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EN EL CENTENARIO
DE LA

MUERTE DE MAMA MARGARITA
El d io 2 5 de l p r ó x im o mes d e n o v ie m b re
se cum p lirá n los cien a ñ o s d e la muerte
d e la sa n ta M a d r e d e D o n Bosco.

Todos cuantos hayan leído con atención la V ida de San Juan Bosco ha­
brán sacado la conclusión de que la santidad alcanzada por este gran Santo,
fu é debida en parte no pequeña, a la educación que recibiera de la madre.
Es justo, por tanto, que en una efem érides solemne como esta, Salesianos, H ijas
d e M aría Auxiliadora, Cooperadores, Archicofrades, Alum nos y Antiguos
Alum nos, en una palabra, cuantos integran la F am ilia Salesiana, se propongan
honrar a la M adre de tan gran hijo, dando a conocer esta figu ra de madre y
m u jer extraordinaria. Los métodos y caminos seguidos por M am á M argarita
en la educación de su hijo pusieron los cim ientos de una vida entre las más
brillantes y beneficiosas para la Iglesia y la Humanidad. Las mismas causas
producen siempre idénticos efectos. Ten ga Mamá M argarita muchas im itado­
ras y las madres tendrán el consuelo de v er én sus hijos otros Don Bosco.

L a Sociedad Editora Ibérica, Alcalá, 164, Madrid, ha editado el hermoso
lib ro : «L a M adre de Don Bosco». de M aría Bargoni, tradutción del P. F ra n ­
cisco Villanueva, S. D. B.— Form ato, 18 x 12; 250 páginas, cubierta bicolor y
10 grabados interiores en papel couché. P recio : en rústica, 18 ptas.; en tela,
30; en piel, 70 pesetas.

N u e s tra

p o rta d a :

U n Sie n o

de

S an .K an Bosco

Las devociones a Jesús Sacrame7itado y a la Virgen Santísima serán siem­
pre para aquellos que las practiquen, prenda de paz y seguridad en este mun­
do y de salvación eterna en el /«furo.

SMESIMO

lU-

R E V I S T A
R E D

A C C I O N

D E
Y

L A S

O B R A S

A D M I N I S T R A C I O N !

A ño LX X

D E
A

l C

A

D O N
L

O C TU B R E 1956

En el Centenario de la muerte de
Mamá Margarita...................... 2
El Rosario de la V irg e n ............... 3-4
Domund de la fe .......................... 5
I

Noticiario mundial salesiano . . . . 6-13
( j / 7 f 0 r / 0 ’ España Salesiana .........................14-17
Mamá Margarita.......................... 18
De nuestras Misiones................. 19-£4
El Santo Rosario y San Juan Bosco 24

R

o

s

a

r

i

o

Desde Santo Domingo acá (siglo
X I I I ) todos los santos y los grandes
hombres del Catolicismo han tenido
muy grande devoción al Rosario. Los
Fundadores se lo han puesto como
regla a sus religiosos; las jamilias lo
miran como un vínculo de unión. Nues­
tro Padre don Bosco, desde pequeñito,
lo hizo como el centro de su vida.
Y es que, como dice San P ío V, «es
el Rosario una manera fácil al alcance
de todos, y grandemente piadosa, de
orar y de rogar a Dios, y de honrar
y venerar e im plorar a la Santísima
Virgen M aría». Es un iterar el culto
evangélico que a la Madre de Dios pres­
taron el Arcángel Gabriel y Santa Isa­
bel, la madre del Precursor, añadien­
do la oración que nos enseñó Nuestro
Señor en persona. Es una manera de
Catecismo o Teología abreviada, que
contiene la historia de la Redención
en tres fases: trabajo, sufrim iento y
triunfo. Es enseñanza y plegaria, pro­

A

,



1 6

4

B O S C O
M

A D

R I D

N úm ero 10

Crónica de gracias...................... 25-27
Ecos de las Fiestas de María Auxi- “
liadora....................................... 27
Inspectoría de Nuestra Señera de 28-29
la M erced.
................
...................................
N ecrología..................................... 30-31
Biblicgraíía.....................................31
A ñ o Centenario de la muerte de
Santo Dcm ingc Savio............... 32

a

g e n

fesión de fe contra las herejías por la
que se hace de la Encarnación del
Verbo y la maternidad de la Virgen.
»E s arma poderosa puesta en manos
de los fieles, que suele conseguir lo
que no han conseguido las bayonetas
y no conseguirán las armas atómicas,
n i las discusiones y polémicas; «es una
eficaz y pacífica cruzada impetratoria,
capaz de ablandar el corazón de Cristo
y de conm over el de la Virgen M aría».
(Domech)
}>Es la oración en que más se deleita
y agrada la Santísima Virgen. Es la
corona más rica de flores de devoción
que podemos depositar en manos de
la Señora; es toda una sarta de perlas
cordiales que desgranamos en su ho­
n or; es una guirnalda de las magnífi­
cas, y, m ejor y más breve, es el rosal
de las más finas alabanzas de María,
como se expresa Mons. Pla toro».
Poco después que Santo Domingo co­
menzara a difundirlo, los devotos que lo
— 3

rezaban velan salir de sus manos a
cada Avemaria wna rosa, y a cada pa­
drenuestro una azucena, que la Virgen
recogía, formando una guirnalda que
luego colocaba sobre la cabeza de sus
devotos; otros veían ángeles que ha­
cían el mismo oficio, pero poniéndolas
antes en manos de la Virgen para que
Ella coronara a sus fieles, dejando el
aire impregnado de suave fragancia.
E n Lourdes Santa Bernardita veía
a la Virgen con el rosario en la mano,
y cuando la niña comenzaba a rezarlo,
la Virgen la acompañaba. P o r eso la
santa no cesaba de repetir: uSi supie­
rais cuán buena es la Virgen amada.
Rezad bien el Rosario, pues nunca se
hace en vano)>.
Y ya sabemos cómo en Fátim a la
Santísima Virgen enseñé a los niños
a rezarlo, y cómo a Francisco le ofre­
ció el cielo, pero después de que rezara
muchos rosarios.
De San Ignacio de Loyola, cuentan
sus biógrafos que, despertándose de
noche, inmediatamente se ponía a re­
zar el rosario.
De su eficacia, ¡cuántas cosas pu­
diéramos decir! ¡Si lo ha dicho la mis­
ma Virgen Santísima!

Gregorio X l l l decía que la Santísi­
ma Virgen lo había instituido para
apaciguar la cólera de Dios e im plo­
rar la intercesión omnipotente de Ma­
ría.
Paulo V lo llama «¿esoro de altísi­
mos bienes».
P ío X I, el Papa de Don Bosco, in­
sistía con los Obispos: {(.Encargad a
los sacerdotes que lo recen mucho y
lo hagan rezar. Decidles que el Papa
lo reza siempre entero todos los días,
y que aun los días más atareados has­
ta rezarlo no da por terminada su dia­
ria tarea, «pareciéndole no cum plir
C071 su obligación de rezar por el m un­
do si no lo hiciera».
Se narra de Felipe I I que recomen­
daba a su hijo lo rezara siempre, si
quería gobernar bien sus estados. Y
de su padre el gran Carlos, se sabe
que lo rezaba todos los díasSan Alfonso de L ig orio llegó a decir
que estaba seguro de que de esta de­
voción dependía para él su salvación.
iQ ué mucho que Su Santidad Pío
X I I bendiga y recomiende la Cruzada
del Rosario, y que los Salesianos y to­
das las Ordenes religiosas propague­
mos la devoción del Rosario viviente^.

BARCELONA.— Grupo de jóvenes postulantes momentos antes de recibir el Santo Hábito
de Hijas de María Auxiliadora. Agosto 1956.

D O M U N D DE LA FE
E l día misional universal cae este año el 21 de octubre. Conviene
prepararlo con anticipación. Es un día grande. Es el día por excelencia
de las Misiones. E l día en que nos sentimos más plenamente católicos,
es decir, universales, cristianos, humano-divinos.
Si el año pasado fué el Domund de la Esperanza, este año es «e l
Domund de la F e ». Los organizadores han querido que todos recorde­

mos el don inestimable de la Fe, principio y base de la vida cristiana:
de la Fe, «sin la cual es imposible agradar a Diosv>, y que comprénda­
nnos nuestra obligación de difundirla por todo el mundo.
Si somos católicos, somos y debemos ser universalistas; debemos
m irar como dichas a cada uno las palabras de Cristo a sus Discípulos:
« I d por todo el mundo. Predicad la fe a toda creatura)>.
Se repite hasta la saciedad la gran verdad de que «la característica
de nuestro tiempo es «lo sociah. L o social es lo universal, lo opuesto al
egoísmo, a lo puramente individual. Formamos una grande y sola Fa­
m ilia: el Reino de Dios, la Iglesia, el Cuerpo M ístico de Jesús. Deber
*=•8 de todos y de cada uno trabajar para su establecimiento en el universo
('Utero.
Ahora bien: todavía quedan muchas naciones, quedan muchos her­
manos nuestros, creados a imagen de Dios y redimidos con la Preciosa
Sangre de Cristo, que andan fuera, que n i siquiera conocen al verdadero
Dios, que ignoran la bondad y los oficios de la Virgen Santísima; que
están en las tinieblas... Y hay que ayudarlos. E l D O M U N D nos recuer­
da esta obligación.
Es, pues, día de agradecer a Dios el beneficio incomparable de la Fe:
de recordar nuestros grandes deberes como miembros del Cuerpo M ís­
tico; de renovar nuestros propósitos de generosidad y apostolado; día
especial de oraciones, de propaganda, de limosnas en favor de las M i­
siones del mundo entero.
Las limosnas que se recojan para el D O M U N D van a manos del Sumo
Pontífice, para que las distribuya según su sabiduría entre todas las
Misiones Católicas del mundo. Oraciones, limosnas, sacrificios tienen
este año un tinte especial: cariñoso y filia l tributo de amor al angelical
Pío X I I , en el 8(P año de su vida.
¡Entusiasmo, pues, generosidad y fervor!

— 5

El Rvdm o. Rector M a y o r en el N u e v o M u n d o
La Argentina, llamada por Don Bosco
«su segunda patria», la tierra maravillosa
de sus sueños y de sus solicitudes, está
de fiesta. Don Bosco, el insigne ciudada­
no de honor, ha acudido a visitarla en
la persona de su Sucesor. Flores, aplau­
sos, aclamaciones, músicas, banderas, han
acogido su presencia. La Argentina pre­
tende manifestar de esta manera su gra­
titud al Santo por los hijos de valía ex­
cepcional que mandó a su territorio:
Caglicro, Costamagna, Fagnano, Vespignani y otros muchos apóstoles y civili­
zadores para la República.
Existen en la Argentina cuatro inspec­
torías con un total de 1.360 salesianos y
novicios: 88 colegios de enseñanza pri­
maria y secundaria; 26 escuelas pro­
fesionales y agrícolas; 82 oratorios fes­
tivos: más de 40 los batallones de explo­
radores: 55 los Centros activos de ex
alumnos, numerosas las Asociaciones de
padres de familia y centros de Asistencia
Social, residencias universitarias, casas
editoras: innumerables los cooperadores
y amigos de la Obra Salesiana, y casi un
millón las almas confiadas a los cuidados
de los salesianos en las 47 parroquias en
las que se desarrollan las más variadas
actividades católicas.
¡Cuántos operarios de la inteligencia y
de l músculo, cuántos soldados de la Cruz,
de la palabra, del foro, de la cátedra, de
la espada, del comercio, de la banca, del
campo ha formado Don Bosco por medio
de sus hijos, contribuyendo con ello a la
grandeza y al progreso de la noble nación
del Plata!

despliegan las Hijas de María Auxiliadora
en sus providenciales instituciones que flo­
recen en los principales centros de la Re­
pública.
Por eso la Argentina hoy se siente feliz
al poder exteriorizar en cierta manera sus
sentimientos de gratitud y admiración al
Bienhechor incomparable en la persona de
su Sucesor.
Desde Río Grande, nuestro venerado
Rector Mayor, dando el último adiós a la
Tierra de Fuego, vuela sobre Río Turbio,
en la Patagonia Meridional. Hasta hace
algún tiempo en aquellos parajes solamen­
te existía un grupo de casuchas; ahora
en cambio se está levantando una hermo­
sa ciudad gracias a las riquezas proporcio­
nadas por las minas de carbón. El sueño
profético de Don Bosco se ha trocado en
una maravillosa realidad. La Patagonia, mal­
decida por Darwin, se abre hoy como una
tierra de gran porvenir por el progresivo
disfrute de las inestimables riquezas profetizadas por el Santo.
Antes de entrar en la ciudad, el Rector
Mayor hizo una breve visita a Puerto Na­
tales. en la República de Chile, para con­
fortar con su presencia a sus hijos resi­
dentes en dicha localidad y a sus 500 alum­
nos que frecuentan las escuelas. Natural­
mente gozó del mismo privilegio el Insti.
tuto de las Hijas de María Auxiliadora en
el que se educan casi un millar de alumñas. Puerto Natales es una ciudad geosráficamente hermosa, emplazada en los lími­
tes de una bahía que la baña y defendida
por la cordillera que la protege; pero sus
casitas le dan un aspecto de una humilde
aldea. El Rector Mayor fué recibido como
un familiar cuya presencia se desea hace
mucho tiempo.

Cifras no menos elocuentes deberíamos
aportar en relación con las actividades que

De regreso a Río Turbio es recibido so­
lemnemente por toda la población. Alma

Se realiza la profecía de un Santo.

de la vida espiritual de esta ciudad es el
Párroco salesiano, que ha sabido-ganarse
el afecto y la estima de todos. El superintendente de las minas se desvive para que
el Sucesor de Don Bosco tenga una d.gna
acogida y pueda visitar cómodamente. Dos
numerosos técnicos italianos le rodean cor­
dialmente : cada uno le habla en su dia.
lecto y quiere escuchar una palabra de
labios del Padre. Después cantan típicas
canciones de sus respectivas regiones y
Don Zíggiotti que tiene los brazos aprisio­
nados por las manos de los que le rodean,
marca el compás con la cabeza y canta con
ellos.
El 25, muy temprano, celebra para los
obreros y dirigentes. Más tarde, en las
minas se vive una hora histórica; técnicos
y jefes aguardan al Rector Mayor para en­
señarle lo que el Santo Fundador había vis­
to en sueño profético.
Año de 1883. Don Bosco en sueño sube
a un tren internacional, que marcha ver­
tiginosamente. Entretanto el Santo ve co­
sas de las cuales no puede haber tenido
noticias ni de otros viajeros ni de los geó­
grafos, pues ni el tren existe, ni se ha he.
cho exploración alguna en aquellas latitu­
des extremas ni con fines turísticos ni en
plan científico. Llega al paralelo 47, pasa
por el 50, se detiene en el 55. Atraviesa
un río, pero no puede distinguir si su co­
rriente va al Atlántico o al Pacífico. Lue­
go el soñador y profeta recorre por espacio
de muchas millas un suelo recubierto de
depósitos de carbón fósil, de maderos, de
mesas, de travesaftos, de inmensos mon­
tones de metal, parte en bruto, parte tra­
bajado. Largas filas de negros vagones de
mercencía están sobre las vías. Sus pies
caminan sobre riquezas inimaginables. «Lo
que ahora ves—le dice el guía—un día será
realidad*. Don Bosco quiere volver a la
estación. Ha visto bastante. Sube al tren y
parte.
Setenta y tres años después: 1956. Una
larga fila de máquinas corre sobre el para­
lelo 52. Geólogos, ingenieros, técnicos, abren
la marcha. A la izquierda del jefe se sien,
ta Don Bosco vivo en la persona de su
quinto Sucesor. Aparecen los negros va­
gones cargados de carbón. Don Ziggiotti
camina realmente entre las vías del ferro­
carril. Entra, baja, sube, pasa entre las
máquinas que lavan y parten el vegetal
fosilizado. Un estrato negro de dos metros
de espesor, duro y subterráneo se extien­
de en una zona de* kilómetros y kilómetros
por las entrañas tortuosas de la tierra. Se
cumple la profecía. El sueno es ya reali­
dad. Don Bosco, ya no en sueno, si no
realmente camina entre los depósitos de
carbón. Don Ziggiotti saluda y conversa
familiarmente con los obreros. Dos mil
obreros trabajan en favor del porvenir
industrial de la Patria. Duros han sido los
comienzos, áspero el trabajo, precarios los
medios, hostiles los pronósticos. Pero exis­

te la profecía del Santo. «Cuando se co­
nozcan las inmensas riquezas que contie.
ne la Patagonia—^ha profetizado Don Bos­
co—este territorio alcanzará un desarro­
llo comercial extraordinario. En las entra­
ñas de los montes existen ocultas minas
preciosas; en la cadena de los Andes hay
yacimientos do plomo, de oro y de cosas
de más valor que el oro». (Mein. Biogr.,
pág. 395.)
Para que las prosperidad vaticinada por
el Santo Fundador se realice plenamente,
Don Ziggiotti bendice las instalaciones y
oficinas. De óptimo augurio es también el
espíritu cristiano que anima al adminis­
trador, el cual sólo queda satisfecho cuan­
do el Rector Mayor ha bendecido a su fa­
milia.
Cordialidad y buen humor.

De Río Turbio, el día 25 parte para Río
Gallegos. Los empleados del avión, gana,

dos por la simpatía personal de Don Zi­
ggiotti, le preparan secretamente una agra­
dable sorpresa. Modificando la dirección
del aparato, lo llevan sobre el lago Argen­
tino para hacerle gozar a él y a sus acom­
pañantes de las bellezas encantadoras de
aquella zona andina rica de cumbres so­
berbias y de enormes glaciales, que bajan
como impetuosos ríos hasta las orillas del
lago. A las 18,30 bajan a la base militar
de Río Gallegos, donde se encuentran pa­
ra recibirlo las autoridades, juventudes y
pueblo. Un cortejo de automóviles le acom­
paña a la Casa Salesiana. El Interventor
Federal lo declara huésped de honor, autoriza a los directores de las escuelas públi­
cas para que concedan vacaciones y de­
signa al Ministro de Asistencia Social pa­
ra que represente al Gobierno en las cere­
monias oficiales que se celebrarán en su
honor y que serán radiadas a toda la
ciudad.
En la cena, 230 Cooperadores y las má.
ximas autoridades de la ciudad patagónica,
rodean al Rector Mayor y se sienten con­
quistados por su buen humor y más aun
por el atractivo de su bondad sacerdotal.
«En mi vida—declara el Ministro de Asis­
tencia Social—tendré una sola gloria: la
de haber vivido tres horas en compañía
de un sacerdote santo». Y Don Ziggiotti
que desde hace tres horas soporta con pa­
ciencia la persecución de un fotógrafo, con­
testa inmediatamente: «Sí, de un santo
que es fotografiado cien veces al día con
el tenedor en la mano...» Aplausos y co­
mentarios.
El 26 se tributa a Dios honor en la Iglesia
con Misa de Comunión general y en la pla­
za se celebra un homenaje a la Patria de­
positando flores ante el monumento al ge­
neral San Martín. Don González del Pino
pronuncia un discureo que conquista las
simpatías de las autoridades civiles, de las
fuerzas armadas y del pueblo. Don Ziggio­
tti descubre una lápida, homenaje de los
— 7

salcslanos a la segunda patria de Don
uosco.


.r
Antes de partir de Río Gallegos, vdsita
a las Hijas de María Auxiliadora, que com­
pletan la labor de los salesianos con un
Instituto en favor de las jóvenes.
Entre las fuentes del «oro negro».

Otros vuelos llevan al Rector Mayor a

Santa Cruz, San Julián y Puerto Deseado.

Son tres ciudades que se encuentran a lo
largo de la costa atlántica, en las que los
hijos de Don Rosco, mientras atienden a
sus respectivos Colegios e iglesias parro,
quiales se extienden hacia el interior del
territorio a lo largo de muchos kilómetros. Estas parroquias tienen demarcacio­
nes inmensas, parecen diócesis, y es nece­
sario buscar las almas diseminadas por la
Patagonia, como el Buen Pastor de que ha­
bla el Evangelio. La llegada del Rector Ma­
yor señala un acontecimiento de primer
orden para los tres centros. Autoridades
y pueblo, le reciben como a un soberano.
El 30 de abril el aparato toma tierra en
Coynodoro Rivadavia. capital del Chubut.
A la llegada de los salesianos Comodoro
era una aldea de 700 habitantes; hoy es
una ciudad moderna de 40.000 almas en
continuo progreso, gracias a los ricos yaci­
mientos petrolíferos de la zona. De los
5.000 pozos se extrae el precioso «oro ne.
gro» que es llevado por las cañerías has­
ta las refinerías. 'Para los hijos de Don
Rosco ha sido construido un instituto mo­
derno y un enorme laboratorio de 130 me­
tros de longitud, 40 de ancho y 9 de alto.
Se entra en él en automóvil. Hospeda a
numerosos alumnos mecánicos, electrome­
cánicos, fundidores y carpinteros. El mu­
nicipio nos ha cedido también unos terre­
nos en un barrio popular donde se está
levantando un Oratorio Festivo, cuya pri.
mera piedra es bendecida por el Rector
Mayor ante el júbilo del pueblo que ve en
la obra un medio de redención para la ju­
ventud pobre y abandonada de la zona.
Al partir para Trelcw Don Ziggiotti y
su séquito tocan con mano la especial asis­
tencia de María Auxiliadora. Mientras to­
dos los aeropuertos de la Patagonia están
cerrados al tráfico por el mal estado del
tiempo, sólo el de Trelew anuncia la po­
sibilidad del aterrizaje. Después de salir
de Comodoro a los diez minutos también
el aeropuerto local suspende la salida de
los aviones, de forma que solamente la
comitiva del Rector Ma.vor puede volar y
llegar felizmente a su destino. Trelew se
encuentra en una zona fértil en el valle de
Chubut. Cuenta con parroquia salesiana y
colegio anejo. Las Hijas de María Auxi­
liadora. aquí, como en casi todos los luga­
res donde trabajan los salesianos tienen
también sus institutos para la juventud fe­
menina. El Interventor Federal de Chubut
no sólo asiste al recibimiento, sino que

8

pronuncia un discurso, haciendo el más cá­
lido elogio de la obra educativa de los hi­
jos de Don Rosco. Uno de nuestros alum­
nos canta las bellezas de la Patagonia con
el énfasis de un gran orador, y las alumnas de las Hijas de María Auxiliadora ofre­
cen a Don Ziggiotti lo más escogido de
los productos patagónicos. En Trelew tie­
ne también el consuelo de bendecir la pri.
mera piedra de una nueva escuela salesia­
na, que llevará el nombre del más ancia­
no de nuestros acuales misioneros, el monagenario don Juan Muzio.
Tierras áridas y centros turísticos.

De Trelew pasa a visitar nuestra iglesia
de Gaiman y la de Rawson con el Colegio
anexo. Esta última es muy bella y espa­
ciosa.
En Rawson bendice una original monu­
mento levantado en honor de María Auxi­
liadora en el que aparecen la imagen en.
cerrada en una rueda de automóvil como
para indicar su protección sobre les
Vehículos que recorren los caminos patagónicos. De Rawson se dirige al Puerto
de Madn/n, donde se levanta una hermo­
sa igl^ia parroquial.
El 6 de mayo reemprende el viaje en
avión. Las metas no se encuentran ya en

RIO GALLEGOS (Santa Cruz. Argentina)__
El Rector Mayor en los Acantilados.



1

la costa atlántica sino a lo largo de la
cordillera andina. Ahora el aparato vuela
sobre las desoladas llanuras de las tierras
pamperas; se viaja durante días enteros
sin encontrar alma viviente. Pero al apa­
recer los montes el paisaje se hace riente.
Por un feliz error, el avión en lugar de
dirigirse a San Carlos de Bariloche, enfila
hacia la altura soberbia del Lanin y ofrece
a los pasajeros la oportunidad de admirar
durante un largo trecho de la cadena andina con sus blancas nieves, los hermosos
lagos y los bosques en pleno vigor ante la
proximidad del otono.
San Carlos de Bariloche es un centro
turístico de primer orden. El escenario
que lo rodea es de una belleza deslumbra­
dora. El cielo de cobalto, las cristalinas
aguas del lago Nahuel Huapi que parece
un pólipo estático, las cumbres recubiertas
de nieve, los bosques y el magnífico par­
que nacional dan al conjunto un encanto
único. La ciudad, dotada ya de grandes
hoteles, ha sido enriquecida con una am.
plia iglesia, que refleja sus agujas en el
lago. Los hijos de Don Bosco cuentan con
un hermoso Colegio, pero la iglesia parro­
quial es pequeña e insuficiente para el
desarrollo actual de la población. Cuentan
también con un Oratorio frecuentado por
numerosos niños pobres que sienten ha­
cia él una gran afición. A este Oratorio se
dirige el Rector Mayor apenas llega a la
ciudad. En la plaza del Municipio recibe
el homenaje del pueblo. Celebra después
la Misa en el Templo levantado por el Go­
bierno. En San Carlos es muy festejado
también por la numerosa colonia italiana
que se siene feliz al poder pasar una hora
recordando a la patria lejana, junto al Su­
cesor de Don Bosco. Don Ziggiotti reco­
mienda a sus compatriotas que honren a
la Argentina y a Italia viviendo como cris­
tianos y como ciudadanos ejemplares.
Todo un pueblo en un banquete.

Una s^unda etapa andina es la de Ju.
nín de los Andes, donde el Rector Mayor
tiene la satisfacción de entrevistarse con
el hermano del Siervo de Dios Ceferino
Namuncurá. Un gruiw de auténticos in­
dios a caballo con artilleros, también a ca­
ballo, le forman escolta desde el avión has­
ta el Colegio. A l día siguiente es llevado
en auto a San Martín de los Andes, otro
centro turístico en el cual contamos con
una parroquia. Una breve parada en Za­
pólo para saludar al párroco salesiano, ce­
losísimo pero enfermo. Ha sabido edificar
una iglesia verdaderamente hermosa y cap­
tarse el afecto de toda la población de este
pequeño centro ferroviario.
En la misma tarde del 9 de mayo está
ya en Chos Malal. El avión tiene que dar
repetidas vueltas sobre la pequeña y pol­
vorienta pista. La visita a Qios Malal se­

ñala una página d^na de recuerdo en la
crónica de este vi^e. Este pequeño centro
perdido en la cordillera andina forma como
una sola familia alrededor del infatigable pá­
rroco salesiano don Gardin y sus colaboiadores. Toda la población acude al aero­
puerto: unos a pie, otros a caballo. E í
Rector Mayor con el Inspector don Carlos
Pérez y don Gardin montan a caballo y se
cubren con el poncho del gaucho. Después
Don Ziggiotti se pone al frente de un largo cortejo de gente también a caballo; en.
tre ellas se ven a muchas mujeres con los
niños en brazos y auténticos indios de mi­
rada fiera, pero de corazón de oro. Al día
siguiente, después de la Santa Misa y de
la bendición de la nueva Capilla dedicada
a Santo Domingo Savio, es preparado en
el patio de la parroquia un asado para
toda la población que festeja al Rector
Mayor con sus típicas danzas. Cuando par­
te, todos quieren acompañarle nuevamente
al aeropuerto: parece que no saben sepa­
rarse del representante de Don Bosco.
En el centro de las conquistas salesíanas:
La Pampa.

De Chos Malal prosigue el viaje hasta

General Roca. En esta zona la Pampa cam­
bia de aspecto: se trueca fértil y cultiva­
da, gracias a las abundantes aguas del Río
Negro, que fecunda las tierras, convertidas
ahora en ricos huertecitos, ubérrimos viñedos, verdes prados y largas filas de cho.
pos que defienden a las plantaciones con­
tra la acción del viento.
El Rector Mayor se despide del avión
y del personal con el cual hacía ya vida
de familia. Ante el Colegio de Domingo
Savio se le hace un gran recibimiento.
Poniendo su cuartel residencial en Gene­
ral Roca visita las demás residencias salesianas en la zona de Río Negro: J^euquén, Cipolletti, Padre A. Stefanelli. En
Neuquén, capital de la provincia del mis­
mo nombre, es honrado con toda suerte
de distinciones por las máximas autorida­
des, mientras que en Cipolletti admira los
progresos realizados por la nueva iglesia
parroquial. En Padre A. Estefanelli visita
nuestro floreciente colegio y las adyacen­
cias rurales, bendice la primera piedra de!
nuevo gran santuario en honor de María
Auxiliadora, cPatrona del Agro Argentino»,
en el cual se venerará la estatua de la
Virgen traída por el benemérito salesiano
Padre Stefenelli. pionero del alto valle
del Río Negro.
De General Roca, el Rector Mayor con
el pequeño avión cedido por el gobierno
regresa a las costas atlánticas tocando

ViUa Regina, Choele Choel. General Chonesa y finalmente Viedma, sede episcopal

de S. E. Mons. BoT^atti, salesiano, y cen­
tro de las expediciones salesíanas a la
Pampa en los tiempos de la conquista de
— 9

la Patagonia por parte del Gobierno Ar­
gentino. Desde aquí el Cardenal Cagliero
y los ilustres misioneros salesianos salie­
ron para emprender sus pacíficas conquis.
tas y la conversión de las tribus indias
que habían do dar las olorosas floraciones
do Ceferino Namuncurá y de Laura V i­
cuña.
En Viedma comienza su visita con la
bendición del monumento a Artemide Zatil, magnífica figura de salesiano coadjutor,
a quien todos veneran por su heroica ca­
ridad ejercitada como director del Hospi­
tal do Viedma. Además del Colegio Sa esiano y del Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora se levanta en una posición
rlente el Noviciado de la Inspectoría Pata­
gónica. La llegada del Rector Mayor comu­
nica a nuestras instituciones y a toda la
ciudad un ambiente de alegría. También
en la vecina Cannen de Patagones la po­
blación muestra su júbilo por la llegada
del Sucesor de Don Bosco, que pasa como
un triunfador y deja en todos la grata im­
presión del superior bueno, democrático,
suscitado!’ de santos enUisiasmos.
De Viedma a Bahía Blanca el recorrido
se efectúa en automóvil. Después de Car­
men Patagones, viene Stroeder, pequeño
centro con población en su mayoría de origen alemana, muy amante de nuestra obra
y generosa en vocaciones.

San Francisco Javier es Bahía Blanca,
sede dcl Inspector y floreciente colegio
de más de mil alumnos, escuelas profesionaks. Instituto de Hijas de María
Auxiliadora, uno de los cuales cuenta
también con más del millar de alumnas,
sanatorio, noviciado y cinco oratorios
para niños y niñas.
Bahía tributa al Sucesor de Don Fos­
co una acogida verdaderamente grandio­
sa. Después de recibirlo a la entrada de
la ciudad lo acompaña formando un cor­
tejo de más de doscientos automóviles has­
ta la plaza del Municipio totalmente ilu­
minada. Aquí es saludado por las auto­
ridades mientras penetra en la Catedral,

Un palacio a la Auxiliadora en la Pata­
gonia.

Finalmente el 16 de mayo llega Foríb?

Mercedes, corazón de la Inspectoría, don­
de se forman las generaciones saUsianas a
la sombra del Santuario de María Auxilia­
dora y junto a la capilla que guarda los
restos mortales de Ceferino Namuncurá.
Oasis de piedad y do paz, centro de pere­
grinaciones. Fortin- Mercedes es un ejem­
plar de la transformación de que es capaz
la Patagonia bajo la solícita mano d d
hombre. Una tierra salvaje ha sido con­
vertida en zona verde, bien cultivada,
con campos. Iwsques. huertos y jardines,
Y esto debido principalmente al mi­
sionero salesiano don Bonacina, al que
la ciudad ha dedicado un monumento.
La lUgada del Rector Mayor despier'a
un entusiasmo incontenible: Salesianos
e Hijas de María Auxiliadora: alumnos
y alumnas. autoridades y pueblo lo re­
ciben solemnementt? ante el Santuario
iluminado, felices finalmente de poder
ver al Sucesor de Don Bosco. Y este pa­
sa tres días de íntima familiaridad, te­
niendo el consuelo de imponer el hábi­
to religioso a los novicios llegados de
Viedma.
La última etapa en la Inspectoría de
10



Don Juan Cagliero, Apóstol de la Patago­
nia y más tarde Emmo. Cardenal de la
Santa Iglesia.

siendo recibido por el Obispo y por el
Cabildo en pleno. Durante su permanen­
cia corona en compañía del prelado una
devota imagen de María Auxiliadora,
preside una imponente asamblea de ex­
alumnos. bendice la primera piedra de
una capilla de Hermanas, entrega un di­
ploma especial a los padres de los Sale­
sianos y de las Hijas de María Auxilia­
dora. saluda por la emisora local a la po­
blación ,y se despide de la Patagonia
dando las gracias a todos, manifestando
su alegría por haber podido comprobar
el admirable desarrollo de las obras salesianas en la Argentina en este su
L X X X aniversario de vida.
Después del postrer y emocionante sa­
ludo de despedida emprende el viaje ha­
cia Buenos Aires, donde tendrá el con­
suelo de asistir a la solemne coronación
de María Auxiliadora.

DOS CONGRESOS MUNDIALES
Dos Congresos importantísimos han
tenido lugar a fines de julio y principios
de agosto; ambos mundiales, ambos de
Antiguos Alumnos ; el uno en Loyola,
de los Antiguos Alumnos de la Compa­
ñía de Jesús; el otro en Buenos Aires,
de los Antiguos Alumnos Salesianos.
Los llamamos «importantísimos», por­
que efectivamente lo son. Recordarán
nuestros kctores las palabras pronun­
ciadas por el Sr. Arzobispo de Valencia
en las Bodas de Plata de la Asociación
de Antiguos Alumnos Salesianos de Pam­
plona: £l vidente y práctico prelado ve
en las Asociaciones de Antiguos Alum­
nos de los Colegios Católicos, la más efi­
ciente, la verdadera Juventud Católica,
la fuerza más grande con que pueden
contar la Iglesia y la Verdad en estos
tkmpos.
Hay ya, pues, por lo menos dos gran­
des Confederaciones mundiales d€ An­
tiguos Alumnos organizados. Tras éstas
vendrán las demás. Y todas podemos
confederarlas en una inmensa y gloriosa
Confederación verdaderamente mundial.
¿Y quién puíde medir lo que esto repre­
sentará?
A l clausurarse este Primer Congreso
Mundial de Antiguos Alumnos de los
Padres Jesuítas, decía elocuentemente
el Sr. Iturmendi, Ministro de Jus'icia,
con sobra de razón: «Este Congreso es
exponente notorio de la universalidad
de la Compañía de Jesús, trasunto de la

universalidad de la Igk sia». Y más ade­
lante añadía: «A l constituirse esta enti­
dad mundial damos prueba de que mustro campo de acción se extiende por (. 1
mundo en perfecta unidad y disciplina».
Magnífica constatación y precioso progra­
ma. Mañana lo podrán hacer suyo todas
las Congregaciones docentes y todos los
educadores que en la redondez de la tie­
rra estén formando juventudes.
E l Congreso de Antiguos Alumnos Sa­
lesianos, reunidos en Buenos Aires, puede
considerarse como el cuarto de la serie
en los anales de la Sociedad Salesiana,
porque aunque no obstentaba el carác­
ter mundial como lo tuvieron los cele­
brados en Turín en 1911, 1922 y 1932,
sí era interamericano y contaba con re­
presentaciones de muchas naciones. A
España la representó nada menos que el
Presidente Nacional, D. José María T a­
beada Lago, que por eso no pudo acudir
a Loyola personalmente, a quien de an­
temano habían los organizadores confiado
una importante ponencia de carácter
económico-social y el discurso de clau­
sura. Pero de esto hablaremos en el pró­
ximo número. Lo que ahora nos inte­
resa es dejar constancia de estos hechos
importantísimos; alegrarnos con la Ma­
dre Iglesia de que vaya logrando poner
bases inconmovibles para la edificación
de «el mundo m ejor»; felicitar a la ín­
clita Compañía de Jesús por el triunfo
reportado, y animar a los nuestros a per­
severar en ( I esfuerzo magnánimo que,
iniciado por el amor y la gratitud en
1870 bajo la mano providente de Don
Bosco, organizado por el genio construc­
tor de Don Rinaldi y sostenido por el
entusiasmo de todos, va sembrando tan­
tas simientes prometedoras.

Santo Domingo Savio
Protector de las madres
y de las cunas
C uantas person as deseen te n e r este
esca p u la rio p u e d e n s olicita rlo de la
D ir e c c ió n d e l B o le tín S a les ía n o. A l ­
calá, 164. M a d rid , q u e lo re m itirá c o n ­
tra re e m b o ls o de 25 pesetas.


11

Assam.— La Sadhi School o Escuela
prematrimonial instituida por nuestros

Misioneros hace algunos años, ha pro­
ducido tanto bien, que no sin razón se
la considera como uno de los factores
predominantes de incremento que ha to­
mado la Religión en el país. Ante todo,
a los niños se les da una esmerada educa­
ción religiosa y civil. L/Uego, a los mo­
zos casaderos se les da un intenso cur­
sillo como preparación inmediata al ma­
trimonio.
Dicho cursillo comprende, a más de
la instrucción religioso-social, higiénica
y cívica, el entrenamiento en algún art:manual de los usados aquí, para ganar­
se la vida.
Antes del matrimonio sufren un exa­
men, hacen unos Ejercicios Espirituales,
y el curso se cierra con la ceremonia
nupcial.
La Escuela ya goza de merecida fama
y es muy concurrida.

Madras— Sorpresas de la caridad.— Les
americanos hacen mucho bien a la Mi­
sión. Pero también lo reciben de ella:
es en verdad un intercambio de regalos.
Vaya algún ejemplo:
Un marinero— protestante o indiferen­
te— traba amistad con el Misionero; le
da limosnas para su misión. Tienen al­
gunas conversaciones sobre religión. Pa­
san tres años. No se han vuelto a ver.
Un día el Misionero recibe una carta y
unos dólares. Es el amigo marinero. Le
cuenta que ha dejado la escuadra, se ha
casado y... se ha hecho católico. Ha ger­
minado la st milla.
Una señora visita casualmente la mi­
sión. Observa. Medita. A l cabo de dos
años manda una carta afectuosa a la mi­
sión y unos dólares para ayudar a sus
necesidades. Dice en la carta que lo vis­
to en la misión la ha hecho pensar, que
una voz interior k dice de ayudar al
Misionero que ella conoció en la India,
y que la Gracia de Dios la ha hecho ca­
tólica. Ruégale también al Misionero se
digne solucionarle algunas dudas que de
cuando en cuando la atormentan. A l ca­
bo, las dudas se truecan en certidumbre
en la verdad. En el trueque de bienes
no se han perdido. (AMS.)

12



Dibrugarh.— Aventura de viaje.— Volvía
de hacer Ejercicios Espirituales, en Mawlai, el Coadjutor salesiano don A. Pancolini, cuando en un punto se detiene el tren,
porque la región está infectada de rebel­
des, y sube el comisario con dos policías
pidiendo los documentos a los viajeros.
Cuando llega al Sr. Pancolini, le dice;
«Ciertamente es usted un pastor bautista
americano.
—Dispense usted, soy un ciudadano ca­
tólico.
— ¿Qué quiere decir católico?
(Y aquí nuestro hermano le da una pe­
queña lección de catecismo, que el otro
agradece).
—Y ahora, ¿a dónde va?
—A mi casa, a Dibrugarh.
—Documentos.
—Dispénseme, no los llevo, pero le pue.
do dar toda clase de informes.
— ¿Conoce la «Escuela de Don Bosco», de
Gauhati?
—Precisamente soy miembro de esa ins­
titución.
—Entonces pase usted. No hay necesidad
de más informaciones.
(ANS).

um om
Después de la persecución religiosa,
la Congregación Salesiana ha vuelto a re­
surgir en forma prodigiosa. En el año
1940 los salesianos desterrados empeza­
ron a regresar. Actualmente hay 17 co­
legios distribuidos en las principale.s ciu­
dades de la nación. Las vocaciones son
abundantísimas. El Rector Mayor, don R e­
nato Ziggiotti, hizo su visita a Méjico en
el pasado mes de abril. El clero, las au­
toridades civiles y otras personalidades
le hicieron formal petición para abrir
185 nuevos colegios. La estadística del
presente año registra estos datos.
...
Colegios ....
Salesianos en servicio activo ..... ...

17
117

Salesianos en formación:
Estudiantes Teólogos ................. ...
Filósofos ................ ....
Novicios ................. . ..
»
Aspirantes .............. ...

.34
69
450

SAMTO D O M IM G O SA VIO
Patrono de la adolescencia
En Saltillo, capital del Estado de
Coahuila (Méjico), Su Excelencia el
señor Obispo Luis Guirar Barragán,
nombró a Santo Domingo Savio Pa­
trono de la juventud, celebrando de
pontifical y pronunciando una homília
explicativa en que puso de relieve las
virtudes de Savio y los títulos que le
asistían para dicho patronato. La cate­
dral estaba rebosante de público, y to­
dos aplaudieron la decisión del Prelado.
No paró allí la cosa, porque los pá­
rrocos de la ciudad y diócesis pidieron
el cuadro utilizado en la catedral, y lo
llevaron triunfalmente por turno a sus
respectivas parroquias, en cada una de
las cuales permanecía lo menos un día
para satisfacer la devoción popular.

Munich— Pensionado Santa Ermelinda.— E l 13 de mayo S. E. el Sr. Obispo Au­
xiliar bendijo el Pensionado Femenino
«Santa Ermc linda», de las Hijas de Ma­
ría Auxiliadora, construido para ofrecer
protección y guía, en un sereno ambien­
te de familia, a un centenar de jovencitas de los 15 a los 25 años, obligadas a
trabajar entre los peligros de la grande
ciudad. Fué donado por la señorita A.
W tcKbeker, y las pensionistas obsequian
de cuando en cuando a su bienhechora
con hermosos conciertos de violines, vio­
loncelo y piano. Con frecuencia cantan
en alemán el salmo 144: «Quiero ensal­
zar tu Nombre siempre, ¡oh Señor...!
Todos los ojos miran esptctantes a Ti, y
Tú les das a su tiempo el alimento...»
La obra cultural que realizan es inten­
sa. A l edificio la fundadora puso el nom­
bre de la Madre General, como tributo
de admiración y gratitud por el bien que
en la ciudad hacfn sus hijas.

Un gran periodista exclamaba: «Verdaderamente Domingo Savio es el san­
to de los jovencitos. Nadie mejor les
enseñará a triunfar en el henwr de
las pasiones.))
Sabido es que Mons. Luis Martínez,
Primado de Méjico, ha declarado ya
hace un par de años a nuestro Santito
«Patrono de los Aspirantes de Acción
Católica.»

Muchas son las ciudades y pueblos
que lo han declarado Patrono de las
Escuelas y Grupos Escolares. Cierto
que es un perfecto modelo de las vir­
tudes escolares, como auténtico fruto
que es del Sistema Educativo del más
grande de los Educadores moder­
nos.

Turín .—La Hermandad de los Ins­
pectores españoles de Enseñanza P ri­
maria.— El 10 de julio llegaron a Turín,
para homenajear a Don Bosco, sesenta
Inspectores e Inspectoras españoles de
Primera Enseñanza. Iban acompañados
de su Consiliario Mons. Andrés Avelino, quien dijo la Misa en el altar de Ma­
ría Auxiliadora y, en jugosa plática, les
presentó a Don Bosco, como Padre y
Maestro de la juventud, cual reza la ora­
ción litúrgica del Santo. Con grande in­
terés y recogimiento visitaron la bas'lica y los principales centros históricos
del Oratorio, Casa-Madre de la Congre­
gación.
Después del desayuno se trasladaron a
visitar la Facultad Pedagógica del Ateneo
Salesiano, interesándose vivamente por
los métodos salesianos y deteniéndose,
con particular atención, en el rico gabi­
nete de Psicología Pedagógica Experi­
mental que dirige el P. Lorenziní, S. D.B.,
alumno predilecto del P. GamelH.
— 13

Sátesiatu
El Congreso de colaboración intelectual.

Del 22 al 30 de julio, se celebró en San­
tander el II Congreso de Colaboración
Intelectual, promovido por «Cultura His­
pánica», bajo el signo de Menéndez y Pelayo. Hubo representantes de unas trein­
ta naciones de todos los continentes, en­
tre ellos no pocos Cooperadores Salesianas y algunos Antiguos Alumnos. Quiso
expresamente «Cultura Hispánica», que
lomaran parte en él los dos P. Salesianos, Rodolfo Ragucci y Rodolfo Fierro,
de las Academias argentina y colombiana.
Como era natural, dada la circunstan­
cia eie la conmemoración del gran polí­
grafo español, el tema de interés que cen­
tró las labores del Congreso fué el del
conocimiento y estudio de la lengua y
cultura españo*^las en el mundo y la inflU'Cncia que en todo esto ha ejercido y
ejerce Menéndez y Pelayo.
Por las relaciones y ponencias de les
Congresistas, se pudo ver que España no
está aislada, que su Ungua y cultura se
estudian en todas las naciones y en no
pocas universidades y centros de cultura
y que Menéndez y Pelayo no es descono­
cido, aunque pudiera y debiera ser mu­
cho más conocido y estudiado.
Era hermoso y consolador ver el en­
tusiasmo con que se hablaba y estudia­
ba. Todos los delegados y ponentts de
todas las lenguas y naciones representa­
das hablaban correctamente el español,
y. en castellano, prest ntaban sus traba­
jos.
La cordialidad y cortesía más exquisi­
ta presidU ron esas reuniones. Muchos
congresistas eran católicos, honda y prác­
ticamente religiosos. Y era edificante ver
rec‘.oi*es de universidades y de grandes
colegios alemanes, austríacos, ingltses.
14 —

suizos, norteamericanos etc., oír diaria­
mente la Misa y hasta comulgar, con una
devoción tan natural y una compostura
tan perfecta, como mejor no lo pudieran
hacer seminaristas y novicios.
¡Y la alegría y camaradería que reinó
en las excursiones y festejos con que
se les obsequió por la Diputación, el
Ayuntamiento, la Universidad santanderina! ¡Parecía un familia!
El P. Ragucci presentó dos ponencias
sobre antologías y selecciones de las obras
del Maestro, para colegios y escuelas.
El P. Fierro, otra sobre la influencia
de Menéndez y Pelayo en los escritores
colombianos y las relaciones personales
d( algunos de ellos con el Maestro, tales
como Rufino Cuervo, Miguel Antonio Ca­
ro. Marco Fidel Suárez y Antonio Gómez
Restrepo. Presentó también a la imita­
ción el ejemplo del Gobierno y pueblo
colombianos que han dado el nombre de
Marcelino Me néndez y Pelayo, al más
grandioso y bello de los pabellones de la
Ciudad Universitaria de Bogotá.
La Inspectoría de Santiago el Mayor.

Visible es la bendición de Dios sobre
esta nueva Inspectoría. Sus casas pros­
peran que es una maravilla. Zamora es
un modelo de Escuelas Profesionales,
un centro laboral de primerísima impor­
tancia.
Los colegios de Santander, Orense y
La Coruña rebosan de alumnos, y en los
exámenes triunfan. El aspirantado de Astudillo no puede contener el número de
jovencitos que desean ingresar en las fi­
las salesianas. Afortunadamente se <stá
levantando a toda prisa el de Cambados,
que, aun arquitectónicamente, será uno

SANTANDER.— Congreso de Colaboración Intelectual. En primera fila los Padres Ragucci
y Fierro, Salesíanos.

de los más bellos de la Congregación.
E l Colegio-Hogar que la Caja de Aho­
rros Municipal dí Vigo confió a los salesianos ha dado tales resultados que ha
movido a otras Cajas y a otras entidades
a hacer lo mismo; y así, dentro de pocos
días, entrarán los Salesianos a dirigir el
magnífico edificio que, con fim s labo­
rales está construyendo la Diputación de
La Coruña. También se construyen Es­
cuelas Profesionales en Oviedo, en León,
un Noviciado en esta última ciudad. Y
hay numerosas peticiones que será dificil
atender por falta de personal.
¿A qué se debe este florecer de obras?
Sin duda al empeño que ponen los Sale­
sianos en practicar el sistema Educati­
vo que su Padre Don Bosco, inspirado por
Jesús y María Auxiliadora, les trazó. Lo
entrevemos en estas palabras que entre­
sacamos de un articulo que el 24 de ju­
lio publicó en «E l Pueblo Gallego» el An­
tiguo Alumno que firma con el seudóni­
mo cNicus», hablando de la Exposición
Profesional que las Escuelas del ColegioHogar de V igo inauguraron el 18 de ju­
lio en los locales antiguos de la Caja de

Ahorros, con la asistencia del Consejo
Directivo de dicha Caja, presidido por su
director don Enrique Martínez, y del
muy Rvdo. P. Inspector don Emilio Co­
rrales, de autoridades y de numeroso
público.
Se exhiben los trabajos que durante
el curso se han hecho e n las varias clases
de Cultura General y en los distintos ta­
lleres. Todos los asistentes quedan admi­
rados de la precisión alcanzada en las
artes gráficas, del hierro, de la madera,
del vestido y calzado.
La gente entra y se queda admirada de
lo que ve. Se pregunta si es posible que
en tan poco tiempo haya podido obrarse
el milagro. Nosotros nos sonreímos porque
conocemos a los Salesianos...
Los Salesianos entre el Frente de Juventu­
des de Zamora y en los Oratorios Festivos.

Durante estos dos últimos años están
encargados los Salesianos de atender es­
piritualmente a los muchachos del Fren­
te de Juventudes de Zamora y su provin—

1.^)

i

iih

R EU S.— O ra to rio Festivo.
Los n iñ o s se d ivie rte n en
el recreo.

cia. E l Padre Ignacio Diez, actual Cape­
llán Provincial, dirige todos sus esfuerzos
a fomentar la instrucción religiosa entre
los muchachos de esta Organización. Y
si durante el año se procura trabajar en­
tre las centurias y los albergues de in­
vierno, donde se suele completar la mag­
nífica obra es en los campamentos de ve­
rano.
Este año en los cinco turnos que se
han realizado, dos en la Estación Preventorial «Prudencio Rodríguez Chamo­
rro» del lago de Sanabria, y otros tres
en el campamento de San Pedro de las
Herrerías, con un total de un millar de
acampados los Sacerdotes Salesianos con
los clérigos ayudantes han procurado dar
a conocer la vida del Santo niño Domin­
go Savio, organizando una competición.
El resultado ha sido más que halagüeño,
finalizando el turno con un triduo y en­
trega de premios a los vencedores y a
todos los demás unas hermosas estampas
del Santo.

R EU S.— O r a to rio Festivo.
Estos m is m o s n iñ o s asis>
tie n d o a u n a lección de
C atecism o.

Tanto el Excmo. Sr. Gobernador Civil,
como el Delegado Provincial del Frente
de Juventudes, han expresado su compla­
cencia por los resultados obtenidos con
los métodos siempre modernos del gran
Santo de la juventud, Don Bosco.

Algecíras.— Con motivo de la Festivi­
dad de Nuestra Señora de la Palma y de
la Primera Misa del Rvdo. P. Juan Ros­
co Caballero, la población de Algeciras
ha vibrado de entusiasmo y fen^or hacia
su Excelsa Madre y al sacerdocio católico.
Predicó el Novenario el Rvdo. P. Lledó, de la gloriosa Orden de Predicadores.
La función principal en que la ofició
el nuevo Misacantano fué un verdadero
plebiscito de amor a la Santísima Virgen.
Durante toda la jornada no cesaron de
desfilar ante la imagen de Nuestra Seño­
ra infinidad de devotos para rendirle ho­
menaje e implorar sus favores.

T
^^Isíamá '^lylaréarita
L A M A D R E D E D O N BOSCO

M a r g a r it a » crític a lit e r a r ia d e l escritor J u a n B o sc o
Margarita tenía que proveer a todo: cocina, ropería, huerto, limpieza
de la casa... Y en más de una ocasión tuvo que participar en la dirección
del Oratorio de San Francisco de Sales. Y prestaba gozosamente su colabo­
ración en la tarea de educar a los niños. ¡Siempre sonriente, siempre sere­
na! Debemos servir al Señor con alegría— decía con frecuencia; y prede­
cía a todos con el ejemplo.
Cuando llegaban a visitar a don Bosco, recibía y entretenía cortésmente
a las visitas. Don Bosco iba siendo cada día más conocido por sus obras, por
su genialidad y por sus virtudes. Y no sólo se hablaba del hijo, sino también
de la madre.
A veces los visitantes eran señores de alto copete. Margarita no se tur­
baba ; acogía a marqueses y banqueros sentada entre los montones de ropa
que estaba remendando. A veces, para poder ofrecer asiento a los visitan­
tes, tenía que desocupar las sillas, y entonces solía decirles:

— Si me lo permiten, acabo de rezar tres avemarias y estoy con ustedes.
(V es que ella remendaba y rezaba).
Los que hab.'an ido al Oratorio para estarse un minuto, se entretenían
a veces por largas horas. La sencillez de Margarita era como un imán que
les atraía irresistiblemente. N o f.altaba quien, sin más ni más, le propusiera
cuestiones de teología, de filosofía o de política. Querían ver qué tal se las
componía para zafárselas del embrollo. Pues b ien : siempre sabía hacerlo con
desenvoltura, sin turbación ni empacho. Las respuestas eran siempre tanto
más profundas cuanto más sencillas, porque le salían sin atuendo retórico
y afluían a su boca con naturalidad. Y si no hallaba respuesta adecuada, la
suplía con algún dicho, proverbio o historieta amena.
He aquí, pues, otra de las notas más sobresalientes del carácter de Mar­
garita: la sencillez. Sencillez hasta en el hacf r bien, que, por lo mismo, ad­
quiría en ella un valor más alto, más espiritual. Sencillez con gran sentido
común. Por esto Don Bosco le leía sus escritos antes de publicarlos.
Un día le leía uno tn que llamaba a San Pedro clavígtro celeste.
— ¿Clavígcro...! ¿Clavigero...? ¿Dónde está este pueblo?— preguntó
Margarita.
Don Bosco se sonrió.
—N o es tin país— dijo— sino que quiere decir: que lleva las llaves del

cielo.
— Pues dilo tú así. y todos te entenderán.
Hizolo así Don Bosco y todos le entendieron. Y lo que más vale se curó
para siempre del mal de retórica.
R O G U B M O S P O R N U E S T R A S IN S P E C T O R IA S

Octubre

18 —

7-13
14-20
21-27

Mejicana.
Paraguaya.
Germano-Boliviana.'

Octubre

2 8-3 :

Nov.

4-10:
11-17:

Norteamericano orien­
tal y occidental.
Norteamericano.
Uruguaya.

ENTRE LAS MIESES MADURAS
Apuntes de viaje de la nueva Misión Salesiana del Manipur (India).

E l Estado de Manipur — enclavado en­
tre el Assan y Birmania— nos ha recibido
con treinta años de retraso.
Ya en 1936 Monseñor Matihias hizo va­
rias tentativas de fundación de un centro
misionero en aquella región montañosa.
Mas los protestantes en cambio gozaban
de una esí>ecie de monopolio religioso-es­
colástico, y a los católicos no les fué po­
sible plantar sus tiendas. Ahora, a los
treinta años de distancia, la situación se
ha declarado en nuestro favor. La Provi­
dencia nos ha abierto puertas y ventanas,
y el trabajo hecho por los protestantes
Baptistas se puede considerar casi como
una preparación para la predicación de
la doctrina católica.
Ahora tenemos que ganar el tiempo
perdido. Por eso, apenas instalados en la
actual casa-campaña, en la capital Imphal,
hemos reemprendido la labor. Don Pedro
Bianchi, en la plenitud de sus treinta y
cinco años, subía a los montes habitados
por la tribu Tangkhul Naga, al Nordes­
te, visitando veinte aldeas, donde tene­
mos ya algunas cristiandades, y algunos
otros centros, como Lamphui y Tushiar.
que lo recibieron por primera vez. Pasó
la Pascua en el importante centro de
Hundung, donde tuvo la alegría de ad­
ministrar numerosas primeras (Homunicnes. Tenemos en construcción una her­
mosa escuela que hospedará a más de
200 alumnos, entre internos y externos.

para la construcción de la nueva resi­
dencia misionera, en el corazón de la
ciudad. Hube de detenerme durante bas­
tante tiempo en la capital. La mañana
del 20, nuestro nuevo «jeep » me llevaba
con el catequista José a 70 kilómetros al
Sudeste, a los pies de los montes Chin y
Anal. Dejamos el «jeep » en el pueblo
de Shinton, y a pie llegamos a Toupokpi,
una población Anal que desea conocer
nuestra religión. Pasé la tarde en largas
discusiones ( n la Casa-hospital con el
jefe del pueblo. Por la mañana celebré
una reunión con numerosos paganos y
protestantes. Después de la Misa pasé
una hora distribuyendo medicinas y cu­
rando llagas y heridas. Para esta gente
nosotros los misioneros somos grande s
doctores.
El 21 bajamos nuevamente a Shinton
para asistir a la primera reunión de los
Chin del Manipur. Lo habían combinado
todo entre ellos de forma que quedé ad­
mirado y satisfecho de la manera como
se comportaron. De las aldeas de los
montes circunvecinos habían bajado unos
300 católicos, recorriendo 30 y más kiló­
metros de caminos intransitables. Los de
Shinton habían preparado algunas caba­
ñas y una gran choza central que serviría
de iglesia y de salón de reuniones. Inclu­
so el programa de la reunión había sido
preparado por los más antiguos, y todo
funcionó a la p>erfeccíón: reuniones, ins­
trucciones, detetes. Hubo certámenes de
catecismo, de canto y de fútbol. A l termi­
nar, los católicos de Khuantal interpreta­
ron una típica danza de origen birmano.

Los Chin, reunidos en congreso.

Sobre iss montes Chin.

El 19 de marzo, festhidad de San José,
tuve la gran alegría de firmar el contrato

E l 24, festividad de San Gabriel Arcíngal, comenzaba mi viaje por los montes
— 19

Chin de la cadena de los Ledda. Pasado
a nado el río Ijnphal, llegaba a la aldea
de Suangoal, en donde había trabajado
d catequista José para que yo pudiese
administrar el Santo Bautismo. Las al­
deas en esta zona montañosa se compo­
nen de algunas chozas. Encontré en
Suangoal una cuarentena de catecúme­
nos, que recibieron el Bautismo con viva
fe. Ellos mismos se ihabían construido
una capillita y habían aprendido bic-n
los cantos y las oraciones.
— ¡Vuelve pronto, Padre, vuelve pron­
to !— me gritaban desde lejos.
Conforme se sube, d panorama ad­
quiere mayor belleza y encanto. La ve­
getación lujuriante alegra la vista con
sus hojas gigantescas, con sus árboles en
flor, recubierta de orquídeas de variados
colores, lianas de gruesos troncos y mus­
gos aterciopelados. En las ramas, pájaros
de variados colores, cantan y revo'otean
libres y felices.
Nos detuvimos brevemente en las dos
aldeas de Mualkang y Teijang. Esta úl­
tima es nueva. Sus habitantes proceden
de los montes de Birmania, pues el Manipur para ellos es una verdadera tierra
prometida. Quieren que al regreso me
detenga un día con ellos, y me prometen
que para entonces encontraré la capilla
levantada. A l mediodía llegamos al pueblo
pagano de Thuinong y pedimos un poco
de agua. Nos contemplan maravillados:
es la primera vez que un misionero eu­
ropeo de barba larga visita aquella lo­
calidad. Aprovecho para enseñarles los
grandes canelones a colores con la vida
de Jesús y para distribuirles un poco de
quinina. La malaria está muy extendida
por .estos montes. Dos horas más de su­
bida que se hace cada vez más difícil
porque el sendero (stá recubierto de ho­
jas de pino, y finalmente; a la puesta de
sol llegamos a Paikhon.

cos de bananos y flores en cantidad. A llí
esperan pacientemente durante horas y
horas. Cuando finalmente ven llegar al
Padre, tocan el tambor y entonan el can­
to de bienvenida. E l misionero debe de­
tenerse delante del arco y no ve a los
fieles, pues se lo impiden algunos trapos
que cierran la entrada. Sólo cuando el
canto ha terminado (y los cantos Chin
son interminables) se quitan los trapos
y el Padre pasa debajo del arco y estre­
cha la mano a todos los presentes, que se
ponen en fila como si se tratase de un
desfile militar. Toman la mano del misio­
nero y con profunda reverencia la lle­
van primeramente a la frente y después
a los labios. Después, en procesión, se
hace la entrada en el pueblo.
La fe de nuestros Chin tiene algo de
prodigioso. Ven al sacerdote dos o, a lo
más, tres veces al año. Y con todo se con­
servan fieles a sus prácticas de piedad, y
los domingos todos van a la capilla, ma­
ñana y tarde, para los cantos y las ora­
ciones. El catequista hace las veces de
párroco: bautiza a los niños en peligro
de vida, a veces asiste a los matrimonios,
reza las oraciones de los agonizantes. Su
autoridad no es discutida.
El 25 de marzo, Domingo de Ramos,
quise hacer la función litúrgica en la
capilla de Paikon y la procesión en la
explanada circundante. Habían aprendido
el canto «Lauda Jerusalén, Dominum» y
lo cantaron repetidas veces a pleno pul­
món y en todos los tonos. Entre los ca­
tecúmenos que bauticé aquella mañana
estaba también el hijo del jefe del pue­
blo, un simpático muchacho que sabía
las oraciones muy bien. Hacía poco que
había perdido a su padre, y ahora co­
rrespondía a él la autoridad y cargo del
difunto. Le puse por nombre Domingo
Savio.
Hacia Haika.

Cómo reciben al misionero.

I>a última vez que me detuve en Pai­
khon había una única familia católica:
ahora son siete, con una capilla que ellos
mismos han construido en una pintores­
ca explanada de la floresta. Pero ¡cuán­
ta miseria en aquellos montes! El arroz
no crece en estas alturas: solamente un
poco de maiz. De los troncos de bananos
salvajes extraen la parte interior, que
usan como alimento. La llegada del mi­
sionero es para ellos ocasión de gran al­
borozo. A la entrada del pueblo levantan
una especie de arco de triunfo con tron­

:o —

Después de dos horas de difícil subida
hacia Haika, llegamos a un cruce de sen­
deros. Los cristianos habían llegado has­
ta aquel lugar para el recibimiento.
Quisieron que probase también su «zu»,
especie de cen^eza de arroz, y les di este
gusto porque sentía también la necesi­
dad de algo fortificante. Después de una
visita a la capilla, nos sentamos en la
gran estera en la plaza, frente a la mis­
ma. ¡Tenía tantas cosas que decirme! Y
yo tenía unos caramelos para los niños,
el gramófono y los cartelones ilustrados
para todos. ¡Qué contentos y felices se

sentían! Entonces se olvidaba el cansan­
cio y se sentía uno también feliz de ser
misionero.
A l día siguiente una nueva subida has­
ta la aldea de lOiolien, que significa mon­
te, porque es la cumbre de la montaña.
Desde allí se disfruta de un espectáculo
maravilloso. Por una parte se domina la
gran cuenca del río Imphal, y de la otra
una estupenda cadena de montes y coli­
nas que se pierden de vista en la fron­
tera birmana. Por la tarde hace frío en
estas alturas. Entonces se encienden las
hogueras y se pasan las horas tendidos
en el suelo mientras la gran pipa pasa
de mano en mano y de b o ^ en boca. Los
Chin son grandes fumadores. N o es raro
ver a una madre quitarse el cigarro de
la boca y darlo al niño que lleva a la
espalda.
Desde Kholien bajamos al valle, por
donde discurre un torrente fresco y lím­
pido. Teníamos ante nosotros algunas ho­
ras de bajada y pensamos, por tanto, rebescarnos un poco. H ay que caminar du­
rante las horas más cálidas del día — des­
de las diez a las cuatro, y a veces hasta
las cinco de la tarde— , y también sobre
estos montes el sol indio s€ deja sentir, y
ciertas subidas no se olvidan más. Así fue
la que desde el valle fresco nos llevó a
Zandung sobre la cumbre de un monte,
después de tres horas de fatigosa subida.
Mis bravos acompañantes, de músculos
de acero, me contemplaban con cierta
compasión.
— El Padre es viejo— decían entre sí.
— ¿Y si nos detuviésemos aquí durante
esta noche?— les pregunté.
— No, no. Padre; hay osos en esta re­
gión.
En Zandung, detrás del arco triunfal,
nos esperaban contentos nuestros cristia­

nos. Pasé la noche en una choza abierta
a todos los vientos y en un lecho que con­
sistía en una simple estera, pero dorm.
magníficamente.
Por fortuna, al día siguiente, 28 de
marzo, deberíamos llegar a Khuantal, a un
sólo kilómetro de distancia, en la cima
de este último monte, antes de llegar a
Birmania. Así pude detenerme más tiem­
po en Zandung y visitar todas las caba­
ñas y resolver los p>equeños problemas de
sus moradores. ¡Pobre gente, ven al mi­
sionero tan de tarde en tarde!
Conversando con e! «Rey de los Chin».

En Qhuantal me esperaba Ma-za-khup,
el viejo «R e y de los Chin», a quien había
conocido dos años atrás. Vino a mi en­
cuentro sosteniéndose con dificultad por
su edad avanzada, más de ochenta años,
y una reciente enfermedad. Me condujo a
su cabaña y me hizo sentar en una ver­
dadera silla recubierta de un trapo rojo.
Después quiso que bebiese «zu » prepa­
rado por su mujer. Recordaba con orgu­
llo la última visita que le hizo nuestro
Obispo cinco meses atrás y me enseñó el
Crucifijo que llevaba sobre el pecho, re­
galo del prelado.
— ¿Entonces qué esperas para recibir
el Bautismo?— le pregunté— . Ya casi to­
da tu tribu se ha hecho cristiana, y es
hora de que también su anciano rey siga
su ejemplo, ¿no te parece?
— Sí, tienes razón. Padre, ya he pensado
en ello y he comenzado a estudiar las ora­
ciones..., pero soy viejo y no consigo
aprenderlas de memoria. ¿Qué debo ha­
cer?
— Bien, bien, querido Manza-Khup; me
alegro de oirte decir eso. E l domingo ve
tú también con los demás a la iglesia y

OSAKA (Japón).— El nuevo Colegio Salesiano.
-

21

procura aprendtr algo. Así, cuando vuel­
va para la próxima vez, recibirás tú tam­
bién el Bautismo.
— Sí, sí, Padre; haré lo que dices.
Después se habló de sus tres hijos: dos
jefes de aldea en Shinton y Sugunu, y el
tercero oficial en Nueva Delhi, y recordó
los antiguos tiempos cuando vino de Bir­
mania él, el primer Chin que entró en
Maniupur. Recordó las guerras en las que
tomó parte, y las partidas de caza. Sacó
el viejo fusil, se puso en pie y lanzó el
grito de guerra como entonces:
' — Aun me siento fuerte'— dijo— , y me
siento capaz de ir de cacería y matar un
grueso jabalí para ti— después se sentó.
Pero estoy v ie jo : han pasado tantos, tan­
tos años...
Después se adornó con las viejas plu­
mas que habían visto tiempos mejores y
se dejó fotografiar de buena gana.
Antes de partir buscó entre sus innu­
merables trofeos de caza que llenaban su
cabaña y me enseñó dos bellísimos cuer­
nos de curvo.
También el jefe del pueblo recibe el Bau­
tismo.

Pasé el Viernes Santo en camino.
Aquella tarde, muy cansados, llegamos
a Gelngai, y el jefe del pueblo vino a
nuestro encuentro con un hermoso gallo
salvaje que él mismo había matado en
la floresta para nosotros. Después de des­
cansar algo hicimos el Vía Vrucis, y todos
tomaron parte con gran recogimiento y
fervor. A la mañana siguiente, no pudiendo hacer las funciones litúrgicas, admi­
nistré el Bautismo a un nutrido grupo de
catecúmenos, entre los cuales estaba el
mismo jefe de la aldea, que quiso tomar
el nombre de Krancisco.
— Mañana— me dijo al fin— mataré al
jabalí más grande y daré de comer a texla
la aldea.
El día sigiiiente. en efecto — Pascua de
Resurrección— . fué día de gran fiesta en
(lelngai. Vinieron también los cristianos
de Singhen y de nueva Kathuang. vién­
dose la iglesita muy concurrida y ador­
nada de flores. Después de la Misa hubo
un partido de fútbol, y al mediodía la co­
mida prometida por el jefe de la locali­
dad. También yo me sentí satisfecho tle
poder comer un poco de carne después
de más de una semana de arroz cocido.
Por la tarde nos pusimos nuevamen­
te en camino hacia Teijang, donde di­
ríamos la Misa vespertina. La nuevá ca­
pilla nos aguardaba y, a la verdad, no

22



me explicaba cómo se habían industria­
do nuestros cristianos para construirla
en diez días. Estos se sentían felices al
poder oír por primera vez la Misa en
un día de Pascua. Pasé la noche en T ei­
jang, y por la mañana, muy temprano,
reanudamos la marcha, pues Unía que ce­
lebrar en la aldea de Shinkhampnai, a
seis kilómetros del lado de allá del río.
Los cristianos nos aguardaban, y nos ma­
nifestaron su alegría: querían que me
quedase con ellos toda la noche. Pero el
itinerario que me había marcado no me lo
permitió, y además tenía algunos enfer­
mos graves que tenía que llevar aquel
mismo día al hospital de Sugunu.
Un hecho prodigioso.

Cuando en 1954 bauticé al primer gru­
po de catecúmenos de Sugunu, había en­
tre ellos una joven mujer que desde hacía
años no podía caminar a causa de una
especie de parálisis en las articulaciones
inferiores. Después de recibido el Bau­
tismo comenzó a sentirse mejor, readqui­
riendo nuevamente ,el uso de sus piernas.
En esta ex:asión vino a mi encuentro, lle­
na de felicidad, mientras me dec!a:
— Padre, soy yo, Ménica, a quien tú
bautizaste hace dos años... ¿Me recuer­
das?
No llegaba a reconocerla porque la ha­
bía dejado en un estado lamentable, mien­
tras que a la sazón se encontraba llena de
vida.
En Sugunu encontré el primer grupo
de treinta y seis niños y niñas que deoía
de llevar a nuestros Institutos de Colaghat, Naharkatiya y Dibrugarh. E l «jeep»
nos llevó a Purum Tampac.
En Purum vive otra tribu : la de los
Cioteh. Los ancianos de la tribu quieren
una escuela media y con el tiempo una
superior. Ahora ya saben que los misio­
neros católicos se interesan por la juven­
tud pobre de Manipur, y no nos damos
punto de reposo para conseguir los me­
dios necesarios para erección de una es­
cuela para huérfanos. Les prometo que
para el período posterior a las lluvias es­
tudiaremos la posibilidad de abrir una
escut la también para los Cioteh.
Les hablo de mi próxima visita a su
país en el mes de abril, y parto para Imphal con el «jeep » cargado de niños...
Sac. L uis R avauco .

Misionero Salestiano.

MISION DE FUILORO (TIM O R )

Nuevamente vuelve a la carga este avan­
zado misionero... Y digo avanzado porque,
salvo las siete casas de Australia, somos los
que estamos más en el Oriente; no de valde nací en el Levante de España, la Perla
del Mediterráneo, Valencia.
I y II.—C rónica

y

costumbres .

Hemos celebrado el mes de mayo con
grande fen'or. Cantos sencillos, pero abun.
tes y entonados, cantados por todos los
cristianos.
El día 13 de mayo se hizo una procesión
nocturna a la Virgen de Fátima, y el 24 la
de María Auxiliadora. Allí lucían las mu­
jeres de la Archicofradía sus bonitas me­
dallas venidas de Madrid.
La Comunión fué muy nutrida. Es inte­
resante ver la fe de esta gente, rudimen­
tal pero inquebrantable. Vienen de decenas
de kilómetros, a pie, con sus hijitos al
cuello: y cuando van a comulgar, los hi­
jitos en el regazo, unos durmiendo, otros
mirando para la Sagrada Hostia, con.
mueven.
Los que se convierten se dan de verdad
a Dios, aun a truqu e de grandes sacriftcios. Pero los reacios viven como salvajes.
Hace tres .días uno cortó la cabeza a un
mandatario del «liurai»-rey porque le cas­
tigó inmerecidamente.
El año pasado bautizamos uno de esos
reyes de prestigio en punto de muerte.
Aún vivió casi dos meses. Tomó el nombre
de Cipriano, porque se parece a «cipirana»,
que quiere decir «hacer bien a todos». Los
otros «liurais», que también llevan aneja
la autoridad sacerdotal a la jurídica, sobre
todo para los sacrificios que ofrecen a sus
ídolos, se le acercaron insinuantes para
hacerlo apostatar; pero él. firme, los recha­
zó, y sólo quería el rosario en la mano, pues
había podido a los ochenta años, aprender
el Padre Nuestro, el Ave María y el acto
de contrición. Hoy hay quien esparce la
noticia de que tuvo una visión y que vió al
Cipriano, en un desierto, royendo cortezas
de árboles. El infeliz no se da cuenta ni de
lo que inventa: desierto y árboles, ¡para
roer las cortezas!
Reyes pobres, los súbditos son misera­
bles. y con poca inteligencia. El mes pasa­
do, el de L, uno de nuestros reinos, estaba
preocupadísimo por resolver un problema.
Las autoridades portuguesas le habían pe­
dido 30 hombres. El tenía 5 poblaciones
y el nudo gordiano era sabOT cuántos
hombres debería reclutar de cada pobla­
ción. Llamó al esclavo de los ^anos de
maíz, quería hacer un montoncito de 30
granos, que le hubiera costado una me­
dia hora de contar; después iría pasando
uno a uno los granos para cinco lugares,
hasta no quedar uno de los treinta; en

seguida, verificaría si cada uno tenía el
mismo número y andaba con miedo que le
tocase partir algún hombre en fracciones;
ciertamente, cuando el Misionero, que se
dió cuenta del empacho, le dijo: llama seis
hombres de cada aldea. ¿Eh? ¿Cómo? Y
cerciorado de que verdaderamente era así.
postróse ante el Misionero ¡como un ser
superior!
Cuando van de jornal y cobran por me­
ses. llevan una cuerda a la cintura; en
ella hacen un nudo cada día de trabajo y
al fin, contando los nudos, saben si el amo
1

FUILORO (T im o r).~ L a Casa del rey Ci­
priano. El coadjutor salesiano Don Juan
Aranda, español, con la mano derecha en
el cuerno de búfalo.

les paga bien. Con tal que no IcB dé el di­
nero en papel muy elevado.
Compré hace días un racimo de pláta­
nos por 0.80 patacas. La paUca vale 10 pe­
setas y tiene moneda fracionaria de 0,20.
Le di una pataca y le pedí 0,20 de cambio.
No quiso la mujer darme el billete corres,
pendiente. Decía que le engañaba. Me di
cuenta por qué, y entonces le di la pataca
y le pedi cinco billetes de 0,20. Esta ope­
ración la saben muy bien, y no dudó; me
dió lo que le pedía. Despufe le di el valor
de los plátanos, cuatro billetes, y al mos­
trarle que me quedaba lo que antes le pe­
día, abrió unos ojos grandes de admira­
ción. estupefacta. ¡Pero sin compremder!...
Al niño que hace de sacristán le dije,
porque gastaba muchos fósforos sin nece­
sidad: «Antes de apagar la lámpara para
componer la torcida, enciendes una vela,
— 23

y así ahorras un fósforo». Al día siguiente
estaba yo en la capilla y quise observar
si cumplía lo que le había advertido. Dejé
el breviario y vi que antes de apagar la
lámpara encendía la vela; después apaga,
ba la lámpara, atizaba el pábulo y después,
con mucho aplomo, encendió un fósforo,
con él encendió la lámpara y al fin apagó
la vela. Me lucí con la lección de econo­
mía que le había dado.
Estos son casos rigurosamente histó­
ricos.
Cuando hacen estudios prolongados, so­
bre todo los hijos de los que estudiaron,
ya tienen buena inteligencia. Lo que nos
hace presumir que con las clases y la edu­
cación Irán mejorando todos los que no
sean descendientes de alcohólicos, que és­

ta es una de las mayores plagas, después
del ocio y de la pasión por el juego.
I I I . — N ecesidades.

Saltan a la vista. Todo cuanto pueda
ayudarnos a construir un internado y a
desenvolver la agricultura para alimen­
tarlos.
Una de las cosas más solicitadas, hasta
por los gentiles, son las medallas, más que
los «santiños»=estampas.
Una buena remesa de rosarios, tan bus­
cados por nuestros cristianos, que lo re­
zan todos los días, nos sacaría de apuros
y fomentaría la piedad entre estos pobrecitos.P. A lfonso M.* N ácher , S. D. B.

El Santo Rosario y San Juan Bosco
En cierta ocasión en que Don Bosco acompañaba eyiseñándole las distintas
dependencias del Oratorio al Marqués Roberto D'Azeglio: mientras el Santo expli­
caba el desarrollo de su labor educativa en medio de sus jóvenes, el Marqués le
interrumpió para decirle que en efecto era maravilloso cuanto contemplaba en­
tre aquellos muros y que ciertamente la juventud se sentiría aHaynente benefi­
ciada de la aplicación de un sistema de educación basado en la caridad.
A medida que se prolongaba la i'isita el Santo hablaba al aristóci'ata de sms
futuros proyectos, mas el Marqués después de haber prodigado nueims alabanzas
a su interlocutor se atreinó a c.vprcsarse en términos poco respetuosos sobre
la devoción del Santo Rosaría.
— Francamente—^ ijo el Marqués a Don Bosco—me parece tiempo perdido el
que se emplea en el rezo de oraciones un tanto prolijas, como esas cincuenta
.Avemarias del Rosario dichas unas detrás de otras, de una manera mecánica... y
creo que Don Hosco haría cosa buena suprimiéndolas de entre las prácticas de
sus muchachos. Me parece iinn devoción U7i tanto fastidiosa...
El siervo de Dios sonrío amargamente y luego replicó en tono amable y
cortés:
—Pues o pesar de ello he de decirle que sienío una gran devoción hacia
esa práctica: y le añadiría más: le podría decir que mi institución está basada en

rila y que estaría dispuesto a dejar otras ynuchas cosas que parecen de mayor
importancia antes guc ésta; incluso renunciaría a la buena amistad del señor
Marqués antes que suprimir el rezo del Santo Rosario.

24 —

ADVERTIMOS a cuantos nos envían re­
laciones de gracias para publicar, que és­
tas deben ir firmadas, condición indispen­
sable para ser publicadas. Si alguna perso­
na, por motivos especiales no cree conve­
niente hacer constar su nombre, hágalo
presente a la Dirección del Boletín y será
atendido su deseo.
DE MARIA AUXILIADORA
B arcelona.—Bien puedo decir que si v i­
vo se lo debo a la Virgen de Don Bosco.
En el verano de 1953 una anemia terrible
se apoderó de mí sin que los médicos pu­
diesen hallar la raíz del mal, pero la Ben­
dición de María Auxiliadora y una Nove­
na hecha con el mayor fervor atajó rápi­
damente el mal. Los análisis de sangre
practicados dejaron estupefactos a los doc­
tores. Después de tres años me encuentro
perfectamente bien. Jamás olvidaré el fa­
vor recibido. ¡Gracias, Madre mía!— Anto­

nio Cervera.

La Virgen escucha a los que la invocan
con fe. Agradecido, publico la gracia.—

Isidro Fábregas, S. D. B.

Cáceres .—Agradecida a María Auxilia­
dora por un señaladísimo favor recibido,
mando celebrar una Misa en el altar a Ella
dedicado en la Iglesia de San Francisco de
los Padres Salesianos.— Leonor Gómez.
V ico.— M u y agradecida a María Auxilia,
dora por un gran favor recibido, envío una
limosna para su culto.— María Concepción

B. de García.

B éjar (Salamanca).—Me encontraba an­
te una necesidad de cuya solución había
de reportar grandes ventajas. Dudando de
conseguir con mis solas fuerzas la suspira­
da gracia, acudí lleno de fe a María Auxi­
liadora, seguro de que Ella habría de es­
cuchar mis súplicas y prometiéndole al
mismo tiempo publicar la gracia en el Bo­
letín Salesiano. Habiendo alcanzado cuan­
to pedía, cumplo agradecido mi promesa.

Ramón García, S. D. B.

San Sebastián .— Habiendo sufrido una
operación de cataratas, me encomendé muy
confiadamente a María Auxiliadora, pro­
metiéndole. si quedaba bien, publicar la
gracia en el Boletín Salesiano, lo que cum­
plo para gloria de mi Madre la Santísima
Virgen, pidiéndole otra gracia: Que me
desaparezcan unas sombras que me que.
dan aún en los ojos, esperando de su bon.
dad complete su obra.— Una Religiosa.
M.ataró.— En trance de quedarse sin
trabajo un hermano mío con dos hijos,
uno de los niños se acercó a la Sagrada
Mesa el día 27 de mavo, fecha en que ce­
lebrábamos aquí la festividad de María
Auxiliadora; comenzamos una Novena a
la Virgen con el primer comulgante y
nuestras oraciones fueron escuchadas. Mi
hermano ha continuado en su trabajo y
otro de mis hermanos que había sido des­
pedido encontró inmediatamente un nue­
vo empico.

Olivenza
(Badajoz).—^José González y
Antonia Martínez, padres de la niña Ma­
ría Luisa, dan gracias a María Auxiliado­
ra por la curación milagrosa de su hijita
mediante la aplicación de la Medalla de la
Virgen.
Cáceres .—Teniendo que presentarme a
los exámenes del preuniversitario en Sa­
lamanca me encomendé a María Auxilia­
dora. haciendo con mucho fervor la solem­
ne Novena que aquí en Cáceres le dedican
los Padres Salesianos. Habiendo salido
victorioso, envío una limosna para su cul­
to y mando celebrar una Misa en su al­
tar.—Juan Becerra García.
M ichoacáx-Z amora íMéjico).— Damos in­
finitas gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Bosco, por habernos obtenido del
Señor un triple milagro, a cual más mara­
villoso y verdaderamente estupendo.

— 25

viajando en mi camioneta mi papá y mi
hermano
(exalumno salesíano) fueron
echados fuera de la carretera por un ca­
mión de carga que les impidió el paso, yen­
do a estrellarse contra un árbol. Mientras
mi hermano que iba manejando, quedó
casi muerto debido a una lámina de la ca­
bina que se hundió en el cráneo, mi papá
quedó completamente ileso y pudo así sa­
carlo y transportarlo al hospital civil, don­
de permaneció diez horas consecutivas sin
más auxilios que los de nuestra santa re­
ligión y la bendición poderosísima de Ma­
ría Auxiliadora, impartida varias veces por
los Reverendos Padres Salesianos que acu­
dieron al saber lo sucedido.
Los médicos aseguraron que el caso es­
taba completamente perdido y que huma­
namente no había medio de salvarlo, ne­
gándose por consiguiente, a hacer cualquier
operación. Mi mamá, que había llegado en­
tretanto, le dijo llena de confianza: «Há­
ganle la operación. Lo he puesto en ma­
nos de María Auxiliadora y si es lo que
mejor conviene. Ella no sólo puede curar­
lo. sino aún resucitarlo si estuviera
muerto».
Por ésta y otras instancias más se pro­
cedió a la operación, después de haber es­
tado, como dije antes, diez horas sin nin­
gún auxilio médico, ya que era considera­
do como muerto, lo cual en realidad pu­
blicaron los periódicos del día. A la ma­
ñana siguiente (24 de noviembre) vuelve
uno de los insignes doctores que efectua­
ron la operación, con la seguridad de en­
contrarlo cadáver. Mas al constatar con
estupor que no sólo estaba vivo, sino fuera
de peligro, exclamó conmovido y profun­
damente convencido: «¡.\hora sí creo que
existen los milagros!» (Desde entonces el
Doctor ha cambiado radicalmente.) Pocos
días después, debido a un ligero golpe en
la herida, fué atacado por una fulminante
meningitis que lo puso do nuevo al borde
del sepulcro.
Implorando nuevamente el auxilio po­
tentísimo de la Virgen de Don Rosco, que­
dó casi instantáneamente libre de una en­
fermedad que. según estadísticas, de UK)0
casos. 995 personas mueren, quedando las
restantes in\’tílidas para toda la vida; cosa
que no se verificó en nuestro caso.
El Dr. González Delgadillo. que constató
el prodigio, aseguró que en realidad sólo
una virtud superior pudo obrar el mila­
gro. Posteriormente se le sacó una ra­
diografía. El resultado fué completamente
satisfactorio. Agradecido, pues, de corazón,
la singular bondad y predilección que la
Virgen Auxiliadora ha tenido para con sus
humildes hijos, ofrecemos una limosna pa­
ra sus obras y agradecemos las oraciones
que por esta intención se hicieron en al­
gunas casas salesianas. gracias a las cua­
les se obtuvo c?ste triple milagro.— Alfon­
so Vega Gil, S. D. B.

26

SAN JUAN BOSCO
B éjar .— Teniendo que ser operada por
cuarta vez con poca esperanza de salir
bien, acudí a San Juan Rosco cuya reli.
quia me fué faciliada por un Padre Salesiano, y cuál no sería mi alegría al encon­
trarme a la salida del Sanatorio completa­
mente bien; por lo que doy infinitas gra­
cias a mi celestial protector y al mismo
tiempo envío una limosna para la Obra
Salesiana.— María González de Nevado.

L.as P almas .— Habiendo terminado mi hi­
jo su carrera y no encontrando de montenlo en dónde empezar a trabajar, me confié a la Santísima Virgen Auxiliadora por
la mediación de San Juan Rosco y al poco
tiempo me fué concedida la gracia. Agra­
decida a la Santísima Virgen cumplo mi
promesa de publicarla y de dar una limos­
na para su culto.— Una devota.
SANTO DOMINGO SAVIO
V ico.— Doy gracias a Santo Domingo Savio por una gracia recibida y envío cin­
cuenta pesetas para las Obras salesianas.

María Concepción B. de García.
DEL VBLE. DON MIGUEL RUA

Asaltado de violentísimos dolores, fui lle­
vado al hospital de Chieri para ser some­
tido a una operación de urgencia. Me exa­
minó el Profesor Dr. Borsotti, y ordenó
las convenientes radiografías. Hubo con­
sulta. Me sometieron a varios tratamien­
tos, sin decidirse a operar. Los días pasa­
ban y mis dolores crecían. Al fin le dije
al Profesor: «Hágame la caridad de sacar­
me de este estado, que no puedo más».
Púsose serio y pensativo, y me respondió:
«Su caso lo hemos examinado varios mé­
dicos. y a la verdad, no sabemos ya qué
hacer. Tonga paciencia .v ore».
Hice venir a mi maestro de novicios; él
consultó con los médicos, y ellos se ratifi­
caron en lo dicho. Entonces el Padre di­
jo: «Si quieres curar, encomiéndate a Don
Rúa». Y empezamos una novena.
Al sexto día me sentí lleno de esperan­
za. como movido por una fuerza misterio­
sa. tomé la estampita del Padre y le dije:
«¡S i quieres que me haga salesiano. cú­
rame!»
Me quedé dormido. Dormí varias horas.
Al despertar, me sentí curado. Llamé a la
Hermana. Y ella al médico. Por primera
vez después de 17 días pude comer un po­
co de fruta cocida. La mejoría se acentuó.
Volví a mi nido. Terminé felizmente mi
Noviciado. Prof^é. Ha pasado un año. Me
siento feliz. Doy gracias a Don Rúa y le
pido me obtenga la perseverancia en mí

ECOS DE LAS FIESTAS DE M .“ AUXILIADORA

santa vocación. Turin, junio de 1956.— Cris­

tóbal CattaUmotto.

DE NUESTROS MARTIRES
B arcelona.—Por una gracia alcanzada
por la intercesión de Sor Amparo Carbonell, Hija de María Auxiliadora, martiriza­
da durante el dominio rojo envío agrade­
cida una limosna y ruego se publique en
el Boletín Solesiano.
B arcelona .— Agradecida a un favor reci­
bido del Mártir Salesiano Don Felipe Her­
nández, envío una limosna, mientras rue­
go se publique la gracia en el Boletín Sa­

lesiano.—Isabel Pavés.

V alencia .— Agradecida al Mártir Salesia­
no Rvdo. Don Félix González por cuya in­
tercesión he obtenido un favor del cielo,
envío cincuenta pesetas para su canoniza­
ción.—Concepción Cánovas.
Santiago de C ompostela.— Envío una li­
mosna por un favor obtenido del cielo por
medio del Mártir Salesiano Don Francisco
Edreira.— Cai'miña Caeiro.
San V icente dels H orts (Barcelona).—
Sumamente agradecida a la Santísima Vir­
gen Auxiliadora y al Siervo de Dios Don
Alejandro Planas, por una gracia obtenida
en favor de mi esposo mediante la cual se
logró se pusiese de manifiesto su honradez y se asegurase el pan de mis hijos.
De igual suerte pude alcanzar el más fe­
liz éxito en una intervención quirúrgica.
Y en consecuencia entrego una limosna
para la Obra Salesiana y hago publicar es­
tas gracias para mayor gloria de nuestra
Excelsa Madre y glorificación del mártir
Don Alejandro Planas.— Una devota de Ma­

ría Au-xiliadora.

ANTEQUERA (M ála­
ga).— María Auxilia­
dora festejada con
todo entusiasmo por
la multitud en el Co­
legio Salesiano de La
Vega de Antequera.

INSPECTORIA

DE

liisliliiln de las Hijas de María Auxiliadora
'‘Monumento viviente

de le y de amor a la 5tma, Virgen...

...que señalándole un grupo de niñas le
dijo a San Juan Bosco en forma de ma­
ternal mandato: «¡T e n cuidado con
ellas; son mis hijas».
Surgido, pues, tn el 1872, por expreso
deseo de María Santísima constituye ade­
más el monumento viviente de la grati­
tud del Santo Fundador hacia la Madre
celeste.
Su espíritu es; de oración, de caridad,
de trabajo y de familia. Y a la luz de es­
te espíritu florecen las Obras de Educa­
ción e Instrucción de la Juventud, de
preservación y asistencia social y de Mi­
siones.
Y dá frutos de santidad, pues Santo es
el Fundador, San Juan Bosco, Santa la
Cofundadora María Mazarello, y tit nen
en curso tres causas de Beatificación;
Sor Teresa Valsé Pantdlini, joven reli­
giosa; Madre Magdalena Morano. prime­
ra Inspectora de Sicilia: Laura Vicuña,
primera flor de las Misiones andinas.
Actualmente ciunta el Instituto con
más de 14.000 Hmas., 1.182 Casas en 53
naciones, con 83 Centros de Misión en
América. Africa, Asia, y Decanía.
En Espíiña floi'ecen tres provincias o
Inspectorías y un total <le 62 Casas.
La fotografía que aparece en este núnuro del Boletin presenta el Momento
en que en la Casa Inspeotorial de Barcecelona-Sarriá están pidiendo vestir el
Santo Hábito, una nueva promoción de
jóvenes que con nobUs ideales se prepa­
ran para ser algún día miembros de este
gran Instituto, bien en su patria, bien
siguiendo las huellas generosas misione­
ras españolas que han surcado los ma­
res. abandonando lo más querido, para
lU var la luz de la fe y los esplendores de
la civilización a los países incultos o in­
fieles.

28



La Celestial Auxiliadora, que inspiró al
Santo y facilitó la Obra en España, conti­
núe protegiéndola para gloria de su Di­
vino Hijo y provecho de las almas.
A D M IR A B L E A C T IV ID A D S A L E S IA N A
Las Escuelas Salesianas de María Au­
xiliadora y San José, de la calle de Rocafort, están realizando durant* p1 período
estival una admirable labor de capta­
ción y formación de jóvenes, atrayéndo­
les mediante una serie de iniciativas de
orden moral y deportivo, que al tiempo
que poseen indudable eficacia positiva
sirven ya para evitar los peligros a que
les exponía su desorientación. Los salesianos. con aquella tradicional agudeza
con que recogen y remedian los proble­
mas de la mocedad, han advertido los
riesgos de dispersión y desgobierno que
se entrañan en la actual suspensión ve­
raniega de las clases y se han apresurado
a ponerles remedio con esta simpática y
optimista actividad. Nota especial de sus
propósitos es encauzar y distraer a aque­
llos muchachos que no pueden salir de
la ciudad durante el estío. Las competi­
ciones deportivas, desarrolladas por la
tarde, se completan con una serie de se­
siones cinematográficas y la jornada cul­
mina con actos de devoción, de suerte
que, ( n el programa de tales tareas esti­
vales. se armonizan lo piadoso, lo ins­
tructivo. lo recreativo y lo deportivo, con
ánimo de logar la formación cabal y pon­
derada de la mentalidad juvenil.
Es deseo de las Escuelas Salesianas.
que esta empresa, que se ha desarrollado y
desarrolla brillantemente durante el vera­
neo, pudiese continuarse en el curso del
resto del año, llevando así hasta sus me­
tas supremas el ideal de orientar y pre-

parar a todas las masas adolescentes
acreedoras a tutela y encauzamiento. Co­
mo es natural, estas intenciones precisan
el concurso de la ciudad entera, que es la
beneficiaria inmediata de que sus juven­
tudes sálgan incólumes de las tentaciones
de la calle y se enfoquen en derechura
hacia el servicio de los ideales y virtudes
supremos.
Y no sólo en la Casa de RocaíorL, Bar­
celona, a la cual se refiere el prestigioso
diario «L a Vanguardia» en las líneas an­
teriores, sino en todas las Casas de Bar­
celona, Sarriá, Horta, Parroquia de San
Juan Bosco y Badalona, se desarrolla la
misma desbordante actividad veraniega
en favor de los niños mediante esa mag­
nífica institución de San Juan Hosco, el
ORATO RIO FESTIVO.
E l Salesiano no descansa jamás. Des­
cansará en el cielo. Interrumpidos los

más diversos y, hasta a veces, en la mis­
ma calle.
Las fotos muestran distintos momen­
tos del año 1955. Pero las cámaras no
han captado el momento más interesan­
te, el de la oración y estudio del catecis­
mo, que son son dos elementos de primerísimo orden que no faltan nunca y,
sobre todo, con grande entusiasmo de
todos los oratorianos que, según su capa­
cidad en secciones, van conociendo y v i­
viendo la religión.

P A L A B R A S DE DON BOSCO SOBRE
L A VOCACION
Los sacrificios económicos, el trabajo
personal, la práctica del sistema Preven­
tivo, serán medios muy poderosos para
hacer florecer las vocaciones a nuestro
alrededor.
Cuando el Director vea un jovencito

REUS. — Entreteni­
mientos en el Orato­
rio Festivo.

cursos desarrolla siempre esta labor en
favor de los más humildes durante ( stos
meses de estío.
Y para premiar la asistencia en todos
los centros de Barcelona y de toda la Ins­
pectoría, se organiza una rifa benéfica,
que al mismo tiempo es para muchos un
alivio «n sus necesidades perentorias, so­
bre todo, de vestuario.
Reus— Pero uno d? los Oratorios que
merece destacarse es, sin duda alguna,
¡el de Reus, que vien f funcionando desde
hace unos pocos veranos en los locales

de costumbres sencillas, de índole bue­
na. piadoso, no deje de hacérselo ami­
go, inculcándole la frecuencia de los
Santos Sacramentos de la Confesión y
de la Eucaristía, la visita frecuente a
Jesús Sacramentado, y esta será la forma
más eficaz de hacerle ver claro el ca­
mino de su vocación.

Dirección del Muy Rvdo. Padre Provin­
cial: Paseo de San Juan Bosco, 74.— BAR­
CELONA.

— 29

^ C O « o (o < |
MUY RVDMO. DON JOSE REYNERI

Una tardo del 1886, en el patio del Ora­
torio de Valdocco de Turín, San Juan
Bosco, dirigiéndose proféticamente a uno
de los niños que le rodeaban, le dijo cer­
teramente :
— «Tú irás lejos, muy lejos, más lejos
que todos tus compañeros».
El aludido que no .era otro que el ho,v
llorado P. Reyneri que tras de recibir el
abrazo de despedida del Rvdmo. Rector
Mayor en la ciudad de Buenas Aires,
abandonaba esta vida mortal para recibir
el premio de una nueva vida intensamen­
te activa musitando las palabras del An­
ciano Simeón: «Ahora, Señor, ya puedes
despedir en paz a tu siervo».
Hijo de la noble Italia, Don Reyneri
recibió el hábito talar de manos del inme­
diato Sucesor de San Juan Bosco. el Ve­
nerable Don Rúa, en el año 1890. Dos
años más tarde parte para el Ecuador con
un grupo de misioneros. Tras unos años
de labor en dicho país el joven clérigo
sufre los efectos del decreto de explusirn
promulgado por el general Eloy Alfaro
contra los salesianos, llagando con sus
compañeros de destierro tras incontables
penalidades a la ciudad de Lima. Unos
años después recibe la ordenación sagra­
da del presbiterado v trabaja denodada­
mente en la fundación de una nueva Ca­
sa en la Capital del Perú.
En 1899 se le confía la dirección de la
Obra Salesiana en La Paz.
En uno de sus viajes misioneros por la
República d (l Altiplano naufraga en el
río Mapirí, y. por verdadero milagro, lop'an rescatarlo de las aguas y volverlo a
la vida cuando lo daban por muerto.
En 1907 asume el cargo de Inspector
de las Inspectorías de Perú y Bolivia. sumtindose más tarde a éstas el territorio
di 1 Ecuador. Tras una labor agotadora
pasa un breve período de descanso en
Chile y nuevamente repuesto lo encon­
tramos en 1922 como Inspector de la
Obra Salesiana en las Repúblicas dt Cen­
tro América.
En 1929 torna nue\’^mente como Supe30 —

rior de las Inspectorías del Perú y Boli­
via, labor que se prolonga hasta el año
1935, fecha en la que pasa a regir los des­
tinos df la Inspectoría de San Francisco
de Sales en la República Argentina, dan­
do un notable impulso a la Obra Salesia­
na en Buenos Aires.
^ A l estallar la última guerra se le con­
fía el cargo de representante del Rector
Mayor de la Congregación, para las repú­
blicas de Argentina, Brasil, Chile, Perú,
Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Entonces pudo comprobar la realiza­
ción absoluta de las proféticas palabras
de Don Bosco, pues desde las fronteras
de Méjico hasta el Cabo de Hornos, no
hubo punto de América que no hubiese
sido testigo de su labor apostólica sale­
siana.
En 1946 retorna a sus antiguas funcio­
nes de Inspector de la Inspectoría de
Buenos Aires hasta que en 1950 se le en­
comienda la dirección de la Editorial Don
Bosco de la capital del Plata, cargo que
desempeña hasta el día de su fallecimien­
to, ocurrido en la mañana del 6 de junio
próximo pasado.
Trabajador incansable, dotado de una
voluntad férrea y de un temple a toda
prueba, no cejaba un punto en las obras
que emprendía hasta no darles completo
cumplimiento. Su don de gentes se tradu­
cía en delicadezas y una finura de trato
que cautivaban a cuantos le conocían. Y,
por encima de todo, su carácter de religio­
so ejemplar y de sacerdote íntegro ador­
nado de las más hermosas virtudes cris­
tianas, dejaban adivinar su profundo
espíritu de fe y su acendrada caridad que
en todo momento animaron su prolongada
labor apostólica.
Comendador de la Orden del Sol del
Perú, miembro honorario de diversas ins­
tituciones pontificias, honrado por el apre­
cio de eminentes hombres de gobierno
de nada de esto hacía alarde; fué siempre
e sacerdote humilde, asequible a todos;
el padre bondadoso que para todos tenía
una sonrisa y una palabra de cariño.
Antes de partir de entre nosotros vió
realizada su postrer esperanza sobre esta
tierra: poder saludar por última vez al
Reverendísimo Rector Mayor, como para
decirle: «H e cumplido la misión que se
me encargara: espero su venia para des­
cansar».
Conseguida la gracia anhealda, con un
nuevo gesto de delicadeza se fué de nues­
tro lado sin que nadie lo advirtiera...
Y habrá llegado a la presencia de Don
Bosco y le habrá dicho: «L leg o de lejos.

de muy lejos, de más lejos que todos mis
compañeros...»
DON JUVENAL VILLAN l

En menos de un mes el Señor ha visita*
do dos veces la casa salesiana de Mataró
llevándose al eterno descanso a los salesianos: Rvdo. don Eugenio Badajoz y don Juvenal Villani.
Don Juvenal nació en Italia, ingresó en
Turín cuando todavía vivía Don Bosco.
Llegó a España en el año 1897 y en ella es­
tuvo todo lo restante de su vida menos los
años de nuestra Cruzada. La mayor parte
de su actividad salesiana la desarrolló en
la casa salesiana de Sarria. Se encontraba
en la casa de Mataró desde octubre de
1943.
Las actividades musicales de don Juve­
nal son muy conocidas. Compuso más de
ciento cincuenta obras. Era religioso ejem­
plar. Amaba ardentísimamente a Don Bos­
co y mostró a lo largo de su vida una enor­
me capacidad de trabajo a la vez que una
piedad sentida y profunda. Su muerte ha
afectado a todos profundamente.
DON EUGENIO BADAJOZ

La muerte, en cambio, de don Eugenio,
ha sido tan repentina, que después de un
mes no acertamos a creerla.
Marchó a asistir a su madre enferma de
gravedad con cerca de 85 años de edad. Allí
una angina de pecho lo tronchó de modo tan
fulminante la vida, que ni el médico ni el
sacerdote pudieron llegar a tiempo. Es todo
un caso que prueba lo poco que nos hemos
de fiar de nuestra salud.
Don Eugenio era un sacerdote sencillo
y humilde que había trabajado tesonera­
mente en no pocos colegios salesianos. Se
lleva por delante un gran apostolado eje­
cutado en el confesionario y en el pulpito,
amén de su meritísima labor de escuela. El
Señor lo quiso llevar de repente para aho­
rrarle las angustias de una muerte pro­
longada.
Descansen en paz esos buenos hijos de
Don Bosco.

Direcciones de los Sres. Inspectores proyinciales:

Madrid: G en era l P r im o de R ive ra , 25
Barcelona: P a s e o San Juan B o s c o , 74
Sevilla: M a ría A u x ilia d o ra , 18
Córdoba: M a ría A u x ilia d o ra , 14
Zamora: Escuelas Salesianas

Singular servicio a la Hagiografía y a la
Historia de las Misiones ha prestado el Pa­
dre R.A.ÚL E ntraigas con su magnífico libro
El Apóstol de la Patagonia. Es la biografía
del Cardenal Juan Cangliero. 706 páginas en
un volumen de 21,50 x 16,50 cms. Editorial
«Apis», Rosario (Argentina).—Es la biogra­
fía más completa y más hermosa que del
grande Misionero hemos leído. Claro que
no agota la materia; pero es lo bastante pa.
ra conocer una de las vidas más fecundas
y apostólicas de los siglos xix y xx. Entrai­
gas ha llegado al dominio del difícil arte.
Cuando empezó a escribirla, el P. Ricaldone le recomendó: «ágil y moderna». Y ágil
y moderna es plenamente. Los capítulos se
van sucediendo como cuadros de una emo­
cionante película; por algo él es dado a la
cinematografía. Especialmente logrados nos
parecen la primera etapa de la vida sale­
siana del héroe (porque héroe es el Carde­
nal salesiano) y la labor desarrollada como
Vicario apostólico de la Patagonia y como
Representante primero de Don Bosco y
luego de Don Rúa en las Américas. Posee
Entraigas el arte de la descripción de pai­
sajes tanto de lugares como de almas; sus
pinceladas son de maestro. También sabe
condensar en luminosas síntesis rasgos y
acontecimientos. Su estilo es abundoso y
rápido como los ríos de las Pampas, trans­
parente y claro como los arroyos de las
montañas. Es una delicia contemplar la ma­
ravillosa actividad de aquel hijo predilecto
de Don Bosco y sondear la altura y profun­
didad de su alma y los tesoros de su cora­
zón. El autor escribe con amor, pero tam­
bién con gran serenidad e imparcialidad.
A la Sociedad Salesiana le hacía falta una
biografía así de tan preclaro hijo y a las
Misiones un modelo de apostolado moderno.
Son muchos los que han llamado a Mon­
señor Cagliero, el Javier Salesiano. Y tie­
nen razón. Leyendo este libro se ve clara­
mente : análogas situaciones, igual intrepi­
dez, idéntico celo, parecida abundancia de
recursos anímicos, fe y amor.
En ninguna casa salesiana y en ninguna
asociación de Antiguos Alumnos debería fal­
tar este libro. Tampoco sobrará en los de­
más sitios donde se formen juventudes y
en los domicilios en donde todavía hay lu­
gar-para las buenas lecturas o gusto sufi­
ciente para saborear lo bueno.
*

CON U C E N C IA ECLESIASTICA

Talleres Gráficos de E diciones C astilij ^ S. A .—^Alcalá, 126. Maüru).

*

— 31

AÑO CENTENARIO
DE LA

MUERTE
DE

SANTO DOMINGO SAVIO
E l curso 1956-57 debe ser aEl
Curso Santo Domingo Savio». E du­
cadores y educandos— y a esta de­
nominación queremos d arle el signi­
ficado más amplio— , han de propo­
nerse el estudio de la personalidad
de este joven cito a quien e l Señor,
en su bondadosa Providencia, ha
propuesto como m odelo a la juventud de nuestros tiempos. Siendo en esa edad,
hacia los quince años, cuando se p erfila la personalidad del educando, es ese,
por tanto, el mom ento crítico que no debe escapar a la observación y v ig ila n ­
cia de padres y educadores para poder encauzar con prudencia y constancia
amorosas al jovencito, com o lo hiciera Don Bosco con Dom ingo Savio, por los
derroteros de la práctica consciente, voluntaria y alegi'e del deber.
La Sociedad Editora Ibérica, Alcalá, 164, Madrid, tiene editado extenso y
variado m aterial sobre Santo D om ingo Savio a propósito para la celebración de
este A ñ o Centenario.
Medallas, distintivos, estampas, tarjetas postales, cuadros murales, folle­
tos, vidas, carteles anunciadores de fiestas, film inas...
Recomendamos sobre todo el libro «Santo Domingo Savio», del P. F ierro ,
S. D. B. Estudio dedicado principalm ente a educadores y padres de fam ilia
como ayuda en la d ifícil tarea de la educación de la Juventud.
Herm osa cubierta; 200 páginas de texto y 21 grabados en papel couché.
Su precio es de 18 pesetas, pero durante este curso todos los pedidos, a partir
de los 10 ejem plares, se servirán con el 40% de descuento.
Texto
EN EL CENTENARIO
DE LA

MUERTE DE MAMA MARGARITA
El d io 2 5 de l p r ó x im o mes d e n o v ie m b re
se cum p lirá n los cien a ñ o s d e la muerte
d e la sa n ta M a d r e d e D o n Bosco.

Todos cuantos hayan leído con atención la V ida de San Juan Bosco ha­
brán sacado la conclusión de que la santidad alcanzada por este gran Santo,
fu é debida en parte no pequeña, a la educación que recibiera de la madre.
Es justo, por tanto, que en una efem érides solemne como esta, Salesianos, H ijas
d e M aría Auxiliadora, Cooperadores, Archicofrades, Alum nos y Antiguos
Alum nos, en una palabra, cuantos integran la F am ilia Salesiana, se propongan
honrar a la M adre de tan gran hijo, dando a conocer esta figu ra de madre y
m u jer extraordinaria. Los métodos y caminos seguidos por M am á M argarita
en la educación de su hijo pusieron los cim ientos de una vida entre las más
brillantes y beneficiosas para la Iglesia y la Humanidad. Las mismas causas
producen siempre idénticos efectos. Ten ga Mamá M argarita muchas im itado­
ras y las madres tendrán el consuelo de v er én sus hijos otros Don Bosco.

L a Sociedad Editora Ibérica, Alcalá, 164, Madrid, ha editado el hermoso
lib ro : «L a M adre de Don Bosco». de M aría Bargoni, tradutción del P. F ra n ­
cisco Villanueva, S. D. B.— Form ato, 18 x 12; 250 páginas, cubierta bicolor y
10 grabados interiores en papel couché. P recio : en rústica, 18 ptas.; en tela,
30; en piel, 70 pesetas.

N u e s tra

p o rta d a :

U n Sie n o

de

S an .K an Bosco

Las devociones a Jesús Sacrame7itado y a la Virgen Santísima serán siem­
pre para aquellos que las practiquen, prenda de paz y seguridad en este mun­
do y de salvación eterna en el /«furo.

SMESIMO

lU-

R E V I S T A
R E D

A C C I O N

D E
Y

L A S

O B R A S

A D M I N I S T R A C I O N !

A ño LX X

D E
A

l C

A

D O N
L

O C TU B R E 1956

En el Centenario de la muerte de
Mamá Margarita...................... 2
El Rosario de la V irg e n ............... 3-4
Domund de la fe .......................... 5
I

Noticiario mundial salesiano . . . . 6-13
( j / 7 f 0 r / 0 ’ España Salesiana .........................14-17
Mamá Margarita.......................... 18
De nuestras Misiones................. 19-£4
El Santo Rosario y San Juan Bosco 24

R

o

s

a

r

i

o

Desde Santo Domingo acá (siglo
X I I I ) todos los santos y los grandes
hombres del Catolicismo han tenido
muy grande devoción al Rosario. Los
Fundadores se lo han puesto como
regla a sus religiosos; las jamilias lo
miran como un vínculo de unión. Nues­
tro Padre don Bosco, desde pequeñito,
lo hizo como el centro de su vida.
Y es que, como dice San P ío V, «es
el Rosario una manera fácil al alcance
de todos, y grandemente piadosa, de
orar y de rogar a Dios, y de honrar
y venerar e im plorar a la Santísima
Virgen M aría». Es un iterar el culto
evangélico que a la Madre de Dios pres­
taron el Arcángel Gabriel y Santa Isa­
bel, la madre del Precursor, añadien­
do la oración que nos enseñó Nuestro
Señor en persona. Es una manera de
Catecismo o Teología abreviada, que
contiene la historia de la Redención
en tres fases: trabajo, sufrim iento y
triunfo. Es enseñanza y plegaria, pro­

A

,



1 6

4

B O S C O
M

A D

R I D

N úm ero 10

Crónica de gracias...................... 25-27
Ecos de las Fiestas de María Auxi- “
liadora....................................... 27
Inspectoría de Nuestra Señera de 28-29
la M erced.
................
...................................
N ecrología..................................... 30-31
Biblicgraíía.....................................31
A ñ o Centenario de la muerte de
Santo Dcm ingc Savio............... 32

a

g e n

fesión de fe contra las herejías por la
que se hace de la Encarnación del
Verbo y la maternidad de la Virgen.
»E s arma poderosa puesta en manos
de los fieles, que suele conseguir lo
que no han conseguido las bayonetas
y no conseguirán las armas atómicas,
n i las discusiones y polémicas; «es una
eficaz y pacífica cruzada impetratoria,
capaz de ablandar el corazón de Cristo
y de conm over el de la Virgen M aría».
(Domech)
}>Es la oración en que más se deleita
y agrada la Santísima Virgen. Es la
corona más rica de flores de devoción
que podemos depositar en manos de
la Señora; es toda una sarta de perlas
cordiales que desgranamos en su ho­
n or; es una guirnalda de las magnífi­
cas, y, m ejor y más breve, es el rosal
de las más finas alabanzas de María,
como se expresa Mons. Pla toro».
Poco después que Santo Domingo co­
menzara a difundirlo, los devotos que lo
— 3

rezaban velan salir de sus manos a
cada Avemaria wna rosa, y a cada pa­
drenuestro una azucena, que la Virgen
recogía, formando una guirnalda que
luego colocaba sobre la cabeza de sus
devotos; otros veían ángeles que ha­
cían el mismo oficio, pero poniéndolas
antes en manos de la Virgen para que
Ella coronara a sus fieles, dejando el
aire impregnado de suave fragancia.
E n Lourdes Santa Bernardita veía
a la Virgen con el rosario en la mano,
y cuando la niña comenzaba a rezarlo,
la Virgen la acompañaba. P o r eso la
santa no cesaba de repetir: uSi supie­
rais cuán buena es la Virgen amada.
Rezad bien el Rosario, pues nunca se
hace en vano)>.
Y ya sabemos cómo en Fátim a la
Santísima Virgen enseñé a los niños
a rezarlo, y cómo a Francisco le ofre­
ció el cielo, pero después de que rezara
muchos rosarios.
De San Ignacio de Loyola, cuentan
sus biógrafos que, despertándose de
noche, inmediatamente se ponía a re­
zar el rosario.
De su eficacia, ¡cuántas cosas pu­
diéramos decir! ¡Si lo ha dicho la mis­
ma Virgen Santísima!

Gregorio X l l l decía que la Santísi­
ma Virgen lo había instituido para
apaciguar la cólera de Dios e im plo­
rar la intercesión omnipotente de Ma­
ría.
Paulo V lo llama «¿esoro de altísi­
mos bienes».
P ío X I, el Papa de Don Bosco, in­
sistía con los Obispos: {(.Encargad a
los sacerdotes que lo recen mucho y
lo hagan rezar. Decidles que el Papa
lo reza siempre entero todos los días,
y que aun los días más atareados has­
ta rezarlo no da por terminada su dia­
ria tarea, «pareciéndole no cum plir
C071 su obligación de rezar por el m un­
do si no lo hiciera».
Se narra de Felipe I I que recomen­
daba a su hijo lo rezara siempre, si
quería gobernar bien sus estados. Y
de su padre el gran Carlos, se sabe
que lo rezaba todos los díasSan Alfonso de L ig orio llegó a decir
que estaba seguro de que de esta de­
voción dependía para él su salvación.
iQ ué mucho que Su Santidad Pío
X I I bendiga y recomiende la Cruzada
del Rosario, y que los Salesianos y to­
das las Ordenes religiosas propague­
mos la devoción del Rosario viviente^.

BARCELONA.— Grupo de jóvenes postulantes momentos antes de recibir el Santo Hábito
de Hijas de María Auxiliadora. Agosto 1956.

D O M U N D DE LA FE
E l día misional universal cae este año el 21 de octubre. Conviene
prepararlo con anticipación. Es un día grande. Es el día por excelencia
de las Misiones. E l día en que nos sentimos más plenamente católicos,
es decir, universales, cristianos, humano-divinos.
Si el año pasado fué el Domund de la Esperanza, este año es «e l
Domund de la F e ». Los organizadores han querido que todos recorde­

mos el don inestimable de la Fe, principio y base de la vida cristiana:
de la Fe, «sin la cual es imposible agradar a Diosv>, y que comprénda­
nnos nuestra obligación de difundirla por todo el mundo.
Si somos católicos, somos y debemos ser universalistas; debemos
m irar como dichas a cada uno las palabras de Cristo a sus Discípulos:
« I d por todo el mundo. Predicad la fe a toda creatura)>.
Se repite hasta la saciedad la gran verdad de que «la característica
de nuestro tiempo es «lo sociah. L o social es lo universal, lo opuesto al
egoísmo, a lo puramente individual. Formamos una grande y sola Fa­
m ilia: el Reino de Dios, la Iglesia, el Cuerpo M ístico de Jesús. Deber
*=•8 de todos y de cada uno trabajar para su establecimiento en el universo
('Utero.
Ahora bien: todavía quedan muchas naciones, quedan muchos her­
manos nuestros, creados a imagen de Dios y redimidos con la Preciosa
Sangre de Cristo, que andan fuera, que n i siquiera conocen al verdadero
Dios, que ignoran la bondad y los oficios de la Virgen Santísima; que
están en las tinieblas... Y hay que ayudarlos. E l D O M U N D nos recuer­
da esta obligación.
Es, pues, día de agradecer a Dios el beneficio incomparable de la Fe:
de recordar nuestros grandes deberes como miembros del Cuerpo M ís­
tico; de renovar nuestros propósitos de generosidad y apostolado; día
especial de oraciones, de propaganda, de limosnas en favor de las M i­
siones del mundo entero.
Las limosnas que se recojan para el D O M U N D van a manos del Sumo
Pontífice, para que las distribuya según su sabiduría entre todas las
Misiones Católicas del mundo. Oraciones, limosnas, sacrificios tienen
este año un tinte especial: cariñoso y filia l tributo de amor al angelical
Pío X I I , en el 8(P año de su vida.
¡Entusiasmo, pues, generosidad y fervor!

— 5

El Rvdm o. Rector M a y o r en el N u e v o M u n d o
La Argentina, llamada por Don Bosco
«su segunda patria», la tierra maravillosa
de sus sueños y de sus solicitudes, está
de fiesta. Don Bosco, el insigne ciudada­
no de honor, ha acudido a visitarla en
la persona de su Sucesor. Flores, aplau­
sos, aclamaciones, músicas, banderas, han
acogido su presencia. La Argentina pre­
tende manifestar de esta manera su gra­
titud al Santo por los hijos de valía ex­
cepcional que mandó a su territorio:
Caglicro, Costamagna, Fagnano, Vespignani y otros muchos apóstoles y civili­
zadores para la República.
Existen en la Argentina cuatro inspec­
torías con un total de 1.360 salesianos y
novicios: 88 colegios de enseñanza pri­
maria y secundaria; 26 escuelas pro­
fesionales y agrícolas; 82 oratorios fes­
tivos: más de 40 los batallones de explo­
radores: 55 los Centros activos de ex
alumnos, numerosas las Asociaciones de
padres de familia y centros de Asistencia
Social, residencias universitarias, casas
editoras: innumerables los cooperadores
y amigos de la Obra Salesiana, y casi un
millón las almas confiadas a los cuidados
de los salesianos en las 47 parroquias en
las que se desarrollan las más variadas
actividades católicas.
¡Cuántos operarios de la inteligencia y
de l músculo, cuántos soldados de la Cruz,
de la palabra, del foro, de la cátedra, de
la espada, del comercio, de la banca, del
campo ha formado Don Bosco por medio
de sus hijos, contribuyendo con ello a la
grandeza y al progreso de la noble nación
del Plata!

despliegan las Hijas de María Auxiliadora
en sus providenciales instituciones que flo­
recen en los principales centros de la Re­
pública.
Por eso la Argentina hoy se siente feliz
al poder exteriorizar en cierta manera sus
sentimientos de gratitud y admiración al
Bienhechor incomparable en la persona de
su Sucesor.
Desde Río Grande, nuestro venerado
Rector Mayor, dando el último adiós a la
Tierra de Fuego, vuela sobre Río Turbio,
en la Patagonia Meridional. Hasta hace
algún tiempo en aquellos parajes solamen­
te existía un grupo de casuchas; ahora
en cambio se está levantando una hermo­
sa ciudad gracias a las riquezas proporcio­
nadas por las minas de carbón. El sueño
profético de Don Bosco se ha trocado en
una maravillosa realidad. La Patagonia, mal­
decida por Darwin, se abre hoy como una
tierra de gran porvenir por el progresivo
disfrute de las inestimables riquezas profetizadas por el Santo.
Antes de entrar en la ciudad, el Rector
Mayor hizo una breve visita a Puerto Na­
tales. en la República de Chile, para con­
fortar con su presencia a sus hijos resi­
dentes en dicha localidad y a sus 500 alum­
nos que frecuentan las escuelas. Natural­
mente gozó del mismo privilegio el Insti.
tuto de las Hijas de María Auxiliadora en
el que se educan casi un millar de alumñas. Puerto Natales es una ciudad geosráficamente hermosa, emplazada en los lími­
tes de una bahía que la baña y defendida
por la cordillera que la protege; pero sus
casitas le dan un aspecto de una humilde
aldea. El Rector Mayor fué recibido como
un familiar cuya presencia se desea hace
mucho tiempo.

Cifras no menos elocuentes deberíamos
aportar en relación con las actividades que

De regreso a Río Turbio es recibido so­
lemnemente por toda la población. Alma

Se realiza la profecía de un Santo.

de la vida espiritual de esta ciudad es el
Párroco salesiano, que ha sabido-ganarse
el afecto y la estima de todos. El superintendente de las minas se desvive para que
el Sucesor de Don Bosco tenga una d.gna
acogida y pueda visitar cómodamente. Dos
numerosos técnicos italianos le rodean cor­
dialmente : cada uno le habla en su dia.
lecto y quiere escuchar una palabra de
labios del Padre. Después cantan típicas
canciones de sus respectivas regiones y
Don Zíggiotti que tiene los brazos aprisio­
nados por las manos de los que le rodean,
marca el compás con la cabeza y canta con
ellos.
El 25, muy temprano, celebra para los
obreros y dirigentes. Más tarde, en las
minas se vive una hora histórica; técnicos
y jefes aguardan al Rector Mayor para en­
señarle lo que el Santo Fundador había vis­
to en sueño profético.
Año de 1883. Don Bosco en sueño sube
a un tren internacional, que marcha ver­
tiginosamente. Entretanto el Santo ve co­
sas de las cuales no puede haber tenido
noticias ni de otros viajeros ni de los geó­
grafos, pues ni el tren existe, ni se ha he.
cho exploración alguna en aquellas latitu­
des extremas ni con fines turísticos ni en
plan científico. Llega al paralelo 47, pasa
por el 50, se detiene en el 55. Atraviesa
un río, pero no puede distinguir si su co­
rriente va al Atlántico o al Pacífico. Lue­
go el soñador y profeta recorre por espacio
de muchas millas un suelo recubierto de
depósitos de carbón fósil, de maderos, de
mesas, de travesaftos, de inmensos mon­
tones de metal, parte en bruto, parte tra­
bajado. Largas filas de negros vagones de
mercencía están sobre las vías. Sus pies
caminan sobre riquezas inimaginables. «Lo
que ahora ves—le dice el guía—un día será
realidad*. Don Bosco quiere volver a la
estación. Ha visto bastante. Sube al tren y
parte.
Setenta y tres años después: 1956. Una
larga fila de máquinas corre sobre el para­
lelo 52. Geólogos, ingenieros, técnicos, abren
la marcha. A la izquierda del jefe se sien,
ta Don Bosco vivo en la persona de su
quinto Sucesor. Aparecen los negros va­
gones cargados de carbón. Don Ziggiotti
camina realmente entre las vías del ferro­
carril. Entra, baja, sube, pasa entre las
máquinas que lavan y parten el vegetal
fosilizado. Un estrato negro de dos metros
de espesor, duro y subterráneo se extien­
de en una zona de* kilómetros y kilómetros
por las entrañas tortuosas de la tierra. Se
cumple la profecía. El sueno es ya reali­
dad. Don Bosco, ya no en sueno, si no
realmente camina entre los depósitos de
carbón. Don Ziggiotti saluda y conversa
familiarmente con los obreros. Dos mil
obreros trabajan en favor del porvenir
industrial de la Patria. Duros han sido los
comienzos, áspero el trabajo, precarios los
medios, hostiles los pronósticos. Pero exis­

te la profecía del Santo. «Cuando se co­
nozcan las inmensas riquezas que contie.
ne la Patagonia—^ha profetizado Don Bos­
co—este territorio alcanzará un desarro­
llo comercial extraordinario. En las entra­
ñas de los montes existen ocultas minas
preciosas; en la cadena de los Andes hay
yacimientos do plomo, de oro y de cosas
de más valor que el oro». (Mein. Biogr.,
pág. 395.)
Para que las prosperidad vaticinada por
el Santo Fundador se realice plenamente,
Don Ziggiotti bendice las instalaciones y
oficinas. De óptimo augurio es también el
espíritu cristiano que anima al adminis­
trador, el cual sólo queda satisfecho cuan­
do el Rector Mayor ha bendecido a su fa­
milia.
Cordialidad y buen humor.

De Río Turbio, el día 25 parte para Río
Gallegos. Los empleados del avión, gana,

dos por la simpatía personal de Don Zi­
ggiotti, le preparan secretamente una agra­
dable sorpresa. Modificando la dirección
del aparato, lo llevan sobre el lago Argen­
tino para hacerle gozar a él y a sus acom­
pañantes de las bellezas encantadoras de
aquella zona andina rica de cumbres so­
berbias y de enormes glaciales, que bajan
como impetuosos ríos hasta las orillas del
lago. A las 18,30 bajan a la base militar
de Río Gallegos, donde se encuentran pa­
ra recibirlo las autoridades, juventudes y
pueblo. Un cortejo de automóviles le acom­
paña a la Casa Salesiana. El Interventor
Federal lo declara huésped de honor, autoriza a los directores de las escuelas públi­
cas para que concedan vacaciones y de­
signa al Ministro de Asistencia Social pa­
ra que represente al Gobierno en las cere­
monias oficiales que se celebrarán en su
honor y que serán radiadas a toda la
ciudad.
En la cena, 230 Cooperadores y las má.
ximas autoridades de la ciudad patagónica,
rodean al Rector Mayor y se sienten con­
quistados por su buen humor y más aun
por el atractivo de su bondad sacerdotal.
«En mi vida—declara el Ministro de Asis­
tencia Social—tendré una sola gloria: la
de haber vivido tres horas en compañía
de un sacerdote santo». Y Don Ziggiotti
que desde hace tres horas soporta con pa­
ciencia la persecución de un fotógrafo, con­
testa inmediatamente: «Sí, de un santo
que es fotografiado cien veces al día con
el tenedor en la mano...» Aplausos y co­
mentarios.
El 26 se tributa a Dios honor en la Iglesia
con Misa de Comunión general y en la pla­
za se celebra un homenaje a la Patria de­
positando flores ante el monumento al ge­
neral San Martín. Don González del Pino
pronuncia un discureo que conquista las
simpatías de las autoridades civiles, de las
fuerzas armadas y del pueblo. Don Ziggio­
tti descubre una lápida, homenaje de los
— 7

salcslanos a la segunda patria de Don
uosco.


.r
Antes de partir de Río Gallegos, vdsita
a las Hijas de María Auxiliadora, que com­
pletan la labor de los salesianos con un
Instituto en favor de las jóvenes.
Entre las fuentes del «oro negro».

Otros vuelos llevan al Rector Mayor a

Santa Cruz, San Julián y Puerto Deseado.

Son tres ciudades que se encuentran a lo
largo de la costa atlántica, en las que los
hijos de Don Rosco, mientras atienden a
sus respectivos Colegios e iglesias parro,
quiales se extienden hacia el interior del
territorio a lo largo de muchos kilómetros. Estas parroquias tienen demarcacio­
nes inmensas, parecen diócesis, y es nece­
sario buscar las almas diseminadas por la
Patagonia, como el Buen Pastor de que ha­
bla el Evangelio. La llegada del Rector Ma­
yor señala un acontecimiento de primer
orden para los tres centros. Autoridades
y pueblo, le reciben como a un soberano.
El 30 de abril el aparato toma tierra en
Coynodoro Rivadavia. capital del Chubut.
A la llegada de los salesianos Comodoro
era una aldea de 700 habitantes; hoy es
una ciudad moderna de 40.000 almas en
continuo progreso, gracias a los ricos yaci­
mientos petrolíferos de la zona. De los
5.000 pozos se extrae el precioso «oro ne.
gro» que es llevado por las cañerías has­
ta las refinerías. 'Para los hijos de Don
Rosco ha sido construido un instituto mo­
derno y un enorme laboratorio de 130 me­
tros de longitud, 40 de ancho y 9 de alto.
Se entra en él en automóvil. Hospeda a
numerosos alumnos mecánicos, electrome­
cánicos, fundidores y carpinteros. El mu­
nicipio nos ha cedido también unos terre­
nos en un barrio popular donde se está
levantando un Oratorio Festivo, cuya pri.
mera piedra es bendecida por el Rector
Mayor ante el júbilo del pueblo que ve en
la obra un medio de redención para la ju­
ventud pobre y abandonada de la zona.
Al partir para Trelcw Don Ziggiotti y
su séquito tocan con mano la especial asis­
tencia de María Auxiliadora. Mientras to­
dos los aeropuertos de la Patagonia están
cerrados al tráfico por el mal estado del
tiempo, sólo el de Trelew anuncia la po­
sibilidad del aterrizaje. Después de salir
de Comodoro a los diez minutos también
el aeropuerto local suspende la salida de
los aviones, de forma que solamente la
comitiva del Rector Ma.vor puede volar y
llegar felizmente a su destino. Trelew se
encuentra en una zona fértil en el valle de
Chubut. Cuenta con parroquia salesiana y
colegio anejo. Las Hijas de María Auxi­
liadora. aquí, como en casi todos los luga­
res donde trabajan los salesianos tienen
también sus institutos para la juventud fe­
menina. El Interventor Federal de Chubut
no sólo asiste al recibimiento, sino que

8

pronuncia un discurso, haciendo el más cá­
lido elogio de la obra educativa de los hi­
jos de Don Rosco. Uno de nuestros alum­
nos canta las bellezas de la Patagonia con
el énfasis de un gran orador, y las alumnas de las Hijas de María Auxiliadora ofre­
cen a Don Ziggiotti lo más escogido de
los productos patagónicos. En Trelew tie­
ne también el consuelo de bendecir la pri.
mera piedra de una nueva escuela salesia­
na, que llevará el nombre del más ancia­
no de nuestros acuales misioneros, el monagenario don Juan Muzio.
Tierras áridas y centros turísticos.

De Trelew pasa a visitar nuestra iglesia
de Gaiman y la de Rawson con el Colegio
anexo. Esta última es muy bella y espa­
ciosa.
En Rawson bendice una original monu­
mento levantado en honor de María Auxi­
liadora en el que aparecen la imagen en.
cerrada en una rueda de automóvil como
para indicar su protección sobre les
Vehículos que recorren los caminos patagónicos. De Rawson se dirige al Puerto
de Madn/n, donde se levanta una hermo­
sa igl^ia parroquial.
El 6 de mayo reemprende el viaje en
avión. Las metas no se encuentran ya en

RIO GALLEGOS (Santa Cruz. Argentina)__
El Rector Mayor en los Acantilados.



1

la costa atlántica sino a lo largo de la
cordillera andina. Ahora el aparato vuela
sobre las desoladas llanuras de las tierras
pamperas; se viaja durante días enteros
sin encontrar alma viviente. Pero al apa­
recer los montes el paisaje se hace riente.
Por un feliz error, el avión en lugar de
dirigirse a San Carlos de Bariloche, enfila
hacia la altura soberbia del Lanin y ofrece
a los pasajeros la oportunidad de admirar
durante un largo trecho de la cadena andina con sus blancas nieves, los hermosos
lagos y los bosques en pleno vigor ante la
proximidad del otono.
San Carlos de Bariloche es un centro
turístico de primer orden. El escenario
que lo rodea es de una belleza deslumbra­
dora. El cielo de cobalto, las cristalinas
aguas del lago Nahuel Huapi que parece
un pólipo estático, las cumbres recubiertas
de nieve, los bosques y el magnífico par­
que nacional dan al conjunto un encanto
único. La ciudad, dotada ya de grandes
hoteles, ha sido enriquecida con una am.
plia iglesia, que refleja sus agujas en el
lago. Los hijos de Don Bosco cuentan con
un hermoso Colegio, pero la iglesia parro­
quial es pequeña e insuficiente para el
desarrollo actual de la población. Cuentan
también con un Oratorio frecuentado por
numerosos niños pobres que sienten ha­
cia él una gran afición. A este Oratorio se
dirige el Rector Mayor apenas llega a la
ciudad. En la plaza del Municipio recibe
el homenaje del pueblo. Celebra después
la Misa en el Templo levantado por el Go­
bierno. En San Carlos es muy festejado
también por la numerosa colonia italiana
que se siene feliz al poder pasar una hora
recordando a la patria lejana, junto al Su­
cesor de Don Bosco. Don Ziggiotti reco­
mienda a sus compatriotas que honren a
la Argentina y a Italia viviendo como cris­
tianos y como ciudadanos ejemplares.
Todo un pueblo en un banquete.

Una s^unda etapa andina es la de Ju.
nín de los Andes, donde el Rector Mayor
tiene la satisfacción de entrevistarse con
el hermano del Siervo de Dios Ceferino
Namuncurá. Un gruiw de auténticos in­
dios a caballo con artilleros, también a ca­
ballo, le forman escolta desde el avión has­
ta el Colegio. A l día siguiente es llevado
en auto a San Martín de los Andes, otro
centro turístico en el cual contamos con
una parroquia. Una breve parada en Za­
pólo para saludar al párroco salesiano, ce­
losísimo pero enfermo. Ha sabido edificar
una iglesia verdaderamente hermosa y cap­
tarse el afecto de toda la población de este
pequeño centro ferroviario.
En la misma tarde del 9 de mayo está
ya en Chos Malal. El avión tiene que dar
repetidas vueltas sobre la pequeña y pol­
vorienta pista. La visita a Qios Malal se­

ñala una página d^na de recuerdo en la
crónica de este vi^e. Este pequeño centro
perdido en la cordillera andina forma como
una sola familia alrededor del infatigable pá­
rroco salesiano don Gardin y sus colaboiadores. Toda la población acude al aero­
puerto: unos a pie, otros a caballo. E í
Rector Mayor con el Inspector don Carlos
Pérez y don Gardin montan a caballo y se
cubren con el poncho del gaucho. Después
Don Ziggiotti se pone al frente de un largo cortejo de gente también a caballo; en.
tre ellas se ven a muchas mujeres con los
niños en brazos y auténticos indios de mi­
rada fiera, pero de corazón de oro. Al día
siguiente, después de la Santa Misa y de
la bendición de la nueva Capilla dedicada
a Santo Domingo Savio, es preparado en
el patio de la parroquia un asado para
toda la población que festeja al Rector
Mayor con sus típicas danzas. Cuando par­
te, todos quieren acompañarle nuevamente
al aeropuerto: parece que no saben sepa­
rarse del representante de Don Bosco.
En el centro de las conquistas salesíanas:
La Pampa.

De Chos Malal prosigue el viaje hasta

General Roca. En esta zona la Pampa cam­
bia de aspecto: se trueca fértil y cultiva­
da, gracias a las abundantes aguas del Río
Negro, que fecunda las tierras, convertidas
ahora en ricos huertecitos, ubérrimos viñedos, verdes prados y largas filas de cho.
pos que defienden a las plantaciones con­
tra la acción del viento.
El Rector Mayor se despide del avión
y del personal con el cual hacía ya vida
de familia. Ante el Colegio de Domingo
Savio se le hace un gran recibimiento.
Poniendo su cuartel residencial en Gene­
ral Roca visita las demás residencias salesianas en la zona de Río Negro: J^euquén, Cipolletti, Padre A. Stefanelli. En
Neuquén, capital de la provincia del mis­
mo nombre, es honrado con toda suerte
de distinciones por las máximas autorida­
des, mientras que en Cipolletti admira los
progresos realizados por la nueva iglesia
parroquial. En Padre A. Estefanelli visita
nuestro floreciente colegio y las adyacen­
cias rurales, bendice la primera piedra de!
nuevo gran santuario en honor de María
Auxiliadora, cPatrona del Agro Argentino»,
en el cual se venerará la estatua de la
Virgen traída por el benemérito salesiano
Padre Stefenelli. pionero del alto valle
del Río Negro.
De General Roca, el Rector Mayor con
el pequeño avión cedido por el gobierno
regresa a las costas atlánticas tocando

ViUa Regina, Choele Choel. General Chonesa y finalmente Viedma, sede episcopal

de S. E. Mons. BoT^atti, salesiano, y cen­
tro de las expediciones salesíanas a la
Pampa en los tiempos de la conquista de
— 9

la Patagonia por parte del Gobierno Ar­
gentino. Desde aquí el Cardenal Cagliero
y los ilustres misioneros salesianos salie­
ron para emprender sus pacíficas conquis.
tas y la conversión de las tribus indias
que habían do dar las olorosas floraciones
do Ceferino Namuncurá y de Laura V i­
cuña.
En Viedma comienza su visita con la
bendición del monumento a Artemide Zatil, magnífica figura de salesiano coadjutor,
a quien todos veneran por su heroica ca­
ridad ejercitada como director del Hospi­
tal do Viedma. Además del Colegio Sa esiano y del Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora se levanta en una posición
rlente el Noviciado de la Inspectoría Pata­
gónica. La llegada del Rector Mayor comu­
nica a nuestras instituciones y a toda la
ciudad un ambiente de alegría. También
en la vecina Cannen de Patagones la po­
blación muestra su júbilo por la llegada
del Sucesor de Don Bosco, que pasa como
un triunfador y deja en todos la grata im­
presión del superior bueno, democrático,
suscitado!’ de santos enUisiasmos.
De Viedma a Bahía Blanca el recorrido
se efectúa en automóvil. Después de Car­
men Patagones, viene Stroeder, pequeño
centro con población en su mayoría de origen alemana, muy amante de nuestra obra
y generosa en vocaciones.

San Francisco Javier es Bahía Blanca,
sede dcl Inspector y floreciente colegio
de más de mil alumnos, escuelas profesionaks. Instituto de Hijas de María
Auxiliadora, uno de los cuales cuenta
también con más del millar de alumnas,
sanatorio, noviciado y cinco oratorios
para niños y niñas.
Bahía tributa al Sucesor de Don Fos­
co una acogida verdaderamente grandio­
sa. Después de recibirlo a la entrada de
la ciudad lo acompaña formando un cor­
tejo de más de doscientos automóviles has­
ta la plaza del Municipio totalmente ilu­
minada. Aquí es saludado por las auto­
ridades mientras penetra en la Catedral,

Un palacio a la Auxiliadora en la Pata­
gonia.

Finalmente el 16 de mayo llega Foríb?

Mercedes, corazón de la Inspectoría, don­
de se forman las generaciones saUsianas a
la sombra del Santuario de María Auxilia­
dora y junto a la capilla que guarda los
restos mortales de Ceferino Namuncurá.
Oasis de piedad y do paz, centro de pere­
grinaciones. Fortin- Mercedes es un ejem­
plar de la transformación de que es capaz
la Patagonia bajo la solícita mano d d
hombre. Una tierra salvaje ha sido con­
vertida en zona verde, bien cultivada,
con campos. Iwsques. huertos y jardines,
Y esto debido principalmente al mi­
sionero salesiano don Bonacina, al que
la ciudad ha dedicado un monumento.
La lUgada del Rector Mayor despier'a
un entusiasmo incontenible: Salesianos
e Hijas de María Auxiliadora: alumnos
y alumnas. autoridades y pueblo lo re­
ciben solemnementt? ante el Santuario
iluminado, felices finalmente de poder
ver al Sucesor de Don Bosco. Y este pa­
sa tres días de íntima familiaridad, te­
niendo el consuelo de imponer el hábi­
to religioso a los novicios llegados de
Viedma.
La última etapa en la Inspectoría de
10



Don Juan Cagliero, Apóstol de la Patago­
nia y más tarde Emmo. Cardenal de la
Santa Iglesia.

siendo recibido por el Obispo y por el
Cabildo en pleno. Durante su permanen­
cia corona en compañía del prelado una
devota imagen de María Auxiliadora,
preside una imponente asamblea de ex­
alumnos. bendice la primera piedra de
una capilla de Hermanas, entrega un di­
ploma especial a los padres de los Sale­
sianos y de las Hijas de María Auxilia­
dora. saluda por la emisora local a la po­
blación ,y se despide de la Patagonia
dando las gracias a todos, manifestando
su alegría por haber podido comprobar
el admirable desarrollo de las obras salesianas en la Argentina en este su
L X X X aniversario de vida.
Después del postrer y emocionante sa­
ludo de despedida emprende el viaje ha­
cia Buenos Aires, donde tendrá el con­
suelo de asistir a la solemne coronación
de María Auxiliadora.

DOS CONGRESOS MUNDIALES
Dos Congresos importantísimos han
tenido lugar a fines de julio y principios
de agosto; ambos mundiales, ambos de
Antiguos Alumnos ; el uno en Loyola,
de los Antiguos Alumnos de la Compa­
ñía de Jesús; el otro en Buenos Aires,
de los Antiguos Alumnos Salesianos.
Los llamamos «importantísimos», por­
que efectivamente lo son. Recordarán
nuestros kctores las palabras pronun­
ciadas por el Sr. Arzobispo de Valencia
en las Bodas de Plata de la Asociación
de Antiguos Alumnos Salesianos de Pam­
plona: £l vidente y práctico prelado ve
en las Asociaciones de Antiguos Alum­
nos de los Colegios Católicos, la más efi­
ciente, la verdadera Juventud Católica,
la fuerza más grande con que pueden
contar la Iglesia y la Verdad en estos
tkmpos.
Hay ya, pues, por lo menos dos gran­
des Confederaciones mundiales d€ An­
tiguos Alumnos organizados. Tras éstas
vendrán las demás. Y todas podemos
confederarlas en una inmensa y gloriosa
Confederación verdaderamente mundial.
¿Y quién puíde medir lo que esto repre­
sentará?
A l clausurarse este Primer Congreso
Mundial de Antiguos Alumnos de los
Padres Jesuítas, decía elocuentemente
el Sr. Iturmendi, Ministro de Jus'icia,
con sobra de razón: «Este Congreso es
exponente notorio de la universalidad
de la Compañía de Jesús, trasunto de la

universalidad de la Igk sia». Y más ade­
lante añadía: «A l constituirse esta enti­
dad mundial damos prueba de que mustro campo de acción se extiende por (. 1
mundo en perfecta unidad y disciplina».
Magnífica constatación y precioso progra­
ma. Mañana lo podrán hacer suyo todas
las Congregaciones docentes y todos los
educadores que en la redondez de la tie­
rra estén formando juventudes.
E l Congreso de Antiguos Alumnos Sa­
lesianos, reunidos en Buenos Aires, puede
considerarse como el cuarto de la serie
en los anales de la Sociedad Salesiana,
porque aunque no obstentaba el carác­
ter mundial como lo tuvieron los cele­
brados en Turín en 1911, 1922 y 1932,
sí era interamericano y contaba con re­
presentaciones de muchas naciones. A
España la representó nada menos que el
Presidente Nacional, D. José María T a­
beada Lago, que por eso no pudo acudir
a Loyola personalmente, a quien de an­
temano habían los organizadores confiado
una importante ponencia de carácter
económico-social y el discurso de clau­
sura. Pero de esto hablaremos en el pró­
ximo número. Lo que ahora nos inte­
resa es dejar constancia de estos hechos
importantísimos; alegrarnos con la Ma­
dre Iglesia de que vaya logrando poner
bases inconmovibles para la edificación
de «el mundo m ejor»; felicitar a la ín­
clita Compañía de Jesús por el triunfo
reportado, y animar a los nuestros a per­
severar en ( I esfuerzo magnánimo que,
iniciado por el amor y la gratitud en
1870 bajo la mano providente de Don
Bosco, organizado por el genio construc­
tor de Don Rinaldi y sostenido por el
entusiasmo de todos, va sembrando tan­
tas simientes prometedoras.

Santo Domingo Savio
Protector de las madres
y de las cunas
C uantas person as deseen te n e r este
esca p u la rio p u e d e n s olicita rlo de la
D ir e c c ió n d e l B o le tín S a les ía n o. A l ­
calá, 164. M a d rid , q u e lo re m itirá c o n ­
tra re e m b o ls o de 25 pesetas.


11

Assam.— La Sadhi School o Escuela
prematrimonial instituida por nuestros

Misioneros hace algunos años, ha pro­
ducido tanto bien, que no sin razón se
la considera como uno de los factores
predominantes de incremento que ha to­
mado la Religión en el país. Ante todo,
a los niños se les da una esmerada educa­
ción religiosa y civil. L/Uego, a los mo­
zos casaderos se les da un intenso cur­
sillo como preparación inmediata al ma­
trimonio.
Dicho cursillo comprende, a más de
la instrucción religioso-social, higiénica
y cívica, el entrenamiento en algún art:manual de los usados aquí, para ganar­
se la vida.
Antes del matrimonio sufren un exa­
men, hacen unos Ejercicios Espirituales,
y el curso se cierra con la ceremonia
nupcial.
La Escuela ya goza de merecida fama
y es muy concurrida.

Madras— Sorpresas de la caridad.— Les
americanos hacen mucho bien a la Mi­
sión. Pero también lo reciben de ella:
es en verdad un intercambio de regalos.
Vaya algún ejemplo:
Un marinero— protestante o indiferen­
te— traba amistad con el Misionero; le
da limosnas para su misión. Tienen al­
gunas conversaciones sobre religión. Pa­
san tres años. No se han vuelto a ver.
Un día el Misionero recibe una carta y
unos dólares. Es el amigo marinero. Le
cuenta que ha dejado la escuadra, se ha
casado y... se ha hecho católico. Ha ger­
minado la st milla.
Una señora visita casualmente la mi­
sión. Observa. Medita. A l cabo de dos
años manda una carta afectuosa a la mi­
sión y unos dólares para ayudar a sus
necesidades. Dice en la carta que lo vis­
to en la misión la ha hecho pensar, que
una voz interior k dice de ayudar al
Misionero que ella conoció en la India,
y que la Gracia de Dios la ha hecho ca­
tólica. Ruégale también al Misionero se
digne solucionarle algunas dudas que de
cuando en cuando la atormentan. A l ca­
bo, las dudas se truecan en certidumbre
en la verdad. En el trueque de bienes
no se han perdido. (AMS.)

12



Dibrugarh.— Aventura de viaje.— Volvía
de hacer Ejercicios Espirituales, en Mawlai, el Coadjutor salesiano don A. Pancolini, cuando en un punto se detiene el tren,
porque la región está infectada de rebel­
des, y sube el comisario con dos policías
pidiendo los documentos a los viajeros.
Cuando llega al Sr. Pancolini, le dice;
«Ciertamente es usted un pastor bautista
americano.
—Dispense usted, soy un ciudadano ca­
tólico.
— ¿Qué quiere decir católico?
(Y aquí nuestro hermano le da una pe­
queña lección de catecismo, que el otro
agradece).
—Y ahora, ¿a dónde va?
—A mi casa, a Dibrugarh.
—Documentos.
—Dispénseme, no los llevo, pero le pue.
do dar toda clase de informes.
— ¿Conoce la «Escuela de Don Bosco», de
Gauhati?
—Precisamente soy miembro de esa ins­
titución.
—Entonces pase usted. No hay necesidad
de más informaciones.
(ANS).

um om
Después de la persecución religiosa,
la Congregación Salesiana ha vuelto a re­
surgir en forma prodigiosa. En el año
1940 los salesianos desterrados empeza­
ron a regresar. Actualmente hay 17 co­
legios distribuidos en las principale.s ciu­
dades de la nación. Las vocaciones son
abundantísimas. El Rector Mayor, don R e­
nato Ziggiotti, hizo su visita a Méjico en
el pasado mes de abril. El clero, las au­
toridades civiles y otras personalidades
le hicieron formal petición para abrir
185 nuevos colegios. La estadística del
presente año registra estos datos.
...
Colegios ....
Salesianos en servicio activo ..... ...

17
117

Salesianos en formación:
Estudiantes Teólogos ................. ...
Filósofos ................ ....
Novicios ................. . ..
»
Aspirantes .............. ...

.34
69
450

SAMTO D O M IM G O SA VIO
Patrono de la adolescencia
En Saltillo, capital del Estado de
Coahuila (Méjico), Su Excelencia el
señor Obispo Luis Guirar Barragán,
nombró a Santo Domingo Savio Pa­
trono de la juventud, celebrando de
pontifical y pronunciando una homília
explicativa en que puso de relieve las
virtudes de Savio y los títulos que le
asistían para dicho patronato. La cate­
dral estaba rebosante de público, y to­
dos aplaudieron la decisión del Prelado.
No paró allí la cosa, porque los pá­
rrocos de la ciudad y diócesis pidieron
el cuadro utilizado en la catedral, y lo
llevaron triunfalmente por turno a sus
respectivas parroquias, en cada una de
las cuales permanecía lo menos un día
para satisfacer la devoción popular.

Munich— Pensionado Santa Ermelinda.— E l 13 de mayo S. E. el Sr. Obispo Au­
xiliar bendijo el Pensionado Femenino
«Santa Ermc linda», de las Hijas de Ma­
ría Auxiliadora, construido para ofrecer
protección y guía, en un sereno ambien­
te de familia, a un centenar de jovencitas de los 15 a los 25 años, obligadas a
trabajar entre los peligros de la grande
ciudad. Fué donado por la señorita A.
W tcKbeker, y las pensionistas obsequian
de cuando en cuando a su bienhechora
con hermosos conciertos de violines, vio­
loncelo y piano. Con frecuencia cantan
en alemán el salmo 144: «Quiero ensal­
zar tu Nombre siempre, ¡oh Señor...!
Todos los ojos miran esptctantes a Ti, y
Tú les das a su tiempo el alimento...»
La obra cultural que realizan es inten­
sa. A l edificio la fundadora puso el nom­
bre de la Madre General, como tributo
de admiración y gratitud por el bien que
en la ciudad hacfn sus hijas.

Un gran periodista exclamaba: «Verdaderamente Domingo Savio es el san­
to de los jovencitos. Nadie mejor les
enseñará a triunfar en el henwr de
las pasiones.))
Sabido es que Mons. Luis Martínez,
Primado de Méjico, ha declarado ya
hace un par de años a nuestro Santito
«Patrono de los Aspirantes de Acción
Católica.»

Muchas son las ciudades y pueblos
que lo han declarado Patrono de las
Escuelas y Grupos Escolares. Cierto
que es un perfecto modelo de las vir­
tudes escolares, como auténtico fruto
que es del Sistema Educativo del más
grande de los Educadores moder­
nos.

Turín .—La Hermandad de los Ins­
pectores españoles de Enseñanza P ri­
maria.— El 10 de julio llegaron a Turín,
para homenajear a Don Bosco, sesenta
Inspectores e Inspectoras españoles de
Primera Enseñanza. Iban acompañados
de su Consiliario Mons. Andrés Avelino, quien dijo la Misa en el altar de Ma­
ría Auxiliadora y, en jugosa plática, les
presentó a Don Bosco, como Padre y
Maestro de la juventud, cual reza la ora­
ción litúrgica del Santo. Con grande in­
terés y recogimiento visitaron la bas'lica y los principales centros históricos
del Oratorio, Casa-Madre de la Congre­
gación.
Después del desayuno se trasladaron a
visitar la Facultad Pedagógica del Ateneo
Salesiano, interesándose vivamente por
los métodos salesianos y deteniéndose,
con particular atención, en el rico gabi­
nete de Psicología Pedagógica Experi­
mental que dirige el P. Lorenziní, S. D.B.,
alumno predilecto del P. GamelH.
— 13

Sátesiatu
El Congreso de colaboración intelectual.

Del 22 al 30 de julio, se celebró en San­
tander el II Congreso de Colaboración
Intelectual, promovido por «Cultura His­
pánica», bajo el signo de Menéndez y Pelayo. Hubo representantes de unas trein­
ta naciones de todos los continentes, en­
tre ellos no pocos Cooperadores Salesianas y algunos Antiguos Alumnos. Quiso
expresamente «Cultura Hispánica», que
lomaran parte en él los dos P. Salesianos, Rodolfo Ragucci y Rodolfo Fierro,
de las Academias argentina y colombiana.
Como era natural, dada la circunstan­
cia eie la conmemoración del gran polí­
grafo español, el tema de interés que cen­
tró las labores del Congreso fué el del
conocimiento y estudio de la lengua y
cultura españo*^las en el mundo y la inflU'Cncia que en todo esto ha ejercido y
ejerce Menéndez y Pelayo.
Por las relaciones y ponencias de les
Congresistas, se pudo ver que España no
está aislada, que su Ungua y cultura se
estudian en todas las naciones y en no
pocas universidades y centros de cultura
y que Menéndez y Pelayo no es descono­
cido, aunque pudiera y debiera ser mu­
cho más conocido y estudiado.
Era hermoso y consolador ver el en­
tusiasmo con que se hablaba y estudia­
ba. Todos los delegados y ponentts de
todas las lenguas y naciones representa­
das hablaban correctamente el español,
y. en castellano, prest ntaban sus traba­
jos.
La cordialidad y cortesía más exquisi­
ta presidU ron esas reuniones. Muchos
congresistas eran católicos, honda y prác­
ticamente religiosos. Y era edificante ver
rec‘.oi*es de universidades y de grandes
colegios alemanes, austríacos, ingltses.
14 —

suizos, norteamericanos etc., oír diaria­
mente la Misa y hasta comulgar, con una
devoción tan natural y una compostura
tan perfecta, como mejor no lo pudieran
hacer seminaristas y novicios.
¡Y la alegría y camaradería que reinó
en las excursiones y festejos con que
se les obsequió por la Diputación, el
Ayuntamiento, la Universidad santanderina! ¡Parecía un familia!
El P. Ragucci presentó dos ponencias
sobre antologías y selecciones de las obras
del Maestro, para colegios y escuelas.
El P. Fierro, otra sobre la influencia
de Menéndez y Pelayo en los escritores
colombianos y las relaciones personales
d( algunos de ellos con el Maestro, tales
como Rufino Cuervo, Miguel Antonio Ca­
ro. Marco Fidel Suárez y Antonio Gómez
Restrepo. Presentó también a la imita­
ción el ejemplo del Gobierno y pueblo
colombianos que han dado el nombre de
Marcelino Me néndez y Pelayo, al más
grandioso y bello de los pabellones de la
Ciudad Universitaria de Bogotá.
La Inspectoría de Santiago el Mayor.

Visible es la bendición de Dios sobre
esta nueva Inspectoría. Sus casas pros­
peran que es una maravilla. Zamora es
un modelo de Escuelas Profesionales,
un centro laboral de primerísima impor­
tancia.
Los colegios de Santander, Orense y
La Coruña rebosan de alumnos, y en los
exámenes triunfan. El aspirantado de Astudillo no puede contener el número de
jovencitos que desean ingresar en las fi­
las salesianas. Afortunadamente se
tie n d o a u n a lección de
C atecism o.

Tanto el Excmo. Sr. Gobernador Civil,
como el Delegado Provincial del Frente
de Juventudes, han expresado su compla­
cencia por los resultados obtenidos con
los métodos siempre modernos del gran
Santo de la juventud, Don Bosco.

Algecíras.— Con motivo de la Festivi­
dad de Nuestra Señora de la Palma y de
la Primera Misa del Rvdo. P. Juan Ros­
co Caballero, la población de Algeciras
ha vibrado de entusiasmo y fen^or hacia
su Excelsa Madre y al sacerdocio católico.
Predicó el Novenario el Rvdo. P. Lledó, de la gloriosa Orden de Predicadores.
La función principal en que la ofició
el nuevo Misacantano fué un verdadero
plebiscito de amor a la Santísima Virgen.
Durante toda la jornada no cesaron de
desfilar ante la imagen de Nuestra Seño­
ra infinidad de devotos para rendirle ho­
menaje e implorar sus favores.

T
^^Isíamá '^lylaréarita
L A M A D R E D E D O N BOSCO

M a r g a r it a » crític a lit e r a r ia d e l escritor J u a n B o sc o
Margarita tenía que proveer a todo: cocina, ropería, huerto, limpieza
de la casa... Y en más de una ocasión tuvo que participar en la dirección
del Oratorio de San Francisco de Sales. Y prestaba gozosamente su colabo­
ración en la tarea de educar a los niños. ¡Siempre sonriente, siempre sere­
na! Debemos servir al Señor con alegría— decía con frecuencia; y prede­
cía a todos con el ejemplo.
Cuando llegaban a visitar a don Bosco, recibía y entretenía cortésmente
a las visitas. Don Bosco iba siendo cada día más conocido por sus obras, por
su genialidad y por sus virtudes. Y no sólo se hablaba del hijo, sino también
de la madre.
A veces los visitantes eran señores de alto copete. Margarita no se tur­
baba ; acogía a marqueses y banqueros sentada entre los montones de ropa
que estaba remendando. A veces, para poder ofrecer asiento a los visitan­
tes, tenía que desocupar las sillas, y entonces solía decirles:

— Si me lo permiten, acabo de rezar tres avemarias y estoy con ustedes.
(V es que ella remendaba y rezaba).
Los que hab.'an ido al Oratorio para estarse un minuto, se entretenían
a veces por largas horas. La sencillez de Margarita era como un imán que
les atraía irresistiblemente. N o f.altaba quien, sin más ni más, le propusiera
cuestiones de teología, de filosofía o de política. Querían ver qué tal se las
componía para zafárselas del embrollo. Pues b ien : siempre sabía hacerlo con
desenvoltura, sin turbación ni empacho. Las respuestas eran siempre tanto
más profundas cuanto más sencillas, porque le salían sin atuendo retórico
y afluían a su boca con naturalidad. Y si no hallaba respuesta adecuada, la
suplía con algún dicho, proverbio o historieta amena.
He aquí, pues, otra de las notas más sobresalientes del carácter de Mar­
garita: la sencillez. Sencillez hasta en el hacf r bien, que, por lo mismo, ad­
quiría en ella un valor más alto, más espiritual. Sencillez con gran sentido
común. Por esto Don Bosco le leía sus escritos antes de publicarlos.
Un día le leía uno tn que llamaba a San Pedro clavígtro celeste.
— ¿Clavígcro...! ¿Clavigero...? ¿Dónde está este pueblo?— preguntó
Margarita.
Don Bosco se sonrió.
—N o es tin país— dijo— sino que quiere decir: que lleva las llaves del

cielo.
— Pues dilo tú así. y todos te entenderán.
Hizolo así Don Bosco y todos le entendieron. Y lo que más vale se curó
para siempre del mal de retórica.
R O G U B M O S P O R N U E S T R A S IN S P E C T O R IA S

Octubre

18 —

7-13
14-20
21-27

Mejicana.
Paraguaya.
Germano-Boliviana.'

Octubre

2 8-3 :

Nov.

4-10:
11-17:

Norteamericano orien­
tal y occidental.
Norteamericano.
Uruguaya.

ENTRE LAS MIESES MADURAS
Apuntes de viaje de la nueva Misión Salesiana del Manipur (India).

E l Estado de Manipur — enclavado en­
tre el Assan y Birmania— nos ha recibido
con treinta años de retraso.
Ya en 1936 Monseñor Matihias hizo va­
rias tentativas de fundación de un centro
misionero en aquella región montañosa.
Mas los protestantes en cambio gozaban
de una esí>ecie de monopolio religioso-es­
colástico, y a los católicos no les fué po­
sible plantar sus tiendas. Ahora, a los
treinta años de distancia, la situación se
ha declarado en nuestro favor. La Provi­
dencia nos ha abierto puertas y ventanas,
y el trabajo hecho por los protestantes
Baptistas se puede considerar casi como
una preparación para la predicación de
la doctrina católica.
Ahora tenemos que ganar el tiempo
perdido. Por eso, apenas instalados en la
actual casa-campaña, en la capital Imphal,
hemos reemprendido la labor. Don Pedro
Bianchi, en la plenitud de sus treinta y
cinco años, subía a los montes habitados
por la tribu Tangkhul Naga, al Nordes­
te, visitando veinte aldeas, donde tene­
mos ya algunas cristiandades, y algunos
otros centros, como Lamphui y Tushiar.
que lo recibieron por primera vez. Pasó
la Pascua en el importante centro de
Hundung, donde tuvo la alegría de ad­
ministrar numerosas primeras (Homunicnes. Tenemos en construcción una her­
mosa escuela que hospedará a más de
200 alumnos, entre internos y externos.

para la construcción de la nueva resi­
dencia misionera, en el corazón de la
ciudad. Hube de detenerme durante bas­
tante tiempo en la capital. La mañana
del 20, nuestro nuevo «jeep » me llevaba
con el catequista José a 70 kilómetros al
Sudeste, a los pies de los montes Chin y
Anal. Dejamos el «jeep » en el pueblo
de Shinton, y a pie llegamos a Toupokpi,
una población Anal que desea conocer
nuestra religión. Pasé la tarde en largas
discusiones ( n la Casa-hospital con el
jefe del pueblo. Por la mañana celebré
una reunión con numerosos paganos y
protestantes. Después de la Misa pasé
una hora distribuyendo medicinas y cu­
rando llagas y heridas. Para esta gente
nosotros los misioneros somos grande s
doctores.
El 21 bajamos nuevamente a Shinton
para asistir a la primera reunión de los
Chin del Manipur. Lo habían combinado
todo entre ellos de forma que quedé ad­
mirado y satisfecho de la manera como
se comportaron. De las aldeas de los
montes circunvecinos habían bajado unos
300 católicos, recorriendo 30 y más kiló­
metros de caminos intransitables. Los de
Shinton habían preparado algunas caba­
ñas y una gran choza central que serviría
de iglesia y de salón de reuniones. Inclu­
so el programa de la reunión había sido
preparado por los más antiguos, y todo
funcionó a la p>erfeccíón: reuniones, ins­
trucciones, detetes. Hubo certámenes de
catecismo, de canto y de fútbol. A l termi­
nar, los católicos de Khuantal interpreta­
ron una típica danza de origen birmano.

Los Chin, reunidos en congreso.

Sobre iss montes Chin.

El 19 de marzo, festhidad de San José,
tuve la gran alegría de firmar el contrato

E l 24, festividad de San Gabriel Arcíngal, comenzaba mi viaje por los montes
— 19

Chin de la cadena de los Ledda. Pasado
a nado el río Ijnphal, llegaba a la aldea
de Suangoal, en donde había trabajado
d catequista José para que yo pudiese
administrar el Santo Bautismo. Las al­
deas en esta zona montañosa se compo­
nen de algunas chozas. Encontré en
Suangoal una cuarentena de catecúme­
nos, que recibieron el Bautismo con viva
fe. Ellos mismos se ihabían construido
una capillita y habían aprendido bic-n
los cantos y las oraciones.
— ¡Vuelve pronto, Padre, vuelve pron­
to !— me gritaban desde lejos.
Conforme se sube, d panorama ad­
quiere mayor belleza y encanto. La ve­
getación lujuriante alegra la vista con
sus hojas gigantescas, con sus árboles en
flor, recubierta de orquídeas de variados
colores, lianas de gruesos troncos y mus­
gos aterciopelados. En las ramas, pájaros
de variados colores, cantan y revo'otean
libres y felices.
Nos detuvimos brevemente en las dos
aldeas de Mualkang y Teijang. Esta úl­
tima es nueva. Sus habitantes proceden
de los montes de Birmania, pues el Manipur para ellos es una verdadera tierra
prometida. Quieren que al regreso me
detenga un día con ellos, y me prometen
que para entonces encontraré la capilla
levantada. A l mediodía llegamos al pueblo
pagano de Thuinong y pedimos un poco
de agua. Nos contemplan maravillados:
es la primera vez que un misionero eu­
ropeo de barba larga visita aquella lo­
calidad. Aprovecho para enseñarles los
grandes canelones a colores con la vida
de Jesús y para distribuirles un poco de
quinina. La malaria está muy extendida
por .estos montes. Dos horas más de su­
bida que se hace cada vez más difícil
porque el sendero (stá recubierto de ho­
jas de pino, y finalmente; a la puesta de
sol llegamos a Paikhon.

cos de bananos y flores en cantidad. A llí
esperan pacientemente durante horas y
horas. Cuando finalmente ven llegar al
Padre, tocan el tambor y entonan el can­
to de bienvenida. E l misionero debe de­
tenerse delante del arco y no ve a los
fieles, pues se lo impiden algunos trapos
que cierran la entrada. Sólo cuando el
canto ha terminado (y los cantos Chin
son interminables) se quitan los trapos
y el Padre pasa debajo del arco y estre­
cha la mano a todos los presentes, que se
ponen en fila como si se tratase de un
desfile militar. Toman la mano del misio­
nero y con profunda reverencia la lle­
van primeramente a la frente y después
a los labios. Después, en procesión, se
hace la entrada en el pueblo.
La fe de nuestros Chin tiene algo de
prodigioso. Ven al sacerdote dos o, a lo
más, tres veces al año. Y con todo se con­
servan fieles a sus prácticas de piedad, y
los domingos todos van a la capilla, ma­
ñana y tarde, para los cantos y las ora­
ciones. El catequista hace las veces de
párroco: bautiza a los niños en peligro
de vida, a veces asiste a los matrimonios,
reza las oraciones de los agonizantes. Su
autoridad no es discutida.
El 25 de marzo, Domingo de Ramos,
quise hacer la función litúrgica en la
capilla de Paikon y la procesión en la
explanada circundante. Habían aprendido
el canto «Lauda Jerusalén, Dominum» y
lo cantaron repetidas veces a pleno pul­
món y en todos los tonos. Entre los ca­
tecúmenos que bauticé aquella mañana
estaba también el hijo del jefe del pue­
blo, un simpático muchacho que sabía
las oraciones muy bien. Hacía poco que
había perdido a su padre, y ahora co­
rrespondía a él la autoridad y cargo del
difunto. Le puse por nombre Domingo
Savio.
Hacia Haika.

Cómo reciben al misionero.

I>a última vez que me detuve en Pai­
khon había una única familia católica:
ahora son siete, con una capilla que ellos
mismos han construido en una pintores­
ca explanada de la floresta. Pero ¡cuán­
ta miseria en aquellos montes! El arroz
no crece en estas alturas: solamente un
poco de maiz. De los troncos de bananos
salvajes extraen la parte interior, que
usan como alimento. La llegada del mi­
sionero es para ellos ocasión de gran al­
borozo. A la entrada del pueblo levantan
una especie de arco de triunfo con tron­

:o —

Después de dos horas de difícil subida
hacia Haika, llegamos a un cruce de sen­
deros. Los cristianos habían llegado has­
ta aquel lugar para el recibimiento.
Quisieron que probase también su «zu»,
especie de cen^eza de arroz, y les di este
gusto porque sentía también la necesi­
dad de algo fortificante. Después de una
visita a la capilla, nos sentamos en la
gran estera en la plaza, frente a la mis­
ma. ¡Tenía tantas cosas que decirme! Y
yo tenía unos caramelos para los niños,
el gramófono y los cartelones ilustrados
para todos. ¡Qué contentos y felices se

sentían! Entonces se olvidaba el cansan­
cio y se sentía uno también feliz de ser
misionero.
A l día siguiente una nueva subida has­
ta la aldea de lOiolien, que significa mon­
te, porque es la cumbre de la montaña.
Desde allí se disfruta de un espectáculo
maravilloso. Por una parte se domina la
gran cuenca del río Imphal, y de la otra
una estupenda cadena de montes y coli­
nas que se pierden de vista en la fron­
tera birmana. Por la tarde hace frío en
estas alturas. Entonces se encienden las
hogueras y se pasan las horas tendidos
en el suelo mientras la gran pipa pasa
de mano en mano y de b o ^ en boca. Los
Chin son grandes fumadores. N o es raro
ver a una madre quitarse el cigarro de
la boca y darlo al niño que lleva a la
espalda.
Desde Kholien bajamos al valle, por
donde discurre un torrente fresco y lím­
pido. Teníamos ante nosotros algunas ho­
ras de bajada y pensamos, por tanto, rebescarnos un poco. H ay que caminar du­
rante las horas más cálidas del día — des­
de las diez a las cuatro, y a veces hasta
las cinco de la tarde— , y también sobre
estos montes el sol indio s€ deja sentir, y
ciertas subidas no se olvidan más. Así fue
la que desde el valle fresco nos llevó a
Zandung sobre la cumbre de un monte,
después de tres horas de fatigosa subida.
Mis bravos acompañantes, de músculos
de acero, me contemplaban con cierta
compasión.
— El Padre es viejo— decían entre sí.
— ¿Y si nos detuviésemos aquí durante
esta noche?— les pregunté.
— No, no. Padre; hay osos en esta re­
gión.
En Zandung, detrás del arco triunfal,
nos esperaban contentos nuestros cristia­

nos. Pasé la noche en una choza abierta
a todos los vientos y en un lecho que con­
sistía en una simple estera, pero dorm.
magníficamente.
Por fortuna, al día siguiente, 28 de
marzo, deberíamos llegar a Khuantal, a un
sólo kilómetro de distancia, en la cima
de este último monte, antes de llegar a
Birmania. Así pude detenerme más tiem­
po en Zandung y visitar todas las caba­
ñas y resolver los p>equeños problemas de
sus moradores. ¡Pobre gente, ven al mi­
sionero tan de tarde en tarde!
Conversando con e! «Rey de los Chin».

En Qhuantal me esperaba Ma-za-khup,
el viejo «R e y de los Chin», a quien había
conocido dos años atrás. Vino a mi en­
cuentro sosteniéndose con dificultad por
su edad avanzada, más de ochenta años,
y una reciente enfermedad. Me condujo a
su cabaña y me hizo sentar en una ver­
dadera silla recubierta de un trapo rojo.
Después quiso que bebiese «zu » prepa­
rado por su mujer. Recordaba con orgu­
llo la última visita que le hizo nuestro
Obispo cinco meses atrás y me enseñó el
Crucifijo que llevaba sobre el pecho, re­
galo del prelado.
— ¿Entonces qué esperas para recibir
el Bautismo?— le pregunté— . Ya casi to­
da tu tribu se ha hecho cristiana, y es
hora de que también su anciano rey siga
su ejemplo, ¿no te parece?
— Sí, tienes razón. Padre, ya he pensado
en ello y he comenzado a estudiar las ora­
ciones..., pero soy viejo y no consigo
aprenderlas de memoria. ¿Qué debo ha­
cer?
— Bien, bien, querido Manza-Khup; me
alegro de oirte decir eso. E l domingo ve
tú también con los demás a la iglesia y

OSAKA (Japón).— El nuevo Colegio Salesiano.
-

21

procura aprendtr algo. Así, cuando vuel­
va para la próxima vez, recibirás tú tam­
bién el Bautismo.
— Sí, sí, Padre; haré lo que dices.
Después se habló de sus tres hijos: dos
jefes de aldea en Shinton y Sugunu, y el
tercero oficial en Nueva Delhi, y recordó
los antiguos tiempos cuando vino de Bir­
mania él, el primer Chin que entró en
Maniupur. Recordó las guerras en las que
tomó parte, y las partidas de caza. Sacó
el viejo fusil, se puso en pie y lanzó el
grito de guerra como entonces:
' — Aun me siento fuerte'— dijo— , y me
siento capaz de ir de cacería y matar un
grueso jabalí para ti— después se sentó.
Pero estoy v ie jo : han pasado tantos, tan­
tos años...
Después se adornó con las viejas plu­
mas que habían visto tiempos mejores y
se dejó fotografiar de buena gana.
Antes de partir buscó entre sus innu­
merables trofeos de caza que llenaban su
cabaña y me enseñó dos bellísimos cuer­
nos de curvo.
También el jefe del pueblo recibe el Bau­
tismo.

Pasé el Viernes Santo en camino.
Aquella tarde, muy cansados, llegamos
a Gelngai, y el jefe del pueblo vino a
nuestro encuentro con un hermoso gallo
salvaje que él mismo había matado en
la floresta para nosotros. Después de des­
cansar algo hicimos el Vía Vrucis, y todos
tomaron parte con gran recogimiento y
fervor. A la mañana siguiente, no pudiendo hacer las funciones litúrgicas, admi­
nistré el Bautismo a un nutrido grupo de
catecúmenos, entre los cuales estaba el
mismo jefe de la aldea, que quiso tomar
el nombre de Krancisco.
— Mañana— me dijo al fin— mataré al
jabalí más grande y daré de comer a texla
la aldea.
El día sigiiiente. en efecto — Pascua de
Resurrección— . fué día de gran fiesta en
(lelngai. Vinieron también los cristianos
de Singhen y de nueva Kathuang. vién­
dose la iglesita muy concurrida y ador­
nada de flores. Después de la Misa hubo
un partido de fútbol, y al mediodía la co­
mida prometida por el jefe de la locali­
dad. También yo me sentí satisfecho tle
poder comer un poco de carne después
de más de una semana de arroz cocido.
Por la tarde nos pusimos nuevamen­
te en camino hacia Teijang, donde di­
ríamos la Misa vespertina. La nuevá ca­
pilla nos aguardaba y, a la verdad, no

22



me explicaba cómo se habían industria­
do nuestros cristianos para construirla
en diez días. Estos se sentían felices al
poder oír por primera vez la Misa en
un día de Pascua. Pasé la noche en T ei­
jang, y por la mañana, muy temprano,
reanudamos la marcha, pues Unía que ce­
lebrar en la aldea de Shinkhampnai, a
seis kilómetros del lado de allá del río.
Los cristianos nos aguardaban, y nos ma­
nifestaron su alegría: querían que me
quedase con ellos toda la noche. Pero el
itinerario que me había marcado no me lo
permitió, y además tenía algunos enfer­
mos graves que tenía que llevar aquel
mismo día al hospital de Sugunu.
Un hecho prodigioso.

Cuando en 1954 bauticé al primer gru­
po de catecúmenos de Sugunu, había en­
tre ellos una joven mujer que desde hacía
años no podía caminar a causa de una
especie de parálisis en las articulaciones
inferiores. Después de recibido el Bau­
tismo comenzó a sentirse mejor, readqui­
riendo nuevamente ,el uso de sus piernas.
En esta ex:asión vino a mi encuentro, lle­
na de felicidad, mientras me dec!a:
— Padre, soy yo, Ménica, a quien tú
bautizaste hace dos años... ¿Me recuer­
das?
No llegaba a reconocerla porque la ha­
bía dejado en un estado lamentable, mien­
tras que a la sazón se encontraba llena de
vida.
En Sugunu encontré el primer grupo
de treinta y seis niños y niñas que deoía
de llevar a nuestros Institutos de Colaghat, Naharkatiya y Dibrugarh. E l «jeep»
nos llevó a Purum Tampac.
En Purum vive otra tribu : la de los
Cioteh. Los ancianos de la tribu quieren
una escuela media y con el tiempo una
superior. Ahora ya saben que los misio­
neros católicos se interesan por la juven­
tud pobre de Manipur, y no nos damos
punto de reposo para conseguir los me­
dios necesarios para erección de una es­
cuela para huérfanos. Les prometo que
para el período posterior a las lluvias es­
tudiaremos la posibilidad de abrir una
escut la también para los Cioteh.
Les hablo de mi próxima visita a su
país en el mes de abril, y parto para Imphal con el «jeep » cargado de niños...
Sac. L uis R avauco .

Misionero Salestiano.

MISION DE FUILORO (TIM O R )

Nuevamente vuelve a la carga este avan­
zado misionero... Y digo avanzado porque,
salvo las siete casas de Australia, somos los
que estamos más en el Oriente; no de valde nací en el Levante de España, la Perla
del Mediterráneo, Valencia.
I y II.—C rónica

y

costumbres .

Hemos celebrado el mes de mayo con
grande fen'or. Cantos sencillos, pero abun.
tes y entonados, cantados por todos los
cristianos.
El día 13 de mayo se hizo una procesión
nocturna a la Virgen de Fátima, y el 24 la
de María Auxiliadora. Allí lucían las mu­
jeres de la Archicofradía sus bonitas me­
dallas venidas de Madrid.
La Comunión fué muy nutrida. Es inte­
resante ver la fe de esta gente, rudimen­
tal pero inquebrantable. Vienen de decenas
de kilómetros, a pie, con sus hijitos al
cuello: y cuando van a comulgar, los hi­
jitos en el regazo, unos durmiendo, otros
mirando para la Sagrada Hostia, con.
mueven.
Los que se convierten se dan de verdad
a Dios, aun a truqu e de grandes sacriftcios. Pero los reacios viven como salvajes.
Hace tres .días uno cortó la cabeza a un
mandatario del «liurai»-rey porque le cas­
tigó inmerecidamente.
El año pasado bautizamos uno de esos
reyes de prestigio en punto de muerte.
Aún vivió casi dos meses. Tomó el nombre
de Cipriano, porque se parece a «cipirana»,
que quiere decir «hacer bien a todos». Los
otros «liurais», que también llevan aneja
la autoridad sacerdotal a la jurídica, sobre
todo para los sacrificios que ofrecen a sus
ídolos, se le acercaron insinuantes para
hacerlo apostatar; pero él. firme, los recha­
zó, y sólo quería el rosario en la mano, pues
había podido a los ochenta años, aprender
el Padre Nuestro, el Ave María y el acto
de contrición. Hoy hay quien esparce la
noticia de que tuvo una visión y que vió al
Cipriano, en un desierto, royendo cortezas
de árboles. El infeliz no se da cuenta ni de
lo que inventa: desierto y árboles, ¡para
roer las cortezas!
Reyes pobres, los súbditos son misera­
bles. y con poca inteligencia. El mes pasa­
do, el de L, uno de nuestros reinos, estaba
preocupadísimo por resolver un problema.
Las autoridades portuguesas le habían pe­
dido 30 hombres. El tenía 5 poblaciones
y el nudo gordiano era sabOT cuántos
hombres debería reclutar de cada pobla­
ción. Llamó al esclavo de los ^anos de
maíz, quería hacer un montoncito de 30
granos, que le hubiera costado una me­
dia hora de contar; después iría pasando
uno a uno los granos para cinco lugares,
hasta no quedar uno de los treinta; en

seguida, verificaría si cada uno tenía el
mismo número y andaba con miedo que le
tocase partir algún hombre en fracciones;
ciertamente, cuando el Misionero, que se
dió cuenta del empacho, le dijo: llama seis
hombres de cada aldea. ¿Eh? ¿Cómo? Y
cerciorado de que verdaderamente era así.
postróse ante el Misionero ¡como un ser
superior!
Cuando van de jornal y cobran por me­
ses. llevan una cuerda a la cintura; en
ella hacen un nudo cada día de trabajo y
al fin, contando los nudos, saben si el amo
1

FUILORO (T im o r).~ L a Casa del rey Ci­
priano. El coadjutor salesiano Don Juan
Aranda, español, con la mano derecha en
el cuerno de búfalo.

les paga bien. Con tal que no IcB dé el di­
nero en papel muy elevado.
Compré hace días un racimo de pláta­
nos por 0.80 patacas. La paUca vale 10 pe­
setas y tiene moneda fracionaria de 0,20.
Le di una pataca y le pedí 0,20 de cambio.
No quiso la mujer darme el billete corres,
pendiente. Decía que le engañaba. Me di
cuenta por qué, y entonces le di la pataca
y le pedi cinco billetes de 0,20. Esta ope­
ración la saben muy bien, y no dudó; me
dió lo que le pedía. Despufe le di el valor
de los plátanos, cuatro billetes, y al mos­
trarle que me quedaba lo que antes le pe­
día, abrió unos ojos grandes de admira­
ción. estupefacta. ¡Pero sin compremder!...
Al niño que hace de sacristán le dije,
porque gastaba muchos fósforos sin nece­
sidad: «Antes de apagar la lámpara para
componer la torcida, enciendes una vela,
— 23

y así ahorras un fósforo». Al día siguiente
estaba yo en la capilla y quise observar
si cumplía lo que le había advertido. Dejé
el breviario y vi que antes de apagar la
lámpara encendía la vela; después apaga,
ba la lámpara, atizaba el pábulo y después,
con mucho aplomo, encendió un fósforo,
con él encendió la lámpara y al fin apagó
la vela. Me lucí con la lección de econo­
mía que le había dado.
Estos son casos rigurosamente histó­
ricos.
Cuando hacen estudios prolongados, so­
bre todo los hijos de los que estudiaron,
ya tienen buena inteligencia. Lo que nos
hace presumir que con las clases y la edu­
cación Irán mejorando todos los que no
sean descendientes de alcohólicos, que és­

ta es una de las mayores plagas, después
del ocio y de la pasión por el juego.
I I I . — N ecesidades.

Saltan a la vista. Todo cuanto pueda
ayudarnos a construir un internado y a
desenvolver la agricultura para alimen­
tarlos.
Una de las cosas más solicitadas, hasta
por los gentiles, son las medallas, más que
los «santiños»=estampas.
Una buena remesa de rosarios, tan bus­
cados por nuestros cristianos, que lo re­
zan todos los días, nos sacaría de apuros
y fomentaría la piedad entre estos pobrecitos.P. A lfonso M.* N ácher , S. D. B.

El Santo Rosario y San Juan Bosco
En cierta ocasión en que Don Bosco acompañaba eyiseñándole las distintas
dependencias del Oratorio al Marqués Roberto D'Azeglio: mientras el Santo expli­
caba el desarrollo de su labor educativa en medio de sus jóvenes, el Marqués le
interrumpió para decirle que en efecto era maravilloso cuanto contemplaba en­
tre aquellos muros y que ciertamente la juventud se sentiría aHaynente benefi­
ciada de la aplicación de un sistema de educación basado en la caridad.
A medida que se prolongaba la i'isita el Santo hablaba al aristóci'ata de sms
futuros proyectos, mas el Marqués después de haber prodigado nueims alabanzas
a su interlocutor se atreinó a c.vprcsarse en términos poco respetuosos sobre
la devoción del Santo Rosaría.
— Francamente—^ ijo el Marqués a Don Bosco—me parece tiempo perdido el
que se emplea en el rezo de oraciones un tanto prolijas, como esas cincuenta
.Avemarias del Rosario dichas unas detrás de otras, de una manera mecánica... y
creo que Don Hosco haría cosa buena suprimiéndolas de entre las prácticas de
sus muchachos. Me parece iinn devoción U7i tanto fastidiosa...
El siervo de Dios sonrío amargamente y luego replicó en tono amable y
cortés:
—Pues o pesar de ello he de decirle que sienío una gran devoción hacia
esa práctica: y le añadiría más: le podría decir que mi institución está basada en

rila y que estaría dispuesto a dejar otras ynuchas cosas que parecen de mayor
importancia antes guc ésta; incluso renunciaría a la buena amistad del señor
Marqués antes que suprimir el rezo del Santo Rosario.

24 —

ADVERTIMOS a cuantos nos envían re­
laciones de gracias para publicar, que és­
tas deben ir firmadas, condición indispen­
sable para ser publicadas. Si alguna perso­
na, por motivos especiales no cree conve­
niente hacer constar su nombre, hágalo
presente a la Dirección del Boletín y será
atendido su deseo.
DE MARIA AUXILIADORA
B arcelona.—Bien puedo decir que si v i­
vo se lo debo a la Virgen de Don Bosco.
En el verano de 1953 una anemia terrible
se apoderó de mí sin que los médicos pu­
diesen hallar la raíz del mal, pero la Ben­
dición de María Auxiliadora y una Nove­
na hecha con el mayor fervor atajó rápi­
damente el mal. Los análisis de sangre
practicados dejaron estupefactos a los doc­
tores. Después de tres años me encuentro
perfectamente bien. Jamás olvidaré el fa­
vor recibido. ¡Gracias, Madre mía!— Anto­

nio Cervera.

La Virgen escucha a los que la invocan
con fe. Agradecido, publico la gracia.—

Isidro Fábregas, S. D. B.

Cáceres .—Agradecida a María Auxilia­
dora por un señaladísimo favor recibido,
mando celebrar una Misa en el altar a Ella
dedicado en la Iglesia de San Francisco de
los Padres Salesianos.— Leonor Gómez.
V ico.— M u y agradecida a María Auxilia,
dora por un gran favor recibido, envío una
limosna para su culto.— María Concepción

B. de García.

B éjar (Salamanca).—Me encontraba an­
te una necesidad de cuya solución había
de reportar grandes ventajas. Dudando de
conseguir con mis solas fuerzas la suspira­
da gracia, acudí lleno de fe a María Auxi­
liadora, seguro de que Ella habría de es­
cuchar mis súplicas y prometiéndole al
mismo tiempo publicar la gracia en el Bo­
letín Salesiano. Habiendo alcanzado cuan­
to pedía, cumplo agradecido mi promesa.

Ramón García, S. D. B.

San Sebastián .— Habiendo sufrido una
operación de cataratas, me encomendé muy
confiadamente a María Auxiliadora, pro­
metiéndole. si quedaba bien, publicar la
gracia en el Boletín Salesiano, lo que cum­
plo para gloria de mi Madre la Santísima
Virgen, pidiéndole otra gracia: Que me
desaparezcan unas sombras que me que.
dan aún en los ojos, esperando de su bon.
dad complete su obra.— Una Religiosa.
M.ataró.— En trance de quedarse sin
trabajo un hermano mío con dos hijos,
uno de los niños se acercó a la Sagrada
Mesa el día 27 de mavo, fecha en que ce­
lebrábamos aquí la festividad de María
Auxiliadora; comenzamos una Novena a
la Virgen con el primer comulgante y
nuestras oraciones fueron escuchadas. Mi
hermano ha continuado en su trabajo y
otro de mis hermanos que había sido des­
pedido encontró inmediatamente un nue­
vo empico.

Olivenza
(Badajoz).—^José González y
Antonia Martínez, padres de la niña Ma­
ría Luisa, dan gracias a María Auxiliado­
ra por la curación milagrosa de su hijita
mediante la aplicación de la Medalla de la
Virgen.
Cáceres .—Teniendo que presentarme a
los exámenes del preuniversitario en Sa­
lamanca me encomendé a María Auxilia­
dora. haciendo con mucho fervor la solem­
ne Novena que aquí en Cáceres le dedican
los Padres Salesianos. Habiendo salido
victorioso, envío una limosna para su cul­
to y mando celebrar una Misa en su al­
tar.—Juan Becerra García.
M ichoacáx-Z amora íMéjico).— Damos in­
finitas gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Bosco, por habernos obtenido del
Señor un triple milagro, a cual más mara­
villoso y verdaderamente estupendo.

— 25

viajando en mi camioneta mi papá y mi
hermano
(exalumno salesíano) fueron
echados fuera de la carretera por un ca­
mión de carga que les impidió el paso, yen­
do a estrellarse contra un árbol. Mientras
mi hermano que iba manejando, quedó
casi muerto debido a una lámina de la ca­
bina que se hundió en el cráneo, mi papá
quedó completamente ileso y pudo así sa­
carlo y transportarlo al hospital civil, don­
de permaneció diez horas consecutivas sin
más auxilios que los de nuestra santa re­
ligión y la bendición poderosísima de Ma­
ría Auxiliadora, impartida varias veces por
los Reverendos Padres Salesianos que acu­
dieron al saber lo sucedido.
Los médicos aseguraron que el caso es­
taba completamente perdido y que huma­
namente no había medio de salvarlo, ne­
gándose por consiguiente, a hacer cualquier
operación. Mi mamá, que había llegado en­
tretanto, le dijo llena de confianza: «Há­
ganle la operación. Lo he puesto en ma­
nos de María Auxiliadora y si es lo que
mejor conviene. Ella no sólo puede curar­
lo. sino aún resucitarlo si estuviera
muerto».
Por ésta y otras instancias más se pro­
cedió a la operación, después de haber es­
tado, como dije antes, diez horas sin nin­
gún auxilio médico, ya que era considera­
do como muerto, lo cual en realidad pu­
blicaron los periódicos del día. A la ma­
ñana siguiente (24 de noviembre) vuelve
uno de los insignes doctores que efectua­
ron la operación, con la seguridad de en­
contrarlo cadáver. Mas al constatar con
estupor que no sólo estaba vivo, sino fuera
de peligro, exclamó conmovido y profun­
damente convencido: «¡.\hora sí creo que
existen los milagros!» (Desde entonces el
Doctor ha cambiado radicalmente.) Pocos
días después, debido a un ligero golpe en
la herida, fué atacado por una fulminante
meningitis que lo puso do nuevo al borde
del sepulcro.
Implorando nuevamente el auxilio po­
tentísimo de la Virgen de Don Rosco, que­
dó casi instantáneamente libre de una en­
fermedad que. según estadísticas, de UK)0
casos. 995 personas mueren, quedando las
restantes in\’tílidas para toda la vida; cosa
que no se verificó en nuestro caso.
El Dr. González Delgadillo. que constató
el prodigio, aseguró que en realidad sólo
una virtud superior pudo obrar el mila­
gro. Posteriormente se le sacó una ra­
diografía. El resultado fué completamente
satisfactorio. Agradecido, pues, de corazón,
la singular bondad y predilección que la
Virgen Auxiliadora ha tenido para con sus
humildes hijos, ofrecemos una limosna pa­
ra sus obras y agradecemos las oraciones
que por esta intención se hicieron en al­
gunas casas salesianas. gracias a las cua­
les se obtuvo c?ste triple milagro.— Alfon­
so Vega Gil, S. D. B.

26

SAN JUAN BOSCO
B éjar .— Teniendo que ser operada por
cuarta vez con poca esperanza de salir
bien, acudí a San Juan Rosco cuya reli.
quia me fué faciliada por un Padre Salesiano, y cuál no sería mi alegría al encon­
trarme a la salida del Sanatorio completa­
mente bien; por lo que doy infinitas gra­
cias a mi celestial protector y al mismo
tiempo envío una limosna para la Obra
Salesiana.— María González de Nevado.

L.as P almas .— Habiendo terminado mi hi­
jo su carrera y no encontrando de montenlo en dónde empezar a trabajar, me confié a la Santísima Virgen Auxiliadora por
la mediación de San Juan Rosco y al poco
tiempo me fué concedida la gracia. Agra­
decida a la Santísima Virgen cumplo mi
promesa de publicarla y de dar una limos­
na para su culto.— Una devota.
SANTO DOMINGO SAVIO
V ico.— Doy gracias a Santo Domingo Savio por una gracia recibida y envío cin­
cuenta pesetas para las Obras salesianas.

María Concepción B. de García.
DEL VBLE. DON MIGUEL RUA

Asaltado de violentísimos dolores, fui lle­
vado al hospital de Chieri para ser some­
tido a una operación de urgencia. Me exa­
minó el Profesor Dr. Borsotti, y ordenó
las convenientes radiografías. Hubo con­
sulta. Me sometieron a varios tratamien­
tos, sin decidirse a operar. Los días pasa­
ban y mis dolores crecían. Al fin le dije
al Profesor: «Hágame la caridad de sacar­
me de este estado, que no puedo más».
Púsose serio y pensativo, y me respondió:
«Su caso lo hemos examinado varios mé­
dicos. y a la verdad, no sabemos ya qué
hacer. Tonga paciencia .v ore».
Hice venir a mi maestro de novicios; él
consultó con los médicos, y ellos se ratifi­
caron en lo dicho. Entonces el Padre di­
jo: «Si quieres curar, encomiéndate a Don
Rúa». Y empezamos una novena.
Al sexto día me sentí lleno de esperan­
za. como movido por una fuerza misterio­
sa. tomé la estampita del Padre y le dije:
«¡S i quieres que me haga salesiano. cú­
rame!»
Me quedé dormido. Dormí varias horas.
Al despertar, me sentí curado. Llamé a la
Hermana. Y ella al médico. Por primera
vez después de 17 días pude comer un po­
co de fruta cocida. La mejoría se acentuó.
Volví a mi nido. Terminé felizmente mi
Noviciado. Prof^é. Ha pasado un año. Me
siento feliz. Doy gracias a Don Rúa y le
pido me obtenga la perseverancia en mí

ECOS DE LAS FIESTAS DE M .“ AUXILIADORA

santa vocación. Turin, junio de 1956.— Cris­

tóbal CattaUmotto.

DE NUESTROS MARTIRES
B arcelona.—Por una gracia alcanzada
por la intercesión de Sor Amparo Carbonell, Hija de María Auxiliadora, martiriza­
da durante el dominio rojo envío agrade­
cida una limosna y ruego se publique en
el Boletín Solesiano.
B arcelona .— Agradecida a un favor reci­
bido del Mártir Salesiano Don Felipe Her­
nández, envío una limosna, mientras rue­
go se publique la gracia en el Boletín Sa­

lesiano.—Isabel Pavés.

V alencia .— Agradecida al Mártir Salesia­
no Rvdo. Don Félix González por cuya in­
tercesión he obtenido un favor del cielo,
envío cincuenta pesetas para su canoniza­
ción.—Concepción Cánovas.
Santiago de C ompostela.— Envío una li­
mosna por un favor obtenido del cielo por
medio del Mártir Salesiano Don Francisco
Edreira.— Cai'miña Caeiro.
San V icente dels H orts (Barcelona).—
Sumamente agradecida a la Santísima Vir­
gen Auxiliadora y al Siervo de Dios Don
Alejandro Planas, por una gracia obtenida
en favor de mi esposo mediante la cual se
logró se pusiese de manifiesto su honradez y se asegurase el pan de mis hijos.
De igual suerte pude alcanzar el más fe­
liz éxito en una intervención quirúrgica.
Y en consecuencia entrego una limosna
para la Obra Salesiana y hago publicar es­
tas gracias para mayor gloria de nuestra
Excelsa Madre y glorificación del mártir
Don Alejandro Planas.— Una devota de Ma­

ría Au-xiliadora.

ANTEQUERA (M ála­
ga).— María Auxilia­
dora festejada con
todo entusiasmo por
la multitud en el Co­
legio Salesiano de La
Vega de Antequera.

INSPECTORIA

DE

liisliliiln de las Hijas de María Auxiliadora
'‘Monumento viviente

de le y de amor a la 5tma, Virgen...

...que señalándole un grupo de niñas le
dijo a San Juan Bosco en forma de ma­
ternal mandato: «¡T e n cuidado con
ellas; son mis hijas».
Surgido, pues, tn el 1872, por expreso
deseo de María Santísima constituye ade­
más el monumento viviente de la grati­
tud del Santo Fundador hacia la Madre
celeste.
Su espíritu es; de oración, de caridad,
de trabajo y de familia. Y a la luz de es­
te espíritu florecen las Obras de Educa­
ción e Instrucción de la Juventud, de
preservación y asistencia social y de Mi­
siones.
Y dá frutos de santidad, pues Santo es
el Fundador, San Juan Bosco, Santa la
Cofundadora María Mazarello, y tit nen
en curso tres causas de Beatificación;
Sor Teresa Valsé Pantdlini, joven reli­
giosa; Madre Magdalena Morano. prime­
ra Inspectora de Sicilia: Laura Vicuña,
primera flor de las Misiones andinas.
Actualmente ciunta el Instituto con
más de 14.000 Hmas., 1.182 Casas en 53
naciones, con 83 Centros de Misión en
América. Africa, Asia, y Decanía.
En Espíiña floi'ecen tres provincias o
Inspectorías y un total