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' Almagro —
LIBRERIA
SALESIANA
Buenos Aires
LIBROS DE LECTURA
AtIsosj consejos i los aprendices, por M. de
Segur V¿4 paga, en 64*'.
. . . ptae. 0,30
(Suldi'á el l’ujia de Uomul — Opúsculo de aotuaüdad por T. de V. 68 págs. . . . » 0,15
CnrtiiH espirituales de S. Francisco do Sales, es
cogidas para personas de varios estados {en 32®.
grande, de 150 p á g s .).......................» 0,10
£1 llboralismo es pecado de orejía, explicado
por preguntas y respuestas por ol It. P. Antonio
F. Moya (80 p á g s.)............................» 0,10
IrisiiH saludiihies a Inscusndiis por M. Antonio
Clarot; o sea carta espiritual á una casada her
mana su,ya (68 p á g s .)....................... > 0,10
Examen orítieu uo la Historia de los conÜictos
entro la Keligion y la Ciencia, por fi. Drawr.
(Artículos publicados por « La Cíviltá Cattolica » . ) ..........................................»0,30
Loa leprusoi de la Isla Sandwich y el Padre
Damián
......................................... » 0,10
El tesoro de la juventud, <5la Santa Virginidad,
por el II. P. José Frassinetti, en rústica (en 32®.
do 70 p á g s .) .....................................» 0,10
La Iglesia columna y apoyo de la verdad; por
el lí. P. Pedro M. Ilundain; avisos dirigidos al
pueblo católico para prevenirlo contra la propa
ganda protestante j precioso opuscuüto de 68
págs. en 32®...................................... » 0,10
Lo Virgen cristiana en su familia y en el mundo,
sus virtudes y su misión en los actuales tiempos;
traducción libre hecha por una joven americana;
en 32®. grande, de 401 págs. en rústica » 0,40
De lo.s deberes del hombre, por Süño Pellico,
discurso dirigido á un joven, traducido por
D. López Gisbort, (en 82®. grande, do 140
p á g s . ) ..............................................»0,80
Conformidad con la voluntad de Dios y JLjdo d«
hublur lámilianncnte con Dios }>or S. Alfonso
M. Ligorio ( en 64®. do 2ü6 pugs.) en rús
tica ..................................................» 0,20
Católicos y Masones. loi Masonería y el Catoli
cismo. Estudio comparado bajo el aspecto del de
recho común, las matituoiímes donn*oráticas y
filantrópicas, la civilización y su intlucnoia so
cial por el limo. Sr. Dr. 1). Maríunu Solar, ObisiX) Je Montevideo (en 16®. de 834 pags.) » 0,30
Vid X(lo C(>h’gl«» ó hechos edificantes entresacados
de las hiuHogmfias de algunos
del Omloriu Jo 8. Francisco de Sales escritas por el U.
P. Juan Hosco; por el Pbro. Esteban Trione (en
32". grande, do 1S8 págs.) en rústica » 0. 60
La verdadera religión. — Catolicismo y Pmteslantismo.
es el guo tiene raxóu en el tri
bunal de la verdad, el católico 6 el protestante?
— ó en otros términos, aCuál es la verdadera
Iglesia do Josuedst-.*, el Catolicismo ó el i’rotestantismo?— En tros partos Con un .Apéndice —
(en
de 168 p a g s .).......................* 0,45
El convite del Divino Amor por José Frassinetti,
Pbro., traducción del Pbro. A. D. E. 180 págs.
en 16°. r ú s t i c a ................................ * 0,45
¡Uuy nn Dios que se ocupa de nosotros? por H.
de Segur. 22 págs. en 32®.
0,05.
La lampara del santuario. Novela moral-reli
giosa por el Cardenal Wiseman; 64 págs.
en 3 2 .............................................. »0,10
Catecismo de la Doctrina Cristiana para la
Arquidiócesis de la Santísima Trinidad de
Buenos Aires, 13* edición, 96 págt. en 32®.
cada u n o ......................................... » 0;10
docena . . . > 1,00
el ciento . . . » 7,00
id. id. id,' undécima edición, en letra grande;
en 82®. de 96 pá^. el ejem...................» 0,20
Id. id. id., explicado por el P. Santiago José
García Mazo y aumentado con explicaciones de
otros célebres catequistas; útü á todos, y ne
cesario á los que tienen el santo y dificil encargo
de enseñar la doctrina á los niños y fieles. Obra
dedicada á S. S. Bma. y Edma. el Sr. Arzobispo
de Buenos Aires, y especialmente aprobada por
el mismo Exemo. Señor: un tomo de 823 págs.
«n 16®. con cinco hermosos grabados en rús
tica ...................................................* 2,80
en media pasta
.....................» 4,00
Práctica del Catecismo Romano ó Doctrina Cris
tiana, por el P.Juan E. Nieremberg, S. J.; (en
82®. de 402), enr ú s t i c a ....................» 0,30
Catecismo acerca la masonoría, sacado á la
letra de la Encíclica Ilumanum genus de nues
tro amantísimo Padre León XUI, por el P. En
rique de Ossó 64 págs. en 32®. . . . » 0,10
Evangelios para todos los domingos del año, ex^cados en forma de catecismo, por el P. Angel
Cagnola. Esmerada edición 368 págs. en 26".» 0,35
Compendio de Historia Eclesióstlon, útil á toda
clase de personas, por el P. Juan Boscu. Contiene
una Cronología de los Sumos Pontífices según la
más común opinión, sin contar los antipapas,
connotas; 2* edic. esmeradamente corregida é
impresa (un tomo eq 32®. grande, de 560 págs.)
en r ú s tic a ............................................ » 2,00
La religión demostrada al alcance do los niños;
por el Dr. D. Jainn Palmes; seguida de los
Principiáis Fnnd<wiintales da la EeÜgion por
el E. P. Juan Hosco; (en 16*. .^e 136 págs.)
nueva edición, impresa con esmero; en rús
tica
..................................................» 0,35
El católico en el siglo; conversaciúnes familiares
de un padre con sus hijos, referentes á la religión
por el E. P. Juan Bosco (en 82®. de 542 págs.);
edic. en papel ordinario en rústica . » 0,85
Conversaciones fam iliam destinadas á comba
tir el error y á mostrar la grandeza de la ver
dad católica, por el P. D. FélurSarda y Salvany;
3.* edic. corregida. (SOS págs.) en rústica » 0,25
Q uien recsbiere á un
niño en mi nom bre, á
m i m e recibe.
O s recom iendo la niflez X la ju v e n tu d ; cul
tivad con {grande esm ero
su educación c^istm na;
y proi>orcionfid¡c libros
q u e la enseñen A huir
d el vicio y á practicar
la virtud.
( M A T H . X V I II .)
m
E n tre las cosas divi
n a s , la m ás sublim e es
la d e cooperar oon D ios
á la salvación d e las
aknas.
(S. Dio.vicjo.)
(PÍO IX.)
E l am o r al prójim o e s
uno d e los m ayores y
m ás excelentes' dones
q u e ia divina bondad
puede conceder á 1m
hom bres.
(S. ¡Fs a n c . de Sales.)
R e d o b l a d vuestras
fuerras A fin de ap artar
si la n i ñ « y juventud de
la corrupción é incre
dutidad y p rep arar así
u n a nueva generación.
(L kón X III. i
DA MIHI ANIMAS CiETERA TOLLE
ANO XXI —N. 11
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PUBUCAC/ON MENSUAL ® NOVIEMBRE de 1900
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Cotlfllengo, 32
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e d a c c ió n
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Turín (Italia)^ ^
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F a u s tís im o ; F e c h a .
íe in t ic in x o a n o s s e c u m p le n e n e s te m e s , d e s d e q u e los S a le sia * n o s s e e s ta b le c ie ro n e n A iiiéricA .— Im p u ls a d o p o r el fu e g o s a g ra d o
q u e a b r a s a b a s u s e n tr a ñ a s , y e u c o iilra m lo e s lre c h o s los lím ite s
d e E u r o p a , n o d e sc a n só u n p iiu to n u e s tro a m a d o F u n d a d o r y
P
a d r e D . B o sco b a s ta tr a s p o n e r los m a re s y la n z a rs e a l n u e v o
!4
m u n d o e n s u s h ijo s c o n v e rtid o s p o r s u tr a b a jo e n A p ó sto le s, (pie
a n u n c ia r a n la buena Jiwem y e x te n d ie r a n el re in a d o d e J e s u c r is to
s o b re la s a lm a s q u e re d im ió á c o s ta d e s u s a n g r e .— V e in tic in c o a ñ o s h a n p a
s a d o a p e n a s , y y a los S a le s ia n o s s e e n c u e n tr a n d e s p a rra m a d o s p o r to d o el
n u e v o c o n tin e n te , d irig ie n d o b u e n n ú m e ro d e C o le g io s-E sc u e la s d e A rte s -O rfa n o tro fio s -H is io u e s , e tc . s ie n d o in c a lc u la b le s los f r u to s q u e e n e se tie m p o h a n
c o s e c h a d o . N a d a m á s ju s to , i>ues, q u e n u e s tro s h e rm a n o s d e a lle n d e lo s m a re s
c e le b ra r a n fe c h a t a n fa u s ta y rin d ie r a n á D io s tr ib u to d e a la b a n z a y a c c ió n d e
g ra c ia s . A s í p a r e c e q u e lo h a r á n , á j u z g a r p o r la s p o c a s y v a g a s re fe re n c ia s
q u e h a n lle g a d o h a s ta n o s o tro s .— A l m ism o tie m p o q u e p ro m e te m o s á n u e s tro s
b e n e m é rito s C o o p e ra d o re s d a rle s u n a c o m p le ta in fo rm a c ió n d e c u a n to se h a g a
a l re s p e c to , to m a n d o la s n o tic ia s , s i f u e r a n e c e s a rio , d e la p re n s a c a tó lic a a m e
ric a n a , le s s u p lic a m o s q u e se u n a n á n o s o tro s e n la.s a la b a n z a s á l a d iv in a
P ro v h le u c ia , á q u ie n to d o lo d e b e m o s.
■s»
— 'J96 —
nuQ va
O ra c ió n
á M a ría
l.u ^ ilia d o r a .
^ ^ .r e e m o s hacer cosa grata á miestros beneméritos Cooperadores publicando el
texto de una nueva oración á nuestra querida
madre, bendecida por S. S. León X III j en
riquecida por Breve de 10 de Marzo de 1900,
con 3 0 0 días de In d u lg en cia cada vez q^ue
los fieles l a re c ite n con el corazón a l menos
contrito.
Varias son las oraciones que se han ya esoscrito en honor de María Auxiliador-a, y al
gunas de ellas han sido enriquecidas con in«Inlgeiicins. Ninguna, sin embargo, os, á nuestro
])urecer, tan eficaz y oportuna como esta para
alcanzar gracias de la Virgen de D. Bosco^ j)orque es esencialmente salesiaua. Compuesta con
ese objeto, la recitan todos los días los Salesianos é Hijas do María Auxiliadora. Recitándola,
j)ue8^ 80 forma jiarto del harmoiiioso conjunto
de tantas almas amantes de María Auxiliadora,
que desde todas las partos del globo elevan
continuamente sus súplicas basta el esplendente
trouo de la Auxiliadora de los cristianos.
Sea, por lo tauto_, uno de los cuidados de
nuestros beneméritos Cooperadores, recitar dia
riamente esta preciosa oración y difundirla
constantemente entre los conocidos y allegados.
De este modo contiibuirán eficazmente á la di
fusión de la devoción á María Auxiliadora, y
con ella á la extensión de la esfera de acción
de la Congregación Salesiaua, obra predilecta
de María y tan beneKciosa á todo el mundo y
en modo especial á la juventud pobre y aban
donada.
j '- .
^
A u x ilia d o ra s ,
h Santísima ¿ Inmaculada Virgen jlfnrm, tientisima Madre nuestra y poderoso Auxilio de
los cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente d vuestro dulce amor // d vuestro
santo servicio. Os co?ísn</ra»»o« la í»c?itc con sus pensamienioSf el corasón con sus afectos,
el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y os prometemos dingir siempre nuestras
acciones d la mayor gloria de Dios y d la salvación de las almas.
Vos, pues, ¡oh Virgen incomparable ! tpie fuisteis siempre la Auxiliadora delpueblo cristiano;
continuad ¡por piedad! siéndolo, espccinhncnte en estos titas. Humillad d^los enemigos de nuestra
Sania Iteligion, y frustrad sus perversas intenciones. Iluminad y fortificad d los Obispos y sa
cerdotes, y tenedlos siempre unidos y obedientes al Papa, Maestro infalible j preservad de la
irreligión ;; del vicio d ¡a incauta ■juventud; promoved las santas vocaciones; y aumattad el
número de los Ministros sagrados, d fin de que, por medio de ellos, se conserve el reino de fesucristo entre nosotros, y se extienda hasta los lííiimos confines de la tierra.
Os suplicamos ademds, ¡oh dulcísima Madre! que no apartéis nunca vuestra piadosa mirada
de la ineauta Juventud rodeada de tantos peligros, y de los pobres pecadores y moribundos : sed
j)«m todos, ¡oh María! dulce cspei'anza. Madre de misericordia y puerta del Oielo.
Asimismo, ¡oh gran Madre de Dios! os pedimos, para nosotros, que nos enseñds á imitar
xmestras virtudes, especialmente la angelicalpureca, la humildad profunda y la ardiente caridad,
d fin de que, en lo posible, con nuestra presencia, con nuestras jialabras y con nuestro ejemplo,
rg>reseHieHios «i viro e» aiedio dcl mundo d vuestro bendito Hijo Jestís, logremos que os conoscan
y amen, y consigamos con este meciio la salvación di muchas almas.
2Iaced, (ide»id«, ¡oh María Auxiliadora! ^ue todos permanezcamos reunidos bajo vuestro
materaai maato, y que ninguno os abandone jamás. Haced que et» las tentaciones os invoquemos
al j>un(o con toda ct>nfianza; haced, en iin, que el jicnsamieitto de que sois tan buena, tan ama
ble y tan miset'icordiosa, y el recuerdo dei amor que tencis á vuestros devotos nos aliente de tal
modo, que .salgamos vietoríosos contra los enemigos de nuestra alma, en vida y en muerte,
p am que podiimos foi'maros corona en el Paraíso. A si sea.
-S i
— 259 —
(®k1Jílil c --I^
OLEMNE
-g-»
.
OMENAJE
á l e s a c r is ío l e d e i i t o r
■»<»
l i ó x o t o á d a r la s ú ltim a s b o
q u e a d a s el s ig lo XIX, lla m a d o
(le la s lu ces, g r a n d e p o r su s iu _____ _____ v e n to s y g r a n d e ta m b ié n p o r
su s c rim e a e s , se a c e rc a el m o m e n to s o le m
n e d e t r i b u t a r á J e s u c r is to , K e y in m o rta l
d e lo s s ig lo s, e l h o m e n a je d e íe, d e a d o
ra c ió n y d e a m o r d e l m u n d o ca tó lic o .
D u r a n t e lo s <los ú ltim o s añ o s, la p a r te
d e l p r o g r a m a d e l H o m e n a je , q u e p u d ié
ra m o s lla m a r x > reparatoria, h a id o d e s a
r r o llá n d o s e c o n g r a n lu c im ie n to y e s p le n
d o r, p o r lo q u e e s d e e s p e r a r q u e e s te
e n tu s ia s m o i r á e n a u m e n to h a s t a lle g a r
á l a c o m p le ta c o ro n a c ió n d e l a o b ra e n
lo s d is tin to s p u n to s q u e a b ra z a .
A sí, p u e s , h o y q u e la b rú ju la d e l tie m p o
m a r c a y a lo s ú ltim o s re s p la n d o re s d e u n
s ig lo m á s d e v id a d e l c ris tia n is m o ; h o y ,
q u e y a a s o m a n los p rim e ro s a lb o re s d e
o tro n u e v o sig lo , e s m á s q u e j u s t o q u e
n o d e je m o s p o r n u e s t r a p a r te d e h a c e r
n a d a d e lo íju e e s té á n u e s tro alcjin ce,
p a r a u n ir n o s al b iin iio so n o ro q u e el
p u e b lo tíel e n to n a co m o tr ib u to d e b id o
á J e s u c r is to E e d e u to r . Y n a d a n o s i)arece
m á s o p o rtu n o in tra e llo , q u e re p r o d u c ir
lo s s ig u ie n te s p á rra fo s d e u n a h e rm o s í
s im a i)a stq ra l (pie, s o b re e s te a s u n to ,
d irig ió el a ñ o a n te r io r á s u s dioc< s a n o s
e l s a b io y v irtu o s o o b is p o d e S a n ta n d e r .
• •
A u n q u e todos los días y á todas horas de
bemos portarnos <íomo fieles y agradecidos
siervos de D ios, h ay tiem pos y circunstancias
que de modo esiiecial nos estim ulan á trib u
ta rle m ás solem ne y esplendoroso homenaje
de adoración y de agradecim iento: tales son
el térm ino de u n siglo y el principio del signlente. Colocados nosotros en el p u n to de
enlace d e esos dos períodos seculares, podemo.s co nsiderar cómo p asa á la H istoria el
prim ero con sus luces y sus erro res, sus vi
cios y sus v irtu d es, sus m iserias y sus g randeza.s: y vemos acercarse el otro cargado de
esiHjranzas y de tem ores. A n te esa persiiectiva,
levantando los ojos al ciclo y contem plando
«»g><-
que todas las cosas h an sido lioehas para
se rv ir á D ios, y que E l os el Key de los si
glos, parece n a tu ra l que caigam os de hinojos
p a ra a d o ra rle ; para llo rar el mal empleo del
tiem po pasado; darlo gracias por los benefi
cios recibidos, y pedirle sus auxilios para
cam inar p o r la senda de la v erd ad y de la
ju stic ia en el siglo venidero.....
Motivos de adoración.
E n nuestros días, m ás que nunca, se oyen
en todas partes, y salen de todos los laluos
estas p alab ras: regeneración, restauraídou, re
dención. « E s m enester regenerarnos: hay
que r e s ta u r a r la sociedad: es preciso redim ir
al pueblo. » Y cuando todos lo (liceu, es por
que todos sienten esa necesidad: y la nece
sidad, sen tid a y proclam ada por todos, no
puede m enos de ser real y verdadera. —
P ero en esas palabras, jq u e se pido? — E egeneracion, restauración, re d en ció n : tónuiut)S
que, si no sou sinónim os, m irando al objeto
á q u e se aplican desig n an u n mismo mal,
considerado bajo d istin to s aspectos. L a nece
sa ria regeneración in d ica que estam os degenoradoK, q u e bemos perdido cl carácter de nues
tro i)rim itivo o rigen; la restauración im plica
que la sociedad se h alla en ruinas, desviada
de su fimdameni'O: la redomion supone que estíunos rendidos y bajo el dom inio de un ti
rano que nos oprim e. P orque lo que no está
degenerado, no necesita regenerarse; lo (¡uo
no es ruinoso, no exige restsm racioii: ni sus
p ira por ser redim ido el que no gim e entro
cadenas, n i se h alla ou la d u ra servidum bre
del esclavo.
C onviniendo todos en q u e existe el mal, lo
que im porta es aplicar el rem edio: y el re
m edio h a de ser regenerar, restaurar, redimir.
R egenerar es volver á en g en d rar: re sta u ra r
quiere d ecir le v a n ta r de nuevo el edificio so
b re sus cim ientos: redim ir es sacar del <íautiverio al prisionero, pagando el precio de su
libertad. — L a sociedad, pues, será restaurada,
si es regenerado y redim ido el h o m b re ; por
que la sociedad se compone de hom bres; y,
por tanto, no puede te n e r otro origen, n i d i
ferente destino que los hom bres. L a sociedad
no es m ás que u n medio, adecuado á la h u
m ana naturaleza, por el cual los hom bres ca
m inan h acia u n fin común, que no puede e sta r
— 290 —
en oposición al fin de cada uno. Es u n cuerpo
m o ra l, que, como el cuerpo físico, será sano
y robusto, si lo son sus m iem bros; ó v en d rá
á la disolución, si sus m iem bros enferm an y
se corrom pen.
E s, p or consisuiento, indispensable rege^ nerar á los hom bres, si h a do ser regenerada
la sociedad. Y, i)ues la regeneración física,
en el rig o r de la palabra, es im posible, por
q u e m ulie puedo nacer dos veces, la regene
ración por que suspiram os lia de ser esp iri
tu a l y m oral: h a de co nsistir en re stitu ir al
hombro, á la n atu ra leza hum ana á su con
dición p riíu itiv aj h ay que ponerla en las
m ismas comlicioiios en que so h allaba cuando
comenzó á sor; es preciso devolverle aquellas
prerro g ativ as, aq u ella vida y energías que
recibió de su causa prim era. A sí, y sólo así,
se lo g rará su re g en eració n : m ientras á eso
no se llegue, siem pre e sta rá degenerada.
Eei’o la causa prim era os D ios: Dios es
quien nos h a croado: Dios hizo al hom bre á
im agen y sem ejanza s u y a , « le coronó de glo
ria y honor, » le santiücó para que, así ele
vado al orden so b re n atu ral, fuese aJgiiu día
en el cielo p articip an te de la felicidad del
mismo Dios....
Luego p ara regenerar al hom bre, y p o r con
siguiente, á la sociedad, h ay que ponerlos en
la sonda del cielo: h ay que coTiducirlos por
el cam ino de la verdad y de la ju s tic ia : hay
(pie llev arlo s á Dios, que es nuestro prim er
p rin cip io y es nuestro liltim o íiu.
lUüu euteiidida la regeneración, sa lta á la
v ista que es em presa superior á las fuerzas
hum anas. INiiigúu hom bre, n i todos juntos,
pueden apoderarse d e las riquezas d iv in a s:
n in g u n o puede lev an ta r la hu m an a n a tu ra
leza á la a ltu ra del cielo, ninguno es capaz
d e rom per las cadenas del pecado y rasg ar
e l decreto de etern a condenación.
Pei’o lo que es imposible al hom bre, lo h a he
cho ell-Lijo do D ios.C on'ipadecidodü nosotros,
bajó del cielo p a ra franquearnos la e n tra d a
en ól. Hizo suya n u estra uaturalezji, que con
e.so quedó restaurada, y asentada sobre la
lirm ísim a baso de la d ivinidad en la persona
del Verbo. lOl lu)m bre (puyU) en- Jesucristo,
no sólo divinizado sino hecho Dios; y con
la san tidad y el poder cpie en D ios tenia,
ofreció su v id a en expiación d e nu estro s de
lito s p a ra roiionciliarnos con el Padre...:..
S i la socieilad estji degenerada y arruinada,
es poiHpiü so halla el hom bre separado d e su
K edentor. lOs. pues, iudispeusal)le volver á
C risto, si quoi'emo.s que la sociedad sea res
ta u ra d a y regenerada. P re te n d e r verdadera
rege.uerueion sin C risto, es p retender un im
posible: tra ta r de regenerar la sociedad, p res
cindiendo del líe d e iite r, es lab o r in g ra ta ,
com o la de edifiear en el aire, y contener con
m uro de artm a el Ím petu do caudíüoso río....
lievantem os. pue.s, nuestros ojos al ciclo; y,
contem plando allí á Jesucristo, que nos llam a
y nos a g u a rd a ; reconociéndole y confesán
dole como único verdadero P ed en to r y Sal
vador: hum illados an te su acatam iento sobe
rano, bendigám osle, alabémosle, consagrémosle
todo nuestro enteJidim ieuto y nuestro corazón,
y tributém osle solem ne hom enaje de adoración.
motivos de expiación.
C onsiderando como p asa el tiem po p a ra no
volver, n a tu ra l es que cousidereiuos que nos
otros pasam os con él, y tam poco volveremos;
porque nuestro cam ino v a á d ar en la e te r
nidad. A l íln de n u estra peregrinación com
parecerem os an te la presencia de Dios, que nos
pedirá cu en ta del buen ó m al empleo que del
tiempo h icim o s; y será detinitivaiuciite asig
n ad a á cada uno la suerte feliz ó desdichada
que h ay a merecido, según las v irtu d es de que
vaya adornado, ó los vicios de que se hizi>
esclavo. Es, pues, prm lenre y provechoso re
pasar en n u e stra conciencia nuestras buenas
ó m alas o b ra ^ y hacer penitencia p a ra desa
g ra v ia r al Señor de las ofensas d e que nos
hallem os reos.
P ero no es sólo de los pecados personales,
sino principalm ente de los públicos y socia
les, de lo que debemos trib u ta r á Jesucristo
hom enaje de expiación.
E l siglo pasado expiró bañado en sangre
y arrojando to rre n te s de iniquidad sobre la
E uropa. F u lg o res siniestros descubrieron de
alg ú n modo el g ra n m isterio de iniquidad
que, al d ecir de San Pablo, comenzó á fra
g u arse desde que nuestro adorable Reden
to r m urió en la Cruz. E l p rim er rebelde,
que en forma de serpiente sedujo al prim er
hom bre, de ta l modo ten ía fascinado al espí
ritu hum ano con los encantos de ilusoria
grandeza, que la m enguada razón, eu uu rapto
de locura, pretendió su p rim ir á Dios, y ha
ciendo su propia apoteosis se pro<damó diosa,
que, perscniücada en u n a mujer iiiqíúdica,
reclamó para sí el culto y los houoies q u e
negaba al S er Suprem o. — La exaltación de
la locura se apaciguó; pero la locunt no quedó
curada. L ucifer que lanzó el g rito « seré como
Dios, * gu iab a á la razón eiuUomda; y, aunque
tuvo que p re scin d ir del culto q u e " sacrilego
exigía, no h a dejado do uum teuer eu ella la
m anía de la grandeza suprem a y, por tanto,
el propósito de recabar pura sí los honores,
y d e stru ir la Iglesia y anonadar la única
verdadera R eligión.
P a ra lograr su intento, encomendó á nues
tro siglo la prosecución de su obra satán ica;
dándole como m edios adecuados los <pie, por
haberlos fraguado entre tum ultos sangrientos,
llam ó eongnisttís reroltielomiruiJi: las fiincstíís
libertades de conciencia y de cu lto s; del pen
sam iento y la p alab ra: de asociación y de
la p re n sa: y esas libertades, — q u e no son
sino suplicio d e la verdadera libertad, cade
nas p a ra la virtud, y licencia p a ra los erro
res y los vicios, — h an corrido sin freno por
el m undo, sem brando cizaña en el campo del
—
201
P ad re de fam ilias, conculcando la hacienda
de Jesucristo, y m altratando á su m ística es
posa la Ig lesia Católica ...
Si á esto añadim os los euormes pecados,
delitos y crím enes de que son causa las gue-
—
Señor Jesu c risto homenaje de expiación? ¿N o
deberá el cristian o esm erarse en com pensar
de alg ú n modo con buenas obras los ultrajes
que este siglo in g rato y descreído, ha inlbrid o á . n u estro adorable K edentor?
Motivos de acción de gracias.
S. Estanislao Kostka.
EtettÜura dt la* Etcttela* -Saietiana* de SarriáSarcelona,
rra s m ás ó menos injustas, provocadas ix>r la
am bición de los poderosos, y que en este siglo
m ás que en otro alguno, h au llenado d e san
g re la tierra... ;n o os parece que hay m otivos
m ás q u e suficientes para ofrecer á ifu estro
Tam bién le debemos homenaje de g ra titu d .
— ¿Q uien h ab rá q u e no haya recibido m ul
titu d de beneficios d e su mano bondadosa f
É l h a guardado n u estra vida, nos h a librado
de m il peligros, no nos h a castigado como
luerecíam os por nuestros pesiados, nos h a dado
lu g ar de arropontim ionto y h a conservado en
nosotros la fe d iv in a: raíz preciosa y feoiiiidn,
do donde brotan y en la cual se m antienen
las obras m eritorias do corona inm arcesible:
luz bienhechora que disipa las tin ieb las del
eutendim ieiito, nos guía en n uestra p eregri
nación, y nos m uestra entro esplendores do
g lo ria la liiausion etern a de los justos. —
¿Q uién sabrá ap reciar bastsinte ese im ponde
rab le beneficio, y d a r por 61 las debidas g ra
cias?
ÍTo solam ente con beneficios p articulares,
sino con públicas y espléndidas m ercedes ge
n erales h a querido el Señor engraudecer su
m isericordia p a ra con nosotros.
É l dijo á San P edro que S atanás h ab ía pe
dido perm iso p a ra zarandear á la Iglesia,
pero an ad ió : « T o h e rogado por tí para que
no falte tu fé...» « E l m undo os perseguirá,
pero ten ed confianza; yo h e vencido al nmudo.»
La eficacia de la oración de Jesu cristo y la
verdad de su i>alabra h a brillado en medio
d e las iniquidades del siglo x ix .—La fé, que
se quería ex tin g u ir, ü.si)arce por todas p artes
sus vivos re.splandores. E s v erd ad (pie lia
sido expulsada de m uchos hogares; pero eu
enmbio se h a arraigado m ás y m ás eii el co
razón do lo.s verdaderos creyentes; h a ilum i
nado á m ultitud do herejes y iirobistantes
ilu stres y lo s h a traído al grem io do la Iglesia;
h a llenado de alegría á esta am orosa m adre,
devolviendo á sus brazos m illares de hijos
que el cism a te n ía alejados; y cam ina sin
descanso llevando luz á los que están sen
tados en tinieblas y som bras (le m uerte. E l
m aterialism o sensual y grosero h a sido ven
cido en el dogm a consolador d e la Inm acu
la d a Concepción de la yantí.sim a V irgen
M aría: la pureza q u ed a realzada, y p aten te
la m ás herm osa senda para lleg ar á u n a v id a
feliz. E l culto d e la S antísim a V irgen se h a
propagado con rapidez adm irable: la s preces
del E osario resuenan en todos los países y
se cau tan en t(xlas las len g u as; y la m ism a
celestial Señora se h a com placido y se com
place en disiiensar sus fa v o re s, haciendo de
la g ru ta de Lourdes m anantial inagotable d e
extraordinarios dones.—E l naturalism o, r a
cionalism o, liberalism o y ateísm o de los mo
dernos E stad o s fueron heridos de m uerte por
el SyU(ihus de P ío I X : la independencia y
— 293 —
Hoberaiiía de la razón, anonadadas en el Con
cilio V atican o ; y b rilla n como estrellas en
el firm am ento las E ncíclicas de N uestro Smo.
l ’ad re León X II I, m ostrando los. derroteros
d e la v erd ad era ciencia y de la sana política,
y la m an era como pueden resolverse acerta
dam ente los tem idos problem as sociales.
E n medio de las persecuciones, los I n s titu
tos y C ongregaciones religiosas no h an d is
m inuido, sino que so h a n m ultiplicado: la
unión de los fieles con sus j)astores y de
óstos con el Suprem o P a sto r es m ás estrecha
<iue n u nca: y los Eom anos Pontífices se h an
visto honrados h a sta por los m onarcas q u e
no son católicos, y h a n sido consolados p o r
la v isita y las ofrendas de m illares de sus
hijos, q u e en m agníficas peregrinaciones h an
ido gozosas á p o strarse á los piés do su P a
d re y á re cib ir su bendición....
llam a y nos m anda g u ard ar sus m andam ien
to s: y el que peca y quiere i)ermanecer en
pecado, no hace caso de la voz de D ios;
luego justo es que su oraciou sea desechada.
D ios le nieg a lo que pide, porque él no da
á Dios lo que le debe: no oye á Dios y no
merece ser oído. E l que vive eu pecado es
enemigo de D ios; y m ienti’as ora, queriendo
el pecado, im ita á Ju d a s que abrazó á su
Señor p a ra entregarle en m anos de sus v er
dugos. Si, pues, deseamos ser oídos, detes
tem os las culpas, y acerquém onos con con
fianza ; que el « corazón contrito y hum illado,
no es desechado de Dios.»
No dejemos de o ra r; perseverem os en ora
ción; porque á la perseverancia está prom e
tid o el fruto. FruvtvH honi opeHs,
rantia est. (S. Ainbr.). E l Señor nos lo enseña:
« es preciso o ra r siem pre y no dejar de orar:»
y S. P ab lo nos rocomicmla que « oremos eu
nCotivos de súplica.
todo tiem p o .» (Efes. G.).....
S i servim os á Dios, aunque parezca que
M ás p a ra alcanzar que llegue pronto el día no nos oye, n in g u n a de nuestras obras será
deseado, hace falta orar y perseverar en ora p erd id a: el Señor las an o tará en el libro de
ción. E s preciso trib u ta r á .Tosuciisto conti la vida, para, recom pensarlas después de la
nuo hom enaje de hum ilde y fervorosa súplica.
victoria final.... M ientras peregrinem os, no
S n m isericordia es como occóano inm enso
h ay m ás remedio que luchar, si queremos
<ine, cuando á É l le place, puede derram ar
alcanzar la co ro n a; porqiie los hom bres m un
sobro la tie rra in g ra ta , copiosa llu v ia de danos, adversarios y enem igos de C risto, no
g racias y m ercedes espirituales y tem porales; cesarán en su insensato empeño de d estru ir
pero d e ord in ario esa llu v ia de g racias está su reino.—N o quieren p ensar que ellos van
lig ad a á la oración.—La oración es la llave pasando, y Jesu cristo p erm an ece: ellos son
que abro ese occóano; es el cáuce por donde
m ortales, y C risto vive para siem pre: ellos
clescieuden sobre nosotros y sobre el m undo n ad a pueden, y E l es oiuuipoteute: y, por
los divinos raudales. C risto lo d ijo : « P edid, tanto, no queriendo reconocerle aquí como
y recibiréis... porque todo el que pide, recibe.» E ed en to r y Salvador, ten d rá n que v eiie en
Luego quien no p i d e , no tien e derecho á el últim o día como rectísim o Juez, y ju stí
esp erar celestiales favores.
sim o vengador.
Siem pre el Señor se h a m ostrado propicio ' Seamos nosotros de los que, reconocidos á
con los q u e oran... « Con la oración fué forti sus inefables beneficios, le confiesan su Ee
ficado Jerem ías en su cárcel, D aniel en el dentor y Soberano Bienhechor, y déiuosle
lago do los leones, los tre s niños en el horno
g racias, y desagraviém osle, y pidám osle el
de B abilonia: Jo b triu n fa del demonio, Su triu n fo d e la Ig lesia y la salvación del mundo.
sa n a se ve lib re de los ancianos; el buen
[Se contimiará).
ladrón v a desde la cruz al paraíso, y E ste
ban, victorioso de los que le apedrean, se
Yy"v'?'y'^ ^ v'’v*v'*v' y'^’'v’*v'v^y'v'*v^y' y’7' v'V'V''v'*v^ 7
d irig e al cielo. » (S. A gust.)....
L a Iglesia, aleccionada por su divino h'undador, tiene como elem ento necesario de su
LAS CUATRO BASILICAS JUBILARES
vida, la o ra c io u : o ra siem pre, o ra sin cesar.
--------- -o----------L a L itu rg ia no es o tra cosa que iin concierto
continuo de oraciones que los obispos, el
II I.
clero y las com unidades religiosas elevan al
cielo en todos los países, á todas horas, p a ra
B a s ílic a de S. J u a n de L e trá n .
que n u n ca se suspenda la com unicación con
(Conclusión.) (i)
el cielo. P o r eso, sin dudiv, no hem os sido
y a an iq uilados: la oración suspende los cas
1471 subió á la C átedra de S an P edro
tig o s y tra e la m isericordia de D ios....
otro insigne m inorista, el inm ortal fray
Mas, p ara que n u estra oración sea acepta
Francisco de la Eobere, que tomó el
á los div in o s ojos, es preciso que detestem os
el \>ecado y queram os de veras serv ir á nom bre d e S ixto IV , y fué uno de los .prin
cipales bienhechores de la B asílica Laterar
D ios: porque twtú escrito en los P roverbios
q u e « la oración del que no atiende la Ley nense, m uy a rru in a d a entonces, á causa del
lie Dios, es execrable. » iCómo ha de escuchar
(1) V. Boletín de Octubre pág. 261.
D ios á quien no quiere oir su voz? Dios nos
— 203 —
abandono en que b ab ía estado d u ra n te la
perm anencia de los P ap as en xVviñóu. Sixto
IV hizo rej^arar todas las p artes ruinosas,
renovó el pavim ento, sostituyó el antiguo
cam panario ])or los dos que boy existen ;
bizo sem ejantes reparos en el palacio i)ontificio adjunto á la B asílica; colocó en su
plaza la famosa estatu a ecuestre de Marco
Aurelio, que boy se adm ira en el Capitolio,
y p a ra aten d er á todas las reparaciones y
gastos futuros, á m ás de otras cuantiosas
b m o sn as, estableció u n a fábrica exprofeso
para esta iglesia, y arrancó de raíz los con
tinuos y escandalosos litigios que en los siglos
anteriores b ab ía habido en tre los canónigos
seculiu'es y regulares, respecto á quienes
h ab ían de oficiar en la iglesia, encargándolo
á los prim eros y edificando para los segundos
un covento ju n to á la Ig lesia de S an ta M aría
de la P az, fab ricad a tam bién por este P o n
tífice.
Se puede decir que le superó con mucho
su herm ano de h áb ito el celebérrim o Sixto
V, ensalzado á la tia ra en 1585. H om bre de
ingenio em inentem ente artístico y em pren
dedor, realizó en P om a innum erables obras,
á cual m ás estupenda, pudiendo afirm arse
que fué p a ra la C iudad E te rn a otro verdadero
fundador, pues la transfosm ó com pletam ente.
Como e ra n atu ra l, sus principales cuidados
se d irig ía n á su Ig lesia C atedral, á su E s
posa, la B asílica de L etrán. Próxim o á d<^
rru m b arse el jíalacio adjunto por su an ti
güedad y por o tras cau.sas que no es del caso
expresar, lo hizo d e rrib a r totalm ente, y le
v antó el elegante y m ajestuoso que hoy existe,
y q u e en cierra u n riquísim o museo de an ti
güedades cristianas y paganas y de pinturas.
E s uno de los edificios m ás preciosos y her
mosos de liorna. H izo adem ás este P a p a in
m o rtal el grandioso pórtico d e l a fachada
sep ten trio n a l de la Basílica, sacó de enta*e
los escombros el obelisco m ás elevado de
liorna, y lo hizo colocar en la p laza que está
a l occidente de d icha iglesia, y levantó ju n to
á ésta u n edificio conveniente p a ra la Escala
Santa y para él Sancta Sanctornm, que desde
ios prim eros siglos del cristianism o sirvió de
cap illa dom éstica á los Sumos Pontífices,
por lo que en cierra preciosísim as reliquias ,
e n tre o tras una devota im agen del Salva
dor, pin tad a p or S an Lucas.
A n tes d e sa lir del sagrado recinto d e la
p rim era iglesia del m undo, se h a d e v isita r
la suntuosa capilla del Seráfico P a d re San
Francisco, edificada en 1597 por el Emmo.
Sr. C ardenal S cipion L a n c e llo ti, devotísim o
d el S anto Patriarc-a, y re sta u rad a por la fa
m ilia d e dicho C ardenal en 1656. E s de form a
redonda, con esbelta c ú p u la , en la que se
v e n cu atro herm osos m edallones. E n dos de
ellos está rep resen tad a la confirmación d e la
R egla fran ciscan a d ad a i>or Inocencio I I I
V luego i>or H onorio en I^ n trá u . Los otros
dos re p resen ta n : uno, la Im presión d e las
llagas d e San Francisco, y el otro, al Santo
en a c titu d de sostener en hom bros esta Ba
sílica, según la visión de Inocencio I I I , de
que a rrib a dejamos hecho mérito.
D ejando el edificio material de la Iglo-sia
Lateraneuse, y fijando n u estra cousidoraciou
en el eepiritual, vemos tiunbieu á los hijos
de San F rancisco sosteniéndolo aún hoy día,
no sólo de la m anera genérica que hemos apuntado en u n principio, sino do un modo
que atañ e m ás de cerca á esta m ism a A rchibasílica.
Y a desde la fundación de la Orden F ra n
ciscana fueron escogidos muchos de sus hijos
por los Rom anos Pontífices para que, con
facultades extraordinarias, oyesen las confu-'
sienes de los fieles en las principales Biisílici\8 de Roma. Deseando San Pío V d ar una
nueva organización al ejercicio de este santo
m inisterio en la Ciudad E terna, conlió á sus
herm anos, los P ad re s Dominicos, la P en iten
ciaría de S an ta • M aría la Mayor, y á los
frailes M enores la iglesia Lateraneuse, Madre
y Cabeza de todm las Iglesias del mundo, e n
atención, sin duda, al sueno misterioso de
Inocencio II I.
D esde S an P ío V h a sta hoy vienen ejer
ciendo ta n sublim e m inisterio en la B asílica
de L etrá n los hum ildes hijos de S an F ra n
cisco, sostenidos á expensas de la Santa
Sede y residentes en el edificio que para
esto les h a designado, unido á la m ism a
Bjisílica, con espaciosa h u e rta y todo lo ne
cesario p a ra u n convento franciscano. Los
penitenciarios son seis, uno español,- á los
cuule.s se agregan algunos otros religiosos.
V iene á e.strechar con nuevo vinculo las
relaciones en tre la iglesia de L etrán y la
O rden F ranciscana, el grandioso Colegio de
San A ntonio, C asa generalicia de la O rden
y U niversidad seráfica, fundada, como decía
m uy bicu el Eiunio. Sr. C ardenal V icario de
Su S a n tita d el día do la iimug mu-.ioii. «i»ara
que en ella refiorezca la d octrina de San
B u en av en tu ra y Escoto», y así continúen lo.s
hijos de S an F rancisco sirviendo á la Iglesia
do Dios.
Suplicam os en carecid am en te á
todos n u estro s corres] lonsales
que se sirv an d irig ir sus corres
p o n d en cias, fotografías, g racias
de
A., etc. á la sig u ien te d i
rección : Redacción del Boletín
Salesiano Español. N o resp o n
demos, n i podem os resp o n d e r de
co sa a lg u n a que no v enga con
e sta dirección.
m
— 294 —
BMSIL.
Misión fa s to i’al on eí Maito Grosso.
(ConclmionJ
a n u iio io <le In
—S o a n u n o la t:aitil>ioa il I ok <1o1 <faiii]><> —ILa
íioN ta <lol XDMi>ívitu S a n t o —
SSiipertstioioiiGH — V«*jíK^iouoK <Uul>óiioatei
Pocloi» <lol ag>*ua l>ou<iita —¡JPol>iro
p o ti*u !
ARA anunciar á aquella pobre gente
mi llegada, hice dar enseguida uua
señal con la cam pana, y pronto toda
la población estaba reunida en la
TÉáJ iglesia parroquial. Celebrada la
santa misa, que todos oyeron con religiosa atención, me volví al pueblo, y hablando de la
tiesta de S. Juan, le invité á comenzar con bue
nas disposiciones la misión, que duraría más de
quince días, y les di al fin los oportunos avisos
y las normas que debían practicarse. No digo
nada de la pobreza de aquella reducida iglesia,
porque es más fácil imaginarla que encontrar
los términos adaptados á explicarla: basta decir
que de muchos años no ha habido aquí un sa
cerdote, y que si yo no hubiere traído conmigo
lo necesario para el santo sacrificio, no hubiera
podido celebrar, jPobre gente! Si tuvieran por
-guía cualquier sacerdote, no sólo proveerían de
todo lo indispensable á la casa, de Dios, sino que
también, y esto es lo más im portante, serían
instruidos y fervorosos cristianos. Coxim no cuenta
con más de 300 personas; pero esparcidas por
las tierras de su jurisdicción son millares y mi
llares las almas que viven en la ignorancia ab
soluta de toda verdad religiosa, pasando á veces
diez, veinte, treinta años y hasta toda la vida
sin enconti-ur jam ás un sacerdote que ponga á
su disposición los infinitos tesoros de la gracia
do Dios. En aquella región son rarísimos los
pueblos y las villas un poco poblados y, lo que
es más, se puede viajar de 500 á 1.000 km.
sin que se encuentre siquiera un sacerdote. Por
esto, el mismo día de S. Juan se expidieron
hombres á caballo en diversas direcciones, para
avisar que el misionero había llegado, y así dar
comodidad á las familias esparcidas por la cam.( 1) V . B o l k t is d© Octubre, pág. 238.
piña, á venir alguna vez á las funciones reli-glosas. Efectivamente, al día siguieate comen
zaron á llegar numerosas familias, unas á caballo,
otras en carros, y. el numero de los que llega
ban se fué día por día aumentando en todos los
que rae detuve allíl Aquellas pobres-gentes son
de buena índole, pero rudas, ignorantes y llenas
de supersticiones. PRra iluminarlas érinstruirlas
un poco, no ahorró- ni sermones, ni <»tecismos,
confesiones y repeticiones continuas dé-ía mañana
á la noche, hasta hora muy avanzada;
En cualquier punto del vastísimo Bíasil donde
se reúnan algunas familias, se acostumbra á ce
lebrar con toda solemnidad la fiesta del Espíritu
Santo. Los de Cóx-iin la fijaron para el 7 de
Julio, pero yo no esperaba mucho de*ella. por
que sabía que dicha fiesta se convertía las más
de las veces en un gran belén.
El presidente de- la fiesta, que se eHge de un
año para otro, toma el nombre de emperador.
Este, algunos meses- antes de la fiesta, va con
algunos compañeros^ llevando la bandera y la
corona del Espíritu Santo, á recoger ofertas, y
es tanta la devoción, que todos indistintamente
dan alguna cosa. Todo lo que se recoge se gasta
el día de la fiesta en. preparar la iluminación
y en dar de comer á todos los que se- presentan
en casa del emperador. Lo que se puede vender,
se pone en subasta la. misma tarde de la fiesta,
y con lo que se saca de ello, se paga la fun
ción religiosa. Con toda cuenta, yo para no es
torbar la misión, limité todas estas exterioridades,
y todo salió oon satisfacción general.
La superstición y las preocupaciones que reinan
en estos pueblos, los- inducen á hacer extrañísi
mas promesas. De semejantes promesas tuve que
dispensar muchas. Un día se me- presenta un
hombr - como de unos cuarenta años, acompa
ñado de la mujer,, de uua cuñada, y. de tres hijas,
y temblando todo^ me dice que- una hi]a suya
de doce años, y me la señalaba., hacía más de
uno que era atrozmente atormwitada del espíritu;
maligno. Unas veces recibía fuertes golpes de
piedra en la cabeza, que la hacían hasta perderel sentido, y otras se sentía tomar por los ca
bellos, y tirar al suelo, sufriendo otras mil ve
jaciones, pero sin ver nada. E l pobre hombreprocui*aba contármelo en el mejor modo posible,
y pude persuadirme de que-realmente se trataba
de una posesión diabólica. Porque en aquella
casa una mano invisible tiraba por aquí y. por
alia los objetos, y, puesta fe mesa por- la
noche, á la mañana la. encontraban despojada y
el servicia esparcido por la estancia. Eca ve
jada sobra todo la infeliz- niai. pero alguna vez
participaban tam bién de estas vejaciones los otros
miembros de la familia. De cuando ea cuando
sentían alrededor ¿e l a cesa un ruido horroroso
— 295
como si se reuniesen una m ultitud de bestias
Y animales feroces. Cesado *el rumor, los más
animosos salían á ver, y en efecto, encontraban
pezuñas rarísimas, de animales desconocidos por
aquellas tierras. Con qué temor viviría aquella
pobre familia, alejada del pueblo y tan cruel
mente perseguida, es fácil imaginárselo. Algunos
que no creían el Lecho, se llegaron á la dicha
familia, y para hacer ver que se reían de seme
jantes cosas, empezaron á tocar y á bailar, pero
una mano invisible, arrancándoles á aquellos te
merarios los instrumentos de las manos, les
obligó á escapar más muertos que vivos. E l
padre, para librarse de tales atropellos, ensayó
todos los medios y no dió con ninguno que fuera
eficaz. Pidió é hizo pedir á la Virgen y á los
santos de su devoción, pero todos parecían sor
dos á sus súplicas. Entonces le ocurrió la duda
de que la hija, de ta l modo perseguida, no es
taría aún bien bautizada, porque ta l vez el pa
drino y la madrina no recitaron el credo y el
Tater nosier ^ y el buen hombre, no sabiendo
en su ignorancia que no se podía repetir el bau
tismo, la bautizó de nuevo y le impuso otro
nombre Así la niña se llam a hoy con el nombre
que le dió el padre en su segundo bautizo y no
con el que recibió el día del primero..... Como
podía preverse, ni este segundo bautizo bastó á
conjurar la persecución; que al contrario, creció
aún más. Pasando por allí los que recogían las
ofertas para la fiesta del Espíritu Santo, quiso
que la niña fuese envuelta en la bandera, y
por algunos días fué dejada en paz, pero después
volvió como al principio.
El pobre padre hizo entonces la promesa de
que si sanaba la hija, para el día de la fiesta
conduciría á la procesión el más hermoso potro
de su yeguada, y después lo pondría en subasta,
dejando el precio para la fiesta. Prometió tam
bién ir á pié hasta un santuario distante unos
500 km. y allí tenderse á la puerta de la iglesia
y estar en aquella posición todo el tiempo de la
misa, obligando á los que entrasen 6 saliesen á
pisarlo..... Yo procuré iluminarle un poco, dis
pensándole varias supersticiosas y extrañas pro
mesas, y después le excité á prepararse á hacer
con toda la familia una buena confesión, y asi
daría la bendición de María Auxiliadora. Mientras
se preparaban á hacer todo lo que les había
indicado, fueron de nuevo aquellos sin ventura
atormentados en la misma casa donde estaban
alojados. Vino una tarde el padre á suplicarme
que me llegara á su habitación, porque una
mano invisible revolvía todo de arriba abajo y
arrojaba tierra en la estancia. Me puse pronto
á sus órdenes y, llegado á la casa, la encontré
llena de gente toda aterrorizada. Me entretuve
un buen rato con ellos esperando que se repi
tieran las vejaciones, pero parecía que el demonio
había olido el agua bendita, porque no dió más
señal de vida. Exhorté, por tanto, á los presentes
á no dejarse aterrorizar por semejantes persecu
ciones, sino que tuvieran confianza en Dios y
en María Auxiliadora, bendije toda la casa, y en
adelante no ocurrió nada. Los miembros de la
perseguida familia, hechas en seguida sus devo
ciones, volvieron llenos de júbilo á casa para
tomar el potro ofrecido para la fiesta del Espí
ritu Santo, pero el demonio no quiso darse por
vencido, y, no teniendo poder sobre las personas,
so la tomó contra aquel pobre animal, que fue
encontrado muerto la misma mañana de la fiesta.
Podía valer unas 200 pesetas.
U n «iisfyusto — O r a t o e n c u e n tr o —
p r e p a r a t i v o s p a r a la parti< la
—U n x’etarcio <ie tx-es d ía s —A . Iun
o rilla s d e l IPiquirí — O r a t a «ox-p r e s a v a le f jr ía e n u n a cal>afia —
U n a vxqja q u e quiex*e coinei-mo
l a mano* —<3-rande»;a d e íVS—V o ces
siniestx-as—¿ S i n gfnía*? —I>os d ía s
lluviosots e n e l d e s ie r to —!E2n ]VIisio n — F r u t o s d e l a m isión — .A.Cc io u e s d e gpracias.
En los diecisiete días que pasé en Coxim,
estuve de tal modo ocupado de día y de noche,
que ño me quedaba ni siquiera tiempo para
rascarme, como vulgarmente se dice. Con pesar
no pude acceder á los ruegos de un piadoso
señor, que quería que me llegara todavía á un
pueblo distante 100 km., donde había nume
rosas familias que no habían podido ir á Coxim
para recibir los santos Sacramentos. En estas
misiones sería necesario no tener prisa é ir adon
de la necesidad lo exigiese, pero yo tenía el
tiempo medido y tuve que contentarme con em
plearlo donde nae encontraba. Aquí conocí á un
buen agrimensor piamontés llamado José Simondi,
si no me equivoco, de Cclleretto ó de un pueblo
cercano, que hizo sus primeros estudios en el
Oratorio de Valdocco el 1874. ¡Qué consuelo
encontrar en estas apartadas regiones compatrio
tas, y, lo que es más, antiguos alumnos del
siempre amado Oratorio de Turín!
Acercándose el término de la misión de Coxim,
tomé las medidas necesarias para la partida.
Decidí volver por tierra, haciendo unos 600 km.
á caballo. Bogué, por lo tanto, á aquel buen
señor, que nos había prestado los caballos cuando
dejamos el barco S a n Salvador, que advirtiera
á las familias que habitaban en la campiña que
tenía que atravesar, que se reunieran en su casa,
distante de Coxim 60 km. P ara dar mayor co
modidad de recibir los sacramentos también á
aquellas familias, que habitan á las orillas del
río Faraguy, entre aquella casa y Coxim, pro
metí ir por el río hasta allá.
E l día 11 de Junio partí de aquella buena
— 296 —
población, que no sabia en que modo manifes
tarm e la alegría probada por haber tenido entre
ellos por diecisiete dias á un misionero, y su
dolor al dejarme partir. Quisieron acompañarme
todos hasta el río. Antes de subir al barco, para
consolar á aquella buena gente, que se deshacía
en llanto, les aseguré que en adelante el misio
nero salesiano irla con más frecuencia á verlos,
pues teniendo una casa en Corumbá, el viaje es
mucho más fácil que desde Cuyabá Esta pro
mesa consoló á todos, y yo, bendiciénduli'S otra
vez, subí al barco y me alejé con mis compa
ñeros de misión. Sufrí no poco yo también al
abandonar á tantos corazone’s aficionados. Des
pués de pocas horas de remos, vimos á algunas
familias que me estaban esperando para la ad
ministración de Sacramentos, y así, conforme sr*
avanzaba en el río, crecía el trabajo, de modo
que tuve que emplear tres días en navegar
aquel trozo de río, que no había recorrido á mi
venida, administrando más de 100 bautizos, ben
diciendo 10 matrimonios y dando, á los que lo
deseaban, comodidad de recibir los santos Sa
cranientos. Aunque estuviera contento de poder
hacer tanto bien, me afiigía pensar que debían
esperarme todos los que so habían reunido en
casa del arriba mencionado señor. En efecto,
hacia tres días que se encontraban reunidas más
de 60 personas con los niños que debían ser
bautizados, confirmados, etc., y según la cos
tumbre de aquellos países, el propietario de la
rasa, que tiene aneja una reducida misión, de
bía proveerlos de comida y habitación por todo
el tiempo de su detención. De lo que es fácil
coniprender cuanto mi retardo fuera gravoso á
aquel buen señor, y cuanto me disgustase á mí.
En efecto, el ama de casa tuvo que matar
tres vacas para dar que comer por cinco días á
tantas personas, poique yo me vi obligado á
detenerme dos días en cumplimiento de mi mi
nisterio, cuyos frutos fueron numerosas confe
siones y comuniones, etc. Terminada esta misión,
me preparé á partir con los míos á caballo á
otra familia, ya avisada de antemano de mi lle
gada, y que se encontraba á la ribera derecha
del P iquiri. Para llegar allí, se debían recorrer
uno 100 km. á través del desierto, por senderos
dificilísimos al que no es práctico de aquellos
parajes. Pero el señor que nos había hospedado,
80 ofreció á acompañarnos; por lo que, despi
diéndonos de aquella buena gente, ensilladas
nuestras cabalgaduras y dispuestas nuestras cosas,
nos arrojamos á la ventura por aquellas sole
dades.
En la noche del segundo día de viaje, llega
mos á la ribera del
y, por lo avanzado
de la noche, nos detuvimos en la primera ca
baña que encontramos. ¡Qué sorpresa para aquella
buena gente al ver un misionero entre ellos y
qué alegría en hospedarlo! Una vieja de unos
70 años, cuando me vió llegar, al principio quedó
como fuera de sí mirándome de piés á cabeza,
y después, tomándome la mano, comenzó á be
sarla y rebesarla con tanta insistencia, que pa
recía que me la quería comer.
— ¿Porqué—le dije— besa tantas veces esta
pobre mano?
—Porque quiero aprovechar la ocasión, res
pondió con toda simplicidad.— Bien tenía razón
de decirlo la pobrecilla, porque tal vez no verá
más, antes de morir, al ministro de Dios.
El día siguiente pasamos el río y á poco nos
encontramos con la familia donde había estable
cido detenerme tres días, para dar comodidad á
los vecinos allí reunidos de prepararse conve
nientemente á recibir los santos sacramentos.
También la pobre vieja, que quería comerme la
mano con sus besos, vino con nosotros y estuvo
allí hasta mi partida. No había aún recibido la
confirmación y me manifestó el deseo de reci
birla.
Pero como había ya pasado de los siete años
y rayaba en los setenta, le dije que sería mejor
que se confesara primero, lo que aceptó con mu
cho gusto. Por la tarde vino á confesare y des
pués de la confesión me dijo:
— Padre, quiero recibir también á nuestro
Señor.
—Bien, puede recibirlo mañana, porque se ha
de estar en ayunas.
— Conforme; y se levantó para marcharse, pero
á los pocos pasos se volvió y me dijo:
—Padre, recuerde que debo comulgar ma
ñana, no se olvide.
— Descuide, que no me olvidaré.
Llega hasta la puerta de la estancia trasfor
mada en capilla, y se vuelve de nuevo gritán
dome :
— Padre, cuide de no olvidarse de darme ma
ñana la comunión y también á mi sobrina que
vendrá á confesarse.
— Esté tranquila, que no me olvidaré.
Al día siguiente muy de mañana volvió con
su sobrina para que se confesara, é hicieron la
comunión. Después de la misa la confirmé, y
era tal la alegría de la viejecilla, que parecía
estática.
— Procure— le dije— mantenerse siempre en
gracia de Dios y no obligar á nuestro Señor á
salir de su pecho por el pecado, porque no ten
drá ya un sacerdote que se lo dé de nuevo. No
se olvide, sin embargo, de hacer en cualquier
ocasión el acto de contrición por todos sus pe
cados.
— No— respondió— no saldrá ya de aquí;—
y dijo estas palabras apretando las manos sobre
— 297 —
el corazón y con acento de una finneza admira
ble. ¡Oh! Si todos los que se acercan á los santos
sacramentos, lo hicieran con tan buenas dispo
siciones ¡cuanto mayor fruto no sacarían!
Y aquí me parece oportuno hacer notar que
en el río P iq u iri, atravesado por nosotros, encomienza la parroquia de S. Antonio de Cuyahá,
de la que ef-toy encargado: así, para atravesar
el territorio de esta inmensa parroquia, se em
plean, cuando menos ¡seis días!
Entretanto, concluidos los tres días, me separé
de aquellos buenos amigos y, acompañado del
mismo propietario del lugar, proseguimos nuestro
viaje. La noche del día siguiente pasamos el río
Itiquira y fuimos á P eixe do Ganro, aldea des
cendiente de un sólo antepasado, de una an
ciana bisabuela que todavía vive. No se sabe
cuantos años tenga, porque aquí no acostumbran
á contar los años. E stá aún bastante bien; se
acercó con los demás á los sacramentos é hizo
de madrina á un biznieto suyo. Hace algunos
años, los indios Coroados asesinaron allí á varias
familias é hicieron prisionero á un chico, que
después de catorce años de prisión logró esca
parse y ahora está allí y me contó la triste
historia de su cautiverio. Aquí también corrían
alarmantes noticias sobre las luchas políticas del
estado. Hacía seis meses que se estaba comba
tiendo por la elección de presidente, y ahora se
decía que en Cuyahá se estaba preparando una
segunda revolución. Por eso el Señor que me
había acompañado hasta Peixe, si antes no tenía
diñcultad en acompañarme hasta la capital, ya
no quería por el temor de verse envuelto en
asuntos políticos. T sin embargo, debiendo atra
vesar lugares desconocidos, me era absolutamente
necesario un g u ía, pero ninguno quería serlo.
Finalmente, á fuerza de prometer que no corre
ría ningún peligro, encontró uno que se portó
lealmente.
Después de haberme detenido dos días ejer
ciendo el m inisterio, emprendimos de nuevo
nuestro camino. P ara llegar al río S. Lorenzo,
se necesitaban dos días, en los que se nos pre
sentó más de una ocasión de ejercitar la pa
ciencia. Apenas puestos en camino, comenzó á
llover á ratos y con tanta insistencia, que se
hizo hasta imposible el caminar. En tanto se
acercaba la noche y no teníamos donde pasarla.
No había por allí m’ sombra de casas ó cabañas,
y así se hacía preciso resguardarse bajo las plantas.
De algo nos hubiera servido e.ste reparo, si á
media noche no hubiera comenzado á diluviar
de un modo tal. que quedamos completamente
bañados. Se buscó el medio de encender un poco
de fuego para secarnos, mientras cada uno se
ingeniaba en pasar lo mejor posible aquella noeha eecurísiiiiai, bajo una lluvia continua y en
peligro de ser asaltados por las fieras. Mis com
pañeros se acurrucaron bajo las sillas de montar,
y pronto se durmieron plácidamente, pero yo,
no pudíendo repararme del agua, no cerró los
ojos en toda la noche, aunque por el cansancio
no pudiese tenerme en p'é. Gracias á la pro
tección de María Auxiliadora, no nos ocurrió
nada de malo, y por la m añana, cesada la lluvia,
no teniendo comodidad de celebrar el santo sa
crificio, continuamos caminando por todo el día.
La noche nos cogió á las orilhis dol S. Lorenzo,
donde fuimos hospedados y confortados por las
buenas familias de por allá. Por la mañana,
celebrada la misa, ejercité con fruto mi minis
terio. Pasado el S. Lorenzo, nos quedaban aún
dos días para llegar á una población denominada
]\lino¡io, cerca de la cual habitaba un celoso
cooperador nuestro, D. Cesario Correa el que nos
trató con suma deferencia. En Minoso pude
hacer poco, porque todos los hombres habían
ido á la capital, donde era inminente una revo
lución, por lo que al día siguiente me dirigí á
Cuyabá, adonde llegué felizmente después de dos
meses y medio de ausencia.
Durante mi pastoral excursión, administré 315
bautizos, 470 confirmaciones, bendije 6 legitimé
46 matrimonios, escuché numerosas confesiones
y distribuí á 251 personas la comunión. Estas
comuniones fiieron casi todas primeras, aunque
la mayor parte fueran de adultos. ¡Cuanto más
se podría hacer si al menos dos sacerdotes pu
dieran continuamente ir de aquí para allá visi
tando aquellas poblaciones!
Si alguna vez creyese, amado Padre, dar á
conocer á los lectores del B oletín esta desali
ñada relación, aprovecharía la ocasión para dar
las más cumplidas gracias á todos los coopera
dores y cooperadoras que el año pasado, estando
yo en Italia con mis tres salvajes, se movieron
á compasión y me ayudaron con sus limosnas á
esta gran misión del Matto Grosso. Dios gene
roso les recompense, pues su caridad florece y
fructifica en el corazón de tantos infelices.
Bendíganos á todos, amado Sr. D. Rúa, y
ruegue por nosotros á fín de que podamos llevar
siempre enhiesta la bandera salesiana y vivir
como dignos hijos de D. Bosco.
Besándole la mano me profeso
Su afino, hijo en J . C.
J uan B alzola, Pbro.
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— 298 —
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X>oispe<li<Ta am istoso,
—F a s n it to ilo s e l río y a llí p e le a n .
LA manaila siguient.e, hallábame en
la capilla rezaiulo las oraciones acostumbratías, cuando veo aparecer por
una ventana varias manos que se
agitaban á modo de despedida.
!^ando al momento á un hermano á ver lo que
ocurría, y al poco rato volvió diciendo que los
indios estaban ya do marcha y que fuera me
esperaban los capitanes y principales para des
pedirse de mí. Salgo do la capilla y me en
cuentro á Copeto, á Síils y á los demás, que
estaban, en efecto, dispuestos para partir. En
tonces Copoto, en nombro do todos, me mani
festó su agradecimiento, quo se iban todos muy
contentos del capitán (tololiken) buen corazón,
quo ya no tenían ningún temor y que pronto
volverían. A esto les respondí, repitiéndoles lo
quo á Copelo solo había dicho el día anterior,
les exhortó á que fuesen buenos, á que no pe
leasen con nadie, ni mataran, ni hicieran daño
á ninguno: después les despedí.
Lo que no dejó de causarme gran eitrañeza
y recelo fué, el ver marchar juntos á los del
norte y á los del sur, atravesar el río por el
mismo vado y unidos caminar por la otra orilla
en la misma dirección. ¿A qué obedecerá esto?
me preguntaba á mí
mismo. ¿ Cómo se ex
plica que habiendo sido
aquí Tan enemigos, que
ni siquiera podían ver
se, ni toleraban que
se les diera la comida
de la misma olla, cómo
es que ahora caminan
tan unidos y hacia el
mismo sitio, como ín
timos amigos? Pre
gunté á uno que es
taba á mi lado la
causa de aquella unión.
Son medio parientes,
me contestó; muchos
de los del sur están
casados con mujeres
del norte y muelios
del norte lo están con
las del sur, así es que
con seguridad que han
hecho las paces. ¡Dios
quiera que así sea,
añadí! Pero la verdad
es que no quedé satis
fecho con aquella explicación.
, A los pocos días supimos que, lo que yo había
sospechado, había desgraciadamente sucedido.
Apenas se hallaron á la otra parte del río, á la
distancia conveniente para no ser vistos ni oídos
por nosotros, trabaron entre sí una sagrienta ba
talla, de la que resultaron algunos muertos y
numerosos heridos de una y otra parte.
• La venida de estos indios, es el hecho con el
que real y verdaderamente se dió principio á
la misión establecida en Riogrande, es decir, en
el centro de la Isla, para los indios de la Tierra
dol Fuego. Desdo aquella fecha, en efecto.
Marzo de 1891, las numerosas visitas de los
indios á nuestra casa se han ido sucediendo sin
interrupción; pues ora son los del sur que, pa
sando el río, vienen á vernos, haciéndoles perma
necer nosotros varios días en nuestra compañía,
regalándoles víveres, ropas, mantas, camisas, cal
zoncillos, etc., aprovechando al mismo tiempo oca
sión tan propicia para irles instruyendo poco á
poco en nuestra sagrada religión, inculcándoles
los principios de la fé; ora son los del norte,
que celosos por las visitas de los del sur y te
merosos de perder el derecho de primacía que
les parece que les da el estar la misión eslablecida en su territorio, no nos han dejado por com
pleto ni un solo momento, sucediéndose en la
misión unos á otros y aun residiendo constante
mente en ella algunas familias. Llega á tanto
grado este recelo, que muchas veces han ame-
— 290
nazado secretamente á los qne venían del sur,
obligándoles en varias ocasiones á abandonar la
misión, é impidiéndoles en algunas el aproxi
marse á ella.
I joíb ind ios d e l n o r t e o b lig a n A los
d el s u r A sulii* d e l a misión.
Acostumbraba yo salir de cuando en cuando
á caballo, á explorar los alrededores, yendo al
gunas veces acompañado, pero más ordinariamicnte solo. Muy raro era que en estas excur
siones no me encontrase con algún indio, que se
ocupaba en cazar, pero ya no trataba de huir ó
T iebu a
d el
muy contentos á ella, y yo continuó mis explo
raciones. A mi regreso, al oscurecer, fui en
efecto, á visitarles y vi que se habían estable
cido á gran distancia de la misión, y detrás de
una loma que les defendía de la vista de los
del norte, por quienes parece que temían ser
molestados, si de ellos llegaban á sor descubiorvatos. Siendo ya bastante tarde y habiendo obserdo, por otra parte, que no les faltaba qué comer,
pues tenían gran ahundancia de pájaros y tucustucus, no se les proveyó de nada por entonces,
pero di orden para que desde el día siguiente
se les pasase su ración de carne y galleta para
F ü zg o .—Grupo de Salesianos y pviuieros indios recogidos en la Misión d« Ríogrando.
de esconderse como al principio, sino que muy
al contrario, en cuanto me distinguía, él mismo
se dirigía b ad a mí, hablándome y mostrándome
las piezas que ya había cazado, y ofreciéndome
parte de ellas, que yo aceptaba á cambio de pa
ñuelos, galletas y otros objetos. En una ocasión
en que me paseaba á la caída de la tarde por
la orilla del río, vi que unas siete ú ocho fa
milias atravesaban aquel por el vado llamado
Cerro del A guila. Venían las mujeres cargadas,
según su costumbre, con grandes fardos que
contenían t(*do3 los enseres de su casa, llevando
á los niños mayores de la mano y sobre los
hombros á l(s más pequeños.
Me dirigí hacia ellos y les dije que fueran á
la misión, que levantaran en ella sus toldos y
que á la noche iría yo á verles. Les di la di
rección hacia nuestra casa y se encaminaron
cada uno, suponiendo yo que permanecerían va
rios días con nosotros. ¡Cual no sería, pues,
nuestra sorpresa, cuando al día siguiente vimos
desierto aquel lugar y que las familias, com
puestas de unas cuarenta personas, habían des
aparecido! ¿Qué liabía sucedido? ¿A qué había
obedecido el abandono tan repentino, y esto du
rante la noche, de aquel paraje? Hé aquí la
causa, según nuestras informaciones. Ya dijimos
en otro lugar que los indios del norte estaban
muy recelosos de las visitas que con tanta fre
cuencia nos hacían los del sur, y que les con
servaban una especie de odio, particularmente
por haber sido los primeros en presentarse á la
misión, violando, escarneciendo y pisoteando, se
gún decían, el derecho que ellos tenían, por ser
suyo aquel territorio, y si bien parecía que se
habían resignado sufriendo en silencio esta amarga
~ 300 —
Iluminación, esto no era más que aparentemente,
y por evitar daños más graves, pues lejos de ol
vidar esta que llamaban afrenta, se desquitaban
de ella siempre que podían. Esta es, sencillamente, la explicación del caso presente. Al ano
checer del día anterior llegaban á la misión al
mismo tiempo que yo, dos mocetones del norte,
á los que so les admitió en ella y yo mismo les
di unas cuantas galletas y les instó para que se
quedaran con nosotros: proposición que ellos re
cibieron con grandes risas y á la que por fin
asintieron, pero trasluciéndoseles que esto lo
liacian solo exteriormente, pensando hacer lo
contrario.
En efecto; no bien nos habíamos retirado todos
á descansar, y cuando ya la obscuridad de la
noche apenas permitía distinguir los objetos, se
apro.ximaron á las tolderías de los del sur, y les
intimaron de parte de los del norte, cuyos emi
sarios oran, que abandonaran la misión de grado,
(le lo contrario les obligarían á hacerlo por
tuérza. Habían, efectivamente, los del norte ob
servado desde sus atalayas la llegada de los del
sur, su conversación conmigo y su establecimiento
en la misión, y formando inmediatamente con
sejo, habian determinado lo que estos dos jóvenes
habían llevado á efecto tan pronta y sigilosa
mente como, hemos visto, desapareciendo ellos
también durante la noche.
Apesar do mostrarse los del norte tan tenaces
defensores del derecho que les parecía tener para
no permitir á los del sur la venida á la misión,
con el pretesto de hallarse ésta en su territorio,
traMudose de numerosas agrupaciones, con todo
cuando solo era alguna que otra la familia que
venía, no solo no se lo impedían, sino que llega
ban hasta admitirles en sus mismas tolderías.
Compensábanse en cambio de esta hospitalidad,
pasando al otro lado del rio siempre que les pa
recía conveniente.
(S e continuani.)
JUN’IN m\ IM
(Neiuiucn)
Fímvoillafi PaíagónicaB.
A S. E. Ilvdm.a. Dr. D. J uan Caqliero.
lÍEYERENülSlilO Y AMADO P aDRE :
|i NO me aquivoco, ya escribí unas ciiantius
voces á V. P. desde que me liallo en
esta casa de Jnnín, pero siempre lo bien
para asnntos míos. Esta vez Uü será asi,
pues llevo intenciones do hacerle una breve reseña
de lo practicado entre estos lejanos feligreses, espe
cialmente eu ociision de la fíesbis de pascua.
Primeramente diré qne varias son las escursiones
que he hecho. Una á S. M artin de los Andes, p quefia población con campamento militar. Durante
los ocho días quo duró la misión, en compañía del
acólito José Suanz, hemos instruido á unos 50 entre
niños y niñas; de éstos, al fiuilizar se confesaron
unos quince, los mayorcitos, y tuvimos unas doce
comuniones. Pocas parecerán éstas, pero hay quo
saber que es la primera vez que va el sacerdote
en misión. Su población se compone de hijos do
indios y de los soldados.
i Qué bien vendría una pequeña escuela sucursal!
¡ cuantos más podrían recibir instrucción religiosal
Es muy probable que alguno hable á V. P. sobro
el particular; pido que atienda la petición.
De los adultos poco hemos conseguido, pues es
la época de las cosechas y no estaban desocupados)
Administré 20 bautismos. Matrimonios no pude arreglar ninguno, por el sabido impedimento de la
ley civil. El P. Domingo piensa dar pronto otra
misión en S. Martin, y entonces veremos de hacer
mucho más.
Se me olvidaba decirle otra cosa y fue la misa
de campaña que celebré al regimiento 3.® de caba
llería. Se levantó un altar provisorio en el medio
de la plüza principal. A la hora designada, llegó
el regimiento con sus respectivos jefes y oficialidad.
Un crecido número de personas asistió á la santa
misa, concluida la cual dirigí á los soldados un
corto discurso. ¡Quiera Dios que produzcan efecto las
palabras quo oyeroni La banda militar amenizó la
función.A los pocos días de haber vuelto de S. Martin,
salí con el P. Milanosio á una escursion, pues no
pasó de ser tal, á la hermosa laguna de HucchcLauquen. El primer día que llegamos se reunieron
como unos 35, entre adultos y niños indios. So
les dieron las necesarias instrucciones, y al día siguionte se los volvió á reunir, para hacerles catecismo
ó instruirles suficientemente, y luego se les admi
nistró á todos el Sacramento del Bautismo y Confir
mación. ¡ Qué hermoso espectáculo ! ¡ver á dos sacer
dotes administrar estos sacramentos bajo la bóveda
celeste á osas gentes deseosas de ser hijos de Dios
y de la Iglesia! Seguimos costeando la laguna, y
en las varias chozas que encontramos pudimos bau
tizar á otras 32 criaturas indígenas. A sus respec
tivos padres no nos fué posible hablar, pues so
hallaban por las cordilleras trabajando y buscando
con qué alimeuhir á sus familias en el invierno
que ya se deja sentir. Todos los días pudimos ce
lebrar la santa misa.
Teníamos medido el tiempo. El P. Domingo debía
volver para emprender viaje á Chile en busca do
Hermanas y socorros, lo que efectuó el dia 17 do
Marzo último. Después de pasar unos días en casa
y ayudar á nuestros queridos y abnegados hermanos,
salí para una nueva misión, sita en el Rio Malleo.
Durante los dias que duró, pude instruir, como
-
301 —
mpjor me faé dado, paes son todos indios que poco
entienden el castellano, y administró el bautismo á
unos 30 entre adultos y criaturas. Muchos otros
quedaron sin visitar á causa del poco tiempo que
tenia disponible, siendo asi que llevaba orden de
volver para celebrar las funciones de Semana
Santa lo mejor que fuere posible. Y asi lo practicamos,
como le diré á continuación.
El tiempo se presentó muy bueno y los ánimos bien
dispuestos. La concurrencia fué muy grande.
El Domingo de Eamos pudimos celebrar toda la
función, comprendido e l. Passio cantando en debida
forma, y misa cantada. Asi lo hicimos también el
Jueves, Viernes y Sábado santo en que so ejecutó
la misa de los Inocentes; durante esos santos dias.
se les predicó á los fieles, según costumbre. Una
cosa que nunca habian visto fuó la Iwndicion de
la pila bautismal, y gracias á Dios la pudimos
hacer muy bien, siguiendo luego el canto de las
profecías, etc. El día de Pascua fuó el de mayor
cosecha, pues contamos unas 40 comuniones pas
cuales : de éstas habría unas 25 de personas del
pueblo. Que si las unimos con las 4 ó 5 que cocomnlgaron el Jueves y Sábado , tendremos un
total de 30. Es la primera vez que en Junín se
hacen tantas comuniones en un solo día: prueba
de que el Señor bendijo iiuetros pobres trabajos.
Lo que gustó y entusiasmó mucho fuó la misa
cantada de las 10. So sentó al armonio el actual
Cura interino P. Augusto, y acompañó la misa de
S. Luis, que fuó ejecutada con mucha maestria.
Por la tarde se puso término á las fiestas con el
cauto del Magníficat, Sermón y Bendición con
S. D. M.
Asi cuncluyeron las fiestas de Pascua de 1900.
Como conclusión diré que quedan muchísimas
criaturas sin confirmar, esperando á que V. P.
venga á visitarnos según nos lo prometió al despe
dimos en la Estación de Afédanos.
Mándenos una bendición especial que nos santi
fique y nos sane -de la peste ó tos convulsa que
nos visita á todos, grandes y pequeños.
En la confianza de que pronto podremos verle y
besarle su sagrado anillo, se encomiendan á las
oraciones de Y. P. y demás hermanos de Viedma,
todos los de este casa, pero especialisimamente este
Su afmo. y humilde hijo
Zacarías Gesghin' i , Pbro.
Jauin de los Andes, 22 de Abril de 1900.
M a r ía
ooiimuo Io «le
I om eiileriiios
La que estas lineas oscrilx), da infinitas gracias
á María Au.viliadora, por haberlo cüiicedido la .salud
d« su esposo, el cual estaba gravemento eiifurmu,
atacado do parálisis. En esto momento de aíliccioii
acudí á la Soberana Reina de los Angeles , .salud
de los enfermos, para que lo sanase; inmodititemente después de haber hecho esta petición, princi
pió el enfermo á notar una gran inoioria.
También doy yo testimonio del grandisiino, favor
que recibí de la Celestial Señora, pues habiendo
estado sufriendo por espacio de tres años de una
enfermedad desconocida y que rayaba en hidropesía,
mis dos hijas, viéndome sin esperanzas do salud,
pues los remedios ya era)i inútiles por la compli
cación del mal, ofrecieron confesarse y comulgar,
mandar decir una Misa y hacer la novena do María
Auxiliadora, y viéndome ya ellas completainento
sana, dieron cumplimiento á sus promesas, rindiendo
infinitas gracias á la gran Madre do Dios.
P etra S. M. de Ouozco.
San Xicolás de Río Abajo (Yaritagua),
10 de Marzo de 1900.
l*o«l«^r «Ití M a ría .4 iixllla«lora.
Un Señor que había desemj)eñado ol cargo do
Tesorero de Hacii-nda durante el período Conserva
dor, debía rejidir cuentis de su gestión auto el
Tribunal de Cuentas, por lialxT dejado el puesto con
motivo de los cambios de gobierno.
A más de lo delicado del a.sunto en sí mismo,
tenía dicho Señor en su contra las prevenciones del
partido, el cual, de ideas opuestas á las suyas,
buscaba con este ocasión motivo para perseguirle.
¡Cuál no sería la sorpresa amarga y desespíjrantc
de este Señor, cuando al reunir sus recibos y com
probantes, notó la falta de algunos, por el monto
de cerca 80,000 Sucres! Por cuanto buscase, no lo
era posible dar con ellos y ya se hacía tirante su
condición; lo peor del caso era que su nombre s&ría difamado y él condenado á podrirse en un cala
bozo por toda la vida, después de perder todas sus
haciendas y su fortuna para reponer lá cantidad
que faltaba.
Hombre de fé y devoto sobremanera de la Virgen
Sma. Auxiliadora, se dirigió á este Madre piadosa
j “ ¡Madre!, le clamó, no me abandones en este
circunstancia, soy tu devoto, haz que encuentre los
i
-
302 —
documentos.” Acabada esta invocación, se le ocurrió
buscar entre unos papeles que ya habían sido des
tinados al fuego.
En el apuro de los arreglos, el Secretario de la
Tesorería, inadvertidamente, había botado entre los
papeles usados ó inservibles dichos documentos, y
pocos momentos después las llamas los hubieran
detruido para siempre, dejando á una familia entera
en la deshonra y en la ruina.
Indecible íué el gozo que con tan inesperado ha
llazgo esperimentó el buen Señor, que reconocido,
conliesa que solo lo debe al poder y bondad de
María Sma. Auxiliadora, y desea que se dé publi
cidad á esta grande gracia, para que sea glorificado
el nombre do María, bajo el título de Auxilio de los
cristianos.
K.ste favor do la Virgen Sma. se efectuó en el
año 18S>7 y lo consigno tal cual me fué referido
por el mismo Señor interesado.
G uido R oca, l ’bro.
Quito y Kiioro do 1900.
A laría m e Cí^vuehó.
Entre varios favores que María Auxiliadora dis
pensó il sus devotos, fuéme referido por un Señor
el caso Riguionte.
« Me encontraba en mi casa tranquilamente con
toda mi familia, cuando una tardo una numerosa
escolla rodeó mi habitación con el objeto de apre
sarme, pues era perseguido por el actual Gobierno.
l’iié üm imprevista la llegada de la escolta, que
no tuve tiempo ni para fugarme ni esconderme. Co
nocí que mi captura era segura, pues no tenia cómo
esca))ar. Mi esposa y mis hijos, entretanto, azorados
por la presencia de los polizontes que me buscaban,
pretomlian 'entretenerlos para darme lugar y campo
siquiera para dar con algún escondite. No había
medio humano, estaba perdido, entregado á mis ene
migos, pues ellos, ya subida la escalera, iban á
introducirse en la misma pieza donde yo mo encon
traba.
¿Qué hacer? Invoqué á Mana Auxiliadora y con
toda confianza le dije: “ ¡María, es imposible que
no me ayudes en estos instank's; muestra tu poder,
Tú sólo puedes salvarme!” No había en el cuarto
otro escondite que el acurrucarse tras de unos adobes
que estaban depositados en un rincón del aposento.
Acurrucarmo allí como mejor pude, luego entrar
los soldados con su linterna y seguir encomendán
dome á la Virgen Auxiliadora, detenióndomo hasta
ol resuollo, fué una misma cosa.
|Oh maravilla y poder do María! El escondite era
tan sencillo y tan inadecuado para tapar el bulto
de un hombre, que á ciegas y sin luz, seguramente
cualquiera mo hubiera encontrado.
Pues bien; parece que se cegaran los soldados
011 aquellos momentos, pues buscaron en todas par
tos, llegaron al rincón de los adobes, mi cabeza
daba al nivel de éstos, en ella dieron los soldados
con la lintorna; ya me creí descubierto, me figuraba
ya, que maniatado, entre sus burlas y vejámenes me
arrebatarían de en medio de mi familia; se me heló
la sangre en las venas; más icual no fuá mi con
suelo, cuando con sorpresa mía entendí que se ale
jaban los soldados á quienes yo había visto cara á
cara!
Después de pasados algunos instantes para que se
alejasen los enemigos sin esperanza de encontrarme,
salí de aquel escondite improvisado y di gracias á
la Virgen Auxiliadora, que de un modo potentemente
milagroso me había salvado. »
Sin reconocer la intervención poderosa de María,
que miró por su devoto, no es posible explicar este
acontecimiento que tanto más extraño me parece,
cuanto más atentamente lo considero.
Deseo que se publique en el B oletín Salesiano,
y rindo las más sentidas gracias á María Auxilio
do jos Cristianos.
G uido R oca, Pbro.
Quito y Enero de 1900.
Alaría A u x ilia d o ra nos oye.
Habiendo sido atacado con violencia mi hijo José
Fernández, de una fiebre tifoidea, que lo llevó al
borde del sepulcro, acudimos con entera confianza
á María Auxiliadora, empezando una novena, y pro
metiendo publicar la gracia y dar una iimosn.v al
Colegio Salesiano de Montilla.
Gracias á esta buena Madre, que escuchó nuestras
súplicas, obtuvimos la curación de nuestro hijo más
pronto de lo que era de esperar, disfrutando ahora
de perfecta salud.
Agradecidos por tan señalado favor, hemos entre
gado dicha limosna á los PP. Salesianos del Co
legio de Montilla, y ahora nos es grato publicarla
gracia en el B oletín S alesiano, animando á todos
á recurrir á María Auxiliadora en sus necesidades.
A urelio F ernandez.
iloiiteiuayor (Córdoba), 30 de Noviembre de 1899.
G lo ria á A laría A u x iliad o ra.
Para gloria de María Auxiliadora hago pública
la siguiente gracia que de dicha buena Madre re
cibí.
Hallándose mi querida madre (q. e. p. d.) en la
agonía, después de dos ataques seguidos de aploplegía fulminante, consultamos con el médico, que
estaba á la cabecera do la enferma, si debíamos ir
á buscar la Extremaunción, y nos contestó que no
había necesidad, puesto que cuando llegase ya esta
ría cadáver.
En este momento supremo acudí á María Auxi
liadora y le prometí 25 ptas. para los huerfanitos
de Sarria, si mi buena madre recibía los santos sa
cramentos. Enseguida recobra el más claro conoci
miento, recibe todos los sacramentos y demás au
xilios espirituales, y al momento expiró en la paz
del Señor.
I. T.
Barcelona y Mayo de 1900.
ViMlhle proIccioQ d e A la ria .Auxiliadora.
Hallándose mi hermano Nazario, enfermo de suma
gravedad, atacado con el cólera y habiéndole ya
desaliuciado los médicos y estando ya en agonía,
recurrí fervorosamente á María Auxiliadora, prome
tiéndole publicar la gracia en el B oletín Salesiano
y dar una limosna para su culto, si mi querido
— 303 —
hermano volvía á recohrar la salad. Lo que obtuve
milagrosamente de tan poderosa Madre, según con
fesión del médico, que ya lo declaraba sin esperanza
de salvación.
Ya he complido parte de la promesa, dando la
limosna prometida, y agradecida á tan excelsa Ma
dre, cumplo la segunda parte de mi promesa dando
publicidad al hecho y animando á todos para que
en sus penas y peligros acudan siempre á tan
poderosa Beina.
A. O. de C.
Cooperadora Salesiana.
Montilla, 18 de Julio de 1900.
y hoy está completamente bueno. — Elena Groizard,
(le Aiiglés: Doy una limosna para la nueva iglesia
óe Gerona, por un favor recibido. —Ramón Malas, de
Gerona: Entrego 25 ptas. para la iglesia de M. A.
por haber obtenido la pronta curación de mi hij a. —
I. A. S. de C., de Mérida: Estando gravisino un sobrinito mío, aendí á M. A. y obtuve su pronta cura
ción. — Francisca Várquez de González, de Id. s En ol
mes de Mayo fné atacada mi hija Mercedes, do ü('bve
tifoidea. Empezamos nua novena á M. A. y desde el
primer día empezó á disminuir lu fiebre y ya está del
todo buena.
Antonio Lacahana, Piro., de Montevideo : Doy gracias
á M. A. por una gracia especial que acabo de recibir
de bu bondadosa mano. — I7«a Hija de Marta: Aadece á su Sma. Madre un fevor recibido. —J'HOwa
oraleda, de Gerona: Estando mi sobrino enfermo,
pedí su salud á M. A. y la obtuve. — Jíario Jlsina
de Stirrilaa, de Id .; Mando celebrar nua misa á M. A.
por varios favores recibidos. —If. L. (7. fl"., de Utrera:
Encontrábase mi madre con agudos dolores de cabeza
y riñones acompañados de molestas fatigas. Acudí
llena de confianza á M. A., y en el corto espacio de
dos días, quedó mi madre relativamente bien. — Mamiela Iglesias, de Vigo: Hacía tiempo que un lobanillo
me privaba el movimiento de la mano derecha. Em
pecé á encomendarme de todo corazón á M. A., y al
cabo de poco tiempo obtuve lo que deseaba. — Dos
Cooperadoras Salesianas, de Caracas, dan infinitas gra
cias á M. A. por la salud de un niño, que había sido
ya desahuciado de los médicos, á cansa de nna terrible
enfermedad al pnlmón izquierdo, del que se le extra
jeron nada menos qne dos libras de pus. — Flora Orosco, de Sarare: Teniendo á mi hjja desahuciada de
los médicos, acudí á M. A. y obtuve la gracia de su
curación. — Una Coop. Salesiana, de Guama: Doy gra
cias á M. A. por haberme sacado con bien de un
gravísimo connicto.— Una devota agradecida, de Id. :
Doy gracias á M. A. por un gran favor míe me ha
concedido. — S. A. de M. y C. S. M., de Yaritagna:
Damos gracias á M- A. por haber concedido la salud
á un ser muy querido, que estaba en peligro de
muerte. —Práxedes Sánchez, de Id .: Gracias te doy
M. A. ñor el beneficio que me has concedido, propor
cionando ana buena colocaoion á mi hijo. —Julia M.
Gutiérrez, de Id .; Teniendo á nua niñit* muy grave,
ya desahuciada de los médicos, acudí á M. A., y esta
Madre salvó á mi bijita. — Dolores Perez Martínez, de
Vigo: Doy gracias á M. A. por un favor recibido.—
Sor Clotilde Galindo, de Méjico.: Agradezco á M. A.
una gracia espiritual. —Posa Inevara, do Yaritagna:
Doy gracias á M. A. por haber salvado la vida 6
nna hijita de dos años, la cnal se vió en gravísimo
peligro á cansa de una mortal enfermedad. —Carolina
Música, de Id. : Doy gracias á M. A. por un favor
recibido. —B. II de C., de Pnebla de ios Angeles:
Afiigido de firecnentes y :^ertes dolores, acudí á M. A.
y obtuve el alivio que deseaba. —Concepción Valbuenu,
de Maracaibo: Habiéndome concedido M. A. la salad
de mi hermano, bago piiblico mi agradecimieuto. —
y . y ., de Montevideo: Gracias mil, M. A., por el
favor recibido. Signe protegiéndonos y haz que po
damos pagar nuestras deudas y tener con qne vivir.
—X. T., de Sevilla: Habiendo sido destituida de su
cargo nna peraona querida, obtuvimos de M. A. su
reintegro y un notaUe cambio en su coudncta. Ade
más, dos vocaciones qne estaban en grave peligro, se
afianzaron. — Sebastian Montero, de Betijoque: So
friendo un dolor agudo en el pecho, imploré la pro
tección de M. A. y obtnve inmediatamente cnanto
deseaba.— A m p a ro Bueda, de Hnelva: Doy gracias
á M. A. por un favor recibido.—Hiena Espinosa, de
Granada: Ofrezco nna limosna á M. A. por varios
fisTores recibidos. — P ila r G ol^n, de E cíja: Estando
enffirmn ¿el pecho mi hijo Cristóbal, aendí á H. A.
DE S. FRANCISCO DE SAI,ES
S
HISTORIA DEL ORATORIO
C a pít u l o ú ltim o .
(C7o«línMocíOH.)
lí^ lo D O S se etiharon ú ro ir y palmotear, luego uno do los o y en tes:—
Y o, dijo, á o tras niauos mejores
que no á las de los diablos, entre
g a ría el huevo y la gallina. D a ría la gallina
y el huevo á u n buen cocinero para (pie los
g u isara y nos refocilase con ellos después
de este chubasco. P ero V., señor Doctor,
b ien puede p asa r h a sta cansarse dcl huevo
á, la gallina^ pero a l fin y a l cabo deberá
concluir que debe d e h ab er u u Dios que lia
criado el huevo 6 la gallina de la cual h a
salido el huevo. P o r consiguiente, bien po
demos su b ir del hijo a l padre, del padre al
abuelo, etc., pero acaberem os p o r encontrar
nos con u n ser creado por Dios, á saber con
A dán, que fué el prim or hom bre del mundo.
« A q u í term inaron las cuestionc.s; m is con
trin ca n te s preguntaron por m i nombre, yo
por el suyo, luego se habló del O ratorio liastu
Lanzo.
« H ab ía resuelto p asa r la noche en Lanzo,
pero el Teól. B ertag n a y el arquitecto Félix,
viendo que el cielo so ib a despejando, me
exhortaron á seguir erm ellos el viaje hasta
el S antuario, á lo cual accedí gustoso. Eran
las ocho cuando comenzamos á trejiar las
cue.stas d e u n a altJi monüifia. A los pocos
ratos, encapotóse nuevam ente el cíelo y ha
ciéndose la noche o.scura como boca de lobo,
nos extraviam os en el camino y nos hallam os
e n tre rocas y peñascos. M ientras estábam os
pensando en lo q u e nos convendría hacer,
hete aq u í q u e se ab ren las nubes, y apa
rece la lu n a cuya clarid ad nos saca de apuros. V ueltos al b u en camino, por entre
b re ñ a s y m ontones d e piedras llegamos á
la cum bre sin nuevos incidentes. Esblbam os cansados y m olidos: eran las diez. P ero
g ran d e fn é n u e stra sorpresa cuando llegadí>s
a l S antuario, no nos fué posible h a lla r per
sona viviente q n e nos abriese. A fuerza do
golpear, nos h ab rie ro u al fin y nos prepara
ro n u n a b u en a cena, que nos sentó á las
mil m aravillas. D espués nos sorprendió el
sueno, y faltando y a poco p a ra la niedianoclie
cada cual se recogió en su lúeza piu-a des
cansar.
« Buenas noches á vosotros tam bién.
« MaHana, si Dios quiere, os escribiré algo
m ás im portante. B ogad por mí, queridos h i
jos; yo haré lo mismo por vosotros. Que la
\'irg e n Sma. nos conserve á todos hijos suyos.
JJa<íed u n a com unión sucram cníal ó espiri
tu a l según m i ijitouciou. Am én.
Yuestro afmo. en él Señor
Sac. J uan B osco. *
Sau Iguacio, 22 ilo Junio d« 12Í64.
Toda carta de D on Bosco era siem pre leída
y oída con afecto, poro ésta nos alegró sol)renianera y suplió m uy bien el acostum
brado serm oncito de la noche. Y m ientras
nosotros, con u n a conducta ejemplai* nos es
forzábamos p a ra d arle m otivos de consuelo
á su regre.so, preparándole u n a herm osa co
ro n a do dieces, hab ía llegado de B om a u n a
carta, fechada en 23 de Ju lio de 1864, con
la que se le notificaba que habíase em anado
un (U'(5i“eto de alabanza relativo á la P ía
{Sociedad in iciad a por él, exhortándola á consei'var su espíritu y sus obras. Pilé ésta la
prim era aprobación del In stitu to en general.
Bu ella se colirm aba á D on Bosco en el cargo
«le {Superior 'cita durante y á su inm ediato
{Sucesor p or el espacio de doce años.
Como la bendición de Isa ac fué u n m anan
tia l in agotable do g racias espirituales y temjuuales en favor de su hijo Jacob, así la bentliciou del P a d re Santo produjo en fai’^or de
nuestro O ratorio ios efectos m ás saludables.
A tre s h ab ían subido los O ratorios festivos
de Turíii, destinados á jiroveer á las m ás u r
gentes necesidades espirituales de ta n ta ju
ventud, y á ig u al núm ero los Hospicios ó
Colegios donde se d ab a á la vez u n a educa
ción v irtu o sa y cristian a y u n a sólida ins
trucción en los cursos elem entales y prejiaratorios. Como de costum bre, en las valua
ciones do este ano, otros acólitos y sacerdotes
Iiabíaiiso preparado á re n d ir examen extraorilinario en la U niversidad para h ab ilita rse á
la enseñanza clásica, y con satisfacción de
Don Bosco todos hab ían sido aprobados.
Siendo, pue.s, ivignlar el personal en el O ra
torio, en M irabello y en Lanzo, los alum nos
liabíau acudido eu núm ero tan crecido, que
los superiort‘3 so hallab an eu apuros para
alojarlos á, todos. E u el O ratorio de S. P rau (isco, a l paso que so edificaba el tem plo de
M aría A uxiliadora, D on Bosco, p a ra satisfacer
id deseo d el Gobierno, hab ía puesto m ano á
la coustruccion do o tras escuelas m ás am plias
y ven tilad as eu la parto oriental do los nue
vos locales, adquiridos poco antes, quo debido
ú esto, se dqjaron m uy pronto por haberse
vuelto insuficientes. E ste aum ento continuo,
si p or u n a p arte causaba ú nuestro O ratorio
y á Don Bosco m ucho consuelo, no dejaba
por o tra de tra e r consigo u n a la rg a serie de
ocupaciones. N i h ay que creer que todos co
rrespondiesen debidam ente a l grande amor que
D on Bosco les tenía. P o r consiguiente, son
increíbles las santas in d u strias con las cuales
él se em peñaba p a ra a rra u c a r el m al y pro
m over el b ien de las alm as y la gloria de
Dios.
Casi n u n ca dejaba de saludarnos cada
noche después de las oraciones y de dirigir
nos uno de aquellos avisos, que bien enten
didos y practicados, b astab an m achas veces
para santificar á u n niño. Eecuerdo que una
vez se revoló á sí mismo, y expuso su pro
gram a educativo con estas sim ples palabras,
que nunca h e podido o lv id ar: « D o n Bosco
es el hom bro m ás bondadoso quo exista en
el m undo; rasgad, romped, destruid, gritad,
haced travesuras, todo, todo lo lle v a iá con
calm a y paciencia; pero resp etad á las al
mas, porque de lo_contrario será inexorable.
» Cuando u n nino e n tra en la casa, mi co
razón rebosa de júbilo, porque veo eu él á
u n alm a que sa lv a r; cuando se alista entre
m is hijos, se engarza en m i corona. P ero ya
sabéis que h a y dos clases de co ro n as;'si
corresponde á m is desvelos, si hace lo posible
l>ara salv ar su alm a, entonces este niño es
para D on Bosco u n a corona de rosas. Pero
si reh ú sa p racticar m is consejos, si lo veo
descuidado en lo que se refiere á los intere
ses d e su alma, entonces os aseguro que no
h ay p a ra m ^ corona de espinas m ás doloroso.
Y si, por añadidura, los que así proceden,
adem ás de peijudicarse á sí mismos, procu
ra n echarm e á perder á los dem ás, entonces
lio puedo absolutam ente soportarlos, y me
veo obligado á expulsarlos del O ra to rio .»
T al e ra la aren g a que d irig ía á los suyos
por la noche; pero debo añ a d ir quo los que
tenían m otivos de diu’so por aludidos, siem
pre m uy contados eu com paración de los
buenos y que no querían ren d irse á la ca
ridad do un m aestro ta n sabio, casi nunca
perm anecían en la casa h a sta ser exiiiüsados;
ó se convertían, lo cual acoutecía con fre
cuencia, ó bien ellos mismos pedían sidir,
no pudieudo ya absolutam eiito v iv ir entre
niños que eran la m ás form al aunque muda
desaprobación de su m ala vida. Con lo cual
Don Bosco se m oustraba siem pre m ás satis
fecho, porque se le a h o rrab a u n disgusto
h a rto sensible á su corazón paternal.
Sé que esa tu rb a de niños, dócil á la pa
lab ra casi de u n hom bre sólo, era objeto do
m aravilla p a ra algunos y de iucreduliihul
p a ra otros. P o r consiguiente, venían con fre
cuencia á v isitarn o s algunos personajes con
uno ú otro pretexto, pero en realidad con el
fin de e stu d ia r el sistem a que aquí se seguía.
Oreo que nadie me tildarji d e indiscreto si
pongo aquí, eu confirmación d e todo lo que
acabo de referir, la exim sicion hecha }>or
D on Bosco al general P e titti, á la sazón
- 305 ejército. A lg u n as veces hubo do
presentarse á él p a ra lib ra r á uno
q u e otro de nuestros acólitos tlel
servicio m ilita r, cuando estaba
todavía en vigor la exención; y
debo decir, en honor de la verdad,
que D on Boseo liaUó siem pre ó
casi siem pre u n apoyo favorabl(^.
E l carácter do su institución, y
m ás aún, su m anera do tra ta r la.s
cosas con calm a y seren id ad , el
hablar, como solía, de los recreos
clamorosos do sus uiHos, le cau
tivaban la benevolencia do toda
clase d e \>ersonas, sin oxclnir á
los mismos hom bres do arm as. lín
p re se n d a <iel M inistro , dec.ía,
e n tre o tra s cosas, lo siguiente:
—Excelencia, vengo á darlo las
gracias por todo lo que lia liocbo
LMi favor de mi O ratorio, y á pe
dirlo al mismo tiempo otro favor.
El m inistro so sonrió y luego
preguntó cuántos ñiños so halla
b an en la casa dol O ratorio.
— O chocientos; — contestó Don
Bosco.
—{■Habrá sin duda iin núm ero
not-ablo de asistentes?
— A l contrario, son poquísimos.
— P o r lo menos la disciplina
será m uy rigurosa.
— Castigos determ inados para
la.s faltas, no h ay n in g u n o ; y
cuando llega el caso, imiy raro,
de castigar á alguno, so le aplica
el castigo que, por el momouto, so
ju zg a mús conveniente.
— Se ocharán, pues, do la casa
á los culpables.
— liara s voces. Cimmlo uno
falta graveíiicnle contra las bue
nas costum bivs, generalm ente se
v a sin aguanlai' la (■.xi)iiIsion, por
que ceba do vi‘r <ine su jierinu*
neiicia en el Colegio qü iiicompatiblié.
U n día vino á v isita r el O rato
rio el ( ’om. l ’rof. Busi-aglioiie, que
adm iraba la O bra <le Don Bosc-o
V trabajaba con loable empeño
p a ra d arh i á conocer (0Acom pañábale un señor de mu
Gerona.—Fachada de la nueva iglesia de María Anx.
ch a gravc*la<l y seriedad; pare
cía uno do aquellos sabios des
critos
i>or
el
poeta, que hablaban raram ento
M inistro d e la G uerra. H abíase presentado
y
con
tono
suave.
E ra el D irector de las cár
a l M inistro p a ra agradecerle lo que hiciera
en favor d e sus hijos que servían en el ejér celes del Estado. Dc.spues de algunas palabra.s,
Buscagliono, vuelto á su coinijaüero, dijo;
cito, los cuales, por su parte, sabían h aw rse
acreedores á> la estim ación de sus superiores
O) Habo de oonfeflarnos que no po<l{a olvidar la
V ad e la n tar en la carrera.
.
educación cristiana y religiosa que había recibido, y
Sé que y a desde sus principios el M inis que en su eecnela jamás había ensecado cosa qu.;
tro d e l a G u erra incluía el O ratorio en el pudiese redundar en menoscabo de la religión. Con
núm ero de los in stitu to s á los cuales env iab a íbrt.ado con los SS. Sacramentos muñó en Nápolee eu
objetos de vestuario, y a fuera d e uso en el i m .
— 306 —
« H asta ah o ra hem os visto lo que sabe hacer
la fuerza, vam os á v er ahora lo que hace la
caridad cristian a . » Y siu más, se levautarou
de sus asientos para v isita r ixuesti’O lustitiito .
T anto es el i)oder que ejerce sobre el corazón
de los hom bres la educación de la ju v en tu d
m ediante la relijfion.
M ientras, empero, prom ovía Don Bosco siu
dtwcanso el bien en tre los nifios del O ratorio,
que (!orrespoudían satisfactoriam ente á sus
cuidado.s, ib a de vez en (mando á alegrar con
su pres(ím;ia (i los de M irabello y Lanzo,
vei-ilicándoHü en él todo lo que se lee del d i
vino Salvador, que pasaba obrando siem iue
el bien; n i olvidaba la obra que imis debía
interesar su corazón, á sabor, la Ig lesia de
M aría A uxiliadora. Debo añ ad ir a(pií (pie no
habían desaparecido las dilicultadcs q u e, al
parecer, debían re ta rd a r su constriumion. P raciáiaidas las excavaciones á la profundidad or
dinaria, se estaba á punto de echar las pri
m eras p iedras y la prim era cal, cuando se
(jayó en la cuenta de que lo.s cimiimto.s des(Uinsaban sobre u n terreno de aluvión, in ca
paz de sostener las bases de u n edificio de a(piella m agnitud. Fuó, pues, necesario ahondar
más las excavaciones, arm ar u n a fu e rte y
an ch a palizada, correspondiente á la pinnferia
de la construcción ]>royectada. E l em palizar
y cav ar á una profundidad notable fué, causa
de m ayores gastos, y a por el aum ento de los
trabajos, y a por la m ayor can tid ad d e m ate
riales y uiaderam e que debían colocarse ba-jo
el suelo. A pesar de esto, los trabajos se contiuiuu’on con celeridad y el 27 de A b ril de
l.Sd.o se xnidieron bendecir los cim ientos y
poner la piedra fundam ental. E l hijo del Itey
Víctor IMauuel I I , P rín cip e Amadeo, D uque
de Ao.sta, invitado á colocar la piedra funda
m ental, h abía a<iei>tado galantem ente la invi
tación. Los ])reparativos para las fiestas fueron
b rillantes. Toda la superficie do la iglesia
estaba cu b ierta con un tablado inmenso, sobre
el cual se habían tendido grandes lienzos ó
c.ubierias do cam as jiara disim ular la desi
gualdad de las tablas. U n pcipieno a lia r de
m adera fué colocado en el mismo sitio donde
A día anterior, según lo jn-tvierito i)or la Kúlu'ica. se había levantado una g ran cruz rodt‘ada de cirios encendidos y m acetas de tioivs.
f'l a lta r (‘stab a cubierto d e telas adornadas
con franjas doradas, y una aUbmlu’a do grande
anchura cu bría (ú lerren o del futuro ju'esbiterio. V\\ gran paluúlón se extendía ]>or arriba,
«•errado xmr tre s lados y abierto al fren te; la
p arte do a trá s estab a form ada i>or una ban(U‘ra nacional (pie o stentaba en el m edio el
escudo de Saboya. A l a derecha hallába.se la
cubierta de la iiiialra fundam ental, la paleta,
el m artillo de xilata y el estuche p a ra el acta
(pie debía extenderse. E l centro de la iglesia
estaba som breado por un g ran toldo arm ado
con fran jas y fajas blancas y coloradas. E n
el espacio de la capilla in coniu I^vangoUi se
h 'v an tab a u u g ra n palco p a ra los cantores, y
p a ra n u e stra b an d a musical. l u comw Epístola,
en el espacio de la capilla opuesta, un sillón
con reclinatorio cubierto de ])euachos pai-a
el P rín cip e Amadeo. A la en tra d a de la iglesia
levantábase u n arco triu n fal con iuseripcioji,
y por u n a escalera d e m adera subíase á la
explanada de la iglesia.
H acia la u n a se desencadenó n n viento
furiosísim o que am enazaba ra sg ar y llevarse
todo el axJarato. P ero, á la m edia hora cesó.
P arecía que S atanás quisiera desahogar su
ira, tentando imx>edir la función.
No liahieiido x>odido venir Mous. Luis Kazari do Oalabiana, ObisjK) á la sazón de Cá
sale, invitado aquel mismo día im rD oii Bo.sco,
le suifiió el Obispo de Siisa M oas. Odón.
H abía intervenido á la función u n a multi
tu d inm ensa de gente, la p rim era nobleza
tu riiiesa y de otros x><iutos del Pium onte. SuIierando m uchas y graves dificultades, se ha
bía ])odido lo g rar que los alum nos del Colegio
do M irabello viniesen en aquella ocasión á
form ar con sus compañeros u n a esx^ecie de
ejercito. Fuó Icido y aprobado el verbal, y
firm-ado por todos aquellos ilu stres x>ersonajes,
y luego envuelto con alg ú n otro escrito, x>uesto
en u n vaso de v idrio prex>arado a l efecto.
C errado éste, fué colocado en el centro de la
p ied ra fundaraeiital. Bendecido todo por el
Obispo, se colocó encim a o tra x^i^^dra, y el
P ríncipe Amadeo, D uque de A osta, echó so
b re ella la prim era cal. Luego los albañiles
continuaron su trabajo h a sta la a ltu ra de más
de u n m etro de construcción.
C oncluidos los dem ás rito s religiosos, los
inencionado.s personajes v isitaro n el Estable
cim iento y luego asistieron á u n a rcxircseiitii^
ciou de los mismos niños. Leyéronse varias
Xmesías de oiiortuuidad, tjecutárouse algunos
trozos de m úsica vo(íal 6 instrum ental, con uu
diálogo alusivo á la eolemiiidad dcl día.
TcJiuiuado el agradable cntroteiiim icnto,
cerrábase el día con u n a devota acción do
gracias al Señor y con la bendición del
Sino. Sacram ento. S. A. P . con su cortejo
S(^ retiraba del O ratorio á has cinco y media,
luostrám losc todos x>lenamente satisfechos.
l’d augusto PríncixHN en tre las dem ás se
ñales de agrado, ofreció la graciosa sum a de
500 lira.s do su bolsUlo x>ar(icular, y sabiendo
que los niños del O ratorio eran m uy aficioiia(los á la gim nasia, les regaló u n a x)arte do
los aparatos de la suya. E llos fueron x^*^ra
nosotros, d u ran te m ucho tiemxio, u n medio
Xueftírido de recreo y todos los que venían á
nuestro O ratorio ten ían á la v ista u n motivo
eontiniio d e ad m ira r la bondad del Príncix>e,
res|>ecto á nosotros.
Como conclusión de estas fiestas, no x'iue*
do dejar de recordar que cerca del lugar
de la nueva iglesia, en u u rincón del patio,
h ab ía ci*ecido u u arbolito de m anzanas, que
h ab ía echado varios botones. D on Bosco, en
cuanto lo supo, adm irado del caso, avisó á los
niños que no tocasen aquel árbol, y dejasen
— 307 —
niaduvur las m anzanas, porque se babía pro
puesto recalarlas al P rín cip e Amadeo.
Y los niños corrían, saltaban y nad ie tocó
aquel árbol; así es que las m anzanas llega
ron á su perfecta sazón. D on Sosco y a no
pensaba en su propósito, cuando u n día, u n a
de aquellas m anzanas se cayó a l suelo de
madura. U n n iñ o tomó unt^boja, colocó sobre
ella la m anzana, y acompañado por todos sus
compañeros, se ía llevó á D on Sosco al co
medor. D on Sosco m andó entonces recoger
las otras cinco, y se las envió a l P ríncipe, refi
riéndole el hecho. E l joven D uque agradeció
á Don Sosco el regalo y le rem itió una cre
cida ofrenda, p ara que se counu’ase con ella
]X)r la m ágica, franca y anim ada palabra de
este Sacerdote. IS”! creo menos provechosa la
relación q u e él hizo, con los colores m ás v i
vos, embeUeoidos por el am or filial, de todo
lo que debía á su m adre.
Contó con vivos colores la historia do un
joven estudiante de la U niversidad <le 'rurm ,
que ardiente y audaz en sus scnrim icntos ilc
am or p a trio y d e gloria m undana, uo solo cre
cía falto d e religión, sino que se declaraba su
enemigo, conceptuándola cual adversaria de la
p a tria que él se forjaba allá en su fantasía.
P ero ten ía uim m adre santa que un día
supo hacer el sacrificio do sí m isma para
salvar al hijo.... Cayó eiiterma y le llam ó á
ü
G erova. — Grauja Salesiana ó iglesia de Mavía Auxiliadora.
otra fru ta , en coniiieusacion de las sabrosísi
mas m anzanas con que lo hab ía obsequiado.
Y'a se emj)ozaba á ver el fruto de la obra de
nuestro Oratorio. Desde hacía cuatro años, ve
íamos, en cada ordenación, á unos cuantos de
nuestros acólitos re c ib irla s sagradas órdenes,
y el núm ero d e d o s Sacerdotes y a iicrm itía á
l>oii Bosco realizar lo que siemjire había d e
seado, á saber, d ila ta r la esfera de sus santas
•obras.
A lgunos de los n u estros ya lo suidían e-asi
enteram ente en las instrucciones dom inicales
aquí en el O ratorio, otros en el de S an Luis
y del A n g el Custodio, y h a sta en las sagra
das m isiones eu los pueblos de los alrededores.
E n este año h ab íase agregado á nosotros
el Sacerdote D octor Ignacio A rró Carroccio,
de Lauzo. q u ien en el O ratorio, baio la h áb il
dirección de D on Bosco, con su p alab ra v iv a
y ardiente, h u b iera cosechado una m ies ab u n
dante de alm as. í í i m enores eran los frutos
que recogía en tre el pueblo, si h e d e conje
turarlo p or la m isión que dio con e l Can.
C astaidi en la cated ral de A sti. Jam ás se
había visto u n espectáculo sem ejante, obrado
su cabecera. De m al grado se había resuelto
á dejar T arín para acmlii- al llam am iento de
la m adre, creyéndola enferm a de j)oea grave
dad... P ero a f fin. volvió y hallándose á solas
con ella, oyó d ecirse:— Hijo mío. me m uero,
l>ero con la seguritlad do v erte desde el cielo,
bueno y convertido. Mi vida es nn sacrificio
que ofrezco i>or tí. Te dejo encom endado á la
V irgen Santísim a.
Y m urió aquella mujer, exclamó el orador,
aquella m á rtir consum ió su sacrificio. lY^ el
hijo vive! Y si mi }>alabra se enardece, si
lágrim as angustiosas brotan d e m is OJOS.....
¿aun no lo habéis adivinado T M adre adorada!
¡Ese hi,>>, soy yo! >
E l efecto fué in m en so , el núm ero de las
confesiones y com uniones extraordinario, es
pecialm ente" en tre la ju v e n tu d ; y yo no sé
cómo deplorar su desaparición del O iatorio,
al cual D ios le llam aba de tina m anera tan
patente. Trabajó en varios p u n to s: la juven
tu d form aba siem pre el ol)jeto princii>al de
sus desvelos, i>ero el éxito fué muy escast».
O tros, con u n talen to m ucho m ás liinitodo,
I>ero siguiendo sn vocación, vieron sus trab a -
— 308
jos inuclio míls bendecidos en el campo del
íáenor.
Alfío i>cnosa filé su partida, pero no fué la
iiniiía d u ra n te aquel año; otras pruebas m ucbü niAs sensibles sufrió nuestro O ratorio.
(S e continuará.)
g U
E S T R A
COREESPONDENOIÁ
m m x .
Rdo. Sr. Director del B o l e t ín S a l e s ia n o .
Muy señor mío y hermano on Jesucristo: Heme
nquí de luiovo á molestar á V. con otra correspondí'iicia. A decir verdad, la cosa se hace ya
lmst:uite seria, y tanto es así, que algunos lectores
del Bo l e t ín , viendo la frecuencia de mis correspoiidciieias. me preguntaron si había yo adquirido
la propiedad do una })arte del mismo. (Entre
parentesi.s y bajito para que nadie se en tere:
los que unís me critican, pocas ó ninguna vez
escriben , por..... lo que sea.) Le confieso con
siuceritlad que no lo hago para lucir mis ha
bilidades en escribir, porque estoy bien per
suadido de no tenerlas ; ni tampoco por el simple
gusto do escribir, siendo en esto bastante pere
zoso; el motivo verdadero y único es para que
V. y los lectores del B o l etín , y de una manera
paiiicular los que nos favorecen, estén al corriente
de los trabajos de la nueva iglesia, los cuales,
gracias á Dios y á María Auxiliadora , continúan
con bastante actividad. Nuestra esperanza es po
derla inaugurar ú principios del siglo venidero.
Ahora V. preguntará: lY el motivo de esta
correspondencia cuiil esí UVmga V. la amabilidad
de leer lo ejue sigue, y hallnni la respuesta.
Suimngo recorilanl V. que eu ocasión do la úl
tima visita tino nos hizo, yo le luanil'ostó la idea
que acaviüiábiimos de visitar durante el verano
con nuestros asilados la ciudad de Figueras, que
dista treinta y tres kilómetros do esta capital.
Todas las diíicultades, que parecían oponerse á
la realización ilo nuestro proyecto, so desvane
cieron como por etioanto, y el día tros do los
corrientes, poeo antes do las cuatro do la mañana,
on mímelo de sesenta y cuatro nos dirigimos á
la estación para tomar el tren que nos debía
llevar á Figueras.
Es inútil decir que todo re.sultó muy á satisfac
ción nuestra y do los habitantes de aquella ciu
dad ; y que sea UvSÍ se verá leyendo lo que publicó
i ’/ liojioiiol, perióiUco católico de aquella pobla
ción. Í)ice así: «Con el eutusiastu aplauso que
arranca espontáneamente de las almas buenas la
práctica de tuda obra benéfica, fueron ixicitiidos
el viernes en esta ciudad ios aluumos de la Gran
ja Sahüiitmi de Gerona.
El ]>m*blo se convenció del gran bien <iue hacen
ú sus hijos pobres los abnegados apóstoles do S .
Francisco de Sales, que establecidos en Turín
por el piadoso Don Sosco bajo el patronato glo
rioso y eficaz de María Auxiliadora, se han espar
cido ya casi por toda la redondez de la tierra.
Sesenta alumnos pobres, precedidos de su banda
y acompañados de sus religiosos profesores se
apearon eu esta estación á las siete y media de
la mañana. En el andén los recibieron comisio
nados de la autoridad eclesiástica, de la confe
rencia de S. Vicente de Paul, del centro católico
y de algunos de los cooperadores de esta ciudad
á tan benéfica obra. En columna y á los acordes
de la banda se diiigieron al templo parroquial,
recibiéndolos eu el atrio el Rdo. Sr. Cura-Párroco,
D. José Callis. Oyeron misa y comulgaron edifi
cantemente; ejecutó la banda algunas piezas de
su repertorio y se trasladaron á la Fosaáa Uni
versal á tomar un desayuno, después del cual
dieron serenata al Cura-Párroco, al Ayuntamiento
y á algunos Cooperadores de esta Ciudad. Co
mieron en la propia posada, y eu pasacalle con
tinuaron obsequiando á los favorecedores que
aquí tiene sn instituto, visitaron el Castillo de S.
Fernando, donde el Sr. Gobernador, General Borja, les dispensó una amabilísima acogida, faci
litándoles cuanto ])udieseu desear. A las cinco de
la tarde, eu el Salón Teatro del Centro Católico,
ante numerosa concurrencia presidida del Rdo.
Sr. Cura-Párroco, improvisaron un pequeño con
cierto, finalizado el cnal, las señoras y familias de
los socios les tenían preparada una confortable y
modesta merienda, que sirvieron por sus manos
á aquellos pobres hijos del pueblo trabajador,
presentando el espacioso salón-café un aspecto
conmovedor satuiado de la alborozada alegría de
a(|uellüs niños, y de las bendiciones de sus superiori'S.
Continuaron los saludos á las casas de sus pro
tectores, y antes de partir, quisieron saludar al
pueblo de Figueras, que tan buena acogida les
dispensó, dando en la Rambla un breve concierto,
que fué aplaudido por la numerosa concurrencia
que los acom|>añó con entusiasmo hasta la esta
ción, quo se vió invadida de los acompañautes
do los niños. Eu el andén despidiéronse de los
Hguerenses, dando al aire la banda sus más ale
gres tocatas. » Hasta aquí JSl Regional.
A todo esto yo añadiré tan sólo que en el
Castillo de S. Fernando tuvimos el gusto de vi.sitar entre otras muchas cosas, el calabozo .en que
murió el célebre General Alvaroz, invicto defensor
do Gerona, cuando Napoleón I quería poseaionarso de España.
Antes do concluir debo confesar que no tengo
palabras suficientes para dar las más expresivas
gracias al Rvdmo. Sr. Cura-Párroco por la exqui
sita é inmerecida amabilidad con que nos ha
tratado; á nuestros bienhechores que tanto so
desvelaron para que los niños estuviesen alegres
y contentos, como en efecto lo quedaron, por las
finas atenciones de que fueron objeto, no deján
doles faltar nada de lo que pudiesen desear, y
al muy digno Secretario del Ayuntamiento, el
cual también nos confundió con su amable trato.
Quiera Dios recompensarles abundantemente de
todo cuanto hicieron en nuestro favor, como nosüti*os lo pedimos en nuestras oraciones.
Sírvase recordarse en sus oraciones del que
tiene mudio gusto en repetirse do V. afino, her
mano iu C. J.
S a n t ia g o G ih o n e , P b ro .
Gerona, 31 de Agosto de 1900.
ASUN’Ol^X' (f’araguav),
Rvmo. Señor D. M ig u e l R úa :
Aun le y-oj deudor do unas noticias, según le
proiuefí en «li anterior (1).
Estamos ahora de felicitaciones, pues, desapa
recidos los temores de la peste y los demás in
convenientes que se oponían á la reapertura de
nuestro Colegio, ya nos olvidamos de lo pasado
y solo pensamos en nuestros trabajos.
Apenas nos fuó permitido abril- el Colegio, fué
V il l a C o n c e p c ió n . — Primeros alumnos del
nuestro primer afán cumplir con lo prometido á
nuestra buena Madre María Auxiliadora Desde
hacía dos meses teníamos en la Capilla expuesta
su bonita estatua, .y habíamos convenido en no
retirarla liastji que no huyeran los negros nuba
rrones que cubrían el horizonte de este pobre país.
Establecimos el día 18 de Marzo para celebrar
la fiesta de acción de gracias. Avisamos á nuestros
amigos y bienhechores, y puedo asegurar á V. R.
que fué aquella una verdadera demostración de
afecto y devoción liacia nuestra querida Madre.
|Con cuánto placer y con cu.-lnto gusto hemos
rezado, y cuántos corazones nos acompañaron !
Y á la verdad , mucho debíamos á María , que
tanto nos protegió durante nuestra adversidad.
En mi anterior le daba cuenta de varia.s dis
posiciones qne habíamos tomado durante la peste
bubónica, y ahora puedo con verdad decirle que
en aquellos tristes m eses, merced á la Virgen,
fueron realmente coronados de éxito nuestros
trabajos. Le adjunto á esta mía una detallada
narración de lo que llegaron á realizar los dos
sacerdotes que fueron enviados en misión á fuerte
Olimpo y Bahía yegra. En ella verá cuántos
(1) Y. BoLETlX de Agosto, pig. 223.
consuelos espirituales nos hicieron experimentar.
¡Bendito sea el Señor que se mostró con ellos tan
piadoso!
Permítame que le agregue unas palabras sobro
los que se enviaron á Villa Concei)CÍon. Llegaron
allá los dos sacerdotes en época muy triste y no
faltaron quienes intentaran persuadirles que nbaudonaran la empresa momentaneatnento, vistas
la circunstancias críticas por que corría ol pais ;
mas confiados eu María y animados por algunos
buenos Cooperadores, emjiezaron ú llamar a las
puertas de los corazones grandes y g<'n«*roso.s, quo
no faltan en aquella Villa, secuinlados en esta
empresa por los esfuerzos de nobles damas, (luo
coniprt'ndíau perfectamente la necesidad do un
Cob-gio Cat<)lico, para el mismo progreso y ndoluuto de su pueblo.
So juntaron fondos y los
dos Salesianoa, coadyuvados
j)or otros hermanos envia
dos do Asunción, empezaron
con ánimo los trabajos.
Desdo hacía un año se
bailaba ya levantado, por
obra de una Junta Salesiaim, un brazo de edificio ;
pero éste sin reboque, ni
piso, ni puertas. Con todo,
en él se alojaron lo mejor
posible, para poder dirigir
mejor los trabajos. En poco
tiempo, secundados por las
Autoridades del lug.ar, so ha
podido arreglar aquello, en
manera que el 3 do Marzo
pudo proeederse á la ben
dición de la humilde Ca
pilla (provisoria) y á la inau
guración del Colegio.
Toda la Villa acudió á la
fuucion, y mientras muchos
aplaudían los trabajos rea
lizados y la actividad desidegada, otros pensaban ya
cMi la manera de construir
Colegio Salesiano.
otra parte de edificio, con
siderando incapaz la reden
construida pava satisfacor
las necesidades del ¡lueblo. Entonces ui» buen
Cooperador salesiano ofreció una fuerte suma,
para que inmediatamente se diera principio á la
Cn{»illa del Colegio, me<ijaiite la cual podrase
utilizar el salón que eu la uctuali<Iad nos sirvo
de Capilla.
Ya se experimentan los servicios quo presta
á la Religión el nuevo Colegio, en sus dos meses
do vida que tiene, pues ya ha acercado á la Sa
grada Mesa cerca de cuarenta niños y otros
tantos se preparan para el mes de Junio.
Nuestros piadosos é incansables Cooperadores
gozan santamente de los frutos do sus nobles
esfuerzos, y ya tienen preparado un terreno donde
probablemente podrán instalarse las Hermanas
de María Auxiliadora. Pero aun no le he dicho
á S. R. que han llegado ya éstas á Asunción.
Llegaron cuando menos se las esperaba y cuando
las condiciones tristes del pais no aconsejaban su
venida. Pero como ellas son almas de Dios, quien
como sayas las gnía y sostiene, El les resolvió
todas lasdificulrade.squeencontraroD.S6 instalaron
en uno de la barrios más poblados de la Capitaly don
de más se sentía la falta de Colegio é Iglesia. No
tienen aun casa propia y la qne habitau es pe-
— 310 —
queDa , pero muclias son las esperanzas, y ven
cidas algunas dificultades que nunca faltan, sobre
todo en los principios, creo podrán conseguir
casa y terreno, y así extender su misión benéfica
y socorrer á tantas jiobres jóvenes que bay eu
este bello y desdichado pais.
De modo (jue la bondad de María para con
nosotros es grande, y más quo nunca abora que
pasaron los negros nuhurroiies que oscurecían
nuestro horizonte, al recordar lo pasado, nos pa
rece imposible liiiber llegado hasta hoy, y solo
podemos explicarlo consiiieraiido la protección
visible de la Matlro de Dios. Mediante Ella con*
liamos poder hacer mucho bien en el Paraguay,
donde tanta <!S la devoción á María Auxiliadora.
Y ya que hablo de esta devoción, acabo de re
cibir carta de la Villa de S. P*'<lr<>, eu la cual
se me cuenta que los Cooperadores Salesianos
lian hecho celebrar una Misa el 25 de Mayo ó
hicieron la Cimiunion casi lodos; luego se reu
nieron un casa de tino de ellos y se animaron
entre sí, resolviendo al fin enviarnos una limosna.
Ayúdenos V. U. ú rogar y A dar gracias A la
Virgen de 1). Hosco. ])or el jtatrocinio que se
digna tener sobre sus hijos del Paraguay.
De V. K. litmiildfsimo hijo en Jesús y María
Amurosio N. T uiikiccia. Puno.
Asunción, 15 <to Junio de l&UU.
resistía con valor los duros embates de sus enemigos
é intransigente con el error y con el mal, sacrifi
caba bienestar, dinero y amistades siempre que el
caso lo requería, á trueque de salvar á sus ovejas
y corderitos de las garras de los lobos, que por mil
medios inicuos trataba de robárselos.
Pué organizador en Galicia de la memorable pe
regrinación á Roma en 1876.
Estableció muchas Congregaciones, como la de
S. Luis Gonzaga, S. Vicente de P aul, Centro Ca
tólico de buenas lecturas, etc, etc. Con su santa
vida y eminentes virtudes, fue siempre ejemplo vivo
del bien para sus feligreses, quienes lo amaban como
á Padre, recibiendo de su trato dulce y pacificador,
la paz en sus almas y en el seno de sus familias.’
¡Descanse en paz el llorado amigo y digno sa
cerdote! Y si por acaso necesitara aun su bella alma
do algunas oraciones para gozar presto del Paraíso,
lio le olviden en las suyas nuestros queridos Coo
peradores.
ñ i m
'" ' j
D. Vincentc inaría Cettamanzi, IPbro.
ESPUES de soportar con admirable pa
ciencia la penosa y larga enfermedad
que le lia llevado al sepulcro, y resig
nado cá la muerte, que veia llegar
con encantadora calma, falleció el
dia 8 de Agosto el insigne Párroco
de Villajuan (Pontevedra) y amigo
nuestro muy querido, IX Viceiit«
filaría Tettamanzi, confortado con los
Santos Sacramentos.
Por su muerto ha quedado huérfano de su ajtostólioo celo su amada parroquia, y de su inagotable
caridad los pobres y desvalidos; de su ])aternal
cariño y apoyo, los niños de aquel lugar, y la Pía
Sociedad Salesiana de uno de sus más entusiastas y
activos Cooperadores.
Sin descuidar los deberos de su cargo, consagraba
el tiempo libro á la educación de la pobre y aban
donada niñez, recogiéndola en su oratorio festivo, á
imitación do los Siilesianos, porque eran especial
mente amadas por él las Obras de Don Bosco, y
supo mantenerlo y fomentarlo á costa de todo género
de sacrificios.
Otras dotes adornaban también al inolvidable difautt. A su bien templada alma, nada le intimidaba,
á l
'"
Colégelo S a le s ia iio «le B é |a r (S a la m a n
c a ) .— Entresacamos de una coiTcspoiideucia que
se nos dirige desde esto punto:
Rarísimas son las veces que en las columnas del
B u l e t ín , se lee alguna noticia del Colegio Salesiauo <le Béjar; y á decir verdad, liubiera podido
más de una vez recrear á sus lectores con amenas
ó interesantes relaciones. Para reparar en lo po
sible, la falta de con-espoudencia á sus repetidas
instancias, hemos juzgado conveniente mandarle
una ligera reseña de los i>r¡ncipales aconteci
mientos y festividades del pasado año escolar
1899-1900, que no dudamos será por V. benigna
mente acogida y cuanto antes publicada.
Solemne repartición de premios y fiesta de la
Livuicnlada. — Se verificaron ambas el 8 de Di
ciembre, con grande pompa y solemnidad. Hubo
]H>r la mañana misa de comunión general A las
7 Má y misa solemne á las 10 con Bendición al fio.
Por la tarde, eu el mismo local, A falta de otro
nuis apropósito, se celebró una velada músico-li
teraria en honor de la Inmaculada, y se repar
tieron A los alumnos que por qu conducta y apli
cación luAs se habían distinguido en el curso,
numerosos y escogidos premios. Amenizó el acto
la banda de D. Gonzalo Martin con imicha afi
nación y gusto. Terminó la fiesta con mucha
alegría y satisfacción de todos.
I^oche-huena y Navidad. — La noche de la
niisjv del gallo era esperada con vivo entu
siasmo por todos los alumnos sin excepción. Ma
cho antes de las 11 de la suspirada noche, ya
estaban on el colegio muchos de los externos que
— 311 —
frecuentíin Duestras clases. A eso do las 11
bajaron del dormitorio los internos, frotándose,
algimo de ellos, los ojos, que á pesar de su buena
Toiuntad y de habérselos lavado con esmero, con
servaban todas las señales del sueño. A las 12 en
pauto comenzó la función religiosa; la capilla
estaba llena de bote en bote. Cantóse una misa del
limo. Sr. Cagliero, con bien organizada orquesta
pastoril, compuesta de panderetas, castañuelas,
zambombas, y otros mil instrumentos y rompetímpanos del mismo género. Concluida la misa,
más contentos que unas pascuas dirigiéronse los
niños al refectorio, donde se les obsequió con
una modesta y frugal com ida; después de la cual,
se fueron nuevamente á la cania, hasta las 8 del
siguiente día. Repitióse á las 10 la misa cantada,
á la que no dejó, por cierto, de asistir numerosa
concurrencia.
Al anochecer se inauguró el nuevo teatrito con
chistosos sainetes, seguidos de una patética ro
manza, E l marinero, que entusiasmó tanto á los
asistentes, que desde entonces ha quedado como
cauto popular en la ciudad.
Fiesta de San Francisco de Sales. — Después
de una solemne novena preparatoria, se celebró
la fiesta de nuestro esclarecido patrono el 29 de
Febrero. En la misa de comunidad recibieron
varios niños por primera vez la sagrada comunión
de manos del Rdo. Supeiior de los Franciscanos
de esta ciudad, quien con sencillas palabras y
tiernas expresiones, les invitó á presentarse al
Padre amoroso, al Divino Maestro, al amigo de
los niños, como respetuosos hijos, .aprovechados
discípulos é inseparables compañeros. El sermón
de la misa solemne estuvo á cargo de un francis
cano, el R. P. Tomás Serrano, que ensalzó con
notable elegancia y jioéticas frases al esclarecido
Obispo de Ginebra, al sabio y santo doctor de la
Iglesia, al Patrono de los lujos de D. Bosco, al
humilde y manso S. Francisco de Sales, objeto
en aquel día de nuestra veneración y festejo.
Por la tarde se puso en escena, en nuestro pe
queño teatro, el “Snerfanito de Suisa'\ drama
en tres actos y en prosa del Dr. D. Francisco
Feuoglio. Los pequeños cómicos, dada su poca
edad y poquísima instrucción en el arte, se por
taron admirablemente.
Onomástico del Sr. Director. — Una brillante
actulemia le dedicamos el 23 de Abril: comenzó
y terminó el acto con un entusiasta himno
del Mtro. Garlascbi; leyéronse notables compo
siciones en prosa y verso, en castellano, latín,
italiano, francés, inglés, alem án, árabe, vas
cuence y catalán; y se cantaron VOrfaneUo y
lo Spazzacamino del limo. Sr. Cagliero. La con
currencia fue numerosa y excogida, como era de
esperar en tan solemne ocasión.
G -E N T I 3ST^
\ a e v o tem p lo á M a r ia A u x ilia d o ra en
Alm a;;ro (B u e n o s A ir e «). — Del Mensajero
dcl Corazón de Jesús de esta ciudad, tomamos el
siguiente suelto : « Fiesta salesiana y muy lucida
resultó la del pasado Domingo, (24 de Junio) al
bendecirse la piedra fundamental del nuevo templo
parroquial de S. Carlos. en homenaje á Cristo
Redentor y como grato recuerdo de las Bodas de
plata de las misiones salesianas en la Argentina.
Recibido el Sr. Intern u ncio, Mons. Sabatucci,
entre filas nutridas de alumnos y ú los acordes
‘^e escogidas piezas, asistió al i>ontifical del limo.
Sr. Cagliero, cuyo día onomástico era ; y eu tal
virtud , terminada la misa , le acompañaron en
fraternal banquete, el Sr. Internuncio, el Prefectoapóstolico de las misiones de Tierx’a del Fuego,
Monseñor Fagnano, los monseñores Ecliagüe, l.ugoiies y Villanova Sauz, senador Anadón, diputado
O’Jarrel, Pbro. Muñagorri y Camuiza, Dr. Ca.>5abal.
teniente coronel Marambio Catan , distinguidos
Caballeros y los Padres Bonrlot, Piovam). Caprioglio, Milano , Gherra, Gamba, Pitteni, Moliuari,
Baulot y Stefifanelli, siqierioros saleaianos respec
tivamente de la Boca, Mnter Miserieordiae, Santa
Catalina V. y Mártir, Colegio y Oratorio festivo
(loscuntro de esta capital) Montevideo, Las Piedras
(R. Oriental), B ernal, Bahía Bianea y General
Roca r los padres Vespigimni, Paglicri y Perazzo,
inspector eu la A rgentina, superior y prefecto
del Colegio Pío IX respeetivamento, no pudieron
a.sistir, por tener quo organizar el soleumo neto
de la bendición de la piedra.
Esto comenzó á la 1 de la tarde á cargo del
Sr. Internuncio, asistido, lo mismo que en la
función de la mañana, por los monseñores arriba
mencionados: al presidente do la República y
Señora Fernández de Alvear, padrinos de la ce
remonia, acompañaban el limo. Sr. Cagliero y el
ministro de justicia é instrucción pública, Dr.
Osvaldo Mngnasco.
Del acta, leída por Mons. Echagüe, había tres
copias con verdaderos primores caligráficos; una
de ellas se enviará al Sumo Pontífice, quo }>atrocinó la citada bendición. Es de justicia hacer
notar que el coro, en las ceremonias de la ma
ñana y de la tarde, ha interpretado con mucho
gusto los variados cantos y motetes : verdaderos
progresos han hecho los jóvenes salesiauos de
Bernal.
Terminó la fiesta con una velada dramática
sobre agricultura, artes y oficios, que gustó mucho
al Sr. Presidente y al Sr. Internuncio.
B\'|)OMicioii y C on;;roso
Salosiaiio
cii
BiiciiO!^ A ire s. — Del referido Mensajiro es
tíimbien este otro suelto.
Para el recuerdo del 25." aniversario de la lle
gada á la Argentina do los infatigables salesiimos,
el mos pjisado se colocó por el Sr. InLerniiucdo. (ui
nombre de Su Santidad, la pieilm fim<lnitientnl
de un templo en Almagro, dcdicnclo al Corá//m
de Jesús y á María Auxiliadora. Este inqHU'tiinte
acto, del que dimos crónica detallada, nu era
I>ain satisfacer del todo los anhelos de los eoojieradores sjilesianos , deseosos de conniemonir
dignamente las bodas de plata de las misiones
salesiatius en la República.
Al efect4> se ha pensado efectuar una expo
sición de los trabajos siilesinno.s, seguida «le un
congreso de cooperadores, una y otro aiirobadus
ya por León XIII.
La causa del niño pobre, cmim la del indio in
culto, son hoy vitalísimas y dignas do estudio y
remedio ; por esta razón bailará aplaudida aco
gida la idea de la exposición y cfuigreso, siendo
de e.sperar de los católicos decidido y entusiasta
apoyoCreemos que las sesiones se inaugurarán en la
primera quincena de Diciembre próximo, presididas
por el R. P. Albera, dignísimo director espiritual
del Instituto de D. Bosco y represeutaute del
Superior General, D. Rúa, cuya no venifla á la
Argentina privará ásus admiradores numerosos tic
ofrecerle personales muestras do leal y sincero
cariño, ^'gdn esperaban.
— 312 —
Grandísimo consuelo nos proporciona la próxima
ríializacion de una idea, que con ardor y since
ridad iniciamos y defendimos en 1895 al cele
brarse en Bolonia el brillante congi-eso de coope
radores salesiaiios.
Huelga, en consecuencia, manifestar que, así
sea con un granito de arena, llenos de alegría lo
iremos á dejiositar en la proyectada obra salesiaua.
I>e B a h ía B lan ca. — De una carta que un
corresponsal manda al diario católico E l Pueblo,
de Buenos Aires , entresacamos los siguientes
]>ó]TaibH <)uü 80 relicre.n ó nuestras Obrtus.*
« Loa lili. IH-*. Salesiauos dirigen el Colegio
Don B o b o o , el que cuenta con el maj'or número
do alumiJOB externos é internos.
Do costruccion moderna y sencilla , es de un
aspecto alegro y hermoso. Las clases, con arreglo
á las leyes más o.xigentes de la higiene y do la
pedagogía, sus patios amplios, y sus salones-dorniitoiios bien ventilados. Está incoriiorndo al co
legio nacional, y los resultados de sus exámenes
revelan el celo y dedicación con que atienden á
la edvieacion del pueblo los beneméritos Hijos de
I). Hosco. 1,0 dirige el li. P. Borghino.
Aciunliuento estos sacerdotes xu'oyectan esta
blecer un colegio de artes y oficios anexo á la
igle.sia do Nuestra Sra. de la Piedad, que fué
ílonnda á la Congregación Salesiana por el Sr.
Luis D’Abi cu, según consta en una hermosa placa
de mármol colocada á la entrada del bautisterio.
Está edificada á uu cuarto de hora de la plaza
líivadavia, y es do construcción moderna, sencilla
y elegante.
La iglesia parroquial se encuentra actualmente
en construcción. Dadalaimi)ortaucia de la ciudad,
se impone que i)ronto se lleve á feliz término
esta obra, que dotará á Bahía Blanca de un
templo hermoso, amplio y que sustituya al incó
modo salón qvie liaco ahora el oficio de iglesia
])ui-roqn¡al. Las obras están muy adelantadas, y
todo hace esperar que pronto se inaugure una
parto del templo.
Las hermanas Hijas de María Auxiliadora tienen
también ua iiiijmrtaute colegio para niñas, con
cerca do cuatrocientas alumnas y unas 60 internas.
Anexa al colegio hay una hermosa capilla.»
F ie s ta (le IBaría A u x ilia d o ra en el
Instituto d e l l i ja s d e Itlaría. d e S. Xieo]ns d e lo » .irro yo ». — Es JInría Auxiliadora
la Madre tierna de la Congregación de D. Bosco
y á quien sus hijos iuvocun con el más tierno
cariño. Esto año do un modo e.special Im querido
demostrarle su afecto i>l barrio do S. Nicolás
donde María ha plantado su pié firmo desde mu
chos años ha. Todo el mes se le ha tributado el
homenaje de amor y gratitud qvie moreee tan
excelsa Señon», tanto más que hem«>s tenido el
alto Inmor de empozjirlo con la visita de nuestro
muy amado Padre Inspector B. P. José Vespignani,
quien con su acostumbrada unción supo infundir
en el eorazim de todas las ]ne8ontes el amor á
María Auxiliadora. Todos los días veíase el altar
rodeado de niñas y niños que iban á porfía para
ofracer su inocente corazón á la Boina de las
Vírgenes, según les había indicado el venerando
Superior.
Lo que vino á eclipsítr el brillo de la fiesta
fueron las lluvias continuas que cayeron durante
15 días consecutivos. En esta ocasión, el fervor
de las pobres externas, que desde lejos debían
acudir duro.nte toda la novena, se ha puesto do
manifiesto. Era conmovedor ver á las jH>bres niñas
cruzar esos barrizales con un par de zapatos bajo
el brazo, para luego cambiarse, pues era iniposible permanecer en tal estado.
Los últimos días de la novena del Espíritu
Santo cüincidierou con los primex*os de la de
María Auxiliadosa, celebrándose la fiesta el 10 de
Junio. La novena celebróse con la Bendición con
S. D. M., cantándose en ella el himno Swpe dum
Chrísti y un solemne Tantuin ergo del limo. Sr.
Cagliero.
A causa del mal tiempo, celebróse el día de la
fiesta toda la función por la mañana, para evitar
las idas y venidas de la concuiTeucia.
A las 7 empezó la Misa de Comunión general
oficiada por el Hdo. Sr. Director P. Luis Castiglia,
quien dirigió una tierna alocución á las niñas
que por vez primera ibau á albergar en su pecho
al Supremo Autor del Universo. Durante la Sta.
Comunión se cajitaron vjh'Íos motetes por las
alumnas del Colegio. A coutinuaeion de la Misa,
se dió la bendición con S. D. M. A las 10 Misa
solemne cantada por las alumnas. Después del
Evangelio ocupó la sagrada cátedra el R. P. Félix
Caprioglio, dirigiéndose á los Cooperadores SalesiauoB.
Tocó de vuelo los puntos culminantes de la
historia de la Congregación, y demostró como
los Cooperadores forman realmente parte de la
familia Salesiana, participando de todos sus pri
vilegios ó Indulgencias. Concluyó exhorti'mdolos
á seguir cooperando á la construcción y arreglos
do los nuevos Colegios, pues en ellos debían sus
hijos recibir juntamente con la ciencia, la cris
tiana educación.
Terminada la Misa cantada, se dió de nuevo
Bolenmemente la Bendición con S. D. M., con
cluyéndose con este acto la función en honor de
uue.stra Madre.
¡ Dios quiera que las dulces impresiones de
tan simpática fiesta permanezcan indelebles en
todos los ánimos y pormanezcau del mismo modo
loa frutos de las celestiales bendiciones que sin
duda alguna en ese día la Virgen Sma. derramo
á manos llenas sobre todos los corazones!
FensaiuieatQs d i Den I q s w .
— Toma siempre como regla ó norma de con
ducta el ejemplo de los buenos.
— Procurad ser amables, dulces y mansos con
todo género ó clase de pereouas.
— En vuestras palabras y en vuestro trato usad
siempre la dulzm-a con todos, especialmente con
aquellos que en el pasado os bayan inferido al
guna ofensa, ó que al presente os tengan anti
patía ú os miren con malos ojos.
— Debo-el cristiano trata r á su prójimo como
Jesús lo hacía con sus discípulos: por lo tanto,
sus relaciones sociales y amistosas deben ser:
edificantes, caritativas, llenas de gravedad, do
.dulzura y de sencillez.
BIBLIOGRAFIA
L.n P n t n ^ o i i i a . E stad io s generales, por el P . L ino L .
Carbajftl, de la Congregación Salesiana. — 4 tomos en 4.® —
Tipografia Salesiana de S. Benigno Canavese. — 1900.
La tipografía salesiana de S. Benigno Canavese
(Italia) acaba de editar en italiano esta obra mo
numental , cuyos primeros tomos ban llamado
justa y poderosamente la atención de los estu
diosos, especialmente de Italia y Alemania.
Incompetentes para juzgar obra tan importaute,
nos concretaremos á copiar algunos de los juicios
emitidos en autorizadas revistas j>or personas
competentísimas en las materias de que se ocupa
el P. Carbajal en los diez libros en que ha divi
dido sus £stuiUo8 (jencraUs sobre la Patayonia.
— La Tipografía Salesiana de S. Benigno Canavese empieza á dar á luz una iuiporfcmte obra :
La Patayonia, que no puede ser más oportuna
para los estudios de las ciencias Naturales, So
ciales y Políticas de Europa. Es una serie de
Estudios que tienen por fin práctico dar á conocer
en todos sus aspectos aquella vastísima zona lla
mada Patagonia, en la cual termina el continente
Sud-Aiueiicano. En estos estudios, todos pueden
hallar materias que les interesen particularmente,
ya sean hombres de ciencias ó de letras, de Re
ligión ó Políticos, de comercio ó industria, ó sim
plemente aficionados á las lecturas amenas é ins
tructivas. El ilusti-c autor, Don Lino Delvalle
Carbajal, á la competencia en las ciencias natu
rales, que cultiva con apasionado y esmerado
empeño, reúne un pleno conocimiento de causa,
con el cual trata las especiales materias, que ha
estudiado en esas regiones donde ha pasado va
rios años. De aquí la claridad <iue brilla en toda
su obra, el perfecto orden científico, y la exacti
tud de los numerosos datos oficiales y de los
testimonios locales, cuyo valor confirman la auto
ridad de los más acreditados escritores Argentinos,
Chilenos y Europeos..... — Rivista Italiana di
Sciense e Letlere.
— La Patagonia, obra del P. Lino Delvalle
Carbajal, es ciertamente la obra msís importante
que sobre la Patagonia Argentina y Chilena ha
salido á luz en Italia. El primer volmneu com
prende tres estudios, tratados con gran esmero
sobre la Historia, la Topografía y Etnografía de
la Patagonia. Especialmente interesante es el pri
mer libro, quo trata de todas las expediciones
que visitaron la Patagonia desde Magallanes hasta
el presente.
No es menos importante el tercer libro, donde
describe en cuatro capítulos la Población , la
Demografía y las costumbres etnográficas de los
habitautes de la Patagonia. Su Nosoloí^'a {Estado
Sanitario general, Enfermedades infestívas perió
dicas y comunes, mortsilidad, salubridad de los
Territorios) merece una especial mención..... —
Rivista di Física e Scienze Eaturali.
— Esta importante obra tiene por objeto dar á
conocer plenamente aquella vastísima zona de
tierra Argentina, que llama presentemente en
Italia la atención de los que desearían abrir á la
emigración italiana nuevos horizontes y nuevas
vías de labor á la actividad de las clases obre
ras. T.fm importantes noticias geográficas, histó
ricas, estadísticas y etnográficas que enriquecen
el primer volumen, le dan un precio inestimable,
máxime si se reflexiona que han sido espuestas
por uno que ha visitado aquellas lejanas regio
nes..... — GivUta CattoUea.
— El autor de esta obra nos presenta la más
completa descripción de la Patógouia, que se Imya
publicado en nuestros tiempos. La obra es rica do
preciosos materiales, tanto más estimables ou
cuanto que nos revelan quo esta región está lla
mada á un gran porvenir, ya sea por los tesoros
naturales de su snelo, como piu' su aptitud á la
colonización en extensas zonas.
Debido á esto, Chile y la Argentina se han
consagrado con loable interés á la e.\ploracion y
explotación de estó región, hacia la cual ya so
dirijen algunos empresarios extranjeros.
El P. Carbajal comieiiza con la liístoria de los
descubrimientos más antiguos liochos por los Es
pañoles en estas regiones, para terminar con la
unrracion de lo.s episodios modernos que no son
aún del doaiiuio público.
El autor ha dedicado varios artículos á la his
toria de las islas Falhiand. A la parte histórica
siguen la Orografía, la Hidrografía y la Etnogra
fía, ou la cual describe especialmente el tipo lla
mado Gancho. La nosología, con la cual termina
el primer volumen , está espuesta con mucha
exactitud y abundancia de datos.
La segunda serie de los Estudios generales
empieza con la Meteorología particular de los
Territorios, para terminar en conclusiones gene
rales de tn)do el clima de la Patagonia. A esta
parte siguen la Fauna, la Flora y la Geología...
— Globus.
— Un excelente estudio sobre la Patagonia acaba
de aparecer en Ita lia , escrito por un americano
que ha visitado y debe conocer bien esa región,
por ser director de un observatorio situado en
el pueblo de Patagones que se halla sobre el Río
Negro de la Patagonia Septentrional. En el pri
mer volumen el P. Carbajal describe el aspecto
histórico-geográfico, y en el segundo lo que co
rresponde á la climatología y á las ciencias na
turales.
Eli el tercer volumen so ocupará do la parto
Económica, y en el cuarto do la Política 6 Ins
trucción.....—Laboratorium el Museuvt el Clinicum.
— Entre los misioneros que más so han distin
guido por los C8tudi<is históricos y imtumles. cierta
mente debemoH llamar benemérito al Salesiaiio
P. Lino Delvalle Carbajal. autor de los Estudios
generales sobre la Patagonia, de los cuales lia
salido en estos días el segundo volumen.
El autor, hijo del nuevo Continente, ha sabido
regalar á los italianos no solo un buen material
de objetos de liistoria natural traídos á la Expo
sición de Turíu de 1898, sino que ahora nos pre
senta un importante trabajo, cuyo segundo volu
men nos suministra las m:is interesantes noticias
sobre la lueteorulogia é liistoria natural de la
Patagonia. Este trabajo no está escrito solamente
para los amantes de la Historia Natural, sino
para todos, porque todos pueden hallar alguna
cosa que les interese. En la primera parte, Cli
matología, registra comparativamente los residtados obtenidos en los diversos observatorios del
Nenquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y de
las Regiones Magalláníeas. En la Fauna y Flora
íi^lanse en orden analítico los animales y plantas
de esos lugares, pudiendo ser de gran utilidad
}>ara el estudio de la materia médica, el capítulo
de los plantas medicinales.
— 3U —
Con la descripciou glogaleontológica de los tó
rrenos Patagónicos, pone tin á su segundo volumen
do üjü pógiiias, que recomendamos á cuantos
desean iuslruirse, cooperando al incremento de
lila Misiones Salesianas en aquellas remotas re
giones.....— Prof. E. Demieux, Director de la Soc.
Zuulógícii Italiauii.
— Acaba de i)ublicarac el III tomo de los Estudios
sobre la Patagonia, que viene dando á luz el
P. I^. I). Carbiijal. Los dos primeros volúmenes son
i’u bien coiiocidosde todos los estudiosos, y este no
sení do menor importancia para los hombres de
comercio, como para cuantos se interesan por los
buenos estudios.
Esta tcrcci'ji serie trata de la Economía. El pre
claro nutor, en este vcdumen , con ordenado y
preciso lenguaje, nos ju esouta el desarrollo de la
viabilidad en estos últimos años, como también
los datos niús recienrcs de lanavegaciou marítima
y fluvial. En Iji segunda parte, hecha mención
de cuanto con*esjKmde ú los correos y telégrafos,
hace lina exncta relación de la ganadería y Agricnltm a y de todas las industrias públicas y
l)i'ivadas.
El liliro está lleno de preciosas nociones que
interesarán á buen nvímero de lectores. « Nada
se ha (U'jado, escribe ú este propósito el Dr. Bertoldo, y cada parte ha sido no solo sabiamenie,
sino también ampliamente delineada. El haber
el ilustre autor pasado varios año.s de su vida
on la Paiagouia, y los estudios hechos con amor
en los vario.s ramos do la ciencia lo aseguran
un profundo conocimiento del país y de los ha
bitantes, no menos que un justo criterio de esa-
meu »...—
Italia liealc.
— Otras muchas Revistas y Diarios han hecho
bibliografías más ó menos extensas de los tres
primeros tomos. Sobro el cuarto, que acaba de
imblicarso, no podemos aún presentar la opinión
do la prensa, reservándonos hablar en otra ocasión
de esta obra Salesiana, fruto de las misiones
ameriean as.
A imls de la extensa obra indicada, el P. Carbiijal ha publicado una especial monografía Histórico-Estadística sobre las Misiones Salesiunas
de hi Patsigonia y Regiones Miigalláuicas, que
contieno noticias importunres sobre la obra re
generadora que vnu llevando ú cubo nuestras mi
siones en América.
Su obra se ha editado por ])ritm>ra vez on Ilaliano, poro el autor tiene ya preparada la edición
espai'n)la. (pie en breve empeznni á publicarse.
Lo.s cooperadores ealesianos y los institutos
católicos que desearen atbpiivir la obra en Ita
liano, obtendrán una rebaja en los precios asig
nados á cada totuo , que se venden también
por sepurjido.
La obra tiene esto orden.
Friiíina scr/c. •—Ilistoria-Topogriifía-Etuografía
(Yol. l. pág. XXIV-L’)"» ~ o Pesetas.
La .s'C'/imdfi s<TiV.— Climatología ó Historia Natimil. (Yol. II, pag. XII-G74)— 7 Pesetas.
l'orcra Serie. — Keononiía —Viabilidad y fuentes
económicas. (Yol. iU . i»ág. XII-S23) — 8,50.
Serie. — Política é Instrucción. — L<‘gislacioii Administrativa — Colonización é In
migración - Enseñanza v Cultura Social. (Yol.
lY. pág. XII-:m) — 8,50.
Las ^íiliionl■.s' Salesiana en la Patafjonia i/ liegioms MagaW.inkas. (Uu tomo eu S, pág. YIIÍ-123)
—
1. 20.
ele M n r m A i i x l l l n d o r n , en memoria del so
lemne aniversarie del 25.° aSo de la fnisducioD du las misiona»
salesianas en Am érica, 1875-1900, por D . Ciríaco Santinelli,
P resbítero Salesiano.iTsim iero en Am érica. Sarriá(Bareelonai
E scuela T ipográfica y L ib reria Salesiana, 1900. P recio: 0 76
pesetas en rú stic a y unn en pasta.
M es
Como su nombre lo indica, es la anunciada
obrita un libro de ejercicios y prácticas piadosas
para honrar a la Santísima Virgen en el mes de
Mayo.
Después de algunas instrucciones sobre el modo
de hacer este ejercicio, tiene para el de cada día
del mes un punto sobre alguno de ios títulos,
prerrogativas ó virtudes de la Santísima Virgen,
un segundo punto de lectura ó reflexiones sobre
ol mismo y su ejemplo en el tercero.
Es ciertamente recomendable por la solidez de
la doctriim, tomada de los Santos Padres y Doc
tores de la Iglesia, por la sencillez y brevedad
tan necesaria en esta clase de ejercicios y por
la noveflad ó interés do los ejemplos que retiere.
Contribuirá no ¡foco á fomentar la devoción á
la Vii'gíMi María, y al provecho espiritual de los
que la pnicticaren.
O O rb e C atólico. — Con este título se está
l>ublicando en Madrid una revista notabilísima
por todos conceptos y cuya aparición ha sido aco
gida con grandes elogios por buena parte del
episcopado español y por la prensa.
La Administración de Ul Orbe, queriendo com
petir con las mejores publicaciones que ven la
luz actualmente, hace un verdadero derroche do
elegauciii y buen gusto, tirando su semanario con
j)apel estucado y adornándole con verdadera pro
fusión de excelentes grabados. El texto, debido
it distinguidos literatos, en nada desdice de la
coliiboracioii artística.
Muy de veras recomendamos ú las personas de
gusto esa revista,cuya sub scripcion, de 1,20 pesetas
mensuales para la Península y 15 jil año, y 20 ptns
al año para los países comprendidos en la Union
Postal, resulta excesivamente barato, dado el lujo
do la revista.
Administración : Atocha, 112, 1. Madrid.
A lb u m Salón. Revista IberO’Americana.—'Eí,
sin disjmta, la mejor, la más elegante y artística
de cuantas se publican en España y aun nos atre
veríamos á decir, en el extranjero. Es, además,
la jirimera revista en colores que ve la luz en
España, habiendo en poco tiempo ganndo reputa
ción y fama universales. Se publica el 1.“ y 16 do
cada mes eq cuadernos de 16 pág. en 4.“ mayor.
Cada u.** contiene 16 pág. artísticas, reproduciendo
ca color cuadros do nuestros principales pintores,
con gx'an variedad de asuntos y lirm as; otras 6
pág. en negro, reproduciendo cuadros, notas de
actualidad, etc. La parte literaria está encomen
dada á nuestros mejores literatos. Adeinás de ar
tísticas cubiertas, publica 4 pág. de música para
piano, artísticamente orladas. — La snscricioj»
cuesta: 1 ptas. el n.°-24 al año en España y 80
en los países de la unión postal. — Casa edito
rial de D. Mauuel Seguí—Rambla de Cataluña 151.
Barcelona (España).
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Historia de las Misiones del Japón, traducida del aleman
por el P. José Spillman S. J.
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£I Católico .en el Siglo. — Entretenimientos &müiares de un padre con sos hijM, por D. Juan Hosco, Pbro.
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Da Teneno ó la Profanación de los días festlTos.—
Drama en cuatro actos del Doctor P.P. Pbro. Salesiano.
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Los malos componerosyla Virgen.—Por P. Bouhours.
En r ú s t i c a ............................................... » 0,75
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Los Jíbarits. — Por Fr. José María Magalli, de la Or
den de Predicadores.
En rústica.......................• . . . .
» 0,50
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» 1,00
Al Cielo por María. — O sea eficacia de la devoción á
!a Madre de Dios, por el Pbro. D. Camilo Ortúzar de la
Pía Sociedad Salesiana.
En r ú s t i c a ................................................ * 1-00
En tela
...........................
» 1,50
Corte dorado, con p l a n c h a ........................ » 2,00
De fiesta en fiesta. — Hechos publicados por D. Do
mingo Abeja (Camilo Artúzar).
En rustica....................................................» 0,^0
En tela, corte dorado, con plancha . . . »
1,00
Vida de Domingo Sarto. — Por D. Jnan Hosco, Pbro.
0,40
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Eln tela, corte dorado, con plancha
El gran paso. — Por D. M.
1.00
En r ú s t i c a .............................
1,50
En tela, corte dorado, con plancha
El Apóstol de Roma 6 Vida de S. Felipe Neri. —
Por un padre Filipense.
En rústica.................................................... ■ J-w
En tela, corte dorado.................................. * l-^O
Valentín ó la Vocación Contrariada. — Episodio con*
'emporaneo, por el sacerdote D. Jnan Hosco.
En rústica .....................................- • •
En tela, corte dorado, con plancha , . . » 1,00
El Jardín de Ins escogido?, ó el Sagrado Corazón de
,Ie«ns._Lecturas distribuidas para cada día del mes
de Junio. Por D. Juan Bonetti, Pbro. de la Pía Socie
dad Saledana.
En rústica . . • .....................................•
¡ ’OJ
r - tela, corte dorado, con plancha . . .
» 1,50
El Dedo de Dios. — Epiaodios amenos y escogidos. Por
I'. Domingo Abeja. (Camilo Ortúzar).
Fn r ú s t i c a ................................................ »
En tela, corte dorado, con plancha . . . » l.Oü
I r i-íesla Católica y sn Jerarfinía. - Por D- Juan
P -:co, Pbro.
. „
E" rústica......................... ' v ' ‘ ‘
; tela, corte dorado, con plancha . . .
» i,W
t M.i i Inaciones Tenebrosas y Rasgos edificantes.—
'■.lección de historias escogidas. Por el Pbro. D. Lamilo Ortúzar.
^ -n
Angelita 6 la Huérfana de los Apeninos. — Por al
Pbro. D, Juan Bosoo.
En rústica ................................................ » 0,50
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» 1,00
Pío IX. — Hechos admirables do tn vida y brero noti
cia acerca de sus últimos días y horas. Por P. H. y J. B.
En r ú s t i c a .................................................> 0,50
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» l.OQ
Pedro ó la Fncrza de la bnena edaeaoion. — Poi
D. Juan Hosco, Pbro.
En r ú s t i c a ...........................
» 0,50
En tela, corte dorado, con plancha . . . » 1,00
Don Hosco. — Por el doctor Carlos De Espiney. Trad»*
cido por D. Camilo Ortúzar, Pbro.
En rústica . . . . . . . . . .
» 2,00
Eti tela, corte dorado, con plancha . . .
» 3,50
La Virgen de D. Hosco. — Por D. Camilo Ortúzar, Pbro.
En r ú s tic a ............................................. »
0,50
En tela, corte dorado, con plancha . . .
>
1,00
Tilla de D. Hosco. — Amenos y preciosos docnmentot
sobre sn santa vida y admirables obras, compilado por
nn Cooperador Salesiano ( D. Camilo Ortúzar.)
En rústica
»
1,00
En tela, corte dorado, con plancha .
. »
2,00
yida de S. Agustín. — Por el Pbro. D.Julio Barberis.
Edición p&pSar encomiada por varios Cardenales y O*
bispos; tmducion al español de la últ. edición italiana.
En r ú s t i c a ............................................ »
1,00
En tela, corte durado, con plancha . . »
2,00
T ila de Miguel Magone. — Narración interesantísima
hecha con no memor sweia que naturalidad y sencillei
por el Pbro. D. Juan^sco, y en la cual se manifiesta
como un niño recogido de la callé llegó á ser uno de loa
alumnos m.-ía aventajados y virtuosos' del Oratorio da
Tarín, donde murió en olor de santidad.
En r u s tic a ................................................. » 0,40
Encuadernado . . . . . . . . .
» 0,70
Dorado, con p lan clia...................................» 0,90
TI la de Margarita Hosco. —Por el Pbro. D. Juan Bta.
¿emoyne. Obrita en que se refieren con gran amenidad
los admirables trabajos y virtudes do aquella buena al
deana, que con un corazón digno me reina estaba
esMcí'ia por Dios pnra la formación del S. Vicente de
Paúl de nuestro siglo.
En rústica . ......................................
» 1.00
En lela, curte'l'-r.vl'-, con plan-ha
. .
» 1,70
Xa mal de Primera Comnnion y consagración so
lemne al Sagradu Orazón do Jei-ús y María Aniíli*dora, por el Pbro. D. Camilo Ortúzar, do la I’ía Socie. dad de S. Francisco de Sales. Tercera edición.
En r ú s tic a ...........................................
» 1,00
En tela, corte dorado, conjilancba
. .
* 2,00
E3 gran Apóstol da la ninez en el siglo XIX, 6 seán
rasgos biográficos sobre D. Hosco v la Congregación Sa
lesiana por el P, Tereso J. M.* Paiomeque de la misma
Congregación.
En r ú s t i c a .......................
» 1,00
Encuadernado en tela . . . . . . .
» 1,50
.Voftis, — i . A l
r e » » e ke d n r á
e o m p r n r e d le a
ubo
g r a tlm .
2 . A l o !9 in H ilt u t o f» d e e d i i c n c l o n , c o m n i t ^
d a tle a
p r o p n j^ a iiill^ la n d e b u e n » *
l e c t u r a s y e o {g e n e r a l n to d o ** l o e c|ue a d
q u ie r a n b u e n n ú m e r o d e lib r o s me le * b o r á
n n » r e b n jm c o n a t d e r a b l e .
190 0 - AÑO SANTO - 1 9 0 0
Suplicamos éucarecidamente
á nuestros beneméritos Coopera
dores que durante el Año Santo
irán en peregrinación á Boma^
que no dejen de visitar la Libre
ría Salesiaua, en la que, á pre
cios muy reducidos, encontrarán
un completo' surtido de cruci
fijos, rpsarioSf medaUas, estampas,
fotografías y otros Objetos dé
devoción* Con esto, á más de
la seguridad de no ser explota
dos, tendrán la satisfacción de
cooperar á las Obras Salesianas,
una de cuyas más importantes
fundaciones es el Hospicio del Sgdo. Corazón, en Boma.
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Hospicio), próxima á la Estacicn Central, y á la de ios tramvías que llevan al centro de
la Ciudad y do aquí á la Basílica de 8.'Pedro y al Vaticano.
A los q o c h iciere n nu gasto a l m enos p o r v a lo r d e S O céntim os, se Ies
re g a la r á n a a p e q u e ñ a Cfuia Hel P e re g rin o .
; CALENDARIO SALESIANO
Para el ailo de graeia 1901.
La Librarla Salesiaua de Sarriá-Barcelona acaba de poner á la venta
un precioso y económico CA LEN D A BrIO ' para el año 1901, primero del
siglo XX. A mus de las indicaciones religiosas para todo fiel cristiano y de
señalar los días en que nuestros beneméritos Cooperadores pueden ganar las
innumerables indulgencias así pleuarias como parciales que la benignidad
de la Iglesia Ies otorga, contiene excelentes máximas cristianas, hechos edi
ficantes, anécdotas, cuentos, chascarrillos, etc., todo, ya se compuende, dentro
de las más estrechas reglas de moral católica. El cartón es un cromo alegó
rico á las obras salesianas,'muy artístico y elegante.
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Buenos Aires
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La verdadera religión. — Catolicismo y Pmteslantismo.
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bunal de la verdad, el católico 6 el protestante?
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Iglesia do Josuedst-.*, el Catolicismo ó el i’rotestantismo?— En tros partos Con un .Apéndice —
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Id. id. id., explicado por el P. Santiago José
García Mazo y aumentado con explicaciones de
otros célebres catequistas; útü á todos, y ne
cesario á los que tienen el santo y dificil encargo
de enseñar la doctrina á los niños y fieles. Obra
dedicada á S. S. Bma. y Edma. el Sr. Arzobispo
de Buenos Aires, y especialmente aprobada por
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Principiáis Fnndorcionfid¡c libros
q u e la enseñen A huir
d el vicio y á practicar
la virtud.
( M A T H . X V I II .)
m
E n tre las cosas divi
n a s , la m ás sublim e es
la d e cooperar oon D ios
á la salvación d e las
aknas.
(S. Dio.vicjo.)
(PÍO IX.)
E l am o r al prójim o e s
uno d e los m ayores y
m ás excelentes' dones
q u e ia divina bondad
puede conceder á 1m
hom bres.
(S. ¡Fs a n c . de Sales.)
R e d o b l a d vuestras
fuerras A fin de ap artar
si la n i ñ « y juventud de
la corrupción é incre
dutidad y p rep arar así
u n a nueva generación.
(L kón X III. i
DA MIHI ANIMAS CiETERA TOLLE
ANO XXI —N. 11
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PUBUCAC/ON MENSUAL ® NOVIEMBRE de 1900
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Cotlfllengo, 32
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e d a c c ió n
y
; ^ D M iN r S T R A C io N
®
Turín (Italia)^ ^
«S*
I
A
F a u s tís im o ; F e c h a .
íe in t ic in x o a n o s s e c u m p le n e n e s te m e s , d e s d e q u e los S a le sia * n o s s e e s ta b le c ie ro n e n A iiiéricA .— Im p u ls a d o p o r el fu e g o s a g ra d o
q u e a b r a s a b a s u s e n tr a ñ a s , y e u c o iilra m lo e s lre c h o s los lím ite s
d e E u r o p a , n o d e sc a n só u n p iiu to n u e s tro a m a d o F u n d a d o r y
P
a d r e D . B o sco b a s ta tr a s p o n e r los m a re s y la n z a rs e a l n u e v o
!4
m u n d o e n s u s h ijo s c o n v e rtid o s p o r s u tr a b a jo e n A p ó sto le s, (pie
a n u n c ia r a n la buena Jiwem y e x te n d ie r a n el re in a d o d e J e s u c r is to
s o b re la s a lm a s q u e re d im ió á c o s ta d e s u s a n g r e .— V e in tic in c o a ñ o s h a n p a
s a d o a p e n a s , y y a los S a le s ia n o s s e e n c u e n tr a n d e s p a rra m a d o s p o r to d o el
n u e v o c o n tin e n te , d irig ie n d o b u e n n ú m e ro d e C o le g io s-E sc u e la s d e A rte s -O rfa n o tro fio s -H is io u e s , e tc . s ie n d o in c a lc u la b le s los f r u to s q u e e n e se tie m p o h a n
c o s e c h a d o . N a d a m á s ju s to , i>ues, q u e n u e s tro s h e rm a n o s d e a lle n d e lo s m a re s
c e le b ra r a n fe c h a t a n fa u s ta y rin d ie r a n á D io s tr ib u to d e a la b a n z a y a c c ió n d e
g ra c ia s . A s í p a r e c e q u e lo h a r á n , á j u z g a r p o r la s p o c a s y v a g a s re fe re n c ia s
q u e h a n lle g a d o h a s ta n o s o tro s .— A l m ism o tie m p o q u e p ro m e te m o s á n u e s tro s
b e n e m é rito s C o o p e ra d o re s d a rle s u n a c o m p le ta in fo rm a c ió n d e c u a n to se h a g a
a l re s p e c to , to m a n d o la s n o tic ia s , s i f u e r a n e c e s a rio , d e la p re n s a c a tó lic a a m e
ric a n a , le s s u p lic a m o s q u e se u n a n á n o s o tro s e n la.s a la b a n z a s á l a d iv in a
P ro v h le u c ia , á q u ie n to d o lo d e b e m o s.
■s»
— 'J96 —
nuQ va
O ra c ió n
á M a ría
l.u ^ ilia d o r a .
^ ^ .r e e m o s hacer cosa grata á miestros beneméritos Cooperadores publicando el
texto de una nueva oración á nuestra querida
madre, bendecida por S. S. León X III j en
riquecida por Breve de 10 de Marzo de 1900,
con 3 0 0 días de In d u lg en cia cada vez q^ue
los fieles l a re c ite n con el corazón a l menos
contrito.
Varias son las oraciones que se han ya esoscrito en honor de María Auxiliador-a, y al
gunas de ellas han sido enriquecidas con in«Inlgeiicins. Ninguna, sin embargo, os, á nuestro
])urecer, tan eficaz y oportuna como esta para
alcanzar gracias de la Virgen de D. Bosco^ j)orque es esencialmente salesiaua. Compuesta con
ese objeto, la recitan todos los días los Salesianos é Hijas do María Auxiliadora. Recitándola,
j)ue8^ 80 forma jiarto del harmoiiioso conjunto
de tantas almas amantes de María Auxiliadora,
que desde todas las partos del globo elevan
continuamente sus súplicas basta el esplendente
trouo de la Auxiliadora de los cristianos.
Sea, por lo tauto_, uno de los cuidados de
nuestros beneméritos Cooperadores, recitar dia
riamente esta preciosa oración y difundirla
constantemente entre los conocidos y allegados.
De este modo contiibuirán eficazmente á la di
fusión de la devoción á María Auxiliadora, y
con ella á la extensión de la esfera de acción
de la Congregación Salesiaua, obra predilecta
de María y tan beneKciosa á todo el mundo y
en modo especial á la juventud pobre y aban
donada.
j '- .
^
A u x ilia d o ra s ,
h Santísima ¿ Inmaculada Virgen jlfnrm, tientisima Madre nuestra y poderoso Auxilio de
los cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente d vuestro dulce amor // d vuestro
santo servicio. Os co?ísnor H onorio en I^ n trá u . Los otros
dos re p resen ta n : uno, la Im presión d e las
llagas d e San Francisco, y el otro, al Santo
en a c titu d de sostener en hom bros esta Ba
sílica, según la visión de Inocencio I I I , de
que a rrib a dejamos hecho mérito.
D ejando el edificio material de la Iglo-sia
Lateraneuse, y fijando n u estra cousidoraciou
en el eepiritual, vemos tiunbieu á los hijos
de San F rancisco sosteniéndolo aún hoy día,
no sólo de la m anera genérica que hemos apuntado en u n principio, sino do un modo
que atañ e m ás de cerca á esta m ism a A rchibasílica.
Y a desde la fundación de la Orden F ra n
ciscana fueron escogidos muchos de sus hijos
por los Rom anos Pontífices para que, con
facultades extraordinarias, oyesen las confu-'
sienes de los fieles en las principales Biisílici\8 de Roma. Deseando San Pío V d ar una
nueva organización al ejercicio de este santo
m inisterio en la Ciudad E terna, conlió á sus
herm anos, los P ad re s Dominicos, la P en iten
ciaría de S an ta • M aría la Mayor, y á los
frailes M enores la iglesia Lateraneuse, Madre
y Cabeza de todm las Iglesias del mundo, e n
atención, sin duda, al sueno misterioso de
Inocencio II I.
D esde S an P ío V h a sta hoy vienen ejer
ciendo ta n sublim e m inisterio en la B asílica
de L etrá n los hum ildes hijos de S an F ra n
cisco, sostenidos á expensas de la Santa
Sede y residentes en el edificio que para
esto les h a designado, unido á la m ism a
Bjisílica, con espaciosa h u e rta y todo lo ne
cesario p a ra u n convento franciscano. Los
penitenciarios son seis, uno español,- á los
cuule.s se agregan algunos otros religiosos.
V iene á e.strechar con nuevo vinculo las
relaciones en tre la iglesia de L etrán y la
O rden F ranciscana, el grandioso Colegio de
San A ntonio, C asa generalicia de la O rden
y U niversidad seráfica, fundada, como decía
m uy bicu el Eiunio. Sr. C ardenal V icario de
Su S a n tita d el día do la iimug mu-.ioii. «i»ara
que en ella refiorezca la d octrina de San
B u en av en tu ra y Escoto», y así continúen lo.s
hijos de S an F rancisco sirviendo á la Iglesia
do Dios.
Suplicam os en carecid am en te á
todos n u estro s corres] lonsales
que se sirv an d irig ir sus corres
p o n d en cias, fotografías, g racias
de
A., etc. á la sig u ien te d i
rección : Redacción del Boletín
Salesiano Español. N o resp o n
demos, n i podem os resp o n d e r de
co sa a lg u n a que no v enga con
e sta dirección.
m
— 294 —
BMSIL.
Misión fa s to i’al on eí Maito Grosso.
(ConclmionJ
a n u iio io ioa il I ok ouiro
p o ti*u !
ARA anunciar á aquella pobre gente
mi llegada, hice dar enseguida uua
señal con la cam pana, y pronto toda
la población estaba reunida en la
TÉáJ iglesia parroquial. Celebrada la
santa misa, que todos oyeron con religiosa atención, me volví al pueblo, y hablando de la
tiesta de S. Juan, le invité á comenzar con bue
nas disposiciones la misión, que duraría más de
quince días, y les di al fin los oportunos avisos
y las normas que debían practicarse. No digo
nada de la pobreza de aquella reducida iglesia,
porque es más fácil imaginarla que encontrar
los términos adaptados á explicarla: basta decir
que de muchos años no ha habido aquí un sa
cerdote, y que si yo no hubiere traído conmigo
lo necesario para el santo sacrificio, no hubiera
podido celebrar, jPobre gente! Si tuvieran por
-guía cualquier sacerdote, no sólo proveerían de
todo lo indispensable á la casa, de Dios, sino que
también, y esto es lo más im portante, serían
instruidos y fervorosos cristianos. Coxim no cuenta
con más de 300 personas; pero esparcidas por
las tierras de su jurisdicción son millares y mi
llares las almas que viven en la ignorancia ab
soluta de toda verdad religiosa, pasando á veces
diez, veinte, treinta años y hasta toda la vida
sin enconti-ur jam ás un sacerdote que ponga á
su disposición los infinitos tesoros de la gracia
do Dios. En aquella región son rarísimos los
pueblos y las villas un poco poblados y, lo que
es más, se puede viajar de 500 á 1.000 km.
sin que se encuentre siquiera un sacerdote. Por
esto, el mismo día de S. Juan se expidieron
hombres á caballo en diversas direcciones, para
avisar que el misionero había llegado, y así dar
comodidad á las familias esparcidas por la cam.( 1) V . B o l k t is d© Octubre, pág. 238.
piña, á venir alguna vez á las funciones reli-glosas. Efectivamente, al día siguieate comen
zaron á llegar numerosas familias, unas á caballo,
otras en carros, y. el numero de los que llega
ban se fué día por día aumentando en todos los
que rae detuve allíl Aquellas pobres-gentes son
de buena índole, pero rudas, ignorantes y llenas
de supersticiones. PRra iluminarlas érinstruirlas
un poco, no ahorró- ni sermones, ni
A
&
ss
^AL í ^
ÍIIÜIIIA DHL FUEGO
X>oispeor
D on Bosco al general P e titti, á la sazón
- 305 ejército. A lg u n as veces hubo do
presentarse á él p a ra lib ra r á uno
q u e otro de nuestros acólitos tlel
servicio m ilita r, cuando estaba
todavía en vigor la exención; y
debo decir, en honor de la verdad,
que D on Boseo liaUó siem pre ó
casi siem pre u n apoyo favorabl(^.
E l carácter do su institución, y
m ás aún, su m anera do tra ta r la.s
cosas con calm a y seren id ad , el
hablar, como solía, de los recreos
clamorosos do sus uiHos, le cau
tivaban la benevolencia do toda
clase d e \>ersonas, sin oxclnir á
los mismos hom bres do arm as. lín
p re se n d a or arriba,
«•errado xmr tre s lados y abierto al fren te; la
p arte do a trá s estab a form ada i>or una ban(U‘ra nacional (pie o stentaba en el m edio el
escudo de Saboya. A l a derecha hallába.se la
cubierta de la iiiialra fundam ental, la paleta,
el m artillo de xilata y el estuche p a ra el acta
(pie debía extenderse. E l centro de la iglesia
estaba som breado por un g ran toldo arm ado
con fran jas y fajas blancas y coloradas. E n
el espacio de la capilla in coniu I^vangoUi se
h 'v an tab a u u g ra n palco p a ra los cantores, y
p a ra n u e stra b an d a musical. l u comw Epístola,
en el espacio de la capilla opuesta, un sillón
con reclinatorio cubierto de ])euachos pai-a
el P rín cip e Amadeo. A la en tra d a de la iglesia
levantábase u n arco triu n fal con iuseripcioji,
y por u n a escalera d e m adera subíase á la
explanada de la iglesia.
H acia la u n a se desencadenó n n viento
furiosísim o que am enazaba ra sg ar y llevarse
todo el axJarato. P ero, á la m edia hora cesó.
P arecía que S atanás quisiera desahogar su
ira, tentando imx>edir la función.
No liahieiido x>odido venir Mous. Luis Kazari do Oalabiana, ObisjK) á la sazón de Cá
sale, invitado aquel mismo día im rD oii Bo.sco,
le suifiió el Obispo de Siisa M oas. Odón.
H abía intervenido á la función u n a multi
tu d inm ensa de gente, la p rim era nobleza
tu riiiesa y de otros x>ersonajes,
y luego envuelto con alg ú n otro escrito, x>uesto
en u n vaso de v idrio prex>arado a l efecto.
C errado éste, fué colocado en el centro de la
p ied ra fundaraeiital. Bendecido todo por el
Obispo, se colocó encim a o tra x^i^^dra, y el
P ríncipe Amadeo, D uque de A osta, echó so
b re ella la prim era cal. Luego los albañiles
continuaron su trabajo h a sta la a ltu ra de más
de u n m etro de construcción.
C oncluidos los dem ás rito s religiosos, los
inencionado.s personajes v isitaro n el Estable
cim iento y luego asistieron á u n a rcxircseiitii^
ciou de los mismos niños. Leyéronse varias
Xmesías de oiiortuuidad, tjecutárouse algunos
trozos de m úsica vo(íal 6 instrum ental, con uu
diálogo alusivo á la eolemiiidad dcl día.
TcJiuiuado el agradable cntroteiiim icnto,
cerrábase el día con u n a devota acción do
gracias al Señor y con la bendición del
Sino. Sacram ento. S. A. P . con su cortejo
S(^ retiraba del O ratorio á has cinco y media,
luostrám losc todos x>lenamente satisfechos.
l’d augusto PríncixHN en tre las dem ás se
ñales de agrado, ofreció la graciosa sum a de
500 lira.s do su bolsUlo x>ar(icular, y sabiendo
que los niños del O ratorio eran m uy aficioiia(los á la gim nasia, les regaló u n a x)arte do
los aparatos de la suya. E llos fueron x^*^ra
nosotros, d u ran te m ucho tiemxio, u n medio
Xueftírido de recreo y todos los que venían á
nuestro O ratorio ten ían á la v ista u n motivo
eontiniio d e ad m ira r la bondad del Príncix>e,
res|>ecto á nosotros.
Como conclusión de estas fiestas, no x'iue*
do dejar de recordar que cerca del lugar
de la nueva iglesia, en u u rincón del patio,
h ab ía ci*ecido u u arbolito de m anzanas, que
h ab ía echado varios botones. D on Bosco, en
cuanto lo supo, adm irado del caso, avisó á los
niños que no tocasen aquel árbol, y dejasen
— 307 —
niaduvur las m anzanas, porque se babía pro
puesto recalarlas al P rín cip e Amadeo.
Y los niños corrían, saltaban y nad ie tocó
aquel árbol; así es que las m anzanas llega
ron á su perfecta sazón. D on Sosco y a no
pensaba en su propósito, cuando u n día, u n a
de aquellas m anzanas se cayó a l suelo de
madura. U n n iñ o tomó unt^boja, colocó sobre
ella la m anzana, y acompañado por todos sus
compañeros, se ía llevó á D on Sosco al co
medor. D on Sosco m andó entonces recoger
las otras cinco, y se las envió a l P ríncipe, refi
riéndole el hecho. E l joven D uque agradeció
á Don Sosco el regalo y le rem itió una cre
cida ofrenda, p ara que se counu’ase con ella
]X)r la m ágica, franca y anim ada palabra de
este Sacerdote. IS”! creo menos provechosa la
relación q u e él hizo, con los colores m ás v i
vos, embeUeoidos por el am or filial, de todo
lo que debía á su m adre.
Contó con vivos colores la historia do un
joven estudiante de la U niversidad oii Bosco realizar lo que siemjire había d e
seado, á saber, d ila ta r la esfera de sus santas
•obras.
A lgunos de los n u estros ya lo suidían e-asi
enteram ente en las instrucciones dom inicales
aquí en el O ratorio, otros en el de S an Luis
y del A n g el Custodio, y h a sta en las sagra
das m isiones eu los pueblos de los alrededores.
E n este año h ab íase agregado á nosotros
el Sacerdote D octor Ignacio A rró Carroccio,
de Lauzo. q u ien en el O ratorio, baio la h áb il
dirección de D on Bosco, con su p alab ra v iv a
y ardiente, h u b iera cosechado una m ies ab u n
dante de alm as. í í i m enores eran los frutos
que recogía en tre el pueblo, si h e d e conje
turarlo p or la m isión que dio con e l Can.
C astaidi en la cated ral de A sti. Jam ás se
había visto u n espectáculo sem ejante, obrado
su cabecera. De m al grado se había resuelto
á dejar T arín para acmlii- al llam am iento de
la m adre, creyéndola enferm a de j)oea grave
dad... P ero a f fin. volvió y hallándose á solas
con ella, oyó d ecirse:— Hijo mío. me m uero,
l>ero con la seguritlad do v erte desde el cielo,
bueno y convertido. Mi vida es nn sacrificio
que ofrezco i>or tí. Te dejo encom endado á la
V irgen Santísim a.
Y m urió aquella mujer, exclamó el orador,
aquella m á rtir consum ió su sacrificio. lY^ el
hijo vive! Y si mi }>alabra se enardece, si
lágrim as angustiosas brotan d e m is OJOS.....
¿aun no lo habéis adivinado T M adre adorada!
¡Ese hi,>>, soy yo! >
E l efecto fué in m en so , el núm ero de las
confesiones y com uniones extraordinario, es
pecialm ente" en tre la ju v e n tu d ; y yo no sé
cómo deplorar su desaparición del O iatorio,
al cual D ios le llam aba de tina m anera tan
patente. Trabajó en varios p u n to s: la juven
tu d form aba siem pre el ol)jeto princii>al de
sus desvelos, i>ero el éxito fué muy escast».
O tros, con u n talen to m ucho m ás liinitodo,
I>ero siguiendo sn vocación, vieron sus trab a -
— 308
jos inuclio míls bendecidos en el campo del
íáenor.
Alfío i>cnosa filé su partida, pero no fué la
iiniiía d u ra n te aquel año; otras pruebas m ucbü niAs sensibles sufrió nuestro O ratorio.
(S e continuará.)
g U
E S T R A
COREESPONDENOIÁ
m m x .
Rdo. Sr. Director del B o l e t ín S a l e s ia n o .
Muy señor mío y hermano on Jesucristo: Heme
nquí de luiovo á molestar á V. con otra correspondí'iicia. A decir verdad, la cosa se hace ya
lmst:uite seria, y tanto es así, que algunos lectores
del Bo l e t ín , viendo la frecuencia de mis correspoiidciieias. me preguntaron si había yo adquirido
la propiedad do una })arte del mismo. (Entre
parentesi.s y bajito para que nadie se en tere:
los que unís me critican, pocas ó ninguna vez
escriben , por..... lo que sea.) Le confieso con
siuceritlad que no lo hago para lucir mis ha
bilidades en escribir, porque estoy bien per
suadido de no tenerlas ; ni tampoco por el simple
gusto do escribir, siendo en esto bastante pere
zoso; el motivo verdadero y único es para que
V. y los lectores del B o l etín , y de una manera
paiiicular los que nos favorecen, estén al corriente
de los trabajos de la nueva iglesia, los cuales,
gracias á Dios y á María Auxiliadora , continúan
con bastante actividad. Nuestra esperanza es po
derla inaugurar ú principios del siglo venidero.
Ahora V. preguntará: lY el motivo de esta
correspondencia cuiil esí UVmga V. la amabilidad
de leer lo ejue sigue, y hallnni la respuesta.
Suimngo recorilanl V. que eu ocasión do la úl
tima visita tino nos hizo, yo le luanil'ostó la idea
que acaviüiábiimos de visitar durante el verano
con nuestros asilados la ciudad de Figueras, que
dista treinta y tres kilómetros do esta capital.
Todas las diíicultades, que parecían oponerse á
la realización ilo nuestro proyecto, so desvane
cieron como por etioanto, y el día tros do los
corrientes, poeo antes do las cuatro do la mañana,
on mímelo de sesenta y cuatro nos dirigimos á
la estación para tomar el tren que nos debía
llevar á Figueras.
Es inútil decir que todo re.sultó muy á satisfac
ción nuestra y do los habitantes de aquella ciu
dad ; y que sea UvSÍ se verá leyendo lo que publicó
i ’/ liojioiiol, perióiUco católico de aquella pobla
ción. Í)ice así: «Con el eutusiastu aplauso que
arranca espontáneamente de las almas buenas la
práctica de tuda obra benéfica, fueron ixicitiidos
el viernes en esta ciudad ios aluumos de la Gran
ja Sahüiitmi de Gerona.
El ]>m*blo se convenció del gran bien ain satisfacer del todo los anhelos de los eoojieradores sjilesianos , deseosos de conniemonir
dignamente las bodas de plata de las misiones
salesiatius en la República.
Al efect4> se ha pensado efectuar una expo
sición de los trabajos siilesinno.s, seguida «le un
congreso de cooperadores, una y otro aiirobadus
ya por León XIII.
La causa del niño pobre, cmim la del indio in
culto, son hoy vitalísimas y dignas do estudio y
remedio ; por esta razón bailará aplaudida aco
gida la idea de la exposición y cfuigreso, siendo
de e.sperar de los católicos decidido y entusiasta
apoyoCreemos que las sesiones se inaugurarán en la
primera quincena de Diciembre próximo, presididas
por el R. P. Albera, dignísimo director espiritual
del Instituto de D. Bosco y represeutaute del
Superior General, D. Rúa, cuya no venifla á la
Argentina privará ásus admiradores numerosos tic
ofrecerle personales muestras do leal y sincero
cariño, ^'gdn esperaban.
— 312 —
Grandísimo consuelo nos proporciona la próxima
ríializacion de una idea, que con ardor y since
ridad iniciamos y defendimos en 1895 al cele
brarse en Bolonia el brillante congi-eso de coope
radores salesiaiios.
Huelga, en consecuencia, manifestar que, así
sea con un granito de arena, llenos de alegría lo
iremos á dejiositar en la proyectada obra salesiaua.
I>e B a h ía B lan ca. — De una carta que un
corresponsal manda al diario católico E l Pueblo,
de Buenos Aires , entresacamos los siguientes
]>ó]TaibH l barrio do S. Nicolás
donde María ha plantado su pié firmo desde mu
chos años ha. Todo el mes se le ha tributado el
homenaje de amor y gratitud qvie moreee tan
excelsa Señon», tanto más que hem«>s tenido el
alto Inmor de empozjirlo con la visita de nuestro
muy amado Padre Inspector B. P. José Vespignani,
quien con su acostumbrada unción supo infundir
en el eorazim de todas las ]ne8ontes el amor á
María Auxiliadora. Todos los días veíase el altar
rodeado de niñas y niños que iban á porfía para
ofracer su inocente corazón á la Boina de las
Vírgenes, según les había indicado el venerando
Superior.
Lo que vino á eclipsítr el brillo de la fiesta
fueron las lluvias continuas que cayeron durante
15 días consecutivos. En esta ocasión, el fervor
de las pobres externas, que desde lejos debían
acudir duro.nte toda la novena, se ha puesto do
manifiesto. Era conmovedor ver á las jH>bres niñas
cruzar esos barrizales con un par de zapatos bajo
el brazo, para luego cambiarse, pues era iniposible permanecer en tal estado.
Los últimos días de la novena del Espíritu
Santo cüincidierou con los primex*os de la de
María Auxiliadosa, celebrándose la fiesta el 10 de
Junio. La novena celebróse con la Bendición con
S. D. M., cantándose en ella el himno Swpe dum
Chrísti y un solemne Tantuin ergo del limo. Sr.
Cagliero.
A causa del mal tiempo, celebróse el día de la
fiesta toda la función por la mañana, para evitar
las idas y venidas de la concuiTeucia.
A las 7 empezó la Misa de Comunión general
oficiada por el Hdo. Sr. Director P. Luis Castiglia,
quien dirigió una tierna alocución á las niñas
que por vez primera ibau á albergar en su pecho
al Supremo Autor del Universo. Durante la Sta.
Comunión se cajitaron vjh'Íos motetes por las
alumnas del Colegio. A coutinuaeion de la Misa,
se dió la bendición con S. D. M. A las 10 Misa
solemne cantada por las alumnas. Después del
Evangelio ocupó la sagrada cátedra el R. P. Félix
Caprioglio, dirigiéndose á los Cooperadores SalesiauoB.
Tocó de vuelo los puntos culminantes de la
historia de la Congregación, y demostró como
los Cooperadores forman realmente parte de la
familia Salesiana, participando de todos sus pri
vilegios ó Indulgencias. Concluyó exhorti'mdolos
á seguir cooperando á la construcción y arreglos
do los nuevos Colegios, pues en ellos debían sus
hijos recibir juntamente con la ciencia, la cris
tiana educación.
Terminada la Misa cantada, se dió de nuevo
Bolenmemente la Bendición con S. D. M., con
cluyéndose con este acto la función en honor de
uue.stra Madre.
¡ Dios quiera que las dulces impresiones de
tan simpática fiesta permanezcan indelebles en
todos los ánimos y pormanezcau del mismo modo
loa frutos de las celestiales bendiciones que sin
duda alguna en ese día la Virgen Sma. derramo
á manos llenas sobre todos los corazones!
FensaiuieatQs d i Den I q s w .
— Toma siempre como regla ó norma de con
ducta el ejemplo de los buenos.
— Procurad ser amables, dulces y mansos con
todo género ó clase de pereouas.
— En vuestras palabras y en vuestro trato usad
siempre la dulzm-a con todos, especialmente con
aquellos que en el pasado os bayan inferido al
guna ofensa, ó que al presente os tengan anti
patía ú os miren con malos ojos.
— Debo-el cristiano trata r á su prójimo como
Jesús lo hacía con sus discípulos: por lo tanto,
sus relaciones sociales y amistosas deben ser:
edificantes, caritativas, llenas de gravedad, do
.dulzura y de sencillez.
BIBLIOGRAFIA
L.n P n t n ^ o i i i a . E stad io s generales, por el P . L ino L .
Carbajftl, de la Congregación Salesiana. — 4 tomos en 4.® —
Tipografia Salesiana de S. Benigno Canavese. — 1900.
La tipografía salesiana de S. Benigno Canavese
(Italia) acaba de editar en italiano esta obra mo
numental , cuyos primeros tomos ban llamado
justa y poderosamente la atención de los estu
diosos, especialmente de Italia y Alemania.
Incompetentes para juzgar obra tan importaute,
nos concretaremos á copiar algunos de los juicios
emitidos en autorizadas revistas j>or personas
competentísimas en las materias de que se ocupa
el P. Carbajal en los diez libros en que ha divi
dido sus £stuiUo8 (jencraUs sobre la Patayonia.
— La Tipografía Salesiana de S. Benigno Canavese empieza á dar á luz una iuiporfcmte obra :
La Patayonia, que no puede ser más oportuna
para los estudios de las ciencias Naturales, So
ciales y Políticas de Europa. Es una serie de
Estudios que tienen por fin práctico dar á conocer
en todos sus aspectos aquella vastísima zona lla
mada Patagonia, en la cual termina el continente
Sud-Aiueiicano. En estos estudios, todos pueden
hallar materias que les interesen particularmente,
ya sean hombres de ciencias ó de letras, de Re
ligión ó Políticos, de comercio ó industria, ó sim
plemente aficionados á las lecturas amenas é ins
tructivas. El ilusti-c autor, Don Lino Delvalle
Carbajal, á la competencia en las ciencias natu
rales, que cultiva con apasionado y esmerado
empeño, reúne un pleno conocimiento de causa,
con el cual trata las especiales materias, que ha
estudiado en esas regiones donde ha pasado va
rios años. De aquí la claridad
cou cartóu
0,30 Ptas.
1,00 >
L ib rerías S a lesia n a s y p rin cip a les C atólicas.