-
extracted text
-
r
\
ó
ó
N. 5
M ayo de 1907
AÑO X X II
ó
O
ú
O
'
^
a
^ 0
(7 ( r ^ ^
J: i
0
Ó
0
C )
0
Á
[boletín$(il«$i(]no
C\
Q
Ct
(?
&
íupíQ - Oratorio de S. Francisco de Sales
....................................... p d g . 113
El R. P. D. Celestino D u r a n d o ..............................» 114
Auxilium Christianorum .............................................> 1 16
A u x ilia d o ra .................................................................> 116
Tesoro e s p i r i t u a l ....................................................... » 116
De nuestras Misiones: Elcuador. Región Oriental
(Memoria del R. P. M a tt a n a ) ..............................» 117
India: Primera piedra del Colegio Salesiano
(P.
Tomatis) . . . . ‘ .............................................. » 121
La Tribu de los Bororos : Estudio del R. P. Malán > 123
SUMARIO: Importante
--
efe ^0 o ó
^
^
^
B i b l i o g r a f í a .................... .......................................
El culto de María Auxiliadora
. . . . . .
Im portante.................................................................
Gracias de María A u x ilia d o ra .........................
Por el mundo salesiano: Italia; Espaiia: Sevilla
Utrera, Salamanca; Am érica: El Callao, Breña
Puebla, Méjico, Almagro, Ni cteroy. . .
Necrología: D. Pastor Cerda, D. Guillermo Ussher
Coop. Sal. d ifu n to s..............................................»
I3Ó
128
138
134
140
orí muchas las cartas que llegan á esta Redaccióq, al Oratorio de S. Francisco de 5ales,
al F^vmo. P. Rúa y demáj ^uperiorej, 5 in el su
ficiente fraqqueo, originándonos multas que llegaq á ju mar no despreciables cantitades. Recordamoj á nuestros
cooperadores que en los países unidos por la Unión
Postal universal, una carta que va al exterior paga 0,25
de franco ó peseta, ó 0,05 de dólar, 5 iempre que no
pese máj de 15 gramos, duplicamos encarecidamente
á los que nos honraq coq su correspondencia, que
pongan el sello conveniente y noj ahorren las multa^.
(A
El Pbro. Salesiano
Doctor D . Celestino Durando
ángel de la muerte
ha vestido nuevamente
de luto á la familia salesiana.
El miércoles santo á las 7 de
la mañana abandonaba esta
tierra el P . Celestino D u
rando, uno de los principales
Superiores de la Pía Sociedad
Salesiana. Con él ha desapa
recido uno de los más anti
guos discípulos de D. Bosco,
testigo de los primeros años
del Oratorio, un sacerdote
ejemplar, infatigable en el tra
bajo, humilde y manso, docto y modesto, una figura, en fin, de
las más simpáticas, uno de esos afortunados que, generosos y re
sueltos, se entregaron por primeros en manos de D. Bosco y á
su obra consagraron las primicias de la juventud y la existencia
toda.
Sobrecogido de parálisis progresiva el 12 de Marzo, en breve
fué reducido al último trance. El domingo de pasión por la mañana
perdió el uso de la palabra y recibió con edificante piedad los
últimos Sacramentos, que le fueron administrados por el Reveren
dísimo D. Rúa. En seguida pareció restablecerse y dejó concebir
esperanzas á los mismos médicos. Pero él no decía sino que se
sometía á la voluntad de Dios, y en el tiempo en que le dejaba
libre el sopor, daba gracias á los que le asistían y visitaban y se
interesaban por su salud. S. Emcia. el Cardenal Richelmy lo visitó
el iS de Marzo por la tarde y le dió su bendición: igual cortesía
tuvieron los limos. Sres. Spandre, Obispo Titular de Tiberíades y
Ressia, Obispo de Mondoví, diócesis del enfermo. También el Padre
Santo le envió su Bendición. El 23 se desarrolló de nuevo la
hemorragia cerebral y el enfermo entró en agonía, que duró
hasta el 27, en que el Señor le llamó á Sí. Hablar de sus mé
ritos es dilícil en una breve crónica.
L
D . Celestino nació en Farigliano, provincia de Cúneo y dió
cesis de Mondoví el 29 de Abril de 1840. El 30 de Abril de 1856
entró en el Oratorio de D. Bosco, y como todavía no existían en el
Oratorio las clases secundarias, continuó frecuentando el Colegio
Nacional, donde dió muestras de feliz ingenio y dejaba presagiar
un éxito brillante. Vistió el hábito clerical el 6 de Noviembre de
1857 y desde ese día empezó á dar clases al lado de D. Bosco.
Todo para sus alumnos dentro y fuera de la clase, en breve se
cautivó completamente su afecto y estimación. Como en aquel
tiempo era preciso hacer de todo para ayudar á D. Bosco, no era
raro ver á Durando, terminadas sus clases, bajar á la cocina ó al
comedor, á preparar el almuerzo. Los días festivos prestaba su
valioso contingrente en los Oratorios festivos de S. Francisco de
Sales y S. Luis.
A pesar de tanto trabajo, sabía encontrar el tiempo para vSus
estudios eclesiásticos y el 6 de Mayo de 1864 fué ordenado Sa
cerdote y en 1865 obtenía el doctorado en letras en la Universidad
de Turín.
Amado del célebre Vallauri, íntimo de Lanfranchi y Allievo,
fué de verdad un regalo de la Providencia á D. Bosco, á quien
ayudó poderosamente en la organización de las clases. Con energía
indomable halló tiempo de escribir, y así publicó sus Preceptos de
Literatíira, una hermosa Gramática latina y compiló dos apreciados
Diccionarios latinos y dirigió por mucho tiempo la Biblioteca de
la Juventud Italiana, que publicó más de 20Q volúmenes de los
clásicos.
Como si esto no bastara, no bien la Pía Sociedad comenzó á
tomar una forma regular, fué nombrado Miembro del Capítulo Su
perior, cargo en que duró hasta sus últimos días, captándose la
admiración y el amor no sólo de sus hermanos, sino de cuantos
llegaban á conocerlo. Contó entre sus amigos á muchos Cardenales,
Arzobispos, Obispos y eminentes familias de la nobleza píamontesa.
Desde 1901 era también miembro de la Comisión Municipal de
Turín para la Emigración.
El P . D urando no tuvo enemigos: cuantos lo conocieron, lo
amaron y admiraron y hablan de él con veneración y cariño. Sus
grandes virtudes le aseguran un puesto elevado en el cielo. Esto
no obstante, y puesto que Dios halla manchas en los ángeles, lo
encomendamos á las oraciones de nuestros Cooperadores.
— ii6 —
i7\uxiliadora!
Tluxilium Christiaqorum!
Cruda batalla en proceloso golfo
tUñeii Cristiano y Musulmán: del mundo
Decídese el destino.
Como preñado nubarrón se estrella
Contra la cresta de tenaz granito,
T a l ei empuje del cristiano bando
Contra Mahoma.
Mas de improviso, de los cielos viene
Vivido soplo de la Virgen-M adre:
A l Turco tumba y al Cristiano senda
Abre de gloria.
Madre, también dentro mi pecho libro
Pugna continua . . . y la victoria es ardua.
Sin tu sostén sucum biré. . . | lo imploro,
Madre del alma 1
Allá en su lecho de dolor, tu Hijo
Por testamento te encargó del mundo
De sjuigre á precio y de sudor comprado:
Y asi el cristiano
A ti al surgir y al declinar el día,
Y cuando media su carrera, implora,
y cuando todo le sonríe, y cuando
Todo le aflige ¡
En el pavor de tenebrosa noche
Temblando el niílo te apellida, y cálma ;
Y á ti que escuchas, con candor sus quejas
Da la doncella:
A ti inc.tperla y pudibunda esposa
Dice sus penas, sus afanes cuenta;
A ti encomienda acongojada madre
Hijos y esposo;
Y la que llora la viudez desierta,
Presenta á ti el enhambrecido enjambre
De pequenuelos, y á tu sombra encuentra
Luz y abundancia;
Niilo inocente á quien fortuna impla
Roba sus padres, de tus brazos se a s e :
T ú lo consuelas y de padre y madre
Tierna le sirves;
Joven brioso, que inexperto se hunde
Por extraviadas tenebrosas sendas,
Herida el alma, el corazón sangrando.
Viene á tu seno,
Y tú lo acoges con amor de Madre ¡
A ti el varón en sus tormentas clama,
Y en sus batallas, en tu egida firme
Fin el A|>óstol.
Débil anciano á quien la vida huye,
Busca sostén en tu robusto brazo,
Y halla el vigor, la juventud del alma,
Y halla la glorio.
T ú eres la madre natural del huérfano,
Dicha del triste, del caldo ajwyo.
Fuente de amor y manantial de goces,
Ma<lre de todos :
Que bien conoces el i>esar y el llanto,
Y cuánto punzan los abrojos sabes;
Prenda son nuestra tus quebrantos y ansias,
Son nuestra gloria.
Leonardo Toro.
É aquí uno de los mayores títulos que
tiene María Sma. á nuestro amor y conñanza. Mientras estamos ausentes de nuestra
verdadera patria, necesitamos continuo socorro,
auxilio permanente: son tantas las penas que
abruman nuestro corazón, tantos los enemigos
que combaten nuestra alma, tan enormes las
dificultades que encontramos para practicar la
virtu d ! Y cuál protector, cuál auxilio mejor
que el de María? Ella puede y quiere ayu
darnos. Puede, porque su poder es ilimitado,
quiere, porque su bondad no conoce límites,
y porque habiendo experimentado Ella misma
las amarguras de la vida, sabe compadecer
mejor nuestras miserias. Con cuánta razón nos
exhorta S. Bernardo á confiar en Ella y á
encomendarnos á su patrocinio: « En los pe
ligros, en las penas, en las dudas, pensad en
María, invocad á María: no se parta de vues
tro corazón ni de vuestros labios, que á Ella
destinó el Señor para que después de Sí, sea
consuelo en nuestras tribulaciones, auxilio en
nuestros apuros, solaz en nuestros trabajos. »
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias:
Plcnarías. En todo tiempo:
1. ®El día que dieren su nombre á la Unión
de Cooperadores;
2. ® Una vez al mes, el día que cada cual quiera
escoger;
3. ® Igualmente una vez al mes, el día que
asistan á la Conferencia:
4. ® Asimismo una vez al mes, el día que hagan
el ejercicio de la buena muerte;
5. ® El día que por primera vez se consagren
al Sgdo. Corazón de Jesús;
6. ®Cada vez que por ocho días consecutivos
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
7. ®E n articulo de muerte, si confesados y co
mitigados, ó almenes contritos, pronunciaren
devotamente el Smo. Nombre de Jesús con
la boca á ser posible, ó al menos con el
corazón.
En el mes de Junio:
1. ® El 7. Fiesta del Sagrado Corazón.
2. ® » 24. Fiesta de S. Juan Bautista.
a
DE JNÍUESTF^AS MI5IOJ\ÍE5
TT
ecuador
(R E G I O N O R I E N T A L )
|-^xposición que el M. Rdo. P. Superior de las
¿ít Misiones Salesianas de Méndez y Gualaquiza dirige al Jefe Supremo de la República.
Miolsterio Parroquial
V IC A R IA T O
A PO STO LIC O
I® de Julio de 1906.
MÉNDEZ Y GUALAQUIZA
Señor:
Conociendo el espíritu de progreso que anímA
al Jefe del Estado, tengo el honor de dirigirle
una breve Exposición acerca de las misiones que
en Méndez y Gualaquiza han sido encomendadas
á la Pía Sociedad Salesiana, que se encuentra
al frente de ellas desde hace más de diez años.
Por razones que á un extranjero son difíciles
de explicar, se descuidan en un país intereses de
gran trascendencia. Esto puede decirse princi
palmente de la colonización y Misiones orien
tales del Sur de la República.
Hacia este lado se encuentran las más ricas
y sanas comarcas del oriente. A poquísima dis
tancia de los centros de población, á im día ó dos
de camino de las parroquias más populosas co
mienza la rica floresta, que convida á la explo
tación y abre su seno fecundo para centenares
de miles de hombres.
Se procura la colonización extranjera; se pro
meten beneficios para una empresa que la esta
blezca; y no se piensa en que con elementos del
propio país se puede rápidamente poblar parte de
«sos inmensos territorios, en donde la explotación
•grícola sería de las más ricas de la República.
Alas puertas mismas de la abundancia los pobla
dores de la meseta andina se mueren de hambre,
«n xma tierra á la que el Cielo niega sus lluvias.
Con un pequeño esfuerzo y el gasto de insigni
ficantes sumas, podría en pocos años trasladarse
pan parte de estos moradores infelices á una
mgión en la que en breve tiempo trocarían la
miseria por la opulencia.
Para bien del mismo Estado, que se eximiría
de subvencionar á pueblos enteros que perecen
de hambre, es indispensable abrir camiiros, for
mar colonias militares, extender las Misiones y
favorecer la colonización del Oriente. Lo que en el
Azuay es sumamente hacedero, dada la facilidad
de comunicaciones de los populosos cantones de
Gualaquiza, Gualaceoy Pauie con las portentosas
regiones de Gualaquiza, Bomboisa y Zamora,
IndianzayYunganza, Chupianzay Méndez, y la
v a sta hoya del Sati/tííg'o, que tiene comunicación
expedita co n el Morona, convertiría esta región
en el centro del tráfico para la hoya amazónica.
Estas portentosas tierras en que no se conocen
ni aun las fiebres intermitentes, en que el cacao,
el caucho, la vainilla y los mejores productos
tropicales se producen con pasmosa exuberancia,
en que valles inmensos, como los del Santiago
y los de Méndez y Gualaquiza alimentarían á
millones de felices moradores; son las llamadas
á resolver el problema de la subsistencia en esta
gran porción de la República.
No desconozco la importancia de la región d d
Pastaza y el Curaray, y el porvenir de la hoya del
Ñapo. Pero, porque conozco bien las vastas re
giones orientales, puedo asegurar, sin temor de
equivocarme, que el oriente desde Loja hasta
Macases es el verdadero porvenir del Ecuador y la
llave de su futuro engrandecimiento.
Parece que , dada la situación de estos terri
torios, el gobierno se fija más en otras comarcas
menos importantes; y por ello se excusa de fa
vorecer con pequeño auxilio siquiera las regiones
orientales de Loja y el Azuay. Mas los verdaderos
intereses nacionales exigen que los poderes pú
blicos distribuyan sus beneficios conforme á la
necesidad y prefieran lo mejor, cuando los re
cursos no bastan para atender de un modo com
pleto las incumbencias de im ramo del progreso.
Que las regiones orientales del Sur, comunica
ble^ entre sí con gran facilidad y servidas por la
navegación del5 a«/iago y del M orona^n lo mejor
y lo más colonizable del Oriente, no hay que po
nerlo en duda. Basta la riqueza del territorio en
agricultura y minas, y la corta distancia de él á
las poblaciones de la sierra interandina para co
nocer, á parte de la benignidad del clima, que
desde Macas al Zamora y al Chinchipe se halla
la verdadera riqueza del Ecuador.
L a Misión de los jíbaros comenzada en remota
fecha por los Misioneros jesuítas no ha dado
ii8 —
resultados sin duda por el estado tanto salvaje
y feroz de las tribus que pueblan las hoyas del
Santiago y del Zamora. L a conquista española
y las invasiones posteriores de los peruanos, han
fracasado ante los temibles jíbaros. Las riquísimas
ciudades de Valladolid, Logroño, Sevilla del Oro,
Huamboya, destruidas por los salvajes, son ejem
plo de lo difícil que es conquista de esas comarcas.
De tan vasta región, fuera de la que está en
comendada á la Misión Salesiana del Ecuador,
no existe quizá sino la miserable aldea del San
tiago en las montañas que posee el Perú.
Gualaquiza en tiempos anteriores de la Repú
blica, tuvo por misionero al padre Prieto, y des
pués de la emancipación al R. Señor D. Bernardo
Plaza, hermano del llustrísimo Señor Obispo de
Cuenca, Fr. Manuel Plaza. Posteriormente en la
época de García Moreno estuvo al frente de la Mi
sión el R. P. I. Rossi, jesuíta italiano, que después
de pocos anos abandonó á Gualaquiza junto
con la escolta militar que mantenía el gobierno.
Así se conservaron las cosas hasta que el Con
greso del 1888 encomendó á la Pía Sociedad Sale
siana las reducciones de Méndez y Gualaquiza,
que deberían constituirse en Vicariato Apostólico
y en Obispado de Misiones.
El Vicariato de Méndez y Gualaquiza nos fué
entregado por Su Santid d León X III á petición
del Gobierno Ecuatoriano el 8 de febrero de 1893
y entramos en posesión definitiva el primero de
Marzo de 1894.
Por ser Gualaquiza el centro actual de la Mi
sión, daré informes más detallados acerca de
aquella interesante comarca.
Posición astronómica de Gualaquiza:
Longitud oriental con relación al meridiano :
I,®
8’
Latitud meridional: 30®50'
Altura sobre el nivel del mar: 730 metros.
Temperatura media: 22^4.
Presión barométrica: 77.
Límites del Vicariato: al Norte y al Este Macas
y el río Apatonoma que desagua en el Morona,
que á su vez desemboca en el Marañón; al Sur
el Zamora afluente del Santiago y el alto Mara
ñón, hasta las posiciones peruanas, y al Oeste,
territorios de Loja y Cuenca.
Estadística de la población: E l número de
vajes del Vicariato no se ha podido saber ni aún
de una manera aproximada, porque hasta el
presente, nadie ha podido penetrar en centros
donde existe quizás la mayoría de los habitantes
de aquellas intrincadas selvas. Sin embargo, de
las informaciones que he tomado en mis largos
y coiltinuos viajes, y por noticias dadas por los
salvajes semi-civilizados que se hallan en con
tacto con los misioneros, se pueden apuntar las
siguientes cifras:
En Gualaquiza y orillas de los ríos Chuchipamba y Bomboisa, 300 habitantes.
A orillas del Zamora y Chuchumblesa, inclusas
las tribus de Packicosa, Zaraguro, etc. 700.
E n Indanza y á orillas del río Calaglás, 80.
E n Yunganza, 60.
Chupianza, 650.
E n otros pequeños centros, 1500.
E n Méndez chico y grande y á orillas del San
tiago, 6500.
Total 9,790 habitantes.
Es de advertir que las continuas matanzas
entre las diversas tribus y sus emigraciones que
las convierten en población flotante, modifican
de continuo su estadística.
E l número de cristianos blancos, mestizos é
indios que se han trasladado á Gualaquiza últi
mamente no excede de 500. Mas en estos meses,
con motivo de la carestía general que pesa sobre
la provincia azuaya, son muchos los que se han
trasladado á las comarcas orientales.
A l principiar la evangelización del inmenso
territorio del Vicariato, tuvimos los misioneros
que padecer por falta de habitación, de recursos
pecxmiarios y aún de sustento. Pero poco á poco,
mediante nuestro trabajo continuo, el auxilio
del gobierno y los donativos debidos á la caridad,
pudimos instalamos regularmente. Se principiapiaba con buen éxito á catequizar é instruir á
los salvajes, reduciéndoles al trabajo y á la vida
civil, cuando he aquí, que un incendio casual
reduce á cenizas nuestra casa y cuanto en ella
había, quedándonos otra vez en la floresta sin
techo ni vestido que nos cubra, y sin más ali
mento que el escaso que podía proporcionarnos
la compasión de los salvajes; y lo que es peor,
cesa desde entonces para nosotros todo auxilio
por parte de los poderes públicos.
Con todo, no nos faltó valor para continuar
la grande empresa de la civilización cristiana, y,
vencidos mil obstáculos, se pudo reparar siquiera
en parte lo perdido. Y así entre la próspera y
adversa fortuna, continuamos hasta el presente,
empeñados en una empresa casi imposible, dada
la falta de protección y las continuas dificultades
que se oponen á tan difícil empresa.
En varias excursiones practicadas en el centro
de estas vastas montañas en viajes de más de
un mes, á pie, cargado de lo indispensable para
la vida, abriéndome camino por lugares inacce
sibles por las lluvias torrenciales y pasando á
nado ríos caudalosos, he logrado conocer estas
regiones, antes desconocidas, é imponer á sus
tribus el prestigio de mi autoridad espiritual.
Perdido á veces en los bosques y estando á punto
de perecer de hambre, he sentido cerca la lanza
del salvaje y el cuchillo asestado contra mi cuello.
Pero me conserva la protección del G d o y me
—
fortifica la fe en el porvenir de la campaña civi
lizadora encomendada en el oriente ecuatoriano
¿los hijos de Don Bosco.
La obra de la evangelizadón desde 1895 (pues
los datos anteriores desaparecieron en el incendio
de aquel año) se reduce á la siguiente estadística:
Bautism.os: 1895 jíbaros y 40 cristianos.
Confirmaciones: 925 jíbaros y 480 cristinos.
Matrimonios: 36 jíbaros y 18 cristianos.
Muertos con los consuelos de la religión: 8 jíba
ros y 18 cristianos.
Niños jíbaros educados en nuestro colegio: 4.
Blancos, mestizos é indios cristianos educados
en el colegio de Gualaquiza: iio .
Alumnos que se educan actualmente: 22 cristiaaos.
Respecto de las construcciones y obras ma
teriales de la misión, reproduzco en parte los
datos que en 8 de Setiembre de 1904, comuniqué
al entusiasta ministro señor Don Luis Martínez,
quien no obstante su indiscutible patriotismo,
se eximió de dar respuesta á mi nota de esa fecha.
Se ha fabricado una iglesia de tres naves, capaz
para 2.000 personas, con alta torre y tres grandes
campanas. Concluida que sea dicha iglesia con
todos sus anexos, será una de las más hermosas
de la Región Oriental Ecuatoriana.
Se ha construido una amplia casa para habi
tación, siendo de dos pisos y suficiente para al
bergar á 100 alumnos. Otra semejante se cons
truyó con destino á las Hijas de María Auxilia
dora, en la que podrán tener 50 alumnos internas.
Se hallan establecidos talleres de carpintería, he
rrería, zapatería, sastrería, sombrerería y encua
demación, con sus respectivos maestros, estando
dichos talleres provistos de máquinas, herramien
tas, etc. todo en la escasa medida de nuestros
recursos. Funcionan además con toda regularidad
^uelas para cristianos y jíbaros, en donde se da
instrucción religiosa, científica y artística y se
enseña además gimnasia y ejercicios militares.
Se ha formado una pequeña banda de música,
un gabinete fotográfico y un botiquín con los
accesorios correspondientes. Las Hijas de María
Auxiliadora han establecido también talleres para
niñas cristianas y salvajes.
La misión cuenta con una sierra hidráulica
para proporcionar tablas de todas dimensiones,
actualmente no funciona por los derrumbes de
¡a acequia; pero, se arreglará bien pronto.
Existe una colonia agrícola en que se ensayan
cultivos de toda clase, y con arreglo á los últimos
adelantos.
Se ha conseguido excelente sal, mediante la
ebulhción de la abundante agua salina encon
trada en Gualaquiza, así como también fabri
camos cal de muy buena calidad.
Para incremento del comercióse halla organi
119 —
zada una pequeña feria semanal, á la que con
curren jíbaros y cristianos.
Por fin, deben mencionarse los dos importan
tísimos caminos construidos á nuestras expensas
los cuales conducen, el uno de Gualaquiza á las
tribus de Chuchumblesa, Pachicosa etc... sigmendo las orillas del Zamora, camino que con
tinuando más tarde nos pondrá en comunica
ción con Loja; el otro conducejde Gualaquiza
á Indanza (se entiende caminos por ahora tran
sitables en parte en bestia y en parte á pie), para
unir el centro de la misión con el nuevo y magní
fico camino que va de Gualaceo á Indanza, y
debe terminar en las magníficas playas de Cliupianza, cercanas á Méndez.
Están empeñados los misioneros en completar
sus obras estableciendo una fábrica de curtidos
en el colegio de Gualaquiza, una pequeña im
prenta y un hospital.
Trátase igualmente de construir iglesias y cábeceras de Misión entre las tribus más populosas
de Indanza, Chuchumblesa, Pachicosa, etc., de
biendo más tarde ser el principal asiento de ía
colonia y de la misión, la vasta, poblada y ri
quísima comarca de Méndez.
Son inmensas las dificultades que á la evangeli ación y conquista para el progreso de estas
tribus, opone la naturaleza; pero más son los
obstáculos morales, y entre éstos, el principal,
el carácter del jíbaro. Este es pérfido, soberbio,
astuto, egoísta, interesado, vengativo, asesino,
inclinado al ocio y al placer, enemigo de toda ley
que se oponga á su absoluta indep>endencia, em
brutecido con las más bajas pasiones, no aspira
sino á la relativa dicha del momento presente ; se
hace cristiano si le dan algunas varas más de tela
insignificante, y pide diez y veinte veces el bau
tismo, aunque haya sido bautizado otras tantas,
y con la mayor sangre fría, renegando de la re
ligión adoptada con fingido entusiasmo, mata
bárbaramente al enemigo, sacrifica á la esposa
y solicita el amor de otra, con la mayor religio
sidad aparente, pues se postra á los pies del mi
sionero con las manos juntas y los ojos elevados
al cielo: reza y canta las alabanzas al Redentor
si se le dan cuatro agujas, mas al tiempo de reci
birlas, con risa sardónica y fría incredulidad, en
actitud insolente y desdeñosa, vuelve á sus há
bitos de venganza y carnicería.
Para luchar ante tan temible enemigo, no hay
otro recurso que contenerlo por la imposición y re
verencia de la autoridad, y para lo porvenir, pro
curar la formación de nuevas generaciones civili
zadas, mediante la educación|del niño. A l mismo
tiempo, débese llevar elemento sano de las pobla
ciones vecinas, para quitar ájla barbarie estéril la
posesión de los más ricos territorios del país.
Así, con la colonización se eliminará el sal-
—
vajismo, triunfará el progreso con el cristianismo
y el Ecuador con elementos de su proprio seno
habrá formado vastas y abundantes colonias, que
serán lo principal de la república y resolverán en
bien de ella el ya palpitante y tremendo problema
de la miseria en la planicie central de los Andes.
Eas actividades y entusiasmo de los misio
neros Salesianos, como es público y notorio, han
contribuido poderosamente para que mejoren
las vías de comunicación del importante y acti
vísimo pueblo del Sigsig á Gualaquiza, como
también la apertura del camino de la populosa
villa de Gualaceo á las comarcas de Indanza,
Yunganza, etc.
120
—
en las provincias del Azuay y con los auxilios
pecuniarios y personales con que, desde Italia,
me ha favorecido el Rmo. P. Miguel Rúa, actual
Superior General de la Sociedad Salesiana, así
como con los auxilios que me ha prodigado el
ilustrísimo señor Obispo D. Santiago Costamagna del cual soy humilde representante.
Después de la escasez y penuria que general
mente reina en los pueblos de la sierra ecuato
riana, me es imposible continar adelante con las
misiones, á pesar de la mejor voluntad, entu
siasmo y decisión de los RR . PP. misioneros,
si el Supremo Gobierno no toma á pechos la santa
y patriótica empresa de auxiliamos de alguna
, '.V.
’ív V ’v ' " K - -
TANJORE (Inílj) — Bendición de la I* piedra del edificio saleslano.
La permanencia de los misioneros en el oriente,
que con sus excursiones y fatigas apostólicas civi
lizan á las innumerables y belicosas tribus de jí
baros que pueblan estas extensas florestasy procu
ran formar la nueva generación cristiana, salvará
indudablemente el territorio ecuatoriano de la
invasión de los enemigos que intentan usurparlo.
Las comarcas de Gualaquiza y Méndez, y a lo
tengo dicho, por la sanidad del clima, por su fer
tilidad, posición cercana al Pacífico y facilidad
de abrir caminos ya sea de herradura ó línea
férrea, merecen á mi modo de ver y según el
sentir de cuantos han viajado por el oriente
ecuatoriano, la atención y preferencia sobre
todas las demás comarcas, y por lo mismo son
las más expuestas á la codicia enemiga.
Hasta ahora he podido hacer frente á tantos
Y crecidos gastos pidiendo y recolectando li
mosnas en los pueblos y ciudades, especialmente
manera en tan laudable, benéfica y magna obra;
pues también una hacienda llamada «E l Rosario»,
propiedad exclusivamente^mía, tuve que vender
en estos meses pasados por un precio bastante
bajo, para cubrir algunas deudas contraídas á
favor de las misiones orientales, como también
hacer frente á los gastos que en esta época de
tanta carestía exige la subsistencia y manu
tención de dichas misiones.
Por esta razón, después de expresar cuanto
hasta aquí llevo dicho con relación á nuestros
trabajos, me permito recabar del Señor Jefe
Supremo d apoyo necessario para el progreso
de la misión y las Colonias del Santiago, Méndez,
Gualaquiza y Zamora.
Para conduir, hago presente á la mxmificenda
del Jefe Supremo, las siguientes necesidades que
deben ser satisfechas y que no demandan gran
sacrificio.
I2 I
1.0 La agregación de las tribus del Zamora al
gobierno y misión de Méndez y Gualaquiza, en
caso que los RR . PP. Franciscanos no continúen
su evangelización, pues las fáciles comunicaciones
ahora establecidas por tierra y agua, facilitan com.pletaniente el servicio de las tribus de los Pachicosas etc., al mismo tiempo que el de las demás.
2.0 La organización del Gobierno y Autorida
des en Gualaquiza, que tengan jurisdicción en
Zamora y Méndez.
3.0 La reparación del camino de Sigsig á Gua
laquiza, que exige un gasto á lo menos de $ 2.000.
40 La conclusión del de Gualaceo á Indanza
y su continuación á Yunganza, Chupianza y
Méndez ; obra que posee fondos propios. Esta
vía tiene la ventaja de ser central y por ella pue
den comunicarse los pobladores del Azuay con
Méndez y el Santiago, siendo de advertir que por
Indanza, á ocho horas de Gualaceo, es más rá
pido el ingreso á la floresta oriental.
50 Construcción posterior de una vía (que no
es muy difícil) de Palmar á Méndez.
6®Mantenimiento de \ma compañía de soldados
que defiendan á las colonias contraía agresión de
las tribus salvajes, que se ocupen en los caminos
y en la formación de una colonia modelo y defien
dan al territorio contra la usurpación enemiga.
Entre tanto puede proporcionarse armamento
con este objeto á los vecinos de Gualaquiza.
7®Protección pecuniaria á la Misión Salesiana.
No merece ni discutirse que sin misiones no
puede adelantar la colonización, pues el misio
nero es el que más influye en el salvaje y es el
único que modera su ferocidad. Además, él
educa á las nuevas generaciones y las reduce á
la vida civil, conquistando á los bárbaros por
medio del progreso verdadero.
8° Quitar los derechos de aduana para la in
troducción de artículos estrictamente necesarios
para el fomento de las misiones y colonias.
9P Que se provea á los misioneros de los ma
teriales indispensables para la instalación de un
telégrafo de Gualaquiza al Sigsig (dos días de
camino cuando más) y si se juzga mejor, se or
dene á las autoridades del cantón para que se
interesen en esta empresa y la ejecuten.
10® Que se ordene á las autoridades provin
ciales y cantonales, vecinos del vicariato, que
presten sus auxilios á los RR . PP. misioneros,
en cuanto éstos lo necesiten.
II® Que se conceda libre ingreso en la república
á los misioneros salesianos y á las Hijas de María
Auxiliadora pues son necesarios, y diré indispen
sables, más obreros evangélicos para hacer frente
al multiplicado trabajo y continuar con el ver
dadero progreso y civilización cristiana de los
salvajes jíbaros del Oriente.
Se dirá que para empresas tan grandiosas hace
—
falta un gasto enonne. Quizás con una centena
de miles de sucres quedaría todo arreglado, si
se pone, y a se entiende, esa suma en las manos
progresistas de desinteresados patriotas.
No terminará esta mi solicitud sin suplicar
una vez más al Señor Encargado del Mando Su
premo de la República que acceda á mi petición
en vista de lo muy conveniente de ella para el
engrandecimiento y seguridad de la patria ecua
toriana, á cuya civilización y progreso contri
buirán poderosamente con su influjo, trabajo y
abnegación los misioneros hijos de Don Bosco.
Reciba el General señor D. E loy Alfaro mis
atentas manifestaciones de resp>eto, y cuente
con los votos que, por su felicidad y la de la
patria, hace su muy atto. y S. S.
FRANCISCO M ATTANA
Misionero Salesiano.
líndia.
Colocación de la primera piedra
del Colegio Salesiano de Tanjore.
{Carta del Sac. Jorge Tomatis).
Tanjore, 12 de Diciembre de 1906.
Rev.mo y amadísimo Sr. D. M . Rúa,
*engo el gusto de anunciarle que el día
8 del corriente, fiesta de María Inma
culada, se colocóla primera piedra de la
nuevavcasa que aquí se debe fabricar para nootros.
L a ceremonia fué interesantísima. Después de
la Misa solemne todo el pueblo seguido del
Qero se dirigió procesionalmente al lugar de
signado cantándose el Ave Maris Stella. Allí
el Rev.mo Párroco Sr. D. J. Coelho bendijo
solemnemente la primera piedra del edificio que
se ha de levantar, y acto seguido uno de los pa
drinos leyó el siguiente verbal:
» En el año 1906, el 8 de Diciembre, fiesta de
María Inmaculada, gobernando la Iglesia el
Sumo Pontífice Pío X y la diócesis de Meliapor
S. Excia. Rev.ma Monsr. Teotonio Manuel Ribeiro de Castro; siendo Rector Mayor de los Sa
lesianos de D. Bosco el Revmo. Sac. D. Miguel
Rúa, el Rev.mo Javier Coelho Párroco de Tan
jore, asistido por su Vicario D. Pavesio Zuzare,
bendijo la primera piedra de esta casa destinada
á los Salesianos de D. Bosco recién llegados á
Tanjore para fundar su primera casa en la India.
» Estaban presentes ai acto el Rev.mo. Don
Jorge Tomatis director de los Salesianos de Tan
jore y todos sus hermanos. Intervinieron tam
bién el Rev.do B . Deltour, Misionero Apostólico,
—
122
Párroco de Trirunadi, y su hermano Revdo.
Laplace párroco de Agyampet.
» Fueron padrinos el Sr. R. Colundasami Pillar,
Secretario Municipal y el Sr. S. Arokiasami
Pillai Chattram Tahsildar.
» Concurrieron á la ceremonia también muchos
Cooperadores Salesianos y numeroso pueblo....»
E l verbal se colocó dentro de la piedra junto
con una estampa y varias medallas de María
Auxiliadora y algunos recuerdos de D. Bosco.
Cumplida la cerentonia, el Rev.do P. Deltour
tomó la palabra en tamul. Habló de los humildes
principios de la Obra Salesiana en la iglesia de
S. Francisco de Asís en Turín el día de la Inma
culada del 1841, de su rápida y providencial
propagación y terminó haciendo votos para que
la primera casa Salesiana en la India pueda
tener la vida y desarrollo de todas las funda
ciones Salesianas. L a ceremonia se terminó con
el canto solemne del Laúdate Dominum etc.
El hermoso día que había principiado con
una devota función en la iglesia á los pies de la
Virgen y después con la bendición de la primera
piedra, se pasó todo en la más sincera y santa ale
gría y se terminó con una brillantísima academia
y representación en honor de la Inmaculada.
A este fin el espacioso salón que sirve de clase
y de Asilo se había cambiado en lujoso salón de
teatro. Numerosísima fué la concurrencia tanto
de cristianos como de paganos, y muchos tuvie
ron que quedarse fuera por falta de sitio.
Al alzarse el telón apareció un hermoso trans
parente hecho por el clérigo Balestra, en el cual
entre flores y guirnaldas de grandísimo efecto
resplcndecía la efigie de Nuestra querida Madre
María Auxiliadora. A tal vista se levantó una
exclamación unánime de maravilla que se cam
bió en un prolongado aplauso. Era la primera vez
que María Auxiliadora aparecía públicamente con
su divino Hijo en los brazos y el cetro en la mano
á la vista de tantos indianos, y ya se había ganado
todos los corazones, pues estos buenos cristianos
no cesaban de mirarla llenos de gran devoción.
Luego, ante la devota imagen nuestros huerfanitos, los niños externos y algunos Cooperado
res declamaron sencillas y agradables composicio
nes en inglés y en tamul, amenizadas por algunos
cantos de ocasión muy bien interpretados.
A continuación se puso en escena el drama en
tres actos S. Gaudcncio, traducido del francés
al tamul. Los pequeños actores, que eran nues
tros hueríanitos, desempeñaron á las mil ma
ravillas su papel, y fueron \nvamente aplaudidos.
Terminada la representación, el Revdo. Pá
rroco quiso manifestar públicamente su satis
facción y exhortó á sus parroquianos á que apren
diesen de S. Gaudencio á estar firmes en la fé
aún entre los idólatras que les rodeaban. Apa
—
reció finalmente otra vez la imagen de María
Auxiliadora, y ante Ella todos los cristianos
recitaron en presencia de los idólatras que allí
estaban, las oraciones de la noche, y luego se
fueron plenamente satisfechos.
E l día después, que era domingo, tuvo lugar
un certamen catequístico entre nuestros niños
internos y externos; salió vencedor uno de nues
tros hueríanitos que recibió del Párroco una
guirlanda de flores entre nutridos aplausos.
Termino esta relación, amadísimo Padre, de
seándole á V. y á todos los Superiores felices
Pascuas.
Su humilde hijo in C. J.
Sac. JO R G E TOMATIS.
íRaíto érosso (Brasil)
L a T rib u de los B ororos.
{Estudio del Sac. D. Antonio Malán).
el Superior de nuestras Misiones del Matto
Grosso, el Revdo. Don Antonio Malán,
recibimos la primera parte de un estudio
sobre la tribu de los Bororos, que creemos
conveniente presentar á nuestros lectores. El
celoso Misionero se propone enviarnos coorde
nadas todas las noticias que en doce años de
experiencia y de trabajos apostólicos él y los
demás hermanos que se han consagrado á la ci
vilización de los Bororos han podido reunir acerca
de la historia, religión y costumbres de esta
tribu. Acaso en su estudio se encuentren aún,
como él dice, imperfecciones y lagunas, mas por
ahora es todo lo más preciso y abundante que se
ha podido adquirir.
I.
SU M A R IO , — Origen de la tribu — 5 ws prime
ras tradiciones. — Guerra con los Parecis —
Primeros encuentros con los civilizados. —
Represión — La Colonia « Teresa Cristina »
bajo la dirección de los Salesianos. — Disper
sión de la tribu. — Nuevas luchas con los civi
lizados. — La tribu se interna en las florestas.
— Principios de evangelización. — Fundación
de la Colonia del S. Corazón. — Guerra con
los Cayapós. — Otras noticias.
Origen de la tribu. — En época m uy remota
un guerrero de la tribu Tupy, llamado Boróro, hu
yendo del campo de la última batalla que dieron
los suyos contra los tymbiras, llegó después de un
viaje de veinte lunaciones á las regiones de MattoGrosso en compañía de su mujer y de sus cuatro
hijos, llamados Itubori, Acortdío, Hibori, Hirubo.
—
Esta familia que con el tiempo dió origen á la
tribu de los Bororos-Coroados estaba establecida
á las orillas del río Cayapo Grande. No se desa
nimó Boróro al ver el corto número á que se había
reducido su raza , confiando ver nacer de ellos
una raza mucho más robusta y aguerrida. Y el
anciano tupy tuvo el consuelo de acariciar con
sus temblorosas manos á los hijos de sus hijos
y de morir cual añoso tronco cubierto de laurdes
alcanzados en los campos de batalla.
El gobierno era naturalmente patriarcal, y
por consiguiente en el m indo de la tribu que y á
empezaba á formarse le sucedía á Boróro su pri
mogénito Itubori.
A la sombra deliciosa de la floresta, con el
alimento que la misma naturaleza, llamada
por el divino poeta hija de Dios, suministra á los
habitantes de la> selvas , creció y se multiplicó
la pequeña tribu.
Primeras tradiciones. — Mientras por aquellos
alrededores tuvieron caza en abundancia, los
Bororos no se alejaron mucho del centro de su
morada y por lo tanto, no se expusieron á ser
conocidos por los terribles Cayapós. Pero cuando
vieron que se iban disminuyendo íos medio > de
subsistencia, fué necesario exponerse á largas
y peligrosas excursiones que duraban varios
días. En una de esas cazas la tribu se encontró
con los terribles Cayapós. Queriendo éstos librar
se de la proximidad de una tribu que estaba por
adquirir grandes proporciones de número y
fuerza, intimaron á los Bororos que se alejasen,
y éstos lo hicieron sin resistencia alguna, estable
ciéndose cerca de Albuquerque, antiguo pueblo
de los Parecis. Pero éstos también los arrojaron
de allí. Finalmente 11 garon al nacimiento del
río S. Lorenzo, decididos á morir antes que so
meterse á una tercera emigración. Las tribus
enemigas, y a sea que ignorasen las fuerzas de
los Bororos, y a porque tuviesen en poco las
tierras de S. Lorenzo, los deja on en paz. Y en
íste período de paz ellos se multiplicaron tanto
que todas aquellas tierras les fueron insufici. ntes,
por lo que tuvieron que pensar en la conquista de
nuevas regiones.
Pero no estando ellos ejercitados en el manejo
de las armas, se reunieron los padres de familia
más ancianos para resolver la cuestión, y se de
cidió que los más ancianos ejercitasen á los jóV nes en la lucha corporal, en el tiro, en correr
y nadar. Sus armas eran flechas y bastones; cre
yéndolas insuficientes, suplicaron al bari Moruiro
que interrogase á Bope, Marcha y Tupá, y les
expusiera sus necesidades tocante á armas.
Y un día, según la leyenda, encontrándose
la tribu reunida en asamblea bajo la presidencia
de Meriuro, bajaron del Oriente Bope y Tupá
Dogue, teniendo éste en la mano ima arma de
123
—
fu go, y aquél un arco coa tres -aetas. Tupá
Dogue miró fijamente á los indios , diciéndoles
que si eran capaces de hacer blanco con aquella
arma, se la habría regalado. Ninguno de ellos
hizo blanco, y al estruendo de cada tiro caían
al suelo y espantados huían precipitadamente é
iban á esconderse dando gritos de miedo. No
pudieron por lo tanto adquirir la escopeta.
Entonces el Bope les presentó el arco y las
flechas, y todos supieron manejarlo á las mil ma
ravillas. A l poco tiempo otro Tupá Dogue trajo
consigo un civilizado vestido como un boróro, el
cual hizo blanco cayendo los indios al suelo asus
tados como la primera vez. Entonces quedó de
cidida la cuestión — las armas de fuego para los
civilizados — los arcos y las flechas para los
salvajes, (i).
Con el tras.urso del tiempo, sintiendo la falta
de un culto externo en sus creencias religiosas
y no teniendo diversión algima, pidieron á Me
riuro se dirigiera á los dioses para conseguir de
ellos lo que les faltaba. Se decidió muy satis
factoriamente : á los descendientes de los Boróros
se aparecieron dios enseñándoles los tan deseados
juegos y divemiones, mientras Meriuro mismo
los había amaestrado en la religión y enseñado
los usos que debían adoptar.
L a tribu así constituida se preparaba para la
conquista de las tierras de los Parecis ejercitán
dose en aquellas florestas vírgenes, sobre los
caudalosos ríos, apacibles arro5uielos y en aque
llas vastas llanuras. E n aquel entonces y a im
peraban los más ancianos, ó sea los caciques.
Guerra con .los Parecis. — Bajo el mando de
los hijos de Itubori y Acorubo, los Boróros acam
páronse frente á la tribu de los Parecis. E l día
después de este hecho, los jefes recordaron á sus
guerreros las injurias que sus antepasados ha
bían recibido de los Parecis y Cayapós, les pin
taron al vivo las hazañas del intrépido Tupy,
presentándoles á este antepasado como modelo
de valor, osadía y destreza. I^os guerreros, ani
mados por estas palabras se entusiasmaron tanto
que pidieron á sus caciques se empezase al punto
la batalla.
La primera batalla. — Siguiéronse varias lu
chas, todas muy reñidas. Las dos razas enemigas
pelearon con igual destreza y valor, teniendo
lugar actos heroicos comparables á los tan ce
lebrados de los antiguos Griegos y Romanos. Los
Bororos, aunque inferiores en número sobre
pujaron á lo Parecis en intrepidez y valentía.
Los hijos de Itubori y Acorubo caían en el campo
de batalla sin retroceder un paso. Los caciques
(i) El lector comprenderá fácilmente que todas estas
noticias no tienen otro valor que el de formar la mitologia de la tribu de los Boróros; pero por este concepto
son predosisimas.
—
124
en los trágicos dolores de la agonía llamaban á
sus amados hijos para hacerles jurar que con
tinuarían la guerra. Manóri y Mariduhiapo, por
disposición de los dioses, triunfaron de la muerte,
y apareciéronse á sus hermanos, rodeados y her
moseados por la aurora. Mareha los había lla
mado á la vida para que gobernasen á la tribu
mientras no se rehiciesen de las pérdidas sufridas.
La segunda batalla. — Repuestos, pues, los
Bororos y preparados para un segundo combate,
Manóri y Mariduhiapo fueron llamados á la
otra vida después de haber mostrado á la tribu
un plan de guerra que les haría triunfar de los
Pareéis. Obedientes á los consejos de sus capi
tanes moribundos, se arrojaron contra sus ene
migos, quienes no pudiendo resistir á tan im
petuosa acometida, se retiraron ordenadamente.
Dueños del campo, pero sin haber hecho ningún
prisionero, los bororos animados por el valeroso
cacique Bacóróró, quisieran cortar la retirada á
los Parecis que habían llegado y á á la orilla de
recha del S Lorenzo. Bacóróró el primero se echa
al TÍO junto con sus hermanos acompañados por
un buen número de los más intrépidos. Llega
á la orilla opuesta del rio y tanto se intema en
aquellas florestas persegu endo á los cobardes
Parecis que llevado por el entusiasmo no se da
cuenta que se va alejando demasiado de los
suyos, sigue creyendo poder destruir á sus ene
migos y el desventurado perece con todos sus
audaces compañeros en aquellas selvas.
La tercera y última batalla. — Muerto Bacóróró,
le sucedieron en el mando sus hijos y sobrinos;
quienes á marchas forzadas alcanzaron la reta
guardia del ejército de los Parecis: renuévase
entre las dos tribus una desesperada y encarni
zada lucha. Pero los escuadrones de lo Parecis
se animan, sucédense unos á otros, crecen y se
fortifican delante los Bororos quienes haciendo
un supremo esfuerzo intentan rechazarlos. Los
Parecis con intrepidez sin igual se arrojan sobre
los Bororos y les obligan á una desastrosa fuga
persiguiéndolos hasta la orilla derecha del San
Lorenzo.
En esta batalla ambas partes tuvieron muchos
prisioneros y varios jefes de los Bororos pere
cieron. Con esta última batalla, cuya victoria
fué del todo decisiva, terminó la guerra BororoPared.
A estos primeros tiempos remonta la serie de
héroes de que se gloría la tribu. Los héroes que
son como los santos para los indios, se distinguen
en privilegiados y no privilegiados. Los prime
ros son los autores de los juegos y cantos, los se
gundos los protectores de las empresas de los
indios.
Pudiendo ser\'ir notablemente á quien se in
teresa del origen de las principales tribus ame
—
ricanas el conocer el nombre de los personajes
mitológicos de los Bororos, me hago un deber
el poner aquí el elenco:
Son los siguientes : Boróro, Bacóróró, Itubóri,
Acorúbo, Manóri, Mariduhiapo, Baiturorixó,
Baturoricugago, Barabara, Barabara-maregnedo
Jure, Quimagudo, Bocohugeba, Buricabio, Aere,
Aere-migera, Tamigue, Cagaecagae, Payey, Remacugiague, Busigodo, Buregodo, Naburere,
Garudori, Troári, Cuidóri, Kiegurere, Meri-ruto,
Meri-buto, Cugaro-Bororo, Ohó, Cogue-Bacororo. Atorna, Oroariba, Joadieu, Joadieu, Kigajo Barubaru, Toitoi, Etario, Apumoio, Uañóre, Panayare, Itariapo, Huagumeri, Atomoro,
Hibayare, Jaruruco, Cuhugóre, Coguére, Manohajaga y Marido-hajaga.
Primeros encuentros con los civilizados. —
Cuando la Provincia de Matto-Grosso empezaba
á recibir los primeros beneficios de la civiliza
ción, la tribu Bororo, bajo el mando de los des
cendientes de Bacóróró gozaba de una paz com
pleta y había por consiguiente aumentado en
número y poder.
Entre la Corte y la naciente Cuyabá, centro de
todo el comercio é industria que empezaba á
desarrollarse en los varios pueblos civilizados,
no había entonces navegación fluvial: el único
medio de comunicación entre las dos era la ca
rretera trazada por el primer presidente de la
provincia, cuando de Río Janeiro se trasladó á
aquel Estado con una guarnición de soldados.
Las caravanas de los comerciantes que pasaban
frecuentemente por aquel camino, muchas veces
eran asaltadas por los terribles Bororos. No raras
veces estaban meses enteros sin recibir corres
pondencia de la corte, porque los indios mataban
bárbaramente al correo junto á cuyo cadáver
muchas veces se encontraban las maletas donde
llevaba la correspondencia.
Descubierta pues esta tribu que iba vagando
por aquellos desiertos asaltando á los incautos
pasajeros, se creyó necesario reprimirla, lo cual
se confió al 20° batallón de artillería. Los Bo
roros ordenando sus filas, tres veces les hicieron
frente; pero Rondón y Lara los dispersaron y ma
taron á gran parte de ellos. Aparecieron de nuevo
con mayor audacia y mejor ordenados, pero el
Comandante Antonio Duarte los aplastó comple
tamente.
Represión. Duarte, entonces sargento, con una
di\nsión de valerosos soldados dejó los países
ci\nlizados y se dirigió hacia las florestas del
mediodía en busca de los temidos Bororos-coroados. Después de algunas semanas de marcha en
contró un grupo de la tribu, al cual se le hicieron
varios regalos. A éste pronto se unieron otros
grupos que fueron igualmente satisfechos en
todo lo que deseaban. Mas los salvajes trai-
IP
—
dores asaetearon á algunos soldados que, nada
temiendo estaban contemplando la naturaleza
tan hermosa y risueña de aquellas regiones.....
Entonces la espada se vió brillar á los rayos del
sol y el fusil retumbó por aquellas selvas. Se
siguieron combates desesperados. La infeliz
raza hororo gemía y á en el borde del abismo
de su completa destrucción, y hubiera desapa
recido si una joven india no la hubiera sal
vado. Esta heroína, después de un feroz
combate en que muchos indios habían sido
hechos prisioneros, tuvo compasión de sus infe
lices hermanos y pidió al Sr. Duarte el permiso
de ir á hablar con los suyos para hacer las paces.
Partió, y al cabo de tres días volvió con quinien
tos indios que quedaban todavía en el campa
mento los cuales avergonzados y con la cabeza
baja depusieron todas sus armas (arcos, flechas,
bastones etc.) á los pies del vencedor. Atados,
fueron conducidos á Cuyabá en medio de im
cuadrado de soldados.
Con la única instrucción y educación que
puede dar la espada, en el 1884, una parte de estos
indios fue regenerada en las aguas saludables del
Bautismo y presentada á la sociedad Cuyabana
como enteramente pacificada! Pero fué entonces
cuando Duarte exclamó: « L a misión de la espada
ha terminado, vengan ahora los ministros de
Evangelio y la luz de la santa doctrina se extienda
por estas florestas! » Ninguna otra cosa se podía
esperar de los indios con el sistema represivo.
La Colonia « Teresa Cristina » bajo la dirección
de los Salesianos. — E l Sr. Dr. Manuel J. Murtinho, cuyo nombre permanecerá eternamente
ilustre en los fastos de este Estado del cual era
Presidente, asociándose á las instancias del ilus
tre Prelado Monsr. Carlos L . d’Amour, obispo
de Cuyabá, pedía á Monsr. Lasagna, de grata
memoria, enviase á la Capital algunos misio
neros Salesianos. Y el año 1894, el mismo Mons.
Lasagna con algunos hijos de D. Bosco llegaba
á estas tierras del Matto-Grosso, en las cuales,
gracias á Dios, enarbolaban la bandera cuyo
símbolo es « piedad y trabajo » y que lleva es
crito el programa: Da mihi anúnas caetera tolle.
El año siguiente tomamos á nuestro cargo la
dvüización de aquellos indios y la continuamos
por unos tres años. Y en el corto espacio de 28
meses la Colonia Teresa Cristina sufrió tal tras
formación que prometía grandes frutos.
Cesaron los espantosos atropellos y reinó la
tranquilidad entre los pueblos de los alrededores;
los indios adultos nos acompañaban en nuestros
trabajos campestres; los niños frecuentando las
escuelas de los misioneros recibían instrucción
y á la par una sana educación, fundada en la
religión cristiana. Se habían comprado y á algu
nas máquinas para dar un impulso á la agricul
125
tura y á otras importantes industrias; en una
palabra, la Colonia se encontraba en un estado
que aseguraba por algún tiempo hasta el ali
mento á muchos centenares de salvajes, como
declaré en la relación publicada en la Gaceta
Oficial de Enero de 1898. Lo que parecía impo
sible á los hombres, lo pudo hacer la Religión á
la sombra de la Cruz. Mas en el 1898 habíamos
apenas empezado la recolección de los primeros
frutos de nuestros sudores, cuando quiso el Se
ñor, quizás para probar nuestra coustaucia, que
por un decreto del 3er Vice-Presidente nos fuese
quitada la dirección de aquella misión, que no
sólo generosa y patrióticatnente, sino hasta
oficialmente nos había confiado el ilustre Presi
dente Doctor Manuel Murtinho. Y nosotros con
sumo dolor, confiando en la Divina Providencia,
abandonamos al espíritu de las tinieblas aquel
fértil campo, que nos prometía las más halagüe
ñas esperanzas.
Mas Dios que sabe sacar el bien del mal, abrió
á los Salesianos un horizonte más vasto presen
tándoles im nuevo campo más fértil y abundante
que el primero, á provecho de los mismos indios.
(5 é continuará).
^
Sac. ANTONIO MALAN.
BIBLIOGRAFIA
Hemos recibido:
De la L ib r e r í a S a l e s ia n a
d e S e v i l l a : Influencia
de los elementos químicos del terreno en la cantidad de
producción, porlosSres. M i l t o n W h i t n e y y F . K. Camerón, traducido al castellano por D. F e r n a n d o F l o r e s
é IfliGUEZ — AfSo IV , Número 45. Es una obra impor
tante que examina muchas de las condiciones influyentes
en la producción, como el clima, la estructura del te
rreno, rotaciones, etc., demuestra la influencia admirable
de los abonos químicos y ensezla el modo de nsarlcís.
La Cuestión de la Potasa por e l Cav. D. J. B o n s ig n o r i .
N. 46. Trata abundantemente de la influencia, uso etc.
de este excelente abono.
De la E s c u e l a T i p o g r A p i c a S a l e s , d e V a l e n c i a :
Laotra Vida por D. J o s é M u r c i a n o , Pbro., con apro
bación de la autoridad eclesiástica.
De H s r o b r Friburxo de Brigovia Historia de la L i
teratura por G u il l e r m o JOn n e m a n . 3^ edic. con 49
retratos y una lámina-frontispicio. En-8'', 304 píg. —
Rdst. Fr. 3,50, en tela lujosa 4,23. En tan breve espacio
como son 304 pá^nas da el autor una idea clara y exacta
del desenvolvimiento literario universal; sus Juicios son
rectos y sus apreciaciones Justas. No sin razón ha sido
adoptado en muchos países como texto.
De la L i b r e r Ia H e r e d e r o s d e J u a n G i l í , B a r
c e l o n a Cortes 581 — Manual de Mnemoctenia ó arte
de la memoria por el P. M i g u e l G a r c í a E s t é b a n e s ,
S. J. Forma uno de ios Manuales de la útilísima Biblio
teca universal, que publica la célebre casa Gili, 1 pta.
L i b r e r í a S a l e s ia n a d e S a r r i á -B a r c e l o n a . Lectu
ras Católicas N. 151 E l taller de los Cargadores arge
linos por M, C h . M. Pbro.
* «
1
EL CULTO
de M^ría 7\uxiIiadora.
Nós tenemos le persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos que
atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre éstos, la poderosa
protección de la Virgen bendita, que fué en todo tiempo el Auxilio de los Cristianos.
Pío X.
V.
Signo característico del Santuario.
JBosco, tenía que p a g a r ^000 liras aquel
mismo día á los operarios que habían tra
bajado en la cúpula de la iglesia que se erigía
en honor de dTCaría sAuxiliadera. S I J^refecio de la (Basa, que á la sazón era
Rúa,
había salido aqu el mismo día p or la mañana
en compañía de otros coadjutores con e l fn
de ver s i alguien les daba alguna limosna
p a ra este objeto, y a l regresar á las t í de
la m añana a l Oratorio, cansados de andar ca
lles y subir escaleras, entregaron á
Mosco
tan sólo m il liras, m anifestándole a l mismo
tiempo la im posibilidad de encontrar las tres
m
il restantes. oAquel momento fu é de verda
Quién lo creería I L a sexta parte de los
dera
angustia: se m iraban unos á otros y
gastos se han hecho con las ofertas de perso
nas devotas, g e l resto no han sido m ás que quedaban como inmóviles sin pronunciar p a
M osco, con e l rostro
limosnas que haq dado las personas que labra : únicamente
har) obtenido gracias de tan buena Madre. alegre y e l corazón lleno de fe y confam a,
«^ u e d e asegurarse, continúa
tJBosco, los anim ó á todos, y á la una de la tarde
que cada piedra, cada ladrillo de este edi- salió en busca de las tres m il liras restantes
fc io sagrado recuerda una g racia obtenida de pero sin .Haber á dónde dirigirse, después
esta oAugusta Reina d el Qielo.
S s de no de haber andado largo rato, llegó á J^orta
tar que e l cuadro prodigioso de ^ a r ia oAu- Bflova (JRuerta díueva), observando que venia
xiliadora que hoy atrae á J^aldocco y que hacia é l un hombre en cuyo rostro se dibu
es objeto d el afecto y veneración de casi todos ja b a un no sé qué de tristeza m ezclada con
Mosco,
lofi pueblos de ¡a tierra, no existía aún sino cierta ansiedad. (¿Acercándose á
en la mente d el gran siervo de ^ ios. JP o r le d ijo :
jP ad re, ¿ es usted acaso e l director
esto vamos á referir algunas de las múltiples
d el Qratorio?
m aravillas ocutridas,
§ i, señor: ¿ en qué puedo servirle?
<
S ea
bendito, exclam ó: verdade-
de un áureo libro que esevibió
q/Bosco U lulado: J 1 2 úrQvillci8
de lo 0roi\^ "JlZadrc de ;Díob invocado 6ojo
cí líliilo de ifiorío 'Auxiliadora estam pó estas
p a la b ra s: ^edcficavií ^i6i domum.
edificó por si misma una casa. Sste preci
samente es e l signo característico de este S an
tuario.
P ilé edificado p o r dltaría Santí
sim a.
€ Pernos llevado
c ía
escribía
JBosco, este edificio, p ara nosotros real
mente magestuoso, con un gasto sorprendente;
I. PRINCIPIO
—
0.
á J I término,
pero 8ii|^ iieccñidcid de liocer ninguiia cofeclo.
/
»
0.
«. —
(Botria el Jó de 'Jloviembre de JÓ66. S I
director de S, Francisco de Sales, esto es,
—
—
ir
— 127 —
ramente e l Beñor es quien ha hecho que le
encuentre a l momento. Vo le suplicaría que
viniese conmigo, pues m i señor necesita ver
daderamente sus auxilio.
Bam os a l momento.
y según iban p o r el camino dijo a
JSosco :
M i señor es mug caritativo, g g o creo
que desde luego e l podrá agudarle en la obra
de la iglesia.
dllug bien, mug bien, respondió
—
«
—
—
—
J30SC0.
«
J^ocos minutos después penetraban am
bos en un hermoso palacio. Sn una habitación
g sobre un blando lecho g acía un señor, quien
al ver á
oJSosco exclam ó:
Reverendísimo Jp ad re ! Verdaderam ente
necesito sus oraciones.
¿ S a ce mucho tiempo que se encuen
tra usted a sí?
Iñace tres años, que se me han hecho
mug largos, g lo p eor es que los médicos no
me dan la menor esperanza de sanar. %i a l
menos pudiese conseguir que se mitigasen algo
los crueles tormentos que padezco, desde luego
que ■con mucho gusto agudaría á usted algo
en sus obras.
^unca se presentará momento m ás
propicio: precisam ente hog mismo necesito
tres m il francos.
B i usted consigue que obtenga alguna
mejoría, le prometo que á fin de año no ha
de quedar descontento.
es e l caso que esta cantidad la
necesito esta m ism a tarde.
¿ S sta m ism a tarde? ¿ t / cómo hacer
efectiva dicha cantidad? Jf^ara ello es preciso
llenar ciertas form alidades
ir a l banco, etc.
JR ara m agor gloria de ^ io s g de
^ a r ía <Jluxiliadora levántese d el lecho g
llene tedas las form alidades que p a ra ta l caso
se requieren.
<3 Levantarme d el lecho ? ¿ ÍBa olvidado
usted acaso lo que antes le he dicho, es decir,
que hace tres años que no me muevo de aquí?
%so es im posible.
J^ a ra nosotros, s i; pero no p ara ^ ios
que es omnipotente. JR ruebe usted g lo verá.
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
......
«
Bn este momento m andó
JBosco que
todas las personas de la casa, que serian como
unas treinta, inclusa la servidumbre, se reuniensen en la habitación, g estando a llí todos
m andó que elevasen á ¿Jesús Bacram entado
g Altaría (¿Auxiliadora algunas preces que
é l mismo prescribió, inmediatamente después
m andó que trajesen a l enfermo ropa p ara
vestirse, diciendo a l enfermo que é l mismo
fuese a l banco, ¡jo s circunstantes, m ás con
movidos que adm irados, esperaban e l fin de
un hecho tan m aravilloso. Sn aqu el mismo
momento entró e l médico, g a l ver semejantes
preparativos quiso persu adir a l enfermo acerca
de la imprudencia que iba á cometer, em
pleando p ara ello todos los m edies que esta
ban á su alcance. S I enfermo contestó que
era dueño de sus actos, g sin atender las
razones d el médico, d i o que quería seguir en
todo los consejos de
JBosco. (¿Algunos qui
sieron agudarle á levantarse; pero e l sacer
dote lo prohibió, g poco tiempo después, g a
vestido e l enfermo, se p a sea b a p o r la habi
tación. JTtandó que a l momento preparasen
e l coche; pero antes de salir, comió con buen
apetito, como que hacia mucho tiempo que no
se alim entaba, b eb id o á la prohibición de
qJS osco é l solo b ajó las cuatro escaleras,
se subió a l coche, fu é a l banco g poco
después entregó a l sacerdote los tres m il fran
cos, dándole adem ás las m ás expresivas g ra
cias. Q)on (JBosco, después de saludarlo p ara
despedirse, le exhortó que no d ja s e de mos
trar su reconocimiento á dTuestro Beñor B a
cramentado g á A ltaría (¿Auxiliadora á quienes
únicamente debía la salud que había reco
brado. (¿Al entrar en e l Oratorio se encontró
con las personas que esperaban e l jorn al,
adm irándose e l JR refecto g dem ás Superiores
d el Oratorio a l ver que había traído toda la
cantidad que necesitaba.
3 e aqu í otro hecho.
< S I (JBarón Comendador Cotta, banquero
de Turín g Senador d el Reino, hallábase
moribundo en e l lecho.
oBosco fu é á vi
sitarlo.
^ a d r e mío, esta será la última vez
que lo vea, le dijo con un tono de voz casi
,
»
—
sos
im perceptible: yo me muero, continuó: con se
guridad este es e l último día de m i vida.
Q)e ningún modo, señor (Comendador. L a
Santísim a JC^irgen os necesita todavía en este
mundo y quiere que le ayudéis en la cons
trucción de su iglesia.
buena gan a lo haría; pero los mé
dicos no me dan y a la menor esperanza.
¿ Qué haríais s i ü ílaría ¡¿Auxiliadora os
devolviese la salud? .
((baria p or espacio de seis meses dos
m il francos mensuales p ara su iglesia.
p erfectam en te: voy a l Oratorio á que
los niños pidan a l Señor y á üiCaría oAuxiliadora p or su sa lu d : ánim o!
Tres días después anuncian á (i). cBosco
una v isita: era e l S r. Jdarón de (Cotia que.
completamente sano, venia á traer á fliiaria
(¿Auxiliadora su prim era ofrenda
dio es posible narrar todos los hechos ver
daderamente adm irables y con los que se
llevó á feliz término e l hermoso Santuario de
diiaria ¡¿Auxiliadora
¿ Qué otro santuario
registra un origen tan m aravilloso?
—
Curación completa.
—
—
—
..... »
.....
Jícdificúvií sibi donium Jlia rio !
IMPORTANTE
Llamamos la atención de miestros Coo
peradores sobre los ?iúmeros 8^ ari. V
y rf art. V I del Reglamento de la Pia
Unión, que hablan de la Conferencia
de Regla en la fiesta de María A u xi
liadora. Procure buscarse un Cotiferencista práctico, conocedor del espíritu de
D . Rosco y celoso de su propagación.
Recordemos que es día de ' templar el
espíritu, de activar el celo y excitarnos
á la práctica del bien y que de todo
cuanto hagamos recibiremos de Dios mag
nífico galardón.
i
El 20 de Diciembre último cayó del caballo
el alumno de este Colegio Segundo Ibarra. Al
verlo su hermano Primo dió un grito de dolor
y corrió hacia él, siguiéndole su mamá. ¡Qué
cuadro tan desgarrador ! Segundo babía dado
con la cabeza en una piedra y estaba inmóvil
y sin conocimiento. Lo llevaron á su casa que
distaba pocos pasos. Pronto se llamó á un
médico, y después de un minucioso examen
aseguró que no tenía ningún hueso roto, pero
que por la pequeña herida de la cabeza, podia
sobrevenir algún ataque cerebral. Este no tardó
en presentarse, y tras él, otro y otros varios,
diciendo que no podría salvarse sin una peli
grosa operación. A petición del médico, se llamó
un segundo, que opinó como su colega. —
Hay que perforarle el cráneo, dijeron, para que
la curación dudosa, sea completa.
La desolada madre no podía pensar en una
operación, sin desgarrársele el alma. Con todo,
era forzoso resignarse, y se convino llevarle al
hospital al día siguiente.
Yo había acudido momentos después de la
caída y había presenciado tres ataques cerebra
les, y temiendo que en alguno de ellos pudiera
quedar el pobre Segundo, mandé á buscar la
Extrema unción. En tanto le di la bendición de
María Auxiliadora, y supliqué á la Santísima
Virgen no dejara morir á ese niño sin confe
sarse, si bien hacia pocos días que lo había
hecho. Prometí hacerle una novena con él ante
su imagen en nuestra Capilla, si lo sanaba, y
que si se curaba sin operación, publicaría la
gracia... En vez de administrarle el último de
los Sacramentos, no sé con qué sentimiento de
fé le di nuevamente la bendición de María.
¡ Qué buena es nuestra Madre 1 — Después
de 15 horas que estuvo sin hablar, comenzó á
balbucear; se temía fueran palabras de delirio,
pero no. La Consoladora de los afligidos había
escuchado las plegarias de sus hijos. A las
de la mañana , en vez de llevarlo al hospital,
podía ya confesarse.
El Doctor, al ver tina reacción tan sorpren
dente, aplazó la operacción para conformar tam
bién á su mamá. El día de Navidad vino á la
Capilla á oír Misa y á empezar la novena de
gracias.
Sólo me falta la publicación de ésta, en nuestro
Boletín, para mayor honra y gloria de nuestra
Madre María Auxiliadora.
D om ingo Q ü e ir o l o , Pbro.
Director del Colegio Mons. Lasagna.
Asunción (Paraguay), 14 de Enero de 1907.
. .i
—
C urado de tifu s.
Enfermó de fiebre tifus un primo mío y de
tal gravedad que desde los primeros días per
dió el conocimiento.
La enfermedad hacía progresos tales, que
de un momento á otro parecía dar el último
suspiro.
Viendo la impotencia de la ciencia humana,
me dirijí á María Auxiliadora y con todo el
fervor posible la supliqué devolviera la salud
al enfermo, ó á lo menos no muriese sin los
129
—
consuelos de la Religión á causa del delirio que
no le dejaba un momento. En tan angustioso
trance, vino á salvarnos la devoción á María
Auxiliadora, que para dicha mía me inculcaron
los PP. Salesianos de Utrera; invocamos á esta
buena Madre, y el enfermo querido que casi
llorábamos muerto, entró inmediatamente en una
rápida y segura convalecencia.
Jamás olvidaremos, oh María! este favor tan
señalado de vuestra bondad maternal.
Jo sé P é r e z D e l g a d o .
Colegio de Utrera.
MÉJICO. — Coronación de María Auxiliadora: el patio durante la Misa pontifical.
SS. Sacramentos, prometiéndole hacer una no
vena de Comuniones, hacer celebrar una Misa,
y publicar la gracia en el Boletín.
La poderosa intercesión de la V. SS. no se
hizo esperar, pues á los dos días de hecha la
promesa, empezó á notarse la mejoría y hoy
goza buena salud.
Cumplo gustosa la última promesa y exhorto
á todos que en sus necesidades acudan á María.
M a r ía
C
ia r l o
H ija de María.
Bahía Blanca (R. Argentina), 21 Enero de 1907.
M aría le dió la salud.
El 28 de Octubre se sintió atacado mi padre
Qe una gastro-hepatitis tan agfuda y alarmante,
en pocos días le puso al borde del sepulcro,
ó la pena inmensa que sentíamos, se añadía el
que no se le podían administrar los últimos
Instantán eo socorro.
Hallándome en camino de vuelta de un largo
viaje, cayó como desmayado uno de mis com
pañeros, de modo que no podía dar un paso
más. Estábamos en un lugar solitario, lejos de
toda habitación y talvez infestado por los la
drones. I Qué hacer en semejante circunstan
cia? Esperanza humana no había ninguna; ten
dríamos con grande pena y dolor, que dejar
al pobrecito botado y seguir nuestro viaje.
Pero la caridad que á todo cristiano une, no
nos permite abandonarle. Me acordé de los
portentos de María Auxiliadora que el P. Mattana muchas veces contó en sus conferencias y
sermones, y á Ella, como en otras circunstancias,
me dirigí suplicándola más con el corazón que
con la boca, y ofreciéndole que si me obtenía la
salud de mi compañero haría publicar la gracia-
—
130
en el Boletín Salesiano y daría una limosna
para el Santuario que el P. Mattana ayudado
de las gentes del católico cantón del Sigsig
y de los pueblos limítrofes, está fabricando
en Tudul (Sigsig) en honor de la Virgen de
Don Bosco. Obtenida en el mismo acto de mi
plegaria la repentina salud de mi compañero,
remito un peso de limosna.
Manuel V
il l a v ic e n c io
Cooperador Salesiano.
Sigsig, 19 de Julio de 1906.
Pronta curación.
Hacia como' dos meses que guardaba cama,
teniendo una úlcera en el estómago y un quiste
en la región epigástrica. El médico opinaba que
la debilidad en que me encontraba no habría
resistido á la operación quirúrgica que juzgaba
necesaria y que había que estar en espectatíva
de una crisis que podía resolverse tanto en bien
como en mal. En esos días, en que se decía
que mi muerte era cuestión de dias más ó me
nos, tomé unos tragos de agua de Ntra. Sra. de
Lourdes, que me dió mi director espiritual y al
día siguiente después de haber hecho á María
Auxiliadora la protesta de que quería en todo
la voluntad de Dios, me sentí bien. Llamé al
médico y con sorpresa preguntó qué remedio
había tomado, pues como pudo observar, el
quiste había desaparecido y la misma úlcera de
bía de haberse cicatrizado supuesto que, sí antes
de la gracia, apenas podía pasar un poco de
leche, ahora cómo de todo y digiero bien.
Gracias, pues, sean dadas á mi buena Madre
María Auxiliadora. Que Ella me obtenga del
Señor la gracia de emplear el resto de mi vida
en la salvación de mi alma, es lo que pide su
devotísima Hija.
Ja c in t a del C. H u e r t a s .
Ensenada, Noviembre 30 de 1906.
Un empleo debido á Ella.
Hallábame desde hacia tiempo sin empleo. La
miseria golpeaba ya á las puertas de mi casa.
¿Qué hacer? Acudí á mi querida Madre y Pro
tectora, María Auxiliadora, rezándole todas las
noches, después del S. Rosario, 9 Pater, Ave y
Salve Reina. El octavo día encontré colocación.
¡Gracias, oh Poderosa Taumaturgn de Don
Bosco! Siempre te ensalzaré y cantaré tus glo
riosas alabanzas.
F r a n cisco G e n t il i .
Coronel Suarei (Rep. Argentina), 30-13-06.
Mi querido hijo Antonio de 17 años de edad
cayó enfermo de calenturas, y bien pronto la
fiebre pasaba los 40 grados. Mi primer pensa
miento fué encomendarle á María Auxiliadora.
Colgué al cuello del enfermo una medalla, pro
metí ir á visitarla con el enfermo, apenas pu
diese salir de casa, en la iglesia de S. .Antonio
—
de Valencia, dar una limosna, inscribirle entre
los cooperadores salesianos, y hacer publicar la
gracia en el Boletín. Fué tal la mejoría que luego
se notó, que el médico, que le visitó el día des
pués, no dudó en afirmar que era milagrosa.
Muy agradecida cumplo mis promesas.
A m a lia C am pillo .
Cooperadora Salesiano.
Sueca (Valencia España).
A lm ería. — Cumplo el grato deber de dar
cuenta de dos favores grandísimos que se ha
servido otorgarme nuestra adorada Madre María
Auxiliadora.
El primero fué con un sobrino, hijo de mi
hermano mayor, y que concurre la circunstan
cia que es mi ahijado, vive en Pontevedra y la
primera noticia que tuve fué que le había dado
un vómito de sangre terrible y que se le había
repetido: en cuanto llegó á mi conocimiento
hice la Santa novena y ofrecí que se publicaría
en el Boletín Salesiano y al cabo de un poco
de tiempo supe que se encontraba más aliviado
y gracias de Virgen Santísima ya hace su vida
de siempre.
La segunda fué la de mi hija de mi alma,
que la ha tenido gravísima, principalmente el
día de Nuestra Señora del Rosario y el lunes
siguiente estuvo sin esperanzas y la noche del
lunes al martes hizo crisis le enfermedad, coin
cidiendo esta gracia con decir una Misa en ese
Santuario á nuestra idoladra Madre, después de
hacer la novena mi Esposa y yo.
Excuso decir la alegría de ver que por estos
dos favores especiales conservamos seres que
tanto se quieren.
Cumplo gustoso la promesa que hice:
A d o lfo R am írez .
R ialp (Lérida). — Hacía un año que padecía
del oído izquierdo. La familia me instaba para
que consultara el caso con un médico, viendo
mi estado tan poco satisfactorio, pero creyendo
yo con viva fe que mejor podría curarme El
que dona las misma ciencia, ofrecí al efecto una
limosna á María Auxiliadora, para que me al
canzara del Señor la curación completa de este
defecto; no se hizo esperar mucho esta gracia
después de entregadas las limosnas al efecto
prometidas: al presente me encuentro perfecta
mente restablecido.
Lleno de gratitud hacia mi amantísima Madre
y para que todos tengan plena confianza en la
que se congratula en auxiliar á los cristianos,
suplico la publicación de estas líneas en el Bo
letín Salesiano á mayor gloria de Dios y bien
de las almas, cumpliendo asi lo que resta de
mi promesa.
J uan S ausa P.
30 de Dedembre de 1906.
T ru jíllo (Venezuela). — Sufriendo mis dos
hijitas de frecuentes ataques al pecho, y hacién
dose éstos cada vez de mayor gravedad, recum
— I3 I —
á María Auxiliadora pidiéndole encarecidamente
me las mejorase y ofreciéndole la publicación
de esta gracia, una vez que pasaran seis meses
sin repetírmeles estos accidentes que revestían
no sólo para mi, sino también para el médico que
las asistía, el carácter de una verdadera pulmonía.
Hoy, que han pasado ya siete meses en com
pleto bienestar, hago pública mi gratitud á
María Auxiliadora y envío en prueba de mi
eterno reconocimiento una limosna para su San
tuario de Turin.
J o s e f a M a r ía de A n z o l a .
Cooperadora Salcsiana.
Enero de 1907.
meses, cayó como muerto una noche, por ha
berse desvestido en el momento que sudaba y
recibía corriente de aire, quedando inmóvil y
sin poder hablar. Siendo imposible ocurrir por
médico á esa hora, y considerando yo que po
dría sobrevenir la muerte á mi hijo sin recibir
los socorros espirituales, sentí proíúnda tristeza,
derramé copiosas lágjimas ; y animada por el
amor de madre cristiana, rogué con fervor á la
Madre de los afligidos por la salvación de mi
querido hijo, ofreciendo una limosna para los
Huérfanos de María Auxiliadora, un niño de
plata para la efigie que se venera en Calceta, y
la publicación de este especial favor en el fío'
MEJICO. — Coronadlo de María Auxiliadora : durante el discurso del limo. Sr. Silva, Arzob. de Michoacán.
Cuenca (Ecuador). — Desde hace más de
un año me encontraba gravemente enferma con
accesos á los pechos por la lactancia de mi pri
mogénita : sufrí varias operaciones dolorosísimas
de las cuales obtuve la curación por los ruegos
de María Auxiliadora. A l año después he aquí
que, encontrándome de nuevo con los síntomas
de la misma enfermedad, al lactar á mi segunda
dja, varios médicos me decían que era impo
sible esta vez sanar.
En tal situación recurrí á María Auxiliadora,
poniéndome una imagen de la Virgen al pecho,
y otra vez María Auxiliadora usando de miseri
cordia para comigo, me concedió el favor im
plorado.
Una davota agradecida.
n de Enero de 1907.
Calceta (Ecuador). — Hallándose enfermo
cn cama uno de mis hijos jóvenes, durante dos
Uiin Salesiafic. — Mis ruegos fueron atendidos
por la Madre de los pecadores : á las 3 de la
mañana volvió el enfermo como de un sueño,
diciendo: «Mamá, nada lie sido; me siento
bien». Recuperé la tranquilidad, y me encon
traba entre cinco personas que presenciaron la
total curación milagrosa. Como es natural, se
ha redoblado mi devoción á María Auxiliadora.
R o sa C ar m e n Z. de V e r a .
— Mi esposo, Angel Vera, fué mordido por
una culebra; pasaron algunos días sin lograrla
curación, y los médicos opinaron que moriría,
porque la gangrena se había concentrado en la
sangre. Con informe tan desconsolador, ocurrí
como último recurso á María Auxiliadora, ha
ciéndole promesa de asistir á su novena, comul
gar el día de la festividad, dar una limosna
para el Santuario de Turin y publicar la gracia,
para mayor devoción á la Santísima Madre de:
—
132
Dios que oye á quien con fé la invoca. De Ella
recibí el favor pedido, logrando, la completa cu
ración de mi esposo.
A n g e l a Z . de V e r a M.
B arranquilla (Colombia). — A principio del
año pasado fué mi casa invadida por la terrible
epidemia del sarampión, siendo atacados de
este mal mis siete hijos y y o ; pero entre todos
se presentó el caso gravísimo á un niño de año
y medio. En .tan terrible trance y viéndome
abandonada en lo humano, entregué mi hijo en
manos de la Santísima V irgen; sintiéndome
completamente resignada ante su santa voluntad
y haciéndole una promesa; muy pronto princi
pié á notar la mejoría de mi hijo, hasta verlo
completamente restablecido antes de dos sema
nas. Deseo hacer público este mi favor no sólo
para honrar á mi buena madre sino también
para que sirva de ejemplo y consuelo á las per
sonas que como yo lleguen á encontrarse en
casos tan apurados.
A. S. de G.
E l Piñón. (Colombia). — Trabajando en la
finca de mi padre, (día 19 de Marzo) una má
quina de azúcar hizo su explosión causando
daños graves ; dos trabajadores murieron, y otros
mortalmente heridos: yo el primero, recibí fatal
golpe que me voló á una gran distancia donde
caí sin sentido. Repuesto ya, busqué en mi
cuello la imagen de la Virgen que me había
salvado, y ofrecí una limosna para su templo.
Gustosamente la envío junto con mi eterna gra
titud.
S a l v a d o r V il l a d e V e g a .
Barcelona. — Una terrible enfermedad de
cerca cuatro meses, teniendo en ella varias com
plicaciones puso á mi padre en un estado des
esperado temiendo por su vida. En cuyo trance
acudí á María Auxiliadora, y á S. José y mil
gracias les doy per tan singular favor pues mi
padre se halla completamente bien.
Cumplo mi promesa haciendo pública la gra
cia y mandando decir una misa en su iglesia.
Jo a q u in a C a s a s .
31 de Enero 1907.
R o sario de V illa Libertad (Argentina). —
Una niña de 14 años estaba tan enferma que
el médico la deshauciaba y sus parientes espe
raban á cada momento el fatal desenlace. La
niña habla recibido lodos los auxilios de nuestra
Santa Madre Iglesia, sin embargo ella tenía un
grandísimo miedo de morir y lloraba sin querer
consolarse.
El dia de Nuestra Señora de Rosario, Patrona
de este pueblo, se creía que la enferma no pa
saría el dia. Se celebró una Misa por la salud
de ella, prometiendo á la Santisima Virgen, que
si la chica sanaba, se harían celebrar otras mi
sas en su honor y publicar este favor en el Boletin Salesiano.
Desde este mismo día la enferma se alivió y
—
hoy está llena de vida, gozando de perfecta
salud. Cumpliendo con lo prometido, la familia
manda 31 pesetas para misas en honor de María
Auxiliadora, en acción de gracias del favor
obtenido.
Gloria y amor á María Santísima!
U n C o o p e r a d o r S alesiano .
R ocafu erte (Ecuador). — Agradecida por
varios favores recibidos de María Auxiliadora,
mando una limosna á su Santuario de Turia.
Ocho años hacía que venía padeciendo de fuer
tes cólicos, sin que los remedios me valieran.
Finalmente acudí á María Auxiliadora y Ella
me dió cumplida curación. A Ella debo también
el haber sanado de una enfermedad á la gar
ganta y la curación de una niñita, de la fiebres
perniciosas.
Ensenada. — Estaba enfermo de emp difté
rico y tan grave que recibí los Santos Sacra
mentos. Tenían que hacerme una operación y
un P. Salesiano me hizo prometer ser bueno si
María Auxiliadora me curaba, tomé una medi
cina, es cierto, pero en la curación hubo algo
prodigioso, por lo que doy las gracias á tan
buena Madre.
L e a n d r o M o r e ir a .
8 de Deciembre de 1906.
Carm ena. — Tenía unos dolores en los bra
zos que no podía trabajar, siéndome el trabajo
indispensable. Un día que leí los prodigios
obrados por María Auxiliadora me encomendé
á Ella de todo corazón, prometiendo publicar
la gracia. ¡ Cosa admirable! Desde luego desa
parecieron y hace ya un año, por lo que cumplo
lo prometido.
R o s a r io C ruz .
20 de Noviembre de 1906.
S evilla . — Jugando un sobrino mío en una
cancela tuvo la desgracia de destrozarse los de
dos de la mano derecha. Creimos que habría
que contarle uno por lo menos. Acudí á María
Auxiliadora y curó sin necesidad de operarlo.
Hoy cumplo la promesa que hice.
C on c epc ió n P a ch e ch o .
14 de Deciembre de 1906.
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Abelcda (Orense). — D. Santiago López, por ha
ber sanado de una dolencia al segundo dia de in
vocar á tan buena Madre.
Aracena (Huelva). — Z>.“ Esperanza Dttrán, por
liaber sido oida al invocarla.
Barcelona. — Da. Elvira Pasiors, viuda de Azúa
por haber salido un hijo suyo airoso en unas opo
siciones. — Don E. I. V., estudiante, por haberle
ayudado en las tres últimas tandas de exámenes.
Barranquilla (Colombia). — Al^o del Real y
esposa Felicia, por el restablecimiento de su hijo.
Baracaldo (España). — M. P., por haber curado á
su hermanita, á pesar del médico, que pronosticaba
un c desenlace fatal. »
—
133
Bilbao (España). — Elisa Arnatn, p o r el restablicimiento de su h ijo Juan José.
Cartaya (H u elva). — D .a María Cruz y D .a Jo
sefa Ahnansa Vázquez por favo res recibid o s.
Cbone (E cu ad o r).— Mariana de Grifalva, por ha
berle curado m ilagrosam en te un brazo.
Ensenada. — Don E . L . p o r haberle concedido
el ascenso que le pidió.
Gijón (O viedo). — Da. Magdalena Méndez, por
una gracia obten ida.
Granada. — D . Nicolás M.a López, por haber re
cibido un favor y D . Antonio Pérez Jiménez, por
haberle sanado d e una gravísim a enferm edad
Guayaquil (E cu ador). — Una Cooperadora salesiana, por haber escu ch ado sus p legarias, evitan do
—
F alen cia (España). — Angel Antolinez, por varios
favo res, esp ecialm ente p or la salu d de su m adre.
P alm as (L as) (G ran C an aria). — Da. Soledad
Sánchez de Socorro en nom bre de varias coopera
doras hace público el a grad ecim ien to . — D .a Fe
lisa G il de Pastrana, por h a b er sido escu ch ad a. —
D .a María del Pino García. — D .a Adela Fleitas,
viu d a de Canto p o r aten der su petición.
Salam anca. — D . Fernando Contrera por una
gracia qu e o b tu vo . — D . Antonio Peláez, por liaherle con cedido la salud á un niño qu e tu v o en
ferm o.
Seo de U rgel (España). — Eudaldo Carrera envía
150 pesetas com o acción de gracias p or un favor
obten ido.
MÉJICO — Alumnos del Colegio Salesiano.
que un m iem bro de su fam ilia se enredara en un
asunto m uy p eligro so, - Dr. B. L . de R . Z . por
una grande gracia .
Guatemala. — Antonia Morales, p or un beneficio
favor de un m iem bro de fam ilia.
Higuera (L a) (H u elva). — Una devota, por un
favor recibido.
Játiva (V alen cia). — D . Francisco Rebert, p o ru ñ a
gracia especial.
La Plata (A rg en tin a). — V. V. L ., por un au
xilio m uy oportun o.
Leganés (E spañ a). — M. D . C., p or un favor re
cibido.
Madrid. — Da. Carmen Gómez, por b ab er sanado
de un pie qu e hacia do s años tenia enferm o.
M álaga. — D . José M.a Oppelt y Sans por haber
salvado á su m adre d e una enferm edad m uy grave.
Mendoza (A rg en tin a). — 5 ". González, p o r haber
sanado de una g r a v e enferm edad.
Navalm orales (L o s) (T o led o ). — D . Ff'oncisco
Hariin de Eugenio, p o r varios favores alcan zados.
i
S e villa . — Da. Em ilia Rodríguez m anda una cabeza
de plata para co lo carla su su el a lta r com o ex-vo to .
T au ste (Zaragoza). — D . Rafael S-ilvador p or ha
b er sanado d e una enferm edad rebeld e que padecía,
desp ués de haber hecho una novena.
T o relló (B arcelona). — Da. Carmen Canadell,
viu da de C asas, por una gracia recibida.
V a len cia (España). — Una devota, agradecida por
una gracia obten ida.
V ig o (P ontevedra). — D.a Rosa Mediero Prado
y D .a Juana Cabello por favores recibid o s. — Una
hija de María, p o r haber san ado á una sobrina qu e
p adecía d ifteria. — D .a Asunción Prado Romero. —
D .a Anastasia, viuda de Cordobés y D . M. P . por
favo res obtenidos
X . — D .a María B . de Manetti, D m Ramona B.
do Bartulo y D . / . de E . p or gracia recibida, —
D . F ., p o r haber sacad o Ubre en las quin tas á un
m iem bro d e la fam ilia.
Z aragoza. — D . Laureano Pía Gascón por un
fav o r alcan zado.
POR E L MUNDO SALESIANO
IT A L IA .
ESPAÑ A.
MONDONIO, — El 50® aniversario de la muerte
<lel santo joven Domingo Savio, alumno del
Oratorio de S. Francisco de Sales, fué solem
nemente celebrado en la parroquia de Mondonio el 9 de Marzo, estando presentes el Con
cejo Municipal, las Escuelas y toda la población.
Celebró el P b r o . P ro f. D. Juan B. Francesia,
que cuenta entre sus fortunas la de haber sido
maestro del pío joveiicito. La Escolanía del
Instituto Paterno de Castel Nuovo ejecutó una
misa fúnebre del Mtro. Pagella. Después de
la Misa hubo una afectuosa conmemoración.
En el pueblo viven todavía muchos que ha
biendo conocido á Savio, conservan de él mu
chos y edificantes recuerdos.
En Turín los escolares celebraron la tarde
del mismo día una bellísima velada: todos to
maron parte, artesanos y estudiantes, á la con
memoración del amado compañero que los
precedió y les señaló la senda que deben todos
recorrer; cada clase tenía su representante: en
una serie de cuadros vivps se reprodujeron
varios episodios de la vida de Domingo. El
P. Francesia , que había llegado ya de Mondonio, declamó una sentida poesía. Hablaron
también el P. Marchisio, Director del Oratorio
<le S. Francisco de Sales, D. Esteban Trlone
y el venerando D. Rúa, quien prometió á los
alumnos un paseo á la patria de D. Hosco y
á la tumba de Domingo Savio. Esta sorpresa,
que ninguno imaginaba, fué acogida con sin
gular entusiasmo. El patio de recreo perma
neció adornado todo el día con un bellísimo
epígrafe de circunstancia y un retrato nuevo
del inolvidable joven.
En muchas casas de España y América se
han hecho también solemnes conmemoraciones
<lel que es honra del Instituto de D. Bosco y
una de las mejores apologías de su método
educativo.
D. Bosco mismo escribió la Vida de Dornin^ Savio y se halla en todas la casas saIcsianas. El Boletín Salesiano se ha ocupado
ya de ella años atrús. N o obstante, debemos no
dejar pasar este año sin recordar á nuestros
lectores algunos rasgos, y así publicaremos en
números sucesivos los más salientes para común
edificación.
SEVILLA. — Para no molestar á nuestros lecto
res con narraciones largas, vamos á relatar de un
modo lacónico las hermosas funciones que aquí se
han celebrado, empezando por la de S. Francisco
de Sales.
La Misa de Comunión General y en la que se acer
caron por primera vez al Banquete Eucarístico un
crecido número de alumnos internos y externos y
la Misa solemne en la que ensalzó las glorias del
Santo el Rdo. Cura Párroco de S, Gil, D. José
Verea Bejarano tuvieron ese tinte especial de las
fiestas salesianas, llamando la atención la Esco
lanía de S. Gregorio al interpretar tan bien la
misa X VIII de Haller.
El día tres de febrero, y después de recibir la
bendición de Su Divina Majestad, dada por el
Exemo. é limo. Sr. Obispo de León, D. Juan Ma
nuel Sanz y Saravia, numerosos Cooperadores Salesianos ocuparon los asientos del bien preparado
salón, y la Presidencia, Su Excelencia Reverendí
sima. Los números del ameno programa fueron in
terpretados maravillosamente.
« El sabio catedrático de esta Universidad don
Manuel Sánchez de Castro, pronunció un breve
y elocuentísimo discurso, en el que hizo resaltar la
valía de la obra de don Bosco y excitó á los coope
radores á que se comprometieran á buscar cada
uno dos cooperadores más para tan excelente obra.
Entre otras cosas, liizo grandes elogios de la pe
dagogía salesiana, con cuyo motivo recordó que el
Congreso internacional de Milán, celebrado el año
último, la premió con la primera medalla.
Terminó su elocuente discurso dedicando un re
cuerdo al Emmo. Cardenal Spínola,
El trabajo del señor Sánchez de Castro fué muy
aplaudido.
La fiesta terminó con la representación de un
sainete, en que no supimos qué admirar más, si las
chispas de que estaba salpicado ó la magistral in
terpretación. El público rió á mandíbula batiente.
Lástima que no se centupliquen los cooperadodores salesianos para que, teniendo esta obra mayo
res medios de vida, pudiera desarrollarse con más
amplitud y diera de sí los grandes frutos que para
bien de la Iglesia y de la sociedad está llamada á
producir. » (De E l Correo de Andalucía).
El mismo diario da cuenta en otro número de
la agradable fiesta celebrada en la Iglesia y Co
legio salesianos en obsequio de los obreros que con
curren al centro catequístico de S. Roque, organi
zada por las Damas catequistas y costeada por la
Exma. Presidenta de las Doctrinas.
Por último, la fiesta del Glorioso Patriarca San
José resultó espléndida, predicando D. Manuel
Osomo y á la que asistieron más de cuatrocientos
niños entre internos y externos, dándoles después
de la función religiosa una abundante y suculenta
comida, costeada por un excelente Cooperador
Sálesiano.
El día terminó con la alegría que empezó, pues
si bien es cierto que los ánimos se entristecieron al
ver la representación del hermosísimo drama del
Dr. D. Francisco Fenoglio titulado: Un veneno ó la
profanación de los días festivos, en cambio, recobró
dicha alegría con la graciosísima zarzuela Los dos
mendigos. De este modo los hijos de D. Boco cum
plen al pie de la letra el dicho del Sagrado texto :
Servite Domino in laciitia.
pezando el augusto sacrificio; al llegar la Comunión
el celebrante que lo era D. Francisco Atzeni, uno
de los primeros hijos de D. Bosco que en esta ciu
dad se establecieron, dirigió á los asistentes, con el
celo de un apóstol frases llenas de amor á Jesús en
el Sacramento, exhortando especialmente á los
35 alumnos que por primera vez recibían á su Crea
dor, Conmovedor fué el acto de la Comunión Ge
neral, viéndose acercarse á la Sagrada Mesa dis
tinguidas personas de esta localidad, notándose
también la presencia de muchos padres de los
alumnos. Entre los dulces encantos de música ter
nísima, el corazón de 300 niños se abrió para recibir
á Dios; para entender la grandeza de los sentimien
tos de aquel instante haría falta sentir y amar
SALAMANCA. — Cortamos de El
Lábaro:
Con esplendor extraordinario cele
bróse el sábado último en la iglesia
de San Benito, la fiesta del glorioso
titular de la Congregación Salesiana.
En el triduo preparatorio había ve
nido desarrollando con singular maes
tría y erudición el R- P. Grana tema
tan interesante como La educación en
la familia, sobre el que insistió, dando
nuevos matices al asunto en la confe
rencia del sábado, y haciendo ver la
misión educadora de las autoridades.
En la Misa solemne, que se celebró
álasdiez, hizo elocuente panegírico del
Santo un Padre Dominico, poniendo
de relieve las heroicas virtudes de
San Francisco de Sales, particular
mente en las luchas que hubo de
sostener contra el protestantismo, y
Nietberoy - Estación del Ascensor al monumento de M. Auxiliadora
como don Bosco le eligió como modelo
en su obra de educación social.
Al asociamos al homenaje que los salesianos han como siente y ama el Rey del Amor. Por eso no sé
tributado al que también es patrono del periodismo expresarlo, pero sé que una indecible conmoción
católico, hacemos votos porque la-grande obra que nos hizo entrever las delicias, las indecibles alegrías
han iniciado en Salamanca, de la educación de la que María ofrece á sus devotos en e) Corazón de
su divino Hijo; sé que todos sentimos una necesidad
niñez, crezca y prospere con la ayuda de todos, y
sean cada vez mayores los frutos que por fortuna de hacemos mejores en lo porvenir. Bellas son las
fiestas, dulces las alegrías cuando el corazón del
ya se notan entre los educados por los Salesianos.
hombre late al unísono con el de María porque en
UTRERA. — Aunque recibida apenas ahora, publi tonces el alma se eleva hasta perderse en las in
camos la siguiente relación que de la fiesta de la Con mensidades de lo sobrenatural y divino y se puede
cepción Inmaculada, nos envía un antiguo aluirmo. exclamar con el poeta: « que el naufragar es dulce
Precedido de fer\-orosa novena en que la piedad en este mar. »
Pero si solemne fué la función que acabo de re
y entusiasmo ya tradicional de los alumnos de
latar, no lo fué menos la Misa solemne celebrada por
este Colegio, llegó el día, por todos suspirado.
La Iglesia, adornadas sus paredes con preciosas el muy digno Director de este colegio, D. José Mancolgaduras celestes nos demuestra que es Inmacu fredini. Los cantores luciéronse por la afinación
lada la Virgen María desde su primer instante, el al y buen gusto, Pero lo que más brillante resultó,
tar, todo cubierto de velas, que colocadas con si fué el elocuente sermón que pronunció D. Salvador
metría y gusto dejan entrever entre sus huecos Rosés, Catequista de este Colegio, exhortándonos
floreros de todas clases y allá en el camarín del á confiar en ílaría y dejando como recuerdo que la
centro aparece la Virgen Purísima, María, rodeada estatua de la Purísima la debemos considerar como
nuestro reglamento en la vida, esto es, que á se
de luces, y que parece bajada del Cielo.
Salió el sacerdote acompasado de un numeroso mejanza de ella pisoteemos la serpiente, símbolo
entendido amor propio, juntemos las manos
clero, que con gran compostura y semejando los del
ángeles qué cortejan á María, le hacían corona, em sobre nuestro p>echo, paía conservar intactas núes-
136
tras costumbres y creencias religiosas y fijemos
nuestra vista en el Cielo de donde debemos espe
rarlo todo y á cuyo logro hemos* de dirigir todos
nuestros trabajos y sufrimientos.
Todos á una é impelidos por una fuerza interior
nos dirigimos á la Iglesia y allí postrados de hi
nojos á los pies de la excelsa María, lloramos nues
tras culpas y prometiendo la enmienda nos acogi
mos bajo su maternal y protector manto; por úl
timo el Sr. Director nos dió la bendición con S. D. M.
El acto resultó conmovedor y los cantores ensalza
ron una vez más las glorias de la Purísima.
Sin embargo, el día no terminó con esto, aún se
nos tenía reservado el teatro al cual asistieron á más
de los alumnos, muchas y distinguidas personas. La
bien organizada compañía teatral de este Colegio,
representó con verdadero gusto y arte el drama:
Una venganza de Alila y el gracioso sainete: Fune
rales y danzas > quedando satisfechísimos cuantos
á la función asisiteron.
del Callao; que desde que puso pie en las hospitala
rias playas peruanas vió los peligros que. de toda
clase rodean á la juventud especialmenteenlos dias
festivos y amenazan hacerla naufragar en la fe, si
guiendo el ejemplo de nuestro padre don Bosco
resohnó establecer en la parte más desamparada
de este puerto un Oratorio festivo que fuese como
Arca Salvadora en medio del moral naufragio.
Penetrado de esta idea, hizo llamamiento á la
generosidad pública, y sus esperanzas no han sido
fallidas, pues aquí están los resultados de esas des
interesadas gestiones. Un sitio antes yermo y de
solado se ha transformado, como por encanto, en
un centro de moralización, cultura y de honestos
é higiénicos entretenimientos.
Reconoce que todo eso es debido después de
Dios, á la activa cooperación de varias distingmdas
señoras que con inquebrantable tesón han secun
dado esta benéfica labor, y á la protección de cons
picuos caballeros queenconsonanciaconsus anhelos
han contribuido con socorros pecuniarios á la rea
lización de este proyecto.
El éxito feliz que todos de común acuerdo han
EL CALLAO (Perú). Extractamos de E l Bien So obtenido, le causa verdadera satisfacción, y fruición
sin igual experimenta al expresar en esta circuns
cial de Lima.
tancia su profunda gratitud por lo que hasta aquí
« Realizóse en el vecino puerto la inauguración
del oratorio festivo que los RR. PP. Salesianos han se ha hecho. Pero todo esto no basta. Tenemos el
Oratorio; ahora es preciso poblarlo de niños, labor
fundado en ese lugar.
El local está situado en la Pampa de Arequipa, ' que no es tan fácil como se cree: los niños que más
lugar apropiado para el caso por su numerosa ve necesitan del Oratorio ahora son ordinariamente los
más difíciles de conquistarse. Gran aliciente para
cindad infantil.
La inauguración se verificó á las 2 y 30 de la eso son los juegos y diversiones de que dispone el
tarde, con una selecta y numerosa concurrencia. nuevo Oratorio; pero éstos por sí mismos no bastan.
Apadrinaron la ceremonia el Señor Conde de Es preciso, además, interesar á los niños, si quere
mos arrancarlos de los peligros de la calle é indu
Saint Sent y su Señora esposa Zoila Heudebert.
La función empezó con el himno salesiano por cirlos á frecuentar el Oratorio. A este fin ha dis
el M. Liviabelle, acompañado por la banda, después puesto que todos los días festivos, concluidas las
de lo cual, uno de los niños del oratorio pronunció un funciones de la tarde, se reparta á los niños una
un discurso en el que dió las gracias á los coopera pequeña merienda de pan ó galletas, y que unas
tres ó cuatro veces al año, en las principales solem
dores de la obra á quienes dedicó la fiesta.
Se cantó en seguida el coro La bandera de Don nidades, se organice una rifa de vestidos, útiles de
Bosco, del maestro Garlaschi, y luego se tocó Maz- escritorio y cualquier objeto que seade práctica uti
lidad para los niños ó sus familias. De esta manera,
zolini di fiori, polka brillante del maestro Puntini,
declamándose después el Diálogo de ocasión, que mientras cuidamos de sus almas é inclinamos al
fué muy bien interpretado, y aplaudido por los bien sus tiernos corazones, procuraremos un ver
concurrentes.
dadero bien material á niños, muchos de los cuales
La romanza Cacciatore de Mons. Juan Cagliero, se hallan en verdadera miseria.
Concluye recordando que por el bien que haga
fué también muy bien interpretada, declamándose
mos en la salvación de los niños, más tarde agrade
luego la poesía Salve, Oratorio festivo.
Después de tocada la So6»«o, vals por el M. Im- cidas nos bendecirán la Religión y la Patria, y
periali, el señor Juan Alvarez pronunció un ade Jesús Salvador, que ha prometido considerar hecho
cuado discurso.
á Sí mismo, todo lo que hiciéremos para estos peDonde la fiesta llegó á su esplendor fué en la quefluelos, nos prepara un amplio galardón en el
Fnníflífa descriptiva, melodrama que no dejó Cielo. »
nada que desear.
BRE^A (Lima-Perú).— Con imponencia se efec
En estos momentos, el R. P. Luis Quaini, Su
perior de los Salesianos del Callao, pronunció un tuó el en Instituto Salesiano de Breña, la reparti
importante discurso, después de lo cual terminó la ción de premios á los alumnos estudiantes y arte
fiesta con un Paso doble por el M. Imperiali.
sanos, dedicándose el acto en honor del Exemo.
Dice el orador que al terminar este acto, es justo Monseñor Delegado Apostólico, Doctor D. Ale
manifieste los sentimientos que embargan su corazón jandro Bavona.
El salón de actos públicos fué convenientemente
por el vivo interés que han todos demostrado en la
fundación de ese plantel que está llamado á mo decorado, y los asientos de honor los ocupan el
ralizar, en los días festivos, á la niñez abandonada Exemo. Monseñor Bavona y los Ilustrísimos Sres.
A M É R IC A .
—
137
Obispos D. Ismael Puirredón y D. Manuel Segundo
pfiHfin Ta concurrencia era numerosay distinguida.
La banda de los alumnos salesianos amenizó el
acto, ejecutando un escogido programa, llamando
la atención el número de las variaciones de clari
nete. Uno de los Padres Salesianos pronunció un
conceptuoso discurso, repartiéndose en seguida los
premios. El señor Manuel Eduardo Injoque decla
mó una hermosa poesía. La nota del día fué el
elocuente discurso del señor Doctor D. Pedro
José Rada, que fué constantemente aplaudido
estrepitosamente por el auditorio con vehe
mente entusiasmo. El Exemo. Monseñor Bavona
al terminar la fiesta, dijo poco más ó menos lo
águiente:
Reverendos Padres Salesianos:
Señores:
No había pensado tomar la palabra en
esta hermosa fiesta, limitándome á agra
decerla con el corazón, pero las palabras
vibrantes, cálidas, elocuentes de un Ora
dor del Misti, me impulsan á hacerlo, ma
nifestando mi gratitud á todos los que me
han honrado con sus muestras de cariño
y de simpatía en este noble y culto
Perú.
Y lo hago también á nombre del Padre
Santo, representado por mi humilde per
sona, porque creo que es á su augusta y
soberana dignidad á quien se quiere hon
rar, demostrándole firme adhesión.
Los Salesianos me han merecido siem
pre especial simpatía por su grandiosa
labor en bien del pueblo y del trabajo
que moraliza y hace progresar.
Recibid todos mis agradecimientos
nacidos de lo más íntimo de mi alma.
-
para esa parte de su grey, que después de larga
ausencia, veía nuevamente á su padre y Pastor.
En pocas y sentidas frases dedicóle, en nombre de
sus Superiores y compañeros, el pequeño entrete
nimiento, al mismo tiempo que saludó á los Be
neméritos Cooperadores, para quienes tuvo pa
labras de verdadero agradecimiento, de tierna
gratitud.
Siguióse después la representación del sentimen
tal drama E l Esclavo. íQué hermosas escenas, llenas
de la más sana moral, se iban sucediendo! Un joven
esclavo, que vendido varias veces, quedó por último
al dominio de un amo tirano que no ce.sa de azo
tarle; y sin embargo sufre su martirio con resigna
ción, alentado por la única consoladora: la Religión
Nlclberoy • El Ascensor en fnación
PUEBLA (Méjico). — Cortamos de E l País:
í Como broche de oro, con una hermosísima fiesta
cerraron su año escolar los niños de D. Eosco!...
Hemtoso espectáculo era contemplar reunidos,
ca perfecta y sincera armonía, á los beneméritos
Cooperadores. Salesianos y niños del Colegio. Los
primeros, anhelando ver el fruto que tenía el óbolo
que destinan para la educación de la niñez; los se
gundos. para demostrar el modo con que habían
invertido ese óbolo, altamente caritativo, que re
suelve el problema social: pan y trabajo: los niños,
« fin. con la satisfacción y alegría del que, cuml^endo con su deber, espera ver premiados sus afa
nes, después de un año de ardua tarea; y todos,
todos, con esa alegría y entusiasmo qu irradia en
d rostro del que da y del que recibe.
A las cuatro y media dió principio la simpática
'■ dada Dramático-Musical, que fué dedicada al
amadísimo Pastor, al insigne bienhechor de los
Salesianos. Monseñor Ibarra, con motivo de su
regreso de Europa. El entrar el Ilustrísimo Señor,
*e dejó escuchar una nutrida salva de aplausos,
Secutando la Banda una marcha de carácter muy
uiarciaL
Acto continuo, un niño se presentó en el foro y
eon donaire y sumo afecto expresó cuán grato era
si monumento de M. Auxiliadora
Cristiana. Y había que admirarse de esos jovencitos, que distraídos en sus oficios, apenas si dedicañ
algún tiempo al estudio de sus recreaciones dra
máticas; y sin embargo, eran unos pequeños artistas
en el palco escénico. Sí que lo eran. Con qué facilidad
y sentimiento ejecutaron sus papeles! Hubo mo
mentos de verdadera emoción, en los que las lágri
mas aparecían en las mejillas de muchos especta
dores.
El precioso boceto: Página de Sangre, fué desem
peñado con verdadero arte.
En los intermedios, el limo. Señor Arzobispo
distribuyó las medallas y premios á que se hicieron
acreedores varios de los alumnos; y del>e mencio
narse una nota muy simpática y muy lionorable
para dicho plantel. A los acordes de una marcha
se alzó el telón y fueron presentados cinco jóvenes
que terminados sus estudios y el aprendizaje de
su oficio, iban á pesar los umbrales para ser el or
gullo de la Religión y la honra de la Patria. Era de
ver la humildad con que se presentaron dichos jó
venes, con las bien merecidas condecoraciones que
presentaban en su pecho.
Espiecial mención merece la Banda; nos dejó
asombrados al ver la destreza de los niños en sus
piezas musicales. Escogido y selecto repertorio nos
dejó oír, par .ciándonos escuchar una de esas bien
organizadas Bandas militares. ¡Bien por la Bandai
¡Bien por su maestro!
Concluyó tan amena velada con una graciosa
zarzuclita, bien ejecutada por varios pequeñuelos.
-
N
‘9
^
I
• \
V
\
%
*
\
\\
'
MÉJICO — Corona de la Virgen.
que causaron grata impresión entre los circuns
tantes.
Todos los cooperadores que asistieron, abando
naron aquel lugar verdaderamente llenos de satis
facción al presenciar el fruto de las
limosnas que dan áesos planteles be
neméritos, á esos grandes educadores
de la niñez pobre y desvalida.
Ojalá que muchos corazones, inspi
rados en la más ardiente caridad,
•auxilien esas casos de educación, para
apartar á la niñez de la corrupción y
el vicio, y poder formar buenos cristia
nos y honrados ciudadanos.
MÉJICO. — Ecos de la coronación
de María Auxiliadora.
igualmente hermosas, y alrededor están cuajadas
de perlas y rubíes, así como la cinta del círculo de
la parte inferior.
Las piedras preciosas resaltan muchísimo por
estar engarzadas en oro mate de diez
y ocho quilates. Cada piedra puede
desmontarse fácilmente, porque cada
una tiene un tomillo, permitiendo
esto, á la vez que modificar el orden
de las piedras, poderlas conducir,
guardando esas mismas piedras en
una caja. De esta^ manera no hay
peligro de robo, porque desmontando
las piedras el valor de las coronas es
relativamente pequeño, comparado
con el que representa la pedrería
Ca.da corona lleva en la parte supe
rior del florón del frente, una primo
rosa estrella de cinco aspas, llenas de
brillantes. El conjunto es un verda
dero trabajo de arte que parece haber
sido ejecutado en los grandes talleres
europeos.
Por la '"parte de atrás de cada co
rona, es decir, en los dos florones que
no llevan piedras, se ven dos mono
gramas cincelados, del mejor gusto.
En la corona de la Virgen están en
lazadas estas letras : « M, A. » En
la del Niño: « J, S. C. » Tanto el señor
Naninck como el señor Steiner, han recibido las
felicitaciones de muchos eclesiásticos, por la obra
maestra de arte que han ejecutado, pues dicen y
A
'• f ^
En el mes de Febrero dimos cuenta
,
de la solemne coronación de María
‘i k \
;
Auxiliadora: hoy creemos hacer cosa
Vs
i
grata á nuestros lectores, dándoles la
descripción de las coronas y pre
sentándoles algunos grabados.
La corona de la Santísima Virgen,
asi como la del Niño, fueron hechas
con joyas obsequiadas por los fieles
devotos de María Auxiliadora, y la
MÉJICO — Corona del Niño.
\ crdad que son riquísimas, á la vez
no sin razón, que esas coronas, además de ser unos
que muy artísticas.
Los artistas son dqs joyeros franceses, residentes modelos, tienen la gran ventaja de desmontarse,
cambiando la combinación de las piedras y gnai*
en Méjico, los Sres. Jorge Naninck y Juan Steiner.
Las dos coronas son reales, de ocho florones cada dando éstas en el lugar que se crea conveniente.
El artístico trabajo ha convencido á la Nacito
una. Seis de esos florones tienen otras tantas tur
de que no hay necesidad de mandar hacer nada aJ
quesas de gran tanraño, circuidas de brillantes.
Varias esmeraldas se ven en las diademas, que son extranjero, supuesto que aquí, en México, hay ar*
—
tistas muy competentes, que pueden ejecutar el
trabajo más delicado que se les encomiende.
Efectivamente, las coronas son de verdadero
mérito artístico. Las dos representan un valor de
veinte mil pesos oro ».
ALMAGRO (Buenos Aires). Visita ilustre.
El i8 de Febrero se honró el Colegio Salesiano
Pío IX con la visita del Nuncio de la Santa Sede
ante el Brasil, el Ex.mo Sr. Bavona, Los alumnos
hicieron de su parte cuanto estaba en su mano para
festejar al ilustre viajero.
Visitó la obra del Nuevo Templo de S. Carlos y
quedó agradablemente sorprendido, no sólo de su
adelanto sino también y sobre ’
todo, de su 'mérito arquitectónico
y de ornato.
La Conferencia Salesíana, dada
el 2 de Febrero en la cripta de
S. Carlos por el R. Sr. Inspector
de las Casas Salesianas de la Re
pública ha sido de grandísima
oportunidad: desarrolló el tema:
í La acción popular de D. Bosco
y la cooperación salesiana» y
demostró cómo aunque ni D.
Bosco ni sus hijos hayan tenido la
pretensión de reunir á los Coope
radores en falange cerrada y
ponerse á su frente para dirigir
el movimiento católico del siglo,
contodo, si los Cooperadores com
prenden bien su misión, tienen
en su Pía Asociación todos los
elementos de la verdadera acción
Nietheroy - Las
católica popular: tienen un vín
culo de unión y es la sumisión al
Romano Pontífice y tienen mul
titud de ynedios para desarrollarlo; tienen un objeto:
la cooperación á las obras de D. Bosco, que
es cuanto decir: la caridad cristiana en ejercicio.
El orador enumera las principales obras Salefianas como oratorios festivos, lecturas catóücas,
talleres, colegios y demuestra que son verdaderas
obras sociales en todo el rigor de la palabra. Muy
^rtado creemos este giro dado á las coníerencii¿
Salesianas. « Los Salesianos son sociólogos por ex
celencia », ha dicho una célebre Revista española
(U Lectura Dominical) y al paso que agradecemos
el elogio, debemos procurar que si todavía no lo
•omos, lo seamos pronto.
NICTEROY (Brasil) — Un nuevo é importante
■ triunfo alcanzó al finalizar el año de 1906 la devorión de María Auxiliadora. Terminados los traba
jos del Monumento Nacional Mariano, se iniciaron
Jos de un nuevo templo á María Auxiliadora.
luoh-idables recuerdos los de aquel día! Des
plegada en la ancha plazoleta innumerable
lente, emprendía al^ re y devota la subida del
repecho, aJ lado de la funicular, cuyos vagones,
engalanados con elegantes banderas, tremo
lando al aire, símbolos de la Religióny de la
139
—
Patria^ conducíaq á las autoridades civiles y
eclesiásticas. Entre éstas, Mons. Nery y Monsr.
Braga, Obispo de la diócesis, y en medio de ellos
la noble figura del Presidente del Estado. Lle
gados á la cima, donde se ostenta cual iris de
bonanza el monumento de María, y entre los
acordes dulcísimos del Himno Nacional Brasilíano, se recogen bajo elegante pabellón á oír
la Misa celebrada al pie del monumento por el
Rmo. Párroco de Nicteroy, el Dr. D. León
Quartín. Después de la Misa, aparece en la tri
buna la digna figura de Mons. Nery, el Ohhpo de
María Atixiliadora, como le llama el pueblo, y
autoridades presentes á ta inauguración del Ascensor
al monumento de María Auxiliadora.
entretege una guirnalda de gloria á la Amada Se
ñora. Bajando del monumento, se detuvieron
á la mitad de la cuesta para visitar é inaugurar
la Galería Mariana. Al pie del monte pusieron
los fundamentos del nuevo templo á María A u
xiliadora, que surgirá elegante sobre un plano
de 2.100 me., con sus vastas naves, soberbiascúpulas, ligeras agujas, trazado por el arquitecto,
é ingeniero Salesiano D. Domingo Dclpiano.
El monumento de María Auxiliadora tiene 40
m. de alto, la estatua de la Virgen es de bronce
dorado y tiene 6m.: ceñida de una corona de 12
estrellas, formadas de lamparillas eléctricas se
alza sobre una media luna con 22 bombillos
eléctricos, que unidos álos de la diadema durante
la noche envuelven en una onda de luz el
monumento y los bosquetes circunstantes.
L a funicular en uso ahora, está construida
sobre el modelo de la Nóire Dame de la Carde
de Maisella, sistema balanza á contrapeso de
agua. Los coches caminan sobre rieles en un
plano inclinado, cuya inclinación mínima es de25 % y la máxima de 34 % .
—
140
N ECRO LO G IA .
Don Pastor Cerda.
El 12 de Noviembre de 1906 falleció en Santiago
el insigne bienhechor de la casa «Gratitud Nacional*
de Santiago de Chile en la avanzada edad de
ochenta años. Su vida cristiana y ejemplar consu
mada en actos de verdadera caridad fué coronada
por una muerte santa, pues su resignación y con
formidad á los designios de Dios despertó la admi-
D. Pastor Cerda
ración y envidia en todos los que tuvieron la suerte
últimos días. En su testa
mento no olvidó una sola de las obras de benefi
cencia, que había ayudado de mil maneras du
rante su vida y de consiguiente tampoco á los artcsauitos de la Gratitud Nacional. Lo recomen
damos á las oraciones de todos los Cooperadores
4 el mundo.
En Santiago de Chile murió en la paz del Señor
la Señora Pilar Valdés de Serrain el día 6 de Enero
de este año 1907. Alma grande que supo en su lar
guísima enfermedad dar ejemplo de sólida virtud
cristiana. Tuvo la suerte de poder recibir á Jesús
Sacramentado todos los días de su enfermedad, acto
al que ella daba toda la importancia suspirando
siempre por su Jesús. La caridad para con el pobre
fué su batidera, por eso prcdilegía nuestra obra.
4 e acompañarle en sus
0. Guillermo Ussher.
El 20 de Enero abandonó la tierra este excelente
Cooperador Salcsiano en la ciudad de Buenos
—
Aires. Irlandés de nación, hacía 44 años que se ha
llaba en la Rcp. Argentina, donde formó un hogar
modelo, que dió al claustro y al santuario preciosos
contingentes. Tres de sus hijas se consagraron 4
Dios en la religión y dos hijos son sacerdotes, el
Pbro. D. Santiago y el Padre Salesiano D. Tomás.
A los funerales acudió el Ex.mo Sr. Arzobispo,
miembros distinguidos de la Colonia irlandesa,
representantes de diversas comunidades religiosas
y del clero secular y considerable númere de
fieles.
Cooperadores Salesianos difuntos.
Sra. D.a Antonia Magdalena Béjar (Salamanca)
*
* Juana Bemal Hernández >
*
>
>
» Orgaz
>
»
Sr. D. Jaime Gerua y Guistat
Barcelona
Muy Il.tre Sr. D. Luis Pérez Gassó
Cuenca
>
Sr. D. Manuel Collado
Rdo. Sr. D. Pedro Marín Martínez Cieea (Murcia)
Sra. Da. Amparo Pérez Horcajo de las Torres
(Avila).
Sr. D. Gregorio Naranjo
Ronda (Málaga)
Sra. Da. María Ana de Giles
*
*
Sra. Da. María de la Asunción Cuadrado de An
gulo (Sevilla)
R.do Sr. D. Salvador Mir
Sarria (Barcelona)
Sr. D. Isidoro García Sauquillo de Bornees (Soria)
AMÉRICA.
Sra. Da. Lastenia Mera I.
Ámhato (Ecuador)
Sra. Da. Rosario Fernández v. de Albornoz Ambato (Ecuador)
Guatemala
Sra. Da. Cristina A. de Farfán
»
Srta. Isabel Arrivillaga
»
Sr. D. Miguel Ortiz Urrueta
»'
Sr. D. Manuel Monge M.
»
Sr. D. Manuel Flores
Sr. D. Luis Legrand
>
Sr. D. Salvador Ortiz
>
Sr. D. José María Búcaro
»
Rdo. Sr. D. Alberto Estrada
>
Rdo. Sr. D. Julio Machado Jáuregui
Puebla (México).
Sr. D. Gabriel Mota
»
Sr. D. Miguel Paredes
>
Sr. D. Domingo Carvajal
»
Sr. D. José Cevallos
»
Sr. D. Primitivo Escovar
»
Sr. D. José M.a Cabezas
>
Sr. D. Leónidas Ayala
»
Sr. D. Rafael Angulo
»
Sr. D. Antonio Berrael Zapata
>
M. R. Sr. Enrique Faura S. S.
Sra. Da. María Nives
Rancagua (Chile)
Sra. Da. Victoria Villandrando Vinces (Ecuador)
Sra. Da. Mercedes Pimentel de Morán »
*
Sra. Da. Sara Lastenia Ubilla
»
*
Sr. D. Alcibíades Mendoza
♦
*
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo,
-
Texto
-
r
\
ó
ó
N. 5
M ayo de 1907
AÑO X X II
ó
O
ú
O
'
^
a
^ 0
(7 ( r ^ ^
J: i
0
Ó
0
C )
0
Á
[boletín$(il«$i(]no
C\
Q
Ct
(?
&
íupíQ - Oratorio de S. Francisco de Sales
....................................... p d g . 113
El R. P. D. Celestino D u r a n d o ..............................» 114
Auxilium Christianorum .............................................> 1 16
A u x ilia d o ra .................................................................> 116
Tesoro e s p i r i t u a l ....................................................... » 116
De nuestras Misiones: Elcuador. Región Oriental
(Memoria del R. P. M a tt a n a ) ..............................» 117
India: Primera piedra del Colegio Salesiano
(P.
Tomatis) . . . . ‘ .............................................. » 121
La Tribu de los Bororos : Estudio del R. P. Malán > 123
SUMARIO: Importante
--
efe ^0 o ó
^
^
^
B i b l i o g r a f í a .................... .......................................
El culto de María Auxiliadora
. . . . . .
Im portante.................................................................
Gracias de María A u x ilia d o ra .........................
Por el mundo salesiano: Italia; Espaiia: Sevilla
Utrera, Salamanca; Am érica: El Callao, Breña
Puebla, Méjico, Almagro, Ni cteroy. . .
Necrología: D. Pastor Cerda, D. Guillermo Ussher
Coop. Sal. d ifu n to s..............................................»
I3Ó
128
138
134
140
orí muchas las cartas que llegan á esta Redaccióq, al Oratorio de S. Francisco de 5ales,
al F^vmo. P. Rúa y demáj ^uperiorej, 5 in el su
ficiente fraqqueo, originándonos multas que llegaq á ju mar no despreciables cantitades. Recordamoj á nuestros
cooperadores que en los países unidos por la Unión
Postal universal, una carta que va al exterior paga 0,25
de franco ó peseta, ó 0,05 de dólar, 5 iempre que no
pese máj de 15 gramos, duplicamos encarecidamente
á los que nos honraq coq su correspondencia, que
pongan el sello conveniente y noj ahorren las multa^.
(A
El Pbro. Salesiano
Doctor D . Celestino Durando
ángel de la muerte
ha vestido nuevamente
de luto á la familia salesiana.
El miércoles santo á las 7 de
la mañana abandonaba esta
tierra el P . Celestino D u
rando, uno de los principales
Superiores de la Pía Sociedad
Salesiana. Con él ha desapa
recido uno de los más anti
guos discípulos de D. Bosco,
testigo de los primeros años
del Oratorio, un sacerdote
ejemplar, infatigable en el tra
bajo, humilde y manso, docto y modesto, una figura, en fin, de
las más simpáticas, uno de esos afortunados que, generosos y re
sueltos, se entregaron por primeros en manos de D. Bosco y á
su obra consagraron las primicias de la juventud y la existencia
toda.
Sobrecogido de parálisis progresiva el 12 de Marzo, en breve
fué reducido al último trance. El domingo de pasión por la mañana
perdió el uso de la palabra y recibió con edificante piedad los
últimos Sacramentos, que le fueron administrados por el Reveren
dísimo D. Rúa. En seguida pareció restablecerse y dejó concebir
esperanzas á los mismos médicos. Pero él no decía sino que se
sometía á la voluntad de Dios, y en el tiempo en que le dejaba
libre el sopor, daba gracias á los que le asistían y visitaban y se
interesaban por su salud. S. Emcia. el Cardenal Richelmy lo visitó
el iS de Marzo por la tarde y le dió su bendición: igual cortesía
tuvieron los limos. Sres. Spandre, Obispo Titular de Tiberíades y
Ressia, Obispo de Mondoví, diócesis del enfermo. También el Padre
Santo le envió su Bendición. El 23 se desarrolló de nuevo la
hemorragia cerebral y el enfermo entró en agonía, que duró
hasta el 27, en que el Señor le llamó á Sí. Hablar de sus mé
ritos es dilícil en una breve crónica.
L
D . Celestino nació en Farigliano, provincia de Cúneo y dió
cesis de Mondoví el 29 de Abril de 1840. El 30 de Abril de 1856
entró en el Oratorio de D. Bosco, y como todavía no existían en el
Oratorio las clases secundarias, continuó frecuentando el Colegio
Nacional, donde dió muestras de feliz ingenio y dejaba presagiar
un éxito brillante. Vistió el hábito clerical el 6 de Noviembre de
1857 y desde ese día empezó á dar clases al lado de D. Bosco.
Todo para sus alumnos dentro y fuera de la clase, en breve se
cautivó completamente su afecto y estimación. Como en aquel
tiempo era preciso hacer de todo para ayudar á D. Bosco, no era
raro ver á Durando, terminadas sus clases, bajar á la cocina ó al
comedor, á preparar el almuerzo. Los días festivos prestaba su
valioso contingrente en los Oratorios festivos de S. Francisco de
Sales y S. Luis.
A pesar de tanto trabajo, sabía encontrar el tiempo para vSus
estudios eclesiásticos y el 6 de Mayo de 1864 fué ordenado Sa
cerdote y en 1865 obtenía el doctorado en letras en la Universidad
de Turín.
Amado del célebre Vallauri, íntimo de Lanfranchi y Allievo,
fué de verdad un regalo de la Providencia á D. Bosco, á quien
ayudó poderosamente en la organización de las clases. Con energía
indomable halló tiempo de escribir, y así publicó sus Preceptos de
Literatíira, una hermosa Gramática latina y compiló dos apreciados
Diccionarios latinos y dirigió por mucho tiempo la Biblioteca de
la Juventud Italiana, que publicó más de 20Q volúmenes de los
clásicos.
Como si esto no bastara, no bien la Pía Sociedad comenzó á
tomar una forma regular, fué nombrado Miembro del Capítulo Su
perior, cargo en que duró hasta sus últimos días, captándose la
admiración y el amor no sólo de sus hermanos, sino de cuantos
llegaban á conocerlo. Contó entre sus amigos á muchos Cardenales,
Arzobispos, Obispos y eminentes familias de la nobleza píamontesa.
Desde 1901 era también miembro de la Comisión Municipal de
Turín para la Emigración.
El P . D urando no tuvo enemigos: cuantos lo conocieron, lo
amaron y admiraron y hablan de él con veneración y cariño. Sus
grandes virtudes le aseguran un puesto elevado en el cielo. Esto
no obstante, y puesto que Dios halla manchas en los ángeles, lo
encomendamos á las oraciones de nuestros Cooperadores.
— ii6 —
i7\uxiliadora!
Tluxilium Christiaqorum!
Cruda batalla en proceloso golfo
tUñeii Cristiano y Musulmán: del mundo
Decídese el destino.
Como preñado nubarrón se estrella
Contra la cresta de tenaz granito,
T a l ei empuje del cristiano bando
Contra Mahoma.
Mas de improviso, de los cielos viene
Vivido soplo de la Virgen-M adre:
A l Turco tumba y al Cristiano senda
Abre de gloria.
Madre, también dentro mi pecho libro
Pugna continua . . . y la victoria es ardua.
Sin tu sostén sucum biré. . . | lo imploro,
Madre del alma 1
Allá en su lecho de dolor, tu Hijo
Por testamento te encargó del mundo
De sjuigre á precio y de sudor comprado:
Y asi el cristiano
A ti al surgir y al declinar el día,
Y cuando media su carrera, implora,
y cuando todo le sonríe, y cuando
Todo le aflige ¡
En el pavor de tenebrosa noche
Temblando el niílo te apellida, y cálma ;
Y á ti que escuchas, con candor sus quejas
Da la doncella:
A ti inc.tperla y pudibunda esposa
Dice sus penas, sus afanes cuenta;
A ti encomienda acongojada madre
Hijos y esposo;
Y la que llora la viudez desierta,
Presenta á ti el enhambrecido enjambre
De pequenuelos, y á tu sombra encuentra
Luz y abundancia;
Niilo inocente á quien fortuna impla
Roba sus padres, de tus brazos se a s e :
T ú lo consuelas y de padre y madre
Tierna le sirves;
Joven brioso, que inexperto se hunde
Por extraviadas tenebrosas sendas,
Herida el alma, el corazón sangrando.
Viene á tu seno,
Y tú lo acoges con amor de Madre ¡
A ti el varón en sus tormentas clama,
Y en sus batallas, en tu egida firme
Fin el A|>óstol.
Débil anciano á quien la vida huye,
Busca sostén en tu robusto brazo,
Y halla el vigor, la juventud del alma,
Y halla la glorio.
T ú eres la madre natural del huérfano,
Dicha del triste, del caldo ajwyo.
Fuente de amor y manantial de goces,
Maesar y el llanto,
Y cuánto punzan los abrojos sabes;
Prenda son nuestra tus quebrantos y ansias,
Son nuestra gloria.
Leonardo Toro.
É aquí uno de los mayores títulos que
tiene María Sma. á nuestro amor y conñanza. Mientras estamos ausentes de nuestra
verdadera patria, necesitamos continuo socorro,
auxilio permanente: son tantas las penas que
abruman nuestro corazón, tantos los enemigos
que combaten nuestra alma, tan enormes las
dificultades que encontramos para practicar la
virtu d ! Y cuál protector, cuál auxilio mejor
que el de María? Ella puede y quiere ayu
darnos. Puede, porque su poder es ilimitado,
quiere, porque su bondad no conoce límites,
y porque habiendo experimentado Ella misma
las amarguras de la vida, sabe compadecer
mejor nuestras miserias. Con cuánta razón nos
exhorta S. Bernardo á confiar en Ella y á
encomendarnos á su patrocinio: « En los pe
ligros, en las penas, en las dudas, pensad en
María, invocad á María: no se parta de vues
tro corazón ni de vuestros labios, que á Ella
destinó el Señor para que después de Sí, sea
consuelo en nuestras tribulaciones, auxilio en
nuestros apuros, solaz en nuestros trabajos. »
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias:
Plcnarías. En todo tiempo:
1. ®El día que dieren su nombre á la Unión
de Cooperadores;
2. ® Una vez al mes, el día que cada cual quiera
escoger;
3. ® Igualmente una vez al mes, el día que
asistan á la Conferencia:
4. ® Asimismo una vez al mes, el día que hagan
el ejercicio de la buena muerte;
5. ® El día que por primera vez se consagren
al Sgdo. Corazón de Jesús;
6. ®Cada vez que por ocho días consecutivos
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
7. ®E n articulo de muerte, si confesados y co
mitigados, ó almenes contritos, pronunciaren
devotamente el Smo. Nombre de Jesús con
la boca á ser posible, ó al menos con el
corazón.
En el mes de Junio:
1. ® El 7. Fiesta del Sagrado Corazón.
2. ® » 24. Fiesta de S. Juan Bautista.
a
DE JNÍUESTF^AS MI5IOJ\ÍE5
TT
ecuador
(R E G I O N O R I E N T A L )
|-^xposición que el M. Rdo. P. Superior de las
¿ít Misiones Salesianas de Méndez y Gualaquiza dirige al Jefe Supremo de la República.
Miolsterio Parroquial
V IC A R IA T O
A PO STO LIC O
I® de Julio de 1906.
MÉNDEZ Y GUALAQUIZA
Señor:
Conociendo el espíritu de progreso que anímA
al Jefe del Estado, tengo el honor de dirigirle
una breve Exposición acerca de las misiones que
en Méndez y Gualaquiza han sido encomendadas
á la Pía Sociedad Salesiana, que se encuentra
al frente de ellas desde hace más de diez años.
Por razones que á un extranjero son difíciles
de explicar, se descuidan en un país intereses de
gran trascendencia. Esto puede decirse princi
palmente de la colonización y Misiones orien
tales del Sur de la República.
Hacia este lado se encuentran las más ricas
y sanas comarcas del oriente. A poquísima dis
tancia de los centros de población, á im día ó dos
de camino de las parroquias más populosas co
mienza la rica floresta, que convida á la explo
tación y abre su seno fecundo para centenares
de miles de hombres.
Se procura la colonización extranjera; se pro
meten beneficios para una empresa que la esta
blezca; y no se piensa en que con elementos del
propio país se puede rápidamente poblar parte de
«sos inmensos territorios, en donde la explotación
•grícola sería de las más ricas de la República.
Alas puertas mismas de la abundancia los pobla
dores de la meseta andina se mueren de hambre,
«n xma tierra á la que el Cielo niega sus lluvias.
Con un pequeño esfuerzo y el gasto de insigni
ficantes sumas, podría en pocos años trasladarse
pan parte de estos moradores infelices á una
mgión en la que en breve tiempo trocarían la
miseria por la opulencia.
Para bien del mismo Estado, que se eximiría
de subvencionar á pueblos enteros que perecen
de hambre, es indispensable abrir camiiros, for
mar colonias militares, extender las Misiones y
favorecer la colonización del Oriente. Lo que en el
Azuay es sumamente hacedero, dada la facilidad
de comunicaciones de los populosos cantones de
Gualaquiza, Gualaceoy Pauie con las portentosas
regiones de Gualaquiza, Bomboisa y Zamora,
IndianzayYunganza, Chupianzay Méndez, y la
v a sta hoya del Sati/tííg'o, que tiene comunicación
expedita co n el Morona, convertiría esta región
en el centro del tráfico para la hoya amazónica.
Estas portentosas tierras en que no se conocen
ni aun las fiebres intermitentes, en que el cacao,
el caucho, la vainilla y los mejores productos
tropicales se producen con pasmosa exuberancia,
en que valles inmensos, como los del Santiago
y los de Méndez y Gualaquiza alimentarían á
millones de felices moradores; son las llamadas
á resolver el problema de la subsistencia en esta
gran porción de la República.
No desconozco la importancia de la región d d
Pastaza y el Curaray, y el porvenir de la hoya del
Ñapo. Pero, porque conozco bien las vastas re
giones orientales, puedo asegurar, sin temor de
equivocarme, que el oriente desde Loja hasta
Macases es el verdadero porvenir del Ecuador y la
llave de su futuro engrandecimiento.
Parece que , dada la situación de estos terri
torios, el gobierno se fija más en otras comarcas
menos importantes; y por ello se excusa de fa
vorecer con pequeño auxilio siquiera las regiones
orientales de Loja y el Azuay. Mas los verdaderos
intereses nacionales exigen que los poderes pú
blicos distribuyan sus beneficios conforme á la
necesidad y prefieran lo mejor, cuando los re
cursos no bastan para atender de un modo com
pleto las incumbencias de im ramo del progreso.
Que las regiones orientales del Sur, comunica
ble^ entre sí con gran facilidad y servidas por la
navegación del5 a«/iago y del M orona^n lo mejor
y lo más colonizable del Oriente, no hay que po
nerlo en duda. Basta la riqueza del territorio en
agricultura y minas, y la corta distancia de él á
las poblaciones de la sierra interandina para co
nocer, á parte de la benignidad del clima, que
desde Macas al Zamora y al Chinchipe se halla
la verdadera riqueza del Ecuador.
L a Misión de los jíbaros comenzada en remota
fecha por los Misioneros jesuítas no ha dado
ii8 —
resultados sin duda por el estado tanto salvaje
y feroz de las tribus que pueblan las hoyas del
Santiago y del Zamora. L a conquista española
y las invasiones posteriores de los peruanos, han
fracasado ante los temibles jíbaros. Las riquísimas
ciudades de Valladolid, Logroño, Sevilla del Oro,
Huamboya, destruidas por los salvajes, son ejem
plo de lo difícil que es conquista de esas comarcas.
De tan vasta región, fuera de la que está en
comendada á la Misión Salesiana del Ecuador,
no existe quizá sino la miserable aldea del San
tiago en las montañas que posee el Perú.
Gualaquiza en tiempos anteriores de la Repú
blica, tuvo por misionero al padre Prieto, y des
pués de la emancipación al R. Señor D. Bernardo
Plaza, hermano del llustrísimo Señor Obispo de
Cuenca, Fr. Manuel Plaza. Posteriormente en la
época de García Moreno estuvo al frente de la Mi
sión el R. P. I. Rossi, jesuíta italiano, que después
de pocos anos abandonó á Gualaquiza junto
con la escolta militar que mantenía el gobierno.
Así se conservaron las cosas hasta que el Con
greso del 1888 encomendó á la Pía Sociedad Sale
siana las reducciones de Méndez y Gualaquiza,
que deberían constituirse en Vicariato Apostólico
y en Obispado de Misiones.
El Vicariato de Méndez y Gualaquiza nos fué
entregado por Su Santid d León X III á petición
del Gobierno Ecuatoriano el 8 de febrero de 1893
y entramos en posesión definitiva el primero de
Marzo de 1894.
Por ser Gualaquiza el centro actual de la Mi
sión, daré informes más detallados acerca de
aquella interesante comarca.
Posición astronómica de Gualaquiza:
Longitud oriental con relación al meridiano :
I,®
8’
Latitud meridional: 30®50'
Altura sobre el nivel del mar: 730 metros.
Temperatura media: 22^4.
Presión barométrica: 77.
Límites del Vicariato: al Norte y al Este Macas
y el río Apatonoma que desagua en el Morona,
que á su vez desemboca en el Marañón; al Sur
el Zamora afluente del Santiago y el alto Mara
ñón, hasta las posiciones peruanas, y al Oeste,
territorios de Loja y Cuenca.
Estadística de la población: E l número de
vajes del Vicariato no se ha podido saber ni aún
de una manera aproximada, porque hasta el
presente, nadie ha podido penetrar en centros
donde existe quizás la mayoría de los habitantes
de aquellas intrincadas selvas. Sin embargo, de
las informaciones que he tomado en mis largos
y coiltinuos viajes, y por noticias dadas por los
salvajes semi-civilizados que se hallan en con
tacto con los misioneros, se pueden apuntar las
siguientes cifras:
En Gualaquiza y orillas de los ríos Chuchipamba y Bomboisa, 300 habitantes.
A orillas del Zamora y Chuchumblesa, inclusas
las tribus de Packicosa, Zaraguro, etc. 700.
E n Indanza y á orillas del río Calaglás, 80.
E n Yunganza, 60.
Chupianza, 650.
E n otros pequeños centros, 1500.
E n Méndez chico y grande y á orillas del San
tiago, 6500.
Total 9,790 habitantes.
Es de advertir que las continuas matanzas
entre las diversas tribus y sus emigraciones que
las convierten en población flotante, modifican
de continuo su estadística.
E l número de cristianos blancos, mestizos é
indios que se han trasladado á Gualaquiza últi
mamente no excede de 500. Mas en estos meses,
con motivo de la carestía general que pesa sobre
la provincia azuaya, son muchos los que se han
trasladado á las comarcas orientales.
A l principiar la evangelización del inmenso
territorio del Vicariato, tuvimos los misioneros
que padecer por falta de habitación, de recursos
pecxmiarios y aún de sustento. Pero poco á poco,
mediante nuestro trabajo continuo, el auxilio
del gobierno y los donativos debidos á la caridad,
pudimos instalamos regularmente. Se principiapiaba con buen éxito á catequizar é instruir á
los salvajes, reduciéndoles al trabajo y á la vida
civil, cuando he aquí, que un incendio casual
reduce á cenizas nuestra casa y cuanto en ella
había, quedándonos otra vez en la floresta sin
techo ni vestido que nos cubra, y sin más ali
mento que el escaso que podía proporcionarnos
la compasión de los salvajes; y lo que es peor,
cesa desde entonces para nosotros todo auxilio
por parte de los poderes públicos.
Con todo, no nos faltó valor para continuar
la grande empresa de la civilización cristiana, y,
vencidos mil obstáculos, se pudo reparar siquiera
en parte lo perdido. Y así entre la próspera y
adversa fortuna, continuamos hasta el presente,
empeñados en una empresa casi imposible, dada
la falta de protección y las continuas dificultades
que se oponen á tan difícil empresa.
En varias excursiones practicadas en el centro
de estas vastas montañas en viajes de más de
un mes, á pie, cargado de lo indispensable para
la vida, abriéndome camino por lugares inacce
sibles por las lluvias torrenciales y pasando á
nado ríos caudalosos, he logrado conocer estas
regiones, antes desconocidas, é imponer á sus
tribus el prestigio de mi autoridad espiritual.
Perdido á veces en los bosques y estando á punto
de perecer de hambre, he sentido cerca la lanza
del salvaje y el cuchillo asestado contra mi cuello.
Pero me conserva la protección del G d o y me
—
fortifica la fe en el porvenir de la campaña civi
lizadora encomendada en el oriente ecuatoriano
¿los hijos de Don Bosco.
La obra de la evangelizadón desde 1895 (pues
los datos anteriores desaparecieron en el incendio
de aquel año) se reduce á la siguiente estadística:
Bautism.os: 1895 jíbaros y 40 cristianos.
Confirmaciones: 925 jíbaros y 480 cristinos.
Matrimonios: 36 jíbaros y 18 cristianos.
Muertos con los consuelos de la religión: 8 jíba
ros y 18 cristianos.
Niños jíbaros educados en nuestro colegio: 4.
Blancos, mestizos é indios cristianos educados
en el colegio de Gualaquiza: iio .
Alumnos que se educan actualmente: 22 cristiaaos.
Respecto de las construcciones y obras ma
teriales de la misión, reproduzco en parte los
datos que en 8 de Setiembre de 1904, comuniqué
al entusiasta ministro señor Don Luis Martínez,
quien no obstante su indiscutible patriotismo,
se eximió de dar respuesta á mi nota de esa fecha.
Se ha fabricado una iglesia de tres naves, capaz
para 2.000 personas, con alta torre y tres grandes
campanas. Concluida que sea dicha iglesia con
todos sus anexos, será una de las más hermosas
de la Región Oriental Ecuatoriana.
Se ha construido una amplia casa para habi
tación, siendo de dos pisos y suficiente para al
bergar á 100 alumnos. Otra semejante se cons
truyó con destino á las Hijas de María Auxilia
dora, en la que podrán tener 50 alumnos internas.
Se hallan establecidos talleres de carpintería, he
rrería, zapatería, sastrería, sombrerería y encua
demación, con sus respectivos maestros, estando
dichos talleres provistos de máquinas, herramien
tas, etc. todo en la escasa medida de nuestros
recursos. Funcionan además con toda regularidad
^uelas para cristianos y jíbaros, en donde se da
instrucción religiosa, científica y artística y se
enseña además gimnasia y ejercicios militares.
Se ha formado una pequeña banda de música,
un gabinete fotográfico y un botiquín con los
accesorios correspondientes. Las Hijas de María
Auxiliadora han establecido también talleres para
niñas cristianas y salvajes.
La misión cuenta con una sierra hidráulica
para proporcionar tablas de todas dimensiones,
actualmente no funciona por los derrumbes de
¡a acequia; pero, se arreglará bien pronto.
Existe una colonia agrícola en que se ensayan
cultivos de toda clase, y con arreglo á los últimos
adelantos.
Se ha conseguido excelente sal, mediante la
ebulhción de la abundante agua salina encon
trada en Gualaquiza, así como también fabri
camos cal de muy buena calidad.
Para incremento del comercióse halla organi
119 —
zada una pequeña feria semanal, á la que con
curren jíbaros y cristianos.
Por fin, deben mencionarse los dos importan
tísimos caminos construidos á nuestras expensas
los cuales conducen, el uno de Gualaquiza á las
tribus de Chuchumblesa, Pachicosa etc... sigmendo las orillas del Zamora, camino que con
tinuando más tarde nos pondrá en comunica
ción con Loja; el otro conducejde Gualaquiza
á Indanza (se entiende caminos por ahora tran
sitables en parte en bestia y en parte á pie), para
unir el centro de la misión con el nuevo y magní
fico camino que va de Gualaceo á Indanza, y
debe terminar en las magníficas playas de Cliupianza, cercanas á Méndez.
Están empeñados los misioneros en completar
sus obras estableciendo una fábrica de curtidos
en el colegio de Gualaquiza, una pequeña im
prenta y un hospital.
Trátase igualmente de construir iglesias y cábeceras de Misión entre las tribus más populosas
de Indanza, Chuchumblesa, Pachicosa, etc., de
biendo más tarde ser el principal asiento de ía
colonia y de la misión, la vasta, poblada y ri
quísima comarca de Méndez.
Son inmensas las dificultades que á la evangeli ación y conquista para el progreso de estas
tribus, opone la naturaleza; pero más son los
obstáculos morales, y entre éstos, el principal,
el carácter del jíbaro. Este es pérfido, soberbio,
astuto, egoísta, interesado, vengativo, asesino,
inclinado al ocio y al placer, enemigo de toda ley
que se oponga á su absoluta indep>endencia, em
brutecido con las más bajas pasiones, no aspira
sino á la relativa dicha del momento presente ; se
hace cristiano si le dan algunas varas más de tela
insignificante, y pide diez y veinte veces el bau
tismo, aunque haya sido bautizado otras tantas,
y con la mayor sangre fría, renegando de la re
ligión adoptada con fingido entusiasmo, mata
bárbaramente al enemigo, sacrifica á la esposa
y solicita el amor de otra, con la mayor religio
sidad aparente, pues se postra á los pies del mi
sionero con las manos juntas y los ojos elevados
al cielo: reza y canta las alabanzas al Redentor
si se le dan cuatro agujas, mas al tiempo de reci
birlas, con risa sardónica y fría incredulidad, en
actitud insolente y desdeñosa, vuelve á sus há
bitos de venganza y carnicería.
Para luchar ante tan temible enemigo, no hay
otro recurso que contenerlo por la imposición y re
verencia de la autoridad, y para lo porvenir, pro
curar la formación de nuevas generaciones civili
zadas, mediante la educación|del niño. A l mismo
tiempo, débese llevar elemento sano de las pobla
ciones vecinas, para quitar ájla barbarie estéril la
posesión de los más ricos territorios del país.
Así, con la colonización se eliminará el sal-
—
vajismo, triunfará el progreso con el cristianismo
y el Ecuador con elementos de su proprio seno
habrá formado vastas y abundantes colonias, que
serán lo principal de la república y resolverán en
bien de ella el ya palpitante y tremendo problema
de la miseria en la planicie central de los Andes.
Eas actividades y entusiasmo de los misio
neros Salesianos, como es público y notorio, han
contribuido poderosamente para que mejoren
las vías de comunicación del importante y acti
vísimo pueblo del Sigsig á Gualaquiza, como
también la apertura del camino de la populosa
villa de Gualaceo á las comarcas de Indanza,
Yunganza, etc.
120
—
en las provincias del Azuay y con los auxilios
pecuniarios y personales con que, desde Italia,
me ha favorecido el Rmo. P. Miguel Rúa, actual
Superior General de la Sociedad Salesiana, así
como con los auxilios que me ha prodigado el
ilustrísimo señor Obispo D. Santiago Costamagna del cual soy humilde representante.
Después de la escasez y penuria que general
mente reina en los pueblos de la sierra ecuato
riana, me es imposible continar adelante con las
misiones, á pesar de la mejor voluntad, entu
siasmo y decisión de los RR . PP. misioneros,
si el Supremo Gobierno no toma á pechos la santa
y patriótica empresa de auxiliamos de alguna
, '.V.
’ív V ’v ' " K - -
TANJORE (Inílj) — Bendición de la I* piedra del edificio saleslano.
La permanencia de los misioneros en el oriente,
que con sus excursiones y fatigas apostólicas civi
lizan á las innumerables y belicosas tribus de jí
baros que pueblan estas extensas florestasy procu
ran formar la nueva generación cristiana, salvará
indudablemente el territorio ecuatoriano de la
invasión de los enemigos que intentan usurparlo.
Las comarcas de Gualaquiza y Méndez, y a lo
tengo dicho, por la sanidad del clima, por su fer
tilidad, posición cercana al Pacífico y facilidad
de abrir caminos ya sea de herradura ó línea
férrea, merecen á mi modo de ver y según el
sentir de cuantos han viajado por el oriente
ecuatoriano, la atención y preferencia sobre
todas las demás comarcas, y por lo mismo son
las más expuestas á la codicia enemiga.
Hasta ahora he podido hacer frente á tantos
Y crecidos gastos pidiendo y recolectando li
mosnas en los pueblos y ciudades, especialmente
manera en tan laudable, benéfica y magna obra;
pues también una hacienda llamada «E l Rosario»,
propiedad exclusivamente^mía, tuve que vender
en estos meses pasados por un precio bastante
bajo, para cubrir algunas deudas contraídas á
favor de las misiones orientales, como también
hacer frente á los gastos que en esta época de
tanta carestía exige la subsistencia y manu
tención de dichas misiones.
Por esta razón, después de expresar cuanto
hasta aquí llevo dicho con relación á nuestros
trabajos, me permito recabar del Señor Jefe
Supremo d apoyo necessario para el progreso
de la misión y las Colonias del Santiago, Méndez,
Gualaquiza y Zamora.
Para conduir, hago presente á la mxmificenda
del Jefe Supremo, las siguientes necesidades que
deben ser satisfechas y que no demandan gran
sacrificio.
I2 I
1.0 La agregación de las tribus del Zamora al
gobierno y misión de Méndez y Gualaquiza, en
caso que los RR . PP. Franciscanos no continúen
su evangelización, pues las fáciles comunicaciones
ahora establecidas por tierra y agua, facilitan com.pletaniente el servicio de las tribus de los Pachicosas etc., al mismo tiempo que el de las demás.
2.0 La organización del Gobierno y Autorida
des en Gualaquiza, que tengan jurisdicción en
Zamora y Méndez.
3.0 La reparación del camino de Sigsig á Gua
laquiza, que exige un gasto á lo menos de $ 2.000.
40 La conclusión del de Gualaceo á Indanza
y su continuación á Yunganza, Chupianza y
Méndez ; obra que posee fondos propios. Esta
vía tiene la ventaja de ser central y por ella pue
den comunicarse los pobladores del Azuay con
Méndez y el Santiago, siendo de advertir que por
Indanza, á ocho horas de Gualaceo, es más rá
pido el ingreso á la floresta oriental.
50 Construcción posterior de una vía (que no
es muy difícil) de Palmar á Méndez.
6®Mantenimiento de \ma compañía de soldados
que defiendan á las colonias contraía agresión de
las tribus salvajes, que se ocupen en los caminos
y en la formación de una colonia modelo y defien
dan al territorio contra la usurpación enemiga.
Entre tanto puede proporcionarse armamento
con este objeto á los vecinos de Gualaquiza.
7®Protección pecuniaria á la Misión Salesiana.
No merece ni discutirse que sin misiones no
puede adelantar la colonización, pues el misio
nero es el que más influye en el salvaje y es el
único que modera su ferocidad. Además, él
educa á las nuevas generaciones y las reduce á
la vida civil, conquistando á los bárbaros por
medio del progreso verdadero.
8° Quitar los derechos de aduana para la in
troducción de artículos estrictamente necesarios
para el fomento de las misiones y colonias.
9P Que se provea á los misioneros de los ma
teriales indispensables para la instalación de un
telégrafo de Gualaquiza al Sigsig (dos días de
camino cuando más) y si se juzga mejor, se or
dene á las autoridades del cantón para que se
interesen en esta empresa y la ejecuten.
10® Que se ordene á las autoridades provin
ciales y cantonales, vecinos del vicariato, que
presten sus auxilios á los RR . PP. misioneros,
en cuanto éstos lo necesiten.
II® Que se conceda libre ingreso en la república
á los misioneros salesianos y á las Hijas de María
Auxiliadora pues son necesarios, y diré indispen
sables, más obreros evangélicos para hacer frente
al multiplicado trabajo y continuar con el ver
dadero progreso y civilización cristiana de los
salvajes jíbaros del Oriente.
Se dirá que para empresas tan grandiosas hace
—
falta un gasto enonne. Quizás con una centena
de miles de sucres quedaría todo arreglado, si
se pone, y a se entiende, esa suma en las manos
progresistas de desinteresados patriotas.
No terminará esta mi solicitud sin suplicar
una vez más al Señor Encargado del Mando Su
premo de la República que acceda á mi petición
en vista de lo muy conveniente de ella para el
engrandecimiento y seguridad de la patria ecua
toriana, á cuya civilización y progreso contri
buirán poderosamente con su influjo, trabajo y
abnegación los misioneros hijos de Don Bosco.
Reciba el General señor D. E loy Alfaro mis
atentas manifestaciones de resp>eto, y cuente
con los votos que, por su felicidad y la de la
patria, hace su muy atto. y S. S.
FRANCISCO M ATTANA
Misionero Salesiano.
líndia.
Colocación de la primera piedra
del Colegio Salesiano de Tanjore.
{Carta del Sac. Jorge Tomatis).
Tanjore, 12 de Diciembre de 1906.
Rev.mo y amadísimo Sr. D. M . Rúa,
*engo el gusto de anunciarle que el día
8 del corriente, fiesta de María Inma
culada, se colocóla primera piedra de la
nuevavcasa que aquí se debe fabricar para nootros.
L a ceremonia fué interesantísima. Después de
la Misa solemne todo el pueblo seguido del
Qero se dirigió procesionalmente al lugar de
signado cantándose el Ave Maris Stella. Allí
el Rev.mo Párroco Sr. D. J. Coelho bendijo
solemnemente la primera piedra del edificio que
se ha de levantar, y acto seguido uno de los pa
drinos leyó el siguiente verbal:
» En el año 1906, el 8 de Diciembre, fiesta de
María Inmaculada, gobernando la Iglesia el
Sumo Pontífice Pío X y la diócesis de Meliapor
S. Excia. Rev.ma Monsr. Teotonio Manuel Ribeiro de Castro; siendo Rector Mayor de los Sa
lesianos de D. Bosco el Revmo. Sac. D. Miguel
Rúa, el Rev.mo Javier Coelho Párroco de Tan
jore, asistido por su Vicario D. Pavesio Zuzare,
bendijo la primera piedra de esta casa destinada
á los Salesianos de D. Bosco recién llegados á
Tanjore para fundar su primera casa en la India.
» Estaban presentes ai acto el Rev.mo. Don
Jorge Tomatis director de los Salesianos de Tan
jore y todos sus hermanos. Intervinieron tam
bién el Rev.do B . Deltour, Misionero Apostólico,
—
122
Párroco de Trirunadi, y su hermano Revdo.
Laplace párroco de Agyampet.
» Fueron padrinos el Sr. R. Colundasami Pillar,
Secretario Municipal y el Sr. S. Arokiasami
Pillai Chattram Tahsildar.
» Concurrieron á la ceremonia también muchos
Cooperadores Salesianos y numeroso pueblo....»
E l verbal se colocó dentro de la piedra junto
con una estampa y varias medallas de María
Auxiliadora y algunos recuerdos de D. Bosco.
Cumplida la cerentonia, el Rev.do P. Deltour
tomó la palabra en tamul. Habló de los humildes
principios de la Obra Salesiana en la iglesia de
S. Francisco de Asís en Turín el día de la Inma
culada del 1841, de su rápida y providencial
propagación y terminó haciendo votos para que
la primera casa Salesiana en la India pueda
tener la vida y desarrollo de todas las funda
ciones Salesianas. L a ceremonia se terminó con
el canto solemne del Laúdate Dominum etc.
El hermoso día que había principiado con
una devota función en la iglesia á los pies de la
Virgen y después con la bendición de la primera
piedra, se pasó todo en la más sincera y santa ale
gría y se terminó con una brillantísima academia
y representación en honor de la Inmaculada.
A este fin el espacioso salón que sirve de clase
y de Asilo se había cambiado en lujoso salón de
teatro. Numerosísima fué la concurrencia tanto
de cristianos como de paganos, y muchos tuvie
ron que quedarse fuera por falta de sitio.
Al alzarse el telón apareció un hermoso trans
parente hecho por el clérigo Balestra, en el cual
entre flores y guirnaldas de grandísimo efecto
resplcndecía la efigie de Nuestra querida Madre
María Auxiliadora. A tal vista se levantó una
exclamación unánime de maravilla que se cam
bió en un prolongado aplauso. Era la primera vez
que María Auxiliadora aparecía públicamente con
su divino Hijo en los brazos y el cetro en la mano
á la vista de tantos indianos, y ya se había ganado
todos los corazones, pues estos buenos cristianos
no cesaban de mirarla llenos de gran devoción.
Luego, ante la devota imagen nuestros huerfanitos, los niños externos y algunos Cooperado
res declamaron sencillas y agradables composicio
nes en inglés y en tamul, amenizadas por algunos
cantos de ocasión muy bien interpretados.
A continuación se puso en escena el drama en
tres actos S. Gaudcncio, traducido del francés
al tamul. Los pequeños actores, que eran nues
tros hueríanitos, desempeñaron á las mil ma
ravillas su papel, y fueron \nvamente aplaudidos.
Terminada la representación, el Revdo. Pá
rroco quiso manifestar públicamente su satis
facción y exhortó á sus parroquianos á que apren
diesen de S. Gaudencio á estar firmes en la fé
aún entre los idólatras que les rodeaban. Apa
—
reció finalmente otra vez la imagen de María
Auxiliadora, y ante Ella todos los cristianos
recitaron en presencia de los idólatras que allí
estaban, las oraciones de la noche, y luego se
fueron plenamente satisfechos.
E l día después, que era domingo, tuvo lugar
un certamen catequístico entre nuestros niños
internos y externos; salió vencedor uno de nues
tros hueríanitos que recibió del Párroco una
guirlanda de flores entre nutridos aplausos.
Termino esta relación, amadísimo Padre, de
seándole á V. y á todos los Superiores felices
Pascuas.
Su humilde hijo in C. J.
Sac. JO R G E TOMATIS.
íRaíto érosso (Brasil)
L a T rib u de los B ororos.
{Estudio del Sac. D. Antonio Malán).
el Superior de nuestras Misiones del Matto
Grosso, el Revdo. Don Antonio Malán,
recibimos la primera parte de un estudio
sobre la tribu de los Bororos, que creemos
conveniente presentar á nuestros lectores. El
celoso Misionero se propone enviarnos coorde
nadas todas las noticias que en doce años de
experiencia y de trabajos apostólicos él y los
demás hermanos que se han consagrado á la ci
vilización de los Bororos han podido reunir acerca
de la historia, religión y costumbres de esta
tribu. Acaso en su estudio se encuentren aún,
como él dice, imperfecciones y lagunas, mas por
ahora es todo lo más preciso y abundante que se
ha podido adquirir.
I.
SU M A R IO , — Origen de la tribu — 5 ws prime
ras tradiciones. — Guerra con los Parecis —
Primeros encuentros con los civilizados. —
Represión — La Colonia « Teresa Cristina »
bajo la dirección de los Salesianos. — Disper
sión de la tribu. — Nuevas luchas con los civi
lizados. — La tribu se interna en las florestas.
— Principios de evangelización. — Fundación
de la Colonia del S. Corazón. — Guerra con
los Cayapós. — Otras noticias.
Origen de la tribu. — En época m uy remota
un guerrero de la tribu Tupy, llamado Boróro, hu
yendo del campo de la última batalla que dieron
los suyos contra los tymbiras, llegó después de un
viaje de veinte lunaciones á las regiones de MattoGrosso en compañía de su mujer y de sus cuatro
hijos, llamados Itubori, Acortdío, Hibori, Hirubo.
—
Esta familia que con el tiempo dió origen á la
tribu de los Bororos-Coroados estaba establecida
á las orillas del río Cayapo Grande. No se desa
nimó Boróro al ver el corto número á que se había
reducido su raza , confiando ver nacer de ellos
una raza mucho más robusta y aguerrida. Y el
anciano tupy tuvo el consuelo de acariciar con
sus temblorosas manos á los hijos de sus hijos
y de morir cual añoso tronco cubierto de laurdes
alcanzados en los campos de batalla.
El gobierno era naturalmente patriarcal, y
por consiguiente en el m indo de la tribu que y á
empezaba á formarse le sucedía á Boróro su pri
mogénito Itubori.
A la sombra deliciosa de la floresta, con el
alimento que la misma naturaleza, llamada
por el divino poeta hija de Dios, suministra á los
habitantes de la> selvas , creció y se multiplicó
la pequeña tribu.
Primeras tradiciones. — Mientras por aquellos
alrededores tuvieron caza en abundancia, los
Bororos no se alejaron mucho del centro de su
morada y por lo tanto, no se expusieron á ser
conocidos por los terribles Cayapós. Pero cuando
vieron que se iban disminuyendo íos medio > de
subsistencia, fué necesario exponerse á largas
y peligrosas excursiones que duraban varios
días. En una de esas cazas la tribu se encontró
con los terribles Cayapós. Queriendo éstos librar
se de la proximidad de una tribu que estaba por
adquirir grandes proporciones de número y
fuerza, intimaron á los Bororos que se alejasen,
y éstos lo hicieron sin resistencia alguna, estable
ciéndose cerca de Albuquerque, antiguo pueblo
de los Parecis. Pero éstos también los arrojaron
de allí. Finalmente 11 garon al nacimiento del
río S. Lorenzo, decididos á morir antes que so
meterse á una tercera emigración. Las tribus
enemigas, y a sea que ignorasen las fuerzas de
los Bororos, y a porque tuviesen en poco las
tierras de S. Lorenzo, los deja on en paz. Y en
íste período de paz ellos se multiplicaron tanto
que todas aquellas tierras les fueron insufici. ntes,
por lo que tuvieron que pensar en la conquista de
nuevas regiones.
Pero no estando ellos ejercitados en el manejo
de las armas, se reunieron los padres de familia
más ancianos para resolver la cuestión, y se de
cidió que los más ancianos ejercitasen á los jóV nes en la lucha corporal, en el tiro, en correr
y nadar. Sus armas eran flechas y bastones; cre
yéndolas insuficientes, suplicaron al bari Moruiro
que interrogase á Bope, Marcha y Tupá, y les
expusiera sus necesidades tocante á armas.
Y un día, según la leyenda, encontrándose
la tribu reunida en asamblea bajo la presidencia
de Meriuro, bajaron del Oriente Bope y Tupá
Dogue, teniendo éste en la mano ima arma de
123
—
fu go, y aquél un arco coa tres -aetas. Tupá
Dogue miró fijamente á los indios , diciéndoles
que si eran capaces de hacer blanco con aquella
arma, se la habría regalado. Ninguno de ellos
hizo blanco, y al estruendo de cada tiro caían
al suelo y espantados huían precipitadamente é
iban á esconderse dando gritos de miedo. No
pudieron por lo tanto adquirir la escopeta.
Entonces el Bope les presentó el arco y las
flechas, y todos supieron manejarlo á las mil ma
ravillas. A l poco tiempo otro Tupá Dogue trajo
consigo un civilizado vestido como un boróro, el
cual hizo blanco cayendo los indios al suelo asus
tados como la primera vez. Entonces quedó de
cidida la cuestión — las armas de fuego para los
civilizados — los arcos y las flechas para los
salvajes, (i).
Con el tras.urso del tiempo, sintiendo la falta
de un culto externo en sus creencias religiosas
y no teniendo diversión algima, pidieron á Me
riuro se dirigiera á los dioses para conseguir de
ellos lo que les faltaba. Se decidió muy satis
factoriamente : á los descendientes de los Boróros
se aparecieron dios enseñándoles los tan deseados
juegos y divemiones, mientras Meriuro mismo
los había amaestrado en la religión y enseñado
los usos que debían adoptar.
L a tribu así constituida se preparaba para la
conquista de las tierras de los Parecis ejercitán
dose en aquellas florestas vírgenes, sobre los
caudalosos ríos, apacibles arro5uielos y en aque
llas vastas llanuras. E n aquel entonces y a im
peraban los más ancianos, ó sea los caciques.
Guerra con .los Parecis. — Bajo el mando de
los hijos de Itubori y Acorubo, los Boróros acam
páronse frente á la tribu de los Parecis. E l día
después de este hecho, los jefes recordaron á sus
guerreros las injurias que sus antepasados ha
bían recibido de los Parecis y Cayapós, les pin
taron al vivo las hazañas del intrépido Tupy,
presentándoles á este antepasado como modelo
de valor, osadía y destreza. I^os guerreros, ani
mados por estas palabras se entusiasmaron tanto
que pidieron á sus caciques se empezase al punto
la batalla.
La primera batalla. — Siguiéronse varias lu
chas, todas muy reñidas. Las dos razas enemigas
pelearon con igual destreza y valor, teniendo
lugar actos heroicos comparables á los tan ce
lebrados de los antiguos Griegos y Romanos. Los
Bororos, aunque inferiores en número sobre
pujaron á lo Parecis en intrepidez y valentía.
Los hijos de Itubori y Acorubo caían en el campo
de batalla sin retroceder un paso. Los caciques
(i) El lector comprenderá fácilmente que todas estas
noticias no tienen otro valor que el de formar la mitologia de la tribu de los Boróros; pero por este concepto
son predosisimas.
—
124
en los trágicos dolores de la agonía llamaban á
sus amados hijos para hacerles jurar que con
tinuarían la guerra. Manóri y Mariduhiapo, por
disposición de los dioses, triunfaron de la muerte,
y apareciéronse á sus hermanos, rodeados y her
moseados por la aurora. Mareha los había lla
mado á la vida para que gobernasen á la tribu
mientras no se rehiciesen de las pérdidas sufridas.
La segunda batalla. — Repuestos, pues, los
Bororos y preparados para un segundo combate,
Manóri y Mariduhiapo fueron llamados á la
otra vida después de haber mostrado á la tribu
un plan de guerra que les haría triunfar de los
Pareéis. Obedientes á los consejos de sus capi
tanes moribundos, se arrojaron contra sus ene
migos, quienes no pudiendo resistir á tan im
petuosa acometida, se retiraron ordenadamente.
Dueños del campo, pero sin haber hecho ningún
prisionero, los bororos animados por el valeroso
cacique Bacóróró, quisieran cortar la retirada á
los Parecis que habían llegado y á á la orilla de
recha del S Lorenzo. Bacóróró el primero se echa
al TÍO junto con sus hermanos acompañados por
un buen número de los más intrépidos. Llega
á la orilla opuesta del rio y tanto se intema en
aquellas florestas persegu endo á los cobardes
Parecis que llevado por el entusiasmo no se da
cuenta que se va alejando demasiado de los
suyos, sigue creyendo poder destruir á sus ene
migos y el desventurado perece con todos sus
audaces compañeros en aquellas selvas.
La tercera y última batalla. — Muerto Bacóróró,
le sucedieron en el mando sus hijos y sobrinos;
quienes á marchas forzadas alcanzaron la reta
guardia del ejército de los Parecis: renuévase
entre las dos tribus una desesperada y encarni
zada lucha. Pero los escuadrones de lo Parecis
se animan, sucédense unos á otros, crecen y se
fortifican delante los Bororos quienes haciendo
un supremo esfuerzo intentan rechazarlos. Los
Parecis con intrepidez sin igual se arrojan sobre
los Bororos y les obligan á una desastrosa fuga
persiguiéndolos hasta la orilla derecha del San
Lorenzo.
En esta batalla ambas partes tuvieron muchos
prisioneros y varios jefes de los Bororos pere
cieron. Con esta última batalla, cuya victoria
fué del todo decisiva, terminó la guerra BororoPared.
A estos primeros tiempos remonta la serie de
héroes de que se gloría la tribu. Los héroes que
son como los santos para los indios, se distinguen
en privilegiados y no privilegiados. Los prime
ros son los autores de los juegos y cantos, los se
gundos los protectores de las empresas de los
indios.
Pudiendo ser\'ir notablemente á quien se in
teresa del origen de las principales tribus ame
—
ricanas el conocer el nombre de los personajes
mitológicos de los Bororos, me hago un deber
el poner aquí el elenco:
Son los siguientes : Boróro, Bacóróró, Itubóri,
Acorúbo, Manóri, Mariduhiapo, Baiturorixó,
Baturoricugago, Barabara, Barabara-maregnedo
Jure, Quimagudo, Bocohugeba, Buricabio, Aere,
Aere-migera, Tamigue, Cagaecagae, Payey, Remacugiague, Busigodo, Buregodo, Naburere,
Garudori, Troári, Cuidóri, Kiegurere, Meri-ruto,
Meri-buto, Cugaro-Bororo, Ohó, Cogue-Bacororo. Atorna, Oroariba, Joadieu, Joadieu, Kigajo Barubaru, Toitoi, Etario, Apumoio, Uañóre, Panayare, Itariapo, Huagumeri, Atomoro,
Hibayare, Jaruruco, Cuhugóre, Coguére, Manohajaga y Marido-hajaga.
Primeros encuentros con los civilizados. —
Cuando la Provincia de Matto-Grosso empezaba
á recibir los primeros beneficios de la civiliza
ción, la tribu Bororo, bajo el mando de los des
cendientes de Bacóróró gozaba de una paz com
pleta y había por consiguiente aumentado en
número y poder.
Entre la Corte y la naciente Cuyabá, centro de
todo el comercio é industria que empezaba á
desarrollarse en los varios pueblos civilizados,
no había entonces navegación fluvial: el único
medio de comunicación entre las dos era la ca
rretera trazada por el primer presidente de la
provincia, cuando de Río Janeiro se trasladó á
aquel Estado con una guarnición de soldados.
Las caravanas de los comerciantes que pasaban
frecuentemente por aquel camino, muchas veces
eran asaltadas por los terribles Bororos. No raras
veces estaban meses enteros sin recibir corres
pondencia de la corte, porque los indios mataban
bárbaramente al correo junto á cuyo cadáver
muchas veces se encontraban las maletas donde
llevaba la correspondencia.
Descubierta pues esta tribu que iba vagando
por aquellos desiertos asaltando á los incautos
pasajeros, se creyó necesario reprimirla, lo cual
se confió al 20° batallón de artillería. Los Bo
roros ordenando sus filas, tres veces les hicieron
frente; pero Rondón y Lara los dispersaron y ma
taron á gran parte de ellos. Aparecieron de nuevo
con mayor audacia y mejor ordenados, pero el
Comandante Antonio Duarte los aplastó comple
tamente.
Represión. Duarte, entonces sargento, con una
di\nsión de valerosos soldados dejó los países
ci\nlizados y se dirigió hacia las florestas del
mediodía en busca de los temidos Bororos-coroados. Después de algunas semanas de marcha en
contró un grupo de la tribu, al cual se le hicieron
varios regalos. A éste pronto se unieron otros
grupos que fueron igualmente satisfechos en
todo lo que deseaban. Mas los salvajes trai-
IP
—
dores asaetearon á algunos soldados que, nada
temiendo estaban contemplando la naturaleza
tan hermosa y risueña de aquellas regiones.....
Entonces la espada se vió brillar á los rayos del
sol y el fusil retumbó por aquellas selvas. Se
siguieron combates desesperados. La infeliz
raza hororo gemía y á en el borde del abismo
de su completa destrucción, y hubiera desapa
recido si una joven india no la hubiera sal
vado. Esta heroína, después de un feroz
combate en que muchos indios habían sido
hechos prisioneros, tuvo compasión de sus infe
lices hermanos y pidió al Sr. Duarte el permiso
de ir á hablar con los suyos para hacer las paces.
Partió, y al cabo de tres días volvió con quinien
tos indios que quedaban todavía en el campa
mento los cuales avergonzados y con la cabeza
baja depusieron todas sus armas (arcos, flechas,
bastones etc.) á los pies del vencedor. Atados,
fueron conducidos á Cuyabá en medio de im
cuadrado de soldados.
Con la única instrucción y educación que
puede dar la espada, en el 1884, una parte de estos
indios fue regenerada en las aguas saludables del
Bautismo y presentada á la sociedad Cuyabana
como enteramente pacificada! Pero fué entonces
cuando Duarte exclamó: « L a misión de la espada
ha terminado, vengan ahora los ministros de
Evangelio y la luz de la santa doctrina se extienda
por estas florestas! » Ninguna otra cosa se podía
esperar de los indios con el sistema represivo.
La Colonia « Teresa Cristina » bajo la dirección
de los Salesianos. — E l Sr. Dr. Manuel J. Murtinho, cuyo nombre permanecerá eternamente
ilustre en los fastos de este Estado del cual era
Presidente, asociándose á las instancias del ilus
tre Prelado Monsr. Carlos L . d’Amour, obispo
de Cuyabá, pedía á Monsr. Lasagna, de grata
memoria, enviase á la Capital algunos misio
neros Salesianos. Y el año 1894, el mismo Mons.
Lasagna con algunos hijos de D. Bosco llegaba
á estas tierras del Matto-Grosso, en las cuales,
gracias á Dios, enarbolaban la bandera cuyo
símbolo es « piedad y trabajo » y que lleva es
crito el programa: Da mihi anúnas caetera tolle.
El año siguiente tomamos á nuestro cargo la
dvüización de aquellos indios y la continuamos
por unos tres años. Y en el corto espacio de 28
meses la Colonia Teresa Cristina sufrió tal tras
formación que prometía grandes frutos.
Cesaron los espantosos atropellos y reinó la
tranquilidad entre los pueblos de los alrededores;
los indios adultos nos acompañaban en nuestros
trabajos campestres; los niños frecuentando las
escuelas de los misioneros recibían instrucción
y á la par una sana educación, fundada en la
religión cristiana. Se habían comprado y á algu
nas máquinas para dar un impulso á la agricul
125
tura y á otras importantes industrias; en una
palabra, la Colonia se encontraba en un estado
que aseguraba por algún tiempo hasta el ali
mento á muchos centenares de salvajes, como
declaré en la relación publicada en la Gaceta
Oficial de Enero de 1898. Lo que parecía impo
sible á los hombres, lo pudo hacer la Religión á
la sombra de la Cruz. Mas en el 1898 habíamos
apenas empezado la recolección de los primeros
frutos de nuestros sudores, cuando quiso el Se
ñor, quizás para probar nuestra coustaucia, que
por un decreto del 3er Vice-Presidente nos fuese
quitada la dirección de aquella misión, que no
sólo generosa y patrióticatnente, sino hasta
oficialmente nos había confiado el ilustre Presi
dente Doctor Manuel Murtinho. Y nosotros con
sumo dolor, confiando en la Divina Providencia,
abandonamos al espíritu de las tinieblas aquel
fértil campo, que nos prometía las más halagüe
ñas esperanzas.
Mas Dios que sabe sacar el bien del mal, abrió
á los Salesianos un horizonte más vasto presen
tándoles im nuevo campo más fértil y abundante
que el primero, á provecho de los mismos indios.
(5 é continuará).
^
Sac. ANTONIO MALAN.
BIBLIOGRAFIA
Hemos recibido:
De la L ib r e r í a S a l e s ia n a
d e S e v i l l a : Influencia
de los elementos químicos del terreno en la cantidad de
producción, porlosSres. M i l t o n W h i t n e y y F . K. Camerón, traducido al castellano por D. F e r n a n d o F l o r e s
é IfliGUEZ — AfSo IV , Número 45. Es una obra impor
tante que examina muchas de las condiciones influyentes
en la producción, como el clima, la estructura del te
rreno, rotaciones, etc., demuestra la influencia admirable
de los abonos químicos y ensezla el modo de nsarlcís.
La Cuestión de la Potasa por e l Cav. D. J. B o n s ig n o r i .
N. 46. Trata abundantemente de la influencia, uso etc.
de este excelente abono.
De la E s c u e l a T i p o g r A p i c a S a l e s , d e V a l e n c i a :
Laotra Vida por D. J o s é M u r c i a n o , Pbro., con apro
bación de la autoridad eclesiástica.
De H s r o b r Friburxo de Brigovia Historia de la L i
teratura por G u il l e r m o JOn n e m a n . 3^ edic. con 49
retratos y una lámina-frontispicio. En-8'', 304 píg. —
Rdst. Fr. 3,50, en tela lujosa 4,23. En tan breve espacio
como son 304 pá^nas da el autor una idea clara y exacta
del desenvolvimiento literario universal; sus Juicios son
rectos y sus apreciaciones Justas. No sin razón ha sido
adoptado en muchos países como texto.
De la L i b r e r Ia H e r e d e r o s d e J u a n G i l í , B a r
c e l o n a Cortes 581 — Manual de Mnemoctenia ó arte
de la memoria por el P. M i g u e l G a r c í a E s t é b a n e s ,
S. J. Forma uno de ios Manuales de la útilísima Biblio
teca universal, que publica la célebre casa Gili, 1 pta.
L i b r e r í a S a l e s ia n a d e S a r r i á -B a r c e l o n a . Lectu
ras Católicas N. 151 E l taller de los Cargadores arge
linos por M, C h . M. Pbro.
* «
1
EL CULTO
de M^ría 7\uxiIiadora.
Nós tenemos le persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos que
atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre éstos, la poderosa
protección de la Virgen bendita, que fué en todo tiempo el Auxilio de los Cristianos.
Pío X.
V.
Signo característico del Santuario.
JBosco, tenía que p a g a r ^000 liras aquel
mismo día á los operarios que habían tra
bajado en la cúpula de la iglesia que se erigía
en honor de dTCaría sAuxiliadera. S I J^refecio de la (Basa, que á la sazón era
Rúa,
había salido aqu el mismo día p or la mañana
en compañía de otros coadjutores con e l fn
de ver s i alguien les daba alguna limosna
p a ra este objeto, y a l regresar á las t í de
la m añana a l Oratorio, cansados de andar ca
lles y subir escaleras, entregaron á
Mosco
tan sólo m il liras, m anifestándole a l mismo
tiempo la im posibilidad de encontrar las tres
m
il restantes. oAquel momento fu é de verda
Quién lo creería I L a sexta parte de los
dera
angustia: se m iraban unos á otros y
gastos se han hecho con las ofertas de perso
nas devotas, g e l resto no han sido m ás que quedaban como inmóviles sin pronunciar p a
M osco, con e l rostro
limosnas que haq dado las personas que labra : únicamente
har) obtenido gracias de tan buena Madre. alegre y e l corazón lleno de fe y confam a,
«^ u e d e asegurarse, continúa
tJBosco, los anim ó á todos, y á la una de la tarde
que cada piedra, cada ladrillo de este edi- salió en busca de las tres m il liras restantes
fc io sagrado recuerda una g racia obtenida de pero sin .Haber á dónde dirigirse, después
esta oAugusta Reina d el Qielo.
S s de no de haber andado largo rato, llegó á J^orta
tar que e l cuadro prodigioso de ^ a r ia oAu- Bflova (JRuerta díueva), observando que venia
xiliadora que hoy atrae á J^aldocco y que hacia é l un hombre en cuyo rostro se dibu
es objeto d el afecto y veneración de casi todos ja b a un no sé qué de tristeza m ezclada con
Mosco,
lofi pueblos de ¡a tierra, no existía aún sino cierta ansiedad. (¿Acercándose á
en la mente d el gran siervo de ^ ios. JP o r le d ijo :
jP ad re, ¿ es usted acaso e l director
esto vamos á referir algunas de las múltiples
d el Qratorio?
m aravillas ocutridas,
§ i, señor: ¿ en qué puedo servirle?
<
S ea
bendito, exclam ó: verdade-
de un áureo libro que esevibió
q/Bosco U lulado: J 1 2 úrQvillci8
de lo 0roi\^ "JlZadrc de ;Díob invocado 6ojo
cí líliilo de ifiorío 'Auxiliadora estam pó estas
p a la b ra s: ^edcficavií ^i6i domum.
edificó por si misma una casa. Sste preci
samente es e l signo característico de este S an
tuario.
P ilé edificado p o r dltaría Santí
sim a.
€ Pernos llevado
c ía
escribía
JBosco, este edificio, p ara nosotros real
mente magestuoso, con un gasto sorprendente;
I. PRINCIPIO
—
0.
á J I término,
pero 8ii|^ iieccñidcid de liocer ninguiia cofeclo.
/
»
0.
«. —
(Botria el Jó de 'Jloviembre de JÓ66. S I
director de S, Francisco de Sales, esto es,
—
—
ir
— 127 —
ramente e l Beñor es quien ha hecho que le
encuentre a l momento. Vo le suplicaría que
viniese conmigo, pues m i señor necesita ver
daderamente sus auxilio.
Bam os a l momento.
y según iban p o r el camino dijo a
JSosco :
M i señor es mug caritativo, g g o creo
que desde luego e l podrá agudarle en la obra
de la iglesia.
dllug bien, mug bien, respondió
—
«
—
—
—
J30SC0.
«
J^ocos minutos después penetraban am
bos en un hermoso palacio. Sn una habitación
g sobre un blando lecho g acía un señor, quien
al ver á
oJSosco exclam ó:
Reverendísimo Jp ad re ! Verdaderam ente
necesito sus oraciones.
¿ S a ce mucho tiempo que se encuen
tra usted a sí?
Iñace tres años, que se me han hecho
mug largos, g lo p eor es que los médicos no
me dan la menor esperanza de sanar. %i a l
menos pudiese conseguir que se mitigasen algo
los crueles tormentos que padezco, desde luego
que ■con mucho gusto agudaría á usted algo
en sus obras.
^unca se presentará momento m ás
propicio: precisam ente hog mismo necesito
tres m il francos.
B i usted consigue que obtenga alguna
mejoría, le prometo que á fin de año no ha
de quedar descontento.
es e l caso que esta cantidad la
necesito esta m ism a tarde.
¿ S sta m ism a tarde? ¿ t / cómo hacer
efectiva dicha cantidad? Jf^ara ello es preciso
llenar ciertas form alidades
ir a l banco, etc.
JR ara m agor gloria de ^ io s g de
^ a r ía