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Medios

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BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LA S O BR A S DE DON BO SC O
Año XLI.

SETIEMBRE. 1926

Número 9.

Tarín (Italia) — Exposición Misionera: Escena dd gran Diorama.

RED A C aO N Y ADMINISTRACIÓN: VIA COTTOLENGO. 32 - TURÍN (Italia)

1

“ INSTRUCCIÓN

RELIGIOSA”

Quinta edición: 50.000 ejemplares.
Libro Utilísimo es el titulado " I N S T R U C C I O N R E L I G I O S A " , de 3 1 4 páginas, del
Sac. Salesiano D. G alo M oret . Explica con gran claridad y . brevedad lo que es el Cristianismo,
sus Dogmas, Oraciones, Mandamientos y Sacramentos, con arreglo el nuevo Derecho Canónico.
Es el libro ideal para instruirse fácilmente, pronto y bien en las cosas de religión.
Las más altas personalidades han hecho de él los mejores elogios y lo recomiendan en­
carecidamente, habiéndose despachado ya 200 mil ejemplares.
*
¡O ja lá hubiera un ejemplar en todos los hogares!
El difundirlo es una obra de propaganda católica, muy agradable a Dios y provechosa
para las almas.
Es uno de los mejores regalos que se pueden hacer.
Precio: Un ejemplar en tela y título con letras doradas, 0,50 centavos. Comprando 100
ejemplares, se rebaja el to % y comprando 500 el 20 % (moneda argentina).
En la difusión y venta de este libro sólo se pretende la propaganda del bien.
Dirigirse al R. P. G alo M oret , Despacho P arroquial de San Carlos, calle Quintino
B ocayuva, 144 - Buenos Aires (Argentina)
También se vende en las Librerías del Colegio Pío IX , calle Adolfo Berro 4050, y de
Santa Catalina, calle B rasil 864 - Buenos Aires.

LECTURAS MISIONERAS.
Recomendamos vivamente a nuestros lectores un libro titulado

“F L O R E C I L L A S

SILVESTRES”

publicado por el Misionero Salesiano M ayorino B orgATELLO en.el cual con sencillez encan­
tadora se narran las vidas ejemplares y las muertes edificantes de más de 15 iovencitos de
ambos sexos, por él instruidos y asistidos, pertenecientes todos a las razas indígenas hasta
hace poco salvajes de la Tierra del Fuego y Archipiélago Magallánico.
Conmueve hasta las lágrimas su lectura que hace ver como las más elevadas cimas de
la santidad, y las finezas mas exquisitas del amor de Jesús y de María se hacen accesibles
a individuos, a quienes la hinchada ciencia moderna no tenia reparo en presentar como la
raza mas abyecta de caníbales incapaces de toda civilización. jCómo resplandece en esta
transfiguración inefable la potencialidad divina de la religión cristiana!
El libro, con hermosa cubierta, con abundancia de interesantísimas fotografías, consta de
más de 150 páginas y constituye un precioso regalo para jóvenes de ambos sexos. N o du­
damos que su lectura ha de hacer un gran bien y ha de animar a muchos niños y jóvenes
de las Naciones civilizadas a emular los ejemplos de estos privilegiados indiecitos que tan
bien supieron aprovechar el llamamiento de la gracia.
Por el abundante tiraje y porque se concede a precio de coste, como folleto de propa­
ganda misionera, resulta muy barato pues solo cuesta tres ¡iras italianas. Los pedidos pueden
dirigirse al autor. Oratorio Salesiano - Via Cottolengo, 52, Turin (Italia), o a la Casa Sale*
siana más próxima.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LA S O BR A S DE DON BO SC O
Año XLl.

SETIEM BRE, 1926

Número 9.

SU M ARIO : lAdveniat Regnum luum! — Ecos dcl X Congreso Internacional de los Cooperadores
Solesianos. — San Luis Gonzaga. Don Bosco y Domingo Savio — El Cooperador Salesiano
debe ser otro Don Bosco. — Un modelo de caridad. — De nuestras Misiones: En la Patagonia
y la Tierra del Fuego - Rio Negro (Brasil) - Assam (India) - Episodio conmovedor - China. —
Culto de María Auxiliadora: La Virgen de Don Bosco. - Los triunfos de Aiaría Auxiliadora. Gracias. — Por el mundo Salesiano - Sección de Antiguos Alumnos. — Los que mueren.

¡Adveniat regnum íuum!
La conmemoración del Cincuentenario de
las Misiones Salesianas, a la cual la Congre­
gación Salesiana ha dedicado casi por entero
los años 1925 y 1926, ha despertado en todo
el mundo salesiano verdadero entusiasmo
y una actividad misional extraordinaria, que
promete los más consoladores frutos.
Congresos y Asambleas Misioneras de
grandes y pequeños en las cincuenta Naciones
donde se hallan establecidos los Hijos de
Don Bosco, el X Congreso Internacional
de Cooperadores Salcsianos en Turín con
temas exclusivamente misioneros, la Gran
Exposición Misionera en la Casa Madre,
Conferencias con proyecciones y películas
cinematográficas de divulgación misionera,
talleres y obradores donde se trabaja para
proveer de lo necesario a los misioneros y
neófitos, todo hace concebir las más hala­
güeñas esperanzas de que en un porvenir
no lejano se podrá llegar a la realización dcl
Sueño de Don Bosco, que vió a sus Hijos
henderse y multiplicarse en las más apar­
tadas regiones difundiendo por doquiera el
Reinado de Jesucristo entre aquellos pueblos
sumidos todavía en las tinieblas dcl error
y de la barbarie.
Para que esa llama del celo misionero
prenda más y más en los corazones de cuantos
se relacionan con la Obra Salesiana y para
secundar como buenos Hijos de Don Bosco
todas las iniciativas que parten dcl Vaticano
y para contribuir al mayor conocimiento
y divulgación del precioso documento, vamos
* dar en este número un resumen ordenado

de la Enciclica •iRerum Ecc!esiaef>, con que
el Papa de la Misiones, el felizmente reinante
Pió X I, descubre al mundo cristiano los
anhelos de su corazón en favor de los pueblos
herejes e idólatras.
Pueden distinguirse en el documento Pon­
tificio tres partes: 1. Una introducción;
2. Una parte dirigida a los Obispos, clero
y fieles de los países católicos; y 3. Una parte
dirigida a los Vicarios y Prefectos Apostó­
licos y al clero de los territorios de Misión.
In tro d u c c ió n .

Empieza recordando como la solicitud
constante de los Romanos Pontífices, co­
rrespondiendo al fin de la Iglesia, se ha diri­
gido siempre a la dilatación universal del
Reino de Jesucristo. Por eso en todos los
tiempos los Romanos Pontífices enviaron
Misioneros, primero para iluminar con la luz
de la fé a los pueblos de Europa que se es­
taban formando y después a las tierras des­
cubiertas y exploradas, aunque no siempre
con igual éxito; porqué sucedió alguna vez
que los misioneros, después de haber tra­
bajado en vano por mucho tiempo, fueron
muertos o expulsados y el campo que habían
principiado a cultivar, que apenas habían
desbrozado o qiie habían convertido ya en
ameno jardín, dejado a si mismo, volvió
poco a poco a cubrirse de espinas y abrojos.
Se complace luego el Sumo Pontífice en
reconocer que hoy día florecen los Insti-

!ÓO

tutos Misioneros y que la generosidad de los
fieles aumenta proporclonalmente a las nece­
sidades de las Misiones; a lo cual no duda
ha contribuido mucho la Enciclica « M á x i­
mum illu d » de su antecesor Benedicto XV;
pues al propio tiempo que estimulaba el
celo e industria de los Obispos para favorecer
a las Misiones, adoctrinaba con normas
sapientísimas a los Vicarios y Prefectos Apos­
tólicos respecto a las dificultades que habían
de vencerse y al modo con que los misioneros
habían de cumplir sus deberes, para el mayor
fruto de su sagrado ministerio.
Por su parte el actual Pontífice, desde el
principio de su Pontificado resolvió valerse
de todos los medios posibles para allanar
el camino de la salvación a todas las naciones
gentiles.« Para esto dos cosas especialmente
precisan, más que convenientes, necesarias
c intimamente relacionadas entre sí: la pri­
mera, que se envien mayor número de mi­
sioneros, bien instruidos y preparados, a
las inmensas regiones privadas aún de la fé
y del culto cristianos; y la segunda, que los
fieles se convenzan más y más de cómo deben
cooperar a obra tan santa y fructuosa, con
grande celo, con insistentes plegarias y con
no menor generosidad». Ese fué el motivo
de la Exposición Misionera durante el Año
Santo, que ha dado ya frutos de vocaciones
y de limosnas y que el Papa quiere perpetuar
creando en Letrán un Museo Misionero per­
manente.
Para que esta solicitud del Santo Padre
no sea inútil y para sostener la buena volun­
tad de los fieles el Papa fionfía en el constante
apoyo de los Obispos y excita a todos a la
Acción Misionera con estas conmovedoras
palabras: « Pensando muchas veces que los
paganos son todavía mil millones no descan­
samos en nuestro espíritu (11 Cor., V il, 5)
y nos parece oir siempre aquella voz: «Clama,
no ceses; haz resonar tu voz como una trom­
peta (Is. 58, 1)*.
PRIM ERA PA R T E:
Dirigida a los Obispos, clero
y fíeles de los paises católicos.
Después de esta introducción, pasa el
Papa a establecer el deber de todos los cató­
licos de favorecer a las Misiones, deber
incluido en el gran precepto de la caridad;
pues la caridad hacia Dios no sólo nos obliga
a procurar en la medida de nuestras fuerzas
que se aumente el número de los que le co­

nocen y adoran «en espíritu y en verdad»sino
a hacer que el mayor número posible se
someta a la soberanía e imperio de nuestro
amantísimo Redentor, para que más abun­
dante se rhanifieste cada día el fruto de su
sangre. Y en cuanto a nuestros prójimos
¿cabe por ventura más grande y señalada
caridad que trabajar por sacarlos de las ti­
nieblas de la superstición e instruirlos en la
genuina fé de Cristo? Cualquiera que rea­
lice según sus fuerzas este acto.de caridad
demuestra estimar el don de la fé cuanto
es justo que se estime y tributa con él la
mejor acción de gracias a la benignísima
Providencia de Dios, comunicando a los
pobres gentiles este mismo don, el más pre­
cioso de todos.
Al Clero en general-y a los Obispos in­
cumbe este deber de propagar el Reino de
Cristo pues a ellos fué dicho de un modo
especial: Eunfes in mundutn universum praedicafe Evangelium omni creafurae; por eso
el Papa se dirige confiadamente a éllos para
que le ayuden en esta Obra tan santa.
F o rm a s de Cooperación.

De palabra y por escrito introduzcan los
Obispos en el pueblo la costumbre y práctica
constante de orar por las misiones. El objeto
de estas plegarias ha de ser pedir al Señor
que envíe operarios a su campo y que de­
rrame su luz celestial y sus gracias sobrena­
turales sobre aquellas almas que todavía
no lo conocen. Este medio de la oración está
al alcance de todos. «Por tanto haréis una
cosa muy de Nuestro agrado y muy propia
del carácter popular, mandando, por ejemplo,
que al rezo deí Rosario o de otras oraciones
propias de las varias Iglesias, se añada al­
guna oración especial por las Misiones y
para la conversión de los gentiles a la féConviene de un modo especial asociar a
este apostolado de la Oración a los niños V
a las religiosas pues el Señor no podrá negar
nada de cuanto le pidan los niños inocentes
y las vírgenes castas y entre los niños de un
modo especial puede ser este un medio efica­
císimo de suscitar buenas vocaciones mi­
sioneras».
F om e nfo de vocaciones misioneras-

■ La guerra europea causó grandes perju'*
cios a la propagación de la fé, tanto por lo*
misioneros que tuvieron que abandonar sus
territorios, como por la consiguiente dis.m*

nución de vocaciones eclesiásticas; por eso
conviene que todos los esfuerzos unidos de_
los Obispos y católicos se encaminen a au­
mentar el número de los misioneros. Si hay
pues en vuestras diócesis jóvenes o clérigos
que sientan el llamamiento divino para este
apostolado’ tan excelente, lejos de oponeros,
secundad con vuestra benevolencia y auto­
ridad sus deseos. No os desaliente ni haga
aplazar vuestro consentimiento la escasez
de clero, ni la necesidad de la Diócesis. Por
el amor de Cristo y de las almas aceptad la
perdida, si pérdida puede llamarse, de al­
guno de vuestros sacerdotes: por aquellos
que perdiereis como coadjutores y compa­
ñeros de vuestros trabajos, el divino Fundador
de la iglesia suplirá sus veces, o con mayor
efusión de sus gracias sobre vuestra Diócesis
o suscitando nuevos aspirantes al sacerdocio.
L a U n ió n ^ A is io n a l d e l C le ro .

Para compaginar con las solicitudes del
ministerio Pastoral la empresa de dar im­
pulso a las Misiones, establézcase en todas
las Diócesis la Unión Misional del Clero
y si ya estuviese establecida, promuévase su
más intensa actuación. Sus principales fines
son: la oración, la propaganda, la organi­
zación de días y asambleas misioneras etc.

catar y a educar en la religión católica a los
niños de los infieles en aquellos países en
que los abandonan o los matan.
La Obra de San Pedro Apóstol se prqponc
contribuir por medio de oraciones y limosnas
a la formación de escogidos jóvenes indí­
genas que puedan ser elevados a las sagradas
Ordenes a fin de que, con el tiempo, sus com­
patriotas puedan más fácilmente ser con­
vertidos al cristianismo y confirmados en
la fé. A esta Obra le hemos dado reciente­
mente como celestial Patrona a Santa T e ­
resa del Niño Jesús, por la costumbre que
tenía en vida de adoptar, por decirlo asi, y
tomar a su cargo a algún misionero para
ayudarle en sus empresas, ofreciendo por
él al divino Esposo oraciones, penitencias
y especialmente los recios dolores de su
enfermedad.
SEGLINDA PARTE:
. Dirigida a los Prefectos
y Vicarios Apostólicos de las Misiones.
Dirige luego el Papa su solicitud paternal
a sus hijos que trabajan en el campo de las
Misiones y da a los Prefectos y Vicarios Apostólicos normas prácticas para el mayor
éxito de sus trabajos.

L a s O b ra s M is io n a le s P o n íiB c ia s .

Son las que más deben propagarse entre
el pueblo cristiano por la eficacia especial
de su objeto y por el fin universal que se
proponen.
La Obra de la Propagación de la Fé es la
principal entre todas las que se refieren a las
Misiones, pues se propone directamente
iniciar nuevas misiones y contribuir al sos­
tenimiento de todas con la oración, con las
vocaciones y con las limosnas. No os aver­
goncéis, pues, Venerables hermanos, ni os
dé pereza, haceros como mendigos por Cristo
y por la salvación de las almas. Ninguno
hay tan pobre y desnudo, ninguno tan en­
fermo, ni hay hambre y sed comparable a
la de quienes no conocen a Dios, ni poseen
su gracia; y por tanto los que ejercitan su
misericordia con los más necesitados entre
todos los hombres, pueden estar seguros
de que no les faltará a ellos la misericordia
de Dios y su divina rcco.npensa.
La Obra de la Santa Infancia merece el
3poyo de todos los buenos, pues se propone
agrupar a nuestros niños para que se acos­
tumbren a contribuir con sus cuotas a res-

F o rm a c ió n de C le ro in d íg e n a .

En lo que más insiste el Santo Padre y
que puede considerarse como el punto prin­
cipal de su Encíclica es en el reclutamiento
y formación de Clero indígena «pues sin él
no sólo será deficiente vuestro Apostolado,
sino que se retardaría el pronto estableci­
miento y formación de la iglesia en esas
regiones». Asi se hizo en los principios del
Cristianismo, pues el clero que los apóstoles
establecían en las nuevas comunidades cris­
tianas no era importado de afuera sino re­
clutado y elegido entre los indígenas de la
misma región. Esto ayudará grandemente
a la consolidación de la Obra de los Misio­
neros *pucs, como dijo nuestro Antecesor,
el sacerdote indígena por su origen, ingenio,
carácter y aspiraciones está unido intima­
mente a su pueblo; y por lo tanto es mucho
más apto para introducirse en la inteligencia
de los gentiles, pues sabe mucho mejor que
un extraño qué razones y qué doctrinas
son las más a propósito para convencerlos».
Otro motivo que aconseja grandemente
la formación del clero indígena son los cam-

2Ó2

bios políticos que pueden sobrevenir en los
países de Misión y que casi siempre deter­
minan la salida de los misioneros extranjeros
o de, los de alguna Nación en particular.
¿Qué destrucción no amenazaría a la Iglesia
en estas Regiones si no se dispone, a manera
de una red extendida en toda su extensión,
de un número de sacerdotes del país que
basten para atender a las necesidades de la
grey cristiana?
Ademas, la misma Europa necesita muchos
sacerdotes y las vocaciones sacerdotales han
disminuido notablemente; por lo cual toda
vocación indígena en los países de Misión
podrá permitir que aumente el número de
sacerdotes celosos que trabajan en Europa
por la unidad de la fé y por la conversión
de los pecadores.
Y a esta formación de clero indígena hay
que atender sin mirar en gastos, pues es
Obra a la cual la Providencia Divina no puede
dejar de mandar lo necesario. Conviene ade­
más que este Clero esté bien preparado, bien
instruido, para que pueda llegar a gobernar
parroquias y diócesis. Piensa falsamente
quien crea que los indígenas son de una es­
pecie o capacidad inferior; pues se ha notado
que los pueblos de las distintas regiones dtl
Oriente y Mediodía no ceden a ios nuestros
y pueden compararse con ellos en fuerza
intelectual. Por lo cual entre los sacerdotes
europeos e indígenas no haya ninguna dife­
rencia ni desigualdad, sino que estén uni­
dos con perfecta reverencia y caridad.
Recomienda además el Papa que se abra
también el camino a los indígenas para for­
mar parte de Congregaciones Religiosas,
creando si fuere necesario nuevas Congre­
gaciones, conformes al carácter de los indí­
genas y que mejor se adapten a las condiciones
del lugar. Insiste también en la importancia
de formar muchos y buenos catequistas
para instruir a los catecúmenos y prepararlos
para el bautismo.
Otra recomendación especial hace con
insistencia el Sumo Pontífice a los Vicarios
Apostólicos y es que procuren introducir
y fomentar en las Misiones las órdenes aus­
teras de vida contemplativa; «pues estos
solitarios es indudable que os atractán del
Ciclo gracias especiales para vosotros y para
vuestros trabajos». La misma índole incli­
nada a la soledad y a la contemplación de
algunos pueblos gentiles puede favorecer
mucho esta empresa. Como ejemplo cita el
Papa el gran monasterio que los trapenses
fundaron en el Vicariato Apostólico de
Pekin, en donde viven cerca de loo monjes

muchos de éllos chinos, aplacando a Dios
y ganando infieles para Cristo con su ejem­
plo, con sus oraciones y virtudes y con la
aspereza de su vida y de sus trabajos.
R ecom e n da cio n es p arficula re s.

Pasa luego el Sumo Pontífice a dar algunas
normas prácticas para el mejor éxito de la
labor evangélica. Insiste en la distribución
ordenada de los predicadores en todo el te­
rritorio de Misión. Recomienda, que se
atienda no solo al sagrado ministerio, sino
también a las obras de caridad especialmente
en favor de los enfermos y de los niños,
pues estas obras de caridad son las que más
eficacia ejercen en ,cl corazón de los infieles.
Aconseja que se eviten, en la construcción
de templos y edificios de misión, las obras
demasiado suntuosas o costosas; tampoco
conviene amontonar en un lugar todas las
instituciones de la Misión, pues podrían con­
centrar la atención de los misioneros en un
sólo punto, descuidando lo restante del te­
rritorio de misión.
Encarece además la importancia de crear
en las misiones no sólo hospitales, dispensa­
rios y Escuelas elementales, sino también
Escuelas Superiores, Escuelas Profesionales de
Arfes y Oficios y Colonias Agrícolas. Reco­
mienda también que no se descuiden las
clases elevadas de la región, pues la expe­
riencia enseña que una vez atraídos los prin­
cipales de una ciudad a la Religión de Cristo,
el pueblo sigue generalmente sus pasos. Final­
mente el Papa exhorta a los Vicarios Apostó­
licos a que, cuando los misioneros de la
propia Congregación no sean suficientes
para atender a las necesidades de los vastí­
simos territorios a ellos confiados, no duden
en llamar en su auxilio a otros religiosos y
misioneros de cualquier Congregación que
fueren, tanto sacerdotes como laicos, para
la predicación de la fé o para la instrucción
de la juventud indígena.
Termina la Encíclica con estas palabras:
«Favorezca y acoja benignamente Nuestras
comunes iniciativas, la Santísima Reina de los
Apostóles, María, la cual habiendo reci­
bido en el Calvario el encargo de abrazer
en su materno regazo a todos los hombres,
no menos favorece y ama a los que ignoran
haber sido redimidos por Jesucristo, que a
los otros que gozan ya felizmente de los
beneficios de la Redención.
Dado en Roma, el día 28 de febrero de 1926,
quinto de Nuestro Pontificado.
PIO Papa X I.

2 Ó5

Ecos del X “ Congreso Internacional
de los Cooperadores Salesianos.
En el número anterior dimos cuenta del
desarrollo y de las Conclusiones de este
importante Congreso y presentamos el resu­
men de los discursos pronunciados en la
solemne sesión de apertura. Daremos ahora
a conocer las ideas más salientes que con
tanto aplauso del público expusieron los
oradores en la segunda sesión solemne del
Congreso.
L a s N iis lo n e s C a tó lic a s ,
e lem ento d e c u ltu ra y de educación.
En la sesión solemne del día 26, después del P.
Stradella, jesuíta, que disertó admirablemente sobre
la necesidad de la Oración para la Obra de las
Misiones, ocupó la tribuna el anciano e ilustre
profesor Constancio Rinaudo, para demostrar los
benéficos efectos que la Historia de las Misiones
católicas puede producir en los corazones de los
iávenes.
El venerando exalumno de Don Bosco, a quien
la as mblea tributa una ovación cariñosísima, se
complace en recordar como allá en 1860, cuando
apenas contaba 15 años, el Venerable Don Bosco
le confió una clase de j o niños de primer año de
gimnasio y como hace pocos años, al jubilarse,
50 generales del ejército alumnos suyos le dedi­
caron un homenaje de afecto y gratitud. Con ánimo
conmovido recordó los vínculos de espiritual
amistad que le unieron con S . E. el Cardenal Carlicro, que dirigió sus primeros pasos de alumno
y con sus compañeros de clase Mons. Fagnano y
Mons. Costamagna.
Entrando luego en el tema: Las Misiones católicas
elemento de cultura y de educación en la escuela
media y superior, dice:
La segunda enseñanza reúne a los jóvenes en
el período crítico de la adolescencia, período el
más fecundo para la germinación de los principios
espirituales que se siembran en sus almas.
Es la edad en que la inteligencia se abre ávida
y curiosa de saber, y las energías físicas y espirituales
se desarrollan, los impulsos naturales tienden a la
conquista rápida, se lleva a cabo la asimilación
dd mundo exterior; período en el cual la palabra
autorizada y todavía más el ejemplo, ejercen sobre
las almas todavía no desilusionadas por las miserias
humanas, una extraordinaria eficacia; período en
el cual se forma verdaderamente la planta que
deberá florecer y fructificar.
De ahí la grave responsabilidad de cuantos se
hallan en contacto con estas almas en formación:
de la familia, de la Iglesia, de la Escuela. Mayor
óuizá la de la Escuela, la de los profesores, en con­
tinuo contacto con los alumnos e Investidos por

su mismo oficio de una autoridad especial. Todos
los elementos que concurren a elevar el espíritu
y la conciencia deben ser utilizados por los maestros
para tan elevado objeto, especialmente por aquellos
cuya materia de enseñanza mejor se adapta a la
educación, como la literatura, la filosofía y la his­
toria. La historia sobre todo tiene que ser no solo
testis temporum, nuntia vetustatis, lux veriiatis,
sino también M agistra vitae, en cuanto es escuela
de abnegación, de perseverancia, de disciplina, de
noble desinterés, de tolerancia, no de indeferencia,
de opiniones.
Unos elementos más que otros contribuyen a
reforzar la conciencia moral de la juventud, a ele­
varla a más altos y puros ideales en medio de tanto
afán de placeres, del torbellino de los intereses
materiales y de tantas débiles condescendencias
de una ciencia casi siempre incompleta. La afición
al arte, el amor a la Patria, el culto de la ciencia,
son elementos nobilísimos; pero-nada es tan apto
para fascinar a las almas juveniles como las aven­
turas de la vida misionera.
En efecto; su fin es nobilísimo: librar a espíritus
humanos de salvajes supersticiones o de seculares
errores y elevarlos a la concepción cristiana de lo
divino y de lo eterno; redimir poblaciones enteras,
sumergidas en el embrutecimiento de los sentidos,
para elevarlos a la pureza individual, familiar y
social; encaminar a los ya redimidos a un género
de vida pacífica, laboriosa y serena; preparar las
inteligencias para recibir las semillas de la civili­
zación y para sumarse al progreso humano en las
artes, en las letras, en las ciencias, en la agricultura,
en la industria, en el comercio.
Nobilísimos y sugestivos son los medios; no la
violencia de las armas, no el tráfico comercial
ávido de lucro, no el afán de conquistas o de do­
minio, no la ambición de títulos y dignidades hu­
manas; sino el holocausto de una vida consumida
toda en países a menudo inexplorados, en medio
de continuas incomodidades y sufrimientos, entre
los peligros áe la naturaleza virgen y de la huma­
nidad salvaje, privados de asistencia y de consuelo.
Los misioneros modestos y sencillos, pero valientes
y fuertes; buenos, dulces, caritativos, pacientes,
pero con el elevado sentimiento de la dignidad
misionera que a todos se impone; fija siempre la
mirada en la imagen de Jesús crucificado que es su
guia y que ha de ser su premio.
Es inefable la impresión de esa vida misionera
en las almas todavía no manchadas de los adoles­
centes, a la par que constituye una parte integral
de la historia de la civilización humana. ¿Porqué
no servirse más ampliamente de este medio pode­
rosísimo de educación religiosa moral y civil?...
El orador, que fue escuchado con verdadera frui­
ción, propuso, al terminar, a la Asamblea las si-

2 Ó4

guientes conclusiones, que fueron aprobadas per
unanimidad:
Considerando:
1 . La influencia evidente de las misiones cató­
licas en la difusión de la civilización y por tanto
la importante parte que merecen en la historia
del progreso humano;
2. El elevado fin religioso moral y civil que se
proponen las misiones católicas y la profunda
impresión que puede hacer en las almas de los ado­
lescentes la vida y la virtud heroica de los misioneros;
y. Que las misiones católicas junto con el Evan­
gelio de Cristo y con la antorcha de la civilización,
difunden también por el mundo el aprecio y el
amor hacia la patria que envía los misioneros;
£ / Congreso propone:
1. Que en los cursos de historia de la enseñanza
secundaria se dedique una parte conveniente a
la historia de las misiones.
2. Que se favorezca la literatura histórica de
las misiones introduciéndola en las bibliotecas
escolásticas.
3. Que en las antologías y en los libros de lec­
tura para las Escuelas e Institutos se introduzcan
reseñas y episodios de las misiones y que así mismo
se difunda en las Escuelas el uso de carteles y
cuadros misioneros.

Esta escasez de personal misionero se hace to­
davía más grave por las circunstancias en que se
desarrolla el apostolado católico; pues el misionero
no sólo tiene que trabajar para la conversión de un
gran número de infieles, sino que ha de emplear
además una gran parte de su actividad para los
indígenas convertidos, que en cada centro de Mi­
sión pueden llegar a varios centenares y aun a
varios millares; o sea un número más que suficiente
para agotar la actividad de un sacerdote en un país
católico; tanto más, si se considera que estos neó­
fitos, al igual que los primeros cristianos de la Iglesia,
son fervorosísimos y se acercan a los Sacramentos
con una frecuencia ejemplar. Además el misionero
tiene que atender a escuelas, hospitales, edificios
en construcción; muchas veces se ha de procurar
con su trabajo el propio sustento; en una palabra
se encuentra agobiado por un sin fin de ocupaciones
capaces, cada una de por sí, de agotar la actividad
de un hombre.
Y aun hay otra razón que hace más sensible
esta escasez de misioneros: y es la misma configu­
ración etnográfica de los países de Misión, cuya
población relativa es mínima y que no viven en
general reunidos en jaueblos o ciudades, sino dis­
persos en pobres cabañas distantes unas de otras;
y mientras en nuestros paises disponemos de toda
clase de medios de locomoción, en los territorios
de Misión, por falta de vehículos o de caminos,
E l p ro b le m a p r in c ip a l:
distancias enormes tienen que ser recorridas por
"L o s l^ is io n e ro s son dem asia do p o c o s ’
el misionero pedibus calcanfibus.
Pero lo que hace que esta escasez de misioneros
Ocupó luego la tribuna el celoso Misionero de
sea verdaderamente alarmante es el momenio
ia Consolata, P . Sales, que con arrebatadora elo­
actual de tas Misiones. Estamos en la hora de las
cuencia planteó el.problema quiza más grave de
Misiones; la hora más solemne que haya sonado
las misiones, o sea: el escaso número de apóstoles
jamás en la Historia de) apostolado católico. En
ante la inmensidad de los campos de Misión.
Euiopa no se tiene una idea exacta de la transfor­
« Existe el problema misionero porque subsisten
mación a'ie la guerra ha provocado en todos lá>
sus factores constitutivos; por un lado un mundo
países del mundo pagano. Los paganos de hoy día
de infieles, por el otro el deber de la Iglesia, en sus
son muy distintos de los de veinte años ha. Se han
pastores y en sus miembros, de ocuparse de la
despertado del profundo letargo en que yacían de
conversión de estos infieles; existen también los
barbarie y de ignorancia y sedientos de novedades,
medios prestablccldos y queridos por Dios. Los
de europcismo, se dirigen en masa hacia otra civi­
medios los conocemos; la oración, las limosnas, el
lización y hacia otra religión. ¿Pero qué Religión?
personal. Ahora bien, la solución del problema mi­
Aqui está lo grave del problema, porque los cató­
sionero consiste en proporcionar ios medios al fin.
licos no son solos en el campo del apostolado:
¿Son tales medios, hoy dia, proporcionados a l.i
también lo ejercen los musulmanes y los protes­
necesidad de las misiones? Voy a contestar por lo
tantes; y los musulmanes ">cn poderosos y van en
que se refiere .al personal misionero.
continuo aumento y los p.otestantes, especialmente
l.a primera contestación no es mia, fué dada
después de la guerra, so han lanzado al asalto del
hace veinte siglos: O perarii pau d. Y como el Evan­
mundo pagano numerosos, audaces, invasores,
gelio es y será siempre palabra veraz, así este la­
formidablemente equipados y provistos y procuran,
mento salido de labios o mejor del Corazón del
no sólo detener la marcha de los católicos, sino
divino Maestro, expresa y expresará siempre una doarrollar en sus ríos de esterlinas y con sus falanges
lorosa realidad: los Misioneros son demasiado pocos.
de ministros y ministras todo lo que los católicos han
Y de ello nos convence iguahncntc la estadística.
edificado durante tantos siglos, con tantas fatigas,
En China: 3.000 misioneros por 400 millones de
con tantas lágrimas, con tanta sangre. La hora es
infieles o sea un misionero por cada 133.000 pa­
solemne y quizás en este siglo se decidirán las
ganos. En la India; 3.000 misioneros per 300 mi­
suertes de una gran parte del mundo pagano: o
llones de infieles o sea un misionero por cada
católico o protestante o musulmán. Hoy estamos
100.000 paganos. En .Africa 2.000 misioneros por
todavía a tiempo y si los católicos vamos allá nume­
150 millones de infieles o sea un misionero por
rosos y compactos, la Iglesia podrá registrar una
cada 75.000 infieles. En japón y Corea: 200 misio­
de sus más grandiosas victorias.
neros por 70 millones de infieles o sea un misionero
.
Dios por su parte no regatea sus gracias. Él inspor cada 35.000 paganos.

2 Ó5

pira todos los días fundaciones de nuevas casas
misioneras en tal medida, que mientras hace unos
cincuenta años no existía en Italia más que un es­
tablecimiento misionero propiamente dicho, hoy
son seis los que se dedican exclusivamente a la
formación de personal misionero. Y todas Jas Con­
gregaciones religiosas que hasta hace pocos años
reducían su actividad de apostolado aquí en la
Patria, o al menos le dedicaban la mayor parte de
su actividad, hoy se han lanzado con renovado ardor
a los campos de misión.
Y nuestro Piamonte debe sentirse santamente
orgulloso por hallarse, con sus tres Cardenales
misioneros (Massaia, Caglicro, Bonzano), con sus
trescientos adalides de la fé y de la civilización, con

ración universal; las dos instituciones que hoy se
ven unidas en la alegría porque mientras los Salesianos celebran su primer cincuentenario, los misio­
neros de la Consolata celebran sus primeros vein­
ticinco años;.las dos instituciones que como hoy
están unidas en la alegría ayer lo fueron en el dolor:
los salesianos por la perdida de su primer M isio­
nero el Cardenal Caglicro y los misioneros de la
Consolata por la perdida de su fundador el Canó­
nigo Allamano; sobre las dos tumbas, ambas ins­
tituciones hicieron un juramento común: de pro­
seguir animosos, siempre unidos estrechándose
fraternalmente las manos, hacía el común ideal del
apostolado católico entre los infieles.
Y así como el Señor multiplica las Casas Misio-

Turin. — Exposición A\isionera: Una sección de la Tierra del Fuego.
sus casas misioneras, al frente de las demás regiones
hermanas.
Y nuestra Turín puede sentirse santamente orgullosa de poder añadir a sus antiguos títulos de Ciudad
del Sacrarnenfo, C iudad de la Consolata, Ciudad
de los Santos, el título de C iudad de las Misiones
y ésto por obra de las dos florecientes Instituciones
ouc hoy se sienten tan fraternalmente unidas: Las
'lisiones Salesianos y las Misiones de la Consolata;
ambas instituciones surgidas a los pies de María
Santísima en los dos Santuarios que son las dos
ciudadclas espirituales de Turín; las dos unidas
con vínculos sagrados indestructibles, pues mien­
tras Don Bosco discípulo del Cafasso, fundaba las
hli--;ones Salesianas; el canónigo Allamano, sobri : del Cafasso y discípulo de Don Bosco, fun-.
¿ ’ K:. las Misiones de la Consolata y los tres pro­
ceden de aquella tierra feracísima de santos que
es - astelnuovo de .Asti; las dos instituciones que
por los éxitos obtenidos, por el desarrollo logrado,
por los modernos y audaces medios y métodos de
evángelización adoptados se imponen a la admi­

neras, también suscita siempre nuevas y más nu­
merosas vocaciones a! apostolado. Luego la escasez
de personal misionero depende sólo de nosotros
que no sabemos corresponder a las gracias divinas.
Corresponder no significa simplemente no oponerse
sino favorecer las vocaciones misioneras. La objección de que los sacerdotes en Europa son escasos
no vale. Aunque es cierto que después de la guerra
ha disminuido algo su número, no se pueden llamar
escasos si se piensa que mientras no hay más que
15.000 misioneros para evangelizar mil millones de
infieles, hay en sólo Italia 70.000 sacerdotes para
40 millones de católicos.
Por lo demás el favorecer las vocaciones misio­
neras es el medio más eficaz para aumentar las
vocaciones sacerdotales. Lo dice el Divino Maestro:
-■ Date et dabitur vobís»; lo dice el Papa Pió X I
en su última Encíclica, como lo había dicho Bene­
dicto X V en su carta apostólica...
El elocuente discurso del P. Sales fue coronado
con una estruendosa ovación, indicio de la impresión
profunda que produjo en todos los corazones.

206

San Luis Gonzaga,
Don Bosco y Domingo Savio
La devoción a S. Luis Gonzaga es una de
las características de los Colegios Salcsianos
y por eso nos place sobremanera reproducir
aquí las palabras que el Sumo Pontífice
P ío X I dedica a nuestro Vble. Padre Don
Bosco y a su alumno predilecto Domingo
Savio en la preciosa carta apostólica dirigida
al General de los Jesuítas, con ocasión del
2° Centenario de la Canonización de San Luis
Gonzaga. Estas palabras son tanto más di­
gnas de consideración en cuanto se hallan en
un documento no dirigido a la Congregación
Salesiana y que suponen en la elevada perso­
nalidad del que las pronuncia una íntima
convicción, un pensamiento constante de
admiración hacia esa flor candidL' la que
se abrió en el jardín salesiano. Dice así el
Romano Pontífice:
«Y para citar uno entre los más recientes
educadores y maestros de la Juventud, Don
Juan Bosco, no sólo fué tiernamente devoto
de San Luis Gonzaga, sino que esta devoción
la inculcaba a todos los jóvenes que recibía
bajo su magisterio educativo y la dejó en he­
rencia a sus hijos, entre los cuales sobresalió
cual ninguno, como imitador de San Luis,
esa alma candidísima de Domingo Savio, que
por tan breve tiempo Dios concedió y dejó a
la admiración de los hombres sobre la tierra.
«Qua in A lo ysii im itatione ex iis máxime
omnium profecit candidissima illa anima, Dominicus Savio, quam Deus terris tam brevi
permisit dediique conspicienduni'^i.

Verdaderamente es un rasgo que sobre­
sale en la vida de Don Bosco su gran devoción
a San Luis Gonzaga y el empeño extraordi­
nario con que la promovía entre sus niños.
Desde los principios de su Oratorio Festivo,
cuando aún no tenía hogar para sus niños,
los seis domingos de San Luis Gonzaga,
su novena y su fiesta se celebraban con
extraordinaria solemnidad. Más adelante
fundó entre sus jóvenes alumnos la Com­
pañía de San Luis Gonzaga, que se proponía
la imitación de sus virtudes y en todos los
Colegios Salcsianos del mundo se halla es­
tablecida esta Asociación que para tantos
jóvenes es el medio providencial para con­
servar la pureza de sus almas. Y aún hoy
día la fiesta de San Luis Gonzaga reviste en
todos nuestros Colegios y Oratorios Festivos,
caracteres de solemnidad extraordinaria y

en muchos casos se celebra como última
fiesta del Curso Escolar, para que sus im­
presiones y recuerdo sean el mejor preser­
vativo de los jóvenes durante las vacaciones.
Y es que en la devoción a San Luis Gon­
zaga nuestro Vble. Padre veía uno de los
medios más eficaces para conservar entre
los jóvenes aquella virtud angélica, distin­
tivo de este gran santo, que ha de ser la base
de todos los éxitos educativos de la Juventud.
Por esto nuestro amadísimo Rector Mayor,
Rvdmo. Don Felipe Rinaldi, exhortando
a los salcsianos y alumnos a celebrar digna­
mente el Centenario de San Luis, entre otras
cosas escribe:
«Quisiera que en esta ocasión pusiéramos
especial empeño en promover entre nuestros
niños un aumento de virtud y de bondad, es­
pecialmente por cuanto se refiere a aquella
que nuestro buen Padre llamaba «la bella
virtu d » ; pues, dejad que os lo recuerde,
amados hijos, era principalmente para ani­
marnos a la práctica de esta virtud que él
nos presentaba como modelo a San Luis
y promovía entre nosotros su devoción.
Lo que le encantaba en este santo era el
cándido lirio de la pureza, que él deseaba
ver resplandecer en todas nuestras palabras
y acciones; y también admiraba en él, como
natural consecuencia, su extraordinario es­
píritu de mortificación como medio indis­
pensable para conservar inmaculado el es­
plendor de esta virtud. ¡Oh, cuánto deseaba
Don Bosco que este cándido lirio creciese
lozano en el jardín de su Congregación, para
que fuera su más preciado ornato y cons­
tituyera como un distintivo de los Salesianos
y de sus alumnos!»
Y como Domingo Savio supo copiar tan
bien en sí la pureza y vida angelical de San
Luis, por eso Don Bosco quiso presentarlo
como modelo a las numerosísimas falanges
de niños que la Virgen Santísima había de
confiar a sus cuidados, para que si a alguno
parecía algo inasequible la virtud de San
Luis- Gonzaga, creado en noble ambiente
y custodiado en la fortaleza de la religión, se
animara a imitarle al ver reproducidas sus
virtudes en un hijo del pueblo, alumno de
un Colegio como el que ellos frecuentan,
sujeto a los mismos peligros en las calles y
plazas y que, sin embargo, sabe conservarse
.puro y elevarse a las cimas de la Santidad.
Todos los amigos de Domingo Savio de­
ben pues celebrar con especial empeño el
año centenario de San Luis, que va desde
el 21 de junio del presente año hasta el 21
de junio de 1927.

El Cooperador Salesiano debe ser
oíro D. Bosco/’^
No llevéis a mal que a pesar de la premura
del tiempo, os presente un ejemplo entre
mil, del sentir profundamente cristiano de
nuestros Cooperadores.
Hallándome en Agosto de 1908 en Monte­
video, se me presentó una noble señora que,
entregándome una crecida cantidad de dinero,
me dijo: Tengo un hijo a quien amo tierna­
mente; mi gozo más puro sería el consa­
grarlo a Dios; pero ya que este mi deseo no
puedo verlo satisfecho, me he- propuesto
cooperar con mis limosnas a la formación
de un Sacerdote Salesiano que, delante del
Señor y en favor de las almas, haga las veces
de mi hijo. Poco tiempo después, tan edi­
ficante ejemplo era imitado por una her­
mana de aquella distinguida señora.
He ahí los Cooperadores del Venerable
Don Bosco; he ahí las almas magnánimas
que han comprendido perfectamente la su­
blime grandeza de su corazón; he ahí las.
afortunadas madres dignas de sentarse al
lado de la insigne Doña Blanca de Castilla.
L a b uena p re n s a ,

Pero hay otro punto que tomó muy a pe­
chos el Venerable y que determina, cuando
especifica los diversos modos de cooperación
con estas palabras: « Hay que oponer la
buena prensa a la prensa irreligiosa, con la
difusión de buenos libros, hojas, folletos c
impresos de todas clases en aquellos lugares
y entre las familias donde se crea prudente
hacerlo* (2).
Si Don Bosco desde el 1849 fundaba £/
Amigo de la Juventud como antídoto contra
la impiedad de una prensa perversa y procaz
que se había propuesto el fin satánico de des­
honrar y vilipendiar cuanto hubiese de santo
y venerando, como asegura su ilustre bió­
grafo D. Lemoyne; si en el 1869 constituía
una Sociedad para la difusión de los buenos
libros, con el fin de detener la corriente de
los malos; si jamás cesó de poner en guardia
a los buenos « contra la prensa inmoral y
anticatólica, inventada expresamente para
enervar los corazones y corromper las intc(t) ContittuocMfn. > V ¿ase numero de m arzo, pas. 79.
(z) R esU m eato (18 76 ).

ligencias» (i); si tanto hizo para convencerlos
«de que era preciso detener la inmoralidad
que avanza como gigante entre nosotros» (2),
¿q u é no habría dicho, escrito y hecho en
nuestros días, a la vista de los males sin lí­
mites producidos por el diluvio asolador de
aquella prensa que ya en sus tiempos hacía
tantos estragos?
El, que en 1885 no había vacilado en llamar
divino el medio de la prensa, « puesto que
Dios mismo se sirvió de él para la regene­
ración del hombre, llevando a todo el mundo
la verdadera doctrina con ios libros por El
inspirados» (3), quería que sus Coopera­
dores se persuadiesen de « que los buenos
libros difundidos en el pueblo son uno de
los medios más aptos para mantener el
reino del Salvador en muchas almas» (4).
«Es preciso, decía,‘ oponer armas a armas»
sofocar el mal con exceso de bien y ahogar
la prensa malvada en el saludable diluvio
de la biíena.
Escuchad con qué viveza expone las ven­
tajas de un buen libro. «Si por una parte
no tiene aquella fuerza intrínseca de que está
dotada la palabra hablada, por otra parte
presenta mayores ventajas en ciertas cir­
cunstancias. El buen libro entra hasta en
las casas donde no puede entrar el sacerdote;
es tolerado por los malvados como recuerdo
o como regalo. Al presentarse no se aver­
güenza; olvidado no se inquieta; leído en­
seña la verdad con calma; despreciado no se
queja, y deja el remordimiento que acaso
encienda el deseo de conocer la verdad, y
siempre está dispuesto a enseñarla. Tal vez
permanece cubierto de polvo sobre una mesa
o en una biblioteca. Acaso nadie piensa en
él; pero llega la hora de la soledad, de la
tristeza, del dolor, del aburrimiento, de la
necesidad de distracción o de ansias por el
porvenir, y este amigo fiel sacude su polvo,
abre sus hojas, y se renuevan las admirables
conversiones de S. Agustín, del Beato Colombini o de S. Ignacio... [Cuántas almas se
han salvado merced a los buenos librosl
( 1)
(2)
{7)
(4)

Lecturas CafóUeas (Enero de 18 6 1).
Lecturas Católicas (Enero i8 6 i)Certa a los Salesianos ( 10 de M arzo d e i8 8 f) .
Lecturas antes citadas.

2ÓS

ICuántas han sido preservadas del error!
¡Cuántas confirmadas en el bien! Sólo Dios
conoce el bien que puede producir un buen
libro en una ciudad, en una biblioteca cir­
culante, en una sociedad de obreros, en un
hospital, dado como prenda de amistad».
Estas admirables palabras debieran gra­
barse con caracteres indelebles en la mente de
todas las almas buenas, sobre todo en nues­
tros días, cuando tan vivamente se siente la

aún los que se dicen neutros, las revistas, las
novelas y los libros de principios no abierta­
mente católicos entren a corromper el am­
biente de sus hogares, ni siquiera bajo el
pretexto especioso de más ámplia informa­
ción, de amor al arte o de mal entendidas
exigencias sociales.
No, no basta esto. Si quieren corresponder
plenamente a los ideales, a los vivos deseos
de Don Bosco, deben favorecer con todas

Ornamentos saj(rados y objetos para las misiones, ofrecidos a nuestro Rector Mayor en so dia onomástico.

necesidad de secundar y favorecer por todos
los medios la Obra Nacional de la Buena
Prensa, tan sabiamente organizada, con tal
largueza protegida y con tanta eficacia pa­
trocinada por Su Santidad Benedicto XV.
La alta estimación en que tenía esta obra,
la confianza que abrigaba de verla llegar a
tal desarrollo que fuese prenda de días más
venturosos para la causa del bien, la mani­
festó claramente al confiar la presidencia al
Eminentísimo Cardenal Mafi'i, cuyas es­
clarecidas dotes de organizador y de apóstol,
de todos conocidas, son augurio de los más
consoladores resultados.
Además: los Cooperadores no han de
limitarse a la parte meramente negativa, es
decir, a impedir que los diarios malos, y

sus fuerzas los periódicos y revistas de prin­
cipios sanos que combaten con arrojo la
inmoralidad y defienden con denuedo los
derechos de Dios y de la Iglesia; deben
difundir las buenas lecturas; contribuir a
la formación de bibliotecas ambulantes;
tomar parte activa en la Asociación de la
Buena Prensa; poner su nombre y sus ener­
gías a disposición de la noble y valiente cru­
zada contra la pornografía, mereciendo aqué­
lla tantos aplausos por los beneficios que
reporta, y que ha suscitado tan saludable en­
tusiasmo en todo ambiente que albergue almas
rectas. Debemos recordarnos todos los días
a nosotros mismos, y a cuantas personas con
nosotros tengan relación, que sin una acción
enérgica, concorde y avalorada con sacri-

2 Ó9

ficios generosos no lograremos detener el
envenenamiento que amenaza la vida moral
de la sociedad, ni purificar la atmósfera del
pestífero aliento de infierno que inficciona
el pudor, deprava la inocencia, fomenta la
anarquía y destruye la moralidad.
O fr a m íes.

En el primer Reglamento de los Coope­
radores, publicado en 1874, bajo el modesto
título de Unión cristiana, hablando Don

¿Quién no se siente dominado de dulcí­
sima ternura en presencia de estos «angeles
de la tierra, en cuya frente brilla el esplendor
de la frente del mismo Dios?» (1),
¿Quién no ha sentido esta ternura acrecen­
tada de vivísima compasión cuando con­
templa estas flores marchitas, agostadas por
el fuego de las pasiones; o aunque no sea
más que destrozadas y debilitadas, arrastrar
una existencia anémica en un terreno pobre
de jugos nutritivos, expuestas a la incle­
mencia atmosférica?

Tofln. — Exposición Misionera: La cjb^fia de los indios Alacalufes.

Hosco del fin de esta Asociación se expresó
así: El primer deber de los asociados es la
caridad para con los niños que se hallen en
peligro. Recogerlos, instruirlos en la fé, acon­
sejarlos en los peligros, o conducirlos a donde
puedan ser instruidos, son cosas en que se
invita a todo socio para que ejercite su celo*.
¿Y será preciso que yo emplee muchas
palabras para recomendaros, puesto que
encerráis en vuestro corazón un inmenso
caudal de nobles sentimientos y tanto fervor
de caridad, lo que la sociedad tiene de más
tierno y de más amable; las flores que en
la primavera de su existencia esparcen per­
fume tan suave de inocencia y de candor en
el 'irdín de la Iglesia, embalsamando con
iní'ntilcs alegrías y goces el ambiente de la
lar:¡ia y de la sociedad?

Sí el corazón de la hija de Faraón tuvo
latidos de tierna piedad a la vista de Moisés
parvulito, en peligro de ser arrastrado por
las aguas de! Nilo, vosotros que poseéis un
corazón inflamado, no por un simple senti­
miento de natural conmiseración, sino por los
ardores de cristiana caridad que os muestra
en el prójimo una alma redimida y llamada
a los* destinos más elevados, no necesitáis
de exhortaciones calurosas para correr con
entusiasmo donde la desventurada juventud,
desde los vórtices de la incredulidad, solicita
nuestro socorro con gritos desgarradores.
Salvemos, salvemos a la juventud si nos
interesamos por la existencia de la misma
sociedad.
( 1 ) Laesrdaire.

270

Es evidente que Don Bosco, que de todo
corazón amaba a sus Cooperadores y que
al reunirlos en Asociación se propuso ante
todo el bien de sus almas, anhelaba ver puesto
en práctica, primero por ellos, lo que luego
habrían de practicar en beneficio de los
demás, pues, como ya dijo S. Bernardo, «el
ejemplo es siempre el sermón más eficaz» (i).
No llevéis, pues, a mal que, interpretando
los sentimientos de mi buen Padre, os ex­
horte a que toméis siempre mayor cuidado
por la cristiana educación de vuestros hijos;
por la santificación de vuestra familia; por
la elección con prudente discernimiento de
la escuela o del colegio; por impedir, siempre
que podáis, el influjo deletéreo de deter­
minados profesores, el ejemplo de los com­
pañeros, los alicientes y el influjo funesto
del mundo donde es necesario vivir.
Después, con la seguridad del deber cum­
plido, enderezad los esfuerzos de vuestro
celo a la mies tan copiosa que Don Bosco
os señala. A todos os será dado hacer algo:
ora un consejo prudente dado al padre o a
la madre tendrá un influjo saludable sobre
el hijo; ora una caricia, un servicio o un favor
al que siga un aviso amoroso, será quizás
el principio de un consolador resurgimiento.
A éstos ios conduciréis al ministro de Dios;
a aquéllos los acompañareis al Oratorio Fes­
tivo. A los más desgraciados os interesaréis
para que les sean abiertas las puertas de
algún instituto que les libre del hambre, de
las crueldades inhumanas, de ios escándalos
de aquel que, convertido en antro, debiera
ser el santuario doméstico. Quizás, teniendo
ocasión, podréis preparar para la primera
Comunión, o para recibir otros Sacramentos,
a los hijos de vuestros domésticos, de vuestros
obreros, de ios vecinos de vuestra casa, ayu­
dando a los pastores de almas; quizás os
podáis industriar con mil recursos de celo
para que a aquel joven enfermo no le falten
ios últimos consuelos de la Religión. En una
palabra, acordándoos de lo que dijo Jesús:
« En verdad os digo que todo lo que hiciereis
a uno de estos mis hermanos pequeñitos,
lo considerare como hecho a Mi>' (2), y
animados por los ejemplos del Venerable,
os esforzareis por todos los medios posibles
para procurar a la Iglesia y a la Sociedad que
en los jóvenes se renueve y perdure un por­
venir próspero de virtud y de grandeza.
(t) Serm o vivus ct cfflcax cxemplum opcrls «st.
(a) Amen dico vcb is, quam diu fecistis unf ex h<s fr « '
tribus meis minimis. mihl fccisti {M atth., X X V , 40).

Un modelo de caridad.
Así titula el P. Jacinto Alegre de la Com­
pañía de Jesús un precioso libro que viva­
mente recomendamos a nuestros lectores (i),'
en el cual nos describe con mano maestra
los rasgos admirables de caridad heroica de
una noble Dama Barcelonesa, Dña Dorotea

de Chopifea Vda. de Serra, cuya memoria
está intimamente unida con el estableci­
miento de la Congregación Salesiana en
España y que tuvo una relación personal
digna de admiración con nuestro Venera­
ble Fundador Don Bosco. Fué una de esas
almas privilegiadas que María Auxiliadora
ha suscitado y suscita todavía para que sean
los instrumentos de sus misericordias, dán­
doles a conocer la Obra Salesiana y haciendo
que consagren a ella todas las energías de
su noble y generoso corazón, convirtiéndose

( t ) U n modtio de caridad * Dña
p o r el P. ). A lesrre, S . J. « E d it o r ia l
C o rte s ; 8 i ■ B a rc e lo n a

(E s p a ñ a ).

Dorotea de
L it u r ^ c a

E s p jñ -1 **

271

en verdaderas madres de los huerfanitos
de Don Bosco.
Fué Dña. Dorotea, la Cooperadora Salesiana por excelencia en los principios de la
Obra Salesiana en España, la verdadera M a­
dre de los Salesianos como 'la llamaba Don
Bosco, que apenas conoció el objeto de su
Obra, se consagró por completo a élla, viendo
en ella la solución tantas veces suspirada de
los magníficos ideales de candad que^ con­
cebía su cristiano y generoso corazón!
Y Dios Nuestro Señor parece que quiere
que las virtudes de esta heroína de la caridad
no queden olvidadas o todo lo más registradas
en algún libro que acabaría por sufrir la
suerte de todos los documentos humanos;
sino que quiere que su memoria se perpetúe
y ha dispuesto providencialmente los acon­
tecimientos de manera que en el X ° Congreso
Internacional de los Cooperadores Salesianos
celebrado en Turín a fines del pasado mayo,
se presentó una moción, que fué aprobada
con entusiasmo, para pedir que se introdujera
Ja Causa de Beatificación de esta insigne sierva
de Dios.

Este simple hecho debe ser de gran con­
suelo para nuestros amados Cooperadores.
Han sido ya introducidas y siguen su curso
regular las causas de Beatificación de nuestro
Venerable Fundador Don Bosco, de sus in­
signes hijos los Siervos de Dios Don Beíiram i, Don R úa y el Principe Czartorisl<i,
de la fundadora de las Hijas de María Auxi­
liadora, M adre M azzareUo, de uno de los
niños educados por Don Bosco muerto en
la flor de la juventud, el Siervo de Dios
Domingo Savio y para que todas las porciones
de la Familia Salesiana tengan su modelo,
llega ahora la vez de una Cooperadora Sale­
siana, la primera que se encamina al honor
de los altares, demostrando como el perte­
necer activamente a esta Asociación provi­
dencial, puede llevar a las cimas de la San­
tidad y presentando al mismo tiempo a quellos a quienes el Señor ha dotado de abun­
dantes medios de fortuna, un ejemplo lu­
minoso de cómo cumplir las obligaciones
que con eso la Providencia les impone, para
que las riquezas, lejos de ser un obstáculo
para la eterna-salvación, se conviertan en
medios de santificación y de adquirir la
vida eterna.
\ decimos que providencialmente el Señor
ba dispuesto los acontecimientos para que
se tratara de introducir esta causa de beati­
ficación, puesto que ha querido que la ini­
ciativa en ésta ocasión no partiera de los
Sai estaños (lo cual quiza hubiera podido

ser interpretado como un excesivo cariño
a las glorias de familia) sino de un alma llena
de celo por la gloria de Dios y por las Obras
de caridad, que, de un modo al parecer for­
tuito, llega al descubrimiento de esa joya;
se entusiasma con su valor; ve en élla un
medio de animar eficazmente al ejercicio de
la caridad cristiana, que tanta falta hace en
el mundo y que tantos males solucionaría,
y se convierte en aposto! de su devoción.
Pues tal ha hecho el P. jacinto Alegre
de la Compañía de Jesús, en cuyas manos
cayó un día, al acaso, una vida de Dña.
Dorotea escrita a raiz de su muerte. Su lec­
tura le impresionó vivamente y en las hojitas
de la Congregación Menor de Barcelona, que
tan sabiamente dirige, empezó a dar a conocer
los heroísmos de su caridad, teniendo pronto
que dejar consignadas en ellas las gracias
señaladas obtenidas con la invocación de la
Sierva de Dios. Comprende que esa es gloria
principalmente salesiana y, aprovechando la
visita de nuestro Superior General a España,
hace que éste tome la Causa como propia.
Entre tanto se obtiene que los restos de la
insigne Cooperadora Salesiana sean tras­
ladados a la Iglesia de María Auxiliadora de
los Talleres Salesianos de Sarria, su fun­
dación predilecta, y el día 28 de mayo, en la
sesión de clausura del X Congreso de Coo­
peradores Salesianos, al que asistieron ocho
obispos y centenares de Cooperadores de
todas las naciones de! mundo, la Asamblea
pedía entusiasmada al Obispo de Barcelona
el comienzo del processo Diocesano para la
introducción de la Causa de Beatificación
de la Sierva de Dios, D ña. Dorotea de Chopiiea, Vda. de Serra.

Para que nuestros Cooperadores, junto
con la satisfación que este hecho ha de cau­
sarles, puedan admirar este modelo que el
Señor les presenta, daremos a conocer desde
las columnas de este Boletín los principales
rasgos de su caridad que sobresale como
perla preciosa entre todas sus demás vir­
tudes, empezando por la relación directa
que tuvo con nuestro Vble. Padre y con la
Obra Salesiana.
Datos biográficos: Nació Dña. Dorotea
en Santiago de Chile el día 4 de junio de i8ió
de padre vasco y de madre americana hija
de españoles; a la edad de tres años se tras­
ladó a España estableciéndose la familia en
Barcelona; se casó en 29 de octubre de 1852
con José M . Serra y murió el 3 de abril
de 1891, habiendo fundado y sostenido mas
de veinte establecimientos de caridad, para el
cuidado de la juventud pobre y abandonada.

D E N U E S T R A S M IS IO N E S
* ... Haced lo que podáis: Dios hará lo que nosotros no podamos. Confiad en Jesús Sacramen>
(ado y en Aiaria Auxiliadora, y veréis que cosa son milagros...
DON HOSCO* a sus primeros misioneros.

En la Paíagonia
y Tierra del Fuego.
(Carla del Rvdmo. Sr. Inapeclor de la Paiagonia y
Tierra del Fuego a nuestro Rvdmo. Rector Mayor).
V hdm a. 26 de Febrero de 1926.
Vuelvo en este momento de Stroeder, población
situado entre Bahía Blanca y Patagones, en donde
el domingo pasado bendije en su nombre la piedra
fundamental del futuro Colegio que, por decisión
unánime de la Comisión Directiva de nuestros
Bienhechores, se titulará « Colegio Cardenal C a g ü ero ».
Durante este año, con el auxilio del personal que
S . R. se dignó enviar a la Patagonia, para celebrar
dignamente el cincuentenario de nuestras Misiones,
se inició también en Puerto Deseado el « Colegio
S a n José^, que pudimos ya construir en parte, su­
perando gravísimas dificultades. ¡Cuántas necesi­
dades urgentes se nos presentan, Rvdmo. Padre!
En R ío Gallegos, por ejemplo, es preciso recons­
truir el «Colegio de N tra . S ra . de Ltiján», fundado
en 1885 por Mons. Fagnano; pues, siendo de ma­
dera, ha sufrido la acción del tiempo y no llena ya
las exigencias modernas; por eso hemos empopado
a edificar, confiando en el auxilio dcl Señor y de
nuestros bienhechores.
En Comodoro R iva d a via , donde trabajan los Saleslanos desde 1914 ocupando una casa de alquiler,
se nos presenta el dilema: o retirarnos o construir
el Colegio. La población de la industrial ciudad
pide y desea que los Hijos de Don Rosco continúen
educando su juventud y promete ayudarlos en la
construcción dcl Colegio, pero no puede soportar
todos los gastos. Por eso confiarnos en el auxilio de
nuestros Cooperadores, pues V . bien sabe, Rvdmo.
Sr. D . Rinaldi, que nuestras Misiones son suma­
mente pobres y que se sostienen y se desarrollan
sólo en la medida de la caridad de nuestros Bien­
hechores.
Hemos decidido además ocuparnos de otra obra
de capital importancia. Es necesario continuar nues­
tra acción en laver de los indígenas. Quien afirme
que ya no los hay en la Patagonia, y que, por con­
siguiente, la obra dcl misionero es innecesaria,
habla de un tema que ignora en absoluto. Millares
y millares son aún hoy día los indígenas que esperan
ansiosos la ayuda y el socorro dcl misionero. El
15 de agosto dcl año pasado, precisamente en la
vigilia del aniversario dcl nacimiento de nuestro
Vble. Fundador, presentábanse en Víedma al S u ­
perior de las Misiones, dos comisiones de indí­

genas «presididos por los caciques M anuel Cofaro
residente en Arroyo Blanco (Río Negro) y Manuel
Herrera, vecino de la «Colonia i6 de Octubre«
(Chubut) suplicándole con vivas instancias no los
abandonara y añadiendo: También nosotros tenemos
hijos que queremos bautizar, educar e instruir.
Mientras el cacique Cotaro defendía con elo­
cuencia su causa, recordaba yo el sueño que tuvo
Don Bosco en San Benigno el 50 de agosto de 1885:
« Estos salvajes se tornarán tan dóciles, decía, que
ellos mismos vendrán a solicitar religión, civilización
instrucción y comercio ».
También los emigrantes son objeto especial de
nuestros cuidados: Se consideran felices por en­
contrar en las casas salesianas ayuda material, con­
suelos y consejos y no pocos huérfanos, pertene­
cientes a las varias naciones europeas, se educan
gratuitamente en nuestros internados de Viedma.
Fortín Mercedes, Santa Cruz, etc. Nuestra obra
de beneficencia se extiende desde Bahía Blanca a
Ushuaia y desde Chosmalal a Junín de los Andes.
¡Cómo urge y se siente la necesidad de aumentar
el reducido número de obreros de la viña dcl Señor!
Nuestro Seminario de Fortín Mercedes posee una
Escuela Normal Incorporada que funciona regu­
larmente hace ya varios años, con 50 estudiantes
de Filosofía y más de 70 aspirantes. ¿Quién piensa
amado Padre en proveer el alimento, el vestido y
los libros a un número tan crecido de jóvenes? Sin
duda la Providencia, que no dejará un punto de
socorrernos y acompañarnos si sabemos conser­
varnos dignos Hijos de Don Bosco, buscando
almas y sólo almas!
Bajo la protección de San José inauguramos,
el 19 de marzo en Fortín Mercedes, el nuevo N o­
viciado que habíamos comenzado a edificar el año
pasado, sin saber como lo pagaríamos. Pero apenas
terminados los trabajos, el dulcísimo Corazón de
jesús sirvióse de una dama de Buenos Aires suma­
mente generosa, cuya modestia me impide nom­
brarla, para acudir en nuestro auxilio. ¡Bendito sea
pues el Señor que nos acompaña con tanta bondad!
Mientras tanto el Santuario de M a ría A uxilia­
dora que se eleva airoso y triunfal en Fort/n Mer­
cedes, es ya un faro de luz y de civilización cris­
tiana para toda la inmensa Patagonia y así mismo
en Choele-Choel el Templo dedicado al Sagdo. Co­
razón de jesús será dentro de pocos años dulce y
consoladora realidad.
Recuérdenos amado Padre ante María Auxilia­
dora y bendiga a todos sus hijos de la Patagonia y
Tierra dcl Fuego.
Afmo. in C . J.
G . M anachino
Pbro. Salesiano.

275

Rio Negro (Brasil).
Tenemos el gusto de publicar una carta del Sac.
D. Antonio Giacone, misionero salesíano en el Bra­
sil y que pasó unos años en nuestros Colegios de
Chile.
En esta carta nos da varias curiosas noticias.
R ío Wampes - Tarucaá (Brasil).
Rcvdo. Padre:
Esta vez le escribo desde la misión indígena de
Taracuá y le puedo dar óptimas noticias.
El día 24 de diciembre llegaron a la Misión 150
indios de distintas tribus y algunos viajaron una se­
mana, con el fin de pasar la Navidad con nosotros.
Nuestra casa parecía, y aún parece, el campamento
de los israelitas en el desierto; en derredor de mi
cabaña, donde duermen los niños in+ernos, arden
toda la noche más de 50 fuegos, y amarradas en su
derredor están las hamacas de los indios. Sólo (.1
cacique llegó con pantalón, los demás hombres y
mujeres, con un trapo a la cintura y nada más.
Nueve de nuestros niños internos hicieron la pri­
mera Comunión en la Misa de Media noche.
Parecían angelitos. Estos son los primeros que
se acercan a Jesús.
Es difícil describir la alegría y el contento de estos
indios.
En dos bancos bien arreglados estaban los niños
afortunados, después los otros compañeros, más
atrás los hombres con pantalón y camisa y por úl­
timo en todos los rincones una multitud de indios
medio desnudos, de pie o en cuclillas, que lo obser­
vaban todo con asombro.
Yo quedé conmovido hasta derramar lágrimas,
pués a veces las mujeres, mirando las hermosas es­
tatuas del S . Corazón y de María AuKiliadora les
mandaban besos con las manos, otras Ies presentaban
los hijitos que llevaban en sus brazos, o sobre las
espaldas.
El Padre Marchesi les hizo una plática en tucano
explicándoles el misterio de la Encarnación. Los
internos cantaron por primera vez la Misa de AnSelis, y en fin el Laúdate a dos voces de Perosi.
Todo salió muy bien. Muchos me decían después:
Añú P ai, (bonito. Padre).
Estas fiestas son un consuelo muy grande para
el misionero; porque estos indios antes huían del
Sacerdote, mientras ahora vienen a nosotros con
niucha confianza, nos entregan sus hijos, y creen a
todo lo que les dice el misionero. El día zy bauti­
zamos unos 50 entre pequeños y adultos, otros los
estamos preparando.
Llegaron todos con una buena porción de harina
de mandioca, peces tostados y muchas hormigas
arrieras, grandes como abejorros y que el P. M ar­
gesí luego se las pidió y en su lugar les dió sal,
anzuelos, tabacos etc. Estas hormigas se las sirvió
a los niños internos como plato especial porque Ies
potan mucho.
Además de las hormigas comen también unos
fusanor blancos que ellos buscan de la siguiente
lanera. Cortan palos de morichc, que es una espe­

cie de palmera y dejan los troncos que se pudran en
el agua que se estanca siempre al pie de esa clase
de palmas, a manera de pantano o laguna. A los
pocos días, entre las fibras en descomposición del
tronco, bullen centenares de gusanos blancos rollizos, del color de la manteca, que los indios chu­
pan con tal fruición como nosotros cuando toma­
mos un helado o un pastel.
Es tal su placer al comer aquellos gusanos que
se lamen los dedos como nuestros niños cuando
comen un pedazo de chocolate.
Antes de acabar le voy a narrar un hecho que de­
muestra algo de la índole de estos indios.
El otro día llegó a la misión un indio Piratapuyas,
después de navegar dos días y presentándose al P.

Turin. — Exposición Misionera Saletinna:
El gaucho clásico poblador de la Pampa Argenlínn.
Marchesi le d ijo:« Padre vengo a buscar un remedio
porque mi padre está muy enfermo. Dáme una me­
dicina buena *.
El padre se informó bien de lo que tenía el en­
fermo, con muchas preguntas, y después le dió ui>
remedio. E! indio antes de partir le dijo: « Padre,,
ahora dáme también dos docenas de clavos, para
que pueda cerrar el ataúd de mi padre, cuando'
haya muerto*.
Es costumbre entre ellos preparar el ataúd al'en­
fermo, como para apurarlo a morir más pronto, y
lo preparan cortando la canoa por la mitad. Junto
al cadáver envuelven todo lo que le pertenecía, doso t'~es trapos viejos con su propia hamaca. S i tenía
fósforos tendrán ei cuidado de colocarlos con el
cuerpo, pues el alma en su largo viaje podrá sentir
frió y por consiguiente los necesita. Acompañan
al difunto a la última morada con gritos y alaridos
salvajes.
Yo presencié ya varias de estas escenas.
Querido y Revmo. P., pido a Ud. un recuerdo
en sus oraciones; yo estoy muy bien y no trocaría
mi vida con ninguna otra cosa de este mundo. Dios
es muy bueno con nosotros.

A ntonio G iacone.

274

sus preces al Señor y después de lavarse las manos
cuidadosamente — esto es indispensable pues es
el único cubierto que utilizan — se disponen a
dejar los calderos tan relucientes como estaban.
La Fiesfa de Pascua
Por la tarde a la hora prefijada van a la Iglesia
a purificar sus almas en el sacramento de la peni­
enfre los neoñíos de Gauhaíi.
tencia, pues al día siguiente han de comulgar. A
mi memoria vino el recuerdo de algunos meses
Con gusto publicamos la siguiente relación del
atrás cuando a bordo del <' Cracovia * atravesaba
misionero saicsíano español D. Francisco M ar­
el M ar Rojo y oteando hacia el desierto quería ver
mol, que nos hace ver la fe y entusiasmo con que
a los israelitas al rededor de sus tiendas celebrando
los neófitos de la India abrazan la Fe de Jesucristo.
la Pascua.... También éstos han venido a celebrar
<' lwOS neófitos de las cristiandades cercanas a
la Pascua y han establecido sus tiendas al rededor
nuestra Misión habían manifestado deseos de
dcl Tabernáculo, para oir la palabra del sacerdote
participar a las Fiestas de Pascua. Al amanecer
y alimentarse con el Cuerpo de Cristo.
del Viernes Santo apareció el primer grupo que con
Al anochecer tomaron de 'nuevo su modesta re­
recogimiento y piedad singular asistió a las conmo­
fección y se dispusieron a descansar. Mientras
vedoras ceremonias de la mañana. Aquellos rostros
nosotros cenábamos éllos rezaban ya sus oraciones
cetrinos, aquellos labios bronceados se acercaron
no sin haber antes cantado el Regina coeli en su
reverentes a besar la Cruz del Redentor, impri­
lengua, al que el coro respondía ¡A U eluia!
miendo un beso de amor en las llagas santas de las
A lo lejos se oía la voz del muecin de la próxima
cuales había brotado la Sangre Purísima reden­
mezquita llamando a los secuaces de Mahoma a
tora del genero humano. N o por haber llegado al •
la oración y más allá el monótono ruido de un tam­
redil de Jesucristo en la hora de sexta es menos
bor hacía llegar hasta nosostros los ecos de alguna
firme la fe de esta gente y menos acendrada su
fiesta pagana... ¡D ios mío! ¿Cuándo podremos ver
piedad.
reunida toda la grey bajo un solo Pastor?
Y vienen de lejos, de muy lejos y no les arredra
Y llega el domingo de Resurrección. Todos han
el mucho caminar ni la incomodidad del aloja­
madrugado más que de costumbre y aguardan ya
miento.
para entrar en la Iglesia. Todos comulgan y des­
Al atardecer siguen el ejercicio del V ia Crucis
pués asisten a la segunda misa cantada. Muchos
con edificante piedad y luego se retiran a descansar
han de volverse esta misma tarde y un grupo de
con el corazón embargado por las escenas litúr­
tres
jóvenes, que acaba de llegar, tiene apenas tiempo
gicas que han presenciado y con la esperanza del
de oir misa, comulgar y regresar en seguida; pero
jA lle h iia l de mañana.
no quieren marchar sin recibir antes la Bendición
A media noche un animado vocerío nos des­
con ei Santísimo. ¿N o es conmovedor ver a esos
pierta: es otra cristiandad que viene a unirse a los
hombres que hace poco eran paganos o protestan­
primeros para cumplir con el precepto pascual.
tes
pedir antes de emprender el viaje, que la ben­
Fstos han tenido que hacer un \liajc de tres días.
dición de Dios les acompañe? ¡Cuánto pueden
No hay sitio donde alojarlos, pues el pequeño co­
aprender aquellos que según reza el refrán irlandés:
bertizo de que se dispone está lleno. Vienen en el
<< Viven cerca d e ' la Iglesia, pero están lejos de
■ grupo niños y jóvenes, madres con sus hijitos col­
Dios»!
gados a la espalda y gran número de hombres
El grupo más numeroso acaba de pasar el día
todos guiados y obedientes al catequista. El pórtico
con nosotros. Su catequista me pide que les bendiga
que rodea la Casa les sirvió de posada hasta el
un poco de agua para llevarla a su aldea. El sacer­
amanecer. A la mañana siguiente, S a b a Jo Santo,
dote no puede visitarlos sino muy de tarde en tarde
asistieron con curiosidad devota a las ceremonias
y hacen,sus prácticas religiosas como pueden; pero
del día que tan gradualmente van abriendo el co­
Dios premiará su grande fe. Debiendo partir al
razón a la alegría hasta llegar al canto del jubiloso
día siguiente a las cinco y media de la mañana, me
jA U cluia!
manifiestan su deseo de oir misa y comulgar antes
Terminados los oficios se congregan todos al
de partir. A l día siguiente antes de las cinco están
pie de una colosal palmera, cuyo tronco está ro­
ya todos preparados; rezan sus oraciones semitodeado de parósitas, semejantes a un sin fin de ser­
nadas según costumbre y reciben la sagrada Co­
pientes enlazadas y en cuyas ramas los indispensa­
munión.
bles cuervos aturden con su croe, crac y unas
Terminada la misa, regresan a sus hogares con
mainas juguetean y chirrían en espera de los restos
la esperanza de que pronto vendrán muchos Padres
del modesto festín. Nuestros huéspedes han imde Europa y en cada B astí habrá una Iglesia, una
prvnisado una cocina con ladrillos y en vasijas
escuela, un dispensario y tantas otras cosas.
relucientes como el sol de esta tierra se han puesto
Los operarios somos pocos y la mies abundanria guisar su arroz, que esta vez será de fiesta. Al pre­
sima; vengan esas falanges entusiastas a engrosar
sentarnos ante ellos nos reciben de rodillas con el
nuestras filas; no teman los rigores del clima, que
saludo: Jesu kibaray, alabado sea Jesucristo y no
el amor de Cristo dulcifica. Los consuelos que se
se levantan sino después de recibida la ben­
experimentan, presenciando escenas como las an­
dición.
teriormente descritas, alivian todas las penas y dul­
Pronto ya el arroz, reunidos alrededor del hu­
cifican todas las amarguras.
meante karri, las manos juntas ante el pecho elevan

A SSA M (India).

27?

Episodio commovedor.
Entre las memorias del malogrado P. Deponti
encontramos esta narración que no dudamos in­
teresará a nuestros lectores.
« Poco tiempo hacía que nos habíamos estable­
cido en R aliang cuando se presentaron tímida­
mente en la ca.sa del misionero unas quince personas
que manifestaron el deseo de visitar la iglesia.
Se lo permití gustoso y yo mismo me dispuse a
acompañarlos. Les impresionó la grandiosidad del
edificio que, por pobre que sea, es siempre algo
extraordinario para los naturales de este país. Pero
sus miradas fueron atraídas de un modo especial
por los grandes y expresivos cuadros del Via C ruds.
Para la generalidad de los cristianos acostumbrados
ya a ver y considerar a menudo las dolorosas escenas
de la pasión, pasan casi desapercibidos esos cuadros
que nos recuerdan la tragedia del Calvario. Pero
no es fácil imaginar la impresión que producen
en estas almas sencillas que por primera vez se paran
a contemplarlas.
Me pidieron con insistencia la explicación de los
cuadros y con gusto aproveché la ocasión para
hablarles de nuestro Divino Redentor, siguiendo
el orden de las estaciones. M e expresaba con di­
ficultad en su lengua, pero uno de los visitantes,
protestante por cierto, y más instruido que los
demás, se ofreció a hacer de intérprete, repitiendo
con mayor propiedad mis explicaciones.
En seguida me di cuenta, por las expresiones
de admiración y de dolor que salían de sus labios
o se reflejaban en sus miradas, que de un cuadro
a otro iba aumentando el interés de los piadosos
visitantes.
V la compasión que éllos mostraban fué poco a
poco posesionándose también de mi alma; de modo
que al llegar a la octava estación, al recordarles la
queja de Jesús a las piadosas mujeres: N o lloréis
por mi, sino por vosotras mismas, queja que re­
nueva constantemente jesús a los hombres que
se contentan con llorar su muerte pero sin con­
vertirse, me sqntí tan hondamente conmovido que
no pude continuar. Y entonces se desarrolló una
escena que nunca podré olvidar. Cesaron por com­
pleto las expresiones de admiración y dolor para
dar lugar a deshechas lágrimas de contrición que
de las mujeres se propagó a los niños y a los hom­
bres V acabamos de pasar las estaciones, pero nadie
profirió ya una palabra. Sólo las lágrimas y sollozos
mostraban la elocuencia de aquellos cuadros y la
perfecta comprensión del misterio. Así se llegó a
la última estación, dieron todavía una ojeada a la
iglesia y salimos.
Tampoco fuera se habló mucho. M e manifesta­
ron su deseo de hacerse católicos y los anime a
meditar y rezar y dando a cada uno una estampa y
una medalla me despedí de éllos.
Pasados algunos días, volvieron para inscribirse
como catecúmenos y no disponiendo entonces de
ningún catequista, el mismo protestante se ofreció
3 dar las primeras lecciones de doctrina cristiana
a sus paisanos todavía paganos.

M ás tarde pude enviarles un buen catequista
y ahora, transcurridos apenas dos años desde el
singular V ia C ru d s, todos aquellos visitantes sort
ya católicos; otros han seguido su ejemplo y la po­
blación de M aw kaiew , antes baluarte dcl protestan­
tismo cuenta con más de 40 fervorosos católicos
que, aunque perseguidos por la secta, profesen y
propagan valientemente su fe.
iQue satisfacción mas grande para aquella per­
sona que costeó los cuadros dcl precioso Via C ru d s!

CHINA.

Una Escuela Uruguaya.
Por iniciativa del director del «Amigo de la N i­
ñez », los niños de los colegios y oratorios festivos
salesianos del Uruguay enviaron a su compatriota
Rdo. P. Domingo Correa, misionero desde hace tres
años en China, una suma de dinero para levantar
allá entre los chinos una escuela.
Agradeciendo la simpática obra realizada por
« el Abuelito» y por « sus nietecitos» escribe el
P. Correa la siguiente carta.
... «Tenemos, pues, una escuela uruguaya en
china; ayer se firmó el contrato de compra de una
casa de dos pisos por trescientos dólares chinos,
en que por el arte de los cambios se convirtieron
los 2 1 6 S uruguayos, y aún me resta un piquillo que
unido a lo que más tarde llegará, veré si se puede
emplear en comprar una linterna mágica, que me
será útilísima para la explicación del catecismo. La
escuela es en verdad un magnífico regalo que el
Uruguay en el Centenario de su independencia
hace a nuestra Misión; como uruguayo me siento
orgulloso de que mi patria, representada casi exclu­
sivamente por niños y jóvenes, contribuya tan ge­
nerosamente a la propagación del reino de Dios y
con obra tan meritoria santifique su Centenario.
Mil gracias a Vd. y a todos los oferentes y que
el Sagrado Corazón se encargue de recompensar lo
que yo ni aún soy capaz de agradecer como se debe *.
El hecho no necesita comentarios: los misioneros
necesitan medios: ¿quiénes los proveerán si los ca­
tólicos se olvidaran de ello?

San Luis, rey de Francia, tenía la máxima
de no contradecir a nadie, sino en caso que de
no hacerlo se siguiese pecado o daño grave,
procurando así evitar contestaciones y disputas.
Más, cuando convenga contradecir y oponer
el- propio dictamen a¡ de otro, ha de ser con
gran dulzura y discreción, no pretendiendo vio­
lentar el juicio ajeno, porque así como así,
nada se saca de tomar las cosas con aspereza.
S am F r a n c is c o l *e S a l e s .

CULTO
DE M A R ÍA A U X IL IA D O R A
Lo Sma, Virgen se ho consüfuído ello misma profeclora de los niños más
pobres y abandonados... por eso concede a los bienhechores que se interesan
por ellos muchas gracias cspirifuale y aún temporales.
DON B O S C O a sus Cooperadores.

La Virgen de Don Bosco.
IV.

M u r ía A u x ilia d o r a hace v e r a D o n B o sco
e ¡ a fía n za m íe n fo d e su O b ra a (ra vé s
de u n ca m in o de ro sa s y de espinas.
Como los principios de la Obra de Don Bosco
estuvieron tan erizados de diíicultades, María Auxi­
liadora sostenía a su fiel Siervo, descorriendo para
él el velo dcl porvenir e indicándole el camino que
había de seguir con un sueño que tuvo nuestro
Vblc. Padre en el año 1847, a los pocos meses de
haber encontrado una morada fija para su Ora­
torio y que él en la intimidad narraba a sus hijos;
oigámoslo de sus mismos labios:
« Un día que había estado muy preocupado por
el pensamiento de cómo podría salvar a tanta ju­
ventud pobre y abandonada, se me apareció du­
rante la noche, en sueños, la Reina de los Cielos
y me condujo a un magnífico jardín; había allí una
especie de pórtico rústico pero hermosísimo en
forma de vestíbulo. Variadas enredaderas se en­
trelazaban en sus columnas y con abundancia de
hojas y de flores formaban una pared y un techo
de belleza encantadora. Este pórtico daba acceso a
un magnífico pasco a lo largo dcl cual, todo lo que
la vista podía alcanzar, se extendía un encantador
emparrado, orlado y cubierto de soberbios rosales
en flor; también cl suelo aparecía cubierto de rosas.
La Virgen Santísima me dijo:« i Quítate los zapatos!»
Y cuando lo hube ejecutado añadió: Sigue ade­
lante por este emparrado; he ahí cl camino que
debes seguir*. Con gusto me quité los zapatos por­
que me habría sabido mal pisotear con éllos aquellas
rosas tan hermosas. Y empecé a caminar, pero en­
seguida noté que aquellas rosas escondían espinas
agudísimas, tanto que mis pies empezaron a san­
grar; por lo cual a los pocos pasos me vi obligado
a detenerme y volver atrás. Entonces dije a mi guía:
— Aqui hacen falta zapatos.
— Es cierto, me contestó, y buenos zapatos. '
M e calcé de nuevo y con un cierto número de
compañeros, que habían aparecido en aquel mo­
mento con deseo de seguirme, volví a entrar en- cl
emparrado. Este era de una belleza incomparable,
pero a medida que adelantábamos se hacía más bajo

y estrecho; muchas ramas caian de lo alto y volvían
a elevarse en forma de guirnaldas, otras colgaban
hasta el suelo y de los troncos de los rosales otras
ramas se desparramaban horizontalmente en todas
direcciones, llegando a formar setos que obstruían
el camino, mientras que otras ramas lo atravesaban
a poca altura del suelo. Pero todo estaba cubierto
de rosas. Yo no veía más que ro.sas a los lados, rosas
encima, rosas delante de mi^ Vivo aún el dolor que
me habían producido las punzadas en los pies y
que me obligaba a caminar cojeando, tocaba las
rosas esparcidas acá y allá y noté que ocultaban
espinas todavía más agudas. Sin embargo seguía
adelante; mis piernas tropezaban con los ramos
extendidos por tierra y recibían fuertes arañazos;
quería apartar una rama atravesada que me im­
pedía el camino o bien, para evitarla, me apartaba
hacía un lado y entonces me pinchaba v sangraban
no sólo mis manoSr sino todo el cuerpo. Las rosas
que colgaban de lo alto también ocultaban gran
cantidad de espinas que se clavaban en mi cabeza.
Pero no obstante animado por la Virgen Santí­
sima, proseguía mi camino, aunque de cuando en
cuando sentía punzadas más agudas y penetrantes
que me dejaban casi sin sentido.
Entre tanto todos aquellos, y eran muchísimos,
que me veían adelantar por aquel emparrado decían:
« Oh, Don Bosco, camina siempre sobre rosas; sigue
adelante tranquilo; todo le va viento en popa*.
Pero no veían las espinas que desgarraban mis po­
bres miembros. Muchos clérigos, sacerdotes y lai­
cos invitados por mi se habían puesto a seguirme,
contentos, atraídos por la hermosura de aquellas
flores; pero cuando se dieron cuenta de que había
que caminar sobre punzantes espinas que apun­
taban por doquier empezaron a gritar diciendo:
o Hemos sido engañados *. Yo contesté: — Los que
quieran caminar deliciosamente sobre rosas que
se vuelvan atrás: los demás que me sigan. N o pocos
volvieron atrás. Después de un buen trecho de
camino me volví para dar una mirada a mis com­
pañeros; pero cual no fué mi dolor cuando vi que
una parte había ya desaparecido y otra me había
ya vuelto las espaldas y se alejaba. Volví enseguida
sobre mis pasos para animariós a seguirme; pero
inútilmente, porque nisiquicra me oían. Entonces

277

empecé a llorar amargamente y a quejarme diciendo:
— ¿Será posible que tenga que recorrer sólo este
camino tan fatigoso?
Pero enseguida fui consolado. V i adelantarse
hacia mi un tropel de sacerdotes, clérigos y coadju­
tores que me dijeron: — Aqui estamos; somos to­
dos suyos y estamos dispuestos a seguirle — Al
frente de ellos volví a emprender el camino. Solo
algunos se desanimaron y se detuvieron; pero una
gran parte llegó conmigo a la meta. Recorrido en
toda su longitud el emparrado me encontré en otro
amenísimo jardín, donde me rodearon los que me
habían seguido, enflaquecidos, con el cabello des­
ordenado y sangrando. Entonces se levantó una
fresca brisa que dejó a todos curados y en aquel
momento, como por encanto, me vi rodeado de un
número incontable de niños y de clérigos, de coadju­
tores laicos y de sacerdotes, que se pusieron a tra­
bajar conmigo al frente de aquellos niños. A mu­
chos los conocía, pero a muchos otros no. Entre
tanto habiendo yo llegado a un lugar elevado dei
jardín, me encontré enfrente de un edificio monu­
mental de una belleza arquitectónica extraordi­
naria y entrando en él me encontré en una sala
espaciosísima, de riqueza tan deslumbradora que
ningún palacio de este mundo puede comparársele.
Estaba por completo cubierta y adornada de fres­
quísimas rosas sin espinas que despedían un suaví­
simo aroma. Entonces la Virgen Santísima que me
había servido de guía me preguntó: — ¿Sabes lo
que significa lo que ves ahora y lo que has visto
antes? — No, contesté, os ruego me lo expliquéis.
Y entonces élla me dijo: — Pues sabe y entiende
que el camino que tu has recorrido entre las rosas
V las espinas significa los cuidados de que has de
rodear a la juventud: este camino has de recorrerlo
con e! calzado de la mortificación; las espinas del
suelo representan los afectos sensibles, las simpatías
o antipatías humanas que distraen al educador de
su verdadero fin, lo hieren, lo detienen en su mi­
sión, le impiden adelantar y recoger coronas para
la vida eterna. Las rosas son el símbolo de la ca­
ridad ardiente que debe ser distintivo tuyo y de
todos tus auxiliares. Las otras espinas significan
los obstáculos, ios padecimientos, los disgustos
que os esperan; pero no os desaniméis. Con la ca­
ridad y con la mortificación todo lo venceréis y
llegaréis a las rosas sin esphias. Apenas la Virgen
Santísima acabó de hablar me desperté y me en­
contré en mi cuarto ».
Este sueño dió a conocer a -Don Bosco el camino
que tenía que seguir. Aunque sobrevinieran pe­
ligros y oscuridades tenía la seguridad de que con
I3 protección de María cumpliría la misión que el
Señor le confiaba; por eso su celo por la gloria de
María era sin límites, pues la contemplaba siempre
como reina y soberana de los cielos, que con todo
el radiante esplendor de su Majestad, con maternal
ilicitud extendía sobre el mundo su mirada y cobijaba bajo su manto la redondez de la tierra.

Triunfos
de M aría Auxiliadora,
Es verdaderamente consolador ver como do­
quiera penetra la devoción a María Auxiliadora
esta Dueña Madre se gana los corazónes de todos
concediendo abundantes gracias, provocando en
todos los pueblos verdaderas demostraciones de
piedad filial y haciendo ver cuan grato le es ser
invocada con este venturoso título de Auxilio de
los Cristianos.

En Alicante (España).
Y a desde hace tiempo se ha distinguido esta
hermosa perla del Mediterráneo per su devoción a
María Auxiliadora que con justicia puede titularse la
Reina de Alicante. El mes de María Auxiliadora
y su fiesta toman cada año proporciones mayores
y se puede decir que ni un sólo Alicantino deja
de ofrecer su homenaje a la Virgen de Don Bosco.
En el presente año desde el primer día del mes se
repartieron a los 450 niños que frecuentan las
Escuelas Salesianas, estampitas de María Auxi­
liadora con el siguiente programa de cultos:
1.
Artísticos Altares a María Auxiliadora en
las clases.
z. Solemne mes por la mañana con Exposición,
canto de Avemarias corales, coplas, fervorosas C o ­
muniones pidiendo por los padres, parientes, su periores y demás personas.
3. Copla en el patio delante del cuadro de la
Virgen.
4. < Bendita sea tu pureza* ante el altar de la
clase con las luces encendidas.
5. Frecuentes visitas a la Iglesia.
6. Rezo de las oraciones de la tarde ante el
altar de la clase.
7. Todos los sábados velada a la Virgen en
las clases.
8. Recitación de sentidas poesías en la iglesia
los Domingos.
9. Pedir a la Virgen que reine en Alicante.
Los niños se esmeraron en cumplir este pro­
grama de cultos en honor de su tierna y celestial
Madre.
A los jóvenes de los centros « Domingo Savio *
y « Don Bosco* también se les entregó y a los au­
sentes, especialmente a los que se hallan en Africa
defendiendo la Patria, se les mandó una estampita
de María Auxiliadora con el sígnente programa
de cultos:
1 . Adorno con flores, guirnaldas, luces etc.
etc. de las Imágenes de María Auxiliadora entro­
nizadas en ambos centros
2. Asistencia al mes de las flores a las seis y
mzdia de la tarde en la Iglesia.
5. Todos los Domingos velada familiar a María
Auxiliadora en los mismos centros.
4. La Comunión mensual de los Antiguos
Alumnos el día 25 de Abril y la del « Centro Do­
mingo Savio * el día 9 de Mayo.

2 ?8

5. Pedir para que María Auxiliadora reine en
•Alicante.
Unos y otros procuraron cumplir con sumo in­
terés dicho profframa registrándose escenas ver­
daderamente tiernas y edificantes que no podemos
describir por falta de espacio.
Durante la Novena el fervor aumenta de un
modo extraordinario. Durante toda ella, ofrecen
una nota altamente simpática los Antiguos Alumnos
con su misa de siete, en la cual, además de nu­
merosísimos fieles, asisten todos los días, sacrifi­
cando el sueño, más de un centenar de jóvenes de
los Centros «Domingo Sa vio » y «D on Bosco*,
más de un centenar de jóvenes que ofrecen todo
su cariño a la Madre del Amor Hermoso; más de
un centenar de jóvenes que reciben en sus pechos
a Jesús que es luz, verdad y vida, que es fortaleza,
consuelo y alegría.
Ellos mismos ayudan la Santa Misa, salen de
ceroferarios, ostentan la medalla de la Archicofradía, contestan a las oraciones y al Ejercicio de
la Novena que dirige el mismo Presidente con voz
clara y devota y al llegar al solemne momento de
la Comunión, al terminar el precioso y sentido fervorln del M uy ilustre Licenciado D. Vicente Ale­
mán, Canónigo de la 1. 1. C . de Alicante, quien
durante todo el novenario y en dicha misa de siete
dirige la palabra a los queridísimos Antiguos Alum­
nos, mientras se encienden todas las lámparas y el
altar y la Reina de ese altar, quedan sumergidos en
un mar de luz, y algunos artistas. Antiguos Alumnos
también, hacen vibrar dulcemente las cuerdas de
sus violines, se acercan unidos como hermanos a
la Mesa Eucarística y después de dar gracias se
van al taller, a la oficina, a la fábrica, fortalecidos,
rejuvenecidos, trasformados... i Dichosa juventud
que sabe crecer robusta y fuerte ¡unto a las aguas
vivas del sagrario y bajo la sombra del manto de
María Auxiliadora!
Y llega el día de la gran fiesta, que se celebró el
Domingo día 27 de mayo.
Numerosí.simas sobre toda ponderación fueron
las Comuniones en las seis misas que se dijeron y
de un modo especial en la de ocho celebrada por
el M uy Rvdo. D. losé M . Manfrcdini, Director
dcl Cnmpcilo, distribuyendo la Sagrada Comunión
tres sacerdotes a la vez sin contar las muchísimas
que se habían dado antes de la misa. iQué contenta
estaría María Auxiliadora! Prueba de que estaba
satisfechísima fueron ios muchos milagros y gracias
que alcanzó y el habernos deparado para la Pro­
cesión un día tan bueno y apacible como no se
había visto ningún año.
Al mediodía la banda infantil dió un pasacalle
por el recorrido de la Procesión. Por la tarde fueron
llegando las comisiones de los pueblos de San V i­
cente, Monóvar, Elche, Villajoyosa, San Juan, etc.
etc. Imponente y emocionante fue la entrada de
los «Exploradores* y «Gimnastas» en el patio
al son de la marcha real.
A las cinco y media con la Cruz y los Ciriales
comenzó a desfilar la Procesión precediendo la
guardia civil montada.
Venían luego los tS tambores y cornetas dcl C o ­
legio con la Bandera Española y el grupo gimnás­

tico «Auxilium » compuesto de 120 niños de las
Escuelas. Seguían los numerosos niños del Oratorio
Festivo, los dcl Colegio y los demás niños de cuatro
en fondo y llevando vistosos ramilletes de flores;
venía luego el estandarte de San Luis y 150 niños
de la Primera Comunión con sus trajccitos blancos.
Seguían un centenar de niños del Colegio de San
Blas y la banda de música de San Juan, las Hijas
de María Auxiliadora con un grupo numerosísimo
de niñas recogidas, devotas y modestas en el vestir.
Con éllas iba también un grupo considerable de
niñas vestidas de blanco y angelitos llevando fra­
gantes azucenas, cerrando la marcha el estandarte
de María Auxiliadora llevado por ellas mismas.
Venían detrás las inumerables devotas y la im­
ponente, la inmensa Archicofradía de María Auxi­
liadora, en total más de cuatro mil señoras, muchas
de ellas con sus medallas y cintas rosa y azul sobre
el pecho y en perfecta formación sin cortar las filas
ni en lo más mínimo y en medio de las interminables
filas las dos bandas de Muchamiel y de la Cruz Roja;
seguía el estandarte de María Auxiliadora llevado
por el Capitán de Marina Federico Curt y por el
Sr. Pillet, y luego las Señoras de la junta a las
cuales les tributamos un caluroso aplauso por lo
mucho que trabajan en unión de las infatigables
Celadoras para propagar la devoción a María Au­
xiliadora. ¡Qué premio más grande les prepara la
Virgen en el Cielo!
Detrás de la Junta seguía la Banda infantil Salesiana del Colegio; a continuación los jóvenes del
Centro « Domingo Sa v io », numerosísimos y bien
formados; los miembros de la junta presidiendo
el Rvdo. D. Vicente Galvañ, Antiguo Alumno
Salesiano y la bandera blanca y azul, en cuyo centro
campea la simpática figura de Domingo Savio.
Desfilaban luego los Exploradores con sus cornetas
y tambores, numerosísimos y en perfecta formación,
llamando poderosamente la atención de todo el
público; detrás venían los Estudiantes Católicos
con una nutrida representación presididos por el
señor Amorós, por el M uy Ilustre Señor Consiliario
y demás miembros de la Junta; luego los Antiguos
Alumnos Salcsianos muy numerosos con su vis­
tosa bandera, con su banda de música y presididos
por el muy Rvdo. don Isidro Albert, Antiguo
Alumno Salesiano y por los demás miembros de
la Junta a los cuales también les tributamos
un caluroso aplauso por las muchas y acertadas
iniciativas que han tenido para honrar a su Reina
y Madre María Auxiliadora. Seguían los demas
caballeros, Cooperadores, padres de los niños de
las Escuelas, Obreros de varias fábricas destacán­
dose los de las fábricas de sacos. Harinas y Electri­
cidad. Venían luego las comisiones de los pueblos
y el estandarte de San José llevado por el señor
Mascaró Ingeniero y Antiguo Alumno Salesiano.
A continuación, la -Cruz, Ciriales y Clero In­
fantil, Religiosos, Sacerdotes, numerosos angelitos,
niños y niñas vestidos de blanco; varias personas
descalzas cumpliendo votos y promesas y por fin
la hermosa, la encantadora, la celestial Imagen de
María Auxiliadora llevada en triunfo por los obre­
ros, a cuyo paso Alicante entero se descubria, arrodi­
llaba y oraba.

279
Después de la Imagen venía el Ilustrísimo Sr.
Abad, fundador de estas Escuelas e infatigable
propagador de la devoción a la Virgen, revestido,
oficiando de Diácono y Subdiácono dos Antiguos
Alumnos Salesianos. Seguía el Dignísimo y Exemo.
Ayuntamiento de Alicante en corporación, con sus
maceros y con la brillante Banda Municipal. De
los ocho tenientes-alcaldes que tiene Alicante asis­
tían seis y los otros dos sintieron en el alma no
poder tomar parte por tener que ausentarse de la
ciudad. Además habia un nutrido número de con­
cejales. Por fm cerraba la marcha un piquete de
soldados con cornetas y tambores tan generosa­
mente cedido por el Exemo. Sr. Gobernador militar.
¿Y después? Después iban todos los Alicantinos
y su provincia, que es imposible que esa Empe­
ratriz de los cielos recorra las calles de Alicante
sin cautivar, sin conquistar y arrastrar en pos de
si todos los corazones.

Panamá (Ceníro América).
Con grande solemnidad demostraron los nobles
corazones Panameños el grande amor que profesan
a la Virgen de Don Bosco. Para dar mayor como­
didad a los numerosos devotos se había trasladado
la Imagen de María Auxiliadora desde la Iglesia de
Santo Domingo— en donde recibe cuItoS diarios y
particulares el 24 de cada mes— a la Santa Iglesia
Metropolitana. Dicho acto resultó muy devoto
por el número y la religiosidad de los acompañantes
y por las sagradas melodías de la Banda del Hospicio.
Durante el novenario un buen número de de­
votos de la Virgen de Don Bosco acudieron a las
funciones de las 7,45 p. m. en la iglesia Metropo­
litana en donde el Rvdo. Padre Garaballo del C.
de M . y el P. Director del Hospicio celebraron las
glorias de tan grande Señora, mientras los niños
del Hospicio cantaban himnos en su honor.
El domingo, según el programa, hubo un solem­
nísimo Pontifical en que ofició el limo, y Rmo.
Monseñor BlesSing, Obispo de Limón, y asistió
su Excelencia Reverendísima Monseñor G . Rojas
y Arrieta nuestro amadísimo Arzobispo, a quien
Monseñor Blessing impuso, con toda la solemnidad
del Rito Romano, el sagrado palio.
A la función asistieron además de los Coopera­
dores y Cooperadoras Salesianos, los Superiores
de las diversas casas religiosas de la capital, un
selecto público, numerosos devotos y todos los
niños del Hospicio que, uniformados, rodeaban
el Altar Mayor, dando a la solemnidad de las sa­
gradas ceremonias una nota de frescura juvenil
del todo salesiana.
Después del canto del Santo Evangelio subió
al pulpito el Rev. P. Leonardo Azcona superior
de los Agustinos, quien elevó un himno de gloria
y de agradecimiento a la Virgen Auxiliadora, que
inspiró a Don Bosco la fundación de la Sociedad
Salesiana, que tanto bien hace por todo el mundo.
Acabada la ceremonia, siempre escoltados por
ía banda, entre un gentío reverente, los dos pre­
lados volvieron al palacio, seguidos por un nume­
roso cortejo de caballeros católicos.

Por la tarde, parecía que el tiempo no quisiese
permitir la solemne Procesión, pero la Virgt'ii, que
por lo visto quiere este su pasco triunfal por las
calles de Panamá, dispuso de otro modo, porque
hasta que la sagrada imagen no regresó al tem­
plo de Santo Domingo, no dañó la lluvia en lo
más mínimo.
Como era de imaginarse, la procesión se resolvió
en una porfía de amor y de reconocimiento a María
Auxiliadora, sea por el extraordinario concurso
al cortejo, sea por la devoción y entusiasmo de las
personas que acudieron para asistir al desfile.
Abría el cortejo el Oratorio Festivo seguido por
el Hospicio con su Banda, y en seguida en bien
ordenadas filas todas las Asociaciones y colegios
católicos que acudieron deseosos de honrar a la
gran Madre de Dios.
Notado con simpatía vimos el grupo numeroso
de las niñas del Oratorio Festivo « M a ría A u xilia­
dora » que abrieron las Hermanas omónimas el
Domingo 25 de mayo en los locales del antiguo
Hospital de Santo Tomás.
Simpática también la lluvia de flores desde las
ventanas y balcones de las casas al pasar la Imagen
de María Auxiliadora. Cerraba el desfile, la Banda
Republicana, obsequiada por la Señora del Presi­
dente de la Nación.
Al llegar la procesión a la Iglesia de Sto. Domingo,
después del canto de la salve y de la Bendición
con S . D. M ., el Director del Hospicio en nombre
suyo y de todos los Salesianos dió las gracias a
la enorme concurrencia— y particularmente a las
Auxiliadoras que asistieron a toda la fiesta en grupo
numerosísimo y casi al completo— por el homenaje
grandioso tributado a la Virgen de Don Bosco,
deseando a todos los más apetecidos favores celes­
tiales en digno galardón.

F ortín M ercedes {Argentina) . — A petición de
la Señora Ana L . de Savi, domiciliada en M ar del
Plata, hago público su testimonio de gratitud pro­
funda hacia María Auxiliadora por una señala­
dísima gracia recibida, que reviste por sus circuns­
tancias los caracteres de un verdadero milagro.
Después de un año y más de una terrible enfer­
medad que la llevó al borde del sepulcro y la obligó
a someterse a dos delicadísimas y dolorosas opera­
ciones, a pesar del dictamen desfavorable de los
facultativos que daban el caso por perdido y contra
la opinión de los que atendían a la enferma, por
una gracia singular de María Auxiliadora invocada
con viva fé por la paciente y por varias personas
que se interesaban por ella, la enferma poco a poco
fué recobrando la salud y hoy se halla casi del todo
restabiecidq e invita a las almas devotas de María
Auxiliadora a unirse a ella para dar gracias a la
Virgen de Don Bosco por tan señalado favor.

28o
De mi parte debo hacer constar que la Señora
Ana L . de Savi ha sido una de las Bienhechoras
más constantes y generosas de! Santuario de Fortín
Mercedes y una de las propulsoras más activas de
la devoción a María Auxiliadora en M ar del Plata.
24 M ayo de 1926.
Luis G a l l i , Pbro.

G avÁ (Barcelona-España). — Teniendo a mi
esposa y a dos de mis hijitas enfermas y encontrán­
dome por tanto en critica y difícil situación, acudí
a mi amantísima Madre María Auxiliadora y, a
pesar de presentarse la enfermedad de mi esposa
con síntomas alarmantes, no perdí la esperanza
que tenía puesta en mi celestial protectora. Y lOh
bondad de la Virgen de Don Bosco! a la mañana
siguiente vi premiada mi confianza, pues toda la
gravedad del mal había desaparecido recobrando
prontamente la salud mi esposa y mis dos hijitas.
Por eso doy gustoso mis más rendidas gracias
a María Santísima Auxilio de los Cristianos, en­
trego una limosna para sus obras y deseo se pu­
blique esta gracia en el Boletín Salesiano.
23 mayo 1926.
J. A . A.

operación quirúrgica. Uno de los doctores aseguró
que otros tratamientos terapéuticos no darían nin­
gún buen resultado y podían dar lugar a que el
tumor siguiera desarrollándose. Inmediatamente
empezamos una novena a María Auxiliadora ofre­
ciéndole una limosna para las Misiones de la Amé­
rica del Sud, y sin ningún tratamiento ni aplicación
terapéutica, pudimos desde el tercer día notar la
disminución del tumor hasta que de cinco centí­
metros por dos y medio que tenía se había reducido
al tamaño de un garbanzo el noveno día, y al tercer
día de una segunda Novena le había desaparecido
totalmente.
Hemos esperado tres meses a publicar este favor
y no le ha vuelto a aparecer la menor señal del
tumor; al publicarlo repetimos las gracia a María
Auxiliadora y hacemos votos para la propagación
de la fé en su Divina Protección y para que se
aumenten las limosnas para las Misiones.
4 junio 1926.
R . A lbiñ an a .

S errateix (Barcelona-España). — Habiendo sido
destinado a Africa con todo su Batallón un hermano
nuestro, temíamos todos grandemente por su suerte
Con fé acudimos a la que es Auxilio de los Cris­
M ontevideo (Uruguay). — Hallándose enferma
de gravedad mi señora Madre, encomendé su . tianos con una Novena y prometiendo publicar
mejoría a María Auxiliadora prometiéndole una
la gracia si nos devolvía a nuestro hermano sano y
salvo. La gracia no se hizo esperar; nuestro hermano
misa y la publicación de la gracia.
Al hallarse mi madre completamente restable­
permaneció en Africa muy poco tiempo regre­
sando a la Península antes que sus compañeros
cida de un modo milagroso, cumplo mi promesa y
reconocida exhorto a los cristianos a acudir en sus
y habiéndolo pasado mucho mejor que éllos.
Otro favor hemos de agradecer a María Auxi­
-cuitas a tan bondadosa Madre.
liadora; Un hermano nuestro se vió atacado de
M ayo 1926.
M arie E lena L arronde de L affitte .
un fuerte dolor de cabeza que hacía temer una
meningitis; acudimos en seguida a María Auxilia­
S an S alvador (America C entral). — El año
dora con una Novena y prometiendo publicar la
próximo pasado, me hallaba gravemente enferma
gracia y otra vez nuestra buena Madre escuchó
del pecho, con terrible neumonia, arrojando sangre
nuestras súplicas; pues al cabo de una hora la desa­
y próxima a la muerte. M i hija única me asistía
pareció el dolor. Agradecidos cumplimos lo pro­
y se encontraba acongojada por mi gravedad y
metido.
nuestra suma pobreza. Llegó a vernos una persona
27 junio 1926.
Unos devotos.
devota de María Auxiliadora y aconsejó a mi hija
■ colocarme en el cuello una mcdallita de la Virgen
de Don Bosco, y a mi me dijo que pidiera con todo
D a n ta m b ié n g ra c ia s a M a r ía A u x ilia d o ra :
mi corazón a la Madre de Dios que me devolviera
la salud. M i hija me colocó la mcdallita bendita,
Alm odovar del P inar (España). — Marcelina
y yo pedí a la Virgne y le ofrecí que publicaría el
Monedero y otra devota de María Auxiliadora dan
portento de su misericordia en el Boletín Salesiano.
gracias a su celestial Madre por favores que les dis­
Cumplo mi promesa, porque desde esa noche,
pensó y envían una limosna para la Obra Salcsiana.
comencé a mejorar y a los pocos días estaba ente­
Bakersfieid (California). — M . Juliana agrade­
ramente bien.
cida a María Auxiliadora envía una limosna.
Un chiquito, nieto mío, fué curado también,
Castillo de M arañez (España). — Petra Cañas,
pocos días después, de infección intestinal. María
e Hipólita Castellanos agradecen efusivamente a
Auxiliadora le devolvió la salud colocándole la
la V'irgen de Don Bosco por especiales beneficios
misma mcdallita que a mí me había favorecido.
que les otorgó y mandan una generosa ofrenda para
Desde el fondo de mi alma doy gracias a Dios y
el sostén de las Obras del Vble. Don Bosco.
« María Auxiliadora, por tan gran beneficio.
Cobán (Guatemala). — Leonor de Ponce dá
A bril 1926.
gracias a María .Auxiliadora por haberle conseguido
E stebana Vda de V elazquez.
su salud y la de su hijo, y envía una limosna para
su culto en el Santuario de Turín.; María C. d®
S anta T ecla (E l Salvado r). — Nuestro hijo
Paz, manda una ofrenda en agradecimiento po*"
Mauricio de un mes y medio de edad tenía un tumor
obtenida salud de su hijita Olga Elisa; Lucinda
del cual habían dicho tres médicos separadamente,
Ventura, agradece a María Auxiliadora por un
que aunque no parecía de carácter maligno no
beneficio que le dispensó y manda una limosna.
creían que pudiera eliminarse mas que con una

zZi

''■ S:

f-.":

Mona. Hlond, nuevo Primado de Polonia, a su paso por el Oraiorio de Tarín.
Ensenada (Argentina). — I. M . invocó a María
Auxiliadora, prometiéndole hacer una Novena de
Comuniones y publicar la gracia en el Boletín
Salesiano. Habiendo obtenido cuanto deseaba en
forma inesperada y cuando ya parecía perdido
todo, cumplo reconocida mi promesa para estímulo
de sus devotos.
E l Salvador (América Central). — losé Isidro
Rosales por la curación de una hijita. Rosa L . de
Sol por una gracia extraordinaria; Agustín García
y Ladislao Castillo-Concepción de Cruz, por varios
favores; María Teresa Valdivieso, por tres señaladisirríos favores y envía una limosna para las
Misiones: Lina de Arévalo López, por la curación
de una larga y rebelde enfermedad, haciendo ce­
lebrar una misa en acción de gracias.
Cuadalajara (México). — Laura G . vda. d e A l­
calde, manda una ofrenda para los huérfanitos del
Vbl. Don Bosco; Alberto Biegster y Elisa B. de
'X'itte, y envían una ofrenda para el sostenimiento
de la Obra Saiesiana.
Loids (Argentina). — J. G . B. y A . C . B. la
primera por la curación de una sobrina suya y la
segunda por haber curado de una peligrosa in­
fección.
^ lontevideo (Uruguay). — Clara Lccoubet por
muchos favores recibidos y envía una limosna.
Riverside (California).— Refugio A. de Aquirre,
por la curación de una enfermedad y otros favores.
^illarubio (España). — Marcelina García, por
Un importante favor y hace una ofrenda para los
huérfanitos de Don Bosco.
Zaragoza (Esp.). — N . Bonet envía una limosna.

Los Sres. Cooperadores Salesíanos, cumpliendo
ios requisitos de costumbre, pueden ganar, Indul­
gencia plenaria:
1. El día que se inscriben en la P ía Unión.
2. Una vez al mes, a elección de cada cual.
3. Una vez al mes, asistiendo a la conferencia.
4. Asimismo, una vez al mes, el día en que bagan
el Ejercicio de la Buena Muerte.
5. El día que por primera vez se consagren al
Sagrado Corazón de Jesús.
6. Siempre que hagan Ejercicios Espirituale.s
durante ocho días seguidos.

Además, ios siguientes días:
M es de Setiembre:
Natividad de Ntra. Sra.
Santo Nombre de María.
Los siete Dolores de María.
San Miguel Arcángel.
M es de Octubre:
7. Virgen del Rosario.
1 1 . Maternidad de María.
16. Pureza de María.
También pueden ganar otras muchas indulgencir.s
plenarias y parciales y gozar de varios p rivilegio:.
como puede verse en el Reglamento o * Cédula d':
admisión a la Pía Unión», a la cual nos remitimos.
8.
12 .
15 .
29.

POR

EL

MUNDO

S A L E 5 IA N O

Ln« obrnB que con vuestra ayuda he comenzado, ya no (ienen necesidad de mí, pero si de
vui’siro apoyo y el de lodos aquellos que, como vosotros, >!csean promover el bien sobre
lu tierra.
DON B O S C O a sus Cooperadores.

nuestro Vble. Fundador. Y como su espíritu vive
pujante y fecundo en sus sucesores, esta fiesta se
ha perpetuado celebrándose siempre el día de San
Juan, pues a todos se les considera como una con­
En el número de abril de este año dábamos tinuación de la persona misma del Padre, que tan
cuenta de que S. S. el Papa Pió X I había ele­ sabiamente los escoge desde el Cielo.
Parte esencial de esta fiesta es la velada que se
gido Obispo de la nueva Diácesis de Ka~
celebra el día 25 de junio vigilia de San Juan Bta.
iowic, en Polonia, al Salesiano Nlons. Augusto en la cual la Casa Madre y representaciones de las
Hlond, que fue consagrado el j de enero Casas próximas y de toda la Congregación van a
dcl presente año.
porfía para expresar al amado Padre los senti­
Con verdadera satisfacción comunicamos mientos de amor y gratitud por los desvelos que
ahora a nuestros lectores que, reconociendo por todos sus hijos se impone.
Da comienzo siempre esta velada con un himno
S. S. las altas dotes de mente y de corazón
que adornan al ilustre hijo de Don Bosco, cuyas estrofas se deben a la inspirada lira dcl Cantor
lo ha nombrado Arzobispo de Gnesen-Possen, de Don Bosco, el venerando anciano D. Juan Bta.
sede a la cual va unida la dignidad de P ri­ Francesia y cuyas melodías resuenan imponentes
bajo la batuta dcl también venerando Mtro. Domado de Polonia, a la cual se ve elevado gliani.
Mons. Hlond, trascurridos apenas seis meses
Este año tuvo toda la velada un carácter marcada­
de su consagración episcopal.
mente misionero, pues tal requería el cincuente­
El dia 14 de julio último llegó el nuevo a r - ' nario de las Misiones que se conmemora con tanto
zobispo a la Casa Madre de Turín, de paso esplendor.'
Los distintos representantes—tle los alumnos,
para Roma. En el patio del Oratorio le espe­
raban los niños formados y la Banda de M ú­ de los Cooperadores, de los Exalumnos, de las
sica, que rompió a su llegada en hermoso damas patrocinadoras— engarzaron los afectuosos
que dirigieron al sucesor de Don Bosco
pasodoble, después del cual un niño estu­ saludos
con pensamientos misioneros, que parte tan prin­
diante dirigió al amado prelado un afectuoso cipal ocupan en el corazón de nuestro amado
saludo, manifestando la satisfacción de todos, Superior.
al ver a un hijo de Don Bosco elevado a tan
Hicieron las delicias del público tres dialoguitos..,
gran dignidad.
de niños indígenas; tres escenas graciosísimas en
Visiblemente conmovido contestó Mon­ las cuales los actores vestidos como los indígenas
señor Hlond, atribuyendo a la Congregación de nuestras misiones de America, Africa y Asia,
Salcsiana todo el honor que su nombra­ en prosa y en verso, con declamaciones y con cantos,
miento suponía, pues es ésta la mejor prueba manifestaron al sucesor de Don Bosco toda la
de los lejanos neófitos.
de que el Santo Padre aprecia la labor de los gratitud
Especialmente agradable resultó para Don Rihijos de Don Bosco.
naldi una carta del Prefecto Apostólico del Assam
La sencillez afabilidad y entusiasmo por Mons. Mathias, en la cual le ofrecía como obsequio
la Congregación que manifestó el nuevo Pri­ más de 1000 bautismos recientemente adminis­
mado de Polonia, cautivaron los corazones trados a los índigenas.
Nota simpática de la fiesta fué también la ines­
de todos, que le dedicaron una calurosa
perada parte que en ella tomó S . E. Rvdma. Mons.
ovación.
Inocencio Dávila, Obispo auxiliar de Córdoba
(Argentina); que en una magnífica improvisación,
en lengua castellana, se unió a las eminentes perso­
T U R ÍN (UoUa). - La ¡radicional fíesía del
nalidades que rodeaban al P. Rinaldi, entonando
R e d o r M ayor.
un himno de admiración y afecto a la Obra Salesiana.
La fiesta fué completada al día siguiente día Z4 »
Todos ios alumnos y exalumnos de Don Bosco
que revistió los caracteres de una gran festividad;
sintieron desde un principio la necesidad de exte­
conmovedor espectáculo el que ofrecían los niños
riorizar su gratitud hacia el Padre a quien tantos
y Salcsianos que iban a porfía para expresar al
favores debian. Por eso surgió espontanea, solemne,
Padre sus sentimientos; escena inolvidable la de
cariñosa, la tiesta de San Juan Bta. onomástico de

El Obispo Salesiano Mons. Hlond,
Primado de Polonia.



285

ver sentados a la misma mesa con el P. Rinaldi
a todos los superiores del Capítulo, rodeados de
todos los salesianos presentes en la Casa Madre.
Tarnbién aquí se hizo oír la voz inspirada
de Don Franccsia a quien se tributó una cariñosa
ovación.
Después de cenar, reunida otra vez toda la Casa
en el teatro, después de oir nuevamente el himno
del Mtro. Dogliani, Don Esteban Trione leyó
algunas de las numerosísimas adhesiones que se
recibieron de todo el mundo salcsiano; el Presi­
dente de la Federación Internacional de los E x­
alumnos, Comendador Masera, dedicó un afectuoso

T U R ÍN . - Rodas de Oro d el P rim er Orato­
rio Festivo de las Hijas de M aría Auxiliadora.
En marzo de 1876 Don Bosco quiso iniciar en
Turín, junto al Santuario de María Auxiliadora y
al lado de su Oratorio ya floreciente y lleno de niños,
la misma obra del Oratorio en favor de la juventud
femenina y un grupito de religiosas a la voz del
Padre dejaron el pucbiccito de Mornese y bajo
la dirección de aquella heroina de la caridad que
fué la M adre Elisa Roncallo y de su V^icaria, C ata­
lina Daghero, que después fue por espacio de 45
años superiora general de las Hijas de María Auxi-

Turín. — El primer Oralorío de las Hijas de María Auxiliadora.
recuerdo al Cardenal Cagliero, cuya Romanza
L'OrfaneUo, fué luego ejecutada por uno de los
alumnos.
En seguida el Misionero Salcsiano P. Carlos
Crespi dió una admirable Conferencia en dos partes
sobre los Jív a r o s del Ecuador que interesó vivamente
al numeroso público. M ás de doscientas diaposi­
tivas, sacadas todas por el mismo conferenciante,
hicieron pasar delante de la atentísima concurrencia
la flora y la fauna de aquellos países tropicales, la
raza jíbara con sus usos y costumbres, caza, pesca
lenguaje, ritos fúnebres, brujerías y luchas fratri­
cidas. y finalnente la obra civilizadora de los Hijes
de Don Bosco.
El Rvdmo. P. Rinaldi mostróse sumamente
wmplacido de la interesante velada y exhortó a
ws alumnos y cooperadores presentes a interesarse
con la oración y con la cooperación, por el desa­
rrollo de las misiones Salcsianas, que tan consoWores frutos prometen.

liadora, pusieron manos a la Obra, en medio de
mil sacrificios y fatigas y ahora después de 50 años
aquella primera casita pobre y estrecha, se ha con­
vertido en una serie de grandiosos edificios, con
una hermosa y espaciosa capilla donde un consi­
derable número de religiosas atienden a variadí­
simas obras de caridad y celo, cuya sola enumeración
es el mejor elogio que se puede hacer de la labor
de cincuenta años. Comprende, pues, dicha Obra:
1. El Oratorio Festivo y diario, frecuentado
por unas 700 niñas y jóvenes en el cual florecen
las siguientes obras: Catecismos; Asociación del
Sagrado Corazón; Asociación de las Hijas de María;
Asociación de Exalumncs con Sociedad de mutuo
socorro; El Círculo María Mazzarello con la Con­
ferencia : Don Bosco» etr favor de los pobres; Bi­
blioteca circulante; Representacioies dramáticas
y cinematográficas; Grupo girñnástíco « Filiae
Sion> y la Escuela Cecíliana de Canto litúrgico.
2. Escuelas Nocturnas de « L a M ujer en el

284

¡lo g a r »: Asisten unas 800 alumnas de 7 y media
a 9 media de la noche y comprende las sedeiones
de: Costura, bordado, sastrería, corte, planchado,
dibujo, gramática y lenguas.
Asilo Infanlil • Princesa Clotilde con 230
inscritos de ambos sexos, desde las nueve de la
mañana, hasta las cuatro de la tarde, con horario
prolungado desde las siete de la mañana hasta las
seis de la tarde, para los hijos de los obreros.
4. Escuelas elementales con medio pensionistas,
asistidas durante el estudio después de las ciases
y en los dias de vacación no festivos.
5. Obrador diurno: costura, bordado, sastrería.
6. Asistencia a las empleadas y obreras de la
Sociedad Editora Internacional.
7. Orfanato, para huérfanas de guerra y huér­
fanas de madre, que en la actualidad llegan a U 2
■ //)/ern<js.
8. Pensionado, para obreras y estudiantas, que
durante el dio van a las clases y talleres y luego
se rccojcn bajo el manto de María Auxiliadora.
Para conmemorar, pues la fausta fecha del cin­
cuentenario de la fundación de este primer Ora­
torio de las Hijas de María Auxiliadora, se organi­
zaron una serie de festejos que duraron desde el 26
de junio hasta el 5 de julio, entre los cuales merecen
especial mención los actos celebrados el domingo
27 de junio, a saber: Ii Misa de Comunión general
celebrada por el Rvdmo. P. Rinaldi, nuestro S u ­
perior General; el Congreso de las Exalumnas, en
el que se trataron interesantes temas religiososociales; las Vísperas Solemnes con sermón por
S . E. MonsJ Gamba ArrobiSpo de Turín y una
gran velada gimnástica al aire libre, precedida de
un magistral discurso conmemorativo que pro­
nunció el Rvdo. D. Fidel Giraudi, Economo G e­
neral de la Pía Sociedad Salesiana.
S E V I L L A (España). - Uno lápida a Domingo
Savio.
En las Escuelas Salesianas de Sevilla, que ya
poseen un hermoso Monumento al San Luis Salesiano, se inauguró en marzo último, a la presencia
del Rvdo. P. Rinaldi una lápida conmemorativa
dedicada a Domingo Savio, con la cual los Socios
del Círculo que lleva su nombre y que esta formado
por jóvenes recien salidos de las Escuelas, han
querido confirmar su propósito de ser fieles imi­
tadores de Domingo Savio, convirtiéndose en ver­
daderos apóstoles en medio de sus compañeros
y prestándose con gusto a cuanto dispongan los
superiores. En la lápida se lee el lema: Antes morir
que pecar.
R E P . A R G E N T I N A . - Informes ofícia/es.
Bien conocido es por todos el consolador auge
que la Obra Salesiana va tomando de día en día
en aquella grande República de la America del
Sur. Los méritos de los Hijos de Don Bosco no
dejan de ser reconocidos también oficialmente
hasta en los Centros secundarios. Habiendo sido
encargado el Sr. juez César Viale de redactar un
informe oficial, después de haber visitado la E s­
cuela Agrícola Don Bosco de Uribelarrea, el Colegio

Muerfanifos de la P iedad de B a b ia Blanca, el Co­
legio Sa n Francisco de Sales de Viedma {Rio Negro),
la Escuela Agrícola de Sa n Isidro de la misma loca­
lidad, de todos los cuales describe el funcionamiento
y enseñanzas qüe se imparten, termina diciendo:
De las visitas efectuadas se llega a la conclusión de
que las Escuelas Salesianas llenan cumplidamente las
finalidades de la ley 10.903; pues en éllas le educación
de los niños, su formación moral, el aprendizaje com­
pleto de oficios y artes industriales que se les propor­
ciona y que los prepara para ser hombres útiles a si
mismos y a la 'Sociedad, son un hecho positivo, firme
y fecundo. Merecen pues ser encomiadas, como justo
premio, como ejemplo y como enseñanza
P U E R T O D E S E A D O (San ta Cruz-Argentina)
- Inauguración d cl Colegio Salesiano " S . J o s é " .
Para conmemorar dignamente el cincuentenario
de las misiones y la fausta fecha de las Bodas de
Oro dcl apóstol de aquellos territorios, el venerando
P. Beauvoir, los salesianos de Puerto Deseado inau­
guraron un nuevo colegio, bajo el Patrocinio del
Patriarca San josé.
Asistió al solemne acto el ministro de Justicia
e Instrucción Pública, Doctor Don Antonio Sagarna al cual formaban corona todas las autoridades
locales y un numeroso y distinguido público.
Llegados al salón principal del Colegio, el Director
dcl mismo P. Félix Stevenne pronunció un sentido
discurso, ofreciendo al pueblo de Puerto Deseado
y a su zona tributaria el nuevo Colegio. Explicó
la oportunidad de los dos acontecimiento cuyo
recuerdo se quiere perpetuar con las nuevas Es­
cudas y después de aceptar la responsabilidad que
sobre él pesa terminó diciendo: ' Pero con la con­
fianza puesta en Dios y en los hombres de buena
voluntad, animoso con mis compañeros de trabajo.
me sumo al ejército de los que en la República
trabajan por una Patria cada día más bella, más
próspera y feliz i».
Habló enseguida el Ministro Sr. Sagarna can­
tando un himno a la obra evangelizadora y civiliza­
dora de los Salesianos en el Sur Argentino y cede
luego la palabra al Sr. Inspector de Enseñanza
Secundaria Dr. Guaglianone, que, en párrafos
llenos de elocuencia y emoción, hizo notar la im­
portancia de la Obra Salesiana en el Sur Argentino
y la gratitud que hacía éllos siente la Nación Diri­
giéndose al P. Director le hizo presente que la
nueva Escuela contribuirá al éxito de la política
educativa del Gobierno Nacional con la formación
de la mente y dcl corazón y el desarrollo dcl senti­
miento Nacional.
Terminados los discursos que fueron muy aplau­
didos sirvióse a los invitados un lunch, en el que
se prodigó el exquisito vino cosechado por les
salesianos en Rodeo del Medio y antes de abandonar
la Casa el Sr. Ministro escribió en el Album de
visitantes el siguiente autógrafo: "C o n patriótica
satisfacción he asistido al acto inaugural dcl Co’
logio Salesiano ' San josé^' de Deseado que im­
porta una avanzada más en la lucha civilizadora
por medio de la Escuela. .Antonio S ag.^rnaMarzo 12 de 1926*.

285
G U A Y A G U I L (Ecuador). - Organización de
los Cooperadores.
Tomamos de « P 1 Derecho »:
En la mañana del domingo último, en el salón
de sesiones del Centro Católico de Obreros, veri­
ficóse una importante reunión de sacerdotes, caba­
lleros y obreros, con el fin de dar posesión de sus
cargos a la nueva Junta Directiva, integrada por
el Sr. Director Diocesano, Reverendísimo Sr.
Canónigo Alejandro Mateus; Presidente, Sr. Fran­
cisco Chiriboga Bustamante; Vicepresidente, Sr.
Virgilio Ontaneda; Vocales, Sr. Dr. Manuel Elicio
Flor, Dr. Manuel Granizo D., Sr. Santiago Vclasco, Sr. Gonzalo Pesantes; Vocales suplentes:
Sres. Libino Saquero, Salvador Laprea, Antonio
Cevallos H. y José M . Vacas; Tesorero, Juan José
Narváez; Secretario, Dr. Luis A. Salgado.
Se tomó también la promesa a dos decuriones,
los señores Luis F. Valenzuela y Alarcón, encar­
gados de hacer propaganda para conseguir nuevos
afiliados a la citada Sociedad.
El Reverendísimo Sr. Mateus, en corta y expresiva
alocución, indicó la importancia y radio de acción
de la obra de los cooperadores, que son los após­
toles seglares que completan y extienden la bené­
fica labor salvadora de los obreros y de la niñez,
emprendida por los hijos de Don Bosco.
El Director salesiano de los cooperadores enu­
meró en concisos términos el programa y propó­
sitos que debían desarrollar.
Cerró la sesión el venerable y popular salesiano
R. P. Guido Roca, fundador del Instituto Salcsiano en el Ecuador y actual Superior de la casa
de La Tola; este benemérito salesiano ventajosa­
mente conocido en la Patria por su infatigable
actividad, talento organizador y apostólico celo,
indicó los medios prácticos y asequibles para le­
vantar a mayor altura los talleres de La Tola y
recibir mayor número de niños; para lo cual se
necesita ante todo, que los católicos pudientes y
dotados de sentimientos de amor a la Patria arri­
masen el hombro a la obra salvadora de las clases
desheredadas de la fortuna.

Sección de Antiguos Alumnos.
C O R D O B A (España). d el P . Rinaldi.

f e o s de ¡a

visita

Ya dijimos en la relación del viaje de nuestro
Superior General por España que una de las notas
*nás agradables del mismo fueron los agasajos de
que lo colmaron los .Antiguos Alumnos en los
cuales encontró verdadero entusiasmo y espíritu
salesiano.
En Córdoba después de los grandes festejos
que le tributaron la ciudad y el Colegio el día 25
de febrero por la noche la Asociación de Antiguos
Alumnos obsequió al Rvdmo. P. Rinaldi con otra
celada, a la que asistieron cerca de 500 antiguos
alumnos. Habló en primer lugar él P. Director
del Colegio D. Sebastián Pastor presentando al
F. Rinaldi los obsequios de los antiguos alumnos

de los cuales hace un merecido elogio por su nú­
mero, actividad y entusiasmo. Dijo luego breves
palabras el antiguo alumno periodista D. Buenaven­
tura Villa que fué muy aplaudido; D. A. Fernandez
Cantero leyó una hermosa poesía titulada * Córdoba
y el P. Rinaldi»; después habló el joven Sr. Gavilán
Huertas y se leyó una Carta del rrosidente de la
Federación Nacional de los Exahimnos D. .Angel
García de Vinucsa, en la que expresaba su senti­
miento por no poder asistir al acto.
Al final habló el P. Rinaldi, que comenzó di­
ciendo que jamás había visto una representación
de antiguos alumnos tan crecida como la que tenia
ante sus ojos; alaba la conducta do la Asociación da
Córdoba. Entona un canto maravilloso a la bandera
española y dice que la bandera de España debe ser
el ídolo de nuestros amores; que esa bandera es
la que brilló mil veces en los más recios combates
y llevó la civilización a muchos países; pero la civi­
lización por medio de la fé. Esa bandera, dice, debe
ser el espejo donde se miren las demás naciones
y que él ama con vehemencia la bandera española.
Es tal el entusiasmo de que se halla poseído que no
puede contenerse y grita: ¡Viva España! este viva
es contestado por todos los asistenes y estalla una
clamorosa ovación. •
Después aconseja a todos que tengan una devo­
ción grande a la Virgen, porque ésta ha sido siem­
pre la que ha guardado a España, escuchando
los fervientes ruegos de sus hijos. Amad mucho a
España, dice, pero amad mucho a María Auxilia­
dora, que ella os sacará triunfantes en todas vues­
tras empresas. Termina agradeciendo mucho las
atenciones de que le han hecho objeto.
AI finalizar su discurso, verdadera alocución
patriótica, estalló una formidable ovación que duró
largo rato, oyéndose muchos vivas a España y a
Italia, al P. Rinaldi y a la obra salesiana.
T U C U M Á N (Argtnlina). — Por lo que honra a
nuestros exalumnos de Tucumán y como ejemplo
digno de imitación, con gusto extractamos el si­
guiente párrafo de un auto episcopal, con el cual
el Obispo de Tucumán manifestaba su satisfacción
por el consolador éxito de la Procesión de Corpus
celebrada en aquella ciudad:
♦ S / tenemos para todos el más vivo reconocimiento,
en especial para las corporaciones y sociedades p ia ­
dosas de las diversas Iglesias, lo guardamos muy par­
ticular para los jóvenes exalumnos d e t Colegio del
Sagrado Corazón y de Don Bosco que en apretadas
filas hemos visto en este acto de fé cristiana. A ! entu­
siasmo y decidida propaganda de los segundos, se
debe en buena parte el más crecido concurso, así como
la clausura anticipada de numerosas casas de comercio,
lo cual ha permitido la asistencia de muchos que, de
otra suerte, no habrían podido hacerlo *.

Acostumbraos a servir a Dios con ferviente
y constante dulzura, pues esa es la mejor ma^

ñera de servirle.
S a n F r a n c is c o d e S a l e s .

a 86

Excmo. Sr. Dr. D. Antonio A,
Perez y Aguílar.
Arzobispo de San Salvador.
A la avanzada edad de 88 años entregó su alma
al Señor este venerable y virtuoso Prelado, dejando
a toda la Nación Salvadoreña sumida en triste luto,
llorando al Pastor infatigable que por tantos años
gobernó las almas y se ganó los corazones.
Perdemos en él los saicsianos un bienhechor
Insigne y un amigo sincero a quien tratábamos con
filial confianza y profunda veneración. Cooperador
activo y fervoroso de nuestra Obra hizo suyas nues­
tras penas y alegrías participando a nuestra vida
de familia con corazón verdaderamente salesiano.
i Dios le haya colmado de aquellas recompensas
y bendiciones que invocó Don Bosco sobre nuestros
bienhechores! Y mientras pedimos para su alma
la eterna bienaventuranza nos unimos a la Iglesia
al Estado y ai pueblo Salvadoreños en tan dolorosa
prueba y en el deber de inmortalizar el nombre
y las obras de tan preclaro apostól e ilustre ciuda­
dano.

Sra. Dña. Ana de Vignaud.
Una pérdida gravísima han sufrido los Saic­
sianos, lo mismo que toda la población de Vignaud
(Rep. Argentina), con la muerte de la distinguida
Sra. Ma. Ana P. de Vignaud, fallecida el 14 de
junio último a los 58 años de edad.
Se trata de una de esas almas extraordinarias
escogidas por Dios para llevara cabo grandes em­
presas para su mayor gloria y que responden gene­
rosamente a la vocación divina con una vida verdadcramcnte'santa y toda dedicada al bien espiritual
y material del prójimo. Para los Salesianos y las
Hijas de María .Auxiliadora era una verdadera
Madre que se preocupaba hasta de los más pequeños
detalles para que nada Ies faltara y para que pu­
dieran multiplicar el bien en favor de la juventud
de la Colonia.
Su muerte fue como su vida, ejemplar. Enfermó
el día 12 de mayo con un ataque cardíaco que se
repitió varias veces. Cuando ya parecía que iba
a restablecerse sobrevinieron varias complicaciones
que acabaron con su resistente fibra. Pero i cuantos
ejemplos de virtud, de paciencia y sobre todo de
piedad dió a todos durante su enfermedad! Pudo

recibir todos los días menos el último la santa co­
munión y eso que durante la ultima semana había
casi perdido el conocimiento y la noción del tiempo.
Pasaba la noche aletargada; venía el médico y no
podía sacarle una palabra, y sin embargo a las cinco
de la mañana, hora en que acostumbraba a recibir
a Jesús, se despertaba, pedía la Santa Comunión,
sin necesidad de ayuda se incorporaba, recibía a
Jesús con las manos juntas, rezaba todas las ora­
ciones de acción de gracias y luego recaía en su
letargo.
Sufría dolores atrocísimos; por las continuas
sangrías e inyecciones su cuerpo era una llaga; pero
de sus labios no salió una queja; sólo murmuraba
oraciones. Ella misma había señalado en un librito de San Alfonso las oraciones que deseaba
se le leyesen al entrar en agonía y que ella sonriendo
repetía palabra por palabra. También quiso que
se rezaran las Letanías de la Buena Muerte tal como
se encuentran en “ El Joven Instruido." Una maña­
na dijo que había consagrado al Sagrado Corazón
de Jesús todos los niños y niñas del pueblo y que
ofrecía sus dolores y su muerte por la perseverancia
de los aspirantes salesianos.
Los niños de todos los colegios y el pueblo de
Vignaud en masa han hecho rogativas publicas
pidiendo la salud de la Madre de los Pobres. Pero
estaba madura para el Cielo y el día 14 de junio,
al toque del Ave María, entregó su alma al Creador.
Los funerales fueron una verdadera apoteosis
y todos los labios no sabían más que alabar a la
que tan bien había sabido usar de las riquezas que
el Señor le había concedido enjugando tantas lá­
grimas y fundando tantas obras para remediar
las necesidades de sus semejantes.
Los Saicsianos que verdaderamente han perdido
una madre en la tierra, no cesarán de recomendar
su alma al Señor, aunque están convencidos de que
han adquirido en el Cielo una poderosa intercesora,
que continuará protegiendo eficazmente sus obras.

R e c o rd a d fa m b íé n en v u e s íro s s u fra g io s a¿
Cebú (Filipinas). — Don Juan Borromeo Rosa.
Filiet (Astorga-España). — Rvdo. D. Cayetano
Marcos, pároco.
M alitbog (Filipinas). — Sra. Vda. de F. Escaño.
M anila (Filipinas). — Dña. Filomena Concep­
ción.
Montalbo (España). — Juan B. Escobar, Encar­
nación Onduvilla, .Asunción Onduvilla, Eulalia
Ballesteros y Gabriel lllescas.
Torrejoncillo del R ey (España). — Carlota Muñoz,
Cecilio Herraiz, Facunda García y María Barzano.
Coa aprabmciám
I t mMtaeidmd ecfttiéalicm.
O. DO.VlE.NICO GAR.SERÍ.
EslttMeciaicBlo Ttp. de k Seoeded Editora IitimiiinoiT - T v k (*■

Corso Refimu A l a r g it r l l» , IT4.

(SOOx

e t

A

k o i t t r i c e

:

TORINO — Corso Regina Margherlta. 174 — (ITALIA)

Sac. Doct. ERNESTOS RUFFINI.

INTRODUCTIO IN S. SCRIPTURAM
Praelectiones habitae Athenaeis P on t. Sem . R om . et P ro p . Fidel.
fxRS

secunda:

I n tr o d a c tio ¡n n o v u m T e a ta m tn ta m U b tr p rim u a . — Volumen m-8* pp. xxii- 4So. —

Libellae 30. — Apud exteros: L . 36. — B d itio 19 2 5 .
FRANCISCOS VARVELLO
Sacerdos, PhilotophUe Professor la Seminarlo Saleeiano apnd Taorinensei.

INSTITUTIONES PHILOSOPHIAE
P A R S I. C o m p le cte n s In t r o d u c t o n e m ñd p b ü o s o p b ia m e t Lo g^cam . Libellae 10. — Apud
exteros: Libellae 12.
P A R S II . M e ta p b y s ic a .
_
Volum en
I. Complectens Metaphysicam generalem seu Ontologiam: L . 6. — Apud exteros: L . 7*20.
V o l u m e n II. Complectens Metaphysicam specialem seu Cosm ologiam , Pneumatologiam et Theodiceam:
L . 15. — Apud exteros: L . 18.
P A R S III. E tic a e t J a s n a to ra e .
V olum en
I. Complectens Ethicam ; L. 5. —> A pu d-exteros: L . 6.
V o l u m e n II. Complectens Ju s naturae: L . 15 . — Apud exteros: L . 18.
HORATIOS M AZZELLA
Aichleplacopu* Tarentlnua.

PRAELECTIONES SCHOLASTICO-DOGMATICAE
3 a ie i3 JV I0 1 « I

C U R S U I

A O C O IV IO D A T A B J

Edltío Quinta recognlta e t aucta.
I. T ra c ta ta s de v e ra R e lig io n e , de S c rip tu ra , de T ra d ltio n e e t de E ccie a ia C b riS tK
L. 15 . — Apud exieros: L. 18,
V olum en II. T ra c ta tu a de Deo Uno a c T rin o e t de Deo C re a n te . L. 15. — Apud e x iero s: L . 18 .
V o lum en I I I. T ra c ta tu a de V e rb o ¡o ca rn a íO t de O ra tie C b ria ti e t de V irtu tib u a In fu a ia . L. 1 5 .
Apud exteroN: L. 18
V o lum en IV . T ra c ta tu a de S a c ra m e n íia e t de .Vov/aj.m/a. L. 15. — Apud exteros: L. 18.

V olum en

ALOYSIOS PISC ETTA et ANDREA OENNARO
Sacerdotcf Pl«e SocletctI* S. Praacltcl SaIm IL

THEOLOQIAE MORALIS ELEMENTA
AD CODICEM JU R IS CANONICI E X A C T A
Jam edita sunt In lucem:
V olum en p r im ü m ; D e T b e o iO tia e M o ra iia Fonda/nefi/i's. — i . De actibus humanis. • 2. De conscíentia.
- 3. De legibus. - 4. De peccatis. — Vol. in-16, pp. cvii-4 04 : L. 15 . — Apud exteros: h . ifiV o lu m e n se c u n b ü m : D e o b lig a tio n ib a a e rg a D eooi e t a o a ipaoa. —■ i . D e virtutibus theologicis.
2. De virtute religionis. - 3 . De prudentía, fortitudine et temperantia. — V o l. in-16 pp. X-030P
L . 20. — Apud exteros: L . 24.
. . . .
V o lu m e n t e r t t u m : D e o b lig a tio n ib o a e rg a p ro x im a m . — 1 . De ju sü tia et ju re . - 2. De iniunis e®
restitutione. - 3. De contractibus. — V ol. in-i6, pp- xn -750 : L . 25. — Apud exteros: L.. 30.
V o lu m en q u a r t u m ; De o b lig a tio n ib a a p e c a lia rib a a e t de p o e a ia e c c ie a la a tic la .
Volum en m -16
pp. xii-420; L . 15 . — A pud exteros: L . 18.
Proxlme edenda:
V o lu m en

q u in t u m :

D e S a c ra m e a tia in

g e n e re

e t de q u in q u é p r im ia

S a c ra m e n íia la ap ecle. —

I. De Sacram entís in genere. - 2. De Baptismo. - 3. De Confirmatione. - 4. De Eucharistia. •
5. De Pcenitentia. - 6. De Extrem a ünctione.
V o lu m en se x t u m : D e O rd in e e t d e M a trim o n io .

Vo.,UMEN sb p t t m u m : D e a e xto e t n o n o p ra e c e p to d e c a io g i; de aaa m a t r im o n li e t d e r a ílo n e ae t»
v a n ú a in a a c ta m e n to ru m a d m .n is tra tio a e .

« o o i i í ^ r A
E > i> iT C R lo i^
I j v a ^ E R i v I o : i v A j u > o
TORINO - Corso Regina Margherlt^, 174 — (ITALIA)

ALIA OPERA APUD NOS.
DE CENSURIS L A T A 8 S 8N TE N TIAE quae in Códice Ju ris Canonici continentiir commentariolum digessit JüANNHS C a Vi g l i o l i . — Vül. iii-16 pp. 170 : L . 3,75. — Apud exteros: L. 4,50.
ELEM ENTA QR.AMMATICAE H8BRA1CAE cum chrestomanthia et glossario scripsit It a l u s Pizzi
Doctor PUilol. lingiiarum OrieiU. professor in R . LJmversitate 'lau rin . — V o l. in-i6 pp. xii
L . 8. — Apud exteros; L . 9,60.
PLORILEQIUM HIERONYMIANUM, a'JHO MD a Maximi Doctoris obitu recensuit adnotationibus auxit
A ngelus Ficarra, prefatus est F élix Rainorinus, curavit Pia Socieias a S . H ieronym o mincupau
evangeliis italice pervulgandis. — In tó pp. xn-236: L . 10. — A pud exteros: L . 12.
Continetts: Scripta paraenetica - Fpitaphia - Scripta histórica • Scripta theologica et polémica Scipta exegetica.
O RAM M ATICA HEBRAICA a punctis massorethicis libera qui accedit Chrestomanthia et Glossarium,
scripsit F e r k u t iu s V a l k n t b M. J. — V o l. in-i6 pp. x v i-:4 4 : L . 10. — A pud exteros: L . 12.
MANIJALE C H K IS riA N U M in quo continentur:
1) N ovum Je s u C h rls tl T e sta m e n tu m ju xta exem plar S'aticanum (Pagg. xxvi-670).
2) V ad em écu m clerlco ru ra continens: Officium parvum B . M ariae V .; Officium defunctorum;
Ordinem totius Missae ju xta typicas M issalis ac Breviarii editiones pluribus selectis precibus additis (Pagg. 2?5).
3) De Im itatlo n e C h rlstl libri quatuor (Pagg. 222).
...
o
Linteo niiglico coiitectmn, sectione foliorum rubra: Libeüae 15 . — A pu d exteios: Lib. 18.
^
NOVUM JESU CHRISTI TESTAM E NTU M ju xta vulgatae editionis textum a e m e u iis V I I I auctoritale cuín hidk«4«i«if¿etÍ9W J«ovRK»m
lo g ro s
wmmarñ»! et loci.--- parallehs munitum. Pagg xxvi-670. i-inteo anglico contectuni, seclioue foliorum rubra: Libellae 11,5 0 . — Apud
exteros: Libellae 13,80.
OFFICIUM MAJORIS HEBD0MADA8 ED OCTAVAE PASCHAR a Dominica in Palmis usque ad
S.ibhatum in Albi.s ju xta ordiiieni llreviadi, .Missahb et Poiiiiiicalis cum camu juxta editionem \ aticauani. — Vol. in-t6 pp. 630 (altum 17, lamín 11). Carta indica, cum liueis rubris in quadruro
ductis ad om ufs paginas.
Linteo anglico coulectum , sectione foliorum rubra: L . 22, 50. — Apud exteros: L . 25.
OFFICIUM PARVUM BEATAE MARIAE ViROINIS ET OFFICIUM DEFUNCTORUM addita commememorazione omnium tldelium defunctorum ju xta editionem typicam Breviarii Rom am . Pagg 124— Linteo anglico contectum , sectiouem foliorum rubra: Libellae 5,25. — Apud exteros: L ib . 6 .3 i^PSALM ORUM LIBER I ediiHt sigtiisqiie modernis auxit F b r r u t iu s V a l b n t e M. J . — V ol. in-i6
pp. vni-72: L . 3.50. — Adud exteros: L . 4,20.
Editio est elegantissim a novissimaque psalm orum, hebraica Hngua concinrata.

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I v E > ^ i:iV

Redacción y Administración; Via

Cottolenjío, 32 - Turín (9)
Texto
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LA S O BR A S DE DON BO SC O
Año XLI.

SETIEMBRE. 1926

Número 9.

Tarín (Italia) — Exposición Misionera: Escena dd gran Diorama.

RED A C aO N Y ADMINISTRACIÓN: VIA COTTOLENGO. 32 - TURÍN (Italia)

1

“ INSTRUCCIÓN

RELIGIOSA”

Quinta edición: 50.000 ejemplares.
Libro Utilísimo es el titulado " I N S T R U C C I O N R E L I G I O S A " , de 3 1 4 páginas, del
Sac. Salesiano D. G alo M oret . Explica con gran claridad y . brevedad lo que es el Cristianismo,
sus Dogmas, Oraciones, Mandamientos y Sacramentos, con arreglo el nuevo Derecho Canónico.
Es el libro ideal para instruirse fácilmente, pronto y bien en las cosas de religión.
Las más altas personalidades han hecho de él los mejores elogios y lo recomiendan en­
carecidamente, habiéndose despachado ya 200 mil ejemplares.
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¡O ja lá hubiera un ejemplar en todos los hogares!
El difundirlo es una obra de propaganda católica, muy agradable a Dios y provechosa
para las almas.
Es uno de los mejores regalos que se pueden hacer.
Precio: Un ejemplar en tela y título con letras doradas, 0,50 centavos. Comprando 100
ejemplares, se rebaja el to % y comprando 500 el 20 % (moneda argentina).
En la difusión y venta de este libro sólo se pretende la propaganda del bien.
Dirigirse al R. P. G alo M oret , Despacho P arroquial de San Carlos, calle Quintino
B ocayuva, 144 - Buenos Aires (Argentina)
También se vende en las Librerías del Colegio Pío IX , calle Adolfo Berro 4050, y de
Santa Catalina, calle B rasil 864 - Buenos Aires.

LECTURAS MISIONERAS.
Recomendamos vivamente a nuestros lectores un libro titulado

“F L O R E C I L L A S

SILVESTRES”

publicado por el Misionero Salesiano M ayorino B orgATELLO en.el cual con sencillez encan­
tadora se narran las vidas ejemplares y las muertes edificantes de más de 15 iovencitos de
ambos sexos, por él instruidos y asistidos, pertenecientes todos a las razas indígenas hasta
hace poco salvajes de la Tierra del Fuego y Archipiélago Magallánico.
Conmueve hasta las lágrimas su lectura que hace ver como las más elevadas cimas de
la santidad, y las finezas mas exquisitas del amor de Jesús y de María se hacen accesibles
a individuos, a quienes la hinchada ciencia moderna no tenia reparo en presentar como la
raza mas abyecta de caníbales incapaces de toda civilización. jCómo resplandece en esta
transfiguración inefable la potencialidad divina de la religión cristiana!
El libro, con hermosa cubierta, con abundancia de interesantísimas fotografías, consta de
más de 150 páginas y constituye un precioso regalo para jóvenes de ambos sexos. N o du­
damos que su lectura ha de hacer un gran bien y ha de animar a muchos niños y jóvenes
de las Naciones civilizadas a emular los ejemplos de estos privilegiados indiecitos que tan
bien supieron aprovechar el llamamiento de la gracia.
Por el abundante tiraje y porque se concede a precio de coste, como folleto de propa­
ganda misionera, resulta muy barato pues solo cuesta tres ¡iras italianas. Los pedidos pueden
dirigirse al autor. Oratorio Salesiano - Via Cottolengo, 52, Turin (Italia), o a la Casa Sale*
siana más próxima.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LA S O BR A S DE DON BO SC O
Año XLl.

SETIEM BRE, 1926

Número 9.

SU M ARIO : lAdveniat Regnum luum! — Ecos dcl X Congreso Internacional de los Cooperadores
Solesianos. — San Luis Gonzaga. Don Bosco y Domingo Savio — El Cooperador Salesiano
debe ser otro Don Bosco. — Un modelo de caridad. — De nuestras Misiones: En la Patagonia
y la Tierra del Fuego - Rio Negro (Brasil) - Assam (India) - Episodio conmovedor - China. —
Culto de María Auxiliadora: La Virgen de Don Bosco. - Los triunfos de Aiaría Auxiliadora. Gracias. — Por el mundo Salesiano - Sección de Antiguos Alumnos. — Los que mueren.

¡Adveniat regnum íuum!
La conmemoración del Cincuentenario de
las Misiones Salesianas, a la cual la Congre­
gación Salesiana ha dedicado casi por entero
los años 1925 y 1926, ha despertado en todo
el mundo salesiano verdadero entusiasmo
y una actividad misional extraordinaria, que
promete los más consoladores frutos.
Congresos y Asambleas Misioneras de
grandes y pequeños en las cincuenta Naciones
donde se hallan establecidos los Hijos de
Don Bosco, el X Congreso Internacional
de Cooperadores Salcsianos en Turín con
temas exclusivamente misioneros, la Gran
Exposición Misionera en la Casa Madre,
Conferencias con proyecciones y películas
cinematográficas de divulgación misionera,
talleres y obradores donde se trabaja para
proveer de lo necesario a los misioneros y
neófitos, todo hace concebir las más hala­
güeñas esperanzas de que en un porvenir
no lejano se podrá llegar a la realización dcl
Sueño de Don Bosco, que vió a sus Hijos
henderse y multiplicarse en las más apar­
tadas regiones difundiendo por doquiera el
Reinado de Jesucristo entre aquellos pueblos
sumidos todavía en las tinieblas dcl error
y de la barbarie.
Para que esa llama del celo misionero
prenda más y más en los corazones de cuantos
se relacionan con la Obra Salesiana y para
secundar como buenos Hijos de Don Bosco
todas las iniciativas que parten dcl Vaticano
y para contribuir al mayor conocimiento
y divulgación del precioso documento, vamos
* dar en este número un resumen ordenado

de la Enciclica •iRerum Ecc!esiaef>, con que
el Papa de la Misiones, el felizmente reinante
Pió X I, descubre al mundo cristiano los
anhelos de su corazón en favor de los pueblos
herejes e idólatras.
Pueden distinguirse en el documento Pon­
tificio tres partes: 1. Una introducción;
2. Una parte dirigida a los Obispos, clero
y fieles de los países católicos; y 3. Una parte
dirigida a los Vicarios y Prefectos Apostó­
licos y al clero de los territorios de Misión.
In tro d u c c ió n .

Empieza recordando como la solicitud
constante de los Romanos Pontífices, co­
rrespondiendo al fin de la Iglesia, se ha diri­
gido siempre a la dilatación universal del
Reino de Jesucristo. Por eso en todos los
tiempos los Romanos Pontífices enviaron
Misioneros, primero para iluminar con la luz
de la fé a los pueblos de Europa que se es­
taban formando y después a las tierras des­
cubiertas y exploradas, aunque no siempre
con igual éxito; porqué sucedió alguna vez
que los misioneros, después de haber tra­
bajado en vano por mucho tiempo, fueron
muertos o expulsados y el campo que habían
principiado a cultivar, que apenas habían
desbrozado o qiie habían convertido ya en
ameno jardín, dejado a si mismo, volvió
poco a poco a cubrirse de espinas y abrojos.
Se complace luego el Sumo Pontífice en
reconocer que hoy día florecen los Insti-

!ÓO

tutos Misioneros y que la generosidad de los
fieles aumenta proporclonalmente a las nece­
sidades de las Misiones; a lo cual no duda
ha contribuido mucho la Enciclica « M á x i­
mum illu d » de su antecesor Benedicto XV;
pues al propio tiempo que estimulaba el
celo e industria de los Obispos para favorecer
a las Misiones, adoctrinaba con normas
sapientísimas a los Vicarios y Prefectos Apos­
tólicos respecto a las dificultades que habían
de vencerse y al modo con que los misioneros
habían de cumplir sus deberes, para el mayor
fruto de su sagrado ministerio.
Por su parte el actual Pontífice, desde el
principio de su Pontificado resolvió valerse
de todos los medios posibles para allanar
el camino de la salvación a todas las naciones
gentiles.« Para esto dos cosas especialmente
precisan, más que convenientes, necesarias
c intimamente relacionadas entre sí: la pri­
mera, que se envien mayor número de mi­
sioneros, bien instruidos y preparados, a
las inmensas regiones privadas aún de la fé
y del culto cristianos; y la segunda, que los
fieles se convenzan más y más de cómo deben
cooperar a obra tan santa y fructuosa, con
grande celo, con insistentes plegarias y con
no menor generosidad». Ese fué el motivo
de la Exposición Misionera durante el Año
Santo, que ha dado ya frutos de vocaciones
y de limosnas y que el Papa quiere perpetuar
creando en Letrán un Museo Misionero per­
manente.
Para que esta solicitud del Santo Padre
no sea inútil y para sostener la buena volun­
tad de los fieles el Papa fionfía en el constante
apoyo de los Obispos y excita a todos a la
Acción Misionera con estas conmovedoras
palabras: « Pensando muchas veces que los
paganos son todavía mil millones no descan­
samos en nuestro espíritu (11 Cor., V il, 5)
y nos parece oir siempre aquella voz: «Clama,
no ceses; haz resonar tu voz como una trom­
peta (Is. 58, 1)*.
PRIM ERA PA R T E:
Dirigida a los Obispos, clero
y fíeles de los paises católicos.
Después de esta introducción, pasa el
Papa a establecer el deber de todos los cató­
licos de favorecer a las Misiones, deber
incluido en el gran precepto de la caridad;
pues la caridad hacia Dios no sólo nos obliga
a procurar en la medida de nuestras fuerzas
que se aumente el número de los que le co­

nocen y adoran «en espíritu y en verdad»sino
a hacer que el mayor número posible se
someta a la soberanía e imperio de nuestro
amantísimo Redentor, para que más abun­
dante se rhanifieste cada día el fruto de su
sangre. Y en cuanto a nuestros prójimos
¿cabe por ventura más grande y señalada
caridad que trabajar por sacarlos de las ti­
nieblas de la superstición e instruirlos en la
genuina fé de Cristo? Cualquiera que rea­
lice según sus fuerzas este acto.de caridad
demuestra estimar el don de la fé cuanto
es justo que se estime y tributa con él la
mejor acción de gracias a la benignísima
Providencia de Dios, comunicando a los
pobres gentiles este mismo don, el más pre­
cioso de todos.
Al Clero en general-y a los Obispos in­
cumbe este deber de propagar el Reino de
Cristo pues a ellos fué dicho de un modo
especial: Eunfes in mundutn universum praedicafe Evangelium omni creafurae; por eso
el Papa se dirige confiadamente a éllos para
que le ayuden en esta Obra tan santa.
F o rm a s de Cooperación.

De palabra y por escrito introduzcan los
Obispos en el pueblo la costumbre y práctica
constante de orar por las misiones. El objeto
de estas plegarias ha de ser pedir al Señor
que envíe operarios a su campo y que de­
rrame su luz celestial y sus gracias sobrena­
turales sobre aquellas almas que todavía
no lo conocen. Este medio de la oración está
al alcance de todos. «Por tanto haréis una
cosa muy de Nuestro agrado y muy propia
del carácter popular, mandando, por ejemplo,
que al rezo deí Rosario o de otras oraciones
propias de las varias Iglesias, se añada al­
guna oración especial por las Misiones y
para la conversión de los gentiles a la féConviene de un modo especial asociar a
este apostolado de la Oración a los niños V
a las religiosas pues el Señor no podrá negar
nada de cuanto le pidan los niños inocentes
y las vírgenes castas y entre los niños de un
modo especial puede ser este un medio efica­
císimo de suscitar buenas vocaciones mi­
sioneras».
F om e nfo de vocaciones misioneras-

■ La guerra europea causó grandes perju'*
cios a la propagación de la fé, tanto por lo*
misioneros que tuvieron que abandonar sus
territorios, como por la consiguiente dis.m*

nución de vocaciones eclesiásticas; por eso
conviene que todos los esfuerzos unidos de_
los Obispos y católicos se encaminen a au­
mentar el número de los misioneros. Si hay
pues en vuestras diócesis jóvenes o clérigos
que sientan el llamamiento divino para este
apostolado’ tan excelente, lejos de oponeros,
secundad con vuestra benevolencia y auto­
ridad sus deseos. No os desaliente ni haga
aplazar vuestro consentimiento la escasez
de clero, ni la necesidad de la Diócesis. Por
el amor de Cristo y de las almas aceptad la
perdida, si pérdida puede llamarse, de al­
guno de vuestros sacerdotes: por aquellos
que perdiereis como coadjutores y compa­
ñeros de vuestros trabajos, el divino Fundador
de la iglesia suplirá sus veces, o con mayor
efusión de sus gracias sobre vuestra Diócesis
o suscitando nuevos aspirantes al sacerdocio.
L a U n ió n ^ A is io n a l d e l C le ro .

Para compaginar con las solicitudes del
ministerio Pastoral la empresa de dar im­
pulso a las Misiones, establézcase en todas
las Diócesis la Unión Misional del Clero
y si ya estuviese establecida, promuévase su
más intensa actuación. Sus principales fines
son: la oración, la propaganda, la organi­
zación de días y asambleas misioneras etc.

catar y a educar en la religión católica a los
niños de los infieles en aquellos países en
que los abandonan o los matan.
La Obra de San Pedro Apóstol se prqponc
contribuir por medio de oraciones y limosnas
a la formación de escogidos jóvenes indí­
genas que puedan ser elevados a las sagradas
Ordenes a fin de que, con el tiempo, sus com­
patriotas puedan más fácilmente ser con­
vertidos al cristianismo y confirmados en
la fé. A esta Obra le hemos dado reciente­
mente como celestial Patrona a Santa T e ­
resa del Niño Jesús, por la costumbre que
tenía en vida de adoptar, por decirlo asi, y
tomar a su cargo a algún misionero para
ayudarle en sus empresas, ofreciendo por
él al divino Esposo oraciones, penitencias
y especialmente los recios dolores de su
enfermedad.
SEGLINDA PARTE:
. Dirigida a los Prefectos
y Vicarios Apostólicos de las Misiones.
Dirige luego el Papa su solicitud paternal
a sus hijos que trabajan en el campo de las
Misiones y da a los Prefectos y Vicarios Apostólicos normas prácticas para el mayor
éxito de sus trabajos.

L a s O b ra s M is io n a le s P o n íiB c ia s .

Son las que más deben propagarse entre
el pueblo cristiano por la eficacia especial
de su objeto y por el fin universal que se
proponen.
La Obra de la Propagación de la Fé es la
principal entre todas las que se refieren a las
Misiones, pues se propone directamente
iniciar nuevas misiones y contribuir al sos­
tenimiento de todas con la oración, con las
vocaciones y con las limosnas. No os aver­
goncéis, pues, Venerables hermanos, ni os
dé pereza, haceros como mendigos por Cristo
y por la salvación de las almas. Ninguno
hay tan pobre y desnudo, ninguno tan en­
fermo, ni hay hambre y sed comparable a
la de quienes no conocen a Dios, ni poseen
su gracia; y por tanto los que ejercitan su
misericordia con los más necesitados entre
todos los hombres, pueden estar seguros
de que no les faltará a ellos la misericordia
de Dios y su divina rcco.npensa.
La Obra de la Santa Infancia merece el
3poyo de todos los buenos, pues se propone
agrupar a nuestros niños para que se acos­
tumbren a contribuir con sus cuotas a res-

F o rm a c ió n de C le ro in d íg e n a .

En lo que más insiste el Santo Padre y
que puede considerarse como el punto prin­
cipal de su Encíclica es en el reclutamiento
y formación de Clero indígena «pues sin él
no sólo será deficiente vuestro Apostolado,
sino que se retardaría el pronto estableci­
miento y formación de la iglesia en esas
regiones». Asi se hizo en los principios del
Cristianismo, pues el clero que los apóstoles
establecían en las nuevas comunidades cris­
tianas no era importado de afuera sino re­
clutado y elegido entre los indígenas de la
misma región. Esto ayudará grandemente
a la consolidación de la Obra de los Misio­
neros *pucs, como dijo nuestro Antecesor,
el sacerdote indígena por su origen, ingenio,
carácter y aspiraciones está unido intima­
mente a su pueblo; y por lo tanto es mucho
más apto para introducirse en la inteligencia
de los gentiles, pues sabe mucho mejor que
un extraño qué razones y qué doctrinas
son las más a propósito para convencerlos».
Otro motivo que aconseja grandemente
la formación del clero indígena son los cam-

2Ó2

bios políticos que pueden sobrevenir en los
países de Misión y que casi siempre deter­
minan la salida de los misioneros extranjeros
o de, los de alguna Nación en particular.
¿Qué destrucción no amenazaría a la Iglesia
en estas Regiones si no se dispone, a manera
de una red extendida en toda su extensión,
de un número de sacerdotes del país que
basten para atender a las necesidades de la
grey cristiana?
Ademas, la misma Europa necesita muchos
sacerdotes y las vocaciones sacerdotales han
disminuido notablemente; por lo cual toda
vocación indígena en los países de Misión
podrá permitir que aumente el número de
sacerdotes celosos que trabajan en Europa
por la unidad de la fé y por la conversión
de los pecadores.
Y a esta formación de clero indígena hay
que atender sin mirar en gastos, pues es
Obra a la cual la Providencia Divina no puede
dejar de mandar lo necesario. Conviene ade­
más que este Clero esté bien preparado, bien
instruido, para que pueda llegar a gobernar
parroquias y diócesis. Piensa falsamente
quien crea que los indígenas son de una es­
pecie o capacidad inferior; pues se ha notado
que los pueblos de las distintas regiones dtl
Oriente y Mediodía no ceden a ios nuestros
y pueden compararse con ellos en fuerza
intelectual. Por lo cual entre los sacerdotes
europeos e indígenas no haya ninguna dife­
rencia ni desigualdad, sino que estén uni­
dos con perfecta reverencia y caridad.
Recomienda además el Papa que se abra
también el camino a los indígenas para for­
mar parte de Congregaciones Religiosas,
creando si fuere necesario nuevas Congre­
gaciones, conformes al carácter de los indí­
genas y que mejor se adapten a las condiciones
del lugar. Insiste también en la importancia
de formar muchos y buenos catequistas
para instruir a los catecúmenos y prepararlos
para el bautismo.
Otra recomendación especial hace con
insistencia el Sumo Pontífice a los Vicarios
Apostólicos y es que procuren introducir
y fomentar en las Misiones las órdenes aus­
teras de vida contemplativa; «pues estos
solitarios es indudable que os atractán del
Ciclo gracias especiales para vosotros y para
vuestros trabajos». La misma índole incli­
nada a la soledad y a la contemplación de
algunos pueblos gentiles puede favorecer
mucho esta empresa. Como ejemplo cita el
Papa el gran monasterio que los trapenses
fundaron en el Vicariato Apostólico de
Pekin, en donde viven cerca de loo monjes

muchos de éllos chinos, aplacando a Dios
y ganando infieles para Cristo con su ejem­
plo, con sus oraciones y virtudes y con la
aspereza de su vida y de sus trabajos.
R ecom e n da cio n es p arficula re s.

Pasa luego el Sumo Pontífice a dar algunas
normas prácticas para el mejor éxito de la
labor evangélica. Insiste en la distribución
ordenada de los predicadores en todo el te­
rritorio de Misión. Recomienda, que se
atienda no solo al sagrado ministerio, sino
también a las obras de caridad especialmente
en favor de los enfermos y de los niños,
pues estas obras de caridad son las que más
eficacia ejercen en ,cl corazón de los infieles.
Aconseja que se eviten, en la construcción
de templos y edificios de misión, las obras
demasiado suntuosas o costosas; tampoco
conviene amontonar en un lugar todas las
instituciones de la Misión, pues podrían con­
centrar la atención de los misioneros en un
sólo punto, descuidando lo restante del te­
rritorio de misión.
Encarece además la importancia de crear
en las misiones no sólo hospitales, dispensa­
rios y Escuelas elementales, sino también
Escuelas Superiores, Escuelas Profesionales de
Arfes y Oficios y Colonias Agrícolas. Reco­
mienda también que no se descuiden las
clases elevadas de la región, pues la expe­
riencia enseña que una vez atraídos los prin­
cipales de una ciudad a la Religión de Cristo,
el pueblo sigue generalmente sus pasos. Final­
mente el Papa exhorta a los Vicarios Apostó­
licos a que, cuando los misioneros de la
propia Congregación no sean suficientes
para atender a las necesidades de los vastí­
simos territorios a ellos confiados, no duden
en llamar en su auxilio a otros religiosos y
misioneros de cualquier Congregación que
fueren, tanto sacerdotes como laicos, para
la predicación de la fé o para la instrucción
de la juventud indígena.
Termina la Encíclica con estas palabras:
«Favorezca y acoja benignamente Nuestras
comunes iniciativas, la Santísima Reina de los
Apostóles, María, la cual habiendo reci­
bido en el Calvario el encargo de abrazer
en su materno regazo a todos los hombres,
no menos favorece y ama a los que ignoran
haber sido redimidos por Jesucristo, que a
los otros que gozan ya felizmente de los
beneficios de la Redención.
Dado en Roma, el día 28 de febrero de 1926,
quinto de Nuestro Pontificado.
PIO Papa X I.

2 Ó5

Ecos del X “ Congreso Internacional
de los Cooperadores Salesianos.
En el número anterior dimos cuenta del
desarrollo y de las Conclusiones de este
importante Congreso y presentamos el resu­
men de los discursos pronunciados en la
solemne sesión de apertura. Daremos ahora
a conocer las ideas más salientes que con
tanto aplauso del público expusieron los
oradores en la segunda sesión solemne del
Congreso.
L a s N iis lo n e s C a tó lic a s ,
e lem ento d e c u ltu ra y de educación.
En la sesión solemne del día 26, después del P.
Stradella, jesuíta, que disertó admirablemente sobre
la necesidad de la Oración para la Obra de las
Misiones, ocupó la tribuna el anciano e ilustre
profesor Constancio Rinaudo, para demostrar los
benéficos efectos que la Historia de las Misiones
católicas puede producir en los corazones de los
iávenes.
El venerando exalumno de Don Bosco, a quien
la as mblea tributa una ovación cariñosísima, se
complace en recordar como allá en 1860, cuando
apenas contaba 15 años, el Venerable Don Bosco
le confió una clase de j o niños de primer año de
gimnasio y como hace pocos años, al jubilarse,
50 generales del ejército alumnos suyos le dedi­
caron un homenaje de afecto y gratitud. Con ánimo
conmovido recordó los vínculos de espiritual
amistad que le unieron con S . E. el Cardenal Carlicro, que dirigió sus primeros pasos de alumno
y con sus compañeros de clase Mons. Fagnano y
Mons. Costamagna.
Entrando luego en el tema: Las Misiones católicas
elemento de cultura y de educación en la escuela
media y superior, dice:
La segunda enseñanza reúne a los jóvenes en
el período crítico de la adolescencia, período el
más fecundo para la germinación de los principios
espirituales que se siembran en sus almas.
Es la edad en que la inteligencia se abre ávida
y curiosa de saber, y las energías físicas y espirituales
se desarrollan, los impulsos naturales tienden a la
conquista rápida, se lleva a cabo la asimilación
dd mundo exterior; período en el cual la palabra
autorizada y todavía más el ejemplo, ejercen sobre
las almas todavía no desilusionadas por las miserias
humanas, una extraordinaria eficacia; período en
el cual se forma verdaderamente la planta que
deberá florecer y fructificar.
De ahí la grave responsabilidad de cuantos se
hallan en contacto con estas almas en formación:
de la familia, de la Iglesia, de la Escuela. Mayor
óuizá la de la Escuela, la de los profesores, en con­
tinuo contacto con los alumnos e Investidos por

su mismo oficio de una autoridad especial. Todos
los elementos que concurren a elevar el espíritu
y la conciencia deben ser utilizados por los maestros
para tan elevado objeto, especialmente por aquellos
cuya materia de enseñanza mejor se adapta a la
educación, como la literatura, la filosofía y la his­
toria. La historia sobre todo tiene que ser no solo
testis temporum, nuntia vetustatis, lux veriiatis,
sino también M agistra vitae, en cuanto es escuela
de abnegación, de perseverancia, de disciplina, de
noble desinterés, de tolerancia, no de indeferencia,
de opiniones.
Unos elementos más que otros contribuyen a
reforzar la conciencia moral de la juventud, a ele­
varla a más altos y puros ideales en medio de tanto
afán de placeres, del torbellino de los intereses
materiales y de tantas débiles condescendencias
de una ciencia casi siempre incompleta. La afición
al arte, el amor a la Patria, el culto de la ciencia,
son elementos nobilísimos; pero-nada es tan apto
para fascinar a las almas juveniles como las aven­
turas de la vida misionera.
En efecto; su fin es nobilísimo: librar a espíritus
humanos de salvajes supersticiones o de seculares
errores y elevarlos a la concepción cristiana de lo
divino y de lo eterno; redimir poblaciones enteras,
sumergidas en el embrutecimiento de los sentidos,
para elevarlos a la pureza individual, familiar y
social; encaminar a los ya redimidos a un género
de vida pacífica, laboriosa y serena; preparar las
inteligencias para recibir las semillas de la civili­
zación y para sumarse al progreso humano en las
artes, en las letras, en las ciencias, en la agricultura,
en la industria, en el comercio.
Nobilísimos y sugestivos son los medios; no la
violencia de las armas, no el tráfico comercial
ávido de lucro, no el afán de conquistas o de do­
minio, no la ambición de títulos y dignidades hu­
manas; sino el holocausto de una vida consumida
toda en países a menudo inexplorados, en medio
de continuas incomodidades y sufrimientos, entre
los peligros áe la naturaleza virgen y de la huma­
nidad salvaje, privados de asistencia y de consuelo.
Los misioneros modestos y sencillos, pero valientes
y fuertes; buenos, dulces, caritativos, pacientes,
pero con el elevado sentimiento de la dignidad
misionera que a todos se impone; fija siempre la
mirada en la imagen de Jesús crucificado que es su
guia y que ha de ser su premio.
Es inefable la impresión de esa vida misionera
en las almas todavía no manchadas de los adoles­
centes, a la par que constituye una parte integral
de la historia de la civilización humana. ¿Porqué
no servirse más ampliamente de este medio pode­
rosísimo de educación religiosa moral y civil?...
El orador, que fue escuchado con verdadera frui­
ción, propuso, al terminar, a la Asamblea las si-

2 Ó4

guientes conclusiones, que fueron aprobadas per
unanimidad:
Considerando:
1 . La influencia evidente de las misiones cató­
licas en la difusión de la civilización y por tanto
la importante parte que merecen en la historia
del progreso humano;
2. El elevado fin religioso moral y civil que se
proponen las misiones católicas y la profunda
impresión que puede hacer en las almas de los ado­
lescentes la vida y la virtud heroica de los misioneros;
y. Que las misiones católicas junto con el Evan­
gelio de Cristo y con la antorcha de la civilización,
difunden también por el mundo el aprecio y el
amor hacia la patria que envía los misioneros;
£ / Congreso propone:
1. Que en los cursos de historia de la enseñanza
secundaria se dedique una parte conveniente a
la historia de las misiones.
2. Que se favorezca la literatura histórica de
las misiones introduciéndola en las bibliotecas
escolásticas.
3. Que en las antologías y en los libros de lec­
tura para las Escuelas e Institutos se introduzcan
reseñas y episodios de las misiones y que así mismo
se difunda en las Escuelas el uso de carteles y
cuadros misioneros.

Esta escasez de personal misionero se hace to­
davía más grave por las circunstancias en que se
desarrolla el apostolado católico; pues el misionero
no sólo tiene que trabajar para la conversión de un
gran número de infieles, sino que ha de emplear
además una gran parte de su actividad para los
indígenas convertidos, que en cada centro de Mi­
sión pueden llegar a varios centenares y aun a
varios millares; o sea un número más que suficiente
para agotar la actividad de un sacerdote en un país
católico; tanto más, si se considera que estos neó­
fitos, al igual que los primeros cristianos de la Iglesia,
son fervorosísimos y se acercan a los Sacramentos
con una frecuencia ejemplar. Además el misionero
tiene que atender a escuelas, hospitales, edificios
en construcción; muchas veces se ha de procurar
con su trabajo el propio sustento; en una palabra
se encuentra agobiado por un sin fin de ocupaciones
capaces, cada una de por sí, de agotar la actividad
de un hombre.
Y aun hay otra razón que hace más sensible
esta escasez de misioneros: y es la misma configu­
ración etnográfica de los países de Misión, cuya
población relativa es mínima y que no viven en
general reunidos en jaueblos o ciudades, sino dis­
persos en pobres cabañas distantes unas de otras;
y mientras en nuestros paises disponemos de toda
clase de medios de locomoción, en los territorios
de Misión, por falta de vehículos o de caminos,
E l p ro b le m a p r in c ip a l:
distancias enormes tienen que ser recorridas por
"L o s l^ is io n e ro s son dem asia do p o c o s ’
el misionero pedibus calcanfibus.
Pero lo que hace que esta escasez de misioneros
Ocupó luego la tribuna el celoso Misionero de
sea verdaderamente alarmante es el momenio
ia Consolata, P . Sales, que con arrebatadora elo­
actual de tas Misiones. Estamos en la hora de las
cuencia planteó el.problema quiza más grave de
Misiones; la hora más solemne que haya sonado
las misiones, o sea: el escaso número de apóstoles
jamás en la Historia de) apostolado católico. En
ante la inmensidad de los campos de Misión.
Euiopa no se tiene una idea exacta de la transfor­
« Existe el problema misionero porque subsisten
mación a'ie la guerra ha provocado en todos lá>
sus factores constitutivos; por un lado un mundo
países del mundo pagano. Los paganos de hoy día
de infieles, por el otro el deber de la Iglesia, en sus
son muy distintos de los de veinte años ha. Se han
pastores y en sus miembros, de ocuparse de la
despertado del profundo letargo en que yacían de
conversión de estos infieles; existen también los
barbarie y de ignorancia y sedientos de novedades,
medios prestablccldos y queridos por Dios. Los
de europcismo, se dirigen en masa hacia otra civi­
medios los conocemos; la oración, las limosnas, el
lización y hacia otra religión. ¿Pero qué Religión?
personal. Ahora bien, la solución del problema mi­
Aqui está lo grave del problema, porque los cató­
sionero consiste en proporcionar ios medios al fin.
licos no son solos en el campo del apostolado:
¿Son tales medios, hoy dia, proporcionados a l.i
también lo ejercen los musulmanes y los protes­
necesidad de las misiones? Voy a contestar por lo
tantes; y los musulmanes ">cn poderosos y van en
que se refiere .al personal misionero.
continuo aumento y los p.otestantes, especialmente
l.a primera contestación no es mia, fué dada
después de la guerra, so han lanzado al asalto del
hace veinte siglos: O perarii pau d. Y como el Evan­
mundo pagano numerosos, audaces, invasores,
gelio es y será siempre palabra veraz, así este la­
formidablemente equipados y provistos y procuran,
mento salido de labios o mejor del Corazón del
no sólo detener la marcha de los católicos, sino
divino Maestro, expresa y expresará siempre una doarrollar en sus ríos de esterlinas y con sus falanges
lorosa realidad: los Misioneros son demasiado pocos.
de ministros y ministras todo lo que los católicos han
Y de ello nos convence iguahncntc la estadística.
edificado durante tantos siglos, con tantas fatigas,
En China: 3.000 misioneros por 400 millones de
con tantas lágrimas, con tanta sangre. La hora es
infieles o sea un misionero por cada 133.000 pa­
solemne y quizás en este siglo se decidirán las
ganos. En la India; 3.000 misioneros per 300 mi­
suertes de una gran parte del mundo pagano: o
llones de infieles o sea un misionero por cada
católico o protestante o musulmán. Hoy estamos
100.000 paganos. En .Africa 2.000 misioneros por
todavía a tiempo y si los católicos vamos allá nume­
150 millones de infieles o sea un misionero por
rosos y compactos, la Iglesia podrá registrar una
cada 75.000 infieles. En japón y Corea: 200 misio­
de sus más grandiosas victorias.
neros por 70 millones de infieles o sea un misionero
.
Dios por su parte no regatea sus gracias. Él inspor cada 35.000 paganos.

2 Ó5

pira todos los días fundaciones de nuevas casas
misioneras en tal medida, que mientras hace unos
cincuenta años no existía en Italia más que un es­
tablecimiento misionero propiamente dicho, hoy
son seis los que se dedican exclusivamente a la
formación de personal misionero. Y todas Jas Con­
gregaciones religiosas que hasta hace pocos años
reducían su actividad de apostolado aquí en la
Patria, o al menos le dedicaban la mayor parte de
su actividad, hoy se han lanzado con renovado ardor
a los campos de misión.
Y nuestro Piamonte debe sentirse santamente
orgulloso por hallarse, con sus tres Cardenales
misioneros (Massaia, Caglicro, Bonzano), con sus
trescientos adalides de la fé y de la civilización, con

ración universal; las dos instituciones que hoy se
ven unidas en la alegría porque mientras los Salesianos celebran su primer cincuentenario, los misio­
neros de la Consolata celebran sus primeros vein­
ticinco años;.las dos instituciones que como hoy
están unidas en la alegría ayer lo fueron en el dolor:
los salesianos por la perdida de su primer M isio­
nero el Cardenal Caglicro y los misioneros de la
Consolata por la perdida de su fundador el Canó­
nigo Allamano; sobre las dos tumbas, ambas ins­
tituciones hicieron un juramento común: de pro­
seguir animosos, siempre unidos estrechándose
fraternalmente las manos, hacía el común ideal del
apostolado católico entre los infieles.
Y así como el Señor multiplica las Casas Misio-

Turin. — Exposición A\isionera: Una sección de la Tierra del Fuego.
sus casas misioneras, al frente de las demás regiones
hermanas.
Y nuestra Turín puede sentirse santamente orgullosa de poder añadir a sus antiguos títulos de Ciudad
del Sacrarnenfo, C iudad de la Consolata, Ciudad
de los Santos, el título de C iudad de las Misiones
y ésto por obra de las dos florecientes Instituciones
ouc hoy se sienten tan fraternalmente unidas: Las
'lisiones Salesianos y las Misiones de la Consolata;
ambas instituciones surgidas a los pies de María
Santísima en los dos Santuarios que son las dos
ciudadclas espirituales de Turín; las dos unidas
con vínculos sagrados indestructibles, pues mien­
tras Don Bosco discípulo del Cafasso, fundaba las
hli--;ones Salesianas; el canónigo Allamano, sobri : del Cafasso y discípulo de Don Bosco, fun-.
¿ ’ K:. las Misiones de la Consolata y los tres pro­
ceden de aquella tierra feracísima de santos que
es - astelnuovo de .Asti; las dos instituciones que
por los éxitos obtenidos, por el desarrollo logrado,
por los modernos y audaces medios y métodos de
evángelización adoptados se imponen a la admi­

neras, también suscita siempre nuevas y más nu­
merosas vocaciones a! apostolado. Luego la escasez
de personal misionero depende sólo de nosotros
que no sabemos corresponder a las gracias divinas.
Corresponder no significa simplemente no oponerse
sino favorecer las vocaciones misioneras. La objección de que los sacerdotes en Europa son escasos
no vale. Aunque es cierto que después de la guerra
ha disminuido algo su número, no se pueden llamar
escasos si se piensa que mientras no hay más que
15.000 misioneros para evangelizar mil millones de
infieles, hay en sólo Italia 70.000 sacerdotes para
40 millones de católicos.
Por lo demás el favorecer las vocaciones misio­
neras es el medio más eficaz para aumentar las
vocaciones sacerdotales. Lo dice el Divino Maestro:
-■ Date et dabitur vobís»; lo dice el Papa Pió X I
en su última Encíclica, como lo había dicho Bene­
dicto X V en su carta apostólica...
El elocuente discurso del P. Sales fue coronado
con una estruendosa ovación, indicio de la impresión
profunda que produjo en todos los corazones.

206

San Luis Gonzaga,
Don Bosco y Domingo Savio
La devoción a S. Luis Gonzaga es una de
las características de los Colegios Salcsianos
y por eso nos place sobremanera reproducir
aquí las palabras que el Sumo Pontífice
P ío X I dedica a nuestro Vble. Padre Don
Bosco y a su alumno predilecto Domingo
Savio en la preciosa carta apostólica dirigida
al General de los Jesuítas, con ocasión del
2° Centenario de la Canonización de San Luis
Gonzaga. Estas palabras son tanto más di­
gnas de consideración en cuanto se hallan en
un documento no dirigido a la Congregación
Salesiana y que suponen en la elevada perso­
nalidad del que las pronuncia una íntima
convicción, un pensamiento constante de
admiración hacia esa flor candidL' la que
se abrió en el jardín salesiano. Dice así el
Romano Pontífice:
«Y para citar uno entre los más recientes
educadores y maestros de la Juventud, Don
Juan Bosco, no sólo fué tiernamente devoto
de San Luis Gonzaga, sino que esta devoción
la inculcaba a todos los jóvenes que recibía
bajo su magisterio educativo y la dejó en he­
rencia a sus hijos, entre los cuales sobresalió
cual ninguno, como imitador de San Luis,
esa alma candidísima de Domingo Savio, que
por tan breve tiempo Dios concedió y dejó a
la admiración de los hombres sobre la tierra.
«Qua in A lo ysii im itatione ex iis máxime
omnium profecit candidissima illa anima, Dominicus Savio, quam Deus terris tam brevi
permisit dediique conspicienduni'^i.

Verdaderamente es un rasgo que sobre­
sale en la vida de Don Bosco su gran devoción
a San Luis Gonzaga y el empeño extraordi­
nario con que la promovía entre sus niños.
Desde los principios de su Oratorio Festivo,
cuando aún no tenía hogar para sus niños,
los seis domingos de San Luis Gonzaga,
su novena y su fiesta se celebraban con
extraordinaria solemnidad. Más adelante
fundó entre sus jóvenes alumnos la Com­
pañía de San Luis Gonzaga, que se proponía
la imitación de sus virtudes y en todos los
Colegios Salcsianos del mundo se halla es­
tablecida esta Asociación que para tantos
jóvenes es el medio providencial para con­
servar la pureza de sus almas. Y aún hoy
día la fiesta de San Luis Gonzaga reviste en
todos nuestros Colegios y Oratorios Festivos,
caracteres de solemnidad extraordinaria y

en muchos casos se celebra como última
fiesta del Curso Escolar, para que sus im­
presiones y recuerdo sean el mejor preser­
vativo de los jóvenes durante las vacaciones.
Y es que en la devoción a San Luis Gon­
zaga nuestro Vble. Padre veía uno de los
medios más eficaces para conservar entre
los jóvenes aquella virtud angélica, distin­
tivo de este gran santo, que ha de ser la base
de todos los éxitos educativos de la Juventud.
Por esto nuestro amadísimo Rector Mayor,
Rvdmo. Don Felipe Rinaldi, exhortando
a los salcsianos y alumnos a celebrar digna­
mente el Centenario de San Luis, entre otras
cosas escribe:
«Quisiera que en esta ocasión pusiéramos
especial empeño en promover entre nuestros
niños un aumento de virtud y de bondad, es­
pecialmente por cuanto se refiere a aquella
que nuestro buen Padre llamaba «la bella
virtu d » ; pues, dejad que os lo recuerde,
amados hijos, era principalmente para ani­
marnos a la práctica de esta virtud que él
nos presentaba como modelo a San Luis
y promovía entre nosotros su devoción.
Lo que le encantaba en este santo era el
cándido lirio de la pureza, que él deseaba
ver resplandecer en todas nuestras palabras
y acciones; y también admiraba en él, como
natural consecuencia, su extraordinario es­
píritu de mortificación como medio indis­
pensable para conservar inmaculado el es­
plendor de esta virtud. ¡Oh, cuánto deseaba
Don Bosco que este cándido lirio creciese
lozano en el jardín de su Congregación, para
que fuera su más preciado ornato y cons­
tituyera como un distintivo de los Salesianos
y de sus alumnos!»
Y como Domingo Savio supo copiar tan
bien en sí la pureza y vida angelical de San
Luis, por eso Don Bosco quiso presentarlo
como modelo a las numerosísimas falanges
de niños que la Virgen Santísima había de
confiar a sus cuidados, para que si a alguno
parecía algo inasequible la virtud de San
Luis- Gonzaga, creado en noble ambiente
y custodiado en la fortaleza de la religión, se
animara a imitarle al ver reproducidas sus
virtudes en un hijo del pueblo, alumno de
un Colegio como el que ellos frecuentan,
sujeto a los mismos peligros en las calles y
plazas y que, sin embargo, sabe conservarse
.puro y elevarse a las cimas de la Santidad.
Todos los amigos de Domingo Savio de­
ben pues celebrar con especial empeño el
año centenario de San Luis, que va desde
el 21 de junio del presente año hasta el 21
de junio de 1927.

El Cooperador Salesiano debe ser
oíro D. Bosco/’^
No llevéis a mal que a pesar de la premura
del tiempo, os presente un ejemplo entre
mil, del sentir profundamente cristiano de
nuestros Cooperadores.
Hallándome en Agosto de 1908 en Monte­
video, se me presentó una noble señora que,
entregándome una crecida cantidad de dinero,
me dijo: Tengo un hijo a quien amo tierna­
mente; mi gozo más puro sería el consa­
grarlo a Dios; pero ya que este mi deseo no
puedo verlo satisfecho, me he- propuesto
cooperar con mis limosnas a la formación
de un Sacerdote Salesiano que, delante del
Señor y en favor de las almas, haga las veces
de mi hijo. Poco tiempo después, tan edi­
ficante ejemplo era imitado por una her­
mana de aquella distinguida señora.
He ahí los Cooperadores del Venerable
Don Bosco; he ahí las almas magnánimas
que han comprendido perfectamente la su­
blime grandeza de su corazón; he ahí las.
afortunadas madres dignas de sentarse al
lado de la insigne Doña Blanca de Castilla.
L a b uena p re n s a ,

Pero hay otro punto que tomó muy a pe­
chos el Venerable y que determina, cuando
especifica los diversos modos de cooperación
con estas palabras: « Hay que oponer la
buena prensa a la prensa irreligiosa, con la
difusión de buenos libros, hojas, folletos c
impresos de todas clases en aquellos lugares
y entre las familias donde se crea prudente
hacerlo* (2).
Si Don Bosco desde el 1849 fundaba £/
Amigo de la Juventud como antídoto contra
la impiedad de una prensa perversa y procaz
que se había propuesto el fin satánico de des­
honrar y vilipendiar cuanto hubiese de santo
y venerando, como asegura su ilustre bió­
grafo D. Lemoyne; si en el 1869 constituía
una Sociedad para la difusión de los buenos
libros, con el fin de detener la corriente de
los malos; si jamás cesó de poner en guardia
a los buenos « contra la prensa inmoral y
anticatólica, inventada expresamente para
enervar los corazones y corromper las intc(t) ContittuocMfn. > V ¿ase numero de m arzo, pas. 79.
(z) R esU m eato (18 76 ).

ligencias» (i); si tanto hizo para convencerlos
«de que era preciso detener la inmoralidad
que avanza como gigante entre nosotros» (2),
¿q u é no habría dicho, escrito y hecho en
nuestros días, a la vista de los males sin lí­
mites producidos por el diluvio asolador de
aquella prensa que ya en sus tiempos hacía
tantos estragos?
El, que en 1885 no había vacilado en llamar
divino el medio de la prensa, « puesto que
Dios mismo se sirvió de él para la regene­
ración del hombre, llevando a todo el mundo
la verdadera doctrina con ios libros por El
inspirados» (3), quería que sus Coopera­
dores se persuadiesen de « que los buenos
libros difundidos en el pueblo son uno de
los medios más aptos para mantener el
reino del Salvador en muchas almas» (4).
«Es preciso, decía,‘ oponer armas a armas»
sofocar el mal con exceso de bien y ahogar
la prensa malvada en el saludable diluvio
de la biíena.
Escuchad con qué viveza expone las ven­
tajas de un buen libro. «Si por una parte
no tiene aquella fuerza intrínseca de que está
dotada la palabra hablada, por otra parte
presenta mayores ventajas en ciertas cir­
cunstancias. El buen libro entra hasta en
las casas donde no puede entrar el sacerdote;
es tolerado por los malvados como recuerdo
o como regalo. Al presentarse no se aver­
güenza; olvidado no se inquieta; leído en­
seña la verdad con calma; despreciado no se
queja, y deja el remordimiento que acaso
encienda el deseo de conocer la verdad, y
siempre está dispuesto a enseñarla. Tal vez
permanece cubierto de polvo sobre una mesa
o en una biblioteca. Acaso nadie piensa en
él; pero llega la hora de la soledad, de la
tristeza, del dolor, del aburrimiento, de la
necesidad de distracción o de ansias por el
porvenir, y este amigo fiel sacude su polvo,
abre sus hojas, y se renuevan las admirables
conversiones de S. Agustín, del Beato Colombini o de S. Ignacio... [Cuántas almas se
han salvado merced a los buenos librosl
( 1)
(2)
{7)
(4)

Lecturas CafóUeas (Enero de 18 6 1).
Lecturas Católicas (Enero i8 6 i)Certa a los Salesianos ( 10 de M arzo d e i8 8 f) .
Lecturas antes citadas.

2ÓS

ICuántas han sido preservadas del error!
¡Cuántas confirmadas en el bien! Sólo Dios
conoce el bien que puede producir un buen
libro en una ciudad, en una biblioteca cir­
culante, en una sociedad de obreros, en un
hospital, dado como prenda de amistad».
Estas admirables palabras debieran gra­
barse con caracteres indelebles en la mente de
todas las almas buenas, sobre todo en nues­
tros días, cuando tan vivamente se siente la

aún los que se dicen neutros, las revistas, las
novelas y los libros de principios no abierta­
mente católicos entren a corromper el am­
biente de sus hogares, ni siquiera bajo el
pretexto especioso de más ámplia informa­
ción, de amor al arte o de mal entendidas
exigencias sociales.
No, no basta esto. Si quieren corresponder
plenamente a los ideales, a los vivos deseos
de Don Bosco, deben favorecer con todas

Ornamentos saj(rados y objetos para las misiones, ofrecidos a nuestro Rector Mayor en so dia onomástico.

necesidad de secundar y favorecer por todos
los medios la Obra Nacional de la Buena
Prensa, tan sabiamente organizada, con tal
largueza protegida y con tanta eficacia pa­
trocinada por Su Santidad Benedicto XV.
La alta estimación en que tenía esta obra,
la confianza que abrigaba de verla llegar a
tal desarrollo que fuese prenda de días más
venturosos para la causa del bien, la mani­
festó claramente al confiar la presidencia al
Eminentísimo Cardenal Mafi'i, cuyas es­
clarecidas dotes de organizador y de apóstol,
de todos conocidas, son augurio de los más
consoladores resultados.
Además: los Cooperadores no han de
limitarse a la parte meramente negativa, es
decir, a impedir que los diarios malos, y

sus fuerzas los periódicos y revistas de prin­
cipios sanos que combaten con arrojo la
inmoralidad y defienden con denuedo los
derechos de Dios y de la Iglesia; deben
difundir las buenas lecturas; contribuir a
la formación de bibliotecas ambulantes;
tomar parte activa en la Asociación de la
Buena Prensa; poner su nombre y sus ener­
gías a disposición de la noble y valiente cru­
zada contra la pornografía, mereciendo aqué­
lla tantos aplausos por los beneficios que
reporta, y que ha suscitado tan saludable en­
tusiasmo en todo ambiente que albergue almas
rectas. Debemos recordarnos todos los días
a nosotros mismos, y a cuantas personas con
nosotros tengan relación, que sin una acción
enérgica, concorde y avalorada con sacri-

2 Ó9

ficios generosos no lograremos detener el
envenenamiento que amenaza la vida moral
de la sociedad, ni purificar la atmósfera del
pestífero aliento de infierno que inficciona
el pudor, deprava la inocencia, fomenta la
anarquía y destruye la moralidad.
O fr a m íes.

En el primer Reglamento de los Coope­
radores, publicado en 1874, bajo el modesto
título de Unión cristiana, hablando Don

¿Quién no se siente dominado de dulcí­
sima ternura en presencia de estos «angeles
de la tierra, en cuya frente brilla el esplendor
de la frente del mismo Dios?» (1),
¿Quién no ha sentido esta ternura acrecen­
tada de vivísima compasión cuando con­
templa estas flores marchitas, agostadas por
el fuego de las pasiones; o aunque no sea
más que destrozadas y debilitadas, arrastrar
una existencia anémica en un terreno pobre
de jugos nutritivos, expuestas a la incle­
mencia atmosférica?

Tofln. — Exposición Misionera: La cjb^fia de los indios Alacalufes.

Hosco del fin de esta Asociación se expresó
así: El primer deber de los asociados es la
caridad para con los niños que se hallen en
peligro. Recogerlos, instruirlos en la fé, acon­
sejarlos en los peligros, o conducirlos a donde
puedan ser instruidos, son cosas en que se
invita a todo socio para que ejercite su celo*.
¿Y será preciso que yo emplee muchas
palabras para recomendaros, puesto que
encerráis en vuestro corazón un inmenso
caudal de nobles sentimientos y tanto fervor
de caridad, lo que la sociedad tiene de más
tierno y de más amable; las flores que en
la primavera de su existencia esparcen per­
fume tan suave de inocencia y de candor en
el 'irdín de la Iglesia, embalsamando con
iní'ntilcs alegrías y goces el ambiente de la
lar:¡ia y de la sociedad?

Sí el corazón de la hija de Faraón tuvo
latidos de tierna piedad a la vista de Moisés
parvulito, en peligro de ser arrastrado por
las aguas de! Nilo, vosotros que poseéis un
corazón inflamado, no por un simple senti­
miento de natural conmiseración, sino por los
ardores de cristiana caridad que os muestra
en el prójimo una alma redimida y llamada
a los* destinos más elevados, no necesitáis
de exhortaciones calurosas para correr con
entusiasmo donde la desventurada juventud,
desde los vórtices de la incredulidad, solicita
nuestro socorro con gritos desgarradores.
Salvemos, salvemos a la juventud si nos
interesamos por la existencia de la misma
sociedad.
( 1 ) Laesrdaire.

270

Es evidente que Don Bosco, que de todo
corazón amaba a sus Cooperadores y que
al reunirlos en Asociación se propuso ante
todo el bien de sus almas, anhelaba ver puesto
en práctica, primero por ellos, lo que luego
habrían de practicar en beneficio de los
demás, pues, como ya dijo S. Bernardo, «el
ejemplo es siempre el sermón más eficaz» (i).
No llevéis, pues, a mal que, interpretando
los sentimientos de mi buen Padre, os ex­
horte a que toméis siempre mayor cuidado
por la cristiana educación de vuestros hijos;
por la santificación de vuestra familia; por
la elección con prudente discernimiento de
la escuela o del colegio; por impedir, siempre
que podáis, el influjo deletéreo de deter­
minados profesores, el ejemplo de los com­
pañeros, los alicientes y el influjo funesto
del mundo donde es necesario vivir.
Después, con la seguridad del deber cum­
plido, enderezad los esfuerzos de vuestro
celo a la mies tan copiosa que Don Bosco
os señala. A todos os será dado hacer algo:
ora un consejo prudente dado al padre o a
la madre tendrá un influjo saludable sobre
el hijo; ora una caricia, un servicio o un favor
al que siga un aviso amoroso, será quizás
el principio de un consolador resurgimiento.
A éstos ios conduciréis al ministro de Dios;
a aquéllos los acompañareis al Oratorio Fes­
tivo. A los más desgraciados os interesaréis
para que les sean abiertas las puertas de
algún instituto que les libre del hambre, de
las crueldades inhumanas, de ios escándalos
de aquel que, convertido en antro, debiera
ser el santuario doméstico. Quizás, teniendo
ocasión, podréis preparar para la primera
Comunión, o para recibir otros Sacramentos,
a los hijos de vuestros domésticos, de vuestros
obreros, de ios vecinos de vuestra casa, ayu­
dando a los pastores de almas; quizás os
podáis industriar con mil recursos de celo
para que a aquel joven enfermo no le falten
ios últimos consuelos de la Religión. En una
palabra, acordándoos de lo que dijo Jesús:
« En verdad os digo que todo lo que hiciereis
a uno de estos mis hermanos pequeñitos,
lo considerare como hecho a Mi>' (2), y
animados por los ejemplos del Venerable,
os esforzareis por todos los medios posibles
para procurar a la Iglesia y a la Sociedad que
en los jóvenes se renueve y perdure un por­
venir próspero de virtud y de grandeza.
(t) Serm o vivus ct cfflcax cxemplum opcrls «st.
(a) Amen dico vcb is, quam diu fecistis unf ex h