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Boletín Salesiano
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año XXXVIII — N. 7.
S u m a r io *

—-

Julio 1923

'Buscad primero el reino de D ios jj su juslicia, ji lo demás se os dará por oñfl»

d íd u ra .'* — Séplim o Congreso de los O ratorios festivos y Escuelas de R elig ión . — E l Revm o.
D o n F elip e R in a ld i en S icilia , — H om enaje a D o n B o tco educador. — Rasgos de S , Fran‘
cisco de Sales. — Mjsío'n del Assam : Vacaciones del " P u j a "

Tesoro e s p i r i t u a l . C u l t o de M aría A uxiliadora.
P o r el mundo salesiano. — Los que mueren.

- Episodios de las Misiones.

- Crocios de Aíoría A uxiliadora.

ladiof cnstianoi en las faenas ag río Jat, (M atto CrosM-Brasil)*

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A v e n i d a R e g i n a M a r g a r i d a , 174 — T U R Í N (italia )

NOVUM MISSALE
MÍocioI a P A in on iim
decreto Sacrosanoti Ooncilii Tridentini
JlllSSdlv IlU illd llllill restitutum S. P ii Y. P. M. jussu editum aliorum Pontificum cura recognitum a Pió X reformatum et SS.mi
D. N. Benedicti
auctoritate vulgatum.

XV

1) E d itio typica V aticana nigro tan tu m impressa, cum n ibricia italicis üteris resultantibns,
in charta subtili sed solida. Cm. 1 7 x 2 C m arginibus com preliensis.
S in e tegumento: L ib ella o 30. — A p u d exteros: libellae 42.
Contectum: 1) Som ipelle ao tela , sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 60. —
A pu d exteros: lib. 84.
^

oa
2) T o ta pelle rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 80. — Apud
exteros: libellae 11 2 .
3) T o ta p elle rúbeo colore, auratis folüs, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata m
planibus: L ib ella e 100. — A p u d exteros: lib ella e 140.
2 ) E d itio Tu ron ica ju x ta typ ic a m V atican am . Cm. 2 3 x 1 5 . Im pressum rúbeo nigroque
colore. ISine tegumento: L ib ella e 70. — A p u d exteros: lib . 80.
Contectum: 1) L iiite o , cum titu lo áureo, sectione rubra. L ib ella e 84. — A p u d exteros: lib. 90.
2) O innia u t supra N . 1 sectione vero aurata. L ib ella e 91. — A p u d exteros: libeUae 100.
3 ) T o ta pelle, cum titu lo áureo, sectione rubra. L ib ella e 112. — A p u d exteros: libellae 120.
4) O m nia u t supra 2sT. 3, sectione vero aurata. L ib e lla e 140. — A p u d exteros: libellae 150.
3 ) E d itio Tu ron ica ju x ta typ ic a m V a tica n a m (N . 14 typu s 2 8 x 1 9 ). I m p r e s s ^ rúbeo
nigroqu e colore. T ex tu s illustrationibus n itet, chrolibinaque im pressione adeo perbelli refulge!,
perspicuitüs literarum visu m non laedit. IVÜnimum est pondus bujus Missalis (2 K g .) ut
a pueris ecelesiis inservientibus fe rri potest.
8 in e tegumento: L ib e lla e 70. — A p u d alias nationes: lib ella e 80.
Contectum: 1 ) Sem ipelle ac tela rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis:
L ib ella e 125. — A p u d alias nationes: libellae 140.
2 ) T o ta pelle rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 200. — Apud
alias nationes: libella^ 220.
.
3 ) T o ta pelle, rúbeo colore, auratis folüs, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata m plañís:
L ib ella e 225. — A p u d alias nationes: libellae 245.
4 ) E d itio Tu ron ica ju x ta ty p ic a m V atican am , manualis 1922 (cm . 10 x l 5 ) . E d itio in óm­
nibus cum ed ition e concordans, charta indica tenui e t solida, cum characteribus magnis et
perspicuis rubro et nigro impressis, accuratissima.
S in e tegnmc^ito: LibeU ae 28. — A p u d exteros: libellae 40.
Contectum: 1) L in te o , cum titu lo áureo, sectione rubra: L ib e lla e 35. — A p u d exteros: Libellae 47.
2 ) Om nia u t supra, sectione vero aurata: L ib ella e 40. — A p u d exteros: libellae oo.
5) E d itio I Taurinensis, 1921, iuxta ty ^ c a m , com m odissim a, in paginis conficiendis comm od ita tis ratione habita, fere num quam lectorem ab una ad aliam pagin am rem ittens, pagp a ton t cm. 1 4 x 2 3 ^2» rubro-nigro im pressae, cum lineis rubris in quadrum ductis, characte­
ribus nitidissim is apposite fusis, lectu va ld e idoneis.
E d itio haec m duabus chartis diversis ven it:
In charta in dica subtili ac solida (M issal. re liga t. gram m . 600 pondo)
In charta a m achina crassiore (M issal. religa t. gram m . 1100 pondo).
S in e tegumento: L ib ella e 50. — A p u d exteros: libellae 65.
Coníertimj: 1) Sem i-polle rúbea ac tela eiusdem colorís in plañís, titid o ac cruce in pltfus.
folüs coloratis (v e l infectis coloribus): L ib ella e 75. — A p u d exteros: lil^ U a e 97,50.
2 ) T o ta pollo rúbea, folüs coloratis, titu lo in dorso ac aurata cruce in plauis: Libellae
— A pu d oxteros: libellao 117.
_
3) T o ta poUe rube.a, deauratis folüs, titu lo in dorso ac aurata cruce in plañís: Libellae iwA p u d exteros: libeUae 130.

Año XXXVllI - N. 7.

Julio 1923.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
R ed a c c ió n Y A

d m in is t r a c ió n :

Vía

Cottolengo,

N. 32 - T U R I N (ita ü a )

“buscad primero el reino de Dios y su justicia,
y lo demás se os dará por añadidura,,
Si en nuestros días muchos pueblos no gozan
la paz y bienestar a que aspiran, a pesar de la
acti\ddad febril que desarrollan, se debe a que
in^derten erróneamente los téripiiios de la 'pro­
mesa evangélica: se afanan por la añadidura,
lo accesorio, que son las industrias, el comerció
y cuanto pueda acrecentar las riquezas e in­
tereses materiales, y se olvidan o relegan a se­
gundo térm ino lo principal, lo que es fuente y
condición de la consecuencia que persiguen, el
remado de D ios y su justicia.
Si la historia sirviera para algo más que em­
borronar cuartillas y abarrotar de libros las
bibliotecas, pudiera brindarnos ejemplos elo­
cuentes que confirman la verdad del tex to ci­
tado.
'
l^no de los remados más gloriosos que regis­
tran los anales de los pueblos es, sin duda alguna,
el del sabio y poderoso Salomón, rey de Israel.
Ya recibió de su augusto padre, el rey D avid,
que supo redondear el reino, venciendo y te ­
niendo a raya a sus enemigos, un gran patri­
monio, que, no solo conservó, sino que dilató,
extendiendo sus fronteras desde las riberas
de! Eufrates hasta los confines del E gipto, ha­
ciendo tributarios a numerosos pueblos.
Todas las naciones vecinas, absortas por tanta
grandeza y majestad, solicitaban su amistad,
procuraban estrechar relaciones con él, como
bizo el rey de E gipto, dándole p or esposa a
su hija.
En paz con todos, y nadando en la abundancia,
a Jehová el tem plo fabuloso que nos des­
cribe la Biblia, y será la admiración 'de los si­
glos, y con cuya magnificencia no podemos
nosotros comparar nada igual.
A las proporciones grandiosas para aquellos
üemp'js y arte exquisito derrochado en la talla

y moldura de piedras, de columnas torsos de
chapiteles en form a de azucenas, en atrios, pór­
ticos y artesonados, recubiertos con finas ma­
deras de cedro, abeto etc., hábilmente traba­
jados, uníanse querubines, candelabios, tu rí­
bulos, trom petas y otros m il objetos del culto,
todos ellos de oro, marfil y piedras preciosas,
en cantidades fantásticas que enriquecían aque­
lla grandiosa fábrica que la gra titu d del. P ro ­
feta R e y había encomendado a su hijo, para
perpetuar la memoria de los beneficios recibidos
del Señor.
Después del tem plo edificó su magnífico pa­
lacio del Líbano, rodeó de muros numerosas
plazas fuertes, fundó ciudades y reedificó no
pocas, surtiéndolas de aguas con dispendiosos
acueductos, embelleció Jenisalén con jardines,
pórticos y piscinas, organizó un poderoso ejér­
cito que velará por la paz y seguridad de su
envidiado reino, y , por último, construyó una
flota de barcos que cruzaba los mares entonces
conocidos, volvien do cargados de riquezas:
oro, púrpura, joyas, perfumes etc.
¡De cuánto bienestar, paz y grandeza gozaba
el dichoso pueblo hebreo en aquella su ventu­
rosa edad de oro!
<'< E l rey Salomón, nos dice la Escritura, so­
brepujó a todos los reyes de la tierra en gloria
y riquezas *.
D e su fam a nos hablan hasta las fábulas
extranjeras de los pueblos limítrofes, comen­
tando en m il modos su portentosa figura. Y la
reina de Sabá, encantada por la celebridad de su
nombre, se encamina con grandes presentes a
Jerusalén para visitarle; y como no saliera de
su asombro al oir la sabiduría del rey y ver
tanta grandeza y marax illa, exclamó: « V erda­
dera es la fam a que de ti, oh R e y , oí en m i tierra;

— 196 —
¡dichosos los que están contigo, bendito sea el
Señor Dios tuyo, que te ha amado y puesto
sobre el trono de Israel, por el amor que siempre
ha tenido a este pueblo: y te ha constituido rey
para que ejerzas la equidad y la justicia! »
Pero conviene tener presente que tanta prosy)eridad y grandeza es la consecuencia, la aña­
didura con que el Señor premió generoso la
rectitud y afán de Salomón por establecer y
propagar el reino de Dios.
Su primera obra es la casa del Señor, su única
aspiración, observar los mandamientos de

manera tal, que no habrá ninguno parecido a ti
entre todos los reyes de los tiempos pasados ».
« y la sabiduría de Salomón, (hce el libro
santo, excedía a la sabiduría de todos los orien­
tales y egipcios; era más sabio que todos los
hombres; discurrió de los árboles, desde el cedro
que está sobre el Líbano, hasta el hisopo que
sale de la pared ».

Ese es el camino' que debe seguir todo pueblo
que anhela figurar en la historia, gozar de paz

L-ií'.rtt*

Cripta del tem plo nacional al Corazón de Jeeúa en el Tibldabo (Barcelona>Esp.)*

Jehová como le había aconsejado en el lecho
de muerte su padre y santo R e y David.
« Pídem e lo que quieras ». le había dicho al
principio de su reinado el Dios del Sinaí, para
aquilatar las promesas que hizo a su padre
moribundo.
Y respondió Salomón:
D a a tu siervo, oh
Señor, un corazón dócil, para que pueda hacer
justicia a tu pueblo, y discernir entre lo bueno
y lo malo ».
Y d ijo el Señor a Salomón: « P o r cuanto no
has pedido para t i ni muchos días de vida, ni
riquezas, ni almas de tus enemigos, he aquí
que lo he hecho confonne a tus palabras, y te
he dado un corazón sabio, y de tanta inteligencia,
que ninguno antes de tí te ha sido semejante, y
ninguno tan grande se levantará después de t í ».
« Y aun esto que no has pedido te ha sido
dado: riquezas y gloria; riquezas y gloria por

y bienestar y ser considerado y respetado entre
los pueblos cultos y libres.
Desgraciadamente se equivocan y se afanan
en vano los que, para engrandecerse y eleva^ .
rinden culto a la m ateria con mengua o descuido
de los valores espirituales, que son el fundameotde la gloria y de la nobleza; materializarse es
asfixiarse, es retroceder, es minar los cimiente?
de la civilización que sepultará al orgullo in­
sano en su estrepitosa caída.
Si los principios religiosos flaquean, si los
valores espirituales no corren, al menos, pa*
rejas con el desarrollo material, nos amenaza
la misma suerte que les tocó a las dudaosfamosaé de Efeso y Antioquía, donde fiorecieron un tiem po las artes, las dendas y
las letras, y brillaron lumbreras como los Ba­
silios y Gregorios, no menos grandes por
\irtudes que por su ingenio; regiones como

— 197 —
norte de A frica donde resplandecieron con la
grandeza de Cartago y Alejandría, genios como
los Atanasios, Ciprianos y Agustinos, y que hoy
yacen en las tinieblas del error, estériles, semi
salvajes, contrastando ridiculamente con su
antiguo esplendor.
Además de que no puede vanagloriarse como
más civilizado y progresista el pueblo que cuente
con más campos de sport, jardines, paseos y
monumentos públicos; que tenga más y mejores
caminos de hierro, flota mercante, alumbrado
eléctrico, telégrafos, teléfonos, fábricas y bancos;
eso a lo sumo podrá ser un adorno, pero no es
la civilización. L a verdadera civilización de un
pueblo está en su educación, en el desarrollo
del corazón y cu ltivo de su espíritu, y esto no
se obtiene con el culto de la materia, sino con
la práctica y ejercicio de los principios inmor­
tales que brotaron del Corazón de Jesús.
La economía-del mundo, como decía el apóstol
S. Pablo, gira al rededor de Cristo, y a E l de­
bemos acudir si deseamos solucionar los intrin­
cados problemas que entorpecen la marcha del
progreso. Y , en nuestros días, el gran .Pontífice

P ío X I no encuentra otro remedio que el re­
torno a Cristo para calmar la excitación de las
pasiones. Solo Cristo puede solventar la cues­
tiones sociales, es el único que puede reconciliar
los corazones y unir en estrecho abrazo a los
que el odio separa y arma para darse la muerte
mutuamente.
Cuanto más grande y vigoroso sea el m ovi­
miento social, menos eficaces son los medios
humanos para dirigir la sociedad. Es necesario
vm poder más alto del que pueda investir el
hombre, perspectivas más amplias que las m ez­
quinas que puedan ofrecer los intereses terreilos.
Elevem os nuestro corazón del p o lvo de la
tierra; busquemos el reino de Dios y su justicia,
y los demás se nos dará por añadidura.
Edifiquem os primero la casa, el templo del
Señor; que el Corazón de Jesús domine en las
cumbres, y entonces podremos edificar palacios
para los hombres, seguros de que el rayo de la
divina justicia quedará neutralizado en los pararrayos que, como el Tibidabo, el Cerro de los
Angeles, el Cristo de los Andes, velarán por
nuestra paz y seguridad.

Séptimo Congreso de los Oratorios festivos
y Escuelas de Religión.
Durante los días 24, 25 y 26 de A bril, se ce­
lebró en Bolonia (Ita lia ), el V I I Congreso de
los Oratorios festivos y Escuelas de religión,
organizado p or los Salesianos, alentado por el
Papa y engrandecido con la presencia del A rwbispo de la capital, los Sres. Obispos de la
región y numerosas personalidades eminentes
en el campo de la enseñanza y la pedagogía,
senadores, catedráticos, religiosos y muschísimos congresistas interesados en el magno
problema.
Nos es grato recordar que el primer Congreso
áe la serie se realizó en esta misma capital,
bajo la presidencia del gran Cardenal Svampa
y del Superior general de los Salesianos, hoy
Siervo de Dios, D on M iguel Riia.
Sin detenem os a ponderar los resultados
excelentes y abundantes fm to s cosechados en
•0; veintiocho años que separan el actual Coní^reso del primero, podemos juzgar de su im ­
portancia y trascendencia, atendiendo a la so'•oitud y cariño con que, tan to los hijos del V eoerable D. Bosco, que cultivan una de las inioativas predilectas de su Fundador, como emioeutes eclesiásticos y distinguidos hombres de

acción social, promueven y dan vida a estas
asambleas.
N o se les oculta, sin duda, al contemplar el
lamentable espectáculo que ofrece nuestra so­
ciedad descreída y anárquica, que la cultura
anticristiana ha engendrado y fom entado ia
apostasía moderna, para lo cual fué preciso
corromper las fuentes de la enseñanza, des­
cristianizar la niñez en las escuelas y la juventud
en los colegios, y que la espantosa inmoralidad
que nos asfixia y degenera es debida a la ca­
rencia de religión, porque la moralidad v iv e de
fe y muere o languidece con el escepticismo y
la ignorancia religiosa.
D e aquí que, para hacer que la religión flo­
rezca, y con ella las buenas costumbres, fo ­
menten con interés y entusiasmo siempre cre­
ciente los Oratorios festivos y Escuelas de re­
ligión, centros eficaces de regeneración social,
convencidos por experiencia propria y la his­
toria elocuente de vein te siglos de que sólo 1.a
enseñanza y educación cristiana de la niñez y
de la juventud, base de reorganización o diso­
lución de los pueblos, puede fijar derroteros
s ^ u r c » a la inteligencia, y difundir por todos

— 198 —
los órdenes de la vid a energías divinas para
triunfar de las concupiscencias y hacer preva­
lecer el espíritu cristiano sobre el paganismo
reinante.
Porque los pavorosos problemas que se plan­
tean de continuo y hacen tam balear en sus ci­
mientos a nuestra sociedad, más que a causas
económicas, obedecen a la crisis religiosa que
padecemos.
Ivn nombre de un mentido progreso y libertad
se ha roto con todas las tradiciones y creencias
del pasado, se ha pretendido separar de ellas
violentem ente la idea moral y religiosa que
lian sido ligadas una a otra y entretejidas por
los siglos, y expulsar a Dios de nuestra cultura
y costumbres como a un tirano malhechor o
pedagogo enojoso, sin tener en cuenta que sin
religión la bestia adquiere predominio sobre el
hombre: el egoísmo sobre el deber; la baja con­
dición sobre la justicia; la cobardía feliz y di­
chosa sobre la abnegación por la fam ilia y la
patria; que, suprimida la idea de Dios, las ideas
chocarán contra las ideas, los sentimientos
contra los sentimientos, provocando luchas que
en vano se pretenderán solucionar con la ley
de la fuerza o el fuego destructor de las ame­
tralladoras.
K 1 cuadro apocalíptico de corrupción y anar­
quía, de bárbaro salvajismo que nos ofrece
Rusia, nadando en lodo y sangre, es el mentís
más rotundo de la cultura sin Dios, la negación
más elocuente de una sociedad atea, del pro­
greso de los pueblos que no se cimentan en las
sólidas verdades del cristianismo.
L a escuela sin Dios engendra corrupción y
anarquía, y los pueblos que no se cuidan de la
moralidad de sus hijos y los ‘ abandonan a
sus malas inclinaciones y perversos instintos,
pronto se verán amenazados de muerte, conver­
tidos en campo de odios y luchas fratricidas,
donde bandas de pistoleros se vengarán cnielmente con la dinanxita o la s/ur de las sociedades
que los dejaron vegetar en todos los errores,
privándoles de la enseñanza religiosa que eleva
y conduce a Dios, principio y fin de toda per­
fectibilidad y de todo progreso.
L a empresa de educar religiosamente a la ju ­
ventud debe figurar hoy a la cjibeza de todo
program a de acción católica, y ocupar un puesto
de preferencia en nuestros corazones.
este fin tiendeir estos Congresos en cuyas
sesiones, generales y partiailares, se debaten
temas múltiples e importantísimos, y se estudian'
las diversas formas y medios de educar a la
juventud religiosamente y de preser\-arla de
ios peligros de com ipción y descristianización
que por todas partes la amenaza.
E l aprecio que de estos Congresos y de sus

conclusiones haga el Sumo Pontífice nos lo
abona el B reve que, en esta ocasión, en\dó al
Arzobispo de Bolonia. D ice .así:

• A l v e n e r a b le h erm an o
Juan B a u tis ta , A r z o b is p o de B o lo n ia ,
P ío P ap a X I.
Venerable hermano: Salud y bendición a-postólica. Con gran gozo hemos sabido que dentro de
poco se celebrará en Bolonia bajo tu presidencia
el séptimo Congreso de los Oratorios y de las Es­
cuelas de religión; y no menos nos alegramos al
leer el memorial que nos ha sido enviado, de los
importantísimos argumentos que presentaréis a
discusión en cada una de las reuniones de los
Congresos.
E n verdad, estos Congresos — al primero de
los cuales, celebrado en Brescia en el tercer cen­
tenario de la muerte de S. F elip e N e ri, por el esjuerzo de los padres del Oratorio de aquella misma
ciudad, sucedieron otros cinco p or iniciativa y
celo de la Sociedad Salesiana que asumió para st
en lo porvenir esta empresa como obra permanente
■— es maravilloso cuánto han ayudado a propagar
cada vez m ejor en toda Ita lia los oratorios y las
Escuelas de R eligión, con las que más eficazmente
se atiende a la educación cristiana de la juventud.
E s verdaderamente de lamentar, sin embargo,
que corran tiempos en los que los jóvenes, abando­
nados a sí mismos, se encuentren con tanta jrecuencia en peligro de la je y de las costumbres, y
q7te para remediarlo se pueda esperar muy poco,
las más de las veces, de los padres y de los maestros
que de manera especial tienen el deber de educar
santamente a s m hijos y mantenerlos en el recto
cam ino; sino que, por el contrario, con gran des­
cuido por parte suya apenas se cuidan de ello.
Asi. pues, responden a una gran necesidad los
oratorios fundados por Juan Bosco y propagados
por sus hijos con tanto cuidado; donde iodos ios
jóvenes que a ellos acuden, no sólo están alejados
de los lugares peligrosos y de las malas compamis
por medio de diversio^tes honestas,' sino que tam­
bién son encaminados hacia la práctica de los de­
beres cristianos y al aprendizaje de la religión y
de las buenas costumbres.
E n la educación de la juventud tienden además
<1 algo más alto y más perfecto nuestras escuelas
de R eligión, siendo proprio de ellas su plir la «ftsirucción religiosa que los alumnos de las escuelas
públicas, especialmente medias y superiores, o no
reciben en absoluto o la reciben incompleta y de­
fectuosa.
E n este séptimo Congreso , que tú, venerable
hermano, vas a presidir, se tratará de una causa
que, m<ís que ninguna otra, está en nuestro co-

:án, y que es apta, más que oira cualquiera, para
dar a Ita lia una generación piadosa y sana.
Habría que desesperar de la patria si los jói'enes
creciesen lejos de D io s y de la Iglesia e ignorantes
y despreciadbres de aquellas sapientísimas leyes,
de las que depende la prosperidad de los individuos
y de la sociedad.
Os augtiramos además un éxito felicísim o de
vuestro Congreso por el número notable de los que
ya anunciaron su intervención. Sabemos que asis­
tirán varios Obispos de las diócesis de E m ilia
y de otras partes, con. el Rector M a y or de la So­
ciedad Salesiana, muchos sacerdotes de la misma
que dirigen oratorios y escuelas de R eligión en
Italia y otras naciones, y un gran número de sus
discípulos antiguos y de sus cooperadores.
Además, venerable hernamo, lo que en vuestras
reuniones en Bolonia deliberéis nos parece que,
si bien de un modo especial deberá fructificar en
ios varias regiones de Ita lia , podrá también dar
aypiosos frutos en otros pueblos del extranjero,
ya por medio de los Salesianos, que de varias
partes intervendrán, ya por medio de los « Bole­
tines » mensuales que a cargo de su Sociedad se
publican en todas las naciones, y qtte ciertamente
difundirán y explicarán por todas partes los actos
de vuestro Congreso italiano.
FinaUnente, no tenemos N ó s por qué animaros
a todos vosotros, conociendo bien lyuestro trabajo
y diligencia. N o nos queda inás que im plorar,
como lo hacemos, la ayuda celeste para vuestros
trabajos.
Prenda de esta ayuda y de nuestra paternal
benevolencia sea nuestra bendición apostólica,
que a ti, venerable hermano, y a iodos los que han
de tomar parte en este Congreso os damos de todo
corazón en el Señor.
Dado en Roma en l o de abril de 1923

P ro g ra m a del Congreso.

Temas propuestos a la discusión
de las secciones:
I.
religión en las escuelas. — 'Escuelas espe­
ciales de religión. — Program a de esta enseñanza.
— Forynación de los maestros que deben im partirla.
II.
Los'Oratorios festivos y su organización mo­
dere.- en las grandes ciudades y pequeños centros.
— Frmnación moral, religiosa y social de los jo de los Oralorios. — E l Oratorio en sí#s
^ela:: ?nes con la parroquia y las diversas organiz-.':: ->Ttes católicas..
Fueron ponentes eminentes personajes del
clero V del iaicado católico.

Temas anunciados para las sesiones generales:
L a enseñanza religiosa en las escuelas. — E s­
cudas de religión con programa completo. —
Cultura religiosa de los estudiantes católicos de
Universidad.
Instituto de cultura religiosa
de la Universidad P on tificia (gregoriana de Roma.
— • L a enseñanza en las escuelas superiores de
religión. •— Cultura religiosa de los católicos. —
M is ió n providencial del Oratorio para la juventud
de ainbos sexos. — Los Sacramentos y la vida
interior dd joven en el Oratorio. — Influencia
de la L itu rg ia en la form ación cristiana de la
juventud. - - L a
d teatro y d sport en
el Oratorio.
lín tre los oradores recordamos los nombres
de: Luis Montresor, catedrático y Senador
del reino; el Diputado Aquiles Pellizzari, cate­
drático de la Universidad de Genova, el D i­
putado Mario Chingolani; el abogado Camilo
Corsanego, Presidente de la Juventud Católica
Italiana; el profesor D . A ntonio Cojazzi, salesiano; el profesor D . A lberto Caviglia, salesiaiio
etc...

A p e rtu ra del Congreso.
Después de la misa que celebró el Exem o.
Sr. Arzobispo, asistido p or Mons. Cantagalli y
Mons. Zerbini, y a la que concurrieron el Ca­
pítulo M etropolitano y gran número de congre­
sistas, se dió comienzo a los trabajos del Con­
greso.
Sería demasiado p rolijo si enumerara la
labor realizada durante los tres días por las di­
versas secciones.
Con verdadera competencia y entusiasmo
se estudiaron y discutieron cuatro temas que
presentaron los ponentes, llegando a la apro­
bación de conclusiones de que todos se prom e­
ten opimos frutos.
En la mañana del 24, las ponencias de las d i­
versas secciones presentaron al e.studio y apro­
bación de sus colegas los temas: « I-Cl Oratorio
en nuestros días ». E l Oratorio en los centros
poco numerosos », « L a religión en las escuelas »
« Escuelas de Religión ju nto a las escuelas pú­
blicas ».
Todos reconocen la misión im portante del
O ratorio en nuestros días. Se presenta al Ora­
torio como la prim era célula de la formación
religiosa y civil de los jovencitos, y a que hoy,
desgraciadamente, la fam ilia y la escuela no
reqjonden a la misión educadora que les co­
rresponde, debiendo p or tanto el O ratorio suplir
esa necesidad, atendiendo a la formación y
presentación de los jóvenes. Y como esta ne­
cesidad no es exclusiva de las grandes ciudades.

-pues se ha extendido y se siente tam bién en
las poblaciones rurales, adonde ha llegado la
acción destructora de la propaganda materia­
lista del socialismo, se encarece la urgencia de
abrir y sostener estos centros p or todas partes.
Como tipos de Oratorios se presentan los
que sostienen los Salesianos y Filipenses.
L a presidente d e 'la Juventud Femenina It a ­
liana, Srta. Barelli, pide que los Oratorios fe­
meninos se asocien, pues de ellos se nutren los
círculos de la juventud católica femenina.
Se aprueba con pequeñas emiendas la ordem
del día.

Sesión gen eral.
A las 4 de la tarde, el Teatro Cantavalli es­
taba atestado de público. E l palco escénico,
engalanado con exquisito gusto, estaba destinado
para las autoridades eclesiásticas y civiles.
A los acordes de la marcha real italiana fueron
recibidos los Sres. Obispos, el Rdm o. Superior
de los Salesianos, D . Felipe R in aldi y demás
autoridades. E l público saludaba con aplausos
su presencia.
H a d a n corona a S. E. el Arzobispo Juan
Bautista Nasalli Rocca, Presidente honorario
del Congreso, los Excmos. Sres Obispos de
Kaenza y Montefeltro, Monseñor Pranzini, V i­
cario general de la arquidiócesis, Mons. Daddi
en representación del Cardenal Arzobispo de
Palerm o y Mons. Veneziani en representadón
del Obispo de Piacenza, el Senador Montresor,
el senador Puntoni, R ector de la Universidad,
el diputado Pablo Cappa, representantes del
Gobernador, del Alcalde y de la D iputadón,
el coronel Rossi por el General Sani etc...
L a presidencia efectiva la ocupaba D . F e­
lipe Rinaldi, que tenía a sus lados al vicepresi­
dente, Mons. Baviera, Mons. Cantagalli, Mons.
Pedrelli y al marqués Felipe Sassoli.
Terminados los aplausos, tom ó la palabra el
Sr. Arzobispo, que se expresó en estos términos:
Este Congreso que tengo el honor de inaugurar
m e evoca un dulce recuerdo de m i juventud
que se remonta al año 1892 en que, el iiiolvi
dable Obispo de Piacenza, Mons. Scalabrini,
inauguraba uno de los primeros Congresos ca­
tequísticos, que fué para nuestra patria como
una chispa que prendió por todas partes, origi­
nando el fioredm iento fecundo de la ense­
ñanza religiosa. Fruto de aquel Congreso fué
la escuela superior de religión que, aquí en B o­
lonia, establead el gran cardenal Svampa, que
hoy continúa floreciente, cosechando abundan­
tes frutos.
D o y gradas a Dios por el fa vo r que nos con­
cede de preseudar y presidir este Congreso, del

200

--

que tantos frutos nos prometemos todos. Agra­
dezco tam bién a los hijos de Don Bosco, que
son otro de los buenos recuerdos del cardenal
Svampa en Bolonia, el que hayan escogido
esta du dad' para realizarlo. E l título de Con­
greso es y a un programa, quiere dedr: reunión
de almas, de corazones, de energías para llegar
en esfuerzo mancumunado a la m eta de la
cultura y educación de los jóvenes, cultura que
ilumina el entendimiento y eleva los corazones
de nuestra juventud, que es la esperanza del
mañana, en la que descansa el porvenir de la
patria.
Y la cultura debe ser religiosa, pues veinte
siglos de historia proclaman que no hay dvilización posible sino iluminada por la luz de Dios.
L a característica de nuestro Congreso yo
la resumo en dos frases latinas: « N o n nova sed
nove 9, es decir, que no expondremos cosas
nuevas, sino las verdades que y a recibimos
de Dios, aunque en form a nueva, adaptándolas
a nuestro tiem po, a nuestra cultura y costum­
bres.
L a otra frase será: « N o n verba sed exem-pla *
lo que equivale a decir que deben abundar los
frutos de la experiencia de los que han traba­
jado y cosechado con éxito, a fin de que todos
se persuadan de que con los mismos medios
pueden alcanzar los mismos o mayores resul­
tados que los alcanzados p or sus colegas.
Term ina recordando que al preguntar a un
celoso sacerdote, h oy Obispo, el m odo de en­
señar con fruto el catecismo, le contestó, repi­
tiéndoselo por tres veces: « enseñándolo ». Y o
espero que al terminar este Congreso nuestro
programa, el program a de todos será el de
♦ enseñar el catecismo ».
(Coniinuará).

La Obra Sahsiana uioe solamente de la
caridad de sus Cooperadores: necesita por
consiguiente que se ¡a fauorezca todos ¡os
dias.
Día

uendró, dijó e l inmortal Pío ¡K,

que e l nombre de cooperador salesiano
será sinónimo de buen cristiano. Los Co­
operadores constituyen un ejército de Após­
toles que trabajan para propagar y soste­
ner la grandiosa Obra dei Vbie. D. Bosco.



201

-

El Rdmo. Don Felipe Rinaldi en Sicilia.
Juzso para m i un deber, si bien agradable,
el reseñar'brevemente la visita de nuestro Superior
General a las casas salesianas de Sicilia, visita
que yo califico de gloria para la Obra de D. Bosco,
de /vito rotimdo, de verdadero triunfo.
El pueblo que, como los niños, conoce por
intuición al que bien le quiere y se interesa con
solicitud y cariño, no sólo por su bienestar, sino
también y especialmente, por el de sus hijos, n
(luienes educa e instruye, dió al tercer sucesor de
Don Bosco, Rdrao. Padre Rinaldi, pniebas expre­
sivas de veneración y gratitud, mayores, si cabe,
que las que dispensó a sus antecesores, de grata
e imperecedera memoria, los Rdos. Padres Rúa
y Albora.
Todos querían saludarle, besarle la mano y ser
bendecidos, agradecerle personalmente los bene­
ficios recibidos de la Obra Salesiana, y mostrarle
que la pobreza no carece de sentimiento ni es
ajena a la gratitud.
Pero la nota culminante, conmovedora, de
arrebatadora simpatía, la dieron ios jóvenes con
.su afecto desbordante y generoso, al coronar por
doquiera al anciano Padre, como los retoños al
olivo, para recibir sus caricias y consejos, y
•'ir de sus labios una de .sus encantadoras fra.se.s
d.' cariño.

E n Paiermo.
La tarde del 2 de Febrero partía nuestro amado
Rector Mayor del puerto de Nápoles, para llegar
a la mañana siguiente a Paiermo, donde se le e.spcraba y fué acogido con vivas y agasajos por los
Superiores de los dos colegios salesianos de la
capital y la nutrida representación de los antiguos
.\luimios.
Después de los cordiales saludos y de estrechar
la nmno y dar a l>esar la suya a los numerosos
amigos que le rodearon, se dirigió al colegio de
huérfanos de la guerra, sito en la c.alleSta. Clara,
para celebrar la Misa y ofrecer como primer rea los niños el pan de los ángeles. Cristo Jesiis.
Cuando después de la acción de gracias apareció
en el patio su amable figura, y la banda de música
lanzó al aire las vibrantes notas del himno de
saludo, los huerfanitos. olridando en un momento
las recomendaciones de los Superiores, porque
el amor no sabe de reglas, se lanzaron a la desban­
dada al encuentro del Padre, para estampar en
su mano el beso de la gratitud. En su beso ardiente
palpitaba todo el amor de sus tiernos corazones,
como bien lo d ’ó ' a entender el agasajado con su
honda conmoción.
Aquellos pequeñuelos, tan tempranamente v i­
sitados por el dolor, evocaban a la mente del Padre
Rinaldi recuerdos mil de exquisita caridad que
le tra.sladaban, como a su fuente de origen, al
corazón generoso y compasivo de Don Bosco;
y pasó por entre el ¿borozado enjambre, .sonriente,
acariciando a los inquietos y vivarachos, brome­

ando con los más avispados, susurrando con ca­
riño al oído de unos y otros palabras dulces y
afectuosas. Algunos de ellos se atrevieron a leerle
su saludo, aunque con voz empañada por el resi>eto
y la emoción, y él, bondadoso, les contestó con
frases saturadas de ternura que se escapaban de
su corazón de padre, prometiéndoles que volvería
a pasar un día en su compañía.
L a misma mañana fué a visitar y ofrecer sus
respetos al Emmo. Card. Imaldi, Arzobispo de
Palenno, y a Mons. Laguiuina, quienes lo reci­
bieron con amabilidad y deferencia.
Por la tarde, en el colegio Don Bosco de la calle
San Pablo, fué objeto de una imponente mani­
festación de simpatía por parle de los Sres. Coo­
peradores y antiguos Almnnos de la localidad.
Los alumnos y los huerfanitos entonaron a su
llegada un hermoso himno que acompañó la banda
de música. E l Director del colegio le dió en sentidas
frases la bienvenida en nombre de lodos y pre­
sentó al Diputado Sr. Pecorano que habló en nom­
bre de los Cooperadores, diciendo qiie se conside­
raban felices al recibir en su ciudad al sucesor de
aquel varón a quien también Han ó el siglo veinte
apóstol de la juventud. Por los antiguos Alumnos
lomó la palabra el abogado Comendador Damanti,
saludando al ideador y organizador de la admi­
rable Federación inteniacional de los antiguos
.Vlmnnos Salesianos, que cuenta ya hoy en sus
filas hombres de iiadiscutible valer en diversos
ramos del saber y de la actividad humana.
Para todos tuvo Don Felipe Rinaldi palabras
de encomio y agradecimiento, mostrando, a la
vez, la satisfacción que le producía la generosidad
con que Sicilia apoya las Obras de Don Bosco, y
relevando el delicado ^)ensainieiito de Paiermo
al confiar a los Salesianos los huérfanos de guerra,
con lo cual les dan m otivo para cultivar el campo
predilecto de su Fmidador y seguir más de cerca
sus huellas.
E l día siguiente, domingo, se dió una conferencia
pública en la igle.ria de la Abacia de Monte para
los Cooperadores Sale.sianos. El templo, atc.slado
de personas, ofrecía un espectáculo imponente.
Cualquiera hubiera dicho que, con el Sr. Arzobi,spo a la cabeza, se habían dado rita allí toda.s
las autoridades eclesiá-sticas, civiles y militares
con la nobleza de la ciudad.
E l Padre Rinaldi Ies dirigió la palabra con
frase caldeada y afectuosa, discurriendo sobre
Don Bosco, el gran soñador de la juventud, quien
en rmo de seis misteriosos sueños, hoy actuante
realidad, había visto también a ios niños y jovenritos sicilianos correr a los colegios salesianos y
poblarlos.
Ilustró el valor de su obra inicial y tan querida:
el oratorio festivo, describiendo sus atractivos, re­
cursos y resultados y dió la clave de su fascinación
avasalladora, que sintetizo en una .sola palabra:
la dulzura; e hizo votos para que pronto, mediante

-la acción eficaz de los Cooperadores, tenga Palem io un gran oratorio festivo.
luego a tratar de las Escuelas de Artes y
Oficios que tanto interesaban a Don Bosco y de
las que se prometía los más halagüeños resultados
y abundantes frutos. Describió sus htunildes
principios y sucesivo desarrollo, en continuado
esfuerzo, hasta alcanzar la floreciente organiza­
ción moderna.
Y por último, habló de las Misiones, de su in­
cremento incesante, de la asistencia a los emi­
grados, de la significación de Cooperador Salesiano,
de sus deberes como tal. al ponerse al lado de
Don Bosco para secundarlo en el desarrollo de
sus Iniciativas con la limosna y la oración, cuando
no pueda ayudarlo directamente con su trabajo
personal.
Acto seguido dió la bendición con S. D. M.
Mons. Virzí, director diocesano de los Coopera­
dores Salesianos, y su Eminencia, el Card. Luaidi,
les dirigió breve discursito de saludo y despedida.
Sirviéndose del Evangelio del día, que hablaba
del sembrador, les dijo que, habiendo caído la
palabra del Rdmo. Padre Rinaldi en terreno
fértil, se prometía abundantísimos frutos de ca­
ridad y de fervor.
PU lunes, como había prometido, lo pasó nuestro
Superior con loa huérfanitos de guexra del colegio
de Sta. Clara.
I,es celebró la Sta. Misa, y tuvo el consuelo de
dar la primera comunión a veinte de ellos, a quienes
hizo un fervorín sobre el amor de Jesús.
A l mediodía, su presencia en el refectorio de
los niños,, a quienes quiso acompañar hasta en la
comida, nos recordaba aquel versículo de los
Salmos: < F i l i i fui sicut novelle olivarum in circuito
mensas tuae ». [Cómo gozaban los pobrecitos al
ver sentado entre ellos a padre tan cariñoso, y
se esforzaban por demostrarle su inmensa gratitud
y alegría con cantos brindis y aplausos! E l venerado
Superior no ocultaba el placer que sentía pasando
unas horas en medio de aquellos niños, por quienes
sentía afecto especial, y a las cuales la Providencia
divina endulzaba y confortaba en su desventura,
cada día, repitiéndoles: i Ncm relinquam vos orphanos\ no 08 dejaré huérfanos.
Por la tarde visitó las escuelas talleres de sas­
trería, zapatería y tipografía, y también las aulas,
alabando el orden y limpieza y mostrando a la
vez el deseo ardiente de que se desarrollen más
y más tan importantes iniciativas.
Los dos días siguientes los consagró al colegio
« Don Bosco *, que cuenta con 350 alumnos, entre
primeras letras y el gimnasio. También tiene
iglesia pública muy frecuentada.
De allí pasó a los institutos de las Hijas de
Muría Auxiliadora, visitó el Monte de Piedad, la
Arenella y, después de haber sido huésped del
Cardenal, que lo quiso obsequiar en su mesa,
marchó hacia Marsala.

E n Marsata.
Esta histórica población, ansiosa de mostrar
al Sucesor de Don Bosco su admiración y sim­
patía, había organizado im comité de festejos.

202

--

integrado por los más significados ciudadanos,
para hacerle im recibimiento digno; pero los j¿
venes del círculo católico reclamaron para si ese
honor y lo acompañaron a través de la ciudad y
por las calles más populosas, cantando himnos
y gritando sin cesar: « Viva Don Bosco, viva el
Padre Rinaldi ».
En el colegio, le esperaban las autoridades y
antiguos Alumnos. E l Sr. Alcalde lo saludó y dió
la bienvenida en nombre de la población, y un
huérfano de la guerra le leyó preciosa composición.
E l Padre Rinaldi abrazó tiernamente al Sr. Al­
calde, acto que el público aplaudió con entusiasmo
y bordo la banda de música con la marcha real.
Durante la comida departió familiarmente con
los colegiales, que dieron rienda suelta a su fogeso
entusiasmo juvenil, y coronaron al atardecer
con una velada de sabor misionero.
Tampoco se olvidó de los humildes y dolientes,
a quienes fué a prodigar palabras de consuelo en
el hospital, bendiciendo a continxiación los nuevos
locales de la benéfica institución, titulada: ♦ El
bocadillo del pobre &.•
D e vuelta al colegio quiso informarse detalla­
damente de su movimiento y desarrollo, recorrió
todas las dependencias y quedó altamente impre­
sionado y satisfeclio de las mejoras e iniciativas
florecientes, introducidas después de la guerra.
Cuenta el colegio con pensionado para estudiantes
de ginmasio y escuelas léaiicas, internado para
huérfanas de la guerra y rdños pobres de solemni­
dad. escuelas elementales externas, y Oratorio
festivo con dos círculos: uno para estudiantes y
otro para obreros.
Después de recibir nuevas deferencias y obse­
quios de parte de la niunicipalidadj que lo recibió
en pleno, y del Capítulo de la Colegiata, que salió
a su encuentro en hábitos corales hasta la puerta
de la iglesia, partió para Trapani, acompañado
por los aplausos y sentidas despedidas de los jó­
venes.

E n TrapanK
L a población en masa esperaba a nuestro Rector
Mayor, pues la Obra Salesiana goza ya de general
simpatía, aimque cuenta allí pocos años de exis­
tencia todavía.
I<a necesidad de educar cristianamente a la
juventud, movió al Exemo. Mons. R aiti a suplicar
encarecidamente al Padre Albera, de feliz memoria,
para que enviara Salesianos a Trapani, lo que
consiguió después de la guerra.
Para dar impulso a la Obra, encontró su Exce­
lencia decicido apoyo en im grupo de señore.s,
entre los que merece particular mención la Prin­
cesa de Resutana de A lí que obtuvo se consignara
a los Salesianos parte de los edificios censtruides por
el malogrado Senador de Alí, donde a poco co­
menzó a fxmeionar el Oratorio festivo, escuelas
externas y hoy se da forma a un grandioso
colegio.
Faltaba, para completar la asistencia religiosa
de la ciudad que se extiende por aquella parte,
una iglesia, y ya se ha puesto la primera piedra de
la que se dedicará a María Auxiliadora.

Las obras del colegio, merced al desinterés y sa­
crificios de todos, tocan a su fin, y eii la iglesia,
de airoso estilo gótico, se trabaja acti^'au^ente.
La oportuna llegada del Rdmo. Don Felipe
Rinaldi, produjo mayor efervescencia y entusiasmo
para continuar los esfuerzos hasta el fin.
En la estación lo esperaban el Sr. Obispo con
los Canónigos y seminaristas, nmueroSos Coope­
radores y jóvenes que lo acompañaron hasta- el
colegio, en medio de vítores y aclamaciones enlu­

cen los niños del Oratorio, y asistió a la bendición
de los cimientos de la nueva iglesia y de la primera
piedra del altar mayor, que costeará la Sra. Mar­
quesa Platámone de Alí.
A l final de la ceremonia, S. E- dirigió, conmovido,
cuatro palabras a los fieles para expresarles la
satisfacción que esperimentaba al ver eii vías de
cumplimiento el voto, formulado en las angíistiosas
horas de la guerra, de erigir un Santuario a la Au­
xiliadora de los Cristianos, Reina de la paz.

M ARSALA. — Bi Padre Rinaldt con el circulo “ Don Boaco".

siastas, y allí le improvisaron una demostración
cordialísima.
Por la tarde se bendijeron solenmemente las
dependencias del colegio y la bandera de las es­
cuelas elementales.
El nuevo edificio, con entresuelo y primer piso,
tiene 72 metros de fachada y 40 m. de lado, por
12 de alto. Además de las aulas, aireadas y llenas
de luz, tiene im hermoso salón de estudio que se
ronnmica por xma amplia galería con el teatro,
las salas de los circuios y los despachos de la di­
rección.
A las ceremonias antedichas acudieron las auto­
ridades de la ciudad y numeroso público, que no
podía ocultar la satisfacción que le producía el
ver convertidos en espléndido colegio los sacri­
ficios <,ue se impusieron para atender a la educación
de st:i hijos.
£1 Rdmo. Padre Rinaldi pasó todo el domingo

E l acto, comuovcdor sobremanera, dejó en todos
un agradable recuerdo, y ratificó el decidido pro­
pósito de trabajar, a fin de que la nueva iglesia se
abra al culto este mismo año.
A l día siguiente, nuestro Superior celebró la
^lisa en la capilla de las Hijas de San Vicente de
Paúl, activas cooperadoras de la Obra de Don
Bosco en Trapani. Fué agasajado por Hermanas y
alumnas, para quienes tuvo el F a ^ e Rinaldi pa­
labras de aliento, ezortándolas a ia sólida forma­
ción del carácter, para mejor cumplir su misión
en la \*ida.
Esa misma mañana, con sentimiento de todos,
que hubieran querido gozar algo más de su com­
pañía, continuó su viaje.
(coniinuard)
J u a n M in g u zzi , Pbro.

— 204 —

Homenaje a Don Bosco educador.
E l jueves, l o de Mayo, fué un día de gloria
para Don Bosco.
En el pintoresco colegio salesiano de Valsalice. que guarda orgulloso los restos del gran
pedagogo y siervo de Dios, se reunieron en im ­
ponente manifestación de admiración y simpatía
los catedráticos y profesores de todos los ramos
del saber humano que se cultivan en la ilustrada
Turín, para rendir solemne homenaje al gran
maestro de la educación cristiana.
En vista del número extraordinario, no solo
de profesores sino también de caballeros y se­
ñoras turineses que se habían congregado a
glorificar al insigne compatriota, apóstol de la
juventud, la manifestación se trasform ó en
Congreso.
Da banda del Oratorio de V aldocco entonó
el himno a Don Bosco, que corearon los con­
currentes, mientras el Rector de los Salesianos,
Rdm o. Padre Rinaldi, ocupaba la presidencia
honoraria en medio de calurosos aplausos. A su
lado tomaron asiento el catedrático y antiguo
alumno, Gribaudi, aclamado presidente por una­
nimidad, y las señoras profesoras: María Chiora
V Ture o como vicepresideuta y secretaria
respectivamente.
VA Salesiano P. Cojazzi, director de la impor­
tante publicación « Revista de los jóvenes ».
dio la bienvenida en nombre de la Congregación
Salesiana con sentidas frases de gratitud.
A su vez, el presidente Gribaudi declaró
abierto el Congreso, entusiasmando a la con­
currencia con la manifestación apasionada de
.su adnriración y amor a Don Bosco, de quien
se enorgullece poderse llamar discípulo. Dice
que el sistema educativo de Don Bosco, es
sistema de pedagogía viviente. K o duda que,
con el tiempo, se escribirá la teoría de este ad­
mirable sistema, que hoy es todavía una parte
vivien te de Don Bosco, de su espíritu que obra
en el sentido de la caridad cristiana por una
parte, y de la genialidad italiana, por otra. T o ­
davía se siente alborozado al considerar la sana,
franca y serena alegría que se v iv e en las casas
salesianas, m otivo que une fuertemente a los
antiguos alumnos con ellas y a las que tom an,
hombres ya, con tanta satisfacción. Que la figura
de Don Bosco conquista la fama de maestro
en el campo escolástico, lo demuestra el con­
siderable número de los profesores presentes
y las adhesiones al acto, recibidas de todas par­
tes de Italia, y que sobrepasan las m il y seis­
cientas.

A continuación, el Rdo. D r. D . Mateo Fasano
desarrolla el tema: « Origen, concepto y práctica
del. sistema preventivo según la mente de Don
Bosco »>.
Pasando por alto la parte form ativa del edu­
cador, en Don Bosco, que el orador trazó con
mano segura, anotamos algunos conceptos,
para no hacer ecesivamente larga la presente
crónica, de la parte conclusiva.
« ... D on Bosco reveló desde sus comienzos
en la práctica escolar el tacto y aquella ley de
discreción y mesura que es dote de los educa­
dores que han encanecido en la profesión; se
revelaba en el saber escoger y alternar los jue­
gos entre sí y con la explicación; en saber excitar
y mantener la atención de los niños y darse
cuenta de cuando la tensión llegaba a su Hmite,
para evita r que se rompiera como la cuerda del
arco; es decir, toda una floración de habili­
dades, finuras, destreza y penetración que dá
a las primeras páginas de la vida de Don Bosco
aquel tin te épico que hace m aravilloso el' pe­
ríodo del origen de una obra grande.
Con frecuencia enojosa oímos repetir la frase:
« mens sana in corfore sano r, de ella Don Bosco
nos dió una de las más felices aplicaciones con
su ejem plo magistral, que no perseguía otra cosa
sino crear a los jóvenes un ambiente donde se
pudieran desarrollar en plena salud de cuerpo y
de espíritu, poniéndoles en condiciones que
favorecieran las buenas inclinaciones y apar­
tando cuidadosamente cuanto pudiera serk>
nocivo. Esta fué siempre su ley constante.
N o quería que, en manera alguna, se provo­
caran las malas inclinaciones, para que así, no
podiendo desarrollarse, se atrofiaran o murieran.
Era enemigo de que se revelase el mal para
combatirlo, porque desgraciadamente y con
harta frecuencia, los jóvenes llegan a conocerlo
por si mismos, sin que tengan necesidad de instnicción en este sentido, com o lo comprueban
con dolor los educadores, arando deben reparar
los daños del mal. Ponerlos en guardia con sa­
gacidad y pnidencia sí, pero de ninguna manera
pintarles el mal, porque es siempre peligroso,
pues esa pintura tiene un especial atractivo
morboso que constituye un peligro, y : ♦
timai periculum peribii in illo ».
Esta era la psicología de Don Bosco. P or eso
en su sistema dió la má.xima importancia a la
asistencia, que hace del asistente o vigilante
la persona más activa de sus casas.
Sobre los castigos pensaba como sobre los

— 205 —

premios: que es castigo o prem io lo que el edu­
cador quiere hacer va ler po* tal, y para él los
castigos, cuando había necesidad de darlos,
debían consistir: ya en la privación de un recreo,
en la limitación de un juego, ora en una palabra
severa, o bien en una mirada, un aviso, adver­
tencias o cosas semejantes.
No quería castigos ásperos o violentos, di­
ciendo que, cuando un niño no se corrige con
los medios expuestos, no está hecho para las casas
salesianas, y , por tanto, es preferible alejarlo
antes que renunciar al sistema.
Así se form aba la escuela salesiana, con su

P o r estas y p or otras muchas razones, el sis­
tem a p reven tivo de D on Bosco sirve para los
niños de todos los tiem pos y países, posee la
soltura y adaptabilidad de los grandes prin­
cipios y verdades. •
Y por esto, Don Bosco pasa en la historia a
ocupar un puesto entre los grandes pedagogos,
mereciendo el reconocimiento y admiración de
los siglos.
A l term inar el D r. Fasano su interesante
trabajo, que los congresistas premiaron con
prolongados aplausos, el presidente declaró
abierta la sesión

TR A PA N I. — Bendición de U i* piedra de I t Igleela de María Auxiliadora.

espíritu de familia, saturado de ese amor ma­
terno que hace un paraíso de los colegios
salesianos.
Este es el ejem plo del pedagogo que ha puesto
en práctica el sistema.
Don Bosco quiere que se vig ile al niño, pero
con ojo cariñoso, con el tem or de que haga
algo malo, y dejándole plena libertad de mo­
verse y respirar. Se le debe estudiar íntimamente
y comprenderlo, para poder dirigir sus incli­
naciones y prevenir las caídas.
Influir en él p or la persuasión; y dado que
olvida con facilidad cuanto debe practicar, re­
cordarle a menudo sus deberes: corregirlo cor<lialmente, com o padre o hermano, antes que
reprenderle severamente. Inspirarle confianza,
iiacerse querer a fin de obtener por el amor lo
<ine no se conseguiría por la fuerza, que, gene­
ralmente, exacerba o form a hipócritas.

E l representante del Alcalde, asesor Bona,
subió al estrado y , con vibrante acento, cantó
un himno a la obra milagrosa del gran educador
piamontés, obra fecunda en bienes, porque está
basada sobre los grandes principios de Dios,
de la patria y del trabajo.
L e sigue en la palabra el catedrático V ídari
que confiesa con franqueza que ha venido a la
tum ba de Don Bosco a aprender, y no a enseñar,
declarando que es un admirador suyo. Exam ina
brevem ente los sistemas educativos de los Je­
suítas y d e los Herm anos de las Escuelas Cris­
tianas en los siglos X V I , X V I I y X V I I I , Estos
sistemas han demostrado su bondad y suficien­
cia en los siglos antedichos, pero no llenaban
las necesidades del siglo X I X . Y he aquí que
brota, para este siglo saturado de materialismo
y anarquía intelectual, nueva fuente, fresca
y magnífica: el sistema de D on Bosco. Convenía

— 2o 6 - -

levan tar un dique contra las corrientes m ate­
rialistas y disolventes, y D on Bosco, sin discu­
siones ni vacilaciones, trabaja y da vid a a la
idea perenne de la educación, transfundiendo
su alma pura y grande en el alma pura y sen­
cilla del niño. Salido del pueblo cuando la de­
mocracia se abría paso, el se ha consagrado de
mocráticam ente al pueblo, ha comprendido
su alma, ha entendido que el trabajo no es ser­
vidum bre ni esclavitud, sino medio de eleva­
ción y dignificación, fuente perenne de paz y
de serenidad para la vida. P o r eso su obra es
hoy mundial.
Am bos oradores fuerón muy aplaudidos.
A continuación, el catedrático, D r. D . R i­
cardo Guglielm inetti, discurrió magistralmente
sobre el tema: « Medios y moc|o con los cuales
el desenvolvim iento del program a escolástico
puede llegar a ser un derrotero seguro para la
formación y educación cristiana de la juventud ».
Su discurso, hermoso estudio filosófico de la
cultura, fué escuchado con gran interés por el
culto público, como lo probaron los continuos
aplausos.
E l tema tercero: « Das escuelas populares y
escuelas profesionales en la mente de D on B o sco »
lo desarrolló con maestría y competencia la
profesora Dña. Serapia Cotto, que mereció fre­
cuentes aprobaciones y aplausos.
Fueron aprobadas por unanimidad las si­
guientes órdenes del día:
I®. « Considerando la bondad del. sistema
educativo de Don Bosco, tanto por los sanos prin­
cipios en que se funda, con\o por los óptimos
frutos cosechados, el Congreso hace vo tos para
que se comozca y se difunda su aplicación ».
2 °. « Que se dé en la escuela educación inte­
gralmente cristiana ».
3 *. « Considerando que las escuelas profesio­
nales y populares, ideadas por el inmortal Don
Bosco, dieron tan buenos resultados, se hacen
votos para que se multipliquen y extiendan a
todas las industrias y profesiones ».
Coronó los trabajos de la culta asamblea el
discurso del Rdrao. P. Rinaldi^ R ector de los
Salesianos. Con la suavidad y unción de palabra
que le caracteriza, recordó el nombre del ca­
tedrático turiiics, Don A ntonio Rayneri, a toda'^
conocido, de cuyos labios oyó repetidas \'eces
el hecho que el mismo catedrático presenció.
E l Sr. Rayneri, amigo íntim o y admirador
de Don Bosco, solía decir desde la cátedra a
sus discípulos: « Y o aquí enseño la pedagogía,
pero, si la queréis ver en práctica, id a V a ld o cco ».
V a continuación solía coutarel siguiente episodio,
del que él fué espectador: un día D on Bosco e x ­
plicaba a los niños un trozo de historia sagrada,
e l episodio en que se proclama rey el pastor-

cilio D avid, y supo pintarlo tan al v iv o , que al
final gritaron los nifcos a una, y como movidos
por un resorte: v iv a don Bosco nuestro rey, y,
sentándolo sobre una silla, que cargaron a hom­
bros, lo pasearon entusiasmados por el patio ».
E sta tarde, continúa D on Felipe Rinaldi, he­
mos presenciado un acto semejante, con la
única diferencia, que h oy no son los alumnos,
sino los profesores los que aclaman a D on Bosco
como guía y maestro.
Y o , reconocido, doy a todos las más expre­
sivas gracias en nombre de la Congregación
Salesiana, a la qué represento.
U n v iv a clamoroso ahogó los últimas pala­
bras, que se confundieron en un todo armónico
con el himno a D on Bosco. ■

Rasgos de S. Francisco de Sales.
Yendo el Santo Obispo de paseo, a pie, un
pobre niño arapiento y sucio, con mucha timidez,
lo saludó: San Francisco se detuvo y vista su
extrema ignorancia religiosa, comenzó a enseñarle
los rudimentos del catecismo.
Un acompañante le dijo en son de reproclu-:
Monseñor, ¿no véis que estáis rebajando vuestra
dignidad, entreteniéndoos, con ese miserable?
San Francisco le contestó; Si enseñara estas
mismas verdade.s al heredero del trono de Francia,
vos no me lo reprenderías ¿no es cierto? Pnes
bien, el ahna de este pobrecito vale tanto como
la del heredero del trono de Francia; es hijo de
Dios, rey de reyes y heredero del trono del cielo.
Y después de todc, el Obispo es padre y pastor
de pobres y ricos.

*

* *
Da Duquesa de Saboya, su soberana, le regaló
un anillo episcopal, obra muy artística y preciosa*
El Santo la aceptó con repugnancia y a condición
de poder disponer de ella, según las circunstanciasEl aiüUo fué muchas veces al monte pío, para
auxilio de los pobres y al fin lo vendió a muy
subido precio, repartiendo la cantidad entre los
pobres.

En la Misión del Assam
durante las Vacaciones del “Puja’
Tiro de arco.
Durante nuestra estancia en Laitkynsew. tuvi­
mos ocasión de presenciar el animado espectáculo
de tiro de arco. Reunidos los mozos y hombres
del pueblo a las afueras," plantaron en un campo
el blanco: un grueso bambú con mi cilindro lleno
de tierra en la punta, y, divididas en dos bandos:
rojos « Kiba savo » y negros « Kíbci iong », dieron
comienzo a la fiesta. Entonaron primero tm canto
guerrero, de ritmo monótono, en que cada grupo
celebraba sus \dctorias contra el bando enemigo.
Después, se-destacaron en grupos de a dos, cuatro
y más individuos, y empezaron a disparar flechas
al blanco, al que se iban acercando poco a poco.
Son admirables en la pimtería, lo que no es
extraño, puesto que ya empiezan a ejercitarse
desde niños y no lo dejan ni cuando son viejos.
El arco, cuerdas y flechas son de bambú, a
excepción de las ptmtas de las flechas que son de
acero. L a flecha termina en el extremo opuesto
con cuatro plumas.
Luego que acaban el tiro al blanco, renuevan
los cantos, que acaban en bailes de movimientas
vertiginosos, gritos y algazara estrepitasa.
I.as cabanas que forman el pueblo son nume­
rosas y no falta, desgraciadamente, iglesia y
escuela protestante.
\ Lsitadas las familias cristianas, que se apro­
vechan bien de nuestro paso, y visto cuanto había
que ver, nos retiramos temprano a descansar,
pues debíamos continuar la mañana siguiente
nuestra excursión hasta Cfiella.
Como de costumbre encendimos la fogata en
la escuela y, medio atontados por el hmno, nos
tendimas a dormir en el suelo.

Camino de Cheiia.
Como la distancia entre Laitkynsew y Chella
es larga, dejamos los niños en la población pri­
mera y nos pusimos en. marcha los dos sacerdotes,
aojmpañados por B ah -l-o Kanti, excelente joven
que hace de maestro en nuestra escuela de S. An­
tonio, en Shiüong, y que nutre un cariño entra­
ñable hada los misioneros. I,ee con gusto el BoUíin
de lengua ii^ le s a y nos colma de atenric«es, haciéndonos de guía en estas excursiones.
(Cuando los primeros rayas del sol herían las
°nbes que formaban los vapores que desprendía
la tierra, y se ceñían al rededor del sol, semejando

una vistosa corona de ópalo, nosotros nos inter­
namos por entre las sombras del tupido bosqttc,
descendiendo por entre rocas cubiertas de musgo,
resbaladizas a causa de la humedad que han
dejado las últimas lluvias, hasta ganar el llano.
Por las senderos nos encoiitrábaiuos con las mu­
jeres que, madrugadoras, se dirigían al mercado
con provisiones de huevos, fnitas etc., llamándonos
la atención los aros de oro que llevaban en las
oreja.s, que agujereaban de mala manera.
Algmias nos saludan, iliciéndoubs: • Khublei,
Phadar * buenos días, Padres, y son las cri.slianas:
otras nos dicen: « Khublei sahep t buenos días,
europeos, o bien: « Khublei Babu * buenos días,
señores, saludos que usan las indígenas paganas.
Con la sola palabra « Khublei ». el pueblo Khassi expresa todos los saludos y cumplimientos,
para los cuales empleamos los europeos un cen­
tenar de variadas y elegantes frases. Ellos, lo
mismo si agradecen algún favor, como si piden
excusa, cuando revientan el pie del prójimo de
una pisada; tanto para dar los buenos días como
para desearos buena digestión o éxito feliz en
algún uegocio, se despachan con el jugoso vocablo
Khublei que abarca todos esos significados y otros
muchos que me dejo en el tintero.
Nosotros correspondemos al saludo cou la
misma palabra,-acompañada de una sonrisa y
algunas frases de sabor cristiano y de interés por
su salud y la de la familia.
IQué campo más extenso y mies t an bien dispuesta
ofrecen estos pueblos al fecundo apostolado del
misionero! jCuántos frutos cosecharían si pudieran
visitarlos con frecuencia!
Por fin llegamos al llano, sí bien debemas con-,
tinuar a través del bosque, cada vez más espeso.
¡Qué exuberancia de vegetadónl Troncos sreulares que extienden, como gruesos tentáculos, las
añosas raíces a lo largo de las rocas en fonnas
caprichosas de puentes, columnas, arcos etc.,
dando vida a numerosas plantas parásitas que
viven de su savia, y entre las cuales florecen deli­
cadas y vistosas orquídeas. Rocas desnudas,
carcomidas que emergen como hongos gigantescos
entre las sedosas hebras de hierba; musgos que se
arrastran por el suelo, mientras arbolitos vecinos
se elevan esciiálidos a bañarse de sol y respirar
en la altura la vida que les falta abajo; heléchos
arborescentes magníficos que conviven en armonía
con palmeras enanas, plátanos y pinas, por entre
los cuales discurren juguetones arroyuelos de
aguas límpidas, que se descuelgan a veces en pe­
queñas cascadas, y todo ello animado por mari­
posas de vivos colores, que vagan de flor en flor e
innumerables pajarillos que alegran el bosque con
sus variados gorjeos.

— 2o 8 —
N o parece sino que la naturaleza haya querido
reunir y agotar aquí todas sus galas y magnifi­
cencias, para inclinar el ánimo de estas gentes a
bendecir al Criador de tanta maravilla, al igual
<iue las bellezas de Italia elevaban en éxtasis de
amor a Dios al « poverello * de Asis.
En Nustah, villorrio perdido en la floresta, nos
salió al encuentro un venerable anciano que nos
saludó afectuo-sainente y nos introdujo en su
cabaña. Hace poco tiempo que se hizo cristiano.

productas de las Uanmas del Sylhet y de los montes
Khassis, pero está lejos de ser lo que era antes
del terremoto de 1897.
Su mercado es muy concurrido, y los habitantes
gozan fama de gente sabia y disciplinada, que
sabe manejarse en el comercio, v iv ir y gobernarse.
Las cabañas, hechas de arcilla amasada y bambú,
son muy monas y limpias; tienen su terracita, y
en derredor tma especie de pórtico que haceói
servir de comedor y resguarda, a la vez, del sol

/

1

Loa indigetiaa dol Assam ae divierten.

y ama a los misioneros con el cariño de un
abuelito. Su vestido, segiín costumbre del país,
consiste en una tela ceñida a la cintura.
Nos entretiene con charla cariñosa y amena.
Es el único cristiano del pueblo, pero tan observante
y bueno, que no bien sabe que a Laitkynsew ha
llegado el misionero, se pone a trillar el largo
camino para oir la santa Misa. L e dimas algunas
monedas, porque es muy pobre y no tiene a nadie
que le ayude, pues los demás le hacen el vacío
por haber renegado, segiln ellos, de la religión
de sus padres. Nos despedimos y continuamos
nuestro \-iaje. dos horas largas, siempre entre
bosque, Itosta llegar a Nonguong, imo de los tantas
casorios que pertenecen a la demarcación de Chella.

Etiqueta indígena.
H o y por hoy. todavía es Ckella im centro de
intportancia, tanto por las comunicaciones que
tiene con todos los pueblos de la comarca como
por el comercio, ya que a su plaza van a parar los

la habitación que usan para dormir. Todas ellas
están escalonadas a la vera del río, formando con
él calles paralelas.
Como sabían nuestra llegada, ya nos esperaban
dos jo\’encitos de nuestro orfanato de Shillong,
que hacía unos días estaban de vacaciones con
sus familias. Gozosos corrieron a nuestro encuentro
y nos acompañaron a una de las más hermosas
cabañas. Habían preparado tres sillas de bambú,
dos de ellas cubierta.s con blanquísimo lienzo que
debíamos ocupar los dos Padres misioneros y la
tercera sin él para el Wadar, uno de los cuatro
rangbah, autoridades, que gobiernan el pueblo y
que eligen cada tres años. Como puede ver, amado
Padre, era para nosotros un gran honor ser reci­
bidos y obsequiados por la primera autoridad del
lugar, donde no hay más que dos familia.s cristianas.
Cambiados los primeros saludos y ctunplidos,
nos sentamos los tres. A una señal del Wadar. d
patrón de la casa trajo el « iangduna • o pipa Khassi;
después de dar el Wadar una chupada, como
para probar si estaba en condiciones, y lanzar ai

— 209 —
aire una bocanada de humo, nos pasó la pipa a
nosotros, para que continuáramos la función,
lo exige la etiqueta de estas gentes, mostrando
con esto su amistad a los huéspedes.
Esta pipa y modo de fumar de los Khassi,
difieren bastante de las pipas y del fumar de los
europeos. L a pipa es ima nuez de coco que vacian
primero de-la pulpa y la hacen dos agujeros: imo
lateral, por el que se aspira el humo, y el otro
en la parte superior, donde ajustan im canuto

a lo cual, y sin escándalo ni faltar a las costumbresdel país, pudimos vemos libres de dar más vm lias­
en la boca a la nauseante papilla que, a pesar
nuestro, nos vimos obligados a triturar delantede nuestros huéspedes, y seguimos nuestro camino
a orillas del río, comentando y riendo lo sucedido.

¿ N o tendría un poco de agua?
Que el sol aprieta en este país nos lo dice, a.
más del sudor que nos gotea del rostro y los ves-

T iro de «re o , Aetam.

flue termina en un hornillo cerrado, de barro
cocido, en que meten las brasas de fuego y sobre
ellas esparcen el tabaco. A l aspirar, el humo del
tabaco desdiende por el canuto a la nuez de coco,
casi llena de agua, donde se purifica el hmno al
pasar, antes de que lo redba en la boca el que
ispira o chupa.
Pero no termina con esto el agasajo, pues aquí
en Chilla acostumbran ofrecer también Kvvai,
nna porción de coco ama.sado con no sé que sus­
tancias minerales, que presentan envuelto en
Itojas de una planta trepadora que se llama iympcw.
Al masticar esta especie de argamasa minerov^etal, de cuyo sabor no sabría que decir, la
^^oca se tiñe de rojo escarlata como si se estuviera
masticando minio, y huelga decir el trabajo que
cnesta engullir esto, que nosotros probamos para
no sentar plaza de mal educados, como los que,
asqueados, lo arrojan por los rincones de la estancia
en salivazos sanguinolentos. Cuestión de gustos
7 etiqueta indigenas.
El coloquio con el Wadar fué muy breve, gracias

tidos empapados como si los sacaran del agua,,
el traje adámico que usan estas gentes, que se*
asoman curiosas a las puertas de las chozas para
ver pasar los europeos, y los niños que se zam­
bullen con placer en las aguas del río, mientras
nosotros esperamos jadeantes a que retome el
vaporcito que debe conducimos a la orilla opuesta.
Por un pai, diez céntimos de nuestra moneda,
la ligera canoa, que apenas roza las aguas, nos
traslada a la otra ribera del Bengapani, nombre in d%ena del río, que significa mucha agua, afiuente
del río Surtna.
Mientras los compañeros de viaje descansan
a la sombra de unos matorrales de bambú, yo meUego, pisando arena caldeada que quema los pies,
hasta el próximo caserío Lyba.
L o componen unas cuantas cabañas, cons­
truidas a la entrada del bosque. A la puerta de­
una de ellas encuentro a un hombre, entrado en
años: es un protestante, fumando en pipa, queguarda la ca.sa. A su lado está tendido un perro,,
viejo 03mo él, que ni fuerzas tiene para ladrar..

Impelido por la ardiente sed y el-deseo de entablar
conversación con él, me decido a pedirle agua.
« Khubhi, buen hombre ¿no tendría para
darme mx poco de agua?
Se quita pausadamente la pipa de la boca, y
me pregunta con flema: ¿Quién eres tii? ¿de dónde
vienes? ¿a dónde vas?
— Soy un misionero católico romano — y, a
reglón seguido, di explicación a todas sus pre­
guntas. Quedó el hombre pensativo unos momentos
y. luego, con la misma cachaza, entró, sin decir
nada más, a la choza, sacándome a poco media
nuez de coco llena de agua. Bebí con gusto, agra­
deciéndole el gran favor que me hacía, y nos pu­
simos a charlar de varias cosas hasta que, por fin,
fuimos a caer, como era mi intención y deseo, en
el tema religioso.
— Oye, Padre, me contestó enseguida; yo
.soy Khassi, y como ves, viejo. N o tengo quien se
cuide de mi y necesito para cada día arroz cocido
y una taza de te, como deseo, sobre todo, (jue no
me falte tabaco para cebar la pipa ¿comprendes?
Por este- motivo me hice iwotestaute, pero si. tú
me das dinero, yo iré sin iixconveniente a oir tus
senuones, y tendrás xxno más en tu iglesia.
Me esforcé por rectificar sus ideas y hacerle
comprender que el misionero católico no compra
prosélitos con dinero, ni menos busca el dinero
para sí. Tan extrañas debieron parecería mis
razones, cjuc, mirándome de hito en hito y con
interés, me dijó: « ¿Ti'i dices la verdad?... ¿tix me
aseguras que no vienes en bu.sca de dinero? ¿tú...?»
Sin pestañear ni apartar de mi la mirada, más
interrogativa que sus palabras, me estuvo con­
templando tmos momentos, como absorto en
alguna idea vaga, y luego continuó: í Si tú dices
la verdad... si tu dices la verdad » — y, dibujando
una sonrisa en sus labios trémulos y apergami­
nados, añadió, con menos lentitud que la vez
primera: Oye, Padre, ¿quieres más agua? mira,
también tengo tm pedazo de coco, si lo de.seas... •
— y ya se movía ligero hacia el interior de la ca­
baña, para buscarlo. Se lo agradecí vivamente,
añadiéndole que no tenía gana y que le dejaba
con sentimiento, pues debía ir a reunirme con
mis compañeras, que me esperaban a orillas del río.
A la vuelta del sendero observé que me seguía
con la vista, y volvía a chupar de la pipa en la
misma actitud que lo encontré.
N o me cabe duda, iba diciéiido para mi, que esto
es también apastolado, y que, a la- corta o a la
larga, la rcnxiui.scencia de estas conversaciones,
fecundadas por la gracia de Dios y secundadas
por buena voUuxtad, pueden producir conversiones.

M is gemelos»
Repasamos el río por otra parte, y comenzamas
a catuiuar monte arriba por una pendiente rá­
pida y dificil. Muchas de las cabañas que encontraxtios en ruinas, las abandonaron a raíz del
espantoso terreuxoto de 1897 y a causa de la fiebres
que se desarrollan por aquí con frecuencia. Un
viejo que nos acompaña nos cuenta con aire de
tristeza el pasado esplendor de Chelín donde,
años atrás, había muchas y hermosas cabañas,

cuyos restos cubre hoy exuberante vegetación
salvaje.
Entretenidos con su cháchara, vamos escalando
poco a poco la cima, sirviéndonos de las bastones,
de las manos y hasta de las rodillas.
D e vez en cuando, descansamos á la sombra
de los árboles para tomar aliento, y a trotar de
nuevo a través de plantas de café y plátanos hasta
llegar a Mnwyyngkhong, y más tarde a Nongnong,
donde la caballerosidad y gentileza de nuestros
hiié.spedes nos había preparado buena comida,
a base de frutas sabrosas.
Pronto se reunió a nuestro derredor xxna ban­
dada de chiquillos que nos medía de pies a cabeza,
contemplando extrañados nuestras largas 3” po­
bladas barbas (por aqixí son todos lampiños), \comentando a su sabor nuestros gestos, ves­
tidos y demás. Acostxmibrados a tratar con los
niños, con cuatro palabritas nos ganamos su
confianza, qxie llegó casi a la amistad y cariño
cixando les dejamos mirar con los gemelos.
Había cine ver los aspavientos que hacían los
pobrecitos, y exclamaciones inocentes que se les
escapaban. Para ellos era algo así como magia o
milagro,
— ¡Mira, mira que cerquita está el río!... se
le puede tocar con la mano, y extendía instinti­
vamente el brazo. ¡Liengl las barquitas con hom­
bres... ¡oh como se mueven y hablan!... —
Y los gemelos pasaban de una mano a otra,
pues todos querían ver, y hubieran perdido xma
oreja para mirar por ellos. Das sorpresas se suce­
dían a luedida que descubrían casas nuevas, 3’
los niños nos miraban con respeto como a seres
sujxeriores que poseíamos maravillas, que ellos
jamás habían visto ni soñado.
Después qxie acabaron los ixiños, les tocó el
tumo a los hombres, a quienes les aguijoneaba
la curiosidad como a los pequeños, causándoles
las mismas sorpresas, si bien procuraban disi­
mularlas uu poco más.
¡Con qué poca cosa se puede a veces dar gusto
a las personas!

Improvisada escuela de canto.
Mientras todas comentaban satisfechos las
maravillas que se veían con los gemelos, un viejo
se acercó al mirador de bambú.-donde estábamos,
agitando un papel en la mano.
Era la traducción de la copla: t Virgen purísifuo.
oh dulce Pastora », que mandamos imprimir para
uso de nuestros huerfanitos, y que xmo de ellos
había traído xma copia a la aldea. E l viejo se
sentó a nuestros pies, empeñado en que le enseñáranxos la tonada. N o fué cosa dificil el conten­
tarle, porque, si biexx yo no lo hixbiera hecho, a
cansa de m i mal oído, estaba mi compañero, el
Padre Manuel Bars, que con su potente voz de
barítono los entuaia.<axxó hasta el punto de ponerse
todos, niñas y grandes, a cantar con él.
Debo advertir que los Khas.sis en general tienen
poca voz, yo lo atribuyo a debilidad, pues apenas
comen, en cambio, les favorece el oído, que es
finísimo, por lo cual aprenden los cantos c<»
relativa facilidad.

2 II —

Episodios de las misiones
La. vieja Teresa,
La v ieja Teresa era una pobre indígena de
!a Patagonia que v iv ía cerca de la residencia
principal de la Misión en miserable cabaña donde
se colaba el vien to y la llu via com o por su casa.
Se le había muerto el marido y íos hijos la aban­
donaron, sin duda por no poder •soportar las
exigencias de su genio avinagrado. D e carácter
raronil e independiente, se pasaba temporadas
alejada de todo consorcio humano, despreciando
orgullosa el trato con la demás personas. Sólo
cuando el hambre la aguijoneaba, se acercaba
a llamar a la puerta de las H ija s de M aría A u ­
xiliadora, para que la socorrieran.
Las buenas Hermanas, compadecidas de su
miseria y abandono, la recibían siempre con
caridad, complaciéndola en cuanto podían y
sobrellevando con paciencia las fogosas im perti­
nencias de su natural salvaje. Insensiblemente,
y sin que ella se diera cuenta, iban sembrando
en su naturaleza bram a semilla de dulzura y
buenos modos; le inspiraban nobles sentimientos
que rompían la ruda y refractaria corteza de
su corazón, y por eso algunas veces se mostraba
buena y hasta obsequiosa, si bien tom a b a luego
a sus bruscos modales y retraimiento.
ün día, era la fiesta de N avidad, mientras
la hermana sacristana adornaba el altar, se
acercó a ella y le dijo: — H o y quiero comulgar
yo también, porque es día muy grande. —
Pero ¿cómo quieres comulgar si son y a las nueve
y habrás almorzado? — N o , hermana, que estoy
en ayunas y no he probado nada, ni un bocadillo
siquiera. — ¿De veras que no has tom ado nada,
ni pan, ni leche, ni mate? — U n poco de mate
solamente, y amargo. — ¡Ah! ¿y el m ate no
rompe el ayuno? V aya, vete en paz, y otra vez
ven en ayunas, y estarás contenta.
Otro día se presentó a la Misión m uy triste y
lloriqueando. L a heraiana le preguntó: — ¿Qué
te pasa, Teresa, por qué estas tan triste? — Co­
cías graves, hermana m ía ,— y sed ió a gim otear
y lamentarse sin fin, pero sin d e d r nada de lo
que quería. — Pero dime, Teresa, ¿qué es lo
que deseas, en que puedo ser\'irte? — Desearía
Que le pidieras a la Superiora un vestido para
nú. Y o soy m uy pobre, y sé que la Madre es
muy buena para los pobres. — E fectivam ente
iba hecha un pingajo, pero p or desidia, pues
I^más echaba un remiendo ni se quitaba la
hasta que se la caía a pedazos. Se la pro­

vey ó de todo, y , de allí a poco, se presentó más
arregladita y lim pia que lo acostumbrado, con
deseos de confesarse y comulgar. L a capilla
estaba atestada de señoras y niñas que espe­
raban tu m o para confesarse. — Buena Teresa
esperaos aquí un poco hasta que llegue \'uestru
vez, le dijo la hermana. Tened paciencia: hay
que confesarse una a una.
— ¿Confesarse una a una? E so de ninguna
manera. Buenos días y quedad con Dios.
H e hizo ademán de marcharse. L a pobrecita
había entendido que debían confesarse nuitiiamente: una con otra, y mostró de tal modo su
extrafieza, que provocó no poca hilaridad.
L a hermana la disuadió de su mala inteli­
gencia y logró con buenas palabras calmarla y
hacerle esperar su tirrao, y llegado, se confesó.
— Y ahora ¿comulgarás,,Teresa?
— Sí, el P adre m e ha preguntado que cosa
v o y a recibir, y y o le he contestado que a Nues­
tro Señor Jesucristo, v^tdadero Dios y Hombre.
— M uy bien; ahora repite conmigo las ora­
ciones preparatorias, y procura, antes de recibir
la H ostia Santa, besar el anillo al Sr. Obispo.
— ¡Oh, hermana! ¿cómo v o y a presentarme
y o al Sr. Obispo, si soy tan pobre?
— Y a lo creo; el Obispo te verá satisfecho,
como Jesús.
Pero el pensamiento y preocupación del acto
que iba a ejecutar la trastornó y confundió de
tal manera, que la hermana tu vo que acompa­
ñarla, llevándola del brazo, y costó no poco tra­
bajo el hacerle abrir la boca.
Cuando vo lv ió a su puesto, toda temblorosa,
repetía llena de conmoción y entusiasmo:
— ¡Qué cosa linda me ha dado el Obispo! ¡qué
cosa linda!
— Reza ahora por tu alma, la de tus hijos,
y por todos los pecadores, insinuó la hermana.
— Pero ¿y cómo puedo y o rezar por los pe­
cadores, y o que soy tan mezquina, que he pe­
cado tantas veces- y tengo tan mal carácter?
— Sí, buena Teresa, reza y di al Señor
tod o lo que sabes, y el Señor, que es tan amable
y complaciente, te oirá y colmará de gracias y
bendiciones.
L a pobre v ie ja bajó la cabeza, que ocultó
entre las manos, y rezaba sin duda a la Virgen,
porque, de cuando en cuando, la levantaba
para m irarla fija. Se veía que en su alma, pu­
rificada p or la penitencia y santificada con la
presencia y gracia de Jesús, se operaba un combió radical. L a s tinieblas de la ignorancia que
la tenían sumida en noche perpetua, se alejaban
y disipaban con los resplandores del celeste
Esposo que se abrazaba con aquella pobre alma,
por tan to tiempo esclava del pecado.
Desde aquel día se h izo visible el secreto,



212

íntim o y continuo trabajo de la gracia en la
vid a de la viejecita, que, poco a poco, se despo­
ja b a de su brusquedad y aspereza y se h ad a
más amable y buena.
L legó el tiempo de los E jerd cios Espirituales
para las señoras e hijas de María, y la hermana
le dijo:
— Mi buena Teresa, pronto empezarán los
E jerd cios Espirituales y espero que también
til tomarás parte.
— ¿Tomar parte yo? ¡Santa María! Pero si
los ejerdcios están hechos para los ricos, y yo
bien sabes que soy pobre; además que m e abu­
rriría de oir tanto sermón. Vendré a oir la Santa
Misa y a confesarme, pero no a los ejerdcios.
L o dijo con tanta resolución, que la hermana
no se atrevió a insistir. L a altanería fué siempre
el lado débil de su carácter y , de vez en cuando,
tod avía dejaba ver algún relámpago de muestra,
Ivn efecto, no obstante las buenas reladones
«lue la unían a las hermspas, por no resignarse
a pedir alguna cosa, se pasaba, a veces, días
sin comer.
Una mañana llegó al colegio vergonzosa y
quejándose.
— ¿Cómo estás, buena Teresa?
__ Mal, muy mal, me duelen mucho los pies.
E l domingo anterior había caminado todo
el día descalza, a pesar de lo que había llovido
y el frío que h ada. L a hermana, que conoda
de sobra su extrem a miseria, le preguntó en
seguida:
— Dime, Teresa, ¿has comido ya?
— N o , hermana, te digo la verdad: no tenía
nada.
__ Y ¿ porqu é pasas tanto tiem po sin comer y
no nos lo dices? T u enfermedad no es más que
debilidad.
L a condujo al comedor para que matara el
hambre, y después le dió un hábito y un par
de botas que la confereiida de San V icente
tenía en reserva. Cuando la pobre v ieja se v ió
tan bien vestida, bailaba como una criatura
con zapatos nuevos. N o sabía como agradecér­
melo, y repetía:
__ A sí me vestiré para ven ir a Misa, y vendré
a menudo, porque m e gusta mucho y quiero
aprender bien las oraciones.
Y lo cumplió en verdad. L a caridad y la pa­
ciencia habían triunfado definitivam ente de
su arisco carácter. L a frecuencia de le » Sacra­
mentos m odificó sus malas inclinaciones, y
ella misma expresaba con acentos de conmoción
y fervor la dulzura que probaba al recibir la
comunión.
L a humilde flor de la pradería silvestre,,se
trocó, al contacto de la gracia, en lirio perfumado
de pureza y bondad, que, el Cardenal Cagliero



recuerda todavía, así como a otras muchas
almas, que los misioneros salesianos de la Patagonia arrancaron de los antros salvajes a la
plácida y risueña luz de la verdad.
J u a n B e r a r d i Pbr.
M isionero salesiano.

Además de la indulgencia plenaria diaria

e

indulgencia de 400 días, aplicables a las almas del
purgatorio que, según la última

concesión de

Pío X I, podemos lucrar, siempre que imamos a
nuestro

trabajo

cualquier

devota

invocación,

pueden ganar los Sres.'Cooperadores Salesianos,
cumpliendo los requisitos de costumbre, Indul­
gencia plenaria:
I® E l día que se inscriben en la P ia Unión.
2® Una vez al mes, a elección de cada cual.
3® Una vez al mes, asistiendo a la conferencia.
4® Asimisuio, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5® E l día que por primera vez se cinisagren
al Sagrado Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios esjñrituales
durante ocho días seguidos.
Adeníás. los siguientes días del mes de
El 6, Transfiguración de N . S. J. C.
s T5, Asunción de Ntra. Sra.
* 16. Fan Reque.

También pueden ganar otras muchas indul­
gencias plenarias y parciales, y gozar de varios
privilegios, como puede verse en el Reglamento
tí * Cédula de admisión a la Pía Unión », a 1»
cual nos remitimos.

: X 3 D >C

CULTO

de María Auxiliadora
Nós teaemos la persuasión de pue, ea tas vicisitudes dolorosas de los ti ’w
pos que atravesamoSf ao nos quedan más consuelas que los del Cielo, y sane
éstos, la poderosa protección de la Virgen bendita, qae toe ea todo tiempo e l
A u xilio de los Cristianos.
p io X.

^
^

©

El mes de las flores en el Santuario de Valdocco.
¡Cuán presto pasan las horas de cielo de acá
abajo!
Con sentimiento hemos visto clausurar el
hermoso mes de las flores, consagrado a cantar
las glorias de la Reina del cielo y Madre nuestra,
de María Auxiliadora.
Hubiéramos querido que durara por siempre,
que no tu viera fin, que nuestros homenajes y
alabanzas se enlazaran sin interrupción con los
obsequios y loas que le tributan los dichosos
moradores del paraíso.
Hemos gustado las- más puras alegrías; una
atmósfera de felicidad nos estrechaba con el
objeto de nuestro amor; el alma se impregnaba
de aromas de cielo al rededor de los altares de
María, y oleadas de gozo intenso inundaban el
pecho derritiendo el corazón que asomaba a los
ojos, desleído en dulces lágrimas.
|Es tan delicioso conversar con nuestra Madre,
descansar en su seno y recibir de sus labios
consuelos y consejos!
Hermoso sobre toda ponderación ha sido el
espectáculo que, durante este mes de mayo,
ha ofrecido el Oratorio, el pueblo de Turín, el
Piam ontey, por feliz coincidencia, Ita lia entera
que, con m otivo de la artística y religiosa repre­
sentación de la Pasión de Cristo, acudió a esta
ciudad, prostrándose de hinojos ante el mara­
villoso cuadro de la Virgen de Don Bosco, María
Auxiliadora, para ofrendarle en hermoso rami­
llete el perfume de su amor y piedad filial.
Ha sido una fiesta continua, una peregrina­
ción incesante de amantes hijos a quienes la
nostalgia de sus caricias maternales congre­
gaba en su Basflica de Turín, para entretenerse
en afectuosa comunicación, en delicioso trato,
en sabrosas pláticas con María, que los regalaba
eon el bálsamo de sus consuelos y santas aJegflas.

Centenares de sacerdotes llegaban a la cabeza
de su grey a colmar de flores sus altares, a sa­
turar el tem plo con el perfume de sus plegarias,
a desbordar sus corazones rebosantes de amor,
de religioso entusiasmo, de admiración y gra­
titud.
L o s niños, ángeles de la tierra, acudían a
bandadas a festejar a la imagen encantadora
que tantas veces habían contemplado en sus
inocentes sueños. ¡Cuán conmovedoras eran
sus plegarias, y entemecedores sus cantos! Un
suave estremecimiento hacía vibrar todas, las
fibras d e l corazón y arrasaba los ojos de du!ce.s
lágrimas. Los cá.ices de las frescas flores que agi­
taban en sus manos, se nos antojaban incen­
sarios llenos del aroma de sus puros corazones,
que ofrecían como primicias a la Reina de lo.s
ángeles del cielo. Y al lado del jardincito que
en derredor de la Virgen de sus amores im pro­
visaban las almas inocentes, perfuiftando el
ambiente con delicadas esencias ,1a penitencia
encendía los cirios del arrepentimiento. Todo
respiraba amor, trascendía a plegarias (jue el
ministro del altar um'a a las preces de la Iglesia
y ponía en manos de los ángeles para que, entre
nubes de incienso y armonía de cantos, las ele­
varan basta el trono de Dios que, a su vez, las
derramaba com o lluvia de fragantes rosas a
los pies de María Auxiliadora.
E l tem plo de nuestra Taumaturga era un
trasunto de d élo : flores, luces, cantos, plegaria.s,
su imagen radiante de belleza, arrebataban el
espíritu, enajenaban de gozo el corazón.
« Beata me dicent omnes generationes » cantó
un día nuestra Madre celeste en un transporte
profético, que h oy se realiza en estos conmo­
vedores espectáculos; ante estas religiosas mu­
chedumbres, aclamando a la Auxiliadora de
ios Cristianos, se explican los sueños misteriosos

i

214 —
del gran D on Bosco, apóstol de esta simpática
devoción; y el dulce nombre de M aría A u xilia­
dora, que la piedad más tierna pone en millares
de labios, resuena en nuestros oídos como ar­
monía celeste, como canto de gloria, como eterno
y divino poema de amor, santidad y ternura.
¡Bendita seas m il veces, Madre mía!

Solemoe homenaje a María Auxiliadora,
Digna corona de un mes de dulces emociones,
de afectos filiales y caricias maternas, fué la
solemnidad del día 24 con su imponente pro­
cesión, apoteosis gloriosa del entusiasmo reli­
gioso de este pueblo.
L o s tres sermones diarios, predicados con
unción durante todo el mes a centenares de
fieles, las continuas peregrinaciones que se su­
cedían, llevando a sus hogares fuego divino
que encendía los corazones en deseos de ir a
tributar .algún homenaje a la Virgen de Don
Bosco, los miles de niños que, aprendiendo
en los Oratorios festivos el amor y gratitud a
la Señora que inspiró al Venerable Padre el cui­
darse de los niños pobres, venían gozosos con
bandas de música a derramar su ternura y
reconocimiento en la venerada Basílica, en­
tonando un himno a las bondades de María,
caldearon los corazones, saturaron la atmósfera
de entusiasmos, dando lugar a las brillantes
fiestas del día 24, a las imponentes y conmo­
vedoras manifestaciones de amor.
Desda la víspera de la fiesta llenaba el templo
y la plaza de María Auxiliadora, convertida en
iglesia, inponente muchedumbre.
L a devoción a la M adonna di D on Bosco,
como aquí llaman a nuestra Reina y Señora,
es algo extraordinario; la siente todo el pueblo,
celebran su fiesta hasta en el mercado público,
donde verduleras, floristas, pescaderas etc...
la entronizan durante el mes de M ayo en un
altar de flores, desde el que atiende con maternal
sonrisa las cuitas de esas pobres almas que bre­
gan un día tras otro para procurar el pan a sus
hijitos.
L a noche del 23, la Basílica semejaba un pa­
raíso. A l exterior, inflnidad de bombillas eléc­
tricas, siguiendo las líneas arquitectónicas de
la fachada, cúpulas y capiteles, disipaban las
tinieblas y formaban un conjunto fantástico
que el pueblo contemplaba encantado, mien­
tras la banda de música del colegio ejecutaba
escogidas piezas. E l interior era un foco de luz
que reverberaba en las preciosas colgaduras
de oro, que casi tapizaban las paredes, y en los
artísticos festones, cuajados de estrellas que
fulguraban cual diam,antes, adornando visto ­
samente los arcos y el cimborrio.

E l gentío inmenso que durante toda la noche
se'renovaba, nos recordaba las mariposas qse,
atraídas por los reflejos de la luz, aquí eran las
sonrisas de María, revoloteaban en su derredor,
quemándose las alas, mientras a los pies de la
V irgen eran los corazones los que se encendían
y abrasaban.
Im posible describir el entusiasmo y emoción
que se apoderaba de los fieles. Unos rezaban
el rosario en v o z alta, pasando cuentas y más
cuentas por varias horas y de rodillas, sin dar
señales de cansancio. Otros entonaban coplas
que seguían todos, porque todos necesitaban
desahogar el corazón que rebosaba de amor,
y no pocos se deshacían en lágrimas de ter­
nura más preciosas que las perlas.
D e este modo y sin sentir el sueno y el can­
sancio, que parece que los ángeles ahuyentaban
con el suave batir de sus alas, llegaron a la
media noche. L o s ministros del Señor comen­
zaron el Santo Sacrificio, que no se interrumpió
en quince altares hasta el mediodía. Jesús se
desprendió de los brazos de M aría para saciar
con sus carnes inmaculadas a miles de peregrinos
que se acercaban al banquete eucarístico.
Y o no se que pasó más, porque conmovido
ante el hermoso espectáculo de seis sacerdotes
que distribuían sin cesar la comunión, se me
nublaron los ojos de lagrimas y el resto lo pasé
soñando con el festín que se celebraba en el
cielo, hasta qup las celestes melodías del « corona
aurea », cantado por más de quinientas voces,
me sacaron de mi distracción. Bellísima fué la
composición, solemne la misa de pontifical: la
muchedumbre no cabía ni dentro ni fuera de
la miesia, y a que la plaza de M aría Auxiliadora
er¿run mar de cabezas.
Tam bién a Don Bosco, prom otor de este
m ovim iento religioso, le tocó su parte. L a hu­
m ilde alcoba, donde viera en sueños estas ma­
ravillas que acrecientan nuestro fervor, se rió
frecuentada todo el mes. Parece que María
Auxiliadora se complacía en inspirar ese deseo
a los peregrinos que acudían a sus plantas.
P o r la tarde, y después de las vísperas so­
lemnes, se organizó la procesión que cerró con
broche de oro el hermoso mes de bendiciones
y consuelos, de fiestas conmovedoras, llenas
de encantos. Cuantos la presenciaron afirmaban
concordes que fué un verdadero triunfo.
L o s niños formaban en ella numerosos, no
faltando quien la calificara: la simpática pro­
cesión de los niños; lo cual no es de extrañar
si se tiene en cuenta que hoy, como en los tiem­
pos en que Jesús cruzaba las comarcas de Ga­
lilea y recorría las calles de Jerusalén, los niños,
flores de inocencia, se acercan p or instinto,
como las mariposas a las flores a que se asemajan.

a las fuentes de donde toda inocencia procede,
que son Jesús y María.
Crecida era tam bién la representación de
los estudiantes de universidad, con su bandera
e insignias que distinguen a las diversas faculdades. Muchos los círculos de jóvenes, de obreros,
de padres de fam ilia que trem olaban sus ban­
deras en hom enaje de María,
Detrás del numeroso clero, de los Superiores
Capitulares de la Congregación Salesiana, del
Obispo de Alejandría, vestido con capa pluvial
y mitra, apareció M aría A uxiliadora como una
visión, colocada en trono dorado a que ser\n'a
de peana una magnífica carroza triunfal, cua­
jada de luces y de flores, convertida en un Tabor
del que no era fácil apartar la vista.
Pajedtos vestidos a la antigua española,
formaban su corte de honor y esparcían flores
a su paso. Das calles del recorrido estaban en­
galanadas, y a lo largo, en las aceras, se agol­
paba y apiñaba la muchedumbre, ansiosa de
contemplar y saludar a María.
Aplausos entusiastas que ahogaban los can­
tos reli^osos y las potentes notas de las bandas
de música, anunciaban la llegada de la Virgen.
Muchas madres levantaban en alto a sus hijitos .que, por encima del m ar de cabezas, aplau­
dían y sonreían inocentes a María Auxiliadora.
Otras los ponían de rodillas y les a5*udaban a
hacer la señal de la cruz, que muchas veces
no acababan, porque los niños prorrumpían
en frases, que eran gritos de admiración: Guarda
la Madonna, maninia: guarda, che bella! Y María
Auxiliadora pasaba bendiciéndoles a todos, ben­
dición que los hombres recibían descubriéndose
respetuosos y las mujeres inclinándose en de­
votas genuflexiones.
Cuando la triunfal carroza llegaba de re­
tomo a la Basílica, oscurecía, pero el templo
estaba hecho una ascua de luz. E l espectáculo
final, grandiosa apoteosis del día, conm ovió
sobremanera. Las campanas saludaban con
voltear precipitado, el órgano, tocado por mano
maestra, desgranaba una cascada de acordes
melodiosos que sacudían las fibras y hadan
ríbrar hasta las bóvedas sagradas, el pueblo,
ebrio de entusiasmo, entonaba himnos en derredor de la imagen que les sonreía gozosa, mien­
tras el anciano Cardenal R ich elm y salía pre­
cedido del d e ro a darles la bendidón con S.
D. M.
Aquel momento no es para descrito. A un
toque de atendón, la apiñada multitud que
cubre la plaza se postra de hinojos para red b ir
^ bendidón de Jesús, que agradece los obseqmos que tributan a su Madre. A m i se m e an­
tojaba que la Basílica era el trono luminoso
^ue Jesús tiene en el délo, a donde la Virgen

conducía la m ultitud de sus devotos a recibir
el premio de sus trabajos en la vid a y que Jesús
salía gozoso-a redbirlos.
Con vítores y aplausos se despidió el pueblo
devoto de María, mientras E lla entraba majes­
tuosamente en su alcazar; pero ni los aplausos ni
los vítores ocultaban la honda pena de que ter­
minara un mes de tantas em odones, una fiesta
que deja en el alma recuerdos tan profundos.

ClUDADEi,A {España). — Teniendo entre manos
un asimto para nú de gran trascendenda, pues
de su solución dependía mi pon euir, acudí a María
Auxiliadora con una novena, pero la Virgen pareda no querer escucharme. H ice otra novena
poniendo por intercesor al Vble. Don Bosco, y
¡ oh bondad de María! todo se resolvió favorable­
mente. Poco tienipo después surgió ima nueva
dificultad, y acudiendo de nuevo a María Auxi­
liadora y a su siervo D. Bosco, quedó también
en breve resuelta.
En agradecimiento a tanta bondad de María
Auxiliadora, publico estas gradas como entonces
lo prometí.
J. A.
CruDADELA {España). — Sufría mi hijo Luis
una enfermedad de carácter nervioso muy alar­
mante, la que me obligó a llevarlo a Barcelona no
obteniendo muy satisfactorios resultados. Acudí
a María Auxiliadora, prometiéndole una Mi.sa,
im T e Deum, visitar su Santuario todos los días
durante un año y asistir a sus procesiones mien­
tras no estuviera imposibilitada. Estando al pre­
sente mi Luis completamente restableddo, fUy
gradas a la Virgen Auxiliadora y estoy cumpliendo
gustasísima mis promesas.
Bá r b a r a Cordero .
Ga e d a r {Canarias-España). — Habiendo caído
mi hija gravemente enferma, llegó hasta el extremo
que ya todos la creimos muerta. Acudí con fé viva
a María Auxiliadora implorando la curadón, con
promesa de publicar la grada en el Boletín Salcsiano y enviar 50 pesetas de limosna, y como por
milagro mi hija recobró los sentidos, mejoró, y hoy
la tengo completamente sana.
Agradedda cunplo la promesa, para que otras
muchas madres puedan encontrar en María Auxi­
liadora. el remedio a sus penas.
Caraien Sán ch ez .
H uesca {España). — D oy gradas a María Au­
xiliadora por el siguiente favor: E l año pasado
cayó gravemente enferma m i hija con fuertes do­
lores que la tenían en im ay continuo.

216

L a visitaron los médicos y me dieron.pocas es­
peranzas.
Acudí a María Auxiliadora para que la salvara,
prometiendo celebrar una misa, e inmediatamente
se le calmaron loa dolores y qtiedó completamente
restablecida.
Agradecido, ciunplo mí promesa, la cual hago
pública con m i reconocimiento en el Boletín Salesiano.
I,EÓN RurÉRKZ.
H uesca {Espafia). — Habiendo recibido de
María Auxiliadora una gracia señaladLima, hago
público mi agradecimiento e invito a todos a re­
currir en sus necesidades a tan bondadosa Madre.
NlCObASA RoiG.
I.LAGOTERA [España). — Dña. Paulina Cas­
tellón enfermó de tanta gravedad, que los médicos
destSjícrahan de poderla salvar.
La faiuilia, llena de confianza, acudió a la Sraa.
Virgen Auxiliadora en demanda de la curación,
que la buena Madre concedió.
Con extrañeza de los médicos, hoy se encuentra
l»ien y envía una limasna para las obras de Don
liasco, en agradecimiento al favor recibido.
P. C.

por lo cual tuve que pasar a Ceuta. Pero como tar­
daran dos meses en concederme el traslado, mejoré
bastante en el hospital, por cuyo m otivo la co­
misión me concedió dos meses de licencia a mi
casa, pero no me declaró inútil.
E l primer mes lo pasé sin novedad, mas al se­
gundo, se repitieron las hemorragias con los mismos
síntomas alarmantes, lo que me dió la convicción
de que la nuerte estaba próxima y sucumbiría tu­
berculoso, cosa que me mortificaba m ucho.
N o sabiendo que hacer ni a que remedio reexurrir
ya, acudí a Domingo Savio, a quien empecé una
novena y prometí publicar la gracia en el Boletín
Salesiano, además de xxna limosna si me curaba.
H a pasado tm año desde aqxiella fecha, durante
el cual no he vuelto a padecer nixigún síntoma de
la maligna enfermedad que me perseguía, por lo
cual doy rendidas gracias a Domingo Savio.
I. S. A.
ViETAGATOS [España). — Librado de im gra­
vísimo peligro por intercesión de la Virgen y del
Vble. Don Bosco, hace público su agradecin ieiuo
y envía xma limosna para la Obra Salesiana.
Jo.sÉ M. Combarros Pbro.

A r g e n t in a . — L a señora M. L . A . de B. ruega
se publiquen en el Boletín las .sigmentes gracias:
M a d r id {España). — E l alumno interno de las
Por la operación felicísima de apendiciiis que
Escuelas Profesionales de esta Corte, Alejandro
sufrió su hermana, sin sentir ni siquiera los efectos
Seco, venía sufriendo una ostio-melitis que re­
del cloroformo, dejando en pocos días la can:a.
vestía caracteres bastante alannantes. Habían
Por haber salido la que suscribe, mientras ope­
tratiscurrido varios días sin que se resolviera la
raban a su henuana, de un fuerte ataqixe o concnfcnuedad, cuando acudió el enfermo a María
Auxiliadora, aplicando una reliquia del Vble. , gestión cerebral que, a no ser por gracia de la
X’irgen, el médico lo daba como desesperado.
Bosco en la pierna afectada, y cual no sería la
Y por xiltinio, por haber logrado superar las
alegría de todas al contemplar el médico imnediaserias dificultades que, por más de cuatro años, los
tanieiite la resolución favorable de la enfermedad.
Por ello damos las más rendidas gracias a nuestra , tuvo en con inim congoja.
Da por todo rendidas gracias a María Auxilia­
Madre Auxiliadora.
dora, a quien pide siga protegiéndola.
.
E l D/nr/iif.
M. L . A . de B.
M a T.\ró [España). — Agradecido a María Au­
xiliadora por haber ganado la Cátedra de Lalíu
B uenos A ires [Argentina). — Me hallaba gra­
del Instituto de Barcelona, envío una' limosna.
vemente enfeniia. Pasaban los días y yo no podía
E ustaquio E c h a u r i .
reconciliar el sueño, por más qxxe el médico me
aconsejara ciertos medicamentos, que de poco me
ser\-fan. Antes de tomar otras medidas, decidí
U n favor de D omingo Sa v io .
ofrecer el importe de una consulta médica a
Jlaría Auxiliadora y publicar la g acia en el Boleíij:
T k TI'A n {.^Irica-España). — Encontrándome en
Salesiano si la salud me venia otorgada. Hn
el servicio militar, y a las i8 mese.s de haber in­
efecto, esta buena y celestial Madre no se hizo
gresado. fui atacado fuertemente de Sarampión,
suplicar por mas tiempo, porque casi al instaot*’
eufennedad (ino me tuvo uii mes en el liaspital.
encontré grande mejoría. Llena de fe, doy g^al;ia^
Salí de allí bastante débil, con tos persistente y
a Dios y a María Auxiliadora, cumpliendo a la
dolorc.s al costado izquierdo que no me dejaban
vez con m i promesa.
descansar. A los pocos días tuve hemorragias de
(X a u d ia B. de R odr I cuEZ
sangre por la boca, que fueron en aumento
por S dia.s, hasta llegar a ser diarias. La seriedad
TOSOUITA [Argentina). — Cimiplo con la proroesx
del caso me tenía preocupado y más recordando
hecha de enviar una limosna para los huerímitos.
<pie, a raíz de la pulmuuín que padecí el año an­
en agradecimiento a los favores recibido-s de Mana
terior, tuve las mismas hemorragias.
Auxiliadora, por intercesión del Venerable Don
Enfenuo y falto de ánimo me presenté al fa­
Bosco, y de publicarlo en el Boletín Salesiano.
cultativo quien, después de detenido reconoci­
Con la satisfacción de haber sido cobijada bajo
miento, propuso presentanne como inútil, ya que
el manto maternal de tan augusta Madre y ^
90 desarrollaban los principios de tuberculosis,

cumplir como hija devota, deseo sirva de ejemplo
a los lectores para que se animen a recurrir a la
\'irgen en sus aflicciones.
M a r ía L . d e P e r a l t a .
Buenos A ir e s (Argeniiua). — T e doy m il gra­
cias, Aladre mía, por los favores que acabas de
concederme, después de haber recurrido a t í por
mediación de Don Bosco y Domingo Savio.
Una vez más he comprobado que no se recurre
a Tí en vano. Sigue protegiéndome. Madre mía.
Una Cooperadora.
JCíOTEPE {Nicaragua). — E l año 1913, nuestra
querida madre fué víctima de una cruel y dolorosa
eofcrmedad, a consecuencia de ima infección y
tuvo que someterse a la interv'ención quinirgica.
No habiendo resultado bien, tuvieron que operarla
de nuevo, y, como a pesar de los remedios no se
cerrara la herida y continuara la infección, nos
aconsejaron operarla por tercera vez, si es que
queríamos conservarle la vida. Como la operacúón
se presentaba peli^osa por el estado sumamente
delicado de la paciente, recurrimos a María Auxi­
liadora, suplicando devolviera la salud a nuestra
madre, favor que publicaríamos en el Boletín Sasiano, y enviaríamos una limosna para- su culto
de Turín.
Felizmente la Virgen escuchó nuestras súplicas,
pues aunque la herida supuró por más de un año,
d^pareció la infección, con asombro de los mé­
dicos, y, por fin, recobró la salud.
Rogamos se haga público nuestro agradeci­
miento.
B e n ic io P érez y hermana.
Gran ad .^ (Nicaragua). — Encontrándose gra­
vemente enferma mi hija Esilda, prometí a María
Auxiliadora que haría público el favor que le pedía
de otorgar a la paciente la salud; y habiendo reci­
bido la gracia solicitada, la proclamo, reconocida
vez más a María Auxiliadora por su bondad
infinita.

Esir.DA V. V. de ARGui-;r,r.o.
Gr.\n a d a (Nicaragua). — Se me presentó una
infianiación en la garganta, y, consultados los faculutivos, me dijeron se trataba de inflamación
seria, lo que me afligió muchísimo.
A buscar consuelo acudí a María Auxiliadora,
y la buena Madre se encargó de que pronto desa­
pareciera el peligro.
Hoy me encuentro bien y hago púbhco mi agradecüniento.
MARIA C. AI.E.MÁX.
Giu x a d a (Nicaragua). — Para ir de Pluefieldes
■ la c- sta norte de Honduras, me embarqué en
naa bar :a de vela. En alta mar, cuando estábamos
a unas So millas de tierra, se rompió el mástil y
•ln^air.r.5 a merced de las olas.
ÍOK. a por aquellas aguas no pasan buques, el
^pitán decidió ganar tierra en im bote, acompaci-j c-iros dos, para buscar auxilio. A poco de

alejarse, el mar empezó a moverse, con peligro de
que el capitán naufragara y nosotros pereciéramos
en la barcaza. Me encomendé a María Auxiliadora
de corazón, y a los siete días volvía el capitán con
un vaporcito para remolcamos.
D oy a María Auxiliadora las más rendidas gra­
cias.

M a n u e l Ce n te n o .
P oquitos (Uruguay). — Una hija mía, enferma
de congestión, estaba tan grave, que habíamos
perdido toda esperanza. Acudí a nuestra Madre
María Auxiliadora, ofreciéndole una Misa en su
altar de los Salesianos de Las Piedras, una limosna
para lo Obra del Vble. Don Bosco y la pubhcación
de la gracia. ¡Qné bondadosa es Maríal Iiuncdiatamente comenzó la mejoría, y hoy mi liija no se
cansa de alabar a su Salvadoral
Poco después, caía en cama mi esposo con un
dolorosísimo reumatismo ciático, rebelde a todo
remedio. De nuevo María Auxiliadora acudió so­
lícita a mis súplicas, y sanó el enfermo.
P a u l in a B. de St r a z z a r in o .
^ L-^S P ie d r a s (Uruguay). — Agradecida a la
Sma. Virgen Auxiliadora, cumplo con la promesa
de publicar en el Boletín Salesiano la solicitada
salud de mi esposo, el cnal, contra su esperanza,
ha podido volver al trabajo.
Reconocida a este y otros favores, mando ce­
lebrar una misa y envío una limosna, ajustada a
nuestra modesta po.sición,
R osa P. de R ossetti .

Dan también gracias a Alaría Auxiliadora.
Ahnodóvar (España). — Dña. JoaquinaMartínez.
por gracia recibida y envía limosna.
Picazo (España). — Dña. Dolores Ayii.so y
manda limosna para una misa.
Vigo (España). — Dña. Victorína Rita, por
gracias recibidas y envía 25 pesetas. D. P. por
el favor señalado de recuperar la .salud y envía
hmosna de 25 pesetas.
Buenos Aires (Argentina). — Dña Emilia G.
de Roselló hace público su agradecimiento por
grada redbida.
Caracas (\'enezuela). — Dña Isolina de Martmez por haber conseguido un favor para su her­
mano; Dña Isabel H . de Rodr^uez y Dña Isabel
Dolores R o d i^ u ez por varios favores.
Jimotepe (Nicaragua). — Don Tiburdo Gómez,
por haber sanado de una enfermedad crónica.
Comayagüela (Honduras). — Dña Josefina
Coello da rendidas gradas por muchos favores;
Dña Rafaela de Avellano, agradece a María Auxi­
liadora su protecdón maternal.

■o

eFiesta de María Auxiliadora en Madrid.
Con j;ríui solciimídad se celebró el 24 de mayo
In iu-sta de María Auxiliadora en el colegio salesiano de Madrid, Uoiida de Atocha.
Desde el 24 del pasado abril se venían celebrando
cultos en su honor, y últiiuaiiienle nn no\enario,
<[ue era muy concurrido, y durante el cual el re’ -eremlo don Julián Ma.sana, director de la casa,
expuso las excelencias de la obra de Don Bosco.
K1 día de la fiesta, por la mañana, hubo una
concurrida misa de couumión, en la cual reciliitTon el Pan de los Augelcs cerca de un millar
fie personas. Cuarenta niños de las Escuelas Salesiaiias hicieron en estas fiestas su primera co­
munión. A las diez y inedia fuá la mi«a solemne,
cu la que ofició el abreviador de la Rota, don D o­
mingo Sánchez Reyes, predicando el Magistral
de CNta Santa iglesia Catedral, señor. \ áz([ucz
Cumarasa. A la una se celebró un banquete, y i)or
la tarde, a las seis, se sacó procesioualmente por
las calles del barrio la imagen de María Ausiliaílora, colocada en una artística carroza.
l.os invitados a las fiestas estuvieron por la
tarde admirando las obras del nuevo teatro que
los Salesianos están con.struyendo para sus fiestas,
capaz para más de 3.000 personas, cabida que les
e> necesaria, pues sólo en el Oratorio festivo tienen
más de t.oon niños. También se está construyendo
nn nuevo edificio con deslino a seis de los grupos
escolares con que cuentan.
BARCELONA (España). — Congreso de las Com*
pañias de los Colegios Salesianos.
ICi ejemplo cunde. 'Siguiendo las huellas e ini­
ciativas de los entusiastas jovencilos de los co­
legios salesianos de la República Argentina, los
niños que forman las compañías de loa colegio^-,
salesianos de líspaña, se reunieron en Barcelona,
Alicanle y Madrid para, al igual de sus compa
ñeros de allende los itiarcs, estudiar los medu's
conducentes ul {loTecimieuto de las luLsmas. l ’or
ha!)erse pcrdhlo sin duda la hermosn relación
síntesis de cnanto en ellas se había deliberado, no
nos «."S posible dar a conocer eit osle uúmírc dxl
lioletiti a nuestros lectores las inlcrosaiites con­
clusiones acordadas y solemnes fiestas celebiadas
iHin iKasión de dichas reuniones.
A juzgar jxir los encomios de alguno de los
es]>cctadores y fotografías que nos mostró, mer-.'ccu un cahmvso aplauso los organizadores de
esas asambleas y cuantos cu ellas laboraron,
aplauso qilo nos complacemos en tributar.
BAHÍA BLANCA (Argentina). — Segnodo congreso
dti Corazón de Jesús.
En Icxs días testivos que transcurren desde el

24 de Mayo hasta el 10 de Jimio del presente año.
se realizará, en Bahía Blanca, el .segundo congre.so
Salesiaiio del Sagrado Corazón de Jesús. La Ben­
dición del dignísimo prelado diocesano, Mr. Albeni,
la adhesión entusiasta del limo, y Rmo. Sr. Nuncio
Apostólico, de las Umos. Rmos. Obispos de la
República Argentina, Cliíle, Uruguay y Paraguay,
a las que- seguirán la bendición del Padre Santo,
Pío X I y las adhesiones de Emmos. Cardenales
y Rmos. Obispos de Italia, aseguran pleno éüto
a este Congreso, que será edificante en .su reali­
zación y fructuaso en sus consecuencias.
La distribución de los temas y Asambleas, se­
gún el programa que tenemos a la vis.a, será !a
s guien, e:
Temas del congreso— I «S in ile panúüos... Ins­
trucción religiosa y educación cristiana de la
Juventud. (Catecismo, Oratorios Festivos, Com­
pañías Religiosas, Círculos Juveniles etc.) —
II . « La madre en el hogar «, Peligro de la niña en
el mundo. E l afecto al hogar. Devoción Práctica
al Sagrado Corazón de Jesús, Asociaciones, L¿s
Madres de familia. — I I I . * Venite ad me omnes »,
Jesús en la familia y en la Sociedad. L a familia
.rin Dios, Dios debe tornar a la .sociedad, Los
padres de familia. — IV . « Messis quidem multa: ♦
E l Sacerdote, L a Obra de las Vocaciones ecle.•íiásíicfus, E l Sacerdote en la reconstrucción social.
Las Misiones — V . Promesas del Sagrado Corazón
de Jc.sús.
Orden de las asambleas y funciones sagradas —
I,a.s íunciones sagrada.s se verifican en u 'leu,pío
del Sagrado Corazón de Jesús, Las Asambleas v
actos públicos en el Teatro Colón.
Mavo 20, Peregrinación al Santuario de' I'ortin
MerccíU'S — Mayo 24. Itiauguración del Congreso.
— Por la mañana, Solemnes funciones sagrada*:.
Primeras comuniones. Por la tarde, Sokiime
procesión y discurso inaugural. Seguidamcnie
reunión plcnaria de las diversas comisiones. —
Mavo 27. Por la mañana. Comunión General de
niños y Consagración al Sagrado Corazón de
Jesús. Por la tarde. Asamblea general, 1 Tema. Maj’O 31. Por la mañana. Adhesión dcl Congreso
a la Solemne Procesión Parroquial del CorpusPor la tarde. Asamblea I I Tema. — Junio 3.
la mañana. Comunión General de la Asociación
Padres de familia, E x Alumnos, Asociachín de
San Jasé, Guardia de Honor y Archicofradía de
María Auxiliadora Por la tarde, Asamblea lH
Tema, a las 17,30 horas, comienza el solemne
octavario. — Junio S. A las 17,30 horas. Hora de
adoración, \* Tema, promesas del Sagraiio Co­
razón de Jesús. Por la tarde. Procesión.
(ieneral. I\‘ Tema. CIau.snra del Congreso.

— 219 BUENOS AIRES (Argentina). — La distribución
de premios en el Colegio León Xlll; el acto es de*
dicado al Excmo. Sr. Nuncio. Una colecta para los
bambientos de Rusia.
l\l día 21 del mes de Dicieuil^re efectuase la
repartición de premios, de fin de curso, a los
alumnos intenios y externo? del Colegio I/eón X I I I .
El acto fué imponente; en uno de los grandes
patios del colegio levantóse el estrado en el
cual los pequeños artistas y cantores desarrollaron
el interesante programa; delante del palco, grandes
mesas contenían ios premios y diplomas de los
nuniero.sos alumnos que se habían hecho acree­
dores a eUas, y adornado por las insignias Argen­
tinas y del Papa aparecía esbelta la figura de
S. S. Pío X I.
Presenciaron el acto: v^u Sn'a. Tima, el Sr. Nuncio
Apostólico en la Repiiblica Argentina, JIonseñor
Juan Beda Cardinale, acompañado por SuSría.
lima, el Sr. Auditor Monseñor Maurilio Sih'ani,
por el Rdm o Padre Inspector, Don Valentín Bonetti, el Sr. Cura Párroco, R do P. José Da.sina,
la Presidente en ejercido de la Comisión de las
Cooperadoras, Sra Ana B. de Lacroze; la Tesorera
Sra. Celia Lapalma de Emery, que e.s también
inspectora ad honorem del Departamento N a­
cional de Trabajo; y la.s consejeras de la misma
comisión, Sra. Mercedes BuUridi de Casares v
Sra. Filomena Devoto de Devoto; numerosas
representadones del Clero secular y regular y
ima escogida concurreuda de familias de Coo­
peradores y padres de los almnnos, que hacían
estrecho el más que espacioso patio.
El acto fué dedicado al Excmo Sr. Nmicio de S. S.
en la República Argentina, Monseñor Juan Betia
Cardinale, que desde poco tiempo, alegraba con
su presencia nuestro País.
Abierto el acto con el Himno Nacional, coreado
por los seiscientos almnnos, acompañadas por
la Banda del Colegio, un almnno artesano, en
brillante discurso pronunciado en la annoniosa
lengua de Dante, saludó al Excmo Sr. Nuncio,
llevando el pen.sainieulo y el corazón de la con­
currencia al Padre comiín de los fieles, de (luicii dijo:
« ... Los salesianos tienen por objefivo especial
sns;ener la autoridad de la Santa vSede donde
quiera .se encuentren, dondequiera trabajen, como
recomendó el \blc. Don Basco en el punto de
muerte... *.
Siguió luego en perfecto orden el de.sarrollo
del escogido programa anunciado, haciéndose
luc.^o entrega de los premios a los alumnos estu­
diantes y artesanos.
La comisión de Ex-alumnos, por su parte,
«•lorgó, según costumbre, rma medalla de oro al
mejor aliumio artesano que comenzó y concluyó
felizmr-nte su aprendizaje en el C o l ^ o y al mejor
externo estudiante, que en las mismas condiciones
concluía sus estudios.
Las beneméritas Damas Cooperadoras: Sra. F i­
lomena Devoto de Devoto, Ana B. de I/acroze y
Maganini de Lacavera, otorgaron premios en
efectivo a los tres mejores oficiales salidos este
r’.c nuestros talleres.
En ‘os entreactos, im g r u j» de alumnos efectuó

mía colecta a favor de los niñas hambrientos de
Rusia, cuyo producto fué puesto en manos del
Excmo Sr. Nimcio, para que a su. vez lo remitiera
a S. S. el Papa Pío X I . E l entusiasmo de las niños
superó toda expectativa, pues fieles a la in.sinuacióu del Papa, efectuaron y cooperaron con
verdadero celo a la colecta, por los cpie aíéctuosaiiiente llamaban: « nuestras henuanitos Inmibrientos de Rusia »... en tal forma, <juc, aniá.s ilc
las palabras de encomio y alahanzu, merecieron
las siguientes líneas ele Su Sría, el Sr. Nuncio, que
mientras' agradecemos, trunscribimos y liailucimos literalmente;
N u X C l.\ T rH .\ .\l>nSTÓT.ICA

Bri:Nos Ami-s.
N. 346
Buenos Airrs - 29 iJhiemhre 1922
Rdo Padre Dirctor
A l acusar recibo de la Letra de Cambio N®. 20^36
del Banco de la Nación Argentina, con el cual se
ha complacido envianne liras dos mil, que los
huérfano.s y niños de Don Basco ofrecen al Padre
Santo para los mños hambrientos de Rusia, le
expreso. Señor Director, la más v iva gratitud y
satisfacción que siento al ver como los alumnos
estudiantes y artesanos de ese colegio han corres­
pondido con su óbolo caritativo a las piadosas
mentaciones del Sumo Pontífice.
Me es pues grato enviar a Vd, $r. Director, a
los hermanos y a todos las alumnos mi paternal
bendición.
Ju.\N B e d a .

Arzobispo de Chersona
Nuncio Apostólico
Los niños, agradecidxis al Sr. Nuncio y sa­
bedores, por las relaciones que trae el Boletín
y las correspondencias de los .salesiano.s estable­
cidos en aquellas regione.s, de la precaria .situa­
ción de los niñee rusos, y en el de.seo de coo­
perar con su pequeño óliolo a la promesa (jue hi­
ciera el Sumo Pontífice dr .aliviar tanta indigencia,
continuarán con entusiasmo creciente sus jicqueñas colectas, que <-.speran colocár bien pronto
en manos del Padre Santo.

COMODORO RIVADAVIA (Argentina).
Los Sa»
lesianos ofrendan una medalla de oro al Presidente
de la República.
En los primeros días del mes corriente, obtu­
vieron audiencia del Presidente de la República,
los doctores Campos Urquiza y Sojo, presidente
y secretario respectivamente de la comúsión de
fiestas constituida a bordo del Cap. Polonio en
.cu tercero y último crucero por los mares del Sud.
E l m otivo de la entrevista con el primer magis­
trado, era hacerle entrega de tina medalla de oro
que, por intermedio de esos caballeros, le fué
ofrecida por la Congregación de los Padres Salesianes, radicados en Comodoro Rivadavia, con
m otivo de la colocación de la piedra fundamental
del templo ijue, en ese pueblo, erigirá dicha con­
gregación rtíigicsa.

220

líl doctor Alvear agradeció en expresivas frases
la gentileza de esos señora, que tomaron a su
cargo la misión de poner en sios manos el valioso
obseíiuio y expresó la viva complacencia con que
lo aceptaba, por proceder de una orden religiosa
vinculada, como ninguna otra, al progreso y de­
sarrollo económico del país, dada la índole de la
enseñanza práctica que sus escuelas difunden por
todo el territorio y la obra civilizadora que realizó
siempre en las desiertas comarcas de la Patagonia.
Personalmente, agregó el presidente, la Congre­
gación de los Padres Solesianos me inspira admi­
ración y simpatía; su adhesión a nuestro país se
manifiesta, no sólo en el vasto plan de educación
([ue desarrolla, conforme con las necesidades reales
(K- nuestra expansión comercial, formando ciuiladanos aptos para el trabajo libre y útiles a las
industrias que requieren obreros técnicos, sino
porque también, lejos de nuestra patria, saben
hacerla amar y respetar en el extranjero.
A este efecto, recordó el doctor Alvear la sen­
tida ceremonia a que tuvo oportunidad de asistir,
en un pueblo de Italia, donde los niños de una
escuela salesiana desfilaron, en núnrero de 200,
cantando el Himno Nacional y luciendo en el
pecho el emblema de nuestra soberanía.
J.ÍÜS visitantes se retiraron muy satisfechos de
la cordial entrevista.

BOGOTÁ (Colo nb'a).
cisco de Sales.



La fiesta de San Fran*

También la católica y salesiana Colombia ha
celebrado con esplendor y entusiasmo la fiesta
del Patrono de la Congregación Salesiana, S. Fran­
cisco de Sales.
A l devoto y concurrido triduo y a las solemnes
fiestas litúrgicas del día 29, debe añadirse la
hermosa conferencia a los Sres. Cooperadores
C[ue tuvo el Padre Fierro. N o pudiendo resistir
a la tentación de hablar de ella, entresacamos
algunas ideas que brindamos a los lectores del
Boletin.
Empezó por fijar el concepto del Cooperador
Snlesiano y relatar su origen, que en cierto modo
fué inspirado por la Sma. Virgen al Vble. Fundador.
Evocó esos primeros tiempos del « Oratorio Salesinno », con sus ludias y sus triunfos, sus pesares
y consuelos: y el papel que representaron los
amigos, y cspeciahnente la santa madredo D. Bosco,
pura decimos que esos fueron los primeros Coo­
peradores Stüesianos. Explicó el objeto o fin de
esta Tercera Orden de la Congregación Sale.s¡ana
y la extensión e inmensidad de su misión, y por
lo mismo el mérito que tiene ante Dibs y ante la
sooietlad. En síntesis brillante dijo las relaciones
de la Cooiicrución Salesiana y la Santa Sede: Pío I X
llamó al Vble. Bosco « el tesoro de Italia »; y así
cuando le habló de los Cooperadores, no sólo
aprolió el proyecto y le concedió todas las indul­
gencias y privilegios que le pedia, sino que quiso
que lo inscribiera como el primer Cooperador
Salestíino. León X I I I y Pío X hicieron otro tanto.
E l segundo, en un Breve especial, llegó a decir
que deseaba que toda la Cristiandad se hiciera



Cooperadora Salesiana. Benedicto X V le con­
firmó al P. Albera todos los favores de sus ante­
cesores y nombró un Cardenal de la Pía Sociedad
Salesiana y le pidió 50 salesianos para hacerlos
Obispos, diciendo, en su estima por la Congre­
gación, que 50 Obispos Salesianos transformarían
el mundo, con-sus Oratorios Festivos, sus Colegios,
sus Escuelas Profesionales, Granjas Agrícolas.
Escuelas Populares^ Misiones, etc., etc. En cuanto
al reinante Pontífice, sabido es la intimidad con
C[ue trata a nuestro Rector Mayor y la iumpTisq
pmeba de afecto que le dió, concediéndole, caso
tínico en los anales de la Iglesia, esa especie de
Porciúnciüa diaria, de que ha dado cuenta el
o Boletin Salesiana ».
Dice el conferenciante que en virtud de la soli­
daridad cristiana y de la comunión de los Santos,
los Cooperadores tienen parte en los méritos de
todas las innimierables obras buenas que en todos
los campos de la actividad cristiana realizan en
el mimdo entero los Salesianos.
Tenninó la fiesta con la B. C. S. D. M.

PARIS (Francia).— Un nuevo Oratorio festivo,
y es el cuarto que funciona ya en aquella capital,
se ha abierto, sigitiéndose en él el método esta­
blecido por Don Bosco. Se llama el Oratorio de
San Juan Evangelista, y goza ya de las simpatías
délos vecinos délos alrededores. En él tiene también
su á.siento una de las conferencias de San Vicente
de Paúl, y una especie de cooperativa que surte
a las familias de los niños c[ue lo frecuentan.
FOGLIZZO (Italia). — Lápida conmemorativa que
el Instituto Teológico internacional Salesiano dedica
a Don Andrés Beltrami.
Aunque humilde se oculte la violeta, pronto el
agradable perfume la delata. L o mismo ocurre
con los santos, violetas del jardín de la Iglesia,
a quienes el brillo y fragancia de su.s virtudes los
manifiesta al pueblo cristiano, especialmente
cuando, despojados de la hojarasca del cuerpo,
brindan puras sus delicadas esencias.
Una de esas violetas es nuestro Siervo de Dios,
Don Andrés Beltrami, émulo de las heróicas virtudes
de grandes .santos como San Luis Gonzaga, San Juan
Berchiuans etc... ya que como a ellos se le pueden
aplicar las palabras de la Escritura: • ConsuiuaUts
in brn-i cxplevit témpora multa ». pues a los 27 años
de edad volaba al cielo, después de haber tocado
las c\imbres de la más alta perfección.
Si bien durante la vida, y, a pesar de su dili­
gencia en ocultar los dones del Señor, llamaba
poderosamente la atención de cuantos con él
convivían y le rodeaban, después de su muerte
parece que Dios se complace en glorificar a su
amante y humilde Sier\-o.
E l 7 de Mayo, el Instituto Teológico lutcniacional, colegio que él perfumó con sus virtudes,
le dedicaba una hermosa lápida de marmol.
A la fiesta solemne asistió también el Rdmo.
Don Felipe Rinaidi que, de todas Jas flores que
ofrecieron los oradores en los sentidas discursos,
tejió un ramillete a la memoria del Sier\o de
Dios, flor escogida del jardín salesiano.



221

MILAN (Italia). — Despué.s de un triduo que
predicó S. E. Mons. Luis Olivares, se inauguró
un nuevo altar de María Auxiliadora en la iglesia
de San Agustín. L a estatua* hermosísima que lo
corona, fué bendecida por Su Santidad Pío X I,
dando con ello nueva prueba de su grande amor
a la Congregación Salesiana y a su qúerida ciudad
de Milán.
BOLONIA (Italia). — Bodas de plata del colegio
Salesiano.
El colegio de Bolonia ha celebrado con toda
solemnidad sus bodas de plata. L a coincidencia
de verificarse aquellos días el V I I Congreso de
los Oratorios festivos, que había congregado en
ia ciudad a más del Rdnio. Don Felipe Rinaldi y
otros prestigiases salesianas, a numerosos amigos
y admiradores de la Obra de D. Bosco, contribuyó
a dar más brillo y realce a la fiesta.
Ya el 28 de Abril, víspera de la Comnemoración,
se dió comienzo al programado festejos con hermosa
velada de homenaje al Sucesor de D. Bosco.
En el salón de actos, engalanado con gusto y
profusión, numerosos Antiguos Alumnos f Coo­
peradores de la ciudad esperaban la presencia del
Rdmo. Padre Rinaldi para agradecerle la visita
y testimoniarle su afecto y adhesión.
A los acordes de la marcha real entró en el local
y se dirigió al estrado, acompañado de \dva.s y
aplausos.
El Sr. Director del colegio agradece al Superior
el haber querido honrar con su presencia las fiestas,
y expone la labor realizada en los 25 años por los
salesianos, secimdadas generosamente por los
cooperadores y antiguos alimmos. Lee a conti­
nuación el siguiente telegrama del Papa: * A n i­
versario fundación benemérito instituto, confiando
halagüeños resultados obtenidos servirán aliento
para cosechar nuevos frutos, envió de corazón ben­
dición apostólica Superiores, Cooperadores y A n­
tiguos Alumnos ».
Ga s p a r r i .
En la velada, modelo de buen gusto por lo
acertado del programa y lo imj>ecable de su eje­
cución, sobresalieron Jos números de los Antiguos
Alumnos-del círculo « Don Basco 1 y del « Círculo
Svarapa » integrado este por 170 padres de familia.
A l final, se levantó el Padre Rinaldi para agra­
decer a todos los manifestaciones de cariño 3'
simpatía a la Obra Salesiana, en la persona de su
representante.
Debo manifestaros, porque así es en verdad,
que os tengo un cariño especial. N o podemos
menos de querer a esta noble tierra que tantos y
tan celosos salesianos ha dado a nuestra Congre­
gación.
El saludo de los niños externos y oratorianos
me ha sido muy grato, y no es de extrañar, pues,
los unos y los otros son ima necesidad para los
salesianos, porque de no tener niños estaríamos
demás, no podríamos prodigar el bien ni cumplir
nuestra misión.
Er. cuanto a los Antiguos Alumnos huelga decir
que forman nuestro cuadro de honor, que nos
bonran en todo el mundo, que comparten y sos­



tienen nuestra idea, que trabajan con nosotros
y honran a Don Bosco.
A las Sres. Cooperadores no hay para que ma­
nifestarles que verlos, conocerlos a todos y hablar
les es para, mi Una grandísima satisfacción. N o­
sotros los recordamos siempre, porque al ver los
niños -que pueblan nuestros colegios, mie.stro
pensamiento vuela a ellos, ya que es su caridad
la que levanta y sostiene nuestras casas, la tjue
alimenta y educa a tantos miles de huérfanas y
pobrecitos. Por ellos rogamos continuamente a
la Auxiliadora.
E l día 29, las alegres notas de la diana, tocada
por la banda del colegio, dispuso los ánimos a las
sucesivas impresiones de la fiesta.
A la misa neudieron numcro.sos antiguos alum­
nos, que recibieron la comunión de manos
del Padre Rinaldi, dando ejemplo de piedad a los
niños internos del colegio.
Tenninadas las funciones de igle.sia, se realizó
el acto imponente del descubrimiento de las tres
lápidas comnenrftratorias, colocadas en un amplio
rellano de la regia escalera.
L a del centro, de tamaño algo mayor que las
otras dos, la dedican al gran amigo y protector
de los Salesianos en Bolonia, al Eminentísimo
Cardenal Svampa. A su derecha, la que el cariño
consagra al primer director del colegio, el llorado
Padre Viglietti; y la tercera tiene grabados los
nombres d e los 50 alunmas que dieron su sangre
y \dda por la patria en la última guerra.
Numerosas fueron las personas que presenciaron
el acto. Una de las improvisadas tribunas la ocu­
paban las autoridades eclesiásticas y civiles, y
la otra, las familias de los solda4as muertos, a
quienes cantó im himno de gloria uno de los An­
tiguos .Alumnos, a quien la muerte re.spetóla vida,
sin duda para contar las hazañas de los Cjue sucmnbieron, si bien pagó su tributo de guerra,
pues es imo de lc« heróicos mutilados.
Representación de todas las amias de guar­
nición en Bolonia a.sistieron en traje de gala al
comnovente homenaje.
Preciosas fueron las flores de amor a la patria,
a la juventud, y al desvalido que los oradores
cortaron y entretejieron para ofrecerlas en hermo­
sas coronas a la memoria de los festejadas: Cardenal
Svampa, varón apostólico, al infatigable Director
y buen amigo, Padre Viglietti, y a los generosos
Aliunnos que supieron sacrificar la vida en aras
del deber.
Emociones intensas sentimos todos, y por mu­
chas mejillas rodaron silenciosas lágrimas de
admiración y de reconocimienti.. * Dulce et decorum est pro patria m orí *, pero no es menos dulce
y hermoso el consumir la vida en el noble aposto­
lado de la educación de la juventud.

Las aflicciones de esta vida son las flores que pre­
ludian los frutos de la gloria.
S. F rancisco de Sa i .es .

ú



222

LOS QUE MUEREN

'í’í.'l
¡Í'N.'O-

s':




Excmo. Sr. Dr, Don Mariano A, Espinosa,
A rz o b is p o de Buenos A ire s .

K1 8 de A bril, a la respetable edad de 79 años,
fallecía eri la paz del Señor, en Buenos Aires,
el Excmo. Sr. Arzobispo de aquella capital,
Dr. Don Mariano A ntonio líspinosa.
Después de una larga vid a consagrada por
entero al bien de las almas, llegaba al ocaso de
su jornada, cargado de méritos, bendecido y
llorado por su pueblo que amaba en él al padre,
al amigo y guía que por tantos años había en­
jugado lágrimas, alentado a los débiles en el
camino de la virtu d y del deber, y disipado las
nieblas y tempestades que sobre la Argentina,
como sobre todos los pueblos, se cernieron en
las xiltimas centurias del siglo pasado y las del
presente.



Con razón la gran República, y con ella la
Iglesia toda, llora la desaparición del benemé­
rito, infatigable y sabia, prelado, pues difícil­
mente se llenan esos huecos donde florecieron
reunidas las virtudes todas del ciudadano mo­
delo y del ejem plar sacerdote.
E l éxito de su apostolado, el amor y simpatías
que gozaba en su pueblo se debe.a la hermosura
trilogía de buenas cuálidades, ideal del sacer­
dote católico: fué virtuoso, laborioso y humilde,
íué, como de él dijo Zorrilla de San Martín;
padre, maestro y providencia para sus feligreses.
Grande fué el afecto que profesaba a la Obra Salesiana, a la que le unieron estrechos vínculos
desde que conoció y tra tó personalmente al
Ven. D on Bosco.
Con los misioneros salesianos compartió en
las inmensas llanuras de la Pam pa y de la Patagonia los trabajos y alegrías del apostolado.
En la Patagonia especialmente, hizo varios
via jes a caballo, con jornadas que a veces se
prolongaron por espacio de 20 horas diarias.
E n una de aquellas excursiones tu vo la satis­
facción dé bautizar al cacique Prihce.
Con el obispo salesiano Mons; Costamagna,
siguió la expedición m ilitar al desierto, llegando
tras muchas penalidades hasta Choele Choel.
T a n to con D on Bosco como con su sucesor
Padre Rúa, m antuvo cordial amistad, logrando
que le enviaran salesianos a trabajar a su viña.
P o r fin, los incesantes trabajos agotaron su
robusta fibra y , cual el sol al ocaso, descendía
a la tumba, después de vivifica r con su poder
a las almas, dejando tras de sí una estela lumi­
nosa de imborrables recuerdos.
E l Boletín Salesiano se une al duelo general,
y pide a los numerosos Cooperadores una oración
por el eterno descanso de su alma.

Otros Cooperadores difuntos:
de Don Pedro Fadrique (España). — Dfia
Marta Ponce.
fíiícaramanga (Colombia). — Dña Dolores
Motta de Cainacho y Dña Celmira Caniacho de
Navarro.
Sa»í Vicente de Chucuri (Colombia). — Sra Dfla
Briseida Serrano Arenas de Partigliany.
Yumbo (Colombia)., — Dña Clementina
Dña María Justina Delgado.

Con aprobación de la .Autoridad Eclesiástica: Gerente: G E M IN IA N O F E R R A R I.
Elstablec. Tip. de la S<>ciedad Editora Internacional. — Corso Regina Margherita, N. 174 - TU R iN

® O O I]B I> A .I>

I^ O IT O R J V ,

I I V 'r i 5 I « ? í A . 0 I 0 2 V i V I ^

A v e n i d a R e g i n a ' M a r g a r i d a , 174 - T U R Í N (Italia)

THEOLOGIA DOGMATICA, MORALIS, MTSTICA, PASTORALIS, Etc.
EACCA Sac. P E T R U S . — T h eo lo g ia e m oralis synopsis. B reve opus e x sapieutissimis scriptoribus de R e M o ra li eductum e t ad norm am n o v i Codicis Juris Canonici exaratum : L ibellae 12,50. A p u d exteros: libellae 16,50.
M A Z Z E L L A H O R . A rch iep. Tarentinus. — Fraelectiones Scholastico-D ogm aticae breviori
cursui accom odatae. E d itio qu inta reeogn ita e t aucta.
V o l. I . — Tractatus-de vera E eligi(m e, de S crip iu ra , de Traditio7ie et de Ecclesia Christi.
Ijib ellae 25. — A p u d exteros: libellae 30.
V o l. n . Traciatus de Deo U no ac T r in o et de Deo Creante: L ib ella e 25. — A pu d exteros:
libellae 30.
V o l. I I I . — Tractaí-us de Verbo in ea m a to, de Q ratia Christi et de V irtutib íis iiifu sis:
Lib ella e 25 — A p u d exteros: libellae 30.
V o l. I V . — Traciatus de Sacramentis et de N ovissim is: L ib ella e 25. — A p u d exteros:
Ub. 30.
S E B A S T IA ÍT I Sac. N I C O L A U S S. Th eol. e t utriusque iuris D octor, Cancellarius a Brevibus
A postolicis P ü P P . X I . — Sum m arium T h eo lo g ia e M oralis ad Codicem Juris Canonici
accom odatum cum lucupletissim o in dice analytico:
E d itio qu inta m aior (1920). In -8 m ax.: L ib ella e 9,50. — A p u d exteros: L ib ella e 12,50.
E d itio sexta m inor-m anualis. In 24° (cm . 9 X l 5 ) charta in dica pondere m ínim o, pag. 050.
L in te o contecta: L ib ella e 14,50. — A p u d exteros: libeUae 18.
N A V A L P . F R A X C IS C U S M issionariis F iliis S. Cordis B . V . M ariae. — T h eo log iae asceticae
et M ysticae coisus, ad usum Sem inariorum , In stitu toru m religiosorum , clericom m , necnon
M oderatoru m anim arum . Pi'im a versio latina ab au ctore reeogn ita e t adprobata: L ib ella e
8,50. — A p u d exteros: libellae 11,50.
G A R R IG O U -L A G E A N 'G E F r . R E G I N . O. P . — T h eo log ia fundam entalis secundum S. Th omae doetrinam . Pa rs apologética: D e revelatione per Ecelesiam catholicam proposita.
E d itio 1921 em endata. — Opus ju x ta S. P . B en ed icti X V o p tata sacrae praesertim ju ven tu ti com m endatum : 2 tem i, Lib ella e 45. — A p u d exteros: libellae 60.
6 U R Y P . J. P E T R U S S. J. — Compendium T h eo lo g ia e m oralis recentioribus actis Sanctae
Sedis legibus Codicis Juris canonici accom odatum , h abita simul ratione ita lici juris, cuia
P . R a p h . Tu m m olo ej. Soc. etc. 2 vol. L ib ella e 50. — A pud alias nationes: libellae 65.
C A P P E L L O Sac. F E L I X S . J . — Tractatus can on ico-m oralis « D e Sacramentis » , ju x ta codicem
juris canonici: V o l. I. D e Sacramentis i n genere (D e B a p lism o, Confinnatione e l Eucliaristia) 1921: LibeU ae 20. — A p u d exteros: libellae 26.
C A E B O N E Sac. C. Th eologiae e t Juris Canonici D octor, in Sem inario R eg io n a li Apu lo-Lu cano,
Th eologiae D ogm . e t Sacrae E loqu en tiae M agister. — Exam en Confessariorum ad Codicis
Juris Canonici norm an concinnatum ; LibeU ae 12,50. — A p ü d exteros: libeUae 16,50.
M ü X E R A T I Sac. D A X T I S . — Prontuarium pro ordinandis et coníessionis exam inandis;
LibeU ae 4,50. — A p u d exteras naílones: UbeUae 6.
A N T O X E L L I Sac. J O S B P H . — M edicina Pastoralis in usum confessiariorura e t curiarunn
ecclesiasticarum . E d itio quarta in pluribus aucta. A cced u n t 94 figurae e t 25 tabulae anatom icae coloratae. 3 vo l.; LibeU ae 60. — A p u d exteras nationes: libeUae 80.
C H E L O D I Sac. J O A N X E S . — Jus m a trim on ia le ju x ta Codicem Juris Canonici: LibeU ae 6,50.
— A p u d exteras nationes: UbeUae 8.
S. A L P H . M . D E L IG O R IO . — T h eo lo g ia m oralis. E d itio n o v a cum antiquis editionibus diUgenter coUata; in singuUs auctorum aUegationibus reeogn ita notisque c r itic is e t commentariis iUustrata cura e t studio P . Leon a rd i G au dé e Congr. Ss.mi R edem ptoris, 4 volum .
paginis 3200. In-4®, charta m anufacta: LibeU ae 75. — A pu d exteros: UbeUae 100.
P. G E M E L L I A U G . O. F . M . — D e Scm pulis. Psych o-path ologiae specimen in usum confes­
sariorum: LibeU ae 12,50. —• A p u d exteros: UbeUae 16.
G E X IC O T E d . S. J . — Casos conscientiae p rop ositi ae soluti. Opus postum um accom m odaiu m ad T h eo lo g ia e m o ra lis In stitotiones e j. auct. E d itio 4* ad norm am Codicis Juris re c o gnita e t pluribus casibus au cta a J . Salsmans S. I. etc.
LibeUae 34. — A p u d exteros: UbeUae 40.

ÍS 0 0 IK I> - ¿ V X >

I P í 'I ': i © I « K r A O J O N r A I ^

A v e n id a R e g in a M a r g a r ld a , 174 - T U R lN (Italia)__________

CO D E X

IIT R IS

C A N O N IC l

Pii X Pontiíícis Maximi iussu digestiis, Benedicti Papae XV auetoritate promulgatus, praefatione B;mi Petri Oard. Gasparri et índice analytieo-alphabetico aiictus.

1 ) E d itio m inuta in -1 8 (c m .9 V 2 X l5 )c lia ra c te rib u s n itid Í8 le c tu q u e fa c iilim is , chartaBubtáü
non translúcida.
Sine tegumento: L ib ellis Ita lic is : 7,50. — A p u d exteros: L ib . 9.
Cum teg^imento: 1 ) L in te o contectu m cum titu lo áureo in dorso: L ib . I t . 12. — Apud ext-eros: L ib . 13,50.
2 ) P e lle contectum dorso, áureo titu lo in dorso, foliis' intonsis: L ib . I t . 14. — A p u d exteros:
L ib . 15,50.
3) Chagrin contectum dorso c t angulis, cetera lin teo, nervis in dorso distinctum ornam entís aureis e t tessellis cum titu lo e t stem m ate áureo foliis intonsis: L ib . I t . 15. — Apud
exteros: L ib . 16,50.
2) E d itio in-18 — u t sitpra — cum íontiu m annotatione.
A p u d exteros: L ib . 12,50
Sino tegumento: L ib ellis Ita licis:
10,50
A pu d exteros: L ib . 17,—
Cum tegumento: 1 ) u t supra: L ib . Ita l. 15,—
A p u d exteros: L ib . 19,—
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . Ita l. 17,—
A pu d exteros: L ib . 20^—
Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . Ita l. 18,—
3 ) E d itio M anualis in-12"(cm . 1 2 x 1 9 ^ ) characteribus paulo m aioribus ac perspicuii,
■churla subtili.
A p u d exteros: L ib . 14,50
Sin e tegumento: L ib ellis Ita lic is :
11,50
A p u d exteros: L ib . 20,50
Cum tegumento: 1) ut supra: L ib . Ita l. 17,50
A p u d exteros: L ib . 22,50
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . It a l. 19,50
A p u d exteros: L ib . 23,50
Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . It a l. 20,50
4 ) E d itio 4nJ.2 — u t supra — cum foníiuna annotatione.
Sine tegumento: L ib ellis Ita licis:
16,50
A pud exteros: L ib . 20,
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . It a l. 23,—
A p u d exteros: L ib . 26,50
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l. 25,—
A p u d exteros: L ib . 28,50
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.
27,50
A p u d exteros: L ib . 31,
6 ) E d itio in -8 {c m .l 6 ^ x 26), cum fon tiu m ann otatione charta crassiore, characteribui
jrandiusculis.
Sine tegumento: 1) L ib ellis Ita licis:
21,—
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l. 32,—Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . Ita l. 35,—

A p u d exteros: L ib . 25,
A p u d exteros: L ib . 37,—
A p u d exteros: L ib . 40,—

Litterae universae ad nos remittendae, hac signentur inscriptione quAe nostram oflSoi»
nam aliarum oapat, respioit:
SOCIETA EDITRICE INTERNAZIONALE. — Corso Regina Margherita, 174.
TORINO (9) (IT A L IA ).
Quomodo in diem deposcentibm obtemperabimus.

R e d a c c ió n y A d m in is tra c ió n : V ía C o tto le n g o , 32 - T U R fN .
Texto
o

( í^

Boletín Salesiano
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año XXXVIII — N. 7.
S u m a r io *

—-

Julio 1923

'Buscad primero el reino de D ios jj su juslicia, ji lo demás se os dará por oñfl»

d íd u ra .'* — Séplim o Congreso de los O ratorios festivos y Escuelas de R elig ión . — E l Revm o.
D o n F elip e R in a ld i en S icilia , — H om enaje a D o n B o tco educador. — Rasgos de S , Fran‘
cisco de Sales. — Mjsío'n del Assam : Vacaciones del " P u j a "

Tesoro e s p i r i t u a l . C u l t o de M aría A uxiliadora.
P o r el mundo salesiano. — Los que mueren.

- Episodios de las Misiones.

- Crocios de Aíoría A uxiliadora.

ladiof cnstianoi en las faenas ag río Jat, (M atto CrosM-Brasil)*

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A v e n i d a R e g i n a M a r g a r i d a , 174 — T U R Í N (italia )

NOVUM MISSALE
MÍocioI a P A in on iim
decreto Sacrosanoti Ooncilii Tridentini
JlllSSdlv IlU illd llllill restitutum S. P ii Y. P. M. jussu editum aliorum Pontificum cura recognitum a Pió X reformatum et SS.mi
D. N. Benedicti
auctoritate vulgatum.

XV

1) E d itio typica V aticana nigro tan tu m impressa, cum n ibricia italicis üteris resultantibns,
in charta subtili sed solida. Cm. 1 7 x 2 C m arginibus com preliensis.
S in e tegumento: L ib ella o 30. — A p u d exteros: libellae 42.
Contectum: 1) Som ipelle ao tela , sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 60. —
A pu d exteros: lib. 84.
^

oa
2) T o ta pelle rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 80. — Apud
exteros: libellae 11 2 .
3) T o ta p elle rúbeo colore, auratis folüs, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata m
planibus: L ib ella e 100. — A p u d exteros: lib ella e 140.
2 ) E d itio Tu ron ica ju x ta typ ic a m V atican am . Cm. 2 3 x 1 5 . Im pressum rúbeo nigroque
colore. ISine tegumento: L ib ella e 70. — A p u d exteros: lib . 80.
Contectum: 1) L iiite o , cum titu lo áureo, sectione rubra. L ib ella e 84. — A p u d exteros: lib. 90.
2) O innia u t supra N . 1 sectione vero aurata. L ib ella e 91. — A p u d exteros: libeUae 100.
3 ) T o ta pelle, cum titu lo áureo, sectione rubra. L ib ella e 112. — A p u d exteros: libellae 120.
4) O m nia u t supra 2sT. 3, sectione vero aurata. L ib e lla e 140. — A p u d exteros: libellae 150.
3 ) E d itio Tu ron ica ju x ta typ ic a m V a tica n a m (N . 14 typu s 2 8 x 1 9 ). I m p r e s s ^ rúbeo
nigroqu e colore. T ex tu s illustrationibus n itet, chrolibinaque im pressione adeo perbelli refulge!,
perspicuitüs literarum visu m non laedit. IVÜnimum est pondus bujus Missalis (2 K g .) ut
a pueris ecelesiis inservientibus fe rri potest.
8 in e tegumento: L ib e lla e 70. — A p u d alias nationes: lib ella e 80.
Contectum: 1 ) Sem ipelle ac tela rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis:
L ib ella e 125. — A p u d alias nationes: libellae 140.
2 ) T o ta pelle rúbeo colore, sectione rubra, titu lo ac cruce deauratis: L ib ella e 200. — Apud
alias nationes: libella^ 220.
.
3 ) T o ta pelle, rúbeo colore, auratis folüs, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata m plañís:
L ib ella e 225. — A p u d alias nationes: libellae 245.
4 ) E d itio Tu ron ica ju x ta ty p ic a m V atican am , manualis 1922 (cm . 10 x l 5 ) . E d itio in óm­
nibus cum ed ition e concordans, charta indica tenui e t solida, cum characteribus magnis et
perspicuis rubro et nigro impressis, accuratissima.
S in e tegnmc^ito: LibeU ae 28. — A p u d exteros: libellae 40.
Contectum: 1) L in te o , cum titu lo áureo, sectione rubra: L ib e lla e 35. — A p u d exteros: Libellae 47.
2 ) Om nia u t supra, sectione vero aurata: L ib ella e 40. — A p u d exteros: libellae oo.
5) E d itio I Taurinensis, 1921, iuxta ty ^ c a m , com m odissim a, in paginis conficiendis comm od ita tis ratione habita, fere num quam lectorem ab una ad aliam pagin am rem ittens, pagp a ton t cm. 1 4 x 2 3 ^2» rubro-nigro im pressae, cum lineis rubris in quadrum ductis, characte­
ribus nitidissim is apposite fusis, lectu va ld e idoneis.
E d itio haec m duabus chartis diversis ven it:
In charta in dica subtili ac solida (M issal. re liga t. gram m . 600 pondo)
In charta a m achina crassiore (M issal. religa t. gram m . 1100 pondo).
S in e tegumento: L ib ella e 50. — A p u d exteros: libellae 65.
Coníertimj: 1) Sem i-polle rúbea ac tela eiusdem colorís in plañís, titid o ac cruce in pltfus.
folüs coloratis (v e l infectis coloribus): L ib ella e 75. — A p u d exteros: lil^ U a e 97,50.
2 ) T o ta pollo rúbea, folüs coloratis, titu lo in dorso ac aurata cruce in plauis: Libellae
— A pu d oxteros: libellao 117.
_
3) T o ta poUe rube.a, deauratis folüs, titu lo in dorso ac aurata cruce in plañís: Libellae iwA p u d exteros: libeUae 130.

Año XXXVllI - N. 7.

Julio 1923.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
R ed a c c ió n Y A

d m in is t r a c ió n :

Vía

Cottolengo,

N. 32 - T U R I N (ita ü a )

“buscad primero el reino de Dios y su justicia,
y lo demás se os dará por añadidura,,
Si en nuestros días muchos pueblos no gozan
la paz y bienestar a que aspiran, a pesar de la
acti\ddad febril que desarrollan, se debe a que
in^derten erróneamente los téripiiios de la 'pro­
mesa evangélica: se afanan por la añadidura,
lo accesorio, que son las industrias, el comerció
y cuanto pueda acrecentar las riquezas e in­
tereses materiales, y se olvidan o relegan a se­
gundo térm ino lo principal, lo que es fuente y
condición de la consecuencia que persiguen, el
remado de D ios y su justicia.
Si la historia sirviera para algo más que em­
borronar cuartillas y abarrotar de libros las
bibliotecas, pudiera brindarnos ejemplos elo­
cuentes que confirman la verdad del tex to ci­
tado.
'
l^no de los remados más gloriosos que regis­
tran los anales de los pueblos es, sin duda alguna,
el del sabio y poderoso Salomón, rey de Israel.
Ya recibió de su augusto padre, el rey D avid,
que supo redondear el reino, venciendo y te ­
niendo a raya a sus enemigos, un gran patri­
monio, que, no solo conservó, sino que dilató,
extendiendo sus fronteras desde las riberas
de! Eufrates hasta los confines del E gipto, ha­
ciendo tributarios a numerosos pueblos.
Todas las naciones vecinas, absortas por tanta
grandeza y majestad, solicitaban su amistad,
procuraban estrechar relaciones con él, como
bizo el rey de E gipto, dándole p or esposa a
su hija.
En paz con todos, y nadando en la abundancia,
a Jehová el tem plo fabuloso que nos des­
cribe la Biblia, y será la admiración 'de los si­
glos, y con cuya magnificencia no podemos
nosotros comparar nada igual.
A las proporciones grandiosas para aquellos
üemp'js y arte exquisito derrochado en la talla

y moldura de piedras, de columnas torsos de
chapiteles en form a de azucenas, en atrios, pór­
ticos y artesonados, recubiertos con finas ma­
deras de cedro, abeto etc., hábilmente traba­
jados, uníanse querubines, candelabios, tu rí­
bulos, trom petas y otros m il objetos del culto,
todos ellos de oro, marfil y piedras preciosas,
en cantidades fantásticas que enriquecían aque­
lla grandiosa fábrica que la gra titu d del. P ro ­
feta R e y había encomendado a su hijo, para
perpetuar la memoria de los beneficios recibidos
del Señor.
Después del tem plo edificó su magnífico pa­
lacio del Líbano, rodeó de muros numerosas
plazas fuertes, fundó ciudades y reedificó no
pocas, surtiéndolas de aguas con dispendiosos
acueductos, embelleció Jenisalén con jardines,
pórticos y piscinas, organizó un poderoso ejér­
cito que velará por la paz y seguridad de su
envidiado reino, y , por último, construyó una
flota de barcos que cruzaba los mares entonces
conocidos, volvien do cargados de riquezas:
oro, púrpura, joyas, perfumes etc.
¡De cuánto bienestar, paz y grandeza gozaba
el dichoso pueblo hebreo en aquella su ventu­
rosa edad de oro!
eto
y la emoción, y él, bondadoso, les contestó con
frases saturadas de ternura que se escapaban de
su corazón de padre, prometiéndoles que volvería
a pasar un día en su compañía.
L a misma mañana fué a visitar y ofrecer sus
respetos al Emmo. Card. Imaldi, Arzobispo de
Palenno, y a Mons. Laguiuina, quienes lo reci­
bieron con amabilidad y deferencia.
Por la tarde, en el colegio Don Bosco de la calle
San Pablo, fué objeto de una imponente mani­
festación de simpatía por parle de los Sres. Coo­
peradores y antiguos Almnnos de la localidad.
Los alumnos y los huerfanitos entonaron a su
llegada un hermoso himno que acompañó la banda
de música. E l Director del colegio le dió en sentidas
frases la bienvenida en nombre de lodos y pre­
sentó al Diputado Sr. Pecorano que habló en nom­
bre de los Cooperadores, diciendo qiie se conside­
raban felices al recibir en su ciudad al sucesor de
aquel varón a quien también Han ó el siglo veinte
apóstol de la juventud. Por los antiguos Alumnos
lomó la palabra el abogado Comendador Damanti,
saludando al ideador y organizador de la admi­
rable Federación inteniacional de los antiguos
.Vlmnnos Salesianos, que cuenta ya hoy en sus
filas hombres de iiadiscutible valer en diversos
ramos del saber y de la actividad humana.
Para todos tuvo Don Felipe Rinaldi palabras
de encomio y agradecimiento, mostrando, a la
vez, la satisfacción que le producía la generosidad
con que Sicilia apoya las Obras de Don Bosco, y
relevando el delicado ^)ensainieiito de Paiermo
al confiar a los Salesianos los huérfanos de guerra,
con lo cual les dan m otivo para cultivar el campo
predilecto de su Fmidador y seguir más de cerca
sus huellas.
E l día siguiente, domingo, se dió una conferencia
pública en la igle.ria de la Abacia de Monte para
los Cooperadores Sale.sianos. El templo, atc.slado
de personas, ofrecía un espectáculo imponente.
Cualquiera hubiera dicho que, con el Sr. Arzobi,spo a la cabeza, se habían dado rita allí toda.s
las autoridades eclesiá-sticas, civiles y militares
con la nobleza de la ciudad.
E l Padre Rinaldi Ies dirigió la palabra con
frase caldeada y afectuosa, discurriendo sobre
Don Bosco, el gran soñador de la juventud, quien
en rmo de seis misteriosos sueños, hoy actuante
realidad, había visto también a ios niños y jovenritos sicilianos correr a los colegios salesianos y
poblarlos.
Ilustró el valor de su obra inicial y tan querida:
el oratorio festivo, describiendo sus atractivos, re­
cursos y resultados y dió la clave de su fascinación
avasalladora, que sintetizo en una .sola palabra:
la dulzura; e hizo votos para que pronto, mediante

-la acción eficaz de los Cooperadores, tenga Palem io un gran oratorio festivo.
luego a tratar de las Escuelas de Artes y
Oficios que tanto interesaban a Don Bosco y de
las que se prometía los más halagüeños resultados
y abundantes frutos. Describió sus htunildes
principios y sucesivo desarrollo, en continuado
esfuerzo, hasta alcanzar la floreciente organiza­
ción moderna.
Y por último, habló de las Misiones, de su in­
cremento incesante, de la asistencia a los emi­
grados, de la significación de Cooperador Salesiano,
de sus deberes como tal. al ponerse al lado de
Don Bosco para secundarlo en el desarrollo de
sus Iniciativas con la limosna y la oración, cuando
no pueda ayudarlo directamente con su trabajo
personal.
Acto seguido dió la bendición con S. D. M.
Mons. Virzí, director diocesano de los Coopera­
dores Salesianos, y su Eminencia, el Card. Luaidi,
les dirigió breve discursito de saludo y despedida.
Sirviéndose del Evangelio del día, que hablaba
del sembrador, les dijo que, habiendo caído la
palabra del Rdmo. Padre Rinaldi en terreno
fértil, se prometía abundantísimos frutos de ca­
ridad y de fervor.
PU lunes, como había prometido, lo pasó nuestro
Superior con loa huérfanitos de guexra del colegio
de Sta. Clara.
I,es celebró la Sta. Misa, y tuvo el consuelo de
dar la primera comunión a veinte de ellos, a quienes
hizo un fervorín sobre el amor de Jesús.
A l mediodía, su presencia en el refectorio de
los niños,, a quienes quiso acompañar hasta en la
comida, nos recordaba aquel versículo de los
Salmos: < F i l i i fui sicut novelle olivarum in circuito
mensas tuae ». [Cómo gozaban los pobrecitos al
ver sentado entre ellos a padre tan cariñoso, y
se esforzaban por demostrarle su inmensa gratitud
y alegría con cantos brindis y aplausos! E l venerado
Superior no ocultaba el placer que sentía pasando
unas horas en medio de aquellos niños, por quienes
sentía afecto especial, y a las cuales la Providencia
divina endulzaba y confortaba en su desventura,
cada día, repitiéndoles: i Ncm relinquam vos orphanos\ no 08 dejaré huérfanos.
Por la tarde visitó las escuelas talleres de sas­
trería, zapatería y tipografía, y también las aulas,
alabando el orden y limpieza y mostrando a la
vez el deseo ardiente de que se desarrollen más
y más tan importantes iniciativas.
Los dos días siguientes los consagró al colegio
« Don Bosco *, que cuenta con 350 alumnos, entre
primeras letras y el gimnasio. También tiene
iglesia pública muy frecuentada.
De allí pasó a los institutos de las Hijas de
Muría Auxiliadora, visitó el Monte de Piedad, la
Arenella y, después de haber sido huésped del
Cardenal, que lo quiso obsequiar en su mesa,
marchó hacia Marsala.

E n Marsata.
Esta histórica población, ansiosa de mostrar
al Sucesor de Don Bosco su admiración y sim­
patía, había organizado im comité de festejos.

202

--

integrado por los más significados ciudadanos,
para hacerle im recibimiento digno; pero los j¿
venes del círculo católico reclamaron para si ese
honor y lo acompañaron a través de la ciudad y
por las calles más populosas, cantando himnos
y gritando sin cesar: « Viva Don Bosco, viva el
Padre Rinaldi ».
En el colegio, le esperaban las autoridades y
antiguos Alumnos. E l Sr. Alcalde lo saludó y dió
la bienvenida en nombre de la población, y un
huérfano de la guerra le leyó preciosa composición.
E l Padre Rinaldi abrazó tiernamente al Sr. Al­
calde, acto que el público aplaudió con entusiasmo
y bordo la banda de música con la marcha real.
Durante la comida departió familiarmente con
los colegiales, que dieron rienda suelta a su fogeso
entusiasmo juvenil, y coronaron al atardecer
con una velada de sabor misionero.
Tampoco se olvidó de los humildes y dolientes,
a quienes fué a prodigar palabras de consuelo en
el hospital, bendiciendo a continxiación los nuevos
locales de la benéfica institución, titulada: ♦ El
bocadillo del pobre &.•
D e vuelta al colegio quiso informarse detalla­
damente de su movimiento y desarrollo, recorrió
todas las dependencias y quedó altamente impre­
sionado y satisfeclio de las mejoras e iniciativas
florecientes, introducidas después de la guerra.
Cuenta el colegio con pensionado para estudiantes
de ginmasio y escuelas léaiicas, internado para
huérfanas de la guerra y rdños pobres de solemni­
dad. escuelas elementales externas, y Oratorio
festivo con dos círculos: uno para estudiantes y
otro para obreros.
Después de recibir nuevas deferencias y obse­
quios de parte de la niunicipalidadj que lo recibió
en pleno, y del Capítulo de la Colegiata, que salió
a su encuentro en hábitos corales hasta la puerta
de la iglesia, partió para Trapani, acompañado
por los aplausos y sentidas despedidas de los jó­
venes.

E n TrapanK
L a población en masa esperaba a nuestro Rector
Mayor, pues la Obra Salesiana goza ya de general
simpatía, aimque cuenta allí pocos años de exis­
tencia todavía.
I
nocivo. Esta fué siempre su ley constante.
N o quería que, en manera alguna, se provo­
caran las malas inclinaciones, para que así, no
podiendo desarrollarse, se atrofiaran o murieran.
Era enemigo de que se revelase el mal para
combatirlo, porque desgraciadamente y con
harta frecuencia, los jóvenes llegan a conocerlo
por si mismos, sin que tengan necesidad de instnicción en este sentido, com o lo comprueban
con dolor los educadores, arando deben reparar
los daños del mal. Ponerlos en guardia con sa­
gacidad y pnidencia sí, pero de ninguna manera
pintarles el mal, porque es siempre peligroso,
pues esa pintura tiene un especial atractivo
morboso que constituye un peligro, y : ♦
timai periculum peribii in illo ».
Esta era la psicología de Don Bosco. P or eso
en su sistema dió la má.xima importancia a la
asistencia, que hace del asistente o vigilante
la persona más activa de sus casas.
Sobre los castigos pensaba como sobre los

— 205 —

premios: que es castigo o prem io lo que el edu­
cador quiere hacer va ler po* tal, y para él los
castigos, cuando había necesidad de darlos,
debían consistir: ya en la privación de un recreo,
en la limitación de un juego, ora en una palabra
severa, o bien en una mirada, un aviso, adver­
tencias o cosas semejantes.
No quería castigos ásperos o violentos, di­
ciendo que, cuando un niño no se corrige con
los medios expuestos, no está hecho para las casas
salesianas, y , por tanto, es preferible alejarlo
antes que renunciar al sistema.
Así se form aba la escuela salesiana, con su

P o r estas y p or otras muchas razones, el sis­
tem a p reven tivo de D on Bosco sirve para los
niños de todos los tiem pos y países, posee la
soltura y adaptabilidad de los grandes prin­
cipios y verdades. •
Y por esto, Don Bosco pasa en la historia a
ocupar un puesto entre los grandes pedagogos,
mereciendo el reconocimiento y admiración de
los siglos.
A l term inar el D r. Fasano su interesante
trabajo, que los congresistas premiaron con
prolongados aplausos, el presidente declaró
abierta la sesión

TR A PA N I. — Bendición de U i* piedra de I t Igleela de María Auxiliadora.

espíritu de familia, saturado de ese amor ma­
terno que hace un paraíso de los colegios
salesianos.
Este es el ejem plo del pedagogo que ha puesto
en práctica el sistema.
Don Bosco quiere que se vig ile al niño, pero
con ojo cariñoso, con el tem or de que haga
algo malo, y dejándole plena libertad de mo­
verse y respirar. Se le debe estudiar íntimamente
y comprenderlo, para poder dirigir sus incli­
naciones y prevenir las caídas.
Influir en él p or la persuasión; y dado que
olvida con facilidad cuanto debe practicar, re­
cordarle a menudo sus deberes: corregirlo corcctadores y fotografías que nos mostró, mer-.'ccu un cahmvso aplauso los organizadores de
esas asambleas y cuantos cu ellas laboraron,
aplauso qilo nos complacemos en tributar.
BAHÍA BLANCA (Argentina). — Segnodo congreso
dti Corazón de Jesús.
En Icxs días testivos que transcurren desde el

24 de Mayo hasta el 10 de Jimio del presente año.
se realizará, en Bahía Blanca, el .segundo congre.so
Salesiaiio del Sagrado Corazón de Jesús. La Ben­
dición del dignísimo prelado diocesano, Mr. Albeni,
la adhesión entusiasta del limo, y Rmo. Sr. Nuncio
Apostólico, de las Umos. Rmos. Obispos de la
República Argentina, Cliíle, Uruguay y Paraguay,
a las que- seguirán la bendición del Padre Santo,
Pío X I y las adhesiones de Emmos. Cardenales
y Rmos. Obispos de Italia, aseguran pleno éüto
a este Congreso, que será edificante en .su reali­
zación y fructuaso en sus consecuencias.
La distribución de los temas y Asambleas, se­
gún el programa que tenemos a la vis.a, será !a
s guien, e:
Temas del congreso— I «S in ile panúüos... Ins­
trucción religiosa y educación cristiana de la
Juventud. (Catecismo, Oratorios Festivos, Com­
pañías Religiosas, Círculos Juveniles etc.) —
II . « La madre en el hogar «, Peligro de la niña en
el mundo. E l afecto al hogar. Devoción Práctica
al Sagrado Corazón de Jesús, Asociaciones, L¿s
Madres de familia. — I I I . * Venite ad me omnes »,
Jesús en la familia y en la Sociedad. L a familia
.rin Dios, Dios debe tornar a la .sociedad, Los
padres de familia. — IV . « Messis quidem multa: ♦
E l Sacerdote, L a Obra de las Vocaciones ecle.•íiásíicfus, E l Sacerdote en la reconstrucción social.
Las Misiones — V . Promesas del Sagrado Corazón
de Jc.sús.
Orden de las asambleas y funciones sagradas —
I,a.s íunciones sagrada.s se verifican en u 'leu,pío
del Sagrado Corazón de Jesús, Las Asambleas v
actos públicos en el Teatro Colón.
Mavo 20, Peregrinación al Santuario de' I'ortin
MerccíU'S — Mayo 24. Itiauguración del Congreso.
— Por la mañana, Solemnes funciones sagrada*:.
Primeras comuniones. Por la tarde, Sokiime
procesión y discurso inaugural. Seguidamcnie
reunión plcnaria de las diversas comisiones. —
Mavo 27. Por la mañana. Comunión General de
niños y Consagración al Sagrado Corazón de
Jesús. Por la tarde. Asamblea general, 1 Tema. Maj’O 31. Por la mañana. Adhesión dcl Congreso
a la Solemne Procesión Parroquial del CorpusPor la tarde. Asamblea I I Tema. — Junio 3.
la mañana. Comunión General de la Asociación
Padres de familia, E x Alumnos, Asociachín de
San Jasé, Guardia de Honor y Archicofradía de
María Auxiliadora Por la tarde, Asamblea lH
Tema, a las 17,30 horas, comienza el solemne
octavario. — Junio S. A las 17,30 horas. Hora de
adoración, \* Tema, promesas del Sagraiio Co­
razón de Jesús. Por la tarde. Procesión.
(ieneral. I\‘ Tema. CIau.snra del Congreso.

— 219 BUENOS AIRES (Argentina). — La distribución
de premios en el Colegio León Xlll; el acto es de*
dicado al Excmo. Sr. Nuncio. Una colecta para los
bambientos de Rusia.
l\l día 21 del mes de Dicieuil^re efectuase la
repartición de premios, de fin de curso, a los
alumnos intenios y externo? del Colegio I/eón X I I I .
El acto fué imponente; en uno de los grandes
patios del colegio levantóse el estrado en el
cual los pequeños artistas y cantores desarrollaron
el interesante programa; delante del palco, grandes
mesas contenían ios premios y diplomas de los
nuniero.sos alumnos que se habían hecho acree­
dores a eUas, y adornado por las insignias Argen­
tinas y del Papa aparecía esbelta la figura de
S. S. Pío X I.
Presenciaron el acto: v^u Sn'a. Tima, el Sr. Nuncio
Apostólico en la Repiiblica Argentina, JIonseñor
Juan Beda Cardinale, acompañado por SuSría.
lima, el Sr. Auditor Monseñor Maurilio Sih'ani,
por el Rdm o Padre Inspector, Don Valentín Bonetti, el Sr. Cura Párroco, R do P. José Da.sina,
la Presidente en ejercido de la Comisión de las
Cooperadoras, Sra Ana B. de Lacroze; la Tesorera
Sra. Celia Lapalma de Emery, que e.s también
inspectora ad honorem del Departamento N a­
cional de Trabajo; y la.s consejeras de la misma
comisión, Sra. Mercedes BuUridi de Casares v
Sra. Filomena Devoto de Devoto; numerosas
representadones del Clero secular y regular y
ima escogida concurreuda de familias de Coo­
peradores y padres de los almnnos, que hacían
estrecho el más que espacioso patio.
El acto fué dedicado al Excmo Sr. Nmicio de S. S.
en la República Argentina, Monseñor Juan Betia
Cardinale, que desde poco tiempo, alegraba con
su presencia nuestro País.
Abierto el acto con el Himno Nacional, coreado
por los seiscientos almnnos, acompañadas por
la Banda del Colegio, un almnno artesano, en
brillante discurso pronunciado en la annoniosa
lengua de Dante, saludó al Excmo Sr. Nuncio,
llevando el pen.sainieulo y el corazón de la con­
currencia al Padre comiín de los fieles, de (luicii dijo:
« ... Los salesianos tienen por objefivo especial
sns;ener la autoridad de la Santa vSede donde
quiera .se encuentren, dondequiera trabajen, como
recomendó el \blc. Don Basco en el punto de
muerte... *.
Siguió luego en perfecto orden el de.sarrollo
del escogido programa anunciado, haciéndose
luc.^o entrega de los premios a los alumnos estu­
diantes y artesanos.
La comisión de Ex-alumnos, por su parte,
«•lorgó, según costumbre, rma medalla de oro al
mejor aliumio artesano que comenzó y concluyó
felizmr-nte su aprendizaje en el C o l ^ o y al mejor
externo estudiante, que en las mismas condiciones
concluía sus estudios.
Las beneméritas Damas Cooperadoras: Sra. F i­
lomena Devoto de Devoto, Ana B. de I/acroze y
Maganini de Lacavera, otorgaron premios en
efectivo a los tres mejores oficiales salidos este
r’.c nuestros talleres.
En ‘os entreactos, im g r u j» de alumnos efectuó

mía colecta a favor de los niñas hambrientos de
Rusia, cuyo producto fué puesto en manos del
Excmo Sr. Nimcio, para que a su. vez lo remitiera
a S. S. el Papa Pío X I . E l entusiasmo de las niños
superó toda expectativa, pues fieles a la in.sinuacióu del Papa, efectuaron y cooperaron con
verdadero celo a la colecta, por los cpie aíéctuosaiiiente llamaban: « nuestras henuanitos Inmibrientos de Rusia »... en tal forma, ecable de su eje­
cución, sobresalieron Jos números de los Antiguos
Alumnos-del círculo « Don Basco 1 y del « Círculo
Svarapa » integrado este por 170 padres de familia.
A l final, se levantó el Padre Rinaldi para agra­
decer a todos los manifestaciones de cariño 3'
simpatía a la Obra Salesiana, en la persona de su
representante.
Debo manifestaros, porque así es en verdad,
que os tengo un cariño especial. N o podemos
menos de querer a esta noble tierra que tantos y
tan celosos salesianos ha dado a nuestra Congre­
gación.
El saludo de los niños externos y oratorianos
me ha sido muy grato, y no es de extrañar, pues,
los unos y los otros son ima necesidad para los
salesianos, porque de no tener niños estaríamos
demás, no podríamos prodigar el bien ni cumplir
nuestra misión.
Er. cuanto a los Antiguos Alumnos huelga decir
que forman nuestro cuadro de honor, que nos
bonran en todo el mundo, que comparten y sos­



tienen nuestra idea, que trabajan con nosotros
y honran a Don Bosco.
A las Sres. Cooperadores no hay para que ma­
nifestarles que verlos, conocerlos a todos y hablar
les es para, mi Una grandísima satisfacción. N o­
sotros los recordamos siempre, porque al ver los
niños -que pueblan nuestros colegios, mie.stro
pensamiento vuela a ellos, ya que es su caridad
la que levanta y sostiene nuestras casas, la tjue
alimenta y educa a tantos miles de huérfanas y
pobrecitos. Por ellos rogamos continuamente a
la Auxiliadora.
E l día 29, las alegres notas de la diana, tocada
por la banda del colegio, dispuso los ánimos a las
sucesivas impresiones de la fiesta.
A la misa neudieron numcro.sos antiguos alum­
nos, que recibieron la comunión de manos
del Padre Rinaldi, dando ejemplo de piedad a los
niños internos del colegio.
Tenninadas las funciones de igle.sia, se realizó
el acto imponente del descubrimiento de las tres
lápidas comnenrftratorias, colocadas en un amplio
rellano de la regia escalera.
L a del centro, de tamaño algo mayor que las
otras dos, la dedican al gran amigo y protector
de los Salesianos en Bolonia, al Eminentísimo
Cardenal Svampa. A su derecha, la que el cariño
consagra al primer director del colegio, el llorado
Padre Viglietti; y la tercera tiene grabados los
nombres d e los 50 alunmas que dieron su sangre
y \dda por la patria en la última guerra.
Numerosas fueron las personas que presenciaron
el acto. Una de las improvisadas tribunas la ocu­
paban las autoridades eclesiásticas y civiles, y
la otra, las familias de los solda4as muertos, a
quienes cantó im himno de gloria uno de los An­
tiguos .Alumnos, a quien la muerte re.spetóla vida,
sin duda para contar las hazañas de los Cjue sucmnbieron, si bien pagó su tributo de guerra,
pues es imo de lc« heróicos mutilados.
Representación de todas las amias de guar­
nición en Bolonia a.sistieron en traje de gala al
comnovente homenaje.
Preciosas fueron las flores de amor a la patria,
a la juventud, y al desvalido que los oradores
cortaron y entretejieron para ofrecerlas en hermo­
sas coronas a la memoria de los festejadas: Cardenal
Svampa, varón apostólico, al infatigable Director
y buen amigo, Padre Viglietti, y a los generosos
Aliunnos que supieron sacrificar la vida en aras
del deber.
Emociones intensas sentimos todos, y por mu­
chas mejillas rodaron silenciosas lágrimas de
admiración y de reconocimienti.. * Dulce et decorum est pro patria m orí *, pero no es menos dulce
y hermoso el consumir la vida en el noble aposto­
lado de la educación de la juventud.

Las aflicciones de esta vida son las flores que pre­
ludian los frutos de la gloria.
S. F rancisco de Sa i .es .

ú



222

LOS QUE MUEREN

'í’í.'l
¡Í'N.'O-

s':




Excmo. Sr. Dr, Don Mariano A, Espinosa,
A rz o b is p o de Buenos A ire s .

K1 8 de A bril, a la respetable edad de 79 años,
fallecía eri la paz del Señor, en Buenos Aires,
el Excmo. Sr. Arzobispo de aquella capital,
Dr. Don Mariano A ntonio líspinosa.
Después de una larga vid a consagrada por
entero al bien de las almas, llegaba al ocaso de
su jornada, cargado de méritos, bendecido y
llorado por su pueblo que amaba en él al padre,
al amigo y guía que por tantos años había en­
jugado lágrimas, alentado a los débiles en el
camino de la virtu d y del deber, y disipado las
nieblas y tempestades que sobre la Argentina,
como sobre todos los pueblos, se cernieron en
las xiltimas centurias del siglo pasado y las del
presente.



Con razón la gran República, y con ella la
Iglesia toda, llora la desaparición del benemé­
rito, infatigable y sabia, prelado, pues difícil­
mente se llenan esos huecos donde florecieron
reunidas las virtudes todas del ciudadano mo­
delo y del ejem plar sacerdote.
E l éxito de su apostolado, el amor y simpatías
que gozaba en su pueblo se debe.a la hermosura
trilogía de buenas cuálidades, ideal del sacer­
dote católico: fué virtuoso, laborioso y humilde,
íué, como de él dijo Zorrilla de San Martín;
padre, maestro y providencia para sus feligreses.
Grande fué el afecto que profesaba a la Obra Salesiana, a la que le unieron estrechos vínculos
desde que conoció y tra tó personalmente al
Ven. D on Bosco.
Con los misioneros salesianos compartió en
las inmensas llanuras de la Pam pa y de la Patagonia los trabajos y alegrías del apostolado.
En la Patagonia especialmente, hizo varios
via jes a caballo, con jornadas que a veces se
prolongaron por espacio de 20 horas diarias.
E n una de aquellas excursiones tu vo la satis­
facción dé bautizar al cacique Prihce.
Con el obispo salesiano Mons; Costamagna,
siguió la expedición m ilitar al desierto, llegando
tras muchas penalidades hasta Choele Choel.
T a n to con D on Bosco como con su sucesor
Padre Rúa, m antuvo cordial amistad, logrando
que le enviaran salesianos a trabajar a su viña.
P o r fin, los incesantes trabajos agotaron su
robusta fibra y , cual el sol al ocaso, descendía
a la tumba, después de vivifica r con su poder
a las almas, dejando tras de sí una estela lumi­
nosa de imborrables recuerdos.
E l Boletín Salesiano se une al duelo general,
y pide a los numerosos Cooperadores una oración
por el eterno descanso de su alma.

Otros Cooperadores difuntos:
de Don Pedro Fadrique (España). — Dfia
Marta Ponce.
fíiícaramanga (Colombia). — Dña Dolores
Motta de Cainacho y Dña Celmira Caniacho de
Navarro.
Sa»í Vicente de Chucuri (Colombia). — Sra Dfla
Briseida Serrano Arenas de Partigliany.
Yumbo (Colombia)., — Dña Clementina
Dña María Justina Delgado.

Con aprobación de la .Autoridad Eclesiástica: Gerente: G E M IN IA N O F E R R A R I.
Elstablec. Tip. de la Sciedad Editora Internacional. — Corso Regina Margherita, N. 174 - TU R iN

® O O I]B I> A .I>

I^ O IT O R J V ,

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A v e n i d a R e g i n a ' M a r g a r i d a , 174 - T U R Í N (Italia)

THEOLOGIA DOGMATICA, MORALIS, MTSTICA, PASTORALIS, Etc.
EACCA Sac. P E T R U S . — T h eo lo g ia e m oralis synopsis. B reve opus e x sapieutissimis scriptoribus de R e M o ra li eductum e t ad norm am n o v i Codicis Juris Canonici exaratum : L ibellae 12,50. A p u d exteros: libellae 16,50.
M A Z Z E L L A H O R . A rch iep. Tarentinus. — Fraelectiones Scholastico-D ogm aticae breviori
cursui accom odatae. E d itio qu inta reeogn ita e t aucta.
V o l. I . — Tractatus-de vera E eligi(m e, de S crip iu ra , de Traditio7ie et de Ecclesia Christi.
Ijib ellae 25. — A p u d exteros: libellae 30.
V o l. n . Traciatus de Deo U no ac T r in o et de Deo Creante: L ib ella e 25. — A pu d exteros:
libellae 30.
V o l. I I I . — Tractaí-us de Verbo in ea m a to, de Q ratia Christi et de V irtutib íis iiifu sis:
Lib ella e 25 — A p u d exteros: libellae 30.
V o l. I V . — Traciatus de Sacramentis et de N ovissim is: L ib ella e 25. — A p u d exteros:
Ub. 30.
S E B A S T IA ÍT I Sac. N I C O L A U S S. Th eol. e t utriusque iuris D octor, Cancellarius a Brevibus
A postolicis P ü P P . X I . — Sum m arium T h eo lo g ia e M oralis ad Codicem Juris Canonici
accom odatum cum lucupletissim o in dice analytico:
E d itio qu inta m aior (1920). In -8 m ax.: L ib ella e 9,50. — A p u d exteros: L ib ella e 12,50.
E d itio sexta m inor-m anualis. In 24° (cm . 9 X l 5 ) charta in dica pondere m ínim o, pag. 050.
L in te o contecta: L ib ella e 14,50. — A p u d exteros: libeUae 18.
N A V A L P . F R A X C IS C U S M issionariis F iliis S. Cordis B . V . M ariae. — T h eo log iae asceticae
et M ysticae coisus, ad usum Sem inariorum , In stitu toru m religiosorum , clericom m , necnon
M oderatoru m anim arum . Pi'im a versio latina ab au ctore reeogn ita e t adprobata: L ib ella e
8,50. — A p u d exteros: libellae 11,50.
G A R R IG O U -L A G E A N 'G E F r . R E G I N . O. P . — T h eo log ia fundam entalis secundum S. Th omae doetrinam . Pa rs apologética: D e revelatione per Ecelesiam catholicam proposita.
E d itio 1921 em endata. — Opus ju x ta S. P . B en ed icti X V o p tata sacrae praesertim ju ven tu ti com m endatum : 2 tem i, Lib ella e 45. — A p u d exteros: libellae 60.
6 U R Y P . J. P E T R U S S. J. — Compendium T h eo lo g ia e m oralis recentioribus actis Sanctae
Sedis legibus Codicis Juris canonici accom odatum , h abita simul ratione ita lici juris, cuia
P . R a p h . Tu m m olo ej. Soc. etc. 2 vol. L ib ella e 50. — A pud alias nationes: libellae 65.
C A P P E L L O Sac. F E L I X S . J . — Tractatus can on ico-m oralis « D e Sacramentis » , ju x ta codicem
juris canonici: V o l. I. D e Sacramentis i n genere (D e B a p lism o, Confinnatione e l Eucliaristia) 1921: LibeU ae 20. — A p u d exteros: libellae 26.
C A E B O N E Sac. C. Th eologiae e t Juris Canonici D octor, in Sem inario R eg io n a li Apu lo-Lu cano,
Th eologiae D ogm . e t Sacrae E loqu en tiae M agister. — Exam en Confessariorum ad Codicis
Juris Canonici norm an concinnatum ; LibeU ae 12,50. — A p ü d exteros: libeUae 16,50.
M ü X E R A T I Sac. D A X T I S . — Prontuarium pro ordinandis et coníessionis exam inandis;
LibeU ae 4,50. — A p u d exteras naílones: UbeUae 6.
A N T O X E L L I Sac. J O S B P H . — M edicina Pastoralis in usum confessiariorura e t curiarunn
ecclesiasticarum . E d itio quarta in pluribus aucta. A cced u n t 94 figurae e t 25 tabulae anatom icae coloratae. 3 vo l.; LibeU ae 60. — A p u d exteras nationes: libeUae 80.
C H E L O D I Sac. J O A N X E S . — Jus m a trim on ia le ju x ta Codicem Juris Canonici: LibeU ae 6,50.
— A p u d exteras nationes: UbeUae 8.
S. A L P H . M . D E L IG O R IO . — T h eo lo g ia m oralis. E d itio n o v a cum antiquis editionibus diUgenter coUata; in singuUs auctorum aUegationibus reeogn ita notisque c r itic is e t commentariis iUustrata cura e t studio P . Leon a rd i G au dé e Congr. Ss.mi R edem ptoris, 4 volum .
paginis 3200. In-4®, charta m anufacta: LibeU ae 75. — A pu d exteros: UbeUae 100.
P. G E M E L L I A U G . O. F . M . — D e Scm pulis. Psych o-path ologiae specimen in usum confes­
sariorum: LibeU ae 12,50. —• A p u d exteros: UbeUae 16.
G E X IC O T E d . S. J . — Casos conscientiae p rop ositi ae soluti. Opus postum um accom m odaiu m ad T h eo lo g ia e m o ra lis In stitotiones e j. auct. E d itio 4* ad norm am Codicis Juris re c o gnita e t pluribus casibus au cta a J . Salsmans S. I. etc.
LibeUae 34. — A p u d exteros: UbeUae 40.

ÍS 0 0 IK I> - ¿ V X >

I P í 'I ': i © I « K r A O J O N r A I ^

A v e n id a R e g in a M a r g a r ld a , 174 - T U R lN (Italia)__________

CO D E X

IIT R IS

C A N O N IC l

Pii X Pontiíícis Maximi iussu digestiis, Benedicti Papae XV auetoritate promulgatus, praefatione B;mi Petri Oard. Gasparri et índice analytieo-alphabetico aiictus.

1 ) E d itio m inuta in -1 8 (c m .9 V 2 X l5 )c lia ra c te rib u s n itid Í8 le c tu q u e fa c iilim is , chartaBubtáü
non translúcida.
Sine tegumento: L ib ellis Ita lic is : 7,50. — A p u d exteros: L ib . 9.
Cum teg^imento: 1 ) L in te o contectu m cum titu lo áureo in dorso: L ib . I t . 12. — Apud ext-eros: L ib . 13,50.
2 ) P e lle contectum dorso, áureo titu lo in dorso, foliis' intonsis: L ib . I t . 14. — A p u d exteros:
L ib . 15,50.
3) Chagrin contectum dorso c t angulis, cetera lin teo, nervis in dorso distinctum ornam entís aureis e t tessellis cum titu lo e t stem m ate áureo foliis intonsis: L ib . I t . 15. — Apud
exteros: L ib . 16,50.
2) E d itio in-18 — u t sitpra — cum íontiu m annotatione.
A p u d exteros: L ib . 12,50
Sino tegumento: L ib ellis Ita licis:
10,50
A pu d exteros: L ib . 17,—
Cum tegumento: 1 ) u t supra: L ib . Ita l. 15,—
A p u d exteros: L ib . 19,—
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . Ita l. 17,—
A pu d exteros: L ib . 20^—
Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . Ita l. 18,—
3 ) E d itio M anualis in-12"(cm . 1 2 x 1 9 ^ ) characteribus paulo m aioribus ac perspicuii,
■churla subtili.
A p u d exteros: L ib . 14,50
Sin e tegumento: L ib ellis Ita lic is :
11,50
A p u d exteros: L ib . 20,50
Cum tegumento: 1) ut supra: L ib . Ita l. 17,50
A p u d exteros: L ib . 22,50
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . It a l. 19,50
A p u d exteros: L ib . 23,50
Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . It a l. 20,50
4 ) E d itio 4nJ.2 — u t supra — cum foníiuna annotatione.
Sine tegumento: L ib ellis Ita licis:
16,50
A pud exteros: L ib . 20,
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . It a l. 23,—
A p u d exteros: L ib . 26,50
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l. 25,—
A p u d exteros: L ib . 28,50
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.
27,50
A p u d exteros: L ib . 31,
6 ) E d itio in -8 {c m .l 6 ^ x 26), cum fon tiu m ann otatione charta crassiore, characteribui
jrandiusculis.
Sine tegumento: 1) L ib ellis Ita licis:
21,—
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l. 32,—Cum tegumento: 3 ) u t supra: L ib . Ita l. 35,—

A p u d exteros: L ib . 25,
A p u d exteros: L ib . 37,—
A p u d exteros: L ib . 40,—

Litterae universae ad nos remittendae, hac signentur inscriptione quAe nostram oflSoi»
nam aliarum oapat, respioit:
SOCIETA EDITRICE INTERNAZIONALE. — Corso Regina Margherita, 174.
TORINO (9) (IT A L IA ).
Quomodo in diem deposcentibm obtemperabimus.

R e d a c c ió n y A d m in is tra c ió n : V ía C o tto le n g o , 32 - T U R fN .