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N. 2
Febrero de 1907
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Boletín $ak$iano
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Turín - Oratorio de S. Francisco de Sales ^ * ^ 0 ^
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SUMARIO: El Salesiano como educador, II . . pág. 29
Ecos del V Congreso Salesiano - Educación . . » 32
Documentos Salesianos - Discurso d el Dr. G . Rosas
De nuestras M ision es: C inco sem anas en Contratación
(Colombia), C arta d e l P. E . R abagliati . . . > 36
De Italia á C hina (Diario de v i a j e ) ...................... »
38
Gracias de M aría A u x i l i a d o r a .................................»
42
Tesoro espiritual y Peregrinación á T ierra San ta »
Por el mundo salesian o: Ita lia : F aenza « L a F ert »,
Mondonio — E sp a ñ a : Vigo — A m érica : C o lo m b ia :
34
45
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M osquera, B a rra n qu iU a ; Ecuador: Q uito, Gtiay a q ttil; A rgen tin a: l'e v e g r. á Ltiján ; C liile:C cm 46
c e p c ió n ........................................................................... »
N ecrología: El Dr. D. A. V aldivieso, D. Elias Pellet,
D. J. M. T inoco, Cooperadores d ifu n to s.
. . »
B iografía d e Mons. L a s a g n a .....................................»
B ibliografía .
» 56
G rab ad os: L a F í /7 , Sociedad gim nástica -A ltar M a
yor de A gu a de Dios - A lum nos del Colegio de
G u ayaqu il, Procesión de M aría A uxiliadora - El
D r. D. A. J. V aldivieso .
53
54
El Salesiano como educador
II.
lo dicho, fácilmente se des
prende que para el Salesiano,
el educador es inseparable
del enseñante, y que está persuadido
de que traicionan su glorioso nombre
y su misión los maestros que descuidan
formar el corazón de sus alumnos á la
bondad y á la virtud, excusándose con
cualquier pretexto, como por ejemplo
el que su oñcio es enseñar, comunicar
conocimientos, y no darse á predica
dores. Mísera excusa que arguye cuando
menos una ignorancia lamentable! Pre
cisamente en enseñar, en educar delei
tando consiste la habilidad del maestro:
para esto estudia tanto tiempo y se
ejercita previamente.
La escuela y el aula son una pre
paración á la vida, una palestra donde
E
se ejercita, un arsenal donde el alumno
debe encontrar las provisiones para el
viaje que está para emprender á través
de las montañas y del océano de la
vida. Y es esto precisamente lo que
desean los jjadres de familia al (meomendar sus hijos al profesor. Cuántas
veces no lo dicen explícitamente; Vea
que me lo haga bueno, más sufrido,
más activo ! La escuela, el colegio deben
dar á la patria no solamente hombres
instruidos, sino sobre todo, ciudadanos
honestos y virtuosos. Y es ésta la ten
dencia de los tiempos modernos, y fue
éste el ideal de, D. Bos'co, que tan
admirablemente comprendió el espíritu
de su siglo, é infundió á su fundación
la adaptabilidad á las circunstancias.
Esto requiere preparación, no pe-
_
queño espíritu de sacrificio y, sobre
todo, una gran dosis de buena voluntad.
Cuentan que Aníbal, desde las cum
bres excelsas de los Alpes, mostró á
sus soldados las bellísimas y fértilí
simas comarcas italianas que debían ser
suyas si combatían con valor, y que tal
vista y tales palabras bastaron á reani
mar lascansadas fuerzas de los guerreros
y á infundirles alientos soberanos.
De la misma manera, D. Bosco em
pieza por poner delante de sus hijos
la grandeza sublime de su misión y la
recompensa que deben esperarse. Esta
misión es conquistar para Cristo el
mundo, establecer en él el reinado de
la paz y de la dicha. Su misión co
mienza por conquistar al niño.
30
—
que en ella depositan los padres de
familia, del aplauso y gratitud de la
patria, de las bendiciones del Cielo.
Y esto le hace más llevaderos y aún
deleitables los sacrificios.
A esta idea viene á añadirse otra
muy importante también. Nadie le obli
gaba á hacerse maestro ó salesiano;
pero una vez que se ha hecho, debe
mostrarse tal y esforzarse por no de
fraudar la confianza depositada en éf
Para esto tiene tiempo de reflexionar
y medir sus fuerzas y reconocer sus
aptitudes. La idea del deber, pues, ha
de informar su vida y sus acciones. El
deber! la obligación! palabras mágicas
que parecen á muchos una contradicción
con la libertad humana..... y sin em
bargo son los polos sobre que rueda
S:
el mundo, son el fundamento de toda
Es el niño una plantecilla singular, sociedad. El deber es una idea que
confiada á los cuidados de un hortelano desde el alborear de la razón se des
llamado maestro, del cual depende el taca en nuestra alma y se nos pone
que los gérmenes vitales que ella lleva, delante como estrella directriz, un em
se desarrollen en flores de balsámicos brión que se agita constantemente y
olores y frutos exquisitos y vigorizantes, va creciendo en nuestro sér, un fuego
ó en deletéreas emanaciones y venenos vivificante que dilata nuestro corazón,
que matan cuanto alcanzan. Es el niño comunicándole las energías necesarias
un manantial de cristalinas aguas, y para llevar el peso. La conciencia de)
del maestro depende que lleven fecun deber es una cosa indispensable en el
didad y vida á las campiñas ó que, maestro. Tengo en mis manos un
convertidas en asoladores torrentes y pueblo joven, en mi poder está la espe
en materias corrosivas, marchiten cuanto ranza de mi patria, se me confía su
toquen y conviertan en yermos los ver porvenir; de mí depende que mañana
geles. Es más aún: el niño es la so bendigan ó maldigan mi memoria....
ciedad en germen, es la patria de ma que sean libres ó esclavos, respetados
ñana; y así la suerte de la humanidad ó mirados con desdén... A l calor de
está en manos del maestro; de él de estas consideraciones es imposible que
pende que esa sociedad sea buena ó no surja el deseo de hacer el mayor
mala, feliz ó desgraciada. Sí, las gene bien que pueda, de llenar su cometido
raciones se forman en los bancos de lo mejor que le sea dado, de cumplir,
la escuela: si las escuelas son buenas, en una palabra, su deber. De aquí el
buenas serán las generaciones; si las afán por instruirse, porqite €7itre sus
escuelas son malas, la humanidad será deberes está, tambiéfi éste; el ansia por
un teatro de atrocidades.
conocer los métodos más racionales, los
El salesiano está convencido de esto procedimientos más lógicos, los ade
y por tanto, estima su misión, la juzga lantos y reformas que va aportando el
santa, buena, digna de la confianza progreso incesante de la humanidad.
_
íl _
como siem pre, rendido de fatiga, se
esforzaba todavía por trabajar: « D es
canse , D. Bosco , le dice uno que lo
amaba. — Descansaremos en el Paraíso,»
le contestó el gran siervo de Dios. Dios
ve nuestros esfuerzos, los bendice ahora
y fecundiza, y más tarde los premiará.
*
* *
A robustecer esta idea, viene en el
maestro cristiano el recuerdo de D io s;
del Dios justo que todo lo ve y todo
lo recompensa. A y! del maestro á quien
no vivifique esta ideal A l campo del
magisterio no le faltan sus flores y sus
frutos, pero suelen ser tardíos: en cam
bio jcuántas espinas y cuán punzantes!
Estas ideas son como el cimiento en
Frecuentemente tiene que luchar contra que D. Bosco levanta la educación de
preocupaciones empíricas y teorías, aun sus salesianos.
que irracionales , arraigadas profunda
Arraigada
en el alma la idea del
O
mente ; contra la ignorancia de los pa deber, la
persuasión profunda de que
dres de familia que pretenden que obre llenan una misión la más grande que
prodigios y que convierta á los hijos se pueda confiar á un mortal, cual es
en sabios de repente, como por ensalmo la de formar las generaciones, y el
ó con varilla mágica; tiene que devorar sentimiento vivo de Dios y su Provi
en silencio la hiel de la ingratitud, y dencia ; ya puede exigirles toda clase
de la envidia; la guerra sorda ó abierta de sacrificios que su preparación y más
de muchos que, émulos ó ignorantes, le tarde su desempeño exijan: sacrificios
hacen mal, muchas veces sin quererlo ; por otra parte compensados con grandes
tiene que afrontar fatigas y luchas sin consuelos , con grandes auxilios , con
fin. El bien que hace, la trasformación grandes recompensas.
que obra, es lenta (y científicamente
Su formación se hace en los estu
debe serlo), y por lo mismo insensible, diantados con estudios serios y práctica
como insensible es la del sol sobre las profesional bajo la dirección del Maestro
plantas; y así muy pocos son los que de Pedagogía. Como es claro, nin
la ven, y menos aún los que la estiman. guna Escuela Normal del mundo, es
Antes, la parte mejor de la educación suficiente de por sí : pero en ella
no se ve, y el buen maestro debe cuidar aprende cuanto es necesario, se le da
de no pagarse con exterioridades ni la dirección, se le j)one en la ap
apariencias, sino ir al fondo, echar pro titud de perfeccionarse con la práctica
fundos cimientos, con una instrucción
y con un estudio constante. Esto es lo
real y una educación efectiva.
que hace en los Colegios. El sabe todo
El mundo no lo ve hoy; pero lo ve
esto, y así convencido de que sus fuertes
nuestra conciencia; lo verá el mismo estudios no bastan y que su deber es
mundo mañana; lo verán las genera perfeccionarse más y más por sí mismo,
ciones que vamos formando, y, lo que
que de ello tiene obligación estricta de
vale más que todo, lo ve Dios.
conciencia, por cuanto indirectamente
Este pensamiento de Dios ¡cuánto se ha comprometido á no defraudar la
conforta! cómo hace sacar fuerzas de confianza de los Superiores y de la So
donde no las hay, y principalmente ciedad que le confia sus hijos, excitado
¡cuánto influye en el exacto cumpli de continuo por el celo de la gloria
miento de nuestro cometido, por difícil
de Dios, de la honra de su Instituto,
que sea, cuánto amor inspira! cuánto del bien de la humanidad, no ahorra
ardor, cuánta generosidad ! Vulgar es sacrificios ni consiente que los obstá
ya el mote sublime en que prorrumpe
culos lo venzan.
D. Bosco en una ocasión que, estando,
—
32
—
6co$ M Quinto Conqr«so Salesiano
PR IM E R G R U PO .
Instrucción y educación de la Juventud.
b)
J U V E N T U D D E D I C A D A A L E S T U D I O : (F ilé
p o n ciili: el D r . A rcliiiiio ile B re sc ia ) — C o le g io s,
p e n sio n a d o s y c a s a s de b e n e ñ c e n c ia — L ib r o s y
p e rió d ico s e s c o lá s tic o s .
E l i’Ror. A rdltno dk Hr escia
director de la Usencia italiana moderna , pre
sidió con suma habilidad la discusión de las
deliberaciones relativas á esta segunda Sec
ción.
.Siendo éstas de una importancia trascen
dental, pues están dirigidas á aumentar y hacer
más eíicaz, la acción benéhea de la educación
sana y completa de la juventud, deseamos sean
objeto de especial atención y estudio de nues
tros Coojjcradorcs.
Considerando :
(pie la restaur¿iciún del orden social, según los
princi[nos inconcusos de la religión cristiana,
supone como base fundamental una obra de
apostolado en pro de las generaciones jóvenes
y particularmente de las que j)or el estudio
llegarán á ocupar cargos importantes en el or
ganismo social; que el ya dicho apostolado
educativo y cristiano es tanto más necesario
cuanto más audazmente se va manifestando la
acción deletérea que encubierta bajo un jn-ograma laico tiende á destruir toda autoridad
divina y humana; <pie mientras es nuestro
deber reivindicarlos derechos tantas veces pi
soteados de la patria potestad, también es ne
cesario reintegrar con oportunas instrucciones
la obra muchas veces incompleta de la familia;
teniendo en cuenta las deliberaciones tomadas
en el lU Congreso internacional celebrado en
Tun'n el 1903:
El Congreso vivamente desea:
1. Que todos los Coo^>eradorcs salesianos
se valgan de todos los medios permitidos por
las leves para reivindicar el derecho de la li
bertad de enseñanza, especialmente de la en
señanza fnimaría 6 elemental, y para hacer
respetar la obligación escolástica de la instruc
ción religiosa á lo menos en las formas garan
tizadas por los actuales programas en los di
ferentes estados;
2. Que se procure dar grande impulso á las
escuelas y colegios que unen al principio ver
daderamente cristiano la instrucción , la disci
plina y los sistemas que educan eficazmente á
sus alumnos;
3. Que los Salesianos de D. Bosco y las
Hijas de María Auxiliadora puedan, ayudados
por sus beneméritos Cooperadores, multiplicar
las escuelas y colegios en todas las partes del
mundo dando así un notable impulso al pro
greso intelectual y religioso de la civilización
cristiana;
4. Que, según lo que se deliberó en el Con
greso de Buenos Ayres , los Cooperadores y
Cooperadoras procuren difundir en las ciu
dades y en los jiueblos los programas de los
colegios salesianos y los de las Hijas de María
Auxiliadora, ó los que tienen el mismo espíritu,
con el fin de e.xtender más y más entre la
juventud dedicada á los estudios, los beneficios
inapreciables de la educación moral y re
ligiosa ;
5. Que los padres pongan mucho cuidado
en la elección de la escuela ó colegio en que
se han de educar sus propios hijos y pongan
lodos los medios que están á su alcance para
evitar los abusos que |)rofesores poco escru¡nilosos intentan poner en práctica en contra
de dichos alumnos, y en jierjuicio y menoscabo
de sus creencias religiosas;
6. Que en las ciudades que son centros de
estudios, se establezcan Pensionados, donde los
jóvenes encuentren guía para su instrucción y
asistencia contra las insidias de enseñanzas sin
fe y Contra las malas com[>añías tan perni
ciosas )>ara las buenas costumbres;
7. Que estos Pensionados tengan sus clases
de religión, biblioteca, salones de lectura y de
rvcreo, juegos gimnásticos, y otras cosas se
mejantes ;
8. Que se funden Colegios católicos en los
cuales se enseñen las mismas ciencias que en
las Universidades, provistos de todo lo más
moderno relativo á higiene, y con todas las
comodidades compatibles con los módicos estipendi(xs. que han de abonar;
9. Sobre todo que si no es posible la fun
dación de dichos Colegios, procuren encomen
darse los jóvenes estudiantes á familias de ab
soluta confianza:
10. Que donde hay sociedades y Oratorios
católicos se establezcan centrós, donde los jó
venes encuentren á la par que honestos pasa se adhieran á las asociaciones universitarias
tiempos, comodidad de cumplir sus deberes católicas.
escolásticos y religiosos;
N O TAS.
II.
Que se ponga el mayor cuidado en pro
¿
a
¡mporUmcñi
de esias deliberaciones estu
mover V animar la publicación de buenos li
bros, particularmente en las materias en que diadas con tanto acierto es patente. Quisiéramos
más se suele alterar la verdad histórica ó en que fueran bien meditadas pot iodos aquellos
que se ofende el dogma y la moral católica, que con su influencia ó por síí condición social
mientras tributa grandes elogios á las Tipo pueden llevarlas á efecto.
A la mayor pa7-te de nuestros Cooperadores
grafías Salesianas las cuales con tanto ardor
y profusión van ejerciendo hace ya tantos años nos limitamos á recomendarles dos cosas:
Faenza ■ La Sociedad gimnástica Fert del Oratorio Salesiano,
ese apostolado providencial en todas las partes
del mundo:
12. Que se fomenten la publicaciones perió
dicas, escolásticas inspiradas en los principios
cristianos . como el Gymnasium salesiano de
Roma, la Sacóla itah'una moderna de Brescia
y \\ Stafetta Scotastici de Turín;
13. Que se promueva por parte de los maes
tros católicos la adhesión á la Associaiione
\fa^istrale Italiana « N . Tommaseo » ;
14. Finalmente el Congreso desea viva
mente que los jóvenes estudiantes de las
escuelas secundarias, que forman parte de los
círculos de estudiantes, que están á cargo
de los Salesianos 6 de los Cooperado
res, al pasar á los estudios universitarios.
I) Que^ en conformidad con lo establecido en
la deliberación K*, pongan muchísimo cuitiado
en la elección de la escuela ó colegio en cjue se
han de educar sus propios hijos: es esta una recomendación que no será nunca bastante inculcada.
II) Para impedirla ruina de muchos jóvenes
V para suplir la falla de buettos Colegio.^, los
Cooperadores de las ciudades que son centros
de estudios, teniendo algunas habitaciones dis
ponibles, acepten de btien grado en pensión d
uno ó más de esos estudiantes ú obreros que
se ven obligados á pasar los años más peli
grosos de su vida lejos de la casa paterna y
en medio de las seducciones y de los pasatiem
pos; con su celo y prudencia podrán conservar
en e l buen camino á muchas at/uas-
—
o 4
—
Documento^ Sal^sianos
D ISCU R SO pronunciado por el Dr. D. G a b r i e l R o s a s , Ex-procurador
de la Nación, en las Escuelas Salesianas de Artes y Oficios de
Bogotá (Rep. de Colombia),
Exmo. Sr. Delegado, (i)
Rvo. Padre Superior, (2)
3«ñores:
I)r segunda vez se me ha hecho el honor
de encargarme dirigir la palabra á
los amigos y benefactores de este Ins
tituto. Se ha creído con razón que el tiempo
corrido entre mi primer discurso y el que hoy
os dirijo, en lugar de disminuir, ha vigori
zado en mi alma el afecto que he tenido á la Obra
Salesiana en Colombia.
Partiendo de las edades evangélicas, hice en
tonces breve reseña histórica de las principales
asociaciones religiosas en los diez y nueve siglos
de la éra cristiana, y hube de señalar siguiendo
la acción de la Providencia en el gobierno del
mundo, el advenimiento de Don Bosco como
un efecto maravilloso de la divina Bondad ; porque'si es notorio que en la civilización cristiana
nunca se ha extinguido el amor al trabajo, como
ley impuesta á la humanidad por el supremo
Artífice, ni la solicitud por los niños; necesitá
base un hombre extraordinario que reviviese
aquel amor, especialmente entre las masas popu
lares, harto pervertidas por las ideas socialistas
y anárquicas, y que atrajese con paternal cariño
á los niños de todas clases para darles con el pan
del espíritu una educación útil y honesta.
¡Cuán difícil es exhumar una institución, un
antiguo ejemplo para encarnarlos en el alma
popular ! Siglos necesitó Roma para trasplan
tar á su suelo las semillas de la civilización he
lénica y para que las enseñanzas de los legisla
dores y de los filósofos griegos penetrasen en sus
instituciones y en toda su vida intelectual y
civil. El mundo, sorprendido al principio ]ior
(t) El Kxm o. S r. Dr. D. Francisco Ragonest, D ele
gado de Su SaiUidad Fio X .
(2) El Revino. Sr. D. Antonio .Aime, Inspector de las
C asas S.alesíauas de Colom bia.
el espectáculo que Belén y Nazareth habían pre
sentado al paganismo, y riquísimo luégo en obras
de virtud y santidad, olvidóse más tarde de la
humilde cuna del Redentor y de su vida pobre,
retirada y laboriosa en el taller de su padre, y
ese olvido, fomentado por los halagos del deleite
sensual, por el funesto ejemplo de hombres po
derosos y ricos y sobre todo por la relajación ó
perdida de la conciencia de una vida eterna —
obra nefanda de sofistas anticristianos ó ateos
— produjo en la pasada centuria esas sectas
abominables que luchan sin tregua contra el al
tar, la propiedad y el poder soberano.
El sacerdote piamontés, de humilde cuna y
desprovisto de riqueza y de poder, ha realizado
en la edad moderna el prodigio de hacer amar,
á la lumbre de las doctrinas evangélicas, lo que
el mundo tenía olvidado ó miraba con desvío;
la pobreza, el trabajo y la niñez. Jesús nació
pobre, y cuando sus manos delicadas se hicieron
aptas para el trabajo, el taller de Nazareth pre
senció sus desvelos y sudores para ganar el pan.
El fué amigo de los niños durante su vida oculta
y los instruía con su palabra y los edificaba con
ejemplos sublimes de humildad, de pureza, de
amor filial y de santa oración. ¡Cuántas veces le
vería la sinagoga de su pueblo nativo ocupado
en el ministerio augusto de explicar los oráculos
divinos !
Los niños, prontos siempre á admirar á los
personajes célebres y á seguir en pos de ellos
para mirar de cerca los prodigios que realizan,
buscaron á Jesús en los días de su ministerio
público, y en una de las ocasiones en que ello.''
se le acercaron, pronunció aquel memorable man
dato : « dejad á los niños que vengan á mí por
que de ellos es el reino de los cielos j' ¡Con qué
exquisita solicitud veló por su inocencia; con
cuánta indignación condenó á quienes los escan
dalizasen, y cómo declaró la necesidad en los
hombres de ser creyentes, sencillos y amorosos
como los niños para entrar en el gozo del Señor!
—
35
El fundador salesiano siguió en todo los pasos
del Salvador : amó y santificó la pobreza, buscó *
á los niños menesterosos y desgraciados, dióles
alojamiento y vestido, enseñóles á orar, y sembró
é hizo florecer en ellos las semillas de todas las
virtudes cristianas. « Dejad, proclamó á la faz
del mundo, á los niños que vengan á mí, porque
yo anhelo salvarlos de la corrupción general y
llevarlos al reino de los cielos. » Millares de niños
le son deudores de este inmenso bien, y es de
ver el esmero con que los sucesores de aquel genio
evangélico llenan en todo el mundo la misión
que les confió.
Presentada así en toda su belleza histórica, la
personalidad de Don Bosco ofrece el más vivo
interés al ver sus relaciones con la clase obrera
y los elementos fecundos de su obra para re
solver el grave problema social.
II.
El altar y el trabajo son para todo hombre ra
cional las dos grandes cosas que hemos menester
en esta vida mortal, que es tiempo de lucha y
y de prueba, para obtener la posesión del Su
premo Bien. Comprendo en lo primero el amor
de Dios, la recepción de su gracia por medio de
los Sacramentos y la oración, fuente inagotable
de salud y de remedio para las dolencias que
afligen á la humanidad en su peregrinación sobre
ia tierra. E l hombre que no va al altar santo, ó
que busca esos altares y a juzgados por el Tri
bunal de la razón y de la historia, donde no mora
Jesús, es digno de lástima, aunque aparente
mente le veamos sonriente de felicidad y de gran
deza.
La ley del trabajo incluye todo ejercicio hon
rado y legítimo de las facultades humanas, espe
cialmente la que tiende á la satisfacción de las
necesidades de la vida. Nuestra propia natura
leza y la voluntad del Creador nos dicen que
estamos sujetos á esa ley, la cual entraña, un
titulo de honor, y de ahí que miremos al indo
lente y al holgazán como seres degradados é in
dignos de las consideraciones sociales.
Toda actividad humana ha de comenzar á
ejercitarse, para ser eficaz y fecunda, cuando nos
hallamos en capacidad para ello, y está sujeta
desde sus primeros pasos á cierto magisterio, que
de ordinario no puede desempeñarse, por di
versas causas, en el recinto del hogar. Nace de
aquí la necesidad de contraer hábitos de trabajo
desde la aurora de la razón y de que haya insti
tutos docentes que suplan la ignorancia 6 im-
—
fKDsibilidad de los padres de familia para educar
convenientemente á sus hijos.
I Nadie ha puesto en duda que el liceo, el co
legio, la universidad, son establecimientos im
prescindibles para instruir á la juventud en las
ciencias y en las letras; pero no se había adver
tido que las artes, las industrias, los trabajos
manuales reclaman también disciplinas escolares,
no como quiera, sino inspiradas y regidas por
una esmerada educación religiosa y por ese es
píritu de caridad de que dió ejemplo á los insti
tutores humanos el Divino Maestro.
El ideal de este género de planteles pertenece
exclusivamente á Don Bosco. Tuvo sus primeros
pero felices ensayos en el suelo itálico, patria de
Francisco de Asís, y al bajar á la tumba aquel
apóstol del taller católico, su grande obra se
había extendido por toda la cristiandad y aun
entre los pueblos bárbaros. La enseñanza de
Artes y Oficios en establecimientos especiales
hallábase antes privada de correcta instrucción
religiosa, y circunscrita á determinadas personas,
entre las cuales no figuraban sino en mínima es
cala y por singular favor los niños pobres ó des
graciados.
La Obra de D. Bosco es además de inapre
ciable mérito desde el punto de vista del pro
greso actual, que ha multiplicado inmensamente
los objetos á que puede aplicarse la ctividad hu
mana! ¡Cuántos de los modernos obreros ó in
dustriales viven alejados de Dios, carecen de
vida moral y sólo tienen por misión trabajar
afanosamente para obtener el salario !
Nunca podrán retribuir al benemérito fun
dador ni los niños ni los jefes de familia los gran
des beneficios que 61 ha hecho á unos y otros.
Los primeros salen de las oficinas salesianas con
el alma enriquecida de virtudes, de ese santo
temor de Dios, tan necesario para vencer las
seducciones con que el espíritu revolucionario
pervierte á la clase obrera, y vuelven á sus ho
gares con las manos aptas para ganar su propio
.sustento y socorrer á sus padres. Estos cuentan
con hijos obedientes, respetuosos, amantes del
trabajo y seguidores de Cristo, y pueden ya de
cir que han Uenado el primordial deber de criar
hijos para el cielo.
(Concluirá).
DE JSÍUESTF^AS MISIONES
■ \C
z r —
Golombla
Cinco semanas en Contratación.
(Carta de D. E. Rabagliaii al Sr. D. M. Rúa)
Coiitralacióli, 22 ile Julio de 1906.
Queridísimo Padre:
’ainbiéii esta vez, he terminado feliz
mente mi misión en este lazareto : la
Confirmación que he administrado hoy,
ha sido el illtimo acto de mi ministerio por este
año; mañana, si Dios quiere, iré á Bogotá, des
pués de 32 días que estoy aquí.
listas cuatro ó cinco semanas fueron verda
deramente de muchísimo trabajo. La primera
semana se pasó en vestir á esta numerosa familia:
de Bogotá salieron conmigo unas diez muías
cargadas de ropa, comprada con dinero (juc me
había dado el Gobierno. Pero cuando llegué á
ésta, me encontré co:i una dificultad que no
había previsto; un mes antes el Exmo. Sr. Obispo
del Socorro, me había telegrafiado el número
exacto de los enfermos ; así es que yo había
comprado ropa para ese número : cuando llegué
aquí me encontré ciento tres más de los que me
habían dicho, y como habían llegado todos en
esos últimos 30 días, y a espontáneamente, y a á
la fuerza, eran los que más la necesitaban.
Se cortaron las piezas de tela y de lana con
toda la economía posible, se suprimió alguna
prenda menos necesaria y así hubo para todos.
¡Alabado sea el Señor ! Todos quedaron conten
tos, bendiciendo de lo más íntimo de su corazón
al generoso yjiróvido Presidente déla República.
Genera! Rafael Reyes, quien en medio de sus
graves y múltiples ocupaciones de Gobierno, se
interesa tan asidua y diligentemente de estos
compatriotas suyos encerrados en los lazaretos,
no dejándok*s faltar nada de lo necesario.
Rn efecto, hace ya un qño que la vida en estos
lazaretos se hace mucho más soportable ; el
hambre ha desaparecido por completo, pagán
dose todas las semanas con verdadera escru
pulosidad la pensión diaria señalada por la ley
ó cada leproso, que es de quince centavas, que
equivalen á 0,80 de peseta.
Sé positivamente que el deseo del Exemo.
)T
Sr. Reyes era de dar á cada enfermo 20 centavos,
y y a había dado esa orden al Ministro de Ha
cienda; pero después se juzgó más conveniente
])robar con quince y se vió que eran suficientes
para su mantenimiento, pues habían pensado
además, proveerles ropa, médicos y medicinas,
como en efecto se va realizando de un año á
esta parte. Las condiciones ventajosísimas que
reúnen ahora los lazaretos, no pueden ni compa
rarse siquiera con las que reunían años atrás; y
de ello se alegran en el alma los Salesianos y las
Hijas de María Auxiliadora que asisten á estos
leprosos, pues ellos al ver á sus enfermos alegres
y satisfechos, gozan y se animan más y más á
continuar su difícil misión.
En estos tres meses últimos he empleado cua
renta mil pesetas, solamente para vestir á los
leprosos de Agua de Dios y de Contratación.
Todo este dinero ha salido del Tesoro público,
ó sea, dado con grande espontaneidad por el
Gobierno, siendo aplaudido este acto por todo
el pueblo colombiano.
Otra mejora importantísima se ha efectuado
en estos lazaretos : nunca se había podido co iseguir que viviese con los leprosos un médico
sano : todos nuestros esfuerzos se habían ma
logrado. Figúrese, pues, un lazareto con varios
centenares de enfermos sin médico ninguno !....
Con razón muchos leprosos se resistían á entrar;
pues la falta de médico arguye falta de medi
cinas ó á lo menos de criterio en aplicarlas. Por
esto casi nadie entraba en los Lazaretos espon
táneamente, y el entrar tan de mala gana, cau
saba en muchísimos casos graves inconvenientes.
-\hora por el contrario y a hay en Agua de Dios
dos médicos sanos con una pensión de 1000 pts.
mensuales el primero y 75b el otro : hay además
tres jóvenes practicantes leprosos.
También Contratación pronto tendrá su me
dico, que está ya nombrado oficialmente; no está
todavía aquí porque no tenemos sitio conve
niente donde colocarlo.
Sólo esta reforma ha producido notables %'entajas : se ha llegado y a al punto de tener que
reliusar la entrada á muchos leprosos por falta
absoluta de local, y esto por un decreto del
mismo gobierno, el cual ha ordenado que se
preparen nuevas casas en Agua de Dios: mien
tras el Lazareto de Contratación, según parece, se
i
— 37
ha pensado trasladarlo á otro lugar más á propó
sito. El sitio elegido á este efecto por una Co
misión de médicos é ingenieros, llámase Cepilá,
situado á la margen derecha del río Jordán á i6
leguas de aquí; es un verdadero paraíso para
estos queridos leprosos, muchos de los cuales co
nociendo el lugar, están suspirando el día y la
hora del traslado. Pero de esto le hablaré en
otra, cuando haya recibido una respuesta de
finitiva del Excmo. General Reyes, que quiso
tratar personalmente este punto importantísimo,
reser\'ándose el derecho de la elección del lugar,
cuando tuviere en su mano la relación escrita
por la Comisión (i).
La segunda semana de mi permanencia en
Contratación se pasó en alegres pasatiempos^ á lo
menos por dos horas al día. A*las cuatro de la tarde
se daba un toque especial de campana, y todos los
enfermos se reunían en la casita del Capellán, los
hombres con sillas, las mujeres con pequeñas
alfombras (que usan también en la iglesia para
arrodillarse y sentarse, pues aquí no se usan los
bancos); todos tomaban asiento en donde mejor
les parecía. Cuando estaban todos reunidos se
empezaba el divertimiento : en una cajita ponía
yo 500 números; eu un cuaderno á parte estaban
todos los nombres de los 500 enfermos con su
número al lado : se extraía un número y se pu
blicaba á voz alta : el enfermo que tenía dicho
número, tenía derecho á uno de los muchos pre
mios que estaban expuestos á la vista del pú
blico.
Había pañuelos, medias, sombreros, peines,
alpargatas, pantalones nuevos y usados, cha
quetas, camisas etc. Había también todos los
días alguna manta de lana y varios paraguas que
eran los objetos preferidos. Cuando faltaban
objetos, se suplía con dinero, no menos de un
franco para cada premio. Cuando á uno le to
caba alguno de los objetos principales, era fes
tejado con una pieza de Gramófono, que siempre
traigo conmigo cuando voy á los lazaretos. En
una palabra, pasábamos alegremente dos horas
todos los días con sesenta y más premiados, así
es que en una semana salieron todos con algún
premio con inmenso regocijo de esta nuestra
Comunidad.
(i) E n una carta posterior (del i» d e agosto) el Padre
Rabagliati dice que habiendo llegado felizm ente á Bo
gotá. fué llam ado al palacio del Excm o. S r. Presidente,
quien le recibió teniendo en la m ano el decreto de tras
lación. E n aquellos dias habían ido á Cepita el Sr.
Obispo del Socorro y e l Gol>ernador d e aquel D eparta
m ento, p ara exprojjiar en nombre del G obierno las
sesenta ó setenta casas qu e hay en aquella aldea; por
eso en Diciembre ó Enero (que son en Colom bia los
más hermosos meses del verano) qu izá se pueda realizar
el traslado del Lazareto de Contratación. S erá este un
documento im perecedero del am or patrio y de la acti
vidad d el actual Presidente de la República.
L a tercera semana se consagró á la misión,
que produjo grandísimo fruto. Por la mañana
á los 7, y por la tarde á las 6, que eran las horas
de los sermones, la iglesia se llenaba, cual no se
había visto nunca en los años pasados. L a mis
ma concurrencia se notaba á las 12 para el ca
tecismo que se daba en tres secciones: niños,
niñas y adultos. El entusiasmo, fué creciendo
hasta el término de la misión, que Dios se dignó
bendecir de una manera especial. Los que más
Agua de Dios - Altar mayor, obra dcl R. P. Críppa.
necesitaban la palabra de Dios eran los nuevos
que hablan llegado en los últimos meses, pues
por su condición hacía ya años y anos que 110
entraban en la iglesia. De éstos creo que no
quedó ni uno sólo que no cumpliera con los de
beres de buen cristiano; uno de los primeros fué
un toscano que vino espontáneamente hace dos
meses, luego que sintió los primeros síntomas
del terrible maJ.
El trabajo más pesado fué para los tres con
fesores que tuvieron que confesar día y noche
para contentar á todos. Las Comuniones en los
8 días que duró la misión, pasaron de dos mil,
porque, como V. sabe, además de los leprosos
hay también un gran número de sanos, que acom-
-
pañan á los enfennos, y varios que vieneu del
camyjo y de los pueblos circunv'ecin,os.
I^a cuarta semana fué dedicada á las 40/¡Toras,
que salieron solemnísimas por la novedad. Pues
es la segunda vez que se hacen las 40 Horas en
este Lazareto. Casi todos los enfermos espontá
neanieiite se acercaro i otra vez á los santos
Sacramentos, preparados como estaban por la
misión precedente.
La quinta y última semana se empleó en ad
ministrar la santa Confirmación á todos los que
aún no habían sido confirmados : y el tiempo
restante se ocupó en los mismos pasatiempos
que la segunda, en rifas y entretenimientos
de Gramófono, que tanto recrea y alivia á estos
pobres enfermos; y no sólo á ellos, á mí me re
creaba muchísimo más, pues veía á estos mis
queridos amigos alegres y contentos.
líl último día de mi permanencia en Contra
tación, liase reservado álos niños, que celebran la
fiesta de vS. Luis, y varios han hecho.con inde
cible fervor Su primera Comunión. Mañana
saldré para Bogotá, adonde espero llegar dentro
de unos siete días, si los caminos están en buenas
condiciones y las muías hacen bien su parte.
1hs])énseme V. si esta relación tiene una forma
tan inconexa, hecha ta i de prisa, queriendo salir
mañana por motivos muy urgentes. Bendiga
á los 4 Salesianos que están en este lazareto, á
las 6 Hijas de María Auxiliadora que asisten á
los enfermos del hospital, y á todos estos que
ridísimos leprosos que son también hijos suyos.
Y una bendición especial, que desaría fuera
diaria, para este su
afmo. in Domino,
E V ASIO R A B A G L IA T I Sac.
Misionero Salesiano;
Oe llalla á China
D e l D iario d el v ia je de n u e stro s M isio n e ro s , ( i)
Domingo, 28 de Enero. — Estamos en el
Océano índico. Por la mañana la banda toca
una pieza con una dulzura que parece un órgano.
Aquellas sagradits melodías nos recuerdan que
es domingo y nuestra fantasía nos trasjx>rta á
nuestros devotos templos. Parécenos ver á
nuestros padres, á nuestros amigos... el templo
lo forma la gran bóveda del cielo y el altar la in
mensidad de las aguas. Dos pensamientos prin
cipalmente son los que se presentan á la mente
del navegante : la grandeza infinita de Dios
rellojada en el mar y la pequenez del hombre.
Y el Océano índico parece que con sus ru
( i) V. N* de Setiem bre 1906.
3 8
-
gidos quiere avisarnos que es el tercer mar
de la tierra (km. 74.040.000) y que nosotros
estamos en su poder. ¿Qaé somos nosotros, y
qué es nuestro barco que con tanta presunción
llamamos grande é imponente, en comparación
del inmenso mar que en muchos puntos tiene
más de seismil metros de profundidad ?
Limes, 29 de Enero. Solemnidad de nuestro
protector S. Francisco de Sales. Hasta ahora
nos ha ido protegiendo de una manera especial,
pues hemos podido celebrar todos los días. Pa
samos junto á Socotora, restos volcánicos... La
fuerza de las tempestades arroja la arena hasta
la cima de sus montes. El calor es sofocante y
produce un malestar general.
Martes, 30 de Enero. ¡Cielo y agua ! El día
terminó con una puesta de sol encantadora.
Una imponente masa de nubes salen del po
niente, y toman los colores más vistosos y bo
nitos. Temperatura media, 25 grados. El día es
pues, más fresco que los anteriores. ¡Dios quiera
que sean todos a s í !
Miércoles, 31 de Enero. Nuestro pensamiento
vuela á Valsálice, á la tumba de nuestro amado
Padre.... Renovamos nuestros propósitos de tener
alta su bandera, y parécenos ver á Don Bosco
bendiciéndonos y alegrándose con nosotros.
Jueves, I de
Pasa cerca de nosotros un
acorazado y más tarde dos, blancos como la
nieve.
A la puesta del sol se vé á lo lejos un faro :
ciertamente está sobre alguno de Iose.scollos de
las Luceadinas.
Viernes, 2 de Febrero. Cabo Camorín. Final
mente se presenta á nuestra vista una playa, ex
tensos bosques interrumpidos por manchas colo
radas, que fácilmente las habríamos tomado por
grandes 5' hermosos prados de zulla, á no saber
que ese es el color característico del terreno de
estos lugares. Mas allá de las verdes selvas apa
recen rocas altas 6 imponentes.
Colom bo.
Sábado, 3 de Febrero. Colombo : La leyenda
árabe compendia en dos palabras todas las be
llezas de Ceylán, pues dice que esta isla privile
giada la concedió la misericordia de Dios como
segundo paraíso á la humanidad prevaricadorfu
Y verdaderamente los encantos de la natu
raleza unidos á todo lo mejor que puede producir
la rica é inteligente industria inglesa hacen de
este el sitio más encantador del mundo. Tiene
la superficie de 63, 980 km. esto es, mayor que
todas nuestras islas mayores juntas. El monte
más alto es el Pedrotallagalla llamado también
Cerro de Adán (m. 2540}.
La puesta de sol que presenciamos ayer al
empezar el golfo de Manaar fué como im pre-
'r
—
39
s ^ o de lo que debíamos ver en la isla afortu
nada. Era uno de esos crepúsculos que nos ha
cen olvidar que estamos en un valle de lágrimas.
La luna empezaba á reflejar su blanquísima luz
por el oriente como para destruir el tinte rojizo
del poniente , mientras grupos inumerables de
estrellas nunca vistas se reflejaban en las aguas
tranquilas y apacibles del mar para recrear más
de cerca nuestra vista : la brisa perfumada que
soplaba del lejano Cerro de Adán completaba
nuestra dicha.
Hoy muy de mañana anclamos en el puerto
de Colombo !
Dos larguísimos diques, cierran á los inume
rables barcos que en él se han refugiado.
Á mano izquierda, cerca de la boca del puerto
están anclados dos acorazados blancos como
para recordar al que entra el poder soberano
del dueño de las Indias.
Acaba el Alice de echar el áncora y ya estamos
todos en ios puentes para poder contemplar
mejor el grandioso puerto. ¡Qué maravillados
nos quedamos todos al ver tan gran número de
banderas, todas de diferentes países y puestas
una junto á otra !
De pronto el puerto se anim a: empiezan á
entrar y á salir buques. Las negras legiones de
carboneros que han divisado nuestro barco se
acercan en informes barcazas y empiezan á
echar carbón á los lados abiertos de nuestro
vapor.
Detrás de estas hay un crecido número de
lanchillas (si así se pueden llamar) del todo sin
gulares. Parecen cajitas, y quizá no llegan á te
ner medio metro de largo : apenas caben allí
las piernas de un hombre, el cual está equili
brado por un tronco flotante, unido á la lancha
por dos largos travesaños.
Los indios las llaman yaiatmran y cuando
tienen velas, van rapidísimos. H ay además mu
chos chiquillos que están en pequeñas trabes.
Es sin duda alguna el barco primitivo, porque
no se puede imaginar otro más imperfecto ; ca
ñas partidas [X>r la mitad les sirven de remos.
emperatriz de las Indias, y á poca distancia se
encuentra un asqueroso tronco de Buda. Pa
lacios vistosísimos á la europea, grandes y ricas
tiendas.... al lado de miserables chozas donde
se encuentran amontonadas las mercancías.
Ricos señoies con trajes blancos y su cigarro en
la boca pasan al lado de hombres negros, sucios
y cubiertos de largos mantos. Junto á un lujoso
coche se mueve lentamente un carro tirado ]^or
pequeños pero forzudos bueyes ó cebúes: y lo que
más nos admiraba era el ver que gran número do
cairos eran puestos en movimiento no por bueyes
ni mulos sino por hombres medio desnudos.
Con lo s P P . O b latos.
Fuimos enseguida al palacio de S. E. Revma.
Mons. Arzobispo Conderc. Pero como estaba
entonces ausente, fuimos acogidos cordialmente
por las Misioneros Oblatos, los cuales nos convi
daron á comer con ellos.
El palacio arzobispal, la iglesia y la casa de
la comunidad, situados en una espaciosa Imerta
con altos y frondosos árboles con amenos jar
dines nos recuerdan la casa paterna.... Preséntanse á nuestra imaginación las simpáticas fi
guras de D. Bosco , de D. Rúa y de todos nues
tros amados superiores. Qué lazos más santos
son los que unen á los religiosos que forman
una sola familia de tantos y tan diferentes ca
racteres.
L a isla de Ceylán fué santificada con la pre
sencia de S. Francisco Javier, apóstol de las
Indias. Y todavía dura el fruto sacado con sus
sudores. Nos dijeron los PP. Oblatos que en
Ceylán se cuentan almenos 300,000 católicos de
los cuales 40,000 en la sola ciudad de Colombo.
Estos Misioneros tienen en sus escuelas más de
30.000 alumnos. Y hay que notar que estas es
cuelas están pensionadas por el gobierno inglés,
que se muestra siempre pronto á ayudar cual
quiera empresa buena.
Estas noticias nos consuelan mucho y nos ex
plican el porqué de tantos saludos que nos ha
cían los niños cuando pasábamos por las callas :
en los rostros de esos indiecitos se veia reflejada
U n a m ira d a gen eral á la Ciudad.
la pureza y candor de sus almas.
El Superior de todos estos Religiosos, según
Bajamos enseguida á un magníñco desem
barcadero con un techo de hierro no inferior á me dijeron, hace ya nada menos que 50 anos
que está en Colombo, y la primera vez que fué
los de nuestras mejores estaciones. Finalmente,
después de 17 días de viaje en el que recorrimos allá empleó seis meses en el viaje.
Después de haberles dado las gracia.s nos des
8000 km. próximamente sin paramos más que
pedimos y fuimos á visitar el Colegio de S. José
pocas horas en dos ó tres puertos, pisamos tierra
fin n e: casi no nos damos cuenta de ello : la ilu dirigido por Padres de la misma Congregación.
El Colegio es vistosísimo y su posición es encan
sión nos domina y todo nos parece que se mueve.
Con esta ilusión entramos en la ciudad. ¡Qué tadora. Está situado en una pequeña península,
y las aguas del lago bañan la parte inferior del
ciudad tan r a r a !
Por una parte se ve una grande estatua que inmenso prado que rodea el colegio, y por una
representa á la Reina Victoria cual majestuosa parte llegan hasta pocos pasos de la casa. Qué
— 40 —
panorama ofrece el lago todo rodeado de jardines
y torres de Europeos ! No sé puede expresar más
que diciendo que es un Paraíso terrenal!
Al entrar nosotros en el Colegio vimos grandes
grupos de niños que se estaban diviertiendo ju
gando al crisket y al foot-hall.
íQué locales más higiénicos y qué clases más
bien provistas de todo cuanto tienen en Europa
los mejores colegios!
E n la C ated ral.
Como el tiempo era muy escaso, el Superior
hizo venir seis coches para que pudiéramos ir
á ver la hermosa catedral.
Seis coches para seis personas : ni más ni me
nos que uno para cada uno. Pero no se crea que
eran coches de esos que arman mucho ruido, ni
pensarlo siquiera. Son coches como los que vimos
esta mañana, que antiguamente se usaban sólo
en el Japón, y se llaman jirinkshasta. Son muy
especiales : pues el cochero hace á la vez el oficio
de caballo.... E.s por eso que nosotros no íbamos
muy á gusto en esos coches tan singulares.
Durante nuestro curioso fpasco en jirinkshasta
pudimos ver bien lo que por la mañana no ha
bíamos visto más que confusamente.
En Colombo, vaya uno á pié, vaya en coche,
siempre lleva á su lado una numerosa compañía
que no le abandona nunca y que es cajmz hasta
de acompañarle á uno al mismo barco. Saben
Vds. quienes forman esa compañía? Los cuervos!
No os extrañe,pues estos dichosos pájaros son muy
estimados por los Indios, quienes creen que los
cuervos tienen el alma de alguno de sus parien
tes, y están ])ersuadidos que también ellos cuan
do mueran entrarán por no sé qué metempsicosis
en algún cuervo y así graznarán por muchos
años. iQué desgracia que no sepan eso los cuer
vos que hay en Europa ! Si lo llegan á saber, de
seguro que se van todos á la India, almenos para
rehacerse de lo poco que son apreciados poi esos
eurojieos !
Entretenidos ya por los hombres, ya por los
cuervos llegamos en pocos minutos á la catedral.
Es un edificio soberbio ; en lo más alto se ven
siete estatuas. El color blanco de la cal, da al
guna luz al interior de la iglesia que de por sí
resultaría algo pesado. Sin embargo tiene obras
de bastante mérito j>. e. los altares, las balaus
tradas y muy particularmente el pulpito.
Al salir de la catedral tuvimos que volver en
seguida á bordo. Aunque hace ya muchos siglos
que la civilización europea hace esfuerzos her
cúleos para cambiar á esta raza, sin embargo los
Indios conservan todavía algo de su naturaleza
primitiva. iMuestra de ello es el espectáculo que
esta tarde nos dieron algunos mozalbetes. Ma
ravillados quedamos todos los pasajeros al verlos
dejar sus lanchas y subir en un dos por tres á lo
más alto de los palos de nuestro buque mostrán
dose prontos á tirarse desde aquella altura al agua
y coger una moneda cualquiera : de pronto los
veíamos caer en el agua y pasados pocos segundos
ya estaban otra vez por los palos tan seguros
como lo están las lagartijas en las paredes....
Pero en breve se levó el áncora, y después de
media hora , de la ciudad de Colombo ya no se
distinguían más que los tres faros y una hilera
brillante de faroles en la playa.
D e nuevo en el m ar.
Domingo 4 de Febrero. Un aparente incendio sobre
elmar! Esta es la única novedad del día. Mi pobre
pluma no es capaz de describir lo mucho que
recrea nuestra vista la imponente puesta de sol
de esta tarde. Una parte del horizonte se pone de
color de fuego. El sol grande y brillante como
un rubí de Bohemia, se va ocultando entre las
aguas derramando á su alrededor rayos que se
reflejan en las nubes coloreándose éstas de mil
maneras. Solamente se ve en el firmamento una
línea blanca como de plata. Entre tanto empe
zaba á verse á lo lejos un piróscafo.
Lunes, 5 de Febrero. La ¡tora deseada. Y a casi
habitualmente no hacemos más que tender
nuestra vista sobre las aguas del Océano como
esperando que salga de sus abismos algo de ex
traordinario.
Por la tarde el mar se pone algo agitado, y el
aire muy húmedo; mala señal: Sin embargo no
perdemos la esperanza! Finalmente llega la
hora deseada. Todos los que estamos en el barco
corremos á lo más alto de los puentes. Esta tarde
no solamente un arco sino todo el horizonte par
ticipa de la hermosura de la puesta del sol....
Martes, 6 de Febrero. Stimatra. Un escollo ais
lado, todo cubierto de arboles es como el presagio
de la tierra que está cerca. Qué hermosa playa se
presenta á nuestros ojos ! No cesa nuestra vista
de contemplar con placer aquellas tierras todas
cubiertas de verdes plantas, aquellos encum
brados montes y aquellos valles donde pequeñas
casitas blancas parece que están gozando la
brisa embalsamadora de aquellos bosques y de
las aguas puras y cristalinas de sus fuentes !
El aire impregnado de oxígeno da vida á
nuestros pulmones. Un golfo bastante largo se
sucede al primero en cuya extremidad se levanta
una escarjjada roca, que nos recuerda la her
mosa Parténope: pero no se ve ninguna señal
de que haya por allí habitantes. Quizá la dis
tancia nos impida verlas. Es esta la punta sep
tentrional de Sumatra, paraíso de los holandeses,
la isla inmensa y verde : tiene casi doble exten
sión que Italia.
{Se continuará).
G RACIAS
ü
de (Haría Auxiliadora
o
Nós teaetDOS la persaaslóa de
los tiempos que atravesamos, ao
Cielo, y entre éstos, la poderosa
fue en todo tiempo el Aoxillo de
P o rten to singular.
Creo deber de conciencia hacer constar dos
hechos en que hemos experimentado hasta la
evidencia cómo nuestra Madre M. Auxiliadora
vela por los suyos. El primero aconteció el
Jueves santo de este año. Habíase descargado
sobre Quito una recia tempestad. Cruzábanse
los rayos, y horrendos truenos retumbaban por
los aires. D e repente un estampido como de
cañón nos dejó á todos aterrados. Un rayo
había caído en casa y precisamente en mi
mismo cuarto-dormitorio, jugueteando al re
dedor de la ventana abierta. Como era tiempo
de recreo, tres de nuestros niños pequeños se
encontraban en el diván de la ventana. Fueron
arrojados al suelo por el rayo, á uno de ellos
le voló el botín; al otro se le perforó el bo
tín de parte á parte, así como la media, pero
á la persona de los dos, ni del tercero nada
ocurrió, quedando salvos é ilesos sin ningún
otro daño, excepto los dos botines y el con
siguiente susto.
El segundo, ocurrió la tarde de 7 de Mayo
(1906). Estaba sumamente dañada sin que el
portero se hubiera apercibido, la puerta de
entrada de nuestro colegio; puerta muy pe
sada debido á sus proporciones. Por la noche
acabadas las oraciones, el portero como de
costumbre, fué á cerrar la puerta, pero quó
sucede? D e repente se le viene encima, cae
el portero al suelo, y encuéntrase aplastado
debajo de la puerta sin más tiempo que para
invocar á María Auxiliadora y lanzar un grito.
Tocando su ayudante, un hijo de María, la
campana del colegio, llamó gente de la casa
en auxilio. Sólo con el esfuerzo de muchos
púdose alzar la puerta, y así sacar al infeliz
que daba ayes, y conducirle al dormitorio para
los inmediatos remedios. A mí que estaba en
la cama enfermo, se me comunicó que tenía
la pierna y el pie destrozados. Y no era para
qae, en laa vidsitades doloroMS de
nos quedan m is coasuelos que loa del
protección de la Vlrsen Bendita, que
los Cristianos
n o rn. x.
menos, y no solo eso, sino humanamente ha
blando , con semejante peso había lo suhciente para quedarse apla.stado. ¡ ü h protección
de la SS. Virgen! no resultó sino golpe de
ninguna gravedad, tanto que pudo continuar
despué.s de un solo día de cura con sus ordi
narias ocupaciones.
Gracias muy efusivas sean dadas á nuestra
insigne Patrona María Auxilio de los Cristia
nos.
Q uito, 9 de m ayo 1906.
G
u id o
R
occa
,
P¿ro. Sales.
P o rten to sa curación.
Hace cinco meses que Beatriz, sobrina mía
de diez años de edad, se acostó buena y sana.
A las doce de esa misma noche, oye la ma
dre á su querida hija con un fuerte ronquido ;
va á verla y la encuentra sin movimiento y
sin palabra. En tan dolorosa situación le aplica
los remedios que le vienen á su alcance y pide
á la Divina Providencia le devuelva el habla.
Fué escuchado su clamor, la niña vuelve en
si y sigue bien. A los quince días le repite
el mismo mal con más violencia, repitiéndole
dos veces en el mismo día. Los parlres <le la
niña resolvieron llevarla á la población y po
nerla en manos de un médico, cuyos remedio.s
le hadan bien, pero nó eran suficientes. A los
quince días, vuelve el ataque y en esta oca
sión le repitió cuatro veces en el día. Esto lo
presenciamos yo y toda mi familia. Estaba tan
temerosa la enfermita, que cuando ya sentía
que le principiaba la convulsión por la mano
izquerda, nos llamaba para que la contuviéra
mos, porque llegaba al extremo de torcerse
toda. La niña enferma invocaéá María Auxi
liadora y le ofrece una vela, la que se le puso
inmediatamente. En el mismo instante ofrece la
enferma un brazo de plata á S. Antonio; una
amiga de ella ofreció una Misa á M. .SS. Au-
í
— 42
xiliadora, y yo en mi interior prometo ir á
comulí>;ar en honor de M. SS. Auxiliadora,
si amanecía bien la niña. ¡ Gradas, Madre mía,
cjue así nos lo concediste! La madre prometió á
M. SS. Auxiliadora 6 sucres para su culto
aquí en S. Francisco, y yo con nii familia
HCj^uimos rezando tres Novenas seguidas al
Niño de Fraga juntamente con la de M. Auxiliarlora. ¡ Oh p rodigio! hace ya cuatros me
ses (jue la niña ha tenido la dicha de ha
ber hecho una .Sta. Comunión en agradeci
miento por tan señalado favor. Por lo que
cumplimos con lodo lo ofrecido dando públicas
gracias i. M. Auxiliadora y al Niño de Praga.
M auabó (Ecuador), 20 At>rU 1906.
G u il l e r m in a M acjas .
¡Cuán buena es M aría!
Hallándose mi hija Rosa, de 15 años de edad,
muy débil á causa de la mucha sangre que
<iue perdía por la nariz, pues desde los 8 años
la venia perdiendo de dos á tres veces por día,
y habiéndome dicho varios facultativos que ya
tenia principios de anemia debido á la gran de
bilidad, creí ya perdida á mi Rosa y en mi aflic
ción recurrí con confianza á la Virgen Auxiliatlora. La ofrecí á Míiria y prometí hacer pu
blicar la gracia en el fíoletin Salesiano, dando
una ¡)C(iueña limosna según mis fuerzas, para una
misa, y luego siempre fiada en tan buena Madre,
presenté mi hija á un facultativo de la capital, el
cual después de detenido examen declaró haber
desaparecido el peligro de anemia y luego de
practicadas algunas operaciones, me devolvió la
hija sana. Sea por siempre bendita María A u
xiliadora, pues Ella es quien iluminó al facultativo
y me devolvió sana mi Rosa. Gracias , Madre
mía, por tan grande favor pues devolviéndome
la hija has devuelto la paz á este hogar y la ale
gría á mi corazón.
L a p u ta , (República Argentina) 29-6-1906.
Paulina C. de F i.orio .
S i viv o , viv o por María.
Debido á la inundación causada por el fuerte
temporal que se desató á principios de este mes,
estaban en peligro de perecer cuatro bestias ca
ballares mías. Intentando salvarlas, monté á
caballo y me arrojé al agua, pero fui arrastrado
por la corriente, y separado de mi cabalgadura.
Con gran trabajo me agarré al tronco de un
árbol, pero me cncotré entre dos viveras que
se habían salvado en el mismo tronco. En tan
apunula situación invoqué á María Auxiliadora,
ofreciéndole que si me salvaba á mi y á mis
bestias, duria un peso en plata para su culto,
apuntaría de Cooperadora d mi hija Ana María,
y publicaría la gracia en el Boleiin Salesiano. La
Virgen Satuisima atendió mi súplica, y yo cuinj>lo agradecido mi promesa.
Acoypu (N icaragua), O bre, de 1906.
E si' eban G ómez.
C alam ar (Colombia). — Es inefable la dul
císima sensación que experimento al querer ma
nifestar en estos renglones mis suavísimos afectos
de filial gratitud á la que es eficaz Auxilio de
los Cristianos.
Acometido de una erisipela gangrenosa que en
breves días me colocó al borde del sepulcro,
desahuciando de los facultativos que me asistían
y perdida toda esperanza de obtener la salud
con remedios humanos, acudimos mi esposa y yo
á María Auxiliadora, prometiéndola publicar la
gracia, recibir los sacramentos de la Penitencia y
Comunión y hacernos cooperadores salesíanos,
con tal que me devolviera la salud. Y ¡oh por
tento! María al punto escuchó nuestros ruegos:
desde aquel día comencé á mejorar á paso de
gigante, hasta el extremo de encontrarme hoy
completamente curado con gran estupefacción de
los que me vieron yá moribundo en mi lecho
de dolor.
Profundamente agradecido cumplo mi promesa
anlielando que se propague el culto y devoción
á la que tan obsequiosa se muestra con los hijos
de Adán.
C. G. J.
F a ca ta tivá (Colombia). — Profundamente
consternados nos hallábamos á causa de la
pulmonía y complicación de males de que era
víctima nuestra hija Isabel de año y medio de
edad, y nuestra angustia aumentó mucho más,
cuando los médicos después de haber agotado
todos los recursos de la medicina, la desahu
ciaron. Desesperanzados de todo recurso humano,
acudimos con todo fervor á María Auxiliadora,
quien no tardó en devolvernos la calma, pues
la niña comenzó á dar señales de vida, con
sorpresa de los mismos facultativos y demás
gente que ya nos consolaban en el duelo de la
niña.
Hoy llenos de gratitud hacia María Auxilia
dora, damos público testimonio de su visible
proleción.
José S. Montañez y C lem. Monroy de Mon.
Concepción (Cliile). — Ha sido singular la
gracia con que Nuestra Bondadosa Madre Ce
lestial se dignó favorecer á mi esposo, y con
él á toda nuestra familia, sanándolo de una
grave enfermedad que lo aquejaba.
Después de inútiles esfuerzos por devolver la
salud á mi esposo, tuve la penosa noticia deque
debía exponerse á una operación quirúrgica, para
ensayar una desesperada tentativa de salvación,
en cuya prueba corría su vida gravísimo peligro.
Alarmada recurrí á María Auxiliadora, para que
sanara á mi esposo de tan extremado apuro. Le
hice violencia con una segunda novena, y en
tonces desapareció el peligro, entrando el en
fermo en una vía de convalecimiento y de salud
que nos persuade á todos de la intervención
benigna de María, y reanima nuestra esperanza
en las plenísimas facultades con que Dios la ha
enriquecido para beneficiar á los pacientes de la
vida.
— 43 —
He cumplido mi promesa de confesar y c o
mulgar y de hacer una limosna para su altar,
pero el compromiso de gratitud que con ella
hemos contraído, solo podríamos satisfacerlo con
una vida llena de alabanzas y de virtudes.
R o s a R. d e F r a n e g a .
E sm eralda (Chile). — Hacia como tres años
que me encontraba bastante mal de una enfer
medad que hasta hoy los doctores no habían
conocido y siempre me habían curado por en
fermedad del pulmón.
En el mes de Abril de pte. año 1906, me
agravé tanto que resolví irme á Santiago, á cu
rarme. Padecía horriblemente, se me produjeron
dolores tan agudos de cintura, que no había
remedio que me los calmase; por fin después
de unos dos meses quiso María Auxiliadora oír
las súplicas que continuamente la dirigía. En el
mes de Mayo, hubo media junta, me hicieron
entonces un examen y reconocimiento. Tenia
un pólipo ó tumor del vientre y además un riñón
flotante, fuera de su centro. Un doctor opinaba
por la operación, á la que no hubiera resistido
dado el estado de la debilidad en que me en
contraba. Entonces mis súplicas fueron más fer
vientes. A l siguiente día se resolvieron no ha
cérmela, pues así podría vivir algún tiempo más.
Efectivamente, hoy me encuentro buena de las
dolencias que me aquejaban, y si no estoy del
todo buena, al menos no sufra esos dolores tan
agudos que me daban.
Gracias á María Auxiliadora hoy cumplo con
mi promesa dando una limosna.
M. J. B r a v o .
Estando mi hija de siete meses de edad ata
cada del cólera infantil, no dando ya esperanza
los dos médicos que la esistian, y cuando la lio
rábamos por muerta, invoqué á María A uxilia
dora, ofreciéndole un óbolo, y poco á poco fué
recobrando suavidad el estómago y hoy la niña
goza de perfecta salud.
P e d r o R o d r Ig u e z .
Después de largo tiempo de atroces padeci
mientos, desahuciada de todos los mejores mé
dicos de esta ciudad, encontrábame prostrada
en el hecho esperando la muerte, cuando llena
de confianza, me puse en manos de María
•Auxiliadora. Una amiga mía y yo nos unimos
para ofrecer misa, confesión y comunión ; ella
y mis deudos hicieron la Novena y á poco con
una sencilla indicación de un médico que como
por milagro fué llamado, fui recobrando la sa
lud, y hoy, día de mi santa Patrona, en el cual
ya creía morir el año pasado, elevo esta acción
de gracias á mi Divina Madre para ser publi
cada.
Concepción (Chiie).
R a n c a g u a (Chile). — Hace tiempo que mi
padre sufría una enfermedad tan grave, que la
ciencia médica á que recurrimos no pudo com
batirla.
Una reagravación súbita del mal, que anun
ciaba visiblemente la próxima muerte del pa
ciente, me indujo á recurrir á María Auxilia
dora para que le diera tiempo, siquiera de re
cibir los postreros sacramentos. A los pocos
minutos, el agonizante no sólo se reanimaba, sino
que entró en plena convalecencia, y hoy está en
vía de un completo restablecimiento. Este suce.so
nos ha llenadado de consuelo, pues es para to
dos una misericordia de Dios la manifestación
milagrosa de su poder.
CONCEPCIÓ.N A r RIAUADA,
Cooperadora.
G u a ya q u il (Ecuador). — Habiendo enfermado
mi madre y declarado los médicos que la asis
tían que era necesaria una operación, recurrí
á Nuestra Madre Auxiliadora y le ofrecí hacer
su novena y publicar el milagro si mi madre
sanaba sin necesidad de la operación que ofrecía
peligro. Comencé su novena, al tercer día se
inició la mejoría y no fué necesaria la temida
operación. H oy mi madre goza de salud merced
a la Divina protectora de quienes la invocan
con fe y confianza.
R. de S.
H om en aje de g ra titu d á M aría A u x ilia d o ra .
Hallándonos próximas á perecer en un nau
fragio, invocamos á María Auxiliadora y le ofre
cimos publicar la gracia en el Boletín Salcsiano
si nos oía.
Hoy le damos las gracias de nuevo y cum
plimos la promesa á nuestra buena Madre.
D os C o o p e r a d o r a s .
V a le n c ia (España). — Hallándome en un
grave apuro, acudí á María Auxiliadora, y para
más eficacia pedí las oraciones de los niños de
los Salesianos. He alcanzado cuanto deseaba.
Gracias, Madre mía!
A m p a ro D o m in g o .
Iquique (Ecuador).
- Enfermó gravemente
una hermana. Llenas de confianza acudimos á
María A ux. ofreciéndole publicar la gracia, si
obteníamos la curación. Hecha la promesa, co
menzó á mejorar y pronto curó completamente.
de las
L a D irectora
H ijas de M a r í a A u x i l i a d o r a
Tenia á mi único hijo, de años, gravemente
enfermo de fiebre y por añadidura con los ca
nales ocluidos de modo que lo deshauciaron los
médicos. Y o, madre desolada . ofrecí dar á mi
parroquia el precio de la mortaja, y publicar el
portento, si María Sma. me devolvía á mí hijo :
empecé una novena e! martes -lO de Marzo; el
sábado se hallaba en la agonía, y yo me retiré
á llo rar: mas pronto se aqu ietó, durmió doce
horas, cesó la oclusión y se repuso, con asombro
de los médicos y gran consuelo mío.
M a r í a Mé n d e z .
—
44
V igo (España). — Enfermó gravemente un
sobrinito mío, de 22 meses de edad, con sín
tomas tan extraños que el médico no reconocía
el mal. Luchó horriblemente y por mucho tiempo
con la muerte y- había momentos en que perdía
todo movimiento y quedaba paralítico. Yo le
pedí á María que si no lo quería curar, se lo
llevara sin dejarlo penar tanto. Un día, viendo
que no había ya esperanza, me fui á la iglesia
y durante la Misa le ¡)edí á María Aux. que lo
curara, y le ofrecí publicar la gracia en señal
de gratitud : le pedí que al volver á mi casa lo
encontrara sosegado y en todo ful escuchada.
Desde aquel instante comenzó la mejoría. Al
mismo le habían salido, desde la edad de dos
meses, varias excrecencias en el meñique y los
médicos decían que era necesario dejarlo crecer
para extraérselas, porque procedían del hueso.
Acudí con fe á María Aux. y cuál no fué mi
asombro uno de estos días al ver que cayén
dosele la piel, desaparecían también los tumo
res. Por todas estas gracias, publico mi gratitud
á María Auxiliadora.
D olores Pérez y G ranje.
Habiendo enfermado mi madre gravemente y
cuando todo hacía temer que fuera necesaria
una operación, acudí á María Auxiliadora comezando una novena y mandando decir una
m isa: al cuarto día de la novena se inició la
mejoría y declararon los médicos que era innece
saria la temida operación. Hoy está dei todo bien
y espero, con el auxilio de la Santísima Virgen,
que no vuelva a reproducirse la enfermedad.
G uayaqu il, Junio do 1906.
E. de S.
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Barranquilla (Colombia). — Isabel M. Salcedo,
por un favor especial.
Concepción (Chile). — Una hija de María, por la
conversión de un moribundo que se resistía á re
cibir los auxilios de la Religión. — Rosa Garretóu
de G., por haberla sanado de una hemorragia peligrosisima. — Una Cooperadora sales., por haberla
consolado, haciéndola recibir noticias de su her
mano, ausente hacia mucho. Luis Suvoedra, por una
gracia señalada. — C. G. P ., por la milagrosa cu
ración de una niña, atacada de meningitis y pade
ciendo frecuentes colapsos. — Una devota agradecida, por la salud de su hermano. — Una Coope
radora, por haberle destruido unos insectos que
devastaban su jardin. — Angela Vda. de Mendoza,
por la salud de un pajecito de su casa, enfermo
de gravedad. — Bernarda Escovar de S., por su
milagros;» curación.
Caá Cate (Argentina) — Y. J ., de Blanco, por
un gran favor.
Charmacillo (Chile). — Luisa E. Guiñones, por
haberla sanado de una enfermedad ;t las manos,
que todos creían incurable.
Diriaraba (Nicaragua). — Mariana Cruz de S.,
—
por haberla sacado ilesa de un accidente que pudo
ser mortal. — Esteban Gutiérrez, por una gracia.
Granada (Nicaragua). — C. ¿M. de Castillo, por
haberles dado la salud á ella y á su hija. — ¿0.
mitila Morales, Xior la salud de su hija Natalia.
Inigalpe (Nicaragua) — Genoveva Cruz, por una
gracia y envía 5 pesos.
Jinotepe (Nicaragua). — Ignacia Royas, por la
salud obtenida. — Angela P. vda. de Alegría, por
haber sanado de grave disentería á su nieta Car
men Román A . y envía 5 pesos. — Victoria Zii~
ñiga, por la curación de una amiga. — Alargarila
Urbina, por haberla consolado en varias aflicciones,
y entre ellas el haber salvado la vida á un hermano
suyo que recibió una grave herida. — Clemencia R.
de Cordero, por un favor recibido. — Rosalía Duarte,
por la salud elcaiizada, 3 pesos. — Dominga de
Sendigo, 5 pesos, por haberla sanado de incurable
enfermedad. — Gregorio Suárez, dor haber salvado
á su hijo en inminente peligro, 6 pesos. — María
A . íMa7iú, por la salud de su padre. — Alaria Gon
zález, por haber curado de molesta enfermedad.
— Gregaria Virgilia de Paz, por dos grandes fa
vores : el de haberla salvado cuando estaba á punto
de perecer con su hijo y esposo, y curado de en
fermedad crónica. — Francisca de S. Fernández,
por la salud de su hijo gravemente enfermo y lejos
de ella. — Teodoro Fernández, Mdarino Barrera,
Rita Aliranda, Santiago Urbina, Leandro Urbina,
Frutos Fernández, José María García C., Estébana
de Robledo, Josefa Pérez, Calixto Urbino, Evaristo
Urbino, AJanuel Urbina, Paula Amador y Luis
Bennüdez, por favores recibidos.
La Plata (Argentina). — T. O. Crola, por ha
berle ayudado en un apuro colegial.
Managua (Nicaragua). — Estanislaa de Marenco,
por haberle salvado de una fiebre maligna á su
tierna liijita Isabel que no estaba bautizada.
Penco (Chile). — Dionisio López de Camaño, por
haberle devuelto la salud. — Lorenza Venezuela
de S., por haberle obtenido la mejoría en una en
fermedad al hígado. — Angela Figneroa, por ha
berle hecho desaparecer á su hijito un abultado y
doloroso tumor en la cabeza. — Agustina Sxnhueza,
por haberla sanado de una enfermedad y librado
de grave peligro. — Una devota, por la milagrosa
curación de una joven de su familia.
Rancagua (Chile). — Eleodora Miranda, por un
favor alcanzado.
S. Carlos (Nicar.agua) Justo P . Padilla, por fa
vores recibidos.
S. Marcos (Nicaragua). — Mercedes de Toledo,
por varios favores, y entre ellos, la curación de su
lilja Francisca Susana, enferma del terrible crup.
— Josefina Smiaza, por la instantánea notable y
mejoría de su hija.
S. Tomás (Nicaragua). — Francisca Sevilla de
Fonseca, da gracias á María Auxiliadora, por una
gjacia recibida y envía 5 pesos en plata.
San Pedro de Lóvago (Nicaragua). — ¡osé An
tonio Garda, por una gracia epescial y envía 5
pesos plata.
—
45
Vinces (Ecuador). — Petra viuda de Noríega,
por uii varios beneficios recibidos manda celebrar
una novena en el Santuario de Tnriu y envía una limo«:na.— /Ví/r£7 N . Echeverría, da gracias por favores
recibidos, entre ellos, la completa curación de un liijo
suyo y envía una limosna. — Rosa Ester Pimentel
Marín, por varios milagros alcanzados, manda una
limosna. — Benjainina F . de Donoso, muy satisfe
cha hace público el gran favor recibido de María
Aux. devolviéndole la salud á su querido esposo,
después de haber agotado toda clase de medios.
— Rosario Noriega, por gracias concedidas de la
Virgen, hace celebrar una novena en su honor. —
Magdalena Coello v. de Aguayo, por haber conse
guido que la Virgen Santísima le devolviera la sa
lud á su hija Carmen, llena de gratitud manda ce
lebrar una misa en el Santuario de Turin y remite
una ofrenda. — Marcelina Lozano, da gracias por
varios favores recibidos.
Piden oraciones: Gregorio Suárez para obtener
un favor necesario, F . R. por la conversión de una
persona querida.
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesa
dos y comulgados, visiten devotamente una
iglesia ó capilla pública, ó si viven en comu
nidad, la propia capilla, y rueg’uen según la
intendón del Sumo Pontífice, pueden ganar la
siguientes indulgencias:
—
Además, pueblen lucrar muchísimas indul
gencias parciales, las cuales están todas enu
meradas en el Reglamento, en las páginas 26
y 27 y en el Bolctin Salesiauo del mes de
enero de 1905, al cual remitimos á nuestros
Cooperadores. Notamos, especialmente, el pri
vilegio de poder ganar, sin necesidad de con
fesarse, estando eso sí, en gracia de Dios,
todas la indulgencias de las estaciones de Roma,
de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago
de Compostela, todas las veces que recen
cinco Padrenuestros, Ave María y Gloria Patris, por la paz de la Cristiandad y un Pater,
Ave y Gloria según la intención del Sumo
Pontífice.
Siete años y siete cuarantenas todos los
viernes de Cuaresma.
^ e rca v \ x v a t\ ó tv
á h ie rv a
La junta permanente de peregrinaciones á Tierra
Santa, atendiendo á los deseos de S. S. Pío X, y
al buen éxito de las verificadas en años anteriores,
ha publicado una circular anunciando una nueva
Plenarias. Ea todo tiempo:
peregrinación para la segunda quincena de Abril
del año en curso.
1. * El día que dieren su nombre á la Unión
Ei itinerario de dicha peregrinación es el si
de Cooperadores;
guiente: Barcelona, El Pirco, Atenas, Estrecho de
2. * Una vez al mes, el día que cada cual quiera los Darclanelos y Mar de Mármara, Costantinopla,
El Bósforo y ^íar Negro, Archipiélago de las islas
escoger;
y Igualmente una vez al mes, el día que de Rodas, Palmos y Chipre, Caifa, Monte Carmelo,
Nazaret, Cana de Galilea, Monte Tabor, Tiberiades,
asistan á la Conferencia;
Lago da Genezaret, Magdalah, Capharnaum, Bet4-* Asimismo una vez al mes, el día que ha saida, Montaña de las Bienaventuranzas, Jafa, je
rusalén, Belén (visitando varios lugares), Port-.Said,
gan el ejercicio de la buena muerte ;
5®El día que por primera vez se consagren El Cairo, Alejandría, Ñapóles y Roma, Civitá
Vecchia, Barcelona.
al Sgdo. Corazón de Jesús;
Los precios de los billetes, incluidos lodos los
6.* Cada vez que por ocho días consecutivos gastos, serán en primera clase, 3.000 pe.setas y en
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
segunda, 1.500, debiendo abonar los peregrinos el
?.* En articulo de muerte, si confesados y co diez por ciento en el acto de la inscripción y el
mulgados, ó al menos contritos, pronun resto cuando ia junta determine.
Las solicitudes dei>erán dirigirse á D. José María
ciaren devotamente el Snio. Nombre de Jesús de Urquijo, ó á D. Luis de Garitagoitia, presidente
con la boca á ser posible, ó al menos con el y secretario respectivamente de la junta organiza
corazón.
dora.
Los que deseen conocer todas las condiciones de
En el mes de Marzo.
la inscripción de peregrinos, pueden dirigirse á la
junta organizadora en Bilbao, y en Zaragoza al
•* 24. Domingo de Ramos.
presbítero D. Manuel R. Hernando.
25. Anunciación de María Sma.
Los que deseen tomar parte deben inscribirse
y is. Pascua de Resurrección.
cuanto antes.
POR EL MUNDO SALESIANO
IT A L IA .
. FAENZA. — Inauguración de la Palestra.
E l 28 de de Octubre del pasado año, tuvo lugar
en el instituto salesiano un acontecimiento, digno
de mención. A la presencia de un numeroso público
se inauguró la Palestra y se bendijo solemnemente
la bandera de la sociedad gimnástica Fert, nacida
felizmente en el seno del Oratorio festivo. Delegado
por el limo. Sr. Obispo,bendijo el espléndido estan
darte Mons. Miguel Pega, Subsecretario general de
la S. Congregación del Concilio. Fueron padrinos el
Conté Zucedini, como presidente de la Asociación
Católica y la Sra. Doña Ursula Archi-Mussolini,
Presidenta de las Damas de María Aux. y benemé
rita ya de las Obras Salesianas. Antes de consignar
la bandera á la sociedad, el Conde pronunció una
breve alocución, explicando el significado de la
bandera y exhortando á los jóvenes á mantenerla
siempre aJta «en el soU como dijo, para hacer brillar
á la faz del mundo la cruz que en ella se ostenta :
en ia bandera deben encontrar el valor suficiente
no sólo para los ejercicios gímnicos, sino también
y principalmente, para arrostrar las dificultades de
la vida moral y material, y corresponder así á las
esperanzas de la Religión y de la Patria.
Consignado el pendón entre aclamaciones entusia.stas, levó un enérgico discurso sobre el espori
cristiano el Prefecto-ecónomo del Instituto. En
seguida los jóvenes, bajo la dirección de los Maestros
Bíusini y Cattani, ejecutaron diversos ejercicios
gimnásticos. Como intermedio de la Academia, se
distribuyeron premios á los que más se habian dis
tinguido en el ejercicio de prueba del día anterior.
El local de la Palestra es con razón admirado por
los entendidos, por sus justas proporciones, la con
veniente distribución de colorido y la proporcionada
iluminación eléctrica. Es obra gratuita del conocido
artista D. Luis Dapporto.
Dos telegramas, al Papa y al Rey, obtu\*ieron
las siguientes respuestas t
^
« Presidente Sociedad Gimnástica — Oratorio
Salesiano — l'acnza — Santo Padre bendice Aso
ciación y agradece homenajes presentados día inattguración local y Bandera. — Card. M E R K Y D E L VAL.
El Rey contestaba de Pisa, donde se hallaba de
vuelta de las grandes maniobras.
« Presidente Sociedad Gimnástica Recreatorio
Salesiano — Faenza. — Su Majestad agradece vi
vamente eficaz homenaje rendido por esa Sociedad,
con los expresados y bien apreciados sentimientos y
saludos. *
MONDONIO {Monferrato). — E l 29 de Octubre
p. p .,en el cementerio de Mondonio se procedió al
reconocimiento de los restos mortales de Domiago
Savio. Intervinieron el Rvmo. Sr. Vicario General
de Asti, el de la Cancillería Episcopal, el Párroco de
la Catedral, el alcalde y párroco del pueblo, d
Oficial de Sanidad y el Sac. Salesiano D. Esteban
Ti'ione, que representaba, al P. Rúa. El cadáver se
había sepultado el 10 de Marzo de 1847, y así, para
conmemorar el 50“ aniversario se le colocará en
más honrosa sepultura. Con el fin de que nada per
judique la causa del piadoso alumno del Oratorio de
Valdocco, si se debiera entablar, se había procurado
que todo procediera con la mayor reserva; ¿pero
quién puede contener una turba del pueblo en donde
moran entre bendiciones los despojos del angélico
joven ?
D. Bosco mismo escribió su vida, que á juicio
del Emmo. Card. Parocchi, vale un volumen, y en
la cual se refleja límpida y fiel la fisonomía de Don
Bosco, hecho tanto más admirable, cuanto expresa
al vivo la imagen suave, el alma bella de un ino
cente. ■
ESPAÑA.
VIGO (Parroquia del Sagrado Corazón). Resu
completa.
Tomamos del Boletín Oficial delObispado de Tuy:
Todos los años se esfuerza esta novel y humilde
parroquia, ú que las fiestas que dedica á su Deífico
Titular, revistan el mayor esplendor posible y en
este año la realidad superó en mucho nuestras mejor
concebidas esperanzas.
Todas las noches á contar desde el 1° de mes, ai
toque de oraciones, gran número de fieles nos reu
níamos en torno á Jesús que teníamos expuesta
La Novena que empezó el día 25, sirvió no poco
para encender más y más los ánimos de los adora
dores, en el amor de Jesús y á que aumentara cada
día más la concurrencia. Dábale grande realce la
afinación, con que la música dirigida por el Sr. So
telo, sabía cantar preciosos motetes y estrofas de
ocasión; el ornato dcl altar con variados regueros
de luz.
El encargado de dirigimos la divina palabra du
rante el Triduo que precedió á la fiesta, fue el cas
tizo y elocuente orador sagrado Maestro de Capilla
de Orense D. julián Ortiz, á quien escuchábamos
con la mayor fruición y piedad tanto por la im
portancia de los argumentos tan acertados que
supo escoger, como p>or la forma tan llana á la par
que sublime con que los supo presentar á nuestra
tosca inteligencia.
Había ya llegado para nosotros el tan ansiado
primero de Julio, día fijado para nuestra gran
— 47 —
festividad. Durante la tarde y noche precedente,
muchos fieles se habían lavado en las santas aguas
de la Penitencia, y esto nos hacía esperar que la
Sagrada Mesa se vería concurrida. Al despuntar el
alba un repique general de campanas anunciaba
algo de extraordinario. Llegada la hora de las cinco
y media, se daba comienzo á la primera Misa para
las personas ocupadas de las que un gran número
recibieron el Divino Pan, para estar prontas á sus
quehaceres; á la vez que otras se purificaban con
la Santa Confesión.
á mí.» L a Misa solemne de las diez, íué una verda
dera demostración de afecto á Jesús por la inusi
tada concurrencia de feligreses, que apiñados lle
naban el Santo Recinto. Ofició de celebrante el
M. I. Sr. ex-párroco de Guanajay (Cuba) D. Angel
Pita, muy querido en esta localidad, quien antes de
empezar el Santo Sacrificio, estrenó, poniendo
de manifiesto á S. D. M., una artística y grande cus
todia, regalo de un piadoso feligrés. Ocupó la Sa
grada Cátedra, el referido orador D. Julián Ortiz,
quien pareció excederse á sí mismo.
Guayaquil - Alumnos internos del Colegio Saicsíano.
A los acordes del armónium empeñó la Misa de
Comunión general, á las siete, que celebró el Sr.
IHrector del Colegio Salesiano de S. Matías, du■ ^te la cual los alumnos internos del mismo, can
taron precisos motetes. Antes de distribuir el Pan
Sacramentado,el Celebrante dirigió á los numerosos
fieles una sentida plática preparatoria que fué es
cuchada con silencio sepulcral. Entre los comensales
del Divino ágape, se hallaba un buen número de
oiños y niñas que por vez s e g a d a se acercaban á
:ia augusto Sacramento (pues la primera la hi
ñeron el segundo día del Triduo, festividad de
San Pedro), quienes en unión de otro gran número
de compañeros suyos que voluntariamente se les
fiabían juntado para este acto, formarían, sin duda,
®ás que nadie, las delicias del buen Jesús, que á
Continuo d e cía : * Dejad que los niños se acerquen
Mas lo que forma la nota culminante de esta
fiesta, lo que dejará imperecedera memoria, lo que
será siempre un gratísimo recuerdo, digno de escri
birse en latras de oro, íué la brillantísima procesión
de la tarde. Un repiqueteo general de campanas, el
disparo de profusión de voladores y bombas, el
hormiguero de gente que de todas partes afluían
al Templo, eran indicio de que se acercaban las
seis, hora designada para la función. Dióse prin
cipio á ésta poniendo de manifiesto á S. D. M. que
era velado por celadoras del Apostolado y después
délos cantos y ceremonias de costumbre, un nutrido
coro de voces entonó el « Altísimo Señor » que íué
continuado por los fieles alternando con la Esta
ción. Terminado el Santo Rosario y la Novena en
la forma solemne de los dias anteriores, se organizó
la procesión.
Presidían dicho acto el alcalde Sr. Senra y los
concejales Sres. Otero, Ferrer, Gómez, Rodríguez
y el Teniente ayudante del Regimiento de Murcia,
colocados inmediatamente después de los ministros
sagrados. Cerraba la processión la Banda militar
del indicado Regimiento que amenizaba esta fun
ción con escogidas marchas. Oportunamente va
rias señoritas del Barrio habían preparado un pri
moroso altar frente la casa del Sr. Alonso, término
de esta parroquia, donde paró un poco la procesión
y la Escolanía del Colegio Salesiano, cantó preciosos
motetes, terminados los cuales, el señor Preste to
mando la Sagrada Custodia, imparte la Santa Ben
dición al mar en medio del silencio y general reco
gimiento de los fieles que cayeron todos de rodillas
y de una atronadora salva de bombas y morteretes;
cuyo acto emocionó sobremanera á los circunstan
tes y fué repetido antes de entrar, desde las
puertas de la Iglesia. Replegada la procesión en el
Santo Recinto, en medio del mayor orden y de
voción, después de colocada la Santa Custodia
sobre un precioso templete, el Sr. Párroco con voz
clara y penetrante leyó desde el púli>ito el acto de
consagración de la parroquia al Deífico Corazón
de Jesús, cuyas palabras repetían con viva fe y
entusiasmo la inmensa masa de fieles de que estaba
repleta la Iglesia. Inmediatamente los cantores
entonaron el Taníunl I£rgo y pocos momentos des
pués, los allí reunidos, postrados de hinojos, reci
bíamos la Bendición con S. D. M. Hecha la re
serva el Sr. Director del Apostolado impuso el Es
capulario, la medalla y entregó el Diploma á las
nuevas celadoras, mientras resonaba en las sagra
das bóvedas el arrebatador himno « Corazón Santón,
con lo cual se dió por terminada la función, reti
rándose la gente altamente impresionada y satis
fecha del espectáculo encantador que acababan de
presenciar y que tan gratísimo recuerdo deja en
nuestros corazones.
Inauguración de una nueva Capilla en la Casa Sa>
lesiana de Vigo.
Y a desde el año pasado venía sintiéndose la ne
cesidad en este Colegio de una Capilla más capaz
que la que existía, por la concurrencia de niños al
Oratorio festivo, y á Dios gracias, hemos podido
inaugurar una más amplia en el piso bajo del nuevo
brazo de edificio que se ha construido este año.
La inauguración se hizo el día 28, onomástico de
nuestro Sr. Director. En la víspera fué bendecido
el local y trasladado en procesión el Smo. Sacra
mento de la Capilla antigua á la nueva. El día de
la fiesta se celebró la primera misa á las ocho, en la
que comulgaron numerosos niños del Colegio.
Por la tarde, después de la bendición con S. D.M..
se hizo una hermosa velada en honor de nuestro
Sr. Director.
Así terminó la fiesta de ese día, que ha dejado
muy grato recuerdo en nuestros corazones. Quiera
el Señor que pronto la veamos llena completamente
los días festivos de niños que acudan á nosotros
á pasar los días de fiesta lejos de todo peügro para
sus almas.
A M E R IC A
MOSQUERA (Colombia). — Una nueva capilla
terna.
íq.
De una carta del R. P. César á nuestro vene
rado Superior General, tomamos los siguientes
datos :
Dada la estrechez de la existente y la necesidad
de ampliar el local, urgía una nueva demora al
Huésped de nuestros altares. Los mismos novicios
teniendo al frente un aspirante albañil, han con
vertido un antiguo granero, oscuro y mezquino,
en artística capilla. El altar es muy hermoso y de
voto y la decoración de las paredes y el cielo, nada
dejan que desear.
El domingo, 2 de Setiembre, fué el escogido para
inaugurarla. Hallábanse presentes nuestro vene
rado Inspector, el P. Aime, el Sr. Dr. Sierra, \1cario Foráneo de la vecina villa de Funza y el nú
cleo de los Cooperadores de la población, que nos
han ayudado cuanto han podido. A las 3 de la
tarde bajamos procesionalmente de la antigua capi
lla á la nueva, cantando las Letanías de los Santos;
el Sr. Inspector la bendijo y bendijo también las
tres bellísimas estatuas que dos eximios coopera
dores españoles regalaron á nuestro buen P. Arato.
En seguida, volvimos á la capilla y condujimos so
lemnemente bajo rico baldaquín el Smo. Sacra
mento á tomar posesión de su nueva morada.
Colocado ya en su trono, cantóse el Te Deum, el
Tantum ergo y se impartió la Bendición con S. D. .M..
Acto seguido, el Sr. Inspector dirigió la palabra á los
presentes, agradeciéndoles su apoyo, sus servicios,
su cooperación, y ellos la escucharon con verda
dera satisfacción, animándose más á seguir ayu
dándonos y proseguir adelante en la caridad y vida
cristiana, propia de los Cooperadores saJesianos.
A la mañana siguiente, se cantó una misa, con
grande concurrencia, según la intención de los
bienhechores de la obra. Ahora somos felices, te
nemos á jesús real y literalmente en medio de nos
otros, puesto que podemos verlo desde las clases,
refectorio y habitaciones. Ruegue, padre, para que
podamos hacerle digna compañía.
BARRANQUILLA (Colombia). — Visita inspecíorial. — Clausura del año escolar.
«Tanto los salesianos como los cooperadores he
mos disfrutado de la satisfación de tener por algunos
días entre nosotros al Inspector de las casas salesianas de la República.
El R. P. Antonio Aime, dejando sus quehaceres
de Bogotá, bajó á nuestras costas á traemos con su
visita alegrías y consuelos, á alentar el ánimo de
sus hijos para que sigan trabajando esforzados en
la abundante mies que el Señor aquí les ha propor
cionado, y á dejar en el alma de todos los que he
mos frecuentado su trato, impresiones agradabi
lísimas, de esas que en la vida pocas veces se expe
rimentan y que sólo suelen encontrarse en el seno
de la amistad desinteresada, cuyos fundamentos
están puestos en el amor divino. Con ocasión de
esta visita, hemos podido conocer los frutos de los
—
esfuerzos y de las fatigas de los salesianos en esta
Capital. A los pocos días de la llegada del Inspector,
tu^■ ieron lugar los exámenes públicos de los estu
diantes externos del Instituto Salesiano. Asistieron
á ellos entre otras distinguidas personas, el D i
rector de Instrucción Pública y el Sr. Alcalde, quie
nes en vista del adelanto de los niños, tuvieron pa
labras de felicitación y aliento para el Director y
los maestros. Satisfechos debieron quedar no sólo
los niños que tan bien supieron manifestar al pú
blico su correspondencia á los des\’elos de sus su
periores, sino también y principalmente, sus padres
al ver en el aprovechamiento de sus hijos, la corona
de sus esfuerzos y la vela poderosa que, henchida
por los vientos de la aplicación y de la constancia
llevará la barca de sus tiernas vidas á la conquista
de un porvenir lleno de venturas.
La premiación de los niños que por su puntua
lidad, aplicación, aprovechamiento ó buena con
ducta merecieron que se les entregara pública
mente un diploma ó una medalla ó algún otro
premio, tuvo lugar en la noche del 28 de octubre
antes de dar principio á la función dramática-mu
sical con que los salesianos y alumnos festejaron
á su amado Inspector. Esta terminó cerca de las
II de la noche, hora en que la concurrencia, que
fué numerosísima se retiró, llevando un alto con
cepto de la Obra Salesiana, que sabe armonizar tan
perfectamente la oración con el trabajo y la ense
ñanza de la %'irtud con el regocijo y la alegría.
El R. P. Aime antes de alejarse de Barranquilla
nos hizo á los cooperadores una conferencia Uena,
como todo lo que dicen sus labios, de amor, de bon
dad y de pensamientos hermosos y halagadores
acerca de la educación de la ju\’entud y de la re
compensa de los que de cualquier modo ayudan á
levantarla; bendijo la parte del edificio que el R.
P. Briata ha edificado y que con lo que aun falta
por hacer, formará el grandioso plantel en donde
vendrán á aprender la ciencia, la virtud y el tra
bajo los hijos del Pueblo, y luego volvió al interior
de Colombia lleno de esperanzas en el porvenir
de esta casa, dejando en todos los corazones la paz
y el contento como opimos frutos de su permanencia
entre nosotros y cuyo recuerdo será siempre gra
tísimo para todos los cooperadores de esta ciudad
que por su adelanto y jirogreso ha merecido que se
la llame « L a Sultana del Magdalena ».
T. C.
QUITO (Ecuador). — Premios — De la relación
que hace el D. Bosco, tomamos algunas lineas y
compendiamos lo restante.
«¡Qué hermoso espectáculo presentaba el 5 de
.Agosto el colegio de la Tola! Bajo un mismo techo
se hallaban congregados los Ministros del Altar,
los Cooperadores y Cooperadoras, los padres de fa
milia y sus hijos, los Salesianos y sus alum nos;
todos penetrados de los mismos sentimientos y con
el mismo fin. — Los Ministros del Señor para ver
los admirables efectos que produce la educación re
ligiosa en el corazón del niño ; los beneméritos Coo
peradores para recoger los frutos de su constante
caridad y cristiana cooperación ; los piadres y ma
dres de familia para cerciorarse del adelanto de sus
49
—
hijos y cosechar el producto de tantas fatigas y pri
vaciones ; los superiores del plantel y el respetable
cuerpe de profesores en unión de los maestros de
los talleres, para presentar, no por ostentación, los
nunca engañadores resultados de sus sacrificios,
prolijidad y perenne entusiasmo en la enseñanza:
los alumnos para mostrar y patentizar á las claras
que han sabido, como abejitas, labrar delicioso
panal en los pechos, chupando de las flores de ¡a
educación religiosa la miel de la virtud y del tra
bajo, y la cera de la docilidad y buenas costumbres:
con esta cera cambiada en blanquísimos cirios,
alumbrarán, sin extinguirse, el hogar paterno \’
muy en breve á toda la sociedad.
«Se dió comienzo con el Himno Nacional, can
tado p>or los alumnos quienes, con sus argentinas
voces y el entusiasmo febril con que lo modulaban,
tocaron en las fibras del corazón ecuatoriano, al re
cordar que la libertad legada por nuestros ilustres
próccres de la Independencia, ca.si va no la cono
cemos. Estrepitosos aplausos resonaron cu el salón
al terminarse el Himno patrio.
«El Superior del Colegio, el M. R. P. Guido Rocca,
antes de proceder á nombrar la lista de los alumnos
premiados, en breves y sucintas íra.ses, presentó el
trabajo, adelanto y mejoras obrados en el curso
del año escolar, en lo que respecta á los talleres v
á los estudios ; y alentó á los cooperadores á conti
nuar siendo generosos y caritativos. Presentó ya
aptos á entrar en el mundo, á cuatro jóvenes del i v
Curso Técnico Comercial. La banda amenizó el
acto. Se puso en escena el Tomás ^loro.
Al final, se levantó el Rev.mo Sr. Alvarez Ar
teta, y pronunció, como él sabe hacerlo, el elogio
de la Obra Salesiana ».
GUAYAQUIL (Ecuador). — Con el título «Una
fiesta simpática, publica «El Ecuatorianos una
relación, de que tontamos las siguientes líneas :
Bien podríamos llamar un triunfo de María, la
fiesta que celebraron antes de ayer los hijos de Don
Bosco con sus alumnos ó innumerables devotos
de la Virgen Auxiliadora. La iglesia de la Merced,
las calles más frecuentadas de la ciudad, fueron
teatro de este triunfo.
La estatua que bendij<j el Kmo. Sr. Vicario, es
una joya del arte cristiano, que habla al alma, al
corazón y á la conciencia, á la par (juc enaltece la
potencia ])1ástica del cincel.
L a Misa, composición del incomparable Perosi,
ejecutada por los niños del Asilo «Santistevan» con
el auxilio de algunos maestros de arco, brindó al
público una audición de las más clásicas y gustosas:
ejecución netamente litúrgica, según el decreto de
Pío X , severamente artística ; una de esas produc
ciones del genio católico, que elevan el alma á las
esferas de lo bello y santo, la convierten y purifican
sin esfuerzo, deleitándola.
E l sermón fué un hinmo á la verdad, al arte y á la
libertad cristiana
Seis cuadras midió la procesión de la tarde, no
obstante que constaba de filas irregularmcnle
espesas y que coincidía con la patriótica fiesta, que á
corto trecho celebraban nuestros bravos bomberos.
50
María Auxiliadora paseó la capital del Guayas
entre cantos y flores, tomando posesión de esta perla
del Pacífico, que ya le pertenece. Más que una pro
cesión, íué aquello una explosión espontánea de la
íe de nuestro pueblo, de todas las edades, sexos y
condiciones. Una nota simpática la dieron los 6o
niños que llevaban el carro de la Virgen.
¡Alegres y virtuosos chicos! no querían desapro
vechar la ocasión de llevar la imagen de aquella
que á todos lleva en su corazón de madre.
En Santo Domingo, después de una fervorosa
plática del R.mo Sr. Vicario, el compacto pueblo
que llenaba el templo, se agolpó en la plazuela y
rompió en «Vivas* á la Virgen, á Jesucristo, al Papa.
BUENOS-AIRES — Los Salesianos en el Santua
rio de Luján. — (Tomado de la Perla del Plata
del 28 de Octubre del 1906):
Alentados y contentos porque visitaban á su ca
riñosa Madre y despreciando las molestias que cau
sarles pudiera el estado inseguro de la atmósfera,
llegaron á este bendito Santuario el p.pdo. jueves,
dos mil niños que en los diversos Colegios estable
cidos por los RR. PP. Salesianos reciben una es
merada educación cristiana y se preparan para ser
miembros útiles á la sociedad. Los dirigían sus
profesores y presidíales el Rvdo. P. Vespigniani,
Superior en esta República, quienes en alas de la
íe y de la caridad traen á Luján todos estos corazo
nes juveniles para consagrarlos á la Virgen Pu
rísima y afirmarlos más y más en el amor y vene
ración á tan dulce Madre.
Los Salesianos caminan de triunfo en triunfo y
esta peregrinación de sus colegios al Trono augusto
de María de Luján, alcanza colosales proporciones
porque representa la protesta enérgica de la niñez
l>iadosa, feliz, dichosa, suavemente dirigida, contra
las tenebrosas maquinaciones del error que á todo
trance (luiere inculcar en ella tendencias funestas
y encaminarlas por extraviados senderos.
Todos los proyecto» de la revolución, todos sus
planes siniestros se estrellan contra este admi
rable ])lan que reina en las instituciones católicas,
i Ilusos del error! hubiera querido penetrar hasta
lo último de vuestro sér, para conocer vuestras
impresiones al presenciar el inenarrable espectáculo
que ofrecían dos mil niños reverentemente pos
trados en las naves de este grandioso Santuario de
Luján, con sus frentes inclinadas ante el Dios in
finitamente bueno, cruzadas sus manos delicadas
en humilde actitud , silenciosos, modestos, demos
trando con una dignidad sublime su fervor reli
gioso. Quisiera que en esta época de grandes ce
guedades, de pasiones y de trastornos, los satélites
del error, Imbieran contemplado este cuadro aca
bado, del que no alcanzo á presentar un ligerísimo
bosquejo. Del exceso del mal nace un bien mayor
y entre los bienes que la Providencia nos depara,
ocupatt honroso lugar estos niños salesianos, áquie»\cs podemos llamar sin reserva colosos de la fé,
porque en sus tiernas almas vive ésta firme é in
quebrantable.
Vedlos recibir la Hostia purísima y en sus ros
tros aún velados por las sombras de la inocencia,
—
encontraréis reflejos de las intensas emociones que
experimentan y en su continente respetuoso, elo
cuente prueba de la gratitud que sienten ai r^ibir
en sus corazones el cuerpo sacratísimode Jesucristo.
Niños, comprenden la magnitud del beneficio que
Dios les dispensa y lo agradecen conmovidos y su
misos. ¡Ah! la Santísima Virgen de Luján los mira
complacida con infinita ternura y recibe estos
homenajes con los brazos extendidos, para elevarlos
con fervientes ruegos hasta el Trono de su divino
Hijo Jesús.
Siete son los colegios salesianos que han atrave
sado las calles de Luján, llevando al frente la ma
jestuosa bandera Papal custodiada por otras dos
hermosísimas banderas argentinas. Tres bandas de
música, pertenecientes al Colegio Pío IX , León XIII
ó Huerfanitos de Don Bosco y Sagrada FamiOa
(Bcmal) formadas por alumnos, figuraban en la
soberbia procesión que marchaba guardando un
orden admirable , tanto á la llegada como al re
greso.
Termina la santa misa, los oratorios suben al
bendito Camarín, donde cada niño formula una
promesa, hace un voto, dirige una súplica, eleva
un ruego á la celestial María. Después de ser ver
daderos adoradores de Dios, veneran á su Madre
Santísima. ¡ Qué bellísimo acto de piedad ! Gran
des virtudes se necesitan para remediar los males
sociales más violentos cada día, y he ahí la labor de
los salesianos que no permanecen inactivos ante
el peligro, si que por el contrario por un generoso
esfuerzo tienden á reconquistar el espíritu cristiano,
para de este modo, salvar á todos.
A las 11 todo es belleza, todo es vida en los gran
des y amplios salones d e l« Descanso de Peregrinos»
donde dos mil niños toman la delicada merienda,
en alegre bullicio, sin que se oigan notas discor
dantes, ni desórdenes, imposibles en esa pléyade
de jóvenes para quienes la obediencia es una lev
que cumplen sin violencias, sin el menor desagrado.
Cierto es que la obediencia ha ido penetrando en
sus corazones al calor del afecto y en esa forma
ofrecida, acéptase como deber ineludible, sin mo
lestias, sin recelos.
Entre doce y una, el gran patio del « Descanso
de Peregrinos * ofrece un aspecto encantador. Las
bandas de música ejecutan trozos de los más inspi
rados maestros y los niños se entretienen en di
versos juegos y corren, ríen y saltan, demostrando
esa satisfacción íntima de quien se siente feliz. El
sol aparece breves momentos como para disipar
los temores de lluvia y vuelve á ocultarse para no
ofender con sus poderosos rayos á esa piadosa ju
ventud, esperanza de la patria y plantel de grandes
virtudes.
Oyese un toque de com eta y los oratorios ocupan
los puestos designados, mientras el señor Moreau.
acreditado fotógrafo, toma posiciones para obtener
un excelente cliché, que recuerde á los niños los
encantos de este día. Y el señor Moreau obtuvo
dos preciosas vistas de conjunto, venciendo todas
las dificultades que se le presentaban.
No cabe figurarse las pruebas de filial cariño que
brindábanlos niños á su R. P. Superior cuando apa-
—
redó en el gran patio. Todos á porfía se apresura
ban á besar la mano del dignísimo P. Vespignani,
que para cada uno tenía una frase de cariño, de
bondad, de afecto.
Una hora ha transcurrido y como se acerca el
momento de la partida fijada para las tres, los ora
torios se dirigen al Santuario y ocupan las amplias
naves, el crucero, entonando cánticos á la Virgen :
4 Ave, Ave, Ave María » repiten dos mil voces y
sus ecos resuenan en el augusto templo como har
monías bellísimas que enternecen al corazón de
nuestra Madre de Luján.
5 1
—
tecillas que inclina el vendabal y las destroza si el
jardinero encargado de cuidarlas no las presta su
ficiente apoyo para que crezcan lozanas y esbeltas.
Cuando termina el P. Boneti, el R. P. Vespignani,
da lectura del telegrama que le ha dirigido el Excmo
Sr. Arzobispo, contestando al que elevaron al vir
tuoso Metropolitano á su llegada á Luján y que
está concebido en los siguientes términos :
« Celebro la peregrinación de los dos mil niños de
D. Bosco y los bendigo afectuosamente. — ^ Ma
riano Antonio, Arzobispo de Bs. As. »
Trozos selectos de música religiosa y que ofre-
úuayaquii • Procesión de María Auxiliadora.
Son las dos y al repique de las campanas co
mienza el Rosario que todos rezan de rodillas. Dos
mil niños, en cuyos semblantes se refleja la satis
facción más \nva, oran con ardiente fe. Es la ple
garia por excelencia, la de la niñez piadosa ro
deada por el perfume de la inocencia. Y María la
recibe con sonrisas celestiales y la bendice con
ternura maternal.
Ocupa la sagrada cátedra el R. P. Valentín Boueti, director del Colegio Pío I X ó Artes y Oficios
y empieza su conmovedora plática diciendo á los
QÍño« : ; los ángeles se alegran y también se alegran
los hombres al contemplar este espectáculo bellí
simo. > En el curso de su sentida oración exhortó á
los jóvenes salesianos se cobijaran bajo el manto
purísimo de María para p>erseverar en la virtud á
fin de t.T verse expuestos á ser tronchados por el
huracán de las pasiones, como sucede con esas plan-
cían grandes dificultades, cantó un coro formado
por crecido número de alumnos acompañados del
órgano del Camarín, mientras se revestía el R, P.
Superior para impartir la bendición con el Santisimo Sacramento, solemnísimo acto, lleno de la
más severa majestad.
Todos los niños de rodillas, con las manos cru
zadas, en actitud grave, en silencio respetuoso,
postradas las frentes, adorando á su Dios, así re
cibieron la bendición del Santísimo los alumnos sa
lesianos.
No abandonaron los piadosos jóvenes el Sanluario donde tan puras y gratas emociones habían
experimentado sus corazones, hasta que cesó el
ói^ano de preludiar el Adiós, Reina del cielo, senti
dísima despedida á María, escrita por un P. Sale
siano.
Como valientes que hacen profesión pública de
— sa
lina fe inquebrantable, que siempre triunfa, han
comenzado el camino de la vida estos peregrinos a
quienes felicitamos calurosamente y tenemos la se
guridad de verlos siempre practicando las virtudes
cristianas, para ser modelo de buenos hijos ahora
y de buenos católicos y ciudadanos en lo porvenir.
Además del telegrama al Exemo. Sr. Arzobispo
de Huenos Aires, dirigieron otros dos; uno al Iltmo.
Sr. Obispo de La Plata y otro á la señora Enriqueta
Alais de Vipot, presidenta del comité de G^operadores salesianos, saludando en ella á las benemé
ritas socias y manifestando que en el Santuario de la
Santísima Virgen, reunidos dos mil niños, implora
ban! as bendiciones del cielo sus personas y familias.
CONCEPCIÓN (Chile). — « I,a Unión Constitu
cional » en su número del 22 do Octubre del año pa
sado jniblica un brillantísimo reporte de la Gran
Asamblea del 21 en la Casa Salcsiana; siéndonos
imposible reproducirlo todo, presentamos un re
sumen á nuestros lectores.
Pocas veces ha tenido lugar en Concepción una
fiesta social más concurrida y más espléndida.
Presidida por dos Obispos, el diocesano y el de
San Carlos de Ancud, la asamblea congregó á cuanto
de más distinguido y más valioso tiene la sociedad
penquista.
h.l extenso patio del Coleeio Salesiano, florecido
de guirnaldas y festoneado de banderas, desbor
daba (le elegancia, de distinción v de hermosura...
1.a nota clara de los vestidos de la estación daba
á aquel conjunto pintoresco un aire primaveral.
Cu un extremo, bajo un baldaquino rojo, las
venerables figuras de los lltmos. señores Izquierdo
y Jara, á cuyo alrededor tomaban asiento varios
Ministros de la Iltma. Corte, jefes militares y miem
bros airaclerizados del clero, atraían las miradas
do toda la concurrencia.
La banda del Instituto y un admirable coro de
niflitívs llenaban el ambiente de armonías. La Se
ñorita Emma Wachter y la Sra. Sava Riesco ar
rancan aplausos entusiastas con sus delicadas mo
dulaciones. La Sta. Genoveva Romero, declama
admirablemente las décimas de Velarde : «.Ante un
Crucifijo», y Fernando Serrano las redondillas « A
la Caridad ». Los niños ejecutan el coro de los Doc
tores « El Rey que rabió *. Luego se avanza cu el
proscenio la esbelta figura del Sr. Jara, y una sacu
dida nerviosa pasa por todos los corazones.
Las primeras palabras dcl Iltmo. señor Jara re
suenan vibrantes en medio de un silencio religioso.
— « i Bendito sea Dios que no ha hecho eternas las
sombras de la noche, ni las tinieblas del dolor ! »_
y con dantescas pinccladhs empieza á describir los
horrores de la cat;istrofe dcl 16 de Agosto que sc]>ultó entre hacinai\iicntos de ruinas la ciudad
amada de su corazón, que cuando su espíritu se
se scnti.v ya decaer después de las fuertes y no in
terrumpidas emociones, al llegar á Concepción da
gracias á Dios porque le projx>rciona consuelos ca]>accs de confortar su atribulada alma de Obispo :
encucntraabicrla laCasa Salcsiana y veocupadadignamente \xtT un amigo querido, la Sede episcopal
que dejara \acanlc el Iltmo. señor Laborea.
Concluido este exordio, comenzó el Iltmo. señor
Jara á diseñar la obra de los Salesianos en nuestro
país. Recordó conmovido sus entrevistas con Doa
Bosco, quien le nombró Director General de ks
CcKJperadores en Chile... H ay un momento en que
todas las respiraciones se reprimen, en que todas las
pupilas se humedecen. El orador se ha preguntado
quién dió fuerzas, quién confortó á Don Bosco, para
emprender y llevar á cabo úna obra tan trascen
dental en el mundo. Y antes de responder á esta
interrogación, define, más con el corazón que con
los labios, lo que es una madre.....
Cuando termina la Conferencia, el nombre de
Don Bosco, — '■ « que como el sol se eleva en el ho
rizonte moderno para dar luz y vivificar al mundo»
— y el nombre de sus hijos flotan en el ambiente
saturado de admiración y de entusiasmo. La obra
salcsiana en Chile, con toda su virtud social, con
todo su significado en favor de la Iglesia y de la
Patria, se impone á las inteligencias y á los cora
zones. Parece que se palpa el deseo de cooperar á
esta obra, y que en todos los labios hay una palabra
de bendición para la insigne benefaciora de la Casa
de Concepción, la distinguida matrona doña Maña
Urrejola de Umueda, para el infatigable obrero sa
lesiano, el Pbro. Luis Héctor Salaverry y para el
actual Director de esa Casa, callado apóstol del
bien, que con sólo cinco hermanos suyos y una do
cena de coadjutores, atiende á una Escuela-Taller,
una escuela gratuita, un curso comercial, el Exter
nado dcl Seminario y la edición de varias revistas
y hojas de propaganda católica.
El Iltmo. señor Jara permanece en el proscenio.
Dice que va á cumplir un honroso encargo del Pre
sidente de la República y del Ministro de Relacio
nes Exteriores : va á hacer entrega al Obispo
Concepción en nombre del Gobierno, de la medalla
de oro que el Congreso Nacional acordó conceder
al Ck)bemador Eclesiástico de \ íüparaíso por su
abnegada actitud durante los días en que la viruela
asoló aquella ciudad.
El elogio que el Iltmo. señor Jara hace de su her
mano en el Episcopado es magnífico.— «El Iltmc.
señor Izquierdo, dice, reúne como Obispo en su per
sona la firmeza inquebrantable de Salas, la humil
dad profunda de Blnistts y el infatigable espíritu
de trabajo de Labarca»— Y concluyó : «No vengo,
Iltmo. Sr. y querido liermano. á entregaros esta re
compensa en nombre de la Iglesia : ella guarda sus
recompensas para el ciclo :— vengo en nombre de
la Patria, de la Patria que es madre v sabe agra
decer y premiar las acciones de sus buenos hijos.
Recibid esta medalla, (]uc es de oro, como es uro
la caridad que depositastéis en el corazón de tantos
desgraciados».
Cuando el Iltmo. señor Jara bajó del proscenio
V puso en manos del Iltmo. señor Izquierdo la me
dalla de oro, ambos Obispos se abrazaron estrecha
mente.
Aquel hermoso espectáculo era un símbolo de la
unión inquebrantable dcl Episcopado en la caridad
de Jesucristo !
El limo, señor Izquierdo tomó en seguida la
palabra, agradeció la visita dcl Obispo de .Ancud
—
53
V encareció la labor realizada por los salesianos.
Fué aquella una improv-isación inimitable. Pocas
veces el Iltmo. Sr. Izquierdo habrá estado tan elo
cuente y tan feliz.
Plenamente satisfecha del Acto, la distinguida
concurrencia se retiraba, mimrtos antes de las seis
V media.
NECROLOGIA
El Dr. D. Antonio J. Valdivieso.
Dotado de raras prendas, su muerte ha causado
honda pena en todos los círculos sociales de Cuenca
V Cañar (Ecuador)y enlutado muehos hogares.Como
hombre privado y público supo captarse las simpa
tías y el respeto aun de sus mismos adversarios. De
sempeñó varias veces el cargo de Gobernador del
Anzuay, y lo desem
peñó como guardián
solícito de las garan
tías de sus conciuda
danos. Asistió á varios
Congresos, como Re
presentante por el Anzuav, y se mostró amador de su pueblo.
Su renta de gober
nador y sus 'dietas y
^^á;i:os de aiputado,
sinieron sólo para las
obras públicas de su
provincia. La nota dis
tintiva de este señor
fué la caridad; él alivió
___
muchas necesidades,
enjugó muchas lágrimas y amparó á muchas viu
das y huérfanos.
En su testamento ha legado casi todos sus bie
nes á las casas de beneficencia.
El señor doctor Valdivieso trabajó toda su \nda
y ejerció la caridad sin ruido ni ostentación ; esto es,
practicó una de las más edificantes formas del amor
al prójimo.
Fué, pues, del número de los escogidos que mi
ran las riquezas como elemento para hacer el bien,
y distribuyen sus haberes entre los menesterosos,
atrayéndose las bendiciones del Altísimo que ja
más deja sin recompensa ni la gota de agua que da
mos por su antor.
No hace muchos meses que festejó con pompa
inusitada el centenario de su venerable madre,
!a señora Teresa García, viuda de Valdivieso, á
quien conservaba como preciada reliquia de su co
razón. La madre centenaria ha cerrado los ojos del
hijo, que, cual árbol robusto, daba asilo á su can
sada ancianidad.
Los Salesianos, para quienes el Dr. Valdivieso fué
siempre vivo representante déla divinaProvidencia,
lloran su pérdida, y graban en su corazón, con las le
tras deoro de la gratitud, el venerado nombre del
gran Cooperador.
—
Sr. D. Elias P. Pellet,
(Barm uquilla
- Colombia).
A consecuencia de una afección cardíaca, el 30 de
Octubre en Barranquilla, entregó su bella alma al
Criador D. Elias P. Pellet á los 35 años de edad.
Pocas veces se habrá \ústo un luto tan unánime y
sentido como en la muerte de este inmejorable coo
perador salesiano.
D. Elias por su carácter apacible no menos que
por su buen corazón, no tenía un solo enemigo,
antes todo el mundo se preciaba de ser amigo
su3'0, al paso que muchos lo reconocían por bienhe
chor. A fuer de católico convencido, practicante y
entusiasta, se confesaba cada ocho dias, comul
gaba con frecuencia y todos los dias asistia á la
Sta. Misa y al rezo de Smo. Rosario en la iglesia de
su parroquia. Era sostenedor decidido del clero en
general y de las comunidades religiosas en parti
cular. Con los salesianos, desde que los conoció, fué
siempre generosísimo poniendo su imprenta á dis
posición de ellos para cualquier trabajo tipográ
fico.
Por una coincidencia dolorosísima, D. Elía-s
murió pocas horas después de nacido su primogé
nito. Los funerales con misa de cuerpo presente se
celebraron con toda la pompa posible en la iglesia
parroquial de los salesianos. A l entierro concurrió
un gentío inmenso formado de todas las clases so
ciales. Hicieron también acto de presencia las au
toridades de esta capital.
Barranquilla ha perdido en D. Elias á uno de
sus más dignos y virtuosos hijos. Quiera Dios dar
paz eterna al alma del {malogrado finado y resig
nación cristiana á su joven esposa.
D. José M. Tinoco.
Otra pérdida han sufrido los Salesianos del Ecua
dor en la persona de este virtuoso caballero. Lleno
de ardiente caridad, siempre distinguió y favoreció
á los Salesianos é Hijas de María Auxiliadora. H o
nestísimo en sus costumbres, fué padre de nume
rosa familia que hoy llora su pérdida y echa me
nos su sombra veneranda. Jamás pobre alguno
lia ó á sus puertas en vano y casi todos los tcmjtlo.s
de Cuenca recibieron de él limosnas cuantiosas.
Prueba y premio de su moralidad fué la longevidad
alcanzada: murió á los 81 años, en brazos dcl
Padre Salesiano D. Luis Colombo, Director de la
casa de Cuenca.
Cooperadores Salesianos difuntos.
Sra. Da. Filomena Rico — Fum a (Colombia)
Sr. D. Pablo Castañeda — Mosquera »
* Carmen Sedeño — Rocafuerte (Ecuador).
» * Eduaida .Alcívar
*
Sr. D. Luis Hernández— 5 . Cristóbal (Guatemala).
» » Hipólito Méndez
»
*
Sra. D .a Felicita V. de F'crraro — Asunción (Pa
raguay).
» > Juana Aspezteguía
»
»
R . I. P .
—
íDemoria$ biográficas
54
—
k íDons. Luis tasagaa
f C ontinuación)
Entre tanto le llegaba una fausta nueva. Los so
corros de personal con tantas instancias solicitados
y con febril ansia esperados, iban á llegar al Nuevo
Mundo en los comienzos de 1885. En efecto, el pri
mer día de Febrero un lucido escuadrón de misio
neros salesianos salió del santuario de María Auxi
liadora, bendecido y alentado por el cardenal Alimonda, Arzobispo de Turín. Acaudillábala y guiá
bala Mons. Juan Cagliero, Vicario Apostólico de la
Patagouia, consagrado obispo el 7 de Diciembre
de 1884. La vuelta de este denodado hijo de Don
Bosco á las regiones de América, sus raras prendas
de inteligencia y de corazón, y más que todo el ca
rácter episcopal con que había sido investido, de
bían dar poderoso impulso á todas las misiones del
Nuevo Continente, y contribuir con particular
eficacia á su medra y desarrollo. Inmensa era, pues,
la expectación de los Salesianos de América y de
todos los amigos y bienhechores de la Congregación.
K 1 limo. Sr. Cagliero tomó puerto en la capital
del Uruguay el 13 de Marzo. Triunfal resultó en
verdad el recibimiento que dispusieron para el
primer Obispo Salesiano en el Colegio Pío IX , de
cviya fundación él podía llamarse magna pars, y
que á la sazón contaba ciento quice alumnos. Des
pués de haber llevado el bálsamo del consuelo á
todos sus queridos hermanos, después de haber en
cendido en santo entusiasmo los corazones de los
niños de aquel colegio, ansiosas esperanzas de la
Iglesia y de la sociedad, el limo. Sr. Cagliero acom
pañado del Padre Lasagna visitó también las Casas
de Salesianos é Hijas de María Auxiliadora disemi
nadas por la República Oriental del. Uruguay,ma■ ravillándose de que apenas en siete años se hubiera
logrado tan notable adelanto.
El Inspector P. Lasagna se sintió inundado de
indecible alegría con la visita del novel Obispo,
y el 23 de Abril así daba gracias á D. Bosco : « Le
agradecemos de todas veras el habernos enviado
al limo. Sr. Cagliero : íué una verdadera providen
cia para todos nosotros. Vo especialmente me sentí
aligerado de un peso enorme. En el limo. Sr. Ca
gliero me pareció ver á D. Bosco mismo, y esto me
llenó de inmenso júbilo y conmoción. Gracias,
vcncradísimo Padre, mil gracias por tan preciosí
simo regalo. »
En la misma carta, derramando su corazón en el
de D. Bosco, así le narraba las angustias que aciba
raban su ánimo, y de las que tanto le había conso
lado la llegada del Nicario Apostólico de la Pata
gouia : « Con tanta afluencia de alumnos se nos fue
la mano en los gastos, y éstos nos cargaron de enor
mes deudas. ¿Que quiere ? La confianza en la Vir
gen nos empujó á echai- el resto para preparar un
local suficiente á tantos pobres niños que venían
á Uam,ar á nuestras puertas pidiéndonos el pan dd
entendimiento y la vida del alma.
« Pero no es este el sólo inconveniente. El mayor
es que, después de haber admitido á tantos alumnos
sin dejar las otras tareas de las misiones, nos con
tamos y nos cncon tramos muy inferiores en número
y en fuerzas á los compromisos contraídos.
« Bien es verdad que el limo. Sr. Juan Cagliero
se privó de la mitad de su personal para ayudamos,
pero los ocho individuos que recibimos, distribuidos
al punto entre tantas casas de la Inspectoría, desa
parecieron como el humo. Fueron como eí rocío
caído del cielo en un terreno árido y reseco. Todos
los hermanos de esta Inspectoría .suplican á su pa
ternal corazón que continúe acudiéndoles con los
auxilios indispensables para sostener tantas obras
buenas y extenderlas conforme á las necesidades.»
Así desahogaba su corazón.
Y no debemos callar otro motivo que hacía para
el P. Lasagna tan preciosa y confortante la risita
de un Superior como lo era Mons. Cagliero. En la
República Oriental estaban muy cercanas las elec
ciones ; por lo tanto se hablaba de descontentos,
de facciones que se estaban apercibiendo para una
una rebelión á mano armada.... El que conozca
las vicisitudes de las jóvenes repúblicas de América,
el que haya leído los trastornos á que á veces han
dado ocasión las elecciones de los Presidentes,
podrá juzgar si eran ó no fundados los recelos del
P. Lasagna. ¡ Qué consuelo, pues, para él tener
junto á sí.en tan apurado trance á quien asumiera
toda responsabilidad, á quien le sostuviera con sus
consejos y le consolara en todo evento !
Una de las principales consolaciones que le llevó
el limo. Sr. Cagliero íué la noticia de que el buen
Padre D. Bosco remitía enteramente á la prudencia
del mismo limo. Sr. la decisión de fundar ó no la
nueva casa de San Pablo. El celoso y advertido
Prelado , después de maduras reflexiones y de ha
ber invocado las lumbres del Espíritu Santo, íué de
parecer que sin tardanza se pusiese mano en la
nueva obra la cual, según todo lo hacía esperar, con
tribuiría mucho á la gloria de Dios y á la salvación
de las almas. Entre los demás proyectos , tratábase
de fundar allí un instituto puesto en modo especial
bajo la protección del Sacratísimo Corazón de Jesús,
y un templo dedicado en su honor : el resultado
no era dudoso.
No es para dicho el júbilo del P. Lasagna al ver
así á sus hermanos elegidos por instrumentos para
propagar y mantener viva la más hermosa, la más
dulce, la más útil de las devociones que havan flo
recido en el jardín de la Iglesia católica. No le cabía
duda de que aquel santuario había de ser en tiempo
no lejano, como el de Roma, el hogar en que todos
los misioneros fuesen á inflaniarse en fervor y ca
ridad para con Dios y para con el prójimo.
Para Director de la nueva casa, que debía intilularse Liceo del Sagrado Corazón, propuso el P. Lasagna á un hermano á quien por haberlo conocido
desde niño y modelado en la piedad y el saber du
rante su profesorado en el colegio de Lanzo, esti
maba sobre todos los otros, es decir, al sacerdote
D. Lorenzo Giordano. Este, después de recibir la
bendición del limo. Sr. Cagliero y del Padre Lasagna, zarpó el 15 de Mayo de Montevideo con dos
hermanos, y después de cinco días de navegación
desfavorable llegó, primero á Nictheroy, y luego,
el 1° de Junio de 1885, á la capital del Estado de
S. Pablo.
Los comienzos del nuevo instituto salesiano,
como los de los otros destinados á producir grande
bien, fueron humildes y laboriosos. Allí también
amortiguándose el entusiasmo que había excitado
el P. Lasagna con sus dos visitas precedentes, vino
á faltar el dinero para concluir la construcción ;
mas cuando llegaron los salesianos, no hallaron si
quiera una casucha en que alojarse para atender
la iglesia. En efecto, el P. Giordano hubo de hospe
darse en el hospital de la ciudad y de los colonos
italianos donde por lo demás halló su celo un vastí
simo campo que cultivar por. algunos meses : los
otros fueron caritativamente albergados por el
capellán de las buenas religosas de Ntra. Sra. de
la Luz y en otras partes. Empero en el entretanto
no quedaron inactivos ; además de trabajar en la
iglesia del Sagrado Corazón y en el hospital, visi
taron algunas colonias de inmigrantes italianos,
instruyendo á los niños en la doctrina cristiana,
anunciando la divina palabra, y administrando los
Santos Sacramentos, con harto provecho de las
almas, sobre todo en la colonia de Santa Ana que
el P. Lasagna había visitado en su primer viaje á
S. Pablo. Pero, tardándoles mil años el entregarse
íla obra principal á que habían ido, el Director su
plicó al P. Lasagna que se trasladase á aquel punto;
y él acudió, y con aquella palabra fogosa que sabía
conmover los corazones, abrir las bolsas y triunfar
de todas las dificultades, logró reanimar los tra
bajos y dar cima al edificio.
C A P ITU LO X X V III.
U dirección de las almas — Se hace todo á todos
— En las visitas inspectoriales — Confianza y
candor — Ejemplar moderación — Su secreto —
Longanimidad y firmeza — Poder de su palabra
— Uua grande red de amigos — Multiplicación
personal — Entre los hijos del pueblo — Un cardo
silvestre en el rostro — El colegio predilecto —
Casa de probación para doncellas en el Uruguay
— El jubileo de 1886 en Paysandú.
I
I
i
En los frecuentes y largos viajes al través déla
República Oriental y del vastísimo Imperio del
Brasil, nuestro infatigable misionero no se conten
taba con empezar las obras, y , por decirlo así, prender el fuego, sino que se empeñaba en sostener
aquellas obras y en mantener encendida la hoguera.
menores de la dirección de los institutos y de las
almas que estaban á su cuidado. Los Salesianos y
las Hermaitas de María .Auxiliadora que de él de
pendían nos narran cuán asiduo y diligente era en
su gobierno. Después de haber fundado un instituto
el P. Lasagna continuaba socoriéndole con perso
nal y aun con medios pecuniarios cuando se pre
sentaba la oportunidad. Los Superiores sabían que
tenían en él, no sólo un superior avisado y celoso,
sino también un padre ternísimo, un afectuoso her
mano. Sus cartas eran de gran consuelo qiara lo';
Directores y toda la comunidad. Pero sobre todo
con sus \dsitas era con lo que hacía gran bien es
piritual y temporal.
Al aparecer él en una casa, á las primeras pala
bras que dirigía á los hermanos, parecía refluir
en el instituto una nueva vida. Innumerables eran
los que le querían confiar las penas de su conciencia;
así es que pasaba largas horas en el confesionario
dispensando, junto con la gracia sacramental, los
tesoros de sus sabias enseñanzas y consejos. Su visita
era ocasión de que todos retemplaran el espíritu,
y aunque no se celebrase ninguna fiesta particular,
el Director estaba seguro de ver á todos sus alumnos
acercarse á los Santos Sacramentos.
Durante su estadía en una casa solía sugerir al
Director que ordenara á los hermanos y colegiales
el ejercicio de la buena muerte al que daba grande
importancia, conforme al ejemplo y enseñanzas de
nuestro buen Padre Don Bosco. ¡Y cómo edificaba
el \-erle á él por todo el resto del día en íntimos co
loquios con los hermanos, los cuales con filial con
fianza y con candor de niños derramaban en su pa
ternal corazón sus cuitas, contándole sus debili
dades, la dificultades con tropezaban, los esfuerzos
que hacían y las victorias que alcanzaban en la
lucha contra el demonio y contra las pasiones t
Aquella dulzura y paciencia de que se había reves
tido después de indecibles combates contra su na
tural irascible é inflamable descendía al corazón
de todos como bálsamo restaurador que sanaba
cualesquiera llagas, edulzaba cualquier sufrimiento
V hacía reflorecer la paz en las almas. Asimismo
con su iluminada prudencia ponía coto á cualquier
inconveniente y abuso. Sin embargo en este delica
dísimo oficio no eran todas rosas las que recogía.
Sus subalternos, aunque animados de celo y de la
mayor buena voluntad, no dejaban con esto de ser
pobres hijos de Adán, débiles é imperfectos. ¿Y
quién ignora que hasta entre las más lozanas flores
que embalsaman el jardín de la religión se arraiga
y medra la rastrera grama? Un día tuvo que re
prender con denuedo á un individuo que en su or
dinario tenor de vida parecía tomar muy poco á
pechos sus más sagrados deberes. No queriendo
aquel pobrecillo reconocer sus yerros y porfiando
en excusarse, pareció que el P. Lasagna estaba en
un tris de perder su acostumbrada calma porque se
le notaba el rostro algo demudado : ello es que la
conversación se acaloró un tanto por ambas partes.
En aquel momento llaman á la puerta, y sin aguar
dar permiso, entra uno de los más insignes bien
hechores, que por su bondad pasa, con los Salesianos
era considerado como de familia. El semblante del
'
—
P. Lasagiia volvió á cobrar inmediatamente su
calma y jovialidad habituales de suerte que el ca
ballero no cayó en la cuenta de la reyerta. Antes, el
1^ Lasagna haciendo caer de propósito la conver
sación sobre aquel á quien no había podido menos
de reprender con energía, se dió tal maña en loar
su ciencia, los servicios que había prestado á la
Pía Sociedad Salesiana, su buena voluntad y otras
dotes suyas peregrinas, que el pobrecillo, todo con
fuso, apenas se retiró aquel señor, se arrojó á los
pies del Padre, arrepentido de liaberle dado aquel
mal rato y de no haber acogido debidamente sus
caritativos consejos. El único testigo de este lance,
(}ue íu6 el reprendido, lo contó á algunos de sus
amigos y así llegó á nuestro conocimiento.
Todos se hacían lenguas de la facilidad con que
olvidaba las faltas en que incurrieran los hermanos
y la cordialidad con que hablaba á los mismos á
«luicnes acababa de reprender severamente. Este
era su secreto para granjearse el corazón de los her
manos y subalternos, y lo había aprendido en la es
cuela de Don Bosco. Como su venerable maestro,
sabía hermanar una gran firmeza con una longani
midad no menos señalada, siempre que se trataba
de impedir males y extirpar abusos y resabios.
Pero si el que estas líneas escribe ha conseguido
(lar una pcálida idea del bien moral que solían pro
ducir en los individuo,s las visitas del L. Lasagna, no
es piira dicho el movimiento y entusiasmo que susci
taba en los hermanos y alumnos, en los Cooperadorc.s y en cuantos le trataban, con su palabra viva
y fogosa. Una conferencia privada, un sermón
suyo en una iglesia pública, bastaban para que como
niebla se desvaneciesen las dificultades, desapare
ciesen los obstáculos, y las voluntades se reanima
sen con nueva energía. Varias de sus empresas
fueron dccididíis en un momento, y tuvieron princijno después de uno de aquellos discursos que le
dictaba su celo por las almas. Con el heclüzo de su
palabra y de su trato se dieron apartido muchos opo
sitores de las obras católicas y se trocaron en fer
vorosos apóstoles y constantes protectores de ellas.
Y lo que más importa es que cuantos hubieron
ocasión de tratarle y comunicarlo conservaron
siempre de él el más grato recuerdo, sin que ni los
años ni la distancia fueran parte para troncar los
vínculos de la dulce amistad que con él habían
contraído. Con esto ensancho inmensamente el
círculo de sus conocidos y amigos quienes tuvieron
siempre á muclta honra el recibirle en su casa y acu
dir en su socorro toda vez que apelaba á la caridad
de ellos. La que más cautivaba en el P. Lasagna
era aquel su trato fram» sin sombra de cixtono,
tanto más cuanto iba unido con una exquisita cul
tura que resaltaba desde las primeras palabras de la
conversación. Esta rara calidad al decir del Padre
(.hunba. le jxmia en circustancias de dar con fruto
ciertas amonestaciones que de otro no se aceptaran
y de hacer ciertas preguntas y propuestas que en
otra lx>ca parecieran sobrado audaces y aventura
das y aun ofensivas.
No se le pasaba por alto nada de lo concerniente
á las almas, y en la visita á sus institutos se multi
plicaba á si mismo abarcando tantas obras y suje
56 —
tándose á tan largos y difíciles trabajos que pa.
recía milagro le alcanzasen para ello las fuerzas y el
tiempo. No omitía el cumplir con las autoridades
eclesiásticas y civiles : solía, en señal de reconoci
miento, visitar á los Cooperadores más beneméritos
y no excusaba recolectar el dinero indispensable
para poner en planta sus caritativos designios y
llevar á cabo las obras que habían quedado incom
pletas. Tampoco dejaba de pasar alguna media
hora en los Oratorios festivos en medio de los pobres hijos del pueblo que los frecuentaban. Y si coa
ello alentaba á los directores, catequistas y cuantos
se empleaban en tan santo apostolado, indecible
es el bien que hacía á los mismos niños.
Esta su caridad para con los más rudos y desva
lidos nos trae á la memoria lo que le sucedió en uno
de sus oratorios ; refiriéronmelo dos sacerdotes salesianos, testigos oculares del hecho. Entreverán
dose con aquellos rapazuelos quiso, á imitación de
Don Bosco, hacerse pequeño con los pequeños hol
gándose con ellos y tomando parte en sus diversio
nes. /Vlgunos instantes de familiaridad con mucha
chos sin asomo de educación é instrucción venidos
de donde erraban cual ovejas sin pastor, bastaron
para que aquellos pobrecitos creyesen que tenían
que habérselas con un simple compañero ; y así co
menzaron á tratarle de la manera más descomedida,
y á interperlarle con la grosera jerga de sus corrillos.
Y no advirtiendo en él señal ninguna de impaciencia
ó desaprobación, pasaron adelante y llegaron a ti
rarle chinitas y otras cosas que hubieron á la mano.
Se coniinuará.
BIBLIOGRAFIA.
Los Escapularios — Mamial teórico práctico para
uso de los Sacerdotes y fieles por el R. P. Fr. José
Bu e n a v e n t u r a T. O. S. F., con 21 grabados y
328 pág. — Herederos de Juan Gilí, BarcelonaCortes, 581.
Marial, por el Em. Card. V i v e s y T u t o . Tomo
primero. Excelente manual en 12® y 1072 páginas
(]ue contiene abundante materia para los devotos de
María. La obra completa encuadernada en dos to
mos costará Fr. 17,50 en tela ; y 24 en cuero de
Moscovia, cortes dorados. Herdcr - Friburgo de
Urisgovia (Alemania).
D e la Librería Salesiana de Sarria: Sinti ■ Iji He
brea del P. C o n r a d o M u i n o s . •— N . 142 de las
Lecturas Católicas, 0,50 ptas. El nombre ilustre del
autor del H ijo de la lavandera abona el mérito
de este librito.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SÉ GAM BINO.
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo, 3*-
-
Texto
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N. 2
Febrero de 1907
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Boletín $ak$iano
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Turín - Oratorio de S. Francisco de Sales ^ * ^ 0 ^
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SUMARIO: El Salesiano como educador, II . . pág. 29
Ecos del V Congreso Salesiano - Educación . . » 32
Documentos Salesianos - Discurso d el Dr. G . Rosas
De nuestras M ision es: C inco sem anas en Contratación
(Colombia), C arta d e l P. E . R abagliati . . . > 36
De Italia á C hina (Diario de v i a j e ) ...................... »
38
Gracias de M aría A u x i l i a d o r a .................................»
42
Tesoro espiritual y Peregrinación á T ierra San ta »
Por el mundo salesian o: Ita lia : F aenza « L a F ert »,
Mondonio — E sp a ñ a : Vigo — A m érica : C o lo m b ia :
34
45
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O
L/
ó
M osquera, B a rra n qu iU a ; Ecuador: Q uito, Gtiay a q ttil; A rgen tin a: l'e v e g r. á Ltiján ; C liile:C cm 46
c e p c ió n ........................................................................... »
N ecrología: El Dr. D. A. V aldivieso, D. Elias Pellet,
D. J. M. T inoco, Cooperadores d ifu n to s.
. . »
B iografía d e Mons. L a s a g n a .....................................»
B ibliografía .
» 56
G rab ad os: L a F í /7 , Sociedad gim nástica -A ltar M a
yor de A gu a de Dios - A lum nos del Colegio de
G u ayaqu il, Procesión de M aría A uxiliadora - El
D r. D. A. J. V aldivieso .
53
54
El Salesiano como educador
II.
lo dicho, fácilmente se des
prende que para el Salesiano,
el educador es inseparable
del enseñante, y que está persuadido
de que traicionan su glorioso nombre
y su misión los maestros que descuidan
formar el corazón de sus alumnos á la
bondad y á la virtud, excusándose con
cualquier pretexto, como por ejemplo
el que su oñcio es enseñar, comunicar
conocimientos, y no darse á predica
dores. Mísera excusa que arguye cuando
menos una ignorancia lamentable! Pre
cisamente en enseñar, en educar delei
tando consiste la habilidad del maestro:
para esto estudia tanto tiempo y se
ejercita previamente.
La escuela y el aula son una pre
paración á la vida, una palestra donde
E
se ejercita, un arsenal donde el alumno
debe encontrar las provisiones para el
viaje que está para emprender á través
de las montañas y del océano de la
vida. Y es esto precisamente lo que
desean los jjadres de familia al (meomendar sus hijos al profesor. Cuántas
veces no lo dicen explícitamente; Vea
que me lo haga bueno, más sufrido,
más activo ! La escuela, el colegio deben
dar á la patria no solamente hombres
instruidos, sino sobre todo, ciudadanos
honestos y virtuosos. Y es ésta la ten
dencia de los tiempos modernos, y fue
éste el ideal de, D. Bos'co, que tan
admirablemente comprendió el espíritu
de su siglo, é infundió á su fundación
la adaptabilidad á las circunstancias.
Esto requiere preparación, no pe-
_
queño espíritu de sacrificio y, sobre
todo, una gran dosis de buena voluntad.
Cuentan que Aníbal, desde las cum
bres excelsas de los Alpes, mostró á
sus soldados las bellísimas y fértilí
simas comarcas italianas que debían ser
suyas si combatían con valor, y que tal
vista y tales palabras bastaron á reani
mar lascansadas fuerzas de los guerreros
y á infundirles alientos soberanos.
De la misma manera, D. Bosco em
pieza por poner delante de sus hijos
la grandeza sublime de su misión y la
recompensa que deben esperarse. Esta
misión es conquistar para Cristo el
mundo, establecer en él el reinado de
la paz y de la dicha. Su misión co
mienza por conquistar al niño.
30
—
que en ella depositan los padres de
familia, del aplauso y gratitud de la
patria, de las bendiciones del Cielo.
Y esto le hace más llevaderos y aún
deleitables los sacrificios.
A esta idea viene á añadirse otra
muy importante también. Nadie le obli
gaba á hacerse maestro ó salesiano;
pero una vez que se ha hecho, debe
mostrarse tal y esforzarse por no de
fraudar la confianza depositada en éf
Para esto tiene tiempo de reflexionar
y medir sus fuerzas y reconocer sus
aptitudes. La idea del deber, pues, ha
de informar su vida y sus acciones. El
deber! la obligación! palabras mágicas
que parecen á muchos una contradicción
con la libertad humana..... y sin em
bargo son los polos sobre que rueda
S:
el mundo, son el fundamento de toda
Es el niño una plantecilla singular, sociedad. El deber es una idea que
confiada á los cuidados de un hortelano desde el alborear de la razón se des
llamado maestro, del cual depende el taca en nuestra alma y se nos pone
que los gérmenes vitales que ella lleva, delante como estrella directriz, un em
se desarrollen en flores de balsámicos brión que se agita constantemente y
olores y frutos exquisitos y vigorizantes, va creciendo en nuestro sér, un fuego
ó en deletéreas emanaciones y venenos vivificante que dilata nuestro corazón,
que matan cuanto alcanzan. Es el niño comunicándole las energías necesarias
un manantial de cristalinas aguas, y para llevar el peso. La conciencia de)
del maestro depende que lleven fecun deber es una cosa indispensable en el
didad y vida á las campiñas ó que, maestro. Tengo en mis manos un
convertidas en asoladores torrentes y pueblo joven, en mi poder está la espe
en materias corrosivas, marchiten cuanto ranza de mi patria, se me confía su
toquen y conviertan en yermos los ver porvenir; de mí depende que mañana
geles. Es más aún: el niño es la so bendigan ó maldigan mi memoria....
ciedad en germen, es la patria de ma que sean libres ó esclavos, respetados
ñana; y así la suerte de la humanidad ó mirados con desdén... A l calor de
está en manos del maestro; de él de estas consideraciones es imposible que
pende que esa sociedad sea buena ó no surja el deseo de hacer el mayor
mala, feliz ó desgraciada. Sí, las gene bien que pueda, de llenar su cometido
raciones se forman en los bancos de lo mejor que le sea dado, de cumplir,
la escuela: si las escuelas son buenas, en una palabra, su deber. De aquí el
buenas serán las generaciones; si las afán por instruirse, porqite €7itre sus
escuelas son malas, la humanidad será deberes está, tambiéfi éste; el ansia por
un teatro de atrocidades.
conocer los métodos más racionales, los
El salesiano está convencido de esto procedimientos más lógicos, los ade
y por tanto, estima su misión, la juzga lantos y reformas que va aportando el
santa, buena, digna de la confianza progreso incesante de la humanidad.
_
íl _
como siem pre, rendido de fatiga, se
esforzaba todavía por trabajar: « D es
canse , D. Bosco , le dice uno que lo
amaba. — Descansaremos en el Paraíso,»
le contestó el gran siervo de Dios. Dios
ve nuestros esfuerzos, los bendice ahora
y fecundiza, y más tarde los premiará.
*
* *
A robustecer esta idea, viene en el
maestro cristiano el recuerdo de D io s;
del Dios justo que todo lo ve y todo
lo recompensa. A y! del maestro á quien
no vivifique esta ideal A l campo del
magisterio no le faltan sus flores y sus
frutos, pero suelen ser tardíos: en cam
bio jcuántas espinas y cuán punzantes!
Estas ideas son como el cimiento en
Frecuentemente tiene que luchar contra que D. Bosco levanta la educación de
preocupaciones empíricas y teorías, aun sus salesianos.
que irracionales , arraigadas profunda
Arraigada
en el alma la idea del
O
mente ; contra la ignorancia de los pa deber, la
persuasión profunda de que
dres de familia que pretenden que obre llenan una misión la más grande que
prodigios y que convierta á los hijos se pueda confiar á un mortal, cual es
en sabios de repente, como por ensalmo la de formar las generaciones, y el
ó con varilla mágica; tiene que devorar sentimiento vivo de Dios y su Provi
en silencio la hiel de la ingratitud, y dencia ; ya puede exigirles toda clase
de la envidia; la guerra sorda ó abierta de sacrificios que su preparación y más
de muchos que, émulos ó ignorantes, le tarde su desempeño exijan: sacrificios
hacen mal, muchas veces sin quererlo ; por otra parte compensados con grandes
tiene que afrontar fatigas y luchas sin consuelos , con grandes auxilios , con
fin. El bien que hace, la trasformación grandes recompensas.
que obra, es lenta (y científicamente
Su formación se hace en los estu
debe serlo), y por lo mismo insensible, diantados con estudios serios y práctica
como insensible es la del sol sobre las profesional bajo la dirección del Maestro
plantas; y así muy pocos son los que de Pedagogía. Como es claro, nin
la ven, y menos aún los que la estiman. guna Escuela Normal del mundo, es
Antes, la parte mejor de la educación suficiente de por sí : pero en ella
no se ve, y el buen maestro debe cuidar aprende cuanto es necesario, se le da
de no pagarse con exterioridades ni la dirección, se le j)one en la ap
apariencias, sino ir al fondo, echar pro titud de perfeccionarse con la práctica
fundos cimientos, con una instrucción
y con un estudio constante. Esto es lo
real y una educación efectiva.
que hace en los Colegios. El sabe todo
El mundo no lo ve hoy; pero lo ve
esto, y así convencido de que sus fuertes
nuestra conciencia; lo verá el mismo estudios no bastan y que su deber es
mundo mañana; lo verán las genera perfeccionarse más y más por sí mismo,
ciones que vamos formando, y, lo que
que de ello tiene obligación estricta de
vale más que todo, lo ve Dios.
conciencia, por cuanto indirectamente
Este pensamiento de Dios ¡cuánto se ha comprometido á no defraudar la
conforta! cómo hace sacar fuerzas de confianza de los Superiores y de la So
donde no las hay, y principalmente ciedad que le confia sus hijos, excitado
¡cuánto influye en el exacto cumpli de continuo por el celo de la gloria
miento de nuestro cometido, por difícil
de Dios, de la honra de su Instituto,
que sea, cuánto amor inspira! cuánto del bien de la humanidad, no ahorra
ardor, cuánta generosidad ! Vulgar es sacrificios ni consiente que los obstá
ya el mote sublime en que prorrumpe
culos lo venzan.
D. Bosco en una ocasión que, estando,
—
32
—
6co$ M Quinto Conqr«so Salesiano
PR IM E R G R U PO .
Instrucción y educación de la Juventud.
b)
J U V E N T U D D E D I C A D A A L E S T U D I O : (F ilé
p o n ciili: el D r . A rcliiiiio ile B re sc ia ) — C o le g io s,
p e n sio n a d o s y c a s a s de b e n e ñ c e n c ia — L ib r o s y
p e rió d ico s e s c o lá s tic o s .
E l i’Ror. A rdltno dk Hr escia
director de la Usencia italiana moderna , pre
sidió con suma habilidad la discusión de las
deliberaciones relativas á esta segunda Sec
ción.
.Siendo éstas de una importancia trascen
dental, pues están dirigidas á aumentar y hacer
más eíicaz, la acción benéhea de la educación
sana y completa de la juventud, deseamos sean
objeto de especial atención y estudio de nues
tros Coojjcradorcs.
Considerando :
(pie la restaur¿iciún del orden social, según los
princi[nos inconcusos de la religión cristiana,
supone como base fundamental una obra de
apostolado en pro de las generaciones jóvenes
y particularmente de las que j)or el estudio
llegarán á ocupar cargos importantes en el or
ganismo social; que el ya dicho apostolado
educativo y cristiano es tanto más necesario
cuanto más audazmente se va manifestando la
acción deletérea que encubierta bajo un jn-ograma laico tiende á destruir toda autoridad
divina y humana; ernador d e aquel D eparta
m ento, p ara exprojjiar en nombre del G obierno las
sesenta ó setenta casas qu e hay en aquella aldea; por
eso en Diciembre ó Enero (que son en Colom bia los
más hermosos meses del verano) qu izá se pueda realizar
el traslado del Lazareto de Contratación. S erá este un
documento im perecedero del am or patrio y de la acti
vidad d el actual Presidente de la República.
L a tercera semana se consagró á la misión,
que produjo grandísimo fruto. Por la mañana
á los 7, y por la tarde á las 6, que eran las horas
de los sermones, la iglesia se llenaba, cual no se
había visto nunca en los años pasados. L a mis
ma concurrencia se notaba á las 12 para el ca
tecismo que se daba en tres secciones: niños,
niñas y adultos. El entusiasmo, fué creciendo
hasta el término de la misión, que Dios se dignó
bendecir de una manera especial. Los que más
Agua de Dios - Altar mayor, obra dcl R. P. Críppa.
necesitaban la palabra de Dios eran los nuevos
que hablan llegado en los últimos meses, pues
por su condición hacía ya años y anos que 110
entraban en la iglesia. De éstos creo que no
quedó ni uno sólo que no cumpliera con los de
beres de buen cristiano; uno de los primeros fué
un toscano que vino espontáneamente hace dos
meses, luego que sintió los primeros síntomas
del terrible maJ.
El trabajo más pesado fué para los tres con
fesores que tuvieron que confesar día y noche
para contentar á todos. Las Comuniones en los
8 días que duró la misión, pasaron de dos mil,
porque, como V. sabe, además de los leprosos
hay también un gran número de sanos, que acom-
-
pañan á los enfennos, y varios que vieneu del
camyjo y de los pueblos circunv'ecin,os.
I^a cuarta semana fué dedicada á las 40/¡Toras,
que salieron solemnísimas por la novedad. Pues
es la segunda vez que se hacen las 40 Horas en
este Lazareto. Casi todos los enfermos espontá
neanieiite se acercaro i otra vez á los santos
Sacramentos, preparados como estaban por la
misión precedente.
La quinta y última semana se empleó en ad
ministrar la santa Confirmación á todos los que
aún no habían sido confirmados : y el tiempo
restante se ocupó en los mismos pasatiempos
que la segunda, en rifas y entretenimientos
de Gramófono, que tanto recrea y alivia á estos
pobres enfermos; y no sólo á ellos, á mí me re
creaba muchísimo más, pues veía á estos mis
queridos amigos alegres y contentos.
líl último día de mi permanencia en Contra
tación, liase reservado álos niños, que celebran la
fiesta de vS. Luis, y varios han hecho.con inde
cible fervor Su primera Comunión. Mañana
saldré para Bogotá, adonde espero llegar dentro
de unos siete días, si los caminos están en buenas
condiciones y las muías hacen bien su parte.
1hs])énseme V. si esta relación tiene una forma
tan inconexa, hecha ta i de prisa, queriendo salir
mañana por motivos muy urgentes. Bendiga
á los 4 Salesianos que están en este lazareto, á
las 6 Hijas de María Auxiliadora que asisten á
los enfermos del hospital, y á todos estos que
ridísimos leprosos que son también hijos suyos.
Y una bendición especial, que desaría fuera
diaria, para este su
afmo. in Domino,
E V ASIO R A B A G L IA T I Sac.
Misionero Salesiano;
Oe llalla á China
D e l D iario d el v ia je de n u e stro s M isio n e ro s , ( i)
Domingo, 28 de Enero. — Estamos en el
Océano índico. Por la mañana la banda toca
una pieza con una dulzura que parece un órgano.
Aquellas sagradits melodías nos recuerdan que
es domingo y nuestra fantasía nos trasjx>rta á
nuestros devotos templos. Parécenos ver á
nuestros padres, á nuestros amigos... el templo
lo forma la gran bóveda del cielo y el altar la in
mensidad de las aguas. Dos pensamientos prin
cipalmente son los que se presentan á la mente
del navegante : la grandeza infinita de Dios
rellojada en el mar y la pequenez del hombre.
Y el Océano índico parece que con sus ru
( i) V. N* de Setiem bre 1906.
3 8
-
gidos quiere avisarnos que es el tercer mar
de la tierra (km. 74.040.000) y que nosotros
estamos en su poder. ¿Qaé somos nosotros, y
qué es nuestro barco que con tanta presunción
llamamos grande é imponente, en comparación
del inmenso mar que en muchos puntos tiene
más de seismil metros de profundidad ?
Limes, 29 de Enero. Solemnidad de nuestro
protector S. Francisco de Sales. Hasta ahora
nos ha ido protegiendo de una manera especial,
pues hemos podido celebrar todos los días. Pa
samos junto á Socotora, restos volcánicos... La
fuerza de las tempestades arroja la arena hasta
la cima de sus montes. El calor es sofocante y
produce un malestar general.
Martes, 30 de Enero. ¡Cielo y agua ! El día
terminó con una puesta de sol encantadora.
Una imponente masa de nubes salen del po
niente, y toman los colores más vistosos y bo
nitos. Temperatura media, 25 grados. El día es
pues, más fresco que los anteriores. ¡Dios quiera
que sean todos a s í !
Miércoles, 31 de Enero. Nuestro pensamiento
vuela á Valsálice, á la tumba de nuestro amado
Padre.... Renovamos nuestros propósitos de tener
alta su bandera, y parécenos ver á Don Bosco
bendiciéndonos y alegrándose con nosotros.
Jueves, I de
Pasa cerca de nosotros un
acorazado y más tarde dos, blancos como la
nieve.
A la puesta del sol se vé á lo lejos un faro :
ciertamente está sobre alguno de Iose.scollos de
las Luceadinas.
Viernes, 2 de Febrero. Cabo Camorín. Final
mente se presenta á nuestra vista una playa, ex
tensos bosques interrumpidos por manchas colo
radas, que fácilmente las habríamos tomado por
grandes 5' hermosos prados de zulla, á no saber
que ese es el color característico del terreno de
estos lugares. Mas allá de las verdes selvas apa
recen rocas altas 6 imponentes.
Colom bo.
Sábado, 3 de Febrero. Colombo : La leyenda
árabe compendia en dos palabras todas las be
llezas de Ceylán, pues dice que esta isla privile
giada la concedió la misericordia de Dios como
segundo paraíso á la humanidad prevaricadorfu
Y verdaderamente los encantos de la natu
raleza unidos á todo lo mejor que puede producir
la rica é inteligente industria inglesa hacen de
este el sitio más encantador del mundo. Tiene
la superficie de 63, 980 km. esto es, mayor que
todas nuestras islas mayores juntas. El monte
más alto es el Pedrotallagalla llamado también
Cerro de Adán (m. 2540}.
La puesta de sol que presenciamos ayer al
empezar el golfo de Manaar fué como im pre-
'r
—
39
s ^ o de lo que debíamos ver en la isla afortu
nada. Era uno de esos crepúsculos que nos ha
cen olvidar que estamos en un valle de lágrimas.
La luna empezaba á reflejar su blanquísima luz
por el oriente como para destruir el tinte rojizo
del poniente , mientras grupos inumerables de
estrellas nunca vistas se reflejaban en las aguas
tranquilas y apacibles del mar para recrear más
de cerca nuestra vista : la brisa perfumada que
soplaba del lejano Cerro de Adán completaba
nuestra dicha.
Hoy muy de mañana anclamos en el puerto
de Colombo !
Dos larguísimos diques, cierran á los inume
rables barcos que en él se han refugiado.
Á mano izquierda, cerca de la boca del puerto
están anclados dos acorazados blancos como
para recordar al que entra el poder soberano
del dueño de las Indias.
Acaba el Alice de echar el áncora y ya estamos
todos en ios puentes para poder contemplar
mejor el grandioso puerto. ¡Qué maravillados
nos quedamos todos al ver tan gran número de
banderas, todas de diferentes países y puestas
una junto á otra !
De pronto el puerto se anim a: empiezan á
entrar y á salir buques. Las negras legiones de
carboneros que han divisado nuestro barco se
acercan en informes barcazas y empiezan á
echar carbón á los lados abiertos de nuestro
vapor.
Detrás de estas hay un crecido número de
lanchillas (si así se pueden llamar) del todo sin
gulares. Parecen cajitas, y quizá no llegan á te
ner medio metro de largo : apenas caben allí
las piernas de un hombre, el cual está equili
brado por un tronco flotante, unido á la lancha
por dos largos travesaños.
Los indios las llaman yaiatmran y cuando
tienen velas, van rapidísimos. H ay además mu
chos chiquillos que están en pequeñas trabes.
Es sin duda alguna el barco primitivo, porque
no se puede imaginar otro más imperfecto ; ca
ñas partidas [X>r la mitad les sirven de remos.
emperatriz de las Indias, y á poca distancia se
encuentra un asqueroso tronco de Buda. Pa
lacios vistosísimos á la europea, grandes y ricas
tiendas.... al lado de miserables chozas donde
se encuentran amontonadas las mercancías.
Ricos señoies con trajes blancos y su cigarro en
la boca pasan al lado de hombres negros, sucios
y cubiertos de largos mantos. Junto á un lujoso
coche se mueve lentamente un carro tirado ]^or
pequeños pero forzudos bueyes ó cebúes: y lo que
más nos admiraba era el ver que gran número do
cairos eran puestos en movimiento no por bueyes
ni mulos sino por hombres medio desnudos.
Con lo s P P . O b latos.
Fuimos enseguida al palacio de S. E. Revma.
Mons. Arzobispo Conderc. Pero como estaba
entonces ausente, fuimos acogidos cordialmente
por las Misioneros Oblatos, los cuales nos convi
daron á comer con ellos.
El palacio arzobispal, la iglesia y la casa de
la comunidad, situados en una espaciosa Imerta
con altos y frondosos árboles con amenos jar
dines nos recuerdan la casa paterna.... Preséntanse á nuestra imaginación las simpáticas fi
guras de D. Bosco , de D. Rúa y de todos nues
tros amados superiores. Qué lazos más santos
son los que unen á los religiosos que forman
una sola familia de tantos y tan diferentes ca
racteres.
L a isla de Ceylán fué santificada con la pre
sencia de S. Francisco Javier, apóstol de las
Indias. Y todavía dura el fruto sacado con sus
sudores. Nos dijeron los PP. Oblatos que en
Ceylán se cuentan almenos 300,000 católicos de
los cuales 40,000 en la sola ciudad de Colombo.
Estos Misioneros tienen en sus escuelas más de
30.000 alumnos. Y hay que notar que estas es
cuelas están pensionadas por el gobierno inglés,
que se muestra siempre pronto á ayudar cual
quiera empresa buena.
Estas noticias nos consuelan mucho y nos ex
plican el porqué de tantos saludos que nos ha
cían los niños cuando pasábamos por las callas :
en los rostros de esos indiecitos se veia reflejada
U n a m ira d a gen eral á la Ciudad.
la pureza y candor de sus almas.
El Superior de todos estos Religiosos, según
Bajamos enseguida á un magníñco desem
barcadero con un techo de hierro no inferior á me dijeron, hace ya nada menos que 50 anos
que está en Colombo, y la primera vez que fué
los de nuestras mejores estaciones. Finalmente,
después de 17 días de viaje en el que recorrimos allá empleó seis meses en el viaje.
Después de haberles dado las gracia.s nos des
8000 km. próximamente sin paramos más que
pedimos y fuimos á visitar el Colegio de S. José
pocas horas en dos ó tres puertos, pisamos tierra
fin n e: casi no nos damos cuenta de ello : la ilu dirigido por Padres de la misma Congregación.
El Colegio es vistosísimo y su posición es encan
sión nos domina y todo nos parece que se mueve.
Con esta ilusión entramos en la ciudad. ¡Qué tadora. Está situado en una pequeña península,
y las aguas del lago bañan la parte inferior del
ciudad tan r a r a !
Por una parte se ve una grande estatua que inmenso prado que rodea el colegio, y por una
representa á la Reina Victoria cual majestuosa parte llegan hasta pocos pasos de la casa. Qué
— 40 —
panorama ofrece el lago todo rodeado de jardines
y torres de Europeos ! No sé puede expresar más
que diciendo que es un Paraíso terrenal!
Al entrar nosotros en el Colegio vimos grandes
grupos de niños que se estaban diviertiendo ju
gando al crisket y al foot-hall.
íQué locales más higiénicos y qué clases más
bien provistas de todo cuanto tienen en Europa
los mejores colegios!
E n la C ated ral.
Como el tiempo era muy escaso, el Superior
hizo venir seis coches para que pudiéramos ir
á ver la hermosa catedral.
Seis coches para seis personas : ni más ni me
nos que uno para cada uno. Pero no se crea que
eran coches de esos que arman mucho ruido, ni
pensarlo siquiera. Son coches como los que vimos
esta mañana, que antiguamente se usaban sólo
en el Japón, y se llaman jirinkshasta. Son muy
especiales : pues el cochero hace á la vez el oficio
de caballo.... E.s por eso que nosotros no íbamos
muy á gusto en esos coches tan singulares.
Durante nuestro curioso fpasco en jirinkshasta
pudimos ver bien lo que por la mañana no ha
bíamos visto más que confusamente.
En Colombo, vaya uno á pié, vaya en coche,
siempre lleva á su lado una numerosa compañía
que no le abandona nunca y que es cajmz hasta
de acompañarle á uno al mismo barco. Saben
Vds. quienes forman esa compañía? Los cuervos!
No os extrañe,pues estos dichosos pájaros son muy
estimados por los Indios, quienes creen que los
cuervos tienen el alma de alguno de sus parien
tes, y están ])ersuadidos que también ellos cuan
do mueran entrarán por no sé qué metempsicosis
en algún cuervo y así graznarán por muchos
años. iQué desgracia que no sepan eso los cuer
vos que hay en Europa ! Si lo llegan á saber, de
seguro que se van todos á la India, almenos para
rehacerse de lo poco que son apreciados poi esos
eurojieos !
Entretenidos ya por los hombres, ya por los
cuervos llegamos en pocos minutos á la catedral.
Es un edificio soberbio ; en lo más alto se ven
siete estatuas. El color blanco de la cal, da al
guna luz al interior de la iglesia que de por sí
resultaría algo pesado. Sin embargo tiene obras
de bastante mérito j>. e. los altares, las balaus
tradas y muy particularmente el pulpito.
Al salir de la catedral tuvimos que volver en
seguida á bordo. Aunque hace ya muchos siglos
que la civilización europea hace esfuerzos her
cúleos para cambiar á esta raza, sin embargo los
Indios conservan todavía algo de su naturaleza
primitiva. iMuestra de ello es el espectáculo que
esta tarde nos dieron algunos mozalbetes. Ma
ravillados quedamos todos los pasajeros al verlos
dejar sus lanchas y subir en un dos por tres á lo
más alto de los palos de nuestro buque mostrán
dose prontos á tirarse desde aquella altura al agua
y coger una moneda cualquiera : de pronto los
veíamos caer en el agua y pasados pocos segundos
ya estaban otra vez por los palos tan seguros
como lo están las lagartijas en las paredes....
Pero en breve se levó el áncora, y después de
media hora , de la ciudad de Colombo ya no se
distinguían más que los tres faros y una hilera
brillante de faroles en la playa.
D e nuevo en el m ar.
Domingo 4 de Febrero. Un aparente incendio sobre
elmar! Esta es la única novedad del día. Mi pobre
pluma no es capaz de describir lo mucho que
recrea nuestra vista la imponente puesta de sol
de esta tarde. Una parte del horizonte se pone de
color de fuego. El sol grande y brillante como
un rubí de Bohemia, se va ocultando entre las
aguas derramando á su alrededor rayos que se
reflejan en las nubes coloreándose éstas de mil
maneras. Solamente se ve en el firmamento una
línea blanca como de plata. Entre tanto empe
zaba á verse á lo lejos un piróscafo.
Lunes, 5 de Febrero. La ¡tora deseada. Y a casi
habitualmente no hacemos más que tender
nuestra vista sobre las aguas del Océano como
esperando que salga de sus abismos algo de ex
traordinario.
Por la tarde el mar se pone algo agitado, y el
aire muy húmedo; mala señal: Sin embargo no
perdemos la esperanza! Finalmente llega la
hora deseada. Todos los que estamos en el barco
corremos á lo más alto de los puentes. Esta tarde
no solamente un arco sino todo el horizonte par
ticipa de la hermosura de la puesta del sol....
Martes, 6 de Febrero. Stimatra. Un escollo ais
lado, todo cubierto de arboles es como el presagio
de la tierra que está cerca. Qué hermosa playa se
presenta á nuestros ojos ! No cesa nuestra vista
de contemplar con placer aquellas tierras todas
cubiertas de verdes plantas, aquellos encum
brados montes y aquellos valles donde pequeñas
casitas blancas parece que están gozando la
brisa embalsamadora de aquellos bosques y de
las aguas puras y cristalinas de sus fuentes !
El aire impregnado de oxígeno da vida á
nuestros pulmones. Un golfo bastante largo se
sucede al primero en cuya extremidad se levanta
una escarjjada roca, que nos recuerda la her
mosa Parténope: pero no se ve ninguna señal
de que haya por allí habitantes. Quizá la dis
tancia nos impida verlas. Es esta la punta sep
tentrional de Sumatra, paraíso de los holandeses,
la isla inmensa y verde : tiene casi doble exten
sión que Italia.
{Se continuará).
G RACIAS
ü
de (Haría Auxiliadora
o
Nós teaetDOS la persaaslóa de
los tiempos que atravesamos, ao
Cielo, y entre éstos, la poderosa
fue en todo tiempo el Aoxillo de
P o rten to singular.
Creo deber de conciencia hacer constar dos
hechos en que hemos experimentado hasta la
evidencia cómo nuestra Madre M. Auxiliadora
vela por los suyos. El primero aconteció el
Jueves santo de este año. Habíase descargado
sobre Quito una recia tempestad. Cruzábanse
los rayos, y horrendos truenos retumbaban por
los aires. D e repente un estampido como de
cañón nos dejó á todos aterrados. Un rayo
había caído en casa y precisamente en mi
mismo cuarto-dormitorio, jugueteando al re
dedor de la ventana abierta. Como era tiempo
de recreo, tres de nuestros niños pequeños se
encontraban en el diván de la ventana. Fueron
arrojados al suelo por el rayo, á uno de ellos
le voló el botín; al otro se le perforó el bo
tín de parte á parte, así como la media, pero
á la persona de los dos, ni del tercero nada
ocurrió, quedando salvos é ilesos sin ningún
otro daño, excepto los dos botines y el con
siguiente susto.
El segundo, ocurrió la tarde de 7 de Mayo
(1906). Estaba sumamente dañada sin que el
portero se hubiera apercibido, la puerta de
entrada de nuestro colegio; puerta muy pe
sada debido á sus proporciones. Por la noche
acabadas las oraciones, el portero como de
costumbre, fué á cerrar la puerta, pero quó
sucede? D e repente se le viene encima, cae
el portero al suelo, y encuéntrase aplastado
debajo de la puerta sin más tiempo que para
invocar á María Auxiliadora y lanzar un grito.
Tocando su ayudante, un hijo de María, la
campana del colegio, llamó gente de la casa
en auxilio. Sólo con el esfuerzo de muchos
púdose alzar la puerta, y así sacar al infeliz
que daba ayes, y conducirle al dormitorio para
los inmediatos remedios. A mí que estaba en
la cama enfermo, se me comunicó que tenía
la pierna y el pie destrozados. Y no era para
qae, en laa vidsitades doloroMS de
nos quedan m is coasuelos que loa del
protección de la Vlrsen Bendita, que
los Cristianos
n o rn. x.
menos, y no solo eso, sino humanamente ha
blando , con semejante peso había lo suhciente para quedarse apla.stado. ¡ ü h protección
de la SS. Virgen! no resultó sino golpe de
ninguna gravedad, tanto que pudo continuar
despué.s de un solo día de cura con sus ordi
narias ocupaciones.
Gracias muy efusivas sean dadas á nuestra
insigne Patrona María Auxilio de los Cristia
nos.
Q uito, 9 de m ayo 1906.
G
u id o
R
occa
,
P¿ro. Sales.
P o rten to sa curación.
Hace cinco meses que Beatriz, sobrina mía
de diez años de edad, se acostó buena y sana.
A las doce de esa misma noche, oye la ma
dre á su querida hija con un fuerte ronquido ;
va á verla y la encuentra sin movimiento y
sin palabra. En tan dolorosa situación le aplica
los remedios que le vienen á su alcance y pide
á la Divina Providencia le devuelva el habla.
Fué escuchado su clamor, la niña vuelve en
si y sigue bien. A los quince días le repite
el mismo mal con más violencia, repitiéndole
dos veces en el mismo día. Los parlres ;ar en honor de M. SS. Auxiliadora,
si amanecía bien la niña. ¡ Gradas, Madre mía,
cjue así nos lo concediste! La madre prometió á
M. SS. Auxiliadora 6 sucres para su culto
aquí en S. Francisco, y yo con nii familia
HCj^uimos rezando tres Novenas seguidas al
Niño de Fraga juntamente con la de M. Auxiliarlora. ¡ Oh p rodigio! hace ya cuatros me
ses (jue la niña ha tenido la dicha de ha
ber hecho una .Sta. Comunión en agradeci
miento por tan señalado favor. Por lo que
cumplimos con lodo lo ofrecido dando públicas
gracias i. M. Auxiliadora y al Niño de Praga.
M auabó (Ecuador), 20 At>rU 1906.
G u il l e r m in a M acjas .
¡Cuán buena es M aría!
Hallándose mi hija Rosa, de 15 años de edad,
muy débil á causa de la mucha sangre que
lo agradecido mi promesa.
Acoypu (N icaragua), O bre, de 1906.
E si' eban G ómez.
C alam ar (Colombia). — Es inefable la dul
císima sensación que experimento al querer ma
nifestar en estos renglones mis suavísimos afectos
de filial gratitud á la que es eficaz Auxilio de
los Cristianos.
Acometido de una erisipela gangrenosa que en
breves días me colocó al borde del sepulcro,
desahuciando de los facultativos que me asistían
y perdida toda esperanza de obtener la salud
con remedios humanos, acudimos mi esposa y yo
á María Auxiliadora, prometiéndola publicar la
gracia, recibir los sacramentos de la Penitencia y
Comunión y hacernos cooperadores salesíanos,
con tal que me devolviera la salud. Y ¡oh por
tento! María al punto escuchó nuestros ruegos:
desde aquel día comencé á mejorar á paso de
gigante, hasta el extremo de encontrarme hoy
completamente curado con gran estupefacción de
los que me vieron yá moribundo en mi lecho
de dolor.
Profundamente agradecido cumplo mi promesa
anlielando que se propague el culto y devoción
á la que tan obsequiosa se muestra con los hijos
de Adán.
C. G. J.
F a ca ta tivá (Colombia). — Profundamente
consternados nos hallábamos á causa de la
pulmonía y complicación de males de que era
víctima nuestra hija Isabel de año y medio de
edad, y nuestra angustia aumentó mucho más,
cuando los médicos después de haber agotado
todos los recursos de la medicina, la desahu
ciaron. Desesperanzados de todo recurso humano,
acudimos con todo fervor á María Auxiliadora,
quien no tardó en devolvernos la calma, pues
la niña comenzó á dar señales de vida, con
sorpresa de los mismos facultativos y demás
gente que ya nos consolaban en el duelo de la
niña.
Hoy llenos de gratitud hacia María Auxilia
dora, damos público testimonio de su visible
proleción.
José S. Montañez y C lem. Monroy de Mon.
Concepción (Cliile). — Ha sido singular la
gracia con que Nuestra Bondadosa Madre Ce
lestial se dignó favorecer á mi esposo, y con
él á toda nuestra familia, sanándolo de una
grave enfermedad que lo aquejaba.
Después de inútiles esfuerzos por devolver la
salud á mi esposo, tuve la penosa noticia deque
debía exponerse á una operación quirúrgica, para
ensayar una desesperada tentativa de salvación,
en cuya prueba corría su vida gravísimo peligro.
Alarmada recurrí á María Auxiliadora, para que
sanara á mi esposo de tan extremado apuro. Le
hice violencia con una segunda novena, y en
tonces desapareció el peligro, entrando el en
fermo en una vía de convalecimiento y de salud
que nos persuade á todos de la intervención
benigna de María, y reanima nuestra esperanza
en las plenísimas facultades con que Dios la ha
enriquecido para beneficiar á los pacientes de la
vida.
— 43 —
He cumplido mi promesa de confesar y c o
mulgar y de hacer una limosna para su altar,
pero el compromiso de gratitud que con ella
hemos contraído, solo podríamos satisfacerlo con
una vida llena de alabanzas y de virtudes.
R o s a R. d e F r a n e g a .
E sm eralda (Chile). — Hacia como tres años
que me encontraba bastante mal de una enfer
medad que hasta hoy los doctores no habían
conocido y siempre me habían curado por en
fermedad del pulmón.
En el mes de Abril de pte. año 1906, me
agravé tanto que resolví irme á Santiago, á cu
rarme. Padecía horriblemente, se me produjeron
dolores tan agudos de cintura, que no había
remedio que me los calmase; por fin después
de unos dos meses quiso María Auxiliadora oír
las súplicas que continuamente la dirigía. En el
mes de Mayo, hubo media junta, me hicieron
entonces un examen y reconocimiento. Tenia
un pólipo ó tumor del vientre y además un riñón
flotante, fuera de su centro. Un doctor opinaba
por la operación, á la que no hubiera resistido
dado el estado de la debilidad en que me en
contraba. Entonces mis súplicas fueron más fer
vientes. A l siguiente día se resolvieron no ha
cérmela, pues así podría vivir algún tiempo más.
Efectivamente, hoy me encuentro buena de las
dolencias que me aquejaban, y si no estoy del
todo buena, al menos no sufra esos dolores tan
agudos que me daban.
Gracias á María Auxiliadora hoy cumplo con
mi promesa dando una limosna.
M. J. B r a v o .
Estando mi hija de siete meses de edad ata
cada del cólera infantil, no dando ya esperanza
los dos médicos que la esistian, y cuando la lio
rábamos por muerta, invoqué á María A uxilia
dora, ofreciéndole un óbolo, y poco á poco fué
recobrando suavidad el estómago y hoy la niña
goza de perfecta salud.
P e d r o R o d r Ig u e z .
Después de largo tiempo de atroces padeci
mientos, desahuciada de todos los mejores mé
dicos de esta ciudad, encontrábame prostrada
en el hecho esperando la muerte, cuando llena
de confianza, me puse en manos de María
•Auxiliadora. Una amiga mía y yo nos unimos
para ofrecer misa, confesión y comunión ; ella
y mis deudos hicieron la Novena y á poco con
una sencilla indicación de un médico que como
por milagro fué llamado, fui recobrando la sa
lud, y hoy, día de mi santa Patrona, en el cual
ya creía morir el año pasado, elevo esta acción
de gracias á mi Divina Madre para ser publi
cada.
Concepción (Chiie).
R a n c a g u a (Chile). — Hace tiempo que mi
padre sufría una enfermedad tan grave, que la
ciencia médica á que recurrimos no pudo com
batirla.
Una reagravación súbita del mal, que anun
ciaba visiblemente la próxima muerte del pa
ciente, me indujo á recurrir á María Auxilia
dora para que le diera tiempo, siquiera de re
cibir los postreros sacramentos. A los pocos
minutos, el agonizante no sólo se reanimaba, sino
que entró en plena convalecencia, y hoy está en
vía de un completo restablecimiento. Este suce.so
nos ha llenadado de consuelo, pues es para to
dos una misericordia de Dios la manifestación
milagrosa de su poder.
CONCEPCIÓ.N A r RIAUADA,
Cooperadora.
G u a ya q u il (Ecuador). — Habiendo enfermado
mi madre y declarado los médicos que la asis
tían que era necesaria una operación, recurrí
á Nuestra Madre Auxiliadora y le ofrecí hacer
su novena y publicar el milagro si mi madre
sanaba sin necesidad de la operación que ofrecía
peligro. Comencé su novena, al tercer día se
inició la mejoría y no fué necesaria la temida
operación. H oy mi madre goza de salud merced
a la Divina protectora de quienes la invocan
con fe y confianza.
R. de S.
H om en aje de g ra titu d á M aría A u x ilia d o ra .
Hallándonos próximas á perecer en un nau
fragio, invocamos á María Auxiliadora y le ofre
cimos publicar la gracia en el Boletín Salcsiano
si nos oía.
Hoy le damos las gracias de nuevo y cum
plimos la promesa á nuestra buena Madre.
D os C o o p e r a d o r a s .
V a le n c ia (España). — Hallándome en un
grave apuro, acudí á María Auxiliadora, y para
más eficacia pedí las oraciones de los niños de
los Salesianos. He alcanzado cuanto deseaba.
Gracias, Madre mía!
A m p a ro D o m in g o .
Iquique (Ecuador).
- Enfermó gravemente
una hermana. Llenas de confianza acudimos á
María A ux. ofreciéndole publicar la gracia, si
obteníamos la curación. Hecha la promesa, co
menzó á mejorar y pronto curó completamente.
de las
L a D irectora
H ijas de M a r í a A u x i l i a d o r a
Tenia á mi único hijo, de años, gravemente
enfermo de fiebre y por añadidura con los ca
nales ocluidos de modo que lo deshauciaron los
médicos. Y o, madre desolada . ofrecí dar á mi
parroquia el precio de la mortaja, y publicar el
portento, si María Sma. me devolvía á mí hijo :
empecé una novena e! martes -lO de Marzo; el
sábado se hallaba en la agonía, y yo me retiré
á llo rar: mas pronto se aqu ietó, durmió doce
horas, cesó la oclusión y se repuso, con asombro
de los médicos y gran consuelo mío.
M a r í a Mé n d e z .
—
44
V igo (España). — Enfermó gravemente un
sobrinito mío, de 22 meses de edad, con sín
tomas tan extraños que el médico no reconocía
el mal. Luchó horriblemente y por mucho tiempo
con la muerte y- había momentos en que perdía
todo movimiento y quedaba paralítico. Yo le
pedí á María que si no lo quería curar, se lo
llevara sin dejarlo penar tanto. Un día, viendo
que no había ya esperanza, me fui á la iglesia
y durante la Misa le ¡)edí á María Aux. que lo
curara, y le ofrecí publicar la gracia en señal
de gratitud : le pedí que al volver á mi casa lo
encontrara sosegado y en todo ful escuchada.
Desde aquel instante comenzó la mejoría. Al
mismo le habían salido, desde la edad de dos
meses, varias excrecencias en el meñique y los
médicos decían que era necesario dejarlo crecer
para extraérselas, porque procedían del hueso.
Acudí con fe á María Aux. y cuál no fué mi
asombro uno de estos días al ver que cayén
dosele la piel, desaparecían también los tumo
res. Por todas estas gracias, publico mi gratitud
á María Auxiliadora.
D olores Pérez y G ranje.
Habiendo enfermado mi madre gravemente y
cuando todo hacía temer que fuera necesaria
una operación, acudí á María Auxiliadora comezando una novena y mandando decir una
m isa: al cuarto día de la novena se inició la
mejoría y declararon los médicos que era innece
saria la temida operación. Hoy está dei todo bien
y espero, con el auxilio de la Santísima Virgen,
que no vuelva a reproducirse la enfermedad.
G uayaqu il, Junio do 1906.
E. de S.
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Barranquilla (Colombia). — Isabel M. Salcedo,
por un favor especial.
Concepción (Chile). — Una hija de María, por la
conversión de un moribundo que se resistía á re
cibir los auxilios de la Religión. — Rosa Garretóu
de G., por haberla sanado de una hemorragia peligrosisima. — Una Cooperadora sales., por haberla
consolado, haciéndola recibir noticias de su her
mano, ausente hacia mucho. Luis Suvoedra, por una
gracia señalada. — C. G. P ., por la milagrosa cu
ración de una niña, atacada de meningitis y pade
ciendo frecuentes colapsos. — Una devota agradecida, por la salud de su hermano. — Una Coope
radora, por haberle destruido unos insectos que
devastaban su jardin. — Angela Vda. de Mendoza,
por la salud de un pajecito de su casa, enfermo
de gravedad. — Bernarda Escovar de S., por su
milagros;» curación.
Caá Cate (Argentina) — Y. J ., de Blanco, por
un gran favor.
Charmacillo (Chile). — Luisa E. Guiñones, por
haberla sanado de una enfermedad ;t las manos,
que todos creían incurable.
Diriaraba (Nicaragua). — Mariana Cruz de S.,
—
por haberla sacado ilesa de un accidente que pudo
ser mortal. — Esteban Gutiérrez, por una gracia.
Granada (Nicaragua). — C. ¿M. de Castillo, por
haberles dado la salud á ella y á su hija. — ¿0.
mitila Morales, Xior la salud de su hija Natalia.
Inigalpe (Nicaragua) — Genoveva Cruz, por una
gracia y envía 5 pesos.
Jinotepe (Nicaragua). — Ignacia Royas, por la
salud obtenida. — Angela P. vda. de Alegría, por
haber sanado de grave disentería á su nieta Car
men Román A . y envía 5 pesos. — Victoria Zii~
ñiga, por la curación de una amiga. — Alargarila
Urbina, por haberla consolado en varias aflicciones,
y entre ellas el haber salvado la vida á un hermano
suyo que recibió una grave herida. — Clemencia R.
de Cordero, por un favor recibido. — Rosalía Duarte,
por la salud elcaiizada, 3 pesos. — Dominga de
Sendigo, 5 pesos, por haberla sanado de incurable
enfermedad. — Gregorio Suárez, dor haber salvado
á su hijo en inminente peligro, 6 pesos. — María
A . íMa7iú, por la salud de su padre. — Alaria Gon
zález, por haber curado de molesta enfermedad.
— Gregaria Virgilia de Paz, por dos grandes fa
vores : el de haberla salvado cuando estaba á punto
de perecer con su hijo y esposo, y curado de en
fermedad crónica. — Francisca de S. Fernández,
por la salud de su hijo gravemente enfermo y lejos
de ella. — Teodoro Fernández, Mdarino Barrera,
Rita Aliranda, Santiago Urbina, Leandro Urbina,
Frutos Fernández, José María García C., Estébana
de Robledo, Josefa Pérez, Calixto Urbino, Evaristo
Urbino, AJanuel Urbina, Paula Amador y Luis
Bennüdez, por favores recibidos.
La Plata (Argentina). — T. O. Crola, por ha
berle ayudado en un apuro colegial.
Managua (Nicaragua). — Estanislaa de Marenco,
por haberle salvado de una fiebre maligna á su
tierna liijita Isabel que no estaba bautizada.
Penco (Chile). — Dionisio López de Camaño, por
haberle devuelto la salud. — Lorenza Venezuela
de S., por haberle obtenido la mejoría en una en
fermedad al hígado. — Angela Figneroa, por ha
berle hecho desaparecer á su hijito un abultado y
doloroso tumor en la cabeza. — Agustina Sxnhueza,
por haberla sanado de una enfermedad y librado
de grave peligro. — Una devota, por la milagrosa
curación de una joven de su familia.
Rancagua (Chile). — Eleodora Miranda, por un
favor alcanzado.
S. Carlos (Nicar.agua) Justo P . Padilla, por fa
vores recibidos.
S. Marcos (Nicaragua). — Mercedes de Toledo,
por varios favores, y entre ellos, la curación de su
lilja Francisca Susana, enferma del terrible crup.
— Josefina Smiaza, por la instantánea notable y
mejoría de su hija.
S. Tomás (Nicaragua). — Francisca Sevilla de
Fonseca, da gracias á María Auxiliadora, por una
gjacia recibida y envía 5 pesos en plata.
San Pedro de Lóvago (Nicaragua). — ¡osé An
tonio Garda, por una gracia epescial y envía 5
pesos plata.
—
45
Vinces (Ecuador). — Petra viuda de Noríega,
por uii varios beneficios recibidos manda celebrar
una novena en el Santuario de Tnriu y envía una limo«:na.— /Ví/r£7 N . Echeverría, da gracias por favores
recibidos, entre ellos, la completa curación de un liijo
suyo y envía una limosna. — Rosa Ester Pimentel
Marín, por varios milagros alcanzados, manda una
limosna. — Benjainina F . de Donoso, muy satisfe
cha hace público el gran favor recibido de María
Aux. devolviéndole la salud á su querido esposo,
después de haber agotado toda clase de medios.
— Rosario Noriega, por gracias concedidas de la
Virgen, hace celebrar una novena en su honor. —
Magdalena Coello v. de Aguayo, por haber conse
guido que la Virgen Santísima le devolviera la sa
lud á su hija Carmen, llena de gratitud manda ce
lebrar una misa en el Santuario de Turin y remite
una ofrenda. — Marcelina Lozano, da gracias por
varios favores recibidos.
Piden oraciones: Gregorio Suárez para obtener
un favor necesario, F . R. por la conversión de una
persona querida.
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesa
dos y comulgados, visiten devotamente una
iglesia ó capilla pública, ó si viven en comu
nidad, la propia capilla, y rueg’uen según la
intendón del Sumo Pontífice, pueden ganar la
siguientes indulgencias:
—
Además, pueblen lucrar muchísimas indul
gencias parciales, las cuales están todas enu
meradas en el Reglamento, en las páginas 26
y 27 y en el Bolctin Salesiauo del mes de
enero de 1905, al cual remitimos á nuestros
Cooperadores. Notamos, especialmente, el pri
vilegio de poder ganar, sin necesidad de con
fesarse, estando eso sí, en gracia de Dios,
todas la indulgencias de las estaciones de Roma,
de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago
de Compostela, todas las veces que recen
cinco Padrenuestros, Ave María y Gloria Patris, por la paz de la Cristiandad y un Pater,
Ave y Gloria según la intención del Sumo
Pontífice.
Siete años y siete cuarantenas todos los
viernes de Cuaresma.
^ e rca v \ x v a t\ ó tv
á h ie rv a
La junta permanente de peregrinaciones á Tierra
Santa, atendiendo á los deseos de S. S. Pío X, y
al buen éxito de las verificadas en años anteriores,
ha publicado una circular anunciando una nueva
Plenarias. Ea todo tiempo:
peregrinación para la segunda quincena de Abril
del año en curso.
1. * El día que dieren su nombre á la Unión
Ei itinerario de dicha peregrinación es el si
de Cooperadores;
guiente: Barcelona, El Pirco, Atenas, Estrecho de
2. * Una vez al mes, el día que cada cual quiera los Darclanelos y Mar de Mármara, Costantinopla,
El Bósforo y ^íar Negro, Archipiélago de las islas
escoger;
y Igualmente una vez al mes, el día que de Rodas, Palmos y Chipre, Caifa, Monte Carmelo,
Nazaret, Cana de Galilea, Monte Tabor, Tiberiades,
asistan á la Conferencia;
Lago da Genezaret, Magdalah, Capharnaum, Bet4-* Asimismo una vez al mes, el día que ha saida, Montaña de las Bienaventuranzas, Jafa, je
rusalén, Belén (visitando varios lugares), Port-.Said,
gan el ejercicio de la buena muerte ;
5®El día que por primera vez se consagren El Cairo, Alejandría, Ñapóles y Roma, Civitá
Vecchia, Barcelona.
al Sgdo. Corazón de Jesús;
Los precios de los billetes, incluidos lodos los
6.* Cada vez que por ocho días consecutivos gastos, serán en primera clase, 3.000 pe.setas y en
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
segunda, 1.500, debiendo abonar los peregrinos el
?.* En articulo de muerte, si confesados y co diez por ciento en el acto de la inscripción y el
mulgados, ó al menos contritos, pronun resto cuando ia junta determine.
Las solicitudes dei>erán dirigirse á D. José María
ciaren devotamente el Snio. Nombre de Jesús de Urquijo, ó á D. Luis de Garitagoitia, presidente
con la boca á ser posible, ó al menos con el y secretario respectivamente de la junta organiza
corazón.
dora.
Los que deseen conocer todas las condiciones de
En el mes de Marzo.
la inscripción de peregrinos, pueden dirigirse á la
junta organizadora en Bilbao, y en Zaragoza al
•* 24. Domingo de Ramos.
presbítero D. Manuel R. Hernando.
25. Anunciación de María Sma.
Los que deseen tomar parte deben inscribirse
y is. Pascua de Resurrección.
cuanto antes.
POR EL MUNDO SALESIANO
IT A L IA .
. FAENZA. — Inauguración de la Palestra.
E l 28 de de Octubre del pasado año, tuvo lugar
en el instituto salesiano un acontecimiento, digno
de mención. A la presencia de un numeroso público
se inauguró la Palestra y se bendijo solemnemente
la bandera de la sociedad gimnástica Fert, nacida
felizmente en el seno del Oratorio festivo. Delegado
por el limo. Sr. Obispo,bendijo el espléndido estan
darte Mons. Miguel Pega, Subsecretario general de
la S. Congregación del Concilio. Fueron padrinos el
Conté Zucedini, como presidente de la Asociación
Católica y la Sra. Doña Ursula Archi-Mussolini,
Presidenta de las Damas de María Aux. y benemé
rita ya de las Obras Salesianas. Antes de consignar
la bandera á la sociedad, el Conde pronunció una
breve alocución, explicando el significado de la
bandera y exhortando á los jóvenes á mantenerla
siempre aJta «en el soU como dijo, para hacer brillar
á la faz del mundo la cruz que en ella se ostenta :
en ia bandera deben encontrar el valor suficiente
no sólo para los ejercicios gímnicos, sino también
y principalmente, para arrostrar las dificultades de
la vida moral y material, y corresponder así á las
esperanzas de la Religión y de la Patria.
Consignado el pendón entre aclamaciones entusia.stas, levó un enérgico discurso sobre el espori
cristiano el Prefecto-ecónomo del Instituto. En
seguida los jóvenes, bajo la dirección de los Maestros
Bíusini y Cattani, ejecutaron diversos ejercicios
gimnásticos. Como intermedio de la Academia, se
distribuyeron premios á los que más se habian dis
tinguido en el ejercicio de prueba del día anterior.
El local de la Palestra es con razón admirado por
los entendidos, por sus justas proporciones, la con
veniente distribución de colorido y la proporcionada
iluminación eléctrica. Es obra gratuita del conocido
artista D. Luis Dapporto.
Dos telegramas, al Papa y al Rey, obtu\*ieron
las siguientes respuestas t
^
« Presidente Sociedad Gimnástica — Oratorio
Salesiano — l'acnza — Santo Padre bendice Aso
ciación y agradece homenajes presentados día inattguración local y Bandera. — Card. M E R K Y D E L VAL.
El Rey contestaba de Pisa, donde se hallaba de
vuelta de las grandes maniobras.
« Presidente Sociedad Gimnástica Recreatorio
Salesiano — Faenza. — Su Majestad agradece vi
vamente eficaz homenaje rendido por esa Sociedad,
con los expresados y bien apreciados sentimientos y
saludos. *
MONDONIO {Monferrato). — E l 29 de Octubre
p. p .,en el cementerio de Mondonio se procedió al
reconocimiento de los restos mortales de Domiago
Savio. Intervinieron el Rvmo. Sr. Vicario General
de Asti, el de la Cancillería Episcopal, el Párroco de
la Catedral, el alcalde y párroco del pueblo, d
Oficial de Sanidad y el Sac. Salesiano D. Esteban
Ti'ione, que representaba, al P. Rúa. El cadáver se
había sepultado el 10 de Marzo de 1847, y así, para
conmemorar el 50“ aniversario se le colocará en
más honrosa sepultura. Con el fin de que nada per
judique la causa del piadoso alumno del Oratorio de
Valdocco, si se debiera entablar, se había procurado
que todo procediera con la mayor reserva; ¿pero
quién puede contener una turba del pueblo en donde
moran entre bendiciones los despojos del angélico
joven ?
D. Bosco mismo escribió su vida, que á juicio
del Emmo. Card. Parocchi, vale un volumen, y en
la cual se refleja límpida y fiel la fisonomía de Don
Bosco, hecho tanto más admirable, cuanto expresa
al vivo la imagen suave, el alma bella de un ino
cente. ■
ESPAÑA.
VIGO (Parroquia del Sagrado Corazón). Resu
completa.
Tomamos del Boletín Oficial delObispado de Tuy:
Todos los años se esfuerza esta novel y humilde
parroquia, ú que las fiestas que dedica á su Deífico
Titular, revistan el mayor esplendor posible y en
este año la realidad superó en mucho nuestras mejor
concebidas esperanzas.
Todas las noches á contar desde el 1° de mes, ai
toque de oraciones, gran número de fieles nos reu
níamos en torno á Jesús que teníamos expuesta
La Novena que empezó el día 25, sirvió no poco
para encender más y más los ánimos de los adora
dores, en el amor de Jesús y á que aumentara cada
día más la concurrencia. Dábale grande realce la
afinación, con que la música dirigida por el Sr. So
telo, sabía cantar preciosos motetes y estrofas de
ocasión; el ornato dcl altar con variados regueros
de luz.
El encargado de dirigimos la divina palabra du
rante el Triduo que precedió á la fiesta, fue el cas
tizo y elocuente orador sagrado Maestro de Capilla
de Orense D. julián Ortiz, á quien escuchábamos
con la mayor fruición y piedad tanto por la im
portancia de los argumentos tan acertados que
supo escoger, como p>or la forma tan llana á la par
que sublime con que los supo presentar á nuestra
tosca inteligencia.
Había ya llegado para nosotros el tan ansiado
primero de Julio, día fijado para nuestra gran
— 47 —
festividad. Durante la tarde y noche precedente,
muchos fieles se habían lavado en las santas aguas
de la Penitencia, y esto nos hacía esperar que la
Sagrada Mesa se vería concurrida. Al despuntar el
alba un repique general de campanas anunciaba
algo de extraordinario. Llegada la hora de las cinco
y media, se daba comienzo á la primera Misa para
las personas ocupadas de las que un gran número
recibieron el Divino Pan, para estar prontas á sus
quehaceres; á la vez que otras se purificaban con
la Santa Confesión.
á mí.» L a Misa solemne de las diez, íué una verda
dera demostración de afecto á Jesús por la inusi
tada concurrencia de feligreses, que apiñados lle
naban el Santo Recinto. Ofició de celebrante el
M. I. Sr. ex-párroco de Guanajay (Cuba) D. Angel
Pita, muy querido en esta localidad, quien antes de
empezar el Santo Sacrificio, estrenó, poniendo
de manifiesto á S. D. M., una artística y grande cus
todia, regalo de un piadoso feligrés. Ocupó la Sa
grada Cátedra, el referido orador D. Julián Ortiz,
quien pareció excederse á sí mismo.
Guayaquil - Alumnos internos del Colegio Saicsíano.
A los acordes del armónium empeñó la Misa de
Comunión general, á las siete, que celebró el Sr.
IHrector del Colegio Salesiano de S. Matías, du■ ^te la cual los alumnos internos del mismo, can
taron precisos motetes. Antes de distribuir el Pan
Sacramentado,el Celebrante dirigió á los numerosos
fieles una sentida plática preparatoria que fué es
cuchada con silencio sepulcral. Entre los comensales
del Divino ágape, se hallaba un buen número de
oiños y niñas que por vez s e g a d a se acercaban á
:ia augusto Sacramento (pues la primera la hi
ñeron el segundo día del Triduo, festividad de
San Pedro), quienes en unión de otro gran número
de compañeros suyos que voluntariamente se les
fiabían juntado para este acto, formarían, sin duda,
®ás que nadie, las delicias del buen Jesús, que á
Continuo d e cía : * Dejad que los niños se acerquen
Mas lo que forma la nota culminante de esta
fiesta, lo que dejará imperecedera memoria, lo que
será siempre un gratísimo recuerdo, digno de escri
birse en latras de oro, íué la brillantísima procesión
de la tarde. Un repiqueteo general de campanas, el
disparo de profusión de voladores y bombas, el
hormiguero de gente que de todas partes afluían
al Templo, eran indicio de que se acercaban las
seis, hora designada para la función. Dióse prin
cipio á ésta poniendo de manifiesto á S. D. M. que
era velado por celadoras del Apostolado y después
délos cantos y ceremonias de costumbre, un nutrido
coro de voces entonó el « Altísimo Señor » que íué
continuado por los fieles alternando con la Esta
ción. Terminado el Santo Rosario y la Novena en
la forma solemne de los dias anteriores, se organizó
la procesión.
Presidían dicho acto el alcalde Sr. Senra y los
concejales Sres. Otero, Ferrer, Gómez, Rodríguez
y el Teniente ayudante del Regimiento de Murcia,
colocados inmediatamente después de los ministros
sagrados. Cerraba la processión la Banda militar
del indicado Regimiento que amenizaba esta fun
ción con escogidas marchas. Oportunamente va
rias señoritas del Barrio habían preparado un pri
moroso altar frente la casa del Sr. Alonso, término
de esta parroquia, donde paró un poco la procesión
y la Escolanía del Colegio Salesiano, cantó preciosos
motetes, terminados los cuales, el señor Preste to
mando la Sagrada Custodia, imparte la Santa Ben
dición al mar en medio del silencio y general reco
gimiento de los fieles que cayeron todos de rodillas
y de una atronadora salva de bombas y morteretes;
cuyo acto emocionó sobremanera á los circunstan
tes y fué repetido antes de entrar, desde las
puertas de la Iglesia. Replegada la procesión en el
Santo Recinto, en medio del mayor orden y de
voción, después de colocada la Santa Custodia
sobre un precioso templete, el Sr. Párroco con voz
clara y penetrante leyó desde el púli>ito el acto de
consagración de la parroquia al Deífico Corazón
de Jesús, cuyas palabras repetían con viva fe y
entusiasmo la inmensa masa de fieles de que estaba
repleta la Iglesia. Inmediatamente los cantores
entonaron el Taníunl I£rgo y pocos momentos des
pués, los allí reunidos, postrados de hinojos, reci
bíamos la Bendición con S. D. M. Hecha la re
serva el Sr. Director del Apostolado impuso el Es
capulario, la medalla y entregó el Diploma á las
nuevas celadoras, mientras resonaba en las sagra
das bóvedas el arrebatador himno « Corazón Santón,
con lo cual se dió por terminada la función, reti
rándose la gente altamente impresionada y satis
fecha del espectáculo encantador que acababan de
presenciar y que tan gratísimo recuerdo deja en
nuestros corazones.
Inauguración de una nueva Capilla en la Casa Sa>
lesiana de Vigo.
Y a desde el año pasado venía sintiéndose la ne
cesidad en este Colegio de una Capilla más capaz
que la que existía, por la concurrencia de niños al
Oratorio festivo, y á Dios gracias, hemos podido
inaugurar una más amplia en el piso bajo del nuevo
brazo de edificio que se ha construido este año.
La inauguración se hizo el día 28, onomástico de
nuestro Sr. Director. En la víspera fué bendecido
el local y trasladado en procesión el Smo. Sacra
mento de la Capilla antigua á la nueva. El día de
la fiesta se celebró la primera misa á las ocho, en la
que comulgaron numerosos niños del Colegio.
Por la tarde, después de la bendición con S. D.M..
se hizo una hermosa velada en honor de nuestro
Sr. Director.
Así terminó la fiesta de ese día, que ha dejado
muy grato recuerdo en nuestros corazones. Quiera
el Señor que pronto la veamos llena completamente
los días festivos de niños que acudan á nosotros
á pasar los días de fiesta lejos de todo peügro para
sus almas.
A M E R IC A
MOSQUERA (Colombia). — Una nueva capilla
terna.
íq.
De una carta del R. P. César á nuestro vene
rado Superior General, tomamos los siguientes
datos :
Dada la estrechez de la existente y la necesidad
de ampliar el local, urgía una nueva demora al
Huésped de nuestros altares. Los mismos novicios
teniendo al frente un aspirante albañil, han con
vertido un antiguo granero, oscuro y mezquino,
en artística capilla. El altar es muy hermoso y de
voto y la decoración de las paredes y el cielo, nada
dejan que desear.
El domingo, 2 de Setiembre, fué el escogido para
inaugurarla. Hallábanse presentes nuestro vene
rado Inspector, el P. Aime, el Sr. Dr. Sierra, \1cario Foráneo de la vecina villa de Funza y el nú
cleo de los Cooperadores de la población, que nos
han ayudado cuanto han podido. A las 3 de la
tarde bajamos procesionalmente de la antigua capi
lla á la nueva, cantando las Letanías de los Santos;
el Sr. Inspector la bendijo y bendijo también las
tres bellísimas estatuas que dos eximios coopera
dores españoles regalaron á nuestro buen P. Arato.
En seguida, volvimos á la capilla y condujimos so
lemnemente bajo rico baldaquín el Smo. Sacra
mento á tomar posesión de su nueva morada.
Colocado ya en su trono, cantóse el Te Deum, el
Tantum ergo y se impartió la Bendición con S. D. .M..
Acto seguido, el Sr. Inspector dirigió la palabra á los
presentes, agradeciéndoles su apoyo, sus servicios,
su cooperación, y ellos la escucharon con verda
dera satisfacción, animándose más á seguir ayu
dándonos y proseguir adelante en la caridad y vida
cristiana, propia de los Cooperadores saJesianos.
A la mañana siguiente, se cantó una misa, con
grande concurrencia, según la intención de los
bienhechores de la obra. Ahora somos felices, te
nemos á jesús real y literalmente en medio de nos
otros, puesto que podemos verlo desde las clases,
refectorio y habitaciones. Ruegue, padre, para que
podamos hacerle digna compañía.
BARRANQUILLA (Colombia). — Visita inspecíorial. — Clausura del año escolar.
«Tanto los salesianos como los cooperadores he
mos disfrutado de la satisfación de tener por algunos
días entre nosotros al Inspector de las casas salesianas de la República.
El R. P. Antonio Aime, dejando sus quehaceres
de Bogotá, bajó á nuestras costas á traemos con su
visita alegrías y consuelos, á alentar el ánimo de
sus hijos para que sigan trabajando esforzados en
la abundante mies que el Señor aquí les ha propor
cionado, y á dejar en el alma de todos los que he
mos frecuentado su trato, impresiones agradabi
lísimas, de esas que en la vida pocas veces se expe
rimentan y que sólo suelen encontrarse en el seno
de la amistad desinteresada, cuyos fundamentos
están puestos en el amor divino. Con ocasión de
esta visita, hemos podido conocer los frutos de los
—
esfuerzos y de las fatigas de los salesianos en esta
Capital. A los pocos días de la llegada del Inspector,
tu^■ ieron lugar los exámenes públicos de los estu
diantes externos del Instituto Salesiano. Asistieron
á ellos entre otras distinguidas personas, el D i
rector de Instrucción Pública y el Sr. Alcalde, quie
nes en vista del adelanto de los niños, tuvieron pa
labras de felicitación y aliento para el Director y
los maestros. Satisfechos debieron quedar no sólo
los niños que tan bien supieron manifestar al pú
blico su correspondencia á los des\’elos de sus su
periores, sino también y principalmente, sus padres
al ver en el aprovechamiento de sus hijos, la corona
de sus esfuerzos y la vela poderosa que, henchida
por los vientos de la aplicación y de la constancia
llevará la barca de sus tiernas vidas á la conquista
de un porvenir lleno de venturas.
La premiación de los niños que por su puntua
lidad, aplicación, aprovechamiento ó buena con
ducta merecieron que se les entregara pública
mente un diploma ó una medalla ó algún otro
premio, tuvo lugar en la noche del 28 de octubre
antes de dar principio á la función dramática-mu
sical con que los salesianos y alumnos festejaron
á su amado Inspector. Esta terminó cerca de las
II de la noche, hora en que la concurrencia, que
fué numerosísima se retiró, llevando un alto con
cepto de la Obra Salesiana, que sabe armonizar tan
perfectamente la oración con el trabajo y la ense
ñanza de la %'irtud con el regocijo y la alegría.
El R. P. Aime antes de alejarse de Barranquilla
nos hizo á los cooperadores una conferencia Uena,
como todo lo que dicen sus labios, de amor, de bon
dad y de pensamientos hermosos y halagadores
acerca de la educación de la ju\’entud y de la re
compensa de los que de cualquier modo ayudan á
levantarla; bendijo la parte del edificio que el R.
P. Briata ha edificado y que con lo que aun falta
por hacer, formará el grandioso plantel en donde
vendrán á aprender la ciencia, la virtud y el tra
bajo los hijos del Pueblo, y luego volvió al interior
de Colombia lleno de esperanzas en el porvenir
de esta casa, dejando en todos los corazones la paz
y el contento como opimos frutos de su permanencia
entre nosotros y cuyo recuerdo será siempre gra
tísimo para todos los cooperadores de esta ciudad
que por su adelanto y jirogreso ha merecido que se
la llame « L a Sultana del Magdalena ».
T. C.
QUITO (Ecuador). — Premios — De la relación
que hace el D. Bosco, tomamos algunas lineas y
compendiamos lo restante.
«¡Qué hermoso espectáculo presentaba el 5 de
.Agosto el colegio de la Tola! Bajo un mismo techo
se hallaban congregados los Ministros del Altar,
los Cooperadores y Cooperadoras, los padres de fa
milia y sus hijos, los Salesianos y sus alum nos;
todos penetrados de los mismos sentimientos y con
el mismo fin. — Los Ministros del Señor para ver
los admirables efectos que produce la educación re
ligiosa en el corazón del niño ; los beneméritos Coo
peradores para recoger los frutos de su constante
caridad y cristiana cooperación ; los piadres y ma
dres de familia para cerciorarse del adelanto de sus
49
—
hijos y cosechar el producto de tantas fatigas y pri
vaciones ; los superiores del plantel y el respetable
cuerpe de profesores en unión de los maestros de
los talleres, para presentar, no por ostentación, los
nunca engañadores resultados de sus sacrificios,
prolijidad y perenne entusiasmo en la enseñanza:
los alumnos para mostrar y patentizar á las claras
que han sabido, como abejitas, labrar delicioso
panal en los pechos, chupando de las flores de ¡a
educación religiosa la miel de la virtud y del tra
bajo, y la cera de la docilidad y buenas costumbres:
con esta cera cambiada en blanquísimos cirios,
alumbrarán, sin extinguirse, el hogar paterno \’
muy en breve á toda la sociedad.
«Se dió comienzo con el Himno Nacional, can
tado p>or los alumnos quienes, con sus argentinas
voces y el entusiasmo febril con que lo modulaban,
tocaron en las fibras del corazón ecuatoriano, al re
cordar que la libertad legada por nuestros ilustres
próccres de la Independencia, ca.si va no la cono
cemos. Estrepitosos aplausos resonaron cu el salón
al terminarse el Himno patrio.
«El Superior del Colegio, el M. R. P. Guido Rocca,
antes de proceder á nombrar la lista de los alumnos
premiados, en breves y sucintas íra.ses, presentó el
trabajo, adelanto y mejoras obrados en el curso
del año escolar, en lo que respecta á los talleres v
á los estudios ; y alentó á los cooperadores á conti
nuar siendo generosos y caritativos. Presentó ya
aptos á entrar en el mundo, á cuatro jóvenes del i v
Curso Técnico Comercial. La banda amenizó el
acto. Se puso en escena el Tomás ^loro.
Al final, se levantó el Rev.mo Sr. Alvarez Ar
teta, y pronunció, como él sabe hacerlo, el elogio
de la Obra Salesiana ».
GUAYAQUIL (Ecuador). — Con el título «Una
fiesta simpática, publica «El Ecuatorianos una
relación, de que tontamos las siguientes líneas :
Bien podríamos llamar un triunfo de María, la
fiesta que celebraron antes de ayer los hijos de Don
Bosco con sus alumnos ó innumerables devotos
de la Virgen Auxiliadora. La iglesia de la Merced,
las calles más frecuentadas de la ciudad, fueron
teatro de este triunfo.
La estatua que bendijiadosa, feliz, dichosa, suavemente dirigida, contra
las tenebrosas maquinaciones del error que á todo
trance (luiere inculcar en ella tendencias funestas
y encaminarlas por extraviados senderos.
Todos los proyecto» de la revolución, todos sus
planes siniestros se estrellan contra este admi
rable ])lan que reina en las instituciones católicas,
i Ilusos del error! hubiera querido penetrar hasta
lo último de vuestro sér, para conocer vuestras
impresiones al presenciar el inenarrable espectáculo
que ofrecían dos mil niños reverentemente pos
trados en las naves de este grandioso Santuario de
Luján, con sus frentes inclinadas ante el Dios in
finitamente bueno, cruzadas sus manos delicadas
en humilde actitud , silenciosos, modestos, demos
trando con una dignidad sublime su fervor reli
gioso. Quisiera que en esta época de grandes ce
guedades, de pasiones y de trastornos, los satélites
del error, Imbieran contemplado este cuadro aca
bado, del que no alcanzo á presentar un ligerísimo
bosquejo. Del exceso del mal nace un bien mayor
y entre los bienes que la Providencia nos depara,
ocupatt honroso lugar estos niños salesianos, áquie»\cs podemos llamar sin reserva colosos de la fé,
porque en sus tiernas almas vive ésta firme é in
quebrantable.
Vedlos recibir la Hostia purísima y en sus ros
tros aún velados por las sombras de la inocencia,
—
encontraréis reflejos de las intensas emociones que
experimentan y en su continente respetuoso, elo
cuente prueba de la gratitud que sienten ai r^ibir
en sus corazones el cuerpo sacratísimode Jesucristo.
Niños, comprenden la magnitud del beneficio que
Dios les dispensa y lo agradecen conmovidos y su
misos. ¡Ah! la Santísima Virgen de Luján los mira
complacida con infinita ternura y recibe estos
homenajes con los brazos extendidos, para elevarlos
con fervientes ruegos hasta el Trono de su divino
Hijo Jesús.
Siete son los colegios salesianos que han atrave
sado las calles de Luján, llevando al frente la ma
jestuosa bandera Papal custodiada por otras dos
hermosísimas banderas argentinas. Tres bandas de
música, pertenecientes al Colegio Pío IX , León XIII
ó Huerfanitos de Don Bosco y Sagrada FamiOa
(Bcmal) formadas por alumnos, figuraban en la
soberbia procesión que marchaba guardando un
orden admirable , tanto á la llegada como al re
greso.
Termina la santa misa, los oratorios suben al
bendito Camarín, donde cada niño formula una
promesa, hace un voto, dirige una súplica, eleva
un ruego á la celestial María. Después de ser ver
daderos adoradores de Dios, veneran á su Madre
Santísima. ¡ Qué bellísimo acto de piedad ! Gran
des virtudes se necesitan para remediar los males
sociales más violentos cada día, y he ahí la labor de
los salesianos que no permanecen inactivos ante
el peligro, si que por el contrario por un generoso
esfuerzo tienden á reconquistar el espíritu cristiano,
para de este modo, salvar á todos.
A las 11 todo es belleza, todo es vida en los gran
des y amplios salones d e l« Descanso de Peregrinos»
donde dos mil niños toman la delicada merienda,
en alegre bullicio, sin que se oigan notas discor
dantes, ni desórdenes, imposibles en esa pléyade
de jóvenes para quienes la obediencia es una lev
que cumplen sin violencias, sin el menor desagrado.
Cierto es que la obediencia ha ido penetrando en
sus corazones al calor del afecto y en esa forma
ofrecida, acéptase como deber ineludible, sin mo
lestias, sin recelos.
Entre doce y una, el gran patio del « Descanso
de Peregrinos * ofrece un aspecto encantador. Las
bandas de música ejecutan trozos de los más inspi
rados maestros y los niños se entretienen en di
versos juegos y corren, ríen y saltan, demostrando
esa satisfacción íntima de quien se siente feliz. El
sol aparece breves momentos como para disipar
los temores de lluvia y vuelve á ocultarse para no
ofender con sus poderosos rayos á esa piadosa ju
ventud, esperanza de la patria y plantel de grandes
virtudes.
Oyese un toque de com eta y los oratorios ocupan
los puestos designados, mientras el señor Moreau.
acreditado fotógrafo, toma posiciones para obtener
un excelente cliché, que recuerde á los niños los
encantos de este día. Y el señor Moreau obtuvo
dos preciosas vistas de conjunto, venciendo todas
las dificultades que se le presentaban.
No cabe figurarse las pruebas de filial cariño que
brindábanlos niños á su R. P. Superior cuando apa-
—
redó en el gran patio. Todos á porfía se apresura
ban á besar la mano del dignísimo P. Vespignani,
que para cada uno tenía una frase de cariño, de
bondad, de afecto.
Una hora ha transcurrido y como se acerca el
momento de la partida fijada para las tres, los ora
torios se dirigen al Santuario y ocupan las amplias
naves, el crucero, entonando cánticos á la Virgen :
4 Ave, Ave, Ave María » repiten dos mil voces y
sus ecos resuenan en el augusto templo como har
monías bellísimas que enternecen al corazón de
nuestra Madre de Luján.
5 1
—
tecillas que inclina el vendabal y las destroza si el
jardinero encargado de cuidarlas no las presta su
ficiente apoyo para que crezcan lozanas y esbeltas.
Cuando termina el P. Boneti, el R. P. Vespignani,
da lectura del telegrama que le ha dirigido el Excmo
Sr. Arzobispo, contestando al que elevaron al vir
tuoso Metropolitano á su llegada á Luján y que
está concebido en los siguientes términos :
« Celebro la peregrinación de los dos mil niños de
D. Bosco y los bendigo afectuosamente. — ^ Ma
riano Antonio, Arzobispo de Bs. As. »
Trozos selectos de música religiosa y que ofre-
úuayaquii • Procesión de María Auxiliadora.
Son las dos y al repique de las campanas co
mienza el Rosario que todos rezan de rodillas. Dos
mil niños, en cuyos semblantes se refleja la satis
facción más \nva, oran con ardiente fe. Es la ple
garia por excelencia, la de la niñez piadosa ro
deada por el perfume de la inocencia. Y María la
recibe con sonrisas celestiales y la bendice con
ternura maternal.
Ocupa la sagrada cátedra el R. P. Valentín Boueti, director del Colegio Pío I X ó Artes y Oficios
y empieza su conmovedora plática diciendo á los
QÍño« : ; los ángeles se alegran y también se alegran
los hombres al contemplar este espectáculo bellí
simo. > En el curso de su sentida oración exhortó á
los jóvenes salesianos se cobijaran bajo el manto
purísimo de María para p>erseverar en la virtud á
fin de t.T verse expuestos á ser tronchados por el
huracán de las pasiones, como sucede con esas plan-
cían grandes dificultades, cantó un coro formado
por crecido número de alumnos acompañados del
órgano del Camarín, mientras se revestía el R, P.
Superior para impartir la bendición con el Santisimo Sacramento, solemnísimo acto, lleno de la
más severa majestad.
Todos los niños de rodillas, con las manos cru
zadas, en actitud grave, en silencio respetuoso,
postradas las frentes, adorando á su Dios, así re
cibieron la bendición del Santísimo los alumnos sa
lesianos.
No abandonaron los piadosos jóvenes el Sanluario donde tan puras y gratas emociones habían
experimentado sus corazones, hasta que cesó el
ói^ano de preludiar el Adiós, Reina del cielo, senti
dísima despedida á María, escrita por un P. Sale
siano.
Como valientes que hacen profesión pública de
— sa
lina fe inquebrantable, que siempre triunfa, han
comenzado el camino de la vida estos peregrinos a
quienes felicitamos calurosamente y tenemos la se
guridad de verlos siempre practicando las virtudes
cristianas, para ser modelo de buenos hijos ahora
y de buenos católicos y ciudadanos en lo porvenir.
Además del telegrama al Exemo. Sr. Arzobispo
de Huenos Aires, dirigieron otros dos; uno al Iltmo.
Sr. Obispo de La Plata y otro á la señora Enriqueta
Alais de Vipot, presidenta del comité de G^operadores salesianos, saludando en ella á las benemé
ritas socias y manifestando que en el Santuario de la
Santísima Virgen, reunidos dos mil niños, implora
ban! as bendiciones del cielo sus personas y familias.
CONCEPCIÓN (Chile). — « I,a Unión Constitu
cional » en su número del 22 do Octubre del año pa
sado jniblica un brillantísimo reporte de la Gran
Asamblea del 21 en la Casa Salcsiana; siéndonos
imposible reproducirlo todo, presentamos un re
sumen á nuestros lectores.
Pocas veces ha tenido lugar en Concepción una
fiesta social más concurrida y más espléndida.
Presidida por dos Obispos, el diocesano y el de
San Carlos de Ancud, la asamblea congregó á cuanto
de más distinguido y más valioso tiene la sociedad
penquista.
h.l extenso patio del Coleeio Salesiano, florecido
de guirnaldas y festoneado de banderas, desbor
daba (le elegancia, de distinción v de hermosura...
1.a nota clara de los vestidos de la estación daba
á aquel conjunto pintoresco un aire primaveral.
Cu un extremo, bajo un baldaquino rojo, las
venerables figuras de los lltmos. señores Izquierdo
y Jara, á cuyo alrededor tomaban asiento varios
Ministros de la Iltma. Corte, jefes militares y miem
bros airaclerizados del clero, atraían las miradas
do toda la concurrencia.
La banda del Instituto y un admirable coro de
niflitívs llenaban el ambiente de armonías. La Se
ñorita Emma Wachter y la Sra. Sava Riesco ar
rancan aplausos entusiastas con sus delicadas mo
dulaciones. La Sta. Genoveva Romero, declama
admirablemente las décimas de Velarde : «.Ante un
Crucifijo», y Fernando Serrano las redondillas « A
la Caridad ». Los niños ejecutan el coro de los Doc
tores « El Rey que rabió *. Luego se avanza cu el
proscenio la esbelta figura del Sr. Jara, y una sacu
dida nerviosa pasa por todos los corazones.
Las primeras palabras dcl Iltmo. señor Jara re
suenan vibrantes en medio de un silencio religioso.
— « i Bendito sea Dios que no ha hecho eternas las
sombras de la noche, ni las tinieblas del dolor ! »_
y con dantescas pinccladhs empieza á describir los
horrores de la cat;istrofe dcl 16 de Agosto que sc]>ultó entre hacinai\iicntos de ruinas la ciudad
amada de su corazón, que cuando su espíritu se
se scnti.v ya decaer después de las fuertes y no in
terrumpidas emociones, al llegar á Concepción da
gracias á Dios porque le projx>rciona consuelos ca]>accs de confortar su atribulada alma de Obispo :
encucntraabicrla laCasa Salcsiana y veocupadadignamente \xtT un amigo querido, la Sede episcopal
que dejara \acanlc el Iltmo. señor Laborea.
Concluido este exordio, comenzó el Iltmo. señor
Jara á diseñar la obra de los Salesianos en nuestro
país. Recordó conmovido sus entrevistas con Doa
Bosco, quien le nombró Director General de ks
CcKJperadores en Chile... H ay un momento en que
todas las respiraciones se reprimen, en que todas las
pupilas se humedecen. El orador se ha preguntado
quién dió fuerzas, quién confortó á Don Bosco, para
emprender y llevar á cabo úna obra tan trascen
dental en el mundo. Y antes de responder á esta
interrogación, define, más con el corazón que con
los labios, lo que es una madre.....
Cuando termina la Conferencia, el nombre de
Don Bosco, — '■ « que como el sol se eleva en el ho
rizonte moderno para dar luz y vivificar al mundo»
— y el nombre de sus hijos flotan en el ambiente
saturado de admiración y de entusiasmo. La obra
salcsiana en Chile, con toda su virtud social, con
todo su significado en favor de la Iglesia y de la
Patria, se impone á las inteligencias y á los cora
zones. Parece que se palpa el deseo de cooperar á
esta obra, y que en todos los labios hay una palabra
de bendición para la insigne benefaciora de la Casa
de Concepción, la distinguida matrona doña Maña
Urrejola de Umueda, para el infatigable obrero sa
lesiano, el Pbro. Luis Héctor Salaverry y para el
actual Director de esa Casa, callado apóstol del
bien, que con sólo cinco hermanos suyos y una do
cena de coadjutores, atiende á una Escuela-Taller,
una escuela gratuita, un curso comercial, el Exter
nado dcl Seminario y la edición de varias revistas
y hojas de propaganda católica.
El Iltmo. señor Jara permanece en el proscenio.
Dice que va á cumplir un honroso encargo del Pre
sidente de la República y del Ministro de Relacio
nes Exteriores : va á hacer entrega al Obispo
Concepción en nombre del Gobierno, de la medalla
de oro que el Congreso Nacional acordó conceder
al Ck)bemador Eclesiástico de \ íüparaíso por su
abnegada actitud durante los días en que la viruela
asoló aquella ciudad.
El elogio que el Iltmo. señor Jara hace de su her
mano en el Episcopado es magnífico.— «El Iltmc.
señor Izquierdo, dice, reúne como Obispo en su per
sona la firmeza inquebrantable de Salas, la humil
dad profunda de Blnistts y el infatigable espíritu
de trabajo de Labarca»— Y concluyó : «No vengo,
Iltmo. Sr. y querido liermano. á entregaros esta re
compensa en nombre de la Iglesia : ella guarda sus
recompensas para el ciclo :— vengo en nombre de
la Patria, de la Patria que es madre v sabe agra
decer y premiar las acciones de sus buenos hijos.
Recibid esta medalla, (]uc es de oro, como es uro
la caridad que depositastéis en el corazón de tantos
desgraciados».
Cuando el Iltmo. señor Jara bajó del proscenio
V puso en manos del Iltmo. señor Izquierdo la me
dalla de oro, ambos Obispos se abrazaron estrecha
mente.
Aquel hermoso espectáculo era un símbolo de la
unión inquebrantable dcl Episcopado en la caridad
de Jesucristo !
El limo, señor Izquierdo tomó en seguida la
palabra, agradeció la visita dcl Obispo de .Ancud
—
53
V encareció la labor realizada por los salesianos.
Fué aquella una improv-isación inimitable. Pocas
veces el Iltmo. Sr. Izquierdo habrá estado tan elo
cuente y tan feliz.
Plenamente satisfecha del Acto, la distinguida
concurrencia se retiraba, mimrtos antes de las seis
V media.
NECROLOGIA
El Dr. D. Antonio J. Valdivieso.
Dotado de raras prendas, su muerte ha causado
honda pena en todos los círculos sociales de Cuenca
V Cañar (Ecuador)y enlutado muehos hogares.Como
hombre privado y público supo captarse las simpa
tías y el respeto aun de sus mismos adversarios. De
sempeñó varias veces el cargo de Gobernador del
Anzuay, y lo desem
peñó como guardián
solícito de las garan
tías de sus conciuda
danos. Asistió á varios
Congresos, como Re
presentante por el Anzuav, y se mostró amador de su pueblo.
Su renta de gober
nador y sus 'dietas y
^^á;i:os de aiputado,
sinieron sólo para las
obras públicas de su
provincia. La nota dis
tintiva de este señor
fué la caridad; él alivió
___
muchas necesidades,
enjugó muchas lágrimas y amparó á muchas viu
das y huérfanos.
En su testamento ha legado casi todos sus bie
nes á las casas de beneficencia.
El señor doctor Valdivieso trabajó toda su \nda
y ejerció la caridad sin ruido ni ostentación ; esto es,
practicó una de las más edificantes formas del amor
al prójimo.
Fué, pues, del número de los escogidos que mi
ran las riquezas como elemento para hacer el bien,
y distribuyen sus haberes entre los menesterosos,
atrayéndose las bendiciones del Altísimo que ja
más deja sin recompensa ni la gota de agua que da
mos por su antor.
No hace muchos meses que festejó con pompa
inusitada el centenario de su venerable madre,
!a señora Teresa García, viuda de Valdivieso, á
quien conservaba como preciada reliquia de su co
razón. La madre centenaria ha cerrado los ojos del
hijo, que, cual árbol robusto, daba asilo á su can
sada ancianidad.
Los Salesianos, para quienes el Dr. Valdivieso fué
siempre vivo representante déla divinaProvidencia,
lloran su pérdida, y graban en su corazón, con las le
tras deoro de la gratitud, el venerado nombre del
gran Cooperador.
—
Sr. D. Elias P. Pellet,
(Barm uquilla
- Colombia).
A consecuencia de una afección cardíaca, el 30 de
Octubre en Barranquilla, entregó su bella alma al
Criador D. Elias P. Pellet á los 35 años de edad.
Pocas veces se habrá \ústo un luto tan unánime y
sentido como en la muerte de este inmejorable coo
perador salesiano.
D. Elias por su carácter apacible no menos que
por su buen corazón, no tenía un solo enemigo,
antes todo el mundo se preciaba de ser amigo
su3'0, al paso que muchos lo reconocían por bienhe
chor. A fuer de católico convencido, practicante y
entusiasta, se confesaba cada ocho dias, comul
gaba con frecuencia y todos los dias asistia á la
Sta. Misa y al rezo de Smo. Rosario en la iglesia de
su parroquia. Era sostenedor decidido del clero en
general y de las comunidades religiosas en parti
cular. Con los salesianos, desde que los conoció, fué
siempre generosísimo poniendo su imprenta á dis
posición de ellos para cualquier trabajo tipográ
fico.
Por una coincidencia dolorosísima, D. Elía-s
murió pocas horas después de nacido su primogé
nito. Los funerales con misa de cuerpo presente se
celebraron con toda la pompa posible en la iglesia
parroquial de los salesianos. A l entierro concurrió
un gentío inmenso formado de todas las clases so
ciales. Hicieron también acto de presencia las au
toridades de esta capital.
Barranquilla ha perdido en D. Elias á uno de
sus más dignos y virtuosos hijos. Quiera Dios dar
paz eterna al alma del {malogrado finado y resig
nación cristiana á su joven esposa.
D. José M. Tinoco.
Otra pérdida han sufrido los Salesianos del Ecua
dor en la persona de este virtuoso caballero. Lleno
de ardiente caridad, siempre distinguió y favoreció
á los Salesianos é Hijas de María Auxiliadora. H o
nestísimo en sus costumbres, fué padre de nume
rosa familia que hoy llora su pérdida y echa me
nos su sombra veneranda. Jamás pobre alguno
lia ó á sus puertas en vano y casi todos los tcmjtlo.s
de Cuenca recibieron de él limosnas cuantiosas.
Prueba y premio de su moralidad fué la longevidad
alcanzada: murió á los 81 años, en brazos dcl
Padre Salesiano D. Luis Colombo, Director de la
casa de Cuenca.
Cooperadores Salesianos difuntos.
Sra. Da. Filomena Rico — Fum a (Colombia)
Sr. D. Pablo Castañeda — Mosquera »
* Carmen Sedeño — Rocafuerte (Ecuador).
» * Eduaida .Alcívar
*
Sr. D. Luis Hernández— 5 . Cristóbal (Guatemala).
» » Hipólito Méndez
»
*
Sra. D .a Felicita V. de F'crraro — Asunción (Pa
raguay).
» > Juana Aspezteguía
»
»
R . I. P .
—
íDemoria$ biográficas
54
—
k íDons. Luis tasagaa
f C ontinuación)
Entre tanto le llegaba una fausta nueva. Los so
corros de personal con tantas instancias solicitados
y con febril ansia esperados, iban á llegar al Nuevo
Mundo en los comienzos de 1885. En efecto, el pri
mer día de Febrero un lucido escuadrón de misio
neros salesianos salió del santuario de María Auxi
liadora, bendecido y alentado por el cardenal Alimonda, Arzobispo de Turín. Acaudillábala y guiá
bala Mons. Juan Cagliero, Vicario Apostólico de la
Patagouia, consagrado obispo el 7 de Diciembre
de 1884. La vuelta de este denodado hijo de Don
Bosco á las regiones de América, sus raras prendas
de inteligencia y de corazón, y más que todo el ca
rácter episcopal con que había sido investido, de
bían dar poderoso impulso á todas las misiones del
Nuevo Continente, y contribuir con particular
eficacia á su medra y desarrollo. Inmensa era, pues,
la expectación de los Salesianos de América y de
todos los amigos y bienhechores de la Congregación.
K 1 limo. Sr. Cagliero tomó puerto en la capital
del Uruguay el 13 de Marzo. Triunfal resultó en
verdad el recibimiento que dispusieron para el
primer Obispo Salesiano en el Colegio Pío IX , de
cviya fundación él podía llamarse magna pars, y
que á la sazón contaba ciento quice alumnos. Des
pués de haber llevado el bálsamo del consuelo á
todos sus queridos hermanos, después de haber en
cendido en santo entusiasmo los corazones de los
niños de aquel colegio, ansiosas esperanzas de la
Iglesia y de la sociedad, el limo. Sr. Cagliero acom
pañado del Padre Lasagna visitó también las Casas
de Salesianos é Hijas de María Auxiliadora disemi
nadas por la República Oriental del. Uruguay,ma■ ravillándose de que apenas en siete años se hubiera
logrado tan notable adelanto.
El Inspector P. Lasagna se sintió inundado de
indecible alegría con la visita del novel Obispo,
y el 23 de Abril así daba gracias á D. Bosco : « Le
agradecemos de todas veras el habernos enviado
al limo. Sr. Cagliero : íué una verdadera providen
cia para todos nosotros. Vo especialmente me sentí
aligerado de un peso enorme. En el limo. Sr. Ca
gliero me pareció ver á D. Bosco mismo, y esto me
llenó de inmenso júbilo y conmoción. Gracias,
vcncradísimo Padre, mil gracias por tan preciosí
simo regalo. »
En la misma carta, derramando su corazón en el
de D. Bosco, así le narraba las angustias que aciba
raban su ánimo, y de las que tanto le había conso
lado la llegada del Nicario Apostólico de la Pata
gouia : « Con tanta afluencia de alumnos se nos fue
la mano en los gastos, y éstos nos cargaron de enor
mes deudas. ¿Que quiere ? La confianza en la Vir
gen nos empujó á echai- el resto para preparar un
local suficiente á tantos pobres niños que venían
á Uam,ar á nuestras puertas pidiéndonos el pan dd
entendimiento y la vida del alma.
« Pero no es este el sólo inconveniente. El mayor
es que, después de haber admitido á tantos alumnos
sin dejar las otras tareas de las misiones, nos con
tamos y nos cncon tramos muy inferiores en número
y en fuerzas á los compromisos contraídos.
« Bien es verdad que el limo. Sr. Juan Cagliero
se privó de la mitad de su personal para ayudamos,
pero los ocho individuos que recibimos, distribuidos
al punto entre tantas casas de la Inspectoría, desa
parecieron como el humo. Fueron como eí rocío
caído del cielo en un terreno árido y reseco. Todos
los hermanos de esta Inspectoría .suplican á su pa
ternal corazón que continúe acudiéndoles con los
auxilios indispensables para sostener tantas obras
buenas y extenderlas conforme á las necesidades.»
Así desahogaba su corazón.
Y no debemos callar otro motivo que hacía para
el P. Lasagna tan preciosa y confortante la risita
de un Superior como lo era Mons. Cagliero. En la
República Oriental estaban muy cercanas las elec
ciones ; por lo tanto se hablaba de descontentos,
de facciones que se estaban apercibiendo para una
una rebelión á mano armada.... El que conozca
las vicisitudes de las jóvenes repúblicas de América,
el que haya leído los trastornos á que á veces han
dado ocasión las elecciones de los Presidentes,
podrá juzgar si eran ó no fundados los recelos del
P. Lasagna. ¡ Qué consuelo, pues, para él tener
junto á sí.en tan apurado trance á quien asumiera
toda responsabilidad, á quien le sostuviera con sus
consejos y le consolara en todo evento !
Una de las principales consolaciones que le llevó
el limo. Sr. Cagliero íué la noticia de que el buen
Padre D. Bosco remitía enteramente á la prudencia
del mismo limo. Sr. la decisión de fundar ó no la
nueva casa de San Pablo. El celoso y advertido
Prelado , después de maduras reflexiones y de ha
ber invocado las lumbres del Espíritu Santo, íué de
parecer que sin tardanza se pusiese mano en la
nueva obra la cual, según todo lo hacía esperar, con
tribuiría mucho á la gloria de Dios y á la salvación
de las almas. Entre los demás proyectos , tratábase
de fundar allí un instituto puesto en modo especial
bajo la protección del Sacratísimo Corazón de Jesús,
y un templo dedicado en su honor : el resultado
no era dudoso.
No es para dicho el júbilo del P. Lasagna al ver
así á sus hermanos elegidos por instrumentos para
propagar y mantener viva la más hermosa, la más
dulce, la más útil de las devociones que havan flo
recido en el jardín de la Iglesia católica. No le cabía
duda de que aquel santuario había de ser en tiempo
no lejano, como el de Roma, el hogar en que todos
los misioneros fuesen á inflaniarse en fervor y ca
ridad para con Dios y para con el prójimo.
Para Director de la nueva casa, que debía intilularse Liceo del Sagrado Corazón, propuso el P. Lasagna á un hermano á quien por haberlo conocido
desde niño y modelado en la piedad y el saber du
rante su profesorado en el colegio de Lanzo, esti
maba sobre todos los otros, es decir, al sacerdote
D. Lorenzo Giordano. Este, después de recibir la
bendición del limo. Sr. Cagliero y del Padre Lasagna, zarpó el 15 de Mayo de Montevideo con dos
hermanos, y después de cinco días de navegación
desfavorable llegó, primero á Nictheroy, y luego,
el 1° de Junio de 1885, á la capital del Estado de
S. Pablo.
Los comienzos del nuevo instituto salesiano,
como los de los otros destinados á producir grande
bien, fueron humildes y laboriosos. Allí también
amortiguándose el entusiasmo que había excitado
el P. Lasagna con sus dos visitas precedentes, vino
á faltar el dinero para concluir la construcción ;
mas cuando llegaron los salesianos, no hallaron si
quiera una casucha en que alojarse para atender
la iglesia. En efecto, el P. Giordano hubo de hospe
darse en el hospital de la ciudad y de los colonos
italianos donde por lo demás halló su celo un vastí
simo campo que cultivar por. algunos meses : los
otros fueron caritativamente albergados por el
capellán de las buenas religosas de Ntra. Sra. de
la Luz y en otras partes. Empero en el entretanto
no quedaron inactivos ; además de trabajar en la
iglesia del Sagrado Corazón y en el hospital, visi
taron algunas colonias de inmigrantes italianos,
instruyendo á los niños en la doctrina cristiana,
anunciando la divina palabra, y administrando los
Santos Sacramentos, con harto provecho de las
almas, sobre todo en la colonia de Santa Ana que
el P. Lasagna había visitado en su primer viaje á
S. Pablo. Pero, tardándoles mil años el entregarse
íla obra principal á que habían ido, el Director su
plicó al P. Lasagna que se trasladase á aquel punto;
y él acudió, y con aquella palabra fogosa que sabía
conmover los corazones, abrir las bolsas y triunfar
de todas las dificultades, logró reanimar los tra
bajos y dar cima al edificio.
C A P ITU LO X X V III.
U dirección de las almas — Se hace todo á todos
— En las visitas inspectoriales — Confianza y
candor — Ejemplar moderación — Su secreto —
Longanimidad y firmeza — Poder de su palabra
— Uua grande red de amigos — Multiplicación
personal — Entre los hijos del pueblo — Un cardo
silvestre en el rostro — El colegio predilecto —
Casa de probación para doncellas en el Uruguay
— El jubileo de 1886 en Paysandú.
I
I
i
En los frecuentes y largos viajes al través déla
República Oriental y del vastísimo Imperio del
Brasil, nuestro infatigable misionero no se conten
taba con empezar las obras, y , por decirlo así, prender el fuego, sino que se empeñaba en sostener
aquellas obras y en mantener encendida la hoguera.
menores de la dirección de los institutos y de las
almas que estaban á su cuidado. Los Salesianos y
las Hermaitas de María .Auxiliadora que de él de
pendían nos narran cuán asiduo y diligente era en
su gobierno. Después de haber fundado un instituto
el P. Lasagna continuaba socoriéndole con perso
nal y aun con medios pecuniarios cuando se pre
sentaba la oportunidad. Los Superiores sabían que
tenían en él, no sólo un superior avisado y celoso,
sino también un padre ternísimo, un afectuoso her
mano. Sus cartas eran de gran consuelo qiara lo';
Directores y toda la comunidad. Pero sobre todo
con sus \dsitas era con lo que hacía gran bien es
piritual y temporal.
Al aparecer él en una casa, á las primeras pala
bras que dirigía á los hermanos, parecía refluir
en el instituto una nueva vida. Innumerables eran
los que le querían confiar las penas de su conciencia;
así es que pasaba largas horas en el confesionario
dispensando, junto con la gracia sacramental, los
tesoros de sus sabias enseñanzas y consejos. Su visita
era ocasión de que todos retemplaran el espíritu,
y aunque no se celebrase ninguna fiesta particular,
el Director estaba seguro de ver á todos sus alumnos
acercarse á los Santos Sacramentos.
Durante su estadía en una casa solía sugerir al
Director que ordenara á los hermanos y colegiales
el ejercicio de la buena muerte al que daba grande
importancia, conforme al ejemplo y enseñanzas de
nuestro buen Padre Don Bosco. ¡Y cómo edificaba
el \-erle á él por todo el resto del día en íntimos co
loquios con los hermanos, los cuales con filial con
fianza y con candor de niños derramaban en su pa
ternal corazón sus cuitas, contándole sus debili
dades, la dificultades con tropezaban, los esfuerzos
que hacían y las victorias que alcanzaban en la
lucha contra el demonio y contra las pasiones t
Aquella dulzura y paciencia de que se había reves
tido después de indecibles combates contra su na
tural irascible é inflamable descendía al corazón
de todos como bálsamo restaurador que sanaba
cualesquiera llagas, edulzaba cualquier sufrimiento
V hacía reflorecer la paz en las almas. Asimismo
con su iluminada prudencia ponía coto á cualquier
inconveniente y abuso. Sin embargo en este delica
dísimo oficio no eran todas rosas las que recogía.
Sus subalternos, aunque animados de celo y de la
mayor buena voluntad, no dejaban con esto de ser
pobres hijos de Adán, débiles é imperfectos. ¿Y
quién ignora que hasta entre las más lozanas flores
que embalsaman el jardín de la religión se arraiga
y medra la rastrera grama? Un día tuvo que re
prender con denuedo á un individuo que en su or
dinario tenor de vida parecía tomar muy poco á
pechos sus más sagrados deberes. No queriendo
aquel pobrecillo reconocer sus yerros y porfiando
en excusarse, pareció que el P. Lasagna estaba en
un tris de perder su acostumbrada calma porque se
le notaba el rostro algo demudado : ello es que la
conversación se acaloró un tanto por ambas partes.
En aquel momento llaman á la puerta, y sin aguar
dar permiso, entra uno de los más insignes bien
hechores, que por su bondad pasa, con los Salesianos
era considerado como de familia. El semblante del
'
—
P. Lasagiia volvió á cobrar inmediatamente su
calma y jovialidad habituales de suerte que el ca
ballero no cayó en la cuenta de la reyerta. Antes, el
1^ Lasagna haciendo caer de propósito la conver
sación sobre aquel á quien no había podido menos
de reprender con energía, se dió tal maña en loar
su ciencia, los servicios que había prestado á la
Pía Sociedad Salesiana, su buena voluntad y otras
dotes suyas peregrinas, que el pobrecillo, todo con
fuso, apenas se retiró aquel señor, se arrojó á los
pies del Padre, arrepentido de liaberle dado aquel
mal rato y de no haber acogido debidamente sus
caritativos consejos. El único testigo de este lance,
(}ue íu6 el reprendido, lo contó á algunos de sus
amigos y así llegó á nuestro conocimiento.
Todos se hacían lenguas de la facilidad con que
olvidaba las faltas en que incurrieran los hermanos
y la cordialidad con que hablaba á los mismos á
«luicnes acababa de reprender severamente. Este
era su secreto para granjearse el corazón de los her
manos y subalternos, y lo había aprendido en la es
cuela de Don Bosco. Como su venerable maestro,
sabía hermanar una gran firmeza con una longani
midad no menos señalada, siempre que se trataba
de impedir males y extirpar abusos y resabios.
Pero si el que estas líneas escribe ha conseguido
(lar una pcálida idea del bien moral que solían pro
ducir en los individuo,s las visitas del L. Lasagna, no
es piira dicho el movimiento y entusiasmo que susci
taba en los hermanos y alumnos, en los Cooperadorc.s y en cuantos le trataban, con su palabra viva
y fogosa. Una conferencia privada, un sermón
suyo en una iglesia pública, bastaban para que como
niebla se desvaneciesen las dificultades, desapare
ciesen los obstáculos, y las voluntades se reanima
sen con nueva energía. Varias de sus empresas
fueron dccididíis en un momento, y tuvieron princijno después de uno de aquellos discursos que le
dictaba su celo por las almas. Con el heclüzo de su
palabra y de su trato se dieron apartido muchos opo
sitores de las obras católicas y se trocaron en fer
vorosos apóstoles y constantes protectores de ellas.
Y lo que más importa es que cuantos hubieron
ocasión de tratarle y comunicarlo conservaron
siempre de él el más grato recuerdo, sin que ni los
años ni la distancia fueran parte para troncar los
vínculos de la dulce amistad que con él habían
contraído. Con esto ensancho inmensamente el
círculo de sus conocidos y amigos quienes tuvieron
siempre á muclta honra el recibirle en su casa y acu
dir en su socorro toda vez que apelaba á la caridad
de ellos. La que más cautivaba en el P. Lasagna
era aquel su trato fram» sin sombra de cixtono,
tanto más cuanto iba unido con una exquisita cul
tura que resaltaba desde las primeras palabras de la
conversación. Esta rara calidad al decir del Padre
(.hunba. le jxmia en circustancias de dar con fruto
ciertas amonestaciones que de otro no se aceptaran
y de hacer ciertas preguntas y propuestas que en
otra lx>ca parecieran sobrado audaces y aventura
das y aun ofensivas.
No se le pasaba por alto nada de lo concerniente
á las almas, y en la visita á sus institutos se multi
plicaba á si mismo abarcando tantas obras y suje
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tándose á tan largos y difíciles trabajos que pa.
recía milagro le alcanzasen para ello las fuerzas y el
tiempo. No omitía el cumplir con las autoridades
eclesiásticas y civiles : solía, en señal de reconoci
miento, visitar á los Cooperadores más beneméritos
y no excusaba recolectar el dinero indispensable
para poner en planta sus caritativos designios y
llevar á cabo las obras que habían quedado incom
pletas. Tampoco dejaba de pasar alguna media
hora en los Oratorios festivos en medio de los pobres hijos del pueblo que los frecuentaban. Y si coa
ello alentaba á los directores, catequistas y cuantos
se empleaban en tan santo apostolado, indecible
es el bien que hacía á los mismos niños.
Esta su caridad para con los más rudos y desva
lidos nos trae á la memoria lo que le sucedió en uno
de sus oratorios ; refiriéronmelo dos sacerdotes salesianos, testigos oculares del hecho. Entreverán
dose con aquellos rapazuelos quiso, á imitación de
Don Bosco, hacerse pequeño con los pequeños hol
gándose con ellos y tomando parte en sus diversio
nes. /Vlgunos instantes de familiaridad con mucha
chos sin asomo de educación é instrucción venidos
de donde erraban cual ovejas sin pastor, bastaron
para que aquellos pobrecitos creyesen que tenían
que habérselas con un simple compañero ; y así co
menzaron á tratarle de la manera más descomedida,
y á interperlarle con la grosera jerga de sus corrillos.
Y no advirtiendo en él señal ninguna de impaciencia
ó desaprobación, pasaron adelante y llegaron a ti
rarle chinitas y otras cosas que hubieron á la mano.
Se coniinuará.
BIBLIOGRAFIA.
Los Escapularios — Mamial teórico práctico para
uso de los Sacerdotes y fieles por el R. P. Fr. José
Bu e n a v e n t u r a T. O. S. F., con 21 grabados y
328 pág. — Herederos de Juan Gilí, BarcelonaCortes, 581.
Marial, por el Em. Card. V i v e s y T u t o . Tomo
primero. Excelente manual en 12® y 1072 páginas
(]ue contiene abundante materia para los devotos de
María. La obra completa encuadernada en dos to
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brea del P. C o n r a d o M u i n o s . •— N . 142 de las
Lecturas Católicas, 0,50 ptas. El nombre ilustre del
autor del H ijo de la lavandera abona el mérito
de este librito.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SÉ GAM BINO.
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo, 3*-