-
extracted text
-
A Ñ O X X V I I - N . 12
Edición de España
D ic ie m b re de ig i2
&
n
i
O
ú
O
ú
O
ú
^
a
(7 0 (^
0
0
0
0
0
^
Boletín Snlesinno
í5>
Cí
ci
^
^ ..^ 0
ci
Turin — V ia Gotíolengo N. 32.
O
SUMARIO. — La caridad en la educación — VI. . 309
Jubileo Sacerdotal de Mons. C a gliero ......................313
Cartas de familia: De P i u r a ................................... 317
Tesoro espiritual......................................................... 318
D e NUESTRAS MISIONES. — B rasil: Una visita a las
colonias. • Excursión al * Pió das Martes » Bautismos y matrimonios. — Colocación de la /»
piedra del templo de María ^Auxiliadora en Cuyabá. — Una nueva Capilla. — Otra misión de
seis meses en la Paiagonia................................... 319
Gradas de María .Auxiliadora................................... 323
o
^
^
^
e l m u n d o s a l k s i a n o : Por el Tibidnbo; el sa
crificio de los niños. — Asociación de Ex-Alunmos:
Santiago, S. Benigno Canavese, Ln Mon/erralo.
— Crónica de los Oratorios festivos: Lima, Genzano de Roma. — Noticias varias: Matará, Utrera,
Peregrinación a las fiestas Conslantinianas de Ro
ma y al Congreso Eucaristico de Malta, Lima,
México, Buenos Aires, S. rito al Tagliamento 328
Memorias biográficas de Slotis. Luis Lasagiia . . 336
Necrología - Cooperadores Salesianos difuntos
337
Indice general del año 1912 ................................339
Por
c a r id a d en la e d u ca ció n
VII
(I).
Obras modernas de la caridad antigua.
unque nuestras observacio
nes se van haciendo un poco
largas, todavía nos falta algo
que decir sobre la manera de imponer
a los niños la 'parte penosa de la edu
cación. Y esta parte es más grande de
lo que parece; porque todo perfecciona
miento va acompañado de un esfuerzo y
el perfeccionamiento moral es el que más
esfuerzos cuesta. Si nosotros, cuando
exigimos de los niños que se corrijan
de sus defectos, reflexionáramos por
un momento lo que nos cuesta el co
rregimos de ios nuestros, si es que los
(i) V. DÚmero astericr.
corregimos de verdad; si pensáramos
en las veces que hemos propuesto la
enmienda y hemos faltado a nuestros
buenos propósitos, las veces que he
mos vuelto a caer después de tantas
promesas hechas a Dios, a nuestros
superiores, a nosotros mismos, se
ríamos más indulgentes, es decir, más
caritativos con ellos. Y nosotros so
mos muchísimo más culpables o nues
tra voluntad es mucho más débil;
después de tantas experiencias, des
pués de tantos desengaños, con la in
teligencia en el pleno desarrollo, con los
sentidos más dominados, continuamos
haciendo el mal que no queremos en
vez del bien que deseamos.
Si ima persona adulta tiene que ha
cerse violencia para cumplir con su
deber, para dedicarse con entera apii-
— 310 —
cación a sus ocupaciones cotidianas,
¿ qué hará un pobre muchacho, soHcitado por tantas distracciones como
su retozona imaginación le presenta,
con la necesidad intensa de movimiento
y expansión que tienen sus órganos?
{Educarse! ¿Quién será capaz de re
ducir a cifra las prolongadas fatigas,
los esfuerzos continuados, las violen
cias repetidas que esta palabra en
cierra? Porque, aun tomada en su sen
tido propio, representa el período de la
vida más fatigoso en su insconciente
algarabía, el período de formación en
que se echan las bases de todo el edi
ficio humano.
De ahí la necesidad de que en esa
época y para llevar a cabo tan ardua
empresa, venga la caridad benigna y
paciente a hacer llevaderos tantos sa
crificios , pues bien sabemos q u e,
cuando falta ese lubrificante, la má
quina infantil no funciona y el trabajo
no se produce. Esa caridad es el calor
que hace posible la yida de la tierna
plantecita, y evStimula suavemente
la actividad de su delicado organismo;
mediante su íntima eficacia hace brotar
los frutos que a la especie de la planta
corresponden, y después sigue influyen
do para que lleguen a su completa ma
durez.
Y al decir caridad, no estará por
demás precisar un poco lo que con
esa palabra entendemos significar,
porque el concepto es muy vasto y por
lo tanto poco determinado. Y a hemos
indicado que antes de D. Bosco ha ha
bido hombres, seglares y eclesiásticos,
algunos venerados en los altares, que
han profesado un amor inmenso a los
niños pobres y se han sacrificado por
ellos tanto como D. Bosco. No es pre
ciso citar nombres que están en la me
moria de todos; ni es el caso tampoco
de recordar los grandes merecimientos
de otras congregaciones religiosas, que
habían educado cristianamente millones
de niños, antes que el Fimdador de
la Pía Sociedad Salesiana viniese al
mundo. Eso de educar gratuitamente
a los pobres y cuidarse de los huérfa
nos, es cosa vieja en la Iglesia y de ella
han aprendido las naciones modernas
a dar enseñanza gratuita al pueblo.
Aquellos santos varones que secunda
ban en esto los deseos de la Iglesia y
llevados de su espíritu fundaban asi
los, colegios, etc, para los niños po
bres, estaban abrasados en santa ca
ridad; pero esa caridad, ejercida por
ellos con tanta generosidad y heroísmo,
caridad que llamaremos social, no lle
gaba a sustraerlos a la influencia de
la Pedagogía de su tiempo. Da disci
plina escolar participaba entonces,
como no podía ser por menos, del
excesivo rigor establecido por la legis
lación civil, fruto ésta a su vez de la
rudeza de las costumbres y mentaHdad
de otras generaciones. Aim en época
reciente las mismas causas producen los
mismos efectos; y hombres llenos de ca
ridad heroica que merecieron el título de
apóstoles de la juventud pobre y abando
nada, no modificaron tanto los rigores
de la disciplina, ni suavizaron tanto
las costumbres escolares, que hayan me
recido de los pedagogos los títulos
que éstos han prodigado a D. Bosco.
Y para que se vea cuanta diferencia
hay entre una caridad y la otra, bas
tará recordar que los fmidadores de
congregaciones docentes anteriores a
D. Bosco, a pesar de profesar a los
niños ese amor grande que constituye
la vocación de todos los educadores,
no quitaron de sus reglamentos los
castigos corporales ; no porque la su
presión de los castigos corporales sea
la suma y compendio de esta segunda
caridad, que llamaremos pedagógica para
distinguirla de la otra, sino porque
ello constituye un hecho m uy signi
ficativo para probar la distinción de
que venimos hablando.
-
31* —
Y a diremos más tarde que, aun sin
usar látigo ni palmeta, se puede tratar
con mucha dureza a los niños; y ni si
quiera hacia falta decirlo porque es una
perogrullada; pero no será eso solo lo que
digamos, y a que el asunto se presta a
consideraciones m uy hondas que se rela
cionen con los problemas más deHcados de la Pedagogía.
No es, pues, esa caridad que hemos
llamado social la que ha suprimido las
torturas escolares; no es ella tampoco
la que ha unido a maestros y discí
pulos con ese espíritu de familia que
caracterizó desde im principio los
institutos fundados por Don Bosco.
Es muy cierto que y a antes de Don
Bosco las ideas filantrópicas y huma
nitarias estaban bastante difundidas;
en el mismo Piamonte célebres peda
gogos, con los cuales vivió D. Bosco
en estrecha relación, teorizaban sobre
los nuevos nimbos de la enseñanza;
pero todo ello se quedaba generalmente
en teoría por lo que se refiere al trato
con los escolares (i). Dos de los gran
des pedagogos contemporáneos de D.
Bosco, Dupanloup en Francia y Rayneri en Itah a, exponían con sentida
elocuencia el respeto grande que se debe
al niño, dirigiendo la autoridad del
maestro por im camino más humano;
sin embargo el mismo Ra5meri, para
corroborar las expHcaciones que él
daba en la Universidad de Turín,
tenía que mandar sus alumnos al Ora
torio de D. Bosco a fin de que vieran
allí « la Pedagogía en práctica »; y él
entendía que la Pedagogía es « el arte
de ejercer la autoridad en beneficio de
la libertad; el arte de hacer libres a los
hombres í>, estableciendo que « el punto
de partida de la enseñanza ha de ser
(t) Y teoría sigue siendo en muchas partes. La Socie
dad de ifaestros de Leipzig votó, en el verano de 1906,
inánimemente y después de varías horas de discusión
w favor de la abolición de los castigos corpotales. —
P5rsier, Escuela y Carácter, pág. *8, nota.
la autoridad del maestro, y su blanco,
la libertad del discípulo » (i).
En sus visitas al Oratorio había visto
el ilustre pedagogo que, en efecto, la
disciplina suave y eficaz con que D.
Bosco dirigía sus 700 y más escolares,
era la práctica de lo que el enseñaba res
pecto a la dignidad personal del niño;
comprendía que aquella caridad sabia de
D. Bosco desarrollaba admirablemente
las facultades de los muchachos, y so
bre todo educaba en ellos la libertad
moral, que Rayneri consideraba como
fin de la educación. No mentamos las
industrias didácticas de D. Bosco que
Ra5uieri admiraba y recomendaba a los
futuros maestros; eso está fuera de
nuestro asunto aunque relacionado con
él. E sta caridad educativa con que D.
Bosco realizaba los fines más humanos
de la educación es la que le ha valido
el título de « humanizador de la Peda
gogía »; porque D. Bosco era humano
para con sus niños en el sentido más
profundo de esta palabra. Quisiéramos
reproducir aquí ima de aquellas escri
turas de contrato que hacía firmar a
los amos de los talleres, que le acepta
ban como aprendices a sus primeros
artesanitos, allá por los años de 1851,
cuando él no contaba todavía con E s
cuelas profesionales para enseñarles el
oficio. ¡Cuántas modificaciones, que
la justicia legal ha introducido más
tarde en el contrato de aprendizaje,
brotaban del corazón amante de aquel
hombre admirable que llamaba siem
pre hijos, hijitos míos, (2) en el Re
glamento a sus discípulos!
L a caridad, aquella caridad especialísima con que amaba a sus hijos, le
sugería una serie de precauciones que
pasmarían al sociólogo contemporáneo.
Las condiciones técnicas del aprendi
zaje, su duración, el horario, los casti( ) Ruíz Amado, nUtoria de la Educación, pág. 406.
M V. Memorie biografiche, T. IV, pag. 735 y sigtes.
;I2
gos, los desperfectos, las condiciones hi
giénicas del taller y del trabajo, las
vacaciones, el descanso festivo, las con
tingencias de enfermedad o accidentes,
el buen ejemplo, la educación moral,
las ganancias del aprendiz, las correc
ciones de palabra y no de otro modo;
todo, en suma, lo preveía el amor cla
rividente del Padre de los huérfanos.
Y delante de testigos se lo hacía firmar
al patrono, sin que durante los años
del aprendizaje le faltara al aprendiz
la visita frecuente de su protector, que
OENZANO DE ROMA - Después del certamen catequístico.
venía a estimular con sus sonrisas y sus
palabras el progreso de su protegido, y al
mismo tiempo a vigilar el cumplimiento
de las condiciones del contrato (i).
¿Qué extraño es que los artesanitos y los
demás niños, al ver su rostro en que se
reflejaba tanto cariño unido a tanta
pureza, aquel rostro sonriente, trans
figurado por la caridad, en el cual to
dos creian ver los lineamentos de la
bondad inefable del Hijo de Dios, excla
maran mil y mil veces: « ¡Sembra Nostro
Signore, parece Nuestro Señor!» (2).
(i) Una de estas curiosas escrituras puede verse en
el tomo IV, i>OR. aos, de las Memorias; bien que seria
menester leer mAs ixira darse cuenta de los atisbos sociolÓRicos del Fundador de las E^scuelas Profesionales,
(í) Ibi. T. Hl, pag. 117.
—
Si se le dijera a tm maestro a la anti
gua, ignaro de esta santa Pedagogía,
que los niños de « corazón cerrado,
que esconden sus secretos, es decir casi
siempre sus vicios, los de mirar som
brío, disimulados e hipócritas, se de
ben ganar con beneiicios », ¿qué diría
de semejante corrección?
No menor extrañeza causó en Turín
el saber que allá en Valdocco había
una iglesia « destinada únicamente
para los niños, con funciones religiosas
(sermones, misas, etc.) hechas exclu
sivamente para ellos », acomodado todo
a su manera de ser y entender.. La
gente se preguntaba asombrada: ¿Ser
mones para niños ? ¿Pues no les sirven
ya los que se hacen para todos los fieles
en común? E n tantos siglos que lleva la
Iglesia predicando ¿no se han salvado
los niños con las prácticas religiosas de
los mayores? Canto especial para ni
ños, misas especiales para niños, li
turgia especial para niños, ¿ no son
éstas novedades estravagantes o sensi
blería peligrosa? Sí, eran novedades,
formas nuevas de la caridad vieja; pero
no era sensiblería, era sensibilidad ex
quisita, intuición profunda de las exi
gencias de la didáctica religiosa;
aquella y a no era la caridad social, era
esa otra candad pedagógica que el
poseía por instinto, instinto admirable
revelador de su maravillosa vocación.
Su santidad no .era y a ima santidad
cualquiera, sino la santidad propia del
verdadero educador; sus heroicas vir
tudes y excepcionales cualidades se
imían en im solo hombre para formar
el maestro ideal; así que, las exquisite
ces de esa santidad característica fue
ron llevadas por D. Bosco al terreno
práctico de la escuela, enseñando a los
sabios el arte de educar por medio del
amor, único resorte para modificar
las almas; introduciendo en la Pe
dagogía ese elemento nuevo, ese es
píritu de familia, tan necesario en la
—
313
escuela si ésta ha de continuar o suplir
la obra de aquélla; haciendo, en fin,
de las delicadezas de la perfección
cristiana otros tantos preceptos peda
gógicos: la caridad daba con ello vm.
—
gran paso en los dominios de la Pe
dagogía científica; mejor dicho, la Pe
dagogía científica daba im gran paso
empujada por la caridad.
fCotiiitiuaráJ.
Jubileo Sacerdotal de Mons. Cagliero
S O L E M N E S F E S T E J O S EN E L S a L V a O O R
Ee otras Repúblicas Centro-Americanas - En la Argentina y Patagonia
—
^SEÑEMOS el gitsto de ofrecer a nuestros
beneméritos Cooperadores — que con
nosotros aman y veneran a Mons. Ca
gliero — algunas noticias de las fiestas que se han
celebrado con ocasión de sus Bodas de Oro sacer
dotales. Solamente lamentamos que nuestra re
seña no pueda ser más que una serie de apuntes
de crónica, entresacados de algunos periódicos que
hemos recibido. Rogamos por tanto a los promo
tores de los festejos que nos dispensen las omisio
nes en que tal vez hayamos incurrido.
En El Salvador.
No habiendo podido, por graves asuntos de
su misión, pontificar la Misa de Oro en el San
tuario de María Auxiliadora, como él y nosotros
deseábamos, nuestro amadísimo Monseñor de
terminó ir a Sta. Tecla, E l Salvador, para ce
lebrarla en la intimidad, en medio de aquellos her
manos, visitando al mismo tiempo por segunda
vez la República.
Con este fin, salió de S. José el 22 de mayo,
telegrafiando al Obispo de S. Salvador su sa
lida de Puniarenas con dirección a dicha Re
pública. Monseñor expresaba el deseo de no ser
objeto de recibimientos públicos; pero no fué
de la misma opinión S. Excia. Mons. Antonio
Adolfo Pérez y Aguilar, y con circular del 24
de mayo dispuso que los Párrocos de La Unión
y La Libertad, pues en estos puertos haría
escala el vapor en que viajaba el Delegado Apos
tólico, subieran a bordo a rendirle el pri
mer homenaje del clero y fieles de E l Salvador;
que una comisión saliera a recibirle en Acajutla,
desde donde continuaría su viaje para la capi
tal en un tren especial, ofrecido generosamente
por el Presidente de la República; que en todas
la estaciones salieran a saludarlo los párrocos
con sus respectivas comisiones, y a su en
trada en la ciudad las calles estuvieran adorna
das, las campanas de todas las iglesias fueran
echadas a vuelo y el Revmo. Capítulo, el Clero,
el Seminario, las Asociaciones piadosas y las
Hermandades, estuvieran en la estación, para
recibir «al benemérito hijo de D. Bosco, al ama
dísimo Mons. Cagliero, en prenda de cordial
afecto a su sagrada persona y al mismo Sumo
Pontífice *.
Cuatro días después, en una Carta Pastoral
fechada el 28 de mayo, confirmó estas disposi
ciones, estableciendo a la vez festejos especiales
para los días 14 y 23 de junio, 50° aniversario de
la ordenación sacerdotal de Mons. Cagliero y
día onomástico del mismo, confiando el pro
grama a una Comisión, compuesta de los miem
bros más notables del Capítulo Catedral; orde
nó también que el día 14 se celebrase en
todas las parroquias de la Diócesis con la ma
yor solemnidad posible una Misa con Te Deum
final, recomendando a los Srs. Párrocos que pre
parasen para la Sda. Comunión a los niños de
ambos sexos y aplicasen todos esos actos con
fervientes oraciones y acciones de gracias a Dios
nuestro Señor por la felicidad espiritual y tem
poral del Representante del Papa y por los feli
ces resultados de su misión.
Todas estas disposiciones fueron ejecutadas
con un entusiasmo indecible cuando Mons. Ca
gliero entró en E l Salvador y llegó a la capital
alojándose en el palacio de la Delegación.
U na grata noticia que se recibió aquellos días
vino a aumentar el entusiasmo del pueblo sal
vadoreño.
—
314
El 4 de junio el Exmo. Sr. Delegado mandó
una nota al Presidente de la República en la que
le decía que el Padre Sto. teniendo en cuenta la
importancia religiosa de la Diócesis de S. Sal
vador y la densidad de su población (pasa de un
millón), a propuesta de la Delegación apostó
lica formulada de acuerdo con el Obispo dio
cesano, tenía intención de elevar a la dignidad
de silla arzobispal la sede episcopal de S.
Salvador, creando dos diócesis sufragáneas con
sede en Santa Ana la una y en 5. Miguel la otra.
El Exmo. Sr. Presidente, Dr. D.'M anuel E.
Araujo, comunicó al Delegado su plena adhesión
en el mismo día y «Como J efe del Estado — decía
entre oti as cosas — aplaudo sinceramente esa
medida que indudablemente tiende al bien
espiritual del pueblo salvadoreño.
Para mí, paréceme indudable que, con la
creación de las nuevas diócesis se promoverán
con más solicitud los intereses religiosos de la
República; y no puedo menos, con tan hala
güeña perspectiva, de congratularme efusi
vamente de esa proyectada organización ecle
siástica, que ha de influir poderosamente en el
bienestar y moralidad de estos pueblos».
L n f i e s t a d e l 14 de j u n i o .
La noticia de este proyecto de S. S. se difun
dió entre la alegría más sincera que sirvió de
preparación para el 14 de junio fiesta del Sdo.
Corazón y 50° aniversario de la ordenación sa
cerdotal de Monseñor.
La víspera a las 7 de la tarde, hubo solemnes
maitines a toda orquesta, presididos por el
Sr. Presbítero Dr. D. Valentín Nalio, dignísimo
Secretario de la Delegación. E l templo y los
atrios estaban artísticamente iluminados, y a
continuación se quemaron bonitos fuegos ar
tificiales en la gruta de Lourdes.
E l día 14 alas 5 déla mañana, alegre alborada;
y a las 6 se celebró la misa de comunión general
de las asociaciones piadosas, a intención del
Excelentísimo Mons. Cagliero. con la primera
comunión de la alunmas del « Jardín del Niño
Jesús ».
A las 8 todo estaba preparado para el solemne
pontifical. E l templo engalanado con artística
sencillez presentaba un elegante golpe de vista,
dominando en sus matices el blanco y gualda de
los colores pontificios y el verde follaje, símbolo
de la perpetua lozanía y fecundidad de la Iglesia.
lu í el altar, entre muchas luces y muchas flo
res. destacábase majestuosa y seductora la
imagen del divino Corazón, luciendo riquísimo
traje bordado de oro realzado, rodeándole corona
de ángeles en arrebatadora actitud de ferviente
adoración. Estrenáronse cuatro grandes y pre
ciosos relicarios de metal dorado, formando juego
—
con el sagrario, baldaquino de exposición, sa
cras, atril y candelabros, todos del mismo relu
ciente metal.
Tocó la magistral orquesta del distinguido
maestro Sr. López, que hace mucho honor a la
música nacional.
A las 8 ^ hizo su ingreso triunfal el Exce
lentísimo Señor Delegado, formándole cortejo
el Seminario, Clero de la Capital y muy distin
guidos caballeros.
L a orquesta ejecutó el himno pontificio.
E n la puerta mayor, el capellán de la iglesia
revestido de pluvial, le recibió con los honores
litúrgicos,, ofreciéndole el hisopo del agua ben
dita y el homenaje de la incensaci'm, debidoasu
elevada categoría de Representante del Augusto
Pontífice.
E n el trono asistieron como socios de honor
los Señores Capitulares. Después del santo
Evangelio, el capellán de la iglesia ocupó la sa
grada cátedra, presentando a la consideración
del numeroso y selecto auditorio el amor inmen
so de J esús, haciendo brotar de los deliquios de
su Corazón divino, el Sacerdocio católico en el
cual había figurado durante media centuria el
Excmo. Monseñor Cagliero, haciendo el bien
como inflamado Apóstol del mismo deíflco Co
razón.
Asistieron como padrinos los Excmos. Se
ñores Ministros de Honduras, Nicaragua y
Costa Rica, y el Señor Doctor Don Manuel
Palomo, Presidente del Apostolado de Hom
bres. Se excusaron a última hora el Señor Presi
dente de la República, el Señor Ministro de Re
laciones Exteriores, el Señor Ministro de Norte
América (por enfermo), el Señor Ministro de Es
paña y el Señor Ministro de Guatemala, que tam
bién habían aceptabdo con generosa hidalguía el
nombramiento de padrinos de aquel solemne
acto.
Terminado el augusto sacrificio, el Excelentí
simo Celebrante dió con el imponente cere
monial prescrito la solemne bendición papal.
Nítidamente impreso se repartió a los conciirrrentes, como recuerdo de aquel dichoso día, el
precioso autógrafo de felicitación, enviado por
Su Santidad a su amadísimo Delegado.
A las I I a. m. reuniéronse en el palacio de la
Delegación las diversas Asociaciones Josefinas
representadas por sus Directivas para saludar
y felicitar al dignísimo Representante del Papa,
ofreciéndole como humilde pero muy afec
tuoso obsequio, una modesta' cruz pectoral, cos
teada por espontánea y muy gustosa contribu
ción de los asociados y artísticamente elaborada
por el jóven salvadoreño Don Alberto Casatl
E l acto fué ofrecido por la señorita Carlota Avilés con sentidas frases que expresaban los sen*
—
315
timientos de todos. Monseñor contestó con una
breve y preciosa alocución, terminándose aquella
expansión de filial amor con entusiastas vivas
al soberano Pontífice y al Señor Delegado.
A mediodía, la Sra. Da. Mercedes R. de Meléndez. Presidenta fundadora de la Asociación
de Señoras y Señoritas de la buena prensa, ofre
ció al ilustre festejado un banquete de honor.
Acompañaban al Exmo. Delegado el limo.
Sr. Obispo Diocesano, el V. Cabildo Eclesiástico,
el Señor Secretario de la Delegación, el Señor
Subsecretario de Relaciones Exteriores, los Se
ñores Ministros de Honduras, Costa Rica y N i
caragua, d Señor Secretario de la Diócesis y
otros distinguidos sacerdotes y caballeros expre
samente invitados.
Durante el banquete, amenizado por una
escogida orquesta de cuarenta profesores, reinó
la más dulce expansión, pronunciándose a los
postres elocuentes y sentidos brindis.
En S ta . T ecla.
Aquella misma tarde Mons. Cagliero salió
en tren especial para Sta. Tecla, donde fué re
cibido triunfalmente. Apenas llegó,' se dirigió
a la iglesia de la Inmaculada, donde se cantó
un solemne Te Deuin de acción de gracias. Ter
minado éste, fué al Colegio de Sta. Cecilia donde
celebró el día siguiente su Misa de Oro, a la cual
asistieron, además de los salesianos y alumnos
de la casa, representaciones de los Colegios sa
lesianos de la América Central, los Cooperadores
de la ciudad y alrededores, las H ijas de María
Auxiliadora del Colegio Sta. Inés con sus educandas, el Inspector D . Guillemo Piani, y los
Padres Salesianos Misieri y Osella, que habían
venido de Panamá y de Méjico para presenciar
la ceremonia, como representantes de toda la fa
milia salesiana. Durante el almuerzo hacían
corona al ilustre festejado, además de los sale
sianos aquí nombrados, el limo. Sr. D. Adolfo
Pérez y Aguilar dignísimo obispo de S. Salvador
y otros ilustres amigos de los salesianos.
El domingo siguiente, i6 de junio, para com
placer a los cooperadores de la ciudad, celebró
pontificalmente en la iglesia del Carmen artísti
camente engalanada. Un elocuente orador pro
nunció iiífra missam un discurso de ocasión; y
después de terminar la misa con la bendición
papal, se hizo la solemnísima procesión del CorPus Domini que había sidot raslada a aquel día.
L os festefos oficiales.
Aun más grandiosos fueron los festejos del
23 de junio, habiendo escogido el Obiqx) y Qero
esta fecha para la fiesta oficial, tanto por ser el
onomástico de Monseñor, cuanto por tributar un
—
delicado homenaje a la fiesta que se celebra to
dos los años en el Oratorio de Turín, desde los
tiempos de D. Bosco, el día de S. Juan Bautista.
L a solemnidad empezó el 22 con Vísperas pon
tificales en la Catedral, elegantemente decorada
con sus más ricos adornos de gala. En ella, el
día siguiente a las 6 de la mañana, celebró la misa
de comunión general S. Excia. el Obispo dioce
sano. Compactos grupos de socios de las V. V.
Ordenes Terceras, Centros del Apostolado, Her
mandades y Asociaciones religiosas. Colegios ca
tólicos y fieles de todas condiciones, recibieron
el Pan de los Angeles en felicitación espiritual
ofrecida al dignísimo Representante del Papa
A las 9 a. m. dió principio la gran Misa ponti
fical, acompañando en el trono como socios de
honor al Exrao. Celebrante, el Venerable Ca
bildo Eclesiástico: con asistencia de los Seño
res Párrocos, de los representantes del clero re
gular y secular y de los alumnos del Seminqirio diocesano. Ejecutó la música una selecta
orquesta organizada y dirigida por el maestro
López. Después del santo Evangelio, el Señor
Secretario del Venerable Capítulo, Pbo. Dr.
don Luis María Argumedo, subió a la sagrada
cátedra para hacer una breve homilía sobre
la grandiosa festividad del día, y para significar
al Exmo. Mons. Cagliero los votos fervientes de
felicidades sin cuento y sinceras felicitaciones en
nombre del Rvmo. Prelado, V. Cabildo, Clero y
fieles salvadoreños, con una brillante oración.
Terminado el augusto sacrificio, Monseñor
dió al pueblo fiel la solemne bendición p a p a l;
y después de dejar las vestiduras pontificales,
hecha la debida acción de gracias, su Excelen
cia Reverendísima fué conducido, con su cor
tejo de honor al Palacio de la Delegación.
A mediodía, el Exmo. Sr. Obispo diocesano y
el V. Cabildo obsequiaron el Representante del
Papa en nombre de toda la diócesis con un ban
quete de honor.
Hacían corona a Mons. Cagliero el limo, y
Rvmo. Sr. Obispo diocesano, Excmo. Sr. Minis
tro Dr. Ricardo Urrutia, Excmo. Sr. Ministro
Don Julio Acosta, el Sr. D. k . Spotorno, el
Sr. D. Victorino Argüello, el Dr. L). Mariano
Crespo, el Excmo. Subsecretario de la Guerra
Sr. Dr. Eusebio Bracamonte, los miembros de
la Comisión organizadora de los festejos jubi
lares, el Secretario de Mons. Cagliero, D. V a
lentín Nalio, todos los Canónigos, y muchas
distinguidos seglares y sacerdotes, entre los
cuales también estaban los PP. Salesianos Piani,
Misieri y Osella.
A los p ostreselM .I.S r.D . Santiago Vilanova,
presidente de la Comisión organizadora de los
festejos, leyó un saludo elocuente y lleno de en
tusiasmo al cual contestó Mons. Cagliero —
—
3 i6
como leemos en la Buena Prensa — con el si
guiente brindis que tenemos el gusto de repro
ducir integro.
« En esta ocasión solemne, Excmos. y Hono
rables Señores, me complazco en manifestar mi
más sincera y profunda gratitud por las cari
ñosas y entusiastas demostraciones con que el
hidalgo y amado pueblo de E l Salvador ha sabido
festejar la media centuria por mi recorrida en la
sublime y divina misión sacerdotal.
Emociona mi alma el recuerdo de aquel día
feliz en que, sin mérito de mi parte, fui elevado
a la excelsa dignidad de sacerdote de Cristo,
ungiendo mis manos con el óleo santo, como
ungía mi alma la gracia sacramental, riquísimo
perfume emanado de la fuente inexhausta del
divino Corazón.
Bajo la sabia dirección de aquel gran Siervo
de Dios, mi amado Padre el Ven. Juan Bosco,
el cual me enseñó a amar, educar y guiar por las
sendas de la virtud y del saber a innumerables
hijos del pueblo, fui enviado a sembrar la se
milla de la fe y civilización cristiana en las re
motas, incultas y casi ignoradas regiones de la
Patagonia. Allí pasé la flor de mi vida sacerdo
tal y episcopal; hasta que el supremo Pastor de
los Pastores me ha confiado la importantísima
Delegación apostólica en esta región querida de
la culta América del Centro.
Y ahora, rebosando de gozo, suspendo por un
instante mi marcha de evangélico peregrino,
vuelvo con satisfacción la mirada a los diez lus
tros pasados y bendigo humilde al Redentor
del mundo que me ha colmado de celestiales
favores, derramando abundantes bendiciones
sobre mis apostólicas fatigas y coronando mis
esfuerzos por su inmortal y divina gloria.
Considérome, pues, feliz en este momento, por
estar conmemorando mis fechas jubilares entre
los amados salvadoreños, al lado de mi Venerable'
Hermano el limo, y Rmo. Señor Obispo Pérez
y Aguilar, de su Consejo Capitular, los muy Ilus
tres Señores Canónigos y de su respetable y
querido Clero; rindiendo las gracias muy cum])lidas por los fastuosos festejos que en mi honor
han promovido tanto en esta ciudad como en
todas las Parroquias de la Diócesis.
Me es grato a la vez significar mi voto de gra
titud al Supremo Gobierno de la República,
a los Excmos. y Honorables Miembros del
Cuerpo Diplomático (mis colegas), especialmente
a los que representan aquí a las Repúblicas Her
manas del Istmo que se han unido en su entu
siasmo a E l Salvador, para festejar mi áureo
jubileo.
Agradezco, en fin, a todas las personas y piadosi\s colecti\údades que en estos días me han
brindado sus significativas y cariñosas felicita
ciones; las que acepto complacido como hijo del
Ven. Don Bosco y como representante del Vi
cario de J esucristo en la tierra.
E l augusto y bondadoso Pontífice Pío X tiene
derecho a ser recordado en esta fiesta, porque,
como el dice el precioso autógrafo que se ha
dignado dirigirme, quiere tomar parte en d con
cierto de alegría con que se edebra mi ju
bileo sacerdotal; pero sobre todo porque estoy
desempeñando en su nombre una misión trans
cendental para el desarrollo sodal y religioso de
este simpático p a ís ; misión recibida con aplauso
y regocijo general y apoyada con entusiasmo
por las dos supremas autoridades de la Repú
blica, el Exemo. Señor Presidente y el limo. Se
ñor Obispo.
Invito, pues, a brindar por el Santo Padre,
aqm' presente con su espíritu, por la prosperi
dad de E l Salvador y de Centro-América y por
la ventura personal de mis Honorables Comen
sales de este día memorando, en el cual, junto
con mis bodas sacerdotales, celebro también
el septuagésimo cuarto aniversario de mi ventuxoso onomástico. — He dicho ».
Después hicieron uso de la palabra el R. P.
Rocca y el Señor Dr. García González.
E l Exmo. Sr. Presidente de la República Dr.
D. Manuel E . Araujo, no habiendo podido asis
tir personalmente a las invitaciones del 14 y 23
de junio, tuvo la delicadeza de enviar a su
tiempo al Exmo. Sr. Delegado dos mensajes
telegráficos, en los que le felicitaba por el ani
versario que celebraba y le agradecía la atención
de celébralo en tierra salvadoreña.
E l mismo día nutridas representaciones de las
parroquias de la capital y los colegios de uno
y otro sexo se dirigieron al Palacio de la Dele
gación para reiterar sus protestas de amor,
gratitud e incondicional adhesión al Represen
tante del Vicario de Jesucristo.
F iesta s de tam lila.
A estos festejos oficiales hicieron eco otras
fiestas de familia en Sta. Tecla y S. Salvador. El
27 de junio se celebró en el Colegio de Sta. Inés
una academia músico-literaria y se bendijo la
primera piedra de la capilla del Colegio, y el 4 de
julio hubo fiesta también en el colegio de María
Auxiliadora. E l 7 se celebró otra academia mú
sico-literaria con ejercicios gimnásticos en el Co
legio de Sta. Cecilia como homenaje de los Salesianos de la Inspectoría Centro-Americana y
Mejicana. Elegantes trozos en prosa y verso al
ternaban con las delicadas notas musicales y
con los ejercicios gimnásticos ejecutados con
magistral desenvoltura. Pero los números más
salientes del selecto programa fueron dos elo
cuentes discursos, uno de D . Euis Forero y
—
5 Í7
Franco sobre el tema « L a Iglesia Centroame
ricana y la S. Sede » y otro del Dr. D. Salva
dor Flamenco cuyo tema era « L a delegación
pontificia como factor de civilización ».
En las o tra s R e p ú b lica s.
Las restantes Repúblicas del Centro de Amé
rica se unieron también en coro para felicitar a
Mons. Cagliero por su jubileo sacerdotal.
En Guatemala el Círculo Pío X invitó el 14 de
junio a todas las asociaciones católicas para una
comunión general en la iglesia metropolitana
según la intención de Mons. Cagliero. y el 23, ce
lebrando su fiesta patronal, repitió la demostra
ción afectuosa, asistiendo todos sus miembros
a una misa rezada y luego a otra cantada con
panegírico de ocasión y reuniendo una asam
blea general.
En la Argentina.
—
ración a la fiesta del Carmen, obteniendo los más
consoladores resultados por la circunstancia en
que se celebraba y por el celo de Mons. Costamagna que la presidía, como habrán podido ver
nuestros lectores en la relación que públicamos
en el número anterior.
Dios Nuestro Señor escuche tantas oraciones
y conseive al primer Obispo Salesiaiio para que
siga realizando empresas tan gloriosas como
las que hasta ahora le han ocupado. — ¡Ad.
mullos anuos!
Garlas de familia.
PIURA, 20 de Agosto de 1912.
Rdo. Sr. D. Pablo Altera.
Pero las felicitaciones más gratas para el co
Amadísimo Padre:
razón de Mons. Cagliero, después de las de Roma
L
as
alegrías y penas probadas por sus amany Turín, fueron las que recibió de la República
tísimos
hijos en el campo del deber quiero que lle
Argentina.
guen exactas, presurosas, a su oido, a su tierno co
En todas nuestras casas de esta república, se
razón.
celebró con los más dulces recuerdos d fausto
Mes de María Auxiliadora. — E l tradicional mes
aniversario. E l 29 de junio más de 500 ex-alum- de la Tauniaturga Virgen del \T)le. D. Bosco, lo ce
nos de varios centros de la capital, se reunieron en lebramos con entusiasmo, no disminuyendo im
el Colegio Pío I X de Almagro, para celebrar una pxmto la piedad de los niños piuranos, que a porfia
fiesta grandiosa en honor de D. Bosco y del pri manifestaban a la celestial María las primicias de
mer misionero por él envúado a la Argentina. Muy S’is tiernos corazones. Eran 130 los niños que se
numeroso fué el grupo de los Ex-alumnos del cobijaban bajo el manto de nuestra excelsa Ma
Rosario que fueron recibidos a los acordes de dre y alli palpitaban con amor los tiernos corazo
nes. Por la mañana y por la tarde aquellas voceciuna marcha triunfal y pennanecieron en Bue
tas, uniéndose a los coros del cielo, alababan a la
nos Aires hasta el día siguiente para visitar la vSnia. Virgen.
tiudad, siendo muy obsequiados en todas partes.
Por fin llegó el 26, día de la fiesta. A las 7 ^
En Viedma se bendijo el nuevo templo, donde a. m. celebré la Misa de Comunión general, en
el 23 de junio celebró Mons. Costamagna la Sta. la que, los que estaban admitidos a la Sta. Mesa,
Misa, distribuyendo 400 comuniones, 50 de las se acercaron con grandísimo fervor. A las g %
cuales a niños que la recibían por vez primera. la lgle.sia de Belén, cedida galantemente por
A las 10 hubo misa solemne con asistencia j)on- las K R . JDI. de San José de Tarbes, se encon
lifical; estaban presentes el Exemo. Sr. Gober traba llena de bote en bote de fieles, que querían
oir la Primera Misa del R. P. Max. Maier, que
nador del Territorio, el Jefe de Policía, otras
en aquel dia subía por vez primera las gradas
ilustres personas y un numeroso grupo de ex del altar santo. E l P. Maier, cursados sus e.studios
alumnos. Los 300 alumnos del colegio de la Mi en la palestra de esta casa, había llegado al fin de
sión ejecutaron la Missa de Angelis en canto s’os deseos, a la meta suspirada. Lo acompaña
gregoriano.
ban. como padrino de altar,
el R. P. Pablo BuPor la tarde se celebró una velada músico-lite diere, Superior de dos Rc*dentorístas y de vinajeras
raria presenciada por las ilustres personas antes el Dr. Don Víctor Eguiguren. Tejió las glorias de
citadas. E l periódico quincenal Flores del Cam María Auxiliadora con un brillante panegírico el
po, fundado por Mons. Cagliero, le dedicó un nú Rdmo. P. Ramón Comart, dirigiéndose al termi
mero extraordinario; y Viedma y Patagones con nar al misa-cantauo. A l ágrpe de las 12 tomaron
parte algunos miembros del foro, alcalde de la
las demás poblaciones del Río Negro, gracias a ciudad, y nuestros principales bienhechores, entre
la actividad de una comisión de señoras, man ellos, el carísimo papá de los salesianos de Píura.
daron a su antiguo Vicario Apostólico una cruz D. Juan H. Helguero.
pectoral de oro macizo en prenda de gratitud
Por la tarde una velada músico-literaria, en ho
nor de lia r ía Ausxiliadora y del nuevo sacerdote,
perpetua.
En Patagones se predicó una misión en prepa cerró con llave de oro aquel memorable día.
-
318
Primera Comunión. — E l día 6 de Junio, fiesta
del Corpus ChrLsti, una treintena de niños, con sus
almas vestidas de gracia e inocencia, se acercaron
l)or vez primera al baní^uete divino del Cuerpo del
dulce Jesús.
Visita dcl Kmo. P. Inspector. — E l 20 de Junio
tuvimos la dicha de recibir la visita de nuestro
(luerido Padre José Reyneri, Inspector de los cole
gios del Perú, Ilolivia y ICcuador. Píisó entre no
sotros unos 20 dias, gozando de la piedad, suavidad
de carácter y ternura de corazón de los niños piuranos.
JCii esc intervalo pudo arreglar asuntos que se
relacionaban con la radicación de los Salesiano.s,
los cuales zozobraban sobre su estabilidad: pero,
gríicius a la galantería y caridad del generoso Don
Juan II. Ilelguero, dejónos con pronósticos de una
peqjotua permanencia.
Fiesta dcl Sagrado Corazón y de San Luís Gon*
zaga. — E l 29 de Junio celebramos la fiesta del
Corazón Sacratísimo de Jesús y de San Luis Gonzaga. Celebró la misade comunión general el Rdmo.
I’atlre Inspector; a las 8
hubo misa de fiesta en
la (pie todos nuestros almnnos cantaron la misa re
gia de Duinout. A las 4 p. m. vibró la nota domi
nante de aíiuel dicluMo día. Se alternaron poesías,
prosas y cantos al Divino Corazón, al mancebo
angelical y al carísimo Inspector, quien quedó muy
complaci(lo y manifestó un secreto que mucho
tiemjío hacia abrigaba en su corazón, es decir, que
los niñas de la casita de Piura eran sus Benjami
nes.
Terremoto. — L a fragancia de la rosa del bie
nestar embalsamaba nuestra alma y la pi os jeridad
en la marcha del año escolar no dejaba que desear
nada. Los niños se ejercitaban en sus ejercicios gim
násticos y con anuas simuladas, ponían todo su em
peño en el ejercicio de la esgrima, preparándose
para las fiestas patrias; más el Señor que gobierna
el timón de los mundos quiso probamos.
Eran las 7 de la mañana del 24 de Julio; los ni
ños se encontraban en el estudio, los henmuios eu
sus obligaciones y el que suscril>e celebrando la
Sta. Misa, cuando principió el terrible sacudimiento
Ivl altar me aventaba sus floreros y caudeleros y
un estmendo sordo quebriuitaba las paredes. Mi
pirmer impulso fué arrodillanue y pedir misericor
dia a Jesús que tenia tan cerca; esperaba que cal
mara pero en vano; pensé en huir, pero inútil;
ima nul>e de polvo impidkSme el paso..... lín aquel
los supremas momentas mi equilibrio no era finue;
una (tía subteránea llenóme de pánico y esperaba
una sepultura a mis pies o una tumba cutre las es
combros. l>espués de un minuto más o menos del
terrible movimiento, la ciudad de Piura daba lás
tima; muchos etlificios e iglesias se denuubaron, 110
quedando una casii en regular estado. E l suelo
agrietíáse y las cas;is se cuarteíUX)U y desplomaron,
de modo (pie las paredes movidas, van continua
mente buscando su centro y amenazando destruc
ción. Nuestro colegio no presenta seguridad alguna,
está en ruinas, motivo j>or el cual texios nuestros
niños internos fueron mandados a sucosa.
I/DS habitantes comenzaron a abandonar la ciu
dad, refugiándose en el despoblado. Se están levan
-
tando barracas de madera para dar alojamiento a
tantas familias que han quedado sin casa y sin
abrigo. También nosotros, con la ayuda de algunos
bienhechores, hemos levantado 'proxósionalnieute
algmios salones, para seguir nuestras labores esco
lares, a fin de que nuestros alumnos no pierdan el
año que con tan buena voluntad habían comenzado.
E n efecto, abiertos los cursos, ya -vienen con interés
al colegio y se preparan a celebrar la fiesta de Santa
Rosa de Lim a eu la nueva capiUita que también
provisionalmente hemos levantado. Hemos reci
bido varios telegramas de condolencia, entre ellos
uno de nuestro auiadisimo diocesano Mons. Car
los García Frigoylen; nuestro querido Inspector,
cpie dias antes nos había dejado alegres y conten
tos, nos mandó un cablegrama desde Quito pre
guntando con vivo interés por nuestra situación;
pero, gracias sean dadas a Dios y a Ma.ría Auxi
liadora, lio hemos tenido (pie lamentar ninguna des
gracia personal, sólo nuestro colegio ha quedado
inhabitable.
Este es auia.do Padre, el manojo de rosos y de
espinas. Bendíg.imos y encomiéndenos a Dias a
María Auxiliadora y a nuestros cooperadores, para
cpie pronto tengamos un espacioso colegio y poda
mos albergar a tantos niños que demandan nues
tra caridad.
Su obligadísimo hijo en J. y María.
Sac. O c t a v io O r t iz A r r i e t a .
T E S O R O E S P IR IT U aL .
Los Cooperadores Salesíanos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para
Dia
"
»
»
»
*
I
6
18
20
23
25
29
el mes de
Enero:
La Circuncisión do N. S. J.
La adoración de los Reyes.
La Cátedra de S. Pedro en Roma.
K 1 Santísimo Nombre de Jesú.<.'
Los Desposorios de la Sma. V'irgon.
L i Conversión de S. Pablo.
S. Francisco de Sales, Patrono de la
Pia Sociedad Salesiana.
--6L
DEMUESTRAS M15IOJ\ÍE5
B R A S IL
UNA VISITA A LAS COLONIAS.
Excursión at »>Rio das Mortes**
B A U T IS M O S Y M A T R IM O N IO S .
{Relación del acólito José Pessina) (i).
E1 buen Daniel. — La rehabilitación de un asesino.
— Camino de vuelta. — Cincuenta más llegan a
Palmeiras. — Conclusión.
Nuestro amado Inspector se quedó un poco
más en la colonia para confortar a los herma
nos en sus tareas diarias, entreteniénbose fami
liarmente con los indios, Entre estos sobresalía
un neófito de unos 6o años llamado Daniel.
.\lto de talla y de arrugado rostro pero bien
conservado y fuerte, se distingue por su andar
lento y casi a tientas por ser bastante corto de
vista.
Vino de las márgenes del Rio das Mories hace
algunos años a causa de las calenturas y se que
dó con toda su familia. E s viudo y tuvo cuatro
hijos; Arturo, bautizado hace poco y casado
legítimamente; Ignacio, que murió el año pa
sado en nuestra Escuela Agrícola de S. Antonio
en Coxipó da Ponte; Inocencio, que estuvo de
aprendiz en las Escuelas profesionales de Cuyabá
y ahora es un buen barítono de nuestra banda;
y Martín, un niño muy bueno, de muchas es
peranzas, que hace poco hizo la primera Comu
nión.
Es aquí muy común la frase, que la religión
entra por la boca; y ima prueba de su verdad la
ha dado nuestro Daniel que, al amor de nues
tra casa, donde encontró varias veces con que
matar su hambre y la de sus hijos, empezó a
unir el amor de la religión. Habiendo perdido
casi por completo la vústa, quiso retirarse a
nuestra casa y quedar interno con sus dos hijos
menores, Inocencio y Martín. Oye misa, reza
II) Véase el número anterior.
las oraciones, va a la escuela y a comer con los
muchachos, y obser\m exactamente el horario.
Los más pequeños acostumbran a recrearse
un poco y vuelven a la hora señalada con un ma
nojo de yerba para los becerros; entonces se
da un hermoso espectáculo. Los cliicos van
gritando y saltando por la vereda del campo cul
tivado; y Daniel, como si fuera el maestro, les
acompaña a paso lento, recorriendo tal vez con
el pensamiento los años lejanos de la infancia.
A veces llegan a un paso difícil, o a un arroyo*
seco, y en seguida grita uno: — Pawo pag’ogna bu
Daniel toghi — esperemos a Daniel. Y todos a
coro: — Daniel arégo mátto boe pegare woi, ko~
rorogoddüre:
corre, el camino está malo,
es muy resbaladizo. Viene, lo cogen por la mano
y lo pasan.
Por la noche, mientras se toma el fresco des
pués de cenar, le rodean diciéndole: — Cuénta
nos un cuento.
— ¿Cuál? ¿el del jaguar, el del tapiro?
— ¡Sí, sí! responden todos. Y se ponen a es
cuchar la narración, que, como es natural, va re
vestida de ideas supersticiosas. No raras veces,
al pedirle otra, responde el buen hombre: — Las
mías no son bonitas; las que nos contaba D.
Juan (el celoso misionero P. Bálzola) de Jesu
cristo y D. Bosco, aquellas, sí que eran bonitas.
Y la campana intem impe la interesante conver
sación.
De este indio se sirvió nuestro hermano el Dr.
D. Antonio Tonelli para hacer su colección de
cantos y lej’^endas indígenas. Hace ya más de
un año que lleva vida conventual, por decirlo
así, no deseando hablar más que de Jesús y Ma
ría, y de lo que nos espera en la otra vida. A v e
ces cuando habla confidencialmente con el mi
sionero y éste le pregunta si quiere ir al cielo,
responde con resolución:
— I kiari ure bó e roi, bó e goiddugi Jesús
gir’iti’aiddúre: No me gustan nada las palabras
ni los hechos de los hombres, sólo amo a Jesús.
Algunos días antes de recibir el bautismo se
presentó lleno de temores al Director de la co
lonia preguntando:
— P . Malán u tnodde kanna christ&o d'imi?
¿Me hará tal vez cristiano el P. Malán?
—
320
— jSí! le respondió; y se marchó más alegre
qtie unas pascuas, l'u é bautizado con aquellos
adultos en la solennidad que antes describí.
— Ahora pues, querido Daniel, eres cristiano;
Doppe se ha ido y Jesús está contigo, ¿no es ver
dad? le decía el In.s])Cctor, poniéndole la mano
izquierda sobre el hombro mientras el indio le
besaba la derecha.
— Christño nur'imi koddi au xa innoddu Jesu$ gir'iU'aiddme, respondió; yo cristiano, por
eso un Jesús como este yo querer — y señalaba
el Crucifijo que llevaba sobre el pecho el misio
nero. Ivl Padre le aseguró que no lo olvidaría a
la vuelta.
Otro individuo de estatura mediana, con el
¡lelo cortado a uso de los indígenas, la mirada
sospechosa y penetrante, ocupado en los que
haceres de la casa, parecía que quería ha
blar al Superior cuando pasaba. Este lo v i yó
con riña mirada risueña y paternal lo animó a
hablar.
Era uno de los primeros que vinieron a estalúccerse en la Colonia; de cuando en cuando, con
su conducta salvaje e insoportable, había hecho
I>asar m alos'ratos a los misioneros. Siendo el
único en aquel tiemix) que vivía con dos mujeres,
el r . Malán le había avisado amigal.úemente
que dejara su mala conducta y se portase bien
pues estaba con los misioneros. Parece que se
conmovió; pero después de algunos meses, vol
vió a las andadas portándose peor que antes.
Amenazó con la muerte a una de sus compa
ñeras la cual acudió a los misioneros y a las her
manas, l'ué, pues, necesario para conservar el as
cendiente necesario sobre los indios, comunicar al
capitán, que dados los antecedentes y lo que aca
baba de suceder, no se admitiría este indio al
trabajo común hasta mieva orden.
E n vez de enmendarse, cuando no encon
traba animales salvajes que cazar, lanzaba la
flecha sobre una de nuestras reses; y cogiendo de
ella una buena parte, dejaba lo demás para sus
amigos qxie iban a dar cuenta de ella lo más
])ronto que podían, líntre tanto, por medio de
las indias que ibai\ todos los días a la casa de las
Henuauas, de vez en cuando hacía llegar sus la
mentos. lágrimas de cocodrilo y falsas promesas
a su infeliz compañera, que iwr fin cedió y vol
vió a leuniríO él. Pero la primera semana ya
anduvo mal, y al tenniiiar la segunda dos dedos
de tierra cubrían ya su cadáver.
El pérfido había salido de caza y volvió al
anochecer trayendo carue de buey. A l verla la
mujer le d ijo :
— ¡Cómol ¿los otros vuelven con carne de ta
piro, cerdo o jaguar y tú sólo con carne de buey
y ternero?
No hubiera pronunciado tales palabras.
—
Como un tigre se avalanza sobre ella; tira al
suelo la criaturita que tenía en brazos, le da tres
puñaladas en el cuello y huye. Avisan al misio
nero que llegó a tiempo para bautizarla in ariiciiio mortis, y a la pobre infeliz muere poco
después.
E l asesino, desesperado, huyó con la otra, va
gando de una a otra parte presa de crueles re
mordimientos. E l misionero se mostró a los cajñtanes muy disgustado y desaprobó un acto tan
bárbaro. Estos dieron cuenta de ello a los indios,
de lo cual el criminal se enteró cuando venía de
noche a indagar lo que pensaba de él el Padre.
En el interno de la floresta y a pocas leguas
de la Colonia se encuentra una choza. Allí lle
van los misioneros a los niños indios a pasar al
gunos días para darles el solaz que su edad re
quiere. Cerca de aquel lugar se refugiaba el ase
sino, y al clamoreo ensordecedor de la alegre
compañía se daba a la fuga, temiendo que fueran
gendarmes que le buscaban.
. E l buen Padre, que a pesar de todo le quería '
y lo había encomendado al Señor para que no
muriera en aquel estado, y que sólo para que los
otros se dieran cuenta de la enormidad del delito
persistía en su resentimiento, permitió por fin des
pués de un año, que se le acercase en aquella
choza; luego ordenó que fueran generosos con él,
dándole de nuevo víveres, para que entendiera
que de él se esperaba sólo la enmienda.
E n año después, la muerte le arrebató el único
hijo que tenía y vino a la Colonia para cele
brar las ceremonias fúnebres. Dos años de tal
castigo perecían suficientes; pero no fué ad
mitido a trabajar con los demás sino después
de haber pasado otro año aún, y esto casi por
amnistía en ocasión de la venida del Inspector
al cual le hemos visto dirigir la palabra.
Y ahora ¿qué quería?
Hacer sus promesas de ser bueno y pedir que
le admitiera entre el número de los arrieros
que llevan las mercancías de Cuyabá a las Co
lonias. E l Inspector le dio esperanzas.
Después de los cordiales saludos de costum
bre, el P. Malán partió para el Sa-ngradouro o
colonia de S. José, donde el día de la Asun
ción se inauguraba la Residencia de las Hijas
de María Auxiliadora, que empezaban a tra
bajar en el nuévo campo de las misiones.
Legitimó por vez primera en aquella colonia un
matrimonio, los contrayentes eran Francisco
Ukekigori y Rita Okogheho, ambos jóvenes que
cuando completen su instrucción religiosa da
rán buenos resultados.
Desde allí, cabalgando algunos días, llegó
a la nueva colonia indígena de Palmciras. Tres
meses antes había encontrado allí dos familias,
y ahora eran j'a unos cincuenta los que habían
— Í2I —
ido a vivir a la Colonia. No les agradaba, se
gún decían, la noticia que se iba esparciendo de
que se quería recoger a todos los indios en varios
puntos coloniales bajo dirección laica; que ellos
no querían de ningún modo someterse a esta
medida y por esto no habían ido a la ciu
dad a recibir donativos de la Dirección, para no
quedar obligados a n a d a ; y si venían a Palmeiras, era para quedarse a trabajar en el campo
V ganar vestidos para cubrirse. Dada la escasez
de personal no se les quería recibir; pero, ya que
el Señor nos los mandaba, se recibieron con al
gunas condiciones que la mayor parte aceptó
espontáneamente.
hasta ayer estuvieron sumergidas en las som
bras de la muerte.
Bendiga también a esta misión tan querida
de su corazón y con ella a este su
Afmo. hijo in Corde Jesn
J osé M. P essin .\, Acólito.
COLOC.4CIÓN DE LA P PIEDRA
DEL TEMPLO DE MARIA AUXILIADOR.V
en Cuyabá (Matto Grosso, lirnsil).
Sobre la amena colina del Lyccu Salcsiauo el
24 de mayo se colocó la primera ])iodra dol san-
La VI reunión de los Directores Diocesanos.
El mismo día recibieron el sacramento rege
nerador algunas criaturitas de las familias que
habían llegado.
Los pocos que no creyeron conveniente obli
garse, partieron pasados algunos días. Y así,
veneradísimo P ad re, hemos llegado ai fin
de esta larga carta. Mas antes de terminar,
ruego a V . en nombre de los superiores y her
manos de la misión, que dé las gracias de nues
tra parte a nuestros amados bienhechores y
distinguidas bienhechoras y a todos los que se
interesan por nuestra misión. Sabemos que la
m ira TI con mucha simpatía; pues bien, muestren
esta simpatía sobre todo con oraciones para
obtener la fecundidad de la fe en estas tierras que
tuario, del cual hemos hablado en el número
anterior.
E l Arzobispo Mons. Carlos d’Amour y el
Exmo. Dr. D. Joaquín Augusto D a Costa Mar
qués, benemérito Presidente del Estado, acom
pañados por otras autoridades y mucha gente
de la población, se dirigieron procesionalmente
hada el lugar de la ceremonia.
Iban delante con sus flamantes estandartes
los sodos de la Compañía de S. Luis, los niños
del Oratorio festivo, los alumnos internos y
externos del Instituto Salesiano de S. Gonzal >,
los aprendices de la Escuela Agrícola de S. An
tonio de Coxipó da Ponte y por último los vein
ticuatro bororos, también con uniforme, que fue-
— A22 —
ron los primeros obreros del templo. Venía des
pués el Exmo. Sr. Aizobispo con hábitos potificales, asistido por el Ispector. P. Malán y el
Misionero P. Bálzola; le acompañaban procesio
nalmente Mons. Benito Severiano da Luz, el
Provincial de los Franciscanos, el Rector del
Seminario y el Redactor de la Cruz; seguía el
Exmo. Presidente del listado con su digna con
sorte entre los Exraos. Dr. D. Manuel Paes d'Oliveira y D. Joaquín de Costa Marqués, Secretarios
del Estado, el Coronel Correa da Costa, el Pre
sidente del Tribunal, el Intendente general del
Municipio, el Juez Federal, el Procurador Ge
neral del Estado, el J uez de derecho de la Capi
tal, el Cónsul de Italia y otros ilustres personajes.
El área del futuro santuario estaba adornada
con banderas y hojas de palmas artísticamente
colocadas al rededor. En el sitio del altar mayor
se había colocado una cruz ante la cual se abría
una fosa para recibir la piedra bendecida.
Terminadas las ceremonias de rúbrica, el
Director del Colegio de S. Gonzalo leyó el acta
de la ceremonia que firmaron todas las autori
dades. y el Arzobispo celebrante, con ayuda de
los asistentes y de dos robustos bororos, colocó
la ¡)iedra en la fosa preparada.
Luego se preparó sobre ella un altar donde el
P. Malán, celebró la Sta. Misa, con asistencia
pontifical del Arzobispo y ayudado por dos in
dios. La Schola cantorum ejecutó el Tola -pulchra
del M.° Lorenzo Perosi y el Dr. D. Francisco
d’Aquino Correa en un elegante discurso trazó
a grandes rasgos la historia de la devoción a
María Sma. en el Estado de Matto Grosso, invo
cando las bendiciones de Dios sobre' el edificio
incipiente. Al momento de la elevación, mientras
las banderas se inclinaban con todos los asisten
tes para adorar a Jesús Sacramentado, la mú
sica del Lyceu entonó el himno nacional en ho
menaje al Rey de los reyes, que tiene en sus ma
nos los destinos de las naciones.
E l santuario tendrá 36 metros de largo por 16
de ancho. Los trabajos realizados en un mes por
los 24 bororos causaron la admiración de todos
los que presenciaron la ceremonia.
Una nueva 6apiUa.
En Punta-Arenas — escribe E l Amigo de la
familia - se ha inaugurado una nueva capilla
dedicada a la Inmaculada Concepción. Presidió
la ceremonia el Gobernador Eclesiástico D.
Héctor Salaberry, que dirigió a los fieles una ca
lurosa invitación a apreciar las grandezas del
templo católico y a aprovecharse de la nueva
capilla para cumplir sus deberes religiosos. Si
guió la misa solemne cantada por los alumnos
del Colegio de San José.
Antes y después de la ceremonia prestó ser
vicio de honor la banda del mismo instituto.
L a nueva capilla es otra prueba del celo con
que nuestros hermanos cumplen su misión en
aquella populosa ciudad.
Cira iniiiíin de 6 meses en la Pata^oiiia.
E l Misionero D. Domingo Milanesio escribe
al P. Albera con fecha del i de mayo.
« Mis fatigas en estos últimos meses fueron
consagradas con preferencia al bien de los indí
genas que son más numerosos de lo que algunos
creen.
El siguiente cuadro dice cuánto bien podría
hacerse visitándolos un poco más a menudo.
Y o visité cerca de 2000 y me parece que no son
ni la décima parte de los que viven en los terri
torios del Sur de la República. Los 373 sermones
o pláticas (parte en castellano y parte en len
gua indígena) de media hora cada una, explican
elocuentemente cuánto hay que sudar aún para
someterlos, con la gracia de D ios, al suave
yugo de la fe. El cuadro representa tres cam
pañas distintas y cada una comprende vavarias misiones predicadas en puntos diversos.
La primera tuvo lugar en Toldos Barranjos
y Olascoaga en la provincia de Buenos A ires;
La segimda en el Neiiquén Capital, en Cipoldti, en Allem y en otros puntos circunvecinos
del Territorio del Neuquén.
La tercera en Huecu, Loncapé, Las Lajas,
también en el Territorio del Neuquén.
K.V TOLDOS
RniitisitnQS . . .
C<>nrirmacion«s
C onfesiones . .
C om uniones . .
M atrim o n io s. .
t’ láticas . . . .
(Cm u.recorridos
33 113 d e indios
270
id.
2Kq
id.
264
id.
>4 de indios
167
1500 en tren
Kt• NKlIgEN
B.S HBUCU
51 J 12 de indios i n 314 d ■ Indi
id.
6
(le blan< '
«50
16 4 II2 d e indii
n i 114 id.
id.
i«4
id.
>14
4
id1
id.
100
165
750 en vehículo 480 a caballo
Total: Bautismos 200 — Confirmaciones 426
- Confesiones 504 — Comuniones 532 — Ma
trimonios 19 — Pláticas 373 — Kilómetros re
corridos 2730.
T'
Ooooo®
*oooo'oO
EL CULTO
de Noria Auxiliadora
Nós teneoos la persuasión de que, ea las vicislindes dolorosas de los licmpos
que atravesamos, no nos quedan mds consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protecc.óu de la Virieo iMndlla, que fui ea lodo llempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio X.
Ik
3.^
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
G elves (Sexólla).— Cayó enferma de meningitis
la niña Encamación Calado Garda, y era tal la
!^;ravedad, que el médico que la visitaba se retiró
de una visita, con el convencimiento de que la enlennita no podía durar más de media hora.
Entró en esto una vecina acompañada de un
hijo suyo, llamado Manuel de los Reyes, de 4 años
tle edad a hacemos una visita ; y el niño, inspir.ido seguramente por el cielo, dijo a su madre:
.Mamá, ¿porqiié non pones a Encamación una
medalla y una estampa de María Auxiliadora?
Hízose al momento lo que el angelito había
sugerido, y la niña se fué tranquilizando hasta
'[uedar donnida.
Al despertar empezó a abrir poco a poco los
ojos, que tenía cerrados desde hacia más de 20
•lias; inicióse al momento la mejoría, y, contra las
predicciones de los que aseguraban que la niña
quedaría sorda o muda, la enferma está hoy com
pletamente curada, como si nunca hubiese tenido
molestia alguna.
Sus agradecidos padres
Marzo de 1912.
A n t o n io C a l a d o y D o l o r e s G a r c í a .
S ig s ig (Ecuador). — E l 6 del presente mes fu*
llamado para administrar el Sto. \Tático a una
enfemia e Cucliil, anejo que dista una legua
de esta población. Sin pérdida de tiempo monté
a caballo y me dirigí a la casa de la enferma, la
cual atacada por un fuerte delirio se negaba a re
cibir el Sto. Viático. E n tan tristes circunstancias
inxdté a todos los circunstantes para que me acom
pañaran en el rezo de tres avemarias con la jacu
latoria « María Auxilio de los cristianos, ruega por
nosotros > y di a la enferma la bendición de María
Auxiliadora. Después de estas breves p ica ría s,
pregunté de nuevo a la enferma si quería recibir el
Sto. Viatico; y ¡oh prodigio! con toda la lucidez de
su mente y con no menor maravilla de los presen
i
O
J
tes, me responde: « Ari faita Padre* si.Rdo. Padre.
Y le administré el Sto. Viático, que recibió con
gran reverencia y fervor.
Hago público este favor porque asi se lo pro
metí a María Auxiliadora y para que tocios las
que se encuentren en alguna necesidad, la invo
quen con fe y confianza, seguros de que no la in
vocarán en vano.
Agosto de 1912.
Ju.AN M. G i n e r , ' S. S.
Q uito (Ecuador). — Habiendo padecido un año
ima penosa enfermedad, con complicaciones en el
estómago, tuve en diciembre del año próximo pa
sado una crisis que me hizo perder toda esperanza
de recobrar la salud perdida. Sumido en la más
honda tristeza, viéndome con todas las energías
de la vida a los veinte y seis años y postrado, su
fría horriblemente en compañía de mi madre; y ésta
rogaba a Dios Nuestro Señor por su hijo, sin atre
verse a decinne temiinamente que hiciera yo lo
mismo porejue hacia tres años {pie vivía descui
dado en las prácticas cristianas. Un dia en (¡ue
acababa de levantanne de la cama, habían recibido
en casa unos papelitas en que el R. P. Ruis Colombo suplicaba a la piedad de los católicos con
tribuyeran con ladrillos para la terminación de la
cúpula de la Capilla de la Tola. Entró mi madre y
me dijo mostrándome el papel para que lo leyera:
Ofrece algo a María Auxiliadora. Inspirado por una
gracia especial lei el papelito y espontáneamente
ofrecí a la Stma. Virgen una limosna para su igle
sia y hacerle una novena de misas en esa iglesia mis
ma confesando y comulgando el últhno día, a cam
bio de que Ella me diera la salud. ¡Oh prodigio
sorprendente! El mal desaparece con el remedio
más sencillo, después de haber hecho uso de los
más enérgicos y prolongados tratamientos. Llevo
nue^'e meses de la salud más completa y vivo alegre
frecuentando los Sacramentos, que es otra de las
•;'.acias hechas por mi amada. Madre Auxilia
dora; pues no sólo me dió salud, sino que me mostró
también el camino má.s s^ u ro para llegar al cielo.
— 324 —
Para no olvidar ni un solo momento los favo
res recibidos de la Stina Virgen del Vble. Don Bosco.
visito todos los 24 de cada mes su santuario de La
Tola y soy coperador salesiano.
A l escribir estas líneas quisiera que cada pala
bra mía llevase a los lectores del Boletín Salesiano
la fe, y la confianza (jue tengo en tan bondadosa
Miwlre, para que todos amemos a la que es seguro
refugio de desgraciados, salud de los enfermos y
puerta de la gloria.
Agonto de 1912.
Un favorecido de María Sma. Auxiliadora.
A lc a lá de G u a d a ira (Sevilla). — Kn Abril del
l)resente año mis hijos Antonio y María Auxilia
dora cayeron gravemente enfermos de coqueluche,
sobreviniendo a ambos como comijlicación la
bronco-pneumonía doble infecciosa, con fiebres altisiiuius de 41’ 5® (pie poniau sus vidas en inmi
nente peligro.
Durante cincuenta y dos días consecutivos estu
vieron amenazados de segura asfixia, con los pul
mones enteramente hqiatizados, extrañándose los
médicos tpie este alannante estado se jirolong ir i
tanto. \'iendo ya en este hecho la intervención
del cielo, nos dirigimos a María Auxiliadora em
pezándole una novena; y al terminar el ])rinier día
bajó la fiebre a 38®, cosa que mmea pudimos con
seguir con las biuios ni con los más enérgicos desfeivecentes. A medida que se acercaba el término,
los pulmones se iban haciendo más permeables,
hasta que desapareciendo la fiebre por completo,
recobraron mis liijos la salud y hoy no les queda el
menor vestigio de tan terrible enfermedad.
Los médicos que los asistieron y yo que también
lo soy, declaramos que solo im milagro ha podido
salvar de ima muerte segura a mis queridos enfermitos, y así deseo que conste y se publique en d
Boletín Salesiano como su madre y yo lo teniamo ;
prometido.
iGracias, oh María Auxilio de los Cristianos!
Septiembre de 1912.
P a u l in o G arcx - D o n a s .
S e v illa . — jOh cuán grandes son las favores que
recibimos por mediación de nuestra Madre, María
Auxilio de las crístiimos!
Mi hija Sara fné atacada de meningitis que causo
en ella estragos, pues la dejó muda, medio cuerpo»
paralitico, y la vista completamente torcida. Vién
dola desahuciada de tres médicas, por ser mi
hija tan devota de María Auxiliadora, me enco
mendé a ella encendiéndole una mariposa delante
de su imagen, y el día de la \*irgen del Carmen em
pezó a mejorar; seguidamente se dijo una misa en
honor de la Sma. \’irgen y se empezó una novena.
Hoy está completamente bien y sin imperfección
algiuia.
Mil gracias a María Auxiliadora por el gran fa
vor concedido.
Sus agradecidos píulrcs.
Agusto de 1912.
Ju.\N R u b i o y T e r e s a M o r e n o .
U tr e r a (España). — Antonio Navarro Torres, de
35 años de edad, se hallaba gravemente enfermo
padeciendo calenturas infecciosas. Cuando se des
esperaba de salvarle, fué acogido por las Conferenci.as de S. \^icente de Paúl, que comenzaron a
socorrerle con diez bonos diarios de leche (5 litros)
sin que se consiguiera ninguna mejoría. E n tal es
tado, un miembro de las Conferencias, descolgando
de su cuello una medalla de María Auxiliadora, to
cada en los sepulcros del Venerable D. Bosco y de
D. Miguel Rúa, se la puso al enfermo. Se inició
desde entonces una rápida mejoría, el peligro des
apareció, y el enfenno que se creía incurable, ha
sanado.
E l médico que le asistía considera el caso como
una gracia de la Sma. Virgen. Más aún ha hecho
nuestra amantísima Madre. E l pobre sanado, ;\ntes que nadie le hablara de religión, ha m osln h
vehcnieutes deseos de visitar la iglesia de la \ irgen para darle gracias por sus favores. ¡Bendita mil
veces María Auxiliadora!
Mayo de 1912.
J. Rurz G u t i é r r e z
Tesorero de las Conferencias de
San Vicente de Paúl.
E n sen a d a (Argén.). — Estando enferma de pul
monía doble, desahuciada del médico, a punto
de dejar cuatro criaturas huérfanas, con el espaso
que acababa de curar de una enfermedad que du
rante cuarenta dias le había imposibilitado para
ganar el pan de la familia, nos volvimos, llenos .. ■
fe y de confianza, a la Auxiliadora de los cristiane»-',
rogándola me alcanzara la salud tan necessari i
para mis hijos.
Comenzamos todos juntos una novena a María
Auxiliadora con promesa de ir en peregrinación ;1
santuario de Luján, de publicar la gracia en el B.>letin Salesiano y enviarle una limosna según nues
tra posibilidad, si la Virgen me alcanzaba la sa
lud.
¡Oh bondad y poder de María Auxiliadora f
E l primer día de la novena desapareció el peligro;
comencé a mejorar y al volver el médico se llenó
de asombro al ver que, desaparecido todo peligro,
había entrado en convalecencia. Y ahora comple
tamente restablecida, doy gracias de lo intimo del
corazón a María Auxiliadora y conmigo teda mi
fíunilia, y cmuplo la promesa.
Septiembre de 191a.
R o s a C. d e P a r ís
P ie d ecu e rta . — E l 24 de ^ o sto del año próxinr*
pasado fui atacado por una grave enfenuedad re
conocida por los m éceos como fiebre amarilla. Kl
27 del mismo mes, la gravedad del terrible mal ha
bía progresado y a considerablemente y hallábame
en profunda postración, atacado por una insopor
table fatiga que me haiúa imposible conciliar el
sueño y tener un momento de sosiego. E l corazón
me palpitaba de manera violenta y un copiosí
simo sudor gastaba mis fuerzas, ocasionándome por
ello frecuentes \-aliidos; por último, im frío glaci U
se apoderó de mi desde los pies hasta la cintura,
y fueron vanos muchos remedios que se rae apli-
—
c;'Jon para corregir este enfriamiento, que ya al
dia sigmente, o sea el 28, se me presentó con insen
sibilidad en los pies, y avanzó hasta los brazos,
lín tal estado, invoqué a María Santísima, en su
r.dvocación conocida con el gráfico dictado de Ma
na Auxiliadora, demandando mi curación, pro
metiéndole publicar esta gracia en el Boletín Salesiano y suscribirme a él. E sta misericordiosa intercesora fué tan propicia a mis fervientes votos,
que en la mañana del 29 el estado de mi enferme
dad dejaba concebir fundadas esperanzas de resta
blecimiento. B e la tarde de este día en adelante, la
reposición fué en progreso hasta que se obtuvo mi
completa curación. Ante esta singular gracia al-
—
gracia, ñas harianias cooperadores, daríamos una
limosna para la capilla de María Auxiliadora de la
Tola y la publicariamos en el Boletín Salesiano.
\’ino el R. P. Luis Colombo a celebrar la novena
de misas; y amique encontró al enfenno en muy
mal estado, nos exhortó a confiar en María A\ixiliadora. E l enfermo iba de mal en peor y las mé
dicos llegaran a decir que no había remedio |>a>ible, pues la ciencia harria j’a agotado to<las sus re
cursos: pero nosotros seguimos confiando on el ]'»>der de María Auxiliadora. Pasó la novena y el en
fermo no mejoraba: mas la Sina. \'irgen retanló la
gracia sólo para maslr.vr más su pixler, pues el
cuarto dia deyuié-s de 1\ novena, cuando la fiebre
SAN BENIGNO CAN a V E SE — Círculo deportivo ,,Re Arduino“ .
canzada áel Supremo Bienhechor por María Au
xiliadora. mi corazón rebosa sentimientos de gra
titud, a cuyo impulso consigno este milagroso
hecho en las presentes líneas y elevo mis voces al
Cielo en acción de gracias.
Mar* de 1912.
L u is F r a n c is c o R e y R .
Q uito ^Ecuador). — Graves disgustos habían
afectado muchísimo el corazón de mi buen esposo.
D. Miguel Elisio Chirimboga, obligándole a guar
dar mma A l principio el mal no parecía grave;
pero en pocos días se le presentaron dos síntomas
de tifus. Mi dolor y el de toda mi familia, cuando
nos enteramos del
fué indecible. Ante el temor
de perder a mi querido esposo acudí llena de con
fianza a María Auxiliadora, haciendo celebrar en
casa una novena de misas y prometiendo a la Sma.
Virgen, de acuerdo con él, que si alcanzábamos la
liabía Uceado a su periodo más i^udo y el enfenno
parecía convertido en un monton de podre, em
pezó poco a poco a mejorar liasta restablecerse por
completo.
Vencido el tifus, mi buen esposo se vió de nuevo
acometido por im terrible flemón por el cual tuvo
que someterse a difíciles y peligrosr.s operaciones.
También de esta enfennedad le libró lia ría Auxi
liadora y hoy está robusto y lleno de vida al par
que de gratitud a nuestra celestial bienliechora.
Hemos cumplido nuestras promesas seguros de
que no nos faltará en otras ocasiones la benévola
protección de María Sma. que es verdaderamente
.Vuxilio seguro de los que en ella confían.
.Agosto de 1912.
D o l o r e s D o n o so de C h ir im b o g a .
V a lv e r d e del C am in o (Huelva). — Una an
gustio. terrible afligía a mi familia y llenaba de
— 326 —
amargura mi corazón, i l i pobre hermana, después
de hal)cr daxlo a luz. decayó tanto en su salud y
sufría tan horriblemente que todos temíamos por
su vida.
Ivn trance tjui apurado recurrí a Mana Auxi
liadora, suplicándole la salud de mi hermana y la
del precio.so niño que el Cielo le concedió. A l efecto
hice ])romcsa de publicar la gracia en el Boletín
Salesiano y de dar una limasiia, al alcance de m k
escasos recur.sos, para las Obrr.s de Don Bosco, si
obtenía la gracia ])or completo.
Da Virgen me concedió el favor y hoy cumplo
üustosisima mi promesa, pues mi hermanxi disfruta
,)erfecto bienestar y el niño y a crecidito es el en
canto de la familia y de cuantos le conocen.
¡Oh poderosa Auxiliadora de los Cristianos y
(lulcisima Madre mía! ¡Con cuánta razón puedo yo
afirmar (jue jamás se invoca cu vano tu maternal
bondad! Graciíus, pues, Madre mía.
Setiem lutí de 1912.
A urora F er n á n d ez.
C a rta g e n a (Colombia).— lil2 4 d e Jlayo de este
mismo año fué atacado de asma mi hijo Francisco
<lo ocho años de edad, y a tal estado de delicadeza
le llevo el mal (¡no temí no poco por su vida. Knipecé a invocar a María Auxiliadora y el niño fué
mejorando, pero no mucho. Kl métlico me aconsejó
llevarlo al campo, y no pudiendo hacerlo por
falta de recursos, lo puse todo en manos de mi Ma
dre; y hoy que hice celebra.r una misa en su honor,
\ eo conseguido ya el medio de llevar al c unpo el
enfermo, quien parece que va cobrando fuerzas.
Agnulccida publico esta gracia, enviando un
dollar de limosmi
R o s a A . P . de C a v i e d e s .
B a rc e lo n a ((Fsp.). — Faltando pocos días para
1« exámenes, temía un fatal resultado pues por
divcrsíis causas no había podido prepararme debi
damente. listaba muy apurado porque del éxito de
wlíos dependía toda mi carrera y acudí a María
.\uxilio de las cristianos prometiendo publicar la
qracia. Hoy estoy examinado con éxito felicisiiuo,
el auxilio de la Virgen .se vió manifestamente como
e.speraba, por lo (jue agradecido le doy iufinit;us
j,\-acias y cumplo gustoso lo prometido, rogándole
no me abandone tami>oco en el (¡sunto que Ivlla sabe.
Octubre de 1912.
U. D. A.
A lb o ra y a . - - Ivncontrándome cu grandes apunvs. pues tenia a mi e.sposo ausente |x>r causiis politiciw, me cnbargarou c;\si todas las biene.s que
tenia en caSvi; del campo, no podía cog.'r nada, todo
c.'.tabu en ixxlcr de l;i justicia: me encontraba con
l ineo hijas el mayor de 17 años sin más amparo
que la Ihovideucia y el corto jornal qtte lo daban a
mi hijo. Kti tan triste situación acudi a María A u
xiliadora. haciéndole varias novenas, yprometiendo
celebrar una misa en su altar y publicar la gracia
en el Boletín Salesiano, si mi espaso podía regresar
pronto.
Sma, \'irgcn me ha concedido más de lo
que le ixxlia, pue^ tengo a mi cs^kíso en ccjí:\. Ubre de
todo y me han deAuielto todas los bienes que me ha
bían retenido. Gracias mil a las buenas Hermanas
salesianas que a ellas se lo encargué y a la Virgen
([ue tienen en su Oratorio que a ella se lo pedí.
¡Eterna será nuestra gratitud para cont^o, oh
Virgen bendita y a todos narraremos tus miseri
cordias! Continúa tú derramando sobre nosotros
tus favores.
Agradecida cumplo mi promesa.
Setiembre de 1912.
M.ANUELA R ubio .
M adrid. — Hallándose gravemente enfermo un
antiguo servidor de nuestra familia, deseábamos
\ ivamente recibiese los santos sacramentos; ne
gábase sin embargo a ello su mujer temiendo se
asustase; todas las reflexiones y ruegos eran inú
tiles y no con.sentía que nadie hablase de esto .a su
marido. No sabiendo qué hacer y temiendo muriese
de un momento a otro, recurrimas a la que es Au
xilio de los cristianos ofreciendo publicar la gracia
cu el Boletín si se conseguía. Llevamos una medalla
de María Auxiliadora r.l enfermo y al poco tiempo
cedió su mujer, dejando se hablase a su marido de
r^'cibir los sacramentos, a lo cual él accedió gustoso
recibiendo con devoción el santo Viático.
Mejoró bastante después, no muriendo hasta
r.u mes más tarde con lo cual nadie de su familia
]v,ido atribuir su muerte a la impresión que le hu1 iess ca'.tsado el recibir los Sacramentos.
Sumamente agradecida a María Auxiliadora,
cmnplo mi promesa dándole, además gracias por
otros muchos favores espirituales y temporales ob
tenidos mediante su poderosa intercesión.
Agosto de 1912.
R. SÁNCHEZ B lanco .
Cooperadora Salcsiana.
Dan también gracias a María Auxiliadora y envían so
limosna:
Acoyapa (Nicaragua). — Angela de Layo, por
haberla proporcionado la cantidad suficiente para
.saii.sfacer un pago urgente y por haberla sacado
l)ien de un aliimbramieiuo, y envía una limosna.
— IJ.: María Eusebia Layo, por haber salvado en
la guerra a su paj)á y a su tio. y envia una limosna.
— lil.: Una devota, por haber devuelto la salud á
-•<11 Itija y envía una limosna. — IJ.: Sebastián
Layo, por el feliz éxito de una empresa y por ha
berle librado de un peligro grave. — Id.: KvnngeHna Layo, por haberle i>roporcioiiado la manera de
pagar una deuda y por la salud de su hija. — Id.:
Laureano Jiménez, por haber salvado a su liermana
de una enfermetlati, que la puso en peligro de muerte
y envia lina limosna.
Alcalá de Guadaira (Sevilla). — Manuel Gutié
rrez. por liaberle librado de una grave enfermedad
cuando sii trabajo era más necesario á la familia.
Bahía Blanca (Argentina). — \’ irginia Borettini,
por haberla librado de una grave epilepsia.
Barranquilla (Colombia). — ^famleIa Conde, por
haber devuelto la salud á su madre. — Id.: Fer
mina M. de Arango, por grandes favores. _ Id.:
Manuela Albanz. por dos curaciones. — Id.: Jo.sé
L'.mip Rodamillaus. por haberle librado tres veces
del peligro de muerte en que se vió a causa de
terribles enfermedades.
Bluefields (Nicaragua). — Tomasa V . de Sánchez,
por haberla curado un ojo y por otros favores.
m
— 327 —
Bogotá (Colombia). — Ana de Leal, por haberla
librado de una grave enfermedad , y envia su li
mosna.
Bucaramaga (Col.). — Sofía Oimacho y otra Sra.,
por muchos favores.
Cali (Col.). — María Francisca Hoffnian, por va
rias gracias, y envía ptas. 160. — Id..- Zoila Vergara y Francisca HolTman, por varios favores. —
/d.: Natalia Zea V . de Sánchez, por varios favores.
— /d.: Judit G. de Zamoramo,por varios favores,
- Id.: Ramón Núñez, por un favor y envía 1000
pesos de limosna. — Id.: Una sierva de María A u
xiliadora, por dos favores y envia 400 pesos de
limosna. — Id.: Dainiana Gómez V . de Ibarra, porliaber librado a su hijo de una enfermedad peli
grosa y manda roo pesos de limosna. — Id.: Una
devota, por haberle devuelto la salud y haber cu
rado a su hija de una congestión cerebral, y manda
100 pesos de limosna.
Córdoba (Fspaña). — Concepción González, V.
ele Ortiz, por haberle librado de unos dolores agu
dos para los cuales la ciencia no-tenia remedio y
por otras gracias de importancia.
Córdoba (Rep. Arg.). — Herminia de Ochoa,
por una gracia.
Comalapa (Nicaragua). — Leocadio González, por
varios favores y envia ptas. 10 de limosna.
Diriamba (Nic.). — Estéfana Gutiérrez, por ha
berle devuelto la salud.
El Almendro — Juan Almanga, por un favor y
manda 4 ptas. de limosna.
Fomeque (Col.). — Carmen R. de Atalora, por
haberla librado de una enfermedad en un ojo sin
necesidad de operación y por haber curado a un
hijo suyo epiléptico de nacimiento y por otros fa
vores.
Gerona (España). — María D. M., por haber de
vuelto la libertad y la fortuna a un individuo de
'iu familia que estaba a punto de perderlas por
calumnias de un mal compañero. — Id .:l. P., por
haber resuelto favorablemente un asunto de familia
importantisimo.
Giran (Colombia). — Ana Paula Valdivieso, Isa
bel Valdivieso. O. y P. M., Catalina Garcia de
l'rada y .Alejandro Arenas, por grandes favores.
Granada .(Nic.). — .Ana Navarro, por un favor.
-- /(/..• Lola Navarro, por haber devuelto la salud
a su hermana Anita desahuciada de los médicos
y por otros favores. — Id.: Herminia Castillo, por
haberla curado de! trancazo, — Id.: Sastenm de
Bermúdez, por haberla sacado bien de varias difi
cultades. — Id.: Una devota , por una gracia y
envia 5 ptas. — Catalina C . de López, por una
gracia y manda 1 ptas. — Id.: Un devoto, por un
favor y da ptas. 2 de limosna.
Yamundi (CoL). — Felisa Caicedo, por la cura
ción de una grave enfermedad de su hermana Re
medios y envia 50 pesos. — Id.: Sixto Vega, por
haberle devuelto la salud. — Id.: Felisa Caicedo,
por haber curado a su hermana enferma de hidrol>esia.
Jinotepe (Nicar.). — Angela P. de Alegría, por
una gracia, y envía una limosna. — /</..• Josefa de
Ortega, pKjr.haber librado a su madre de una grave
enfermedad, y manda ptas. 5.
La Coruña (España). — E. U., por varias gracias
y envia su limosna.
La 'Libertad (Nicar.). — Juan de Dios Fraña, por
on favor, y envía una limosna de ptas. 25.
Marcbena (Esp.). — .\. y T ., por haber dado
solución a un asunto difícil.
Masaya (Nicar.). — Angélica Ramírez JI., por
un favor.
Mandamo (Col.). — Rafael Tejada por varios
favores.
Montilla (Córdoba-Esp.). — M, A . de V. Z., por
haber curado de una herida a una .sobrina suya y
por otros favores.
Morales (Col.). — Manuel Bautista, por hal)er
sanado a su esposa de una irritación de la vista.
Pavas (Col.). — Félix García, por varios favores.
Pintada. — Coriiilano Guardia, por haberle sal
vado la vida de una caída en un rio.
Puerto Tejada (Col.). — Manuel BarrabomU»,
y Bernabela Grueso.
Puntarenas (Costarica). — María A. ile Mata
moros, por haber curado a su hijo tle una terrible
inñamación de garganta.
S.
Carlos (Nic.). — Andrés Mendoza, j)or ha
berle hecho encontrar un médico que le curase su
enfermedad y manda 25 pesos de limosna. — Id..
Doroteo Escovar, por haberle-curado tle un reu
matismo y da 14 pe.sos de limosna.
S. Marcos. — .Andrés Mendoza, |)or haberle con
cedido la salud y vida necesarias para saldar una
deuda y manda 5 pesos de limosna. — Id.: C. C.
de L., por haber salvado la vida a un hijo de una
amiga. — Id.: Francisca P. de Jaruño, por varios
beneficios, y envía i pesos de limosna. — Id.:
Dionisia Rojas, por haber devuelto la salud a m i
hijo. — César Tenaio, por haberle devuelto la sa
lud. — Id.: Francisca B. de Aragón, por haber
devuelto la salud a su hijo. — Id.: Editviges Mén
dez, por haberle ilevnelto la salud, y manda 2 pesos
de limosna. — Id.: Francisca B. de Aragón, por
haberla curado de un fuerte dolor, y envía la li
mosna de 3 pesos. — Id.: Mercedes de Kobleto,
por varios favores , y manda 7 ptas. de limosna.
Sto. Tomás (Nic.). — José Angel Lazo, por va
rios favores y da 2 pesos de limosna. — Id.: Justo
Rufino Lazo, por varios favores, y envia 2 ptas.
de limosna.
S. Marta. — Mercedes E Gayón, por haber de
vuelto a una enferma la voz y el juicio que tenia
perdidos hacía varios meses con peligro de su vida.
San Vicens deis Horts (Esp.). — José Rigol, por
haber encontrado colocación en circunstancias di
fíciles y da 2 ptas. de limosna.
Sevilla (Esp.). — Mariano {}arcia, por haber de
vuelto la salud a tin hijo suyo atacado de fiebres
gástricas y con una extensa (nienia<!nra en la cara
y brazo derecho. — Id.: Dolores Silva Vargas, por
iiaberle obtenido una buena colocación para su hijo
apenas la invocó, haciendo celebrar una misa en su
lionor, y por otros muchos favores. — Id.: 1). de
la P.. por haber dado fácil solución a un asimio
difícil y delicado y por otros favores. -- Id.: Do
lores Muro, por itaber devuelto la salud a un hijo
suyo enfermo de fiebre gástrica muy eleva<la, apenas
lainvocó con fe. — Id.: Angustias Duque, por liaber
devuelto la salml a una sobrina suya que había ya
recibido los últimos sacramentos y por otra gracia
señaladísima. — Id.: C. Baratta , por haberle li
brado de una fuerte calautura mediante las ora
ciones de sus compañeros.
Utrera (España). — D . .S., por un favor.
Valencia (Esp.). — María del Pilar Duet N. de
Micó , i>or dos favores, y envía una limosna. —
Id': Jacinta Guzmán, por un favor. — Tí/..* Joaquín
Valero, por un favor y da 50 ptas. de limosna. —
Id.: ]. V . .A., por nn.a gracia.
Valle Colón (Ni< .t. — Jo.sé Albino Espinosa, por
varios favore.s y e«.v¡,a 5 ptas. de limosna.
Zapatoca íCoI.l. — ^íaría de Jesús D., por ha
berla librado de ena peligrosa enfermedad.
P O R E L M U N D O S flL E S lílN O
POR EL TIBIDABO.
El
sacrificio
de lo s
niños.
Y a han visto nuestros lectores en el número
anterior la serie de peregrinaciones al Tibidabo
inaugurada por los niños de Barcelona. Nosotros
hemos leído hoiulamente conm ovidos la relación ;
esos grupos de niños escalando las gradas de la
hermosa cripta, cantando allá arriba en torno del
Corazón tle Jesús, correteando después por las
faldas del ya histórico monte, tienen un no sé
c|ué de divinamente poético que no es posible
expresar. ¡ Qué gusto tía el verlos trepar monte
arriba, triscando bulliciosos como corderitos que
(luierctt llegar primero al redil del buen Pastor!
Al lado de cada uno de ellos va su ángel de la
guardia, batiemio las alas de gozo, porque los á n
geles están enamorados de aquel sitio. ¡ Qué de
cosas santas tendrán que ver bajo aquellas bó
vedas! jA llI darán el golpe de gracia a tantos
desgraciados que tienen el alma muerta, y viven
todavía; y estas almas resucitarán, al contacto
del Corazón de Jesús, fuente de vida eterna.
Pero esos niños no suben allá como quiera;
ya no es en la mayor parte de ellos la devoción
inconsciente de los primeros años ; el sacrificio les
ha abierto los ojos de la fe al hacerles las primeras
revelaciones del amor. Una ilustre escritora, que
ha de ocupar un lugar muy distinguido en la
historia del Tem plo del Tibidabo, y otro mucho
más distinguido aun en Cielo, les ha indicado
con honda intuición femenina, el medio infalible
para aprender a amar: el sacrificio. Es tan her
mosa esa propaganda, tan sugestivo y simpático
el consejo, tan psicológica la advertencia, que
el lector se queda un momento suspenso, porque
la idea es un fulgor repentino que alumbra las
profundidades del alma. ¡Enseñar a los niños a
amar por metlio del sacrificio/ Pero si el sacri
ficio es ya la medida del amor. ¡A h, sí! Preci
samente por eso es agrandar el amor el agran
dar el sacrificio. Porque enseñar el sacrificio es
precisamente disminuir lo más antipático que hay
et\ el corazón del hombre: el egoísmo. E l ejer
cicio de la abnegación mata el germen de la sen
sualidad y de la pereza; da la medida de la
fuerza de renunciación, es decir, del valor del
hombre. Y tío solamente da la medida de ese
v a lo r ; lo aumenta, además, correspondiendo a
cada sacrificio una dilatación de la voluntad.
Combatir el egoísmo de esa manera tan santa,
tan eficaz, tan práctica, es combatir lo más ruin que
hay en nuestra naturaleza: la cobardía. Un pueblo
de egoístas es un rebaño de im béciles; los pue
blos heroicos son los pueblos formados por hom
bres que saben sacrificarse. Si no temiéramos
salpicar con sangre estas páginas, dedicadas al
Corazón mansísimo de Jesús, imprimiríamos en
ellas el grito de admiración que brota estos días
de la Europa cristiana, atónita al contemplar en
la península balcánica uno de los sacrificios más
heroicos que registra la historia, hecho por un
pueblo de cruzados, para acorralar en su último
reducto a la barbarie musulmana. Combatir el
egoísmo de los niños por medio del amor en
acción es combatir el instinto más bárbaro que
anida en el corazón humano: la crueldad.
Los niños son encantadores porque, ordinaria
mente, las gracias de la edad vienen a hacer más
amables las gracias de la inocencia; pero si la
formación del corazón no interviene, los niños
suelen presentar una crueldad inconsciente que
fácilmente disimulamos porque comprendemo.s
que es por falta de juicio. Darles ese juicio,
afinar el sentido de la compasión, hacer más
delicadas las fibras del corazón que se estre
mecen al dolor ajeno y las que vibran cuando
el alma siente el deber de la' gratitud, es obra
grande; y si esa compasión pasando a través de
los dolores de los hijos de los hombres sube a
a los dolores del Hijo de D io s; si esa gratitud
pasando por los beneficios de un corazón hu
mano, llega hasta los beneficios deh Corazón di
vino, ¡o h ! entonces la obra es mucho más
grande y toca los límites de lo infinito. ¿Por
qué no hay más mujeres que enseñen estas
cosas a los niños? ¿Por qué no hay hombres
que aprendan estas cosas de las mujeres? ¡Qué
lástim a!......
Nuestros niños necesitan este contrapeso a
tantos ejemplos de egoísmo como reciben cada
dia. Haciéndoles practicar el sacrificio, no les
hará mucha mella el ver que hay tantos egoístas:
quizás a estos mismos egoístas, que fueron niños
alguna vez, se les endureció el corazón porque
no se lo ablandaron los golpecitos del sacrificio,
quizás no les enseñaron a dar una limosna, no
les hicieron comprender la grandeza que hay
en privarse de algo para hacer úna obra de
caridad.
¡Cuánto desearíamos que la voz de esta inspi
rada mujer se oyera en toda España, que la
oyeran todas las madres para que se la repitiesen
a sus hijos! Aquí vamos a poner sus palabras,
rogando a la omnipotencia del Corazón de Jesús
que las lleve a todos los corazone.s. V e, hoja.
0 -9
ve; vete a todas las ciudades de España, ve a
iodos los hogares españoles a decir a los niños
las palabras de vida que les dirige un alma
enamorada del Corazón de Jesús. Además, ro
gamos a todos los que lean estas lineas, si aman
de veras al Corazón divino que tanto amó a los
hombres y disponen de un periódico, una re
vista, etc., que las copien y lo repitan a todos
los niños de España. Porque España necesita
mucho e s o ; empaparse de sacrificio no sola
mente para expiar., sino también para merecer;
reconciliarse con su Dios para rehabilitarse a
la faz de las naciones. Decídselo, queridos co-
—
dolores de su Pasión cruentisinia ; labios blas
femos amargan la dulzura de su Santo Nombre;
su religión de paz es perseguida: sus ministros
vilipendiados. ¿Qué será de este mundo y que
será de vosotros, Si un pararrayos de amor no
detiene el castigo? Niños queridos, que habéis
nacido en esta hermosa España, ¡el pararrayos
está en el T ib id a b o ; en el Tem plo-ExpiatorioNacional que, por orden de Dios, se construye
en la cumbre de la bendita montaña! Para este
templo de amor que ha de salvaros no pedimos
limosnas, pedimos sacrificios. Este templo no ha
de ser un templo más; ha de ser un templo
SAN TAN D ER — Oratorio festivo.
legas, a todos esos niños, promesa halagüeña
de una España más religiosa, más sabia, más
trabajadora y más rica ; multiplicad la palabra
de María Victoria, para que resuene en todos
los rincones de nuestra amada patria el eco de
su voz,
y que consiga
las alas de la luz a l desplegarse.
< ¡N iños queridos! ¡Id a Jesús! Para vosotros
fueron sus caricias cuando < pasó por el mundo
dispensando beneficios >; y desde entonces su
voz dulcísima no cesa de clam ar: € ¡Dejad que
los niños vengan a M í ! » ¡Jesús os quiere!
Jesús os llama 1
¡ Ved al Señor tan bueno y tan cruelmente
afligido! Pobres ilusos renuevan sin cesar los
único, compendio de maravillas y asombro del
mundo entero. ¿No conocéis los cuentos infan
tiles de turrón, ríos de leche y miel, cascadas
de perlas y arenitas de oro? Pues algo de esto,
con la inmensa diferencia que va de lo humano
a lo divino y de la tierra al Cielo, será el her
moso templo del Tibidabo. A llí habrá columnas
de flores, de dulces, de jo y a s ; pavimento de
deseos mortificados ; perfumes de riquísimas
esencias; cintas y encajes y todo lo bonito y
supérfluo que nos encanta y que, pudiéndolo
obtener, por Dios se deja.
Y a este hermoso palacio' todos podéis con
tribuir; todos podéis tener una piedrecita vues
tra, bien vuestra ; no pagada con el dinero de
vuestros padres, sino honrosamente ganada con
un sacrificio de amor. Podéis absteneros de un
postre, de un juguete; podéis renunciar a una
—
330
m erienda; podréis trocar una entrada de chie
ü teatro por el dulce goce de contribuir a esta
función perenne de gloria a Dios. Y cuando
pidáis a vuestros padres el importe de esos
pequeños goces renunciados para entregarlo al
templo del Señor, ellos, conmovidos de dicha,
sentirán el deseo de contribuir tam bién; y re
ferirán a sus amigos el sublime desprendimiento
de sus hijitos; y como al referirlo propagarán
la idea, seréis verdaderos apóstoles del Sdo.
Corazón. ¡Niños queridos! ¡Jesús os quiere!
¡Jesús 03 llam a!
lin vuestro cuartito y a los pies de la ima
gen preferida poned siempre la hucha de sa
crificios; cada moneda que aumente el caudal
aumentará la riqueza de vuestras almas y hasta
la fortaleza de vuestros cuerpos. Para saber v i
vir, hay que saber sufrir; y esas pequeñas
ab.stenciones formarán vuestro carácter y os
darán varonil resistencia para afrontar la vida
con ánimo sereno. Dad limosna a los pobres;
partid con ellos el pan de vuestra mesa; pero
¡que no pase un mes de vuestra vida sin ofre
cer un sacrificio de reparación! En Mayo por
la V irgen; en Junio por el Sdo. Corazón de
Jesús; en Julio...... por borrar el recuerdo de
aquella funestísima sem ana... en Agosto por el
Inmaculado Corazón de María; en Septiembre
por la exaltación de la Cruz Divina: en Octubre
por el Santísimo Rosario; en Noviembre por
las benditas almas del Purgatorio ; en Diciem
bre por el Niño-Dios. Y cuando llegue Enero
con sus nieves y con sus Reyes Magos ¡pedid
les un juguetito menos y que os dejen su im
porte pa».i el templo del Señor! Y en Febrero,
purificad vuestras almas con el sacrificio en la
fiesta de la Divina Purificación. Y ofrecedlo en
Marzo a la fiorida vara de nuestro Patriarca
S. José; y en sonriendo Abril festejad la Rerurrección del Señor; dadle vuestros huevos de
Pascua y preparad con ellos la esplendorosa
llegada del florido Mayo. Y ¡ siempre ! en vues
tras penas, en vuestras alegrías, en vuestros
juegos, en vuestros estudios ¡sembrad sacrifi
cios! Vosotros los haréis; vosotros los pediréis;
vosotros los propagaréis; ¡y también gozaréis
su rico fruto!
Desde la cumbre ilel 'Fibitlabo, Jesús re¡>itc
su dulce llamamiento: «, ¡ Dejatl que los niños
vengan a M i!... » ¡ Mailres cristianas! ¡E n se
ñadles el camino! Allí está D ios».
SANTIAGO (Chile).— Entre las expansiones de
de la más tranca cordialidad, se ha realizado la
fie.sta intima con que nuestros ex-alumnos de la
Gratitud Nacional, inauguraron su circulo « Ca*. l ’ara este efecto, se eligió el día 8
»mi7o
de septiembre por ser el 70 aniversario de la coro
nación de Nuestra querida Madre María Auxilia
dora.
Por la mañana pontificó el Illmo. y Rmo. M. D.
Miguel Claro quien admiro la puntualidad, orden y
desenvoltura, en las múltiples y complicadas ce
remonias de nuestros artesanitos.
Por la tarde numerosos ex-almunos esperaban el
momento en que se debía bendecir su estandarte,
obra sencilla sí se quiere, pero de un gusto verda
deramente artístico pintado y bordado por la Sra.
Juana Verdino.
A las dos de la tarde nuestro templo estaba lleno
de coperadores y cooperadoras quienes admira
ron la elocuencia del Rdo. D. Martin Rücker, Vi
cario general del Arzobi.s]mdo. Con palabra fácil
y atrayente pintó a D. Bosco como el salvador de
nuestro siglo, pues había sido suscitado por l-i Pro
videncia Divina, como un dique contra los errores
modernos y principalmente para dirimir la lucha
entre el capital y el trabajo.
E n seguida el Illmo. e Rvnio. Mr. D. Enríqe
Izquierdo dió la Bendición con S. D. M. a los
numerosos concurrentes.
En el templo estaba también el numeroso grupo
de nuestro ex-alumnos con su banda a la cabeza.
Se adelantaron hasta el altar mayor y el Illmo.
Mr. Izquierdo bendijo el estandarte. Concluido el
acto sagrado, la banda de nuestros internos llenó
el aire con sus acordes saludando el faxisto aconte
cimiento. Y a el teatrito rebosaba de gente para
presenciar el acto músico-teatral que en realidad
fué atrayente y amenísimo. Entre los asistentes
pudimos notar al Rdo. D. Luis Nai, el gobemnnador eclesiástico de Puntarenas, D. Luis Sallaberry; D. Domingo Soldati, Director del « Patro
cinio S. José •' y muchos sacerdotes y varias comu
nidades religiosas .
líl Sr. Concha electrizó con su palabra elocuente
a la concurrencia animando a los ex-alumnos a
conser\-;ir siempre los sabios consejos recibidos en
el Colegio y dar testimonio ante la sociedad de la
bondad del método de educación salesiana. siendo al
mismo tiempo la gloria de la patria y la felicidad de
sus hogares, por sus virtudes públicas y privadas,
S.BENIGNO CANAVESE. — lín la antigua aba
día de Fnictuaria se reunieron el domingo 18 de
agosto gran número de ex-alnmnos de aquel ora
torio .síilesiano, íjue vinieron de Turin y de otraspartes. E l P. Albera estaba representado por el
Inspector P. Manassero.
Después de la misa se reunieron en el salón-teatro
donde estuvieron casi dos oras tratando de la mar
cha económica y moral de la asociación.
Durante el almuerzo reinó la mayor cordiali
dad, recordando tiempos pasados y expresando
sentimientos generosos y delicados en numerosa';
brindis.
A eso de las tres llegaron de Turin seis compa
ñías gimnásticas. Las esperaban en la estación la
Re Arduino con la banda del instituto y varia?
charangas entre otras la del oratorio festivo. Todas
juntas en perfecta fonnación alegrando la vista
con sus elegantes imifonnes y hermosas banderas
y recreando el oido con l;is alegres notas de las.
bandas, se dirigieron a la parroquia seguidos de un
tropel de gente entusiasmada. En la Parrociuia los
2S0 ginmastas escucharon con devoción 1;'. divina
palabra y recibieron la bendición con S. D. M.
A las 4
se o^?.nizó en el espacioso patio dcl
instituto mi certaiiieii con ejercicios de cuerpo li
bre. con bastones, barra fija, anillas, paralela-'.,
salto con asta, grupo-gimnásstico y p or£ n con un
torneo de honor en el que resultó la primera la. ReArditino con ejercicio colectivo a cuerpo libre y
apoyos ejecutados al son de la banda por sus 62
socios dispuestos en siete filas . L a reimión terminó
con los más entusiastas vivas a la Socied.^d org mi-
Crónica de los Oratorios Festivos
______
LIMA (Perú). — Solenme premiación se reali/.ó
el domingo 8 de Septiembre en aquel oratorio fes
tivo asistiendo muchos alumnos de los más asiduos
a la reimión dominical.
Y a conoce el público, jisi comenta Kl Coineriio
en su número del 10 de Septiembre, la obra de los
’ T
l4 !
lí
i
U TR ER A — Clase de dibujo.
zadora, compuesta de alumnos internos dcl Orato
rio Salesiano. que emplean diariamente parte de
sus recreos en ejercicios gimnásticos con noble
entusiasmo y no pocas ventajas.
LU MonferratO (Italia). — L a Asociación de las
Kx-Alumnas de las Hijas de María Auxiliadora
cuenta en esta población más de 300 asociadas
tjue. en la última reimion que han celebrado, die
ron una buena prueba de su devoción a María
Auxiliadora en una velada breve, pero que resultó
muy bien. E l Párroco D. José Bissc^lio, habló de
mujer cristiana para con su familia, haciendo re
saltar la buena educación que habían recibido en
el oratorio y terminó recomendando que mandaran
todas las niñpjs sin excepción a los colegios de las
Hijas de María Auxiliadora.
orp.trios festivos, destinada a rcmiir a los nifuxs
pobres de la ciudad en el gran recreatorío de Breña,
evitando que v ^ u e n por calles y plazas y suministrándoles, junto con los juegos y diversiones pr- >pías de .su edad, la educación moral y religiosa de
que carecen.
• líl programa se cumplió en todas sus partes,
poniéndose en escena el drama titulado « Dios,
patria y hogar - con la corrección y arte que ca
racteriza las fiestas salesianas.
* Los premios, que con.sisür.n en temos de rop •.
zapatos, chompas, sombreros, juguetes, etc., y
cuyo conjimto daba, el aspecto de im gran baza",
fué organizado p>or un comité fonn-ado por la se
ñora Emilia R. de Meíggs, presidenta; señora Laur.i
García de Miranda, ^-ice]>residenta: señorita Mari i
T. Ramírez, secretaria; v señorita Ernestina Rodé-
—
33 -
waldt, prosecretaría, y otras cuj'os nombres sen
timos no recordar.
♦ I^a banda de músicos del instituto anejo ame
nizó con numerosas piezas la filantrópica fiesta que
reseñamos *.
OHNZANO DE ROMA. — Solemne certamen de ca
tecismo. • - iCl domingo i8 de agosto en el gran sa
lón dcl Oratorio 8alc.siano se celebró el certamen
anual de catecismo ]>residído por S. ICxcia. Mons.
Tomús llrossau, obi.spo titular de Cesárea.
I'U l'-mmo. Card. Agliardi que deseaba asistir
al certamen y que los niños e.speraban con ausietlad, tuvo (jue desistir ])or habérselo impedido
asuntos de urgencia que reclamaban su presencia
en Roma.
Después del canto del himno salesiano, el di
rector del oratorio expuso en breves palabras la
importancia y ventajas del certamen y celebró la
buud.id de S. S. Pió X , el Pontífice del catecismo,
luc por Jlons. Preasan había mandado una her
mosa medalla para premiar al emperador.
Diúse principio al certamen y los alumnos em
pezaron a responder con seguridad y precisión
tan adjnirables (pie solamente tres quedaron fuera
de combate en la primera pnieba. lín la segunda
ya más difícil, fue decl.",rado emperador el alumno
Remigio Belardi; primer príncipe, Víctor Napoleoni, y .segmudo principe, F n ’.ncisco Cartacci. K 1
jiiiblico (jue llenaba el sak'm siguió con grande en
tusiasmo la marciia del certamen y el m'smo Pre1 ido no dejaba de expresar su admiración y con
tento, Da ceremonia de la coronación dsl empera
dor y la distribuciihi de los premios resultaron muy
bien, ya por la solemnidad del acto como por el en
tusijismo dcl público demostrado con sus frenétic -s
aplausos.
A los fpic ganaron los tres primeros premio i se
Ies u-galó, como es costumbre, libretas de ah >rro
ilebid,-.B a l;is ofrendas de amigos y bienhechore i geuero.sos del Oratorio.
J/U hermasa fiesta, que dejó en todas g 'atas
impressiones, fué amenizada con escogidas co npo.'iieiones nuisicales y un cuadro dramático muy bien
representado.
MATARÓ (Barcelona). — En nuestro colegio
<ie S. .Antonio se Ita comenzado el nuevo curso
con lodo el entusiasmo que es de suponer, des
pués <lc reponerse durante las vacaciones de las
f.uigas dcl curso pasado. El Sr. Inspector pre
dicó a los jóvenes un hermoso triduo de prepar.u'ión; éstos oyeron con edificante atención las
paternales enseñanzas del Sr. Inspector y se va
viendo que sus buenos propósitos han sido efi
caces. La prueba de que profesores y alumnos
trabajan en la mayor armonía y excelente resulia lo es que este año, según los datos que
tomamos de los « Ecos del Colegio de S. Anionio>,
los alumnos han aumentado. A pesar de la.<? ba
jas que por una causa o por otra se notan cada
año en los centros docentes, el número de los
nuevos supera al de los idos. El año pasado
llegaron a 104; éste llegan a 120; lo cual su
pone un aumento mayor que 16, porque los que
no volvieron van incluidos en el número an
terior. Este aumento de alumnos indica que las
condiciones del colegio y la laboriosidad del
personal deja satisfechos a los padres de los
alumnos, los cuales confían a los salesianos las
prendas de su corazón, ¡Que María Au.xiliadora
bendiga los trabajos de nuestros hermanos a
mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
UTRERA (Sevilla). — Después de los brillan
tes exámenes del pasado curso, han vuelto los
alumno.s a llenar las magnificas aulas del Cole
gio de Nuestra Señora del Carmen. D é la s modi
ficaciones introducidas en ellas ya liemos dado
cuenta a nuestros lectores. H oy publicamos
dos grabados para completar aquellos apuntes.
PEREGRINACIÓN
a las fiestas Constantiníanas de Roma
y al Congreso Eucaristico de Malta
organizada por la junta permanente de peregrinaciones a
Tierra Santa y Roma, que se realizará, D. m., en el
mes de Abril de 1913, con la expresiva aprobación y
bendición de nuestro Santísimo Padre el Papa Pío X,
y del Presidente honorario Exento. Sr. Obispo de Vitoria.
Deseando la Santa Sede conmemorar con todo
esplendor el 17.® centenario del célebre edicto
de Milán, por el que Constantino el Grande
concedió el año 313 la paz y la libertad a la
Iglesia, reconociendo su existencia legal, ha in
vitado por medio de la Comisión especial en
cargada de la dirección de todos los actos y
festejos que con tal motivo han de celebrarse,
a todos los católicos a que se asocien a ella,
ya en sus respectivas naciones, ya, sobre todo,
acudiendo a Roma durante el año 1913* a rendir
nueva y directa prueba de adhesión a la Santa
Iglesia en la persona Augusta del Vicario de
Cristo nuestro amadísimo Padre el Papa Pío X.
La junta Permanente de las Peregrinaciones
a Tierra Santa y Roma, dese osa de responder
en la medida de sus mode.stas fuerzas a ese
elevado llamamiento, ha ideado realizar una
magna Peregrinación a Roma que partirá hacia
el día II del mes de Abril próximo, a fin de
asistir al grupo principal de festejos organizados
por el Comité Central del Centenario Constanliniano.
Una providencial coincidencia añade nuevo y
poderoso atractivo a la proyectada Peregrina
ción, y es el poder al mismo tiempo tomar parle
en el X X IV Congreso Eucaristico Internacional,
que ha de celebrarse el próximo Abril en la
histórica y pintoresca isla de Malta.
—
333
Embarque en Barcelona
hacia el día i i de A bril de 1913.
Regreso a Barcelona
hacia el día 30 de Abril de 1913.
precios aproximados de los billetes
incluidos absolutamente todos los gastos, y se
gún el buque en que se embarque:
1. “ clase 750 a 900 Ptas.
2. » clase 550 a 650 >
3. * clase 350 a 400 »
—
currencia era de lo más selecto de la sociedad de
aquella capital.
Cerca del estrado se hallaba el retrato del Sumo
Pontífice romano Pío X , colocado en lugar de pre
ferencia entre el pabellón pontificio y nacional, ha
ciéndole frente al de D. Bosco.
E n los asientos de preferencia, se encontraba el
Excmo. Señor D e lg a d o Apostólico. Monseñor
Scapardini, el lim o. Arzobispo de Lima, todas
los señores Obispos de la República, excepción
del de Ayacucho, que no se encuentra en esta
capital, Mons. Puirredón y Mons. Bailón, el
U TR ER A — Gabinete de Historia Natural.
LIMA (Perú). — Gran velada en honor del Epis*
copado Peruano. — E l 7 de julio se celebró en el
Colegio Salesiano de esta capital una solenme ve
lada en homenaje al Exmo. Sr. Delegado Apostó
lico, Mons. Scapardini y los Obispos peruanos reu
nidos para celebrar una Asamblea Episcopal.
Tanto E l Bien Social, órgano de la tmión católica
del Perú, como La Prensa, periódico liberal, han
ocupado varias columnas para describir tan so
lemne fiesta, insertando por entero los hermos dis
cursos prommciados en ella. L a falta de espacio
nos impide hacer otro tanto y por eso nos confor
maremos con hacer un breve reseña de la fiesta, ci
tando los puntos más importantes de los discursos.
£1 salón de actos estaba artísticamente adornado
con banderas y guirnaldas combinadas con el gusto
más d u ca d o en la más perfecta armonía. L a con-
Rvdo. Padre Granero, Superior de los Jesuítas, el
de San Augustín, San Francisco y Santo Domingo,
los miembros de la Unión Católica de caballeros;
entre los que vúmos a los señores Guillermo Basombrio. Portal, Dr. Ramírez B arin ^ a, Máxio Jimé
nez y muchos otros.
Abrió el acto el Director del Colegio R. P. Luis
Quaini que dedicó el acto con
discurso lleno de
afecto y devoción al Papa y al Episcopado, al
par que de gratitud a los pastores de la grey pe
ruana. Gustó mucho y fué calurosamente aplaudido.
Después del himno salesiano del Mto. Livial^ella,
ínajestnosamente cantado por los alumnos del co
legio, el Sr. Ismael Portal toma la palabra para
pronunciar un hermoso discurso.
H abla de la necesidad de dar instrucción reli
giosa abundante y sólida a los aliunnos de las eS'
—
334
cuelas para evitar el triste sepectáculo que esta
mos viendo a diario de tantos y tantos estudiantes
que viven olvidados de los principios religiosos o
cu perfecta oposición a ellos, muestra que contra
este mal que invade la sociedad hay xm remedio
en las congregaciones religiosas que tienen la no
ble misión de preparar a la juventud para que en
las borrascas de la vida se incline siempre a la
senda del l)ien que es la que conduce a la grandeza
y prosperidad de las naciones.
Acto seguido tocó el turno al colegio de D. Bosco
del Callao que liabia venido a imirse al colegio de
Ivima en este grandioso homenaje a los insignes pre
lados. La romanza y coros de la opera « II jabbro >
y las piezas Miniatura Campestre y Profurni Orien
tan fxieron muy bien ejecutadas por los coros y mú
sica de este colegio mereciéndose calurosos aplau
sos de los concurrentes.
Después de una hermosa poesía del Sr. Manuel
Eduardo Injoque, m uy aplaudida a causa de las
delicadas ideas que exponía, volvieron a entrar en
fimción los alunmos del Colegio suscitando la hi
laridad general con la graciosa zarzuelita « E l Re
creo ^ y enterneciendo a todos con el Dialogo
P ío V II y Napoleón I. magistralmente ejecuatdo
por dos jóvenes que se mostraron verdaderos artis
tas.
lili este diálogo se dejó ver al sonido armonioso
de violines una alegoría de María Auxiliadora, ro
deada de nifuxs, que representaban ángeles y que
veneraban a la reina de los cielos. De mucho efecto
y plasticidad fué un acto hennoso y significativo el
diálogo.
El discurso del Dr. Kleodoro Romero, que no
pudo asistir por motivo de enfermedad, fué leido
]ior el alumno Luis Germán Fernandez, calurosa
mente recibido con muestras de aprobación.
E l canto del coro dei Crociati de la ópera Lombardi y un dialogito de ocasión tan bien ejecutado
como los demás números, cerró el programa del so
lemne acto que fué coronado con la autoriazda pa
labra de Mons. vScapardini. Habló de la signi
ficación de la fiesta y la obra de bien para la socie
dad y el pueblo, que vienen haciendo los discípulos
de 1). Bosco, para quienes tuvo frases de carino,
llamando a la sociedad a ayudarlos con su óbolo
para la terminación de la iglesia que están cons
truyendo. e invitando a tocios los prelados perua
nos para celebrar el Centenario en 1S14
María
Auxiliadora, frases cpie fueron escuchadas con reverenria y aolamacione s de ontxisiasmo.
Indudablemente que la concurrencia se retiró
impresionada del acto, llevando recuerdos gratos
de ella y Ixabiendo comentarios encomiiisticos de
la santa labor de los padres, a cuyo cargo corre el
plantel tan qxicrido y estimado por la sociedad de
Lima, que cuenta con simpatiíis unánimes en todas
las chxscs sociales.
MÉXICO
Apertura de la Exposición de las
Escuelas Saicsíanas. — E l 8 de Agosto a las i i de
la mafuuia se \ erificó la solemne apertiura de la exl>osiciün de tralvijos didácticos y profesionales de
las cscuelius de artes y oficios de Sta. Julia bajo la
presidencia del Ex-presideute D. Francisco lyéon de
—
la Barra, y con la asistencia de xm público nxuxieroso y de lo más selecto de la ciudad. Estaban pre
sentes el personal docente del Instituto y los tres
cientos alximnos con su banda. Inició el acto xmo
de los profesores con xm hermoso discxxrso del cu 1
citamos los párrafos más salientes tomándolos del
E l País que lo inserta por entero.
« L a pequeña muestra de trabajos escolares que
hoy tenemos la satisfacción de presentar a vuestro
examen para que os dignéis juzgarla con sinceridad
y jxxsticia, es el fruto de xma larga actividad desa
rrollada poco a poco y con tenaz perseverancia
entre los mxiros de xin humilde taller, en donde la
caridad se hermana con la pobreza, la ilustración
con la ignorancia; y esto no para arrebatar a la vana
gloria del mundo xm mezquino laurel que pronto se
marchita, sino para franqxxear las puertas del cielo
a nxuchas alnxas ataviadas con eternal pedrería,
y dar a la patria mentes que sepan regir sxxs desti
nos, corazones que la amen, brazos que la defien
dan y enriquezcan.
> Dichos trabajos son el fruto de luchas diutumas
y titánicas; no os asombre esta palabra, pues son ti
tánicas las luchas que libra el alma juvenil para en
cauzar sus energías exuberantes y purificar con el
soplo de la virtud las inclinaciones congénitas de
nuestra viciada naturaleza. Que no por ser luchas
de niños cesan de ser grandes y trascendentales,
pues transfonnan en energía social la actividad del
hombre del mañana, de cuya acción dependerá la
salud y bienestar de la patria.
» No exagero, señores, en afirmar que el bienestar
de la patria depende de la educación artística e in
telectual del obrero. H oy día en qxie las artes y la
ciencia se enlazan con nudos indisolubles, salta a
la vista la necesidad de formar obreros dignos de la
época en que vivimos que estén a la altura de su
cargo, con un caxxdal de conocimientos adecuados
a su alta y difícil nxisión.
»Es más: como la idea evangélica de la demo
cracia, lanzada por vez primera en la conciencia
cristiana por el Hombre Dios, acabó por conquistar
a los pueblos civiles de la tierra, allanando barreras
de castas y enseñando a respetar en los indixnduos,
no los titxxlos hereditarios, sino el nxérito personal;
como esta sublime idea devolvió al pueblo sxxs le
gítimos derechos y prerrogativas, es justo e indis
pensable que este mismo pueblo responda digna
mente a su nueva condición, desempeñando con
eqxxidad y acierto sus atribucioixes.
oHe aquí el fin de la educación salesiana: formar al
obrero de nxexxte illxxstrada, capaz de enxpuñar mía
herramienta y discutir un proyecto de ley; hábil
en trabajar xxna materia y labrar la dicha de la so
ciedad: apto para saborear sin esfuerzo o disimulo,
la belleza artística de xxna obra y la henuosura de
una idea; en una palabra xxn ser perfecto en su gé
nero. obrero y ciudadanc, artífice de la materia y
del pensamiento.
Esto se propone el sistema de D. Bosco, que los
salesianos de esta capital han procxirado actuar en
en cuanto lo permite el ambiente en que trabajan».
Sigue exponiendo el fin de la exposición que no
es más que recibir el juicio imparcial de los visi
tadores, para mejorar en cuanto sea posible la edu-
—
335
—
cación, y da cuenta de las dificultades que encuen ojo de inteligente las muchas y complicadas labo
repetidas veces su íntima sa
tran en la actuación del prc^rania en las siguientes res, y
tisfacción por la perfección de los trabajos, su va
frases que nos complacemos en reproducir:
«Daré término a mi discurso con manifestaros dos riedad, buen gusto artístico y criterio eminente
de las múltiples dificultades con que tropieza la mente racional y moderno.
Durante la visita, la banda del Colegio dio un se
educación profesional de nuestros almnnos, a sa
ber: la carencia de suficiente instrucción elemental lecto concierto musical, que fué muy aplaudido
en los que se dedican al aprendizaje de a^ún ofi por los presentes.
Cerca de la una de la tarde el distinguido hué.scio, y la falta de suficientes medios pecuniarios in
dispensables para la buena marcha de las escuelas. ped dejaba el Colegio Salesiauo, non siu antes ha
* Por lo que atañe al primer obstáculo, los hijos ber dirigido nuevas palabras de encomio a las tres
del V. Don Bosco tuvieron que modificar un arti cientos almnnos, que le aplaudian con entusiasmo.
culo de su reglamento que prohibe temiinauteBUENOS AIRES. — Una lápida a Mons. Cagliero.
mente la admisión de ahimnos artesanos que no — E n mía asamblea general de la Sociedad Cató
hayan cumplido los cursos elementales, pues esta lica Popular Italiana que el i6 de Junio tuvo lugar
regla de conducta loable bajo todos conceptos en en Buenos Aires en el salón de honor, ofrecido al
otros colegios donde la mayoría de los individuos efecto por los Salesianos que tienen a su cargo la
ha concluido a los doce años de edad el primer Capilla de los Italianos, se propuso y se aprobó con
grado de enseñanza, es impracticable en nuestro entusiasmo un homenaje a Monseñor Juau Cagliero.
instituto al que se envían aprendices que carecen
E l presidente de la Asamblea al recordar las vir
de suficiente instrucción, y que por su edad avan tudes y los trabajos del Apóstol de la Patagouia
zada deben y a elegir la profesión que les propor hizo votos para que se perpetuara su memoria, co
cionará un día el pan de la vida. Por eso deben nues locando una lápida comnemorativa en la casa rec
tros alunmos artesanos alternar el tiempo entre el toral de la Capilla italiana, por haber sido el pri
aprendizaje y los estudios elementales, robando a mer campo de su celo apostólico.
aquél buena parte de tiempo y energía con grave
L a asamblea acogió la propuesta con verdadero
perjuicio de su formación artística.
júbilo y acto continuo se inició una suscripción
» L a segunda dificultad, tal vez mayor que la pri para llevar a cabo el homenaje que ha de recordar
mera, está constituida por la estrechez económica a los siglos futuros la obra hmnauitaria del ilustre
que afiige nuestro establecimiento.
obispo.
»Una escuela profesional, tal como la ideó Don
S. VITO AL TAGÜAMENTO, (ItaHa) — Inaugura
Bosco tiene que prescindir de toda idea de lucro,
y proporcionar al alimino una dispendiosa instruc ción de la nueva Casa Salesiana. — Se verificó el
ción artística para que pueda seguir de cerca los dia 8 de septiembre fiesta principal del santuario
adelantes de la industria y del arte. ¿ Y cómo ha contiguo de la \’iigen de Rosa y resultó cordial y
cen los salesianos para llenar tantas exigencias y entusiasta. Precedió a la solemnidad un triduo de
salvar tantos obstáculos, ellos que no cuentan con predicación que fué m uy concurrido. Las comu
niones durante las primeras misas del dia 8 fueron
bienes raíces, ni disponen de rentas ?
» He aqui un problema que muchas veces no tiene muy numerosas, mas durante la Misa de Su Excia.
conveniente solución y los obliga a modificar en el Obispo de Trevisio, la comunión fué general. A
parte el carácter de sus escuelas profesionales, sin las 9 Su Excia. acompañado por muchos sacer
que éstas pierdan por completo su forma peculiar. dotes y público abundante, pasó a la casa nueva
» Mas ellos confían en la generosa cooperación donde le esperaban las señoras y caballeros de la
del pueblo mejicano, con cuya valiosa ayuda po Comisión para la bcn^:./»óii de rito. A las o’3 o
drán eliminar de su instituto todo lo que estorba la administró la Confii-.iación a muchos niños. A las
perfecta fonnación de sus discípulos; ellos no cla lo pontifict... Celebraba el Acedíano de la catedral,
marán en vano a todas las clases sociales de Méjico y hacia de presbítero asistente Mons. Coccolo. La
Schola caníotum dirigida por el P. Fogolin y acom
para que acudan en su auxilio ».
Después del discurso imo de los alumnos leyó ana pañada a piano por el M°. Miot ejecutó un escogido
inspirada poesía y a continuación el Sr. De la Barra repertorio de música clásica. A l evangelio Su
tomó la palabra para dar las gracias a las salesia Excia. dirigió al público que llenaba el santuario
nos que le hablan honrado con tan deferente in- uno de sus discui«os populares y prácticos pero
ritación, ofreciéndole motivo de examinar de cerca llenos de afecto, en que cantó las glorias de Ma
la proficua y patriótica labor de su establecí-, na, habló de la importancia de la fiesta congra
miento. * Méjico — añadió — está orgulloso de tulándose con los smvite.ses y con la señoras y ca
balleros de la comisión por haber edificado una
hospedar a ¿in insignes educadores de nuestra
juventud, que transfimden en su alma los gérmenes nue^•a casa en honor de María y para bien de los
de la verdadera \*irtud, del arte y la ciencia; en niños.
A las 2 de la tarde se despidió S. Excia visible
fin, de aquellas nobles virtudes sociales que los
hijos del V . D. Bosco aprendieron en la escuela de mente satisfecho de la sencilla pero cordial inau
su glorioso Patriarca y mamaron con la leche bajo guración, y la Virgen de Rosa se preparaba a recibir
la muchedumbre de visitadores y devotos que vie
el poético cielo de Italia *.
nen de todos ios alrededores.
Acto seguido, el señor Francisco L- de la Barra,
A las 7,30 la soberbia avenida y la plaza que están
seguido de m ultitud de visitadores, recorrió las
varias secciones de la exposición, admirando con delante del templo aparecen sumergidas en un
—
336
mar de luz. Millares de farolillos adornan la calle.
Ivl templo con las lineas arquitectónicas coloreadas
presenta im aspecto encantador. L a banda de la
población alegra aquella fiesta simpática y popu
lar, digno remate de las funciones del dia.
MEMORIAS BIOGRÁFICAS
de M ons. L U I S L A S A G N A .
o- -ó
CAPITU LO X LIV {^Coniinuación).
E n la capital del Brasil fué recibido con el más
benévolo acogünieiito por el doctor Moraes, Pre
sidente de la República federal quien le dirigió
palabríis de sentido encomio por las empresas que
había acometido en pro de la civilización de los
Indios CoYoados, prometiéndole todo su apoyo.
También el Ministro de la Guerra. General Costalá,
le recibió con la más exquisita cortesía y se hizo
intérprete del Gobierno en protestar la más viva
gratitud a los Salesianos. que habían cedido el Co
legio de Nictlieroy a beneficio de los soldados en
fermos.
Con todo Monseñor cuando se trasladó al colegio
sintió que se le oprimía el corazón al caminar por
entre acjuellas paredes, donde ni aun se le había
reservado una celda, y que y a no resonaban con
las bulliciasas recreaciones y los regocijados cantos
de sus hiji s dispersos, sino con los lamentos de los
heridos. Pero no decayó de ánimo: por más importíuites y numerosos que fueran los asuntos que
le preocupaban en Rio J aneiro, no dejó de anunciar
la divina palabra y administrar los Sacramentos.
Cuando salió de Rio Janeiro para Lorena, San
Pablo y el Estado de Minas, el Gobierno agrade
cido dispuso que tuviese a sus órdenes y para
siempre un vagón de prünera clase. Iva visita de
los institutos salesianos del Brasil le tuvo ocupado
desde el 20 de agosto de 1894 hasta el 20 de Enero
de 1895: así es que podemos afirmar con toda ver
dad que y a no se pertenecía a si mismo: su salud,
su tiempo, sus fuerzíus, todo lo había sacrificado al
bien de las almas. Podía, pues, con todo derecho
hacer suyas las palabras de S. Pablo: Ego libeniissime impendam et superimpendar ipse pro animabus vesíris (i): « Y o gustosísimo expenderé
ciuuito tengo y aun me entregaré a mí mismo por
la síilud de vuestras almas *.
De vuelta de atpiolla larga y fatigosa misión por
sus iitstitutos, comenzó a dictar los ejercicios a sus
tunados hermanos, cuando fué llamado con urgen
cia por el Presidente de la República del Paraguay,
lié aquí de que se trataba. Y a en el año 1893 ha
llándose él en Roma con motivo de su elección y
consagración episcopal, en una de las audiencias
que le concedió Nuestro Santísimo Padre León
X III, animado por la benevolencia con que el
Vicario de Jesucristo escuchaba las dolorosos vi(1) II, Cor. XII, 15.
—
cisitudes de las varias regiones por él visitadas en
América, atrevióse a exponerle también la triste
condición del Paraguay: habló naturalmente de
la escasez de clero y de la larga viudez de aquella
diócesis privada de su pastor con incalculable de
trimento de las almas. E l Sumo Pontífice, tomando
muy en cuenta las palabras del Obispo Salesiano.
pronunció algunas frases por las que se podía co
lumbrar que no tardaría mucho en poner fin a
aquel luto. Además las cartas que por consejo de
Mons. Lasagna había escrito a la Santa Sede el
Presidente González en mayo último, habían pro
ducido y a el efecto deseado, satisfaciendo plena
mente al Padre Santo el cual, en prenda de su
agrado se dignó crear Obispo para la ciudad y
diócesis de la Asunción.
E l electo fué el sacerdote D. Juan Sinforiano
Bogarin, joven en los años, pero maduro en la
prudencia, adornado de singular piedad y de ciencia
y virtud nada ordinarias. Ahora bien: todos de
seaban que el nuevo Pastor fuese consagrado por
aquel Obispo que tanto había contribuido a que
terminara la viudez de la Iglesia Paraguaya, y
que tan magnos proyectos había concebido en
pro de la regeneración moral de aquel país. Y el
General Eguzquiza, nuevo Presidente de la Repúbhca. en la seguridad de hacer ima cosa del
mayor agrado de todos, le invitó a cumplir el so
lemne rito.
E l viaje a la Asunción le llevaba ocho días y otros
tantos la vuelta, y tenía que recorrer dos veces la
distancia de 2500 kilómetros. Muchas eran las in
comodidades del trayecto é importantísimas las
ocupaciones que requerían su presencia en Monte
video; pero él no sabia poner trabas a su celo y remmeiando a todas las comodidades de la vida, de
cidió remontar aquellos interminables ríos sin que
le retrajesen de su empeño ni lo desmejorado de
su salud, ni su necesidad absoluta de descanso. E l
día siguiente a la recepción del telegrama y a se
hallaba a bordo del vapor que había de llevarle a la
Asmición. Arribó a dicha capital el 31 de Enero a
las ocho y media de la noche y fué recibido por las
autoridades y por una muchedumbre imuensa de
ciudadanos que con indecible gozo acogían al que
había de consecrar al nuevo Pastor.
E l 3 de febrero desde las primeras horas de la
mañana la catedral estaba atestada de fieles que
aguardaban ansiosamente el principio de imo de los
ritos mas solemnes y conmovedores de nuestra
Santa Religión. A eso de las ocho Mons. Lasagna
rodeado de gran número de sacerdotes dió comiezo
a la sagrada ceremonia: en defecto de los dos Obis
pos asistentes prescriptos por las leyes eclesiásti
cas, suplieron los sacerdotes D. Enrique Valeinte,
capellán del hospital, y D. Juan Bernabé Colman,
párroco de la Encamación. L a misa Pontifical fué
cantada con acompañanmiento de música devo
tísima. Asistían el Presidente de la República, to
dos los Ministros, el cuerpo diplomático y consular
y todas las autoridades militares. L a majestuosa
función se realizó con el mayor recogimiento y driró
cerca de tres horas. E n aquel dia Monseñor Lasa
gna ejercitó por la primera vez, ;ayl y también por
—
I
I
I
I
337
—
D
O
la última el acto más culminante de su jurisdicción
episcopal. Antes de salir del s ^ a d o templo los
NECROLOGIA
fieles pudieron contemplar a su joven Obispo revestido de los ornamentos proprios de su dignidad,
y recibir con reverencia las primicias de sus ben
IN ^ÍEMOh'rA^T.
diciones. Asi la Iglesia del P a r^ u a y dejó aquel día
los crespones de su larga viudez y derramando lá
grimas de consuelo vió a imo de sus hijos, investido
de la plenitud del sacerdocio, sentarse en la cáte
dra pontifical encargado por el Padre común de
Vim
la lie SáDtbez de Movellán.
los fieles de difundir en tom o de si la luz de la ciePertr.insüt benefacieiuío.
cia y de las virtudes cristianas.
(I’asA haciendo bien).
La consagración del nuevo Pastor no era el pri
mer beneficio que aquella República recibía de ma
Y a no existe.....Rotos al soplo devastador de
nos del Obispo Misionero, mil otros nuevos pla la implacable muerte los frágiles lazos (pie
nes tenía él trazados en favor de aquella nación aprisionaban su preciosa alma en este desdi
tan generosa como infortmiada. ¿ Qué mucho, pues,
chado valle, escribió y a la última página del
que cuando la muerte tronche inopinadamente la
libro de su carrera mortal. ¡Libro tan glorioso
existencia de ese Apóstol de la Iglesia Católica,
como oscuro y modesto, cuyas innumerables
todo el pueblo paraguayo se levante como mi solo
páginas, repitiendo sin cesar el pertransiit beue^
hombre, prorrumpiendo en plañidos y sollozos, y
faciendo,
constituj'en otras tantas ejecutorias de
proclamando que su bienhechor, su regenerador ha
muerto? Mas no nos anticipemos a los hechos con la nobleza y abnegación de alma tan singular!
lúgubres unágenes, que otras más risueñas y des
Torpe en sus movimientos la mano, anudada
lumbrantes se ofrecen a nuestra vista y admiración. la garganta por la amargura y agobiado el co
A su imelta d vapor hizo escala en Buenos A i razón por el denso velo del luto, grande esfuerzo
res donde a la sazón arreciaba desgraciadamente la hemos de imponernos para no abandonar la
fiebre amarilla, de suerte que Monseñor antes de
pluma y dar rienda suelta al llanto.
entrar en puerto de Monte^ddeo, tuvo que hacer una
Señalado y a en el ciclo del tiempo el 89 annicuarentena de ocho dias en la isla de Flores. He
cho a tales contratiempos, sometióse a esta medida versario de su entrada en este mundo, abandonó
sanitaria con toda calma y serenidad. E n aquella nóle el día 6 de Octubre último, festividad del
isla podia celebrar cómodamente el santo sacri Santísimo Rosario; y con ta l apresuramiento
ficio de la Misa y cumplir en compañía de su se que, traspuestas sus fronteras, no quiso aguar
cretario las acostumbradas prácticas de piedad:
dar siquiera la llegada de la plácida aurora.
esto le bastaba. Pero tal disposición de Dios le
Su nacarada luz sólo pudo bañar un cadáver
acarreó además otro provecho, porque su forzada ceñido por el tosco sayal de las beneméritas hijas
soledad, dándole mi vagar que por cierto non ha de S. Francisco.
bría hallado en otra parte, le brindó la ocasión de
¡Tanta fué su prisa para celebrar la fiesta en
contestar a las numerosísimas cartas que le habían
el
regazo de nuestra querida madre, María
llegado durante su viaje al Paraguay.
Por lo demás, como el Comandante y el personal Santísima Auxiliadoral
Como fué su vida — consagrada entera y ex
de la isla tenían bien conocida su bondad y afable
trato, le prodigaron todas las atenciones, todos los clusivamente a Dios en los dignísimos seres que
heredaron su noble sangre y en los que, por ca
miramientos, posibles en tiempo de cuarentena.
L a importantísima misión que para el bien de la ridad, podemos aunque indignamente, darle
Iglesia había desempeñado en el Paraguay le tuvo el dulce nombre de madre, — así fué su término;
por todo un mes alejado de los institutos salesia- tan suave, tan sereno, tan dulce que parecía más
nos y precisamente en la época en que más opor
bien la muerte de un ángel que volvía al cielo.
tuna y beneficiosa resultaba su presencia, conviene
Alma grande y lozana, penetrada de que esta
a saber, durante los ejercicios espirituales. Pero to
do el recelo que esto le pudiera haber causado se tierra no era su centro, dirigió todos sus esfuerzos
a labrarse la fortuna, a cuya sombra poder des
des\*aneció por completo cuando a su vuelta, que
fué en los últimos dias de febrero, encontró a to cansar, al fin de la jomada, de las duras faenas
dos sus hermanos animados de ardoroso fervor en que el trabajo de escalar el cielo impone. Y con
la piedad y de generoso espíritu de sacrificio. Con ta l denuedo se decidió a emprender la tarea, con
todo su secretario D. Bemardino Villaamil. suce tan robustos bríos trabajó por conseguir su em
sor del P. Bálzola que había sido destinado a la peño, que logrando asociar la fortuna a sus afa
Colonia Teresa Cristina, cuida de anotar en el Diario nes, no pasó día sin situar una porción de su ri
que nuestro Obispo a su llegada sintió la necesi
queza en la mansión celeste.
dad de recogerse im poco haciendo con sus her
A l pretender investigar sus virtudes con el
manos el ejercicio de la buena muerte: tanto más
cuanto se acercaba el segundo aniversario de su fin laudable de proponerlas a la imitación, con
el refuerzo de ejemplos que pudieran servimos
consagración episcopal.
Doña María íb la Estrella BeüBrra
-
338
de acicate, con gran asombro nuestro nos vemos
sorprendidos por invencible enemigo que nos dis
puta el paso: su gran modestia. Porque, plena
mente convencida sin duda, con el poeta, de que
el silencio en que han yacido.
su alio valor constituye,
puso un cuidado exquisito en que esta virtud
presidiese todos los actos de su vida y que,
abatiendo las erguidas y sonoras trompetas de
Oa María de la Estrella Vda de Novellán.
N a d ó d 19 d e enero d e 1823 en S. M artín d e C arb allid o (Lugo),
t e l 6 d e o ctubre de 191a en Santander.
la fama, amparase con el tupido velo de densas
tinieblas todas sus acciones meritorias.
De esta fonna tonsiguió no sólo que durante
su peregrinación por el mundo pasasen inadver
tidos actos que, si a los ojos de la ostentación
han carecido de brillo, no son, por eso, menos
dignos de alabanza, sino también que aun hoy
después de su muerte, el hecho
.....................................tal vez
mds digno de admiración
quede oculto en un rincón
sin testigos )’ sin juez,
como cantó el aludido poeta.
Da misma fotografía que publicamos confirma
este aserto. Alcanza ella a unos cuarenta anos
antes de su miteite; desde esa fecha y a no fué
posible inclinarla a dejarse fotografiar.
Su caridad era prodigiosa. « Allí — dice el se-
-
« manario católico Páginas Dominicales —
« donde la necesidad sentaba sus reales, allí
« estaba Da. Estrella haciéndoselos levantar;
« ella no sólo procuraba remediar las necesida« des ocultas, sino que acudía también (con nom« bre supuesto, eso sí) a las suscripciones.
« Donde nunca se la vió, ni bajo su nombre
« ni bajo seudónimo alguno, fué en las fiestas
<i filantrópicas creadas bajo la apariencia de
« amor a la humanidad, en las cuales, muchas
« veces lo de menos es el prójimo y lo de más el
« sacar el jugo a la dádiva que se desembolsa. »
<( Desbordándose en su corazón generoso el
« amor, y sin mermar un ápice el cariño que
« por sus hijos sentía, fué creándose rma nume« rosísima familia sacada de la clase necesi<i tada, que llora hoy apenadísima la pérdida
« irreparable de tan querida madre. »
« Dos hijos del venerable Juan Bosco tenían
« en ella la primera y más excelente coopera« dora ; y tan bien se lo hicieron así comprender
« a sus alumnos, que éstos, dentro y fuera ya
« del colegio, llevan siempre entrelazados, en
<1 su corazón tres nombres: María Auxiliadora
<- D. Bosco, Da. Estrella. »
Pero lo que de modo especial singularizó a
Da. Estrella fué sin duda alguna, el afán santo
y constante de proveer a la cristiana educación
de los niños pobres. No es fácil calcular el nú
mero de los que ella protegió; se preocupaba,
sin cesar, su celo maternal de éste y de aquél;
y no sólo daba la mano a los que de ella deman
daban socorro, sino que también sabedora de
que la corrupción acechaba a alguno, no descan
saba hasta lograr ponerle a cubierto de la per
versión y de la educación sin Dios.
Siguiendo las huellas de nuestro divino Maes
tro, copió de E l al pie de la letra su predilección
por los niños. Así es que no se concretaba sola
mente a castigar su peculio para educarlos; sino
que teniendo de la caridad un concepto mucho
más elevado de aquel que tienen un sinnúmero
de católicos (para los cuales esta virtud estriba
única y exclusivamente en la limosna material,
sin dignarse mirar siquiera al desventurado que
la recibe) gustaba de que sus protegidos la v i
tasen a menudo para a>nidar ella misma, con
sus constantes gotas de rodo, a la formación de
sus infantiles corazones.
¡Cómo se transformaba su rostro al acariciar
los! ¡De qué modo más extraordinario brilla
ban sus ojos cuando, al través de los de sus pequeñuelos, Ies sondeaba el corazón! ¡Qué cú
mulo de nuevas energías recibía su alma al cer
ciorarse, con sus propios ojos, de que la semilla,
que con tantos desvelos había sembrado, fructi
ficaba vigorosa en aquellos terrenos vírgenes!
E lla reía sus gracias y donaires; ella les re.
—
339
—
INDICE GENERAL DEL ANO 1912,
prendía cariñosamente sus faltas; ella, en una
palabra, premiando constantemente su aplica
Documentos.
ción y buena conducta, los estimulaba más y
Carta
de
D.
Pablo
Albera a los Cooperadores Sal. i.
más cada día a que robusteciesen su alma y su
Un libro nuevo solve la Obra de D. Hosco, 20.
inteligencia con la práctica de la virtud y cons Concepto de la Cooperación salesiana, 40.
tancia en el estudio.
De Utrera, 51.
¡Con cuánta razón, pues, podemos aplicarle Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. 66.
Las grandes Instituciones de Catolicismo, 94.
el glorioso titulo de Apóstol de la niñez!
Juicios sobre D. Hosco y su sistema edvicativo, 129.
Y, ¿qué diremos de su cariño sin límites a Una encíclica en defensa de los indios, 293.
nuestra excelsa y hermosísima patrona, María Algunas gracias atribuidas a la intercesión de Don
Hosco, 295.
Auxiliadora? ¿qué, de su profundo e inmenso
El Contrato de aprendizaje, 339.
amor a Jesús en el Santísimo Sacramento? —
Artículos de fondo.
Nada diremos pues la empresa sería ardua y
muy superior a nuestras fuerzas. Contentémo Eficacia educadora de la Confesión, 29, 61, S9.
caridad en la educación. 118, 145, 173, 218,
nos, portanto, con saber que estos dos amores La234,
261, 291, 309.
fueron el yunque, donde .ella forjó la obra de su
Cartas y noticias de familia.
caridad. Por eso fué su resultado tan brillante.
Una exi>edición de 50 misioneros, 8.
Fundida su voluntad con la divina, ésta era el Primera reunión de las Ex-alumnas de las Hijas
eje, en cuyo torno giraban todas sus acciones y
de María Auxiliadora, 34,
anhelos. Y a el frío de la muerte había invadido La obra salesiana en el Imperio Austríaco, 69.
todo su ser, nos referían los dos.sacerdotes (her La commemoración de D. Hosco en Valsálice —
En honor de S. Francisco de Sales, 108.
mano nuestro, el uno; y segundo alumno de Homenaje a la memoria de D. M. Rúa, 122.
esta casa salesiana, el otro) que tuvieron el do Las Escuelas Salesianas en el primer Concurso
Agrícola-Industrial del Departamento de la Lil>erlor de recibir su último suspiro; ya, despojado
tad — República de El Salvador, 124.
de todo mo^úmiento su desfallecido cuerpo, ni
En Valdocco, 133.
sus ojos eran excitados por la luz ni sus oídos El monumento a D. Hosco, 149.
percibían nuestras oraciones, cuando, habién Bodas de oro del sacerdocio de .Mons. Cagliero y
de otros dos Hijos de D. Hosco, 150.
dole preguntado, Da. Estrella ¿está V. conforme
con la voluntad de Dios? ¡Sí! respondió ella con Colombia — La exposición prof. de Ibagiié, 153.
Don Pablo Albera en Inglaterra)' Bélgica, 177, 20S.
voz clara y mo\*iendo sus y a apagados ojos. De Orense, 155.
Este fué el único y bendito adiós pronunciado Alegrías de familia, 205.
por aquellos labios que inmediatamente queda Bodas de Oro, 221.
ron sellados por la liltima sonrisa que nos Fiestas de S. Juan en Valdocco, 225.
Don Pablo Albera en Emilia y Toscana, 237, 265.
ocultó la tierra.
Traslación de las reliquias de S. Franc. de S. 2St.
Damos y a fin a esta pequeña muestra de re Dos iglesias y un monumento en honor de María
Auxiliadora— La muerte de cuatro misioneros, 297.
cuerdo y cariño, enviando desde estas columnas,
el más sentido y sincero pésame a sus hijos be La VI Reunión de Directores Diocesanos, 305.
Jubileo Sacerdotal de Mons. Cagliero, 313.
neméritos, Da. Ermitas, Da. María de la Es De Piura, 317.
trella y D. Antonio y suplicando a nuestros her Tesoro espiritoai: 19, 29,68,93.121,149, 178,197, 210,
manos, consecuentes cooperadores, antiguos
240, 276, 318.
alumnos y niños, que tengan presente en sus
De nuestra» misiones.
')radones alma tan bella y caritativa.
Tierras Magallánicas— Folk-lore-fueghiiio, 98, 126,
Cooperadores Salesianos difuntos.
R SPA Ñ A .
?r. D. Salvio BnscaHeda Cassd de la Selva (Gerona).
St». Da. Carmen Sánchez Campos Cantillana (Sevilla).
* * Leonor Condal
Figueras (Gerona).
Sr. D. lanado Prim
Gerona.
* » álanuel Laporta
>
Sra. Da. Bernardina Plata
Jerez (Cádiz).
Eicma. Sra. Marquesa de Sta. Elena
»
»
Uadó (Gerona).
Rdo. Sr. D. I.ázaro Batlle
'
Sra. Da. Joaquina Toirent v. de Caseilas La Bisbal »
> Ana Ibáñez Fernández
Sevilla.
> Concepción Garda
*
» Bernarda Ortiz Pérez
»
Sr. D. Francisco Iser y Tixe
»
* Casimiro Rodas S. Feliu de Guixols (Gerona).
242, 270, 262.
China — En un bazar de beneficencia, 43.
República Argentina — Diez y seis mese.s de mi
sión en el Territorio del Rio Negro, 75.
Territorio del Chubut— Una Misión fructuosa, 76.
La Obra de D. Hosco en Patagonia, 77.
Flores y frutos — Annuy-Car, 102. — Un entierro
cristiano, 160; Visita a una aldea cristiana de la
China, 173; Kon, viejo Ona, 274.
China — De Macao a Heung-Shan, 156 — Trabajos
apostólicos del Rev. P. Domingo Mílanesio, 160,
Brasil — Entre los bororos del Matto Grosso, 180.
China — La nueva residencia de Ngan-Hang, 211.
Congo Belga — La nueva fundación de PÜísabetheville, 241.
De la Candelaria y Sta. Inés, 248.
El Cuarto Congreso Eucaristico en Sto. Tomás de
Meliapor, 273.
Matto Grosso, Brasil — Una visita a la s colonias,
299, 319. Colocación de la i* piedra del templo de
—
340
María Aux. en Cuyabá, 321. Una Misión de seis
meses en la Patagonia; Del diario de una leprosa,
305. Otra misión de 6 meses en la Patagonia, 322.
Culto de Alaria Auxiliadora.
Fiestas. — Valdocco, 162; Fiesta excepcional, 130;
Sarria, Héjar, Vigo, Carmona, Vigo, Málaga, Se
villa, Alicante, Salamanca, 185: Santander, Ciudadela, Cá<liz, Madrid, Ilaracaldo, 215; Valencia, 277.
Rejlexiones. — Para el mes de María Aux., 130Gracias, —• 17, 48, 105, 131, 169, 193, 221, 249,
278. 308, 323.
Por el mundo saleslano.
Crónica del Tibidabo. — La obra del Tibidabo en
Madrid, 9; Por el Tibidabo, 82; El Tibidabo en
la historia... futura, 95; Para el Tibidabo, 166;
¿Y tú lector 110 tienas nada que expiar? 152; En
el Tibidabo, 308: K 1 sacrificio de los niños, 328.
Fiestas de S. Francisco de Sales. — Vigo, Huesca,
Salnmunca, Baracaldo, Sarriá, 81; Cindadela, Se
villa, 108.
Crónica de los Ex-alumnos. — Gorizia, Faenza, Men
doza, 21; Valencia, Cindadela, 52; Cindadela, Milán,
Savona, iio¡; Méjico, Cindadela, 133; Viedma, Mataró.iSevilla, Salamanca, 166; Ciudadela, 194; San
tander, 226; Ciudadela, 254; Buenos Aires, 310;
Santiago, S. Benigno Canavese, Lu, 330.
Crónica de los Oratoriosfestivos.— Sliema, Valdoc
co,Valencia, 54; Corabanchel Alto, Madrid, Sevilla,
Trieste, 83; Cádiz, Vigo, Trieste, 136; Salamanca,
Vigo, 167; Vigo, 253; S. Severo, Ca-tania, 284;
Turin, Savona, 312; Lima, Genzano di Roma, 332.
F ’oiicias varias. — Roma, Madrid, Santander, Vigo,
Salamanca, Montevideo, Guatemala, Talca, Bue
nos Aires, 22; Buenos Aires, Cavagliá, Santander,
Sarriá, S. Pablo, Vigo, Talca, 56; Valencia, San
tiago, Bogotá, Vigo, Campello, 86; Nichteroy,
La Paz, Punta Arenas, Sevilla, Salamanca, Vigo,
I I I ; Huesca, Valencia, Tegucigalpa, Buenos
Aires, Turin, Alejandría, 13S; Huesca, Ciudadela,
.Santander, S. Vito al Taglíamento, 168; Barce
lona, Vigo, Huesca, Mataró, Cádiz, Recompensa
merecida, 194; Obra caritativa, 224; Madrid. Ma
taró, La V I semana social, 228; Córdoba, Sarriá,
Vigo, Ciudadela, Cádiz, Santander, 254; Béjar,
Sarriá, Roma, Venecia, 281; La Obra Salesiana
en Alicante, Sarriá, Valencia, 313; Mataró, Utrera,
Peregrinación a las fiestas Constantinianas, 332.
Bibliografía. — 7, 16, 47, 80, 144, 179, 248, 209.
Datos necrológicos.
D. José Maria Quintíana, 60; Da. Ana M. Gaviria,
Da. Aurora Valverde, 144: Da. Purificación Sinta,
D. Antotuo Llanguer, Da. Lucia Carrigo, 200;
D. Andrés Mora, 288; S. A . R. la Infanta Da.
Maria Teresa, 316; Da. María de la Estrella, 337.
Cooperadores Salesiauos difuntos. — 60, 116, 144,
252. 288. 316. 339.
Memorias biog’fii/icasót Mons. Luis I.asagna. — 72,
59. 88. 115. 142, I5t. 197. 230, 258, 385, 314. 348.
Grabados.
Indios Onas, 13; Armas y utensilios de los Onas,'
14, 15. 16, 18; S. Pablo. El Santuario del Sgdo.
Corazón, i i ; Ex-aUmmos del Colegio Salesiano de
Faetiza, 21: .\lumnos del Colegio de Gorizia, 23;
S. Pablo. Obispos y superiores que tomaron parte
en las fiestas del 25® aniversario de la fundación
del Lycen, $r, Vigo. Niños de las escuelas de la
parroquia, 39; Sliema. Los vencedores del certa
men catequístico, 45; Misioneros que partieron para
.«1 Congo Belga, 21; Turin. Los músicos de la
«Valdocco», 4t; Utrera. Grupos de alumnos, 5a,
—
53 . 55 J S.
Pablo. Interior de la iglesia del Lycet,
58; Talca. La excursión a S. Clemente, 37; Oswi^
cim. Esperando a D. Pablo Albera. 63; La iglesá
salesiana, 70; D. P. Albera y los alumnos, 6;;
Mons. Nagl, 72; Daszawa. D. P. Albera, huéspedcf,
superiores e hijos de Maria, 73. Viena. D. P. Alben
en el colegio salesiano, 65; Santiago Asamblea
nacional de los Ex-alumnos, 84; Trieste. Excursiót
a Capodistria, 85; Méjico. Niños del oratorio, 99;
Villa Colón. Jira de los ex-alumnos, loi; Lina
Asamblea de ex-alumnos, 103; Valencia. Grupode
ex-alumnos, 82; Diez minutos de recreo, 83; Puna
Arenas. Gimnastas, 106; Sevilla. El Niño Rey, uj;
Vigo. Apostolado de la Oración, 113; D. -Migad
Rúa, 122; Trieste. Círculo « Miguel Rúa », 125;
Barcelona. Cripta del Tibidabo: vista transversal,
97: Altar mayor, 96; Valencia. Gran mapa en re
lieve, 109; Comayagüela. Colegio salesiano, 120;
Huesca. Nuestros niños en la fiesta del Arbol, 139;
D. Juan B. Francesia, D. Juan B. Lemoyne, 148;
El apóstol de la Patagonia, 149; China. Niños de
primera comunión, 157; Soa Mui. Salinas. 158; B
celoso catequista A-Ció. 160; Ciudadela. El Sr.
Inspector, D. José Manfredini, con los antipos
alumnos, 135; Cádiz. Da. Ana de Viya y Jáurequi
y su ahijada con los superiores y niños, 137; Viga
El salón de la rifa, 141; Su Emcia. el Card. Boume
— S. E. Mons. Amigo, 177; Londres. Alurnnosdel
colegio de Battersea, 178; Nueva capilla, 179; Orense. Las primicias, 154; Embrión del Oratorio
festivo, 155; Huesca. Ejercicios del grupo gimnás
tico, i8i; Matto Grosso. Una choza de Bororos.
185; Interior de una choza, 186; Orense. Casa sa
lesiana, 168; Sevilla. Grupo de Ex-alumnos, i<J51
Alicante. Las obras salesianas, 198; Lieja. D. Pa
blo Albera en el Orfanotrofio de S. Juan Berkmans,
209; China. Los catequistas de nuestra misión, 210:
La anciana Lucia de Ngan-Hang, 212; D. Juan B.
Francesia y D. Juan B. Lemoyne, 221; Turin. Lotreinta niños recogidos en el Instituto salesiano de!
Martinetto, 221; Cádiz. La banda, 225; .Santander.
1-a directiva de los Ex-alumnos, El banquete, 229
Bolonia. En la visita de D. Pablo Albera, 23Í:
Elisabetheville. De.spiiés del bautismo del 10 ¿í
marzo, 241; Indio Yagan, 243: Matto Gro.sso. Uk
aldea de Bororos, 245; La civilización avanza, 247;
Ciudadela. Bendición de la bandera de los ex-alun;
nos, 216; La banda de los ex-alumnos, 292: Ma
taró. Superiores y ex-alumnos, 275; Pisa. Un grupo
de cooperadores al rededor de D. Pablo Albera,
267; Liorna. D. Pablo Albera en el Oratorio de
Sagrado Corazón, 209; Indios Alcalufes en canoa
271; Kon, viejo Ona, 275; Sansevero. Compañiadt
S. José, 276; Sarriá. Guardias nobles de María -Aoxiliadora, 253; Córdoba. Alumnos internos, 254:
.\lumnos externos, 255; Santander. Sujieriores f
alurnnosdel Alta, 285; Colonia del Sagrado Corazós
lie Jesús entre los Bororos, 301; Sarriá. Velada en ei
colegio de Sta. Dorotea, 303; Savona. Grupo parda
lie niños del Oratorio festivo, 309: Turin. Niñosdi
Oratorio festivo de S. José, 311; S. A . R. la InfanU
D. Maria Teresa, 316; Santander. Oratorio festivo,
329; Da. Estrella, 338; Utrera. Clase de dibujo, 351:
Crabinete de Historia Natural, 333; La VI Reunióc
de los Directores Diocesanos, 331: S. Benigno Canavese. La « Re Arduino », 325; Genzano de RoroaDesppés del certamen catequístico, 312.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SE GAM BIN O.
Establee. Tip. de la S. A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 1 7 6 -TURIN.
-
Texto
-
A Ñ O X X V I I - N . 12
Edición de España
D ic ie m b re de ig i2
&
n
i
O
ú
O
ú
O
ú
^
a
(7 0 (^
0
0
0
0
0
^
Boletín Snlesinno
í5>
Cí
ci
^
^ ..^ 0
ci
Turin — V ia Gotíolengo N. 32.
O
SUMARIO. — La caridad en la educación — VI. . 309
Jubileo Sacerdotal de Mons. C a gliero ......................313
Cartas de familia: De P i u r a ................................... 317
Tesoro espiritual......................................................... 318
D e NUESTRAS MISIONES. — B rasil: Una visita a las
colonias. • Excursión al * Pió das Martes » Bautismos y matrimonios. — Colocación de la /»
piedra del templo de María ^Auxiliadora en Cuyabá. — Una nueva Capilla. — Otra misión de
seis meses en la Paiagonia................................... 319
Gradas de María .Auxiliadora................................... 323
o
^
^
^
e l m u n d o s a l k s i a n o : Por el Tibidnbo; el sa
crificio de los niños. — Asociación de Ex-Alunmos:
Santiago, S. Benigno Canavese, Ln Mon/erralo.
— Crónica de los Oratorios festivos: Lima, Genzano de Roma. — Noticias varias: Matará, Utrera,
Peregrinación a las fiestas Conslantinianas de Ro
ma y al Congreso Eucaristico de Malta, Lima,
México, Buenos Aires, S. rito al Tagliamento 328
Memorias biográficas de Slotis. Luis Lasagiia . . 336
Necrología - Cooperadores Salesianos difuntos
337
Indice general del año 1912 ................................339
Por
c a r id a d en la e d u ca ció n
VII
(I).
Obras modernas de la caridad antigua.
unque nuestras observacio
nes se van haciendo un poco
largas, todavía nos falta algo
que decir sobre la manera de imponer
a los niños la 'parte penosa de la edu
cación. Y esta parte es más grande de
lo que parece; porque todo perfecciona
miento va acompañado de un esfuerzo y
el perfeccionamiento moral es el que más
esfuerzos cuesta. Si nosotros, cuando
exigimos de los niños que se corrijan
de sus defectos, reflexionáramos por
un momento lo que nos cuesta el co
rregimos de ios nuestros, si es que los
(i) V. DÚmero astericr.
corregimos de verdad; si pensáramos
en las veces que hemos propuesto la
enmienda y hemos faltado a nuestros
buenos propósitos, las veces que he
mos vuelto a caer después de tantas
promesas hechas a Dios, a nuestros
superiores, a nosotros mismos, se
ríamos más indulgentes, es decir, más
caritativos con ellos. Y nosotros so
mos muchísimo más culpables o nues
tra voluntad es mucho más débil;
después de tantas experiencias, des
pués de tantos desengaños, con la in
teligencia en el pleno desarrollo, con los
sentidos más dominados, continuamos
haciendo el mal que no queremos en
vez del bien que deseamos.
Si ima persona adulta tiene que ha
cerse violencia para cumplir con su
deber, para dedicarse con entera apii-
— 310 —
cación a sus ocupaciones cotidianas,
¿ qué hará un pobre muchacho, soHcitado por tantas distracciones como
su retozona imaginación le presenta,
con la necesidad intensa de movimiento
y expansión que tienen sus órganos?
{Educarse! ¿Quién será capaz de re
ducir a cifra las prolongadas fatigas,
los esfuerzos continuados, las violen
cias repetidas que esta palabra en
cierra? Porque, aun tomada en su sen
tido propio, representa el período de la
vida más fatigoso en su insconciente
algarabía, el período de formación en
que se echan las bases de todo el edi
ficio humano.
De ahí la necesidad de que en esa
época y para llevar a cabo tan ardua
empresa, venga la caridad benigna y
paciente a hacer llevaderos tantos sa
crificios , pues bien sabemos q u e,
cuando falta ese lubrificante, la má
quina infantil no funciona y el trabajo
no se produce. Esa caridad es el calor
que hace posible la yida de la tierna
plantecita, y evStimula suavemente
la actividad de su delicado organismo;
mediante su íntima eficacia hace brotar
los frutos que a la especie de la planta
corresponden, y después sigue influyen
do para que lleguen a su completa ma
durez.
Y al decir caridad, no estará por
demás precisar un poco lo que con
esa palabra entendemos significar,
porque el concepto es muy vasto y por
lo tanto poco determinado. Y a hemos
indicado que antes de D. Bosco ha ha
bido hombres, seglares y eclesiásticos,
algunos venerados en los altares, que
han profesado un amor inmenso a los
niños pobres y se han sacrificado por
ellos tanto como D. Bosco. No es pre
ciso citar nombres que están en la me
moria de todos; ni es el caso tampoco
de recordar los grandes merecimientos
de otras congregaciones religiosas, que
habían educado cristianamente millones
de niños, antes que el Fimdador de
la Pía Sociedad Salesiana viniese al
mundo. Eso de educar gratuitamente
a los pobres y cuidarse de los huérfa
nos, es cosa vieja en la Iglesia y de ella
han aprendido las naciones modernas
a dar enseñanza gratuita al pueblo.
Aquellos santos varones que secunda
ban en esto los deseos de la Iglesia y
llevados de su espíritu fundaban asi
los, colegios, etc, para los niños po
bres, estaban abrasados en santa ca
ridad; pero esa caridad, ejercida por
ellos con tanta generosidad y heroísmo,
caridad que llamaremos social, no lle
gaba a sustraerlos a la influencia de
la Pedagogía de su tiempo. Da disci
plina escolar participaba entonces,
como no podía ser por menos, del
excesivo rigor establecido por la legis
lación civil, fruto ésta a su vez de la
rudeza de las costumbres y mentaHdad
de otras generaciones. Aim en época
reciente las mismas causas producen los
mismos efectos; y hombres llenos de ca
ridad heroica que merecieron el título de
apóstoles de la juventud pobre y abando
nada, no modificaron tanto los rigores
de la disciplina, ni suavizaron tanto
las costumbres escolares, que hayan me
recido de los pedagogos los títulos
que éstos han prodigado a D. Bosco.
Y para que se vea cuanta diferencia
hay entre una caridad y la otra, bas
tará recordar que los fmidadores de
congregaciones docentes anteriores a
D. Bosco, a pesar de profesar a los
niños ese amor grande que constituye
la vocación de todos los educadores,
no quitaron de sus reglamentos los
castigos corporales ; no porque la su
presión de los castigos corporales sea
la suma y compendio de esta segunda
caridad, que llamaremos pedagógica para
distinguirla de la otra, sino porque
ello constituye un hecho m uy signi
ficativo para probar la distinción de
que venimos hablando.
-
31* —
Y a diremos más tarde que, aun sin
usar látigo ni palmeta, se puede tratar
con mucha dureza a los niños; y ni si
quiera hacia falta decirlo porque es una
perogrullada; pero no será eso solo lo que
digamos, y a que el asunto se presta a
consideraciones m uy hondas que se rela
cionen con los problemas más deHcados de la Pedagogía.
No es, pues, esa caridad que hemos
llamado social la que ha suprimido las
torturas escolares; no es ella tampoco
la que ha unido a maestros y discí
pulos con ese espíritu de familia que
caracterizó desde im principio los
institutos fundados por Don Bosco.
Es muy cierto que y a antes de Don
Bosco las ideas filantrópicas y huma
nitarias estaban bastante difundidas;
en el mismo Piamonte célebres peda
gogos, con los cuales vivió D. Bosco
en estrecha relación, teorizaban sobre
los nuevos nimbos de la enseñanza;
pero todo ello se quedaba generalmente
en teoría por lo que se refiere al trato
con los escolares (i). Dos de los gran
des pedagogos contemporáneos de D.
Bosco, Dupanloup en Francia y Rayneri en Itah a, exponían con sentida
elocuencia el respeto grande que se debe
al niño, dirigiendo la autoridad del
maestro por im camino más humano;
sin embargo el mismo Ra5meri, para
corroborar las expHcaciones que él
daba en la Universidad de Turín,
tenía que mandar sus alumnos al Ora
torio de D. Bosco a fin de que vieran
allí « la Pedagogía en práctica »; y él
entendía que la Pedagogía es « el arte
de ejercer la autoridad en beneficio de
la libertad; el arte de hacer libres a los
hombres í>, estableciendo que « el punto
de partida de la enseñanza ha de ser
(t) Y teoría sigue siendo en muchas partes. La Socie
dad de ifaestros de Leipzig votó, en el verano de 1906,
inánimemente y después de varías horas de discusión
w favor de la abolición de los castigos corpotales. —
P5rsier, Escuela y Carácter, pág. *8, nota.
la autoridad del maestro, y su blanco,
la libertad del discípulo » (i).
En sus visitas al Oratorio había visto
el ilustre pedagogo que, en efecto, la
disciplina suave y eficaz con que D.
Bosco dirigía sus 700 y más escolares,
era la práctica de lo que el enseñaba res
pecto a la dignidad personal del niño;
comprendía que aquella caridad sabia de
D. Bosco desarrollaba admirablemente
las facultades de los muchachos, y so
bre todo educaba en ellos la libertad
moral, que Rayneri consideraba como
fin de la educación. No mentamos las
industrias didácticas de D. Bosco que
Ra5uieri admiraba y recomendaba a los
futuros maestros; eso está fuera de
nuestro asunto aunque relacionado con
él. E sta caridad educativa con que D.
Bosco realizaba los fines más humanos
de la educación es la que le ha valido
el título de « humanizador de la Peda
gogía »; porque D. Bosco era humano
para con sus niños en el sentido más
profundo de esta palabra. Quisiéramos
reproducir aquí ima de aquellas escri
turas de contrato que hacía firmar a
los amos de los talleres, que le acepta
ban como aprendices a sus primeros
artesanitos, allá por los años de 1851,
cuando él no contaba todavía con E s
cuelas profesionales para enseñarles el
oficio. ¡Cuántas modificaciones, que
la justicia legal ha introducido más
tarde en el contrato de aprendizaje,
brotaban del corazón amante de aquel
hombre admirable que llamaba siem
pre hijos, hijitos míos, (2) en el Re
glamento a sus discípulos!
L a caridad, aquella caridad especialísima con que amaba a sus hijos, le
sugería una serie de precauciones que
pasmarían al sociólogo contemporáneo.
Las condiciones técnicas del aprendi
zaje, su duración, el horario, los casti( ) Ruíz Amado, nUtoria de la Educación, pág. 406.
M V. Memorie biografiche, T. IV, pag. 735 y sigtes.
;I2
gos, los desperfectos, las condiciones hi
giénicas del taller y del trabajo, las
vacaciones, el descanso festivo, las con
tingencias de enfermedad o accidentes,
el buen ejemplo, la educación moral,
las ganancias del aprendiz, las correc
ciones de palabra y no de otro modo;
todo, en suma, lo preveía el amor cla
rividente del Padre de los huérfanos.
Y delante de testigos se lo hacía firmar
al patrono, sin que durante los años
del aprendizaje le faltara al aprendiz
la visita frecuente de su protector, que
OENZANO DE ROMA - Después del certamen catequístico.
venía a estimular con sus sonrisas y sus
palabras el progreso de su protegido, y al
mismo tiempo a vigilar el cumplimiento
de las condiciones del contrato (i).
¿Qué extraño es que los artesanitos y los
demás niños, al ver su rostro en que se
reflejaba tanto cariño unido a tanta
pureza, aquel rostro sonriente, trans
figurado por la caridad, en el cual to
dos creian ver los lineamentos de la
bondad inefable del Hijo de Dios, excla
maran mil y mil veces: « ¡Sembra Nostro
Signore, parece Nuestro Señor!» (2).
(i) Una de estas curiosas escrituras puede verse en
el tomo IV, i>OR. aos, de las Memorias; bien que seria
menester leer mAs ixira darse cuenta de los atisbos sociolÓRicos del Fundador de las E^scuelas Profesionales,
(í) Ibi. T. Hl, pag. 117.
—
Si se le dijera a tm maestro a la anti
gua, ignaro de esta santa Pedagogía,
que los niños de « corazón cerrado,
que esconden sus secretos, es decir casi
siempre sus vicios, los de mirar som
brío, disimulados e hipócritas, se de
ben ganar con beneiicios », ¿qué diría
de semejante corrección?
No menor extrañeza causó en Turín
el saber que allá en Valdocco había
una iglesia « destinada únicamente
para los niños, con funciones religiosas
(sermones, misas, etc.) hechas exclu
sivamente para ellos », acomodado todo
a su manera de ser y entender.. La
gente se preguntaba asombrada: ¿Ser
mones para niños ? ¿Pues no les sirven
ya los que se hacen para todos los fieles
en común? E n tantos siglos que lleva la
Iglesia predicando ¿no se han salvado
los niños con las prácticas religiosas de
los mayores? Canto especial para ni
ños, misas especiales para niños, li
turgia especial para niños, ¿ no son
éstas novedades estravagantes o sensi
blería peligrosa? Sí, eran novedades,
formas nuevas de la caridad vieja; pero
no era sensiblería, era sensibilidad ex
quisita, intuición profunda de las exi
gencias de la didáctica religiosa;
aquella y a no era la caridad social, era
esa otra candad pedagógica que el
poseía por instinto, instinto admirable
revelador de su maravillosa vocación.
Su santidad no .era y a ima santidad
cualquiera, sino la santidad propia del
verdadero educador; sus heroicas vir
tudes y excepcionales cualidades se
imían en im solo hombre para formar
el maestro ideal; así que, las exquisite
ces de esa santidad característica fue
ron llevadas por D. Bosco al terreno
práctico de la escuela, enseñando a los
sabios el arte de educar por medio del
amor, único resorte para modificar
las almas; introduciendo en la Pe
dagogía ese elemento nuevo, ese es
píritu de familia, tan necesario en la
—
313
escuela si ésta ha de continuar o suplir
la obra de aquélla; haciendo, en fin,
de las delicadezas de la perfección
cristiana otros tantos preceptos peda
gógicos: la caridad daba con ello vm.
—
gran paso en los dominios de la Pe
dagogía científica; mejor dicho, la Pe
dagogía científica daba im gran paso
empujada por la caridad.
fCotiiitiuaráJ.
Jubileo Sacerdotal de Mons. Cagliero
S O L E M N E S F E S T E J O S EN E L S a L V a O O R
Ee otras Repúblicas Centro-Americanas - En la Argentina y Patagonia
—
^SEÑEMOS el gitsto de ofrecer a nuestros
beneméritos Cooperadores — que con
nosotros aman y veneran a Mons. Ca
gliero — algunas noticias de las fiestas que se han
celebrado con ocasión de sus Bodas de Oro sacer
dotales. Solamente lamentamos que nuestra re
seña no pueda ser más que una serie de apuntes
de crónica, entresacados de algunos periódicos que
hemos recibido. Rogamos por tanto a los promo
tores de los festejos que nos dispensen las omisio
nes en que tal vez hayamos incurrido.
En El Salvador.
No habiendo podido, por graves asuntos de
su misión, pontificar la Misa de Oro en el San
tuario de María Auxiliadora, como él y nosotros
deseábamos, nuestro amadísimo Monseñor de
terminó ir a Sta. Tecla, E l Salvador, para ce
lebrarla en la intimidad, en medio de aquellos her
manos, visitando al mismo tiempo por segunda
vez la República.
Con este fin, salió de S. José el 22 de mayo,
telegrafiando al Obispo de S. Salvador su sa
lida de Puniarenas con dirección a dicha Re
pública. Monseñor expresaba el deseo de no ser
objeto de recibimientos públicos; pero no fué
de la misma opinión S. Excia. Mons. Antonio
Adolfo Pérez y Aguilar, y con circular del 24
de mayo dispuso que los Párrocos de La Unión
y La Libertad, pues en estos puertos haría
escala el vapor en que viajaba el Delegado Apos
tólico, subieran a bordo a rendirle el pri
mer homenaje del clero y fieles de E l Salvador;
que una comisión saliera a recibirle en Acajutla,
desde donde continuaría su viaje para la capi
tal en un tren especial, ofrecido generosamente
por el Presidente de la República; que en todas
la estaciones salieran a saludarlo los párrocos
con sus respectivas comisiones, y a su en
trada en la ciudad las calles estuvieran adorna
das, las campanas de todas las iglesias fueran
echadas a vuelo y el Revmo. Capítulo, el Clero,
el Seminario, las Asociaciones piadosas y las
Hermandades, estuvieran en la estación, para
recibir «al benemérito hijo de D. Bosco, al ama
dísimo Mons. Cagliero, en prenda de cordial
afecto a su sagrada persona y al mismo Sumo
Pontífice *.
Cuatro días después, en una Carta Pastoral
fechada el 28 de mayo, confirmó estas disposi
ciones, estableciendo a la vez festejos especiales
para los días 14 y 23 de junio, 50° aniversario de
la ordenación sacerdotal de Mons. Cagliero y
día onomástico del mismo, confiando el pro
grama a una Comisión, compuesta de los miem
bros más notables del Capítulo Catedral; orde
nó también que el día 14 se celebrase en
todas las parroquias de la Diócesis con la ma
yor solemnidad posible una Misa con Te Deum
final, recomendando a los Srs. Párrocos que pre
parasen para la Sda. Comunión a los niños de
ambos sexos y aplicasen todos esos actos con
fervientes oraciones y acciones de gracias a Dios
nuestro Señor por la felicidad espiritual y tem
poral del Representante del Papa y por los feli
ces resultados de su misión.
Todas estas disposiciones fueron ejecutadas
con un entusiasmo indecible cuando Mons. Ca
gliero entró en E l Salvador y llegó a la capital
alojándose en el palacio de la Delegación.
U na grata noticia que se recibió aquellos días
vino a aumentar el entusiasmo del pueblo sal
vadoreño.
—
314
El 4 de junio el Exmo. Sr. Delegado mandó
una nota al Presidente de la República en la que
le decía que el Padre Sto. teniendo en cuenta la
importancia religiosa de la Diócesis de S. Sal
vador y la densidad de su población (pasa de un
millón), a propuesta de la Delegación apostó
lica formulada de acuerdo con el Obispo dio
cesano, tenía intención de elevar a la dignidad
de silla arzobispal la sede episcopal de S.
Salvador, creando dos diócesis sufragáneas con
sede en Santa Ana la una y en 5. Miguel la otra.
El Exmo. Sr. Presidente, Dr. D.'M anuel E.
Araujo, comunicó al Delegado su plena adhesión
en el mismo día y «Como J efe del Estado — decía
entre oti as cosas — aplaudo sinceramente esa
medida que indudablemente tiende al bien
espiritual del pueblo salvadoreño.
Para mí, paréceme indudable que, con la
creación de las nuevas diócesis se promoverán
con más solicitud los intereses religiosos de la
República; y no puedo menos, con tan hala
güeña perspectiva, de congratularme efusi
vamente de esa proyectada organización ecle
siástica, que ha de influir poderosamente en el
bienestar y moralidad de estos pueblos».
L n f i e s t a d e l 14 de j u n i o .
La noticia de este proyecto de S. S. se difun
dió entre la alegría más sincera que sirvió de
preparación para el 14 de junio fiesta del Sdo.
Corazón y 50° aniversario de la ordenación sa
cerdotal de Monseñor.
La víspera a las 7 de la tarde, hubo solemnes
maitines a toda orquesta, presididos por el
Sr. Presbítero Dr. D. Valentín Nalio, dignísimo
Secretario de la Delegación. E l templo y los
atrios estaban artísticamente iluminados, y a
continuación se quemaron bonitos fuegos ar
tificiales en la gruta de Lourdes.
E l día 14 alas 5 déla mañana, alegre alborada;
y a las 6 se celebró la misa de comunión general
de las asociaciones piadosas, a intención del
Excelentísimo Mons. Cagliero. con la primera
comunión de la alunmas del « Jardín del Niño
Jesús ».
A las 8 todo estaba preparado para el solemne
pontifical. E l templo engalanado con artística
sencillez presentaba un elegante golpe de vista,
dominando en sus matices el blanco y gualda de
los colores pontificios y el verde follaje, símbolo
de la perpetua lozanía y fecundidad de la Iglesia.
lu í el altar, entre muchas luces y muchas flo
res. destacábase majestuosa y seductora la
imagen del divino Corazón, luciendo riquísimo
traje bordado de oro realzado, rodeándole corona
de ángeles en arrebatadora actitud de ferviente
adoración. Estrenáronse cuatro grandes y pre
ciosos relicarios de metal dorado, formando juego
—
con el sagrario, baldaquino de exposición, sa
cras, atril y candelabros, todos del mismo relu
ciente metal.
Tocó la magistral orquesta del distinguido
maestro Sr. López, que hace mucho honor a la
música nacional.
A las 8 ^ hizo su ingreso triunfal el Exce
lentísimo Señor Delegado, formándole cortejo
el Seminario, Clero de la Capital y muy distin
guidos caballeros.
L a orquesta ejecutó el himno pontificio.
E n la puerta mayor, el capellán de la iglesia
revestido de pluvial, le recibió con los honores
litúrgicos,, ofreciéndole el hisopo del agua ben
dita y el homenaje de la incensaci'm, debidoasu
elevada categoría de Representante del Augusto
Pontífice.
E n el trono asistieron como socios de honor
los Señores Capitulares. Después del santo
Evangelio, el capellán de la iglesia ocupó la sa
grada cátedra, presentando a la consideración
del numeroso y selecto auditorio el amor inmen
so de J esús, haciendo brotar de los deliquios de
su Corazón divino, el Sacerdocio católico en el
cual había figurado durante media centuria el
Excmo. Monseñor Cagliero, haciendo el bien
como inflamado Apóstol del mismo deíflco Co
razón.
Asistieron como padrinos los Excmos. Se
ñores Ministros de Honduras, Nicaragua y
Costa Rica, y el Señor Doctor Don Manuel
Palomo, Presidente del Apostolado de Hom
bres. Se excusaron a última hora el Señor Presi
dente de la República, el Señor Ministro de Re
laciones Exteriores, el Señor Ministro de Norte
América (por enfermo), el Señor Ministro de Es
paña y el Señor Ministro de Guatemala, que tam
bién habían aceptabdo con generosa hidalguía el
nombramiento de padrinos de aquel solemne
acto.
Terminado el augusto sacrificio, el Excelentí
simo Celebrante dió con el imponente cere
monial prescrito la solemne bendición papal.
Nítidamente impreso se repartió a los conciirrrentes, como recuerdo de aquel dichoso día, el
precioso autógrafo de felicitación, enviado por
Su Santidad a su amadísimo Delegado.
A las I I a. m. reuniéronse en el palacio de la
Delegación las diversas Asociaciones Josefinas
representadas por sus Directivas para saludar
y felicitar al dignísimo Representante del Papa,
ofreciéndole como humilde pero muy afec
tuoso obsequio, una modesta' cruz pectoral, cos
teada por espontánea y muy gustosa contribu
ción de los asociados y artísticamente elaborada
por el jóven salvadoreño Don Alberto Casatl
E l acto fué ofrecido por la señorita Carlota Avilés con sentidas frases que expresaban los sen*
—
315
timientos de todos. Monseñor contestó con una
breve y preciosa alocución, terminándose aquella
expansión de filial amor con entusiastas vivas
al soberano Pontífice y al Señor Delegado.
A mediodía, la Sra. Da. Mercedes R. de Meléndez. Presidenta fundadora de la Asociación
de Señoras y Señoritas de la buena prensa, ofre
ció al ilustre festejado un banquete de honor.
Acompañaban al Exmo. Delegado el limo.
Sr. Obispo Diocesano, el V. Cabildo Eclesiástico,
el Señor Secretario de la Delegación, el Señor
Subsecretario de Relaciones Exteriores, los Se
ñores Ministros de Honduras, Costa Rica y N i
caragua, d Señor Secretario de la Diócesis y
otros distinguidos sacerdotes y caballeros expre
samente invitados.
Durante el banquete, amenizado por una
escogida orquesta de cuarenta profesores, reinó
la más dulce expansión, pronunciándose a los
postres elocuentes y sentidos brindis.
En S ta . T ecla.
Aquella misma tarde Mons. Cagliero salió
en tren especial para Sta. Tecla, donde fué re
cibido triunfalmente. Apenas llegó,' se dirigió
a la iglesia de la Inmaculada, donde se cantó
un solemne Te Deuin de acción de gracias. Ter
minado éste, fué al Colegio de Sta. Cecilia donde
celebró el día siguiente su Misa de Oro, a la cual
asistieron, además de los salesianos y alumnos
de la casa, representaciones de los Colegios sa
lesianos de la América Central, los Cooperadores
de la ciudad y alrededores, las H ijas de María
Auxiliadora del Colegio Sta. Inés con sus educandas, el Inspector D . Guillemo Piani, y los
Padres Salesianos Misieri y Osella, que habían
venido de Panamá y de Méjico para presenciar
la ceremonia, como representantes de toda la fa
milia salesiana. Durante el almuerzo hacían
corona al ilustre festejado, además de los sale
sianos aquí nombrados, el limo. Sr. D. Adolfo
Pérez y Aguilar dignísimo obispo de S. Salvador
y otros ilustres amigos de los salesianos.
El domingo siguiente, i6 de junio, para com
placer a los cooperadores de la ciudad, celebró
pontificalmente en la iglesia del Carmen artísti
camente engalanada. Un elocuente orador pro
nunció iiífra missam un discurso de ocasión; y
después de terminar la misa con la bendición
papal, se hizo la solemnísima procesión del CorPus Domini que había sidot raslada a aquel día.
L os festefos oficiales.
Aun más grandiosos fueron los festejos del
23 de junio, habiendo escogido el Obiqx) y Qero
esta fecha para la fiesta oficial, tanto por ser el
onomástico de Monseñor, cuanto por tributar un
—
delicado homenaje a la fiesta que se celebra to
dos los años en el Oratorio de Turín, desde los
tiempos de D. Bosco, el día de S. Juan Bautista.
L a solemnidad empezó el 22 con Vísperas pon
tificales en la Catedral, elegantemente decorada
con sus más ricos adornos de gala. En ella, el
día siguiente a las 6 de la mañana, celebró la misa
de comunión general S. Excia. el Obispo dioce
sano. Compactos grupos de socios de las V. V.
Ordenes Terceras, Centros del Apostolado, Her
mandades y Asociaciones religiosas. Colegios ca
tólicos y fieles de todas condiciones, recibieron
el Pan de los Angeles en felicitación espiritual
ofrecida al dignísimo Representante del Papa
A las 9 a. m. dió principio la gran Misa ponti
fical, acompañando en el trono como socios de
honor al Exrao. Celebrante, el Venerable Ca
bildo Eclesiástico: con asistencia de los Seño
res Párrocos, de los representantes del clero re
gular y secular y de los alumnos del Seminqirio diocesano. Ejecutó la música una selecta
orquesta organizada y dirigida por el maestro
López. Después del santo Evangelio, el Señor
Secretario del Venerable Capítulo, Pbo. Dr.
don Luis María Argumedo, subió a la sagrada
cátedra para hacer una breve homilía sobre
la grandiosa festividad del día, y para significar
al Exmo. Mons. Cagliero los votos fervientes de
felicidades sin cuento y sinceras felicitaciones en
nombre del Rvmo. Prelado, V. Cabildo, Clero y
fieles salvadoreños, con una brillante oración.
Terminado el augusto sacrificio, Monseñor
dió al pueblo fiel la solemne bendición p a p a l;
y después de dejar las vestiduras pontificales,
hecha la debida acción de gracias, su Excelen
cia Reverendísima fué conducido, con su cor
tejo de honor al Palacio de la Delegación.
A mediodía, el Exmo. Sr. Obispo diocesano y
el V. Cabildo obsequiaron el Representante del
Papa en nombre de toda la diócesis con un ban
quete de honor.
Hacían corona a Mons. Cagliero el limo, y
Rvmo. Sr. Obispo diocesano, Excmo. Sr. Minis
tro Dr. Ricardo Urrutia, Excmo. Sr. Ministro
Don Julio Acosta, el Sr. D. k . Spotorno, el
Sr. D. Victorino Argüello, el Dr. L). Mariano
Crespo, el Excmo. Subsecretario de la Guerra
Sr. Dr. Eusebio Bracamonte, los miembros de
la Comisión organizadora de los festejos jubi
lares, el Secretario de Mons. Cagliero, D. V a
lentín Nalio, todos los Canónigos, y muchas
distinguidos seglares y sacerdotes, entre los
cuales también estaban los PP. Salesianos Piani,
Misieri y Osella.
A los p ostreselM .I.S r.D . Santiago Vilanova,
presidente de la Comisión organizadora de los
festejos, leyó un saludo elocuente y lleno de en
tusiasmo al cual contestó Mons. Cagliero —
—
3 i6
como leemos en la Buena Prensa — con el si
guiente brindis que tenemos el gusto de repro
ducir integro.
« En esta ocasión solemne, Excmos. y Hono
rables Señores, me complazco en manifestar mi
más sincera y profunda gratitud por las cari
ñosas y entusiastas demostraciones con que el
hidalgo y amado pueblo de E l Salvador ha sabido
festejar la media centuria por mi recorrida en la
sublime y divina misión sacerdotal.
Emociona mi alma el recuerdo de aquel día
feliz en que, sin mérito de mi parte, fui elevado
a la excelsa dignidad de sacerdote de Cristo,
ungiendo mis manos con el óleo santo, como
ungía mi alma la gracia sacramental, riquísimo
perfume emanado de la fuente inexhausta del
divino Corazón.
Bajo la sabia dirección de aquel gran Siervo
de Dios, mi amado Padre el Ven. Juan Bosco,
el cual me enseñó a amar, educar y guiar por las
sendas de la virtud y del saber a innumerables
hijos del pueblo, fui enviado a sembrar la se
milla de la fe y civilización cristiana en las re
motas, incultas y casi ignoradas regiones de la
Patagonia. Allí pasé la flor de mi vida sacerdo
tal y episcopal; hasta que el supremo Pastor de
los Pastores me ha confiado la importantísima
Delegación apostólica en esta región querida de
la culta América del Centro.
Y ahora, rebosando de gozo, suspendo por un
instante mi marcha de evangélico peregrino,
vuelvo con satisfacción la mirada a los diez lus
tros pasados y bendigo humilde al Redentor
del mundo que me ha colmado de celestiales
favores, derramando abundantes bendiciones
sobre mis apostólicas fatigas y coronando mis
esfuerzos por su inmortal y divina gloria.
Considérome, pues, feliz en este momento, por
estar conmemorando mis fechas jubilares entre
los amados salvadoreños, al lado de mi Venerable'
Hermano el limo, y Rmo. Señor Obispo Pérez
y Aguilar, de su Consejo Capitular, los muy Ilus
tres Señores Canónigos y de su respetable y
querido Clero; rindiendo las gracias muy cum])lidas por los fastuosos festejos que en mi honor
han promovido tanto en esta ciudad como en
todas las Parroquias de la Diócesis.
Me es grato a la vez significar mi voto de gra
titud al Supremo Gobierno de la República,
a los Excmos. y Honorables Miembros del
Cuerpo Diplomático (mis colegas), especialmente
a los que representan aquí a las Repúblicas Her
manas del Istmo que se han unido en su entu
siasmo a E l Salvador, para festejar mi áureo
jubileo.
Agradezco, en fin, a todas las personas y piadosi\s colecti\údades que en estos días me han
brindado sus significativas y cariñosas felicita
ciones; las que acepto complacido como hijo del
Ven. Don Bosco y como representante del Vi
cario de J esucristo en la tierra.
E l augusto y bondadoso Pontífice Pío X tiene
derecho a ser recordado en esta fiesta, porque,
como el dice el precioso autógrafo que se ha
dignado dirigirme, quiere tomar parte en d con
cierto de alegría con que se edebra mi ju
bileo sacerdotal; pero sobre todo porque estoy
desempeñando en su nombre una misión trans
cendental para el desarrollo sodal y religioso de
este simpático p a ís ; misión recibida con aplauso
y regocijo general y apoyada con entusiasmo
por las dos supremas autoridades de la Repú
blica, el Exemo. Señor Presidente y el limo. Se
ñor Obispo.
Invito, pues, a brindar por el Santo Padre,
aqm' presente con su espíritu, por la prosperi
dad de E l Salvador y de Centro-América y por
la ventura personal de mis Honorables Comen
sales de este día memorando, en el cual, junto
con mis bodas sacerdotales, celebro también
el septuagésimo cuarto aniversario de mi ventuxoso onomástico. — He dicho ».
Después hicieron uso de la palabra el R. P.
Rocca y el Señor Dr. García González.
E l Exmo. Sr. Presidente de la República Dr.
D. Manuel E . Araujo, no habiendo podido asis
tir personalmente a las invitaciones del 14 y 23
de junio, tuvo la delicadeza de enviar a su
tiempo al Exmo. Sr. Delegado dos mensajes
telegráficos, en los que le felicitaba por el ani
versario que celebraba y le agradecía la atención
de celébralo en tierra salvadoreña.
E l mismo día nutridas representaciones de las
parroquias de la capital y los colegios de uno
y otro sexo se dirigieron al Palacio de la Dele
gación para reiterar sus protestas de amor,
gratitud e incondicional adhesión al Represen
tante del Vicario de Jesucristo.
F iesta s de tam lila.
A estos festejos oficiales hicieron eco otras
fiestas de familia en Sta. Tecla y S. Salvador. El
27 de junio se celebró en el Colegio de Sta. Inés
una academia músico-literaria y se bendijo la
primera piedra de la capilla del Colegio, y el 4 de
julio hubo fiesta también en el colegio de María
Auxiliadora. E l 7 se celebró otra academia mú
sico-literaria con ejercicios gimnásticos en el Co
legio de Sta. Cecilia como homenaje de los Salesianos de la Inspectoría Centro-Americana y
Mejicana. Elegantes trozos en prosa y verso al
ternaban con las delicadas notas musicales y
con los ejercicios gimnásticos ejecutados con
magistral desenvoltura. Pero los números más
salientes del selecto programa fueron dos elo
cuentes discursos, uno de D . Euis Forero y
—
5 Í7
Franco sobre el tema « L a Iglesia Centroame
ricana y la S. Sede » y otro del Dr. D. Salva
dor Flamenco cuyo tema era « L a delegación
pontificia como factor de civilización ».
En las o tra s R e p ú b lica s.
Las restantes Repúblicas del Centro de Amé
rica se unieron también en coro para felicitar a
Mons. Cagliero por su jubileo sacerdotal.
En Guatemala el Círculo Pío X invitó el 14 de
junio a todas las asociaciones católicas para una
comunión general en la iglesia metropolitana
según la intención de Mons. Cagliero. y el 23, ce
lebrando su fiesta patronal, repitió la demostra
ción afectuosa, asistiendo todos sus miembros
a una misa rezada y luego a otra cantada con
panegírico de ocasión y reuniendo una asam
blea general.
En la Argentina.
—
ración a la fiesta del Carmen, obteniendo los más
consoladores resultados por la circunstancia en
que se celebraba y por el celo de Mons. Costamagna que la presidía, como habrán podido ver
nuestros lectores en la relación que públicamos
en el número anterior.
Dios Nuestro Señor escuche tantas oraciones
y conseive al primer Obispo Salesiaiio para que
siga realizando empresas tan gloriosas como
las que hasta ahora le han ocupado. — ¡Ad.
mullos anuos!
Garlas de familia.
PIURA, 20 de Agosto de 1912.
Rdo. Sr. D. Pablo Altera.
Pero las felicitaciones más gratas para el co
Amadísimo Padre:
razón de Mons. Cagliero, después de las de Roma
L
as
alegrías y penas probadas por sus amany Turín, fueron las que recibió de la República
tísimos
hijos en el campo del deber quiero que lle
Argentina.
guen exactas, presurosas, a su oido, a su tierno co
En todas nuestras casas de esta república, se
razón.
celebró con los más dulces recuerdos d fausto
Mes de María Auxiliadora. — E l tradicional mes
aniversario. E l 29 de junio más de 500 ex-alum- de la Tauniaturga Virgen del \T)le. D. Bosco, lo ce
nos de varios centros de la capital, se reunieron en lebramos con entusiasmo, no disminuyendo im
el Colegio Pío I X de Almagro, para celebrar una pxmto la piedad de los niños piuranos, que a porfia
fiesta grandiosa en honor de D. Bosco y del pri manifestaban a la celestial María las primicias de
mer misionero por él envúado a la Argentina. Muy S’is tiernos corazones. Eran 130 los niños que se
numeroso fué el grupo de los Ex-alumnos del cobijaban bajo el manto de nuestra excelsa Ma
Rosario que fueron recibidos a los acordes de dre y alli palpitaban con amor los tiernos corazo
nes. Por la mañana y por la tarde aquellas voceciuna marcha triunfal y pennanecieron en Bue
tas, uniéndose a los coros del cielo, alababan a la
nos Aires hasta el día siguiente para visitar la vSnia. Virgen.
tiudad, siendo muy obsequiados en todas partes.
Por fin llegó el 26, día de la fiesta. A las 7 ^
En Viedma se bendijo el nuevo templo, donde a. m. celebré la Misa de Comunión general, en
el 23 de junio celebró Mons. Costamagna la Sta. la que, los que estaban admitidos a la Sta. Mesa,
Misa, distribuyendo 400 comuniones, 50 de las se acercaron con grandísimo fervor. A las g %
cuales a niños que la recibían por vez primera. la lgle.sia de Belén, cedida galantemente por
A las 10 hubo misa solemne con asistencia j)on- las K R . JDI. de San José de Tarbes, se encon
lifical; estaban presentes el Exemo. Sr. Gober traba llena de bote en bote de fieles, que querían
oir la Primera Misa del R. P. Max. Maier, que
nador del Territorio, el Jefe de Policía, otras
en aquel dia subía por vez primera las gradas
ilustres personas y un numeroso grupo de ex del altar santo. E l P. Maier, cursados sus e.studios
alumnos. Los 300 alumnos del colegio de la Mi en la palestra de esta casa, había llegado al fin de
sión ejecutaron la Missa de Angelis en canto s’os deseos, a la meta suspirada. Lo acompaña
gregoriano.
ban. como padrino de altar,
el R. P. Pablo BuPor la tarde se celebró una velada músico-lite diere, Superior de dos Rc*dentorístas y de vinajeras
raria presenciada por las ilustres personas antes el Dr. Don Víctor Eguiguren. Tejió las glorias de
citadas. E l periódico quincenal Flores del Cam María Auxiliadora con un brillante panegírico el
po, fundado por Mons. Cagliero, le dedicó un nú Rdmo. P. Ramón Comart, dirigiéndose al termi
mero extraordinario; y Viedma y Patagones con nar al misa-cantauo. A l ágrpe de las 12 tomaron
parte algunos miembros del foro, alcalde de la
las demás poblaciones del Río Negro, gracias a ciudad, y nuestros principales bienhechores, entre
la actividad de una comisión de señoras, man ellos, el carísimo papá de los salesianos de Píura.
daron a su antiguo Vicario Apostólico una cruz D. Juan H. Helguero.
pectoral de oro macizo en prenda de gratitud
Por la tarde una velada músico-literaria, en ho
nor de lia r ía Ausxiliadora y del nuevo sacerdote,
perpetua.
En Patagones se predicó una misión en prepa cerró con llave de oro aquel memorable día.
-
318
Primera Comunión. — E l día 6 de Junio, fiesta
del Corpus ChrLsti, una treintena de niños, con sus
almas vestidas de gracia e inocencia, se acercaron
l)or vez primera al baní^uete divino del Cuerpo del
dulce Jesús.
Visita dcl Kmo. P. Inspector. — E l 20 de Junio
tuvimos la dicha de recibir la visita de nuestro
(luerido Padre José Reyneri, Inspector de los cole
gios del Perú, Ilolivia y ICcuador. Píisó entre no
sotros unos 20 dias, gozando de la piedad, suavidad
de carácter y ternura de corazón de los niños piuranos.
JCii esc intervalo pudo arreglar asuntos que se
relacionaban con la radicación de los Salesiano.s,
los cuales zozobraban sobre su estabilidad: pero,
gríicius a la galantería y caridad del generoso Don
Juan II. Ilelguero, dejónos con pronósticos de una
peqjotua permanencia.
Fiesta dcl Sagrado Corazón y de San Luís Gon*
zaga. — E l 29 de Junio celebramos la fiesta del
Corazón Sacratísimo de Jesús y de San Luis Gonzaga. Celebró la misade comunión general el Rdmo.
I’atlre Inspector; a las 8
hubo misa de fiesta en
la (pie todos nuestros almnnos cantaron la misa re
gia de Duinout. A las 4 p. m. vibró la nota domi
nante de aíiuel dicluMo día. Se alternaron poesías,
prosas y cantos al Divino Corazón, al mancebo
angelical y al carísimo Inspector, quien quedó muy
complaci(lo y manifestó un secreto que mucho
tiemjío hacia abrigaba en su corazón, es decir, que
los niñas de la casita de Piura eran sus Benjami
nes.
Terremoto. — L a fragancia de la rosa del bie
nestar embalsamaba nuestra alma y la pi os jeridad
en la marcha del año escolar no dejaba que desear
nada. Los niños se ejercitaban en sus ejercicios gim
násticos y con anuas simuladas, ponían todo su em
peño en el ejercicio de la esgrima, preparándose
para las fiestas patrias; más el Señor que gobierna
el timón de los mundos quiso probamos.
Eran las 7 de la mañana del 24 de Julio; los ni
ños se encontraban en el estudio, los henmuios eu
sus obligaciones y el que suscril>e celebrando la
Sta. Misa, cuando principió el terrible sacudimiento
Ivl altar me aventaba sus floreros y caudeleros y
un estmendo sordo quebriuitaba las paredes. Mi
pirmer impulso fué arrodillanue y pedir misericor
dia a Jesús que tenia tan cerca; esperaba que cal
mara pero en vano; pensé en huir, pero inútil;
ima nul>e de polvo impidkSme el paso..... lín aquel
los supremas momentas mi equilibrio no era finue;
una (tía subteránea llenóme de pánico y esperaba
una sepultura a mis pies o una tumba cutre las es
combros. l>espués de un minuto más o menos del
terrible movimiento, la ciudad de Piura daba lás
tima; muchos etlificios e iglesias se denuubaron, 110
quedando una casii en regular estado. E l suelo
agrietíáse y las cas;is se cuarteíUX)U y desplomaron,
de modo (pie las paredes movidas, van continua
mente buscando su centro y amenazando destruc
ción. Nuestro colegio no presenta seguridad alguna,
está en ruinas, motivo j>or el cual texios nuestros
niños internos fueron mandados a sucosa.
I/DS habitantes comenzaron a abandonar la ciu
dad, refugiándose en el despoblado. Se están levan
-
tando barracas de madera para dar alojamiento a
tantas familias que han quedado sin casa y sin
abrigo. También nosotros, con la ayuda de algunos
bienhechores, hemos levantado 'proxósionalnieute
algmios salones, para seguir nuestras labores esco
lares, a fin de que nuestros alumnos no pierdan el
año que con tan buena voluntad habían comenzado.
E n efecto, abiertos los cursos, ya -vienen con interés
al colegio y se preparan a celebrar la fiesta de Santa
Rosa de Lim a eu la nueva capiUita que también
provisionalmente hemos levantado. Hemos reci
bido varios telegramas de condolencia, entre ellos
uno de nuestro auiadisimo diocesano Mons. Car
los García Frigoylen; nuestro querido Inspector,
cpie dias antes nos había dejado alegres y conten
tos, nos mandó un cablegrama desde Quito pre
guntando con vivo interés por nuestra situación;
pero, gracias sean dadas a Dios y a Ma.ría Auxi
liadora, lio hemos tenido (pie lamentar ninguna des
gracia personal, sólo nuestro colegio ha quedado
inhabitable.
Este es auia.do Padre, el manojo de rosos y de
espinas. Bendíg.imos y encomiéndenos a Dias a
María Auxiliadora y a nuestros cooperadores, para
cpie pronto tengamos un espacioso colegio y poda
mos albergar a tantos niños que demandan nues
tra caridad.
Su obligadísimo hijo en J. y María.
Sac. O c t a v io O r t iz A r r i e t a .
T E S O R O E S P IR IT U aL .
Los Cooperadores Salesíanos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para
Dia
"
»
»
»
*
I
6
18
20
23
25
29
el mes de
Enero:
La Circuncisión do N. S. J.
La adoración de los Reyes.
La Cátedra de S. Pedro en Roma.
K 1 Santísimo Nombre de Jesú.Rio das Mortes**
B A U T IS M O S Y M A T R IM O N IO S .
{Relación del acólito José Pessina) (i).
E1 buen Daniel. — La rehabilitación de un asesino.
— Camino de vuelta. — Cincuenta más llegan a
Palmeiras. — Conclusión.
Nuestro amado Inspector se quedó un poco
más en la colonia para confortar a los herma
nos en sus tareas diarias, entreteniénbose fami
liarmente con los indios, Entre estos sobresalía
un neófito de unos 6o años llamado Daniel.
.\lto de talla y de arrugado rostro pero bien
conservado y fuerte, se distingue por su andar
lento y casi a tientas por ser bastante corto de
vista.
Vino de las márgenes del Rio das Mories hace
algunos años a causa de las calenturas y se que
dó con toda su familia. E s viudo y tuvo cuatro
hijos; Arturo, bautizado hace poco y casado
legítimamente; Ignacio, que murió el año pa
sado en nuestra Escuela Agrícola de S. Antonio
en Coxipó da Ponte; Inocencio, que estuvo de
aprendiz en las Escuelas profesionales de Cuyabá
y ahora es un buen barítono de nuestra banda;
y Martín, un niño muy bueno, de muchas es
peranzas, que hace poco hizo la primera Comu
nión.
Es aquí muy común la frase, que la religión
entra por la boca; y ima prueba de su verdad la
ha dado nuestro Daniel que, al amor de nues
tra casa, donde encontró varias veces con que
matar su hambre y la de sus hijos, empezó a
unir el amor de la religión. Habiendo perdido
casi por completo la vústa, quiso retirarse a
nuestra casa y quedar interno con sus dos hijos
menores, Inocencio y Martín. Oye misa, reza
II) Véase el número anterior.
las oraciones, va a la escuela y a comer con los
muchachos, y obser\m exactamente el horario.
Los más pequeños acostumbran a recrearse
un poco y vuelven a la hora señalada con un ma
nojo de yerba para los becerros; entonces se
da un hermoso espectáculo. Los cliicos van
gritando y saltando por la vereda del campo cul
tivado; y Daniel, como si fuera el maestro, les
acompaña a paso lento, recorriendo tal vez con
el pensamiento los años lejanos de la infancia.
A veces llegan a un paso difícil, o a un arroyo*
seco, y en seguida grita uno: — Pawo pag’ogna bu
Daniel toghi — esperemos a Daniel. Y todos a
coro: — Daniel arégo mátto boe pegare woi, ko~
rorogoddüre:
corre, el camino está malo,
es muy resbaladizo. Viene, lo cogen por la mano
y lo pasan.
Por la noche, mientras se toma el fresco des
pués de cenar, le rodean diciéndole: — Cuénta
nos un cuento.
— ¿Cuál? ¿el del jaguar, el del tapiro?
— ¡Sí, sí! responden todos. Y se ponen a es
cuchar la narración, que, como es natural, va re
vestida de ideas supersticiosas. No raras veces,
al pedirle otra, responde el buen hombre: — Las
mías no son bonitas; las que nos contaba D.
Juan (el celoso misionero P. Bálzola) de Jesu
cristo y D. Bosco, aquellas, sí que eran bonitas.
Y la campana intem impe la interesante conver
sación.
De este indio se sirvió nuestro hermano el Dr.
D. Antonio Tonelli para hacer su colección de
cantos y lej’^endas indígenas. Hace ya más de
un año que lleva vida conventual, por decirlo
así, no deseando hablar más que de Jesús y Ma
ría, y de lo que nos espera en la otra vida. A v e
ces cuando habla confidencialmente con el mi
sionero y éste le pregunta si quiere ir al cielo,
responde con resolución:
— I kiari ure bó e roi, bó e goiddugi Jesús
gir’iti’aiddúre: No me gustan nada las palabras
ni los hechos de los hombres, sólo amo a Jesús.
Algunos días antes de recibir el bautismo se
presentó lleno de temores al Director de la co
lonia preguntando:
— P . Malán u tnodde kanna christ&o d'imi?
¿Me hará tal vez cristiano el P. Malán?
—
320
— jSí! le respondió; y se marchó más alegre
qtie unas pascuas, l'u é bautizado con aquellos
adultos en la solennidad que antes describí.
— Ahora pues, querido Daniel, eres cristiano;
Doppe se ha ido y Jesús está contigo, ¿no es ver
dad? le decía el In.s])Cctor, poniéndole la mano
izquierda sobre el hombro mientras el indio le
besaba la derecha.
— Christño nur'imi koddi au xa innoddu Jesu$ gir'iU'aiddme, respondió; yo cristiano, por
eso un Jesús como este yo querer — y señalaba
el Crucifijo que llevaba sobre el pecho el misio
nero. Ivl Padre le aseguró que no lo olvidaría a
la vuelta.
Otro individuo de estatura mediana, con el
¡lelo cortado a uso de los indígenas, la mirada
sospechosa y penetrante, ocupado en los que
haceres de la casa, parecía que quería ha
blar al Superior cuando pasaba. Este lo v i yó
con riña mirada risueña y paternal lo animó a
hablar.
Era uno de los primeros que vinieron a estalúccerse en la Colonia; de cuando en cuando, con
su conducta salvaje e insoportable, había hecho
I>asar m alos'ratos a los misioneros. Siendo el
único en aquel tiemix) que vivía con dos mujeres,
el r . Malán le había avisado amigal.úemente
que dejara su mala conducta y se portase bien
pues estaba con los misioneros. Parece que se
conmovió; pero después de algunos meses, vol
vió a las andadas portándose peor que antes.
Amenazó con la muerte a una de sus compa
ñeras la cual acudió a los misioneros y a las her
manas, l'ué, pues, necesario para conservar el as
cendiente necesario sobre los indios, comunicar al
capitán, que dados los antecedentes y lo que aca
baba de suceder, no se admitiría este indio al
trabajo común hasta mieva orden.
E n vez de enmendarse, cuando no encon
traba animales salvajes que cazar, lanzaba la
flecha sobre una de nuestras reses; y cogiendo de
ella una buena parte, dejaba lo demás para sus
amigos qxie iban a dar cuenta de ella lo más
])ronto que podían, líntre tanto, por medio de
las indias que ibai\ todos los días a la casa de las
Henuauas, de vez en cuando hacía llegar sus la
mentos. lágrimas de cocodrilo y falsas promesas
a su infeliz compañera, que iwr fin cedió y vol
vió a leuniríO él. Pero la primera semana ya
anduvo mal, y al tenniiiar la segunda dos dedos
de tierra cubrían ya su cadáver.
El pérfido había salido de caza y volvió al
anochecer trayendo carue de buey. A l verla la
mujer le d ijo :
— ¡Cómol ¿los otros vuelven con carne de ta
piro, cerdo o jaguar y tú sólo con carne de buey
y ternero?
No hubiera pronunciado tales palabras.
—
Como un tigre se avalanza sobre ella; tira al
suelo la criaturita que tenía en brazos, le da tres
puñaladas en el cuello y huye. Avisan al misio
nero que llegó a tiempo para bautizarla in ariiciiio mortis, y a la pobre infeliz muere poco
después.
E l asesino, desesperado, huyó con la otra, va
gando de una a otra parte presa de crueles re
mordimientos. E l misionero se mostró a los cajñtanes muy disgustado y desaprobó un acto tan
bárbaro. Estos dieron cuenta de ello a los indios,
de lo cual el criminal se enteró cuando venía de
noche a indagar lo que pensaba de él el Padre.
En el interno de la floresta y a pocas leguas
de la Colonia se encuentra una choza. Allí lle
van los misioneros a los niños indios a pasar al
gunos días para darles el solaz que su edad re
quiere. Cerca de aquel lugar se refugiaba el ase
sino, y al clamoreo ensordecedor de la alegre
compañía se daba a la fuga, temiendo que fueran
gendarmes que le buscaban.
. E l buen Padre, que a pesar de todo le quería '
y lo había encomendado al Señor para que no
muriera en aquel estado, y que sólo para que los
otros se dieran cuenta de la enormidad del delito
persistía en su resentimiento, permitió por fin des
pués de un año, que se le acercase en aquella
choza; luego ordenó que fueran generosos con él,
dándole de nuevo víveres, para que entendiera
que de él se esperaba sólo la enmienda.
E n año después, la muerte le arrebató el único
hijo que tenía y vino a la Colonia para cele
brar las ceremonias fúnebres. Dos años de tal
castigo perecían suficientes; pero no fué ad
mitido a trabajar con los demás sino después
de haber pasado otro año aún, y esto casi por
amnistía en ocasión de la venida del Inspector
al cual le hemos visto dirigir la palabra.
Y ahora ¿qué quería?
Hacer sus promesas de ser bueno y pedir que
le admitiera entre el número de los arrieros
que llevan las mercancías de Cuyabá a las Co
lonias. E l Inspector le dio esperanzas.
Después de los cordiales saludos de costum
bre, el P. Malán partió para el Sa-ngradouro o
colonia de S. José, donde el día de la Asun
ción se inauguraba la Residencia de las Hijas
de María Auxiliadora, que empezaban a tra
bajar en el nuévo campo de las misiones.
Legitimó por vez primera en aquella colonia un
matrimonio, los contrayentes eran Francisco
Ukekigori y Rita Okogheho, ambos jóvenes que
cuando completen su instrucción religiosa da
rán buenos resultados.
Desde allí, cabalgando algunos días, llegó
a la nueva colonia indígena de Palmciras. Tres
meses antes había encontrado allí dos familias,
y ahora eran j'a unos cincuenta los que habían
— Í2I —
ido a vivir a la Colonia. No les agradaba, se
gún decían, la noticia que se iba esparciendo de
que se quería recoger a todos los indios en varios
puntos coloniales bajo dirección laica; que ellos
no querían de ningún modo someterse a esta
medida y por esto no habían ido a la ciu
dad a recibir donativos de la Dirección, para no
quedar obligados a n a d a ; y si venían a Palmeiras, era para quedarse a trabajar en el campo
V ganar vestidos para cubrirse. Dada la escasez
de personal no se les quería recibir; pero, ya que
el Señor nos los mandaba, se recibieron con al
gunas condiciones que la mayor parte aceptó
espontáneamente.
hasta ayer estuvieron sumergidas en las som
bras de la muerte.
Bendiga también a esta misión tan querida
de su corazón y con ella a este su
Afmo. hijo in Corde Jesn
J osé M. P essin .\, Acólito.
COLOC.4CIÓN DE LA P PIEDRA
DEL TEMPLO DE MARIA AUXILIADOR.V
en Cuyabá (Matto Grosso, lirnsil).
Sobre la amena colina del Lyccu Salcsiauo el
24 de mayo se colocó la primera ])iodra dol san-
La VI reunión de los Directores Diocesanos.
El mismo día recibieron el sacramento rege
nerador algunas criaturitas de las familias que
habían llegado.
Los pocos que no creyeron conveniente obli
garse, partieron pasados algunos días. Y así,
veneradísimo P ad re, hemos llegado ai fin
de esta larga carta. Mas antes de terminar,
ruego a V . en nombre de los superiores y her
manos de la misión, que dé las gracias de nues
tra parte a nuestros amados bienhechores y
distinguidas bienhechoras y a todos los que se
interesan por nuestra misión. Sabemos que la
m ira TI con mucha simpatía; pues bien, muestren
esta simpatía sobre todo con oraciones para
obtener la fecundidad de la fe en estas tierras que
tuario, del cual hemos hablado en el número
anterior.
E l Arzobispo Mons. Carlos d’Amour y el
Exmo. Dr. D. Joaquín Augusto D a Costa Mar
qués, benemérito Presidente del Estado, acom
pañados por otras autoridades y mucha gente
de la población, se dirigieron procesionalmente
hada el lugar de la ceremonia.
Iban delante con sus flamantes estandartes
los sodos de la Compañía de S. Luis, los niños
del Oratorio festivo, los alumnos internos y
externos del Instituto Salesiano de S. Gonzal >,
los aprendices de la Escuela Agrícola de S. An
tonio de Coxipó da Ponte y por último los vein
ticuatro bororos, también con uniforme, que fue-
— A22 —
ron los primeros obreros del templo. Venía des
pués el Exmo. Sr. Aizobispo con hábitos potificales, asistido por el Ispector. P. Malán y el
Misionero P. Bálzola; le acompañaban procesio
nalmente Mons. Benito Severiano da Luz, el
Provincial de los Franciscanos, el Rector del
Seminario y el Redactor de la Cruz; seguía el
Exmo. Presidente del listado con su digna con
sorte entre los Exraos. Dr. D. Manuel Paes d'Oliveira y D. Joaquín de Costa Marqués, Secretarios
del Estado, el Coronel Correa da Costa, el Pre
sidente del Tribunal, el Intendente general del
Municipio, el Juez Federal, el Procurador Ge
neral del Estado, el J uez de derecho de la Capi
tal, el Cónsul de Italia y otros ilustres personajes.
El área del futuro santuario estaba adornada
con banderas y hojas de palmas artísticamente
colocadas al rededor. En el sitio del altar mayor
se había colocado una cruz ante la cual se abría
una fosa para recibir la piedra bendecida.
Terminadas las ceremonias de rúbrica, el
Director del Colegio de S. Gonzalo leyó el acta
de la ceremonia que firmaron todas las autori
dades. y el Arzobispo celebrante, con ayuda de
los asistentes y de dos robustos bororos, colocó
la ¡)iedra en la fosa preparada.
Luego se preparó sobre ella un altar donde el
P. Malán, celebró la Sta. Misa, con asistencia
pontifical del Arzobispo y ayudado por dos in
dios. La Schola cantorum ejecutó el Tola -pulchra
del M.° Lorenzo Perosi y el Dr. D. Francisco
d’Aquino Correa en un elegante discurso trazó
a grandes rasgos la historia de la devoción a
María Sma. en el Estado de Matto Grosso, invo
cando las bendiciones de Dios sobre' el edificio
incipiente. Al momento de la elevación, mientras
las banderas se inclinaban con todos los asisten
tes para adorar a Jesús Sacramentado, la mú
sica del Lyceu entonó el himno nacional en ho
menaje al Rey de los reyes, que tiene en sus ma
nos los destinos de las naciones.
E l santuario tendrá 36 metros de largo por 16
de ancho. Los trabajos realizados en un mes por
los 24 bororos causaron la admiración de todos
los que presenciaron la ceremonia.
Una nueva 6apiUa.
En Punta-Arenas — escribe E l Amigo de la
familia - se ha inaugurado una nueva capilla
dedicada a la Inmaculada Concepción. Presidió
la ceremonia el Gobernador Eclesiástico D.
Héctor Salaberry, que dirigió a los fieles una ca
lurosa invitación a apreciar las grandezas del
templo católico y a aprovecharse de la nueva
capilla para cumplir sus deberes religiosos. Si
guió la misa solemne cantada por los alumnos
del Colegio de San José.
Antes y después de la ceremonia prestó ser
vicio de honor la banda del mismo instituto.
L a nueva capilla es otra prueba del celo con
que nuestros hermanos cumplen su misión en
aquella populosa ciudad.
Cira iniiiíin de 6 meses en la Pata^oiiia.
E l Misionero D. Domingo Milanesio escribe
al P. Albera con fecha del i de mayo.
« Mis fatigas en estos últimos meses fueron
consagradas con preferencia al bien de los indí
genas que son más numerosos de lo que algunos
creen.
El siguiente cuadro dice cuánto bien podría
hacerse visitándolos un poco más a menudo.
Y o visité cerca de 2000 y me parece que no son
ni la décima parte de los que viven en los terri
torios del Sur de la República. Los 373 sermones
o pláticas (parte en castellano y parte en len
gua indígena) de media hora cada una, explican
elocuentemente cuánto hay que sudar aún para
someterlos, con la gracia de D ios, al suave
yugo de la fe. El cuadro representa tres cam
pañas distintas y cada una comprende vavarias misiones predicadas en puntos diversos.
La primera tuvo lugar en Toldos Barranjos
y Olascoaga en la provincia de Buenos A ires;
La segimda en el Neiiquén Capital, en Cipoldti, en Allem y en otros puntos circunvecinos
del Territorio del Neuquén.
La tercera en Huecu, Loncapé, Las Lajas,
también en el Territorio del Neuquén.
K.V TOLDOS
RniitisitnQS . . .
Cnrirmacion«s
C onfesiones . .
C om uniones . .
M atrim o n io s. .
t’ láticas . . . .
(Cm u.recorridos
33 113 d e indios
270
id.
2Kq
id.
264
id.
>4 de indios
167
1500 en tren
Kt• NKlIgEN
B.S HBUCU
51 J 12 de indios i n 314 d ■ Indi
id.
6
(le blan< '
«50
16 4 II2 d e indii
n i 114 id.
id.
i«4
id.
>14
4
id1
id.
100
165
750 en vehículo 480 a caballo
Total: Bautismos 200 — Confirmaciones 426
- Confesiones 504 — Comuniones 532 — Ma
trimonios 19 — Pláticas 373 — Kilómetros re
corridos 2730.
T'
Ooooo®
*oooo'oO
EL CULTO
de Noria Auxiliadora
Nós teneoos la persuasión de que, ea las vicislindes dolorosas de los licmpos
que atravesamos, no nos quedan mds consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protecc.óu de la Virieo iMndlla, que fui ea lodo llempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio X.
Ik
3.^
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
G elves (Sexólla).— Cayó enferma de meningitis
la niña Encamación Calado Garda, y era tal la
!^;ravedad, que el médico que la visitaba se retiró
de una visita, con el convencimiento de que la enlennita no podía durar más de media hora.
Entró en esto una vecina acompañada de un
hijo suyo, llamado Manuel de los Reyes, de 4 años
tle edad a hacemos una visita ; y el niño, inspir.ido seguramente por el cielo, dijo a su madre:
.Mamá, ¿porqiié non pones a Encamación una
medalla y una estampa de María Auxiliadora?
Hízose al momento lo que el angelito había
sugerido, y la niña se fué tranquilizando hasta
'[uedar donnida.
Al despertar empezó a abrir poco a poco los
ojos, que tenía cerrados desde hacia más de 20
•lias; inicióse al momento la mejoría, y, contra las
predicciones de los que aseguraban que la niña
quedaría sorda o muda, la enferma está hoy com
pletamente curada, como si nunca hubiese tenido
molestia alguna.
Sus agradecidos padres
Marzo de 1912.
A n t o n io C a l a d o y D o l o r e s G a r c í a .
S ig s ig (Ecuador). — E l 6 del presente mes fu*
llamado para administrar el Sto. \Tático a una
enfemia e Cucliil, anejo que dista una legua
de esta población. Sin pérdida de tiempo monté
a caballo y me dirigí a la casa de la enferma, la
cual atacada por un fuerte delirio se negaba a re
cibir el Sto. Viático. E n tan tristes circunstancias
inxdté a todos los circunstantes para que me acom
pañaran en el rezo de tres avemarias con la jacu
latoria « María Auxilio de los cristianos, ruega por
nosotros > y di a la enferma la bendición de María
Auxiliadora. Después de estas breves p ica ría s,
pregunté de nuevo a la enferma si quería recibir el
Sto. Viatico; y ¡oh prodigio! con toda la lucidez de
su mente y con no menor maravilla de los presen
i
O
J
tes, me responde: « Ari faita Padre* si.Rdo. Padre.
Y le administré el Sto. Viático, que recibió con
gran reverencia y fervor.
Hago público este favor porque asi se lo pro
metí a María Auxiliadora y para que tocios las
que se encuentren en alguna necesidad, la invo
quen con fe y confianza, seguros de que no la in
vocarán en vano.
Agosto de 1912.
Ju.AN M. G i n e r , ' S. S.
Q uito (Ecuador). — Habiendo padecido un año
ima penosa enfermedad, con complicaciones en el
estómago, tuve en diciembre del año próximo pa
sado una crisis que me hizo perder toda esperanza
de recobrar la salud perdida. Sumido en la más
honda tristeza, viéndome con todas las energías
de la vida a los veinte y seis años y postrado, su
fría horriblemente en compañía de mi madre; y ésta
rogaba a Dios Nuestro Señor por su hijo, sin atre
verse a decinne temiinamente que hiciera yo lo
mismo porejue hacia tres años {pie vivía descui
dado en las prácticas cristianas. Un dia en (¡ue
acababa de levantanne de la cama, habían recibido
en casa unos papelitas en que el R. P. Ruis Colombo suplicaba a la piedad de los católicos con
tribuyeran con ladrillos para la terminación de la
cúpula de la Capilla de la Tola. Entró mi madre y
me dijo mostrándome el papel para que lo leyera:
Ofrece algo a María Auxiliadora. Inspirado por una
gracia especial lei el papelito y espontáneamente
ofrecí a la Stma. Virgen una limosna para su igle
sia y hacerle una novena de misas en esa iglesia mis
ma confesando y comulgando el últhno día, a cam
bio de que Ella me diera la salud. ¡Oh prodigio
sorprendente! El mal desaparece con el remedio
más sencillo, después de haber hecho uso de los
más enérgicos y prolongados tratamientos. Llevo
nue^'e meses de la salud más completa y vivo alegre
frecuentando los Sacramentos, que es otra de las
•;'.acias hechas por mi amada. Madre Auxilia
dora; pues no sólo me dió salud, sino que me mostró
también el camino má.s s^ u ro para llegar al cielo.
— 324 —
Para no olvidar ni un solo momento los favo
res recibidos de la Stina Virgen del Vble. Don Bosco.
visito todos los 24 de cada mes su santuario de La
Tola y soy coperador salesiano.
A l escribir estas líneas quisiera que cada pala
bra mía llevase a los lectores del Boletín Salesiano
la fe, y la confianza (jue tengo en tan bondadosa
Miwlre, para que todos amemos a la que es seguro
refugio de desgraciados, salud de los enfermos y
puerta de la gloria.
Agonto de 1912.
Un favorecido de María Sma. Auxiliadora.
A lc a lá de G u a d a ira (Sevilla). — Kn Abril del
l)resente año mis hijos Antonio y María Auxilia
dora cayeron gravemente enfermos de coqueluche,
sobreviniendo a ambos como comijlicación la
bronco-pneumonía doble infecciosa, con fiebres altisiiuius de 41’ 5® (pie poniau sus vidas en inmi
nente peligro.
Durante cincuenta y dos días consecutivos estu
vieron amenazados de segura asfixia, con los pul
mones enteramente hqiatizados, extrañándose los
médicos tpie este alannante estado se jirolong ir i
tanto. \'iendo ya en este hecho la intervención
del cielo, nos dirigimos a María Auxiliadora em
pezándole una novena; y al terminar el ])rinier día
bajó la fiebre a 38®, cosa que mmea pudimos con
seguir con las biuios ni con los más enérgicos desfeivecentes. A medida que se acercaba el término,
los pulmones se iban haciendo más permeables,
hasta que desapareciendo la fiebre por completo,
recobraron mis liijos la salud y hoy no les queda el
menor vestigio de tan terrible enfermedad.
Los médicos que los asistieron y yo que también
lo soy, declaramos que solo im milagro ha podido
salvar de ima muerte segura a mis queridos enfermitos, y así deseo que conste y se publique en d
Boletín Salesiano como su madre y yo lo teniamo ;
prometido.
iGracias, oh María Auxilio de los Cristianos!
Septiembre de 1912.
P a u l in o G arcx - D o n a s .
S e v illa . — jOh cuán grandes son las favores que
recibimos por mediación de nuestra Madre, María
Auxilio de las crístiimos!
Mi hija Sara fné atacada de meningitis que causo
en ella estragos, pues la dejó muda, medio cuerpo»
paralitico, y la vista completamente torcida. Vién
dola desahuciada de tres médicas, por ser mi
hija tan devota de María Auxiliadora, me enco
mendé a ella encendiéndole una mariposa delante
de su imagen, y el día de la \*irgen del Carmen em
pezó a mejorar; seguidamente se dijo una misa en
honor de la Sma. \’irgen y se empezó una novena.
Hoy está completamente bien y sin imperfección
algiuia.
Mil gracias a María Auxiliadora por el gran fa
vor concedido.
Sus agradecidos píulrcs.
Agusto de 1912.
Ju.\N R u b i o y T e r e s a M o r e n o .
U tr e r a (España). — Antonio Navarro Torres, de
35 años de edad, se hallaba gravemente enfermo
padeciendo calenturas infecciosas. Cuando se des
esperaba de salvarle, fué acogido por las Conferenci.as de S. \^icente de Paúl, que comenzaron a
socorrerle con diez bonos diarios de leche (5 litros)
sin que se consiguiera ninguna mejoría. E n tal es
tado, un miembro de las Conferencias, descolgando
de su cuello una medalla de María Auxiliadora, to
cada en los sepulcros del Venerable D. Bosco y de
D. Miguel Rúa, se la puso al enfermo. Se inició
desde entonces una rápida mejoría, el peligro des
apareció, y el enfenno que se creía incurable, ha
sanado.
E l médico que le asistía considera el caso como
una gracia de la Sma. Virgen. Más aún ha hecho
nuestra amantísima Madre. E l pobre sanado, ;\ntes que nadie le hablara de religión, ha m osln h
vehcnieutes deseos de visitar la iglesia de la \ irgen para darle gracias por sus favores. ¡Bendita mil
veces María Auxiliadora!
Mayo de 1912.
J. Rurz G u t i é r r e z
Tesorero de las Conferencias de
San Vicente de Paúl.
E n sen a d a (Argén.). — Estando enferma de pul
monía doble, desahuciada del médico, a punto
de dejar cuatro criaturas huérfanas, con el espaso
que acababa de curar de una enfermedad que du
rante cuarenta dias le había imposibilitado para
ganar el pan de la familia, nos volvimos, llenos .. ■
fe y de confianza, a la Auxiliadora de los cristiane»-',
rogándola me alcanzara la salud tan necessari i
para mis hijos.
Comenzamos todos juntos una novena a María
Auxiliadora con promesa de ir en peregrinación ;1
santuario de Luján, de publicar la gracia en el B.>letin Salesiano y enviarle una limosna según nues
tra posibilidad, si la Virgen me alcanzaba la sa
lud.
¡Oh bondad y poder de María Auxiliadora f
E l primer día de la novena desapareció el peligro;
comencé a mejorar y al volver el médico se llenó
de asombro al ver que, desaparecido todo peligro,
había entrado en convalecencia. Y ahora comple
tamente restablecida, doy gracias de lo intimo del
corazón a María Auxiliadora y conmigo teda mi
fíunilia, y cmuplo la promesa.
Septiembre de 191a.
R o s a C. d e P a r ís
P ie d ecu e rta . — E l 24 de ^ o sto del año próxinr*
pasado fui atacado por una grave enfenuedad re
conocida por los m éceos como fiebre amarilla. Kl
27 del mismo mes, la gravedad del terrible mal ha
bía progresado y a considerablemente y hallábame
en profunda postración, atacado por una insopor
table fatiga que me haiúa imposible conciliar el
sueño y tener un momento de sosiego. E l corazón
me palpitaba de manera violenta y un copiosí
simo sudor gastaba mis fuerzas, ocasionándome por
ello frecuentes \-aliidos; por último, im frío glaci U
se apoderó de mi desde los pies hasta la cintura,
y fueron vanos muchos remedios que se rae apli-
—
c;'Jon para corregir este enfriamiento, que ya al
dia sigmente, o sea el 28, se me presentó con insen
sibilidad en los pies, y avanzó hasta los brazos,
lín tal estado, invoqué a María Santísima, en su
r.dvocación conocida con el gráfico dictado de Ma
na Auxiliadora, demandando mi curación, pro
metiéndole publicar esta gracia en el Boletín Salesiano y suscribirme a él. E sta misericordiosa intercesora fué tan propicia a mis fervientes votos,
que en la mañana del 29 el estado de mi enferme
dad dejaba concebir fundadas esperanzas de resta
blecimiento. B e la tarde de este día en adelante, la
reposición fué en progreso hasta que se obtuvo mi
completa curación. Ante esta singular gracia al-
—
gracia, ñas harianias cooperadores, daríamos una
limosna para la capilla de María Auxiliadora de la
Tola y la publicariamos en el Boletín Salesiano.
\’ino el R. P. Luis Colombo a celebrar la novena
de misas; y amique encontró al enfenno en muy
mal estado, nos exhortó a confiar en María A\ixiliadora. E l enfermo iba de mal en peor y las mé
dicos llegaran a decir que no había remedio |>a>ible, pues la ciencia harria j’a agotado tor causiis politiciw, me cnbargarou c;\si todas las biene.s que
tenia en caSvi; del campo, no podía cog.'r nada, todo
c.'.tabu en ixxlcr de l;i justicia: me encontraba con
l ineo hijas el mayor de 17 años sin más amparo
que la Ihovideucia y el corto jornal qtte lo daban a
mi hijo. Kti tan triste situación acudi a María A u
xiliadora. haciéndole varias novenas, yprometiendo
celebrar una misa en su altar y publicar la gracia
en el Boletín Salesiano, si mi espaso podía regresar
pronto.
Sma, \'irgcn me ha concedido más de lo
que le ixxlia, pue^ tengo a mi cs^kíso en ccjí:\. Ubre de
todo y me han deAuielto todas los bienes que me ha
bían retenido. Gracias mil a las buenas Hermanas
salesianas que a ellas se lo encargué y a la Virgen
([ue tienen en su Oratorio que a ella se lo pedí.
¡Eterna será nuestra gratitud para cont^o, oh
Virgen bendita y a todos narraremos tus miseri
cordias! Continúa tú derramando sobre nosotros
tus favores.
Agradecida cumplo mi promesa.
Setiembre de 1912.
M.ANUELA R ubio .
M adrid. — Hallándose gravemente enfermo un
antiguo servidor de nuestra familia, deseábamos
\ ivamente recibiese los santos sacramentos; ne
gábase sin embargo a ello su mujer temiendo se
asustase; todas las reflexiones y ruegos eran inú
tiles y no con.sentía que nadie hablase de esto .a su
marido. No sabiendo qué hacer y temiendo muriese
de un momento a otro, recurrimas a la que es Au
xilio de los cristianos ofreciendo publicar la gracia
cu el Boletín si se conseguía. Llevamos una medalla
de María Auxiliadora r.l enfermo y al poco tiempo
cedió su mujer, dejando se hablase a su marido de
r^'cibir los sacramentos, a lo cual él accedió gustoso
recibiendo con devoción el santo Viático.
Mejoró bastante después, no muriendo hasta
r.u mes más tarde con lo cual nadie de su familia
]v,ido atribuir su muerte a la impresión que le hu1 iess ca'.tsado el recibir los Sacramentos.
Sumamente agradecida a María Auxiliadora,
cmnplo mi promesa dándole, además gracias por
otros muchos favores espirituales y temporales ob
tenidos mediante su poderosa intercesión.
Agosto de 1912.
R. SÁNCHEZ B lanco .
Cooperadora Salcsiana.
Dan también gracias a María Auxiliadora y envían so
limosna:
Acoyapa (Nicaragua). — Angela de Layo, por
haberla proporcionado la cantidad suficiente para
.saii.sfacer un pago urgente y por haberla sacado
l)ien de un aliimbramieiuo, y envía una limosna.
— IJ.: María Eusebia Layo, por haber salvado en
la guerra a su paj)á y a su tio. y envia una limosna.
— lil.: Una devota, por haber devuelto la salud á
-•roporcioiiado la manera de
pagar una deuda y por la salud de su hija. — Id.:
Laureano Jiménez, por haber salvado a su liermana
de una enfermetlati, que la puso en peligro de muerte
y envia lina limosna.
Alcalá de Guadaira (Sevilla). — Manuel Gutié
rrez. por liaberle librado de una grave enfermedad
cuando sii trabajo era más necesario á la familia.
Bahía Blanca (Argentina). — \’ irginia Borettini,
por haberla librado de una grave epilepsia.
Barranquilla (Colombia). — ^famleIa Conde, por
haber devuelto la salud á su madre. — Id.: Fer
mina M. de Arango, por grandes favores. _ Id.:
Manuela Albanz. por dos curaciones. — Id.: Jo.sé
L'.mip Rodamillaus. por haberle librado tres veces
del peligro de muerte en que se vió a causa de
terribles enfermedades.
Bluefields (Nicaragua). — Tomasa V . de Sánchez,
por haberla curado un ojo y por otros favores.
m
— 327 —
Bogotá (Colombia). — Ana de Leal, por haberla
librado de una grave enfermedad , y envia su li
mosna.
Bucaramaga (Col.). — Sofía Oimacho y otra Sra.,
por muchos favores.
Cali (Col.). — María Francisca Hoffnian, por va
rias gracias, y envía ptas. 160. — Id..- Zoila Vergara y Francisca HolTman, por varios favores. —
/d.: Natalia Zea V . de Sánchez, por varios favores.
— /d.: Judit G. de Zamoramo,por varios favores,
- Id.: Ramón Núñez, por un favor y envía 1000
pesos de limosna. — Id.: Una sierva de María A u
xiliadora, por dos favores y envia 400 pesos de
limosna. — Id.: Dainiana Gómez V . de Ibarra, porliaber librado a su hijo de una enfermedad peli
grosa y manda roo pesos de limosna. — Id.: Una
devota, por haberle devuelto la salud y haber cu
rado a su hija de una congestión cerebral, y manda
100 pesos de limosna.
Córdoba (Fspaña). — Concepción González, V.
ele Ortiz, por haberle librado de unos dolores agu
dos para los cuales la ciencia no-tenia remedio y
por otras gracias de importancia.
Córdoba (Rep. Arg.). — Herminia de Ochoa,
por una gracia.
Comalapa (Nicaragua). — Leocadio González, por
varios favores y envia ptas. 10 de limosna.
Diriamba (Nic.). — Estéfana Gutiérrez, por ha
berle devuelto la salud.
El Almendro — Juan Almanga, por un favor y
manda 4 ptas. de limosna.
Fomeque (Col.). — Carmen R. de Atalora, por
haberla librado de una enfermedad en un ojo sin
necesidad de operación y por haber curado a un
hijo suyo epiléptico de nacimiento y por otros fa
vores.
Gerona (España). — María D. M., por haber de
vuelto la libertad y la fortuna a un individuo de
'iu familia que estaba a punto de perderlas por
calumnias de un mal compañero. — Id .:l. P., por
haber resuelto favorablemente un asunto de familia
importantisimo.
Giran (Colombia). — Ana Paula Valdivieso, Isa
bel Valdivieso. O. y P. M., Catalina Garcia de
l'rada y .Alejandro Arenas, por grandes favores.
Granada .(Nic.). — .Ana Navarro, por un favor.
-- /(/..• Lola Navarro, por haber devuelto la salud
a su hermana Anita desahuciada de los médicos
y por otros favores. — Id.: Herminia Castillo, por
haberla curado de! trancazo, — Id.: Sastenm de
Bermúdez, por haberla sacado bien de varias difi
cultades. — Id.: Una devota , por una gracia y
envia 5 ptas. — Catalina C . de López, por una
gracia y manda 1 ptas. — Id.: Un devoto, por un
favor y da ptas. 2 de limosna.
Yamundi (CoL). — Felisa Caicedo, por la cura
ción de una grave enfermedad de su hermana Re
medios y envia 50 pesos. — Id.: Sixto Vega, por
haberle devuelto la salud. — Id.: Felisa Caicedo,
por haber curado a su hermana enferma de hidrol>esia.
Jinotepe (Nicar.). — Angela P. de Alegría, por
una gracia, y envía una limosna. — /residído por S. ICxcia. Mons.
Tomús llrossau, obi.spo titular de Cesárea.
I'U l'-mmo. Card. Agliardi que deseaba asistir
al certamen y que los niños e.speraban con ausietlad, tuvo (jue desistir ])or habérselo impedido
asuntos de urgencia que reclamaban su presencia
en Roma.
Después del canto del himno salesiano, el di
rector del oratorio expuso en breves palabras la
importancia y ventajas del certamen y celebró la
buud.id de S. S. Pió X , el Pontífice del catecismo,
luc por Jlons. Preasan había mandado una her
mosa medalla para premiar al emperador.
Diúse principio al certamen y los alumnos em
pezaron a responder con seguridad y precisión
tan adjnirables (pie solamente tres quedaron fuera
de combate en la primera pnieba. lín la segunda
ya más difícil, fue decl.",rado emperador el alumno
Remigio Belardi; primer príncipe, Víctor Napoleoni, y .segmudo principe, F n ’.ncisco Cartacci. K 1
jiiiblico (jue llenaba el sak'm siguió con grande en
tusiasmo la marciia del certamen y el m'smo Pre1 ido no dejaba de expresar su admiración y con
tento, Da ceremonia de la coronación dsl empera
dor y la distribuciihi de los premios resultaron muy
bien, ya por la solemnidad del acto como por el en
tusijismo dcl público demostrado con sus frenétic -s
aplausos.
A los fpic ganaron los tres primeros premio i se
Ies u-galó, como es costumbre, libretas de ah >rro
ilebid,-.B a l;is ofrendas de amigos y bienhechore i geuero.sos del Oratorio.
J/U hermasa fiesta, que dejó en todas g 'atas
impressiones, fué amenizada con escogidas co npo.'iieiones nuisicales y un cuadro dramático muy bien
representado.
MATARÓ (Barcelona). — En nuestro colegio