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Medios

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R e d a c c ió n

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C o tto lefig o , J 2 —

ANO x v n — N. 1-2 —

T u r in - I t a lia .

Publicación mensual — ENERO-FEBRERO de 1904

cETuintn
.
nuestras Misiones: Colombia — Pntagonin (Río
bUftWKU) í Carta del Rdísimo D. Miguel Rúa . pág. 1
Negro)— Tierra del Fuego.................................... 15
Página i n t i m a ...........................................................8 Gracias de María Auxiliadora....................................... aa
El Representante del Sucesor de Don Bosco en
Crónica Salesiana...................................................... as
^ ^ c a ................................................................... ...
Necrolí^a: D. Antonio Ricaldone — Dr. Abel Bazán as

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Caita del Rdísimo Don Miguel Rúa
á los Cooperadores Salesianos
Beneméritos Cooperadores y Cooperadoras:

y celosos Cooperadores que, con sus fervorosas
oraciones, trabajando por la buena causa é im­
T as palabras que el Emmo. Cardenal Svampa
poniéndose no pocos sacrificios, imploran sobre
■ L' pronunció en el último Congreso Salesiano, el ejército Salesiano la protección de la Auxilia­
poco ha celebrado, quedarán por siempre profun­ dora de los Cristianos y trabajan para que al­
damente grabadas en mi memoria. Con su arreba­ cance victoria del enemigo de las almas.
tadora elocuencia, describía magistralmente el
Si ésto es así ¿quién no echa de ver la íntima
pueblo hebreo, que combate con denuedo en la relación que existe entre los Salesianos y sus
llanura contra sus enemigos, mientras en la cima generosos Cooperadores? Uno es el deseo de sus
del monte Moisés, con los brazos levantados, in­ corazones, la gloria de Dios; uno es el objeto de
tercede por su pueblo y le alcanza del Dios de sus fatigas, arrancar de las garras del infierno el
los ejércitos una completa victoria. El Emmo. ■ mayor número posible de almas. Por ésto, los
Príncipe, presentaba en el pueblo hebreo, a los Cooperadores participan en gran manera de las
pobres hijos de D. Bosco, que esparcidos ya por obras de caridad cristiana que, con el auxilio de
toda la redondez de la tierra, luchan según sus
Dios, cumplen los Salesianos, y por ésto es con­
tuerzas, contra el error y el vicio, y se esfuerzan
veniente darles cuenta de vez en cuando de los
por extender más y más el reino de Cristo. Figu­ trabajos que se van llevando á cabo, como acos­
raba en Moisés, y no sin razón, á nuestros buenos
tumbro hacerlo todos los años. El repasar con

ron aumentar el esplendor de nuestras asambleas
con su altísima dignidad, y trazarnos con su
sabia palabra un camino más seguro para llegar
al bien. Conservaré asimismo grato recuerdo de
los buenos Cooperadores, Presbíteros y seglares,
que viniendo á Turín nos edificaron con su ferv'orrosa piedad y ardiente celo, y nos infundieron
confianza y aliento con su varonil elocuencia.
Me es suave la esperanza que se cumplan las
palabras que pronunció al fin de una sesión el
Emmo. Cardenal Richelmy: ojalá puedan deciise del Congreso Salesiano aquellas palabras
Mirada retrospectiva.
* Había dispuesto la Providencia Divina, que el del Génesis: dixit et jacta sunt. Lo dijo, y se
año 1903 fuera para los Salesianos y sus amados hizo. Sí, haga el Señor que las hermosas y ad­
Cooperadores uno de los años más dignos de me­ mirables deliberaciones tomadas se pongan en
moria. Durante su curso, los acontecimientos práctica, para mayor gloria de Dios y salvación
más grandiosos y más prósperos vinieron á re­ de la juventud.
Fué el Congreso la preparación más adecuada á
gocijarnos, aunque, como suele acaecer en este
la
Coronación
de María Auxiliadora. Me confieso
valle de dolores, alternaron con ellos algunos su­
incapaz de daros una pálida imagen de estas so­
cesos tristes. Los unos y los otros ya los conocéis,
amados Cooperadores, pero no obstante, no creo lemnísimas fiestas, y lo creo por otra parte inútil,
sea por demás hacer de ellos mención en esta mi pues su fama, que ha trapasado los límites de
Europa, habrá llegado hasta vosotros. Lo que
carta.
Dimos principio al pasado año con un acon­ no puedo pasar en silencio es el consuelo in­
tecimiento que llenó nuestros corazones de pu­ menso que tales fiestas rae causaron, el ver que
rísima alegria, de dicha inefable. El sapientísimo aquello no fué un entusiasmo pasajero y limi­
León X III, de feliz memoria, recibía el pasado tado al estrecho círculo del Piamonte, sino
Enero en audiencia extraordinaria al Rector que tuvo eco fiel en apartadas regiones. Por
Mayor de la Pía Sociedad Salesiana y á varios doquiera se extendió, como chispa eléctrica,
representantes de nuestros Institutos, quienes el entusiasmo en los corazones, entusiasmo para
depusieron á los pies del Augusto Vicario de amar y honrar más á María Auxiliadora, nuestra
Cristo, el óbolo de su filial piedad. En aquel ven­ ternísima Madre: pruebas de ello las tenemos
turoso momento se concibió la idea de celebrar en las fiestas que en todas partes se celebraron,
un Congreso Salesiano en Turín; en aquel mo­ coronando en muchas de ellas, con permiso de
mento solemne fué concedida por favor especial los Ordinarios, las efigies de María Auxiliadora.
de Su Santidad la Coronación de la milagrosa Im- Otro fruto consolador de tales festividades ha
gen de María Auxiliadora; dos acontecimientos sido la erección, en diversas ciudades, de la Argloriosos, que quedarán eternamente escritos con chicofradía de María Auxiliadora y el aumento
caracteres de oro en la historia de nuestra Pia considerable de los asociados. Esto me da espe­
Sociedad. El Congreso, varias veces bendecido ranzas de que nuestros Cooperadores no se con­
por el Augusto Anciano de Roma, honrado con tentarán con haber coronado á su Celestial Pala presencia de personas conspicuas, venidas trona de perlas y diamantes, sino que se esfor­
muchas de lejanas regiones, obtuvo un éxito zarán por presentarle una diadema más preciosa
espléndido, que fué un triunfo para nuestro dul­ aún, de almas arrancadas de las garras del de­
císimo Padre D. Bosco y para la Obra por él monio.
Ciertamente, fué causa de gran regocijo par^
fundada. Y no puedo dejar pasar esta ocasión
sin demostrar una vez más mi profunda gratitud mi corazón y los de mis hermanos, la feliz lle­
á los Emmos Cardenales y Rdísimos Arzobispos gada, tras un viaje casi de tres años, de nal
y Obispos que con gran molestia suya, se digna­ amadísimo representante, el Rdo Sr. D. Albera,
la mente los sucesos del año que acaba de espirar,
el recordar el bien que hemos hecho, las luchas
que hemos sostenido, los obstáculos que hemos
superado, lejos de sernos objeto de vana compla­
cencia y ostentación, será, por el contrario, un
tributo de viva gratitud á Dios por los favores
que nos ha otorgado, será un consuelo, un aliento
para que continuemos todos con generosidad el
apostolado de la salvación de las almas, que es el
fin principal de nuestra Pía Asociación.
**

— 3 “

que fué portador de las consoladoras noticias
acerca del bien que hacen los Hijos de D. Bosco
en todas las Repúblicas de America.
Permítaseme aquí hablar también de otra sua­
vísima alegría que ha experimentado mi co­
razón en el 1903. Después que la Iglesia se vistió
de luto, al ver desaparecer de la escena del mundo
la majestuosa figura de León X III {d. s. m.) ¡qué
júbilo no inundó mi alma al ver subir al trono
de Pedro al Cardenal Sarto?! Pío X conoció á
D. Bosco y, siendo Obispo de Mantua y Patriarca
de Venecia, se mostró siempre amante de sus
hijí». A los pocos días de su exaltación al Ponti­
ficado, se dignó mandarnos en un preciosísimo
autógrafo su apostólica bendición, y el 3 del
pasado Noviembre me concedió una audiencia
particular, gozando por tres cuartos de hora de
su ilimitada bondadpatermal, queUevael nombre
bendito de Pío X de boca en boca y le ha hecho
dueño de todos los corazones.
Elogió el generoso concurso de los Coopera­
dores, manifestando su vivo agradecimiento y
las grandes esperanzas que con su incansable apoyo, abrigaba para lo porvenir dignándose otor­
garles al .despedirme, una afectuosa y amplia
bendición á los Cooperadores, á las Coopera­
doras, á sus familias y á todas sus obras ■ úrituales y temporales.
Pero no hay rosa sin espinas: el Señor nos ha
visitado con tribulaciones. Una espina punzante
para mi corazón es la triste suerte que ha cabido
á mis carísimos hijos, los Salesianos de Francia.
Esta grande nación, condecorada con el título
de hija primogénita de la Iglesia, siempre la
primera, la más generosa en ejercer la caridad,
ve ahora, con pena profunda de los católicos
íervientes que son l^^mayor parte, á millares de
sus ciudadanos, qué de ningún otro crimen son
culpables, sino de estar consagrados al servicio
de Dios y del prójimo; los ve arrastrados ante
los tribunales, condenados como malhechores,
arrojados de sus conventos, despojados de sus
llenes y obligados á tomar el camino del des­
tierro, si quieren conservarse fieles á su vocación.
Eos Salesianos que sostenidos y ayudados por
la, candad de sus Cooperadores, habían fun­
dado veinte casas para los niños pobres y des'^alidos en Francia y habían establecido para
cHos numerosas escuelas y talleres; los Salesianos,

que habían sabido captarse las simpatías de los
mismos incrédulos, abrigaron por algún tiempo
la esperanza de encontrarse libres de la ¡perse­
cución y de poder continuar siendo padres de los
huérfanos y sostén de los desvalidos. Pero á pri­
meros del mes de Julio, tras una larga discusión
en el Senado, se publicó el decreto de su expul­
sión y del cierre de sus institutos. Sólo vuestro
corazón puede medir la intensidad de mi dolor,
al ver en un instante destruido el fruto de tantos
sudores y sacrificios, al tener que despedir á
tantos niños que se encuentran de nuevo aban­
donados á merced de sí mismos y expuestos á
los peligros de un mundo corruptor y corrompido.
No puedo por menos de dar publicas gracias
á los intrépidos oradores que defendieron vale­
rosamente nuestra causa y á los cien Senadores,
que venciendo graves dificultades, dieron el voto
favorable á los Salesianos.
Otra pena me traspasó el corazón, al recibir
la noticia de que en nuestras casas del Brasil
había penetrado la fiebre amarilla, y que había
sacrificado nueve víctimas de entre nuestros
Misioneros. Algunos de ellos eran Superiores
importantes, todos de edad florida, de claro in­
genio, de celo ardiente; y en un momento desa­
parecieron de la escena del mundo, dejando un
vacío que no sabemos como llenar. Pasó á mejor
vida también D. Belloni, fundador de las casas
de Palestina. La muerte de este padre de los huér­
fanos, de este ejemplar Salesiano, ha sido llorada
en Belén como una desgracia pública y ha sido
sensible y dolorosa para todos los bienhechores
de las casas de Oriente, de Italia, de Bélgica y
de Francia. Me es suave consuelo esperar que
nuestros beneméritos Cooperadores seguirán
suministrando alimento, vestido é instrucción
á nuestros huerfanitos de Tierra Santa. Este será
el ma3W homenaje que podrán tributar á la me­
moria veneranda de D. Bosco.

A los obreros de la primera hora
Considero como un deber sagrado, daros cuenta
todos los años de las nuevas fundaciones, porque
ordinariamente por el número de las casas recién
fundadas. Ljnados Coop>eradores, podéis for­
maros una idea del progreso y de la vitalidad de
nuestra humilde Sociedad; por que de este modo

— 4 —

r

podéis conocer el aprecio en que tienen los Obis­
pos y aún los mismos Gobiernos á nuestra Aso­
ciación, cuando con rail maneras procuran tener
Salesianos en sus diócesis ó en sus Estados para
que se cuiden de la juventud.
Estos nuevos institutos son además muestra
evidente de la actividad de nuestros Coopera­
dores, que no perdonan fatigas para proteger á
los Salesianos. Por tanto, es para nosotros un
deber, que la gratitud nos impone, manifestar
estas obras de generosa caridad. Esto no obstante,
bien lejos estamos de olvidarnos de aquellos Coo­
peradores, y son en gran número, que con celo,
que con graves sacrificios sostienen las casas
Salesianas ya existentes. Y nos edifica y nos
alienta en gran manera la constancia de aquellos,
que cada año nos envían su oferta, para que así
podamos nosotros seguir educando cristiana­
mente á tantos jóvenes, alimentando é instru­
yendo á tantos pobrecitos huérfanos, cultivando
las vocaciones eclesiásticas, difundiendo la buena
prensa y socorriendo las misiones más necesita­
das. Os lo confieso con toda sencillez: cuando
tomo en la mano los registros de nuestros bien­
hechores, y hojeándolos, hallo el nombre de mu­
chos que lo eran ya de D. Bosco, y que siguen so­
corriendo con su caridad inagotable á su Sucesor,
el corazón se rae conmueve, los ojos se me preñan
de lágrimas y mis labios pronuncian estas pa­
labras: he aquí los obreros de la primera hora.
Se han cambiado los tiempos, se han cambiado
las personas á quienes socorren, pero ha quedado
firme é inmutable su simpatía y su caridad para
con los hijos de D. Bosco. Estén seguros estos
nuestros bicnhechores.de que no será pequeño
el premio de su generosidad; nosotros rogamos
á Dios todos los días para que su recompensa sea
proporcionada á su perseverancia y para que les
dé el ciento por uno en la vita eterna: ceniuplum accipiet et viiam ‘itcrnam possidebit. E^tas
son las j)alabras del Evangelio, y no quedará
sin cumplimiento ni siquiera una sílaba de la
palabra de Dios.
**
Nuevas fundacioaes.

Al enumerar las casas fundadas durante el
1903, me es sobre manera grato ver desde luego
entre ellas varios Oratorios festivos, por los

cuales, vosotros lo sabéis, tengo yo una verda­
dera predilección, pues un Oratorio festivo fué
la cuna de las obras de D. Bosco.
En Italia durante el 1903 se han fundado dos
nuevos Oratorios, uno en Ascoli Piceno, otro en
Iseo cerca de Brescia. Dióse además mayor in­
cremento al de Pistola, donde los Salesianos han
establecido ya su demora.
España cuenta con un Oratorio más, el de
Huesca, que tiene anexas clases elementales.
Os participo también con sumo placer mío, que
ha aumentado el número de Casas-familia, pues
los Salesianos han tomado á su cargo la 5^.
George's Home (casa de S. Jorge) en Londres,
donde se reúnen todos los días más de cien jó­
venes artesanos para asistir á las funciones re­
ligiosas y á las clases, para comer y dormir. El
resultado obtenido durante los ocho primeros
meses ha sido espléndido.
E n Octubre p.pdo. tomaron la dirección de
una Casa con el mismo objeto, para los niños
alumnos de las escuelas públicas, en Viena, ca­
pital del Imperio Austríaco. E n dicho asilo, los
niños pasan lo restante del día lejos de todo
peligro material y moral, bajo la vigilancia de los
Salesianos.
Deseosos además de ser útiles á los emigrados
italianos y de ayudarles en la obra importantí­
sima de la educación de sus hijos, hemos acepta­
do, á costa de no pocos sacrificios y en correspon­
dencia á la entusiasta invitación de \a. Asociación
Nacional protectora de los misioneros Italianos
en el extranjero, mandéu: algunos maestros y
asistentes para las escuelas comerciales italianas
y las escuelas elementales en dos partes distintas
de la ciudad de Esmirna, en Turquía Asiática;
se han fundado asimismo escuelas elementales
para italianos en Constantinopia, donde los emi­
grantes son en crecido número.
Muchos años hacía que se nos esperaba en la
Isla de Malta, para que nos encargáramos de un
instituto de artes y oficios, preparado ya por
algunos beneméritos Cooperadores y sostenido
por el Gobierno inglés. Por fin el pasado No­
viembre tomaron posesión de él y, con el auxiSo
de Dios, harán los Salesianos todo lo posible para
corresponder á la espectación del Gobierno y de
los bienhechores y para formar de aquellos jó­
venes, ciudadanos honrados y cristianos.

En la República Argentina, suelo fecundo en
Institutos Salesianos, á pesar de la escasez de
personal, se ha fundado un Oratorio festivo en
S. Isidro y una Granja agrícola
Rosario de
Córdoba, debido á la liberalidad de los Sres Vignaud. Se ha abierto en el Sud del Brasil una
Granja agrícola en 5 . Francisco dos Campos.
En el Ecuador los Salesianos, además de resta­
blecer las casas existentes antes de la expulsión
de los religiosos, han fundado una nueva en
Atocha cerca de Ambata, destinada á cultivar el
personal necesario para las escuelas y talleres.
Merece también especial mención el Colegio de
Sla. Ana, fundado últimamente en la República
de S. Salvador, Centro-América. Pero donde se
ha manifestado de una manera particular la mano
de la Providencia, es en la fundación de Troy,
diócesis de Albany, en los Estados Unidos. Ar­
diente era nuestro deseo de tener una casa donde
recoger los jóvenes, que tuvieran inclinación al
estudio y vocación para la vida sacerdotal, que
por la gracia de Dios no son pocos. Habíamos
pensado comprar un terreno en New-Ark, cerca
de Nueva-York, aunque gravándonos con una
enorme deuda; pero cuando el limo. Sr. Parcley,
.Arzobispo de Nueva Y o rk , supo nuestra in­
tención, puso inmediatamente á disposición
nuestra un vasto y cómodo edificio en la ciudad
de Troy, que varias veces había servido de Se­
minario. Mientras doy públicamente las más
rendidas gracias al Illmo. Sr. Arzobispo, hago
votos por que los jóvenes que en aquella casa se
asilen se muestren dignos de tan señalado be­
neficio.
Creo necesario antes de terminar esta reseña,
nablar de una obra que á no dudar, será de gran
interés para los lectores de esta carta. Obligados
los hijos de D. Bosco á salir de Francia, no pu­
dieron resignarse á desamparar á sus niños, y
al tomar el camino del destierro, llevaron con^ o , no sin un gran sacrificio, á muchos de sus
asilados. De ellos se refugiaron parte en Italia,
parte en Bélgica ó en Iglaterra y algunos en
^>nÍ2a. De este modo, algimos institutos de Franoa fueron completamente trasplantados á las
n¿"iop.es limítrofes, y los Superiores y Maes­
tros dieron un ejemplo memorable de amor y
candad hacia sus niños, así como estos lo die­
ron de aprecio á la educación que de ellos re­

cibía, procurándosela aún á costa de abandonar
el hogar y la patria. Esto me hace esperar que
la persecución que se ha desencadenado contra
los Religiosos, no será capaz de romjier los vín­
culos de caridad entre los Salesianos y nuestros
Cooperadores Franceses, y que no dejarán de
sostenemos especialmente en la educación de
sus jóvenes conciudadanos.

Nuevos Institutos de las Hijas de María Auxiliadora.

Por lo que yo he visto con mis propios ojos y
por lo que los demás me han dicho, me he podido
convencer de que el Señor bendice de un modo
particular la Congregación de las Hijas de María
Auxiliadora. Su campo de acción va tomando
cada día más vastas proporciones y, gracias á
Dios, en ellas no diminuye la actividad. Parece
que la Providencia las haya llamado á ser madres
de interminable número de niños de ambos
sexos, cuyas madres naturales, obligadas á tra­
bajar para ganarse el pan, no pueden cuidarse
de ellos; por ésto empiezan á aumentarse el nú­
mero de asilos de la infancia dirigidos por las
Hijas de María Auxiliadora. Bien notorios son
á todos. los frutos que producen estos asilos, pero
solo quien los visita y asiste á sus lecciones y á
los ensayos que suelen dar al terminar el año,
puede dar razón del caudal de heroica paciencia
que las maestras deben tener para inocular en
aquellas tiernas almas los gérmenes de la virtud
y piedad. En vista de los frutos de bendición
que en este campo han recogido, las Hijas de
María Auxiliadora han sido llamadas á dirigir
diversos asilos en Livorno (Toscana), Mede, BeU
lagio, Jerago, Villadossola en el continente: en
Módica, Piazza Armerina, Biancavilla, Balestrate y Parco en la isla de Sicilia.
Numerosas son asimismo las escuelas elemen­
tales, secundarias y normales, en Europa y en
America, en que las Hijas de D. Bosco, animadas
por su espiritu todo caridad y dulzura, preparan
á las niñas para aquella santa misión á que Dios
las tiene destinadas. Y en vista del buen éxito
que hasta ahora han obtenido, se han encargado
también de la asistencia de las jóvenes en teje­
durías y fábricas de otros géneros, y de la di­
rección de Asilos de obreras. Con este fin se han
establecido en Legnano.



Noto, sólo de paso, las fundaciones de nuevas
escuelas en Valencia (España) y de Lipeloo
(Bélgica): pero merece mención especial el hos­
picio de niños fundado por las Hermanas en
Chertesey, cerca de Londres, en medio de una
población de protestantes, que, como me han
asegurado, han quedado altamente edificados
del espíritu de sacrificio de aquellas buenas re­
ligiosas. Según deseos del Sr. Obispo, su capilla
se ha convertido en Parroquia de los católicos
de aquella ciudad. Quiera el Señor que con sus
virtudes puedan contribuir á la salvación de
muchos.
No puedo dar fin á esta breve reseña sin elevar
un himno de acción de gracias á Dios, que se
sirve de las Hijas de María Auxiliadora para
hacer el bien á innumerables jóvenes en los Ora­
torias festivos, que también este año han aumen­
tado y florecido especialmente en las Repú­
blicas Americanas.
Al nombrar estos asilos y estos Oratorios, yo
dirijo mis pensamientos y mis palabras á vos­
otras, caritativas (Cooperadoras, que con tan
santas industrias sostenéis á las Hermanas, y os
lo digo con .profundo agradecimiento: todo ésto
es fruto de vuestra caridad.
«*
Propuestas para el año 1904.

Cada día repetimos la súplica: adveniai regnum
iuum: venga á nos el tu reino. Con estas palabras
demostramos el vehemente anhelo de que sea
destruido el reinado de Satanás, de que N. S.
Jesucristo sea conocido, amado y honrado por
todas partes, de que Cristo reine en todos los
corazones, en todas las familias y en todos los
pueblos. Pero, si queremos que esta súplica sea
más agradable al Corazón dulcísimo de Jesús,
debemos contribuir con todas nuestras fuerzas,
con todos nuestros haberes á la propagación del
reinado de Cristo, y ésto es precisamente lo que
liacen nuestros (Cooperadores socorriendo á nues­
tros Misioneros.
No descansó nuestro venerado Padre D. Bosco
hasta que, aun á costa de sacrificios indecibles,
no introdujo en la Patagonia á sus sacerdotes y
á sus catequistas. ¡Oh! ¡cuál no será su júbilo
allá en la gloria, donde lo creemos, al ver aque­
llos inmensos desiertos sembrados de misiones v

6



escuelas, cruzados continuamente por sus hijos
los Misioneros, habitados no ya por salvajes fe­
roces, sino por cristianos, por civilizados! El
aspecto de aquellas inmensas llanuras se ha
trocado ya, y no está lejano el día, en que el
Gobierno civil y eclesiástico equipare la Pata­
gonia con las demás provincias de la República
Argentina. Verdad es que estos progresos, de­
bidos á las fatigas y sudores de los Misioneros,
y en gran parte fruto de la caridad de los Coope­
radores, serán para todos dulces y consoladores;
pero ¡cuánto queda aun por hacer para ver ter­
minada esta obra de regeneración! ¡Cuánto no
sufre el intrépido Apóstol de la Patagonia, Mons.
Cagliero, cuando por falta de recursos no puede
poner mano á muchas empresas que la sed de
almas le inspira! A pesar de su avanzada edad,
ha arrostrado de nuevo los peligros del Océano
para volver á su Misión predilecta. Tengo la
firme esperanza, de que nuestros amados Coo­
peradores no cesarán de sostenerle con sus
oraciones y de a5nidarle con sus. limosnas.
He recibido también de la Tierra del Fuego
y de la Isla de Dawson, noticias que han hen­
chido mi corazón de santo júbilo. Aquellas
nuevas cristiandades se van consolidando, la
Religión dulcifica las costumbres, las nue\*as
generaciones crecen embebidas en sentimientos
cristianos, y los ancianos mueren resignados y
consolados por la esperanza de una vida mejor.
Pero debo confesaros, mis amados Cooperadores,
que aquella misión es para mí un peso tan grave,
que casi me abruma. Además de las deudas,
me aflige el saber que los Misioneros por falta
de recursos deben poner límites á su celo. Mons.
Fagnano, durante el año pasado, no ha podido
por la misma causa emprender el viaje que
acostumbra hacer en busca de salvajes para Ue*
varios á la misión, instruirlos y bautizarlos. No
ignoráis tampoco, que si el Misionero al presen­
tarse á sus neófitos no tiene nada que darles,
pierde mucho de su autoridad. Por ésto, aJ rei­
terar mi llamada á \uestro generoso corazón,
ós repito: no os canséis de socorrer á los Misio­
neros.
La misión del Matto Grosso á fayor de los
(Croados ha hecho notables progresos. Poco á
poco aquellos salvajes, siempre rchacios al tra­
bajo, se van acostumbrando al cultivo de I*

— 7 —

tierra y se instruyen en las verdades de nuestra
santa Religión. Un nuevo pueblo, una nueva
cristiandad consagrada al Sdo. Corazón de Jesús,
se levanta en el seno de aquellas vírgines flo­
restas.
Mons. Costamagna, tras largos y peligrosos
viajes á través de pueblos que no habían visto
nunca á un Obispo, fué á visitar á los Jíbaros de
Gualaquiza. L a presencia del Vicario Apostó­
lico dió nuevo impulso á aquellas Misiones. Uno
de los caciques le prometió que no habría ya
guerras entre ellos. Los Jíbaros han aprendido
á considerar al Misionero como á su padre, pro­
tector y árbitro de todas sus contiendas. Basta
que un civilizado se ponga bajo la protección de
los Misioneros para que lo respeten: en medio de
ellos vale más la cruz del Misionero que la es­
pada del soldado. No obstante me aflige el sa­
ber que á veces, hallándose los Misioneros faltos
de víveres, deben abandonar sus residencias- é
ir á pedir limosna á las ciudades cercanas con
gran menoscabo de sus neófitos.
Os participo en fin, beneméritos Cooperadores,
que á pesar de la guerra civil que por tanto
tiempo asoló las comarcas de Colombia, los bue­
nos católicos de aquella valerosa, pero infeliz
República, animados por la palabra de D. Evasio
Rabagliati, siguen socorriendo á los pobres lepro­
sos y que, haciendo verdaderos prodigios de ca­
ridad, han recogido los recursos necesarios para
la construcción de dos nuevos lazaretos. Varios
Salesianos é Hijas de María Auxiliadora zar})aron del puerto deGénova el pasadoNoviembre,
para consagrarse al alivio de aquellos p>obres
enfermos, abandonados muchas veces hasta
por sus mismos parientes. <No es verdad, que en
nuestras misiones ha abierto la Divina Provi­
dencia un campo extensísimo donde ejercitar
los sacerdotes su abnegación y los Cooperadores
su generosa caridad?
Procuremos, pues, cumplir estas buenas obras,
que Dios espera de nosotros.
**
Ayudemos á los emigrantes.

.Acordándose de las vivas recomendaciones que
les hizo D. Bosco, los Salesianos esparcidos por
las diversas Repúblicas de América, han diricido también especiales cuidados hacia los emi­

grantes. Hallándose en medio de ellos, han po­
dido hacerse cargo de su situación, no siempre
cómoda ni afortunada, y han podido conocer el
grave riesgo en que están de perder el precioso
tesoro de la fe. Y su esfera no se ciñe sólo al
América del Sud, sino que se ha extendido á los
Estados Unidos del Norte, que les preparan una
abundantísima mies. De algunos años á esta
parte, aquella es la meta principal de la emigra­
ción italiana y por tanto allí más que en otra
parte alguna se necesitan sacerdotes para asis­
tirlos. Animados por el ejemplo de otras Congre­
gaciones Religiosas, que llenas de santo celo los
precedieron, los Hijos de D. Bosco tomaron á su
cargo una Parroquia para emigrantes en S. Fran­
cisco de California, más tarde otra, la de Sta.
Brígida, tiíN ueva-Yorky últimamente la de la
Transfiguración en la misma ciudad. Debido en
gran parte á su actividad se fundó Ultaliano in
América, periódico de gran circulación entre los
emigrantes. Por obra suya se instituyeron So­
ciedades de Socorro Mutuo y vsuias Compañías
para jóvenes de ambos sexos, que los conservan
firmes en la senda de la piedad y de la virtud, y
los alejan de los peligros.
Sólo faltaba un asilo donde recoger los hijos
jxibres ó desvalidos de los emigrantes y propor­
cionarles los medios necesarios para estudiar y
consagrarse al sacerdocio, los que tengan voca­
ción y disp>osiciones para ello; y como os he dicho
más arriba, la Providencia nos lo deparó. El 12
del pasado Octubre ocho Salesianos, de ellos tres
sacerdotes, partieron á establecerse en Troy,
cerca de Nueva-York; es esta una obra de má­
xima importancia, que yo recomiendo encareci­
damente á vuesrra caridad.
«*
CoacIuslÓQ.

Y ahora, antes de despedirme de vosotros, ama­
dos Cooperadores, me es sumamente grato re­
cordaros el pensamiento principal que resalta
en la sapientísima Encíclica, con que Nuestro
Santísimo Padre Pío X inaugura su Pontificado:
restaurar todas las cosas en Cristo.
El Papa, con sin igual habilidad, ha puesto el
dedo en la llaga de la actual sociedad; pues si se
halla agobiada por infinitos y gravísimos males,
es porque se ha alejado de Aquel, que es prín-



cipio de todo bien, que es camino, verdad y vida;
se ha alejado de Cristo. Por ésto, según nos en­
seña el Papa, es preciso restaurar el imperio de
Dios en las almas. Los Salesianos y sus Coope­
radores, que según el espíritu de D. Bosco, deben
ser los más fieles intérpretes de los sentimientos
y deseos del Vicario de Cristo, acuérdense que
les está reservada una parte muy importante en
esta restauración de la sociedad; y sólo la lleva­
rán á cabo, si se conservan estrechamente unidos
al Papa y á los Obispos, los solos á quienes el
Espíritu Santo ha puesto para gobernar la Iglesia
de Dios; si evitan toda compañía, toda lectura
que les ponga en peligro de no sentir sincera­
mente como siente la Iglesia, nuestra Madre;
si edifican á sus prójimos con la vida ejemplar
de fervorosos cristianos; si en fin siguen sosteii'ii 1111111111

l.'MI I I I I I I
n<T> ^

I I I I I ii.n

o<a >0. S »

8



niendo con sus oraciones, con sus palabras y con
sus limosnas las obras que les propone la Pía
Asociación. Todas estas cosas se nos han incul­
cado en Congresos y conferencias: sea, pues,
empeño nuestro ponerlas en práctica.
Implorando sobre vosotros y sobre vuestras
familias las bendiciones de Dios y asegurándoos
que todos los días, en las oraciones públicas y
privadas, os tenemos siempre presentes, con la
más profunda gratitud me profeso, amadísimos
Cooperadores y Cooperadoras,
Vuestro Humilde y Seguro
Servidor
M IGUEL RÚA, Pbro.
Turin I de Enero de 1904,

I I I i i i i i i i . i l I i i i i n r ' i i i i ili ili iin ia i ii lii iiiiiiiiiliiliiliiliiliiliiliiliiin in iiiin iiiiB liliilliliiiiim n t H liii' i i .i:'i!.M iu iir |iiiu iw iij|jii i *

^

o y _O

AGINA INTIMA
Ihtdmofas.
Los Cooperadores forman con los Salesianos.
bajo el manto maternal de María Auxiliadora, una
gran familia, cuyo maestro y modelo es D. Bosco.
Entre los miembros de esta familia, deben estable­
cerse V deben propagarse esas corrientes de amor,
de intimidad que nos fraternicen, que nos unan y
nos hagan amar á todos los que llevan este nombreSalesianos y Cooperadores persiguen un mismo
ideal, tienen un mismo padre, tienen igual objeto,
y sólo en la unión, en la verdadera fraternidad de
Cristo, encontrarán la fuerza para cumplir su santa
y elevada misión: la de salvar las almas. Hacer fe­
lices á los demás es el fin mas noble y más simpá­
tico que pueda proponerse un alma; hacer felices
á los demás acá cu la tierra, pero buscar antes su
felicidad en el Cielo, es 1 objeto más subl.me, más
divino, más acepto á los divinos ojos que pueda
t mor un alma generosa: por éso D. Poseo no en­
contró otro lema más grato á su corazón de héroe
V do apóstol, quo aquellas sublimes palabras: Z)n
mi/u
C'tífra iollt: eso es nuestro objeto,
eso es el vuestro, amadísimos Cooperadores, bus­
car la telicidad del Cielo. El objeto no puede ser
más elevado. Pero las grandes empresas requieren
unidad y en nosotros requieren unidad fraterna.
Cuando os hablamos, lo hacemos con confianza.

con amor de hermanos, con seguridad de encon­
trar en vuestros corazones latidos generosos, que
respondan á los latidos del nuestro; en la tierra nin­
guno es más digno de amor, de gratitud, de cariño
fraternal para los Salesianos, como sus Coopera,
dores: porque saben ellos la fuerza del amor y de
la fraternidad y vosotros con vuestro desprendi­
miento, con vuestro celo sois dignos de esa fra­
ternidad y de ese amor. Unámonos en estrecho
lazo, en lazo inquebrantable para hacer el bien,
para seguir las huellas de D. Bosco y las santas doc­
trinas de la Iglesia. Dos cosas requiere de nosotros
el santo ideal que perseguimos, dos especies de uni­
dades, que con el auxilio divino, nos llevarán á
conseguir nuestro santo objeto, dos cosas que deben
ir unidas siempre, para que nuestras obras sean
útiles V meritorias; unidad (U intenciones y unidaa
de operación.
Necesitan los Cooperadores proponerse el fin que
se proponen los Salesianos, como los Salesianos el
que se proponía D. Bosco: ésto es: obrar el bien,
buscar la salvación del prójimo, especialmente del
niño, en todas las esferas de la \ida y con todos lo^
medios que nuestro reglamento y nuestro estado
nos proporcionan. Pero vuestras miras deben ser
altas y elevadas. Vosotros esparcís por doquiera
lc« beneficios de la caridad, la caridad es hija de
Dios V á Dios solo dcb''n dirigirse nuestras obras de

— 9 —
caridad: así como el premio que esperamos es sobre­
natural, sobrenatural debe ser también el fin que
nos proponemos: todo por Dios.
Respecto de ésto será de gran provecho que leáis
V meditéis el elocuente y apropriado discurso del
Dlmo. Sr. Obispo de Bobbio, que describe el fin di­
vino á que deben tender nuestras obras: Somos coo­
peradores de Dios, ( i ) Unidad de fin y unidad de
ideas. Nada terreno, nada interesado, nada que
no sea digno de Dios, mancille nuestras obras de
caridad y nos arrebate el premio de nuestros sa­
crificios.
El otro polo sobre que debe girar firme y segura
nuestra acción, es la unidad de operación. Y a San
Pablo recomendaba esta unidad á sus fieles (I. Cor.
I. lo): Os ruego encarecidamenie,hertnanos míos, por
el no>nbre de N . S. Jesucristo, que todos tengáis un
mismo lenguaje y que entre nosotros no haya cismas
n» partidos: antes bien viváis perfectamente unidos
en un mismo pensar y en un misyno sentir. (Ephes*
IV. 3, 4) Sed solícitos en conservar la unidad del
t&piritu en el vínculo de la paz, siendo un solo cuerpo
y un solo espíritu, asi como fuisteis llamados á una
misma esperanza de vuestra vocación.
Y unidos y compactos en trabajar bajo el pen­
dón de D. Bosco en aquellas obras de caridad que
el lugar, ó \-uestro estado permiten, llegaremos á
lograr el triunfo de nuestra santa causa. Y no digáis
muchos que sois seglares y que ninguna obligación
os incumbe de procurar el bien de los demás, no.
porque el Señor di6 precepto expreso á todos de pro­
curar la salvación de su prójimo y San Pablo dijo
que la caridad de Cristo nos urge (II. Cor. V. 14)
¿Quién, viendo á un semejante suyo caído, ó en
peligro de sucumbir, no le dará una mano para que
*e levante? ¿Quién al ver la juventud en manos de
U incredulidad, al ver la pobre juventud, esperanza
ysonnsa del mundo, que peligra, que corre á la per­
dición. no prestará sus fuerzas y hasta su vida por
salvarla? Y tened en cuenta que hoy el apo.stolado
de los seglares (siempre bajo la protección de los
Obispos y de los sacerdotes) suele ser más fructíy mejor mirado que el del clero: porque, siendo
al parecer, un seglar parte desinteresada é imparcial,
'Ucelo es mejor atendido y sus palabras mejor escuchadas. E l mundo ve en un sacerdote, á uno que
Su propio interés, su prestigio, ó la autoridad
de Su clase; y cuando más. cuando sus hechos no
le dejan pensar otra cosa, le llama un filántropo y
’*®osidera sus actos, no como actos de un Ministro
dd Dios de la caridad, sino como arranques de un
^®azon generoso. E l mundo en ésto, como'en mil
'^osas más, es injusto, pero es así. Y ya que las razola luz y la verdad no sirv'en para con\-encer á
mundo, hay que vencerlo con sus mismos
servirse de su escudo mismo para herirle:
Íí) Vease el Boletín del pdo. Diciembre pág. 318.

así, ya que el mundo mide nuestros actos con
injusticia, debemos servimos de su misma sinrazón
en nues'tro provecho, ó mejor dicho, en provecho de
nuestra causa.
Unios, pues, en haz apretada, unios á los Salesianos en el espíritu de D. Bosco, trabajad asiduos en
la propagación del bien: sin que el interés privado,
sin que el respeto humano, sin que las fatigas os
arredren; que el campo de acción es extenso, las
esperanzas del fruto, halagadoras, el premio que
nos espera, precioso y eterno.
Fiesta de S. I'ranctsco de Sales.
Os invitamos, amados Cooperadores, á la Con­
ferencia reglamentaria y á la fiesta de S. Francisco
de Sales. No dejéis de asistir á ella el día que el
Director establezca, para poder lucrar las Indul­
gencias. Además, en esas reuniones los lazos de
familia se estrechan más y más,’y compenetrados
del espíritu verdadero que animó á D. Bosco,
podréis dedicaros con mayor celo v seguridad á las
obras de caridad y beneficencia propias de nuestra
.Asociación.
E l A póstol de los leprosos de Colombia.
El P. Evasio Rabagliati, iniciador y promotor de
la construcción de Lazaretos departamentales, se
halla en Europa desde hace dos meses. Viene con
el encargo de visitar de parte del Gobierno Colom­
biano, al Dr. Hansen de Nomega, el afortunado
descubridor del bacilo de la lepra, para inducirlo
á que se traslade por algún tiempo á Colombia y
contribuya con sus e.studios y experiencia, á la salud
de los 30.000 leprosos. Deseamos al Gobierno Colom­
biano y al abnegado Misionero el cumplimiento de
sus nobles propósitos. Partirá de nuevo para Co­
lombia á primeros de Fnero.

F ru to s del Congreso
InslYuui‘'n religiosa.
Nunca como en estos tiempos se ha sentido más
urgente la necesidad de una cultura religiosa más
elevada en el pueblo, pues, nunca el obrero se encon­
tró al paso tantos lazos como ahora la maldad tiende
á la fe y á la moral, tantos peligros y dificultades.
Persuadidos de esta necesidad y deseosos de que
se propaguen las Clases de Religión, único medio
para obviar el mal. sometemos á nuestros Coopera­
dores los votos del I lle r Congreso acerca de estecapital argumento.
E l Congreso considerando:
1® Que la enseñanza de la Religión en algunos
Estados está absolutamente excluida de las es­
cuelas secundarias é institutos superiores, y' que
desde algunas cátedras se combaten abiertamente
las doctrinas y creencias católicas, que es lo que
constituye el mayor peligro de la fe para la juven­
tud estudiosa;

r

i



l O

2®Que la experiencia de muchos años lia demosstrado luminosamente, que en el presente estado
de cosas la institución de escuelas de Religión,
es el antídoto más directo y eficaz que oponerse
pueda al pervertimiento intelectual y moral, que
desgraciadamente amenaza perder á la juventud
en las escuelas públicas;
3° Que, dado que estos peligros para la juventud
aumentan en las escuelas superiores y normales tanto
para niños, como para niñas, donde muchas veces,
no sólo se omite la enseñanza de la Religión, sino

Sr Conde de Flgueira
Mons. Qualtlerl
Moos. Dovtcri
S é c r . d e ¡^’iinciatN ra



El Congreso Salesiano de Cooperadores, ai paso
que se felicita por la grande difusión que van al­
canzando las escuelas de enseñanza religiosa snperior,
hace votos por que
I® Se multipliquen y logren acogida y favor las
Clases de Religión, que correspondan en duraciÓB
y profundidad á los cursos de enseñanza pública
(primaria, secundaria y superior) para los jóvenes
de ambos sexos;
2®En las Clases de Religión para los alumnos de

Moas. Rato
0. Francisco Undoso
Emmo Card. AJUTI
Sr Conde Salimel

A u d i i d e N u iic in lu r a

que en las demás materias didácticas se combate
la doctrina religiosa directa ó indirectamente;
4® Que principalmente las clases obreras nece­
sitan conocer las verdades de la fe, sobre todo en
aquellos centros, en que por medio de la prensa,
conferencias y asambleas populares, se difunden
errores contra el Cristianismo y la Iglesia Católica:
5®Que, finalmente, dado el moderno mo\úmiento
para alcanzar en la mujer mayor cultura, es indis­
pensable que ésta conozca más á fondo la doctrina
católica, lo cual se podrá obtener mediante una
enseñanza más vasta y elevada que la que puede
proporcionarle la educación de la familia y del co­
legio:

C a p , d e la F u r d i a N o b le Ponlifici*

escuelas normales (que no debieran ser mixtas,
sino distintas para cada sexo) al fin del año escolar,
se conceda á los que hayan aprovechado notable­
mente en la materia, un certificado 6 diploma, quen caso de concurso, pueda servirles como docu­
mento comprobante de su cultura religiosa é idoner
dad para la enseñanza del Catecismo:
Recomienda además encarecidamente:
a) A los Sres. Cooperadores, que apoyen y pfO"
muevan decidamente la fundación de Escuelas ác
Religión para las clases obreras, en las cuales, cc®
método sencillo y popular, pero eficaz y serio, se
combatan y refuten los errores que va esparciend''
la propaganda subversiva y atea;



6) A las Sras. Cooperadoras, que inicien y sos­
tengan Escuelas de Religión ó cursos regulares de
conferencias apologéticas, exclusivamente desti­
ladas á instruir á aquellas señoras y señoritas, que
necesiten una cultura religiosa más profunda y apro­
piada á las exigencias intelectuales y á las necesid^es presentes;
y recomienda vivamente

n



c) á nuestros celosos Cooperadores y Cooperadoras,
que sostengan con su generosidad estas institu­
ciones, ya para asegurarles duradera y próspera
vitalidad, ya para la fundación de otras nuevas,
estableciendo premios anuales, fundando biblio­
tecas religiosas circulares y apoyando las obras afi­
nes á las Escuelas de Religión.

El REfRESErara DEL SUCESOR DE DOR BOSCO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero C^ustnano á nuestro Rector Mayor, D . M iguel Rúa)

E n e l Colegio Salesiano,

víctima, si bien algunos padecen aún los efectos
de aquella crisis. Aquella enfermedad indefinible
atacaba al estómago, á la cabeza y contraía los
nervios. También las otras comunidades reli­
giosas tuvieron que padecer bastante, en especial
losrecién venidos de Europa. Los que peor lopasaron fueron los pobres Franciscanos, que en poco
tiempo perdieron ocho hermanos aún jóvenes.

Nuestro Colegio de Pemambuco está dividido
también en dos secciones, estudiantes y artesa­
nos: prevalecen no obstante los estudiantes.
Increibles parecen las dificultades que nuestros
hermanos encontraron al paso: clima malsano
y malas aguas, que en poco tierno hicieron de la
casa un hospital: todos, á excepción de uno ó dos,
Ahora, gracias á Dios, esta casa, antes tan
cayeron enfermos. Habiendo sabido algunos bue­
atribulada, está floreciente: las principales fa­
nos señores de la ciudad, que era casi imposible
milias mandan á ella sus hijos y quedan satis­
cuidar á los enfermos en el Cplegio, se los llevaron
fechas del resultado. Los antiguos alumnos, que
ásus familas y usaron con ellos tan esmerada ca­
se sienten dulcemente ligados al santo recinto
ridad, que aún ahora nuestros hermanos agradeci­
que los cobijó en los primeros años de su vida, y
dos se conmueven al recordarlo. ¡Qué momentos
á sus Superiores, cuyaí^acrificios saben mejor
críticos aquellos! Muchos en vista de tantas con­
apreciar ahora, suelen venir á casa todos Jos
trariedades no cesaban de aconsejar á D. Giordomingos para pasar un día de colegiales y, á
dano que cerrase la casa, diciendo que no era
p>esar de haber ya emprendido su carrera en la
posible seguir así, que no se podía ya resistir,
sociedad, se complacen en llamar á D. Giordano
que bien claro estaba que Dios no los quería allí
su director. No hay fiesta ni duelo en casa de que
por entonces. • No puedo yo mismo comprender,
ellos no participen; parecen de familia, tal es el
®e decía el Director, como haya podido resistir
amor con que retoman y el desinterés que de­
tinto; nos faltaba hasta lo indispensable; no
muestran.
teníamos siquiera luz para iluminar la oscuridad
Los hermanos y niños, para perpetuar la me­
de la noche y habíamos contraído deudas enor­
moria de la visita del Representante de D. Rúa,
mes para la rehabilitación de la casa. Humana­
p)ara recuerdo de la consagración al Sdo. G^razón
mente hablando, todo estaba perdido. Pero el
y jKira animación de todos, levantaron en el patio
Sdo. Corazón de Jesús, á quien está dedicada la
una hermosa columna y sobre ella colocaron una
tisa, la conservó por su bondad. La prueba fue
artística estatua del Sdo. Corazón. Los antiguos
htinenda, pero Dios se contentó con una sola
alumnos aprovechando los servicios de un fo­
tógrafo también ex-alumno, pidieron á D. Al0 Véase el Bolletin de Noviembre pág. 30*.



12

bera se dejase retratar con ellos al pie de la
estatua. D. Albera condescendió y después de
retratado el grupo para animarlos á todos á
perseverar en la devoción al Corazón Sacra­
tísimo, herencia bendita de nuestro Padre Don
Bosco, les dirigió algunas palabras, augurán­
dose que como se hallaban reunidos en torno
de la sagrada imagen en aquel momento,
formarían así un día, una corona á Jesús en el
Cielo.
Espléndida resultó la solemnidad del Sdo*
Corazón. Como la capilla del Colegio resultaba
demasiado estrecha para las funciones, nuestro
amable párroco puso á nuestra disposición su
iglesia llamada de Bóa-^ista, una de las mayores
de Pernambuco. El Exemo. Sr. D. Raimundo
da Silva Brito, Obispo diocesano, se hallaba ha­
ciendo la visita pastoral, y telegrafió diciendo, que
la suspendería para saludar al Visitador ex­
traordinario de los Salesianos y dar una confe­
rencia á los Cooperadores. Los Hijos de D. Bosco
nunca podrán echar en olvido las mil y mil prue­
bas de benevolencia que les ha dado, pues él fué
el primero que los recibió en Brasil y que, siendo
párroco de Nietheroy y Vicario general en Río.
los protegió y animó con sus consejos.
La Misa la cantó el Sr. Vicario general y al
Ofertorio subió al púlpito el Sr. Obispo. La fama
de su elocuencia había atraído inmenso gentío;
la iglesia estaba completamente llena. Su Excia.
habló de D. Bosco, como se habla de una ¡per­
sona muy conocida y amada con ternura de hijo,.
Tuvo palabras de elogio para los Salesianos.
afirmó que su obra era indispensable en Per­
nambuco y dió algunos consejos prácticos para
stH orrerla. Privarse de una re{>resentación tea­
tral, de un paseo, de un viaje innecesario, de ui\
traje. le una nonada etc. es la fuente de sustento y
salvación para tantos desheredados de la fortuna.
Aquella palabra pintoresca y animada agradó
muchísimo y para todos tuvo expresiones de
consejo, consuelo y animación al bien. Dirigió
al terminar un afectuosísimo saludo al Re­
presentante de Don Rvia, que estaba sentado
en lugar reservado, diciendo que sentía en el
alma no volver á verlo, porque el ministerio
pastoral le llamaba á otra parte.
Coronó las fiestas del día una velada músicocómico-literiaria, que dieron con admirable



acierto nuestros alumnos y que obtuvo calurosos
aplausos de los numerosos y distinguidos expectadores, especialmente la comedia que repre­
sentaron en lengua italiana Chi la fa Vaspeüi de
D. J. Lemo5me y que tanto se adaptaba á su
carácter. E l Sr. Cónsul italiano estuvo de ello
muy contento, especialmente cuando le dijeron
que la mayor parte de los que representaban en
italiano, eran brasileños.
E l Colegio de S. Joaquín.
Durante los días que pasamos en Pernambuco
fuimos á visitar el Colegio de S. Joaquín, donde
la administración de la Santa Casa ha recogido
á muchos huérfanos y á los niños más pobr«
de la ciudad. Los 135 niños artesanos viven
recogidos bajo la vigilancia de seglares. El di­
rector actual es un señor de recta intención, pero
no todos los que lo secundan la tienen también.
L os maestros y los asistentes son todos seglares y
no todos de los mismos sentimientos. Es esta una
obra que honra á sus institutores, pero que podía
ser de mayor provecho y producir mayores fru­
tos. Ellos mismos lo entienden así y hace varios
años insisten, para que los Salesianos tomen el
Colegio bajo su dirección. Aquellos niños faltos
de todo, al salir de este asilo necesitan una edu­
cación viril y cristiana. Cuando entramos nos
miraron de arriba á bajo, y antes de acercársenos
examinaban todos nuestros movimientos: pero
bien pronto atraídos de la sonrisa y afabilidad de
D. .Albera se aproximaron á nosotros y nos acom­
pañaron en la visita de los talleres. Presentaron
á D. Albera el memorial de visitas y escribió s»is
.mpresiones en lengua francesa.
No puede uno imaginarse la continua insis­
tencia que hacen á los Salesianos para que acep­
ten la dirección de aquel Instituto: la Santa Casa
no pone reparos ni busca interés. Pero hasta
ahora, aunque no se ha dado nunca una rotunda
negativa, no se ha podido aceptar, porque el
escaso personal de un Colegio dividido en dos.
se reduce á nada. A pesar de todo, tengo la espe­
ranza, ó más bien, la firme convinción de q«
aquel Instituto será dentro de poco.Saiesiano.
D. .Aloera antes de salir dió á cada niño una
medalla de María Auxiliadora; la Virgen de
D. Bosco ha tomado pues posesión de la casa,



no tardarán en tomarla los Salesianos. Han
dirigido ya al Rector Mayor una solicitud
para que envíe personal de refuerzo: así que
llegue, ha dispuesto Don Albera que se tome
la dirección del Colegio. Será preciso hacer
grandes sacrificios, cambiar los maestros de am­
bos colegios, pero urge poner aquellos 135 niños
(5' bien podrán ser pronto 300) en buen estado
de moral.
jOh y cuanto no se apena el corazón al ver que
por falta de personal y de recursos no se puede
llevai- á cabo lo que requiere el provecho de las
almas! Esta es la causa porque no fuimos á Pará,
donde hace más de 19 años espera á los Sale­
sianos el celoso Obispo Sr. Macedo Costa, cuya
diócesis tiene una superficie dos veces mayor
que Francia. Este buen Obispo se dirigió al Papa
mismo para que obligase á D. Rosco á fundar en
su diócesis. Entemecedora era la carta en que
exponía las necesidades y el estado de su dió­
cesis. Pero al tiempo que j^rocuramos evitar la
risita á Pará, llegó á nuestro Colegio el Obispo
de Marañón, otro estado de Brasil, pidiendo una
fundación salesiana. Este ilustre prelado cuando
estudiaba en S. Sulpicio, conoció á D. Bosco y
empezó á admirar su espíritu y su misión.
Bien notoria es la acción horrible que ha pocos
meses hicieron aquí los indios, matando á los
Padres Capuchinos, á las monjas con sus respec­
tivos alumnos y alumnas; total unas doscientas
personas. Aquellos pobres religioso? en medio
delos supheios no dirigían otra súplica á sus verduque perdonaran la vida á aquellas inocentes
criaturas. » Y no obstante, exclamaba D. Albera
en un aranque de su ardiente celo, y no obstante
preciso salvar á toda costa esas pobres almas
de la ruina que las amenaza. Si la sed de riquezas
trae á las playas brasileñas tantos traficantes
europeos, que á menudo caen muertos sobre los
montones de oro que han recogido, el celo por la
salvación de las almas ¿no traerá también á estas
costas á los misioneros Salesianos que han con­
sagrado su \rida á Jesucristo para conquistarle
nuevos secuacesPPero, bien sabe nuestro amado
Superior que entre los Salesianos, generosidad
n*' falta, sólo faltan recursos.
En la Granja Agrícola de Jahoaiao.

Había \-a pasado el tiempo prefijado para \*i­

IX



sitar aquella casa. Como nuestros niños habían
terminado los Ejercicios Espirituales y, según
costumbre de nuestras casas debía darse un
paseo excepcional, fuimos con ellos á la Granja
de Jaboatáo. Esta casa, situada á dos horas de
distancia de nuestro Colegio de Pernambuco, está
destinada á Escuela de agricultura y Noviciado
Salesiano. El clima es templado y sano, y puede
servir como lugar de convalescencia. El terreno
}K>r ahora no es mucho, pero es lo bastante para
una granja incipiente. La casa es muy pobre y
algunos liermanos y los nuevo jóvenes que los
acompañar., viven de sacrificios, pero contentos
por que la Providencia, en quien tienen puesta
su confianza, no los abandona. Aquel íué un día
de gran solemnidad, y los niños, si es verdad que
no recibieron un trato espléndido, lo tuvieron al
menos muy cordial.
A bordo dcl Alagóos,
Según nuestro itinerario debíamos salir el 25
de Octubre. Embarcamos también esta vez en
un vapor nacional, el Alagoas, el mismo que por
orden del Emperador, había conducido prisio-'
ñero á Río Janeiro al Obispo de Olinda, y que po­
cos años después, el 1889, cambiada la forma de
Gobierno, conducía á Europa, por carden de los
republicanos, al mismo Emperador D. Pedro II.
El mar se presta á reflexiones, especialmente si
el trayecto es largo, y meditando sobre este he­
cho. repetíame?: Que verdad es, que un poder
que no respeta las atribuciones de otro poder
reconocido por la conciencia <lel pueblo, niega
de hecho el principio de su propia autoridad. La
conciencia que impone á cada individuo obedecer
á quien gobierna. im]X>ne también á éste respetar
á su vez otra autoritad superior, cuyo poder no
viene del pueblo, ni de la voluntad de hombre
alguno, sino de Aquél que reina sobre los hom­
bres y está en los Cielos. Y por ésto, mover lucha
contra el poder de la Iglesia, como lo hacen mu­
chos gobiernos de hoy, equivale á autorizar á los
pueblos para contradecir las leyes del Estado,
desobedecer las disposiciones de los magistrados
y provocar revoluciones y desórdenes sociales.
Aquellos á quienes ó la sangre 6 la fortuna po­
nen á la cabeza de los Estados, no deberían olvi­
dar que todo es recíproco en la sociedad, y que sí
sobre los súbditos pesan deberes sagrados que



1 4

los obligan á obedecer á sus gobernantes, sobre
los Gobernantes pesa el deber de respetar la
autori(j^d de lo Alto y de conformar sus actos á
la justicia, si quieren conservar intacta su auto­
ridad. La Iglesia condena y condenará siempre
la rebelión; pero es un hecho registrado por la
historia, que cualquier Gobierno que invade la
autoridad ajena no está muy seguro de la suya;
Brasil es una prueba. Durante el imperio se pre­
tendía tener á los Obispos como asalariados del
Gobierno; el Gobierno se metía en la dirección
de los seminarios, en la nómina de los cargos



Nuestro vapor hizo escala en Victoria, capital
del Estado de Espíritu Santo, cuyo Gobernador
eclesiástico, que es un sardo, nos colmó de mil
atenciones, nos convidó á su mesa y nos acom­
pañó á bordo con su coadjutor, que es nuestro
antiguo alumno y que no cesó de preguntamos
por sus antiguos superiores.
Aquella última noche de viaje fué terrible,
dieron agudísimos dolores al pobre D. Albera y
nada valieron para calmárselos los remedios que
el doctor le suministró; sólo se ali\nó un poco ea
Nictheroy. Pero tuvimos que renunciar á ir á San

Escuela de D. Bosco — Cachoeira do Campo — Brasil.

eclesiásticos, prohibía los noviciados y en todo
usurpaba la autoridad de la Iglesia: pero, no
tardó mucho tiempo en que otros hollaran la
autoridad del Emperador: el 15 de No\dembre
de 1889, fué este día memorable. Desde el 1890
la Religión católica dejó de ser la Religión del
Estato , que permite y ampara igualmente todas
la.s creencias y todos los cultos. Los Obispos no
reciben subvención alguna del Gobierno para
sostener sus dignidad; ¡xsro suplen esta falta los
fieles, y el episcopado hallándose del todo libre»
ha despertado la antigua fe, corregido muchos
abusos y puestos las cosas en vía de verdadera y
saludable transformación. Dios de todo sabe sa­
car el bien.

Paulo para asistir á la bendición de la estatua
monumental eregida al Sdo. Corazón de Jesús,
donde esperaban á D. Albera varios Obispos,
hermanos y Cooperadores que le habían conocido
en los pasados meses.
Dentro de poco tiempo pasaremos á la cuenca
del Pacífico y desde allí le volveré á enviar noti­
cias nuestras.
Reciba las más cordiales expresiones de sa
humilde hermano
CALOGERO GUSMANO. Pbro.

w

E NUESTRAS MISIONES
w
coLonnm
L o s leprosos de C ontratación
(Carta de Sor María A . Medicina)
Contratación, Febrero de 1903.
R evmo .

y

A madísimo . D . R úa ,

Oreo adivinar los deseos de su corazón, dándole
algunas noticias acerca de nuestro estado y de
nuestros pobres leprosos.
Pero antes permítame una queja: nos admira y
entristece al mismo tiempo el silencio completo y
prolongado de más de cinco meses por parte de
nuestros amados Superiores y buenas Superioras.
Carecemos en absoluto de noticias acerca de V. R.
y de los demás Superiores. Por más que nos es­
forzamos por persuadimos que el silencio proviene
de la dificultad de comunicación y de la gran dis­
tancia (I ), no deja de entristecemos el pensamiento
de alguna posible desgracia.
La salud por ahora va regular: no hay nada grave,
pero no nos faltan frecuentes indisposiciones, cau­
sadas en su mayor parte por el clima malsano y
también, por la alimentación que es poco nutritiva.
La carne, por ejemplo, hay que conservarla desde
el domingo hasta el sábado y á veces por más tiem­
po, de modo que el miércoles ya ha perdido todo
su sabor y sustancia.
Pero no es ésto lo que más nos aflige, es el estado
de los pobres enfermos, que además del terrible
mal de la lepra sufren otras muchas dolencias; como
reumatismos, producidos por la humedad, pul­
monías. catarros y una debilidad externa que en
este clima tropical ataca principalmente á los en­
fermos. Los pobrecillos sienten además una nece­
sidad insistente de comer con abundancia y les
dora el apetito hasta los últimos días de la vida:
figúrese pues, V. R-, lo que deben sufrir en estos
ú) Y así es en verdad ; pues esta caita que se escribió
*1 Febrero, llegó á Turín ¿ ñnes de Agosto.

tiempos tan calamitosos para Colombia. Los ali­
mentos son carísimos; 25 libras de yuca cuestan
15 pesos. Si esta fuera buena, menos mal, pero casi
siempre la mitad está podrida y la otra mitad es
corteza.El arroz cuesta 3 pesos la libra, la sal 10,
la leña no se diga, y la harina llega á un precio tan
subido, que estos pobrecitos hace mucho no han
gustado un mendrugo de pan. El percal, que en
Europa cuesta o’60 pts.ó una peseta al metro, cuesta
aquí 10 pesos la vara, que apenas llega á o'8o m.
Sería interminable describirle la miseria que aflige
á esta pobre República.
Los enfermos reciben 10 pesos á la semana y con
ellos deben vivir. E sta suma es grande para el que
debe recoger semanalmente tantos billetes de á
10 pesos, cuantos son los leprosos, pero pai'a cada
uno 10 pesos es poquísimo, pues apenas si les al­
canza al miércoles. Con la subvención que se les
pasa, llegan á comprar sólo legumbres y sal, sin
carne ni otra cosa alguna. Y ¿qué comen los pobre­
citos durante los demás dias de la semana? Si en­
cuentran un alma caritativa que les dé' limosna,
comen; sino esperan á que se la demos nosotros;
pero no pudiendo muchos de ellos estar en pié por
el ayuno forzado de tres días, se meten en la cama:
de modo que casi todos se sienten agravados durante
los tres últimos días de la semana. A menudo .su­
cede, que por la tarde cuando vamos á vísitarloB,
están aun en ayunas, y los encontramos á veces llo­
rando, á veces resignados.
Siendo tal la miseria y carestía y estando muy
caro el jabón, los pobres no se lavan la ropa: y de
este modo, además de la deformidad de la lepra,
aumenta la repugnancia, el hedor que despiden de
sí. No quiero decir con esto que estos j.obrecitos nos
causen repugnancia, y que nos sea molesto vivir
con leprosos, no: que cuanto más enfermos, más
deformes, más hediondos son, mayor compasión
nos causan: y sabe Dios con que gusto les socorre­
ríamos y les daríamos, si fuera necesario, nuestra
sangre por no verlos hambrientos.
¡Oh! si tuviésemos en Contratación un hospital
instalado á la europea, nuestros leprosos creerían
hallarse en el Cielo: pero aquí se vive en cabañas

— i6 —
que en Europa, por temor de que so derrumbaran,
no las usarían ni siquiera para establos. Parecerán
exageraciones si digo que sólo dos ó tres son las
casas que puedan compararse á establos de ahí, y
no obstante digo la pura verdad.
Al presente los enfermos son unos 180; los demás
se han ido parte á pedir limosna, parte en brisca
de sus parientes para cjue le socorran, y los más
ricos se han trasladado al otro lazareto para gozar
un clima más salubre y una temperatura más cálida,
pues para los leprosos el frío es fatal: y si bien en
Contratación no hace ni frío ni calor, sino una con­
tinua primavera, no obstante siempre están tiri­
tando de frío. Nosotros no tenemos valor para de­
tenerlos, ni lo tendría niguno, por que somos testibos de como se agravan y deforman á los pocos
meses de estar aquí.
Pero permítame, amado padre, que le hable de
otro asunto. H ay aquí en Contratación unas ’ oo
niñas, lujas de leproso.? casi todas, abandonadas á
merced de sí mismas, unas porque son huérfanas,
otras porque nadie se cuida de ellas y sus padres no
las vigilan como debieran. I-os padres, los amos ó
los vecinos mismos las importunan preguntándoles
si las Hermanas les dan de comer ó si ganan algo
con venir al Oratorio todos los días de fie.sta. Mu­
chas no hacen caso de estas palabras y continúan
siendo buenas y asistiendo, pero otras se dejan
persuadir y no vuelven. Si tuviéramos alguna cosa
que regalar á estas pobrecitas, podríamos hacer
entre ellas un bien inmenso; pues si no les damos
nada se cansan de venir, al paso que si le.s damos
artículos de vestir, frutas, pan etc. sus padres mis­
mos las envían con gusto.
El Rdísimo P. .Mbera es testigo de la docilidad y
buen canicter de las niñas de Contratación. Figú­
rese que el Oratorio e.s un campo abierto sin abrigo
ninguno. Cuando llueve, las pobrecillas se ven obli­
gadas á ir corriendo á sus casas 6 metors» amontanadas en un corredor de esta cas;i. ]>equeño y e.strecho. Nosotros nos maravillamos al ver como con
todo ésto vienen al Oratorio. Muchas de ellas no
tienen más vestido que el ue llevan encima y para
lavarle, ó tienen que pedir uno prestado ó meterse
en la cama mientras se seca. Los objetos que nos
mandaron de Europa se los distribuimos á los en­
fermos y á las niñas, pero al presente no nos queda
nada.
Y ¡á cuántos jx'ligros no están c-xpuestas estas
pobres niñas y cuánto no delren sufrir para conser­
varse buenas! Conmueve el ver que niñas de 10 6 12
años están cercadas de serios jxíligros y que si no
quieren ser calumniadas, deben guardar una for­

malidad y una reserva imposible á su vivacidad
y al juicio limitado de sus años. Y ¿quién salvará
á esta pobre juventud* Nunca me hubiera imagi­
nado que hubiese en el mundo tanta maldad como
estoy viendo. Para alejar á estas niñas de les pe­
ligros sería preciso retirar en un asilo á las huérfa­
nas, que más tarde podrían ser buenas enfermeras.
Desearía ardientemente que todo lo que le he
escrito se publicara, para que las almas generosas
se muei’^an á piedad de estas pobres criaturas. Pero
nos consuela el pensamiento de que Dios moverá
el corazón de algún alma generosa.
Y V., Rdísimo Padre, no se olvide de nosotros
en sus fervorosas oraciones. Dígnese aceptar las ora­
ciones que por V. elevamos incesantemente al Se­
ñor y los humildes obsequios que unidos á los de
los enfermos y de las niñas le presentamos.
De V. R. obediente hija en J. C.
Sor M; A. Medicina
H ija de María Aux.

PflT B O O N ia (RÍO N e g r o )
E n B a h ía de San B la s
A

m a d ís im o

S r . D. R ú a :

.\cabo de dar una breve misión en la Bahía de
San B/os. á noventa kilómetros de Patagones, y á
cuarenta y cinco millas marinas de la boca del
Río Negro. De ella me es grato remitirle algunas
consoladoras c interesantes noticias.
Esta hermosísima bahía estuvo en lo antiguo
poblada por los indios patagónicos, que tenían
aquí sentados sus reales y la hicieron emporio de
la pesca, y arsen.al de la guerra, donde fabricaban
sus armas: cuchillos, hachas de piedra y las flechas
más temibles. Existe todavía un antiguo cemen­
terio. cuyas tumbas están sembradas de armas y
cubiertas de simbólicos arbustos.
Las costas atlánticas de San Blas con su magni­
fica bahía y espléndido puerto natural hondo y
seguro, llamarán bien pronto la atención de los emi­
grantes europ>eos, pues se presta mucho para la
agricultura, industria y comercio; y es de esperar
que la incipiente población de ahora, será más
tarde un pueblo floreciente, y quizás una impor­
tante ciudad marítima de la zona patagónica. H1
flujo y reflujo de la mar deposita en la playa el



guijarro más limpio y precioso que se conoce.
Ultimamente los vapores nacionales Argentinos
han trasportado como unas 300.000 toneladas,
empleándolos como cimiento, para formar enormes
bloques cúbicos en la construcción del grandioso
Puerto Militar «Belgrano *, de que carecía la Re­
pública.
Una Compañía Inglesa ba invertido el capital de
un millón y docientos mil pesos para levantar en
las riberas de San Blas un establecimiento, con el
fin de explotar la salina, que se encuentra á nueve
leguas de la costa. E s esta una gran laguna con
ricos manantiales de agua salada, la cual por medio
de una larga cañería de 4^ kilómetros va á deposi­
tarse en los estanques hondos v espaciosos de la
fábrica. Más de cien hombres trabajan en la ela­
boración de la sal, que da muy buenos resultados.
Una línea telefónica pone en comunicación la fabrica
con los empleados de la boca del canal. Una víaférrea de trocha angosta, transporta la sal desde el
Establecimiento al nuevo muelle de la Bahía, en
donde la cargan los vapores para llevarla á Buenos.\ires y al exterior. Existe también una oficina tele­
gráfica Nacional y una importante Casa de negocio
de los Señores Mulhall.
En caso de peligro este puerto de San Blas ofrece
á los buques abrigo seguro, y es además de fácil
acceso; pues se halla muy cerca de la ruta de nave­
gación y protegido por un inmenso rompe-olas
natural, la isla de Gama; y si á ello se agrega la
profundidad del agua, que á cinco metros de la
costa varía de diez á doce brazas, no es aventurado
asegurar un gran porvenir á esta bahía, cuando las
r^ones del Sur de la República se hallen conve­
nientemente pobladas.
Una autoridad muy respetable en estas cuestio­
nes, el ingeniero Corthell, ha encarecido en un re­
ciente informe al Gobierno, la necesidad de puertos
con aguas profundas, que p>ermitan fácil é inme­
diato anclaje á los grandes buques empleados hoy
día en el comercio marítimo internacional. Pues
Ifien, Bahía San Blas es uno de ellos, y quizás el
más esplendido de la República Argentina. Y el
almirante Kenedy, jefe de la escuadra inglesa en
el Atlántico del Sur, que visitó hace poco estos
parajes, de regreso á Inglaterra hizo constar en su
informe, que San Blas es el mejor puerto, después
de Rio Janeiro, en esta parte de la ribera oceánica.

Son propietarios de San Blas los Señores Mnlhall
Unos., y Sus dominios se extienden á varias leguas
de costa fuera de la Bahía. Heredaron eUos de su

1 7



padre no sólo una fortuna colosal sino también ur.
nombre respetado é ilustre. D. Eduardo Mulhall.
irlandés, fundó y redactó p>or muchos años el
«Standard *, el primer diario inglés, que se haya
publicado en Buenos-Aires, y que es todavía do
mucha circulación entre las familias inglesas é ir­
landesas de la República. En febrero de 1806, ha­
llándose en su £s/a«c»o de Bahía San Blás, cayó en
una gran postración de fuerzas, que lo llevó al
borde de la tumba.Fué asistido en su enfermedad
por nuestro misionero Pbro. K\-asio Garronc, Doc­
tor en medicina y Director de nuestro Hospital
de Viedma. Deseando el enfermo volver á Buenos.\ires al seno de la familia, pidió por favor que e!
caritativo y sabio misionero lo acompañara. Pero
fueron inútiles los más solícitos cuidados del buen
sacerdote y de los médicos más célebres de la Re­
pública. Dios quería para sí aquella alma justa y
buena, y á los ocho días de haber llegado á la Capital
Federal, D. Eduardo Mulhall, fortalecido con todos
los auxilios de nuestra santa Religión, descansaba
plácidamente cu el Señor.
Desde entonces la amistad entre la familia Mul­
hall y los Misioneros Salesianos fué más íntima y
las relaciones más cordiales y frecuentes.
La distinguida Dama, Doña Beatriz M. de
Buckland, hija del difunto D. Eduardo Mulhall, y
esposa del Señor D. Ernesto Buckland, parece ha­
ber sido elegida por la Divina Providencia para el
noble apostolado de la católica fé y cristiana piedad
en pro de la floreciente población de San Blas. Ella
y su familia prefieren vivir en la Estancia de la
Bahía, más bien que en Buenos-Aires y las acom­
paña una hermana suya. Doña Lola Mulhall, esposa
de D. Mauricio Buckland, que antes vivía en
Pringles (Río Negro), muy adicta á nuestras mi­
siones. Monseñor Cagliero y los PP. Salesianos
cuando van de misión se hospedan en su casa. Am­
bas hermanas son tan generosas y compasivas, que
no hay pobre 6 desvalido, que se presente á su
Estancia, sin recibir inmediato socorro y hospitali­
dad. Por ésto Dios bendice sus intereses y riquezas,
cumpliéndose en ellas las palabras proféticas de
Salomón:t/nos reparten sus propios bienes, y se hacen
más ricos: otros roban lo ajeno y están siempre en la
miseria (Prov. 11. 24).

Nuestro infatigable Misionero D. José Boido
había prometido á los Señores Mulhall y Buckland
dar en Febrero de este año una breve misión en San
B la s: pero trasladado al Territorio de Santa Cruz,
no pudo cumplir su promesa; y con la bendición de



i8 —

Mona. Cagliero, salimos el P. Baglietto y- yo para
dicha misión. Sucedió que el carri-coche, que debía
llevamos, estaba tan repleto de pasajeros, que nos
pareció prudente diferir el viaje para más tarde.
Y íué para nosotros un feliz retraso, porque á
pocas leguas de Patagones el pobre coche tuvo que
suspender su marcha, porque las ruedas se habían
quebrado, con no poco peligro de los viajeros. Una
semana después emprendí el viaje yo solo in nomine
Oomini. Encontré el camino en parte bueno y en
j)arte dificultoso, por los arenales, y especialmente
p.ir el arroyo Jabalí íen la costa de la Bahía), cuyo
vado es imposible en las horas de alta marea. Her­
mosos y variados ]>anoramas ofrecen á cada paso
las llanuras patagónicas, que en forma de inmenso
océano se prolongan en el horizonte.
Por la noche me hospedé en la casa de una buena
familia francesa, donde tuve el consuelo de bautizar
á una pobre criatura, enferma de peligro. A la ma­
ñana siguiente continué otra vez mi rumbo hacia
S. Bfíts. Después de un viaje espléndido llegaba i>or
la tarde frente á la deliciosa Estancia de la Bahía,
situada en una pequeña península, formada por
las aguas de la mar y el arroyo Jabalí.
A l verme de lejos los tres hijos de Doña Beatriz
corrieron á mi encuentro, y saludándome con el
mayor cariño me acompayaron hasta la casa, donde
sus buenos padres me llenaron de atenciones. Es
una casa liemosísima, un ameno y delicioso chalet,
y foi ma un delicioso oasis de felicidad en medio de
este terreno salvaje. Una sabia institutriz irlandesa
educa é instruye á los chicos y á las niñas. L a cam­
pana señala el tiempo de la oración, del silencio,
del estudio, de la clase y del recreo. Al anochecer
se oye el concierto doméstico de la sagradas ala­
banzas, acompañadas del arpa, del violín, de !a
flauta y de las notas melodiosas del piano tocado
por una mano maestra. |Oh cuán bella es una gene­
ración casta en el brillo de su virtud!...
millcgada, lusíiladerycibo se trasformó pronto
en una devota capilla. Un precioso altarcito, bo­
nitos candeleros, flores naturales y artificiales, una
sagrada efigie de San Blas, cortinas y alfombras.....
todo en fin lo que había de más rico >• hermoso on
la c.osa se empicó en el adorno del pequeño é impro­
visado santuario. 1.a misión, á la que tomaron parte
las familias Miilhall y Buckland y el vecindario en
general, duró tres días con el siguiente horario:
Por la mañana: á l.is 8. — Oraciones. Misa y sermón
á las to. — Bautismos é Instrucción
Por la tarde: á las 4. — Explicación de la Doctrma
Cristiana: Rosario v Confesiones.
La función m.is l>clla v conmovedora ha sido la

Misa de Comunión General, celebrada el Domingo
8 de Febrero. Los dueños de casa, las personas d«
servicio, los pastores de la Estancia, ios vecinos de
la Bahía juntamente con los trabajadores y emplea­
dos del Establecimiento salinero, llenaban la pe­
queña capilla y el patio de frente. E l acto de la
Primera Comunión de la Señorita Eloisa Eleonor
Buckland, que se acercó al santo altar para recibir
el Pan de los Angeles, impresionó vivamente á la
numerosa concurrencia. Esta virtuosa joven, ins­
truida y educada por las Hermanas de la Santa
Unión en Buenos-Aires, comprendía toda la exce­
lencia del acto solemne que estaba por efectuar....
Había llegado para ella la hora más deliciosa de su
vida, el instante con ansia deseado desde su in­
fancia. Se había, pues, preparado cuanto un alma
virgen sabe prepararse para recibir á su Dios. Con
ella comulgaron la familia y sus hermanitos, la
institutriz, las señoritas de casa, y no pocas señoras
de la localidad. Después del incruento sacrificio
escucharon con religiosa atención el oportuno sermoncito, con que el P. Misionero se despedía de
ellos, dándoles los últimos recuerdos de vida cris­
tiana. Se festejó este día con un alegre banquete
de familia, cantos y piezas selectas de música re­
ligiosa. Además.....los señores Mulhall y Buckland
resolvieron edificar una capilla pública en el ejido
del futuro pueblo de San Rías,
A la puesta dcl sol yo dejaba á mis buenos amigos
D. Ernesto y D. Mauricio Buchland y familias,
para volver á Patagones. Viajé toda la noche á la
pálida luz de la luna, que alumbrábame el camino:
y por la mañana ya me hallaba entre mis herma­
nos de Patagones y Viedma.
Amadísimo Señor D. Rúa, recomiendo á sus ora­
ciones y á las de los Salesianos y niños de nuestras
Casas, como también de nuestros buenos Coopera­
dores y Cooperadoras, la cristiana población de
Bahía San Blas.
•Bendiga, Padre querido, á este su pobre hijo
en J. C.
Juan F erat.di Pbro.

m u m DEL PLEGO
L o s In d io s O n a s y su s T ie r r a s
(C aria

d el P .

G uillerm o d el

Turce)

R mo P a d r e D. R ú a :

Á ruegos de nuestro amadísimo 'Prefecto
Apostólico é Inspector . Mons. José Fag^ano.
y para cumplir !a promesa que le hice, nie



1 9

deddo á transcribirle algunas noticias acerca de
la rida y costumbres de los Indios Onas, y
de la fauna y flota de estas sus antiguas re­
giones.
Procuraré no repetir lo que ya saben los
lectores del Boletín, y , si bien entiendo darle
en ésta una relación bastante difusa, le pro­
meto enviarle otra, cuando el tiempo y la ma­
teria me lo permitan. Todo lo que le relataré,
ó lo he visto yo mism o, 6 lo he sabido por
el hermano Juan B. Ferrando, ó lo he extraído
de la crónica de la Misión. Son por lo tanto
datos seguros y precisos.
^
Los Onas se van extinguiendo — Ideas religiosas
— Usos fúnebres — Inteligencia de los niños.

La noble raza de los Onas, de atléticas
formas y de costumbres benignas, está desti­
nada á desaparecer.
Durante su antiguo y pacífico dominio en
estas tierras., su vida debió ser más larga y
próspera, pues hemos conocido indios que lle­
garon á más de noventa años: mientras que
hoy por lo regular los Onas no pasan los
cuarenta y cinco.
Antes que talaran estas regiones sórdidos
explotadores y cayeran sobre ellas como ban­
dadas de arpías, los Onas habían dividido esta
\tb. en diversas zonas, para habitarlas según
las varias estaciones del año. Pero después,
tuvieron que contentarse con lo que los inva­
sores les habían dejado, y no pudiendo defen­
derse contra los rigores del clima, fueron per­
diendo naturalmente su vigor y acortándoseles
la vida. Contribuyó no poco también á desvi­
gorizarlos el estímulo del hambre, pues los
guanacos, que eran su cuotidiano alimento,
perseguidos por los civilizados, son ya pocos
y su caza se ha hecho dificil. Con estas y mi!
otras desdichas y miserias, se van estrechando
les límites de vida á esta noble é infeliz raza.
A contener en parte este cúmulo de desgra­
cias. ha venido la caridad cristiana á fundar
aquí, diez anos ha, una importante Misión; en
ella numerosos indios han encontrado seguro
albergue: muchos acabaron sus días con muerte
edificante y los demás viven en la tranquilidad
de la religión , porque además de las como­
didades de la vida civil, pueden gozar de la
libertad del campo extensísimo de la Misión,
pues para ellos esa libertad es un elemento
necesario para la vida. Con el auxilio de Dios



se van recogiendo también muchos otros más;
pues es cosa probada que en el interior inex­
plorado de la isla viven aun en estado salvaje
algunos centenares de Onas.
No creo fuera de propósito, decir aquí algo
de sus muchas supersticiones. El indio Ona
cree firmemente en la existencia de un espíritu
malo llamado Ksoord, Le teme, le combato, y
para precaverse de él se sirve de los más ex­
traños exorcismos; como de extraños exorcis­
mos se vale contra la influencia de la luna,
El espíritu malo proviene de la tierra, mien­
tras que Dios, el espíritu bueno, tiene su
asiento en lo alto de los cielos. La luna come
los niños cuando aun no ha llegado á su ple­
nitud, pero cuando la luna es llena, pueden
éstos salir con seguridad á descubierto. Du­
rante los eclipses todos toman las armas.
Un Ona me dijo, que las almas después de
la muerte van lejos, muy lejos á un lago de
sangre ¿ Querrán con ésto significar la Reden­
ción? — No lo se; pero mas clara es la alu­
sión á este divino misterio con la creencia en
un hijo de Dios Yoioliston. Uno de los niños
más instruidos (el Señor nos lo conserve lar­
gos años) hizo un día la descripción de un sér,
bajado del cielo en forma de ángel, circundado
de luz y con otros mil particulares que pare­
cía describir una visión apocalíptica; y ésto lo
hizo con entusiasmo sin igual. ¿Querrán aludir
■ al Mesías ? El hecho está en que creen en un
Dios, Yo7vén y en su hijo Yo 7vr listón.
Cuando uno de los Onas muere, las madres
on señal de luto, se dan cortes en los brazos,
pecho y piernas: de.spués los pa<lres del di­
funto, y á veces también los parionte.s j>róximos, se cortan el pelo en forma de cerquillo;
queman todo lo que pertenecía al linado y lo
entierran honrada y respetuosamente.
Naturalmente, carecen de in.stnicci6n; saben
contar por los dedos hasta cinco; llegados á
este número, abren las dos manos y dicen,
mucho mucho, No obstante, la memoria de al­
gunos niños podrían envidiarla muchos de los
civilizados. Á veces, si se les presenta el re­
trato de los hombres más eminentes, ó estam­
pas de N. S. Jesucristo, de la Sma. Virgen ó
de los Santos, recuerdan y repiten sus nom­
bres. Un día, un pobre niño sordo-mudo, j>ero
de espíritu pronto y despejado (que plugo al
Señor llamar á Sí) hojeando como de coít imbre con sus compañeros, sentados á una mesa
de la clase frente á mí, unos calendarios íhis-



20

Irados, hallando precisamente en la Buona
Strerma una página de música, se paró y se
puso como á tocar el piano con los dedos en
el borde de la mesa. Y o no sé como aquel
pobre niño sordo-mudo , fuera capaz de refle­
xionar y hallar la relación de la música escrita
con el piano, como lo hubiera hecho un adulto
ya instruido: pues apenas tenía ocho años.
Médicos y medicinas — Utensilios domésticos —
Vida nómada — Ceremonias, torneos y juegos.

Constituye para el Misionero una dificultad
inmensa, librar á los pobres Onas del .sinnú­
mero de brujo.s que los asedian, 'l'ienen bru­
jos (ó médicos que es lo mismo para ellos),
brujos para los hombres, brujos para las mu­
jeres, brujos para los niños. Según su modo
de ])arecer, todas las enfermedades provienen
del mal espíritu {Ksoord) ó de la luna: y los
brujos contra ellos usan especialmente sus ex­
traños exorcismos.
Ojalá que de las innumerables supersticiones
de estos pobres Onas, triunfe la Cruz de Cristo,
cuya efigie levantada con general aclamación
por nuestro hermano Cofré el 14 de Septiembre
del 1900, domina esta Misión desde lo más
alto de la vecina barranca.
L(*s Onas no conocen medicinas. Para ellos
el remedio más poderoso es el exorcismo. Para
fortificar su cuerpo y repararse de los rigores*
del invierno y de los vientos, lo untan con
una especie de tierra roja (que empastan, cue­
cen en brasas y reducen á polvo) y con grasa
animal. Para peinarse se sirven de la mandí­
bula de un p e z ; para trasportar y conservar
el agua, se hacen cubos de piel de guanaco y
usan por vaso una concha.
Amantes como son de la vida nómada, desarmati sus chozas con la mayor facilidad
cuando se trasladan y llevan consigo sus uten­
silios de cocina. El orden y prontitud con qiu*
acampan y levantan sus tiendas, les dan el
aspecto de un ejército de soldados. Cada cual
tiene su oficio ya establecido. Las mujeres
viejas y sin hijos, tienen que llevar el armazón
de las chozas, que consiste en palos de desi­
gual tamaño y en pieles de guanaco y de foca :
las demás mtqeres llevan sus criaturas á la
c.spalda, envueltas en una piel de guanaco,
cuyas puntas se amarran á la cintura ; los iiiiKvs van con sus padres v las niñas con sus
madres. A la vanguardia va una compañía de



hombres fuertes y armados: otra va á la re­
taguardia. Y o mismo he sido testigo de uno
de estos traslados, como vi también el modo
como vadean los ríos, que es de mayor peli­
gro. En este caso, los hombres más forzudos
trasportan á espaldas uno por uno á los niños.
Son también dignas de verse las ceremonias
que usan al encontrarse dos tribus. Y o mismo
pude presenciarlo. Antes de unirse, se inclinan
tres veces á varias distancias.
No les faltan tampoco sus torneos, danzas
y cantos : celebran también sus corridas (á pie,
porque el caballo para ellos es desconocido)
tiran al blanco con flechas y juegan á la pe­
lota, que es su diversión predilecta: las pelotas
son de piel de guanaco, llenas de pelo del
mismo animal, de p.luma ó de otra materia
elástica: los hombres más nervudos (los hay
que parecen gigantes) hacen simulacros de lu­
chas de gladiadores.
Algo sobre el terreno de la Misión — Agua y leña
Mata negra — Calafate — Montilla Csól.

Llegado á este punto de mi reseña, debo
declararle, amado Padre, que al darle una idea
de las plantas y animales de esta región, no
entiendo hacer una exposición científica y me­
tódica, que no creo del caso, sí sólo decirle
lo que sirva para dar á conocer la vida de
estos infelices.
Empezaré por dar una ojeada al terreno que
ocupa nuestra Misión. El panorama que pre­
senta, si no es de los más encantadores, no es
tampoco desagradable: lo forma una variada
serie de colinas y mesetas que encierran en
múltiples perspectivas trece lagunas; varias
especies de aves viven en sus aguas y orillas,
entre las que se distingue el ánade salvaje y
el soberbio cisne. ¡ Lástima que las aguas sean
saladas! Créese que tengan comunicación súbterranea con el mar. Sin embargo no falta
agua dulce en abundancia para nosotros, para
los rebaños y para los animales que vagan por
los campos. A cada paso se encuentran ma­
nantiales que ofrecen agua dulce y limpia y
que corre líquida todo el año, mientras en el
invierno se hinchan los lagos, y los ríos. El
terreno, á causa de los vientos fríos y conti­
nuos no da producto alguno agrícola, perv
suministra á los animales abundante pasto y
sublime cama, pues aquí no se conocen los
csUiblos.



21



Lo que á primera vista se echa en falta es densas bandadas que llegan á cubrir un kiló­
metro cuadrado de terreno, cuando en la baja
la leña: no se encuentra un árbol en todo el
campo. Es preciso recorrer cuatro horas á ca­ marea se posan en la playa. Hay flamencos y
ballo para encontrar bosques. Pero la Divina pingüinos (anfibio que anda por tierra en dos
Providencia, que todo lo ha dispuesto con peso pies como el oso cuando baila), ketros y kaiy medida y que concede sus larg^iezas según llenes de largas patas, que no se acercan nunca
las necesidades, ha hecho nacer en estas re­ al hombre: vénse también á veces golondrinaí
giones una planta con mil caprichosas vueltas y alondras.
Como ve, amado Padre, en esta región m
y ramificaciones, de un metro de elevación,
falta vida; pero desgraciadamente va extin
que conserva enteras sus hojas como el laurel
aun en invierno y que sirve de leña para que­ guéndose en los pocos centenares do Onas qut
mar. Aquí la llaman mata n eg ra ; su tallo es sobreviven y que un día recorrían y poblaban
corto, de un pulgar de espesor con muchas á millares estas comarcas.
El corazón se acongoja al considerar la des­
vueltas y torceduras á manera de espinü, cu­
bierto con una ligera y fragilísima corteza ó venturada suerte que les está reservada á estos
película filamentosa de color terrizo. Es una pobres indios; y solo se consuela con el pen­
planta que ama la sociedad, crece en espesos samiento de que, aunque vaya apagándose el
matorrales y se encuentra en abundancia á una vigor y la vida en esta raza, antes fuerte y
ó dos horas de la Misión. Ir por matorrales, poderosa, también ella se ha cobijado á la be­
como aquí dicen, es una ocupación que entre­ néfica sombra de la Cruz.
Cuando, el 16 de Febrero del 1901, volví
tiene á los Indios, cuando no tienen nada que
á esta Misión, se me confiaron 19 niños. Por
hacer.
Merece también mencionarse un arbusto es­ poco tiempo pude gozarme en sus gracias y
pinoso, que se diferencia poco de la mata ne­ su vivacidad; al cabo de dos meses, uno tras
otro, empezaron á caer al recio golpe de la
gra, que llaman calafate y produce unas bayas
negras bastante gustosas, semejantes á las del tisis, y tuve que suspender toda instrucción
enebro. La m ontilla es otro fruto parecido al escolar para consagrar todo el tiempo única­
calafate de color rojo, producido por una hu­ mente á la religiosa. Pero supieron de tal ma­
milde plantecilla que nace escondida entre la nera aprovecharla que fueron maestros mió en
hierba. En las selvas hay arboles de gran ta­ el arce de bien morir. Querían confesar con
maño y una fruta insípida en forma de pér­ frecuencia y casi todos conservaron lucidez de
mente hasta los postreros instantes: todos pi­
sico, de que gustan no poco los Indios. No
faltan tampoco hongos comestibles y varias dieron con instancias les administrase el Santo
especies de achicoria. En los alrededores de la Viático y la Extrema-unción. ¡ Hasta hubo uno
que me pidió le recomendóse el alma 1 Todos
Misión crece una hierba, que á primera vista
podría confundirse con musgo, provista de raíz deseaban un escapulario de la .Sma. Virgen,
grasa y recia de unos 20 centímetros de pro­ una medalla, un crucifijo ú otro objeto piadoso.
De aquellos diez y nueve angelitos sólo vi­
fundidad y un centímetro ó centímetro y medio
de espesor. Los Indios la comen cruda y sin ven cinco. Por parte nuestra no ¡)crdonamos
condimento con toda avidez. En su lenguaje cuidados ni desvelos para sostener sus naturales
la llaman csól (que quiere decir blanco) : llaman débiles y enfermizos, y esperamos que el Señor
corone felizmente nuestras fatigas.
también csól otras especies de raíces blancas.
Ruegue V. al Señor, amadísimo Sr. D. Rúa,
para que los pocos Onas que sobreviven, con
Algu sobre la fauna — | Pobres nínos!
las comodidades de la vida civilizada y la san­
CooclusiÓD.
tidad de una vida cristiana, recobrando el an­
tiguo vigor de sus antepasados, puedan dejar
Pasemos del reino vegetal al animal. Van
en esta isla una descendencia fuerte y cristiana,
en primera línea el guanaco, el zorro y curuca
que cante hasta el fin de los siglos las mise­
(una especie de rata) que proveen de carne á
ricordias de la Redención.
todos los Onas. Además del cisne y el ánade
Bendígame, amado Padre, encomiéndeme á
salvaje que más arriba he mencionado, hay
Dios en la S. Misa.
cigüeñas, gavilanes, halcones, cuervos, gaviotas
y una especie de águilas temibles que llegan
Su obediente y afmo. hijo en J. C.
á hacer presa en los pobres corderillos.
No faltan avutardas y el precioso carpintero
G u il l e r m o D e l T u r c o Pbro,
(digno de figurar en los mejores museos) y el
fil-ñl. de negro plumaje y largo y rojo pico
Río Grande (Tierra del Fue>;o), Misión de la Candelana, 16 de Septiembre de 1903.
qur, se alimenta de peces. Los fil-fil, vuelan en

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de María Auxiliadora

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>0R qué la humana fragilidad ha de temer acercarse al trono de María? Nada de austero
hay en Ella, nada de terrible. Es toda dulce y suave, toda para todos y con exquisita
caridad ofrece su protección á los ignorantes y á los sabios. Á todos abre las entrañas
de su misericordia, para que todos se sacien de su abundancia y el cautivo reciba res­
cate; salud, el enfermo; consuelo, el triste; perdón, el culpable; gracia, el justo; alegría, el Ángel
No repara Ella en nuestros méritos pasados, sino que se ofrece á todos propicia, á todos clemente,
y con infinito amor acude en socorro de todos.
Ella es la prometida de Dios, la que con la virtud de su planta virginal debía aplastar la ca­
beza de la antigua serpiente. Ella sola venció todas las herejías, holló á los insidiosos, aplastó á
los enemigos, confundió á los que predicaban la mentira, y por ésto La llaman Bienaventurada
todas la generaciones. Ella es nuestra medianera, la Mujer vestida del sol y que tiene á la luna
bajo sus plantas.
Sigamos las huellas de María, y postrados con devoción á sus pies, no nos apartemos de su
presencia hasta haber obtenido su maternal bendición ; por que su mano es poderosa
S an B ern ardo .

Bendita sea la Sm a. V irgen
El dia seis del mes de Julio de 1903 se me en­
fermó un hijito de 5 años de edad. La enfer­
medad se presentó como un ligero constipado
y tos, cuando en la tarde del mismo día le vino
un ataque á la garganta. Inmediatamente man­
damos llamar un doctor, el cual pidió consulta;
en el acto se juntaron dos doctores y declara­
ron, que la enfermedad era la difteria y que no
pasaría la noche. En seguida le dieron dos
ataques más. y siempre uno más fuerte que otro,
pues en el tercero ya lo creimos muerto. En
tal situación, no perdimos la esperanza en Aquél
que todo lo puede y después de ofrecérselo todo al
Soñor {aunque con dolor grande) si ésta era su
santa voluntad, al mismo tiempo recurrimos á
María Auxiliadora, que tamas gracias nos había
dispensado. Le ofrecimos una limosna para su
capilla y publicar la gracia en ci Boletín S a LESIA.S0. A eso de las ocho el niño se quedó

dormido, y á la mañana siguiente, cuando vi­
nieron los doctores lo encontraron sentado en
la cama jugando, y uno de ellos no pudo por
menos de decir: ¡ ésto es lo que hace Dios! Sin
embargo, dijeron que la enfermedad es traicio­
nera y que estuviéramos atentos que podría re­
petir. ¡ Pero, si era verdadera gracia de María,
no repetiría! y así fué. El niño fué mejorando
ligeramente y el primer paso lo dió á la ca­
pilla de María Auxiliadora á darle las gracias
por tal favor....
Sirvan también estas lineas para que las personas
que se encuentren en apuros, cualesquiera que
sean, pidan con fe y confianza, y esta Madre
bondadosa no dejará de derramar sus gracias á
manos llenas, como lo atestigfua una de sus in­
dignas devotas.
A ngela F .

de

Concepción de Chile, 22 de Agosto 1903.

G allo.

— 23 —

U na g ra cia e x trao rd in aria
Vióse una hija raia acometida cierta noche de
una congestión, que declararon los médicos grave
y de consecuencias fatales.
En aquellas horas de amargura, viendo irre­
misiblemente perdida á la hija de nuestro co­
razón, joven aún de venticuatro años, el des­
consuelo se apoderó de nuestras almas. Pero la
Santísima Virgen parecía decirme: Animo ¿no
sabes que yo soy el A uxilio de mis devotos? ten
confianza, no os abandonaré y mi Santísimo
Hijo no dejará de cumplir lo que yo le pida.
¡ Oh María A u xiliadora! exclamé, en tus manos
pongo á mi hija, sánala y publicaré tus mara­
villas... Me postré á los pies de mi bondadosí­
sima Madre y di principio á una novena. Nuestra
enferma tuvo alternativas, más á los pocos dias
se inició la mejoría, fué reponiéndose, y hoy está
completamente sana, confesando los médicos, que
ao podia humanamente esperarse lo que ha su­
cedido. Gloria y honor á María Auxiliadora y á
su benditísimo Hijo.

sociedad acabara con la paz y tranquilidad de
mis buenos inquilinos que atienden á las faenas
del campo y se me hiciera pedazos la propiedad,
acudí llena de confianza á la que justamente es
llamada Auxilio y amparo de los afiigidos. pro­
metiendo rezar cuatro novenas y dar una li­
mosna al Oratorio de María Auxiliadora de este
pueblo, si antes de un año se desistía de todo
trabajo. | A pesar de las halagüeñas esperanzas que
habían inducido á la Sociedad á invertir la suma
de diez mil pesos en maquinarias y obras ma­
nuales, después de dos meses, llenos de desen­
gaños hubieron de retirarse dejando libre mi
fundo y tranquilos sus habitantes. Mil gracias
sean dadas á tan bondadosa Madre que se dignó
consolarme en mi aflicción, por lo que cumplo
mi promesa dando cincuenta pesos de limosna
para la erección de su nuevo Oratorio en este
pueblo.

Una Cooperadora Salesiana.
Melepilla (Chile), 2 de Marzo de 1903.

{G ra c ia s, M adre m ía !

Ufia devota»
Barcelona, Septiembre 1903.

U n ex -v o to
Cumplo con el grato deber de manifestar mi
gratitud á la Santa y Poderosa Virgen Auxilia­
dora por la visible gjacia de Ella alcanzada.
Atacada mi madre, á raiz de una persistente he­
morragia de sangre, de afección cardiaca, deter­
minóse en ella, en forma galopante, una violenta
palpitación que no le dejaba reposo. Conocedor
de las consecuencias de semejante mal, creíme
perdido, y acudí por medio de fervorosa súplica
al Auxilio de la divina Madre, prometiendo mi
gratitud y mandando celebrar una Misa.
Puede decirse que fui inmediatamente oído,
porque á las dos horas cesó la palpitación y
reposó mi enferma , que hoy convaleciente, se
halla en pie, hace más de un mes, dándome las
más gratas esperanzas de una larga vida.
Gracias á la divina Auxiliadora.
C . ViLL.WICENClO.
La Paz (Bolivia), Agosto 7 de 1903.

M aría so co rre á quien la im plora
Sobremanera afligida veía entrar en mi fundo
una Sociedad minera, para explotar unas minas
encontradas en mi propiedad. Tem iendo que esa

Hace poco más ó menos diez años, que pa­
decía de una penosísima enfermedad que me
llevaba á las puertas del sepulcro, cada vez que
se me agravaba, y ésto generalmente cada año
por el mes de Mayo. — I-a ciencia médica so­
lamente podía m ejorarm e; y viendo que se me
acababa la vida, invoqué con iodo el fervor de
mi corazón á nuestra Madre María Auxiliadora,
ofreciéndole mi cooperación y una limosna.
Tan pronto como puse en Ella mi espe­
ranza, he recobrado constantemente mi salud, y
en este mes, con grande admiración y regocijo
de mi familia, he estado sana, sin los .síntomas
siquiera, de tan terrible dolencia. Cumpliendo
mi promesa, he hecho decir una misa en honor
de mi Salvadora, he rezado su novena, he dado
limosna á los pobres y envío á V . 2 pts., corta
limosna para Ella.
Gracia.s infinitas á tan benigna Señora, y mí
eterna adoración.
IsiDRA V ado de R ueda .
Nandaime (Nicaragua), 2S de Mayo de 1903.

{Cuán buena es M a r ía !
Presa de nna grave enfermedad pulmonar es­
tuve en Enero del presente año, muy cerca de
morir á la temprana edad de 25 a ñ o s; pues á
de la persistencia de la tos en la enfer-

'I
— 24 —
inedad antedicha, tuve en tres ocaciones casi
scífuidas, vómitos de sangre que á juicio del
médico y de lodos los de esta casa, eran bas­
tante peligrosos para acabar con una existencia
ya gastada por la acción de la pasada dolencia.
En esta circunisiancia, volví mis súplicas á María
Auxiliadora, pidiéndole que Ella, de quien todos
loe cristianos reciben tantas gracias, se dignase
conceder la salud á este su hijo Salesiano y con
la confianza de obtener la gracia, prometí publi­
carla en el B oletín S alesiano para mayor gloria
de Dios y en agradecimiento á Ella. María me
ha oido; pues en el espacio de siete meses me
veo libre de la enfermedad, y como si nunca
hubiera sufrido la menor lesión en mi salud,
desempeño los oficios del ministerio sacerdotal,
doy tres horas diarias de clase y últimamente
prediqué cuatro pláticas al día en los ejercicios
espirituales. Agradeciao cumplo con mi promesa.
José E. V alle
Sacerdote Salesiano,
Santiago de Chile, Agfosto de 1903.

S alu d de lo s que L>a in vo ca
Siete años hacía que venía padeciendo una
enfermedad en el estómago, que cada vez que
me acometía, me daban fuertes convulsiones y
me dejaba en penoso abatimiento y debilidad.
Acudí á todos los remedios de la ciencia, pero
éstos fueron inútiles; los médicos rae desani­
maron y acudí á una piadosa persona que rae
aconsejó recurriese á María Auxiliadora, que esta
sola me sanaría.
Aquel mismo día me encomendé á Ella fer­
vorosamente y con toda confianza, prometién­
dole, si sanaba, una Comunión, una Misa y pu­
blicar la gracia en el Bo le t ín . Me sentí de
pronto ton grave, que pensé ser aquél el último
dia de mi vida; pero al otro día empecé á me­
jorar hasta hoy que me encuentro perfectamente
sana.
Cumplo mi promesa y tributo eternas gracias
á tan bondadosa Madre.
A ntonio V areda S outo .
Malpica (Zarajioxa), Mayo de 1903.

Dan también con toda la efusión de su alma gracias
i María Auxiliadora y ofrecen una limosna :
Algueña^f.-Uicante). /ose Sanckis por tres gracias
obtenidas.

Cabañal (Valencia). Ricardo y Joaquina Añoii por
una insigne gracia conseguida.
Caracas (Venezuela). C V. M. da gracias á María
Aux. por haberle prestado visible protección en sus
empresas.
Ibídem. Francisco López de Oria por haber sa­
nado de una enfermedad.
Don Sancho (Badajoz). Francisco García Sánchez
y su hermana dan gracias á María Aux. por haber
obtenido de Ella un favor.
Granada (Nicaragua). María Ortega por varias
gracias obtenidas.
Guiripa (Venezuela). H . Lucca Pedí fervorosamente
á María Aux. concediera la salud á una amiga mía
que se hallaba en peligro de muerte y se la concedió
completa. Invocamos después mis hermanos y yo
su auxilio en favor de un hermanito que se encon­
traba en igual caso, y nuevamente recibimos de
Ella la gracia que le pedíamos, quedando por ello
nuestros corazones eternamente agradecidos.
Ibídem Lucas G. Castillo; estando enferma de
gravedad la Sra. Nieves G. de Rojas, ofrecí á María
Aux. dar una limosna y publicar la gracia si la ob­
tenía. Conseguida ésta, cumplo mi promesa.
Juigalfa (Nicaragua). Igftacio Borguero: Más de
dos meses hacia que estaba preso en las cárceles
de esta ciudad, pues se me acusaba del delito de
traición. Una amiga mía invocó á María Aux. para
obtener la vindicación del delito y mi libertad. Diez
días después el tribunal que antes me habia con­
denado, me declaró inocente y fui puesto en liberdad. Como prueba de gratitud á María hago público
el favor.
Málaga (España) C. D . de B. Encontrándose mi
hijo con una molestísima enfermedad, ofrecí á María
Auxiliadora dar dos pesetas de limosna y publicar
la gracia si lo sanaba. Ahora está ya casi restable­
cido y en la esperanza de que la Sma Virgen ter­
mine su obra, cumplo lo prometido.
Méjico. Concepción Gondoa\ Estando una criada
mía gravemente enferma de una fuerte hemorragia
en la boca y desahuciada por los médicos, ofrecí
á María Aux. publicar la gracia si sanaba, y se di ­
gnó concedérmelo. Cumplo agradecida mi promesa.
Onteniente (Valencia-España). Remigio Valls, Pbro;
remito una libranza de giro mutuo, producto de las
limosnas de varias personas agradecidas á M. Aux.
por gracias obtenidas.
Pámpano (Venezuela). Filomena de Carballo, Mi­
caela Angulo, Isaura Angulo, Iriselda de Polanco
y Catalina García dan gracias á María Auxiliadora
por gracias obtenidas. — Zoila Pacheco de Lira, en
agradecimiento á muchos y señalados favores de M.
Aux. se inscribe como Cooperadora Salesiana.
Sabana de Mendoza (Venezuela). Remetía J . Ji­
ménez ; enfermó un hijito mió de un grave tifus y
hiego le sobrevino una frialdad, que ninguna me­
dicina pudo quitarle. Viéndole ya casi para morir, le'
llevé ante el altar de María .\ux. y, después de ha­
berme resignado á su santa voluntad, le prometí
hacer una novena, dar 2 bolívares de limosna y pu
blicar la gracia si sanaba: á las dos horas volvió á
tener mi hijito el calor natural y poco después la
salud completa. .Agradecida cumplo lo prometido.
rbidera. José J Lera: Envió 2 bolívares en agra-

— 25 —
decimiento por haber obtenido la salud de mi hijo.
Salamanca (España). Ana Pinto: Pedi á María
Aur. la salud de mi hijo y Ella me la concedió: yo
bendigo su santo Nombre y hago pública mi gra­
titud.
Sairiá (Barcelona). R . M. P . Temiendo mis exáme­
nes, por haber tenido varias contrariedades durante
el curso, me encomendé de un modo particular á
M. Aux., y como, gracias á tan buena Madre, he
obtenido feliz resultado, hago público mi agrade­
cimiento.
Sincelejo (Colombia). Bolívar (Partía.• extraviad'■
una noche oscura en una montaña y sobresaltad»
por el temor de alg^una fiera, aquí tan frecuentes
dirigí una súplica á M. Aux. é imploré con todu
fervor su auxilio: apenas terminada mi oración me
vi fuera de peligro.
— Ester Portado: por haberme sentido libre de
la continua jaqueca que desde tiempo hacia venía
padeciendo.
— Teresa Portado: por muchos años padecí un
mal incurable, sin que médicos ni medicinas fueran
capaces de curarme. Viéndome en tal estado de
abatimiento, que rayaba en desesperación, comencé
una novena á M. Aux. Ahora, si bien no he sanado
del todo, me encuentro enteramente resignada; por
lo que doy infinitas gracias á María.

Turín (Italia). Julio Caicedo; por una gracia ob­
tenida.
Valencia (Venezuela). C. G. de B . Hallándose mi
esposo con una afección á la laringe en vísperas de
hacer un viage á Europa, acudí llena de confianza
á M. Aux. pidiéndole la salud para mi e.sposo y
prometiéndole una limosna para su capilla. Obte­
nida la gracia, cumplo la promesa.
Ibídem. Marta Olavarria da \ina limosna por una
Lrracia señalada que alcanzó do M. Aux.
Zurgena (Almería). L . J/, En agradecimiento por
.ma gracia recibida da una limosna.

LA PATRIA DE JESUS — (Coniinuadón) (i). Pene­
trados de estos santos pensamientos, y para oponerse
=iUs luchas que el infierno sostiene para apoderarse
de estas almas, rescatadas por la Sangre de Cristo,
los humildes hijos de D. Bosco han fundado en Naaret un Asilo de huérfanos dedicado al Niño-Jesús.
Después de haber esperado por largo tiempo la de­
cisión del Gobierno Otomano, recibieron al fin el de­
creto de autorización para construir en lo alto de
^ colina, en la parte que da á Nazaret, un asilo de
Ituérfanos y una capilla, que será el primer templo
erigido al Niño-Jesús en aquel lugar mismo, que por
*wtos años enbalsamó con el aroma de sus virtudes.
L*s paredes van ya levantándose, pero lentamente por
íae los recursos que faltan no vienen con tanta prescomo edifican los albañiles. .K vosotros, pues,
dirijo, amados Cooperadores y caritativas Coo­
peradoras, por que sin vosotros, sin el auxilio de
''■ estras limosnas, nuestro celo, nuestros sacrificios,
■ -cstras fuerzas, la vida misma que nosotros dié-

ramos por esta obra, no bastarían ; al pa.so (jue coi»
los socorros de vuestra caridad, podremos conducirá
término esta obra en Nazaret, que tan á pechos todos
tenemos, y procurar con ella la salvación de tantos
niños, compatriotas de Jesús y de María, que por no
padecer hambre en sus cuerpos deben entregar sus
almas á la herejía, al cisma y á la misma apostasia.
Si en todas partes es necesaria la educación de
la juventud, en Palestina es la única esperanza de
la Iglesia. Rusia, Inglaterra y Alemania asi lo han
entendido, pues invierten cada año sumas fabulosas
en la construcción y sostenimiento de sus escuelas
y asilos. No obstante, no tenemos la intención de
hacer una Universidad: nosotros enseñaremos á los
niños francés, árabe, geografía, aritmética, música;
pero sobre todo procuraremos imbuirlos en ideas
verdaderamente erbtianas. Y para que más tarde
puedan ganarse honradamente la vida, les enseña­
remos un arte ú ofido y agricultura, únicos recursos
en este pueblo pobre, sin comercio y sin industria:
pues aquí la sola instrucción pudiera serles más
nodva que provechosa. Los niños que nosotros reco-

b p ágin a 314 d e N oviem bre d e 190J.

N. B . Recom endaba D. B osco tres medios
oara obtener una gracia de M aría Auxilialo ra : I . R eza r con fe y devoción nueve días
seguidos tres Pater-nóster, A vem arias, Glo­
rias y S a lv e s; 2. D ar una lim osna; 3. F re­
cuentar los S S . Sacram entos.
Con estos tres medios obtendremos las
gracias necesarias del A uxilio de los C ristia­
nos, si nos convienen, pues es imposible que
no se m ueva á nu estras súplicas la que es
la M adre de la s M isericordias.



2Ó —

gemos son hermanos de Jesús y á ejemplo de su
divino modelo deben trabajar. Pero para poder dar­
les alojamiento, el pan que ellos esperan, instrucci6n que los moralice, trabajo que más tarde les
proporcione honrada vida, nos dirigimos á vosotros,
amados Cooperadores, y os lo pedimos en nombre
de la humanidad que sufre, en nombre de estos
hermanitos de Jesús tjue á vosotros tienden supli­
cantes sus manos.
j Oh vosotros, á quienes la Providencia lia dado
nacer en medio de la riquezas, acordaos de este
versículo del Evangelio que deberá formar un día
la materia de nuestro juicio, del postrer examen: Se­

réis salvos vosotros^ que practicasteis la caridad; vo­
sotros, que habéis proporcionado á tos desvalidos ve-

eos, judíos y herejes. Vosotros padres cristianos,
que tenéis la inefable dicha de veros rodeados de
vuestros hijos, prendas de vuestro corazón, si que­
réis atraer sobre ellos las bendiciones del Niño-Dios,
si queréis que el Cielo os los conserve, dadles un
nuevo hermano adoptando un niño de Nazaret. Vo­
sotros padres infortunados, que lloráis á algún hijo
que os ha arrebatado la tumba, consolaos con la
adopción de uno de estos potres niños, á quienes
el Cielo ha negado el amor de un padre y las dul­
ces caricias de una madre.
En el instante de abandonar Jesús á su divina Ma­
dre, le dió á Juan como nuevo objeto de su ternura.
Y la Madre de los dolores puso en su hijo adoptivo
el ardiente amor que había tenido por Jesús. Todos

I

Vista general de la Granja agrícola de Cachoeira do Campo — Brasil.

stido, alunento y abrigo..... Condenados vosotros los
que no lo habéis hecho!
Y no os canséis de dar á manos llenas, por que
la recompensa la recibiréis en este mundo mismo.

Recibiréis el céntuplo en la vida presente y ¡a znda
eterna en la futura. El céntuplo, por que Dios de­
rramará sus bendiciones sobre vosotros, sobre vues­
tros haberes y vxrestros negocios; el céntuplo en la
iwz del corazón, concordia de la familia y con los
am igos: el céntuplo, por que la gracia os conducirá
después de la muerte á la consecución de la vida
eterna. En todas partes, es verdad, hay pobres que
socorrer, pero considerad, amados Cooperadores,
que se trata de un pueblo de donde nos vino la
vida espiritual, se trata de un pueblo regado -.of
las l.ágrimas y sudores de Jesús, y de pobres niños
completamente desamparados á merced de los tur-

los niños son hermanitos de Jesús, pero estos
Galilea y Nazaret son más dignos de nuestro amor.
I Ah, lectores amados, si hay ocasiones en que d
corazón se conmueve al ver las miserias de la hu­
manidad, es cuando se encuentra uno con una cria­
tura desamparada! Ved á un pobre niño medio des­
nudo , flaco, descamado y errante por las calles:
la inocencia brilla en sus ojos, el candor se le
buja en la frente, pero sus padres no existen
los autores de sus dias ya no viven, quizá no 1«
haya conocido siquiera. Pobre niño, tú vagas de­
samparado y solo en la tierra. Tú quisieras amar y ser
amado, pero ni una caricia, ni una sonrisa alegrar*
tu tristeza. Y si á ésto añadís, que este pobre niño
sin abrigo no tiene pan para sustentar su débil cuerpo,
ved ahí la situación más penosa, más horrible qo®
podá's imaginar. Pero si ante este espectáculo qo®



3 7

desgarra el corazón, un alma generosa, amaestrada
en las enseñanzas del divino Cruciñcado y de la ca­
ridad cristiana, se acerca á este desdichado, le toma
de la mano y le dice: ven, hijo mió, tú no tienes
madre, pero yo lo seré: no, no has perdido nada;
yo te daré vestido para abrigarte, pan para nutrirte
y María te amparará; decidme, lectores amados,
¿ cómo podrá Dios mirar este acto de generosidad
sin colmarle de bendiciones? Vosotros sois esta
alma generosa que toma de la mano á la orfandad
y la viste y la alimenta. Pero hay aun muchos que
no tienen padre, que no tienen bienhechor; sed voso­
tros padres y bienhechores de estos numerosos huér­
fanos que llaman á nuestras puertas: ayudadnos á
construir un asilo para recorgerlos á todos, y en
retorno, estos buenos niños en unión de los 340.000
del mundo entero que cobija la caridad de D. Hosco,
rogarán por vosotros, por vuestros negocios, en una
palabra, por vuestras necesidades; y cuando la ple­
garia del niño pobre se eleva al Cielo, descienden
abundantes las bendiciones de Dios.
Las personas que contribuyeren con 1000 francos
á la construcción del asilo, tendrán sus'nombres es­
critos en una lápida de mármol que se colocará en
el centro de la casa. Las generosas personas que
adopten á un huérfano, tendrán su nombre escrito
á la cabecera de la cama del adoptado, para que
éste no se olvide nunca de su bienhechor en sus ora­
dones. Todos los’ que contribuyeren con una li­
mosna cualquiera, tendrán sus nombres escritos en
el Cielo y en un registro que colocaremos á los pies
del Niño-Dios en la capilla que se le,dedicará: asi­
mismo participarán todos de las oraciones. Comu­
niones, novenas. Misas etc. que se ofrecerán todos
los dias á Dios, según su intención.
Quedamos igualmente agradecidos á los que nos
manden ropa usada ó nueva, mantas, sábanas, uten­
silios y libros. Dirigirlo á M. .Moreau, 49, Rué
Sainte, Marsella. Aceptamos también gustosos he­
rramientas y máquinas para los talleres.
Que el divino Infante bendiga amorosamente á
todos las personas que socorren y ayudan á sus
pobres hermanitos de Nazaret.
A n a s t a s io P r u n .

Director del A silo.
CUYABA (B r a s i l ) — Observatorio Meteorológico. —
La Obra Salesiana progre.sa admirablemente en Cuyabá, gracias al celo y laboriosidad del incansable
P. Malán, Superior de las Misiones del Matto
Grosso. Entre estos adelantos es digno de men­
ción el Observatorio Meteorológico, que trasmite
todos los días por telégrafo sus observaciones á los
importantísimos centros de Rio Janeiro y BuenosAires. El aprecio que goza entre los peritos el joven
Director del Observatorio, P. Oliveira, nos dan á
esperar que continuará promoviendo el honor de
la Religión y el incremento de la ciencia en aquella
apartadas regiones.



BERNAL (B u e n o s - A ir e s ) — Congreso de Móslca Sa*
grada. — Hace alg^inos años que se constituyó en
Bemal una junta de Salesianos y Cooperadores, que
animados por el verdadero espíritu de la Iglesia en
la ejecución del canto, trabaja por la propagación
de la Música Sagrada. La hermosa y amena revista
de «Santa Cecilia », órgano de esta asociación, lleva
ya cuatro años de prospera existencia, y con sus
artículos y prudentes juicios contribuye no poco á
hacer amable y conocida la música de la Iglesia y
á desterrar de los templos aquella otra música pro­
fana y libre que desdice del lugar santo. Alentados
sin duda por el buen éxito de sus trabajos, inten­
tan los asociados de esta Junta celebrar un Con­
greso de Músiea Sagrada. He aqui como la « Santa
Cecilia » expone el fin y programa de esta Asam­
blea, que promete ser importante y fructífera:
El R. P. José Vespignani, Superior de los Salesianos en la Argentina^ ha escrito una hermosísima
circular sobre el próximo Congreso de Música Sa­
grada que, en conmemoración del XIII Centenario
deS. Gregorio Magno, se celebrará el año 1904. En
este interesante documento, el R.P.Vespignani refleja
un alma grande de sacerdote celoso por el decoro
del culto y entusiasta por las tradiciones que le­
gara á nuestro Instituto su fundador Don Hosco.
Según lo dice la misma circular, el fin principal
del Congreso será, estudiar los medios prácticos
para cumplir en los Colegios Salesianos lo que con
respecto á la música sagrada prescriben:
1°. El R e g l a m e n t o d e M ú s ic a S a g r a d a ema­
nado por la Congregación de Ritos el 6 de Julio
de 1S94.
2®. L a s a c t a s d e l C o n c il io P l e n a r io L a t in o
AMERICANO.
3®. I^s C o n s t it u c io n e s de nuestra Pía Sociedad
y las D e l ib e r a c io n e s del C a p ít u l o S a l e s ia n o ce­

lebrado en Almagro en 1901.
Juntamente con la circular se ha remitido á los
Salesianos de América el Reglamento del Congreso
y los Temas que se tratarán en el mismo.
El Congreso tendrá lugar en Bernal los días 4,
5 y 6 de Febrero.
Los miembros del Congreso podrán ser de tres
clases: activos, honorarios y adherenies. Los activos
serán los Salesianos que asistirán al Congreso; los
honorarios serán los Cooperadores y amigos de la
Obra de Don Hosco que, deseando tomar parte en
las secciones públicas del Congreso, lo soliciten á
la Cotnisión organizadora: adherentes serán todos
los que, no pudiendo intervenir, enviaren su ad­
hesión y las propuestas que creyeren oportunas.
Los Temas que se tratarán en el Congreso son
los siguientes:
1®. — C a n t o G r e g o r ia n o — Enseñanza prática.
Su influencia y su participación en el culto.
2.® — M ú s ic a L it ú r g ic a — Sus caracteres esen­
ciales. — Distinción entre la música litúrgica pro-



28 —

niños no asistían á las escuelas públicas porque te­
nían los padres, las más de las veces, que llevarlos
arrastrando, y de lo contrario no iban. El maestro
oficial no puede emplear con el niño ese procedi­
miento de atracción y de dulzura, que hace la escuela
simpática en vez de repulsiva, y que obliga al díscipulo á acudir con verdadero gusto á ponerse á
las órdenes de su maestro, estableciéndose entre
ambos esa corriente de mutuo amor y respecto que
convierte á este último en padre y hasta en amigo.
Que la escuela es y ha sido siempre para el niño
una imposición violenta y un yugo odioso, no hay
que preguntarlo á nadie. ¿Quién es el mortal que
puede enorgullecerse de no haber hecho una rabona f
Vencer esta aversión á la escuela, que entorpe­
ció en mucho la educación de la niñez, parecía cosa
imposible, pero no lo ha sido para los hijos de Don
Bosco que han realizado el milagro de que sus
alumnos acudan al colegio aún los domingos y dias
festivos.
Esto solo sería suficiente para demostrar el be­
neficio inmenso reportado á los barrios de San Lo­
renzo y Santa Marina por los Salesianos. Pero la
admiración y la gratitud suben al colmo, cuando
se penetra en el extenso edificio que acaba de ha­
bilitarse, tras penosos esfuerzos, para las escuelas.
CÓRDOBA (E s p a ñ a ) — Cortamos de un artículo
Clases amplias y ventiladas, patios de recreo de
escrito por D . Antonio Ramírez en E l Noticiero
grandes proporciones, salas de estudio, bonita ca­
Cordobés, los siguientes trozos:
pilla donde oyen Misa próximamente 270 alumnos
Mencionar, siquiera sea de paso, los innumera­
con que hoy cuenta el colegio, material de ense­
ble beneficios cpie la simpática institución Salesiana
ñanza perfecto y suficiente, profesores cariñosos que
ha reportado y sigue reportando á aquellos popu­
aman á sus alumnos y juegan con ellos en las ho­
losos barrios de Córdoba, es tarea que no se con­
ras de recreo, una limpieza esmerada en todos los
tiene en los limites de un periódico y mucho más,
departamentos: de todo ésto dispone el niño gra­
cuando todo lo que yo dijera en su alabanza había
tuitamente, al mismo tiempo que se inculcan en su
necesariamente de resultar pálido ante la innegable
tierno corazón los más sanos principios morales y
realidad y el resultado de los hechos.
la educación más cristiana posible.
En años anteriores (triste es decirlo, pero es la
Muchas familias pudientes no han dudado en co­
verdad) se hacía punto menos que imposible á cual­
locar al momento á sus hijos bajo la vigilancia di­
quiera persona medianamente portada, el atraverrecta é inmediata de los profesores Salesianos, para
sar aquellas calles extremas de la capital, sin expo­
lo aial estos han tenido que establecer una sección
nerse á las burlas de los muchachos, á la curiosidad
de ínienios, que hoy cuenta con más de treinta
no siempre respectuosa de las comadres del barrio
alumnos que están enteramente independientes de
y algunas veces á recibir una pedrada de aquellos
los externos y que disponen de clases especiales,
golfillos, que vivían generalmente en el arroyo y
extenso patio de juego, precioso comedor, buenos
que miraban á todo personaje decentemente vestido
dormitorios y de todas aquellas comodidades com­
como á un bicho raro y extraño, digno de ape­
patibles con un centro de enseñanza.
drearse.
La influencia bienhechora de las Escuelas SaleComo quiera que este censurable estado de co­
sianas
en aquellos barrios extremos de Córdoba
sas es sólo producto de la falta de educación civil
está hoy dando sus frutos, á los que todos nos he­
y religiosa y de un punible abandono de los padres,
mos de mostrar eternamente agradecidos y muy
claro está que el que recogiera de la calle á esos
niños y les proporcionase esmerada y completa edu­ principalmente aquellas pobres familias, que ahora
cación. hacia una obra á todas luces meritoria, ca­ comprenden lo que es la bendita caridad cristiana
ejercitada en las personas de sus hijos.
paz de poner en evidencia y en ridiculo á los que
Existen dos figuras en la época contemporánea
denigran á voz en grito la educación y enseñanza
que para mí son dos ídolos á quienes admiro, por­
que llaman clerical.
que han hecho Fo que no han podido llevar á cabo
Y no se nos arguya diciendo que para eso están
tantos regeneradores de nuevo cuño. El uno ha
las escuelas municiiwles. 1.a mayoría de aquellos

priaruente dicha y la música religiosa en general —
Repertorio de música fácil.
í" . — I n st r u m iín t o s m u s ic a l e s — S u u so en la
Iglesia. • - Organo y harmonium — Caracteres de
los órganos litúrgicos — Uso del órgano sin rela­
ción con el canto. — Organo en relación con el
canto gregoriano y con el canto figurado. — Or­
gano que acompaña.
4“ . — C a n t o p o p u l a r — Su uso en las funcio­
nes litúrgica y exlralitúrgicas. — El canto de ala­
banzas sagradas en nuestros Colegios.
5». — F o r m a c ió n d e C o r o s . — Elección y edu­
cación de las voces. — Método de enseñanza. — Es­
mero en los ensayos, especialmente de las melodías
gregorianas. — Medios de emulación en la clase
de Canto. — Coro de S. Gregorio. — Condicio­
nes de una Schola Caniorum modelo.
60. — A s o c ia c ió n d e S ta . C e c i l ia — Su regla­
mento. — Medios para difundirla y consolidarla en
las varias In.spectorías. — La Revista « Sta. Ce­
cilia », órgano oficial de la Asociación.
Para informes y aclaraciones referentes al Con­
greso, los interesados podrán dirigirse al Director
de la Asociación de Santa Cecilia {^Colegio de la Sa­
grada Familia, Bernal (Buenos-Aires).

— 29 —
muerto y el otro v iv e : el venerable Don Bosco y
el sabio pedagogo de Granada, honra de España,
Don Andrés Manjón.
Por eso la humanidad los estará siempre bendi­
ciendo.
LISBOA. — Bazar para la nueva casa. — El día 22
del pdo. Marzo, la lima Condesa Bruno organizó un
suntuoso B a z a r á beneficio de la Casa Salesiana
en construcción. A las cinco de la tarde se dió prin­
cipio á la venta de los billetes con animación ex­
traordinaria, y al cabo de pocas horas todo se ha­
bía vendido con un total de cuatro mil pesetas. Con
el mismo fin, lo más granado de la aristocracia de
Lisboa celebró el 15 de Abril un solemne festival
en el Hotel Intemaciótial, promovido por una co­
misión de distinguidos Sepores, presidida por la
lima Condesa dos Autos que obtuvo un éxito ma­
ravilloso.
— Premio Oliveira Martins. Digno es también
de mención el acto munífico de la noble familia
Oliveira Martins, la cual para perpetuar la memo­
ria de uno de sus más ilustres miembros, el cono­
cido escritor Joaquín Oliveira Martins, fundó en el
Instituto Salesiano de Lisboa un premio perpetuo
en favor del alumno más aprovechado de la escuela
profesional de carpinteros. Solemnísimo resultó el
acto de -inauguración el 30 de Abril, aniversario del
ilustre finado en cuyo honor se instituyó el premio.
— E l Emmo. Cardenal AjtU i, nuestro benemé­
rito Cooperador, con ocasión del recibimiento dado
en el palacio de la Nunciatura, con motivo de ha­
ber sido elevado á la Sagrada Púrpura, se dignó
invitar á la banda del Instituto de Lisboa, que ob­
tuvo sinceros aplausos del noble auditorio. Al mismo
tiempo que le presentamos nuestras humildes fe­
licitaciones, nos honramos reproduciendo la fotograiía-recuerdo de la imposición del Capelo carde­
nalicio.
CACKOEIRA 00 CAMPO (B r a s i l ) — Escnela de Don
Bobco. — a 24 km. de Ouro-Preto, antigua Capital
de Minas Geraes, en una hermosa meseta que do­
mina el Valle de Cachoeira do Campo, había cons­
truido el gobierno del imperio, un enorme edificio
destinado á cuartel. Al poco tiempo el Estado lo
abandonó por estar demasiado distante de los cen­
tros poblados, y el edificio fué transformándose
un montón de ruinas, g^iarida sólo de reptiles.
•Aquellos negros murallones perdidos en medio del
desierto, llegaron á ser el objeto de las supersticio­
nes del pueblo, y por estos temores nadie pensó en
acar provecho de aquellos escombros. Y no obs­
tante. á aquel paraje abandonado y temido le estaba
reservado un destino feliz y glorioso. El Gobierno
de Minas llamó á los .Salesianos para que fundaran
alli una granja agrícola y dieran vida á las sole­
dades.

Los hijos ‘de D. Bosco aceptaron el ofrecimiento;
aprovecharon la parte aun servible del antiguo cuar­
tel y sobre las ruinas antig^tas levantaron un edi­
ficio nuevo, allanaron el terreno, abrieron ace<iuias
para el agua, y á fuerza de incesante trabajo, han
convertido las ruinas en jardines.
El Exemo Dr. D. Francisco Salles, Presidente
del Estado Minas Geraes, para premiar y fomentar
la actividad de los Salesianos, hizo últimamente una
visita al Estadlecimienfo modelo, como allá llaman
á la Granja.
Fué recibido por el infatigable Director de la
Casa, el P. .Mbanello. y el .Sr. Presidente se entre­
tuvo un día entero visitando la granja con afable
familiaridad.

<

Banda de Música de los Talleres Salesianos de Lisboa.
Doscientos son actualmente los alumnos divididos
en dos secciones. Aliraza la primera, la enseñanza
primaria y secundaria, que el Gobierno ha incorpo­
rado á la enseñanza oficial. La segunda sección
comprende á los jovenes aprendices de la lísaieln
de Agricultura. Esta última promete ser de gran­
dísima utilidad, dados los frutos que produce y el
desarrollo inmenso que loma. El agua, que corre
en abundancia, sirve como fuerza motriz en el ase­
rradero. molino y destilería de alcohol y esencias
aromáticas.
El método de cultivo, según el sistema del Sale­
siano P. Zatti, ha obtenido premios y honorificencias en Montevideo y en Chicago. El área cultivada
es de 124 hectáreas: el vino que producen las 2S
hectáreas de vid, €S considerado como uno de los
más exquisitos de .-América. En la vasta zona de
terreno tienen sus casas también alg^mos colonos
que viven al abrigo de los hijos de D. Bosco,
Al abandonar la Granja el Sr. Presidente del
Estado, tuvo palabras de loa y animación para la
- Escuela de D . Bosco > y prometió seguir prote­
giéndola con toda sus fuerzas, en la esperanza de



que será una fuente de cultura y de instrucción en
la agricultura nacional.
Los dlstlnsnidos cányoges Sr. Lols De Benedetti y Sra.
Eocaraacíóa l/rqaíola De Benedetti condecorados con la
cruz “pro Ecciesia et Pontiflce” por S. S. León XUI d. f. m.
— El 29 de Octubre asistimos con la mayor satis­
facción á una sencilla á ia par que simpática cere*
monia, en la Casa del distinguido Cooperador Salesiano, Señor De Benedetti.
El Excmo Señor Internuncio Pontificio, Monseñor
Dr. Antonio Sabatucci, iba á cumplir un último man­
dato del inolvidable Pontífice León XIII, quien se
dignaba conferir la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice
á esos distinguidos cónyuges, como testimonio y re­
compensa por los muchos actos de piedad y caridad
que van cumpliendo en esta Capital en pro de di­
ferentes Instituciones y en provecho de la Santa
Iglesia.
Asistían al acto el Rmo Señor Canónigo Ezcurra
con sus distinguidas Hermanas Srtas. Josefa y Mer­
cedes, el Rmo. P. Leonardo Defedericis Visitador
General de los RR. PP. Franciscanos y el Rdo. P.
José Vespignani, Inspector Salesiano.
En derredor del Representante de S. S. estaban,
pues, representadas la Iglesia Argentina, las Ordenes
religiosas, la Obra de Don Busco y las instituciones
de caridad, con las cuales la familia De Benedetti
tiene tan íntimas relaciones de afecto y beneme­
rencia.
Haremos notar con el Excmo Señor Internuncio,
que quizás es la primera vez que en la República
Argeittina se ven condecorados por el Soberano
Pontífice simultáneamente dos cónyuges, que fo» nian
un solo corazón y una alma sola en el ejercii'i.> de
la caridad cristiana.
El Revmo P. De Federicís después de la entrega
contestó en nombre de los favorecidos esposos.
Suma beoevoleocU de S. S. Pío X. — Ya pueden re­
gocijarse santamente nuestros amados Cooperado­
res, porque .Su Santidad nos da motivo para ello
con su afabilidad y benevolencia sin igual.
En su carta anual, que publicamos al piincipio
de este número, alude el Rdisimo D. Rúa á la au­
diencia particular que le otorgó el Padre Santo;
jKxiemos añadir con gran consuelo nuestro que fue­
ron dos las audiencias; la primera concedida al
Excmo Sr. D. Juan Cagliero, que se disponía á
partir para su Misión de Patagonia; la segunda
otorgada á D. Rúa el 3 de Noviembre. Fueron ad­
mitidos también á su augusta presencia el Procumdor General P. Marenco con su sustituto, los
Inspectores PP. Conelli, Scappini y Veronesi, va­
rios Directores, entre ellos el de la nueva casa de
Malta, La Superiora General de las Hijas de María
.-\uxiliadora y alguuas Visitadoras de Italia y Amé­
rica. El Rdisimo D. Rúa los fué presentando uno

3

0



á uno al Padre Santo, quien les dió benignamente
á besar la mano y pronunció estas palabras:
Me siento fe liz a l encontrarme en medio de los
hijos de Don Sosco y ahora de Don Rúa.
Os doy gracias por e l bien que váis haciendo en
la Iglesia. Se ve que vuestro Instituto es obra de
Dios, y que un A ngel os asiste desde e l cielo, por
que el desarroyo de vuestra Obra y e l bien que ha­
céis no se puede explicar humanamente. S i un Angel
no os asistiese desde e l cielo, no tendrían explicación
los prodigios que estáis obrando.
Mientras rogaré por vosotros, me encomieruio en
vuestras oraciones, á fin de que pueda Yo llevar
esta pesada cruz con que e l Señor ha cargado
mis débiles hombres. D e esta manera, todos junios,
con las fuerzas unidas podremos trabajar para kt
gloria de D ios y la salvación de las almas.
Os bendigo á vosotros á vuestros hermanos, &
vuestros alumnos y á vuestras fam ilias, á vuestros
bienhechores y á todos vuestros Cooperadores y
Cooperadoras,
Todos besaron de nuevo la mano á Su Santidad
y con profunda conmoción se retiraron. El Padre
Santo se entretuvo algunos instantes con D. Rúa,
concediéndole otra audiencia secreta y fijándole la
hora de las 5 i\2 de aquella misma tarde, durante la
cual confirió con él por más de de tres cuartos de hora.
Otras pruebas de particular afecto. — £1 29 del pa
sado Octubre obtuvo también una .audiencia espe­
cial del Sumo Pontífice, el apóstol d.i los leprosos,
el P. Evasio Rabagliati. acerca de la cual nos dao
estos preciosos detalles ;
<r La audiencia tuvo lugar en la anticámara de
la sala del trono. Monseñor Ricardo Sanz de Samper,
natural de Colombia, camarero secreto de Su San­
tidad y antiguo conocido y amigo de nuestro Mi­
sionero, fué el que con delicada cortesía le alcanzó
la audiencia. Y ai anunciársela personalmente, le
decía: — El Santo Padre está ya al corriente de
la misión de los Salesianos entre los leprosos de
Colombia, pues yo le he hablado ya del asunto, y
está dispuesto y decidido á protegerla. Pida lo que
le parezca para sus leprosos, y estoy seguro que se
lo concederá. En el Vaticano hay salas llenas de
ornamentos sagrados regalados á S. S. León XIII
(de feliz memoria) para las iglesias pobres y las
Misiones: V . haga la petición, que yo me consti­
tuyo su intercesor.
€ A las 3 H7 de la tarde, el P. Rabagliati. pre­
sentando por el mismo Mons. Sanz de Samper, se
encontraba á los pies del Sumo Pontífice. En é
coloquio se habló de la Misión .Salesiana, de los
leprosos, de su número y de la miserable condi­
ción en que se encuentran aquellos treinta mil des­
graciados.
— i Oh! de todo corazón los bendigo, concluyo
el S. Padre ; os bendigo á vos, á vuestros leprosos,
á los Salesianos y Hermanas que á ellos han consa-

— 31 —
grado su vida y á todos los que los socorren ; de­
cid á vuestros leprosos que el Papa los ama con
particular cariño, precisamente por que son tan des­
dichados.
» AI terminar la audiencia, el P. Rabagliati de­
puso en las manos de Su Santidad una carta, que
el Padre Santo recibió benignamente y que entregó
después á su camarero secreto, Mons. de Samper
allí presente.
> Aquella misma tarde nuestro Misionero tuvo
una gratísima sorpresa:
— Tengo que hablarle en secreto, le dijo un en­
viado del Vaticano; Mons. de Samper leyó la carta
á Su Santidad, quien quedó profundamente enterne­
cido con su lectura ; abrió su escritorio y sacó de
él todo el dinero que había. Helos aquí, son 25
marengos de oro (500 francos) para los pobres le­
prosos de Colombia; el Padre Santo los metió con
sus mismas manos en este sobre, añadiendo que
si lo sentía, era que fueran pocos. Le envía así mismo
estos dos retratos suyos con los autógrafos que van
al fondo; uno para el lazareto de Agua de Dios y
otro para el de Contratación. Por lo demás, esté
V. seguro, que el Santo Padre ha encargado á
Mons. de Samper para que le procure lo que V .
ha pedido para sus lazaretos. Dentro de 15 días
podrá V . enviar al Vaticano una persona de su con­
fianza para retirar lo que se digne asignarle el
Santo Padre. »
Fácil es imaginar cómo quedaría el P. Raba­
gliati á tal embajada y cómo bendeciría en su co­
razón la paternal bondad del Sumo Pontífice. El
día establecido recibió por conducto de Mons. de
Samper, 4 custodias, 4 cálices, 4 copones, 4 redo­
mas para los santos óleos, 4 roquetes, 4 albas, 4
■ ingulos y 16 casullas de varios colores litúrgicos.
Oreemos será también del agrado de nuestros lec­
tores que trascribamos aquí los dos mencionados
autógrafos Pontificios: El primero traducido del
italiano es del tenor siguiente t A nuestros amados
Hijos que se hallan recogidos en e l lazareto de Coniraiación para curarse de la lepra, implorándoles
resignación en la enfermedad que los aflige, datnos
le lodo corazón \a Bendición Apostólica — Pío P. P. X.
Dice el segundo: A nuestros amados H ijos que
nabitan en los Lazaretos que albergan á los pobres
Leprosos de Colombia, pidiendo a l cielo resignación
en sus dolores, damos de iodo corazón la Bendición
Apostólica — Pío P. P. X..
Otra prueba de amor que el .Sumo Pontífice ha
’ rJo á los Salesianos, es el haber nombrado á
'.uestro Reverendísimo Procurador General Dr. Don
•uan Marenco, Consultor de la S. Congregación de
‘-•bispos y Regulares. A l paso que presentamos a}
nuevo elegido nuestros más ardientes parabienes,
exclamamos llenos de consuelo: Loado sea Dios.
?ie por medio de su Santo Vicario, tantas alegrías
nu* ha proporcionado.

VIENA (Anstria). — Nos escriben : « La Junta Cen­
tral apenas supo nuestra llegada, nos colmó de
mil atenciones y miramientos'. La Sra. Condese
Jankovics, que consagra toda su vida en beneficio
de los pobres, nos mandó la bienvenida con atenta
tarjeta y al cabo de pocos dias vino á visitamos.
Aquella misma tarde habló de nosotros con la Ar­
chiduquesa María José, y nos alcanzó de ella una
audiencia que tuvimos al dia siguiente. Imposible
es describir la alegría que demostró Su Alteza Im­
perial al saber que habían ya llegado los Salesia­
nos. Recibió primero al representante de D. Rúa,
nuestro Sr. Inspector, y después nos recibió á nos­
otros. Nos preguntó por D. Rúa, expresando ve­
hementes deseos de verle presto en Viena. Nos
colmó de indecibles atenciones.
Nuestra casa está ya preparada y esta semana
tendremos ya 50 niños internos y 100 medio pen­
sionistas. Esperamos que para el año entrante la
casa se halle en disposición de alojar 400 niños.
Que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja y
María Auxiliadora, á quien está dedicado el barrio
en que se encuentra este Instituto, nos tenga bajo
su maternal amparo... »
CONSTANTINOPLA (Torqnía Europea). — Nuestros
amables lectores esperarán sin duda noticias de los
Salesianos que pocos meses hace fueron á Constantinopla para abrir escuelas en aquella ciudad
donde tanto abundan los emigrantes Europeos.
Cortamos de una carta cuanto sigu e: El dia 9
de Octubre del año pasado llegaron acompañados
por nuestro Sr.-Inspector el Rdo. D. Luis Nai y
fueron cordialmente acogidos por el Exemo. Señor
Bonetti, Delegado Apostólico en Constantinopla y
por los RR. PP. Dominicos que les dieron gene­
rosa hospidalidad.
Entretanto fueron estudiando el lugar más ade­
cuado para plantar sus tiendas, y en esto se vió
una vez más la mano bendita de María Auxiliadora.
Al fin del mes hallaron una hermosa casa, á poca
distancia de la Catedral, en la calle Pancaldi, con
tres pisos, y un patio adjunto, que encontraron
adecuada al objeto. La arrendaron, compraron dos
mesas, cuatro camas, y algunas sillas y heos aquí
con una casa rigurosamente amueblada á la salesiatia. Le destinaron cuatro aposentos para clases,
en que podrán caber cuarenta alumnos en cada uno
y después... la inauguraron.
Presentemente no son muchos los niños que asis­
ten, pero esperan que dentro de poctf aumentarán ».
De este modo se ha fundado un nuevo centro de
la actividad salesiana con está tierra que tan ex­
tenso campo presenta á la acción religiosa. Que
Dios bendiga este nuevo plantel de D. Rosco y que
sea fructífero el apostolado de los hijos de D. Rosco,
es lo que de corazón deseamos á nuestros herma­
nos. Nos es grato además, dar publicamente las

— 32 —
gracias al Excmo. Sr. Delegado Apostólico de Constantinopla y á los celosos PP. Dominicos por las
atenciones que han usado con nuestros amados
hermanos*

á las 6 1/2 m. del día sábado 24 de Octubre, vic­
tima de un ataque cerebral.
Cristiano práctico y ejemplar, magistrado recto,
incorruplible é ilustrado, hombre de corazón
tierno y generoso, pasó su vida obrando el bien.
Por ésto, la muerte no le sorprendió, le halló pre­
parado para el viaje á la eternidad.
Murió fortalecido con los auxilios de la reli­
gión y fué sepultado con el hábito de Tercero
dominico.
Actualmente era Presidente de

D. Antonio Micald)ne
Presbítero Salesiano.

E
l

9 del pasado Octubre se durmió en la paz
de los justos este activo y piadoso Sale­

la Suprema

Corte Nacional, dignidad la más encumbrada en
la Magistratura judicial de la República.
Tiene una brillante hoja de servicios prestados
á la patria.
Nació el 28 de Diciembre de 1835 en la Rioja,
de donde á los 9 años fué enviado á estudiar á
la ciudad de Córdoba, graduándose de agri­

siano, Director de la casa de Ronda (Má­
laga) en la temprana edad de 35 años.

mensor á los 20 años, y á los 22 de abogado,

Esta irreparable pérdida ha consternado á nues­
tros hermanos de España, que conocedores de

entrando más tarde á actuar en la vida política
del país.

las virtudes y de la laboriosidad del inolvidable

Diputado en r860 al Congreso del Paraná por
la Rioja; vocal de la cámara de justicia de Cór­

finado, sienten el inmenso vacío que ha dejado
entre ellos. D. Antonio Ricaldone, que consti­
tuía á la vez una gloria y una esperanza para

doba en

la C on gregagión , era el hombre del recogi­
miento, de la oración y de la piedad, un Sacer­

en circunstancias en que la Rioja lo designaba

dote, que conociendo su dignidad, es todo de

1862, senador nacional por esa pro­

vincia, en 1864; reelecto para el mismo cargo,
igualmente senador nacional por dicha provincia,
caso sin precedente en nuestros anales parla­
mentarios, y que el doctor Bazán resolvió op­

Dios, todo de sus hermanos, todo de sus niños,
todo para todos. Pero, lo que le hizo tan amable,

tando por la representación de la provincia de

tan perfecto religioso, fue su profunda piedad,

su nacimiento; juez de primera instancia en lo

una piedad que se traslucia en todos sus actos

civil de la segunda circunscripción judicial de
Santa F e en 1881; vocal de la cámara de ape­

y que esparcía doquiera un perfume de respeto
y simpatía. Murió con una muerte santa y edifi­
cante : murió sentido de sus Superiores y llorado

laciones en lo civil de esta capital, en 1882; y
en Enero de 1890 ministro de la suprema Corte
de justicia.

de sus hermanos y sus niños que le amaban
como á un padre y le veneraban como á un
Santo.

de la gloria que Dios tiene preparada para los

Sea paz eterna á su alma y grata memoria á

que en esta vida obser\’an su ley santa; no obs­

su piedad y á sus virtudes.

Dr. Abel Bazán.
Pia Unión de los Cooperadores Salesianos
de Buenos Aires acaba de perder uno de sus
miembros más esclarecidos, en la persona
del Doctor .-V. Bazáji, que falleció en esta capital

Confiamos que su alma buena ya esté gozando

tante, es obra de exquisita caridad ofrecer su­
fragios por su alma.
Conceda el Señor á sus afligidos deudos la
resignación cristiana.
R. I. P.

a

L

C o a aprobación d e la -\uloridad E c le s i¿ s tk a ;
G erente: J O S É G A M B IM O .
Texto
w

R e d a c c ió n

y

íld m iq is tr a c ió q
C o tto lefig o , J 2 —

ANO x v n — N. 1-2 —

T u r in - I t a lia .

Publicación mensual — ENERO-FEBRERO de 1904

cETuintn
.
nuestras Misiones: Colombia — Pntagonin (Río
bUftWKU) í Carta del Rdísimo D. Miguel Rúa . pág. 1
Negro)— Tierra del Fuego.................................... 15
Página i n t i m a ...........................................................8 Gracias de María Auxiliadora....................................... aa
El Representante del Sucesor de Don Bosco en
Crónica Salesiana...................................................... as
^ ^ c a ................................................................... ...
Necrolí^a: D. Antonio Ricaldone — Dr. Abel Bazán as

= ;; z :£ L

C)
_o

Caita del Rdísimo Don Miguel Rúa
á los Cooperadores Salesianos
Beneméritos Cooperadores y Cooperadoras:

y celosos Cooperadores que, con sus fervorosas
oraciones, trabajando por la buena causa é im­
T as palabras que el Emmo. Cardenal Svampa
poniéndose no pocos sacrificios, imploran sobre
■ L' pronunció en el último Congreso Salesiano, el ejército Salesiano la protección de la Auxilia­
poco ha celebrado, quedarán por siempre profun­ dora de los Cristianos y trabajan para que al­
damente grabadas en mi memoria. Con su arreba­ cance victoria del enemigo de las almas.
tadora elocuencia, describía magistralmente el
Si ésto es así ¿quién no echa de ver la íntima
pueblo hebreo, que combate con denuedo en la relación que existe entre los Salesianos y sus
llanura contra sus enemigos, mientras en la cima generosos Cooperadores? Uno es el deseo de sus
del monte Moisés, con los brazos levantados, in­ corazones, la gloria de Dios; uno es el objeto de
tercede por su pueblo y le alcanza del Dios de sus fatigas, arrancar de las garras del infierno el
los ejércitos una completa victoria. El Emmo. ■ mayor número posible de almas. Por ésto, los
Príncipe, presentaba en el pueblo hebreo, a los Cooperadores participan en gran manera de las
pobres hijos de D. Bosco, que esparcidos ya por obras de caridad cristiana que, con el auxilio de
toda la redondez de la tierra, luchan según sus
Dios, cumplen los Salesianos, y por ésto es con­
tuerzas, contra el error y el vicio, y se esfuerzan
veniente darles cuenta de vez en cuando de los
por extender más y más el reino de Cristo. Figu­ trabajos que se van llevando á cabo, como acos­
raba en Moisés, y no sin razón, á nuestros buenos
tumbro hacerlo todos los años. El repasar con

ron aumentar el esplendor de nuestras asambleas
con su altísima dignidad, y trazarnos con su
sabia palabra un camino más seguro para llegar
al bien. Conservaré asimismo grato recuerdo de
los buenos Cooperadores, Presbíteros y seglares,
que viniendo á Turín nos edificaron con su ferv'orrosa piedad y ardiente celo, y nos infundieron
confianza y aliento con su varonil elocuencia.
Me es suave la esperanza que se cumplan las
palabras que pronunció al fin de una sesión el
Emmo. Cardenal Richelmy: ojalá puedan deciise del Congreso Salesiano aquellas palabras
Mirada retrospectiva.
* Había dispuesto la Providencia Divina, que el del Génesis: dixit et jacta sunt. Lo dijo, y se
año 1903 fuera para los Salesianos y sus amados hizo. Sí, haga el Señor que las hermosas y ad­
Cooperadores uno de los años más dignos de me­ mirables deliberaciones tomadas se pongan en
moria. Durante su curso, los acontecimientos práctica, para mayor gloria de Dios y salvación
más grandiosos y más prósperos vinieron á re­ de la juventud.
Fué el Congreso la preparación más adecuada á
gocijarnos, aunque, como suele acaecer en este
la
Coronación
de María Auxiliadora. Me confieso
valle de dolores, alternaron con ellos algunos su­
incapaz de daros una pálida imagen de estas so­
cesos tristes. Los unos y los otros ya los conocéis,
amados Cooperadores, pero no obstante, no creo lemnísimas fiestas, y lo creo por otra parte inútil,
sea por demás hacer de ellos mención en esta mi pues su fama, que ha trapasado los límites de
Europa, habrá llegado hasta vosotros. Lo que
carta.
Dimos principio al pasado año con un acon­ no puedo pasar en silencio es el consuelo in­
tecimiento que llenó nuestros corazones de pu­ menso que tales fiestas rae causaron, el ver que
rísima alegria, de dicha inefable. El sapientísimo aquello no fué un entusiasmo pasajero y limi­
León X III, de feliz memoria, recibía el pasado tado al estrecho círculo del Piamonte, sino
Enero en audiencia extraordinaria al Rector que tuvo eco fiel en apartadas regiones. Por
Mayor de la Pía Sociedad Salesiana y á varios doquiera se extendió, como chispa eléctrica,
representantes de nuestros Institutos, quienes el entusiasmo en los corazones, entusiasmo para
depusieron á los pies del Augusto Vicario de amar y honrar más á María Auxiliadora, nuestra
Cristo, el óbolo de su filial piedad. En aquel ven­ ternísima Madre: pruebas de ello las tenemos
turoso momento se concibió la idea de celebrar en las fiestas que en todas partes se celebraron,
un Congreso Salesiano en Turín; en aquel mo­ coronando en muchas de ellas, con permiso de
mento solemne fué concedida por favor especial los Ordinarios, las efigies de María Auxiliadora.
de Su Santidad la Coronación de la milagrosa Im- Otro fruto consolador de tales festividades ha
gen de María Auxiliadora; dos acontecimientos sido la erección, en diversas ciudades, de la Argloriosos, que quedarán eternamente escritos con chicofradía de María Auxiliadora y el aumento
caracteres de oro en la historia de nuestra Pia considerable de los asociados. Esto me da espe­
Sociedad. El Congreso, varias veces bendecido ranzas de que nuestros Cooperadores no se con­
por el Augusto Anciano de Roma, honrado con tentarán con haber coronado á su Celestial Pala presencia de personas conspicuas, venidas trona de perlas y diamantes, sino que se esfor­
muchas de lejanas regiones, obtuvo un éxito zarán por presentarle una diadema más preciosa
espléndido, que fué un triunfo para nuestro dul­ aún, de almas arrancadas de las garras del de­
císimo Padre D. Bosco y para la Obra por él monio.
Ciertamente, fué causa de gran regocijo par^
fundada. Y no puedo dejar pasar esta ocasión
sin demostrar una vez más mi profunda gratitud mi corazón y los de mis hermanos, la feliz lle­
á los Emmos Cardenales y Rdísimos Arzobispos gada, tras un viaje casi de tres años, de nal
y Obispos que con gran molestia suya, se digna­ amadísimo representante, el Rdo Sr. D. Albera,
la mente los sucesos del año que acaba de espirar,
el recordar el bien que hemos hecho, las luchas
que hemos sostenido, los obstáculos que hemos
superado, lejos de sernos objeto de vana compla­
cencia y ostentación, será, por el contrario, un
tributo de viva gratitud á Dios por los favores
que nos ha otorgado, será un consuelo, un aliento
para que continuemos todos con generosidad el
apostolado de la salvación de las almas, que es el
fin principal de nuestra Pía Asociación.
**

— 3 “

que fué portador de las consoladoras noticias
acerca del bien que hacen los Hijos de D. Bosco
en todas las Repúblicas de America.
Permítaseme aquí hablar también de otra sua­
vísima alegría que ha experimentado mi co­
razón en el 1903. Después que la Iglesia se vistió
de luto, al ver desaparecer de la escena del mundo
la majestuosa figura de León X III {d. s. m.) ¡qué
júbilo no inundó mi alma al ver subir al trono
de Pedro al Cardenal Sarto?! Pío X conoció á
D. Bosco y, siendo Obispo de Mantua y Patriarca
de Venecia, se mostró siempre amante de sus
hijí». A los pocos días de su exaltación al Ponti­
ficado, se dignó mandarnos en un preciosísimo
autógrafo su apostólica bendición, y el 3 del
pasado Noviembre me concedió una audiencia
particular, gozando por tres cuartos de hora de
su ilimitada bondadpatermal, queUevael nombre
bendito de Pío X de boca en boca y le ha hecho
dueño de todos los corazones.
Elogió el generoso concurso de los Coopera­
dores, manifestando su vivo agradecimiento y
las grandes esperanzas que con su incansable apoyo, abrigaba para lo porvenir dignándose otor­
garles al .despedirme, una afectuosa y amplia
bendición á los Cooperadores, á las Coopera­
doras, á sus familias y á todas sus obras ■ úrituales y temporales.
Pero no hay rosa sin espinas: el Señor nos ha
visitado con tribulaciones. Una espina punzante
para mi corazón es la triste suerte que ha cabido
á mis carísimos hijos, los Salesianos de Francia.
Esta grande nación, condecorada con el título
de hija primogénita de la Iglesia, siempre la
primera, la más generosa en ejercer la caridad,
ve ahora, con pena profunda de los católicos
íervientes que son l^^mayor parte, á millares de
sus ciudadanos, qué de ningún otro crimen son
culpables, sino de estar consagrados al servicio
de Dios y del prójimo; los ve arrastrados ante
los tribunales, condenados como malhechores,
arrojados de sus conventos, despojados de sus
llenes y obligados á tomar el camino del des­
tierro, si quieren conservarse fieles á su vocación.
Eos Salesianos que sostenidos y ayudados por
la, candad de sus Cooperadores, habían fun­
dado veinte casas para los niños pobres y des'^alidos en Francia y habían establecido para
cHos numerosas escuelas y talleres; los Salesianos,

que habían sabido captarse las simpatías de los
mismos incrédulos, abrigaron por algún tiempo
la esperanza de encontrarse libres de la ¡perse­
cución y de poder continuar siendo padres de los
huérfanos y sostén de los desvalidos. Pero á pri­
meros del mes de Julio, tras una larga discusión
en el Senado, se publicó el decreto de su expul­
sión y del cierre de sus institutos. Sólo vuestro
corazón puede medir la intensidad de mi dolor,
al ver en un instante destruido el fruto de tantos
sudores y sacrificios, al tener que despedir á
tantos niños que se encuentran de nuevo aban­
donados á merced de sí mismos y expuestos á
los peligros de un mundo corruptor y corrompido.
No puedo por menos de dar publicas gracias
á los intrépidos oradores que defendieron vale­
rosamente nuestra causa y á los cien Senadores,
que venciendo graves dificultades, dieron el voto
favorable á los Salesianos.
Otra pena me traspasó el corazón, al recibir
la noticia de que en nuestras casas del Brasil
había penetrado la fiebre amarilla, y que había
sacrificado nueve víctimas de entre nuestros
Misioneros. Algunos de ellos eran Superiores
importantes, todos de edad florida, de claro in­
genio, de celo ardiente; y en un momento desa­
parecieron de la escena del mundo, dejando un
vacío que no sabemos como llenar. Pasó á mejor
vida también D. Belloni, fundador de las casas
de Palestina. La muerte de este padre de los huér­
fanos, de este ejemplar Salesiano, ha sido llorada
en Belén como una desgracia pública y ha sido
sensible y dolorosa para todos los bienhechores
de las casas de Oriente, de Italia, de Bélgica y
de Francia. Me es suave consuelo esperar que
nuestros beneméritos Cooperadores seguirán
suministrando alimento, vestido é instrucción
á nuestros huerfanitos de Tierra Santa. Este será
el ma3W homenaje que podrán tributar á la me­
moria veneranda de D. Bosco.

A los obreros de la primera hora
Considero como un deber sagrado, daros cuenta
todos los años de las nuevas fundaciones, porque
ordinariamente por el número de las casas recién
fundadas. Ljnados Coop>eradores, podéis for­
maros una idea del progreso y de la vitalidad de
nuestra humilde Sociedad; por que de este modo

— 4 —

r

podéis conocer el aprecio en que tienen los Obis­
pos y aún los mismos Gobiernos á nuestra Aso­
ciación, cuando con rail maneras procuran tener
Salesianos en sus diócesis ó en sus Estados para
que se cuiden de la juventud.
Estos nuevos institutos son además muestra
evidente de la actividad de nuestros Coopera­
dores, que no perdonan fatigas para proteger á
los Salesianos. Por tanto, es para nosotros un
deber, que la gratitud nos impone, manifestar
estas obras de generosa caridad. Esto no obstante,
bien lejos estamos de olvidarnos de aquellos Coo­
peradores, y son en gran número, que con celo,
que con graves sacrificios sostienen las casas
Salesianas ya existentes. Y nos edifica y nos
alienta en gran manera la constancia de aquellos,
que cada año nos envían su oferta, para que así
podamos nosotros seguir educando cristiana­
mente á tantos jóvenes, alimentando é instru­
yendo á tantos pobrecitos huérfanos, cultivando
las vocaciones eclesiásticas, difundiendo la buena
prensa y socorriendo las misiones más necesita­
das. Os lo confieso con toda sencillez: cuando
tomo en la mano los registros de nuestros bien­
hechores, y hojeándolos, hallo el nombre de mu­
chos que lo eran ya de D. Bosco, y que siguen so­
corriendo con su caridad inagotable á su Sucesor,
el corazón se rae conmueve, los ojos se me preñan
de lágrimas y mis labios pronuncian estas pa­
labras: he aquí los obreros de la primera hora.
Se han cambiado los tiempos, se han cambiado
las personas á quienes socorren, pero ha quedado
firme é inmutable su simpatía y su caridad para
con los hijos de D. Bosco. Estén seguros estos
nuestros bicnhechores.de que no será pequeño
el premio de su generosidad; nosotros rogamos
á Dios todos los días para que su recompensa sea
proporcionada á su perseverancia y para que les
dé el ciento por uno en la vita eterna: ceniuplum accipiet et viiam ‘itcrnam possidebit. E^tas
son las j)alabras del Evangelio, y no quedará
sin cumplimiento ni siquiera una sílaba de la
palabra de Dios.
**
Nuevas fundacioaes.

Al enumerar las casas fundadas durante el
1903, me es sobre manera grato ver desde luego
entre ellas varios Oratorios festivos, por los

cuales, vosotros lo sabéis, tengo yo una verda­
dera predilección, pues un Oratorio festivo fué
la cuna de las obras de D. Bosco.
En Italia durante el 1903 se han fundado dos
nuevos Oratorios, uno en Ascoli Piceno, otro en
Iseo cerca de Brescia. Dióse además mayor in­
cremento al de Pistola, donde los Salesianos han
establecido ya su demora.
España cuenta con un Oratorio más, el de
Huesca, que tiene anexas clases elementales.
Os participo también con sumo placer mío, que
ha aumentado el número de Casas-familia, pues
los Salesianos han tomado á su cargo la 5^.
George's Home (casa de S. Jorge) en Londres,
donde se reúnen todos los días más de cien jó­
venes artesanos para asistir á las funciones re­
ligiosas y á las clases, para comer y dormir. El
resultado obtenido durante los ocho primeros
meses ha sido espléndido.
E n Octubre p.pdo. tomaron la dirección de
una Casa con el mismo objeto, para los niños
alumnos de las escuelas públicas, en Viena, ca­
pital del Imperio Austríaco. E n dicho asilo, los
niños pasan lo restante del día lejos de todo
peligro material y moral, bajo la vigilancia de los
Salesianos.
Deseosos además de ser útiles á los emigrados
italianos y de ayudarles en la obra importantí­
sima de la educación de sus hijos, hemos acepta­
do, á costa de no pocos sacrificios y en correspon­
dencia á la entusiasta invitación de \a. Asociación
Nacional protectora de los misioneros Italianos
en el extranjero, mandéu: algunos maestros y
asistentes para las escuelas comerciales italianas
y las escuelas elementales en dos partes distintas
de la ciudad de Esmirna, en Turquía Asiática;
se han fundado asimismo escuelas elementales
para italianos en Constantinopia, donde los emi­
grantes son en crecido número.
Muchos años hacía que se nos esperaba en la
Isla de Malta, para que nos encargáramos de un
instituto de artes y oficios, preparado ya por
algunos beneméritos Cooperadores y sostenido
por el Gobierno inglés. Por fin el pasado No­
viembre tomaron posesión de él y, con el auxiSo
de Dios, harán los Salesianos todo lo posible para
corresponder á la espectación del Gobierno y de
los bienhechores y para formar de aquellos jó­
venes, ciudadanos honrados y cristianos.

En la República Argentina, suelo fecundo en
Institutos Salesianos, á pesar de la escasez de
personal, se ha fundado un Oratorio festivo en
S. Isidro y una Granja agrícola
Rosario de
Córdoba, debido á la liberalidad de los Sres Vignaud. Se ha abierto en el Sud del Brasil una
Granja agrícola en 5 . Francisco dos Campos.
En el Ecuador los Salesianos, además de resta­
blecer las casas existentes antes de la expulsión
de los religiosos, han fundado una nueva en
Atocha cerca de Ambata, destinada á cultivar el
personal necesario para las escuelas y talleres.
Merece también especial mención el Colegio de
Sla. Ana, fundado últimamente en la República
de S. Salvador, Centro-América. Pero donde se
ha manifestado de una manera particular la mano
de la Providencia, es en la fundación de Troy,
diócesis de Albany, en los Estados Unidos. Ar­
diente era nuestro deseo de tener una casa donde
recoger los jóvenes, que tuvieran inclinación al
estudio y vocación para la vida sacerdotal, que
por la gracia de Dios no son pocos. Habíamos
pensado comprar un terreno en New-Ark, cerca
de Nueva-York, aunque gravándonos con una
enorme deuda; pero cuando el limo. Sr. Parcley,
.Arzobispo de Nueva Y o rk , supo nuestra in­
tención, puso inmediatamente á disposición
nuestra un vasto y cómodo edificio en la ciudad
de Troy, que varias veces había servido de Se­
minario. Mientras doy públicamente las más
rendidas gracias al Illmo. Sr. Arzobispo, hago
votos por que los jóvenes que en aquella casa se
asilen se muestren dignos de tan señalado be­
neficio.
Creo necesario antes de terminar esta reseña,
nablar de una obra que á no dudar, será de gran
interés para los lectores de esta carta. Obligados
los hijos de D. Bosco á salir de Francia, no pu­
dieron resignarse á desamparar á sus niños, y
al tomar el camino del destierro, llevaron con^ o , no sin un gran sacrificio, á muchos de sus
asilados. De ellos se refugiaron parte en Italia,
parte en Bélgica ó en Iglaterra y algunos en
^>nÍ2a. De este modo, algimos institutos de Franoa fueron completamente trasplantados á las
n¿"iop.es limítrofes, y los Superiores y Maes­
tros dieron un ejemplo memorable de amor y
candad hacia sus niños, así como estos lo die­
ron de aprecio á la educación que de ellos re­

cibía, procurándosela aún á costa de abandonar
el hogar y la patria. Esto me hace esperar que
la persecución que se ha desencadenado contra
los Religiosos, no será capaz de romjier los vín­
culos de caridad entre los Salesianos y nuestros
Cooperadores Franceses, y que no dejarán de
sostenemos especialmente en la educación de
sus jóvenes conciudadanos.

Nuevos Institutos de las Hijas de María Auxiliadora.

Por lo que yo he visto con mis propios ojos y
por lo que los demás me han dicho, me he podido
convencer de que el Señor bendice de un modo
particular la Congregación de las Hijas de María
Auxiliadora. Su campo de acción va tomando
cada día más vastas proporciones y, gracias á
Dios, en ellas no diminuye la actividad. Parece
que la Providencia las haya llamado á ser madres
de interminable número de niños de ambos
sexos, cuyas madres naturales, obligadas á tra­
bajar para ganarse el pan, no pueden cuidarse
de ellos; por ésto empiezan á aumentarse el nú­
mero de asilos de la infancia dirigidos por las
Hijas de María Auxiliadora. Bien notorios son
á todos. los frutos que producen estos asilos, pero
solo quien los visita y asiste á sus lecciones y á
los ensayos que suelen dar al terminar el año,
puede dar razón del caudal de heroica paciencia
que las maestras deben tener para inocular en
aquellas tiernas almas los gérmenes de la virtud
y piedad. En vista de los frutos de bendición
que en este campo han recogido, las Hijas de
María Auxiliadora han sido llamadas á dirigir
diversos asilos en Livorno (Toscana), Mede, BeU
lagio, Jerago, Villadossola en el continente: en
Módica, Piazza Armerina, Biancavilla, Balestrate y Parco en la isla de Sicilia.
Numerosas son asimismo las escuelas elemen­
tales, secundarias y normales, en Europa y en
America, en que las Hijas de D. Bosco, animadas
por su espiritu todo caridad y dulzura, preparan
á las niñas para aquella santa misión á que Dios
las tiene destinadas. Y en vista del buen éxito
que hasta ahora han obtenido, se han encargado
también de la asistencia de las jóvenes en teje­
durías y fábricas de otros géneros, y de la di­
rección de Asilos de obreras. Con este fin se han
establecido en Legnano.



Noto, sólo de paso, las fundaciones de nuevas
escuelas en Valencia (España) y de Lipeloo
(Bélgica): pero merece mención especial el hos­
picio de niños fundado por las Hermanas en
Chertesey, cerca de Londres, en medio de una
población de protestantes, que, como me han
asegurado, han quedado altamente edificados
del espíritu de sacrificio de aquellas buenas re­
ligiosas. Según deseos del Sr. Obispo, su capilla
se ha convertido en Parroquia de los católicos
de aquella ciudad. Quiera el Señor que con sus
virtudes puedan contribuir á la salvación de
muchos.
No puedo dar fin á esta breve reseña sin elevar
un himno de acción de gracias á Dios, que se
sirve de las Hijas de María Auxiliadora para
hacer el bien á innumerables jóvenes en los Ora­
torias festivos, que también este año han aumen­
tado y florecido especialmente en las Repú­
blicas Americanas.
Al nombrar estos asilos y estos Oratorios, yo
dirijo mis pensamientos y mis palabras á vos­
otras, caritativas (Cooperadoras, que con tan
santas industrias sostenéis á las Hermanas, y os
lo digo con .profundo agradecimiento: todo ésto
es fruto de vuestra caridad.
«*
Propuestas para el año 1904.

Cada día repetimos la súplica: adveniai regnum
iuum: venga á nos el tu reino. Con estas palabras
demostramos el vehemente anhelo de que sea
destruido el reinado de Satanás, de que N. S.
Jesucristo sea conocido, amado y honrado por
todas partes, de que Cristo reine en todos los
corazones, en todas las familias y en todos los
pueblos. Pero, si queremos que esta súplica sea
más agradable al Corazón dulcísimo de Jesús,
debemos contribuir con todas nuestras fuerzas,
con todos nuestros haberes á la propagación del
reinado de Cristo, y ésto es precisamente lo que
liacen nuestros (Cooperadores socorriendo á nues­
tros Misioneros.
No descansó nuestro venerado Padre D. Bosco
hasta que, aun á costa de sacrificios indecibles,
no introdujo en la Patagonia á sus sacerdotes y
á sus catequistas. ¡Oh! ¡cuál no será su júbilo
allá en la gloria, donde lo creemos, al ver aque­
llos inmensos desiertos sembrados de misiones v

6



escuelas, cruzados continuamente por sus hijos
los Misioneros, habitados no ya por salvajes fe­
roces, sino por cristianos, por civilizados! El
aspecto de aquellas inmensas llanuras se ha
trocado ya, y no está lejano el día, en que el
Gobierno civil y eclesiástico equipare la Pata­
gonia con las demás provincias de la República
Argentina. Verdad es que estos progresos, de­
bidos á las fatigas y sudores de los Misioneros,
y en gran parte fruto de la caridad de los Coope­
radores, serán para todos dulces y consoladores;
pero ¡cuánto queda aun por hacer para ver ter­
minada esta obra de regeneración! ¡Cuánto no
sufre el intrépido Apóstol de la Patagonia, Mons.
Cagliero, cuando por falta de recursos no puede
poner mano á muchas empresas que la sed de
almas le inspira! A pesar de su avanzada edad,
ha arrostrado de nuevo los peligros del Océano
para volver á su Misión predilecta. Tengo la
firme esperanza, de que nuestros amados Coo­
peradores no cesarán de sostenerle con sus
oraciones y de a5nidarle con sus. limosnas.
He recibido también de la Tierra del Fuego
y de la Isla de Dawson, noticias que han hen­
chido mi corazón de santo júbilo. Aquellas
nuevas cristiandades se van consolidando, la
Religión dulcifica las costumbres, las nue\*as
generaciones crecen embebidas en sentimientos
cristianos, y los ancianos mueren resignados y
consolados por la esperanza de una vida mejor.
Pero debo confesaros, mis amados Cooperadores,
que aquella misión es para mí un peso tan grave,
que casi me abruma. Además de las deudas,
me aflige el saber que los Misioneros por falta
de recursos deben poner límites á su celo. Mons.
Fagnano, durante el año pasado, no ha podido
por la misma causa emprender el viaje que
acostumbra hacer en busca de salvajes para Ue*
varios á la misión, instruirlos y bautizarlos. No
ignoráis tampoco, que si el Misionero al presen­
tarse á sus neófitos no tiene nada que darles,
pierde mucho de su autoridad. Por ésto, aJ rei­
terar mi llamada á \uestro generoso corazón,
ós repito: no os canséis de socorrer á los Misio­
neros.
La misión del Matto Grosso á fayor de los
(Croados ha hecho notables progresos. Poco á
poco aquellos salvajes, siempre rchacios al tra­
bajo, se van acostumbrando al cultivo de I*

— 7 —

tierra y se instruyen en las verdades de nuestra
santa Religión. Un nuevo pueblo, una nueva
cristiandad consagrada al Sdo. Corazón de Jesús,
se levanta en el seno de aquellas vírgines flo­
restas.
Mons. Costamagna, tras largos y peligrosos
viajes á través de pueblos que no habían visto
nunca á un Obispo, fué á visitar á los Jíbaros de
Gualaquiza. L a presencia del Vicario Apostó­
lico dió nuevo impulso á aquellas Misiones. Uno
de los caciques le prometió que no habría ya
guerras entre ellos. Los Jíbaros han aprendido
á considerar al Misionero como á su padre, pro­
tector y árbitro de todas sus contiendas. Basta
que un civilizado se ponga bajo la protección de
los Misioneros para que lo respeten: en medio de
ellos vale más la cruz del Misionero que la es­
pada del soldado. No obstante me aflige el sa­
ber que á veces, hallándose los Misioneros faltos
de víveres, deben abandonar sus residencias- é
ir á pedir limosna á las ciudades cercanas con
gran menoscabo de sus neófitos.
Os participo en fin, beneméritos Cooperadores,
que á pesar de la guerra civil que por tanto
tiempo asoló las comarcas de Colombia, los bue­
nos católicos de aquella valerosa, pero infeliz
República, animados por la palabra de D. Evasio
Rabagliati, siguen socorriendo á los pobres lepro­
sos y que, haciendo verdaderos prodigios de ca­
ridad, han recogido los recursos necesarios para
la construcción de dos nuevos lazaretos. Varios
Salesianos é Hijas de María Auxiliadora zar})aron del puerto deGénova el pasadoNoviembre,
para consagrarse al alivio de aquellos p>obres
enfermos, abandonados muchas veces hasta
por sus mismos parientes. osiciones para ello; y como os he dicho
más arriba, la Providencia nos lo deparó. El 12
del pasado Octubre ocho Salesianos, de ellos tres
sacerdotes, partieron á establecerse en Troy,
cerca de Nueva-York; es esta una obra de má­
xima importancia, que yo recomiendo encareci­
damente á vuesrra caridad.
«*
CoacIuslÓQ.

Y ahora, antes de despedirme de vosotros, ama­
dos Cooperadores, me es sumamente grato re­
cordaros el pensamiento principal que resalta
en la sapientísima Encíclica, con que Nuestro
Santísimo Padre Pío X inaugura su Pontificado:
restaurar todas las cosas en Cristo.
El Papa, con sin igual habilidad, ha puesto el
dedo en la llaga de la actual sociedad; pues si se
halla agobiada por infinitos y gravísimos males,
es porque se ha alejado de Aquel, que es prín-



cipio de todo bien, que es camino, verdad y vida;
se ha alejado de Cristo. Por ésto, según nos en­
seña el Papa, es preciso restaurar el imperio de
Dios en las almas. Los Salesianos y sus Coope­
radores, que según el espíritu de D. Bosco, deben
ser los más fieles intérpretes de los sentimientos
y deseos del Vicario de Cristo, acuérdense que
les está reservada una parte muy importante en
esta restauración de la sociedad; y sólo la lleva­
rán á cabo, si se conservan estrechamente unidos
al Papa y á los Obispos, los solos á quienes el
Espíritu Santo ha puesto para gobernar la Iglesia
de Dios; si evitan toda compañía, toda lectura
que les ponga en peligro de no sentir sincera­
mente como siente la Iglesia, nuestra Madre;
si edifican á sus prójimos con la vida ejemplar
de fervorosos cristianos; si en fin siguen sosteii'ii 1111111111

l.'MI I I I I I I
n ^

I I I I I ii.n

o0. S »

8



niendo con sus oraciones, con sus palabras y con
sus limosnas las obras que les propone la Pía
Asociación. Todas estas cosas se nos han incul­
cado en Congresos y conferencias: sea, pues,
empeño nuestro ponerlas en práctica.
Implorando sobre vosotros y sobre vuestras
familias las bendiciones de Dios y asegurándoos
que todos los días, en las oraciones públicas y
privadas, os tenemos siempre presentes, con la
más profunda gratitud me profeso, amadísimos
Cooperadores y Cooperadoras,
Vuestro Humilde y Seguro
Servidor
M IGUEL RÚA, Pbro.
Turin I de Enero de 1904,

I I I i i i i i i i . i l I i i i i n r ' i i i i ili ili iin ia i ii lii iiiiiiiiiliiliiliiliiliiliiliiliiin in iiiin iiiiB liliilliliiiiim n t H liii' i i .i:'i!.M iu iir |iiiu iw iij|jii i *

^

o y _O

AGINA INTIMA
Ihtdmofas.
Los Cooperadores forman con los Salesianos.
bajo el manto maternal de María Auxiliadora, una
gran familia, cuyo maestro y modelo es D. Bosco.
Entre los miembros de esta familia, deben estable­
cerse V deben propagarse esas corrientes de amor,
de intimidad que nos fraternicen, que nos unan y
nos hagan amar á todos los que llevan este nombreSalesianos y Cooperadores persiguen un mismo
ideal, tienen un mismo padre, tienen igual objeto,
y sólo en la unión, en la verdadera fraternidad de
Cristo, encontrarán la fuerza para cumplir su santa
y elevada misión: la de salvar las almas. Hacer fe­
lices á los demás es el fin mas noble y más simpá­
tico que pueda proponerse un alma; hacer felices
á los demás acá cu la tierra, pero buscar antes su
felicidad en el Cielo, es 1 objeto más subl.me, más
divino, más acepto á los divinos ojos que pueda
t mor un alma generosa: por éso D. Poseo no en­
contró otro lema más grato á su corazón de héroe
V do apóstol, quo aquellas sublimes palabras: Z)n
mi/u
C'tífra iollt: eso es nuestro objeto,
eso es el vuestro, amadísimos Cooperadores, bus­
car la telicidad del Cielo. El objeto no puede ser
más elevado. Pero las grandes empresas requieren
unidad y en nosotros requieren unidad fraterna.
Cuando os hablamos, lo hacemos con confianza.

con amor de hermanos, con seguridad de encon­
trar en vuestros corazones latidos generosos, que
respondan á los latidos del nuestro; en la tierra nin­
guno es más digno de amor, de gratitud, de cariño
fraternal para los Salesianos, como sus Coopera,
dores: porque saben ellos la fuerza del amor y de
la fraternidad y vosotros con vuestro desprendi­
miento, con vuestro celo sois dignos de esa fra­
ternidad y de ese amor. Unámonos en estrecho
lazo, en lazo inquebrantable para hacer el bien,
para seguir las huellas de D. Bosco y las santas doc­
trinas de la Iglesia. Dos cosas requiere de nosotros
el santo ideal que perseguimos, dos especies de uni­
dades, que con el auxilio divino, nos llevarán á
conseguir nuestro santo objeto, dos cosas que deben
ir unidas siempre, para que nuestras obras sean
útiles V meritorias; unidad (U intenciones y unidaa
de operación.
Necesitan los Cooperadores proponerse el fin que
se proponen los Salesianos, como los Salesianos el
que se proponía D. Bosco: ésto es: obrar el bien,
buscar la salvación del prójimo, especialmente del
niño, en todas las esferas de la \ida y con todos lo^
medios que nuestro reglamento y nuestro estado
nos proporcionan. Pero vuestras miras deben ser
altas y elevadas. Vosotros esparcís por doquiera
lc« beneficios de la caridad, la caridad es hija de
Dios V á Dios solo dcb''n dirigirse nuestras obras de

— 9 —
caridad: así como el premio que esperamos es sobre­
natural, sobrenatural debe ser también el fin que
nos proponemos: todo por Dios.
Respecto de ésto será de gran provecho que leáis
V meditéis el elocuente y apropriado discurso del
Dlmo. Sr. Obispo de Bobbio, que describe el fin di­
vino á que deben tender nuestras obras: Somos coo­
peradores de Dios, ( i ) Unidad de fin y unidad de
ideas. Nada terreno, nada interesado, nada que
no sea digno de Dios, mancille nuestras obras de
caridad y nos arrebate el premio de nuestros sa­
crificios.
El otro polo sobre que debe girar firme y segura
nuestra acción, es la unidad de operación. Y a San
Pablo recomendaba esta unidad á sus fieles (I. Cor.
I. lo): Os ruego encarecidamenie,hertnanos míos, por
el no>nbre de N . S. Jesucristo, que todos tengáis un
mismo lenguaje y que entre nosotros no haya cismas
n» partidos: antes bien viváis perfectamente unidos
en un mismo pensar y en un misyno sentir. (Ephes*
IV. 3, 4) Sed solícitos en conservar la unidad del
t&piritu en el vínculo de la paz, siendo un solo cuerpo
y un solo espíritu, asi como fuisteis llamados á una
misma esperanza de vuestra vocación.
Y unidos y compactos en trabajar bajo el pen­
dón de D. Bosco en aquellas obras de caridad que
el lugar, ó \-uestro estado permiten, llegaremos á
lograr el triunfo de nuestra santa causa. Y no digáis
muchos que sois seglares y que ninguna obligación
os incumbe de procurar el bien de los demás, no.
porque el Señor di6 precepto expreso á todos de pro­
curar la salvación de su prójimo y San Pablo dijo
que la caridad de Cristo nos urge (II. Cor. V. 14)
¿Quién, viendo á un semejante suyo caído, ó en
peligro de sucumbir, no le dará una mano para que
*e levante? ¿Quién al ver la juventud en manos de
U incredulidad, al ver la pobre juventud, esperanza
ysonnsa del mundo, que peligra, que corre á la per­
dición. no prestará sus fuerzas y hasta su vida por
salvarla? Y tened en cuenta que hoy el apo.stolado
de los seglares (siempre bajo la protección de los
Obispos y de los sacerdotes) suele ser más fructíy mejor mirado que el del clero: porque, siendo
al parecer, un seglar parte desinteresada é imparcial,
'Ucelo es mejor atendido y sus palabras mejor escuchadas. E l mundo ve en un sacerdote, á uno que
Su propio interés, su prestigio, ó la autoridad
de Su clase; y cuando más. cuando sus hechos no
le dejan pensar otra cosa, le llama un filántropo y
’*®osidera sus actos, no como actos de un Ministro
dd Dios de la caridad, sino como arranques de un
^®azon generoso. E l mundo en ésto, como'en mil
'^osas más, es injusto, pero es así. Y ya que las razola luz y la verdad no sirv'en para con\-encer á
mundo, hay que vencerlo con sus mismos
servirse de su escudo mismo para herirle:
Íí) Vease el Boletín del pdo. Diciembre pág. 318.

así, ya que el mundo mide nuestros actos con
injusticia, debemos servimos de su misma sinrazón
en nues'tro provecho, ó mejor dicho, en provecho de
nuestra causa.
Unios, pues, en haz apretada, unios á los Salesianos en el espíritu de D. Bosco, trabajad asiduos en
la propagación del bien: sin que el interés privado,
sin que el respeto humano, sin que las fatigas os
arredren; que el campo de acción es extenso, las
esperanzas del fruto, halagadoras, el premio que
nos espera, precioso y eterno.
Fiesta de S. I'ranctsco de Sales.
Os invitamos, amados Cooperadores, á la Con­
ferencia reglamentaria y á la fiesta de S. Francisco
de Sales. No dejéis de asistir á ella el día que el
Director establezca, para poder lucrar las Indul­
gencias. Además, en esas reuniones los lazos de
familia se estrechan más y más,’y compenetrados
del espíritu verdadero que animó á D. Bosco,
podréis dedicaros con mayor celo v seguridad á las
obras de caridad y beneficencia propias de nuestra
.Asociación.
E l A póstol de los leprosos de Colombia.
El P. Evasio Rabagliati, iniciador y promotor de
la construcción de Lazaretos departamentales, se
halla en Europa desde hace dos meses. Viene con
el encargo de visitar de parte del Gobierno Colom­
biano, al Dr. Hansen de Nomega, el afortunado
descubridor del bacilo de la lepra, para inducirlo
á que se traslade por algún tiempo á Colombia y
contribuya con sus e.studios y experiencia, á la salud
de los 30.000 leprosos. Deseamos al Gobierno Colom­
biano y al abnegado Misionero el cumplimiento de
sus nobles propósitos. Partirá de nuevo para Co­
lombia á primeros de Fnero.

F ru to s del Congreso
InslYuui‘'n religiosa.
Nunca como en estos tiempos se ha sentido más
urgente la necesidad de una cultura religiosa más
elevada en el pueblo, pues, nunca el obrero se encon­
tró al paso tantos lazos como ahora la maldad tiende
á la fe y á la moral, tantos peligros y dificultades.
Persuadidos de esta necesidad y deseosos de que
se propaguen las Clases de Religión, único medio
para obviar el mal. sometemos á nuestros Coopera­
dores los votos del I lle r Congreso acerca de estecapital argumento.
E l Congreso considerando:
1® Que la enseñanza de la Religión en algunos
Estados está absolutamente excluida de las es­
cuelas secundarias é institutos superiores, y' que
desde algunas cátedras se combaten abiertamente
las doctrinas y creencias católicas, que es lo que
constituye el mayor peligro de la fe para la juven­
tud estudiosa;

r

i



l O

2®Que la experiencia de muchos años lia demosstrado luminosamente, que en el presente estado
de cosas la institución de escuelas de Religión,
es el antídoto más directo y eficaz que oponerse
pueda al pervertimiento intelectual y moral, que
desgraciadamente amenaza perder á la juventud
en las escuelas públicas;
3° Que, dado que estos peligros para la juventud
aumentan en las escuelas superiores y normales tanto
para niños, como para niñas, donde muchas veces,
no sólo se omite la enseñanza de la Religión, sino

Sr Conde de Flgueira
Mons. Qualtlerl
Moos. Dovtcri
S é c r . d e ¡^’iinciatN ra



El Congreso Salesiano de Cooperadores, ai paso
que se felicita por la grande difusión que van al­
canzando las escuelas de enseñanza religiosa snperior,
hace votos por que
I® Se multipliquen y logren acogida y favor las
Clases de Religión, que correspondan en duraciÓB
y profundidad á los cursos de enseñanza pública
(primaria, secundaria y superior) para los jóvenes
de ambos sexos;
2®En las Clases de Religión para los alumnos de

Moas. Rato
0. Francisco Undoso
Emmo Card. AJUTI
Sr Conde Salimel

A u d i i d e N u iic in lu r a

que en las demás materias didácticas se combate
la doctrina religiosa directa ó indirectamente;
4® Que principalmente las clases obreras nece­
sitan conocer las verdades de la fe, sobre todo en
aquellos centros, en que por medio de la prensa,
conferencias y asambleas populares, se difunden
errores contra el Cristianismo y la Iglesia Católica:
5®Que, finalmente, dado el moderno mo\úmiento
para alcanzar en la mujer mayor cultura, es indis­
pensable que ésta conozca más á fondo la doctrina
católica, lo cual se podrá obtener mediante una
enseñanza más vasta y elevada que la que puede
proporcionarle la educación de la familia y del co­
legio:

C a p , d e la F u r d i a N o b le Ponlifici*

escuelas normales (que no debieran ser mixtas,
sino distintas para cada sexo) al fin del año escolar,
se conceda á los que hayan aprovechado notable­
mente en la materia, un certificado 6 diploma, quen caso de concurso, pueda servirles como docu­
mento comprobante de su cultura religiosa é idoner
dad para la enseñanza del Catecismo:
Recomienda además encarecidamente:
a) A los Sres. Cooperadores, que apoyen y pfO"
muevan decidamente la fundación de Escuelas ác
Religión para las clases obreras, en las cuales, cc®
método sencillo y popular, pero eficaz y serio, se
combatan y refuten los errores que va esparciend''
la propaganda subversiva y atea;



6) A las Sras. Cooperadoras, que inicien y sos­
tengan Escuelas de Religión ó cursos regulares de
conferencias apologéticas, exclusivamente desti­
ladas á instruir á aquellas señoras y señoritas, que
necesiten una cultura religiosa más profunda y apro­
piada á las exigencias intelectuales y á las necesid^es presentes;
y recomienda vivamente

n



c) á nuestros celosos Cooperadores y Cooperadoras,
que sostengan con su generosidad estas institu­
ciones, ya para asegurarles duradera y próspera
vitalidad, ya para la fundación de otras nuevas,
estableciendo premios anuales, fundando biblio­
tecas religiosas circulares y apoyando las obras afi­
nes á las Escuelas de Religión.

El REfRESErara DEL SUCESOR DE DOR BOSCO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero C^ustnano á nuestro Rector Mayor, D . M iguel Rúa)

E n e l Colegio Salesiano,

víctima, si bien algunos padecen aún los efectos
de aquella crisis. Aquella enfermedad indefinible
atacaba al estómago, á la cabeza y contraía los
nervios. También las otras comunidades reli­
giosas tuvieron que padecer bastante, en especial
losrecién venidos de Europa. Los que peor lopasaron fueron los pobres Franciscanos, que en poco
tiempo perdieron ocho hermanos aún jóvenes.

Nuestro Colegio de Pemambuco está dividido
también en dos secciones, estudiantes y artesa­
nos: prevalecen no obstante los estudiantes.
Increibles parecen las dificultades que nuestros
hermanos encontraron al paso: clima malsano
y malas aguas, que en poco tierno hicieron de la
casa un hospital: todos, á excepción de uno ó dos,
Ahora, gracias á Dios, esta casa, antes tan
cayeron enfermos. Habiendo sabido algunos bue­
atribulada, está floreciente: las principales fa­
nos señores de la ciudad, que era casi imposible
milias mandan á ella sus hijos y quedan satis­
cuidar á los enfermos en el Cplegio, se los llevaron
fechas del resultado. Los antiguos alumnos, que
ásus familas y usaron con ellos tan esmerada ca­
se sienten dulcemente ligados al santo recinto
ridad, que aún ahora nuestros hermanos agradeci­
que los cobijó en los primeros años de su vida, y
dos se conmueven al recordarlo. ¡Qué momentos
á sus Superiores, cuyaí^acrificios saben mejor
críticos aquellos! Muchos en vista de tantas con­
apreciar ahora, suelen venir á casa todos Jos
trariedades no cesaban de aconsejar á D. Giordomingos para pasar un día de colegiales y, á
dano que cerrase la casa, diciendo que no era
p>esar de haber ya emprendido su carrera en la
posible seguir así, que no se podía ya resistir,
sociedad, se complacen en llamar á D. Giordano
que bien claro estaba que Dios no los quería allí
su director. No hay fiesta ni duelo en casa de que
por entonces. • No puedo yo mismo comprender,
ellos no participen; parecen de familia, tal es el
®e decía el Director, como haya podido resistir
amor con que retoman y el desinterés que de­
tinto; nos faltaba hasta lo indispensable; no
muestran.
teníamos siquiera luz para iluminar la oscuridad
Los hermanos y niños, para perpetuar la me­
de la noche y habíamos contraído deudas enor­
moria de la visita del Representante de D. Rúa,
mes para la rehabilitación de la casa. Humana­
p)ara recuerdo de la consagración al Sdo. G^razón
mente hablando, todo estaba perdido. Pero el
y jKira animación de todos, levantaron en el patio
Sdo. Corazón de Jesús, á quien está dedicada la
una hermosa columna y sobre ella colocaron una
tisa, la conservó por su bondad. La prueba fue
artística estatua del Sdo. Corazón. Los antiguos
htinenda, pero Dios se contentó con una sola
alumnos aprovechando los servicios de un fo­
tógrafo también ex-alumno, pidieron á D. Al0 Véase el Bolletin de Noviembre pág. 30*.



12

bera se dejase retratar con ellos al pie de la
estatua. D. Albera condescendió y después de
retratado el grupo para animarlos á todos á
perseverar en la devoción al Corazón Sacra­
tísimo, herencia bendita de nuestro Padre Don
Bosco, les dirigió algunas palabras, augurán­
dose que como se hallaban reunidos en torno
de la sagrada imagen en aquel momento,
formarían así un día, una corona á Jesús en el
Cielo.
Espléndida resultó la solemnidad del Sdo*
Corazón. Como la capilla del Colegio resultaba
demasiado estrecha para las funciones, nuestro
amable párroco puso á nuestra disposición su
iglesia llamada de Bóa-^ista, una de las mayores
de Pernambuco. El Exemo. Sr. D. Raimundo
da Silva Brito, Obispo diocesano, se hallaba ha­
ciendo la visita pastoral, y telegrafió diciendo, que
la suspendería para saludar al Visitador ex­
traordinario de los Salesianos y dar una confe­
rencia á los Cooperadores. Los Hijos de D. Bosco
nunca podrán echar en olvido las mil y mil prue­
bas de benevolencia que les ha dado, pues él fué
el primero que los recibió en Brasil y que, siendo
párroco de Nietheroy y Vicario general en Río.
los protegió y animó con sus consejos.
La Misa la cantó el Sr. Vicario general y al
Ofertorio subió al púlpito el Sr. Obispo. La fama
de su elocuencia había atraído inmenso gentío;
la iglesia estaba completamente llena. Su Excia.
habló de D. Bosco, como se habla de una ¡per­
sona muy conocida y amada con ternura de hijo,.
Tuvo palabras de elogio para los Salesianos.
afirmó que su obra era indispensable en Per­
nambuco y dió algunos consejos prácticos para
stH orrerla. Privarse de una re{>resentación tea­
tral, de un paseo, de un viaje innecesario, de ui\
traje. le una nonada etc. es la fuente de sustento y
salvación para tantos desheredados de la fortuna.
Aquella palabra pintoresca y animada agradó
muchísimo y para todos tuvo expresiones de
consejo, consuelo y animación al bien. Dirigió
al terminar un afectuosísimo saludo al Re­
presentante de Don Rvia, que estaba sentado
en lugar reservado, diciendo que sentía en el
alma no volver á verlo, porque el ministerio
pastoral le llamaba á otra parte.
Coronó las fiestas del día una velada músicocómico-literiaria, que dieron con admirable



acierto nuestros alumnos y que obtuvo calurosos
aplausos de los numerosos y distinguidos expectadores, especialmente la comedia que repre­
sentaron en lengua italiana Chi la fa Vaspeüi de
D. J. Lemo5me y que tanto se adaptaba á su
carácter. E l Sr. Cónsul italiano estuvo de ello
muy contento, especialmente cuando le dijeron
que la mayor parte de los que representaban en
italiano, eran brasileños.
E l Colegio de S. Joaquín.
Durante los días que pasamos en Pernambuco
fuimos á visitar el Colegio de S. Joaquín, donde
la administración de la Santa Casa ha recogido
á muchos huérfanos y á los niños más pobr«
de la ciudad. Los 135 niños artesanos viven
recogidos bajo la vigilancia de seglares. El di­
rector actual es un señor de recta intención, pero
no todos los que lo secundan la tienen también.
L os maestros y los asistentes son todos seglares y
no todos de los mismos sentimientos. Es esta una
obra que honra á sus institutores, pero que podía
ser de mayor provecho y producir mayores fru­
tos. Ellos mismos lo entienden así y hace varios
años insisten, para que los Salesianos tomen el
Colegio bajo su dirección. Aquellos niños faltos
de todo, al salir de este asilo necesitan una edu­
cación viril y cristiana. Cuando entramos nos
miraron de arriba á bajo, y antes de acercársenos
examinaban todos nuestros movimientos: pero
bien pronto atraídos de la sonrisa y afabilidad de
D. .Albera se aproximaron á nosotros y nos acom­
pañaron en la visita de los talleres. Presentaron
á D. Albera el memorial de visitas y escribió s»is
.mpresiones en lengua francesa.
No puede uno imaginarse la continua insis­
tencia que hacen á los Salesianos para que acep­
ten la dirección de aquel Instituto: la Santa Casa
no pone reparos ni busca interés. Pero hasta
ahora, aunque no se ha dado nunca una rotunda
negativa, no se ha podido aceptar, porque el
escaso personal de un Colegio dividido en dos.
se reduce á nada. A pesar de todo, tengo la espe­
ranza, ó más bien, la firme convinción de q«
aquel Instituto será dentro de poco.Saiesiano.
D. .Aloera antes de salir dió á cada niño una
medalla de María Auxiliadora; la Virgen de
D. Bosco ha tomado pues posesión de la casa,



no tardarán en tomarla los Salesianos. Han
dirigido ya al Rector Mayor una solicitud
para que envíe personal de refuerzo: así que
llegue, ha dispuesto Don Albera que se tome
la dirección del Colegio. Será preciso hacer
grandes sacrificios, cambiar los maestros de am­
bos colegios, pero urge poner aquellos 135 niños
(5' bien podrán ser pronto 300) en buen estado
de moral.
jOh y cuanto no se apena el corazón al ver que
por falta de personal y de recursos no se puede
llevai- á cabo lo que requiere el provecho de las
almas! Esta es la causa porque no fuimos á Pará,
donde hace más de 19 años espera á los Sale­
sianos el celoso Obispo Sr. Macedo Costa, cuya
diócesis tiene una superficie dos veces mayor
que Francia. Este buen Obispo se dirigió al Papa
mismo para que obligase á D. Rosco á fundar en
su diócesis. Entemecedora era la carta en que
exponía las necesidades y el estado de su dió­
cesis. Pero al tiempo que j^rocuramos evitar la
risita á Pará, llegó á nuestro Colegio el Obispo
de Marañón, otro estado de Brasil, pidiendo una
fundación salesiana. Este ilustre prelado cuando
estudiaba en S. Sulpicio, conoció á D. Bosco y
empezó á admirar su espíritu y su misión.
Bien notoria es la acción horrible que ha pocos
meses hicieron aquí los indios, matando á los
Padres Capuchinos, á las monjas con sus respec­
tivos alumnos y alumnas; total unas doscientas
personas. Aquellos pobres religioso? en medio
delos supheios no dirigían otra súplica á sus verduque perdonaran la vida á aquellas inocentes
criaturas. » Y no obstante, exclamaba D. Albera
en un aranque de su ardiente celo, y no obstante
preciso salvar á toda costa esas pobres almas
de la ruina que las amenaza. Si la sed de riquezas
trae á las playas brasileñas tantos traficantes
europeos, que á menudo caen muertos sobre los
montones de oro que han recogido, el celo por la
salvación de las almas ¿no traerá también á estas
costas á los misioneros Salesianos que han con­
sagrado su \rida á Jesucristo para conquistarle
nuevos secuacesPPero, bien sabe nuestro amado
Superior que entre los Salesianos, generosidad
n*' falta, sólo faltan recursos.
En la Granja Agrícola de Jahoaiao.

Había \-a pasado el tiempo prefijado para \*i­

IX



sitar aquella casa. Como nuestros niños habían
terminado los Ejercicios Espirituales y, según
costumbre de nuestras casas debía darse un
paseo excepcional, fuimos con ellos á la Granja
de Jaboatáo. Esta casa, situada á dos horas de
distancia de nuestro Colegio de Pernambuco, está
destinada á Escuela de agricultura y Noviciado
Salesiano. El clima es templado y sano, y puede
servir como lugar de convalescencia. El terreno
}K>r ahora no es mucho, pero es lo bastante para
una granja incipiente. La casa es muy pobre y
algunos liermanos y los nuevo jóvenes que los
acompañar., viven de sacrificios, pero contentos
por que la Providencia, en quien tienen puesta
su confianza, no los abandona. Aquel íué un día
de gran solemnidad, y los niños, si es verdad que
no recibieron un trato espléndido, lo tuvieron al
menos muy cordial.
A bordo dcl Alagóos,
Según nuestro itinerario debíamos salir el 25
de Octubre. Embarcamos también esta vez en
un vapor nacional, el Alagoas, el mismo que por
orden del Emperador, había conducido prisio-'
ñero á Río Janeiro al Obispo de Olinda, y que po­
cos años después, el 1889, cambiada la forma de
Gobierno, conducía á Europa, por carden de los
republicanos, al mismo Emperador D. Pedro II.
El mar se presta á reflexiones, especialmente si
el trayecto es largo, y meditando sobre este he­
cho. repetíame?: Que verdad es, que un poder
que no respeta las atribuciones de otro poder
reconocido por la conciencia ne también á éste respetar
á su vez otra autoritad superior, cuyo poder no
viene del pueblo, ni de la voluntad de hombre
alguno, sino de Aquél que reina sobre los hom­
bres y está en los Cielos. Y por ésto, mover lucha
contra el poder de la Iglesia, como lo hacen mu­
chos gobiernos de hoy, equivale á autorizar á los
pueblos para contradecir las leyes del Estado,
desobedecer las disposiciones de los magistrados
y provocar revoluciones y desórdenes sociales.
Aquellos á quienes ó la sangre 6 la fortuna po­
nen á la cabeza de los Estados, no deberían olvi­
dar que todo es recíproco en la sociedad, y que sí
sobre los súbditos pesan deberes sagrados que



1 4

los obligan á obedecer á sus gobernantes, sobre
los Gobernantes pesa el deber de respetar la
autori(j^d de lo Alto y de conformar sus actos á
la justicia, si quieren conservar intacta su auto­
ridad. La Iglesia condena y condenará siempre
la rebelión; pero es un hecho registrado por la
historia, que cualquier Gobierno que invade la
autoridad ajena no está muy seguro de la suya;
Brasil es una prueba. Durante el imperio se pre­
tendía tener á los Obispos como asalariados del
Gobierno; el Gobierno se metía en la dirección
de los seminarios, en la nómina de los cargos



Nuestro vapor hizo escala en Victoria, capital
del Estado de Espíritu Santo, cuyo Gobernador
eclesiástico, que es un sardo, nos colmó de mil
atenciones, nos convidó á su mesa y nos acom­
pañó á bordo con su coadjutor, que es nuestro
antiguo alumno y que no cesó de preguntamos
por sus antiguos superiores.
Aquella última noche de viaje fué terrible,
dieron agudísimos dolores al pobre D. Albera y
nada valieron para calmárselos los remedios que
el doctor le suministró; sólo se ali\nó un poco ea
Nictheroy. Pero tuvimos que renunciar á ir á San

Escuela de D. Bosco — Cachoeira do Campo — Brasil.

eclesiásticos, prohibía los noviciados y en todo
usurpaba la autoridad de la Iglesia: pero, no
tardó mucho tiempo en que otros hollaran la
autoridad del Emperador: el 15 de No\dembre
de 1889, fué este día memorable. Desde el 1890
la Religión católica dejó de ser la Religión del
Estato , que permite y ampara igualmente todas
la.s creencias y todos los cultos. Los Obispos no
reciben subvención alguna del Gobierno para
sostener sus dignidad; ¡xsro suplen esta falta los
fieles, y el episcopado hallándose del todo libre»
ha despertado la antigua fe, corregido muchos
abusos y puestos las cosas en vía de verdadera y
saludable transformación. Dios de todo sabe sa­
car el bien.

Paulo para asistir á la bendición de la estatua
monumental eregida al Sdo. Corazón de Jesús,
donde esperaban á D. Albera varios Obispos,
hermanos y Cooperadores que le habían conocido
en los pasados meses.
Dentro de poco tiempo pasaremos á la cuenca
del Pacífico y desde allí le volveré á enviar noti­
cias nuestras.
Reciba las más cordiales expresiones de sa
humilde hermano
CALOGERO GUSMANO. Pbro.

w

E NUESTRAS MISIONES
w
coLonnm
L o s leprosos de C ontratación
(Carta de Sor María A . Medicina)
Contratación, Febrero de 1903.
R evmo .

y

A madísimo . D . R úa ,

Oreo adivinar los deseos de su corazón, dándole
algunas noticias acerca de nuestro estado y de
nuestros pobres leprosos.
Pero antes permítame una queja: nos admira y
entristece al mismo tiempo el silencio completo y
prolongado de más de cinco meses por parte de
nuestros amados Superiores y buenas Superioras.
Carecemos en absoluto de noticias acerca de V. R.
y de los demás Superiores. Por más que nos es­
forzamos por persuadimos que el silencio proviene
de la dificultad de comunicación y de la gran dis­
tancia (I ), no deja de entristecemos el pensamiento
de alguna posible desgracia.
La salud por ahora va regular: no hay nada grave,
pero no nos faltan frecuentes indisposiciones, cau­
sadas en su mayor parte por el clima malsano y
también, por la alimentación que es poco nutritiva.
La carne, por ejemplo, hay que conservarla desde
el domingo hasta el sábado y á veces por más tiem­
po, de modo que el miércoles ya ha perdido todo
su sabor y sustancia.
Pero no es ésto lo que más nos aflige, es el estado
de los pobres enfermos, que además del terrible
mal de la lepra sufren otras muchas dolencias; como
reumatismos, producidos por la humedad, pul­
monías. catarros y una debilidad externa que en
este clima tropical ataca principalmente á los en­
fermos. Los pobrecillos sienten además una nece­
sidad insistente de comer con abundancia y les
dora el apetito hasta los últimos días de la vida:
figúrese pues, V. R-, lo que deben sufrir en estos
ú) Y así es en verdad ; pues esta caita que se escribió
*1 Febrero, llegó á Turín ¿ ñnes de Agosto.

tiempos tan calamitosos para Colombia. Los ali­
mentos son carísimos; 25 libras de yuca cuestan
15 pesos. Si esta fuera buena, menos mal, pero casi
siempre la mitad está podrida y la otra mitad es
corteza.El arroz cuesta 3 pesos la libra, la sal 10,
la leña no se diga, y la harina llega á un precio tan
subido, que estos pobrecitos hace mucho no han
gustado un mendrugo de pan. El percal, que en
Europa cuesta o’60 pts.ó una peseta al metro, cuesta
aquí 10 pesos la vara, que apenas llega á o'8o m.
Sería interminable describirle la miseria que aflige
á esta pobre República.
Los enfermos reciben 10 pesos á la semana y con
ellos deben vivir. E sta suma es grande para el que
debe recoger semanalmente tantos billetes de á
10 pesos, cuantos son los leprosos, pero pai'a cada
uno 10 pesos es poquísimo, pues apenas si les al­
canza al miércoles. Con la subvención que se les
pasa, llegan á comprar sólo legumbres y sal, sin
carne ni otra cosa alguna. Y ¿qué comen los pobre­
citos durante los demás dias de la semana? Si en­
cuentran un alma caritativa que les dé' limosna,
comen; sino esperan á que se la demos nosotros;
pero no pudiendo muchos de ellos estar en pié por
el ayuno forzado de tres días, se meten en la cama:
de modo que casi todos se sienten agravados durante
los tres últimos días de la semana. A menudo .su­
cede, que por la tarde cuando vamos á vísitarloB,
están aun en ayunas, y los encontramos á veces llo­
rando, á veces resignados.
Siendo tal la miseria y carestía y estando muy
caro el jabón, los pobres no se lavan la ropa: y de
este modo, además de la deformidad de la lepra,
aumenta la repugnancia, el hedor que despiden de
sí. No quiero decir con esto que estos j.obrecitos nos
causen repugnancia, y que nos sea molesto vivir
con leprosos, no: que cuanto más enfermos, más
deformes, más hediondos son, mayor compasión
nos causan: y sabe Dios con que gusto les socorre­
ríamos y les daríamos, si fuera necesario, nuestra
sangre por no verlos hambrientos.
¡Oh! si tuviésemos en Contratación un hospital
instalado á la europea, nuestros leprosos creerían
hallarse en el Cielo: pero aquí se vive en cabañas

— i6 —
que en Europa, por temor de que so derrumbaran,
no las usarían ni siquiera para establos. Parecerán
exageraciones si digo que sólo dos ó tres son las
casas que puedan compararse á establos de ahí, y
no obstante digo la pura verdad.
Al presente los enfermos son unos 180; los demás
se han ido parte á pedir limosna, parte en brisca
de sus parientes para cjue le socorran, y los más
ricos se han trasladado al otro lazareto para gozar
un clima más salubre y una temperatura más cálida,
pues para los leprosos el frío es fatal: y si bien en
Contratación no hace ni frío ni calor, sino una con­
tinua primavera, no obstante siempre están tiri­
tando de frío. Nosotros no tenemos valor para de­
tenerlos, ni lo tendría niguno, por que somos testibos de como se agravan y deforman á los pocos
meses de estar aquí.
Pero permítame, amado padre, que le hable de
otro asunto. H ay aquí en Contratación unas ’ oo
niñas, lujas de leproso.? casi todas, abandonadas á
merced de sí mismas, unas porque son huérfanas,
otras porque nadie se cuida de ellas y sus padres no
las vigilan como debieran. I-os padres, los amos ó
los vecinos mismos las importunan preguntándoles
si las Hermanas les dan de comer ó si ganan algo
con venir al Oratorio todos los días de fie.sta. Mu­
chas no hacen caso de estas palabras y continúan
siendo buenas y asistiendo, pero otras se dejan
persuadir y no vuelven. Si tuviéramos alguna cosa
que regalar á estas pobrecitas, podríamos hacer
entre ellas un bien inmenso; pues si no les damos
nada se cansan de venir, al paso que si le.s damos
artículos de vestir, frutas, pan etc. sus padres mis­
mos las envían con gusto.
El Rdísimo P. .Mbera es testigo de la docilidad y
buen canicter de las niñas de Contratación. Figú­
rese que el Oratorio e.s un campo abierto sin abrigo
ninguno. Cuando llueve, las pobrecillas se ven obli­
gadas á ir corriendo á sus casas 6 metors» amontanadas en un corredor de esta cas;i. ]>equeño y e.strecho. Nosotros nos maravillamos al ver como con
todo ésto vienen al Oratorio. Muchas de ellas no
tienen más vestido que el ue llevan encima y para
lavarle, ó tienen que pedir uno prestado ó meterse
en la cama mientras se seca. Los objetos que nos
mandaron de Europa se los distribuimos á los en­
fermos y á las niñas, pero al presente no nos queda
nada.
Y ¡á cuántos jx'ligros no están c-xpuestas estas
pobres niñas y cuánto no delren sufrir para conser­
varse buenas! Conmueve el ver que niñas de 10 6 12
años están cercadas de serios jxíligros y que si no
quieren ser calumniadas, deben guardar una for­

malidad y una reserva imposible á su vivacidad
y al juicio limitado de sus años. Y ¿quién salvará
á esta pobre juventud* Nunca me hubiera imagi­
nado que hubiese en el mundo tanta maldad como
estoy viendo. Para alejar á estas niñas de les pe­
ligros sería preciso retirar en un asilo á las huérfa­
nas, que más tarde podrían ser buenas enfermeras.
Desearía ardientemente que todo lo que le he
escrito se publicara, para que las almas generosas
se muei’^an á piedad de estas pobres criaturas. Pero
nos consuela el pensamiento de que Dios moverá
el corazón de algún alma generosa.
Y V., Rdísimo Padre, no se olvide de nosotros
en sus fervorosas oraciones. Dígnese aceptar las ora­
ciones que por V. elevamos incesantemente al Se­
ñor y los humildes obsequios que unidos á los de
los enfermos y de las niñas le presentamos.
De V. R. obediente hija en J. C.
Sor M; A. Medicina
H ija de María Aux.

PflT B O O N ia (RÍO N e g r o )
E n B a h ía de San B la s
A

m a d ís im o

S r . D. R ú a :

.\cabo de dar una breve misión en la Bahía de
San B/os. á noventa kilómetros de Patagones, y á
cuarenta y cinco millas marinas de la boca del
Río Negro. De ella me es grato remitirle algunas
consoladoras c interesantes noticias.
Esta hermosísima bahía estuvo en lo antiguo
poblada por los indios patagónicos, que tenían
aquí sentados sus reales y la hicieron emporio de
la pesca, y arsen.al de la guerra, donde fabricaban
sus armas: cuchillos, hachas de piedra y las flechas
más temibles. Existe todavía un antiguo cemen­
terio. cuyas tumbas están sembradas de armas y
cubiertas de simbólicos arbustos.
Las costas atlánticas de San Blas con su magni­
fica bahía y espléndido puerto natural hondo y
seguro, llamarán bien pronto la atención de los emi­
grantes europ>eos, pues se presta mucho para la
agricultura, industria y comercio; y es de esperar
que la incipiente población de ahora, será más
tarde un pueblo floreciente, y quizás una impor­
tante ciudad marítima de la zona patagónica. H1
flujo y reflujo de la mar deposita en la playa el



guijarro más limpio y precioso que se conoce.
Ultimamente los vapores nacionales Argentinos
han trasportado como unas 300.000 toneladas,
empleándolos como cimiento, para formar enormes
bloques cúbicos en la construcción del grandioso
Puerto Militar «Belgrano *, de que carecía la Re­
pública.
Una Compañía Inglesa ba invertido el capital de
un millón y docientos mil pesos para levantar en
las riberas de San Blas un establecimiento, con el
fin de explotar la salina, que se encuentra á nueve
leguas de la costa. E s esta una gran laguna con
ricos manantiales de agua salada, la cual por medio
de una larga cañería de 4^ kilómetros va á deposi­
tarse en los estanques hondos v espaciosos de la
fábrica. Más de cien hombres trabajan en la ela­
boración de la sal, que da muy buenos resultados.
Una línea telefónica pone en comunicación la fabrica
con los empleados de la boca del canal. Una víaférrea de trocha angosta, transporta la sal desde el
Establecimiento al nuevo muelle de la Bahía, en
donde la cargan los vapores para llevarla á Buenos.\ires y al exterior. Existe también una oficina tele­
gráfica Nacional y una importante Casa de negocio
de los Señores Mulhall.
En caso de peligro este puerto de San Blas ofrece
á los buques abrigo seguro, y es además de fácil
acceso; pues se halla muy cerca de la ruta de nave­
gación y protegido por un inmenso rompe-olas
natural, la isla de Gama; y si á ello se agrega la
profundidad del agua, que á cinco metros de la
costa varía de diez á doce brazas, no es aventurado
asegurar un gran porvenir á esta bahía, cuando las
r^ones del Sur de la República se hallen conve­
nientemente pobladas.
Una autoridad muy respetable en estas cuestio­
nes, el ingeniero Corthell, ha encarecido en un re­
ciente informe al Gobierno, la necesidad de puertos
con aguas profundas, que p>ermitan fácil é inme­
diato anclaje á los grandes buques empleados hoy
día en el comercio marítimo internacional. Pues
Ifien, Bahía San Blas es uno de ellos, y quizás el
más esplendido de la República Argentina. Y el
almirante Kenedy, jefe de la escuadra inglesa en
el Atlántico del Sur, que visitó hace poco estos
parajes, de regreso á Inglaterra hizo constar en su
informe, que San Blas es el mejor puerto, después
de Rio Janeiro, en esta parte de la ribera oceánica.

Son propietarios de San Blas los Señores Mnlhall
Unos., y Sus dominios se extienden á varias leguas
de costa fuera de la Bahía. Heredaron eUos de su

1 7



padre no sólo una fortuna colosal sino también ur.
nombre respetado é ilustre. D. Eduardo Mulhall.
irlandés, fundó y redactó p>or muchos años el
«Standard *, el primer diario inglés, que se haya
publicado en Buenos-Aires, y que es todavía do
mucha circulación entre las familias inglesas é ir­
landesas de la República. En febrero de 1806, ha­
llándose en su £s/a«c»o de Bahía San Blás, cayó en
una gran postración de fuerzas, que lo llevó al
borde de la tumba.Fué asistido en su enfermedad
por nuestro misionero Pbro. K\-asio Garronc, Doc­
tor en medicina y Director de nuestro Hospital
de Viedma. Deseando el enfermo volver á Buenos.\ires al seno de la familia, pidió por favor que e!
caritativo y sabio misionero lo acompañara. Pero
fueron inútiles los más solícitos cuidados del buen
sacerdote y de los médicos más célebres de la Re­
pública. Dios quería para sí aquella alma justa y
buena, y á los ocho días de haber llegado á la Capital
Federal, D. Eduardo Mulhall, fortalecido con todos
los auxilios de nuestra santa Religión, descansaba
plácidamente cu el Señor.
Desde entonces la amistad entre la familia Mul­
hall y los Misioneros Salesianos fué más íntima y
las relaciones más cordiales y frecuentes.
La distinguida Dama, Doña Beatriz M. de
Buckland, hija del difunto D. Eduardo Mulhall, y
esposa del Señor D. Ernesto Buckland, parece ha­
ber sido elegida por la Divina Providencia para el
noble apostolado de la católica fé y cristiana piedad
en pro de la floreciente población de San Blas. Ella
y su familia prefieren vivir en la Estancia de la
Bahía, más bien que en Buenos-Aires y las acom­
paña una hermana suya. Doña Lola Mulhall, esposa
de D. Mauricio Buckland, que antes vivía en
Pringles (Río Negro), muy adicta á nuestras mi­
siones. Monseñor Cagliero y los PP. Salesianos
cuando van de misión se hospedan en su casa. Am­
bas hermanas son tan generosas y compasivas, que
no hay pobre 6 desvalido, que se presente á su
Estancia, sin recibir inmediato socorro y hospitali­
dad. Por ésto Dios bendice sus intereses y riquezas,
cumpliéndose en ellas las palabras proféticas de
Salomón:t/nos reparten sus propios bienes, y se hacen
más ricos: otros roban lo ajeno y están siempre en la
miseria (Prov. 11. 24).

Nuestro infatigable Misionero D. José Boido
había prometido á los Señores Mulhall y Buckland
dar en Febrero de este año una breve misión en San
B la s: pero trasladado al Territorio de Santa Cruz,
no pudo cumplir su promesa; y con la bendición de



i8 —

Mona. Cagliero, salimos el P. Baglietto y- yo para
dicha misión. Sucedió que el carri-coche, que debía
llevamos, estaba tan repleto de pasajeros, que nos
pareció prudente diferir el viaje para más tarde.
Y íué para nosotros un feliz retraso, porque á
pocas leguas de Patagones el pobre coche tuvo que
suspender su marcha, porque las ruedas se habían
quebrado, con no poco peligro de los viajeros. Una
semana después emprendí el viaje yo solo in nomine
Oomini. Encontré el camino en parte bueno y en
j)arte dificultoso, por los arenales, y especialmente
p.ir el arroyo Jabalí íen la costa de la Bahía), cuyo
vado es imposible en las horas de alta marea. Her­
mosos y variados ]>anoramas ofrecen á cada paso
las llanuras patagónicas, que en forma de inmenso
océano se prolongan en el horizonte.
Por la noche me hospedé en la casa de una buena
familia francesa, donde tuve el consuelo de bautizar
á una pobre criatura, enferma de peligro. A la ma­
ñana siguiente continué otra vez mi rumbo hacia
S. Bfíts. Después de un viaje espléndido llegaba i>or
la tarde frente á la deliciosa Estancia de la Bahía,
situada en una pequeña península, formada por
las aguas de la mar y el arroyo Jabalí.
A l verme de lejos los tres hijos de Doña Beatriz
corrieron á mi encuentro, y saludándome con el
mayor cariño me acompayaron hasta la casa, donde
sus buenos padres me llenaron de atenciones. Es
una casa liemosísima, un ameno y delicioso chalet,
y foi ma un delicioso oasis de felicidad en medio de
este terreno salvaje. Una sabia institutriz irlandesa
educa é instruye á los chicos y á las niñas. L a cam­
pana señala el tiempo de la oración, del silencio,
del estudio, de la clase y del recreo. Al anochecer
se oye el concierto doméstico de la sagradas ala­
banzas, acompañadas del arpa, del violín, de !a
flauta y de las notas melodiosas del piano tocado
por una mano maestra. |Oh cuán bella es una gene­
ración casta en el brillo de su virtud!...
millcgada, lusíiladerycibo se trasformó pronto
en una devota capilla. Un precioso altarcito, bo­
nitos candeleros, flores naturales y artificiales, una
sagrada efigie de San Blas, cortinas y alfombras.....
todo en fin lo que había de más rico >• hermoso on
la c.osa se empicó en el adorno del pequeño é impro­
visado santuario. 1.a misión, á la que tomaron parte
las familias Miilhall y Buckland y el vecindario en
general, duró tres días con el siguiente horario:
Por la mañana: á l.is 8. — Oraciones. Misa y sermón
á las to. — Bautismos é Instrucción
Por la tarde: á las 4. — Explicación de la Doctrma
Cristiana: Rosario v Confesiones.
La función m.is l>clla v conmovedora ha sido la

Misa de Comunión General, celebrada el Domingo
8 de Febrero. Los dueños de casa, las personas d«
servicio, los pastores de la Estancia, ios vecinos de
la Bahía juntamente con los trabajadores y emplea­
dos del Establecimiento salinero, llenaban la pe­
queña capilla y el patio de frente. E l acto de la
Primera Comunión de la Señorita Eloisa Eleonor
Buckland, que se acercó al santo altar para recibir
el Pan de los Angeles, impresionó vivamente á la
numerosa concurrencia. Esta virtuosa joven, ins­
truida y educada por las Hermanas de la Santa
Unión en Buenos-Aires, comprendía toda la exce­
lencia del acto solemne que estaba por efectuar....
Había llegado para ella la hora más deliciosa de su
vida, el instante con ansia deseado desde su in­
fancia. Se había, pues, preparado cuanto un alma
virgen sabe prepararse para recibir á su Dios. Con
ella comulgaron la familia y sus hermanitos, la
institutriz, las señoritas de casa, y no pocas señoras
de la localidad. Después del incruento sacrificio
escucharon con religiosa atención el oportuno sermoncito, con que el P. Misionero se despedía de
ellos, dándoles los últimos recuerdos de vida cris­
tiana. Se festejó este día con un alegre banquete
de familia, cantos y piezas selectas de música re­
ligiosa. Además.....los señores Mulhall y Buckland
resolvieron edificar una capilla pública en el ejido
del futuro pueblo de San Rías,
A la puesta dcl sol yo dejaba á mis buenos amigos
D. Ernesto y D. Mauricio Buchland y familias,
para volver á Patagones. Viajé toda la noche á la
pálida luz de la luna, que alumbrábame el camino:
y por la mañana ya me hallaba entre mis herma­
nos de Patagones y Viedma.
Amadísimo Señor D. Rúa, recomiendo á sus ora­
ciones y á las de los Salesianos y niños de nuestras
Casas, como también de nuestros buenos Coopera­
dores y Cooperadoras, la cristiana población de
Bahía San Blas.
•Bendiga, Padre querido, á este su pobre hijo
en J. C.
Juan F erat.di Pbro.

m u m DEL PLEGO
L o s In d io s O n a s y su s T ie r r a s
(C aria

d el P .

G uillerm o d el

Turce)

R mo P a d r e D. R ú a :

Á ruegos de nuestro amadísimo 'Prefecto
Apostólico é Inspector . Mons. José Fag^ano.
y para cumplir !a promesa que le hice, nie



1 9

deddo á transcribirle algunas noticias acerca de
la rida y costumbres de los Indios Onas, y
de la fauna y flota de estas sus antiguas re­
giones.
Procuraré no repetir lo que ya saben los
lectores del Boletín, y , si bien entiendo darle
en ésta una relación bastante difusa, le pro­
meto enviarle otra, cuando el tiempo y la ma­
teria me lo permitan. Todo lo que le relataré,
ó lo he visto yo mism o, 6 lo he sabido por
el hermano Juan B. Ferrando, ó lo he extraído
de la crónica de la Misión. Son por lo tanto
datos seguros y precisos.
^
Los Onas se van extinguiendo — Ideas religiosas
— Usos fúnebres — Inteligencia de los niños.

La noble raza de los Onas, de atléticas
formas y de costumbres benignas, está desti­
nada á desaparecer.
Durante su antiguo y pacífico dominio en
estas tierras., su vida debió ser más larga y
próspera, pues hemos conocido indios que lle­
garon á más de noventa años: mientras que
hoy por lo regular los Onas no pasan los
cuarenta y cinco.
Antes que talaran estas regiones sórdidos
explotadores y cayeran sobre ellas como ban­
dadas de arpías, los Onas habían dividido esta
\tb. en diversas zonas, para habitarlas según
las varias estaciones del año. Pero después,
tuvieron que contentarse con lo que los inva­
sores les habían dejado, y no pudiendo defen­
derse contra los rigores del clima, fueron per­
diendo naturalmente su vigor y acortándoseles
la vida. Contribuyó no poco también á desvi­
gorizarlos el estímulo del hambre, pues los
guanacos, que eran su cuotidiano alimento,
perseguidos por los civilizados, son ya pocos
y su caza se ha hecho dificil. Con estas y mi!
otras desdichas y miserias, se van estrechando
les límites de vida á esta noble é infeliz raza.
A contener en parte este cúmulo de desgra­
cias. ha venido la caridad cristiana á fundar
aquí, diez anos ha, una importante Misión; en
ella numerosos indios han encontrado seguro
albergue: muchos acabaron sus días con muerte
edificante y los demás viven en la tranquilidad
de la religión , porque además de las como­
didades de la vida civil, pueden gozar de la
libertad del campo extensísimo de la Misión,
pues para ellos esa libertad es un elemento
necesario para la vida. Con el auxilio de Dios



se van recogiendo también muchos otros más;
pues es cosa probada que en el interior inex­
plorado de la isla viven aun en estado salvaje
algunos centenares de Onas.
No creo fuera de propósito, decir aquí algo
de sus muchas supersticiones. El indio Ona
cree firmemente en la existencia de un espíritu
malo llamado Ksoord, Le teme, le combato, y
para precaverse de él se sirve de los más ex­
traños exorcismos; como de extraños exorcis­
mos se vale contra la influencia de la luna,
El espíritu malo proviene de la tierra, mien­
tras que Dios, el espíritu bueno, tiene su
asiento en lo alto de los cielos. La luna come
los niños cuando aun no ha llegado á su ple­
nitud, pero cuando la luna es llena, pueden
éstos salir con seguridad á descubierto. Du­
rante los eclipses todos toman las armas.
Un Ona me dijo, que las almas después de
la muerte van lejos, muy lejos á un lago de
sangre ¿ Querrán con ésto significar la Reden­
ción? — No lo se; pero mas clara es la alu­
sión á este divino misterio con la creencia en
un hijo de Dios Yoioliston. Uno de los niños
más instruidos (el Señor nos lo conserve lar­
gos años) hizo un día la descripción de un sér,
bajado del cielo en forma de ángel, circundado
de luz y con otros mil particulares que pare­
cía describir una visión apocalíptica; y ésto lo
hizo con entusiasmo sin igual. ¿Querrán aludir
■ al Mesías ? El hecho está en que creen en un
Dios, Yo7vén y en su hijo Yo 7vr listón.
Cuando uno de los Onas muere, las madres
on señal de luto, se dan cortes en los brazos,
pecho y piernas: de.spués los paróximos, se cortan el pelo en forma de cerquillo;
queman todo lo que pertenecía al linado y lo
entierran honrada y respetuosamente.
Naturalmente, carecen de in.stnicci6n; saben
contar por los dedos hasta cinco; llegados á
este número, abren las dos manos y dicen,
mucho mucho, No obstante, la memoria de al­
gunos niños podrían envidiarla muchos de los
civilizados. Á veces, si se les presenta el re­
trato de los hombres más eminentes, ó estam­
pas de N. S. Jesucristo, de la Sma. Virgen ó
de los Santos, recuerdan y repiten sus nom­
bres. Un día, un pobre niño sordo-mudo, j>ero
de espíritu pronto y despejado (que plugo al
Señor llamar á Sí) hojeando como de coít imbre con sus compañeros, sentados á una mesa
de la clase frente á mí, unos calendarios íhis-



20

Irados, hallando precisamente en la Buona
Strerma una página de música, se paró y se
puso como á tocar el piano con los dedos en
el borde de la mesa. Y o no sé como aquel
pobre niño sordo-mudo , fuera capaz de refle­
xionar y hallar la relación de la música escrita
con el piano, como lo hubiera hecho un adulto
ya instruido: pues apenas tenía ocho años.
Médicos y medicinas — Utensilios domésticos —
Vida nómada — Ceremonias, torneos y juegos.

Constituye para el Misionero una dificultad
inmensa, librar á los pobres Onas del .sinnú­
mero de brujo.s que los asedian, 'l'ienen bru­
jos (ó médicos que es lo mismo para ellos),
brujos para los hombres, brujos para las mu­
jeres, brujos para los niños. Según su modo
de ])arecer, todas las enfermedades provienen
del mal espíritu {Ksoord) ó de la luna: y los
brujos contra ellos usan especialmente sus ex­
traños exorcismos.
Ojalá que de las innumerables supersticiones
de estos pobres Onas, triunfe la Cruz de Cristo,
cuya efigie levantada con general aclamación
por nuestro hermano Cofré el 14 de Septiembre
del 1900, domina esta Misión desde lo más
alto de la vecina barranca.
L(*s Onas no conocen medicinas. Para ellos
el remedio más poderoso es el exorcismo. Para
fortificar su cuerpo y repararse de los rigores*
del invierno y de los vientos, lo untan con
una especie de tierra roja (que empastan, cue­
cen en brasas y reducen á polvo) y con grasa
animal. Para peinarse se sirven de la mandí­
bula de un p e z ; para trasportar y conservar
el agua, se hacen cubos de piel de guanaco y
usan por vaso una concha.
Amantes como son de la vida nómada, desarmati sus chozas con la mayor facilidad
cuando se trasladan y llevan consigo sus uten­
silios de cocina. El orden y prontitud con qiu*
acampan y levantan sus tiendas, les dan el
aspecto de un ejército de soldados. Cada cual
tiene su oficio ya establecido. Las mujeres
viejas y sin hijos, tienen que llevar el armazón
de las chozas, que consiste en palos de desi­
gual tamaño y en pieles de guanaco y de foca :
las demás mtqeres llevan sus criaturas á la
c.spalda, envueltas en una piel de guanaco,
cuyas puntas se amarran á la cintura ; los iiiiKvs van con sus padres v las niñas con sus
madres. A la vanguardia va una compañía de



hombres fuertes y armados: otra va á la re­
taguardia. Y o mismo he sido testigo de uno
de estos traslados, como vi también el modo
como vadean los ríos, que es de mayor peli­
gro. En este caso, los hombres más forzudos
trasportan á espaldas uno por uno á los niños.
Son también dignas de verse las ceremonias
que usan al encontrarse dos tribus. Y o mismo
pude presenciarlo. Antes de unirse, se inclinan
tres veces á varias distancias.
No les faltan tampoco sus torneos, danzas
y cantos : celebran también sus corridas (á pie,
porque el caballo para ellos es desconocido)
tiran al blanco con flechas y juegan á la pe­
lota, que es su diversión predilecta: las pelotas
son de piel de guanaco, llenas de pelo del
mismo animal, de p.luma ó de otra materia
elástica: los hombres más nervudos (los hay
que parecen gigantes) hacen simulacros de lu­
chas de gladiadores.
Algo sobre el terreno de la Misión — Agua y leña
Mata negra — Calafate — Montilla Csól.

Llegado á este punto de mi reseña, debo
declararle, amado Padre, que al darle una idea
de las plantas y animales de esta región, no
entiendo hacer una exposición científica y me­
tódica, que no creo del caso, sí sólo decirle
lo que sirva para dar á conocer la vida de
estos infelices.
Empezaré por dar una ojeada al terreno que
ocupa nuestra Misión. El panorama que pre­
senta, si no es de los más encantadores, no es
tampoco desagradable: lo forma una variada
serie de colinas y mesetas que encierran en
múltiples perspectivas trece lagunas; varias
especies de aves viven en sus aguas y orillas,
entre las que se distingue el ánade salvaje y
el soberbio cisne. ¡ Lástima que las aguas sean
saladas! Créese que tengan comunicación súbterranea con el mar. Sin embargo no falta
agua dulce en abundancia para nosotros, para
los rebaños y para los animales que vagan por
los campos. A cada paso se encuentran ma­
nantiales que ofrecen agua dulce y limpia y
que corre líquida todo el año, mientras en el
invierno se hinchan los lagos, y los ríos. El
terreno, á causa de los vientos fríos y conti­
nuos no da producto alguno agrícola, perv
suministra á los animales abundante pasto y
sublime cama, pues aquí no se conocen los
csUiblos.



21



Lo que á primera vista se echa en falta es densas bandadas que llegan á cubrir un kiló­
metro cuadrado de terreno, cuando en la baja
la leña: no se encuentra un árbol en todo el
campo. Es preciso recorrer cuatro horas á ca­ marea se posan en la playa. Hay flamencos y
ballo para encontrar bosques. Pero la Divina pingüinos (anfibio que anda por tierra en dos
Providencia, que todo lo ha dispuesto con peso pies como el oso cuando baila), ketros y kaiy medida y que concede sus larg^iezas según llenes de largas patas, que no se acercan nunca
las necesidades, ha hecho nacer en estas re­ al hombre: vénse también á veces golondrinaí
giones una planta con mil caprichosas vueltas y alondras.
Como ve, amado Padre, en esta región m
y ramificaciones, de un metro de elevación,
falta vida; pero desgraciadamente va extin
que conserva enteras sus hojas como el laurel
aun en invierno y que sirve de leña para que­ guéndose en los pocos centenares do Onas qut
mar. Aquí la llaman mata n eg ra ; su tallo es sobreviven y que un día recorrían y poblaban
corto, de un pulgar de espesor con muchas á millares estas comarcas.
El corazón se acongoja al considerar la des­
vueltas y torceduras á manera de espinü, cu­
bierto con una ligera y fragilísima corteza ó venturada suerte que les está reservada á estos
película filamentosa de color terrizo. Es una pobres indios; y solo se consuela con el pen­
planta que ama la sociedad, crece en espesos samiento de que, aunque vaya apagándose el
matorrales y se encuentra en abundancia á una vigor y la vida en esta raza, antes fuerte y
ó dos horas de la Misión. Ir por matorrales, poderosa, también ella se ha cobijado á la be­
como aquí dicen, es una ocupación que entre­ néfica sombra de la Cruz.
Cuando, el 16 de Febrero del 1901, volví
tiene á los Indios, cuando no tienen nada que
á esta Misión, se me confiaron 19 niños. Por
hacer.
Merece también mencionarse un arbusto es­ poco tiempo pude gozarme en sus gracias y
pinoso, que se diferencia poco de la mata ne­ su vivacidad; al cabo de dos meses, uno tras
otro, empezaron á caer al recio golpe de la
gra, que llaman calafate y produce unas bayas
negras bastante gustosas, semejantes á las del tisis, y tuve que suspender toda instrucción
enebro. La m ontilla es otro fruto parecido al escolar para consagrar todo el tiempo única­
calafate de color rojo, producido por una hu­ mente á la religiosa. Pero supieron de tal ma­
milde plantecilla que nace escondida entre la nera aprovecharla que fueron maestros mió en
hierba. En las selvas hay arboles de gran ta­ el arce de bien morir. Querían confesar con
maño y una fruta insípida en forma de pér­ frecuencia y casi todos conservaron lucidez de
mente hasta los postreros instantes: todos pi­
sico, de que gustan no poco los Indios. No
faltan tampoco hongos comestibles y varias dieron con instancias les administrase el Santo
especies de achicoria. En los alrededores de la Viático y la Extrema-unción. ¡ Hasta hubo uno
que me pidió le recomendóse el alma 1 Todos
Misión crece una hierba, que á primera vista
podría confundirse con musgo, provista de raíz deseaban un escapulario de la .Sma. Virgen,
grasa y recia de unos 20 centímetros de pro­ una medalla, un crucifijo ú otro objeto piadoso.
De aquellos diez y nueve angelitos sólo vi­
fundidad y un centímetro ó centímetro y medio
de espesor. Los Indios la comen cruda y sin ven cinco. Por parte nuestra no ¡)crdonamos
condimento con toda avidez. En su lenguaje cuidados ni desvelos para sostener sus naturales
la llaman csól (que quiere decir blanco) : llaman débiles y enfermizos, y esperamos que el Señor
corone felizmente nuestras fatigas.
también csól otras especies de raíces blancas.
Ruegue V. al Señor, amadísimo Sr. D. Rúa,
para que los pocos Onas que sobreviven, con
Algu sobre la fauna — | Pobres nínos!
las comodidades de la vida civilizada y la san­
CooclusiÓD.
tidad de una vida cristiana, recobrando el an­
tiguo vigor de sus antepasados, puedan dejar
Pasemos del reino vegetal al animal. Van
en esta isla una descendencia fuerte y cristiana,
en primera línea el guanaco, el zorro y curuca
que cante hasta el fin de los siglos las mise­
(una especie de rata) que proveen de carne á
ricordias de la Redención.
todos los Onas. Además del cisne y el ánade
Bendígame, amado Padre, encomiéndeme á
salvaje que más arriba he mencionado, hay
Dios en la S. Misa.
cigüeñas, gavilanes, halcones, cuervos, gaviotas
y una especie de águilas temibles que llegan
Su obediente y afmo. hijo en J. C.
á hacer presa en los pobres corderillos.
No faltan avutardas y el precioso carpintero
G u il l e r m o D e l T u r c o Pbro,
(digno de figurar en los mejores museos) y el
fil-ñl. de negro plumaje y largo y rojo pico
Río Grande (Tierra del Fue>;o), Misión de la Candelana, 16 de Septiembre de 1903.
qur, se alimenta de peces. Los fil-fil, vuelan en

Ib,

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R A C I AS

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de María Auxiliadora

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>0R qué la humana fragilidad ha de temer acercarse al trono de María? Nada de austero
hay en Ella, nada de terrible. Es toda dulce y suave, toda para todos y con exquisita
caridad ofrece su protección á los ignorantes y á los sabios. Á todos abre las entrañas
de su misericordia, para que todos se sacien de su abundancia y el cautivo reciba res­
cate; salud, el enfermo; consuelo, el triste; perdón, el culpable; gracia, el justo; alegría, el Ángel
No repara Ella en nuestros méritos pasados, sino que se ofrece á todos propicia, á todos clemente,
y con infinito amor acude en socorro de todos.
Ella es la prometida de Dios, la que con la virtud de su planta virginal debía aplastar la ca­
beza de la antigua serpiente. Ella sola venció todas las herejías, holló á los insidiosos, aplastó á
los enemigos, confundió á los que predicaban la mentira, y por ésto La llaman Bienaventurada
todas la generaciones. Ella es nuestra medianera, la Mujer vestida del sol y que tiene á la luna
bajo sus plantas.
Sigamos las huellas de María, y postrados con devoción á sus pies, no nos apartemos de su
presencia hasta haber obtenido su maternal bendición ; por que su mano es poderosa
S an B ern ardo .

Bendita sea la Sm a. V irgen
El dia seis del mes de Julio de 1903 se me en­
fermó un hijito de 5 años de edad. La enfer­
medad se presentó como un ligero constipado
y tos, cuando en la tarde del mismo día le vino
un ataque á la garganta. Inmediatamente man­
damos llamar un doctor, el cual pidió consulta;
en el acto se juntaron dos doctores y declara­
ron, que la enfermedad era la difteria y que no
pasaría la noche. En seguida le dieron dos
ataques más. y siempre uno más fuerte que otro,
pues en el tercero ya lo creimos muerto. En
tal situación, no perdimos la esperanza en Aquél
que todo lo puede y después de ofrecérselo todo al
Soñor {aunque con dolor grande) si ésta era su
santa voluntad, al mismo tiempo recurrimos á
María Auxiliadora, que tamas gracias nos había
dispensado. Le ofrecimos una limosna para su
capilla y publicar la gracia en ci Boletín S a LESIA.S0. A eso de las ocho el niño se quedó

dormido, y á la mañana siguiente, cuando vi­
nieron los doctores lo encontraron sentado en
la cama jugando, y uno de ellos no pudo por
menos de decir: ¡ ésto es lo que hace Dios! Sin
embargo, dijeron que la enfermedad es traicio­
nera y que estuviéramos atentos que podría re­
petir. ¡ Pero, si era verdadera gracia de María,
no repetiría! y así fué. El niño fué mejorando
ligeramente y el primer paso lo dió á la ca­
pilla de María Auxiliadora á darle las gracias
por tal favor....
Sirvan también estas lineas para que las personas
que se encuentren en apuros, cualesquiera que
sean, pidan con fe y confianza, y esta Madre
bondadosa no dejará de derramar sus gracias á
manos llenas, como lo atestigfua una de sus in­
dignas devotas.
A ngela F .

de

Concepción de Chile, 22 de Agosto 1903.

G allo.

— 23 —

U na g ra cia e x trao rd in aria
Vióse una hija raia acometida cierta noche de
una congestión, que declararon los médicos grave
y de consecuencias fatales.
En aquellas horas de amargura, viendo irre­
misiblemente perdida á la hija de nuestro co­
razón, joven aún de venticuatro años, el des­
consuelo se apoderó de nuestras almas. Pero la
Santísima Virgen parecía decirme: Animo ¿no
sabes que yo soy el A uxilio de mis devotos? ten
confianza, no os abandonaré y mi Santísimo
Hijo no dejará de cumplir lo que yo le pida.
¡ Oh María A u xiliadora! exclamé, en tus manos
pongo á mi hija, sánala y publicaré tus mara­
villas... Me postré á los pies de mi bondadosí­
sima Madre y di principio á una novena. Nuestra
enferma tuvo alternativas, más á los pocos dias
se inició la mejoría, fué reponiéndose, y hoy está
completamente sana, confesando los médicos, que
ao podia humanamente esperarse lo que ha su­
cedido. Gloria y honor á María Auxiliadora y á
su benditísimo Hijo.

sociedad acabara con la paz y tranquilidad de
mis buenos inquilinos que atienden á las faenas
del campo y se me hiciera pedazos la propiedad,
acudí llena de confianza á la que justamente es
llamada Auxilio y amparo de los afiigidos. pro­
metiendo rezar cuatro novenas y dar una li­
mosna al Oratorio de María Auxiliadora de este
pueblo, si antes de un año se desistía de todo
trabajo. | A pesar de las halagüeñas esperanzas que
habían inducido á la Sociedad á invertir la suma
de diez mil pesos en maquinarias y obras ma­
nuales, después de dos meses, llenos de desen­
gaños hubieron de retirarse dejando libre mi
fundo y tranquilos sus habitantes. Mil gracias
sean dadas á tan bondadosa Madre que se dignó
consolarme en mi aflicción, por lo que cumplo
mi promesa dando cincuenta pesos de limosna
para la erección de su nuevo Oratorio en este
pueblo.

Una Cooperadora Salesiana.
Melepilla (Chile), 2 de Marzo de 1903.

{G ra c ia s, M adre m ía !

Ufia devota»
Barcelona, Septiembre 1903.

U n ex -v o to
Cumplo con el grato deber de manifestar mi
gratitud á la Santa y Poderosa Virgen Auxilia­
dora por la visible gjacia de Ella alcanzada.
Atacada mi madre, á raiz de una persistente he­
morragia de sangre, de afección cardiaca, deter­
minóse en ella, en forma galopante, una violenta
palpitación que no le dejaba reposo. Conocedor
de las consecuencias de semejante mal, creíme
perdido, y acudí por medio de fervorosa súplica
al Auxilio de la divina Madre, prometiendo mi
gratitud y mandando celebrar una Misa.
Puede decirse que fui inmediatamente oído,
porque á las dos horas cesó la palpitación y
reposó mi enferma , que hoy convaleciente, se
halla en pie, hace más de un mes, dándome las
más gratas esperanzas de una larga vida.
Gracias á la divina Auxiliadora.
C . ViLL.WICENClO.
La Paz (Bolivia), Agosto 7 de 1903.

M aría so co rre á quien la im plora
Sobremanera afligida veía entrar en mi fundo
una Sociedad minera, para explotar unas minas
encontradas en mi propiedad. Tem iendo que esa

Hace poco más ó menos diez años, que pa­
decía de una penosísima enfermedad que me
llevaba á las puertas del sepulcro, cada vez que
se me agravaba, y ésto generalmente cada año
por el mes de Mayo. — I-a ciencia médica so­
lamente podía m ejorarm e; y viendo que se me
acababa la vida, invoqué con iodo el fervor de
mi corazón á nuestra Madre María Auxiliadora,
ofreciéndole mi cooperación y una limosna.
Tan pronto como puse en Ella mi espe­
ranza, he recobrado constantemente mi salud, y
en este mes, con grande admiración y regocijo
de mi familia, he estado sana, sin los .síntomas
siquiera, de tan terrible dolencia. Cumpliendo
mi promesa, he hecho decir una misa en honor
de mi Salvadora, he rezado su novena, he dado
limosna á los pobres y envío á V . 2 pts., corta
limosna para Ella.
Gracia.s infinitas á tan benigna Señora, y mí
eterna adoración.
IsiDRA V ado de R ueda .
Nandaime (Nicaragua), 2S de Mayo de 1903.

{Cuán buena es M a r ía !
Presa de nna grave enfermedad pulmonar es­
tuve en Enero del presente año, muy cerca de
morir á la temprana edad de 25 a ñ o s; pues á
de la persistencia de la tos en la enfer-

'I
— 24 —
inedad antedicha, tuve en tres ocaciones casi
scífuidas, vómitos de sangre que á juicio del
médico y de lodos los de esta casa, eran bas­
tante peligrosos para acabar con una existencia
ya gastada por la acción de la pasada dolencia.
En esta circunisiancia, volví mis súplicas á María
Auxiliadora, pidiéndole que Ella, de quien todos
loe cristianos reciben tantas gracias, se dignase
conceder la salud á este su hijo Salesiano y con
la confianza de obtener la gracia, prometí publi­
carla en el B oletín S alesiano para mayor gloria
de Dios y en agradecimiento á Ella. María me
ha oido; pues en el espacio de siete meses me
veo libre de la enfermedad, y como si nunca
hubiera sufrido la menor lesión en mi salud,
desempeño los oficios del ministerio sacerdotal,
doy tres horas diarias de clase y últimamente
prediqué cuatro pláticas al día en los ejercicios
espirituales. Agradeciao cumplo con mi promesa.
José E. V alle
Sacerdote Salesiano,
Santiago de Chile, Agfosto de 1903.

S alu d de lo s que L>a in vo ca
Siete años hacía que venía padeciendo una
enfermedad en el estómago, que cada vez que
me acometía, me daban fuertes convulsiones y
me dejaba en penoso abatimiento y debilidad.
Acudí á todos los remedios de la ciencia, pero
éstos fueron inútiles; los médicos rae desani­
maron y acudí á una piadosa persona que rae
aconsejó recurriese á María Auxiliadora, que esta
sola me sanaría.
Aquel mismo día me encomendé á Ella fer­
vorosamente y con toda confianza, prometién­
dole, si sanaba, una Comunión, una Misa y pu­
blicar la gracia en el Bo le t ín . Me sentí de
pronto ton grave, que pensé ser aquél el último
dia de mi vida; pero al otro día empecé á me­
jorar hasta hoy que me encuentro perfectamente
sana.
Cumplo mi promesa y tributo eternas gracias
á tan bondadosa Madre.
A ntonio V areda S outo .
Malpica (Zarajioxa), Mayo de 1903.

Dan también con toda la efusión de su alma gracias
i María Auxiliadora y ofrecen una limosna :
Algueña^f.-Uicante). /ose Sanckis por tres gracias
obtenidas.

Cabañal (Valencia). Ricardo y Joaquina Añoii por
una insigne gracia conseguida.
Caracas (Venezuela). C V. M. da gracias á María
Aux. por haberle prestado visible protección en sus
empresas.
Ibídem. Francisco López de Oria por haber sa­
nado de una enfermedad.
Don Sancho (Badajoz). Francisco García Sánchez
y su hermana dan gracias á María Aux. por haber
obtenido de Ella un favor.
Granada (Nicaragua). María Ortega por varias
gracias obtenidas.
Guiripa (Venezuela). H . Lucca Pedí fervorosamente
á María Aux. concediera la salud á una amiga mía
que se hallaba en peligro de muerte y se la concedió
completa. Invocamos después mis hermanos y yo
su auxilio en favor de un hermanito que se encon­
traba en igual caso, y nuevamente recibimos de
Ella la gracia que le pedíamos, quedando por ello
nuestros corazones eternamente agradecidos.
Ibídem Lucas G. Castillo; estando enferma de
gravedad la Sra. Nieves G. de Rojas, ofrecí á María
Aux. dar una limosna y publicar la gracia si la ob­
tenía. Conseguida ésta, cumplo mi promesa.
Juigalfa (Nicaragua). Igftacio Borguero: Más de
dos meses hacia que estaba preso en las cárceles
de esta ciudad, pues se me acusaba del delito de
traición. Una amiga mía invocó á María Aux. para
obtener la vindicación del delito y mi libertad. Diez
días después el tribunal que antes me habia con­
denado, me declaró inocente y fui puesto en liberdad. Como prueba de gratitud á María hago público
el favor.
Málaga (España) C. D . de B. Encontrándose mi
hijo con una molestísima enfermedad, ofrecí á María
Auxiliadora dar dos pesetas de limosna y publicar
la gracia si lo sanaba. Ahora está ya casi restable­
cido y en la esperanza de que la Sma Virgen ter­
mine su obra, cumplo lo prometido.
Méjico. Concepción Gondoa\ Estando una criada
mía gravemente enferma de una fuerte hemorragia
en la boca y desahuciada por los médicos, ofrecí
á María Aux. publicar la gracia si sanaba, y se di ­
gnó concedérmelo. Cumplo agradecida mi promesa.
Onteniente (Valencia-España). Remigio Valls, Pbro;
remito una libranza de giro mutuo, producto de las
limosnas de varias personas agradecidas á M. Aux.
por gracias obtenidas.
Pámpano (Venezuela). Filomena de Carballo, Mi­
caela Angulo, Isaura Angulo, Iriselda de Polanco
y Catalina García dan gracias á María Auxiliadora
por gracias obtenidas. — Zoila Pacheco de Lira, en
agradecimiento á muchos y señalados favores de M.
Aux. se inscribe como Cooperadora Salesiana.
Sabana de Mendoza (Venezuela). Remetía J . Ji­
ménez ; enfermó un hijito mió de un grave tifus y
hiego le sobrevino una frialdad, que ninguna me­
dicina pudo quitarle. Viéndole ya casi para morir, le'
llevé ante el altar de María .\ux. y, después de ha­
berme resignado á su santa voluntad, le prometí
hacer una novena, dar 2 bolívares de limosna y pu
blicar la gracia si sanaba: á las dos horas volvió á
tener mi hijito el calor natural y poco después la
salud completa. .Agradecida cumplo lo prometido.
rbidera. José J Lera: Envió 2 bolívares en agra-

— 25 —
decimiento por haber obtenido la salud de mi hijo.
Salamanca (España). Ana Pinto: Pedi á María
Aur. la salud de mi hijo y Ella me la concedió: yo
bendigo su santo Nombre y hago pública mi gra­
titud.
Sairiá (Barcelona). R . M. P . Temiendo mis exáme­
nes, por haber tenido varias contrariedades durante
el curso, me encomendé de un modo particular á
M. Aux., y como, gracias á tan buena Madre, he
obtenido feliz resultado, hago público mi agrade­
cimiento.
Sincelejo (Colombia). Bolívar (Partía.• extraviad'■
una noche oscura en una montaña y sobresaltad»
por el temor de alg^una fiera, aquí tan frecuentes
dirigí una súplica á M. Aux. é imploré con todu
fervor su auxilio: apenas terminada mi oración me
vi fuera de peligro.
— Ester Portado: por haberme sentido libre de
la continua jaqueca que desde tiempo hacia venía
padeciendo.
— Teresa Portado: por muchos años padecí un
mal incurable, sin que médicos ni medicinas fueran
capaces de curarme. Viéndome en tal estado de
abatimiento, que rayaba en desesperación, comencé
una novena á M. Aux. Ahora, si bien no he sanado
del todo, me encuentro enteramente resignada; por
lo que doy infinitas gracias á María.

Turín (Italia). Julio Caicedo; por una gracia ob­
tenida.
Valencia (Venezuela). C. G. de B . Hallándose mi
esposo con una afección á la laringe en vísperas de
hacer un viage á Europa, acudí llena de confianza
á M. Aux. pidiéndole la salud para mi e.sposo y
prometiéndole una limosna para su capilla. Obte­
nida la gracia, cumplo la promesa.
Ibídem. Marta Olavarria da \ina limosna por una
Lrracia señalada que alcanzó do M. Aux.
Zurgena (Almería). L . J/, En agradecimiento por
.ma gracia recibida da una limosna.

LA PATRIA DE JESUS — (Coniinuadón) (i). Pene­
trados de estos santos pensamientos, y para oponerse
=iUs luchas que el infierno sostiene para apoderarse
de estas almas, rescatadas por la Sangre de Cristo,
los humildes hijos de D. Bosco han fundado en Naaret un Asilo de huérfanos dedicado al Niño-Jesús.
Después de haber esperado por largo tiempo la de­
cisión del Gobierno Otomano, recibieron al fin el de­
creto de autorización para construir en lo alto de
^ colina, en la parte que da á Nazaret, un asilo de
Ituérfanos y una capilla, que será el primer templo
erigido al Niño-Jesús en aquel lugar mismo, que por
*wtos años enbalsamó con el aroma de sus virtudes.
L*s paredes van ya levantándose, pero lentamente por
íae los recursos que faltan no vienen con tanta prescomo edifican los albañiles. .K vosotros, pues,
dirijo, amados Cooperadores y caritativas Coo­
peradoras, por que sin vosotros, sin el auxilio de
''■ estras limosnas, nuestro celo, nuestros sacrificios,
■ -cstras fuerzas, la vida misma que nosotros dié-

ramos por esta obra, no bastarían ; al pa.so (jue coi»
los socorros de vuestra caridad, podremos conducirá
término esta obra en Nazaret, que tan á pechos todos
tenemos, y procurar con ella la salvación de tantos
niños, compatriotas de Jesús y de María, que por no
padecer hambre en sus cuerpos deben entregar sus
almas á la herejía, al cisma y á la misma apostasia.
Si en todas partes es necesaria la educación de
la juventud, en Palestina es la única esperanza de
la Iglesia. Rusia, Inglaterra y Alemania asi lo han
entendido, pues invierten cada año sumas fabulosas
en la construcción y sostenimiento de sus escuelas
y asilos. No obstante, no tenemos la intención de
hacer una Universidad: nosotros enseñaremos á los
niños francés, árabe, geografía, aritmética, música;
pero sobre todo procuraremos imbuirlos en ideas
verdaderamente erbtianas. Y para que más tarde
puedan ganarse honradamente la vida, les enseña­
remos un arte ú ofido y agricultura, únicos recursos
en este pueblo pobre, sin comercio y sin industria:
pues aquí la sola instrucción pudiera serles más
nodva que provechosa. Los niños que nosotros reco-

b p ágin a 314 d e N oviem bre d e 190J.

N. B . Recom endaba D. B osco tres medios
oara obtener una gracia de M aría Auxilialo ra : I . R eza r con fe y devoción nueve días
seguidos tres Pater-nóster, A vem arias, Glo­
rias y S a lv e s; 2. D ar una lim osna; 3. F re­
cuentar los S S . Sacram entos.
Con estos tres medios obtendremos las
gracias necesarias del A uxilio de los C ristia­
nos, si nos convienen, pues es imposible que
no se m ueva á nu estras súplicas la que es
la M adre de la s M isericordias.



2Ó —

gemos son hermanos de Jesús y á ejemplo de su
divino modelo deben trabajar. Pero para poder dar­
les alojamiento, el pan que ellos esperan, instrucci6n que los moralice, trabajo que más tarde les
proporcione honrada vida, nos dirigimos á vosotros,
amados Cooperadores, y os lo pedimos en nombre
de la humanidad que sufre, en nombre de estos
hermanitos de Jesús tjue á vosotros tienden supli­
cantes sus manos.
j Oh vosotros, á quienes la Providencia lia dado
nacer en medio de la riquezas, acordaos de este
versículo del Evangelio que deberá formar un día
la materia de nuestro juicio, del postrer examen: Se­

réis salvos vosotros^ que practicasteis la caridad; vo­
sotros, que habéis proporcionado á tos desvalidos ve-

eos, judíos y herejes. Vosotros padres cristianos,
que tenéis la inefable dicha de veros rodeados de
vuestros hijos, prendas de vuestro corazón, si que­
réis atraer sobre ellos las bendiciones del Niño-Dios,
si queréis que el Cielo os los conserve, dadles un
nuevo hermano adoptando un niño de Nazaret. Vo­
sotros padres infortunados, que lloráis á algún hijo
que os ha arrebatado la tumba, consolaos con la
adopción de uno de estos potres niños, á quienes
el Cielo ha negado el amor de un padre y las dul­
ces caricias de una madre.
En el instante de abandonar Jesús á su divina Ma­
dre, le dió á Juan como nuevo objeto de su ternura.
Y la Madre de los dolores puso en su hijo adoptivo
el ardiente amor que había tenido por Jesús. Todos

I

Vista general de la Granja agrícola de Cachoeira do Campo — Brasil.

stido, alunento y abrigo..... Condenados vosotros los
que no lo habéis hecho!
Y no os canséis de dar á manos llenas, por que
la recompensa la recibiréis en este mundo mismo.

Recibiréis el céntuplo en la vida presente y ¡a znda
eterna en la futura. El céntuplo, por que Dios de­
rramará sus bendiciones sobre vosotros, sobre vues­
tros haberes y vxrestros negocios; el céntuplo en la
iwz del corazón, concordia de la familia y con los
am igos: el céntuplo, por que la gracia os conducirá
después de la muerte á la consecución de la vida
eterna. En todas partes, es verdad, hay pobres que
socorrer, pero considerad, amados Cooperadores,
que se trata de un pueblo de donde nos vino la
vida espiritual, se trata de un pueblo regado -.of
las l.ágrimas y sudores de Jesús, y de pobres niños
completamente desamparados á merced de los tur-

los niños son hermanitos de Jesús, pero estos
Galilea y Nazaret son más dignos de nuestro amor.
I Ah, lectores amados, si hay ocasiones en que d
corazón se conmueve al ver las miserias de la hu­
manidad, es cuando se encuentra uno con una cria­
tura desamparada! Ved á un pobre niño medio des­
nudo , flaco, descamado y errante por las calles:
la inocencia brilla en sus ojos, el candor se le
buja en la frente, pero sus padres no existen
los autores de sus dias ya no viven, quizá no 1«
haya conocido siquiera. Pobre niño, tú vagas de­
samparado y solo en la tierra. Tú quisieras amar y ser
amado, pero ni una caricia, ni una sonrisa alegrar*
tu tristeza. Y si á ésto añadís, que este pobre niño
sin abrigo no tiene pan para sustentar su débil cuerpo,
ved ahí la situación más penosa, más horrible qo®
podá's imaginar. Pero si ante este espectáculo qo®



3 7

desgarra el corazón, un alma generosa, amaestrada
en las enseñanzas del divino Cruciñcado y de la ca­
ridad cristiana, se acerca á este desdichado, le toma
de la mano y le dice: ven, hijo mió, tú no tienes
madre, pero yo lo seré: no, no has perdido nada;
yo te daré vestido para abrigarte, pan para nutrirte
y María te amparará; decidme, lectores amados,
¿ cómo podrá Dios mirar este acto de generosidad
sin colmarle de bendiciones? Vosotros sois esta
alma generosa que toma de la mano á la orfandad
y la viste y la alimenta. Pero hay aun muchos que
no tienen padre, que no tienen bienhechor; sed voso­
tros padres y bienhechores de estos numerosos huér­
fanos que llaman á nuestras puertas: ayudadnos á
construir un asilo para recorgerlos á todos, y en
retorno, estos buenos niños en unión de los 340.000
del mundo entero que cobija la caridad de D. Hosco,
rogarán por vosotros, por vuestros negocios, en una
palabra, por vuestras necesidades; y cuando la ple­
garia del niño pobre se eleva al Cielo, descienden
abundantes las bendiciones de Dios.
Las personas que contribuyeren con 1000 francos
á la construcción del asilo, tendrán sus'nombres es­
critos en una lápida de mármol que se colocará en
el centro de la casa. Las generosas personas que
adopten á un huérfano, tendrán su nombre escrito
á la cabecera de la cama del adoptado, para que
éste no se olvide nunca de su bienhechor en sus ora­
dones. Todos los’ que contribuyeren con una li­
mosna cualquiera, tendrán sus nombres escritos en
el Cielo y en un registro que colocaremos á los pies
del Niño-Dios en la capilla que se le,dedicará: asi­
mismo participarán todos de las oraciones. Comu­
niones, novenas. Misas etc. que se ofrecerán todos
los dias á Dios, según su intención.
Quedamos igualmente agradecidos á los que nos
manden ropa usada ó nueva, mantas, sábanas, uten­
silios y libros. Dirigirlo á M. .Moreau, 49, Rué
Sainte, Marsella. Aceptamos también gustosos he­
rramientas y máquinas para los talleres.
Que el divino Infante bendiga amorosamente á
todos las personas que socorren y ayudan á sus
pobres hermanitos de Nazaret.
A n a s t a s io P r u n .

Director del A silo.
CUYABA (B r a s i l ) — Observatorio Meteorológico. —
La Obra Salesiana progre.sa admirablemente en Cuyabá, gracias al celo y laboriosidad del incansable
P. Malán, Superior de las Misiones del Matto
Grosso. Entre estos adelantos es digno de men­
ción el Observatorio Meteorológico, que trasmite
todos los días por telégrafo sus observaciones á los
importantísimos centros de Rio Janeiro y BuenosAires. El aprecio que goza entre los peritos el joven
Director del Observatorio, P. Oliveira, nos dan á
esperar que continuará promoviendo el honor de
la Religión y el incremento de la ciencia en aquella
apartadas regiones.



BERNAL (B u e n o s - A ir e s ) — Congreso de Móslca Sa*
grada. — Hace alg^inos años que se constituyó en
Bemal una junta de Salesianos y Cooperadores, que
animados por el verdadero espíritu de la Iglesia en
la ejecución del canto, trabaja por la propagación
de la Música Sagrada. La hermosa y amena revista
de «Santa Cecilia », órgano de esta asociación, lleva
ya cuatro años de prospera existencia, y con sus
artículos y prudentes juicios contribuye no poco á
hacer amable y conocida la música de la Iglesia y
á desterrar de los templos aquella otra música pro­
fana y libre que desdice del lugar santo. Alentados
sin duda por el buen éxito de sus trabajos, inten­
tan los asociados de esta Junta celebrar un Con­
greso de Músiea Sagrada. He aqui como la « Santa
Cecilia » expone el fin y programa de esta Asam­
blea, que promete ser importante y fructífera:
El R. P. José Vespignani, Superior de los Salesianos en la Argentina^ ha escrito una hermosísima
circular sobre el próximo Congreso de Música Sa­
grada que, en conmemoración del XIII Centenario
deS. Gregorio Magno, se celebrará el año 1904. En
este interesante documento, el R.P.Vespignani refleja
un alma grande de sacerdote celoso por el decoro
del culto y entusiasta por las tradiciones que le­
gara á nuestro Instituto su fundador Don Hosco.
Según lo dice la misma circular, el fin principal
del Congreso será, estudiar los medios prácticos
para cumplir en los Colegios Salesianos lo que con
respecto á la música sagrada prescriben:
1°. El R e g l a m e n t o d e M ú s ic a S a g r a d a ema­
nado por la Congregación de Ritos el 6 de Julio
de 1S94.
2®. L a s a c t a s d e l C o n c il io P l e n a r io L a t in o
AMERICANO.
3®. I^s C o n s t it u c io n e s de nuestra Pía Sociedad
y las D e l ib e r a c io n e s del C a p ít u l o S a l e s ia n o ce­

lebrado en Almagro en 1901.
Juntamente con la circular se ha remitido á los
Salesianos de América el Reglamento del Congreso
y los Temas que se tratarán en el mismo.
El Congreso tendrá lugar en Bernal los días 4,
5 y 6 de Febrero.
Los miembros del Congreso podrán ser de tres
clases: activos, honorarios y adherenies. Los activos
serán los Salesianos que asistirán al Congreso; los
honorarios serán los Cooperadores y amigos de la
Obra de Don Hosco que, deseando tomar parte en
las secciones públicas del Congreso, lo soliciten á
la Cotnisión organizadora: adherentes serán todos
los que, no pudiendo intervenir, enviaren su ad­
hesión y las propuestas que creyeren oportunas.
Los Temas que se tratarán en el Congreso son
los siguientes:
1®. — C a n t o G r e g o r ia n o — Enseñanza prática.
Su influencia y su participación en el culto.
2.® — M ú s ic a L it ú r g ic a — Sus caracteres esen­
ciales. — Distinción entre la música litúrgica pro-



28 —

niños no asistían á las escuelas públicas porque te­
nían los padres, las más de las veces, que llevarlos
arrastrando, y de lo contrario no iban. El maestro
oficial no puede emplear con el niño ese procedi­
miento de atracción y de dulzura, que hace la escuela
simpática en vez de repulsiva, y que obliga al díscipulo á acudir con verdadero gusto á ponerse á
las órdenes de su maestro, estableciéndose entre
ambos esa corriente de mutuo amor y respecto que
convierte á este último en padre y hasta en amigo.
Que la escuela es y ha sido siempre para el niño
una imposición violenta y un yugo odioso, no hay
que preguntarlo á nadie. ¿Quién es el mortal que
puede enorgullecerse de no haber hecho una rabona f
Vencer esta aversión á la escuela, que entorpe­
ció en mucho la educación de la niñez, parecía cosa
imposible, pero no lo ha sido para los hijos de Don
Bosco que han realizado el milagro de que sus
alumnos acudan al colegio aún los domingos y dias
festivos.
Esto solo sería suficiente para demostrar el be­
neficio inmenso reportado á los barrios de San Lo­
renzo y Santa Marina por los Salesianos. Pero la
admiración y la gratitud suben al colmo, cuando
se penetra en el extenso edificio que acaba de ha­
bilitarse, tras penosos esfuerzos, para las escuelas.
CÓRDOBA (E s p a ñ a ) — Cortamos de un artículo
Clases amplias y ventiladas, patios de recreo de
escrito por D . Antonio Ramírez en E l Noticiero
grandes proporciones, salas de estudio, bonita ca­
Cordobés, los siguientes trozos:
pilla donde oyen Misa próximamente 270 alumnos
Mencionar, siquiera sea de paso, los innumera­
con que hoy cuenta el colegio, material de ense­
ble beneficios cpie la simpática institución Salesiana
ñanza perfecto y suficiente, profesores cariñosos que
ha reportado y sigue reportando á aquellos popu­
aman á sus alumnos y juegan con ellos en las ho­
losos barrios de Córdoba, es tarea que no se con­
ras de recreo, una limpieza esmerada en todos los
tiene en los limites de un periódico y mucho más,
departamentos: de todo ésto dispone el niño gra­
cuando todo lo que yo dijera en su alabanza había
tuitamente, al mismo tiempo que se inculcan en su
necesariamente de resultar pálido ante la innegable
tierno corazón los más sanos principios morales y
realidad y el resultado de los hechos.
la educación más cristiana posible.
En años anteriores (triste es decirlo, pero es la
Muchas familias pudientes no han dudado en co­
verdad) se hacía punto menos que imposible á cual­
locar al momento á sus hijos bajo la vigilancia di­
quiera persona medianamente portada, el atraverrecta é inmediata de los profesores Salesianos, para
sar aquellas calles extremas de la capital, sin expo­
lo aial estos han tenido que establecer una sección
nerse á las burlas de los muchachos, á la curiosidad
de ínienios, que hoy cuenta con más de treinta
no siempre respectuosa de las comadres del barrio
alumnos que están enteramente independientes de
y algunas veces á recibir una pedrada de aquellos
los externos y que disponen de clases especiales,
golfillos, que vivían generalmente en el arroyo y
extenso patio de juego, precioso comedor, buenos
que miraban á todo personaje decentemente vestido
dormitorios y de todas aquellas comodidades com­
como á un bicho raro y extraño, digno de ape­
patibles con un centro de enseñanza.
drearse.
La influencia bienhechora de las Escuelas SaleComo quiera que este censurable estado de co­
sianas
en aquellos barrios extremos de Córdoba
sas es sólo producto de la falta de educación civil
está hoy dando sus frutos, á los que todos nos he­
y religiosa y de un punible abandono de los padres,
mos de mostrar eternamente agradecidos y muy
claro está que el que recogiera de la calle á esos
niños y les proporcionase esmerada y completa edu­ principalmente aquellas pobres familias, que ahora
cación. hacia una obra á todas luces meritoria, ca­ comprenden lo que es la bendita caridad cristiana
ejercitada en las personas de sus hijos.
paz de poner en evidencia y en ridiculo á los que
Existen dos figuras en la época contemporánea
denigran á voz en grito la educación y enseñanza
que para mí son dos ídolos á quienes admiro, por­
que llaman clerical.
que han hecho Fo que no han podido llevar á cabo
Y no se nos arguya diciendo que para eso están
tantos regeneradores de nuevo cuño. El uno ha
las escuelas municiiwles. 1.a mayoría de aquellos

priaruente dicha y la música religiosa en general —
Repertorio de música fácil.
í" . — I n st r u m iín t o s m u s ic a l e s — S u u so en la
Iglesia. • - Organo y harmonium — Caracteres de
los órganos litúrgicos — Uso del órgano sin rela­
ción con el canto. — Organo en relación con el
canto gregoriano y con el canto figurado. — Or­
gano que acompaña.
4“ . — C a n t o p o p u l a r — Su uso en las funcio­
nes litúrgica y exlralitúrgicas. — El canto de ala­
banzas sagradas en nuestros Colegios.
5». — F o r m a c ió n d e C o r o s . — Elección y edu­
cación de las voces. — Método de enseñanza. — Es­
mero en los ensayos, especialmente de las melodías
gregorianas. — Medios de emulación en la clase
de Canto. — Coro de S. Gregorio. — Condicio­
nes de una Schola Caniorum modelo.
60. — A s o c ia c ió n d e S ta . C e c i l ia — Su regla­
mento. — Medios para difundirla y consolidarla en
las varias In.spectorías. — La Revista « Sta. Ce­
cilia », órgano oficial de la Asociación.
Para informes y aclaraciones referentes al Con­
greso, los interesados podrán dirigirse al Director
de la Asociación de Santa Cecilia {^Colegio de la Sa­
grada Familia, Bernal (Buenos-Aires).

— 29 —
muerto y el otro v iv e : el venerable Don Bosco y
el sabio pedagogo de Granada, honra de España,
Don Andrés Manjón.
Por eso la humanidad los estará siempre bendi­
ciendo.
LISBOA. — Bazar para la nueva casa. — El día 22
del pdo. Marzo, la lima Condesa Bruno organizó un
suntuoso B a z a r á beneficio de la Casa Salesiana
en construcción. A las cinco de la tarde se dió prin­
cipio á la venta de los billetes con animación ex­
traordinaria, y al cabo de pocas horas todo se ha­
bía vendido con un total de cuatro mil pesetas. Con
el mismo fin, lo más granado de la aristocracia de
Lisboa celebró el 15 de Abril un solemne festival
en el Hotel Intemaciótial, promovido por una co­
misión de distinguidos Sepores, presidida por la
lima Condesa dos Autos que obtuvo un éxito ma­
ravilloso.
— Premio Oliveira Martins. Digno es también
de mención el acto munífico de la noble familia
Oliveira Martins, la cual para perpetuar la memo­
ria de uno de sus más ilustres miembros, el cono­
cido escritor Joaquín Oliveira Martins, fundó en el
Instituto Salesiano de Lisboa un premio perpetuo
en favor del alumno más aprovechado de la escuela
profesional de carpinteros. Solemnísimo resultó el
acto de -inauguración el 30 de Abril, aniversario del
ilustre finado en cuyo honor se instituyó el premio.
— E l Emmo. Cardenal AjtU i, nuestro benemé­
rito Cooperador, con ocasión del recibimiento dado
en el palacio de la Nunciatura, con motivo de ha­
ber sido elevado á la Sagrada Púrpura, se dignó
invitar á la banda del Instituto de Lisboa, que ob­
tuvo sinceros aplausos del noble auditorio. Al mismo
tiempo que le presentamos nuestras humildes fe­
licitaciones, nos honramos reproduciendo la fotograiía-recuerdo de la imposición del Capelo carde­
nalicio.
CACKOEIRA 00 CAMPO (B r a s i l ) — Escnela de Don
Bobco. — a 24 km. de Ouro-Preto, antigua Capital
de Minas Geraes, en una hermosa meseta que do­
mina el Valle de Cachoeira do Campo, había cons­
truido el gobierno del imperio, un enorme edificio
destinado á cuartel. Al poco tiempo el Estado lo
abandonó por estar demasiado distante de los cen­
tros poblados, y el edificio fué transformándose
un montón de ruinas, g^iarida sólo de reptiles.
•Aquellos negros murallones perdidos en medio del
desierto, llegaron á ser el objeto de las supersticio­
nes del pueblo, y por estos temores nadie pensó en
acar provecho de aquellos escombros. Y no obs­
tante. á aquel paraje abandonado y temido le estaba
reservado un destino feliz y glorioso. El Gobierno
de Minas llamó á los .Salesianos para que fundaran
alli una granja agrícola y dieran vida á las sole­
dades.

Los hijos ‘de D. Bosco aceptaron el ofrecimiento;
aprovecharon la parte aun servible del antiguo cuar­
tel y sobre las ruinas antig^tas levantaron un edi­
ficio nuevo, allanaron el terreno, abrieron ace y prometió seguir prote­
giéndola con toda sus fuerzas, en la esperanza de



que será una fuente de cultura y de instrucción en
la agricultura nacional.
Los dlstlnsnidos cányoges Sr. Lols De Benedetti y Sra.
Eocaraacíóa l/rqaíola De Benedetti condecorados con la
cruz “pro Ecciesia et Pontiflce” por S. S. León XUI d. f. m.
— El 29 de Octubre asistimos con la mayor satis­
facción á una sencilla á ia par que simpática cere*
monia, en la Casa del distinguido Cooperador Salesiano, Señor De Benedetti.
El Excmo Señor Internuncio Pontificio, Monseñor
Dr. Antonio Sabatucci, iba á cumplir un último man­
dato del inolvidable Pontífice León XIII, quien se
dignaba conferir la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice
á esos distinguidos cónyuges, como testimonio y re­
compensa por los muchos actos de piedad y caridad
que van cumpliendo en esta Capital en pro de di­
ferentes Instituciones y en provecho de la Santa
Iglesia.
Asistían al acto el Rmo Señor Canónigo Ezcurra
con sus distinguidas Hermanas Srtas. Josefa y Mer­
cedes, el Rmo. P. Leonardo Defedericis Visitador
General de los RR. PP. Franciscanos y el Rdo. P.
José Vespignani, Inspector Salesiano.
En derredor del Representante de S. S. estaban,
pues, representadas la Iglesia Argentina, las Ordenes
religiosas, la Obra de Don Busco y las instituciones
de caridad, con las cuales la familia De Benedetti
tiene tan íntimas relaciones de afecto y beneme­
rencia.
Haremos notar con el Excmo Señor Internuncio,
que quizás es la primera vez que en la República
Argeittina se ven condecorados por el Soberano
Pontífice simultáneamente dos cónyuges, que fo» nian
un solo corazón y una alma sola en el ejercii'i.> de
la caridad cristiana.
El Revmo P. De Federicís después de la entrega
contestó en nombre de los favorecidos esposos.
Suma beoevoleocU de S. S. Pío X. — Ya pueden re­
gocijarse santamente nuestros amados Cooperado­
res, porque .Su Santidad nos da motivo para ello
con su afabilidad y benevolencia sin igual.
En su carta anual, que publicamos al piincipio
de este número, alude el Rdisimo D. Rúa á la au­
diencia particular que le otorgó el Padre Santo;
jKxiemos añadir con gran consuelo nuestro que fue­
ron dos las audiencias; la primera concedida al
Excmo Sr. D. Juan Cagliero, que se disponía á
partir para su Misión de Patagonia; la segunda
otorgada á D. Rúa el 3 de Noviembre. Fueron ad­
mitidos también á su augusta presencia el Procumdor General P. Marenco con su sustituto, los
Inspectores PP. Conelli, Scappini y Veronesi, va­
rios Directores, entre ellos el de la nueva casa de
Malta, La Superiora General de las Hijas de María
.-\uxiliadora y alguuas Visitadoras de Italia y Amé­
rica. El Rdisimo D. Rúa los fué presentando uno

3

0



á uno al Padre Santo, quien les dió benignamente
á besar la mano y pronunció estas palabras:
Me siento fe liz a l encontrarme en medio de los
hijos de Don Sosco y ahora de Don Rúa.
Os doy gracias por e l bien que váis haciendo en
la Iglesia. Se ve que vuestro Instituto es obra de
Dios, y que un A ngel os asiste desde e l cielo, por
que el desarroyo de vuestra Obra y e l bien que ha­
céis no se puede explicar humanamente. S i un Angel
no os asistiese desde e l cielo, no tendrían explicación
los prodigios que estáis obrando.
Mientras rogaré por vosotros, me encomieruio en
vuestras oraciones, á fin de que pueda Yo llevar
esta pesada cruz con que e l Señor ha cargado
mis débiles hombres. D e esta manera, todos junios,
con las fuerzas unidas podremos trabajar para kt
gloria de D ios y la salvación de las almas.
Os bendigo á vosotros á vuestros hermanos, &
vuestros alumnos y á vuestras fam ilias, á vuestros
bienhechores y á todos vuestros Cooperadores y
Cooperadoras,
Todos besaron de nuevo la mano á Su Santidad
y con profunda conmoción se retiraron. El Padre
Santo se entretuvo algunos instantes con D. Rúa,
concediéndole otra audiencia secreta y fijándole la
hora de las 5 i\2 de aquella misma tarde, durante la
cual confirió con él por más de de tres cuartos de hora.
Otras pruebas de particular afecto. — £1 29 del pa
sado Octubre obtuvo también una .audiencia espe­
cial del Sumo Pontífice, el apóstol d.i los leprosos,
el P. Evasio Rabagliati. acerca de la cual nos dao
estos preciosos detalles ;
Aquella misma tarde nuestro Misionero tuvo
una gratísima sorpresa:
— Tengo que hablarle en secreto, le dijo un en­
viado del Vaticano; Mons. de Samper leyó la carta
á Su Santidad, quien quedó profundamente enterne­
cido con su lectura ; abrió su escritorio y sacó de
él todo el dinero que había. Helos aquí, son 25
marengos de oro (500 francos) para los pobres le­
prosos de Colombia; el Padre Santo los metió con
sus mismas manos en este sobre, añadiendo que
si lo sentía, era que fueran pocos. Le envía así mismo
estos dos retratos suyos con los autógrafos que van
al fondo; uno para el lazareto de Agua de Dios y
otro para el de Contratación. Por lo demás, esté
V. seguro, que el Santo Padre ha encargado á
Mons. de Samper para que le procure lo que V .
ha pedido para sus lazaretos. Dentro de 15 días
podrá V . enviar al Vaticano una persona de su con­
fianza para retirar lo que se digne asignarle el
Santo Padre. »
Fácil es imaginar cómo quedaría el P. Raba­
gliati á tal embajada y cómo bendeciría en su co­
razón la paternal bondad del Sumo Pontífice. El
día establecido recibió por conducto de Mons. de
Samper, 4 custodias, 4 cálices, 4 copones, 4 redo­
mas para los santos óleos, 4 roquetes, 4 albas, 4
■ ingulos y 16 casullas de varios colores litúrgicos.
Oreemos será también del agrado de nuestros lec­
tores que trascribamos aquí los dos mencionados
autógrafos Pontificios: El primero traducido del
italiano es del tenor siguiente t A nuestros amados
Hijos que se hallan recogidos en e l lazareto de Coniraiación para curarse de la lepra, implorándoles
resignación en la enfermedad que los aflige, datnos
le lodo corazón \a Bendición Apostólica — Pío P. P. X.
Dice el segundo: A nuestros amados H ijos que
nabitan en los Lazaretos que albergan á los pobres
Leprosos de Colombia, pidiendo a l cielo resignación
en sus dolores, damos de iodo corazón la Bendición
Apostólica — Pío P. P. X..
Otra prueba de amor que el .Sumo Pontífice ha
’ rJo á los Salesianos, es el haber nombrado á
'.uestro Reverendísimo Procurador General Dr. Don
•uan Marenco, Consultor de la S. Congregación de
‘-•bispos y Regulares. A l paso que presentamos a}
nuevo elegido nuestros más ardientes parabienes,
exclamamos llenos de consuelo: Loado sea Dios.
?ie por medio de su Santo Vicario, tantas alegrías
nu* ha proporcionado.

VIENA (Anstria). — Nos escriben : « La Junta Cen­
tral apenas supo nuestra llegada, nos colmó de
mil atenciones y miramientos'. La Sra. Condese
Jankovics, que consagra toda su vida en beneficio
de los pobres, nos mandó la bienvenida con atenta
tarjeta y al cabo de pocos dias vino á visitamos.
Aquella misma tarde habló de nosotros con la Ar­
chiduquesa María José, y nos alcanzó de ella una
audiencia que tuvimos al dia siguiente. Imposible
es describir la alegría que demostró Su Alteza Im­
perial al saber que habían ya llegado los Salesia­
nos. Recibió primero al representante de D. Rúa,
nuestro Sr. Inspector, y después nos recibió á nos­
otros. Nos preguntó por D. Rúa, expresando ve­
hementes deseos de verle presto en Viena. Nos
colmó de indecibles atenciones.
Nuestra casa está ya preparada y esta semana
tendremos ya 50 niños internos y 100 medio pen­
sionistas. Esperamos que para el año entrante la
casa se halle en disposición de alojar 400 niños.
Que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja y
María Auxiliadora, á quien está dedicado el barrio
en que se encuentra este Instituto, nos tenga bajo
su maternal amparo... »
CONSTANTINOPLA (Torqnía Europea). — Nuestros
amables lectores esperarán sin duda noticias de los
Salesianos que pocos meses hace fueron á Constantinopla para abrir escuelas en aquella ciudad
donde tanto abundan los emigrantes Europeos.
Cortamos de una carta cuanto sigu e: El dia 9
de Octubre del año pasado llegaron acompañados
por nuestro Sr.-Inspector el Rdo. D. Luis Nai y
fueron cordialmente acogidos por el Exemo. Señor
Bonetti, Delegado Apostólico en Constantinopla y
por los RR. PP. Dominicos que les dieron gene­
rosa hospidalidad.
Entretanto fueron estudiando el lugar más ade­
cuado para plantar sus tiendas, y en esto se vió
una vez más la mano bendita de María Auxiliadora.
Al fin del mes hallaron una hermosa casa, á poca
distancia de la Catedral, en la calle Pancaldi, con
tres pisos, y un patio adjunto, que encontraron
adecuada al objeto. La arrendaron, compraron dos
mesas, cuatro camas, y algunas sillas y heos aquí
con una casa rigurosamente amueblada á la salesiatia. Le destinaron cuatro aposentos para clases,
en que podrán caber cuarenta alumnos en cada uno
y después... la inauguraron.
Presentemente no son muchos los niños que asis­
ten, pero esperan que dentro de poctf aumentarán ».
De este modo se ha fundado un nuevo centro de
la actividad salesiana con está tierra que tan ex­
tenso campo presenta á la acción religiosa. Que
Dios bendiga este nuevo plantel de D. Rosco y que
sea fructífero el apostolado de los hijos de D. Rosco,
es lo que de corazón deseamos á nuestros herma­
nos. Nos es grato además, dar publicamente las

— 32 —
gracias al Excmo. Sr. Delegado Apostólico de Constantinopla y á los celosos PP. Dominicos por las
atenciones que han usado con nuestros amados
hermanos*

á las 6 1/2 m. del día sábado 24 de Octubre, vic­
tima de un ataque cerebral.
Cristiano práctico y ejemplar, magistrado recto,
incorruplible é ilustrado, hombre de corazón
tierno y generoso, pasó su vida obrando el bien.
Por ésto, la muerte no le sorprendió, le halló pre­
parado para el viaje á la eternidad.
Murió fortalecido con los auxilios de la reli­
gión y fué sepultado con el hábito de Tercero
dominico.
Actualmente era Presidente de

D. Antonio Micald)ne
Presbítero Salesiano.

E
l

9 del pasado Octubre se durmió en la paz
de los justos este activo y piadoso Sale­

la Suprema

Corte Nacional, dignidad la más encumbrada en
la Magistratura judicial de la República.
Tiene una brillante hoja de servicios prestados
á la patria.
Nació el 28 de Diciembre de 1835 en la Rioja,
de donde á los 9 años fué enviado á estudiar á
la ciudad de Córdoba, graduándose de agri­

siano, Director de la casa de Ronda (Má­
laga) en la temprana edad de 35 años.

mensor á los 20 años, y á los 22 de abogado,

Esta irreparable pérdida ha consternado á nues­
tros hermanos de España, que conocedores de

entrando más tarde á actuar en la vida política
del país.

las virtudes y de la laboriosidad del inolvidable

Diputado en r860 al Congreso del Paraná por
la Rioja; vocal de la cámara de justicia de Cór­

finado, sienten el inmenso vacío que ha dejado
entre ellos. D. Antonio Ricaldone, que consti­
tuía á la vez una gloria y una esperanza para

doba en

la C on gregagión , era el hombre del recogi­
miento, de la oración y de la piedad, un Sacer­

en circunstancias en que la Rioja lo designaba

dote, que conociendo su dignidad, es todo de

1862, senador nacional por esa pro­

vincia, en 1864; reelecto para el mismo cargo,
igualmente senador nacional por dicha provincia,
caso sin precedente en nuestros anales parla­
mentarios, y que el doctor Bazán resolvió op­

Dios, todo de sus hermanos, todo de sus niños,
todo para todos. Pero, lo que le hizo tan amable,

tando por la representación de la provincia de

tan perfecto religioso, fue su profunda piedad,

su nacimiento; juez de primera instancia en lo

una piedad que se traslucia en todos sus actos

civil de la segunda circunscripción judicial de
Santa F e en 1881; vocal de la cámara de ape­

y que esparcía doquiera un perfume de respeto
y simpatía. Murió con una muerte santa y edifi­
cante : murió sentido de sus Superiores y llorado

laciones en lo civil de esta capital, en 1882; y
en Enero de 1890 ministro de la suprema Corte
de justicia.

de sus hermanos y sus niños que le amaban
como á un padre y le veneraban como á un
Santo.

de la gloria que Dios tiene preparada para los

Sea paz eterna á su alma y grata memoria á

que en esta vida obser\’an su ley santa; no obs­

su piedad y á sus virtudes.

Dr. Abel Bazán.
Pia Unión de los Cooperadores Salesianos
de Buenos Aires acaba de perder uno de sus
miembros más esclarecidos, en la persona
del Doctor .-V. Bazáji, que falleció en esta capital

Confiamos que su alma buena ya esté gozando

tante, es obra de exquisita caridad ofrecer su­
fragios por su alma.
Conceda el Señor á sus afligidos deudos la
resignación cristiana.
R. I. P.

a

L

C o a aprobación d e la -\uloridad E c le s i¿ s tk a ;
G erente: J O S É G A M B IM O .