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LIBRERÍA EDITORA IN TERN ACIO N AL DE L A S. A. I. D. BU O N A STAM PA
TORINO —Corso Regina Margherita 174-176 —TORINO

JOSEPH RICKABY S. J.

D E N IÑ O A H O M B R E

Traducido directamente de la 3* Edición inglesa por R odolfo F ie r r o T o r r e s , Salesiano.
VoluiTien de 300 páginas
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Ptas. 5 —

Publicaciones recientes

THEOLOGIAE MORALIS SINOPSIS
A uctore P E T R O R A C C A
fírchldicBceeis T au rin a n sls Sacerdos Sacrae Theohgiae Docíors,

8 r e v e opus ex sapientissimis scriptoribus in R e Morali eductum ’ et ad normam n o v l
Juris Ganonici exaratum. — Vol. ( 2 0 x 1 3 ) en 16®, casi 600 págs. Ptas. 12,50

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leu totius Sacrae Scripturae concordantiae iuxta vulgatae editionis exemplar Sixti V P. M.
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Cuatro tomos en 8® mayor

Ptas. 25.

Volumen I complectens Tractatus de vera Rellglone, de Scrlptura, de Tradítione, de Ecciesía Christí Ptas. 6,25 i(
Volumen II complecten.^: Tractatus de Deo uno ac trino et de Deo creante
.
.
.
.
» 6,25
Volumen III complectens Tractatus de Verbo ineamato, de Gratía Christi et de Vírtutibus infusis » 6.25 •
Volumen IV complectens Tractatus de Sacramentis et de N o v í s s i m i s ..................................» 6,25

A d verten cias. — Todas estas ediciones se hallan sólo en la Sociedad E ditora Inter»
nacional para la d ifu sió n de la B uena Prensa, C orso Regina M argherita / 74 - Í 76,
Turin (Ita lia ), a la atal dehett dirigirse los pedidos acompasados de su importe. — E l precio
del tranqueo está calculado para cada volumen. — Se hacen rebajas tansolo para los granda
pedidos. Los gastos de envió son a cuenta del comprador. — Las rebajas son sobre e l precio del
libro, no sobre e l tranqueo. - D e la rebaja disj'rutan los Seminarios, Colegios, Instituios.

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AÑO X X X V - N . II

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N oviem bre de 1920

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Boldín Sak$iano

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" " k i T ' ' ----X u rin — V ia CoUolcngo N. 32.

SUMARIO.
[5 honor de San José • Documento Pontificio . . 275
ftsoro E s p i r i t u a l ............................................................277
278
Saestra Exposición Didáctico-Profesional . . . .
immea Gimnástico In ternacion al..............................280
)e n u e s t r a s m i s i o n e s : Kuang-Tung (China) :
Una excursión al oeste de la Misión Salesiana
de L e n g -N a m -T o u .......................................................282
j Misión Salesiana en el Chaco Paraguayo
. . 290
iblicgrafia
. . . . . ' r. . . . . ' . . . . . 291
;: lto d e M a r í a A u x i l i a d o r a : Caracas, Tunia,
Labateca, Pichindé, Rodeo del Medio . . . .
292

^

Gracias de Maria Auxiliadora ........................................294
Favores del Vble. Juan B o s c o ....................................... 297
.Agradecimiento al Siervo de Dios Domingo Savjo 298
De los Oratorios F e s t i v o s .............................................298
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : Jubileo Sacerdotal —
Ecija, Bnen<\s Aires, Barranquilla, Tucumáu, Sta.
. T e c l a ................................................................................300
Necrología: Emmo. y Exm o. Sr. Dr. D. Victoriano
Guísasela y Menéndez — Exmo. e limo. Sr. D.
Vicente Santiago y Sánchez de Castro — Exmo.
Sr. Don Manuel Girona — Don José Bech — Coo­
peradores Salesianos d i f u n t o s .................... . 30J

En honor de San José

DOCUMENTO PONTIFICIO

El 8 de diciembre de este año se cumplirán
liacuenta desde que el glorioso Patriarca San
losé fué proclamado por el Sumo Pontífice
No IX Patrón de la Iglesia Universal.
El Papa Benedicto X V , gloriosamente reiante, ha publicado un interesante Mo¿w froprio,
)oa el cual invita a todo el Pueblo Cristiano a
JKunemorar solemnemente el quincuagésimo
iniversario de esa proclamación: y al paso
rae exhorta a todos a aumentar su devoción
J casto Esposo de María, toma pie para endeKar rnifl paterna advertencia a los obreros,
:ara que pongan los ojos en el Santo Obrero
fe Xazaret y cierren los oídos a las propagandas
fe odio y rencor que predican los demagogos.
El documento pontificio, lleno de celestial
kibiduría, merece ser conocido de todos.
En obsequio a nuestros. lectores, ponemos
•qui la traducción castellana del mismo, hecha
-on toda fidelidad y diligencia sobre el original
atino y su versión oficial italiana (i).
(t) Advertimos esto, porque nuestra traducción difiere
' pormenores de alguna importancia de la que ha coío por la prensa española.

M O T U P R O P R IO
del SaDtísiiDQPadre BenedictaXV, Papa, par la Divina Providencia.
S o b re lae sagrad as aoIetnnU
d a d e t eo el quin cuagésim o anl*
v e r u r io d e la declaración de San
Jo sé, Esposo de la B . V . M ..
com o P a tró n de la Igle sia UnU
veroal.

ü n acto ciertamente saludable y provechoso
al pueblo cristiano realizó Nuestro Predecesor
Pío IX , de feliz memoria, al nombrar a San
José, Esposo castísimo de la Sm'a. Virgen Madre
de Dios y Padre nutricio del Verbo Encarnado,
Patrón de la Iglesia Univesal: y, pues en di­
ciembre próximo se cumplirán cincuenta años
de aquel fausto nombramiento, hemos creído
que será cosa en extremo útil que se celebre
y conmemore con gran solemnidad en todo
el mundo.
A l echar una mirada al espacio de tiempo
desde aquella fecha transcurrido, descubrimos
la existencia de una no interrumpida serie de
piadosas instituciones, que son una clara mues­
tra del inmenso incremento que ha venido to­
mando de entooc*es acá el culto del santísimo

Patriarca entre los fieles cristianos; pero, quien
considere el malestar y desasosiego que aflige
al humano linaje, sin, duda echará de ver que
es necesario fomentar con mucho mayor em­
peño y difundir y propagar más y más en el
])iieblo esta saludable devoción. En efecto, en
nuestra anterior ivndclica « acerca de la recon­
ciliación de la paz », ya señalamos las cosas que
faltan para restablecer con el mundo el orden
y tranquilidad social, después de la tremenda
guerra; en ella además hacíamos hincapié sobre
las relaciones que deben regir a los pueblos y a los
individuos entre sí. Urge ahora poner la atención
a otra causa de perturbación, mucho más grave,
pues que tiene su asiento en las entrañas mismas
de la sociedad. Es de notar que el azote de la
guerra cayó sobre las naciones al tiempo que
estaban éstas del todo corroídas por el natura­
lismo, la más funesta pestilencia de esta época, la
cual, donde arraiga, mengua los deseos de los
bienes del cielo, apaga el fuego de la caridad
divina, sustrae al hombre de la acción elevadora
y purificadera de la gracia de Cristo y, luego
<iue le ha privado de la luz de la fe y entregádole a las solas fuerzas flacas y corrompidas de
su naturaleza, déjale a merced de las más desen­
frenadas concupiscencias. Teniendo por consi­
guiente los hombres puesto su corazón única­
mente en las cosas perecederas y estando los
})rolctarios divididos de los ricos por un abismo
de odios y contiendas, vino a enconar y exas­
perar más esta lucha de clases la duración y '
magnitud de la guerra, debido principalmente
a que ésta, mientras por una parte produjo
un incomportable encarecimiento de la vida al
pueblo, trajo por otra el improvisado enrique­
cimiento de unos pocos.
Añádase a todo esto el notable menoscabo que
padecieron con la guerra la fe conyugal y el
respeto de la patria potestad en muchísinms
familias, por la razóti de que la separación del un
cónyuge hacía sentir al otro con menos fuerza
el yugo del deber, y la ausencia del padre daba
pie, mayormente a los jóvenes, para permitirse
r.’probables libertades. Como consecuencia de
todo ello hay que lamentar ahora una inmo
ralidad y depravación de las costumbres mucho
m ayiu que antes de la guerra, y que por esto
mismo la llamada cuestión social se vaya agra­
vando por días, de manera que son de temer
las mayores desgracias. Pues, para las espe­
ranzas y deseos de los hombres más malvados,
aparece ya maduro el advenimiento de una
especie de república universal, basada en la
absoluta igualdad de los hombres y comunidad
de bienes, en la que quedarían borradas las
fronteras, suprimida la autoridad del padre
sobre los hijos y del estado sobre los ciudadanos
y desconocida la de Dios sobre la sociedad de los

hombres. Cosas estas que, de llegar a realizarse,
por fuerza habrían de acarrear espantosas cala­
midades, cual las está experimentando ya actual­
mente una no pequeña parte de Europa. A
vista dé ojos se ven los esfuerzos que se hacen
para, llevar a otras naciones por esos mismos
derroteros y cómo el furor u osadía de unos
pocos basta para soliviantar a ingentes muchedmnbres y promover en todas partes graves mo­
tines y alborotos.
Por nuestra parte, desde- luego Nos ha preo­
cupado hondamente este cariz' que tomaban
los acontecimientos, y, siempre que la oportu­
nidad se ha ofrecido, no hemos dejado de re­
cordar sus deberes a los hijos de la Iglesia, como
lo hicimos recientemente con las cartas diri­
gidas al Obispo de Bérgamo y a los de la región
veneciana. Ahora, con igual fin, esto es, para
contener dentro del deber a los hombres de
nuestro bando, que se ganan la vida con el
trabajo de sus manos, doquiera ellos estén, y
para preservarlos del contagio del socialismo,
que es el más acérrimo enemigo de los prin­
cipios cristianos, proponérnosles con vivo enca­
recimiento a San José, para que lo tomen ,por
especial dechado de su vida y le honren como
celestial Patrón.
San José, en efecto, llevó una vida en todo
parecida a la de los obreros: tan es así que
Nuestro Señor Jesucristo, siendo Hijo unigé­
nito del Padre Eterno, qiúso ser nombrado
« el Hijo del Artesano ». Mas ¡con cuántas y
cuán bellas virtudes adornó el obrero de Nazaret su humilde hogar y condición! esto es,
tales, cuales convenía brillasen en quien era d
esposo legítimo de María Inmaculada y tenido
por padre de Jesús, nuestro Señor. — Aprendan,
pues, todos por el ejemplo de San José a mirar
las cosas presentes, que pasan, a la luz de las
venideras, que durarán eternamente; y conso­
lándose de las penalidades inseparables de la
condición humana con la esperanza de los
bienes del cielo, procuren alcanzar éstos, con
un humilde acatamiento de la voluntad di^■ ina,
esto es, con una vida sobria, santa y feiv’orosa.
Y jxu lo que atañe particularmente a los traba
jadores, plácenos recordar aquí las palabras qw
nuestro Predecesor León X III, de feliz memo­
ria. escribió en una coyuntura semejante; pues
soü ellas tales, que no parece pueda decirse nada
más a propósito: « Estas consideraciones deben
bastar para alentar y enderezar las opiniones
de los pobres y de .todos los que viven de sa
trabajo: pues si por una parte nada se opone
a que, dentro de los fueros de la justicia, pro­
curen redimirse de su pobreza y alzaree a m
estado mejor, con todo la razón y la justicia
de consuno les vedan destruir el orden estable­
cido por lar providencia divina. Antes, por d

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277 —

contrario, es necio acuerdo acudir para tales
¿aes a la violencia, amotinar las muchedumbres
i intentar algún golpe, pues esto suele por lo
común acarrear m.alcs mayores y más graves,
que los que se trataba de remediar. Guárdense
|)ues, los menesterosos de fiar en las promesas
le los agitadores, si quieren obrar con cordura:
antes bien, pongan sus esperanzas en el ejemplo
Vpatrocinio de San José y en la maternal caride la Iglesia, la cual se preocupa de su
snerte cada día con m ayor solicitud ». (Enddica Quamquam ■ pluries).
Al paso que irá aumentando la devodón de
los fides a San José, es natural que crezca al
propio tiempo su devodón a la Sagrada Familia
de Nazaret, de la que El fué el augusto Jefe:
pues lo uno brota espontáneamente de lo otro.
Pues José nos lleva como de la mano a María;
y por María vamos a la fuente de toda santidad
que es Jesús, quien santificó las virtudes do
mésticas con su rendida obedienda a José y a
María. Es nuestro ardiente anhelo que a la luz •
de estos sublimes dechados de todas las vir­
tudes, se conformen y reformen las familias
eiistianas. De esta manera, y a que la sociedad
dvñ se cimienta sobre d fundamento de la
familia, es daro que cuanto más se robustezca
y consolide la sodedad doméstica, mediante
el pertrecho de la santa pureza, concordia y
fidelidad entre los esposos, otro tanto ganará
en vigor y fuerza la sodedad civil, que sentirá
correr como una nueva sangre por todas sus
venas, siendo vivificada además por la virtud de
Cristo: y no sólo se obtendrá la enmienda de
las costumbres privadas, mas también un reflo­
recimiento de la disdplina sodal y política.
Nos, por tanto, poniendo una grandísima
confianza en la protecdón de Aquél, a cuya
custodia y solidtud entregó el Señor su Uni­
génito Hijo Encarnado y la Sma. Virgen Madre
de Dios, exliortamos a todos los Obispos del
Orbe católico, que en estos difíciles tiempos que
atravesamos, exdten ahincadamente a los fieles
a recorrer e implorar el auxilio de San José.
Y ya que esta Silla Apostólica ha dado su apro­
bación a no ijocas piadosas prácticas en honor
del Santo Patriarca, prindpalmente la de con­
sagrarle el miércoles de cada semana y la de
honrarle durante todo su propio mes, es nuestra
voluntad que estos cultos, con la recomenda­
ción d d Obispo, sean en cada diócesis, en cuanto
se pueda, promovidos^' practicados. Pero mayor­
mente, ya. que es invocado con razón como el más
eficaz protector de los moribundos, por haber
tenido la dicha de verse asistido en su muerte
por el mismo Jesús y por María, procuren
nuestros Venerables Hermanos favorecer y
apoyar con toda la fuerza de su autoridad, las
piadosas Asociaciones que se han fundado para

implorar la protección de San José en favor de
los moribundos, como son la de la Buena Muerte,
la del Tránsito de San José y la titulada «en
favor los Agonizantes ».
Para conmemorar la publicación de Decreto
Pontificio arriba citado, ordenamos y mandámos que durante el año, a partir del día 8 del
próximo diciembre, se lleve a cabo una solemne
función en honor de San José, Esposo de la
Bienaventurada ^^iIgen María y Patrón de la
Iglesia Católica, en el tiempo, modo y fonna,
que pareciere al Obispo: y a todos los que asis­
tirán a esa íxinción concedemos que ¡iuedaii
lucrar xina indulgencia plenaria y perdón de
sus pecados, con las condiciones de costumbre.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día
25 de julio, fiesta de San Jaime Apóstol, año
de 1920 y sexto de nuestro Pontificado.
B hnedictus PP. X V .
N o olvidemos que /tacemos un precioso regalo a la Iglesia,
aí^procurarlc una ¿uena i'ocacion. N o importa que esta vocaciéit sea para el seminario, las misiones o el claustro:
ella es siempre un iesqro para la Iglesia de Jesucristo. N o
se rechace Jamás a un niño que da esperanzas de vocación
por falla de recursos: gastad vuestra hacienda e id a pedir
limosna de puerta en puerta, si es preciso: J sí por ello vi­
nieseis a estar necesitados, no os preocupéis, pues la Sma,
Virgen os socorrerá de una manera a otra, j> aún milagro­
samente, sí fuera menester.

Vble. Juan Bosco.

T E SO R O E S P IR IT ü a L .
Los Sres. Cooperadores Salesianos cumpliendo
los requisitos de costumbre, pueden ganar /«■
dulgencia pUnaria:
1“ El día que se inscriben en la Pia Ihtióiv
2' Una vez al mes, a elección de cada cual.
3* Una vez al mes, asistiendo a la Confe­
rencia.
4® Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan al Ejercicio de la Buena Muerte.
5® El día que por primera vez se consagren
al Sdo. Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios espirituales
durante ocho días seguidos.
Además, los siguientes días de diciembre:
El día 8, fiesta de la Inmaculada Concepción
de Ntra. Sra.
» » 25, Navidad de Ntro. Señor Jesucristo.
También pueden ganar otras muchas indulgejuiasparciales y gozar de x zú o s privilegios,
como puede verse en el Reglamento o « Cédula
de admisión en la Pía Unión"», a la cual nos
remitimos.

i

Nuestra Exposición Didáctico=Profesional.
Una de las genialidades más admirables en
el Vble. Juan Bosco, es la institución de las
Escuelas de Artes y Oficios y de Agricultura,
para el ajnendizaje de los niños, recogidos en
sus Casas. Grande cosa es salvar a millares de
jóvenes del abandono, miseria y vagancia pre­
sentes; pero es obra además excelente y .sapien­
tísima dotarlos al propio tiempo de una pro­
fesión y habituarlos al trabajo, con lo que se les
asegura una vida honrada y feliz para lo futuro.
Eos dos humildes tallercitos de calzado y
carpintería que el hombre de Dios estableció en
1853 en su pobre casita de Valdocco, pequeños
como dos granitos de mostaza, fueron el germen
de las actuales Escuelas Profesionales .Salcsianas, que funcionan en noventa y dos establecimieiitos y suman en conjunto 588 escuelas o
secciones, con un total de 14.600 alumnos.
Pero la admiración de este extraordinaíio
desarrollo crece de punto si se considera que
éste se ha efectuado por partida doble, esto
es, en extensión y en intensidad: pues al paso
que aumentaba prodigiosamente el número de
las Casas, Escuelas y Alumnos, procurábase
lle\'ar también los métodos didáctico-profesionales a su máxima perfección, siguiendo paso a
paso los adelantos de las industrias. Considérese
el avance gigantesco que han hecho éstas desde
los comienzos de la Obra Salesiana, es decir,
de sesenta años acá, y se advertirá los grandes
esfuerzos que se hant enido que hacer, para no
quedar a la zaga y' poner nuestros artesanitos
a la par de los más hábiles obreros.
Ha sido, pues, necesario organizar nuestras
Escuelas Profesionales en armonía con los
tiempos; para ello se ha debido señalar a cada
Escuela y aún, a cada curso de la misma, un
programa metódico, progresivo, y minuciosa­
mente estudiado: darles maestros hábiles para
el trabajo y el dibujo; dotarlas de las máquinas,
herramientas y demás recursos que contribuyen
a fonuar un obrero bueno y apto por todos los
conceptos.
Todas nuestras Escuelas Profesionales de
Europa y América, cual más cual menos, habíai\ venido efectuando este trabajo de reno­
s-ación y mejoramieuto con excelentes resul­
tados; de ellas ha salido una falange de ope­
rarios. compieiiimfnte formados en su oficio
,’ cspectivo, preferidos por los industriales y,
por lo mismo, candidatos a las más envidiables
plazas; pero esta evolución no se había hecho de
una manera orgánica y sintética y podía recibir
una última mano. Además, dado el extraordi­
nario desarrollo que han alcanzado algunas

industrias, como la metalúrgica y la agrícola,
hacíase sentir la necesidad de la especializadón
dentro del mismo'ramo, y de encaminar a ella
a los alumnos.
La Dirección General de nuestras Escuelas
Profesionales y Agrícolas tomó sobre sí y aco­
metió con entusiasmo estas mejoras sin per­
donar sacrificios de ningún género. Para sacar
los programas didácticos de los diversos oficios,
cosa nueva del todo, aprovechó' la experiencia
de nuestros antiguos maestros, encanecidos
en el ejercicio de esta enseñanza, y los conoci­
mientos prácticos de los más hábiles obreros
de cada especialidad. Con el concurso de estas
personas, se han compilado laboriosamente
los programas profesionales de los diferentes
oficios con las especialidades de cada uno de
ellos, distribuyendo ordenadamente en cursos
el aprendizaje completo y señalando a cada
curso una serie metódica de ejercicios prácticos,
que, adiestrando al ■ alumno a vencer una tras
otra las dificultades técnicas, le habiliten para
cualquier trabajo de su ramo.
Esta empresa ha sido ardua y fatigosa, pues
se ha debido comenzar desde los cimientos, ya
que no existían trabajos similares preexistentes:
y los programas así elaborados y terminados,
expusiéronse al público en unos locales a pro­
pósito del Oratorio Salesiano de Turín, para
someterlos al juicio de personas competentes y
dar una idea de los métodos que se siguen o
piensa seguir en nuestras Escuelas. La Ex­
posición se abrió el día 21 de mayo, en ocasión
de los grandes festejos y Congresos celebrados
por la inauguración del Monumento de Í) od
Bosco, y no ha sido el menor de los números
que contribuyeron aquellos señalados días,
a la glorificación de nuestro Padre.
La Exposición profesional se vió sumamente
visitada desde el primer día, por eminentes
personalidades de todas las clases sociales,
principalmente de la industrial; y la prensa,
sin destinción de colores, le dedicó grandísimos
elogios, y la verdad es que los merecía; no sólo
por la sabiduría con que había sido dispuseta
y ordenada, sino también porque constituí:
un acontecimiento de suma actualidad, único
en su esjjecie.
Para que ndestros lejanos lectores puedan
formarse una idea de la Exposición, la descri­
biremos sucintamente.
*
* *
Divídese en dos grandes salones: imo dedi­
cado a las industrias agrícolas y el otro a las

— 279 —
profesionales o industrias propiamente dichas.
Claro está que no se hallan representados más
que los programas de las industrias ordinarias
que se enseñan en nuestras Escuelas.
Entrando en la sala de la agricnlUira, aparecen
en primer término los tipos de nuestras Escuelas
Agrícolas, con la distribución horaria y de ense­
ñanzas y programa. A otro lado se veían las
casillas individuales, donde los niños guardan
los aperos, vestidos, etc., al marchar y volver
del trabajo. •
Forman la primera sección una serie de v i­
trinas, cada una las cuales contiene el material
didáctico completo, para la enseñanza del cul­
tivo de prados,' frutas, viñedos, olivares, arró­
jales. cereales, huertos, jardinería, remolacha,
bosques, etc., respectivamente
La segunda sección está dedicada a las varias
mdustrias agrícolas, como la elaboración de
los vinos, leche, quesos y mantecas, apicultura,
sericultura, cría de conejos, aves, etc. Constitúyenla una colección de máquinas y aparatos,
cuyo manejo debe aprender el 'alumno agri­
cultor.
Tienen también un puesto especial los apa­
ratos y enseres tocantes a la climatología, topo­
grafía y agrimensura; un gabinetito de ciencias
físicas y naturales, sin descuidar la de los abo­
nos, tan importante hoy día.
\’ense también expuestas algunas pubhcaciones agrícolas, dirigidas por los Salesianos,
como: la Rivista di Agricultura, de Parma; BiUioteca Agraria Solariana de Sevilla, que
alcanza ya los io6 tomos: Monografie agricolc
popolari, II Libro deWAgricoUore y Lezioni di
Agraria, de próxima publicación, del P. Cimatti,
etc., etc.
En grandes cuadros, que tapizan las paredes
de un departemento, hállase expuesto un mi­
nucioso y acabado Proyecto de Escuela Agrícola,
con su vista perspectiva y diversos planos,
hecho con diligente estudio por el ilustre arqui­
tecto turinés Mario Ceradini. Es la particula­
ridad que ofrece este pabellón de agricultura,
pues además de los programas técnicos, se qx-.
pone en él un estudio completo y acabadísimo
de instalación de una Escuela de Agricultura
para cien alumnos. Huelga decir que en él se
han acumulado inapreciables tesoi^os de expe­
riencia y observación. Solo pueden apreciar el
valor de estos estudios aquellos que han debido
resolver a pies juntillas las mil dificultades
menudas de .orden práctico con que se tropieza
en instalaciones de este linaje.
Así se ve también una salita que reproduce
una escuela de letras para nuestros labradorcülos
donde no falta ni un particular, desde el Cruci­
fijo hasta el museito de historia natural. L u ^ o ,
por el mismo estilo, una clase de dibujo, con

todo su ajuar; el comedor, con la mesa puesta;
el donuitorio. enfermería, etc. y hasta una her­
mosa instalación de gabinete higiénico.
E n el amplio pórtico exterior se v e alineada
toda una colección de máquinas agrícolas y
arados de diversbs tipos.
E n el departamento escolar están los progra­
mas de cultura general y sociología. Este líltimo
es completado por una genial e interesantísima
bibliotequita, para enterar a los alumnos del
funcionamiento de las varias instituciones mo­
dernas de mutualidad, seguros y previsión.
También el mueblaje y ajuar de la escuela, es
fruto de un detenido estudio en todos sus por­
menores: así los bancos y pizarras etc. como
los muestrarios de mercología y el aparato de
proyecciones para la eneseñanza. — Una ini­
ciativa digna de notarse son Los Libros dd Arte­
sano que, vendrán de perlas para la instrucción
de nuestros aprendices.
En la Clase de dibujo son de notar los Cursos
de Dibujo, publicados por iniciativa de laDi•rección General de nuestras Escuelas Profesio­
nales. De esta colección son parte el Curso Pre­
liminar de Dibujo Geométrico, de los profesores
Ceradini y Semplici; otro de Dibujo de adorno
a pulso, de Vacchetta y della Sala; luego los
cuadernos de dibujo técnico; II Ferro, L ’arie del
Ferro, II Legno, L ’Arte del Legno, La Decorazione Tipográfica.
A esta colección de métodos de dibujo h^-cía
])arejas otra no menos apreciable de manuales
y tratados técnicos de los diversos oficios; entre
ellos merecen especial mención un Método di
Taglio de Massi y Carroñe, para los zapateros;
Corso di disegno preparatorio al taglio y el Corso
del perfezionamento del maestro Rota; el cono­
cidísimo Método di Taglio {3®edición) del maes­
tro Cenci, para los sastres; y eji punto a ma­
nuales, veíase II Legatore di Libri de Pío Colombo; II Lavoratore d d Legno de Luis Gastini;
II Sarto de \'^iola e de Lucía; el Manualc di Composizione (para cajistas, etc.) del maestro Zanetta; La ScUola Tipográfica moderna de Luquin,
traducción de Michelotti; La Tipografía de Bianolio; todos ellos de maestros profesionales
salesianos, y pulcramente editados; al lado de
estos figuraban además otros trabajos del mismo
género toda\na inéditos: II Calzolaio de Massi
y Costamagna; La Stampa Tipográfica de Giorgis
y Verdi; La Stampa Litografica, lecciones de
Capelletto; La Composizione meccatiica a lynotype de Tagliaferri; La Composizione meccanica
monotype de Ollivero. Todos estos libros se
han escrito expresamente para la formación
intelectual y técnica de los obreritos de Don
Bosco y es de lo mejor dentro de la escasísima
bibliografía de este género.
La segunda sala de la exposición, contiene

V
— 28o
además del material didáctico para la enseñanza
teórica de los oficios, los ejercicios progresivos
de cada curso, expuestos en hermosas vitrinas.
Ivas del ramo de sastrería y zapatería abarcan
desde el más sencillo zurcido y embastado, hasta
los trajes y calzado de más difícil corte, para
cuerpos defectuosos, con las mesas y material
para la enseñanza de la teoría y del corte.
Siguen a éstas luego las artes textiles, y el cur­
tido de pieles, que se enseña en varias Escuelas
de la América Céntral.
Ocuj)an una esi)léndida imstalación las artes
metalúrgicas, con algunas máquinas y una curio­
sísima serie de trabajillos progresivos de forja
y ajustaje; y en sendas vitrinas, los ejercicios
metódicos de las secciones especializadas de
la mecánica; ajustadores, torneros, íresadores,
cepilladores, electricistas, etc.
I/üs artes del libro, que abarcan la litografía
imprenta, cajistas, coniposicióñ mecánica y
encuadernación, merecerían una relación ex­
tensa, pues son las que mayor desarrollo han
alcanzado. Siguen las artes de la piedra (escul­
tores y cinceladores): y las artes de la madera.
que tras dos cursos comunes para todos, se
especializan en carpinteros de obra, ebanistas,
tapiceros, tallistas y doradores.

■ No terminaremos esta rápida relación' sin
elevar un sentidísimo aplauso al Rdmo. Sr. Don
Pedro Ricaldone, Director General de las Es­
cuelas Profesionales y Agrícolas Salesianas, que
ha puesto en esta empresa toda su inteligencia
y corazón, dirigiendo los trabajos personalmente.
Eos Directores y subalternos. Superiores y
alumnos de nuestras Escuelas, deberán estarle
agradecidos por el inmenso beneficio que estos
trabajos representan para su mayor progreso
y mejor funcionamento.
Da exposición permaneció abierta hasta pri­
meros de. septiembre.

CERTAMEN

11548618

INTERNACIONAL,

Ea sonriente efigie de Don Bosco, que desde
el pasiido mayo hermosea y da vida a la plaza
de María Auxiliadora, durante-el verano atrajo
y reunió en torno de sí una muchedumbre de
gallardos y. briosos jóvenes, procedentes de diversiis regiones de Italia y del Extranjero, los
cuales acrecieron por unog días la vida, calor
y movimiento de estas siempre animadas y
risueñas orillas del Dora. Era un apéndice obli­
gado de las solemnes festejos últimamente
celebrados en honor del Apóstol de la juventud,
con motivo de inaugurarse su momuuento.

En, efecto las escuadras gimnásticas Valdocco,
que pertenecen al primitivo Oratorio fundado
por Don Bosco, de acuerdo con la dirección de
la Federación de Sociedades deportivas cató­
licas de Italia, lanzaron una invitación a todas
sus compañeras, para celebrar un certamen en
Turín y desfilar ante la imagen del Padre.
E l llamamiento fué acogido con vivo entu­
siasmo: el día 20 de agosto estaban reunidas
en el Oratorio Salesiano unas venticuatro escua­
dras; y muchas más hubieran acudido, dehaber
sido más normales los tiempos y menos costosos
los viajes.
lira en extremo hermoso, y enternecía el co­
razón ver esas filas de bizarra juventud, con
sus flameantes banderas y vistosísimos trajes,
marchar con paso marcial, la frente alta y el
fulgor en los ojos, del campo de los deportes a
la iglesia: tan ágiles, briosos y valientes en el
palenque, como fer\^orosos y recogidos en el
santuario, a los pies del altar: no más solícitos
en refocilar sus cuerpos y templar sus músculos
para la fatiga, que en alimentar y fortalecer
sus almas con los sacramentos: entonar con
igual ardor el himno de su bandera que las
alabanzas del Señor y de la Virgen Sma. Esto
hemos visto aquí, en el Santuario de María
Auxiliadora. Recuérdese la mucha mano que
Ella tuvo en la fundación y ' desenvolvimiento
de la Obra de Don Bosco, en la redención de la
juventud, y se comprenderá con qué íntimo
gozo de su inmaculado y materno Corazón
debió contemplar nuestra Auxiliadora a esa
bizarra multitud postrada a sus pies.
H oy el afán insaciable de diversiones aleja
de la iglesia y de Dios a infinitas turbas juveniles:
y al ver a esas mismas turbas de nuevo atraídas,
arrastradas a la iglesia, 'a la doctrina, a Dios
mediante el honesto solaz de la gimnasia, a
nuestra mente acudía el recuerdo del humilde
Pastorcillo de Becchi, que con la agilidad de
sus miembros, sus saltos y volteretas sobre
la verde alfombra de los prados, entretenía
con embeleso a los demás niños, y les enseñabr.
la doctrina y les repetía la palabra de Dic?.
escuchada en la iglesia...
Con gusto y viva gratitud hemos de hacer
constar el apoyo que prestaron a nuestro cer­
tamen las Autoridades todas, S.S. MM. leReyes y la Reina Madre, los Ministros de la
Guerra e Instrucción Pública, el Exemo. Sr.
Prefecto de la Provincia, el Comisario Real de
la ciudad y las más nobles y distinguidas fami­
lias de Turín, que enviaron espléndidos regalos,
para ser\úr de premios a las escuadras vencedo­
ras. Con su munificencia se proponían dar fe y
testimonio de la admiración y simpatía con que
miran la ü b ia Salesiana y la educ’ación física de
la juventud, que se prepara mediante los. ejer-

— 2Sl —
cirios gimnásticos a vencer las más nobles ludias
del espíritu.



*

~

Las escuadras que concurrieron al certamen
fueron las siguientes; la Virtus de Locarno
(Suiza); la Awenire de Lentate; la Ardor de
Padua; la Aurora de San Benigno C.; la Barolo
de Turín; la Constantia de Como; la Excelsior
de Tolentiuo; la Pides de Giaveno; la Fortes in
Fide de Milán; la Fulgor de Cardano al Campo;
la F t d g o r ' Spezia; la A’ F Maggio de Turín;
}a Re Ardnino, de San Benigno; la Robur et

fué presidido por el Rdmo. Sr. D. Felipe M. Rinaldi, Prefecto General de la Pía Sociedad Salesi ina, por las Autoridades Eclesiásticas, Civiles
y Militares y muchos distinguidos caballeros
y nobles damas, a -quienes acompañaba una
multitud enonr.e.
A las cuatro en punto comenzó el acto, en­
trando en el campo los gimnastas al son de las
bandas de música, detrás de sus respeti\ as ban­
deras y luciendo sus pintorescos tiniíormcs.
Cada escuadra ejecutó enseguida un ejercicio
escogido de su especialidad; luego todas juntas,
a im tiempo.' marcando el ritmo una banda de

T U R I N — L o s G im nastas en torno del M onum ento de Don B oeco.

Viriiis de Monza; la Robur in Fide de Florencia;
la San Paolo de Turín; la Silvio Pellico de Lodi;
la Víctor de Turín; la Virihus Unitis y la Volun­
tas de Novara; la Spes de Mestre y la Valdocco,
que hacía los honores de casa.
*
* *
Pasaron dos días disputándose con ejercicios
personales o de conjunto ante los jurados lespectivos ios premios señalados a los diferentes
campeonatos de saltos, lanzamientos, paralelas,
movimientos rítmicos, etc.
El doniingo, día 23, los gimnastas asisiteron
p)r la mañana corporativamente a la Sta. Misa
que fué de Comunión general. Por la tarde, las
escuadras todas dieron un brillante festival con
ejercicios L;dividuales y de* conjunto, el cual

música. Teniiijiado el acto, los 550 gimnastas dis­
puestos en larga columna con los estandartes,
salieron de la palestra y desfilaron por las calles
adyacentes al Oratorio, viniendo a alinearse alre­
dedor del Monumento de Don Bosco. Allí les
arengo el diputado Sr. Saverio Fino, saludán­
doles en nombre de la ciudad de Turín, cuya
representación ostentaba oficialmente, y e.\poniendo el gran significado civil y religioso que
tenía el acto que acababan de realizar. El ora­
dor, que habló con grande calor y entusiasmo,
fué vivísimamente ovacionado.
L a comitiva entró luego ordenadamente en
el Santuario de María AuxiÜadra, donde reci­
bieron con honda piedad la Bendición del Sino.
Sacramento, que puso fin a la brillante jornada.

DE JSÍUESTRAS MISiOJSÍES

K U A N G -T U N G (China)

sales llamadas Ak-Teang, esto es, salas de recibir,
porque ellas dan acceso a las habitaciones late^
rales, unos cuchitriles húmedos, tenebrosos y
Una excursión al oeste
mal olientes, verdaderas madrigueras humanas.
de la Misión Salesiana de Leng-Nam-Tou. AI fondo del corredor está la cocina, que. como
la sala de recibir, es común para todas las fami­
(Relación del P. Luis yersi^ lia).
lias hospedadas y que muy a menudo tiene
mas visos de letrina, que de otra cosa. Cada
Un año hacía que habíamos i>uesto el pie en una, o dos de esas asquerosas celduchas lat^i
nuestra nueva misión y todavía me quedaba rales sir\^en para albergar a una familia entera.
por visitar la región occidental de la misma, a
Allí las arañas tienen establecido su pacífico
saber, Lin-Chiu, Lin~Shan, eong-Shan y Ycng- imperio, pues el Chino, a fuer de perfecto con­
Tak. Por lo que, aun a trueque de arrostrarlas servador, se guarda muy mucho de desbara­
incomodidades de la estación de las lluvias, tarles sus fim'simos enacajes.
decidí ponerme en camino cuanto antes; el 9 de
Tales son las habitaciones de las fondas, cuvo
marzo (1929) salí en compañía del sacerdote mueblaje se reduce a una rústica mesita y un
indígena, P. Uy, y un doctrinero.
camastro de cuatro tablas'con una estera. Xo
L a p a rtid a — Un bodegón chino — D e hay mas asiento, que la cama; si arrecia el frío
bueno será que se traiga uno las mantas de
S h iu -K w a n a S eako k -T o n g — U na cam a
de obisp o — L a bondad de una anciana. abrigo, a menos que os acomodéis a usar de
una colcha cuya sola vista revuelve el estómago
Mi primera diligencia, antfe de echar por y cuyo desaseo no os dejará pegar el ojo er toda
esos andurriales nunca limpios de bandoleros, la noche.
filé pedir una escolta al mandarín del lugar,
Por lo que toca a la comida, el posa.úero pone
quien me envió dos tristes soldados, desannados a disposición del parroquiano el anoz, la leña,
de todo punto.
la cacerola y el agua necesarias: pero éste debe
Desamparados de los hombres, nos arrimamos guisársela por sí mismo. Bien es verdad que lo?
más ti Dios, y partimos. Habíamos andado precios tampoco pueden ser más modestos:
cosa de dos horas, cuando nos salteó la lluvia, con cinco perras chicas queda pagado el escote.
que ya no nos dejó ni un punto hasta el fin del
A uno de esos míseros albergues fuimos
viaje. El andar en palaquín no nos libró de parar la noche de marras; y allí descansamos
quedar mojados cómo una sopa.
tras una frugalísima cena.
La primera jornada de 56 kilómetros no fue
A la mañana nos alzamos muy de madnigad.\
aún de tan mal pasar. Por la noche llegamos a Era excusado pensar en celebrar misa, pues h
Yue-Yuen. cal>eza del partido del propio indcLCJicia del lugar no lo consentía. Cuando
nombre. Fuimos enseguida en busca de posada, nos disponíamos a partir echamos de menos i
mas por ser día de mercado y extraordinaria la uno de los cargadores, que, después de muchas
concurrencia de gentes, nos costó harto trabajo ¡lesquisas, fué hallado en una tienda de opio
hallar un rincón donde pasar la noche. Y al ¡Y así son todos!
decir v i>osada 6. no se vaya a figurar nadie que
Al cabo de dos horas de camino alcanzóncnos referimos a un albergue comparable siquiera un piquete de soldados, que nos acompañaror
con el último y más modesto bodegón europeo, hasta el fin del viaje: nos los había mandado
lísada de eso! La posada china es una casa del espontáneamente el mandarín del lugar, al vei
montón, es decir, un pasadizo de veinte a treinta la insuficiente escolta que traímos. A los dos
metros en largo y dos o tres en ancho, cuyo inermes soldados de Shiu~Kuan, mandóles dedi
tejado por lo común se internunpe 3 trechos, que se volviesen a su casa.
para dar paso a la luz. aire, viento, frío, etc.!
En este segundo día anduvimos 42 kilómetros
etc, y que aquí y allá presenta salvias transver­ siempre cuesta arriba, por un camino todo em-

L

-

283 -

pedrado con gruesos cantos, atravesando mon­
tañas, bordeando profundos despeñaderos, vedendo en fin obstáculos y peligros sin cuento,
gracias a la habilidad de los cargadores. A cierto
punto los soldados toman una actitud de
alarma, cargan los fusiles y se apuestan a nuestro
alrededor. Y el caso no era para menos, pues
nos hallábamos frente a un grupo de bandidos,
que algunos días antes habían sostenido una
batalla campal con la tropa, con muertos y
heridos por ambas partes.
Xo tu\dmos ningún otro contratiempo hasta
la noche, que llegamos a la altiplanicie de SeakakTong. donde hacía un frío intensísimo. Cubría
el suelo una espesa capa de nieve, caída de pocos
días.
En este lugar me cupo un honor jamás sos­
pechado. Buscamos alojamiento en uno de los
§rands Hotels por el tipo del que dejamos descrito:
y dispuso la providencia que nuestros palanquineros nos llevasen al mismo, que había hos­
pedado el año pasado al limo. Mons. de Guebriant, Vicario Apostólico de Cantón, haciendo
el mismo camino que nosotros llevábamos.
— ¿Tenéis algima habitación disponible? —
preguntamos al fondista. Este, recordándose
sin duda del ilustre huésped del año anterior,
nos contestó al punto con muestras de mucho
contento:
— Sí, señor. Tengo el gusto de ofrecer a V.
el aposento en qüe durmió el Obispo.
Yo llegué a ilusionarme que el tan ponderado
aposento, sería uú cuartito medianamente de­
cente: pero no fué pequeño mi desengaño al ver
que no era sinó un departamento de la planta
baja, destinado a uso común de todos los
viajeros.
— ¡Pobre Monseñor! hube de decir para mi
capote. Gracias que no le viene de,nuevas nin­
guna de estas cosas, pues desde años está hecho
a todas las incomodidades.
A la mañanita madrugamos para hacer los
acostumbrados ejercicios de piedad y prepamtivos para el viaje. Llegado el momento de
ponemos en marcha, echamos de menos a los
silletercfe. Esperárnosles un buen rato, pero los
hombres no pareaan. Al cabo hallárnoslos en un
figón cercano, bonitamente acurrucados al
amor de la lumbre, que ardía en medio de la
sala y ajenos de mü leguas a todo pensamiento
de partir. Cierto que el tiempo no convidaba
a andar a las aventuras: pues el cielo amena­
zaba lluvia y soplaba un cierzo que calaba los
huesos. Con muchas buenas razones y no poca
paciencia, logramos al fin persuadirles a que
continuasen el viaje.
Partimos en efecto, pero a poco nos saltearon
i.i Huma y un viento tan fuerte, que estu\-imos
en un tris de volar por los aires \’iajeros, car­

gadores y palanquines. La marclia se hacía
difícil y penosa en extremo. Cuatro horas em­
pleamos en recorrer los ocho kilómetros escasos,
que nos separaban de Tau-Kiau, importante
mercado y gran guarida’ de piratas.
E n esta población nuestros cargadores tra­
taron de buscar sustitutos para lo restante dcl
viaje; pero fracasaron sus diligencias, por las
exageradas pretensiones de los faquines de aquí,
que exigían pagas crecidísimas. Seguimos camino
adelante, pero la lluvia que \-enía arreciando por
puntos y se había hecho torrencial, al cabo de
una hora nos obligó a torcer hacia una aldehuela
algo apartada del camino, y pedir hospitalidad
en- la primera casa que topamos.Y entonces
pudimos ver confirmada una vez más la verdad,
de que Dios, si a las veces aprieta, nunca ahoga.
En efecto, a nuestra llamada, salió una viejecita
sesentona, quien al vem os tan mal parados,
nos franqueó al punto de la puerta y nos dis­
pensó una cordial acogida. A mi compañero y
a mí nos condujo enseguida a un aposento bas­
tante aseado; púsonos las ropas a secar junto al
fuego y en fin hizo con nosotros los oficios de
nna madre solícita y cariñosa. Descansamos por
fin una noche con alguna comodidad y continua­
mos el camino a la mañana,, a pesar de los
refunfuños de nuestros malhumorados siller
teros.
P o ltro n e ría de lo s faq uin es — P a r a je s de­
lic io s o s — E n L iu -C h iu — E l P a d re
T z ’an — T r a b a jo s a p o stó lico s.
Ningún mal en este mundo es eterno y así
también los nuestros, sino fin, tuvieron almenos
remedio. Con el nuevo día el cielo se mostró algo
más desi>ejado, cesó el viento, y el padre sol,
alegría del mundo, nos dejó ver a ratos su faz
radiante y esplendorosa. Esta feliz mudanza co­
municó aliento a los pechos y vigor a las i)iernas
de tal manera, que al mediodía llegábamos a
Kong-Kei, población perteneciente ya al distrito
de Fu-Nan, habiendo hecho una carrera de
treinta kilómetros.
Detuvímonos para comer. De buena gana
hubiéramos proseguido el viaje hasta la próxima
etapa distante unas dos leguas; pero nuestro.s
propósitos se estrellaron contra la tenaz re.sistencia de los rezongones silleteros, que se nega­
ron resueltamente a secundarlos, antes, ha­
ciendo caso omiso de nuestras protestas, se
pusieron a desmontar los palanquines.
Pero a la mañana siguiente madrugaron con
laudable diligencia, y en contracambio de la
tardanza jjroducida con su pereza, caminaron
aquel día once leguas seguidas (66 kilómetros),
sin que fuesen parte para menguar tales fer­
vores los chubascos que de vez en cuando nos
regalaban las nubes. Hicimos noche en Tai-

284 —
Lo-Pin. Fueron nuevamente madrugadores nues­
tros mozos, de modo que a eso de las diez nos
apeamos en Scng-Tse. donde se cambia de vehí­
culo. De allí adelante, en vez de la silla de manos
o palanquín, se viaja en barca.
Jvl viaje por el río es encantador. Nuestra
barquicliuela sp deslizaba ya llevada de la rápida
corriente, ya sobre un tranquilo remanso, lím­
pido como un es])cjo; ora entre montes escar]iudos o cubiertos de vegetación exuberante,
ora bajo grutas de hermosísimas estalactitas o
al pie de cascadas sin cuento. Parajes son estos
bellos y júntorescos en extremo, m.as por des­
gracia infestados de bandoleros.
Infectivamente llegados a cierto punto, vimos
en ki orilla huir la gente a la desbandada; y
de allí a poco salían del pueblecito un grupo de
liombres con una venda en los ojos y cuidado­
samente maniatados, a quienes acompañaban
otros hombres con más cara de barrabases que
de gente de bien.
Hubiera laastado una descarga de los soldados
de nuestra escolta para poner en fuga a los
malandrines y libertar a los desdichados cau­
tivos; mas por mala suerte estaban los fusiles
descargados en aquel momento; V antes de que
pudieran tenerlos a punto de disparar, ya la
barca, arrastrada por la vertiginosa corriente,
los había puesto fuera del alcance de las armas.
lín Lin-Chin fuimos muy cordialmente aga­
sajados por el Padre Tz'an, celosísimo misio­
nero indígena, que en tres o duatro años de mi­
nisterio que lleva en este país, ha logrado cua­
druplicar el número de los cristianos. Este buen
Padre, a quien habíamos avisado por, carta de
nuestra llegada, nos aguardaba desde varios
días. Enseguida preparó lo necesario para la
celebración de la misa; de la que habíamos
estado privados por cinco días. No es cierta­
mente la meiioi' pena del misionero, en medio
de los infinitos trabajos y penalidades de todo
linaje a qnc le hacen andar sujeto los viajes,
verse además jirivado hasta del consuelo de la
misa diaria. Pero es menester estar pronto
también a este sacrificio, que en esta Elisión
del norte principalmente, acontece con liarta
frecuencia.
l.ÍH-Chiu, como cristiandad, no va muy allá,
bos fieles apenas suman nna se.sentena. Pero
esta ciudad es un punto estratégico de suma
importancia, pues que su influencia se extiende
a más de cien kilóm.etn^s a la redonda.
La residencia del misionero es regnlarcilla; v
la capilla, aunque basta para los actos del culto
ordinarios, resulta del todo insuficiente en las
grandes solemnidades, pues apenas cabe en ella
una tercera parto do los cristianos.
Piste punto empero; más (pie de residencia,
sirve de reducto y base de oj>eraciones al misio­

nero, quien durante sus excursiones apostó­
licas por estos pueblos, retírase a descansar
de cuando en cuando a este lugar, para prcseguir luego con mayores bríos sus tareas en
otras poblaciones. En tales excursiones el saardote enseña la doctrñia, administra los sacra­
mentos, entabla relaciones y conquista amis­
tades aún entre los paganos, con la esperanza
de ganarlos a la fe; abre escuelas de religión
para propagar el conocimiento de la doctrina
cristiana, las cuales confía luego a un catequista;
atráese a los niños como camino el más derecho
y seguro para entrar en el corazón de los mayores:
hácese componedor y juez de sus discordias,
diferencias y litigios; en una palabra, estudia y
emplea todos los medios de granjearse la estima
y afecto de las gentes.
L a cristia n d a d de T o n g -P e i y su comarca.
— U n “ G ra tia ,, m u y g ra c io s illo — Fer­
v o r edificante — U n cristia n o , dechado
de celo relig io so .
En la región de Liu-Chiu, el lugar donde
mayormente urge fijar la residencia de un mi­
sionero, es Tong-Pei, población de unas diez
mil almas y, mercado importante, no tanto por
lo favorable de su situación, cuanto por la nece­
sidad de atender a los muchos cristianos de la
comarca, pues Tong-Pei es el centro de un gran
número de pueblecillos, en cada uno de los
cuales viven de diez a veinte y más familia?
cristianas o catecúmenas. Pero hasta ahora no
hemos podido abrir allí ni siquiera una capillr;
cuanto menos, poner casa al misionero. Esc?
cristianos lleban una vida muy arreglada y
fervorosa: cada noche acuden a casa de uno de
los jefes de la comunidad, para rezar en común
las oraciones, y otro tanto hacen los domingos
y días festivos, para santificar de algún modo
la fiesta.
Hame impresionado profundamente la sen­
cillez y seriedad de su comportamiento. No ?c
les conoce flaqueza, temor ni cobardía delante
de sus convecinos paganos ni se recatan de
arrodillarse en medio de la calle, hacer la señal
de la cruz y pedir la bendición al Slisionero, si
por dicha se topan con él, por más gente que
los vea y observe. Tampoco tienen empacho
ni vergüenza de santiguarse y rezar antes de
comer, aunque se sienten a la mesa con paganos.
Pero donde mejor brilla la santa libertad de
su espíritu es en entablar plática de reiigi<>n con
el primero que se les presente, para disipar 1^
tinieblas y abrirle los ojos a la luz de la fe. Por
ahí se comprende el maravilloso aumento de
cristianos y cateciinienes qne se nota en esta
cristiandad de dos o tres años a esta parte.
Entonces tocaban apenas el centenar; ahora

-

285 -

pasan de cuatrocientos los bautizados y de mil
los catecúmenos.
Tong-Pei dista 30 km. de Liu-Chiu. E n un
(ha-leng de las afueras de la ciudad (especie de
merendero donde se refocilan los faquines y
viajeros) hallamos una multitud de hombres
y mujeres, perfectamente alineados en dos
Eran los cristianos de una aldea cercana,
que, sabedores de nuestra llegada, habían salido
a recibimos. Eran al pie de linos cien. ¡Qué
entemecedor espectáculo ofrecían aquellos an­
cianos, de venerables canas, que a la cabeza
de todos, se postraban delante de nosotros,
doblaban sus cabezas y nos pedían la bendición!
Luego se nos acerca un guapo muchachito, que
haciendo una graciosa reverencia, nos saluda
con puro acento latino:
— Salve, Pater! (Dios te guarde, Padre!)
— ¡Guapo! ¿Cómo te llamas?
— Nomen meum est Grafía! (Me llamo Gracia).
— ¡Mejor que mejor! ¡Viva la gracia! ¿Tienes
padres?
Se- ve que no iban más allá los conocimientos
latinos del gracioso rapazuelo; así que me. res­
pondió en la dulce lengua de su madre:
— Sí.
— ¿Cómo se llama tu padre?
— José.
— ¿Y tu madre?
— María.
— ¡Requetebién! ¡Viva, pues, la sagrada F a ­
milia con María, Maier Gratiael
Esa buena gente nos invitó con muchas ins­
tancias a que subiésemos a su pueblecito: mas
dado lo avanzado de la hora, no se pudo ac­
ceder a sus deseos. Prometimos contentarles
a la vuelta.
Algunos resolvieron venirse con nosotros,
entre los cuales se contaba el amiguito Gracia,
que ya no se apartó un punto de nuestro lado.
Llegados a la ciudad nos alojamos en una
casucha que hacía poco habían alquilado para
que sirvise de residencia al misionero. Esta
casa hace de capilla, sala, comedor y dormitorio,
según los casos. Después de cenar hubo recepdón magna: la casa se llenó de gente hasta el
punto, que era imposible dar un paso ni ponerse
de rodillas: por lo que fué preciso rezar las ora­
dones de pie. Pero... ¡qué hermoso el coro de
voces, que rezaban! ¡Qué devoción, que suavidad,
que fervor ponían en las plegarias!
En algunos de estos lugares, con el fin de
tener un local a propósito para las oraciones
en común, los cristianos han adaptado al ser­
vido de la comunidad el templo de los aniepaiados, después de haberlo limpiado convenien­
temente de las profanidades y superstidones.
En Tong-Pei dirige y entona las oradones
el cristiano de más autoridad y respeto de la

pobladón: y cuando falta el misionero, enseña
además la doctrina a todos, hombres y mujeres,
chicos y grandes, que le escuchan con suma
reverencia, Así también el domingo por la ma'ñana rezan las oraciones y el rosario y por la
tarde, reunidos en la casa alquilada para servir
de iglesia, hacen todos juntos el Via-crucis y
otros piadosos ejerddos.
Durante muchos años he mantenido la cond c d ó n de que el Chino, al convertirse, conserva
el tesoro de la fe para sí solo, sin preocupai-sc
de hacer partídpes .de él a los demás, qiaredendo
en algunas cristiandades que consideran su
religión como un pri\*ilegio y usufructo exclu­
sivo. Aquí por el contrario, debido acaso al
carácter menos egoísta de esta gente, he visto
con mucho consuelo que cada cual se esfuerza
con noble empeño por hacerse apóstol y pre.gonero de la fe cerca de los demás.
Ejemplo al canto. En una aldea había una
familia de cinco hennanos. Hace dos años se
convirtió y recibió el santo bautismo el segundo
de los cinco. E l buen hombre ya no se dió punto
de reposo hasta ver cristianados a su mujer, a
sus liijos ya adultos y a toda su numerosa pa­
rentela. No contento con esto, continuó con
admirable tesón la propaganda, y actualmente
los doscientos habitantes de la aldea son cris­
tianos en su totalidad, cabiéndole a nuestro
hombre, después de la gracia divina, la mayor
parte en la empresa. Pero no son para contadas
las industrias- a que recurrió para convertir a
su hermano mayor, sordo como una tapia e
incapaz por tanto de recibir la instrucción reli­
giosa. Logró además conquistar para la fe a
otros dos hermanos suyos, propietarios de sendos
importantes comercios de la ciudad de Tong-Pci,
para quienes la conversión imi)ortó la generosa
renuncia y de.sprendimiento de una segura
fuente de ganancias, pues debieron quemar los
idolillos y objetos de sui>erstición, que tenían
a la v e n ta ,y abstenerse para siempre de negociar
con tales mercancías. De este modo, de los cinco
hermanos no queda ya más que uno en la gen­
tilidad.
K Ni se dió
satisfecho su celo con esto: ¡)ucs
con nuevos esfuerzos y diligencias alcanzó con­
vertir también a una hija suya ya casada, la
cual a su vez arrastró consigo al marido y la
mayor parte de lugar, que era precisamente el
de nuestro amiguito Gracia. ¡Y’ es de ver con
qué acierto gobierna la familia! ¡Allí la obe­
diencia y el respeto junto con la mas ingenua
a la ría ! Puédese decir que su casa es un coto
cerrado donde reinan la justicia y honradez
natiural, santificadas ahora por la gracia de
Dios. Al leer por aquellos días en el oficio de
San León Magno el pasaje de la e])ístola de
San Pablo a Timoteo: Fidelis sermo: si quis epi-

286

scopatiim desiderat, etc., la visión de los tiempos graves e injustas penas, arroja a mucha gentes
apostólicos allí descritos, tjájom e a la mente . a la vida errante y aventurera.
los hermosos ejemplos de este feiv'oroso y celosí­
Sucede también a veces que un mandarín
simo cristiano y no pude menos de concluir: militar recibe el encargo de limpiar una región
— He aquí el Obispo nato de esta región, según de los piratas que la infestan. Preséntase a los
la mente de San Pablol
alcaldes de- los lugares y dáles cuenta de la
misión recibida, exigiéndoles cierta suma de
E l pueblo de « K a t-T o -L y » - L a p ira tería
dinero. Si ésta no es pagada al punto un dólar
y RUS c a u s a s - E l canto de la s o racion es
sobre otro, son todos envueltos en la acusación
- Un auto de fe con lo s íd o lo s - Un
de complicidad con los malhechores, contra toda
a d ió s enternecedor.
lógica y razón. A l verse presos y estrechados
Kntre los varios pueblos que visitamos, había entre la espada y la pared, entre pagar o ser
uno tjue llamaban Kat-To-Ly (esto es, Católico). condenados por piratas, no es raro que los
Ks de advertir, que éste venía a ser como un nom­ desventurados opten... por un tercer partido,
bre de pila, ya t|ue el Padre T s’an se lo había marchándose a sus aventuras por esos mundos.
I>ucsto a ese pueblo después de su conversión y
Otro foco de bandolerismo es la desorga­
bautismo. Pues hasta aquí el lugar tenía un mal nización del ejército, particularmente en esta
nombre y peor fama, porqué una buena parte de época de continuos motines y revueltas. Los
sus moradores la gozaban de piratas y bandidos, soldados han de vivir por su cuenta; y aunque
y así era la verdad. Mas habiéndose convertido al sentar plaza se les promete una paga de
casi todos, pidieron al Padre mudase el nombre nueve dólares mensuales, éstos en puridad se
del i)ueblo, pues era razón, que habiendo dejado reducen cuando a tres, cuando a ninguno. Y el
la mala vida pasada, no estuviesen por más hambre, que én China como en todas partes es
tiempo bajo el peso de la infamia. Vino en ello mala consejera, empuja a esos pobres hombres
el Padre muy gustoso: y hechas las debidas a pasarse con armas y bagajes al bando de los
proclamas y anuncios por espacio de algún piratas.
tiempo, el Padre mismo trazó e hizo esculpir
Ahora bien, esa gente, por lo mismo que va
y dorar luego sobre una losa los tres caracteres forzada al infamante oficio, no suele cobrarle
o garrapatos chinos: Kat-To-Ly, los cuales signi­ afición y cariño: por lo que, si por los buenos
fican: «El buen nombre es un tesoro», al paso oficios de una persona de consideración o del
que, pronunciados, suenan católico. Esa piedra misionero alcanza el indulto y licencia de poder
fué colocada a manera de tarja sobre el por­ tom ar seguro a su lugar, hócelo al punto muy
talón de la aldea, con gran fiesta y popular ^ sto so y emprende de nuevo la pacifica rida
regocijo. Aún el mismo cabecilla de todos los de trabajo, observando una conducta intachable.
bandidos de la comarca, que es natural de este
Tal es poco más o menos la historia del pueblo
lugar y no convertido más que a medias, quedó de Kat-To-Ly, cuyas dos terceras partes son
tan contento del trastrueque, que ofreció pagar ahora catecúmenos, qué sé preparan con gran
íIp su bolsillo el hnporte y gastos de la lápida;
fervor a recibir el Santo Bautismo.
y más, notificó al Padre Misionero, que el día
Allí tenemos abierta una escuela, regida por
que pensase levantar en el pueblo una iglesia, un maestro titulado, lo que es de grande honor
acudiría él a la empresa con larga mano.
y renombre al pueblo. El maestro de día ensefia
No faltará sin duda quien muestre sorpresa y
a los niños los enrevesados caracteres cliinos
maravilla por tales amistosos tratos y componen­ junto con la doctrina crisiana: y de noche, otra
das entro el misionero y los piratas. Poro débese vez la doctrina a las personas mayores.
advertir que la mauyoría de estos infelices son
B e tales escuelas, no una sino docenas de­
empujados al bandolerismo más por la negra' biéramos tener: pero, es por dtmás que diga
necesidad, que por niindad del corazón: pnieba
aquí el grande obstáculo con que tropezamos,
de ello es que, en cuanto se les presenta la opor­ que es el de siempre... ¡Oh! qué cúmulo de gra­
tunidad de anudar la vida tranquila y pacífica cias }• bendiciones atraen sobre sí, sobre sus
en sus casitas, abandonan muy gustosos la familias y negocios, los bienhechores que nos
innoble y aperreada i>rofesión de salteadores.
ayudan con sus larguezas!...
Varias causas contribuyen a mantener y di­
Dos días gastamos en recorrer los lugares
latar esta llaga social. Una de ollas es la capri­ donde hay cristiandades algo numerosas, pero
chosa'y rudimentaria administración de jus­ muchos hubimos de dejar por las apreturas
ticia. que se estila por aquí. Cuando el autor
del tiempo.
do un crimen o delito se escapa a la acción de
Al emprender la vuelta» póueseme nueva­
la justicia y se esconde, cae el peso de la ley mente delante el amiguito Gracia, y díceme;
sobre la familia y parentela del reo. y en ella
— Páter! (así en latín, como para dar mavor
se ejecutan sus rigores. El deseo de sustraerse a fuerza y realce a sus palabras, continuando ense-

-

287

guida en su lengua natal) — Pnter! no se te
ohide que prometiste \dsitar nuestra aldea.
— Vaya si lo recuerdol Anda, hijo; echa
tú para adelante y los demás te segiiiremos.
Y allá nos fuimos, guiad.os por el gracioso
rapazuelo. E l pueblo es bonito y pintoresco y
¡cosa harto rara en China), aparece bastante
limpio y aseado. Pasando por sus callejuelas,
oíamos acá y acullá, en esta o en aquella casa
cantar las oraciones en bien concertados coros.
— ¡Hola! ¿qué novedad es ésta? pregunto
al P. Ts’an.
— ¡Oh! ¡Bien poca cosa! A la noche debiera
oírlos Vd-, Padre. Encesandoeltrabajo, no hay
casa donde no se oiga el cmnto de las .oraciones.
Ello es una victoria más de aquel ejemplar
cristiano, de quien he hablado más arriba.
¡Feliz mudanza! E n lugar de las coplejas lascivas
y desenvueltas con que se desgarganta el vulgo
chino, aquí no se escucha más que el dulce y
amable canto de las oraciones, que se elevan
ai cielo, como el incienso del sacrificio vesper­
tino, en olor de sua\ridad.
La Capilla está en la casa de nuestro amiguito
Gracia: es una sala sencilla y desnuda de ador­
nos, pero limpia y bien arreglada, en cuyo tes­
tero descuellan los cuadros del Sdo. Corazón y de
laSma. Virgen María. E n el piso de encima hay
una habitación para el Padre Misionero, que apa­
rece igualmente aseada como una tacita de plata.
Ya dejo dicho que en este país aumenta el
número de los catecúmenos de día en día: y
una hermosa prueba de su fervor pude tener
en esta ocasión. E n efecto, al tiempo que está­
bamos tomando una ligera refección con que
quisieron obsequiarnos, compareció un mozo
de gallarda presencia, que me dijo:
— jP ad re!vente a mi casa. Mi anciano papá ha
resuelto echar al fuego todos sus ídolos y tendría
mucho placer de que.tú asistieras al acto: luego,
si te parece bien, vendremos todos a rezar.
— ¡Con mucho gusto! le contesté: vamos en­
seguida.
Y allá nos fuimos. En la mitad de la sala
ardía ya una buena lumbre; y állí, amontonados
y revueltos en confuso troi>el, yacían los grotescos
y desnarigados idolillos, como otros tantos reos
en capilla, que aguardan resignados la ejecución
de la sentencia. K o bien pusimos los pies en la
sala, todos, hombres y mujeres y principalmente
los muchachos, comenzaron a echar en el fuego
aquellos feos mamarrachos, mengua del arte
y de la naturaleza humana, en los que hasta
entonces habían tenido puestas sus esperanzas
y hecho objeto de su veneración y culto.
Una cosa ^ h é de menos entonces, para co­
ronar dignamente aquel solemne auto de fe.
La ocasión era de perlas para entronizar una
imagen de .Nuestro Señor, en el puesto que aca­

baban de dejar vacio los vanos simulacros de la
gentilidad: un cuadro, una estampa o un cruci­
fijo hubieran ser\rido para el objeto a las mil
maravillas; pero ¡no los teníamos! Y es de adver­
tir que la cosa no puede quedar así: que es ne­
cesario de todo punto llenar esos huecos. Para
una familia china lá imagen sagrada es más
indispensable aúñ que el morisquete que come.
Si el Señor del Cielo no ocupa al punto la plaza
que dejaron abandonada los falsos diose.s, muy
fácilmente toman éstos a posesionarse de ella.
Tal vez algún bienliechor, librería o comunidad
religiosa sienta la santa inspiración do enviarnos
algunas estampas, imágenes o crucifijos: si así
fuera, por el amor de Hios les rogamos la sigan
fielmente y envíen sus donativos al Orfanato
Salesiano - Macao (China). Los donantes, si
quieren, pueden escribir su nombre al pie de
las estampas o imágenes, para que la familia, a
cuyas manos lleguen, les recuerde y encomiende
en la devota y poética oración de la noche.
Después de presenciar la referida chamusquina,
acudimos nuevamente a nuestros palanquines,
para proseguir el viaje hacia Liu-Chiu. Aquí
hube de asistir a una escena enternecedora. Nues­
tro simpático amiguito Gracia, pidió a su madre
licencia para acompañarnos hasta Liu-Chiu, a lo
que ella creyó del caso no acceder, por ser el ca­
mino harto largo. E l amable chiquillo recibió la
negativa sin chistar y dióse trazas para dar feliz
remate al papel de gran ceremoniero, que venía
desempeñando. Nos acompañó aún hasta cosa de
quiuce pasos fuera del pueblo y entonces me dijo:
— Padre, ¡vuélvete y mira!... todos los cris­
tianos esperan que les des tu último adiós.
Volví la cabeza y vi a todos los fieles del pueblo
reunidos sobre un altozano de las afueras, que se
arrodillaban reverentemente. Diles la bendición,
y ellos la recibieron santiguándose y humillando
sus frentes hasta el polvo.
El niño comprendió que con este acto había
terminado su misión y que era fuerza dejarnos:
jíúspse delante de mí y del Padre Tsan, hlzonos
una graciosa reverencia y tornóse más que de
prisa hacia el pueblo, sin volver la Cíira atrás.
Pero, aunque no pudimos ver sus lágrimas,
oüuos claramente sus sollozos, liue había rejnimido heroicamente hasta el jx)strer momento.
¡Pobre y amable criatura!
E l cu ltivo racio n a l de la s tierra s - C ab a ­
lle ro sa s atenciones del m andarín de
K ei-T a m - P e rd id o s en m ed io de los
a rro za le s - L a buena voluntad de un
p u eb lecito cristia n o - U na sú p lica con­
m o ved o ra.
En estos países he hallado con gran mara­
villa que desde tiempos inmemoriales en la
labranza de ios campos se practica lo que en

— 288 —
Kuropa se estima como una invención de última
hora, a saber, la inducción del ázoe o nitrógeno
en los terrenos, mediante la siembra de plantas
reparadoras, como son las leguminosas y fo­
rrajeras.
Y casi diría que el método usado aquí es más
acertado y ventajoso, porque se aprovecha para
ello la época del año en que la tierra permanece
baldía. ICn noviembre siembran una especie
de alfalfa, cuya flor es bastante parecida a la
del trébol. A mediados de marzo, a más tardar,
cuando se prepara el terreno para sembrar el
arroz y la alfalfa alcanza ya una altura de 30
centímetros, se ara el campo, enterrando la
hierba, que hace así el oficio de un excelente
abono. Si se prefiere en cambio darle un corte,
obtiénese un forraje exqirisito para las vacas;
y aún como verdura puede servir esa hierba,
cuando es tíenia, pues, cocida tiene un sabor
semejante al de las espinacas.
Otro cultivo, desconocido en los países del
Sud, pero aqrií muy ])raeticado pero sólo a título
de explotación del terreno, es el del trigo, qUe
se siembra en diciembre y se recoge en marzo,
después de haber sacado ya otras dos cosechas
de arroz, en el tiempo que corre de marzo a
noviembre.
Pero, dejando a un lado estas disquisiciones
agrícolas y anudando el hilo de nuestra inte­
rrumpida historia, digo que nos pusimos nueva­
mente en camino y anduvimos sin novedad
hasta la ciudad de Liii-Chm. Aquí posamos
una noche, y a la mañana siguiente emprendimos
la bajada a Kéi-Tam, que está a unos 42 kiló­
metros de la anterior.
K1 mandarín de esta población, a quien de
antemano se había dado noticia de nuestra lle­
gada, nos envió una barca con veinte soldados
de escolta; para el caso cuatro hubieran bastado,
pero el buen señor se había propuesto recibirnos
coii todos los honores, por lo que mandó además
la bandera mandarinal, y la música a nuestro
encuentro. Kso de la música es un decir: había
allí buena voluntad, más que otra cosa; pero
por lo curioso merece que se describa. Imaginad
dos trompetas de latón. largas un metro y medio,
cuyos tubos ilelgatiísimos acababan repentina­
mente en una anchísima campana. K1 sonido
sólo es comparable al desesperado imigido de
una \-aca. Poro, repito, que la buena voluntad
suplía por todo; y así yo y los cristianos que me
acompañaban nos dimos poí muy honrados.
Montamos en la barca, la cual nos llevó río
abajo basta el puesto de Tong-Kun-HaK a
donde arribamos a las tres de la tarde. Aquí
desembarcamos y proseguimos por tierra los
diez kilómetros que nos faltaban de camino.
A la cabeza. de la comitiva iba el piquete de
los veinte, precedidps de los famosos clarines,

que de tanto en tanto hendían los aires enn
sus formidables... berridos. Con esta pompa y
solemnidad llegamos al mercado de Lai-Ftv.i,
donde se quedaron los soldados. Los otros andu­
vimos algiin kilómetro más para alcanzar nuestra
residencia.
Hállase ésta en la abierta campiña; -y mien­
tras el Padre Ts'an se anticipaba con los sille­
teros, nosotros nos detuvimos unos minutos
en la casa de un cristiano que hallamos al paso.
Pero fué una imprudencia que nos pudo costar
cara: pues, como desconocíamos el camino y
nos salteó la noche en medio de aquellos empan­
tanados arrozales, nos hallamos a cierto punto
sin saber a donde dirigir nuestros pasos. Por
dicha el Padre Ts'an, advirtiendo nuestra tar­
danza, envió por nosotros a varios cristianos
con antorchas, que nós sacaron del apretado
lance.
Componen esta cristiandad cosa de setenta
fieles, todos muy buenos y fervorosos, aunque
poco instruidos: mayormente en las mujeres
se echa menos la instrucción, por no haber
quien a ellas se dedique. A l presente tenemos
aquí dos religiosas del país, que con amabilidad
y.suaves modos, se han granjeado el cariño de
las niñas y aún el de las madres, y han alcan­
zado muy grandes frutos, si bien a costa de no
pequeños .trabajos y sacrificios.
La comarca padece extremada pobreza, a
causa de la esterilidad del suelo: la pobre gente
labra sin descanso su cainpito de la mañana la
noche, para sacarle algún fruto: lii siquiera las
mujeres y tiernas ninas pueden dispensarse
de las faenas de labranza, aún las más duras y
fatigosas. Pone lástima y piedad la arrastrada
vida que llevan las pobrecillas: de las seis de
la mañana a las siete de la tarde trabajan en
el campo, con pocos y breves intervalos de des­
canso: de las siete a las nueve de la noche, hacen
la comida y cenan; luegoJiasta las once, todavía
hallan tiempo de acudir a la escuela, para apren­
der las oraciones y la doctrina cristiana. Cierto
enternece el corazón ver a esas mujeres, con el
infantuelo-dormido sobre las espaldas, estarse
sentadas horas enteras en el banco, repitiendo
las preguntas del catecismo, a menudo en coni-.
pañía de sus hijas, con un sufrimiento admirable.
¡Qué aficionadas se muestran a las buenas reli­
giosas y con qué amor y docilidad les obedecen!
¡Oh! Si estuvieran aquí nuestras Hermanas,
¡cuánto bien podrían hacer!
A la mañana, despu^ de la misa, al tiempo
que nos apercibíamos a partir, vino el jefe de
la cristiandad, que es un varón de muy llano
y sencillo trato y muy religioso: me toma de la
mano y me lleva a la capilla. Enseguida arrima
una silla, me hace sentar y ruégame que ben­
diga a los cristianos, los cuales desfilan de uno



aSg —

en uno delante de mí, doblando la rodilla y
santiguándose con mucha devoción. Después de
esto, rezaron una oración por la felicidad de
nuestro ^naje y échateos a andar.
Nuestros cristianos recabaron para sí el honor
de transportarnos en su propia barca: una barquita nueva, resplandeciente de litn.pieza como
un espejo. Los más calificados entre ellos em­
puñaron los remos, braceando con tal empuje,
que el l^ero esquife se deslizaba veloz como el
viento.
A la noche nos detuvimos al abrigo, de un
puerto. Despu^ de cenar, nuestros hombres
cerraron la barca con unas esteras, y se pusie
ron a rezar las oraciones en coró. Era poética
en extremo esa oración, que brotaba de los
ingenuos corazones de aquellos rudos barqueros,
que traían a las mientes a los pescadores de Ga­
lilea.
Acabadas las oraciones, el Padre L y bajó
a tierra y yo me quedé en la barca con la mayor
parte de los cristianos. Luego que estuvimos
solos, v i con gran maravilla a estos arrojarse
a mis pies. Como no acababa de entender qué
significaba aquello, les pregunte qué querían.
— {Padre! me contestó uno de ellos, has
podido ver cuán escasamente instruidos son
nuestras mujeres e hijos en punto a doctrina y
oraciones: por tus buenos oficios, desde algún
tiempo tenemos con nosotros a las Hermanas,
cuyo benéfico influjo es claro y patente: te
suplicamos encarecidamente que no nos quites
a las Hermanas, porque se perdería el poco
fruto que se ha hecho.
Tan persuadido como ellos estaba yo de lo
que me decían: pero las religiosas.eran también
sumamente necesarias.en la región septentrional:
— ¿Qué hacer? No me queda otra parlido^sino
suplicar a Mons. de Guebriand, de cuya auto­
ridad dependen esas religiosas, que sea servido
mandarnos otras dos. Esto nos imi>ondrá nuevos
gastos: y a este paso nuestro presupuesto va
creciendo por puntos como un alud... Pero...
jel Señor proveerá!
La san ta M isa a bordo de una b arq u ich u ela
- Un a tra co fru stra d o de lo s p ira ta s L le g a d a a H am -K o n g - M ise ria y cru el­
dad ' N e ce sid a d de m ás m isio n ero s y
b e lla s esp e ra n za s.
Como el siguiente día era domingo, mis acom­
pañantes cristianos se dieron trazas para aco­
modar el altar portátil en el punto principal de
su hermosa barquita. Acabado la misa, no
cabían en sí de placer. < Y a tenemos aseguradas
en adelante las bendiciones de Dios para nuestra
barca *, decían los sencillos remadores.
Pero yo entre tanto, ahondaba algo más en
estas filosofías, y me decía: jQué buena cosa

sería si tuviéramos una canoa automóvil, para
uso de la misión, con un motorcito de diez ca­
ballos! jCon qué mayor presteza y comodidad
se harían estos intenninables viajes! jCúáutos
días me ahorra'tía la mortificación de quedarme
sin misa! ¡Cuántas dificultades y quebraderos
de cabeza quedarían resueltos en un punto!
Mientras nos dedicábamos a los ejercicios de
devoción, acabó de clarear el día, y echamos
nuevamente río abajo hasta Yeong-Shon. l\n
este punto hubimos de dejar la barca de los
ciistianos y tomar una más pequeña para bajar
a Ham-Kcms.. Hubo mudias dificultades para
hallarla: pero una orden del mandarín, n quien
recurrimos, las deshizo todas como por en­
canto. Montamos, pues, en e) nuevo esciuifc,
y soltamos amarras.
Este último trayecto de río aparece estupen­
damente pintoresco: ¡lástima grande que la
belleza del paisaje resulte hoscamente entene­
brecida por la presencia de los piratas, que pu­
lulan por esos lugares! Mal rato nos hubicriiii
dado a nosotros, a no llevar la escolta de soldados.
E n efecto, llegados a cierto paraje, cuatro
hombres de siniestra catadura, apuntándonos
con las escopetas, nos intimaron la orden de
acercamos a la orilla. Entendimos al punto sus
intenciones; pero nuestros soldados, que no
habían sido vistos de los cuatro facinerosos, man­
daron a los remeros que les dieren gusto sin
temor, guiando la barca hacia ellos.
Así que llegamos a la orilla, los soldados sa­
liendo de su escondite, saltaron a tierra y tra­
taron de encaramarse por el ribazo, que era algo
escarpado. Pero los bandidos, que no esperaban
una tal embajada, volvieron las espaldas y pu­
sieron pies en polvorosa.
En Num-Küu^ tenemos una casita con su
correspondiente oratorio. Lo malo es que está el
lugar muy apartado y no tiene más que dos
familias cristianas, lú i una de éstas, el abuelo,
aguijado por la miseria, vendió dos hijas y dos
nietecitas cristianas, a familias gentiles. Dicho
se está, que el mal aconsejado viejo ha sido casti­
gado con la privadón de los sacramentos. Pero
con esto no queda reparado el mal: hay que arran­
car a toda cdsta a esas pobres criaturas de la
boca del lobo. He procurado averiguar el precio
de su rescate: se me ha respondido que no las
darán por menos de cien dólares cada una. Lo
cual quiere decir que el rescate de esas cuatro
almas cristianas, ya compradas y regdieradas
con la Sangre preciosísima de Nuestro Señor
Jesucristo, costará cuatro cientos dólares por
, 1o menos. Es una empresa urgentísima, jx>rque
las pobres niñas quedan expuestas a las mayores
infamias y , lo que es peor, a la apostasía y a la
perdidón eterna. Y o no comprendo cómo puede
haber cristianos que gastan caudales inmensos



en inútiles caprichos, mientras hay tantos her­
manos en la fe, que están a punto de perderse
por carecer de ese puñado de monedas, que
otros tiran con tanta facilidad. E s cosa de medi­
tarse seriamente.
En esta población nos detuvimos un par de
días, cabiéndonos la satisfacción de prestar un
provechoso servicio a una buena familia de la
\'ccindad, cuyo jefe yacía en la cárcel, bajo el
peso de una falsa acusación.
A ruegos del misionero, el mandarín se allanó
a e.^caminar nuevamente la causa; y, echando
de ver la completa inocencia del reo, • lo puso
enseguida en libertad, devolviéndole al propio
tiempo todos los bienes, que le habían sido conliscados.
Después de un día de camino en palanquín
llegamos a Yeng-Tak. E n este lugar hallé una
pequeña y miserable capilla, en una casa de
alquiler, sin que haya sido posible hasta ahora
comprar terreno y menos una casa para la mi­
sión. líl motivo es, porque, siendo el nivel de la
ciudad más bajo que el cauce del río, se halla
en constante peligro de inundación. Recuerdo
que pregunté a uno de sus moradores:
— ¿Cómo podéis vivir aquí tranquilos, bajo
la amenaza continua del peligro?
— Estamos acostumbrados, me contestó.
Y habiéndonos invitado a entrar en su casa,
nos mostró los botes de salvamento, que están
siempre a punto. Cada casa tiene dos, tres o más
barquitas de esas, según el número de los que
componen la familia.
— Nosotros contamos siempre con este pe­
ligro, concluyó el hombre sentenciosamente, de
igual modo que vosotros habéis de contar con el
frío en el invierno y el calor en el verano.
Por nuestra parte, hemos echado ya el ojo
a un pequeño altozano, sito a pocos pasos de; la
población, que vendría de perlas para instalar
la residencia del misionero. Falta sólo que lo
podamos aqduirir. Ello es de suma necesidad,
pues la causa de la tibieza e indolencia que se
nota en los cristianos de aquí, no es otra que la
falta de una casa, bastante capaz y decente,
donde puedan reimirsc. El terreno se presenta
harto estéril e ingrato a las fatigas del misio­
nero; pero esperamos tiue el Señor bendiga sus
trabajos y las ovejas descarriadas tomen al
redil.
De Yeng-Tak tomamos el tren, que en tres
horitas nos puso en Shiti-Kuany punto de donde
habíamos partido. Da vuelta había durado
ceinte días.
Pronto marcharán dos sacerdotes nuestrosa la región de Liu-Chiti, para sustituir al Padre
Ts'an, y cuatro religiosas indígenas, hasta que
no vengan a ayudarnos nuestras Hermanas, las
Hijas de María Auxiliadora. Eos trabajos de

2go —

éstas serán sumamente, provechosos para la mi­
sión y contribuirán poderosamente a aumentar
el número de las conversiones.
L u is V ersigi.ia ,
Misionero Salesiano.

LA

M IS IO N

S A L E S IA N A

,

en el Chaco Paraguayo.

El día 31 de marzo de este año salieron de
Asunción, capital de la República del Paraguay,
los misioneros salesianós que van a evangelizar
la parte del famosísimo Chaco, que pertenece a
esta nación.
Según noticias recibidas de allá, la despedida
del esforzado grupo, compuesto de los Rdos.
Padres Emilio Sosa Gaona y José María Drago
y el hermano coadjutor Juan González, se hizo
con grandísima solemnidad.
El acto, por su especial significación, lo me­
recía. L a Misión del Chaco está bajo la inme­
diata dependencia de la Inspectoría del Uru­
guay y Paraguay: lo cual es una consoladora
prueba de la exuberante vitalidad de la Congre­
gación Salesiana en esas regiones, pues que no
sólo basta a sus propias necesidades, sino que
puede tomar además sobre sí un nuevo y difícil
campo de trabajo, como es el de la nueva Misión
del Chaco.
He aquí cómo describe la entemecedora fiesta
la revista Don Bosco, órgano de los Antiguos
Alumnos del Uruguay y Paraguay.
V En la misa de 7 de la mañana se congre­
garon no menos de 300 niños para ofrecer una
comunión general, como un feliz augurio 'de la
misión.
Allí estaba un hermoso grupo de exploradores
paraguayos con su uniforme: una buena repre­
sentación de la Liga Asunceña, una abundante
delegación de oratorianos y casi diríamos los
niños del Colegid en masa. Mientras se ejecu­
taban preciosos motetes y devotos cantos co­
rales, el P. Sosa distribuía la comunión a esos
centenares de almas inocentes y agradecidas,
que por tan bella manera honraban a los no\’eles misioneros..
Terminada la misa pasaron todos a sorber
una taza de abundante y rico chocdlate, en
medio de burras y vivas estruendosos al primer
misionero salesiano paraguayo, que sonriente
repartía amabilidad y... caramelos a los entu­
siastas niños.
Un número que se hacía esperar y estaba
en la mente de todos era el desfile de la Liga

IF
— 291 —
Asunceiia ante su amable Presidente cesante.
Hubo derroche de burras y vivas; y enseguida
los Exploradores Paraguayos, que despedían a
uno de sus más activos Subdirectores, atrajeron
las miradas del inmenso público. X o menos de
ochenta entusiastas exploradores habían acu­
dido al llamamiento de la Comisión Directva,
presentándose uniformados para desfilar ante
el P. Emilio Sosa.
Reunidos todos en el amplio corredor, el
Sr. Heriberto Fernández pronunció un hermoso
discurso de despedida en nombre de sus camaradas y en felices frases recuerda todo lo que
ios exploradores paraguayos deben al P. Sosa.
Ofrécele con el desfile, las primicias de los
clarinetes, que en ese día se estrenaban en la
banda, y termina diciendo que « ya hace tiempo
se ha le\'antado un monumento de gratitud al
Rdo. P. Sosa en el corazón de cada uno de ellos ».
Acto continuo, rompe la banda con una her­
mosa marcha y las escuadras.de exploradores
pasan dos veces ante el festejado con gallardo
paso de piarada, confundiéndose el rumor de
los, pasos marciales con los acordes de la banda,
los aplausos y el eco de la franca alegría que
llenaba el ambiente.
También tomó parte muy importante en los
festejos el simpático grupode entusiastas jóvenes.
Ex-Alumnos del Centro «Juan Bosco». A media
mañana se reunieron en su nuevo local para
ofrecer a los misioneros un Vermouth de despe­
dida. Amenizaba el acto la banda de los Explo­
radores, que mereció felicitaciones por su bri
liante actuación.
Se prolongó la amena reunión hasta el. medio
día, amenizada con canto y músicas, reinando
general entusiasmo.
La función más sentida e importante fué la
que se efectuó en la capilla a las 5
tarde Se sentaban en un lugar de honor en el
presbiterio los misioneros y ante un numeroso
público v delegaciones ocupó la cátedra el Rdo.
P. Director del Colegio. Don Domingo Queirolo, que en elocuentes frases dió la despedida
oficial a %)s misioneros, explicando brevemente
el cometido del misionero católico, del misionero
saiesiano y particularmente de los tres primeros
misioneros que salían de este colegio.
Enseguida se dió la bendición con S. D, M. y
terminada ésta, también la bendición especial
para estos casos. Mientras en el coro se entonaba
el solemne Laúdate de Perosi, se daban a los
misioneros los abrazos de despedida.
Para cerrar la jomada se sir\-ió por la noche
una modesta comida en la que tomaron parte
varios cooperadores y amigos. A los postres
ofreció el acto en nombre de los Salesianos, el
Rdo. P. E. Pérez, liablando enseguida el presi­
dente del Centro Jimn Bosco. el joven Pozzoli y

luego el joven Heliodoro Montero, .quien pr-o
nunció un bello discurso, terminando con la de­
clamación de unos hermosos versos.
Contestó a todos con suma elocuencia y gracia
el Rdo. P. Emilio, quien fué interrumpido
varias veces por estruendosos aplausos.
A l salir, afuera la incansable banda de los
Exploradores hacía nuevamente oír sus acor­
dados sones, cosechándo merecidos aplaxtsos *.
A l día siguiente los tres misioneros partieron
con dirección a Fuerte Olimfo, fortaleza del
tiempo de los Españoles, que la levantaron y
conocían por el nombre de Fuerte Borb^n. Está
a la entrada del Chaco, a unos 500 Km. de
Asunción y es hoy centro de una importante
colonia de industriales y ganaderos, establecidos
en sus cercanías. Fuerte Olimpo será la base de
operaciones de nuestros misioneros, que desde
allí harán sus salidas y e.xcursiones a través de
las selvas, no ya para hnponer a sus pobladores
el yugo de las armas, sino para rendirlos al im­
perio de la Cruz, y conquistarlos para la civi­
lización y para el Cielo.

Advertencia. - L as personas que deseen socorrer
a nuestras M isiones, ya sea con dinero, ya sea con
objetos o géneros,puedendirigir susofertasal R^mo.
S r . D . P ablo A lbera, Superior General de la Pía
Sociedad Salesiana, Fm C o ito l^ g o , 32, Turin
{Italici); quien quidará de que lleguen a su destino.

Bibliografía.
Libros recibidos en esta redacción.
De la Librería 6alesiana de .Sarriá-Barcelona. —
Hemos recibido los lierniosos tomitos:
Doce meses de agonía. — liUcresnnti?ima co­
lección de documenlits y testimonios, acerca <le los
sensacionales prodigios del Smto Cristo de la Ago­
nía de IJinpias. que atraen la atención de .todo el
mundo.
Bautizado en su S a n g r e . — Novel ita histórica
de la época de los mártires.
Vida popular del Venerable Don Bosco. — lis
nn libriio de lectura siigesUva, <lestinado a divul­
gar en medio del pueblo las portentosas hazañas
del grande Apóstol de la juventud.
Estos tres libros son los núníeros de «<I.eclurax
Católicas * correspondientes a marzo, abril y mayo
de este año y se deben a la bien corlada pluma
<lel .Saiesiano D. Ricardo Beovide {Htbé) ventajo­
samente conocido en nuestro campo literario
Todo Cooperador Saiesiano cumplirá un sagrado
deber, difundiendo y propagando las « Leclmas
Católicas
que fundó nuestro Vble. Padre Don
Bosco.
Dirigirse a la Librería Salesiana, Paseo Don
4, Sarriá-Barcelona (España).
Precios de suscripción: España; 4 ptas. al ano.
Fuera de España; 5 ptas,



CARACAS (Venezuela). — Del importante dia­
rio La Religión de la capital venezolana, tomamos
la siguiente noticia: — «El mes de María Auxilia­
dora — 24 de abril a 24 de mayo — revi.stió este
año especial solemnidad, por la diaria y numciosa
concurrencia de fieles, ]X)r la unción y elocuencia
con que predicaron los Rvdos. PP. Salesianos
todas las noches del mes y por la interpretación
que hizó de preciosos A ntos sagrados el Coio
de niños del Colegio.
Al empezar la Novena, subió de punto el en­
tusiasmo, y la afluencia de los devotos de la Vir­
gen fué mayor. ^Durante los nueve días ocupó la
cátedra sagrada el Padre Pardo salesianó, bien co­
nocido por sus grandes talentos de orador, quien
cautivó y conmovió a sus oyentes, exjX)iiiéndoles
imjwrtantes asuntos de la doctrina católica rela­
cionados con la dilcísima per.sona de María.
[Y llegó el día de la gran fiesta! La más bella nota
de la mañana fué la primera comunión de treinta
alumnos del Colegio Salesianó. convenientemente
preparados, los cuales se consagraron en la misma
mañana a la Santísima Virgen. En todas las misas
iuibo numerosas comuniones; la Archkofradía
de Marín Auxiliuodni se presentó en cucr¡)o a rccil)ir el Pan Eucarístieo.
A las 9 se cantó la misa solemne. Ofició de Preste
el M. D. Sr. Provisor y Vicario General del Arzo­
bispado, Pbro, Dr, E. A. Granadillo, con asis­
tencia ilel Exmo. Sr. Internuncio Apo,stülico, Mons.
Marchetti Selvaggiani. El Rvdo. Fr. Eugenio
Navarro cantó cx)U gran elocuencia y verdad,
desde el púlpito, las glorias de la Madre de Dios.
líntro una espléndida y artística prcfu.sión de
tioix's estaba María, en cuj*o rostro parecía tras­
lucirse el consvielo y contento, que el homenaje
de sus hijos debió llevar a su maternal corazón.
Ia>3 ejercicios de la tarde fueron presididos por
el limo, y Rvdmo. Sr. Obispo del Zulia, ^^ouseñor
Marcos S. Gkxloy. Pretlicó el Rvdo. Padre Odriotola, S. J., impresionando viva y piadosamente
al auditorio. I.,a Imagen de la Sma. Virgen fué
llevada en hombres de piadosas doncellas por la
ctüle y por los jardines y claustros del Colegio,

seguida por inmenso concurso de fieles qre lle­
naron luego el sagrado recinto. Y a en él. el limo,
y Rvdmo. Sr. Obispo del Zulia, que había acom­
pañado la procesión revestido de pontifical, dió
la Bendición con el Santísimo Sacramento.
La música, las luces y las flores, al par que las
fervorosas plegarias de todas las almas a la Virgen
de Don Bosco, tuvieron en estos ejercicios de clau­
sura inusitada esplendidez^ y devoción.
Al felicitar de nuevo muy cordialmente a los
Rvdos. PP. Salesianos por el éxito de la fiesta
de María Auxiliadora en este año, deseamos viva­
mente que la Soberana Señora de los cielos pro­
teja siempre con la abundancia de sus celestiales
bendiciones el Colegio de San Francisco de Sales,
que es su casa, y a quienes de alguna manera coo­
peran a la Obra Salesiana entre nosotros ».
TUNIA (Colombia). — La Sra. Doña Juana
Gómez Vivas,- decuriona de las Cooperadoras Salesianas de esa población, comunica al Rdnio.
Sr. D. Pablo Albera que se ha celebrado allí este
año por primera vez y con grandísima solemnidad
y pompa, la fiesta de María Auxiliadora de los
Cristianos. Esta no se redujo al interior del templo,
sino que interesó a todo el vecindario, yendo acoiíipañada del popular regocijo, como puede adivi­
narse por el siguiente programa:
El día 23 de mayo después del canto de Vís­
peras, se anunció la solenmidad con repiques de
campanas, retreta de gala, e iluminación de casa.s
por la noche: el domingo, día‘ 23, hubo alborada
con colietes, y en la iglesia comenzaron las cuarenta
horas, celebrándose a la hora competente misa
solenme con panegírico de María Auxi’iadora
que predicó el Muy Rdo. P. Ladislao González
Vicario General de la Arquidiócesis de Popayón
En fin la primera fiesta de María Auxiliadora ter
minó con una magnífica procesión que recorrió
las calles del pueblo, con el mayor orden y luci'miento. Al día siguiente se cantó un funeral en
sufragio de los Sres. Cooperadores difuntos.
LABATbCA (Colombia). — También de aquí
nos participan que se ha celebrado este año con

— 293 -mucha devoción y lucimiento la fiesta de María
Auxiliadora, el día. 26 de mayo, después de un
retiro espiritual. Pué el alma de la fiesta el Sr. Cura
Párroco, Don Samuel Rodríguez, muy devoto de
la Virgen de Don Bosco.
PICHINDÉ (Coloinbia)., — Hemos recibido el
programa anunciador de las solenmísimas fiestas
con que este pueblo cordillerano y su comarca se
prox>onían honrar a María Auxiliadora los días
19 al -22 de agosto. Según él la fiesta anduvo pre­
cedida por un triduo de cuarenta horas, costeado
por las principales familias, con Trisagio, Rosario
y plática diaria.
El día de la fiesta, domingo 22: misa de Coinuiiión y oficio solemne con panegírico, por la niafiana. Por la tarde, procesión solemne con la ima­
gen de María Auxiliadora; concierto y fuegos arti­
ficiales en la plaza.
ha devoción y amor que en esa región se pro­
fesa a nuestra Patrona, dalo bien a entender la
delicada invitación que encabeza el programa.
Llegan, dice, los días felices en que los habi­
tantes de la montaña se reúnen alborozados para
manifestar su amor a María, y para implorar la
protección de la Reina, en quien han depositado
toda su confianza; ninguna alegría tan llena de
encantos como la que acompaña a la fiesta de Mar ía
Auxiliadora en la capilla de su nonrbre colocada
eri el centro de la cordillera andina occidental;
en María Auxiliadora ven con razón todos sus hijos
el rico y hermoso canal ix>r donde les vienen desde
el Cielo los abundantes beneficios que diariamente
reciben, sean ellos materiales o espirituales: María
levanta sus nranos para bendecirlos, extiende su
manto para protegerlos y les ofrece también al
Niño que lleva en sus brazos y a quien tanto, ama.
Reina de los Cielos, allá en su trono de, gloria,
ha de sentir un contento inexplicable al ver que
se acercan esos días en que sus hijos amantes y
sencillos se llegan a ella para ofrecerle con las
flores de sus jardines el aroma delicioso de sus
virtudes.
\'^enid pues, felices moradores de la selva ame­
ricana. venid a presentar vuestras ofrendas a
María que la.s espera con anJielo santo; venid a
>rcctl>¡r las gracias que a manos llenas ella os trae
■le las arcas celestiales; venid a proclamar — una
vez más — y a todo pecho, las grandeza.s de vuestra
Madre ■».
Firman este hermoso manifiesto, que refleja
Ki más tierna piedad y devoción, el Rdmo, Sr. Vi­
vario General, D. Daniel Guerrero y varios distincaidos caballeros.
RODEO DEL MEDIO (ArgenlinaL — Dos P eri--

.XIXACIOXES Y UN JU B IL E O EPISCO PA L- — 1.3

•iesta de María Auxiliadora de esta ciudad revistió
* ana solemnidad especial, por halrerse juntado con
ella la celebración del rigésimo quinto ania ersario
de la Consagración Episcopal del limo. £r. Don
Santiago Costamagna, de la Pía Sociedad Salc'iana.
Oomeuzarou las fiestas ron una devotísima
'cregrinación de varios pueblos de la comarc;.

al Santuario de María Auxiliadora. En efecto,
el domingo 2^ de Mayo a las 9 se detenía en la
estación de Rodeo deí Medio un largo convoy de
doce coches de ferrocarril atestados de peregrinos
de la ciudad de Mendoza y de las parroquias de
Las Heras, Godoy Cruz, La Carrcdilla y Lujan
de Cuyo; esta última presidida por su cura vicario,
Pbro.'Carlos Carrol traía un contingente de 200
peregrinos.
Venía al frente de la peregrinación, en ausencia
de Mons. Orzali, el Obispo Auxiliar Mons. Marcos
Zapata, acompañado de varfos soccidutcs y icligiosos. Formóse imr.ediatamcnte una laign co­
mitiva que. atomi'añuda ]x>r la banda de voHcín,
se dirigió procesionalniciite al .santuario, pasr.nc'o
ba.jo los arcos erigidos de trecho en tiecho en la
calle que une el templo con el parque « Grai.
Ollega».
Cuando aquella inmensa ola humana hubo in­
vadido el santuario, ocupándolo completamente,
al ver que muchos no habían podido penetrar
¡cuánto lamentamos la estrechez del local, estre­
chez que jamás huheran so.spechado los que le­
vantaron el sagrado edificio! ¿Cuándo completará
Marra Auxiliadora su obra cnsancharidó su taber­
náculo para que a guisa de nranto real pueda
cobijar mayor- número de almas uecesitedas?
En un ambiente de sincera devociórr fe mcnlado
por una música embriagadora, celebró S. S. Urna,'
Mons. Zapata el Augusto Sacrificio, después dcl
cual tanto él como otros sacerdotes tuvieron
tarea para rato en la distribución del Pan Eucarísüco, pues aquellos romeros no lo eran de nombre,
sino de verdad y hubieran considerado incompleto
su homenaje a no comulgar a les pies de la Auxi­
liadora.
A las I I , congregados nuevamente los pere­
grinos bajo las bóvedas del templo, subió al pul­
pito el Sr. Obispo Auxiliar y leyó un interesante
discurso .sobre el alto significado de la manifesta­
ción religiosa que .se e.slabn efectuando. Dirigicndose luego a Mons. Costamagna le clió la enhoiabuena-por su jubileo episcopal en nombre dcl
Obispo Diocesano y del Clero de Cuyo.
Terminada la alocución. Me nseñor Costímagna
acompañado de varios sacerdotes se dirigió ]>c iitificalmente al Altar y.cxpue.stod Sino. SacríiJiicnto,
entonó el Te Deuw en acción de gracia.s por el
X X V aniversario de su consagración episcopal.
Fué aquel un momento sokrnrc. El espectáculo
del anciano Prelado alternando con voz robusta
con los cantores en la c-jt< ución del himno atnbiosiano, despertaba en todos los corazones las más
bellas emocione
Por la tarde. Monseñor fu obsequiado cen rmí.
herniosa velada per los niñes del Colegio 3’ Antigüe s
Alumnos.
Al día siguiente, día 24, llegó al Santuario una
nueva peregrinación de Juníii, Rívadavia, San
Martín y Guymallén. Mens. Costamagna celebró
una solemne Misa Pontifical, asistido de numeróse
clero y por la tarde presidió la grandiosa prccesrén
que tradícionalmente cierra ios piadosos cuite)»
en honor de María Auxiliadoia.

— 294 —

Gradas de María /Auxiliadora.

D os niños que viv e n por e l fa v o r M aria.
Mis dos nietecitos, que eu el pasado octubre
tuvieron la incomparable dicha de hacer la pri­
mera Comunión en el Camarín del Santuario
de María Auxiliadora de esta capital, bien se
puede decir que desde que abrieron los ojos a
la luz viven por una singular merced y continua
protección de la Sma. Virgen.
A poco de haber nacido tuvieron la irrepa­
rable desgracia de perder a su madre, do cual
fue parte para que llevaran una existencia pre­
caria y se criaran sin vigor ni robustez. Una
fiebre tenaz hizo presa en el varoncito y en
breve le redujo a una extrema debilidad. No
parecía tener sinó un hálito de vida, que su
padre, médico y especialista, y yo. temíamos se
extinguiera de un momento a otro. Una bronconeumonía puso al propio tiempo a su hermanita
al borde del sepulcro. En estos trances, con el
corazón oprimido por la más honda pena, pero
lleno de confianza, acudí en demanda de ora­
ciones a la Casa Salesiana, donde se educaron
mis hijos, mientras rezábamos en la nuestra con
el fervor que infunden las grandes necesidades.
Oyó nuestras súplica? Maiía Smá., alcanzán­
donos la gracia que le pedíamos: ambos niños
mejoraron poco a poco hasta reponerse del todo,
tornando la paz y la alegría al acongojado co­
razón del padre y al mío doblemente dolorido.
No mucho después, en 1913, una atrepsia
muy acentuada vino a poner eii inminente pe­
ligro de muerte al pequeñín, viendo en breve
espacio reducido a los puros huesos y piel, al
que veíamos desarrollarse sano y robusto; pero
María Auxiliadora, a quien volvimos a interesar
en nuestro favor, otra vez nos consoló devol­
viendo la vida al que dábamos por perdido.
Desde entonces siguieron bren las dos criaturitas, padeciendo sólo algunas ligeras afecciones,
consecuencia de las dificultades con que se
criaron en la infancia. Pero últimamente, cuando
la buena &\lud, junto con sus progresos físicos e
intelectuales daban hermosas esperanzas para
su porvenir, acometió a la nenita una grave
afección cardíaai. diagnosticada por asistolia,
que en el momento menos pensiido podía de­
jarla sin vida. Pero no ha sido así, afortunada­
mente, porque María Auxiliadora velaba con
amorosa y maternal solicitud sobre este hogar,
donde Ella es considerada y querida como verda­
dera Madre. En estos momentos la niña está
fuera de peligro; y pido y contío que Ella nos

hará merced de una completa curación, alejando
el peligro de que la terrible crisis se repita.
Entre tanto, desde las columnas del Baletín
Salesiano me complazco en elevar hasta su
trono las más rendidas gracias, que pueda tri­
butarle un corazón agradecido.
Buenos Ayres 15 de marzo 1920.
Milagros S ol l e C orre.\.
j V iv a M a r ía !
Cmnpliendo una sacratísima deuda de gra­
titud, debo dar cuenta de una serie de gracias
extraordinarias de la Sma. Virgen Auxiliadora
en las cuales no sabría decir qué brilla más, si
su bondad inagotable o su poder sin igual.
Al quitarse las cimbrias de mi arco en constméción, éste se derrumbó inesperadamente,
sejíultando bajo sus escombros a mi querido
padre.
. Habiéndole sacado con no poco trabajo, en el
reconocimiento facultativo los médicos le apre­
ciaron la fractura de la pierna por tres partes:
una en el peroné y dos en la tibia, con despren­
dimiento de algunos fragmentos de ésta. Tam­
bién la cabeza resultó casi triturada en el tre­
mendo accidente; pues apareció roto el frontal
por ima parte y el temporal por la otra, con
hundimiento de un huesecito en la masa ence­
fálica.
Eos doctores opinaron que no sobreviviría
sinó algunas horas; por lo que se le administra­
ron con urgencia los santos sacramentos, mien­
tras era fervorosamente encomendado a la
Sma. Virgen Auxiliadora por toda la familia,
que habita casi a la sombra de su Santuario,
para que lo conservara a nuestro afecto.
Al ver con admiración que se prolongaba la
vida del paciente, trasladósele a un importante
hospital de Barcelona para practicarle la im­
prorrogable trepanación del cráneo; pero los
insignes cirujanos del establecimiento, al ver
el horrible destrozo de la cabeza, reputan la
operación tan inútil como imposible, pues el
enfermo no resistiría ni siquiera a la clorofor­
mización. Otra vez acudimos a la Sma. Virgen
y gracias a Ella, la delicadísima operación se
efectuó con feliz resultado: más, no sólo se le
recompuso 1^^ cabeza, mas también la pierna,
contra todos ios pronósticos de la ciencia.
Pero no debían tenninar ahí nuestras zozobras
y los prodigios de la mano bendita de nuestra
dulce Auxiliadora. Cuando ya se levantaba y
daba algunos pasos nuestro querido enfermo,
tuvo la desgracia de caerse, rompiéndose nue­
vamente la pierna. Dada la edad y el delicado
estado del paciente, ya no se pensó en esperar
una nueva soldadura del hueso; por lo que los
médicos fijaron el día para proceder a la ampu-

J

tü'

— 295 —
tación de la pierna. No podíam os^ufonnanios
nosotros Con esta idea y tercera vez imploramos
con vivas instancias los celestiales auxilie^ de
María Sma. Las niñas del Colegio, que dirigen
mis tías, comenzaron con tal fin una no\*ena
a María Auxiliadora y al Sdo. Corazón de Jesús,
poniendo por intercesor al Vble. Juan.'3 osco,
y lo mismo hicimos mi madre, m i hermano y
yo. Al terminar la novena los médicos dieron
alguna esperanza: redoblamos nosotros nuestras
súplicas y fuimos cumplidamente escuchados:
pues nuestro padre anda hoy por su pie y lo
tenemos entre nosotros sano y salvo.
De este suceso son testigos la mayor parte
de los vecinos de Sarriá y la familia entera lo
publica para mayor gloria de Dios, para honra
de María Auxiliadora, la milagrosa Virgen de
Don Bosco, y para desahogo de nuestra inmensa
y eterna gratitud.
Sarriá, 24 de mayo 1920.
E l agraciado:
E duardo R oig L l .w ad lo Iv.
E l relator: R a fae l R oig .
A J esú s por M a ría .
Mi esposa Rosalía Figueroa fué - atacada de
dos tumores en la cabeza que le causaron una
fuerte inflamación, y por cuatro días estuvo mu}'
dolorida sin conciliar el sueño, ni tener-dispo.sición para tomar alimento. En tan crítica
situación se recurrió a un reputado medico,
quien hizo el examen correspondiente y mani­
festó que la enferma estaba grave, por que los
tumores eran dos <cantrax» o granos cancerosos,
que causarían la muerte de la paciente. Al oír
el terrible pronóstico del doctor se me inundó
el corazón de pena y amargura y no me quedó
otro consuelo sino recurrir a María Auxiliadora,
pidiéndole alcanzara de su divino Hijo la salud
de mi esposa, y que si ésta sanaba, haría
publicar la gracia en el Boletín Salesiano.
Mi petición fué escuchada; hoy mi esposa se
halla fuera de peligro, pues el doctor la ha hecho
bañar cuatro días y no se le ha seguido la infla­
mación. Cumplo gustoso con lo que ofrecí, dando
las 'gracias a Dios nuestro Señor, que por inter­
cesión de su Sma. Madre, bajo la advocación
de Auxilio de los Cristianos, concedió a mi
esixísa la salud y la vida.
También estoy sumamente agradecido a la
Sma. Virgen Auxiliadora ix>r haber librado con
su maternal protección a mi hija Evarista de
un gravísimo peligro, que habría sumido a toda
la familia en la consternación y en el llanto,
jSea mil veces bendita nuestra querida Madre
y Auxiliadora!
Cali (Calombia) 15 julio 1920.
Mig uel V. Mercado A v a l a .

iCuán buena e s M aría!
Muchas son las gracias y favores especiales
con que la Reina del Cielo me ha socorrido y
espero que siempre me auxiliará, porque en
E lla he puesto toda mi confianza.
Callar los beneficios de mi buena Madre me
parece ingratitud; publicarlos, un deber, para
que todo el mundo conozca y ame a la que es
la Auxiliadora de los Cristianos.
En el mes de Junio del año pas;\do mi hijito
Patricio cayó gravemente enfermo. La ciencia
médica agotó sus recursos y mi corazón de
madre sólo encontraba alivio en los últimos
auxilios de nuestra sacrosanta Religión. En tan
angustiosa trance me recordé en buen punto
del maravilloso poder de María Auxiliadora:
invoquéla con fervor y me serví de una me­
dalla bendita de la misma como de celestial
medicina. Y no fue vana mi esperanza. En efecto,
desde aquel momento entró el niño en conva­
lecencia y hoy goza de perfecta salud. Siempre
que en mi casa hay enfemios o cualquier nece­
sidad, hago la novena de M. A., recibo la Co­
munión, le pido con confianza a María y María
vela por mí.
Una vez mi esposo no tenía empleo, yo le
pedí a la Virgen y Ella le buscó uno muy bueno.
¡Cuán buena es María! ¡Almas atribuladas,
acudid a María!
Lima (Perú) 15 de junio 1920.
R. B. de M.
U na op eración d ifícil.
Hallábase mi padre gravemente enfermo, ha­
ciéndose imposible todo uso medicinal. Como
único y último recurso los médicos todos acon­
sejaban la operación. Entre mil dudas y temoresla familia entera y el mismo paciente, no acor,
tábamos a resolver; pues nada más terrible
en casos delicados, como la cruel incertidumbre.
E n , fin, viendo que en vez de disminuir, sus
dolores aumentaban por días, decidimos seguir
el consejo facultativo. Ejecutóse la operación
y pasamos unos días de mortal congoja. Con
mi querida y angustiada madre habíamos em­
pezado una novena a María Auxiliadora y gracias
a tan bondadosa Madre todo prosiguió feliz­
mente, eoncontrándose hoy día mi querido
padre bueno y sano, exento de aquellos padeci­
mientos que hubieran acabado con é!.
Cumplo hoy lo prometido de hacer celebrar
en el templo de María Auxiliadora una misa
en acción de gracias y también de publicar la
grada redbida, como pequeña muestra de gra­
titud hada María Auxiliadora.
Gerona, agosto de 1920,
P. G. y P de V.

— 296 —
Una grave enfermedad que me acom?tió, anun­
ciaba mi próxima muerte. Xa varia asistencia
médica y los muchos y diversos remedios me
fueron completamente infructuosos, en términos
filie llegó la hora en que ya estaba yo al borde
dcl sepulcro y sólo esperaba rendir el último
aliento. Viendo pues que la ciencia. humana era
imjx)tente del todo, apelé entonces a un refugio
seguro: invoqué a mi amada Madre María Auxi­
liadora. Inmediatamente experimenté su eficaz
Ijrotección; sentí el alivio esperado y al cabo de
una hora estaba yo fuera de peligro, pues disfruté
del restablecimiento que ha continuado hasta la
ficha, a contar desde el año pasado.
Bendita sea la sin par restauradora de los en­
fermos e infalible esperanza de los afligidos.
Guayubul de Síquima (Colombia), Junio de 1920.

GUIIJ.ERMO G ómez .

Teniendo la dicha de conocer la bondad de María
Auxiliadora en conceflcr las gracias que se le
pidéu. acudí a Ella en uno de los momentos de
mayor aflicción de mS vida. Encontrábase grave­
mente enferma de una operación una hija raía y
ciuiiido ya creían salvarla los doctores, he ahí que
le viene una gravísima complicación, tanto, que
éstos desesperaban de salvarla; en tales momentos
y cuando ya preveía segura su muerte, acudí eu
demanda de auxilio a María Auxiliadora, prome­
tiéndole hacer publicar el milagro, y Ella como
otras veces, me escuchó, arrancando a mi hija de
las garras de la muerte, y devolviéndomela com­
pletamente sana. Cumplo la promesa, haciendo
piiblii'ii mi iumensa gratitud a tan buena Madre.
Córüobii (Arg.), febrero 1920.
M a r ía V d a . de B r a c c o .

¡Gracias mil a María Auxiliadora que tantas
vece.s me ha protegido en mis necesidades! Ha­
biendo sufrido mi mamá una larga enfermedad
y siendo inútiles todos los esfuerzos médicos en
nuestra provincia, se fué a Córdoba en busca de
curación, líl mismo día que marchó hice la pro­
mesa de publicar el milagro en el Bolcthi Saiesiauo
y darle una limosna si le devolvía la salud, y feliz­
mente le hicieron dos peligrosas operaciones de
las cuales salió cou felicidad . Deseo se publique
el milagro y doy gracias u Dios y a María Auxilia­
dora jx>r su visible protección.
Olpas-La Kiujn, 15 de Abril 1920.

E s l’UKR E. Mir ^vndoy .

Hacía un año y medio (¡ue venia ])i(licndo un
gran favor a la Smu. Virgen Auxiliadora para
una (Xírsonu muy querida de mi familia. I,a j.)erseverancia y fe con que i)cdi cada día esta gracia
tuvicum ayer feliz coiouamieuto. Estoy agrade­
cidísimo a la Virgen de Don Bos^o y prometo
seguir contribuyendo, eu la medida de mis pocos
recursos, al sostenimiento de la Obra Salcsiaua,
que Ella tiene bajo su especial ptotección.
Deseo se publique esta gracia para que otros
pidan con la misma fe, que a mí me ha valido ser
escuchado en el cielo.
lbitgu¿ ^Cutombia), ó agosio 192.1.
Marco

A. l,órKK.\ G.

[Mil gracias sean dadas a María Auxiliadcral
Encontrándose mi hermana enferma de bastante
gravedad y amenazada de una operación quirúr­
gica a causa de un absceso interno en el vientre,
optación que hada más delicado su estadoafligidas pusimos nuestra esperanza en la que es
Auxil^ de los Cristianos, comenzando una novena
y ofreciendo una limosna y hacer publicar la gracia
en el Boletín Salesiano. Nuestra celestial Madre
oyó nuestras súplicas, permitiendo no fuera de
necesidad su operación, pues mejoró rápidamente
el mal, por lo que envío una pequeña limosna,
cumpliendo gustosa mi promesa para mayor gloria
de la Reina del Cielo y confianza de sus hijos.
Villa Oscfisubi, 12 de Abril 1920.

A urora P. de F erreyra .
D íik también gracias a Marta Auxiliadora y
envían una limosna:
A licante (España). — D, Juan Llopis Mari re­
conoce deber a la bondad de la Virgen Auxiliadora
hallar colocación, cuando no sabía a donde diri­
girse, por lo que publica su gratitud.
B arcelona . — Doña Amalia Leal manifiesta
su agradecimiento a M. A. por haberla librado de
unos fuertes ataques nerviosos en la cabeza. —
Don Pablo Bordas, por señalado beneficio y da
una limosna. •— D. Ceferino Cufí, por muchos fa­
vores alcanzados y ofrece 5 ptas. — E- C. expresa
su gratitud a la Sma. Virgen por haber curado a
un hijito suyo de una hernia doble.
— Una Cooperadora Salesiana da gracias a María
Auxiliadora por la curación de la enfermedad de
la boca de su hijo; hace celebrar urra misa eu acción
de gracias en su Santuario de Sarriá.
B uenos A ires (Argentina). — Da. Concepcicn
Brusola da público teslinxnio de una gracia al­
canzada de hi Sma. Virgen Auxiliadora.
Cai.i (Col.). — Sra. Mercedes Molina de Bustanrairte envía ocho pesos^010 a los huerfanitos del
Vble. D. Bosco en agradecimiento a María Auxilia­
dora por la mejoría de su salud y por otros bene­
ficios recibidos.
Ibidem. — Miguel V. Mercado Ayala, Claudio
Piligrana, Rafael Ita n a , Camilo Becerra, RupeW,
Victoria, Dolores Navairete Vda. de Mosquera
María Iguacia López. D^vid Falla y Alfcn.fo Sán­
chez Lluni s.
CÓRDOBA (Argentirra). — La Srta. María PJainre da muy de corazórr gracias a M. A. por ha­
berle facilitado de uit modo prodigioso la entrada
en religióir, deA'oh*iéndole la salud y resolviendo
eu un punto todas sus dudas y dificultcdc.'J. —
D. Ricardo Mingcurice_^
Ibidem. — Da. Jacoba B. de Pérez, D. José Gribaodo. Da. María /Viitonia Castellanos, La. Juana
G. de Narvaja, dan gracias a M, A. per favoui
recibidos. — D. Juan Battilana envía adunas
uira limosira.
Ibidem. — Da. Dolores M. de Santamaría pu­
blica su agradecimiento a la Sma. Virgen Auxilia­
dora, por haber arreglado los asuntes de una íamilia, que, habiendo quedado huérfana, pasala
por un angustioso trance.

— 297 —
CHAjncEL (Córd.-Argentina). — Da. Dolores R.
Arias, habiendo recibido un golpe en el pecho,
que le causaba grave molestia y no hallando reme­
dio en las medicinas, invocó a la celestial Doctora
VAuxilio de los Cr^tianos, filaría Sma. con las pro­
mesas acostumbradas y recobró comple taniente la
salud. Envía una limosna y publica su gratitud.
El,
(Colombia). — D. Miguel V. Caicedo, D. Manud Mora y Da. Obdulia Urquijo.
SXA. A na (Ecuador). — Da. Carmen M. de
Ochoa enfria dos sucres por un favor recibido y
desea se publique..
Gerona. —^ Una devota de M. A. da gracias
V entrega dos monedas de oro como es voto.
Granada (Nicaragua). — Da. Arcadia de Arce-.
gut, ensalza la bondad de M. A. por haber recobrado
la salud mediante su poderosa intercesión y e;nvía
una ofrenda para los huerfanitos de Don Bosco.
Hondón de los F railes (Alicante). — Da.
Teresa Mira da gracias a María Auxiliadora por
haber obtenido- la curación en mía enfermedad
que padecía y desea conste así.en el Boletín.
I sla V erde (Córd.-Argentina). — Da. Elvira
R. Sánchez, estando gravemente enferma, invocó
a María Aiuxiliadora, y alcanzó milagrosamente
la salud. Agradecida, envía una limosna.
JTJNIA (Col.). — Da. Bárbara Rivera.
Juritana (Venezuela). — Da. Genoveva Mújica da gracias a M. A. y envía un bolívar de li­
mosna. — Da. Griselda de Balance da gracias a
M. A. por haber alcanzado la salud a su hijo mo­
ribundo y envía un bolívar de limosna.
L in .ares (México). — Dan gracias a M. SS. Au­
xiliadora y envían una limosna deseando se pu­
bliquen los favores obtenidos por la invocación
de tan buena Madre y la intercesión del Vble.
Juan Bosco, las siguientes personas: La Srta,
Santos Saldaña hace público su reconocimiento
a M. A. y al \'ble. Bosco por haber sanado de una
grave enfermedad, con la aplicación de la reli­
quia del Vble. Padre. Envía la limosna de L. i 6 .
— El joven Luis Elizondo por haber sanado mila­
grosamente de mía fractura en un brazo, mvocando a M. A. — La Sra. Estela P. de Garza por
una gracia obtenida envía L- 9 - — T^a Sra. Natalia
B. de Guerra, igualmente ofrece a la Sma. Virgen
L. 9 por in favor señalado. — La Sra. A. F. envía
también L. 9. por una gracia. — La Srta. Fran­
cisca Gómez por haber obtenido la salud en una
molesta enfermedad, habiéndo su hermana la re­
comendado a María Auxiliadora. Envía L. 45- —
La Sra. Ana Galindo de Cortes por favores espe­
ciales que ha obtenido con la invocación y novena
a M. A. Envía L. 20. — La Sra. Aurelia C. de Flores
por haber sanado a su hijito de una gravísima en­
fermedad, estando ya deshaciado de los medicos.
Madrid . — Da. Teresa de Retegui y Diez da gra­
cias a M. A. por muchos favores recibidos y envía
mil pesetas para las misiones, encomendándose de
nuevo a la Sma. Vi^en, así como toda su famiha.
María (Almería-Esp.). — Da. Encamación Mar­
tínez por varios favores recibidos. ^
Meló (Uruguay). — Da. María Cinmi da gra­
das a María A. por un favor recibido y envía una
pequeña limosna.

Oleas (Córd.-Argentina). — Da. Angela Zárate
envía una limosna para el culto de M. A. por una
gracia alcanzada.
Olival Gdadai.li? e (Colombia). — E l joven
Ciro Osorio da gracias a María Auxiliadora por
un gran favor recibido de su bondad. Hallábase
enferino desde tres meses y desahuciado, a conse­
cuencia de una herida. Acordóse felizmente de la
milagrosa Virgen que se venera en el Colegio de
las Hermanas de esta población, se rencoiiKiuló
a Ella y Ella le devolvió la salud. Ha mandudo
celebraá una misa en su altar, ha comulgado junto
con toda su familia y desea se publique tan in­
signe favor.
S.\L.ado (Colombia). — Da. Julia de Collazos
declara que hacía dos años venía padeciendo un
fuerte dolor de muelas y que el día que invocó la
intercesión de M. A. ofreciendo una limosna y la
publicación de la gracia, desapareció al punto el
mal. Agradecidí.shna a tan buena Madre, cum])le
lo ofrecido. — Da. Lorenza Figueioa ix)r una
gracia recibida.
S errezuela (Córd.-Argentina). — Da. Rosario
Romero expresa su gratitud a M. A. por haberla
sacado prodigibsamente de un grave apuro.
V elez -R ubio (Almería-Esp.). — D. Pascual
Sánchez por haber obtenido de María Auxiliadora
una gracia su esposa Da. Agustina Jordán Elul,
manda una limosna y desea se publique la gracia
en el Boletín Salesiano.
T l m a c o (Colombia). — Da. Romelia de Arias
por un favor reCebido, y en\’ía dos dólares para
los niños de Don Bosco.

Una vez más ha querido María Auxiliadora
probar la santidad del Vble. D. Bosco. Durímte
los luctuosos días de la epidemia gripal y estando
yo en el Colegio de M. Auxiliadora en Salamanca,
recibí la triste noticia que mi querida henmina
de resultas de la q)idemia estaba amenazada
de tubercolosis pulmonar; entonces acudí á María
Auxiliadora por intercesión del Vble. Bosco y
empecé en el mismo día una novena en su honor
prometiendo, si sanaba, publicaría la gracia en el
Boletín Salesiano y la primera visita sería á una
iglesia en donde se venerase la imagen de M. Auxi­
liadora. JU. Sma. Virgen escuchó mi niego, la en­
fermedad detuvo su curso y ¡oh prodigio! al cabo
de pocos meses, se hallaba sana del todo, ton
asombro de cuantas personas la habían visto y
del facultativo que la asistía.
Hoy acabo de pagar la deuda contraída, dando
publicidad a nuestra gratitud, para mayor gloria
de Dios, que se complace en honrar a sus Siervos.
Vigo, Abril 1920.

T eresa P azó y Cavei.<».

{1) A todas estas relaciones declaramos que no se le»
debe más fe que 1? meramente humana y que de ningún
modo queremos anticipar e! juidu de la Iglesia.

— 298 —

Vivíamos solas mi mamá viuda y yo, en una
casita que amenazaba ruina, sin recurso alguno
para repararla y puesta' toda nuestra esperanza
en la protección de María Auxiliadora y de su fiel
Sierv'O Don Bosco. Ellos velaban amorosamente
sobre nosotras; pues sin •nosotras pedirlo ni so­
ñarlo, antes movidas sin duda por su inspiración,
dos caritativas señoras de esta ix>blación y distin­
guidas Cooperadoras Salcsíanas, lucieron
colecta para arreglamos la casita, la cual gracias
a la caridad de estos señoras quedaba completa­
mente recompuesta y arreglada el día 24 de mayo,
fiesta de M. A., en que de nuevo nos instalamos
en ella.
También debo a la bondad del Vble. D. Bosco.
la curación de mi madre, que yacía cu cama por
un reumatismo agudo. [María Auxiliadora y Don
Bosco sean benditos por siempre!
Mi mamá y yo firmamos.
Betijoque (Venezuela), mayo 1920.

R osa G. de Oemos — María
DEi. R. Olmos y G onzález .

Hallábame sumamente afligida por un fuerte
dolor de cabeza; y por mas remedios que me
aplicaba no lograba ningiín alivio. Puse una gran
fé en la reliquia de Don Bosco, que una de tnfq
hermanas me aplicó sobre la frente; y |oh pro­
digio I á los ix)cos momentos estaba completa­
mente aliviada.
Gracias te sean dadas'Vble. Don Bosco. Agrade­
cida envío un bolívar para los niños pobres.
Betijoque (Venez.) julio 1920.

E ugenia L era .
Estando enfemro de gravedad mi primito Escohlstico acudí por indicación de una Cooperadora
Salesiana de esta ciudad, á la Virgen Auxilio de
los Cristianos, pidiéndole por intercesión de su
Siervo D. Bosco y la del santo jovcncito Domingo
Savio, le devolviese la salud, si era conveniente
á su eterna salvación y, habiéndolo conseguido
cumplo mi promesa de’ publicarlo en el Boletiyi
Salesiano y mando dos jiesetas como limosna.
Molina de .AraRon. .Agíoslo de 1920.
A lej .\ndrina G a r o a .
Pedí al \T)le. Juan Bosco me alcanzara del
Señor una gracia que me parecía no poder conseguir
.sino por milagro, proiuclicudo darla a conocer para
su glorificación. Al cabo de poco tieitipo me fué
concedido lo que pedía, con grande alegría y admi­
ración do mi parte y di de corazón gracias a Dios
que de este modo (pieria honrar a su Siervo. Con­
sidero la gracia alcanz.ida como un verdadero
milagro y como tal la publico para gloria de Dios
y do su fiel Siervo oi Vble. Don Bosco.
Córdoba (Arg.l, agosto 1920.

A. B. G.

IgradeiiÉto al Samodelias DoiaiiooSai
í M il g ra c ia s D om ingu ito S a v io !
Hacía algún tiempo que padecía un mal eu el
cuello, que después se me pasó también a un
brazo. No hallando alivio alguno en los remedios
de la ciencia médica., acudí a Dominguito Savio
ofreciéndole una limosna y publicar la gracia en
el Boletín Salesiano. Y habiendo este s ^ to nino
oído mis súplicas, envío una limosnita en cumplímiento de la promesa.
Villa Oscasubi, 12 de Abril 1920.

A urora P. de F erreyra .
Después de haber implorado el auxilio dirino
del Todopoderoso y de Nuestra Señora la Sma.
Virgen María, por intercesión de Domingo Savio,
para alcanzar la gracia de poder obtener la venta
de un terreno por un buen precio que bastase a
cubrir mis necesidades, me fué concedida y logré
efectuarla satisfactoriamente. Por tan grande
beneficio doy las mas efusivas gracias á la Divina
Providencia.
Cali (Colombia), Marzo de 1920.

María I gnacia L ópez.
Habiendo encomendado la salud de un hijo
mío, que estaba grave, a Domingo Savio y habién­
dole ofrecido comulgar y oirle una mi»;» en el
S itu a r lo de María Auxiliadora de Sarria y pu­
blicar la gracia si obtenía la salud, hoy cumplo
gustosa la promesa, jnies mi hijo está ya bueno
por lo que publico mi agradecimiento.
Barcelona 7 - viii - 1920.
Jacob a Carreras.

DE LOS ORATORIOS FESTIVOS
BOGOTÁ. — La fiesta de los niños. — Del Ora­
torio Festivo de San Luis de la metrópoli colom­
biana, nos escriben, que festejaron allí con inusi­
tada devoción y esplendor a su angélico Titular v
Patrón, que, por ser el clásico modelo de la juventud
cristiana, señaló Don Bosco como uno de los prin­
cipales protectores de su Obra.
Cuentan los má.s antiguos discípulos del Vene­
rable Padre, que la fiesta de San Luis, era la más
grande, la más vistosa, de todo el año para el Ora­
torio: uno de esos días que se esperan con ansia
durante meses, en que repican gordo y se echa
la casa por la ventana. Las demás festividades
se hacían puertas adentro de la iglesia: esta en
cambio se desbordaba fuera y andaba por todo
lo alto, cbn gallardetes, j>ÓIvora, música y pasa­
calles, procesión solemnísima, lanzamiento de
globos, fuegos de artificio, en fin, se echaba mano
de todos aquellos elementos que han inventado
los pueblos para dar desahogo y expresión a sus
grandes entusiasmos colectivos, pues que no todos
los afectos pueden expresarse con un mismo len­
guaje.

299 —

Así lo han hecho nuestros amigos de Bogotá,
renovando en las altiplanicies andinas los popu­
lares regocijos de Valdocco.
Dicen que por la mañanita fueron doscieittos
sesenta y tres los jovencitos que participaron de la
mesa de los Angeles, de ellos diecioclio por pri­
mera vez: y que se portaron en la iglesia, durante
ésta y las siguientes funciones, con edificante
piedad y compostura. Después pasaron al hermoso
salón de actos, donde ptros ángeles... de bondad —
señoras y señoritas distinguidas, bienhechoras de
la Obra — les sirvieron im dehcioso desayuno.
A las nueve tomaron a-la iglesia para asistir a
la misa mayor: para los niños debió ser un rato dé
Paraíso: música bonita y devota, plática apro­
piada a las tiernas inteligencias, profusión de luces
ói el recinto, blanquísimoas azucenas que cubrían
todo el altar, embalsamaban el ambiente y hadan
la corte al ángel de pureza, San Luis, que aparecía
bajo un precioso pabellón de rásete azul.
Ai medio día se abrió el bazar, magníficamente
provisto de ropas, juguetes, dulces y refrescos:
y este bazar era únicamente para ellos, para los
niños del Oratorio, sin peligro que otros más rica­
chones les hicieran la competencia... Mientras
unos elegían y compraban, otros medían sus fuer­
zas y se diputaban premios de agilidad en el
patio, convertido en animado y bullidoso pa­
lenque.
En tales idas y venidas se pasaron cuatro horitas
como un soplo. Dióse al fin la señal para formar
la procesión. La banda del Colegio León X III, que
desde las primeras horas de la tarde estuvo inun­
dando de armoniosas y alegres notas el bazar y los
patios, acompañó la piadosa y devota comitiva, que
llevó en triunfo por las calles adyacentes la estatua
deí Santo Patrón. Este acto, con la Bendición
del Smo. Sacramento cerró dignamente los cultos
dé la jomada.
Pero esta no estaba completa todavía. AI ano­
checer los seiscientos festejados y festejantes,
tomaron a reunirse en el teatrito del Oratorio,
donde se puso en escena el precioso dramita: « La
Túnica de Jesús »en tres actos, que entretuvo deli­
ciosamente al menudo auditorio y sembró en sus
corazones un tesoro de santos y saludables afectos.
Por último el chistoso sainete c Ix)s dos Africa­
no.*? ' hizo reir y soltar el trapo e l «respetable », que
se retiró a sus casas, contento y satisfecho, de­
seando que la fiesta se repita mil y mil años.
Fiestas como ésta, pasan como todas las cosas
humanas: pero dejan en pos de sí ima huella honda
y luminosa, que dificilmente se borra con la edad
y los desengaños de la rida.
ORIHÜELA (España). — El Oratorio Festivo
de
Miguel, que dirige en esa ciudad el celoso
presbítero D. Juan Torres y Silva, beneficiado de
la S. I. Catedral, nos llegan muy buenas noticias.
Con la caritativa y eficaz cooperación del digní­
simo Prelado y católicos oriolanos, han acomodado
y vasanchado el nido: aunque algo falta por hacer,
con lo hecho hay para bendecir de corazón a Dios.
Un acontecimiento memorable, efecto a im
mi-símo tiempo de prodigios de paciencia y de genesosidad, ha sido la organización y estreno de una

banda de música, compuesta de niños oratorianoSj
que con sus flamante instmmentación y llamati­
vos unifomies, ha hecho ya su presentación en la
sociedad v participado en varias festejos. El digno
Padre Director, al ofrecer la nueva música al pú­
blico, ha escrito una .especie de manifiesto, que
él titula: * ¡Entendámonos! », el cual pone muchos
puntos sobre las íes y vale por todo un programa:
Hélo aquí:
« Y a tenemos música. jAleluya! ¡Gracias a Diosl
El pueblo de Orihuela, sin distinción de clases,
ha hecho a la banda de música del Oratorio Fes­
tivo un recibimiento capaz de conmover a las
piedras.
Mas como la música siempre es música y se
presta a tanta música, quiero desde un principio
decir cuatro cosas para evitar dcsapvaciones.
Hemos de tener todos presente, que la banda
de música no, es el fin único del Oratorio. Para esto
sólo no hubiera dado yo un solo paso, lo confieso
francamente.
Al tomar sobre mí la ardua empresa de formar
una música (esta frase me suena mejor que una
banda que es algo más serió) ha sido única y exclu­
sivamente como un medio de gran potencia ora
tener a los niños siempre contentos, animarlos a
portarse bien, darles algún que otro |)aseo donde
a cambio de cuatro bocinazos puedan Uenarse los
vacios y a lo sumo para educarlos en ese bello arte.
Los que crean que nuestra música persigue otros
fines, se equivocan.
Quedamos, pues, en que la música no es lo prin­
cipal de la Obra emprendida en el Oratorio Festivo,
como no pueden serlo los juegos, ni aún las mismas
clases; todo esto es un medio de formar el corazón
del niño y de hacerlo un buen cristiano, ilustrado
y fervoroso.
Y aunque trabajaré cuanto pueda para que la
música dé sus frutos, hemos sin embargo de pen.*^ar
que se trata de niños, y niños de la Peña, que en
su vida se han \4sto en mayores aprietos, y que
los niños son como el tiempo, etc., etc.
También he de hacer presente a todos que, por
lo mismo que nuestra música no persigue fine-'utilitarios, no podrá salir siempre que se la llair.s.
y para cualquier clase de fiestas. No señores; es
la música de un establecimiento religioso y sólo
podrá tomar parte en actos religiosos e semi-religiosos, entendiendo por esto último esas fiestas,
de carácter benéfico que a veces se organizan.
De modo que ni a toros, ni a teatros, ni a baiks,
aunque se hagan con fines benéficos (muchio habría
que decir sobre este modo tan poco cristiano í .cbeneficiar al pobre) podrá salir nuestra música.
Todo esto, lejos de ayudar a conseguir la for­
mación cristiana de mis pequeños, serviría para
distraerlos y disipárlos, y entonces... ¿para qué
tanto trabajo? »
Termina diciendo que, dado el ímprobo tra­
bajo que cuesta la préparación y la modesta labor
que puede exigirse de un grupo de muchachos,
no se pueden apreciar ni ajustar a im tanto fijo
las salidas: pero qüe se agradecerán las limosnas
que se ofrezcan.

POR EIj mundo SflLESISNO
JUBILEO SACERDOTAL.
El día 19 del próximo diciembre celebrará
las bodas de oro de su ordenación sacerdotal
el Muy Rdo. Dr. D. J ulio B arberis , Director
, Espiritual de la Pía Sociedad Salesiana.
El P. Barberis ha sido uno de los factores
prindijales y brazo derecho del Vble. Don
Bosco en la formación del personal de nuestra
Pía Sociedad, en calidad de Maestro de Novicios,
cargo que desem])eñó durante muchos años:
la casi totalidad de los antiguos Salesianos han
salido de su escuela. Por esto y por el alto cargo
que desempeña actualmente, este jubileo será
muy celebrado en toda la Congregación.
Deseamos al ilustre festejado las más esco­
gidas bendiciones del Cielo.
EClJ'A (España). — Las Escuelas del Carmen
que dirigen en esa ciudad los Hijos de Don Bosco
coronaron el curso con una solemne distribución
de premios el día 5 de agosto.
Consistió ésta en el reparto de un buen puñado
de pesetas en cartillas de Ahorro postal y en la
adjiulicacióu de estampas, libios, diplomas, etc.
a los aluimios más aplicados, que, al decir de un
respetable y diligente cronista, lo fueron, todos
a cuál más.
IvH premiación anduvo acompañada, como es
de rigor, por una henuosa velada, en que los niños
sacaron a plaza sus dotes musicales, declamatorias
y recitativas y la cual entusiasmó al auditorio
que premió con nutridas palmus la esmeradísimn
labor de los actorcitos.
Pero el « clon » de la liesta, siempre al decir del
misterioso cronista, constituyólo el discurso del
Sr. Martille/ Uv'lOs, y el Angel, arrancado de un
cuadro de Murillo, que hizo su aparición agitando
la.s alas ante el pustorcülo Juauito Bosco en las
enramadas del Piamonte.
K1 público, complacidísimo y deseando que se
repitan tan bellas tiestas,.,
BUENOS AIRES. — Un uello homenaje a
Don Bascxi. — Tomamos del gran rotativo La
Ptensa cl síguioute sucltccito: « Acaba de realizarse
el homenaje tiue en memoria de Don Bosco le tri­
butaron las autoridades del Colegio León XH I
y el íXMitro de ex-aimnnos, coincidiendo este acto
con la inauguración de la escuela industrial mecá­
nica recientomeute establecida en dicho instituto.
Momeutos después de las 15. Mons. Santiago
Costamagna bendijo el nuevo taller. Actuaron

como padrinos de esta ceremonia el Intendente
Municipal Sr. Cantilo, y la Señora Ernestina B. de
Mosquera. Luego que los niños y Exploradores
de Don Bosco hubieron cantado el Himno Nacional,
que fué acomi>añado por la banda de música deí
Colegio, el Director. Rdo. Padre Serafín Santolini,
pronunció un discurso en el cual explicó la finali­
dad del acto y recordó la obra realizada en veinte
años de labor por los Salesianos. Asimismo tuvo
frases de agradecimento para la comisión de se­
ñoras Cooperadoras Salesianas y evocó la memoria
da la Sra. Enriqueta Alais de Vivot.
A continuación un grupo de educandos realizó
algunos ejercicios de gimnasia rítmica y temó
la palabra el Dr. Mario Gorostarzu.
En seguida fué descubierta la placa ofrecida
como tributo a la memoria de Don Bosco por los
Ex-alumnos del Colegio León X III. Hizo la ofrenda
el Presidente del Centro de Ex-alumnos. Sr. Eladia
Quintas. En su discurso trazó las líneas generales
de la obra del gran educador y, dirigiéndose a sus
compañeros, dijo: « Devolvamos a la sociedad el
bien que recibimos de los Hijos de Don Bosco.
Unámonos aguerridos para la lucha, ofreciendo
nuestros corazones para las ingratitudes de los
adversarios y nuestros pechos para sus ataques».
La fiesta terminó con el hiumo a Don Bosco
(jue corearon los Alumno.s de la escuela de los
Exploiadores ».
BARRANQUILLA (Colombia). — L a fiesta pa­
— Con la entusiasta cooperación de
todo el vecindario levantan los Salesianos en esa
importante población un grandioso templo a San
Roque, patrón principal de la misma. Es grandí­
sima la devoción que Barranquilla profesa al glo­
rioso y taumaturgo Peregrino y su fiesta resulta
la más solemne y popular de todo el calendario.
Este año se llevó a cabo con extraordinaria bri­
llantez. Una inmensa muchedumbre invadió las
naves del templo en construcción y allí se efectua­
ron ios solemnes cultos. En la misa mayor, que
cantaron los niños del adjunto Colegio con su
propia orquesta, ocupó la Sda. Cátedra el Muv
Rdo. Don Antonio Aime, Inspector de las CasáSalesianas de Colombia, quien animó a los feli­
greses a llevar a feliz término su piadosa empresa
y tributó un público y merecido elogio al arqui­
tecto D. Antonio Stoute.
Por la tarde se efectuó con grande éxito la pro­
cesión. Las Autoridades fueron a la cabeza del
pueblo en todas estos solemnes actos.
tronal .

TUCUMAN (Argentina). — Una fiesta pa­
Y ÜN futuro colegio . — E l día 20 de

triótica

j

L

— 301 —
junio de este año se cumplió el centenario de la
muerte de Don Manuel Belgrano, el creador de
la bandera nacional y uno de los héroes de la indepeudeiicia de la República Argetina. Toda la
nación tomó como un deber el conmemorar esa fecha
y rendir homenaje al insigne hombre, pero en
especial la ciudad y provincia de Tucumán, que
está ligada a él f)or grandes acontecimientos y*
recuerdos liistóricos, como son el « Campo de las
Carreras » y lá < Casa Histórica », donde por primerza vez se votó la independencia.
Tos Salesianos, al paso que instruyen y educan
a sus niños y les muestran el camino del cielo,
incúlcanles también todos los afectos grandes y

en la Argentina, además de conmemorar de mil
modos diferentes al ilustre patriota en sus Casas
respectivas, para dar cuerpo y dejar perpetuado
el recuerdo de esta fecha, costearon eiitre todos
una magnífica y preciosa placa de bronce, para
que fuese colocada en la Casa Histórica.
Está montada sobre mármol y mide 1,20 j>or
0,90 ni. En el centrn aparece la República Argen­
tina figurada por mía majestuosa matrona, rodeada
de rayos de sol. Debajo de ella aparece un ctmdio
en bajo relieve, que representa «la jura de la inde­
pendencia ». A los lados en sendos grujws csliuí
alegóricamente representadas la obra snlcslana
y la de
Hijas de M. Auxiliadora, rematados

C I U D A D E L A D E M E N O R C A (España) — L a pequeña orquesta de M aría A uxiliadora,

levantados, que ennoblecen el corazón humano.
Uno de tales afectos, es el patriotismo, sanamente
entendido, que es amor al país natal y a sus tra­
diciones, sentimiento de solidaridad social, y
espíritu de ciudadanía. Ivos Salesianos de la Argen­
tina se han mostrado maestros en este arte, y así
les vemos echar mano de todos las ocasiones que
se les presentan, para cultivar en sus alumnos la
llama de este amor, noble y puro. El Centenario
de Belgrano ha sido una de tales ocasiones.
Todas las Casas Salesianas de la Argentina
en\-iaron cierto número de delegados a Tucumán,
para asistir a las fiestas patrias, y así se formó un
batallón de 400 exploradores, que tomó el nombre
de < Belgrano 1 y contribuyó notablemente al
lucimiento de las mismas. Fueron solemnemente
recibidos a la Degada del tren por las Autoridades
y una muchedumbre enorme de pueblo.
Pero hubo algo más. Los treinta mil niños y
niñas que se educan en los Colegios de Don Bosco

con los respectivos escudos encima y dos meda­
llones debajo. En el centro inferior hay una tar­
jeta que dice: Los 30.000 niños — de la Obra Salesiana del Vble. Juan Bosco — en la licpúhlica
Argentina — a los Congrcsales de esta Histórica
Casa — quienes emancipándonos de España para
darnos patria — y libertad, cuidaron de no emanci­
parse de su Dios. — En el centenario de la muerte del
General Manuel Belgrano— 1820-20 tfe ju n io -1920.
El acto de la entrega se hizo con gran solemnidad.
Presidía el Excino. Sr. Gobernador con tedas las
Autoridades y la Junta de P'estejos. Asistían las
Damas Pro\ectoras de la Obra Salesiana y muchí­
simo público.
En nombre de los niños hizo la presentación
y entr^a el Sr. José M. Samperio, Ex-alunmo de
Colegio San Carlos de Buenos Aires, quien habló
con palabra alada, poética y cálida de entusiasmos.
En nombre del Gobierno local contestó con un
discurso de \*ibrante patriotismo el digno magís-



302

traclo Don Ramón Cordeiro, aceptando y agrade­
ciendo la ofrenda.
Pero en el programa de los festejos patrióticos
había un número de gran trascendencia para la so­
ciedad en general y para la Salesiana en particular.
I<as Autoridades, los niños y pueblo se trasla­
daron aquel mismo día i8, por la tarde, al bulevar
Mitre, donde se lx?ndijo solemnemente y se colocó
la piedra fundamental del nuevo edificio del Co­
legio Salesiano de Artes y Oficios, que en honor del
cristiano héroe argentino que se festejaba, se titu­
lará « del General Belgrano 9.
Dió la bendición al simbólico sillar el Sr. Obispo
de la diócesis, limo. Sr. D. Carlos Echenique y Altamira. Fueron padrinos en la ceremonia el Gober­
nador Excrao. Sr. D. Juan Bascary, en represen­
tación del Sr. Presidente de la República, y la
distinguida Dama Da. Serafina R. de Nougués,
generosa donante del terreno, donde se levantará
el edificio. Los presentes firmaron en seguida el
acta correspondiente y el Dr. D. Juan B. Terán,
pronunció un hermoso discurso, que fué coronado
con una ovación indescriptible. Los batallones de
« Exjúoradores de Don Bosco * y de Exploradores
locales, lucieron guardia de honor.
Estaban presentes muchos caballeros y distindguidísimas damas de la sociedad tucumana.
Nuestros Exploradores porteños con su banda
de música y bandalisa, no dejaron de intervenir
y cooperar al mayor realce y lucimiento de todos
los demás festejos cívicos y religiosos que se reali­
zaron.
El siguiente día 20, nuestros quinientos alumnos
delegados, unidos con los cuatrocientos de nuestro
Colegio de Tucuraán, obsequiaron a la ciudad con
un espléndido festival gimnástico, que fué un ver­
dadero acontecimiento deportivo. Presenciaron
el acto no menos de veinte mil personas, presididas
por el Sr. Gobernador, Ministros, Autoridades y
profesorado. La gallardía, precisión y gracia de
los movimientos de aquellos novecientos muchachos
brillantemente unifonnados y extendidos en la
ancha pista, tuvo suspensa y embelesada por
unas dos horas a toda la inmensa concurrencia.
La Comisión de Damas, organizadora del home­
naje de la Obra de Don Bosco al General Belgrano,
dispuso la celebración de una fiesta dramática,
que se llevó a efecto en el teatro Odcón.
A este acto se habían dado cita todas las más
distinguidas familias de la dudad, 'fras el Hinmo
nacional y un bello discurso de Sr. Samperio, se
puso en escena el brillante melodrama « Días de
gloria i>. escrito expresamente para q^ta ocasión
por el Presbítero salesiano D. L. Ardizone, y gra­
ciosamente musicado jx>r el popularíshno Padre
Aquiles Pedrolini, que lo dirigió personalmente.
El éxito fué estiqx'udo.
Como fin de fiesta, los excursionistas fueron
invitados por la familia Nougués, a una excursión
a una finca de su propietlad, que se halla cu la
Sierra, a 1200 m. Allí fueron inagnificameute
atendidos y obsequiados.
STA. TECL.A ‘El Salvador). — F iesta de S an
L uis y una excursión histórica. — Con el fervor

y anünación acostumbrados celebraron los alumnos
del « Colegio Sta. Cecilia » de esta ciudad la fiesta
de San Luis Gonzaga. Contribuyó a hacer más
señalada esta fiesta, la primera Comunión de un
buen número de niños, y el estreno de la nueva
bandera y equipo completo de la escuadra gimnás­
tica « Patria 9.
La entrega de la bandera se hizo después de la
aCsa Mayor, delante de los Exemo?. Sres. Gober­
nador, Dr. D. José Parker, su señor padre, D. Ro­
berto; Comandante departamental Coronel Gil­
berto Barahona; Alcalde Municipal, Dr. D. Jorge
Argueta, quienes habían gentilmente aceptado
apadrinarla. La nueva enseña ha sido costeada
por el Exemo. Sr. Vice-presidente de la Repú­
blica, Dr. D. Alfonso Quiñones Molina y es un pre­
cioso y delicado trabajo de las señoritas alunmas
del <Colegio de Sta. Inés », dirigido por las Hijas
de María Auxiliadora.
Así que hubieron recibido la bandera, los jó­
venes deportistas obsequiaron a los presentes con
un ensayo ginmástico, acrobático y ciclfetico
En él realizaron diversos ejercicios a cuerpo libre
y con bastones; evoluciones militares; saltos a la
garrocha y carreras de velocidad y de cintas a la
bicicleta. Fueron muy del agrado de los especta­
dores y Ies valieron muchos y calurosos aplausos.
Terminó el acto con un brillante desfile militar
ante las autoridades, al son de las bandas inilit?ir y
departamental’.
Un bello complemento de esta fiesta fué la ex­
cursión efectuada por los colegiales a la Capital
de la República, en la cjial entraron los cien jovencitos, que componen la sección d e . estudiantes,
bonitamente uniformados con los nuevos trajes
de kaki que estrenaban aquel día, precedidos de
la banda que tocaba marciales pasodobles y de la
artística y flamante bandera, desplegada a los
vientos.
Encauünáionse primeramente al palacio arzo­
bispal, donde fueron cariñosamente recibidos por
el Prelado, Exemo. Sr. Don Adolfo Pérez y Aguilar,
quien agradeció los sentimientos de filial sumisión
expresados por un niño en un discursito.
Por la tarde fueron recibidos por el Sr. Presi­
dente de la República.
Eran las tres en punto cuando los alumnos
llegaron a las puertas de la Casa Presidencial,'y
era justamente la hora en la cual por teléfono
había prometido recibirlos el Exemo. Sr. Don
Jorge Meléndez, el hombre integérrimo y magná­
nimo que en la actualidad rige los destinos de la
nación. Salió en persona a recibir sus visitantes
hasta el umbral, y dando cofdialmente la mano
al Revdo. Don José Zepeda, que le presentaba
los niños en nombre del Sr. Director del Colegio,
los invitó con amable llaneza a pasar adelante.
Dentro ya. el pven Manuel López Alíaro, con voz
vibrante dirigió un saludo al Sr. Preisdente, en el
cual, junto con el acendrado amor, respeto y adhe­
sión a las autoridades que en su pecho nutren los
Hijos de D. Bosco y sus educandos, le hizo notar
la grande alegría y profundo agradecimiento que
todos sentían hacia su persona por la exquisita
gentileza con que se había dignado recibirlos.

— 303 —
Terminó animando a sus compañeros a ser siempre
fieles a las autoridades constituidas y \-itoreando
a la Patria, al Sr. Presidente y a su digno colabo­
rador. el Sr. Vice-Presidente. En seguida se ade­
lantó el niño Oscar Parada Alemán y declamó
unos versitos de salutación.
El Sr. Presidente agradeció con breves y afec­
tuosas palabras estos saludos e ül^^tó a los niños
a tomar asiento en los corredores y pórticos, y
él entre tanto conversó familiaraiente con el Rdo.
P. Zepeda y demás Superiores, interesándose
mucho de lo relativo al Colegio, a los talleres y
sobre todo a la mecánica y al aprendizaje del chau{erismo en él establecido, y en fin a todo lo concer
niente a la labor emprendida por los Salesianos en
pro de la juventud Salvadoreña, en los tres Co­
legios que tienen abiertos en la República; por
todo se mostró sumamente satisfecho y tuvo frases
de mucho encomio para ellos, diciendo que los Sa­
lesianos con su desinterés y abnegación son los
verdaderos amigos del obrero, y un elemento po­
deroso para la regeneración de las clases modestas
y adelanto se la nación, inferiores, donde todavía
queda mucho que hacer, y muchas industrias que
activar y desarrollar.
En seguida hizo pasar a los niños a un amplio
V suntuoso comedor en el cual se habían prepa­
rado para todos, dulces, helados y refrescos, y él
personalmente quiso ver si se atendía a todos y
si hgbia puesto para los cien; viendo que sólo
eran noventiseis los lugares, dió orden que en otra
mesa se prepararan los cuatro restantes, y andando
eu mpdio de ellos, ya abrazaba familiarmente a
un pequeñito, ya-preguntaba a otro de dónde era
y quiénes eran sus padres; ya en fin daba a todos
las más inequívocas muestras de su afabilidad y
benevolencia, recibiendo, en cuanto terminaron,
su permiso de salir a pasearse y juguetear por lo.»»
pórticos y jardines.
El Sr. Presidente entre tanto tuvo la dignación
de sentarse a la mesa y tomar unos refrescos eu
compañía de los Salesianos que estaban presentes
y algunos personajes de su servicio o amistad, entre
elIoselSr. Director de Policía, el Dr, Letona y otros
señores. Después de esto se dió por terminada la
risita; y los niños, más que agradecidos, salieron
conmovidos de la gentileza del Excmo. Manda­
tario, que tan cordialmente los había recibido; y
también con la promesa formal de que les pagaría
en breve la \-isita, lo que no se cansaban de decir
y ponderar en el tren de regreso, y aun por varios
días en casa, recordando aquella recepción y
aquel paseo.

Cuanto más dinero invierto en sus obras, tanto
más prosperan mis negocios. Y o veo de un modo
manifiesto que el Señ or me recompensa, aún en la
vida presente, con e l céntuplo de todo lo que doy
por amor de E l.
El Com endador D . A n ton io C o tta

al entregar sas Umoaaas a D. Boseo.

Emmo. Excmo. Sr. Dr.
D. Victoriano Guisasola y Menénde2
Cardenal-Arzobispo de Toledo, Primado de España y
Patriarca de las Indias Occidentales.

Nuestro Boletín no puede menos de asociarse
al luto de la católica España por la muerte de
su Emmo. Cardenal Primado.
Quien considere que el Card. Guisasola ha
sido durante estos últimos años el caudillo y
promotor de todo el magnífico movimiento
social de la nacfión española, el que lo ha encau­
zado y guiado eu sus principios y derroteros,
advertirá cuán sensible es su pérdida, precisa­
mente en estos momentos, en que se está li­
brando en esa noble nación la más áspera y
descomunal batalla por parte de la escuela
social revolucionaria, contra todos los órdenes
constituidos.
Desde 1893 ocupó sucesivamente las diócesis
de Osma, Jaén, Madrid-Alcalá y Valencia, hasta
que sus relevantes méritos le eler'aron a la Silla
Primada y a la dignidad Cardenalicia (1913).
Defendió con sapientísimas pastorales los
derechos de la Iglesia y de los pobres: entre
ellas es notabilísima la que tituló « Justicia
y Caridad », que fué un torrente de luz para
orientar definitivamente la acción social espa­
ñola por los caminos que debía seguir. Ha sido
sin duda la palabra más necesaria y autorizada
en tales cuestiones, que se ha prommciado en
España en estos últimos tiempos, y de incalcu­
lable aprecio por las alturas de donde procedía,
Dados estos antecedentes, se comprenderá
que el Emmo. Guisasola amase entrañablemente
la Obra Salesiana, a la que dió infinitas muestras
de su grande estima en Madrid, Valencia y
Talavera de la Reina, pudiéndose decir que
fué obra suya la ida de los Salesianos a esta úl­
tima ciudad.
Pidamos al Señor que no deje faltar a su
Iglesia Prelados del espíritu, santidad y celo
del que Uorainos y sufraguemos su alma con
nuestras oraciones.

Excmo. e limo, Sr. Dr. D. Vicente
Santiago y Sánchez de Castro
Obispo de Santander (Españaj.

Murió en esa ciudad el día 19 de septiembre
de 1920.
Otra pérdida sensibilísiina acaba de padecer
la Iglesia española con la muerte de uno de lof

— 304 —
más santos y virtuosos Prelados que • la go­
biernan con su autoridad y la ilustran con su
doctrina y luminosos ejemplos: el 19 de sep­
tiembre expiraba improvisa y serenamente, con
una jaculatoria en los labios, el san to , el amable,
el austerísimo Obispo de Santander, después
treutiséis años de pontificado en la misma dió­
cesis. Ks imposible imaginar una compenetra­
ción más íntima y fuerte que la que unió a este
Prelado con su pueblo: bien se ha echado de
ver por el duelo y extremos de sentimiento que
su muerte ha provocado por parte de todas las
clases, en todos los corazones: por los elogios
sentidísimos que se le han tributado de todos
lados, y el unánime luto de la prensa, sin dis­
tinción de partidos políticos. No tuvo jamás otra
mira que la de su propia santificación y el bien
es))iritual de sus ovejas: a esta enderezó todos
sus trab a jos y esfuerzos y sacrificó cualesquier
otras aspiraciones, por buenas y legítimas que
fuesen.
Favoreció con larga mano todas las obras de
celo, que creía podían redundar en bien de las
almas; entre ellas la Salesiana parecía gozar
do sus predilecciones. E l mismo llamó a los
Hijos de Don Bosco a la capital montañesa, les
dió casíi y los sostuvo siempre, con paternal y
constante solicitud. ¡Con qué transportes de
gratitud hemos oído recordar a los varios Direc­
tores que allí se han sucedido, el apoyo moral
y material y los alientos que hallaron siempre
en el santo Obispo, en sus no pocas ni pequeñas
dificultades: las frecuentes visitas que hacía
al Oratorio Festivo y cómo se gozaba en presidir
las fiestecitas de los pobres niños del pueblo!
De creer es que el Señor habrá premiado ya
las \’irtudes de este insigne Prelado, que, en
opinión de muchas y graves personas, rayaron
en lo heroico: pero no le olvidemos en nuestros
piadosos sufragios.

Exemo. Sr. Don Manuel Girona.
Falleció el día ¿4 de agosto 1920.
E-ste ilustre caballero pertencía a una de las imls
distinguidas familias de lu capital catalana, cuyo
nombre andará eternamente ligado a la magna
empresa de dotar a su grandiosa Catetlral de la
fachada, de que carecía hasta hace pocos años.
Foro quien se mostró tan esplendido y generoso
para el decoro de la Casa de Dios, no podía ser
corto y cerrado pura los pobres. l.ais obras salesiauas establecidas cu Barcelona — las Escuelas
ile Artes y Oficios de Sarriá, las Escuelas populares
de SiUi José y la Obra del Xibidabo, — han reci­
bido muchos favores de la noble familia de Girona,
y en particular de su piadoso y llorado jefe Don

Manuel, a quien pedimos al Señor abrerie las
penas del Piiigatorio y acelere'la gloria, en premio
de sus caridades. A su distinguida familia la
expresión de nuestro más sentido pésame.

Don José Bech.
Falleció cristianamente en Buenos Aires, el
4 de junio de 1920. — Era catalán de la prov. de
Gerona, que al trasladarse a la Argentina en busca
de fortuna, tuvo la muy grande dé no perder, sino
de aumentar los tesoros de honradez y religio­
sidad, heredados de sus mayores.
Era feligrés de la parroquia salesiana de San
Carlos, y fué allí durante muchísimos años un mo,delo de las más sólidas ■ virtudes y fervorosísimo
cristiano. No había en la parroquia obra de caridad
o celo, a la que el Sr. Bech no diera una mano:
tenían sus preferencias las Conferencias de San
Vicente de Paúl y el Oratorio Festivo, donde ense­
ñaba con mucho celo y paciencia el catecismo
a los niños.
Lo encomendamos a las oraciones de nuestros
lectores.
Han fallecido también y recomendamos a las
oraciones de nuestros lectores, los Sres. Cooperadores
siguientes:
De España: tn Barcelona, el distinguido magis­
trado Don Ensebio Fortuny, amigo muy bene­
mérito de la Obra Salesiana; y los Sres. D. Joa­
quín Guilera y D. Estaban Barberí. En Vera, la
Srta. Da. Jerónima Ramírez. En Gerona, las
Sras. Da. Pilar de Pastors y Da. Rita Bastóus y
el Revdo. D. Jaime Puig. Párroco de San Felíu
de Guixols.
De Colombia: en Caldano, el Sr. D. Liborio Sandoval; en Cali, los Sres. D. Aureliano Umaña, Don
Salvador Sánchez, Da. Matilde Satizábal y Da.
Fraiicito Ruiz de Perca; en Junta, Don Angel Diago
y Da. Ausehiia Perca; en Jumbo, Da. Francito
Prado; eu Popayán, el Rdo. P. Faustino Segura,
sacerote de la Misión. Eu Labaieca, Don Soré Na­
tividad Villamizar.
De Venezuela: en Jaritagua, Da. Dolores de
Navas, Da. Agustina de Ramírez, Da. Petra Del­
gado de Alvarado; Da. Carolina Polanco de Sán­
chez y D. Rito Fernández; en Barquisimeio, DaCariota Dávila de García.
De Méjico: en Süao, Da. María Teresa Leclerc.
En Buenos Aires (Argentina): Da. Mariana
Malerba.
Réquiem aeternam dona eis, Domine; ei liu per­
petua luceat cis. Reqiiiescant
pace. Amen.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEMINIANO FERRARI.
Establee. Tip. de la S. A. Int. de la Buena Prensa — Corso Regina Margherita, N. 174 - TURIN

i
Texto
LIBRERÍA EDITORA IN TERN ACIO N AL DE L A S. A. I. D. BU O N A STAM PA
TORINO —Corso Regina Margherita 174-176 —TORINO

JOSEPH RICKABY S. J.

D E N IÑ O A H O M B R E

Traducido directamente de la 3* Edición inglesa por R odolfo F ie r r o T o r r e s , Salesiano.
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AÑO X X X V - N . II

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