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4
BOLETIN SALESIANO
LA GLORIFICACION DE N U E S T R O S M A R T I R E S
i * ES O B LIG A CIO N que incumbe a la España
para ulteriores indagaciones, pensiones en que resi
Salesiana la giorlficación d e sus mártires. N o quede,
dieron y personas con quienes convivieron en las
por &er común, demasiado repartida la responsabili*
horas de la gran tragedia nuestros hermanos.
dad, sino concéntrela cada cual en sí mismo, tras de
4 -* ES NECESARIO QUE NUESTROS M A R T I
haberse preguntado: ¿Qué he hecho yo hasta ahora
RES SEAN CO N O CID O S. Para esto convendrá que
para el feliz éxito de esta importante empresa?
hablemos de ellos, de su vida y de su martirio, de
2.
® EL “ O D IU M FIDEI” , requisito esencial delsus hechos edificantes, etc., etc., a nuestros conoci
martirio, no pide aquella aparatosidad en la inmolados; a los niños en nuestras- escuelas, etc., encare
ción del m írtir en aras de su fe, que tanto nos lulaciéndoles se encomienden, privadamente a ellos en
%a, ni tampoco heroicidad de virtudes practicadas
sus dolores, enfermedades y necesidades.
*n vida.
En diversas revistas irán publicándose sus marti
El martirio es un acto que encierra, eso sí, una
rios, y en breve se enviarán a los señores directores
rceptacién voluntaria de la muerte (es suficiente la
y amigos de la Obra Salesiana hojitas de propa
habitual), compatible con el miedo y aun a las veces
ganda.
con la fuga, no ciertamente con la oposición, resifLas gracias obtenidas por su intercesión sean co
tencia o propia defensa en lucha contra el tirano.
3.
» EL T R A BAJO PREVIO, recogida de datosmunicadas sin dilaciones. Es un tesoro éste que he
mos de presentar en su día, cual un capítulo más,
y formación de la lista de testigos, es duro y difi
a favor de nuestros Siervos de Dios.
cultoso. Se viene ya realizando con decisión, supe
5.® A CU D IM O S A L BU EN C O R A Z O N de to
rados, a Dios gracias, los entorpecimientos de tiem
dos al pedir también ayuda económ ica, para sufragar
pos pasados; mas es necesario insistir en la petí*
los elevados gastos que estos trabajos originan a la
cióri anterior a los Hermanos, y que se hace ex
Inspectoría. Sin duda que corazones que recuerdan
tensiva a cuantos leen e^tas líneas, de que envíen
a antiguos hermanos, profesores, amigos, bienhecho
con la mayor urgencia cuantos datos posean sobre
res, sabrán secundar, con lluvia de limosnas de mael encarcelamiento y pasión de los Salesianos.
>yor o menor cuantía, según sus posibilidades, dicha
A muchos Hermanos se interrogó personalmente;
empresa. ¿Por qué no ha de repetirse el caso, uno
mas es seguro de que aun pueden, sobre todo
entre otros, de Ceferino Namuncuri, cuyos trabajos
A nt^uo“ Alumnos y Amigos de la Obra Salesiana,
de beatificación avanzan ayudados tan sólo por las
suministrar detalles preciosos sobre la vida de nues
limosnas de los fieles?
tros héroes, y, lo que es más importante, indicar.
G RAC IAS ATRIBIMDAS A
RVD O. P. C A L A S A N Z (Barcelona). — Encontrá
bame trabajando en mi despacho y debía vencer una
seria dificultad. Por espacio de más de hora y media
no encontraba solución alguna. Tenia en mi mesa
de consulta la breve biografía del mártir salesiano
Padre Calasanz. La cogí, más que por devoción, para
distraer mi pensamiento. La leí con interés, ya que
el Padre Calasanz fué mi Inspector cuando yo fre
cuentaba el Colegio de Mataré, y al terminar ki lec
tura recé la oración. N o habían transcurrido cinco
minutos cuando todas las dificultades se hallaban
«cencidas Creo debe ser Don José un buen abogado
allí en io alto. Agradecido, deseo publique la gracia
en el BO LETIN SALESIANO.— D f. /. Montaner.
IX )N JU A N M ARTORELL (Gudadcla. Menor
ca).—^Agradecida por una gr.icia alcanzada por me
diación del Rvdo. P.adre Don Juan Martorell. deseo
publique la ^ratilud que siento y se digne aceptar
la pequeña limosna que le envío ptira su beatifica»
lión.— ^Ugd 4i«na Triay.
D O N JULIAN RO D RIG U EZ (Palacios de Salva
b o l e t í n
SALESIANO
tEVtSlA M LAS OIRAS DE DON SOSCO
A h lCT - S»pt¡flmbrB 1952
Aleo',.* 164.-M.Tririíí
UO —
Kum 9
NUESTROS MARTIRES
tierra, Salamanca) .— £1 día 9 de abril pasado marché
a Salamanca con el objeto de operarme de k prósta*
ta, que me causaba muchas molestias y me hack
pasar muy malas noches. £1 doctor que me operó
creo estuvo acertado; p»ero después de k operación
me quedé un hipo muy molesto, que me hacía de
volver el poco alimento que temaba. En esta situa
ción los médicos me recetaron varias cosas para ha
cer desaparecer el hipo, pero sin resultado alguno.
En esto vino del pueblo un hijo mío, que traía una
hojita con la biografía y el retrato del mártir Sale
siano Don Julián Rodríguez, que le había regalado
un tío del llorado mártir, cen el encargo de que nos
encomendáramos a su intercesión. Así lo hicimos, y
aquella misma noche, primera en que rezamos la
oración, comencé a sentir mejoría, y a los dos días,
las mblcstias hablan desaparecido por completo. De
lodo ello doy conocimiento para que sirva de ayuda
a k pronta beatificación del llorado Don Julián
Dígnese aceptar también la pequeña ofrenda que
envío para ti mismo fin.— Bernardo Ingelm o.
P a r a to d o c u a n to a n u e s tro s m á rtiro s se
r e fie r e , d ir íla n s e a L 's re v e re n d o s D O N
A M .V D E O B l 'R D E V S tCnieirio Salesiano^
M .V T A K O . B a r c e lo iia L D O N J O « E L U IS
B A S T .V B lU C A (S e m in a r io S a le s ia n o , M A
D R ID ( C A R A B A N C I Í E L A L T O ) o DON
S E R A F I N G A R C I A (E s tu d ia n ta d o S a le
sia n o d e C o n s o la c ió n . U T R E R A , S e T Íllaj
r
r
^ O M O ya sabían nuestros lectoreSj, el día
/ de agosto, debía tener ¡ugar, como
efectivamente la tuvo, la elección para Su
cesor del recientemente fallecido Rector
Mayor de la Congregación Salesiana, el //orado Don Pedro Ricaldone (d. s. m.), y Su
cesor, por consiguiente, de San Juan Bosco.
En nuestro deseo de dar a ¡os lectores del
‘Boletín Sa7es/ano" una inform ación no só
¡o am plia, sino calurosa y a l mismo tiempo
objetiva, creemos ¡o más aceríado traducir
sencillamente los varios artículos publica
dos a l día siguiente de la elección por el
diario de T urin "II Popplo Nuovo".
# #♦
Desde ayer Don Renato Ziggiotti es el
Rector Mayor de la Congregación Salesiana.
Su elección para tan elevado cargo fué
precedida por ocho días de Ejercicios E ^ iriluaíes realizados en la iglesia de San
Francisco de Sales, la primera iglesia cons
trulda por San Juan Bosco en la fecunda
tierra de Valdocco e inaugurada hace ahora
precisamente los cien años.
En este lugar se vienen reuniendo vez pOr
vez a partir del año 16SS para orar y medi
tar los Salesianos señalados según las Re
glas para elegir al Sucesor del Santo piamontés: y hay que decir que en verdad las luces
de lo alto han brillado sien>pre con toda
intensidad cuando tales y tantas han sido
las maravillosas pruebas de virtud y de go
bierno manifestadas por los primeros Suce
sores de San Juan Bosco, esto es: Don Miguel
—
1í l
f<úa, üon Pablo Albera, Don Felipe Rinaldi
y Don Pedro Ricaldone.
En la presente elección se hallaban reuni
dos 102 electores, esto es, 48 inyectores o
Provinciales, otros tantos Delegados, uno
pOr cada Inspectoría, ei Procurador General
ante la Santa Sede y los Superiores Mayo
res que componían el Capitula Superior,
a-demás del Regulador y del Director de la
Casa Madre.
Faltaban, por desgracia, los representan
tes de los países que se hallan al otro lado
del telón de acero, y por ellos y por el fruto
de sus sufrimientos no se pudo hacer otra
cosa que encomendarlos a Dios.
Oradores sagrados de gran valía predica
ron los Ejercicios Espirituales a los capitu
lares. Fueron ellos los Exemos. y Reverendí
simos Monseñores Ricardo P‘iitiní, Arzobis
po de Santo Domingo y Primado de las In
dias Occidentales, y Monseñor Salvador Ro
tólo, Prelado de Altamira y Acquaviva delle
Fontí, ambos salesianos.
Para las elecciones los 102 miembros del
Capitulo General se reunieron en el nuevo
salón de actos, que sustituye al destruido
por la guerra. En el escenario tomaron
asiento los escrutadores. La sesión duró
desde las 9,30 a las 12,30. Entre tanto los
patios de la Casa Madre de la Obra Salesiana se vieron concurridísitmos de personali
dades de la Congregación, alumnos, perio
distas y fotógrafos, al mismo tiempo que
gran afluencia de fieles llegaba a la Basíli
ca de María Auxiliadora, deseosos lodos de
conocer el- resultado de la elección.
De tanto en tanto llegaban a oídos del pú
blico, a través de las vigiladcs puertas del
local, ráfagas de aplausos, y cada vez se
presumía que tales aplausos podían corres
ponder al nombramiento del Rector Mayor.
Eran, sin embargo, como la rúbrica de cada
una de las fases de la elección. A fuer de
sinceros cronistas hemos de decir que en el
pensamiento y aun en los labios del público
habla otros nombres como candidatos,
por ejemplo, el del antiguo Ecónomo Gene
ral do la Congregación, Don Fidel Giraudi
y el del Padre Serié, Consejero General,
Encargado de los Antiguos Alumnos y los
Oratorios Festivos.
Sin embargo, desde la primera votación
pudo comprobarse que la asamblea se deci
día casi en pleno por Don Ziggioiti, hasta
ahora Prefecto General. Y cuando hacia las
12,30 resonó el fragor de una unánime y
larga aclamación. Ja impresión del 'expec
tante público fué también unánime; Don
Ziggiotti era el quinto Sucesor de Don Bósco. A poco Se oyó el vibrante coro de la
canción "Don Bosco ritorna" at que^se unie
ron las voces de cuantos se hallaban en los
patios a la expectativa.
Más tarde se comprobó que de los 102 vo
tos ya en la primera elección 9! habían si
do para Don Ziggiotti.
Entre las muchas personalidades que se
agolpaban contra las puertas del salón de
actos, ansiosas de ser las primeras en salu
dar al quinto Sucesor de San Juan Bosco,
se hallaba el Presidente de la Junta Dioce
sana de la Acción Católica, el abogado Hum
berto Zaccone.
Y he aquí que con una exactitud casi cro
nométrica llegan en aquellos momentos las
palomas mensajeras lanzadas por la Comu
nidad Salesiana de Chiari, desde la Lombardía. Traían un saludo de afecto y de sumi
sión para el nuevo Rector Mayor. Y preci
samente en aquel instante el gran carrillón
de la Basílica de Ma-ria Auxiliadora lanzaba
al vuelo sus bronces difundiendo por el cíe
lo turinés la gratísima noticia de la elec
ción.
Terminado el primer acto y el más im
portante de la asamblea, el nuevo Reclor
Mayor, llevando a sus lados a los dos exce
lentísimos predicadores de los Ejercicios,
rodeado y seguido por los miembros del Ca
pitulo General, se dirige hacia el altar ma
yor de la Basílica, donde se postra e-n reco
gida oración; va después a hacer lo mismo
ante el altar y restos mortales de San Juan
Bosco, entre los cánticos jubilosos de la mu
chedumbre de fieles que ocupa el sagrado
recinto.
Nos queda por decir que inmediatamente
después el Procurador General de la Congre
gación, el Revmo. Don Tommasetil, tele
grafió al Sumo Pontífice notificándole la
fausta nueva, mientras otros Superiores lo
hadan a todas las Inspectorías de la Con
gregación llevando la alegre nueva hasta
los más apartados confines del mundo.
En estas lineas de crónica, nuestro insig
ne y querido amigo e/ profesor don Cojazzl,
salesiano, bosqueja con fe liz improvisación
lejanos recuerdos con impresiones de la
más reciente 'actualidad acerca de la elec
ción realizada ayer en Valdocco. Nos complac^mos en publicar su trabajo como com
plemento de ¡os servicios informativos que
pueden verse en otras páginas de nuestro
diario.
Uü -
(¡rüiT-r :!r -'ip fri* -. - - ..‘ •-¡u n o - q u e h a n • -.-lítu l
Y - - r • ‘. -n -luán B íp^í o \ su C o n se jo . L .i
I n s ' c-T— di' ■■finr.’' - ron
i. ''cletpeotorf" del Erut.-!
A las diez del viernes, día I de agosto,
rne hallaba en medio de un grupo de perio
distas y de fotógrafos llegados para infor
mar acerca de un acontecimiento que colo
ca a Turín sobre el candelabro ante la faz
dei mundo. Con la curiosidad legítima y,
hay que decirlo, a veces indiscreta (¡al fin
es su oficio!) preguntan sobre quién va a
ser el quinto sucesor de San Juan Bosco.
Se dan varios nombres, y al fin algunos pe
riodistas conocidos míos me preguntan cuál
es mi opinión.
—¿Qué previsión hace usted?
—La mía no es una previsión, sino una
visión.
—Expliqúese, por favor.
—Quiero decir que desde hace años tengo
la visión de que Don Renato Ziggiolti subi
rá a la cumbre de la familia salesiana.
—¿Y por qué?
—Porque le he podido seguir desde qtie era
alumrK) de] gimnasio en el Colegio Manfre
dini en Este, donde tuvo la ispiración de
entrar en la familia de Don Bosco, y ya en
tonces, cuando (lo ha dicho él mismo y yo lo
repito en público) habiendo recibido yo la
r
t trul paíc 1« ¿leffMu >1
li
li " ■ '¡ c . ?
f:
inU} revf-r
.5.' . el .1.'
:eftorf
” lü I r - .
ordenación sacerdotal en 1908, me pregun
tó por carta:
—¿Qué gracia ha pedido para mí en su
primera Misa?
—Qué te hagas salesiano, le respondí al
punto.
Luego le tuve de alumno siendo ya clérigo
en el Liceo de Valsálice, y fui siguiendo sus
pasos de asistente en el palio, en el dor
mitorio de los alumnos, en las salas de es
tadio, en el comedor; ya como maestro en
varios colegios de nuestro Véneto, y flnalmentf como Inspector de nuestras Casas de
Sicilia, y más tarde como Director General
de las Escuelas Salesianas, y después de la
muerte de Don Ricaldone, como Vicario Ge
neral.
Siguien^ la conversación vinimos a ha
blar también de las cualidades que adornan
••í Don Ziggiotti, cualidades que han ido ma
durando lentamente, pero con progresi
va intensidad, en todas las actividades des
plegadas y en las que se mostró sencillo en
su porte, decidido en la linea rígida de! de
ber, comprensivo para con todos, abierto
a las sanas formas modernas del apostolado
seglar que recibe de la familia salesiana
— 143
V
una aportación de valor incalculable a par
tir de la lejana fecha en que Don Bosco reu
nió a su alrededor almas, que, aun permane
ciendo en el mundo, se le ofrecían como
O'breros evangélicos para mejor servicio de
la Iglesia, mayor gloria de Dios y para la
salvación de la juventud.
Hacia las 12,30 un fragoroso aplauso burla
la rigurosa clausura del salón de actos don
de Se halla reunido el Capitulo General.
Señal evidente de que alguno ha obtenido
los 54 votos por elección de mayoría abso
luta de la mitad más uno de los votos.
A las 12,50 se filtra la noticia, que a poco
se hace manifiestamente pública. Don Rena
to Ziggiotti es el quinto Sucesor de San Juan
Bosco.
Se abre la puerta central y soy el primero
en recibir y en darle un abrazo a aquel a
quien como maestro antes, como hermano
más tarde y como súbdito después habla
visto subir hasta un puesto de la máxima
reponsabilidad.
No puedo olvidar el hecho de que, des
pués de cuatfo Rectores Mayores piamonteses, el primero que viene como a repre
sentar un nuevo símbolo de la universalidad
salesiana sea uno de mi Véneto, y precisa
mente natural y luego domiciliado en dos
poblaciones de la región paduana, cuyos
nombres son coimo dos augurios felices:
Campodoro y Bevadoro.
¿Ha querido la Providencia en esta elec
ción reconocer la parte que las vocaciones
vénetas han tenido y tienen en el desarrollo
de la familia salesiana, en la que existe un
número verdaderamente notable? Yo, por lo
menos, asi lo creo.
Turin, Liceo de Valsalice.
i de agosto de 1952.
Don Antonio Cojazzi.
LA ELECCION DEL .lECTOR MAYOR
£ra la una de la tarde cuando don Zigqiotti, que pocos minutos antes habla sido
investido con el nombramiento de Rector
Mayor de la Congregación Salesiana, pasó
bajo el arco formado por dos castaños de
Indias en el patio de Valdocco.
Entre los muchos recuerdos del Santo
Fundador, de Mamá Margarita, de los pri
meros alumnos —recuerdos que una serie de
artísticas lápidas de color nogal traen a
nuestra piedad filial—, este de los dos cas
taños de indias es uno de los más sugesti
vos. Son dos árboles, debajo de los cuales
paseaba Don Bosco a diario. Las paredes son
otra cosa: pero los árboles son algo vivo,
algo que re h ira . Unicos supervivientes de
un largo paseo, actualmente forman con sus
ramas entrelazadas un amplio arco de ver
dor. Estamos seguros de que ayer por la
mañana nadie haya tenido tiempo para pen
sar en la historia de los árboles. Y, sin em
bargo, el hecho de que este arco constituía
un paso obligado entre la sala donde Don
Ziggiotti habia sido elegido por unanimi
dad Rector Mayor y la Basílica de María Au
xiliadora que en aquellos mo.mentos encen
día sus mil luces y lanzaba al viento sus
campanas en señal de alegría, los dos árbo
les de Don Bosco nos parecieron una presen
cia llena de significación. La corona de ho
jas no hg tenido sólo un uso pagano.
Modificando el plan establecido que pre
veía una sesión desde las 9’30 a las 11,30, y
en todo caso su continuación a las 16,30, el
Capitulo decidió no darse reposo hasta ha
ber concluido la elección del Rector Mayor.
La decisión se dló a conocer hacia el me
diodía. Hubo un momento de comprensible
desconcierto en las cocinas. Mas pronto los
144 —
cocineros se hicieron cargo de que la im
portancia del caso merecía bien un retraso
excepcional. Una espera por cierto muy ner
viosa, pues se sabia cuan prolijos son los trá
mites del largo protocola que entre otras
cosas exige un diligente examen de rada
una de las credenciales de los miembros del
Capitulo General.
Por otra parte, ayer mañana no había ca
si dudas acerca de quién sería el elegido.
Nadie está más impaciente que quien espera
una confirmación de sus esperanzas.
Sin “fum ata" ( i )
Hacia las diez y media se comenzaron a
formar grupos. A las once se halK»ban ya en
los patios los fotógrafos cargados con sus
bártulos. Eso si, todos a respetuosa distancia
de las puertas de color gris tras de las cua
les so ocultaban ios delegados. El sol pobre,
apareciendo de tanto en tanto, parecía querer competir con los primeros fogonazos del
magnesio.
Los clérigos corrían llevando saquitos de
serrín como si estuviéramos esperando la lle
gada de algún huésped. Al fin y al cabo, algo
de esto habia en aquella expectación.
Alguien preguntó: “¿Habrá “fumata'?... Don
Cojazzi, qtie iba de un lado para otro abra
zando y saludando a todos, interpeló al de
la pregunta: ¿“Fumata”...? Pero ¿usted no sa
be que los Salesianos tienen regla de no fu
mar? Don Cojazzi esa mañana era el más Jo
ven y más feliz de todos. La previsión de
( ! ' “ FHim-iW": Cuando se d tge
P adre Santo, el
humo de las papeletas que sale por una pequeña chi
menea indica al público la marcha de la elección.
El P r im a d o '.:. i;:r A m é r j.'.!-,
?soeIen tí« im c . r “ T vren d ísim e
m o n se ñ o r R ic a i -.» P iít io i ( el
‘ •IMi iie5:‘- - .... hÍ ;.rii J
V r.~ví
I '“
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u.--. i« ,
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'..i
;
'■
■ r' ' .
: L.
■
. Jd o lo- pro
^8-
. ' Ü'.llti .'■;r-rr:!Í
que un .véneto como él fuera a salir elegido,
lo tenia loco de contento.
Si no hay una "fumata” para anunciarnos
la elección efectiva, ¿qué habrá entonces?
¿Qué señal nos darán?... ¿Una bandera? ¿Un
ángel del cíelo?
Ya todos comenzábamos a sentir apetito.
Don Favíni nos consoló diciendo: "Dentro de
poco escucharéis los aplausos. El Capítulo
suele aclamar a) elegido."
La multitud, reunida en el patio "Do
mingo Savio”, se había poco a poco dis
gregado. Incluso las discusiones sobre fi
lología habíanse aquietado un tanto. Nada
de extrañeza: nos hallábamos allí presen
tes sacerdotes de medio mundo, cada cual
con la lengua de su tierra, si bien todos
entendiéndonos en italiano. En casos seme
jantes es preciso hablar de etimologías.
También sombreros los había para lodos los
gustos: flexibles, cascos coloniales, bom
bines...
El Capítulo Superior
Cuando resonó el primer aplauso nos
hallábamos en la pequeña capilla Pinardi.
El patio "Domingo Savio" es grande. Lo
atravesamos. Mayor era el barullo de gen
tes corriendo.hacia el pórtico del fondo. Los
fotógrafos se subieron a sendas sillas. El
momento se hizo culminante. Los minutos
nos parecieron horas.
Finalmente, se abrió la puerta y apareció
en ella Don Ziggiotti. Un grito unísono se
alzó en el patio. Sobre la ancha frente del
recién elegido se divisaba una gruesa vena
zigzagueante: era una vena hinchada por la
emoción.
Por la larde, según lo previsto, se reunió
de nuevo el Capítulo para una segunda e in
terminable sesión. Anochecido ya, se abrie
ron las p u e r t a s .
Eran las veinte
treinta minutos, y pudimos saber los nom
bres de ios ocho miembros del Capítulo Su
perior elegido: prefecto general, don Albino
Fred¡ 2on i: catequista general, don Juan Antal: ecónomo general: don F id e l Guiraudi:
consejeros generales, don Jorge Serie, don
Antonio Candela, don Modesto. Bellido, don
i>egundo Manione y don Juan Resende. To
dos queríamos saludar cuanto antes y cuan
to más efusivamente a todos. La obscuridad
impedía un tanto e! orden y el acierto: feli
citamos por equivocación incluso a un jo
ven clérigo... ¿Quién sabe si con el tiem
po...?
La noticia de la elección de Rector Mayor
se difundió rapidísimamente por la ciudad.
La radio lanzó al mundo el feliz suceso en
su emisión de las trece. Poco después co.
menzaron a llegar telegramas.
A las dieciocho llegó a! Oratorio de
VaWocco el Alcalde de Turin, el abogado
Peyron, para rendir al Rector Mayor el ho
menaje de la administración civil y de la
ciudad. Una hora después llegaba el emi
nentísimo y reverendísimo señor CardenalArzobispo, que se entretuvo largo rato ha
blando con el nuevo Padre de la familia salesiana.
Al anochecer, los telegramas eran tantos,
que ya desde Telégrafos los mandaban
abiertos y reunidas en grandes sobres para
abreviar trabajo. Entre otros, los había del
Padre Casaril, recientemente elegido para
Superior Mayor de los Josefinos, del canó
nigo Murialdo, del director de nuestro dia
rio, del secretario general de la Democracia
Cristiana, etc.
El alcalde de Turin. además de su visita
personal, rindió al quinto sucesor de Don
Bosco el siguiente mensaje de honor: ‘Don
Ziggiotti, Rector Mayor de los Salesianos:
Nombre cívica administración, mío perso
nal y ciudadanos admiradores obras socia
les Sau Juan Bosco. formulo para dignísimo
— i 45
sucesor todo augurio fecunda actividad, mos
trando, certeza que tradiciones salesianas de
amor patrio, educación juventud, elevación
pueblo, difusión Evangelio, serán confirma,
das por Vuestra Señoría Reverendísima,
para bien Turín y entera Humanidad.—
Abogado Pcyron.'’
Para terminar tan intensa jornada, el
nuevo Rector Mayor impartió la bendición
con Su Divina Maleslad en la Basílica de
María Auxiliadora después del canto del
HECHO A
LA
Tedeum y dirigió a los hermanos presentes
y lejanos la tradicional palabra de las "bue
nas noches".
A las siete del día 2, en el altar mayor
de la Basílica, Don Ziggiotti celebró su prinuíra misa como jefe supremo de la Socie
dad Salesiana.
Doce nuevos anos de vida han comenzado
para ia familia de Don Bosco.
M.
C íH E D lt N C I A , íA E E
Don Renato Ziggiotti, quinto sucesor «te
Juoa Bosco, nadó el día 9 de octubre
del año 1892, en Compodoro, junto a Padua
(Italia), siendo su padre Eustaquio y su ma
dre Luisa Costegnoro, ambos agricultores.
En el C o lero Solesíono de Es e estudió el
gimnasio, entrando en el año 1902 como as
pirante en el Colegio de Foglizzo Conayese,
y más tarde en el de Valsalice, donde con
cluyó los estudios de liceo.
Y a salesiano, se ejerdtó en el sistema edu
cativo de Don Bosco, en, el Colegio de Verono; pero vió truncada su vida de educador
por la guerra del 14. cuando tuvo que acu
dir a los campos de batalla vistiendo el uni
forme de oficial de artillería, tomando nana
en loa acciones guerreras del frente oriental
italiano. Su valor como combatiente corría pa
rejas con su preocupación y su cuidado amo
roso bacía los soldados a sus órdenes. En
una de los escaramuzas sobro el Piave. el ca
pitón Ziggiotti recibió un balazo- en el brazo
y hubo de ser retirado del frente.
Pudo do esta forma volver a la Cosa Sale
siana y proseguir sus Interrumpidos estudios
eclesiásticos ol mismo tiempo que frecumitaba la Unlveridad de Padua, finalizando a un
tiempo ambos carreras con lo ordenación
GOBERNAR
MUY
BIEN
sacardotai y la licenciatura en Filosofía y Le
tras.
Coniiósele entonces la dirección de estudios
en el Colegio de Es'e, donde había he<dio los
primeros, hasta que el año 1924 fué llamado
a dirigir el Instituto de Pordenone, Instituto
que D. Ziggiotti llevó a la mayor -cdtura de su
prestigo pedagógico. Considerando sus excep
cionales dotes, el Siervo de Dios Don Felipe
Rinaldi, por aquel entonces Rec or Mayor de
la Congregación Salesiana, le nombró Supe
rior de la Inspectoría Central'. Cuatro años
más tarde, esto es, el año 1935, el IV Sucesor
de Son Juan Bosco, D. Pedro Ricaldone, le
nombraba In^>ector de los Cosos Sole^anas
de Sicilia, y en 1937 le elevaba a l cargo de
Consejero Escolástico del Capitulo Superior,
en sustitución del difunto D. Bartolomé Fascie.
La competencia manifestada p^r D. Ziggiot
ti en este cargo, el espíritu emprendedor y
organizador que le animaba, pedían aun per
maneciera muchos años en este importantí
simo puesto, para el cued había sido confir
mado por el Capitulo General del año 1947;
pero la premohira muerte del llorado don
Berruti obligó cd Rec*or Mayor a nombrar c
D. Ziggiotti Prefecto Genercd de Congregación
y Su Vicario.
(Sigue en ia pág. 152)
. >.iii ii-i-i Í----• ... :r «:•
j,. . , •i; nt••
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146 —
.-i: L';- .i. ' . i ’lt:.
i Li ilu.
rfi--.......:!.
EFEMERIDES S E C U L A R E S
DON
UNION
SOSCO BN
DE
P X. 22 de septiembre, Miguel Rúa, después
^ de consultarlo con don Caiasso, y acón*
sejado por Don Bosco, se quedó a vivir iniemo en el Oratorio de Voldecco. El jovencito había sentido desde sus más tiernos
años im particular afecto hacia Don Bosco,
afecto que iba crecieiido, iinido a una gran
devoción, a medida que con la edad podía
op~eciar más y m ás las obras y los virtu
des de su Podre. El día 23 partió de Turin
con Don Bosco y con Mamá Moigorito y
con otros veintiséis compañeros, camino de
lOs Becchi, donde se hallaba la casa natal
del Santo, y por los pueblos del trayecto
pudo apreciar cuán estimada
la sonta
oncianila por sus paisanos, sobre todo por
les de Costelnuovo.
*
*
Aunque la fortuna de los parientes de
Don Bosco era modestísima y él los amase
entrañablemente, jam ás, sin embargo, quiso
a>'udarlo8 con donativos, pues decía que las
1852...
CORAZONES
limosnas que le llegaban o los mano» ve.líon destinados para sus muchachos y no
para sus parientes. Don Bosco se considera
ba un simple distribuidor de los bienes qu»
la Providencia le enviaba, bienes de los que
tendría que dar estrecha cuenta al Señor.
Su hum ano José, aun en los momentos
de mayor agobio económico, jam ás quiso pe
dir nada a don Juan, quq, por otra parte,
sentía hadia él la más iwofunda gratitud por
lo mucho que le había ayudado en su ca
rrera s<merdotoL Es más: tenia en él una
ilimitada confianza, de tal manera, que le
hacía participe de sus alegrías y de sus
penas, formando ambos un solo corazón y
un olma soles.
Si bien
obligaciones de su estado le
impedían vivir jtmto a su madre, José, iba
a verla con frecuencia a Turín. detenién
dose en Valdocco cuanto le permitían sus
ocupodones. Era pora él un groa placer pa
sar tinas horas en compañía de su herma
no Y de su madre, la cual podía con toda
rozón estar muv satisfecha también de este
hijo, que era im jñadosísimo ^stiono^ solíd 'o y afectuoso padre de familia, corasóxt
generoso y corttativo sobre toda m e ^ d a Y
si bien el Cielo le había concedido gran nú
mero de hijos, consideró siempre como su
yos a los muchachos del Oratorio.
No se conformaba con enviar a su her
mano buena cantidad de víveres con oca
sión de los varias cosechas, sino que reco
rría las ccsox de los parientes y amigos, y
de tal manera sabía moverlos a sentimien
tos de caridad h ad a log hijos de Don Bos
co, que, en ocasiones, llegó a reunir varios
corros de nueces, trigo, patotas y uvas, en
viándolo todo ol Oratorio.
En derta ocasión llegó al Oratorio con ®1
fin de visitar a su hermano e irse luego oí
mercado a comprar dos becenüos. Mas al
ver la gran penuria en que se v M a en el
Oratorio, y que en aquellos días se debían
pagar deudas urgentes, le dijo a Don Juan:
— |Ehl Yo hdbia Tenido con el pensamien
to de gastarme trescientos lircos en la ieria
de Moncalieri; pero veo que tu necesidad
es más urgente que la mío. Por lo ' cual, de
todo coTOzón te entrego este dinero.
Y asi diciendo echó memo de su bolsa y
entregó a su hermano t o ^ el dinero que
.levabob
— ¿Y tú?—pregimtó Don Boeco, enjugándo
se ima lágrima.
—Esperoré a otra ocasión pora hacer la
compro.
—Seria mejor que me dieses este dinero
sólo a titulo de préstamo. Yp te lo devolToria openoe pudiera.
—¿Y cuándo tos a poder, si siempre os
tás cargado de deudas? No. no; ya sabré
arreglarme de otro modo. Tú qiiédate con
esto tranquUomente.
Por lo demás, la casa de José estaba
slempra a dÍ^)oslción de su hermano y de
ios muchachos del Oratorio. A ella Uercdba
cada otoño Don Bosco un buen grupo de
jóvenes, escogidos, doro sstá, sntre los me
jores; y oUi los acogía José con gran cari
ño, proveyendo a todos sus necesidades.
Hay que decir, sin embargo, que. a veces,
entre tanto muchachada, no f a i t e é algún
cabeza hueca, y entonces José vigilaba pena
que no ocasionasen molestias a los propieta
rios vednos. Les avisaba recomendándoles
que no entreesen en las viñas y huertas a je
nos, a fin de que nadie tuviese que te n »
quejas de ellos, y, por consiguiente, de su
Padre Don Bosco.
No faltaba con iodo edguna que otra excepmon, y asi, una mañana vió a un chico
.en el patio, y d n más, le Uomó y le recon
vino por haber entrado en los viñas. El chi
co, creyendo que nadie podía haberle visto.
Se empeñaba en negar su falto; pero José
le tapó lo boca, diciéndole:
—^Pero ¿np ves que llevas encima «1 es
pía que te h a visto? ¿No ves la hierba que
te ha quedado pegoda o 1m pantalones?
Don Bosco descansaba en la prudente
asistendo de su hum ano y podía dedicarse
tranquilamente a la predicación de la no
vena del Scmtísimp Rosario. Y es que £>u
hermano José se hallaba animado de su
mismo espíritu de celo por la salvadón de
los olmas.
(De la s •Memorias Biográficas», ccrpltulo XUI, v o l ÍV J
DON BOÓCO C O N LOS M U C H A C H A S
______ A P R E N D I C E S , E N L A S I E R R A ______
Don Bosco tenia que dar vueltos por los
calles de Turín pora hacerse encontradizo
con las olmos de los muchachos obxM’os.
Hoy nos las sirven en battdejcD. {Qué feliS
habría gldo Don Bosco si hubiera encontrado
allá por los jardines del Valentino uoo con*
centración de oprendices de empresa y le
hubiera sido permitido decirles una palabri
ta al coraiónl Aquel gron Santo y opóstol.
que no tenia inconveniente en descubrirse
delante del diablo para que le dejora pasor
c salvar un olma, ño habría vocUado en «so
bornar» ol cuerpo de guardia para entrar en
uiv campamento juvenil de esos que se ven
puntuor en nuestras verdes sierras con la
blancura de sus tiendas. Pero lo consolador es
que no hay necesidad de sobornar a nadie:
al CopsUón se le i n ^ a oficiolmen’e a ocu
par un sitip de honor y de mando en cada
c a m p é e n te del Frente de Juventudes; des
de allí tiene una oportunidad magnífica pa
ra adueñarse de los corozones y acercoriee
cada vez más otl del Divino Obrero.
Como \m hijo anónimo de Don Bosco, de
bo declarar que aquellos dios que pasé en
tre los 320 jóvenes obreros de \m campa
mento del Frente de Juv^tudes me parecie
148 —
ron un triunfo de ocercamiento de Jesucristo
a las masas trabajadoras. La sierra en don
de anidaba aquella ciudad de lona estaba
magnifico, mien'ras Madrid se tostaba en la
canícula: fresco el aire, perfumado el am
biente con «1 aroma de los pinares. Y a es
hermoso que se hoya hedió posible este
descanso en la Sierra para los hijos del pue
blo. Con una olhnentadón sana y abimdaate, con las mordías por los montes v d
ejercicio diario, se veía a aquella juven
tud gonor coior de salud momento p<^ mo
mento. Pero no se trataba solamente de oxi
genar los pulmones y acerar los músculos:
la Patria los mondaba allí a oxigenar su es
píritu también; y en aquella catedral de la
naturaleza aquello no sólo era posible, sino
inevitable.
Todos los días, al toque de diana, se le
vanta aquella mudioehoda pora empezar su
vigoroso día; un poco de ejercicio físico, lue
go a lavarse al río de aguas de nieve; aseo
de la tienda, formar en cuadro en torno del
mástil, soludor a las banderas de la Patria
que se izan lentamente saludadas por los
conloe viriles, y enfrente de los colwes nadonales y cara tú délo, valiente y fervoro-
Mf-
M »•
sa, la oración de la mañana seguida del ^^ dristoB trabajan en equipo para vencer. Y si
Padrenuestro. Todos las mañanas, en la me- ^alguno se hace el remolón, ya se encarga
rán los compañeros de aguijonearle: (a bue
joT tienda del campamento, que ostenta
titulo de capilla, se ofrece el Sonto Sacritl-t'* na hora iban a permitir que por la indolencío de la Miso. Entre los selectos de co m u -^ cio de uno se perdieran puntuación a l fin
Qíón diaria se distinguen siempre los man- W de la jomadal Porque, eso sí. la emulación
se mantiene viva constantemente. Y aunque
dos. que son dechados de caballeros
tianos.
'.i la disciplina tiene que ser, naturalmente,
Los muchachos Titren en tiendas, y al fren- " castrense, sbi embargo, todo el campamento
te de cada ima hay un jefe, quien es, senci es una gran familia, precisamente como lo
llamente, ;mo de los compañeros investido son los comunidades de Don Bosco: se apela
do autoridad: ni más ni menos que los «de a los senfimienfos más nobles, como son ios
curiones» que util£eaba Don Sosco. El Santo,
de s^vicio a la Pa ria y a nuestros seme
desprovisto de personal auxiliar y a formado, jantes, el temor de Dios, la realizoción de
V siempre necesitado de un número crecien- nuestros destinos sobrenaturales. Nunca sue
na una bofetada ni un insulto: a todos so les
ts de ayudantes, fue un m aes’ro en el arte
de equipar a , los propios muchadios poro el
estimula a superarse con constantes llama
das a cuanto tienen de mejor en su alma de
apostolado y el orden entre sus compañeros.
cristkmos v de españoles.
La vida en tiendas —el «contubemium» de
La instrucción catequística os diaria y
ios romanos— contribuye grandemente a culobligatoria, aim en los marchas, en que el
ti7ar el espíritu de camaradería! todos para
uno y uno para todos. Y como la tienda que aula son los pinares de la Sierro. Además,
todos los dios se da la consigna religiosa,
mejor se porte bajo todos los aspectos se
sobre la cual se interrogo a lo* acampados
ü era e l tótem de premio, todos los escua^
14'>
durante el día, y por derto que si respon
den bien a ellcc sube su puntuadóü conside
rablemente.
¿Y el Capellán? Cofistitucionolmente tiene
oha jerarquía en los campamentos. Y no es
solamente im poder moderador para arre
glar conilictos que pudieran surgir; no es
solamente la autoridad religiosa respetada y
querida por todos; es el omigo del olma,
que va por los tiendas invitando a la oradón
y a la recepción de los Sontos Sacramentos;
el que dice imo palabra aiectuosa a todos
y repreaentai a Jesucristo entre sus modernos
colegas de taller. Y .una ves que se ha estubleddo esa mutua oorriente de simpatía que
surge, naturalmente, entre una juventud qe
neroea y el «presbítero» o anciano que en
tona todos los días el «ad Deum qui loetibcat juventutem mecan», lo demás es coser y
contar: nadie se niega a venir a confesarse,
o u n ^ e hoyan posado algunos años desde
la últhna confesión; nadie se niega a com
prometerse pora toda la vida a dedr los
oraciones que nos enseñó nuestra madre, a
consagrarse a la Virgen Sontísima, a Hevea
su medalla al cuello, a intentar de nuevo los
nueve primeros viernes, a ser el perfume de
Cristo en el mundo. Y ese acercamiento del
sacerdote a l corazón del joven productor es
posible gracias o esos magníficos realizacio
noche del 6 de diciembre de 1876 Don
Hosco, que se hollaba en el Colegio da
Lanzo, tuvo uno de aquellos que ¿1 hu
mildemente solía llamar sueños. En éste se
le oparedó su alumno Domingo Sevio nin.-bado con la gloria del Cielo, y le habló lar
go y tendido de cosas sumamente importan
tes. A cierto punto el Santo le preguntó sobro
el futuro:
—¿Qué me dices acerca <del porvenir de
la Congregadón?
—En cuanto o la Congregadón —respon
dió el Beato— has de de saber que Dios te
prepara cosos grandes. Pora ella surgirá el
pr^dmo año una aurora de gloria tan esplén
dida que iluminará como un relámpago los
cuatro ángulos de la tierra, del Oriente al
Ocddente. de Nor!« a Sur. Muy grande es
kz gloria que se prepara.
El biógrafo comento: «En efecto, se levan
tó en aquel año sobra el horizonte de la Igle
sia la Pia Unión de los Cooperadores Szlesianos y nadó el BOLETIN SALESIANO.
dos institudones que debían llevar de un ex
tremo ol otro de la tiwra el conocimiento y
la prócKca del espíritu de D o n Hosco.»
(M. B.. voL Xn, 598.)
Bendigamos «1 Señor por el Iñen que esA
L
150
a
nes del Frente de Juventudes. Si Don Hosco
viviera y no tuviera auxiliares para penetrar
en todos los campamentos, pediría de nuevo
al Señor el don de la bilooación, o multUocación, para no perderse la oportunidad de
estar entre esos muchadios representando o
Aquel cuyas delicias son «esse cum filUs
hominum».
Pero oo hoy necesidad: Don Hosco vive en
todos esos campamentos, porque en realidad
ellos eon un triunfo de su técnica y de su
espíritu. El día que se haga el recuento, hobrá que pasmarse a l damos cuenta de que
mucho de lo que hoy prevalece, a Dios gra
cias, en cuestión de preocupación social, so
bre todo por kz juventud trabajadora, de pe
dagogía de la persuasión y de la grada, de
sana alegría y ocupación constante (que, por
derio, no hay tiempo en la «operosa inertía»de los campamentos ni pora escribir una car ■
ta), es ya una presenda virtuol y un triunfo
de San Juan Hosco. Y no será fuera de propó
sito recordar que en esos campamentos se
encuentran, sobre todo entre el selectísimo
cuerpo de mandos, una buena propordón de
Antiguos iUunmos de los Colegios de Don
Hosco, 1a única lástima de esos campamen
tos es que no basten las lonas de sus tien
das para cobijar a todos loe mudiochos de
España.
humilde publicación, órgano de la Fcanilta
Salesicma. ha llevado a cabo en el mirndo
en estos sus primeros setenta y cinco años
de vida.
Esta revista, con el titulo de «Bolletíno
Solesiono», se comenzó a publicar en italiano
al mes de agosto de 1877. Hacía dos oños
que solía y a de la escuela tipográfica del
Oratorio do Valdocco un periódico casi men
sual, titulado «II «Bibliófilo Cattolico», que
daba notida acerca de los edidolies salesianas y de otras publicadones espedeúmente
indicadas para el dero y pora la juventud.
Pero en ^ ch o mes de agosto el Santo lo
transformó radicalménte, hadéiidolo órgoso
de informadón y de formadón de los Coo
peradores de la Sededad Solesiona, conser
vando. sin embargo, el antiguo título junto
con el nuevo. Aporedó así: «II Biblofilo Cattolico o BoUethio Solesiono Mensuale». Poco
después, en enero del año siguiente, quedaba
sólo el titulo que debía adquiiir luego kmta
populcridcrd: «Bolletino Solesiono».
El 4 de febrero del diodo año 1877 Don
Hosco reimió a los Salesianos en la capilla
de San Francisco de Sales pora comunicar
las lo siguiente: «Se ha creado un Boletín
que vendriz a ser como el periódico de la
Congregación, porque son muchas los cosas
que deben, comunicarse a los Cooperadores,
Será un Boletín periódico, como un lazo en
tre los Cooperadores y los hermanos solesicmos.» Así, pues, Don Bosco pretendía por
medio del Boletín lanzar sus ideas acerco del
apostolado, bien pora animar a otros a imi
tarle, bien para dar a conocer sus obras y
ob'ener la ayuda de los buenos.
Tal fue el comienzo de una publicación
que h a alcanzado su septuagésimo quinto año
de vida y que constituye un genial medio do
información v de formación ol apostolado sa
lesiono. Cada año un volumen: 75 volúmeIles. una pequeña biblioteca. Basta tomar en
mano un año cuolqmera para descubrir un
verdadero tesoro de noticias, artículos, foto
grafías. rico documental de la historia de la
Congregación Salesiana y aim de la misma
Iglesias Todos los grandes posos que han lle
vado la obra de Don Bosco a l esplendor ac
tual, se hallan reseñados en el BOLETIN; ya
Se hcñ^la de una nueva casa, y a de los mo
mentos más importantes de coda una de
ellos, y a de los scdesianos que han contri
buido más poderosamente a la grandeza de
la Congregación; asi como también del tra
bajo de los señwes Cooperc^ores v Coopera
doras bajo la guia de los decuriones y di
rectores diocesanos.
Dignas de atención, sobre iodo, sMi los re
laciones de los misioneros, valioso censo de
noticias apostólicos, geográficas, etnológicas,
e'.cétera.
La nota más importante de todo este do
cumental es, ciertamente, su universalidad,
pues en el BOLETIN se habla de todos los
países del mundo, si bien cada BOLETIN se
ha ocupado, y más ce partir de la última gue
rra, con olguna preferencia de los países de
BU propio grupo lingüis'ico. Realmente es «1
BOLETIN un verdadero índice de la universa
lidad de la Congregación Salesicma que se
extiende por iodo el mundo y une bajo su
bandera hombres de todos las razas, herma
nados en el amor a Don Bosco.
El BOLETIN SALESIANO, en las diversos
lenguas, se hace eco y promotor de la acti
vidad misionera pora estimulo de la caridad
de los buenos, en favor de los obreros evofigélicos; y a se don a conocer nuevos scmtos,
lumbreras de la Iglesia Católica; ya, con fre
cuencia, recuerda hechos inéditos o casi iné
ditos de la vida de Son Juan Bosco; ordina
riamente habla de la devoción a Moría Au
xiliadora, refiriendo los favores obtenidos pos
su intercesión; estimula a la devoción hacia
ir,j
loa Siervos de Dios de le Familia Sedesiana,
etcétera.
No se olvidan tampoco los cooperadores,
sobre todo cuando son llamados a la etemidod, pidiendo suiragios a los lectores o enal
teciendo en algunos cosos especíales sus vútudss para eiemplo común.
Como se ve, el BOLETIN SALESIANO pasa
ante la imaginación del lector un magnífico
panorama de vida cristiana y de vida salesiema, panorama que se repite mensualmente con el fin de animar a todos a seguir tra
bajando en el compo del apostolado reli^ososoclal de la educación de la Juventud, 7 , aJ
mismo tiempo, pora poner en conocimiento
de los bienhechores el irulo maravilloso ob
tenido con sus limosnas 7 sacrificios.
Y todo esto se difunde por todo el mun
do, editado en l€ts prlncipaies lenguas e in
cluso en otros secundorlas, 7 o veces, im
preso en tipografías de tercer orden 7 un
poco a la buena de Dios, acomodóndoee a
los lugares y a los circunstancias, no siem
pre fovoTobles.
De esta manera llegan los noticias a to
dos los rincones dondequiera se - halle un
amigo de Don Boseo que desee sentirse uni
do a la Familia Solesiona para ayudar ol
desarrollo del programa trozado por su Fundodor en bien de la juventud.
Don Bosco era pobre, y, sin embargo, y
o pesor de hoUorse necesitaido de dinero
pata sostener l<zs olnros que llevaba entre
monos, quiso que e l BOLETIN se enviase
siempre gratis a todos. Le pareció un deber
el nottücor a sus bienhe^ores el empleo
hecho de sus limosnas, y por lo mismo,
quería que les llegase mensuolmente «1 ohsequio d)e la revista. Al principio, cierta
mente. se publicaban pocos ejemplares. Hoy
son cientos de miles los que se priblican en
las diversas lenguas, siendo 290.000 ios
ejemplares que cd presente se tiran cada
mes sólo de la adición italiana, con un peso
global de trece tonsladas de popsL En ho
nor de lo verdad, hemos de decir que los
Cooperadores Salesianos han eorrespondido
generosamente o este gesto de Don Bosco.
No menos pensaba el Santo en el Uen
que podía hacer la revista a las almas de
lec'ores. y osí se expresaba en derta
ocasión: «Una ves, por ejemplo, « j BOLE
TIN invitará a enseñar el Catecismo a los
niños, haciendo ver la utilidad v el modo
práctico de llevarlo a cabo; otras veces se
recomendarán nuestros colegios; en algún
que otro número se hablará del Ejercido de
la Buena Muerte, resaltando su bellexa e
indicando |a manera de hacerlo bien; en
otro se recordará la convenienda de prac
ticar Ejerddos Espirituales, o se insistirá so
bre la necesidad de Hihin<iir los libros bue
nos. jCuán saludables efectos producirán ta
15« —
les puntos expuestos con sencQlez y grodaU
Es aquí donde Don Bosco se nos ofrece
como oin gran precursor de la Aedón Ca
tólica, según lo reconodó su gran odmirad<^ el Popa Pío XI. Aquí hollamos la expUcadón de las palabrea del Santo, cuando
decía que Cooperador Salesiano hedaía áe
ser sinónimo de buen católico. Don Bosco
quería invitar o todos los católicos de bue
na voluntad para exhortarles a hacer el
bien de todos las maneras posibles, según
la capaddad de cada cual, animándoles al
apostolado universal de la Igledo, También
en esto Don Boseo marchó o la vanguardia,
y sus hijos, estos setenta v cinco años, hon
trotado de seguir sobre los huellas del Pa
dre, con la única aspiración de contribuir
en la medida de sus fuerzas ol triunfo del
Reino de Dios en el mundo.
(Viene de la pág. 146)
Durante la segunda guerra mundial lúzo
honor a su fam a de valentía y de impavi
dez visitando en momMifos muy duros los
lugares más castigodos por los bombardeos,
sin temor a los mil peligros que le amena
zaban. Gracias a su serenidad 7 arrojo, se
libraron de lo destrucción los habitacioaes
de San Juan Bosco, en Vcddocco, cuando co^
yeron sobre su techumbre varios bombas in
cendiarias arrojadas por los aviones oliados.
En efecto, D. ZiggiotÜ fué el primero en arro
jarse «itxe los llamas para comprobar pri
mero su importancia e impedir, «n consecuenda, la temida e irreparable devastación.
Su claro ingenio 7 la bondod de su corasón, su vida ejemplar y lobMiosa, asi como
su exquisito tacto en el empleo de su olía
outoridad, evidencion el gran acierto del Ca
píhilo Gemerol al elegirle para Sucesor de
Don Bosco y justifican el júbilo universal con
que ha ddo redbido su nombramiento pora
el cargo de Redor Mayor de la Congrega
ción Salesiano,
Por intercesión de María Auxiliadora
y de San Juan Bosco
VA LD EC O LM EN A S DE A B A JO (Cuenca).— Haliibase una herraana mía con una ¿ravísima conges
tión cerebral; había ya perdido «1 conocimiento y el
uso de los sentido?; tres médicos que la Tisitaban
habían perdido toda esperanza de curación y sólo
admitían la solución del milagro. La enferma tiene
cinco hijos pequeños; e l cuadro que se vela en persoectiva era, ciertamente, de’ olador. Llena de angustu acudí a San Juan Bosco, cuya reliquia coloqué
cobre la enferma, y le pedí intercediera ante María
Auxiliadora, prometiendo publicar la gracia en el
y enviar una limosna para su iglesia.
Domingo Savio, deseo hacerlo público en el BOLE>
Habiendo alcanzado plenamente la gracia pedida
i i N como testimonio de mi inmensa gratitud a mi
^ p l o agradecidísima mis promesas invitando a to^
querido protector. A l mismo tiempo entrego una
dos a que Jiempre acudan en sus necesidades a tan
limosna.— Jacin to B artolom é.
valiosos protectores.— Zjz/j H igeras (sic).
O R E N ^ .— Muy agradecida a San Juan Bosco por
Por intercesión del Siervo de Dios
una gracia espeaalísima que le pedí y me concedió
Don Felipe Rinaldl
ie ruego publique mi gratitud en el B O LE T IN Se-’
gim lo ofrecido, entrego una limosna para la Obra
SH ILLO N G (Assam-India). — M e encontraba co
salesiana
C lo tild e M oretón,
mo enfermero en Sonada. Muchas de estas pobres
B y^ C E L O N A .— Habienao conseguido resolver fa
gentes venían con frecuencia para recibir medicinas,
vorablemente, por intercesión de María Auxiliadora
ya porque los médicos se hallan muy lejos, va porque
9 de San Juan Bosco, un asunto para mí importan
no tienen con qué comprarlas. Un día llegó un niño
tísimo, les doy las más rendidas gracias y envío una
con los OJOS llenos de pus. que le fluía continua
limosna conforme lo prometí.— M . M.
mente. Es é s u una enfermedad que causa muchos
Ll 1 k ERA (Sevilla).— Envío a María Auxiliadora
ciegos en la India. Traté lo mejor que pude de la
una limosna por un favor recibido y deseo se publivar, d«infectar y poner algún remedio a aquellos
^ b o l e t í n .— Una A rciico frad e.
,o;os. A pesar de las precauciones tomadas, al día
A ST U D ILL O (Falencia).— D o y las m is rendidas
siguiente me levanté con el ojo derecho en iguales
gracias a la Virgen Santísima Auxiliadora por un
o peores condiciones que los del niño. N o podía c^
favor muy j a l a d o que me concedió al invocarla con
fiar el ojo ni tenerlo abierto, debido al continuo
fervor. Envío una limosna.— Aíaría d e l R. Garcia.
íiuir de materia. M e había contagiado. Aquella no
BA RCELON A. — Por varios favores recibidos de
che no tuve m un momento de reposo ni tampoco
nuestra celestial Madre María Auxiliadora, envío una
en todo el día siguiente. Debía esperar al tercer día
limosna y ruego se publique en-el BO LETIN .— Aíap ^ a encontrar un médico. Entonces le hice a Don
rtíí D o lores Araiz.
Publirar la gracia en el BO
UTKERA (Sevilla). — Acercándose los exámenes
L E ^ N SA LESIAN O si podía descansar, ya que me
de Estado, o frtó a mi Virgen Auxiliadora que si
sumamente nervioso y excitado. El Siervo
SdJí^n bien nus hijos darla una limosna para
d e Dios no se hizo esperar, sino que desde aquel
BO LETIN . Hoy cumplo lo prometido, dando gra
mismo momento el ojo se fué curando, no se infectó
cias a la Santísima Virgen por tan señalado favor.—
el otro y, pasados quince días, me encontraba perJ. Soto.
t e c t a ^ t e bien. Foco después también el niño se
M A L A G A .— HalKodome bastante enfermo, y no
hallaba fuera de peligro. Doy las m is rendidas gra
pudiwdo empezar el curso por esta causa, me enco
cias al tercer Sucesor de San Juan Bosco y cumplo
mendé a María Auxiliadora, y al día siguiente co
lo prometido.— J o s é Armiñana, M isionero Salesiano.
mencé a mejorar, de manera que a los' pocos días
V A L E N C IA . — Una persona piadosa nos entrega
me f i l a b a en disposición de emprender los e:tudios.
una limosna para que se k giremos al BOLETIN
También debo agradecer a María Auxiliadora la rá
con d e s ti^ a la Causa de Beatificación del Siervo
pida curación, en otras dos ocasiones, ¿ í sendas' en
de D ios Don Felipe Rinaldi. al mismo tiempo que
fermedades, parálisis y fiebreí, que podían haberme
ruega se mencione el favor alan zado en los siguien
producido graves y largas molestias.—
N a
tes térimnos; “ Por una gracia obtenida por inter
varro G utiérrez, A . A . S,
cesión de Don Felipe Rinaldi. envíe una limosna
M A D R ID .— Una amiga íntima de casa, enferma de
para su Causa de Beatificación. "Una devota,” —
gravedad, abandonada por el médico, vive hoy gra
A lte. H H . d e M . A.
cias a la protección de nuestro Fundador Don Bosco.
Comenzamos una novena con todo fervor, y no tar
damos en ser escuchados al inspirarnos la idea de
Por intercesión del Siervo de Dios
traer un médico, conocido nuestro, y en quien hasta
Ceferino Namunouró
« e momento nadie había pensado. Después de días
PA T A G O N E S (A rgentina).— Gloria G . de Garcde verdadera aoj^stia, la enfermedad fué vencida,
lia, en su carta del 2 de agosto de 1951, manifiesta
y hoy podemos dar gracias al Santo por este hecho
que su hijito Daniel, de seis- años y medio, un día
y por otros muchos beneficios recibidos gracias a su
amaneció con dolores de garganta y algo de fiebre.
intercesión, ya que siempre acudimos a él en deman
N o le mandó a la escuela. Por la noche empeoró y
da de auxilio.— C. M uñoz d e M orales, A ntigua Alurnna Sale si ana.
la fiebre iba en aumento. Cuando regresó el esposo,
de común acuerdo decidieron llamar al médico dt
C O N IL DE L A FRO NTERA ( a d i z ) . — Estando
ca « ; pero como éste no es-taba, llamaron a otro,
mi nuera para tener un hijo, y viendo que la situa
quien dijo que él no daba la última palabra, por
ción era peligrosa, la encomendé a San Juan Bosco
cnanto la enfetmedad aun no se había declarado^
valiéndome también de una reliquia del Santo que
Jo
que podía suceder de un momento a otro. Des
cenia en mi poder. Todo fué bien, gracias a Dios,
pués de irse el médico, dice la mad're, lloré y nie
y hoy la madre y la niña se encuentran perfecta
mente.— L u pe Calvo.
acordé de Ceferino. Inicié una novena. En ese mo
mento el niño tenía 39 grados. El resto de -la noche
V A L O R IA D EL A LCO R (Falencia).— -Agradecida
lo pasó mejor. Llamado el médico de casa al día
e implorando nuevas bendiciones de María Auxilia
siguiente, declaró que no había nintón peligro, que
dora, envío una limosna.— Rosa G óm ez.
podía estar tranquila, pues se trataba de una gripe
con anginas. Hoy, al tercer día de la novena, mi hije
Por intercesión del Beato Domingo Savio
está completamente sano.— Carmen M. Riche.
REUS (T w ragona).— Habiendo obtenido un favor
G EN ERAL M O SCO N I (Argentina).— D oy gracias
por interce'ión de Domingo Savio, enviamos una
a Ceferino Namuncuri por h a ^ r hallado mejorüt en
limosna y deseamos se publique en el B O L E T I N .mi enfermedad, después de hacer una novena implo
Unas devotas,
rando su válidía ayuda. Cumplí con la promesa de
A ST U D ILL O (Falencia).— ^Habiendo recibido «rn»
confesar v comulgar en su honor, y envío una iigraaa muy grande, un verdadero milagro, del Beato
mosna para su causa.— M aría d e Bóscaro.
—
t53
IN
M E M O R I A M
Rvdo. Don Juan Romero Montaño, sacer
dote salcsiano.— En nuestra Casa de Cádiz entregj
su alma al Señor, el dfa lo de mayo de 1952, este
benemérito hijo de Don Bosco, a los setenta años
de edad. Sería imposible de todo punto resumir en
las pocas lineas dedicadas a esta sección del BOLE
T IN la intensa labor de apostolado s-ocial desarro
llada por Don Juan Romero en su larga y fecunda
vida salesiana. Diremos tan sólo que era de cariettr
alegre v abierto (había nacido en Marinaleda, pro
vincia de Sevilla), conversación amena y sugestiva,
corazón extraordinariamente generoso y siempre dis
puesto a hacer el bien. Sentía vivísima devoción a
Jesús Sacramentado y un apasionado amor a la Vir
gen Santísima Auxiliadora. Una de las biografías mis
interesantes de San Juan Bosco se debe a su bien
cortada pluma, que ha obsequiado asimismo a la
Familia^ Salesiana con la amena e interesante biogra
fía dercoadjutor salesiano Maestro Dalmáu. El Se
ñor habrá premiado ya en el cielo una vida dedicada
por entero a su servicio: sin embargo, recomenda
mos el alma del querido difunto a las oraciones do
todos nuestros lectores.
Doña Hilarla Moreno.— Pozoblanco, su pueblo
natal, ha perdido un tesoro de bondad, de exquisita
discrecfjn. de humilde y distinguido señorío y un
dcm plai acabadísimo de la m is amplia caridad; por
doquiera sus esplórniidas donaciones lo pregonan; las
Cuantos pasaron por su Colegio y recibieron iluítración para su ntente y forja cristiana para su cora
zón y íu vida le deben, m is que unas ligrim as y
unas flores sobre su tumba, un perenne recuerdo v
una oración constante.
La Familia Salesiana, al tener el inmenso dolor dt
comunicar su pérdida, quisiera hacer destacar tan
ejemplar y santa vida v tan magninimo proceder,
y quisiera perpetuar su memoria, digna como la que
mis de engalanar con su prócer figura el centro de
una de nuestras plazas y honrar, juntamente con sus
hermanas, con su nombre, sus paseos y sus calles.
Descanse en paz la noble fundadora de las C>b^a^
Salesianas en Pozoblanco.
{T om ad o d e “L a Virgen d e D on B osco en Pozoblewco”, /«/io 1952.)
El día 27 de abril, fiesta de Nuestra Señora de
Montserrat, en G»rona, descansó en la paz del Señor
doñn Cdrrn^n Ooll Subirá. Con odific^nto piedad y resignación habla recibido los Santos Sacra
mentos. pidiendo perdón a cuantos hubiera podido
ofender, ofreciendo sus penas y sufrimientos para
poder pa'ar el Purgatorio en este mundo y por e!
.Feliz -éxito del Congreso Eucaristicp Internacional de
Barcelona.
Suplicamos a nuestros lectores una piadosa oración
su bendita alma y presentamos nueítro más sen
tido pésame a su atribulado esposo, don Pedro Bofill.
Rogamos a nuestros lectores <me encomienden al
Señor el alma de don Miguel Bernardino Mo
reno, Presidente que fué de los Cooperadores Salesianos de Pozoblanco (Córdoba). Caballero cristia
no, cariíativo, cariñoso y bueno,- ha dejado un re
cuerdo inolvidable en cuantos le trataron y conocie
ron. Damos el más sentido pésame a su hermano,
don Raimundo.
R. I. P.
fundaciones salesianas. que, aunque son obras lleva
das a efecto en unión de sus hermanas doña María,
de santo recuerdo, y doña Josefa, la mente forjado
ra. el corazón generoso y la voluntad firme fué nues
tra nunca bien llorada doña Hilaría; la capilla de
María Auxiliadora, donde puso todo lo exquisito de
su gusto y su generosidad sin limitación para lograt
uo trocito de délo; el altar e imagen del Crucificada
de Santa Catalina, las casas parroquiales de las dos
pariw uias y tantas y tantas ebras benéficas que Dios
T ella sólo saben, culminando en la entrega de todas
«US joyav y la, heredadas del Exemo. y Rvdmo. Obis
po de Córdoba, doctor José Pozuelo Herrero, para
«er engarzadas en la riquísima custodia del Colegio,
desaparecida en el Movimiento.
Pozoblanco entero debe ostentar crespón de luto
en el alma, pues a m $ de sus dotes no comunes
V piedad acendradamente cristiana, destacó su amor
inigualado a su pueblo, buscando el bien de sus
clases humildes, proporcionando trabajo, que había
de hacerse en su o u Á lo v por sus artistas con pre
ferencia a todos.
154
Prensa G rifioa, S . A.-—Madrid.
-
Texto
-
%■ •
••í»- .
’A:'-»'
. :
4
BOLETIN SALESIANO
LA GLORIFICACION DE N U E S T R O S M A R T I R E S
i * ES O B LIG A CIO N que incumbe a la España
para ulteriores indagaciones, pensiones en que resi
Salesiana la giorlficación d e sus mártires. N o quede,
dieron y personas con quienes convivieron en las
por &er común, demasiado repartida la responsabili*
horas de la gran tragedia nuestros hermanos.
dad, sino concéntrela cada cual en sí mismo, tras de
4 -* ES NECESARIO QUE NUESTROS M A R T I
haberse preguntado: ¿Qué he hecho yo hasta ahora
RES SEAN CO N O CID O S. Para esto convendrá que
para el feliz éxito de esta importante empresa?
hablemos de ellos, de su vida y de su martirio, de
2.
® EL “ O D IU M FIDEI” , requisito esencial delsus hechos edificantes, etc., etc., a nuestros conoci
martirio, no pide aquella aparatosidad en la inmolados; a los niños en nuestras- escuelas, etc., encare
ción del m írtir en aras de su fe, que tanto nos lulaciéndoles se encomienden, privadamente a ellos en
%a, ni tampoco heroicidad de virtudes practicadas
sus dolores, enfermedades y necesidades.
*n vida.
En diversas revistas irán publicándose sus marti
El martirio es un acto que encierra, eso sí, una
rios, y en breve se enviarán a los señores directores
rceptacién voluntaria de la muerte (es suficiente la
y amigos de la Obra Salesiana hojitas de propa
habitual), compatible con el miedo y aun a las veces
ganda.
con la fuga, no ciertamente con la oposición, resifLas gracias obtenidas por su intercesión sean co
tencia o propia defensa en lucha contra el tirano.
3.
» EL T R A BAJO PREVIO, recogida de datosmunicadas sin dilaciones. Es un tesoro éste que he
mos de presentar en su día, cual un capítulo más,
y formación de la lista de testigos, es duro y difi
a favor de nuestros Siervos de Dios.
cultoso. Se viene ya realizando con decisión, supe
5.® A CU D IM O S A L BU EN C O R A Z O N de to
rados, a Dios gracias, los entorpecimientos de tiem
dos al pedir también ayuda económ ica, para sufragar
pos pasados; mas es necesario insistir en la petí*
los elevados gastos que estos trabajos originan a la
cióri anterior a los Hermanos, y que se hace ex
Inspectoría. Sin duda que corazones que recuerdan
tensiva a cuantos leen e^tas líneas, de que envíen
a antiguos hermanos, profesores, amigos, bienhecho
con la mayor urgencia cuantos datos posean sobre
res, sabrán secundar, con lluvia de limosnas de mael encarcelamiento y pasión de los Salesianos.
>yor o menor cuantía, según sus posibilidades, dicha
A muchos Hermanos se interrogó personalmente;
empresa. ¿Por qué no ha de repetirse el caso, uno
mas es seguro de que aun pueden, sobre todo
entre otros, de Ceferino Namuncuri, cuyos trabajos
A nt^uo“ Alumnos y Amigos de la Obra Salesiana,
de beatificación avanzan ayudados tan sólo por las
suministrar detalles preciosos sobre la vida de nues
limosnas de los fieles?
tros héroes, y, lo que es más importante, indicar.
G RAC IAS ATRIBIMDAS A
RVD O. P. C A L A S A N Z (Barcelona). — Encontrá
bame trabajando en mi despacho y debía vencer una
seria dificultad. Por espacio de más de hora y media
no encontraba solución alguna. Tenia en mi mesa
de consulta la breve biografía del mártir salesiano
Padre Calasanz. La cogí, más que por devoción, para
distraer mi pensamiento. La leí con interés, ya que
el Padre Calasanz fué mi Inspector cuando yo fre
cuentaba el Colegio de Mataré, y al terminar ki lec
tura recé la oración. N o habían transcurrido cinco
minutos cuando todas las dificultades se hallaban
«cencidas Creo debe ser Don José un buen abogado
allí en io alto. Agradecido, deseo publique la gracia
en el BO LETIN SALESIANO.— D f. /. Montaner.
IX )N JU A N M ARTORELL (Gudadcla. Menor
ca).—^Agradecida por una gr.icia alcanzada por me
diación del Rvdo. P.adre Don Juan Martorell. deseo
publique la ^ratilud que siento y se digne aceptar
la pequeña limosna que le envío ptira su beatifica»
lión.— ^Ugd 4i«na Triay.
D O N JULIAN RO D RIG U EZ (Palacios de Salva
b o l e t í n
SALESIANO
tEVtSlA M LAS OIRAS DE DON SOSCO
A h lCT - S»pt¡flmbrB 1952
Aleo',.* 164.-M.Tririíí
UO —
Kum 9
NUESTROS MARTIRES
tierra, Salamanca) .— £1 día 9 de abril pasado marché
a Salamanca con el objeto de operarme de k prósta*
ta, que me causaba muchas molestias y me hack
pasar muy malas noches. £1 doctor que me operó
creo estuvo acertado; p»ero después de k operación
me quedé un hipo muy molesto, que me hacía de
volver el poco alimento que temaba. En esta situa
ción los médicos me recetaron varias cosas para ha
cer desaparecer el hipo, pero sin resultado alguno.
En esto vino del pueblo un hijo mío, que traía una
hojita con la biografía y el retrato del mártir Sale
siano Don Julián Rodríguez, que le había regalado
un tío del llorado mártir, cen el encargo de que nos
encomendáramos a su intercesión. Así lo hicimos, y
aquella misma noche, primera en que rezamos la
oración, comencé a sentir mejoría, y a los dos días,
las mblcstias hablan desaparecido por completo. De
lodo ello doy conocimiento para que sirva de ayuda
a k pronta beatificación del llorado Don Julián
Dígnese aceptar también la pequeña ofrenda que
envío para ti mismo fin.— Bernardo Ingelm o.
P a r a to d o c u a n to a n u e s tro s m á rtiro s se
r e fie r e , d ir íla n s e a L 's re v e re n d o s D O N
A M .V D E O B l 'R D E V S tCnieirio Salesiano^
M .V T A K O . B a r c e lo iia L D O N J O « E L U IS
B A S T .V B lU C A (S e m in a r io S a le s ia n o , M A
D R ID ( C A R A B A N C I Í E L A L T O ) o DON
S E R A F I N G A R C I A (E s tu d ia n ta d o S a le
sia n o d e C o n s o la c ió n . U T R E R A , S e T Íllaj
r
r
^ O M O ya sabían nuestros lectoreSj, el día
/ de agosto, debía tener ¡ugar, como
efectivamente la tuvo, la elección para Su
cesor del recientemente fallecido Rector
Mayor de la Congregación Salesiana, el //orado Don Pedro Ricaldone (d. s. m.), y Su
cesor, por consiguiente, de San Juan Bosco.
En nuestro deseo de dar a ¡os lectores del
‘Boletín Sa7es/ano" una inform ación no só
¡o am plia, sino calurosa y a l mismo tiempo
objetiva, creemos ¡o más aceríado traducir
sencillamente los varios artículos publica
dos a l día siguiente de la elección por el
diario de T urin "II Popplo Nuovo".
# #♦
Desde ayer Don Renato Ziggiotti es el
Rector Mayor de la Congregación Salesiana.
Su elección para tan elevado cargo fué
precedida por ocho días de Ejercicios E ^ iriluaíes realizados en la iglesia de San
Francisco de Sales, la primera iglesia cons
trulda por San Juan Bosco en la fecunda
tierra de Valdocco e inaugurada hace ahora
precisamente los cien años.
En este lugar se vienen reuniendo vez pOr
vez a partir del año 16SS para orar y medi
tar los Salesianos señalados según las Re
glas para elegir al Sucesor del Santo piamontés: y hay que decir que en verdad las luces
de lo alto han brillado sien>pre con toda
intensidad cuando tales y tantas han sido
las maravillosas pruebas de virtud y de go
bierno manifestadas por los primeros Suce
sores de San Juan Bosco, esto es: Don Miguel
—
1í l
fector de los Cosos Sole^anas
de Sicilia, y en 1937 le elevaba a l cargo de
Consejero Escolástico del Capitulo Superior,
en sustitución del difunto D. Bartolomé Fascie.
La competencia manifestada p^r D. Ziggiot
ti en este cargo, el espíritu emprendedor y
organizador que le animaba, pedían aun per
maneciera muchos años en este importantí
simo puesto, para el cued había sido confir
mado por el Capitulo General del año 1947;
pero la premohira muerte del llorado don
Berruti obligó cd Rec*or Mayor a nombrar c
D. Ziggiotti Prefecto Genercd de Congregación
y Su Vicario.
(Sigue en ia pág. 152)
. >.iii ii-i-i Í----• ... :r «:•
j,. . , •i; nt••
IM»'t ••>lj‘ I ^
^íitf ; :•
;'t i'i :u' •' I »•••r< n
durante el día, y por derto que si respon
den bien a ellcc sube su puntuadóü conside
rablemente.
¿Y el Capellán? Cofistitucionolmente tiene
oha jerarquía en los campamentos. Y no es
solamente im poder moderador para arre
glar conilictos que pudieran surgir; no es
solamente la autoridad religiosa respetada y
querida por todos; es el omigo del olma,
que va por los tiendas invitando a la oradón
y a la recepción de los Sontos Sacramentos;
el que dice imo palabra aiectuosa a todos
y repreaentai a Jesucristo entre sus modernos
colegas de taller. Y .una ves que se ha estubleddo esa mutua oorriente de simpatía que
surge, naturalmente, entre una juventud qe
neroea y el «presbítero» o anciano que en
tona todos los días el «ad Deum qui loetibcat juventutem mecan», lo demás es coser y
contar: nadie se niega a venir a confesarse,
o u n ^ e hoyan posado algunos años desde
la últhna confesión; nadie se niega a com
prometerse pora toda la vida a dedr los
oraciones que nos enseñó nuestra madre, a
consagrarse a la Virgen Sontísima, a Hevea
su medalla al cuello, a intentar de nuevo los
nueve primeros viernes, a ser el perfume de
Cristo en el mundo. Y ese acercamiento del
sacerdote a l corazón del joven productor es
posible gracias o esos magníficos realizacio
noche del 6 de diciembre de 1876 Don
Hosco, que se hollaba en el Colegio da
Lanzo, tuvo uno de aquellos que ¿1 hu
mildemente solía llamar sueños. En éste se
le oparedó su alumno Domingo Sevio nin.-bado con la gloria del Cielo, y le habló lar
go y tendido de cosas sumamente importan
tes. A cierto punto el Santo le preguntó sobro
el futuro:
—¿Qué me dices acerca