BS_1903_09.pdf

Medios

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amorT^rdjímo^^íñT
d t toa madores y más exc<Untca doñea que la divina
bondad puede conceder h loa
hombrea
[S Frawc- de S«i,ts>

ANO XXIV — N. 9

e i r a e s . 5 ;3 5 R iD f 7 l
ITALIA

^
Oa recomiendo la níAex y la
Juventud: cullivad con gran­
de camero su educación criatiana; g proporcionadle li­
brea que la cnaeñen i huir del
vicio y i practicar la virtud.

(PíoIX>

P U B U C A C /O fi M EN SU AL

8TTMABI0 — ü^nestro Smo Pad re P ío
p4g. 22!»
Un nuevo P a p a ....................................................................................... 230
Datos Biojrrádros de P ió X .................................................................231
PanBaniieiito sobre e l P ap a
............................................................232
£cos del Congreso y de La C o r o n a c i ó n ..................................... 233
Gnieiu.s do M aría A u x i l i a d o r a ......................................................238
Da KuamiiAS timioxics.— Patagonia (Territorio del N ouquén) 241
Uatto U rosso ( B r a s i l ) ........................................................................... 244

(^«doblad vucalrat fuercaa
i Tin de apartar b la niñea y

iuvenlud de la corrupción é
incredulidad, y preparar aat
una nueva generación.
C (U«n Xltl)

SETIEM BRE de 1903

A través del E c u a d o r ...........................................................................247
U n a fe c h a m em orab le........................................................................... 252
M emorias biogrAdeas de M ons. Luía L a s a g u a ........................ 254
Cooperailores Saleaianos d i f u n t o s ..................................... . 255
N uestros (thabauos. — C asa d e J u n in de lo s A ndes — M e­
dios d e transporte en la P atagon ia — Indio, joven es y un
cacique d e la trib u de lo s Gormados (M atto Grosso - Brasil).

Tluestro^ imo. lí^adre 1^io 1
■'(i)

i

----<5*'

® A Iglesia, que quedó huérfana por la muerte de su Supremo Pastor, el Grande

¿

León X III (d. s. m.), vuelve á tener otro Augusto Jefe. El Emo Cardenal
JOSÉ SARJO, P atriarca da Yenecia, fue elegido por el Santo Conclave para
Sumo Pontífice y tomó el nombre de

E sta noticia faustísima ha llenado el corazón de todos los católicos de una alegría
igual á la consternación que produjo la muerte de León X III.
Habemus Pontífícem ; É l es, PIO X , el Vicario legítimo y verdadero de Jesu-Cristo
en la tierra, el Sucesor de .Pedro, el Maestro infalible y Padre universal de los fieles;
á É l nuestro amor, nuestra adhesión completa, nuestra veneración profunda.
La familia Salesiana, postrada ante su elevado solio le reconoce, y promete obediencia
incondicional á sus fallos infalibles.
Os saludamos gozosos. Pastor nuestro, PIO X, en la aurora de Vuestro Pontificado,
y de rodillas ante vuestro trono, besamos vuestro sagrado P ié: al cielo elevamos tiernas
piafarías, para que os conserve largos años en la Silla de Pedro y haga fructuoso
vuestro Pontificado.

m
— 230 —

mmmmmmmmmmm
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“ las lágrimas de acerbísimo dolor que derramamos sobre la tumba
I del amado Pastor y Padre que expiró, han sucedido el regocijo, las
fiestas y las alabanzas al Señor por habernos concedido un nuevo
Pontífice.
Bendito sea mil veces su Santo Nombre, que no abandona á sus
hijos en la orfandad y que sana el dolor con el consuelo.
A la noticia de la muerte de Ceóll XTTT, quedó el mundo sumido
en honda costernación, se extremeció como si le hubiera faltado la luz del sol en
pleno medio día. Pero ante la tumba de León, las esperanzas de la Iglesia no se
apagaron: de aquella tumba bendita salía un soplo de vida que animaba todas sus
fibras.
No conoce temores la Ig lesia, por que está segura de su inm ortalidad; no
teme nunca y espera siempre. Puede sí, experimentar dolor, y á cada paso lo ex­
perimenta, pero jamás probará desaliento. Aunque sea crucificada como su Divino
Autor, aunque como E l sea encerrada en una tumba, no le faltarán fuerzas para
derribar la losa del sepulcro, y salir de ól más gloriosa con la palma del triunfo.
En los pasados siglos, muchas veces al morir un Pontífice, la impiedad, casi
segura de su victoria, gritaba: ha muerto el último Papa. Pero á despecho suyo,
un nuevo Papa sustituía al caído: veíase cómo por encanto, levantarse un nuevo
Pedro.
E l 20 de Julio, León X III cargado de años, de sufrimientos y de gloria, se
durmió en el Señor en la paz de los justos, y el 4 de Agosto se despertó de nuevo
cambiado en

Pío Décimo
/tíjjcrc, vita: del seno de la muerte nace la vida.
Es Pedro que duerme, y Pedro que se despierta: Pedro que no muere nunca.
Acabamos de sellar una tum ba, que contiene las cenizas de León XTTT, y nos
hallamos postrados ya delante de un trono, sobre el que se sienta Pío X, como
antes se sentaba León; las elegías de dolor, antes, y los cánticos de acción de gracias,
ahora, se confunden en un solo afecto, en un solo amor; el amor y afecto filial al
Papa, al Sucesor de Pedro; por E l lloramos entonces y nos alegramos ahora.
Ya tenemos Papa, ya tenemos Pastor. Pío X es el verdadero Vicario de Cristo
en la tierra, el legítimo Sucesor de Pedro, el Maestro infalible del mundo. Unámo­
nos á El, que continua la serie maravillosa de Pontífices, únicos depositarios de la
verdad; unámonos á E l y escuchemos dóciles y sumisos sus infalibles enseñanzas;

i

— :*3i —
.1

j

unámonos á E l y á E l dediquemos nuestros afectos de hijos y prometamos obede­
cerle en todo.
E n estos días, en que todo cam bia, todo se muda, El es la única cosa inmu­
table y firm e; ahora que los pueblos corren desolados por el sendero del mal y del
error; E l es la única cosa buena y verdadera, porque representa á Cristo, que es el
único bien y la única verdad. E l P apa es la sola grandeza moral inviolable é invo­
lada, que queda firme en medio de esta postración y abatimiento general de mentes
y de corazones: abracémonos á esa columna indestructible, que con ella nos salva­
remos de los duros embates de este mundo de errores y de injusticias.
Gracias rendidas al Altísimo por el insigne beneficio que ha dispensado á su
Iglesia, al darle un Pastor santo y sabio, y súplicas fervientes para que con pró­
diga mano derrame sus gracias y bendiciones sobre nuestro Venerado Pontífice, que
en tiempos tan difíciles y borrascosos se sienta en la Cátedra Apostólica.
Una palabra de afecto y de amor, á la santa, á la inolvidable memoria de León X III.
Aun vive; vive aún en nuestros corazones, que lo aman, en nuestras mentes que lo
recuerdan: vive en sus obras, monumentos eternos de su celo; vive en sus Encícli­
cas inmortales: vivirá por siempre en la historia que Ío llam ará Grande.
Oremus

pro

P ontífice

nostro

P ío.

Dalos biográficos de Pió X
JOSÉ SABIO nació en Riese, diócesis de Treviso en el Véneto, e! 2 de Junio de 1835,
de homilde, pero honrada familia. Hizo sos primeros estudios en el pueblo nativo y los
continuó en el Colegio de CastolíVanco. Habiendo obtenido brillantes resultados tanto por
su ejemplar conducta, como por su privilegiado ingenio, y sintiéndose por Dios llamado al
sacerdocio, vistió el hábito eclesiástico en el Seminario de Padua, de donde salió ya sacer­
dote el 18 de Septiembre de 1858, á.los 23 años de edad. A pesar de su poca edad fuá
nombrado párroco de Tómbolo y en el 1867, de Salzano. Desplegó tanto celo en el cumpli­
miento de su ministerio, que el Obispo de Treviso para remunerarle, lo nombró sucesiva­
mente canónigo, Primicerio del Cabildo, Canciller y Vicario general del Obispado, demos­
trando siempre gran celo y gran prudencia tanto en sos múltiples ocupaciones, como en
el ministerio directo de las almas, particularmente en el Seminario. León X III (d. s. m.),
en el Consistorio de 1884 lo preconizó Obispo de Mantua.
Apenas tomó posesión de su diócesis, se puso con verdadero ardor á renovar el espíritu
eclesiástico y á fomentar el estudio entre los sacerdotes de su rebaño. En las reuniones y
en los Congresos, de que ba sido siempre apóstol infatigable, se atrajó la simpatía y ad­
miración de todas las diócesis de Italia, por su profundo conocimiento y prudencia en las
cuestiones que en esta época agitan la humanidad. De aquí el amor de predilección que
León X III le tuvo siempre. Aquel gran Pontífice que en todo fué grande, hasta- en conocer
los corazones, penetrando su alma de bondad y de celo, en el Consistorio del 12 de Junio
de 1903 le concedió el capelo Cardinalicio y le elevó al Patriarcado de Venecía.
Después de vencer las dificultades que el Gobierno Italiano le puso para la Sede de
Venecia, hizo su entrada triunfal poco después del año de su proclamación. En esta cir­
cunstancia le nianifestó Venecia todas las simpatías de que le hacía acreedor la fima -e

.4

1
— 232 —

8U bondad y onocgia. Y no se desvanecieron las esperanzas qoe en El había puesto .sn
rebaño. Los 10 años que fue Patriarca, fué verdaderamente Pastor y Padre; su afabili­
dad en , trato, ^su bondad es bien conocida y admirada de todos: sn generosa caridad
para con todp^.en Yenecia es proverbial.
.
Por ésto, ^ne al verle subir ^al trono de Podro, la satisfacción de todos es grande y
la alegría inmensa,’ por que ha subido con la santa aureola de lá piedad, de la bondad
y de la energía'y‘ha tenido por tema — forliter et suaviter.

Pensamiento sobre el Papa
Así ei¡[ Jos esplendores de, la paz, como en las angustias de la persecución y
en las tristezas de la cárcel, el Ungido del Señor tiene la misma potestad quo
San Pedro ' recibió do Cristo. Apacienta á los corderos y apacienta á las ovejas;
ata y desata para que :en el cielo se ate ó se desate; fulmina el rayo.y envía la
paz; bendice'como Padre y sentenc'a como Juez. Y toda J a m ajestad.de los Cé­
sares, toda la fuerza de los poderosos, todo el estruendo del mundo, se desvanece,
estrella y extingue á los pies del Vicario de Cristo, aunque no tenga más trono
que un patíbulo, aunque los verdugos le sujeten, aunque los tormentos apaguen
su voz.
Pueden sus- enemigos usurparle la corona de Rey y ceñirle de espinas la
frente; pero no despojarle de la dignidad reil. E l monarca m ás'augusto no le
aventaja ni le iguala en la majestad de la realeza, en la antigüedad de su dinastía,
en el lustre de su abolengo, ni en la excelsitud del origen. ¿Que monarqnía hay
que lleve veinte siglos de existencia, que cuente entre sus príncipes tantos varones
ilustres en ciencia, virtud y santidad, que ejerza una autoridad más sagrada y
tenga un origen más alto? Abro los anales del mundo y no hallo ninguna que re­
motamente se lé parezca; El suplicio de un - príncipe, una revolución afortunada,
una guerra infeliz, menos aún, la simple mudanza de los tiempos, ha acabado con
muclias monarquías; pero la pontificia, sobrevive ininterrumpida y majestuosa, á
pesar del cambio de costumbres, á pesar de innumerables guerras que han trasfor­
mado al mundo, ú pesar de la persecución de que siempre se le ha hecho víctima,
á pesar de las cárceles, á pesar del martirio. Los veinticinco primeros Papas mu­
rieron todos á manee del vei*dugo, sí; mas las instituciones que Ies enviaron al
suplicio desaparecieron, y el Pontificado subsiste y hasta la consumación de los si­
glos subsistirá.

— 233 —

i Ecos

DEL C O N G R E S O
Y

Adhésión del Episcopado Americano.

No faé menos unánime y entusiasta la adhesión
del Episcopado Americano, especialmente de las Eepúblicas Hispano-Ainericanas, en las cuales el Con­
greso y la Coronación han dado un nuevo y valeroso
impulso á la devoción de María Auxiliadora y al
•desarrollo del espíritu de D. Bosco.
Deber nue-stro es, y deber consolador y grato, ex­
presar á los Excmos. Prelados de la América Espaíiola, el agradecimiento y amor que por ellos tiene
toda nuestra Sociedad, por el apoyo que le prestan y
por el cariño que le conservan.
El Excmo. é limo. $ r. Dr. D. Mariano A. Espi­
nosa, Arzobispo de Buenos Aires, en una carta que

dirige á Mons. Cagliero, dice; Con el mismo p la ­
cer que exprrimvnic cuando, al tomar
de
xsfe Arzobispado, presidí, pintamente con mis vencrahles Jicnnanos en el jCpiscopado, el Segundo
Congreso de Cooperadores Salesianos en BuenosAires, ahora me adhiero de iodo corazón al Ter­
cer Congreso, que se va á celebrar en Tarín, bajo
la presidencia cU'.l Emmo. Sr. Cardenal JUchclmg,
fl quien presento mis obsequios y plácemes, por
ver que Tarín y Buenos-Aires se dan la mano
para ensalzar al insigne apóstol de la niñez, al
venerado D. Bosco de feliz meinoria.....
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Mariano Soler, Ar­
zobispo de Montevideo : Yo que conozco directa­

mente mucluzs de las grandes empresas de Don
Bosco, no puedo menos que bendecir y adherir á
la celebración del Tercer Congreso de los Coope^
radores Salesianos, por que la grande obra de
D. Bosco, siendo sumamente popular y social, no
puede reoZi>ar sws grandes ideales y benefkios
5ÍM la cooperación de los fíeles: por ésto es que
la miswui insttíución de h s Cooperadores es una
gran obra de D . Bosco, á la vez que genial, indispensi^le para la realización de su grandioso
aposlolado...... A dem ás, la feliz concesión de la
solemne Coronación de la Imagen de Mario A u­
xiliadora, viene á ser como el sello pontificio que
aprueba los prodigios que obra en todas partes
la Virgen de D. Bosco, para que sea invocada
por Jos fieles. ^
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Ricardo Isasa,
Obispo Titular de Anemurío y A uxiliar de Mon­
tevideo: E s justo el tributo de gratitud que á la

Senedad Salesiana fríbftfa la Santa Sede por la

Autoridad de nuestro Smo. y amadísimo Padre,
León X I I I , al decretar la Solemne Coronación
de su Celestial Abogada y Protectora; lo que debe
servir de grande recogijo y aliento, poi' que con
este acto prania y corona á la misma Congrega­
ción. No dudo que con el auxilio de lo alto (que
por nuestra parte también desde aquí ayudaremos,
á-implorar) el Congreso tendrá- el más feliz éxito
y sus conclusiones soyiii de grande importancia
para las obras de la- Congregación, redundando
todo en la mayor gloria de Dios y provecho de
las almas...
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Filemón Cabanillas,
Gobernador del Obispado de Córdoba-Argentina:

Cumple 4 la convicción que tenemos de la capital
importancia de esa obra, adherirnos calurosamente
y bendecirla de todo corazón.
£1 Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Santiago Costamagna, Obispo Titular de Colonia y Vicario Apos­
tólico de Méndez y Gualaquíza.' En nombre de

todos los Colegios Salesianos del Pacífico, de
Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Misiones, S. Sal­
vador y California, enrío un férvido aplauso á
la idea de celebrar un Congreso Salesiano en
Tarín, y 'de todo corazón bendigo ú los tniembros
de la Junta, á los oradores y á cuantos intervi­
nieren á las saiones y funciones eclesiásticas, asi
como también ú cada una de las deliberaciones
que en él se tomen y que darán á no dudar pro­
videncial incremento á nuestra Obra y á la de
los Cooperadores Salesianos.
£1 Excmo. é limo. S r. Dr. D. Juan Nepumuceno
Ferrero, Obispo de La Plata-Argentina: M i /¿u-

milde bendición acompaña á esa Asamblea y V.
lim a. fMons. CaglieroJ- me honrará, siendo su
portador, junto con una plegaria ferviente á María
Auxiliadora, para que en el dia de la Coronación
de su Imagen Milagrosa, se muestre más prop id a con la Congregación Salesiana y con esta
Diócesis de La P la ta , que tiene en los Hijos de
D. Boseo un poderoso auxiliar piara el bien.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Leopoldo Ruiz,
Obispo de León-Méjíco, después de haber expresado
su más mcondicíonal y entusiasta adhesión, expone
este hermoso pensamiento ; É l Siglo X I X se gloria

de haber apartado de Dios y de la Iglesia la ca­
ridad y la beneficencia; con amorosa Providencia
quiso Dios que D. Bosco en ese mismo siglo, le-

231 —
m ntara el mayor monumento á la caridad y 'be­
neficencia cristianas.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Rosendo de la Lastra,
Obispo de Paraná-Argentina: Me permito suplicar

á V. S. lim a. (Mons. CagU&ro) que se digne re­
presentarme como adherente al Congreso-; y que
haga presente á las dignos Cooperadores de la
Obra del insigne J). Bosco, que estoy con ellos,
y que me consideraré honrado y tendré grande
satisfacción, siempre que me sea dado prestar mi
cooperación á esta obra eminentemente cristiana y
de interés social.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Matias Linares,
Obispo de Salta. Telegrama á Monseñor Cagliero:

Buego á V. 8. presente adhesión entusiasta al
Tercer Congreso Salesiano para cuyo feliz éxito
imploro las bendiciones de Dios. Salúdole respe­
tuosamente , afmo. hermano. ^ Matías Linares,
Obispo de Salta.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. Fr. Marcelino del Car­
melo Benavente, Obispo de S. Juan de Cuyo: Apro­

vecho la bella oportunidad que me proporciona
V. li. ( el P. "VespignaniJ con la noticia del Tercer
Congreso de los Cooperadores de la Obra de Don
BoscOf para dar un público testimonio de adltesión á tan benemérito instituto, gloria de la Iglesia,
siempre fecunda en benéficas instituciones para felid ú d de h s pueblos.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Juan Boneo, Obispo
de Santa Fé-A rgentina: Los nobilísimos fines é

interesantes temas propuestos en ese respetable
Congreso, merecen la más completa adhesión y
aplauso, y gustosos se lo tributamos, uniendo
nuestros votos y sinceros plácemes á los de nuesiro Venerable Metropolitano é llustrisimos Her­
manos de esta Provincia Eclesiástica de la Bepública Argentina.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Francisco Albertí,
Obispo Titular de Siunia, Auxiliar Provisor y Vi­
cario General de La Plata: Me apresuro d rogar

á V. S. lim a. {Mons. Cagliero) quiera representar
en tan solemne ocasión á este su menor hermano,
que conoce y admira las obras de D . Bosco y
aiís Hijos, y que desea sirva esta adhesión y la
bendición episcopal, que de todo corazón e n ^ á
los tralx^jos del Congreso, de público testimonio
del amor que profesa á la Pía Sociedad Salcsiana.
Estos pocos pensamientos extractados do las cartas
do tan insignes Prelados de la Iglesia, sirven por
si solos para demostrar la importancia del Congreso
y el afecto y estima que tienen á los humildes Hgos
de P . Bosco. Otros muchps Prelados enviaron
su adhesión al Congreso. Los Exemos. é limos.
Sres.: Alejandro Bavona, Delegado Apostólico y E n ­
viado extraordinario de Ecuador, Perú, Bolivia;
José de Jesús Ortiz, Arzgbispo de Gudaú^jara-Méjico; Miguel de los Santos Taborga. Arzobispo de
L a Plala-Bolivia; Manuel Tovar, Arzobispo de
Lima-Perú; Pedro M. Alarcón, Arzobispo de Mé­
jico; Pedro Rafael González, Jlrxohis/x? de Quito-

Ecuador; Mariano Santiago Casanova, Arzobispo
de Santiago-Chile; Francisco Orozco y Jiménez,
Obispo de CMapas-Méjieo; José-Homobono Anaya,
Obispo de Chilapa-Méjico; Nicolás Armentia, Obispo
de L a Pas-Bolivia; Ramón Ibarra, Obispo de PuéblaMéjico.
A todos los Exemos. Prelados repetimos las gra­
cias y la más devota adhesión y Ies suplicamos sigaA
dispensando á los Hijos de D. Bosco el favor y el
afecto con que les distinguen.
Ecos de la Coronación.
No fuó sólo Tarín la que coronó á María Auxi­
liadora : el júbilo de sus fiestas resonó entusiasta en
los ámbitos del mundo, y sus hyos, esparcidos por
él, asistieron en espíritu á su triunfo y conmemora­
ron con festejos y solemnidades tan fausto suceso.
Es consolador ver el impulso, el desarrollo de esta
simpática devoción á María Auxiliadora; es hermoso
ver como se aviva este santo fuego en el pecho de
los cristianos, como en estos tiempos de dolor, todosios ojos se dirigen suplicantes á la Madre de Dios,,
y como esta bondadosa Madre derrama por el mundo
á manos llenas ens gracias y sus favores.
Insertamos aquí, como prueba, algo de lo que se
ha hecho en su honor, algo que dé á entender el
mucho entusiasmo que el inmortal suceso de la Co­
ronación ha despertado en todos.
El Excmo. é limo. Sr. Dr. D. Manuel Segundo
Bailón Obispo de Arequipa (Perú), dirigió á sos

diocesanos una c^rta de exhortación con molivo de
la Coronación. Digna sería de que se publicase toda
entera en estas columnas, pero por falta de espacio
entresacaremos algunos trozos tan sólo.
Después de haber expuesto el motivo de la carta
y ensalzado el hermoso y simpático titulo do A u ­
xiliadora de los Cristianos, dice:
Y este glorioso triunfo de María Auxiliadorar
lo es también de la Congregación Salesiana; por­
que E lla cual madre amante, la vivifica con la
ternura de su amor, y conduciéndola bajo la
sombra de su manto real, la hace crecer y dila­
tarse prodigiosamente por las regiones del mundo,
para que, por su medio, reciban el pan precioso
de una edttcación cristiana y con ella una dicha
verdadera los hijos del proletario, y los huerfanitos que no tienen padre n i madre. S i ; porque
María Auxiliadora ama á estos nifios desvalidos
con la más dulce ternura y quiere estrecharlos
en su regazo maternal, auxiliarlos siempre y en­
jugar las lágrimas de su orfandad......
Y por lo que á Hos toca, carísimos hijos, os
declaramos que, hallándonos en Italia, tuvimos la
dicha de visitar la tumba del Ilustre fundador de
la Congregación Salesiana, allá en la ciudad de
Turin, y de celebrar la santa Misa en el altar
consagrado á la prodigiosa Imagen de María
J.uari'^'otfora que va á ser solemnemente coronada.
Y al conie^nplar en ese monicnto la hermosura
divina de la Madre de Dios, representada en pre­
cioso cuadro, llevando en la diestra el cetro de la
Í?cí«« del Cielo y de la tierra, y en la siniestra

-

235 -

al Niño Jesús, Hijo de Dios vivo, y al ■ver qué
los Apóstoles la circundan y obsequian reverentes
como á su verdadera Reina y Corredentora de la
l^manidad, Nos, llenos de gozo y de confianza
^lial, le consagramos vuestros corazones unidos
al nuestro, y le suplicamos humildemente que jarMS os negase su auxilio maternal; y después nos
fimos alistado como el último de los Cooperadores
Salesianos para hacemos participantes del mérito
de sus buenas obras y délas gracias innumerables
que la Santa Sede Apostólica Ies concede.
Como Obispo y Pastor vuestro, pues, aunque
indignísimo, Nos debemos secundar las miras de
nuestro Santísimo Padre el Pontífice Sumo, y por
eso os recomendamos de un modo especial la detwión á la Madre de D ios, Maria Sma. Auxiliaiora, para que seáis participantes de les benejicios que misericordiosamente concede á cuantos
Ja invocan en sus necesidades.
T, ojalá que tengamos el consuelo de ver pronto
concluida la obra del hermoso Santuario que junto
al Colegio Salesiano de esta ciudad se levanta,
como el Monumento que Arequipa consagra á
nuestro divino Redentor en la aurora del siglo X X .
4si, carísimos hijos, tendremos el consuelo de
gostramos ante su altar santo é implorar sus
misericordias, por Ja mediación poderosa de la
Santísima Virgen Maria Auxiliadora, cuya prO'
áigiosa imagen se ostentará allí bajo las sagradas
bóvedas de aquel templo, para atraer hácia el D i'
riño Redentor los corazones de todos los hijos de
Arequipa, y para auxiliar á h s hijos de los pobres
ü á los hufírfanifos.
Asociándonos, pues, á los R R . PP. Salesianos,
predilectos hijos de la Santísima Virgen Maria
Auxiliadora, celebraremos la fiesta de la solemne
coronación de esta Excelsa Reina de todo lo creado,
d
de los corrientes en nuestra Sania Iglesia
Ccdedral, precediendo otras distribuciones religio~
^ en la Iglesia parroquial de Santa Marta,
enorme al programa adjunto.
Esperamos que iodos vosotros, amados hijos,
tomaréis parte en esta fiesta, dando asi un nuevo
Wímonfo de vuestro amor filial á la Santísima
Virgen Madre de Dios y haciéndonos dignos de
t* divino auxilio.

Improvisaron un coro de cantores y después do
haber obtenido del M, E. Cura Sr. Dr. D. José I.
Eivero el permiso de celebrar su fiesta el 37, en la
misma 'Parroquia, arreglaron un elegante albir on
el presbiterio adornado de millares de lucos; y cuando
en Turin se coronaba la Virgen de 1). Bosco, un
hermoso coro de jóvenes peruanos agradecidos eleva­
ban sus robustas voces de amor á la que habla sido
el encanto de los mejores días de su vida. El M.
E. P. Jorge Sendoa de la indita Compañía de Jesús
animó á todos á la perseverancia en la devoción á
esta Celestial Madre.
Maria Auxiliadora bendiga al celoso Cura, á los
numerosísimos devotos suyos y á los buenos alumnos
de la Escuela Salesiana que con este hecho han de­
mostrado conservarse en medio de la sociedad,
buenos ciudadanos y fervorosos cristianos, dignos
hijos de su buen Padre.I). Bosco.

AREQUIPA (Perú). — Trae ‘‘ E l Deber'' del
26 del pdo. Mayo: Los hijos de Don Bosco, que
en feliz hora fueron Damados á esta ciudad, con­
feccionaron un programa de funciones religiosas, que
ha sido brillantemente cumplido en todas sus partes,
con un solemne novenario en el templo de Santa
Marta y esplendorosa fiesta en la iglesia Matriz, á
la que se le revistió de pompa particular.
Las vísperas cantadas la tarde del sábado, en
aquel templo, fueron solemnisimas.
Hubo mucha afiuencia de fieles.
En la misma iglesia se verificó, de mañana, la
comunión general, distribuyéndose el pan eucaristico
á centenares de personas.
En la Catedr^, el limo. Dean, Monseñor Pórcel,
dijo, á las 8, la misa de comunión, también, y á
las 9 y minutos, se inició la gran fiesta, que ha
dejado eco gratísimo en esta católica ciudad.
Pontificó nuestro Rvdmo. Prelado Monseñor Ma­
nuel S. Bailón, y fué asistido por dos Monseñores
miembros del V. Cabildo Eclesiákico.
Ocupó la cátedra sagrada el distinguido orador
E. P. Próspero Malzieu Superior de los Jesuítas, y
con facilidad de dicción y acopio de tópicos bellos,
habló de las glorias de María Auxiliadora y de los
triunfos de Don Bosco, el V. Fundador de la Con­
gregación salesiana en en siglo xix.
La misa oficiáronla, con notoria maestría, el coro
y la correcta orquesta del Colegio Salesiano, habién­
María Auxiliadora en las Parroquias
dose escogitado la hermosa música de Monseñor
de Lima (Perú).
Cagliero, Obispo salesiano.
Hientras en Tnrín en los
14, 15, y 16 se
Las delicadas voces de los niños en armonioso
«lebraba el Tercer Congreso de los Cooperadores contraste con las de antiguos alumnos de ese plan­
8*l«ianos, en las siete Parroquias de Lima, debido te l, formaban conjunto halagador y digno de la
*1 celo de los M. ER. Párrocos y á la piedad de
que diseñamos.
^ Señoras y Señoritas de Lima, se colocaba con festividad
Concurrieron á la festividad el señor Prefecto del
«¿ficante derocídn la hermosa Imagen de naestra Departamento, el V. Cabildo Eclesiástico, el Exce­
Kadre Auxiliadora, quedando asi de una manera lentísimo Ministro del Paraguay, señor Cogomo, los
Recial puestos bajo la protección de Maria Auxilio señores Cajero Fiscal, Alcalde rounicipaJ, varios
í* loe Cristianos ^ o s los fieles de la Capital del concejales; Rector de la Universidad, Juez de 1* Ins­
tancia doctor E . Bustamante, miembros del clero
María Auxiliadora en la parroquia de
secular y regular, el Colegio Seminario, las coope­
San Marcelo (Lima).
radoras salesianas y selecto y numeroso auditorio que
J n grupo de antiguos alumnos de la Escuela Sa-* ocupó la nave principal.
La iglesia e ^ v o adornada y en un costado del
* U a quiso dar una prueba singular de su tierno
templo se colocó el artístico y t«llo cuadro de Maria
4 ^ á Haría Auxiliadora.

— -¿so —
Auxiliadora, símil do ol del frontispicio que existe
en la Basílica do Turin.
Dicho cuadro os obra acabada del célebre artista
italiano Hollini, alumno de Don Bosco,'y ostenta
un colorido magistralmento ejecutado por pincel ins­
pirado, sin duda, en la paleta de Murillo ó Velazquez, como artista profundamente religioso.
Ha sido y es de agrado general la obra aludida,
que, 80 nos dice, ha costado mil soles.
A la festividad do ayer se le ha dado traducción
signiñcativa, como que es la ofrenda do la devoción
ascendrada quo se tiene á la Madre de Dics, en su
advocación simpática do Maria Auxiliadora.
Los PP. Salesianos y las cooperadoras deben estar
ufanos del éxito regio de la solemnidad que hoy ha
ocupado preferentemento nuestra modestíi pluma, para
dejar constancia do ella en nuestras columnas diarias.
ZARAGQZA (España). — Los Cooperadores de
esta Capital han querido este año demostrar su celo
en festejar á la Virgen do I). Bosco; han venerado
A su Virgen dol Pilar con ol titulo de María Auxi­
liadora, acordándosü de que lo ha sido para ellos
en los aciagos días que su gloriosa historia recuerda.
Ho aquí lo que escribo ol Sr. L. Arriaga en un
diario do la capital:
La novena con que la Asociación de María Auxi­
liadora Im honrado á nuestra amadísima Madre en
la iglesia do Santa Cruz, donde se halla canónicjimento establecida dicha confradia, tuvo hermosa
coronación en los solemnísimos cultos celebrados du­
rante ol día del domingo último.
Intérprete la nueva Asociación de la obra iniciada
por D. Bosco y de las doctrinas de tan Santo va­
rón, adquiere cada día mayor incremento gracias al
celo de sus fundadores y il la contribución laudable
do las señoras y señoritas asociadas al manteni­
miento y progreso do tan benéfica institución.
Un gran número do fieles de ambos sexos se acercó
por la mañana á recibir el Pan de los Angolos do
mano dol Ilustre Sr. I). Remigio Gandásoqui, el día
24 del pdo. mayo.
A las diez y media se celebró la fiesta magna con
Kxposioiiiii do su D. M., siendo muy nutrida la concummeia á dicho acto. La oración sagrada, á cargo
del Sr. Gandásegui, fué elocuentísima, como suya,
y liona do unción apostólica; desarrolló el tema
M ana A urilim n GhrisHattorum, cautivando al audi­
torio con la Iluidez do su oratoria, con la flexibilidad
do su palabra y con la sabiduría y santidad de sus
doctrinas.
La parto musical estuvo encomendada á la capilla
del Pilar, que con gran acierto dirige el maestro
Lozano, la cual cantó con gusto y i>orfección admi­
rables la misa de Gimono, el gradual á solo del
contralto de Prúdonos y ol Bcnedictus de Zubiaurre.
Por la tarde, á las sois, tuvo lugar lo mismo quo
en los días anteriores, la novena, rasario y motetes,
ocupando la sagrada cátedra D. Maximino López,
vicepresidente de la Asociación, el cual de un modo
notable, expuso á la consideración del auditorio la
trauscendeucia social capitalísima de la obra iniciada
y planteada por D. Bosco. mantenida y fomentada
por las escuelas y misiones salesianas, y favorecida
y divulgada por el celo é influencia saludables de

las asociaciones de María Auxiliadora. Después del
discurso tan elocuente y brillantísimo, terminó la
fiesta cantando la Salve y despedida á la Santisim
Virgen.
La hermosa imagen de Maria Auxiliadora, colo­
cada durante los días de la novena en el altar ma­
yor de la iglesia, bajo artístico dosel, lo fué el do­
mingo en altar portátil á la izquierda del presbiterio,
hallándose materialmentn cubierta de flores y de lu­
ces, colocadas con el mayor gusto y delicadeza, lo
cual producía un efi>cto admirable.
Nuestros más sinceros plácemes á cuantos han
contribuido con su iniciativa ó con sus favores al
mayor esplendor de tan solemnes coitos; al presi­
dente M. I. Sr. D. Remigio Gandásegui, y á los
demás oradores que, con un desinterés digno de loa,
han ensalzado las g^ndezas de nuestra gran Señora:
al clero parroquial de Santa Cruz, y de modo especialisimo á la Junta directiva y demás señoras,
que por sos acendrados sentimientos y delicadeza de
actos son siempre el alma de tan hermosas fiestas.
Y un atento y cariñoso saludo al coro de distin­
guidas señoritas cooperadoras que, encargadas du­
rante la novena de la parte musical, bajo la mny^
digna y acertada dirección del maestro D. Florencio
Muel, han sabido trabajar con gran esmero y hacer
las funciones doblemente atractivas y encantadoras.
ASUNCION (Paragitai/J. — Dice “ L a Patria
Paraguaya” '. La fiesta do María Auxiliadora, puede
decirse con corteza, ha sobrepujado este año á lo
do todos los pasados; y no podía ser menos, pues
quo, si bien es cierto, que en todo tiempo la ilus­
tre Congregación Saleslaiia ha sido siempre mirada
con suma preferencia por el augusto Pontífice rei­
nante, el gran León X III, esto año, lia dado una
vez más, y quizils la más grande prueba de su es­
timación sincera hacia dicha congregación, al i«r
que do su filial devoción hacia la Reina de los cie­
los, ordenando con su soberana autoridad la corona­
ción solemne de su imagen, que se venera en la
casa-madre de Turin (Italia), cuyo trascendental
acto quo llena de gloria y júbilo á todo corazón
cristiano, llevóse á cabo el 17 del presente mes por
el eminentísimo purpurado Cardenal Richelmy, ArzobisjK».
El día 24 por la tarde, á las 3 en punto en la
Capilla de Maria Auxiliadora, en Asunción, dióse
comienzo á la solemne bendición de la nueva y
preciosa corona, adornada de finas piedras, para
la no menos preciosa imagen de la Santísima Vir­
gen Auxiliadora. Acto seguido fué colocada sobre
las sienes de la Reina de los cielos por el señOT
encargado Interino del Obispado, por hallarse en
misión pastoral S. S. Iltma. el Obispo Diocesano;
una vez concluida esta conmovedora ceremonia se
dió comienzo á la imponente procesión. que re­
sultó espléndida. Era digno de verse el innume­
rable gentío, que tanto en el ancho patio de 1*
casa, como en la plaza hormigueaba esperando es»
hora, la más ansiada. Al fin se preparó todo, J
¿alió la procesión; las calles por donde debía desfi*
lar se hallaban todas engalanadas. Abría la proce*
sión el colegio de niños del Oratorio festivo, l u ^
las niñas del Colecrio Maria Auxiliadora en compaui»

— :¿37 —
del Colegio de huérfanas del Hospital San Vincente
de Paúl, en seguida venia la Cofradía de la Guardia
de honor del Sgdo. Corazón de Jesús, á la que se­
guía la Congregación de las Hijas de María, quienes
lucían sus nuevos y bien confeccionados estandartes;
tras de estos la estatua de la SSma. Virgen, que
era llevada á hombros por numerosos hombres, que
se disputaban ese honor, en nuevas y artísticas
andas; tras do la Virgen se largó toda le concurren­
cia, que diremos fué excepcionalmente numerosa, re­
corriendo un trayecto de tres cuadras. Una vez de
vuelta la procesión, ocupó la cátedra el distinguido
rdigioso franciscano Rdo. P. Pedro Parra, que con
su habitual elocuencia, mantuvo suspenso de su
palabra á los concurrentes por espacio de tres cuar­
tos de hora, más ó menos; concluido esto, se díó
la bendición con el SSmo. Sacramento, distribuyén­
dose luego estampas y folletos con las gracias deiramadas por la Virgen entre sus devotos en el Pa­
raguay. Hi estampas ni folletos bastaron á satisfacer
los deseos que todos tenían de poseer y alcanzar
algo como recuerdo de tan grata y simpática festi­
vidad. En fin, los que nada alcanzaron, al menos
llevaban en su corazón el dulce recuerdo de haber
asistido á las solemnidades religiosas.
BÜAR (Salamanca). — Un gran triunfo obtuvo
también este año la devoción á María Auxiliadora
en esta hermosa ciudad. Ho filé la fiesta del 24 del
pdo. Mayo, una fiesta íntima, del hogar, sino una
fiesta á que tomó parte activa, y á que prestaron
eficaz ayudo tanto el pueblo, como las autoridades
eclesiásticas y civiles, fué una fiesta general que
remató con el triunfo de María en la procesión de la
tarde.
JUNIN DE LOS ANDES (Argentina). — Escriben
de Junín: Al recibirla noticia de que S. S. León XIII
decretaba la Coronación de nuestra querida Madre
Haría Auxiliadora, nuestros corazones se llenaron de
júbilo y determinamos festejar tan glorioso aconte­
cimiento con algo extraordinario también nosotras
sa hijas, aunque en una región donde todo falta.
Gracias á Dios la fiesta resaltó solemne y los asis­
tentes, que numerosos acudieron este día, salieron
de ella entusiasmados y contentos. Sea por todo mil
reces alabado Dios y su Sma. Madre.
BOGOTA (Colonibia). — Precedida por esa anima­
ción, alegría y ruido que es característica en todas
las fiestas salesianas, por el mes de mayo y devotas
fimeiones, se celebró la fiesta de María Auxiliadora.
Este año tuvo algo de particular, algo de inusitado
qoe para todos es inexplicable, pero que distintamente
se sentía en el corazón: el pueblo desahogó en este
día su amor y su devoción á María Auxiliadora.
Tnvimos la dicha de que nos acompañara á celebrarla
d &. Delegado Apostólico, Antonio Vero. Esta fiesta
la dejado en todos santos é indelebles recuerdos.
Numerosas son las relaciones de fiestas que de
todas partes nos llegan: todas demuestran que este
ftño han sido solemnes en todas partes, que este ha
ddo el año clásico de la devomón á María Auríliadora. Quiera Dios esta se aumente de día en día
púa honra suy'a y bien de sus devotos.

ALMAGRO (Btienos Aires). — Piedra fundamen­
tal del Nuevo 7e:?pio. — El lunes 29 del pdo. Julio
se realizó con el mayor brillo la anunciada fiesta do
la traslación do la piedra fundamental del Nuevo
Templo Parroquial do Almagro.
Celebrándose la solemnidad do San Pedro y San
Pablo, hubo por la mañana la Misa solemne, ejecu­
tando la ' chola Caniorum del Colegio Pió IX,
junta i:ente con la de Bcrnal, la hermosa Misa del
M. Bruaner.
El R. P. José Vespignani, en el sermón que
pronunció y en que puso de relieve la fe y el amor
del Aposto! S. Pedro, hizo prácticas aplicaciones al
describirlo como piedra angular de la Iglesia.
A las 3. p. m., la espaciosa Cripta del Sufragio
Perpetuo de las Animas estaba literalmente ates­
tada de personas anxiosas de presenciar la coloca­
ción de la piedra fundamental.
El Exemo. Sr. Internuncio Apostólicio, precedido
de la Cruz y acompañado por el Clero, entre los
acordes de una marcha religiosa ejecutada por la banda
del Colegio Pío IX, ingresó procesionalmente en la
Cripta.
Mientras se realizaban las ceremonias de rito, nn
nutrido coro de cincuenta y cinco voces argentinas
ejecutaron con brío y maestría el renombrado salmo
del maestro Capocci Laúdate pueri Dominum.,.
Una nueva acta firmada por el Exemo. señor In­
ternuncio, el limo, monseñor Ecliagüe, el R. Padre
José Vespignani y por los socios bienhechores y
celadores del nuevo templo presentes, fué colocada
en la piedra fundamen^, enconada en un tubo
de metal, al lado del acta firmada el año 1900
cuando se colocó dicha piedra en el sitio en qne se
creía levantarse definitivamente el templo y que por
disposición providencial se modificó más tarde, re­
solviéndose construir el templo actual, do mayor
amplitud y mejor gusto artístico.
Después de colocada la piedra fundamenta], subió
al púlpito, con la bendición del Exemo. Sr. Inter­
nuncio, el Hmo. Monseñor Echagüe.
Con la elevación del pensamiento y flnidez de
palabra que le caracteriza, mantuvo suspendido de
sus labios al numeroso y escogido auditorio. Des­
cribió la analogía existente entre la piedra fundü'
mental de nn templo y la piedra sobre la cual
J . Cristo quiso fundar su Iglesia, el Aposto! Pedro
viviente en la persona del Augusto Pontífice León XIII.
Habló de su reciente visita al Santo Padre, lle­
vándole el afecto filial dcl pueblo católico argentino,
en retomo del cual el Venerable Anciano bendecía
efosivamente á sus hijos de esta República. Habló
de la Coronación solemne de la efigie de María
Auxiliadora, que tuvo lugar en Turín el 17 de Mayo
pdo., y á la cual le cupo la díclia de asistir en
unión de otros cuarenta Hmos. Prelados y cuatro
cardenales. Intencionalmente no ostentaba en este
acto el Dmo. Vicario Castrense otra insignia más
que una pequeña Cruz dorada, con la cual fué con­
decorado por el Evdmo. P. Miguel Roa. sucesor de
Don Bosco, con el título de « Caballero de María
Auxiliadora > el día de la solemne Coronación.
Antes de dejar la Cátedra Sagrada felicitó á loe
diptingnidüs caballeros y damas que por su impor-

-

-ja» —

tanto cooperaciün on la construcción del nuevo
templo de San Carlos so hicieron'acreedores á la
honrosa condecoración do Socios Bienhechores y
Suscritores' del « Ilomenajo Popular Argentino á
Cristo Ilódentor y á María Auxiliadora para el Su­
fragio de las Animas > en ocasión del Jubileo Pohtiñcio do principio de siglo. Terminó haciendo votos


á

para que, se viera pronto completamente teruiinado
este' inonnraento de la 'piedad argentina.
Acto continuo él Exemo. Sr. Internuncio, dada
la bendición Papal, distribuyó las condecoracioues
semi-Póntificias y las Cruces '^enemerenñ á varias
distinguidas damas y caballeros, concluyendo la fiesta
con J a bendición solemne con el Smo. Sacramento.

li.lcInl. >1J. I I I|.l hl 1.1 III lll.'l Jl t, I. Itr M.jI ■i II I I l.l I I l'l I IJ l.'llilTl li|iM.r>l lilliiti|iili'liilii|h|illu|.Vll.7lii|lili
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de Slaría Auxiliadora W

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(; í.ú, que eu el instante primero hollaste con tu planta inmaculada la
cabeza de la inmunda serpiente; Tú, que te. llamaste y fuiste siempre,
martillo de herejes; Tú, que salvaste la Cristiandad eu Oovadouga, en
Jjepanto y en Viena, y que siempre fuiste el más fuerte escudo de la Iglesia; mira
con ojos.de misericordia la grey de tu Divino Hijo. CTii nuevo Vicario Suyo ocupa
la Cátedra de Pedro; los tiempos son aciagos y tristes; muchas y recias las bo­
rrascas, pequeña y combatida Ui navecilla. Só Tú la estrella brillante que la guíe,
la capitana dichosa que la gobierne: concede apoyo y fortaleza á Nuestro Sumo
Pontífice. Madre dd Buen Consejo, quiso llamarte tu tiel.siervo León X líl; sé, pues,
la'dulce y sabia Consejera de su Sucesor, y haz que conduzca la Iglesia por la
senda del triunfo, y todas las razas y todos los pueblos se agrupen en torno de la
Cruz y de t-u altar.
U u u u *ru < ‘ i u * l e

lí.u el mes do .Kuoro, vino á esta (‘iiulad
desdo Ai'ugón, acom pañado do su m adro un
niño á quiou un porro rabioso hab ía m ordido
u n a mano y un b ra z o ; ert^yéndose todos qué
lo ten d rían (pui c o rta r'p o r lo m enos la mano,
sn imbre m adre estaba poco menos que doéOvSporada. E u esto caso acudí á M aría Auxiíiadorá, puso al niiio luia imnlalla al cuello,
y prqm qtí p u b licar la jrracia en el B o l e t ín
Í>AI^ESI4.N0.
lilm iñ o fu é.cad a día m ejorando sili .oper
ración ni am putación a lg u n a , y los iiiíhiuos
doctores se quedaron asom brados de lo pronto
qUé se puso bueno. C um plo con mi prom esa
y no ceso' de d a r p a c ía s á ta n buena m adre,
Marñv A uxiliadora,
riló Cooperadora.
B atcelon^, M atzo 'd e 1903.

T Ju liiv o i* so A a ln ^ c lo .
G racias sean dadas á M aría Auxiliador.'i
por el inm erecido favor que por su interce­
sión he alcanzado.
Ciiu h ija m ía enferm ó de un dedo, tomando
tales proporciones la enferm edad, que acah-i
p a r caries completji del h u e so , siendo opi­
nión de cuantos facultativos la visitaron, se
b a tía necesaria la am putación.
E u tales circunstancias acudim os todos los
de casa ó la V irgen A u xiliadora, empezando
una novena. T erm inada ía cual estaba tan
m ejorada la n iñ a, que desistieron los médicos
de tOíla in tervención q u irú rg ica . L a mejoría
h a ido continuando h p sta el presente, que está
com pletam ente curada.
B epito pues u n m illón de g racias á María
y no cesaré de ro g a r p a ra que de aqof en

— 239 ¡ulelaute; continúe dispensándom e gracias
como liasta ahora.
C k e s c e n c ia P a e d e E i b e a .
Paeiite. M ayor (Geroiia), 12 E n e ro de 1903.

B endita s e a 3£ai.*ía .A.axiliadoi.*a.

H allándosela S rta, M ercedes Sorra, afligida
por un fuerte dolor y á consecuencia h ab ién ­
dole resultado u n tu m o r en el cuello, díjole
el médico que le v isitab a, que era preciso
operar.
Eu trance ta n apurado, recu rrió á la Sma.
Virgen M aría A u x iliad o ra de los cristianos,
prometiéndole que, si le o torgaba la g ra cia
de ponerse p ro n to b u en a sin te n e r que somelerse á ta n d u ra o p e ra c ió n , p u b licaría la
gracia en el B ól-e t ín S a l e s ia n o y h a ría
ima limosna.
María A u x iliad o ra atendió sus súplicas.
Agradecida la p aciente p o r ta n sin g u la r favor
obtenido y com pletam ente carada, cum ple la
promesa, en treg an d o 30 ptas. en fávor d e los
huerfanitos q u e se cobijan en las E scuelas
de Don Bosco, eu S arria.
M. S.
Barceloua, 5 de J u u io 1903.
Grloina A M a ría .

D. M ariano F errer, de B u rja so t, enferm ó
uu gravem ente d el estóm ago, que fué dcshau*
fiado \tor lo m édicos, después do cuatro me*ÉS de padecim ientos. E ntonces por consejo
de una cooperadora, hizo dos novenas á la
Virgen bajo el títu lo de A uxilio de loa cris­
tianos, y an tes de term in ar la segum la, co®enzó á m ejorar ta n visiblem ente, que á los
pocos días se h alló del todo restablecido. P or
lo cual m andó celeb rar u n a m isa eu su alta r
la iglesia de S. A n to n io A b a d y dió u n a
limosna, queriendo que el feuceso se publique
«n el B o l e t ín .
La niña D esam parados B ordes L lier, de
í*»£erna, quedó en teram ente ciega, como cer­
tificaron lo m édicos. A sí continuó d u ra n te
tícs meses h a sta q u e , e n terad a la m adre de
1*8 m aravillas q u e o b rab a M aría A uxiliadora,
lo hizo u n a fervorosa novena y á los 13 días
^ b r ó en teram en te la v ista. Su m adre agra. au n q u e pobre, m audó celeb rar iiua
Misa ante su im ágen, y q u iere q u e este su^ se publique eu el B o l e t í :? p a ra gloria
^ María.
DoMi>(K) T o v a e Mé n d e z .
V tlescis 3 de A hril d#* l9f^.

M a ría s o c o r r e Alo» <jae la im p lo ra n
c o n fervor.

E u el mes pasado fui ataw ida de u n a pul­
m onía doble. H abiendo m anifestado el mé­
dico eu la prim era visitad, que el caso e ra su ­
m am ente g r a v e , la fam ilia so alarm ó mucho,
y a l quinto d ía , viendo que la euferm edad
continuaba con síntom as alarm antes, se con­
sideró necesario llam ar á otro médico para
celebrar consulta con el de cabecera. Opi­
naron am bos que la gravedad so acentuaba
cada vez m ás, en térm inos que do continuar
con aq u ella fiebre v ein te y cuatro horas más,
sucum biría sin remedio. E u ta u extrem a si­
tuación y peligro iu m in en te, ofrecim os una
novena y u n a m isa á M aría A u x iliad o ra , y
a l mismo tiem po colocaron su b e n d ita im agen
á la cabecera de m i cama. D esde aquél mo­
m ento me sobrevino un copiosísimo sudor
que me duró 30 ho ras, y desde entonces d e­
sapareció la gravedad, en térm inos que em ­
pecé á tom ar alim ento, y á los tre s días pude
levantarm e encontrándom e en teram ente buena
y sin la m ás leve palidez en el sem blante.
D espués cum plí la prom esa y asistí á la
m isa eu la capilla de M aría A u xiliadora,
agradeciéndole ta n sin g u la r beneficio.
Con esta son dos las ocasiones en que he
recibido la salud por intercesión de la V irgen
S antísim a A uxiliadora de los cristianos.
C a e m e n G. Z a b a e t e . .
Vigo, 31 de Mayo de 1903.

Dan con toda la efusión defeu alm a, gracias
á M aría Auxiliadora, y envían una lim osna:
A . l c A y (A licante). — PahU» Colomina Pirez, por
u n a g racia re cib id a p a ra su hijo.
A - l i t i e r í a . — 3f. Á ., p o r un favor obtenido.
A . 1 i i i u c e i * a (V alencia). — EidaUa Torrea Ceuanorn: estan d o m i esposo en lo» ú ltim o s mom entos de
so v id a á causa d e nn a ta q n e cerebral, invoqué á
M aría A u s.; e u s ^ n id a recobró el conocim iento y al
cabo de pocos días se restab le ció del todo.
U a i ' C í i l o a a . — Teresa Redén: h allá n d o se n n a
h erm an a m ía con llag as en o u a p ie r a a , p rom etí á
ila ría A n i. nn». lim o sn a si conseguía p ro n ta cura­
ció n : sum am ente ag radecida, cum plo m i prom esa.
I t > f d e m — / . Jf-, p o r h a b e r obten id o de M aría
A ux iliad o ra una g ra c ia sobte asu n to s ad m in istra tiv o s,
cum ple la prom esa de ofrecer n n a M isa.
1 1 > í < l.— R ita A ntonia, C ooperadora S a le sia n a ,
ag rad ecid a i>oz h a b e r alcanzado la cu ración de su

h^o.
I l > í < l . — laaiel Palau de Pvig, por h a b er sanado
de u n a g r» ^e euferm edad dos de sus h ijito s.
— Una Cooperadora. H allán d o se n ü henuan ito con saram pión y fn ertes a taq u e s de ñebre, que
le p onían eu n n e stad o lastim oso y te rrib le , empecé

— 2 áü
iioa novena Sí >faría Aiix.; term in ad o el prim er día
comenzó la m ejoría que term inó con la com pleta cnraoión. — Doy aaiiniamo gracias
M. A us. p o r otro
favor reoibidü.
O u H M it < l e l u É S o l v a (G erona). — Una f a ­
m ilia devota ao complace en m an ifestar sn profunda
g ra titu d lí M aría A ux. p o r h a b e r á uno de sus iu
díviduos, de salu d b a sta n te d e lic a d o , curado de una
pulm onía.
O i ’f i n a c l a (N icaragua). — Jottfina de Selva: m i
hijo Firuesto, de im a ñ o de edad esta b a gravem ente
enfermo del estóm ago, á ta l extrem o que desesperaba
de su curación. Despuós de h a b er ensayado todos los
rem edios sin resultado alguno, hice u n a novena á la
V irgen Aux. prom etióndole p u b lic a r la g racia. Ob­
te n id a esta, cum plo mi prom esa.
(Cuenca). — Cipriano García. A grade­
cido Jim- un fav'i’i- obtenido.
X ^ li i< ;lim u ^ o i* ( M a y u r c a ) . — J . Salva, p o ru ñ a
gracia re(!il>ida.
(V a le n c ia ). — Leonardo Carrerea:
siete st'maiuis hacía que la C ooperadora Jo se fa C ue­
vas A m ero estab a p o stra d a en u n a s illa sin poderse
aco star & causa de u n a fu erte n eu ra lg ia que la a to r­
m en tab a; can sad a de ta n to sufrir, recorrió á M aría
Aux., prom etióndole u n a Misa, u n a lim osna y p u b li­
car la gracia. Empezó en com pañía de o tra s Coope­
radoras una novena, y el u ltim o d ía pudo acostarse
sin que el m al volv iera á m o lestarla. C um ple su pro­
mesa y queda eternam en te a g rad ecid a á María Atix.
3 X (l1 a .jfU . - Jf. C. H ab ien d o conseguido una
gracia especial de M. A ux. hago p u b lico m i agrade­
cim iento.
lM C u i m o í ii l> o (V enezuela). Ma.\Josefa G .de Fugo,
C ooperadora S alesiau a: invoqué el A u x ilio de M aría
en una grave necesidad y ella p iadosa escucho m is
p leg arias.
— Magdalena P e ñ a : h allán d o m e sum ida eu
la m ayor pobreza, acudí á M. A ux. p ara que con su
poder me ay u d ara á s a lir de m is ap rem ian tes nece­
sidades ; con asom bro de todos alcancé la ta n deseada
gracia.
I l > í< l. — M aría Fouaeca de D* Empaire: en medio
de los afanes y dolores de u n a g rav e enferm edad, re­
cu rrí á la V irgen A uxiliadora y o b tu v e p ro n ta cu­
ración.
— Luía A . Montel. E teru a m eiite agrudeiúdo
á M aría A u x iliad o ra por haberm e a ten d id o en las
p eticio n es que hice p a ra personas de m i cariño, y
hago pñblioa m i g ra titn d .
11> i< l. — M aría Urdaneta: estando gravem ente
enferm a de la v-i.^ta, acudí á M. A ux iliad o ra y E lla
me socorrió devolvióm lm ne la salud.
—De todas estas g racias de Jfai'ucaióo, d a fe el P bro
D . Ilelímenae .1. Jiie í.
(N icaragua). — J . Emelina Bermúde:. A gradecida á María Aux. por tre s favores reci­
bidos.
— CoríMa Pombo n a a o , por u n
fav o r recibiilo.
N ifU i'U H T U íX (G ranada). — *fHan<i J j «*ííbo Lacago: u n b ijo mío de cinco años cayó enferm o de
grave fieb re; peilí 6 M arín Aux. que me concediera
en aquel m ism o d ía a lg u n a m ejoría, y despuós la cu­
ración c o m p le ta ; y el é x ito fué segúu fu ero n mis
p leg arias y m is esp e ra n a a s: por ésto bendigo ag ra­
decida a l A uxilio de los C ristianos.
— Nsfefcfluo M nuo!. José Matías Barherena,

Francisco Miranda y au SeTiora, d an gracias por favo­
res recibidos.
P a v e j a (Cuenca). — Eamona de la 5í«rro, por
fa v o r recibido.
S a n 3 I a i * c o s (N icaragua). — Faustino Valerio-.
T eniendo ú m i h ijita E lisa , eu los últim os instantes,
ofrecí & María A ux. p u b lic a r la g racia si me la de­
v o lv ía á la v id a. A hora está com pletam ente sana, v
cum plo con m i prom esa.
S n l > i i i a u i g ^ o (Huesca). — Complicado mi asunto
de a d m in istració n , que p o r m orosidad en pagar un
p a rtic u la r se llevó a l Ju zg ad o , recu rrí á M aría Aux.
pidiéndole so reso lv iera sa tisfacto ria y amigablemente:
obtenido, cum plo con la prom esa de d a r uua oferta.
D a fe de ello el Pbro. D. Avelina Xavarro.
í ! $ a l i i m a i i c u . — Avelina García: estíiudo grave­
m ente enferm a mi esposa, acudí su p licau te á María
Aux. poniéndole a l cuello u u a m ed alla de tau mi­
lagrosa S eñora: á los pocos d ías m i esposa estaba
fiiera de p eligro y fué co rta su convalecencia.
S a x * r i A (Barcelona), — A. M . de B orrell: por
h a b er obtenido la cu ración de la g a rg a n ta de mu
h ija , y el b u en re su ltad o eu el saram pión que tuvie­
ro n todos sus hijos.
T o l e d o . — J . Javier Jforeno Pbro., Tomás Garm
Pbro., José Ambito Alcalde Pbro., Mariano Cogollsdo,
Diácono, Eustaquio Abad, Subdidcono, Carlos Itu h , Vinoriata, reconocidos en a lto grado por el favor alcan­
zado de M aría A ux. eu críticos in sta n te s, cumplen
gustosísim os l a o ferta de u n a p eseta cad a uno, y lo
hacen público en pago de ta n g randes favores.
■ V a l d e c o m e w a x ' o s d o A .l> t » io (Cueuca).
— C. G. de L.: e sta b a ag ouizaudo u n hijo de ana
am iga m ía; le puse una estam p a do María Aux. á 1»
cabecera y comenzamos los de la fam ilia uua novena
á esta B en d ita M ad re: a q u ella noche m ism a enipe:¿
la m ejoría y está com p letam en te sano.
' V i u o e s (E cu ad o r).— Darío Mendoza Carona,
Qttirós A q u ila r, Bemigio G ómez, Alfonso y Antosif
Veliz, d an gracias por señalados favores recibidos d«M aría A uxiliadora.
lK > i d . — D aniel B cruno, agradecido p o r haber
curado do u u a fu e rte afección h ep á tic a , ó HipoW»
Cosfa^eno por la curación de eu Señora.
X » * * — Alejandra Deza y Barcelona: Do resultas de
u n a enferm edad quedó in u tiliz a d a p a ra el desempeño
de m i cargo. Los diversos m édicos no lograron enra rm e : entonces rec u rrí á María A ux. ofreciéndo^*
u n a Misa y p u b lic a r la g racia. E sta b ueoa Madre
me otorgó a l m om ento la g ra c ia y yo cumplo mi pro­
mesa.
E rancííca González, por h a b e r salid o con buen éíi*®
de una p eligrosa operación.
N . £ 5 . — Dolores Sánchez, de Aspe, y A . PAlmaoera, su p lican á los lectores del B oletíx ruego*®
por ellos á M aría A u x iliad o ra para o b ten er de tai
buena M adre uua g racia especial y necesaria.

03^5;

_

241 —

.3 k

l«DE NUESTRAS MISIONES

F J ^ r n j^ C 3 r O i^ T J ^

TERRITORIO DEL NEUQUÉN

U i$ ita IP a s to ra l v H iis ió n
DE

S. S. L

Mons. JUAN CAGLIERO,
Obispo de Mágida
j Vicario Aposíólico de la Paíagonia
C a rta n o v en a ,
J u n íu de los Andes, A b ril 6 de 1902.
A mad ®. S r . D . M ig u e l R ü a :

A continuación de mis relaciones anteriores,
referentes á la misión del pueblo y campamento
de San ^ fa r tin y del A lum iné, entre los indios
de A’fí}?í«Hc«rrf, escríbele ahora respecto á lo que
me pareció más interesante y notable de la mi­
sión que acabamos de dar en J u n in de los A n dcs.
Este pueblo fronterizo está situado en la mar­
gen derecha del rio C h im ch d n , á 780 metros
sobre el nivel del mar, y rodeado de los grandic-sos y románticos lagos: Huechú-Lauquén,
loló, L a c a r , T ra fu l y A lum iné', de los que
Meen muchos y caudalosos ríos, que riegan a su
r a campos y valles fértilísimos. Tiene al N. O.
*1 majestuoso pico L a n in (3700 metros de
*lto): al O. la cordillera de los Andes; y al S.
d cordón de Chapelcó. La fundación de Junin
de los Andes se remonta al año 1879 , cuando
^ la conquista del desierto se estableció en este
P®rajo nn cuerpo de fuerzas. Este importante
Poeblecito es como el corazón ó el alm a de la
^ 6 n Manzanera; por ésto tuvo vida propia

aun después que se retiró ol destacamento mi­
litar.
Su porvenir es muy halagüeño, por la ferti­
lidad prodigiosa de sus campos, por la abundan­
cia de las aguas que los riegan, por sus grandes
canteras de piedra calcárea, y por las riquezas
de sus bosques en leñas y maderas.
Los cereales, las hortalizas y en general to­
das las plantas de los climas templados y fríos,
crecen con vida exuberante. La región Manza­
nera (cuya superficie se calcula en 70.000 ki­
lómetros cuadrados) es sin duda alguna, la más
fértil de todo el Territorio del Neuquén. No se
necesita para hacer de esta región una rica y
floreciente provincia argentina, más que la insta­
lación de un ferro-carril y la emigración extrangera.
En Febrero de 1892 los R R . P P . lilisioneros,
Domingo Milanesio y Juan Roggerono visitaron
de paso y por primera v ez, esto naciente pueblecito y encontraron en sus cercanías una nume­
rosa población indígena. En esta tan fausta cir­
cunstancia padres y madres de familias, jóvenes
y ancianos, se instruyeron en las verdades de la
fé, se regeneraron en las aguas del santo Rautismo, se legitimaron sus matrimonios y hasta
se administró el Pan de los Angeles á algunos
de estos pobres paisanos mejor preparados.
Dos años después volvió á dar misiones por
estos parajes el E . P . Milanesio, y bautizó y con­
firmó á varios centenares de indios, que vivían
aún en su primitivo estado de barbarie. Ese
mismo año (1894), los pobladores de Junin edi­
ficaron á expensas propias, una capilla dedicada
á Ntra. Sra. de las Nieves; y en Enero de 1895,
el activo misionero por mandato de S. S. I-, vi­
sitaba por tercera vez y se establecía definiti­
vamente en este su querido pueblo de la Cor­
dillera, proveyendo de campanas y ornamentos
sagrados al nuevo templo, y fundando una casa
salesiana como centro de misión, con dos cole­
gios, uno para los niños indigénas pobres y
desvalidos, confiados al cuidado de los P P . Mi­
sioneros, y otro para las niñas de igual condi­
ción, bajo la dirección de las Hermanas Hijas de
María Auxiliadora.

Las dificultades que se lian debido superar
pai-a llevar á cabo el doble cuerpo de edificio,
que existo lioy día, son innumerables. Basta re­
cordar las distancias inmensas do los grandes
centros de población, los caminos casi intransi­
tables, la falta do recursos y la indigencia del
lugar, donde las familias teman que luchar para
sostener su j)ropia existencia. Todas estas circunstani'ias explican las muchas privaciones y los
sacrificios sin cuento á que han debido someterse
los hijos de D. Hosco, para realizar una obra de
tanto interés para el Territorio. Ultimamente el
dueño del campo, Sr. D. Carlos Cernadas, con
un acto do generosidad que le honra, donó á los
Padres Misioneros de Jiinin unas 15 hectílreas
do fértil y precioso terreno, que se cultiva ya

I

Con admirable acierto supo coordinar el ho­
rario de los oficios de la Semana Santa con el
de los ejercicios piadosos y pláticas de la misión.
Se predicaban al dia tres sermones, se explicaba
la doctrina cristiana á los niños y niñas de
la parroquia, para prepararlos á la Primera
Comunión y al Sacramento de la Confirmación.
E l Jueves Santo los vecinos de Junin presen­
ciaron por primera vez una función muy devota
ó imponente: La solemne misa pontifical (con
asistencia de cuatro sacerdotes y dos acólitos) y
la consagración de los Santos Oleos. La proce­
sión del SS. Sacramento al sencillo, pero hermoso
Monumento, preparado al efecto , despertó los
más vivos sentimientos de cristiana piedad, y
llamó mucho la atención de los buenos feligreses

1' - L

— ir’ ‘

Casa de Juuíu do loa Andos.
con esmero y es de gran utilidad para la Mi­
sión.
Hacía tiempo que Monseñor deseaba visitar
estas floreciente poblaciones del S u r, pues desdo
1887 conocía tin sólo la parte norte del Neuquén; y
por fin esto año ha podido ver cumplidos sus
deseos. Su llegtida á esto apartido pueblecito de
la Cordillera ha sido providencial, y señalará en
él una nueva época do progreso moral y cris­
tiano, que hará brillar en su horizonte un hermoso
iris de bendición y de paz.
M is ió n .

Como le dije en mi anterior, acabada la mi­
sión do San Ignacio en el
entre los
indios de JVamííNCMró, Mons. Cadiero daba
principio el dia siguiente (Jíiercoles Santo) á la
solenne misión y visita pastoral de Junin de los
Andes. Dio principio á la misión predicando por
la noche ante una numerosa concurrencia, viva­
mente inpresionada por la palabra de su Pastor.

el hermoso sermón de S. S. I. sobre estos actos
religiosos.
La adoración fué continua luista por la noche.
Por la tarde Mons. liabló de la Santisima Eu­
caristía con aquella sagrada unción y espirita
de fé, propios de ese augusto misterio. Las fun­
ciones sagradas del Viernrs Sayito no podían
ser mas conmovedoras. Los cánticos lúgubres con
que la Iglesia llora la Pasión y Muerte áé'
P icador ; la tristeza del día y las negras nub^
que cubrían el valle andino, infundían en el co­
razón cristiano desolación y llanto. Grande íué
la concurrencia á la bendición de la Pila Bau­
tismal y á la Misa del Sabado Santo. La Re­
surrección gloriosa de N. S. fué celebrada cor.
sumo júbilo y común regocijo. El día era esplén­
dido y delicioso; y la naturaleza apareció revtóíid*
con todo el brillo de sus galas y hermosuras.
El flamear de las banderas, los festivos repiques
de campanas, y las salvas de los soldados del
fortín, uníanse á los himnos de gloria, y á lo?

-

Ahhnjas entusiastas, que resonaban por las
bóvedas del templo, llenando los ánimos de santa
é inefable alegría, E l sermón de Monseñor sobre
la necesidad de la confesión, fué muy interesante
y oportuno. Por la tarde continuaron las fun­
ciones y pláticas de la misión, y muchas per­
sonas se acercaron al tribunal de la Penitencia,
para cumplir con el precepto pascual. El Do­
mingo de Pascua florida, día hermoso y feliz,
fué un triunfo de júbilo, una resurrección, por
decirlo así, general de las almas á nueva vida.
La Misa de Comunión la rezó S. S. I ., quien
tuvo el gusto de administrar el Pan de los
Angeles á un crecido- número de cándidos é
inocentes angelitos, que se acercaron por primera
vez al santo altar. Los padres y madres de fa­
milia imitaron el ejemplo de sus hijos, formando

243 —
milagro de la gracia en esta misión y visita
pastoral, ha sido sin duda alguna el gran nú­
mero de matrimonios que se legitimaron.
Muchos y de los principales do la localidad,
estaban unidos tan sólo con el vínculo logal ó
inscripción civil; y otros muchos así, así... y como
suele decirse, con familia de corral...
Monseñor, deplorando un mal do tan funostíis
consecuencias, puso manos á la obra de regenoración
cristiana, y trabajando dia y noche con entre­
vistas, conferencias, y exhortaciones consiguió
pesuadirlos y prepararlos para la confesión
sacramental. De este modo, alcanzo que celebra­
ran el matrimonio cristiano, santificando sus unio­
nes, antes ilícitas, y legitimando sus familias
delante de Dios y de la Iglesia.

Medios de traiisjwrte en la PaLagonia.
con ellos <Cor untan et aniirn una», mientras
las Hijas de María y las niñas del Colegio do
las Hermanas, dejaban oir sus voces angélicas en
cánticos suaves y armoniosos, y movían los áni­
mos á la más tierna devoción.
Al fin de la misa S. S. I. con la mayor emo­
ción de su alma daba á sus hijos queridos de
Junin la Bendición Papal.
La Misa solemne fué oficiada por el K. P .
Augusto Crestanello, nuestro misionero y segundo
apóstol de esta región. La concurrencia fué muy
numerosa. El coro de las Hijas de María ejecutó
con admirable precisión y gusto la Petite Messe
Solninelle de Joseph Conconi. Por la tarde
Monseñor administraba la S. Confirmación á mu­
chos adultos y criaturas: el pequeño templo
estaba lleno de bote en bote; nunca se había
visto en Junin una función tan concurrida como
esta.
El Lunes y Martes de Pascua se volvió á
íministrar solemnemente la S. Confirmación;
por la mañana á los adultos, y por la tarde á
las criaturas. Lo más memorable, y el mayor

II

Iiii|»OHÍoÍón <lcl li n b it o re li{;Ío H o — A | ioh to la d o d e la o r a e iú ii —

Dejó en el ánimo de las niñas y señoras do
Junin nuevas y devotas impresiones la toma de
hábito de la señorita M ariquita Vera, perte­
neciente á una de las familias más acomodadas
del vecindario.
Los adornos de la capilla, las suaves arm o­
nías del canto, y el perfume de gracia, que
reinaba en todos aquellos corazones purificados
y alimentados con la Carne y Sangre del Cor­
dero Pascual, formaban un ambiente santo y
DOS trasportaban á las regiones celestiales. El
discurso de Monseñor, relativo al acto piadoso,
puso remate á esta fiesta hermosa. Presenciaba
la función el padre de la joven, Sr. Juan Vera,
quien no acababa de dar gracias á Dios y á la
V ii^ n S.S. Auxiliadora, por la dicha de su
hija y de su familia. T r » años a n te s, se ha­
bían presentado en su estancia {desgraciadamente
aislada y muy apartada del pueblo) tres ase­
sinos .....
Suponían que el dueño poseía dinero y tenían

— 244 —
la perversa intención de arrebatarle la liija mayor.
Amarraron al padre y á la m adre, apuntándo­
les al pecho cuchillos y armas de fuego, exigiendo
además el dinero y la hija.
La agonía, los malos Iratamientos y las amemizas do muerte duraron ocho largas horas; y
los sollaron tan sólo despucs de haberse asegu­
rado que el dinero aun no había sido cobrado,
y que la hija, liacía quince dias, había entrado
en el colegio de las Hermanas en Junín.
Lsto estanciero y buen cooperador sulesiano
reconoce con toda su fam ilia, haber salvado la
vida^ el dinero y la hija por una especial pro­
tección de María Santísima Auxiliadora, que
siempre y particularmente en aquel doloroso
tranco, habían invocado.
K1 primer Viernes de Abril tuvo lugar otra
muy importante función, á sabor, la fundación
V estreno del Apostolado do la Oración del Sa­
grado Corazón do Jesús. E l día anterior S. S. I.
liabía invitado á todas las señoras y niñas de
la localidad, á una conferencia, en la que or­
ganizó la Via Union con el objeto de asegurar
v\ fruto do la misión y propagar el espíritu de
piedad en las familias.
La consagración de las socias del Corazón de
.lesús, las fervientes oraciones elevadas al cielo
V las comuniones reparadoras de ese hermoso
día, son una prenda segura de las bendiciones
(lo Dios, y del porvenir cristiano do este pueblo
naciente.
La erección y bendición do una Cruz, precioso
recuerdo de la Visita Pastoral; la procesión al
cementerio, -y el sermón de clausura que Mons.
dirigió al pueblo, el Domingo in A lb is, seña­
laron el termino áe la fructuosa misión (ie J u ­
nín do los Andes.
Agradeciendo una vez más su paternal bondad,
lo saluda con la mayor veneración

h u b iera debido y a publicarse antes, pero co­
mo ésta sola no com pletaba las noticias y
podía dejar tristem en te angustiado y sus­
penso el ánim o de n u estro s buenos Coopera­
dores, que ta n to in teré s se tom an por la sa­
lu d y éxito de aquellos infatigables Misioneros,
hemos esperado á p u b licar las dos jau tas.
Q uiera Dios que los trabajos y privaciones
de nuestros buenos herm anos del M atto G rosso,
innovan el corazón y la caridad do nuestros
am ables B ienhechores.
I.
pi-imciras fbtig;as.

R ymo. Sr . D. Miguel E iía.

A pesar do que no tengo noticias de grau
im portancia que com unicarle, me parece que,
después de cinco meses de v iv ir apartados
en estas espesas florestas, es ju sto q u e le
d ig a algo de esta so litaria Colonia.
Sea an te todo m il veces alabado el Sagrado
Corazón do Jesús, que nos h a protegido vi­
siblem ente h a sta ahora.
Hemos y a derribado un buen pedazo do
bosque y á fuerza de espaldas y brazos, lie­
mos formado y revestido con hojas do pal­
ma el arm azón do dos grandes chozas; de
este modo se h an levantado como por en­
canto dos nuevas casas salesianas eu Barreiro, con sudores si so quiere, pero sin
deudas. E n la prim era choza se h a n alojado
las H erm anas, y en la segunda, term inada
hace algunos días, habitam os nosotros. Pero
á decir verdad faltan aú n puertas y ven ta­
n a s; y las ab e rtu ras que nos dan aire y luz,
debemos tap arlas de noche con pieles de
buey, que por cierto no es u n a cosa muy
elegante. L a capilla, ó mejor dicho, ol lugar
destinado á C apilla, está encim a do nuestra
cabaña. E stá form ada por dos cortinas, y orí
u n modesto alíarcito cam pea la estatua del
S h afmo. hijo en J. C,
Sdo. Corazón, que es el único y m ás precioso
J uan B eraldi, Pbro.
adorno d e n u estra pobre capillita.
A u n no podemos conservar el Sino. Sacra­
mento, y D . S alvetto y yo dorm im os ja u to al
-íSíKe- —
altar. L a falta de la Keal presencia d e Jesús
en el tabernáculo es nuestro único descon­
suelo.
E n estos meses pasados nos hem os dedicado
MATTO m m {Um\).
tam bién á la siem bra y al p la n tío ; y y a em­
pezamos á ten er u n i>oco d e hortaliza, que al
menos nos lib ra de la estrechez y hambre
0M0 saben los am ables lectores, nuestros
que no pocas veces hem os experim entado.
^lisioneros p lau taro u sus tiendas en A sí que, am adísim o p ad re, a l presente esta­
mos todos algo m al de s a lu d ; y creo que
Febrero del inisjido año eu las florestas de
M atto Grosso, eu m eiU o d elo s feroces ludios ésto sea consecuencia de ta n ta s privaciones
como hem os pasado, y de la hum edad que
Ooroados y Boroi\>s: ah o ra preseutaraos aquí hemos tom ado durm iendo én el suelo l>or
dos ca rtas del P . B álzola, celoso «5 in fatig ab le ñute de cuatro m eses, con u n tieiniK) casi
siem pre lluvioso y con sólo algunas pobres
diretdor de la Alisióu. L a p rim era d e ellas

®

-

2 i5 —

tiendas p ara guarecernos. D . S alvetto, á causa
de uu fu erte reum a, no puede m overse desde
hace algunos días. S in em bargo la anim ación,
la paz, la ca rid ad y la aleg ría rein an en todos;
sólo van faltando las fuerzas. P o r ésto, am a­
dísimo P ad re, no se olvide n u n ca en la S an ta
Misa de ro g a r p o r nosotros y nos recom iende
á las oraciones d e n uestros venerados Supe­
riores, herm anos y amigos.
Los indios h a sta ah o ra no h a n aparecido,
y ésto, á p esar del g ra n deseo que tenem os
de atraerlo s á C risto, es u n a g ran m erced del
Señor. Quien considere q u e el año pasado
hubo sag rien tas riñ a s y asesinatos eutee s a l­
vajes y algunos civilizados, que ard e v iv a
y feroz en el corazón de estos pobres salv a­
jes la sed de v en g a n za; q u ien considere la
triste condición en que nos encontram os, p o ­
drá com prender q u e p a ra nosotros h a sido
una g ran v e n tu ra el no habernos encontrado
aún con los hijos de la floresta. P ero ahora
que empezamos á estar m ás dispuestos, p a ­
rece que e l S eñor m ismo se en carg a d e con­
ducirlos á nosotros. Hem os celebrado con
gran fervor el m es de Mayo, ofreciendo todos
los días á n u e stra b u en a M adre, M aría A uxi­
liadora, n u estras oraciones y las herm osas
flores d e estos cam pos; ah o ra celebram os con
igual devoción el m es del Sacratísim o C ora­
zón de Jesú s, p a ra que se d ig n e bendecir
esta M isión; y n u estra s oraciones parece que
em piezan y a á p ro d u cir su efecto.
B esde hace dos ó tres días, se v en á la
parte del norte, hogueras, que iudican la pro­
xim idad d e los in d io s; y cuando el v ié n te lo
favorece, el hum o llega h a sta nosotros... jCómo será el en c u en tro ! Nosotros nos abando­
namos confiados en los am orosos brazos de
la d iv in a P rovidencia, y seguim os trabajando
y orando. E n la esperanza de poder cnanto
antes d arle noticias m ás explícitas y conso­
ladoras, le pide su p atern al bendición su obe­
diente íiijo en el Sdo. Corazón,
q. b. s. m.
Ju A íí B a l zo l a , P bro,
Misionero Salesíano.
B arreiro (C ayabá), C olonia d e l Sdo. Corazón
de Jesú s, 5 de J u n io d e 1902.

II.
£21 e n c u e n t r o c o n l o s I n < l i o s .

Mí sicY AMAiK> P adre :
[Loado sea m il veces el S agrado Corazón
de J e s ú s ! N u estro estado d e sa lu d y el de
nuestras cosas, es próspero. D espués d e séis
meses, que atra íd o s de la carid ad d e C risto,
vivimos en estas a p a rtad as florestas en busca
de alm as q u e salv ar, alguuos salvajes en pa­
cifica y am istosa a c titu d se h an acercado á
nosotros y en trad o en n u estra s cabañas. Les
hemos hablado de D ios, h a n estado con nos­

II

o tros dos días y hemos tam bién dorrumiulo
lágrim as de consuelo al v er las bumias dis­
posiciones con que se h a n pro.sontado.
■Como le escribí en la pasuda carta, había­
mos y a divisado á la p arte do! norte gram les
hoguerjis, que deuuuciabau la presencia de
los in d io s; no obstiinte por espacio de dos
meses parecia que pen n an o d aii inm óviles.
H ubiéram os nosotros deseado llegarnos á
ellos; pero ir con las m anos va<*ías, sin nada
que presentarlos, no me parecía [Uúnlonte.
H asta que á principios de este mes a[)arocieron nuevas hogueras al sud, [hto más
cerca. E l eucuentro e ra pues inevitable y

Indio (le la tribu do los Coreados
(Matto Grossü-IJmsil).
próxim o; pero a l verm e en esta coyuntura,
lo confieso, am adísim o Piulre, yo tem ía un
desastre. P o r tan to redoblam os n u estras ora­
ciones y confianza en Dios, disim estos, si tal
fuese su d iv in a voluntad, á d a r h asta la v id a
por su santo Nombre.
A l am anecer d el día 7 d e Agosto, habla
enviado uno a l camix) p a ra q u e reuniera
n uestros cab allo s: cuando a l cabo de u n a hora,
se m e p resen ta todo tem bloroso y ja d e a n te :
Padre, padre, me dice, he nieto dos Indios.
— M uy b ien , le dije yo, ensilla al mo­
m ento dos caballos, uno p a ra t í y otro x>ara
u n óptim o com pañero q n e te d aré: y ju n to s
iré is á hacer con m ucha prudencia u u a ex ­
cursión d e Teconocimiento p o r aq u el lado.
Y así se hizo. A l caer de la ta rd e volvie­
ro n con la n u ev a de q u e , á pocas hora» de

2á6 —
(IjHtuiicia, en el punto, míis espeso de la flo­
resta, u n a tfiati tu rb a de indios estaban liacíüiído su bacuntrú, ésto es, gritando, can- '
tsuido y b ailan d o ; una verdadera o rg ía de
salvajes.
E l encuentro, pues, era inm inente- A (juolla
noche apenas pudo dorm ir. E l corazón me
latía fuertem ente y una dulce esperanza, que
me prom etía ab u n d an tes frutos de conversión,
me h alag ab a y sonreía. A la m añana siguiente,
después de haberm e recom endado fervorosa­
m ente al Sdo. Corazón de Je sú s y de M aría
A u x iliad o ra, m andó ensillar tre s caballos. E s­
tab a decidido ú ir con otros dos com pañe­
ros, á ver las intenciones con (lue los indios
se h ab ían acercado y al mismo tiem po h ab lar
con ellos'. E ra el viernes 8 de A gosto, y yo
estaba seguro de que el Sdo. Corazón nos
ayudaría.
C uando todo estab a ya iirepavado para la
salida, uno de los n u estros: Padre, ilice, aquí
esUíii Ion In d h e.
Me dirijo al lu g a r do donde p a rtía la voz
y veo ú einco eorpuleiitos salvajes que se
acercaban g rib in d o :
— ¡Bororos hon! ¡Borosos hon! (iSoinos Bororos buenos!)
Lo que en aquellos in stan tes experim enté,
no me es posible describirlo. Me acerqué ú
ellos sonriendo; los abracó con te rn u ra á to­
dos y los prestó la m ás cordial acogida. A l­
gunos de los nuestros, q u e en aquel momento
h ab ían salido á la jm erta de la cabaña, deiTnmabaii lágrim as de alegría.
Los cinco huéspuedes perm anecieron con
nosotros dos días, ésto es, el viernes y el sál>ado. E l Sdo. Corazón y M aria A uxiliadora
no nos podían conceder una gracia m ás g rata
y señalada. Yo me en tretu v e con estos jmbres
hijos de la floresta; les expliqué el objeto de
nu estra v en id a; les aseguré que bajo nu estra
])roteceióu ninguno los m olestaría y al mismo
tiempo les supliqué que por su iw rte se m os­
tra ra n paidlicos y buenos; les habló de Dios
y do nuestro Divino Kedentov; en fm les
dije m uchas eosas y m uchas me dijeron ellos
á mí, lo mismo que si fuenunos an tig u o s ami­
gos. L a m añana del silbado oelebré delante
de ellos la san ta 3Iisa y despiu^ t'ontinuó
instruyéndolos en n u estra san ta fe. P ude ob­
serv ar que les causaron grande im plosión
tre s g randes oleografías que les dt^jé v er:
lepresentítbaii el juicio u n iv ersa l, la m uerte
del ju sto y la muerto del pecador. ;C on que
adm iración contem plaban las blancas liguritó
de 1<,>3 A ngeles! E u sus ojos se veía p in ta d a
una dulce y san ta conmoción.
liem os pues arrojado la prim era sem illa;
esperauutó que el Señor la b ag a fructificar,
lais Imeuos lu d io s antes do marchjvr me pro­
m etieron que después de dos lunas, volverían
con otros oouqmueros j>ara ayudarnos á fabri­
car cabañas y que m as t;u d e traerían tam ­
bién a sus taiuilias. Uno de ellos era n ad a
m em 's que un cacique.

Eegalam os,,á todos algunos objetos, y des­
pués de despedirse de nosotros cariñosam ente,
dos se d irig iero n al norte y tre s al sud para
Ufivar, como ellos decían, lu buena nueva á sus
com pañeros. A penas se hubieron ido., mandé
uii' p arte á l a estirción telegráfica (que dista
d e l a C olonia unos 40 km . y es el tínico in ­
dicio de civilización eu estas ap artad as sole­
dades) p a ra sacar de ansiedad á nuestros
herm anos del Colegio de S. Gonzalo, y esl)ecialm eute á nuestro inspector, B . Maláu,
á quien esperam os en octubre con nuevos
socorros. ¿Qué será de nosotros si no pudiera
v eiiirí Los lu d io s, como lo h a n prometido,
vendrán D ios sabe cuantos... y nosotros des­
provistos de todo ¿qué harem os?
Am adísim o D . Kúa, a n te s d e ce rra r esta
cartsi, perm ítam e que le m anifieste las an­
g u stias y necesidades que m e oprim en el
alm a. Hem os .ya empezado á co n stru ir caba­
ñ as para los pobres indios, pero ¿qué iXKiremos nosotros nacer si fliltan personas que
nos ayuden y medios p a ra m antenernos y
m antener á estos pobres infelices indios? ¿De
q u é modo satisfacer sus exigencias, ó mejor
diebo sus p retensiones! ¿Quién me d a rá cua­
tro harapos p a ra c u b rir sus carnes? ¡D ios
proveerá! es v erd ad ; poro no deje tampoco
V. R ., am ado P adre, de te n e r compasión de
nosotros en esta an g u stia y considere que
nos bailam os solos en este vastísim o y so li­
tario desierto.
liecom ieude esta incipiente misión á la in­
fatigable caridad y á las oraciones de nues­
tros Cooperadores, p a ra que aquí produzca la
g racia del Señor fru to s consoladores y abun­
dantes. E ste fué el augurio y el ardiente
deseo q u e me exiuesó el Sum o Pontífice, que
gloriosam ente rein a, cuando me bendijo á mí
y. á los tre s Coreados q u e yo le presenté.
O jalá q u e dentro de poco potlainos presen tar
ai Corazón S agrado do Jesú s toda eáta trib u
convertida y fervorosam ente cristian a. E ste
es nuestro deseo, nuestro anhelo, cueste lo qne
costare. P o r n u estra p a rte ponem os sudores
y fatigas, la v id a, si es necesario ; pero de
nuestros buenos Cooperatlores, n inguno nos
niegue sus oraciones, y los que pueden, el
óbolo de su caridad. La recom pensa la obtend iú u en el trib u n al del D ivino Juez.
A cepte, pues, am ado P a d re , nuestros hu­
m ildes obsequios, salude á nuestros Sui>eriores, y reciba el afecto y respetos de este
su obediente hijo in Corde Jesxt
q . b. 8. m.
JUA>í B a l z o l a , P b ro
Misionero Saleskino.
B arreiio (C o ja b á ), Colouia d e l Sdo. Corazón •*
de Jeeús, 24 de A gosto de 1902.

•S------

— 1:47 —

A través del Ecuador ™
Im p re sio n e s d e u n . v ia je

(Correspondencia del P. Félix Tállachini).
La bocina.
Antes que el aire helado de la noche pudiera
templarse con los rajos del sol, ya la iglesia esstaba repleta de fieles, que habían acudido pre, surosos al repentino auuuciOj para ver ni Obispo
y recibir su bendición. El, Obispo no se hizo es­
perar.
Después de celebrar el santo Sacriflcio de la
Misa y de confirmar á los que para ello estaban
preparados, habló así á los fieles : Otros cuidados
y otros afectos rae llaman por ahora á regiones
muy lejanas de aquí, pero yo permanezco entre
vosotros con el corazón. Más allá de los Andes!
orienta.es me esperan los hijos de la floresta, que
son también mis hijos. Es preciso que vaya allá.
Vosotros rogad al Señor pava que á la vuelta;
pueda yo detenerme por más tiempo en vuestrohermoso pueblo.
En vano el buen PáiTOCo nos suplicó que nos
esperásemos al menos pai-a proveernos de lo ne­
cesario para el camino, diciéndouos que no inter­
pretásemos literalmente aquello del Evangelio"
ñeque sacoulvvi ñeque perani; pues él y su coadju­
tor nos acompañaron por largo trecho y nosotros'
nos dispusimos á pasar la próxima colina.
Esta, con dirección al E ste, divide primero Ja
meseta en dos cuencas menores, y ,desj)ué.s se
pierde en numerosos valles, cubiertos de rica ve­
getación. Hay sobro el collado >una senda bas­
tante cómoda y. seca, que recibo los liouores .de
camino real. Pero á veces; desmiente sus honrosos
títulos y deja ver sus altos y bajos; ,d© trecho-eni
trocho se suceden pantanos, el camino real se in­
terna por prados, se divide en senderos estrechos
é irrogulares que más tardóse reúnen. De usa de
las primeras chuzas que divisamos, salieron al­
gunos indios, uno de ellos con una bocina eu lai
mano, que aplícóá los labios y produjo uuus.notas:
proluugadas y tristes como si quisiera dar aviso
de alguna cosa. De repente muchas bocinas res­
pondieron al sonido de la primera desde el fondo
de los cercanos valles: después otros sonidos más
lejanos, como el eco multiplicado de una voz que
se reprodujera en las rocas, hasta perderse en las
gargantas de los apartados cerros, semejantes á
las ondas circulares que produce uua piedra al
caer en nn lago, que empujándose unas á otras
vau á perderse en las orillas.
Al toque de la mágica .bocina, los vecinos cam­
pos comienzan á esmaltarse, no de flores, sino de
azules,, rojos, verdes y de todos colores:
numerosos indios con blancos y grandes sombretos salían de sus chozas y venían hacia nosotros
de todas las partes, como arroyuelos diversos, qne
siguiendo su curso, se reúnen para formar un
«audaloso río. Venían á toda prisa y en primera
fila, los jóvenes y las mujeres con uno, dos y hasta
cuatro niños en brazos, al cuello y á espaldas;
detrás los viejos afmyados en sus basttmes, que
parecían comunicar á aquellos cuerpos curvados
7 flacos el vigor qué Ies faltaba. Venían ¿y á qué?
A recibir la bendición del Obispo ellos y «ns
(I) Véase el 'Boletiit de Abril púg. 98.

hijos. Vepían á recibir la Confirmación. Los nobrecillos ál verse delante del aimm>ao Prelado,
doblaban la rodilla y con los brazos puestos on
cruz bendecían á Dios, á Jesús v á Nfaria quo
tan grande gracia les coiioertíán. ‘ Ilablubiin do
sus desventuras y de sus esperanzas • luiblabim
del cielo. Pero no; vosotros no podéis .ser desgracia­
dos. Desgraciados son loa pueblos que uo oleen y
que uo esperan, y vosotros esperáis y oreéis.
E l rocío t¡ la nube.
Dostáejise allá en uua uUura, uq edificio tío (>btilo mixto, do doble y vasta escalinata que iulttvua
su base, con dos órtleiuis tle vtuilajuis sii))erpuest4is,
con uua heimosa eiipula qtie le corona. Está lotle

Jóvcuea de la liibu de los Cotcadoa
(Matto Crosso-Biusil).
él fabricado con biaiiqnfsíína piedra, escondido
en la aspereza de una roca, que se destaca de
entre el verdor de los cóllados 'vecinos, como una
tórtola que se asuma á su nido. Es el nido de
una, palonia, formado en la cavidad de una pie­
dra;' es el Santuario de la Viryen del Tfocio.
Hace siete años estos valles estaban atrflráJados
por una tenaz sequía. Por iniciativa del Párroed,
D. Manuel Muñoz, el -pueblo hizo á María un
voto, y desde'entonces nuDCa faltó en Ids valles
ni lluvia, ni rocío. Este fué el origen del San­
tuario. Y ¿quién fué el atrevido arquitecto, cuál
el genio osado de artista que ha dejado tras sí
tan briHantes huellas en medio de aquellas chozas
pobres y ruinosasf-;- Los abremos ú uiedjda qde
-vayamos sigdiendo paso á pasó á este ^enrio. que
el Adtor de'ló bello envió á estas regiones como
un rayo de luz eu las tinieblas.

— 248 —
£1 Prelado qniso hacer una visita al Santuario.
En aquella roca reHouaron cautos y plegarias por
los infelices Jíbaros. Quería el Párroco y el pue­
blo <iue el Sr. Obispo se partise algún tiet)ipo j
pero era preciso continuar el viajo. — A la vuelta,
les dijimos; el Sr. Obispo se detendrá con voso­
tros : pero ahora dejadnos partir.
Abandoiianios, pues, á Biblián y su Santuario,
vadeamos el río del mismo nombre, y al volver
de una colina perdimos de visbt el hermoso San­
tuario de la Viryen del Bocio.
De pronto vemos abrirse ante nuestra vista otro
amenísimo valle y en una de sus lomas alzarse
atrevidas dos torres. Es el templo de la Virgen
de la Nube, protectora de la ciudad de Azogues,
<iue se extiende á sus pies. Mientras contemplá­
bamos la amenidad del lugar y adudrábamos la
piedad de su.s trauquilos habitantes, divisamos á
poi-a distancia una caravana que hacia nosotros
se dirigía. Eran los buenos Azogueses que ve­
nían á nuestro encuentro en compañía de tres
Padres Oblatos, que dirigen aquella parroquia.
Las campanas anunciaban la llegada del Pastor,
como en uu día do gran tiesta.
Al día siguiente tuvimos ocasión de admirar el
celo do los jóvenes sacerdotes Oblatos, y el Obispo,
dirigiendo sus solicitudes á la parte más amada
«le su rebaño, visitó las clases de los Hermanos
de las Escuelas Cristianas y exhortó á sus di­
chosos alumnos á que fueran siempre dignos de
sus piadosos y sabios maestros.
VisiUimos después el hermoso Santuario de la
Nube en compañía de los buenos Oblatos v á
Chuguipatn. El párroco de este último pueblo,
por temor de ]ierder la visita episcopal, había
venido á invitarnos desde por la mañana. Ha­
blaba de tal manera y con tal entusiasmo de Don
Bosco y de María Auxiliadora, que fué imposible
resistirle. F u é , pues, preciso ir á su parroquia,
que se extiende en torno de un picacho en forma
de pico de papagayo, volcán apagado que llaman
Coritíimbo. La parroquia es un gran centro de
devoción á María Auxiliadora, fruto de la piedad
de nuestros Misioneros D. Spinelli y D. Mattaim,
que hau hecho frucuentes excursiones por estas
comarcas.
E l primer enoueniro.
El camino ya espacioso y cómodo, ya estrecho,
pero Biempi‘0 llano, serpentea entre setos do per­
fumada retama ó á la sombra de copudos sauces.
Fusjtdo el río Azogues, vadeamos el Déiej, bastaute caudaloso, y costeamos por uu alto risco el
Chollabamba más caudaloso aún. Habíamos dado
nada miis que algunos pasos por el borde do
aquella altísima orilla, cuando detrás de uno de
los peñascos que interrumpían la senda, apareció
do repente uu caballero. Un repetido y prolungado ¡ o h ! )H>r ambas partes siguió á la apari­
ción : era nuestro buen hermano Donoso. Poco
después se llegaron á nosotros, cabalgando en
cuatro briosos caballos, cuatro sacerdotes , ésto
««*, el Vicario General y Secretario de la diócesis
y dos párrocos: uno de ellos traía el encargo de
participar al Prelado de parte de los PP. Redentoristas «lue, no sitmdo posible darle hospíttvlidad
s:Uesiaua, se digna aceptar la que ellos le ofre­
cían.
No habíau aún terminado los cumplimientos
de costumbre, cuando salió de entre las recas
vecinas un hombre jadeante, gritando: — Padre,
padre, venga que mi nuyer se está muriendo. —

Pedí permiso al Sr. Vicario, apreté la espuela á
mi muía y con cuatro latigazos le di á entender
que era menester hacer prodigios. Ella no se hizo
mucho de rogar, pues se dió al galope, trepó
por breñas, riscos y setos como un ardilla, y en
un instante me hallé á la puerta de una choza,
escondida entre arbustos.....
Anochecía ya, cuando después de pasar el río
Machángara y de bajar la suave pendiente de las
últimas colinas, S. E. bendecía á los represen­
tantes seglares y religiosos de la noble ciudad de
Cuenca. Con toda la efusión de nuestra alma
abrazamos también á los caritativos PP. Redentoristus que nos abrieron sus puertas.
Pies días en Cuenca.
S. E. se detuvo por algunos días para devolver
las innumerables visitas que recibía de las auto­
ridades y de los principales personajes de Cuenca.
El Administrador Apostólico, el Cabildo, el Go­
bernador civil, el General de División, el Ex-presidente Sr. Cordero, Religiosos y particulares iban
á poríía en agasajar al Obispo Salesiano, y bien
puede decirse que S-. E. visitó á todos los ciuda­
danos de Cuenca. Hasta las calles mismas se con­
virtieron eu sala de recibimiento. Apenas salía
de casa, la palabra obispo le precedía como un
pregonero. Jóvenes y ancianos, obreros y propie­
tarios , hombres y mujeres acudían para verlo
pasar, se arrodillaban y pedían su bendición^ en
medio de las oraciones y alabanzas á Dios, se oye
rep etir: Dichosos los ojos que te ven. Los niños
afluían por todas partes, se agarraban al manteo,
al bastón, á bis manos de Prelado y formaban
alegre vanguardia.
Díríase que Cuenca es Jerusaleiu, y nuestros
tiempos, los tiempos del bnen Jesús. Pero S. £.
la llama Bovia por su fe y la fama pregona que
es Atenas por su saber, por su universidad , sus
profundos estudios y muchos hombres de letras.
El Obis|K) salesiano dió la preferencia ú la ju­
ventud de los Colegioe. Era un hermoso espectá­
culo ver los seiscientos alumnos de los Hei^manos
de las Escuelas Cristianas, alineados en ordenadas
tilas, escuchar las eíicacesy gi'aciosos instrucciones
de S. E. después que en una hermosa velada, le
habíau obsequiado con cánticos, himnos y pre­
ciosas composiciones.
No quedó instituto alguno de niños ó de niñas
en el que el bondadoso Prelado no sembrara la
semilla de su afectuosa palabra, con aquella de­
licada táctica de maestro que sabe concluir mu­
cho eu pocos momentos.
£1 pueblo, que había veuido numeroso á la con­
ferencia salesiana y que acudía cada día de los
lagares cercanos para recibir la S. Confirmación,
no olvidará nunca la solemne imposición del há­
bito clerical á 20 animosos jóvenes y la ordena­
ción de algunos nuevos levitas.
Salida.
Una mañana muy temprano, después de la misa
del Prelado y mientras éste oraba en la sacristía,
abrióse de repente la puerta y apareció sobre
una cruz de m isionero, una gran barba rubiooscura , rival de la de A raón, ancha y poblada
como una selva. Y era en verdad esta célebre
barbo, do un habitante de las selvas, del intré­
pido D. Mattaua, cuiyo, Padre Francisco.
Digo vulgo, porque por muchas leguas á la re­
donda, no hay hombre, ni m ujer, viejo ni niñ®

24» —
qae no conozca esta barba y el celo que la acom­
paña. Desde el 1894, que el valeroso apóstol dejó
la ciudad de Quito (á donde había llegado el
1887 de la hennosiv Italia para sacri6car su vida
por la salvación de los pobres Jíbaros) esta barba
es siempre el encanto de los neófitos, que se de­
jaron arrastrar por su prestigio á traspasar altí­
simos montes, vadear peligrosos nos, arriesgarse
entre tribus feroces para acompañar al buen Mi­
sionero. A menudo esta portentosa barba forma
la alegría de los indios civilizados en las eomai’cas que D. Mattana recorre para confesar y con­
firmar. También para nosotros era esta barba
mensajera de felices nuevas ; por que nos venía
á decir que el día siguiente debíamos partir.
La salida de Cuenca fue más solenmo que la
llegada. £1 día 17 por la mañana nos esperaba
ya un piquete de nueve soldados con un oficial,
que con cortesía exquisita había mandado el Ge­
neral D. Julio Andrade para escolta del Señor
Obispo hasta G ualaqui^. — Acepto el obsequio
del Sr. General, dijo S. E., cuando vio la mar­
cial compañía j pero no quiero que tantos exce­
lentes jóvenes se molesten por mí. Me contento
con tres, que sólo me acompañaran por una jor­
nada de camino. A Gualaquiza, á los salvajes,
queremos llegar solos j con el Crucifijo y no con
las armas. Vengan, pues, tres solos: y vosotros,
hijos míos, quedaos aq u í, y decid á vuestro Ge­
neral que yo os he retirado la consigna. Un buen
mimero de señores eclesiásticos y seglares nos hi­
cieron cortejo basta las afueras de la ciudad.
Por fin ya en el campo, nos hallamos solos
otra vez con la mágica barba del P. Francisco,
con los buenos soldados y su oficial que no nos
abandonaron ni siquiera un instante.
Era el oficial jó v en , de unos venticinco años,
bajo de estatura, aunque algo más corpulento de
lo que la proporción militar exigiría: pero ágil,
atento y cortés j semblante entre gragioso y as­
tuto ; dos ojitos que querían decir cualquier cosa
y bigotes negros en labios finos y ligeros. Procu­
raba advinar los pensamientos y deseos de todos
para satisfacerlos j hablaba poco y era dócil como
un niño; era, en una palabra, un soldado á la
moda.

Todos los mejores muebles, las telas y adornos
de los grandes fiestas, estaban expuestos en la
calle on forma de arcos, por las mujeres, que con
verdadera generosidad, esparcían llores por el
suelo y las tiraban á las peisouas y hasta ni
rostro de los esperados; que más bien, el rostro
era ei blanco favorito á que tiraban, sin temer
ofuscarno.<», ui el indómito hollar do loa caballos.
La iglesia adornada , el altar iluminado , tres
campanas qiie ensordecían á porfia el ambiente,
In actitud de satisfacción que se veía en los hom­
bres, el apurarse de las mujeres, no dejaba dudar
aceren do la íutencíón do los habitantes; ésto os,
que aquel era día do gran fiesta y que el Señor
Obispo debía pararse.

San Bartolo.
Con tan buena compañía y montados en briosos
caballos, subiendo de pendiente en pendiente i>or
un camino, que en comparación de los demás, podía
llamarse real, llegamos á nn lugar donde el camino
va haciendo varias curvas por sobre la cumbre de
verdes collados y pudimos divisar á los lejos por
el espacio que las copas de los árboles dejaban
libre, una interminable procesión, una especie de
columna de caballería que en forma de muchas
eses, como el camino, venían hacía nosotros. Al­
zóse de repente fuerte gritería de entre los niños,
que en no sé que tono de no sé que escala, can­
taban vivas y hosannas al Obispo salesiano.
Era la población de San Bartolo, qne con la
escuela y el maestro, el alcalde y el pán-oco, sin
exceptuar el organista y el sacristán, venían á
nuestro encuentro.
A la gritería de los chiquillos, aquella nume­
rosa legión se dió á correr por la pendiente abajo,
que devoró en nn instante.
Con el entrisinsmo que entonces invadió á ca­
ballos y caballeros, llegamos al pueblo en menos
(JU!- íie dice, sin fijarnos en los mochos precipicios
que fianqueaban el camino á la bajada.

Un cacique de la tribu de los Coroados
(Matto Grosso-Brasü).
Por tanto, cantado el Te Beum, el Prelado to­
mando argumento de la iuiagen de María Auxi­
liadora que campeaba en el altar, habló al pueblo
de la Virgen Sma. y de la dicha de llamarnos sus
hijos. Aquella buena gente quedó entusiasmada
y por toda la tarde no quiso separarse del Pre­
lado. El pueblo llenaba todos los rincones de la
casa parroquial y allí estaban como en sn casa,
contemplando al Obispo y contándole las gracias
y milagros que habían obtenido de la Vir<fen 8alesiana, cuya estatuita, según decían, va siempre
de casa en casa por todo el año, para las novenas
y triduos, que nunca se interiuini>en.
También el Sr. C n ra, mientras preparaba lo
preciso para la cena y para la confirmación del
día sigaiente, afirmaba y daba con una palabra
ó con un gesto, colorido á las narraciones de sns
baenos feligreses.

— 250 —
Biptifj.
£1 mi^nio cortejo qae nos había acompañado á
S. Bartolo, nos acompañó el día siguiente hasta
los líiiiites dol pueblo. Apenas llegados ú la falda
del áspero y elevado iiioute, después de pasar el
Río Pomar, una multitud de niños del pueblo del
mismo nombre, prorrumpió eu aclamadores vivos.
Divisamos después las aguas verdosas y claras
<lel río Sigsig, en cuya ribera cubierta de feraces
campiñas, vimos un antiguo recinto ennegrecido
ya, monumento secular de la extinguida dinastía
de los Incas. Visatábamos al pasar los chozas de
los indios: en una de ellas se oyó una voz ronca
y profumla, y apareció después un anciano, que
segón declaraoión general, tenía ya cien años :
apenas podía el pobreoillo tenei'se en pie, y abriendo
los ojos escondidos en cejas espesísimas, decía en
su lengua: Buiideoidme, padre santo, para que
así pueda morir eu ]>nz Apenas satisfecho su pia­
doso deseo, topamos con los primeros represen­
tantes ilel puflilo de Sigsig, que venían á nuestro
encuentro. Detrás venía una legión entera, no
menos numerosa de las de los días antt'riores.
Saludamos al buen Párroco y á su Vicario, que
venían con los señores principales; mientras en
la parte opuesta del río eu la esplanada donde
se sienta tranquila la hermosa aldea, los niños y
las mujeres saltaban y danzaban, dando indes­
criptibles vueltas. Las campanas, desde lo alto
de la torre, lanzan al aire sus agudas notas, que
esparciéndose jior el vallecito se confunden con
las notas de la i»nnda, compuesta por un clarinete,
un onóvene, un cornetín, un bombardiuo, un bajo
y nn bombo.
Llegamos al Iiermoso río, con sus aguas abun­
dantes y cristalinas y con sus orillas sombreadas
de frondosos sauces. La banda nos recibió al toque
do la marsollesa, á la que siguió el bímno ecuato­
riano, mientras los corceles con paso ñero é inTraiM]UÍlo ]>asaban por medio de la multitud levan­
tando nubes de blancx) polvo.
En el pueblo y en los afiu-vas habían levantado
numerosos arcos de festones y verdura; en las
calles, pintorescos gi-upt)S de gente, niños que co­
rrían delante y detrás de nuestros caballos dando
frenéticos vivas á D. Hosco, á D. Rúa, al Obispo
y á la Congregación Salesiana.
También en la iglesia de Sigsig, que estaba
atestada gente , había un cuadro <le la Virgen
Auxiliadora, ixdornado con ex-votos. El Prelado
encomió con entusiasmo la fe de aquel pueblo y
al bemlecirlo o<)n efusión, oonoluvó diciendo: Así
como vosotros me habéis recibi«lo con tanto re­
gocijo, así también yo esporo recibiros eu el cielo.
Duvaiito aquel día y loa otros «los que nos para­
mos a llí, uuestxTo Prelado se vió continuamente
rodeatlo do lupiella piadosa gente. Era cosa digna
de adminvr, ver como á cada instante llegaban
gruiM)s de hombres y mujeres, entraban en la casa
parrmiuial y en el aposenté) del Obisj», pero sin
miedo alguno y sín que nadie procurara ni pu­
diera impedírselo. Los misioneros además se
liaban asediados <lía y noche por aquellos fervo­
rosos cristianos, que ae uno y dos días de camino,
venían juira confesarse v confirmarse. Poro la nota
más can\cterística fué la del Domingo. La plaza
de la iglesia estaba atestada de geute, que oon
sus abigarrados vestidos, imitaban la hermosa va­
riedad de un mosiiico. A fuera, comentos, }uimbienes y elogios al Prelado, tan celoso, tan ab­
negado , tan am able: adentro, ovaciones y so­
llozos. ir y venir de las devotos á ganar indul­

gencias, y el variado vagido de los niños que
recibían la confirmación.
Los señores del pueblo se disputaban el honor
de tener á su mesa al Obispo Salesiano; y nuestro
oficial hubiera tenido escrdpulo de conciencia, si
DO le hubiera acompañado. Lo mismo hacían los
soldados con respecto á su superior.
Bello y horrible.
Al despuntar del día 21 de Julio, antes que el
sol hubiese saludado todas las olmas orientales
de los Andes, ya nuestras raulns que no cedeu á
los caballos eu eso de subir montes, habían sentido
á sus espaldas nuestro peso específico, no sin dis­
gusto suyo, pero sin protestivs , cosa característica
de estos animales fuertes, prudentes y resignados.
Poro no éramos nosotros les primeros en prevenir
al día, que ya nos esperaban ios caballeros del
pueblo con los sacerdotes al frente, dispuestos á
formarnos escolta. Y no sólo nos hicieron cor­
tejo por las risueñas orillas del manso río, sino
que nos acompañaron por diversos valles, qne á
manera de.olas en un mar, so suceden desde Sigsig
hasta la aldea de Cuchil, que parece flotar en
aquel mar de verdura.
Los habitantes de este líltiioo pueblo renovaron
las escenas de la entrada triunfal, con tal profu­
sión y variedad, que ningún arco se parecía á los
demáis; gozamos por largo trecho de este honor,
y para que el tiempo se prolongase, algunos le­
vantaban los arcos por los que habíamos ya pa­
sado (por que no eran ni mucho menos, mouumentales) y loe colocaban más adelante hasta
llegar á la última choza del último coufin del
pueblo. De este modo subimos aqttellas risueñas
pendientes iluminadas por los primeros rayos del
sol naciente, que esmaltaban los campos y vecinos
bosques.
La últim a cabaña de Cuchil señala el límite
del mundo civilizado, y nosotros le dimos un afec­
tuosa adiós desde la cresta de los montes inter­
andinos. Saludaron también los caballos con un
largo y apasionado relincho las hermosas praderías,
donde libres poco antes pacían y briucabnn con
sus potros, y los serios y formales mulos procu­
raron, como podían, imitarlos.
La comitiva que nos escoltaba, pidió la bendi­
ción del Prelado y se despidió: nosotros nos dis­
pusimos á atravesar el gran valle que aún nos
separaba del nudo de Mata.uza.
Nos acompañaban el joveu coadjutor Abraham
Torres , un arriero y Juan Coronel, alcalde de
Gualaquiea, que descalzo y á pie había venido
para hacer de paje á su Obispo.
Cien y cíen encantadoras escenas desfilan ante
nuestra vista, como en una linterna mágica. Des­
pués de dos horas de obstáculos y dificultades,
abandonamos el Molón, y después de conceder
un poco de re^wso á nuestros cuerpos, comenza­
mos á subir el terrible Matunga. Es este el nudo
de montañas, donde los Andes, dando entrada á
la riquísima región de oriente, parece que ceden
en su titánico esfuerzo de negar el paso al hom­
bre. Una notable depresión de las crestas ofrece
paso á la diñcil subida. Pero la empresa es'ver­
daderamente ciclópica. Menester es <pie el esfuerzo
sea igual á la dureza de la roca en que está cor­
tado el camino á caracol, qne en poco menos de
una hora conduce á la cumbre.
Llegamos á la cima. La niebla nos rodea por
todas partes. Sopla nn viento rígido y nna insis­
tente nevada nos traspasaba los miembros. En

— 351 —
hora y media pasamos la alta meseta, qne en los
días crudos del invierno, cuesta á los imprudentes
la salud y la vida.
E¡ Oriente.
£1 lado opuesto de la gigantesca cadena sobre
la región oriental, es el límite de nuestro Vicaliato. £l descenso es mus rápido que la subida.
Charucu, que quiere decir caracol, es el nombre
qne le da su forma.
Encima de un picacho agudo, llamado Calvario,
donde encontramos la primera cruz de nuestra
misión, nos paramos un instante para contemplar
el majestuoso espectáculo.
Penetramos después en plena foresta, en am­
biente tropical. De frente y por uua y otra parte,
y cerrado al sud-este por la cadena andina del
Pacífico: montañas y valles que se ramiñcau en
cien partes, después llanuras, más allá nuevos
montes y colinas que van poco á poco descen­
diendo hasta perderse en las interminables lla­
nuras amazónicas, que se avanzan hasta ver des­
embocar en el Atlántico la mayor parte de los
líos de aquella inmensa cuenca. La vista se pierde
en aquella interminable -floresta que cubre todo
el inmenso panorama. Blanquísimas y numerosas
cascadas se derrumban sonoras en medio de aquel
océano de verdura como hilos de plata sobre tersas
esmeraldas. Cada garg an ta, cada hondanada
que forman los declives, es el cauce de un torrente
que con cien otros se despeña con rumor y estré­
pito hasta formar otros tantos ríos, cuautas son las
ramificaciones de los valles. Yeuse alláenel fondo,
el Blanco, el Granadillas y el Tigre, que saltando
de pena en peña van á unirse, casi á acometerse
en un mismo punto con curso vertiginoso; para
formar despu^ uno solo, que soberano y majes­
tuoso besa las raices y arboledas de la espesa
floresta. Después de recibir por tributo las aguas
de varios desfiladeros y vertientes, se une al Cuchipampa: este amansa con su plácida corrieute
il orgulloso Cuyes, hinchado por las aguas del
Bosario, que desembooa en el altivo Bomboiziu
Este bien pronto regala sus caudales al magnínco Zamora, que recibe abundante tributo del
^uchurableza, del Gualaqiiiza, del Indanza, del
Chnpianza y otros machos, hasta i-euuirse con el
menos majestuoso Paute, rico de cien manaubiles, y todos juntos al caudaloso Santiago, de’^bocan en el Amazonas, como digno homenaje
rey de los ríos; rivalizando con el que más
bajo le tributará el profundo y apacible Morona,
« el límite septentrional del Vicariato.
Las esbalaciones, los perfumes, el majestuoso
’^iencio, sólo interrumpido ]>or el cante de las
el rumor de las aguas y el caer de las ray sobre todo, la idea indefinible del mistério de aquellos bosques , abismos de la vida y
í-íugos cien veces seculares de las grandes epode la natuialeza, llenan el ánimo de una
^^¡'■^cie de alegría, de temor y de admiración que
í^dacen casi anonadamiento; y la lengua enmobalbuce: El espíritu de Dios está sobre la
-ore'ta.

^jQoé dulce impresión, que sentimiento tan con•'i'ior prodnce en el viajero perdido en la selva,
¿ Viiífli de noa choza ó de un tagnrio de h ojas!
t**
10'; la alegría
alezrría qne
one exjMrimentanioe
eznerimentanios cuando,
cnanrln.
. --'P ¡c* de haber bajado rápidamente la elevada

escala de la montaña, ya encorvándonos bajo ol
arco que formaban en el camino los árboles de­
rribados , ya saltando fosos, ó pasando jmr an­
gostos senderos entre las orillas de un estrecho
riachuelo, por donde á duras penas podiía pasar
la bestia sola, llegamos á uu sitio, donde algu­
nos árboles recién cortados, un largo espacio libre
de vegetación y en él dos habitaciones, nos anun­
ciaron qne allí vivían seres humanos. Estábamos
en Granadillas.
Chnba, indio Lícina, vivía allí con su fam ilia;
y son las primeras almas á nosotros confiadas. La
primera de las cabañas está abandonada. La otm
consta de nn portal abierto, con un máquina para
machacar la caña y uua bohardilla encima á nmnei*a de gallinero: á un lado la cocina y más allá
otro portal con su gallinero correspondiente.
Nuestro Chuba, que demuestra mucha perspicacia
y sabe hablar como las personas cultas, había ya
preparado en el segundo portal, una mesa con
los crucifijos, imágenes y piletas do agua bendita,
que él, su mujer y sus hijos habían podido reu­
nir para formar, como él d ecía, el altar del A l­
tísimo.
Cenamos: después, reunida la familia, rezamos
el Santo Rosario, cantamos varias canciones sa­
gradas, que de fuera acompañaba el rumor de los
torrentes y el monótono zumbido de mil insectos.
Finalmente, después de confesar á algunos, nos
fuimos á descansar.
El Obispo, por consideración á su dignidad, fué
á dormir solo..... al gallinero. Tódos los demás
tuvieron lecho común con la madre tierra al pió
del altarcito. Cimba, á quien nosotros llamábamos
con el BÍguifi\.ativo nombre de compadre Rosario,
nos trajo una buena porción do hojas secas de
banano. Encima do ellas y de nuestros jueces
caballerescos reposamos, como pudimos, los huesos;
y casi al instante nos vino á cerrar loa ojos el
amor de las estrellas, que brillaban como una
floresta de puntitos blancos arriba, como la verde
descansaba allá abajo. Ojalá pudiera siempre tener
el Misionero un lecho tan blando y libro de la
intemperie de los tigres y de las serpiontes.
El fuerte retumbido del trueno y uu generoso
aguacero nos despertaron antes do asomar el alba.
El cielo y la floresta aparecían negros; el relám­
pago, como serpiente de fuego, cruzaba los ámbitos
del valle. Pero de pronto el huracán se alejó rá­
pidamente. Volvimos á cerrar nuestros ojos y sólo
los abrimos al suave gorjeo de los millares de
aves que pueblan el bosque.
£1 sol se había ya levantado sobre las altísimas
cumbres, y al levantarse, se alzaban del fondo
del valle, gruesas columnas de vapor denso, como
el humo; tal^ que parecía hallarse la floresta en­
vuelta en un terrible incendio.
Después de haber dicho Misa y almorzado,
montamos á caballo.

(Se continuará)

iS

252 —

S

nA ¥ m U

(§^'.^(C

MBM6 MBLB

"^’i^ *'C>

A u n recuerda el m undo aquel día, para
siem pre célebre, ou que el A ngélico P ío IX
(d. s. m.) ilum iuadü con d iv in a ius[)iracióu,
praclam ó solonmoiueiíte desdo la cáted ra de
P edro, la Inmaculada Concepción de la Biena­
venturada Virgen María, lir a el 8 de D iciem ­
b re del año 1854; rodeado do imls de 2ü0
P relad o s del m undo entero, deüiiió aquel gran
l ’o iitíüce, el dogm a, que por tantos siglos
Ibrmó la esperanza do los fieles y que lioy
form a sus (lelicias. A quel momento solemne,
casi d iv in o , es preciso que no paso sin re ­
cuerdo en la época p re se n te ; os preciso que
a h o ra, como e n to n c e s, m ueva los coi’azones
de los fieles y los despierto en la fe ; es p re­
ciso celebrarle cual merece, p a ra que su me­
m oria no se p ierd a nunca, y sus frutos se
conserven siempre.
Jíl año 11)04, será el quincuagésim o de
aq u e lla m em orable proclam ación, y L e ó n X lI I
(d. f. m.) que p ara M aría era todo afecto,
<iui80 recordar á los fieles con u n B reve, que
el an iv ersario se acercaba y que hab ía que
d a r á la P u rísim a, o tra prueba de filial afecto.
JOsperaba ei In m o rtal Pontífice v er prolon­
gados sus d í a s , para presenciar este nuevo
triu n fo de M a ría ; pero J la ría h a querido que
lo celebre con E lla en el cielo.
Publicam os aquí la O artii del Pontífice y
e l pro g ram a de las fiestas:
C a r tu <lo S il Miiiiti<la<l o l r*ai>n

X IIX .
A HUc$tvo8 queridos hijos Urente, Cardenal rannutelU ;
Mariano. Cardenal liumpolla del Tíndaro: Domingo
Cardenal Ferrata ; JosiS Cahtsan:, Cardenal Vires.

¡Señores Cardenales:
De muchas partes se Xos ha manifestado el
vivo deseo de (os Jieles de celebrar con exti'aordinaría solemnidad el quincuagésimo aniversamo
de la dogmática definición de la Inm aculada
Concepción do la Virgen.
Fárnl es imaginar cuan gratos son para Xuestro ctrnuón tales deseos. L a piedad hacia la
Madre de Dios no sólo ha sido uno de Xucstros
más suaves afectos desde la tieima infancia, sino
que tenemos por cierto ser una de las más po­
derosas fortale::m co»(»<ití/rtífjw)r la Providencia
<Í la Iglesia Católica. B n todos los siglos y en
todos los combates y persecuciones, la Iglesia
ticudió á M a n a y obtuvo siempt‘6 vigor y de­
fensa. Y pues los tiempos que corren son tan
turbulentos y llenos de amenazas contra la misma
Iglesia, se X os alegra el ánimo abriéndose á la
esperanza, a l ver a los Jieles, que echando mano
de la propicia ocasión del mencionado cincuen­

tenario, quieren con unánime efusión de cojtfianza y amor dirigirse á Aquella que es incocada con el dictado de Auxilio de los Cristianos.
Contribuye además á que X os sea tan querida
la ansiada quincuagésima solemnidad, el hecho
de ssr X os el único sobrevim'ente, tanto de los
Cardenales como de los Obispos que rodeaban á
Nuestro Predecesor en el acto de la proclama­
ción del dogmático decreto. Siendo, pues, Nuestra
intención que las fiestas cincuentenarias revistan
aquel sello de grandeza que conviene d esta
Xicestra liorna, y sean tales que sirvan de esUmulo y regla á la quedad de los católicos de
todo el orbe, hemos decidido nombrar «na Co­
m isión C ardenalicia, á cuyo cargo corra la
disposición y dirección de las mismas. A voso­
tros, señores Cardenales, nombramos miembros
de la referida comisión. I ’ con la certidumbre
de que merced d vuestras sabias gestiones se
verán del todo colmados los Nuestros y los comu­
nes deseos, en prenda de los celestiales favores os
damos la Apostólica bendición.
Del Vaticano á 26 dé Mayo de 1903.
L E O N P A P A X III.
Todos los que se p recian de ser hijos
am antes de la Sma. V irgen y de la Iglesia,
leerán sin duda con júbilo, ia c a rta Pontificia.
E n ella, el que fué V icario A ugusto de Je­
sucristo, acogiendo con p atern al afecto el
vivo deseo de los fieles, in v ita al m undo ca­
tólico á celebrar con ex.traordinarios festejos
el Q uincuagésim o A niversario de la defini­
ción dogm ática d e la Inm aculada Concepción
d e Alaría.
P arece que el Pontífice! del R osario alzando
confiado sus ojos á M aría, después de haber
feste'jado sus tres jubileos, quisiera con feliz
l)eusamieiito in v ita r á todos sus hijos á so­
lem nizar el Ju b ile o de M aría Inmaculada,
para que todos reconozcan su protecciou sa­
lu d ab le eu los tristes días que v a n pasaudo
p a ra la Ig lesia y el P apudo; por ésto quiere
que se L a invoque eou el glorioso título de
Auxilio de los Cristianos.
E l mismo glorioso Pontífice nom bró una
C om isión C ardenalicia, com puesta de los Car­
denales V icente V auuutelli, 5l<U'iauo RamiwUa
del T iudaro, D om ingo E e rra ta y José Calasauz V ives y Tuto, x>ara lle v a r á cabo sus
altos designios.
P a ra corresponder, pues, dignam ente al Ha*
m am ieiito del A ugusto difu n to Pontífice, 5"
p a ra satisfacer a l m ismo tiem po los ardiente
deseos d e todos los b u e n o s, deben los cató­
licos de todo el m undo, u n irse concordes y
prep ararse á las solem nes fiestas: y con celo
y operosidad constantes poner en pr-áctica el
sig u ie n te :
Prosrrmnfi sroneral ai>i*ol>x\<l9
pox' la Ooinisióu Carcleiinlicia.

1®. Se celebrarán especiales y solemnis / l i ­
ciones eu la B asílica P a tria rc a l de 8. Pedro

— 253 —
en Eoina, donde se hizo solemue proclam aciói) del dogma, y en la B asílica P a tria rc a l
de Santa M aría la M ayor. A tales funciones
senin in v itad o s líep re se n tan tes de todas las
naciones del m uüdo.
2®. E n Eoma se celeb rará un Congreso TJniversal, Mariano con m otivo de las íiestíis,
cuyo pro g ram a se p u b licará á su debido
tiempo.
3“. La. form ación de una hihUoteca Mariana,
compuesta de to d as la.s nublio^iciones exis­
tientes acerca d e la Sma. V irgen. E stos p u ­
blicaciones .serán p resen tad as al Sumo P o n ­
tífice como liomenaje del genio y piedad
cristiana á la M adre de Dios, y fo n n arán en
Koina un m onum ento perenne de la gloria
de María.
4®. Se d an in Santas Misíanes d u ra n te el año
1904, como d igna e devota preparación á las
fiestas en honor d e la Inm aculada.
5®. Las Primeras Comuniones se celebrarán
con m ayor solem nidad y preparación d u ran te
el 1904.
7®. Devotas y numerosas peregrinaciones en
todas las naciones del m undo á los S a n tu a ­
rios más célebres y venerados de la S antí­
sima V irgen, d u ra n te el 1904.
8®. Se celebrarán devotas funciones el día S de
cada mes, á p a rtir d el 8 de diciem bre de 1903,
con el fin de p re p ara r bien las alm as de los
fieles con la oración y la frecuencia á los
Santos S acram en to s, á la g ran solem nidad.
En Rom a d ich as funciones se celebrarán en
la B asílica P a tria rc a l d e S an ta M aría la Ma­
yor ; en las dem ás partes, en las Ig lesias que
establezca el O rd in ario del lu g ar.
9°. Se p ropondrán obras espeeiaJes de bene­
ficencia cm íiflíia següii la oiK)rtunidad de los
lugares; y solemnes sufragios yor las benditas
almas del Purgatorio, p articu larm en te por las
que fueron en v id a m ás devotas de M aría
Santísima.
10®. Se celeb rará en S. Lorenzo ex tra -m u ­
ros, u n solemne fu n era l por el alm a de P ío IX ,
que definió el dogm a.
11®. Se ded icarán , de acuerdo con el CoUegium Cultorum M artyrumf cultos especiales á
las p rim itiv as im ágenes de M aría, veneradas
en las catacum bas rom anas.
12®. Se h a rá u n especial llam am iento á las
Ordenes R eligiosas y á las C ofradías é In s ti­
tuciones piadosas ta n to de hom bres como de
mujeres, p ara qne dediquen esijeciales cultos
á la In m acu lad a C oncepción, y p resten su
»poyo á las fiestas y obras locales y gene­
rales, con que h a n d e conm em orarle este
feusto y san to acontecim iento.
13*. P o d rá n añ ad irse á los expuestos en
este P n^ra m a general, otros proyectos d e obras
y festejos ta n to p a ra R o m a , como p a ra todo
el nm ndo católico. P ero la s In stitu cio n es C a­
tólicas que qoisiereu tom ar in iciativ as de

índole general, ésto es, extensivas a l m undo y
fuera del propio círculo, antes de proponerlas
al p ú b lico , procuren an tes obtener la apro­
bación de la Comisión Cardenalicia.
S a n t ia g o B a d in i T e d k s c iii

Secretario de la Comisión
Cardenalicia.
Roma, fiesta de Peutecostes, 31 de Mayo do *1903.

MEMORIAS RIOORAFICAS
DE

M O N S . L U IS

LJ\SJ\QHJK

(Continuación)

Los hechos p ro b raro n m ás ta rd e que D on
L asagiia m ilitab a en buen terreno, por que
m uchísim os alum nos del Colegio P ío, h a ­
biendo recibido u n a educación inform ada en
el espíritu de piedad y de caridad, al e n tra r
de lleno en el m undo y ocupar altos puestos
en la sociedad civil, no solo conservaron los
buenos principios m orales y re lig io so s, sino
que se hicieron fervorosos propagadores de
estos mismos principios e n tre el pueblo, como
podremos á m enudo dem ostrar en el curso
de estas m em orias biográficas.
M ientras con celo se dedicaba á despertar
en el In stitu to , el e.spíritu de religión, el es­
tudio y la c iv iliz a c ió n , no se olvidaba (pie
era Z^Iisionero y que a n te todo debía conducir
las alm as al seno de Ja Iglesia y á la fe de
Jesu cristo . Xo perdonaba fa tig a ni sacrificio
p a ra que en la igle.sia de Sta. Rosa se cele­
brasen los divinos oficios y las prácticas pa.storales con p u ntualidad y devoción. L a d i­
rección d e un Colegio ta n num eroso debía
hacérsele h a sta dem asiado pesada á él, que
siem pre se h allab a m olestado por continuas
dolencias; no obstante se h acía escrúpulo de
no p restarse á confesar, p redicar y oficiar en
la iglesia, H abiéndole adem ás in v itad o á p re­
d ic a r en las principales iglesias de M onte­
video, a<M3ed!ó fácilm ente y se dió á conocer
b ien p ronto por elocuente orador, á pesar de
hacer pocos meses que h ab lab a la lengua
castellana.
Xo es, pues, d e m arav illar que aún en
A m érica y en ta n corto tiem po, conocidas
sus ra ra s dotes d e inteligencia y corazón, se
le colocase sobre el can d elab ro , y que ecle­
siásticos y seglares tu v ieran á g ra n honor
tra b a r relaciones con él y que fuese en todas
p artes deseada su presencia. A este proiAÓsito
creo b ien m anifestar u n a coaa, que quizá jia-

— 254 —
rozca in creíble, pero que es cierta. S u aspecto
sim pático y atra y e u to , su p a la b ra eficaz y
lU’oiita, su lio o rd in a ria sabiduría, y sobre
todo, sus ex q u isitos m odales en tr a ta r con
to d a clase d e personas, d ieron á creer á alj'unos m iem bros de las sectas que, si lograimn ganarlo á. su partido, ten d rían en él un
apóstol de sus perversas doctrinas y u n i n ­
trépido ejecutor de sus diabólicos planes. P a ra
llev ar á cabo su idea, decidieron en ten e­
brosos conciliábulos, rodear al joven sacer­
dote de personas poderosas ó influyentes, que
fingiendo ayudarlo en sus em presas, secun­
dan d o sus m enores deseos, confiándole la edu­
cación de sus bijos y ofuscándole con el
incienso d e alabanzas á v iv a voz y en los
d iario s de todos los partidos, le bicierau caer
üii la red, sin que él mismo se d iera cuenta.
Ta-nto m ás fácil lea parecía el resultado,
cuanto que él, recién llegado á U ruguay, aú n
no podía conocer el espíritu d e los em isarios,
y adem ás en V illa-C olón estaba m uy lejos
del Sr. O bispo y de o tras personas que h u ­
b ieran podido av isarle en el peligro. P ero
Dios y su M adre Sma. velaban am orosos por
su fiel siervo. No tard ó D. L asagna eu ad ­
v e rtir los lazos que se le tendían, y poco á
poco fué cortando to d a relación con sem e­
ja n te s j)ersonas, aunque bien preveía las teirib lo s persecuciones que le esperaban y que
m uchos buenos jóvenes sald rían del Colegio.
Poro á todo estab a dispuesto, con ta l de con­
serv ar la lib ertad de acción p a ra el bien, que
de él esperaban D ios y la P ía Sociedad Salesiana. — E sto refirió D . L asagua m ismo á
u n íntim o amigo suyo, cuando hizo su prim er
viaje de v u elta á Italia.
S i bien la experiencia le h ab ía ensenado
á no fiarse de todos, no por éso dejó d e ser
cortés en sus m odales y expansivo según
la s circuiistauoias lo requerían. U n a prueba
de ésto la dio el 8 de N oviem bre de 1877.
E li este días algunos Sres. Urugujiyos fueron
ú v isita r el Colegio. E ra n los principales ne­
gociantes, los más ricos depositarios del co­
m ercio n acio n al, que en sim pátioa rouuióu
habían venido á p asar uu d ía de asueto eu
los alrededores del Colegio. P rese n tá ro n se al
D irector del Colegio á las 11 de la m añana,
pero después, viendo que aquella no e ra la
h o ra m ás á propósito, so re tira ro n prom e­
tiendo volver p or la tard e. Don L asagua eutre ta u to aprovechó el tiem po p a ra p repararles
un cordial recibim iento.
D u ra n te el recreo d e la tarde, la alegre
com itiva en tra b a en el colegio. F u ero n todos
conducidos á u n a sala donde los estaban
osi>erando lo alum nos. C uando la banda hubo
acabado do to car d him no nacional, ento­
naron los alum nos el him no del Colegio,
com puesto por Mons. CagUero; después varias
romanzas del mismo au to r y otros cantos,
ejecutados con adm irable m a e stría : los nobles
cxiHíctadores d ieron á en ten d er el placer in ­
menso q u e ésto les causaba y no cesaban de

aplaudir. P a ra m ás solem nizar el recibimiento,
dirig ió el D irecto r á aquellos Señores un de­
licado y respetuoso sa lu d o , que los oyentes
acogieron con frenéticos aplausos. Dos ora­
dores, redactores de diarios, pidieron la pa­
la b ra y con entusiasm o y con ardor respon­
dieron, bendiciendo la h o ra en que los Salesiaiios hab ían arrib ad o á aquellas playas,
augurando que se cum pliesen pronto sus fi­
lantrópicos planes, y exhortando á los jóvenes
á corresponder á los desvelos paternales de
sus buenos Superiores. Y no se contentaron
con sólo palabras, por que de acuerdo deli­
beraron re g alar en tre todos al Colegio Pío
u n piano, de que ten ía u rg e n te necesidad.
S alieron d el In stitu to los alegres Señores
g rita n d o ; ¡V iva la K epública! jV iv a el co­
m ercio! ¡V iva D. Boscol y convencidos de
que los curas, casi siem pre presentados como
retrógrados y capaces sólo de ensenar el Padre-nuestro, saben tam bién arm onizar el es­
tudio, la ciencia y el arte, con la piedad y
el alegría risu eñ a y cortés.
Puede, pues, com prenderse cuanto contri­
buyese ésto á hacer populares á los hijos de
D. Boaco y la sim p atía general que iba desliertando el Colegio d e Villa-Colón.

C a pít u l o S V I I I .
IPi'Ckííreso <iel Coloisrio I*ío IX —
IVuevo X>oetor d.© lu. iSautu Iffle^ia



coui>i© iiiioi*© cÍ45u — L a

Kúplicii ele uu Olíííspo —XJu l>uon
ititei'ccisoi* c o n I>. ü o w co —Ousu. y
P a r r o q u ia <1© L a s P ie d r a s —Xorco rti exp©dici<iu d e ]VLisiou©i*os —
—L a s U e i ’iuuuaiái d e ]>Xaria A.uxiliudoi*a.

Y a desde el p rim er año de su existencia,
el Colegio P ío I X , g racias á la solicitud y
sab ia dirección de D . L asagua, tomó ta l des­
arrollo, que parecía casi u u m ilagro. Aunque
el edificio era vasto y b ien com partido, no obs­
ta n te no podía ac ep tar á todos los que que­
ría n e n tra r: de aquí la necesidad de ensan­
charlo p a ra no dejar p riv ad o s del beneficio
de la instrucción y educación cristian a á un
g ra n núm ero de jóvenes uruguayos. Apenas
D. L asagua se hubo persuadido d e ta l nec^
aidad, puso m anos á la obra, como fiel imi­
ta d o r d e D. Bosco, au n q u e no contaba con
recursos pecuniarios. A l principio recibió de
la Com isión la im portante sum a d e 30,000 pts.
y p a ra la re sta n te que m ontaba m uchos más.
se entregó confiado en m anos de la Provi­
dencia. Los trabajos de ensanche adelantaron
rápidam ente y a l p rin cip iar el nuevo curse
escolástico estaban term in ad o s, quedando d
Colegio capaz de d a r albergue á doble nú­
m ero de alum nos. A ú n en su p a rte estétic;i.
el Colegio recibió de las nuevas coustruccic*
nes m ejora y belleza j y fué ésta tam bién un»

— 255 —
de laa causas q u e contribuyeron á su flore­
cimiento.
Un m em orable acontecim iento vino en este
año á ofrecer ocasión á D on L asag n a de d ar
mayor brillo a ú n á su Colegio. E l d ía 19 de
Junio, con decreto TJrbia et Orhis, S.S. P ío I X
(d. s. m.) colocó sobre las sienes dei g ra n
S. Erancisco d e Sales, u n a n u ev a corona de
gloria, declarándolo^ por su exim ia santidad,
^ t a sabiduría y num erosos escritos llenos de
sólida d o ctrin a y henchidos de piedad y dul­
zura, D octor de la S an ta Iglesia. D. Lasagna,
que ap rovechaba solícito todas las circuns­
tancias, p a ra encender en el corazón d e sus
alumnos el fuego sagrado d e la devoción y
para m antenerlo siem pre v iv o , dispuso que
se celebrase en el Colegio P ío IX , u n a fiesta
solemne p o r ta n fausto acontecim iento, é in ­
vitó á ella al Excm o. D on Ja c in to Vera,
Obispo de M ontevideo. H icieron lo niños la
preparación con p a rtic u la r em p eñ o , escu­
chando con atención y fru to la d iv in a par
labra, d u ran te el trid u o que precedió á la
solemnidad. E l V enerable P relado, a l d istri­
buir la S ag rad a C om unión á unos cien niños
y al observar su devoto porte d u ra n te todo
el día, pudo hacerse u n a id ea de la feliz
transform ación q u e en ellos se hab ía obrado
mediante los cuidados y enseñanzas de los
hijos de D. Bosco. D espués de laa funciones
sagradas, se celebró u n a v elad a m úsico-lite­
raria en honor de S. E rancisco d e Sales y
de Mons. V era, que resultó la m anifestación
más espléndida de los adelantos de los alum ­
nos en el estudio y del buen espíritu de que
estaba anim ado el nuevo In stitu to . E l celoso
Pastor conservó d e aquel d ía un grato re­
cuerdo y concibió entonces mismos la idea
de en treg ar al cuidado de los Salesiauos, la
parroquia de la P ied ras.
E s esta u n a herm osa villa, fu n d ad a tre in ta
años ha, u n as tre s m illas de Villa-Colón. E l
sacerdote que te n ía á su cargo la suntuosa
iglesia que se eleva en medio d e la p o b la­
ción, e ra u n b uen párroco j pero le hicieron
las sectas u n a g u erra ta n desesperada, que
cansado y disgustado renunció á la parro­
quia con g ra n m enoscabo d el b ien d e las
¿ m a s. H u b iera deseado el buen P a s to r,
poner en aq u ella p arro q u ia otro sacerdote,
pero e ra ta n escaso su núm ero en aquella
Eepública, q u e no lo encontró. X p o r ésto
rogaba y su p licab a á los Salesianos q u e se
tomasen á su cargo aquella parroquia^ pues
él se la cedía in perpetuum. A dem ás d e la
casa p arro q u ial p a ra el párroco y su coadju­
tor, el buen O bispo les cedía o tra casa con­
tigua, á propósito p a ra establecer escuelas
para niños d e am bos sexos. T enía absoluta
esperanza el celoso P asto r, d e que los Sale­
ó n o s no le n eg a rían este servicio, q u e con­
sideraba como u n favor Im portantísim o: pues
de este modo le q u ita b a n del corazón u n a
agudísima espina. ¿Q ué no h ab ría obtenido
el ruego de u n ta n esclarecido P relado, acom­

pañado d e ta n señaladas gracias Y Supo Don
L asag n a hacerse con D. Bosco elocuente in ­
té rp re te de los sentim ientos y anhelos de
Mons. V era, y defendió con tan to ard o r su
causa, q u e , á pesar de la escasez do perso­
nal, D. Bosco aceptó la propuesta dcl Obispo
d e M ontevideo. F ué ésta u n a de las mucbi\s
causas que imlujoroii á D. Bosco á p rep arar
u n a nueva expedición de Misioneros.
H acía y a m ucho tiem po q u e ib a estudiando
la m anera de in tro d u cir sus M isioneros en
las regiones salvajes de la P atagonia, cuando
á fines do J u lio del 1877, el OraU>rio de T a ­
rín recibió la v isita d e M onseñor Federico
A neyros, A rzobispo de B uenos-A ires, quien
h ab ía atravesado el océano p a ra postrarse á
los pies del angélico P ío IX , en la faustísim a
ocasión de su Ju b ileo episcopal. D espués de
h ab e r presentado a l V icario de Jesu cristo el
hom enaje de su in altera b le fidelidad y devo­
ción ilim itada, ofreciéndole dones riquísim os,
el celoso M etropolitano de la R epública A r­
g en tin a experim entaba u n a necesidad irre ­
sistib le de v isita r el O ratorio de T arín , de
h ab lar con D. Bosco y de fijar de acuerdo
con él los m edios necesarios p a ra la evaugelización de los salvajes de las P am p as y de
la P atagonia. F n é aquel u n acuerdo adm i­
ra b le d e dos gran d es siervos d e D ios. P a ra
d a r v id a á ta n grandioso proyecto, se req u e­
ría u n buen núm ero de M isioneros; y Don
Bosco sin titu b e ar, eligió algunos de e n tre los
m achos q u e generosam ente se le ofrecieron,
con el anhelo de extender el reino de JeauO risto en aquellas ap a rtad as regiones. La p a r­
tid a fué aplazada al 14 d e N oviem bre de
1877; con ellos ib a n tam bién algunos iSalesianos destinados á a y u d a r á D. L asagna en
Villa-Colón y a b rir la nueva casa de Las
P iedras.

(Se continuará).

Cooperadores Salesianos difuntos

8r. D. José Lacal
» Sirio Algneña
»
Antonio Pallaris Martinez

Almería
Alicante
Artaiia-Castellón
»
Bamón Malla
Buendía-Cuenca
>
Alberto Sendin
>
»
Bdo.Sr. D. José Manera
B.'ircelona
Sra. D.* Josefa Sargacha V. de Vidal Barcelona
>
Francisca de Paula Carilla
>
Sr. D. José Víllaraaa y Ferrer
*
>
Francisco Cano
»
>
José Cinabreda Boa
*
» Antonio Peraferrer
»
» Antonio Fornelio
*
» José Hoger
»

— 256 —
Sra. D.* Teresa Pújala de Moragas
»
Sr. D. Antonio Tona y Fraucli
»
»
Fraiiidsco Beneseit Ciará
»
» Francisca Ramírez
Anhacatlán-Tepic»
Joad Foirer y Mura
»
T
>
í
c
Méjico
>
Kduai’du Rniiioa
»
Rdo. Sr. D. P. M. Joarra Pbro.
Botijoque-Ve­
Sra. D.“ María Kumeu
»
nezuela
»
Pilar Cliicliery V. dePona
»
Srta. D.** María Luisa Jobar J. Bogotá-Colombia

Franciaca Fortuuy V. de Biscorri >
Cedial S. L. P.
»
Fidcla-rturringa
Bilbao Sra. D.“ Vicenta Peña
» Concepción Hernández
»
Rdo. Sr. Arciprcsro
>
* Dimas Puente
»
Sr. D. Modesto Lloó y Ubacli
Barcelona
Sr. D. Clemente Medina Cliiclugalpa-Xicaragiia
Sra. D.'‘ J>o1orea Sorra V. de Pona
Sra. D.'^ Vicenta del Rosario Fernáiióez (Coma» Filomena Valles V. do Casas
» Dolores Biilugus
lai)}i-\ic:ivagua
»
Kllermáu Rosa
Cádiz Rdo. Sr. D. Justo Ortega
Granada-Xicaiagua
Rdo. Sr. D. Pedro Táregano (párroco)
Cuenca Sra.. D.'^ í'ajardo Julia .
»
>
Sra. D.® Fanstina Cabo Sánchez
»
» .María López de Parra Jazinines-Tepic
»
Antonia Rubio
»
Sr. D. Antonio Carrillo
Jerez-Zacatecas
»
Jiicoba Ortega
»
»
Nicohis
Espinosa
Finatepe-Nicaragua
Sr. D. Claudio Iglesias
»
»
Juan D. Maestri
Montevideo
»
Benito Arias Burgos
Cuevas BajasMálaga Sra. D.“ María de la P. Pérez de Santander
■Moutalbán (Venezuela)
»
José M'* Escudero (Canónigo)
Cuenca
»
Angela Osio de Amor
Méjico
»
RoKcndo Pastor
Carcagente-Vnlencia
»
»
Pedro Torres y Torres Puente la Higuera Srta. D.^ Josefa Ramos Natera de Tacuba
»
Valencia Sr. D. Ricardo Sainz
Monsiour Robufat
Toulón-Var (Frunce) Rdo. Sr. D. Hernán Sanabria
Nandaime-KicaSr. D. José Moratalla
Granada
ragua
Rdo. Sr. I). Juan Barra (Canónigo)
Huesca Sr. Dr. D. Rafael Rúales A.
Quito-Ecuador
Sra. D.“ Dolores Tortor Cambia
Magente- Sra. D.“ Asunción Valverde de Icaza
Qnito
Valeucia Sr. General Teodosio Rincón Sábana de Mendoza
*
Angeles Cirugede
Magente-Valencia Sr. D. Coronel Pedro Carmeles
»
» Ana M.“ Donat
»
»
»
Carlos
Gmternl
»
*
Josefa Bolude Sanchis
»
»
»
General Federico León Peña »
Sr. D. Pedro Sagredo y Tristón (Capitíín) Madrid
»
Belisario Hoscoso (Canónigo) Siiore-Bolivia
» Josó Mazón y Franco
Murcia
S. Lorenzo-Paraguav
Sra. D.* JuliaGrundyCerreroV. deHedia Málaga Sra. D.“ Arcadia Zarza
Sr. D. Patricio Insfran
»
»
Sr. D. Luis Benot
»
Sm. D.“ Inocencia Cabrera
»
»
» José Fernández Quintero
»
» José Marino Saira
»
»
Marcelina Centurión
»
»
Sra. D.“ Carmen Enriqnez
*
Sr. D. Josó M.“ Ochoa de Santiago en
TangaSr. D. Eduardo Muñoz
»
maudapio-Méjlco
Rdo. Si\ Tintero (Coadjutor de Mira Geiiil P. G.
Sra. D.“ Antonia Rodiguez Teotillau del Camino
Sra. D.“ Rafaela do la Torre de Smga .Madrid
»
Amalia Castrillo
Valencia-Venezucl»
Sr. D. Enrique do Velasco Reig y Señora
»
»
Virginia García
»
>
»
»
Sra. D.** Julia Sclndtz
Málaga Sr. D. Felipe Gil
Vera Crnz-Méjico
Sr. D. Josó BonzH» Garrido
PuentesaiuiMíyo- Sra. D.“ Isabel Morales
Pontevedra Sr. D. Huerto
Villa Concepción-Paraguay
»
Santiago Pazos Pueutesampoyo-Pontevedra Rdo. Sr. D. Timoteo R. Calderón
Zacatecas
»
Francisco Sevane Barros »
»
»
»
Miguel Reyes Pérez
»
R . I. P .
Sra. D.“ .Xsuución Soto Carballido
»
Sr. 1). José Bonzus Garrido
»
»
, N .B . — So suplica á los Sres. Directores,, De­
»
Luis Reyes Pérez
»
»
curiones y Celadoras nos envíen cada mes el
»
Miguel *
»
»
,
nombre de los que han pasado á mejor vida, así
Sra. D.* Asunción Soto Carballido
»
Sr. D. Miguel León
París como también la fecha de su defunción y el pueblo
»
Francisco Laques y Gómez Puente Genil y proviucia á que pertenecían. De este modo, ade­
>
José Merino Lara
más de ser un lenitivo al dolor de los p.arientes
»
José Blanco Siles
Posadas-Córdoba del tinado ver que se acuei'dau de sus queridos, al
»
Josó Moya
$. Viceus deis Horts verlos inscritos en la Xccrología, nuestros bené­
Sra. D.‘ Coloma Colomor de CostA
»
volos lectores sufragarán con fervorosas oracio­
Srta. D.* Josefa Estivariz Sta. Crnz do Campezo- nes el alma de los finados, pues: Sania y salu­
Alava dable es elpensamimío de orar por los muertos.
Sr. D. Joaquín Brunet San Sebastian-Guipiizcoa
M. I. Sr. D. José M." Castellarnau V. G. Tortosa-Tarragoua
f w i p n t u M it h U o r id d E c k a i s a - fitra it: JOSÉ 6I 1BUS
Sr. D. Jorge Ecliauregui Zomora
Vizcaya
Sra. D.* Ramona Mer Ribot de Gómez
Vigo
Texto
^
amorT^rdjímo^^íñT
d t toa madores y más exc

ANO XXIV — N. 9

e i r a e s . 5 ;3 5 R iD f 7 l
ITALIA

^
Oa recomiendo la níAex y la
Juventud: cullivad con gran­
de camero su educación criatiana; g proporcionadle li­
brea que la cnaeñen i huir del
vicio y i practicar la virtud.

(PíoIX>

P U B U C A C /O fi M EN SU AL

8TTMABI0 — ü^nestro Smo Pad re P ío
p4g. 22!»
Un nuevo P a p a ....................................................................................... 230
Datos Biojrrádros de P ió X .................................................................231
PanBaniieiito sobre e l P ap a
............................................................232
£cos del Congreso y de La C o r o n a c i ó n ..................................... 233
Gnieiu.s do M aría A u x i l i a d o r a ......................................................238
Da KuamiiAS timioxics.— Patagonia (Territorio del N ouquén) 241
Uatto U rosso ( B r a s i l ) ........................................................................... 244

(^«doblad vucalrat fuercaa
i Tin de apartar b la niñea y

iuvenlud de la corrupción é
incredulidad, y preparar aat
una nueva generación.
C (U«n Xltl)

SETIEM BRE de 1903

A través del E c u a d o r ...........................................................................247
U n a fe c h a m em orab le........................................................................... 252
M emorias biogrAdeas de M ons. Luía L a s a g u a ........................ 254
Cooperailores Saleaianos d i f u n t o s ..................................... . 255
N uestros (thabauos. — C asa d e J u n in de lo s A ndes — M e­
dios d e transporte en la P atagon ia — Indio, joven es y un
cacique d e la trib u de lo s Gormados (M atto Grosso - Brasil).

Tluestro^ imo. lí^adre 1^io 1
■'(i)

i

----1J. I I I|.l hl 1.1 III lll.'l Jl t, I. Itr M.jI ■i II I I l.l I I l'l I IJ l.'llilTl li|iM.r>l lilliiti|iili'liilii|h|illu|.Vll.7lii|lili
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l:i|iilill.>l|| I I I ..t.
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de Slaría Auxiliadora W

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J-Q)

(; í.ú, que eu el instante primero hollaste con tu planta inmaculada la
cabeza de la inmunda serpiente; Tú, que te. llamaste y fuiste siempre,
martillo de herejes; Tú, que salvaste la Cristiandad eu Oovadouga, en
Jjepanto y en Viena, y que siempre fuiste el más fuerte escudo de la Iglesia; mira
con ojos.de misericordia la grey de tu Divino Hijo. CTii nuevo Vicario Suyo ocupa
la Cátedra de Pedro; los tiempos son aciagos y tristes; muchas y recias las bo­
rrascas, pequeña y combatida Ui navecilla. Só Tú la estrella brillante que la guíe,
la capitana dichosa que la gobierne: concede apoyo y fortaleza á Nuestro Sumo
Pontífice. Madre dd Buen Consejo, quiso llamarte tu tiel.siervo León X líl; sé, pues,
la'dulce y sabia Consejera de su Sucesor, y haz que conduzca la Iglesia por la
senda del triunfo, y todas las razas y todos los pueblos se agrupen en torno de la
Cruz y de t-u altar.
U u u u *ru < ‘ i u * l e

lí.u el mes do .Kuoro, vino á esta (‘iiulad
desdo Ai'ugón, acom pañado do su m adro un
niño á quiou un porro rabioso hab ía m ordido
u n a mano y un b ra z o ; ert^yéndose todos qué
lo ten d rían (pui c o rta r'p o r lo m enos la mano,
sn imbre m adre estaba poco menos que doéOvSporada. E u esto caso acudí á M aría Auxiíiadorá, puso al niiio luia imnlalla al cuello,
y prqm qtí p u b licar la jrracia en el B o l e t ín
Í>AI^ESI4.N0.
lilm iñ o fu é.cad a día m ejorando sili .oper
ración ni am putación a lg u n a , y los iiiíhiuos
doctores se quedaron asom brados de lo pronto
qUé se puso bueno. C um plo con mi prom esa
y no ceso' de d a r p a c ía s á ta n buena m adre,
Marñv A uxiliadora,
riló Cooperadora.
B atcelon^, M atzo 'd e 1903.

T Ju liiv o i* so A a ln ^ c lo .
G racias sean dadas á M aría Auxiliador.'i
por el inm erecido favor que por su interce­
sión he alcanzado.
Ciiu h ija m ía enferm ó de un dedo, tomando
tales proporciones la enferm edad, que acah-i
p a r caries completji del h u e so , siendo opi­
nión de cuantos facultativos la visitaron, se
b a tía necesaria la am putación.
E u tales circunstancias acudim os todos los
de casa ó la V irgen A u xiliadora, empezando
una novena. T erm inada ía cual estaba tan
m ejorada la n iñ a, que desistieron los médicos
de tOíla in tervención q u irú rg ica . L a mejoría
h a ido continuando h p sta el presente, que está
com pletam ente curada.
B epito pues u n m illón de g racias á María
y no cesaré de ro g a r p a ra que de aqof en

— 239 ¡ulelaute; continúe dispensándom e gracias
como liasta ahora.
C k e s c e n c ia P a e d e E i b e a .
Paeiite. M ayor (Geroiia), 12 E n e ro de 1903.

B endita s e a 3£ai.*ía .A.axiliadoi.*a.

H allándosela S rta, M ercedes Sorra, afligida
por un fuerte dolor y á consecuencia h ab ién ­
dole resultado u n tu m o r en el cuello, díjole
el médico que le v isitab a, que era preciso
operar.
Eu trance ta n apurado, recu rrió á la Sma.
Virgen M aría A u x iliad o ra de los cristianos,
prometiéndole que, si le o torgaba la g ra cia
de ponerse p ro n to b u en a sin te n e r que somelerse á ta n d u ra o p e ra c ió n , p u b licaría la
gracia en el B ól-e t ín S a l e s ia n o y h a ría
ima limosna.
María A u x iliad o ra atendió sus súplicas.
Agradecida la p aciente p o r ta n sin g u la r favor
obtenido y com pletam ente carada, cum ple la
promesa, en treg an d o 30 ptas. en fávor d e los
huerfanitos q u e se cobijan en las E scuelas
de Don Bosco, eu S arria.
M. S.
Barceloua, 5 de J u u io 1903.
Grloina A M a ría .

D. M ariano F errer, de B u rja so t, enferm ó
uu gravem ente d el estóm ago, que fué dcshau*
fiado \tor lo m édicos, después do cuatro me*ÉS de padecim ientos. E ntonces por consejo
de una cooperadora, hizo dos novenas á la
Virgen bajo el títu lo de A uxilio de loa cris­
tianos, y an tes de term in ar la segum la, co®enzó á m ejorar ta n visiblem ente, que á los
pocos días se h alló del todo restablecido. P or
lo cual m andó celeb rar u n a m isa eu su alta r
la iglesia de S. A n to n io A b a d y dió u n a
limosna, queriendo que el feuceso se publique
«n el B o l e t ín .
La niña D esam parados B ordes L lier, de
í*»£erna, quedó en teram ente ciega, como cer­
tificaron lo m édicos. A sí continuó d u ra n te
tícs meses h a sta q u e , e n terad a la m adre de
1*8 m aravillas q u e o b rab a M aría A uxiliadora,
lo hizo u n a fervorosa novena y á los 13 días
^ b r ó en teram en te la v ista. Su m adre agra. au n q u e pobre, m audó celeb rar iiua
Misa ante su im ágen, y q u iere q u e este su^ se publique eu el B o l e t í :? p a ra gloria
^ María.
DoMi>(K) T o v a e Mé n d e z .
V tlescis 3 de A hril d#* l9f^.

M a ría s o c o r r e Alo» ida.
(V a le n c ia ). — Leonardo Carrerea:
siete st'maiuis hacía que la C ooperadora Jo se fa C ue­
vas A m ero estab a p o stra d a en u n a s illa sin poderse
aco star & causa de u n a fu erte n eu ra lg ia que la a to r­
m en tab a; can sad a de ta n to sufrir, recorrió á M aría
Aux., prom etióndole u n a Misa, u n a lim osna y p u b li­
car la gracia. Empezó en com pañía de o tra s Coope­
radoras una novena, y el u ltim o d ía pudo acostarse
sin que el m al volv iera á m o lestarla. C um ple su pro­
mesa y queda eternam en te a g rad ecid a á María Atix.
3 X (l1 a .jfU . - Jf. C. H ab ien d o conseguido una
gracia especial de M. A ux. hago p u b lico m i agrade­
cim iento.
lM C u i m o í ii l> o (V enezuela). Ma.\Josefa G .de Fugo,
C ooperadora S alesiau a: invoqué el A u x ilio de M aría
en una grave necesidad y ella p iadosa escucho m is
p leg arias.
— Magdalena P e ñ a : h allán d o m e sum ida eu
la m ayor pobreza, acudí á M. A ux. p ara que con su
poder me ay u d ara á s a lir de m is ap rem ian tes nece­
sidades ; con asom bro de todos alcancé la ta n deseada
gracia.
I l > í< l. — M aría Fouaeca de D* Empaire: en medio
de los afanes y dolores de u n a g rav e enferm edad, re­
cu rrí á la V irgen A uxiliadora y o b tu v e p ro n ta cu­
ración.
— Luía A . Montel. E teru a m eiite agrudeiúdo
á M aría A u x iliad o ra por haberm e a ten d id o en las
p eticio n es que hice p a ra personas de m i cariño, y
hago pñblioa m i g ra titn d .
11> i< l. — M aría Urdaneta: estando gravem ente
enferm a de la v-i.^ta, acudí á M. A ux iliad o ra y E lla
me socorrió devolvióm lm ne la salud.
—De todas estas g racias de Jfai'ucaióo, d a fe el P bro
D . Ilelímenae .1. Jiie í.
(N icaragua). — J . Emelina Bermúde:. A gradecida á María Aux. por tre s favores reci­
bidos.
— CoríMa Pombo n a a o , por u n
fav o r recibiilo.
N ifU i'U H T U íX (G ranada). — *fHan i i i a u i g ^ o (Huesca). — Complicado mi asunto
de a d m in istració n , que p o r m orosidad en pagar un
p a rtic u la r se llevó a l Ju zg ad o , recu rrí á M aría Aux.
pidiéndole so reso lv iera sa tisfacto ria y amigablemente:
obtenido, cum plo con la prom esa de d a r uua oferta.
D a fe de ello el Pbro. D. Avelina Xavarro.
í ! $ a l i i m a i i c u . — Avelina García: estíiudo grave­
m ente enferm a mi esposa, acudí su p licau te á María
Aux. poniéndole a l cuello u u a m ed alla de tau mi­
lagrosa S eñora: á los pocos d ías m i esposa estaba
fiiera de p eligro y fué co rta su convalecencia.
S a x * r i A (Barcelona), — A. M . de B orrell: por
h a b er obtenido la cu ración de la g a rg a n ta de mu
h ija , y el b u en re su ltad o eu el saram pión que tuvie­
ro n todos sus hijos.
T o l e d o . — J . Javier Jforeno Pbro., Tomás Garm
Pbro., José Ambito Alcalde Pbro., Mariano Cogollsdo,
Diácono, Eustaquio Abad, Subdidcono, Carlos Itu h , Vinoriata, reconocidos en a lto grado por el favor alcan­
zado de M aría A ux. eu críticos in sta n te s, cumplen
gustosísim os l a o ferta de u n a p eseta cad a uno, y lo
hacen público en pago de ta n g randes favores.
■ V a l d e c o m e w a x ' o s d o A .l> t » io (Cueuca).
— C. G. de L.: e sta b a ag ouizaudo u n hijo de ana
am iga m ía; le puse una estam p a do María Aux. á 1»
cabecera y comenzamos los de la fam ilia uua novena
á esta B en d ita M ad re: a q u ella noche m ism a enipe:¿
la m ejoría y está com p letam en te sano.
' V i u o e s (E cu ad o r).— Darío Mendoza Carona,
Qttirós A q u ila r, Bemigio G ómez, Alfonso y Antosif
Veliz, d an gracias por señalados favores recibidos d«M aría A uxiliadora.
lK > i d . — D aniel B cruno, agradecido p o r haber
curado do u u a fu e rte afección h ep á tic a , ó HipoW»
Cosfa^eno por la curación de eu Señora.
X » * * — Alejandra Deza y Barcelona: Do resultas de
u n a enferm edad quedó in u tiliz a d a p a ra el desempeño
de m i cargo. Los diversos m édicos no lograron enra rm e : entonces rec u rrí á María A ux. ofreciéndo^*
u n a Misa y p u b lic a r la g racia. E sta b ueoa Madre
me otorgó a l m om ento la g ra c ia y yo cumplo mi pro­
mesa.
E rancííca González, por h a b e r salid o con buen éíi*®
de una p eligrosa operación.
N . £ 5 . — Dolores Sánchez, de Aspe, y A . PAlmaoera, su p lican á los lectores del B oletíx ruego*®
por ellos á M aría A u x iliad o ra para o b ten er de tai
buena M adre uua g racia especial y necesaria.

03^5;

_

241 —

.3 k

l«DE NUESTRAS MISIONES

F J ^ r n j^ C 3 r O i^ T J ^

TERRITORIO DEL NEUQUÉN

U i$ ita IP a s to ra l v H iis ió n
DE

S. S. L

Mons. JUAN CAGLIERO,
Obispo de Mágida
j Vicario Aposíólico de la Paíagonia
C a rta n o v en a ,
J u n íu de los Andes, A b ril 6 de 1902.
A mad ®. S r . D . M ig u e l R ü a :

A continuación de mis relaciones anteriores,
referentes á la misión del pueblo y campamento
de San ^ fa r tin y del A lum iné, entre los indios
de A’fí}?í«Hc«rrf, escríbele ahora respecto á lo que
me pareció más interesante y notable de la mi­
sión que acabamos de dar en J u n in de los A n dcs.
Este pueblo fronterizo está situado en la mar­
gen derecha del rio C h im ch d n , á 780 metros
sobre el nivel del mar, y rodeado de los grandic-sos y románticos lagos: Huechú-Lauquén,
loló, L a c a r , T ra fu l y A lum iné', de los que
Meen muchos y caudalosos ríos, que riegan a su
r a campos y valles fértilísimos. Tiene al N. O.
*1 majestuoso pico L a n in (3700 metros de
*lto): al O. la cordillera de los Andes; y al S.
d cordón de Chapelcó. La fundación de Junin
de los Andes se remonta al año 1879 , cuando
^ la conquista del desierto se estableció en este
P®rajo nn cuerpo de fuerzas. Este importante
Poeblecito es como el corazón ó el alm a de la
^ 6 n Manzanera; por ésto tuvo vida propia

aun después que se retiró ol destacamento mi­
litar.
Su porvenir es muy halagüeño, por la ferti­
lidad prodigiosa de sus campos, por la abundan­
cia de las aguas que los riegan, por sus grandes
canteras de piedra calcárea, y por las riquezas
de sus bosques en leñas y maderas.
Los cereales, las hortalizas y en general to­
das las plantas de los climas templados y fríos,
crecen con vida exuberante. La región Manza­
nera (cuya superficie se calcula en 70.000 ki­
lómetros cuadrados) es sin duda alguna, la más
fértil de todo el Territorio del Neuquén. No se
necesita para hacer de esta región una rica y
floreciente provincia argentina, más que la insta­
lación de un ferro-carril y la emigración extrangera.
En Febrero de 1892 los R R . P P . lilisioneros,
Domingo Milanesio y Juan Roggerono visitaron
de paso y por primera v ez, esto naciente pueblecito y encontraron en sus cercanías una nume­
rosa población indígena. En esta tan fausta cir­
cunstancia padres y madres de familias, jóvenes
y ancianos, se instruyeron en las verdades de la
fé, se regeneraron en las aguas del santo Rautismo, se legitimaron sus matrimonios y hasta
se administró el Pan de los Angeles á algunos
de estos pobres paisanos mejor preparados.
Dos años después volvió á dar misiones por
estos parajes el E . P . Milanesio, y bautizó y con­
firmó á varios centenares de indios, que vivían
aún en su primitivo estado de barbarie. Ese
mismo año (1894), los pobladores de Junin edi­
ficaron á expensas propias, una capilla dedicada
á Ntra. Sra. de las Nieves; y en Enero de 1895,
el activo misionero por mandato de S. S. I-, vi­
sitaba por tercera vez y se establecía definiti­
vamente en este su querido pueblo de la Cor­
dillera, proveyendo de campanas y ornamentos
sagrados al nuevo templo, y fundando una casa
salesiana como centro de misión, con dos cole­
gios, uno para los niños indigénas pobres y
desvalidos, confiados al cuidado de los P P . Mi­
sioneros, y otro para las niñas de igual condi­
ción, bajo la dirección de las Hermanas Hijas de
María Auxiliadora.

Las dificultades que se lian debido superar
pai-a llevar á cabo el doble cuerpo de edificio,
que existo lioy día, son innumerables. Basta re­
cordar las distancias inmensas do los grandes
centros de población, los caminos casi intransi­
tables, la falta do recursos y la indigencia del
lugar, donde las familias teman que luchar para
sostener su j)ropia existencia. Todas estas circunstani'ias explican las muchas privaciones y los
sacrificios sin cuento á que han debido someterse
los hijos de D. Hosco, para realizar una obra de
tanto interés para el Territorio. Ultimamente el
dueño del campo, Sr. D. Carlos Cernadas, con
un acto do generosidad que le honra, donó á los
Padres Misioneros de Jiinin unas 15 hectílreas
do fértil y precioso terreno, que se cultiva ya

I

Con admirable acierto supo coordinar el ho­
rario de los oficios de la Semana Santa con el
de los ejercicios piadosos y pláticas de la misión.
Se predicaban al dia tres sermones, se explicaba
la doctrina cristiana á los niños y niñas de
la parroquia, para prepararlos á la Primera
Comunión y al Sacramento de la Confirmación.
E l Jueves Santo los vecinos de Junin presen­
ciaron por primera vez una función muy devota
ó imponente: La solemne misa pontifical (con
asistencia de cuatro sacerdotes y dos acólitos) y
la consagración de los Santos Oleos. La proce­
sión del SS. Sacramento al sencillo, pero hermoso
Monumento, preparado al efecto , despertó los
más vivos sentimientos de cristiana piedad, y
llamó mucho la atención de los buenos feligreses

1' - L

— ir’ ‘

Casa de Juuíu do loa Andos.
con esmero y es de gran utilidad para la Mi­
sión.
Hacía tiempo que Monseñor deseaba visitar
estas floreciente poblaciones del S u r, pues desdo
1887 conocía tin sólo la parte norte del Neuquén; y
por fin esto año ha podido ver cumplidos sus
deseos. Su llegtida á esto apartido pueblecito de
la Cordillera ha sido providencial, y señalará en
él una nueva época do progreso moral y cris­
tiano, que hará brillar en su horizonte un hermoso
iris de bendición y de paz.
M is ió n .

Como le dije en mi anterior, acabada la mi­
sión do San Ignacio en el
entre los
indios de JVamííNCMró, Mons. Cadiero daba
principio el dia siguiente (Jíiercoles Santo) á la
solenne misión y visita pastoral de Junin de los
Andes. Dio principio á la misión predicando por
la noche ante una numerosa concurrencia, viva­
mente inpresionada por la palabra de su Pastor.

el hermoso sermón de S. S. I. sobre estos actos
religiosos.
La adoración fué continua luista por la noche.
Por la tarde Mons. liabló de la Santisima Eu­
caristía con aquella sagrada unción y espirita
de fé, propios de ese augusto misterio. Las fun­
ciones sagradas del Viernrs Sayito no podían
ser mas conmovedoras. Los cánticos lúgubres con
que la Iglesia llora la Pasión y Muerte áé'
P icador ; la tristeza del día y las negras nub^
que cubrían el valle andino, infundían en el co­
razón cristiano desolación y llanto. Grande íué
la concurrencia á la bendición de la Pila Bau­
tismal y á la Misa del Sabado Santo. La Re­
surrección gloriosa de N. S. fué celebrada cor.
sumo júbilo y común regocijo. El día era esplén­
dido y delicioso; y la naturaleza apareció revtóíid*
con todo el brillo de sus galas y hermosuras.
El flamear de las banderas, los festivos repiques
de campanas, y las salvas de los soldados del
fortín, uníanse á los himnos de gloria, y á lo?

-

Ahhnjas entusiastas, que resonaban por las
bóvedas del templo, llenando los ánimos de santa
é inefable alegría, E l sermón de Monseñor sobre
la necesidad de la confesión, fué muy interesante
y oportuno. Por la tarde continuaron las fun­
ciones y pláticas de la misión, y muchas per­
sonas se acercaron al tribunal de la Penitencia,
para cumplir con el precepto pascual. El Do­
mingo de Pascua florida, día hermoso y feliz,
fué un triunfo de júbilo, una resurrección, por
decirlo así, general de las almas á nueva vida.
La Misa de Comunión la rezó S. S. I ., quien
tuvo el gusto de administrar el Pan de los
Angeles á un crecido- número de cándidos é
inocentes angelitos, que se acercaron por primera
vez al santo altar. Los padres y madres de fa­
milia imitaron el ejemplo de sus hijos, formando

243 —
milagro de la gracia en esta misión y visita
pastoral, ha sido sin duda alguna el gran nú­
mero de matrimonios que se legitimaron.
Muchos y de los principales do la localidad,
estaban unidos tan sólo con el vínculo logal ó
inscripción civil; y otros muchos así, así... y como
suele decirse, con familia de corral...
Monseñor, deplorando un mal do tan funostíis
consecuencias, puso manos á la obra de regenoración
cristiana, y trabajando dia y noche con entre­
vistas, conferencias, y exhortaciones consiguió
pesuadirlos y prepararlos para la confesión
sacramental. De este modo, alcanzo que celebra­
ran el matrimonio cristiano, santificando sus unio­
nes, antes ilícitas, y legitimando sus familias
delante de Dios y de la Iglesia.

Medios de traiisjwrte en la PaLagonia.
con ellos s: ah o ra preseutaraos aquí hemos tom ado durm iendo én el suelo l>or
dos ca rtas del P . B álzola, celoso «5 in fatig ab le ñute de cuatro m eses, con u n tieiniK) casi
siem pre lluvioso y con sólo algunas pobres
diretdor de la Alisióu. L a p rim era d e ellas

®

-

2 i5 —

tiendas p ara guarecernos. D . S alvetto, á causa
de uu fu erte reum a, no puede m overse desde
hace algunos días. S in em bargo la anim ación,
la paz, la ca rid ad y la aleg ría rein an en todos;
sólo van faltando las fuerzas. P o r ésto, am a­
dísimo P ad re, no se olvide n u n ca en la S an ta
Misa de ro g a r p o r nosotros y nos recom iende
á las oraciones d e n uestros venerados Supe­
riores, herm anos y amigos.
Los indios h a sta ah o ra no h a n aparecido,
y ésto, á p esar del g ra n deseo que tenem os
de atraerlo s á C risto, es u n a g ran m erced del
Señor. Quien considere q u e el año pasado
hubo sag rien tas riñ a s y asesinatos eutee s a l­
vajes y algunos civilizados, que ard e v iv a
y feroz en el corazón de estos pobres salv a­
jes la sed de v en g a n za; q u ien considere la
triste condición en que nos encontram os, p o ­
drá com prender q u e p a ra nosotros h a sido
una g ran v e n tu ra el no habernos encontrado
aún con los hijos de la floresta. P ero ahora
que empezamos á estar m ás dispuestos, p a ­
rece que e l S eñor m ismo se en carg a d e con­
ducirlos á nosotros. Hem os celebrado con
gran fervor el m es de Mayo, ofreciendo todos
los días á n u e stra b u en a M adre, M aría A uxi­
liadora, n u estras oraciones y las herm osas
flores d e estos cam pos; ah o ra celebram os con
igual devoción el m es del Sacratísim o C ora­
zón de Jesú s, p a ra que se d ig n e bendecir
esta M isión; y n u estra s oraciones parece que
em piezan y a á p ro d u cir su efecto.
B esde hace dos ó tres días, se v en á la
parte del norte, hogueras, que iudican la pro­
xim idad d e los in d io s; y cuando el v ié n te lo
favorece, el hum o llega h a sta nosotros... jCómo será el en c u en tro ! Nosotros nos abando­
namos confiados en los am orosos brazos de
la d iv in a P rovidencia, y seguim os trabajando
y orando. E n la esperanza de poder cnanto
antes d arle noticias m ás explícitas y conso­
ladoras, le pide su p atern al bendición su obe­
diente íiijo en el Sdo. Corazón,
q. b. s. m.
Ju A íí B a l zo l a , P bro,
Misionero Salesíano.
B arreiro (C ayabá), C olonia d e l Sdo. Corazón
de Jesú s, 5 de J u n io d e 1902.

II.
£21 e n c u e n t r o c o n l o s I n < l i o s .

Mí sicY AMAiK> P adre :
[Loado sea m il veces el S agrado Corazón
de J e s ú s ! N u estro estado d e sa lu d y el de
nuestras cosas, es próspero. D espués d e séis
meses, que atra íd o s de la carid ad d e C risto,
vivimos en estas a p a rtad as florestas en busca
de alm as q u e salv ar, alguuos salvajes en pa­
cifica y am istosa a c titu d se h an acercado á
nosotros y en trad o en n u estra s cabañas. Les
hemos hablado de D ios, h a n estado con nos­

II

o tros dos días y hemos tam bién dorrumiulo
lágrim as de consuelo al v er las bumias dis­
posiciones con que se h a n pro.sontado.
■Como le escribí en la pasuda carta, había­
mos y a divisado á la p arte do! norte gram les
hoguerjis, que deuuuciabau la presencia de
los in d io s; no obstiinte por espacio de dos
meses parecia que pen n an o d aii inm óviles.
H ubiéram os nosotros deseado llegarnos á
ellos; pero ir con las m anos vaara
u n óptim o com pañero q n e te d aré: y ju n to s
iré is á hacer con m ucha prudencia u u a ex ­
cursión d e Teconocimiento p o r aq u el lado.
Y así se hizo. A l caer de la ta rd e volvie­
ro n con la n u ev a de q u e , á pocas hora» de

2á6 —
(IjHtuiicia, en el punto, míis espeso de la flo­
resta, u n a tfiati tu rb a de indios estaban liacíüiído su bacuntrú, ésto es, gritando, can- '
tsuido y b ailan d o ; una verdadera o rg ía de
salvajes.
E l encuentro, pues, era inm inente- A (juolla
noche apenas pudo dorm ir. E l corazón me
latía fuertem ente y una dulce esperanza, que
me prom etía ab u n d an tes frutos de conversión,
me h alag ab a y sonreía. A la m añana siguiente,
después de haberm e recom endado fervorosa­
m ente al Sdo. Corazón de Je sú s y de M aría
A u x iliad o ra, m andó ensillar tre s caballos. E s­
tab a decidido ú ir con otros dos com pañe­
ros, á ver las intenciones con (lue los indios
se h ab ían acercado y al mismo tiem po h ab lar
con ellos'. E ra el viernes 8 de A gosto, y yo
estaba seguro de que el Sdo. Corazón nos
ayudaría.
C uando todo estab a ya iirepavado para la
salida, uno de los n u estros: Padre, ilice, aquí
esUíii Ion In d h e.
Me dirijo al lu g a r do donde p a rtía la voz
y veo ú einco eorpuleiitos salvajes que se
acercaban g rib in d o :
— ¡Bororos hon! ¡Borosos hon! (iSoinos Bororos buenos!)
Lo que en aquellos in stan tes experim enté,
no me es posible describirlo. Me acerqué ú
ellos sonriendo; los abracó con te rn u ra á to­
dos y los prestó la m ás cordial acogida. A l­
gunos de los nuestros, q u e en aquel momento
h ab ían salido á la jm erta de la cabaña, deiTnmabaii lágrim as de alegría.
Los cinco huéspuedes perm anecieron con
nosotros dos días, ésto es, el viernes y el sál>ado. E l Sdo. Corazón y M aria A uxiliadora
no nos podían conceder una gracia m ás g rata
y señalada. Yo me en tretu v e con estos jmbres
hijos de la floresta; les expliqué el objeto de
nu estra v en id a; les aseguré que bajo nu estra
])roteceióu ninguno los m olestaría y al mismo
tiempo les supliqué que por su iw rte se m os­
tra ra n paidlicos y buenos; les habló de Dios
y do nuestro Divino Kedentov; en fm les
dije m uchas eosas y m uchas me dijeron ellos
á mí, lo mismo que si fuenunos an tig u o s ami­
gos. L a m añana del silbado oelebré delante
de ellos la san ta 3Iisa y despiu^ t'ontinuó
instruyéndolos en n u estra san ta fe. P ude ob­
serv ar que les causaron grande im plosión
tre s g randes oleografías que les dt^jé v er:
lepresentítbaii el juicio u n iv ersa l, la m uerte
del ju sto y la muerto del pecador. ;C on que
adm iración contem plaban las blancas liguritó
de 13 A ngeles! E u sus ojos se veía p in ta d a
una dulce y san ta conmoción.
liem os pues arrojado la prim era sem illa;
esperauutó que el Señor la b ag a fructificar,
lais Imeuos lu d io s antes do marchjvr me pro­
m etieron que después de dos lunas, volverían
con otros oouqmueros j>ara ayudarnos á fabri­
car cabañas y que m as t;u d e traerían tam ­
bién a sus taiuilias. Uno de ellos era n ad a
m em 's que un cacique.

Eegalam os,,á todos algunos objetos, y des­
pués de despedirse de nosotros cariñosam ente,
dos se d irig iero n al norte y tre s al sud para
Ufivar, como ellos decían, lu buena nueva á sus
com pañeros. A penas se hubieron ido., mandé
uii' p arte á l a estirción telegráfica (que dista
d e l a C olonia unos 40 km . y es el tínico in ­
dicio de civilización eu estas ap artad as sole­
dades) p a ra sacar de ansiedad á nuestros
herm anos del Colegio de S. Gonzalo, y esl)ecialm eute á nuestro inspector, B . Maláu,
á quien esperam os en octubre con nuevos
socorros. ¿Qué será de nosotros si no pudiera
v eiiirí Los lu d io s, como lo h a n prometido,
vendrán D ios sabe cuantos... y nosotros des­
provistos de todo ¿qué harem os?
Am adísim o D . Kúa, a n te s d e ce rra r esta
cartsi, perm ítam e que le m anifieste las an­
g u stias y necesidades que m e oprim en el
alm a. Hem os .ya empezado á co n stru ir caba­
ñ as para los pobres indios, pero ¿qué iXKiremos nosotros nacer si fliltan personas que
nos ayuden y medios p a ra m antenernos y
m antener á estos pobres infelices indios? ¿De
q u é modo satisfacer sus exigencias, ó mejor
diebo sus p retensiones! ¿Quién me d a rá cua­
tro harapos p a ra c u b rir sus carnes? ¡D ios
proveerá! es v erd ad ; poro no deje tampoco
V. R ., am ado P adre, de te n e r compasión de
nosotros en esta an g u stia y considere que
nos bailam os solos en este vastísim o y so li­
tario desierto.
liecom ieude esta incipiente misión á la in­
fatigable caridad y á las oraciones de nues­
tros Cooperadores, p a ra que aquí produzca la
g racia del Señor fru to s consoladores y abun­
dantes. E ste fué el augurio y el ardiente
deseo q u e me exiuesó el Sum o Pontífice, que
gloriosam ente rein a, cuando me bendijo á mí
y. á los tre s Coreados q u e yo le presenté.
O jalá q u e dentro de poco potlainos presen tar
ai Corazón S agrado do Jesú s toda eáta trib u
convertida y fervorosam ente cristian a. E ste
es nuestro deseo, nuestro anhelo, cueste lo qne
costare. P o r n u estra p a rte ponem os sudores
y fatigas, la v id a, si es necesario ; pero de
nuestros buenos Cooperatlores, n inguno nos
niegue sus oraciones, y los que pueden, el
óbolo de su caridad. La recom pensa la obtend iú u en el trib u n al del D ivino Juez.
A cepte, pues, am ado P a d re , nuestros hu­
m ildes obsequios, salude á nuestros Sui>eriores, y reciba el afecto y respetos de este
su obediente hijo in Corde Jesxt
q . b. 8. m.
JUA>í B a l z o l a , P b ro
Misionero Saleskino.
B arreiio (C o ja b á ), Colouia d e l Sdo. Corazón •*
de Jeeús, 24 de A gosto de 1902.

•S------

— 1:47 —

A través del Ecuador ™
Im p re sio n e s d e u n . v ia je

(Correspondencia del P. Félix Tállachini).
La bocina.
Antes que el aire helado de la noche pudiera
templarse con los rajos del sol, ya la iglesia esstaba repleta de fieles, que habían acudido pre, surosos al repentino auuuciOj para ver ni Obispo
y recibir su bendición. El, Obispo no se hizo es­
perar.
Después de celebrar el santo Sacriflcio de la
Misa y de confirmar á los que para ello estaban
preparados, habló así á los fieles : Otros cuidados
y otros afectos rae llaman por ahora á regiones
muy lejanas de aquí, pero yo permanezco entre
vosotros con el corazón. Más allá de los Andes!
orienta.es me esperan los hijos de la floresta, que
son también mis hijos. Es preciso que vaya allá.
Vosotros rogad al Señor pava que á la vuelta;
pueda yo detenerme por más tiempo en vuestrohermoso pueblo.
En vano el buen PáiTOCo nos suplicó que nos
esperásemos al menos pai-a proveernos de lo ne­
cesario para el camino, diciéndouos que no inter­
pretásemos literalmente aquello del Evangelio"
ñeque sacoulvvi ñeque perani; pues él y su coadju­
tor nos acompañaron por largo trecho y nosotros'
nos dispusimos á pasar la próxima colina.
Esta, con dirección al E ste, divide primero Ja
meseta en dos cuencas menores, y ,desj)ué.s se
pierde en numerosos valles, cubiertos de rica ve­
getación. Hay sobro el collado >una senda bas­
tante cómoda y. seca, que recibo los liouores .de
camino real. Pero á veces; desmiente sus honrosos
títulos y deja ver sus altos y bajos; ,d© trecho-eni
trocho se suceden pantanos, el camino real se in­
terna por prados, se divide en senderos estrechos
é irrogulares que más tardóse reúnen. De usa de
las primeras chuzas que divisamos, salieron al­
gunos indios, uno de ellos con una bocina eu lai
mano, que aplícóá los labios y produjo uuus.notas:
proluugadas y tristes como si quisiera dar aviso
de alguna cosa. De repente muchas bocinas res­
pondieron al sonido de la primera desde el fondo
de los cercanos valles: después otros sonidos más
lejanos, como el eco multiplicado de una voz que
se reprodujera en las rocas, hasta perderse en las
gargantas de los apartados cerros, semejantes á
las ondas circulares que produce uua piedra al
caer en nn lago, que empujándose unas á otras
vau á perderse en las orillas.
Al toque de la mágica .bocina, los vecinos cam­
pos comienzan á esmaltarse, no de flores, sino de
azules,, rojos, verdes y de todos colores:
numerosos indios con blancos y grandes sombretos salían de sus chozas y venían hacia nosotros
de todas las partes, como arroyuelos diversos, qne
siguiendo su curso, se reúnen para formar un
«audaloso río. Venían á toda prisa y en primera
fila, los jóvenes y las mujeres con uno, dos y hasta
cuatro niños en brazos, al cuello y á espaldas;
detrás los viejos afmyados en sus basttmes, que
parecían comunicar á aquellos cuerpos curvados
7 flacos el vigor qué Ies faltaba. Venían ¿y á qué?
A recibir la bendición del Obispo ellos y «ns
(I) Véase el 'Boletiit de Abril púg. 98.

hijos. Vepían á recibir la Confirmación. Los nobrecillos ál verse delante del aimm>ao Prelado,
doblaban la rodilla y con los brazos puestos on
cruz bendecían á Dios, á Jesús v á Nfaria quo
tan grande gracia les coiioertíán. ‘ Ilablubiin do
sus desventuras y de sus esperanzas • luiblabim
del cielo. Pero no; vosotros no podéis .ser desgracia­
dos. Desgraciados son loa pueblos que uo oleen y
que uo esperan, y vosotros esperáis y oreéis.
E l rocío t¡ la nube.
Dostáejise allá en uua uUura, uq edificio tío (>btilo mixto, do doble y vasta escalinata que iulttvua
su base, con dos órtleiuis tle vtuilajuis sii))erpuest4is,
con uua heimosa eiipula qtie le corona. Está lotle

Jóvcuea de la liibu de los Cotcadoa
(Matto Crosso-Biusil).
él fabricado con biaiiqnfsíína piedra, escondido
en la aspereza de una roca, que se destaca de
entre el verdor de los cóllados 'vecinos, como una
tórtola que se asuma á su nido. Es el nido de
una, palonia, formado en la cavidad de una pie­
dra;' es el Santuario de la Viryen del Tfocio.
Hace siete años estos valles estaban atrflráJados
por una tenaz sequía. Por iniciativa del Párroed,
D. Manuel Muñoz, el -pueblo hizo á María un
voto, y desde'entonces nuDCa faltó en Ids valles
ni lluvia, ni rocío. Este fué el origen del San­
tuario. Y ¿quién fué el atrevido arquitecto, cuál
el genio osado de artista que ha dejado tras sí
tan briHantes huellas en medio de aquellas chozas
pobres y ruinosasf-;- Los abremos ú uiedjda qde
-vayamos sigdiendo paso á pasó á este ^enrio. que
el Adtor de'ló bello envió á estas regiones como
un rayo de luz eu las tinieblas.

— 248 —
£1 Prelado qniso hacer una visita al Santuario.
En aquella roca reHouaron cautos y plegarias por
los infelices Jíbaros. Quería el Párroco y el pue­
blo nz Apenas satisfecho su pia­
doso deseo, topamos con los primeros represen­
tantes ilel puflilo de Sigsig, que venían á nuestro
encuentro. Detrás venía una legión entera, no
menos numerosa de las de los días antt'riores.
Saludamos al buen Párroco y á su Vicario, que
venían con los señores principales; mientras en
la parte opuesta del río eu la esplanada donde
se sienta tranquila la hermosa aldea, los niños y
las mujeres saltaban y danzaban, dando indes­
criptibles vueltas. Las campanas, desde lo alto
de la torre, lanzan al aire sus agudas notas, que
esparciéndose jior el vallecito se confunden con
las notas de la i»nnda, compuesta por un clarinete,
un onóvene, un cornetín, un bombardiuo, un bajo
y nn bombo.
Llegamos al Iiermoso río, con sus aguas abun­
dantes y cristalinas y con sus orillas sombreadas
de frondosos sauces. La banda nos recibió al toque
do la marsollesa, á la que siguió el bímno ecuato­
riano, mientras los corceles con paso ñero é inTraiM]UÍlo ]>asaban por medio de la multitud levan­
tando nubes de blancx) polvo.
En el pueblo y en los afiu-vas habían levantado
numerosos arcos de festones y verdura; en las
calles, pintorescos gi-upt)S de gente, niños que co­
rrían delante y detrás de nuestros caballos dando
frenéticos vivas á D. Hosco, á D. Rúa, al Obispo
y á la Congregación Salesiana.
También en la iglesia de Sigsig, que estaba
atestada gente , había un cuadro i*ol>x\erando lo alum nos. C uando la banda hubo
acabado do to car d him no nacional, ento­
naron los alum nos el him no del Colegio,
com puesto por Mons. CagUero; después varias
romanzas del mismo au to r y otros cantos,
ejecutados con adm irable m a e stría : los nobles
cxiHíctadores d ieron á en ten d er el placer in ­
menso q u e ésto les causaba y no cesaban de

aplaudir. P a ra m ás solem nizar el recibimiento,
dirig ió el D irecto r á aquellos Señores un de­
licado y respetuoso sa lu d o , que los oyentes
acogieron con frenéticos aplausos. Dos ora­
dores, redactores de diarios, pidieron la pa­
la b ra y con entusiasm o y con ardor respon­
dieron, bendiciendo la h o ra en que los Salesiaiios hab ían arrib ad o á aquellas playas,
augurando que se cum pliesen pronto sus fi­
lantrópicos planes, y exhortando á los jóvenes
á corresponder á los desvelos paternales de
sus buenos Superiores. Y no se contentaron
con sólo palabras, por que de acuerdo deli­
beraron re g alar en tre todos al Colegio Pío
u n piano, de que ten ía u rg e n te necesidad.
S alieron d el In stitu to los alegres Señores
g rita n d o ; ¡V iva la K epública! jV iv a el co­
m ercio! ¡V iva D. Boscol y convencidos de
que los curas, casi siem pre presentados como
retrógrados y capaces sólo de ensenar el Padre-nuestro, saben tam bién arm onizar el es­
tudio, la ciencia y el arte, con la piedad y
el alegría risu eñ a y cortés.
Puede, pues, com prenderse cuanto contri­
buyese ésto á hacer populares á los hijos de
D. Boaco y la sim p atía general que iba desliertando el Colegio d e Villa-Colón.

C a pít u l o S V I I I .
IPi'Ckííreso oetor d.© lu. iSautu Iffle^ia



coui>i© iiiioi*© cÍ45u — L a

Kúplicii ele uu Olíííspo —XJu l>uon
ititei'ccisoi* c o n I>. ü o w co —Ousu. y
P a r r o q u ia rio de T a ­
rín recibió la v isita d e M onseñor Federico
A neyros, A rzobispo de B uenos-A ires, quien
h ab ía atravesado el océano p a ra postrarse á
los pies del angélico P ío IX , en la faustísim a
ocasión de su Ju b ileo episcopal. D espués de
h ab e r presentado a l V icario de Jesu cristo el
hom enaje de su in altera b le fidelidad y devo­
ción ilim itada, ofreciéndole dones riquísim os,
el celoso M etropolitano de la R epública A r­
g en tin a experim entaba u n a necesidad irre ­
sistib le de v isita r el O ratorio de T arín , de
h ab lar con D. Bosco y de fijar de acuerdo
con él los m edios necesarios p a ra la evaugelización de los salvajes de las P am p as y de
la P atagonia. F n é aquel u n acuerdo adm i­
ra b le d e dos gran d es siervos d e D ios. P a ra
d a r v id a á ta n grandioso proyecto, se req u e­
ría u n buen núm ero de M isioneros; y Don
Bosco sin titu b e ar, eligió algunos de e n tre los
m achos q u e generosam ente se le ofrecieron,
con el anhelo de extender el reino de JeauO risto en aquellas ap a rtad as regiones. La p a r­
tid a fué aplazada al 14 d e N oviem bre de
1877; con ellos ib a n tam bién algunos iSalesianos destinados á a y u d a r á D. L asagna en
Villa-Colón y a b rir la nueva casa de Las
P iedras.

(Se continuará).

Cooperadores Salesianos difuntos

8r. D. José Lacal
» Sirio Algneña
»
Antonio Pallaris Martinez

Almería
Alicante
Artaiia-Castellón
»
Bamón Malla
Buendía-Cuenca
>
Alberto Sendin
>
»
Bdo.Sr. D. José Manera
B.'ircelona
Sra. D.* Josefa Sargacha V. de Vidal Barcelona
>
Francisca de Paula Carilla
>
Sr. D. José Víllaraaa y Ferrer
*
>
Francisco Cano
»
>
José Cinabreda Boa
*
» Antonio Peraferrer
»
» Antonio Fornelio
*
» José Hoger
»

— 256 —
Sra. D.* Teresa Pújala de Moragas
»
Sr. D. Antonio Tona y Fraucli
»
»
Fraiiidsco Beneseit Ciará
»
» Francisca Ramírez
Anhacatlán-Tepic»
Joad Foirer y Mura
»
T
>
í
c
Méjico
>
Kduai’du Rniiioa
»
Rdo. Sr. D. P. M. Joarra Pbro.
Botijoque-Ve­
Sra. D.“ María Kumeu
»
nezuela
»
Pilar Cliicliery V. dePona
»
Srta. D.** María Luisa Jobar J. Bogotá-Colombia

Franciaca Fortuuy V. de Biscorri >
Cedial S. L. P.
»
Fidcla-rturringa
Bilbao Sra. D.“ Vicenta Peña
» Concepción Hernández
»
Rdo. Sr. Arciprcsro
>
* Dimas Puente
»
Sr. D. Modesto Lloó y Ubacli
Barcelona
Sr. D. Clemente Medina Cliiclugalpa-Xicaragiia
Sra. D.'‘ J>o1orea Sorra V. de Pona
Sra. D.'^ Vicenta del Rosario Fernáiióez (Coma» Filomena Valles V. do Casas
» Dolores Biilugus
lai)}i-\ic:ivagua
»
Kllermáu Rosa
Cádiz Rdo. Sr. D. Justo Ortega
Granada-Xicaiagua
Rdo. Sr. D. Pedro Táregano (párroco)
Cuenca Sra.. D.'^ í'ajardo Julia .
»
>
Sra. D.® Fanstina Cabo Sánchez
»
» .María López de Parra Jazinines-Tepic
»
Antonia Rubio
»
Sr. D. Antonio Carrillo
Jerez-Zacatecas
»
Jiicoba Ortega
»
»
Nicohis
Espinosa
Finatepe-Nicaragua
Sr. D. Claudio Iglesias
»
»
Juan D. Maestri
Montevideo
»
Benito Arias Burgos
Cuevas BajasMálaga Sra. D.“ María de la P. Pérez de Santander
■Moutalbán (Venezuela)
»
José M'* Escudero (Canónigo)
Cuenca
»
Angela Osio de Amor
Méjico
»
RoKcndo Pastor
Carcagente-Vnlencia
»
»
Pedro Torres y Torres Puente la Higuera Srta. D.^ Josefa Ramos Natera de Tacuba
»
Valencia Sr. D. Ricardo Sainz
Monsiour Robufat
Toulón-Var (Frunce) Rdo. Sr. D. Hernán Sanabria
Nandaime-KicaSr. D. José Moratalla
Granada
ragua
Rdo. Sr. I). Juan Barra (Canónigo)
Huesca Sr. Dr. D. Rafael Rúales A.
Quito-Ecuador
Sra. D.“ Dolores Tortor Cambia
Magente- Sra. D.“ Asunción Valverde de Icaza
Qnito
Valeucia Sr. General Teodosio Rincón Sábana de Mendoza
*
Angeles Cirugede
Magente-Valencia Sr. D. Coronel Pedro Carmeles
»
» Ana M.“ Donat
»
»
»
Carlos
Gmternl
»
*
Josefa Bolude Sanchis
»
»
»
General Federico León Peña »
Sr. D. Pedro Sagredo y Tristón (Capitíín) Madrid
»
Belisario Hoscoso (Canónigo) Siiore-Bolivia
» Josó Mazón y Franco
Murcia
S. Lorenzo-Paraguav
Sra. D.* JuliaGrundyCerreroV. deHedia Málaga Sra. D.“ Arcadia Zarza
Sr. D. Patricio Insfran
»
»
Sr. D. Luis Benot
»
Sm. D.“ Inocencia Cabrera
»
»
» José Fernández Quintero
»
» José Marino Saira
»
»
Marcelina Centurión
»
»
Sra. D.“ Carmen Enriqnez
*
Sr. D. Josó M.“ Ochoa de Santiago en
TangaSr. D. Eduardo Muñoz
»
maudapio-Méjlco
Rdo. Si\ Tintero (Coadjutor de Mira Geiiil P. G.
Sra. D.“ Antonia Rodiguez Teotillau del Camino
Sra. D.“ Rafaela do la Torre de Smga .Madrid
»
Amalia Castrillo
Valencia-Venezucl»
Sr. D. Enrique do Velasco Reig y Señora
»
»
Virginia García
»
>
»
»
Sra. D.** Julia Sclndtz
Málaga Sr. D. Felipe Gil
Vera Crnz-Méjico
Sr. D. Josó BonzH» Garrido
PuentesaiuiMíyo- Sra. D.“ Isabel Morales
Pontevedra Sr. D. Huerto
Villa Concepción-Paraguay
»
Santiago Pazos Pueutesampoyo-Pontevedra Rdo. Sr. D. Timoteo R. Calderón
Zacatecas
»
Francisco Sevane Barros »
»
»
»
Miguel Reyes Pérez
»
R . I. P .
Sra. D.“ .Xsuución Soto Carballido
»
Sr. 1). José Bonzus Garrido
»
»
, N .B . — So suplica á los Sres. Directores,, De­
»
Luis Reyes Pérez
»
»
curiones y Celadoras nos envíen cada mes el
»
Miguel *
»
»
,
nombre de los que han pasado á mejor vida, así
Sra. D.* Asunción Soto Carballido
»
Sr. D. Miguel León
París como también la fecha de su defunción y el pueblo
»
Francisco Laques y Gómez Puente Genil y proviucia á que pertenecían. De este modo, ade­
>
José Merino Lara
más de ser un lenitivo al dolor de los p.arientes
»
José Blanco Siles
Posadas-Córdoba del tinado ver que se acuei'dau de sus queridos, al
»
Josó Moya
$. Viceus deis Horts verlos inscritos en la Xccrología, nuestros bené­
Sra. D.‘ Coloma Colomor de CostA
»
volos lectores sufragarán con fervorosas oracio­
Srta. D.* Josefa Estivariz Sta. Crnz do Campezo- nes el alma de los finados, pues: Sania y salu­
Alava dable es elpensamimío de orar por los muertos.
Sr. D. Joaquín Brunet San Sebastian-Guipiizcoa
M. I. Sr. D. José M." Castellarnau V. G. Tortosa-Tarragoua
f w i p n t u M it h U o r id d E c k a i s a - fitra it: JOSÉ 6I 1BUS
Sr. D. Jorge Ecliauregui Zomora
Vizcaya
Sra. D.* Ramona Mer Ribot de Gómez
Vigo