BS_1895_07.pdf

Medios

extracted text
jt ± s e

OLETIN
^ SALESIMO
El peligro, Padre Santo, eeti en la continua difu*
8l6n de libros infames; y para poner coto i tamado
mal, 70 DO reo otro remedio, que la fundación de
una imprenta católica, puesta bajo el patrocinio de la
Santa Sede. De esta manera, no haciéndose esperar nues­
tras respuestas, podremos con mayor ventaja descender
al campo de la lid y i,^pouder con feliz éxito i las
provocadones de los apóstoles del error.

(6A1.S1)

No se engañaría mucho quien intentara atríbuir príndpalmente á la prensa malvada todos los males pre­
sentes, asi como la deplorable condición de las cosas
i la casi bemoe venido a parar. Los escritores católicos
deben con todas bd” Coerzas valerse de Ja imprenta para
bien de la sodedad.
{ÍMáM XIII)

La prensa períódica sometida i la lutoridad jerár­
quica, revesticU le l espinta de Jeaoim to, viene i ser
nn poder inmenso; ilumina, sosuene la verdad, hace
desaparecer el error, salva y a g iliz a ; es una especie de
apoáoiado sobiime.

(AUaOXM)

Buenos-Aires — LIBRERIA SALESIANA — S arrií (Bareelona)
LECTURAS CATOLICAS. Publicación que se propone
exclusivamente la enseñanza y defensa de la Re­
ligión Católica mediante la difusión de libros
oiorales y amenos adaptados á la inteligencia
do todo el mundo. Cada mes sale á luz un opÓBculo do 100 á 100 páginas quo se envía á los
■efiores suscritores.

«Q la Casa Salesiana de Almagro - Buenos A im

Procío do sDscricíoD (pago adelantado).

Severino ó las aventuras de un Joven moniaiiaz seguido
de la Vida de Santa Margarita de Oortonü.
La Misa por Mñr de Segur.
La Semana Santa explicada por el abate Gaume.

En Rueños A ire s : Un año pesos m|n.
1 50
— Provincias:

— . . .
1 75
— En el extranjero:—
en oro . , 1 50
A los Señores Suscritores, que quieran consti­
tuir centros do suscrición, se les concederá un
10 X
descuento.
Para los podidos y precio de la suscrición se
ocurrirá á cualquier casa Salesiana, á los res­
pectivos agentes ó á la Direción de las Lecturas
en el Colegio F ío I X de Artes y Oficios, en A l­
magro, Buenos-Aires.
Catecismo en Ejemplos por el Pbro. Salesiano D. Ca­
milo Ortúzar. — Es una recomendable obra en
la cual no sólo se exponen con gran claridad
las enseñanzas do la religión, sino que también
con variados y preciosos ejemplos se alienta á
practicar la virtud.
Tercera edición en prensa en los Talleres SaIcsianos do Sarriá.
Manual de la Primera Comunión por el mismo autor. —
Obrita sumamente á proposito para preparar á
los niños á tan importante acto. — Tercera edi­
ción. En tela Pts. 2 00.
El Joven instruido. Devocionario muy recomendado
y dol cual so lian publicado más de cien edicio­
nes, escrito con gran esmero por el Pbro. D.
Juna Hosco.
Eiicnadernado en tola Pts. 1,00 — En badana
de color 1,25 — En vitola y con cortos dorados
2,50. — Preciosa edición de 1891. Pts. 5.
Vida de Margarita Bosco por el Presbo. D. Juan Lonioyne. Obrita en la que se roüoren cou gran
amenidad los admirables trabajos y virtudes de
aquella buena ahUviim, quo con un corazón digno
de una reina estaba escogida por Dios para
la formación dol San Vicente de Paul de uuostro
siglo.
Torcera edición. En rústica Pts. 1,00. — En­
cuadernada en tela 1,25. — En tola y cortes do­
rados 1,70.
Mes de Mirla, por el Sr. Presbo. Don Rodolfo Vergara Antúuez. Es uno de los miis preciosos y
recomendables libros que de este género puedan
encontrarse para honrar á María en el mes que
lo está consagrado. El método, la unción y pie­
dad de las oraciones y reüexiones, los benuosos
ejemplos, la amenidad y pureza de estilo, lo
hacon digno de la fama y popularidad de que
goza.
Tercera edición recién estampada en los Ta­
lleres de Sarriá (Barcelona). Precio en Europa,
Pía. — 1,00.

OBRAS PUBLICADAS 0 DE 7ENTA

¿Mi hijo fraile? Prefiero verle muerto! Memorias do
un joven contrariado en su vocación por el Pbro
D. C. M. Viglietti.
Dicha y desdicha» — Los dos caminos por Matilde
Bourdón.
Vida doi Bienaventurado Fray Martín de Forres de 1»
Orden de Santo Domingo.
Veladas de un artesano por Juan M. Pastor.
Fe y libre examen. — L¡1 Papa y el Concilio Vati­
cano. Renán—
yla Vida de N . 8. Jesucristo.
Una nueva devoción por Francisco Martinengo.
Él Cruzado. Leyenda original por Francisco Her­
nando.
El Gran Hecho. E l Mondo adora á un Judío Cruei
ficado, por G. Gaume.
El Corazón de Jesús al alcance de los niños por el
Pbro Don Ramón Barberá, seguido de L a Au­
rora de la devoción al S. Corazón de Jesús por
el P. Luís Coloma de la Compañía de Jesús.
Pilatíllo, — La Maledicencia y Periquillo sin miedo
por el P. Luis Coloma.
Vida de San Alfonso María de Ligorío por el P . Viotorio Loyodioe.
Agustín ó el triunfo de la verdadera cruz.
Valerla y el secreto por Matilde Bourdón.
Valentín ó la vocación contrariada por el Pbro Doi
Juan Busco.
Angela ó la paatorcilla de loa Apeninos por el mismo
aiitor.
Compendio de la Historia de la Iglesia por el mismo.
El Católico en el Siglo por el mismo.
El Gran Paso por el Preab.” * Francisco Martinengo.
El Arte divina de (a oración mental según San Alfonso
M. de Ligorio.
Respuestas claras y sencillas ó las objeciones qne
más comunmente suelen hacerse contra la reli­
gión iK>r Mñr. do Segur, traducción de Don Gibino Tejado.
El buen Combate de la fe por Mñr. de Segux.
De la Imitación de !a Virgen María por una monja del
monasterio de Marcbtall.
Antonio ó el pequeño huérfano de Florencia.
El Liberalismo es pecado. — Cuestiones' CancUnies
por Don Félix Sardá y Sah*any,
Josefina ó una santa de nueve años por Mñr. de
Segur seguido de la Vida de la Venerable Albin*
piadosa modista.
Los Francmasones por Mñr. de Segur.
La Gran Bestia señalada á la juventud por el Pbro
Don Francisco Martinengo.

AÑO X -N. 7.

Fablícación mensaal.

JULIO de 1895

BOLETIN SALESIANO
Quien recibiere & un niño én mi
nombre, á mi me recibe.

Debemos ayudar ñ nuestros her­
manos & fin de cooperar á la
difusión de la verdad.

(M a TH. X V III.)

a i l S . J u a n , 8.)

Os recomiendo la niñez y la ju ­
ventud ; cultivad con grande es­
mero su educación cristian a ; y
proporcionadle libros que le en­
señen á huir del vicio y & prac­
ticar la virtud.

A tien d e á la buena lectura, á la
exhortación y & la enseñanza.
( I T i m o t h I V , 13.)
Entre las cosas divinas, la más su­
blime, es la de cooperar con Dios
á la salvación de las almas.

(Pío IX.)
Redoblad vuestras fuerzas á fin
de apartar á la niñez y juven­
tud de la corrupción é incredu­
lidad y preparar asi una nueva
generación.

(S . D i o n i s i o .)

E l amor a l prójim o, es uno de
los mayores y más excelentes
dones que la divina bondad
puede conceder á los hombres.
(E l Doct. S. F r a n c . do Sales)

( L e ó n X I I I .)

-+í$( D IR E C C IO N en el Oratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32, T U R I N (Italia) )g§i“

S X J IM L A J IIO .
P r im e r C o n g r e s o I n t e r n a c i o n a l d e C o o p e r a d o r e s
S a l e s i a n o s . — Carta á Su Santidad. — Reapuetia de

León X III. — Nueva prueba de benevolencia del Papa.

PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL
de Cooperadores Salesianos.

Co n s a g r a c i ó n e p i s c o p a l d e l I l m o . S r . C o s t a m a g n a .
C o s t a m a g n a , Obiapo titular
de Colonia, en la Armenia, y Vicario Apoatólico de
Méndez y Gualaquiza, en el Ecuador.

Ilm o. S r . D . S a n t ia g o

Don R ú a e n P a l e s t in a .
E s p a S a . ilálaga. Conferencia Salesiana. — F i e s t a d e
M a r í a A u x i l i a d o r a . Málaga. — Rialp.

America. Santiago de Chile. Escuela práctica de agri­
cultura en Melipilla (continuación). — Bogotá. La
Congregación Salesiana y el Oratorio festivo de
León X III.
No t i c i a s d e n u e s t r o s

M is io n e r o s .

Miaionea Sale-

nanos de la Patagonia. Misiones. Tierra del Fuego.
Chubút. Río Negro. — Braail. Carta de Su Excelencia
Reverendísima limo. Sr. Luis Lasagua, en su primer
viaje al Matto Grosso (continuación).
Gr a c i a s d e M a r í a A u x i l i a d o r a .
Ne c r o l o g í a . D o n A n t o n io S a l a , P b r o .
No t i c i a s y V a r i e d .a d e s .

Cooperadores Saleeiauos Difnntos.

a S u is »n n tí< lu < l p o x * I o n
n e n t íH iiiio s O a i* < le iia lo H
Ilm o K .
y 0 1 > ÍK p O H « l u o a « Í H t l « í r o n a l C o h í ^x’ O S o .
B e a t ís im o P a d r e :
(POSIBLE era d u dar d e l é x ito del p rim er
C on greso d e C ooperadores S alesianos, qu e
d e todas p a rtes á é l a c u d ie r o n , h ab íeu do
sid o p o r V u estra S a n tid a d b e n d e c id o ; y a
q u e de esa A p o s tó lic a S ed e b ro ta u na sin ­
g u la r y peren ne v ir tu d , qu e adm irablem ente
a lim en ta y p rom u eve á cu anto á e lla se
a d h iere: lo q u e si en m uchas obra.s é ilu s­
tres va ro n es resplan d ece, se adm ira aún m ás
en e l fu n d a d o r d e la P ía S ociedad S alesiana,
q u e no ftie n u n ca segu n do en e l am or y
obsequio, p recio sa h eren cia qu e d ejó á sns
h ijos, h a c ía e l S uprem o P a s to r d e la Ig le s ia .
L o s deseos q u e desde ta n to tiem po a b ri­
gábam os d e re u n im o s p a ra tra ta r d e nuestros
com unes in tereses, se h an v is to , m erced á
l a bon d ad d iv in a , rea liza d o s. P o r efe cto d e
este g ra tís im o C on greso, hem os p odido tra ta r
y d isc u tir sobre la varie<iad d e la s O bras

— 146 —
Salesianaa, y h acer paten tes los frutos q iie
por la bon d ad do D io s se han y a re p o rta d o ;
y no por va n a ostentación, sino p a ra qu e s ir ­
v a n de agu ijó n á nosotros y de su ave a tra ctivo
á los dem ás. P e r o , h abiéndose presen tado á
nuestra v is ta inuciio más abundante la m ies
qu e qu eda p o r re co g er, con más decisión y
ánim o á esto hem os en derezado nuestras
m iras. L a cristian a edu cación d e la n iñez,
e l m ejoram ien to d e la clase obrera y la d i­
fu sión de la bu ena prensa, constitu yen los
p rin cip a les argum entos á qu e se en derezaron
con m a yor so licitu d nuestros consejos, sobre
lo s q u e versa ro n nuestras discxisiones y á
lo s q u e nuestras conclusiones se en ca m in a ­
ron. D e a q u í, com o m u y bien p r e v ió e l fu n ­
d ador de la O b ra, deb e esperarse e l rem edio
y la sa lva ció n p a ra la sociedad qu e se d es­
com pone. M as, siendo así qu e la ca rid a d de
aqu el va ró n de D io s, no circu n scribién dose
lím ites, n i d eten ién dose an te d ific u lta d a l­
gu n a, v o ló en socorro d e los qu e aún yacen
en las tin ieblas y som bras d e la m uerte,
nuestras solicitu des tam bién se d irig ie ro n al
acrecen tam iento d e la s M ision es en tre los
pu eblos bárbaros.
P o r lílt iin o , tratam os d e la m ism a P ía
A s o c ia c ió n d e C ooperadores Salesianos, cu ya
difu sión y p ro p a g a c ió n d e cuanta im p ortan cia
sea, á n in gu n o se le ocu lta, y a qu e d e ella,
s i bien en a p a rien cia h u m ilde, d e riv a , como
d e la ra íz , la v id a y lo za n ía d e la F a m ilia
S alosian a. A b rig a m o s firm ísim a esperanza,
apoyados en la p rotección de la g ra n M a d re
do D io s , en la d e San F ra n cis co d e Sales
y aun en la de n uestro P a d r e y F u n d a d o r
cu ya san tid ad de v id a no nos d e ja d u d a de
su au toridad y g ra c ia en los cielos y nos
d a segu ras esperanzas d e v e r le m u y pron to
e le v a d o á la d ig n id a d d e los altares, de qu e
los trabajos qu e p a ra m a y o r g lo r ia d e D io s
y sa lva ció n d e la s alm as e m p re n d im o s , no
h an d e ser in fru ctu osos en e l p o rve n ir. D e s ­
pués d e lo qu e, n ad a a firm ará m ás nuestras
concebidas esp eran zas, com o la A p o s tó lic a
ben dición de V u e s tra S a n tid a d , q u e , así
com o nos fu e d e fe liz a u gu rio al re u n ir­
nos, nos será de du lce consuelo a l sep a ra r­
nos, y la que, a rro d illa d o s á V u estro s pies,
fé rvid a m e n te O s pedim os.
Dfli’oíísí'mos y ohedienlíshnos Hijos
S ebastián, C ard . A r z o b . d e E á ven a .
B g id io , O ard. A r z o b . d e F erra ra .
D o m in g o , O ard. A r z o b . d e B o lo n ia .
A n d ré s , C a rd . A r z o b . d e M ilá n .
D a v id , A r z o b . d e T u rín .
C a rlos M ., A r z o b . d e M ódena.
B o q u e, A r z o b . d e Q u ieti.
F ra n cisco, A r z o b . tit. d e A rm id a .
A q u ile s , O b. d e A n c o n a .
Joaq u ín , O b. d e F aeu za.
L u ís, OI), d e Im ola .
V ic e n te , O b. d e R e g io E m ilia .

F é lix , O b. d e M on tep u lcian o.
C a m ilo, O b. d e F a n o .
L eo n a rd o , O b. d e M o d illa n a .
F ra n cisco, O b. d e Teram o.
Ju an B a u tista , O b. d e B o b io .
C arlos, O b. d e A v e r s a .
N ic o lá s, O b. tit. d e Sebasto.
Ju an B a u tista , O b. d e O sim o y C ín g o li.
A lfo n s o M ., O b. d e Cesena.
R o b e r t o , O b. d e M a cera ta y T o len tin o.
J u lio , Ob. d e T o d i.
P e d ro , O b. d e G u astallia.
V ic e n te , O b. tit. d e G a líp o lis .
A le ja n d ro , O b. d e C o lle.
C a rlos, O b. d e M o n tefeltro .
P a b lo , O b. tit. de R o d ió p o lis .
A n d ré s , O b. d e C arpe.
A rís tid e s , O b. de F a b ria n o y M a n telica .
R am ón , O b. elec to de F o r li.
S a n tia go , O b. elec to d e C o lo n ia , en la
A rm e n ia .

Breve de S. S. el Papa León M
en r e s p u e s t a á la a n t e r io r carta.

I j e ó n 'X J . U t P a p a -

A m a d o h ijo N u e s t r o , salu d y ben dición
ap ostólica . — G ra n d e fu e N u e s tra a le g r ía al
saber p o r tu c a rta y p o r la d e los otros
O bispos, q u e e l re cien te C on greso h a ten ido
e l fe liz é x ito qu e N o s le h abíam os au gu rado.
N o m e cabía d e esto la m enor d u d a , co n o ­
cien do tu d ilig e n c ia en d isp on er tod as las
cosas, e l celo d e lo s q u e á é l tom aron p arte,
p a ra p ro m o ve r e l b ien de l a R e lig ió n , y la
cortés h o s p ita lid a d d el p u eb lo boloués. A h o r a
lio resta más, q u e con eficaz p erseve ra n c ia
os a p liq u éis á lle v a r á la p rá c tic a las d e li­
b eracion es q u e unánim em ente habéis tom ado,
y qu e e l clem en tísim o S e ñ o r , á q u ien p e r­
ten ece d a r e l in crem en to, se d ig n e fa v o re c e r
con sus dones y h a c er p ro sp era r y coronar
d e ópim os fru to s vu e s tra obra. A este fin,
y a l m ism o tiem p o q u e agrad ecem os á t í y
á los dem ás O b isp os la c a rta q u e N o s habéis
e n v ia d o , á voso tros p rim eram en te y á cuan­
tos tom aron p a rte a l C o n greso, dam os en el
S eñor, con tod o el a fecto d e N u e s tro corazón ,
la B en d ición A p o s tó lic a .
D a d o en R om a , en San P e d ro , e l d ía 4 de
M a y o d e l año 1895, d ó cim o o cta vo de N u estro
P o n tific a d o .
Xjcóh S U I I , P a p a .

M n prueba de benevoleQCia del Papa.
D e o tra n u e v a p ru eb a d e b e n evo len cia de
S . S an tid a d h a sido o b jeto nuestro Superior
D . R ú a . e l cual escrib ió a l P a p a u na la rg a

— 147 -

Sn Excelencia ReYerendísima limo. Sr. SÁNTIÁGO COSTAMAGNA,
Obispo titular de Colonia, en la Armenia,
y Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza, en el Ecuador (América).

— 14S —
curta sobro e l (C on greso, p o r m edio d el
lim o . Br. T a ro z z i, S ecreta rio d e S . S. p a ra
las cartas latin as.
l í l S an to L’ ad re se d ig n ó a co ger con par*
ticu la r afecto ta l e s c r it o , inniiil’e stando su
satisfacción y re n o va n d o la B e n d ic ió n A p o s ­
tó lic a
I ). liú a y á todos los C on gresistas.
B n tre la s m uchas consoladoras espresiones
do q u e abu nda la c a rta de respu esta qu e
d ic h o lim o . Sr. d ir ig ía ó. D . I t ú a , se e n ­
cu entran las sigu ien tes qu e gustosos p u b li­
cam os:
Santo Padre ha recibido U7ia nueva

satisfacción; se consuela con
neral y con el In stitu to, y
fru to s en todas partes, de las
propias, ayudado con mayor

el Superior ge­
espera mayores
obras que le son
ardor p o r sus

Cooperadores.

CONSAGRACION EPISCOPAL
<lol lim o. Sr. COSTA-IMA-OIVAl
..
Como ya eu el número anterior decíamos á
nuestros lectores, el limo. Sr. Costamagna fue
consagrado el día do la gloriosa Ascensión de
N . S. Jesucristo á los cielos, en el Santuario de
María Auxiliadora, por dispensa pontificia, siendo
conengrauto el Excmo. ó lim o. Sr. Ricardi, Arzopispo de Turín, asistido por los limos. Obispos
Sr. bcrta^nn, titular do Cafarnaún, y Sr. Leto
do Samaría.
A las 9 do la mañana la iglesia rebosaba de
gente. Numerosos representantes se habían reu­
nido para presenciar la ceremonia do la consa­
gración, y entre ellos notamos á los de Caranmgna,
patria dol nuevo Obispo, Rdo. Sr. Cura Párroco,
Sr. Alcalde, algunos canónigos y piuTOCOs y un
hormano del limo. Sr. Costamagna; á los Miem­
bros del Capítulo Superior do nuestra P ía Socie­
dad ; á Mons. Carpanelli, en representación del
Cardenal Svampa, Arzobispo do Bolonia ; al Pbro.
Sr. Cotalanotto, representando al Cardenal Celesía, Arzobispo de Palerm o; á un grupo do Coo­
peradores Milnueses; á algunos Cooperadores de
Suiza, Francia y España; á Don Angel Piocono,
director do la Casa salesiana de Mi\iico ; á Don
Fassio, misionero <le Chile y á Don Colombo, del
Uruguay, eu representación de los Salosiuuos de
América y, por último, á varioc Superiores de
las Casas sjilesianas de Italia.
L a ceremonia do la consagración comenzó á las
9 l i ‘J. entre los cantos de los niños del Oratorio
y el religioso silencio y suma atención de los pre­
sentes , en muchos de cuyos semblantes se pin­
taba la más viva y pura alegría.
Conforme iban pasando los actos en que puede
oonsiderai-so dividida ton inqumento ceremonia,
la ternura, la emoción y la curii>sidad más y más
aumentaban.
¡ Cuanta majestad y grandez.a encierran las au­
gustas ceremonias de la Iglesia Católica! Es im­
posible atentamente presenciarlas, sin sentirse
uno ariH>bado y obligado á confes;\r que allí donde
la Iglesia ejerce su sublime ministerio, está el
único, el verdadero Dios.

A l terminar tan augustas ceremonias, que muchosentimos no poder una por una describir, Su
lima, el Arzobispo de Turín, que por vez primera
consagraba á un Obispo, no pudo menos de di­
rig ir su conmovida palabra á los circunstantes,
sobre la grandeza y la dignidad episcopal, diri­
giendo fervientes congratulaciones al Consagradoy á la Congregación Salesiana, de quien el limo.
Sr. Costamagna es digno hijo, terminando con un
caluroso llamamiento á la caridad de los fieles,
en favor de la dificilísima Misión de Méndez y
Gualaquiza, que el nuevo Obispo va á emprender
por especial encargo del Santo Padre.
A l volver á la sacristía, fue una conmoventísima escena el encuentro del nuevo Obispo con
Don Riía, que con el bonete en la mano, le es­
peraba para postrarse á sus pies y besarle el sacroanillo, mas su Urna, le detuvo arrojándose á su
cuello y besándole amorosamente.
Indecible es por otra parte el gozo y la alegría
que entro los niños y Salesianos del Oratorio en
dicho día reinaba por la inmensa fortuna de tener
entre ellos á un nuevo Obispo salesiano en la
persona del lim o. Sr. Costamagna, y para en al­
guna manera manifestarla, so imprimió un ele­
gante opúsculo con el retrato de su lima, y her­
mosas composiciones en prosa y verso, en italiano,
latín y griego j y aún no contentos con esto, el
jueves siguiente se puso en escena, intercalando
la declamación de algunas composiciones del ci­
tado opúsculo, el grandioso drama en cinco actos,
del Pbro. salesiano D. Lenioyne, titulado Cristó­
bal Colón; á cuyo acto asistieron numerosas y
distinguidas familias turinesas y el limo. Sr. Ar­
zobispo.
í Quiera el cielo derramar abundantemente sus
gracias sobre el nuevo Pastor de la Iglesia, para
que, correspondiendo á las esperanzas en él pues­
tas por el Vicario de Jesuscristo, logre ver pronto
coronados sus apostólicos trabajos, con la sumi­
sión de su salvaje grey al suave yugo de Jesu­
cristo !

)D II eco 11C0311eco 11W) 11iX u ' i CUJ >' CCO < ■Ci
limo. Sr. D. SANTIAGO COSTAMAGNA.
Obispo titular de Colonia, en la Armenla, y Vicario Apostólico
de Méndez y Gualaquiza, en e! Ecuador.
la lu z d el d ía en C a ram a gn a (P ia m o n te), e l año d e 18-46, y desde sus p r i­
m eros anos dem ostró una n atu ra leza ardiente
y despejado in g e n io , p o r lo q u e su santa
m adre tem ien do qu e el con ta cto con e l m undo
hajase su v irtu d y destru yese su cristiana
obra, se le confió á D o n B osco, e l cu al se
lo lle v ó a l O ra to rio d e T u r í n , d o n d e te r­
m inó los estudios d e seg u n d a enseñanza,
con n o ta b le a p ro vecb a m ieu to, recibien do des­
pués la sotan a d e m anos d e l m ism o D on
B osco. A lg ú n tiem po más ta rd e fu e e n via d o
a l c o le g io d e L a n z o com o p rofesor, siendo
orden ado d e sacerdote e l 17 do setiem bre de
ISGS y poco después n om brado D ire c to r es­
p iritu a l d e la s H ija s d e i l a r í a A u x ilia d o ra ,

— 149 —
con gregación fu n d a d a p o r D o n B osco, en
ilorn ese.
Com enzadas la s M isio n es d e l a A m é r ic a
■del Sur, D o n B o sco lo e lig ió com o S u p erio r
■de la tercera ex p e d ic ió n y en 1877 p a rtía
para B uenos A ir e s , donde, en ca rgád ose d el
servicio re lig io s o d e la c a p illa ita lia n a M ater
Uisericordiae^ d e s p le g ó »to d o su celo y a c ti­
vidad en b ie n d e lo s m uchos ita lia n o s qu e
a llá dem oran, sien do a l m ism o tiem p o D i ­
rector esp iritu a l d e v a rio s otros in stitu tos.
Em barcado en 1878 en e l v a p o r 8anta Rosa
para d a r una M isió n en la P a t a g o n i a , e s ­
capó m ila gro sa m en te d e una desh ech a b o ­
rrasca qu e d estru yó p o r en ton ces sus p r o ­
yectos, qu e pudo v e r re a liza d o s a l año s i­
guiente, sien do e l p rim er salesian o q u e i)uso
■el pie en la P a t a g o n i a , h o y y a p o r ellos
recorrida y casi e v a n g e liz a d a en tod as d i­
recciones.
M u erto en 1880 e l sacerdote D o n Fran ■cisco B o d ra tto , e l Ilu io . Sr. C osta m a gn a fu e
nom brado S u p erio r de los Salesianos en
aquellas re g io n e s , y m erced á sus fu ertes
impulsos, se en gra n d ec ió p rod ig iosa m en te la
Escuela de Artes y Oficios de San Carlos, en
A lm a gro , y se lle v a r o n á cabo m ás d e doce
nuevas fu n dacion es d e C asas salesianas é
H ija s d e M a ría A u x ilia d o r a , en la E ep ú blica A r g e n tin a . H a v is ita d o v a ria s veces
las M ision es d e la P a ta g o n ia , U ru g u a y , C h ile,
Perú y E c u a d o r , d e cu ya lie p ú b lic a v o l ­
viendo, re c o rrió e l m ism o cam ino q u e costó
la v id a á nuestro celoso M isio n ero D . A n g e l
Savio, y a tra vesó la B o liv ia p a ra tra ta r con
el P re s id e n te d e la E e p ú b lic a d e la fu n d a ­
ción d e una Escuela Salesiana de Artes y
Oficios, lle g a n d o á B u en os A ir e s despu és de
un pen osísim o v ia je d e más d e seten ta y
cinco días.
A p a sio n a d ísim o p o r la m ú sica, la cu ltiv ó
con sin gu la r am or en m edio d e sus muchas
y gra vosas ocupaciones, y com puso dos M i ­
sa s, u na Jiovena d e Tantum crgo, una c o ­
lección d e m otetes sagrados, v a ria s ro m a n ­
zas y gra n núm ero d e com posiciones re crea ­
tivas.
P a r a co n trarresta r á la m ala prensa, fundó
las Lecturas Católicas; y p a ra com odidad de
los fieles y celeb ra ción d e los d iv in o s oficios,
levan tó dos ig le s ia s en A lm a g r o y v a ria s
otras en d istin to s pu ntos. X o o b sta n te tan
m últiples y v a ria d a s ocu pacion es, atendió
continuam ente a l cu idado d e l C o le g io de
S. C a rlos q u e cu en ta con m ás d e trescien tos
ñiños in tern os y d e 600 á 700 extern os.
T a n re le v a n te s m éritos fu eron ú ltim am en te
recom pensados p o r Su S a n tid a d , qu e le
nom bró P a s to r d e la Ig le s ia y Y ic a r io A p o s ­
tólico d e M én d ez y G u a la q u iza , en e l E c u a ­
dor. E s ta distin ció n d e l V ic a r io d e J esu ­
cristo, abre n u evos y v a sto s h orizo n tes al
in fa tig a b le celo d el Ílm o . S r. C osta m a gn a ,
á qu ien deseam os la s m ás colm adas b e n d i­
ciones d e l c ie lo á fin d e qu e p u ed a p o r la r ­

gos años con tin u ar sus apostólicas tareas á
g lo ria d e D io s y d ila ta c ió n d e l rein o d e J e ­
sucristo.

DON RUA EN PALESTINA.
No dudando sea del agrado de nuestros Coope­
radores, publicamos en este número algunas no­
ticias sobre el viajo que Don Kúa hizo últimamente
á Palestina, noticias que con motivo del Congreso
no nos ha sido posible publicar antes, y que debe­
mos á la caridad de uno de nuestros hermanos.
Nuestro muy amado Superior general, D. Rúa,
salió de Turíu á mediados de E n ero , y después
de haber visitado á los Cooperadores, hermanos
y niños de Niza Marítima, Cannes, Grasse, Tolosa,
Navarra y Marsella, dando en todos estos sitios
conferencias públicas y privadas, se embarcó el
16 de febrero por la mañana, en el ]>rticntin de
la Compañía francesa Cipriano Fabre, acompañado
de Don Pablo A lb era , Director espiritual de
nuestra P ía Sociedad y del ilustre Marqués de
V¿Ueneuve-Tra»s, benemérito Cooperador de Mar­
sella, quien, habiendo perdido tino de sus amados
hijos de 19 años, no halló otro consuelo á su dolor
que el emprender el viaje á Tierra Santa disfruüindo de la compañía del Sucesor de Dou Bosco.
E l -v in íe .
Penosos en extremo fueron los dos primeros
días de la travesía, pues un furioso viento que
se desencadenó al salir del estreclio de Bonifacio
y á la altura de Civitavecchia, puso al barco y i\
los pasajeros en inminente peligro. Mas á partir
del tercer día la navegación fuó feliz, y D. Rúa,
con Don A lb e ra , pudo celebrar todas las ma­
ñanas el santo sacriticio de la Misa.
En el Drucn'ia nuestros via jero s, en vez del
lujo y de las no pocas comodidades que hay en
otras embarcaciones, disfrutaron de completa li­
bertad y de una intimidad cordial que les fué
mucho más preciosa, pues con toda facilidad y
regularidad pudieron cumplir sus cotidianas prác­
ticas de piedad, y Don Rúa podía también aten­
der á la mucha correspondencia que en todos los
puntos principales del trayecto, recibía.
E l Erueniia ancló en Alejandría de Egipto el
sábado por la tarde, 23 de feb rero , pero siendo
hora muy avanzada no pudieron descender á
tierra. A l día siguiente, celebrada la santa Misa
y hechas las otras prácticas de pied ad, nuestros
viajeros desembarcaron y se dirigieron al Colegio
de ios Padres Jesuítas, donde fueron acogidos
con la más grande cordialidad por el Reverendo
Padre Cattín, Rector de aquel maCTÍfico estable­
cimiento, el cual usó de grandes deferencias con
nuestro Superior Mayor, en los días que a llí per­
maneció.
Durante los tres días que se detuvieron en A le­
jandría, Don Rúa visitó el Colegio de los Her­
manos de L a Doctrina Cristiana que prestan tan
grandes servicios en Oriente j la Casa de losER.
P P . Franciscanos y la de las Franciscanas; tam­
bién fué recibido * con grande benevolencia por
Monseñor C o rb elli, y podo hablar con el bene­
mérito Señor Veritá, abogado, y con una caritativa

— 150 —
floñora católica, que ha fundado uu Orfanotrofio
cientes luces y nubes de incienso: se entonó'el
pura niñas. Nuestro Superior, á. su paso por A le­
Te Deum en acción de gracias á Aquel que con­
jandría, vió con sus mismos ojos cuan útil sería
dujo su pueblo a la Tierra prometida y que ahora
una casa-colegio de artes y oficios para completar
conducía sobre aqueUa misma tierra al Padre de
las obras de educación tan ílorecicntes en aquella
los Salesianos. L a iglesia resplandece de luces.
gran ciudad.
E l Te Deum fue cantado magistralmente por
El miércoles 27 de febrero, (i las 10. Don Rúa
los ñiños del Orfanotrofio j la bendición con el
y BUS compañeros so ombartaron sobro el Oharkluti,
SS. Sacramento coronó esta primera parte de la
vapor-correo do la Compañía Khédivió. Los pa­ fiesta.
^
sajeros eran numerosos, en su mayor parte ingleses
Poco después, reunidos el personal y los niños
y alemanes, que formaban parto de una carabana
en una vasta sala elegantemente adornada, Don
do luristas á Oriento. E l tiempo ora sereno y
Juan Relloni dió á Don Rúa la bienvenida; entre
tranquilo. El jueves, á las once y media, llegaron
tanto llegó la hora de la cena: era ya tiempo de
á Jaffa, donde el Señor Canónigo Don líelloni,
restaurar un poco los cuerpos cansados por el
fundador de los Orfanotrofios de Tierra Santa y
largo y penoso viaje.
al i)resente Director Salesiano de aquellos estable­
cimientos , había venido á esperar al Superior
P c j* m a n c iic ia e n S c l é n .
General, con algunos otros Salesianos.
Grande fuó la alegría de estos amados Misio­
A l día siguiente visitaron la“ Gruta. Impotente
neros al saludar sobre la TieiTa Santa al Sucesor
a describirlos, dejo imaginar los” sentimientos que
de D. Rosco, y lleno do cordialidad el recibimiento
llenaban los corazones de nuestros amados viajeros
de los RR. PP. Franciscanos, verdadera P rovi­ postrados en la Gruta, que diez y nueve siglos
dencia en Oriento do los viajeros. — Como en más
atrás vió cumplirse el inefable misterio de amor,
felices tiempos, los conventos son aquí casi las ii- la encamación del Verbo divino. ¡ Oh, cuantas
nicas hospederías. — A las dos el ti'en salía para
lágrimas corrieron de los ojos del Sucesor de
Jesusalén. Es un contraste maravilloso el do la ci­ Don Rosco en aqueUos momentos y al día siguiente
vilización moderna en un paraje que tan fielmente
celebrando la santa Misa en aquella misma Gruta!
conserva el aspecto do los tiempos bíblicos: se
Nuestros peregrinos visitaron luego las diversas
diríiv (pie Dios ha querido conservarla de este
grutas anexas á la de la N atividad: la gruta de
uiodo ú través do las edades , como testimonio
San José, la de los Santos Inocentes, la de San
imperecedero do las verdades de la Santa Escri­ Jerónimo... Luego fueron á saludar á los RR. PP.
tura. E l tren procedo lentam ente, tanto que en Franciscanos, á quienes se debe la conservación
ciertos momentos so podría seguir á pie. So atra­ de estos lugares, testimonios de tantas maravillas.
viesa primero por magníficas llanui’as do suelo
E l viernes y el sábado fueron dos días de
muy fértil y todas cultivadas con cereales. N o se
descanso para Don Rúa y sus compañeros: des­
v 6 una piedra y las pocas habitaciones que hay
canso laborioso, pues no cesaron las visitas. Todos
son do tierra j las de los Arabes son simples ca­
querían saludar al Superior General de los Sabañas de dos ú tres metros de altas con una pe­ lesianoB.
queña abertura que sirve do puerta y de ventana.
A l volver de la Gruta, el Orfanotrofio, de fiesta,
Rion pronto el aspecto del país cambia y el tren
dió una acmlemia en honor de Don R ú a : música^
principia jí hacer varias subidas y bajadas por
poesías , discursos (italianos , franceses, árabes y
un monto sin árboles ni vegetación; luego sigue
griegos): todo fué vivamente aplaudicio. Don Rúa
el cauce de un río que desemboca en el mar, por
acogió con alegría esta ténue demostración del
Jafla. Acercándose á Jerusaléii, reiiaco la vejetaamor y veneración de aquellos buenos niños y
ción. Los campos están cerrados con tapias ó
amados hermanos.
vallados. Nos hallamos en una región montañosa
El sábado por la tarde y bajo la dirección del
y muy ¡dntoresca, sin ni aún siquiera un árbol.
mismo Don Rúa, que contó varios ejemplos edi­
A las seis de la tardo del mismo día, el tren so
ficantes de nuestros hermanos llamados recieutedetiene en Jeruealéu y los corazones palpitan con
mente á la eternidad, todos los habitantes del
fuerza. Se desciende en una pobre estación, en
Orfanotrofio principiaron el ejercicio de la Bueua
medio á una infinidad de mozos árabes, entre
Muerte.
ómnibus do fondas y coches más ó menos primi­
A l día siguiente, primer domingo de cuaresma,
tivos. Sin pomdrar en la ciudad santa, Don Rúa
asistió Don Rúa con gran complacencia á la reu­
sube en un cocho con Don Relloni y toma el ca­ nión de la Cofradía del Corazón de María y á
mino do Relén, j)orque tiene ardientes deseos do
Ins Conferencias de San Vicente de Paul, de Beh*n.
visitar su tan amado Orfanutrofio. Un gran luiPara todos tuvo nuestro Superior palabras de
niero do niños salieron á recibirlo á la estación
consuelo y de animación.
y acompañaron el coche. unos á caballo, otros
L a tarde terminó con la representación del
en asnos y algunos á pie. Va anocheciendo. Pa­ drama titulado Ltt Patagonia, de Don Lemoyne.
sando saludamos el pozo de los Royes Magos y la
intercalado de varias piezas de música y con dos
tumba do Rujiuel. A un kilómetro de Relén, un escenas cómicas en francés, que dieron á la reunión
buen número do niños del Orfanotrofio esperan
la nota chistosa y que tanto alegraron á quellos
con linternas el coche do Don Rúa. ¡ Quó alegría!
amados niños.
Todos quieren besarle la mano. E l cortejo sube
«Toi'ussalén.
la cuosfa (pío conduce á la ciudad de David, y
henos en el Orfanotrofio entre los vivas de una
El lunes, -i de m arzo, nuestros videros se di­
compacta multitud. La música salesiana resuena
rigieron á la Ciudad Santa. En el trayecto de
en la magnifica capilla. los sacerdotes vestidos
Belén á Jerusalén, el tema de sus discursos fueron
con los ornamentos sagrados. y hw clérigos con
las muchas memorias bíblicas que se bailan á
sobrepelliz, se disponen procesionalmeute para
cada ]>nso. Entre tanto ven aparecer las murallas
conducir al altar al venerando Superior. La muly ciipulas de la ciudad.
titiul sigue, y luego el Dios del Pesebre sale del
Antea de llegar á la puerta de Jaffa se pasa detabernáculo y se coloca en medio de rcsplaudt- \ lante del sitio, que ahora no es otra cosaque una

— lo l —
balsa llena de aguas detenidas, donde se levan­
taba el ídolo M olocb, á quien los judíos sacrifi­
caron tantos niños inocentes. A la derecha se ve
una fortaleza ennegrecida, llamada Torre de David,
por que está edificada sobre el mismo sitio donde
habitaba el santo Profeta.
Don Rúa quería ir inmediatamente á postarse
ante el Santo Sepulcro, recordando el entusiasmo
y la devoción con que entraron por aquellas murallaa los Cruzados 5 pero ante todo se presentó
al Exmo, y Rdmo. Patriarca latino Monseñor Piavi,
que, aunque enfermo, lo recibió con suma bondad.
A l despedirse del Rdmo. Patriarca, Don Riia
quiso conocer personalmente al Obispo Coadjutor,
Monseñor Appodia, con quién encontró al canó­
nigo V ila n is, antiguo Jilumuo del Oratorio de
Turín, y á Don Scanzo que por muchos anos fue
activo colaborador de Don Relloni.
Luego le condujeron á visitar el Seminario, desde
cuyo terrado se disfruta de una magnifica vista
de la ciudad ; entanto Don Rúa contemplaba t ^
hermoso panorama, se reunieron todos los semi­
naristas para besarle la mano y oir de él algunas
palabras de consuelo j Don Rúa lo hizo bien con­
tento y con un lenguaje sencillo y cordial les
exortó á cultivar el estudio y la piedad, para
poder más tarde hacer grande bien en aquellas
tierras santificadas por el Salvador.
Nuestros peregrinos fueron luego á saludar al
Rdo. Custodio de Tierra Santa, que es el Superior
de todos los Conventos Franciscanos de Oriente.
E l Cónsul francés recibió después á Don Rúa
con signos de especial veneración; lo presentó
á toda su familia, y se mostró muy aficionado á
las Obras Salesianas.
Después de comer y de haber visitado al Cónsul
italiano, pudo finalmente nuestro venerando Su­
perior satisfacer su piedad. Con cuál emoción y
devoción él haya visitado el Santo Sepulcro y el
Calvario, no es fácil expresarlas. Deteníase á orar
largamente en todos los sitios para ganar las
indulgencias, mostrando sentir no poderse parar
por más tiempo. Entro tanto los P P . Francisca­
nos lo llamaron para que hiciera la refección
de la tarde en su compañía, los que quisieron
también hospedarlo junto al Santo Sepulcro, para
que la mañana siguiente, á las cuatro, pudiera
celebrar la Santa Misa.
Satisfecha su piedad en la basílica del Santo
Sepulcro, nuestros amados peregrinos se dirigieron
hacia la l*t« Dolorosa, deteniéndose en todas las
estaciones que se pueden visitar. Luego ascen­
dieron al Monte de los Olivos, y tuvieron la fe li­
cidad de poder penetrar en el Convento de las
Carmelitas, que se levanta sobre el mismo sitio
donde N . S. Jesucristo enseñó el Padre nuestro.
En el claustro, la Oración Dominical está escrita
en treinta lenguas. Vieron también la Grota lla ­
mada del Credo, porque se cree que a llí se reu­
nieron los Apóstoles cuando compusieron el Sím­
bolo Apostólico. Luego besaron la piedra de la
Ascensión, en la que se ven grabadas las plantas
de los pies de N. S. Jesucristo , y descendiendo
veneraron el sitio donde Jesucristo recibió el beso
traidor é hipócrita de Jodas, la Gruta de la Ago­
nía y el sepulcro de la SS. Virgen María.
A l anochecer, Don Riía entraba nuevamente en
Belén, donde sus muy amados hijos lo esperaban
con ansiedad para hablarle y recibir de él pa­
labras de consuelo.

TT’. n C r e m i s á n .
E l 6 de m arzo, nuestro amado Superior fuó it
visitar la casa salesiana de Cremisán , distante
uno diez kilómetros de Belén. A pesar del nuil
estado de los caminos, quiso hacer el viaje á pie.
A su llegad a , la casa estaba toda adornada, los
niños hacían resonar aquellas colinas con sus vivas,
y manifestaron su alegría con composiciones en
italiano, francés, latín y árabe. A l día siguiente,
después de comer, los alumnos de Cremisán re­
presentaron el drama ManoUto Gonzríless del Ih'ftb.
Don Rúa, al oir á aquellos jóvenes árabes pro­
nunciar ton correctamente el italiano, creyó ha­
llarse en Italia.
Nuestro Rector Mayor, antes de partir quiso
visitar los campos y viñas que cultivan aquellos
niños. Visitó también su bodega, que halló muy
bien provista de vino, linico fruto de aquellas tie­
rras. Pero se vende con mucha dificultad : ¡ y eso
que están tan necesitados de dinero y de un
modo especial para proveer el pan !
B e il^ ^ e iu a l.
Kn el itinerario de Don Rúa, el día 12 de marzo
estaba fijado para ir á visitar á los hermanos y
alumnos de la Granja Agrícola de Beitgemal, si­
tuada como á mitad del camino entre Jerusalén
y Jaffa. A las diez llegaba á la estación de.Deyrobiín, donde le esperaban con impaciencia todos
sus hijos de Beitgemal, acompañándole hasta casa
con grandes signos de fiesta y de alegría, oyendo
con reverencia y afecto toda palabra que salía de
sus labios.
Nuestro Superior visitó detenidamente aquella
grande casa que goza de una posición magnífica;
quiso formarse una idea exacta de los trabajos
de sus Salesianos, visitando las partes principales
de aquella vasta propiedad. Luego bendijo una
gruta de N. Sra. de I^urdes colocada en el i>ati<>
do recreación, encomendando á los niños honra­
ran á María Sma. descubriéndose la cabeza cada
vez que pjisaran por delante, la consi<leraran como
la Señora do su casa y la consolaran huyendo el
pecado.
El 1-4 de marzo dejaba esta casa , después de
haber consolado y animado á lodos aquellos her­
manos y alumnos, y haciendo votos para que la
Providencia venga luego en auxilio de aquella
casa que está en graves necesidades.
K a za re t.
Por el poco tiempo de que se disponía, era im ­
posible que Don Rúa visitara todos los lugares
de Tierra Santa ; no quiso, sin embargo, volverse
sin ver Nazaret, donde se efectuó el gran misterio
de la Encarnación de N. S. Jesucristo y donde
los Salesianos poseen también un vasto terreno.
Después de andar parte en tren, parte por mar
V parte en coche, llegaba á dicho punto á la una
de la tarde del 15 de ^ r z o . Fué recibido con
grande amabilidad y solícita caridad por lo sP P .
Franciscanos; después de tomar un poco de a li­
mento, dirigióse á venerar el sitio donde se le­
vantaba la Santa Casa antes de que fuese Irasla¡ Hada por los Angeles á Loreto. Se postró ante el
altar en que está escrito : Verbum caro hic /actum
est. A las cuatro de la manana siguiente, el Su­
perior de los Salesianos celebraba la santa Misa en
el mismo sitio, donde el Hijo de D ic« se encarnó
en e l ’ seno purísimo de la Sma. Virgen María,
haciendo luego una larga acción de gracias, an odillado sobre aquel mismo suelo, que por treinhi

I

w m

— 152 —
nfios piBaron lo8 pies HautÍBimos de Jesús y de
Muría. Kutro todos los Santuarios do la Palestina
el que mayormente satisface la piedad de los
católicos es el do Nazarot, j)orque en este no
existo aquella mezcla de ritos et(*rodoxos ni aquellas
rivaU<la<les que tjuito disgustan á los peregrinos
en Jerusalén y en Pelón.
Entre tanto Don llúa fuó d ver ol terreno ad­
quirido por Don Polloni, cuya posesión, desde la
vecina colina, domina toda la ciudad y parece
que llama á los Salesianos para ojtoner una mu­
ralla al mal que hacen los maestros del error, esta­
blecidos á algunos metros de distancia.
lili
Nuestros viajeros al volver á Kaifa, dirigieron
sus pasos hacia el Monto Carmelo, para orar en
aquel sitio q\u'. fuó santificado con la residencia
del Profeta Ellas y en ol que se erigió el primer
santuario del mundo en honor de la Sma. Virgen
María.
El recibimiento que el P. Prior hizo al Superior
de los Salesianos fuó tan cordial, que ni el tiempo,
ni la distancia podrún borrarlo do su memoria.
Presentaron á Don liúa un registro, en ol que
los visitadores de aquel colebórrimo santuario
acostumbran escribir sus impresiones y alguna
niúximn. Nuestro Superior eseribió estaspalab^rns:
Subiendo el Monte Carmelo, so presentan d la
mente las palabras del Salmista: ¿ Quis ascendet

in mouiem Vom inif innocens manibu» ct mundo
cordf: 4 Quióii subird al monte del Señor ? Quién
tenga puras las manos y limpio el corazón.
Itu illi rt '.TafTíi.

El domingo ]ior la mañana, 17 de marzo, después
de haber celebrado la santa Misa en la hermosa
iglesia lie los Carmelitas, nuestros viajeros deseendieron del Carmelo y determinaron tomar un
biuj^uc que en unas sois horas los trasladaría á
Jalla. Una horrible tempestad trastornó todo su
plan, tanto que les obligó il hacer esto larguísimo
viaje ])or tierra. El Padre Alessio, Carmelita, con
miuella caridad que le ha hedió notable en toda
la Tierra Santa, les procuró un cocho y cuanto
les era necesario para el viaje. Reciba ol buen
religioso nuestro más sincero agradecimiento por
la caridad que usó con nuestro amadísimo Superior.
El coche, con tres caballos, salió do Kaifa á las
ocho do la mafinna, y no llegó á Jaffa hasta las
diez del día siguiente. Sería demasiado largo
describir las variadas aventuras de este viaje, que
tanto contribuyó A hacer eonoeor ú Dou IWa el
estado actual de la Tierra Santa y los esfuerzos
que hacen los Israelitas, los Profoatantes y los
Cismóticos ])ara extender siempre nuis y más su
malóíica iníluencia eii aquel país. Do esto tomó
él motivo para animarse siempre más A emplear
todos sus vooursos. para impedir que los designios
de los enemigos de la Iglesia Católica se realicen.
s S a lU la t i l » U o l í ^ i i .
Relcn querían celebrar con grande solemni­
dad la tiesta de San José, y Don Rúa había pro­
metido su asistencia. Para mantener su palabra
80 impuso el no pequeño sacriticio de im tan largo
y penoso via,je. Fué inmensa la alegría de sus
hijos ni volverlo á ver. más esta alegría se trocó
011 pena ni saber que al día siguiente el Superior
IKU'tiria para Europa. Cuando él les dió sus últi­
mos reeuordi^s y les bendyo j>or última vez, la
emoción general llegó hasta las bigrimas.

E l 20 de marzo, á las 3 de la tarde, Don Rúa
y BUS compañeros daban el último adiós á la Tierra
Santa y se embarcaban sobre el Sindh, hermoso
buque de la Compañía de las Mensajerías Marí­
timas. Hallábanse á bordo cerca de 700 personas,
de las que más de 400 eran Sirios emigrantes.
Apenas el Médico de b ord o, señor Petrowski,
supo que entro los viajeros se hallaba el Superior
de los Salesianos, el Sucesor de Don Bosco, corrió
á ofrecerle su jiropio camarote con la esperanza
de que en él so podría celebrar el Santo Sacriüeio. Toda la fam ilia salcsiana dá las más sin­
ceras gracias jior medio del JBolcHn al Doctor
Petrowski por la generosidad que usó con nuestro
Superior. Don Rúa en el buque conoció personal­
mente á respetables personas: se encontró con
varios Cooperadores y amigos de las Obras Salesianas, do los cuales no podemos olvidar al Sr.
Descampa, insigne bienhechor del Instituto Salesiano de Lila. Todo esto contribuyó á hacer menos
monótono y fastidioso su viajo.
Para visitar á los Cooperadores del C airo, car
pital del Egipto, nuestros peregrinos desembarcaron
en Port-Said y costeando el Canal de Suez, disfru­
tando á veces de la encantadora vista del variado
paisaje, se dirigieron en tren á Alejandría.
En el Cairo visitaron las Pirámides y otras ma­
ravillas de Egipto. Los P P . Jesuítas que le reci­
bieron también en el Cairo con grande cordialidad,
le acompañaron á Matariele para que contemplara
el árbol, bajo el cual, según la tradición, reposó
la Sagrada Fam ilia, y luego á venerar la casa
doüde la misma vivió durante su destierro en
aquellas tierras.
Después de breve parada en Alejandría, D. Rúa
volvió á tomar su sitio sobre el Sindh para no
dejarlo hasta Marsella á donde llegaron felizmente
ol 29 de Marzo á las 8 de la tarde.
Demos gracias de todo corazón á la Divina
Providencia que ha guiado á nuestro Superior en
este viaje, le lia protegido en loa peligros y ha
bendecido y fecundado todas sus apostólicas fa­
tigas.
A. T.

E

s i p

^

i s r ^

.

M A LA G A ,
Ooufoveuoia Sa.les¡laiia.
Nos escriben desde dicha ciudad lo siguiente:
« En la iglesia de los Miírtires se ha celebrado
una conferencia salesiana, á la que, á más de
un concurso bastante numeroso, asistieron los se­
ñores D. Manuel Casado, presidente de la L iga
contra la Mendicidad, D. Manuel Buceta, teso­
rero, D. Joaquín B iig ella , secretario, D. Fran­
cisco Masó, presidente de la ('omisión encargada
del Asilo de niños abandonados, y D. Ikildomero
Glnnra, cooperador é individuo de la Junta.
» Taiúbión asistieron los P P . Salesianos con 27 in­
ternos, 60 externos y 40 del Oratorio festivo, ó
sea im total de 127 niños, figurando al lado de
los referidos P P . los jóvenes estudiantes de teo­
logía D. Jaime Blancb y D. GuiUermo Alzina,
llegados á Málaga hace pocos días para dedicarse
á las prácticas religiosas de aquellos.

— 353 —
rador de las Obras salesianas y de su insigne
fundador, tuvimos la dicha de que en el mes de
Diciembre próximo pasado, los Salesianos pisaran
el suelo de nuestra amada ciudad.
Cuál sea al presente su desarrollo, bien puodt'u
publicarlo sus obras y la fiesta quo con hintíX sa­
tisfacción muchos tuvimos el gusto do presenciar
el día 24 del presente, en el ya citado Oratorio.
Invitado atenta y cortésmente por los biu'uos
Padres, puedo decirlo con toda franqiu'za. pasó
un día felicísimo, quizás uuo de los mila alegres
de mi vida.
Gracias á la actividad y celo quo los Padredtos heredaron do su buen Padre y fiiudador,
sxipieron disponer las cosas con tal ordeu, quo ;í
todos nos dejaron admirados.
Algunas seiuauas autos, ya se notaba en el Ora­
torio un gran movimiento, pues los cerca do dos­
cientos niños que acuden á sus escuelas, liabínu
divulgado que el día 24 sería día do gran fiesta
y alegría.
Por fin tan suspirad«> día lleg ó ; jí las ocho en
punto de la mañana, todos los niños externos ó
internos estaban formados con mxicho orden en
dos filas en el patio del colegio para recibir á
S. E. I., que llego á dicha hora y pasando á la
capilla por medio de los niños, foé á arrodillarse
á los pies de tan bondadosa Madre, seguramente
pjira hacer la preparación al Augusto Sacrificio
<jue iba .i. celebrar. En el bondadoso semblante
del Iltre. Obispo, se veía, pero de una manera evi­
dente, lo que eu aquellos momentos pasaba por
su corazón, esto <*s, la alegría y consuelo que
esperimentoba de ver aquellas sus pobres obejillas,
mausíxs y caminaudo rectjis por el camino do la
virtud.
Revestido de los ornamentos sagrados, empezó
el Santo Sacrificio, eu el que distribuyó el Pan
<le los Angeles ]M>r vez ]»rimcra á 25 niños del
Oratorio, no faltando muchas personas del distiuguido público, que también los acompañaron en
«4 celestial banquete. ¡ Qué contrasto! un mes ó
dos hace que estos inisnios niños eran, como vul­
garmente les llamamos, unas granujas, sin prin­
cipio alguno-de religión ni do educación, sin otro
delito que. cl do no tener una mano amiga y ]irotcctora que les recogiera y les inculcara los de­
beres que tienen para con Dios, para cí>n el ]>rójim o y para consigo mismos. Ahora helos aquí,
iiumiíditos, mansos y a]4icados.
Concluida la sjiiita Misa, á los niños que hi­
cieron la primera Comunión, se les obsequió con
bueno y abundante alunierzo.
A las 10 y li2 de la mañana otra vez la
espaciosa capilla se veía concurridísima, á causa
de los deseos que todos tenían de asistir á la
primera Misa s«>lemne que en ella se celebraba ;
la cantó el M. I. Señor Rector del Seminario Con­
ciliar y Canónigo Chantre de esta Catedral, D. José
Garrido, estando la orquesta á cargo de la banda
J?crmo. Sr. D. Miytiel Búa, Pbro.
del Asilo de S. Bartolomé de esta ciudad, laque,
supo desempeñar su cometido, con satisfixcción «le.
Por ])rimem vez y aunque el último de entre
todos los presentes.
loa Coopenidores salesianos malagueños, teugo el
Hasta aquí todo fue magestuoso y sublime, más
gusto de dirigirm e á V. E. para darle algunas y
lo poético y lo más bonito fué á la hora d«? la
breves noticias sobre el modo con que los RK.
comida, que los RR. P P . ayudados «lo algunos
PP. Salesianos celebraron la fiesta de su excelsa
C«x»peradorea pudieron preparar abundantement«;
Patroua María Auxiliadora, en el Oratorio de San
para loe niños.
tmrique de esta cindail.
¡ Qné espectáculo! en aquel momento, hubiesíí
Mucho tiempo hacía que todos los buenos Ma­
deseado que toda Málaga presenciase el que ofrecía
lagueños amantes de la educación cristiana de
el hermoso patio interior del Oratorio: unos dos­
los niños, «leseábamos tener entre nosotros á los
bijoe del inolvidable D. Bosco: gracias al incan­ cientos niños, cada cual armado «le sus respectivos
sable celo de nuestro limo. Prelado, grande admi­ instrumentos, cuchara y tenedor y nn buen ape-

* El Seoietai'iü del Obispado, D. Juan Alvarez
Troya, leyó un capítulo de la vida de San Fran­
cisco de Sales, y acto seguido subió al pulpito el
prelado y pronunció un discurso sencillo, elegante
V nutrido de conceptos verdaderamente hermosos.
* Expresó en un breve exordio que iba á ocu­
parse de la obra de D. Juan Bosco, obra que aiiu
no ha sido comprendida entre nosotros, y á con­
tinuación dio clara idea del Cristianismo, demos­
trando que es de ayer, de hoy, de mañana, de
siempre. Consignó que tiene esta religión por
alma y espíritu la caridad, y al describir esta
virtud la comparó con la electricidad que es luz
»‘ii la lí'unpava elóctrica y sonido en el trueno,
(|ue en la historia se apellida Martirio, y en otros
concei>tos, Hermana de San Vicente de Paul y
Hennanita de los pobres.
» Se ocupó de la familia en sus relaciones con la
influencia del Cristianismo, y significó que había
pasado un ciclón por la superficie del globo,
trayendo otros principios á cuya influencia oflojáronse loa lazos de la autoridad paterna y de la
familia en general, quebrantando sus vínculos.
» En esta situación aparece tm humildísimo sa­
cerdote. D. Juan Bosco, el cual fl.ió su atención
en los niños desvalidos y comenzó á realizar su
obra.
» Explica esta, menciona sus fundaciones, con­
signa que funda escuelas, imprentas, granjas, lo
mismo en Europa que en América, y ahora viene
it Málaga para cumplir sus beneficios.
• Recuerda el tristísimo incremento que había
adc|uirido aquí la plaga de niños abandonados,
plaga que era un borrón en nuestra cultura y réinora para hacer de este pueblo un manantial
lio riqueza ; pero aíjuellas criaturas que repreaeiititlmn un motivo do dolor profundo y estaban
destinadas quizás á constituir mañana un peligr<i
para las familias y una amenaza para la sociedad,
sin noción do Dios ni idea del deber y dispuestas
para que los errores hicieran presa en ellas, van
á cambiar de rumbo, por virtud de la obra d«i
D. Juan Bosco.
» Enumera algimas de las conquistas del Criatianiamo; ocupase do la significación do los P P . Salosianos; dice que baráu su obra poco lí poco
pero con perseverancia y al amparo de su especial
sistema educativo; pido que Msilaga les ayude
con limosna generosa y liberal.
• Acabó el acto dando el Sr. ObisjK) la bendición
con S. D. M. .

Fiesta de María Auxiliadora.
M á l a g ’a .

— 154 —
tito, fl(! (lÍHi)oníim ú Iiacor guorra st mía comida
í|iio según üIloH, nunca la Imbíun visto tan gi-aude.
Jj») nnÍH graudif)«o y lo que nuís mo llamó la aten­
ción, filó (ino cu esta comida no hay más supe­
riores ni interiores, todos son unos, todos so han
confundido, todos son una niisiiia fam ilia: qniónes
seiitailoH mi <•! suelo, (juióues do j»i<-. Los buenos
l ’ l*. (.‘ntretnnto (iiio sirven á los niños ayudados
do alguna buena señora, de vez cu cuando so
sientan, t<nuan<lo do la misma comida de los
niños, eomo para decirles: « Niños, si (d mundo
os di^sjiriició, no temáis, supuesío que. aquí tenéis
quien os ama, (¡nieu «lesea dividir el pan con
vosotros.» ^(juicn iu> so acordaba «m a<iu«‘llos
niomenhis do la comida (|Uo N. S. «lió al jdo «le
a«iin‘l monto lí la iuimuisa multitud «lue lo s«‘.gu íaf...
lOra un V(*r«ladero encanto ver <*1 modo tan
admirablü e«m «luo ^l«•sapa^ecínn los biieims pe­
dazos (lo carno «juo l«*s ponían jmr «lelant**. ’Poílos
t«‘iiían algo «pu) «locir ; uno exclamaba : ¡ qué «-oinida ! voy á jiegar un rcbeiiión quo ni li pedazos
van ú po«l('rmo llovar á la casa do socorro; otro,
¡>iiK yo li«' comio p(í tr«*8 años ucr/aún.*; otr«),
¡ Jesús ! pues lo «JUO «’s yo d«>sd«i «*1 día en «iu«‘
mo banti/arou no había c«uni«l«) tanta carne como
h«».v ; y allá un cuarto gritaba : \«pie si «piicro á
«‘stos l ‘adres ! los quiero más «pu! ¡í la maro mía ;
pí'fo todas estas v«‘rdaderas andaluzadas mezcla­
das con los atr«mador«ís vivas lí 1>. IJoico, María
Auxiliad«>ra y á los Cooperadores, éralo quo tenía
«pie ver.
Una i>vuoba d«i cuanto saben los Salesianos
atraerse la simpatía y cariño de los niños, fue «d
hecho siguií'ute: K1 llcvdo. P. Superior, para
ah'gi ar más á sus niños, tomó unos cuantos cohetes y
8«' «lispiiso á echarlos^ cuando al pegar fuego al
priiiu'ro se corrió esto á todos y salieron casi á
la v«’Z, «d superior se quema la mano y por los
ñiños eoiTü la nueva de esta desgracia; eu esto
muda la escena, so apodera de los niñosunaprofuuda trist«‘za, todos pregiuitan jmr su pa«lre y
superi«>r, «piieren enlerar*se por sus pro])ios ojos
y viudv*' la alegría á ellos cuando se les asegura
<pu' no había sido nuda, aumpio al día siguiente
td di«ho padre superior no jiudo ctdebrar.
Por la luadio se la-prosentó una funcionoitu do
f«'íitro : so jmso en eie«ma <d drama Itominijo 6’(ir«>,
asistit'iulo á ella un numeroso y «Ustiugui«lo pú­
blico, n«) faltando «d Lxomo. ó limo. Sr. Obis]>o;
«‘11 «‘1 salón no era p«)sible quo cupie.se mús gente.;
Kxcus«> «Iccirlo, Sr. D. Uúa.que parece increíble
que *‘stes niños pmliesi'u representar tan perfectaim'iite.^ teniendo jiresenie h) que antes eran
y el imquísimo tiempo «pie Ih'van de estancia eu
«d Oratorio; asi es que «lurante la r«‘pvesentacióu
arrancaron al público prolongados aplausos.
Anuuiizú toiluvía más la representación la banda
«leí Asilo do San llartolomó. la quo ejecutó oseo*
giilas pi«’zas «lurante los «uitreactos.
Acto sogui«lo tuvo lugar una pequeña ilumina­
ción á la quo asistió S. E. I. v todos los que
concurrierou á la representación: c«>n los suaves
acólales «le los instrumentos nlteniabau las ar­
gentinas voces de los niños «pie rebosando alegría
y fuera do sí do júbilo, oaiitabau coplas religiosas
Y otras propias de este pueblo.
Serian las diez de la inxdie, cuamlo se retiraron
toihis, dejando á los Padres muchos beneplácitos
y enhorabuenas. jK>r haber sabido durante tan
breve tiempo dar tan gniu desarrollo á la fun­
dación.
Keviuo. Sr. Pon liña: si los Salesianos han po­

dido hacer tanto en tan breve tiempo y contando
con tan pocos recursos, ¿ qué harían si los mala­
gueños les dispensáramos nuesti’o decidido apoyo?
Por mi parte, Sr. Don Rúa, aunque el último de
los Cooperadores, le prometo hacer cuan fco pueda,
porque veo en la obra salesiana, no solamente
una gran obra cristiana, sino también una obra
que está llamada á hacer mucho bien material á
Málaga.
S«jan pues bien venidos los hijos do Don Bosco
á esta beiulita tierra y reciban la enhorabuena
«le todos. Muchas gracias á Vd. Sr. D. Rúa, «luo
aunque no lo conoce-mos p(‘rsonaImente, le amamos;
y sino fuera mucho atrevimiento, de veras le pedi­
ríamos, si nos juzgaba dignos, quo tendríamos
imiclio gusto do ver al sucesor del grande Don
Bosc«> en nuestra tierra andaluza.
Estos son los «leseos «leí pueblo malagueño, y
especialmente do esto su afino. S.S. y Capellán.
q. 8. m. b.

Un admirador y Cooperador de la Ohra
de Don Bosco.
MiUaíja, 27 do Mayo de 1895.

R ia lp .
.

Sr . D i r e «d t o b d e l Boletín Salesiano.

Muy Sr. mío:
María Auxiliadora parece quiera reinar en to«las partes; ya su «levocicúi so extiende en talos
proiiorcioues, quo apenas, «Uríamos, se hallará
rincón «leí mundo, «londe no haya «juicn la iiivo
que bajo la advocación «le titulo tan consoladla
jmra el corazón de tod«) cristiano. Ella se ha dig­
nado venir á reinar también entro nosoti’os, y
quiere que á los pies «le su bendita imagen ven­
gan ahora á postrarse los humildes liijos de la
nioiitaña. Una itruebu, entre muchas, del aniorv
veueiiición quo estos le jmifesan, ims la ofrece el
114 de mayo, día en que uciulieron al Colegio Salesiaim mimev«>sas y distinguidas jiersoiias do la
villa y contonms á honrarla, prestando ante su
sagrada imagen el sincero tributo «le sus home­
najes.
La pequeña ca p illa , «huido los h\jos «le Don
Bosco veneran lí su excelsa l'atrona, se veía en
dicho día 24 esnu'radamente adornada, las pare«les revestitlas con colgaduras varias, el altarcite
«le la Virgen provisto de la correspoiulieute ilu­
minación, y á los pies de la santa eligie va-iitó
quo «isUnitiiban ílores las más «le ellas natimiles.
rosas y claveles, de ellos blancos, de ellos encar­
nados, símbolos unos «lo su celestial pureza, y
otros de su ardiente caridad.
Por la mañana, á las 7 lp2 dijo misa de comunidatl el Rdo. D. Francisco Picolo, párroco de
esta villa. A la entrada del presbiterio se liabía
colocado un pequeño reclinatorio, en el que arro­
dillados y devotos oraban 9 niños del Colegio,
envidiables criaturas, que -esperaban con ansia
llegara el momento de unirse jwr primera vez al
amoroso Jesús en el sacramento de su amor. Las
palabras, que antes de repartir el Pan Encari#
tico promiució el celebrante, estaban llenas de
suavidad, poniendo ante la consideración de su»
oyentes la exquisitíis linezas de que usó el buen
Jesiis i>ava con los hombres. Pero, donde el atrac­
tivo y fuerza de su palabra llegó al colmo, fnc

— 155 —
eu la tierna y conmovedora alocución dirigida á
los niños ya indicados, que arrancó lágrimas á
algunas de las personas a llí presentes, en parti­
cular á sus padres, que rebosaban de gozo al con­
siderar la dicha incomparable de sus hijos. Duniute la Comunión se cantó á dúo por dos niños
im precioso motete Ave vernm , delicada compo­
sición de L . Bórdese.
Terminado así tan religioso acto, y cuando el
reloj marcaba las 10 , se «lió comienzo á la Misa
s«ilemne, en la que olició de celebrante el señor
Arcipreste de Sort, D. rrancisco Riu, asistido por
el Sr. Vicario de esta, y el Sr. Ibirroco de Bodes.
El acostumbrado coro «le niños «leí Colegio inter­
pretó con acierto una sencilla y bonita Misa c«m
acompañamiento de liarmonium, y luego un mo­
tete al tiempo del Ofertorio. El sermón estuvo a
cargo del referido Sr. Arcipreste, quien supo «Iesempeñar laudablemente su com etido, versando
su pequeño discurso sobre las bondades y gracias
de María ^auxiliadora. Becordó varios hechos cul­
minantes en lo tocante al favor que siempre dis­
pensó á la Obra Salesiana, algunos rasgos de su •
decidida protección para con el a«imirable é in­
signe Don Bo.sco, con la cual ayudóle á llevar á
cabo su grandiosa empresa, destruyendo cuantos
obstáculos se oponían á ella. Citó en comproba­
ción algunas de las señaladas gracias otorgadas
por la invocación do tan glorioso nombre si sus
líeles devotos, de las que son, decía, á todos, tes­
timonios perinauentes los muros de su magnífico
templo en Turín. Mi pasó en silencio aqu«*l glo­
rioso ti'iuufo de las armas cristianas, obtenido sin
duda por su mediación allsi en las aguas del
golfo do Lepanto, cuando el poder de la media
luna, que amenazaba si la cristiandad, fuó batido
>• destrozado al impulso, no ya tan solo «le hu­
manas fuerzas, siuo merced tambi«ín al «livino
aliento y si la protección especial que les dispen­
sara esta buena Madre, al llamarlsi en su ayuda
aijuellos h«.*roes cristianos en medi«) del furioso
encuentro y horroroso combate. lisibló, en íin, <*1
orador sagrado «le la coutianza sin límites que
ilebeu poner todos en Msvría Auxiliadora. da(lo
el simor graude que nos professi, y el p(*«ler jnlueuso de que, por gracia, goza. Quiera Dios que
Isis palabras con que ú tul conlianza nos auinmbn
produzcan sus efectos y se vaya ext«'ndiend«> ]M»r
todas paites la devoción hacia la que es el couBuelo de todos, Msiría Auxiliadora.
La función de la tarde consistió en el canto de
los dos primeros misterios del Kosíirio, luego de
acabada la devota lectura que puso término «al
mes de Marúa. Acto seguido, se puso al Señor «le
mauiliíjsto, dejándose oir otra vez los acentos del
Are r<TU«i y luego los melodiosos acordes del
2'antum erno, coronando el piadoso acto la so­
lemne ben«lición qne se dió con S. D. M. A eso
del anochecer, y para d.ar remate á la fiesta,
hubo algunos fuegos artiíicialea, en tanto que la
banda ejecutaba escogidas piezas, para recreo de
la c«mcurreucia. Esta, tanto por la mañana como
por la tarde, asistió á Lis funciones sagradas, lo
uiús numerosa que permitía el estrecho recinto
de la «japiiia, de la que regresaron gratamente
impresionados cuantos presenciaron los honores y
deuuis obsequios que en este día se tributaron á
Moría Auxiliadora, para venerar su memoria y
engrandecer sns bondades. Es de esperar que la
Heina del Cielo en retom o de los sinceros bomenajes que le ofrecen boy sus devotos, no podrá
menos de bendecirlos y de interesarse en sn fa­
vor. Ella los guiará en vida, ya que con razón se

llama Estrella del m ar, y los libríirá de los bo­
rrascosos días de este proceloso pUdago, para
ponerlos en el puerto seguro «le salvación.
Se ve, pues, estimado Sr. D irector, c«>ino do
día en día la devoción y el entusiasmo por Marta
Auxiliadora cunde más y más tninbi«bi «>utro estos
sus hijos, y ninguno dejará de esperar resulttui
de aquí grandes bienes, porque subido es, e«mt«)
10 atestiguan he«*hos iunumerables , «pie «'sta «!«'vocióu reporta á los puobUis todo género de pr«ts])t“ri«lad«‘s aún teitt]>oral«‘s.
Termino, Sr. l)irecf«tr, aprovechando la «teasiem
que se me presenta para ofrecerme de V.

A . S. S.
K. O.

Cooperador Salcsioíio.
Rialp, 10 de junio «le 1895.

11 lii:i I I i Vi i.i I I I I I I I M

I I I I I ri I I I I l i l i I I I I I I I I I

A M É K IG A .
S A - lS r X IA ^ C 3 - 0

C íIIX ,E .

E sc u e la P r á c tic a «ie A g r ic u ltu r a en M elip illa .

{Coniitiuociún),
Discurso dd Sr. Eyaña, Cooperador salesiano,
lim o, y Bdmo. señor:
Señoras y señores :
Refieren los hijos <le Don Bosco que su funda­
dor solía liablaih-8 de una tierra lejana y hosjiitalaria que había vÍ8lunihra«lo en proñ-rica v i­
sión, y donde les deparaba Dios campo fe«ain«lo
pava su ai>08tolado. Un día , «*d la infatigable y
liienhechora peregrinación con que los .Sulesiaiios
van llevando por todo el inundo la Cruz de .Je­
sucristo y las herramientas «leí (rahajo, traiiíos
como providencialmente i>or la mano todoimilí;rosa que maneja las olas y los vientos, llegaron
á estas playas chilenas; y ellos, viajeros sin
puerto, que atraviesan los mares y continentes
sin «letenerse en ninguno, que no ven ni desean
en su sauta jorna«la otro término que la patria
inmortal, sintieron, sin embargo, que llegaban á
un hogar, que estaban entre los suyos, que les
era lícito levautar aquí tiendas más duraderas y
pensar en el úni«jo reposo que ellos conocen, el
del largo trabajar: es qne arribab.an por fin á la
tierra hospitalaria y l«-jana qne Don Bosco les
anunciaba en sus visiones proféticas.
De la acogida que han «‘Dcontrado en este her­
moso y noble rincón del mundo, que ningún via­
jero deja de mirar con sim patía, y cuyos hijos
tienen el rasgo más verdadero del patriotismo,
el de amar al que ama á Chile, os está hablando
esta ben éfit» fundación, que es una de las varias
que ha levantado en este suelo, para su gloria y
nuestro bien, la protectora mano de Maiía Auxi­
liadora. Un celoso sacerdote, enyo nombre no
necesito pronunciar, porque está en vuestros la­
bios, y cuya modestia no temo herir porque es
bastante sincera para creer que esta fnndación
no es obra suya sino de D io s, se propuso dotar
á esta ciudad de sus especiales afectos con uno

— 156 —
<lo nquülloft establecimientos que hacen en las
poblaciones las veces que los iaios en las costas
toniiontosas; que irradian luz do moral y de
verdad para salvar ú los liijos del pueblo de los
irreparaulos naufragios de la ignorancia y del
vicio, como aquolloK salvan á los navegantes de
los peligros de las sombras y tempestades.
Despiiés de algunos años de abnegados esfuer­
zos, poseído por aquella fé que remueve los mon­
tos, con aquella constancia lirmo y i>aciente que
vence todos los obstjículos, el fundador de esta
Casa dos veces bendita, en nombre do Dios y en
nombro do la patria, tiene hoy la íntima y grata
satisfacción do entrogarla eii manos de aquellos
<1110 desde lineo tanto tiempo, aiín antes de que
conocieran nuestros fórtiles campos y nuestro
blando y puro cielo , ya sabían quo existía un
lugar do la tierra en ilondo les estaba prometido
un vasto y fecundo hogar. H oy termina la misión
del virtuoso fundador, y comienza la de los esfor­
zados maestros; y al entregar realizada la noble
idea que ól concibió y li la cual han dado forma
la caridad cristiana y el patriotismo chileno,
cumplo con uno de los más gratos deberes de su
vida, tributando por mi humilde jialabra público
testimonio de su profundo agradecimiento á todos
aquellos que han prestado un concurso sin el cual
esta hermosa realidad no habría sido más que el
piadoso pero estéril ensueño de un sacerdote que
quería servir á su fé y á su patria. H e dicho que
esta obra se debe al patriotismo chileno, porque
considero hermanos y creo animados de^ senti­
mientos análogos á los nuestros, á los generosos
estranjoros cuya puerta no se cierra nunca cuando
80 llama á ella en nombre de nuestro progreso ó
de nuestras necesidades.
Ks quo también, señores, se trata aquí de alzar
un baluarte para la común defensa, de imirnos
contra peligros extremos que amenazan á todas
las naciones y aún á todas las creencias, de opo­
ner sólido dique, el único eficaz, á la ola fangosa
y gigantesca que azota á la sociedad universal,
para entrogarla en escombros á los desórdenes de
la anarquía.
Arrasti’adas por una propaganda criminal y fu­
nesta, las clases trabiijodoras viven hoy en por­
fiada rebelión conti'a Dios, contra la autoridad y
contra la fumiliu; rotos los lazos de amor que
unen á los hombres como hermanos, no vim que­
dando ya más quo los abismos do odio quo los
soparan como adversiuúos. Y lo más doloroso cu
esta horrenda perversión do las conciencias, es quo
el formidabb' Jiuracjiu do revuelta quo es como
postrimer estertor de nuestro s ig lo , comienza á
sacudir también á las clases altas. Nuestra so­
ciedad misma se ha sentido en estos lUtimos
tiempos cruel y repetidamente impresionada con
crímenes extraños y horrendos ipio revelan un
estado social en disolución : uu hijo asesina alevosamente á su padre, con todos los horrores de
la traición y do la codicia, lo entierra en su
propia casa, como pni*a mostrar que ni en ella ni
en su conciencia tiene cabida el remordimiento,
y sobre las mal unidas tablas que ocultan el ca­
dáver destixirado, se pone á contar el dinero que
ha do producirle su pi\rricidio j uu padre, ó el
quo hace sus voces, mata á lento y horroniso
martirio á unos imbres niños que extenuados y
agonizautes no tienen fuerzas ni para gemir, y
quo habrían perecido cu indecible suplicio si el
ojo do la justicia no acierta á descubrir tan inicua
tragedia; hasta los iliáfam>s y dulces sueños tU*
un amor realizado se ven envueltos repentina­

mente en sangrienta nube, que mata para siem­
pre la sonrisa en labios juveniles y la dieba eu
un corazón virginal. Todos, inocentes y culpables
grandes y pequeños, fuertes y débiles, se ven
arrastrados en la turbia corriente que empuja á
la sociedad. E l hombre ha declarado la guerra á
Dios, y Dios no necesita ni siquiera luchar para
castigar y ven cer: le basta con dejar entregado
al hombre á sus propias pasiones.

{Se coiitvuKmi)

BOGJ-OXA.

LA CONGREGACION SALESIANA
y ol Oi*atoi*io festi-vo <le León ZVIIII.
L a institución del día, la obra salesiana de Dou
Juan Bosco, está hoy de plácemes en esta capital,
por la inauguración solemne del jardín para niños
de todas clases, que ha plantado hace poco tiempo
y que se conoce con el nombre de Oratorio festivo.
El paternal cariño que los Padres salesianos
muestran para con esos pequeños hijos, el interés
que toman por el bien de ellos, la confianza y
bondad con que los tratan, han liecho crecer no­
tablemente sn nrímero y ya hoy en los días de
fiesta cerca de cuatrocientas almas infantiles glo­
rifican á Dios con la alegría.
Esos amantes de la niñez, con diferentes juegos,
con obsequios de imágenes, frutas, dulces y liasta
con representaciones breves y jocosas que con­
vierten en escuela de moral, han sabido captarse
la voluntad de ellos. Varias caritativas personas
lea ayudan en aquello.
Cuando so dan las clases de catecismo ó una
exhortación en la capilla, llama la atención el or­
den y buen comportamiento que les han acostum­
brado á guardar, y es cosa que conmueve el verlos
por la tarde hincados de rodillas, á campo raso
y en un completo silencio sucedido á tanta alga­
zara, rezar todos juntos el A r e 2larta y recibir
la dulce bendición que do despedida les imparte
Jesús Sacramentado.
A llí reina la diosa do la Alegría. Una vez que
el niño ha asistido al Oratorio, siquiera sea por un
domingo y obligado por luamluto de sus jiadres,
ya le es sensible despedirse do él y trabajo cuesta
el que lo abandoue á las indispensables horas de
salida. En cierta ocasión encuentra un Padre á
uu niño escondido en la parte oscura de un salón,
parapetado detrás de alguuos objetos y como en
actitud de espía. Lo observa y nota que trata de
ocultarse ú las miradas de un joven que lo busca.
Pasa luego bastante tiempo y al volverlo á \ cr
por la tardo uu tanto cabizbajo, lo interroga acerca
ilol modo como ha pasado el día y él responde:
li e tenido, Padre, nn día dichosísimo j pero ahora
tengo miedo de ir á casa porque mi madre es pro­
testante, mi hermano mayor masón, y me van á
castigar al saber que he estado aqm'. Entonces,
contesta el Padre, hagamos este convenio; di eu
tu casa que un señor muy bravo te sujetó como
un esclavo todo el día, te trató á palos y te pn>hibió moverte. Quién sabe como saldría el chico
de su apuro j es lo cierto que ha vtielto al Oratorio
y siempre manifiesta el mismo gozo y contento de
que allí se disfruta.
Y a 80 están obteniendo los frutos de los desin­
teresados trabajos á que se dedican esos bem-

157 —
vülos sacerdotes, educadores privilegiados de la
iulUncia. E l domingo pasado, á las 7 de la ma­
ñana, en la iglesia de los Padres, estuvo adornada
la mesa eucarística por gran número de niños del
Oratorio j entre éstos unos cincuenta se acercaban
por primera vez á ella, los cuales, después de las
preparaciones requeriaas y de un retiro de tres
üias, iban ya puriücados á recibir de las mismas
manos del Ilustrísimo señor Arzobispo, doctor
Don Bernardo Herrera Restoepo, la divina Hostia
de la le, á adorar en su pecbo al Dios del pe­
sebre de Belén y á depositar por medio uel
sacrumeuto de la conürmación, sus votos de cris­
tianos en las sagradas manos del benemérito P re­
lado, sentando asi plaza de soldados al pie de la
bandera de la cruz. Tiernas y bellas palabras muy
apropiadas al acto, dirigió el dignísimo Pastor
á su pequeña grey, y, con la suavidad que lo
distingue, la invita á entregarse con confianza en
manos de su Dios, á ofrecerle el único sacrificio
por E l reclamado, que es de llevar una vida mo­
desta y buena.
En seguida, los de la primera comunión, tuvie­
ron el placer de acercarse con los Padres al re­
fectorio.
A eso de las dos de la tai'de se nota bastante ani­
mación y corren todos los niños al encuentro de
alguna persona que entta. Es el venerable Jefe
de la Axciiidiócesis que con su exquisita amabi­
lidad deja besar su anillo á todos los cfiicuelos
que acosándolo al derredor se disputan el puesto.
Acto continuo, el simpático y jo via l Padre üliguel
Mitlé, director inmediato del Oratorio festivo, ve­
rificó la rifa de infinidad de juguetes, vestidos,
libros, calzado y m il regalos más que agra­
decían los niños con toda la efusión de su alma.
Cómo sería el gusto de ellos ciumdo su querido
Padre les auuucia que el Ilustrísimo Señor Arzo­
bispo, debido lí su bondad pura con aquellos pequeñuelos, les ha traído generosamente im presente
de cien pesos que se destinarán á darles un fa­
moso paseo.
Comunicaron más expansión á la ilestu de los
niños unas cumx>osicioues llenas de scutiuiieuto y
la música de la banda del instituto, cuyos nota­
bles adelantos hacen pensar en el mérito de su
muestro.
Para cada error ó mal trascendental que resul­
tan en el mundo. Dios envía algún grande hom­
bre, algún santo para conjurarlo, is'o bien acaban
de dar el to<iue de agonía del protestantismo y
cuando aun repercute hasta en las selvas el eco
del rugido del León de Loyola, que saltó á la areua una vez aparecida la audaz secta, cuando hoy
vemos que viene el manso y dulcísimo hijo del
cielo de Italia con su bella Congregación Salesiana
que es como bálsamo suave con frescura de locío,
llovida de lo alto, á apagar el sofocante calor y
el hastío de la atmósfera de infierno del socia­
lismo, en que se asfixian las sociedades modernas.
Es ella, en medio de las estrepitosas cascadas del
bullicio y fiebre del mundo, como la rama de he­
lécho de la orilla que se mece suavemente al
impulso de ios aires fríos de la montaña.
S’ en verdad, que terrible, avasallador y de con­
secuencias funestas y amenazantes para la socie­
dad, debe ser el nuevo mal, cuando ha sido pre­
ciso que la divina Providencia coloque en la tierra
todo el corazón de un Hosco. « 'Ib-abajo, pan y
cielo >, es la paula sobre que él quiere calcar ai
pueblo para salvarlo del socialismo, que requiere

sobre todo, remedio moral. Realmente que matur
anarquistas para destruirlo, es pretender eliminar
el veneno de la vívora á fuerza de lurraneaiio
escamas.
lái es en las ciudades, vemos á los hijos do
Don Bosco, con el atnictivo dcl imán, umoutonav
colmenas ue niños en tlcrrcdor de si, y unmestruriüs en las artes, las letras, la vii’tudj y con
la dulzura de su patrón, el sanio caballero tíiui
Prauciscü do tíales, trasfuruuu' rupazuulos inútiles
y más fiu'de nocivos, en hombres útiles á los suyos
y á su patria.
Cii es en las misiones, los vemos, intrépidos Co­
lones del mundo do Cristo, salvar los océanos,
abordar en remotas regiones como la Tierra del
Fuego, recorrer las abrasadas arenas de las playas
y acallando con voluntad de hierro los gritos de
su cuerpo que pide una gota de agua pura apagar­
la sed, un mendrugo de pan para la boca, ó con
la piel aterida de frío, cuarteada por ia escarcha
y tostada por los vientos, perseguir siu tregua á
las almas penetrando en su busca hasta lo más
espeso de las montañas vírgenes. A' es que ver­
daderamente en sus cristianas y templadas venas
hierve el celo por la gloria de D ios; aquel celo
que hacía exclamar á ese santo Padre de la ju ­
ventud: « Dadme almas, Señor, y retened todo
lo demás. »
En esta ciudad ha habido, en no muchas per­
sonas por fortuna, ignorancia con respecto a lo
que es la institución salesiana y á los civilizado­
res fines que ella se propone; algunas, muy pocas,
y de orden idterior en su filiación política, han
procedido con sistemática animadversión hacia
ella para aiiusionur al pueblo y conducirlo á un
levantamiento cuyo principio buscaban ai acuso;
y tanto es así, que ahogada por el Dobieruo cierta
insubordinación, se notó marcudumeute que deja­
ron en la más completa calma á los Reverendos
Pudres tíulesianos.
Ojalá que en esta capital, de piedad sólida, uos
dediquemos todos á apoyar ia grande obra de Don
Bosco, uim cuando sea con nuestros pequeños úboloB; que no la dejemos trabajar sola
cosa que tanto uos interesa, como es el bien de
nuestro pueblo; que seamos todos suyos, vivamos
de su vida y palpitemos unísonos con ella.
Debemos pronunciar aquí muy alto el nombre
del varón fuerte, que es la energía y la actividad
reunidas; á quien no agobian el martirio moral
de asiduo confesor, sus vigorosos sermones, ni los
cuidados de ima grau casa; y de quien va á Agua
de Dios y á Santander á estrechar contra su pecho
de apóstol las mismas llagas y úlceras vivien tes;
y no temamos que con esto se altere su modestia,
que el Padre don Evasio P^abagliati es muy de
Dios para prestar oido á los dichos de los hombres.

{E l Telegrama).

1111111111111 [ m 111II n 1111111 í í I

NOTICIAS DE NUESTROS MISIONEROS.
MISIONES S A L E S im S DE U PATAIiONTA,
Publicamos á continuación el Informe que el
Ilnstrísínio señor Caglíero envió al señor Ministro
del Caito, por medio del limo, señor Dr. D. Juan

í

i

— 158
A. Hoiuio, rcupecto á 1¡ih M íhíuiios SalcBinnas de
la I ’atiiguiiia:
E xcM O . S e ñ o k :

proMeiitur á V. E. el Infonno sobre
las Misiuiies ú cargo de los Sacerdotes Salesiaiios y ileriiiaiuiH do Maiia Auxüiadoia eu los
'rorritoriüs ÍJucioiiales del liío N egro, del Nouquéii, del (Jlitibút, Sauta Cruz y Tiorru del Euego.
El año transcurrido fue fecundo <iu obras evan­
gélicas para el bien de los indígenas, bastante
numeresos y muy desparramados en estos desier­
tos, y eji obras do adelanto y progreso para el
bieneslar de las colonias que se van poblando
cada (lia más y cniiumuido inicia los saludables
senderos de la lleligión, do la moral y de la ci­
vilización.
]>XÍKÍ0I10.S.
Nuestros Sacerdotes Misioneros lian recorrido
una y mas veces las margenes del lito Negro, del
liío Colorado, del lito Neuquén, del Lim ay y
atravesado por centenares de leguas los montes,
valles y (quebradas de las ourdilleras, desdo el
paao de liuriloehe al liío Jiarranca, que señala
los límites entre la i>ruviueia de Mendoza y la
gobernación dcl Neuquén.
Además, con un viaje de siete meses, dos de
nuestros Misioneros visitaron los grupos de indios
'l'lieimelclies, silos eu BalcUetu, eu los valles del
Cimüút y Maquiuchou liasta el lago Nabuel-buapi
y Juuin lie los Andes, ai paso que otros reco­
rrían, en la regiones más australes, los valles do
¡Santa Cruz, liío Ualiegos y las llanuras del liío
Chico.
Estas escursiouos aiiostólícas y los trabajos
evangélicos eu las liesideucias y Estaciones de
m isión, dieron por resulctido la conversión de
muchos indígenas, el bautismo de niillares de cria­
turas, ademas do los cousuclos religiosos propureimiudos á los pobres moradores del desierto, con
vmitajus iiimeusas para Ja iustruccióii moral y
religiosa, y jiura la civilizaeióu cristiuua de estos
nuevos pueblos que siu duda algum i, van ú ser
los primeros cimientos de una futura y tlurccieute
l ’roviücia.
'X’i i i i i í i í . v
INiiovu

Oon«ti*u.ccioii.es. — Igrlcslass. — Coleg-ios. — 1-Iospitalcis.

Eu Koca se concluy<3 el templo y se inauguró
en diciembre próximo pasado, con universal jú­
bilo de ,1a guarnición y do la población entera,
que desdo hacía tiempo suspiraba por ese sagrado
edificio indispensable para su vida moral y para
el muvimieuto social do la colonia.
Los gastos fueron sufragados por la población,
por la Misión y por el Superior Gobierno. Allí
nuestros pudres y las Heruiauas de María Auxilia­
dora regentau con el aplauso de los liabitautes y
autoridades los dos colegios do la misión. Y basta
se bau odiado los cimientos de un hospital ya
provisto de su botica, á cuyo frente están las
Jíermanus de Caridad. Y á nadie se oculta lo in­
dispensable que es un establecimiento de esa na­
turaleza eu aquellas alturas y en aquel centro dcl
desierto.
En Juuin de los Andes, Gobernación del Neu­
quén, se está así mismo concluyendo la nueva
Iglesia, y nosotros hemos emjíezado nuestro ediliciü de liesideucia, escuela y hospital, necesarios
para aquella numerosa colonia, de grande porve­
nir y que es á la vez baluarte de la República
en aquellos lejanos parajes.
E q Conesa, sobre el Río Negro, acabamos de
techar la nueva casa de la Misión, que servirá
de Iglesia provisoria y de colegio para la instruc­
ción y educación cristiana de aquella creciente
población.

c iiu u u o :.
!3XÍ!SÍóu

— Colcí»*io.

1X u !s i >í 1 u L.
Eu Rawsóu, capital do la Gobernación del Clmbút, nuestros Padres y nuestras Hermaims son
valla á la herejía vecina y salvaguardia para los
católicos argeutiuos, cuyos hijos frecuentan la
iglesia y los dos colegios de la misión. Y' como
su impusiera la necesidad de un hospital en aquella
tim apartada eomareii, ya se está editicando cou
los reciu'sos do la pobliicióu, do la misióu y es­
peramos tambiéu que del Superior Gobierno.

x’u iiio o .
-

31«ilviims.

Eu la costa oriental do la Tierra del Fuego,
cou no pocos SíUTiUcios iiersouales y pecutiiiuños,
pudimos al tlu abrir la nueva Misión de la Candoluria eon casas, iglesias y escuelas, sobre la
iiuírgeu del lito üraude. A esa nueva misión ueudierou eu número de más do quiuieutos los in­
dios Omis y los Aealufes, dispersos en los alrededorisB de Cshuaía, á ios cuales, además de iustruirlos en las verdades cristianas, fue preciso
proporcimalíes alim ento, vestido y abrigo en
casas y chozas de madera, como ya lo hicimos eu
la Misión do S. lialael, en la Isla Dausóu. ¡ Y
es preciso decirlo, las Uermauas de María A u xi­
liadora, eu aquellos climas gélidos é inhospitala­
rios. nos prestan su couciirso no solo abuegado....
henneo!
En las Islas Malvinas, asimismo continúan írabiyaudo^ cou bastante provecho, nuestros ¡sacer­
dotes misioneros eu favor de aquellos habitantes
del Atlántico y en bien de la instrucción y de
nuestra 8auta Keligióu.

R IO

IM iaiX O .

O o lo fíio . — Xi^tsíouelíi <lo .A.i’ tOís y O lÍ4*ios<. —XOasfuolti asíi’ic o líi. —XXo«— ^V.!ssUo <lo j>Xouoi*os.

Eu Vieduia, capital del Rio Negro, mediante
la constancia, los cacriticios y gastos sin nüminro
de nuestra Cougregacióu, acabamos de dar la úl­
tima mauo al cditício líel nuevo hospital, más
cómodo y más ventilado que el primero. Consta,
pues, do su botica surtida de toda clase <ie re­
medios, salas para convalecientes y tres espacio­
sos salones ¡uira los enfermos. Y es único para
todo el vasto valle del Río Negro y para el in­
mediato Partido de Patagones.
Desde su fiiudacióu, que fué á mediados de
1S89, entraron más de quinientos enfermos, de
los cuales cuatrocientos cincuenta salieron cura­
dos. Este hospital está á cargo de la Misión y lo
dirigen las Hermanas de María Auxiliadora, y
nos quedamos pagados con poder aliviar ú la i>o­

bre humanidad y cooperar al bien espiritual de
las almas.
So va concluyendo también la nueva y gran­
diosa construcción de tres pisos, destinada para
colegio y escuela de Artes y Oficios. Y ya en sus
vastos salones, clases y talleres estudian, traba­
jan y aprenden como ciento cincuenta niños ex­
ternos, pupilos, indígenas y menores, que nos son
confiados y recomendados por las autoridades del
Territorio.
Por lo re ga la r, los alumnos que concurren h
nuestros colegios salen sobresalientes en los exá­
menes que rinden, presentes las aiitoridades ; y
las obras que salen de nuestros talleres de berroría, carpintería, hojalaleiia, zapatería y sastrería,
son alabadas por las personas inteligentes; como
también son elogiadas las piezas que á menudo
nuestra banda instrumental toca en las solemni­
dades religiosas y fiestas patrias.
Nuestra escuela práctica de agronomía progresa
con admiración de todo el vecindario; la viña
con sus ricas uvas, la horticultura con sus legum­
bres y verduras y los árboles con sus sabrosos fru­
tos, son argumento incontrastable del adelanto
de la agricultura en este valle hasta ayer infe­
cundo y estéril, y sus productos no son de poca
utilidad para las doscientas bocas, que reclaman
su pan cotidiano en esta casa, centro de la Mi­
sión y Asilo de los desamparados.
Las Hermanas continiían trabajando en su vasto
colegio y asilo anexo parala educación de ciento
cincuenta niñas externas, pupilas y huerfauitas.
Y tanto ellas en Viedma, como sus hermanas en
lloca y en Rawsón del Chubút, se esmeran en
rehabilitar á las pobres menores y mujeres delin(‘uentes depositadas en nuestras casas por Jas au­
toridades judiciales.
Y consuela ver como estas pobres infelices ade­
lantan en 'la religión y en la instrucción alcan­
zando aprender á leer y á escribir y á practicar las
virtudes del cristiano y de su sexo.
Apenas á grandes rasgos , excelentísimo señor
Ministro, puedo extender este informe, sea para
no tediarle, sea para no distraerlo de sus graves
ocupaciones: creo empero. se.a anficientemente
para darle una idea cabal de todo lo que la Mi­
sión Salesiana está realizando en estos a¡»artados
Territorios en pró de la Religión, del progreso y
adelanto de esta rica porción de tierra argentina.
Y basta para poner en conocimiento del excelen­
tísimo señor Ministro que sin un valioso apoyo mo­
ral y material del Superior Gobienio, no nos será
posible continuar con éxito y satisfacción común
la grande obra de la conversión, colonización y
civilizaciém de la Patagonia, confiada sino en
todo, en parte, á nuestro celo y á nuestro apos­
tólico ministerio.
Saluda al Exemo. señor Ministro
S. S. S. y Capellán
JU AN

Obispo Tit. de Zfagida
iedmji, marin de lítSS.

B R A S IT .
Carta de Sa Excelencia Reverendísima limo. Sr.
LUIS LASAGNA, en su primer viaje al Mallo
Grosso.
V.
ol i’io S a u
noI h ’O
ol Ciiy*al>st:
m al
>'ij\ia I
¡O lía n la alniiulaiioia «lo pi'^^iai'OK
y «le |>«'«*osI — Itii <i*ií,ii«*o >5n«*«*xo.
—13«'l v a p o i’oitojí lina l>ai*«*íi. —
oonileinoK «V ti«'i*rti. — IL.U'íS'ainors á
la oai>ilal.
D ÍA 11 de junio al anochecer, estábamos ya
todos sobre el frágil vaporcito Coxipó , en el
que apenas si nos fué permitido llevar con noso­
tros algunas maletas con lo más indispensable.
Todo lo demás debimos dejarlo en Corumbá;
puesto que, siendo ya muy poca la profundidad
del río, corría peligro el vaporcillo de encallar ;
por esto era necesario aligerarlo cnanto fuera po­
sible para mantenerlo á flote. A más de unos
ochenta pasajeros, venían unos cuarenta soldados,
con sus mujeres y niños, como aquí se usa, ne­
gros y mulatos, indios y mestizos. El vaporcito
no tenía sino pocos camarotes para señoras, y por
fortuna el piloto me cedió gentilmente el suyo
pava mí y para mi secretario. A popa y á proa,
como á ambos lados del vaporcito. había estre­
chos corredores abiertos, que de día servían de
paseo y refectorio común y de noche de dormi­
torio general.
Cada cual se arreglaba como podía ; con un
saco ó una manta do viajo y una iiiabda por al­
mohada, so pasaba la noche lo mejor que se po­
día. Los que disfrutaban de buen sn«*fio y de sa­
lud á toda prueba, oran más que afortunados,
pues á la mañana se levantaban c<m solo los
liiiesos algo doloriiloa. No fue tanta mi fortuna;
ya que atravesando dín.s y semanas enteras lu­
gares pantunosoB, de donde el s«>l levantaba den­
sos vapores, que condensándose á la noche caían
en fina llu via húmeda y n ociva, qne m* j)odía
evitarse, despertáronse en mí punzantes dolores
reumáticos en las espaldas, latios y espina dorsal.
Pasé muy malas noehes y de día me levantaba
niuy mal parado. Tanto sufrí que todavía no me
he restablecido completamente.
De nuestros hermanos ningmio so ha resentítlo.
y el ánimo y la alegría no han faltado jamás
entre nosotros.
El vajmrcito se detenía cada 24 Iioras para pro­
veerse de leña, que es su combustible, en los lu­
gares dontle algtmo de esos hombres atrevidos
habían plantado su cabaña, para la cría do ani­
males y el enllivo del arroz ó del inniz, en aque­
llos miasmáticos pantanos.
A l cabo de dos días dejamos el río Paraguay
á la izquierda para entrar en el San Tv«)renzo,
sobre enyas riberas acampan los Indios Corvados,
entre los que nos hallaremos dentro de poco. Des­
pués de 28 horas de navegación por el San l o ­
renzo. lo dejamos á la derecha para entrar en la
boca del pequeño y s<'ri>enteantc Cuyaliá.
Nada de notable nos había acontecido hasta
a q u í; pero bajándose las aguas veíamos sumer­
girse mayor número de rei»ugnaní«-« ct»c«Hlrilos.

— 160 —
PiiH/ilMtiiios á ¡loco» metr(»K <lo olio» ])c-ro no b6
inquiotabun por iiudio. EclmdoB sobro la arena,
<ton la cabo/.a un jioco Icvimtaila y baciondo cen­
tellear al Hol los agudos y formidables dientes de
BUS enoianes nmndíl>ulas, nos seguían inmóbiles,
con sus Haitones ojos. Si á bordo no se hubiera
prohibido tirarles, bü habrían ]>odido matar nmc’hos. Su cuero sirvo para forros de maletas y
baúles; mas aquí ninguno so dedica á su caza, á
excepción de los indios, cuando bíS aprieta el
hambre.
Soltro nuestras cabezas vimos pasar gi-andea
bandadas do papagayos, verdes y pequeños, lla ­
mados cotürrittid , y de los comunes do plumas
verdes y amarillas. También vimos otros muy
grandes verdes rojos y amarillos, con un enorme
pÍ4to curvo. A<iuí los Ilaniau araraa, los salvajes
los domestican en sus tiendas, para adornarse la
cabeza y cintura con sus plumas en los días de
liesta, y i>or que en su superstición creen que el
alma de sus difuntos pasa al cuerpo del arara.
En estos ríos hay una gran abundancia de pe­
ces. So halla el i)acñ, el dorado, el piraputauga,
(d pez rey y otros m il grandes y pequeños, ador­
nados algunos con los más hermosos colores; sus
canicR son tinas y exquisitas. Se los ve atravesar
las aguas y saltar sobre la superficie de las ondas,
alegres y jugiuítoues it pesar de que tienen nu­
merosos y feroces enemigos. A más de los coco­
drilos, de los camaleones y de los mismos tigres,
que Imbrientos so arrojan al agua para aferrar
ctm SUR unas los grandes peces; sin contar el
llamado lobo marino y el capivar, dos grandes
mamíferos anllbit>8 quo so alimentan de peces;
i quién podría euumemr la gran variedad do pá­
jaros acuátií‘08 (|UO i>asan continuamente de la
una orilla lí la otra, sumergiéndose, nadando,
arrojámlose repontiimmonte, quien de un modo
íiuien «le otro, asediando á cada momento la vida
lie los pobres peces?
Do entro estos pájaros hay algunos que con las
alas estendidas ocu])au más do dos metros, y otros
quo tienen las patas, el cuello y el }>ico tan lar­
gos que soríuu una verdadera nionstruosidad, si
uo su supiera que Dios los formó así para quo
pudieran procurarse su alimento.
Esto no obstante, los peces son siempre nume­
rosísimos. Tanto <pio algunos indios acostumbran
acecharlos en algunos ángulos del r ío , y do esti5
modo los cojon en cantidades enormes, y puestos
en grandes ealderas, les extraen la grasa, que á
los pobrecitos les sirve para las luces y para ooudimonbir sus comidas.
A l sobrevenir las grandes lluvias, en setiembre
y octubre, priueipiau los iii>s á salirse do madre
y los grandes peces pura sustraer sus crías á la
voracidad do los cocodrilos, penetran por los
canales que se abren en los estanques y nuevos
lagos que so forman en las florestas, donde de­
ponen sus huevos y ven aumentarse á millones
BU progenie. Y cuando al cesar las lluvias, hacia
abril ó mayo, principian á bajarse las aguas, to­
dos juntos, como un ejército imueuso, temiendo
quodai'se en seco, vuelven nuevamente al río.
Sucede con frecuencia quo alguno les cierra el
puso, en cuyo caso al secarse los lagos, los reco­
gen á carretadas para extraerles la grasa.
Navegando por el rio Cuyabá, misamos cerca
de un lugar tristemente célebre. Se llama/líccada
lio aternuio, ó oam|>o del terraplén . portpio la
casucha está construida sobre un cerro artificial,
luira preservarla de las inuudacioue.^.
V ivía aquí, \>oco8 años hace, uu tal Figueredo

con su fam ilia y varios campesinos, ocupado en
criar animales y cultivar algunos cereales. Arma­
dos de buenos fusiles para atemorizar á los In­
dios, cazaban á cuantos se acercaban á sus po­
sesiones. Estos Indios eran los Coreados, los
mismos quo la Providencia quiere confiar á los
Salesianos, Mas los ludios en vez de alejarse,
ofendidos en sus derechos do soberanos de aquel
suelo, y provocados por los asesinatos cometidos
en sus hennanos, como verdaderos salvajes, ju ­
raron vengarse.
Espiaron el momento en que el señor Figue­
redo, alejándose con sus criados de su casa, aten­
diera á los trabajos de la veciua floresta, y ellos,
penetrando cautelosamente entre los densos bos­
ques , sorprendieron en su casa á la señora con
sus hijos, y los estrangularon á todos sin que ni
siquiera uno se salvara. Las cabezas de la madre
y de los hijos las colocni'on sobro palos plantados
á alguna distancia en el jiatio y Bu sangre la pu­
sieron en platos sobro la mesa j'a preparada para
la cena.
A l anochecer volvía alegremente el señor F i­
gueredo á su amado hogar , y no oyendo, como
de costumbre, los festivos gritos de sus niños que
saltando salían á su encuentro, apresuró el paso
lleno de sobresalto, y cuando llegó al patio dio
un grito y cayó al snelo fuera de sí. Sus criados
lo acomodaron en una barca y se lo llevaron muy
lejos del nefando sitio, que no volvió á ver ja ­
méis. V iv e aún, mas está loco; pasca solo, y fre­
cuentemente gesticula y acciona como un deses­
perado, levanta loa ojos al cielo y llora, llora
inconsolable su tremenda desgracia. ¡ Pobre
hom bre!
Y o bendije, con el corazón trasp.asado de dolor,
la tosca Cruz que so levanta sobre el sitio del
suceso, ó imploró la misericordia do Dios sobre
la pobres víctimas inoceutea y sobro los desgra­
ciados é ignorantes verdugos.
El día 2,") de junio al anochecer, nos detuvimos
ante una casa campestre, donde esperaba un co­
rreo á caballo, venido por orden del Presidente
del Estado jiara saber si los misioneros llegaban
en el vaporcito. Apenas recibida la favorable res])uesta. desapareció por los serpenteantes senderos
de la floresta. Esto era uu signo de que nos fal­
taba ya muy poco camino que andar. Un ]>oeo
más arriba siendo el río poco iirofnndo y más suave
su eorriente, la arena do los bancos so acumulaba
en demasía y nos cerraba el paso ; por lo que el
capitán hizo trasladar á una barca todas las m.v
lütas y objetos de algún peso para aligerar el va­
por y do este modo tentar el paso quo se hizo
con feliz resultado. Esperábamos poder llegar á
Cuyabá, la capital, la tardo del día siguiente,
mas nos engañamos; por la mañana, mientras nos
])reparábamo8 para celebrar la santa Misa en mi
habitación, el. vapor encalló por segunda ver en
los bancos do arena.
El capitán, por su parte, uo omitió trabajo al­
guno para vencer este nuevo obstáculo. Hizo des­
cender á todos los pasíijeros y bajar los enseres
á la barca, y do este modo volvió á flote el mez­
quino vaporcito. que prometía conducimos al me­
nos hasta Cuyabá.
Mando á algunos marineros que soudearan el
río en varios sitios, luego retrocedió y volvió á
avanzar hacia la derecha, luego hacia la izquierda,
después por el medio, tentando en mil maneras
salvar este obstáculo. mas todo fue in ú til: la
arena uo le permitía avanziir. Entonces mandó
I hechar anclas á la sombra de los árboles de la

— 161 —
orilla próxima, para librarnos de los rayos de im
sol abrasador y luego nos llamó á bordo por ú l­
tima vez para la comida.
Nosotros abandonamos para siempre el vaporcito Coxipó j nos colocamos como sardinas en una
barca chata. ¡ Qué larga, qué eterna fué aquella
noche!
Los mosquitos, no nos dejaban ni un momento
en paz y nos chupaban la sangre. En vano creí
poderme librar de ellos poniéndome dos pares de
gruesas medias, no obstante el calor que hacía;
pues con su larga trompa sabían habrirse el ca­
mino para llegar á la carne.
La barca ora empujada jior diez robustos hom­
bres, i>or cuyo pecho y espaldas desnudas, corría
abundante sudor. Nosotros, envueltos eu uua
manta para defendernos del copioso rocío, en vano
tentábamos conciliar el sueño.
Los remeros para no decaer al i>eso del trabajo
se mantenían uniformes en los empujes, mar­
cando un compás extraño con los pies, que rom­
pía los oidos. Era, pues, imposible pegar los ojos.
Finalmente apareció la aurora y la barca se
aproximó á la orilla, donde fué atada á un tronco
para dar un poco de descanso á los fatigados ma­
rineros, mientras que nosotros con impaciencia
saltamos á tierra y corríamos cada uno por nues­
tro lado para descorrearnos y para otros fines que
no es del caso nombrar.
Después de tomar algo de vizcocho, con un
poco de salchichón, que nos supo á gloria, y uu buen
vaso de agua del río, emprendimos nuevamente
nuestro viaje á Cuyab'S, á donde llegamos entre
el volteo de las campanas, conciertos de la banda
musical y disparo de morteros, el día 18 de junio,
á las 12 en punto, esperados, abrazados y feste­
jados por el Obispo limo. Sr. Carlos d’ Anionr,
por el digno Presidente del Estado, por Genera­
les y Magistaidos y por todo el pueblo que se
apiñaba á nuestro alrededor, y que nos acom­
pañó entre nubes de polvo basta la iglesia de San
Gonzalo, en la que se cantó un solemne Te Deinn.
V I.
Ouj-al>íi; s il posi<*i<Sn, su a s p e c t o y
p r o d u c to s u sitiii*»les. —
oión. — B íli't iu r íi co stu in l> re. — L o
q u e del3ei*Au lia c e i- lo s 3Xisloueros.

será conveniente le dé algunas noticias de esta ciudad y del extensísimo Es­
tado del Matto Grosso, del que es capital. Cujabá está edificada sobre dos colinas paralelas al
río, y separadas por un arroyuelo, que si bien
Una gran parte del año está seco, en tiempo de
lluvias se llena y corre soberbio al río.
La población será de cerca dieciseis m il ha­
bitantes. Las calles estrechas y tortuosas, que en
la estación de las lluvias son otros tantos torren­
tes. Los edificios son casi todos de un solo piso,
sin gusto ni arte, pero bien arreglados, con patio
y huerto. Las pocas iglesias están construidas al
antiguo uso portugués en forma de salón que se
estrecha para dar lugar al presbiterio y sacristías
laterales. E l Obispo tiene solamente tres sacer­
dotes que le ayud^^n en la capital, y otros ocho
diversas parroquias, de las cuales, muchas, hace
lugos años están sin pastor. Hay un Seminario,
Erigido hace cinco años por los celosos MisíoBeras Lasaristas, que son la Providencia de la
iglesia del Matto Grosso : pero las vocariones son

tan raras, que el Obispo en diez y seis años solo
pudo ordenar im sacerdote, y mientras escribo no
hay si no uu seminarista que estudia segundo
año de latín.
Desde hace tres años existe también un asilo
para niñas dirigido por las Hermanas de la Cari­
dad. Es la obra predilecta del Obispo que Im heclio
prodigios de caridad y de santo celo pava obtener
su fundación y engrandecimiento. Asila unas cua­
renta niñas internas y otras tantas externas.
Cuenta tres cuarteles de soldados y uu arsenal,
uua farmacia, un destartalado teatro, que funciona
raras veces, y varias casas de negocios que i>rovecu á precio muy subido á los liabitautes del
Estado las cosas más indispensables á la vida.
El suelo es muy fértil, rico de aguas, maderas
y minas de oro, de plata y do hierro, aún no ex­
plotadas. Los productos son variadísimos y algu­
nos de extraordinario valor, como la goma elás­
tica y la ipecacuana, que forman la principal
materia de explotación de este extenso país. La
ipecacuana es la raiz de un arbusto que aquí lla ­
man puaya, que se encuentra en los bosques y se
reproduce con la más mínima raiz que siempre
queda anexa al suelo. L a goma elástica, á su vez,
se extrae de un hermoso {irb ol, derecho y alto,
llamado por los botánicos syfonia elástica, que
crece vigoroso en los terrenos bajos, que por v a ­
rios meses yacen bajo los aluviones de los afluen­
tes del Amazonas. Estos árboles se llaman aquí
sirinyaes y forman grandes selvas, en gran pai'te
todavía sin explorar, fuentes de fáciles ganancias
para los habitantes de la campaña y de grande
riqueza para la nación. Un solo hombre puede
extraer en un día imís do 30 K g. de goma, que
se paga sobre el lugar á 4 pesetas el K g. ¡ Y con
qué facilidad puedo extraerse ! Hacen varias in­
cisiones eu la corteza, y la sabia que corre abun­
dante se recoje en uu recipiente, lomuido con la
corteza de una fruta muy jiarecida á la calabaza
y se aplica al tronco con un ik >co de fa n go ; por
la tarde recojen esta sabia en un c a h h T O , la i>onen al fuego y la condensan con ácidos; una vez
condensada hacen bolas que venden á gran ])recio á los tratantes que á su voz las mandan á
Inglaterra, donde se usan i>nra los variadísimos
trabajos de goma elástica.
Eu esrits florestas se liallan también el árbol
de la quinina y la planta de la vainilla ; so})re
las orillas de los ríos la zarzaparrilla, y en las
regiones confinantes con el Paraguay, la yerba
mate, que se extrae de un árbol, no más grande
del naranjo. Sus hojas tostadas y machacadas,
dan un polvo semejante al té de las Indias, pero
de un aroma y efectos tónicos que le hacen más
recomendable. N o hablo de la caña de azúcar
que crece pronto y vigorosam ente, del algodón,
cacao, arroz, maiz y jadías, que dan varias cose­
chas al año y en gran abundancia.
E l café se cría en algunos sitios; y el trigo se
sustituye, en todo este territorio, con la man­
dioca, planta ñudosa, parecida á nuestro geranio,
pero mucho más alta. Después de ocho meses, su
raíz se halla transformada en un bulbo mucho
más grueso que nuestras zanahorias, y de más de
dos metros de largo y unos veinte centímetros
de diámetro. Asada al fuego ó dentro de grandes
calderos, se obtiene una harina que sirve para
diversos usos y que constituye el ordinario ali­
mento de estas poblaciones.
L a educación está poco extendida en las cam­
piñas, donde las comodidades de la vida se ig­
noran por completo. Eu una estrecha cabaña de

— 162 —
palos cubierta con liojas secas, á veces abierta
por dos extremos, viven frecuoiiteuieutebombres
y mujeres, niños y ninas, todos juntos, con el
cerdo, cou la cabra y con una media docena de
perros, i>or lo menos; no se encuentra ni una
mesa, ni una silla, ni un armario. Dos piedras y
una cacerola forjuan la cocina y el bosque es el
refectorio común. A los palos de la cabana atan
algunas redes que do noche les sirven de lecho
y de día de nsieutos. Un viejo baúl es el único
mueble de muchas cabañas.
Raros son los inatj iinonioa; por lo que sus
uniones son provisorias, sin aspiraciones para sí,
sin iutorfis para sus hijos.
Y no obstante, con suelo tan fértil, con tanto
abundancia de lodos los bienes do Dios, ¡ cuúu
filcil lo sería al hombro adquirir una posición de­
corosa y dejar á sus hijos una heredad, con la
que pudieran v iv ir cómodamente sin grandes tatig a s ! Mas el calor propio de este clima, la gran
facilidad de adquirir pescado y frutos naturales,
como bananas, naranjas-y la mandioca, iucliuiin
estas poblaciones á la holganza y al abandono.
No piensan nunca en el día de mañana , y te­
niendo hoy con que llenar bien ó mal el estó­
mago, tumbados á la sombra i)asau las horas fu­
mando y bebiendo el aguardiente destilado de la
ciuia do azúcar.
En muchos sitios, los niños van completamente
desnudos hasta los doce años ó después , lo que
causa honda pona al verlos. Parecen animalitos:
colo les falta andar ú gatas. Tienen la bárbara
sostumbre de aguzar los dientes incisivos á los
niños después de los oehos años. Con un cuchillo
aplicado al diento hacen saltar los pedazos á gol­
pes do imirtillo, y de este modo aquellos pobres
infelices, á costa de horribles sufrimientos, pue­
den lucir por toda su vida sus aíilados dientes
tMuno los do un cocodrilo.
Aquí no so conocen nuestros instrumentos de
agricultura, como el arado en sus múltiples for­
mas, etc., etc. Usan solamente el azadón para
toda especio de plantaciones, y la naturaleza es
tan fecunda, que recompensa abundantemente sus
trabajos cou todo bien de Dios, varias veces al año.
Causa maravilla ver como en medio á tontas ri­
quezas, estas gentes se obstinen en v iv ir en tonta
miseria y privaciones. ¡A b ! ¡si supieran tTabajnr
con energía y sacar provecho do su trabajo! No
existiría en el imiudo uu sitio miis rico ni más
próspero que este.
Por esto será muy conveniente comenzj\r aquí,
más bien qxte en otras sitios, por abrir escuelas
de agricultura práctica y talleres para los otlcios
más necesarios á la vida. Con el trabajo y ense­
ñanza 80 podrá fácilmente levantar este pueblo,
que en general es de buena índole, dócil, respe­
tuoso, y ngeno á los crimeues que se lameutau
donde reina la relluada civilización de nuesti’O
siglo.
Los abortos, por ejem plo. los infanticidios y
otras nofaudades, son aquí complctanieute desco­
nocidas; todo esto nos hace esperar que el mise­
ricordiosísimo Señor se apiadará de este pueblo
tjm sen cillo, y lo mandará buenos Misioneros y
celüsíis maestros, «lue lo conduzcan al camino de
la salvae-ión eterna, eleveu su dignidad, y le en­
señen los medios uuis oportunos |>ara su pn>speridad, que lo engrandezca á sus ojos, y á los de
las naciones vecinas.
Pero nuestra obra eu estas regiones debe en
modo especial dirigirse en favor de h>s pobres
salvajes; V ., seiu>r Don Rúa. espera sin duda

que yo le dé algunas noticias sobre ellos. Pues
bien ; Don Maláu y Don Solari se han ya enca­
minado á la tribu de los Coroados, situados sobre
las riberas del río san Lorenzo.
E l Gobierno nos cede la dirección del grupo
que forma la Colonia Teresa Cristina, guarnecida
cou veinticinco soldados. E l Sr. Presidente del
Estado, Eexmo. Sr. D. José Manuel Mnrtinlio,
abogado, hombre de recto criterio y de bondad
exquisito, nos ayuda en esta obra, con nna dili­
gencia ó interés dignos del mayor encomio. Ha
mandado retirar de allí á un Coronel que era
Comaudantü de las fuerzas y jefe de los Indios,
y deja todo en las manos del Misionero, con plena
autoridad en el gobierno, y libertad para iniciar
ó hacer las reformas que creamos necesarias. Dió
un bneu guía á nuestros hermanos y, cuatro cria­
dos cou mulos y provisiones para su largo viaje
de diez días á través de las florestas; deberán
buscarse la carne con la caza y dormir al cielo
raso, sobro hamacas tendidas de una á otra rama
de gigantescos árboles, para librarse de las cari­
cias de los tigres y de las visitas de las serpien­
tes. Mas esto lo sabrá á su tiempo por ellos
mismos.
Y o entretanto le digo que la tribu de los CorondoB pertenece á la raza Tupí, que es más co­
mún al Norte y Oeste del B rasil; mientras los
otros salvajes del Sur y del Paraguay pertenecen
á la raza Guaraní. Son cerca de 20 m il esparci­
dos en pequeños grupos, por las florestas. Apeuw
trescientos se acercan á la Colonia para recibir
la ración del Gobierno, y estos después de algnnos meses ceden el sitio á otros y vuelven á em­
prender su vida errante por los bosques y los
ríos.
.
Todos nuestros esfuerzos deberán , pues, diri­
girse á atraerlos á nosotros, reunirlos en pueblecitos y fijarles uu sitio lijo para instruirlos en la
santo Religión, en la agricultura y en los oficios
más comunes. Pero antes de que pueda obtenerse
uua tal victoria , ¡ cuanto tiempo deberá pasar,
cuantos gastos deberán hacerse y cuantos smloros, sacrificios, sufrimientos soportar los pobres
Misioneras!
Pero confiamos completamente en el apoyo ue
María Auxiliadora y esperamos ver dentro
poco levantarse la cruz de Jesucristo en las fierestas vírgenes, y cobijar bajo su som b ra, eo
solo á los Coroados, siuo también á los Bakilierins, á los Charvantcs y á tantas y tontas otm
tribus como viven errantes bajo el verde tache
do los frondosos y gigantescos árboles de esta*
zonas tropicales.
vn.
D e i s o i ú p o i ó i i y u s io s e l e l o s C o r o a *
< lo s .— S u . g - o l > i e i r u o . — H a b i l i d a d
l a e a »s a y p e s c a . — X r i s t e c o u d *'
c*i<5u d e l a s l u u j e r e s . — C r u e l d a d
o o ii lo s lila o s .
•^TÜXESruÉs de haberle descrito el largo v i #
hecho para venir al Matto Grosso, no íe
será desagradable, según creo, oir algunas infor­
maciones más importantes que yo recogí en aqa«líos mismos sitios, sobre los Indios Coroados. !^
mado este nombre en su acepción lite r a l, quiere
decir tonsurado ; y en verd a d , llevan todos e
la coronilla una especie de tonsura, que se hacen
arnmcáudose los pelos, i No podría muy bien ser

— 163 —
mente. Ellas están encargadas de la cocina, de
qae hayan tomado esta costumbre de algún Mi­
fabricar los pucheros, de partir la leña con ha­
sionero que en otros tiempos les haya visitado f
chas de piedra, de encender el fuego frotando con
L a estatura de estos Indios es generalmente
fuerza y rapidez un trozo de madera en un agxialta j son de color bronceado, tienen los ojos
jero abierto en nn leño seco, de hacer cestas de
negros y rasgados, pómulos salientes, nariz chata,
mimbres especialmente la llamada baquiié, dentro
boca grande y labios abultados como todos los
de la cual ponen todos sus enseres, que sobre la
Indios de la raza americana. Tienen la ñ-ente
cabeza trasladan á largas distancias, mientras
toda cubierta de pelo hasta cerca de las cejas y
sobre sus espaldas y costados llevan á sus lujos
no toleran ni siquiera uu pelo en todo el resto
pequeñitos.
del cuerpo, arrancándoselos todos uno á uno.
Van completamente desnudos, llevando al cuello
Su sencilla cabaña consiste en cuatro palos y
y muñecas collares de conchas y caracoles, redon­
un techo de hojas de palma, del cual cuelgan la
deados con los dientes ó con piedras y agujereados
caza. Dentro de una bolsa que llevan siempre
en el centro con un hueso afilado j por él pasan
consigo, conservan sus ti-ofeos y guirnaldas. Duer­
un cordoncito que hacen con las fibras de las
men al cielo raso sobre pieles de tigres y la bolsa
hojas de coco, aquí llamado tucú, entremezclando
sobredicha les sirve de almohada.
con las conchas y caracoles pequeñas bolitas en­
Estos Indios se pueden considerar como chi­
carnadas ó negras, fruto de ciertos arbustos, en
quillos toda su vida. Inconstantes, desprevenidos,
manera que parecen rosarios. En las grandes fies­ desamorados para con sus mujeres, excesivamente
tas se ciñen extrañamente la cabeza y riñones
severos con sus hijos y crueles al corregirlos. A
con guirnaldas de vistosísimas plumas de papaveces, por castigo, les clavan en las piernas un
gallos ó de otros pájaros, y se ponen en el cuello,
hueso afilado cuya punta hacen salir por la parte
espaldas y muñecas, adornos hechos con dientes
opuesta cinco y más centímetros, y en este es­
de tigre, de tatú, de cocodrilo ó de otros animales.
tado se lo dejan dos y á veces más días. Son
Píntanse estrañamente todo el cuerpo con una
fastidiosos hasta el extremo pidiendo y mendi­
pomada que hacen con los frutos de escarlata del
gando á los pasajeros, y ¡ ay de ellos si no tu­
urucú y mezclan con la grasa del tigre y más vieran algo que darles! Estiman mucho un cu­
generalmente con la del cocodrilo: parecen diablos
chillo ó un hacha, pues tan necesarias les son
escapados del infierno. Esta pomada bien sea por
para cortarse la leña, cazar y pescar, y son avisu hedor, como por ser pegajosa como la pez,
dísimos por los collares de cintos de vivos co­
los defiende de los mosquitos y de otros muchos
lores, de espejos y tijeras.
Crian y tienen siempre separados los niños de
vampiros, que aquí abundan extraordinariamente.
las niñas, y es muy difícil ver entre los jóvenes
La tribu y sus fracciones son dirigidas por una
el más mínimo acto inmodesto. Los niños salen
cabeza suprema, ayudada de otras subalternas.
de la tutela á los quince años y deben ya v iv ir
E l primero es llamado Paclienimegera, el segundo
Tacmegei'a, y el tercero Agmegera. Tienen un sa­ por sí, con la caza, y desde este tiempo so buscan
una joven, que desde aquel momento queda su
cerdote <5 brujo á quien llaman Baire. E l P a chemmegera es electivo, el Baire hereditario. Para exclava. Es rarísima la poligamia, siendo apenas
aspirar á ser cabeza de la tribu se requiere que
un privilegio de sus jefes.
Los niños, al décimo día de su nacimiento, son
el Indio sea robusto, valeroso en la guerra contra
presentados con cierta solemnidad al Mugo de la
los Indios, audaz en las correrías y en la caza de
fieras y que conozca bien las florestas, á fin do tribu, el que con un hueso afilado llaiiiadu buratrasladar de una á otra parte en busca de caza gara, les agujerea el labio in ferio r, y para que
á su tribu <jue le obedece ciegamente. Son muy no so cierre les pone dentro un palo redondo;
esto lo hacen para que durante su vida, en las
vengativos, y si les matan á alguno de la tribu,
grandes solemnidades, puedan ponerse cañitas
toman siempre cruel venganza ; por eso estos
negras, rojas ó blancas semejantes á nuestros por­
pobrecilos están siempre en guerra y sin notarlo,
taplumas.
van exterminándose por si mismos.
Viven de caza y pesca. El hombre lleva arco
y flechas y es diestrísimo en su m an ejo; á 25
O f i c i o d e l B a i r e . — Xei*rn >le p r o ­
metros, difícilmente yerran el golpe, bien dirijan
f e t a . — BCat$f:a q u d p u n to llcc^a e l
la flecha á un pajarito que vuela por el aire, 6 á
c u lt o superfeiticioso <le I om iiiucj*un pez que surca las aguas.
toi^. — 1.41 fi e s t a d e l B acu im i*ú . —
Hombres y mujeres son ya desde niños tan há­
B a m e te m p síc o si8 i.
biles nadadores, que se les creería anfibios. Descien­
El Baire, su sacerdote ó brujo, tiene por prin­
den hasta lo más profundo del río y a llí se man­
cipal oficio conjurar los alimentos que podrían
tienen x>or largo tiempo, nadando y con los ojos
serles nocivos, como la carne del cocodrilo, del
abiertos. Persiguen bajo del agua al gran pez
tigre y el maiz verde. Las ponen ante él cuando
llamado jahú y lo afierran por las agallas con un
el sol está bien alto, y él, adornado con plumas,
gancho, al que atan una cuerda, con la que lleprincipia á gesticular y gritar espantosamente
rados á la orilla, arrastran su presa ya muerta.
siempre mirando al sol, y conclnye con algunas
Cuando no hallan otro alimento, entablan batalla
cantilenas, en las que le ac^impaña su m u jer;
cuerpo á cuerpo con el cocodrilo hasta matarlo á
hecho el conjuro, toma la mejor parte de la presa
puñaladas; también se alimentan con monos y
y se retira á su cabaña. N o sale nunca á caza;
otros animales.
la tribu le provee de cuanto necesita, y acude
Las mujeres son consideradas como bestias de
presuroso al llamamiento de los suyos, puesto que
carga. Cuando el marido sale á cazar, fija á la
es el médico de la tribu. Pero no sabe hacer otra
mujer la hora de la comida, y ¡ ay de ella si á
su vuelta no halla con que satisfacer su desmesu­ enra, que atar fuertemente con cortezas de árbol
la parte ó miembro dañado, y gesticular y cantar
rado apetito y voracidad! L a pobrecita debe
hasta aturdir al enfermo. Algunas veces aplica la
buscar, pedir al vecino, robar, pescar, industriarse
boca á la parte enferma y chupa, chupa fuerte­
en cnanto sepa para qne en su holla hierba algo,
mente para extraer el espíritu maligno j y si á
sino el marido, á su vu elta , la apalearía brutal­

— 1C4 —
p(!Bar (le oHto, el enfermo empeora y el maligno
(•«píritii no Hale, entonces el huiré ])rofetiza el día
y hora do la nmortc, y el pobre enfermo infali­
blemente debe morir, ])nra (juo la i)rofecía se verillíiiio. Acorcilndosc la liora fatal, el baire cubre
la cara d(d enf(!rmo con un tegido de hojas y
luego ]>asaiido la mano bajo tan grosero velo, con
dos dedos le cierra las narices y con el resto de
la mano lo comprime fiiertemento la boca y lo
asñxia. Ksta es la horrible infalibilidad de este
}>rofeta de Satanás, que todos veneran, rcisignándoso á pere,cer un día ú otro sofocados por sus
manos.
Cuando la víctima espira , el haire pronuncia
solemnemente la palabra : lii, que signilica mtirió.
Y enlonces principian los llantos, los gritos y las
liorribhis escenas. Si el muerto es un niño, la
madre se corta con un vidrio en ambos pechos para
hacer gotear su sangro sobro el cadáver j y si es
adulto, todos los j>arieutes más ju'óximos se cortan
en las ¡)iernas hasta cubrirlo de sangro j á continuaei('m y siempre gritando, so arrancan los polos
hasta quedar horriblemente calvos. Se ])intan des­
pués do negro todo el cuerpo en señal de luto y
aquelhís Jugos i)onotrando en las lieridns dejan
unn indeleble mancha negra á medida que se van
cicatrizando.
Su culto por los muertos raya en la locura.
Doce horas di'sptiés do la muerto, sepultan el ca­
dáver cerca de la cabaña y casi á llor do tierra,
y para acelerar la putrefaccián lo riegan todos
Jos días. Después de quince días descubren aquel
cuerpo medio ijutrofacto y lo llevan al río ó lago
vecino j lo suiuergíui en el agua, y todos los pa­
rientes, ro(h*ándole, lo descuartizan ; con las uñas
soparan la carne de los huesos, los lavan y lira])ian muy bien sin perder uno y en este estado
los trasladan á la cabaña, los ungen con la célebre
pomada rosa llamada vrucú, los colocan en un
cesto adornado do vistosas plumas y así se prepainn para celebrar al día siguiente la célebre
ílesta llamada Jiacuriirú.
Jtuy de mañana se reúne toda la tribu, y desde
la salida d<‘l sol, hasta que so pon o, sin tomar
alimento, no hacen otra cosa que cantar á dos
coros, hombres y jnujores, una incomprensible
canción, acompañados do una extraña máaica,
que consisto en dar con nn bastoncillo sobre una
caña y (Ui liacer ruido con d(js piedras, á modo
do tambor. Para no sucumbir á tan riguroso
ayuno, mastican una r a íz , (juo por más que g ri­
ten y canten, les conserva siomiiro su ronca voz;
08 para ellos un secreto sacro y por ningáu precio
rovoluu á nadie á qué j)lanta pertenezca.
A l anochoc('r van procosiomilmente á sepultar
los huesos. Si estos pertenecen á uno de los ca­
bezas, ó al sacerdote, se sepultan en lo imis pro­
fundo d(‘l r í o : dos de ellos desaparecen bí^Jo el
agua y van á atar el cestillo en una roca del
fondo del río. donde lo dejan para siempre. Si el
difunto es persona dcl vulgo, sus huesos se se­
pultan en tieiTa. con ramas bi\io y sobre el ces­
tillo ]>ara que no sea tocado de la tierra y luego
lo abaudoimu ]>ara siempre. Estos ludios tienen
tanto niiedo á los muertos, que. después de las
funciones descritas, no so acercan nunca más á
una sepultura.
Tienen conocimiouto de la inmortalidad del
alma, y creen en la metempsícosis ó transmigra­
ción de los espíritus. Creen que el alma de un
sacerdote transmigra á una estrella, do modo que
cuando ven alguna que se corre, los invade un
terror y una confusión indescriptibles. Salen to­

dos fuera de sus cabañas gritando, llorando y
gesticulando con las manos para conjurar á aquella
alma del Baire, por temor de que vuelva á la tierra
á hacerles algún daño. El alma de uno del vulgo
creen que entra en ciertos papagayos de enorme
pico y de vistosísimas plumas rojas, amarillas y
verdes llamados ararás ; por esto los domestican
y tienen en sus cabañas, y las mujeres llevan con­
sigo en el Baquité cuando cambian de habita­
ción ; con las hermosas plumas de este auimal
liacon las guirnaldas y cinturones con que se ador­
nan los días más solemnes.
V III.
O i’eoiioiu on e l
— 'Víii'ic<lu(l <le leii^tutís. —'Voi*ii<*i<lu<l y i*ol>iiKtez; «le Io.k C oi’oacloíS. — sSii e.iermtíK coiiiáii. —3Xo<lo <lo tt'jei*.
— K<Miie<lio eo iitra la iiiordetiara
«le la !-4ei*j>iciite. — Oa:«a <lcl tisffi*e.
—Iuíeli«*i(lacl «le a<xaello!S s a lv a je s .

I^ O R lo que llevo dicho, habrá podido fácil­
mente comprender que estas teibus de Co­
reados tienen una vaga creencia en una especie
de dualism o; el dios del bien, que ellos figuran
en el sol, y el dios del mal que llaman Boupe,
el mismo á quien los Patagones conocen con el
nombre de Gualicho- Su religión no tiene otra
manifestación que el supersticioso y exagerado
culto de los muertos y las múltiples conjuras hechas
por su Baire contra el temido Boupe.
Cada una de estas tribus tiene su leugua pro­
pia, tanto que entre ellos casi no so comprenden;
por lo que el Misionero deberá trabajar mucho
para aprenderlas todas. Y esto deberá hacerlo
estando entre los Indios y recojiendo todas las
espresiones do sus mismas bocas; pues no existe
gramática ni diccionario alguno de este género.
Todas estas lenguas ó dialectos proceden de raicee
comunes, como es muy fácil descubrir; así por
ejemplo, los Coroados llaman Baire A su sacer­
dote, otros Bagó y otros Payé. No es necesario
que yo le diga que todas ellas son muy pobres
do vocablos : con la misma voz un poco niodilicada, espresan imiolias y muy diferentes cosas. No
conjugan los verbos, usándolos siempre eu infini­
tivo. Con los pronombres, adverbios y más que
todo con signos do las manos, indican las varia­
ciones de persona y do tiempo.
Como todos los salvajes de esta zona, los Co­
roados son voracísimos. Cuando hacen una buena
caza, la consumen liastA llenarse como odres. Pa­
rece sienten de todo corazón dejar sobra alguna,
y por esto en tal caso vuelven á la carga y se
llenan en tal modo que no pueden tenerse en pie.
Aman muchísimo las bebidas alcohólicas, y cuando
pueden obtenerlas, no las dejan hasta embria­
garse.
Son tan poco previsores, que hallando un árbol
frutal, lo cortan para comerse sus fru tos, sin
pensar ni cuidarse del porvenir.
En general estos ludios son robustos y parece
increíble lo ágiles que son en la carrera, en la
que acostumbran hacer frecuentes ejercicios, lle­
vando sobre la cabeza troncos de árboles ó piedras
de 100 y hasta de 120 k. de peso; y se acostum­
bran á esto de tal modo, que corren velozmente
y por largo espacio sin dejar caer su peso, no
obstante los céspedes y ramas de árboles entre­
lazadas, entre las que deben abrirse paso.

— 165 —
Esto lo hacen con la mira de hacerse aptos
para salvar, en tiempo de guerra, á sus parientes
y compañeros cuando estos caen heridos ó muertos
en el campo de batalla j pues juzgarían como
grande desventura el abandonarlos á las vengan­
zas ó ultrajes de su odiado enemigo.
Es también muy común el ejercicio de la danza,
que á veces dura días enteros con ocasión de al­
guna gran fiesta, como después de una victoria,
6 después de la caza del tigre. Danzan siempre
separados los hombres de las mujeres y así ais­
lados gesticulan con brazos, cabeza y cuerpo en
mil maneras, siendo sus movimientos tan lentos
y sin gracia, que al verlos no pude alejar de mi
mente la impresión que recibí cuando niño viendo
á los osos, que con frecuencia suelen llevar por
nuestros pueblos algunos charlatanes, haciéndoles
bailar delante de los admirados aldeanos, con
aquellos estúpidos y pesados movimientos propios
de esa bestia repugnante.
Los Coroados no saben tejer que pequeñas fajas,
que usan para adornarse el cuello y las muñecas
en los días festivos. Se sirven de la fibra del tucú
y de hüo de color cuando pueden obtenerlo de
algún cristiano, en sus correrías. Para tejer clavan
en tierra las dos puntas de una grande rama
arqueada y de frente á esta otra semejante: de la
una á la otra tienden estrechamente los hilos
que luego tejen, apretando y comprimiendo los
transversales con una espátula de madera, siendo
esta la única industria de los hombres y que de
bien poco les sirve.
Se curan las mordeduras de las serpientes con
el cauterio, aplicándose inexorablemente sobre la
herida un tizón ardiendo, quemándose la carne
hasta el hueso. A proposito de estos temibles
reptiles, V. sabrá como en estos últimos años la
ciencia ha descubierto tm poderoso contraveneno
contra sus mordeduras, que antes solían ser futoles y á veces fulminantes. Dándose á tiempo
inyecciones con manganeso de potasa, quedan
neutralizados los más potentes venenos; razón
por la que no son tan temidas las serpientes de
cascabel y tantos otros reptiles venenosos que
antes causaban la muerte entre horribles espas­
mos á tantos inadvertidos pasajeros. Es esto un
nuevo y grande consuelo para el Misionero que
debe pasar por estos parajes, siempre prevenido
con este poderoso contraveneno.
Xo cazan al tigre con la lanza, luchando con él
cuerpo á cuerpo como algimos Indios del Ama­
zonas ; los Coroados en cosa tan peligrosa han ya
aprendido otro uso propio de cristianos. Llevan
consigo, como ayuda, numerosísimos perros, y
estos, descubriendo al tigre ya á distancia, prin­
cipian á ladrar desesperadamente, y adelantán­
dose poco á poco en círculo contra él, con sus
continuos ladridos y con sus afilados dientes, lo
obligan á trepar á un árbol y á cobijarse en lo
más alto entre sus gruesas ram as, donde con
mucha mayor facilidad el cazador puede apuntar
sus flechas ó fusil y atraversaíe e l corazón.
Si bien el tigre de estos paises, aquí llamado
on:a, es mucho más pequeño que el del Africa ó
Indostán, no obstante es mny fuerte. Se avaJanza
de frente contra el buey, clavándole una garra
en el pecho mientras qne con la otra le aferra
las narices y luego con nn rápido movimiento,
como para retorcerle la cabeza, en un abrir y
cerrar de ojos le hace caer muerto á tierra: hecho
esto lo toma con los dientes por una pata y se
lo hecha acuestas, llevándoselo á uno de los a.itios más apartados y espesos de la floresta para

devorarlo á su sabor. Esta fiera es muy común en
estas florestas y es el azote de los numerosos pas­
tores de ganado m ayor, ocupados siempre en
perseguirla cou ima multitud de perros.
L levo conmigo la piel de un maguífico tigre ,
matado no muy lejos de aquí, y apenas llegue á
Montevideo se la mandaré á Tun'n , para que
pueda ver por sus propios ojos las afiladas y
largas uñas, y potentes garras de esto ferocí­
simo animal. L e mandaré también flechas, arcos,
collares, cuerdas y saquitos hechos por estos In­
dios y más tarde animales y curiosos pj\jaros do
estas lejanas zonas.
Fiimhaento le diré que los Coroados son muy
propensos y mueren muchos do pulmonía fulmi­
nante, ó do tisis lenta, a causa do su ignorancia
y usos salvajes, ya que procuran estar siempro
en el agua como las ranas; i>or lo cual después
de ga n d es fatigas y carreras afanosas, buscan un
refrigerio en ella, y asi contraen enfermedades
mortales. Y si desgraciadamente se desarrolla
entre ellos la viruela, la escarlatina, la influencia,
\í otras enfermedades contagiosas, como ha suce­
dido ya varias veces, entonces no se salva ni uno;
pues, apenas sienten la fieb re, corren al río v e ­
cino y cuanto más la fiebre aumenta, más se su­
mergen en las ondas, por esto cada cual puede
imaginarse á que fa t^ es consecuencias so ex­
ponen.
¡Infelices ! ¡ Por cualquier lado que se les mire,
son dignos de compasión y lástim a, y necesitan
que tantos generosos corazones, como en el mimdo
se encuentran, vuelen en su auxilio. Digan otros
lo que quieran; mas yo estoy persuadido que todos
ellos son susceptibles de educación y cultura. T o ­
mados desde niños, aprenden con facilidad á leer
y escribir, se amoldan á nuestros usos y costum­
bres y llegan á entender y gustar las verdades
de nuestra santa religión. Cierto es que so re­
quiere tiempo y una man dosis de abnegación y
paciencia; mas los felices resultados llenarán un
día de inefable consuelo el corazón del Misionero,
alegrarán á los Angeles del cielo y aún harán se
gocen los hombres escépticos y duros de corazón.
Vengan, pues, los corazones generosos lleno»
del espíritu de Dios y acompañados de los auxi­
lios de los buenos, y en pocos años veremos sur­
gir como por encanto florecientes cristiandades,
donde por tantos siglos ha reinado Satanás j ve­
remos desarrollarse la verdadera civilización y el
bienestar, donde antes extendían su manto la de­
solación y la barbarie; y contemplaremos con
fruición á estos hijos de la floresta, juguetes
ahora de Luzbel y víctimas de las más horribles
supersticiones, hechos hijos de Dios y hermanos
nuestros en la caridad de Nuestro Señor Jesu­
cristo.

(!:e continuará).
\'\\\l■'

GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
Méjico, 11 de enero de 1895.
M c r R d o . P . A x g e l P ic c o n o :

Habiendo tenido nna caída en la que me las­
tim é nna pierna, como tanto la enfermedad como
la curación, me cansaban grandes dolores, ofrecí
á la Sma. Virgen de D. Bosco, qne sí me sanaba,



166

publicaría osta gracia; y habiéndola obtenido,
llena de gratitud por tan grande beneficio, cum­
plo mi promesa.
Soy do V. atonta y S. S.
F a u s t in a

Calzad a.

Baruoloiia 1 do febrero de 1805.
Sr. Director del Boletín Salesiano.
Muy

Sk .

m ío

:

Voy á narrarle xiii hecho on ol que no puede
monos do verso la mano de Dios y la protección
<lü María Auxiliadora.
A últimos <le noviombro dol año pasado, mi
madre cayó gravomoute onforma, quedándoselo
i)aralizada la parto izqiiierda del cuerpo. V i­
sitada por los módicos, estos no hallaban otra
solución que hacerla una oporacióu abriéndole la
rodilla y parte do la piorna. Su estado era gravo
y por momentos se agravaba; mas, inútiles oran
los medicamentos. En tal grado de postración,
pasó mes y medio. Y o , á la sazón, me hallaba
fuera de mi casa, y mi familia me hizo sabedor
del triste estado do mi madre. Y o no sabía donde
acudir para buscar remedio pronto y eficaz; poro
on ol instante me asalta el pensamiento de re ­
currir á María Auxiliadora, poniendo bajo su pro­
tección la vida do jui madre. A l momento escribí
una carta en la que lo recomendaba invocara á
esta buena Madre, la mandó una novena de María
Auxiliadora y entre muchas otras cosas, la decía
estas textuales palabras: « Madre querida, si V.
tiene fe en María, si en Ella confía, cierto estoy
que Ella, en esta novena que la recomiendo haga
con fervor, antes do concluir los nueve días V.
sanará y podrá andar por sí sola, é irá á dar
gracias á María Auxiliadora, confesando, comul­
gando y visitándola en su propia capilla de Sarriá. » Estas son las principales palabras que d i­
rigí á mi madre.
A l recibir mi carta, principió el primer día de
la n oven a: todo fue principiar, como el mal des­
apareció, y á los tres días podía andar y el liltimo salió de casa por sí sola y fue á rendir gra­
cias á María Auxiliadora, á su propia capilla do
Sarriá, realizándose lo que yo había puesto bajo
la protección de tan btiena Madre. Por esto creo
conveniente hacer pública esta gracia do María
para que crezca más su devoción cada día.
Me ofrezco de V . afino, y hermano on Cristo
N. Señor



Desde niño, me ha parecido dulcemente poético
el lenguaje católico empleado hacia la Sma. Virgen
M aría; pero la idea vital no puede expresarse,
sino sentirse.
Hace poco (en el mes de setiembre) una per­
sona de m i familia había caído como herida de
ese azote qne ha hecho tantas victimas en Zacatécas, el tifo.
Se pusieron todos los cuidados para combatir
la rebelde enfermedad, y uno después de otro,
fueron contagiándose, sin quedar ya ninguno sin
esa dolorosa enfermedad.
Mis tíos, y cinco de sus hijos, lucharon con el
delirio de la calentura, y la Señora, mi tía, en
estado de suma gravedad, no podía recuperar la
salud, según la opinión del módico que la asistía.
Mi tío, que era el que parecía estar menos grave,
murió.
En ese día llegó á ésta ciudad mí estimado
amigo el Sr. Pbro. D. Rafael Noguer (salesiano),
y me dió algunas medallas de María Auxiliadora.
Los enfermos recobraron pronto la salud, y la
Señora mí tía que estaba próxima á la muerte,
pues había comenzado la gangrena, se alivió, con­
fesando deberle este beneficio á la Santísima V ir­
gen María.

Hace tres días que vo lvió á esta capital el muy
estimable P . Noguer, y tuvo la bondad de rega­
larme dos medallas de María Auxiliadora.
A yer estuvo una persona manifestándome que
se encontraba en estado de gravedad uno de los
miembros de su familia, de ideas algo extravia­
das y que no quería confesarse.
L e di nna de las medallas con que babía sido
obsequiado por el R. P. Noguer, y hoy, después
de la misa de Coro, tuve el gusto de reconciliarlo
con Dios Nuestro Señor, á petición de él mismo,
que autes hacía alarde de incredulidad.
Lleno de gratitud, quise comunicarlo á los muy
estimables P P . Salesianos para que le den gra­
cias á la Sma. Virgen, ya que mi pequenez no
puede hacerlo de uua manera digna.
Estos dos casos, los he presenciado yo mismo
y croo de mi deber manifestarlos para la gloria
de la Santísima Virgen María.
D o m in g o

T . R o m e r o , Pbro.

Zaoatooas (Méjico), 1 de marzo de 1895.

llO SE N D O PO N S A D A

Cooperador Salesiano.

Méjico, 20 de febrero de 1896.
L a infrascrita declara que su hermana Juana
pidió á María Sma. Auxiliadora la gracia de cu­
rarse do las caleuturt\s, ofreciendo una limosna
al colegio salesiano, en construcción, de esta ciu­
dad. L a mañana siguiente á tal promesa, obtuvo
la gracia, ouráudose completamente.
J osefa G o n zález.

O l o x 'l a A
— Los nombres más
hermosos que so le h.au «lado á la Sma. Virgen
M aría, expresan las distintas gracias que les dis­
pensa á su hijos.

Sr. Director del Boletín Salesiano.
M uy Señob Mío :
El día 4 de abril de 1S95, se me extraviaron
uu ttilón y una factura, que llevaba en el bolsillo,
al ir n cumplir un encargo. Todo osnslado me
puse á buscarlos y no pudiendo encontrarlos,
acudí con todo mi corazón á la Sma. Virgen Au­
xiliadora, que me concedió la gracia qne deseaba.
Deseo, pues, que este hecho se publique tanto
para mostrar mi agradecimiento á María, como para
que otros que se encuentren en semejantes d i c ­
ciones acudan á tan bondadosa Bienhechora.
Nunca en la vida se me olvidará esta gracia que
la Sma. Virgen me ha concedido.
Soy de V. afmo. S. S.
M a r ia n o R o m o .

— 167 —

NECROLOGIA.

DON A N T O N I O S A L A , Pbro.
El 21 del prósimo pasado mayo, expiraba á la
edad de 59 años, en e l Oratorio de Turín, el sa
cerdote Don Antonio Sala, fortalecido con todos
los a u x ilio s de
nuestra santa Re­
ligión y rodeado
de sos hermanos
de religión y de
algunos de sus pa­
rientes.
Nacido en Monticello de Roragnate, diócesis de
Milán, entró en el
Oratorio el o de
marzo de 1863, y
después de casi
dos años de prue­
ba vistió la sotana
de manos de Don
Bosco, en octubre
de 186-1. Cumpli­
dos con gran éxito
sus estudios de
filosofía y teología
al mismo tiempo
que desempeñaba
varios cargos en
el Colegio de Lan­
zo, se ordenó de
sacerdote el 22 de
mayo de 1869.
Por su carácter
manso y rectitud
de e s p í r i t u , se
atrajo bien pronto
el cariño de Don
Bosco, el cual, co­
nociendo sus ex­
cepcionales dotes,
le llamó al Orato­
rio para confiarle
el cargo de Ecó­
nomo de la Casa
y más tarde de
toda nuestra Pía
Sociedad; ca rgo ,
que por la volun­
tad de sus herma­
nos, d e s e m p e ñ ó
basta sn muerte.
Bajo su inteligen­
te dirección,ámás
de los muchos co­
legios que de doce años á esta parte se han
abierto en Itaüa y fuera de e lla , se llevaron á
cabo las importantes obras de las iglesias y
tcapectivos colegios del Sagrado Corazón de Je­
sús, en Roma, y de San Juan Evangelista en
Turín, el mausoleo sobre la tumba de Don Bosco
y el decorado del Santuario de María Auxiliadora,
en Taldoco.
Don Sala, como muy bien decía nuestro amado
lector Mayor en la esquela de defunción maná hennanos, parientes y amigos , ha bien

merecido de la Pía Sociedad Salesiana, cuyos in ­
tereses procuró aún con detrimento de su salad.
Hacía más de un año que lo trabajaba una en­
fermedad al corazón y aún cuando se confiaba
en la pericia de los médicos y cuidados que se le
prodigaban, y más que todo en las oraciones que
continuamente por su s^ud se elevaban á María
Auxiliadora, nuestro Señor quiso llevjírselo con­
sigo , pues ya estaba maduro para el cielo. jAdoremos sus inescrutables designios’ María Atixiliadora, por otra parte, quiso sin duda que la acomtañara en la ceebracióu do aqnella fiesta, que
él, por tantos nños, se e s fo r z ó
en hacer lo mits
solemne posible.
A la conducción
del cadáver á la
iglesia, á la Misa
de R e q n i e m , á
las exequias y al
cementerio, asis­
tie r o n
v a r io s
C oo p era d o res,
amigos, las Hijas
de María Auxi­
liadora, represen­
tantes del Colegio
conocido por GU
ArtigiaiielK y xm
buen nxímero de
niñas vestidas de
blanco.
El 27 de Junio,
en el Santuario
do María Auxilia­
dora. se celebra­
ron í&s solemnes
exequias de los
treinta días. Cele­
bró la m is a el
Prefecto general
do n u e s tra Pía
Sociedad y los n¡x‘i08 del Oratorio
cantaron la misa
Iteguinn, á cua­
tro voces, del Terziani, y en gran
número se acer­
caron á la Santa
Mesa, en sufragio
del alma de unestro amado Sup'erior. El misionero
salesiano D. An­
gel Piccono, di­
rector de la Casa
de Méjico, leyó la
oración rúnebre,
teniendo á la numerosa concnrrencia suspendida
de sus labios, por la sublimidad de sus conceptos
y lo bien que supo retratar á D . Sala.
Suplicamos á t ^ o s nnestros lectores se dignen
elevar al cielo una, plegaria por el descanso eterno
del alma del finado.

Í

DON ANTONIO SALA, Pbro.

R. I. P . A.

— IGS —
N O T IC IA S Y V A R IE D A D E S .
— 3 —
XJiitt eonvci*HÍ<5n.

Acaba do veriflcavrto en ConstaiiLinopla la con­
versión do una familia griega, á la cual acompa­
ñaron circustancins en extrojno notables.
Una criada perteneciente tí la r(‘ligi»)ii cismática
y hasta entonces muy íiol, sucumbió ú la tenta­
ción do robar á su ama dos brazaletes do gran
valor. Acosada por los remordimientos de su con­
ciencia, fuó á confesarse con un sacerdote tam­
bién cismático, quien después do liaberla pregun­
tado el nombro do su ama, la d ijo : « ;O h ! Ksa
señora os rica y no necesita los braztiletes ; con­
servad vos el uno y dadme á mí el otro. »
Poco tranquila la desgraciada sirvienta con soinojanto decisión, fuó á consultar el caso con un
religioso católico, el cual, como era do esperar, le
mandó devolver todo, prometiéndola buscarlo otra
casa si su ama llegaba á despedirla, llízolo así
la criada y después do confesar el delito á su se­
ñora, esta 80 hizo contar muy minuciosamente la
historia del robo y las decisiones do los dos sa­
cerdotes cismático y católico, y después de bien
enterada, regaló los brazaletes á la criada, diciéndola: « Vó á suplicar á eso sacerdote católico que
venga aquí, porque mi marido, mis hijos y yo,
con todos loa dependientes de la casa, (pieremos
hacernos católicos.
Tomamos del excelente Diario de Lérida lo siguieuto: « Nos escriben de liialp que ha sido muy
biou recibido el resultado do los exámenes que
los alumnos dol Colegio Salcsiano de aquella villa
lum sufrido en esto Instituto provincial, en los cua­
les han obtenido cuatro certificaciones do sobre­
saliente y doce de notable.
» Si 80 tiene en cuenta lo reciento de la insta­
lación del colegio j el número excesivo do asig­
naturas que han do estudiar los alumnos y lo
quo 80 tardó en determinar las que en definitiva
habían de estudiarse en los Institutos después do
la reforma del Señor Gvoizard, do modo quo ya
estaba entrado el curso cuando so señalaron
textos, se linbrá do concluir quo el resultado ob­
tenido por el Colegio do Kialp es digno de todo
aplauso. »
£21 <leNi*uiiKo~<lol tlo m iuíifo .

E l duque Carlos Guillermo do Ikunswick quo
v ivía á principios del siglo, dio sienniro muy giaudo
importancia á la guarda de los domingos y días do
íiesta. Como llegase á saber quo los campesinos do
cierto lugar tenían la costumbre do reunirse en la
taberna a la hora del ollcio divino, y pasársela be­
biendo todo el tiempo que debían estar en la igle­
sia, vestido do un redingote abotonado hasta la
barba, so instaló en la venta quo lo habían indi­
cado. A l tiempo quo la campana convocaba á los
Heles á la oración, llega la turba do doacreidos pro •
cedida de un gordo y pesado personaje, cuya rubi­
cunda nariz y cura encendida, á leguas lo señalaban
como á je fe de la divertida tropa. Siéntase á la
cabecera do la mesa y obliga al duque á tomar asiento á su lado, por supuesto que no sin haber antes
eehailo una escrutadora mirada de descontianza
sobro convidado tal. quo nadie se acordaba haber
visto en el querido recinto do la taberna. Entre­
tanto, el ventero había puesto delante del presi­

dente de la mesa un enorme cántaro de aguar­
diente; éste lo toma entre sus manos, échase al
coleto una buena gaznatada y lo entrega al duque
diciéndole: JPdmlo á tu vecino. Voltea el cán­
taro y llega al presidente, le da un cordialísímo
saludo y lo vuelve á poner en circulación. Cada
uno de los convidados, segxln su orden, lo bacía
con delicia y lo dejaba diciendo al más próximo:
Pásalo ú tu vecino. A la tercera vuelta del
dichoso cántaro, levántase encendido en cólera el
duque, desabotónase el disfraz, y exponiendo á
las atónitas mii’adas de la comparsa su bien co­
nocido uniforme y las insignias do soberano,
vuélvese al presidente y lo da el mjís soberbio
bofetón de los quo Immanas mejillas soportaron,
diciéndole: ¡Pásalo á tu vecino! Luego, viendo
indeciso al agraciado, tira el duque de la espada
y d ic e : « Cuidado con andar en remilgos y no
asentar de firme la mano: porque á cualquiera
de vosotros que tal suceda, le será mal contado. »
No lo (lijo á sordos; pues á esas palabras, levántanse los robustos brazos y comienzan á llover los
cachetes del uno al otro extremo de la mesa;
cinco, seis de seguida; y peláranso las barbas á
guantadas, s i, satisfecho el duque con el castigo
quo á tan incorregible chusma acaba de afligir,
no la pusiese en sosiego. Cuentan que el domingo
siguiente nadie tuvo la más remota idea de acudir
á la taberna.

COOPERADORES SALESIANOS DIFUNTOS.
E*'. Florentina Ramírez — Huelva.
L^. Catalina Biíez
»
D. Francisco de Paula Orta — Caracas (Venezuela).
D. Ramón Hermoso
»
E*. Micaela de Boorinaud
»
»
» Merceil Castillo
»
»
» Merced G. de Gordils
«
»
Sra. Begofla de Qnevedo
»
»
Sv. Dr. Santiago Delgado, Pbro.
»
»
Sr. D. T . Tejera, Canónigo
»
»
Sra. 1 Catalina G. do Wilhelms »
»
Sra. L '. Emilia González
>>
»
»
Martina de Castro — V illa do Cura
»
Sr. D. llorínes Cardoro — Maracaibo
»
Sra. D* Muría Luisa Langaray de Molfino — Lima
(Poní).
Sr. D. Agapito Fermíndez — Mójico.
»
Frauoisco Escarza — Cueruavaca (Méjico).
»
Jesús Macedo — Ciiautilliíu
»
»
Carlos Pozo — M^ico
»
Josó Carrasco — Otnmba (Méjico).
Sn». D''. .Juana Rublo do Cuevas — Méjico.
Señorita Moiitcrrubio
»
»
Barradas
»
Sra. D“. Mercedes Lozano Gómez — S. Luis de Potosí
(Méjico).
Sra. D '. Juana Maza de Dnblán — Méjico.
»
Genoveva Cepeda de Morfín — Méjico.
»
Carmen Ortiz de la Huerta
»

Margarita P. do Cadenas
»
^
Felipa Rojas de Ortega
*
SapHcamns encarecidaraento A nuestros lectores se sirvan
avisarnos de la miiorte de algún cooperador para incluirlo en
esta lista. Ignaimente los snplicamos no se olviden en sns
cotidianos i^orcicios de piedad, de estas almas con quienes
en vida estuvimos nnidos con el vincnlo de la cristiana caridad.
Acordémonos qno la oaddad de qne usáremos hacia las ben­
ditas Almas del P arla to rio , Dios dispondrá soase coit noso­
tros despnés de nnestra muerte.
REQUIEM AETERNAM DONA EIS DOMINE.

Coa aprobaciia de la áatoñdad Sdtsiásüea - Gerente JOSE GilBlNO.
Turíu — Tipografía Salesiana.

Buenos-Aires — LIBRERIA
líis dificultades. — ¡P e ro si yo no tengo f é ! Yo qui­
siera practicar mi religión, pero no puedo, por
el P. D. DamáB S. J.
ia Lámpara del Santuario. Novela moral religiosa
por el Emmo. Cardenal Wiseman. ¿ Say un Dios
gue cuiíZe de nosotros y de su Iglesia f por Mñr.
de Segur.
La té y ia Ciencia moderna por el mismo.
Los Viajeros del Ferrocarril, seguido de la Vida de
la Pastorcita Saiita Germana Oousin por el Pbro.
Francisco Bntiña de la Compañía de Jesús.
Vida de San Luis Gonzaga por el B. P. Hivadeneira.
Los Muertos y los Vivos. Conferencias acerca de las
comunicaciones de Ultratumba por el P. Matignon.
€i Mejor libro 6 ol Crucifijo por el Sacerdote Bon*
giovanni.
Genjamina.
Lecturas recreativas por el P. Luis Coloma.
Vida de Santa Rosa de Lima por el P . Pedro Rivadeneira.
Del Infierno al Paraíso, hecho histórico del siglo pa­
sado por el P . Juan José Franco.
Maquinaciones tenebrosas y Rasgos edificantes. Coleccióu de historias escogidas por el Presbo. Don
Camilo Ortúzar.
La Presencia Real de N. S. Jesucristo en el Santísimo
Sacramento del A lta r por Mñr. de Segur.
Imitación de Cristo. Edición elegante y económica.
El Poder Temporal del Papa ó la Cuestión Pomana.
Vida de San Vicente de Paul seguida de la del B. Juan
6. Perboyre.
Cartas espirituales escogidas de San Francisco de Sales.
De los deberes del hombre por Silvio Pellico.
Las siete maravillas de la Virgen del Valle por el B.
P. Bemardino Orellana.
Vida de San Agustín por el Presbo Don Julio Barberis. Edición popular encomiada por varios
Cardenales y Obispos, traducida ol español de
la última edición italiana. — Talleres Salesianos de Sarriá.
Vida de Domingo Savio el San Luis Gonzaga del 0ratorio Salcsiano. Relación de singular interés
escrita por el Presbo. Don Juan Bosco y tradu­
cida con todo esmero para los Talleres Salesianos de Sarriá.
Primer libro de Lecturas graduadas con nociones
elementales de aritmética, geometría y cate­
cismo. — Sarriá.
Historia Sagrada. Cien lecciones con grabados saca­
dos de la Biblia ilustrada de Doré. — En rús­
tica 0,75 Pts. En tela 1. D e liyo 1,50.
Felicidad desconocida por el Presbo Esteban Trione.
Leyendas y Tradiciones por Francisco F. de Capella,
La Fe y la Incredulidad.
La Perla escondida por Matilde Bourdón.
Vida del Presbo Salesiano Don Víctor Alassonati, por
el B. P. Francesia.

Sarriii (Barcelona)
El Heroismo en sotana por el General Amhert.
Taxil. Un varapalo-á las sectas.
Yo he sido impío. Revelaciones espiritistas y ma­
sónicas por José Huertas Lozano.
El Dios de otro tiempo por Conrado de Bolanden.
Quién es Jesucristo? D. L . C. de Segur.
Opúsculos de propaganda contra al protestantismo.
Los verdaderos amigos del Pueblo por el
S.i
Obispo de Málaga
. . . . . .
Pts. 0 50
Don Bosco y su Obra por el Il.“ ® Obispo de Milo,
hoy día de M iU a g a ........................... • 0 60
Don Bosco por el Doctor Don Carlos D ’Espinoy,
Caballero Gran Cruz de la Orden pontificia de
San Gregorio Magno. Acaba de publicarse la
segunda edición española muy aumentada y re­
visada con todo e s m e r o .................. > 3 —
Principios Elementales de Gramática Latina, por el
Presbo Salesiano Don Celestino Durando: tra­
tado el más sencillo, metódico y práctico para
alcanzar el conocimiento de dicho idiom a, y
que ha sido aplaudido j>or excelentes latinistas
y maestros.
Segunda edición hecha en Barcelona » 2 ~
La Casa de la Fortuna, Drama del Presbo. D . Juan
B o s c o .................................................. » 0 40
Semana Santa. Texto en latín, con traducción al
castellano de las lecciones, espístolas, evange­
lios, y con explicación de las ceremonias de
cada función, recientemente publicada en loa
Talleres de Sarriá. En tela pts. 1 25. En piel
de 1 50. á 3 25.
Don Bosco. Amenos y preciosos Documentos sobre
su Santa Vida y admirables Obras compilados
por un Cooperador Salesiano. Un vol. en-16 de
pág. 440, P e s e t a s .................................... 1 00
Vida de Miguel Magone. Narración interesantísima
hecha con no menor gracia que naturalidad y
sencillez, por el Presbo. Don Juan Bosco, y en
la cual se manifiesta cómo un niño recogido de
la calle llegó á ser uno de los alumnos más aventíyados y virtuosos del Oratorio Salesiano
de Turín, donde murió en olor de santidad.
Segunda edición, traducida cuidadosamente y
publicada con elegancia en loe Talleres Salesianos de Sarriá. P e s e t a s ....................... 0 40
Culpa y Perdón > Seyano. Son dos de los dramas más
acreditados del muy distinguido escritor Presbo.
D. Juan B. Lemoyne.
Traducción española. Cada uno, Pts. . 0 40
La Virgen de Don Bosco, por el Presbo. Don Camilo
Ortúzar. Preciosa colección de gracias y favo­
res alcanzados por intercesión de María Auxi­
liadora, muy eficaces para avivar la fe y piedad
de los fieles.
Tercera edición de lujo, Pesetas
. . 0 50

N. B. A l precio de cada obra es preciso añadir el
10 p. **/, por los gastos de correo y expedición.

Buenos-Aires — LIBRERIA SALESIAÍíA — Sarriá (Barcelona)

PUBLICACIONES RECIENTES

CATECISMO ESPLICADO CON EJEMPLOS
por el Salesiaiio D. CAMILO ORTIÍZAR, Pbro.
L a T ip o g r a fía S a le sia iia d e S arriá -B a rcelo n a acaba d e p u b lica r la tercera edición , xas
una obra d e sumo in terés, la qu e recom endam os d e un m odo esp ecia l á los señores P á ­
rrocos y personas d ed icadas a l espinoso ca rg o d e in stru ir á la ju v e n tu d , n o sién dolo menos
á to d a su erte d e personas, y m a yorm en te á lo s p a d res d e fa m ilia . E l piadoso au tor ha
espuesto con c la r id a d , no sólo las enseñanzas de ^^toé^’tra san ta R e lig ió n , sino que, con
a cierto , h a reu n ido va ria d o s y preciosos ejem plos « ¡ i ^ a l i e n t a n á p ra c tic a r la v irtu d .
« E l C atecism o con stitu ye e l fu n dam en to i n d e f e c t i b l e d e la edu cación cristian a. En
é l se resu elven todas las g ra n d es cuestiones y se eiíSeñan los m ás sa gra d os d e b e re s ; es el

azo misterioso que une al hombre con D ios, el cielo con la tie rra , el tiempo con la eternidad.
« P a r a fa c ilita r su conocim iento n ad a m ás á p rop ó sito qu e a ñ a d ir los ejem plos á la
doctrin a. Las palabras mueven; los ejemplos arrastran. E l cam ino d e los precep tos es la rg o
y penoso, e l d e los ejem plos corto y a gra d a b le. K u estro S eñ o r sem braba d e parábolas sus
enseñanzas. >
E l C atecism o explicado con ejem plos q u e anunciam os, tien e, pues, e l objecto propuesto.
C o n stitu ye un tom o de 1010 p á gin a s, y se v e n d e a l p recio d e 4 ptas. en rú stica, y 6 en­
cuadernado.

AL CIELO

POR

MARIA

por el Presb. Don CAMILO ORTIJZAR,
de la Fia Sociedad de San Francisco de Sales.

T ip . S alesian a T a r ín . E n rú stica

. . . .

P ts .

1.

BOLETIN SALESIANO
A lio X . - R. 7-



Publicación mensual



JU L IO de 189Ü
O
'O

K-Pyi

Rev.*"" Sig Rettore
o

Ospizio del vSacro Cuore

o

y 'iA Porta S. Lorenzo 42
.53

ROMA í

te
co

Cír.
•tt :
Texto
jt ± s e

OLETIN
^ SALESIMO
El peligro, Padre Santo, eeti en la continua difu*
8l6n de libros infames; y para poner coto i tamado
mal, 70 DO reo otro remedio, que la fundación de
una imprenta católica, puesta bajo el patrocinio de la
Santa Sede. De esta manera, no haciéndose esperar nues­
tras respuestas, podremos con mayor ventaja descender
al campo de la lid y i,^pouder con feliz éxito i las
provocadones de los apóstoles del error.

(6A1.S1)

No se engañaría mucho quien intentara atríbuir príndpalmente á la prensa malvada todos los males pre­
sentes, asi como la deplorable condición de las cosas
i la casi bemoe venido a parar. Los escritores católicos
deben con todas bd” Coerzas valerse de Ja imprenta para
bien de la sodedad.
{ÍMáM XIII)

La prensa períódica sometida i la lutoridad jerár­
quica, revesticU le l espinta de Jeaoim to, viene i ser
nn poder inmenso; ilumina, sosuene la verdad, hace
desaparecer el error, salva y a g iliz a ; es una especie de
apoáoiado sobiime.

(AUaOXM)

Buenos-Aires — LIBRERIA SALESIANA — S arrií (Bareelona)
LECTURAS CATOLICAS. Publicación que se propone
exclusivamente la enseñanza y defensa de la Re­
ligión Católica mediante la difusión de libros
oiorales y amenos adaptados á la inteligencia
do todo el mundo. Cada mes sale á luz un opÓBculo do 100 á 100 páginas quo se envía á los
■efiores suscritores.

«Q la Casa Salesiana de Almagro - Buenos A im

Procío do sDscricíoD (pago adelantado).

Severino ó las aventuras de un Joven moniaiiaz seguido
de la Vida de Santa Margarita de Oortonü.
La Misa por Mñr de Segur.
La Semana Santa explicada por el abate Gaume.

En Rueños A ire s : Un año pesos m|n.
1 50
— Provincias:

— . . .
1 75
— En el extranjero:—
en oro . , 1 50
A los Señores Suscritores, que quieran consti­
tuir centros do suscrición, se les concederá un
10 X
descuento.
Para los podidos y precio de la suscrición se
ocurrirá á cualquier casa Salesiana, á los res­
pectivos agentes ó á la Direción de las Lecturas
en el Colegio F ío I X de Artes y Oficios, en A l­
magro, Buenos-Aires.
Catecismo en Ejemplos por el Pbro. Salesiano D. Ca­
milo Ortúzar. — Es una recomendable obra en
la cual no sólo se exponen con gran claridad
las enseñanzas do la religión, sino que también
con variados y preciosos ejemplos se alienta á
practicar la virtud.
Tercera edición en prensa en los Talleres SaIcsianos do Sarriá.
Manual de la Primera Comunión por el mismo autor. —
Obrita sumamente á proposito para preparar á
los niños á tan importante acto. — Tercera edi­
ción. En tela Pts. 2 00.
El Joven instruido. Devocionario muy recomendado
y dol cual so lian publicado más de cien edicio­
nes, escrito con gran esmero por el Pbro. D.
Juna Hosco.
Eiicnadernado en tola Pts. 1,00 — En badana
de color 1,25 — En vitola y con cortos dorados
2,50. — Preciosa edición de 1891. Pts. 5.
Vida de Margarita Bosco por el Presbo. D. Juan Lonioyne. Obrita en la que se roüoren cou gran
amenidad los admirables trabajos y virtudes de
aquella buena ahUviim, quo con un corazón digno
de una reina estaba escogida por Dios para
la formación dol San Vicente de Paul de uuostro
siglo.
Torcera edición. En rústica Pts. 1,00. — En­
cuadernada en tela 1,25. — En tola y cortes do­
rados 1,70.
Mes de Mirla, por el Sr. Presbo. Don Rodolfo Vergara Antúuez. Es uno de los miis preciosos y
recomendables libros que de este género puedan
encontrarse para honrar á María en el mes que
lo está consagrado. El método, la unción y pie­
dad de las oraciones y reüexiones, los benuosos
ejemplos, la amenidad y pureza de estilo, lo
hacon digno de la fama y popularidad de que
goza.
Tercera edición recién estampada en los Ta­
lleres de Sarriá (Barcelona). Precio en Europa,
Pía. — 1,00.

OBRAS PUBLICADAS 0 DE 7ENTA

¿Mi hijo fraile? Prefiero verle muerto! Memorias do
un joven contrariado en su vocación por el Pbro
D. C. M. Viglietti.
Dicha y desdicha» — Los dos caminos por Matilde
Bourdón.
Vida doi Bienaventurado Fray Martín de Forres de 1»
Orden de Santo Domingo.
Veladas de un artesano por Juan M. Pastor.
Fe y libre examen. — L¡1 Papa y el Concilio Vati­
cano. Renán—
yla Vida de N . 8. Jesucristo.
Una nueva devoción por Francisco Martinengo.
Él Cruzado. Leyenda original por Francisco Her­
nando.
El Gran Hecho. E l Mondo adora á un Judío Cruei
ficado, por G. Gaume.
El Corazón de Jesús al alcance de los niños por el
Pbro Don Ramón Barberá, seguido de L a Au­
rora de la devoción al S. Corazón de Jesús por
el P. Luís Coloma de la Compañía de Jesús.
Pilatíllo, — La Maledicencia y Periquillo sin miedo
por el P. Luis Coloma.
Vida de San Alfonso María de Ligorío por el P . Viotorio Loyodioe.
Agustín ó el triunfo de la verdadera cruz.
Valerla y el secreto por Matilde Bourdón.
Valentín ó la vocación contrariada por el Pbro Doi
Juan Busco.
Angela ó la paatorcilla de loa Apeninos por el mismo
aiitor.
Compendio de la Historia de la Iglesia por el mismo.
El Católico en el Siglo por el mismo.
El Gran Paso por el Preab.” * Francisco Martinengo.
El Arte divina de (a oración mental según San Alfonso
M. de Ligorio.
Respuestas claras y sencillas ó las objeciones qne
más comunmente suelen hacerse contra la reli­
gión iK>r Mñr. do Segur, traducción de Don Gibino Tejado.
El buen Combate de la fe por Mñr. de Segux.
De la Imitación de !a Virgen María por una monja del
monasterio de Marcbtall.
Antonio ó el pequeño huérfano de Florencia.
El Liberalismo es pecado. — Cuestiones' CancUnies
por Don Félix Sardá y Sah*any,
Josefina ó una santa de nueve años por Mñr. de
Segur seguido de la Vida de la Venerable Albin*
piadosa modista.
Los Francmasones por Mñr. de Segur.
La Gran Bestia señalada á la juventud por el Pbro
Don Francisco Martinengo.

AÑO X -N. 7.

Fablícación mensaal.

JULIO de 1895

BOLETIN SALESIANO
Quien recibiere & un niño én mi
nombre, á mi me recibe.

Debemos ayudar ñ nuestros her­
manos & fin de cooperar á la
difusión de la verdad.

(M a TH. X V III.)

a i l S . J u a n , 8.)

Os recomiendo la niñez y la ju ­
ventud ; cultivad con grande es­
mero su educación cristian a ; y
proporcionadle libros que le en­
señen á huir del vicio y & prac­
ticar la virtud.

A tien d e á la buena lectura, á la
exhortación y & la enseñanza.
( I T i m o t h I V , 13.)
Entre las cosas divinas, la más su­
blime, es la de cooperar con Dios
á la salvación de las almas.

(Pío IX.)
Redoblad vuestras fuerzas á fin
de apartar á la niñez y juven­
tud de la corrupción é incredu­
lidad y preparar asi una nueva
generación.

(S . D i o n i s i o .)

E l amor a l prójim o, es uno de
los mayores y más excelentes
dones que la divina bondad
puede conceder á los hombres.
(E l Doct. S. F r a n c . do Sales)

( L e ó n X I I I .)

-+í$( D IR E C C IO N en el Oratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32, T U R I N (Italia) )g§i“

S X J IM L A J IIO .
P r im e r C o n g r e s o I n t e r n a c i o n a l d e C o o p e r a d o r e s
S a l e s i a n o s . — Carta á Su Santidad. — Reapuetia de

León X III. — Nueva prueba de benevolencia del Papa.

PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL
de Cooperadores Salesianos.

Co n s a g r a c i ó n e p i s c o p a l d e l I l m o . S r . C o s t a m a g n a .
C o s t a m a g n a , Obiapo titular
de Colonia, en la Armenia, y Vicario Apoatólico de
Méndez y Gualaquiza, en el Ecuador.

Ilm o. S r . D . S a n t ia g o

Don R ú a e n P a l e s t in a .
E s p a S a . ilálaga. Conferencia Salesiana. — F i e s t a d e
M a r í a A u x i l i a d o r a . Málaga. — Rialp.

America. Santiago de Chile. Escuela práctica de agri­
cultura en Melipilla (continuación). — Bogotá. La
Congregación Salesiana y el Oratorio festivo de
León X III.
No t i c i a s d e n u e s t r o s

M is io n e r o s .

Miaionea Sale-

nanos de la Patagonia. Misiones. Tierra del Fuego.
Chubút. Río Negro. — Braail. Carta de Su Excelencia
Reverendísima limo. Sr. Luis Lasagua, en su primer
viaje al Matto Grosso (continuación).
Gr a c i a s d e M a r í a A u x i l i a d o r a .
Ne c r o l o g í a . D o n A n t o n io S a l a , P b r o .
No t i c i a s y V a r i e d .a d e s .

Cooperadores Saleeiauos Difnntos.

a S u is »n n tí< lu < l p o x * I o n
n e n t íH iiiio s O a i* < le iia lo H
Ilm o K .
y 0 1 > ÍK p O H « l u o a « Í H t l « í r o n a l C o h í ^x’ O S o .
B e a t ís im o P a d r e :
(POSIBLE era d u dar d e l é x ito del p rim er
C on greso d e C ooperadores S alesianos, qu e
d e todas p a rtes á é l a c u d ie r o n , h ab íeu do
sid o p o r V u estra S a n tid a d b e n d e c id o ; y a
q u e de esa A p o s tó lic a S ed e b ro ta u na sin ­
g u la r y peren ne v ir tu d , qu e adm irablem ente
a lim en ta y p rom u eve á cu anto á e lla se
a d h iere: lo q u e si en m uchas obra.s é ilu s­
tres va ro n es resplan d ece, se adm ira aún m ás
en e l fu n d a d o r d e la P ía S ociedad S alesiana,
q u e no ftie n u n ca segu n do en e l am or y
obsequio, p recio sa h eren cia qu e d ejó á sns
h ijos, h a c ía e l S uprem o P a s to r d e la Ig le s ia .
L o s deseos q u e desde ta n to tiem po a b ri­
gábam os d e re u n im o s p a ra tra ta r d e nuestros
com unes in tereses, se h an v is to , m erced á
l a bon d ad d iv in a , rea liza d o s. P o r efe cto d e
este g ra tís im o C on greso, hem os p odido tra ta r
y d isc u tir sobre la varierticntin de
la Compañía francesa Cipriano Fabre, acompañado
de Don Pablo A lb era , Director espiritual de
nuestra P ía Sociedad y del ilustre Marqués de
V¿Ueneuve-Tra»s, benemérito Cooperador de Mar­
sella, quien, habiendo perdido tino de sus amados
hijos de 19 años, no halló otro consuelo á su dolor
que el emprender el viaje á Tierra Santa disfruüindo de la compañía del Sucesor de Dou Bosco.
E l -v in íe .
Penosos en extremo fueron los dos primeros
días de la travesía, pues un furioso viento que
se desencadenó al salir del estreclio de Bonifacio
y á la altura de Civitavecchia, puso al barco y i\
los pasajeros en inminente peligro. Mas á partir
del tercer día la navegación fuó feliz, y D. Rúa,
con Don A lb e ra , pudo celebrar todas las ma­
ñanas el santo sacriticio de la Misa.
En el Drucn'ia nuestros via jero s, en vez del
lujo y de las no pocas comodidades que hay en
otras embarcaciones, disfrutaron de completa li­
bertad y de una intimidad cordial que les fué
mucho más preciosa, pues con toda facilidad y
regularidad pudieron cumplir sus cotidianas prác­
ticas de piedad, y Don Rúa podía también aten­
der á la mucha correspondencia que en todos los
puntos principales del trayecto, recibía.
E l Erueniia ancló en Alejandría de Egipto el
sábado por la tarde, 23 de feb rero , pero siendo
hora muy avanzada no pudieron descender á
tierra. A l día siguiente, celebrada la santa Misa
y hechas las otras prácticas de pied ad, nuestros
viajeros desembarcaron y se dirigieron al Colegio
de ios Padres Jesuítas, donde fueron acogidos
con la más grande cordialidad por el Reverendo
Padre Cattín, Rector de aquel maCTÍfico estable­
cimiento, el cual usó de grandes deferencias con
nuestro Superior Mayor, en los días que a llí per­
maneció.
Durante los tres días que se detuvieron en A le­
jandría, Don Rúa visitó el Colegio de los Her­
manos de L a Doctrina Cristiana que prestan tan
grandes servicios en Oriente j la Casa de losER.
P P . Franciscanos y la de las Franciscanas; tam­
bién fué recibido * con grande benevolencia por
Monseñor C o rb elli, y podo hablar con el bene­
mérito Señor Veritá, abogado, y con una caritativa

— 150 —
floñora católica, que ha fundado uu Orfanotrofio
cientes luces y nubes de incienso: se entonó'el
pura niñas. Nuestro Superior, á. su paso por A le­
Te Deum en acción de gracias á Aquel que con­
jandría, vió con sus mismos ojos cuan útil sería
dujo su pueblo a la Tierra prometida y que ahora
una casa-colegio de artes y oficios para completar
conducía sobre aqueUa misma tierra al Padre de
las obras de educación tan ílorecicntes en aquella
los Salesianos. L a iglesia resplandece de luces.
gran ciudad.
E l Te Deum fue cantado magistralmente por
El miércoles 27 de febrero, (i las 10. Don Rúa
los ñiños del Orfanotrofio j la bendición con el
y BUS compañeros so ombartaron sobro el Oharkluti,
SS. Sacramento coronó esta primera parte de la
vapor-correo do la Compañía Khédivió. Los pa­ fiesta.
^
sajeros eran numerosos, en su mayor parte ingleses
Poco después, reunidos el personal y los niños
y alemanes, que formaban parto de una carabana
en una vasta sala elegantemente adornada, Don
do luristas á Oriento. E l tiempo ora sereno y
Juan Relloni dió á Don Rúa la bienvenida; entre
tranquilo. El jueves, á las once y media, llegaron
tanto llegó la hora de la cena: era ya tiempo de
á Jaffa, donde el Señor Canónigo Don líelloni,
restaurar un poco los cuerpos cansados por el
fundador de los Orfanotrofios de Tierra Santa y
largo y penoso viaje.
al i)resente Director Salesiano de aquellos estable­
cimientos , había venido á esperar al Superior
P c j* m a n c iic ia e n S c l é n .
General, con algunos otros Salesianos.
Grande fuó la alegría de estos amados Misio­
A l día siguiente visitaron la“ Gruta. Impotente
neros al saludar sobre la TieiTa Santa al Sucesor
a describirlos, dejo imaginar los” sentimientos que
de D. Rosco, y lleno do cordialidad el recibimiento
llenaban los corazones de nuestros amados viajeros
de los RR. PP. Franciscanos, verdadera P rovi­ postrados en la Gruta, que diez y nueve siglos
dencia en Oriento do los viajeros. — Como en más
atrás vió cumplirse el inefable misterio de amor,
felices tiempos, los conventos son aquí casi las ii- la encamación del Verbo divino. ¡ Oh, cuantas
nicas hospederías. — A las dos el ti'en salía para
lágrimas corrieron de los ojos del Sucesor de
Jesusalén. Es un contraste maravilloso el do la ci­ Don Rosco en aqueUos momentos y al día siguiente
vilización moderna en un paraje que tan fielmente
celebrando la santa Misa en aquella misma Gruta!
conserva el aspecto do los tiempos bíblicos: se
Nuestros peregrinos visitaron luego las diversas
diríiv (pie Dios ha querido conservarla de este
grutas anexas á la de la N atividad: la gruta de
uiodo ú través do las edades , como testimonio
San José, la de los Santos Inocentes, la de San
imperecedero do las verdades de la Santa Escri­ Jerónimo... Luego fueron á saludar á los RR. PP.
tura. E l tren procedo lentam ente, tanto que en Franciscanos, á quienes se debe la conservación
ciertos momentos so podría seguir á pie. So atra­ de estos lugares, testimonios de tantas maravillas.
viesa primero por magníficas llanui’as do suelo
E l viernes y el sábado fueron dos días de
muy fértil y todas cultivadas con cereales. N o se
descanso para Don Rúa y sus compañeros: des­
v 6 una piedra y las pocas habitaciones que hay
canso laborioso, pues no cesaron las visitas. Todos
son do tierra j las de los Arabes son simples ca­
querían saludar al Superior General de los Sabañas de dos ú tres metros de altas con una pe­ lesianoB.
queña abertura que sirve do puerta y de ventana.
A l volver de la Gruta, el Orfanotrofio, de fiesta,
Rion pronto el aspecto del país cambia y el tren
dió una acmlemia en honor de Don R ú a : música^
principia jí hacer varias subidas y bajadas por
poesías , discursos (italianos , franceses, árabes y
un monto sin árboles ni vegetación; luego sigue
griegos): todo fué vivamente aplaudicio. Don Rúa
el cauce de un río que desemboca en el mar, por
acogió con alegría esta ténue demostración del
Jafla. Acercándose á Jerusaléii, reiiaco la vejetaamor y veneración de aquellos buenos niños y
ción. Los campos están cerrados con tapias ó
amados hermanos.
vallados. Nos hallamos en una región montañosa
El sábado por la tarde y bajo la dirección del
y muy ¡dntoresca, sin ni aún siquiera un árbol.
mismo Don Rúa, que contó varios ejemplos edi­
A las seis de la tardo del mismo día, el tren so
ficantes de nuestros hermanos llamados recieutedetiene en Jeruealéu y los corazones palpitan con
mente á la eternidad, todos los habitantes del
fuerza. Se desciende en una pobre estación, en
Orfanotrofio principiaron el ejercicio de la Bueua
medio á una infinidad de mozos árabes, entre
Muerte.
ómnibus do fondas y coches más ó menos primi­
A l día siguiente, primer domingo de cuaresma,
tivos. Sin pomdrar en la ciudad santa, Don Rúa
asistió Don Rúa con gran complacencia á la reu­
sube en un cocho con Don Relloni y toma el ca­ nión de la Cofradía del Corazón de María y á
mino do Relén, j)orque tiene ardientes deseos do
Ins Conferencias de San Vicente de Paul, de Beh*n.
visitar su tan amado Orfanutrofio. Un gran luiPara todos tuvo nuestro Superior palabras de
niero do niños salieron á recibirlo á la estación
consuelo y de animación.
y acompañaron el coche. unos á caballo, otros
L a tarde terminó con la representación del
en asnos y algunos á pie. Va anocheciendo. Pa­ drama titulado Ltt Patagonia, de Don Lemoyne.
sando saludamos el pozo de los Royes Magos y la
intercalado de varias piezas de música y con dos
tumba do Rujiuel. A un kilómetro de Relén, un escenas cómicas en francés, que dieron á la reunión
buen número do niños del Orfanotrofio esperan
la nota chistosa y que tanto alegraron á quellos
con linternas el coche do Don Rúa. ¡ Quó alegría!
amados niños.
Todos quieren besarle la mano. E l cortejo sube
«Toi'ussalén.
la cuosfa (pío conduce á la ciudad de David, y
henos en el Orfanotrofio entre los vivas de una
El lunes, -i de m arzo, nuestros videros se di­
compacta multitud. La música salesiana resuena
rigieron á la Ciudad Santa. En el trayecto de
en la magnifica capilla. los sacerdotes vestidos
Belén á Jerusalén, el tema de sus discursos fueron
con los ornamentos sagrados. y hw clérigos con
las muchas memorias bíblicas que se bailan á
sobrepelliz, se disponen procesionalmeute para
cada ]>nso. Entre tanto ven aparecer las murallas
conducir al altar al venerando Superior. La muly ciipulas de la ciudad.
titiul sigue, y luego el Dios del Pesebre sale del
Antea de llegar á la puerta de Jaffa se pasa detabernáculo y se coloca en medio de rcsplaudt- \ lante del sitio, que ahora no es otra cosaque una

— lo l —
balsa llena de aguas detenidas, donde se levan­
taba el ídolo M olocb, á quien los judíos sacrifi­
caron tantos niños inocentes. A la derecha se ve
una fortaleza ennegrecida, llamada Torre de David,
por que está edificada sobre el mismo sitio donde
habitaba el santo Profeta.
Don Rúa quería ir inmediatamente á postarse
ante el Santo Sepulcro, recordando el entusiasmo
y la devoción con que entraron por aquellas murallaa los Cruzados 5 pero ante todo se presentó
al Exmo, y Rdmo. Patriarca latino Monseñor Piavi,
que, aunque enfermo, lo recibió con suma bondad.
A l despedirse del Rdmo. Patriarca, Don Riia
quiso conocer personalmente al Obispo Coadjutor,
Monseñor Appodia, con quién encontró al canó­
nigo V ila n is, antiguo Jilumuo del Oratorio de
Turín, y á Don Scanzo que por muchos anos fue
activo colaborador de Don Relloni.
Luego le condujeron á visitar el Seminario, desde
cuyo terrado se disfruta de una magnifica vista
de la ciudad ; entanto Don Rúa contemplaba t ^
hermoso panorama, se reunieron todos los semi­
naristas para besarle la mano y oir de él algunas
palabras de consuelo j Don Rúa lo hizo bien con­
tento y con un lenguaje sencillo y cordial les
exortó á cultivar el estudio y la piedad, para
poder más tarde hacer grande bien en aquellas
tierras santificadas por el Salvador.
Nuestros peregrinos fueron luego á saludar al
Rdo. Custodio de Tierra Santa, que es el Superior
de todos los Conventos Franciscanos de Oriente.
E l Cónsul francés recibió después á Don Rúa
con signos de especial veneración; lo presentó
á toda su familia, y se mostró muy aficionado á
las Obras Salesianas.
Después de comer y de haber visitado al Cónsul
italiano, pudo finalmente nuestro venerando Su­
perior satisfacer su piedad. Con cuál emoción y
devoción él haya visitado el Santo Sepulcro y el
Calvario, no es fácil expresarlas. Deteníase á orar
largamente en todos los sitios para ganar las
indulgencias, mostrando sentir no poderse parar
por más tiempo. Entro tanto los P P . Francisca­
nos lo llamaron para que hiciera la refección
de la tarde en su compañía, los que quisieron
también hospedarlo junto al Santo Sepulcro, para
que la mañana siguiente, á las cuatro, pudiera
celebrar la Santa Misa.
Satisfecha su piedad en la basílica del Santo
Sepulcro, nuestros amados peregrinos se dirigieron
hacia la l*t« Dolorosa, deteniéndose en todas las
estaciones que se pueden visitar. Luego ascen­
dieron al Monte de los Olivos, y tuvieron la fe li­
cidad de poder penetrar en el Convento de las
Carmelitas, que se levanta sobre el mismo sitio
donde N . S. Jesucristo enseñó el Padre nuestro.
En el claustro, la Oración Dominical está escrita
en treinta lenguas. Vieron también la Grota lla ­
mada del Credo, porque se cree que a llí se reu­
nieron los Apóstoles cuando compusieron el Sím­
bolo Apostólico. Luego besaron la piedra de la
Ascensión, en la que se ven grabadas las plantas
de los pies de N. S. Jesucristo , y descendiendo
veneraron el sitio donde Jesucristo recibió el beso
traidor é hipócrita de Jodas, la Gruta de la Ago­
nía y el sepulcro de la SS. Virgen María.
A l anochecer, Don Riía entraba nuevamente en
Belén, donde sus muy amados hijos lo esperaban
con ansiedad para hablarle y recibir de él pa­
labras de consuelo.

TT’. n C r e m i s á n .
E l 6 de m arzo, nuestro amado Superior fuó it
visitar la casa salesiana de Cremisán , distante
uno diez kilómetros de Belén. A pesar del nuil
estado de los caminos, quiso hacer el viaje á pie.
A su llegad a , la casa estaba toda adornada, los
niños hacían resonar aquellas colinas con sus vivas,
y manifestaron su alegría con composiciones en
italiano, francés, latín y árabe. A l día siguiente,
después de comer, los alumnos de Cremisán re­
presentaron el drama ManoUto Gonzríless del Ih'ftb.
Don Rúa, al oir á aquellos jóvenes árabes pro­
nunciar ton correctamente el italiano, creyó ha­
llarse en Italia.
Nuestro Rector Mayor, antes de partir quiso
visitar los campos y viñas que cultivan aquellos
niños. Visitó también su bodega, que halló muy
bien provista de vino, linico fruto de aquellas tie­
rras. Pero se vende con mucha dificultad : ¡ y eso
que están tan necesitados de dinero y de un
modo especial para proveer el pan !
B e il^ ^ e iu a l.
Kn el itinerario de Don Rúa, el día 12 de marzo
estaba fijado para ir á visitar á los hermanos y
alumnos de la Granja Agrícola de Beitgemal, si­
tuada como á mitad del camino entre Jerusalén
y Jaffa. A las diez llegaba á la estación de.Deyrobiín, donde le esperaban con impaciencia todos
sus hijos de Beitgemal, acompañándole hasta casa
con grandes signos de fiesta y de alegría, oyendo
con reverencia y afecto toda palabra que salía de
sus labios.
Nuestro Superior visitó detenidamente aquella
grande casa que goza de una posición magnífica;
quiso formarse una idea exacta de los trabajos
de sus Salesianos, visitando las partes principales
de aquella vasta propiedad. Luego bendijo una
gruta de N. Sra. de I^urdes colocada en el i>ati
do recreación, encomendando á los niños honra­
ran á María Sma. descubriéndose la cabeza cada
vez que pjisaran por delante, la consiiiK yo li«' comio p(í tr«*8 años ucr/aún.*; otr«),
¡ Jesús ! pues lo «JUO «’s yo d«>sd«i «*1 día en «iu«‘
mo banti/arou no había c«uni«l«) tanta carne como
h«».v ; y allá un cuarto gritaba : \«pie si «piicro á
«‘stos l ‘adres ! los quiero más «pu! ¡í la maro mía ;
pí'fo todas estas v«‘rdaderas andaluzadas mezcla­
das con los atr«mador«ís vivas lí 1>. IJoico, María
Auxiliad«>ra y á los Cooperadores, éralo quo tenía
«pie ver.
Una i>vuoba d«i cuanto saben los Salesianos
atraerse la simpatía y cariño de los niños, fue «d
hecho siguií'ute: K1 llcvdo. P. Superior, para
ah'gi ar más á sus niños, tomó unos cuantos cohetes y
8«' «lispiiso á echarlos^ cuando al pegar fuego al
priiiu'ro se corrió esto á todos y salieron casi á
la v«’Z, «d superior se quema la mano y por los
ñiños eoiTü la nueva de esta desgracia; eu esto
muda la escena, so apodera de los niñosunaprofuuda trist«‘za, todos pregiuitan jmr su pa«lre y
superi«>r, «piieren enlerar*se por sus pro])ios ojos
y viudv*' la alegría á ellos cuando se les asegura
n los suaves
acólales «le los instrumentos nlteniabau las ar­
gentinas voces de los niños «pie rebosando alegría
y fuera do sí do júbilo, oaiitabau coplas religiosas
Y otras propias de este pueblo.
Serian las diez de la inxdie, cuamlo se retiraron
toihis, dejando á los Padres muchos beneplácitos
y enhorabuenas. jK>r haber sabido durante tan
breve tiempo dar tan gniu desarrollo á la fun­
dación.
Keviuo. Sr. Pon liña: si los Salesianos han po­

dido hacer tanto en tan breve tiempo y contando
con tan pocos recursos, ¿ qué harían si los mala­
gueños les dispensáramos nuesti’o decidido apoyo?
Por mi parte, Sr. Don Rúa, aunque el último de
los Cooperadores, le prometo hacer cuan fco pueda,
porque veo en la obra salesiana, no solamente
una gran obra cristiana, sino también una obra
que está llamada á hacer mucho bien material á
Málaga.
S«jan pues bien venidos los hijos do Don Bosco
á esta beiulita tierra y reciban la enhorabuena
«le todos. Muchas gracias á Vd. Sr. D. Rúa, «luo
aunque no lo conoce-mos p(‘rsonaImente, le amamos;
y sino fuera mucho atrevimiento, de veras le pedi­
ríamos, si nos juzgaba dignos, quo tendríamos
imiclio gusto do ver al sucesor del grande Don
Bosc«> en nuestra tierra andaluza.
Estos son los «leseos «leí pueblo malagueño, y
especialmente do esto su afino. S.S. y Capellán.
q. 8. m. b.

Un admirador y Cooperador de la Ohra
de Don Bosco.
MiUaíja, 27 do Mayo de 1895.

R ia lp .
.

Sr . D i r e «d t o b d e l Boletín Salesiano.

Muy Sr. mío:
María Auxiliadora parece quiera reinar en to«las partes; ya su «levocicúi so extiende en talos
proiiorcioues, quo apenas, «Uríamos, se hallará
rincón «leí mundo, «londe no haya «juicn la iiivo
que bajo la advocación «le titulo tan consoladla
jmra el corazón de tod«) cristiano. Ella se ha dig­
nado venir á reinar también entro nosoti’os, y
quiere que á los pies «le su bendita imagen ven­
gan ahora á postrarse los humildes liijos de la
nioiitaña. Una itruebu, entre muchas, del aniorv
veueiiición quo estos le jmifesan, ims la ofrece el
114 de mayo, día en que uciulieron al Colegio Salesiaim mimev«>sas y distinguidas jiersoiias do la
villa y contonms á honrarla, prestando ante su
sagrada imagen el sincero tributo «le sus home­
najes.
La pequeña ca p illa , «huido los h\jos «le Don
Bosco veneran lí su excelsa l'atrona, se veía en
dicho día 24 esnu'radamente adornada, las pare«les revestitlas con colgaduras varias, el altarcite
«le la Virgen provisto de la correspoiulieute ilu­
minación, y á los pies de la santa eligie va-iitó
quo «isUnitiiban ílores las más «le ellas natimiles.
rosas y claveles, de ellos blancos, de ellos encar­
nados, símbolos unos «lo su celestial pureza, y
otros de su ardiente caridad.
Por la mañana, á las 7 lp2 dijo misa de comunidatl el Rdo. D. Francisco Picolo, párroco de
esta villa. A la entrada del presbiterio se liabía
colocado un pequeño reclinatorio, en el que arro­
dillados y devotos oraban 9 niños del Colegio,
envidiables criaturas, que -esperaban con ansia
llegara el momento de unirse jwr primera vez al
amoroso Jesús en el sacramento de su amor. Las
palabras, que antes de repartir el Pan Encari#
tico promiució el celebrante, estaban llenas de
suavidad, poniendo ante la consideración de su»
oyentes la exquisitíis linezas de que usó el buen
Jesiis i>ava con los hombres. Pero, donde el atrac­
tivo y fuerza de su palabra llegó al colmo, fnc

— 155 —
eu la tierna y conmovedora alocución dirigida á
los niños ya indicados, que arrancó lágrimas á
algunas de las personas a llí presentes, en parti­
cular á sus padres, que rebosaban de gozo al con­
siderar la dicha incomparable de sus hijos. Duniute la Comunión se cantó á dúo por dos niños
im precioso motete Ave vernm , delicada compo­
sición de L . Bórdese.
Terminado así tan religioso acto, y cuando el
reloj marcaba las 10 , se «lió comienzo á la Misa
s«ilemne, en la que olició de celebrante el señor
Arcipreste de Sort, D. rrancisco Riu, asistido por
el Sr. Vicario de esta, y el Sr. Ibirroco de Bodes.
El acostumbrado coro «le niños «leí Colegio inter­
pretó con acierto una sencilla y bonita Misa c«m
acompañamiento de liarmonium, y luego un mo­
tete al tiempo del Ofertorio. El sermón estuvo a
cargo del referido Sr. Arcipreste, quien supo «Iesempeñar laudablemente su com etido, versando
su pequeño discurso sobre las bondades y gracias
de María ^auxiliadora. Becordó varios hechos cul­
minantes en lo tocante al favor que siempre dis­
pensó á la Obra Salesiana, algunos rasgos de su •
decidida protección para con el a«imirable é in­
signe Don Bo.sco, con la cual ayudóle á llevar á
cabo su grandiosa empresa, destruyendo cuantos
obstáculos se oponían á ella. Citó en comproba­
ción algunas de las señaladas gracias otorgadas
por la invocación do tan glorioso nombre si sus
líeles devotos, de las que son, decía, á todos, tes­
timonios perinauentes los muros de su magnífico
templo en Turín. Mi pasó en silencio aqu«*l glo­
rioso ti'iuufo de las armas cristianas, obtenido sin
duda por su mediación allsi en las aguas del
golfo do Lepanto, cuando el poder de la media
luna, que amenazaba si la cristiandad, fuó batido
>• destrozado al impulso, no ya tan solo «le hu­
manas fuerzas, siuo merced tambi«ín al «livino
aliento y si la protección especial que les dispen­
sara esta buena Madre, al llamarlsi en su ayuda
aijuellos h«.*roes cristianos en medi«) del furioso
encuentro y horroroso combate. lisibló, en íin, ino do
día en día la devoción y el entusiasmo por Marta
Auxiliadora cunde más y más tninbi«bi «>utro estos
sus hijos, y ninguno dejará de esperar resulttui
de aquí grandes bienes, porque subido es, e«mt«)
10 atestiguan he«*hos iunumerables , «pie «'sta «!«'vocióu reporta á los puobUis todo género de pr«ts])t“ri«lad«‘s aún teitt]>oral«‘s.
Termino, Sr. l)irecf«tr, aprovechando la «teasiem
que se me presenta para ofrecerme de V.

A . S. S.
K. O.

Cooperador Salcsioíio.
Rialp, 10 de junio «le 1895.

11 lii:i I I i Vi i.i I I I I I I I M

I I I I I ri I I I I l i l i I I I I I I I I I

A M É K IG A .
S A - lS r X IA ^ C 3 - 0

C íIIX ,E .

E sc u e la P r á c tic a «ie A g r ic u ltu r a en M elip illa .

{Coniitiuociún),
Discurso dd Sr. Eyaña, Cooperador salesiano,
lim o, y Bdmo. señor:
Señoras y señores :
Refieren los hijos 08tolado. Un día , «*d la infatigable y
liienhechora peregrinación con que los .Sulesiaiios
van llevando por todo el inundo la Cruz de .Je­
sucristo y las herramientas «leí (rahajo, traiiíos
como providencialmente i>or la mano todoimilí;rosa que maneja las olas y los vientos, llegaron
á estas playas chilenas; y ellos, viajeros sin
puerto, que atraviesan los mares y continentes
sin «letenerse en ninguno, que no ven ni desean
en su sauta jorna«la otro término que la patria
inmortal, sintieron, sin embargo, que llegaban á
un hogar, que estaban entre los suyos, que les
era lícito levautar aquí tiendas más duraderas y
pensar en el úni«jo reposo que ellos conocen, el
del largo trabajar: es qne arribab.an por fin á la
tierra hospitalaria y l«-jana qne Don Bosco les
anunciaba en sus visiones proféticas.
De la acogida que han «‘Dcontrado en este her­
moso y noble rincón del mundo, que ningún via­
jero deja de mirar con sim patía, y cuyos hijos
tienen el rasgo más verdadero del patriotismo,
el de amar al que ama á Chile, os está hablando
esta ben éfit» fundación, que es una de las varias
que ha levantado en este suelo, para su gloria y
nuestro bien, la protectora mano de Maiía Auxi­
liadora. Un celoso sacerdote, enyo nombre no
necesito pronunciar, porque está en vuestros la­
bios, y cuya modestia no temo herir porque es
bastante sincera para creer que esta fnndación
no es obra suya sino de D io s, se propuso dotar
á esta ciudad de sus especiales afectos con uno

— 156 —
aciente que
vence todos los obstjículos, el fundador de esta
Casa dos veces bendita, en nombre do Dios y en
nombro do la patria, tiene hoy la íntima y grata
satisfacción do entrogarla eii manos de aquellos
s y dulces sueños tU*
un amor realizado se ven envueltos repentina­

mente en sangrienta nube, que mata para siem­
pre la sonrisa en labios juveniles y la dieba eu
un corazón virginal. Todos, inocentes y culpables
grandes y pequeños, fuertes y débiles, se ven
arrastrados en la turbia corriente que empuja á
la sociedad. E l hombre ha declarado la guerra á
Dios, y Dios no necesita ni siquiera luchar para
castigar y ven cer: le basta con dejar entregado
al hombre á sus propias pasiones.

{Se coiitvuKmi)

BOGJ-OXA.

LA CONGREGACION SALESIANA
y ol Oi*atoi*io festi-vo osicioues llenas de scutiuiieuto y
la música de la banda del instituto, cuyos nota­
bles adelantos hacen pensar en el mérito de su
muestro.
Para cada error ó mal trascendental que resul­
tan en el mundo. Dios envía algún grande hom­
bre, algún santo para conjurarlo, is'o bien acaban
de dar el to«'«*osI — Itii 5n«*«*xo.
—13«'l v a p o i’oitojí lina l>ai*«*íi. —
oonileinoK «V ti«'i*rti. — IL.U'íS'ainors á
la oai>ilal.
D ÍA 11 de junio al anochecer, estábamos ya
todos sobre el frágil vaporcito Coxipó , en el
que apenas si nos fué permitido llevar con noso­
tros algunas maletas con lo más indispensable.
Todo lo demás debimos dejarlo en Corumbá;
puesto que, siendo ya muy poca la profundidad
del río, corría peligro el vaporcillo de encallar ;
por esto era necesario aligerarlo cnanto fuera po­
sible para mantenerlo á flote. A más de unos
ochenta pasajeros, venían unos cuarenta soldados,
con sus mujeres y niños, como aquí se usa, ne­
gros y mulatos, indios y mestizos. El vaporcito
no tenía sino pocos camarotes para señoras, y por
fortuna el piloto me cedió gentilmente el suyo
pava mí y para mi secretario. A popa y á proa,
como á ambos lados del vaporcito. había estre­
chos corredores abiertos, que de día servían de
paseo y refectorio común y de noche de dormi­
torio general.
Cada cual se arreglaba como podía ; con un
saco ó una manta do viajo y una iiiabda por al­
mohada, so pasaba la noche lo mejor que se po­
día. Los que disfrutaban de buen sn«*fio y de sa­
lud á toda prueba, oran más que afortunados,
pues á la mañana se levantaban cl levantaba den­
sos vapores, que condensándose á la noche caían
en fina llu via húmeda y n ociva, qne m* j)odía
evitarse, despertáronse en mí punzantes dolores
reumáticos en las espaldas, latios y espina dorsal.
Pasé muy malas noehes y de día me levantaba
niuy mal parado. Tanto sufrí que todavía no me
he restablecido completamente.
De nuestros hermanos ningmio so ha resentítlo.
y el ánimo y la alegría no han faltado jamás
entre nosotros.
El vajmrcito se detenía cada 24 Iioras para pro­
veerse de leña, que es su combustible, en los lu­
gares dontle algtmo de esos hombres atrevidos
habían plantado su cabaña, para la cría do ani­
males y el enllivo del arroz ó del inniz, en aque­
llos miasmáticos pantanos.
A l cabo de dos días dejamos el río Paraguay
á la izquierda para entrar en el San Tv«)renzo,
sobre enyas riberas acampan los Indios Corvados,
entre los que nos hallaremos dentro de poco. Des­
pués de 28 horas de navegación por el San l o ­
renzo. lo dejamos á la derecha para entrar en la
boca del pequeño y so del terraplén . portpio la
casucha está construida sobre un cerro artificial,
luira preservarla de las inuudacioue.^.
V ivía aquí, \>oco8 años hace, uu tal Figueredo

con su fam ilia y varios campesinos, ocupado en
criar animales y cultivar algunos cereales. Arma­
dos de buenos fusiles para atemorizar á los In­
dios, cazaban á cuantos se acercaban á sus po­
sesiones. Estos Indios eran los Coreados, los
mismos quo la Providencia quiere confiar á los
Salesianos, Mas los ludios en vez de alejarse,
ofendidos en sus derechos do soberanos de aquel
suelo, y provocados por los asesinatos cometidos
en sus hennanos, como verdaderos salvajes, ju ­
raron vengarse.
Espiaron el momento en que el señor Figue­
redo, alejándose con sus criados de su casa, aten­
diera á los trabajos de la veciua floresta, y ellos,
penetrando cautelosamente entre los densos bos­
ques , sorprendieron en su casa á la señora con
sus hijos, y los estrangularon á todos sin que ni
siquiera uno se salvara. Las cabezas de la madre
y de los hijos las colocni'on sobro palos plantados
á alguna distancia en el jiatio y Bu sangre la pu­
sieron en platos sobro la mesa j'a preparada para
la cena.
A l anochecer volvía alegremente el señor F i­
gueredo á su amado hogar , y no oyendo, como
de costumbre, los festivos gritos de sus niños que
saltando salían á su encuentro, apresuró el paso
lleno de sobresalto, y cuando llegó al patio dio
un grito y cayó al snelo fuera de sí. Sus criados
lo acomodaron en una barca y se lo llevaron muy
lejos del nefando sitio, que no volvió á ver ja ­
méis. V iv e aún, mas está loco; pasca solo, y fre­
cuentemente gesticula y acciona como un deses­
perado, levanta loa ojos al cielo y llora, llora
inconsolable su tremenda desgracia. ¡ Pobre
hom bre!
Y o bendije, con el corazón trasp.asado de dolor,
la tosca Cruz que so levanta sobre el sitio del
suceso, ó imploró la misericordia do Dios sobre
la pobres víctimas inoceutea y sobro los desgra­
ciados é ignorantes verdugos.
El día 2,") de junio al anochecer, nos detuvimos
ante una casa campestre, donde esperaba un co­
rreo á caballo, venido por orden del Presidente
del Estado jiara saber si los misioneros llegaban
en el vaporcito. Apenas recibida la favorable res])uesta. desapareció por los serpenteantes senderos
de la floresta. Esto era uu signo de que nos fal­
taba ya muy poco camino que andar. Un ]>oeo
más arriba siendo el río poco iirofnndo y más suave
su eorriente, la arena do los bancos so acumulaba
en demasía y nos cerraba el paso ; por lo que el
capitán hizo trasladar á una barca todas las m.v
lütas y objetos de algún peso para aligerar el va­
por y do este modo tentar el paso quo se hizo
con feliz resultado. Esperábamos poder llegar á
Cuyabá, la capital, la tardo del día siguiente,
mas nos engañamos; por la mañana, mientras nos
])reparábamo8 para celebrar la santa Misa en mi
habitación, el. vapor encalló por segunda ver en
los bancos do arena.
El capitán, por su parte, uo omitió trabajo al­
guno para vencer este nuevo obstáculo. Hizo des­
cender á todos los pasíijeros y bajar los enseres
á la barca, y do este modo volvió á flote el mez­
quino vaporcito. que prometía conducimos al me­
nos hasta Cuyabá.
Mando á algunos marineros que soudearan el
río en varios sitios, luego retrocedió y volvió á
avanzar hacia la derecha, luego hacia la izquierda,
después por el medio, tentando en mil maneras
salvar este obstáculo. mas todo fue in ú til: la
arena uo le permitía avanziir. Entonces mandó
I hechar anclas á la sombra de los árboles de la

— 161 —
orilla próxima, para librarnos de los rayos de im
sol abrasador y luego nos llamó á bordo por ú l­
tima vez para la comida.
Nosotros abandonamos para siempre el vaporcito Coxipó j nos colocamos como sardinas en una
barca chata. ¡ Qué larga, qué eterna fué aquella
noche!
Los mosquitos, no nos dejaban ni un momento
en paz y nos chupaban la sangre. En vano creí
poderme librar de ellos poniéndome dos pares de
gruesas medias, no obstante el calor que hacía;
pues con su larga trompa sabían habrirse el ca­
mino para llegar á la carne.
La barca ora empujada jior diez robustos hom­
bres, i>or cuyo pecho y espaldas desnudas, corría
abundante sudor. Nosotros, envueltos eu uua
manta para defendernos del copioso rocío, en vano
tentábamos conciliar el sueño.
Los remeros para no decaer al i>eso del trabajo
se mantenían uniformes en los empujes, mar­
cando un compás extraño con los pies, que rom­
pía los oidos. Era, pues, imposible pegar los ojos.
Finalmente apareció la aurora y la barca se
aproximó á la orilla, donde fué atada á un tronco
para dar un poco de descanso á los fatigados ma­
rineros, mientras que nosotros con impaciencia
saltamos á tierra y corríamos cada uno por nues­
tro lado para descorrearnos y para otros fines que
no es del caso nombrar.
Después de tomar algo de vizcocho, con un
poco de salchichón, que nos supo á gloria, y uu buen
vaso de agua del río, emprendimos nuevamente
nuestro viaje á Cuyab'S, á donde llegamos entre
el volteo de las campanas, conciertos de la banda
musical y disparo de morteros, el día 18 de junio,
á las 12 en punto, esperados, abrazados y feste­
jados por el Obispo limo. Sr. Carlos d’ Anionr,
por el digno Presidente del Estado, por Genera­
les y Magistaidos y por todo el pueblo que se
apiñaba á nuestro alrededor, y que nos acom­
pañó entre nubes de polvo basta la iglesia de San
Gonzalo, en la que se cantó un solemne Te Deinn.
V I.
Ouj-al>íi; s il posico de fa n go ; por
la tarde recojen esta sabia en un c a h h T O , la i>onen al fuego y la condensan con ácidos; una vez
condensada hacen bolas que venden á gran ])recio á los tratantes que á su voz las mandan á
Inglaterra, donde se usan i>nra los variadísimos
trabajos de goma elástica.
Eu esrits florestas se liallan también el árbol
de la quinina y la planta de la vainilla ; so})re
las orillas de los ríos la zarzaparrilla, y en las
regiones confinantes con el Paraguay, la yerba
mate, que se extrae de un árbol, no más grande
del naranjo. Sus hojas tostadas y machacadas,
dan un polvo semejante al té de las Indias, pero
de un aroma y efectos tónicos que le hacen más
recomendable. N o hablo de la caña de azúcar
que crece pronto y vigorosam ente, del algodón,
cacao, arroz, maiz y jadías, que dan varias cose­
chas al año y en gran abundancia.
E l café se cría en algunos sitios; y el trigo se
sustituye, en todo este territorio, con la man­
dioca, planta ñudosa, parecida á nuestro geranio,
pero mucho más alta. Después de ocho meses, su
raíz se halla transformada en un bulbo mucho
más grueso que nuestras zanahorias, y de más de
dos metros de largo y unos veinte centímetros
de diámetro. Asada al fuego ó dentro de grandes
calderos, se obtiene una harina que sirve para
diversos usos y que constituye el ordinario ali­
mento de estas poblaciones.
L a educación está poco extendida en las cam­
piñas, donde las comodidades de la vida se ig­
noran por completo. Eu una estrecha cabaña de

— 162 —
palos cubierta con liojas secas, á veces abierta
por dos extremos, viven frecuoiiteuieutebombres
y mujeres, niños y ninas, todos juntos, con el
cerdo, cou la cabra y con una media docena de
perros, i>or lo menos; no se encuentra ni una
mesa, ni una silla, ni un armario. Dos piedras y
una cacerola forjuan la cocina y el bosque es el
refectorio común. A los palos de la cabana atan
algunas redes que do noche les sirven de lecho
y de día de nsieutos. Un viejo baúl es el único
mueble de muchas cabañas.
Raros son los inatj iinonioa; por lo que sus
uniones son provisorias, sin aspiraciones para sí,
sin iutorfis para sus hijos.
Y no obstante, con suelo tan fértil, con tanto
abundancia de lodos los bienes do Dios, ¡ cuúu
filcil lo sería al hombro adquirir una posición de­
corosa y dejar á sus hijos una heredad, con la
que pudieran v iv ir cómodamente sin grandes tatig a s ! Mas el calor propio de este clima, la gran
facilidad de adquirir pescado y frutos naturales,
como bananas, naranjas-y la mandioca, iucliuiin
estas poblaciones á la holganza y al abandono.
No piensan nunca en el día de mañana , y te­
niendo hoy con que llenar bien ó mal el estó­
mago, tumbados á la sombra i)asau las horas fu­
mando y bebiendo el aguardiente destilado de la
ciuia do azúcar.
En muchos sitios, los niños van completamente
desnudos hasta los doce años ó después , lo que
causa honda pona al verlos. Parecen animalitos:
colo les falta andar ú gatas. Tienen la bárbara
sostumbre de aguzar los dientes incisivos á los
niños después de los oehos años. Con un cuchillo
aplicado al diento hacen saltar los pedazos á gol­
pes do imirtillo, y de este modo aquellos pobres
infelices, á costa de horribles sufrimientos, pue­
den lucir por toda su vida sus aíilados dientes
tMuno los do un cocodrilo.
Aquí no so conocen nuestros instrumentos de
agricultura, como el arado en sus múltiples for­
mas, etc., etc. Usan solamente el azadón para
toda especio de plantaciones, y la naturaleza es
tan fecunda, que recompensa abundantemente sus
trabajos cou todo bien de Dios, varias veces al año.
Causa maravilla ver como en medio á tontas ri­
quezas, estas gentes se obstinen en v iv ir en tonta
miseria y privaciones. ¡A b ! ¡si supieran tTabajnr
con energía y sacar provecho do su trabajo! No
existiría en el imiudo uu sitio miis rico ni más
próspero que este.
Por esto será muy conveniente comenzj\r aquí,
más bien qxte en otras sitios, por abrir escuelas
de agricultura práctica y talleres para los otlcios
más necesarios á la vida. Con el trabajo y ense­
ñanza 80 podrá fácilmente levantar este pueblo,
que en general es de buena índole, dócil, respe­
tuoso, y ngeno á los crimeues que se lameutau
donde reina la relluada civilización de nuesti’O
siglo.
Los abortos, por ejem plo. los infanticidios y
otras nofaudades, son aquí complctanieute desco­
nocidas; todo esto nos hace esperar que el mise­
ricordiosísimo Señor se apiadará de este pueblo
tjm sen cillo, y lo mandará buenos Misioneros y
celüsíis maestros, «lue lo conduzcan al camino de
la salvae-ión eterna, eleveu su dignidad, y le en­
señen los medios uuis oportunos |>ara su pn>speridad, que lo engrandezca á sus ojos, y á los de
las naciones vecinas.
Pero nuestra obra eu estas regiones debe en
modo especial dirigirse en favor de h>s pobres
salvajes; V ., seiu>r Don Rúa. espera sin duda

que yo le dé algunas noticias sobre ellos. Pues
bien ; Don Maláu y Don Solari se han ya enca­
minado á la tribu de los Coroados, situados sobre
las riberas del río san Lorenzo.
E l Gobierno nos cede la dirección del grupo
que forma la Colonia Teresa Cristina, guarnecida
cou veinticinco soldados. E l Sr. Presidente del
Estado, Eexmo. Sr. D. José Manuel Mnrtinlio,
abogado, hombre de recto criterio y de bondad
exquisito, nos ayuda en esta obra, con nna dili­
gencia ó interés dignos del mayor encomio. Ha
mandado retirar de allí á un Coronel que era
Comaudantü de las fuerzas y jefe de los Indios,
y deja todo en las manos del Misionero, con plena
autoridad en el gobierno, y libertad para iniciar
ó hacer las reformas que creamos necesarias. Dió
un bneu guía á nuestros hermanos y, cuatro cria­
dos cou mulos y provisiones para su largo viaje
de diez días á través de las florestas; deberán
buscarse la carne con la caza y dormir al cielo
raso, sobro hamacas tendidas de una á otra rama
de gigantescos árboles, para librarse de las cari­
cias de los tigres y de las visitas de las serpien­
tes. Mas esto lo sabrá á su tiempo por ellos
mismos.
Y o entretanto le digo que la tribu de los CorondoB pertenece á la raza Tupí, que es más co­
mún al Norte y Oeste del B rasil; mientras los
otros salvajes del Sur y del Paraguay pertenecen
á la raza Guaraní. Son cerca de 20 m il esparci­
dos en pequeños grupos, por las florestas. Apeuw
trescientos se acercan á la Colonia para recibir
la ración del Gobierno, y estos después de algnnos meses ceden el sitio á otros y vuelven á em­
prender su vida errante por los bosques y los
ríos.
.
Todos nuestros esfuerzos deberán , pues, diri­
girse á atraerlos á nosotros, reunirlos en pueblecitos y fijarles uu sitio lijo para instruirlos en la
santo Religión, en la agricultura y en los oficios
más comunes. Pero antes de que pueda obtenerse
uua tal victoria , ¡ cuanto tiempo deberá pasar,
cuantos gastos deberán hacerse y cuantos smloros, sacrificios, sufrimientos soportar los pobres
Misioneras!
Pero confiamos completamente en el apoyo ue
María Auxiliadora y esperamos ver dentro
poco levantarse la cruz de Jesucristo en las fierestas vírgenes, y cobijar bajo su som b ra, eo
solo á los Coroados, siuo también á los Bakilierins, á los Charvantcs y á tantas y tontas otm
tribus como viven errantes bajo el verde tache
do los frondosos y gigantescos árboles de esta*
zonas tropicales.
vn.
D e i s o i ú p o i ó i i y u s io s e l e l o s C o r o a *
< lo s .— S u . g - o l > i e i r u o . — H a b i l i d a d
l a e a »s a y p e s c a . — X r i s t e c o u d *'
c*i