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Medios

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Inscribios en la Pía Obra del Sagrado
Corazón de Jesús de Roma

L a BAsn-iCA del S agrado C orazón de J e­
EN R oma y el P ara L eón x m . —El año

sús

1879, el Papa León x m confió a D. Bosco
la construcción del templo al Sagrado Co­
razón de Jesús, que se habla empezado a
levantar en Roma en el lugar denominado
Castro Pretorio. El Santo aceptó al punto
tan honroso encargo, si bien conocía cuán
difícil y costosa debía serle la empresa.
Venciendo mil dificultades, pudo cumplir
satisfactoriamente los deseos del Papa, vien­
do consagrado el nuevo y magnífico templo
el año 1887. D. Bosco, que ya apenas podía
tenerse en pie, quiso ir por última vez a
Roma para ofrecer a Su Santidad León x m
en su Jubileo Sacerdotal la Basílica com­
pletamente terminada.
S eis misas cotidianas perpetuas para los
INSCRITOS VIVOS Y DIFUNTOS, Y OTROS FAVO­
RES ESPIRITUALES. — Fué fundada la Pía

Obra dei Sagrado Corazón por el primer
sucesor de San Juan Bosco, y benignamen­
te aprobado por S. S. León X Ill el 30 de
julio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, se
adquiere derecho a participar de todas las
oraciones y buenas obras de la Sociedad
Salesiana, y a la aplicación de seis misas,
que se celebran todos los días, a perpetui­
dad. en nuestra Basílica del Sagrado Co­
razón de Jesús en Roma: dos en el altar
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que. habien­
do confesado y comulgado, visiten una igle­
sia u oratorio público (los religiosos y reli­
giosas, la suya privada), y recen allí según
la intención del Sumo Pontífice, pueden ga­
nar:
INDULGENCIA PLBNARIA

l.« El día en que dan su nombre a la
Pía Unión de los Cooperadores.
2.0 El día en que por primera vez se con­
sagran al Corazón de Jesús.
8.0 Todas las veces en que durante ocho
días seguidos hagan Ejercicios Espirituales.

mayor, dos en el de María Auxiliadora y
dos en el de San José.
Los que se inscriben en la Pía Obra pue­
den aplicar el fruto de estas misas a sí
mismos, o a otras personas, vivas o difun­
tas, y variar la intención cuantas veces les
plazca.
Las limosnas recibidas por este conduc­
to destíñanse, de modo exclusivo, a promo­
ver la gloria de Dios y los intereses cul­
turales de la sociedad, acogiendo a niños
pobres y abandonados para educarlos cris­
tianamente.
¿Quién no contribuirá, pues, con algu­
nos céntimos, que con tanta facilidad se
gastan,, a esta invitación paternal de San
Juan Bosco y de la Iglesia, inspirada en
ideales tan nobles y caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de ase­
gurarse la benevolencia divina, en este
mundo y en el otro, mediante la aplica­
ción de los méritos infinitos del Santo Sa­
crificio del altar?
¿Quién no tiene seres queridos, vivos o
difuntos, a quienes obsequiar con tan es­
pléndido regalo espiritual?

Pidan hojas de inscripción y envíen las
limosnas a la Direceñón del B oletín S alesiANo, Apartado 9134, Madrid, que es la
representación del Revmo. Rector Mayor de
la Congregación Salesiana.
4.«> En punto de muerte, si confesados y
comulgados, o al menos con corazón contri­
to, invocaren devotamente el Nombre de
Jesús con la boca, y si no pueden, con
el corazón.
Cada mes:
l.° Un día a su elección.
2.0 El día en que hacen el Ejercicio de
la Buena Muerte.
3.0 El día en que asisten a la Conferen­
cia mensual Salesiana.
Febrero: Día 2. Purificación de Nuestra
Señora: 22, Cátedra de San Pedro en Antioquía.
iifarzo: Día 19, Fiesta del Patriarca San
José; 25. Anunciación de la Sma. Virgen.

SUMARIO

El sacerdocio católico.—De nuestras Casas (Inauguración de la capilla a San
Juan Bosco en las E. P. S. de Zaragoza).—Noticiario breve.—^Efemérides secu­
lares.—De nuestras Misiones.—La Sierva de Dios D.» Dorotea de Chopitea.—
“In memoriam”.—Crónica de gracias.

N U E ST R A P O R T A D A
18

Reproducción en bicolor del cuadro del altar de S. Juan Bosco en la Basílica
de María Auxiliadora, en Turín, debido al inspirado pincel de (3rida.

BOLETIN
SALESI ANO
Febrero de 1944

Núm. 8-2.* Epcca

REVIS TA DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO

Redacción y Administración; Alcalá, 164. - Apartado 9134. - MADRID

El S a c e r d o t e

Insistiendo en el -pensamiento esbozado en
él número anterior sobre la necesidad de la
enseñanza religiosa, y siendo él sacerdocio
la columna alrededor y sobre la cual se
han de edificar y sostener todas las inicia­
tivas y obras, en éste como en todos los
demás campos de las actividades de la
Iglesia, creemos oportuno poner a conside­
ración de nuestros lectores algunos princi­
pios y verdades referentes al sacerdote ca­
tólico. Wo es ésta la vez primera que se
trata este asunto en las columnas del Bo­

letín; sin embargo, tenemos la seguridad
de que serán acogidas estas lineas con ver­
dadero afecto por nuestros Cooperadores, no
precisamente porque ellos necesiten conven­
cerse de cuanto vamos a exponer, sino poi­
que les ponen en ocasión propicia para
enaltecer y defender a este sacerdocio ca­
tólico contra el cual los enemigos de Dios
“dirigen principalmente sus golpes a fin de
quitarlo de en medio y abrirse paso hacia
la siempre deseada y jamás conseguida des­
trucción de la Iglesia misma". (Pío XI).

E l s a c e r d o t e , se g ú n la el estado eclesiástico, respondiendo así
IDEA DE ¡UANITO BoSCO a D . Calosso, que le preguntaba^ el
luanito era un niño, v, como tal,
no podía tener del sacerdote sino una
idea intuitiva, producto de una niente
infantil, coloreada por el sentimiento
de su natural afectuoso y según la vi­
sión misteriosa, tenida a los nueve años,
en que el 3eñor le revelara su porve­
nir. Y la idea que del sacerdote tem'a
apeu'ece con claridad en algunas fra­
ses consignadas en las Memorias que
años después escribió para los Salesianos.
En abril de 1826, año de su pri­
mera Comunión, tuvo su célebre en­
cuentro con D . Calosso. que volvía
con sus feligreses de Murialdo de
la Misión que se estaba predicando en
Buttigliera. En aquella ocasión tuvo
con el buen sacerdote una conversa­
ción histórica, aunque sencifla; téin
sencilla como la que puede sostener un
niño. V que, sin embargo, le abrió pa­
so hacia el altar. Durante el diálogo,
luanito manifestó su deseo de abrazar

por qué : Para acercarme, hablar, ins­
truir en la Religión a tantos compañe­
ros que no son malos, pero que llegan
a serlo porque nadie se preocupa de
ellos.
En la mente de aquel rapazuelo, el
sacerdote era, pues, ante todo y sobre
todo, el amigo de los niños y el ins­
trumento divino de su salvación eter­
na. luanito, como cumple a un chiqui­
llo, no pensaba en las personas mayo­
res, que también necesitan, no cabe
duda, del sacerdote. Bien lo sabía él,
que las había visto trabajar en domin­
go, desertar de la iglesia, blasfemar...
Pero en su condición de niño se
preocupaba sólo de los pequeños, ^por­
que en su mismo corazoncíto sentía el
eco de su voz angustiada oidiendo hom­
bres que los llevasen a Dios.
Este anhelo le preocupó con tanta
insistencia, que algún tiempo después,
embargado de tristeza, lloro amarga­
mente. Hubiera querido acercarse a los
sacerdotes de su pueblo, celosos y

- 19

nando en él la idea del apostolado ju­
venil que hasta entonces había teni­
do, V puso el sello a das resoluciones
tomadas en el día de su vestición, con
este propósito : Todos los días conta­
ré a mis compañeros y amigos algún
ejemplo o máxima provechosa para el
alma ; el día que no tenga a quién,
lo contaré a mi madre.
Uegado al sacerdocio, juan Bosco
realizó plenamente su concepción y fué
el hombre de Dios que, si bien pen­
sando en las almas de todos, se dedicó
de un modo especial a la de los niños ;
fué la bondad del Señor hecha sensi­
ble a los iovencitos con la amabilidad
en la palabra y en la sonrisa, con el
amor operativo de una vida empleada
sobre todo y por entero en su educa­
ción.
Jaanito Bosco con D . Calosso

ejemplares; pero viéndolos pasar por
calles y caminos vecinales con solem­
ne dignidad, y contestar muy serios a
su saludo, mas sin dirigirle una sola
palabra, no pudo menos que romper
a llorar, y aunque con frases respetuo­
sas, se desahogó con su madre y con
sus compañeros: Si lleoo a ser sacer­
dote, pienso obrar de muy distirita ma­
nera : me acercaré a los niños, les di­
ré buenas palabras y les daré buenos
consejos.
fuanito no cambió nunca este su
concepto sobre el sacerdote. La vesti­
ción clerical puso fin a la vida y a la
mentalidad del seglar, y dió comien­
zo a la del clérigo. Pero si en sus ora­
ciones. dichas en lo íntimo de su co­
razón durante la ceremonia religiosa.
V en sus propósitos, escritos la noche
de aquel día memorando, se puede ver
que luán se formó del sacerdote la
idea del hombre que reduce a un mí­
nimum las necesidades y las debilida­
des de la naturaleza humana e irra­
dia a los demás hombres los resplan­
dores de las virtudes divinas, es evi­
dente. sin embargo, que siguió domi-

20



El

s a c e r d o t e en e l p e n ­
sa m ie n t o DE M a d re M ar ­
garita

En las palabras y en el modo de
obrar de la santa madre de D. Bosco
puede leerse el elevado concepto que
el buen pueblo cristiano tiene de sus
sacerdotes.
Margarita sabía que el sacerdote hace las veces de D ios; por lo mismo, le
confiaba a^sus hijos, tesoro de su co­
razón. lose y fuanito le manifestaban
todo cuanto habían hecho v dicho, pe­
ro reservaban para el confesor los se­
cretos más íntimos; y la madre no só­
lo no se sentía celosa por estas confidwcias, que ella ignoraba y no inten^ba descubrir, sino oue Ies recomen­
daba insistentemente y se lo inculcaba
con el ejemplo, que manifestasen siem­
pre con claridad al sacerdote cuanto
en pensamiento, palabra y obra, fuera
ofensa del Señor.
El elevado concepto en que Marga­
rita tema al sacerdote se reveló sobre
todo en las memorables palabras dirigi­
das a su hijito poco después de vestir és­
te la santa sotana. Se sentía feliz al ver­
lo encaminado ya hacia el santuario, pe­
ro temía que más adelante llegase a

dudar de su vocación ; en tal caso pre­
fería que juanito depusiese la sotana y
que volviese a cultivar los csunpos:
Prefiero tener por hijo a un pobre cam­
pesino que a un sacerdote descuidado
en sus deberes. En el corazón de Mar­
garita el amor de madre cedía el sitio
al profundo respeto que sentía hacia
el estado sacerdotal : por grande que
fuese su amor a luanito v desease el
cumplimiento de sus deseos, lo pre­
fería pobre campesino antes que sacer­
dote poco diligente en el cumplimien­
to de sus sacrosantos deberes volunta­
riamente abrazados.
^
El día de Corpus del año 1841,
D. Bosco cantó su primera Misa en
su aldea natal. Apenas pudo encon­
trarse a solas con su hijo, Madre Mar­
garita le dijo : Eres ya sacerdote : di­
ces Misa ; desde hoy en adelante es­
tarás más cerca de Jesucristo. Acuér­
date, sin embargo, que comenzar a
decir Misa significa comenzar a sufrir.
No te darás cuenta en seguida, pero
poco a poco te irás dando cuenta de
que tu madre te ha dicho la verdad.
Estoy segura de que todos los días re­
zarás por mi, bien mientras viva, bien
cuando haya muerto. Esto me basia.
Tú, desde este día, piensa sólo en la
salvación de las almas y no te preocu­
pes más de mí.
Margarita se hallaba oerfectamente
compenetrada con la misión del hijo
sacerdote hasta el punto de pedirle se
olvidara de ella en bien de las almas.
En aquellos tiempos, las madres no ab­
dicaban fácilmente a sus derechos ni
ante los halagos ni ante los caprichos
del niño, ni siquiera cuando el mjo lle­
gaba a hombre, porque tera'an muy
arraigado el sentido de la autoridad
que Dios V la Naturaleza dcin a las
madres sobre los seres que les dá^en
el tesoro de la vida. Pero el hijo ha­
bía Degado al sacerdocio v la madre
quiso pasar a segundo orden.
Aquellas palabreis fueron el último
acto de la autoridad materna de Ma­
dre Margarita. Desde entonces, aquel
su afecto, que siguió inmutable y
grande cuanto grande es el corazón

Margarita Ocdiiena, madre de S. J. Bosco.

de una madre, adquirió un profundo
sentido de veneración porque tenía la
impresión de que su hijo había sido
hecho, con la unción sacerdotal, in­
mensamente superior.

El

s a c e r d o t e en l a s p a ­
g in as DE LA H isto r ia

El sacerdote es la omnipotencia di­
vina puesta a disposición de la Huma­
nidad. El sacerdote multiplica entre
los hombres las obras del Señor como
la creación multiplicó los astros del fir­
mamento.
Instrumento de Dios, el sacerdote
trabaja a escote, a medias con Dios ;
a diferencia de los hombres que fabriC2ui estados y haciendas utilizando ca­
pitales enormes y sacrificando intere­
ses V vidas, el sacerdote crea de la
nada.
Cada página de la Historia de la
Iglesia nos ofrece alguno de estos ma­
ravillosos rasgos del poder de Dios
puesto a disposici^ de sus sacerdot^.
Los grandes Fundadora de Familias
Religiosas, desde S. Benito hasta Don
Bosco, por no nombrar otros más re—

21

cientes, no poseían nada ; y sobre es­
ta nada surgieron abadías, conventos,
casas religiosas, colegios, iglesias y
centros de actividad tan numerosos co­
mo las arenas del mar.
S . Vicente de Paúl, S, [osé Beni­
to Cottolengo, 3. luán Bosco, D . Do­
mingo 3ol y cien otros apóstoles de la
caridad han dejado estupefacto al
rnundo de las finanzas, para el que
siempre han sido un misterio las ins­
tituciones benéficas hechas con la na­
da, V que llenan de alegre admiración
al mundo de los que sufren, los cua­
les se ven maternalmente asistidos en
sus innumerables miserias. ¡ Doquiera
asoma el dolor, allí vemos al buen 3a'
maritano, derramando bálsamo sobre
sus heridas abiertas!
Pero la omnipotencia de Dios para
con sus sacerdotes brilla sobre todo en
las estupendas metamorfosis que ellos
obran en los hombres. La voluntad hu­
mana es el único obstáculo verdadero
que puede dificultar el camino de la
gracia ; y ésta se sirve casi siempre del
sacerdote para superar victoriosamente
el obstáculo.
Los bárbaros, rudos y belicosos, y

23 ~

S . la in Bosco, padre y maestro de la foTeatad

los patricios muelles del hundido Im­
perio Romaiio fueron la cantera de la
que 3an Benito sacó a sus monjes, que
brillaron por su santidad y cultura, di­
latando el Reino de Dios por toda
Europa y reedificando las iglesias y
las poblaciones que ellos mismos o sus
padres habían devastado.
San Francisco de Asís pobló la tie­
rra de conventos en los cuales vivían
sacerdotes que parecían hombres de
otro mundo, que difundieron a su al­
rededor sencillez, candor y desinterés,
y que triunfaron de los vicios median­
te su palabra y su ejemplo tan opues­
tos a las costumbres dominantes en la
época.
En el ambiente sibarítico del si­
glo X II, 3 . Pedro Nolasco y S. Fé­
lix de Valois suscitéiron falanges de
sacerdotes heroicos, hasta el extremo
. de poner a la venta su propia persona
para redimir a los cristianos esclavos
de los musulmanes, sustitución que
equivalía a un verdadero martirio, aun­
que no siempre cruento.
3an Francisco Javier y, antes y des­
pués de él, miflares y millares de
sacerdotes misioneros convirtieron na­
ciones enteras, en las que eran doble­
mente mal vistos, por extranjeros y
por suplantadores de la religión nacio­
nal.
3an Vicente Ferrer, S. Juan de la
Cruz, el santo Cura de Ars, el Beato
Claret y toda la pléyade de sacerdo­
tes dedicados a la predicación evan­
gélica y al ministerio de las confesio­
nes, han atraído a innumerables peca­
dores y libertinos y los han converti­
do a Dios con la elocuencia y la edi­
ficación de su palabra, que parecía y
era la palabra de Dios.
Don Bosco, en un siglo que vió ce­
rrados o semidesiertos los seminarios,
dio a las diócesis millares de sacerdo­
tes y al tiempo que la juventud toda
coma desbocada a la ruina moral y
religiosa, transformó su primer Orato­
rio en un vergel de lirios y de flores
olorosas y pobló sus colegios de mul­
titudes ingentes de jovencitos que emu­
laron la pureza candorosa de los án­
geles.

El

s a c e r d o t e a la l u z d e
LA R ev el a c ió n

La persona del sacerdote irradia
maravillosos fulgores de divinidad.
En el lenguaje de la Escritura el
sacerdote tiene la categoría de coope­
rador de Dios y de adminislTadoj y
dispensador de los Misterios del Señor.
Es el hombre de Dios por excelencia,
diputado para crear en las amas nue­
vos mundos sobrenaturales inniutamente más bellos y grandiosos que el que
contemplan nuesiros ojos: para comu­
nicar al Espíritu 3anto ; para traer m i
veces a jesús sobre la tiena *, ^ mas,
para perpetuar sobre la tierra la per­
manencia del Hombre-Dios, pm el
sacerdote, los sagrarios estarían vamos
y las iglesias vendrían a ser mudos üofeos de una arquitectura sin sentido,
como lo son las ruinas de los templos
paganos.
...
Es el hombre delegado ohcidmente para integrar la Ppión de Lnsto,
añadiendo a la agonía del Redentor
los propios padecimientos, pwa hacer
llegar a las almas la Redención lleva­
da a cabo en el Calvario.
Su bendición llega a todo y a todos :
animales, plantas, semillas, mieses,
casas, máquinas, agua, fuego ; en to­
das las criaturas salidas de las manos
de Dios o transformadas por la mano
del hombre, el sacerdote imprime el
sello de su bendiaón, que es la ben­
dición del Señor.
• r
Cumple en la tierra idéntica tunción que el Redentor; es más, cumple
exactamente las mismas funciones.
adora, reza, da gracias en nombre de
toda la humanidad, de la que es re­
presentante oficial; como jesús, per­
dona los pecados v celebm el mismo
Sacrificio de la Ultima Cena y^ del
Calvario, jesús le confió esta misión
al decir : A si como el Padre me envió,
asi os envió uo a vosotros.
En el confesionario no tiene otra msignia que una estola morada, P^o en
su mano ostenta un poder mfimto.
Traza la señal de la cruz y dice en
voz baja : Yo te absuelvo de tus pe­

cados, y lo que no podrían hacer to­
dos los poderes del universo, lo logran
estas sencillas palabras del sacerdote,
con las cuales reconstruye en un ins­
tante el magnífico templo de Dios des­
truido por el pecado.
En el altar, al inclinarse sobre a
Hostia, pronuncia las palabras de la
Consagración, y el pan ^ convierte en
el Cuerpo del Hombre-Dios. La ma­
yor entre las maravillas de esta transubstanciación no es el cumulo de mi­
lagros que exige y de que consta, sino
el que pueda ser hecha por las pala­
bras de un hombre, siendo como es
esencialmente divina, y que se realice
con palabras que tienen la virtud de
producir lo que significan sólo^ cuando
antecede la unión entre jesús ^ el
sacerdote j que la palabra d ^ hom­
bre llegue a ser palabra de Dios, y
la acción sacriíical del honibre sea
verdaderamente la acción sacrifical de
jesús.
. .
3e cumple, pues, en el la rnistenosa realidad proclamada por S. Pa­
blo cuando oice : Crisío üíue en mi.
¿ t e divino fenómeno se realiza, es
cierto, en todos los cristianos que vi­
ven en gracia y de la gracia, pero no
tiene perfecto cumplimiento sino en el
sacerdote, el cual participa, no solo de
la vida, sino también de los poderes
y de la dignidad del pontífice Eterno,
jesucristo. Y de este modo viene a
ser su Legado, su alier
° como
dicen los Padres, un alter Christus,
otro Cristo en la tierra.
El sacerdote es, pues, la respuesta
de jesús a la súplica Mane nobiscum,
Domine, Que le dirigieron los discípu­
los de Emaus al atardecer del día de
la Resurrección, y que la humanidad
en el transcurso de veinte siglos repi­
te de continuo en sus plegarias y con
sus dolores: jesús ha quedado con
nosotros en la persona de los sacerdo­
tes y en el poder omnipotente conce­
dido a su palabra con la que instruve, ayuda, perdona, renueva el sacri­
ficio redentor y Deva a cabo las admi­
rables creaciones de la gracia que i n ­
vierten al alma en un templo de Dios
V en un Cielo en la tierra.
— 23

De n u e s t r a s

ooooc&cooQioo

C 3

S 3. S

Z aragoza : Escuelas Profesionales Salesianos.—El dia 2 de diciembre pp., a las diez de
la mañana, fué bendecida por el Excelen­
tísimo e Ilustrislmo señor Arzobispo doctor
D. Rigoberto Domenech, la capilla de San
Juan Bosco en las Escuelas Profesionales
Salesianas de Nuestra Señora del Pilar, que
se están construyendo en la ciudad de Za­
ragoza.
Copiamos del diario “El Noticiero”, de
aquella ciudad:
”E1 acto se vió concurridísimo por perso­
nas de todas clases sociales, predominando
los niños, que acudieron en tan gran núme­
ro, que fué problema de no fácil solución
el colocarlos. Los vecinos de la bmrriada se
sumaron en masa al piadoso acto. Vióse
entre las personalidades allí presentes a los
directores de los grupos escolares "Rosa
Arjó", “Andrés Manjón” y “Cervmites”.
En la ceremonia de la bendición nuestro
amadísimo Prelado fué asistido por el Maes­
tro de Ceremonias del Pilar, D. Francisco
Mateos, y por un sacerdote Salesiano.
Durante la misa, que se celebró después
de la bendición, la banda de cometas y tam­
bores del Cuerpo de Policía Armada, ama­
blemente cedida por su Jefe, rindió hono­
res al Señor en el momento de la Eleva­
ción. Dicha banda solemnizó también la Uegada y despedida del señor Arzobispo, el
cual, terminados los actos religiosos, pasó a
visitar las dependencias de la casa, cele­
brándose en uno de los salones una recep­
ción en la que un niño declamó una poesía
de saludo y acción de gracias a S. E.
Tierna por demás fué la escena que pre­
senciamos, cuando al salir el señor Arzo­
bispo, los chavales, rompiendo por entre
las filas de guardias, fueron a besar el ani­
llo del Prelado. ¡ Hermosísima escena ver
al buen Pastor rodeado de tan gran núme­
ro de ovejitas, que se estrujaban para lle­
gar hasta él! Entre los vítores de los ni­
ños y al son de las cometas y tambores,
sonriente y complacido, se despidió el se­
ñor Arzobispo.
Detalle emocionante y simpático de la fies­
ta lo constitu.vó para todos los asistentes
el oír quinientos y más rapazuelos orar
juntos, siguiendo los pasos de la misa, y
entonar a inténsalos fervorosos y entusias­
tas cantos al Santísimo, a la Virgen y a
San Juan Bosco.
Preside el altar de la nueva capilla una
estatua de San Juan Bosco, que infunde
devoción y confianza; ha sido construida
en las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona, y es regalo de una noble dama,
24 —

ZARAGOZA.—El tobogán, uno
de los jnegos redentemente
Inangnradot

agradecida por un insigne favor alcanzado
por mediación del santo de los niños.”
En el mismo Oratorio se han inaugurado
recientemente nuevos juegos para atracción
y recreo de los niños que acuden allí a pa­
sar alegre y santamente los dias de fiesta.
El de más éxito ha sido el tobogán. Forman
también las delicias de los pequeños el bandeador, los pasawlantes, etc. ¡ Cuánto bien
se haró a las almitas de esos niños que
acuden a centenares al Oratorio atraídos
por las diversiones, y qué recompensa tan
grande tendrá reservada el Señor para las
generosas personas que ayudan con caridad
al desarrollo de obras tan provechosas a la
sociedad, a la Religión y a la Patria!
M ataro : Colegio Salesiano de S. Antonio
de Padua.—El Círculo Misionero P adre C alasanz, integrado por los socios de las Com­
pañías piadosas, ha querido este año pro­
yectar ai exterior su amor y entusiasmo por
las Misiones. Los socios de la Compañía del
Santísimo Sacramento, además de su ora­
ción diaria según la Intención misional del
Papa, convencidos de que para entusiasmar­
se a sí mismos y entusiasmar a . los demás
en el ideal sublime de la conversión de los
infieles, lo más eficaz es conocer detalla­
damente las Misiones y las fatigas y difi­
cultades del misionero, han creado un
Círculo de Estudios Misionales que ha em­
pezado a funcionar en el mes de enero. Asi­
mismo han tomado a su cargo la organiza-

De n u e s t r a s
misiones

Grapos de veteranos muchachos
que frecuentan el O. F. Salesia*
no de Zaragoza

ción de la tradicional Rila en favor de las
Misiones.
, .
P amplona : Escuelas Profesionales Salesianos. Celebróse con gran fervor la fiesta de
las Misiones en nuestra Casa de la capital
de Navarra, fervor que se manifestó al ex­
terior, amén de las numerosas comuniones,
visitas y sacrificios, con las setecientas pe­
setas recogidas entre los internos.
Aplaudimos y señalamos como digno de
imitación el entusiasta y generoso rasgo
de los alumnos de Mataró y de Pamplona.
M adrid : Colegio de S. Miguel Arcángel.—
Este Colegio, situado en el Paseo de Extre­
madura, fué uno de los que más sufrieron
en nuestra Guerra de Liberación, por ha­
berse hallado durante toda ella en terre­
no de fuego. Con tesón y entusiasmo se
ha logrado repararlo en sus líneas genera­
les. Desde hace un año vienen funcionando
en él cuatro clases elementales, frecuenta­
das por unos doscientos alumnos externos
gratuitos. En este mes se ha inaugurado el
Oratorio Festivo y se han abierto dos cia­
ses más. Los Antiguos Alumnos y el Círcu­
lo “Domingo Savio” han iniciado asimismo
sus actividades. Hermosas funcioncitas de
teatro y animados recreos constituyen la ale­
gría de los niños de la barriada, cuya de­
voción se puede admirar en sus prácticas
de piedad y en las frecuentes visitas a Je­
sús Sacramentado. Quiera el Señe»' seguir
bendiciendo la hermosa labor que en aque­
lla casa se lleva a cabo.

De D. Mariano Uguet, Inspector Salesiano en la India, se ha recibido una carta,
de la que entresacamos los párrafos siguien­
tes :
“Muy amado Padre: Con gran alegría
leimos su carta de mayo último, cuyo con­
tenido se comunicó a todos los Hermanos
de la Inspectoría. Estamos siempre unidos a
ustedes y, todos los días, en todas las casas
de la Inspectoría, se hacen oraciones espe­
ciales por nuestros Superiores lejanos!
Seguimos adelante en medio de grandes
dificultades, pero el Señor nos proteje,
Para cumplir con sus deseos y celebrar el
jubileo de nuestro amado y venerado Rec­
tor Mayor, hemos intensificado el cultivo de
vocaciones, y el próximo año tendremos sie­
te novicios: cuatro, fruto de Sillooah, y
tres, de Gauhati. Tenemos 28 aspirantes, to­
dos sanos y buenos muchachos.
Este año he visitado todas las casas dos
veces, y algunas hasta tres y cuatro; en
todas se trabaja con celo y amor. En este
mes tendremos dos tandas de Ejercicios Es­
pirituales: una, en ShiUong, y otra, en
Krishnagar.
Esta Inspectoría es muy extensa, y paso
la mayor parte del afio en viajes, usando
todos los medios de locomoción: a pie, a
caballo, en elefante, en barco, en tren, y
últimamente también en aeroplano. En la
madrugada del 18 de mayo me encontré
en un choque de trenes: el coche en que
viajaba quedó hecho astillas, y hubo 14
muertos y 34 heridos. Un Padre Paúl y yo
fuimos los únicos pasajeros de aquel coche
que quedamos ilesos, sin ni siquiera un ras­
guño. No se explica sin una protección
muy grande de María Auxiliadora.
Don José Carreño, Vicario General de Madrás y Pro-Inspector de aquella Inspectoría,
pasó aquí el mes de agosto y entrambos la­
mentamos la falta de noticias. ¿No podría
mandarnos el Boletín español u otra revísta
que nos dé noticias de ustedes? De cualquier
noticia que me mande le quedaré muy agra­
decido.
En nombre de todos le presento a usted
y a todc« los Superiores nuestras oracio­
nes y augurios de im nuevo año muy fe­
liz. Que él Niño Jesús nos traiga la tan
suspirada paz. Le agradeceré presente mis
respetos al amadísimo y Revmo. Rector Ma­
yor, y usted dígnese bendecir a éste su aíectísimo hijo in C. J.
Mariano Uguet
Misiemero Salesiano
Gauhati-Assam, &-10-43 (India).’
— 25

Nuevo Cardenal Protector
de la C o n g r e g a c ió n S a l e s i a n a

Nos complacemos en presentar la jigwra del'
Emmo. Cardenal Salotti. a quien S. S. Pío XII
acaba de nombrar {según noticias que recogemos
de la Prensa transmitidas por la Agencia EFE.),
Protector de la Congregación Salesiana en susti­
tución del fallecido Cardenal La Puma (g. s. g. h.).
Creemos del todo innecesario referir los méritos
que Mons. Salotti tiene ante la Obra Salesiana,
pues es sobradamente conocido cuanto por ella
ha hecho, de un modo especial en lo referente a
las causas de Beatificación de D. Bosco y . del
Vble. Domingo Sanio. Indican su amor hacia los
Hijos de D. Bosco estas frases que espigamos en
sus escritos: ... me ligan a los Salesianos víncu­
los de devota y fra'ternal amistad... Para mí ha­
blar de D. Bosco ofrece el atractivo más seduc­
tor... He sentido siempre hacia la gran Familia
Salesiana, de la que me considero humilde tercia­
rio, tma admiración profunda y especial...La Con­
gregación Salesiana y sus Cooperadores y amigos
agradecen a Dios y a su Vicaría en la tierra el
inestimable don que acaban de hacerles. El
Emmo. Cardenal Carlos Salotti nació en Grotte
de Castro, diócesis de Montefiasone {Italia), el 25
de julio de 1870. Es actualmente Prefecto de la
Sagrada Congregación de Ritos.

EFEMÉRIDES

SECULARES

D on B o s c o en el a n o 1 8 4 4 ...
Un día, al llegar D. Bosco a cierta ciu­
dad, tuvo noticia de que un señor amigo su­
yo, y de edad muy avanzada, se hallaba gra­
vemente enfermo. Sin saber explicarse el
porqué, tuvo un triste presentimiento, y al
punto se dirigió a visitarle. Aquel señor ha­
bía empleado los años de su larga vida en
la práctica de la virtud y en obras de ca­
ridad. Todos le tenían en concepto de san­
to. Había conocido a D. Bosco cuando éste
era aún muy joven, y le tenía en gran
aprecio.
Al llegar D. Bosco a su casa, supo que el
buen señor había recibido los Santos Sa­
cramentos y la Bendición ApostóUca. In­
sistió, con todo, para poderle ver, y fuéle
dicho que los médicos habían prohibido las
visitas al enfermo; que, además, era in­
útil su presencia, pues había perdido los
sentidos. No se dió por satisfecho D. Bos­
co con estas razones, insistió nuevamente
y logró por fin ser Introducido en la habi­
tación y quedar a solas con el enfermo.
Apenas éste oyó la voz de Juan, abrió
los ojos y exclamó:
— íOA! ¿Eres fii, Boscol
—Supe (pie estaba usted enfermo, y ha­
llándome de paso quise...
28 —

— ¡ Gracias, gracias l
—¿Y cómo se eTicuentral
—Ya puedes ver: mal, muy mal.
—Me han dicho que ha recibido ya los
Santos Sacramentos.
—Sí... ¡los he recibidol
Y al decir esto, al pobre anciano le tem­
blaba la voz.
—jDemos gracias a Dios—prosiguió D. Sos­
co—y esté tranquilo, puesto que están en
o ^en los asuntos de su alma. Puede sen­
tir gran satisfacción al mirar hacia atrás
y ver su vida empleada toda ella en el
servicio de Dios y en bien del prójimo.
El pobre anciano lanzó un profimdo sus­
piro, que más parecía xm sollozo, miró a
su alrededor y dijo:
—Bosco.
—iQué deseo?
—¿Hay alguien en la habitación^
—Nadie. Estarnos sotos.
Asi creía D. Bosco, pero detrás de un
amplio cortinaje, se hallaba oculta una per­
sona, que no habiendo podido retirarse a
tiempo, tuvo vergüenza de aparecer en aquel
instante. Cincuenta años después, cuando
no era ya posible determinar nombres de
personas ni de lugares, y ocultándolos cui-

II
La Sierva de Dios

Doñd

D oroted

Muchos de nuestros apreciados lectores
üabrán visitado siquiera iina vez las Es­
cuelas Profesionales Salesianas de Barcelo­
na (Sarriá); muchísimos, por no decir to­
dos, las han oído nombrar y conocen el
gran bien que en ellas se hace... Sa,ben de
cuántos niños y jovencitos acogen, cómo és­
tos se ejercitan en un arte u oficio hasta
salir maestros capacitados para ganarse hol­
gadamente la vida; cuán profundo es el
tópíritu cristiano de que se im b^en sus
tiernos corazoncitos... Saben del cúmulo de
hermosas g^nspñanstas que allí se da a la
juventud desde la cátedra, desde el pulpi­
to y desde el confesionario; de los cantos
fervorosos entonadce bajo las elegantes ar­
cadas góticas del Santuario de María Auxi­
liadora; del recogimiento con que aquella
masa de muchachos se acerca diariamente
al Banquete Eucarístico; del número ^ a n ­
de de vocaciones sacerdotales y religiosas
que el Señor ha suscitado entre sus cen­
tenares de alumnos en el no largo espacio
de sesenta años... ¡Cuánto bieni ¡Cuán­
tas almas santificadas entre los muros de
las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona 1 ¡Cuánto bien seguirá hacien­
do fuera de sus ámbitos y en años y aun
siglos venideros mediante los padres de fa­
milia reciamente cristianos que en ellas se
han formado, y gracias al apostolado de
los sacerdotes y religiosos que lian visto
germinar y florecer en aquel jardín de vir­
tudes su vocación hermosa 1
¿Y a quién se debe tanto bien, tantas
almas salvadas y santificadas, tan gran
abundancia de pan espiritual repartido en­
tre los pequeñuelos? A Dios, “dador de todo
bien”. Pero...
Un día Jesús, al otro lado del mar de
Genesaret, se vió rodeado de una turba
hambriento, hambriento del pan del espí­
ritu y del pan material. Y se compadeció
de ellos. “ ¡Pobres gentes! ¿Qué van a co­
dadosamente, esta misma persona refinó el
hecho.
El enfermo prosiguió;
—Dime, ¿te has examinado de Confesión^
—SI, mi buen señor; pero en punto de
muerte, cualquier sacerdote puede obsoí! ver...
' —¡xh, Sosco!... Tengo que hacerte una
i confidencia... Compadéceme, perdona mi de­
bilidad..., \no me reprendasi Tengo un se­
creto que revelarte.
—Hablad; sabéis cuánto os quiero.
—De muchacho tuve ¡a desgracia de co­
meter un pecado mortal, y me entró tal
vergüenza, que jamás he osado confesarlo.
Todas mis comuniones, \hasta la primeral.

1

06

C h o p i 't e d

mer en este lugar desierto y solitario?” La
respuesta para Jesús, Hombre-Dios, podía
haber sido muy sencilla. Si Dios puede ha­
cer brotar hijos de Abraham de las piedras
del camino, podía también convertirlas en
panes. Y hubiera sido im milagro y una
lección. Lección de omnipotencia y lección
de bondad por parte de Jesús, por parte de
Dios. Pero el Divino Maestro quiso que en
la lección que nos Iba a dar, viéramos no
sólo cómo obra El. sino también cómo de­
bemos obrar nosotros.
Y ved qué hizo... Había un muchacho
que tenía cinco panes y dos peces. En com­
paración con el resto de la gente, podía
han sido sacrilegas. Temía perder la estima
del confesor.
—Y en la última confesión, ¿lo habéis
manifestado!
_\Lo he ocultado también] \Ayúdame,
Hosco l
—Con mucho gusto. Tened gran confian­
za en él Señor, que tan bueno es y que por
nosotros ha muerto en la cruz.
El anciano se confesó, recibió la absolu­
ción y levantando los brazos dijo;
—¡Seo eternamente bendecida la infinita
misericordia de Dios\
Y dicho esto, dejó caer los brazos y ex­
piró.
(De las Memorias Biográficas. IV tomo)
— 27

muy bien considerarse rico en aquellos mo­
mentos: tenia el doble de lo necesario pa­
ra vivir cuando los demás carecían de lo
más indispensable. Y Jesús le pide el sa­
crificio de sus riquezas.
¿Acaso no podía el Salvador alimentar
a aquellas gentes, obrar el estupendo mi­
lagro de dar de comer a aquella multitud
de más de cinco mil personas, sin necesi­
dad de que aquel muchachito se viera pri­
vado de todos sus bienes? ¡ Muy bien po­
dían aquellas manos, obradoras de prodi­
gios estupendos, haber prescindido del soco­
rro de cinco panes y dos peces I Pero Dios,
que ha querido asociar al hombre a su di­
vina Paternidad, le quiere también asocia­
do a esto que podríamos llamar corolario
de su poder creador: su Providencia.
Corría la segunda mitad del siglo XIX...
Las muchedumbres, en pos de promesas fal­
sas, aunque halagadoras y ofrecidas como
mesiánicas, se iban desplazando de la tran­
quilidad de sus campos, de la paz augus­
ta y cristiana de las aldeas, relicario de
seculares virtudes, para poblar los subur­
bios de las ciudades, hacinadas en buhardi­
llas, sotabancos y chebas de latas; en ba­
rriadas sin parroquia ni escuela; frecuen­
tando padres, madres e hijos fábricas cu­
yos amos, en su mayoría, sólo se preocupa­
ban de que los obreros produjeran a más
y mejor, poniendo mayor interés por la
rueda más pequeña de un engranaje que
por esos centenax'es de ruedas importantí­
simas del engranaje social que son los obre­
ros.
Eran las muchedumbres en un l i ^ r de­
sierto y apartado... Era el desierto del aban­
dono de las leyes higiénicas, morales y re­
ligiosas; el lugar apartado de la cultura y
de la Iglesia... Aquellas almas, a la corta o
a la lai*ga, iban a materializarse y a en­
mohecerse como sus cuerpos entre las de­
vanaderas de los Inmensos telares y entre
los tomos de la moderna industria metalúr­
gica.
Y mientras tanto, revueltos con los es­
combros y basuras de los solares para cons­
trucción. crecían los niños, harapientos, hos­
co el semblante y con el corazón precoz­
mente cubierto de mugre, sin que hubie­
ra una mano compasiva que les repartlei*a el pan... ¡el del cuerpo y el del alma!
Jesús, como entonces al otro lado del mar
de Galilea, tuvo compasión de las tmbas.
Pero, como entonces también, llamó a sus
apóstoles y les dijo: Dad de comer a esas
genies.
Un santo celo consumía el alma de estos
apóstoles, que se llamaban «i Barcelona Hi­
jos de S. Ignacio, de S. Juan Bautista de
la Salle, de S. Juan de Dios, etc. etc. Mas
a semejanza de los que seguían a Cristo en
el siglo I. los apóstoles del siglo XIX eran
pobres... ¿De dónde saldrían los recursos
para hacer frente a las necesidades de los
tiempos nuevos?
38 —

Dios Nuestro Señor hizo que hubiera va­
rios con cinco panes y dos peces... Algu­
nos cerraron los oídos de su corazón a la
invitación de los apóstoles... Otros supie­
ron desprenderse tal vez de un pan. Con
estas ofrendas, Dios no quiso hacer mila­
gros.
Hubo, sin embargo, una señoi*a, un alma
verdaderamente de Dios, un alma que en­
tendía y meditaba las palabi-as de San Pa­
blo ¿qué tienes que no lo hayas recibido?.
y en consecuencia, cumplía con el Man­
damiento de Jesús al Doctor de la Ley
Vade et fac similiter, es decir, "obra con
tus prójimos como obró el Buen Samaiitano de la Parábola...” Un alma que, al en­
tregarlo todo a los pobres, pensaba dar li­
mosna no a un hombre cualquiera, tal vez
ingrato, sino a Cristo, cuyas palabras lo que
hicisteis con el más 'pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicisteis, resonaban de con­
tinuo en su corazón.
Y esta señora, esta alma privilegiada, este
horno y ejemplar de caridad ciistíana en
el siglo XIX no fué sino aquélla cuyos
restos mortales se guardan cual preciada re­
liquia en la iglesia de las antes citadas Es­
cuelas Profesionales Salesianas y se llamó
doña Dorotea de Chopitea, viuda de Be­
rra, hoy ya Siei-va de Dios.
Ella fué quien, en la metrópoli catalana,
en el momento crucial para la gran urbe,
al requirimiento de los apóstoles del bien
y aun anticipándose a él, como el mucha­
cho del Evangelio, supo poner en manos
de Cristo, representado por sus ministros,
los cinco panes y los dos peces... ¡todos
sus bienes!
Y Dios hizo el milagro... ¿Quién podría
enumerar las obi'as de Caridad llevadas a
cabo en Barcelona gracias a la generosi­
dad de doña Dorotea? ¿Las Escuelas Pro­
fesionales Salesianas de Sarriá?... Y las de
Rocafort, dirigidas por los mismos religio­
sos, y el Colegio de las H.H. de María Au­
xiliadora. del Paseo de D. Bosco, y el Co­
legio del Sagrado Corazón, de Sarriá; las
Salas de Asilo de las calles Aldana, Roger
de Flor y Barceloneta; el Colegio de S. Vi­
cente de Paúl, el Obrador de la Sagrada
Familia, el Colegio de los P.P. Jesuítas, de
la calle de Caspe; el Ho^ital de Nues­
tra Señora del Sagrado Corazón, los Cole­
gios de los H.H. de las Escuelas Cristianas
de Las Corts, Barceloneta, Pueblo Seco y
Gracia; Colegio de María Inmaculada, del
Servicio Doméstico; Escuelas del Apostola­
do de la Oración; Escuela Parroquial de
Rubí; iglesia de Calella de Palafrugell;
Albergue de San Antonio; Hermanitas de
los pobres, en la calle Borrtíl; Colegio de
Religiosos Franciscanos, de Pueblo Nuevo:
Asilos del Buen Consejo y S. Rafael... ¡y
cien y más obras benéficas de redención
espiritual, social y material que en Barce­
lona elevan im himno poderoso a la Ca­
ridad cristiana, el constante y perpetuo mi­

lagro que Dios ha querido dejar como prue­
ba fehaciente de la divinidad de la Iglesia
Católica.
Cuenta la leyenda que al morir Alejandro
Magno mandó que le dejaran las manos
colgando fuera del sarcófago para que to­
dos vieran que nada se llevaba de este
mundo.
Si nos hubiera sido dado pasar el dia 3
de abril del año 1891 por la cámara mor­
tuoria donde yacía el cadáver de Doña Do­
rotea, nuestros ojos materiales no hubie­
ran visto otra cosa que las lágrimas de los
pobrecitos, que, desconsolados, iban a de­
positar el último beso sobre aquellas manos
que tantas veces en vida se habían abier­
to para enjugárselas con bondad de madre.
Pero los ojos de nuestro espíritu hubiéranlas podido contemplar llenas de aquel te­
soro que los ladrones no pueden robar ni
la polilla consumir (Mat. VI, 19), mien­
tras voces angélicas irían repitiendo las pa­
labras del salmo Beatus qui intellegit super
egenum et pauperem (P. XI). Bienaventu­
rado el que se compadece del pobre y ne­
cesitado... Dios le salvará en el dia de su
muerte; y aquellas otras del Kempis:
Quien, presta auxilio a un hermano nece­
sitado, toma a Jesús por la mano.
Y Jesús la tomaría a ella por la mano
para introducirla trixmfante y gloriosa en las

mansiones etemales del Cielo, según habla
pedido por ella S. Juan Bosco, y según la
promesa del mismo Dios, que dice en la
Escritura: Quoniam elccmosyna a mortc Hberat, et ipsa est quae purgat peccata...
(Tob. XII. 9). La Umosna libra de la muer­
te eterna y purga los pecados.
La Iglesia ha introducido la Causa de
Beatiñcación de esta gran Sierva de Dios.
Quiera el Cielo que pronto podamos vene­
rarla en los altares. Encomendémoslo al Se­
ñor para que en su bondad apresure la hora
de la exaltación de su “limosnera”.
Y entretanto aprovechemos sus ejemplos
de caridad. Hagámonos amigos con las ri­
quezas, a ñn de que cuando llegue la muer­
te nos reciban en la eterna morada. Y en­
tonces se podrá escribir en nuestra sepul­
tura lo que se lee en la lápida sepulcral
de un hombre caritativo: Cuanto dió ge­
nerosamente en la tierra, lo llevó consigo
a la otra vida...
Las relaciones 'de gracias obtenidas por
intercesión de la Sierva de Dios D.^ Do­
rotea de Chopitea, y las limosnas destina­
das a la Causa de su Beatificación, envíen­
se al M. Rdo. D. Julián Massana, Paseo
de D. Bosco, 74, Barcelona.

TRABAJAMOS POR UN AMO RIQUISIMO, DUEÑO DEL CIELO Y DE LA
TIERRA, POR UN AMO QUE QUIERE Y PUEDE DARNOS UN PREMIO GRAN­
DISIMO: MERCES MAGNA NIMIS. LA RECOMPENSA EN ESTE MUNDO
CONSISTE EN EL CENTUPLO DE CUANTO POR EL HAYAMOS HECHO:
CENTUPLUM ACCIPIETIS; Y EN EL OTRO MUNDO CONSISTE EN LA VIDA
ETERNA. ET VITAM AETERNAM POSSIDEBITIS.
(S. Juan Bosco)

Tranquila y recogida mansión
de paz que en Mobemando
(Gnadalafara) es la palestra
donde se ejercitan para las fntaras batallas del Sefior, los
jóvenes Novi.íos y Estndiantes
de Filosofía de la Inspectoría
Céltica Salesiana. Ayndar a
aos’ener estas ca^s es ayndar
directamente a la formación de
bnenos sacerdotes

— 29

n,. I n m e m o r i a m .„||
Rdo. Sr. D. Gabriel Martín Hemández.—'El
día 4 de enero, en el Colegio Salesiano de Valencia, del que era Director, fa­
lleció el Rdo. Sr. D. Gabriel Martín. El
diario Las Provincias, de aquella capital, en
su número del día 5 de enero, ai dar a co­
nocer la infausta noticia, hace de D. Ga­
briel el siguiente cumplido elogio, que co­
piamos íntegramente:
“Nació el Padre Gabriel Martín en Escurial de la Sierra (Salamanca). Hizo sus
primeros estudios en el Colegio Salesiano
de esta misma ciudad, donde sintió el lla­
mamiento de Dios a la vida religiosa y
sacerdotal. Profesó en el Noviciado de Carabanchel Alto (Madrid), y celebró por pri­
mera vez el Santo Sacrificio de la Misa en
el Colegio Salesiano de Mataró (Barce­
lona).
Muy pronto dió a conocer las dotes ex­
traordinarias que poseía en la dirección de
las almas, por lo que fué nombrado direc­
tor espiritual del mismo Colegio. Como no
sólo se veía en él un gran corazón, sino
también una despejada inteligencia, pasó
a la Universidad de Barcelona a ampliar
sus estudios, licenciándose en Ciencias Na­
turales. En esta ciudad de Barcelona se en­
contraba al producirse el Glorioso Movimien­
to Nacional, y con ánimo esforzado el Pa­
dre Gabriel pasó la frontera y se dirigió
a la España nacional, donde en un princi­
pio se unió al Ejército salvador y luego
fué nombrado profesor del Colegio Salesia­
no de Salamanca, donde ha dejado recuer­
do Inolvidable.
Como delegado de la F. A. E. en esta ciu­
dad. orientó a los colegios de enseñanza pri­
vada en la aplicación del nuevo plan de
enseñanza media.
Liberada Valencia, ante el lamentable es­
tado en que se encontraba el Colegio Saleslano de esta ciudad, el reverendo Padre
Provincial pensó en el Padre Gabriel como
la persona más apta para llevar la direc­
ción de este Colegio, que tiene a su vez
aneja una parroquia.
Su actividad en este Centro es de todos
conocida. Era infatigable; su apostolado todo lo abarcaba. Dirigía el Colegio, que cuen­
ta con cerca de im millar de alumnos, de
los cuales 280 son de enseñanza media. Es­
taba al frente de la parroquia de San An­
tonio Abad, donde había organizado admi­
rablemente las cuatro ramas de A. Católi­
ca. de la cual era apóstol incansable. Y co­
mo si esto fuera poco, todavía tenía bajo
su directíón el nuevo Colegio Salesiano que
se
zafa.está construyendo en la barriada de Ru­
Su celo por la salvación de las
no -

desplegado en el confesonario, en conferen­
cias y obras de misericordia, no conocía lí­
mites : robaba tiempo al sueño, llegando
apenas a seis horas las dedicadas al des­
canso de la noche. Precisamente como buen
pastor que da su vida por sus ovejas, este
mismo celo ha sido la causa de su muer­
te. Por atender a la fiesta de la Purísima
retardó el acostarse cuando ya una bronconeumonía atentaba contra su salud. Y to­
davía se levantó porque urgía preparar la
distribución del aguinaldo a le» pobres de
la parroquia. Cuando se dió cuenta de la ,
gravedad de su enfermedad, ya no tuvo
remedio.” D. e. p.
Dfi Rafaela Pérez, viuda de Mata.—^E1
día 18 del pasado diciembre, confortada con
los Santos Sacramentos y la Bendición
de S. S., entregó su alma a Dios, en la
ciudad de Málaga, esta insigne cooperado­
ra salesiana. Madre ejemplar, de acendrada
caridad y piadosos sentimientos cristiano^
sobrellevó su larga enfermedad con invic­
ta paciencia. A sus desconsolados hijos y
demás familia, nuestro más sentido pésame.
D. Miguel Ferrer Guillén.—El día 10 de
enero descansó en el Señor este gran ami­
go y cooperador de la Obra Salesiana en
Gerona. D. e. p.
D. Francisco Llacayo.—A punto de cerrar
la edición de este número del Boletín, re­
cibimos la triste noticia del fallecimiento
de este buen coadjutor salesiano, ocurrido
en nuestra Casa de Deusto. El Señor había
premiado ya al ejemplar religioso sus mu­
chos años de vida salesiana humilde y san­
tificada en el ejercicio constante de la vir­
tud. Pidamos al Señor de la mies envíe a
la Congregación Salesiana muchos obreros
del temple y del espíritu del Sr. Llacayo.
Itíno. Sr. D. José Vicens.—El día 5 de
enero, murió en la paz del Señor este co­
operador y bienhechor de las Obras Salesianas en Alcoy. Enviamos a su familia nues­
tro más sentido pésame.
Desconocedores de los secretos juicios de
Dios, suptícaTnos encarecidamente a nuestros
lectores rueguen a Dios en caridad por las
almas de los saiesianos y cooperadores di­
funtos, especialmente por aquellas de cuya
defunción darnos noticia desde estas colum­
nas. El Señor nos recompensará algún dia
la caridad que hayamos tenido para con
las benditas Almas del Purgatorio.
R. r. P.

Madre mía Auxiliadora: Según te prome­
tí, envío una limosna para las Obras Salesianas 7 hago público mi agi*adecimiento por la gracia que tu valiosa mediación
me ha alcanzado. Sígueme protegiendo, Ma­
dre mía, en otro asunto cuya resolución fa­
vorable necesito con urgencia.
J. G. S.
La Coruña, 14 diciembre 1943.
Fuertes quemaduras sufridas en un des­
graciado accidente pusieron en peli^o la
vida de mi padre. Exhorté a mi familia pa­
ra que acudiera a la valiosa intercesión
de María Auxiliadora y de Su Siervo San
Juan Bosco. A este fin, hicimos ima nove­
na. Nos fué concedida la gracia deseada, en­
contrándose mi padre en la actualidad per­
fectamente curado. Meses antes aquejába­
le al mismo una tos fuerte y persistente,
que nos ponía en continua alarma. Invoca­
dos los celestes protectores, fuimos escucha­
dos. Hago público, conforme lo prometí, mi
agradecimiento por estos dos señalados fa­
vores, exhortando al mismo tiempo a cuan­
tos sufren acudan con fe en sus tribula­
ciones a tan valiosos protectores.
S. B.
Salesiano
Madrid, 4 enero 1944.
Desde hacía un mes venía sufriendo una
enfermedad en el oído derecho. Acudí al
doctor, quien opinó ser necesaria una ope­
ración. No decidiéndome a cumplir su con­
sejo, pensé en nuestra celestial Madre Ma­
ría Auxiliadora, Salud de los enfermos, y
Ella me alcanzó la gracia de la curación
sin que tuviera necesidad de operarme.
¡Gracias, Madre mía, pues te has dignado
escuchar al último de tus hijos!
Santiago Lloréns
Alcoy, 13 enero 1944.
Sumamente agradecido a María Auxilia­
dora por la gracia que me ha obtenido con
su mediación poderosa, envío una limosna
para su Santuario y hago público mi agra­
decimiento.
Affíífo Venturi
Dan también gracias a María Auxiliado­
ra y a S. Juan Bosco: R. E. Alaiza (Barce­
lona) : Mercedes Trías y Virginia Pell (Ge­
rona); Trinidad Ribera CPígueras); E. P..
Remiro y Felisa Sierra (Zaragoza).
Hacía ya bastante tiempo que la fiebre
me tenia postrada en el lecho sin que pu­
diera abrigar esperanzas de próxima cura­

ción. En trance tan apurado, acudí a Ma­
ría Auxiliadora y supliqué a un sacerdote
salesiano que me diera la bendición de tan
buena Madre. Aquel mismo día me desapa­
reció la fiebre, sin que me haya vuelto a
aparecer. Agradecida a la Virgen de Don
Bosco, envío una limosna para su San­
tuario.
Esperanza Brú, Vda. Masó
Gerona, diciembre de 1943.
Sentía una simpatía irresistible hacia
D. Bosco, simpatía que aumentó con el co­
nocimiento más extenso de su prodigiosa
vida. Pero D. Bosco me parecía tan huma­
no que creía conocerle y tratarle sin que
me produjera la sensación que suelen pro­
ducir los Santos. En consecuencia, nunca
había recurrido a su intervención. Hace es­
casamente un año me hallé mite tres gra­
ves apuros, y me parecía demasiada osadía
pretender tanto del Cielo. Sumido en la
más profunda desolación, me acordé de
pronto de D. Bosco, de “aquel amigo mío”,
y le pedí su intercesión, prometiéndole un
donativo para la Obra Salesiana en pro­
porción a mis posibilidades. San Juan Bosco
me ha escuchado, pues he alcanzado plena­
mente las tres gracias pedidas, a saber: la
curación de mi hijito, desahuciado por los
médicos; mi propia curación de una terri­
ble enfermedad, y la regularlzación de mis
negocios. Al cumplir mi promesa, hago otra
al glorioso San Juan Bosco y a María Auxi­
liadora, y es de renovar mi donativo anual­
mente mientras viva y cuantas veces du­
rante el año me sea posible.
R. S. A.
Barcelona, 31 diciembre 1943.
Hallándome en un gravísimo apuro, re­
currí a nuestra buena Madre María Auxi­
liadora y al Vble, Domingo Savio, prome­
tiendo publicar la gracia en el B oletín S aLEsiANo para gloria de mis celestiales pro­
tectores y aliento de cuantos se hallan ne­
cesitados de su auxilio. Hoy, satisfactoria­
mente solucionado mi conflicto, cumplo
agradecido mi promesa.
Un Antiguo Alumno Salesiano
Sevilla, noviembre de 1943.
Agradecida al Vble. Domingo Savio por el
favor que me ha dispensado en xma inter­
vención quirúrgica que tuve que sufrir, en­
vío una limosna para su Causa de Beatifi­
cación.
Josefina Morató
Santa María de Paiau Tordera (Gerona),
diciembre de 1943.
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gran variedad de formas y tamaños y con las imágenes de
María Auxiliadora, ^agrado Corazón, San juan iBosco y
Beata Mazzarello en distintas combinaciones.

I

MEDALLAS

d e 3 an L u is , redondas, de
metal plateado, reverso liso o con el busto de la Purísima.
M e d a l l a s d e D. B o s c o , en metal bronceado, con ins­
cripción alegórica en el reverso, propia para premio en cer­
támenes, concursos, etc. ; redondas, borde artístico, de
30 mm. ; sueltas o con pasador y cinta de los colores na­
cionales.

PARA LOS C o n g r eg a n t es

B O L E T I N
S A L E 3 I A N O
Redacción y Administracción: A p a r ta d o 9134.-Madrid

j
Texto
Inscribios en la Pía Obra del Sagrado
Corazón de Jesús de Roma

L a BAsn-iCA del S agrado C orazón de J e­
EN R oma y el P ara L eón x m . —El año

sús

1879, el Papa León x m confió a D. Bosco
la construcción del templo al Sagrado Co­
razón de Jesús, que se habla empezado a
levantar en Roma en el lugar denominado
Castro Pretorio. El Santo aceptó al punto
tan honroso encargo, si bien conocía cuán
difícil y costosa debía serle la empresa.
Venciendo mil dificultades, pudo cumplir
satisfactoriamente los deseos del Papa, vien­
do consagrado el nuevo y magnífico templo
el año 1887. D. Bosco, que ya apenas podía
tenerse en pie, quiso ir por última vez a
Roma para ofrecer a Su Santidad León x m
en su Jubileo Sacerdotal la Basílica com­
pletamente terminada.
S eis misas cotidianas perpetuas para los
INSCRITOS VIVOS Y DIFUNTOS, Y OTROS FAVO­
RES ESPIRITUALES. — Fué fundada la Pía

Obra dei Sagrado Corazón por el primer
sucesor de San Juan Bosco, y benignamen­
te aprobado por S. S. León X Ill el 30 de
julio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, se
adquiere derecho a participar de todas las
oraciones y buenas obras de la Sociedad
Salesiana, y a la aplicación de seis misas,
que se celebran todos los días, a perpetui­
dad. en nuestra Basílica del Sagrado Co­
razón de Jesús en Roma: dos en el altar
TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que. habien­
do confesado y comulgado, visiten una igle­
sia u oratorio público (los religiosos y reli­
giosas, la suya privada), y recen allí según
la intención del Sumo Pontífice, pueden ga­
nar:
INDULGENCIA PLBNARIA

l.« El día en que dan su nombre a la
Pía Unión de los Cooperadores.
2.0 El día en que por primera vez se con­
sagran al Corazón de Jesús.
8.0 Todas las veces en que durante ocho
días seguidos hagan Ejercicios Espirituales.

mayor, dos en el de María Auxiliadora y
dos en el de San José.
Los que se inscriben en la Pía Obra pue­
den aplicar el fruto de estas misas a sí
mismos, o a otras personas, vivas o difun­
tas, y variar la intención cuantas veces les
plazca.
Las limosnas recibidas por este conduc­
to destíñanse, de modo exclusivo, a promo­
ver la gloria de Dios y los intereses cul­
turales de la sociedad, acogiendo a niños
pobres y abandonados para educarlos cris­
tianamente.
¿Quién no contribuirá, pues, con algu­
nos céntimos, que con tanta facilidad se
gastan,, a esta invitación paternal de San
Juan Bosco y de la Iglesia, inspirada en
ideales tan nobles y caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de ase­
gurarse la benevolencia divina, en este
mundo y en el otro, mediante la aplica­
ción de los méritos infinitos del Santo Sa­
crificio del altar?
¿Quién no tiene seres queridos, vivos o
difuntos, a quienes obsequiar con tan es­
pléndido regalo espiritual?

Pidan hojas de inscripción y envíen las
limosnas a la Direceñón del B oletín S alesiANo, Apartado 9134, Madrid, que es la
representación del Revmo. Rector Mayor de
la Congregación Salesiana.
4.«> En punto de muerte, si confesados y
comulgados, o al menos con corazón contri­
to, invocaren devotamente el Nombre de
Jesús con la boca, y si no pueden, con
el corazón.
Cada mes:
l.° Un día a su elección.
2.0 El día en que hacen el Ejercicio de
la Buena Muerte.
3.0 El día en que asisten a la Conferen­
cia mensual Salesiana.
Febrero: Día 2. Purificación de Nuestra
Señora: 22, Cátedra de San Pedro en Antioquía.
iifarzo: Día 19, Fiesta del Patriarca San
José; 25. Anunciación de la Sma. Virgen.

SUMARIO

El sacerdocio católico.—De nuestras Casas (Inauguración de la capilla a San
Juan Bosco en las E. P. S. de Zaragoza).—Noticiario breve.—^Efemérides secu­
lares.—De nuestras Misiones.—La Sierva de Dios D.» Dorotea de Chopitea.—
“In memoriam”.—Crónica de gracias.

N U E ST R A P O R T A D A
18

Reproducción en bicolor del cuadro del altar de S. Juan Bosco en la Basílica
de María Auxiliadora, en Turín, debido al inspirado pincel de (3rida.

BOLETIN
SALESI ANO
Febrero de 1944

Núm. 8-2.* Epcca

REVIS TA DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO

Redacción y Administración; Alcalá, 164. - Apartado 9134. - MADRID

El S a c e r d o t e

Insistiendo en el -pensamiento esbozado en
él número anterior sobre la necesidad de la
enseñanza religiosa, y siendo él sacerdocio
la columna alrededor y sobre la cual se
han de edificar y sostener todas las inicia­
tivas y obras, en éste como en todos los
demás campos de las actividades de la
Iglesia, creemos oportuno poner a conside­
ración de nuestros lectores algunos princi­
pios y verdades referentes al sacerdote ca­
tólico. Wo es ésta la vez primera que se
trata este asunto en las columnas del Bo­

letín; sin embargo, tenemos la seguridad
de que serán acogidas estas lineas con ver­
dadero afecto por nuestros Cooperadores, no
precisamente porque ellos necesiten conven­
cerse de cuanto vamos a exponer, sino poi­
que les ponen en ocasión propicia para
enaltecer y defender a este sacerdocio ca­
tólico contra el cual los enemigos de Dios
“dirigen principalmente sus golpes a fin de
quitarlo de en medio y abrirse paso hacia
la siempre deseada y jamás conseguida des­
trucción de la Iglesia misma". (Pío XI).

E l s a c e r d o t e , se g ú n la el estado eclesiástico, respondiendo así
IDEA DE ¡UANITO BoSCO a D . Calosso, que le preguntaba^ el
luanito era un niño, v, como tal,
no podía tener del sacerdote sino una
idea intuitiva, producto de una niente
infantil, coloreada por el sentimiento
de su natural afectuoso y según la vi­
sión misteriosa, tenida a los nueve años,
en que el 3eñor le revelara su porve­
nir. Y la idea que del sacerdote tem'a
apeu'ece con claridad en algunas fra­
ses consignadas en las Memorias que
años después escribió para los Salesianos.
En abril de 1826, año de su pri­
mera Comunión, tuvo su célebre en­
cuentro con D . Calosso. que volvía
con sus feligreses de Murialdo de
la Misión que se estaba predicando en
Buttigliera. En aquella ocasión tuvo
con el buen sacerdote una conversa­
ción histórica, aunque sencifla; téin
sencilla como la que puede sostener un
niño. V que, sin embargo, le abrió pa­
so hacia el altar. Durante el diálogo,
luanito manifestó su deseo de abrazar

por qué : Para acercarme, hablar, ins­
truir en la Religión a tantos compañe­
ros que no son malos, pero que llegan
a serlo porque nadie se preocupa de
ellos.
En la mente de aquel rapazuelo, el
sacerdote era, pues, ante todo y sobre
todo, el amigo de los niños y el ins­
trumento divino de su salvación eter­
na. luanito, como cumple a un chiqui­
llo, no pensaba en las personas mayo­
res, que también necesitan, no cabe
duda, del sacerdote. Bien lo sabía él,
que las había visto trabajar en domin­
go, desertar de la iglesia, blasfemar...
Pero en su condición de niño se
preocupaba sólo de los pequeños, ^por­
que en su mismo corazoncíto sentía el
eco de su voz angustiada oidiendo hom­
bres que los llevasen a Dios.
Este anhelo le preocupó con tanta
insistencia, que algún tiempo después,
embargado de tristeza, lloro amarga­
mente. Hubiera querido acercarse a los
sacerdotes de su pueblo, celosos y

- 19

nando en él la idea del apostolado ju­
venil que hasta entonces había teni­
do, V puso el sello a das resoluciones
tomadas en el día de su vestición, con
este propósito : Todos los días conta­
ré a mis compañeros y amigos algún
ejemplo o máxima provechosa para el
alma ; el día que no tenga a quién,
lo contaré a mi madre.
Uegado al sacerdocio, juan Bosco
realizó plenamente su concepción y fué
el hombre de Dios que, si bien pen­
sando en las almas de todos, se dedicó
de un modo especial a la de los niños ;
fué la bondad del Señor hecha sensi­
ble a los iovencitos con la amabilidad
en la palabra y en la sonrisa, con el
amor operativo de una vida empleada
sobre todo y por entero en su educa­
ción.
Jaanito Bosco con D . Calosso

ejemplares; pero viéndolos pasar por
calles y caminos vecinales con solem­
ne dignidad, y contestar muy serios a
su saludo, mas sin dirigirle una sola
palabra, no pudo menos que romper
a llorar, y aunque con frases respetuo­
sas, se desahogó con su madre y con
sus compañeros: Si lleoo a ser sacer­
dote, pienso obrar de muy distirita ma­
nera : me acercaré a los niños, les di­
ré buenas palabras y les daré buenos
consejos.
fuanito no cambió nunca este su
concepto sobre el sacerdote. La vesti­
ción clerical puso fin a la vida y a la
mentalidad del seglar, y dió comien­
zo a la del clérigo. Pero si en sus ora­
ciones. dichas en lo íntimo de su co­
razón durante la ceremonia religiosa.
V en sus propósitos, escritos la noche
de aquel día memorando, se puede ver
que luán se formó del sacerdote la
idea del hombre que reduce a un mí­
nimum las necesidades y las debilida­
des de la naturaleza humana e irra­
dia a los demás hombres los resplan­
dores de las virtudes divinas, es evi­
dente. sin embargo, que siguió domi-

20



El

s a c e r d o t e en e l p e n ­
sa m ie n t o DE M a d re M ar ­
garita

En las palabras y en el modo de
obrar de la santa madre de D. Bosco
puede leerse el elevado concepto que
el buen pueblo cristiano tiene de sus
sacerdotes.
Margarita sabía que el sacerdote hace las veces de D ios; por lo mismo, le
confiaba a^sus hijos, tesoro de su co­
razón. lose y fuanito le manifestaban
todo cuanto habían hecho v dicho, pe­
ro reservaban para el confesor los se­
cretos más íntimos; y la madre no só­
lo no se sentía celosa por estas confidwcias, que ella ignoraba y no inten^ba descubrir, sino oue Ies recomen­
daba insistentemente y se lo inculcaba
con el ejemplo, que manifestasen siem­
pre con claridad al sacerdote cuanto
en pensamiento, palabra y obra, fuera
ofensa del Señor.
El elevado concepto en que Marga­
rita tema al sacerdote se reveló sobre
todo en las memorables palabras dirigi­
das a su hijito poco después de vestir és­
te la santa sotana. Se sentía feliz al ver­
lo encaminado ya hacia el santuario, pe­
ro temía que más adelante llegase a

dudar de su vocación ; en tal caso pre­
fería que juanito depusiese la sotana y
que volviese a cultivar los csunpos:
Prefiero tener por hijo a un pobre cam­
pesino que a un sacerdote descuidado
en sus deberes. En el corazón de Mar­
garita el amor de madre cedía el sitio
al profundo respeto que sentía hacia
el estado sacerdotal : por grande que
fuese su amor a luanito v desease el
cumplimiento de sus deseos, lo pre­
fería pobre campesino antes que sacer­
dote poco diligente en el cumplimien­
to de sus sacrosantos deberes volunta­
riamente abrazados.
^
El día de Corpus del año 1841,
D. Bosco cantó su primera Misa en
su aldea natal. Apenas pudo encon­
trarse a solas con su hijo, Madre Mar­
garita le dijo : Eres ya sacerdote : di­
ces Misa ; desde hoy en adelante es­
tarás más cerca de Jesucristo. Acuér­
date, sin embargo, que comenzar a
decir Misa significa comenzar a sufrir.
No te darás cuenta en seguida, pero
poco a poco te irás dando cuenta de
que tu madre te ha dicho la verdad.
Estoy segura de que todos los días re­
zarás por mi, bien mientras viva, bien
cuando haya muerto. Esto me basia.
Tú, desde este día, piensa sólo en la
salvación de las almas y no te preocu­
pes más de mí.
Margarita se hallaba oerfectamente
compenetrada con la misión del hijo
sacerdote hasta el punto de pedirle se
olvidara de ella en bien de las almas.
En aquellos tiempos, las madres no ab­
dicaban fácilmente a sus derechos ni
ante los halagos ni ante los caprichos
del niño, ni siquiera cuando el mjo lle­
gaba a hombre, porque tera'an muy
arraigado el sentido de la autoridad
que Dios V la Naturaleza dcin a las
madres sobre los seres que les dá^en
el tesoro de la vida. Pero el hijo ha­
bía Degado al sacerdocio v la madre
quiso pasar a segundo orden.
Aquellas palabreis fueron el último
acto de la autoridad materna de Ma­
dre Margarita. Desde entonces, aquel
su afecto, que siguió inmutable y
grande cuanto grande es el corazón

Margarita Ocdiiena, madre de S. J. Bosco.

de una madre, adquirió un profundo
sentido de veneración porque tenía la
impresión de que su hijo había sido
hecho, con la unción sacerdotal, in­
mensamente superior.

El

s a c e r d o t e en l a s p a ­
g in as DE LA H isto r ia

El sacerdote es la omnipotencia di­
vina puesta a disposición de la Huma­
nidad. El sacerdote multiplica entre
los hombres las obras del Señor como
la creación multiplicó los astros del fir­
mamento.
Instrumento de Dios, el sacerdote
trabaja a escote, a medias con Dios ;
a diferencia de los hombres que fabriC2ui estados y haciendas utilizando ca­
pitales enormes y sacrificando intere­
ses V vidas, el sacerdote crea de la
nada.
Cada página de la Historia de la
Iglesia nos ofrece alguno de estos ma­
ravillosos rasgos del poder de Dios
puesto a disposici^ de sus sacerdot^.
Los grandes Fundadora de Familias
Religiosas, desde S. Benito hasta Don
Bosco, por no nombrar otros más re—

21

cientes, no poseían nada ; y sobre es­
ta nada surgieron abadías, conventos,
casas religiosas, colegios, iglesias y
centros de actividad tan numerosos co­
mo las arenas del mar.
S . Vicente de Paúl, S, [osé Beni­
to Cottolengo, 3. luán Bosco, D . Do­
mingo 3ol y cien otros apóstoles de la
caridad han dejado estupefacto al
rnundo de las finanzas, para el que
siempre han sido un misterio las ins­
tituciones benéficas hechas con la na­
da, V que llenan de alegre admiración
al mundo de los que sufren, los cua­
les se ven maternalmente asistidos en
sus innumerables miserias. ¡ Doquiera
asoma el dolor, allí vemos al buen 3a'
maritano, derramando bálsamo sobre
sus heridas abiertas!
Pero la omnipotencia de Dios para
con sus sacerdotes brilla sobre todo en
las estupendas metamorfosis que ellos
obran en los hombres. La voluntad hu­
mana es el único obstáculo verdadero
que puede dificultar el camino de la
gracia ; y ésta se sirve casi siempre del
sacerdote para superar victoriosamente
el obstáculo.
Los bárbaros, rudos y belicosos, y

23 ~

S . la in Bosco, padre y maestro de la foTeatad

los patricios muelles del hundido Im­
perio Romaiio fueron la cantera de la
que 3an Benito sacó a sus monjes, que
brillaron por su santidad y cultura, di­
latando el Reino de Dios por toda
Europa y reedificando las iglesias y
las poblaciones que ellos mismos o sus
padres habían devastado.
San Francisco de Asís pobló la tie­
rra de conventos en los cuales vivían
sacerdotes que parecían hombres de
otro mundo, que difundieron a su al­
rededor sencillez, candor y desinterés,
y que triunfaron de los vicios median­
te su palabra y su ejemplo tan opues­
tos a las costumbres dominantes en la
época.
En el ambiente sibarítico del si­
glo X II, 3 . Pedro Nolasco y S. Fé­
lix de Valois suscitéiron falanges de
sacerdotes heroicos, hasta el extremo
. de poner a la venta su propia persona
para redimir a los cristianos esclavos
de los musulmanes, sustitución que
equivalía a un verdadero martirio, aun­
que no siempre cruento.
3an Francisco Javier y, antes y des­
pués de él, miflares y millares de
sacerdotes misioneros convirtieron na­
ciones enteras, en las que eran doble­
mente mal vistos, por extranjeros y
por suplantadores de la religión nacio­
nal.
3an Vicente Ferrer, S. Juan de la
Cruz, el santo Cura de Ars, el Beato
Claret y toda la pléyade de sacerdo­
tes dedicados a la predicación evan­
gélica y al ministerio de las confesio­
nes, han atraído a innumerables peca­
dores y libertinos y los han converti­
do a Dios con la elocuencia y la edi­
ficación de su palabra, que parecía y
era la palabra de Dios.
Don Bosco, en un siglo que vió ce­
rrados o semidesiertos los seminarios,
dio a las diócesis millares de sacerdo­
tes y al tiempo que la juventud toda
coma desbocada a la ruina moral y
religiosa, transformó su primer Orato­
rio en un vergel de lirios y de flores
olorosas y pobló sus colegios de mul­
titudes ingentes de jovencitos que emu­
laron la pureza candorosa de los án­
geles.

El

s a c e r d o t e a la l u z d e
LA R ev el a c ió n

La persona del sacerdote irradia
maravillosos fulgores de divinidad.
En el lenguaje de la Escritura el
sacerdote tiene la categoría de coope­
rador de Dios y de adminislTadoj y
dispensador de los Misterios del Señor.
Es el hombre de Dios por excelencia,
diputado para crear en las amas nue­
vos mundos sobrenaturales inniutamente más bellos y grandiosos que el que
contemplan nuesiros ojos: para comu­
nicar al Espíritu 3anto ; para traer m i
veces a jesús sobre la tiena *, ^ mas,
para perpetuar sobre la tierra la per­
manencia del Hombre-Dios, pm el
sacerdote, los sagrarios estarían vamos
y las iglesias vendrían a ser mudos üofeos de una arquitectura sin sentido,
como lo son las ruinas de los templos
paganos.
...
Es el hombre delegado ohcidmente para integrar la Ppión de Lnsto,
añadiendo a la agonía del Redentor
los propios padecimientos, pwa hacer
llegar a las almas la Redención lleva­
da a cabo en el Calvario.
Su bendición llega a todo y a todos :
animales, plantas, semillas, mieses,
casas, máquinas, agua, fuego ; en to­
das las criaturas salidas de las manos
de Dios o transformadas por la mano
del hombre, el sacerdote imprime el
sello de su bendiaón, que es la ben­
dición del Señor.
• r
Cumple en la tierra idéntica tunción que el Redentor; es más, cumple
exactamente las mismas funciones.
adora, reza, da gracias en nombre de
toda la humanidad, de la que es re­
presentante oficial; como jesús, per­
dona los pecados v celebm el mismo
Sacrificio de la Ultima Cena y^ del
Calvario, jesús le confió esta misión
al decir : A si como el Padre me envió,
asi os envió uo a vosotros.
En el confesionario no tiene otra msignia que una estola morada, P^o en
su mano ostenta un poder mfimto.
Traza la señal de la cruz y dice en
voz baja : Yo te absuelvo de tus pe­

cados, y lo que no podrían hacer to­
dos los poderes del universo, lo logran
estas sencillas palabras del sacerdote,
con las cuales reconstruye en un ins­
tante el magnífico templo de Dios des­
truido por el pecado.
En el altar, al inclinarse sobre a
Hostia, pronuncia las palabras de la
Consagración, y el pan ^ convierte en
el Cuerpo del Hombre-Dios. La ma­
yor entre las maravillas de esta transubstanciación no es el cumulo de mi­
lagros que exige y de que consta, sino
el que pueda ser hecha por las pala­
bras de un hombre, siendo como es
esencialmente divina, y que se realice
con palabras que tienen la virtud de
producir lo que significan sólo^ cuando
antecede la unión entre jesús ^ el
sacerdote j que la palabra d ^ hom­
bre llegue a ser palabra de Dios, y
la acción sacriíical del honibre sea
verdaderamente la acción sacrifical de
jesús.
. .
3e cumple, pues, en el la rnistenosa realidad proclamada por S. Pa­
blo cuando oice : Crisío üíue en mi.
¿ t e divino fenómeno se realiza, es
cierto, en todos los cristianos que vi­
ven en gracia y de la gracia, pero no
tiene perfecto cumplimiento sino en el
sacerdote, el cual participa, no solo de
la vida, sino también de los poderes
y de la dignidad del pontífice Eterno,
jesucristo. Y de este modo viene a
ser su Legado, su alier
° como
dicen los Padres, un alter Christus,
otro Cristo en la tierra.
El sacerdote es, pues, la respuesta
de jesús a la súplica Mane nobiscum,
Domine, Que le dirigieron los discípu­
los de Emaus al atardecer del día de
la Resurrección, y que la humanidad
en el transcurso de veinte siglos repi­
te de continuo en sus plegarias y con
sus dolores: jesús ha quedado con
nosotros en la persona de los sacerdo­
tes y en el poder omnipotente conce­
dido a su palabra con la que instruve, ayuda, perdona, renueva el sacri­
ficio redentor y Deva a cabo las admi­
rables creaciones de la gracia que i n ­
vierten al alma en un templo de Dios
V en un Cielo en la tierra.
— 23

De n u e s t r a s

ooooc&cooQioo

C 3

S 3. S

Z aragoza : Escuelas Profesionales Salesianos.—El dia 2 de diciembre pp., a las diez de
la mañana, fué bendecida por el Excelen­
tísimo e Ilustrislmo señor Arzobispo doctor
D. Rigoberto Domenech, la capilla de San
Juan Bosco en las Escuelas Profesionales
Salesianas de Nuestra Señora del Pilar, que
se están construyendo en la ciudad de Za­
ragoza.
Copiamos del diario “El Noticiero”, de
aquella ciudad:
”E1 acto se vió concurridísimo por perso­
nas de todas clases sociales, predominando
los niños, que acudieron en tan gran núme­
ro, que fué problema de no fácil solución
el colocarlos. Los vecinos de la bmrriada se
sumaron en masa al piadoso acto. Vióse
entre las personalidades allí presentes a los
directores de los grupos escolares "Rosa
Arjó", “Andrés Manjón” y “Cervmites”.
En la ceremonia de la bendición nuestro
amadísimo Prelado fué asistido por el Maes­
tro de Ceremonias del Pilar, D. Francisco
Mateos, y por un sacerdote Salesiano.
Durante la misa, que se celebró después
de la bendición, la banda de cometas y tam­
bores del Cuerpo de Policía Armada, ama­
blemente cedida por su Jefe, rindió hono­
res al Señor en el momento de la Eleva­
ción. Dicha banda solemnizó también la Uegada y despedida del señor Arzobispo, el
cual, terminados los actos religiosos, pasó a
visitar las dependencias de la casa, cele­
brándose en uno de los salones una recep­
ción en la que un niño declamó una poesía
de saludo y acción de gracias a S. E.
Tierna por demás fué la escena que pre­
senciamos, cuando al salir el señor Arzo­
bispo, los chavales, rompiendo por entre
las filas de guardias, fueron a besar el ani­
llo del Prelado. ¡ Hermosísima escena ver
al buen Pastor rodeado de tan gran núme­
ro de ovejitas, que se estrujaban para lle­
gar hasta él! Entre los vítores de los ni­
ños y al son de las cometas y tambores,
sonriente y complacido, se despidió el se­
ñor Arzobispo.
Detalle emocionante y simpático de la fies­
ta lo constitu.vó para todos los asistentes
el oír quinientos y más rapazuelos orar
juntos, siguiendo los pasos de la misa, y
entonar a inténsalos fervorosos y entusias­
tas cantos al Santísimo, a la Virgen y a
San Juan Bosco.
Preside el altar de la nueva capilla una
estatua de San Juan Bosco, que infunde
devoción y confianza; ha sido construida
en las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona, y es regalo de una noble dama,
24 —

ZARAGOZA.—El tobogán, uno
de los jnegos redentemente
Inangnradot

agradecida por un insigne favor alcanzado
por mediación del santo de los niños.”
En el mismo Oratorio se han inaugurado
recientemente nuevos juegos para atracción
y recreo de los niños que acuden allí a pa­
sar alegre y santamente los dias de fiesta.
El de más éxito ha sido el tobogán. Forman
también las delicias de los pequeños el bandeador, los pasawlantes, etc. ¡ Cuánto bien
se haró a las almitas de esos niños que
acuden a centenares al Oratorio atraídos
por las diversiones, y qué recompensa tan
grande tendrá reservada el Señor para las
generosas personas que ayudan con caridad
al desarrollo de obras tan provechosas a la
sociedad, a la Religión y a la Patria!
M ataro : Colegio Salesiano de S. Antonio
de Padua.—El Círculo Misionero P adre C alasanz, integrado por los socios de las Com­
pañías piadosas, ha querido este año pro­
yectar ai exterior su amor y entusiasmo por
las Misiones. Los socios de la Compañía del
Santísimo Sacramento, además de su ora­
ción diaria según la Intención misional del
Papa, convencidos de que para entusiasmar­
se a sí mismos y entusiasmar a . los demás
en el ideal sublime de la conversión de los
infieles, lo más eficaz es conocer detalla­
damente las Misiones y las fatigas y difi­
cultades del misionero, han creado un
Círculo de Estudios Misionales que ha em­
pezado a funcionar en el mes de enero. Asi­
mismo han tomado a su cargo la organiza-

De n u e s t r a s
misiones

Grapos de veteranos muchachos
que frecuentan el O. F. Salesia*
no de Zaragoza

ción de la tradicional Rila en favor de las
Misiones.
, .
P amplona : Escuelas Profesionales Salesianos. Celebróse con gran fervor la fiesta de
las Misiones en nuestra Casa de la capital
de Navarra, fervor que se manifestó al ex­
terior, amén de las numerosas comuniones,
visitas y sacrificios, con las setecientas pe­
setas recogidas entre los internos.
Aplaudimos y señalamos como digno de
imitación el entusiasta y generoso rasgo
de los alumnos de Mataró y de Pamplona.
M adrid : Colegio de S. Miguel Arcángel.—
Este Colegio, situado en el Paseo de Extre­
madura, fué uno de los que más sufrieron
en nuestra Guerra de Liberación, por ha­
berse hallado durante toda ella en terre­
no de fuego. Con tesón y entusiasmo se
ha logrado repararlo en sus líneas genera­
les. Desde hace un año vienen funcionando
en él cuatro clases elementales, frecuenta­
das por unos doscientos alumnos externos
gratuitos. En este mes se ha inaugurado el
Oratorio Festivo y se han abierto dos cia­
ses más. Los Antiguos Alumnos y el Círcu­
lo “Domingo Savio” han iniciado asimismo
sus actividades. Hermosas funcioncitas de
teatro y animados recreos constituyen la ale­
gría de los niños de la barriada, cuya de­
voción se puede admirar en sus prácticas
de piedad y en las frecuentes visitas a Je­
sús Sacramentado. Quiera el Señe»' seguir
bendiciendo la hermosa labor que en aque­
lla casa se lleva a cabo.

De D. Mariano Uguet, Inspector Salesiano en la India, se ha recibido una carta,
de la que entresacamos los párrafos siguien­
tes :
“Muy amado Padre: Con gran alegría
leimos su carta de mayo último, cuyo con­
tenido se comunicó a todos los Hermanos
de la Inspectoría. Estamos siempre unidos a
ustedes y, todos los días, en todas las casas
de la Inspectoría, se hacen oraciones espe­
ciales por nuestros Superiores lejanos!
Seguimos adelante en medio de grandes
dificultades, pero el Señor nos proteje,
Para cumplir con sus deseos y celebrar el
jubileo de nuestro amado y venerado Rec­
tor Mayor, hemos intensificado el cultivo de
vocaciones, y el próximo año tendremos sie­
te novicios: cuatro, fruto de Sillooah, y
tres, de Gauhati. Tenemos 28 aspirantes, to­
dos sanos y buenos muchachos.
Este año he visitado todas las casas dos
veces, y algunas hasta tres y cuatro; en
todas se trabaja con celo y amor. En este
mes tendremos dos tandas de Ejercicios Es­
pirituales: una, en ShiUong, y otra, en
Krishnagar.
Esta Inspectoría es muy extensa, y paso
la mayor parte del afio en viajes, usando
todos los medios de locomoción: a pie, a
caballo, en elefante, en barco, en tren, y
últimamente también en aeroplano. En la
madrugada del 18 de mayo me encontré
en un choque de trenes: el coche en que
viajaba quedó hecho astillas, y hubo 14
muertos y 34 heridos. Un Padre Paúl y yo
fuimos los únicos pasajeros de aquel coche
que quedamos ilesos, sin ni siquiera un ras­
guño. No se explica sin una protección
muy grande de María Auxiliadora.
Don José Carreño, Vicario General de Madrás y Pro-Inspector de aquella Inspectoría,
pasó aquí el mes de agosto y entrambos la­
mentamos la falta de noticias. ¿No podría
mandarnos el Boletín español u otra revísta
que nos dé noticias de ustedes? De cualquier
noticia que me mande le quedaré muy agra­
decido.
En nombre de todos le presento a usted
y a todc« los Superiores nuestras oracio­
nes y augurios de im nuevo año muy fe­
liz. Que él Niño Jesús nos traiga la tan
suspirada paz. Le agradeceré presente mis
respetos al amadísimo y Revmo. Rector Ma­
yor, y usted dígnese bendecir a éste su aíectísimo hijo in C. J.
Mariano Uguet
Misiemero Salesiano
Gauhati-Assam, &-10-43 (India).’
— 25

Nuevo Cardenal Protector
de la C o n g r e g a c ió n S a l e s i a n a

Nos complacemos en presentar la jigwra del'
Emmo. Cardenal Salotti. a quien S. S. Pío XII
acaba de nombrar {según noticias que recogemos
de la Prensa transmitidas por la Agencia EFE.),
Protector de la Congregación Salesiana en susti­
tución del fallecido Cardenal La Puma (g. s. g. h.).
Creemos del todo innecesario referir los méritos
que Mons. Salotti tiene ante la Obra Salesiana,
pues es sobradamente conocido cuanto por ella
ha hecho, de un modo especial en lo referente a
las causas de Beatificación de D. Bosco y . del
Vble. Domingo Sanio. Indican su amor hacia los
Hijos de D. Bosco estas frases que espigamos en
sus escritos: ... me ligan a los Salesianos víncu­
los de devota y fra'ternal amistad... Para mí ha­
blar de D. Bosco ofrece el atractivo más seduc­
tor... He sentido siempre hacia la gran Familia
Salesiana, de la que me considero humilde tercia­
rio, tma admiración profunda y especial...La Con­
gregación Salesiana y sus Cooperadores y amigos
agradecen a Dios y a su Vicaría en la tierra el
inestimable don que acaban de hacerles. El
Emmo. Cardenal Carlos Salotti nació en Grotte
de Castro, diócesis de Montefiasone {Italia), el 25
de julio de 1870. Es actualmente Prefecto de la
Sagrada Congregación de Ritos.

EFEMÉRIDES

SECULARES

D on B o s c o en el a n o 1 8 4 4 ...
Un día, al llegar D. Bosco a cierta ciu­
dad, tuvo noticia de que un señor amigo su­
yo, y de edad muy avanzada, se hallaba gra­
vemente enfermo. Sin saber explicarse el
porqué, tuvo un triste presentimiento, y al
punto se dirigió a visitarle. Aquel señor ha­
bía empleado los años de su larga vida en
la práctica de la virtud y en obras de ca­
ridad. Todos le tenían en concepto de san­
to. Había conocido a D. Bosco cuando éste
era aún muy joven, y le tenía en gran
aprecio.
Al llegar D. Bosco a su casa, supo que el
buen señor había recibido los Santos Sa­
cramentos y la Bendición ApostóUca. In­
sistió, con todo, para poderle ver, y fuéle
dicho que los médicos habían prohibido las
visitas al enfermo; que, además, era in­
útil su presencia, pues había perdido los
sentidos. No se dió por satisfecho D. Bos­
co con estas razones, insistió nuevamente
y logró por fin ser Introducido en la habi­
tación y quedar a solas con el enfermo.
Apenas éste oyó la voz de Juan, abrió
los ojos y exclamó:
— íOA! ¿Eres fii, Boscol
—Supe (pie estaba usted enfermo, y ha­
llándome de paso quise...
28 —

— ¡ Gracias, gracias l
—¿Y cómo se eTicuentral
—Ya puedes ver: mal, muy mal.
—Me han dicho que ha recibido ya los
Santos Sacramentos.
—Sí... ¡los he recibidol
Y al decir esto, al pobre anciano le tem­
blaba la voz.
—jDemos gracias a Dios—prosiguió D. Sos­
co—y esté tranquilo, puesto que están en
o ^en los asuntos de su alma. Puede sen­
tir gran satisfacción al mirar hacia atrás
y ver su vida empleada toda ella en el
servicio de Dios y en bien del prójimo.
El pobre anciano lanzó un profimdo sus­
piro, que más parecía xm sollozo, miró a
su alrededor y dijo:
—Bosco.
—iQué deseo?
—¿Hay alguien en la habitación^
—Nadie. Estarnos sotos.
Asi creía D. Bosco, pero detrás de un
amplio cortinaje, se hallaba oculta una per­
sona, que no habiendo podido retirarse a
tiempo, tuvo vergüenza de aparecer en aquel
instante. Cincuenta años después, cuando
no era ya posible determinar nombres de
personas ni de lugares, y ocultándolos cui-

II
La Sierva de Dios

Doñd

D oroted

Muchos de nuestros apreciados lectores
üabrán visitado siquiera iina vez las Es­
cuelas Profesionales Salesianas de Barcelo­
na (Sarriá); muchísimos, por no decir to­
dos, las han oído nombrar y conocen el
gran bien que en ellas se hace... Sa,ben de
cuántos niños y jovencitos acogen, cómo és­
tos se ejercitan en un arte u oficio hasta
salir maestros capacitados para ganarse hol­
gadamente la vida; cuán profundo es el
tópíritu cristiano de que se im b^en sus
tiernos corazoncitos... Saben del cúmulo de
hermosas g^nspñanstas que allí se da a la
juventud desde la cátedra, desde el pulpi­
to y desde el confesionario; de los cantos
fervorosos entonadce bajo las elegantes ar­
cadas góticas del Santuario de María Auxi­
liadora; del recogimiento con que aquella
masa de muchachos se acerca diariamente
al Banquete Eucarístico; del número ^ a n ­
de de vocaciones sacerdotales y religiosas
que el Señor ha suscitado entre sus cen­
tenares de alumnos en el no largo espacio
de sesenta años... ¡Cuánto bieni ¡Cuán­
tas almas santificadas entre los muros de
las Escuelas Profesionales Salesianas de
Barcelona 1 ¡Cuánto bien seguirá hacien­
do fuera de sus ámbitos y en años y aun
siglos venideros mediante los padres de fa­
milia reciamente cristianos que en ellas se
han formado, y gracias al apostolado de
los sacerdotes y religiosos que lian visto
germinar y florecer en aquel jardín de vir­
tudes su vocación hermosa 1
¿Y a quién se debe tanto bien, tantas
almas salvadas y santificadas, tan gran
abundancia de pan espiritual repartido en­
tre los pequeñuelos? A Dios, “dador de todo
bien”. Pero...
Un día Jesús, al otro lado del mar de
Genesaret, se vió rodeado de una turba
hambriento, hambriento del pan del espí­
ritu y del pan material. Y se compadeció
de ellos. “ ¡Pobres gentes! ¿Qué van a co­
dadosamente, esta misma persona refinó el
hecho.
El enfermo prosiguió;
—Dime, ¿te has examinado de Confesión^
—SI, mi buen señor; pero en punto de
muerte, cualquier sacerdote puede obsoí! ver...
' —¡xh, Sosco!... Tengo que hacerte una
i confidencia... Compadéceme, perdona mi de­
bilidad..., \no me reprendasi Tengo un se­
creto que revelarte.
—Hablad; sabéis cuánto os quiero.
—De muchacho tuve ¡a desgracia de co­
meter un pecado mortal, y me entró tal
vergüenza, que jamás he osado confesarlo.
Todas mis comuniones, \hasta la primeral.

1

06

C h o p i 't e d

mer en este lugar desierto y solitario?” La
respuesta para Jesús, Hombre-Dios, podía
haber sido muy sencilla. Si Dios puede ha­
cer brotar hijos de Abraham de las piedras
del camino, podía también convertirlas en
panes. Y hubiera sido im milagro y una
lección. Lección de omnipotencia y lección
de bondad por parte de Jesús, por parte de
Dios. Pero el Divino Maestro quiso que en
la lección que nos Iba a dar, viéramos no
sólo cómo obra El. sino también cómo de­
bemos obrar nosotros.
Y ved qué hizo... Había un muchacho
que tenía cinco panes y dos peces. En com­
paración con el resto de la gente, podía
han sido sacrilegas. Temía perder la estima
del confesor.
—Y en la última confesión, ¿lo habéis
manifestado!
_\Lo he ocultado también] \Ayúdame,
Hosco l
—Con mucho gusto. Tened gran confian­
za en él Señor, que tan bueno es y que por
nosotros ha muerto en la cruz.
El anciano se confesó, recibió la absolu­
ción y levantando los brazos dijo;
—¡Seo eternamente bendecida la infinita
misericordia de Dios\
Y dicho esto, dejó caer los brazos y ex­
piró.
(De las Memorias Biográficas. IV tomo)
— 27

muy bien considerarse rico en aquellos mo­
mentos: tenia el doble de lo necesario pa­
ra vivir cuando los demás carecían de lo
más indispensable. Y Jesús le pide el sa­
crificio de sus riquezas.
¿Acaso no podía el Salvador alimentar
a aquellas gentes, obrar el estupendo mi­
lagro de dar de comer a aquella multitud
de más de cinco mil personas, sin necesi­
dad de que aquel muchachito se viera pri­
vado de todos sus bienes? ¡ Muy bien po­
dían aquellas manos, obradoras de prodi­
gios estupendos, haber prescindido del soco­
rro de cinco panes y dos peces I Pero Dios,
que ha querido asociar al hombre a su di­
vina Paternidad, le quiere también asocia­
do a esto que podríamos llamar corolario
de su poder creador: su Providencia.
Corría la segunda mitad del siglo XIX...
Las muchedumbres, en pos de promesas fal­
sas, aunque halagadoras y ofrecidas como
mesiánicas, se iban desplazando de la tran­
quilidad de sus campos, de la paz augus­
ta y cristiana de las aldeas, relicario de
seculares virtudes, para poblar los subur­
bios de las ciudades, hacinadas en buhardi­
llas, sotabancos y chebas de latas; en ba­
rriadas sin parroquia ni escuela; frecuen­
tando padres, madres e hijos fábricas cu­
yos amos, en su mayoría, sólo se preocupa­
ban de que los obreros produjeran a más
y mejor, poniendo mayor interés por la
rueda más pequeña de un engranaje que
por esos centenax'es de ruedas importantí­
simas del engranaje social que son los obre­
ros.
Eran las muchedumbres en un l i ^ r de­
sierto y apartado... Era el desierto del aban­
dono de las leyes higiénicas, morales y re­
ligiosas; el lugar apartado de la cultura y
de la Iglesia... Aquellas almas, a la corta o
a la lai*ga, iban a materializarse y a en­
mohecerse como sus cuerpos entre las de­
vanaderas de los Inmensos telares y entre
los tomos de la moderna industria metalúr­
gica.
Y mientras tanto, revueltos con los es­
combros y basuras de los solares para cons­
trucción. crecían los niños, harapientos, hos­
co el semblante y con el corazón precoz­
mente cubierto de mugre, sin que hubie­
ra una mano compasiva que les repartlei*a el pan... ¡el del cuerpo y el del alma!
Jesús, como entonces al otro lado del mar
de Galilea, tuvo compasión de las tmbas.
Pero, como entonces también, llamó a sus
apóstoles y les dijo: Dad de comer a esas
genies.
Un santo celo consumía el alma de estos
apóstoles, que se llamaban «i Barcelona Hi­
jos de S. Ignacio, de S. Juan Bautista de
la Salle, de S. Juan de Dios, etc. etc. Mas
a semejanza de los que seguían a Cristo en
el siglo I. los apóstoles del siglo XIX eran
pobres... ¿De dónde saldrían los recursos
para hacer frente a las necesidades de los
tiempos nuevos?
38 —

Dios Nuestro Señor hizo que hubiera va­
rios con cinco panes y dos peces... Algu­
nos cerraron los oídos de su corazón a la
invitación de los apóstoles... Otros supie­
ron desprenderse tal vez de un pan. Con
estas ofrendas, Dios no quiso hacer mila­
gros.
Hubo, sin embargo, una señoi*a, un alma
verdaderamente de Dios, un alma que en­
tendía y meditaba las palabi-as de San Pa­
blo ¿qué tienes que no lo hayas recibido?.
y en consecuencia, cumplía con el Man­
damiento de Jesús al Doctor de la Ley
Vade et fac similiter, es decir, "obra con
tus prójimos como obró el Buen Samaiitano de la Parábola...” Un alma que, al en­
tregarlo todo a los pobres, pensaba dar li­
mosna no a un hombre cualquiera, tal vez
ingrato, sino a Cristo, cuyas palabras lo que
hicisteis con el más 'pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicisteis, resonaban de con­
tinuo en su corazón.
Y esta señora, esta alma privilegiada, este
horno y ejemplar de caridad ciistíana en
el siglo XIX no fué sino aquélla cuyos
restos mortales se guardan cual preciada re­
liquia en la iglesia de las antes citadas Es­
cuelas Profesionales Salesianas y se llamó
doña Dorotea de Chopitea, viuda de Be­
rra, hoy ya Siei-va de Dios.
Ella fué quien, en la metrópoli catalana,
en el momento crucial para la gran urbe,
al requirimiento de los apóstoles del bien
y aun anticipándose a él, como el mucha­
cho del Evangelio, supo poner en manos
de Cristo, representado por sus ministros,
los cinco panes y los dos peces... ¡todos
sus bienes!
Y Dios hizo el milagro... ¿Quién podría
enumerar las obi'as de Caridad llevadas a
cabo en Barcelona gracias a la generosi­
dad de doña Dorotea? ¿Las Escuelas Pro­
fesionales Salesianas de Sarriá?... Y las de
Rocafort, dirigidas por los mismos religio­
sos, y el Colegio de las H.H. de María Au­
xiliadora. del Paseo de D. Bosco, y el Co­
legio del Sagrado Corazón, de Sarriá; las
Salas de Asilo de las calles Aldana, Roger
de Flor y Barceloneta; el Colegio de S. Vi­
cente de Paúl, el Obrador de la Sagrada
Familia, el Colegio de los P.P. Jesuítas, de
la calle de Caspe; el Ho^ital de Nues­
tra Señora del Sagrado Corazón, los Cole­
gios de los H.H. de las Escuelas Cristianas
de Las Corts, Barceloneta, Pueblo Seco y
Gracia; Colegio de María Inmaculada, del
Servicio Doméstico; Escuelas del Apostola­
do de la Oración; Escuela Parroquial de
Rubí; iglesia de Calella de Palafrugell;
Albergue de San Antonio; Hermanitas de
los pobres, en la calle Borrtíl; Colegio de
Religiosos Franciscanos, de Pueblo Nuevo:
Asilos del Buen Consejo y S. Rafael... ¡y
cien y más obras benéficas de redención
espiritual, social y material que en Barce­
lona elevan im himno poderoso a la Ca­
ridad cristiana, el constante y perpetuo mi­

lagro que Dios ha querido dejar como prue­
ba fehaciente de la divinidad de la Iglesia
Católica.
Cuenta la leyenda que al morir Alejandro
Magno mandó que le dejaran las manos
colgando fuera del sarcófago para que to­
dos vieran que nada se llevaba de este
mundo.
Si nos hubiera sido dado pasar el dia 3
de abril del año 1891 por la cámara mor­
tuoria donde yacía el cadáver de Doña Do­
rotea, nuestros ojos materiales no hubie­
ran visto otra cosa que las lágrimas de los
pobrecitos, que, desconsolados, iban a de­
positar el último beso sobre aquellas manos
que tantas veces en vida se habían abier­
to para enjugárselas con bondad de madre.
Pero los ojos de nuestro espíritu hubiéranlas podido contemplar llenas de aquel te­
soro que los ladrones no pueden robar ni
la polilla consumir (Mat. VI, 19), mien­
tras voces angélicas irían repitiendo las pa­
labras del salmo Beatus qui intellegit super
egenum et pauperem (P. XI). Bienaventu­
rado el que se compadece del pobre y ne­
cesitado... Dios le salvará en el dia de su
muerte; y aquellas otras del Kempis:
Quien, presta auxilio a un hermano nece­
sitado, toma a Jesús por la mano.
Y Jesús la tomaría a ella por la mano
para introducirla trixmfante y gloriosa en las

mansiones etemales del Cielo, según habla
pedido por ella S. Juan Bosco, y según la
promesa del mismo Dios, que dice en la
Escritura: Quoniam elccmosyna a mortc Hberat, et ipsa est quae purgat peccata...
(Tob. XII. 9). La Umosna libra de la muer­
te eterna y purga los pecados.
La Iglesia ha introducido la Causa de
Beatiñcación de esta gran Sierva de Dios.
Quiera el Cielo que pronto podamos vene­
rarla en los altares. Encomendémoslo al Se­
ñor para que en su bondad apresure la hora
de la exaltación de su “limosnera”.
Y entretanto aprovechemos sus ejemplos
de caridad. Hagámonos amigos con las ri­
quezas, a ñn de que cuando llegue la muer­
te nos reciban en la eterna morada. Y en­
tonces se podrá escribir en nuestra sepul­
tura lo que se lee en la lápida sepulcral
de un hombre caritativo: Cuanto dió ge­
nerosamente en la tierra, lo llevó consigo
a la otra vida...
Las relaciones 'de gracias obtenidas por
intercesión de la Sierva de Dios D.^ Do­
rotea de Chopitea, y las limosnas destina­
das a la Causa de su Beatificación, envíen­
se al M. Rdo. D. Julián Massana, Paseo
de D. Bosco, 74, Barcelona.

TRABAJAMOS POR UN AMO RIQUISIMO, DUEÑO DEL CIELO Y DE LA
TIERRA, POR UN AMO QUE QUIERE Y PUEDE DARNOS UN PREMIO GRAN­
DISIMO: MERCES MAGNA NIMIS. LA RECOMPENSA EN ESTE MUNDO
CONSISTE EN EL CENTUPLO DE CUANTO POR EL HAYAMOS HECHO:
CENTUPLUM ACCIPIETIS; Y EN EL OTRO MUNDO CONSISTE EN LA VIDA
ETERNA. ET VITAM AETERNAM POSSIDEBITIS.
(S. Juan Bosco)

Tranquila y recogida mansión
de paz que en Mobemando
(Gnadalafara) es la palestra
donde se ejercitan para las fntaras batallas del Sefior, los
jóvenes Novi.íos y Estndiantes
de Filosofía de la Inspectoría
Céltica Salesiana. Ayndar a
aos’ener estas ca^s es ayndar
directamente a la formación de
bnenos sacerdotes

— 29

n,. I n m e m o r i a m .„||
Rdo. Sr. D. Gabriel Martín Hemández.—'El
día 4 de enero, en el Colegio Salesiano de Valencia, del que era Director, fa­
lleció el Rdo. Sr. D. Gabriel Martín. El
diario Las Provincias, de aquella capital, en
su número del día 5 de enero, ai dar a co­
nocer la infausta noticia, hace de D. Ga­
briel el siguiente cumplido elogio, que co­
piamos íntegramente:
“Nació el Padre Gabriel Martín en Escurial de la Sierra (Salamanca). Hizo sus
primeros estudios en el Colegio Salesiano
de esta misma ciudad, donde sintió el lla­
mamiento de Dios a la vida religiosa y
sacerdotal. Profesó en el Noviciado de Carabanchel Alto (Madrid), y celebró por pri­
mera vez el Santo Sacrificio de la Misa en
el Colegio Salesiano de Mataró (Barce­
lona).
Muy pronto dió a conocer las dotes ex­
traordinarias que poseía en la dirección de
las almas, por lo que fué nombrado direc­
tor espiritual del mismo Colegio. Como no
sólo se veía en él un gran corazón, sino
también una despejada inteligencia, pasó
a la Universidad de Barcelona a ampliar
sus estudios, licenciándose en Ciencias Na­
turales. En esta ciudad de Barcelona se en­
contraba al producirse el Glorioso Movimien­
to Nacional, y con ánimo esforzado el Pa­
dre Gabriel pasó la frontera y se dirigió
a la España nacional, donde en un princi­
pio se unió al Ejército salvador y luego
fué nombrado profesor del Colegio Salesia­
no de Salamanca, donde ha dejado recuer­
do Inolvidable.
Como delegado de la F. A. E. en esta ciu­
dad. orientó a los colegios de enseñanza pri­
vada en la aplicación del nuevo plan de
enseñanza media.
Liberada Valencia, ante el lamentable es­
tado en que se encontraba el Colegio Saleslano de esta ciudad, el reverendo Padre
Provincial pensó en el Padre Gabriel como
la persona más apta para llevar la direc­
ción de este Colegio, que tiene a su vez
aneja una parroquia.
Su actividad en este Centro es de todos
conocida. Era infatigable; su apostolado todo lo abarcaba. Dirigía el Colegio, que cuen­
ta con cerca de im millar de alumnos, de
los cuales 280 son de enseñanza media. Es­
taba al frente de la parroquia de San An­
tonio Abad, donde había organizado admi­
rablemente las cuatro ramas de A. Católi­
ca. de la cual era apóstol incansable. Y co­
mo si esto fuera poco, todavía tenía bajo
su directíón el nuevo Colegio Salesiano que
se
zafa.está construyendo en la barriada de Ru­
Su celo por la salvación de las
no -

desplegado en el confesonario, en conferen­
cias y obras de misericordia, no conocía lí­
mites : robaba tiempo al sueño, llegando
apenas a seis horas las dedicadas al des­
canso de la noche. Precisamente como buen
pastor que da su vida por sus ovejas, este
mismo celo ha sido la causa de su muer­
te. Por atender a la fiesta de la Purísima
retardó el acostarse cuando ya una bronconeumonía atentaba contra su salud. Y to­
davía se levantó porque urgía preparar la
distribución del aguinaldo a le» pobres de
la parroquia. Cuando se dió cuenta de la ,
gravedad de su enfermedad, ya no tuvo
remedio.” D. e. p.
Dfi Rafaela Pérez, viuda de Mata.—^E1
día 18 del pasado diciembre, confortada con
los Santos Sacramentos y la Bendición
de S. S., entregó su alma a Dios, en la
ciudad de Málaga, esta insigne cooperado­
ra salesiana. Madre ejemplar, de acendrada
caridad y piadosos sentimientos cristiano^
sobrellevó su larga enfermedad con invic­
ta paciencia. A sus desconsolados hijos y
demás familia, nuestro más sentido pésame.
D. Miguel Ferrer Guillén.—El día 10 de
enero descansó en el Señor este gran ami­
go y cooperador de la Obra Salesiana en
Gerona. D. e. p.
D. Francisco Llacayo.—A punto de cerrar
la edición de este número del Boletín, re­
cibimos la triste noticia del fallecimiento
de este buen coadjutor salesiano, ocurrido
en nuestra Casa de Deusto. El Señor había
premiado ya al ejemplar religioso sus mu­
chos años de vida salesiana humilde y san­
tificada en el ejercicio constante de la vir­
tud. Pidamos al Señor de la mies envíe a
la Congregación Salesiana muchos obreros
del temple y del espíritu del Sr. Llacayo.
Itíno. Sr. D. José Vicens.—El día 5 de
enero, murió en la paz del Señor este co­
operador y bienhechor de las Obras Salesianas en Alcoy. Enviamos a su familia nues­
tro más sentido pésame.
Desconocedores de los secretos juicios de
Dios, suptícaTnos encarecidamente a nuestros
lectores rueguen a Dios en caridad por las
almas de los saiesianos y cooperadores di­
funtos, especialmente por aquellas de cuya
defunción darnos noticia desde estas colum­
nas. El Señor nos recompensará algún dia
la caridad que hayamos tenido para con
las benditas Almas del Purgatorio.
R. r. P.

Madre mía Auxiliadora: Según te prome­
tí, envío una limosna para las Obras Salesianas 7 hago público mi agi*adecimiento por la gracia que tu valiosa mediación
me ha alcanzado. Sígueme protegiendo, Ma­
dre mía, en otro asunto cuya resolución fa­
vorable necesito con urgencia.
J. G. S.
La Coruña, 14 diciembre 1943.
Fuertes quemaduras sufridas en un des­
graciado accidente pusieron en peli^o la
vida de mi padre. Exhorté a mi familia pa­
ra que acudiera a la valiosa intercesión
de María Auxiliadora y de Su Siervo San
Juan Bosco. A este fin, hicimos ima nove­
na. Nos fué concedida la gracia deseada, en­
contrándose mi padre en la actualidad per­
fectamente curado. Meses antes aquejába­
le al mismo una tos fuerte y persistente,
que nos ponía en continua alarma. Invoca­
dos los celestes protectores, fuimos escucha­
dos. Hago público, conforme lo prometí, mi
agradecimiento por estos dos señalados fa­
vores, exhortando al mismo tiempo a cuan­
tos sufren acudan con fe en sus tribula­
ciones a tan valiosos protectores.
S. B.
Salesiano
Madrid, 4 enero 1944.
Desde hacía un mes venía sufriendo una
enfermedad en el oído derecho. Acudí al
doctor, quien opinó ser necesaria una ope­
ración. No decidiéndome a cumplir su con­
sejo, pensé en nuestra celestial Madre Ma­
ría Auxiliadora, Salud de los enfermos, y
Ella me alcanzó la gracia de la curación
sin que tuviera necesidad de operarme.
¡Gracias, Madre mía, pues te has dignado
escuchar al último de tus hijos!
Santiago Lloréns
Alcoy, 13 enero 1944.
Sumamente agradecido a María Auxilia­
dora por la gracia que me ha obtenido con
su mediación poderosa, envío una limosna
para su Santuario y hago público mi agra­
decimiento.
Affíífo Venturi
Dan también gracias a María Auxiliado­
ra y a S. Juan Bosco: R. E. Alaiza (Barce­
lona) : Mercedes Trías y Virginia Pell (Ge­
rona); Trinidad Ribera CPígueras); E. P..
Remiro y Felisa Sierra (Zaragoza).
Hacía ya bastante tiempo que la fiebre
me tenia postrada en el lecho sin que pu­
diera abrigar esperanzas de próxima cura­

ción. En trance tan apurado, acudí a Ma­
ría Auxiliadora y supliqué a un sacerdote
salesiano que me diera la bendición de tan
buena Madre. Aquel mismo día me desapa­
reció la fiebre, sin que me haya vuelto a
aparecer. Agradecida a la Virgen de Don
Bosco, envío una limosna para su San­
tuario.
Esperanza Brú, Vda. Masó
Gerona, diciembre de 1943.
Sentía una simpatía irresistible hacia
D. Bosco, simpatía que aumentó con el co­
nocimiento más extenso de su prodigiosa
vida. Pero D. Bosco me parecía tan huma­
no que creía conocerle y tratarle sin que
me produjera la sensación que suelen pro­
ducir los Santos. En consecuencia, nunca
había recurrido a su intervención. Hace es­
casamente un año me hallé mite tres gra­
ves apuros, y me parecía demasiada osadía
pretender tanto del Cielo. Sumido en la
más profunda desolación, me acordé de
pronto de D. Bosco, de “aquel amigo mío”,
y le pedí su intercesión, prometiéndole un
donativo para la Obra Salesiana en pro­
porción a mis posibilidades. San Juan Bosco
me ha escuchado, pues he alcanzado plena­
mente las tres gracias pedidas, a saber: la
curación de mi hijito, desahuciado por los
médicos; mi propia curación de una terri­
ble enfermedad, y la regularlzación de mis
negocios. Al cumplir mi promesa, hago otra
al glorioso San Juan Bosco y a María Auxi­
liadora, y es de renovar mi donativo anual­
mente mientras viva y cuantas veces du­
rante el año me sea posible.
R. S. A.
Barcelona, 31 diciembre 1943.
Hallándome en un gravísimo apuro, re­
currí a nuestra buena Madre María Auxi­
liadora y al Vble, Domingo Savio, prome­
tiendo publicar la gracia en el B oletín S aLEsiANo para gloria de mis celestiales pro­
tectores y aliento de cuantos se hallan ne­
cesitados de su auxilio. Hoy, satisfactoria­
mente solucionado mi conflicto, cumplo
agradecido mi promesa.
Un Antiguo Alumno Salesiano
Sevilla, noviembre de 1943.
Agradecida al Vble. Domingo Savio por el
favor que me ha dispensado en xma inter­
vención quirúrgica que tuve que sufrir, en­
vío una limosna para su Causa de Beatifi­
cación.
Josefina Morató
Santa María de Paiau Tordera (Gerona),
diciembre de 1943.
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4001

— Nueve modelos de estampas de María Auxiliadora, San
luán Bosco, Beata Mazzarello y Venerable Domingo Savio, a cuatro tintas en offset, con el respaldo en blanco o
con oraciones y novenas.
Precios: Cien, 7 ptas; quinientas, 30 ptas. ; mil, 55 ptas.
Seguirá una secunda serie de estampas a seis tintas y otra
en tamaño postal.
DOMINGO SAVIO
Breve resumen biográfico. Folleto de 24 páginas con grabados y
cubierta a color. Interesante obrita de divulgación de las princi­
pales virtudes del angelical alumno de S. J. Bosco.

MEDALLAS,

PLACAS,

BROCHES

‘ -------de metal símil plata oxidada mate y con adornos bruñidos,
gran variedad de formas y tamaños y con las imágenes de
María Auxiliadora, ^agrado Corazón, San juan iBosco y
Beata Mazzarello en distintas combinaciones.

I

MEDALLAS

d e 3 an L u is , redondas, de
metal plateado, reverso liso o con el busto de la Purísima.
M e d a l l a s d e D. B o s c o , en metal bronceado, con ins­
cripción alegórica en el reverso, propia para premio en cer­
támenes, concursos, etc. ; redondas, borde artístico, de
30 mm. ; sueltas o con pasador y cinta de los colores na­
cionales.

PARA LOS C o n g r eg a n t es

B O L E T I N
S A L E 3 I A N O
Redacción y Administracción: A p a r ta d o 9134.-Madrid

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