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AÑO XXVII - N.
S2.
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Edición de España
2
Febrero de igi2
Boletín $ale$iano
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Turin — V ia Golíolcngo N.
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SU M A R IO . Eñcacia educadora de la confesión . . 29
Gracias de María Auxiliadora
48
Po r E l. MUNDO SALE.SIANO : Utrera. — Ex-aluninos:
Tesoro e s p ir itu a l............................................................. 33
Valencia, Cindadela. — Oratorios festivos : Sliema,
Primera reunión de Ex-Alumnas de las Hijas de
Turin-Valdocco, Valencia. — Noticias varias:
María A u xiliado ra......................................................... 34
tíñenos A ires, Cavagliá, Santander, Sarrid, S. I\zConcepto de la Cooperación S a l e s ia n a ....................... 40
blo, Vigo, T a lc a .....................................................51
D e n u e s t r a s m i s i o n e s . — China: E n un bazar de
Memorias biográficas de Mons. Luis Lasagna . . .
beneficencia
Necrología: D. José María Q u i n t i a n a ................... 60
60
B ib lio g r a fía ....................................................................47
Cooperadores Salesianos difuntos
59
43
Eficacia educadora de la Confesión.
de todos los Sacramentos
instituidos por nuestro divino
Redentor, para aplicar á los
hombres de todos los sio-los
el fruto
o
de la redención, la Eucaristía es el que
nos da á conocer mejor la bondad in
finita de Dios, no se puede negar que
el de la Confesión es el que responde
mejor á la infinita miseria del hombre,
y no sin razón básela llamado: tabla
de salvación. Dios es amor que tiende
á unirse con sus creaturas; el hombre
siente los encantos inefables de ese
amor y experimenta una necesidad in
vencible de unirse al sumo Bien; pero
por una parte la santidad de Dios lo
anonada y el remordimiento se levanta
en lo interior de su conciencia recla
mando expiación ; se siente tan nece
sitado de amor como de perdón, que
vienen á ser una misma cosa, pues
I
como dice la Iglesia, Dios nos mani
fiesta su amor sobre todo compadecién
dose y perdonando.
Los demás Sacramentos atropellan
de una manera demasiado evidente las
leyes de la creación visjble que condi
cionan la naturaleza del hombre, lan
zándolo de golpe en el misterio; al
paso que en este sacramento lo divino
aparece muy disfrazado de humano y
el respeto, por decirlo así, de las con
diciones en que nos movemos, vivimos
y somos, nos hace muy asequible el
misterio, humanizándolo.
Compárese, en efecto, la materia y
la íorma de los otros Sacramentos, el
modo y las ceremonias con que se ad
ministran, y se verá que ninguno es
tan humano, es decir, ninguno se vale
tanto de ios recursos de nuestra natu
raleza, ninguno presenta una conve-
—
30
—
nieacla taa natural en su aplicación: tuye el mejor curso de Moral práctica
una conversación secreta, íntima; un en todo sentido, muy suficiente para
consejo desinteresado; una reprensión conducir al educando á la más alta
amorosa y cuando hace falta una ame perfección, como de hecho muchos cris
naza que ejecutará, no el que la hace, tianos que no frecuentaron otras aulas,
sino la Justicia y el Poder infinitos; han llegado, sino con la Confesión tan
un consejero que ha estudiado largos sólo, al menos por medio de ella princi- i
años las cuestiones en las cuales debe pálmente, á ser hombres virtuosos, es
aconsejar; un amigó que ha jurado no decir, muy bien educados.
revelar á nadie ninguna confidencia, y
Así que, no causa extrañeza la im
sabemos que guarda fidelísimamente el portancia que la Pedagogía hortodoxa
secreto; cuando se quiere se busca un ha dado y da á la Confesión, colocán
íntimo, cuando conviene, un desconocido; dola como base de la educación y pro
se le puede consultar cuado se se ne cedimiento infalible para la regeneración
cesite y á todas horas; se puede, ade de las almas. Desde luego que el edu
más, escoger un sabio; á veces se en cador católico íía más, como así debe
cuentra un santo; siempre un hombre ser, del efecto sobrenatural de la gracia
recto, aunque fuera de allí puede no que en ella se recibe; pero esa eficacia
serlo; casi siempre wwo p rá ctico ; y todo sobrenatural, no sólo no destruye, sino
ello sin costar un céntimo; en suma, aumenta su valor cie^itificOy ó si se
todos los recursos de la prudencia hu quiere, la eficacia de los medios natu
mana refinados y avalorados por la rales que en ella se emplean. « Nos
gracia divina.
otros no tenemos estos poderosos medies
No es nuestro intento recordar esas de educación », decía á D. Hosco aquel
armonías entre el sacramento del per ministro inglés que visitó el Oratorio
dón y los misterios de nuestra miseria, de S. Francisco de Sales en 1864.
ni ponderar su valor social y teológico; Nuestros lectores saben muy bien que
pero quisiéramos hoy comentar una sola para el gran gran educador, represen
de sus múltiples aplicaciones en la vida tante de la Pedagogía católica del siglo
del hombre; por la cual ocupa y debe pasado, la Confesión era el fundamento
ocii[)ar el primer puesto entre los me de toda educación moral é hizo de ella
dios educativos, y casi casi nos atreve la quintaesencia de su Sistema Pre
ríamos, si no temiéramos profanar su ventivo; porque en realidad la Confe
nombre, á llamarlo el Sacramento de sión es la prevención pedagógica llevada
¿a educacióft.
á su más alto grad o ; la prevención por
excelencia, la más profunda, la más i
segura, la más santa de todas las pre
De todos los procedimientos inven venciones; el Sistema Preventivo apli
tados por la ciencia para educar al cado al género humano por el divino
hombre y comunicarle los hábitos mo Pedagogo y Maestro de la humanidad,
rales, fin absoluto de toda educación, Jesucristo.
no hay ninguno que pueda compararse
Un procedimento que ha tenido tan
en eficacia con éste, aun prescindiendo gran parte en la educación del género
de la gracia que confiere. No sería te humano, por fuerza ha de ser eficacísimo
merario el asegurar que una confesión en la educación propriamente dicha, es
semanal bien hecha de parte del niño decir, en aquella etapa de la vida del
y de parte del confesor, con la deten hombre en que se trata, no ya de conser
ción, ciencia v método debidos, consti var y perfeccionar los hábitos morales.
—
31
—
sino de crearlos. ¿Y en qué mejores con mundo, un acontecimiento ó una crisis
diciones se puede dar la enseñanza que suelen ser piedras miliarias de la
moral que en el confesonario? Allí la vida, y á veces determinan el rumbo
enseñanza es siempre objetiva y oca del individuo; ló cual deja huella
sional, sin perjuicio de extender la lec indeleble en el alma del niño, propor
ción cuanto convenga; se parte siempre cionándole el criterio práctico cuyas
de un hecho, un caso de conciencia, primeras aplicaciones, por lo serias
no ajeno, es decir, lejano é indiferente, é inesperadas, pasan á la categoría
sino propio y por lo mismo interesan de principios morales vividos y pensados
tísimo; la materia se dispone y aplica y acabarán por integrar su conciencia.
S . P A B L O (B rasil) —
O bisp o s y superiores
que tom aron parte en las fiestas del vigésim oq uin to aniversario de la fundación del Lyceu.
según las necesidades concretas y ca
En esta clase no hay más remedia
pacidad del individuo, suministrándola que explicar por necesidad práctica
en dosis más ó menos homeopáticas, todos los deberes, desde los más tri
por lo cual es más fácil de retener y viales hasta los más costosos, y desen
aplicar; el hecho que da pie á la lec trañar los móviles y condiciones del
ción, que viene á ser su ley y explica acto humano; así que el educador puede
ción al mismo tiempo, suele ser en terciar para sostener al niño en esa
aquella época un hecho nuevo, una re lucha interior, para la cual todo hombre
velación tal vez de los misterios de nace soldado, entre las pasiones y la
nuestra existencia, de las grandes res razón, el interés individual y el interés
ponsabilidades de la vida, una de las colectivo, cuyos episodios son otros
hondas sorpresas ó terribles desenga tantos problemas morales que el indi
ños que nos esperan á la entrada del viduo debe resolver en último resultado
—
por SI sólo con su libertad en el secreto
de su conciencia, y de su solución dej)ende el destino temporal y eterno del
hombre mismo. Por eso el sacerdote,
cuando confiesa á un niño, es el peda}Jogü en el sentido más profundo de
la palabra; al educador laico le falta
jurisdición, más aún le está prohibido
el hacer ciertas preguntas y resolver
ciertas dudas, de modo que el alma
del educando conserva un coto vedado
para él, y por lo tanto ignora las ali
mañas que en ese coto se pueden criar
y los fenómenos que en el se verifican;
en cambio el pedagogo confesor tiene
obligación de examinar todo el con
tenido ético del acto y el estado moral
del alumno y por lo mismo tiene de
recho á preguntar lo que está obligado
á saber, lil puede escudrinar los más
recónditos senos del alma tlel niño;
basta que tenga el tacto necesario y
SI- entera muy pronto de sus pensa
mientos y deseos; de sus tentaciones
y sus peligros: de sus faltas exteriores
y transgresiones ocultas; de sus victo
rias y de sus derrotas; de sus aptitudes
y sus ideales, sus entusiasmos y sus
dudas.
No hay educador que fuera de estas
circunstancias pueda apreciar i in justa
mente el sujeto porque, además, ])uede
introducirse eii su pasado interior y
exterior, aquilatando así todas las cau
sas determinantes de su estailo actual
co.menzantlo por la familia, relaciones
íiitiinas, educación etc.; puede examinar
las condiciones físicas, económicas )'
aún morales de los progenitores pa'a
venir (ui comuamiento de las virtude's
y vicios heroilados ó adípiiridos; en fin.
todos los datos necesarios no sólo para
<h\lucir la culpabilidad, sino también
para prevenirlo y endtírazarlo en el
psM’venir, [>ara enseñarle á vencer sus
pasiones y desarrollar los gérmenes de
las virtudes, en una palabra, educirlo.
A más de eso, la autoridad del edu
3 2
—
cador seglar y aún la del maestro sa
cerdote en la vida escolar, no puede
compararse siquiera con la autoridad
del confesor. En el confesonario su pa
labra es la voz de Dios; y hablarle así
á un niño de io ó 12 años que, si no
lo comprende, siente é imagina á Dios
mismo en la penumbra del confesonario,
es transformar la voz del sacerdote en
la del Juez eterno que resuena en el
fondo de su conciencia amedrentada,
como la voz de Jehová desde el Sinaí.
La dulzura paternal del sacerdote le
infunde valor, pero deja muy viva la
obligación de no ocultar nada y así se
logra que descubra sus llagas y abra
sinceramente su corazón, lo cual es
imposible lograr fuera de este caso,
como quiera que está seguro que esto no
le atraerá ningún castigo y sabe muy
bien que un silencio absoluto guardará
para siempre todas sus confidencias.
De este irtodo el educador apóstol
tiene ante sus ojos el pasado, el pre
sente y el porvenir íntimo de su edu
cando; á su prudencia corresponde el
no extralimitarse y á su ciencia hacer
la síntesis científica de todos esos da
tos; si se le olvida alguno podrá pre
guntarlo otra vez, si la deducción ha
sido precipitada se rectificará en la
confesión siguiente; constituyendo todo
esto un programa vastísimo que sólo
la confesión permite aplicar; de donde
resulta que ésta viene á ser en sus manos
el meollo del sistema preventivo y el
gran resorte de la educación moral.
Para dar fin á este ya largo artículo,
quisiéramos añadir una recomendación
á los padres y madres que leen nuestro
Boletín, para que se penetren bien de
esta eficacia de la Confesión, aún con
siderada como procedimiento educativo,
por lo cual viene á ser el mejor de
todos ellos, la clase de' Moral más pro
vechosa que puede recibir el niño; y
mucho más si se considera que á su efi
cacia natural va añadida la sobrenatural
de la gracia.
Respecto á los sacerdotes que confesan niños, haríamos una otensa al
ilustrado celo de nuestros hermanos en
el apostolado educativo, si nos atre
viéramos á recomendarles el estudio de
la psicología del niño juntamente con
estudio de la Moral. Por mucho que
se estudie ésta, por sí sola no es su
ficiente para confesarlos con provecho;
no basta conocer la ley, es preciso ade
más conocer bien el sujeto á quien ha
de aplicarse; por eso la Pedagogía
moderna se coloca, y cualquiera ve con
cuánta razón, entre la Psicología y la
litica. El niño lleva escondidos en lo
más profundo de su ser grandes estí
mulos para la virtud y el bien, porque
en el fondo de la naturaleza humana,
aunque viciada por el pecado original
y personal, existen siempre mezcladas
con las pasiones bastardas las pasiones
nobles que empujan la humanidad hacia
los grandes ideales de Ja justicia, la
verdad, el bien y la belleza; la imagen
de Dios, la inteligencia, el apetito ra
cional, han quedado un poco averiados,
pero no destruidos; ha quedado todavía
el alma naturalmente cristiana.
En preciso conocer bien y utilizar
en la obra educativa esas aspiraciones
sublimes que aparecem siempre entre
los instintos groseros; esas ansias de
justicia y santidad que forman parte
también del alma humana, por dicha
nuestra, y en momentos dados llevan
al hombre á los grandes heroísmos.
Por muy corrompido que esté un co
razón, afirmaba D. Hosco al ver los
presos de la Generala, queda siempre
un sentimiento bueno que movido á
tiempo puede producir la regeneración
del hombre más degradado. Y si en el
hombre más degradado hay siempre
ese sentimiento ¿cómo no ha de ha
berlo en el niño? No otra cosa movió
á D. Hosco á intentar la regeneración
de tantos i\iños desgraciados sÍ7i recjtrrir á ¡lin oiu i ca stig o ; supo tocar sus
buenos sentimientos adormecidos y con
la gracia de Dios hizo producir á tan
tos corazones cubiertos de fango las
más bellas virtudes, como un hábil ar
tista hace producir delicadas armonías
tocando las teclas de un piano cubierto
de polvo y telarañas.
Y aquí nos atrevemos á decir que
la clave de sus inauditos triunfos pedagógicos fué precisamente laConiesión
bien hecha p or parte de é l; y decimos
por parte de él, porque como sacra
mento tiene igual valor teológico ad
ministrado por Apolo que por Cefas,
pero como medio educativo manejado
por él resultaba de una eficacia incom
parable. Alma ardiente de apóstol,
psicólogo sagacísimo que unía á veces
á las intuiciones asombrosas del sabio
las clarividencias más asombrosas aún
del taumaturgo, hizo de la Confesión
el resorte mágico
de regeneración
eso
O
piritual, que en sus manos ungidas
trasformó miles de larvas de presidio
en seráficas mariposas.
Pero esto merece otro artículo y de
ello trateremos, si Dios quiere, en el
numero siguiente.
O
TESORO
E SP IR ITU A L.
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en coiniini(!a<l. la
propia capilla, y rueguen según la intenci/m
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para el mes de Marzo:
•El día 25, fiesta de la Anunciación de la Vir
gen Sma.
34
de Ex-Alumnas de las Hijas de María Auxiliadora
T ü R IN 23^25 de Septiembre.
ACió esta feliz idea en un pequeño
grupo de Kx-alumnas de Niza, Turín, Cliieri y Giaveno, qixe sintieron el
deseo de renov'ar en sí mismas y en sus núme
ros is compañeras « los propósitos de vida cris
tiana animada de la piedad serena y suave, y ca
ridad benéfica y social, que son las grandes
características del espíritu de D. Bosco ».
Dicho y hecho: unas cuantas de aquel grupo
entusiasta y atrevido se presentaron— habién
dose constituido en Comité promotor
á la
Revma. vSor Catalina Daghero, Superiora (Ge
neral de las Hijas de María Auxiliadora, pi
diendo la convocación de la asamblea cuyo pro
grama tenían ya delineado. Obtúvose sin di
ficultad alguna la ajjrobación y numerosas v
cordiales adhesiones respondieron á la original
idea, difundida rápidamente por medio de un
número único de un extremo al otro de Italia.
EL PRIMER DÍA.
La ceremonia inaugural. — Modo
práctico de instituir las asociacio
nes de las ex-alumnas y su espí
ritu característico.
Quien se hubiera encontrado en la Plaza de
María Auxiliadora la tarde del sábado 23 de
septiembre, habría visto una gran muchedumbre
de señoras — jóvenes llenas de vida y mujeres
de edad, doctas maestras y humildes obreras,
damas aristocráticas é hijas del pueblo - - en
trar en la espaciosa casa, donde actualmente
residen las Hijas de María Auxiliadora. Kran
sus cx-alumnas, unas 700. venidas de todas
partes. Brillaba en todos los rostros una alegría
inefable y todas se sentían invadidas por emo
ción singular, cual si volvieran á sus años ju
veniles.
A las 17 se oye una campana y todas se diri
gen á la elegante capilla, en. cuyo .fondo sonríe
la dulce Patrona del i. st'.tuto. ídla será la pri
mera en bendecir á las hijas que otro tiempo
crecieron hajo la sombra protectora de su manto,
y ahora se renuen en su nombre augusto; y en
efecto, la bendición de la Celestial Madre des
ciende con la de Jesús sobre las frentes recogidas
en fei^'orosa oración.
Poco después, aparece la venerable figura de
nuestro Rector Ma3^or, D. Pablo Albera, para di
rigir á la reunión su saludo inaugural. Se muestra
muy conmovido. Empieza en voz baja recor
dando cuanto anhelaba el corazón de D. Bosco
la salvación, no sólo de los jóvenes, sino tam
bién de las jóvenes, que pueden ser la gloria ó
la ruina de la familia y de la sociedad, según la
educación que reciban. Continúa diciendo que
el Venerable fundó para ellas el Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora, que Dios ha
bendecido de un modo extraordinario. Duego
da la enhorabuena al numeroso auditorio, que
ha venido para dar gracias á la Virgen por la
educación cristiana que han recibido y para m a
nifestar su inalterable gratitud á las Superioras y M aestras, dando así una prueba segura
de la eficacia del sistema educativo de Don
Bosco. Las exhorta á honrar el Instituto con la
bondad fecunda de la vida « y sobre todo con
firmándose en la piedad suave y confortadora
que embalsamó los años de su infancia, y que
tanto sostiene en los muchos dolores de esta vida».
La voz dulce é íntimamente persuasiva se
eleva bajo las bóvedas sagradas pidiendo al
terminar una oración por las ausentes, las des
carriadas y por las que tal vez han olvidado
los buenos principios. Un coro suplicante res
ponde á la invitación, entonando un himno á la
Auxiliadora potente y piadosa, mientras el nu
meroso grupo se recoge en el teatrito donde se
va á verificar la Reunión.
«
* *
En pocos momentos se llena la vasta sala,
adornada con banderas y dominada por la son
risa de D. Bosco y la mirada serena de la Madre
María Mazzarello, la primera Superiora General,
cuyo Proceso ordinario para la Causa de Bea
tificación ha sido ya comenzado. Un aplauso
fragoroso é intenninable saluda la aparición
del Sr. D. Pablo Albera, acompañado por el
Sr. D. Felipe Rinaldi y por otros sacerdotes que
toman asiento á la izquierda de la mesa pre
sidencial. A la derecha está la Superiora Ge
neral con su consejo; en la platea, en el pros
cenio, en las galerías laterales, en todas partes
donde se puede penetrar, se ve una multitud
de cabezas silenciosas y atentas.
. 1
-
35
La nueva Inspectora de las casas piamontesas abre la sesión, dando en nombre de la
Superiora General las más sentidas gracias á
todas la? que forman parte del Comité Promotor
y del Ejecutivo y saludando afectuosamente
á las numerosisimas ex-alumnas. Habla de la
satisfacción que causan á la Madre, pues en nú
mero tan grande han correspondido á la in\dtación, venciendo acaso graves obstáculos y so
metiéndose.á sacrificios considerables; invita á
todas á manifestar s.us ideas no con temor ó cor
tedad sino con valor y franqueza, á comunicarse
cordialmente las experiencias, obseiv'aciones y
reflexiones personales, para la consecución de
un altísimo bien común. Recuerda la fe y el
entusiasmo de D. Bosco por su misión redentora
en pro de las jóvenes y las sublimes aspiraciones
de D. Miguel Rúa para la más amplia difu
sión del bien ; y después de un cuadro con
movedor del estado actual de la sociedad, amena
zada en sus mismas bases por la acción nefasta
de la mujer sectaria, pasa á trazar las líneas ge
nerales del trabajo que se ha de realizar « para
la salvaguardia — dice — de sus intereses \ itales, como mujeres cristianas y como discipulas
é hijas de D. Bosco ». (Calurosos aplausos inte
rrumpen á menudo y coronan al fin el grandilo
cuente discurso).
Contesta con palabra brillante, y \dgorosa y á la
vez llena de afecto, la Prof. Dña. María Victoria
C liiora, de la R. Escuela Normal <Domenico
Berti » de Turín, dando gracias á la Madre Ge
neral y á todas las bondadosas superioras que
‘ tanta alegría y tan suaves recuerdos despier
tan en ellas ». Desea que « la incipiente ins
titución de las ex-alumnas de las Hijas de
María Auxiliadora salga de su primera reunión
y a fuerte y llena de aquel vigor, de aquel es
píritu de disciplina y de orden que caracteriza
todas las instituciones de D. B osco: las cuales,
bajo la égida airgusta de María Auxiliadora,
con admirable unidad y armonía de voluntades
y de medios, se adelantan con seguridad por
el camino del bien *.
La oradora, fiel intérprete de los sentimientos
y deseos de toda la asamblea, fue cordialmente
aplaudida repetidas veces.
Acto seguido, se constituye la Presiden
cia:
Presidente hofiorario: el Revino. Sr. D. Pablo
Albera. — Presidenta efectiva: Prof. Dña. María
Victoria Chiora, de Turín — Vice-Presidentas:
Prof. Dña. Ida Barberis, de Genova; Srta. Di
Bella Concetta, de Erante; y Prof. Dña. Teresa
Franzini, de Roma. - Secretarias: Prof. Dña.
María Allatere. de Udine; y la Condesa de Panigai. de Venecia.
Sigue la lectura de los telegramas dirigidos
al Simio Pontífice y á S. Emcia. el Arzobispo
de Turín. El del Padre Santo decía así:
S. Padre Pío X . Roma — Ex-alumnas Hijas
Marta Auxiliadora, movidas deseo renovar san
tos propósitos vida cristiana, en que fueron edu
cadas según espíritu Ven. D. Bosco, reunidas
junto Santuario Augusta Madre Auxiliadora,
envían Vuestra Santidad filial homenaje, pro
funda devoción, y protestando conformar vid<i pa
ternas enseñanzas vuestras. Señoras católicas, ita
lianas, imploran Apostólica bendición. — Sor Ca
talina Daghero, Superiora. — María Chiora, Pre
sidenta.
La Sra. Dña.M atildel'asanoM asera.deChicri,
trata después el primer T em a;
h Modo práctico de instituir las asociaciones de
las ex-alumnas y su espiritu característico ».
La relatora . después de haber indicado á
grandes rasgos las razones que aconsejan la
institución de las susodiclias Uniones, de
muestra con análisis perspicaz y abundantes
datos el camino mas breve y seguro para
conseguirlo ; cou admirable delicadeza hace sen
tir, más que dice, la naturaleza del soplo vital
que debe animarlas y distinguirlas entre sus
infinitas congéneres; y, entre la mas viva
atención v los atronadores aplausos de la asam
blea, termina indicando varios medios prácticos
para conseguir tan importante fin. « Nosotras,
exclama, nos sendremos de nuestras Uniones
para reavivar nuestra piedad, para difundir
en las familias, en las casas, en los talleres, en
las escuelas, en todas las manifestaciones de la
vida, la palabra de Dios, la moral del Eva::gelio, conociendo la ruina que espera á la so
ciedad en nuestra querida patria, si Jesucristo
no reina en el corazón y en la mente de la mujer ».
Y pasa á la lectura de la orden del día.
L a primera Reunión de las ex-alumnas de
las Hijas de María Auxiliadora:
Considerando que pira la vida y prosperidad
de cualquier insiiiución son necesarias la inicia
tiva entusiasta de algunas personas de voluntad y
hábiles, y la benévola correspondencia moral y
nuiterial de todos los puedan tener relación con la
obra que se va á instituir;
Supuesto que, entre las diversas formas de Aso
ciaciones femeninas, una de las más conformes á
la delicadeza de la mujer y acomodada á las as
piraciones del día, á um verdadera fraternidad
cristiana, es la que tiene por objeto reunir periódi
camente d las aritiguas compañeras de Colegio,
Oratorio, etc. al rededor de sus educadoras con el
fin noble y simpático:
a) de atestiguar la propia gratitud por la edu
cación recibida ;
b) de vivir de nuevo, á lo menos por algunas
horas, la antigua vida familiar de los primeros
—
3 6
—
años de la adolescencia y juventud, y especial quisita delicadeza que eleva, anima y conforta.
mente ;
íQue diferencia entre esta reunión y las reunio
c)
de ayudarse recíprocamente en las nuevas nes tumultuosas á las que otras mujeres van á
condiciones de vida como se dice en los votos
proclamar infundados derechos, pisoteando con
del segundo Tema:
la fe y la moral, la sagrada aureola de la virgen,
afirma el prof.ósito de promover — de acuerdo de la esposa y de la madre cristianas!
con las superioras locales — Asociaciones de exalumnas donde aun no las hay, y donde quiera
y siempre apoyarlas moral y materialmente, con
servando en ellas el espíritu familiar, tan propio
de las instituciones de D. Bosco; é indica los si
guientes medios:
1) dar á conocer á las Directoras locales el nom
bre y la dirección de las ex-alumnas;
2) recibir con gratitud las invitaciones á las
fiestas religiosas, á las veladas y pasatiempos, que
suelen tener lugar en los Institutos de María A u
xiliadora. procurando que pueden ser invitadas
las ex-alumnas que aun no son conocidas por la
Superiora ;
Empieza el segundo día con la función reli
3) hablar á menudo de las ventajas morales, in giosa anunciada, en la Basílica de María Au
telectuales y económicas que se pueden obtener con xiliadora. Nada más conmovedor. Celebra el
Uis frecuentes reuniones de ex-alumnas;
Rev.do Sr. D. Pablo Albera y todas reciben el
4) combinar en el Instibuto de las Hijas de Ma Pan de los Angeles. A las- delicadas notas de
ría Auxiliadora, especiales reuniones y entrevistas un Himno á María Auxiliadora (letra y música
para hacer conocer la idea de las Asociaciones;
de dos hermanas del Instituto) sigue el canto
5) explicar á las que se muestran contrarias ó popular <( Noi vogliam Dio »; uno y otro corres
dudosas que la Unión de por si no impone parti ponden admirablemente á los sentimientos de
culares obligaciones religiosas ó económicas, ni com todas.
promisos de ningún género;
Así, llevando en su interior un nuevo fuego,
0)
donde las condiciones del lugar lo consientan vuelven á recogerse en la sala de la Reunión,
ó exijan, completar la acción de la Asociación con para proseguir con mayor entusiasmo los tra
obras de carácter social y económico, á ejemplo de bajos emprendidos.
la Asociación de Turín.
Después de la lectura de numerosas adhesio
Calurosos aplausos saludan de nuevo á la
nes llegadas de todas partes, cual plebiscito so
Sra. Fasano Masera, por invitación de la pre lemne de fraternidad, se abre la « Conversa
sidenta; lóense después varias adhesiones, entre ción » sobre il primer tema, desarrollado la
las cuales son muy aplaudidas las que vienen
tarde anterior por la Sra. Easano Masera.
del extranjero y la de Mons. Juan Marenco,
Aprobados sin discusión los considerandos que
Obispo de Massa Carrara, y acogidas con una
la relatora antepone á las conclusiones, lóense
efusión de tierna gratitud la de Sor Enriqueta
la deliberaciones; y se invita á las presentes
Sorbone, Vicaria General del Instituto — que á exponer sus ideas. La discusión, al principio
se encuentra allende el océano visitando las mi incierta y tímida, se aviva poco á poco hasta aca
siones — y la de Sor Elisa Roncallo, del Consejo lorarse con la proposición sostenida con lucidez
Superior que no pudo por motivos de salud pre por la secretaria Sita. Allatere, de fundar un
senciar la reunión.
periódico de las ex-alumnas, que sea el órgano
A propuesta de la Vice-Presidenta, Sita. Ida
de esta Asociación y sirva para unirlas en el
Barberis, envíase á estas últimas un afectuoso te mundo y para consei^’ar entre ellas el espíritu
legrama de respuesta.
de D. Bosco. La propuesta se concreta resol
El Revino. D. Felipe Rinaidi pone fin á la se viendo que se pidan alguna prginas á la Direc
sión invitando á las ex-alunmas ú encontrarse la ción del « D. Bosco », de Milán, por tener ya
mañana siguiente en el Santuario de María Au como fin principal difundir el conocimiento y la
xiliadora. donde el Sr. D. P. Albera celebrará
práctica del sistema educativo de D. Bosco.
pura ellas la S. Misa. Un nutrido aplauso res
E l punto 5° de los medios prácticos para ins
ponde á la invitación y salen del local
tituir las asociaciones se discute con deten
La impresión de la sesión inaugural es muy
ción por la forma en que estaba expuesto; pero,
grata para todos; hay en el ambiente un senti como los otros, fué aprobado por unani
miento tan profundo de espiritualidad, y de ex midad.
EL SEGUNDO DÍA.
La función religiosa. — Cómo difundir
en las familias y en la Sociedad
el espíritu de D. Bosco. — El ban
quete fraterno.
—
37
Después la prof. Dña. Lucia Babini, de Lugo,
desarrolla el segundo tema.
« Modo de difundir en ia familia y en la sociedad
el espíritu benéfico de D. Bosco, especialmente para
la educación y as stencia religiosa, civil y económico*
social de la juventud. »
Mientras la oradora pone de relieve la alta in
fluencia de la mujer en la familia y en la socie
dad, entra en la sala el Dr. D. Francisco Cerruti
que es acogido con una salva unánime de aplau
sos.
TALCA
(Chile) —
—
infinita de su corazón y la efusión incommensurable de su caridad para dar á la Iglesia y
á la Patria una legión de ánimas fuertes y san
tas. <' Pero, se pregunta, ¿acaso se dió por sa
tisfecho con extender su prodigiosa actividad en
la épica realización de su ideal? N o ; como
todos los grandes conquistadores animó con su
espíritu legiones de generosos secuaces, que ha
bían de perpetuarlo y difundirlo hasta los últi
mos confines de la tierra »
Y prosigue, declarando que las Hijas de María
Auxiliadora in\dtan hoy á reunirse en el nombre
del Padre á las innumerables hijas formadas en
L a excursión á S . Clem ente.
Restablecida la calma, la Sra. Babini continúa
maziifestando « de donde las ex-alumnas de las
Hijas de María Auxiliadora pueden sacar, con
menor fatiga y mejor resultado, el vigor y
íuerza de creencias y de acción que dan impulso á
á la vida y sellan los generosos propósitos y
cierran con broche de oro las obras genero
sas ».
i Ah, bien lo sabemos! exclama; y en una evo
cación felicísima presenta al xdvo «la suave
y santa figura del Apóstol ante la cual el mundo
reverente se inclina y aplaude, y los hijos se
conmueven y lo bendicen. » Hace sentir todo el
encanto irresistible de su obra, toda el ansia
su escuela, diciendo á todas: « Trabajad con
nosotras; combatid con nosotros la batalla del
bien » y , descrita la belleza de la empresa, traza
la línea directiva de la <plena, consciente y fuerte
acción reparadora y conservadora que las exalumnas deben oponer á la inmunda marca de
la vil indiferencia y de la desenfrenada pasión
de novedades » é indica los medios y la aplica
ción. Termina suplicando á todas que procuren,
aun á costa de cualquier sacrificio, realizar el
fin altísimo de la nueva y y a floreciente Asocia
ción, que compendia en síntesis admirable las
responsabilidades familiares y sociales de la
mujer cristiana. L a relatora concluye entre re-
-
38
petidos aplausos con la lectura de la orden del
día.
La primera Reunión de las ex-alumnas de
las Hijas de María Auxiliadora
admitido que uno de los factores más eficaces
de la prosperidad y de la restauración religiosa,
moral y económica de la familia y por lo tanto de
la sociedad, es la mujer, formada en sólidos prin
cipios y en la práctica de la vida cristiana ;
considerando que es propio del espíritu de
D. Bosco procurar con incesante,^ industriosa y
amable solicitud, el remedio délos males sociales,
formando para la Iglesia y la Patria una juventud,
piadosa, sana, trabajadora y serenamente alegre;
afirmando que nadie podrá obtener tales re
sultados, sino imita á D. Bosco, sirviéndose de
los medios nuevos, que exigen las condiciones so
ciales del día, para salvar la fe y la pureza de la
juventud y de un modo especial de las jóvenes;
Hace votos:
1) para que las ex-alumnas consideren como
su deber:
a) conocer cada vez mejor el espíritu de Don
Bosco, leyendo sus escritos y las publicaciones que
lo ilustran fiel y seguramente,
b) dar la mayor difusión posible á tales escritos
y publicaciones;
2) en la eduaición de la juventud que de ellas
dependa poner por base la Religión, la persua
sión y una amabilidad bien entendida; y presen
tarse siempre como modelo de la mujer según el
Evangelio;
3) ayudar material y moralmente las diversas
instituciones de las Hijas de María Auxiliadora,
enviando y dirigiendo niñas y jóvenes á sus Co
legios, Internados de Obreras, y especialmente á
los Oratorios festivos;
4) corresponder á las invitaciones de las Hijas
de María Auxiliadora para completar la obra de
los Oratorios festivos, según las necesidades actuales de algunas ciudades, ¡Mcicndolos cotidia
nos, nocturnos, estableciendo en ellos escuelas
para obreras, profesionales, oficinas para coloca
ción, obras de socorro económico y social; de modo
que las jóvenes puedan encontrar en el Oratorio
todos los recursos necesarios pxtra formarse una
posición social y profesional, sin necesidad de
acudir á instituciones en las que pueden ser ex
puestas á peligro su fe y virtud.
Ia\ presidenta da gracias á la oradora mos
trándose muy complacida: y después de la lec
tura de otras adhesiones, el Dr. D. Francisco
Cem iti corona dignamente la segunda sesión
ilustrando - con aquella solidez de conceptos
y limpidez de palabra que le son propias — las
« responsabilidades » indicadas por la oradora,
responsabilidades, dice, admirablemente escul
pidas eu la célebre frase: « El hombre hace las
leyes, la mujer las costumbres ». Demuestra
que éstas más que aquellas producen la grandeza
ó la ruina de los pueblos, según su mayor ó
menor pureza; y concluye exhortando á las exalumnas á dar todas, animosas y concordes,
lo que de la mujer educada en sanos principios
se espera, sobre todo en la época infeliz por
que atraviesan la Religión y la Patria. Sus
nobilísimas palabras fueron acogidas con inter
minables aplausos.
Son más de las doce ; suspéndese la sesión
y las ex-alumnas comunicándose con anima
ción impresiones y comentarios, se desparra
man por el patio, el pórtico y las salas del Ins
tituto. donde están preparadas las mesas para
el banquete fraterno ofrecido por la Superiora
General, que acogida por un banrullo ensordece
dor de vivas y aplausos, se coloca en el puesto
de honor, redeada de su Consejo con la presi
denta y el Comité ejecutivo. Después de la ora
ción, empieza el banquete con el alborozo más
grato y delicado, que domina el animadísimo
cuadro por unas dos horas. A los postres muchas
antiguas alumnas brindan por las Superioras y
compañeras animadas de toda la emoción que
la circunstancia inspira, ensalzando en un himno
de gratitud el Instituto suscitado por D. Bosco
para la salvación de la juventud femenina. Fue
ron muy aplaudidas: la Presidenta, la ilustre
Prof. Sra. Chiora; 5’^la Doctora Dña. María Martinotti que con frase sencilla pero cordial, entona
un himno á la caridad de D. Bosco, inspirada
en la caridad de Cristo, que realiza en el mundo
tantas maravillas.
Hacia las 16 el salón de actos se llena de
nuevo. Anunciase la bendición del Emo. Car
denal Richelmy, y se pasa á la discusión del
segundo tema.
L a presidenta propone .y obtiene, como para
el primero, la aprobación en conjunto de los
considerandos; después declara abierta la dis
cusión sobre los votos.
La discusión se presenta mucho más animada
que por la mañana; muchas piden la palabra
para indicaciones ó peticiones de medios prác
ticos y originales, para difundir en la familia y
en la sociedad el benéfico espíritu de D. Bosco,
presentando el ejemplo de lo que han hecho
en algunos lugares, y el precioso concurso
de las observaciones, luchas y victorias in
dividuales. Es una hermosa porfía que revela
deseos ardientes, esfuerzos generosos, tesoros
de fe y de valor para la realización de un vasto
—
39
programa de regeneración familiar y social; y
produce cierto ali\-io y aviva la fe en los desti
nos de las instituciones más \átales, tan ame
nazadas hoy por la orientación desastrosa de
parte considerable del sexo femenino.
Después de dos horas de fecundo trabajo,
apruébanse todos los votos de la relatora. Acéptanse por aclamación las propuestas siguientes
presentadas. la primera por la Srta. Ida Barberis, la segunda por la Condesita de Panigai,
y la tercera importantísima por la Srta. Aliatere 1
1) Ofrecer ejemplos eficaces á las jóvenes edu
cadas por las Hijas de Marta Auxiliadora, con las
biografías de las que de especial modo se distin
guieron en el colegio, dejando en él recuerdo
indeleble; y empezar pronto la serie con la de
María Scapino, de Trino Vercelés.
2) Concurrir á la erección del monumento á D.
Bosco, en la plaza de María Auxiliadora de T a
rín, el centenario de su nacimiento.
3) Constituir un Comité promotor central, con
sede en Turin, para dar el mavor incremento po
sible á las Asociaciones de ex-alumnas.
Presentado por la presidenta y recibido con
un fragoroso aplauso, toma la palabra el abogado,
D. Ja^der Fino, el cual en un brillante discurso
que electriza el auditorio suscitando emociones
intensas y provocando explosiones de entu
siasmo, muestra la misión de la mujer cristiana
en su calidad de hija, esposa y madre, sea obrera
ó maestra, noble ó plebej’a. Como ejemplo lu
minoso presenta dos mujeres admirables: Mar
garita de Bosco que proclamó «. bien digna de
ser madre del soberano Apóstol educador de
los tiempos modernos » y María Mazzarello « la
primera y más fiel ejecutora del maravilloso
programa de D. Bosco para la redención de la
mujer ». E l brillante orador, con frecuencia in
terrumpido y saludado al fin por una ovación
interminable, concluyó invitando á todas las
ex-aluranas á honrar su nombre en la socie
dad, como la Prof. Dña. M. Victoria Ghiora, y á
proporcionar á la familia consuelos como los
que sabe proporcionar á su querida madre la
susodicha presidenta.
Esta con frase selecta le da las gracias en
nombre propio y de la reunión, y se levantan
y escuchan en religioso silencio la lectura del si
guiente telegrama:
Superiora General Hijas de María Auxilia
dora — Turin. —r S. Padre, agradecido filial, de
voto, homenaje esas ex-alumnas, envía á todas
de corazón implorada Bendición Apostólica, pi
diendo divinos favores, y confirmación buenos
propósitos. — Card. Merry del Val.
La Srta. SiK-ia Bellotti habla del Proceso para
a Causa de beatificación de la primera Superiora
—
General, recientemente iniciado en la Curia epis
copal de Acqui, y propone un aplauso á S. E.
Mons. Disma Márchese, por la actividad con
que lo dirige.
L a presidenta da gracias á la Superiora
General, á su Consejo y á todas las Hijas
de María Auxiliadora, al Comité promotor y
ejecutivo, á las jóvenes del Oratorio de Sta.
Angela, y á todos y todas los que contribuye
ron al feliz éxito de la reunión; con el ardiente
deseo de « que los buenos propósitos, (pie ya de
jan en el alma tanta y tan viva satisfacción, no
sean estériles fuegos de paja encendidos por la
tarde y ya apagados por la noche, sino que pron
to se conviertan en hechos consumados, fecun
dos y florecientes ». Tennina con un espléndido
apóstrofe á María Auxiliadora, cuya imagen
campea sobre el pecho de las presentes en ele
gante distintivo, recuerdo regalado á todas por
la Superiora General.
Por fin D. Rinaldi expresa su viva compla
cencia á las ex-alumnas por la grandiosa de
mostración de afecto que han dado al Instituto
que las educó, y termina invocando las ben
diciones de María Auxiliadora para que «los
firmes propósitos de acción familiar y social
más intensa reciban de Ella la augusta consa
gración y la eficacia de realización práctica
« E sta primera remiión de las ex-alumnas
de las Hijas de María Auxiliadora — como
muy bien escribió la mas celosa y valiente de
las que en ella tomaron parte — no debe
juzgarse del mismo modo que cualquier otro
congreso donde la ostentación de la elocuen
cia, la desenvoltura de las congresistas, la pre
paración individual, dan á las sesiones aquella
animación que sólo pueden tener los congresistas
de profesión. En nuestra reunión falto todo esto.
Las oyentes no han tomado en las discusio
nes aquella parte activa y animada (¡ue pudiera
desearse... Pero... ejuien ha cjuerido ver la
reunión con los ojos del espirita, ha descubierto
que bajo la falta de preparación, la admiración,
la timidez, se ocultaban energías latentes ejue se
desarrollarán ahora, y darán al mundo un
espectáculo nuevo de la admiraifle plasticidad
con que nuestra fe puede corresponder á los
mas vastos y complejos problemas de nuestros
tiempos....... »
A las 20,30 la sala •— que ha recobrado su
fisonomía natural de verdadero teatrito — reúne
por última vez á todas las congresistas, para
asistir á la velada músico-literaria que las
Oratorianas de Turin les ofrecen: dos horas
de c»rdial alegría. Hé aquí como las desseribe
una de las presentes comentando el program a:
' La alegre animación de la asamblea se
ve bien pronto dominada por las armonio-
—
4 0
sas notas de « Natalie » al que siguen el her
mosísimo coro á « D. Bosco t> y las aladas
estrofas de su inmortal « Poema
E l boceto
« Heroína del bien d , composición de una pro
fesora del Instituto, obliga á los corazones á
acompañarla en la lucha y á gozar con ella de
la victoria. Por fin la grata sonrisa de «.Mamá
Margarita » hace palpitar nuestros corazones, y
los angelitos agitándose « Enire guirnaldas y
¡lores » dejan en la vista una visión luminosa
y en el alma el dolor de la despedida ».
Junto á la tumba del Padre.
Ea última etapa de la reunión fué en Valsálice, donde el espíritu del Padre se cierne tan sin
gularmente vivo y vivificador: las ex-alumnas
de sus hijas fueron allá — el lunes 23 de Septiem
bre por la mañana — á despedirse, á pedirle un
rayo de su fe, una chispa de su caridad para conti
nuar en el mundo la grande obra que él inició.
Celebra en la capilla de la tumba el Rvdo. D. F.
Rinaldi y todas siguen religiosamente la sagradas
ceremonias, distribuidas en grupos pintorescos
en las escalinatas laterales, en los paseos del jar
dín adyacente, en la terraza que da al patio. To
das experimentan una sensación profunda de
amor filial; en los rostros se pinta una conmoción
inteiisa, y las lágrimas corren por muchas meji
llas. ¿Qué enseñanzas salen del sepulcro pa
—
terno? U na misteriosa correspondencia se es
tablece entre el corazón del Padre y el de las
hijas, suscitando en ellas tesoros de energía, de
generosidad, de valor.
A medida que los fervorosos grupos reciben
en su pecho al Dios Sacramentado, van des
filando religiosamente hacia la Iglesia cercana
que se llena, y resuenan eri ella las palabras del
ultimo adiós. Se lo dirige D. Rinaldi el cual desea
que todas, sean, á imitación de D. Bosco, como
palmas en el desierto de la v id a :«palmas siempre
cubiertas del verdor de juventud espiritual, y
siempre cargadas de fruto, llevando á todos y á
todas partes'el espíritu genuino del Fundador
com ún».
Esto en efecto — ver el espíritu de Don
Bosco invadir saludablemente las familias y la
sociedad •— fué el propósito y la afirmación uná
nime de todas las jóvenes generosas, esposas y
madres, que acudieron á la reunión memora
ble de las ex-alumnas de las Hijas de María
Auxiliadora; como habla sido también el pen
samiento dominante de nuestros mil ex-alumnos, reunidos en Congreso pocos días antes.
Nos es grato terminar indicando esta feliz
comunión de ideas, pues se ve en ella la mejor
prenda de la abundantísima mies de consola
dores frutos, que con la ayuda de Dios todos es
peramos de las dos reuniones.
) x> :XK.o :X X o x x o x x ox>c.oX)TXX:or><>«r-o >o>o>o:=><><:<><o:><><r<>coi><i:><><::<i>o:><><<i><><:~<
Concepto de la Cooperación Salesiana
ri2><
(Conclusión)
Comenzó su obra Don Bosco con unos pobres
rapazuelos, esos salvajitos de la civilización,
como alguien los ha llamado, que crecen como
la yerba del desierto, sin guía y sin cultivo, que
fatalmente llegan á verse precipitados en los
presidios, donde se alimentan los mejores com
bustibles para la hoguera del anarquismo. Cogió
esos pilluelos de conventillo que hoy corean los
himnos del anarquismo, como en otros tiempos
de paz y do inocencia brotaban de sus pechos
los cánticos á María aprendidos en el cate
cismo de la parroquia. Dos recogió con amor de
madre y, como el artista que toma los guijarros
deformes y cubiertos dde lodo, y los pule y los
transforma, así Don Bosco sacó de esos detritus
(i) V íase B oUH h de Junio.
(i) xn;
sociales hermosas piedras, si no fuertes columnas
del edificio.
Pensó en seguida en la redención de la juven
tud, en la cual la Iglesia y la Patria cifran sus
mejores esperanzas.
Para el libro de los Proverbios es difícil adi
vinar el camino del águila por los aires, la ruta
de la nave por el Océano, los movimientos de la
culebra sobre las peñas. Don Bosco sabía muy
bien que es más difícil aún seguir las sinuosi
dades del corazón del joven, cuyas inquietudes,
ansias y nostalgias producen los más tristes
extravíos; é hizo atención preferente suya dar
á la nave su brújula, dotar el espíritu del joven
de la prudencia de la serpiente y libertarlo de
las trabas de las pasiones para que, como el
águila, pudiera remontar el vuelo hacia el azul
de las esperanzas infinitas.
41
Dió todo su imponderable valor al libro y á
la prensa, que son acaso los medios más pode
rosos de corrupción y perversión de las ideas y
costumbres en estos días en que el pueblo lee
con avidez febril. Opúsculos, revistas, diarios
deshonestos y blasfemos, han invadido los mer
cados intelectuales del mundo, á los cuales no
es posible poner barreras, y a que las ideas no
reconocen fronteras. E l apóstol \dó que la única
manera de defenderse era lanzar á esos mercados
productos sanos en mayor abundancia: y, por
esto, procuró formar una legión de escritores
encargados de derramar por el pueblo publica
ciones de toda especie, aptas para nutrir la
piedad como para recrear el espíritu, para di
fundir nociones prácticas y útiles,
como para suministrarle los me
dios de una cultura aún mera
mente literaria, publicaciones que
popularizaran las enseñanzas del
Evangelio juntamente con los re
sultados de la ci^■ ilización, que
señalaran las diversas necesidades
■ -Vj'
de la vida social, sugiriendo á
la vez los medios y derramando
sobre las heridas el bálsamo res
taurador.
i
Se preocupa de las condiciones
—
Por esto un himno de aplauso y reconoci
miento se eleva hoy hacia ella del corazón de
todo el orbe católico.
Ahora bien, señores, « sin la caridad de los
cooperadores, dice Don Bosco en su testamento,
poco ó nada habría podido hacer; y, por el con
trario, con ella se han enjugado muchas lágri
mas, salvado muchas almas, fundado numerosos
asilos y establecido misiones hasta en los con
fines de la tierra í>.
Don Bosco dió, ante todo, á su Congregación
el sacerdote, la sal del Evangelio, que debe preser\’ar al mundo de la corrupción; pero, á fin de
realizar cumplidamente su vastísimo plan, quiso
también formar un ser semejante al sacerdote.
- V , , á.^
1
<a »
//;.
'
,
brutales en que yacen sumidas
ciertas capas de la sociedad, á
las que es menester elevar á la
dignidad humana. Y , al mismo
tiempo que organiza el taller,
funda la sección de enseñanza bajo
el mismo techo, para unir <n
T U R Í N — L o s m úsicos de la « V a ld o cco ».
perfecta armonía á los qi e ,
convertidos un día en hombres, serán los unos di que fuese su ayuda y compañero: y he aquí al
rigentes, los otros dirigidos, sin envidias ni luc las
cooperador. El sacerdote y el cooperador, dos
de clases, amándose con amor recíproco, todos
ruedas de un mismo motor que áchcii recorrer
hijos del mismo padre que está en los cielos.
unidas y paralelas idéntico cdiiiino.
Es imposible contemplar sin asombro la am
Sin la cooperación no se realiza, señores, obra
plitud y variedad dé las obras de Don Bosco.
alguna en el mundo. Es ella una ley que gobierna
El Salesiano abarca las partes más relevantes
el ejercicio de toda fuerza creada. No se mueve
de la religión y de la civilización. Es ángel tute un astro en los cielos sin que concurran al movi
lar de la niñez; es apóstol, catequista, institutor
miento todos los demás cuerpos siderales, con
de pobres y ricos; promueve las letras, las cien
aquella atracción universal que compone la
cias y las artes; y , con celo más amoroso aún,
mecánica celeste. No despunta en el campo un
se interesa por los oficios más humildes, amol hilo de hierba sin que concurran á hacerlo ger
dándose siempre, con oportunidad admirable,
minar el suelo, el aire, la luz, el calor y los in
á las circunstancias de los tiempos y lugares.
flujos benéficos de mil otros elementos.
Por esto, señores, la Obra Salesiana ha sido
L ey universal del mundo físico, domina tam
considerada, y no hay que dudarlo, la obra por ex bién en el orden moral, político y civil. La civi
celencia délos calamitosos tiempos enque vi\úmos.
lización, cuyos prodigios admiramos y de cuyos
—
beneficios gozamos, es el resultado de la acción
armónica de muchas fuerzas, de muchos siglos
y de muchas generaciones. Florecen las naciones
mediante la concurrencia de todos y cada uno
de los ciudadanos al bien común, si de sus inte
ligencias, esfueros, actividades é intereses llega
ú producirse una armoniosa unidad. Para
efectuar grandes empresas se necesitan capitales,
las energías del vapor ó de la electricidad, el
auxilio de los Bancos y el concurso de incontables elementos públicos y privados, grandes y
peíiuefios.
Si la cooperación es ley de toda fuerza creada,
esta fuerza será poderosísima y hará mucho si
cuenta con muchos cooperadores; y en caso
contrario, será insuficiente y débil.
Con gran sabiduría, por lo tanto, Don Bosco
organizó el apostolado de los operarios laicos
para hacer eficaz y plenamente fructífera la
misión de los principales operarios.
Mas nuestro amor propio nos hace creer gene
ralmente (pie no es posible ser cooperador de
una buena obra sino dando grandes limosnas ó
haciendo grandes sacrificios.
IvU verdad es, ante todo, que las instituciones
cristianas viven principalmente de los pequeños
óbolos, posibles á todos, y que son como los
hilos de agua que bajan de la montaña para
formar luego los ríos caudalosos que hacen
cubrirse á la tierra de flores y de frutos. Viven
de onlinario de esas humildes erogaciones del
¡>obre, que, en la balanza de la Justicia Suprema,
pesan infinitamente más que los valiosos dones
del rico ([ue, á menudo, no son más que las mi
gajas que caen de su mesa.
Pero la acción del cooperador salesiano está
muy lejos de reducirse á la limosna. El coope
rador tiene un campo vastísimo, ilimitado. Puede
secundar la actividad multifonnc del sacerdote
en todas sus empresas, que no son sólo de índole
estrictamente religiosa, sino también civiles,
artísticas y científicas. Pueden cooperar los
profesionales com su ciencia, los artistas y
maestros cxjn sus lecciones, los ancianos con sus
consejos, los jóvenes cx>n sus ardores, los escri
tores con su pluma, los pobres con su brazo. Se
puede cooperar (X)ii la palabra dando á conocer
al Salesiano á quien no lo admira aún y procu
rándole benefactores que suplan su propia im
potencia. « Se puede cxioperar, diere el ilustre
Cardenal Mauri, con la oración impetrando cromo
42
—
Aarón las gracias del cielo; con santas expiacio
nes, tomando con amorosa aceptación las cruces
que se encuentran en el camino; y hasta con el
simple deseo, y a que la Bondad infinita de Dios
da por hecho el bien que sinceramente deseamos
hacer ».
San Pedro encontró en el atrio del templo un
tullido que le pedía limosna. Deteniéndose el
apóstol y fij ando su vista en el pobre, le dice: «No
tengo oro ni plata, pero lo que tengo eso te doy;
en nombre de Jesucristo, levántate y anda ».
Si nosotros no tenemos fortuna, tenemos al
menos pies, tenemos manos, tenemos lengua,
tenemos fe; como el Pescador de Galilea, demos
lo que tengamos.
En cuanto á vosotras, distinguidas señoras,
vosotras que habéis sabido divinizar vuestras
gracias y encantos de mujer con la grandeza
d la abnegación, con la sublimidad de la \’irtud:
vjsotras podéis cooperar esgrimiendo las armas
irresistibles del corazón, que Don Bosco quiso
fuesen las primeras que chocaran contra el
puñal envenenado del odio.
Podéis vosotras ejercer la más hermosa de las
misiones, convirtiéndoos en ángeles de consuelo
en medio de tantas lágrimas, en ángeles de luz
en medio de tanta ceguera, en ángeles de paz en
medio de la discordia.
A vosotras no os han detenido jamás las difi
cultades y sacrificios; presentaos como emba
jadoras de los cielos á la puerta de los opulentos
á recordarles el mandato evangélico de dar al
pobre lo que Ies sobre; id al pueblo y enjugad
amorosamente sus lágrimas, y así convertiréis
en rosas las espinas y abrojos del camino.
La mies es mucha, señores, y los operarios
pocos. Entre tanto, las hordas enemigas son
incontables y sus rugidos se escuchan más fe
roces cada día. Vamos á la lucha con resolución
y ardor. Si volvemos al rostro, no haremos más
que finnar nuestra sentencia de muerte. ¡Vamos
adelante!
Aceleremos el paso antes que las sombras de
la noche nos invadan, antes que la tormenta
que se acerca nos alcance. ¡Adelante! sin miedo,
ni vacilaciones, que el Dios de los Ejércitos está
con nosotros y, mediante E l, habremos de ver
ornado con un nuevo lauro de \*ictoria el estan
darte sacrosanto que hace veinte siglos preside
los destinos de la humanidad y á cniya sombra
\*iven el Amor y la Paz, la Fe y la Civilización.
DEJ^ÍUESTRAS MISIONES
CHINA
En un bazar de beneficencia,
{Del Diario de nuestros Misioneros) (i).
II.
L a vu elta al hospital. — V isita s á los en
ferm os. — E n la habitación de la muerte.
— E l o asis en el desierto.
No hace falta decir si, con la cabeza trastor
nada por el barullo de tantas cosas, volvíamos
por la tarde contentos á la pacífica morada
del hospital.
Este refugio de todas las miserias humanas, de
vastas dimensiones, está dividido en dos depar
tamentos según el sexo. Nos alojamos en el
gracioso pabellón de los médicos, que se le
vanta en el centro, aislado por un ancho espacio
de deliciosos jardines.
No obstante, era imposible que la amenidad
del lugar nos hiciera olvidar que al rededor
nuestro tantos infelices gemían prostrados en
el lecho del dolor. Por esto de cuando en
cuando, debería decir todos los días, iba á visitar
á los enfermos acompañado de los niños cuando
me lo permitían.
En los amplios salones de los pobres tubercu
losos y de los fumadores de opio consumidos,
entraba solo. Después de dirigir un saludo par
ticular á los numerosos pacientes, caminando
lentamente entre dos largas filas de míseras ca
mas, levantaba con más fuerza la voz recor
dando al padre común. Dios.
Hacia la media noche, cuando la tranquili
dad absoluta reinaba en rededor, debía impo
nerme un sacrificio mayor para decidirme á
entrar en un miserable cuchitril, que se podría
llamar el tugurio de la desesperación, pues sir\'e
para recoger los enfermos desahuciados por los
médicos. El cochambre, la miseria, el abandono
de aquel lugar es cosa que hace estremecer al
solo pensarlo.
(I) Conclusión. Véase el Boletín de Agosto-Septiembre.
Y sin embargo, aquellos desgraciados están
allí macilentos, cadavéricos, pero al mismo
tiempo estoicamente resignados á la muerte que
se acerca. Por lo demás ¿qué le importa morir al
que nunca ha apreciado el valor de la vida?
¡Morir! ¿acaso no es para ellos el fin de todos los
males? A penas expira nao, arreglan su puesto
para otro.
También en la habitación de la muerte re
sonó el santo nombre de Dios.
Presencié escenas conmovedoras, inolvida
bles. ¡Cuántas veces algunos infelices, oprimidos
por los dolores de la enfermedad fatal, viendo
aparecer á una persona amiga que se acordaba
de ellos en quien nadie pensaba ya en el mundo,
hacían un supremo esfuerzo para apoyarse en
los codos y agarrarse á mis vestidos esperando
la salud! Úna vez tuve que experimentar una
emoción atroz. Mientras ya muy impresionado
daba vueltas por aquel tétrico lugar, diciendo
con la voz ahogada por el llanto palabras de
aliento, v i á uno de aquellos infelices que movía
en rededor los ojos medio apagados, y mirán
dome con desprecio, pedía para sí la maldición
de Dios. ¡ Infeliz 1 Y huí lleno de horror.......
y al día siguiente era cadáver. Sus compañ' ros
de desventura, para excusar la mala acción,
me hicieron entender, más con los gestos que con
las palabras, que aquel infeliz tenía poco de
bueno.
No lejos del hospital hay una iglesita dedi
cada al Patriarca S. José. Como las caravanas
hallan refrigerio en los oasis solitarios, así era
para nosotros un alivio indecible el podernos re
fugiar todas las mañanas en aquel sagrado re
cinto.
Los pocos cristianos que lo rodean acuden
gustosos á oir la S. Misa. No nos habíamos visto
nunca ni mucho menos conocido y, no obstante,
nuestros corazones latían á la par como herma
nos, como los antiguos hermanos de Roma, per
didos, pero unidos con el solo vínculo de la fe, en
aquel vasto desierto de hombres paganos.
Refocilados espiritual y corporalraente, no
obstante lo lluvioso del tiempo, volvimos al ¿wzar. Nuestra constancia exacta é intrépida íué
encomiada por los periódicos de la ciudad.
* %
—
III.
T eatro chino. — M atrim onio chino que ter
mina á la am ericana. — E l ju sto medio de
la Iglesia. — L a procesión del dragón en
los departam entos del bazar.
Un día hubo que dejar el kiosko de siempre
para prestar servicio en el interior de un gran
barracón trasformaclo en teatro.
l'U espectáculo prometía ser sobremanera in
teresante porque se daría una representación
á la europea. K1 teatro esencialmente chino es de
una monotonía insoportable. Son siempre las
mismas historias venturosas, cantadas por his
triones ridiculos con la barba y pelo exagerada
mente descompuestos. Un ruido endiablado de
trompetas y tambores aumenta el mérito de la
declamación.
Ivsta vez no. Se iban á representar con ver
dad escrupulosa las ceremonias de un matri
monio chino con toda su mímica y á la vez
con aquella pompa que le da un carácter de
gravedad religiosa.
Llaman en seguida la atención los vestidos
de riqueza y esplendor deslumbradores. La
novia lleva la cara vendada con una especie de
aureola de ilequillo blanco que la oculta á la
mirada de los indi.scretos. Después, muchas re
verencias, genullcxiones innumerables, prome
sas á los padres y entre sí de obediencia y
fidelidad, y de este modo termina la primera
parte. Sucede un cambio rápido de escena.
La novia (ó mejor el joven disfrazado de no
via, pues nunca se permite en China á las muje
res (pie aparezcan en el escenario) que demues
tra haber ya respirado el aire libre de América,
no pudiendo sufrir aquel pesado ceremonial, con
verdadero escándalo de sus parientes y amigos,
se arranca y tira en un rincón el pudoroso velo
que le ciñe la cabeza y la cara, y se retira entre
bastidores. Poco después, entra en escena con
un jubón de seda blanca cerrado á los lados y
falda á la europea.
Así el matrimonio que comenzó con tanta
solennidad según el uso del país, termina en un
abrir y cerrar de ojos A la americana, como di
cíen ellos.
La compañía cómica que no sin atrevimiento
se ha propuesto modernizar á sus compatriotas,
parece, al menos por la impresión que se pin
taba en el rostro de los espectadores, que ha obte
nido el efecto contrario.
Tuve que pensar en aquel momento que la
Iglesia (Xitólica, en una cosa de importancia tan
capital entre los pueblos, sigue un justo medio
con la sobria santidad de sus ritos tan distantes
44
de una pesadez supersticiosa, como de una des
envuelta y atea precipitación,
Al salir encontramos otro espectáculo de ca
rácter completamente nacional que de un modo
particular apasiona el alma verdaderamente
china. Se trata de la procesión del dragón por
los departamentos del bazar para que derrame
sus bendiciones en ellos.
Creo que es imposible imaginar nada más ex
travagante é insoportable.
La enorme cabeza del dragón — de un me
tro de diámetro — va sostenida en alto por los
brazos extendidos de un individuo muy experto
en hacerla bambolear á derecha é izquierda,
ariba y abajo de mil ridiculas maneras, aña
diendo más ridiculez aún las extravagantes
muecas de la boca y el extrambótico movi
miento de los ojos.
Cuelga de la monstruosa cabezota un largo
paño todo tejido á modo de escomas de ser
piente riquísimas, cargado de oro y plata, y
sostenido por una turba de veinte, treinta ó más
devotos que tienen el importantísimo encargo
de estirarlo por todas partes para dar á aquel
cómico y grandioso pelele todo el aspecto ‘de
un verdadero y mastodóntico icosauro antedilu
viano. El dragón legendario del gran caballero
S. Jorje es un grano de anís comparado con
el bestial mostruo chino.
H ay que notar que los movimientos, balan
ceos, saltos, en una palabra, toda la ridicula
pantomima, se regula por el ritmo infernal (en
China no falta nunca la música y por eso un
ministerio tiene á su cargo este arte divino) de
ciertos sonorísimos gong y de los tam-tam, apo
rreados por los furiosos golpes de varios y ro
llizos brazos que se cambian, para no privar
un solo minuto los oídos de aquellas deliciosas
y patrióticas notas chinas.
E l ruido endiablado seguía retumbando por
horas y horas. Y o tenía la cabeza más inchada
que la del dragón y hubiera huido mil veces,
admirándonme de la imperturbable calma de
los chinos que parecía se deleitaban con aquel
jaleo infemal más que nosotros con las dulces
melodías de Verdi .
IV.
A travesan d o la ciudad de Cantón de noche.
— Coloquios fam iliares. — Senten cias mo
rales. — M anera estrañ a de escribir las
sentencias. — L a cam pana de la catedral
en el silencio nocturno.
Llovía y llovía constantemente. Y a me preo
cupaba el pensamiento de tener que atravesar
de un extremo á otro la ciudad de Cantón, por
aquellas calles y con aquel tiempo.
—
45
Esperar .era inútil, si no peor.
¡Animo 5’ adelante! Había unas tinieblas tan
densas, impregnadas de humedad grasicnta, que
no dejaban ver los dedos de la mano. Algún
raro farol colgado de las paredes muy lejos,
lejos, nos amedrentaba exagerando las distan
cias.
Llegados á cierto punto, se nos escapó á todos,
hasta á los niños y hombres chinos, una ex
clamación de contento. E l resplandor impre\4 sto de un comercio alumbrado con gas acei-
—
A 1 llegar al hospital los doctores y lodo el
personal de ser\'icio se mostraban siempre lle
nos de paterna y solícita deferencia ¡Con
cuánto gusto recuerdo su compañía!
Rota toda barrera de raza, sentíamos que
formábamos una sola familia. Conversábamos
agradablemente por mucho tiempo. Los argu
mentos de nuestra conversación caían ordina
riamente sobre nuestros usos europeos tan dis
tintos de los suyos. Con frecuencia atraían
nuestras miradas las sentencias morales escritas
C fíf.íi Cti. ftv
S L I E M A (M alta) —
L o s ven cedores del certam en catequístico.
tileno era el símbolo más elocuente del pro
greso brillando entre las tinieblas ciegas de un
fosilismo estéril y obstinado.
Después, obscuridad más densa que antes; casi
teníamos miedo de hablar. A veces hubiera sido
imposible seguir adelante, si nuestros buenos
am^os del bazar no nos hubieran proporcionado
la escolta de varios coolies, que, mientras avan
zaban por las tienieblas, nos alumbraban con
pobres farolillos colgados de sus espaldas.
Mucho más poético era el paseo nocturno
cuando estábamos provistos de sendos ramos
de pino. Entre los resplandores de las llamas,
rodeados de humo denso y el acre olor de resina,
parecíamos fosores viajando por las catacumbas.
para edificación común en las paredes. Nos pa
recía cosa muy curiosa que nuestro venerable
Padre se hubiera encontrado en la mi.sma idea
con los chinos. Entre otras recuerdo la máxima
má:
siguiente:
Shuto ho^ va^ — iouk^ ho^ chu^
Tsoko Ito^ yan} — pang^ ho^ sz^ (i).
Se traduce así:
D i palabras hmiestas, — lee buenos libros.
Sé hombre honrado. — obra bien.
(i) Romanizando los caracteres chinos hay necesidad^
de acompañarlos con números ú otros signos convencio
nales, que indican la diversa tonalidad, con la que deben
pronunciarse. Es un medio útilísimo para recordar
exactamente su sonido.
r
— 46 —
L a especialidad de tales aforismos no consis
tía precisamente en el sentido, que no presen
taba dificultad, sino en haber sido todos estos
doce caracteres trazados de un solo golpe por
la habilísima mano del escritor. Tenían todo el
aspecto de un largo garabato, tirado sobre una
ancha tela con una escoba mojada en tinta.
Discutir sobre el valor real de un arte reali
zado de aquel modo era tiempo perdido; y ter
minábamos sin que las opiniones propias se hu
bieran conmovido en lo más mínimo, ycndonos
á dormir.
Me admiraba siempre que estaba en la cama
al sentir la quietud y el silencio que reinan so
bre aquella vastísima ciudad. Ni un grito, ni un
rumor se percibía, excepto de cuando en cuando
un golpe de gong que un viejo de setenta años,
verdadero metrónomo nocturno, embutido en
cincuenta gabanes, daba regularmente con la
exactitud de un reloj, observando las estrellas,
expuesto durante doce horas al frío nébuloso.
Otro tañido resonaba más fuerte, solemne al
gunas veces, en el silencio de la noche. Lo cono
cía: era la voz de la campana de la catedral...
¿Quién no la hubiera creído en aquella soledad
imperturbable y grandiosa una palabra viva,
animada?
Despertaos — parecía decir — pobres pa
ganos del vergonzoso sueño de tanta ignorancia
milenaria. Abrid dócilmente el corazón. O íd ; yo
soy la voz de Dios que os dice la gran palabra de
la verdad y de la misericordia.
Pero, ¡ay de mí! (respondía yo tristemente á
los golpes piadosos y sonoros de la campana de
la catedral) esta voz, esta voz solemne, ¡quién
sal>e por cuántos siglos aún llamará inútilmente
á estos pobres narcotizados al deseado despertar
de la vida!
V.
V isita s á los grandes M andarines. — Mú
sica alegre durante un duelo chino. •—
L a s cortesías del presidente de la « Antiopium ". - V isita al Ex-M inistro de Estado.
— E l último acto de atención de los se
ñores del Bazar. — A travesan d o el puerto.
— Poéticos encuentros en el R ío de las
P erla s. — « jD . B osco p a sa y triu n fa !» .
En los últimos días el trabajo tenía que au
mentarse con el de las visitas. Indicaremos de
entre las principales las siguientes.
El limo. Sr. Tchau-tchouk lloraba hacia
un mes la pérdida de su madre. Le jxireció que
la música de nuestra banda, cuya fama se había
ya difundido por toda la ciudad, le habría ali
viado la pena que le oprimía.
•
Nos dirigimos pues á su casa. Nos invitan á
pasar á una sala muy extraña, atestada de gente
vestida con túnicas blancas que les llegaban hasta
los pies — ¡Llegan! — anuncia una voz tímida al
dueño de casa; y entre la agitación producida
por nuestra presencia, noté en el fondo un brillo
más \4 vo y algunos bonzos rapados agitándose
al rededor de un altar ante el cual yacían los
venerandos restos, cerrados herméticamente en
un precioso cofre de madera.
No pude contener un movimiento de indig
nación á la idea de que hubiéramos sido llevados
con engaño para presenciar un funeral pagano,
supersticioso.
Pero con paz de mi alma pasamos á una sala
contigua que, por una excepción rarísima en
tiempo de luto, mostraba sobre nuestras cabezas
cestitos de flores perfumadas pendiendo del
techo.
Y aquí comenzó lo bonito, ó mejor lo característico, y fue necesario no poco esfuerzo para no
abandonar la seriedad que la solemnidad del
momento exigía.
A quella turba de vestiduras blancas, separada
de nosotros por una simple pared y una puerta
abierta, esperaba. ¿Qué esperaba? ¿Acaso una
música delicada que hubiera refinado el dolor
del dueño y sus amigos? Nada de eso. H abía
mos venido para aliviar el dolor que pesaba so
bre los ánimos de aquella familia. Nada mejor pa
ra el imperturbable Carmagnola. Da con reso
lución una señal, embocando á su vez el ins
trumento con los carrillos hinchados. Y allá
van las más estrepitosas marchas italianas, las
que suenan tan bien con la brillante luz del sol y
el barullo descuidado y vario de nuestras aldeas
de la montaña en día de fiesta.
En un local tan reducido ¡figurarse qué ruido
tan tremendo! Temblaban los cristales y yo creía
que me reventaba el cerebro, peor que con
las sinfonías del dragón. Pero hice un esfuerzo
hercúleo para contenerme y me creí recompen
sado con usura al ver los ojos de los que estaban
en el duelo, humedecidos por la moción.
El éxito no dejaba lugar á duda. En otra parte
en semejante circunstancia, nos habrían ape
dreado. Alli realizábamos un acto piadoso.
Una vñsita no menos importante fué la del Sr.
Vou-sheui-foung, uno de los presidentes de la
l>enemérita y ya muy difundida « Sociedad Antiopiuni». Hombre de miras elevadas hace cuan
to está á su alcance para que se borre de su pa
tria esta mancha vergonzosa.
Son innumerables las cortesías de este gentil
hombre, cortesías que tuvieron su colmo en un
suntuoso almuerzo, costeado por él para los ni
ños en una fonda de lujo.
Si hubiéramos tenido que escuchar á todos, no
!
—
47
habríamos terminado nunca. No obstante, no
pudimos excusamos de presentar nuestros obse
quios á S. Excia. Ló-min-fan, ex-ministro de
estado en Pekín. También allí dulces, te y ciga
rros en abundancia. En aquella circunstancia tan
honrosa para unos pobres huerf anitos, aumentóse
la alegría con la presencia de un señor joven
aún, que había recorrido toda Itaúa y había
quedado entusiasmado.
Y a el sol tocaba á su ocaso cuando todos desde
el primero al último nos encontrábamos sobre el
puente de cubierta del buque que había de
conducimos á los humildes quehaceres ordi
narios.
Estábamos más bien entontecidos que em
briagados de tantos honores, cuando con gran
admiración vemos subir á bordo en traje
de gala el gmpo de nobles señores que
componen la Comisión del bazar que tan bien
ha resultado. Quisieron vernos y manifestarnos
una vez más su agradecimiento, mientras las
sonoras notas de las trombas eran incapaces de
corresponder á un acto de tan exquisita ama
bilidad.
Por fin quedamos solos de veras, y como hé
roes á la vuelta de una feliz empresa, pasamos
en reseña nuestro botín ó mejor los premios re
cibidos. Cuatro medallas pendían del pecho de
cada uno: tres grandes banderas ondeaban glo
riosamente sobre el puente; un paño de seda roja,
homenaje de grande consideración, y para co
ronar la obra, una colección de fuegos artificia
les. Podíamos damos por sastisfechos, como de
veras lo estábamos.
La hora de la salida llegó..... Turbas de cu
riosos corren á las orillas del río; se juntan, mi
ran, esperan.
El buque ha recogido anclas.
Las aguas se ensanchan, se pierden de vista
los lejanos montes, y la ciudad en un momento
queda cubierta de oscuras y amenazadoras
nubes.
La última novedad despierta por un instante
la alegría y la \úda; todos admiramos un soberbio
vapor inglés que avanza.
Los dos vapores pasan resbalando el uno
tan cerca del otro que se distinguen perfecctamente las fisonomías y se oyen los saludos que
se cruzan alegremente.
¡Animo muchachos, aire á los instrumentos!
Y el God save the King se confunde Tediosa
mente con el mmor de las ondas descompuestas.
Los pasajeros se quitan el sombrero entusias
mados y se preguntan unos á otros con señas;
— ¿Quiénes son esos simpáticos músicos, que
han querido alegramos con tan grata sorpresa?
—
— }D. Poseo por el río de las Perlas pasa y
saluda!.....
Pocos momentos después se renueva la sim
pática escena á la llegada de un vapor francés.
Las patrióticas notas de la Marsellesa resuenan
grave y majestuosamente. Monseñor Merel apa
rece y nos bendice. Entre los pasajeros la misma
satisfacción, la misma extrañeza, el mismo mo
vimiento interrogativo:
— ¡D. Bosco por el río de las Perlas pasa y
saluda!......
Y como hoy por todos los rincones de la tierra,
y especialmente por las rápidas y caudalosas ar
terias de las lejanas Américas, así no sólo por el
río de las Perlas, sino también atravesando las
ondas imperiales del Río azul y del Rio amarillo,
D. Bosco. con las infinitas falanges de sus niños
alegres con sus músicas y sus cánticos, pase....
y triunfe.
J u a n F e r ü n a n i , Pbro.
BIBLIOGRAFIA.
Hemos recibido:
de la L ib rería de B . H erder, Editor P on
tificio :
Tabulae Fontium Tradítionis Christianae (ad annuni 1563) quas in usum scholarum collegit
J. C r e ü SEN S, J. Cum approbaiione Rev. Archiepiscopi Friburgensis et Superiorum Ordinis.
8® maiore. VIII p. et VIII tabulae. Dimensiones
tabularum : 5 1 x 2 1 cm. Cum tegimento cltartaceo
M. 1.40 — Fr. 1.75.
De la L ibrería S a lesian a de S a r r iá ;
Documentos de Comercio y Nociones de Teneduría de
libros por el Pbro. salesiano D. Ramón ¡Ca b a l o .
Este libro es complemctito de la Aritm Uica práctica
del mismo autor; y sus cualidades didácticas no des
merecen nada de las obritas precedentes en las cuales la
claridad llega al último grado. Por su parte nuestra
Escuela de A r te tipográfico de Sarriá ha extremado el
buen gusto en la presentación del libro; los modelos de
cheques, pagarés, letras, etc. etc. tirados á varias tintas
lo parecen de veras.
F r e d o : En cartoné Ptas. 3*00; en tela Pías. 3'50.
0©
000®
Oooooo'
EL CULTO
de izaría 9u\illadora ^
Nós tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan oids consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Virieo bendita, que fué en todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio x .
GRACIAS DE M A R IA AUXILIADORA.
Honda (América).— Tengo una hija de mala Ín
dole y carácter a.spero é indómito. Afligida en estremo por esta razón, pedí á la \''írgen María Au
xiliadora motlificara su condición y lo conseguí.
Algún tiempo de.spucs, esta misma hija fué acometitia de un violento reumatismo ejue por varios
años la tuN-^o tendida en el lecho del dolor. Sin esj)onmzn y no viendo remedio en lo humano, volví
mi corazón y mi alma á la misericordiosa Reina
de los Cielos, María Auxiliadora. I/C pedi la salud
de mi infortunada hija, le ofrecí una novena, dar
una limosna, confesarme y comulgar con mi hija
y publicar este favor.
I/i Virgen Santísima oyó mi súplica concedién
dome lo que le pedia, y hoy cumplo mi promesa.
Gracias le sean dadas por tan señalado beneficio.
Mayo 9 de ig it .
R
am o n a
H
in c a p ié
de
A
v il a
.
S u eca (Valencia). — A una hija mía se le
paralizaron las piernas de tal. manera, que no
las podía mover. No dando resultado alguno las
medicinas ordenadas por el facultativo, puse una
medalla de María Aux. al cuello de la enferma,
y comencé una novena. Aun no había acabado
la novena y ya la gracia estaba alcanzada.
Ju
l ia n a
M
a r t o r e l l
.
Bilbao (España). — Trece años hacía que
venia padeciendo de una enfermedad de la que
sólo una peligrosa operación podía librarme.
Yo no me decidía á sufrirla, pero llegaron á
tanto mis dolores que no tuve más remedio que
decidirme. Para más seguridad de buen éxito,
me encomendé á M. A. y lo mismo hicieron mi
familia y algunos amigos, mandando además ce
lebrar una misa en su altar el dia de la opera
ción. Ya estaba todo dispuesto cuando el médico,
que antes me animaba diciendo que no había
ningún peligro, sin otras explicaciones me dice
que él no se atrevía á operarme. Insistí en que
no tuviese reparo, pero á pesar de mis instancias
dijo que no se comprometía de ninguna manera.
Pensé que esta sería la voluntad de Dios y ya
estaba resignado á sufrir la enfermedad por toda
la vida, cuando habiendo pasado por Bilbao y
consultado con otros médicos, me dijeron que no
había inconveniente en hacer la operación. Volví
á encomendarme á la Virgen de D. Bosco, pro
metí publicar la gracia en el Boletín Salesia/io y
con toda confianza me puse en las manos de
Dios y de los médicos.
Duró la operación más de una hora, y á pesar de
lo peligrosa que era y de mi edad algo avan
zada, gracias á la que es Auxilio de los Cristianos,
estoy completamente bien, no habiendo pasado
de convalecencia más que once dias, después de
los cuales pude dedicarme á mis ocupaciones
sin molestia ni incomodidad alguna, cosa que
hacia muchos años no podía hacer. Agradecido
por tan singular favor doy gracias á M. A . y
cumplo mi promesa publicándolo en el Boletín
Salesiano.
Baracaldo (Bilbao) agosto 19K.
Rom án O t e r o .
L a P a z (Bolivia). — Los Salesianos nos vi
mos durante algunos meses en graves angustias
á causa la crítica situación de la propiedad del
Colegio, y hubo momentos en que aun se llegó
á temer por la continuación de nuestra obra en
esta ciudad, objeto de nuestros desvelds desde
hace más de quince años.
En tan angustiosas circunstancias tuvimos la
feliz idea de poner nuestras gestiones bajo el
amparo de nue.stra bondadosa Madre, María Au
xiliadora. Al efecto, el dia 16 del pasado junio,
comenzamos una novena con las oraciones indi
cadas por nuestro Ven. Fundador, Don Bosco.
Desde aquella fecha se despejó el horizonte
y luego principió á sonreimos la dulce espe
ranza de un arreglo conveniente. Y éste llegó,
en efecto, como consecuencia de la buena inte
r
—
49
Ugencia habida el dia 24, último de la novena
y onomástico de nuestro venerando Padre, pu
diéndose firmar ayer las escrituras que dan por
terminado el asunto.
Publicamos la gracia para cumplir la promesa,
dando solemne testimonio de nuestra gratitud
hacia la taumaturga Virgen de Don Bosco que
ha adquirido un nuevo titulo á la confianza de
sus hijos.
La Paz, 6 de Julio de 1911.
J o s é M. R e y n e r i S. S.,
Inspector de los Salesiaiios del Perú y Solivia.
M anagua (Nicaragua). — Mi esposa, Esme
ralda de Tones, cayó gravemente enferma con
fuertes ataques de corazón y fué desahuciada
por la ciencia médica. En estos momentos su
premos hice que mis hijas empezasen una no
vena en honor de María Auxiliadora, prome
tiendo enviar una limosna á Turín y pidiéndole
encarecidamente le concediera á la enferma á lo
menos una muerte tranquila, pues temíamos se
quedase muerta en uno de esos ataques. La
bondadosa Reina escuchó con ternura la súplica
de mis pobres hijas que lloraban amargamente
la pérdida de su madre ; y no sólo desapare
cieron los ataques, sino también le devolvió
la vida, por lo cual damos infinitas gracias á
nuestra celestial bienhechora, al mismo tiempo
que publicamos tan singular beneficio.
Marzo 1911.
Jo s é M . T o n e s H e r n á n d e z .
C ali (Colombia). — Estando próxima á dar
á luz, fui atacada de una grave enfermedad, que
me puso al borde del sepulcro. Mi esposo me
trajo los mejores médicos para combatir la en
fermedad ; pero todo fué inútil porque las me
dicinas que me dieron me pusieron en peor
estado. Viendo que no obtenía ninguna mejoría,
invoqué á la que es Auxilio de los Cristianos,
ofreciéndole hacer publicar la gracia en el BoUiin Salesiano y mandarle decir una misa can
tada en su Santuario. Mi petición fué oída, por
que instantáneamente me sentí mejor, encon
trándome hoy en completa salud.
Como recuerdo de la gracia recibida, llevaré
al cuello todos los días de mi vida la medalla
de María Auxiliadora.
Septiembre 1911.
M a r g a r it a C a b r e r a .
V alen cia (España). — Hace tres años se en
contraba una amiga mía enferma del vientre de
alguna gravedad; el mal fué en aumento de tal
manera, que puso en peligro su vida en poco
tiempo. Los médicos que la visitaron declararon
que se le debía hacer una operación qui
rúrgica, y aun ésta sin grandes probabilidades
de éxito. En tan angustioso estado, pues la en
ferma no quería sufrir la operación, acudimos
á María Auxiliadora y le empezamos la novena,
poniéndosele al mismo tiempo una medalla de
dicha Virgen al cuello. La llevaron á la clínica
donde se había de practicar la operación, víspera
de San José se verificó, cre5'endo los médicos
—
se les quedaba en ella. María oyó nuestras ple
garias y la operación salió bien; la enferma fué
mejorando de tal manera, que en poco tiempo
recuperó la salud y se puso gruesa, llamándola
todos la muerta resucitada.
Cumplo con un sagrado deber al hacer pú
blica esta gracia, obtenida por mediación de la
Santa Madre de Dios bajo su augusta advoca
ción de María Auxiliadora , haciéndolo constar
así en el Boletín Salesiano.
Septiembre 1911.
A m paro S ie r r a .
Vitigudino (España). — Es niuy grato para
mi alma agradecida el poder expresar de algún
modo mis sentimientos de amor y gratitud á
María Auxiliadora, haciendo á todos partícipes
del vivo reconocimiento que siento por los fa
vores singulares que me viene disiiensando.
El año pasado, á un hijo mío que era el
sostén de mi casa, le sobrevino de pronto una
maligna enfermedad, que en pocos días le puso
á las puertas de la muerte. Acongojada mi alma
y sin saber adónde dirigirme, comencé una no
vena á María Auxiliadora, prometiendo una li
mosna si sanaba. Pronto desapareció todo peligro
y á los pocos días mi hijo recobróla salud perdida;
y con gran admiración de lodos pudo continuar
el trabajo abandonado.
Otro hijo, que hacía siete años se hallaba en
tierras extranjeras, dejó de escribir á la familia,
se olvidó de sus padres y hermanos, y no les
enviaba ni una carta de consuelo, ni les decía
dónde se hallaba, ni cuándo pensaba volver al
hogar paterno. Imposible es expresar lo que
sufrió mi corazón de madre al pensar en el hijo
querido, que en otro tiempo había sido mi ale
gría y endulzado los días de mi existencia. En
tan triste situación fijé mi vista en una imagen
de María Auxiliadora y llevada por la fuerza del
dolor, le ofrecí el hijo de mis entrañas prome
tiéndole publicar la gracia en el Boletín si volvía
á escribir á sus padres y á acordarse de su fa
milia. Comencé á este efecto una novena y, antes
de terminarla, recibí carta de mi hijo, en la que
decía que estaba bien y que pronto regresaría al
lado de sus padres.
Sumamente agradecida á María Auxiliadora
por la gracia obtenida, cumplo mi prome.sa des
pués de haber enviado una limosna.
A. V. A.
C ali (Colombia). — El 13 de Noviembre de 1909
cayó gravemente enfermo mi esposo, Manuel San
tiago Carlosama, con una enfermedad llamada co
lerín, que en pocos momentos lo dejó como
si fuera un cadáver. Como nos encontrába
mos lejos de la ciudad, mandé por un mé
dico poniendo en su conocimiento el estado
del enfermo. Cuando llegaron con las medicinas
y empezaron á dárselas al enfermo, el efecto que
éstas produjeron fué ponerlo en los últimos ins
tantes de la existencia. En tan terrible situación,
invoqué á María Auxiliadora, que lo volviera á
la vida, ofreciéndole hacer publicar la gracia y
—
mandar roo pesos para una misa cantada en
acción de gracias. Mi petición fué escuchada,
hoy mi esposo está bueno y cumplo con lo que
he ofrecido.
Doy infinitas gracias á la Sma. Virgen por
haberle vuelto la salud á mi esposo y la tran
quilidad á mi corazón.
Agosto 1911.
A
n íj n c ia c ió n
Ja
spe
d e
C
a r lo sam a
.
Cham lcal (Córdoba). — Me creo verdadera
mente obligado en conciencia á declarar que la
Sma. Virgen MaríaAuxiliadora hahechoconmigo
un milagro. Desde hace cuatro años que venía'
sufriendo una terrible parálisis total de las pier
nas. Gasté todo mi capital en médicos y medi
cinas y todo fué inútil.
Los médicos declararon incurable mi m al;
hacia tiempo que me dejé de medicinas y mé
dicos, pero mi estado era tan lastimoso que no
podía moverme en la cama. Un dia vino una
señóra á mi casa y aconsejó á mi familia que
rezara una novena á María Auxiliadora pidiendo
mi salud.
Mi señora y mi sobrina siguieron el consejo y
rezaron la novena. Por la primera Vez no sentí
mejoría; la rezamos otra vez y á los cinco días
de terminar la novena, que era el 29 de Junio
de 1910, sentí repentinamente un gran dolor en
las piernas, cosa que nunca sentía. Al día
siguiente experimenté una reacción y seguí poco
á poco mejorando hasta que hoy, 23 de Agosto
de 1911 me encuentro caminando bien, aunque
no sano del todo, gracias á María Auxiliadora.
Confío que Ella me sanará completamente de
jándome como antes.
Le haré una visita en su templo en acción de
gracias y por ahora envío 5 pesos de limosna
para su culto.
Agosto 1911.
E
l ís e o
A
r r a sca e ta
.
Dan también, con toda la efusión de su alma, ir a d a s á
Marta Auxiliadora y envían una limosna:
A) — Alguena (Alicante): M. Cantó, por haberle
curado á un nieto enfermo y envía una limosna. —
Idem: Juana Verdú, por haber alcanzado un bene
ficio para una hennana política enferma y envía
una limosna. — Al(>ero (J’Xsi>aña): Joacpiina Carrión, por un gran favor y envía 5 ptas. de limosna.
— AguablaHca (Venezuela): Julio Salas, por ha
berle devuelto la sahul que creía ya perdida para
siempre y euviu una limosna. — Andalnuiylas
(Perú): Mariano D. Vis«.';u-ra. por haber librado á su
espasa de una eufenueílud mortal y eináa una
limasua.
H) - fícnimadei (España): Concepción Belenguer. por haber ilc\nielto la sithid á un hijo suyo
gravemente enfermo. — Buenos Aires (Argentina):
María Vallct, por haberle alcanzado un gran bene
ficio en sus intereses — Baracaldo (España): Una
devota de María Auxiliadora, por varios favores. —
Barcelona (Ivsp.): Mtxria de los Reyes Morales, por
haber librado á su esjioso de iumimente ]>eligro
de nmerte y enria diez pesetas de limosna. — Bo
50
—
gotá (Colombia): Jovita H. de Eclieverri, por ha
berla librado de un tmnor interno para cuya cu
ración exigían los médicos una dificilísima opera
ción quirúrgica.
C) — E l Coyol (Nicaragua): Qaudina Moreno,
por haberle devuelto ima hijita que querían a’ejar
de su madre. — Comelapa (Nicaragua): Manuela
Robledo, por dos grandes favores.
E) — E l Cuzco (Perú): J. Julio, por haberle fa
vorecido con un trance muy apurado. — Espinal
(Colombia): J. G. G., por rm favor recibido y envía
quinientos pesos de limosna. — E l Cuzco (Perú):
M. P. R., por muchos y muy grandes favores.
G) — Gualaquiza (Ecuador): P. Julio, Misionero
Salesiano, por haberle ayudado á salvar el alma
de un jibarito.
I) — Ibagué (Colombia): Marcos A. Lopera, por
haberle concedido un gran favor para tma persona
allegada suya. — Iquique (Chile): Eugenia Bauchero, por haber devuelto la salud a una hija gra
vemente enferma y se hace cooperadora salesiana.
J) — Jaritagua (Venezuela): Una cooperadora,
por haberle concedido la salud á ima hija suya de
pocos meses y envía una limosna. Idem.: Pastora
Espinal, por varios favores y envía ima limosna.
L) — La Coruña (España): E. M., por haberle
hecho encontrar un objeto extraviado de impor
tancia, y enváa una limosna.
M) — M&'alila de Ciperes (España): Saturnina
Gavión, por haber librado á su madre de unos ata
ques del corazón, y envía una limosna. — Mor
teros (Argentina): E. R., por haberla preservado
de toda desgracia en iin fuerte temporal y envía
ima limosna. — Mogente (España): Juan D. Andrés
y Josefa Andrés, por un gran favor y emian una
limosna. — Idem : Josefa Cirujeda, por haber alcan
zado la salud y emna 5 pesetas de limosna.
P) — Puntarenas (Arg.): María D. Fernández, por
haberle salvado á un hijito de un grave percance y
envía una limosna. — Punta Arenas (Arg.): María
Bottini, por haberle salvado de una enfennedad
peligrosa á una hijita suya. — Pinoso (España):
Una familia, por una gracia muy grande; compra
ima imagen de María Auxiliadora y se hacen coo
peradores salesianos. — Idem : Reyes Guardiola,
por un favor y envía 5 pesetas de limosna.
S)
— Santiago (Chile): Una familia, por haber
librado al hijo menor del gravee riesgo de contraer
una pulmonía fulminante. — Sigsig (Ecuador):
Camilo Samaniego, por haber sacado bien á su
mujer de un parto laborioso. — Idem : Miguel Luna,
por haberle alcanzado la salud de su madre. —
S. Marcos (Nicaragua): Carmen M. de Valerio, por
haber dado á luz con felicidad.
U) — Utrera (España): Carmen Gavantes. por
haberle librado mi campo de la langosta.
V) — Valencia (España): Francisca Laguarda,
por haberle obtenido un gran favor y emna una.
limosna. — Idem: Elena Moreno, por una gracia
y manda celebrar ima misa.
UTRERA.— ¿Quién se iba á imaginar en 1881 que
aquel mísero solar de la calle Vereda adosado á la
casi solitaria y desmantelada igleáa del Carmen hu
biera de convertirse, fecimdado por los sudores de los
salesianos, en el hermoso edificioy colegio que hoy ad
miramos ? ¿ Quién se iba á hnaginar que aqxiella igle
sia abandonada había de transformarse en soberbio
templo, cuando el espíritu \'ivificador de D. Bosco
entrase allí dentro? Y sin embargo ahí están los he
chos; ahí están esos seis grupos de jóveuCvS llor y
esperanza de cien familias distinguidas, que pue
blan el antes caserón solitario, comunicando á sus
patios risueños á sus clases llenas de luz y alegría, á
sus higiénicos donnitorios, á todas sus dependen
cias en suma, el brillo de su juventud expansiva y
serena. ¡Y cómo amnenta su número cada año,
atraídos por ese no sé qué indefinible que sienten
los niños en las casas salesianas; aquel atractivo
poderoso que arrastraba en pos de D. Bosco tur
bas innmnerables de chicuelos, aquella atracción
irresistible que á alguno le hizo olvidar que debía
abrir la puerta de la tienda en que estaba empleado,
y no pasar á través de los cristales haciéndolos antes
pedazos por supuesto! ¡Y cuántos se quedan fuera!
Porque, por muy espacioso que sea un colegio, cuan
do se deben acomodar en él 350 alunmos de se
gunda enseñanza con todas las divisiones, comodi
dad é higiene que la pedagogía y la condición de
estos jóvenes exige, hay que disponer de un número
regular de salas para diferentes usos. Por otra parte
el pereoual <jue debe ser\'ir á los futuros médicos,
abogados, ingenieros, oficiales, etc. con un profe
sorado capaz en competencia y número de formar
esa pléyade de hombres ilustres, necesita también
ocupar una gran parte del locnl.
Sin embargo, los salesianos de Utrera, contando
eii este número también á aquellos qtic ya no son
ó no están allí, pero han dejado acumulado su tra
bajo tanto en el prestigio del colegio, como en la
materialidad del edificio, se han esforzado y se es
fuerzan en perfeccionarlo cada vez más para que
responda cada vez mejor á la confianza con que las
familias les entregan su tesoro, los hijos.
Restaurada la iglesia por los salesianos, que la
han convertido en una joya de arte, comenzó á
afluir la gente para asistir á los espléndi los cultos
que inauguró el infatigable P. Cagliero, hoy Arzo
bispo y Legado apostólico en Costa Rica, cuyas
hazañas en*el púlpito y en el coro recuerdan toda\úa los veteranos. Ahora es uno de los mejores tem
plos de la locahdad, llamando la atención por el or
nato de su crucero netamente cliurrigueresco cuyes
magníficos frescos, atribuidos á im hijo de \'aidés
Leal, fueron hace cinco años lavados y restaur;uU)s
por el hábil y reputado artista Sr. Amadeo que de
coró también la nave antes encalada. I<os primi
tivos retablos del siglo X\’I 1 fueron sustituidos, á
causa de su estado nünoso y escaso valor arli.stico.
por otros modernos sencillos y elegantes, en uno de
los cuales recibe cariñoso culto la primera imagen
de María Atixiliadora que entró en Ks|)aña.
Cinco años después había tomado el colegio tal
incremento y se había extendido tanto su buen
nombre, cpie pudo serúncorporado al Instituto ]>ro\-iiicial. La satisfacción de las familias, debida á la
excelente reputación de los alumnos y al resultado
notable de sus exámenes anuales, hizo amuentar
de tal modo las peticiones que, para poder aten
der en parte á las reiteradas instancias, fué nece
sario levantar el espléndido edificio que hoy tene
mos. merced á la cooperación del Éxmo. Sr. D.
Miguel Miuuve. Sus condiciones de belleza, gran
diosidad é higiene, su adaptación á las clases me
dias y los grandes trixmfos educativos que tantos y
tan distinguidos alumnos, hoy hombres de envidia
ble posición social, van pregonando por todas par
tes, le han acreditado como uno de los mejores de
su genero que hay en España. Su emplazamiento
reuñe todas las exigencias de esta clase de centros,
pues se halla situado en una extensa y m in ifica
finca llena de árlx>lcs frutales, nñde en su planta
rectangular 127 por 63 metros con todas las habi
taciones á dos luces, en l.tr^'uales la elegancia y la
sencillez se dan la mano para hacerlas agradaliilisinias. Jín .sus extensos s^Hanos e.stán establecidos
los almacenes de boca, cocina y (Iq)endencias si
milares.
Nada falta allí de todo lo (juc constituye un gran
colegio montado á la moderna: patios anchos y
alegres rodeados de galerías que le dan un asjjecto
simiamente pintoreso cuando aquellos emjambres
de jovencitos los llenan con su regocijado vocerío,
sus jugeos y expansiones juveniles; gimnasio bien
acondidado. una conforíabie sala de baños con tinas
de hierro esmaltado y duchas de todos lo sistemas;
f oberbiosgabinetes de Física y Química, donde laens fianza de las dendas toma un carácter eminente
mente práctico y una colección zoc'l' gica muy esti
mable: una bien situada academia de pintura y
dibujo, salas de música, clases provistas de abun
dante y escogido material escolar; amplios corre
dores, extensos y bien ventilados dormitorios: en
tma palabra, todos los requisitos que puede exigir
el más escrupuloso pedaí-;ogo para una obra de
educadón integral y moderna.
L n este colegio es donde puede admirarse la
—
5 2
prodigiosa ductilidad del sistema salesiano que
se adueña del corazón de 350 colegiales, dirigién
dolos á la conqmsta de una carrera distinguida con
la misma facilidad y el mismo éxito con que re
dime del arroyo el pervertido golfo y enseña al pro
letario los caminos del ahorro y del trabajo. A to
dos los gana con la dulzura; á todos los encadena
con el afecto; á todos los domina con la reli
gión.
—
publicando desde tiempo ha tma hojita dominical
titulada « E l Domingo » para estimular la asisten
cia al Oratorio festivo y dar á conocer lo que allí se
hace. De un hermoso número extraordinario, pu
blicado con motivo de las fiestas de la Inmaculada,
extractamos los siguientes datos.
Una de las obsesiones del infatigable P. Viñas
es ia organización de los Antiguos alumnos; para
ello no ha perdonado medio ni fatiga y tan encari.
Q u into y sezto curso
ASOCIACIÓN DE EX-ALÜMNOS. j
f VALENCIA.— lista casa s:Uesiana, merced ;l la in
cansable acüvidatl de su director, el P. Cíillenuo
Viñi\s, está recibiendo un empuje consolador cuyos
frutos son ya patentes. La Escuela tipográfica viene
fiado está con su obra que una vez ñas escribió:
• No está lejano el día en que nuestra Sociedad de
Obreros cuente 300 soc'ios y ese será el dia más fe
liz de mi \*ida . Porque hemos de advertir que esta
Unión de Antiguos alumnos, para tener vida seria
y duradera, se ha constituido en una agrupación
legal. A este efecto se presentó el Reglamento al Sr.
Gobernador para su aprobación; y dado este paso
que los constituía como entidad jurídica, con el
nombre de Sociedad de Obreros obtuvieron voz y
voto en el Instituto de Reformas Sociales.
A nuestro juicio, esta es la manera más eficaz
de dar á las Asociaciones de antiguos alumnos
aquella seriedad y solidez que ha de ganarles la sim-
—
53
patía y la cooperación de los poderes públicos. Oi^anizarlos ccmio fuerza social, que tomen parte acti
va y señalada en la acción social católica; fomiaudo
con ellos a^erridos batallones de incansables lucha
dores en el grande ejército constituido por las masas
de obreros cristianos; y lanzarlos á la \*idapública, al
torbellino de la lucha social. Así se realizará en toda
su plenitud el deseo que el Prof. Gribaudi exponía
en una de las sesiones del Congreso de los Antiguos
alumnos. * Nuestra acción... debe confundirse con
—
Inauguración de la Biblioteca. — Esta es una
gran mejora en bien y provecho de los Antiguos
Alumnos. Un local retirado, completamente inde
pendiente, proNÚsto de libros científicos, historias
sociales y recreativas, era lo que unánimemente
deseaban casi todos los socios. Todo esto tendrán y
aún más. En esta Biblioteca encontrarán las pu
blicaciones más importantes de la prensa católica
de España.
Cuenta por ahora. — Diarios. — Diario do \’a-
UTRERA
" 'r
r
la acción social católica. No debemos seguir una
linea paralela, sino caminar por la misma senda. »
Pero, claro está, que á todo eso debe preceder
una labor intensa de preparación. \^eáse cómo se va
haciendo por ahora en la casa de Valencia, lo cual
será prenda de lo que habrá de hacerse aún.
« Mejora del local. — Con motivo de la festividad
de la Purísima Concepción, se inauguró el local
destinado para los Antiguos Alumnos, completa
mente reformado.
Es ima espaciosa sala artísticamente adornada,
con inmejorables condiciones para Conferencias y
p^o^-ista de todo cuanto un joven pueda apetecer
para stis honestas diversiones.
A
I
^"1
V
lencia, Da \'oz de Valencia. Correo Catalán, El De
bate y Correo Español. Revivías. — Boletín vSalcsiano. El Consecuente, órgano de los Antiguos
Alunmos Salesianos de España, Honn^a de Oro,
Lectura Dominical, Jx»s Deportes y Stadium.
Entre las obras que, desde su inauguración, cuen
ta esta Biblioteca forman en primera fila la im
portante publicación dirigida por el gran sociólogo
%Severino Aznar, • Ciencia y Acción * y otras de no
menor provecho para la clase obrera, que es lo que
predomina entre nuestros Antiguos Alumnos.
No de sólo pan \*ive el hombre: hoy el obrero debe
enterarse de sus cuestiones y de sus problemas, de
sus derechos y de sus deberes, sólo así obrará por
cuenta propia según su recto juicio y no subyugado
-
5^
por criterio extraño no confornie á su convencinúeiito.
rU Bibliotecario, que lo es en la actualidad D.
J uan vSantandréu, facilitará á todo el que sea socio
la obra, ó volumen que se desee.
Un deseo. — La junta y todos los Socios agrade
cerán vivamente todo donativo que se haga á la
Biblioteca en obras ó Revistas, siendo obligatoria
la revisión y aprobación del Director de la Casa,
ó delegado nombrado para el efecto.
Frontón. — vSe están ya recogiendo fondos para
el arreglo de un importante I'rontón. Grande es la
afición (jue para este deporte hay entre los Anti
guos Alumnos y grande ha sido el entusiasmo que
han despertado las primeros trabajos cjue se van
verificando para que pronto sea un hecho y podamas ¡írcsenciar reñidas luchas con inqjortantes
equipos de Valencia.
Sección de propaganda. — Muchos son los jóve
nes (luc salen cada año de maestras líscuelas y muchisimos los (pie. una vez terminado su aprendi
zaje ó escuelas elementales, salieron y \áven en \'alencia ignorando la organización de esta I'nión de
Antiguos Alumnos. Para (pie llegue á conocimiento
de ükIos y puedan formar parte de esta Unión, se
ha constituido una Seceum de jóvenes animosos
(pie, presididos por el Sr. 1). Ignacio Urtasun, el
maestro más antiguo de la Casa, se proponen hacer
una vivísima campaña de propaganda, abrigando
la firme esperanza de que su actividad y entusias
mo conseguirán mucho fruto y cpie excelentes re
sultados coronarán sus esfuerzos ■>.
Como los exalunmos de todas las casas salesiauas de Hspaña vayan por este camino nos podemos
prometer para muy en breve una Federación nacio
nal fuerte y numerosa que figurará con honor entre
sus congúieres de la Federación internacional.
¡.\delantet exahmmos de España; á ver quién hace
más.
ClUD.ADf-LA (Menorca).— Como hemos anunciado
en otro número, los antiguos alumnos de este co
legio trabajaban desde hace tiempo para organizar
una banda. Por fin sus deseos se han visto colma
dos y el dia de Sta. Cecilia han honrado á su Patrona con la ofrenda de la flanmnte banda. He aquí
como reseña la fiesta el estimado colega « Nue.>
tro Auxilio
I,a nueva l auda de música, cuya solemne inau
guración se celebraba, recorrió al compás de ale
gres pastxloMcs las calles de la ciudad á las pri
meras horas de la mañana, haciendo parada frente
á los domicilU»s de hus Autoridades y do las perso
nas fívíá/c.v de Cindadela.
La Misa de Comunión estuvo muy cxincurricla.
y en ella fué celebrante el rei>utado profesor Rvdo.
1). FriUicisco Siustre. A las diez y media comenzó
el Oficio Divino, celebrado por el Rvdo. P. Olivazzo.
Director do la Casa; la Iglesia de Muría Auxilia
dora estaba (K'u]uula materialmente. La Capilla
de la Catedral ejecutó una brillante partitura
bajo la direex'ión de su inteligente maestro Rvdo.
D. José Siutes, v á la elevacüm la banda, retira
da fuera de la Iglesia, batió Marclia Rec.l I’.l muy
ilustre Sr. Magistral cantó las glorias de la excelsa
Mártir en im hermoso panegírico.
Por la tarde á las cinco se dió principio á la de
liciosa velada literario-musical.
Ocupaba la presidencia en el salón de Actos del
Colegio, nuestro ama<iísimo Prelado, teniendo á su
derecha al Muy Ilustre Sr. Alcalde, D. G. Saura, y
á su izquierda al Muy Ilustre Sr. Lie. D. Salvador
Castany Bou, Dignidad de Chantre' de esta Santa
Iglesia Catedral.
El vasto recinto y las dependencias inmediatas
rebosaban de gente.
La banda dirigida por el Rvdo. Sr. Sastre, in
terpretó selectas composiciones, muy del agrado
de la concurrencia, que las coronó con grandes
aplausos. Fueron asimismo muy aplaudidos unos
coros que cantaron los pequeños almnnos, acom
pañados al piano.
Inició la parte literaria un P. Salesiano cx)n la re
citación de una bella poesía, original, de sumo gusto;
le siguic) en el uso de la palabra el joven Salesiano
D. R. M. leyendo un bien trabajado discurso sobre
historia musical, desentreñando á maravilla el cariicter de la música sagrada; otra muy delicada com
posición poética, dedicada á la Santa, declamada
por su autor don José Polo, liizo las delicias de la
•concurrencia.
F.l joven acólito D. G, Llabrés, pronunció luego
un discurso, llamando la atención sobre la tras
cendencia de la Unión de Antiguos Alumnos, y por
algunos niños del colegio se representó finalmente
mi entretenido juguete cómico de actualidad. No
hay que decir que las últimas frases de todos fueron
acogidas con estrepitosos pahiioteos.
Las películas cinematográficas que fueron exhi
bidas, muy interesantes.
La concurrencia, complacidísima del acto, aban
donó el salón cerca de las ocho de la noche, y nuestro
ICxcmo. Prelado fué despedido con los acordes de
la Marcha de Infantes, (Ximo se le había recibido al
llegar al Colegio.
Crónica de los Oratorios Festivos
SLIEM.A (Malta). — Cada dia recibimos nuevas
pruebas de la vitalidad de este Oratorio salesiano.
Fiestas, conferencias y excursiones instructivas se
suííedeii agradablemente para educar á los niños
en la pieclad é instruirlos convenientemente. Las
Conferencias que se dan en el Circulo van revis
tiendo una importancia extraordinaria. Coroneles
y oficiales del ejército inglés, catedráticos, mé
dicos. abogados y cultos sacerdotes no se desdeña
ron de turnar en ellas explicando provechosisimas
enseñanzas. Hubo también un curso especial, dado
por uii competente médico, sobre socorros de ur
gencia. No especificaremos, por no alargar dema
siado esta crónica, otros actos del colegio, como
el magnifico ensayo ginmástico de la * SaJesia*
B o y s Brieade f al cual asistieron eminentes pre-
—
55
lados y alto? oficiales del ejército, juntamente con
ima muchedumbre innumerable. Diremos soca
mente dos palabras sobre el certameji catequístico.
Asistió el Sr. Obispo que bendijo de paso una pre
ciosa bandera de seda, regalo de una exiriiia coo
peradora á la Compañía de S. José. El programa
aiiienisimo fué ejecutado á mara^^lla y los combatientes del certamen admirables. Presidia e! Jurado
el Superior de los PP. Dominicos y fueron seis los
premiados. Pliso fin á la fiesta im capricho musical
1 f ff,
—
portivas de todas las regiones de Italia. Dos nues
tros volvieron cargados de laureles, como suele
decirse: La copa del Sr. Alcalde de Sarom?3; primer
premio de salto; tres coronas de laurel y un objeto
de arte en el certamen A .: otra corona de laurel
y varias medallas en los certámenes individual -s.
La charanga, clasificada entre las primeras, ganó
una bellísima medalla de plaJa.
Más brillante aún fué el triunfo de la «Valdocco»
en otro concurso celebrado desiiués en Ihirin.
^% t
UTRERA
Primero y segundo Curso.
« Arte y Artistas » que ejecutaron con abigarrada
indumentaria los düninutos cómicos y la orquesta
de S. Patricio. La novedad del trabajo y su eje
cución imnejorable produjeron grande admira
ción en el público, además de los consabidos
aplausos.
Basta decir que ganó la copa del certamen A., regalo
del Municipio de Turin; la copa del concunso li.,
del Con.sejo Regional de la F. A.S. C. I.; el primer
premio en el certamen artístico juniori: el primer
premio de carrera; una placa especial á la cha
ranga. y un premio especial, destinado para la com
pañía superior en número y disciplina.
TURÍN-VALDOCCO. — El Circulo deporüvg «Val
docco » ha logrado conquistar uno de los primeros
puestos en el campo gimnástico. Después de un
brillante ensayo verificado en honor de D. Pablo
Albera, en el patio del Oratorio, partieron para
Saroimo á fin de tomar parte en un concurso
gimnástico al cual concurrieron sociedades de-
VALENCIA.— Aunque, como decíamos en la cróni
ca de los ex-aliamnos, el cuidado de éstos absí;rbe
una parte importantisima de la actividad de los
salesianos de esta ciudad, no se de.scuida el Orato
rio festivo. Y si no allá va eso tomado también de
<El Domingo ».
— s;6 —
« El Oratorio en aumento — « Para creerlo, hay
que verlo, t Esta es la respuesta que se da al oir la
relación y descripción de lo que se hace ó de lo que
se ha hecho. Pues bien, es necesario venir un Do
mingo por la tarde, entrar en la espaciosa Iglesia de
S. Antonio, pasar á los grandiosos patios y después
probar á entrar en el Salón de Actos, para quedar
admirado, La impresión que causa á los ojas de irno
(jue sepa y quiera ver, es sencillamente grandiosa
y hasta emocionante. lista aglomeración de niños,
esc contacto de blussus y cluujuetas, esa variedad
de prácticas de piedad y diversiones, ese mo\araiento continuo.... en fin.... ese vivir alegre que se nota
en el Oratorio, es de un efecto sorprendente y alta
mente consolador, Los niños corresponden á los
desvelos de sus queridos Superiores, quienes en
viéndolas contentas y alegres ya no sienten fatigas,
desconocen el cansancio.
Claro (p\e para que no todo sea pan, sino que lle
gue también á sus corazones la palabra de L íos, se
ha tenido que pensar en una vasta organización,
(pie si hoy es aún incompleta, contando con la cons
tancia de los niños llegará mañana á perfeccionarse
y á dar resultados prácticas.
I’or de pronto, por los mañanas, los Domingos
hay ya muchos de estos ])C(pieños obreras (pie vo
luntariamente. y sin otra juc.sión (pie su fenor, fre
cuentan las Santos Sacramentos: y que, unidos á
los intenios y á los externas de la escuela diaria,
forman un cuadro muy precioso al verlos á los pies
de Jesús, recibiéndole con devoción.
vSeciáón de líxtcrnos. -- Esta parte, la más nu
merosa del Colegio, pues pasan de 5C0 los niños,
teniendo en cuenta cjuc ya recil en instrucción reli
giosa casi todos los tlias en sus respectivas clases,
se ha dividido en grandes secciones con sus corres
pondientes catcíiuistas.
i^ección de l« Oratorio >\ — Vulgarmente (domin
gueros). — lC.stu .sección que es objeto de nuestro especiid cuidoílo, á fin de que todos los domingos y á
t(xlos los niños les llegue algo de bueno á sus cora
zones, se ha organizado en muchas y pecpieñas sec
ciones también con sus correspondientes catequistas.
banda de cornetas. — Sabido es cuánta importan
cia se da hoy dia á la gimnasia y á los deportes en
general, Y si esos ejercicios prixlucen lantoefeeto]ior
sejKtrado, mucho más cuando se ha(^en en conjunto.
En nuestras Escuelas se ejercitan constante
mente en variados juegos, todos al aire libre, y. por
lo tanto, muy higiéni(^os. Se mezcla el trabajo in
telectual de las niños en las clases con el ejercicio
íisico que, al mismo tiempo que robustiice el cuerpo,
descansa el entendimiento,
A la mitad de la clase las niños salen de sus au
las y. por esjincio de diez ó <pii(X' minutos, se entre
tienen en juegos, ejercicias por sejiarado ó en coujfinto, volviendo de nuevo contentos á sus tareas
escolares. Para estos grandes conjuntos está deslinada esta Banda de cornetas coni])uesta de i6 ins
trumentos de metal y 4 tmnbores. Con ella, y á croiupás de siLS airosiis piezas, se pnvisan los movimientas y resultan de un efecto encantador. ■'
Ivn el número siguiente hablaremos de los depor
tes. ramo en el cual esta casa compite etm las pri
meras y merece cnhiica á parte.
BUENOS AIRES. — Tomamos de La Verdad. —
Muy feli(útado por todos los amantes del arte mu
sical ha sido el R. P. Aquiles Pedrolini, por su úl
tima producción musical titulada Fe y heroistno.
Es un interesante melodrama religioso-patriótico,
compuesto expresamente para las fiestas celebradas
cu Mendoza con motivo <Íe la coronación de la ^'irgen de Cuyo. — Tema: Una campaña de San Martiu; su confianza en la Virgen y su gratitud nom
brándola Generala del Ejército Argentino.
Por iniciativa de la Comisión de Cooperadoras
Sale.sianas se repre.sentó en el teatro « Odeón ■>y
en el salón del Círculo Central de Obreras bajo la
dirección del autor, el cual fué objeto de una ova
ción cntu.siasta al terminarse la representación.
Como todas las producciones de R. P. Pedrolini.
la música de Fe y heroísmo es de las que llegan al
alma por la interpretación característica de lc«
afect(5s que expresa; tierna y conmovedora en los
cuadros infantiles, solemne y majestuosa cuando
canta los íuranejues de heroísmo de San Martin en
su hazaña inmortal del paso de los Andes y sus
victorias de Chile.
El P. Pedrolini fué obsequiado por la Comisión
de Cooperadoras Salesianas con una hermosa me
dalla de oro y un pergamino artístico con muñerosas firmas.
Felicitamos al genial compositor por esta nueva
producción y hacemos voto.¡ para que no sea la
última.
Nos alegramas también p( rque el libreto es obra
de un hijo de la Boca, el Acólito Sale.siano Sr.
Pablo Ardizzone, maestro nonual, liijo del Sr.
José Ardizzone, á quien tributamos nuestros plá
cemes.
C.AVAQLIÁ (Italia). — «La obra maravillosa de
D. Bosco, dice el Momento del 26 de octubre, antes
de fundar en Inglaterra. Polonia, Austria, etc. los
institutos que allí prosperan cada vez más, había
acecido ya en colegios ad hoc los hijos de estas
uaedones, escogiendo entre ellos los soldados de la
futura conquista. Asi florecen actualmente en el
Piainonte el Instituto gennánico de Penango y el
Instituto húngaro de Cavagliá ♦ .
Hace diez años que el colegio de Cavagliá hos
peda estudiant(ís húngaros, que hoy pasan de sesen
ti, y en Hungría tiene muchas simpatías esta obra.
como se ha visto el 22 de octubre en que se celebró
el primer decenio de su fundación. Vinieron de allá,
entre otros, el Sr. Obispo de Giavarino con el Sr.
Rector del Seminario central. También asistió nuestro«iuerido Superior.D. Pablo Albera con grannúmero de distinguidas personas de la localidad. En
la brillantísima velada con que los Salesianos obse(juiaron á sus ilustres huéspedes, pronunciaron
elocuentes discursos el Director del C ol^ o. el
Dr. D. N. Zafféry, salesiano, ex-presidente del
-
57
Liceo de Fimue, el Sr. Obispo de Giavarino y el
abijado Sr. Rondolino. Puso fin á la velada el Sr.
Obispo de Biella con una improvisación cálida de
elocuencia y entusiasmo.
SANTANDER.— E l batallón infantil « Auxilium *
de este colegio salesiano que ya conocen nuestros
lectores continúa su hermosa obra de educación
patriótica, hoy más que nunca necesaria, ya que
los enemigos del ejército y de la Patria procuran
sembrar sus perniciosas doctrinas en el corazón
de los jóvenes para formar hombres, que dicen
ellos, salvajes diriamos nosotros, sin patria y sin
ley. Una de sus últimas proezas nos la relata el
Diario Montañés en estos términos.
« Fiesta simpática. — Con el laudable propósito
de estrechar más y más los lazos de unión entre los
dos batallones infantiles de « Desembarco » y « Auxiliima » que tantas simpatías ■ vienen despertando
en nuestra ciudad, se celebró ayer en el Colegio Sa
lesiano de la calle de Viñas \ina simpática fiesta con
<jue >a oficialidad y tropa d e l«Auxilium »obseqmaba á la compañía de « Desembarco ■>.
Momentos antes de la hora señalada para el co
mienzo de la fiesta, el batallón infantil «Auxilium»
salió á recibir á sus compañeros á la entrada de la
calle de Viñas.
Allí hicieron alto los soldaditos, abierto el ba
tallón en dos filas.
Airosos y marciales desfilaron por medio de am
bas filas los infantes, que fonnan la compañía de
Desembarco, entreoíos acordes de la marcha real, to
cada por la banda de trompetas del Auxilium.
A las cinco dió comienzo la velada organizada en
honor de los primeros.
El salón de actos del colegio Salesiano presen
taba brillante animado aspecto.
En el escenario ondeaban las banderas de los dos
líatallones y el resto de la sala se veía ocupado por
los niños asilados de la Caridad y por los alumnos
de los PP. Salesianos.
Entre los asistentes se hallaban los diputados
provinciales señores Calderón, Agüero y Mateo.
El batallón Auxilium cantó primeramente su
patriótico himno, que fué muy aplaudido.
A continuación se pusieron en escena el sainete
titulado A primera sangre, el pasillo cómico ¡Cay la zarzuela Los dinamiteros.
Todas estas obras fueron admirablemente des
empeñadas por los jóvenes que componen el Cua
dro dramático del Colegio, siendo premiada su la
bor con grandes aplausas.
En el primer entreacto, el capitán del Auxilium
recitó una poesía saludando á sus compañer<^ y se
guidamente fueron éstos obsequiados con pasteles
y copas.
En suma: la fiesta celebrada ayer por los batallo
nes infantiles fué una fiesta de unión, de amistad y
‘ ompañerismo. •>
SARRIA (Barcelona).— Un socio de la Compañía
de la Inmaculada nos manda un bonita relación
de la brillante fiesta que han dedicado a su excelsa
Patrona. Lástima que el poco espacio nos impida
darle la extensión que merece; nos limitamos, por
lo tanto, á un extracto.
♦ Grande sobremanera ha sido el esplendor con que
la Compañía de la Imiiaculada establecida en Sarriá
ha celebrado la fiesta de su Patrona. En la relación
que eiiNÚamos el año pasado dimos cuenta de la fun
dación de la Compañía y de la bendición de su es
tandarte : en la de este año algo nuevo hemos tam
bién de añadir, y es que finalmente ha sido aprobado
por los Superiores de la Congregación Salesianu é
impreso elegantemente el Reglamento al que los
socios han de ajustar sus actos. Nosotros estamos
dispuestos á facilitar cuantos pormenores se tleseen sobre este asunto y deseamos que el Re
glamento sea conocido y adoptado en lotltus
partes.
De la parte religiosa solo mentaremos la comu
nión general, como general es el amor de nuestrcxs
niños á la Virgen SS.; la misa .solemne, solonmc de
verdad con un sennón superior del P. Figueras de
las Escucla.s Pías; un aumento de socios que reci
bían sus medallas, como si fuera una cruz pensio
nada y por fin mía procesión magnifica.
Cuando volvimos á la iglesia la banda se coló
también y al dar la bendición.rompió en una mar
cha real que nos entu.siasmó y edificó á todos.
Por la noche tu^•imos una hermosísima velada
músico-literaria en la que se dijeron herniosas poe
sías y se cantaron escogidos números de música
alusivos al acto, alternados con proyecciones cine
matográficas, que excitaban la hilaridad, hechas
con la estupenda máquina que la inagotable bondad
del Sr. Director, D. Ernesto MigTetti, nos ha pro
porcionado ".
S. Pablo (Brasil).— ^Con motivo del ^^gésimoquinto aniversario de la fundación del Lyceu de
sagrado Corazón de Jesús, se celebró en el san
tuario homónimo un triduo que. al decir de la Gazeta
do Povo de S. Pablo. re\Tstió un esplendor brillantisimo y excepcional.
líl primer dia pontificó Mons. Alberto Goncalves,
Obispo de Ribeirao Preto. predicó el Dr. Paula.
\’icario general de la archidi('x:e.sis, y la Schola Cantorum del Lyceu. compue.sta de 130 cantorc.s . cantó
la misa fíenedicamus Domino de Perosi. Id segundo
dia pontificó Mons. Juan Nery, Obispo de Cam
piñas. y pronunció un sermón magistral Mons.
Castro. El tercero pontificí'» el Sr. Arzobispo «le
S. Pablo y predicad el Sr. ObLspo de Campiñas
asistiendo el mi.snio Presidente de la República. To
dos los dias las diversiones correspondieron á las fun
ciones religiosíis: el primero IiuIk ) un gran concierto
musical; el segundo, una asamblea de ex-aluninos
en la cual tomaron parte representantes de varias
casas salesianas de la Argentina, Uruguay y Brasil;
y el tercero, una grandiosa reprtstntación dramát ca; á todos estos festejos dieron esplendor incom
parable los Ilustrisimos Prelados, varias Ministros,
V lo más granado de la capital. I’ublícóse un ele
gante Número único, y la Sania Cruz, revista que
desde hace i i años ^^enen publicando los Salesia
nos imprimió im número extraordinario, hermo.so
opúsculo de 164 página.s lleno de datos histó
ricos y preciosos grabadrs, el cual vendrá á ser
im documento notabilísimo de los cinco primeros
lustros de esta importante fundación.
—
VICO. — Las nuevas que nos vienen del Colegio
de 8. Matías no pueden ser más satisfactorias. lyos
internos han aumentado este curso de tal manera
(jue nunca ha habido tantos y en el colegio no ca
ben más; ni en his clases, ni en los dormitorios, ni
en el comedor, ni en la capilla se pueden mover y
á este piuso se impone una ampliación del local. Por
.su ])arle el celoso Director, I). Honorato Zóccola, ha
multiplicado este año su actividad, y secundado
])or su personal y alentado por los bienhecl’ores de
la pintoresca ciudad gallega ha hecho reformas de
gran consideración que suponen por su parte gran
eles sacrificios." liste año, íusi nos escribe uno de los
jirofesores, el .Sr, I ircctor, á pesar de lo mucho que
S . P A B L O (B rasil) — Interior de la iglesia
del I.yit'u.
ha tral ajado durante los mías pasados, ha hecho es
fuerzos heroicos y le encontramos más diligente v
activo que nunca. Reformó la fachada, mejoró la
entrada del colegio, hizo frontones, henuoseó el pa
tio, ensanchó la capilla con un coro. etc.
Claro está que tampoco se descuida el oratorio
festivo que funciona regularmente, aunque por la
estrechez de la capilla no se pvte<lan admitir todos lo
(juc vienen, ¡Quién saín? si hvs generosas bienhecho
res del colegio, se decidirán en vista de eso á añadir
un nuevo brazo de etlificio al ya existente! ¡Cómo
se lo agradecería la ciudad de Vigo y cómo se lo pag.iria Dios Nuestro Señor! (i).
(i) Cunado teníamos yn compaginado este iu\men>.
n<« llega la buena mievn de que, en efecUS, se esiá
proytclnndo ya un nuevo edificio con locales más am
plios Kl nctunl se dedicará á Internado, con lo cual se
podrá duplicar el número de externos.
í f i
—
TALCA (Chile).— En esta dudad chilena nos
ha salido otro nuevo amiguito que viene á ayu
darnos en la provechosa labor de dar á conocer
la Obra de D. Bosco. Responde al nombre de
Auxilium, nombre doblemeitte grato por recor
darnos el Auxilimii Christiauorum, auxilio dixnno
de las obras salesianas. Que sea bienvenido y viva
largos años el nuevo colega; y para que vea con
que gusto lo recibe y saluda su hermano mayor el
Boletín }íalesiano, le aplicamos sin más las tijeras
y copiamos.
«j La Fia Sociedad Salesiana sostiene actual
mente en esta dudad las obras siguientes:
I ° Un internado para aprendices obreros, deno
minado Escuela-Talleres del Salvador con im cen
tenar de alumnos los que, á más de aprender las
])rimeras letras y los rudimentos de las deudas,
se ejercitan en el aprendizaje de un oficio. Los ofi
cios c(ue al presente se enseñan son: Tipografía,
líncuadernacion, Carjiintería, Sastreria, Zapatería y
Herrería.
En el curso de esta publicación daremos cuenta
del estado en que se halla cada taller.
Un Externado gratuito diurno, la Escuela
• Don Bosco s>para los niños del vecindario; lo fre
cuentan más de un centenar de alumnos y hay tres
sacerdotes de la misma Congregadón dedicados
á la enseñanza de estos niños, divididos en tres
cursos preparatorios.
3 " Un Oratorio festivo ó Patronato al que acuden
los domingos y dias festivos unos.ciento cincuenta
niños para aprender la moral cristiana y entre
tenerse en juegos inocentes que los alejan de la
calle. Entre juegos, clase y prácticas piadosas
los niños pasan casi todo el día en el Oratorio, vi
gilados y atendidos por mi personal escogido.
4® Una Sodedad de Socorros Mutuo-^, Circulo
Social Don Bosco, para los almnnas que, tenniiiado
su aprendizaje, dejan los Talleres ó la Escuela,
lienta con treinta socios activos y tiene á su dis
posición un salón de billar y otro de lectura, y
juegas para apartíir á los sodos de diversiones
peligrosas.
5®La declamadón y la música, á más de ser un
aliciente para la juventud, son también un medio
de educación. El gran pedagogo, D. Bosco, lo supo
aprovechar admirablemente en provecho de sueducaiidos. Pues bien, dos bandas de música una
para los internos y otra del Circulo Sodal, Don
Bosco, desempeñan su agradable misión: y im gran
salón de actos, que se está construyendo, vendrá
á proporcionar pronto el local que ha de completar
la obra educativa del internado.
6® Finalmente, un templo con una alta torre para
el servicio religioso del vecindario y de la juventud
que se va foniiando en derredor suyo. No concebi
mos una educación sólida sin religión ; por esto
al lado de nuestras obras se levanta siempre un
templo.
Poro este templo no está sino principiado y sólo
en nuestra imaginación y en nuestros deseos lo
venios elevarse sobre los edificios contiguos, dar
cabida bajo sus bóvedas á centenares de fieles y
contribuir al iiiismo tiempo con su artística fachada
yesbelto campanario al embellecimento de la ciudad.
—
59
MEMORIAS BIOGRAFICAS
de Mons. LUIS LASAGNA.
CAPITULO x x x v n .
Las dos plagas del Brasil. — La abolición de la
esclavitud. — La aurora de la redención de los
salvajes. — Matto Grosso. — Nociones necesarias
— Carácter de los salvajes. — Promesa y anuncio
de la nuc^a misión. — Elección de ios misioneros
— Los medios. — Con un ilustre hombre de Estado.
— El congreso Eucarístico de Montevideo. — Dis>
curso de clausura.
Después de haber empleado seis meses en visi
tar los institutos salesianos del Brasil y especial
mente en recorrer los'dos Es'tados más populosos.
S. Pablo y Minas Geraes, para plantar nuevas fun
daciones, volvió Mons. Lasagna á entrar en su que
rido Colólo de Villa Colón el lo de Enero de 1894.
ilucho habia sido el trabajo si se tiene en cuenta
los innumerables desvelos que le había costado,
mas era una nonada para su ansia devoradora de
hacer bien á aquella inmensa República. Desde
cjue pisó por vez primera aquella tierra, gobernada
á la sazón por el emp>erador D. Pedro II, se sintió
embargado de ima indecible pena al observar allí
dos plagas horrendas: la esclavitud y la caza de
Indios. Si de su gran corazón hubiera dependido
inme*liatamente se habría consagrado á curarlas y
á recorrer, nuevo Bartolomé de Las Casas, las ha
ciendas brasileñas predicando la cruzada de la re
dención de los esclavos. Comnoviale hondamente
la opresión de tantos infelices, mas otra era la mi
sión que le había sido encomendada, y hubo de con
tentarse con dirigir fervientes súplicas ó Dios para
que acelerase la hora de la libertad. Fácil es, pues,
de imaginar el regocijo del ardoroso misionero al
tener noticia de la imuortal Endcilca In piurimis
.sobre la emancipación de los esclavos escrita por
el sapientísimo Léon X III á los obispos del Brasil,
y más que todo al saber que el 8 de Mayo de 1888
había sido firmado el decreto de libertad de aque
llos infelices por la hija del emperador Don Pedro,
Este, que se hallaba entonces en Europa, ofredóselo
en homenaje al Papa, y en verdad que no hubo
para el Vicario de Jesucristo presente más grato
entre todos los que le fueron ofrendados con oca
sión de su jubileo sacerdotal. Por este decreto ce
saba el innoble mercado de carne humana que
deshonraba al Brasil, y Mons. Lasagna, á la sazón
simple sacerdote, ben<Éjo efusivamente al Altísimo.
Pero los anhelos de su espíritu no quedaban col
mados mientras no se emprendiese la evangeliza-
ií
—
ción de los salvajes, ami tan numerosos en aquel
inmenso pais. Ahora veia despuntar el alba de aquel
suspirado día en que le seria dado poner mano en
esta obra tan eminentemente humanitaria y ver
daderamente cristiana. Daba gracias á la amable
Providencia que le permitía iniciar la misión de
Matto Grosso por tanto tiempo acariciada en su
mente: iniciativa bastante para inmortalizar á
un hombre y conquistarle un puesto entre los más
grandes bienhecliores de la hmnanidad.
Matto Grosso, que significa floresta grande, es
ima altiplanicie situada hacia el centro de la Amé
rica Meridional, y el Estado homónimo es uno de
los más vastos del Brasil. Tiene una superficie de
1.380.000 kilómetros cuadrados ó sea cinco veces
la de Italia. La Capital es Cuyabá, fundada hace
unos dos siglos ]íor hombres ávidos de oro prove
nientes de S. Pablo, y tiene unos 16.000 habitantes
y un reducido puerto sobre el rio del mismo nombro.
Es asiento del Goliemador y del único Obispo dcl
Estado y la defiende una guarnición militar, como
que está hacia los limites del Brasil y es aledaño
del Paraguay y de Bolivia.
En esta vastísima altiplanicie tienen sus cabece
ras los principales ríos de que derraman sus agua.s,
al Norte en el Amazonas, y al Sur en el Paraná. No
comunica directamente con el mar y no habiendo
trasportes por vía terrestre es preciso recorrer cerca
de 5.000 küómetros remontando el Río de la Plata,
el Paraná, el Paraguay, el S. Lorenzo, y finalmente
el Cuyabá. Los habitantes civilizados, de raza portugu sa en gran parte, ó negros y mulatas,
ascienden á 80.000. pero las inmensas florestas de
Matto Grosso, las llanuras y las riberas de los ríos
están pobladas quizá por otros tantos salvajes,
cuyo número es punto menos que imposible averi
guar. Casi todos ellos conservan su ferocidad pri
mitiva, 5’ hasta ahora se han mostrado rehacios á
los esfuerzos heclios para amansarlos. Divididos en
tribus nómadas vagan ])or las selvas; los más no
usan vestidos de ninguna especie, y viven de la
pesca y de la caza en las que alcanzan increíble
destreza. Admiten ordinariamente dos divinida
des: una buena, causa de lodo bien, y otra maligna,
causa de todos los males. Las tribus .son goberna
das por un jefe supremo, coadyuvado por otros su
balternos. Para aspirar al cacicazgo de la tribu, el
Indio ha de ser fuerte, valeroso en la guerra, audaz
en las correrias y en la caza de las fieras, y ha de
conocer palmo á palmo las florestas para traspor
tar á sus súbditcK de im pmito á otro, según lo
exijan las círcimstancias. Hablan por lo común el
guaraní, subdi\*idido en multitud de dialectos; de
suerte que media gran diferencia entre los lenguajes
de las diversas tribus. El clima es calidísimo é in
salubre, no obstante ser la vegetación viciosa sobre
todo encarecimiento y abimdar los frutos de im
modo extraordinario. Los animales son por sus for
mas é instintos notablemente diversos de los de Eu
ropa. Hay nmnerosísimos ejemplares de la onza
parda y de la on-.a rayada, que son los tigres del Bra
sil. y se encuentran monos de todas las variedades.
Entre los reptiles cuéntanse la boa constriclor que
alcanza hasta siete metros de largo. la serpiente de
— 6o —
<*ascabel, el alligaior ó yacaré (cocodrilo ameri<-ano). y mil otros.
Mons. Lasagna se propone enviar denodados
misioneros á los infelices habitantes de aquellas flo
restas que no conservan sino el aspecto de hombres.
A fin de levantarlos de su deplorable abyección,
irradiarlos con la luz de la fé, y llamarlos á la reli
gión católica para formar de ellos otros tantos hijos
<le Dios y hermanos nuestros en la caridad de Jesu
cristo. Y no se dará punto de reposo hasta no vi
sitar personalmente aquel vastísimo campo que
la divina Providencia parece haber destinado á los
hijos de I). Bosco. A ello le invitan los apremiantes
ruegos de aquel obispo, Mons. Carlos Luis d'Amour
■ <pie no cesa de pedirle auxilio. Mons. Lasagna, con
fecha del 23 de Diciembre de 1893, le comunicó
<jue por a(juellos místnos días habían zarpado de
Génova algunos misioneros salesianos destinados A
Matto Grosso, y que no habiendo contratiempo,
alentaba esperanzas de acompíuiarlos á Cuyabá en
el Abril próximo. No es para dicho el júbilo que se
apoderó de acjuel celosísimo Pastor al recibir tan
fausta nueva, júbilo que se apresuró á comunicar
á sus amados hijos con una hermosa circular hen-t'hida de su íudiente caridad. Hntre otras cosas es
cribía:
« Nos felicitamos con vosotros, amados hijos,
por la certeza de (jue pronto se hallarán entre nos■ otros las dignos hijos de 1). Bosco quienes, atra
vesando la inmensidad de los mares y soportando
hus ])cnalidades de \m largo viaje, vienen á encarrgar.se de catequizar y civilizar á nuestros Indios, y
al mismo tiempo á coadyuvarnos en todo lo que
atañe al bien teniporiil y espiritual de esta Diócesis
y lí.stado. Y Nos desde aliora os suplicamos, ama
dísimos hijas, no sólo que os dignéis hacer á estos
-excelentes misioneros y á su superior el limo, Sr.
Lasagna el acogimiento que merecen, yendo á re
cibirlos al puerto en el dia de su llegada, agasaján
doles del mejor modo que os dictare vuestra generasidad, sino también cjue prestéis ^•uestra cooperacií'ui A las importantes obras cpie, con la gracia
•de Dios y el auxilio del gobierno del Ivstado, espenui llevar A cabo en este pais
Después de tributar los debidos elogios al Dr. Don
Manuel J osé Mxirtinho, Presidente de Matto Grosso,
•por sus buenas di.sposicioncs en favor de esta obra
-civilizadora, asi (X>ntiniía el ilustre Prelado:
« No vSe limitarán las misioneros á catequizar á
los indígenas, sino tpie ailcmás .se ])roponen fundiu:
•escuelas agrícolas, como lo han hecho en otros Pe
tados, y una casa do etlucación en esta capital,
donde se enseñarán tu’tes y oflicios A los nim>s me
nos favorecidos de la forliuia. sin execptuíir A las
mismos hijos de U'vs ludias, y aun proporoioiuuido
A mucluxs de ellos los medios de cultivar las letras.
])reparándolas á recibir una instniceáón más elevatla, supuesto que no se conteuta.scn con un mte
ú oficio. Kstas son. á no dudiulo, empre.s;\s grau^li(xsas. civilizadoras, aconiodad;xs á nuestros tiemptxs, stm obras de Dios y por lo mismo uunavillo-Sius, tle itKX)Ulestable provecho y cx>piosisimos fru
to s para la sociedad ».
NECROLOGIA
D. José M. Quíntlana.
Este generoso cooperador que de la Coruña ha
subido al cielo el 28 de Octubre á recibir el premio
de su caridad, fué ya bienhechor insigne de los sa
lesianos cuando residía en Montevideo. Una de las
cosas que tomaba más á pecho era la educación de
los hijos de María para lo cual en-viaba limosnas es
peciales. Recomendamos su alma, á las oraciones
de nuestros Cooperadores.y esperamos que su buen
ejemplo estimulará á otros muchos para formar los
operarios de que tanto necesita el campó salesiano.
Cooperadores Salesianos difuntos.
ESPAÑ A.
Sra. Da. Mora Escandell
A lguefla (Alicante).
»
• Concepción Crespo
»
> Magdalena Goliano
»
»
Sr, D . José Buiiega
»
»
> »José Mira Albert
»
»
Rdo. Sr. D. Pedro Sánchez Naranjo Archidona (Málaga).
Sr. D. Florencio Campos Pérez Arroyomolinos
» > Alberto Bernüs
Barcelona.
» » Silvino Thos
»
Sra.Da. María de Llovet
»
»
» Teresa Negre
»
>
» Enriqueta Lleó
»
»
» Josefa Oliva
►
»
» Josefa A. Vázquez
Cartaya.
Sr. D. Santos C. Jebenes
Castrocontrigo (Leóiil.
> • Emilio M G. del Valle
Cñrd<>h,i.
- » Emilio Coll
Coruna.
•
• R.amón Fernández
Rdo. Sr. D. Pedro R. Lñ¡)e2
Cuenca.
»
»
» Francisco Parra
»
Sr. D.
Pilar Martínez
>
»
» María Llórente
»
> » Esteban Sacos
>
» » Felipe F. ürellana
Granada.
'
» Crispulo Illescas
Montalbo (Cuenca).
> > Juan Ballesteros
»
»
» Miguel P. Ccralbo
Morón (Sevilla).
Rdo. Sr. D. Pedro Urbáu
Nuetto (Huesca).
»
»
» José Segalez
Sarria (Barcelona 1.
Sr. D. Pablo Benjumea
Sevilla.
> > Manuel Puig
>
Srta .\niparo Losada
»
Sra. Da. Ricarda Valdés v. de Zesati
.S. Tadea.
Sr. D. Celestino Arrisóla y Urquijo .Va. Crits (Canarias'.
Sr. D. Alejandro Pérez Granja
l':\ •.
» » Nicolás Carballo
Villar Dom. García (Cuenc.ai.
Sra, Da. Herlinda M. W . y O. v. de Cabrera
Con aprobación de la .■ Vutoridad Eclesi.istica:
Gerente: JOSE GAMBIXO.
Establee. Ttp. de la S. A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN.
-
Texto
-
AÑO XXVII - N.
S2.
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Edición de España
2
Febrero de igi2
Boletín $ale$iano
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Turin — V ia Golíolcngo N.
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SU M A R IO . Eñcacia educadora de la confesión . . 29
Gracias de María Auxiliadora
48
Po r E l. MUNDO SALE.SIANO : Utrera. — Ex-aluninos:
Tesoro e s p ir itu a l............................................................. 33
Valencia, Cindadela. — Oratorios festivos : Sliema,
Primera reunión de Ex-Alumnas de las Hijas de
Turin-Valdocco, Valencia. — Noticias varias:
María A u xiliado ra......................................................... 34
tíñenos A ires, Cavagliá, Santander, Sarrid, S. I\zConcepto de la Cooperación S a l e s ia n a ....................... 40
blo, Vigo, T a lc a .....................................................51
D e n u e s t r a s m i s i o n e s . — China: E n un bazar de
Memorias biográficas de Mons. Luis Lasagna . . .
beneficencia
Necrología: D. José María Q u i n t i a n a ................... 60
60
B ib lio g r a fía ....................................................................47
Cooperadores Salesianos difuntos
59
43
Eficacia educadora de la Confesión.
de todos los Sacramentos
instituidos por nuestro divino
Redentor, para aplicar á los
hombres de todos los sio-los
el fruto
o
de la redención, la Eucaristía es el que
nos da á conocer mejor la bondad in
finita de Dios, no se puede negar que
el de la Confesión es el que responde
mejor á la infinita miseria del hombre,
y no sin razón básela llamado: tabla
de salvación. Dios es amor que tiende
á unirse con sus creaturas; el hombre
siente los encantos inefables de ese
amor y experimenta una necesidad in
vencible de unirse al sumo Bien; pero
por una parte la santidad de Dios lo
anonada y el remordimiento se levanta
en lo interior de su conciencia recla
mando expiación ; se siente tan nece
sitado de amor como de perdón, que
vienen á ser una misma cosa, pues
I
como dice la Iglesia, Dios nos mani
fiesta su amor sobre todo compadecién
dose y perdonando.
Los demás Sacramentos atropellan
de una manera demasiado evidente las
leyes de la creación visjble que condi
cionan la naturaleza del hombre, lan
zándolo de golpe en el misterio; al
paso que en este sacramento lo divino
aparece muy disfrazado de humano y
el respeto, por decirlo así, de las con
diciones en que nos movemos, vivimos
y somos, nos hace muy asequible el
misterio, humanizándolo.
Compárese, en efecto, la materia y
la íorma de los otros Sacramentos, el
modo y las ceremonias con que se ad
ministran, y se verá que ninguno es
tan humano, es decir, ninguno se vale
tanto de ios recursos de nuestra natu
raleza, ninguno presenta una conve-
—
30
—
nieacla taa natural en su aplicación: tuye el mejor curso de Moral práctica
una conversación secreta, íntima; un en todo sentido, muy suficiente para
consejo desinteresado; una reprensión conducir al educando á la más alta
amorosa y cuando hace falta una ame perfección, como de hecho muchos cris
naza que ejecutará, no el que la hace, tianos que no frecuentaron otras aulas,
sino la Justicia y el Poder infinitos; han llegado, sino con la Confesión tan
un consejero que ha estudiado largos sólo, al menos por medio de ella princi- i
años las cuestiones en las cuales debe pálmente, á ser hombres virtuosos, es
aconsejar; un amigó que ha jurado no decir, muy bien educados.
revelar á nadie ninguna confidencia, y
Así que, no causa extrañeza la im
sabemos que guarda fidelísimamente el portancia que la Pedagogía hortodoxa
secreto; cuando se quiere se busca un ha dado y da á la Confesión, colocán
íntimo, cuando conviene, un desconocido; dola como base de la educación y pro
se le puede consultar cuado se se ne cedimiento infalible para la regeneración
cesite y á todas horas; se puede, ade de las almas. Desde luego que el edu
más, escoger un sabio; á veces se en cador católico íía más, como así debe
cuentra un santo; siempre un hombre ser, del efecto sobrenatural de la gracia
recto, aunque fuera de allí puede no que en ella se recibe; pero esa eficacia
serlo; casi siempre wwo p rá ctico ; y todo sobrenatural, no sólo no destruye, sino
ello sin costar un céntimo; en suma, aumenta su valor cie^itificOy ó si se
todos los recursos de la prudencia hu quiere, la eficacia de los medios natu
mana refinados y avalorados por la rales que en ella se emplean. « Nos
gracia divina.
otros no tenemos estos poderosos medies
No es nuestro intento recordar esas de educación », decía á D. Hosco aquel
armonías entre el sacramento del per ministro inglés que visitó el Oratorio
dón y los misterios de nuestra miseria, de S. Francisco de Sales en 1864.
ni ponderar su valor social y teológico; Nuestros lectores saben muy bien que
pero quisiéramos hoy comentar una sola para el gran gran educador, represen
de sus múltiples aplicaciones en la vida tante de la Pedagogía católica del siglo
del hombre; por la cual ocupa y debe pasado, la Confesión era el fundamento
ocii[)ar el primer puesto entre los me de toda educación moral é hizo de ella
dios educativos, y casi casi nos atreve la quintaesencia de su Sistema Pre
ríamos, si no temiéramos profanar su ventivo; porque en realidad la Confe
nombre, á llamarlo el Sacramento de sión es la prevención pedagógica llevada
¿a educacióft.
á su más alto grad o ; la prevención por
excelencia, la más profunda, la más i
segura, la más santa de todas las pre
De todos los procedimientos inven venciones; el Sistema Preventivo apli
tados por la ciencia para educar al cado al género humano por el divino
hombre y comunicarle los hábitos mo Pedagogo y Maestro de la humanidad,
rales, fin absoluto de toda educación, Jesucristo.
no hay ninguno que pueda compararse
Un procedimento que ha tenido tan
en eficacia con éste, aun prescindiendo gran parte en la educación del género
de la gracia que confiere. No sería te humano, por fuerza ha de ser eficacísimo
merario el asegurar que una confesión en la educación propriamente dicha, es
semanal bien hecha de parte del niño decir, en aquella etapa de la vida del
y de parte del confesor, con la deten hombre en que se trata, no ya de conser
ción, ciencia v método debidos, consti var y perfeccionar los hábitos morales.
—
31
—
sino de crearlos. ¿Y en qué mejores con mundo, un acontecimiento ó una crisis
diciones se puede dar la enseñanza que suelen ser piedras miliarias de la
moral que en el confesonario? Allí la vida, y á veces determinan el rumbo
enseñanza es siempre objetiva y oca del individuo; ló cual deja huella
sional, sin perjuicio de extender la lec indeleble en el alma del niño, propor
ción cuanto convenga; se parte siempre cionándole el criterio práctico cuyas
de un hecho, un caso de conciencia, primeras aplicaciones, por lo serias
no ajeno, es decir, lejano é indiferente, é inesperadas, pasan á la categoría
sino propio y por lo mismo interesan de principios morales vividos y pensados
tísimo; la materia se dispone y aplica y acabarán por integrar su conciencia.
S . P A B L O (B rasil) —
O bisp o s y superiores
que tom aron parte en las fiestas del vigésim oq uin to aniversario de la fundación del Lyceu.
según las necesidades concretas y ca
En esta clase no hay más remedia
pacidad del individuo, suministrándola que explicar por necesidad práctica
en dosis más ó menos homeopáticas, todos los deberes, desde los más tri
por lo cual es más fácil de retener y viales hasta los más costosos, y desen
aplicar; el hecho que da pie á la lec trañar los móviles y condiciones del
ción, que viene á ser su ley y explica acto humano; así que el educador puede
ción al mismo tiempo, suele ser en terciar para sostener al niño en esa
aquella época un hecho nuevo, una re lucha interior, para la cual todo hombre
velación tal vez de los misterios de nace soldado, entre las pasiones y la
nuestra existencia, de las grandes res razón, el interés individual y el interés
ponsabilidades de la vida, una de las colectivo, cuyos episodios son otros
hondas sorpresas ó terribles desenga tantos problemas morales que el indi
ños que nos esperan á la entrada del viduo debe resolver en último resultado
—
por SI sólo con su libertad en el secreto
de su conciencia, y de su solución dej)ende el destino temporal y eterno del
hombre mismo. Por eso el sacerdote,
cuando confiesa á un niño, es el peda}Jogü en el sentido más profundo de
la palabra; al educador laico le falta
jurisdición, más aún le está prohibido
el hacer ciertas preguntas y resolver
ciertas dudas, de modo que el alma
del educando conserva un coto vedado
para él, y por lo tanto ignora las ali
mañas que en ese coto se pueden criar
y los fenómenos que en el se verifican;
en cambio el pedagogo confesor tiene
obligación de examinar todo el con
tenido ético del acto y el estado moral
del alumno y por lo mismo tiene de
recho á preguntar lo que está obligado
á saber, lil puede escudrinar los más
recónditos senos del alma tlel niño;
basta que tenga el tacto necesario y
SI- entera muy pronto de sus pensa
mientos y deseos; de sus tentaciones
y sus peligros: de sus faltas exteriores
y transgresiones ocultas; de sus victo
rias y de sus derrotas; de sus aptitudes
y sus ideales, sus entusiasmos y sus
dudas.
No hay educador que fuera de estas
circunstancias pueda apreciar i in justa
mente el sujeto porque, además, ])uede
introducirse eii su pasado interior y
exterior, aquilatando así todas las cau
sas determinantes de su estailo actual
co.menzantlo por la familia, relaciones
íiitiinas, educación etc.; puede examinar
las condiciones físicas, económicas )'
aún morales de los progenitores pa'a
venir (ui comuamiento de las virtude's
y vicios heroilados ó adípiiridos; en fin.
todos los datos necesarios no sólo para
ara enseñarle á vencer sus
pasiones y desarrollar los gérmenes de
las virtudes, en una palabra, educirlo.
A más de eso, la autoridad del edu
3 2
—
cador seglar y aún la del maestro sa
cerdote en la vida escolar, no puede
compararse siquiera con la autoridad
del confesor. En el confesonario su pa
labra es la voz de Dios; y hablarle así
á un niño de io ó 12 años que, si no
lo comprende, siente é imagina á Dios
mismo en la penumbra del confesonario,
es transformar la voz del sacerdote en
la del Juez eterno que resuena en el
fondo de su conciencia amedrentada,
como la voz de Jehová desde el Sinaí.
La dulzura paternal del sacerdote le
infunde valor, pero deja muy viva la
obligación de no ocultar nada y así se
logra que descubra sus llagas y abra
sinceramente su corazón, lo cual es
imposible lograr fuera de este caso,
como quiera que está seguro que esto no
le atraerá ningún castigo y sabe muy
bien que un silencio absoluto guardará
para siempre todas sus confidencias.
De este irtodo el educador apóstol
tiene ante sus ojos el pasado, el pre
sente y el porvenir íntimo de su edu
cando; á su prudencia corresponde el
no extralimitarse y á su ciencia hacer
la síntesis científica de todos esos da
tos; si se le olvida alguno podrá pre
guntarlo otra vez, si la deducción ha
sido precipitada se rectificará en la
confesión siguiente; constituyendo todo
esto un programa vastísimo que sólo
la confesión permite aplicar; de donde
resulta que ésta viene á ser en sus manos
el meollo del sistema preventivo y el
gran resorte de la educación moral.
Para dar fin á este ya largo artículo,
quisiéramos añadir una recomendación
á los padres y madres que leen nuestro
Boletín, para que se penetren bien de
esta eficacia de la Confesión, aún con
siderada como procedimiento educativo,
por lo cual viene á ser el mejor de
todos ellos, la clase de' Moral más pro
vechosa que puede recibir el niño; y
mucho más si se considera que á su efi
cacia natural va añadida la sobrenatural
de la gracia.
Respecto á los sacerdotes que confesan niños, haríamos una otensa al
ilustrado celo de nuestros hermanos en
el apostolado educativo, si nos atre
viéramos á recomendarles el estudio de
la psicología del niño juntamente con
estudio de la Moral. Por mucho que
se estudie ésta, por sí sola no es su
ficiente para confesarlos con provecho;
no basta conocer la ley, es preciso ade
más conocer bien el sujeto á quien ha
de aplicarse; por eso la Pedagogía
moderna se coloca, y cualquiera ve con
cuánta razón, entre la Psicología y la
litica. El niño lleva escondidos en lo
más profundo de su ser grandes estí
mulos para la virtud y el bien, porque
en el fondo de la naturaleza humana,
aunque viciada por el pecado original
y personal, existen siempre mezcladas
con las pasiones bastardas las pasiones
nobles que empujan la humanidad hacia
los grandes ideales de Ja justicia, la
verdad, el bien y la belleza; la imagen
de Dios, la inteligencia, el apetito ra
cional, han quedado un poco averiados,
pero no destruidos; ha quedado todavía
el alma naturalmente cristiana.
En preciso conocer bien y utilizar
en la obra educativa esas aspiraciones
sublimes que aparecem siempre entre
los instintos groseros; esas ansias de
justicia y santidad que forman parte
también del alma humana, por dicha
nuestra, y en momentos dados llevan
al hombre á los grandes heroísmos.
Por muy corrompido que esté un co
razón, afirmaba D. Hosco al ver los
presos de la Generala, queda siempre
un sentimiento bueno que movido á
tiempo puede producir la regeneración
del hombre más degradado. Y si en el
hombre más degradado hay siempre
ese sentimiento ¿cómo no ha de ha
berlo en el niño? No otra cosa movió
á D. Hosco á intentar la regeneración
de tantos i\iños desgraciados sÍ7i recjtrrir á ¡lin oiu i ca stig o ; supo tocar sus
buenos sentimientos adormecidos y con
la gracia de Dios hizo producir á tan
tos corazones cubiertos de fango las
más bellas virtudes, como un hábil ar
tista hace producir delicadas armonías
tocando las teclas de un piano cubierto
de polvo y telarañas.
Y aquí nos atrevemos á decir que
la clave de sus inauditos triunfos pedagógicos fué precisamente laConiesión
bien hecha p or parte de é l; y decimos
por parte de él, porque como sacra
mento tiene igual valor teológico ad
ministrado por Apolo que por Cefas,
pero como medio educativo manejado
por él resultaba de una eficacia incom
parable. Alma ardiente de apóstol,
psicólogo sagacísimo que unía á veces
á las intuiciones asombrosas del sabio
las clarividencias más asombrosas aún
del taumaturgo, hizo de la Confesión
el resorte mágico
de regeneración
eso
O
piritual, que en sus manos ungidas
trasformó miles de larvas de presidio
en seráficas mariposas.
Pero esto merece otro artículo y de
ello trateremos, si Dios quiere, en el
numero siguiente.
O
TESORO
E SP IR ITU A L.
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en coiniini(!a«r-o >o>o>o:=>n sus ardores, los escri
tores con su pluma, los pobres con su brazo. Se
puede cooperar (X)ii la palabra dando á conocer
al Salesiano á quien no lo admira aún y procu
rándole benefactores que suplan su propia im
potencia. « Se puede cxioperar, diere el ilustre
Cardenal Mauri, con la oración impetrando cromo
42
—
Aarón las gracias del cielo; con santas expiacio
nes, tomando con amorosa aceptación las cruces
que se encuentran en el camino; y hasta con el
simple deseo, y a que la Bondad infinita de Dios
da por hecho el bien que sinceramente deseamos
hacer ».
San Pedro encontró en el atrio del templo un
tullido que le pedía limosna. Deteniéndose el
apóstol y fij ando su vista en el pobre, le dice: «No
tengo oro ni plata, pero lo que tengo eso te doy;
en nombre de Jesucristo, levántate y anda ».
Si nosotros no tenemos fortuna, tenemos al
menos pies, tenemos manos, tenemos lengua,
tenemos fe; como el Pescador de Galilea, demos
lo que tengamos.
En cuanto á vosotras, distinguidas señoras,
vosotras que habéis sabido divinizar vuestras
gracias y encantos de mujer con la grandeza
d la abnegación, con la sublimidad de la \’irtud:
vjsotras podéis cooperar esgrimiendo las armas
irresistibles del corazón, que Don Bosco quiso
fuesen las primeras que chocaran contra el
puñal envenenado del odio.
Podéis vosotras ejercer la más hermosa de las
misiones, convirtiéndoos en ángeles de consuelo
en medio de tantas lágrimas, en ángeles de luz
en medio de tanta ceguera, en ángeles de paz en
medio de la discordia.
A vosotras no os han detenido jamás las difi
cultades y sacrificios; presentaos como emba
jadoras de los cielos á la puerta de los opulentos
á recordarles el mandato evangélico de dar al
pobre lo que Ies sobre; id al pueblo y enjugad
amorosamente sus lágrimas, y así convertiréis
en rosas las espinas y abrojos del camino.
La mies es mucha, señores, y los operarios
pocos. Entre tanto, las hordas enemigas son
incontables y sus rugidos se escuchan más fe
roces cada día. Vamos á la lucha con resolución
y ardor. Si volvemos al rostro, no haremos más
que finnar nuestra sentencia de muerte. ¡Vamos
adelante!
Aceleremos el paso antes que las sombras de
la noche nos invadan, antes que la tormenta
que se acerca nos alcance. ¡Adelante! sin miedo,
ni vacilaciones, que el Dios de los Ejércitos está
con nosotros y, mediante E l, habremos de ver
ornado con un nuevo lauro de \*ictoria el estan
darte sacrosanto que hace veinte siglos preside
los destinos de la humanidad y á cniya sombra
\*iven el Amor y la Paz, la Fe y la Civilización.
DEJ^ÍUESTRAS MISIONES
CHINA
En un bazar de beneficencia,
{Del Diario de nuestros Misioneros) (i).
II.
L a vu elta al hospital. — V isita s á los en
ferm os. — E n la habitación de la muerte.
— E l o asis en el desierto.
No hace falta decir si, con la cabeza trastor
nada por el barullo de tantas cosas, volvíamos
por la tarde contentos á la pacífica morada
del hospital.
Este refugio de todas las miserias humanas, de
vastas dimensiones, está dividido en dos depar
tamentos según el sexo. Nos alojamos en el
gracioso pabellón de los médicos, que se le
vanta en el centro, aislado por un ancho espacio
de deliciosos jardines.
No obstante, era imposible que la amenidad
del lugar nos hiciera olvidar que al rededor
nuestro tantos infelices gemían prostrados en
el lecho del dolor. Por esto de cuando en
cuando, debería decir todos los días, iba á visitar
á los enfermos acompañado de los niños cuando
me lo permitían.
En los amplios salones de los pobres tubercu
losos y de los fumadores de opio consumidos,
entraba solo. Después de dirigir un saludo par
ticular á los numerosos pacientes, caminando
lentamente entre dos largas filas de míseras ca
mas, levantaba con más fuerza la voz recor
dando al padre común. Dios.
Hacia la media noche, cuando la tranquili
dad absoluta reinaba en rededor, debía impo
nerme un sacrificio mayor para decidirme á
entrar en un miserable cuchitril, que se podría
llamar el tugurio de la desesperación, pues sir\'e
para recoger los enfermos desahuciados por los
médicos. El cochambre, la miseria, el abandono
de aquel lugar es cosa que hace estremecer al
solo pensarlo.
(I) Conclusión. Véase el Boletín de Agosto-Septiembre.
Y sin embargo, aquellos desgraciados están
allí macilentos, cadavéricos, pero al mismo
tiempo estoicamente resignados á la muerte que
se acerca. Por lo demás ¿qué le importa morir al
que nunca ha apreciado el valor de la vida?
¡Morir! ¿acaso no es para ellos el fin de todos los
males? A penas expira nao, arreglan su puesto
para otro.
También en la habitación de la muerte re
sonó el santo nombre de Dios.
Presencié escenas conmovedoras, inolvida
bles. ¡Cuántas veces algunos infelices, oprimidos
por los dolores de la enfermedad fatal, viendo
aparecer á una persona amiga que se acordaba
de ellos en quien nadie pensaba ya en el mundo,
hacían un supremo esfuerzo para apoyarse en
los codos y agarrarse á mis vestidos esperando
la salud! Úna vez tuve que experimentar una
emoción atroz. Mientras ya muy impresionado
daba vueltas por aquel tétrico lugar, diciendo
con la voz ahogada por el llanto palabras de
aliento, v i á uno de aquellos infelices que movía
en rededor los ojos medio apagados, y mirán
dome con desprecio, pedía para sí la maldición
de Dios. ¡ Infeliz 1 Y huí lleno de horror.......
y al día siguiente era cadáver. Sus compañ' ros
de desventura, para excusar la mala acción,
me hicieron entender, más con los gestos que con
las palabras, que aquel infeliz tenía poco de
bueno.
No lejos del hospital hay una iglesita dedi
cada al Patriarca S. José. Como las caravanas
hallan refrigerio en los oasis solitarios, así era
para nosotros un alivio indecible el podernos re
fugiar todas las mañanas en aquel sagrado re
cinto.
Los pocos cristianos que lo rodean acuden
gustosos á oir la S. Misa. No nos habíamos visto
nunca ni mucho menos conocido y, no obstante,
nuestros corazones latían á la par como herma
nos, como los antiguos hermanos de Roma, per
didos, pero unidos con el solo vínculo de la fe, en
aquel vasto desierto de hombres paganos.
Refocilados espiritual y corporalraente, no
obstante lo lluvioso del tiempo, volvimos al ¿wzar. Nuestra constancia exacta é intrépida íué
encomiada por los periódicos de la ciudad.
* %
—
III.
T eatro chino. — M atrim onio chino que ter
mina á la am ericana. — E l ju sto medio de
la Iglesia. — L a procesión del dragón en
los departam entos del bazar.
Un día hubo que dejar el kiosko de siempre
para prestar servicio en el interior de un gran
barracón trasformaclo en teatro.
l'U espectáculo prometía ser sobremanera in
teresante porque se daría una representación
á la europea. K1 teatro esencialmente chino es de
una monotonía insoportable. Son siempre las
mismas historias venturosas, cantadas por his
triones ridiculos con la barba y pelo exagerada
mente descompuestos. Un ruido endiablado de
trompetas y tambores aumenta el mérito de la
declamación.
Ivsta vez no. Se iban á representar con ver
dad escrupulosa las ceremonias de un matri
monio chino con toda su mímica y á la vez
con aquella pompa que le da un carácter de
gravedad religiosa.
Llaman en seguida la atención los vestidos
de riqueza y esplendor deslumbradores. La
novia lleva la cara vendada con una especie de
aureola de ilequillo blanco que la oculta á la
mirada de los indi.scretos. Después, muchas re
verencias, genullcxiones innumerables, prome
sas á los padres y entre sí de obediencia y
fidelidad, y de este modo termina la primera
parte. Sucede un cambio rápido de escena.
La novia (ó mejor el joven disfrazado de no
via, pues nunca se permite en China á las muje
res (pie aparezcan en el escenario) que demues
tra haber ya respirado el aire libre de América,
no pudiendo sufrir aquel pesado ceremonial, con
verdadero escándalo de sus parientes y amigos,
se arranca y tira en un rincón el pudoroso velo
que le ciñe la cabeza y la cara, y se retira entre
bastidores. Poco después, entra en escena con
un jubón de seda blanca cerrado á los lados y
falda á la europea.
Así el matrimonio que comenzó con tanta
solennidad según el uso del país, termina en un
abrir y cerrar de ojos A la americana, como di
cíen ellos.
La compañía cómica que no sin atrevimiento
se ha propuesto modernizar á sus compatriotas,
parece, al menos por la impresión que se pin
taba en el rostro de los espectadores, que ha obte
nido el efecto contrario.
Tuve que pensar en aquel momento que la
Iglesia (Xitólica, en una cosa de importancia tan
capital entre los pueblos, sigue un justo medio
con la sobria santidad de sus ritos tan distantes
44
de una pesadez supersticiosa, como de una des
envuelta y atea precipitación,
Al salir encontramos otro espectáculo de ca
rácter completamente nacional que de un modo
particular apasiona el alma verdaderamente
china. Se trata de la procesión del dragón por
los departamentos del bazar para que derrame
sus bendiciones en ellos.
Creo que es imposible imaginar nada más ex
travagante é insoportable.
La enorme cabeza del dragón — de un me
tro de diámetro — va sostenida en alto por los
brazos extendidos de un individuo muy experto
en hacerla bambolear á derecha é izquierda,
ariba y abajo de mil ridiculas maneras, aña
diendo más ridiculez aún las extravagantes
muecas de la boca y el extrambótico movi
miento de los ojos.
Cuelga de la monstruosa cabezota un largo
paño todo tejido á modo de escomas de ser
piente riquísimas, cargado de oro y plata, y
sostenido por una turba de veinte, treinta ó más
devotos que tienen el importantísimo encargo
de estirarlo por todas partes para dar á aquel
cómico y grandioso pelele todo el aspecto ‘de
un verdadero y mastodóntico icosauro antedilu
viano. El dragón legendario del gran caballero
S. Jorje es un grano de anís comparado con
el bestial mostruo chino.
H ay que notar que los movimientos, balan
ceos, saltos, en una palabra, toda la ridicula
pantomima, se regula por el ritmo infernal (en
China no falta nunca la música y por eso un
ministerio tiene á su cargo este arte divino) de
ciertos sonorísimos gong y de los tam-tam, apo
rreados por los furiosos golpes de varios y ro
llizos brazos que se cambian, para no privar
un solo minuto los oídos de aquellas deliciosas
y patrióticas notas chinas.
E l ruido endiablado seguía retumbando por
horas y horas. Y o tenía la cabeza más inchada
que la del dragón y hubiera huido mil veces,
admirándonme de la imperturbable calma de
los chinos que parecía se deleitaban con aquel
jaleo infemal más que nosotros con las dulces
melodías de Verdi .
IV.
A travesan d o la ciudad de Cantón de noche.
— Coloquios fam iliares. — Senten cias mo
rales. — M anera estrañ a de escribir las
sentencias. — L a cam pana de la catedral
en el silencio nocturno.
Llovía y llovía constantemente. Y a me preo
cupaba el pensamiento de tener que atravesar
de un extremo á otro la ciudad de Cantón, por
aquellas calles y con aquel tiempo.
—
45
Esperar .era inútil, si no peor.
¡Animo 5’ adelante! Había unas tinieblas tan
densas, impregnadas de humedad grasicnta, que
no dejaban ver los dedos de la mano. Algún
raro farol colgado de las paredes muy lejos,
lejos, nos amedrentaba exagerando las distan
cias.
Llegados á cierto punto, se nos escapó á todos,
hasta á los niños y hombres chinos, una ex
clamación de contento. E l resplandor impre\4 sto de un comercio alumbrado con gas acei-
—
A 1 llegar al hospital los doctores y lodo el
personal de ser\'icio se mostraban siempre lle
nos de paterna y solícita deferencia ¡Con
cuánto gusto recuerdo su compañía!
Rota toda barrera de raza, sentíamos que
formábamos una sola familia. Conversábamos
agradablemente por mucho tiempo. Los argu
mentos de nuestra conversación caían ordina
riamente sobre nuestros usos europeos tan dis
tintos de los suyos. Con frecuencia atraían
nuestras miradas las sentencias morales escritas
C fíf.íi Cti. ftv
S L I E M A (M alta) —
L o s ven cedores del certam en catequístico.
tileno era el símbolo más elocuente del pro
greso brillando entre las tinieblas ciegas de un
fosilismo estéril y obstinado.
Después, obscuridad más densa que antes; casi
teníamos miedo de hablar. A veces hubiera sido
imposible seguir adelante, si nuestros buenos
am^os del bazar no nos hubieran proporcionado
la escolta de varios coolies, que, mientras avan
zaban por las tienieblas, nos alumbraban con
pobres farolillos colgados de sus espaldas.
Mucho más poético era el paseo nocturno
cuando estábamos provistos de sendos ramos
de pino. Entre los resplandores de las llamas,
rodeados de humo denso y el acre olor de resina,
parecíamos fosores viajando por las catacumbas.
para edificación común en las paredes. Nos pa
recía cosa muy curiosa que nuestro venerable
Padre se hubiera encontrado en la mi.sma idea
con los chinos. Entre otras recuerdo la máxima
má:
siguiente:
Shuto ho^ va^ — iouk^ ho^ chu^
Tsoko Ito^ yan} — pang^ ho^ sz^ (i).
Se traduce así:
D i palabras hmiestas, — lee buenos libros.
Sé hombre honrado. — obra bien.
(i) Romanizando los caracteres chinos hay necesidad^
de acompañarlos con números ú otros signos convencio
nales, que indican la diversa tonalidad, con la que deben
pronunciarse. Es un medio útilísimo para recordar
exactamente su sonido.
r
— 46 —
L a especialidad de tales aforismos no consis
tía precisamente en el sentido, que no presen
taba dificultad, sino en haber sido todos estos
doce caracteres trazados de un solo golpe por
la habilísima mano del escritor. Tenían todo el
aspecto de un largo garabato, tirado sobre una
ancha tela con una escoba mojada en tinta.
Discutir sobre el valor real de un arte reali
zado de aquel modo era tiempo perdido; y ter
minábamos sin que las opiniones propias se hu
bieran conmovido en lo más mínimo, ycndonos
á dormir.
Me admiraba siempre que estaba en la cama
al sentir la quietud y el silencio que reinan so
bre aquella vastísima ciudad. Ni un grito, ni un
rumor se percibía, excepto de cuando en cuando
un golpe de gong que un viejo de setenta años,
verdadero metrónomo nocturno, embutido en
cincuenta gabanes, daba regularmente con la
exactitud de un reloj, observando las estrellas,
expuesto durante doce horas al frío nébuloso.
Otro tañido resonaba más fuerte, solemne al
gunas veces, en el silencio de la noche. Lo cono
cía: era la voz de la campana de la catedral...
¿Quién no la hubiera creído en aquella soledad
imperturbable y grandiosa una palabra viva,
animada?
Despertaos — parecía decir — pobres pa
ganos del vergonzoso sueño de tanta ignorancia
milenaria. Abrid dócilmente el corazón. O íd ; yo
soy la voz de Dios que os dice la gran palabra de
la verdad y de la misericordia.
Pero, ¡ay de mí! (respondía yo tristemente á
los golpes piadosos y sonoros de la campana de
la catedral) esta voz, esta voz solemne, ¡quién
sal>e por cuántos siglos aún llamará inútilmente
á estos pobres narcotizados al deseado despertar
de la vida!
V.
V isita s á los grandes M andarines. — Mú
sica alegre durante un duelo chino. •—
L a s cortesías del presidente de la « Antiopium ". - V isita al Ex-M inistro de Estado.
— E l último acto de atención de los se
ñores del Bazar. — A travesan d o el puerto.
— Poéticos encuentros en el R ío de las
P erla s. — « jD . B osco p a sa y triu n fa !» .
En los últimos días el trabajo tenía que au
mentarse con el de las visitas. Indicaremos de
entre las principales las siguientes.
El limo. Sr. Tchau-tchouk lloraba hacia
un mes la pérdida de su madre. Le jxireció que
la música de nuestra banda, cuya fama se había
ya difundido por toda la ciudad, le habría ali
viado la pena que le oprimía.
•
Nos dirigimos pues á su casa. Nos invitan á
pasar á una sala muy extraña, atestada de gente
vestida con túnicas blancas que les llegaban hasta
los pies — ¡Llegan! — anuncia una voz tímida al
dueño de casa; y entre la agitación producida
por nuestra presencia, noté en el fondo un brillo
más \4 vo y algunos bonzos rapados agitándose
al rededor de un altar ante el cual yacían los
venerandos restos, cerrados herméticamente en
un precioso cofre de madera.
No pude contener un movimiento de indig
nación á la idea de que hubiéramos sido llevados
con engaño para presenciar un funeral pagano,
supersticioso.
Pero con paz de mi alma pasamos á una sala
contigua que, por una excepción rarísima en
tiempo de luto, mostraba sobre nuestras cabezas
cestitos de flores perfumadas pendiendo del
techo.
Y aquí comenzó lo bonito, ó mejor lo característico, y fue necesario no poco esfuerzo para no
abandonar la seriedad que la solemnidad del
momento exigía.
A quella turba de vestiduras blancas, separada
de nosotros por una simple pared y una puerta
abierta, esperaba. ¿Qué esperaba? ¿Acaso una
música delicada que hubiera refinado el dolor
del dueño y sus amigos? Nada de eso. H abía
mos venido para aliviar el dolor que pesaba so
bre los ánimos de aquella familia. Nada mejor pa
ra el imperturbable Carmagnola. Da con reso
lución una señal, embocando á su vez el ins
trumento con los carrillos hinchados. Y allá
van las más estrepitosas marchas italianas, las
que suenan tan bien con la brillante luz del sol y
el barullo descuidado y vario de nuestras aldeas
de la montaña en día de fiesta.
En un local tan reducido ¡figurarse qué ruido
tan tremendo! Temblaban los cristales y yo creía
que me reventaba el cerebro, peor que con
las sinfonías del dragón. Pero hice un esfuerzo
hercúleo para contenerme y me creí recompen
sado con usura al ver los ojos de los que estaban
en el duelo, humedecidos por la moción.
El éxito no dejaba lugar á duda. En otra parte
en semejante circunstancia, nos habrían ape
dreado. Alli realizábamos un acto piadoso.
Una vñsita no menos importante fué la del Sr.
Vou-sheui-foung, uno de los presidentes de la
l>enemérita y ya muy difundida « Sociedad Antiopiuni». Hombre de miras elevadas hace cuan
to está á su alcance para que se borre de su pa
tria esta mancha vergonzosa.
Son innumerables las cortesías de este gentil
hombre, cortesías que tuvieron su colmo en un
suntuoso almuerzo, costeado por él para los ni
ños en una fonda de lujo.
Si hubiéramos tenido que escuchar á todos, no
!
—
47
habríamos terminado nunca. No obstante, no
pudimos excusamos de presentar nuestros obse
quios á S. Excia. Ló-min-fan, ex-ministro de
estado en Pekín. También allí dulces, te y ciga
rros en abundancia. En aquella circunstancia tan
honrosa para unos pobres huerf anitos, aumentóse
la alegría con la presencia de un señor joven
aún, que había recorrido toda Itaúa y había
quedado entusiasmado.
Y a el sol tocaba á su ocaso cuando todos desde
el primero al último nos encontrábamos sobre el
puente de cubierta del buque que había de
conducimos á los humildes quehaceres ordi
narios.
Estábamos más bien entontecidos que em
briagados de tantos honores, cuando con gran
admiración vemos subir á bordo en traje
de gala el gmpo de nobles señores que
componen la Comisión del bazar que tan bien
ha resultado. Quisieron vernos y manifestarnos
una vez más su agradecimiento, mientras las
sonoras notas de las trombas eran incapaces de
corresponder á un acto de tan exquisita ama
bilidad.
Por fin quedamos solos de veras, y como hé
roes á la vuelta de una feliz empresa, pasamos
en reseña nuestro botín ó mejor los premios re
cibidos. Cuatro medallas pendían del pecho de
cada uno: tres grandes banderas ondeaban glo
riosamente sobre el puente; un paño de seda roja,
homenaje de grande consideración, y para co
ronar la obra, una colección de fuegos artificia
les. Podíamos damos por sastisfechos, como de
veras lo estábamos.
La hora de la salida llegó..... Turbas de cu
riosos corren á las orillas del río; se juntan, mi
ran, esperan.
El buque ha recogido anclas.
Las aguas se ensanchan, se pierden de vista
los lejanos montes, y la ciudad en un momento
queda cubierta de oscuras y amenazadoras
nubes.
La última novedad despierta por un instante
la alegría y la \úda; todos admiramos un soberbio
vapor inglés que avanza.
Los dos vapores pasan resbalando el uno
tan cerca del otro que se distinguen perfecctamente las fisonomías y se oyen los saludos que
se cruzan alegremente.
¡Animo muchachos, aire á los instrumentos!
Y el God save the King se confunde Tediosa
mente con el mmor de las ondas descompuestas.
Los pasajeros se quitan el sombrero entusias
mados y se preguntan unos á otros con señas;
— ¿Quiénes son esos simpáticos músicos, que
han querido alegramos con tan grata sorpresa?
—
— }D. Poseo por el río de las Perlas pasa y
saluda!.....
Pocos momentos después se renueva la sim
pática escena á la llegada de un vapor francés.
Las patrióticas notas de la Marsellesa resuenan
grave y majestuosamente. Monseñor Merel apa
rece y nos bendice. Entre los pasajeros la misma
satisfacción, la misma extrañeza, el mismo mo
vimiento interrogativo:
— ¡D. Bosco por el río de las Perlas pasa y
saluda!......
Y como hoy por todos los rincones de la tierra,
y especialmente por las rápidas y caudalosas ar
terias de las lejanas Américas, así no sólo por el
río de las Perlas, sino también atravesando las
ondas imperiales del Río azul y del Rio amarillo,
D. Bosco. con las infinitas falanges de sus niños
alegres con sus músicas y sus cánticos, pase....
y triunfe.
J u a n F e r ü n a n i , Pbro.
BIBLIOGRAFIA.
Hemos recibido:
de la L ib rería de B . H erder, Editor P on
tificio :
Tabulae Fontium Tradítionis Christianae (ad annuni 1563) quas in usum scholarum collegit
J. C r e ü SEN S, J. Cum approbaiione Rev. Archiepiscopi Friburgensis et Superiorum Ordinis.
8® maiore. VIII p. et VIII tabulae. Dimensiones
tabularum : 5 1 x 2 1 cm. Cum tegimento cltartaceo
M. 1.40 — Fr. 1.75.
De la L ibrería S a lesian a de S a r r iá ;
Documentos de Comercio y Nociones de Teneduría de
libros por el Pbro. salesiano D. Ramón ¡Ca b a l o .
Este libro es complemctito de la Aritm Uica práctica
del mismo autor; y sus cualidades didácticas no des
merecen nada de las obritas precedentes en las cuales la
claridad llega al último grado. Por su parte nuestra
Escuela de A r te tipográfico de Sarriá ha extremado el
buen gusto en la presentación del libro; los modelos de
cheques, pagarés, letras, etc. etc. tirados á varias tintas
lo parecen de veras.
F r e d o : En cartoné Ptas. 3*00; en tela Pías. 3'50.
0©
000®
Oooooo'
EL CULTO
de izaría 9u\illadora ^
Nós tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan oids consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Virieo bendita, que fué en todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio x .
GRACIAS DE M A R IA AUXILIADORA.
Honda (América).— Tengo una hija de mala Ín
dole y carácter a.spero é indómito. Afligida en estremo por esta razón, pedí á la \''írgen María Au
xiliadora motlificara su condición y lo conseguí.
Algún tiempo de.spucs, esta misma hija fué acometitia de un violento reumatismo ejue por varios
años la tuN-^o tendida en el lecho del dolor. Sin esj)onmzn y no viendo remedio en lo humano, volví
mi corazón y mi alma á la misericordiosa Reina
de los Cielos, María Auxiliadora. I/C pedi la salud
de mi infortunada hija, le ofrecí una novena, dar
una limosna, confesarme y comulgar con mi hija
y publicar este favor.
I/i Virgen Santísima oyó mi súplica concedién
dome lo que le pedia, y hoy cumplo mi promesa.
Gracias le sean dadas por tan señalado beneficio.
Mayo 9 de ig it .
R
am o n a
H
in c a p ié
de
A
v il a
.
S u eca (Valencia). — A una hija mía se le
paralizaron las piernas de tal. manera, que no
las podía mover. No dando resultado alguno las
medicinas ordenadas por el facultativo, puse una
medalla de María Aux. al cuello de la enferma,
y comencé una novena. Aun no había acabado
la novena y ya la gracia estaba alcanzada.
Ju
l ia n a
M
a r t o r e l l
.
Bilbao (España). — Trece años hacía que
venia padeciendo de una enfermedad de la que
sólo una peligrosa operación podía librarme.
Yo no me decidía á sufrirla, pero llegaron á
tanto mis dolores que no tuve más remedio que
decidirme. Para más seguridad de buen éxito,
me encomendé á M. A. y lo mismo hicieron mi
familia y algunos amigos, mandando además ce
lebrar una misa en su altar el dia de la opera
ción. Ya estaba todo dispuesto cuando el médico,
que antes me animaba diciendo que no había
ningún peligro, sin otras explicaciones me dice
que él no se atrevía á operarme. Insistí en que
no tuviese reparo, pero á pesar de mis instancias
dijo que no se comprometía de ninguna manera.
Pensé que esta sería la voluntad de Dios y ya
estaba resignado á sufrir la enfermedad por toda
la vida, cuando habiendo pasado por Bilbao y
consultado con otros médicos, me dijeron que no
había inconveniente en hacer la operación. Volví
á encomendarme á la Virgen de D. Bosco, pro
metí publicar la gracia en el Boletín Salesia/io y
con toda confianza me puse en las manos de
Dios y de los médicos.
Duró la operación más de una hora, y á pesar de
lo peligrosa que era y de mi edad algo avan
zada, gracias á la que es Auxilio de los Cristianos,
estoy completamente bien, no habiendo pasado
de convalecencia más que once dias, después de
los cuales pude dedicarme á mis ocupaciones
sin molestia ni incomodidad alguna, cosa que
hacia muchos años no podía hacer. Agradecido
por tan singular favor doy gracias á M. A . y
cumplo mi promesa publicándolo en el Boletín
Salesiano.
Baracaldo (Bilbao) agosto 19K.
Rom án O t e r o .
L a P a z (Bolivia). — Los Salesianos nos vi
mos durante algunos meses en graves angustias
á causa la crítica situación de la propiedad del
Colegio, y hubo momentos en que aun se llegó
á temer por la continuación de nuestra obra en
esta ciudad, objeto de nuestros desvelds desde
hace más de quince años.
En tan angustiosas circunstancias tuvimos la
feliz idea de poner nuestras gestiones bajo el
amparo de nue.stra bondadosa Madre, María Au
xiliadora. Al efecto, el dia 16 del pasado junio,
comenzamos una novena con las oraciones indi
cadas por nuestro Ven. Fundador, Don Bosco.
Desde aquella fecha se despejó el horizonte
y luego principió á sonreimos la dulce espe
ranza de un arreglo conveniente. Y éste llegó,
en efecto, como consecuencia de la buena inte
r
—
49
Ugencia habida el dia 24, último de la novena
y onomástico de nuestro venerando Padre, pu
diéndose firmar ayer las escrituras que dan por
terminado el asunto.
Publicamos la gracia para cumplir la promesa,
dando solemne testimonio de nuestra gratitud
hacia la taumaturga Virgen de Don Bosco que
ha adquirido un nuevo titulo á la confianza de
sus hijos.
La Paz, 6 de Julio de 1911.
J o s é M. R e y n e r i S. S.,
Inspector de los Salesiaiios del Perú y Solivia.
M anagua (Nicaragua). — Mi esposa, Esme
ralda de Tones, cayó gravemente enferma con
fuertes ataques de corazón y fué desahuciada
por la ciencia médica. En estos momentos su
premos hice que mis hijas empezasen una no
vena en honor de María Auxiliadora, prome
tiendo enviar una limosna á Turín y pidiéndole
encarecidamente le concediera á la enferma á lo
menos una muerte tranquila, pues temíamos se
quedase muerta en uno de esos ataques. La
bondadosa Reina escuchó con ternura la súplica
de mis pobres hijas que lloraban amargamente
la pérdida de su madre ; y no sólo desapare
cieron los ataques, sino también le devolvió
la vida, por lo cual damos infinitas gracias á
nuestra celestial bienhechora, al mismo tiempo
que publicamos tan singular beneficio.
Marzo 1911.
Jo s é M . T o n e s H e r n á n d e z .
C ali (Colombia). — Estando próxima á dar
á luz, fui atacada de una grave enfermedad, que
me puso al borde del sepulcro. Mi esposo me
trajo los mejores médicos para combatir la en
fermedad ; pero todo fué inútil porque las me
dicinas que me dieron me pusieron en peor
estado. Viendo que no obtenía ninguna mejoría,
invoqué á la que es Auxilio de los Cristianos,
ofreciéndole hacer publicar la gracia en el BoUiin Salesiano y mandarle decir una misa can
tada en su Santuario. Mi petición fué oída, por
que instantáneamente me sentí mejor, encon
trándome hoy en completa salud.
Como recuerdo de la gracia recibida, llevaré
al cuello todos los días de mi vida la medalla
de María Auxiliadora.
Septiembre 1911.
M a r g a r it a C a b r e r a .
V alen cia (España). — Hace tres años se en
contraba una amiga mía enferma del vientre de
alguna gravedad; el mal fué en aumento de tal
manera, que puso en peligro su vida en poco
tiempo. Los médicos que la visitaron declararon
que se le debía hacer una operación qui
rúrgica, y aun ésta sin grandes probabilidades
de éxito. En tan angustioso estado, pues la en
ferma no quería sufrir la operación, acudimos
á María Auxiliadora y le empezamos la novena,
poniéndosele al mismo tiempo una medalla de
dicha Virgen al cuello. La llevaron á la clínica
donde se había de practicar la operación, víspera
de San José se verificó, cre5'endo los médicos
—
se les quedaba en ella. María oyó nuestras ple
garias y la operación salió bien; la enferma fué
mejorando de tal manera, que en poco tiempo
recuperó la salud y se puso gruesa, llamándola
todos la muerta resucitada.
Cumplo con un sagrado deber al hacer pú
blica esta gracia, obtenida por mediación de la
Santa Madre de Dios bajo su augusta advoca
ción de María Auxiliadora , haciéndolo constar
así en el Boletín Salesiano.
Septiembre 1911.
A m paro S ie r r a .
Vitigudino (España). — Es niuy grato para
mi alma agradecida el poder expresar de algún
modo mis sentimientos de amor y gratitud á
María Auxiliadora, haciendo á todos partícipes
del vivo reconocimiento que siento por los fa
vores singulares que me viene disiiensando.
El año pasado, á un hijo mío que era el
sostén de mi casa, le sobrevino de pronto una
maligna enfermedad, que en pocos días le puso
á las puertas de la muerte. Acongojada mi alma
y sin saber adónde dirigirme, comencé una no
vena á María Auxiliadora, prometiendo una li
mosna si sanaba. Pronto desapareció todo peligro
y á los pocos días mi hijo recobróla salud perdida;
y con gran admiración de lodos pudo continuar
el trabajo abandonado.
Otro hijo, que hacía siete años se hallaba en
tierras extranjeras, dejó de escribir á la familia,
se olvidó de sus padres y hermanos, y no les
enviaba ni una carta de consuelo, ni les decía
dónde se hallaba, ni cuándo pensaba volver al
hogar paterno. Imposible es expresar lo que
sufrió mi corazón de madre al pensar en el hijo
querido, que en otro tiempo había sido mi ale
gría y endulzado los días de mi existencia. En
tan triste situación fijé mi vista en una imagen
de María Auxiliadora y llevada por la fuerza del
dolor, le ofrecí el hijo de mis entrañas prome
tiéndole publicar la gracia en el Boletín si volvía
á escribir á sus padres y á acordarse de su fa
milia. Comencé á este efecto una novena y, antes
de terminarla, recibí carta de mi hijo, en la que
decía que estaba bien y que pronto regresaría al
lado de sus padres.
Sumamente agradecida á María Auxiliadora
por la gracia obtenida, cumplo mi prome.sa des
pués de haber enviado una limosna.
A. V. A.
C ali (Colombia). — El 13 de Noviembre de 1909
cayó gravemente enfermo mi esposo, Manuel San
tiago Carlosama, con una enfermedad llamada co
lerín, que en pocos momentos lo dejó como
si fuera un cadáver. Como nos encontrába
mos lejos de la ciudad, mandé por un mé
dico poniendo en su conocimiento el estado
del enfermo. Cuando llegaron con las medicinas
y empezaron á dárselas al enfermo, el efecto que
éstas produjeron fué ponerlo en los últimos ins
tantes de la existencia. En tan terrible situación,
invoqué á María Auxiliadora, que lo volviera á
la vida, ofreciéndole hacer publicar la gracia y
—
mandar roo pesos para una misa cantada en
acción de gracias. Mi petición fué escuchada,
hoy mi esposo está bueno y cumplo con lo que
he ofrecido.
Doy infinitas gracias á la Sma. Virgen por
haberle vuelto la salud á mi esposo y la tran
quilidad á mi corazón.
Agosto 1911.
A
n íj n c ia c ió n
Ja
spe
d e
C
a r lo sam a
.
Cham lcal (Córdoba). — Me creo verdadera
mente obligado en conciencia á declarar que la
Sma. Virgen MaríaAuxiliadora hahechoconmigo
un milagro. Desde hace cuatro años que venía'
sufriendo una terrible parálisis total de las pier
nas. Gasté todo mi capital en médicos y medi
cinas y todo fué inútil.
Los médicos declararon incurable mi m al;
hacia tiempo que me dejé de medicinas y mé
dicos, pero mi estado era tan lastimoso que no
podía moverme en la cama. Un dia vino una
señóra á mi casa y aconsejó á mi familia que
rezara una novena á María Auxiliadora pidiendo
mi salud.
Mi señora y mi sobrina siguieron el consejo y
rezaron la novena. Por la primera Vez no sentí
mejoría; la rezamos otra vez y á los cinco días
de terminar la novena, que era el 29 de Junio
de 1910, sentí repentinamente un gran dolor en
las piernas, cosa que nunca sentía. Al día
siguiente experimenté una reacción y seguí poco
á poco mejorando hasta que hoy, 23 de Agosto
de 1911 me encuentro caminando bien, aunque
no sano del todo, gracias á María Auxiliadora.
Confío que Ella me sanará completamente de
jándome como antes.
Le haré una visita en su templo en acción de
gracias y por ahora envío 5 pesos de limosna
para su culto.
Agosto 1911.
E
l ís e o
A
r r a sca e ta
.
Dan también, con toda la efusión de su alma, ir a d a s á
Marta Auxiliadora y envían una limosna:
A) — Alguena (Alicante): M. Cantó, por haberle
curado á un nieto enfermo y envía una limosna. —
Idem: Juana Verdú, por haber alcanzado un bene
ficio para una hennana política enferma y envía
una limosna. — Al(>ero (J’Xsi>aña): Joacpiina Carrión, por un gran favor y envía 5 ptas. de limosna.
— AguablaHca (Venezuela): Julio Salas, por ha
berle devuelto la sahul que creía ya perdida para
siempre y euviu una limosna. — Andalnuiylas
(Perú): Mariano D. Vis«.';u-ra. por haber librado á su
espasa de una eufenueílud mortal y eináa una
limasua.
H) - fícnimadei (España): Concepción Belenguer. por haber ilc\nielto la sithid á un hijo suyo
gravemente enfermo. — Buenos Aires (Argentina):
María Vallct, por haberle alcanzado un gran bene
ficio en sus intereses — Baracaldo (España): Una
devota de María Auxiliadora, por varios favores. —
Barcelona (Ivsp.): Mtxria de los Reyes Morales, por
haber librado á su esjioso de iumimente ]>eligro
de nmerte y enria diez pesetas de limosna. — Bo
50
—
gotá (Colombia): Jovita H. de Eclieverri, por ha
berla librado de un tmnor interno para cuya cu
ración exigían los médicos una dificilísima opera
ción quirúrgica.
C) — E l Coyol (Nicaragua): Qaudina Moreno,
por haberle devuelto ima hijita que querían a’ejar
de su madre. — Comelapa (Nicaragua): Manuela
Robledo, por dos grandes favores.
E) — E l Cuzco (Perú): J. Julio, por haberle fa
vorecido con un trance muy apurado. — Espinal
(Colombia): J. G. G., por rm favor recibido y envía
quinientos pesos de limosna. — E l Cuzco (Perú):
M. P. R., por muchos y muy grandes favores.
G) — Gualaquiza (Ecuador): P. Julio, Misionero
Salesiano, por haberle ayudado á salvar el alma
de un jibarito.
I) — Ibagué (Colombia): Marcos A. Lopera, por
haberle concedido un gran favor para tma persona
allegada suya. — Iquique (Chile): Eugenia Bauchero, por haber devuelto la salud a una hija gra
vemente enferma y se hace cooperadora salesiana.
J) — Jaritagua (Venezuela): Una cooperadora,
por haberle concedido la salud á ima hija suya de
pocos meses y envía una limosna. Idem.: Pastora
Espinal, por varios favores y envía ima limosna.
L) — La Coruña (España): E. M., por haberle
hecho encontrar un objeto extraviado de impor
tancia, y enváa una limosna.
M) — M&'alila de Ciperes (España): Saturnina
Gavión, por haber librado á su madre de unos ata
ques del corazón, y envía una limosna. — Mor
teros (Argentina): E. R., por haberla preservado
de toda desgracia en iin fuerte temporal y envía
ima limosna. — Mogente (España): Juan D. Andrés
y Josefa Andrés, por un gran favor y emian una
limosna. — Idem : Josefa Cirujeda, por haber alcan
zado la salud y emna 5 pesetas de limosna.
P) — Puntarenas (Arg.): María D. Fernández, por
haberle salvado á un hijito de un grave percance y
envía una limosna. — Punta Arenas (Arg.): María
Bottini, por haberle salvado de una enfennedad
peligrosa á una hijita suya. — Pinoso (España):
Una familia, por una gracia muy grande; compra
ima imagen de María Auxiliadora y se hacen coo
peradores salesianos. — Idem : Reyes Guardiola,
por un favor y envía 5 pesetas de limosna.
S)
— Santiago (Chile): Una familia, por haber
librado al hijo menor del gravee riesgo de contraer
una pulmonía fulminante. — Sigsig (Ecuador):
Camilo Samaniego, por haber sacado bien á su
mujer de un parto laborioso. — Idem : Miguel Luna,
por haberle alcanzado la salud de su madre. —
S. Marcos (Nicaragua): Carmen M. de Valerio, por
haber dado á luz con felicidad.
U) — Utrera (España): Carmen Gavantes. por
haberle librado mi campo de la langosta.
V) — Valencia (España): Francisca Laguarda,
por haberle obtenido un gran favor y emna una.
limosna. — Idem: Elena Moreno, por una gracia
y manda celebrar ima misa.
UTRERA.— ¿Quién se iba á imaginar en 1881 que
aquel mísero solar de la calle Vereda adosado á la
casi solitaria y desmantelada igleáa del Carmen hu
biera de convertirse, fecimdado por los sudores de los
salesianos, en el hermoso edificioy colegio que hoy ad
miramos ? ¿ Quién se iba á hnaginar que aqxiella igle
sia abandonada había de transformarse en soberbio
templo, cuando el espíritu \'ivificador de D. Bosco
entrase allí dentro? Y sin embargo ahí están los he
chos; ahí están esos seis grupos de jóveuCvS llor y
esperanza de cien familias distinguidas, que pue
blan el antes caserón solitario, comunicando á sus
patios risueños á sus clases llenas de luz y alegría, á
sus higiénicos donnitorios, á todas sus dependen
cias en suma, el brillo de su juventud expansiva y
serena. ¡Y cómo amnenta su número cada año,
atraídos por ese no sé qué indefinible que sienten
los niños en las casas salesianas; aquel atractivo
poderoso que arrastraba en pos de D. Bosco tur
bas innmnerables de chicuelos, aquella atracción
irresistible que á alguno le hizo olvidar que debía
abrir la puerta de la tienda en que estaba empleado,
y no pasar á través de los cristales haciéndolos antes
pedazos por supuesto! ¡Y cuántos se quedan fuera!
Porque, por muy espacioso que sea un colegio, cuan
do se deben acomodar en él 350 alunmos de se
gunda enseñanza con todas las divisiones, comodi
dad é higiene que la pedagogía y la condición de
estos jóvenes exige, hay que disponer de un número
regular de salas para diferentes usos. Por otra parte
el pereoual lcs frutales, nñde en su planta
rectangular 127 por 63 metros con todas las habi
taciones á dos luces, en l.tr^'uales la elegancia y la
sencillez se dan la mano para hacerlas agradaliilisinias. Jín .sus extensos s^Hanos e.stán establecidos
los almacenes de boca, cocina y (Iq)endencias si
milares.
Nada falta allí de todo lo (juc constituye un gran
colegio montado á la moderna: patios anchos y
alegres rodeados de galerías que le dan un asjjecto
simiamente pintoreso cuando aquellos emjambres
de jovencitos los llenan con su regocijado vocerío,
sus jugeos y expansiones juveniles; gimnasio bien
acondidado. una conforíabie sala de baños con tinas
de hierro esmaltado y duchas de todos lo sistemas;
f oberbiosgabinetes de Física y Química, donde laens fianza de las dendas toma un carácter eminente
mente práctico y una colección zoc'l' gica muy esti
mable: una bien situada academia de pintura y
dibujo, salas de música, clases provistas de abun
dante y escogido material escolar; amplios corre
dores, extensos y bien ventilados dormitorios: en
tma palabra, todos los requisitos que puede exigir
el más escrupuloso pedaí-;ogo para una obra de
educadón integral y moderna.
L n este colegio es donde puede admirarse la
—
5 2
prodigiosa ductilidad del sistema salesiano que
se adueña del corazón de 350 colegiales, dirigién
dolos á la conqmsta de una carrera distinguida con
la misma facilidad y el mismo éxito con que re
dime del arroyo el pervertido golfo y enseña al pro
letario los caminos del ahorro y del trabajo. A to
dos los gana con la dulzura; á todos los encadena
con el afecto; á todos los domina con la reli
gión.
—
publicando desde tiempo ha tma hojita dominical
titulada « E l Domingo » para estimular la asisten
cia al Oratorio festivo y dar á conocer lo que allí se
hace. De un hermoso número extraordinario, pu
blicado con motivo de las fiestas de la Inmaculada,
extractamos los siguientes datos.
Una de las obsesiones del infatigable P. Viñas
es ia organización de los Antiguos alumnos; para
ello no ha perdonado medio ni fatiga y tan encari.
Q u into y sezto curso
ASOCIACIÓN DE EX-ALÜMNOS. j
f VALENCIA.— lista casa s:Uesiana, merced ;l la in
cansable acüvidatl de su director, el P. Cíillenuo
Viñi\s, está recibiendo un empuje consolador cuyos
frutos son ya patentes. La Escuela tipográfica viene
fiado está con su obra que una vez ñas escribió:
• No está lejano el día en que nuestra Sociedad de
Obreros cuente 300 soc'ios y ese será el dia más fe
liz de mi \*ida . Porque hemos de advertir que esta
Unión de Antiguos alumnos, para tener vida seria
y duradera, se ha constituido en una agrupación
legal. A este efecto se presentó el Reglamento al Sr.
Gobernador para su aprobación; y dado este paso
que los constituía como entidad jurídica, con el
nombre de Sociedad de Obreros obtuvieron voz y
voto en el Instituto de Reformas Sociales.
A nuestro juicio, esta es la manera más eficaz
de dar á las Asociaciones de antiguos alumnos
aquella seriedad y solidez que ha de ganarles la sim-
—
53
patía y la cooperación de los poderes públicos. Oi^anizarlos ccmio fuerza social, que tomen parte acti
va y señalada en la acción social católica; fomiaudo
con ellos a^erridos batallones de incansables lucha
dores en el grande ejército constituido por las masas
de obreros cristianos; y lanzarlos á la \*idapública, al
torbellino de la lucha social. Así se realizará en toda
su plenitud el deseo que el Prof. Gribaudi exponía
en una de las sesiones del Congreso de los Antiguos
alumnos. * Nuestra acción... debe confundirse con
—
Inauguración de la Biblioteca. — Esta es una
gran mejora en bien y provecho de los Antiguos
Alumnos. Un local retirado, completamente inde
pendiente, proNÚsto de libros científicos, historias
sociales y recreativas, era lo que unánimemente
deseaban casi todos los socios. Todo esto tendrán y
aún más. En esta Biblioteca encontrarán las pu
blicaciones más importantes de la prensa católica
de España.
Cuenta por ahora. — Diarios. — Diario do \’a-
UTRERA
" 'r
r
la acción social católica. No debemos seguir una
linea paralela, sino caminar por la misma senda. »
Pero, claro está, que á todo eso debe preceder
una labor intensa de preparación. \^eáse cómo se va
haciendo por ahora en la casa de Valencia, lo cual
será prenda de lo que habrá de hacerse aún.
« Mejora del local. — Con motivo de la festividad
de la Purísima Concepción, se inauguró el local
destinado para los Antiguos Alumnos, completa
mente reformado.
Es ima espaciosa sala artísticamente adornada,
con inmejorables condiciones para Conferencias y
p^o^-ista de todo cuanto un joven pueda apetecer
para stis honestas diversiones.
A
I
^"1
V
lencia, Da \'oz de Valencia. Correo Catalán, El De
bate y Correo Español. Revivías. — Boletín vSalcsiano. El Consecuente, órgano de los Antiguos
Alunmos Salesianos de España, Honn^a de Oro,
Lectura Dominical, Jx»s Deportes y Stadium.
Entre las obras que, desde su inauguración, cuen
ta esta Biblioteca forman en primera fila la im
portante publicación dirigida por el gran sociólogo
%Severino Aznar, • Ciencia y Acción * y otras de no
menor provecho para la clase obrera, que es lo que
predomina entre nuestros Antiguos Alumnos.
No de sólo pan \*ive el hombre: hoy el obrero debe
enterarse de sus cuestiones y de sus problemas, de
sus derechos y de sus deberes, sólo así obrará por
cuenta propia según su recto juicio y no subyugado
-
5^
por criterio extraño no confornie á su convencinúeiito.
rU Bibliotecario, que lo es en la actualidad D.
J uan vSantandréu, facilitará á todo el que sea socio
la obra, ó volumen que se desee.
Un deseo. — La junta y todos los Socios agrade
cerán vivamente todo donativo que se haga á la
Biblioteca en obras ó Revistas, siendo obligatoria
la revisión y aprobación del Director de la Casa,
ó delegado nombrado para el efecto.
Frontón. — vSe están ya recogiendo fondos para
el arreglo de un importante I'rontón. Grande es la
afición (jue para este deporte hay entre los Anti
guos Alumnos y grande ha sido el entusiasmo que
han despertado las primeros trabajos cjue se van
verificando para que pronto sea un hecho y podamas ¡írcsenciar reñidas luchas con inqjortantes
equipos de Valencia.
Sección de propaganda. — Muchos son los jóve
nes (luc salen cada año de maestras líscuelas y muchisimos los (pie. una vez terminado su aprendi
zaje ó escuelas elementales, salieron y \áven en \'alencia ignorando la organización de esta I'nión de
Antiguos Alumnos. Para (pie llegue á conocimiento
de ükIos y puedan formar parte de esta Unión, se
ha constituido una Seceum de jóvenes animosos
(pie, presididos por el Sr. 1). Ignacio Urtasun, el
maestro más antiguo de la Casa, se proponen hacer
una vivísima campaña de propaganda, abrigando
la firme esperanza de que su actividad y entusias
mo conseguirán mucho fruto y cpie excelentes re
sultados coronarán sus esfuerzos ■>.
Como los exalunmos de todas las casas salesiauas de Hspaña vayan por este camino nos podemos
prometer para muy en breve una Federación nacio
nal fuerte y numerosa que figurará con honor entre
sus congúieres de la Federación internacional.
¡.\delantet exahmmos de España; á ver quién hace
más.
ClUD.ADf-LA (Menorca).— Como hemos anunciado
en otro número, los antiguos alumnos de este co
legio trabajaban desde hace tiempo para organizar
una banda. Por fin sus deseos se han visto colma
dos y el dia de Sta. Cecilia han honrado á su Patrona con la ofrenda de la flanmnte banda. He aquí
como reseña la fiesta el estimado colega « Nue.>
tro Auxilio
I,a nueva l auda de música, cuya solemne inau
guración se celebraba, recorrió al compás de ale
gres pastxloMcs las calles de la ciudad á las pri
meras horas de la mañana, haciendo parada frente
á los domicilU»s de hus Autoridades y do las perso
nas fívíá/c.v de Cindadela.
La Misa de Comunión estuvo muy cxincurricla.
y en ella fué celebrante el rei>utado profesor Rvdo.
1). FriUicisco Siustre. A las diez y media comenzó
el Oficio Divino, celebrado por el Rvdo. P. Olivazzo.
Director do la Casa; la Iglesia de Muría Auxilia
dora estaba (K'u]uula materialmente. La Capilla
de la Catedral ejecutó una brillante partitura
bajo la direex'ión de su inteligente maestro Rvdo.
D. José Siutes, v á la elevacüm la banda, retira
da fuera de la Iglesia, batió Marclia Rec.l I’.l muy
ilustre Sr. Magistral cantó las glorias de la excelsa
Mártir en im hermoso panegírico.
Por la tarde á las cinco se dió principio á la de
liciosa velada literario-musical.
Ocupaba la presidencia en el salón de Actos del
Colegio, nuestro amay
en el salón del Círculo Central de Obreras bajo la
dirección del autor, el cual fué objeto de una ova
ción cntu.siasta al terminarse la representación.
Como todas las producciones de R. P. Pedrolini.
la música de Fe y heroísmo es de las que llegan al
alma por la interpretación característica de lc«
afect(5s que expresa; tierna y conmovedora en los
cuadros infantiles, solemne y majestuosa cuando
canta los íuranejues de heroísmo de San Martin en
su hazaña inmortal del paso de los Andes y sus
victorias de Chile.
El P. Pedrolini fué obsequiado por la Comisión
de Cooperadoras Salesianas con una hermosa me
dalla de oro y un pergamino artístico con muñerosas firmas.
Felicitamos al genial compositor por esta nueva
producción y hacemos voto.¡ para que no sea la
última.
Nos alegramas también p( rque el libreto es obra
de un hijo de la Boca, el Acólito Sale.siano Sr.
Pablo Ardizzone, maestro nonual, liijo del Sr.
José Ardizzone, á quien tributamos nuestros plá
cemes.
C.AVAQLIÁ (Italia). — «La obra maravillosa de
D. Bosco, dice el Momento del 26 de octubre, antes
de fundar en Inglaterra. Polonia, Austria, etc. los
institutos que allí prosperan cada vez más, había
acecido ya en colegios ad hoc los hijos de estas
uaedones, escogiendo entre ellos los soldados de la
futura conquista. Asi florecen actualmente en el
Piainonte el Instituto gennánico de Penango y el
Instituto húngaro de Cavagliá ♦ .
Hace diez años que el colegio de Cavagliá hos
peda estudiant(ís húngaros, que hoy pasan de sesen
ti, y en Hungría tiene muchas simpatías esta obra.
como se ha visto el 22 de octubre en que se celebró
el primer decenio de su fundación. Vinieron de allá,
entre otros, el Sr. Obispo de Giavarino con el Sr.
Rector del Seminario central. También asistió nuestro«iuerido Superior.D. Pablo Albera con grannúmero de distinguidas personas de la localidad. En
la brillantísima velada con que los Salesianos obse(juiaron á sus ilustres huéspedes, pronunciaron
elocuentes discursos el Director del C ol^ o. el
Dr. D. N. Zafféry, salesiano, ex-presidente del
-
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Liceo de Fimue, el Sr. Obispo de Giavarino y el
abijado Sr. Rondolino. Puso fin á la velada el Sr.
Obispo de Biella con una improvisación cálida de
elocuencia y entusiasmo.
SANTANDER.— E l batallón infantil « Auxilium *
de este colegio salesiano que ya conocen nuestros
lectores continúa su hermosa obra de educación
patriótica, hoy más que nunca necesaria, ya que
los enemigos del ejército y de la Patria procuran
sembrar sus perniciosas doctrinas en el corazón
de los jóvenes para formar hombres, que dicen
ellos, salvajes diriamos nosotros, sin patria y sin
ley. Una de sus últimas proezas nos la relata el
Diario Montañés en estos términos.
« Fiesta simpática. — Con el laudable propósito
de estrechar más y más los lazos de unión entre los
dos batallones infantiles de « Desembarco » y « Auxiliima » que tantas simpatías ■ vienen despertando
en nuestra ciudad, se celebró ayer en el Colegio Sa
lesiano de la calle de Viñas \ina simpática fiesta con
a oficialidad y tropa d e l«Auxilium »obseqmaba á la compañía de « Desembarco ■>.
Momentos antes de la hora señalada para el co
mienzo de la fiesta, el batallón infantil «Auxilium»
salió á recibir á sus compañeros á la entrada de la
calle de Viñas.
Allí hicieron alto los soldaditos, abierto el ba
tallón en dos filas.
Airosos y marciales desfilaron por medio de am
bas filas los infantes, que fonnan la compañía de
Desembarco, entreoíos acordes de la marcha real, to
cada por la banda de trompetas del Auxilium.
A las cinco dió comienzo la velada organizada en
honor de los primeros.
El salón de actos del colegio Salesiano presen
taba brillante animado aspecto.
En el escenario ondeaban las banderas de los dos
líatallones y el resto de la sala se veía ocupado por
los niños asilados de la Caridad y por los alumnos
de los PP. Salesianos.
Entre los asistentes se hallaban los diputados
provinciales señores Calderón, Agüero y Mateo.
El batallón Auxilium cantó primeramente su
patriótico himno, que fué muy aplaudido.
A continuación se pusieron en escena el sainete
titulado A primera sangre, el pasillo cómico ¡Cay la zarzuela Los dinamiteros.
Todas estas obras fueron admirablemente des
empeñadas por los jóvenes que componen el Cua
dro dramático del Colegio, siendo premiada su la
bor con grandes aplausas.
En el primer entreacto, el capitán del Auxilium
recitó una poesía saludando á sus compañer
SARRIA (Barcelona).— Un socio de la Compañía
de la Inmaculada nos manda un bonita relación
de la brillante fiesta que han dedicado a su excelsa
Patrona. Lástima que el poco espacio nos impida
darle la extensión que merece; nos limitamos, por
lo tanto, á un extracto.
♦ Grande sobremanera ha sido el esplendor con que
la Compañía de la Imiiaculada establecida en Sarriá
ha celebrado la fiesta de su Patrona. En la relación
que eiiNÚamos el año pasado dimos cuenta de la fun
dación de la Compañía y de la bendición de su es
tandarte : en la de este año algo nuevo hemos tam
bién de añadir, y es que finalmente ha sido aprobado
por los Superiores de la Congregación Salesianu é
impreso elegantemente el Reglamento al que los
socios han de ajustar sus actos. Nosotros estamos
dispuestos á facilitar cuantos pormenores se tleseen sobre este asunto y deseamos que el Re
glamento sea conocido y adoptado en lotltus
partes.
De la parte religiosa solo mentaremos la comu
nión general, como general es el amor de nuestrcxs
niños á la Virgen SS.; la misa .solemne, solonmc de
verdad con un sennón superior del P. Figueras de
las Escucla.s Pías; un aumento de socios que reci
bían sus medallas, como si fuera una cruz pensio
nada y por fin mía procesión magnifica.
Cuando volvimos á la iglesia la banda se coló
también y al dar la bendición.rompió en una mar
cha real que nos entu.siasmó y edificó á todos.
Por la noche tu^•imos una hermosísima velada
músico-literaria en la que se dijeron herniosas poe
sías y se cantaron escogidos números de música
alusivos al acto, alternados con proyecciones cine
matográficas, que excitaban la hilaridad, hechas
con la estupenda máquina que la inagotable bondad
del Sr. Director, D. Ernesto MigTetti, nos ha pro
porcionado ".
S. Pablo (Brasil).— ^Con motivo del ^^gésimoquinto aniversario de la fundación del Lyceu de
sagrado Corazón de Jesús, se celebró en el san
tuario homónimo un triduo que. al decir de la Gazeta
do Povo de S. Pablo. re\Tstió un esplendor brillantisimo y excepcional.
líl primer dia pontificó Mons. Alberto Goncalves,
Obispo de Ribeirao Preto. predicó el Dr. Paula.
\’icario general de la archidi('x:e.sis, y la Schola Cantorum del Lyceu. compue.sta de 130 cantorc.s . cantó
la misa fíenedicamus Domino de Perosi. Id segundo
dia pontificó Mons. Juan Nery, Obispo de Cam
piñas. y pronunció un sermón magistral Mons.
Castro. El tercero pontificí'» el Sr. Arzobispo «le
S. Pablo y predicad el Sr. ObLspo de Campiñas
asistiendo el mi.snio Presidente de la República. To
dos los dias las diversiones correspondieron á las fun
ciones religiosíis: el primero IiuIk ) un gran concierto
musical; el segundo, una asamblea de ex-aluninos
en la cual tomaron parte representantes de varias
casas salesianas de la Argentina, Uruguay y Brasil;
y el tercero, una grandiosa reprtstntación dramát ca; á todos estos festejos dieron esplendor incom
parable los Ilustrisimos Prelados, varias Ministros,
V lo más granado de la capital. I’ublícóse un ele
gante Número único, y la Sania Cruz, revista que
desde hace i i años ^^enen publicando los Salesia
nos imprimió im número extraordinario, hermo.so
opúsculo de 164 página.s lleno de datos histó
ricos y preciosos grabadrs, el cual vendrá á ser
im documento notabilísimo de los cinco primeros
lustros de esta importante fundación.
—
VICO. — Las nuevas que nos vienen del Colegio
de 8. Matías no pueden ser más satisfactorias. lyos
internos han aumentado este curso de tal manera
(jue nunca ha habido tantos y en el colegio no ca
ben más; ni en his clases, ni en los dormitorios, ni
en el comedor, ni en la capilla se pueden mover y
á este piuso se impone una ampliación del local. Por
.su ])arle el celoso Director, I). Honorato Zóccola, ha
multiplicado este año su actividad, y secundado
])or su personal y alentado por los bienhecl’ores de
la pintoresca ciudad gallega ha hecho reformas de
gran consideración que suponen por su parte gran
eles sacrificios." liste año, íusi nos escribe uno de los
jirofesores, el .Sr, I ircctor, á pesar de lo mucho que
S . P A B L O (B rasil) — Interior de la iglesia
del I.yit'u.
ha tral ajado durante los mías pasados, ha hecho es
fuerzos heroicos y le encontramos más diligente v
activo que nunca. Reformó la fachada, mejoró la
entrada del colegio, hizo frontones, henuoseó el pa
tio, ensanchó la capilla con un coro. etc.
Claro está que tampoco se descuida el oratorio
festivo que funciona regularmente, aunque por la
estrechez de la capilla no se pvte.
npara los niños del vecindario; lo fre
cuentan más de un centenar de alumnos y hay tres
sacerdotes de la misma Congregadón dedicados
á la enseñanza de estos niños, divididos en tres
cursos preparatorios.
3 " Un Oratorio festivo ó Patronato al que acuden
los domingos y dias festivos unos.ciento cincuenta
niños para aprender la moral cristiana y entre
tenerse en juegos inocentes que los alejan de la
calle. Entre juegos, clase y prácticas piadosas
los niños pasan casi todo el día en el Oratorio, vi
gilados y atendidos por mi personal escogido.
4® Una Sodedad de Socorros Mutuo-^, Circulo
Social Don Bosco, para los almnnas que, tenniiiado
su aprendizaje, dejan los Talleres ó la Escuela,
lienta con treinta socios activos y tiene á su dis
posición un salón de billar y otro de lectura, y
juegas para apartíir á los sodos de diversiones
peligrosas.
5®La declamadón y la música, á más de ser un
aliciente para la juventud, son también un medio
de educación. El gran pedagogo, D. Bosco, lo supo
aprovechar admirablemente en provecho de sueducaiidos. Pues bien, dos bandas de música una
para los internos y otra del Circulo Sodal, Don
Bosco, desempeñan su agradable misión: y im gran
salón de actos, que se está construyendo, vendrá
á proporcionar pronto el local que ha de completar
la obra educativa del internado.
6® Finalmente, un templo con una alta torre para
el servicio religioso del vecindario y de la juventud
que se va foniiando en derredor suyo. No concebi
mos una educación sólida sin religión ; por esto
al lado de nuestras obras se levanta siempre un
templo.
Poro este templo no está sino principiado y sólo
en nuestra imaginación y en nuestros deseos lo
venios elevarse sobre los edificios contiguos, dar
cabida bajo sus bóvedas á centenares de fieles y
contribuir al iiiismo tiempo con su artística fachada
yesbelto campanario al embellecimento de la ciudad.
—
59
MEMORIAS BIOGRAFICAS
de Mons. LUIS LASAGNA.
CAPITULO x x x v n .
Las dos plagas del Brasil. — La abolición de la
esclavitud. — La aurora de la redención de los
salvajes. — Matto Grosso. — Nociones necesarias
— Carácter de los salvajes. — Promesa y anuncio
de la nuc^a misión. — Elección de ios misioneros
— Los medios. — Con un ilustre hombre de Estado.
— El congreso Eucarístico de Montevideo. — Dis>
curso de clausura.
Después de haber empleado seis meses en visi
tar los institutos salesianos del Brasil y especial
mente en recorrer los'dos Es'tados más populosos.
S. Pablo y Minas Geraes, para plantar nuevas fun
daciones, volvió Mons. Lasagna á entrar en su que
rido Colólo de Villa Colón el lo de Enero de 1894.
ilucho habia sido el trabajo si se tiene en cuenta
los innumerables desvelos que le había costado,
mas era una nonada para su ansia devoradora de
hacer bien á aquella inmensa República. Desde
cjue pisó por vez primera aquella tierra, gobernada
á la sazón por el emp>erador D. Pedro II, se sintió
embargado de ima indecible pena al observar allí
dos plagas horrendas: la esclavitud y la caza de
Indios. Si de su gran corazón hubiera dependido
inme*liatamente se habría consagrado á curarlas y
á recorrer, nuevo Bartolomé de Las Casas, las ha
ciendas brasileñas predicando la cruzada de la re
dención de los esclavos. Comnoviale hondamente
la opresión de tantos infelices, mas otra era la mi
sión que le había sido encomendada, y hubo de con
tentarse con dirigir fervientes súplicas ó Dios para
que acelerase la hora de la libertad. Fácil es, pues,
de imaginar el regocijo del ardoroso misionero al
tener noticia de la imuortal Endcilca In piurimis
.sobre la emancipación de los esclavos escrita por
el sapientísimo Léon X III á los obispos del Brasil,
y más que todo al saber que el 8 de Mayo de 1888
había sido firmado el decreto de libertad de aque
llos infelices por la hija del emperador Don Pedro,
Este, que se hallaba entonces en Europa, ofredóselo
en homenaje al Papa, y en verdad que no hubo
para el Vicario de Jesucristo presente más grato
entre todos los que le fueron ofrendados con oca
sión de su jubileo sacerdotal. Por este decreto ce
saba el innoble mercado de carne humana que
deshonraba al Brasil, y Mons. Lasagna, á la sazón
simple sacerdote, ben Magdalena Goliano
»
»
Sr, D . José Buiiega
»
»
> »José Mira Albert
»
»
Rdo. Sr. D. Pedro Sánchez Naranjo Archidona (Málaga).
Sr. D. Florencio Campos Pérez Arroyomolinos
» > Alberto Bernüs
Barcelona.
» » Silvino Thos
»
Sra.Da. María de Llovet
»
»
» Teresa Negre
»
>
» Enriqueta Lleó
»
»
» Josefa Oliva
►
»
» Josefa A. Vázquez
Cartaya.
Sr. D. Santos C. Jebenes
Castrocontrigo (Leóiil.
> • Emilio M G. del Valle
Cñrdh,i.
- » Emilio Coll
Coruna.
•
• R.amón Fernández
Rdo. Sr. D. Pedro R. Lñ¡)e2
Cuenca.
»
»
» Francisco Parra
»
Sr. D.
Pilar Martínez
>
»
» María Llórente
»
> » Esteban Sacos
>
» » Felipe F. ürellana
Granada.
'
» Crispulo Illescas
Montalbo (Cuenca).
> > Juan Ballesteros
»
»
» Miguel P. Ccralbo
Morón (Sevilla).
Rdo. Sr. D. Pedro Urbáu
Nuetto (Huesca).
»
»
» José Segalez
Sarria (Barcelona 1.
Sr. D. Pablo Benjumea
Sevilla.
> > Manuel Puig
>
Srta .\niparo Losada
»
Sra. Da. Ricarda Valdés v. de Zesati
.S. Tadea.
Sr. D. Celestino Arrisóla y Urquijo .Va. Crits (Canarias'.
Sr. D. Alejandro Pérez Granja
l':\ •.
» » Nicolás Carballo
Villar Dom. García (Cuenc.ai.
Sra, Da. Herlinda M. W . y O. v. de Cabrera
Con aprobación de la .■ Vutoridad Eclesi.istica:
Gerente: JOSE GAMBIXO.
Establee. Ttp. de la S. A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN.