
Les dirijí la p a la b ra , que período i)or pe
riodo iba traduciendo el in térp rete, y por
cuanto v i , parece que tan solo compren
dieron que aquella función era una grán cosa.
Concluida la función , les regaló galleta ,
confites y otras cosas, y en señal de fiesta
al anochecer se quemaron algunos fuegos
artificiales, que habíamos traído de Puntarenas, lo que llamó mucho la atención de
todos, y especialmente de los niños, á quie
nes Don Delturco explicaba por señas lo
que eran.
E l día 27, á eso de las 11 , los ludios
vieron venir del septentrión á otros salvajes
y decían que eran muchos. Inmediatamente
se reunieron junto á sus cabañas y se pre
pararon á la defensa. Después de tres horas
llegaron seis. ¿Sabe quién venía entre ellos!
E l indio Benizio, el mismo que en el pasado
marzo no quiso seguirnos más adelante.
Estos formaban la v an g u ard ia, y venían
para saber cuantos éramos y para avisarnos
que vendrían también ellos con sus familias.
E l 28 los esperábamos á todos, pero no
llegaron hasta el 80. E ran como las diez de
la mañana, cuando sentí vocear en las ca
bañas ; miro desde la v e n ta n a , y veo á los
hombres en pié con el arco y flechas, des
pués correr como hasta unos doscientos
metros, aquí se detuvieron unos veinte y
los otros continuaron hácia el norte. ¿ Qué
IJasa? pregunté al intérx>rete y sin esperar
respuesta corro á alcanzar á los que so h a
bían detenido. E ntre estos estaba el capitán,
joven de 20 á 30 a ñ o s, de unos dos metros
de alto, de carácter sencillo y bueno, al que
pregunté si venían ludios. Me respondió que
eran muchos los que venían ; y luego se
pusieron á correr jiara unirse con sus com
pañeros. Entonces vuelvo corriendo á casa,
hago ensillar un caballo y en seguida les
alcancé á todos. Por medio del intérprete
hize comprender al capitán que no quería
pelearan, y que se volvieran todos á nuestro
campamento para recibir g a lle ta , carne y
otras cosa. To fui el primero en hacerlo;
mi ejemplo fúé seguido por to d o s, pero no
quisieron entrar en sus cabañas hasta que
no hubieron fijado el sitio para los que liegaban, á^unos 300 metros de distancia de
sus cabanas. Son 150, así que entre estos y
los que ya estaban son más de 350. Se pre
sentaron en nuestra casa, se les distribuyó
galleta y carne, y se consumió entre ellos
una grande olla de judias, patatas y harina.
Principiamos ya á enseñarles las palabra
42 —
más necesarias, y parece que las aprenden la educación de la juventud y la evangeüzación de los pobres salvajes que cubren de
con facilidad.
Venga á vern o s, amado Don F ag n an o ; una punta á otra este inmenso territorio.
Los Gobiernos de otros paises de América
socórranos y p ro n to , pués en pocos días
quedará todo consumido, y tal vez no po apelaron al inhumano medio de destruir
dremos hacer comprender á esta gente que á los pobres Indios con la metralla, cazán
nos faltan víveres. Confio que la Providencia dolos como si fueran fieras hasta en las más
y su grande amor á los Indios nos mandarán ocultas cavernas de las montañas; mas el
Paraguay providencialmente los h a dejado
prontos socorros.
Cierro esta recomendándola al Angel tu siempre vivir en paz, de modo que forman
telar de la Tierra del Fuego, para que ayude diversas tribus divididas en diversos sitios y
á las personas que la llevan. Eeciba los sa florestas, desnudos, ignorantes y desgracia
ludos de estos hermanos, de los ayudantes dos, esperando un alma buena que les lleve
y también de estos Indios que lo aman sin la luz del Evangelio.
No se puede andar por los caminos sin
ceramente por el empeño que siempre V . de
ver algún grupo, medio desnudos, andrajo
mostró por su conversión.
sos, que llevan de una á otra parte el espec
táculo de su horrible m iseria, vendiendo
Su Devino, en el Señor
algún tejido de hojas de palma ó de otros
J osé B b a u v o ir , Pbro.
juncos, ó también ofreciendo alguna piel de
fiera ó plumas de pájaros.
Aquí en la misma Asumpción, sobre la
ribera izquierda del Eío P araguay, acampa
una pequeña tribu, completamente apartada
de la ciudad por costumbres, religión y len
gua. Tienen una especie de sacerdote-mago
que preside los actos más importantes de
la
vida, nacimientos, matrimonios _y sepul
M oiiH . TjIiíh
e ii la c a p ita l
turas con ritos y ceremonias estranísimas.
d e la K e p ú b lic a d e l P a r a g u a y .
A la otra parte del río, en frente á la
misma ciudad, acampan otras muchas tri
A m a d ís im o P a d r e ,
bus. Figúrese que todas estas regiones, hasta
Asuinpción, 19 Mayo 1894.
las faldas de la Cordillera de Bolivia, no
Heme aquí en el Paraguay, en esta tierra cuentan ni siquiera una ciudad, ni una al
suspirada de tantos corazones Salesianos, y dea de gente cristian a: el suelo se halla
en cuyos sitios se abrirá sin duda el campo todo cubierto de tribus errantes, en general
más vasto ó la laboriosidad y al celo de de índole humilde y dócil. ¡ Oh, cuántas con
quistas se podrían hacer, cuántos pueblos
nuestra Congregación.
He recibido cordiales recibimientos de la nuevos se podrían unir á la gran familia
Autoridad. El Excelentísimo Presidente de la cristiana, si tuviéramos Misioneros y medios
Eepública, señor Ju an González, mandó al adecuados á la necesidad!
P or otra parte la necesidad de hacer algo
Comandante del Puerto á recibirme á bordo,
el cual me condujo á tierra en su barca de gala. por la juventud de este país es grande. V.
E n el muelle me esperaba la carroza del se sabrá que esta Eepública del Paraguay ha
ñor Presidente, la del Embajador argentino sostenido por sí sola una guerra gigantesca
y otras más que nos condujerou al palacio contra los Estados aliados de Brasil, A rgen
del señor Ministro de hacienda, que se nos ce tina y Uruguay, por espacio de seis años.
A pesar del insuperable heroísmo que mos
dió gentilineuLe para nuestra morada.
E n el muelle se hallaba también el Eev. traron tanto los hombres cuanto las muje
Señor A rrúa, administrador de la diócesis, res, debió sucumbir á la grán masa de los
con su secretario, el Héctor del Seminario, ejénútos invasores, ñié saqueada, destrui
Padre Montagna, muchos sacerdotes y gran da y dispersa. Desde esta fecha (1870)
pueblo. El mismo día por la tarde ñií á vi h a hecho grandes esfuerzos para levantarse
sitar al señor Presidente, que me recibió de ta n ta postración, para reorganizarse, y
cordialmente, me presentó ó su egregia fa sus esfuerzos hacen esperar días m ejores;
milia y después se dignó acompañarme á píe mas por ahora tiene una gran necesidad
hasta mi habitación en unión con el Minis de ser ayudada á formar nuevas genera
tro de cultos, el senador Idiranda, y otras ciones.
P or esto es de gran importancia fun
Agilidades del Clero.
Los diarios de la capital han publicado la dar cuanto antes un asilo para niños po
hermosa nota, en la que el Eminentísimo bres, alguna colonia agrícola para los jóve
Cardenal Bampolla prometía el año pasado nes embrutecidos por las campiñas. ¡ Oh, lloro
trabajar vivamente junto á T . en nombre de corazón al ver tantas miserias sin poder
del Santo Padre, á fin de que se extendie las poner remedio p ro n to !
En tanto que me estoy lamentando por
ra á este país la obra de Don. Bosco para
— 43 —
la escasez de personal, el Señor me hace
pasar por una nneva praeba. Bn estos días
(14 mayo) la mnerte inesperadamente se apoderó de nuestro amado Don Carlos Ci
priano, Director del Colegio de las Piedras,
sqnel que hacía mis veces en el ü ru g n ay
durante mis largas escursiones. Nació en
P ront (Piamonte) y vistió el hábito de nues
tra P ía sociedad en 1870, haciendo los san-
deramente grande y fervorosa, ejemplar en
todos sus actos, el Inolvidable Don Cipriano
era amado y venerado de todos por su p ru
dencia y experiencia j y ahora el Señor nos
lo h a quitado para siem pre!! Nuestros
novicios y aspirantes, ¡ cómo llorarán la pér
dida dolorosa del que les era guia segura
en la perfección y tiernísimo P adre I
Lo recomiendo á sus oraciones y á las de
EL MISIONERO SAIESIÁNO D. MILANESIO
de vaelta de ima de sus misiones a los Indios.
toSí votos perpétuos cuatro años después.
Ordenado sacerdote en 1875, partió con la
cuarta expedición de nuestros Misioneros en
1879. Después de haber sido modelo de obe
diencia en varias Casas de la A rgentina, fué
mandado á Montevideo, donde fué muchos
años activísimo Prefecto del Colegio Pío de
Villa Colón. De allí fué promovido al cargo
de Director de la Casa y Noviciado de Las
Piedras, que convirtió en un verdadero ja r
dín de toda hermosa virtud, con su palabra,
y mucho más con su ejemplo. Alma verda-
todos nuestros amados hermanos, y ruego á
V, quiera reforzar nuestras filas, yá dema
siado claras.
Me ofreció V. que, cuando hubiera llegado
entre los pobres salvajes, me habría soco
rrido con buenos Misioneros; y ahora heme
circundado de centenares de tribus salvajes
que invocan auxilio. Se hallan tanto en el
alma cuanto en el cuerpo, en la más espan
tosa y repugnante ‘m iseria, es necesario al
zarlos de la postración en que se hallan,
bacerlos hombres y cristianos y tal vez án-
— 44 —
geleS) en virtud é inocenoia. Por gran suerte
aquí no reina la poligamia y nos será fácil
reducirlos al suave yugo del Evangelio.
Apelo per lo tanto á su buén corazón en
favor do esta grande obra y al de nuestros
jóvenes hermanos que aspiran á recoger p al
mas y laureles en el campo de las Misiones.
A ellos están abiertas las puertas del P a ra
guay, del Gran Ohaco y del Matto Grosso.
[ Adelante, ó valientes I Los Ángeles de estas
ilorestas ha }^a dos mil años que os esperan,
Don Bosco os sonríe y anima desde el
Cielo. No tardéis más, y nuestros buenos
Cooperadores os armen con su caridad de
los medios necesarios á tan gran empresa.
Yo doy las gracias anticipadas á todos es
tos nuestros Bienhechores y los bendigo con
toda la efusión de mi corazón.
Con gran estima y veneración me profeso
de V., veueradísimo Padre,
Affmo. y Obligadísimo en el Señor
LUIS
Obispo de Trípoli.
V \
\
V
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA
\
de haber bendecido y rogado por la enferma,
la aconsejó se trasladara al altar de la
Virgen, recitando un Ave María á la V ir
gen Auxiliadora y, si era posible, oyera la
santa M isa, que hacía celebrar. A sí lo
hizo. Apenas term inada la santa M isa,
dicha enferma declaró á su esposo, allí pre
sente, que se sentía mucho mejor y con un
gran deseo de andar y de comer, cosas que
hacía mucho tiempo no podía hacer. Y j oh
prodigio! A la voluntad correspondió la
fuerza; y después de haber salido del San
tuario andando sin ningún apoyo y habiendo
comido con escelente apetito, probó la ale
gría de poder volver á su propria habitación
completamente san a, y atender, como atiende con sus maternales cuidados, á los
afanes domésticos y á la cristiana educación
de su joven familia, con grande estupor del
módico que la asistía y de todo el pueblo.
E n prueba de su imperecedero reconocimiento
á María Santísima Auxiliadora ella presentó
una pequeña limosna para su Santuario y
me ruega hacer publicar en el Boletín Salesiano la gracia obtenida.
Pbro. J u a n M a e i a P r i g a e z i
Brev. V. F. y Cooperador Salesiano.
S iíau d elu za (M o n fe rra to ), 28 d e M ayo 1994.
*
*•
U n a n o v e n a d e o r a c io n e s . — En
¡ C iiú ii b u e n a e s M a r í a ! — Desde que
el
pasado julio y agosto me sobrevino una
se hallan entre nosotros las venerandas Hijas grave
enfermedad de la que el médico tenia
de María Auxiliadora para la dirección de este pocas
esperanzas de que curara. Con gran
nuestro Asilo infantil, parece que María Santí fe recurrí
á María Auxiliadora, con una no
sima haya levantado aquí el trono de sus mater
de oraciones y prometiendo una limos
nas gracias para aquellos que á E lla recurren nvena
a á su célebre santuario de Turíu. ; Oh
en sus mayores necesidades. E n confirma bondad
la Santísima V irg en ! el primer
ción de lo que digo valga el hecho siguiente día de ladenovena
principié á mejorar y ahora
que tiene verdaderamente algo de prodigioso.
U na tal Paulina Macchia, esposa de A n me hallo bastante bien. Por lo que me apre
á mandar mi pobre limosna de 50 P ts.
selmo Cario, de esta parroquia, fué asaltada suro
de una enfermedad interna, que la debía sin Me recomiendo á las oraciones de los niños
del Oratorio, y ruego se publique esta en el
duda llevar á la tumba, siendo imposible toda Boletín
Salesiano.
operación quirúrgica. Agrabáudose siem
G - P e d u z z i.
pre más el m al, le fueron administrados
C om o 8 d e s e tie m b re d e 1894.
los santos Sacramentos y le fué dada la
bendición papal. E n aquel momento me viuo
«*
á la mente la santa inspiración de proponer
C
o
ii
liu
n
x
a
e
n
M
a r í a . — U na enfer-^
á la moribunda recurrir á Alaría Auxilia
medad
nerviosa
agravó
de tal modo á mi
dora con la x)romesa de ir á su Santuario
de Valdocco, apenas pudiera allí trasladarse. hermana que la ciencia médica se declaró im
Dicho y hecho. Después de pocos días nues potente, corría peligro su vida. Habiendo yo
tra enferma desde su ciisa era trasladada en leído en el Boletín Salesiano los numerosos
brazos á la carroza; })rimenimente en esta y milagros que la Virgen Santísima obra cada
después con el tram vía llegó hasta Turíu, y día, recurrí lleno de confianza á tan piadosa
aquí ftió de nuevo ti'asportada en brazos á Madre esperando que mediante su protec
la sacristía del Santuario de Talaría A uxilia ción obtendría un milagro. Y lo obtuve: en
dora, donde ñié presentada al Revmo. Su dos días mi hermana curó ¡ Gracias á María
perior Mayor de los SiUesiauos D. Miguel Auxiliadora! Quiera ella continuar su po
Rúa, para que la diera la bendición de Ma tente protección sobre nuestra familia.
ría Auxiliadora. El dignísimo sucesor del
J o E a E D e s c o t ic h .
inmortal y venerando Don Bosco, después
A t« p o 2 d e .iollo d e 1894,
M a r í a S a n t ís im a A u x l i a d o r a s a
lu d d e l o s e n fe r m o s . — Sobrevino á
mi querido tía Isabel Oalderoni una grave
pulmonía que en breve la redujo al punto
de muerte. Una tarde el médico la halló
muy grave y dijo que temía no llegara á la
mañana siguiente. E n tan apurado caso se
invocó con grán confianza á María Auxiliardora, hácia quién la enferma tenía una tierna
devoción y cuya oleografía había colocado
á la cabecera de la cama, para que la de^
fendiera y protegiera en su enfermedad.
María oyó nuestras oraciones. Aquella mis
ma noche q u e , según previsión del mé
dico debía ser la última de su vida, fué el
principio de una crisis benéfica que la sacó
de peligro. El médico á la mañana siguiente,
contra todas sus esperanzas, la halló toda
vía viva y afirmó que la enfermedad había
tomado un buén aspecto, y lleno de m ara
villa: « Señora, la dijo, yo no esperaba vol
verla á ver y por el contrario la hallo al
gún tanto mejorada y espero que curará.
Ciertamente la Virgen h a intercedido por
V. » Desde entonces ha ido siempre mejo
rando y al presente está casi completamente
restablecida. Eeconocida por el favor reci
bido, da públicas gracias á María Santísima
Auxiliadora, invitando á todos los que se
hallan en cu^quier necesidad á recurrir lle
nos de esperanza á su potente patrocinio.
sentir por todo el mundo, que Maria es mi
gran Consoladora! — Todavía he obtenido
otro señaladísimo favor por intercesión de
María Auxiliadora en favor de mi hijo
Ju an Carlos. Vuelto de la Germania y hallán
dose sin ocupación alguna, yo le indicaba
se buscara algún em pleo, en tanto que
rogaba á M aría para que nos ayudara en
tal necesidad. U n día, fuera de casa, oigo
decir á una amiga que había una vacante
aqui en Turín apropósito p ara mi hijo. Sin
pérdida de tiempo hago que mi Ju a n Carlos
presente su petición ; mientras yo á los
piés de la Virgen A nxliadora la suplico y
la ruego quiera ayudarnos. Y l^Iaría nos
ayudó. L a petición de mi hijo, todavía no
conocido en Tiirín y sin protección alguna
humana, con la potente intercesión de M a
ría fuó antepuesta á todas las otras peticio
nes en número de ciento veintinueve; y ahora,
gracias á María por esta y por las anterio
res gracias obtenidas mediante su potente
intercesión, cumplo el voto hecho de hacer
las publicar en el Boletín Salesiano.
A
N O T IC IA S
A > 'd r é s B E L T E A m P b r o .
buena es María Auxiliadora! ¡Cúan bién
sabe consolar el adolorado corazón de una
madre! Tres años hace, mi hija Elvina su
frió una terrible enfermedad que terminó en
locura. Grandemente adolorada por tal des
gracia, recurrí llena de confianza á la A u
xiliadora de los Cristianos, á la Consoladora
de los afligidos, para que se dignara enju
gar mis lágrimas, obteniendo del Señor la
salud para mi pobre hija. ¡ Oh bondad de
María! Después de dos meses de descon
cierto, mi Elvina recobra su prim itiva lu
cidez de mente y una salud tal, como si no
hubiera nunca estado enferma. ¡ O h , gra
cias infinitas sean dadas á María Santí
sima! — Mas en el octubre pasado pare
cía que mi pobre Elvina volviera á la lo
cura. E lla misma, notándolo por algunos
signos externos, con las lágrimas en los ojos
me anunciaba la gran desgracia que le ame
nazaba. Pero no; María no consentirá que
se me renueve tan grán dolor. E lla que ha
probado los desvelos de una m adre, fuó
pronta á oír mis súplicas, y alejó pronta
mente tal desgracia de mi hija. ¡ Oh-, cuanto
reconocimiento debo á María S antísim a!
Si me fuera dado, quisiera gritar y hacerme
M
adon
-Z e
x i.
V A R IA S
Desagravios.
Valajíliee - Tarín 4 de julio de 1894.
U n a m a d r e c o n s o la d a . — ¡Oh cúan
xa
Tarín, ^ de junio de 18ái.
Sabido es de todos los innumerables pecados
que en estos días de carnaval se cometen, así
como también las solemnes funciones religiosiiS
ue con S. D. M. de manifiesto, en las iglesias
e todas las partes de España en dichos tres días
se celebran para desagraviar en parto al Señor
de esos pecados. No so nos oculta que nuestros
muy queridos Cooperadores y Cooperadoras están
muy lejos de asistir ni aún contribuir en lo más
miuimo á las inmundas bacanales de estos días.
Permítannos sin embargo poner aqní, por si esto
Boletín cayera en manos de quién lo necesitara,
tres medios que nos parecen muy á propósito
para desagraviar dignamente á N. S. Jesucristo
de tanta injuria como recibe. Ante todo, no con
tribuyamos ni permitamos contribuyan nuestros
dependientes á ninguna manifestación del car
naval. En segundo lugar, demos siempre, pero
en modo especial estos tres días, generoso al
bergue en nuestro pecho á Jesús sacramentado;
allá en el sagrario nos aguarda. Los verdaderos
amantes, cuanto más injuriada vén á la persona
amada, tanto más se esfuerzan en manifestarla su
amor. Hagamos por último, cosa del templo, y si
nuestras ocupaciones nos lo impiden , hagamos
templo de nuestra casa, y que las frecuentes y
fervorosas jaculatorias que elevemos al cielo, su
plan los ejercicios de reparación que haríamos si
asistiéramos al templo. No puede Dios mirar con
indiferencia estos esfuerzos amorosos de sus cria
turas , por lo que estemos seguros descenderán
abundantemente sus gracias sobre nuestras ca
bezas.
2
— 46 —
Admirado el amo del cariño extraordinario
qne Tom profesaba á su snbordinado, quiso ave
Un sacerdote de Rivarole Ligure (Italia), qne riguar las razones que para ello tenia.
80 hallaba impedido de celebrar por los agudos
— ¿Es ese anciano tu padret le preguntó.
dolores neurálgicos que padecía, se curó radical
— No, señor, no es mi padre.
mente la víspera de la Concepción, mojándose
— ¿ Es un hermano de más edad que tú f
con agua de Lourdes la parte doloiúda, con cuyo
— Tampoco es mi hermano.
motivo tuvo lugar el siguiente día una solemne
—
¿ Es, acaso, tío tuyo ó alguno de tas pa
función do gracias á la Virgen Inmaculada.
rientes í pués que no me parece posible tomes tan
extraordinario cariño á nn extraño.
Lo qoe solo puede hacer la religión.
— No, mi amo, ni es pariente, ni aún amigo.
— Explícame, pués, por qué te muestras tan
ün pobre negro comprado en las costas del
Africa fue transportado á las Indias Occidentales. solícito y cariñoso con él.
— / Ü8 mi enemigo ! respondió el esclavo 5 me
Abrasó el Cristianismo, y por su ordenada con
ducta mereció la coníiauza de su dueño que le vendió á los blancos en las costas de Africa : pero
yo no puedo aborrecerle, por que el Padre misioencargaba trabajos de suma importancia.
El agaa de Lourdes.
Colcglo (le la Misión Salesiana de Puntarenas.
Un día su amo quiso comprar uua veintena do
esclavos; y dirigiéndose ou compañía del fiel
Tom al mercado, en donde los desgraciados esta
ban expuestos á la venta, ordenó á este eligiese
los que, á su juicio, habían de sor mejores obre
ros. Con sorpresa vió que Tom lo presentó entre
otros esclavos á un viejo caduco que decía era
coiivenieute comprar; el amo rehusaba liacerloy
el viejo negro no habría sido aceptado, si el co
merciante de esclavos no hubiese ofrecido darlo
á precio más bajo que el corriente, á trueque de
que le comprase veinte nuis. Su proposición fué
admitida y la venta so llevó á cabo.
Al regresar á los dominios do su principal,
Tom no cesaba de prodigar al viejo los más so
lícitos cuidados, y colocándole en su cabaña le
hacía comer con él, y cuando tenía frío, él mismo
le conducía al sol, así como cnaudo le sofocaba
el calor hacíale sentar á la sombra de los coco
teros; en una palabra, hacía todo lo que un hijo
agradecido puede hacer por el mqjor de los pa
dres.
ñero me h i dicho* Si tu enemigo ttaae hambre
dale de comer ; y si tiene sed, daleyde beber.
Boletín Salesiano Alemán.
Con sumo placer anunciamos á nuestros lecto*
ros que ni ñn han tenido plena satisfacción los
deseos de nuestros queridos Cooperadores alema
nes, pués á mediados del pasado enero salió el
primer número del Boletín en dicha lengua. Aquollos de nuestros Cooperadores que desearen
recibir el Boletín en alemán, no tienen más qne
avisarnos y serán al momento servidos.
Con esta*^ sóa ya cinco las lenguas en que nues
tro Boletín se publica, es á saber: tfalíana, «pañola, francesa, inglesa y alemana.
Confiados en la bondad del Señor y en la ca
ridad de nuestros Bienhechores, emprendemos
gustosos, á pesar de los nuevos gastos que nos
ocasiona, esta nueva publicación para contribuir
con nuestros trabajos á la difusión de la buena
prensa y á la salvación de las almas, únicos fines
nuestros.
— 47 —
Prohibición acertada.
En Alsacia Lorena, como todos los años, se han
prohibido los bailes públicos durante el Adviento
y la Cuaresma. Suiza impone la misma obligación
«n los cantones católicos. — ¿Se hace lo mismo
•en España? — Yo no lo sé, pero me parece que
no. — 4Será, tal vez, por que nuestros dignos
gobernantes no quieren privarse de tan inocente
•distracción en sus penosas tareas?
Los írntos.
27o ha mucho falleció en el hospital de Albigni un pobre anciano, víctima de los golpes que le
habían dado dos enfermeros, á quienes durante
la noche su tós impedía dormir como hubieran
deseado. — Este es el trato que dan ios enfermeros
láicoB, y esas són las consecuencias del laicismo
aplicado ó las escuelas. — Pero 4cuando que
rrán convencerse esos señorea laicistas de que
sin religión es un absurdo lo que pretenden ?
¡ Les sería tan fácil! Bastaría tan sólo que se mi
raran á sí mismos.
Congreso Salesiano.
El primer Congreso de los Cooperadores Salesianos que como ya saben nuestros lectores se
celebrará en Bolonia (Italia) los dias 23, 24 y 25
del próximo Abril, promete tener un éxito extraor
dinario. Ya se ha constituido una numerosa Junta
Promotora bajo la presidencia honoraria del Ar
zobispo de dicha ciudad, Emmo. Cardenal Do
mingo Svampa. Las sesiones prometen estar muy
animadas y concurridas. Con gusto publicaríamos
el Programa, mas no nos es aún posible por haber
sido presentado al Santo Padre para su aproba
ción. Esperamos que los beneméritos Coopera
dores españoles y americanos contribuirán eficaz
mente, al menos con sus oraciones, al feliz éxito
del primer Congreso de Cooperadores Salesianos.
Rogamos á nuestros buenos Cooperadores nos
dispensen si en este número nada decimos de las
solemnes fiestas y Conferencias que con motivo
de la solemnidad de nuestro Patrono 8. Prancisco de Sales, por todos serán celebradas. El deseo
de que nuestros bienhechores reciban más pronto
el .Bolstin, nos lo impide; pués sale con anticipación
de las máquinas. Esta súplica la hacemos extensiva
á todos los casos semejantes de los meses venideros.
N E C R O L O GI A
Maerte del Sr. D. Ignaeio Bem'tez.
Puebla de Jos Angeles (Méjico),
diciembre 4 de 1894.
S r . D. M ig u e l R oa ,
Pector Jfayor de la Pia Sociedad
de S. Prancisco de Sáles.
Turín.
A madísimo P a d r e :
El día 2 de diciembre ha sido para mi corazón
y para toda esta Casa salesiana un día de grande
tristeza, pués en la tarde de este mismo día, á
las 5 li2, falleció, en el seno de la Sta. Maare
Igesia católica, después de haber recibido de una
manera muy edificante todos los auxilios de la
Religión, el Sr. D. Ignacio Benítez. — Su enfer
medad, muy penosa por cierto, duró solamente
tres días. Su muerte ha sido la de los justos,
santa y edificante para cuantos estuvieron pre
sentes alrededor de su cama en aquellos pocos
momentos de agonía. Me cupo el dulce consuelo
de asistirle á bien morir: espiró entre mis bra
zos, estrechando sobre su pecho la amable imágen de un Crucifijo, que siempre llevaba consigo,
é invocando con amor los dulc^ nombres de
Jesús y de María Auxiliadora.
Pasó su vida derramando beneficios de un modo
muy particular entre los pobres: hasta en los
últimos momentos tuvo para cada uno de sus
parientes y amigos una palabra de recuerdo cris
tiano y de consejo. A varios, especialmente á su
hermano, no menos fervoroso católico que él, en
comendó la protección del colegio salesiano, cuya
fundación, repetía enseguida, había sido el deseo
más ardiente de su corazón, en beneficio de la
juventud desvalida, en loa últimos cuatro años
de su vida, y en aquel momento decía que moría
contento por haber visto realizadas sus queridas
esperanzas. Los sacrificios que él hizo, y única
mente él para fundarlo, han sido grandes. Nadie
le ayudó : de suerte que la fundación es exclusiva
mente suya.
4 Quién le reemplazará?... No dudo que Dios
N. Señor haya á estas horas designado el alma
generosa (y las hay muchas en esta Angélica
Ciudadj que siga la Obra santa comenzada por
el Señor Benítez. Esta es mi única esperanza y
la esperanza de muchos centenares de niños po
bres, á favor de quienes el señor Benítez se había
propuesto abrir un gran asilo, en donde se les
enseñara juntamente con el tejnor de Dios, el amor
al trabajo. Cuando en los últimos momentos le
decía yo que nuestros jóvenes internos eran ya
92 y que rogaban todos por é l, se le asomaba
á ios labios una dulce sonrisa, y los movía di
ciendo: « Ah!... bendito sea Dios: muero con
tento. »
¡ Cuantos podrían morir igualmente contentos
de haber hecho bién y haberlo visto con sus mis
mos ojos antes de morir, imitando al Sr. Benítez,
hoy de grata y santa memoria!...
Cuando á las 6 li2 volví al colegio y juntó á
todos los niños y maestros para anunciarles la
tristísima noticia, la pflicción fué general, y al
gunos niños derramaban tantas lágrimas que pa
recían inconsolables.
La mañana del día siguiente, el P. Don Simón
Visintainer fué á celebrar la misa de réquiem al
mismo oratorio de la casa del difunto y un gran
número de niños le acompañaron para recibir allí
la santa Comunión.
Al entierro asistió todo nuestro colegio. En el
Camposanto, propiedad del mismo difunto y de
uno ó dos señores más , canté yo mismo la
misa de réquiem, asistiendo nuestro clérigo el
Sr. Viaceli como subdiácono, y otro sacerdote
diocesano como diácono.
Asistieron casi todos los socios de la Sociedad Ca
tólica, de la cual era presidente el finado, y un gran
número de niños de las escuelas católicas, de las
que había sido promotor. — El duelo fné uni
versal, y en modo particularísimo de los pobres,
de quienes más que amigo fné verdadero padre.
— Todos nuestros niños se están preparando
para cantar la misa fúnebre en sufragio de la
bendita alma de su bienhechor que en paz des
canse.
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Amadíoimo Padre, suplicóle le encomiende á
laa oraciones do todos y le beso humildémente
las manos.
Rafael M.** P iperni
El AmiffO (le la Verdad, periódico de dicha lo
calidad, on sil miinoTO del 7 do dicembro decía
lo que sigue:
La muerte de un justo.
« ICI domingo 2 del actrial, íi las cinco y media
de la tardo, falleció en el seno do la Santa Igle
sia católica ül Sr. I). Josó Ignacio Ilonítoz y Norioga.
» El pesar do todo l’ueMa os profundo ; la pórdUla quo hemos sufrido, irreparable. El Sr. Benítüz ora justo y espejo do justos. Presidente do
la Sociedad Católica, era el alma do todas sus
lovantadns empresas. Las escuelas católicas y el
Colegio Salosiano catán como huérfanos desam
parados y miden con espanto la profundidad del
mal q^uo loa ha caido encima con la muerto do
su principal sostén, do su amparo, do su mártir,
por decirlo así, jtorquo ¡cuánto y cuánto hacían
sufrir al Sr. Benítez las obras que sostenía!
» El Sr. Bonítez ora la humihiad personificada.
Todo su afán ora pasar desapercibido. Vestía con
tan suma pobreza, quo si no so supiera cuán ge
neroso ora para socorrer, so atribuiría á mezquin
dad ; poro no, quo el Sr. Benítez vestía con más
galas el cuerpo dol pobre que el suyo propio.
» Su entierro fué toda una ovación de esta
Puebla agradecida. Pobres, ricos, artesanos, obre
ros, asociaciones, corporaciones, todas las clases
sociales estaban representadas en él. Y eso que
no hubo invitacioues, ni so preparó nada, ni se
organizó nada.... ¡ y una imnonsa muchedumbre
acompañó el cadáver do aquél bienhechor hasta
8X1 x'dtima morada ! Entro éstos iba un amigo mío,
quo me probaba cuán difícil es reemplazar al
Sr. Bonítez. Quizá, me decía, quizá entre tantas
cabezas oncnuocidas como hay aqní, no sería del
todo imposible hallar alguno que se pareciese al
ilxxstro amigo que lloramos; poro yo lo quisiera
joven, aunque esto sí que no puede ser... ¡ ay!
jpor qué nuestros hijos no sirven para nada?
4Será por lo que dice Iloi’acio : Aetas parentum,
pejor (iris, tiilUt nos neqniores etc. La edad do
nxxestros padres, peor quo la de nuestros abuelos,
nos trajo más malos á nosotros que daremos la
vida á una progenie llena de vicios ?
¡ Descanso en paz el Sr. Benítez! Por fortuna
1X0 Boxnos nosotros, miserables y pobres, qxxiones
hemos do galardonar su mérito, sino xxu Dios inIhiito, rico on bondad y xnisericordia! »
B ib lio g r a f ía
liO o tiir iis popiilm*