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LIB R ER ÍA EDITORA INTERN ACIO NAL DE LA S. A. I. D. BUO NA STAM PA
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1

T O R I N O — C o r s o R e g i n a M a r g h e r it a 174-176 — T O R I N O

NIÑO A HOMBRE

P S E P H R .C K A B Y 5 . J.

Traducido directamente de la 3* Edición inglesa por R o d o l f o F ie r r o T o r r e s , Salesiana
Volumen de 300 páginas
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Pías. 3 —
P o b lic a c lo n e s r e c ie n te s

T H E O L O G IA E M O R A L IS S IN O P S IS
Auctore PETRO RACCA
^rchid/cBcesif Taur/neits/s Sacerdog S acras Thsohgiae Daciors,

B r e v e o p u s ex sapientissimis scriptofibus in Re Moral! eductura et ad normam n o v i
C o d i c i s J u r i s C a n o n l c i exaratum. — Vol. ( 2 0 x 1 3 )
i6®, casi .600 págs. Ptas. 12,50

DE CENSURIS «LA T A E SE N T E N T IA E
QUAE IN e o D i e e j u r i s eaN O N iei c o n t i n e n t u r c o m m e n t a r i o l u m d i g e s s i t
JOHANNES CAVIGIOLE - Archipresbyter S. Maurltii a Clivo

Hermoso volumen en 16* páginas 164

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Ptas. 3 75

NOVUm JESU CHRÍSTI TESTHMENTUM
Vulgatae Editionis iuxta exemplar Vaticanum cum appendix
Volumen manual ( 1 3 x 8 ) impreso en finísimo papel opaco,' contorno encarnado en todas 1m
, páginas. Págs. xvi-800. Encuadernación en tela negra, corte ^encarnado
. Ptas. 6 —
Encuadernación en tela negra, corte dorado
.
. ' .
.
»
7 5C
B E C H IS Sac. M ICH A E L

•eu totius Sacrae ’Scripturae

concordantiae iuxta vulgatae editionis exemplar Sixti V P. M
iussu recognitum et Clementis VIH auctoritatae edituin praeter alphabeticum ordinem in
grammaiicaU 'redactar, — Dos grandes tomos en 4, de más de 200 páginas Ptas. 14 —
M A ZZE L LA Mons. O RAZIO
{a r z o b i s p o d s t a r b m t o )

PRAELECTIONES SCH0LASTIC0=D0QMAT1CAE
B revlorl c u rs u i a c c o m o d a te
Cuatro tomos en 8* mayor
Volumen
Volumen
Volumen
Volumen

Ptas. 25.

I complectens Tractatus de vera Reilgione, de Scrfptura, do Traditione, de Ecclesla ChristI Ptas. 6,as
II complectens Tractatus de Oeo uno ac trino et de Deo c r e a n te ............................... > 6,as
III complectens Tractatus de Verbo incarnato, de Gratía Christi et de Virtutibus infusis » 6,35
IV complectens Tractatus de Sacramentls et do N o v l s s i m l s .................................... » 6,ac

A d v e r te n c ia s * —
Todas estas ediciones se hallan sólo en la Sociedad E ditora later*
macioaal para ia d ifu sió n de ¡a B uena Preasat C orso R egina M argberita 174^176,
T a r í n
(fta lia ), a la cual deben dingirse los pedidos acompañados de su importe. •— E l precio
del franqueo está calculado para cada volumen. — Se hacen rebajas tansolo para los grandes
pedidos. Los gastos de envió son a cuenta del comprador. — Las rebajas son sobre e l precio dei
Hbro, no sobre e l franqueo. — D e la rebaja dis/ruian los Seminarios, Colegios, Institutos.

Marzo de 192c

AÑO X X X V -N . 3

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52.
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Boletín§ak$iano

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0

Turín — V ia Goííolengo N.

SUMARIO. — N uestros próxim os Congresos . . .
07
Obra Salesiana en V en ezu ela
. '.................................09
Exposición D idáclico-Profesional de la O bra d e Don
Bosco en la A rgen tin a M e r i d io n a l................................70
En torno del M onumento d e Don Bosco -. . . . 7 2
De NUESTRAS m i s i o n e s : K u an g-T u n g (Cbina). (Apuntes y notas d el P. G a r e l l i ) .................................73
— Río N egro (Brasil): Excursiones apostólicas a lo
largo de los afluentes d el Rio N egro (Relaciones .
de Mons. G iordano, Pref. A p .l, I I ............................78
Ecos de la P a t a g o n ia ......................................................81
Flores de nuestro j a r t i í h ......................................................82

^

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Tesoro e s p i n t i i n l ...................................................................... 85
C u l t o d e M a r í a A u x i l i a d o r a : Buenos Aires, V i-

llalon ga, V illa C o l ó n ........................................................... 86
G racias de M aría A u x i l i a d o r a ...........................................87
G racias del V e n . J. B o s c o ................................................ 9®
Por Dom ingo S a v i o ................................................................9*
A uras d el T i b i d a b o ................................................................ 9*
De los C olegios de las H ijas de M aría A uxiliadora
9a
L os Oratorios F estivos ........................................................... 93
P o r e l m u n d o s a l k s i a n o : América: M orelia, Sta.
A n a, M endoza, Bahía Blanca
94
N e c r o l o g í a : ................................................................................ 95

NUESTROS PRÓXIMOS CONGRESOS
—= x a T e m a s

y C o n c lu s io n e s

Segundo Congreso Internacional
de Exalum nos Salesianos.
La Comisión organizadora del Congreso ba
estudiado detenidamente los dos importantísimos
temas que se han de proponer a la deliberación
del mismo. Uno de ellos versará sobre la organi­
zación deñnitiva de la Federación Internacional
de los Exalumnos. E l otro se dedicará a estudiar
las empresas a que deberá poner manos cada uno
de los círculos por sí y la Asociación en general,
en consonancia con las actuales necesidades de
la sociedad.
T e m a I. — Organización definitiva de la FedeTacion Iníemacioyial de Exalumnos Salesianos. —
Este punto fué ya estudiado de primera intención
por el Congreso anterior, del que es fruto la orga­
nización actual: ahora se introducirán en ella las
modificaciones aconsejadas por nueve años de
experiencia.
El II® C o n g r e s o I n t e r n a c i o n a l de Esalunnos
Saiesi.mos.
a)
Considerando que desde la celebración del
anterior Congreso acá han nacido muchos nuevos
Centros locales y Federaciones Nacionales, al
paso que no pocos de los ya existentes han aumen­
tado notablemente el número de sus socios e in­
tensificado su acción;

b) que lo mismo los Centros nuevamente apare­
cidos que los que se han robustecido y ampliado,
han menester de un más frecuente y eficaz im­
pulso directivo de parte de un centro regulador,
como es cabalmente la Federación Intcrnacicmal.
c) que tal impulso directivo será tanto más
seguro cuanlü .s-a mayor la conexión y enlace que
corra entre el Centro regulador de la federación
Internacional y sus Centros menores, por una
parte, y la Dirección suprema de los Salesianos
y las demás Direcciones inspectoriales y de cada
Casa en particular, jxjr otra;
PROPONE:
I® Que los Centros o Uniones locales, consti­
tuyan una Unión o Federación regional, siguiendo
a ser posible, la circimscripción de las Inspectorías
salesianas; a su vez las Uniones regionales formen
npa Asociación Nadotial: y las Asociaciones Na­
cionales se reúnan en una grande Federación In­
ternacional.
2° Las Juntas de los Centros o Uniones locales,
elegidas según los estatutos peculiares de
cada una.
Los Consejos R ^ o n a le s fórmanlos los presi­
dente? de cada una de las locales, regidos por una
Junta directiva formada a) de tres vocales, elegidos
por los Presidentes mencionados; b) de otros dos



68



vocales nombrados por el Sr. Inspector y c) un sa­ de los alumnos a sus Superiores y de la unión y
amor fraterno de los condiscípulos entre sí;
cerdote salesiano, que represente al Sr. Inspector.
b)
que estos lazos de unión entre los Exalumnos
Tx)S nüeinbros de esta junta directiva eligen a su
pueden y deben mantenerse fuertes e irrompibles
presidente.
I-ll Consejo Nacional constitúyenlo los Presi­ a pesar de las cuotidianas emulaciones de la vida;
dentes Regionales y los i^res. Inspectores y los
R E SU E LVE :,
]c|ue los representen.

c^ue
cada
Ceiitro
adopte aquellas formas de
Al frente de la Federación Internacional habrá
actividad que mejor convengan y se acomoden a
una Junta de cinco uiieinbros, residentes en Turín;
tre.s de tales iniembros serán elcg’dos ix>r el Rector. sus fines y origen, a las corrientes locales, a los
Mayor de la Pía vSociedad Salesiana y los dos medios de que disponga y a las necesidades que.
se dejen sentir;
restantes por el Congreso Internacional. líl Rector
2® que cada Centro se projxsnga y procure con
Mayor e.stará representado en la Junta de la Fe­
especial empeño promover y fomentar, a más de
deración Internacional por un sacerdote salesiano.
la instrucción, la educación popular, conforme
IX5S miembros de esta Junta eligen a su presidente.
a las necesidades' actuales y al espíritu de Don
30 Los cargos de los Con.sejos regionales, nacioRosco.
naics e inteniacionales ’caclucan a los tres años:
]>ero vsus miembros pueden ser reelegidos.
.^0 i^ s Presidentes de las Juntas Regionales
Segundo Congreso Internacional
y Nacionales, sin perjuicio de la autonomía de
de E xalum nas de las Hijas de
«•ada uno de los Centros locales o regionales, tie­
nen el particular encargo de ]>romover y fomentar
M aría Auxiliadora.
el espíritu de hermandad y coinpañerismo entre
T ema I. — Después de ratificar el carácter pe­
los Uxalumnds. valiéndose de reuniones, publi­
caciones pci-iódicas o extraordinarios y propo­ culiar y destintivo de los Centros de Ex-aiumnas
de las Hijas de María Auxiliadora, propónese q.ue
niendo iniciativas de pública utilidad o C oo^ sean organizados definitivamente en Jimtas regio­
raeión Salesiana, para realizarse de mancomún.
nales y nacionales, dependientes de la Junta Cen­
50 i»ara que un Centro local de Exalumnos
tral de Turín.
se considere legitimainente constituido es requisito
E l II® Cf)NGREsb I n ternacional de Exalumnas
indispensable que en su Junta Directiva figure
de las Hijas de M i'A .
un .sacerdote salesiano, en representación del
а) al paso que recuerda y ratifica las conside­
Su])oriur, y debe estar afiliado a la Federación
raciones y acuerdos de' su I Congreso, celebrado
Intenuicional de Turín mediante una carta de
en i g i i , sobre la manera práctica de establecer
presentación del presidente regional y el visto
los Centros locales de Ex-alumnas; y de hacer que
bueno del Señor Inspector.
conser\-en su espíritu característico, esto es, de
6« Con» el fin de facilitar la hermandad y mutuo
fei^'oroso retomo a la piedad, adhesión afectuosa
aixjyo entre los diversos miembros se establece
y agradecida a las antiguas Superioras y Maestras
una’ cédula de identidad, que será concedida por
y de mutuo y fraternal consuelo y apoyo moral
las Juntas directivas de los Centros locales, y se
Y ectmómico; y de procurar la mayor difusión
renovará todos los años.
Cada Junta de las Uniones Regionales o Aso­ ix)sible del espíritu de Don Bosco.
б) y mientras hace notar que la actividad bien­
ciaciones Nacionales, procure publicar un boletín
hechora de las Secciones locales obtendrá mayores
siíiuiera trimestral, lú que enviarán sus relaciones
resultados, si se facilita la aproximación y trato
los Centros locales. listos además enviarán cada
de las E x alumnas con sus antiguas Superioras y
año a sus propios socios una relación y estado de
se si organizan y sulwrdiuan las Secciones entre
cuentas imi>reso.
sí, conforme a la distribución jurisdiccional del
K 1 órgimo oficial inlcmacional de los Exalumnos
Instituto de Hijas de María Auxiliadora,
Salcsianos * Ft'dcraziouo ■>.saldrá cada tres meses.
Al aprobar estas conclusiones (lucdaráti modi­
PROPONE;
ficados jx^r el Congreso los artículos 50, 6°, 7®. 80.

Que las Secciones, Centros y Juntas de Ex90. 10®. 11®, t.:® y 13® del Reglamento de la Fede­
aluimias. sea la que fuere la fonna en que estén
ración. que se aprobó en las sesiones del 15 v i8
organizadas o desplieguen su actividad, conser\*en
de julio de 1009.
siempre el espíritu y ambiente de familia que les
TKM.\ II. _ .brn'íJ de los diferentes caracteres
es propio, reuniéndose en tom o de las Hermanas,
V i.nmas de aetivuLid ./:<c pueden presentar los Cenjmncipalmente en ocasión de la fiesta de María
Uos de Exalumnos >aJesianos. — l^ te segundo
Auxiliadora, para la conmemoración del 24 de
toma es de una índole mucho más comideja y de
cada
mes. en la fiesta onomástica de la Superiora,
una imiwrlaucin vital, l'rázansc aquí sus líneas
V demás propias de la Casa, con motivo de acadegeuetalcs ]ntes se espera que los interesados lo
ñiias y actos literarios, y cooperando al feliz éxito
estudien e informen acerca de*él ya de palabra,
de las obras de piedad y celo que en ella se em­
va con memorias cí^t'ritas.
prendan, pues es m uy propio de las Ex-alunmas
’ lil 11 CüNGRKSo Tktkkxacion .m . de Exalumnos
auxiliar y apoyar toda empresa que- sea para el
Salesianos cousiderajxdo:
a)
que los Ceutn^ de Hxalunmos afirman una bien de la Religión o de la Patria.
jo Que se constituya en cada Inspectoría mu
vez más los pcn'pne.s afectos de amor y gratitud

— 69 —
Junta Regional, formada por las Presidentas de
las diversas secciones, dos Ex*alumnas residentes
en la ciudad donde radica la Casa Inspectorial y
una Hermana designada por la Sra, Inspectora.
30 Que, donde se crea oportuno, se constituya
asimismo una Jim ta Nacional, en la que entrarían
las Presidentas de las diversas Juntas Regionales
(de cada Inspectoría), y ima de las Sras. Ins­
pectoras de aquella nación, la cual representaría
al Instituto en la Jimta, y sería nombrada por la
Madre Superiora General.
4® Que las Juntas Regionales y Nacionales
promuevan la formación y florecimiento de las
Secciones locales, y de acuerdo con la Junta Cen­
tral de Turín, convoquen asambleas o congresos
regionales o nacionales, segiin convenga.
5® Que la-Junta Central (modificando el apar­
tado M del Art. 8° se su Reglamento, que comu­
nicó a las Secciones con fecha de 10 de enero de
1912) tome los acuerdos que sean del caso con la
Dirección de Federazione, Organo oficial de los
Es alumnos de Don Bosco, para establecer en él
una sección especial reservada a las E s alumnas,
y cuide de Ja redacción ordinaria de los artículos
directivos y de información general, y valiéndose
de las Juntas Regionales se procure breves e intere­
santes relaciones de los sucesos e iniciativas locales.
T e m a II. — De qué manera, las E s alumnas de
las Hijas de María Auxiliadora, siguiendo las en­
señanzas de Don Bosco, pueden contribuir a la
restauración y renovación de Ja vida religiosa,
familiar y social de la mujer.
El II® C o n g r e s o I n t e r n a c i o n a l de E x alunnas de las H.H. de M. A.
a) Considerando ser propio . del espíritu d"?
D. Bosco procurar con perseverante cuidado y amo­
rosa diligencia, prevenir por cuanto se pueda y
poner inmediato remedio a los males de orden
religioso, moral o social, echando mano de los
recursos, aún los más radicales, que aconsejan las
circunstancias, con el fin de salvar la entereza de
la fe y la honestidad de las costumbres, poniendo
a buen recaudo sobre todo la pureza de las jovencitas, y coadyuvar al saneamiento de la sociedad,
b) Considerando que la última guerra mundial
ba traído y sigue preparando corrientes y mutlanzas imprevistas, en todos los órdenes de la
vida familiar y social, a determinar cuyo rumbo,
bueno o malo, tendrá la mujer uu influjo decisivo;
c) afirmando que la religiosidad, patriotismo y
genuina tradición salesiana obligan de consimo
a las Ex-alumnas de las Hijas de María Auxilia­
dora a estar prontas y ap>ercebidas para las nuevas
y apremiantes formas de Apostolado, dejando a
un lado las vanas y perjudiciales críticas de lo
pasado, esforzándose en cambio por mejorar lo
pon-enir j.
d) y mientras rinde un aplauso a la variada acti^dad V celo, y prácticas iniciativas que han des­
plegado la Junta Central de Turm y las demás
secciones esparcidas por todos los ámbitos del
oinndo, para poner por obra los acuerdos tomados
en el Congreso dde 1911 y por sus nobles, oportunas
y beneficiosas empresas llevadas a cabo durante
la guerra.

PROPONE:
1® Que se prosiga con tesón y se extienda siem­
pre más la acción personal y colectiva de las E xalumnas, para allanar el camino y llevar a la prác­
tica las oportunas iniciativas que se enumeran
en el apartado 4® de las resoluciones del 11 T ema
del Congreso.de 1911 (i).
2® Que la Junta Cendal, las Juntas Nacionales
y Regionales, las Secciones y las Ex-alumnas
que posean alguna especial habilidad, abran cen­
tros de instrucción, particularmente de las materias
más útiles y necesarias (por ejemplo: escuelas pro­
fesionales nocturnas, festivas, inveníales, etc.
cursillos y conferencias de economía social, de­
recho político, administrativo y electoral; de legis­
lación del trabajo; de previsión y ahorro, etc.) que
sirvan de preparar a las Ex-alumnas, al cumpli­
miento de los nuevos deberes sociales y políticos,
que en adelante deberá ejercer la mujer.
3® Que esta preparación, ya que es inexcusable,
.se realice sin embargo con tal previsión y cautela,
que por cuanto se pueda, no ceda en menoscabo
del carácter propio de la mujer, que debe ser siem­
pre el centro y la reina del hogar y la natural con­
servadora de la familia, según el recto sentir cris­
tiano.

OBHi SALESIANA EN VENEZÜELA,
L o s p rim e r o s cin co lu stro s. IS 9 4 -I9 I9 . (2).

Con este mismo título ha venido a nuestra
redacción un elegantísimo folleto, profusa-.
mente ilustrado, en que se trae una sucinta
reseña histórica de la fundación, desenvolvi­
miento y frutos alcanzados de cada una de las
Casas Salesianas de la República de Venezuela,
desde el año 1894, en que los Hijos <le í). Rosco
desembarcaron en aquellas hosi>italarias playas.
Estas lústorias en que no se refieren guerras
sangrientas, sino tan solo las luchas fecundas
por el bien, llevadas a cabo en servicio de Nues­
tro Señor y en favor de la civilización y la cul­
tura, no deben ser para un hombre pensador,
menos interesantes, que las otras que llenan
volúmenes de a folio.
Las cuarenta y dos páginas de este folleto,
contienen tantos hechos como palabras: por
(i) E l le r. Congreso de Exalum nas de las H . H . de
M. A . piop o n e:
40 ... Q ue todas las asociadas se presten con gusto a a y u ­
dar a las H ijas de María A uxil adora en los Oratorios F esti­
vos según se^n las necesidades de las di verlas poblaciones,
para reunir a las niñas tam bién durante la semana, esta­
bleciendo en e lla clases d e am as de casa, escuelas pro­
fesionales, bolsas de trabajo, y toda suerte de instituciones
de auxilios económ icos o sociales; de m odo qu e las jov e n d ia s encuentren en el Oratorio todo el apoyo y so­
corros necesarios para m ejorar su situación y no se vean
precisadas a recurrir a instituciones, donde peligrarla su
de y su virtud.
(2\ Obra Salesiana en V enezuela — C aracas. Litografía
d el C om ercio, 1919.

1


7

lo que resulta tarea punto menos que impo­
sible extractarlas.
Ku su primera página figuran dos mombres
ilustres: el de el Emmo. Card. Tonti y el de
Moús. Julio Arocba, Prot. Ap. y Vicario Ge­
neral de Valencia, los cuales fueron los promo­
tores de la ida de los Salesianos a la patria de
Bolívar.
Siete fueron los religiosos enviados: cuatro
para Caracas, a cuyo frente estaba el P. En­
rique Riva y tres para Valencia, a las órdenes
dcl P. Félix Bergeretti.
En Caracas, des^més de vencer algunas dilicuitados, abrieron el 2 de septiembre de 1895
qI
‘''olcgio de San T'r ncisco de Sales », que a
i
anos, hai-i
re . ido extraordinaria­
mente el número de los alumnos, se trasladó
a un hermoso edificio levantado de nueva planta.
L a labor de este Colegio puede apreciarse por
los muchos antiguos alumnos, que ocupan un
distinguido puesto en la sociedad, como magis­
trados, facultativos, profesores, militares, etc.
y en el Clero nacional.
A los diez años, mereció que el Gobierno na
cional adjudicase a los religiosos directores, la
« Medalla de honor de los Cooperadores de la
Instrucción Pública ».
En 1900, al lado del Colegio y anejo a él, se
levantó un nuevo pabellón, destinado a « Escue­
las gratuitas » que se denominaron « de Don
Bosco» para niños pobres. En ellas han recibido
instrucción y educación unos 2500 niños.
La devoción a María Auxiliadora, extendidí­
sima en Venezuela, y los numerosos alumnos
de los dos Colegios, hicieron necesario uii nuevo
templo que se dedicó a la Sma. Virgen, bajo
su taumaturga invocación de Auxiliadora de
los Cristianos. Se inauguró, en 1909, y es una
joya de arte.
Contemporáneamente con el de Caracas, se
procedió a la inauguración del « Colegio Don
Bosco * de Valencia, debido al entusiasta apoyo
del Dr. Julio Arocha. actual \'ic. General de la
Dié)cesis. Fué desarrollándose poco a poco el
nue\ o Colegio, liasta que hubo de ser cerrado
en 1898, por una terrible epidemia que azotó
a la ciudad de Valencia haciendo millares dé
víctimas. Ello ifué ocasión, para que el Director,
P. Bergeretti. por su abnegación y heroísmo,
mostrados durante el contagio, fuese ci^ndecorado por el Gobierno y Municipio. Otro sacer­
dote salesiano que se hizo acreedor a la gratitud
de la .'íociodad valenciana, fué el P. Francisco
Roft’redo, que murió victima de su celo sacer­
dotal. Su entierro fué una imponentísima ma»,;r. ‘
'V duelo.
Pasada la tribulación, el Colegio prosiguió
sus tareas esaúares, y en sus cinco lustros vio
pasar por sus aulas tres mil aluimrcs, de los

0



cuales muchos desempeñan hoy muy señalados
cargos en la sociedad.
E l 5 de febrero de 1905 se bendijo solpronemeiite el adjunto Santuario de María Auxilia­
dora, a la que en Valencia se profesa gran de­
voción.
En diciembre de 1915 se encargaron los Sa­
lesianos en esta- misma ciudad de otro centro
de estudios, llamado « Liceo de la Divina Pas­
tora » donde reciben gratuitamente instrucción
y sé educan un gran número de muchachos
pobres. Tiene adjunta una iglesia pública, muy
frecuentada por el distinguido •vecindario que
la rodea.
El tercer instituto salesiano de Venezuela
está en Táríba. Después de muchos años de
espera, al fin en 1914, por la piadosa munifi­
cencia de la distinguida señora Da. Isabel
Chuecos, Cooperadora Salesiana, que quiso dar
cumplimiento a un ardentísimo deseo de su
difunto esposo, Don José T, Colmenares, se
fundó en esa ciudad el « Instituto Don Bosco >.
El edificio deberá comprender tres secciones:
Colegio, Iglesia de M. A. y Escuelas Profesio­
nales. Por ahora queda terminado tan sólo el
Polegio, que está poblado ^or un enjambre de
chiquillos, mientras se trabaja por levantar y
establecer también las otras dos secciones.
Termina el folleto con algunas notas histó­
ricas acerca dql « Asilo de Huérfanos » que du­
rante veinte años dirigieron los Salesianos
en Curasao, es decir desde 1897 a 1917, en que
fué devuelto' a las Autoridades holandesas,
quienes se proponían introducir en la casa
notables innovaciones, que cambiaban radi­
calmente su carácter primitivo.
á’^euezuela es una •nación grande y rica a la
que aguarda un próspero porvenir. Dios quiera
que sus jóvenes generaciones crezcan bien for­
madas en las enseñanzas de nuestro Señor,
empresa en la que ponen todo su ardoroso celo
los Salesianos que allí trabajan y fatigan.

ExpositiíD didátiío-proleslonal ile la Obra de Don Bo:u
EN LA ARGENTINA M ERIDI0N.4L.

Por iniciativa de las Señoras y señoritas <Ex*
alumnas de María Auxiliadora * y del • Consejo
Sud-Argentino de Ex-Alumnos de Don Bosco»
y a impulsos de su actividad y celo, llevóse a
efecto en Bahía Blanca una importantísima
Exposición escolar y profesional de obras T
trabajos ejecutados en, las varias Casas y Co­
legios, que los Salesianos e Hijas deMaría Ausiiiadora tienen en la Argentina Meridional. Pa
Exposición estuvo abierta del i i al 19 de oUibrí
del pasado año de 1919. E n sendos salones ador*

71 nados para ese propósito con gusto exquisito,
aparecían expuestos trabajos de tan diversa
índole y naturaleza, como lo son por sus fines
las Casas y secdones de don4e procedían. En
unos se admiraban las delicadas y primorosas
labores de las niñas, desde las de más sencilla
hechura basta Jos ricos y complicados encajes
y bordados primorosos. En otros se echaban
de ver los graduales progresos de los 'escolares
en las diferentes materias de enseñanza, ha­
ciéndose notar ^^obre todos, aquellos en que se
mostraban ios trabajillos, rudimentarios unos
y otros completos y acabados, de los jóvenes
c:)rendices de las Escuelas Profesionales. En

de un acontecimiento, por lás muellísimas y
distinguidas personalidades que de la culta
sociedad de Bahía Blanca, desfilaron por suslocales durante la semana que permaneció
abierta, pudiendo abarcar de un vistazo y darse
cuenta de la mara\dllosa obra de civilización
y progreso que está realizando la Pía^ Sociedad
Salesiana en aquellos riquísimos territorios,
a los que espera un espléndido pon^enir. Aunque
en la intención de los organizadores la expo­
sición no tenía sino muy modestas pretertsioiies,
con todo, ha bastado esta pequeña muestra
para que se vislumbrase toda la importancia de
la obra que representaba.

prefectura Apostólica de Rio Negro (Brasil): Una

una sección aparte estaban puestos a la vista
y atraían poderosamente la atención los pro­
ductos manufacturados por los indígenas de
la cordillera, a quienes ci\'ilizan y educan los
Hijos de Don Bosco. En fin, para hacerse cargo
ie cuán importante debía resultar, y cuántas
visos presentaba la exposición, téngase en
cuenta que allí se ostentaban en monografías,
ilustradas con números y vistas gráficas y
retratos, los adelantos de las Escuelas Agrícolas,
los tópecíficos de la farmacia, la beneficencia
de los hospitales; las benemerencias de la acción
social; el fomento de la música; la instalación dé
museos históricos y observatorios astronómicos;
la enseñanza de las lenguas, y otras den formas
de la actividad cultural y. dvilizadora.
Por ahí se comprenderá también que esta
Exposidón haya alcanzado las propordones

„m eloca" y sus habitantes.

En el acto de la apertura, el Rdo. Sr. Dr. Don
José R. Barreiro, Cura y Vicario Foráneo, en
un vibrante discurso ofreció la exposidón al
Sr. Intendente de la dudad, quien respondió,
aceptándola, con otras nobilísimas palabras.
En la inauguradón de la sección de labores
femeniles, que se hizo aparte, pronunció un
bello discurso la señorita Zuléma Estévez, hadendo la presentación de los trabajos expues­
tos.
H o m e n a j e a E s p a ñ a . — On pensamiento
oportunísimo de los organizadores de la Expo­
sidón, fué el de dedicar uno de sus días al re­
cuerdo de la iladre Patria. En efecto,“el día 12
de octubre, en España y en toda la América
española se celebraba la fiesta de la Raza. Nada
tiene esta hermosa fiesta de político; sino que
su significado se mantiene en las esferas de lo s.

— 72 —

más sublimes idealismos: es la manifestación
espontánea de millones de almas, de querer per­
manecer fieles a la religión, principios, senti­
mientos y tradiciones que recibieron de la madre
patria, juntamente con su sangre y su habla.
Presidió el acto el representante consular
español con los Superiores Salesianos, asistiendo
casi toda la colonia española. La orquesta de
Antiguos Alumnos tocó la Marcha Real y
un colegial declamó la hermosa poesía de Ismael
Navarro Puentes, ante un artístico y alegórico
cuadro vivo, en que campeaba la bandera roja
y gualda.
Ofreció,el acto el Pbro. Salesiano Don Carlos
Pesce, en un brillante y fogoso discurso, que
fue interrumpido varias veces con fragorosos
aj)lausos. Cantó las glorias de la « nación noble,
caballeresca e hidalga, progenitora de pueblos,
que en páginas inmortales vertió sus preciosas
leyes, con que los monarcas del ñiás grande
reino, miraban por los intereses del indígena,
con previsión y solicitud paternales, como si
sintiesen y auscultasen las palpitaciones de
esta raza...; que con sus nautas y conquista­
dores, teólogos y magistrados..... envió una
pléyade de hombres, que ensangrentaron sus
sandalias en las rocas y peñas de la cordillera
y abrieron paso a los destellos de la Cruz y a las
irradiaciones del progreso.... ».
Tomaron también parte las niñas del Co­
legio de María Auxiliadora, que declamaron
poesías y cantaron el dúo de « Las Españolitas », que entusiasmó a l^a concurrencia. La
pobk’4pión española quedó sumamente compla­
cida (i).
H o m e n a j e a l a A r m a d a . — Aprovechando
la presencia de lagunas naves de guerra en el
puerto de la ciudad, dedicóse en los locales de
la exposición un homenaje a .la patria, en la
persona de los bizarros jefes de la marina na­
cional. A saludo que les dirigió un alumno en
nombre de todos, respondió el Cap. de fragata,
Sr. Cacavelos, con un noble parlamento, en
que cantó un ardoroso himno a la actividad
civilizadora de los Salesianos, cuyas trabajos
había tenido ocasión de admirar en los helados
parajes de la Tierra del Fuego.
Cla u su r a . La Exposición se clausuró el
día ig por la tarde con la misma solemnidad y
entusiasmo con que se había abierto. Los E x ­
ploradores, con la banda de música, y cuerpo
de ciclistas, recorrieron las calles de la ciudad y
reaIiz:|ron varios ejercicios delante de un nume­
roso público. A continuación despe la escalinata
(i) IV r In lectura de cuesto Bc.’eliM. se verá qu e esta
fiesta civico-relixiosa se lia celebrado eu otras nuchas
Cafuts Salesianos de la Am érica Española cou fogoso en­
tusiasm o.

del palacio mimicipal, se efectup la primera confe­
rencia popular de propaganda católica, hablando
al público dos jóvenes propagandistas y el Padre
Carlos Pesce, muy aplaudidos y felicitados.
Por la noche en el local de la Exposición se
cerró ésta con rm acto ¡público, en que prommció un bello discurso la señorita Catalina Toce;
y el Padre Inspector, Don Luis Pedemonte,
después de adjudicar los premios, pronunció
una breve conferencia, üustrandg, con datos
estadísticos, la obra educadora, de que la E x­
posición no era más que un índice.

Ed \tmdel moflomeitlo de Don Boseo.
Crece el entusiasmo para las fiestas del
próximo mayo. Las más simpática y caracte­
rística nota de los solemnes actos con que se
festejará la inauguración del monumento del
Vble. Bosco, será la intervención de innume­
rable y ardorosa juventud de ambos continentes.
Nuestros Exalumnos y Exaluranas propónense
rendir al Apóstol de la juventud un homenaje,
que sea digno de la grandeza del Padre y del
amor de los hijos. Así como de ellos partió la
iniciativa del I^Ionuraento, así creen, y con ra­
zón, que a ellos toca en las próximas fiestas
la parte principal.
Mas para que éstas no se reduzcan a una
efímera llamarada y hervor de pocas horas,
sinó que dejen larga y profunda huella en las
almas, han tomado el muy acertado acuerdo
de invitar a sus compftñeros de todo el mundo
a reunirse en torno de la sonriente efigie del
Venerando Padre y Maestro, y que esta reu­
nión sirva de fortificar y robustecer los vín­
culos de fraternal solidaridad entre todos, de
aunar voluntades y esfuerzos, de extender y
propagar cou mayor ahinco y eficacia en el
seno tle la sociedad el espíritu y enseñanzas
del Venerable Padre y de despertar y acrecer
en todos los bríos y deseos santos de no apar­
tarse un punto del camino que él nos trazó.
Tal es el fin que se proponen unos y otras,
al convocar para la fecha del 25 de mayo,
contemporáneamente con el \TII Congreso de
Cooperadores Salesianos, sus segundos Con­
gresos respectivos, cuya importancia y alcacmse echará de ver por los importantes temas
que en ellos se proponen tratar y las conclu­
siones que han de ser su fruto.

DE M u e s t r a s m ij io m e s

K U A N -T U N G (China)
En

el c a m p o d e l tra b a jo
{Apuntes del P . Garellí).
II (I).

-

El estud io de la lengua ch in a — U n c o ­
cinero im p ro visad o — U n arran q u e de
cólera y p erdón c ristia n o — E n tre los
c ristia n o s de C iú n-Fú en — E l P a d re
« no nos entiende » !
La tarde del tercer día de viaje llegamos
a Lok-Cion, adonde nos había ido a esperar el
Padre Olive para llevamos a la residencia de
Pe-Scion, una casita’ medianamente arreglada,
situada en abierta campiña, solitaria y silen­
ciosa, muy a propósito para dedicarse en ella
al estudio de la enmarañada lengua china.
Ofrecióse á servimos de maestro el médico del
pueblo, chino de pura cepa y cristiano a carta
cabal. Pero, señores, ¡qué estudio! Italianos
nosotros; el maestro, chino; el intérprete, fran­
cés e inglés el vocabulario: ¡una ensalada lin­
güística y deliciosa algarabía!
Con todo, al poco tiempo la misión de
I.eon-San reclamó la presencia del Padre Olive,
que hubo de partir a escape. Quedámonos, pues,
sin intérprete y por añadidura sin cocinero,
porque era el criado del' Padre quien nos coci­
naba, pues el que con nosotros habíamos traído
se puso enfermo el día siguiente de haber lle­
gado.
Encontrámonos por lo pronto, en un serio
conflicto: pero no tardó en salimos un cocinero
inesperado. Fué éste uno de los nietos de nuestro
venerable maestro, guapo muchacho de diez
y seis años, listo, avisado y bueno como el pan,
quien, echando de ver nuestro apuro, deja a un
lado sus libros y estudios, renuncia a sus per­
fumes y ricas hopalandas de seda, cíñese el
delantal de su madre y constitúyese en nuestro
cocinero, mozo, refitolero, criado, camarero y
mayordomo, todo de tma pieza.
Y puesto que de él estoy hablando, ahí va
una anecdotiña, para vosotros, oh niños, que
. Véase ei B cU iin de N ov.-D lciem bre pasados.

sois siempre mis buenos y queridos amigos y
pupilas.de mis ojos.
Josá nuestro señorito convertido en cocinero,
estaba una tarde atareado en_barrer el zaguán
de la casa; otro de nuestros rapazuelos cristia­
nos, llamado Filipá, con una gruesa herra­
mienta cortaba astillas de un tarago’ y, natu­
ralmente, destmía con ellas la labor del pa­
ciente barrendero. Este al principio se con­
tentó de avisar al importuno: más viendo que
sus avisos caían en saco roto, anadióle alguna
palabreja un poco fuerte, acompañada de un
pescozón. Era Filipá menudo y bajito, pero
fornido y chapado, y tenía un natural fiero y
bravo, como su búfalo, que era el más bravo
y embestidor de los búfalos de toda la comarca.
Así que no necesitó más' para montar en có­
lera y salir se sus casillas: vohdóse rápida­
mente con grande enojo, y sin advertir en la
cortante herramienta que tenía en la mano’,
se lanzó sobre Josá, que no se esperaba tal
respuesta. A las voces y gritos que daban los
dos contendientes, interrumpimos la clase de
chino, y corremos con gran susto a ver lo que
era. Hallamos a Josá herido en la boca , frente
y manos: pero el que vocea a grito pelado es
Filipá, que presenta un ojo ensangrentado y
el puño fuertemente prieto y así mismo cubierto
de sangre. Lléveme a Josá del brazo; lávele
las heridas con agua sublimada, y encuentro
que no hay gravedad alguna: pero él, temblando
como una hoja, alza una mano al cielo y me dice:
— Padre, el Señor me ha guardado: si Filipá
hubiese acertado el golpe, a estas horas y a
estaría muerto.
Corro enseguida al otro, que todavía se des­
gargantaba y deshacía a poder de gritos y
alaridos por el horror que le causaba la vista
de la sangre: en vano procuran sosegarle y
tomarle a la calma los que le rodean; el pobre
chico no cesa de chillar. Voyme a él y susúrrole
quedito al oído: — Filipá, ¿amas a Jesús?
Quedóse al punto cortado y suspenso el niño:
y \-iéndole ya algo más sosegado, le reitero la
pregunta: — Uime, Filipá, ¿amas o no amas
a Jesús? Entonces él, entre alaridos y sollozos,
me contesta: — ¡Sí, Padre, amo a Jesús!
— Pues, si amas a Jesús, ¡no llores más!

74 —
y jcosa admirable! aquella naturaleza fiera,
bravia e indomable, se siente al punto tocada
de un poder misterioso; domínase a viva fuerza,
recobra la calma y no deja escapar ni un gemido
más. Clava en mi sus dos ojuelos, puros y can- .
dorosos y abre en fin la mano poco a poco. Le
lavo, le lim¡)io y acabo por cerciorarme con
])laccr de que todo su mal se reduce a un ras­
guño sin importancia.
A la mañana siguiente a las puertas de la
iglesia contemplo una escena en extremo tierna
y conmovedora: hay allí dos muchachos: el
uno lleva un infantuelo en los brazos: ti otro
le hace fiestas y caricias. Es Josá que halaga
y acaricia al hermanito de Filipá, a quien ha
traído éste en brazos a la iglesia para hacer
una visita a Jesús: y ahora ahí se están los tres
sonriendo y gozándose en un solo y conuín
afectó. ¡Ivl amor había triunfado!
¿No es verdad, queridos niños, que la reli­
gión de Nuestro Señor Jesucristo hace a los
hijos de la China dignos de ser vuestros herma­
nos? Rogad por ellos; y si por ventura allá, en
lo escondido de vuestro corazón sentís la voz
del Señor que os llama e invita a ir a salvarlos,
no dudéis ni un punto: aceptad y venid.
Acercábanse entre tanto las Navidades. E l
Padre Olive, al volver a su Misión, pasó por
Kon-kci, pueblo del distrito de Jin-fa, y a los
buenos cristianos de allí habíales dejado en­
trever la esperanza de tener con ellos un Padre
por Nochebuena, si se tomaban la molestia de
ir a buscarle a Pe-Scion. No fue dicho a cortos
ni perezosos. Viernes, i8 de diciembre, lié aquí
que llegan dos cristianos de Kon~kei, dispuestos
a llevarse a un Padre Misionero, que les con­
fiese, diga la misa y comulgue la noche de N a­
vidad. Hirámonos unos a otros, asombrados
como diciéndonos: ¿Quien es el valiente y el
osado? No hace aún dos meses que estamos
aquí en China. ¿No será temeridad y un tentar
a Dios irse allá, solo, sin intérprete y dar
así comienzo ai sagrado ministerio? Con todo,
enviar a esos dos buenos hombres manvacios
era un cargo de conciencia. Así que, comO más
viejo de todos, hube de agachar la cabeza y
ponerme en camino aquel mismo día.
Pernocté en Ton-siou, en casa del Padre
Lévéque, último de los misioneros franceses
que ha quedado en su puesto, aguardando que
nos pongamos en amdicioues de hacernos
cargo de la Misión.
El siguiente día proseguí el viaje. Después
de una hora de camino llano y carretero, co­
menzamos a atravesar una cadena de monta­
ñas. donde encontramos muy frecuentes cara­
vanas de recueros y trajinantes, con cargas de
carbón mineral, de que es sumamente rica esta
región.

Dos horas seguidas anduvimos por un sen­
dero enteramente empedrado, después de las
cuales salimos otra vez a una llanura, toda ella
dedicada a arrozales.
A las cinco de la tarde llegamos a la pri­
mera residencia del Sin~Fa, esto es a CiúnFuen. Tres dependencias tiene tan sólo: la pri­
mera sirve de capilla, pobre en extremo y des­
mantelada, pues nó tiene ornamentos, ropas
ni muebles sagrados de ningún género, hasta
que alguna alma piadosa de Europa se sienta
movida a enviarnos alguna- cosilla, asegurán­
dose de este modo una eterna oración para su
alma. E l otro departamento divídese en dos
pisos por un ligero techo: en la planta baja
hállase instalada la escuela con 20 alumnos,
de los que dos tan sólo son cristianos, pero no
tardará mucho sin que sean más, puesto que
el maestro también lo es. Sobre el piso tiene
el misionero su habitación, despacho y dormi­
torio, oreado por todos los vientos, sin que en
la misión se halle otro alojamiento.
No se hicieron esperar los pocos fieles del
lugar, en venir a saludarme. L a mañana si­
guiente, domingo, tendrían la dicha de oir misa,
y , anticipando la Nochebuena, recibir tam­
bién los sacramentos, puesto que el Padre s?
había traído consigo todo lo necesario. Todo
eso se comunicaban con alborozo entre sí unos
a otros esa buena gente; y yo alegrábame y
bendecía al Señor en mi corazón, por las exce­
lentes disposiciones que mostraban esos 64
bautizados.
Pero el diablo, que nunca duerme, quiso
venir a meter la cola por medio. Y o, a decir
verdad^ no andaba muy ducho en punto a
lengua chinesca: y por más trazas que me diese,
muchas preguntas se me pasaban por alto y
titubeaba en responderlas: allí precisamente
me aguardaba el demonio para echar a pique
todas mis esperanzas.
« ¡U m ton! » dijo uno de ellos con tono de
amargo desengaño- «¡U m io n !» ¡no nos entiende
E sta frase cayó en medio de mi auditorio como
una bomba. Noté enseguida la mudanza de
los semblantes, y por ellos vine a sacar el signi­
ficado de las frases que se cruzaban entre mi
gente: — E l Padre no nos entiende: y siendo
así, ¿cómo podremos confesamos?
Mas con esto el Padre había entendido le
necesario y suficiente para romperle al de­
monio los cuernos. Dirigiéndome de pronto al
que había lanzado la voz de mis malas enten­
dederas, dije;
— Si los cristianos hablan claro y despacito,
entonces el Padre entiende lo que se le dice;
y si por ventura alguna cosa no la entiende,
entonces pregunta, y basta que los Cristianos
respondan sí o no.

— 75 —

Mi declaración llegó muy oportunamente
a salvar la situación: confesáronse, pues, todos:
los hombres primero y después las mujeres.
Me sentí luego enternecido, al oir dmante la
misa aquel coro unísono de voces de hombres
y mujeres, y verlos acercarse con singular devociónycom posturaalaM esaEucarística. Y eso a
pesar de queno ven alM isionerosinomuj’- de tar­
de en tarde, únicas ocasiones en que les es dado
escuchar una palabra de instrucción o aliento.
iluchos jóvenes, al enterarse por la geografía
que sobre cuatrocientos millones de chinos,
solo un millón y medio son cristianos, se pre­
guntan con asombro: ¿Cómo? ^Es posible? No
hay porqué hacerse de nuevas, amiguitos.
jFaltan misioneros! Los 64 fieles de esa cris-

arrozales por los lados y agua por arriba, que
el cielo vertía a cántaros sobre nosotras, como
para apagamos los ardores apostólicos! Por for­
tuna habíame traído el impermeable, que me
prestó un excelente servúcio. Anduvimos dos
horas bastante embarazosamente, puesto que
de trecho en trecho debíamos dejar paso a las
brigadas de trajinantes. A las veces era pre­
ciso hacer cabriolas y pinietas y otros arries­
gados ejercicios volatinescos sobre la men­
guada senda, pues que nos veíamos puestos
entre los trompazos de las pesadas cestas, que
los portadores llevaban colgadas a los extremos
de una larga pértiga atravesada al hombro,
y las cenagosas aguas de los arrozales empan­
tanados.

Praf. Apost. de R(o Negro ^ r is li) : Pintando ceretas y dlsfreeet.

tkndad son fruto de unas pocas evangelizaciones, hechas como de pasada y corriendo
por nuestros celosísimos predecesores. ¡Venid
para acá, oh jóvenes, y la China abrazará muy
pronto nuestra fe y a vosotros os cabrá la gloria
y consuelo inefables de haberla hecho cristiana!
Sindéresis china — E n tre lo s cristia n o s
de « T o n -to n » — E n « K on-kei » — C o r­
dial recib im ien to — R e g o cijo de lo s
ch iquillos — L a o ració n de la noche —
- F lo res p a ra el a lta r — E l N iño Jesús
— A la c a b e c e ra de un m o rib u n d o : la
fe de un h ijo.
Acabada la misa, tomé un ligero desayuno y
¡en viaje otra vez, por un estrecho sendero,
totalmente rodeado por las aguas: ^ u a de los

Ofrecióseme entonces la oportunidad de re­
conocer y admirar el maravilloso sentido prác­
tico de que dan prueba los hijos del celeste im­
perto. Usase entre nosotros guarecerse de la
lluvia, cubriéndose bien de los pies a la cabeza.
¿De qué aprovecha eso? piensa para sí el vian­
dante chino. Mójanse los vestidos y, pasada la
lluvia, veísos precisado a andar con las ropas
mojadas sobre el cuerpo. Y ¿entonces qué?
-Entonce.,, ¡fuera zapatos! ¡largo las medias y
calcetines! Arremánganse los calzones hasta la
horcajadura, quedándose así, en piernas: un
ancho sombrero de paja, cuyas alas se extien­
den dos palmos bien cumpÜdos a la redonda,
sirve de paraguas para la cabeza y tronco: y
„así es como el caminante desafía a la lluvia y
el mal tiempo.
E l saludo reverencial y afectuoso de dos

muchachos, que gracias a mis barbas, habían
reconocido en mi al Sen-ju (Padre espiritual),
dióme a entender que no debíamos de estar
muy distantes de la cristiandad siguiente de
Ton-Ton. Y así era la verdad, pues a ella lle­
gamos media hora después.
La residencia de Ton-Ton preséntase algo
mejor acomodada, que la de Ciún-Fúen..'D^túveme allí una hora escasa; esto es, el tiempo
preciso para que mis dos cristianos acompa­
ñantes tomasem algún alimento lo mismo que
luce yo, más por condescender y no desairar
a la buena gente que ños obsequiaba, que
por necesidad que tuviéramos de ello. Prometíles volver la semana siguiente, y que el do­
mingo les celebraría el santo sacrificio de la
misa.
Páseme de nuevo en marcha, sin pérdida de
tiempo, porque era mucho todavía lo que nos
faltaba por andar, y los caminos casi intransi­
tables a causa de las lluvias recientes. Cinco
horas estuvimos andando, a través de incon­
tables risueños vallecitos y suaves lomas. A
veces la vereda se metía dentro de unos ven­
torros, que a primera vista semejaban los so­
portales de antiguos castillos, bajo cuyo arco
pasaba el camino. Allí tomábamos una tacita
de te caliente, que en los días fríos y lluviosos
está siempre a disposición de los pasajeros a
precios sumamente módicos.
A las cinco de la tarde'llegamos finalmente
a Kon-kei. Los dos Sich-San y el personaje más
principal de aquella modesta cristiandad, aco­
giéronme cordialísimanete, como a persona de
largo tiempo esperada. El primer obsequio con
que me cumplimentaron, es la atención más
apetecible para quien acaba de hacer una ca­
minata de siete horas bajo la lluvia: esto es,
un lebrillo de agua caliente para lavarme los
piés. Sentóme mucho mejor que cualquiera otro
regalo o licor espirituoso y confortante: gracias
a ello, me hallé enseguida tan descansado y
repuesto de fuerzas, que me sentía animado a
hacer otro tanto de camino.
Después de los primeros cuidados y aten­
ciones, vinieron los saludos. Dno tras otro fue­
ron desfilando todos los cristianos, pidiéndome
noticias de Lui-Sen-Fui (el Padre Versiglia),
cuya solicitud y celo habían ya experimentado.
Diéronse por satisfechos al asegurarles que vol­
vería a visitarles, tan pronto le fuese po­
sible.
En esto la reducita salita parecía un campa­
nario con el alegre cuchicheo y vocerío de una
docena de rapaces de los lo a los 14 años, vivos
como un azogue, despiertt» y parlanchines, con
la ingenuidad e inocencia estampada en el
rostro: una \'erdadera nidada de vbuUiciosos
pajarillos. Era lo que faltaba para comunicar

vida y animación al cuadro; una fiesta sin ju­
ventud sería como un banquete sin runo.
No me había levantado aún de la ifiesa,
cuando me los vi venir con mucha bulla y al­
gazara a preguntarme una cosa, que, a decir
verdad, no entendí lo que fuese: sólo pude adi­
vinar en confuso que me pedían un permiso.
Mas..... ¿qué íes iba a decir yo, si no sabía de lo
que se trataba? Gracias que no hubo necesidad
de decir ni sí ni no: habían pedido licencia y
creyeron no necesitar más. E n efecto: estaba
aún revolviendo entre mí, qué podía ser eso
que me querían, cuando siéntome atronar los
oídos por un ruido ensordecedor y endiablado,
que en las intenciones y propósitos de los tañe­
dores, debía ser una concertada música. Dos
inmensos platillos de metal, otros dos platos
de hierro de muy diferente sonido, un atambor,
armado sobre una gruesa caña de bambú, y
algún otro instrumento inventádo sobre la
marcha por la genial travesura de esos arra­
piezos vivarachos, tal era el instrumental del
improvisado concierto. E sa banda, después de
aturdir los oídos del misionero con su estruendo,
dió la vuelta e hizo un pasacalle por el villorrio
cristiano, haciendo el oficio de campanas para
llamar y convocar a los fieles a la oración de la
noche, que debía presidir el Sen-jUu
Allá me fui en efecto, aunque cometí la im­
prudencia de no tomar el gabán. Muy ajeno
estaba yo de que iba a hallarme con una ca­
pilla, con no más que las cuatro desnudas paredes
y el altar, sin pavimento de ninguna clase, ni
reparo alguno en sus catorce amplísimos ven­
tanales. E l aire frío y húmedo circulaba libre­
mente en todas las direcciones; molestábame
el helado contacto de mis ropas, todas empapa­
das de sudor, que se me pegaban al cuerpo. La
oración duró una media hora larga, que fué
para mí úua media hora de espirituales delicias,
porque estando los fieles divididos en dos coros,
los hombres de una parte y las mujeres de la
otra, en la enérgica y robusta reciedumbre
de los unos y en las suaves, dulces y delicadas
voces de las otras, gozábame en contemplar la
fortaleza en la fe y la ternura de la piedad de
aquella nueva y fer\’^orosa cristiandad: pero
también fué aquella para mí una media hora
de continuos calambres de frío.
Mas al misionero le oclirre los mismo que
al soldado; las penalidades y desacomodos le
comunican \'igor y fuerza en lugar de perjudi­
carle y abatirle. Así me sucedió a rm', que no
sufrí ni el más ligero resfriado. Quizá se explique
ello por la sobreexcitación que me-produjo el
bendito arrapiezo, que en el rezo de las ora­
ciones en corniin, tiene el cai^o de entonar las
IvCtanías de la Virgen. Es pues el caso, que el
chiquillo que las dirigía, sin buscarlo ni pre-

— 77 —

tenderlo, sino acomodándose tan sólo al genio
de su lengua, cantaba las diversas invocaciones
y títulos de la \^irgen con tan drücísimas in­
flexiones de su voz argentina y hermosa, que
parecía el gorgeo de im rtjiseñor. Recreábame
yo paladeando la ingenua x>oesía- de la natura­
leza, que se manifestaba en los acentos de esa
vocecilla, que encamaba unos afectos religiosos,
\dva y tiernamente sentidos.
Al día siguiente mi primera diligencia y cui­
dado fué engalanar el altar.

vino luíante, nos mandará desde Europa una
esiatuita de E l, algo más bonita y decente,
y entonces estos sencillos cristianos podrán
representárselo más al vivo en su gruta de
Belén.
Acabando de adornar el altar, vino im cris­
tiano a rogarme fuese a olear a su anciana
madre, gravemente enferma. Acudí al punto.
Entré en un miserable y oscuro cuchitril,
donde no había más luz que la que bajaba de
un estrecho ventanucho. L a anciana enferma
imcía sobre un pobre camastro chino, com­
puesto de tres tablas, cubiertas de una sencilla
estera de hojas de bambú. Sentóse en la cama
y rae pidió que la confesara y le administrara
la Extremaunción.
Mucho me admiró la fe viva y sencilla de
esa vieja cristiana, pero enternecióme todavía
más la piedad filial de aquel buen hombre que
que no sólo ayudaba y sostenía a su madre en
todos los movimientos, sino que la iba guiando
también y sugiriéndole palabra por palabra
las oraciones y jaculatorias que creía oportunas,
pero con tal unción y piadoso afecto, que me
tenía corrido y coniuso a mí, pobre sacer­
dote. Aquí falta la riqueza, pensaba entre mí,
échause de menos aún aquellas comodidades
que la gente reputa como más necesarias e
indispensables para la vida: pero ¿de qué ser­
viría todo eso? Tienen lo que vale más que
todos los tesoros y bienes del mundo, esto es,
el amor y la paz, santificados por la fe. ¡Oh!
¡cuántas madres de Europa llorarían lágrimas
de dulcísimo consuelo si pudieren prometerse
para sus últimos momentos una asistencia tan
solícita, tierna y afectuosa de parte de sus hijos
como la que tiene esta pobre anciana china i
{Continuará).
S a n t o s G a r e l l i , Pbro.
Misionero Sálesiano.

Pref. Apost. de Río Negro (Brasil): Un indígena fumando.

Me bastó abrir la boca para pedir flores a
mis amables chinitos, para que desapareciesen
como por encanto. No sé adonde se fueron: mas
Advertencia.
al poco rato me los veo venir uno tras otro
trayendo cada uno su arbolillo florido sobre
Las personas que deseen socorrer a nues­
el hombro. — ¡Padre, escoge! me decían. Sontras Misiones ,. ya sea con dinero, ya sea
reíme de contento y púseme a escoger lo mejor
con objeíos o géneros, pueden d irigir sus
de cada uno de ellos, para contentarlos a todos.
Por dicha hallé los trozos de un « Niño Jesús > ofertas a i Rdmo. Sr. D. Pablo Ribera. Su­
de yeso, del que no quedaba enteriza más que
perior General de ¡a Pía Sociedad Salela cabeza. Fué bastante. Por esa vez el buen
siana, Via Cotíolengo, 32. Turin (Italia):
Jesús dejó complaciente cubrirse de flores,
para asomar a través de.ella^, y mostrar a sus quien cuidará de que lleguen a su destino.
redimidos su dulce carita sonriente.
Para el año venidero abrigamos la esperanza
iTjr jr jcjc
jí'iCírif
jr jT «rjtk' íí'K’irjcir r
que algima buena persona, devota dd^ di­

-

RIO NEGRO (Brasil).
EXCURSIONES APOSTOLICAS
a lo larg;o de los afluentes del Rio Negro.
(Relación de Mons. Lorenzo Giordano, Pref. Ap.).
II.

En el río « Paporí ».

(H

K1 27 de agosto, habiendo tomado nuevos
bateleros, proseguimos el viaje por el río Pa­
porí adelante. Señala éste la raya y confín entre
las dos repúblicas de Brasil y Colombia, de lo
que el Sr. Don Manuel Antonio de Albuquerque,
que nos acompañaba, tomó ocasión para hacer
el empadronamiento y estado de los indios que
viven a la orilla derecha, que es la que perte­
nece al Brasil.
Las reuniones y concursos de gentes a que
el empadronamiento dió lugar, sirviéronme a
mi a las mil maravillas para llenar mi cometido,
celebrarles la Santa Misa, predicar y administrar
bautismos. No dejaba por eso de hacer una
escapada a las malocas de los Indios Colombianos
de la otra orilla, quienes recibían mi visita con
muestras de la mayor gratitud y respeto.
A partir dcl punto de desagüe, este río pre­
senta tino tras otro innumembles saltos y cas­
cadas de escasa altura, que son un notable
estorbo y entorpecimiento para la navegación.
E xtrem a d a ven eració n h a c ia el M isionero
— U na cap illa de M aría A uxiliadora^ ..
que será — Encuentro con o tro celo so
M isionero d el U au p és.
Pasamos por Grillo-rapecuma e hicimos noche
en Araná (Tarianos). El día 28 después de re­
montar nuevas cascadas, y hacer pie y parada
en Bacaté-igarapé (Piratapuyos), arribamos
entre dos luces a Serrinha (Tucanos) y a Santa
Lucia, el siguiente día 29.
Estos dos lugares comunican entre sí por
varias senderillos, tendidos a través de la cam­
piña: lo que no deja de ser digno de nota, ya
que lo ordinario es no haber en estos .parajes
otras vías de comunicación que las del agua.
Además toda la comarca aparece más herniosa
y pintoresca que las otras; las mismas malocas
tienen niejor aspecto, y vistosidad, y los cul­
tivos son mejores y más cuidados. Uno de ellos
convendrá escogerlo para centro de nuestra
misión en el Paperi, y se levantará en él una
Capilla.
(t) V éase la relsción det BaiHitt del mes de Enero
pasado.

7« Aquí me sucedió un caso digno, a mi parecer,
de particular mención. Al caer de la tarde,
estaba yo sentado dentro de una maloca, ro­
deado de un buen corro de muchachos, a los
que seguían en segunda y tercera fila sus padres
y hermanos mayores, apuntándome en un cuademito las palabras y frases de idioma tucano,
que ellos me sugerían. Desojábanse mirando
con maravilla y asombro cómo manejaba el
lápiz y escribía en el papel; y se quedaban luego
atónitos y suspensos de verme leer y repetir
con acento muy aproximado al de ellos, sus
mismas palabras y expresiones. Estando así,
sucedió que un chiquillo, al cual bauticé al
siguiente día y puse nombre de Quintín, aprove­
chando una favorable coyuntura, vino a poner
su dedito aobre mi mano izquierda, por infantil
curiosidad o antojo. Hízose oir al punto la pro­
testa unánime de cuantos me rodeaban, dando
a entender con voces y ademanes, su reptobación por aquel... desacato y falta de respeto
al Padre: por lo que el chiquitín retiró la mano
enseguida como si hubiese tocado, fuego. Ya
antes había yo echado de ver el respeto y vene­
ración que me tenían, y cómo se guardaban de
tocarme en un pelo de la ropa: pero estaba muy
ajeno de pensar que llevasen a tal punto su
miramiento y delicadeza. Si es verdad que
juegos de manos son juegos de villanos, ¿no lo
es también que éstos no están, sino muy lejos
de aquí?...
Desde Sania Lucia pasamos a Japica-Cachoeira y el día siguiente {31) visitamos sucesi­
vamente los poblados indígenas de Japuraigarapé, Jaucacá y Pirainiri-Cachoeira, que cae
frente a la desembocadura del río Macü-Parqná.
E l primer día de septiembre, después de hacer
pie en Jundiá-cachoeira anduvimos camino
adelante a las vueltas de Makirá-igarapé.
Parecióme el paraje de perlas, por lo esplén­
dido y bien situado: y como carecía de nombre
púsele el de • María Auxiliadora *. El Tuchana
(jefe o cacique) vino muy gustoso en ello y
ofrecióme construir allí una capilla por su
cuenta. Certificóle, amadísimo Padre Albera; que
durante la misa (jue allí celebré experimenté
tales afectos y emociones, como raras veces
los he probabo. ¡Oh! ¡Quiera la Virgen bendita
ser siempre Madre y Auxiliadora de estas pobres
y sencillas gentes, que hemos puestos bajo su
especial protección y amparo! ¡Oh! ¡qué gran
necesidad tienen de sus cuidados y auxilios
maternales!
El siguiente día 2, haciendo estación en
Jundiá-cachoeira, \\^%a.mos o^Pato-igarapé, donde
pasamos la noche. Las malocas que visitamos
desde Santa Lucía hasta aquí eran todas de
la tribu de los Piratapuyos: en cambio, todas
las malocas que se encuentran desde aquí a Rio

— 79 —

Paca, que forma la frontera noroeste brasileño-co­
lombiana, son de indios Tucanos, que comunican
por tierra con los otros sus hermanos de tribu,
que habitan a orillas del Rio Tiquié, a los cuales
\-isité en mi primCTa excumión. Remontamos las
cascadas del Carmen, que nos obligaron a andar
a pie un buen trecho, y tocando de paso en P iraquara, frente a la ¡confluencia del Cuyücuyüigarapé, fuimos a pernoctar en Banquiñopozo.
El día cuatro, poco antes de ponerse'el sol,
nos apeamos en Cüpina-cachoeira, o Monfort,
adonde ardientemente deseaba llegar, para
hacer una visita a los Padres Misioneros de los
Indígenas de la vecina República, que tienen
allí la residencia de la Comisaría. del üaupés
(Colombia). En efecto, así que pusimos pie en
tierra, vino a nuestro encuentro el Superior de
la Misión, Rdo. Padre Humberto Damoisseaux,
de la Congregación del V . José M. de Monfort.
Bebámonos los brazos al cuello como dos her­
manos que no se hubiesen tomado a ver desde
la infancia, ya que tanto el uno como el otro
desde mucho tiempo atrás, veníamos suspi­
rando por aquel feliz instante. Entonces representóseme en la memoria la visita que hizo
San Antonio, y a nonagenario a San Pablo el
ermitaño, que pasaba de los cien, allá en el
desierto de la Tebaida. Y a decir verdad, dejada
aparte la edad y santa vida, no faltaban algunos
puntos de semejanza entre el encuentro de los
dos pobres Misioneros en las selvas vírgenes de
Colombia, y el de los dos ilustres Anacoretas
en las soledades de Egipto. También nosotros,
como ellos, tratábamos de extender y afianzar
el reino de Dios en las almas, a mil leguas del
mundo y de la civil sociedad.
Cierto, no apareció el cuervo trayendo un
pan en el pico, como les aconteció a aquellos
dos santos viejos, debido por ventura a que ni
en el Paporí ni en toda la región del Rio Negro
existe pan de ningún linaje, ni cuervos tampoco:
pero Dios no nos dejó faltar lo que hace aquí
sus veces, esto es, el beijü, papas de flor de ha­
rina de mandioca, al que sirvió de inmejorable
aperitivo im apetito más que regular, siendo
además el buen humor y cordial expansión el
condimento regalado de nuestra frugal cena.
« M essis quidem m u lta ...» — O tro en­
cuentro fe liz — U n p ro b lem a de d iñ c il
solución.
Aquel hombre, venerable por muchos títulos,
vi\e solo en su casita, junto a ima linda capilla,
a cuyo alrededor se extienden las viviendas de
los indios, que forman una numerosa y flore­
ciente colonia. Para atender mejor a las almas,
ha repartido' y mandado los tres sacerdotes
que tiene a sxis ordenas, a diferentes localidades,
a saber, dos al lejano río Padudirí, afluente del

Üaupés, por la parte izquierda, y el tercero, a
dos jomadas de distancia sobre el mismo Papori.
Y o procuré sacar partido de esta visita, pripmeramnte en pro de mi alma, y después para
hacer povisión y caudal de los consejos y larga
experiencia de ese varón de Dios, que ha enca­
necido en el ministerio de catequizar a los indios.
Otorgámbnos recíprocamente las facultades y
licencias necesarias para el ejercicio del sa-

Pref. Apost. d« Rio N tg re (Brasil): Un músico enmascarado.

grado ministerio dentro de las respectivas juris­
dicciones. En estas y otras pláticas y conversa­
ciones se nos pasaron varias horas, de modo
que era ya noche mjiy avanzada cuando nos
retiramos a descansar.
Con todo madrugué lo más que pude para cele­
brar misa: la cual dicha, nos separamos y despe­
dimos, con la esperanza y promesa de encontra­
mos de nuevo a la \nielta de mi viaje de explo­
ración a los confines de nuestra Prefectura.
De allí nos trasladamos a Esleto y a Juápixuna-cáchoeira: y el otro día (6), haciendo
escala en üirapi y juanibi-cacheeifa, aporta­
mos a la Misión de San José, junto al Paranácachoeira, a cuyo frente se halla el muy Rdo.
Padre Pedro Javier Kok. Le confieso, Rdmo.
Padre Albera, que no pude irme a la mano ni

— 8o —
resistir al deseo de quedarme un par de días en
C()in}>añía de este buen religioso, mayormente
cuando supe que de allí a poco iba a emprender
una visita a los indios colombianos, ofrecién­
dose muy gustoso a visitar de paso y en mi
nombre, a los indios- de la orilla brasileña.
A más de eso, tenía yo gran necesidad de tomar
algiui sosiego, así en lo físico como en-lo espi­
ritual, y proponíame al mismo tiempo, con­
ferir con el Padre Javier acerca de los múltiples
idiomas indígenas en los que está muy versado
liste celoso Misionero, cada día, mañana y
tarde, dirige una breve plática a sus neófitos y
y lo restante de la jornada emplea en trabajos
de albañilería, ayudado de uu criado, para la
construcción de i;na iglesita, que tiene ya muy
adelantada y próxima a concluir. E l es también
cocinero, pues debe prepararse la comida por
sí mismo, en lo que le sirve de ayudante Julio,
guapo indiecito de unos diez años, vivo y des­
pierto como una ardilla, que es pinche y mona­
guillo a un tiempo. Servíinonos la misa mutua­
mente; pero el domingo (9) para dar algo más
de solemnidad a la mía, el buen Padre quiso
asociarse como acólito al amable indiecito,
vistiéndole una sotanilla corta, sutil y ligera
en extremo. El pobrecillo niño, haciendo los
imposibles, aguantó hasta el fin aquella vesti­
dura, que le pesaba y embarazaba más que a
David los metálicos arreos y armadura de Saúl:
pero, no bien la misa hubo acabado, no pudiendo
sufrir la sotanilla por más tiempo, quitósela
á toda prisa; pero como no estaba nada práctico
en cuestión de poner y quitar trapos, cortó
por lo sano, rasgándola por la mitad y dejó
colgados los guiñapos de la puerta de la sa­
cristía.
Hé aquí un difícil problema, al que no se
ve por donde se le puede dar solución: ¿cómo
hacer que los indios se acostumbren a andar
cubiertos y vestidos en sus florestas? Sólo
un tenaz y porfiado empeño por parte de los
misioneros podrá conseguir, a la larga y con
paciencia, que estos hijos de Adán y E va se
resuelvan y acomoden a imitar a sus priméros
padrea después del primer pecado, cubriendo
sus desnudeces. ¡Y a fe que ello constitmrá uu
gran triunfo!
V ia je de vu elta.
Mis compañeros de excursión, mientras yo
descansaba en San José, aviuizaron por Trindoiie V Pedra (que está sobre la desembocadura
del Aracapori) hasta Paca-igarap¿: y el S por
la tarde estaban de vuelta a San José. Despedíme del carísimo Padre Javier, del amable
JuUto y de mis buenos huéspedes Tucanos y
emprendí el \úaje de retomo.
Como íbamos río abajo y no hacíamos pa­

rada alguna, llegamos el anochecer a Cupinacachoeira, donde rae fué dado disfrutar una
vez más, de la afectuosa y agradable compañía
del Padre Demoisseaux, a quien dejé a la ma­
ñana siguiente, tras uu último, abrazo.
A l cabo de tres días, en cada üno de los cuales,
nos detuvimos en Pato-igarapé, Uacara y Araña,
sucesivamente, llegamos a Jauraié-cachoeira.
Mucho hubiera deseado y tenía 5’’a hecho ^
propósito de lanzarme por* el Vaupés arriba,
hasta el Rio-Kerari, pero la falta de vehículo y
vituallas por una parte y los ruegos de mis com­
pañeros que me disuadían, por otra, hiciéromiie
desistir de la empresa.
Confiémonos, pues, a la corriente del Cayari,
que nos llevaba río abajo, apeándonos en los
parajes de antemano señalados, como puntos
de reunión, para bautizar a los hijos de los indí­
genas. Así, hicimos escala en Juquira-rapecuna,
Urubuquara, Ipanoré, Uimi-igarapéy Tatapunha.
E l 18 de octubre, al ponerse el sol, llegamos a
Bella Vista, lugar de donde habíamos partido.
Ahí tiene, muy amado Padre, sucinta y escue­
tamente descrito mi segundo viaje de explo­
ración por el río Cayari hasta Jauraté-cachoeira,
y por su afluente Papori.
E n gracia de la brevedad, he pasado por
alto los cordiales recibimientos y cariñosas
despedidas, así como también los dulces afectos
y vivas impresiones que probé en las reuniones
más concurridas y en los actos más solemnes.
Por la misma razón me he dejado en el tintero,
los ofrecimientos de frutas, caza, pesca, arcos
y flechas y otros cosillas con que trataban de
obsequiarme y mostrarme su agradecimiento
esas buenas y sencillas gentes; y por otras más
especiales, guárdeme en el pecho las quejas y
lamentos confidenciales que oí, por malos tratos
recibidos. Paso igualmente en silencio las fiestas
a que se entregaban locamente los naturales
del país, antes y después de .mi paso por sus
malocas... ¡Ah! esas malditas fiestas, son y
seguirán siendo el más terrible escollo, contra
el que se estrellarán y andarán perdidos todos
los trabajos, esfuerzos y fatigas del misionero
para reducir estos pobres indios a la vida civil y
cristiana. Pero no es hora todavía de tratar este
punto V serían prematuras las conclusiones que
de ahí quisieran sacarse.
Mons. I/ORBNZO G iordáno ,
Prefecto Apostólico.
Estando para dar a la imprenta la presente
relación, nos llegó la noticia del faUecimiento
de este ilustre e infatigable ^Esione^o Salesiano.
¡Monseñor L o r e n z o G io r d á n o ha muerto!
E sta es la noticia que podemos y debemos
adelantar a nuestros lectores, mientras aguar-

— Si —

damos más pormenores dCj ella, para dársela
más extensa. Entre tanto lo encomendamos
muy encarecidamente a las oraciones de todos
los que le han seguido con tan piadoso interés
en sus correrías apostólica.

Ecos de la Patagonia.
Tomamos de ima carta procedente de la
remota misión de Junín de los Andes:
El domingo 7 del corriente, vigilia de la In­
maculada Concepción llegó felizmente el Rew
P. Ivuis Vasta.
Su Uegada formó época en los anales de la
Misión de los Andes: hacía seis años que nadie
nos visitaba... finalmente llegó el P. Vasta. Se
le consideró como representanre del P. Inspector
y se le hicieron los honores del caso en ambas
casas de la Misión.
Con su presencia dió mayor realce a la fiesta
de la Inmaculada: quizás es la primera vez que
se celebró con tanto esplendor de culto, de
canto y de piedad. Nuestras buenas Hermanas,
.prepararon, a3aidadas por las Hijas de Marín,
nuestra humilda Capilla, dejándola como una
capilla aristocrática de Viedma o de Buenos Aires.
Eu el altar mayor lucía una variada multitud de
velas en orden y combinación, simétricas y armó­
nicas con sus flores naturales y artificiales; rosasazucenas, etc.... E l altarcito de la Inmaculada
era cuanto se puede decir, lindo y artístico, con
mil y mil delicadas flores y velas, y ador­
nos de tules blanco-celestes, formando como
nub^ luminosas de gloria a los lados y debajo
de la hermosa y celestial imagen de la Virgen
Purísima de Lourdes. Los suaves colores y ¡)ertumes de las flores,' las lucecitas de los cirios
encendidos, formaban un conjunto de encanta­
doras bellezas, como de una celestial visión de
Paraíso.
La Sagrada Imagen de la Inmaculada estaba
coronada de ima fulgente auréola de perlas y
brillantes, que este año quisieron ofrecer a su
celestial Madre y Señora las buenas Hijas de
María de Junín de los Andes.
La primera Misa de Comunión General fué
muy devota, ya por la extraordinaria concu­
rrencia a la Sagrada Mesa Eucarística, y a por
las primeras Comuniones, y a por las suaves
armonías de los preciosos motetes ejecutados
en música por el coro de las Hijas de María.
El Rev. P. Luis Vasta cantó la Misa solemne,
asistido por el P. Beraldi, que hada de Diácono,
y el Genghini que hacía de Subdiácono, y
por el pequeño dero de esta nuestra Casa de
Misión: nuestra capilla estaba repleta de ima
concurrenda selecta y devota.

A las 3 p. m. tuvo lugar el rezo solemne del
Santo Rosario y la recepción de nuevas H ijrs
de María. A las 5.30 p. m. el Rev. P. Luis Vasta,
aáístido por los RR. PP. Beraldi y Genghini y
pequeño dero, cantó las Vísperas solemnes de
la Inmaculada, y después dió la Bendición con
el Smo. Sacramento. El canto de los salmos, el
himno v Magníficat, los motetes y el Tantuui
Ergo, fueron de tanto efecto que el R. P. Vasta
quedó muy admirado, pues nunca hubiera creído

Pref. Apost. de Río Negro (BrasIQ '

m iic a n Indígena.

que en Junín de los Andes se cultivase tanto y
fuese tan floredente el canto de la Iglesia.
Nada diré del mes de María, que celebramos
tan solemne y devotamente, que hacía recordar
el mes de María, que se celebraba en el Oratorio
de Turín, en los primeros años, cuando vivía
nuestro Venerable Padre Don Bosco.
Con la fiesta de la Inmaculada se acabó tam­
bién el año esc»lar y después de la fiesta empe­
zaron para nuestros pupilos las vacadones. Y a
la mayoría de ellos están en sus casas: en el
Colegio han quedado muy pocos y estos tam ­
bién se irán después de Navidad.



82

K I o r e s d e n u e s i r o J a r d ín ^
(Sem blanza d el tin o . E sc. ^ aleslaao. D octor J. MIGJUO

Vida humilde y fervorosa.
« E l Señor ve y lleva cuenta exacta de las lá­
grimas y .Sufrimientos de sus siervos *, decía
nuestro buen Hermano-soldado. \Y cuántos de­
bieron de ser los suyos!
J-:i Rdo, Don Leto Eeone. ex-alunmo del Ora­
torio Salesiaiio de Turín, que hizo la campaña
en calidad de Capellán del ejército y fué compa­
ñero del Hermano Miglio en su primer viaje a
la Macedonia, nos da acerca de él los siguientes
noticias, preciosísimas en su menudencia:
« El 31 de marzo de 1917 salí para Salónica a
lx)rdo del transporte de guerra Vitiorio Emanuele.
E l viaje, ya de suyo peligrosísimo y nada apete­
cible, presentábase a los ojos de todos con los
más negros colores, a cansa de las voces que co­
rrían de continuos torpedeamientos de barcos de
guerra. Todas esas congojas y temores se pinta­
ban en los senil lantes de los expe<licionarios, que
tristes, cabizcaídos y silenciosos, se acomodaban
y disponían a pasar la travesía sobre cubierta
con el salvavidas debajo del bi;a20. Durante toda
ella, Miglio iiennaneció con nosotros los capellanes,
y algún otro soldado seminarista. A la caída del
sol, hacíamos juntbs y en común nuestras devo­
ciones, y rezábamos el rosario, sentados en corro
sobre los talones. Miglio, no sólo no faltó, nunca
a esas reuniones piadosas, sino que era de los pri­
meros ■ eii acudir a ellas. A l día siguiente, i® de
abril, Domingo de Ramos, a eso de las 3 y meília
•<le la tarde y a la altura del Cabo Matapán (Mar
■ Egeo), divisamos el periscopio de un submarino.
E l espanto se apodera de todos: diósenos orden
de estar apercibidos para cualquier contingencia;
fonnamos sobre cubierta a punto de echamos
a los botes cu el caso de que nuestro buque fuese
blanco de algi'm toiqx^do traiiíor: y así pasamos
tres horas morltücs. con un ansia y congoja inde­
cibles, callados y temblorosos. Raréme a mirar
qué hacía ol bu. n Migho en tales trances, y ativertí
que sus labios murmuraban la oración del siervo
ücl, puesta su confianza en la Estrella de los mares.
Por fin. pasó el jx'ligro cotno Dios quiso y gracias
a la pwvidcnoial inteivención y presencia de dos
torpixleros, que nos escoltaban; y a las seis de
la mañana del día 3, arribamos a Salónica yendo
a desembarcar frente a nuestro campamento, a
pocos kilómetros de la ciudad a las siete de la
mañtuia siguiente. Desliacíasc en voces de jubi­
loso entusiasmo el buen Siüosiano a la vista de la
capital macedónica, por tantos títulos insigne y
gloriosíi en los fastos del Cristianismo; enajená­
balo el goto y la de^•octón al poner los pies sobre
\m territorio tantas veces trillado y recorrido p«r
los del Apóstol San Pablo en sua.^x)stólicos riajes
y correrias, y no se hartaba de leer y. saborear
las lípístolas a los TesaIonicenses.,.en una rieja
Biblia, que no se le cayó de las n\anos en todo el



C ontin uación ).

viaje, llevándola siempre consigo, como el tesoro
más precioso y querido.
Desde el 4 al 14 de abril permanecimos acam­
pados en Zcinteinlic coincidendo con las sole­
mnidades de semana santa. De allí fuimos en­
viados al Hospital N. 167, situado en Florina
(Recuérdese que nuestro Hermano era soldado
sanitario).
E l 6 de abril, día de Viernes Santo, fué incluido
en mía brigada de a3mda a los hornos müitares,
siendo puesto a cortar leña para aquellas ardientes
bocas, nunca ahitas de combustible. Sus manos
hechas a muy otros oficios que a manejar el hacha,
se le cubrieron de ampoUas; pero él, atábase a
ellas un pañuelo y seguía trabajando y sudando
de la mañana a la noche, sin dejar escapar un
lamento, antes, alégre y risueño siempre, como
si aquellas y no otras fueran las faenas de su in­
cumbencia.
L as risas y burlas de algunos compañeros
zumbones, no fueron parte para sacarle de su
serenidad y sosiego. Á1 fin y a la postre, en igual- •
dad de condiciones, ¿por ventura un doctor en
matemáticas no es un leñador más técnico y pro­
fundo que los demás? A l otro día, sábado santo,
fué enviado con otros al puerto de Salónica a
descargar un bhque. Vista su flaca y menguada
corpulencia, ¿quién le hubiera creído capaz de
transportar a hombros sacos pesadísimos? Pues
bien, el estudiante salesiano, trocado ahora en
soldado-faquín, no rehusó someterse a ningún
sacrificio, por pesado que fuese, antes procuró
adelantarse a todos con el buen ejemplo. A buen
seguro, que durante su carrera, no se le había
ocurrido nunca plantear en una ecuación, y hacer
un cálculo sobre la resistencia física de sus espal­
das. No importa: las almas santas se adaptan y
acomodan a todo, con tal de tener la conciencia
segura y tranquila de haber cumplido el deber.
[Qué bien podía aplicarse entonces a sí mismo el
buen Miglio, las palabras del Apóstol: « Sed cwn
Macedoftiam venissemus, nuUam réquiem hahuil
caro nostra: Desde que pusimos los pies en Ma­
cedonia, no hemos tenido ni un momento de de­
scanso! >
Las penas de sa corazón.
Tan valiente y sereno sufridor, como era, de
los trabajos y penalidades que lleva anejos la
dura rid a de las armas, otro tanto tenía de afec­
tuoso, delicado y tiernamente solícito, hacia sus
amados Superiores y queridfeima madre. ¡Qué
hermosura de corazón revelan las siguientes ix
presiones, espigadas en las cartas, que escribía
desde su forzoso destiero,
€ 1.a única pesadilla que viene a turbarme a
menudo, es el recuerdo de mi_ querida madre, a
quien dejé sola, desconsolada!...
< También me apena el p>ensar que nuestros

-

83

amados Superiores, después de haber trabajado
y vuelen mis pensamientos con mayor empuje
y sudado durante tantos años, en el preciso mo­ lejos de aquí, allá donde he dejado tantos seres
mento en que más necesitaban y podían prome­ queridos, tantos prendas de cariño.....
terse un bien merecido descanso, se ven obligados • ^'Recuerdo loe días' de- mi primera juventud,
a luchar a brazo partido contra dificultades y
cuando despuntaban los primeros destellos de mi
obstáculos de todo género *.
vocaci&i: desde entonces acá, por merced de Dio.s,
Pero esta alma, tan piadosa y abierta a los
ha ido ésta afianzándose y robusteciéndose, a de­
más nobles y delicados sentimientos, por fuerza specho de todos los obstáculos.
debía inquietarse y sentir pesadumbres por inte­
Estando ya a punto de alcanzar la lueta tan
reses de más alto y emcumbrado origen.
suspirada del sacerdocio, bien sabe V., madre,
< Muy a menudo, mientras, sentado bajo mi
que el Señor dispuso fuese llamado a cumplir un
tienda, me entrego a mis estudios o meditaciones,
deber, que si bien es arduo y harto penoso, pero
vánseme ,el pensamiento y el corazón con dulce
no por eso deja de ser sagrado, ix>r cuanto Dios
tristeza tras mis pasadas costumbres y represéu- lo ha querido; refiérome al servicio militar, v^ctanseme al \nvo los ideales, que son vida de mi mejante aplazamiento y retraso en la consecución
vida. Me esfuerzo de continuo por vivir en intima
del término tan anhelado, mirándolo jxjr el ^-i.'o
y espiritual imión con Dios, haciendo mía su meramente humano, podrá ¡)arecer un grave
voluntad y su gloria y . honrándole constante­ daño, una desgracia inmensa; mas nosotros, ave­
mente con el cumplirqiento exacto y puntual
zados a considerar las cosas de tejas arriba, como
de mis obligaciones. La práctica avisa y persuade
suele decirse, no debemos tenerlo por tal. Por lo
que por ventura no hay fuera de éste, otro medio
demás, aimque no soy sacerdote todaria, hácenic
más a propósito para extender y propagar cerca
Dios merced de que pueda cumplir varios oficios
de los otros el saludable influjo de la cristiana propios del sacerdote, como son proj agar y di­
devoción. ¡Demasiado cierto es por desgracia
fundir la palabra de Dios, salir en defensa de lo.s
que el Señor es mucho menos amado de lo que de­ derechos de la Iglesia y otros por el estilo.
biera, porque aún es muy menos conocido! »
Además la vida que llevo no deja de acarreaime
Mas aquella vida y ambiente tan en contraste
alguna utilidad y ventaja; pues por la ocasión
con sus sentimientos y aspiraciones, no podía
y deber en que estoy de tratar- con muchas y muy
no despertar en su corazón las más dulces y santas
diversas personas, me es dado hacer caudal de
añoranzas.
experiencia y ver de cerca y palpar las necesidades
y males que trabajan a los hombres, a los cuales
Recordando......
después, cuando sea sacerdote, podré poner más
Coa fecha 29 de enero de 1918, fiesta de San
acertado remedio y dedicar con mayor fruto mi-s
Francisco de Sales, Patrón y titular de nuestra
desvelos. Descuide V., querida madre, antes esté
Pía .Sociedad, escribió dos hermosísimas cartas:
convencida de que el ejercicio temporal de las
una al Rmo. Sr. D . Pablo Albera, Su¡)erior Gene­
armas no es un peligro insuperable para quien
ral. y la otra a su madre.
tiene verdadera y sólida vocación. Con la gracia
En la ,carta a Don Albera, desahogaba su co­ de Dios, que nunca falta, y un |X)quillo de buena
razón, de esta manera;
voluntad, aunque uno se encuentre como yo,
Ho)' es la fiesta de San Francisco de Sales.
impedido e imposibilitado de entrar en una iglesia
Entretatito que le escribo (son como las diez de
(aquí no hay ninguna) ]x>r nie.ses y.aim por años,
la mañana), sentado en mi pobre yacija, en una
no sólo puede mantener viva la llama de la voca­
pieza abierta a golpe de pico en una pared de la
ción en el alma, sino también, hacerla más grande,
triiu heera, no puedo cortar las alas al pensamiento
fuerte y poderosa ».
e impedir que vuele ahí, a Turín, dentro del San­
tuario de María Auxiliadora. Veo salir las dos
Et « Dánilniis vobíscum».
largas filas de monaguillos, seguidos de la blanca
y paternal figura de V. R., y encaminarse al altar
E l mes de febrero de ig i8 lo pasó descansando
de la Virgen para celebrar los di\anos oficios.....
' Aquí, a mi alrededor, todo es soledad y si­ en retaguardia, teniendo la dicha de asistir dia­
riamente a misa y hacer la Comunión. 'Así se lo
lencio. Dos meses hace que estoy en esta trinchera
participaba a su madre en carta del 7 de dicho mes.
después que volví de la licencia, y en todo este
< E stoy actualmente en situación de reposo.
tiempo no he podido oir Misa ni hacer la Comimión
Tengo
a mis órdenes una compañía de cincuenta
más que una sola vez. Para ello hube de proveerme
hombres con algunos caballos. Mis soldados me
de varias autorizaciones, y después, acompañado
han construido una casita expresamente para mí,
de mi fiel asistente y armado de punta en blanco,
donde tengo una hamaca, una mesa, un sofá y
atravesar a carrera tendida el campo de im cabo
una estufilla. Paso el día estudiando y enseñando
a otro, hasta encontrar al Capellán del regimiento.
la instrucción a mis soldados. No dedico menos
Todos los demás días (indusos los de 2^avidad,
de una hora diaria al correo. Aquí además, mien­
Año ísuevo y Epifanía), tuve que contentarme
tras dure el descanso, puedo ir a rní«^^ todas las
con las ganas.... ».
Aahelos y esperaazas.
A su madre le decía con filial cariño;
H oy es la fiesta del celestial Patrón de los
’Salesianos: ello hace que mis recuerdos se a\-iven

m a ñ a n a s ».

•Luego añadía tiernamente;
* V. estará deseando saber cuándo nos volve­
remos a ver... Nada puedo adelantarle sobre esto,
porque tampoco yo lo sé. Mas hay que esperar

84 que será pronto: así como pronto podré también...
¿no adivina V. qué?... pues... icantar el Ddminus
vobiscwnl jAnimo, pues, y confianza en Dios! E l
Señor, antes que la llame a sí, le concederá a V.
este consuelo... ».
Mas, por desgracia, no debían tentr cumpli­
miento sus risueños pronósticos.
I '

Sus últimos días.

« Nuestro amigo Miglio, cuenta un soldado,
que le trató durante este tiempo, permaneció
en situación de descanso en la sección de lanzalorjiedos, hasta el fin de febrero; pero este fué
para él un mes de incesante trabajo en la instruc­
ción de sus soldados.
Su campamento y el mío casi se tocaban; yo apro­
vechaba esta proximidad para ir a encontrarle
todas las tardes después del rancho. L a estrecha
y humilde casucha que ocupaba t ^ ía todo el
aspecto de una celda de un santo religioso. En
atpiellu pobre gruta, abierta en la piedra viva,
nos retirábamos todas las noches, y me decía que
al recogerse allí después de cumplir sus tareas mi­
litares, se olvidaba que era soldado para entre­
garse a sus anchas a la oración y al estudio. Su
amor al retiro y al silencio era grande y se tras­
lucía en todas sus palabras. Gozaba de ima altí­
sima estima y aprecio entfe sus colegas de oficia­
lidad y soldados. A fuerza de repetidas y ahin­
cadas instancias logré hacerle venir a nuestro
puesto.
Cuando me comunicó que debía partir de nuevo
a la línea de combate, probé una pena indecible.
La víspera de su marcha me llegué á haterle una
última visita, y al separamos, nos dimos esta consigna: ¡Adiós, hasta mayo, el hermoso mes de la
Virgen: entonces volveremos a encontramos! La
cita salió fallida. Algunas horas antes de partir,
vino a nuestra sección, para avistarse con el Ca­
pellán y poner en regla los asuntos de su conciencia.
E l Capellán luego me dijo:
_ ¡Qué alma de Dios es ese compañero tuyol
E l día 26 de dicho mes manifestaba en una carta
ios afectos que embargaban su corazón, al marchar
nuevamente al campo de batalla.
< E l plazo de descanso toca a su fin: m uy pronto
tendré que acudir de nuevo a cumplir mis peno­
sísimos deberes, l ’cro en medio de Ihs desazones
e incomodidatlcs de la vida de trinchera, no faltan
los consuelos, partimilanncnte los que pro\*ienen
dol pensamiento de la presencia de Dios, que
siempre y doquiera es nuestro amigo y Padre
amoroso. ¡Qué deliciosa cosa es poder entrete­
nerse en íntima conversación con El, en esas ló­
bregas soledades, en medio del fragor y estruendo
del combatel »
La muerte.
E l ^'endnbal monstruoso seguía mgiendo vio­
lentísimo y victima de sus furias infernales hubo
le set nuestro buen Hermano. ¡Dichoso él que
vivía en continua unión con DiosI
E l I® de marzo escribía por última \*ez a su
madre y le decía; « Dentro de algunos días le

mandaré a V. m i retrato..... siempre que V. se
cuide de darme buenas noticias... ». Mas el retrato
por dicha, no llegó; que, de haber llegado, no es
para dicho el dolor que hubiéramos probado todos
y la desolación que se habría apoderado de la
pobre madre.
E l valeroso e intrépido soldado fué alcanzado
de una granada, la cual le destrozó tan horrible­
mente, que no fué posible y a reunir sus restos ni
identificar el cadáver.
E l Padre Juan Sacile, Capellán del 62“ Reg.
de Infantería, escribió a nuestro Rector Mayor
con fecha 13 del propio mes:
« Con honda pena y dolor, notifico a V. R. la
muerte del subteniente Juan Miglio, religioso
estudiante Salesiano, acaecida el día 9 de los co­
rrientes en Cima Bruciaia.
Durante un furioso bombardeo del enemigo,
había intentado guarecerse con otros diez de sus
soldados, en una galería subterránea. Estando allí
una bomba vino a estallar en la misma entrada
de su refugio, y los cascos de ella, junto con la
llamarada y el desplazamiento de aire dejaron
muertos en el acto al amado subteniente con todos
sus hombres.
Era demasiado bueno y harto amado y esti­
mado de todos nosotros, para que deje de mani­
festar a V. R. que las amables prendas y virtudes
cristianas que le adornaban, su piedad solidísima,
vasta cultura, comportamiento ejemplar e intacha­
ble, le habían granjeado ^el respeto, estimación y
afectuosa benevolencia de todos sus camaradas,
no menos que la de sus Superiores y soldados.
Todos a una voz y sin excepción alguna elogian
sus virtudes y lamentan su pérdida.
E l Coronel del Regimiento había ya puesto en
él sus ojos, proponiéndose llamarle para hacerle
su ayudante de campo. Pero el Señor se le anti­
cipó llamándolo a Sí. Y él, como si presintiera
la diviiia llamada, había venido apercibiéndose
para ella con la Cemunión diaria, que hizo du­
rante todo el mes de febrero, que pasó descansando
juntamente con todo su Regimiento s.
Duelo general.
Todos los que conocían a Miglio, hubieron de
lamentar la grave pérdida que representaba su
muerte.
I)on León Leta, antes dicho, nos escribe: « La
noticia de su muerte, nos sobrecogió aquí de sor­
presa. y no acabamos de dar crédito al luctuoso
anuncio. Encomendárnosle en nuestras oraciones,
y le certifico que su recuerdo v i w á etema.mente
en nuestros corazones. E ra un verdadero y digno
lüjo de Don Bosco, penetrado por entero de su
espíritu y por ende de su bondad. No vivía ni res­
piraba sino para sus niños y Superiores del Oratorio,
Recuerdo que en Salónica se complacía en com­
prar a menudo diarios griegos para enviarlos
al sacerdote salesiano Dr. D. Pablo Ubaldi, de
quien, si no me engaño, se llamaba afortunado
¿scíp u lo. por haber aprendido en su escuela,
aquel poquilio -de lengua griega, que entonces
nos hacía un buen stn-i<:o a él, lo mismo que
a los demás, pues nos ser\'ía de intérprete con las’

S5 -

pocos estudiosos que topamos en aquellas tierras.
{Dichoso él, que tanto supo hacerse amar!
El teniente Frascisco, añade: * La nueva de
su muerte vino a encontrarme encerrado en una
fortaleza de Austria, en calidad de prisionero
de guerra. A decir verdad, no le lloré, sino que le
envidié: y si el dolor del primer momento puso
en mis labios una oración espontánea, no fué ésta
de sufragio, sino más bien una conñada invoca­
ción a su alma inmortal y dichosa, pidiéndole se
acordase de mí a i el reino de la paz y de la luz.
donde le suponía, y que transpasando en mí
aquella llama de apostólico celo, que le había
levantado hasta Dios, me infundiese la fuerza,
valor y aliento necesarios para andar sobre sus
pisadas gloriosas.
El malogrado Miglio fué mi Compañero de in­
fancia en Bellinzago, y más adelante condiscí­
pulo en el Oratorio y en Valsálice: y para mí, y
para todos un noble y constante dechado de todas
las virtudes.
Desde sus primeros años dió muestras de nna
cordura y madurez tal en sus palabras, aparecía
tan activo y trabajador, tan cortés y bien criado,
que en el pueblo muchos le daban del Omino (d
hombrecillo) y como le veían crecer ñaco de miem­
bros y menguado de estatura, decían a su madre:
— Vuestro Juanito no crece porque es demasiado
dado a la reflexión y al estudio.
Pero tanto como andaba desaprovechado en
las fuerzas del cuerpo, otrotanto y más se le robusstecían y agigantaban las del entendimiento y co­
razón. Itós que no le trataron sino raras veces y de
corrida, habrán podido tomar por frialdad y apo­
camiento de carácter la calma y modestia y me­
sura de lenguaje que usaba: pero yo sé el fuego
sagrado que ardía en su pecho, habiendo tenido
mü ocasiones de admirar los generosos arranques
de su corazón, siempre que había que salir en de­
fensa de la debilidad, justicia o verdad conculcadas.
Tras largas luchas y recias violencias interiores,
logró mi santo amigo dominar su natural extrema­
damente impresionable, y ser señor de sí mismo.
Hacíase admirar y amar de todos por su bondad
y talento. Era su trato y conversación tan atrayente
e interesante por la elevación de sus pensamientos,
rectitud en sus juicios y la sobriedad en el decir,
que las familias principales del pueblo, a mía
sobre tuya, le llevaban durante las vacaciones a su
casa sólo por el placer y gusto de élla. Desde que
comenzó los estudios de humanidades, gustaba de
decorar trozos escogidos de la Divina Comedia’,
ejercitábase con sus amigos en componer versos
y escribir poesías, cuyo tema señalaba él y ver­
saba por lo general sobre asuntos religiosos: y
aún Devó su actividad literaria hasta echar las
bases de una nueva lengua universal de su inven­
ción — una especie de Esperanto — en la cual
había logrado cierta facilidad y práctica de ex­
presión.
Aunque dotado de tantas y tan buaias partes,
no poir eso se ensoberbecía mi santo amigo, antes
bien teníase por el último de todos y en su humil­
dad no se desdeñaba de tratar y hácer amistad con
sus compañeros más pequeños y mezquinos.

Gran dicha suya fué por cierto haber puesto
desde niño el mayor cuidado en huir y evitar todas
las ocasiones'que pudieran turbarle el corazón o
la fantasía y apartarle del cumplimiento puntual,
alegre y constante de sus deberes. Teníame maravillado el horror con que miraba las diversiones
mundanas, por más que le apasionasen la música
y el teatro: la prudente cautela en csc'ogcr las
lecturas, el respeto profundo y vivo agradecimiento
hada todos los superiores, que, lejos de menguar,
fueron creciendo con el transcurso de los años...
Por estos pasos fué preparándose nú anúgo
Miglio a la otra vida, que es la verdadera vida,
de la que tantas veces había discurrido con su
madre, al tratar de consolarla de su prolongada
ausencia... ».
Nuestro ejemplar y llorado Hermano, si bien
pasó de esta vida a la eternidad mucho antes de
lo que él mismo se imaginaba, no le sorprendió
la muerte manvado, ni desprodsto de drtudes,
antes le halló tan rico de méritos y con el alma
tan perfectamente moldeada por el troquel divino,
que bien se le puede aplicar el elogio del Espíritu
Santo: que en el breve espacio de su vida, llenó con
sus méritos y virtudes una carrera equivalente a una
edad avanzada y cargada de años.

T E SO R O E S P IR IT ü a L .
Los Sres. Cooperadores Salesianos cumpliendo
los requisitos de costumbre, pueden ganar /«•
dulgencía plenaria:
El día que se inscriben en la Pia Unión.
2* Una vez al mes, a elección de cada cual.
3* Una vez al mes. asistiendo a la Confe­
rencia.
4* Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5® El día que por primera vez se consagren
al Sdo. Corazón de Jesús.
6“ Siempre que hagan Ejercicios espirituales
durante ocho días seguidos.
I*

Además, los siguientes días del mes de abril:
El día I , Jueves Samo.
» > 4, Pascua de Resurrección.
También pueden ganar otras muchas indul­
gencias parciales y gozar de varios privilegios,
como puede verse en el Reglamento o « Cédula
de admisión en la Pia Unión > a ia cual nos
remitimos.

EL

CULTO

de María Auxiliadora

§

Nós teoemot l i persuaslAa de que, en las vicIsHudes dolorosas de los llempoa
que atravesaños, no nos quedan tnds consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Virien bendita, que fiié en lodo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio x .

BUENOS AIRES. — La visita domiciliaria de María
Auxiliadora. — La piadosa práctica de la «.visita

domiciliaria » es muy a propósito para fomentar
toda clase de devociones y produce opimos
frutos de bendición. Todos saben en qué con­
sisto: conciértanse cierto número de familias
para adquirir una imagen o capillita, pongo por
caso, de María Auxiliadora y llévanla y tíénenla
por turno en su casa un determinado espacio
de tiempo, durante el cual la familia favorecida
obsequia la imagen de Sma. Virgen con el mismo
amor y premurosa solicitud con que obsequiaría
la persona de la María Sma., si se dignase visi­
tarla.
En muchos centros, donde florece la devoción
n la Virgen Sma. Auxiliadora, se pensó enseguida
en establecer esta práctica tan hermosa, y así
.sabemos que se ha hecho en diversos puntos de
E.spaña, donde se ha impreso también alguna
liojita, destinada a ese propósito. Ahora reci­
bimos con grande satisfacción la noticia de que
también en Buenos Aires, la « Asociación de
Devotas de María Auxiliadora » de la Parroquia
de San Carlos, ha acordado establecer entre
sus asociadas la visita domiciliaria de la Sma.
Virgen. La idea ha tenido una entusiasta aco­
gida: sq han aprestado las capillitas n eces^ as
para el caso.
Para el día en que se recibe la visita de la
Augusta Reina del cielo, se aconseja a la familia
las siguientes prácticas:
1* Oir misa, comulgar y rezar el Santo Ro­
sario y algunas otras oraciones apropiadas de­
lante de la imagen.
2* Hacer alguna mortificación, por pequeña
que ella sea.
3* Dar una limosna. — E sta limosna se des­
tina a la « Obra de María Auxiliadora para el
fomento de vocaciones eclesiástiéás»que fundó el
Vble. Bosco. De este modo esta hermosa devo­

ción de
obra de
ejemplo
cuentre

la visita domiciliaria se junta a una
subidísimo celo. jHaga el Señor- que el
de la Asociación de Buenos Aires en­
imitadores en otros centros! •

María Auxiliadora en los campos. — E n las
inmediaciones de Villalonga, lugar de la piovincia de Tarragona (España), el distinguido,
y fervoroso Cooperador Salesiano, D. Ensebio
Fortuny posee una hermosa finca y en ella un
Oratorio, con carácter de semipúblico. dedicado
a nuestra excelsa Madre, María Auxiliadora, a
donde acude im buen número de fieles de los ca­
seríos y villorrios circumvecinos a cumplir el pre­
cepto festivo y recibir los Sacramentos.
Inauguróse dicho Oratorio el 26 de julio de 1918
y desde el primer día se ha hecho un centro de
devoción a nuestra celestial Madre y Señora, que
ejerce un irresistible atractivo sobre aquellas
gentes sencillas, a quienes otorga mercedes y fa­
vores sin cuento. Arden de continuo delante de
su graciosa imagen numerosas velas, en represen­
tación de otros tantos corazones agradecidos o
angustiados, que por tal modo manifiestan a la
augusta Auxiliadora sus íntimos afectos: celébranse también en su altar frecuentes misas en
acción de gracias. ¡Cuán cierto es que donde nues­
tra Reina asienta su trono, presto comienzan a
llover gracias y bendiciones de todo género! Viene
a corroborar esta verdad, la sigiuente reladoncilla
que de dicho centro nos llega:
I E l pasado año de 1919. celebróse la solemni­
dad anual de nuestra titular la Virgen Auxiliadora,
el día 12 de septiembre, fiesta del Dulcísimo Nom­
bre de María, aprovechando la estancia de los Se­
ñores en la finca y la presencia del Rdo. Sr. D. Er­
nesto Miglietti, Director de las Escuelas Salesianas, de Sarriá. Hubo varias misas en su altar
y muchas comuniones, algunas de las cuales eran
de personas que dest^e muchos años no- ponían
los pies en la iglesia y otrás que habían hecho fios
horas de camino andando.
Sube de punto ,1a importancia de estos actos, si
se considera que desde la tarde anterior hasta la

- 8 7 mañana de la fiesta, los truenos y relámpagos
sucedían sin interrupción a deshechas llu^^as.
La señora de la casa, para que esas buenas gentes
no quedaran sin el fruto espiritual que pudieran
recoger de aquella fiesta, recurrió a la Virgen con
fervorosas oraciones y colocó en ei balcón una
medalla. Enseguida cesó la lluvia y asomó el
buen tiempo. De allí a dos horas se celebró la
Tuisfl. de comunión y un cuarto de hora después
comenzó de nuevo a brillar el relámpago, a retum­
bar el trueno y deshacerse im aguacero que no
cesó hasta la noche.
En retomo del amor .y confianza que la piadosa
fa m ilia profesa a nuestra Auxiliadora, ha recibido
de ésta su protección, en momentos apuradísimos.
E l sindicalismo, que tantos daños está cau­
sando a la industria y vida social de Cataluña,
ha penetrado también en los campos y vano a
poner en graves aprietos a los agricultores para
la recolección de las cosechas, en el pasado otoño.
El conflicto alcanzó también a los Sres. de Fortuny, que poseen algunas \úñas y avellanedos.
La uva estaba en sazón y urgía la vendimia. Pro­
posiciones ventajosísimas se hicieron a los obreros;
se buscaron brazos por todos aquellos confines y
nadie quiso servir. ¿Qué hacer? No hallando so­
lución en lo humanó acudió la familia en demanda
de ayuda a la que es Auxiliadora de los Cristianos
con una novena fervorosa. A los primeros días de
ella, se presentó en la quinta ima patrulla de
obreros que se ofrecieron para lo que fuera me­
nester.
Aquello fué una recoleccrión doble. De frutos
naturales, para los señores; y espirituales, más
pingües aun, para el espíritu de aquellos pobres
trabajadores.
María Auxiliadora les aguardaba allí para mos­
trarles los abrojos y malas Itierbas que brotaban
en aquellas almas descuidadas en la lucha por la
vida. Ante aquella imagen se reunieron todos
cada noche para rezar el rosario; loá días festivos
oyeron misa y algunos también ordenaron las
cuentas de su alma con una buena confesión.
La señora, complacida de aquellos resultados
felices, agradecida a María, repartió estampas y
medallas, como recuerdo de aquel acontecimiento;
y fué grande su sorpresa al ofrecer una medalla
a un niño, ^^e^do que aún conservaba al cuello
la que le había dado el año anterior.
Que María Auxiliadora continúe bendiciendo
a sus devotos de Vilallonga, y desde el bendito
trono que le han levantado lóndiga los campos
▼ lleve la prosperidad y el bienestar a todas aque­
lla^ familias que la invocan con confianza.
¡Oh! si los hermosos ejemplos de esta familia,
cristiana a lo patriarcal, tuviesen muchos imita­
dores, ¡qué de otra manera andaría el mundo!
VILLA COLON (Uruguay). —
AL S a n t u a r i o N

a c io n a l d e

P e r e g r ix a c io ií
M a r ía A u x il ia d o r a ^

— Desde esa pjoblación recibimos las siguientes
«oticias:
« L a devoción a la Sma. Madre de Dios, con el
título de Auxilio de los Cristianos, va en conso­
lador a u m ^ to en nuestro pueblo. Buena prueba
de ello fué el grandioso éxito de la Per^rinación

a su Santuario de \'üla Colón, tanto por el uúmcio
no sup>erado de concurrentes, ccmo por la fé y
devoción que se traslucía en todos los actos.
Y a desde días anteriores, pmr la cantidad de
billetes exp>edi^os, se daba p)or descontado un
resonante triunfo.
A la hora indicada los 35 tranvías pusiéron.'ie
en marcha todos llenos de peregrinos y si más
carruajes se hubieran concedido, más hubiéranse
llenado. Muchos de los peregrinos recibieron la
Sda. Comunión al llegar, y el Rdo. P. Cirilo Díaz
Ramírez, a quién se debe en gran parte la organi­
zación de estas p>eregrinaciones, cantó la Misa
a las 9 y media, a la que asistieron todos los i)cregrinos que pudieron jicnetrar en la iglesia, Se
diseminaron luego éstos por los jardines del
Colegio y avenidas vecinas para almorzar.
L a procesión fué indiscutiblemente el acto más
solemne del día, pues a la inmensa muchedumbre
de p>eregrmos llegados j)or la mañana que se acer­
caban a dos millares, se unían, oleadas de gente
que llegaba en todos los trenes, que a pesar del
servicio extraordinario establecdio ese día en las
primeras horas de la tarde, pasaban rápidamentí*
todos « completos » ante grupws que esperaban
paciente e infructuosamente en las esquinas de
las calles de Montevideo.
D ^ tr o del m ayor orden celebróse el magnífico
acto; banderas y estandartes p>onían en la ondu­
lante columna alegres notas de color.; la veterana
Banda de los Talleres, ejecutaba música religiosa
y cantos que coreaba la devota multitud, mientras
los Exploradores de * Don Boaco » de la Capital
hacían lucida guardia de honor.
De vnielta al Santuario, cantó las glorias de
María con su vigorosa elocuencia habitual, el R. P.
Enrique Franchi, Salesiano. Pocos momentos
después retomaban los peregrinos a Montevideo,
con el alma inundada de ferv’or religioso, la mente'
colmada de gratos recuerdos, y el corazón cada
vez más amante de la bendita Auxiliadora de los
Cristi ano.s.
Lleguen nuestras sinceras felicitaciones al Co­
mité de María Auxiliadora y a la Liga de Domas
Católicas que tanto bien hacen a la Sociedad montevideana con estos magníficos actos de pietlad
y de fé *.

Gracias de María Auxiliadora.
'

r --- ....................................
L a protección de la Virgen.

Una distinguida familia, m uy apreciada en
esta
por sus excelentes dotes y la valiosa
cooperación que siempre ha prestado a nuestras
obras, h a sido objeto, con gran satisfacción nuestra,
de im señalado favor por parte de nuestra divina
Madre María Auxiliadora:
Don Prudencio. Arando, acompañado de su.=
hijos Juanita y Pmdencito, terminada la temp>r a ^ de veraneo, regresaban de Zarauz a ésta, ha-



88

cieiido el viaje en su precioso auto, mieiitras el
resto de la familia lo hacía por ferrocarril. Para
seguir la marcha de éste, puesto que se habían
reirasado algo, entre Tudela y Zaragoza, ya de
noche, tuvieron que forzar la marcha, y al hacer
un viraje rápido, volcó el coche dando una vuelta
completa. Sufrió éste grandes desperfectos, pero
los viajeros nada tuvieron que lamentar, fuera
de una pequña herida que con los cristales se
hizo D. Prudencio en la mano y una leve contu­
sión que recibió Prudencito en la cabeza.
Todos han reconocido en este suceso la pro­
tección visible de nuestra Madre María Auxilia
dora de quien la familia Arando es m uy devota:
por lo que ésta ha hecho celebrar muchas misas
en acción de gracias en este nuestro Santuario y
hoy hace público su agradecimiento para honor
y gloria de tan bondadosa Madre, y Señora nuestra.
34 de octubre 1919.
E r n e s t o M i g e i e t t i , Pbro.
Director de las Escuelas Salesianas de Sarriá.

S a lv ad o s del ciclón.
Hace muchos años que yo y toda mi familia
somos devotos de María Auxiliadora y la invo­
camos en todos nuestras aflicciones y peligros.
A esto podemos creer que debemos, el haber
salido sanos y salvos de una gravísima catástrofe
que sobrevino a este pueblo. En efecto, el 14 del
mes pasado la mayor parte de éste fué destruido
por un ciclón violentísimo, que se desencadenó
a las primeras horas del día, habiendo llegado el
viento a una velocidad de 95 millas por hora.
Sentíamos cnigir toda nuestra casa, que se
mecía y balanceaba sobre los peones a impulsos
del huracán, amenazando venirse al suelo de un
rnomcnto a otro. Y o no sabía qué hacer. Salir
•y.quedar era igualmente peligroso. En este terri­
ble a¡)uro me encomendé a María Auxiliadora,
como solía, y resolví escapar de casa con mi mujer
y mis dos liijitos. Nos encontramos en la calle a
merced del viento arrebatador, bajo una lluvia
torrencial y sin reparo alguno: mas en esto un
buen señor nos llamó a su casa, donde pennane<-imos seguros hasta que hulx> pasado el jieligro.
/v' nuestra casa? Pocos minutos después que la
habíamos dejado, se vino toda al suelo: pero
nosotros, gracias a üios y a María Auxiliadora,
ya nos encontrábamos aí^alvo.
Hu el nuunento de angustia había prometido
n Mxiría Auxiliadora que si nos sacaba con bien
d d apurado trance, haría celebrar tres misas y
I)ubliear la gracia, y hoy cumplo mu)' gustoso lo
pioiucti'lo.
¡María AuxüiaVlora, bendita seas!
Corinis c'Uribli iTt;x.»s-E. U .) octubre 1919.
L e o d k g a r io

R

a m ír e z .

Peligro desapareado.
Una persona de Granada, que oculta su nombre,
xla gracias a María Auxiliadora por haber de\nielto
la salud a una hennana sujTt. amenazada de tu­
berculosis: y al in\-ocar su auxilio, no sólo curó,
sino que además ha desaparecido toda posibilidad



de que la ataque tan terrible enfermedad. Manda
una limosna de 20 ptas. a esta Casa y desea se
publique en el Boletín.
C órdoba (Esp.) 3 octubre 1919.
R a f a e i, T

orm o

Phro.

Cumplo la prom esa.
Cuando la terrible epidemia gripal estaba azo­
tando a la ciudad de Caracas, residía en ella la
distinguida familia de Don Francisco Axjona, de
esta población de Betijoque, con la cual me unen
estrechos lazos de amistad. Con todo el corazón
pedí a María Auxiliadora que librara del contagio
a todos los miembros de ella, ofreciendo una misa
en acción de gracias. La Virgen escuchó mi sú­
plica. Reconocida a la protección de la Virgen
Auxiliadora la señora Doña María Teresa Arjona
de García Yugo, se inscribe en la Pía Unión de
Cooperadores Salesianos y envía un bolívar de
limosna , mientras yo imploro de Ella, otras tres
gracias que le tengo pedidas.
Deseo se publique en el Boletín Salesiano porque
así se lo ofrecí a la Virgen Sma.
Betijoque 8 abril 1919.

M. DEI, R

o s a r io

Dem os G o n zaees.

Dan también gracias a María Auxiliadora y eavían
una limosna:
B a h í a B e a n c a (Argentina). — Srta. Andrea
Corbalán por haberle sanado a la madre de vma
peligrosa enfennedad, al implorar su Auxilio con
ima novena. — Don Juan A. Canessa y Sra. dan
gracias y hacen rezar una misa a María Auxilia­
dora por un insigne favor recibido.
B a r c e e o n a . — José Durán da gracias a María
Auxiliadora por el feliz éxito de una operación
delicadísima y sumamente peligrosa, a juicio de
los médicos, hecha a su hijo José, y ofrece una
limosna.
— Da. J. C. por varios favores recibidos.
— Una devota de María Auxiliadora manda
5 i>esetas para que se celebre una misa a María
Auxiliadora en B cuhi y otras 5 ptas. para las
obras, cu acción de gracias por un favor muy
señalado.
— Da. Teresa Sans da gracias a María Auxilia­
dora por haberle sanado de la grippe a varios de
su familia y manda celebrar dos misas en sti altar
de Sarriá.
misma señora, estando m uy enferma
ix»r segunda vez, prometió mandar celebrar otra
misa y publicar la gracia en el Boletín Salesiano.
— D. .rVngel Serranía de Gracia (Bama) ofrece
5 pesetas a María Auxiliadora por haber obte­
nido la gracia de hallar un objeto perdido de gran
valor, que se le había extrariado. E l mismo señor
da otra limosna para la Virgen de Don Bosco por
haberle qitedado ileso un hijo suyo de 6 años de
la caída de una escalera, deseando s;; publiqu.- en
el Boleiin Salesiano.
B e t i j o q u e (Venezuela). — Don Vicente Salas
Aranguren, Da. Catalina A. Rangel, Da. María
del Campo Rivas, Da. Mercedes González, Da.
Isabel Rivas de Salas, dan gracias a María Auxi­
liadora por favores recibidos y envían una limosna.

— Sg ~
B ET ü l i a (Colombia-Santander). — Sra. Flo­
rentina Díaz de Sínuco da gracias a María A uxi­
liadora por haberla curadj de un continuada y
dolorosa indisposición.
BOCONO (Venezuela). —^ Da. Telésfora Quevado,
Srtas. Adela y Sofía Bravo, María del Rosario
Briceño D., E. Briceño y D. Ramón Arriaga agra­
decidos a la Virgen de Don Bosco envían una ümosna para sus huérfanos.
B o x h ía (Cuenca-España). — Da. María Pozuela envía tm'a limosna de 4 ptas.
CviAívDA (Ter el). — D. Manuel Zárate Sancho.
Caw (Colombia). — Da. María Ignacia Gonzuela envía una limosna de 4 ptas.
Cali (Colombia). — Da. María Ignacia Gon­
zález de Llereda, porque, hallándose gravemente
afligida por una grave dolencia, acudió a María
Auxihadora en demanda de remedio y fué escu­
chada. En cumplimiento de la promesa mañda 5
pesos oro de limosna.
— D. Rufino Vásquez, porque, teniendo a sii
hija Alicia enferma del tifus y ya desahuciada de
los médicos, María Auxihadora, a quien acudió
devolvió la salud a la enferma y a él la paz y el
sosiego.
— Da. María Sarpetta, por varios favores reci­
bidos de EUa, por mediación de los Siervos de
Dios Vble. Don Bosco y Domingo Savio y manda
un peso para la Canonización de ellos, otro para
el culto de María Auxihadora y otro para los hucrfanitos.
— Claudio Fihgrana y Alfonso Quintana
— Fidelina Delgado. Dolores Sardí y David
Falla están reconocidos a la bondad de la Virgen
de Don Bosco por haberlos favor, cido en sus
necesidades y envían ima limosna para ayuda de
la Obra Salesiana.
C\LOTO (Colombia). — Rosalma Verán de S.
tributa un homenaje de viva gratitud a María Au­
xiliadora por haber recobrado la salud, después
de una muy complicada operación y ofrece un
peso oro para los huerfanitos de Don Bosco.
C ambados (Pontevedra, E.). — Da. Pelegrina
Piñeiro, y manda 3 ptas. de hmosiia para su culto.
C armkn*. — Miguel V. Caído enría una ofrenda
en agradecimiento a la Virgen por una gracia reci­
bida.
CiüDADELA (Menorca). — D. Antonio Sans
Benejam por haber dado eficacia a ima cura, a
que se sujetó, para librarse de un mal que le aque­
jaba desde venticinco años, quedando completa­
mente bien.
— Da. J. C.. agradecida por haberle curado a
un hermanito enfermo de fiebres tifoideas.
— Da. C. Serra, por haberla consolado arre­
glando un asunto difícil de una familia.
— Da. Margarita Gomíla, por haberle salvado
de la muerte a una sobrina, que estaba gra\*ísima.
— Da. Isabel Pomar de Cavaller, por haberla
librado de unos agudísimos dolores y enfermedades
en el
ptmto que tomó en las manos su ben­
ditísima imagen.
— Da. Cecilia Comellas, por haber de\Tielto
la salud a ima persona p>ara ella m uy querida.
C l-en ca (España). — Da. Antolina López, y
envía una limosna de 5 ptas-

E cija (Se\*iUa). — Da. Pastora Cortés jiór ha­
berle devuelto a su hijo y restituídolo al seno de
la famiha, cuando se habían perdido casi rtodas la.s.
esperanzas, por estar sujeto al servicio de las annns.
— D. Manuel Feijoo por haberle aliviado de
unos dolores de estómago, que padecía.
G audar (Canarias). — Una Sra. Cooiieradoru
Salesiana por im favor recibido y manda 5 ptas.
para su culto.
L a U n i o n (Colombia). — María dcl Canuen
Millán, y envía 4 pesos de limosna.
— María Posso por un favor recibido y envía
0,60 pesos.
F a j a r o n (Cuenca-Esp.). — D. Policaiqx) (hl
y envía una limosna de 2 ptas.
P asto (Colombia). — Don Donaciano' Burbanoenvía un dólar por un favor recibido.
P rad era . — D. Ulpiano Manzano, hace púbhca su gratitud a la Virgen por el feliz éxito de
una delicada operación h .clia a su señora esjxisa
e envía 16 francos para el sostenimiento de los
niños pobres del \Td]c . D. Bosco.
P u ebla d e D on F acriql ^ (Cuenca-lvsp.). —
D. Alejandro Gr. del Pozo, y envía una limosna
de 25 pta.<5.
P uerto T ejad a (Colombia). — León Peña,
Domingo Aragón, y Emilia Balanta.
R ocafuerte (Ecuador). — Xataha H. de Niemes, da de todo corazón rendidas gracias a María
por haberle alcanzado un singular favor, que le
había pedido, y se lo corresponde enríando diez
sucres para el mantenimiento de los huerfanitosdel \TíIe. Don Bosco.
S-AIADO. — Pedro Raniirez, Miguel Cortes,
Mercedes Quintero, Jovita I/cnis, Familia Vernaza y Gavina Domínguez de Figueroa rinden
acciones de gracias a María Sma. jx)r beneficios
que se dignó otorgarles, y jo r conducto dol local
Decurión remiten ima limo.siia para los Imerfanitos del Vble. Don Bosto.
S a l a m a n c a . — D.t. .Antonia Rodríguez da gra­
cias a Mana Auxiliadora jxir halx?rle alcanzado
la salud del marido que
hallaba gravísimo, v
envía una limosna.
V ico (Esp.). — Úna devota que oculta su nom­
bre, da de todo corazón la.s más rendidas gracias a
Jlaría Auxiliadora por haber sanado a una hijita
suya de las viruelas que comenzaban a presen­
társele, en cuanto empezó un triduo cu su honor:
y agradecida manda 30 petas, a su capilla de la
Ronda, para su culto.
— Da. Ehúra Duran de Belén, da a María Au­
xiliadora las más expresivas gracias por un favor
que le otorgó, y reconocida manda 25 pesetas
para una función de acción de gracias en su ca­
pilla de la Ronda.
Y a r i t a g u a (Venezuela). — Don Pablo J . Car­
vallo por favores recibidos envía 10 ptas.; Da.
Filomena de Car\'allo por la salud de sus hijíjs,
4 ptas.; Da. Dominga Salcedo por lá curación de
un hijo, I pta.
Y e c l a d e J e l t r e s (Alb. Esp.). — Da. Sera­
fina Martín y Martín, da muy rendidas gracias
a María Auxihadora por haberla curado ]xírfectamente de una grave enfermedad y envía una
limosna.

-

9

Oradas atrlliuidas a la ialerresidn del Vlile. J. Bosta.
Curada m ilagrosam ente.
La fecha 23 de mayo, víspera de la festividad
de María Auxiliadora quedará eternamente
grabada en mi corazón por el recuerdo de un '
horrible espanto y vivísimo reconocimiento.
Estaba dicho día preparando unos dulces,
cuando los gritos desaforados de mis niñas, me
hicieron temer una fatal desgracia: corro pronto
en seguimiento de las voces, hasta la calle y
allí, sobre el empedrado, tendida boca abajoinerte y sumergida en un charco de sangre me
encuentro a Aurea, la menor de mis hijas, de
seis años de edad: había caído de una ventana
de la galería, que estaba mal cerrada, esto es,
de una altura como de siete metros. Todavía
ahora se horroriza y estremece mi corazón de
madre, al representárseme aquel sangriento
espectáculo, ni me explico cómo tuve ánimos
de tomar en brazos el exánime cuerpecito y a
acomodarlo sobre la cama. En tan terrible
angustia, mi pensamiento voló enseguida a\T)lo. Juan Bosco, en demanda de auxilio y
consuelo: tomé una estampita del Venerable
con una reliquia de sus vestiduras, la puse sobre
la ensangrentada cabeza de mi querida hijita
y esperé silenciosa y resignada que se cumpliese
el divino beneplácito. A esa misma imagen solía
recorrer la chiquilla con inocente y ardorosa
confianza siempre que la enfermedad hacía
presa en su débil naturaleza.
Tenía una abertura en el hueso frontal por
donde se le asomaba el cerebro: rotos estaban
asimismo los dos parietales que se hundían en
la blanda masa: y un chorro de roja sangre se
derramó por la calle y escaleras arriba c inundó
su blanca cainita. Un mes antes llegaba al
colmo su dicha al recibir la primera comunión:
ahora se le administró la Extrema Unción y el
santo Crisma, que nuestro venerable Arzobispo,
con i)iadosa y putcnial solicitud, quiso venir a
darlo.
Al caer de la tarde comenzó a rebullirse y
dai señales de vida, i^en) entre agudísimos
vlolores en las partes lastimadas. Su primer grito
fuó llamando a su mamá.
Sentí el corazón traspasado; y, loca de
dolor, no sabiendo de qué echar mano para
al¡\ iarla, acerquéle a los labios la estampa de
P«m ¡'''SCO y una inedallita de María Auxilia­
dora. X<' sé lo qué pasó entonces; sólo diré que
fué el instante más feliz de mi \*ida, cuando
noto que la niña reconocía los objetos y la oí
exclamar:
;
poniendo en estas
palabras todo el ardor y conliauza de su alma

0



candorosa y dolorida: y así que los tuvo, se
los apretó con vehemencia contra el corazón.
Fué preciso trasladarla al hospital, para so­
meterla a una operación delicadísima, cual es
la trepanación del cráneo. E sta se efectuó d
día 25.
Dos largas horas, estuvo la destrozada cabecita bajo los hierros de dos excelentes médicos
los Dres. Cassar y Ferro, admirados ambos de’
que no se les quedase entre las manos aquel
tan flaco, tierno y quebrantado cuerpecillo.
¿Cómo pintar las mortales ansias y congojas
de aquella:-; do.s horas interminables? En la
iglesia de San Patricio se ordenaba y despon
■A salir la procesióa de María Auxiliadora, qiHinunda de jubilosa alegría la hermosa play.-, r
Sliema. No es posible separar a Don Bosco de
María Auxiliadora. '¡Y qué de súplicas y ple­
garias se elevaron a la Virgen de Don Bosco
por tantas piadosas almas que tomaban parte
en mis agonías de madre, para que salvase de
la muerte a la liijita, sumergida aún en el pro­
fundo letargo de la morfina! Envano la Hermana
y el médico y otras personas amigas, apenas
terminada la operación, se apresuraron a cer*.
clorarme de su feliz resultado: no las quise
creer: me figuraba que querían prepararme a
la noticia fatal.
Fui a verla: hubiérala creído muerta, sino
fuera por unas débilísimas pulsaciones: pero
allí estaba Don Bosco, mirándola con las manos
cruzadas y bañado el rostro en una bondadosa
sonrisa. A él se la había encomendado y él me
devolvió sana y salva...
También los médicos, cuya pericia y .saber
en nada merma la creencia de una intervención
divina, con una modestia que enaltece grande­
mente su brillante trabajo, reconocen como
un verdadero favor del cielo la perfecta cura­
ción de mi amada Aureita. Y hoy cumplo gus­
tosa mi voto, enviando una limosna a la Auxi­
liadora de Don Bosqo, junto con la siguiente
declaración del médico de cabecera.
« La niña Aurea, hija de la Sra. Baronesa
Testaferrata Abela, por haberse caído de un
balcón, sufrió una fractura extensa del cráneo,
que afectaba a toda la parte superior a lo largo
de la sutura coronaria, y llegaba hasta la base
«;a la región del hueso frontal. La lesión era de
gravísima importancia, poniendo la vida de la
niña en peligro inminente. Esta no recobró el
sentido hasta el día siguiente a la caída, y a
causa del hundimiento de una parte del hueso
frontal, hubo necesidad de.proceder a la tre­
panación del cráneo, para extraer el ht*;50
hundido, operación que se llevó a efecto en
el hospital. Digno de notarse es que la niña des­
pués de la operación, no se quejó nunca de
dolor de cabeza, síntoma que se observa des-

_

gi _

pués de operaciones de esa naturaleza e im-.
portancia ».
Malta-Siiema,

29 de Judío de 1919.

E . H.
L

u is a

M

Ferro,

a iu a

Médico Dr.

Testaferrata A

bela

,-

Baronesa de Gomerino.
Después de haber sufrido durante varios años
una grave enfermedad en el ojo izquierdo, cuando
gracias a costosas curas había recobrado un poco
la vista, me sobre\úno la catarata. Consulté a
varios médicos, y no se resolvían a operarme, por
temor de complicaciones. Así pasaron largos nieses.
Hiciéronse entre tanto muchas oraciones al Vcii.
Bosco. Al fin fui a ver a un oculista quién, contra
io que antes había opinado, se resolvió a operanne.
Hice una .visita a la tumba de Don Bosco: y la
operación salió felizmente, lo mismo que una se­
gunda complementar que se me hizo después, y
sin haber sobrevenido ninguna de las complica­
ciones temidas, antes habiendo recobrado bastante
la vista.
Estos felices resultados, reconozco que los debo
en gran parte a la intercesión de Don Bosco, porlo­
que le tributo este público homenaje de gratitud.
M ayo d e 1919.
A . BOSIO.

Hallándome en trance muy apurado acudí al
Vble. Bosco, para que intercediera i>or mí cerca
de Jesús y María Auxiliadora. Vino el remedio
con tanta presteza, que no puedo menos de reco­
nocer el prodigio. Pido al Señor que pueda ver
pronto elevado a los altares a su fiel Siervo; y a
éste, que siga protegiéndome por toda la vida.
Trofarello, 16-2-1919.
M a g d a l e x .\ S.\ s s o .

Mi hija -de 13 años enfermó gravemente de
fiebres, que tras una larga diagnosis fueron de­
claradas tifoidales, y me la pusieron a las puertas
de la muerte. Mi hija religiosa, me recomendó acu­
diera con una novena y pusiera a la enfermita una
reliquia del \Tjle. Bosco. Hícelo así y nnles de
terminar la novena, la amada enfennita .comenzó
a mejorar y hoy goza de salud más robusta que
antes de estar enferma. ¡Al \T>le. Bosco nuestras
más rendidas gracias!
M irabello M onferrato, 17 enero 1919.
F r a n c is c a G io v a n o l a .

Por Domingo Savio.
La devoción y santos ejemplos de este ilustre
modelo de los niños, va abriéndose paso y ga­
nando terreno de día .en día.
Desde muchas partes se nos viene pidiendo
que esbocemos un reglamento para, sociedades
Centros o Círculos, que toman por tíl^ o el
nombre de « Domingo Sa\-io ».

L

Como esas agrupaciones tienen, fines particu­
lares y organización muy diversa las unas de las
otras, no es posible trazar una pauta común
para todas.
Con todo, los siguientes puntos, que resumen
las enseñanzas principales que nuestro Santo
niño aprendió en la escuela de Don Jlosco, croe­
mos que deben ser tenidos en cuenta por todos
los que aspiren a seguir sus pisadas y a vivir
de su espíritu.
I* Imitar a Domingo Savio en practicar y
propagar el amor y devoción a Jesús Sacraiiicnt 'iln y a la \’'irgen Sina. Tómesele también
por v' ha<lo ‘ c sua\oycin> • losa caridad hacia
los - o- •
y de sana ; san’.:i alegría coiih
. ■ iqjí.hu del
.
2® Procurar con solicitud y celo la recíproca
edificación y santos ejemplos entre los compa­
ñeros y la corrección y enmienda de los más
disipadillos, la aplicación al estudio y al tra­
bajo, la instrucción religiosa y la difusión de
los buenos libros y periódicos.
Todo asociado debe considerar como una
obligación suscribirse a varias publicaciones
católicas diferentes (semanarios, diarios o men­
suales). y hacer que lleguen a manos de muchos
y tengan el mayor número de lectores posible.
3° Por poco que se pueda, reúnanse los socios
una vez al mes siquiera, a colación espiritual,
para tratar del modo de adelantar en la piedad
y la \-irtud, y de las obras que se podrían em­
prender, según el fin e instituto de cada Aso­
ciación. Tales conferencias sean presididas y
gobernadas por una persona experta y auto­
rizada.
Respecto al punto 3®, nótese que los socios
se pueden poner de acuerdo, para tomar re­
vistas diferentes el uno del otro. De este modo
se logrará introducir y hacer circular en la
asociación u Oratorio I'estivo, etc. cierto nú­
mero de publicaciones de variada lectura.
Dígase lo mismo de los libros, los cuaUs pueden
constituir una excelente bibliotequita circu­
lante.
D. José Durán da gracias al angélico jovenrito
Domingo Sa\áo, a quién encomendó el feliz éxito
de operación sumamente peligrosa que debía
hacerse a su hijo José. Comenzada una novena de
oraciones, la operación se realizó muy felizmente,
por lo cual agradecido cumple la prome.sa de dar
publicidad a la gracia y ofrece una limo.sna.
Mando una limosna de 2,50 ptas. para la Causa
de Canonizacite del Santo jovencito Domingo
Savio, cumpliendo la última voluntad de la finada
Da. María Torrent, que había alcanzado una gracia
por su intercesión.
S an F elíu d e G uízols, 22-4-1919.
C o .S’ CEPCION \'INGAS.

r


A U R A S D E L TIBID A BO .
La Obra del Sdo. Corazón de Jesús en Tibidato
estú de fiesta. Acaba de recibir un augusta prenda
de amor y benevolencia, de las manos más sagradas
y augustas que hay en la tierra.Sobre la más her­
mosa obra de Don Bosco en Bspaña, ha recaído
una bendición señaladísima del Padre Santo.....
Pero dejemos a María Victoria la palabra, para
que nos cuente con su delicada y elegante pluma
y vehemente y apasionado acento la feliz noticia:
SAC R IFICIO AUGUSTO.
Día de júbilo, día de gloria, día de bendición,
fue para el Tibklabo el día 28 de Septiembre.
España que desde su consagración al Corazón
Divino en el Cerro de los Angeles, sintió crecer
en ella todas las manifestaciones de amor al Sa­
grado Corazón, líspaña ha recibido un nuevo sa­
crificio, una Ijendición altísima, un sacrificio au­
gusto, que nuestro Santo Padre Bene<licto ha
<ledicado al Templo Nacional; a este Templo del
Tibidal)o que, segiui es:i>resión alentadora de Su
Sautitad, atraerá sulla diletta Spagna l'abbondanza
dei favori celcsti (i).
Encontrándose en Roma Don Vicente Schiralli,
sacerdote snlesiano, encargado de las obras del
Templo, solicitó una audiencia de Su Santidad
el Papa, para ofrecer unas fotografías y la exjjresión de inmensa gratitud por las bendiciones e
indulgencias concedidas al Templo Nacional. La
audiencia fué señalada para el día 28 de Septiembre;
y al ix'uetrar Don Vicente Sdüralli en el salón
jwntificio, fué grande su soiqjresa e inmensa su
emoción, viendo levantarse al Santo Padre y abrir
sus brazos y dirigirse a él exclamando: « ¡Oh el
Tibidabo! ¡El Tibidabo de los sacrificios, la joya
do E.spaña! » Hízolc sentar junto a Sí, admiró
las fotografías, pidió una relación detallada de
« los sacrificios portentosos que tantísimo con­
suelan »; y esjx>ntáneamente, sin que mediara
petición alguna, sin que ni remotamente se hu­
biera pensado en ello, dijo el Santo Padre: < Yo
un granito de también quiero ofrecer mi sacrificio;
quiero tener arena en ese prodigio de amor, le daré
cinco m il liras. — eCir.co mil liras? ¡Oh Santidad!
¡En la ix'uuria actual de la S¿mta Sede...! ». V
el Santo Pudn.' U'puso: «¡ICsU:
<-l sacrificio! ■>
¡Sacrificio iK'mUto. sacrificio augusto, sacrificio
corona de ttxlos los sacrificios ipie labran las pie­
dras y pulen lius maravillas del mil.agroso Templo!
|Beudicii>u de Cristo que su Vicario en la tierra
nos trasmitía! ¡Verdadero don de Dios, que una
vez nuis .si'ñalaba a todos los españoles la cumbre
expiatoria del lib id abo Ix'nditol
A
sí; pues cuando él Simto Padre entregó
las cinco mil liras, juntó a,ellas una hennosa fo­
tografía de S. S. con el siguiente autógrafo escrito
en español: - Felicitamos al distinguido arqui­
tecto Don línriquo Sagnier por la *.>bra del Templo
Nacional que está constnuTtido en el Tibidabo
:Barcelona) en honor del Sagrado Corazón de Jesxis;
(i) C arla d el Em m . C.irdenal G asparri de 7 de m atio
de 1919.

92



y bendecimos no sólo a él sino á todos los que de
cualquier modo le asistan y le ayuden en llevar a
cabo una obra tan magnífica *.
¡A todos los que de cualquier modo le asistan y
le ayuden! A las almas buenas que por esta obra
se sacrifiquen: a las almas puras que por ella nie­
guen; a los pobrecitos que por ella piden, a los
escritores, a los oradores y a los periódicos que
publiquen sus maravillas. ¡A iodos los que de
cualquier modo le asistan y le ayuden, concede
el Santo Padre su bendición!
¡Día de gloria, día de júbilo, día de bendición
fecunda, fué para el Tibidabo fue el día 28 de
Septiembre! ¡Gloria al Señor!
M . VlCTORI-'^.

De los [oleiios de las Hijas de Mana Smilladota
BUENOS A IR E S. — U n a h e r m o s a i n i c i a ­
— Las Hijas de María del « Colegio de María
Auxiliadora de A hnagro, han sabido encontrar una
preciosa manera de honrar a su Inmaculada Madre,
que sin duda les debió inspirar algún ángel bueno.
Como gentiles jardineras, quisieron hacer un. her­
moso ramillete y lanzáronse por esos pensiles de
Dios en busca... de capullos, esto es, de niñas,
que a pesar de estar bastante creciditas, no ha­
bían hecho aún la primera Comunión: atraíanselas
con afabilidad y delicadeza, y las llevaban luego al
Oratorio Festivo, donde eran con admirable arte
instruidas y preparadas. L a cosecha fué abundante:
fueron ochenta los tiernos corazones que llevaron
de este modo al Corazón de Jesús el dia de la In­
maculada. ¡Magnífico ramillete por cierto!
Además, a cincuenta de esas niñas se Ies propor­
cionó el* ambicionado vestidito blanco y demás
prendas necesarias para al solemnísimo actb. I.us
gastos fueron sufragados por un grupo de cari­
tativas damas: un caballero muy devoto de la
Sma. Virgen regaló 200 rosaritos blancos, para
las ciento ochenta niñas que comulgaron dicho día
por primera vez en la Capilla del colegio.
Esta, dice la crónica, ofrecía un as] ecto d* .-,
lumbrador: resplandeciente de luces, inundada
de flores, sembrada hasta el fondo de nrieas ves­
tiduras y blancos y ^•aporosos velos, vestida en
fin de sus mejores galas, mientras henchían el
ambiente suaves melodías por delicadas y virgi­
nales voces ejecutadas: ¡un rinconcito del cielo!
Otro tanto puede decirse de las jóvenes Exalumnas del Oratorio de las H ijas de María A. de la
/ioca, las cuales, en unión de un grupo de piadosa^
señoras se industriaron en recoger fondos y preparar
a las niñas oratorianas a la Primera Comunión,
logrando de este modo reunir y llevar trescientas
de ellas al banquete de los Angeles, en la Parroquia
Salesiana de San Juan Evangelista de esa popu­
losísima barriada de Buenos Aires. ¡Qué hermoso
espectáculo ofrecerían esos trescientos angelitos,
todos blancos en el cuerpo y en el alma, y con qué
placer y maternal ternura los miraría la Virgen
Inmaculada!
t iv a .

— 93 —

o

En los Oratorios Festínos.

(X > 0 0 0 -0 0 < H H H H >
ESTFLLA (Navarra). —

L os O r a t o r i o s F e s ­
n i d o . — E n esta po­
blación navarra funcionan desde algunos años
dos Oratorios, uno para niños, puesto bajo la pro-i
tección de la Virgen de Don Bosco, y el otro para
niñas. Reina en ellos el espíritu de nuestro \Tjle.
Fundador, de lo que es prueba auténtica e irre­
fragable el que, a despecho de los apuros vestrecheses,de todo genero, llevan una ^^da exuberante
y provechosa.
A la n iñ e r a de las Obras de Don Bosco y de
todas las de Dios, comenzó ahí la obra providencial,
con las proporciones de un granito de mostaza y
hoy comienza a echar tallos, hojas y flore.s, para
cobijar a todos los pajaritos de la población. Ved
aquí lo que se proponen sus infatigables funda­
dores y sostenedores, que no son religiosos, sino
sacerdotes seglares, llenos de celo por la salvación
de las almas.
■ El Oratorio Festivo de niños lleva ya gasdadas más de lo.ooo pesetas en obras. Con ellas
ha rodeado de preciosas tapias la finca que antes
se denominaba la Rambla y que generosamente
íué donada por Da. María Vicuña. H a levantado
uu hennoso cubierto de porland armado de 21
metros de largo. H a edificado dos pequeños edi­
ficios. uno para recojer y guardar los juegos y
demás utensilios y otro para las imposiciones de
la mutualidad escolar. H a hecho un juego de pe­
lota, así como una hermosa plantación de árboles,
que han de hermosear mucho la finca, aparte de los
aparatos de gimnasia y alguna otra cosilla.
Pero le falta lo principal, que es un .salón que
sir\-a para dar escuela a los analfabetos, todos los
domingos, así como escuelas nocturnas durante
los meses de invierno y que se podía utilizar para
establecer en él una escuela de artes y oficios: en
él además se rezaría el Santo Rosario, se daría
una explicación de Catecismo y todos los domingos
y días de fiesta se representaría algmia obrita de
teatro ó se exhibiría alguna película de cine para
diversión de los jóvenes.
El plano del salón que tiene unos 19 metros de
largo pwr 10 de'ancho existe ya y fué hecho por el
competente arquitecto D. Luis Larrainzar, a quien
estamos profundamente agradecidos. Unicamente
faltan las pesetas para realizarlo: ¡15.000 pesetas!
Como quien no dice nada
¡.Animo y adelante! L a obra es buena y santa:
Dios debe tenerla por suya: E l les ayudará.
t iv o s .



E

n san ch an d o

Et

PUEBLA (Méjico). — U n a v t s it .\^ i l u s t r e . —
El domingo 21 de Septiembre tuvo lugar en el
Salón-Teatro de este Oratorio de San Francisco
de Paula ima fiesta dedicada al Hmo. y Rmo. Sr.
Dr. D. Enrique Sánchez Paredes, nuestro amado
P; -lado y a los esclarecidos - Caballeros de Colón .
Tan grande era el entusiasmo que animaba el
corazón de catequistas y niños, que no fué capaz
de entibiarlo una lluvia pertinaz que cayó durante

IL

los cuatro días precedentes. Amaneció el domingo
y con él, el cielo nublado.
Como a las 9 a. m. empezó de nuevo la llovizna,
poniendo a dura prueba la confianza de nuestros
organizadores. Para hacerse cargo de la situación
conviene saber qüe el Oratorio se enciieutm cu
uno de los barrios más apartados de la ciudad,
lo que hace incómoda su visita a los que viven
lejos, y que sólo cuenta con un magnífico ])ntio
de recreo y el Salón-Teatro que sii^'c también
para guarecerse de la lluvia.

Todo estaba listo, pero el agua .seguía cayendo,
y a la una y media de la tanle pauvió <jue se
vertía sobre la ciudad toda el agua del ciclo......
pero fué para ce.sar. A las dos. ya no llovía. La
vSma. \’irgen Auxiliadora otorgó la gracia. Llega­
ron los niños contentísimos, se engalanó conve­
nientemente el i>atio y el Sillón; se dió el último
retoque a los preparativos y gracias al pronun­
ciado declive, el patio convidó a jugar.

T.os chicos, que no se hacen del rogar a talca
invitaciones y que a esas horas llenaban comiúetamente el amplio local (ordinariamente concurren
a este Oratorio, no menos de ochocientos niños),
corrieron luego a ocupar los volantines, trapecios
y demás juegos instalados y otros se dedicaron
a patear a sus anchas los balones.
A las 3 de la tarde la Banda del Internado dió
una selecta audición musical hasta las cinco, hora
en que llegó el lim o. Sr. Arzobispo, a quien hacía
corona una escogida y numerosa concurrencia y
los Sres. Caballeros de Colón. Fueron recibidos
con una estrepitosa salva de ^-ivas y atronadores
aplausos que al son de la música y los cohetes
expresaban muy bien el tierno cariño hacia el
amadísimo Prelado.
En .seguida un grupo de jóvenes gimnastas eje­
cutó algunos ejercicios a la barra fija, con no­
table limpieza y habilidad, siendo muy aplaudidos.
El Ihiio. Sr. entró después en el teatro en que
más de mil doscientos niños oratorianos le espe­
raban ansiosos.
El Programa de la función se de.sarrolIó con
toda regularidad. demo,slrando los pequeños ar­
tistas gracia y buen gusto en el desenqxíño de sus
respectivos papeles. Se puso en escena el senti­
mental boceto « El disco de la muerte » y el gra­
cioso sainete c Ix)s dos sordos » alternados ton
algunas piezas de banda, un díscursito de ofreciniiento y un dialoguito.
E l limo. Sr. Arzobispo cerró la función con
broche de oro, dirigiendo a los presentes una breve
alocución. E n ella dió las gradas por la fiesta y
después de encomiar con muy expresivas pala­
bras los Oratorios Festivos, recomendó su soste­
nimiento. manifestando su ardiente deseo de que
se multipliquen, no s<^o en la ciudad, sino en toda
su Diócesis.
A las siete todo había terminado; los pre­
sentes quedaron agradablemente impresionados
por la simpática sendUez del ambiente oratoriano
y los Salesianos altamente agradecidos a las
finezas del amadísimo Sr. Arzobispo Dr. Sánchez
Paredes, y por la bondadosa asistencia de los Sres.
Caballeros de Colón.

P O R Eb N U N D O SfIbESlílINO
A.

/VIORELIA (Méjico), — I''iesta e n h o n o r DEr,
S r ARZíjmsi’O. — K1 día 7 de diciembre la ciudad
de Morolia se euRlauó y vistió de fiesta para celeorar el feliz regreso de su amadísimo Pastor y
Padre y manifestar jx>r él su vivísima gratitud
u María AuxiIi¿idora en una solemne función de
gracias en su Suntuario. Desde la madrugada todos
los vecinos adornaron sus casas con banderas y
enramadas en obsequio de S. S. lim a. A las siete
.‘1 Prelado celebró el Santo Sacrificio de la Misa
y (lió la comunión a varios centenares de niños
del Colegio adjunto y a los fieles devotos de María
Auxiliadora y Cooperadores salesianos, que eran
•m gran número.
A las diez confirió el sacramento de la Confir­
mación a varios ídíinmos y a otras muchas per.sonas (jue lo solicitaron., Tin la comida fué acom­
pañado S. lí. Rma. por las personas principales
de nuestra sociedad. A las 4' y media de la tarde
dirigió lu palabra a los fieles que llenaban por com­
pleto la iglesia; se cantó el Te Deum y se dió la
Bendición con el Smo. Sacramento.
Terminadas las sagradas funciones, se pasó al
suhín de actos, donde en obsequio dcl Sr. Arzobisj» .se representó una funcioncita teatral. Púsose
en escena el precioso drama « San P.ustaquio >o « I,u Familia de los Mártires ». Aquellas tiernas
e.scenas en que el valeroso general romano confiesa
paladinamente su fe y por amor de ella se ve de.^terrado, .separado de la familia y vierte al fin jimtamcirte con sus queridos liijitos su .sangre gene­
rosa, prefiriendo la palma del martirio a los lanreles d(il triunfo, arrancaron lágrimas a toda la
concurrencia, quizá iJOrque renovaban dolorosos
y no muy lejanos recuerdos. Kn los entreactos
la banda de másica de la Casa tocó algunas piezas
y se recitaron poesías.
Un obsequio que agradeció muchísimo nuestro
querido Prelado fué la Medalla conmemorativa
dcl 500 aniversario de la Dedicación de la Basílica
de María Auxiliadora, que nuestro Rmo. Stij)erior
Ocncral, Don i ’ablo Allx;ra. envió para él expre­
samente.
Fn fin nuestro amado Pastor, en el discursito
d e . desixídida que dirigió a todos los reunidos
después de la función, se mostró muy complacido
y satisfecho del día ¡>asado en compañía de los
hijos de Don Bosco y ex|>resó el deseo de coronar
!i .María .1 uxiiiadora con una corona de oro.-en acción

de gracias f>or su felic regreso a ¡a Diócesis.
No hay duda que los fieles de Morelia, agrade­
cidos a la celeste Auxiliadora, que tan proWdencialntcnte les ha conservado y restituido a su
amado Pastor, contribuirán con sus generosas

oblaciones a que pueda realizar cuanto antes el
piadoso deseo en esta ocasión expresado.
SANTA ANA ( E l Salvador). — C e a u s u e a d e e
ANO ESCOEAR EN EE COEEGIO fl S a N J o SE ». —

Del 16 al 21 de septiembre se verificaron en este
Colegio los exámenes de fin de curso. I.os nuevealumnos del tercer año de Comercio fueron apro­
bados todos con brillante resultado. Pero en este
Colegio, como obra genuinaniente salesiana, que
se inspira en la.<5 enseñanzas y espíritu del Ven.
Juan Bosco, ocupa el puesto (íe honor la instruc­
ción y educación religiosa. Prueba de ello es él
examen de Religión que se efectuó el 5 de octubre
con gran s</Ic-ranidad de el salón de actos. Presidió
el Dr. Cornelio Lemus, ex-ministro y ferviente e
ilustrado católico, y asistieron varias personas
principales de la sociedad Santaneca. Versó el
examen sobre los Mandamientos y la Jloral Co­
mercial, habiéndose explicado los años anteriores
el Credo y los Sacramentos; de modo que en los
tres que comprende la carrera de Comercio, se
explica un tratado completo de Religión.'
E l día IT, en el mismo salón verificóse ante
numerosa concurrencia un certamen de Catecismo
entro los alumnos de Primera Enseñanza. Lo
niás notable de esta noble contienda fué la libre
discusión que se entabló entre los 15 iiltimos com­
petidores, la cual demostró que los alumnos se
habían apropiado no sólo la letra, sino también
el contenido y substancia del libro. Resultó esta
discusión tan inteies.ante y provechosa, que se ha
acordado establecerla como regla para los certá­
menes. que cii adelante se celebren.
E l 19 dcl mismo mes se conmemoró en esta
ciudad la Fiesta de la Raza (trasladada a este día
por la muerte del ex-prgsidente Don C. Meléndez).
Invitado por las Autoridades, contribuyó a la
solemnización cl Club t Unión » de este Colegio,
llevando a efecto un Gran Certamen Gimnáslic(D
en el Campo de Marte, al que concurrieron todas
las Escudas de la Ciudad, y un grupo de militares.
E l festival tuvo un éxito brillantísimo, superior
a toda expectativa, de lo que no puede menos que
felicitarse el Colegio de San José por la parte que
él tuvo y haber sido el iniciador del mismo.
Parte imp<Drtaute de estas fiestas de aáusura
del Curso fué la colación de títulos de Profesor
de Comercio y Tenedor de Libros que se hizo a
seis aluumcs que tenninaron la carrera: Don Ro­
drigo Jiménez. Don D a d d Abrego, Don Abelardo
D-az. Don Aquiles Ramírez. Don Armando Guerra
• Den Rafael Renderos. Cada uno de ellos desa­
rrolló una tesis, que fueron respectivamente: t !

— 95 —
Contrato. E l Crédito,' E l Aiwrro, La Marina Mer­
cante, Progreso Industrial Económico y E l Sistema
Métrico. Cada dos tesis emplearon un día y en
ellas sobresalían, como prendas más estimables,
la aplicación que Hacían del trabajo al país, la
competencia con que sostuvieron sus respectivas
proposiciones y el método objetivo con que las
ilustraron.
Hay que observar que para otorgar el título
de Profesor Mercantil y Tenedor de Libros, el
Colegio exige que el alumno sea aprobado por .
unanimidad en todas las materias y tres meses
por lo menos de práctica en mía Oficina Pública o
Casa Comercial acreditada, cuyos jefes finnaii
luego el Título el alumno, para que se recomiende
por sí solo.
Finalmente el día 26 se cerraron todos estos
actos con la solemne Distribución de Premios, en
la que el Dr. D. Ezequiel Olavarrieta pronunció
un lienuoso discurso, poniendo de relieve lo opor­
tuna y eficaz que resulta la obra educadora de los
Salesianos en la América Central, dadas las con­
diciones morales y políticas de ésta. E n este
acto, después • del reparto de los premios,
hízose entrega de los Títulos facultativos a los
nuevos graduados, que se presentan a la sociedad
con las más sólidas garantías de aptitud profe­
sional y honradez acrisolada.

^instrucciones y pláticas corrían a cargo del P. Luis
Costamagna, Salesiano. A l fin de ella hubo 58
bautismos, 5 matrimonios y muchfeimas comu­
niones. Repartiéronse con profusión libros, fo­
lletos, estampas, etc.
De tan halagüeños resultados corresponde una
buena al Sr. Cura-Párroco y Señoras Cooperndi>rns,
que ajroyaron la acción del misionero, moral y
materialmente.
E l 30 de noviembre, en que se celebraba la
fiesta, predicó el P. Pedeiuonto, quien además
impuso la sotana a un novicio salesiano.
— E l mismo día 30 en el Colegio t Don Poseo »
de esa ciudad se tributó un caluroso homenaje
de gratitud al Dr. Adrián M. Veces, uno de los
más antiguos amigos y generoso bienhechor de
Ta Obra Salesiana en el Sud-Argentiim. Se le ofreció
piíblicamcnte una placa artística en que coiustaba
en letras de oro el tc.stimonio de agradecimiento
de los Superiores y Alunmos de la Casa.

MENDOZA (Argentina). — Los E x pi ,OR^vD o x BOSCO EN EXCURSION. — Una
Un brioso escuadrón de dentó cincuenta niños y
jóvenes mendocinos, Exploradores de Don Bosco,
uniformados y equipados de todo punto, a últimos
del pasado diciembre hideron una excursión a la
Capital argentina, donde fueron objeto de férvidas
aclamaciones y fraternales y cariñosos agasajos
por parte de sus compañeros, pueblo y culta so­
ciedad bonaerense.
X’i.dtaron la Escuela de Aviación Militar de ♦ El
Palomar », donde fueron recebidos caballerosa­
mente por el distinguido Director, Ten. CoroiK 1
Obligado, y presenciaron varios vuelos.
Uno de los Padres profesores acompañantes 1c:í
dió allí una conferencia histórica.
Al día siguiente, los excursionistas rindieron
un cariñoso y cristiano tributo de gratitud a la
memoria de la distinguida y piadosa dama Sra.
Kuriqueta Alais de Vivot, difunta Presidenta de
la Junta de Sras. Cooperadoras Salesianas, visi­
tando su tumba, donde colocaron una placa, al
paso que el ex-alumno Sr. Samperio y el Padre
Director del Colegio Pío IX , la conmemoraban en
densos discursos. — Visitaron también las varias
ra«tgg galfXM'gti.iR de la Capital y sus alrededores:
y el domingo 28, obsequiaron con una brillante
fiesta a los Sres. Cooperadores Salesianos de Buenos
Aires, a quienes dirigió la palabra en tal ocasión
Mons. Orzaii, dignísimo Obispo de Cuyo.

Srta. Da. Ana Viya y Jáuregui.

DORES D E

B.AHIA BLANCA (Argentina). — U n N oraFRUCTIFERO. — En preparación a la fiesta
de la A'i^en de la Piedad, Patrona del Colegio
Salesiano adjunto, predicóse en su iglesia una noreua, que fué sumamente concurrida, y alcanzó
muy hermosa cosecha de frutos apostólicos. T.as
n a r io

Murió santanrente en Cádiz el día 27 de diciem­
bre de 1919, a los 81 años de edad.
Esta piadosísima y rirtuosa dama vivió ro­
deada de la admiración, afecto y gratitud de miles
de corazones y murió llorada ¡xjr toda una gran
ciudad. Con ella se ha extüigüido una ilustre fa­
milia, que dedicó sus inmensos caud.ales exclusi­
vamente a socorrer miserias y promover el
esplendor del culto y Casa de Dios.
La Srta. Ana siguió fielmente las santas tradi­
ciones de su.s padres: la Catedral y Seminario de
Cádiz guardarán eterna memoria do su muni­
ficencia. Sir\nó a Dios con sus riquezas, no sólo
procurando el decoro de su Casa, sino remediando
sobre todo las necesidades del prójimo. Todos Ibs
menesterosos y obras pías de la ciudad tuvieron
en Doña Ana una .segura providencia, J^os gene­
rosos sentimientos de su corazón la impulsaron
a hacerse madre y protectora de los pobres huerfanitos, fundando con sus bienes el « Asilo-Escuda
de
Ignacio í en Extramuros, cuya dirección
confió a los Salesianos. Allí se han educado en la
religión y piedad , al paso que aprendían un arte
u oficio o se encaminaban en los estudios, muchos
centenares de jovefteitos, para quienes Doña Ana
era, más que bienhechora, una verdadera madre.
Los niños sabían que a ella debían el sustento
ordinario, que ella les vestía y abrigaba; y le pro­
fesaban en cambio la veneración y afectuoso
cariño de hijos.’ La venerable anciana a su vez
gozaba de verse rorleada de los pequeñuelos: par-

— 96 —
ticij)aba de sus fiestas, inten'enía en sus esparci­ que se le llevara el santo Viático con solemnidad.
mientos teatrales y gustaba de mezclar sus a le­ ,para dar ejemplo al pueblo, como ella decía.
jarías, sonrisas y lágrimas con las lágrimas, son­ Estando facultado para ello, le administré en su
risas y alegrías de sus protegidos: ¡hermosos proplena lucidez, que no perdió hasta el postrer mo­
<Iigios de la tierna y delicada caridad cristianal
mento, todos los Auxilios espirituales; le rocelista hizo que la vSrta. Viya, a quien el Señor no
mendé el alma y la entregó a Dios' con una pla­
había llamado a fonnar un hogar, prodigara
cidez tal, que apenas nos dimos cuenta de ello....
cu cambio calor y ternuras de madre a centenares
Y o he perdido una segunda madre; su prudencia
de chicuelos, a f|uicnes la orfandad o la pobreza
y sus consejos me hacían caminar con paso seguro
azotaban con sus rigores. Esto le valió a la piaen muchos negocios arduos y delicados.....»
Su entierro fué una imponentfeima manifestadiosa'señora verse correspondida en vida y acom­
pañada hasta el sc])ulcro del amor de esos inonión de duelo, a la que asistieron todas las Auto­
ante.s y agradecidos corazones, además de la
ridades y una muchedumbre iiamensa. Querién­
felicidad ejue el Señor y la conciencia dan a gustar
dose despedir y dar una última muestra de amor
a los que obran el bien.
a sus queridos huerfanitos, dejó dispuesto que .su
I'lste hermoso ejemplo quisiéramos que coilsí- cadáver, al ser llevado a la sepultura, pasara por
deiaran seriamente aquellas jxírsonas hacendadas
el Colegio Salesiano ¡x)r ella fundado: así se hizo.
(¡ue pudiendo disponer libremente de sus bienes
Allí le dieron los niños su último adiós, mezclando
como la Srta. Viya, esperan a la hora postrera
las lágrimas con sus oraciones.....No la olvidarán
])ara hacerlo, privándose de imponderables mé­ jamás: siempre habrá quien llore y ruegue sobre
ritos delante de Dios, de dichas y gozos inefables su turaba....
en esta vida y, lo que es más de lamentar, dejando
Aunque es de esperar que ya estará al lado de
sus riquezas expuestas a las mil contuigencias
María Auxñiadora y de nuestro Padre D. Bosco
que provienen de las interjiretacioiaes, intrigas gozando del premio de sus .santas obras, con todo
y ambiciones ajenas, <}ue en la mayoría de los la recomendamos a las oraciones de todos nuestros
casos frustran las más piadosas voluntades y los amigos por si hubiese de satisfacer aún alguna
unís santos propósitos. No en vano advierte un
deuda a la rigurosa justicia divina.
refrán, tmi cristiano como cuerdo y puesto en
razón: Más alumbra una candelica delante y a la
Don Emilio Beltrami.
vista, que una antorcha a las espaldas.
[Dichoso quien, como doña Ana, al morir lleva
Murió cristianamente en Cádiz el i i de enero
]K)r delante un cúmulo de buenas obras realizadas,
de e.ste año.
ya asentadas en el Haber, para el tremendo y
Este benemérito Cooperador Salesiano, cumriguroso ajuste de cuentas último!
])lido caballero y cristiano feiv'oroso, era el Admi­
Esta ilustre Cooperadora Salcsiana cultivó nistrador de la Srta. Da. Ana Viya (q. e. p. d.) a
además con esmero y estuvo adornada de las más
(luicn siguió a la tumba a la distancia de quince
bellas virtudes cristianas, mayormente de una días. Fué el brazo derecho de esta dama en todas
modestia y humildad profundísima, que le hacía sus benéficas hazañas, y a él se debe en parte la
huir de todo mido y ostentación en sus colosales fundación dcl « Asilo Escuela de San Ignacio »
empresas caritativas y preferir hacer el bien a de Cádiz.
escondidas, según aconseja el Evangelio. Parejas
El Señor ha llamado a Sí, precisamente cuando
con su caridad y modestia corría su piedad y
más necesaria e insustituible parecía su inter­
e.spíritu de devoción: pt>r esto no os de maravillar,
vención en la actuación de las últimas voluntades
que coronase su larga y santa vida con la muerte de la ilustre finada, particularmente por lo que
preciosa de los justos.
se refiere al definitivo establecimiento de la Obra
líl Rdo. Don Joa(¡uín Brcssáii, Director del
Salesiana en aquella ciudad. ¡Sean adorados los
Asilo de San Ignacio, que la asistió cu sus liltimos di^^uos designios!
momentos, escribe lo siguieiitc: * T uto una muerte
Recomendamos el alma de Don Emilio a los
envidiable: no calx' mejor. Mostraba una resigna­ piadosos sufragios de los Sres. Cooperadores, y
ción y mi ilesco de volar a Dios, que me tenían
on nombre de la Congregación Salesiana y parti­
susjx'tiso: nunca había visto cosa semejante. La
cularmente de la Comunidad y Alumnos del Asilo
enfenneilad, que le duró unos dos meses, la so­ de San Ignacio, damos el más sentido pésame a
brellevó con una ixioiencia ejemplarísima. Cele­ su Sra. Viuda y a sus hijos, Don Luis y Da. Ana.
brábale misa en su Oratorio dos veces por semana
y le dalui la Comunión, i>or la que suspiraba siem­
R . i. P . A .
pre con mucho deseo. No contenta con eso, quiso
Con aprobación de la Autoridad Kclesiástica: Gerente: GEM IN IAN O F E R R A R I.
Establee. T ip .d e la S. A . Int.de la Buena Prensa. Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN
Texto
m
LIB R ER ÍA EDITORA INTERN ACIO NAL DE LA S. A. I. D. BUO NA STAM PA
í '-

1

T O R I N O — C o r s o R e g i n a M a r g h e r it a 174-176 — T O R I N O

NIÑO A HOMBRE

P S E P H R .C K A B Y 5 . J.

Traducido directamente de la 3* Edición inglesa por R o d o l f o F ie r r o T o r r e s , Salesiana
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II complectens Tractatus de Oeo uno ac trino et de Deo c r e a n te ............................... > 6,as
III complectens Tractatus de Verbo incarnato, de Gratía Christi et de Virtutibus infusis » 6,35
IV complectens Tractatus de Sacramentls et do N o v l s s i m l s .................................... » 6,ac

A d v e r te n c ia s * —
Todas estas ediciones se hallan sólo en la Sociedad E ditora later*
macioaal para ia d ifu sió n de ¡a B uena Preasat C orso R egina M argberita 174^176,
T a r í n
(fta lia ), a la cual deben dingirse los pedidos acompañados de su importe. •— E l precio
del franqueo está calculado para cada volumen. — Se hacen rebajas tansolo para los grandes
pedidos. Los gastos de envió son a cuenta del comprador. — Las rebajas son sobre e l precio dei
Hbro, no sobre e l franqueo. — D e la rebaja dis/ruian los Seminarios, Colegios, Institutos.

Marzo de 192c

AÑO X X X V -N . 3

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