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Boletín Salesiano
R E V I S T A DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año X X X V III — N . 8.

Agosto 1923

■=><iaix:
S u m a r i o * — P o r sm frutos los conoceréis, — A los bien/iechores <¡e los huerfanilos de nuestras
Misiones. — Eficacia de los Oratorios festivos ji la Religión en la educación, — E l culto en
la Basílica de María Auxiliadora de Turin. — E l Revmo, Don Felipe Rinaldi en Sicilia. —
Séptimo Congreso de los Oratorios festivos y Escuelas de Religión. — Misiones: En la
Misión d il Assam, India, durante las Vacaciones del " P u j a " • Las primeras flores de
nuestro Orfanato de Shillong. - Episodios de las Misiones. —
Gracias de María Auxiliadora, —

Culto de María Auxiliadora.

Correspondencia del Paragua}). — P o r el mundo salesiano.

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A v e n id a R e g in a M a r g a r id a , 174 — T U R fN (Italia)

NOVUM MISSALE
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S a c ro s a n o ti

O o n o ilii

ilíSSÍllC KOlfltllHUfl r e s t i t u t u m

S . P i i V . P . M . ju s s u

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r e c o g n itu m
a u c to r ita te

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r e fo im a tu m

et

aU o-

S S .m i

T u lg a tu m .

E d itio typica V atican a n igro tan tu m impresaa, cum rubricis itaUois Uteris resultantibua,

in cu arta subtUi sed soUda. Om. 1 7 x 2 6 m arginibus oompreUcnsis.
Sine tegumento-. LibeU ae 30. — A p u d exteros: U M la e 42.
rih ^ lla e 60 _
O ordectím : 1 ) Sem ipelle ac tela , sectione rubra, fatulo ac cruce deauratiB. LibeU ae 60.
^ ^ ” 2 )**T rta p e U ^ rú b e o colore, sectione rubra, titu lo ao cruce deauratis; LibeU ae 80. — Apud
“ ' * 3 7 T o t e p eU e^ u b e o colore, auratis lolü s, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata in

I L ; ; B t S í o " : : L i b e U a e 84. _ A p u d e x te te s :U b ^ 9 0 .
u r ó m n ™ u t su7ra

1 sectione vero aurata. LibeU ae 91. -

Apud exteros: b b e U « 100.

3) T o ta pelle, cum titu lo áureo, sectione rubra. LibeU ae 112. — A p u d exteros.
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l\ O m n ifu t suí^^^ N 3, sectioke vero aurata. LibeU ae 140. - A p u d exteros: hbeUae 1 ^ .
3 S o
Tu ron ica ju x ta ty p ic a m V a tica n a m (If. 14 typ u s 2 8 x 1 9 ). Im pressujn
n icroQ u rcü lore T ex tu s illustrationibus n itet, ehroUbinaque im pressione

p e r p r ita s u S r ír n
vlsu te non laedit. M inim um est pondus Uujus MrssaUs (2 K g .) ut
a pueria ecelesiis inservientibus fe rri potest.



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ac cruce deauratis: LibeU ae 200. -

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coiore, auratis foliis, titu lo deaurato in dorso ac cruce aurata in planis:

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teanualis 1922 ( e m ^ O x l O ) E d i f a o ^
editione con¿ordans; ch arte in dica ten ul e t solida, cum characteribus magms et

perspicuis rubro e t n igro impressis, accuratissima.
8 in e tegumento: LibeU ae 28. A p u d exteros:
Coníecíum: 1) L in te o , cum titu lo áureo, sectione rubra: LibeU ae 36. — A p u d extero

l í-

^ “ ^21 O m nia u t supra, sectione vero aurata: LibeU ae 40. - A pu d exteros:
^5.
6 ) E d itio I Taurinensis, 1021, iuxta typicam . com m odissim a, m p a g m s conficiendis
m o d i t i u f S o n e habita, foro n u iq u a m lectorem ab una ad aham
p a ten t cm . 1 4 x 2 3 V2, rubro-nigro impressae, c i ^ Im eis rubris m quadrum duc is,
ribus nitidissim is apposite fusis, lectu va ld e idoneis.
E d itio hace in duabus chartis diversis ven it:
In charta in dica subtiU ac soUda (M issal. reh gat. gram m , 600 pondo)
In oharta a m achina crassiore (M issal. religa t. gram m . 1100 pondo).
S in e tegumento: LibeU ae 50. — A p u d exteros: UbeUae 6 6 .
Goniectwm 1) Semi-peUe rúbea a c tela eiusdem colons m pianis, titu lo ac craoe m p
foliis coloratis (v e l in fectis coloribus): LibeU ae 76. — A p u d exteroa: l i M a e
,,
^ 2 ) T o ta peUe rúbea, folüs coloratis, titu lo in dorso ac aurate cruce m plañís: LibeU
^

'^3 ) ^ T o t r ^ e r o ^ a ^ deauratis folüs, títu lo in dorso ac aurata cruce in plañís; LibeUae 100-

A p u d exteros: libeUae 130.

Ano X X X V III -

s

N . 8.

Agosto 1923,

=
BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
R e d a c c ió n V A

d m in is t r a c ió n :

V ia C o tto le n g o , N. 32 - T U R IN (Italia)

Por sus frutos los conoceréis
En uno de los arrabales de la industrial y
populosa Turín, centro hasta hace poco de revo­
lucionarios y descontentos que en m is de una
ocasión turbaron la paz y vid a próspera de la
gran urbe, levántase airosa, cabe a una iglesia
en construcción, la casa del obrero o de los
padres de fam ilia, como allí la llaman.
No ha mucho que en este coto cerrado del
socialismo, donde hombres m alvados y vividores
de oficio habían arrancado con saña diabólica,
con tesón y constancia dignos de m ejor causa
la religión de amor y de paz que nutría en el
pueblo trabajador la resignación y esperanza
cristiana de días mejores, se urdían, inspirados
por el odio y la venganza, planes siniestros que
amenazaban anegar en sangre y fuego a la opu­
lenta ciudad, se cuajaba la torm enta revolu­
cionaria, donde masas sin fe rugían feroces,
cual chacales, ansiosas de vandalismo, de re­
ducir a pavesas con la tea incendiaria los mo­
numentos que el trabajo, el amor y la religión
habían levantado en provecho de sus hijos;
querían, desnaturalizados, locos de ira, envolver
a la bella Ita lia entre las mallas de una sangrienta
catástrofe.
Si bien es verdad que los males que aquejan
a la humanidad son tan antiguos como el hom­
bre, pues entroncan con el origen de su desgracia,
con la tragedia del paraíso, y a que desde en­
tonces se hace imposible en la vid a de acá abajo
la realización práctica de la tendencia innata
que a todos nos llam a a ser felices, no es menos
cierto que nunca como en nuestros días se han
hecho tan sensibles e insoportables a las mu­
chedumbres los desafueros de la maldad, pues
se consideran com o parias de esta sociedad sin
«trañas que hace crujir sobre sus espaldas el
iátigo del insulto y del desprecio.
La revolución francesa que provocaron la
®ípiedad de V o lte r y demás enciclopedistas

de su ralea, después de acabar con el trono y
arrojar de los altares al D ios que unía a los
hombres com o a hijos de un mismo Padre,
entronizando en su lugar la licencia, la rebeldía
de la razón, con sus principios funestos, que
luego desarrolló el liberalismo, creó el antago­
nismo de clases, m atando a las corporaciones
o gremios de obreros, para entregarlos inermes
a la explotación inhumana de los nuevos capi­
talistas que se habían enriquecido con los bienes
de la Iglesia, herencia del pobre y del desvalido.
En van o estos se lamentaron y expusieron
sus necesidades, exigiendo remedio a sus males,
los nuevos ricos, soberbios, sin fe, y por lo mismo
sin tem or de Dios ni conciencia de sus deberes,
se rieron de sus lamentos y despreciaron sus
congojas, sin que en sus corazones despertara
el grito de las muchedumbres sentimientos de
compasión ni ansia de restaurar los principios
de la justicia ni deseos de aliviar o suprimir en
lo posible los males que pesaban y pesan sobre
la humanidad desvalida.
Y efecío o consecuencia de la pobreza y m i­
seria, y especialmente de la de.sconsideración,
por la que el trabajador contem pla con dolor
que v a perdiendo fuerzas en el concepto de su
dignidad de hom bre y se v a extinguiendo su
personalidad, es la efervescencia de las pasiones,
el odio concentrado que arma millones de brazos
que se alzan y agitan amenazadores en nombre
de la justicia social, dispuesta a term inar con
todos los despotismos brutales de una sociedad
p ^ a n a , con todas las infamias de las modernas
injusticias sociales.
L a única fuerza capaz de neutralizar, de con­
tenerlas iras del pueblo o cerrarles el paso en el ca­
mino de la destrucción y del crimen, era la idea
religiosa, el tem or de Dios con la esperanza de
un prem io o c a s t r o de ultratumba; pero llegan
hombresdesalmados, falsos reformadores, abortos

i
— 228 del infierno que se ríen de su credulidad y vanos
temores, que les predican que la religión es un
m ito y la virtu d un engaño, que niegan, osados,
la Redención de Cristo, cerrándoles los hori­
zontes de la divina esperanza, para convertirlos
en bestias sin responsabilidad ni libertad, sin
más aspiraciones que liacer de la tierra su mez­
quino paraíso, y entonces el pueblo, desespe­
rado, al convencerse de que sus tristezas nunca
hallarán consuelo, ni recompensa sus grandes
y dolorosas privaciones, da rienda suelta a sus
envidias, odios y rencores, se entrega al socia­
lismo que le tiende la mano, ofreciéndose a sa­
carlo de la miseria y libertarlo de la tiranía de
sus opresores.
P riva d o del pátrim onio del cik\o, exige a todo
trance su felicidad terrena, quiere gozar del ban­
quete de la vida, a que tiene derecho como to ­
dos, y para conseguirlo pone en juego cuantos
medios halla a mano, por ilícitos y abominables
que sean.
« Ten go derecho a m i felicidad, exclam a im ­
paciente, y la quiero en seguida, sin tregua ni
demora. M i felicidad consiste en poseer, en ser
rico, en gozar; cuantos frutos brinda la tierra
y bienes hay en el mundo m e corresponden, los
arrebataré, y ¡a y del que se oponga a mis planes
y se me plante en el camino! D e todas las gran­
dezas y fortunas haré un m ontón que disper­
sará el vien to d e m i cólera y, si preciso fuere,
las regaré con sangre para darle la fecundidad
que ha de producir m i dicha, y mañana haré
brotar las primeras flores de ese edén que quiero
conquistar, porque m e pertenece y es m i des­
tino, mi herencia».
Así estaban las cosas en el barrio de San Pablo,
nombre que en aquel centro y en labios de sus
moradores era una ironía, cuando el boldievism o sentó sus reales eu el im perio de los Zares.
Mientras Leiiín. patriarca y redentor del pro­
letariado ruso, ensaya el decantado sistema de
Marx, que debía convertir a Rusia en paraíso
de bienestar y delicias, cambiando el orden y
las costumbres, la ley y la justicia, en nuestro
coto socialista, en el pequeño Moscou de Tnrín
se abre, con buen acuerdo, un paréntesis de
espara para valorar los resultados y éxitos de
sus colegas, oportunidad que los hijos de Don
Bosco aprovechan para ensayar, a su vez, en
ese nuevo campo su sistema social, basado, no
en el odio de clases, como sustenta el socialismo,
sino en el amor, en la fraternidad verdadera que
nos tra jo y legó Cristo, en la abnegación y des­
interés cristianos que Don Bosco sintetizó en
su lema « Da m ihi animas ca cica toüe ».
Convencidos los salesianos de que la vida es
amor y que solo puede haber felicidad donde
se ama; que el obrero está más llagado en el

corazón que en la inteligencia; que las necesi­
dades del espíritu corren parejas o superan a
las materiales; persuadidos de que la idea de
Dios y sus promesas han hecho v iv ir en serena
calma a los pueblos por espacio de muchos si­
glos, no siendo en éUos las necesidades inferiores
a las nuestras; que la idea religiosa ha revestido
de encantos la pobreza y la ha hecho adorar en
el pesebre de Belén, en N azaret y en el Calvario,
arrancando el apego de las riquezas del corazón
de las multitudes, se llegaron con entrañas de
misericordia a los descarriados hermanos de la
barriada de San Pablo, habrientos de resigna­
ción más que de pan, y sin discursos ni
ruidosos, sin folletos de propaganda comienzan
su labor constante y bienhechora, que debe co­
ronar el éx ito y redim ir para el bien, la familia
y la sociedad cristiana a la muchedumbre
obrera. Sin más capital-que su caridad ardiente,
y a fuerza de abnegación y sacrificios logran
edificar para los hijos del pueblo un edificio,
que, aunque modesto, es para ellos un palacio,
y comienzan a funcionar el Oratorio festivo,
obra genial de D on Bosco, e l teatro, la bolsa
del trabajo y otros medios no menos eficaces.
Vese en los recreos y días festivos a los sale­
sianos, nimbados con el p o lvo de los patios,
divertir a los niños, tratándolos con dulzura y
cariño para ganarse la confianza que debe
abrirles la puertas de los tiernos corazones que
deben modelar.
Poco a poco el ambiente cambia, la malque­
rencia y recelos de los días primeros desapa­
recen, su celo y amor se abren paso, y tras de
los hijos vienen a la casa salesiana los
padres, porque al fin y al cabo no hay nada
que más les interese que el bienestar de sus hijos.
Recibidos con agasajo y los brazos abiertos,
el tra to afectuoso disipa los prejuicios, la ca­
ridad industriosa, más eficaz para remover
obstáculos que la palanca de Arquímedes,
allana dificultades, y el amor, que obra mara­
villas, inicia la regeneración.
Conviene com pletar la obra, y como los hijo:=
de Don Bosco saben muy bien que la impieda'l
se ha ser\’ido de la prensa, del club, la taberna,
el café y el teatro para corromperlos y degra­
darlos; que en la taberna se desmoralizan, gas­
tando en pocas horas los sudores de una se­
mana de trabajos, que son el pan de sus hijos:
que el lu jo del café les hace despreciar las de­
licadas dulzuras del hogar, que en el club se
exacerban sus pasiones y m alea su corazoa
con doctrinas disolventes y malas lecturas, or*
ganizan toda una obra admirable que suple con
ven taja esas necesidades creadas, y en la casa
del pueblo, en el círculo de los padres de fn*
m ilia no faltan biblioteca, salas de billar, cafe»

— 229 -teatro, música, conferencias y cuanto pueda
servir para su instrucción y recreo, círculo y
obra que ellos llaman suya, porque ellos la
administran, dirigen y dan vid a con la ayuda
y apoyo de los salesianos.
Breve es el espacio que nos separa de la fe­
cha en que ambos sistemas: socialista y salesiano
comenzaron sus ensayos en masas parecidas,
pero es lo suficiente para apreciar sus méritos
y frutos.
Lenin, deq>ués de una pnieba monstruosa en
que, a fuerza de sangre, ha logrado desterrar de
:;u pueblo la idea de Dios, la noción de patria
y destruir la fam ilia y hacer desaparecer la
propiedad, presenta a la humanidad, que lo
contempla horrorizada, el infierno bolclievista,
donde todos los males tienen asiento, impera
la más brutal tiranía, reina la corrupción más
espantosa y domina como soberana la miseria,
que convierte en antropófagos a los hombres
y tom a al salvajism o la civilización de muchos
siglos de labor cristiana.
E l barrio de San Pablo, en cambio, se trans­
forma en paraíso, donde tod o es paz y armonía
y se goza cuanto cabe en este va lle de lágrimas.
Cuatrocientos padres de fam ilia se agm pan en
círculo compacto, form ando un corazón y un
alma sola, una grande fam ilia que es la envidia
y admiración de cuantos la estudian, donde se
respira ambiente sano, religioso, ajeno al odio
y a la intriga, donde no se conoce el lenguaje
obsceno, y alientan corazones sencillos, bené­
volos, agradecidos, donde reina la alegría más
sana, espontánea y constante y se ama y da
culto a Jesús, obrero divino, que dignificó el
trabajo.
Instm idos en la religión e iluminados por la
fe, conocen los misterios de la vida, y por eso,
cre5’endo, esperando y amando, trabajan con
asiduidad, sufren con paciencia y practican las
virtudes que derraman consuelos en el corazón,
dicha y felicidad en el hogar del pobre.
Lejos de frecuentar los clubs, juegos y ta ­
bernas que fueron origen de sus pasados dis­
gustos y miserias, enseñan con gusto, en unión
de los salesianos, e l catecismo a sus hijos, pre­
siden sus juegos, y los acompañan a misa y
demás funciones de iglesia, dándoles ejem plo
de fe y religiosidad.
Con ellos se entretienen y solazan en el teatro,
pasando el domingo santamente, y mostrando,
a la vez, que pueden divertirse honestamente
sin dejar de cumplir com o buenos cristianos.
A llí no se habla de huelgas, de violencias o
sabotages, ni se comentan disgustos de familia:
la paz, la a l^;ría y resignación cristianas reinan
soberanas en los hogares y corazones de los
obreros del h oy ejem plar barrio de San Pablo.

Term ino este incom pleto artículo con un
rasgo que habla con éloquencia de la trasfor­
mación del coto socialista: para terminar las
obras del tem plo que los salesianos construyen
para atender a las necesidades espirituales de
la barriada, el círculo de padres de fam ilia ha
contribuido con 5000 liras, fn ito de jirivaciones en café y tabaco. Son hechos que no
necesitan comentarios.

A los bienhechores de los huerfanitos
de nuestras Misiones.
Respondiendo al llamamiento de un misio­
nero salesiano de la India, que nosotros inser­
tamos en el Boletín de M ayo con el título:
« ¿Quién desea proh ijar a un huerfanitoP» varias
personas se han interesado por la suerte del
huerfanito U J i r i y de otros que se hallan en fas
mismas circunstancias, no solo en la India,
sino tam bién en la China y Africa.
A la vez que agradecemos la generosidad
cristiana de estas buenas almas, deseamos res­
ponder a las preguntas que sobre el particular
nos han dirigido algunas de ellas.
Para la adcq)ción de un huerfanito se nece­
sitan 500 liras, que, en moneda española, son
160 pts. Para sostener un catequista, que tanto
bien hace, gastamos al año 1500 liras, poco
menos de 500 pts.
O tro tanto se requiere, aunque se haga la
m ayor economía posible, para atender a los
gastos anuales de cada uno de los jovencitos
que se preparan para el sacerdocio de las mi­
siones en el In stitu to Cardenal Cagliero.
Es esta última una obra que debe interesar
grandemente a todo el que se preocupe de
la gloria de Dios y la salvación de tantas almas
como vegetan en el error y en las tinieblas del
paganismo.
N o ha mucho que el Espíritu Sancto manifes­
taba sus ardientes deseos al pueblo cristiano
por boca de su representante en la tierra. P ío X I ,
gloriosamente reinante, de que se desarrollaran
con toda intensidad las Misiones Católicas.
Si D ios lo quiere, es necesario que todos res­
pondamos al llamamiento divin o generosamente,
apoyando, al menos, con nuestras oraciones y
limosnas cuantas instituciones tiendan a llevar
la luz de la fe a esos desgraciados hermanos.
Y no cabe duda que una de las más principales
es la que se interesa por la formación de sacer­
dotes misioneros, que son los que han de ejercer
directamente ese divin o apostolado.

H H BLH ND O

C O N

D O N

B O SC O

Eficacia de los Oratorios festivos
y la religión en la educación.
20 diciembre 1880.
D ebía agradecer a Don Bosco el haberme
enviado las H ijas de M aría Auxiliadora y
darle cuenta de la fundación del asilo de Melazo.
Me llegué al Oratorio a eso de las tres, y. afor­
tunadamente, lo encontré en casa. Delante de
de m i iba el párroco de San Carlos, y hemos
entrado juntos. Don Bosco me reconoció en
seguida y recibió cortesmente, si bien cedí el
lugar al señor párroco, que había llegado antes
que yo. Mientras aguardaba en la modesta sala
de espera, oí que Don Bosco discurría sobre
obras de beneficencia y socorros para los pobres
huérfanos abandonados.
Y o estaba entretenido mirando un cuadro
donde estaban escritos los nombres de los bien­
hechores de la humanidad: Santa Catalina ce
Sena, el canónigo Cottolengo, P ío I X y cien más,
y se me ocurrió que dentro de poco habría que
añadir el de D on Bosco.
Cuando salió el párroco, entré y o y le agra­
decí vivam ente a D on Bosco el haber accedido a
mi petición, enviándome las H ija s de María
Auxiliadora. L a fundación, le dije, marcha a
m aravilla: los niños que alberga el asilo son ya
unos treinta, y sesenta las niñas inscritas para
las labores. jLástim a que haya que rechazar
otras peticiones por falta de local;
__ Me alegro, m e contestó, del buen resultado;
y a verá V . cuanto bien se va a hacer.
__ Pero no es eso sólo; los domingos, las bue­
nas hermanas reúnen en casa a todas las niñas
del pueblo, las entretienen, jugando y saltando
con ellas, les hacen cantar, rezar y. por fin, las
conducen ordenaditas a la iglesia.
__ Estas reuniones de los domingos producen
abundantes frutos de bien, como ya le dije a V .
otra vez; las labores y el asilo no cabe duda que
son escuela de virtud, fuente de beneficios para
los niños, pero son en cierto m odo limitados;
en cambio, la influencia de esas reuniones do­
minicales con las heuuanas, es incalculable:
impiden mucho mal. apartando a las mucha­
chas creciditas de la compañía y engaño de
jóvenes licenciosos... Mire, aquí mismo, los
domingos, hace pocos años, era un espectáculo
horribile... Comenzamos p or lim piar las calles
de joveivcitos, atrayéndolos al Oratorio, donde
los divertíam os santamente, y. a poco, acudían
lo mismo las muchachas a las hermanas, y ahora

no cabe la gente en la iglesia, a veces esperan
a la puerta, aun lloviendo, con el deseo de oir
la palabra de Dios.
— Esto se debe a la gracia y ayuda divina,
que se hace patente y visible, porque de otro
modo sería imposible llegar a estos resultados.
— Sin duda alguna, el fa vo r de Dios no falta
cuando se trabaja con decisión y confianza.
H ace algunos años vino a visitarm e L o rd Palmerston. L leg ó a eso de las 10 de la mañana y
permaneció en nuestra compañía hasta las seis
de la tarde, visitando detenidamente todo cuanto
había que ver y pidiendo explicaciones deta­
lladas con la precisión e interés con que suden
hacerlo los ingleses.
L o que más le llamó la atención fué la sala
de estudio, donde halló a quinientos niños ata­
reados, en absoluto silencio, verdadera marad lla para él que jamás había presendado cuadro
semejante, a pesar de visitar muchos y afamados
colegios.
« ¿Cómo pueden Vdes, me decía asombrado,
obtener estos resultados con jóvenes recogidos
en el arroyo, y , por tanto, de escasa o ninguna
cultura? ». « Con un m edio de- que Vdes. no dis­
ponen, le contesté y o ». « Pero ¿cuál es? insistió
impaciente; debe ser algo extraordinario, por­
que aquí y o no veo ni vigilantes, ni asistentes *.
E l m edio no es otro, añadí, que la Confesión,
la Comunión frecuente y la asistencia a la santa
Misa ». Palmerston se irguió con grave seriedad,
y, después de reflexionar un momento, respondió:
« Sí, la Confesión es un gran medio moralizador,
y nosotros hemos pensado y a seriamente en
restablecerla en nuestro país ». * Ciertamente
que es indispensable, necesaria para la salud
de las almas, pero V des no la pueden tener. Si
nosotros no contáramos con la Confesión, para
teñ era raya a estos jovencitos sería preciso estar
en m edio de la sala con un bastón en la mano
y sacudir el p o lvo al que alterara el orden; con
ésto sfe conseguiría cualquier cosa, menos el si­
lencio, que romperían los lamentos dél agraciado».
V, Teneis razón, respondió Palmerston, y, vo l­
viéndose a su secretario: « Escribe, le dijo, que
para mantener la disciplina no hay o'tro medio
que la Confesión o el palo ».
Todos cuantos vienen a visitar el Oratorio:
italianos, franceses, alemanes, y especialmente
estos últimos, que son más observadores, nos

hacen las mismas preguntas y reciben idénticas
respuestas (i).
« H ace pocos días que algunos miembros de
la Junta Municipal de Rom a, visitaron al Sr.
Ministro V illa para hacerle presente que Don
Bosco (2) había recibido orden del Padre Santo
de fundar un colegio en el Castro Pretorio y
edificar un tem plo al Sgdo. Corazón de Jesús,
y le preguntaban cual debía ser su actitud ante
este nuevo instituto que, a su parecer, alcan­
zaría pronto grandes proporciones. Después de
escucharles algún tiem po en silencio, el ministro
les contestó: D on Bosco hace un gran bien a
muchos niños, arrancándoles del m al camino
y luego los instruye. E l no se mete en política.
Déjenle obrar libremente.
— E n el Municipio de Roma, añadí por mi
cuenta, hay y a varios concejales que son buenos
católicos y favorecerán con toda su influencia
la obra; y no pocos del bando contrario estoy
seguro de que le ayudarán también, pero no se
me oculta que no faltan algunos de la .p iel de
Barrabás, que se opondrán con toda su fuerza
para im pedir cualquier bien, en su afán de per­
judicar a l Catolicismo. Estos m alvados qui­
sieran descristianizar a Ita lia , y la quemarían
de buena gana con tal de acabar con su re­
ligión.
— Demasiado lo sé, y p or eso nos conviene
proceder con prudencia y cautela, con la sen­
cillez de la palom a y la prudencia de la ser­
piente. D on Bosco se mantiene siempre en la
l^ a lid a d , siguiendo el consejo del Señor: « dad
al Cesar lo que es del Cesar; nada de más ni de
menos ». ; Pobre D on Bosco si cometiera una
imprudencia! Muchos jovencitos vagarían de
nuevo p or el arroyo. Y efectivam ente, Don
Bosco sigue los programas del gobierno y enseña
los textos que ha prescrito; desean que se lea
Maquiavelo, y y o lo hago leer a mis alumnos.
— Pero les da la edición purgada.
— Claro que sí. ¿Queríais que y o enseñara el
mal a mis niños? ¿O creéis por ventura que por
quitar aquellas palabras o frases del libro que

(i' E l Rdo. D on M iguel R úa conñrm a qu e, estando
tí Venerable Don Bosco en cierta ocasión hablando cojj
tí Obispo d e L ieja, Mons. Donlrelou-t, y como la conver­
sación derivara hacia los medios conducentes para llegar
a Una vida cristiana, discurrían sobre la importancia y
eñcacia de la C om unión, m edio infalible para em endar
U vida de todos, particularm ente de los jóvenes, a quienes
«oiiduce rápidam ente a la perfección cristiana, en un
fom en to dado, Don Bosco exclam ó: H e ah i e l g r a n s.etreto, y lo dijo con tanto sentim iento d e fe y amor, que
hi*o conm over profundam ente a su iuterlocutor, el Sr.
Db;<¡)0. (Nota de la redacción).
(2) D. Bosco usaba la tercera persona cuando hablaba
úe s; mismo. (Ñ ola del escritor).

pudieran turbar la mente o corromper los co­
razones, dejará de ser el escrito, el estilo y
pensamiento de Machiavelo?... D e ninguna
manera.
M e despedí de D o n Bosco, augurándonos
mutuamente felices Pascuas de N avidad. Bajé
a saludar a Don Juan Cagliero, que se alegró
sobremanera al oir las buenas noticias que le di
del asilo de M e la z o .. Jle dijo que partía el
con una expedición de misioneros que se dirigía
a la Patagonia, pero que él pensaba detenerse
en Gibraltar, y de llí encaminarse a Sevilla
para fundar en sus alrededores un nuevo co­
legio.
Como el grano de mostaza, la obra de Don
Bosco, de humilde planta, se ha trasíormado
en árbol gigantesco que extiende sus robustas
raíces de un extrem o al otro de nuestra patria
y cubre con su copiosa fronda los dos emisferios.
E l Marqués V íctor S cati (i ).
( i ; D e una relación autógrafa con la siguiente fechii:
T u r in 24 de A b r i l 1891.

El culto en la Basílica de María
Auxiliadora de Turín,
Desde las cuatro y media de la mañana que se
abren las puertas de la Basílica hasta que anochece,
no faltan fieles a ninguna hora.
Todas las misas que se dicen, aun en los días
feriales, tienen oyentes: en las dcl altor mayor, que
es el de M a ría A uxiliadora, se da la comunión
durante la misa y no pocas veces al p rin cip io, ol
medio y al fin de ella.
Siempre hay almas de la ciudad o forasteros
que hacen guardia de honor a la Virgen de Don
Bosco, y muchas, que no pueden asistir p or sus
ocupaciones, envían cirios para que ardan a sus
pies, representando su am or’.
Los días festivos no se cabe en la iglesia. Hom~
bres, mujeres y niños asisten a todas las funciones:
cuatro o cinco veces se explica el Evangelio, y por
l-a tarde, además de la enseñanza del catecismo,
de dos o tres pláticas sobre algún punto de doctrina,
se da tres veces la bendición con S. D . M .
E n resumen: durante el año 1922, según reza
la estadística que se presentó a la Curia, se repar­
tieron 394,000 comuniones y se celebraron 25.000
misas.
¡Loado sea el Señor!

— 232 —

El Rdmo. Don Felipe Rinaldi en Sicilia.
{Continúa la relación del inspector D . G. M.ivguzzi).
E l 13 de Febrero partía nuestro venerado Rector
con ruiiibo a A li M arina, donde las Hijas de María
Auxiliadora dirigen un colegio floreciente, con
jardines de infancia, escuelas elementales, normal
eciuiparada a las del Estado y Oratorio festivo
muy frecuentado. En el trayecto le esperaba una

El Padre Rlnaldl en Toornlna. {Instantáneo)

grata sorpresa. L a población de Sta. Agata de
M ilUello, agradecida a los beneficios que recibe
de lus Hijas de María Auxiliadora, que educan
con excek'ute resultado a las niñas del pueblo,
salió a la estación para testimoniar al Sucesor de
Don Bosco su reconocimiento y ofrecerle, como
señal de afecto, un hennoso ramillete de flores.
Don Rinaldi lo agradeció vivamente, y, al ponerse
el tren en marcha,'■> entregó somriente al antiguo
alumno que tenía a su lado, teniente del cuerpo de
Carabineros Reales, diciéndole: « tome V ; las flores
están mejor en manos de \m ofici;U, que de un
sacerdote
En A li visitó detenidamente el Colegio, ala­
bando su buena marcha; celebró en la capilla, y
dirigió durante la misa un caluroso fervorín a las
educandas normales, excitándolas a prepararse
diguaureute al sublime apostolado que las aguarda.

Hacia Mesina, Taoraina y Randazo^
D e A li se dirigió a Mesina. Las lágrimas se le
agolparon a los ojos y tma nube de tristeza nubló
su alegre rostro a la vista de las ruinas d d que fué
un tiempo el soberbio colegio de San Luis. El
violento terremoto del 1908 lo redujo a escombros,
sepultando entre sus muros a 64 víctimas. Del
triste y doloroso recuerdo lo sacaron los entusia.stas vivas de un centenar de alegres muchachos
que, obedeciendo a impulsos del corazón, rom­
pieron filas y se lanzaron a comerse a besos la mano
que tan pródigamente los beneficiaba. iQué her­
moso y tierno espectáculo! Era la obra que re­
nacía entre los escombros, la halagüeña esperanza
de un risueño porvenir, el bien que se desaroUaba,
a pesar de contratiempos y estrecheces.
A la par que los niños, le rodeó, con mani­
fiestas pruebas de respeto y cariño, un grupo de
amigos y Cooperadores, quienes lo acompañaron
al salón de actos, donde el Rdo. Padre Gerardi, de
los Menores Conventuales, desarrolló el tema:
Lirios y rosas, ilustrando con su magistral discurso
la figura de San Francisco de Sales.
Puso ténuino al acto el Rdo. Superior, quien,
tomando pie de las palabras que sirvieron de tema
al discurso, dijo que también en la Obra de Don
Bosco hay lirios y rosas. Los lirios son los niños
que necesitan conser\mr su pureza, y las rosa-^, la
caridad y generosidad de nuestros Cooperadores,
a cuyo corazón me dirijo para que pronto Mesina
pueda tener un nuevo colegio salesiano digno
de ella.
De allí pasaron a ver el terreno que la familia
del Comendador Sr. D e Cumis ha adquirido y
destina para el nuevo colegio, que los mesineses
esperan como agua en Mayo. L a posición no puede
ser más pintoresca, pues domina todo el estrecho.
A continuación visitó el Oratorio Salesiano y
la parroquia de San Leonardo de Giostra, los dos
colegios de las Hijas de María Auxiliadora, y salió
para Taornina.
L a encantadora ciudad le dispensó im entusiasta
recibimiento, festejándole tanto en la estación
como en los nuevos locales del Colegio, donde el
Padre Rinaldi asistió a la inauguración de una
hermosa lápida que la gratitud de los Salesianos
de aquella población dedicaba a la memoria de
los principales bienhechores.
Las colonias extranjeras, que acuden nume­
rosas a gozar del benigno clima que allí se disfruta
en el invierno, riv^alizaron con las autoridades
locales en atenciones y manifestaciones de afecto.
A la conferencia que con m otivo de la llegada
del Rdo. Don Felipe Rinaldi dió el salesi^p
Padre Fasulo, acudió numeroso público, partici­
pando generoso en ima suscripción a favor de los
huérfanos de la guerra.
E l día siguiente, edebró la Misa en la iglesia

que administran los salesianos, teniendo el placer
de verla llena de Cooperadores y fieles, a quienes
dirigió la palabra.
Visitó el colegio de las monjas franciscanas,
Misioneras de Mana, y el de las monjas del Divino
Celo, dedicando el resto del día a los niños del
Oratorio y a los Antiguos Alumnos. Todos, tanto
Cooperadores como niños, quedaron complacidos
y conservan grata memoria de esta visita.
El 19 de febrero, por la mañana, llegaba a Randazzo, cuna de la Obra Salesiana en Sicilia. Cuando
el tren entró en la estación llovía de firme y el
viento azotaba de lo lindo, y a pesar de ello, le
esperaban numerosas personas de toda condición,
con música y banderas, que lo recibieron con cla­
morosos aplausos y lo acompañaron al colegio do
San Basilio, en medio de un entusiasmo superior
a toda descripción.
Nuestro Superior agradecía, conmovido, tan'
extraordinario homenaje, admirándose de la be­
nevolencia y confianza que goza en aquella po­
blación el nombre y la Obra de Don Bosco.
E l colegio de San Basilio, fundado por Don
Bosco en el año 1879, tiene fama merecida en toda
la isla; los Antiguos Alumnos hablan ya de celebrar
grandes fiestas cuando Eegue el cincuentenario
de la fxmdación.
E l Padre Rinaldi pudo comprobar con gran
satisfacción que el bien que realiza d colegio está
en armonía con la estima y alabanza que le disp ^ s a el público. Se entretuvo con los quinientos
niños del Oratorio festivo, a quienes obseqmó
con caramelos, finezas que difícilmente olvidarán
en la vida.
Aunque el tiempo no convidaba para nada,
nuestro Superior quiso celebrar la Misa en el
convento de Santa Catalina, donde, guidas mater­
nalmente por las Hermanas de la Caridad, acu­
dieron las niñas del pueblo, que recibieron la co­
munión de sus manos.

Ett Catanla.
Después de visitar el colegio de las Hijas de
María Auxiliadora en Broute, donde el Clero y
los Cooperadores le entregaron una buena li­
mosna para las misiones, se dirigió a Catania,
que se honra con los dos colegios salesianos, y allí
se renovaron las escenas de entusiasmo que se
iban sucediendo en su triimfal \isita.
En el floreciente colegio de San Francisco de
Sales, en la calle Cibali, que cuenta con más de
trescientos alumnos internos, entre estudiantes
y artesanos, Don Felipe Rinaldi asistió al Congreso
de los Cooperadores y, después, a la Asamblea
regional de los Antiguos Alumnos, que presidía
el abogado Sr. Masera, quedando altamente satis­
fecho del éxito de ambas reuniones.
El 24 de febrero lo pasó en el Oratorio de
Pelipe N eii, donde celebró la misa y las funciones
conmemorativas en honor de María Auxiliadora.
Ea iglesia estaba atestada de gente. Con manifiesta
I»edad y alegría escuchaba aquella multitud la
férvida plática de nuestro Superior que les inci­
taba a profesar tierna devoción a la Virgen; y

antes de dar la bendición con el Santísimo, nu­
merosas señoras se adelantaron al pie del altar,
para recibir de manos del Padre Rinaldi la medalla
distintivo de la Archicofradía de María Auxiliadora.
A l salir de la iglesia, lo rodearon los cuatro­
cientos alumnos que frecuentan las florecientes
escuelas del Oratorio, no sabiendo como mani­
festarle su gratitud y contento.
Da conmovedora escena se repitió, mása centuada de ternura, cuando, despuós de comer, bajó
a recrearse con los oratorianos que venían al cate­
cismo de la cuaresma.
A l anochecer, un nuevo cuadro nos hizo recordar
los t ie in j^ de nuestro Venerable Fundador. El
Padre Rinaldi, encaramado en un taburete que

Iglesia ioaogarada al coito del Corazdn de Jesús
en Sao Gregorio.

había en medio del patio, comenzó a narrar, con­
movido, al mar de cabecitas que le contemplaban
sin pestañear, la vida del Fundador de los Ora­
torios, los sueños de su infancia, sus vicisitudes,
sus obras y triunfos. Se hubiera oído el vuelo de
las moscas, tal era el recogimiento y silencio que
reinaba.
Epílogo de un día de tan gratas impresiones
fué la h e rm t^ función c»n que nos regaló el cír­
culo f Juan Bosco ».
E l domingo, 25 de febrero, se congregaron en la
iglesia del Oratorio todos los círculos de jóvenes,
para oír la Mú»a del Padre Rinaldi. Numerosas
banderas hacían corona a les gallardetes de dos
nuevos grupos de exploradores, que nuestro Su­
perior bendijo, terminando la fimción con breves,
pero sentidas palabras, que eran un canto al flo­
recimiento de la juventud católica.
También visitó a las Hijas de María Auxilia­
dora en su c o l ^ o de la calle Caronda, donde, a
más de jardín de la infancia y escuellas privadas.

— 234 —
dirigen un próspero Oratorio festivo. Las niñas
le obsequiaron con una simpática fiesta, consis­
tente en diversos cuadros plásticos de la vida de
Jesús Niño. líl buen Padre aprovechó la repre­
sentación para hablarles a las niñas del grande
amor de Jesús para con los niños, a quien debían
corresponder generosamente.'
Su agradable visita a Catania se cerró con la
Intima fiesta que en el colegio de San Francisco
de Sales se celebró el día 25 de febrero por la
tarde, en la que el Director de la casa tuvo el
discurso de introducción, tejiendo, con una síntesis
feliz sobre el desarrollo de la Obra Salesiana en
Sicilia, el cordial y merecido elogio del ilustre
festejado.
En nombre de los Cooperadores habló el canó­
nigo Sr. Puglisi, quien confirmó la admiración y
cariño de todos por Don Bosco, su Obra y Sucesor;
el sentir de los Antiguos Alumnos lo expresó el
abogado Sr. Lazzara, y por los círculos de jóvenes
dirigió la palabra el Dr. Barbagallo, manifestando
ambos señores el decidido propósito de ser con
sus círculos la levadura cristiana de la sociedad.
Las Damas Protectoras dieron su nota simpá­
tica, prometiendo trabajar incansables bajo la
bandera de Don Bosco, y, como prueba, acompa­
ñaron las palabras con una respetable limosna
que pusieron en manos del Padre Rinaldi. N o
podía faltar el homenaje de los niños colegiales,
huérfanos de la guerra y oratorianos que hicieron
maravillas para testimoniar su afecto y gratitud
al aniable sucesor de Don Bosco.
Coronaron la fiesta las palabras de nuestro
Superior que no sabía como manifestar lo bien
impre.sionado que salía de Catania y Sicilia, a las
cu les agradecía vivamente la generosidad con
q\ie habían correspondido al llamamiento de
Don Bosco.

De Caítagirone a Módica,
E l 26 de febrero salió para Caítagirone, donde
fué agasajado por los niños y la población. Para
que la recepción fuera completa no faltó en la
estación ni la persona del Sr. Obispo, que se dignó
dar esta prueba de afecto a los Salesianos. Durante
el día, alegró el buen padre con su presencia aulas
y patios, donde conversó animadamente con los
estudiantes de Uceo, y los huerfnnitos de la guerra
que llenan el colegio Domingo Savio. En la fiesta
(¡ue organizaron en su honor, y a la que asistieron
el Gobernador, el Inspector de escuelas, con otras
autoridades y las más significadas familias de la
aristocracia, todos se consideraron felices al poder
manifestar su afecto y simpatía por la Obra Salesíona.
El día 28. por la tarde, partió con rumbo a
Canicatii, donde debía celebrarse una reimión de
<lecurioncs y directores de los Cooperadores.
IV m octó en Caltanisetla, huésped del Sr. Obispo
y de los círculos catóUcos, que lo recibieron con
toda atuabilidad, y quienes, antes de que marchara,
le expresaron el vivo deseo de una fundación salesiana. El Sr. Obispo llevó su benevolencia hasta
acompañarlo a San Cala/do, población que tam­

bién espera a los hijos de Don Bosco desde hace
más de dos años. A llí se encontró y pudo obsequiar
al Exemo. Mons. Vassallo, que regresaba de su
viaje a la Argentina.
En Canicatii, todo el pueblo, sin distinción de
partidos, salió a su encuentro, y se voltearon las
campanas. L o acompañaron en reUgioso cortejo
hasta la iglesia mayor, donde entraron más de
cuatro m il almas, para oir su palabra. N o se hizo
rogar el buen Padre y con gusto satisfizo el deseo
del pueblo, después de haber bendecido una
nueva estatua de María Auxiliadora, que cuenta
numerosos devotos en la pintoresca villa.
De Canicatti a Licata y Módica recibió por el
camino continuas muestras de respeto y homenaje.
Especialmente en Módica, le prepararon un reci­
bimiento grandioso, en que tomaron parte el
público y las autoridades. A llí presidió una reunión
de Cooperadores, visitó el instituto de María
Auxiliadora y departió paternalmente con los
niños del Oratorio festivo y con los jóvenes de
los Círculos, que le regalaron con un divertido
programa, presenciado por distinguidas familias.

Bn Achlreal, Trescastañas y Pedara.
D e Módica retom ó a Catania, para visitar a los
bienhechores, entre los cuales es el primero ei
Eminentísimo Card. Arzobispo, que lo redbió
bondadosamente, al Gobernador de la provincia
y demás autoridades locales.
Presidió también ima reunión generM de las
Damas Protectoras, a quienes manifestó las buenas
impresiones de su viaje, y expuso las obras que
los salesianos se proponen desarrollar, detenién­
dose particularmente sobre la amplitud que re­
clama el Oratorio de San Felipe, y la necesidad
de tma Escuela de Artes y Oficios para los obreros,
dos obras costosas, pero a su parecer muy urgentes.
E l día 9 de marzo se dirigió a la ciudad de Acliireal, donde las Hijas de María Auxiliadora tienen
ima casa de formación y Oratorio festivo. Celebró
misa en la espaciosa y bella iglesia pública, anexa
al colegio, y allí dirigió la palabra a las Damas
Protectoras y a las Cooperadoras. Después fué
a visitar al Sr. Obispo, que lo acogió con defe­
rencia, y lo llevó consigo al Seminario para que
bendijera a los jóvenes estudiantes, esperanza de
la diócesis.
E l mismo día Volvió a Catania, pues debía partir
a la mañana siguiente. Llegado a Trescastañas,
se detuvo para visitar el colegio de las Hijas de
María Auxiliadora, y. de allí, acompañado por
las autoridades y representantes de Pedara, se
dirigió a aquella ciudad, donde Don Bosco es
amado por todas las clases de la sociedad. Entu­
siasta fué el recibimiento que hicieron a nuestro
Superior, demostraciones que culminaron du­
rante la misa con una comunión imponente, por
lo numerosa y devota, y. por la tarde, en la b ^ dición del nuevo Oratorio festivo, rito que realizó
el Rdmo. Don Felipe Rinaldi, asistido por el clero,
todas las autoridades y rodeado de una selva de
banderas.
Como recuerdo de tan grata fiesta y aconte-



amiento, se descubrió una hennosa lápida, que
era un hinmo a la bondad y protección de la Virgen,
que, por cinco lustros, era la inspiradora y auxilia­
dora de la fecunda actividad desarrollada por los
salesianos en Pedara.
Visiblem ^te conmovido, dirigió nuestro vene­
rado Superior la palabra al público, expresándose
en estos términos: « De hoy en adelante, esta casa
ya no es. nuestra, es vuestra: es la casa de vuestros

235 —

del patrón del pueblo. Todas las calles estaban
engalanadas con guirnaldas, arcos de ramaje,
flores, y profusamente iluminadas con bombillas
eléctricas. L a banda de música salió a su encuentro,
y. aclamado por la población, se dirigió a la iglc.da
parroquial, donde bendijo la bandera del Patro­
nato de San José, anexo al Oratorio festivo, y
explicó el sigmficado de la ceremonia, dando a
continuación la bendición con S. D. M.

interior do U l g i „ , . dol S^do. Cor«z6„ do J „ ü . InonBur.d. on S.n Orogorío (C U n l.).

^jos. Aquí, con el desarrollo físico, ellos recibirán
tí ^ m en to del espíritu, la energía moral. Aquí
se toni arán las nuevas generaciones de Pedara.
aqm se educarán vuestros Iiijos en la reUgión y
^ deber, en el amor de Dios, de la familia y de
« patna *.
^
Terminada la ceremonia reUgiosa, se conmemoró
« 25 Miversario del colegio. Tu vo el discurso
ona^ d Antíguo Alumno, abogado Sr. Pappalardo,
q e tejió un ramillete de alabanzas para la Obra
insigne Fundador, d Venerable

Ba San G reg orio de Catania.
A Pedara vinieron a buscar a nuestro Rector
alcalde y el director d d colegio sale­
g o de San Gregorio de Catania, a donde llegó
®sn compañía al atardecer del 12 de marzo, fiesta

Después de la fundón, la multitud invadió
d patio del colegio salesiano. y no se retiró, a
pesar de lo avanzado de la hora, hasta que los repre­
sentantes de las diversas asodadones no dieron
la bienvemda al ilustre huésped en medio de patio,
al aire libre.
A la mañana siguiente, S. E. Monseñor EmiHo
Ferráis, Obispo auxiliar de Catania. bendijó solem­
nemente la nueva iglesia, dedicada al Sgdo. CoraMn. finalmente terminada. Esta es la segunda
Iglesia que se abre al culto del Corazón Divino de
Jesús en el primer año d d rectorado de nuestro
v ^ e ra d o Padre Rinaldi. E l celebró la misa can­
tada, distribuyendo gozoso numerosas comuniones.
Durante d día fué un continuo ir y venir de fides,
de Cooperadores y Antiguos Alumnos que llegaban
hasta de los pueblos vednos para honrar a Jesús en
su nueva iglesia y saludar afectuosamente al tercer
sucesor de Don Bosco.

.

— 236 —
L a memorable ceremonia cerraba con broche de
oro la primera visita de nuestro Superior General
a las casos saicsianas de Sicilia.
Todavía se detuvo dos días más en nuestra
compañía, dando audiencia a significados perso­
najes de la población y de los contornos, y el 17
<le marzo, retornaba a Catania, para de allí empren­
der el viaje hacia Mesina y Nápoles, viaje en el
(lue le acompañaban niños, salesianos y Coope­
radores con sus oraciones y augurios.
15n la península visitó Nápoles, Pórticos y Roma,
recibiendo por doquiera manifestaciones de afecto
y gratitud, prueba inequívoca de la provechosa
labor de la Obra Sale.siana.

moslos con E l en dulce amistad y estrecho
abrazo ».
Y a fin de que ese contacto divino resulte
más agradable y atrayente a nuestros niños,
y se practique con m ayor intensidad, será muy
oportuno que los Sres. Directores de los colegios
salesianos aprovechen esta ocasión tan propicia.
Aunque se deja libre campo a las iniciativas
particulares, convendrá, sin embargo, que todos:
I ) Reúnan con frecuencia a los ahimnos y Íes
hablen sobre la adolescencia de Jesús y la próxima
consagración del templo de Nazareth.
I I ) Que el prim er domingo de Septiembre les
recuerden que la sagrada ceremonia se verificará
el día 5 , Q sea, el miércoles siguiente, a fin de que
todos asistan, a lo menos, en espíritu.

[onsiigr3[ll¡ii del Templo de Jesds SdolesEeote
en Nazareth.
U n acontecimiento de excepcional im por­
tancia, que será fuente de gracias abundantes
para la juventud del mundo entero, regocijará
dentro de poco a la Fam ilia Salesiana.
E l día 5 del próxim o Septiembre, en la patria
de Jesús, y precisamente en Nazareth, donde
E l pasó los años de su adolescencia, se consa­
grará y abrirá al culto un artístico y espacioso
tem plo, a E l dedicado, que se levanta ju nto al
Orfanotrofio Salesiano.
Verificará el sagrado rito S. E . R . Mons.
Baudillart, Obispo titular de Im eria y R ector
de la Universidad Católica de París. L a pere­
grinación de jovencitos que asistirá a la solemne
consagración, irá dirigida por el M. Iltr. Canó­
nigo Sr. Carón de Versailles, insigne propagan­
dista y prom otor del Tem plo. Tam bién asistirá
nuestro Redm o. R ecto r Mayor, o un Represen­
tante suyo, si circunstancias imprevistas se lo
inípidieran, para pedir a Jesús la gracia, tanto
para los Salesianos e H ija s de M aría A u xilia­
dora como para los Cooperadores, de educar la
juventud según las santas y sencillas normas
que nuestro Venerable Padre copió de la V ida
de Jesils y legó como herencia a sus hijos.
U na fecha tan solemne y expresiva no debe
pasar inadvertida a la gran Fam ilia Salesiana.
« Si queréis bien a los niños, escribía el Rdnio.
Padre R in aldi a los Cooperadores en su cartaprogram a del primero de Enero, si os interesa
su formación y por\’enir, debéis amarlos como
los amaba D on Bosco y encender en sus pechos
el amor a la Comunión frecuente, ponerlos en
contacto con Jesús, enamorarlos por E l, único
modo de armarlos de fuerza sobrehumana y
sustraerlos a los graves peligros que amenazan
su inexperiencia. Llevém oslos a Jesús y uná­

I I I ) Procuren que todos los niños se acerquen
a los Sacramentos el domingo siguiente, día 9,
ocasión que aprovecharán para consagrarlos
iodos a Jesús Adolescente, con la ceremonia co­
rrespondiente.
Ese mismo día, nuestro R ecto r Mayor, o su
Representante, coronado por los huerfanitos
de N azareth y alumnos de los orfanotrofios
salesianos de toda la Palestina, realizará el
mismo acto, para consagrar a Jesús Adolescente
cuantos niños se educan h oy y se educarán
en el porvenir en los Colegios Salesianos y en
los de las H ija s de M aría Auxiliadora, así como
todos los que están bajo la dependencia o v i­
gilancia de nuestros Cooperadores, a fin de que
todos sean bendecidos, en modo especial en la
juventud, edad de la que depende generalmente
su felicidad tem poral y eterna.
A l presente Comunicado, que se dirige a todos
los Cooperadores del mundo por medio de las
varias ediciones del Boletín Salesiano, se re­
comienda se le dé la m ayor publicidad posible
en los diarios católicos, para que todos cuantos
se interesan por el desarrollo del programa salesiano, puedan prepararse con numerosas adhe
siones de jovencitos a la gran fiesta de la con­
sagración del Tem plo de Jesús Adolescente.

Debemos portarnos bien con todos; pero en par­
ticular con aquellos que nos necesitan, y a estos de­
bemos dispensarles más muestras de afecto.
«

*

*

Qtiien en el prójim o no mira a Dios, quien con­
sidera al prójim o sin relación a Dios, corre riesgo
de no amarle con amor casto, tranquilo y constante.

S. F r .\ncisco de Sai.es.

— 237

Séptimo Congreso de los Oratorios festivos
y Escuelas de Religión.
{Continuación).

Habla el Rdo. Padre Rinaldí.
Después que el numeroso y selecto público
que llenaba el teatro prem ió con aplausos el
discurso del Sr. Arzobispo, Excm o. D on Juan
Bautista Nasalli Rocca, dirigió la palabra a’
auditorio el Rdm o. Don Felipe Rinaldi, R ector
Mayor de los Salesianos.
N o debiera yo, Monseñor, comenzó diciendo,
tomar la palabra después del hermoso discurso
que acaba de regalam os su Excelencia, pero ya
que se ha dignado concederme la Presidencia
efectiva de este Congreso, debo, al menos, ma­
nifestar m i gratitud. N osotros nos consideramos
felices con poder trabajar en bien de la juven­
tud, enseñar la religión a los niños, pero
no se m e oculta que, sin el apoyo de los Sres.
Obispos que alientan y realzan con su presencia
el Séptimo Congreso de los Oratorios festivos
y Escuelas de Religión, poco o nada podríamos
hacer. Pero m i reconocimiento no puede parar
aquí, ha de ir más lejos, debe remontarse al
primer Congreso de la serie que se verificó aquí
28 años hace. Congreso que nos recibió a los
Salesianos con los brazos abiertos, que tantos
fnitos ha producido y que fué para nuestra
Congregación la ejecutoria que abrió el mundo
a su apostolado, que le perm itió extenderse,
siendo bien recibida por doquiera, y le propor­
cionó los recursos necesarios para hacer el bien
a los niños. Y tod o esto se lo debemos a esta
hospitalaria, religiosa y culta ciudad.
También
tenemos mucho que agradecer
a la bondad de Benedicto X V , antes Car­
denal Arzobispo de Bolonia, que tan to interés
puso en la canonización de nuestro Ven. Padre
Don Bosco, que fué siempre nuestro decidido
protector y quiso, durante su pontificado, honrar
a nuestra Congregación, elevando al cardena­
lato a uno de sus hijos.
Todo ello excita nuestra gratitud, Excmo.
Señor, nos m ueve al reconocimiento, a demos­
trar a las autoridades eclesiásticas y civiles, a
la ciudad toda, nuestro v iv o , perenne agrade­
cimiento.
Agradezco, además, a los Congresistas su asis­
tencia a este acto en nombre del Padre Rúa y
Albera, que tanto trabajaron por la enseñanza del
catecismo, y en el de D on Bosco, que ya empezó a
practicar esta enseñanza con los niños el año 45

del siglo pasado. A nosotros nos alegra sobrema­
nera el ver que las aspiraciones de Don Bosco en
pro de la enseñanza religiosa del pueblo se reali­
zan satisfactoriamente. E l Congreso del año 1895
extendió sus iniciativas a todos los rincones de
nuestra amada patria, prendiendo en los co­
razones generosos el celo por el apostolado.
N o ta característica de nuestros días es el en­
tusiasmo por las misiones de infieles, el ansia
de llevar la fe de Cristo a los pueblos paganos,
hasta el corazón de las florestas; nuestro Con­
greso aplaude esas iniciativas y entusiasmos,
pero no dirige ni encauza su acción y energías
hacia los pueblos bárbaros, sino a sostener la
fe de nuestro país, a enseñarla con amor y cons­
tancia a los jóvenes de nuestra Italia, e indirecta­
mente a todos los del mundo.
Term ino rogando a Dios por el éx ito rotundo
i e nuestros trabajos.
Sus entusiastas palabras merecieron calu­
rosos aplausos.
A continuación habló el Presidente de la
Federación Nacional de Escuelas Católicas P ri­
vadas, Senador Montresor. R elató las v ic i­
situdes que ha tenido que atravesar esta fede­
ración para sostener la instrucción religiosa y
llegar al florecim iento actual, y a que están fe­
deradas 1,500 escuelas. Sostiene con San Agustín
que « pietas ad omnia utilis est », que es indis
pensable, necesaria la instrucción religiosa;
pero exige del profesor, de todo maestro una
cultura perfecta en la materia, pues « nomo dat
quod non habet ». Como conclusión, anima a
los presentes a acelerar con su actividad el ad­
venim iento de la enseñanza oficial religiosa,
a que tan propicio y dispuesto se presenta el
actual Ministerio.
De siguió en el uso de la palabra el Rdo. Padre
Garagnani S. J., D irector de la Escuela Superior
de Religión en la Universidad Gregoriana de
Rom a. Sostiene la necesidad de que la cultura
religiosa proceda paralelamente a la cultura
profana. L a religión católica, dice, puede con
sus profundos análisis y síntesis armoniosas
satisfacer las exigencias de las mentalidades
más cultas y preclaras, del mismo modo que
complace y llena a los humildes hijos del pueblo
con la sencillez de su en ^ñan za catequística.
H o y, más que nunca, sienten las inteligencias
la necesidad de la luz; los problemas reli-

-

238 -

giosos acucian a los espíritus, las gentes de
estudio desean se llene la laguna que no pudo
cubrir su defectuosa formación, anhelan una
orientación en la ascensión de los pensamientos
y aspiraciones de su espíritu. Acostumbrados
a los procedimientos científicos y críticos, de­
sean una cultura sólida, racional y científica
que les procure un patrim onio doctrinal cató­
lico completo, integral en sus preámbulos filo­
sóficos, en su demostración apologética, en
el contenido dogmático, moral y litúrgico con la
resonancia del hecho religioso en el campo de
la historia y sus aplicaciones en el m ovim iento
social.
Y precisamente a llenar, a satisfacer estas
perentorias necesidades vienen las Escuelas
Superiores de Religión con sus cursos orgá­
nicos y sistemáticos.
Después de haber reseñado los frutos conso­
ladores cosechados en los cursos de religión,
hace votos para que pronto todas las ciudades
italianas cuenten con sus organizaciones de
cultura superior religiosa, que sean faro de
luz, iris de paz y salvaguardia de la fe.
O yó felicitaciones y aplausos sin cuento,
como bien se merecía su portentoso trabajo.
A juzgar por la actividad de las secciones
y numerosos acuerdos tomados, así como por
la satisfacción de los congresistas, tanto ecle­
siásticos como laicos, podemos concluir di­
ciendo que, el Séptim o Congreso de los Oratorios
festivos y Escuelas de Religión, ha correspon­
dido a las esperanzas de sus promotores, siendo
digna continuación de los que le precedieron,
y que como ellos será fuente de abundantes
frutos religiosos y sociales.
Ponemos én a esta crónica incom pleta con
el trabajo sobre el teatro, la mttsica, y el sport,
en los Oratorios festivos, leído p or el profesor
R do. D on José U lcelli, sacerdote salesiano:
« Señores:
E l O ratorio tiene su alma y esta es la re­
ligión, el espíritu religioso que lo anima y
envuelve todo, que da vida al organismo y es
fuente de su fecunda actividad.
Pero como el ambiente, el campo donde debe
actuar el Oratorio festivo es tan vario, conviene
adoptar los medios más apropiados a las cir­
cunstancias de lugar, tiem po y personas, a
fin de que sean m is eficaces y provechosos.
E s preciso convencerse de que no podemos
llegar al corazón de los jóvenes sino a través
del atractivo y del sentimiento, elementos mo­
tores eficaces, principalísimos, que ejercen un
impulso irresistible sobre la juventud.
N o me v o y a detener, tratándose de personas
conocedoras de la juventud, de larga experiencia

pedagógica y social, en demostrar la necesidad
e importancia que en nuestros Oratorios fes­
tivos tienen todas las formas y medios recrea­
tivos, especialmente aquellos que, además de
la expansión y alegría pura y sencilla que pro­
ducen, tienen el noble fin de ed'ncar recreando:
como el sport, la música y el teatro.
Nosotros nos engañaríamos si pensáramos
llegar a obtener resultados de importancia en
el campo de la form ación religiosa de nuestros
jóvenes, si no comprendiéramos que se trata de
una labor ardua, de escalar una cima a la que
se llega a fuerza de pequeños y continuados
esfuerzos y sacrificios, que hace más suaves y
llevaderos el reclamo de las diversiones.
Así lo entendió Don Bosco, admirable peda­
gogo. ya que, desde el principio de su obra, al
lado de la iglesia o capilla levantaba el teatro,
preparaba campos de recreo, formaba sus cha­
rangas, y él mismo no se desdeñaba, a pesar de
ser sacerdote, en hacer de acróbata, músico y
escribir obritas para representar en el teatro.
E s que sabía m uy bien que su amada capilla,
donde plasmaba con arte divino los corazones
y encendía en amor de Dios las almas, quedaría
desierta o sería poco frecuentada, inascesible
a los más sin el puente florido de las diversiones,
que él tendió a la vista de los jóvenes con in­
tuición pedagógica y admirable previsión.

Efícacia de la gimnasia y el sport para
educar y ennoblecer los áninos y corazones.
Es cosa bien sabida y probada la eficacia
del sport y la gimnasia en la disciplina general
e individual. L a precisa y metódica educación
física en el hombre tiene un reflejo psicológico
singular, con indudables ventajas de las facul­
tades intelectivas y volitivas. Bien conocida es
la máxima: < M ens sana in corpore sano * de lo
antiguos.
L a música fué siempre uno de los medios au­
xiliares más poderosos de la educación; pero
el teatro los aventaja, es incomparablemente su­
perior a todos, como m edio educativo, pues el
teatro es la vid a y ejem plos vivid o s y vistos.
E l efecto de la música y el sport es más limitado,
se refiere especialmente al espectador y edu­
cando más que a los actores; el teatro, en cambio,
lo produce casi por igual en actores y especta­
dores: es escuela, iglesia, cátedra y púlpito,
ensancha extraordinariamente el radio de su
influencia y acción, siendo instrumento incom­
parable e insustituible de comunicación con
las almas, a las cuales llega por v ía de conmoción,
suscitada por la palabra, la inspiración y el
ejemplo.
Estas son las velas que debe desplegar el Ora-



torio si quiere llegar a su meta, son los pulmones
de su respiración vital.
Aunque los fines que persigue el O ratorio se
recomiendan por sí mismos 5^merecen el aplauso,
decidido apoyo } ’■ estimación pública, poco se
conseguiría, para muchos serían como perlas
despreciables, si no se lograra con estas simpá­
ticas manifestaciones atraer su atención sobre
nuestro trabajo.
Recuerdo a este propósito lo que me decía
un celoso párroco, íntim o amigo mió: Cuando
tomé posesión de m i parroquia, m e di cuenta
de que se me confiaba un rebaño disperso, ale­
jado del redil. Para m ayor desconsuelo, decían
que hasta la iglesia amenazaba ruina, si bien
esto no me apenaba tanto como el ver que el
pueblo había perdido la costumbre de entraren
ella. Mis sermones eran, como sermones en
desierto, sermones perdidos. Tenía algunos
ahorrillos, y , m ovido, sin duda, por inspiración
del cielo, los em pleé en un teatro y máquina
de cinematógrafo, a donde adm itía gratis a
cuantos querían venir. D e este modo pude re­
lacionarme con mis feligreses, entenderme y
ganarme su cariño y simpatía.
En breve los conduje del teatro a la iglesia,
pude em pezar el catecismo a los niños, comencé
a tener oyentes en los sermones y principiaron
a frecuentar los Sacramentos. H o y se pueden
contar con los dedos de la mano los que no en­
tran en la iglesia, y puedo afirmar que, después
de la gra d a de Dios, todo es obra del teatro.
Organizad entusiastas grupos gimnásticos,
alistad jóvenes exploradores, form ad una cha­
ranga, haced que uma compañía dramática, bien
preparada, in id e sus funciones teatrales, y po­
dréis cantar fá d l victoria, tendréis en la mano
la llave que os abrirá las puertas de todas las.
sim patí^, indispensables para la v id a moral y
finandérá dél Oratorio festivo.
Es n e c t ó ^ o , sin embargo, que cuanto se haga
o represe^e en el teatro o con otros medios,
se haga ttón , aunque sea poco, pues, de lo con­
trario, se frustrarían nuestras esperanzas y co­
secharíamos amargas desilusiones, convirtiendo,
además, un noble m edio de elevación y d i­
sciplina en instrumento de disipadón y de­
sorden.
Los tiempos que corremos no son como los
de antaño en que bastaba y satisfada cualquier
representación, por ordinaria y mal preparada
<iue estuviera; h oy los niños tienen más gusto
y son más exigentes que entonces, y p or lo
mismo no se contentan con cualquier p aya­
sada.
debe preocupamos, demasiado lo que de' ^ o s hacer; hagamos poco, si los medios y las
orcunstandas no nos permiten otra cosa, oero

2



atendamos a la calidad más bien que a la can­
tidad; y que no nos expongamos sino con la cer­
teza moral de hacer un buen papel.
Para ello es necesario, a más de las aptitudes
personales, la preparadón y valorizadón condenzuda de las actividades que desplegamos,
cuando tomemos a nuestro cargo o se nos en­
comiende este cometido en los Oratorios fetivos.
Es verdad que no faltan inconvenientes ni
dificultades, pero ¿qué obra o empresa no las
tiene? Las dificultades materiales dieron en
tierra con las mejores disposidones y buenas
voluntades, con harta frecuencia; faltaban los
elementos, y los fondos eran inferiores a las ne­
cesidades; pero no es menos cierto que estos
inconvenientes se pueden superar con un poco
de iniciativa, de voluntad y sacrificio.
Recordemos en esto el espíritu iluminado de
Don Bosco y no perdamos de vista que, tanto
la música, como el sport y el teatro, tienen
razón de m edio y no de fin; lancémonos con
entusiasmo al trabajo, porque a este campo le
están resen^ados los mayores frutos y las más
legítim as satisfacdones.
Y después de haber considerado como el
teatro, la música y el esport son las más grandes
atractivos y los medios más eficaces para atraer
la juventud a los Oratorios y drculos, es ne­
cesario que a tales medios se les dé la im por­
tancia que merecen, considerándolos como parte
integral de la propia institución. Que no los
miremos como simples diversiones, sino como
verdadera disciplina.
Respecto al teatro, valorícese con escrúpulo
su contenido moral y social, establézcase el
horario y elévese a la función específica de es­
cuela, considerando la inscripción en el cuadro
dram ático un privilegio, al que solo tienen
opción los mejores entre los jóvenes que fre­
cuentan el Oratorio.
En cuanto a la elección de las obras, debe
guiarnos un sano criterio de arte y moralidad.
Escojamos con tin o obras originales del teatro
educativo, excluyendo por principio las mixtas,
y dando al aparato escénico, que es la integración
natural de la acción, el desarrollo y propiedad
que p e r s i^ e el autor, a fin de cooperar con él
al efecto artístico y educativo.
Es cuestión de seriedad y de conciencia.
Sólo obrando de este modo, obtendremos de
estos medios resultados eficaces y consoladores
de apostolado, y suscitando a la vez la admira­
ción e interés del público por nuestros trabajos,
tendremos a nuestra disposición un medio po­
deroso para sacudir hasta a los más indiferentes
y ganar amigos a la santa causa del orden y del
bien.

En la Misión del Assam
durante las Vacaciones del “Puja”
Continúa la relación del P . Pablo Bonardi.

Después de la copla « M ira a iu pueblo • les
enseñamos la otra, parecida al « Cristo vence, Cristo
impera etc. *, que empieza « A Dios queremos
etc... *. que habíamos impreso en lengua Khassi,
y, por último, les hicimos cantar, aunque no con
tanto efecto, porque era en nuestra lengua: « Can­
temos, hermanos, de Don Bosco las glorias *.
N o puede figurarse la conmoción con que no­
sotros oíamos, en medio de estas lujuriantes flo­
restas y bajo las cabañas que el sol abrasa de con­
tinuo. de labios de estos pueblos a quienes hasta
el presente nadie les había dirigido una palabra
amiga ni llamado hermanos, a pesar de ser hijos
del mismo Padre, las dulces melodías de este
canto, tan lleno de gratos recuerdos para nosotras.
Oh sí: * Don Bosco, Don Bosco, es un canto infinito
__ que por doquiera en el mundo — se repetirá
con amor.
Pero ha llegado el momento de partir; los pocos
cristianos se arrodillan y nos piden con fe la ben­
dición, que nosotros damos de corazón, al par que
nos despedimos afectuosamente de los viejos y
nuevos amigos.

De retorno.
N o era ciertamente la mañana dol 29 de Sep­
tiembre la más a propósito para emprender un
largo viaje, ya que, apenas sahdo el sol, el influjo
de su benéfica sonrisa se dejaba sentir demasiado;
pero como la víspera se había determinado el
viaje, no hubo más remedio que ponerse en marcha.
Desde la cumbre del monte, se abarcaba de
una mirada todo el trayecto que debíamos re­
correr, los pueblecillos que había que atravesar,
y que semejaban manchas amarillas, perdidas
en un mar de verde. Eran Tyrna, Nongriat, M ynteng, Nongktoh y otros numerosos ca.«erios de menos
iiuTOrtancia. Ese día hemos cammado muy cerca
d e ^ e z horas, y todo el tiempo a través de baques
de naranjos, piños y palmeras, ima bendición de
Dias que uos recordaba el jardín de las Hespérides
descrito por Vertlaguer.
E l primer pueblecito que alcanzamos fué Tyma,
que se reclina sobre un espolón del monte que se
abre paso entre dos grandes valles. Aquí hay un
catequista que dirige nuestra escuela, pero acuden
pocos niños; en cambio, la escuela protestante
tótá floreciente, es im henuoso edificio que campea
sobre todas la cabañas en una lomita dominadora.

Misión del Assem. « Puente de btmbá.

E l catequista nos expone con grande interés las
\ariadas obras que habría que desarrollar para
bien de estos cristianos, y a nosotros se nos encege
el corazón ante la imposibiüdad, al menos por
ahora, de atenderle como las necesidades requieren
y fuera nuestro deseo, a causa de la escasez de
misioneros y de medros.
Nos deslizamos colina abajo, y, a las dos horas,
llegábamos al torrente, que hay que atraveisí^
por puentes construidos con cañas de bambú.
N o dejan de ser interesantes y curiosos estos
puentes. L a impresión es la de un puente colgante,
suspendido a gran altura sobre el agua. Su ts-



tnictura no puede ser más sencilla ni primitiva.
A dos gruesos árboles de ambas orillas atan unas
cuantas •cañas de bambú, que unen entre sí con
raíces, y, formando im arco, quedan, sin más, sus­
pendidas sobre el abismo. N o sé si todos los lec­
tores se sentirían con áiumos de pasar por ellos,
pues bajo el peso de im individuo, la elasticidad
de las cuatro cañas alcanza ondulaciones de dos
o tres metros de longitud y cruje estrepitosamente
todo el andamiaje.
Y precisamente cuando nosotros pasábamos
por el puent^ haciendo eqmlibrio para no preci-

241 —

empezaron a venir niños y personas mayorescon racimos de plátanos y cestas de naranjas, para
que refrescáramos. Era ima porfía conmove­
dora.
Descansados ya, comenzamos nuestra labor
espiritual; bautizamos una niña y nos pusimas.
a confesar, consolar y animar a aquella buena
gente que, muy a pesar nuestro y suj-o, pasan
los meses sin poder ver al misionero. Luego prin­
cipiaron a llegar todos los lisiados y cnfennas tld
pueblo, viéndonos, a poco, rodeados, como en
otro tiempo Nuestro Señor, depacientes que pcdíaui

Misión del Asssm. — NI9o Indígena que pasa por el puente.

pitamos al profundo y peligroso torrente, que­
maban en nuestro honor los primeras cohetes y
petardos y salía a nuestro encuentro con algimos
niños Gabriel, el catequista de Nongriat. I/js pe­
tardos o bombas, que harían un ruido infernal,
consistían en una nuez de coco llena de polvera,
a la que prendían fu ^ o por medio de una mecha.
I^urante todo el trayecto del puente a la aldea,
cesaron los disparos, atrayendo a muchos cu­
riosos que engrosaban el cortejo.
El nombre de Nongriat, que significa aldea sobre
*1 predpido, corresponde exactamente a su posi°óa topográfica. Medio sofocados por el calor
asfixiante, llegamos a la cabaña que sirt'e de temP*o. escuela y casa para el catequista y los iíísio®^ros. Apenas sentados para sosegar im poco.

medicinas o esperaban palabras de consuelo, cuadra
que nos hizo asomar las lágrimas a los ojos y
enternecer el agrazón.
Las fiebres palúdicas, que tienen en el ardoroso
sol su más activo aliado, infestan esta región.
Llevábamos im termómetro para tomar la
temperatura a los enfermos, pero no servía para
nada, porque la temperatura del ambiente lo
mantem'a sobre los 40®.
Después de saludar a la buena comunidad cris­
tiana y atender a sus necesidades espirituales,
emprendimos de nuevo la marcha a través de la
floresta, acompañados por los cristianos un buen
trecho, y poco más tarde dábamos vista a Myntcng,
donde hay ima familia de catecúmenos que ha
colocado sobre el dintel de la puerta ima estaluita

(lu María Auxiliadora que trajeron desde el lejano
Laithy<rw.
Saludamos y bendijimos también ima nueva
casa cristiana, y otra vez en camino, a la vera del
torrente.
Volvimos a atravesarlo por puentes semejantes
a los anteriormente descritos, con el consiguiente
horror al vacío, al cimbrearse, y de nuevo topamos
con un grupo de cristianos que, con lágrimas en
los ojos, nos suplican les enviemos un catequista,
porque su aldea está completamente abandonada,
y sus hijos crecen en la ignorancia religiosa. Les
aseguramas que haremos lo posible ix)r compla­
cerles, y nos despedimos. Por el lecho de un to­
rrente, por sernos más fácil, caminamos hasta
encontrar el sendero o escalinata por la cual de­
bíamos trepar hasta llegar a la cima de la montaña
opue.sta.
|Con qué gusto nos mojábamos y qué sensación
de bienestar nos producía la frescura del agua,
después del caluroso baño de sol recibido!
Reanimados con el refrescón, subimos por entre
bosques de naranjos, y, al anochecer, pasábamos por
Nongkroh, donde no hay todavía ningún cristiano,
y llegábamos a cenar a Latkynsew. Aquí nos espe
raba una buena sopa de tortuga, que acabó con
el apetito que había despertado la larga caminata.
En toda la travesía no hemos visto mas que cinco
serpientes.

La fiesta deí Rosario,
E l día siguiente de nuestra llegada era sábado
y vigilia de la fiesta del Rosario. Todo él lo pasa­
mos en preparativos para que resultara lo más
solemne posible. L a primera misa se dijo a buena
hora, y muchos recibieron la comimión. P e r o . a
medida que avanzaba la mañana, iban llegando
grupos numerosos que salían por todos los sen­
deros de la floresta.
iQué espectáculo más hermoso! Eran familias
•enteras con sus chiquitines y viejos, con los atillos de la comida y cestitas de frutas sabrosas para
regalar a los Padres. Todos respiraban satisfacción,
alegría, porque para ellos no es cosa fácil poder
asistir a una misa.
A eso de las once, la iglesia estaba atestada de
flcles, no bajarían de doscientas personas. Se cantó
la Misa a coro alterno, y, al llegar la comunión,
muchos se acercaron a recibir a Jesús en su pecho.
Durante las dos misas hubo ciento veinte comu­
niones.
También administramos algunos bautismos y
casamos una pareja.
Entre la Misa y la bendición de la tarde, apenas
si tuvimos tiempo de tomar un bocado, de corrida.
Todos querían venios, hablarnos de sus familias
e intereses, de sus penas y esperanzas, y, aunque
•éramos dos, apenas si pudimos contentarlos un
poco tt todos. A l final rezamos el rosario, les diri­
gimos cuatro palabras y dimos la bendición con
•el Santísimo. En seguida empezaron a desfilar
y a perderse entre la espesura, agitando las manos
•y sombreros en señal de despedida.
A la mañana siguiente esperaban la comunión

seis enfermos de dos aldeas distantes, y allá par­
timos con el bastón en la mano y nuestro Señor
en el pecho.
L a primera enferma estaba en Mawkeni, y de
allí marché directamente a Mawlong, donde, de
cabaña en cabaña, dimos la comunión a los otros
cinco enfermos. Aun bautizamos dos niños y una
vieja. Bastante después de medio día retomamos
a Laitkynsew.

Calados como una sopa.
N o llegábamos todavía a medio camino, cuando
descargó una borrosa tormenta que nos puso de
agua hechos una lástima.
Como no teníamos donde guarecemos, seguimos
caminando a toda prisa, perdiendo a veces el
sendero y con agua hasta la cintura.
Con miedo de que nos sorprendiera la noche
en la floresta, no nos parábamos a examinar la
causa de cierta picazón que nos molestaba, pero
al llegar a casa y quitamos la ropa, dimos con una
sorpresa, no esperada. Una porción de sanguijuelas
se nos habían adherido a las carnes y nos chupaban
de lo lindo. Sin más, empezamos a arrancarlas
y arrojarlas al suelo, cosa que no debiéramos hacer,
pues, al desprenderlas violentamente, la sangre
continuaba saliendo, sin poderla casi restañar.
De los naturales aprendimos la lección. En estos
casos hay que echar sal sobre las sanguijuelas
y ellas mismas se desprenden, sin que haya hemo­
rragia.
L a lluvia continuó cayendo con fuerza toda la
noche y tres días más, teniéndonos bloqueados
por completo.
Nos aseguraban que continuaría así por nueve
días, y nosotros casi estuvimos por creerlo.
¿Qué hacer en este caso? Porque lo bonito era
que el agua se nos colaba con gusto por casa; en
el altar, los bancos, sobre la cama, la mesa, en
todas partes caía agua, sin dejamos tm pahno seco.
¿Sería más pmdente salir para Shillong, desa­
fiando el temporal o quedamos allí?

En marcha.
Como los pareceres eran encontrados, nos
reimimos a deliberar los sacerdotes y los niños,
que, como recordáran los lectores, dejamos en esta
población, cuando algunos decidimos \nsitar las
poblaciones citadas para atender a los cristianos.
En vista de que la mayor parte opinaba por
volver a Shillong, el miércoles, después de comer
y arreglar nuestros arillos, provistos de paraguas
y de cuanto nos pudiera reparar algo de la lluvia,
emprendimos el camino de casa, bajo el azote
rabioso de este llover deshecho de la India. En
medio de todo, no dejaba de tener su poesía có­
mica el paseo de nuestra caravana. Uno de los
pequeños llevaba, a más de sus trastos, dos patos
\-ivos que no dejaban de parpar; otros dos seme­
jaban a Josué y Caleb, llevando una tortuga tamañica ensartada en un palo de bambú, y todos los
demás cargaban con sus canastitos de fm tas a la
cabeza, que a ser peces, irían \*ivitos y coleando.

— 243 —
ü o faltaba, sin embargo, la alegría. Los unos se
reían de
resbalones y figura que hadan los
ottos. caladitos. A veces en el sendero nos llegaba
el agua a las rodillas, y entonces se aprovechaban
1^ sangmjuelas para pegarse a las pantoxriUas.
Oraaas que la lecdón anterior no fué letra muerta,
pues ahora las salábamos sin compasión.
Como Dios quiso, y más pronto de lo que espe­
rá b a o s, llegamos a Cherrapoonge, el país más
Jlu\noso del mundo, como bien nos lo probó aquella
noche y el día siguiente.
¡Qué manera de llover! Y pensar que al día
siguióte redbiríamos cartas de Europa, donde se
nos hablaría, tal vez, de sequía pertinaz. Con gusto
les mandaría un poco de lo que aqiií nos sobra.
A la mañana siguiente fué im problema el poder
decir niisa, porque goteaba hasta en el corporal.
3^ tarde, gozosos sobre el autocamión que
dej-atiaba con sus resoplidos continuos a la llu^•ia;
y en charla animada sobre los inddentes de la
víspera. Uegamos, después de tres horas de camino
a nuestra querida casa de Shillong.
Amadísimo Padre Rinaldi, no se olvide de no- sotros a los pies de María Auxiliadora. Prepare
un batallón de misioneros para el Assam, que
nc«otros los redbiremos con los brazos abiertos
y les señalaremos campo de trabajo. Y cuando
aquellos estén colocados, le pediremos otros.
Suyo obediente y afectuoso hijo
P a b i ,o B o b a r d i Pbro.
Misionero Salesiano.

bas primeras Flores
de nuesiro OrFanato de Shiílong.
Perdone, amado Padre, que, alterando la
narración, ponga casi al final •del paseo lo que
le debiera haber precedido, siguiendo el orden
cronológico.aunque bien mirado, en esta crónica,
pudiéramos d e d r lo que en las matemáticas:
que el orden de los factores no altera el producto.
E l 23 de diciembre clausurábamos el curso
escolar con la solemne distribución de premios
y una conm ovedora e inolvidable ceremonia:
el bautismo de los siete primeros huerfanitos,
alumnos de nuestro orfanato, y una niña deí
orfanato femenino.
Y o tu ve el consuelo de celebrar el rito sa­
grado y derramar sobre sus cabezas el agua
^ u d a b le que les trasformaba en ángeles de
a tierra; y precisamente la vigilia de N avidad”,
la fiesta de los niños.
Hicieron de padrinos siete maestros cató­
licos de la escuela, y les pusimos por nombre,
como homenaje de agradecimiento y amor, los de
nuestros Superiores de Turín, y a la niña, el de
la Superiora de las H ija s de M aría Auxiliadora.
Para que la fiesta fuera lo más completa.

lucieron la prim era comunión los ocho ange­
litos, ofreciendo al N iñ o Jesús, como morada, sus
tiernos corazones.
A I salir de la misa les aguardaba una agra­
dable sorpresa. Con tablas y taburetes im pro­
visamos una mesa y en ella colocamos bandejas
de frutas y dulces.

Calcule su impresión al verse ante una mesa,
y bien provista, pues ellos acostumbran, usanza
del país, a comer sentados en el suelo o sobre
una pobre estera, y no conocen otra comida que
el arroz cocido. Para ellos resultó opíparo ban­
quete, porque dulces creo fuera la primera voz
que los probaban en su vida. Daba gusto verlos
aseaditos y manejando cubiertos que no co­
nocían, pues los ICássis no conocen otros que
los dedos, con los cuales amasan el arroz co­
cido y se lo llevan a la boca en pelotillas.
Frente a la m iej phareng (mesa europea), es­
taba el árbol de N avid ad , cargado de juguetes
y dulces, de que participaron los felices feste­
jados y todos los demás, menos afortunados.
¡Pobres huerfanitos! Gracias que también ellos
pudieron gustar las alegrías que gozan en esa
noche, de dulces recuerdos, los niños europeos.
Bien nos manifestaban su contento, y no nos
cabe la menor duda que, desde lo más íntim o
de sus corazones agradecidos, bendicirían la
religión católica, que, amorosa y tierna, en sus­
titución de los padres que Ies arrebató la ’muerte,
les enviaba o'tros ^ i r it u a le s que se desviven
por suplir las caricias del hogar.
E l 26 de Diciembre, después de la misa, dis­
tribu í a, todos estampas, y les entregué impresos,
en lindos trabajos ejecutados en nuestra im ­
prenta, los recuerdos o recomendaciones que
hacía nuestro \ en. Padre Don Bosco a los niños
cuando marchaban a vacaciones.
D e los nuestros, unos treinta fueron a pasar
las vacaciones a sus casas, y vein te quedaron
en el orfanato. U no de estos, que ya está en el
últim o curso de su aprendizaje, ha manifestado
el deseo de entrar en nuestra Congregación.
¡Qué el Sgdo. Corazón de Jesús y María A u x i­
liadora bendigan este prim er brote religioso
Kussi y al aspirante europeo, para que su ejem ­
plo despierte deseos de apostolado en otros
jóvenes que deseen consagrar su vid a y energías
a la salvación de las almas de sus hermanos.
M is ió n d e v a c a c io n e s .

Lu ego que los niños salieron a vacaciones,
y mientras en el colegio se hacían las repara­
ciones debidas para el curso venidero, salí a
ejercer el ministerio p or los pueblos del con­
torno. E l prim er domingo fui a Cerrapoonge
p oblaaón de que y a le hablé el mes pasado,
interesante para muchos por ser el punto del

- - if44 —
globo donde más llueve, pero en modo particular
para nosotros, porque en ella v iv e un grupo nu­
meroso de fervorosos cristianos que se mantie­
nen fieles al catolicismo, a pesar de la perniciosa
propaganda protestante y de sus tentadoras
promesas.
Salí tem prano de Shillong con la intención
de poder celebrar la misa a eso de las once de
la mañana, pero contratiem pos. imprevistos
hicieron que no pudiera em pezarla hasta la una

T e n e m o s a d m ir a d o r e s
en e l c a m p o c o n t r a r io .
Gracias a D ios no nos faltan simpatías aun
entre los no católicos. U n admirador de nuestra
Obra lo es el Inspector de las escuelas Khassi y
Jantia H ills . H acia la m itad de Noviem bre
vin o a visitar nuestra escuela elemental y media.
Antes de girar la inspección lo conduje a m i
despacho, donde estuvimos charlando amiga-

SHILUONQ (A«»am). — Lo* hnerfanito» que bauttztrao* Us vUpera de Navidad.

d e la tarde. Gracias que, para abreviar, fué can­
tada, y al final, dimos solemnemente la bendición
con S. D. M.
Tom é un bocadillo a la ligera, y tod avía con­
fesé a unas cincuenta personas que m e aguar­
daban tranquilas, antes de ir a administrar los
Sacramentos a los enfermos esparcidos por
las cabañas de los alrededores.
A la mañana siguiente, una vez que llevam os
la comvmión a los enfenuos, celebré la Sta Misa.
Muchos se acercaron al banquete eucarístico
para fortalecer su espíritu y pedir a Jesús la
perseverancia.
Term inada la Misa hice una visita al S ’ letn,
reyezuelo de la región, para hablarle de nuestras
misiones y encomendarle los buenos cristianos
que viven en su H iftui, reino.

blemente. Como cayera el discurso sobre la
Congregación Salesiana y nuestro Ven. Fun­
dador D . Bosco, y o le hice una sucinta exposi­
ción, acabando por obsequiarle con él Boletín
SaUsiano (edición inglesa, española e italiana)
y una vid a de D on Bosco en inglés. M e dió muy
cortesmente las gracias, y , al v o lver el día si­
guiente para coutinuar la inspección, me dijo
que, durante la noche, había leído el Boletín y
la vid a de Don Bosco, mostrándose altamente
satisfecho. Antes de marchar, m e manifestó que
se prom etía mucho de nuestra acción educativa,
especialmente respecto a los indígenas, y di®
expresó el deseo de confiam os la H igh ScJ:. •.
escuela superior.
A m igo nuestro es tam bién e l ex director de
nuestras escuelas, que viene con frecuencia a

i i

— 245
visitar a sus amigos. Aunque es protestante,
yo, viendo la frecuencia y satisfacción con que
nos visitaba, le in vité a que participara de
nuestras expansiones, academias etc., que él
aceptó gustoso, y desde entonces nos entrete­
nemos algunos ratos en conversaciones sobre
argumentos religiosos, morales y dogmáticos.
Ultimamente se m e ofreció gratis para la en­
señanza en las escuelas nocturnas, que pensa­
mos inaugurar el curso venidero.
V is i t a d e s a g r a d a b le .
Am ado Padre, niegue y baga rogar al Señor
por nosotros, para que nos conceda la gracia
de educar dignamente en el tem or de Dios a
estos jovencitos, sobre los cuales vela visible­
mente Dom ingo Savio.
E l 8 de Enero cayó enfermo con viruelas uno de
los huerfanitos que, catorce días antes, había reci­
bido el bautismo con admirable fe y entusiasmo.
A l p o b red to se le cubrió materialmente el
cuerpo de póstulas, desfigurándolo horrible­
mente. Para evita r el contagio nos vim os pre­
cisados a llevarlo, a pesar nuestro, a una casita
de la colina cercana, donde se le atendió con
todo el cariño y cuidado que el caso requería.
Pero, no obstante estas medidas preventivas,
a la mañana siguiente atacaba la rnisma enfer­
medad a otro, al que siguieron un tercero y
un cuarto, a quienes tuvim os que aislar lo
mismo, si bien comprendimos, que no había
medio de atajar el mal.
Lleno de fe y confianza en la protección del
cielo, reuní a todos los huerfanitos y les dije
claramente el peligro que nos amenazaba, exhor­
tándoles a que, en privado, se dirigieran a D o ­
mingo Savio y le interesaran para que evitara el
contagio, con la promesa de hacer pública la
gracia.
X o dejé, sin embargo, de usar todos los re­
medios de que podía disponer, especialmente
desinfectantes. H ice bañar a los niños en una
solución desinfectante enérgica, y, examinados
todos, v i con dolor que otro estaba y a lleno de
póstulas incipientes. Como habíamos invocado
la intercesión de Dom ingo Savio, no m e acó-’
bardé, al contrario, me invadió una ola de con­
fianza. Tom é ai niño y lo hice lim piar bien con
desinfectante y pintarlo de yodo, y lo pusimos
en una habitación aparte, sin resignarme a
mandarlo fuera de casa como a los otros.
Desde este momento quedó dominada la
epidemia, y cinco días después, este últim o ata­
cado estaba sano, y a la semana siguiente v o l­
vían también los otros cuatro.
Le besa la mano su A ím o. h ijo en C. J.
P a b l o B o n a r d i Pbro.
M isionero SáUsiano.

Episodios de las misiones
La primera Comunión de Pascuaia.
L a conocí en las Pampas y se llamaba Pas­
cuala... E l apellido, que, con grandísimo gusto
mío, hube de escribir yo mismo, con linda letra
redonda en el recordatorio de su Primera Co­
munión, borróseme ya, con el tiempo, de la
memoria. N o así su nombre, que tan bien com ­
paginaba con su figura, una de aquellas figuras
características, grotescamente típicas, dolorosamente risibles, hechas de sombra y luz,
con que tantas vecez tropiezan los misioneros
en su camino. H abía y a pasado la raya de los
treinta, y era menos que mediana su estatura;
con perseverancia digna de loa, acudía mañana
y tarde, a los primeros toques de campana, a
las funciones de iglesia, desde que comenzó la
misión, siempre alegre, alborozada, hombruna
y sencilla al mismo tiem po, con el pañolón de
color a la cabeza, doblado en diagonal y atado
por sus puntas bajo la barbilla, como acostum­
bran las campesinas italianas y españolas; con
el balanceo singular a que, al caminar, la obli­
gaba la cadera derecha, deformada y saliente,
como ella deda, a fuerza de « h orqu illear» el
pasto en las parvas, desde los doce años, edad
en que, según sus recuerdos, llegó desde la le­
jana Europa a las Pampas argentinas.
A llí, en m edio de esas Pampas, fecundo de­
sierto verde, infinita extensión librada al paso
agigantado del prc^reso material, a las muche­
dumbres hambrientas de pan y a los esplotadores
sedientos de lucro, se encuentra Qucrmin Qucrm in, población de unos 8,000 habitantes, cuyo
nombre suena a indio aún... Tiem po hace que
los indios, perseguidos, acorralados por la civi­
lización, que avanza, han ido a refugiarse en
las hondonadas inaccesibles de los valles andinos
o han perecido de nostalgia o de aprensión sobre
las rutas de su patria; el malón y a no cruza,
lanza en ristre, sobre el potro fogoso, las sole­
dades infinitas, ni el vien to pampero encuentra
y a a su paso las pieles de guanaco de las tolde­
rías....; mas no ha dejado de ser esta tierra,
tierra difícil de misión, sembrada de tropiezos,
porque, si se ha dicho con verdad que no hay
peor fiera que el hombre librado a sus instintos,
no menos cierto y doloroso es que ese febril
p ro p e s o que se derrama por el sur argentino,
oI\"idado de D ios y privado de los socorros de la
Religión Católica, reduce a los blancos, indí­
genas y europeos, poco menos que al nivel de
los indios mismos.

— 246 —
¡Oh, si vierais, si palparais el degradado nivel
m >ral que trascienden esas poblaciones co­
merciales, sin una mala iglesia muchas; otras,
como esta de Quermín Qiterniín, con todo y ser
importante, sin un solo cura para la iglesia, ni
muy chica ni muy mala, a donde v a el misio­
nero salesiano dos veces al año, para San José
y para Pascua.
Aquella Semana Santa, como nos habíamos
propuesto hacerla lo más provechosa y solemne
posible, nos hicimos ánimo y determinamos
correr de puerta en puerta, pidiendo a las fa­
milias el concurso a las funciones, especialmente
de los niños.
Todos prometían, todos recordaban sus be­
llos años de Europa, sus cristianas costumbres
de un tiempo, lamentaban su olvido..., pero ello
es que Europa es Europa y Am érica es América,
y , aunque algo conseguimos, no corrieron pa­
rejas los hechos con las promesas. Chicos acu­
dieron unos doscientos; pero, mayores, apenas
si llegaron a cien durante aquellos días, en una
población de 8.000 almas.
A la" Pascuala no la llamamos, pero ella se
vino sola, guiada por la gracia del Señor. — ¿De
venir a la iglesia se trata? nos decía después.
Y o vendré. Me gusta mucho a m i esto. — Y
proseguía en decires sentidos, a la campesina,
con su vo z destemplada, que por cada frase re­
corría todos los tonos del diapasón, no avezada
a la repercusión de los muros sino a la libre
extensión del vien to de la llanura.
A l cabo de las primeras instrucciones, mani­
festó que quería hacer su primera comunión,
confesando que era una vergüenza haber lle­
gado a la edad que tenía sin haberla hecho, y
con humildad de verdadera catecúmena, bebía
de los labios del misionero las consoladoras y
santas verdades cristianas, mezclada al corro
de las niñas, como una de ellas, en la capilla;
mas en los recreos, que entre función y función
se habían dispuesto en el im provisado Ora­
torio festivo, no osaba a tanto y quedábase
a un lado o tornaba a la capilla para rezar.
En un principio la ninas la miraban con risa,
y los niños, cuando pasaba, le tiraban del de­
lantal de percal de grandes cuadros rojos, como
a loca; al fin concluyeron por respetarla.
De su historia recuerdo apenas las lineas
principales: italiana de nacimiento, pasó su
vida en las faenas del campo; vióse luego sola,
trondiadas en to m o de sí, por la muerte, las
vidas que la protegían; mas ella siguió siempre
así. de campo en campo, sobre la parva, enar­
bolando la horquilla entre sus callosaá manos,
y, como tanta gente de por aquí, en la ignorancia
más supina y triste de las cosas del alma, como
una verdadera bestia de carga.

¡Pobre Pascuala! A veces sus tonterías nosdaban risas, pero a veces nos hacían casi llorar.
¿Cómo se despertó en su pecho la chispa del
espíritu, como vislum bró la necesidad de cuantole faltaba « para ser 'una m ujer de bien? », Tal
vez la palabra de alguna alma buena, los re­
cuerdos de su lejana infancia, el eco de la vo z
de su madre, muerta o distante... Porque ella
supo que había misión en Quermín Qiiermi?i y ,
pues en aquellos días de otoño lluvioso no había
parvas que hacer, determinó acudir...
E l Viernes Santo llegó la primera para con­
fesarse, no bien acabábamos nuestra parca re­
fección. A poco los chicos fuéronse aglomerando
en el atrio y salimos a entreternerlos, a hacerlos
jugar, mientras llegaba la hora. Menos mal que
se confesó entonces la Pascuala, porque lo hizo^
a gritos, gimiendo, debiendo nosotros alejar a
los niños de la puerta y entornarla; de haber
gente en la iglesia, hubiera sido imposible.
Confesáronse más tarde los niños y las demás
personas, y al día siguiente, a pesar de la llo­
vizna enojosa y continuada, y no sin haber
antes preguntado m uy por menudo cómo debía
hacer en el momento solemne, se acercó, la pri­
mera, a recibir su Prim era Comunión. Todavía
m e parece verla, tornar balanceándose de la
balaustrada, con la carota radiante de júbilo,
rezumando bondad, ir a su rincón e hincada
en el frío suelo estarse recogida, a solas con
Dios, conteniendo a duras penas, entre los la­
bios inquietos, el grito sin el que no acertaba
a hablar...
Torn ó tam bién el día siguiente y comulgó de
nuevo; esperó pacientemente su turno en la
distribución de las numerosas estampas grandes
de recuerdo de Prim era Comunión, y luego,
saludando y agradeciendo, se fué.
N ada he vu elto a saber de la Pascuala en
Quermín Quermín. N ada de ella me han dicho los
otros misioneros que para Semana Santa y San
José han solido pasar por la población. Acaso
habrá muerto en la gracia del Señor; acaso
habrá tom a d o a esgrimir su horquilla sobre las
parvas de pasto, ganándose el pan de cada día,
el pan del pobre, salado con lágrimas, pero que
es saludable, porque Dios bendice... ¡Quién
sabe! E llo es que así com o se presentó delante
de nuestros ojos, desapareció de ellos, figura
típica en lo exterior, en lo demás una de tantas
almas necesitadas que aquí, en las inmensas
soledades de la Pam pa esperan del misionero,
como gracia suprema, una gota, una gota,
a lo menos, de rocío de cielo para florecer...
y morir.
L . A . G.
M is io fU T j Salesiano.

i

o

CULTO

de María Auxiliadora
Nós tenemos ¡a persaastón de que, en las vicisitudes dolorosaa de los i l ‘m»
pos qae atravesamos, no nos quedan más consuelos que tos del Cielo, y e a n »
éstos, la poderosa protección de la Virgen bendita, que fue en todo tiempo el
A u x ilio de los Cristianos.
pio x.

Ó

Fiestas de María Auxiliadora.
Del D ia rio de C á d iz (España) del 29 de Mayo,
copiamos lo que sigue:
« Las fiestas salesianas de este año han revestido
musitada brillantez, aun habiendo sido mucha la
de años anteriores.
El alumbrado de la fachada del Colegio y calle
de árboles que a él conduce, fué contemplado en
la noche del Sábado por toda Puerta Tierra. Y
había que oir las exclamaciones de estos vecinos
y vecinas: * [Jesús, qué bonito está esto! ¡qué
cosa más preciosa! ¡Qué sencillez y qué buen efecto!
Este año han echao los Salesianos la casa por la
ventana! ¡Camará esto está superiól... ».
Tales eran los comentarios.
El reputado maestro electricista don Femando
Cádiz, que ha dirigido la instalación fué en justicia
muy elogiado.
Llamaron extraordinariamente la atención tres
transparentes, hechos por el señor Beraad S. S.
wn papel común de colores, que ostentaban una
imagen de María Auxiliadora y dos alegorías, colo­
cados sobre los tres huecos centrales de la fachada
del edificio. N o cabe hacer, con tan modestos ele­
mentos, una obra artística más bella y efectista.
Las bandas del Colegio recorrieron el itinerario
de la procesión el sábado en la noche y el domingo
a las seis de la mañana.
A las seis y media, el Rdo. Sr. Prefecto de la
Casa dijo la misa y dió la Commiión general, de
la que participaron, además del personal del Co­
legio, muchos fieles y archicofrades; tal fué el
oúmero de los qué recibieron el Pan de Vida, que
para no alai^ar demasiado el acto, ayudó al citado
defecto, don Modesto Jiménez, otro Padre de
l* Comunidad.
Mo pudo oficiar el señor Obispo a causa de ha­
llarse ausente.
La función principal, a las once, ha resultado
*°f®mísima. Cantó la misa el reverendo señor
l^irector del C o l ^ o don Juan Tanguy, actuando
^Evangelio don Clemente Guede y de Epístola
Antonio Bemad.
La partitura del maestro R ivera M iró fué eje*®ada con suma delicadeza y afinación por los

jóvenes que forman la « Schola Cantorum », bajo
la inteligente dirección del religioso Sale.siono
don Enrique Hidalgo; y la notable orquesta de
la casa, reforzada con los primeros violiiies don
Em ilio de Paz, veterano maestro, su señor hijo
y el señor Velarde; \úola señor Lubet, flauta señor
Salas y clarinete señor Rio, matizó e liizo realzar
las oeliezas ae aquellas pajinas musicales, tan
inspiradas y sentidas.
E l panegírico de la fiesta estuvo a cargo del
M. I. Sr. Dr. D . Teodoro Molina Escribano, cuya
suficiencia como orador sagrado es sobradamente
conocida y admirada, pues son muchos los ser­
mones que Cádiz ha oído a tan ilustrado señor
Canónigo. Su oración, breve y sentida, fué un
cántico, nacido del fondo de su alma, a las glorias
de María. Este nombre — dijo — que significa
« Estrella del mar », es la síntesis, la condensación
de todas las grandezas de la Virgen, y justifica el
calificativo de « Auxiliadora », portjue es el au­
xilio de los náufragos en el tempestuoso mar de
la vida. Fueron escuchados con visible compla­
cencia y atención, los párrafos de su fácil y fluí 'a
oratoria.
La preciosa capilla, que lucía el aparato de las
grandes solemnidades y el nutrido alumbrac'o
eléctrico del altar mayor, estaba totahnente ilcna.
La P ro cesió n ,
Desde las cinco de la tarde el Colegio Salesiano
es un hormiguero ». ¡Qué ir y venir, qué entrar
y salir, qué bullicio y qué animación!
Y a está la linda imagen de la Virgen instalada
en su carro triunfal. Es un camión que el ingeniero
don Diego Tejera, cooperador salesiano, cedió
y ha querido <»nducir. muy gustoso en ello, demos­
trando así una vez más su entinsíasmo por la San­
tísima Virgen y sus simpatías hacia la Congre­
gación Salesiana.
Y ya sabemos que .conducir esa clase de vehículos
al paso de procesión, es difícil, porque están hechos
para grandes velocidades.
L a carroza triunfal de la imagen de María está
exornada con exquisito gusto, llamando la aten-

— 248 —
cióii las flores contrahechas, confeccionadas por
Ja entusiasta señora Presidenta de la Cofradía
«Joña Concepción Orduña. Nada se ha escatimado
para conseguir el mayor lucimiento y puede de­
cirse que ha habido un pugilato en eso de enviar
flores y adornos a la Virgen para adornar su trono.
A las seis se organiza la religiosa escolta de la
Reina del Ciclo, y comienza a desfilar por la puerta
central del Colegio, en el orden y forma que ya
se ha dicho en la edición del domingo.
I^a procesión se ha efectuado con el mayor
orden. L a ha presenciado nmneroso gentío. Muchas
calles del trayecto se han visto adornadas. La.s
ventanas, las azoteas, cubiertas de criaturas...
l i e creído ver en los semblantes de los que pre­
senciaban el paso de la Imagen, algo más que la
mera curiosidad y el vulgar deseo de distraerse;
he creído ver algo de fe intensa, quizá no definida,
jjcro real, aun en personas muy distantes de « es­
tas cosas ». Y es que España será siempre España,
y en medio de sus triunfos, como en la plenitud
<le sus adversidades, sentirá siempre su inclinación
a l culto de la Virgen.
Recogida la procesión y cantada la solemne
salve, los R R . Salesianos, atentos y amables siem­
pre. más aún en estos días tan gratos para ellos,
porque coniparten con el pueblo las manifestaciones
d e amor a la Sma. Virgen, obsequiaron con pastas
y vinos a la guardia que formaba a los lados del
camión que servía de trouo a María Auxiliadora,
y al piquete de infantería y oficial que lo mandaba,
y que había dado escolta a la procesión.
L a vista de fuegos artificiales resultó muy lucida.
E l público estacionado frente al Colegio Salesiano,
estuvo solazándose hasta bien tarde.
L a « verbena » que este año se ha iniciado, ha
d e verse con sumo gusto en los sucesivos.
E l repórter saluda y envía la más ingenua feli­
citación a los Religiosos Salesianos, por el brillante
óxito obtenido.
Y a las once de la noche ve con gusto que no
iiay « campeonato de boxeo » al coger los tran­
vías, porque cada motor trae dos jardineras. La
Empresa de los tran^-ías estflba segura de que
había de acudir mucho público a las fiestas, y
con plausible previsión evitó al público las moles­
tias propias de esas grandes aglomeraciones.

E n ¡a imposi’ i'H ad de ptihHcar integras las re­
laciones que d- lis fieitis de M aría A uxilifd cra
lu'S envían, indi a etnos las pobla iones d ude con
tnds amor v briHantes honran a l.i Virgen de Don
Bosco sus d volvs.
A lc a lá de G u a d a ira (España).
Con fervor siempre creciente se han venido'
celebrando en la iglesia de los Padres Salesianos,
tlurante el mes de las flores, solemnes cultos en
honor de su excelsa Patrona María Auxiliadora.
A l toque de oración daba comienzo el piadoso
ejercicio, con el rezo del Santo Rosario, e qual
seguían la lectura espiritual y oraciones propias
del caso, amenizadas con el canto de inspiradas

plegarias y melodiosas letrillas, ejecutadas con
agradable afinación y dirigidas con exquisito gusto
artístico por el reverendo padre superior del Colegio.
A l empezar el triduo de preparación a la fiesta
se trasladó la preciosa efigie de la Virgen, del
camarín donde, como huida paloma, posada sobre
mullido y deleitoso nido de flores y ornada por
un nimbo de gloria, cautivaba el corazón de sus
devotos, al artístico paso, exornado con variedad
de flores y profusión de luces, trono glorioso que
le ha erigido la piedad de los alcalareños. Durante
estos días, como en la fiesta que se celebró el día
20, ocupó la sagrada cátedra el reverendo padre
Servando Delgado, que con frase galana y piadosa
unción ensalzó las glorias de María.
A la Misa de Comimión general concurrieron
mmierosísimos archicofrade.s, que vinieron a tes­
timoniar a la Virgen su arraigada devoción y le
ofrendaron el hermoso tributo de su amor, nu­
triendo sus ahuas con el Pan de los Angeles, que
recibieron por primera vez varios niños del Colegio.
Los cultos de la mañana se clasuraron con la
Misa solemne, estando el panegírico a cargo del
citado padre Servando.
Pero cuando se desbordó el entusiasmo de los
devotos fué en la magnífica procesión que tuvo
lugar a las seis y media de la tarde, recorriendo
triimfalmente la Virgen Auxiliadora las calles
de la villa, rebosantes de inmenso gentío, escol­
tada por centenares de archicofrades y caballeros
y brillantes grupos de niños y niñas, que desfilaban
con el mayor orden y corrección.
Entre los armoniosos acordes de las tres bandas
de miisica y los vítores y aclamaciones de un pueblo
enardecido de entusiasmo y acendrada devoción,
regresó la Virgen a su iglesia, dejando en todos
el alma bendecida de profundas emociones y la
mente saturada de gratos recuerdos.
|Viva María Auxiliadora!

B arcelona {España). — Agradecido a la pro­
tección de María Auxiliadora por xma señalada
gracia recibida, hago público mi reconodniiento
en el Boletín Salesiano y envío ima limosna de
100 pesetas para celebrar vma tnisa solemne en
su Santuario de Sarria.
S alvador Casanova.

B arcelona {España). — Las hermanas María
y Francisca P la n ^ dan gracias a María Auxihadora por varios favores recibido» y envían 15
pesetas de limosna para las Escuelas Salesianas
de Sarria.
Mayo 25 del 1923*

A lcalá dr G uadaira , — Una pierna curada.
Hacía unos tres años que a m i hermano ^aiJcisco de Asís le aquejaba una grave dolencia en

— 249 —
la pierna izquierda. L a rodiUa se le hinchaba, cau­
sándole grandes dolores e impidiéndole andar y
en ocasiones con fiebres que le obhgaban a guardar
cama.
Varias veces tuvo que sufrir que le punzaran
para quitar el acceso de pus que se formaba en
la rodilla.
Con los remedios que los médicos le recetaban
no encontraba mejoría.
Recurrió a una consulta y habiéndole hecho
varios reconocimientos, análisis de la sangre etc.,
y además le sacaron ima radiografía de la parte
dolorida, apareciendo unas manchas obscuras
en eUa, por lo que le dijeron que se tendría que
proceder a la operación de rascar en el hueso la
parte dañaAa...
Llegado a estos extremos, recurrimos llenos
de confianza a la Santísima Virgen María A u xi­
liadora. pidiéndole la curación sin que tuviera
necesidad de operarse.
Empezamos en seguida la novena, recomendada
por el Vble. Don Bosco, ofreciendo al mismo tiempo
publicar la gracia en el Boletín Salesiano y colocar
un exvoto en su altar.
La Sma. Virgen escuchó nuestras súplicas, pues
el médico desistió de la operación y lo puso a un
nuevo tratamiento, quedando en breve curado.
Han pasado y a diez meses y mi hermano sigue
completamente bien.
^Por esto y por haber curado a mi tía de ima gra­
vísima enfenn^ad, por lo que también he colo­
cado im exvoto en su altar de la iglesia de Ntra.
Sra. del Carmen, le doy las más rendidas gracias
a mi queridísima Madre Alaría Auxiliadora y
ciunplo mi promesa publicándolo, y animo a todos
a que recurran con fe y confianza a la que es Aurího poderoso de los cristianos.

J osé M. D íaz H urtado .
É cijA (£c/»aKa). — ¡Gracias, Madre mia!
A primeros de Octubre fué atacada mi madre
de un fuerte cólico, y persistiendo el dolor, los
facultativos opinaron sería apendicitis y que por
lo tanto debía ser operada.
Entré con mis hermanas en el Colegio de María
Auxiliadora de Écija para empezar el curso, y
fijado el día de la operación, acudimos a tan bon­
dadosa Madre con toda nuestra alma, en unión
de mi tía, religiosa en dicha casa, prometiéndola,
SI salía bien de la operación, publicar la gracia en
el Boletín Salesiano y dar una limosna de mi al­
cancía.
Pasamos varios días de amargura, hasta no
saber que m i querida madre estaba buena, pero
la Sma. Virgen había escuchado nuestros ruegos
y salvado a nuestra madre.
El 28 de Diciembre llegó a su casa de Utrera,
donde la esperábamos sus ocho hijos con los bra­
zos abiertos y llenos de alegría.

^ euía buena, y hoy, gracias a la que es inter^csora y Axxxilio de los cristianos, goza de com­
pleta salud.
Agradecida, cumplo mi promesa y prometo
ríemo recouodmiento a tan buena Madre.
3 IERCEDES

R C IZ MÁRQUEZ.

CiUDADELA {España). — Era el mes de Agosto
del pasado año. De improviso nos encontramos
smnidas en una grave tribulación, pues mi her­
mano fué asaltado de tan temible enfermedad,
que estuvo a punto de desaparecer de este mundo!
En aquellos críticos instantes, volvíame por todos
lados y no v i otro refugio que el de la Virgen Auxihadora. L e prometí una limosna y publicar su
favor, si volvía a ver a mi hermano, completa­
mente bueno. Duró bastante tiempo su enferme­
dad, pero nunca perdí la confianza lui.sta que por
n alcancé con mucha satisfacción la gracia ape­
tecida.
^

J. Caym aris ,
Idem. — Encontrándose m i luja enfenna de
una pleuresía y presentándose el caso bastante
serio, acudí llena de confianza a María Auxiliadora empezando con mi familia una novena, pro­
metiéndole publicar la gracia si me la alcanzaba
y eirt regar una limosna para las obras del Sant uurio.
Esta Madre cariñosa atendió mis fervientes súpHcas, devolviendo la salud perfecta a mi hija
y con eUa la alegría a mi atribulado corazón.
Cmnplo muy ^ t o s a mi promesa, entregando la
hmosna y publicando la gracia.

A ntonia Mesquida .
S evii,i,a {España). — En la primavera pasada,
estando una hermana mía muy grave con bronco!
Neumonía gripal, la encomendamos a Nuestra
Sma. Madre, y, por indicación de ella hice una no­
vena con sus hijos, prometiendo publicar la gracia;
tmnbién yo tuve en el otoño una fuerte conges­
tión y llevaba ya tres días sin mejorar nada, a
pesar de todas las medicinas, y al empezar el primer
sábado de mes invoqué a la Sma. Virgen, hacién­
dole esto pre.sente, y desde aquel momento cedió
la enfenuedad; por último, he tenido el comsuelo
de que mi madre haya ido a visitarla uno de estos
días, después de tres meses de enfenuedad. tGloria
a nuestra Sma. Madrel
María A ntonia A. Osorio .
S evilla {España). — Cúmulo de gracias por
intercesión del V. J. Bosco.
M aría Auxiliadora oye siempre benigna las
súpheas de los que afligidos le invocan en sus tribiilaciones. Prueba de ello, las muchas de que me
ha librado, que parecían irremediables. Salvá
a mi madre próxima a expirar.
Atacadas más adelante mi madre y hermana
gravemente de gripe, vo lví a invocarla y ’hélas
aquí sanas. A punto de morir yo mismo, encomen­
dados mis hijos a mi esposa, sin esperanza hmnana,
angustiado, le hice una promesa la cual cumplí!
A ndrés L inares .

Z aragoza (España). — * Habiendo implorado
ea varias ocasiones la intercesión de María A u xi­
liadora para la curación de un hermanito, que se
hallaba en trance muy apurado, por la gravedad
de su enfermedad, y obteniendo de EUa el auxilio
necesario para su total restablecimiento, lo hago
presente para mayor gloria de la que fué nuestro

— 2 -;o —
Auxilio; asimismo en la curación de una herma,
-sin operación y de otros males, que siempre hallé
remedio para mi y para mi familia, lo que me com­
plazco en testimoniar, como así se lo prometí a
mi Bienhechora *.
Knvío gustoso una limosna para el culto de
María Auxiliadora y misiones Salesianas.

N kmiczio B onet .
R ama {Nicaragua). — D ksidkria U rbixa , en
una grande necesidad acudió a la potente bondad
maternal de María Auxiliadora, y con íntima
consolación suya se vió plenamente favorecida.
Ivn agradecimiento a tan señalado favor, envía
una ofrenda en l>eneficio de los huerfanitos del
Vble. D. Bosco y desea hacer pública su viva gra­
titud a la Virgen.
R ama {Nicaragua). — N . N . eternamente reco­
nocida a María Auxiliadora por gracia que le
otorgó, manda una generosa limosna para su
Santuario-Basílica.

Montevideo ( Uruguav). — Agredecida a María
Auxiliadora ix)r haber curado a mi madre en una
rodilla, cumplo la promesa de enviar una limosna,
rogando a la vez que sea publicado mi humilde
te.stinionio de gratitud a la celestial Madre.
N. N.
ídem- — Estando enfenna y habiendo rogado
■a María Auxiliadora intercediera con el Señor por
mi curación, cumplo hoy gustosa la promesa hecha,
al estar completamente bien, de publicar en el
« Boletín Salesiano * tan señalado favor y exhorto
a todos los (pie se hallan afligidos, a que recurran
a la bondad de María.
Montevideo, 7 mayo de 1923-

María E lena L arronde .
Cartagena (Colombia) Marzo 6 de 1922. —
Doy gracias muy rendidas a mi buena Madre María
Auxiliadora por todos los beneficios que nos ha
concedido a mi familia y a mí en el año que pasó.
Un hijo mío. que estaba muy enfermo, fué a un
hospital de Panafiiá. para ser allí operado. Antes de
irse lo encomendé mucho a la Sma. Virgen de Don
Bosco para que me lo acompañara, a él y a otro
hijo luio (pie iba con el enfermo. N o desoyó mis
ruegos la Madre Bendita, y mi hijo regresó,
sino curado completanieute, en vía de curación.

M.ANANTIAUÍS

(R. Argcutiua-Corrientes). —
Ilalláudome eufenua de gravedad y en un lugar
apartado de la población, donde no había médicos,
sin facilidad para acudir a ellos, contando sola­
mente con la buena voluntad y couocimieiitos de
un cuñado fanuaceutico, acudí a la misericordia
de nuestra (luerida Madre María Sma. Auxiliadora,
para (luo tuviera piwlad de mi y me obtuviera de
su divino H ijo la salud, y que no ¡lermiticra enfer­
mara un h ijilo mío de 4 meses, a quien tuve que
auuuuautar \arios días (iunuitc la fiebre, prome­
tiendo publicar la gracia, si me venia otorgada.
•Con mi grande a.sombro la Virgen del \ ble. Don
Bosco se dignó dirigir bondadosamente sus mi­

radas hacia esta pobre, concediéndome perfecta
salud. Cumplo hoy con lo prometido, deseando
que esta prueba grandiosa de la misericordia de
la Madre de Dios sea hecha manifiesta por medio
del « Boletín Salesiano » y a la vez envió la limosna
de diez pesos para las Obras del Vble. D. Bosco.

Margarita V idal de Mauriño .
ex alumna de las Hijas de M aría Auxiliadora,

Dan también Gracias a María AnxiDadora.
Cali (Colombia). — D. Manuel Es eban Fili­
grana, manda una ofrenda por favores recibidos
mediante la intercesión de la Virgen.
Mondomo (Colombia). — Rafael Tejada, da
gracias a María Auxiliadora por haberlo favore­
cido en sus necesidades y envía un óbolo.
Caracas (Venezuela). — Emiüa Herrera Malpica, Srtas. Rodríguez Herrera, Isabel de Rodrí­
guez y Sras. Hernández, hacen público testimorio
de su gratitud a María Auxiliadora por varios
favores que les concedió y envían una limosna
para la Obra Salesiana.
Cald'no (Colo bia). — D. Gr gorio Sandoval.
en%ía una limosna en fa vor de los huerf nitos d I
Vble. D. Bosco en agradecincieato a la Vii^.n.

Correspondencia del Paraguay.
Sr. Director del Boletín Salesiano: A pesar de
los disturbios, que continúan en esta nuestra ainada
República, los salesianos no dejamos de trabajar
y hacer el bien a nuetros hermanos.
Celebramos con esplendor las fiestas de San
l^ancisco de Sales, con las conferencias corres­
pondientes que se vieron concurridas. Pero las
que han resultado verdaderamente grandiasas,
no obstante las circimstancias anonnales, han sido
las fiestas de María Auxiliadora. E l pueblo'parece
que se olvidó por unos días que se hallaba en guerra
y acudió en masa a honrar a la Virgen de Don
Bosco.
Baste decirle que las primeras comuniones, sin
contar las numerosas de los adultos, pasaron de
trescientas.
También a principios de Abril di mía vuelta
por el Chaco, donde pasé una semana con aquella
buena gente. Estrené con gran satisfacción mía
y contento de los indios, el altar portátil y
iuentos que me regalaron en Turin para la Misión.
Durante esos (lias he bautizado a más de 50
personas, bendije tres matrimonios y di un cen­
tenar de comuniones.
Creo le gustará saber que los indios acumulan
material para una capilhta. ¡Quiera Dios bende
cimos abundantemente.
Suyo afino in C. J .

D omingo Queirolo Pbr.

m

CIUDADELA (Menorca-España). — La fiesta de
de amor en su querida Pamplona, donde centenares
ios Antiguos Alumnos.
de niños nutrirán sus corazones y espíritus con
La Unión de Antiguos Aiiuiinos Salesianos está
sanas doctrinas y se ejercitarán en artes y letras,
de enhorabuena. L a fiesta patronal del presente
que les proporcionarán honrado ponenir.
año ha sido una fecha memorable en su historia
Mi calurasa enhorabuena a los nobles navarros
y justo es que al intentar reseñarla brevemente,
que con desprendimiento generoso preparan días
comencemos por tributarle im caluroso y entu­
de gloria a su país, y a los niños que, aprovcdiamlo
siasta aplauso y gritar con todas las reservas
esa generosidad, sabrán corre.sp>oudcr como bmnes
de nues'.ros puhnones; Viva la Unión de Antiguos
para continuar la gloriosa tradición de la católica
Alumnos Salesianos.
y culta Navarra.
Espléndido comienzo tuvo ese día de gloría,
con la misa de Comimión celebrada por nuestro
BAHIA BLANCA (Argentina). — Segundo congreso
Exmo. Sr. Obispo, en la que recibieron a Jesús
salesiano en honor del Corazón de Jesús.
Sacramentado irnos 25Ó Antiguos Alumnos, que
Acaba de celebrarse en Bahía Bhuica con éxito
en tan imponente manifestación de fé, de la ar­
rotmido, sobre toda ponderación, el I I Congreso
diente juventud, demostraron ser incapaz la nave
en honor del Corazón de Jesús.
central del Santuario para contenerlos, signifi­
Los resultados han superado con mucho las
cando con ello, que saben donde tienen su asiento
esperanzas, no sólo de los organizadores, sino
las grandes obras y las asociaciones fuertes.
también del numeroso publico que ha tomado
A la una, reuniéronse en fraternal banquete
parte con vivo interés y entusiasmo.
cerca de un centenar de A . A . ocupando largas , Pese a los esfuerzos del genio del mal y las dia­
mesas artísticamente engalanadas en el salón
bólicas obras que ha inspirado para descristianizar
teatro del Colegio. Ocupaban la presidencia los
a los pueblos y sim irlos en el error y anarquía
Sres. Directores del Colegio y de la Unión, junto
moral, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
con el Padre Arqués, la Jimta Directiva de nuestra
se abre paso en el mimdo, y los hombres, ham­
Unión y varios miembros del Secretariado de A. A.
brientos de paz y de amor, corren a saciarse en
de la Federación Tarraconense.
ese Corazón divino, fuente de sosiego y bienestar.
Reinó el más caldeado entusiasmo que se mani­
A yer era España, madre fecunda de florecientes
festó al final con sentidos y oportunos brindis,
y cristianas repúblicas, la que por boca de su Rey,
expresivos de la fraternidad que ime a todos los
a quien hacía corona todo el pueblo con sus Minis­
A. A. de España.
tros a la cabeza, se consagraba al Corazón de Jesús,
Con la soleume velada, bien interpretada, en
de rodillas ante el monumento glorioso del Cerro
que hablaron elocuentemente los señores Saurina,
de los Angeles.
Pérez, Picó y Durán, tenninó brillantemente la
H oy es el Perú nuestro hermano, noble bástago
fiesta.
de la católica España, el que siguiendo el buui
Que María Auxiliadora y Don Bosco, conserven
ejemplo de la madre se entrega a Jesús, en cuyo
rí entusiasmo saiito de ese día memorable, a fin
Corazón pone sus destinos.
de que la Unión de A. A . S. de Cindadela pueda
Monmnentos. templos se levantan ix>r doquiera
cumplir pronto su nobilísima y providencial mi­
que pregonan! las excelencias del Deífico Corazón
sión,
y el amor de los pueblos bada su Dios.
E l Cerro de los Angeles, el Tibidabo, el Cristo
PAMPLONA (Esp.). — Nueva fundación Salesiana.
de los Andes etc. son otros tantos centros a donde
En el < Diario de Navarra » vemos con placer
se dirigen los afectos y suspiros de las multitudes
un hennoso fotograbado del colegio salesiano que
y de donde fluyen a raudales las gracias y bendi­
se edifica en la religiosa ciudad de Pamplona, patria
ciones de Jesús.
de heróicos y santos misioneros.
Pero el Corazón de Jesiis quería algo más: los
Hijo de una provincia hermana, siempre sus­
fríos pedestales de mánnoles y granito no satis­
piré por una fundación en esa tierra generosa;
facían las ansias de su amor, los latidos generosos
^ lo pedí a nuestro grande y querido santo,
de su amante Corazón no hallaban eco e i esa.s
San Francisco Javier, cuando en su marcha trimifal
rocas insensibles, anhelaba algo más, deseaba
por las ciudades de España, Francia e Italia,
reinar en los corazones de los hombres, hacer de
a esta ciudad de Tuiíu, donde no sólo besé
ellos su trono, su altar.
con efusión su venerada reliquia, sino que tuve
A sí lo entendieron los hijos de Don Bosco, que
1* fortuna de oficiar de subdiácono en las solemnes
no satisfechos con entronizar por el mundo la
^*stas que le tributaron.
devodón de María Auxiliadora, qui.sieron consa­
Hoy, por fin, veo satisfecho m i deseo. Nobles
grar sus fuerzas a los deseos de J esús, a preparar
.' generosos paisanos levantan un monumento
los corazones de su reino.

m

.

— 252 —
Por eso empiezan en Italia, alentados y bende­
cidos por el Papa, a predicar las bondades del
Corazón de Jesús, con ardor y éxito tal, que, a
poco, organizan el Primer Congreso al Corazón de
Jesús, de que ya dimos cuenta en este Boletín.
Su celo, inmenso como el atuor, saU'a las fron­
teras de Italia, y hoy recibimos las consoladoras
noticias del Segundo Congreso en honor del Co­
razón del Jesús, celebrado con brillante éxito y
entusiasmo en la Repi'iblica Argentina.
B l amor de Jesús prende y se propaga como el
fuego en el cañaveral, y no está lejano el día en
que el mundo entero se eche en brazos de Jesús
y aprenda en su regazo a ser manso y humilde
de Corazón.
iQitiera Dios que a imitación de los salesianos
do Italia y Argentina, preparen los de otras na­
ciones nuevos trimifos al Corazón de Jesús, como
es el deseo del Papa, de la Iglesia, y de los Su­
periores de nuestra amada Congregación!
VALPARAISO (Chile). — Los Antiguos Alumnos
rinden homenaje a María Auxiliadora el 27 de Mayo.
Como se había anunciado, ayer los ex-alumnos
rindieron un conmovedor y religioso homenaje
a la Pntrona de los Salesianos, la Virgen Santí­
sima María Auxiliadora, y cuya fiesta se celebra
anualmente el día 24 de Mayo.
I'lste homenaje consistió en que casi todos los
ex-aluranos, en número mayor a cincuenta, con­
currieron a oir la Santa Misa que rezó el mismo
señor Director Pbro. don J ulio Dati, adminis­
trando la Sagrada Comunión a todos, entre los
que se encontraban ex-alumnos salidos del Colegio
hace veinte o más años, muchos de los cuales tienen
actualmente a sus hijos educándose en el estable­
cimiento.
E l señor Director, profundamente emocionado
por este rasgo de sus ex-alumnos, les dirigió la
palabra, teniendo pasajes felicísimos y recalcando
su significado en el momento solemne en que la
Juventud Católica de Valparaíso se levanta como
un sólo cuerpo y ima sola alma, proclamando muy
en alto su ardiente fe religiosa al acercarse al Con­
vite Eucarístico y recordando las palabras del
Divino Salvador que dijó a sus Apóstoles: * el
que come de mi cante y bebe mi sangre, tendrá
vida elcnia *.
I,a misa fué amenizada por una orquesta for­
mada por los ex-aluumos y acompañada con ór­
gano por el acólito señor Contreras.
Cantó nna hennosa salve en el momento de dar
la Sagrada Comunión, el señor Secca y le acom­
pañaron con violín los señores Rantón Catalán
y Luis Carlos Wells.
Después de la misa, se sirvió un chocolate a
todos los presentes y en cuya oportunidad el presideitte del Centro, señor Acuña, invitó a todos
los ex-aUnunos a concurrir en masa a la procesión
solojune de Corpus Christi que saldrá el juves
próximo de la Iglesia del Espíritu Sitnto.
i ’or la taixle. para completar el pn-*grama trajEido, los ex-alumnos p^asaron al oratorio festivo
de « Don Bosco * para pasxir un rato con los niños
que. en número superior a trescientos, concurrieron

a recibir golosinas con que fueron obsequiados por
aquéllos.
.Como míniero final, los ex-alumnos, antes de
retirarse del Colegio, concurrieron a la Capilla para
asistir a la bendición que fué dada con su Divina
Jlajestad y, formidando los más firmes propósitos
de repetir todos los años este homenaje sin per­
juicio del que corresponde a la fiesta del « dia
de Colegio » que luego ha de venir.
BOGOTÁ (Colombia). — Fiesta de los Antiguos
Alumnos Colombianos.
Aunque en Colombia contábamos con muchos
y buenos ex-alumnos, no habían dado, dicho sea
en honor de la verdad, señales de vida pujante y
fuerte organización hasta el presente.
N o les faltaba entusiasmo ni deseos de pros­
perar y desarrollarse con la vitalidad y florescenda
de sus compañeros de Argentina, España, Italia,
Franda, Polonia etc., pero necesitaban un im­
pulso, una ocasión en que unidos y alentados con
palabras de direcdón y apoyo decidido, se lan­
zaran. denodados, a cosechar los laureles que el
éxito reserva a los que trabajan y luchan con fe
y constancia por un noble ideal.
L a ocasión la procuró la fiesta del,Director del
Colegio León X I I I , donde se reunieron para feli­
citarlo unos treinta jóvenes, generosos y entus- siastas. A lli nadó la asodadón, el Director le dio
vida y el Padre Fierro caldeó los ánimos para
emprender sin demora la cruzada que debía con­
gregar en haz apretado, en florendente organi­
zación a todos los ex-alumnos colombianos, para
que lleven a cabo el fecundo apostolado social que
de ellos espera ansiosa la Patria.
Pronto verá la luz. protegido por los Padres
citados, el órgano (lue ha de mantener vivo el
fuego, la luiión y nutrir el espíritu de aquella
juventud salesiana. Nuestra enhorabuena.
ITALIA — Movimiento de los Antiguos Alumnos.
Nuestro Rdiiio. Rector Mayor, Don Felipe
Riiialdi, organizador y ahna de los Antiguos
Alumnos, decía no ha mucho: < Los exalumnos son
nuestra gloria y corona. Y o deseo verlos cada ves
in<is unidos a sus antiguos maestros, y que se les
considere todavía como hijos nuestros, aunque ellos
hayan llegado a ser ya padres de familia. María
Auxiliadora y Don Bosco les bendigan como yo se
lo pido con todo el corazón cada dia *.
Afortunadamente estos deseos y palabr^ han
hallado eco en los antiguos alumnos de Italia que
han demostrado en repetidos actos su vitalidad,
amor y adhesión a la Obra Salesiana. En Bo­
lonia, Catania, Castelnuovo, Espesia, Módena,
Alasio, Molliano, Marogia y otros puntos, han
tenido reuniones locales, regionales, asambleas
donde centenares de antiguos alumnos de toda
edad y condición se unían en estrecho abrazo con
sus antiguos Superiores y maestros.
Hemos tenido ocasión de presenciar a lp n o «
estos actos y debemos confesar con satisfacaon
intensa que gustamos momentos deliciosos al ver
el cariño, las deferencias, los mimos que, hombres
de barba y bigote, dispensaban a algomos de sus

— 253 —
maestros ya ancianitos. Lágrimas de consudo
asomaban furtivas a los ojos, mientras d corazón
agradecía la benéfica institudón de Don Bosco.
TURÍN (Italia). — Solemne Congreso de las
Compañías.
El ejemplo cunde, decíamos en d Boletín an­
terior, refiriéndonos a las reuniones que en los
c o la o s salesianos de Alicante, Barcdona, Madrid
y Salamanca, en España, habían tenido las com­
pañías de los mismos, y debiéramos haber dicho
con más propiedad que el ejemplo arrastra.
Primero era en Argentina, luego en España y
hoy es en Italia, en Turín, donde se congregan,
animosos, jovendtos ejemplares de diversos cole­
gios d d Piamonte, para tratar de los medios a
poner en juego con el fin de cumplir como buenos
colegiales y ser d día de mañana, en el mundo,
apóstoles d d bien, católicos práücos y honrados
ciudadanos.
Enterado d Papa de la asamblea y sus fines,
enrió'su paternal bendición con el tdegrama si­
guiente:
Rdmo. Don Felipe Rinaldi, Superior General
de los Salesianos, T u rín : E n ocasión de la fraterna
asamblea de las Congregaciones religiosas de los
colegios salesianos. Su Santidad envía de corazón
la bendición apostólica, y hace votos para que el
espíritu del Venerable Don Bosco ilumine con la
luz de la fe sus trabajos. — Card. G asparri .
También nuestro Rector Mayor, no pudiendo
asistir, escribía: « Mis queridos hijos del Comité
promotor y organizador d d Congreso: Vosotros
no p>odíais procurarme una satisfacción más grande
que la que me proporcionáis promoviendo este
Congreso del cual me prometo abundantes frutos
para los niños de nuestros colegios. Estoy seguro
de que nuestro Ven. Padre Don Bosco os con­
templará sonriente, compladdo.
E l creó, desarrolló y amó estas Compañías que
le propordonaron tantos consuelos, ya que íueron
uno de •los medios más eficaces para organizar
la piedad en las Casas.
Que d Señor os ayude e inspire para que os
hagais más fervorosos y activos propagadores d tl
bien entre vuestjTDS compañeros. N o olvidéis que
todo nos viene de Dios, y a E l debéis acudir por
intercesión de la Inmaculada, que fué la Auxilia­
dora de Don Bosco, para que bendiga vuestros
trabajos.
Contad con d apoyo y oradones de vuestro
afmo amigo.

F elipe R inaldi Pbro.
Temas tratados.
En la imposibilidad, por falta de espado, de
enumerarlos todos, indicaremos los diversos grupos
de materias.
I.
Medios principales para tener florecientes las
Compañías.
II.
Medios para difundir y cultivar la devoción del
Sgdo. Corazón de Jesús en las Compañías.

III.
Como podrán las Compañías favorecer las voca­
ciones religiosas, sacerdotales y de misioneros, para
responder a la sed de almas del Corazón de Jesús.
IV.

Como debe procederse para que la Compañía de
la Inmaculada Concepción, fundada por Domingo
Savio con la aprobación de Don Bosco, se propague
y florezca en todos nuestros colegios.
V.
Como pueden las Compañías favorecer y difundir
la buena prensa.
Como ya en los diversos colegios habían hecho
estíidios sobre estas materias d d programa, lu
actuación d d Congreso resultó brillante y pro­
vechosa.
Causaron no poca maravilla los medios suge­
ridos por algunos de los jovendtos concurrentes,
por lo acertados y prácticos, meredendo la ainovadón no sólo de los compañeros, sino también
de los Superiores.
Estaban presentes, a más d d Rdo. Sr. Don José
Vespignani, Barberis y Director d d Oratorio,
todos los Padres de N ovid os de las Inspectorías
Salesianos de Europa.
E l final d d Congreso superó a toda expectativa.
Hubo discursos magníficos, espedalmente los pronundados por los Sres. Teólogos de nuestro In s­
tituto Intem adonal de Foglizzo, que contri­
buyeron eficazmente al éxito grandioso.
Muchos fueron premiados con hermoso meda­
llón con la efigie d d Papa Pío X I.
Esperamos que los frutos serán abundantes
y duraderos.
TURÍN (Italia). — Fiesta de la gratitud.
Como en la familia se espera con ansia el ono­
mástico del padre y de la madre, para testimo­
niarles la gratitud y d amor que para ellos nutren
los liijos, así en el Oratorio de Turín se contaban
los días que nos separaban de la fiesta de San
Juan, día en que los Salesianos celebran gozosos
la fiesta tradicional de Don Bosco y la de su Su­
cesor, hoy nuestro venerado Padre Don l'd ip e
Rinaldi.
Y a la víspera era d Oratorio mi enjambre de
liijos amantes que llegaban de todas partes y se
unían a los de la Casa madre, para festejar al
Padre querido, al pastor, al guía de nuestra Con­
gregación.
En d teatro, atestado de hijos y amigos, reci­
bió los primeros homenajes a que le hacen acre­
edor, non sólo la dignids^ de Rector Mayor, sino
también, y en modo particular, su gran corazón
de amigo, de padre y algo de madre, como dijo
docuentemente el Rdo. Don Bartolomé Fasde,
Director General de estudios de los Colegios Salesíanos.
Pero no eran sólo los Salesianos los que ^ a sa jaban a nuestro Padre y Superior; allí estaban
representados los Cooperadorse Salesianos que
ofrederon sus respetos por medio del ingeniero
Don J^teban Riccadonna; los Antiguos Alumnos

— 254 —

<iue hacían llegar sus saludos de las cinco partes
(Ic l mundo por boca de su presidente, abogado
Sr. Masera, y regalaban un hermoso retrato al
ó'eo, trabajo del pintor Mario Bedeschi; los alum­
nos estudiantes y artesanos que se disputaban
en un pugilato de amor la palma del afecto, del
cariño hacia el Padre; los socios del Círculo Don
Poseo que, como homenaje, le presentaron una
oferta (pie encabeza el fondo de una bolsa de estudio
en favor de los Misioneros del Instituto Cardenal
Caglicro.
Telegramas y cartas de saludo llegaron a cente­
nares, de las que se leyeron en público las más inportantcs.
A I final, se levantó el festejado, Padre Rinaldi,
(¡ne dió, conmovido, las gracias a cuantos habían
contribuido de algiin modo a la brillantez de la
fiesta, que él consideraba como homenaje, no a su
persona, sino a la venerada memoria de Don Bosco.
Da tarde del día 24 se consagró íntegra a la
memoria de Don Bosco. E l salesiano Padre Garelli,
llegado poco ha de la China, dió una conferencia,
ilustrada con proyecciones, acerca de las misiones
salesianas del extremo Oriente.
Además de mostramos el bien inmenso que
realizan los hijos de Don Bosco en aquellas lejanas
tierras, nos probó con evidencia que este es el
momento oportuno para la evagelización de los
400.000.000 de chinos, obra en que a los salesianos les está reservado un campo de acción inmcn.so.
líl Rdmo. Don Rinaldi tenninó la fiesta, di­
ciendo que sigue con vivo interés y entusiasmo las
mi.siones de la China. Tanto es así, que el año
venidero enviaremos nuevos misioneros a Shang­
hai, y el 1925 nos dirigiremos al Japón, a cumplir
la misión que nos ha encomendado el Papa.
Da noticia fué acogida con calurasos aplausos
por parte de todos los concurrentes, ocasión que
aprovechó el venerado Padre, para animar a todos
ji cooperar a obra tan santa.
El Iiimno de ocasión cerró con broche de oro la
fiesta de la gratitud y el cariño.
ESMIRNA (Turcpila). — De nuevo los Oratorios
fjstivos.
Da clüu.íiiica in Albis comenzó a funcionar de
nuevo el Oratorio festivo que los azares de la
guerra greco-turca mxs obligaron a cerrar. Se dió
principio a la fiesta con la ceremonia religiosa. E l
Sr. Arzobispo celebró la santa misa y dió la co­
munión a más de cien niños. Por la tarde tuvimos
función de teatro. Y a contamos con unos dos­
cientos oratorianas, que van aumentando cada día.
Duda la situación en que quedó e.sta ciudad
íU'spués de los incendiivs, es de suponer que pronto
no nos cabrán los niños en los patios.
CO^STANTINOPLA (Turquía). — El Colegio SaIcsiano florece.
A pesar de las críticas circunstancias porque

atraviesa esta nación, nuestra obra se desarrolla
y toma incremento.
E l número de almnnos que el año pasado no
pasó de los 18, en este.ha subido a las 70. Alas
cuatro clases elementales hemos añadido la pri­
mera de comercio, a fin de que los niños puedan
pronto cursarlo completo.
También hemos iniciado las escuelas profesio­
nales con los talleres de zapatería, sastrería y
carpintería. Da maquinaria es muy escasa, pero
confiamos en que con la ayuda de la Proxridencia
y de nuestros buenos Cooperadores, pronto ten­
dremos la necesaria.
BEITGEMAL (Palestina). — Visita ilustre.
Nuestra granja agrícola de Beitgemal, se lia
visto honrada con la visita del A lto Comisario de
Inglaterra en Palestina, Sir Herbert Samuel,
quien venía acompañado de su secretario particnlar, del Director de los Servicios de Antigüe­
dades, del Gobernador de Gaza, del de Ebrón,
de im capitán, de un oficial y una escolta de .sol­
dados a caballo.
Los Superiores y niños sale.sianos del Orfano­
trofio y de la Granja agrícola los recibieron con
agasajos que agradecieron vivamente, mostrando
el A lto Comisario su satisfacción por haber podido
cumplir un deseo que acariciaba hacía algún tiempo.
E l día siguiente visitó con su comitiva las escavaciones que han dejado en descubierto las ruinas de
la iglesia edificada sobre la tumba de San Esteban,
el oseivatorio metereológico, el pequeño gabinete
de química agraria y después, montando a caballo,
dieron una vuelta por los contornos de la granja,
quedando altamente satisfechos de los cultivos,
(ie las plantaciones de árboles y demás trabajos
que los salesianos realizan con sus niños.
N o escapó a la sagacidad del A lto Comisario
la trasceu(Íencia de la labor de nuestra obra, ya
que se nota en los vecinos del cercano villorrio el
(leseo de aprovechar nuestras enseñanzas e imi­
tamos, como se observa en las plantaciones de
árboles que han comenzado.
Cuando lo visitó todo, partió el A lto Comisario
para Geru.salén, desde donde nos envió una carta
afectuasa con su retrato y una simia para que lo.s
niños tuvieran im día de campo. A l final, repetía
las palabras que ya había escrito en nuestro albun; a saber: que esta excursión le quedaría agra­
dablemente impresa entre sus más gratas memo­
rias, tanto por la belleza del lugar, <X)mo por la
cordialidad de nuestro hospedaje, y bondad de
nuestra institución.

A'i de Dios, n i de cuanto pertenece a su servie:-',
nunca debemos hablar por vía de recreo, »; -ie
chanza sino con sumisión y respeto.
S. Francisco de Sales.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: G E M IN IA N O FERR.ARD
Establee. Tip. de la Sociedad Editora Internacional. — Corso Regina Margherita, N. 174 - T U R íN

1
® O C i:R O ^ r >

K O IT T O R A .

___________ A v e n id a R e g in a M a r g a r id a , 174 - T U R ÍN (Italia)

THE0L06IA DOGMATICA, MORAUS, MTSTIGA, PASTORAUS, Ete.
BAC CA Sac. P E T E U S . — T h eo log iae m oralis synopsis. B re v e opus e x sapientissimis scriptoribus de E e M o ra li eductm n e t ad norm ain n o v i Codicis Juris Canonici exaratum : L ibellae 12,50. A p u d exteros: libeliae 16j50.
M A Z Z B L L A . H O E . A rch iep. Tarentiim s. — Praelectiones Scholastico-D ogm aticae b revio ri
carsui accom odatae. E d itio quinta recogn ita e t aucta.
V o l. I . --- Tractatus de vera Beligione, de ScripU ira, de Trad itione et de Ecclesia Ghristi.
L ib elia e 25. — A p u d exteros: libeUae 30.
V o l. I I . Tractatus de D eo U n o ao T r in o et de D eo Creaiüei L ib elia e 25. — A p u d exteros:
libeliae 30.
V o l. I I I . — Tractatus de Verbo In ca m a to, de O ratia Christi et de Virtutibus infusis:
Lib elia e 25 — A p u d exteros: libeliae 30.
V o l, I V . — Tractatus de Sacramentis et de N ovissim isi L ib e lia e 26. — A p u d exteros:
Ub. 30.
S E B A S T IA N "! Sac. N IC O L A U S S. Th eol. e t utriusque iuris D octor, Cancellarius a Brevibus
A postolicis P ii P P . X I . — Som m arium T h eo log iae M oralis ad Codicem Juris Canonici
accom odatum cum lucupletissim o indice a n a ljtic o :
E d itio qu in ta m aior (1920). I n -8 m ax.: LibeU ae 9,50. — A pu d exteros: LibeU ae 12,50.
E d itio sexta m inor-m anualís. In 24® (cm. 9 X l 5 ) charta in dica pondere m ínim o, pag. 650.
L in te o contecta: LibeU ae 14,50. — A p u d exteros: UbeUae 18.
N A V A L P . P E A N C IS C U S Missionariis F iliis S. Cordis B . V . M ariae. — T h eo log iae asceticae
et M ysticae cursus, ad usum Sem inariorum , In stitu toru m religiosorum , ciericorum , necnon
M oderatoru m anim arum . P r im a versio la tin a ab auctore recogn ita e t adprobata; LibeUae
8,50. — A p u d exteros: UbeUae 11,50.
G A E E IG O U - L A G E A X G E F r. EEGLN". O. P . — T h eo log ia Cundamentalis secundum S. Thomae doctiinam . Pa rs apologética: D e revelatione p er Ecclesiam cathoUcam proposita.
E d itio 1921 em endata. — Opus ju x ta S. P . B en ed icti X V o p tata sacrae praesertim ju ven tu ti com m endatum : 2 tcm i. LibeU ae 45. — A p u d exteros: UbeUae 60.
G U E Y P . J. P E T E U S S. J. — Compendium T h eo log iae m oralis recentioribus actis Sanctae
Sedis legibus Codicis Juris canonici accom odatum , habita simul ratione itaUci juris, cura
P . E a p h . Tu m m olo ej. Soc. etc. 2 vo l. LibeU ae 50. — A pu d alias nationes: libeUae 66.
C A P P E L L O Sac. F E L I X S .J . — Tractatus ca n o n ic o -m o ra lis « D e S acra m en tis», ju x ta codicem
juris canonici: V o l. I . D e Sacramentis in genere (D e B aptism o, Confirm atione e t Eucharistia ) 1921: LibeU ae 20. — A pu d exteros: UbeUae 26.
C A E B O N E Sac. C. T h eo log iae e t Juris Canonici D octor, in Sem inario EegionaU A pu lo-Lu cano,
Th eologiae D ogm . e t Sacrae E loqu entiae M agister. — Exam en Confessariom m ad Codicis
Juris Canonici norm an concinn atu m : LibeU ae 12,50. — A pu d exteros: libeliae 16,50.
M T J N B E A T I Sac. D A N T I S . — Prontuarium pro ordinandis et confessionis exam inandis;
LibeU ae 4,50. — A p u d exteras nationes: UbeUae 6 .
A N T O N T E L L I Sac. J O S B P H . — M edicina Fastoralis in usum confessiariorum e t curiarum
ecclesiasticarum . E d itio quarta in pluribus aucta. A cced u n t 94 figurae e t 26 tabulae anatom icae coloratae. 3 vo l.; LibeU ae 60. — A p u d exteras nationes: UbeUae 80.
C H E L O D I Sac. J O A X N E S . — Jus m atrim on íale ju x ta Codicem Juris Canonici: LibeU ae 6,60.
— A p u d exteras nationes: UbeUae 8 .
8- A L P H . M . D E L IG O E IO . — T h e o lo g ia m oralis. E d itio n o v a cum antiquis editionibus diUgenter coUata; in singuUs auctorum aUegationibus recogn ita notisque c ritic is e t com m entariis iUustrata cura e t studio P . L eon ardi G audé e Congr. Ss.mi E ed em ptoris, 4 volum .
paginis 3200. In-4o, charta m anuíacta: LibeU ae 75. — A p u d exteros: UbeUae 100.
P. G E M E L L I A ü G . O. F . M . — D e Scm pulis. P sych o-path ologiae specim en in usum confessariorum: LibeU ae 12,50. — A p u d exteros: UbeUae 16.
G E N IC O T E d . S. J . — Casns conscientiae p rop ositi a c soluti. Opus postum um accom m odatum ad Th eol(% iae moraUs Institutiones ej. auct. E d itio 4 * a d n o n n a m Codicie Juris recoguita e t pluribus casibus aucta a J. Salsmans S. I . etc.
LibeUae 34. — A p u d exteros: UbeUae 40.

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S O O IE > I> J V I>

K O I 'X 'O R A .

H V T T E > R :IV A O IO IV A .Iv

A v e n id a R e g in a M a r g a r ld a , 174 - T U R lN (Italia)

C O D E X

lU R IS

C A N O N IC i

Pii X Pontificis Maximi iussu digestus, Benedicti Papae X T auctoritate promulgatus, praefatione B.m i Petri Oard. Gasparri et Índice analytico-alpliabetico auctus.
1) E d itio m inuta in -1 8 (cm .9 í/ ^ X l5 )ch a ra cterib u sm tid ÍB lectu q u efa ciU im is, chartasubtül
non translúcida.
S in e tegumento: L ib eliis Ita lic is : 7,50. — A p u d exteros: L ib . 9.
Cum tegumento: 1 ) L in te o contectu m cum titu lo áureo in dorso: L ib . I t . 12. — A pu d ex­
teros: L ib . 13,50.
_ ^
. .r .T- Ti.
J
2 ) P e lle contectu m dorso, áureo titu lo in dorso, fo liis intonsis: L ib . I t . 14.

*

A

i-

r.

A p u d exteros:

3 ) Ohaí^in contectu m dorso e t angulis, cetera lin teo, nervis in dorso distinctum omam entis aureis e t tessellis cum titu lo e t stem m ate áureo foliis intonsis: L ib . I t . 15. — Apud
extoros: L ib . 16,50.
2) E d itio in-18 — u t supra — cum fo n tiu m annotatione.
A p u d exteros: L ib . 12,50
S in e tegumento: L ib eliis Ita lic is :
10,50
A p u d exteros: L ib . 17,—
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . Ita l. 15,—
A pu d exteros: L ib . 19,—
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . Ita l. 17,—
Ap
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l. 18,—
, u d exteros: . L. .ib
. . . 20,—
3 ) E d itio M anualis in-12 (cm. 1 2 x 1 9 ^ ) characteribus paulo m aionbus ac perspicm i,
oharta subtili.
Sine tegumento:
Cum teguyaento:
Cum tegumento:
Cum tegumento:

A p u d exteros: L ib . 14,50
11.50
L ib eliis Ita licis:
A p u d exteros: L ib . 20,50
1) u t supra: L ib . Ita l. 17.50
A p u d exteros: L ib . 22,50
19.50
2) u t supra: L ib . Ita l.
A p u d exteros: L ib . 23,50
20.50
3) u t supra: L ib . Ita l.
4) Editio in-12 — «< supra — cum fo n tiu m annotatione.
Sine tegumento: L ib eliis Ita licis:
16,50
A pu d exteros: L ib . 20,—
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . It a l.
2 3 ,A p u d exteros: L ib . 26,50
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l.
2 6 ,A p u d exteros: L ib . 28,50
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.
27,50
A p u d exteros: L ib . 31,
5) E d itio in-8 (cm .1 6 ^ x 2 6 ) , cum fontiu m ann otatione charta crassiore, cnaractenbui

ftandiusculis.
S b ie tegumento: 1) L ib eliis Ita lic is :
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l.
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.

21,—
32,—
35,—

.
r.
^
x-w os
A p u d exteros: L ib . 25,—
A p u d exteros: L ib . 37,
A p u d exteros: L ib , 40,

Litterae universae ad nos remittendae, hac signentur

inscriptíone quae nostram offloi-

aam aliarum oaput, respicit:

«
.

SOCIETÁ E D IT R IC E IN T E R N A Z IO N A LE . — Corso Regina Margherita, 174.
TORINO (9 ) (I T A L I A ).

Quomodo in diem deposcentibus obtemperabimus.

R ttd acció n y A d m in is tra c ió n : V ia C o tto le n g o , 32 - T U R ÍN .
Texto
Boletín Salesiano
R E V I S T A DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año X X X V III — N . 8.

Agosto 1923

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K O I 'X 'O R A .

H V T T E > R :IV A O IO IV A .Iv

A v e n id a R e g in a M a r g a r ld a , 174 - T U R lN (Italia)

C O D E X

lU R IS

C A N O N IC i

Pii X Pontificis Maximi iussu digestus, Benedicti Papae X T auctoritate promulgatus, praefatione B.m i Petri Oard. Gasparri et Índice analytico-alpliabetico auctus.
1) E d itio m inuta in -1 8 (cm .9 í/ ^ X l5 )ch a ra cterib u sm tid ÍB lectu q u efa ciU im is, chartasubtül
non translúcida.
S in e tegumento: L ib eliis Ita lic is : 7,50. — A p u d exteros: L ib . 9.
Cum tegumento: 1 ) L in te o contectu m cum titu lo áureo in dorso: L ib . I t . 12. — A pu d ex­
teros: L ib . 13,50.
_ ^
. .r .T- Ti.
J
2 ) P e lle contectu m dorso, áureo titu lo in dorso, fo liis intonsis: L ib . I t . 14.

*

A

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A p u d exteros:

3 ) Ohaí^in contectu m dorso e t angulis, cetera lin teo, nervis in dorso distinctum omam entis aureis e t tessellis cum titu lo e t stem m ate áureo foliis intonsis: L ib . I t . 15. — Apud
extoros: L ib . 16,50.
2) E d itio in-18 — u t supra — cum fo n tiu m annotatione.
A p u d exteros: L ib . 12,50
S in e tegumento: L ib eliis Ita lic is :
10,50
A p u d exteros: L ib . 17,—
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . Ita l. 15,—
A pu d exteros: L ib . 19,—
Cum tegumento: 2 ) u t supra: L ib . Ita l. 17,—
Ap
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l. 18,—
, u d exteros: . L. .ib
. . . 20,—
3 ) E d itio M anualis in-12 (cm. 1 2 x 1 9 ^ ) characteribus paulo m aionbus ac perspicm i,
oharta subtili.
Sine tegumento:
Cum teguyaento:
Cum tegumento:
Cum tegumento:

A p u d exteros: L ib . 14,50
11.50
L ib eliis Ita licis:
A p u d exteros: L ib . 20,50
1) u t supra: L ib . Ita l. 17.50
A p u d exteros: L ib . 22,50
19.50
2) u t supra: L ib . Ita l.
A p u d exteros: L ib . 23,50
20.50
3) u t supra: L ib . Ita l.
4) Editio in-12 — «< supra — cum fo n tiu m annotatione.
Sine tegumento: L ib eliis Ita licis:
16,50
A pu d exteros: L ib . 20,—
Cum tegumento: 1) u t supra: L ib . It a l.
2 3 ,A p u d exteros: L ib . 26,50
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l.
2 6 ,A p u d exteros: L ib . 28,50
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.
27,50
A p u d exteros: L ib . 31,
5) E d itio in-8 (cm .1 6 ^ x 2 6 ) , cum fontiu m ann otatione charta crassiore, cnaractenbui

ftandiusculis.
S b ie tegumento: 1) L ib eliis Ita lic is :
Cum tegumento: 2) u t supra: L ib . Ita l.
Cum tegumento: 3) u t supra: L ib . Ita l.

21,—
32,—
35,—

.
r.
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x-w os
A p u d exteros: L ib . 25,—
A p u d exteros: L ib . 37,
A p u d exteros: L ib , 40,

Litterae universae ad nos remittendae, hac signentur

inscriptíone quae nostram offloi-

aam aliarum oaput, respicit:

«
.

SOCIETÁ E D IT R IC E IN T E R N A Z IO N A LE . — Corso Regina Margherita, 174.
TORINO (9 ) (I T A L I A ).

Quomodo in diem deposcentibus obtemperabimus.

R ttd acció n y A d m in is tra c ió n : V ia C o tto le n g o , 32 - T U R ÍN .