BS_1967_11.pdf

Medios

extracted text
BOLETIN SALESIANO

Sumario

ORGANO DE LA PIA U NIO N DE
COOPERADORES S A L E S I A N O S

H A C IA LA FE V I V A ............................

3

ReyiiÉa de la Obra de Don Bosco

A PESAR DE LA G U E R R A ....................

6

EL M AYO R DOCTOR DEL AM OR DIVINO

8

LA V ID A SOCIAL DE LOS NIÑOS . . .

12

NOTICIARIO SALESIANO MUNDIAL . .

13

ANECDOTARIO DE DON BOSCO . . .

18

Alcalá, 164 • Apartado 9.134

PADRE, AH O RA D A G U S T O ................

20

Teléfono: 25520 00
MADRID-2
Depósito legal: M. 3.044-1958
{Con censura eclesiástica)

CRONICA DE G R A C IA S ........................

25

BOGUEMOS POR NUESTROS DIFUNTOS

29

FORMEMOS NUESTRA BIBLIOTECA . .

29

Año LXXXI - Núm. 11 - N ov. 1967
DIRECTOR:

JAVIER RUBIO IBASIEZ
DIRECCION, REDACCION Y ADMON.:

NUEVO INSPECTOR EN LA INSPECTORIA BILBAINA
Terminados los seis años del
mandato inspectorial, de Don Emi­
lio Hernández, ha recaído el nom­
bramiento de inspector para la
Inspectoría de San Francisco Ja­
vier sobre Don Luis Puyadena,
hasta la fecha director de la Ciu­
dad Laboral Don Bosco, de Pa­
sajes.
La Inspectoría de San Francis­
co Javier, o Inspectoría bilbaína,
fue segregada hace seis años de
la de Madrid, adjudicándose ade­
más las casas soleslanas situadas
en las provincias de Santander y
Navarra. Como todos, sus comien­
zos fueron duros. Se hacia sentir
de modo particular la falta de
casas de formación del personal
salesiano, necesarias absolutamen­
te en toda Inspectoría.
El Padre Emilio Hernández, su
primer inspector, acometió prin­
cipalmente esta labor y al despe­
dirse deja en funcionamiento la
casa de Umieta, de la que habla­
mos en nuestro anterior Boletín,
y pronta a abrir sus puertas la
de Logi'ofio, en donde se concen­
trarán este año los estudiantes de
ñlosofia de primer año y varios
cursos de latinistas.
Componen la inspectoría bilbaí­
na casas de gran solera salesiana

I —

Cuartango, antiguo balneario, pró­
ximo a Vitoria.
La inspectoría abarca en total
ocho provincias españolas y cu­
bre sus actividades con 334 salesianos.

Padre Luis Puyadena, nuevo Ins­
pector de Bilbao.
y positiva influencia en la región
donde radican: tales son las Es­
cuelas Profesionales de Bilbao,
Pamplona. Santander y Ciudad
Laboral de Pasajes; los colegios
de enseñanza media de Baracaldo,
una casa de las primeras de E!spaña, y Santander; las recientes
de Burceña y Nueva Montaña; la
escuela agrícola de Saldañuela,
cerca de Burgos y El Royo, casa
de formación con la de Zuazo de

Elsta es la inspectoría a cuyo
frente está hoy el nuevo inspector
Padre Luis Puyadena. Nació en
Azcoitia de Guipúzcoa y recibió
su primera educación salesiana de
niño en las escuelas salesianas de
su villa natal. Luego siguió su
carrera en las diversas casas de
formación de la inspectoría bar­
celonesa, de la que pasó tras va­
rias vicisitudes a la de Bilbao, en
la que desempeñó los cargos de
director en las casas de Pamplo­
na, Deusto y Pasajes.
Fue elegido delegado inspecto­
rial para el X IX Capítulo General
de la Congregación, lo que prue­
ba la confianza de los salesianos
de su inspectoría en él. A sus do­
tes de inteligencia y bondad une
las energías propias de su edad
joven. Boletín Salesiano le augu­
ra a la inspectoría bilbaína un
gran desarrollo con el nuevo ins­
pector, como se lo deseó al ins­
pector saliente, que tan gratos re­
cuerdos y tantos amigos deja en
todas las casas.

«QUIEN OBRA LA VERDAD VIENE A LA LUZ»

HACIA LA FE VIVA
Todos los cñslianos poseen la fe. Sin embaigo unos llevan vida cris­
tiana olios no. Esa diíeiencia reconoce una causa: lo que va de la
fe a la fe viva. De donde nace la necesidad de que todo cristiano
haga viva su fe.

Caminar hacia la fe es salir del desierto hacia el oasis, en donde crecen los árboles 7 se dan los
fruí os de las bnenas obras.

!

— 3

año de la Fe proclamado por Pablo V I el
día de los apóstoles Pedro y Pablo, va
avanzando. Ha sido un serio obstáculo
a su eficacia el que su proclamación coin­
cidiera con el principio del veraneo, pues perdió
el impulso inicial.
Sin embargo su contenido lleva tal plenitud de
renovación cristiana que ninguno debe relegarlo
al olvido. El cristiano tiene hoy, después del
Concilio, una tarea y un compromiso personalísimos que realizar: su propia renovación. Reno­
vación de mente y de corazón.
La renovación de la mente le pide que haga su­
yas las ideas conciliares sobre el nuevo papel
del bautizado y las obligaciones derivadas de su
bautismo. Mas no hará sólo acopio de ideas sino
que las realizará, mediante la transformación de su
vida en testimonio de Cristo y el empleo de sus
talentos en la acción apostólica.
La fe viv a está en la base de toda renovación.
N o habrá testimonio sin ie viva, ni empleo de los
talentos sin fe viva. Y todo aumento de fe se tra­
ducirá en aumento de vida y acción cristianas.
De ahí la importancia de no desaprovechar este
año para ahondar en el conocimiento de la fe y
en el de sus riquezas, para la renovación, que
el Concilio nos pide.
* * *

E

l

las lineas anteriores hemos repetido di­
versas veces la expresión «fe vivas. Con
ello queríamos subrayar que los efectos
de renovación cristiana no se consiguen
con cualquier clase de fe. Una fe que no arrastre
a actuar en cristiano no es fe viv a ; una fe que no
mueva a un creyente a ajustar su vida a la doc­
trina de Jesucristo, tampoco es fe viva. N i lo es
la de quien se contenta «con oir su misa el do­
mingo, con no robar, no matar...«, para decirlo en
expresión popular, la fe viv a es una energía espi­
ritual que no puede menos de excitar e impulsar
a su afortunado poseedor a una actividad de su­
peración en su vida cristiana. Por eso afirma con
plena razón Romano Guardini: «Sólo si v iv o
como cristiano puedo decir que creo».
Conseguir la fe viv a tiene su método humano,
aunque luego sea necesaria la intervención de la
gracia. Y lo más curioso del mismo es que hay
que empezar por comprometerse a vivir, como si
se tuviera ya la fe viv a que vamos buscando.
Para ser más exactos hay que empezar por com­
prometerse a orientar la vida según indica la fe;
hay que echar a andar hacia la fe.
Tratemos de explicarlo.

E

n

*

*

*

en cristiano es practicar la verdad,
es querer lo que quiere Dios. Quien no
quiera seguir la verdad no puede tener fe.
Quien, por el contrario, se decide a se­
guirla, quien orienta su vida por el querer de
Dios, que es la verdad, ese conseguirá la fe, si
no la tiene, y la aumentará si está en ella.
La relación entre fe y obras la pone de relieve

V
4—

iv ir

el apóstol San Juan (3, 20-21): «Quien hace el mal
odia la luz y no viene a la luz... Pero el que obra
la verdad viene a la luz». Esta afirmación dice con
claridad que el que obra conforme a verdad, ad­
quiere más fe; pues así como cuanto uno más se
acerca a la luz más iluminado queda, cuanto más
cristianamente se v iv e más aumenta la fe, que es
iluminación.
A esto se debe el que cristianos tenidos por
rudos e ignorantes, dada su escasa cultura huma­
na y religiosa, pero que llevan vida cristiana, po­
sean una fe más arraigada y viv a que personas
tenidas por cultas, pero de vida cristiana defi­
ciente.
N o obstante no es el ideal una vida cristiana con
escasa cultura religiosa. Por lo cual a nuestros
lectores les sugerimos que, partiendo de su ac­
tual grado de vida cristiana, abran su corazón a
la palabra de Dios y se comprometan conscien­
temente a servirle.
Porque, cuando Dios habla a los hombres, su pa­
labra produce diversos efectos sobre ellos, según
sus disposiciones a servirle o no. En los no dis­
puestos, la palabra de Dios se traduce en au­
mento de conocimientos religiosos, pero no en
un aumento de fe; es el caso de los sabios en
religión en los que su saber no influye en ha­
cer su vida más cristiana. En los dispuestos, la
palabra de Dios aumenta los conocimientos re­
ligiosos y la fe, produciendo un nivel adecuado
de vida cristiana. Es el caso de los santos; en ellos
se ve claramente que es así.
4: * 3H
ONGAMQS algunos ejemplos.
Tomemos el dogma de la Creación. ¿Cómo
descubriremos su alcance? ¿Cómo con­
seguiremos fe viv a para actuar en con­
formidad con él? Lógicamente a través de los
seres creados y de los valores morales, que ma­
nifiestan la sabiduría del Creador.
Los seres creados existen en Dios y su dignidad
depende de los fines que la sabiduría de Dios les
asigna. A los hombres les viene su dignidad y
todas sus prerrogativas de que Dios los hizo a su
imagen, inteligentes y libres, para que le acep­
taran voluntariamente y voluntariamente le sir­
vieran. Los creyentes, por tanto, deben empezar
por respetar el pensamiento, la sabiduría de Dios
acerca de lo creado; quien desprecie, pues, las
cosas creadas no podrá comprender jamás el
dogma de la creación.
Mas no basta respetarlo o conocerlo, hay que
tratar de vivirlo. ¿Cómo?
La creación, como sabemos, no está aún termi­
nada. Dios la inició y dejó a la libre actividad
humana su progresivo desarrollo y crecimiento.
Según esta determinación los hombres procrean
nuevos hombres; gracias a su investigación, a su
técnica mejoran continuamente el mundo en el
terreno agrícola, industrial, científico, humano. To­
do es continuar la creación-.
Ahora bien, el hombre tiene que sumarse a la
tarea de perfeccionar el mundo; si se desinterese

P

de ella se desinteresa del Creador. Si yo» cons­
ciente del deseo del Creador tendente a perfec­
cionar el mundo, mediante el esfuerzo humano,
puedo hacer las cosas con mayor perfección, no
las hago, no llegaré a alcanzar el sentido de la
creación. Esto tiene unas repercusiones persona­
les extraordinarias: si cultivo mal los campos, si
acabo imperfectamente mis trabajos, si no educo
a los hijos, como debo, etc., no me sumo a la
creación.
Comprendo ahora que mi fe en el dogma de la
creación tiene un sentido extraordinario en mi
vida: me exige la perfección en mi trabajo. Si yo
empiezo a trabajar bien por secundar la inten­
ción de Dios, mi fe crecerá, comprenderé mejor la
voluntad de Dios y ella me arrastrará a poner
cada día nuevo interés en mi trabajo, porque me
siento colaborador de Dios creador. He aquí como
mi fe se ha hecho viva.
* * *
tanto concluiremos si reflexionamos
sobre el dogma de la Encamación del Hijo
de Dios.
tro

O

En este misterio nos revela Dios que la
segunda Persona de la santísima Trinidad se hizo
hombre para llamar a los hombres a participar
de la vida divina, de la misma vida de Dios, y
hacerlos a lodos hijos adoptivos del Padre. Nos
revela, pues, el amor grande de las Personas di­
vinas hacia el hombre y que todos los hombres
son hermanos.
Avanzando un poco más, Cristo encarnado se
nos presenta en rudo combate contra el mal, con­
tra el pecado. Combate sostenido para que sus
hermanos, los hombres, se salvaran y sostenido
hasta la muerte, hasta dar la vida por ellos.
Ahora bien, ¿llegará a conocer el alcance del
misterio de la Encarnación el cristiano no dispues­
to a amar a sus hermanos, que realmente no los
ama, no los respeta, o peor aún, los odia? ¿Los
comprenderá el creyente que se niega a comba­
tir el mal y cede a sus presiones o halagos? No,
sin duda alguna.
El camino es diametralmente opuesto; amar a
los hombres, a los más pobres y necesitados, a
los enfermos, como hizo Cristo. El cristiano, que
considera y trata a los demás como a herma­
nos, empieza a adentrarse en la compren­
sión del misterio de la Encarnación, porque
ponerse dentro del pensamiento de Dios y
de su voluntad, sirviendo al prójimo como lo hi­
zo Jesucristo, es el camino lógico y natural para
v iv ir nuestra fe. Y, una vez más: a medida que
obremos conforme ai modelo Jesús, más nos acer­
camos a la luz, más iluminados quedamos y más
viv a se hace la fe.
* * *
OR su importancia queremos recorrer el
camino hacia la fe v iv a en la Iglesia. Hoy
que tantos cristianos consideran a la Igle­
sia como algo ajeno, más aún alienado,
conviene que los que la amamos la comprendamos
mejor a la luz de la fe.

P

£1 camino para v iv ir el misterio de Dios encar­
nado es amar a los hombres, sobre todo a los más
pobres; hacerles el bien, como hizo Jesucristo,
cuya ternura y sentimientos hacia nosotros se
comparten al imitarle.
Desde luego no es criticándola, volviéndole las
espaldas, como se llega a tener fe viv a en ella,
sino lodo lo contrario, tratando de sentirla, de
comprenderla, de hacer lo que nos pide; orien­
tando nuestra vida a ayudarla para que sea lo
que Cristo quiere que sea.
Dios, Jesucristo nos están presentes en la Igle­
sia, por medio de la palabra y de los sacramen­
tos, de los que es depositarla. En la Iglesia, Jesu­
cristo nos une a todos mediante su Cuerpo y for­
mamos el Cuerpo místico de Cristo.
Los cristianos que trabajan para conseguir la
unidad, para constituir comunidades cristianas en
unidad con Cristo; para integrarse en la comu­
nión de la Iglesia y atraer a otros a la unidad
en Cristo siguen el camino real para comprender
el misterio de la Iglesia, y para conseguir fe viva
en el mismo.
« « «
TRAVES de lo perfilado ha podido verse
que quien desea conseguir una fe viva alimeníadora de su vida ha de empezar por
orientar su acción y sus obras en el sen­
tido que la fe le señala en los diversos dogmas y
misterios; luego vendrá la iluminación y con ella
mayor voluntad de ajustar la vida, las acciones y
los pensamientos a la verdad revelada por la fe,
estableciéndose una verdadera porfía entre el au­
mento de fe y el de vida cristiana.
Quien pretende conocer un país y las costum­
bres de sus habitantes y v iv ir según ellas, no
tiene mejor camino que adentrarse en él, ver, oír
y acomodarse. Siguiendo la táctica contraria ja­
más lo conseguirá.
Eso mismo ha de hacer el cristiano para vivificar
su fe y acomodar su vida a ella: adentrarse por
sus caminos. Lo demás es dar las espaldas a la
luz.

A

— 5

POR EL MUNDO SALESIANO - VIETNAM DEL SUR

A PESAR DE LA GUERRA
Los antiguos alumnos salesianos de Go Vap, en Saigón, mantienen
vivo el amor y la amistad y son de ejemplo de ayuda mutua en me­
dio de una sociedad sacudida violentamente por una guerra inter­
minable.

OS periodistas del iQuyet-Tien* escribieron en
este importante rotativo
de Saigón un artículo
titulado <E1 «Don Bosco», centro
do formación técnica más logra­
do del sudeste asiático, el más
moderno y el más completo del
Vietnamí. Y terminaban su ar­
ticulo con estas frases: iLos di­
rectivos de los centros de for­
mación técnica quedan invitados
a visitar el «Don Boscoi para
perfeccionarse en su profesión.!
Los exalumnos salesianos de
dicho colegio no quedaron sa­
tisfechos y quisieron completar
el pensamiento de los dos perio­
distas asi: <£1 «Don Boscoi no
63 sólo el centro de formación
técnica, sino también el centro
intelectual y cultural más con­
seguido del sudeste asiático.i
Dada la situación politica del
país merece que le dediquemos
una página del Boletín a aque­
llos queridos exalumnos, autén­
ticos apóstoles en el dificilísimo
ambiente en que viven.
Ante todo vaya algo de su
movida historia, que se confun­
de con la de la joven obra de
Don Bosco en el Vieinam.
6—

La casa para huérfanos, que
había de ser cuna de la obra salesiana, fue fundada por el pa­
dre Pablo Seitz en Ba-Vi, en las
cercanías de Hanoi, hace veinti­
cinco años. Fueron comienzos
heroicos. A los veintitrés meses
tuvieron que emigrar a Son Tay
y un año después, perseguidos
por el Viet-Minh, los huérfanos
hallaron refugio en el seminario
de Hanoi. Permanecieron tres
meses y se vieron de nuevo obli­
gados a emigrar hasta que el
padre Seitz consiguió un terreno
y fundó «Thi Xa Kito Vuoni, o
Ciudad de Cristo Rey, en donde
recogió unos 500 huérfanos. La
obra iba creciendo pujante cuan­
do el padre Seitz fue nombrado
obispo. Pensó entonces que na­
die mejor que los salesianos po­
dían sustituirle y hacerse cargo
de sus huérfanos. El 3 de octubre
la Ciudad de Cristo Rey se tor­
nó salesiana.
Los Hijos de Don Bosco se ha­
llaron a sus anchas en medio de
los 500 niños y jovencitos, todos
ellos abandonados y muchos re­
cogidos de la calle. Ya habían
conseguido montar una flore­
ciente escuela profesional, cuan­

do la Ciudad de Cristo Rey se
vio obligada de nuevo a em­
prender su segunda serie de pe­
regrinaciones. Durante el gran­
de éxodo de los cristianos del
Norte de Vietnam, emprendido
para librarse de los comunistas,
los huerfanitos fueron transporta­
dos en aviones franceses, junto
con el material de la escuela, a
la floresta de Ban-me-huot, en
donde permanecieron seis meses
soportando calor, hambre y to­
da suerte de privaciones.
En 1955 con la ayuda de gene­
rosos bienhechores se consiguió
comprar un terreno en Thu Duc,
a doce kilómetros de Saigón.
A llí se transfirió la Ciudad de
Cristo Rey y se empezó de nue­
vo. Sin embargo la sede defini­
tiva llegó un año después cuan­
do la obra se estableció en Go
Vap, a cinco kilómetros de Sai­
gón.
Hoy tenemos en Thu Duc un
floreciente seminario para cléri­
gos y en Go Vap una aprecia­
dísima e s c u e l a técnica piara
huérfanos y jóvenes pobres y un
aspirantado p a r a coadjutores,
que pasan de cien.
Son los jóvenes de esta obra

GO VAP.—El jefe del gobierno sudvietnamita llega al «Don Sosco», junto con su esposa. El «Don
Sosco» goza justa fama de ser el Centro de formación técnica más logrado del país.
ían probada los que forman hoy
el núcleo primero de nuestros
exalumnos del Vielnam. Su afec­
to hacia Don Sosco y hacia sus
educadores es sorprendente. Mu­
chos de ellos, soldados, en cuan­
to tienen unos días de permiso
vuelven a isu> casa. En el Día
de la Unión, celebrado el día de
Pascua, alguno que no consiguió
permiso se escapó del cuartel
para pasar siquiera medio día
con sus compañeros.
Este año, por vez primera, se
han celebrado ejercicios espiri­
tuales para ellos en Thu Duc du­
rante la Semana Santa. Tomaron
parte 54 de los 113 inscritos re­
gularmente. El tema central de
los Ejercicios fue el apostolado
seglar y se distribuyó a lodos
un folleto con el Decreto conci­
liar traducido al vietnamita.
El apostolado más urgente y
útil que desenvuelven los exa­
lumnos es la asistencia a los
alumnos apenas salen de la Es­
cuela. La inserción en el mundo
del trabajo es un momento difi­
cilísimo y crítico. Los exalumnos

los acogen en una pequeña re­
sidencia en la que pasan uno
o dos años, mientras continúan
estudiando y trabajando. La re­
sidencia alberga hoy unos trein­
ta jóvenes y en ella encuentran
la asistencia espiritual y ayuda
material necesarias.
Un apostolado típico de los e x ­
alumnos del Vietnam es la par­
ticipación en las bodas de los
socios. Se ayuda a los novios a
organizar la fiesta, se canta, se
toca, se tiene alegre a los con­
vidados creando un clima de
alegría que con mucha frecuen­
cia falta en las bodas orientales.
Esta participación es de gran
consuelo para los novios, ya que
la mayor parte de ellos están
solos en el mundo, sin parientes,
sin familia y, por consiguiente,
extremadamente necesitados de
hallarse rodeados de amigos y
hermanos.
Este apostolado ha creado en
torno a Don Bosco y a la Unión
de exalumnos una corriente de
simpatía, pues con eso difunden
un clima de alegría y de her­
mandad muy grato a los vietna­
mitas.

Característico es el Tet, cena
de fin d e’ año vietnamita. Parti­
ciparon en la última 150 exalum­
nos, muchos de ellos con sus es­
posas e hijos.
Tuvieron la alegría de tener
entre ellos a Monseñor Seilz,
fundador de la obra. Hubo du­
rante la misma concierto de ban­
da, canciones, discursos nostál­
gicos y representaciones cómi­
cas que sirvieron no sólo para
unir a los exalumnos, sino tam­
bién a sus familias.
En esta ocasión pudo el pre­
sidente de la Asociación decir
a Mons Seitz: Son cientos los
exalumnos que en medio de una
sociedad tan revuelta y en gue­
rra viven con valor su religión,
dando la razón a las palabras del
tercer sucesor de Don Bosco:
«Los antiguos alumnos son el
fruto de nuestros trabajos, son
nuestra corona, nuestra razón de
ser, pues siendo nosotros una
Congregación educadora es cosa
clara que no educamos para el
colegio, sino para la vida. Ahora
bien, para ellos la vida comien­
za de verdad cuando dejan nues­
tra casa.i

EN EL IV CENTENARIO DIsA

El diario parisién LE FIGARO publicó el
artículo que sigue, debido a la pluma del
sulpiciano M. Gauiier. Boletín Salesiano
se complace en reproducirlo por juzgarlo
de interés para sus lectores.

autor mejor adaptado a su siglo y el
mayor doctor del amor divino, después
de S. Agustín, se ha escrito de San Fran­
cisco de Sales. Los dos relieves están jus­
tificados enteramente.
Los finales del siglo X V I y los comienzos del
XV II estuvieron dominados por la pasión de amar
Y sor amado. En Francia, como en otras naciones,
os fácil distinguir en esta época dos corrientes
de amor: una, de amor profano que se espirituali­
za en una especie de religión de la belleza; la
otra, de un amor místico, muy idealista y austero
Y que se transforma insensiblemente en una es­
pecie de piedad vaporosa, más hecha para los
ángeles que para los hombres.
Pero la época es compleja: al frenesí de amar
se junta el de querer saberlo todo. Testimonio de
ello es este plan de estudios que Gargantúa pro­
pone a su hijo Pantagruel: El espíritu debe apren­
der las lenguas griega, latina, hebrea, árabe, la
historia universal, la aritmética, la geometría, la
música, la astronomía, el derecho civil, toda la
zoología, la botánica, la geología y la medicina
tal como se presenta en los tratados griegos, ára­
bes, en el Talmud y en la Cábala.
Guillermo Budé permanece trabajando diez ho­
ras en su habitación el mismo día de su boda.
Mas todo ello no impide a las almas buscar con
la misma ansia sensaciones delicadas, merced a
una corriente de amor tierno que llega de Italia.
Se abren los salones, en los que se vacían todas

E

«rs*iyr raxNCOIS >•? íM fí»

Fi'T « * n
VI* C f ' Í O N n I W ll J 'U l A
HOVT JM 7

CT

EVfQU
|U

C H v lt*

Lm

V’

Pila en donde iue bauiiaado San Francisco
de Sales.

8



l

DI SAN I RANCISCO DE SALES

Cuadro represeniando la predicación de San Francisco de Sales. La pintara adorna uno de^ los
lienzos de pared de la capilla, d esead a al Santo en la Casa Madre salesiana de Tturín.

— 9

las insulseces, las novelas de amor se multiplican
por todas partes.
Uno reacción se hacia inevitable. Se produjo con
la aparición de una literatura mística en la que
se abusa de sutilezas, como el Padre Lauient de
París que enumera hasta cuarenta y Ires ijoyas»
que el devoto ha de poseer para agradar a Dios.
De otros escritores espirituales, como Alfonso de
Madrid, se desprende una literatura terriblemente
rigorista defensora de una mortificación espan­
tosa capaz de desanimar las almas mejor templa­
das. Tal es el estado de los espíritus a fines del
siglo XVI, cuando empieza a brillar con lodo el
esplendor de su inteligencia, San Francisco de
Sales.
¿Qué hará nuestro santo ante la doble corriente
de amor profano y místico con tendencias tan
exageradas y exclusivas? ¿Se perderá en la mís­
tica nebulosa del Padre Laurent y sus imitadores?
¿Vaciará, por el contrario, su corazón y extirpará
todo afecto, incluso los permitidos, como exigen
autores demasiado numerosos?
Desde el fondo de su campiña de Annecy, no
lejos del lago armonioso en medio de las monta­
ñas que dominan sin aplastar, Francisco se recoge.
Escucha cómo habla la naturaleza, q[ue canta a su
creador, y escucha sobre todo el hablar de su
corazón, toma su pluma y ved lo que escribe:
A l ofrecer a mis hermanos este tratadilo, he toma­
do en consideración la condición de los espíritus
de este siglo, como si fuera mi obligación. Ahora
bien, ¿qué quiere este siglo? Quiere amar. En­
tonces San Francisco de Sales se adueñará del
amor profano, liberará la espiritualidad encerrada
en él y, finalmente, la orientará hacia Ehos.
En su Introducción a la vida devota, su Filetea
seguirá siendo y permanecerá una mujer del
mundo, pero apasionada por el amor divino, mo­
derada en sus mortificaciones, sensata en sus de- v
vociones, buena para su esposo al que desea
agradar, tierna con sus hijos, benévola con la ser­
vidumbre. Su Teótimo, en su Tratado sobre el amor
de Dios, dará a Dios su afecto, pero sin quitár­
selo a sus amigos.
Seriedad sin autoridad torpe» devoción sin os­
tentación» amor a la naturaleza, que eleva el alma
con la pureza del cuerpo y del corazón» buenas
maneras que hacen la devoción amable sin qui­
tarle sus santos rigores. Tal debe ser el cristiano
perfecto como lo concibe Francisco de Sales» tal •
el humanista devoto que debe darle todo a Dios
pero guardándose muy bien de menospreciar lo
que hay de bueno en los valores humanos.
Este ideal no puede realizarse sino con el amor.
El alma que se entrega a la vida devota, y para
San Francisco devoción es sinónimo de perfección,
debe en principio orientar todas sus fuerzas y
sus intenciones hacia Dios. Además su amor se
fundaré en la razón. Y finalmente no deberá des­
truir el amor humano sino elevarlo a un plano
superior.
Veamos en primer lugar como oanaliza el santo
hacia Dios el amor profano;

ANNECY.—Basílica y monasterio de la Visitación,
donde se venera a San Francisco de Sales.

Necesitaríamos muchísimo amor para amar a
Dios. Y en cambio, somos tan miserables que lo
prodigamos en cosas necias, vagas y frívolas, co­
mo si nos sobrara. Pero, ¿ese amor, con qpre debe­
mos amar a Dios, es diferente del que usamos pa­
ra con los hombres?
De ninguna manera, responde. Será más eleva­
do, pero la fuente es la misma, puesto que el
hombre no tiene dos corazones. La gracia divina
secundará nuestros esfuerzos y nos dará el mé­
rito de la eternidad.
El segundo consejo que San Francisco nos da
es que fundamentemos el amor en la razón. Y
siempre nos pondrá en guardia contra aquellos
autores y libros de espiritualidad cpie no saben
bajar sus ojos a nuestro valle de lágrimas y de
miseria.
«La pretensión elevada y alta de cosas extraor­
dinarias, dice, está sujeta a ilusiones, y sucede
con frecuencia que quienes piensan ser ángeles
no llegan ni a hombres buenos.»
El amor, incluso el más ideal, ha de moverse
en la realidad, de ahí la importancia de cumplir
bien los deberes de nuestro estado, incluso los
más simples.

ANNECY.—Interior de la basílica de la Visitación,
que este año acogerá numerosos peregrinos.

LO ESENCIAL: AMAR, PERO A C A D A COSA
EN SU LUGAR.
El amor divino tal como él lo entiende no es
exclusión sino preferencia. El cristianismo es flor
de humanidad. La criatura no ha de ser tenida
como enemigo, salvo el caso en que se convierta
realmente en rival del Creador. Lo explica mag­
níficamente:
cQnien dice todo, no hace nada. Y, sin embargo,
un hombre no dejará de ser todo para su padre,
todo para su ma<b:e, todo para su principe, todo
para sus hijos, todo para Dios, en una palabra que
siendo lodo para cada uno, será también todo
para todos.
Lo esencial, pues, no será no amar, sino amar
a cada uno en su rango.
cV ive Dios, escribe a Juana de Chanlal, que pa­
ra mi todo lo es en Dios y por El amo tiernamente
todo cuanto amoji
Y el santo obispo nota, no sin cierta exírañeza, la
austeridad de San Carlos Borromeo que een vein­
ticuatro años sólo visitó dos veces a sus herma­
nos eniermos».
Y más vivamente se opone a santa Angela de

Foligno, que llegó a desear la muerte de su fami­
lia para poder entregarse más de lleno al amor
de Dios. Angela de Foligno creyó descubrir un
conflicto entre su amor a Dios y su amor a los
suyos. El coidlicto tiene siempre solución. Y la
solución salesiana, que la santa ni presintió, no
está en la supresión de un amor en beneficio del
contrario sino en la subordinación del uno al
otro. Se puede muy bien amar a los propios pa­
rientes, a la naturaleza, a la patria, a las artes, a
las diversiones que descansan el alma, sin por
ello cesar de amar a Dios, con tal que todo «se
haga a su tiempo, en su lugar y cuando conviene,
ni antes ni después. Pues la gran regla de todas
nuestras acciones es la voluntad divina que nos
las manda.
La doctrina salesiana tiene sus exigencias. Las
espinas están ocultas bajo las flores. Francisco de
Sales supo hacer amables las virtudes más rudas,
pero no las suprime como han pensado algunos
lectores superficiales.
Conservar el dominio de sí mismos, la humani­
dad en medio del fausto de la corte, sufrir las
injurias con dulzura, someterse día tras día, mi­
nuto tras minuto, al menor deber, señalado por la
providencia en el camino de nuestra vida, no es
cosa fácil. Y sin embargo, es eso lo que nos exi­
gen sus dos obras maestras de espiritualidad
cristiana: la Introducción a la vida devota y el
Tratado del amor de Dios.
Es cierto que Filotea ha envejecido, ya tiene
arrugas, y se divertiría en grande si le dijeran
que ha conservado el brillo de su primer frescor.
Pero no lo es menos que gusta todavía y que
encanta. Francisco de Sales ha enriquecido la
Iglesia no con una doctrina —pues la recibió de
ella— sino de una presentación de esa misma
doctrina, seductora y entusiasmante.
Vivim os en unos tiempos en que se habla a
todas horas de compromiso y de diálogo. El
obispo de Annecy y Ginebra era un prelado
comprometido y sabia dialogar. Fue el hombre
de todos, grandes y humildes, ricos y pobres. Se
conocen también todos los puntos de contacto
que provocó con los hermanos separados, no pre­
dicando contra la herejía con aspereza sino ex­
poniendo, sin entrar en polémica, la doctrina
cristiana en toda su sencillez: i Buen ejemplo
para nuestros tiempos de ecumenismol
¿Su insistencia en condensar lodo en el ejercicio
de la caridad no es acaso la tendencia fundamen­
tal de nuestro siglo XX? Queremos amar. Bien.
Pero que nuestro amor hacia los hermanos esté
siempre en dependencia de nuestro amor a Dios.
«Y o os dejo el espíritu de libertad; la libertad
de que os hablo es la de los hijos bienaventuradosji
Conviene hacer todo humanamente y a su
tiempo, esperando que un día lo haremos angéli­
camente y por la etemidadji
Hay que hacerlo todo por amor.
JEAN GAUTIER
SULPICIANO
— n

EDUQUEMOS A LOS HIJOS

VIDA SOCIAL
DE LOS NIÑOS
UES en nuestra casa, co­
mentaban unos padres,
estamos todos muy com­
penetrados, juntos va­
mos de paseo, juntos salimos al
cine o a la Iglesia y cuando no
salimos nos entretenemos en ca­
sa. Si no fuera porque tienen
que ir al instituto o al colegio
nuestros hijos estarían siempre
con nosotros en el hogar.

P

Afortunadamente este cuadro,
que se pretende pasar por el
«no va mési de la educación,
son pocos los padres que pue­
den pintarlo. Y decimos «aforíunadameníei, porque es un error
y una equivocación llegar a ese
extremo.
Eso no es educar bien. Es criar
a los hijos entre algodones, es
acostumbrarlos a ser unos hom­
bres o unas mujeres que el día
de mañana sólo vivirán para su
trabajo, para sus diversiones, pa­
ro su casa sin preocuparse de
los demás. Es formar egoístas y
eso no es cristiano.
Los padres que así piensan,
tengan en cuenta que los chicos,
una vez cumplen los ocho años,
o alrededor de esa edad, han de
tener junto a la educación, que
da la familia y la que la escue­
la proporciona, esa otra que aña­
de ©1 convivir con otros chicos
de su edad, el jugar y hacer su
vida de sociedad. Las dos pri­
12



meras solas no bastan para com­
pletar la educación.
Es en su sociedad infantil, pri­
mero; en su pandilla, más tarde,
en su agrupación deportiva, ex­
cursionista, etc., en donde em­
pieza a v iv ir en sociedad, a des­
cubrir el mundo exterior, a pre­
pararse para ocupar su sitio en
la vida. ¿Qué decir de un buen
hijo en casa y un buen alumno
en la escuela? Una cosa sola:
Que no es suficiente.
En ambas, los padres y los
profesores, a los que suponemos
buenos y competentes, mandan,
señalan, indican y el niño obe­
dece. Esta es una parte muy im­
portante de la educación: apren­
der a obedecer.
Pero la vida le va a exigir
que sepa desenvolverse en si­
tuaciones complicadas, a resol­
verlas por sí mismo, porque no
estarán allí ni sus padres ni los
que le educaron para mandarle
ni indicarle la manera de ha­
cerlo.
La capacidad de resolver sus
propias dificultades personales
empieza a conseguirse con la
convivencia en agrupaciones de
niños o jovencitos de la misma
edad, con los que podrá tener
iniciativas de acción, llevarlas
a cabo y salir responsable de
ellas.
Privar a los niños de su vida
de grupo, de salidas en común

con oíros muchachos, de parti­
cipar en campamentos, de ju­
gar en compañía de otros, que
no sean precisamente sus herma­
nos o hermanas, es correr el ries­
go de que no aprenda la vida
social.
A l defender ésta no disminui­
mos la importancia de la vida
de familia. Hay que saber dar a
cada una su lugar. Hay que sa­
ber conciliarias de manera pro­
gresiva. A l principio prevalece
totalmente la vida familiar, y la
social es tan sólo un conato, una
incursión, una experiencia sin­
gular; pero poco a poco evolu­
ciona la relación entre ambas
hasta invertirse las posiciones,
porque lo normal es que los hi­
jos a medida que crecen se va­
yan separando de la familia: los
padres no crían hijos para ©llos;
eso lo aprenden todos no sin
dolor y renuncia. Es ley de na­
turaleza que los hijos aprendan
a poder prescindir de sus pa­
dres.
Ante la necesidad de vida so­
cial de los niños los padres tie­
nen el deber de procurársela,
pero encaminándolos a grupos,
a equipos, a pandillas, en las
que los principios estén segu­
ros, en donde positivamente
conste que la educación cristia­
na, inculcada en la familia, no
sólo no padezca, sino antes bien
se vea favorecida.

NOTICIARIO SALESIANO MUNDIAL

EL REaOR MAYOR CON EL CONSEJO SDFERIOR SALESIANO
VISITA ANNECT, CUNA DE SAN FRANCISCO DE SALES

ANNECY.—El Consejo Superior de los Salesianos peregrinó a la ciudad donde nació San Francisco
de Sales. En la foto posan delante de la puerta del castillo de Thorens, casa solariega del Santo.
ANNECY.—-Entre las peregri­
naciones que con motivo del
cuarto centenario de San Fran­
cisco de Sales llegan a esta ciu­
dad ha revestido importancia es­
pecial por su significado la pe­
regrinación salesiana, presidida
por el rector mayor de la Con­
gregación Salesiana y su Con­
sejo Superior. Don Luis Ricceri
concelebró en la Basílica de la
Visitación con todos los miem­
bros del Consejo Superior. Du­
rante su homilía puso de relieve
el merrsaje del Santo y la parte
que toca a los salesianos en su
difusión por el mundo. Terminó
agradeciendo a San Francisco el

haber dado nombre a la Con­
gregación de Don Bosco y más
aún su fisonomía espiritual y
exhortando a todos los presen­
tes a formular, por tcxios los hi­
jos de la triple familia salesiana,
el animoso propósito de renova­
ción pedido por el Concilio, de
acnierdo con la espiritualidad sa­
lesiana.

de María Auxiliadora, Sor Mag­
dalena Morano. Después de ca­
torce años llega a Roma la cau­
sa donde seguirá su crurso nor­
mal. La nueva aspirante a la san­
tidad reconcxida oficialmente
murió, a los 61 años de edad, el
año 1908, en Catania, Sicilia. Fue
inspectora de dicha isla en la
c^e fundó 26 casas.

ITALIA

ARGENTINA
Primeros graduados de la Uni­
versidad de San Juan Bosco.

Introducción de la causa de bea­
tificación de Sor Magdalena Ma­
raño, Hija de María Auxiliadora.
El Santo Padre ha aprobado la
causa de beatificación de la Hija

Comodoro Rivadavia.—El pa­
sado día 1.- de julio, en la Uni­
versidad de la Patagonia, fun— 13

dada por los salesianos y reco­
nocida por el Estado, fueron en­
tregados, en presencia de todas
las autoridades de la región, los
primeros títulos de ingeniero a
tres alumnos que coronaron fe­
lizmente sus estudios.
El rector magnífico en su dis­
curso afirmó que aquel día que­
daba coronada la Obra silencio­
sa Y valiente de una institución
que, nacida en el desierto, fue
mantenida por la fe en sus altos
ideales, pese a la pobreza origi­
naria de medios, y que el escep­
ticismo de muchos no logró apa­
gar. £1 gobernador del Chubut
a su vez declaró que la Univer­
sidad, al dar a la Patagonia los
técnicos que necesita para la ex­
plotación de sus recursos natu­
rales, confirma a los salesianos
en su titulo de precursores y
pioneros de la Patagonia.
CHUE
El presidente Frei visita la es­
cuela agropecuaria salesiana.
Puerto Porvenir.— Durante su
visita a las tierras australes de

Chile el presidente Frei, con su
numeroso séquito visitó dos
obras salesianas, el Colegio de
las Hijas de María Auxiliadora
Y la escuela agropecuaria sale­
siana. El Presidente, que cono­
cía de oídas las excelencias de
esta escuela, la primera en acli­
matar el cultivo del trigo en las
frías tierras australes, recorrió
complacido la exposición de
productos del campo consegui­
dos gracias a una depurada téc­
nica agrícola. A l mediodía fue
obsequiado en la escuela con
una comida, en la que tuvo oca­
sión de oír de labios del Obispo
salesiano de Punta Arenas las
anécdotas que recordaban los di­
fíciles comienzos de la escuela.
AI día siguiente oyó misa en la
catedral mezclado entre los fie­
les, rehusando colocarse en el
sitial que se le había preparado
como supremo magistrado de la
nación.
ALEM ANIA
Don Bosco exaltado en un Con­
greso de prestidigitadores.
Badén.—En la conocida ciudad

turística de Badén tuvo lugar re­
cientemente un Congreso de
prestidigitadores no profesiona­
les. Médicos, ingenieros, sacer­
dotes Y multitud de personas,
que hacen la de magia blanca
su esparcimiento favorito, se re­
unieron para cambiarse sus tru­
cos y conocimientos. Presidía
la sala un gran retrato de Don
Bosco Y en la homilía, que to­
dos los días se pronunciaba en
cuatro lenguas, los celebrantes
aludían con frecuencia a San
Juan Bosco, como patrono de su
divertida profesión. Entre los
congresistas figuraba el salesia­
no de 25 años, yugoslavo, Don
Zerjav, que practica su afición
para atracción de los niños y
jóvenes a los ambientes saleTA ILAN D IA
Primer premio a la escuela
Don Bosco.
Bangkok.—El ministerio de Be­
neficencia pública ha conferido
el primer premio, entre trescien­
tas entidades de beneficencia.

QUITO.—El presidente de la República, Arosamena, recibe a una representación de jíbaros de
las misiones salesianas, <|ue acudieron a la capital para presentar sus obsequios a las autoridades y
exponer una serie de peticiones relacionadas con los territorios que ocupan en la selva ecuatoriana,
^ e el gobierno les ha concedido a perpetuidad como primeros ocu^iantes que fueron de las mismas.
Por su aspecto se advierte su completa civiliiación. Estos son los lujos de aquellos jibaros que hace
cincuenta años los salesianos encontraron completamente salvajes.
14 —

al Colegio Salesiano de Bangkok
«por la eficacia técnica cualita­
tiva Y cuantitativa de la escuela
y por el éxito en la educación
de los alumnos». La noticia ha
llenado de satisfacción a lodos
los católicos de Tailandia.

VIETNAM
Una histórica estatua de la Vir­
gen de Fátima.
Saigón.—En el reciente viaje
de Pablo V I al santuario de Fá­
tima la Compañía aérea de trans­
portes portuguesa, TAP, colocó
en la cabina del Santo Padre una
imagen de Nuestra Señora de
Fátima, cuya capilla y pedestal
fueron construidos en los talle­
res salesianos de Lisboa, como
consta en una placa. Llevado de
su amor al Vietnam, tan atribu­
lado por la guerra, el Papa le ha
regalado la estatuita a la cate­
dral de Saigón. Los salesianos
del Vietnam han tenido un mo­
tivo especial de satisfacción al
conocer el precioso detalle.

'

BRASILIA.—La flamante capital brasileña sólo admite en sus edifi­
cios pabellones que no desdigan de su arquitectura de vanguardia.
De acuerdo con las normas edilicias el colegio salesiano ofrece esta
fachada. Conviene recordar que San Juan Bosco es uno de los San­
tos Patronos de Brasilia, debido a que la contempló en su visión
sobre la América del futuro.

ROMA
Un cardenal especial amigo de
los salesianos.

Entre los nuevos cardenales,
recientemente elevados a la sa­
grada púrpura, figuraba Mons.
Pacini, cuya vida está ligada
muy de cerca con la familia salesiana. Siendo Nuncio del Pa­
pa en Varsovia tuvo que abanI donar, por acontecimientos poI líticos de todos conocidos, Polo­
nia, pero al partir dejó el edifi­
cio de la Nunciatura al quidado
de un coadjutor salesiano. Tras­
ladado a Haití escogió un sa­
lesiano como secretario. DuranI te los nueve años que perma­
neció con igual cargo en Mon­
tevideo, la casa salesiana se con■<nrtió en su segunda morada.
Convivía con los novicios y es­
tudiantes de filosofía salesianos
como un amigo, haciendo con
ellos las prácticas de piedad y
condividiendo sus juegos. Mu­
chas veces hizo los ejercicios
espirituales con los salesianos.
Continuó su benevolencia con
los salesianos durante su peima-

i

ORINOCO.—Sobre las orillas del caudaloso rio venezolano se le­
vantan las misiones de los Guaicas, atendidas por los Salesianos e
Hijas de María Auxiliadora. Para ellos la corriente del Orinoco es
la mejor vía de comunicación: rápida, segura y «blanda».

nencia como Nuncio en Suiza.
Por todos estos motivos su ele­
vación al cardenalato alegra
grandemente a la familia sale-

siana- que aprecia la figura
sacerdotal de quien ha escogido
como lema de su escudo: Hu­
mildad y paz.
— 15

^
r_ ,.^

í'
«Étn .

lesi tfrece mil aspeé­
is,! oco a poco, apa­
las aas del Boletín,
rec en las fotos su­
mas aas de la tribu
1 n de la India, en
un 1 sacerdote saleeiM a a la tribu; a
aiu Macao estudian! d< paganda y ense|ie! les son las catela ad, Y un monuíari i^iadora en Saly. ixquierda la caM del obispo saleCi araguayo, de la
roa irinero; a la de>mi l de las Hijas de
ili> del Hospital Gaand xtremos las dos
xa con su distinti»ed le en el examen
ara) iron los dos priest< dos hermosas
is.

— 17

ANECDOTARIO DE DON SOSCO

TREINTA Y CINCO AÑOS LEJOS DE DIOS
—Mire, Don Bosco, se traía de
un abogado que está desahucia­
do. No quiere saber nada de sa­
cramentos. A lodos los sacer­
dotes que han ido los ha echa­
do con malas palabras.
—¿Qué puedo hacer yo» Don
Murialdo, si no quiere ver ni
una solana?
—Inténtelo, Don Bosco.
—Lo intentaré, quédese tran­
quilo.
Don Bosco reüexionó. Tenía
que encontrar la manera de ini­
ciar el ataque... Pero que si quie­
res. Le resultaba un jeroglifico
sin solución. No obstante se pu­
so en marcha invocando el auxi­
lio de María.
Subia ya las escaleras de la
casa y ensimismado se decía:
¿Qué le digo yo para que me
reciba?
—IDon Boscol ¿Cómo está us­
ted aquí?, gritaba un muchacho
mientras se le aproximaba para
besarle la mano.
—Estoy muy bien. ¿Tú vives
aquí?
—Sí, señor. Venga, allí está mi
madre. Se alegrará de poder sa­
ludarle.
Sentados hablaron largamente
con la mamá del muchacho so­
bre las cosas de los niños del
Oratorio. Sin más el chico le
dice:
—¿Sabe Don Bosco que en
esta casa hay un enfermo?
—¿Y cómo está?
—Bastante grave, venga a verle.
—Antes habrá que avisarle.
Dile: Don Bosco está hablando
con mi mamá y le he dicho que
estaba usted enfermo. Si lo de­
sea lo visitará.
El chico se fue directo a la
habitación del enfermo sin avi­
sar a los familiares. Le habló de
Don Bosco... el que reúne a los
chicos en.el.Oratorio de Valdoco y además su bendición cura
a mucha gente.
18 —

—He oído hablar de Don Bos­
co. Dile que le espero. Le dijo
después de reflexionar unos ins­
tantes.
—Buenos días, señor abogado.
Aquí me tiene. Le saludó son­
riente Don Bosco.
—Le agradezco el que haya
venido.
—¿Cómo es posible que un
hombre tan robusto y fuerte co­
mo usted esté en la cama?
—Eso era antes, no ahora, pero
siéntese...
—Estoy bien así, no se pre­
ocupe.
—No, siéntese. Me hace sufrir
el verle de pie.
Don Bosco se sentó cerca del
enfermo. Trataron varios temas;
sobre política, legislación mili­
tar, de filosofía, etc...
—IDon Bosco, parece usted
una enciclopedia!
Después de tres cuartos de ho­
ra de amena charla Don Bosco
se pone de pie dispuesto a des­
pedirse.
—¿Ya quiere marcharse? Espe­
re un poco más si le es posible.
— Debo arreglar unos asuníillos.
Pero si así lo desea, puedo vo l­
ver otro día.
— Claro que sí. Le estaré aguar­
dando.
El enfermo había tomado la
mano de Don Bosco entre las
suyas y le miraba como desean­
do decirle algo, pero sin atre­
verse.
—Ya sé lo que usted desea,
sonrió Don Bosco.
—¿Qué es lo que deseo?
—Desea mi bendición.
—lEs cierto) Pero... ¿Cómo es
posible que lo sepa si hace 35
años que detesto a los curas y
a la religión y ed\ora es la pri­
mera vez que me asaltó este
deseo?
—Se la daré gustosísimamente.
¿Qué quiere que le pidamos al
Señor?

— i Que yo curel
— Siento tener que decírselo,
pero ¿y si es voluntad de Dios
que vaya usted a la eternidad?
—¿Cómo lo sabe usted? Los
médicos me animan diciendo
que estoy mejor.
— También yo le digo Iánimo!
Pero es cierto, usted no se cura­
rá. Y o nada puedo hacer para
evitarlo. No obstante le daré mi
bendición para que arregle las
cosas de su conciencia y tenga
una buena muerte.
Estas palabras no le conmovie­
ron. Recibió la bendición y an­
tes de que se marchara vo lvió
a repetirle:
—i N o se olvide de volver!
A l atardecer llegó al Oratorio
un criado del abogado diciéndole a Don Bosco que su señor
sólo hablaba de él e insistía pa­
ra que fuera cuanto antes.
— Gracias por haber venido.
Esta mañana me he reído como
nunca.
—Pues le prometo que ahora
reiremos mucho más. Sin duda
aquí deben tener un buen café.
Diga que me sirvan una tacita.
—IEncantado! !Pronto, sirvan
un café a Don Bosco!
Luego por indicación suya se
quedaron solos en la habitación.
Se acercó al enfermo y trazó
sobre él la señal de la cruz como
para empezar a confesar.
— ¿Qué hace?
—Nada, usted haga la señal
de la cruz.
—¿ Y por qué?
—No pregunte y obedézcame.
—¿Pero usted quiere confesar­
me?
—N o hable de confesión. Ha­
ga la señal de la cruz. Sería muy
gracioso que un abogado docto
Y apreciado como usted no su­
piera hacer la señal de la cruz.
—¿Esto desea? Tenga: en el
nombre del Padre... Y se santi­
guó.

CENTRO JUVENIL SALESIANO DE HÜELVA
Cuando llega el verano y los patios de la es­
cuela iStella Marisi se sumen en el silencio con
la marcha de los alumnos a sus vacaciones, los
salesianos de la Escuela sienten nostalgia de ju­
ventud Y pronto abren de nuevo los espacios de
juego a los jóvenes de la ciudad. Varios años se
lleva repitiendo la cosa.
Juegos e instrucción religiosa/ deportes y edu­
cación del espíritu alternan, dando lugar al Cen­
tro Juvenil Salesiano. Los campeonatos polideportivos se multiplican y suceden para captar y sa­
ciar las incansables energías de los jóvenes.

—Dígame Sr. Abogado. ¿Cuán­
to tiempo hace que no se con­
fiesa?
—i Pero si yo no quiero con­
fesarme!
—N o hablemos de esto. Déje­
me hacer. No recuerda lo que le
he prometido. Hace tantos años
que no se confiesa {y le dijo el
número exacto).
—Sí éstos precisamente. Pero
le digo que no quiero confesar­
me.
—Sus cosas andaban de este
modo. Erüonces estaba así...
—Efectivamente, íp>ero si pa­
rece que conoce mi vida!
—Luego hizo esto y lo otro...
—^Es verdad, me arrepiento, hi­
ce mal. Oh, no quería haberlo
hecho...
Conforme Don Bosco le recor­

A todos ellos se les facilita el cumplimiento de
sus deberes religiosos y a los que lo desean tie­
nen a su disposición a los sacerdotes salesianos:
para cursillos, conferencias, consultas y solución
de dudas, curiosidades religiosas.
El final del verano lo celebran con un simpáti­
co acto en el que se reparten trofeos, se recuer­
dan los principales acontecimientos veraniegos y
se citan para el año siguiente todos, todos me­
nos los que para entonces vestidos de uniforme mi­
litar añorarán el anterior verano.
Nuestra fotografía muestra un aspecto de la clau­
sura del Centro juvenil.

daba sus pecados se conmovía
cada vez más y expresaba su
dolor. Llegó el final y lloraba
como un niño mientras él le da­
ba la absolución.

Después de recibir la Unción
de los Enfermos y el Viático lie'
garon sus amigos. Estaban ente­
rados de que había recibido los
Sacramentos. Se burlaban de él.

Las lágrimas de dolor se trans­
formaron en gozo y alegría in­
mensa.

— Sabed que a la hora de la
muerte las cosas se ven de otro
modo.

—IDon Bosco, me ha salvado!
¡Y o nunca me hubiera confesa­
do! Habría hecho cualquier bar­
baridad por impedirlo. Usted me
ha pescado con santa picardía.
Ahora haría mil confesiones.
Siento un gozo tan grande que
ni puedo expresarlo... Tráigame
mañana el Viático. lA h l y si
vienen mis amigotes ¿qué les
digo?
—Dígales que necesita descan­
sar y que vengan mañana.

Después de esta vida hay un
infíerno de penas interminables
¿me creíais tan necio como para
ir allí ? Aunque dudéis de su
existencia ¿no es una estupidez
el arriesgarse? N o debéis o lvi­
dar que el que ríe mejor es el
que ríe el último...
Su valentía les quitó la risa
burlona de los labios. No supie­
ron responderle. A los pocos
días el abogado moría santa­
mente.
— 19

DE NUESTRAS MISIONES

PADRE
AHORA DA GUSTO
El misionero salesiano, Mario Valente, nos envía una crónica desde
la Ciudad de los Muchachos de Lubumbashi, Congo. Nuestros lec­
tores conocen bien los orígenes de la Ciudad. Algunos, incluso, han
contribuido con sus donativos, para ellos será una satisfacción ver
el bien que se hace.

en estas horas
más tranquilas del día,
las de la tarde, mien­
tras nuestros jóvenes de
Ha «Ciudad de los muchachos»
«descansan y
silencio de la
:selva, que nos rodea, invita a
la reilexión.
s c r ib o

E

Estoy en la tranquilidad de
mi habitación, ahora enteramen­
te para mí solo, pues hasta ha.ce muy pocas semanas servía
jaara todo: despacho del encar;gado de estudios y del secreta­
rio, sala de reuniones para maes­
tros o grupos de jóvenes, alma­
cén de los más variados artícu­
los de venta, depósito de mate­
rial deportivo y hasta de ape­
ros de agricultura. Está situa­
da en el mismo pabellón que
«Ib erga la cocina provisional
.del internado y el almacén,
también provisional de la caripinteria.

ARM ADO DE PACIENCIA
Y DE rUSIL
Algo, poco a poco, cambia en
Africa. El tiempo a decir ver­
dad pasa deprisa, dadas las v i­
cisitudes variadas que llenan
nuestras jornadas^ pero de pron­
to nos damos cuenta que real­
mente hay algo nuevo.
Así sucede también en nuestra
Ciudad. Su mero alzarse, es ya
una variación, gozosa y rica de
movimiento, del tema acostum­
brado, monótono y perezoso, del
lugar. Es un nacer fatigoso y
lento, especialmente para quien
le sigue hora a hora. Pero re­
montándose con el pensamiento
a un año atrás, nos quedamos
maravillados ante la realidad
presente. Esto chula, dicen aquí,
o esto sube, comentan al ver
cómo las paredes crecen ladrillo
a ladrillo. Incluso el cielo, que
nos mira entre chaparrón y cha­
’'

parrón, estará maravillado del
nuevo aspecto de este lugar en
otro tiempo rico en prósperas
factorías, y luego abandonado
al dominio de la selva y de los
bandoleros.
Baba, sasa iko muzuri hapa!
exclaman los ancianos del pue­
blo, al pasar por delante de
nuestro terreno: «Padre, ahora
sí que da gusto esto». Y lo dicen
no tanto por los pabellones,
cuanto por la tranquilidad que
reina en la zona, gracias a nues­
tra presencia. Si en un princi­
pio el P. Gerardo tuvo que ar­
marse no sólo de paciencia si­
no de una buena arma de fue­
go para convencer a los bando­
leros de que el dueño de la
zona había cambiado, ahora se
v iv e con relativa seguridad. Se
dan cuenta de ello los jóvenes,
que todos los días vienen a pe­
dir una cama en nuestro pensio-

rés de haber conocido la guerra y sus consecuencias:
re 7 desórdenes, este joven ha encontrado, en la Ciudad
de los Muchachos de Lubumbashi, serenidad, paz y una nueva
ilusión para su vida, que labrará con la misma maestría con
que labra la madera que empieza a dominar.

S

20





21

que el trasiego de cerveza o de
nado, en la parte ultimada del
mukoyo (bebida alcohólica lo­
nuevo pabellón.
cal) dura.
Llegan estos jóvenes, en gene­
«Padre, me dice algún estu­
ral de los dieciséis a los dieci­
diante para poder ser admitido,
ocho años, con sus míseros en­
allí es imposible estudiar.»
voltorios, las más de las veces
«A llí es imposible acostarse
iormados por una prenda rota,
pronto», dice otro que quiere
Y vienen a llorar y Q veces a
cambiar su horario nocturno.
pretender (alguno se presenta
Y lo creo pensando en el al­
entrada la noche para que no
boroto de las orquestas con roks
le despidan) que se les de un
Y twisl siempre nuevos, made
sitio en la casa^ a ellos, que
in Congo, que los altavoces de
no conocen lo que es una icasa>, pero que con frecuencia ha­ lejanos bares de los suburbios di­
funden a todos los vientos y que
brán soñado en ella al dormir
a veces con el viento del oeste
en los tugurios de las superpo­
mandan hasta nosotros sus rit­
bladas cités de Lubumbashi o
mos desenfrenados.
en alguna choza de la floresta o
«Padre, tengo hambre», es és­
en algún barracón del mercado
ta una frase frecuente y dicha
o quizás en la prisión. Les v e ­
sin vergüenza. Uno se puede
mos venir un tanto temerosos,
acostumbrar a la miseria, aun sin
como incrédulos de hallarse fi­
renunciar a aprovechar cual­
nalmente dentro, en la «Ciudad
quier ocasión o persona de la
de los muchachos!} dispuestos
que se pueda conseguir algu­
sin embargo a sentirse de casa,
na cosa para calmar la propia
con los otros, que son y® los
hambre. Nuestros jóvenes dispo­
«viejos» Y con nosotros, que so­
nen de tres comidas todos los
mos los Wazungu, los blancos,
días. Adviértase que, con mu­
los europeos. El detalle de la
chísima frecuencia, los habitan­
raza queda indeleble siempre,
tes de las cites negras sólo co­
incluso en las relaciones paterna­
men una vez al día, al volver
les Y de hermanos. Suerte que
del trabajo por la tarde. Su man­
nuestro carácter de «padres» y
jar preferido es el bukari una
de misioneros prevalece sobre
especie de pasta insípida de ha­
el otro particular, lo que nos fa­
rina acompañada de pescado sa­
cilita el trabajo.
ladísimo, muy semejante a nues­
Ahora están durmiendo, cada
tro bacalao. Cuando el plato de
uno en su cama, solos, toda en­
nuestros jóvenes rebosa pode­
tera para uno.
mos estar tranquilos, pues no
Y no parezca extraño lo que
habrá problemas de otro género;
subrayamos. Baste saber que en
es suficiente que al fin de la
Lubumbashi, en una estancia en
comida puedan decir: Ninashiba
la que apenas cabe una cama,
saana: Me he hartado.
duermen muchas veces una do­
cena de personas. Este es caso
frecuente entre las familias in­
SI ME DESPACHAIS
dígenas, las cuales son tan hos­
IRE A LA CARCEL
pitalarias que son capaces un
Alojamiento seguro y comida
día de triplicarse en la misma
suficiente —pagados con cuatro
habitación, acogiendo a todos,
horas de trabajo semanales y
a los blancos, a los hermanos, a
nada más— son para los jóve­
los parientes, aunque lo sean
nes, que van llenando los pa­
en undécimo grado. Aquí todos
bellones a medida que los va­
son hermanos; basta pertenecer
mos terminando, la base de una
a la misma tribu para poder exi­
vida serena sobre la que se
gir algo o deber ofrecerlo.
puede construir el resto más es­
piritual del hombre.
COMEN U N A VEZ AL DIA.
Mas, ¿a cuántos de estos jóve­
nes podemos ayudar? La nues­
Aquí su sueño está rodeado
tra es una piedrecita, que arro­
de silencio, lejos de aquellas zo­
jamos en este mar de miseria
nas en las que hasta altas horas
humana. Es verdad. Pero hay
de la noche el redoblar de los
que empezar, dlóe el Padre Ge­
tam • tam subraya sonoramente
22



rardo, si queremos luego hacer
algo más.
Y para hacer algo más nuestra
escuela profesional se esfuerza
en acoger el mayor número de
alumnos, aunque tengamos que
rechazar centenares que vienen
a suplicarnos que los aceptemos
para el aprendizaje de cualquier
oficio, no importa cuál; lo que
importa es poder decir que fre­
cuentan una escuela. Me decía
uno de ellos, que estaba a pun­
to de ser despedido de nuestra
escuela, después de haberlo si­
do anteriormente de otras diez
por indisciplina:
—Padre, si me echas de esta
escuela no me queda otra espe­
ranza que la Cassapa (la cárcel
de Lubumbashi).
En cuestión de escuela hay
una pega grande. Los puntos de
vista no concuerdan al enfocar
el problema escolar. Los jóve­
nes están terriblemente ansiosos
de frecuentad la escuela, en par­
te por deseo de aprender; fresco
en ellos todavía, dado el recien­
te desarrollo del país; y en mu­
cha parte por el deseo de con­
seguir un diploma que les dé de­
recho a reclamar ante un pa­
riente bien colocado en la aco­
gedora burocracia del Estado, un
lugar tan cómodo y remunerado
como el suyo. Los que idearon
«la Ciudad de los muchachos»
piensan todo lo contrario: no
quieren formar hombres de ofici­
na, burócratas, sino obreros de
trabajo manual; trabajo cuali­
ficado si se quiere, pero trabajo
manual, para remediar la depri­
mente necesidad de tener que
ser guiados en todas las cosas.
Por lo mismo, al centenar de
alumnos actuales, se les repite
con cualquier pretexto cuáles
son nuestras intenciones, para
que se convenzan que si quie­
ren llegar a doctores han de
buscar sitio en otra parte. Pero
en el fondo todos están satisfe­
chos de aprender un oficio.
De momento tenemos sólo dos
secciones: agricultura y carpin­
tería. Esta última cuenta con dos
cursos regulares y está a pun­
to de estrenar su moderno ta­
ller con bancos de trabajo para
sesenta alumnos y toda la ma­
quinaria necesaria. Son máqui­
nas de segunda mano, pero

LUBUMBASHI (CIUDAD DE LOS MUCHACHOS).
El Padre Gerardo Van Asperd, creador de la ciu>
dad (foto 1, primero de la izqmerda), nos envía
estas fotos, agradeciendo cinfinitamente» a los
bienhechores españoles la ayuda recibida de ellos
a través del Boletín Salesiano. Nos dice que al­
berga ya a 100 muchachos internos y 200 exter­

cumplen su fin: basta ver los
muebles que salen de nuestro
primer taller escuela. A decir
verdad el mérito de ciertos tra­

nos, pobres entre los más pobres de la ciudad con­
goleña, capital de Katanga. En las fotos 1 y 2 el
Padre Gerardo con dos religiosas que ayudan en
la ciudad y presenciando el bautismo de uno de
los muchachos. En la 3 y 4 dos escenas deportivas;
en la 5 y 6 uno de los pabellones y el interior del
taller de carpintería, que aguarda maquinaría.

bajos hay que alribuirselo al
coadjutor Emilio Kass, un lu­
xemburgués cpura sangrei lleno
de energia, de actividad, y

gran humor; un verdadero ca­
talizador para nuestra comuni­
dad tan diversa en nacionalida­
des y temperamentos.
— 23

LOS PRIMEROS BAUTISMOS
La agriculíura, como escuela
eslá en los comienzos y
diiicullades se dejan sentir, en es­
pecial por falta de maestros.
También tendríamos que poder
preparar el terreno, que en su
mayor extensión queda inunda­
do por las aguas del Kaíubu du­
rante la estación de las lluvias y
convertido en un pantano. Es­
peramos que realizará nuestro
sueño de conseguir una escuela
agrícola modelo, con sus facto­
rías y cuanto hace falta, para
ver si despertamos en estos jó­
venes congoleños el deseo de
trabajar su tierra, ciertamente
más rica y productiva de cuan­
to permite creer el abandono en
que ha caído desde hace años.
Pero de lo que hay más nece­
sidad es de ganas de trabajar^
del entusiasmo por crear algo
bueno, hermoso y útil con los
medios naturales que Dios ha
puesto a disposición del hom­
bre en esta gran tierra africana.
Precisamente el Padre Gerar­
do trata de infundir este entu­
siasmo en estos corazones juve­
niles, con la energía que tan
abundantemente posee: un en­
tusiasmo y una voluntad que
están en el origen de toda la
obra y que se comunican un po­
co a todos sus colaboradores, de
modo especial cuando discute
's diversos problemas de la
Ciudad, cuando expone proyec­

tos, pregunta pareceres y propo­
ne nuevas ideas. Es interesante
ver la alegría que se apodera
de este hombre, cuando se abren
nuevos caminos, a veces impre­
vistos, para la realización del
grandioso proyecto. En tales mo­
mentos nos resulta natural le­
vantar los ojos al cielo y mur­
murar: Existe la Providencia.
Henos, pues, en camino. En
el mes de septiembre comenza­
mos la sección nueva de mecá­
nica; el centro deportivo se ha
desarrollado y cuenta con club
de balón volea, un equipo de
fútbol, que toma parte en los
campeonatos de júniores de Lubumbashi y un grupo de aficio­
nados al basket. Pero hasta en
esto sentimos la necesidad de
trabajar mucho y de tener una
persona capaz de organizar una
masa de jóvenes, bien dotados
para el deporte, pero no tanto
para el orden y la constancia.
Esperamos hombres de buena
voluntad y capacidad, incluso
oara no agotarnos en un tra­
bajo material de roturación del
terreno, antes de injertar más
profundamente, que en el pa­
sado, la vida cristiana en la
nueva generación congoleña. No
es que el trabajo sacerdotal esté
ausente de nuestras jornadas.
Baste decir que este año se han
bautizado dos jóvenes de dieci­
siete y dieciocho años, y otros
están en avanzada preparación.
No faltan en nuestra escuela

cursillos de formación religiosa
Y social, durante los cuales se
siembra abundantemente la se­
milla de la Palabra de Dios en
muchos corazones paganos u ol­
vidados de su fe cristiana.
Sin embargo, las dificultades
para una transformación verda­
dera durarán varios años, dados
los complejos sicológicos en que
se hallan enredados estos áni­
mos supersticiosos aun antes de
■la edad juvenil. Trabajamos so­
bre un terreno arenoso, pero
confiamos que Dios sabrá asen­
tar su Roca, como ha hecho en
oíros pueblos: nosotros tratamos
de sembrar animosamente y
aguardar con paciencia. Por otra
parte no podemos quejarnos,
pues alguna satisfacción el Se­
ñor nos la manda: hemos apar­
tado de la senda del bandidismo
a más de un joven. Un día dos
tipos que frecuentaban la Ciu­
dad de los muchachos se defen­
dían así de la acusación de be­
ber demasiado: Desde que co­
nocimos al P. Gerardo no nos
hemos emborrachado nunca más.
Estos Y otros desórdenes han
disminuido notablemente. El de­
porte, los sentimientos humanos
que les infundimos, los hábitos
de trabajo son un buen punto
de partida. Nosotros continuare­
mos por esta línea, seguros de
que Dios nos asiste y no nos
falta la protección de María Au­
xiliadora Y Don Bosco.
MARIO VALENTE

D A lflD C O N T R A G O L IA T
Dos misioneros salesianos atravesaban la selva con dirección a una aldea, donde pretendían
construir una residencia misionera. Sin saber de donde Ies salió al encuentro un perrillo, que se les
aficionó tanto que no quiso abandonarles. Los misioneros, en recuerdo del famoso perro que le salía
a Don Bosco para protegerle, le llamaron cGris». La selva dejaba percibir que las fieras no andaban
muy lejos. En el estrecho sendero, que seguían, aparecieron las huellas de su majestad el elefante.
Llegados a un manantial de agua fresca se pararon a beber. En esto se les presentó un enorme pa­
quidermo; fue un momento de pánico; se vieron perdidos. El perrito comenzó a ladrar a la bestia sin
respeto alguno. Daba vueltas y más vueltas en tom o ladrando furiosamente, parecía tener más voz
que cuerpo. Fastidiado por tanto ruido el elefante se alejó y los misioneros, con el corazón palpitando
con fuerza, dieron gracias a Dios y apresuraron el paso.
No hay amigo pequeño.
24 —

dracias de María M ilisáora
y de su ¿póstol S. Juan Sosco
Temíamos un desenlace iatal
Gijón.— El día 15 de mayo amaneció nuestro
hijo de once años con un ataque de meningitis.
Avisado el médico y hechos los análisis, fue inter­
nado de urgencia en el hospital. Pasamos varios
días de verdadera angustia, temiendo un desenla­
ce fatal. Comenzamos en seguida una novena a
María Auxiliadora: por esta misma intención pe­
dían los niños del Colegio Salesiano. L a hermana
que le asistía nos recomendó, unos días antes del
24, que compráramos un sillón cómodo o una me­
cedora, pues tendríamos que estar en ella una
temporada atendiendo a nuestro hijo. Pero cual
no fue nuestra alegría cuando el mismo día 24,
fiesta de María Auxiliadora, pudo abandonar el
hospital, no sin extrañeza de los médicos que pro­
nosticaban más larga enfermedad. H oy día está
completamente bien y sin señal alguna de la hin­
chazón y postillas, que cubrían su cara y el inte­
rior de la boca.
Lo consideramos una gracia de María Auxilia­
dora y así deseamos que sea publicado. N eftalí y
Sofía.

Ocho minutos sin reaccionar al oxígeno
Málaga.— Mi marido está suscrito a su revista
y yo casi siempre que la recibo me voy derecha
a las páginas «:Gracias de María Auxiliadora y de
su Apóstol San Juan Bosco> que leo por curiosi­
dad y satisfacción al ver tantos milagros, ¿por
qué no llamarlos así ? Nunca pensé que en mi
familia y tan a lo vivo me iba a encontrar en
circunstancias parecidas.
El pasado junio les nació a mi hermano y a su
esposa su séptimo hijo. Un chiquillo precioso y
sano. A los siete días lo traen con la terrible en­
fermedad del tétano. Dosis enormes de antitetá­
nica, sonda por la nariz para alimentarlo, incu­
badora, calmantes todos los que podía soportar
y lo que es peor: poquísimas esperanzas de po­
derlo sacar adelante. Pienso en María Auxiliado­
ra y el segundo día de enfermedad empezamos la
novena. Sigue empeorando por días. En el cuarto
día le llevo a la incubadora el cetro de María
Auxiliadora. La enfermedad sigrue avanzando, las
contracciones son cada vez más frecuentes. Como
si esto no fuera bastante horrible, empiezan los
fallos respiratorios. Llegó a tener cinco, uno de
ellos le duró ocho minutos sin reaccionar al oxí­
geno, mascarilla, gimnasia respiratoria... Como
último recurso la enfermera le hace con todas
sus fuerzas la respiración «boca a boca» logrando
extraerle un tapón de flemas. Volvió a respirar.

En uno de los fallos le tienen que quitar la sonda
y luego no hay manera de ponérsela. Está ocho
horas sin tomar alimento. La respiración apenas
se le nota. Es el último día de la novena. Con
toda nuestra capacidad le pedimos a María que
lo salve. Desde entonces empezó lentoniente a
mejorar. Hoy está normal, como cualquier niño
de su edad.
Pienso que Dios permite estos trances para que
nos acerquemos más a él. Nunca he pedido con
tanta fe y devoción a la Virgen como en esos
días. Quiero como lo prometí hacer pública esta
gracia y envío una limosna. M.S Luisa Verdaguer.

El médico dictaminó cáncer
Granada.— ^Habiéndome reconocido el médico de
una fuerte dolencia en el pecho, dictaminó: cán­
cer y la necesidad de una urgente operación. L le­
na de dolor no sabía qué hacer. En ese momento
de tristeza acudí a María Auxiliadora comenzando
una novena. Ella era la única que me podía pres­
tar auxilio y hacer que mi dolor tuviera acepta­
ción delante del Señor. Cual no sería mi sorpresa
y la del doctor, cuando al volver a la consulta,
todo había desaparecido. Agradecida a María
Auxiliadora, ruego se publique la gracia en el Bo­
letín y envío una limosna para la obra salesiana. P. R.

Padecía diabetes aguda
L a niña Carmen Roy Casado, de S años de edad,
padecía diabetes aguda. Y precisamente el día
de Nuestra Señora al hacerle el análisis dio un
resultado completamente negativo. La Virgen se
apiadó de la niña. Quedó totalmente curada. To­
dos dimos gracias y renovamos nuestro fervor
ante su venerada Imagen, por tan probado favor.
Faustina Casado.

Se puso gravísimo
Estando en un pueblecito de la sierra, vera­
neando, se puso mi marido gravísimo. El médico
hizo cuanto pudo. Pero viendo que no mejoraba
y eran ya muchas las horas que seguía en la mis­
ma gravedad, le puse una estampa de María Au­
xiliadora, que en otras ocasiones había usado
para enfermedades, debajo de su cabeza. Entre
el suero que le dieron en aquel momento y la fe
con que lo pedí a la Santísima Virgen, empezó a
reanimarse. En unas horas desapareció la gra­
vedad.
Muy agradecida mando celebrar una misa en
acción de gracias a la Virgen, a quien expreso
mi gratitud de todo corazón. María Crespo.

— 25

Otros corazones agradecidos
Puertollano.-AJn sobrino mío perdió la vista.
Se dieron cuenta después de unos meses. Los mé­
dicos le hicieron un injerto sin dar ninguna clase
do seguridad. Invocamos a María Auxiliadora y
ol niño va recobrando la vista poco a poco. Ma­
riana Molina.
Ponferrada.— Doy gracias a tan buena Madre y
a San Juan Bosco por un favor recibido. Tenía
un hijo del que no sabia nada. Por mediación de
María he conseguido tener noticias suyas. Man­
do la limosna prometida. Esta admiradora de Ma­
ría Auxiliadora. Mercedes Paradelo.
Puertollano.— Ful a Madrid dispuesta a operar­
me, ya que el médico, que me trataba desde hace
mucho tiempo, era de este parecer. Hice la nove­
na a María Auxiliadora y a los tres días de em­
pezarla sentí una mejoría. Desistieron de la ope­
ración y me encontré cada vez mejor. Mariana
Huecas.
Puertollano.— Habiendo tenido un cólico nefrí­
tico con dolores ag^udlsimos por un cálculo, los
médicos no consiguen aliviar a la enferma. Invo­
ca a María Auxiliadora y rápidamente cesaron
los dolores y se realiza la expulsión del cálculo.
Máocima Duque.
Sevilla.— Damos gracias a María Auxiliadora
que por mediación de Ella y su Apóstol San Juan
Bosco nos han concedido un piso. Enviamos agra­
decidos a la Santísima Virgen un donativo para
su culto. /. y M.
Sexñlla.— Doy gracias a María Auxiliadora por
el feliz éxito en mis estudios y agradecidísima a
tan excelsa Madre envío una limosna y deseo que
sea publicada. E. L. M.
San Seóasttd*).— Muy agradecida a María Auxi­
liadora, por haber atendido mis peticiones en dos
ocasiones en que recurrí a Ella, entrego una li­
mosna ptira las Obras del Seminario Saleslano de
Urnleta. Remedios A.
Sevilla.— Le envío una limosna ofrecida a Ma­
ría Auxiliadora en un gran apuro y que mila­
grosamente me solucionó. Agradecida por tan
gran favor, deseo se publique para estímulo de
cuantos necesitan la ayuda de nuestra Madre,
María Auxiliadora. Aíar,</ariía Cotwinoii.
Vigo.—•Habiendo sido escuchada por María Au­
xiliadora en la curación de una hija enferma, en­
trego una limosna para su culto. Afanucla Bodriguez.
Barcelona.— Damos gracias a María Auxilia­
dora y enviamos una limosna, por habernos libra­
do de un accidente mortal de automóvil. Vaíentina Lazcano.
Sevilla.— Se resolvió un asunto familiar y pro­
metí pxiblicarlo y dar una limosna. Lo hago con
sumo agrado e invito a cuantos esto leyeren, se
encomienden con fe a tan celestial Madre. Aan

Siim Buic.
Viyo. San Roque.— Sumamente agradecida por
un favor de nuestra buena Madre. María Auxilia­
dora, entrego una limosna para las obras Salesianas y deseo se haga público en el Boletín Salesiano. Rosa Martínez, cooperadora «lÍM iona.
Celanotxi.— Doy gracias a María Auxiliadora
y envió una limosna por haber curado de una en­
fermedad. Bastltsn Casal.
Osorio.— Damos gracias a María Auxiliadora,
26 —

por haber conseguido de Ella el feliz resultado
en una difícil operación. Mandamos una limos­
na. Félix Tovar y Familia. ..
Afadrid.— Hallándome en ‘un momento difícil
y casi insuperable por medios humanos, encomen­
dé con viva fe su buen éxito a María Auxiliadora,
haciendo una novena ininterrumpida y prome­
tiendo publicar la gracia, si todo acababa favora­
blemente. Cuando menos lo sospechaba se reali­
zó cumplidamente mi deseo, palpando a manos
llenas la maternal intervención de nuestra Auxi­
liadora. Agradecida cumplo lo prometido y ex­
horto a quienes lo lean a confiar filialmente en
tan buena Madre. Una H ija de María Auxilia­
dora.
Madrid.— En acción de gracias a María Auxi­
liadora, deseo publiquen que teniendo una pierna
muy inflada y pensando que tendrían que operar­
me, comencé la novena. Me he curado sin nece­
sidad de la operación. Agradecida envío un dona­
tivo. Siempre que hemos recurrido a Ella nos ha
escuchado: en trabajo, vivienda, salud, etc. Julia
Gordo.
Bilbao.—-Le envío una limosna en acción de
gracias a María Auxiliadora por un favor recibi­
do de la Señora. Le ruego publiquen la gracia por
haberlo prometido a la Virgen. Mapica.
Sevilla.— Doy gracias a María Auxiliadora por
la total curación de mi padre. Cumplo mi promesa
de entregar una limosna para celebrar dos misas
en acción de gracias. Af.® de los Angeles Pérez.
Sevilla.— Encontrándose mi marido gravemente
enfermo, con unas cuantas enfermedades todas de
gravedad, acudí como siempre a María Auxiliado­
ra en la cual tengo muchísima fe. Hoy se encuentra
totalmente bien. Doy gracias a tan buena Madre
y pido nos siga protegiendo. Muy agradecida cum­
plo mi promesa y entrego una limosna para su
culto. P ila r Alvarez Muñoz.
Oviedo.— L e envío una limosna en acción de
gracias a María Auxiliadora. Porque encontrán­
donos en una situación muy apurada, gracias a
su ayuda, conseguimos encontrar un piso. Carmen
Montero.
Barcelona.— Agradecida a María Auxiliadora y
a Don Miguel Rúa por un favor alcanzado por su
intercesión, mando una limosna para la beatifi­
cación del Siervo de Dios. M. A. F.
Sevilla.— Doy gracias a María Auxiliadora, por­
que le evitó a mi madre la operación, que los
médicos hablan juzgado necesaria. Deseo que se
publique y mando una limosna. Aínrfn Autíés.
V aÍencia.~Por dos gracias recibidas de María
Auxiliadora y Domingo Savio en una enfermedad
y en los estudios de mis hijos, publico las gracias
y doy una limosna. Una Cooperadora.
Madrid.— Hice una novena y mando una limos­
na para pedir a María Auxiliadora que me de­
vuelva a mi hijo voluntario de la 1.^ División
Azul que marchó a Rusia. Fue herido en el com­
bate del lago limen. N o pudo retirarse con los
compañeros. Se quedó con otros heridos de la
compañía de esquiadores, inmovilizados a 52 g ^ dos bajo cero y con metro y medio de nieve, aban­
donados sin posibilidad de saber algo de ellos.
Pido a tan buena Madre atienda a mis súpli­
cas. .Variarlo Barbasán.

Cuenca.— ^Mando una limosna y pido a la San­
tísima Virgen y a San Juan Bosco, a quienes
tengo mucha devoción, me curen de una enfer­
medad que hace tiempo padezco. Purificación Es­
cribano.
Madrid.— ^Doy gracias a María Auxiliadora y
a Don Bosco por haber recobrado mi hija el oído
que lo tenía casi perdido. Cumplo mi promesa de
publicarlo y de dar una limosna. J. Encinas.
Barcelona.— Agradezco al Corazón de Jesús que,
por mediación de María Auxiliadora y Don M i­
guel Rúa, hemos obtenido salud, piso y acierto
en la elección de estado de mi hijo. Publico el
favor y mando una limosna para un seminarista
pobre y para celebrar xma misa. Af. A. F.
Oviedo.— Agradezco a María Auxiliadora y a
Santo Domingo Savio un señalado favor y envío
una limosna. Celso Tain Vázquez.

Dan gracias a María Auxiliadora
y envían una lismosna a San Juan Bosco
E lvira Garda de Viñuales, de Córdoba: Ufaría
D. Marhuenda, de Alicante; Esperanza León Gar­
da, de Sevilla; Guadalupe Ferreiro, de Madrid:
A . F., de Celanova; D. J., de Orense: A. Ferrer,
A. Fineu, de Barcelona; Ricardo Font, de Madrid;
S. G. y familia, Cooperadom Salesiana, de V a­
cia; Emilia Caro, de Palma del Río; N . N., de Alcabre-Vigo; N . N., de Madrid; Femando O., de
Estepa; C. Af.; Angeles Hueliti, de Pamplona;
Ai.? Cristina Jorge Medina, de Juncalillo; Aíaría
Concepción Sánchez, de Madrid; Juan José de la
Iglesia, de León-Pinilla; L u d a Santos, de Córdo­
ba; Rosa Cubares Llusd, de Sabadell; Andrés
Ortiz, de Las Cabezas de S. Juan.

V a v o f e s

S a n to

d e

M ^ om ingo

S a v io

M ^ ro te c to r d e Mas MMadres y d e Mas C u n a s

Había que extirparle un riñón
BeUinzago.— L a señorita Ana M.§ Migli, desde
la edad de 14 años siempre tuvo grandes moles­
tias en el riñón derecho, molestias que, con el
tiempo se fueron agravando y le producían dolo­
res agudísimos, y fiebres altas. Visitó a muchos
especialistas. Permaneció dos veces en el Hospi­
tal Mayor de Novara. Siempre se le diagnosticó
que era una infección renal, por lo cual los mé­
dicos repetidamente aconsejaron la extirpación
del riñón derecho.
En esta situación, su madre, decidió invocar la
protección de Santo Domingo Savio, de quien
siempre han sido muy devotos. L a oración, unida
a la promesa de publicar la gracia si la obtenían,
dio su fruto inmediato: después de sólo dos días
de comenzar la novena la fiebre desapareció y la
muchacha abandonó el Hospital; el riñón se ha­
bía salvado.
Posteriormente fue visitada por otros especia­
listas, de diferentes ciudades de Italia, los cuales
únanimemente reconocen que el riñón está com­
pletamente sano.
Actualmente Ana María está casada y hace
cuatro meses que es madre de un hermoso niño,
sin que las molestias del riñón hayan vuelto a
aparecer.
Toda la familia expresa su gratitud a Domingo
Savio por este prodigioso favor y al mismo tiem­
po le piden siga dispensando su continua protec­

ción todos los miembros de su familia. Bartolomé
Forjiara, sacerdote.
Turín.— Hi hijita, Paola, de nueve meses de
edad, se encontró repentinamente enferma con
fiebre superior a los 40 y con ataques convulsi­
vos. Estando en el hospital se repitieron los ata­
ques. El diagnóstico fue terrible: cencefalitis gra­
ve». En esta situación desesperada encomendé a
mi hija a Santo Eíomingo Savio y le puse su esca­
pulario, que yo había llevado antes de su naci­
miento. Pocos días después se inició una ligera
mejoría, que fue aumentando, con la admiración
de los mismos médicos. Hoy mi hija está comple­
tamente curada, sin que le haya quedado ni rastro
de las señales que se siguen después de esta en­
fermedad. Publico este inmenso favor para mani­
festar mi gratitud al gran Santo y para que mu­
chas madres se dirijan a él cuando el dolor las
visite. Carla Caruzzo.
Catania.— En 195S caí enfermo de pulmonía
doble; desahuciado de los médicos recurrí a Do­
mingo Savio y curé. Recaí en 1960 con la misma
enfermedad y de nuevo Domingo Savio me alcan­
zó la curación. En octubre de 1965 tuve que so­
meterme a una delicada operación. Dada mi avan­
zada edad y la gravedad del mal, recurrí nueva­
mente a Domingo Savio y obtuve la curación, con
gran sorpresa de los médicos que me operaron.
Espero ir al santuario de María Auxiliadora de
Turín para ofrecer una limosna y hacer celebrar
una misa en acción de gracias. Salvador Rapicavoli.
— 27

jF n v o r e s

fie l

¡S ie rv o

fie

MPios

MPon W e lip e I ñ in u lA i

Habíamos quedado en la miseria
Roma.— A causa de un revés de fortuna había­
mos quedado on la miseria. Mí marido había per­
dido hasta su empleo, parecía como si para nos­
otros no existiese la posibilidad de rehacernos.
Pasamos días muy amargos, sin poder alimentar
a nuestros cuatro hambrientos hijos de corta
edad. Pero Don Felipe Rinaldi, a quien invocamos
llenos de fe y confianza, nos ayudó. Mi marido
encontró trabajo, que le permite atender desaho­
gadamente a las necesidades de la familia. Don
Rinaldi, a quien hemos acudido en otras circuns­
tancias, siempre nos ha ayudado. De lo más ínti­
mo de nuestro corazón le manifestamos nuestra
gratitud por tanta bondad. Irene Passi.

Gracias de Doña Dorotea de Ghopítea
{CO O PE R A D O R A S A L E S IA N A )
La Arbeca.— Por haber aprobado mi hija las
oposiciones al Magisterio, a quien encomendé a
Doña Dorotea, cumplo mi promesa de publicar
In gracia y do jnandar una limosna para su beati­
ficación. Josefa Barés.
Aíisaneta del Maestrazgo.— Por una gracia ob­
tenida mando una limosna para la Causa de
Beatificación de Doña Dorotea. Natividad Cen­
telles.
Posadas.— Expreso mi gratitud y mando un do­
nativo para la Causa de Beatificación de Doña
Dorotea. Antonia Teruel de Bernardo.

GRACIAS DE NUESTROS SIERVOS DE DIOS
Y MARTIRES
Puertollano.- Expreso mi gratitud a Mamá
Margarita por los beneficios recibidos en un viaje
peligroso. A/arf<i Ai«.vjimdora iSedotido.
Valucrde.- -Habiendo oído decir que los que se
encomendaban a Sor Connen ilíomu), H ija de
María Auxiliadora y mártir en la Revolución,
conseguían su protección, le pedí un favor. Dolo­
res Villadeamigo.
Nos encontrábamos en una circunstancia bas­
tante difícil do resolver y confiamos con gran fe
el asunto al querido Superior y M ártir Salesiano
Don Anfonio Aforfin, con quién habia tenido con­
tacto durante su vida, recibiendo siempre la im­
presión de que era un auténtico salesiano, apóstol
infatigable de María Auxiliadora: apoyada en su
influencia ante Dios y María Auxiliadora espe­
ramos la feliz solución de nuestro problema.
Para que viera más palpable su ayuda, el asun­
to más bien fue complicándose, y por dos o tres
28

En pocos días curó compietamenie_____
Novara.— El joven que suscribe, a consecuencia
de un grave accidente de carretera, recibió gra­
ves heridas y permaneció quince días en el hos­
pital. Se encomendó a Don Felipe Rinaldi, y ape­
nas una monja. H ija de María Auxiliadora, le
puso debajo de la almohada la reliquia del Siervo
de Dios, inmediatamente empezó la mejoría; re­
cobró el conocimiento y en pocos días curó com­
pletamente. Desea que la gracia sea publicada en
el Boletín Salesiano. Envía una pequeña limosna.
Juan Carlos Franzini.
El Siervo de Dios Don Felipe Rinaldi me ha
escuchado resolviendo maravillosamente circuns­
tancias muy difíciles. Agradecida lo publico para
su gloria. S. M. M.
veces surgieron enormes dificultades que pare­
cían hacer imposible la solución. Sin embargo,
cuando todo se ponía peor, de repente surgió la
solución, y todo se arregló, aún mejor de lo es­
perado.
En otras varias cosas en que he acudido al Re­
verendo Don Antonio, he sentido siempre su efi­
cacia consiguiendo cuanto se le pedía por difícil
que pareciera.
Agradecida cumplo la promesa de publicar la
gracia animando a acudir a su eficaz interce­
sión. S. M. M. (H ija de Maria Auxiliadora).

NOTA IMPORTANTE
PA R A LOS COOPERADORES SALESIANOS
QUE VIVEN EN POBLACIONES DONDE NO
H A Y CASA SALESIANA
Siendo muchos los cooperadores salesianos,
que viven en localidades donde no hay Casa
Salesiana ni Centro de Cooperadores, les comu­
nicamos por medio del presente Boletín, que
DESDE OCTUBRE RECIBEN la HOJA DEL
COOPERADOR SALESIANO con pensamien­
tos, sugerencias de actividades apostólicas y
encuestas, todos los que la han solicitado,
a fin de que cada mes tengan algo que les
recuerde que son cooperadores y los haga cada
vez más, mejores cooperadores.
Lo mismo: Si algún lector del Boletín, no es
cooperador y desea serlo y recibir dicha HOJA
escriban a: DELEGADO N AC IO N AL DE
COOPERADORES SALESIANOS
Apartado 9.134 - MADRID (2)

Roguemos por nuestros difuntos
Doña Carmen Rodicío
a los sesenla y nueve
años de edad, en Valverde de Orense, el 27
de abril.
Era hermana del márlir salesiano, Don Gil Rodicio, Y madre del sacerdote salesiano, D. V ic­
toriano Vila. Madre de diez hijos, su vida fue
un tejido de sacrificios para sacarlos adelan­
te con decoro en los difíciles años de la gue­
rra. El final de sus días también se vieron so­
metidos al dolor, por un cáncer que le deparó
larga y dolorosa agonía.

Fueron características suyas la alegría y el tra­
bajo incansable, acompañados de una conti­
nua aspiración a Dios, que inculcó también
a sus numerosos hijos.
Roguemos también por el alma del sacerdote
salesiano, don Ildeionso Gómez; clérigo sa­
lesiano, don José Fernando López, y del co­
operador, don A ngel Torres Ossorio.
Por todos los difuntos de la Familia Salesiana
elevemos al Señor abundantes oraciones y
piadosos sufragios.

FORMEMOS NUESTRA BIBLIOTECA
F. Houtart

R E N O V A C I O N
La Iglesia ante el futuro
Versión castellana de E. M a rti L lo ret. 12,2 X 19,8 cms. 232 págs. Rús­
tica 125 ptas. Sobrecubierta de A.
Tierz. Editorial Herder, Barcelona,
2967.
L a actualidad del tema y la atención de que
es objeto por parte de diversos sectores, requería
un autor de prestigio, que abordara el asunto con
objetividad.
La primera parte de la obra la ocupa el estudio
de los cambios que provoca en el hombre la civi­
lización técnica en que vivimos; el autor domina
la estadística, la encuesta y el dato, y va anali­
zando los cambios que esta sociedad tecnicista
impone en el orden social, en las relaciones hu­
manas, en la educación.
L a obra de Houtart es de índole sociológicoreligiosa. El autor hace un enfoque completamen­
te nuevo de algunos problemas, entre otros, el
apostolado de los seglares, la adaptación de las
órdenes religiosas, el clero y el problema del co­
munismo, la nueva teología. Todo ello se estudia
a la luz de una exigencia: la adaptación de la
Iglesia al mundo real en que vivimos, de acuerdo
con las normas y el espíritu del Concilio y los
principios inmutables del cristianismo.
Cuestiones como cexplosión demográñca>, limi­
tación de la natalidad, por no citar más que dos
de las más acuciantes, son planteadas por el
autor en toda su dimensión.

C. Jean-Nesmy
PRACTICA DE LA CONFESION
Versión castellana de Alejandro Ros.
12,lf X 19,8 cms. 568 págs. Rústica
225 pías. Sobrecubierta de A . Tierz.
Editorial Herder, Barcelona, 1967.
Es obvio que muchas personas están alejadas
de la práctica de la confesión por no haber ca­
lado hondo en la significación del sacramento,
mientras que otras en cambio lo practican con
una rutina lamentable, reduciéndolo a la declara­
ción de una lista de pecados.
E l libro de Nesmy ayudará a muchos a tener

ideas claras y fructíferas sobre el sacramento de
la confesión. ¿Quién no desearía saber confesar­
se? H ay que aprender para ello, en primer lugar,
a reconocer los propios pecados, en toda su reali­
dad objetiva, personal y sobrenatural, para con­
cebir un verdadero pesar que no sea sólo un re­
mordimiento estéril o bien un despecho orgulloso,
sino verdadero acto de contrición, dotado de la
eficacia propia de lo que es sacramental. Es me­
nester descubrir luego por qué razones es necesa­
rio confesar las propias faltas a un sacerdote, si
se quiere hallar qué hay que confesar y cómO‘
conviene hacerlo.
Finalmente, para poder apreciai* la suerte y la
gracia de usar del sacramento de la penitencia
en general, y, más en particular, para poder sacar
provecho de la exhortación del sacerdote o de la
satisfacción que nos impone, hay que haber ad­
quirido conciencia más clara del milagro de jus­
ticia y de verdad, no menos que de misericordia,
llevado a cabo por Dios en nuestra reconciliación
sacramental con la Iglesia, y por consiguiente,
con Cristo.
Un libro que prestará excelentes servicios en
catequesis de adultos, círculos parroquiales, y cen­
tros de apostolado en general.

J. Goldbrunner y otros autores
METODOS CATEQUISTICOS
DE HOY
160 págs. l i X 20 cms. Rústica 115
pesetas. Sobrecubierta de A. Tierz.
Editorial Herder, Barcelona, 1967.
C L A F -C E L A M .
Del mismo modo que el artesano renueva de
vez en cuando aus herramientas de trabajo, lo
propio debe hacer el catequista. Conviene que
examine su instrumental metodológico, a cierta
distancia, y lo contraste con sus necesidades ac­
tuales. El presente libro podrá servir de orienta­
ción, ya que traza un bosquejo del arte de la ca­
tequesis en la teoría y en la práctica hasta nues­
tros días, y en nuestros días.
En él se explican en breve espacio los métodos
teóricos y prácticos de la moderna catequesis, lo
que es totalmente indicado para los estudiantes
de las escuelas superiores de pedagogía, catequis­
tas y profesores de religión.

— 29

formacíoNdei^ocacíones
«El mejor premio que Dios concede a una familia es un hijo sacerdote.» (Don Bosco.)
INSPECTORIA DE BARCELONA
P. Provincia: P.‘ San Juan Bosco, 74 - Barcelona'17
BECAS EN FORMACION
Boca «Don Juan Antal». Total: 94.000
Beca «Florencio Sánchez». Total: %.000 pta.
Beca «Santos Antonio y Sebastián». Total: 10.000 pta.
Boca «José María Valles Plá». Total: 6.000 pta.
Beca «Claudio García». T ota l: 26.000 pta.
Beca «María Auxiliadora». R. Vergés Llardent. T . : 30.000.
Beca «Nuestra Señora de Montserrat». Total: 66.000 pta.
Beca «Doña Bibiana Soclas». Total: 17.000 pesetas.
Beca «Don Felipe Alcántara». Sarriá. Total: 3.000 pta.
Beca «María Auxiliadora». Tarrasa. Total: 16.000 pta.
Beca perpetua «D .» Clementina Valintitjana Croa de Baró».
Total; 20,000 pta.
Beca «Sr. V .» Total: 8.000 pta.
Beca perpetua «María Casacuberta de Masó». Total: 5.000.
Boca «Santo Domingo Savio». Total: 16.000 pta.
Beca «Estanislao Muzás». Total: 16.000 pta.
Beca «San José». Total: 6.000 pta.
Beca «Doña Dorotea». Rocafort. Total: 27.000 pta
Beca «Santa Emilia». Total: 26.000 pta
Beca «María Auxiliadora». Sarriá. Total: 5.000 pts.
Beca «Don José Recasens». Total: 4.199,60 pta.
Beca «Dolores Casacuberta». T o ta l: 10.000 pesetas
Beca «María A. Porta de Durán». Total: 8.000 pts.
Beca «Sr. Martín Goicochea». Cole,^io Sarriá. Total: 25.000
Beca «P . Viñas». Archicofradía de Sarriá. Total: 5.000 ptas.
Beca perpetua «J. M .» Total: 5.000 pts.

INSPECTORIA DE BILBAO
P. Provincial: Escuelas Salesianas . Deusto-Bilbao
BECAS EN FORMACION
Beca «Mamá Margarita». L. Cañada. Pamplona. N. e.; 250
pts. Total: 17.600 pts.
Beca «M.4 de loa Angeles Postigo Labrador». Total: 16.000.
Beca «Conchita Diez Noza». Total: 15.000 pts.
Beca «Srtaa. Ramona y Joaeflnn de Felipe*. T . : 60.000 pts.
Beca «D. Podro Olivazzo». Total: 30.000 pesetas.
Beca «D, Cirilo Sagastagoitia». promovida por los AA. AA.
de Baracaldo. Total: 16.000 pesetas.
Beca «D. José Díaz de Cerlo VaJlc v Petra Gastón Ventosa».
Total: 4.000 ptas.
Beca «Santísima Trinidad*. Total: 27.000 p*aa.
Beca «Carmina Gutiérrez». Total: 29.000 pts.
Beca «Ag\istina Alonso». Total: 28.000 pts.
Beca «Piedad Ramos». Total: 26.000 pta.
Beca «Natividad Postigo». Total: ^.000 pts.
Beca «Paqulto Gutiérrez». Total: 28.000 pts.
Beca «Rosarlo Gutiérrez». Total; 29.000 pts.
Beca «Fernando y Rufina». Total: 28.000 pts.
Beca perpetua «San Cosme y Sta Magdalena». T . : 75.000 pta.
Beca «Marta Auxiliadora». 2.* Arch. Baracaldo. T . : 13.000
Beca «F . Canales». Total: 14.000 pts.
Beca «Matilde Pelayo*. Pamplona. Total: 5.000 pts.
Beca «D. Ramón Zabalo». Baracaldo. M. Fernández. To­
tal: 26.000 pts.
Beca «Sr. Justl». Deusto (Colegio). Total: 19.500 pts.
Beca «Virgen del Castillo». El Rovo. Total; 9.300 pts.
Beca «I. Concepción*. J. L. M. Total: 5.600 pts.
Beca perpetua «San Martín*. Total: 31.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Zuozo. Total: 5.600 pts.
Beca «D. Bosco». Ciudad Laboral. Pasajes. Total: 6.720
Beca «Francisco Tierra*. Burcefta. Total: 8.600 pts.
Beca «Sagrada Familia». Son Sebastián. Total: 10.000 pts.
Beca «Son Juan Bosco». Santander. Total: 6.000 pts.
Beca «Santo Domingo 5»avio*. Santander. Total: 19.500 pts.
Beca «José Puertas». Deusto. Tota!; 10.000 pts.

30 —

Beca «Sres. de Udaetxe». Bilbao. Total: 34.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». D. R. G. R. Total: M.OOO pts.
Beca «San Andrés». Burgos. Total: 1.327,36 pts.
Beca «Nuestros Mártires». Zuazo. Total; 18.509 pts.
Beca «María Auxiliadora». I I. Total: 20.000 pts.
Beca «Alfonso (Jómez Pineda». Pamplona. Total: 5.0CXI pts
Beca «S. José Obrero». (Industriales-Santander). T . : 10.()00.
Beca «María Auxiliadora». (Arcb. Santander). T . : 6.000 pts.
Beca «S. Paulino». Baracaldo. Total: 23.000 pts.
Beca <E. D. Caprani». Baracaldo. Total: 6.000 pts.
Beca «D. J. Santos». Deusto. Total: 17.000 pts.
Beca «Jesús Aznar». Promovida por Doña María Salmerón
Vda. de Aznar. Total: 7.000 pts.
Beca «Coadjutor don Pedro Martínez»: 100.000 pesetas.

INSPECTORIA DE CORDOBA
P. Provincial: Calle María Auxiliadora, 14 - Córdoba
BECAS E N FORMACnON
Beca «María Auxiliadora». Málaga. Total: 16.300 pts.
Beca «Cbas. Juventud Salesiana». La Orotava. T . : 40.000
Beca «Escuelas Externas». Montilla. Total: 6.000 pts.
Beca «Don Antonio Espinosa». Tenerife. T . : 42.8()0 ptas.
Beca «Santa Cruz de Tenerife». Tenerife. T . : 32.0(X1 ptas.
Beca «Sto. Domingo Savio». Cías. Tenerife. T .: 21.000 ptas.
Brea «Virgen del Pino». Teror. Total: 47.000 pts.
Brea «Fam ilia Atilio L e y». Las Palmas. Total: 1.600 pts.
Beca «Fam ilia Naranjo». Las Palmas. Total: 2.900 pts.
Beca «Fam ilia Lago». Las Palmas. Total: 4.800 pts.
Brea «Fam ilia E. de Chacón Hdez.» Las Palmas. T. 6.100.
Brea «Fam ilia Torre». Las Palmas. Total: 3.800 pts.
Brea «Fam ilia Feo. L«Ón Navarro». Las Palmas. T .: 2.900.
Broa «Fam ilia Lara Padfn». Las Palmas. Total: 5.100 pts.
Brea «Sto. Domingo Savio». Cías. Las Palmas. T .: 80.800.
Prca «Juan X X III» . Montilla. Total: 14.360 pts.
Brea «María Aux.» Cooperadores. Antequera. T . : 6.500 pta.
Brea «S. Juan Bosco». Lopera (Jaén). Total: 20.000 pts.
Brea «Fam ilia Ansorena». Total: 17.000 pta.
Beca «Fam ilia Hoyos (R>nzález>. Total: 71.833 pts.
Brea «Pam illa Espejo Gómez». Montilla. Total: 12.000 pts.
Beca «Domingo Savio». Cías. Religiosas del Colegio Santa
Teresa. Total; 4.700 pts.
Beca <D. Salvador Rosés». Ronda. Total: 99.000 pts.
Beca «Fam ilia Muñoz». Total: 18.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Antonio Royán. Total: 25.200 pts.
Beca «Marta Auxiliadora». Familia Gómez Briasco. T ; 34.000
Beca perpetua «T roya Gozálvei*. Ubeda. Total; 24.000 pts.
Brea «Ntra. Sra. de Consolación». Torredonjimeno. T .: 20.000
Brea «Fam ilia Franchis». Las Palmas l.á e.: 600 pts.
Beca «V’ irgen del Pino». Las Palmas l.S e .: 1.000 pts.
Brea «D. Bernardo Lópes Baena». Córdoba. T . : 12.000 pts.
Beca «Baldomcro Pagan». Total: 16.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. del Carmen». Pozoblanco. T ota l: 26.000 pts.
Beca «Pura Bermúdez». Málaga. Total: 26.000 pts.
Beca «Santa Isabel». Granada. Total: 34.000 pts.
Beca «Sto. Dgo. SaNio». CMas. Religiosas. Ronda. T . : 13.000.
Beca «S. José y Ntra. Sra. Monserrst». Granada. T .: 18.200.
Beca «Utrera Deherves». (Dórdoba. Total: 10.000 pts.
Beca «Nicolás Rodríguez». Las Palmas. Total: 2.100 pts.
Beca «San José». Pozoblanco. Total: 4.000 pts.
Beca «Santa Teresa». Granada. Total: 16.160 pts.
Beca «.Moisés Redondo Tirado». Pozoblanco. Promovida
por D. José Fernández. Total: 40.000 pts.
Beca «San Rafael». Córdoba. Total: 17.737 pts.
Beca «San Miguel». Montilla. Total: 21.300 pts.
Beca «Manuel Hemándex». Las Palmas. Total: 6.000 pts.
Beca C.T. M. Manfredlni». Granada. .Total: 67.000 pts.
Beca «P . Santa Catalina». 2.t Las Palmas. Total: 1.000 pts.
Beca «S. Juan Bautista». (Córdoba. Total: 13.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. de Luna». Pozoblanco. T ota l: 25 000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Pocoblanco. Total: 50.000 pts.

1

Beca «D. Sebastián María Pastor>. Total: 4.016 pts.
Beca «Rafael Moure Ríos». Córdoba. Total: 8.750 pts.
Beca «D. Vicente Reyes». Córdoba. Total: 2.200 pts.
Beca «N . R o d r i^ e z ». I*as Palmas. Total: 2.100 pts.
Beca «Sra. F. Peña». Málaga, Total: 12.000 pts.
Beca «Montilla». Montilla. Total: 25.000 pts.
Beca «Fam ilia Vargas». Ronda. Total: 10.000 pts.
Beca «Doña María». Las Palmas. Total: 3.700 pts.
Beca «Sagrado Corazón de Jesús». Las Palmas. T ota l:
23.862 pts.
Beca «M anud Moreno». Las Palmas. Total: 1.500 pts.
Beca «Mártires de Pozoblanco». Total: 8.725 pts.
Beca «Matrimonio CLM-SCB». Málaga. Total: 46.060 pts.

INSPECTORIA DE MADRID - «DESAMA»
P. Provincial: Paseo del General Primo de Rivera, 25
Madrid (5) . Teléf. 227 56 91
Recordamos a todos los participantes en BESAMA las
tres cateporias de Becas Completas:
—Beco O R D IN A R IA : 50.000 pesetas.
—Beca M A Y O R : 100.000 pesetas
—Beca P E R P E T U A : £60.000 pesetas.
Siempre pueden enxHar donativos para ir completando
las becas eBESAMA*.
BECAS E N FORM ACION
Beca «Besama» n. Donativos: C.S H. F., 500: Miguel y Ma­
ría. 100: P. E.. 1.000: T. Bogotá. 100: E. Jiménez-Amáu,
1.500. Total: 43.438 pts.
Beca «María Auxiliadora» n. Atocha. M.S Paz. 50; Ana L .
Ayala, 1.000. Total: 30.025 pts.
Beca «Sto. Dcnningo Savio». C.S M.3 Auxiliadora-Atocha.
N. e.: 5.000 pts. Total: 11.000 pts.
Beca «Fam ilia D. Antonio Miranda, salesiano». N. e.: 5.000
pts. Total: 15.000 pts.
Beca Mayor «V. S.» P.B Extremadura. Total: 50.000 pts.
Beca «Josefa A. Roldán y Familia». Total: á).600 pts.
Beca «D.S Mercedes Cruzado». Total: 12.000 pts.
Beca «Fam ilia Mesonero Rodríguez». Total: 11.000 pts.
Beca «Padre Esteban». AA. AA. Paloma. Total: 19.305 pts.
Beca «Arch. M.9 Aux.» P.2 Extremadura. Total: 13.000 pts.
Beca «Casimiro Ramiro». A. A. Atocha. Total: 30.000 pts.
Beca «M. A. L .» Total: 18.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Salamanca. Total: 16.300 pts.
Beca «Don Juan». II. Total: 10.000 pts.
Beca «S. Elstanislao». Familia López Alvarez. Salamanca.
Total: 80.000 pts.
Beca «E l Coadjutor Salesiano». Cias. Paloma. T .; 40.000 pts.
Beca Mayor «Nuestros Mártires». General López de Letona.
Total: 60.000 pts.
Beca «D. Higinio Arce», para Coadjutor Salesiano. T . ; 25.000
Beca «S. Francisco de Sales». Estrecho. Total: 9.645 pta.
Beca «Padre Esteban». AA. AA. Paloma. Total: 9.800 pta.
Beca «Vda. Casanovas». Total: 5.000 pts.
Beca «Sánchez Blanco», n. T ota l: 6 000 pts
Beca «Don F élix González». Familia Pardo. T .: 20.000 pta.
Beca «F . de B.». Béjar. Total: 25.000 pts.
Beca «Doña Dorotea». Madrid-Don Bosco. T ota l: 20 000 ota
Beca «Vda. de Pujadas». Total: 12.000 pts.
Beca «Centro Juvenil». P.fi Extremadura. Total; 13.600 pta.
Beca «Ntra. Sra, de las Angustias». Arévalo». T .: 26.500 pta.
Beca Mayor tóta. Teresa y S. Vicente». Total: 98.000 pta.
Beca «V irgen del Carmen y Animas purgatorio». T. 40.000.
Beca «N tra Sra, del Carmen y S. Lucas». T o t^ : 24.000 pta.
Beca «Doña Carmen Olalla». Total; 35.000 pts.
Beca «Manuel Nicolás». Total: 10.000 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA - «BESASE»
P. Provincial: Calle María Auxiliadora 18 - Sevilla
Teléis. 35 04 86 ■ 35 01 00
BECAS E N FORM ACION
Beca «Mártires Salesianos de Morón». Morón. I . t e.: 1816.
Beca «Corpus Chrisli*. J. Quintana. Sevilla. N. e.; 1.500 pe­
setas. Total: 9.830 pts.
Beca «M .« Auxil.». por A. R.. Sev. N. e.: 500. Totól: 4.000.
Beca «Ntra. Sra. Sgdo. Corazón». Morón. Total: 20.000 pts.
Beca «Stella Maris». Huelva. Total: 28.100 pts.
Beca «Colegio Salesiano». Erija, Total: 26.500 pts.
Beca «Virgen Victoria». Mérida. Total: 55.500 pts.
Beca «Clemente Guedc». Cádiz. Total- 6.775 pts.
Beca «Santo Domingo Savio». Erija, Total: 23.noc pta
Beca «Colegio Salesiano». Sevilla, Poi A. R. ’ 000 pts.
Beca «Ntra. Sm. del Rosario».
?ota1: ,..-j00 pts.
Beca «D. F. Javier Montero». Tota' • I.VXI pt».
Beca «Santiago Apóstol*. Cádiz. Total: 60.000 nts.
Beca «Marta Auxiliadora». Puerto Real. Total: 14.000 pta
Beca d>on Florencio Sánchez». Sev.-Trtn. Total; 10.000 pts.
Beca «D . Luis Hemándex». Sevilla Trinidad. Total: 10.000.

Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Bcca
Beca
Beca
Beca
Beca

«Rvdo. Tomás González». Sevilla. Triana. T . : 2S.006
«Bodas de Oro». AI. Guadaira. Total: 60.000 pts.
«Cor. de Jesús». H. Dña. Salvadora 'rarcia. T . . lU.üUb
«V. Esperanza». Sevilla. Tota-' 1.750 .)ts.
«D. Juan Torres». Jerez. Total: 20.000 pts.
«Sgdo Corazón». Coop. Utrera. T ota l. 63.000 pts.
«R . Romero*. S. J. del Valle. Total: 5.193 pía.
«D . Andrés Yun». Algeciras. Total: f 1)00 pta.
«F . Molpeceres». Carmena. Total: 13.i ■' nts.
«C. 1. Cooperadores». T ota l; 15 000 pts.
«C. S. San Pedro». Sevilla Total: l.OnC j
«Doña. Josefa Rodríguez». Total; 2.000 '>'s.
« I . Conc^>rióci». L a Linea. Total: 600 pts.
«Maestro Pagés». Cádiz. Total: 13.295 pts.
«San Juan Bosco». (3 .»). R. U. S. Total. b-OOO ot.«F . Alcalá Viva». Morón. Total; 10.000 pta.
«San Andrés». P. del Condado. Total; 5.000 pta.
«P . Agustín Nofré*. Utrera. Total: 26.810 pts.
«Son Juan Bosco». Cáceres. Total: 16.750 pta.
«D. José Canal». Sevilla. T ota l: 31.600 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
P. Provincial: Calle de Sagunto, 212 - Valencia
BECAS E N FORMACION
Beca «Cooperadores de Valencia». Total: 8.500 pta.
Beca «Azul y Rosa». Total: 27.500 pts.
Beca «Círculo Domingo Savio». 1.* e.: 1.500 pts.
Beca perpetua «Juan Manuel», por D.3 Carmen Gómez d*
Tortosa. Alcoy. 1.9 e.: 50.000 pts.
Beca «Niño Jesús del Milagro». Total: 30.000 pf<».
Beca «Rvdo. D. Mariano Aisa». Burriana. Total; 17.500 pt*.
Beca «San Bernardo». Villena. Total: 22.000 pts.
Beca «Ntra. Sra del Pilar». Zaragoza. Total; 33.000 pts
Beca «Antonia Cabot». Albacete. Total: 25.000 pts.
Beca «Jesús Mendivil». Valencia Total: 25.000 pts.
Beca «D. Luis Berenguer». Alicante. Total: 20.000 pts.
Beca «P . Tarín». Godella. Total: 3.000 pts.
Beca «Trabajo y Honradez». Valencia. Total: 24.000 pts
Beca «San Vicente». Valencia Total; 64.000 pts.
Beca «Archicofradía de M. A. 2.S». Primera e .: 4.000 ptíK.
Beca «Francisco Serrats». Valencia T otal; 8.000 pta.
Beca «Ramón Guerrero». Albacete. Total; 12.550 pts.
Beca «San Agustín». Alcoy. Total: IS.OOO pts.
Beca «Virgen de Luz». Cuenca. Total; 13.725 pta.
Beca «Colegio Salesiano». Valencia. Total; 83.500 pts
Beca «Perpetuo Socorro». Valencia. Total: 6.000 pts.
Beca «San José». Alicante. Total; 10.000 pts. .
Beca «Virgen del Pilar*. Alicante. Total: 5.000 pts.
Beca «Colegio Salesiano Burriana». Total: 11.000 pts.
Beca <D. José Calasanz». Total; 14.025 pts.
Beca «Antiguos Alumnos» Valencia. Total: 2.050 pts
Beca «C olerio San Juan Bosco». Valencia. Total: 6.000 pts-.

INSPECTORIA DE ZAMORA
P. Provincial: Universidad Laboral • Zamora
BECAS EN FORMACION
Beca «M .t Auxil.» Zamora. Rey Femando, l. t e .: 10.000 pts.
Beca «M .l Aux.» Oviedo-Naranco. N. c .: 3.890. Total; 17.390.
Beca <D. Pedro Olivazzo». Astudillo. N. e.: 700. T .: 12.376.
Beca «Domingo Savio». León. N. c .: 1.000. Tutol: 16.666 pts.
Beca «Virgen de Villanueva». Allariz. N. e.: 9.200. T .; 21.125
Beca «N .í S .i Covad.» Tudela Vcguln. N. e.: 6.000. T .: 19.346
Beca «María Auxiliadora». Allariz. 1.4 e.: 25.000 pts.
Beca «San Benito». Allariz. Total: 28.000 pts.
Beca «José Sabaté». Vigo. Total: 31 OOO ptr.
Beca «Don Emilio Montero». Orense. N. e .: 4.300 pesetas.
Total; 22.800 pesetas.
Beca «D. José Saburido». Orep^e. Total: 22.000 ;-ts.
Beca «D. Ernesto Armelles». C onfia. (Colegio). T . : 33.760.
pesetas.
Beca «P . Miguel Salgado». Vigo. S. Matías. N. e.' 900 pe­
setas. Tota); 48.750.
Beca «María Auxiliadora. Celanova. N. e.: 20.000. pesetaaTotal: 32.000 pesetas.
Beca «Marta Auxiliadora». Are. Zamora. Total: 19.500 pts
Beca «P . Cirilo Sagastagoitia». León. T ota): 36.100 pts.
Beca «D. Tomás Bussons». Vigo. S. Matías. Total: 20.000 p.
Beca «M.9 Auxiliadora». Vigo. S. Matías. Total: 32.000 pts
Beca «San Cristóbal». Vigo. S. Matías. T ota l; 8.000 pta»
Beca «Doña Lucía Becbade». Cambados. Total; 14.260 pta
Beca «San José». Vigo. S. Matías. Total: 58.000 ptas.
Beca «P . Fila Arce». (Bodas de Plata). Maaaveu. T .; 32.000.
Beca ^ t o . Domingo Savio». Vigo. S. 5 atías. Total: 10.600.
Beca «Cooperadores Ceñido». Vigo. S V-'tlas T .; 9.000 pts.
Beca «San Juan Bosco». Vigo. Hogar. ■utsl; 7 oOO ptas.
Beca «<3eíerino Namuncuré». Vigo. R ogai. Jotai: *5.000 nts
Beca «Marta Auxiliadora». Vigo. Hogar. T otrl: ó.m^
Beca «Sto. Domingo Savio». Camba-Ios. Total: 14.500 ptas.
Beca «San José». Compañías. Zamora. Total. 11.000 ptas
Beca «José Trisarri». Estudiantes. Zamora. T . : 7.250 ptas
Beca «Círculo Sto. Domingo Savio». Zamora. T .: 14.600 pts.
Beca <S. León Magno». Zamora. Total; 26.000 ptas.
Beca «Sto. Domingo Savio». Avilés. Total: 4.600 pesetas.

— 31

DN HOSPITAL PARA DIBRUGARH
La diócesis misionera salesiana del Dibrugarh es
una de las más necesitadas del Assam, India.
Cuando su primer obispo indígena, Mons. D’Rozario,
visitó Barcelona, expuso la urgente necesidad que sen­
tía su misión de un hospital.
Una dama barcelonesa concibió un proyecto para re­
caudar fondos: Doña Pilar Alcalde acuñó unas meda­
llas de oro con la efigie del primer obispo.
A todo bienhechor que con destino a la construcción
del hospital entregue un donativo mínimo de 2500 pe­
setas se le da como recuerdo de su caridad ima de esas
medallas de oro.
Las características de la misma son:

Oro de ley de 22 quilates.
Peso aproximado 20 gramos.
Diámetro 30 milímetros.

in

La medalla en sí es una obra delicada y de artística
presentación.
Los lectores que deseen ayudar a la construcción
del Hospital Católico de Dibrugarh y obtener la citada
medalla diríjanse a:

Anverso y reverso de la meda­
lla conmemorativa de Mons. Hubert D'Rozario.

PROCURA DE LAS MISIONES SALESIANAS
Alcalá, m

-

MADRID (S )

B. G. Salesiana; Madrid-Atocha
Texto
BOLETIN SALESIANO

Sumario

ORGANO DE LA PIA U NIO N DE
COOPERADORES S A L E S I A N O S

H A C IA LA FE V I V A ............................

3

ReyiiÉa de la Obra de Don Bosco

A PESAR DE LA G U E R R A ....................

6

EL M AYO R DOCTOR DEL AM OR DIVINO

8

LA V ID A SOCIAL DE LOS NIÑOS . . .

12

NOTICIARIO SALESIANO MUNDIAL . .

13

ANECDOTARIO DE DON BOSCO . . .

18

Alcalá, 164 • Apartado 9.134

PADRE, AH O RA D A G U S T O ................

20

Teléfono: 25520 00
MADRID-2
Depósito legal: M. 3.044-1958
{Con censura eclesiástica)

CRONICA DE G R A C IA S ........................

25

BOGUEMOS POR NUESTROS DIFUNTOS

29

FORMEMOS NUESTRA BIBLIOTECA . .

29

Año LXXXI - Núm. 11 - N ov. 1967
DIRECTOR:

JAVIER RUBIO IBASIEZ
DIRECCION, REDACCION Y ADMON.:

NUEVO INSPECTOR EN LA INSPECTORIA BILBAINA
Terminados los seis años del
mandato inspectorial, de Don Emi­
lio Hernández, ha recaído el nom­
bramiento de inspector para la
Inspectoría de San Francisco Ja­
vier sobre Don Luis Puyadena,
hasta la fecha director de la Ciu­
dad Laboral Don Bosco, de Pa­
sajes.
La Inspectoría de San Francis­
co Javier, o Inspectoría bilbaína,
fue segregada hace seis años de
la de Madrid, adjudicándose ade­
más las casas soleslanas situadas
en las provincias de Santander y
Navarra. Como todos, sus comien­
zos fueron duros. Se hacia sentir
de modo particular la falta de
casas de formación del personal
salesiano, necesarias absolutamen­
te en toda Inspectoría.
El Padre Emilio Hernández, su
primer inspector, acometió prin­
cipalmente esta labor y al despe­
dirse deja en funcionamiento la
casa de Umieta, de la que habla­
mos en nuestro anterior Boletín,
y pronta a abrir sus puertas la
de Logi'ofio, en donde se concen­
trarán este año los estudiantes de
ñlosofia de primer año y varios
cursos de latinistas.
Componen la inspectoría bilbaí­
na casas de gran solera salesiana

I —

Cuartango, antiguo balneario, pró­
ximo a Vitoria.
La inspectoría abarca en total
ocho provincias españolas y cu­
bre sus actividades con 334 salesianos.

Padre Luis Puyadena, nuevo Ins­
pector de Bilbao.
y positiva influencia en la región
donde radican: tales son las Es­
cuelas Profesionales de Bilbao,
Pamplona. Santander y Ciudad
Laboral de Pasajes; los colegios
de enseñanza media de Baracaldo,
una casa de las primeras de E!spaña, y Santander; las recientes
de Burceña y Nueva Montaña; la
escuela agrícola de Saldañuela,
cerca de Burgos y El Royo, casa
de formación con la de Zuazo de

Elsta es la inspectoría a cuyo
frente está hoy el nuevo inspector
Padre Luis Puyadena. Nació en
Azcoitia de Guipúzcoa y recibió
su primera educación salesiana de
niño en las escuelas salesianas de
su villa natal. Luego siguió su
carrera en las diversas casas de
formación de la inspectoría bar­
celonesa, de la que pasó tras va­
rias vicisitudes a la de Bilbao, en
la que desempeñó los cargos de
director en las casas de Pamplo­
na, Deusto y Pasajes.
Fue elegido delegado inspecto­
rial para el X IX Capítulo General
de la Congregación, lo que prue­
ba la confianza de los salesianos
de su inspectoría en él. A sus do­
tes de inteligencia y bondad une
las energías propias de su edad
joven. Boletín Salesiano le augu­
ra a la inspectoría bilbaína un
gran desarrollo con el nuevo ins­
pector, como se lo deseó al ins­
pector saliente, que tan gratos re­
cuerdos y tantos amigos deja en
todas las casas.

«QUIEN OBRA LA VERDAD VIENE A LA LUZ»

HACIA LA FE VIVA
Todos los cñslianos poseen la fe. Sin embaigo unos llevan vida cris­
tiana olios no. Esa diíeiencia reconoce una causa: lo que va de la
fe a la fe viva. De donde nace la necesidad de que todo cristiano
haga viva su fe.

Caminar hacia la fe es salir del desierto hacia el oasis, en donde crecen los árboles 7 se dan los
fruí os de las bnenas obras.

!

— 3

año de la Fe proclamado por Pablo V I el
día de los apóstoles Pedro y Pablo, va
avanzando. Ha sido un serio obstáculo
a su eficacia el que su proclamación coin­
cidiera con el principio del veraneo, pues perdió
el impulso inicial.
Sin embargo su contenido lleva tal plenitud de
renovación cristiana que ninguno debe relegarlo
al olvido. El cristiano tiene hoy, después del
Concilio, una tarea y un compromiso personalísimos que realizar: su propia renovación. Reno­
vación de mente y de corazón.
La renovación de la mente le pide que haga su­
yas las ideas conciliares sobre el nuevo papel
del bautizado y las obligaciones derivadas de su
bautismo. Mas no hará sólo acopio de ideas sino
que las realizará, mediante la transformación de su
vida en testimonio de Cristo y el empleo de sus
talentos en la acción apostólica.
La fe viv a está en la base de toda renovación.
N o habrá testimonio sin ie viva, ni empleo de los
talentos sin fe viva. Y todo aumento de fe se tra­
ducirá en aumento de vida y acción cristianas.
De ahí la importancia de no desaprovechar este
año para ahondar en el conocimiento de la fe y
en el de sus riquezas, para la renovación, que
el Concilio nos pide.
* * *

E

l

las lineas anteriores hemos repetido di­
versas veces la expresión «fe vivas. Con
ello queríamos subrayar que los efectos
de renovación cristiana no se consiguen
con cualquier clase de fe. Una fe que no arrastre
a actuar en cristiano no es fe viv a ; una fe que no
mueva a un creyente a ajustar su vida a la doc­
trina de Jesucristo, tampoco es fe viva. N i lo es
la de quien se contenta «con oir su misa el do­
mingo, con no robar, no matar...«, para decirlo en
expresión popular, la fe viv a es una energía espi­
ritual que no puede menos de excitar e impulsar
a su afortunado poseedor a una actividad de su­
peración en su vida cristiana. Por eso afirma con
plena razón Romano Guardini: «Sólo si v iv o
como cristiano puedo decir que creo».
Conseguir la fe viv a tiene su método humano,
aunque luego sea necesaria la intervención de la
gracia. Y lo más curioso del mismo es que hay
que empezar por comprometerse a vivir, como si
se tuviera ya la fe viv a que vamos buscando.
Para ser más exactos hay que empezar por com­
prometerse a orientar la vida según indica la fe;
hay que echar a andar hacia la fe.
Tratemos de explicarlo.

E

n

*

*

*

en cristiano es practicar la verdad,
es querer lo que quiere Dios. Quien no
quiera seguir la verdad no puede tener fe.
Quien, por el contrario, se decide a se­
guirla, quien orienta su vida por el querer de
Dios, que es la verdad, ese conseguirá la fe, si
no la tiene, y la aumentará si está en ella.
La relación entre fe y obras la pone de relieve

V
4—

iv ir

el apóstol San Juan (3, 20-21): «Quien hace el mal
odia la luz y no viene a la luz... Pero el que obra
la verdad viene a la luz». Esta afirmación dice con
claridad que el que obra conforme a verdad, ad­
quiere más fe; pues así como cuanto uno más se
acerca a la luz más iluminado queda, cuanto más
cristianamente se v iv e más aumenta la fe, que es
iluminación.
A esto se debe el que cristianos tenidos por
rudos e ignorantes, dada su escasa cultura huma­
na y religiosa, pero que llevan vida cristiana, po­
sean una fe más arraigada y viv a que personas
tenidas por cultas, pero de vida cristiana defi­
ciente.
N o obstante no es el ideal una vida cristiana con
escasa cultura religiosa. Por lo cual a nuestros
lectores les sugerimos que, partiendo de su ac­
tual grado de vida cristiana, abran su corazón a
la palabra de Dios y se comprometan conscien­
temente a servirle.
Porque, cuando Dios habla a los hombres, su pa­
labra produce diversos efectos sobre ellos, según
sus disposiciones a servirle o no. En los no dis­
puestos, la palabra de Dios se traduce en au­
mento de conocimientos religiosos, pero no en
un aumento de fe; es el caso de los sabios en
religión en los que su saber no influye en ha­
cer su vida más cristiana. En los dispuestos, la
palabra de Dios aumenta los conocimientos re­
ligiosos y la fe, produciendo un nivel adecuado
de vida cristiana. Es el caso de los santos; en ellos
se ve claramente que es así.
4: * 3H
ONGAMQS algunos ejemplos.
Tomemos el dogma de la Creación. ¿Cómo
descubriremos su alcance? ¿Cómo con­
seguiremos fe viv a para actuar en con­
formidad con él? Lógicamente a través de los
seres creados y de los valores morales, que ma­
nifiestan la sabiduría del Creador.
Los seres creados existen en Dios y su dignidad
depende de los fines que la sabiduría de Dios les
asigna. A los hombres les viene su dignidad y
todas sus prerrogativas de que Dios los hizo a su
imagen, inteligentes y libres, para que le acep­
taran voluntariamente y voluntariamente le sir­
vieran. Los creyentes, por tanto, deben empezar
por respetar el pensamiento, la sabiduría de Dios
acerca de lo creado; quien desprecie, pues, las
cosas creadas no podrá comprender jamás el
dogma de la creación.
Mas no basta respetarlo o conocerlo, hay que
tratar de vivirlo. ¿Cómo?
La creación, como sabemos, no está aún termi­
nada. Dios la inició y dejó a la libre actividad
humana su progresivo desarrollo y crecimiento.
Según esta determinación los hombres procrean
nuevos hombres; gracias a su investigación, a su
técnica mejoran continuamente el mundo en el
terreno agrícola, industrial, científico, humano. To­
do es continuar la creación-.
Ahora bien, el hombre tiene que sumarse a la
tarea de perfeccionar el mundo; si se desinterese

P

de ella se desinteresa del Creador. Si yo» cons­
ciente del deseo del Creador tendente a perfec­
cionar el mundo, mediante el esfuerzo humano,
puedo hacer las cosas con mayor perfección, no
las hago, no llegaré a alcanzar el sentido de la
creación. Esto tiene unas repercusiones persona­
les extraordinarias: si cultivo mal los campos, si
acabo imperfectamente mis trabajos, si no educo
a los hijos, como debo, etc., no me sumo a la
creación.
Comprendo ahora que mi fe en el dogma de la
creación tiene un sentido extraordinario en mi
vida: me exige la perfección en mi trabajo. Si yo
empiezo a trabajar bien por secundar la inten­
ción de Dios, mi fe crecerá, comprenderé mejor la
voluntad de Dios y ella me arrastrará a poner
cada día nuevo interés en mi trabajo, porque me
siento colaborador de Dios creador. He aquí como
mi fe se ha hecho viva.
* * *
tanto concluiremos si reflexionamos
sobre el dogma de la Encamación del Hijo
de Dios.
tro

O

En este misterio nos revela Dios que la
segunda Persona de la santísima Trinidad se hizo
hombre para llamar a los hombres a participar
de la vida divina, de la misma vida de Dios, y
hacerlos a lodos hijos adoptivos del Padre. Nos
revela, pues, el amor grande de las Personas di­
vinas hacia el hombre y que todos los hombres
son hermanos.
Avanzando un poco más, Cristo encarnado se
nos presenta en rudo combate contra el mal, con­
tra el pecado. Combate sostenido para que sus
hermanos, los hombres, se salvaran y sostenido
hasta la muerte, hasta dar la vida por ellos.
Ahora bien, ¿llegará a conocer el alcance del
misterio de la Encarnación el cristiano no dispues­
to a amar a sus hermanos, que realmente no los
ama, no los respeta, o peor aún, los odia? ¿Los
comprenderá el creyente que se niega a comba­
tir el mal y cede a sus presiones o halagos? No,
sin duda alguna.
El camino es diametralmente opuesto; amar a
los hombres, a los más pobres y necesitados, a
los enfermos, como hizo Cristo. El cristiano, que
considera y trata a los demás como a herma­
nos, empieza a adentrarse en la compren­
sión del misterio de la Encarnación, porque
ponerse dentro del pensamiento de Dios y
de su voluntad, sirviendo al prójimo como lo hi­
zo Jesucristo, es el camino lógico y natural para
v iv ir nuestra fe. Y, una vez más: a medida que
obremos conforme ai modelo Jesús, más nos acer­
camos a la luz, más iluminados quedamos y más
viv a se hace la fe.
* * *
OR su importancia queremos recorrer el
camino hacia la fe v iv a en la Iglesia. Hoy
que tantos cristianos consideran a la Igle­
sia como algo ajeno, más aún alienado,
conviene que los que la amamos la comprendamos
mejor a la luz de la fe.

P

£1 camino para v iv ir el misterio de Dios encar­
nado es amar a los hombres, sobre todo a los más
pobres; hacerles el bien, como hizo Jesucristo,
cuya ternura y sentimientos hacia nosotros se
comparten al imitarle.
Desde luego no es criticándola, volviéndole las
espaldas, como se llega a tener fe viv a en ella,
sino lodo lo contrario, tratando de sentirla, de
comprenderla, de hacer lo que nos pide; orien­
tando nuestra vida a ayudarla para que sea lo
que Cristo quiere que sea.
Dios, Jesucristo nos están presentes en la Igle­
sia, por medio de la palabra y de los sacramen­
tos, de los que es depositarla. En la Iglesia, Jesu­
cristo nos une a todos mediante su Cuerpo y for­
mamos el Cuerpo místico de Cristo.
Los cristianos que trabajan para conseguir la
unidad, para constituir comunidades cristianas en
unidad con Cristo; para integrarse en la comu­
nión de la Iglesia y atraer a otros a la unidad
en Cristo siguen el camino real para comprender
el misterio de la Iglesia, y para conseguir fe viva
en el mismo.
« « «
TRAVES de lo perfilado ha podido verse
que quien desea conseguir una fe viva alimeníadora de su vida ha de empezar por
orientar su acción y sus obras en el sen­
tido que la fe le señala en los diversos dogmas y
misterios; luego vendrá la iluminación y con ella
mayor voluntad de ajustar la vida, las acciones y
los pensamientos a la verdad revelada por la fe,
estableciéndose una verdadera porfía entre el au­
mento de fe y el de vida cristiana.
Quien pretende conocer un país y las costum­
bres de sus habitantes y v iv ir según ellas, no
tiene mejor camino que adentrarse en él, ver, oír
y acomodarse. Siguiendo la táctica contraria ja­
más lo conseguirá.
Eso mismo ha de hacer el cristiano para vivificar
su fe y acomodar su vida a ella: adentrarse por
sus caminos. Lo demás es dar las espaldas a la
luz.

A

— 5

POR EL MUNDO SALESIANO - VIETNAM DEL SUR

A PESAR DE LA GUERRA
Los antiguos alumnos salesianos de Go Vap, en Saigón, mantienen
vivo el amor y la amistad y son de ejemplo de ayuda mutua en me­
dio de una sociedad sacudida violentamente por una guerra inter­
minable.

OS periodistas del iQuyet-Tien* escribieron en
este importante rotativo
de Saigón un artículo
titulado •? íM fí»

Fi'T « * n
VI* C f ' Í O N n I W ll J 'U l A
HOVT JM 7

CT

EVfQU
|U

C H v lt*

Lm

V’

Pila en donde iue bauiiaado San Francisco
de Sales.

8



l

DI SAN I RANCISCO DE SALES

Cuadro represeniando la predicación de San Francisco de Sales. La pintara adorna uno de^ los
lienzos de pared de la capilla, d esead a al Santo en la Casa Madre salesiana de Tturín.

— 9

las insulseces, las novelas de amor se multiplican
por todas partes.
Uno reacción se hacia inevitable. Se produjo con
la aparición de una literatura mística en la que
se abusa de sutilezas, como el Padre Lauient de
París que enumera hasta cuarenta y Ires ijoyas»
que el devoto ha de poseer para agradar a Dios.
De otros escritores espirituales, como Alfonso de
Madrid, se desprende una literatura terriblemente
rigorista defensora de una mortificación espan­
tosa capaz de desanimar las almas mejor templa­
das. Tal es el estado de los espíritus a fines del
siglo XVI, cuando empieza a brillar con lodo el
esplendor de su inteligencia, San Francisco de
Sales.
¿Qué hará nuestro santo ante la doble corriente
de amor profano y místico con tendencias tan
exageradas y exclusivas? ¿Se perderá en la mís­
tica nebulosa del Padre Laurent y sus imitadores?
¿Vaciará, por el contrario, su corazón y extirpará
todo afecto, incluso los permitidos, como exigen
autores demasiado numerosos?
Desde el fondo de su campiña de Annecy, no
lejos del lago armonioso en medio de las monta­
ñas que dominan sin aplastar, Francisco se recoge.
Escucha cómo habla la naturaleza, q[ue canta a su
creador, y escucha sobre todo el hablar de su
corazón, toma su pluma y ved lo que escribe:
A l ofrecer a mis hermanos este tratadilo, he toma­
do en consideración la condición de los espíritus
de este siglo, como si fuera mi obligación. Ahora
bien, ¿qué quiere este siglo? Quiere amar. En­
tonces San Francisco de Sales se adueñará del
amor profano, liberará la espiritualidad encerrada
en él y, finalmente, la orientará hacia Ehos.
En su Introducción a la vida devota, su Filetea
seguirá siendo y permanecerá una mujer del
mundo, pero apasionada por el amor divino, mo­
derada en sus mortificaciones, sensata en sus de- v
vociones, buena para su esposo al que desea
agradar, tierna con sus hijos, benévola con la ser­
vidumbre. Su Teótimo, en su Tratado sobre el amor
de Dios, dará a Dios su afecto, pero sin quitár­
selo a sus amigos.
Seriedad sin autoridad torpe» devoción sin os­
tentación» amor a la naturaleza, que eleva el alma
con la pureza del cuerpo y del corazón» buenas
maneras que hacen la devoción amable sin qui­
tarle sus santos rigores. Tal debe ser el cristiano
perfecto como lo concibe Francisco de Sales» tal •
el humanista devoto que debe darle todo a Dios
pero guardándose muy bien de menospreciar lo
que hay de bueno en los valores humanos.
Este ideal no puede realizarse sino con el amor.
El alma que se entrega a la vida devota, y para
San Francisco devoción es sinónimo de perfección,
debe en principio orientar todas sus fuerzas y
sus intenciones hacia Dios. Además su amor se
fundaré en la razón. Y finalmente no deberá des­
truir el amor humano sino elevarlo a un plano
superior.
Veamos en primer lugar como oanaliza el santo
hacia Dios el amor profano;

ANNECY.—Basílica y monasterio de la Visitación,
donde se venera a San Francisco de Sales.

Necesitaríamos muchísimo amor para amar a
Dios. Y en cambio, somos tan miserables que lo
prodigamos en cosas necias, vagas y frívolas, co­
mo si nos sobrara. Pero, ¿ese amor, con qpre debe­
mos amar a Dios, es diferente del que usamos pa­
ra con los hombres?
De ninguna manera, responde. Será más eleva­
do, pero la fuente es la misma, puesto que el
hombre no tiene dos corazones. La gracia divina
secundará nuestros esfuerzos y nos dará el mé­
rito de la eternidad.
El segundo consejo que San Francisco nos da
es que fundamentemos el amor en la razón. Y
siempre nos pondrá en guardia contra aquellos
autores y libros de espiritualidad cpie no saben
bajar sus ojos a nuestro valle de lágrimas y de
miseria.
«La pretensión elevada y alta de cosas extraor­
dinarias, dice, está sujeta a ilusiones, y sucede
con frecuencia que quienes piensan ser ángeles
no llegan ni a hombres buenos.»
El amor, incluso el más ideal, ha de moverse
en la realidad, de ahí la importancia de cumplir
bien los deberes de nuestro estado, incluso los
más simples.

ANNECY.—Interior de la basílica de la Visitación,
que este año acogerá numerosos peregrinos.

LO ESENCIAL: AMAR, PERO A C A D A COSA
EN SU LUGAR.
El amor divino tal como él lo entiende no es
exclusión sino preferencia. El cristianismo es flor
de humanidad. La criatura no ha de ser tenida
como enemigo, salvo el caso en que se convierta
realmente en rival del Creador. Lo explica mag­
níficamente:
cQnien dice todo, no hace nada. Y, sin embargo,
un hombre no dejará de ser todo para su padre,
todo para su ma del Hospital Gaand xtremos las dos
xa con su distinti»ed le en el examen
ara) iron los dos priest< dos hermosas
is.

— 17

ANECDOTARIO DE DON SOSCO

TREINTA Y CINCO AÑOS LEJOS DE DIOS
—Mire, Don Bosco, se traía de
un abogado que está desahucia­
do. No quiere saber nada de sa­
cramentos. A lodos los sacer­
dotes que han ido los ha echa­
do con malas palabras.
—¿Qué puedo hacer yo» Don
Murialdo, si no quiere ver ni
una solana?
—Inténtelo, Don Bosco.
—Lo intentaré, quédese tran­
quilo.
Don Bosco reüexionó. Tenía
que encontrar la manera de ini­
ciar el ataque... Pero que si quie­
res. Le resultaba un jeroglifico
sin solución. No obstante se pu­
so en marcha invocando el auxi­
lio de María.
Subia ya las escaleras de la
casa y ensimismado se decía:
¿Qué le digo yo para que me
reciba?
—IDon Boscol ¿Cómo está us­
ted aquí?, gritaba un muchacho
mientras se le aproximaba para
besarle la mano.
—Estoy muy bien. ¿Tú vives
aquí?
—Sí, señor. Venga, allí está mi
madre. Se alegrará de poder sa­
ludarle.
Sentados hablaron largamente
con la mamá del muchacho so­
bre las cosas de los niños del
Oratorio. Sin más el chico le
dice:
—¿Sabe Don Bosco que en
esta casa hay un enfermo?
—¿Y cómo está?
—Bastante grave, venga a verle.
—Antes habrá que avisarle.
Dile: Don Bosco está hablando
con mi mamá y le he dicho que
estaba usted enfermo. Si lo de­
sea lo visitará.
El chico se fue directo a la
habitación del enfermo sin avi­
sar a los familiares. Le habló de
Don Bosco... el que reúne a los
chicos en.el.Oratorio de Valdoco y además su bendición cura
a mucha gente.
18 —

—He oído hablar de Don Bos­
co. Dile que le espero. Le dijo
después de reflexionar unos ins­
tantes.
—Buenos días, señor abogado.
Aquí me tiene. Le saludó son­
riente Don Bosco.
—Le agradezco el que haya
venido.
—¿Cómo es posible que un
hombre tan robusto y fuerte co­
mo usted esté en la cama?
—Eso era antes, no ahora, pero
siéntese...
—Estoy bien así, no se pre­
ocupe.
—No, siéntese. Me hace sufrir
el verle de pie.
Don Bosco se sentó cerca del
enfermo. Trataron varios temas;
sobre política, legislación mili­
tar, de filosofía, etc...
—IDon Bosco, parece usted
una enciclopedia!
Después de tres cuartos de ho­
ra de amena charla Don Bosco
se pone de pie dispuesto a des­
pedirse.
—¿Ya quiere marcharse? Espe­
re un poco más si le es posible.
— Debo arreglar unos asuníillos.
Pero si así lo desea, puedo vo l­
ver otro día.
— Claro que sí. Le estaré aguar­
dando.
El enfermo había tomado la
mano de Don Bosco entre las
suyas y le miraba como desean­
do decirle algo, pero sin atre­
verse.
—Ya sé lo que usted desea,
sonrió Don Bosco.
—¿Qué es lo que deseo?
—Desea mi bendición.
—lEs cierto) Pero... ¿Cómo es
posible que lo sepa si hace 35
años que detesto a los curas y
a la religión y ed\ora es la pri­
mera vez que me asaltó este
deseo?
—Se la daré gustosísimamente.
¿Qué quiere que le pidamos al
Señor?

— i Que yo curel
— Siento tener que decírselo,
pero ¿y si es voluntad de Dios
que vaya usted a la eternidad?
—¿Cómo lo sabe usted? Los
médicos me animan diciendo
que estoy mejor.
— También yo le digo Iánimo!
Pero es cierto, usted no se cura­
rá. Y o nada puedo hacer para
evitarlo. No obstante le daré mi
bendición para que arregle las
cosas de su conciencia y tenga
una buena muerte.
Estas palabras no le conmovie­
ron. Recibió la bendición y an­
tes de que se marchara vo lvió
a repetirle:
—i N o se olvide de volver!
A l atardecer llegó al Oratorio
un criado del abogado diciéndole a Don Bosco que su señor
sólo hablaba de él e insistía pa­
ra que fuera cuanto antes.
— Gracias por haber venido.
Esta mañana me he reído como
nunca.
—Pues le prometo que ahora
reiremos mucho más. Sin duda
aquí deben tener un buen café.
Diga que me sirvan una tacita.
—IEncantado! !Pronto, sirvan
un café a Don Bosco!
Luego por indicación suya se
quedaron solos en la habitación.
Se acercó al enfermo y trazó
sobre él la señal de la cruz como
para empezar a confesar.
— ¿Qué hace?
—Nada, usted haga la señal
de la cruz.
—¿ Y por qué?
—No pregunte y obedézcame.
—¿Pero usted quiere confesar­
me?
—N o hable de confesión. Ha­
ga la señal de la cruz. Sería muy
gracioso que un abogado docto
Y apreciado como usted no su­
piera hacer la señal de la cruz.
—¿Esto desea? Tenga: en el
nombre del Padre... Y se santi­
guó.

CENTRO JUVENIL SALESIANO DE HÜELVA
Cuando llega el verano y los patios de la es­
cuela iStella Marisi se sumen en el silencio con
la marcha de los alumnos a sus vacaciones, los
salesianos de la Escuela sienten nostalgia de ju­
ventud Y pronto abren de nuevo los espacios de
juego a los jóvenes de la ciudad. Varios años se
lleva repitiendo la cosa.
Juegos e instrucción religiosa/ deportes y edu­
cación del espíritu alternan, dando lugar al Cen­
tro Juvenil Salesiano. Los campeonatos polideportivos se multiplican y suceden para captar y sa­
ciar las incansables energías de los jóvenes.

—Dígame Sr. Abogado. ¿Cuán­
to tiempo hace que no se con­
fiesa?
—i Pero si yo no quiero con­
fesarme!
—N o hablemos de esto. Déje­
me hacer. No recuerda lo que le
he prometido. Hace tantos años
que no se confiesa {y le dijo el
número exacto).
—Sí éstos precisamente. Pero
le digo que no quiero confesar­
me.
—Sus cosas andaban de este
modo. Erüonces estaba así...
—Efectivamente, íp>ero si pa­
rece que conoce mi vida!
—Luego hizo esto y lo otro...
—^Es verdad, me arrepiento, hi­
ce mal. Oh, no quería haberlo
hecho...
Conforme Don Bosco le recor­

A todos ellos se les facilita el cumplimiento de
sus deberes religiosos y a los que lo desean tie­
nen a su disposición a los sacerdotes salesianos:
para cursillos, conferencias, consultas y solución
de dudas, curiosidades religiosas.
El final del verano lo celebran con un simpáti­
co acto en el que se reparten trofeos, se recuer­
dan los principales acontecimientos veraniegos y
se citan para el año siguiente todos, todos me­
nos los que para entonces vestidos de uniforme mi­
litar añorarán el anterior verano.
Nuestra fotografía muestra un aspecto de la clau­
sura del Centro juvenil.

daba sus pecados se conmovía
cada vez más y expresaba su
dolor. Llegó el final y lloraba
como un niño mientras él le da­
ba la absolución.

Después de recibir la Unción
de los Enfermos y el Viático lie'
garon sus amigos. Estaban ente­
rados de que había recibido los
Sacramentos. Se burlaban de él.

Las lágrimas de dolor se trans­
formaron en gozo y alegría in­
mensa.

— Sabed que a la hora de la
muerte las cosas se ven de otro
modo.

—IDon Bosco, me ha salvado!
¡Y o nunca me hubiera confesa­
do! Habría hecho cualquier bar­
baridad por impedirlo. Usted me
ha pescado con santa picardía.
Ahora haría mil confesiones.
Siento un gozo tan grande que
ni puedo expresarlo... Tráigame
mañana el Viático. lA h l y si
vienen mis amigotes ¿qué les
digo?
—Dígales que necesita descan­
sar y que vengan mañana.

Después de esta vida hay un
infíerno de penas interminables
¿me creíais tan necio como para
ir allí ? Aunque dudéis de su
existencia ¿no es una estupidez
el arriesgarse? N o debéis o lvi­
dar que el que ríe mejor es el
que ríe el último...
Su valentía les quitó la risa
burlona de los labios. No supie­
ron responderle. A los pocos
días el abogado moría santa­
mente.
— 19

DE NUESTRAS MISIONES

PADRE
AHORA DA GUSTO
El misionero salesiano, Mario Valente, nos envía una crónica desde
la Ciudad de los Muchachos de Lubumbashi, Congo. Nuestros lec­
tores conocen bien los orígenes de la Ciudad. Algunos, incluso, han
contribuido con sus donativos, para ellos será una satisfacción ver
el bien que se hace.

en estas horas
más tranquilas del día,
las de la tarde, mien­
tras nuestros jóvenes de
Ha «Ciudad de los muchachos»
«descansan y
silencio de la
:selva, que nos rodea, invita a
la reilexión.
s c r ib o

E

Estoy en la tranquilidad de
mi habitación, ahora enteramen­
te para mí solo, pues hasta ha.ce muy pocas semanas servía
jaara todo: despacho del encar;gado de estudios y del secreta­
rio, sala de reuniones para maes­
tros o grupos de jóvenes, alma­
cén de los más variados artícu­
los de venta, depósito de mate­
rial deportivo y hasta de ape­
ros de agricultura. Está situa­
da en el mismo pabellón que
«Ib erga la cocina provisional
.del internado y el almacén,
también provisional de la caripinteria.

ARM ADO DE PACIENCIA
Y DE rUSIL
Algo, poco a poco, cambia en
Africa. El tiempo a decir ver­
dad pasa deprisa, dadas las v i­
cisitudes variadas que llenan
nuestras jornadas^ pero de pron­
to nos damos cuenta que real­
mente hay algo nuevo.
Así sucede también en nuestra
Ciudad. Su mero alzarse, es ya
una variación, gozosa y rica de
movimiento, del tema acostum­
brado, monótono y perezoso, del
lugar. Es un nacer fatigoso y
lento, especialmente para quien
le sigue hora a hora. Pero re­
montándose con el pensamiento
a un año atrás, nos quedamos
maravillados ante la realidad
presente. Esto chula, dicen aquí,
o esto sube, comentan al ver
cómo las paredes crecen ladrillo
a ladrillo. Incluso el cielo, que
nos mira entre chaparrón y cha­
’'

parrón, estará maravillado del
nuevo aspecto de este lugar en
otro tiempo rico en prósperas
factorías, y luego abandonado
al dominio de la selva y de los
bandoleros.
Baba, sasa iko muzuri hapa!
exclaman los ancianos del pue­
blo, al pasar por delante de
nuestro terreno: «Padre, ahora
sí que da gusto esto». Y lo dicen
no tanto por los pabellones,
cuanto por la tranquilidad que
reina en la zona, gracias a nues­
tra presencia. Si en un princi­
pio el P. Gerardo tuvo que ar­
marse no sólo de paciencia si­
no de una buena arma de fue­
go para convencer a los bando­
leros de que el dueño de la
zona había cambiado, ahora se
v iv e con relativa seguridad. Se
dan cuenta de ello los jóvenes,
que todos los días vienen a pe­
dir una cama en nuestro pensio-

rés de haber conocido la guerra y sus consecuencias:
re 7 desórdenes, este joven ha encontrado, en la Ciudad
de los Muchachos de Lubumbashi, serenidad, paz y una nueva
ilusión para su vida, que labrará con la misma maestría con
que labra la madera que empieza a dominar.

S

20





21

que el trasiego de cerveza o de
nado, en la parte ultimada del
mukoyo (bebida alcohólica lo­
nuevo pabellón.
cal) dura.
Llegan estos jóvenes, en gene­
«Padre, me dice algún estu­
ral de los dieciséis a los dieci­
diante para poder ser admitido,
ocho años, con sus míseros en­
allí es imposible estudiar.»
voltorios, las más de las veces
«A llí es imposible acostarse
iormados por una prenda rota,
pronto», dice otro que quiere
Y vienen a llorar y Q veces a
cambiar su horario nocturno.
pretender (alguno se presenta
Y lo creo pensando en el al­
entrada la noche para que no
boroto de las orquestas con roks
le despidan) que se les de un
Y twisl siempre nuevos, made
sitio en la casa^ a ellos, que
in Congo, que los altavoces de
no conocen lo que es una icasa>, pero que con frecuencia ha­ lejanos bares de los suburbios di­
funden a todos los vientos y que
brán soñado en ella al dormir
a veces con el viento del oeste
en los tugurios de las superpo­
mandan hasta nosotros sus rit­
bladas cités de Lubumbashi o
mos desenfrenados.
en alguna choza de la floresta o
«Padre, tengo hambre», es és­
en algún barracón del mercado
ta una frase frecuente y dicha
o quizás en la prisión. Les v e ­
sin vergüenza. Uno se puede
mos venir un tanto temerosos,
acostumbrar a la miseria, aun sin
como incrédulos de hallarse fi­
renunciar a aprovechar cual­
nalmente dentro, en la «Ciudad
quier ocasión o persona de la
de los muchachos!} dispuestos
que se pueda conseguir algu­
sin embargo a sentirse de casa,
na cosa para calmar la propia
con los otros, que son y® los
hambre. Nuestros jóvenes dispo­
«viejos» Y con nosotros, que so­
nen de tres comidas todos los
mos los Wazungu, los blancos,
días. Adviértase que, con mu­
los europeos. El detalle de la
chísima frecuencia, los habitan­
raza queda indeleble siempre,
tes de las cites negras sólo co­
incluso en las relaciones paterna­
men una vez al día, al volver
les Y de hermanos. Suerte que
del trabajo por la tarde. Su man­
nuestro carácter de «padres» y
jar preferido es el bukari una
de misioneros prevalece sobre
especie de pasta insípida de ha­
el otro particular, lo que nos fa­
rina acompañada de pescado sa­
cilita el trabajo.
ladísimo, muy semejante a nues­
Ahora están durmiendo, cada
tro bacalao. Cuando el plato de
uno en su cama, solos, toda en­
nuestros jóvenes rebosa pode­
tera para uno.
mos estar tranquilos, pues no
Y no parezca extraño lo que
habrá problemas de otro género;
subrayamos. Baste saber que en
es suficiente que al fin de la
Lubumbashi, en una estancia en
comida puedan decir: Ninashiba
la que apenas cabe una cama,
saana: Me he hartado.
duermen muchas veces una do­
cena de personas. Este es caso
frecuente entre las familias in­
SI ME DESPACHAIS
dígenas, las cuales son tan hos­
IRE A LA CARCEL
pitalarias que son capaces un
Alojamiento seguro y comida
día de triplicarse en la misma
suficiente —pagados con cuatro
habitación, acogiendo a todos,
horas de trabajo semanales y
a los blancos, a los hermanos, a
nada más— son para los jóve­
los parientes, aunque lo sean
nes, que van llenando los pa­
en undécimo grado. Aquí todos
bellones a medida que los va­
son hermanos; basta pertenecer
mos terminando, la base de una
a la misma tribu para poder exi­
vida serena sobre la que se
gir algo o deber ofrecerlo.
puede construir el resto más es­
piritual del hombre.
COMEN U N A VEZ AL DIA.
Mas, ¿a cuántos de estos jóve­
nes podemos ayudar? La nues­
Aquí su sueño está rodeado
tra es una piedrecita, que arro­
de silencio, lejos de aquellas zo­
jamos en este mar de miseria
nas en las que hasta altas horas
humana. Es verdad. Pero hay
de la noche el redoblar de los
que empezar, dlóe el Padre Ge­
tam • tam subraya sonoramente
22



rardo, si queremos luego hacer
algo más.
Y para hacer algo más nuestra
escuela profesional se esfuerza
en acoger el mayor número de
alumnos, aunque tengamos que
rechazar centenares que vienen
a suplicarnos que los aceptemos
para el aprendizaje de cualquier
oficio, no importa cuál; lo que
importa es poder decir que fre­
cuentan una escuela. Me decía
uno de ellos, que estaba a pun­
to de ser despedido de nuestra
escuela, después de haberlo si­
do anteriormente de otras diez
por indisciplina:
—Padre, si me echas de esta
escuela no me queda otra espe­
ranza que la Cassapa (la cárcel
de Lubumbashi).
En cuestión de escuela hay
una pega grande. Los puntos de
vista no concuerdan al enfocar
el problema escolar. Los jóve­
nes están terriblemente ansiosos
de frecuentad la escuela, en par­
te por deseo de aprender; fresco
en ellos todavía, dado el recien­
te desarrollo del país; y en mu­
cha parte por el deseo de con­
seguir un diploma que les dé de­
recho a reclamar ante un pa­
riente bien colocado en la aco­
gedora burocracia del Estado, un
lugar tan cómodo y remunerado
como el suyo. Los que idearon
«la Ciudad de los muchachos»
piensan todo lo contrario: no
quieren formar hombres de ofici­
na, burócratas, sino obreros de
trabajo manual; trabajo cuali­
ficado si se quiere, pero trabajo
manual, para remediar la depri­
mente necesidad de tener que
ser guiados en todas las cosas.
Por lo mismo, al centenar de
alumnos actuales, se les repite
con cualquier pretexto cuáles
son nuestras intenciones, para
que se convenzan que si quie­
ren llegar a doctores han de
buscar sitio en otra parte. Pero
en el fondo todos están satisfe­
chos de aprender un oficio.
De momento tenemos sólo dos
secciones: agricultura y carpin­
tería. Esta última cuenta con dos
cursos regulares y está a pun­
to de estrenar su moderno ta­
ller con bancos de trabajo para
sesenta alumnos y toda la ma­
quinaria necesaria. Son máqui­
nas de segunda mano, pero

LUBUMBASHI (CIUDAD DE LOS MUCHACHOS).
El Padre Gerardo Van Asperd, creador de la ciu>
dad (foto 1, primero de la izqmerda), nos envía
estas fotos, agradeciendo cinfinitamente» a los
bienhechores españoles la ayuda recibida de ellos
a través del Boletín Salesiano. Nos dice que al­
berga ya a 100 muchachos internos y 200 exter­

cumplen su fin: basta ver los
muebles que salen de nuestro
primer taller escuela. A decir
verdad el mérito de ciertos tra­

nos, pobres entre los más pobres de la ciudad con­
goleña, capital de Katanga. En las fotos 1 y 2 el
Padre Gerardo con dos religiosas que ayudan en
la ciudad y presenciando el bautismo de uno de
los muchachos. En la 3 y 4 dos escenas deportivas;
en la 5 y 6 uno de los pabellones y el interior del
taller de carpintería, que aguarda maquinaría.

bajos hay que alribuirselo al
coadjutor Emilio Kass, un lu­
xemburgués cpura sangrei lleno
de energia, de actividad, y

gran humor; un verdadero ca­
talizador para nuestra comuni­
dad tan diversa en nacionalida­
des y temperamentos.
— 23

LOS PRIMEROS BAUTISMOS
La agriculíura, como escuela
eslá en los comienzos y
diiicullades se dejan sentir, en es­
pecial por falta de maestros.
También tendríamos que poder
preparar el terreno, que en su
mayor extensión queda inunda­
do por las aguas del Kaíubu du­
rante la estación de las lluvias y
convertido en un pantano. Es­
peramos que realizará nuestro
sueño de conseguir una escuela
agrícola modelo, con sus facto­
rías y cuanto hace falta, para
ver si despertamos en estos jó­
venes congoleños el deseo de
trabajar su tierra, ciertamente
más rica y productiva de cuan­
to permite creer el abandono en
que ha caído desde hace años.
Pero de lo que hay más nece­
sidad es de ganas de trabajar^
del entusiasmo por crear algo
bueno, hermoso y útil con los
medios naturales que Dios ha
puesto a disposición del hom­
bre en esta gran tierra africana.
Precisamente el Padre Gerar­
do trata de infundir este entu­
siasmo en estos corazones juve­
niles, con la energía que tan
abundantemente posee: un en­
tusiasmo y una voluntad que
están en el origen de toda la
obra y que se comunican un po­
co a todos sus colaboradores, de
modo especial cuando discute
's diversos problemas de la
Ciudad, cuando expone proyec­

tos, pregunta pareceres y propo­
ne nuevas ideas. Es interesante
ver la alegría que se apodera
de este hombre, cuando se abren
nuevos caminos, a veces impre­
vistos, para la realización del
grandioso proyecto. En tales mo­
mentos nos resulta natural le­
vantar los ojos al cielo y mur­
murar: Existe la Providencia.
Henos, pues, en camino. En
el mes de septiembre comenza­
mos la sección nueva de mecá­
nica; el centro deportivo se ha
desarrollado y cuenta con club
de balón volea, un equipo de
fútbol, que toma parte en los
campeonatos de júniores de Lubumbashi y un grupo de aficio­
nados al basket. Pero hasta en
esto sentimos la necesidad de
trabajar mucho y de tener una
persona capaz de organizar una
masa de jóvenes, bien dotados
para el deporte, pero no tanto
para el orden y la constancia.
Esperamos hombres de buena
voluntad y capacidad, incluso
oara no agotarnos en un tra­
bajo material de roturación del
terreno, antes de injertar más
profundamente, que en el pa­
sado, la vida cristiana en la
nueva generación congoleña. No
es que el trabajo sacerdotal esté
ausente de nuestras jornadas.
Baste decir que este año se han
bautizado dos jóvenes de dieci­
siete y dieciocho años, y otros
están en avanzada preparación.
No faltan en nuestra escuela

cursillos de formación religiosa
Y social, durante los cuales se
siembra abundantemente la se­
milla de la Palabra de Dios en
muchos corazones paganos u ol­
vidados de su fe cristiana.
Sin embargo, las dificultades
para una transformación verda­
dera durarán varios años, dados
los complejos sicológicos en que
se hallan enredados estos áni­
mos supersticiosos aun antes de
■la edad juvenil. Trabajamos so­
bre un terreno arenoso, pero
confiamos que Dios sabrá asen­
tar su Roca, como ha hecho en
oíros pueblos: nosotros tratamos
de sembrar animosamente y
aguardar con paciencia. Por otra
parte no podemos quejarnos,
pues alguna satisfacción el Se­
ñor nos la manda: hemos apar­
tado de la senda del bandidismo
a más de un joven. Un día dos
tipos que frecuentaban la Ciu­
dad de los muchachos se defen­
dían así de la acusación de be­
ber demasiado: Desde que co­
nocimos al P. Gerardo no nos
hemos emborrachado nunca más.
Estos Y otros desórdenes han
disminuido notablemente. El de­
porte, los sentimientos humanos
que les infundimos, los hábitos
de trabajo son un buen punto
de partida. Nosotros continuare­
mos por esta línea, seguros de
que Dios nos asiste y no nos
falta la protección de María Au­
xiliadora Y Don Bosco.
MARIO VALENTE

D A lflD C O N T R A G O L IA T
Dos misioneros salesianos atravesaban la selva con dirección a una aldea, donde pretendían
construir una residencia misionera. Sin saber de donde Ies salió al encuentro un perrillo, que se les
aficionó tanto que no quiso abandonarles. Los misioneros, en recuerdo del famoso perro que le salía
a Don Bosco para protegerle, le llamaron cGris». La selva dejaba percibir que las fieras no andaban
muy lejos. En el estrecho sendero, que seguían, aparecieron las huellas de su majestad el elefante.
Llegados a un manantial de agua fresca se pararon a beber. En esto se les presentó un enorme pa­
quidermo; fue un momento de pánico; se vieron perdidos. El perrito comenzó a ladrar a la bestia sin
respeto alguno. Daba vueltas y más vueltas en tom o ladrando furiosamente, parecía tener más voz
que cuerpo. Fastidiado por tanto ruido el elefante se alejó y los misioneros, con el corazón palpitando
con fuerza, dieron gracias a Dios y apresuraron el paso.
No hay amigo pequeño.
24 —

dracias de María M ilisáora
y de su ¿póstol S. Juan Sosco
Temíamos un desenlace iatal
Gijón.— El día 15 de mayo amaneció nuestro
hijo de once años con un ataque de meningitis.
Avisado el médico y hechos los análisis, fue inter­
nado de urgencia en el hospital. Pasamos varios
días de verdadera angustia, temiendo un desenla­
ce fatal. Comenzamos en seguida una novena a
María Auxiliadora: por esta misma intención pe­
dían los niños del Colegio Salesiano. L a hermana
que le asistía nos recomendó, unos días antes del
24, que compráramos un sillón cómodo o una me­
cedora, pues tendríamos que estar en ella una
temporada atendiendo a nuestro hijo. Pero cual
no fue nuestra alegría cuando el mismo día 24,
fiesta de María Auxiliadora, pudo abandonar el
hospital, no sin extrañeza de los médicos que pro­
nosticaban más larga enfermedad. H oy día está
completamente bien y sin señal alguna de la hin­
chazón y postillas, que cubrían su cara y el inte­
rior de la boca.
Lo consideramos una gracia de María Auxilia­
dora y así deseamos que sea publicado. N eftalí y
Sofía.

Ocho minutos sin reaccionar al oxígeno
Málaga.— Mi marido está suscrito a su revista
y yo casi siempre que la recibo me voy derecha
a las páginas «:Gracias de María Auxiliadora y de
su Apóstol San Juan Bosco> que leo por curiosi­
dad y satisfacción al ver tantos milagros, ¿por
qué no llamarlos así ? Nunca pensé que en mi
familia y tan a lo vivo me iba a encontrar en
circunstancias parecidas.
El pasado junio les nació a mi hermano y a su
esposa su séptimo hijo. Un chiquillo precioso y
sano. A los siete días lo traen con la terrible en­
fermedad del tétano. Dosis enormes de antitetá­
nica, sonda por la nariz para alimentarlo, incu­
badora, calmantes todos los que podía soportar
y lo que es peor: poquísimas esperanzas de po­
derlo sacar adelante. Pienso en María Auxiliado­
ra y el segundo día de enfermedad empezamos la
novena. Sigue empeorando por días. En el cuarto
día le llevo a la incubadora el cetro de María
Auxiliadora. La enfermedad sigrue avanzando, las
contracciones son cada vez más frecuentes. Como
si esto no fuera bastante horrible, empiezan los
fallos respiratorios. Llegó a tener cinco, uno de
ellos le duró ocho minutos sin reaccionar al oxí­
geno, mascarilla, gimnasia respiratoria... Como
último recurso la enfermera le hace con todas
sus fuerzas la respiración «boca a boca» logrando
extraerle un tapón de flemas. Volvió a respirar.

En uno de los fallos le tienen que quitar la sonda
y luego no hay manera de ponérsela. Está ocho
horas sin tomar alimento. La respiración apenas
se le nota. Es el último día de la novena. Con
toda nuestra capacidad le pedimos a María que
lo salve. Desde entonces empezó lentoniente a
mejorar. Hoy está normal, como cualquier niño
de su edad.
Pienso que Dios permite estos trances para que
nos acerquemos más a él. Nunca he pedido con
tanta fe y devoción a la Virgen como en esos
días. Quiero como lo prometí hacer pública esta
gracia y envío una limosna. M.S Luisa Verdaguer.

El médico dictaminó cáncer
Granada.— ^Habiéndome reconocido el médico de
una fuerte dolencia en el pecho, dictaminó: cán­
cer y la necesidad de una urgente operación. L le­
na de dolor no sabía qué hacer. En ese momento
de tristeza acudí a María Auxiliadora comenzando
una novena. Ella era la única que me podía pres­
tar auxilio y hacer que mi dolor tuviera acepta­
ción delante del Señor. Cual no sería mi sorpresa
y la del doctor, cuando al volver a la consulta,
todo había desaparecido. Agradecida a María
Auxiliadora, ruego se publique la gracia en el Bo­
letín y envío una limosna para la obra salesiana. P. R.

Padecía diabetes aguda
L a niña Carmen Roy Casado, de S años de edad,
padecía diabetes aguda. Y precisamente el día
de Nuestra Señora al hacerle el análisis dio un
resultado completamente negativo. La Virgen se
apiadó de la niña. Quedó totalmente curada. To­
dos dimos gracias y renovamos nuestro fervor
ante su venerada Imagen, por tan probado favor.
Faustina Casado.

Se puso gravísimo
Estando en un pueblecito de la sierra, vera­
neando, se puso mi marido gravísimo. El médico
hizo cuanto pudo. Pero viendo que no mejoraba
y eran ya muchas las horas que seguía en la mis­
ma gravedad, le puse una estampa de María Au­
xiliadora, que en otras ocasiones había usado
para enfermedades, debajo de su cabeza. Entre
el suero que le dieron en aquel momento y la fe
con que lo pedí a la Santísima Virgen, empezó a
reanimarse. En unas horas desapareció la gra­
vedad.
Muy agradecida mando celebrar una misa en
acción de gracias a la Virgen, a quien expreso
mi gratitud de todo corazón. María Crespo.

— 25

Otros corazones agradecidos
Puertollano.-AJn sobrino mío perdió la vista.
Se dieron cuenta después de unos meses. Los mé­
dicos le hicieron un injerto sin dar ninguna clase
do seguridad. Invocamos a María Auxiliadora y
ol niño va recobrando la vista poco a poco. Ma­
riana Molina.
Ponferrada.— Doy gracias a tan buena Madre y
a San Juan Bosco por un favor recibido. Tenía
un hijo del que no sabia nada. Por mediación de
María he conseguido tener noticias suyas. Man­
do la limosna prometida. Esta admiradora de Ma­
ría Auxiliadora. Mercedes Paradelo.
Puertollano.— Ful a Madrid dispuesta a operar­
me, ya que el médico, que me trataba desde hace
mucho tiempo, era de este parecer. Hice la nove­
na a María Auxiliadora y a los tres días de em­
pezarla sentí una mejoría. Desistieron de la ope­
ración y me encontré cada vez mejor. Mariana
Huecas.
Puertollano.— Habiendo tenido un cólico nefrí­
tico con dolores ag^udlsimos por un cálculo, los
médicos no consiguen aliviar a la enferma. Invo­
ca a María Auxiliadora y rápidamente cesaron
los dolores y se realiza la expulsión del cálculo.
Máocima Duque.
Sevilla.— Damos gracias a María Auxiliadora
que por mediación de Ella y su Apóstol San Juan
Bosco nos han concedido un piso. Enviamos agra­
decidos a la Santísima Virgen un donativo para
su culto. /. y M.
Sexñlla.— Doy gracias a María Auxiliadora por
el feliz éxito en mis estudios y agradecidísima a
tan excelsa Madre envío una limosna y deseo que
sea publicada. E. L. M.
San Seóasttd*).— Muy agradecida a María Auxi­
liadora, por haber atendido mis peticiones en dos
ocasiones en que recurrí a Ella, entrego una li­
mosna ptira las Obras del Seminario Saleslano de
Urnleta. Remedios A.
Sevilla.— Le envío una limosna ofrecida a Ma­
ría Auxiliadora en un gran apuro y que mila­
grosamente me solucionó. Agradecida por tan
gran favor, deseo se publique para estímulo de
cuantos necesitan la ayuda de nuestra Madre,
María Auxiliadora. Aíar,on Florencio Sánchez». Sev.-Trtn. Total; 10.000 pts.
Beca «D . Luis Hemándex». Sevilla Trinidad. Total: 10.000.

Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Bcca
Beca
Beca
Beca
Beca

«Rvdo. Tomás González». Sevilla. Triana. T . : 2S.006
«Bodas de Oro». AI. Guadaira. Total: 60.000 pts.
«Cor. de Jesús». H. Dña. Salvadora 'rarcia. T . . lU.üUb
«V. Esperanza». Sevilla. Tota-' 1.750 .)ts.
«D. Juan Torres». Jerez. Total: 20.000 pts.
«Sgdo Corazón». Coop. Utrera. T ota l. 63.000 pts.
«R . Romero*. S. J. del Valle. Total: 5.193 pía.
«D . Andrés Yun». Algeciras. Total: f 1)00 pta.
«F . Molpeceres». Carmena. Total: 13.i ■' nts.
«C. 1. Cooperadores». T ota l; 15 000 pts.
«C. S. San Pedro». Sevilla Total: l.OnC j
«Doña. Josefa Rodríguez». Total; 2.000 '>'s.
« I . Conc^>rióci». L a Linea. Total: 600 pts.
«Maestro Pagés». Cádiz. Total: 13.295 pts.
«San Juan Bosco». (3 .»). R. U. S. Total. b-OOO ot.«F . Alcalá Viva». Morón. Total; 10.000 pta.
«San Andrés». P. del Condado. Total; 5.000 pta.
«P . Agustín Nofré*. Utrera. Total: 26.810 pts.
«Son Juan Bosco». Cáceres. Total: 16.750 pta.
«D. José Canal». Sevilla. T ota l: 31.600 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
P. Provincial: Calle de Sagunto, 212 - Valencia
BECAS E N FORMACION
Beca «Cooperadores de Valencia». Total: 8.500 pta.
Beca «Azul y Rosa». Total: 27.500 pts.
Beca «Círculo Domingo Savio». 1.* e.: 1.500 pts.
Beca perpetua «Juan Manuel», por D.3 Carmen Gómez d*
Tortosa. Alcoy. 1.9 e.: 50.000 pts.
Beca «Niño Jesús del Milagro». Total: 30.000 pf