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Medios

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Mis queridos amigos Juanito y Mari:
Me comunicáis vuestra alegría por las primeras sorpresas
del curso y por las buenas calificaciones. A Juanito le ha
gustado mucho el libro de Geografía, donde me dice que ha
aprendido nombres tan bonitos como Honolulú; y hasta sabe
señalar su lugar en el Pacífico. Pues claro, la Geografía es
como el turismo de los pobres, de ios que no pueden hacer
largos viajes. Pero nadie nos quita el que podamos soñar con
los caminos que realizaremos con el tiempo...
A Mari, en cambio, le gusta el dibujo. También es otra
manera de soñar eso de copiar a nuestro gusto la realidad de
las cosas. Bueno, pero todas las materias de estudio son im­
portantes para la vida y os harán falta para el día de mañana.
Lo peor sería el no poder estudiar. [Cuántos niños de vues­
tra edad no cogerán en su vida un libro en sus manos! ¿Por
qué? Pues porque no tienen escuelas a dónde ir, ni maestros
que les enseñen, ni dinero para comprar libros. Y. natural­
mente. los que no estudian son unos ignorantes...
Oíd lo que le sucedió un día a Don Bosco.
Por el año 1867 había en el Oratorio un chico llamado Patarelli. Tenía catorce años y unos ojos azules en los que revo­
loteaba un pájaro: la alegría. Pero, de buenas a primeras, este
chico guapo y estudioso quedó medio bobo. Perdió del todo
la memoria y andaba por el patío con los brazos caídos y la
cabeza lacia. En clase siempre se le veía mirando a las «mu­
sarañas». Daba lástima. Vosotros habéis visto a algún tonto,
¿no? Pues Patarelli daba la sensación de ser el chico tonto
del Oratorio.
El director de estudios, en vista de que no había más reme­
dio. determinó enviarlo a casa a ver si se curaba. Todos sus
compañeros sentían por él una gran pena.

DOH BASCO El CHIOUlllO TONTO
U N A P A G IN A P A R A LO S

N IÑ O S

Pero, antes de despedirlo, el director de estudios (o llevó
al despacho de Don Bosco. El santo ordenó que se arrodillara
y lo bendijo.
El chiquillo, entonces, como despertando de un profundo
sueño, exclamó lleno de asombro:
—¿Pero yo dónde me encuentro?
—En mi cuarto —dijo Don Bosco— . ¿Y por qué has venido
aquí en lugar de ir a clase?
—Pues no lo sé.
—Hala —lo acarició el santo— vete a clase porque han
tocado hace rato.
Y el muchacho, feliz y contento, atravesó el patio de una
carrera y entró en el aula. Sus compañeros lo miraron atónitos.
Pero contemplaron en sus ojos el aleteo de dos gorriones:
[Estaba perfectamente curado)
Ya véis cómo la bendición de Don Bosco hacía prodigios.
Claro que vosotros debéis suplir con vuestro esfuerzo la be^
dición del mejor amigo de los niños. Pero, ¿sabéis para quié"
nes tenéis que pedir su bendición? Veo la respuesta en os
ojos de Juanito. Naturalmente Don Bosco debe bendecir a los
niños pobres y necesitados para que puedan estudiar como
vosotros y no lleguen a ser ignorantes.
Basta por hoy.
Un abrazo de vuestro mejor amigo.
PADRE RAFAEL

BOLETIN SJILESIANO
ORGANO

DE

LA

PIA

UNION

COOPERADORES

DE

SALESIANOS

Revista de la obra de Don Bosco
Arto LXXXIV . N.° 11 • Noviembre, 1970

Director:
RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Administración.
Alcalá. 164
Teléfono 255 20 00
MADRID (2)
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Saleslans
Madrid-Atocha

EN

ESTE

NUMERO

La parábola de las sillas .

.

1

La contraseña de Dios .

.

2

.

Los milagros nuestros de cada día

4

Mensaje a España...................

8

Aquel montillano pozo

.

.

10

Cuando critican la religión .

.

11

.

El viraje salesiano de Suramérica

12

Primer Congreso Mundial de Anti­
guos Alumnos Salesianos . .

16

142 ratonemos en la isla del Ratón

22

Cooperadores Salesianos, ¿queréis
ayudar al Tercer Mundo?
. . 26
Gracias y fa v o re s ........................ 28
Cecas . . . .
31

nuestra

La parábola de las sillas

PORTADA:

José Luis Morta

En el año de la educación, los pegúe­
las sienten el cariño de los mayores
9ue les enseñan hasta ios secretos de
la cocina...

Acaba de salir un libro pequeño y luminoso con un título Heno
de misterio: «He buscado en la noche»; libro que ha obtenido el
Gran Premio Católico de Literatura 1970. Su autor, Jaeques Loew,
habla de buscar y encontrar a Dios. "Si osparece — dice— , os
diré cuál es, en mi opinión, la principal dificultad que encontramos
cuando buscamos a Dios. Es que muchos lo buscan, pero toman,
sin darse cuenta, la ruta opuesta a la que verdaderamente con­
duce hacia El. Les sucede como a esos técnicos que construyen,
retinen materiales, trazan planos, comprueban si aquello marcha
o no. Así /abrican un cohete extraordinariamente perfecto y lo
lanzan al cielo. De lo que se trata es de construir, de trabajar,
de alcanzar una meta. Pero cuando se trata de buscar a Dios,
tal actitud fracasa siempre. La verdadera búsqueda de Dios se
parece, por el contrario, a la actitud de un hombre que, después
de haberse sentado, escucha. Y es lógico que sea asi, porque, en
definitiva. Dios no es algo que hay que construir o que hacer,
sino que es alguien a quien hay que recibir. Y cuando se recibe
a alguno, hay que empezar por sentarse y escuchar.
A veces, el entendimiento del hombre lucha a brazo partido
en la oscuridad de la noche. Una búsqueda angustiosa de Dios
expresada en el verso machadiano: «Siempre buscando a Dios
entre la niebla.» Y no siempre se encuentra esta actitud entre los
hombres, pues, como recientemente dice Pablo VI, "los condicio­
nes mentales del hombre moderno no están habitualmente pre­
dispuestas para una búsqueda consciente ni para el conocimiento
de Dios que nos es posible. Buscar es una manera de encontrar".

Pero los hombres no escuchan. Están distraídos. Y hay que
saber sentarse para escucharlo sencillamente. Esta es la primera
condición de la oración: escuchar para poder hablar, para poder
dialogar. Rezar es, ante todo, "o ír a Dios". "Nadie conoce al Pa­
dre sino el Hijo, y aquel al que el Hijo haya querido revelarle."
(M t , II, 27.)
Para buscar a Dios, más que abrir los ojos hay que abrir los
oídos, porque la fe nos viene por la palabra. Oír las voces de la
naturaleza, los gritos que dan los signos de los tiempos, lo que el
Espíritu nos sugiere en la lectura de los libros santos. Estar aler­
tas, frecuentar la escuela de Dios.
Qué diversa es la actitud de los que creen saberlo todo, los
que no necesitan aprender ya nada, los que se creen estar defini­
tivamente en posesión de la verdad.
Hoy día hay una gran confusión de ideas. Con buenas inten­
ciones todos creen encontrar a "s u " Dios. ¿Quién está en la ver­
dad? Pero la realidad es ésta: "N o se encuentra a Dios constru­
yéndose cada cual, por sí mismo, una iglesia y una religión en la
que uno pueda instalarse para encontrar allí a Dios." Se encuentra
a Dios cuando se dice, como el adolescente Samuel: "Habla, Se­
ñor, que tu siervo escucha."
Sí, dejar que la palabra caiga en el corazón donde nos hable
en el silencio como se dice de la Virgen María: "Conferenciaba
en su corazón" (Luc., 2, 19), y nos encontraremos con la sorpresa
de que no es el hombre, sino Dios, el que encuentra: "E l hijo que
estaba perdido ha sido encontrado" (Le., 15, 32). Una inversión
de ese juego al escondite en el que tampoco es Dios, sino el hom­
bre, el que se esconde para ser, al fin, encontrado.
Escuchar, escuchar. La naturaleza se ha encargado — dice un
sabio— de damos dos orejas y una lengua, para que oigamos más
y hablemos menos. Jorge GuÜlén exulta de júbilo por la invención
de las sillas, que nos ofrecen su amistad para sentamos y enta­
blar el diálogo. También en las iglesias hay sillas, hay "bancos",
que no son para depositar nuestro dinero ni nuestros tesoros,
sino para sentamos a escuchar. Y Dios habla al que "tenga oídos
para o ír" (M t , 13, 9). Tal vez podríamos hablar de una "parábola
de las sülas...”



1

LOS MILA6R0S
Cada minuto de nuestra vida es un mi­
lagro.
¡Gracias, Señor, por haberme curado y
por las medicinas!

MILAQRITOS A MI...
iVAMOS HOMBRE!
No hace mucho me decía un mé­
dico mientras aplicaba la escayola
a mi brazo, después de un peque­
ño accidente: «N o me explico có­
mo hay todavía revistas religiosas
que continúan publicando esa se­
rie de milagritos que causan risa.
Si al menos llevaran la certifica­
ción médica... Con esto sólo se con­
sigue desorientar a la gente y caer
en el fetichismo, del que tantas ve­
ces hemos acusado a hombres de
civilizaciones pasadas».
A ñnal de verano, la prensa se
hizo eco de un prodigio ocurrido
en la vega de San Mateo, pueblecito de Gran Canaria: la Virgen
movía su rosario. Y todos hemos
oído hablar, a lo largo de dos años,
de las apariciones de Ei Palmar de
Troya, por tierras sevillanas.
Las manifestaciones sobrenatura­
les siempre han despertado el in­
terés de los hombres. En realidad
también lo mágico nos llama la
atención. Pero, ¿encaja esto en
unos tiempos en que acá y allá se
habla de secularización y de auto­
nomía humana?
En otro apartado de nuestra Re­
vista aparecen las autorizadas pa­
labras de Antonio María Javierre,
e.studioso profundo del tema. Pue­
den considerarse como los princi­
pios bateos sobre el problema del
hombre frente a lo sobrenatural.
De ellos voy a valerme en mi em­
peño de facilitar vuestra misión
como educadores de la fe de vues­
tros hijos.
Y los interrogantes a resolver

4



van a ser éstos: ¿Puede darse el
milagro en nuestros días? ¿Qué es
realmente un milagro? ¿Para qué
pedir si Dios sabe lo que necesi­
tamos? ¿Ha de estar la fe supedi­
tada a los acontecimientos sobre­
naturales?

POSTURAS EXTREMAS
EN TORNO AL MILAGRO
La primera postura, extrema y
peligrosa por lo que supone de de­
formación del milagro, es el «ape­
tito desordenado» de cosas extra­
ordinarias.
Este tipo de personas basa su fe
en los prodigios sobrenaturales;
cuando faltan éstos, su fe sucum­
be. Si tuviera una fe de verdad,
se sentiría completamente libre
frente al milagro, le importaría
poco que éste surgiera o no.
La fe no puede supeditarse a los
milagros.
La segunda postura se va al otro
extremo: una vez creado el Uni­
verso, todo se desarrolla en con­
formidad con las leyes puestas por
el Creador, sin que El vuelva a
intervenir, ni por excepción, para
cambiar el ritmo de la naturaleza.
Para los defensores de esta pos­
tura no tiene entrada en milagro.
Todo ocurre normalmente: hay
unas causas naturales que produ­
cen unos efectos también natura­
les. Por ejemplo, el enfermo cura
porque el médico ha recetado las
medicinas adecuadas.
No aceptan tampoco la posibi­
lidad de una relación interpersonal
del hombre con Dios que pudiera

i : hciuiidu

“ Cuanto más profundo se te encuentra, Señor,
más universal aparece tu influencia.’*
(Teilhard de Chardin.)

influir en la marcha ordinaria de
las leyes físicas.

DIOS
NO TIENE NADA
QUE CORREGIR
Alguien podría añadir todavía
que Dios para realizar un milagro
tiene que enmendar su obra, lo
cual repugna en un Creador que
todo lo ha hecho perfecto. Voy a
contestar en seguida.
Lo normal es esto, lo que esta­
mos viendo todos los días: Dios
no quiere violentar las leyes pues­
tas por £1; deja actuar a las cria­
turas.
Ya esto es un auténtico mila­
gro, un milagro continuado, que
nos hace arrodillarnos ante el Crea­
dor para darle gracias y adorarle
por su sabiduría y poder divinos.
Pero hay algo más. En cada ins­
tante de nuestra vida intervienen
infinidad de elementos, cuyo juego
combinatorio está en manos de Dios.
Entonces, ¿por qué ha de conside­
rarse un cambio, un volverse atrás,
el que Dios, en determinados mo­
mentos, combíne a su gusto esas
causas segundas para hacer cun
pequeño regalo» a uno de sus hi­
jos? ¿Es que le vamos a quitar has­
ta la libertad de tener «delícadeza.s» con alguien?
Esto, naturalmente, no lo admi­
tirán los que atan de pies y manos
a Dios una vez terminada su obra
creadora; negarán sin más la po­
sibilidad de esas «caricias extras»
de Dios a los hombres.
Los del otro extremo, en cam­
bio, se fijarán exclusivamente en
este tipo de «caricias», menospre­
ciando las «caricias ordinarias» que
Dios nos prodiga minuto a minuto.
Yo creo que una cosa no quita
la otra. Puede Dios muy bien obrar
a través de las leyes puestas a las
criaturas, y esos son «los milagros
nuestros de cada día», y puede
también permitir otro tipo de mi­
lagros. los que se dan sólo de tar­
de en tarde.
Aquí vendría un punto intere­
sante. pero que no puedo tocar por
la extensión que exigiría su com­
plejidad: ¿Qué criterio sigue Dios
pitra conceder favores extraordina­
rios? ¿Atiende a nuestros méritos?
¿Tiene preferencias? Bástenos re­
cordar que Dios es enteramente li­
bre y que con nuestra mentalidad
no podemos comprender sus deci­
siones. Pero una cosa es cierta:
Dios conoce nuestras necesidades
y nos quiere sin limites. Con esto
nos basta.
6 —

ENTONCES,
¿NO HAY QUE PEDIR?
La objeción se ve venir: «Si Dios
sabe lo que necesitamos, no hará
falta pedirlo». Es cierto. Dios lo sa­
be, pero ¿no es una cosa natural
la manifestación de nuestras pre­
ocupaciones al Padre?
También es posible que se oiga
decir: «Y o pediría cosas espiritua­
les, pero rezar por cosas de aquí
abajo no tiene sentido». Schillebeeckx contesta así: «Querer eli­
minar la oración por las cosas tem­
porales de nuestra relación con
Dios sería lo mismo que obrar co­
mo si nuestro Dios no hubiese
creado el mundo o como, si una
vez creado, se hubiera desintere­
sado de él.»
Dios quiere que le pidamos; está
deseando atendernos. Jesucristo
nos lo recuerda con estas palabras:
«SI vosotros sabéis dar cosas bue­
nas a vuestros hijos, ¡cuánto más
vuestro Padre que está en los cie­
los dará cosas buenas a los qué
se las pidan!» (Mt., 7, 11.)
Todo esto está claro, pero va­
mos a analizarlo a través de un
ejemplo.
Una pareja de enamorados. Sue­
ñan con su futuro hogar. El pre­
para unas oposiciones de las que
depende su porvenir. Las plazas
son pocas y los opositores muchos.
Acuden a Dios porque están con­
vencidos de que el diálogo con £1
es posible y puede atenderles. Y
así es. El novio hace un brillante
examen y gana las oposiciones.
Distingamos en todo el proceso
dos aspectos: el hecho religioso
(Dios responde a una petición sin­
cera) y la forma de realizarse (exa­
men brillante del joven).
Si atendemos solamente al se­
gundo aspecto, concluimos que to­
do se debe al esfuerzo realizado
por el joven y a su inteligencia.
Conforme. Pero es que no se pue­
de prescindir de la realidad reli­
giosa. también existente: los dos
jóvenes se pusieron en contacto
con Dios, sabiendo que Ies quería
y que estaba en sus manos el com­
binar los elementos en juego de
tal manera que les llevara a la me­
ta deseada. Bastaría, por ejemplo,
que hiciera coincidir el tema del
examen con el preferido por el jo­
ven; o si se quiere, cualquier otro
elemento de menor importancia:
un repaso de última hora, un olvi­
do de! catedrático, una ocurrencia
de la novia...
Con Schillebeeckx concluyo así:
«El gobierno providencial de Dios
es el oue crea la relación de cau­

salidad entre el esfuerzo personal
y el triunfo.»
Fríamente considerado el hecho,
puede decirse que todo ha seguido
los cauces normales. Pero para el
que ha tenido la vivencia del con­
tacto interpersonal con Dios, la
realidad religiosa prevalece sobre
la puramente humana. Para él ha
sido una auténtica concesión de
Dios.
Claro que todo esto sólo tiene
sentido si estamos colocados en el
plano de lo religioso, porque una
oración de sabor mágico (una se­
ñal de la cruz garabatosa al iniciar
una competición deportiva...), con­
siderada simplemente como un me­
dio humano más, con el ñn de con­
seguir la curación de una enferme­
dad o el récord de unos campeo­
natos, es inútil e incomprensible: lo
mismo que si lleváramos con nos­
otros un amuleto o trasladáramos
el viaje para el catorce y miér­
coles..
La esencia de la oración es el
diálogo personal del creyente con
Dios y no la recitación de una
determinada fórmula.

CUANDO
DIOS DICE ‘NO’
La escena de Getsemaní es bien
clara: «Padre, todo es posible para
ti; aparta de mí este cáliz; pero no
sea lo que yo quiero, sino lo que
quieras tú» (Me., 14, 36). Pocas ve­
ces existe en nuestra oración una
conformidad semejante.
Hay que partir del hecho de que
como cristianos nos hemos com­
prometido a seguir a Cristo con la
cruz. Lo cual significa que hemos
de admtir el dolor, y lo que lo ro­
dea, como compañero inseparable
de viaje. Podemos, y debemos, po­
nerlo en manos de Dios, pero con
la disposición constante de acep­
tarlo.
Y digo esto porque, de ordina­
rio. la mayor parte de nuestras pe­
ticiones no son atendidas. Bueno,
hablando con propiedad, Dios siem­
pre nos escucha; de no ser así, la
oración de petición no tendría sen­
tido. Lo que sucede es que no nos
escucha al modo humano, sino de
una f o r m a incomprensible para
nosotros. Pero vamos al fondo de
la cuestión.
Lo que Dios quiere es que nos­
otros le encontremos, le descubra­
mos como único y verdadero bien;
por eso se hace sordo tantas veces
cuando ve que lo que le pedimos
nos alejaría de El. Esto mismo es
lo que hacen los padres cuando
niegan algo a sus hijos: buscar su
bien futuro, aunque de momento

les cause un pequeño dolor. Un
cno» de Dios ahora es un peldaño
hacía un «si> posterior de mucha
más trascendencia.
Para aclarar más las cosas, voy
a analizar el problema en el caso
(Xmcreto de las almas piadosas, de
los «hombres de Dios». Parece co­
mo si siempre vieran atendidos sus
megos, tal es su alegría y sere­
nidad de espíritu en las contrarie­
dades de la vida. ¿Es que son ellos
una excepción? ¿Qué pasa enton­
ces? Algo muy sencillo.
Su intimidad con Dios se ha
hecho tan profunda que han con­
seguido lo que nosotros con tanta
dificultad intentamos: el diálogo
con Dios, la auténtica oración. Y
en esa intimidad todo es posible:
ser escuchados siempre o saber
aceptar el «no».
Por otra parte, su santidad les
hace tan ajenos a egoísmos y ca­
prichos que, en cierto modo, sien­
ten las cosas de la misma manera
que las siente Dios. Y o diría que
sus deseos llegan a coincidir con
los deseos de Dios.
Y aún habría que añadir otro
elemento, el más complejo de to­
dos: en todo este problema están
por medio los misteriosos desig­
nios de Dios.

venas, porque ya sabemos cuáles
son los criterios que sigue Dios.
Pues bien, para el que flaquea en
la fe, la publicación de este «milagrito» es motivo de risa y decep­
ción. La razón profunda será que
no ha penetrado en el significado
de la auténtica relación interper­
sonal que puede existir entre el
hombre y Dios, ya analizada. Es
cierto, pero ¿no habrá influido tam­
bién el desafortunado relato de «la
gracia», que deja en la oscuridad
el aspecto religioso (el único que
tiene valor) para destacar el as­
pecto «extraordinario», que por lo
demás para el común de los mor­
tales es totalmente «ordinario»?

VUESTRO HIJO
Y LO SOBRENATURAL

U

“SECCION DE GRACIAS” .
UN PREFACIO
POPULAR
En algunos casos, las concesio­
nes hechas por Dios a los que acu­
den a El revisten caracteres extra­
ordinarios, casi podría hablarse de
milagros. No hay que precipitarse,
sin embargo: es la Iglesia la que
tiene que decir la última palabra.
Y ya sabemos que en esto hila muy
fino. Basta recordar las decisiones
tomadas en Garabandal y en El
Palmar de Troya. O el largo ca­
mino que siguen las curaciones mi­
lagrosas con miras a una canoni­
zación. La Iglesia prefiere resaltar
e| milagro constante de la actua­
ción providencial de Dios en el
mundo.
Y esto también es lo que debe­
rta resaltarse cuando se publica
cuna gracia» en una revista, ya
que el lector, ajeno a la vi­
vencia religiosa de la persona
que ha visto atendida su oración,
difícilmente puede considerar el he­
cho como extraordinario.
Pero voy a verlo, para mayor
claridad, en el mismo ejemplo de
las oposiciones. Probablemente hu­
bo otros que aprobaron sin rezar
y quizá también quien fue suspen­
dido después de hacer varías no­

— Atribuir el favor principalmen­
te a Dios Gos santos son sim­
ples servidores suyos).
— Hacer de forma que aparezca la
vivencia religiosa (es lo funda­
mental del relato).
— No dar excesiva importancia a
los detalles del favor recibido
(no se trata de convencer a los
lectores de que ha sido un mi­
lagro).
— Hacer alusión al milagro con­
tinuado que supone la Provi­
dencia de Dios (probablemente
«mi gracia» no sale de ese mar­
co de lo normal).
— Desligar por completo la limos­
na del hecho religioso vivido;
darle otro destino: misiones,
tercer mundo, vocaciones... (así
se evitará toda apariencia de
mercantilismo).
— Firmar el relato con un seudó­
nimo (al alma religiosa no in­
teresa la publicidad de unos
apellidos). La carta sí tiene que
llevar el nombre verdadero por­
que lo exige la ley de Prensa.

A costum bradlos a una relación per­
sonal con Dios.
¿Qué hacer entonces? ¿Dejar de
publicar lo que personalmente con­
sidero como un favor de Dios? No.
Es precioso ver cómo la gente quie­
re hacer pública su acción de gra­
cias. Queramos o no, estos relatos
constituyen un auténtico «prefa­
cio popular», cuyo título común de­
biera ser éste: «Demos gracias a
Dios».
El defecto está en la forma. La
«Sección» de nuestra Revista no
tiene por fin relatar milagros, sino
dar «gracias» a Dios. Y yo añadi­
ría, dar gracias más bien que por
el favor obtenido, por la multitud
de favores que nos concede Dios
cada día, cada hora, cada minuto.
O sea. por los «milagros nuestros
de cada día».
Si yo tuviera que publicar «una
gracia» tendría en cuenta todo
esto:

No resulta difícil convencer al
niño de la existencia de los mila­
gros (bastará acudir al Evangelio),
pero más que educarlo en lo ex­
traordinario habría que educarlo en
lo ordinario, en ¡a manera normal
de actuar Dios cada día. El sol, el
campo, los animales, vosotros mis­
mos... todo cuanto encuentra a su
paso, son regalos de Dios que pien­
sa en él.
Insistid en esa relación perso­
nal con Dios. Es un ver vivo, cer­
cano, a quien se le puede hablar,
ofrecer y pedir. Esto tiene mucha
trascendencia años después.
No resultará tan fácil hacerle
comprender que también Dios al­
gunas veces dice «no». Y la razón
es sencilla: tampoco comprende las
negativas vuestras, puesto que no
llega a abarcar el bien posterior
que se encierra en ellas. No obs­
tante hay que intentarlo.
Que aprenda desde muy pequeño
a dar gracias, p>ero por todo, no só­
lo por las cosas que tienen visos
de extraordinarias. Enseñadle a dar
gracias a Dios por haberle puesto
bueno, pero también por las me­
dicinas, por el médico... Gracias
por haber sacado buena nota, pero
también por el maestro, por los li­
bros, por la inteligencia recibida...
Y gracias, sobre tc^o, por esos «supermilagros» de haber enviado a
Jesús para salvarnos, de habernos
hecho hijos suyos...
José María M AR TIN FLORES

ALEaANORO HALLO

M ENSAJE
A ESPAÑA

Santa Teresa
de Jesús
(cuadro de Ribera):
La santa
que encarna
las virtudes
de su patria.
(Rabio VI.)

Todo ei corazón de España estaba allí. ¿Quién hubiera sido tan
descortés como para dispensarse de acompañar a la Santa andariega
en el día de su hermoso triunfo? ¿Quién habrá olvidado la vieja galantería hasta el extremo de no festejar a todas las mujeres de la Iglesia
que, con ella, ascendían a un inopinado trono de gloria? Y, tanto
más, cuanto que, desde la altura de esta flamante sede doctoral, se
otean nuevos e inesperados panoramas eclesiales.

U N A AUD IENCIA
QUE MERECE L A PENA
A la cabeza de los miles de pe­
regrinos españoles iba la más lu­
cida representación oficial. Hubo
memorable audiencia pontificia y,
en ella, el don precioso de un men­
saje para la Iglesia de España. To­
dos los buenos hijos la escuchan
con la mejor de las disposiciones.
Nada seria más peligroso que des­
oír al Vicario de Cristo en un mo­
mento donde la disciplina se hace
tan urgente. Y, por supuesto, la
obediencia menuda de cada día;

8



las autoridades delegadas y parti­
cipadas, no pueden ni soñar ser re­
conocidas como tales si no trans­
miten en su pureza esta voz real­
mente superior que marca las gran­
des directivas.
ENCONTRAR
L A PROPIA IDENTIDAD
Y, para empezar, el Papa cree
que en la Iglesia de España hay
noticias. Y noticias buenas. Se no­
ta una brisa que sucede a una lar­
ga calma ligeramente angustiosa.
Una diócesis tras otra van toman­

do iniciativas que suponen valen­
tía, trabajo y sacrificios. Unas ce­
lebran sus Sínodos, otras afrontan
con realismo el problema de sus
Seminarios; las de más allá inician
profundas investigaciones socio-re­
ligiosas o toman posición en pro­
blemas laborales y humanos de di­
verso tipo. Las reuniones de 1>
Conferencia Episcopal atacan pro­
blemas de alta envergadura y s*
pronuncian con franqueza apostó­
lica. El fervor p>or estudiar y por
mejorar la formación inicial pre­
sente por doquiera. Nuevas fórmu­
las pastorales y apostólicas están

en curso y las relaciones con el
Estado y la cosa pública en gene­
ral son analizadas con creciente
audacia en muy diversos sectores
edesiales. La lista tendría que ser
muy larga. Bástenos decir con el
Papa: «Cada día nos llegan más in­
dicios de que la Iglesia de España
ra encontrando en esta época de
cambios su propia identidad». Re­
encontrarse, redescubrir la vieja
«cación apostólica y vanguardista
ipiizá algo empolvada por la lar­
ca felicidad: he aquí un don pre­
cioso del Espíritu, un auténtico
Evangelio.

DON
ANTONIO
HIDALGO

MSERTARSE E N EL PRESENTE
El Papa insinúa claramente los
caminos por los que la Iglesia es­
pañola «va encontrando su propia
identidad». Se trata de un proce­
so, complejo sin duda, por el que,
^ r a d o el puro regusto de glo^ pasadas, trata de «insertarse
idientemente en un presente y en
m futuro cargado de promesas».
Ugo así como un despertar, como
• volver a la punzante realidad
íaria donde graves deberes de pre­
c i a y testimonio aguardan a los
•ubres de fe. Las viejas glorias
« 1 la preciosa solera que dará el
•to preciso; pero necesitamos
íTObas de vino nuevo para ale■C3r a nuestro pueblo de gozo pasy redentor.
WA IGLESIA POBRE
Esta Iglesia bien despierta, bien
dualizada y mordaz, vigilará so^ todo la verdadera espiritualiW, como a ella esencialmente
6[npete y como Santa Teresa enPero este trabajo sublime no
i dispensará jamás de obtener
^ profunda proyección social».
' ya se sabe, los problemas de
*6 tipo están entre los pobres,
ja Iglesia rica, potente, aliada
s y mansa de los poderosos, ca­
si inevitablemente de la agilidad
*asaria para moveree entre aquéi a quienes es soberanamente
oí conservar la línea más esbelHJna Iglesia pobre y consciensu misión de servir, y sin
Colaciones de poder».

*

*

*

bonito mensaje en el día de
Cía de Santa Teresa, pobre de
by rica de espíritu; fiel a
or 'Iglesia más tradicional y ardienciformadora. Que las hermosas
tienen también, porqué no,
moraleja.

NUEVO INSPECTOR DE SEVILLA
Los superiores han nombrado
inspector de Sevilla a don An­
tonio Hidalgo. Hombre de gran
serenidad y equilibrio. Su na­
tural bondad lo inclina hacia
los demás en actitud de aten­
der, de escuchar.
Andaluz y sevillano, nadó el
8 de junio de 1928. Sevilla le

ha dado una aguda intuición
y un fino sentido del humor.
Hizo sus estudios elementales
con los Hermanos de las Es­
cuelas Cristianas y en el cole­
gio salesiano de Triana.
"Conocí al nuevo inspector de
Sevilla en el ya lejano año
1941. Empezábamos el aspirantado estrenando la casa de An­
tequera. Buen compañero y ami­
go, se distinguía por su inteli­
gencia despierta y cultivada.
Luego, los tres años de Montilla y el noviciado con el in­
olvidable padre Montaldo. en el
curso 1945-46. En Consolación
de Utrera hicimos los años de
Filosofía, al final de los cuales
fue destinado al noviciado de
San José del Valle, como asis­
tente de novicios. Realizó des­
pués sus estudios de Teología
en Carabanchel, recibiendo la
ordenación sacerdotal en 1955.”
Inmediatamente prosigue sus
estudios de especiaUdad en el

Pontificio Ateneo S a l e s i a n o
(PA S), que terminó adquiriendo
la licenciatura en Pedagogía.
Posteriormente

ha

ocupado

cargos de responsabilidad en la

Inspectoría de Sevilla. Primero
fue catequista y consejero de
los aspirantes en Campano. Ter­
minado ese año, durante un
trienio realizó una preciosa la­
bor como director del colegio
de Cádiz. Después, director de
la casa Jnspectorial de la Tri­
nidad, de Sevilla, durante el se­
xenio 1961-1967. Años de gran­
des reformas y de formidable

renovación en la vieja casa.
A l cabo de este periodo, ha
trabajado en la Universidad
Laboral de Sevilla como vice­
rrector y director de estudios.
Ultimamente estaba entregado
a la Normal de Magisterio y
CEC, habiendo colaborado con
gran eficacia en varios cursillos
realizados a nivel nacional.
Tras esta intensa experiencia
en el campo pastoral, recibe
ahora el cargo de inspector pro­
vincial de Sevilla. Reciba nues­
tra felicitación por la confian­
za que en él han depositado los
superiores. Y que María Auxi­
liadora guíe su mano en la di­
rección de la Obra Salesiana
en esa hermosa tierra.



9

Atarraya bien hechinda de peces, red
de jorro con un buen botín reluciente y
palpitante... Eso era aquel colegio salesiano de Montilla por los años 50. Como
madre en esperanzadora gestación, ali­
mentaba y contenía en su seno ancho,
iuminoso, unos buenos centenares de chi­
cos que soñábamos con ser algún dia
hijos de San Juan Bosco. San José del
Valle, por aquellos entonces, era un rin­
cón florido inolvidable, especie de pila
bautismal salesiana.
Recuerdo tres clérigos que en Monti­
lla no nos dejaban ni a sol ni a sombra.
Uno de ellos, después de américas le­
janas, ha vuelto a la SEI madrileña pa­
ra ponerse al frente de este Boletín.
Siempre tuvo este fino conquense des­
piertos ruiseñores en la garganta y en
sus páginas de versos un temblorcillo
Inefable que se colaba corazón aden­
tro... Nada ha extrañado su reciente y
flamante premio Boscán de poesía. Otro,
que se atrevía a leernos en el teatro
—¿quién lo diría?— rimas de su cose­
cha con temas de Semana Santa, se
echó a andar por el camino lleno de gui­
jarros del Derecho Canónico. Ello le valió
una cátedra y hoy lleva riendas de toda
una provincia salesiana andaluza. Don
Antonio, estoy seguro, mide y controla
(y puede ser que hasta los tenga regis­
trados en cinta magnetofónica), los mo­
vimientos diastólicos y los de sístole de
la viscera cardíaca de su Inspectoría. Fe­
licitaciones importantes ha recibido por
ello...
Completaba la terna don Domingo Gon­
zález. Un galleguiño serio como la som­
bra de una momia. |El muy tunante! Lue­
go hemos sabido todos que se trataba
de una bien construida tramoya. Sus
alumnos padecíamos tiritones de susto en
sus clases de latines, luchando a brazo
partido con los hexámetros del bucólico
poeta de Mantua. Ya entonces creíamos
oliscar sus largos saberes porque le cho­
rreaba el caletre. Las posteriores andan­
zas universitarias lo han confirmado ple­
namente.
Había un pozo en el colegio, de unos
cuarenta y tantos metros de profundidad.
Don Domingo tuvo que echar en él unos
sudorclllos, acompañado de un grupo de
aspirantes de los mayores. ¿Se mareó?
¿Perdió el pie? A lo hondo fue a parar,
golpeando a derecha e izquierda contra
las tuberías de la instalación. El pánico
se hizo presente. Don Rafael Infante era
nuestro director. Una especie de mártir
redivivo que tenía sobre su pellejo la

huella de muchos sustos. Echó una me­
dalla de María Auxiliadora en el pozo.
Don Domingo salió de él desbrozado...
Los médicos dijeron que cualquiera de
aquellas heridas era suficiente para aca­
rrear la muerte. Muy probablemente po­
día quedar sin vida en el trayecto de
Montilla a Córdoba. Pero, jca! Le bastó
una semana para ponerse a tono... En
la receta de! tratamiento no iba incluida
la bendición de María Auxiliadora, pero
don Rafael Infante se encargó de sub­
sanar el olvido...
El día 15 de septiembre había sido la
mortal caída y a los nueve días, en un
24 inolvidable, don Domingo se nos co­
laba por las puertas. Recuerdo aquel
nuestro silencio de estupor y de emo­
ción... Venía acribillado de trasquilones
y cicatrices. ¡Y sonreía! Calendas eran
aquellas en que, bien despachados en
solfa, podíamos con la polifonía de Iruarrízaga, de Tomás Luis de Victoria o del
inspirado y dulce claretiano García Ro­
mano. Quiero decir que ningún “Te
Deum” han conocido las piedras del fer­
voroso templo montillano como aquel, cu­
yos melismas no brotaban exclusivamente
de nuestras gargantas, sino también de
los pelos, de las orejas y de las suelas
de los zapatos...
Creía yo que con aquel “domingo-gonzalazo” que nuestro profesor había pega­
do, se le habrían descascarillado un tanto
sus profundas sabidurías. Las madres ga­
llegas gustaban antes de llevar a sus tier­
nos rapaciños ai “santo dos croques
—que no era sino el mismísimo maestro
Mateo, autor del “ Pórtico de la Glo­
ria"— ^ para que dando contra la cabeza
de bronce se le despertara el magín a
la criaturita... Pues bien: en el fondo del
pozo había seguramente un “ santo de los
coscorrones" corregido y aumentado.
Fue el año de la coronación canónica
de la imagen de dulce matrona de María
Auxiliadora montillana. Organización per­
fecta, al detalle, como dirigida por la
meticulosa mano de nuestro director. Fies­
ta de alegría restallante, de vibración po­
pular, masiva, inolvidable.
Bien dejó la Reina de aquella casa su
huella de predilección en aquel porten­
toso hecho ante el que la medicina se
hacía cruces...
Han pasado veinte años y muchas per­
sonas que quizá han tenido el valor de
terminar de leer este recuerdo apresura­
do, sentirán en su alma una ola de suave
emoción nostálgica...
Juan Manuel ESPINOSA

CUANDO
C R IT IC A N
I.A R E U G IO N
Sus expresiones son desconcer­
tantes, destructoras: «Los obispos
— dicen— son demasiado ricos y
se dan la gran vida. El Vaticano
es demasiado lujoso. El párroco
sólo piensa en el dinero. El domin­
go, sermones aburridos y misas
ídem. La censura de las películas
es una bobería: uno sabe a qué
atenerse. La confesión, una idiotez.
La misa, cosa de viejas...»

Eduquemos como D. Bosco

n septiembre de 1863 dio
San Juan Bosco unas char­
las de espiritualidad a sus
chicos del Oratorio. En una de ellas
Ies puso este ejemplo: «Cuando
San Nazario fue a Génova para
convertir a los genoveses, comen­
zó a hablarles del alma, de la re­
ligión, del paraíso..., pero ninguno
mostraba interés por dichos argu­
mentos. Entonces, el santo que los
conocía, les dijo: — Oídme, si os
convertís al verdadero Dios, él os
dará el ciento por uno. — Los ge­
noveses, que eran comerciantes, exclamaron: — ¡Caramba!, con que
nosotros a duras penas logramos
un cinco por ciento... ¿y este Dios
nos va a dar el ciento por uno?
— Y sin más, se hicieron cristia­
nos.» Después Don Bosco siguió
hablando de la verdadera religión
desinteresada.

E


Con frecuencia los adolescen­
tes tienen la lengiia larga. En se­
guida critican. Sobre todo tienen
intuiciones de la falsa y desfasada
religión que practican muchos cris­
tianos. Ellos no quieren ser lo mis­
mo. Lo malo es que tampoco tie­
nen ideas claras de lo que han de
practicar. Hay que educarlos.


¿Qué hacer en estos casos?
Como siempre, intentar compren­
der... — Criticar la religión no es
abandonar la fe, no es tomar posi­
ciones contra Dios. El adolescente,
cuando critica la religión, critica
a menudo a la Iglesia, a los cris­
tianos, a las organizaciones cató­
licas. Pero, en general, no pone a
Dios en tela de juicio.

El adolescente cree, redescu­
bre la religión. De niño, lo había
aceptado todo. Ahora quiere una
religión más reflexiva; razona, in­
tenta comprender. Esto es un bien.
Está permitido e incluso se acon­
seja discutir los problemas que uno
se plantea, reflexionar, preguntar­
se: «¿Por qué esto es así?» Es la
manera de llegar a adquirir una
religión menos rutinaria, más li­
bre y consciente.
Las expresiones mortificantes del
adolescente no son sino un biom­
bo: más allá de las criticas, existe
algo serio que se busca. Puesto
que quiere salir de una religión de
niño que ya no le conviene, ¿no
es preciso ayudarle a descubrir
una nueva religión?

El adolescente se destaca en
la denuncia de las deficiencias de
los que ejercen la autoridad. Por
otra parte, a menudo sus críticas
son justificadas. Demasiado idea­
lista. quisiera que todo fuese per­
fecto. Lo conveniente es reconocer

con él que todo podría cambiar y
ser mejor; pero empezando por
nosotros mismos...: « S í — dire­
mos— , es algo cierto que la Igle­
sia tiene apariencias de riqueza
Sería preciso que esto cambiara...,
pero nosotros mismos, ¿cómo uti­
lizamos nuestro dinero? ¿Qué se
podría hacer...?»

El adolescente reconoce y
admira los verdaderos valores cris­
tianos. Es preciso buscar con él lo
positivo que hay en la Iglesia. Pero
también puede plantearse nuestras
mismas actitudes cristianas. Nos­
otros, los padres de familia, debe­
mos preguntarnos si damos a nues­
tros hijos un verdadero testimonio
de cristianos. Cada una de sus crí­
ticas debería conducirnos a algu­
na revisión, a alguna conversión.
¿No contendrán estas críticas, tal
vez, una llamada de Dios?

Hay que aceptar la discu­
sión, el diálogo y buscar con ellos.
Podemos ayudarles a reconocer en
los cristianos y en la Iglesia lo que
podría ser mejorado. Y preguntar­
se cómo se puede hacer algo emzando por convertirse uno mismo.
Pero, sobre todo, fuera de la
familia, el chico debe ser ayudado
en este redescubrimiento de la vi­
da cristiana. Las ocasiones favora­
bles son infinitas: lecturas, cursos
de enseñanza religiosa, participa­
ción en un grupo cristiano, con­
tactos con un sacerdote...
Sí, lo importante es que no abdi­
quemos de nuestra paternidad en
uno de los momentos más decisi­
vos de la educación de nuestros
hijos, cuando podemos influir en
ellos positivamente s e m b r a n d o
ideas claras y actitudes cristianas.
Por favor, no nos asustemos cuan­
do nuestros chicos critiquen hasta
la religión...



11

Tres reuniones convocó el Rector Mayor con los lnspec«
lores de Latinoamérica el pasado junio. Caracas, Brasilia y
Asunción fueron las sedes de dichas asambleas. Es de gran
interés para nosotros todo cuanto sucede en aquel conti­
nente tan entrañable. El “ Boletín Salesíano" ha tenido una
entrevista con el Inspector de Venezuela, Don José Henrtquez; que ha participado en estos encuentros y ofrece sus
puntos de vista a los lectores de nuestra revista.
12



«U n viraje valiente, pero con
equilibrio». Estas palabras pronun­
ciadas en Caracas hace dos años
por el Rector Mayor repercutieron
en los oídos de los inspectores
americanos no sólo como un fácil
«slogan», sino como un programa
a realizar.
Y a en 1965, los Salesianos ha­
bían celebrado en Roma un Capí­
tulo General renovador. La reunión
de inspectores latinoamericanos de

lesianos. En 1969, los superiores de
las Congregaciones Religiosas ce­
lebraban nuevas rexmiones en Chile
y Colombia para preguntarse acer­
ca del subdesarrollo del testimonio
de pobreza que el religioso ha de
dar al mundo. Todo esto nos habla
de la enorme responsabilidad que
pesa sobre los religiosos en Latino­
américa.
Y el pasado junio, nuevas re­
uniones de los inspectores salesianos con el Rector Mayor en Cara­
cas, Brasilia y Asunción. Los salesianos de Suramérica se examinan;
controlan el camino recorrido, con­
frontan sus experiencias, reajustan
sus nuevos puntos de vista. El vi­
raje se está realizando.
Sobre estos temas hemos solici­
tado una entrevista con el Inspec­
tor de Venezuela, don José Henríquez. Este joven Inspector — 42
años— es venezolano y nos ha pa­
recido uno de los hombres más in­
dicados para trazar el cuadro de
la situación.
Boletín Salesiano. ¿Cuáles son
los problemas más importantes que
Latinoamérica suscita hoy en la
conciencia de la Congregación Salesiana?

l A M O

1968 puntualizó una serie de con­
clusiones que era todo un prograina de acción. Meses más tarde, se
reunían en la Conferencia de Me! dellín todos los Obispos de Latino^ é ric a donde redactaron los do­
cumentos que se han considerado
, justamente como continuación de
ios decretos conciliares. Por aque} Uos días, Pablo VI, en su viaje a
Bogotá, e lo g ia d públicamente las
conclusiones de los inspectores sa-

Don José Henríquez. Un enorme
abanico de problemas serios se
abre a la viste de la geografía hu­
mana y religiosa de nuestro conti­
nente. Toda América está en plena
ebullición: hombres, grupos, masas
de marginados sociales y desocu­
pados; la sociedad tradicional se
disgrega; el desarrollo económico,
la vida política, la familia, la cul­
tura, la religión, la explosión de­
mográfica, la misma cconciencia»
latinoamericana. Todo está en mo­
vimiento.
Esto sucede en todos los conti­
nentes, pero en el nuestro adquie­
re colores dramáticos y, a veces,
trágicos.
Y no nos hemos cruzado de bra­
zos. Y a se han realizado muchas
cosas. En algunos aspectos de in­
tegración económica, cultural y re­
ligiosa, estamos más avanzados
que algunos países de Europa. Pe­
ro se trata de una mínima parte,
prácticamente aquí está todo por
hacer. En muchísimos sectores to­
davía no se ha comenzado el des­
pegue. Nuestro crecimiento no ha
sido proporcional a la velocidad y
aceleración con que se han preci­
pitado los problemas con to d ^ las
complicaciones que han traído con­
sigo.
La Iglesia y la Congregación tie­
nen ante sus ojos una tarea in­
creíble; nos encontramos de nuevo

como David ante el gigante Go­
liat...
En segundo lugar, la conciencia
salesiana debe hacer suya la pro­
blemática de la Iglesia. Todos nues­
tros Obispos, reunidos en la Con­
ferencia de Medellín, han tenido
una especie de Vaticano II para
América Latina. Con las palabras
del Cardenal Suhard al día siguien­
te de la guerra mundial, podemos
decir que con Medellín aha muerto
algo que no se levantará ya más».
La Iglesia ha auscultado el corazón
del Continente, ha medido la pro­
fundidad abisal de sus problemas
y ha tomado como consigna la «Populorum progressio» de Pablo V II
que ha venido tan bien a nuestros
pueblos afligidos por ese terrible
nialestar que es la sobreabundan­
cia que goza un restringido grupo
contrastando con la miseria y el
subdesarrollo de la gran masa.
En tercer lugar, la Congregación
en Suramérica tiene sus propios
problemas concernientes a la mi­
sión que desarrolla en la Iglesia.
Dentro de un lustro, la Congrega­
ción cumplirá cien años de activi­
dad en América. Nadie le discute
sus méritos: desde México hasta
la Tierra de Fuego nos encontra­
mos con una tierra florecida de
obras y actividades salesianas. Casi
seis mil salesianos y otras tantas
salesianas trabajan en esta tierra.
Un enorme servicio de evangelización y humanización el que se
ha llevado a cabo en los pueblos
latinoamericanos. P e r o reciente­
mente se ha notado cierto cansan­
cio y se ha visto la necesidad de
afrontar los nuevos problemas con
nuevas soluciones.
B. S. ¿Cuáles son estos nuevos
problemas?
D. J. H. El problema de los jó­
venes, vivido en sus nuevas di­
mensiones. El trabajo febril de
nuestras obras nos ha absorbido
hasta tal punto que nos hemos ol­
vidado de la nueva clase de socie­
dad que ha aparecido en la histo­
ria: los jóvenes.
Inmersos en nuestro trabajo co­
tidiano no nos dábamos cuenta de
que quedaban totalmente al mar­
gen de nuestra acción millones de
jóvenes. Numéricamente superaban
nuestras posibilidades; por otra
parte se ofrecían nuevas situacio­
nes. No había más remedio que
acudir a la vocación salesiana en
sus orígenes. Tal vez se había per­
dido aquella vibración especial por
los jóvenes. Tal vez no se viera tan
claro que el corazón de la Congre­
gación debe latir junto al de los

13

jóvenes, que los salesianos están
ligados a la juventud por una con­
sagración peculiar, que están en­
tregados en cuerpo y alma a los
jóvenes.
El problema de la creatividad,
en conexión con el problema an­
terior. Una Congregación consa­
grada a los jóvenes debe ser con­
tinuamente creadora, de otro mo­
do será incapaz de seguir los pa­
sos rápidos de la juventud. Don
Hosco decía: «Cuando se trata de
hacer el bien a los jóvenes, yo es­
toy dispuesto a todo: hasta la auda­
cia».
Latinoamérica está pidiendo a
los salesianos — especialistas de la
juventud— esta creatividad y auda­
cia que haga superar los momen­
tos de cansancio, que alargue la
mirada, los brazos y el corazón y
se decida a avanzar y a amasarse
con la juventud latinoamericana.
El problema del subdcsarrollo,
que pesa angustiosamente sobre
las espaldas de Latinoamérica. La
Congregación, a pesar de su bri­
llante pasado, no aparecía hoy con­
sagrada de Deno al servicio de los
jóvenes y de las clases populares;
nuevos factores entorpecían la de­
dicación a los jóvenes obreros.
Frente al subdesarrollo de los pue­
blos se ha notado además una pro­
nunciada insuficiencia de testimo­
nio y de servicio en favor de las
masas juveniles populares, en las
que reside el corazón del carisma
salesiano.
Todos estos problemas han pe­
sado en la conciencia de la Con­
gregación Salesiana y se han dis­
cutido y afrontado ampliamente en
las recientes conferencias y re­
uniones.
B. S. Hace dos aflos, don Ricceri
habló en Caracas, por primera vez,
del «viraje» de la Congregación en
Iberoamérica. ¿Qué quiso decir con
ello? ¿Cómo se planteó este viraje
en la conferencia de Caracas?
D. J. H. Fue en el discurso de
introducción. Cuando don Ricceri
hablaba de la conversión en la vida
religiosa, añadió; «Para llegar a es­
ta conversión se necesita empuñar
el volante y dar una verdadera
«sterzata». ¿Cómo se dice en cas­
tellano? (Alguno sopló: viraje). Sí
— continuó— viraje, pero un viraje
total, un auténtico viraje en nues­
tra acción, en nuestro gobierno.
Viraje en la planificación; basta de
improvisación y empirismo, más
trabajo de equipo. Viraje del su­
perior que, hasta ahora, todo de­

14



pendía de él y lo hacía todo. Viraje
de nuestro apostolado en su senti­
do y en sus formas. Viraje en la
formación de los jóvenes y de los
salesianos. Viraje en la organiza­
ción y administración.»
Entre otras consideraciones, co­
mo fruto de este viraje, el Rector
Mayor indicó la necesidad «de ofre­
cer a Latinoamérica y a ia Iglesia
no sólo una Congregación que tra­
baja, sino una (Congregación que
piensa».
He aquí algunos de los principa­
les puntos de este cambio que se
ha de llevar a cabo:

Primacía del hombre sobre
las instituciones y estructuras. Esta
idea se expresó en el XIX Capítu­
lo General: «La preocupación cen­
tral de la Congregación no son las
obras, sino los salesianos». Don
Ricceri no ha dudado en llamar
«política del suicidio» al arrojar en
la «hoguera de las obras» a un per­
sonal sin preparación ni madurez
y, por consiguiente, destinado al
fracaso.

El Rector Mayor
vive la alegría
de estos muchachos
del colegio
de Los Teques
(Venezuela).
El problema
de la juventud
adquiere hoy
nuevas dimensiones
insospechadas.


La creación de auténticas co­
munidades saleslanas. Es una con­
secuencia de lo anterior. En dichas
comunidades el hermano ha de ser
la preocupación principal y cuyo
sentido pastoral brote de la fuente
de una Eucaristía plenamente vi­
vida.

Un mayor sentido pastoral
de las obras educativas. Para ello,
la Congregación ha de abrirse a
perspectivas de trabajo postescolar
a fin de llegar a las inmensas ma­
sas juveniles del continente.

Mayor dedicación a los jóve­
nes pobres procedentes de las cla­
ses obreras, de las familias deshe­
redadas y en estado de subdes­
arrollo.
Preocupación por las voca­
ciones. trabajando en la selección
y formación de las mismas con
nueva metodología.
El Papa aprobó todas las con­
clusiones de esta Conferencia, cosa
que fue para los inspectores una
garantía para recorrer sin miedo
el camino trazado.
B. S. La reciente, reunión del
Rector Mayor con los Inspectores,
¿ha sido como un balance? ¿Cuáles
han sido los resultados?
D. J. H. Ante todo, he de decir
que las (Conclusiones de (Caracas
no llegaron a la conciencia de to­
dos los salesianos. En un principio
nos asustó la tarea. Aún el pasado
año nos sentíamos desanimados.

Sin embargo, en la reciente reunión
hemos constatado que se han rea­
lizado muchas de las cosas pro­
puestas.

La creación de auténticas co­
munidades ha sido un buen vira­
je. Comunidad orante, educativa,
abierta a la colaboración de alum­
nos, maestros y padres de familia:
se han oído magníficos testimonios
y maravillosas experiencias.

La pastoral de las vocacio­
nes ha recibido nuevos impulsos.
Hoy son muchas las inspectorías
que sólo tienen aspirantes prove­
nientes de nuestros colegios. Esto
se debe a un incremento de la pas­
toral juvenil en nuestras casas.
Educar a nuestros jóvenes en una
fe auténtica es el mejor modo para
que sientan la llamada de Dios a
la vida religiosa. Sin duda que la
selección resulta mucho mejor que
antes.
La idea de la pastoral juvenil ha
tenido sus más y sus menos. La in­
decisión, la falta de preocupación
del personal nos hizo retrasar la
labor. En 1968 sólo dos o tres ins-

un centro juvenil o un oratorio sin
pastoralizar son tan inútiles como
un colegio en el que tampoco se
trabaja pastoralmente. Lo impor­
tante son las ideas, los hombres
que las llevan a la práctica. Al fin
y al cabo sólo se trata de desem­
polvar el viejo principio de Don
Bosco: «Lo sobrenatural sea el nú­
cleo de todo».

£n las reuniones con el Rec­
tor Mayor se ha subrayado cuanto
se ha llevado a cabo en todas las
inspectorías en lo referente al tes­
timonio de pobreza religiosa y en
el sector del subdesarrollo.
La reflexión sobre el problema
del subdesarrollo en Iberoamérica
marcó y renovó en todos una fir­
me voluntad de trabajar con todas
nuestras fuerzas en este campo.
Los salesianos saben que su ca­
mino no está en la «denuncia profética» de la injusticia. Sin embar­
go, los salesianos no quedan indi­
ferentes ante las injusticias insti­
tuidas en América Latina; pero pre­
fieren actuar en servicio de los po­
bres, de los más pobres: prefieren
lanzarse al trabajo con los jóvenes
obreros o fimdar un oratorio en el
corazón de una barriada. Pero esto
es de una urgencia inmediata que
no debemos aplazar.

Por otra parte estos cambios
nos deben llenar de entusiasmo.
Porque es Don Bosco mismo el
que desea este viraje de su obra.
pectorías tenían delegado de pas­
toral juvenil.
Don Ricceri nos hizo ver la ne­
cesidad de cambiar en este sentido
y nos trajo a colación una anéc­
dota de Rockefeller. A l célebre per­
sonaje norteamericano le pregun­
taron: <Si usted llegase a perder
todas sus riquezas y sólo le que­
daran diez mil dólares, ¿qué ha­
ría?». Respondió: cLa mitad de mi
capital la emplearía en buscar un
mercado para invertir la otra mi­
tad». La moraleja era: es preferible
invertir nuestras energías en pre­
parar dirigentes antes que en abrir
nuevas obras.
Actualmente todas las inspecto­
rías cuentan con su delegado de
pastoral juvenil, muchas tienen un
centro juvenil floreciente y las
ideas comienzan a ser realidad ope­
rante. Los salesianos están sensi­
bilizándose, se ponen en práctica
nuevas iniciativas... Pero todos es­
tamos más que convencidos de que
todavía nos queda mucho que ha­
cer.
B. S. ¿Se ha tratado de la pas­
toral de las obras salesianas?

D . J. H. Sí, y mucho. Primero,
se ha reconocido el abandono de
dicha pastoral en toda la Iglesia
latinoamericana. En el Brasil hace
algunos años, la Iglesia tenía el
65 por ciento de las obras educa­
tivas del país; en Paraguay el 56
por ciento; pero dichas obras no
respondían a criterios pastorales.
£1 Capítulo de Roma habló cla­
ramente de la elevación del nivel
espiritual de los colegios y de la
formación de líderes católicos. cTenemos mucho que corregir» dijeron
los inspectores en sus reuniones.
Hasta se pensó en dejar los cole­
gios para abrirse a nuevas expe­
riencias con los jóvenes. Reflexio­
nes posteriores han constatado que
los colegios ofrecen las máximas
posibilidades. £1 colegio acoge a
alumnos que se pueden retmir
cuando se quiera y ejercer sobre
ellos y sobre sus familias, sobre
profesores y autoridades civiles y
locales, creando de este modo un
hermoso centro de irradiación pas­
toral.
Después de mucha reflexión, he­
mos llegado a la conclusión de que

Una tarde de 1875 estaba Don
Bosco conversando con Don Barberis. Bromeando lo llamaba «el
bastón de mi vejez».
— Si puedo servirle para algo
— le respondió Don Barberis— lo
haré de mil amores.
— ^Vosotros tenéis que completar
la obra que yo he empezado — con­
tinuó Don Bosco— . Y o hago el
esquema, vosotros le pondréis los
colores.
— jLo que hace falta es que no
estropeemos lo que Don Bosco está
haciendo!, — añadió Don Barberis.
Entonces respondió Don Bosco con
prontitud:
— ¡Ah, no! Mira. Ahora yo es­
toy haciendo el borrador de la Con­
gregación; dejo a los que vengan
después de mi la tarea de hacer
un buen cuadro.
Este es el principio y el objetivo
de nuestras reuniones: pintar en
un cuadro hermoso la imagen de
la Congregación en Iberoamérica.
Es una oportunidad magnífica aho­
ra que DOS estamos acercando al
año dos mil.



te

15

Don Sosco recibe ante la Basílica de M aría A uxilia do ra a todos los exalum nos del mundo.

PRIMER CONGRESO MUNDIAL
DE ANTIGUOS
ALUMNOS SALESIANOS

Para conmemora
primer c^te narío d
Asociación de Antii
Alumnos Salesíanos
acudido a la gran as
blea de Turín repreí
taciones de más de
senta naciones. Inai
ró las sesiones el
d e n a I Pellegrino.
Rector Mayor profW
un antológico díso
de recepción y, en
ma, fueron recibidos
el Santo Padre.

El Rector Mayor y el Presidente Internacional, don José María Tabeada,
reciben a los exalumnos congresistas.

17 de septiembre salla­
mos del aeropuerto de Ba­
rajas los veintidós antiguos
alumnos de Madrid que participa­
ríamos al Congreso de Turfn. Lue­
go se nos unieron los velnlícínco
de Barcelona y Valencia y los vein­
te de Córdoba. Nos habían prece­
dido en el viaje, nuestro delegado
Nacional, don Luis Valpuesta, nues­
tro Presidente internacional, dor Jo­
sé María Taboada y nuestro Presi­
dente Nacional, don Joaquín Polo.
En Turen nos encontramos también
con don Antonio Hidalgo, nuevo
Inspector de Sevilla, con don Juan
Canals y don Antonio Mélida, ins­
pectores de Barcelona y Valencia.
En tota!, algo más de sesenta es­
pañoles.
En seguida nos unimos a la masa

E

HACIA TliRIN

l

de antiguos alumnos procedentes
de más de sesenta naciones. Como
si nos hubiéramos conocido de
siempre, nos intercambiamos salu­
dos. Ante la Basílica de María Auxi­
liadora festoneada de luces y ban­
deras, el Rector Mayor nos dirigió
un saludo de bienvenida a todos.
Nos encontrábamos en nuestra ca­
sa, la casa de Don Bosco y de Ma­
ría Auxiliadora.
Entramos en la Basílica. En se­
guida comenzó una misa conce­
lebrada. La presidía el Cardenal Pellegríno de Turín acompañado del
Rector Mayor, los Superiores Mayo­
res y más de 120 sacerdotes de to­
das las nacionalidades. Y una cosa
admirable: todos cantábamos las
mismas canciones en distintas len­
guas; nos unía el mismo espíritu.


17

O



Il' “HERLAND

.4•••

con el humano, cordial y efectivo
del amor.

k

CONGO

1

EL DISCURSO
DEL RECTOR MAYOR
El día 18 comenzaron las reunio­
nes del Congreso. En el salón de
audiciones del Banco del Trabajo
de Turin se celebraron las sesiones.
Don Luis RIcceri pronunció un
discurso antológico como apertura
de nuestra asamblea:
“ La Congregación Satesiana —di­
jo entre otras cosas— os mira co­
mo una madre mira a sus propios
hijos; os considera parte integrante
de su familia; os sigue con vivo in­
terés y os ama con el mismo co­
razón con que Don Bosco amaba
a sus exalumnos. No sois sólo el
resultado de nuestra labor educa­
tiva; sois más bien la razón de
nuestra vida y de nuestro apos­
tolado.
La Congregación se preocupa de
la juventud, pero con miras a) tra­
bajo que luego han de realizar los
exalumnos en la sociedad. Sois,
pues, el verdadero centro de inte­
rés de nuestro apostolado, de nues­
tra vida y vosotros continuaréis en
el mundo nuestra misión.
Nuestra obra no termina en el
periodo de nuestra relación con
vosotros como alumnos, sino que
llega a su plenitud en nuestra re­
lación con vosotros como exalum­
nos.
Paternidad, no patemalismo. Al
dejar el colegio, vuestros profeso­
res saleslanos siguen teniendo por
vosotros la paternidad que sentían
cuando erais alumnos, y os sigue
en la vida. Cada salesiano quiere
repetir lo que San Juan Bosco de­
cía a sus exalumnos: “ Llamadme
siempre padre". Nuestras casas es­
tán siempre abiertas para vosotros.
Pero el afecto paternal no hay

18



El Rector
Mayor
distribuye
distintivos.

que confundirlo con el paternalismo, que no acepto ni apruebo.
El Movimiento de Exalumnos ha
llegado a su madurez. Por eso,
vuestra Asociación ha de asumir
sus responsabilidades en el gobier­
no, en la promoción de sus activi­
dades y en sus estructuras. El sa­
lesiano os ayudará espiritualmente,
pero la tarea organizativa debe caer
sobre los mismos exalumnos.
Colaboración. El Rector Mayor
continuó exponiendo la colabora­
ción que debe haber entre los salesianos y los exalumnos. Mostró
su complacencia en la contribución
de muchos antiguos alumnos y su
participación en la preparación al
Capitulo General. Pero, sobre todo,
habló de la posibilidad de colabo­
rar en los países del tercer mundo.
Orientación espiritual. Don Ricceri nos resumió en tres puntos, las
actitudes principales que el exalum­
no ha de tener en la época actual:

“Aquirid una clara concien­
cia de vuestros deberes en la so­
ciedad en que vivís. Estáis insertos
en el contexto de la vida del mun­
do y de la Iglesia. No podéis ce­
rraros en un egoísta aislamiento, in­
diferentes a tos intereses de los de­
más. Debéis sentir el deber, más
bien, el coraje de la misión, que
Dios os ha confiado.
“ Debéis participar en la construc­
ción del mundo, debéis sentiros so­
lidarios con el Papa, que es el pri­
mero en hacer una llamada a los
hombres de buena voluntad para
llevar a la sociedad por los cami­
nos de Dios.
Don Bosco os enseñe a ir al en­
cuentro de los hombres descarria­
dos de nuestro tiempo, no con el
mensaje de palabras vacías, sino


"El primer objetivo de vues­
tra organización es el de la forma­
ción de los inscritos. El Papa ha
dicho repetidamente que el rena­
cimiento posconcilíar de la Iglesia
tiene su base en una renovación
interior. Los hombres de hoy dis­
ponen de los inagotables recursos
de la técnica, pero corren el riesgo
de vaciarse espiritualmente. Frente
a este peligro debéis reanimar y
fortificar vuestra fe.
Haced pues de vuestras asocia­
ciones verdaderos centros de íormación cristiana y humana; estudiad a la luz del Evangelio los problemas del hombre y del mundo.
El exalumno que ha recibido una
formación cristiana no tendrá más
remedio que actuar cristianamente.

“Tened confianza en la actua­
lidad y validez del mensaje que de­
béis llevar al mundo. La confianza
es el presupuesto de la acción.. El
mensaje de Don Bosco es el vues­
tro. Ha superado la prueba de los
primeros cien años y tiene todavía
una enorme vitalidad para afrontar
el segundo centenario. Sed cons­
cientes de la formidable potencia
que significa vuestra presencia en
el mundo. Vuestras fuerzas pueden
desempeñar un formidable papel
para crear un mundo nuevo más
humano y cristiano. El Congreso
Mundial de Exalumnos de Don Bos­
co se cierre con una voluntad de
compromiso y de valor para servir
a la Iglesia y a la sociedad.”

EL SALUDO
DEL PRESIDENTE
INTERNACIONAL,
DON JOSE MARIA TABOADA
Recordó nuestro Presidente Inter­
nacional los orígenes del Movimien­
to de los Exalumnos en 1870, hace
cien años justos. Dirigió luego un
saludo a las autoridades y a los
Superiores Mayores en nombre de
los miembros de todos los países
representados y subrayó la impor­
tancia del Congreso: para apreciar
la obra educativa de la Congrega­
ción Salesiana, para vivir la frater­
nidad más estrecha entre represen­
tantes de tan diversas nacionalida­
des. para vivir el mensaje de Don
Bosco en el manantial de sus orí­
genes y para profundizar con sen­
tido de responsabilidad en los com­
promisos del Movimiento cara a los
problemas sociales, culturales y re­
ligiosos de nuestro tiempo.
Tras sus palabras, declaró abier­
tas las sesiones de la Asamblea.
Se leyeron, a continuación, mu-

|
'

I

Izquierda: Unos pocos representantes españoles
rodean al Presidente Internacional y a don
Luis Fiora.

Derecha: Fraternidad universal: españoles, in­
dios, americanos, beigas... junto a ia casita natai de San Juan Bosco.
chos telegramas llegados de todas
las partes del mundo. Significativo
fue ei de Marcelo Lewisgthon, Pre­
sidente de Argentina y exalumno
saiesiano: lamentaba no poder asis­
tir y auguraba al Congreso sus me­
jores deseos.

UN MOVIMIENTO
ESPIRITUAL
En la primera ponencia se habió
de las características y finalidades
del Movimiento de la Confedera­
ción de Exaiumnos. "Sobre todo
—se dijo— es un movimiento espi­
ritual” . La comisión belga subrayó
la importancia de este movimiento
seglar moderno en su finalidad de
servicio a la Iglesia; aportación de
fuerzas y colaboración a la parro­
quia. Las asociaciones deben em­
pujar a los jóvenes a participar en
toda obra buena existente.
En la segunda ponencia, el bel­
ga Vanestindael, antiguo alumno
presidente de los Sindicatos Cató­
licos y miembro de "Justicia et
Pax” , auditor seglar en el Concilio
Vaticano 11,aseguró haber leído la
vida de Don Bosco nuevamente an­
tes de asistir al Congreso.
Trató el ponente de la Organiza­
ción de las federaciones y la ne­
cesidad de ponerlas al día.
Hubo intervenciones simpáticas co­
mo la de un representante del Con­
go; "Donde no tenemos asociacio­
nes — dijo— y estamos tan agra­
decidos a los salesianos como los
que más y sentimos el compromiso
de hacer algo... Pensad en nos­
otros. Si podéis, ayudadnos".
Otro antiguo alumno de la India
dijo: "A un nlfk) no se le hace
caso. No vale la pena. Los exalum­

nos de la India contamos con sólo
dos años de vida. Pero es una ale­
gría el haber venido hasta aquí pa­
ra sentir esta inquietud y hacerla
nuestra” .
Y un representante de Panamá
añadió: “ Hago votos por que estas
palabras de Don Ricceri se llamen
“ La declaración de Turín", pues,
es la entrega de la Congregación
de hoy a nuestro movimiento".

LA JUVENTUD,
EL TEMA MAS IMPORTANTE
En nombre de la Federación de
España me tocó exponer el tema:
“ Asociaciones locales y juventud” .
La Iglesia perdió al mundo obrero
y ahora está perdiendo a la juven­
tud. Mientras en una ciudad haya
una asociación de antiguos alum­
nos debe quedar la esperanza de
que haya quien se ocupe y preocu­
pe de los jóvenes. No es que toda
la asociación deba girar en tomo
a los jóvenes, pero debemos pre­
parar las asociaciones para que
puedan desarrollarse ellos.
“A los jóvenes — se dijo— si les
pides mucho lo dan todo; si se les
pide algo, no dan nada.”
Todos estuvieron de acuerdo con
la importancia del tema. Corrobo­
raron lo dicho expresiones de va­
rias naciones: “ Más de la mitad de
la población de la República Fe­
deral Alemana cuenta a lo sumo
32 años; y el 52 por ciento vino
al mundo después del año 1940.
En Francia, el 30 por ciento de ios
socios son jóvenes, y en España
el 35 por ciento. Esto es un verda­
dero problema en las asociaciones
locales. Las dificultades se preser>tan cada vez con mayor rapidez,
en oleadas rítmicas, porque todo

cambia con el empuje incesante de
la juventud.

INTERCAMBIO DE REGALOS
El día veinte tuvo lugar en la
Casa Madre de Turín el simpático
acto de un intercambio de regalos.
Todas las representaciones de ios
distintos países hicieron un obse­
quio al Rector Mayor. Hubo verda­
deros detalles de finura. España le
ofreció una hermosa talla de Don
Quijote y Sancho y una colección
de discos de nuestro folklore na­
cional. No podían faltar el charro
mejicano, unos collares de la India,
unas estatuillas de marfil de HongKong, unas^ sedas de Vietnam y de
Corea, esculturas de cedro del Lí­
bano... Uruguay le obsequió un lo­
te de amatistas y topacios natura­
les y trabajados, como símbolo de
la educación salesiana. Argentina
presentó un cuadro pintado por un
antiguo alumno cuya firma es de
las más cotizadas de la pintura his­
panoamericana.
A su vez, el Rector Mayor obse­
quió a todos los representantes con
un cuadro del monumento a Don
Bosco ante la Basílica y una me­
dalla conmemorativa del aconteci­
miento.

HACIA LA CASA NATAL
DE DON BOSCO
Al salir de Turín vimos el verde
desfile de las suaves colinas del
Piamonte. Nuestros oídos escucha­
ban el asombro de nombres como
Chierí, Butígliera, Casteinuovo, Mondonio... Los recuerdos de la vida
de Don Bosco acudían en tropel
emocionado a nuestro corazón.
Y en el Colle Don Bosco, otra


19

O

vez las escenas de hermandad. Gru­
pos fotográficos. Las chicas de la
India empeñadas en salir en una
fotografía con los españoles. La
emoción al pisar la casita en que
nació San Juan Bosco. El recibi­
miento que nos hizo don Renato
Ziggtotti, el Rector Mayor emérito.
El almuerzo fraterno, sentido como
auténtico ágape. En la sobremesa
todos cantábamos los mismos can­
tos en diversas lenguas. Hacía pen­
sar en un Pentecostés de herman­
dad saleslana Internacional.

ROMA. CIUDAD ETERNA
Después de una noche en tren,
el sol nos sorprendía en Roma. Otra
vez se agolpaba la historia. Los re­
cuerdos aparecían hechos ruinas,
piedras gloriosas doradas por el
tiempo... Y el triunfo de la cúpula
de Miguel Angel en San Pedro co­
mo un himno de la fe de todo el
mundo.
En la Basílica Vaticana hubo una
concelebración de los sacerdotes
delegados de las sesenta represen­
taciones. Presidía el Cardenal Confallonierl. Luego, fotos, visitas a los
museos del Vaticano.
En Cinecittá, junto a la Basílica
de San Juan Bosco en Roma, una
comida a las delegaciones. Los mis­
mos gestos de amor salesiano. Los
mismos cantos y la misma alegría.
Luego la inolvidable visita a las Ca­
tacumbas, el Coliseo, las Termas,
el Foro Romano, las Basílicas, la
Piazza di Spagna, la Fontana di Trevi. AHI no nos faltó la tradicional
moneda, porque a Roma hay que
ir más de una vez en la vida...
Y a las doce de la noche, la vi­
sita a Tívoli, esa fantasmagoría de

agua y luz. La noche de Frascati
nos trajo un sueño denso y silen­
cioso.

EL MENSAJE DEL PAPA
El 24 de septiembre era el último
día de nuestra estancia en Roma.
Y lo primero, la concelebración en
la Basílica de Don Bosco. Presidía
el Rector Mayor y participaban don
Fiora, don Fedrigotti y todos los
sacerdotes de las delegaciones. Un
espectáculo en la moderna Basí­
lica.
De allí nos trasladamos al Va­
ticano. San Pedro estaba lleno de
gente. Otras peregrinaciones se
unieron a la nuestra.
La participación del Santo Padre
fue subrayada con un denso oleaje
de aplausos. Pero otro silencio más
denso abrió sus oídos para acoger
la palabra del Papa que empezó
a hablar en distintos idiomas. Dos
veces usó el español. Más de 4.000
exalumnos presididos por don Ricceri y demás superiores nos en­
contrábamos en torno al Santo Pa­
dre para oír el mensaje que nos
iba a dirigir. He aquí sus palabras:
"Participan en esta audiencia los
representantes de la Confederación
Mundial Exalumnos Don Bosco, re­
unidos en Turín estos días para ce­
lebrar el centenario de su primera
organización; también para ellos y,
de un modo particular para el que­
rido y venerado Rector Mayor de
los Saleslanos, Don Luis Ricceri,
nuestro saludo, nuestro augurio,
nuestra complacencia.
Vuestra presencia, tan numerosa
y fervorosa, nos muestra la conso­
ladora certeza de la vitalidad de
vuestro Movimiento, que brotó hace

Junto a la casa de San Juan Boeco t e dialoga, se firm an autógrafos,
se escriben recuerdos...

cien años como uno de los frutos
más bellos en la estela del apos­
tolado de San Juan Bosco.
La necesidad que sentís de co­
municaros von vuestros antiguos
maestros y compañeros, nos habla
dei valor de la educación que ha­
béis recibido y, al mismo tiempo,
del empeño con que buscáis una
mayor coherencia en vuestra vida
con la formación de ayer.
Os dais cuenta de que la escuela
de Don Bosco os ha dado algo
más que una esmerada enseñanza
y una digna profesión: os ha dado
unos principios. Unos principios
claros, firmes, vitales. Os ha dado
una conciencia de vuestros deberes
y una formidable seguridad en vues­
tra vocación cristiana.
Y ahora Nos os decimos: amad
vuestra Asociación, sed fieles a ella
y procurad con todas vuestras fuer­
zas difundir su espíritu en los de­
más, mediante un testimonio cris­
tiano franco, abierto, generoso, por­
tador de serenidad y alegría, con­
forme a las enseñanzas de Don Bos­
co. El mundo que os rodea tiene
una urgente necesidad de este tes­
timonio. Os lo pide la Iglesia de
hoy, en la voz autorizada del Con­
cilio Vaticano II (cfr. Decr. Apostolícam actuositatem, n. 2).
Queridísimos hijos, que el Señor
bendiga vuestra asociación y la fe­
cundice con abundantes frutos para
el mañana cristiano de la sociedad.
Nos se lo pedimos de todo cora­
zón dándoos nuestra afectuosa Ben­
dición Apostólica, que extendemos
a todos los exalumnos de los co­
legios saleslanos de todo el mundo
y a todos los familiares y dirigen­
tes, en prenda de tos divinos fa­
vores."

DESPEDIDA EN EL P.A.S.
Todo tiene su fin. Nuestro Con­
greso tuvo un broche de oro en
la comida de despedida del Ponti­
ficio Ateneo Salesiano. En esta Uni­
versidad donde estudian saleslanos
de todos los países celebramos
nuestro último encuentro. Emocio­
nado fue el adiós de todos los par­
ticipantes. Un misionero de Corea,
con su acordeón y su alegría tocó
un pasodoble. Todos salieron a bai­
lar: representantes de Irlanda, In­
glaterra, España, Canadá, Estados
Unidos, Vietnam..., todos unidos en
nombre de Don Bosco.
Don Riccerí nos pidió que can­
táramos el vals del adiós. Fue el
canto que cerró unas jomadas in­
tensas vividas en la más alegre
amistad fraterna.
JAVIER ARTUCH
A ntig uo Alum no

E li DOCTOR BOZA
ESTAMPA DE UN COOPERADOR SALESIANO

Abrumado p o r el peso del dinam ism o de su vida,
el do ctor Boza nos ha dejado. La n o ticia galopó a
lomos de una tarde pesada del agosto andaluz: “ El
doctor Boza ha m uerto.” No queríam os pre sta rle oídos.
Nos parecía im posible. Hacía pocos días que le ha­
bíamos visto, repuesto de una leve dolencia, in icia r
las vacaciones ju n to a lo s suyos, con un ansia evi­
dente de d isfru ta r el m ucho afe cto de lo s nuevos cha­
vales que le cosen a preguntas. Le ha fa lla d o el co­
razón y en un mom ento se ha consum ado la tragedia:
cuarenta y siete años y un hom bre que en fila ba la vid a
con un envpuje adm irable, yacen en el lecho.
El d o cto r Boza era un em inente c iru ja n o sevillano
acostumbrado a lu cha r con la m uerte y vencer. Su
nombre estaba cortsagrado p o r la fama y el afecto
popular le llam aba “ m anitas de p la ta ” , en atención a
su arte. N acido de una m odesta fam ilia, se había la­
brado el futuro sin regatear esfuerzos y, cuando pa­
recía dom inarlo, se le va de las manos.
Don Manuel había b e b id o en la escuela salesiana,
desde sus prim eros años, un am or inm enso a Don
Bosco y a lo salesiano y un com prom iso evidente con
las clases hum ildes. Bastaba ver su antesala de co n ­
sulta u oírte hablar en cua lq uie r fiesta salesiana. Para
él, los valores de “ lo salesia no " entraban entre las
cosas in discu tibles. Durante m uchos años m ilitó acti­
vamente en las ju n ta s de antiguos alum nos, nombre
que para él era su p rim er tim bre de gloria . La devo­
ción a María A uxilia do ra y la preparación de sus fies­

tas, de cara a los alumnos, le convertía en un niño y
com o ta l disfrutaba.
Q uisiera destacar unas notas de su p e rfil de coope­
rad or salesiano.
Era hom bre profundam ente piadoso, sin gazmoñe­
rías ni estilism os, de una piedad sentidam ente popu­
lar, piedad operante. “ El consejo que doy con el bis­
turí es siem pre eficaz. La sala del qu iró fa no tiene su
catequesís especial. A esta hora todos los hombres
quieren o ír el nom bre de Dios y les ejem plariza que
el m éd ico rece con él y no sólo la hermana de la
C a rida d", me decía en una ocasión.
Su piedad le llevaba a ios dem ás: era un auténtico
padre de los pobres. De prueba, bastó ver sus ho­
m enajes póstum os.
Desde hacía dos años el d o cto r Boza había des­
cu b ie rto su vocación a la juventud; este era el au­
té n tico m otivo que le am arraba cada día más a la
A sociación de Padres de Fam ilia, de la que era pre­
sidente. Todos sabíam os que le estábam os robando
un tlenf>po precioso, que no le sobraba en su profe­
sión. A quí el d o c to r Boza había descubierto su voca­
ció n salesiana to ta l. Es una veta in d iscu tib le de coo­
perador.
En sus diálogos con los alum nos mayores del co­
le g io de la Santísim a T rinidad había encontrado una
ilusió n esperanzada en el futuro de la juventud. Su
consulta le había hecho sabedor de los desmanes de
hom bres logreros y padres desaprensivos. Eran n o ti­
cias que le m artilleaban hasta lle v a r la cuestión “ ante
quien corresponda” , para denunciar los m ales p ú b li­
cos. La A sociación era el cam po de acción.
N uestro p rim er presidente ha m uerto, pe ro nos ha
dejado un cam ino la rg o de Ilusiones para recorrer.
Los salesianos sevillanos hemos pe rdido con el doctor
Boza el m édico am igo, siem pre dispuesto, y un coo­
perador salesiano en toda la línea soñada p o r Don
Bosco.

BUZON DE LOS LECTORES
DIOS ESCUCHA
Cada vez más interesante. Reci­
bo et “ Boletín Salesiano Español” ,
muy agradecido. Me gusta m ucho
el Buzón de lectores. Es muy pro­
vechoso.
No estoy de acuerdo con la afir­
mación de don José M aría Martín
Plores sobre la ora ció n : “ La ora­
ción no es un m onólogo” (pág. 5).
En la oración hablam os “ a " Dios,
pero no “ c o n ” D ios; Dios escucha,
pero no responde en seguida (de
ordinario); Dios habla p o r inspira­
ciones, “ s í" quiere, “ cuá nd o" quie­
re y “ cóm o " quiere. N osotros nos
vemos ob lig ad os a o b ra r según
muestra recta (supuesta) con cie ncia

SANTIAGO SANCHEZ R.

Alcalá. 164 - Madrid-2

y aún así algunas veces nos equi­
vocamos. Yo puedo d e cir que Dios
habla p o r inspiraciones, pero cuar>do menos lo esperamos, muchas
veces fuera de la oración.
Este es el parece r de algunos
sacerdotes salesianos con los que
yo he consultado y con los que yo
estoy de acuerdo. Me alegraría que
alguien me convenciera de lo con­
trario.
Este mes de septiem bre el “ Bo­
le tín ” es “ pro fu nd o” y hace me­
ditar.
Saludos y oraciones. Suyo afmo.,
Enrique Porras
47 - Chemin de Fontaniére
69 - La M ulatíére (Francia)

LAS NECESIDADES NO TERMINAN
Según he leído en el “ Boletín Sa­
le sian o” del mes de agosto, la Cam­
paña p ro VyasarpadI ha term inado,
pero com o más abajo dice en el
artículo, las necesidades no termi­
nan ni term inarán.
Este es el objeto de estas líneas
para adjuntarle un donativo de 2.000
pesetas que le ruego haga llega r
al P. Pem ía con este fin.
Aprovecho la ocasión para salu­
darle atentamente,
Eulalia Casado
M adrid



21

142 RAT0NCILL08 EN LA I8L

A LIA la pena aventurarse a volar en las
avionetas venezolanas del cinterior». que se
burlan de los horarios como las antiguas di­
ligencias del Fart West; confiarse a la ligera cáscara
de aluminio de la canoa para navegar unas horas por
el crecido Orinoco, y entregarse a la rabiosa hambre
de (os mosquitos, zancudos, garrapatas, jejenes y de­
más insectos de la selva: valía la pena, con tal de
llegar a la isla del Ratón y encontrarse con 142 ma­
jísimos chavales, sus ratoncídos. Piel morena y ojos
de almendra, aparecen por todas partes sus risas ge­
melas, charlan y discuten en una lengua misteriosa
y juegan a las canicas.
Monseñor Segundo G arda, vicario apostólico de
Puerto Ayacucho. que viaja conmigo, sale de la ca­
noa, saluda a un hombre fuerte, como de unos cua­
renta años, rubio, y me lo presenta:
— Don Germán Féddema: holandés y católico.
A don Féddema lo acompañan las risas rubias y
nórdicas de otros dos holandeses, también católicos,
dos coadjutores salcsianos que le ayudan. Además,
hay tres salesianas que se encargan de las ratitas,
y cinco o seis maestros indígenas.
A unos pasos veo un poblado de indios guahfbos.
Serán alrededor de unos 250 más otros 250 criollos
los habitantes de esta isla verde que el Orinoco
embiste con el bigote de su corriente. Tiene veinte
kilómetros de larga por seis de ancha, y flota en el
rio como un barco anclado. El radio de acción de la

V

22



misión abarca unos doscientos kilómetros con muy
poca población, unos tres mil, mitad indios y crio­
llos.
Allí nos sentamos a platicar sobre la misión.

CUTIS CON AGUA Y JABON
fLlevo nueve años de misionero en la isla del
Ratón — comienza el padre Féddema— . Viene a sus­
tituir al padre Luis Algeri, un misionero italiano ya
viejo, consumido de cansancio, un mártir del tra­
bajo. Un hombre que había llevado el peso de la
vida misionera como se concebía hace unos diez
años. Al misionero se le consideraba fuera del mundo
civilizado y debía emplear la mayor parte de su
tiempo material de la construcción de su misión,
talar árboles y desbastar la selva para lograr cam­
pos de cultivo y poder así satisfacer sus necesidades
y las de los indios. Los indios vivían en deplorable es­
tado de suciedad, plagados de enfermedades y diez­
mos por epidemias».
Ahora las cosas han cambiado. Se nota. Muchas
misiones tienen su campo de aterrizaje; por el rio
llegan barcos veloces, tienen hasta su nevera, tan
imprescindible cuando el temómetro marca 40^ a la
sombra.
Todos los días, a las siete de la mañana, los misio­
neros se comunican directamente por radio con el

DEL

Por ENZO BIANGO

En una isla del Orinoco,
a pocos grados del ecuador,
me he encontrado con tres
salesianos holandeses. A l l í
han abierto un internado pa>
ra los muchachos indios. Los
misioneros no quieren apar*
tar de sus tribus a estos chi*
eos; su deseo no es prepa­
rarlos para que luego se va­
yan a vivir con los blancos.
Más bien los educan para
que vuelvan a los suyos pa­
ra ayudarlos a salir de la
miseria en que se encuen­
tran y para llevarles, sobre
todo, a Cristo.

centro del Vicariato: informan, preguntan y se dan
órdenes.
En cuanto a los indios, los hay que tienen su casa
bien construida con ladrillos que el misionero les ha
enseñado a fabricar; aunque luego no saben cómo
usarla y meten dentro todos sus cachivaches de la
selva. En el colegio misionero se ve a los indiecitos
bastante bien vestidos, a pesar de que les guste arras­
trarse por tierra. A las chicas da gusto verlas, lim­
pias y alegres, a cuya cutis ha llegado el agua y el
jabón...
Se nota ya el influjo de los blancos que van tra­
yendo hacia el interior un poco más de confort. Esto
constituye iina gran ventaja para el misionero que,
resueltos los problemas materiales, puede dedicarse
de lleno a su tarea pastoral.

MAESTROS DE SUS PADRES
cAl darme cuenta de la situación — continúa el pa­
dre Féddema— me pregunté: ¿qué puedo hacer por
estos indios? Ir a sus casas era imposible. Se trataba
de grupos esparcidos a gran distancia. Sólo hubiera
podido visitarlos una vez al año, cosa que hubiera
sido inútil .
También habría podido quedar en casa esperando
que ellos vinieran a visitarme para darles una medi­
cina, un par de pantalones viejos, un buen consejo
y un pensamiento cristiano. La evangelización hu­

biera tenido que encomendársela a sus ángeles pues
a mí me habría resultado imposible. En seguida
pensamos en los niños. Don Bosco dice que, conquis­
tados los niños, ellos mismos nos traerían a sus
padres.
Decidimos abrir un colegio para los chicos. Un
colegio especial con unos fines muy concretos. No
debíamos tener un intercambio para alejar a los chi­
cos de la selva y de sus padres para educarlos en
las costumbres de los blancos de manera que después
no fueran capaces de vivir con los suyos. El inter­
nado que pensamos era distinto: nuestros chicos re­
gresarían a sus ambientes para cambiarlos. Con el
tiempo, serían los maestros de sus padres, hermanos
y abuelos; les enseñarían la agricultura, la construc­
ción, la caza y la pesca, pero con medios más efica­
ces. Les enseñarían la lengua de los blancos y serían
sus médicos y enfermeros; pero, sobre todo, serían
sus catequistas. Es el único modo de prepararlos al
encuentro con la civilización, inevitable desde todos
los puntos de vista.
Poco a poco vamos realizando esta idea. Tenemos
un internado de 110 chicos. Los mayores están aca­
bando la elemental. Contamos además un primer
año de 32 chicas que, el prójdmo curso llegarán a
un centenar».

LOS EXALUMNOS DE LA SELVA
«N o ha sido cosa fácil — sigue el misionero— con­
vencer a los padres indios a que nos confien a sus
hijos. Los indios aman a sus hijos como ningún pa­
dre del mundo. Constituyen familias sanas, unidas
por un afecto profundo que alcanza hasta los parien­
tes más lejanos. Pero habían escarmentado con an­
teriores experiencias. Habían enviado sus hijos a la
misión y ésta los había cambiado hasta hacerlos ex­
traños, irremisiblemente perdidos para los suyos. El
confiarme a sus hijos era perderlos definitivamente.
Preferían tenerlos consigo, sucios, ignorantes, desnu­
tridos, hambrientos, pero suyos.
Prometí enviárselos durante las vacaciones, les hice
ver que podían venir a verlos cuando quisieran. No
me creían. Llegué a obsequiarles una casa de ladrillo,
un motor para la barca y un machete. Así logré
llevar a la isla del Ratón a siete chicos, los primeros.
Estábamos en septiembre. Para diciembre los llevé
a su casa a pasar las vacaciones de navidad. «Veis
cómo cumplo mi palabra —decía a sus padres— ;
aquí teneis a vuestros hijos, que no son esclavos de
la misión, sino libres». Entonces me creyeron. Des­
pués de las vacaciones ya tenía catorce. Ahora son
142 y, dentro de poco, serán más de doscientos.
A veces, los chicos no quieren ir a casa de vaca­
ciones. «Padre — me dicen— no quiero ir a casa;
prefiero quedarme contigo».— «debes ir — le res­
pondo— tus padres te quieren mucho y tú también
debes quererlos.» Van, y se acostumbran a vivir en
ambos ambientes. Después de varios años de inter­
nado, ya han regresado a sus tribus unos 240. Allí
han quedado; son una gran ayuda para los suyos.
El ambiente mejora en todo sentido. Llevan una vida
sana. Algunos ya se han casado y sus hijos vienen
a la misión; ellos mismos son ahora los que enseñan
español a toda la familia.
Durante las vacaciones de verano, cojo la canoa y
soy yo el que voy a visitar a todos los que p u ^ o .
Tengo la sensación de habérmelos ganado y todos,
grandes y pequeños, depositan en mí su confíanza».
£1 P. Fédema no puede disimular su gran amor
a sus antiguos alumnos de la selva.



23

EL DESCUBRIMIENTO DE UNA VIDA NUEVA
La vida de los inditos en el internado de la isla
del Ratón es sencilla y, al mismo tiempo, llena de
maravillas. El chico empieza a descubrir el misterio
de objetos que desconoce, como las sillas, la cucha­
ra, el jabón...
Los nuevos, cuando llegan, son taciturnos y her­
méticos. Sólo hablan con los de su tribu, y como
sus padres, se sienten enemigos de los que perte­
necen a otras; desconocen sus lenguas y tampoco
saben español. Pero, a los tres meses de convivencia,
se deshacen las barreras, estrechan amistades, todos
se sienten hermanos y hasta se cambian las bolas.
Por la mañana, después de una breve oración, van
al desayuno, alternando luego las clases con el re­
creo. Por la tarde se ejercitan en aprender idiomas.
El padre Féddema sabe las tres lenguas más impor­
tantes y Ies enseña a leer y escribir sobre textos del
Evangelio. Luego se dedican a trabajos manuales:
hacen escobas, ladrillos, anzuelos de pesca, redes,
cultivan el campo...
Además, el juego: tienen emocionantes campeo­
natos de fútbol; estos chicos que no han visto en
su vida una partida, llegan a inventar técnicas cu­
riosas y originales.
Las chicas desarrollan actividades semejantes bajo
la guía de las hermanas. Tienen un hermoso patio
verde como una esmeralda y lleno de pájaros y pa­
pagayos variopintos, enormes como gallinas o di­
minutos como gorriones. Son mansos y se dejan coger,
constituyendo la alegría de las chicas.
Por la noche, la expectación obsesiva de las filminas Don Bosco, para todos. «Que el Señor bendiga
a cuantos han trabajado en las filminas» — exclama
el padre Féddema— . A todos les gustan con delirio,
a pequeños y grandes. Los mayores llegan en sus
barcas y se me acercan para pedirme; «Padre, una
filmina».
Cuando no hay espectáculo, se canta. Los indios
tienen un oído estupendo, tocan pequeñas guitarras
y cantan con gusto.
«Les damos plena libertad — sigue el misionero— .
Pero les exigimos al máximo la moralidad y el es­
tudio. No nos limitamos a esclarecer sus mentes con
el estudio, sino llegamos a educarles integralmente:
su sentimiento, su corazón, su voluntad.
«Se trata de chicos de diversas razas. Lo primero
que hacemos es persuadirles que son como hermanos
que deben respetarles y tratarse bien. Luego les
enseño avivir cristianamente. La moral de sus tri­
bus es muy parecida a la moral cristiana. Comienzo
por sus costumbres para profundizar poco a poco,
de manera que ellos mismos vayan haciendo una
síntesis armónica.
«Les enseño una catcquesis muy sencilla, con po­
cos ritos. Me preocupa, sobre todo, la formación de
su sentimiento religioso, centrando todo en la presen­
cia de Dios y en el doble amor, a Dios y al pró­
jimo. Por de pronto, no Ies hablo nada de bautismo,
cuando llegan aquí son puros animalitos. Luego, des­
pués de los trece años, cuando veo que han alcanzado
cierta madurez humana, los preparo y los bautizo.»
Así los hijos de la selva llegan a ser hijos de Dios.

¿EL MOTOR PERVIERTE A LOS INDIOS
Pregunto al P. Féddema por la preparación eco­
nómica, psicológica y religiosa de sus indios con vis­
tas al encuentro con los blancos.
«Aquí — dice— imperaba una verdadera esclavitud
antes de la llegada del misionero. No había indio que

24

no trabajara al servicio de un blanco. Se daban tra­
tas increíbles y los indios trabajaban por nada.»
«Pero uno puede equivocarse fácilmente en terreno
económico. A los indios es mejor no regalarles las
cosas. Es necesario que aprendan lo que valen. No
se les debe tratar como a chiquillos de un modo pa-

El Padre
Féddema
Junto a sus
pequeños
grandes
futbolistas.
Los
“ ra to n cillo s”
son
la esperanza
de los
sacrificad os
m isioneros
que les han
consagrado
su vida.

ternalista, sino como personas. Y o Ies digo: «N o te
doy nada si no te lo ganas.» Así se les enseña a
trabajar.»
«Sin aprovecharme, desde luego. Tengo distribui­
dos más de sesenta motores de embarcación. Cuando
quieran visitar a un enfermo o a sus hijos en la mi­
sión, pueden hacerlo en un momento. Llevan sus
productos al mercado. Se los he proporcionado sin
usura, como se lo hacían antes. Les hacían trabajar
cuatro años hasta pagar más de ocho veces el valor
del motor y luego se lo quitaban diciendo que no lo
habían pagado. Cosas que pasan.»
«Y o les doy el motor por su precio, para que lo
paguen a plazos con productos del campo. Le digo:
«M e lo pagas con maíz.» Responde: «N o sé culti­
varlo.» Replico: «V oy a enseñarte. Vamos a ver tus
campos.» Y así aprende los trabajos agrícolas. En
pocos días da un salto de siglos.»
«Es curiosa la actitud de nuestros hermanos pro­
testantes que trabajan cerca de nosotros. Ellos se
preguntan: «¿Para qué proporcionar motores a los
indios? Jesucristo vivía junto al lago de Genesaret y
no tenía ningún motor. Es la pobreza la que abre las
puertas del Cielo. Bienaventurados los pobres que no
tienen motores porque de ellos es el Reino de los
Cielos.» De este modo, se desinteresan del aspecto
económico y social de los indios, limitándose al as­
pecto religioso. Y o pienso que hay que salvar al
hombre entero.»
«Es curiosa también la actitud de los etnólogos.
Hace poco pasó por aquí un profesor de la Sorbona
a quien acompañé en sus incursiones de estudio. Un
día me dice: «Padre, ¿por qué pervierte a estos indios
con el motor?» Se sentía molesto porque el motor
cambiaba las naturales condiciones de vida de los
indios. Con la más fina educación le contesté que
él consideraba a los indios como piezas de museo

que había que conservar para que eüos pudiesen ha­
cer sus estudios. Sí los indios no llegaran a unirse
con los blancos un día, no necesitarían motor. Pero
si yo no se lo proporciono, los blancos se lo vende­
rían a un precio diez veces mayor. El profesor me
respondió: «Padre, tiene usted razón.»

NOSOTROS SOMOS
LOS ULTIMOS MISIONEROS
«Para preparar su encuentro con los blancos — con­
tinúa el padre Féddema— me ha sido indispensable
saber qué piensan de ellos. En sus tradiciones de pa­
dres a hijos, el blanco se describe como un explota­
dor. Por él sienten una desconñanza natural.»
«Hasta el misionero pertenece al mundo de los
blancos, pero es considerado como el hombre que
goza de poderes divinos, que tiene contactos con el
Espíritu y puede influir sobre las enfermedades. En
vez de considerarlo como un explotador, lo compa­
ran al brujo, al cacique, al hombre extraordinario
que todo lo sabe y todo lo puede. Aún más, el mi­
sionero se acerca al indio como un amigo, demos­
trándole con los hechos que lo quiere de verdad.
Cuando hablo con indios ancianos, les llamo papá o
mamá; si hablo con otros de mi edad, los considero
como hermanos. Así todos me tienen como a uno de
su familia.»
«Lo primero que yo hago es quitarles la idea de
que todo blanco es un explotador. Procuro explicar­
les que, entre los blancos, se dan buenos y malos, lo
mismo que entre los indios.
Pregimto al padre Féddema si logrará salvar a los
indios como pueblo.
«N o lo sé — responde— . Son grupos étnicos dema­
siado pequeños y aún tienden a dividirse. Y o trato
de convencer a mis jóvenes a ser fieles a sus gentes.
Por ejemplo, aunó le digo: «Tú, que eres indio pia­
ros, debes casarte con una chica píaroa.» Hago lo
imposible por defender sus costumbres. Sólo podrán
conservar la raza si viven unidos en grupos nume­
rosos; de lo contrarío, serán absorbidos por la masa.
Conforme van las cosas, me parece que nosotros so-

mos los últimos misioneros y que las misiones ya no
tendrán razón de existir.»

AUNQUE FUERA ATEO
El padre Féddema es nervioso. Coge el micrófono
por todas partes menos por la que debe. A cada mo­
mento me repite si he comprendido. Le pregunto por
el futuro religioso de sus indios y me responde:
«Queda mucho trabajo. Ahora se está efectuando
en ios indios un cambio de mentalidad, pero no de
religión. Noto en ellos más humanidad, más respeto
recíproco, mayor comprensión entre las diversas tri­
bus. Prácticamente, es un acercamiento al cristia­
nismo, pero el camino es aún largo y hal que ir des­
pacio.»
«Sobre todo, no hay que destruir nada. No tengo
derecho a ello. También los indios tienen derecho a
la libertad de pensamiento. Como misionero no pue­
do imponer mi doctrina, sólo la propongo buscando
la manera de hacerla lo más convincente posible.»
« A ellos, por ejemplo, les gusta la danza; son dan­
zas religiosas que ejecutan con máscaras. ¿Debo pro­
hibirla? Tanto la letra como los gestos no van en
contra de la moral, luego los dejo que bailen. Como
tengo confianza con ellos, he logrado que cambien
algunas cosas que no veía bien; pero sólo lo hago
cuando sé que todo va a ser bien recibido. Destruir
por destruir es peligroso. Conozco a muchos «piaroas» que han sido convertidos por protestantes y
me han dicho: «Y o no soy piaroa, ni indio; yo soy
cristiano.» Para llegar a ser cristianos han dado un
salto en el vacío, han renegado de su pueblo y de su
raza. No era necesario. Y o quiero que sean cristia­
nos, pero sin dejar de ser indios piaroas. Es decir,
sin dejar de ser ellos mismos.»
Le pregunto qué piensa hacer.
«L a solución ya la tengo — me dice— . Mi idea es
la de ampliar la misión y crear puestos para unos
cuarenta indios que se queden aquí otros dos años
después de completar sus estudios de primaría. En
esos dos años terminarán el aprendizaje de las cosas
más prácticas; agricultura, medicina, carpintería...,
indispensables para mejorar el nivel de vida de sus
hermanos. Pero, sobre todo, estudiarán para ser ca­
tequistas. Serán los catequistas de sus tribus.
He aquí la idea de! padre Féddema, redonda y
perfecta. ¿Qué se necesita para llevarla a la prác­
tica?
«E l aspecto económico no es el más difícil — su­
giere— ; hasta ahora no nos han faltado los medios
y creo que tampoco nos faltarán en adelante. El Go­
bierno nos proporciona algo; me llegan becas de es­
tudio, la Shell me da gasolina, y lo más importante,
naturalmente, me lo proporciona la congregación
salesiana. Además, nos llegan muchos donativos de
todas partes. N o poseo nada, pero nunca nos ha fal­
tado lo necesario; aunque fuera ateo, no tendría más
remedio que creer en la Divina Providencia.»
«Lo más difícil es encontrar misioneros y maestros
para esta escuela.»
Y mientras me comunica este secreto, dirige unos
ojos maliciosos a monseñor García. Comprendo: mon­
señor es el jefe de los misioneros y de él depende
la realización de las ideas del padre Féddma.
Dirijo una mirada hacia los indiecitos que juegan
a las canicas a la sombra de un enorme mango. Tal
vez, dentro de breves años, los 142 «ratoncillos» de
la isla del Ratón serán los catequistas de sus padres
y hermanos...



á

25

EL PADRE BOHNEN
UN GIGANTE DE LA CARIDAD
El padre Bohnen, no cabe du­
darlo, es un héroe. Yo me sonrío
cuando oigo a las amas de casa
quejarse de que todo sube y de
que un billete de 500 pesetas se
evapora en el mercado como el
agua en un puchero hirviendo.
Pienso qué hará ese buen salesiano el día en que sólo le dan
500 pesetas para esos tres mil chi­
quillos con apetito atrasado y a
los que día tras día, sin vacación,
les da de comer.

A sus ojos se asoma
un alma blanca, blanca.
Es como una paloma
mensajera, que arranca
oro de compasión:
¡ábrele,
ábrele el corazón...!

— Qué ánimos tan grandes ha
tenido que darle el Señor para
meterse en esa empresa tan des­
comunal — así le decía yo en un
viaje en que coincidimos en Nueva
York.
Me respondió:
— Si usted viniera a Puerto Prin­
cipe y viera la necesidad de aque­
llos niños no me cabe la menor
duda que, a usted también, su co­
razón le obligaría a hacer otro
tanto.

a i »t
It

III

COOPERADOÜES
SALESIANOS

QUEREIS
AYUDAR
AL
TERCER
MUNDO

-V

Esta foto es la respuesta a una "q u e ja ” de una cooperadora que escrS>e i
d icien do sí sólo nos cuidam os de los niños. Esta negrita es una de Iss
m uchas que se benefician del com edor del P. Bohnen. No se puede ne9^
que es sim pática y bien m erece que alguien la mantenga. Detrás de u .
foto hay un pie que d ice : Hacen fa lta 1.200 dólares diarios, o sea.
'
para sostener a los 40 m aestros y d a r de com er a 3.000 niños y n í j^
necesita diariam ente 84.000 pesetas lo que sale a 28 pesetas p o r nirto-

Fue una respuesta cortés, ha­
lagadora, pero evasiva. N o sé si
seria capaz de imitarle, por lo me­
aos tan a lo grande.
En las diversas conversaciones
pe, en un francés precario, sos­
tuve con él, pues coincidimos va­
rios días juntos en el comedor de
!a casa salesiana de New-Rochelle,
d padre Bohnen me contó diver­
sas anécdotas. Esta es una.
Ante un plato humeante de arroz
con alubias, un negrito, cuchara
m mano, está llorando. No come.
Sus compañeritos de al lado, al
Miilrario, tragan con avidez y, de
w)jo. miran el plato que no mer­
ina. Se las prometen felices pen­
sando que podrán comerse ellos lo
pe su amigo deja. Intentan, en
rfecto, hundir sus cucharas en el
plato del vecino, pero su dueño,
sin dejar de llorar, lo defiende co­
no un pájaro sus polluelos.
Ante el pequeño alboroto que
se arma, acudo a ver qué pasa,
tterrogo con la mirada al chiquib que no para de lagrimear. Se
iwanta y me dice: «Quiero llevar
stas alubias a mi madre. Está en'tfma y no tiene nada, nada que
amer y se pondrá peor. Y o quiero
levarle mi ración.»
“ Mira — le contestó el padre
Winen— , tu madre, si está en­
ferma, no puede comer esto; le
brá daño. Así que cómetelo tú
otes de que se enfríe.
No hubo manera de que se co­
siera aquello, hasta que le pro%t( que le daría una boisita de
*dio kilo de leche en polvo para
a madre. Oír esto y comenzar a
bvorar su ración fue todo lo misso. hasta que la escudilla quedó
bipia del todo.

Para este buen padre Bohnen,
be tan bien sabe hacer la caribd. os pedimos este año la vuesVamos a participar de sus
■íritos compartiendo sus traba­
os.
JAVIER RUBIO
Delegado Nacional de C.

d o n a t iv o s
^ien desee sum arse a la adopción
b Vyasarpadi puede m andar sus
Rosnas a:

SIEMPRE IfYASARPADI
El padre Pemía os escribe:
«Que' Dios os dé las gracias por vuestra caridad. El sabe bien
cuáles son nuestras necesidades y vosotros nos habéis ayudado de
ima manera que nunca hubiéramos esperado. Que os bendiga uno
por otro. Lo habéis hecho a sus pequeñuelos, los más pobres y ne­
cesitados del planeta, tal vez. Pues bien, por El lo hicisteis. Ahora
tendréis otra campaña: sed generosos también para los otros po­
bres de otras partes del mundo. Que la caridad nos ayude a sentir­
nos hermanos. En el nombre de todos estos leprosos y recogidos,
moribundos y deshauciados, os doy las gracias que me salen de lo
más profundo del corazón. Si alguna vez, algún cooperador salesiano viniese por la India que venga a ver a estos hermanos de Vya­
sarpadi.»

NOS HAN LLEGADO ESTOS DONATIVOS PA B A VTASARPAD I
Pesetas

Pesetas
M. C., de Reus . . . .
María Callis, de Figueras .
C. M. G., de Almansa . .
Luisa Sánchez, de Mérida
C. Gallego, de Mataró . .
M. Gracia Paláu, de Santa
Cruz de Tenerife . . .
E. Requena, de La Línea .
M. A. Mendive, de Pampl.
Peppy Paúl, de P. Real .
A. Roche, de Benavides .

200
100
50
100
500
1.000
100
500
1.100
200

Amelia Gómez, de Orense
A. Martínez, P. S. María
Sergio, de Orense . . .
F. Ruberte, Zaragoza . .
J. Galcerán, de Barcelona
S. Barquín, de Santander
E. Casadó, de Madrid . .
B. Colín, de Madrid . .
L. Parrondo, de Madrid .
A. Pintos y Sera., de Vigo
M. A. Mendive, Pamplona

100
200
100
1.000
100
200
2.000
500
300
1.000
150

V O C A L U M IS IO N E R A S A LE S IA N A EE RIPO LL [T e r c e r a ap ortació n ]
D. Losada y amistades. .
Jorge A ld o m á ..................
Esteban Orriols . . . .
Modesta Morera . . . .
Mariano Pardos . . . .
Familia Traveria Padrós .
Id. Agustí P.-Trimestre .
Montserrat Puig . . . .
Francisco Vila Soler . .
Carmen Salgado . . . .
Viuda S o l e r ..................
X. X ..................................
B. C. Castells . . . .
J. Castells Pujol . . . .
Margarita Uñó . . . .
María Puig Sala . . . .
Francisco Capdevila Uñó .
O. P u i g ...........................
José Pérez Alberto . . .
J. C a n a l s .......................
J.. P., A. V. y Elvira C.
S. V. S a d u m í..................
J. Orra - Constructor . .
T. M., de X. X .................
Caja Ahorros Pr. Gerona

700
1.000
500
100
500
500
500
250
500
300
2.000
500
500
500
LOGO
500
2.000
500
200
200
200
500
5.000
500
1.000

3.000
900
500
5.000
500
100
250
100
100
100

Caja Pensiones para Vejez
Familia Balcells - 2.* ent.
J. Roca Gárgol . . . .
Familia Tarracó . . . .
J. C a p d e v ila ..................
Viuda P i e l l a ..................
N. N. N .............................
H. Monasterio..................
Demetria Gómez . . . .
R. Pont - Pintor . . . .
Amigos de «Fuerza Nuev a » en Ripoll (3.* aport.):
Familia Vergés . . . .
Dos o b r e r o s ..................
E. Eiríz - M. Nac., 2.» ent.
R. Algar L lu c ..................
J. Serradell Gaja . . .
L. Puig R o c a ..................
Quintín P. Gómez - 2.* ent.
José F igueras..................
Un matrimonio - ahorros
pro Tercer Mundo . .
Total, tercer envío .
(Seguirá.)

.

2.0u0
300
500
2.000
6.500
5.000
200
1.000
5.000
53.000

1.

— Cooperadores Salesianos - A lcalá, 164 - M adrid (2), indicando
siem pre en el dorso del g iro postal esta palabra VYASARPADI.

2.

— O a Cta. Cte. Cooperadores Salesianos • S ucursal del Banco H is ­
pano Am ericano - Plaza de Roma - M adrid (2).



27

y de
su Apóstol
San Juan
Bosco

Gracias
de
María
Auxiliadora
DOS SEÑALADOS FAVORES
M adrid. — Uno de mis hijos tenia
molestias en un ojo. Fuimos al ocu­
lista y me dijo que podía ser grave,
pero no podia decidir nada hasta
contar con los análisis. Apenas lle­
gué a casa empecé una novena si­
guiendo las recompensas de San
Juan Bosco, pidiendo a la Virgen
que no dieran nada los análisis. Y
asi fue. Le pusieron un tratamiento
y hoy, gracias a su protección, se
encuentra bien.
—Otro de mis hijos, ya en edad
juvenil, tenia un defecto en la ve­
jiga. Después de recurrir a varias
medicinas, no experimentó ninguna
mejoría. El especialista me dio a
entender que no habla solución.
Entonces empecé a hacer otra no­
vena a la Santísima Virgen y, gra­
cias a su protección, mi hijo ha
quedado completamente curado.
— Por estas dos gracias y por ha­
ber salido mi hija de dos operacio­
nes con éxito, hago público mi agra­
decimiento a María Auxiliadora en
el "Boletín Salesiano” . Una Co­
operadora salesiana.
OPERACION INNECESARIA
M adrid. — Encontrándose mi hijo
enfermo y teniendo que someterse
a una delicada operación y estan­
do ya ingresado en la Clínica de
La Paz, empezamos con todas nues­
tras fuerzas una novena a María
Auxiliadora y al quinto dia de co­
menzar la novena, cuando el mé­
dico fue a reconocerle cual sería
la sorpresa al comprobar que ya no
era necesaria la operación que to­
dos temíamos. Agradecemos esta
gracia a María Auxiliadora y envío
una limosna en acción de gracias.
M ercedes González.
SALVA A MI MADRE
Y A M I HERMANO
Fuentes de Masueco. —Estando mi
madre enferma de diabetis y ponién­
dole unas inyecciones, se le infecta­
ron hasta tal punto que los médicos
la dieron por desahuciada. Hice
una novena con toda mi fe prometí
publicar la gracia en el "Boletín
Salesiano" y enviar un donativo

28



si mi madre curara. Hoy cumplo mi
promesa con gozo.
También mi hermano sufrió un
accidente de carretera que no pa­
reció grave pues no tenia ni un
rasguño. A tas pocas horas, mi her­
mano se agravó a causa de una he­
morragia interna. Llevado al hospi­
tal, los médicos le dieron pocas ho­
ras de vida. Al saber la gravedad,
comenzamos una novena a las 12 de
la noche. A esa hora se notó la
mejoría del enfermo que hoy hace
vida normal y sigue en su oficio
de camionero.
Agradecida a tan buena Madre,
envío una limosna y deseo se publi­
que en el "Boletín Salesiano” . M. J.
E. H.
SALVA A MI MADRE

Cartagena.—A María Auxiliadora
le debo la vida de mi madre. Asi
nos escribe una buena señora de
Cartagena, narrando emocionada la
curación de su madre, y rogándo­
nos que publiquemos la gracia en
el "Boletín Salesiano” .
Aquejada hacia un mes por las
molestias producidas por un cáculo
renal, por reblandecimiento de la
espina dorsal y por otras varias
molestias, mi pobre madre amane­
ció como inconsciente el dia 18 de
junio, lo que atribuimos al exceso
de calmantes. Nos decidimos a lla­
mar al médico, el cual aseguró que
mi madre se hallaba en estado de
coma. En medio de mi dolor y an­
gustia tuve una corazonada, llamé
una ambulancia y trasladamos a la
enferma a la Cruz Roja.
No había ninguna habitación li­
bre. pero en vista de la gravedad
del caso, la instalación en una ha­
bitación de aparatos.
Yo invocaba sin cesar a María
Auxiliadora, y aunque llegó muerta,
pues no acusaba ni fos pinchazos
en ios tendones ni daba señales
de vida, poco a poco empezó a
reaccionar, y ya no daba esperan­
zas de recuperación; pero el día
20 empeoró considerablemente re­
sintiéndose todo su organismo. Pi­
dió confesar y comulgar, lo que
hizo despidiéndose luego de todos,
mientras los médicos nos asegura­

ban que acabarla de un momento
a otro.
En esto llegó un pariente mío a
quien había enviado al cercano co­
legio de Cabezo de Torres, de los
padres Salesianos, trayendo una es­
tampa y una medalla de María Au­
xiliadora, las que coloqué inme­
diatamente bajo la almohada de la
querida enferma.
La reacción favorable no se hizo
esperar, y hoy mi madre está en
casa casi restablecida. Le han vi­
sitado 12 médicos, le han hecho ra­
diografías de la cabeza a_ los pies
sin encontrar nada extraño, y los
análisis son cada día más normales.
¿Qué ha ocurrido? Yo creo y se­
guiré creyendo ciegamente en la
protección de María Auxiliadora, y
animo a todos a que recurran con
plena confianza a tan bondadosa
Madre. Maria Rosario A.
OTROS
CORAZONES AGRADECIDOS
Vigo.—Tuve una nifta enferma de pleu­
resía. Estando desahuciada por los mé­
dicos. pedí con todo el fervor posible a
María Auxiliadora por su curación. Pro­
metí publicar la gracia y enviar limosna
si curaba. Ai mismo tiempo que empezaba
una novena, la niha comenzó a mejorar
hasta quedar sana por completo.
También doy gracias por una hermana
mía que sufrió una crisis nerviosa. Re­
petimos nuestra promesa y la me|orfa fue
instantánea al empezar la novena.
Llenas de agradecimiento publicamos las
gracias y enviamos una limosna. Florencia
y Dolores González
Orense.— Con una gran preocupación por
problema fam iliar que no parecía tener nin­
guna solución, me encomendé a María Au­
xiliadora y santos salesianos. Por dicha, to­
do salió como no se podia esperar. Agra­
decida. mando una limosna y ruego se
publique en el 'B oletín Salesiano'.
sefa Salgado
Avilés.— Doy gracias a Maria Auxiliadora
p o r haber logrado se iniciase la paz en un
matrimonio, por salvarse un niflo de un ata­
que y por otros favores recibidos. Cristina
Pobla de Segur (Lérida).— Ultimamente
nos hemos encontrado muy apurados, P®*
ro gracias a Dios y a su bendita Madre
todo se nos ha resuelto favorablemente.
Doy gracias a la Virgen por sus favores y
envió una limosna. Armando LuaAa
La BaAeza (León).— Me encomendé a
María Auxiliadora con gran fe cuando pa­
decía una enfermedad nerviosa que me
producía unos dolores grandes de cabeza y
me hacían temer una grave enfermedad
Hoy que me encuentro bien, le doy gra­
cias de todo corazón por haberme escuchedo y cumplo la prorrwsa de publicarlo a''
en Boletín y envío una limosna para las
obres salesianas. AracaÜ Martii>ez

Madrid.— Habiendo sido afectada mi la­
ringe de tal forma que me impedía hablar
normalmente, invoqué a mi querida Auxilia­
dora. Antes del mes se normalizó mi voz
y entregué la limosna prometida. Hoy, des­
pués de alio y medio, sin que haya vuelto
a repetirse la afección, cumplo la segunda
parte: publicar el favor en el Boletín con
toda mi gratitud. Andrea
Sevilla.—^Teniéndome que examinar libre
por primera vez, en septiembre, de todas
las asignaturas por no haberlo podido ha­
cer en Junio y siendo para mi muy impor­
tante sacar el curso completo, me enco­
mendé a María Auxiliadora. A todos los
exámenes llevaba una estampa suya. Gra­
cias a su protección he podido ver con
alegría el éxito de todos mis exámenes.
Agradecido, envío una limosna. A. S. L.
Salamanca.— Encontrándose una hermana
mfa con grandes dolores de cabeza y fuer­
tes vómitos, ie pusieron una inyección y
le cortó la orina. En seguida se llevo al
ambulatorio. Acudí a María Auxiliadora
pidiéndole su curación, prometiendo pu­
blicar la gracia y enviar una limosna. Hice
varias novenas. Espero en la protección
de la Virgen. C. V. B., Archicofrade.
Orense.— "Doy gracias a María Auxilia­
dora por un favor alcanzado suplicándole
perdone mi tardanza en publicarlo.
Envío una limosna rogándole me proteja
y sea mi amparo en mis muchas necesida­
des. Pongo en Ella toda mi confianza"
P. M.
Cabeza del Caballo (Salamanca). Por
favores recibidos de Maria Auxiliadora en
diversas circunstancias, agradecemos pú­
blicamente y enviamos una limosna. Filo­
mena Hernández y Romana Holgado Con­
de.
Pozoblanco. Envío un donativo para las
misiones salesianas como agradecimiento a
María Auxiliadora por un favor recibido.
C. H. E.
Horta.— Envío una limosna por las voca­
ciones salesianas en agradecimiento a los
muchos favores recibidos de María Au­
xiliadora: en primer lugar, el restableci­
miento de mis perdidas fuerzas al en-

corttrarme paralizada por un reuma atroz.
Y en segundo lugar, la ayuda prestada
a mis dos hijos salesianos a quienes veo
firmes en su vocación y entregados a su
trabajo. J. M.
La CoruRa.— En agradecimiento a varios
favores recibidos de Maria Auxiliadora,
cumplo mi promesa de enviar una limosna
y publicarlo en el “ Boletín Salesiano’ .
Aída Ballesteros.
Vigo.— Por el éxito de ios exámenes
de mi sobrina, doy gracias a María Au­
xiliadora y envío una limosna para que
me siga ayudando. Amanda Pérez.
Orense.— Por un favor señaladísimo de
María Auxiliadora, envío una limosna ro­
gándole siga protegiéndonos. M. L, F.
Vigo.— Hago público mi agradecimiento
8 María Auxiliadora y envío una limosna por
el feliz parto de una harmanita y por el
éxito en la operación de un cufiado mío
Milagros V. Rial.
Algeciras— Dan gracias a María Auxilia­
dora y envían una limosna para las misio­
nes Salesianas: Mercedes Enriquez de
Vails, por un favor recibido; Josefina Worboys, por varios favores recibidos; Angela
Ortiz de Molina, por la curación de una
nietecita enferma.
Gibrallar.— Envío una limosna para las
misiones salesianas en acción de gracias
a María Auxiliadora y pidiéndole nos siga
protegiendo siempre. Gertrudis Cardona de
Abrines.
Zamora.— Por favores recibidos de la
Virgen damos y enviamos una limosna para
las vocaciones salesianas, pidiéndole nos
siga protegiendo siempre. Tránsito Blanco.
Guardo (Palencla).—^ o r haber aprobado
mi hijo el cuarto curso de bachillerato
después de encomendarlo a la protección
de la Virgen, hago público mi agradeci­
miento y envío un donativo. Celerina García.
Fontanales.— Hice la novena a María Au­
xiliadora pidiéndole la gracia de salir bien
de una operación de visicula y obtuve
la gracia por lo cual lo hago público y
envió una limosna. Rita Rodríguez.
Montana Alta.—^Tenla un hijo enfermo
grave y comencé una novena a María Au­
xiliadora. A los tres días estaba mucho
mejor y hoy se encuentra completamente

bien. Muy agradecida a la Santísima Vir­
gen deseo se publique la gracia y envió
una limosna. Una devota.
Zamora.— Debiendo examinarse mi hija
de unos exámenes de d ifíc il resultado, ta
encomendé e María Auxiliadora, prome­
tiendo publioer la gracia an el “ Boletín
Salesiano". Cumplo la promesa y envío
una limosna, llana da gratitud, por haberse
solucionado el problema favorablemente.
A. M.
Cañizo de Campos (Zamora).— Teniendo
que someterse a una operación d ifíc il, me
encomendé a María Auxiliadora, y hablan­
do salido de ella con feliz resultado, muy
agradecida a tan buena Madre le envío
una limosna y deseo se publique en el
“ Boletín Salesiano". V. L.
DAN GRACIAS
A MARIA AUXILIADORA
Y A SAN JUAN BOSCO
Y ENVIAN UNA LIMOSNA;
Florentino Pérez, de Matalavilla; A. M.,
de Villarejo de Orblgo; N. N., de Salaman­
ca; Mercedes Fernández, de Vigo; D. P.,
de Alcalá de Guadeira; María Hernando, de
Ciudad Rodrigo; Concepción Torrero, de
Villafranca de Córdoba; Luisa Calvo, de
Madrid; Doña Vicenta Galberf, de Campello; Doña Roralla Campomanes; A. P. F.
y M. P. E., de la Coruña; Pilar Pelleja, de
Fabret (Tarragona); Miguel Sánchez Mata,
de Algorfa; José Payán VIguera, de Po­
sadas (Córdoba); Engracia González, de
Torrelavega; María Melián Rodríguez, de
Montana Alta (Gran Canaria); Doña Isabel
García, de Valladolid; N. N., de Avilés;
P. Ll. P.; Familia R. de Robles, de Madrid;
María Nieves Améraga, de Baracaldo; Aurorita Quintas, de A llariz; Doña Rosario López-Rúa, de La Coruña; N. N., de Llagostera (Gerona); Irene Ronchera, de Burriana;
Dona Ana Rodríguez, de Madrid; Una de­
vota, de Madrid; Juan de la Fuente, de
Penafiel; Josefa Hernández, A. M., Juana
Díaz y SIníorlano G., de Fontanales (Gran
Canaria); C. G. A., Santiago Almelda y
Adofina García, de Montana Alia, Moya
(Gran Canaria).

Gracias
de nuestros
siervos
de Dios
Miranda de Ebro. — Agradecida
envío una limosna a Santo Domingo
Savio, por un segundo favor obte­
nido por mediación del santo. Car­
inen Lacalle.
Elche.— Habiendo recibido de Ma­
ría Auxiliadora, de San Juan Bosco
y de Santo Domingo Savio muchos
y señalados favores, ya que los in­
voco a menudo y siempre noto su
ayuda e intercesión para mí y para
toda mi familia, hago público mi
agradecimiento en el “ Boletín Salesiano".
Sobre todo, agradezco el regalo
de un niño precioso pues temía no
Saliera del todo bien debido a algu­
nas complicaciones. Durante todo

el tiempo llevé la estampa de San­
to Domingo Savio conmigo.
También agradezco la rápida cu­
ración de mi abuela, quien a sus
89 años de edad sufrió una embo­
lia, recuperándose felizmente.
Envío una limosna a mis santos
protectores. Magdalena 6.
Dan gracias a Santo Domingo Sa­
vio por favores recibidos y envían
una limosna, P. L, de Azcoitia y
N. N., de Madrid.
Córdoba.— Habiéndome encontra­
do en dos ocasiones con un fuerte
dolor de muelas, acudí a Doña Do­
rotea suplicándole me alcanzase al­
gún alivio y, pronto, en ambas oca-

siones, el dolor desapareció total­
mente.
Agradecido, ruego sea publica­
do y envío una limosna para su
beatificación. J. García M,
Morón de la Frontera.— Envío un
donativo para la beatificación de
Doña Dorotea de Chopítea por va­
rios favores alcanzados por su me­
diación. Deseo hacer público mi
agradecimiento en el “ Boletín Sa­
lesiano” que recibo mensualmente.
C. C. T.
Barcelona.—^Agradecida una vez
más a los muchos favores que me
otorga la síerva de Dios Doña Do­
rotea de Chopítea, le envío una li­
mosna para la causa de beatifica—

li

29

clón. Gracias a su intercesión, me
encuentro muy recuperada de unos
vértigos de oído que me traían muy
atormentada. Por lo que creo mi de­
ber darle públicamente las gracias.
C. Guillaume de Sala.
Barcelona.— Encontrándome en un
grave conflicto familiar, sin encon­
trar la solución del mismo, puse el
caso en manos de Doña Dorotea
de Chopitea, encomendándole la so­
lución del caso, con una fervorosa
novena, y a los dos días de termi­
nada, el asunto tan dificultoso fue
resuelto y volvió la paz y la tran­
quilidad 3 la familia. Muy agrade­
cida le ruego publique la gracia y
acepte la limosna que envío para la
Causa de Beatificación. M. B. de M.
Gerona.— Soy deudora de Doña
Dorotea de Chopltea de dos gran­
des favores que ruego publique en
el "Boletín” para estímulo de sus
devotos. Hallábase mi hija aquejada
de una grave infección de los dien­
tes y encías que desde hacía tiem­
po la hacía sufrir mucho. Como
siempre, acudí con entera confian­
za a la sierva de Dios, que nos ins­
piró ir a otro dentista el cual acer­
tó definitivamente el tratamiento, de
manera que juzgo milagrosa y hoy
mi hija se encuentra perfectamente
curada, por lo que doy públicas gra­
cias a Doña Dorotea de Chopltea y
envío una limosna para su Bea­
tificación. También he de agradecer­
le el que no hubiera tenido que
ooerarme para la curación de una
afección a la nariz, que se resol­
vió por si sola, después de acudir
a la intercesión de Doña Dorotea
de Chopltea. A. M. M. Cooperadora
Salesiana.
Sevilla.—Tengo la satisfacción de
enviar un donativo para la causa de
Doña Dorotea Chopltea, a la cual
acudí en un momento grave para
mi salud y atendió solícita mi rue­
go. obrando lo que para mi es un
verdadero milagro, por lo que muy
agradecido le ruego publique la
gracia en el Boletín. Aurelio Garda.

VHIamayor. — Nos dimos cuenta
de que a una sobrinita mía de tres
años se le iban torciendo las pier­
nas. La reconocieron dos especia­
listas de Salamanca y acordaron
que necesitarla un tratamiento muy
largo; si no se le corrigiera, tendría
que ser operada de mayor, pero sin
quedar del todo bien. Para más se­
guridad, acudimos a una amiga mía:
ella y su marido son especialistas
de niños en Madrid. Les pareció
que era lo mismo que Ies habían
dicho los anteriores médicos y nos
enviaron a un gran cirujano para
confirmar lo mismo. En la segunda
visita que le hicimos al último mé­
dico, recomendó éste unos apara­
tos ortopédicos, pero sin afirmarse
mucho en su eficacia, pues, todos
creían que tenía atrofiamiento de
los músculos. En estas circunstan­
cias acudí con toda confianza al Se­
ñor poniendo por intercesor a mi
tío, Don Félix González. En las^siguientes visitas, ya nos dijo el doc­
tor que no era lo que habían pen­
sado. A los siete meses se encon­
traba perfectamente bien.
Agradecida, envío una limosna y
publico la gracia. Leonor Miguel.
Don Rafael Conde Hernández, de
Jerez de la Frontera, da gracias a
tos siervos de Dios Don Miguel Rúa,
Don Felipe RInaIdi y a Don Pedro
BerrutI, por favores recibidos.
De algún tiempo atrás venía yo
padeciendo bronquitis asmática, que
se agravó notablemente por causa
de un resfriado, y me puse tan
mala que hube de ser trasladada
con toda urgencia a una clínica.
A las pocas horas de ser ingre­
sada, sufrí un colapso en el que el
corazón dejó de funcionar, siendo
necesario el masaje de corazón pa­
ra reanimarlo.
Durante el día y la primera no­
che sufrí muchas veces estas cri­
sis. Al recuperar el conocimiento,
mi gran preocupación era invocar
al siervo de Dios Juan Luis Her­
nández Medina, hermano mío, mar­
tirizado en Ronda (Málaga), pidién­

dole me obtuciera del Señor la sa­
lud.
Al día siguiente otro hermano
mío, también salesiano, colocó ba­
jo mi cabecera una estampa del
mártir.
Fui escuchada, y fueron escucha­
dos todos ios que por mí rogaban,
pues progresivamente, aunque tentamente, fui mejorando, y hoy estoy
en casa y puedo realizar todos los
menesteres domésticos.
Le ruego, publique este favor pa­
ra estimular a todos a confiar en
nuestros mártires y se pondan bajo
su protección.
Envío una limosna para su bea­
tificación. María Rita Hernández.
PIcasent (Valencia). — Estoy muy
agradecida por un favor recibido
del padre Juan Martorell, mártir de
Cristo. Publico mi gratitud y envío
una limosna para la causa de bea­
tificación. Dolores Cuadro.
PIcasent.—^Tiempo atrás me aque­
jó un fuerte dolor de cabeza que
no había manera de aliviar. Temí
que se tratase de un tumor interno
y llena de pánico, acudí gracias a
la indicación de una buena amiga,
al mártir salesiano don Juan Marto­
rell. Comencé su novena Mena de
confianza y a los pocos días habían i
desaparecido por completo todos
los dolores. También debo manifes­
tar mi gratitud por otro favor: ha­
biendo fallecido un hermano mío,
que se encontraba en la Residen­
cia, queríamos llevar el cuerpo a
casa, pero surgieron dificultades,
que no se allanaron hasta que in­
vocamos la intercesión de don Juan
Martorell, Muy agradecida envío una
limosna y ruego publique la gra­
cia. Carmen Alegre.
Picasen!.— Por varios favores re­
cibidos del padre Juan Martorell,
envío una limosna y deseo sea pu­
blicada mi gratitud. Amada M. Agua­
do.
Mataró (Barcelona).— Para la cau­
sa de Beatificación del mártir don
José Calasanz, enviamos una limos­
na. Hermanas Miralpelx.

FUERON A LA CASA DEL PADRE
CarUanal Alóla) Maatlla. praloctor da la
Congragaclón Salaalana t an la Ciudad dal
Vaticano, al día 30. El cardanal Alotal Masalla, camarlango da la Santa Romana igle­
sia y arciprasie de In patriarca basílica da
San Juan de Lairén. ha muerto asta maAana El purpurado, que tenia noventa y un
aAos. estaba gravemente enfermo desde
hace algún llampo, y el pasado sábado,
dia 26. habla recibido la visita de Su Sanl'dad ol Papa Pablo VI.
El cardenal Benedetto Aloisi Mase''a na­
ció en Pontecorvo, lugar cercano a Roma,
el 29 de ¡unió de 1879. Fue nombrado car­
denal por el Pontífice Pío XII el 18 de le­
brero de 1946. En 1908 ocupó el cargo de

30



secretarlo de la Nunciatura de Lisboa,
puesto en el que permaneció hasta 1910.
en que. por motivos políticos, la Nuncia­
tura fue retirada. Entre oíros cargos ha
ocupado el de nuncio de Su Santidad en
Chile y, por espacio de veinte anos, en
Rio de Janeiro. En el ano 1956 fue nom­
brado camarlengo.
Don Juan Casas t en Málaga, el día 19 de
agosto. Los que tuvimos la suerte de co­
nocerla en aquellos anos duros de 1945,
como gobernador civil de la provincia de
Guadalajara, estando en el seminarlo de
Mohemando, sabemos de su generosidad

para los saleslanos. i Cuántas veces nos
ayudó con alimentos y con buenas cantida­
des de dinero para poder hacer frente e
aquellos anos difíciles. En él encontramos,
no un señor Gobernador, sino más bien
un verdadero amigo y un gran enam ora^
de San Juan Bosco y de la Congregación
Salesiana.
Era cooperador desde hacía muchos anos.
Lela con verdadero interós, todos los me­
ses. el "Boletín Salesiano*. Mandaba f ^
cuentes limosnas para las Obras y Misio­
nes SalesianasLos satesianos hemos perdido un gran am^
go y un excelente cooperador en todo el
sentido de la palabra. Descanse en paz.

BECAS PARA EL
SOSTENIMIENTO DE
LAS VOCACIONES
SALESIANAS
“ El mejor premio que Dios
concede a una familia es un
hijo sacerdote.” (Don Bosco.)
INSPECTORIA DE BARCELONA
P. Provincial: Paseo San Juan Bosco, 74 - Barcelona-17
BECA C O M PLETA
Beca «Fam ilia Sayós». Total: 100.000 pts.
BECAS E N FORMACION
Beca «Monseñor OIaechea>. Prim era entrega: 1.000 pts.
Beca «Monseñor Pintado». Primera entrega: 1.000 pesetas.
Beca «Fam ilia Martí Codolar». Primera entrega: 1.000 pts.
Beca «Daniel Conde». Prim era entrega: S5.000 pesetas.
Beca «Ntra. Sra. de Montserrat». Total: 97.000 pts.
Beca «Don Luis Cutillas». Total: 8.000 pts.
Beca «San José». Total: 22.000 pesetas.
Beca «Felipe Alcántara». Total: 6.000 pesetas.
Beca «Don Juan Antal». Total: 95.000 pesetas.
Beca «Juan Alberto». A. A. de Rocafort. Total: 13.000 ptas.
Beca «Son Cosme y Santa Magdalena». Total: 90.000 ptas.
Beca «San Pedro». T o ta l: 50.000 pesetas.
Beca «A g r a d o Corazón de Jesús». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «San Juan Bosco». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «San Francisco de Sales». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Santo Domingo Savio». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Santa María Mazzarello». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Felipe Rinaldi». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Doña Dorotea». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Mártires Salesianos». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Don José Binelli». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Martín Goicoechea». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Antonio Aime». 1.8 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Manuel Hermida». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Julián Massana». 1.3 e.: l.cioo pesetas.
Beca «Padre Viñas». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Luis Cid». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don José Marti». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Don Federico Jordana». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «D. Francisco d iv á n », por N. N. Total: 40.000 pts.
Beca «Juan Alberto». A. A. de Mataré. Total: 4.600 pts.
Beca «P ilar». Total: 25.000 pts.
Beca «Fam ilia Baraut-Obiols». T o ta l: 42.000 pts.
Beca «Un matrimonio feliz». Primera entrega: 5.000 pts.
Beca «Santos Antonio y Sebastián». Total: 26.000 pts.
Beca «J. M. y M. C.» Total: 20.000 pts.
Beca perpetua «Don José Paz Shaw». Total: 100.000 pts.
Beca «Beca «Febrer-Morlá». Unica entrega; 160.400pts.
Beca «Manolita Pérez» (por difuntos de su familia). To­
tal: 30.000 pts.
Beca «Amigos del Padre Escursell» (preces por amigos di­
funtos). Total: 35.000 pts.
Beca «San Marcos». Primera y única entrega: 100.000 pts.
Beca «José María Valles Plá». Total: 11.000 pts.
Beca «Amigos P. Escursell». Total: 41.000 pts.
Beca «Gratud» por amigos de las Vocaciones Salesianas.
Total: 35.000 pts.
Beca «Claudio Garcia» Total: 25.000 pts.

INSPECTORIA DE BILBAO
P. P rovincial: Escueias Saiesianas - Deusto-Bilbao
BECAS EN FORMA(J10N
Beca «Mamá Margarita». L a (Dañada. Pamplona. N. e .; 250.
Total: 25.750 pts.
Becas «P . Beobide». Familia Salesiana, Guipúzcoa. N. e.;
8.000 pts. Total: 131.7^ pts.
Beca <D. José María T a ib ^ I I. Total: 24.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». 2.3 Arch. Baracaldo. T . : 51.500.
Beca «Fam ilia Im ber». N. e.: 10.000: Total; 30.000 ptas.
Beca «María Auxiliadora». Arch. Deusto. Total: 20.000 pts.
Beca «D. José Puertas». A. A. Deusto. Total: 14.000 pts.
Beca <D. Ramón Zabalo». Baracaldo. M. Fernández. To­
tal: 40.000 pts.
Beca «Doña (Darmen Aguirre». Total: 20.000 pts.
Beca «Sr. Justi». Deusto (Colegio). Total: 21.000 pts.
Beca «I>. Eladio P é re o . Total; 15.000 pts.

Beca «María Auxiliadora». D. R. G. R . Total: 30.000 ptas.
Beca «D. José Díaz de Cerio Valle y Petra Gastón Ventosa».
Total: 20.000 pts.
Beca perpetua 2.3 «Srtas. de Felipe». 1.» e .: 50.000 pts.
Beca «Don José Santos». Deusto (Colegio). Total: 2S.OOU pts.
Beca «Srta. Maria Luisa de Felipe». Total: 50.000 pts.
Beca «Inmaculada Concepción». J. L. M. Total: 11.600 pts.
Beca «María Angeles Postigo Labrador». Total: 30,000 pts.
Beca «Conchita Diez Noza». Total: 30.000 pts.
Beca «Virgen del (Dastilio». El Royo. Total: 9.800 pts.
Beca «F . Canales». Total: 14. 000 pts.
Besa «María Auxiliadora». Zuazo. Total: 5.500 ptas.
Beca «Don Bosco». Ciudad Laboral. Pasajes. Total: 5720.
Beca «Sagrada Familia». San Sebastián. Total: 10.000 pts.
Beca «Francisco Tierra». Burceña. Total: 8.500 pts.
Beca «San Juan Bosco». Total: 5.000 pts.
Beca «Santo Domingo Savio». Santander. Total: 19.600 pts.
Beca «San José Obrero». Industriales. Santander. T . : lO.CKÍO.
Beca «María Auxiliadora». Arch. Santander. T . : 6.000 pts.
Beca «Sres. Udaetxe». Bilbao. T ota l: 34.0Ó0 pts.
Beca «San Andrés». Burgos. Total: 1.327,35 pts.
Beca «Nuestros Mártires». Zuazo. Total; 18.509 pts.
Beca «María Auxiliadora». I I. Total: 20.0(30 pts.
Beca «Alfonso Gómez Pineda». Pamplona. Total: 5.000 pts.
Beca «San Paulino». Baracaldo. Total: 6.000 pts.
Beca «Eduardo Caprani». Baracaldo. Total: 6.000 pts.
Beca «Jesús Aznar». promovila por Doña Maria Salmerón,
Vda. de Aznar. Total: 7.000 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
P. P rovincia l: C alle M aría A uxiliadora, 14 - Córdoba
BECAS EN FORMACION
Beca «Santo Cura de Ars». Córdoba, l . i entrega 10.000 pts.
Beca «Virgen del Pino». Las Palmas. T .: 6,7()0 posetaH.
Beca «J. II. S.». Las Palmas. Total: 14.000 plns.
Beca «Fam ilia Lago». Las Palmas. Total: 11.000 pesetas.
Boca «Miguel Magonc». Las Palmas. Total: 6.000 pesotus.
Beca «E. Chacón de Hernández». Las Palmas. T . : 12.900.
Beca «Fam ilia Naranjo». Las Palmas. T .: 6.800 pesetas.
Beca «María Auxiliadora». Málaga. Total: 32.8000 pesetas.
Beca «Archicofradía de Maria Auxiliadora». Santa (Druz de
Tenerife. Total: 27.000 pesetas.
Beca «María Auxiliadora». Ronda. J. Troya Z. Primera en­
trega: 25.000 pts.
Beca «Baldomcro Pagán». Pozoblanco. Total: 25.000 pts.
Beca «Fam ilia Torre». Las Palmas. Total; 4.700 pts.
Beca «(Días. Juventud Salesiana». La Orotava. Total: 43.000.
Beca «Sagrado Corazón». Las Palmas. Total; 58.156 pts.
Beca «Francisco León Navarro». Las Palmas. T . ; 3.600 pts.
Beca «Ntra. Sra. de la Consolación». Torredojlmeno. To­
tal; 35.000 pts.
Beca Misionera cD. Dionisio Ric». T . : 18.000.
Beca «Fam ilia Llinares». Las Palmas. Total; 3.000 pts.
Beca <D. Sebastián M.3 Pastor». (Dórboba. Total: 8.015 pts.
Beca «Fam ilia Lara Padín». Total: 7.800 pts.
Beca «Santo Domingo Savio». Cías, de la Juventud Salesiena. Las Palmas. Total: 44.300 pts.
Beca «Pura Bermúdez». Málaga. Total: 28.500 pts.
Beca «Fam ila Muñoz». Total; 21.000 pts.
Beca «Santa Isabel». Granada. T ota l: 40.200 pts.
Beca «San Jtian Butista». Total: 21.000 pts.
Beca «Escuelas Externas». Montilla. Total: 12.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. del Carmen». Pozoblanco. T .: 40.000 pts.
Beca «Don Bernardo López Baena». Córdoba. T . : 15.000 pts.
Beca «Santa Catalina» I I. Las Palpas. Total: 3.000 pts.
Beca «Fam ilia Navarro». Total; 7.100 pts.
Beca «Santa Ana». Alcalá la Real. Total; 20.000 pts.
Beca «Don Vicente Reyes». Total; 2.TO0 pts.
Beca «María Auxiliadora». Antonio Royán. Total: 28.800 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». (Doop. Antequera. T . ; 11.500 pts.
Beca «Fam ilia del Pino Muñoz». Jaén. Total: 10.000 pts.
Beca «Romero-Martínez». Málaga, promovida por Doña Do­
lores Martínez. Vda. de Romero. Total; 30.000 pts.
Beca «Santa (Druz de Tenerife*. Tenerife. Total: 82.000 pts.
Beca «Santo Domingo Savio». Cías. Tenerife. T . : 21.000 pts.



31

Beca
Beca
Boca
Beca

«Familia Atillo Ley». Laa Palmas. Total: 1.500 pts.
«Juan X X III» . Montllla. Total: 14.360 pts.
«Fam ilia Espejo Gómez». Montllla. Total: 13.UOO pts.
perpetua «Traya Gozálvez». Ronda. Total: 24.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID - “ BESAMA”
P. P rovincial: P ate o del General Prim o de Rivera, 27
M adrid (5) • Teléfono 227 56 91
Recordamos a todos los participantes en BESAMA las
dos catefforias de Becas Completas.
— Beca O R D IN A R IA : 50.000 pesetas.
— Beca M A Y O R : 100.000 pesetas.
Siempre pueden enviar donativos para ir completando
las becas sBBSAMA».
BECA COM PLETA
Ii(M:a «Padre Esteban». AA. AA. Paloma. Total: 50.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca Mayor «Sagrado Corazón». N. c .: 4.000. Total: 13.000.
Beca «A. Ignotos». N. c.: 12.600 pta. Total: 25.000 pts.
Beca «M ario Auxiliadora» I II . Arch. Atocha. Vda. de Travecha. N. e.; 6.000 pts. Total: 8.0026 pts.
Beca «Josefa A. R old ín y familia». N. c.: 1.000. T .: 86.100.
Beca Mayor IV «Sulcslanos D. Bosco». N. e .: S.OOO pts. T o­
tal: 42.776 pts.
Beca «Besamo». Enrique J. A., 4.000 pts.; L. Limla. 100 pe­
setas. Total: 23.100 pts.
Beca «Mercedes Cruzado». N. e.: 3.000. Total: 61.000 pts.
Beca «llelen Bartkus». N. e.: 26.000 pta. Total: 50.000 pts.
Beca «San Antonio». A. Angulo. N. e .: 10.000. T . : 30.000 pts.
Beca «E l Salcalano Coadjutor». Cías, Paloma. T .: 32.000 pts.
Beca Mayor, IV, «Don Luis Conde». Total: 66.950 ptas.
Boca <M. A. L .». 1.000 ptas. Total: 40.000 pesetas.
Beca «S. Ricardo». Total: 6.000 pesetas.
Boca «M.ft Auxllladora»-Salamanca. Total: 11.000 pesetas.
Boca <F. Canales». Total: 24.000 pesetas.
Beca «San Francisco de Sales». Coo.-Estrecho, T . : 47.115.
Boca «Fam ilia A. Miranda». Total: 20.000 pesetas.
Beca «Fam ilia Mesonero R.». Total: 27.000 pesetas.
Boca «Domingo Savio». Colegio Atocha. 17.000 pesetas.
Boca «San José». Arch. Pizarrales. Total: 25.000 pesetas.
Hora «Santa Rosa». Total: 35.000 pts.
Broa «Don Féllz González». Familia Pardo. T . : 30.000 pts.
Boca «Arch. M .l Auxll.» P.O Extremadura. Total: 37.000 pts.
Beca «Ibarakl». Total: 1.000 pts.
Beca «Don Juan». Total: 20.000 ptas.
Beca «Archlcofradla María Auxiliadora». Carabanchel. To­
tal: 20.500 pts.
Beca Mayor «Santa Teresa y San Vicente». Total: 28. 000.
Beca «Viuda de Pujadas». Total: 18.000 pts.

Jerez. Beca «Don Juan Torres». Total: 2.500 pts.
Jerez. Beca «Escuela de Maestría». Total: 20.000 pts.
La Línea. Beca «Inmaculada Concepción». Total: 500 pts.
La Palma. «San Andrés». Total: 5.000 pts.
Mérida. Beca «Don Javier Montero». Total: 12.500 pts.
Morón. Beca «Ntra. Sra. del Sagrado Coretzón». T .: 26.000.
Morón. Beca «Mártires Salesianos de Morón». T . : 2.000 pts.
Puerto Real. Beca «María Auxiliadora». Total; 18.000 pts.
Rota. Beca «Ntra. Sra. del Rosario». Total: 14.000 pts.
Sevilla. Beca «María Auxiliadora.» A. R. N. e.: 500. Total;
21.500 pts.
Sevilla. Beca «Corpus Christi». Srta. J. Quintana. N. e.:
100 pts. Total: 13.250 pts.
Sevilla. Beca «D. Antonio Marcolungo». Donación de Doña
Carmen Hidalgo, vda. de Cortés de Bienvenida Badajoz.
SevUla-Trinidad. Beca «M.S Auxil.» Arch. N. e .: 10.000;
Total: 21.000 pesetas.
Sevilla-Trinidad. Beca «Stma. Trinidad». Total: 16.000 pts.
Sevllla-Trinidad. Beca «Don Tomás González». T .; 30.000 pta.
Sevllla-Resldencia. Beca «San Juan Bosco» I II . T . : 15.000.
Soviiia, Beca «Ntra. Sra. de la Piedad». Total: 31.106 pta.
Utrera. Beca «Don Agustín Nofre». Total: 29.210 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
P. P rovincia l: C alle de Sagunto, 212

Valencia

BECAS EN FORMACION
Beca «Fam ilia Gómez Baldovi» perpetua. V .: 150.000 pts.
Beca «Romero Amorós» perpetua. Ultima entrega V : 25.000.
Beca «Francismo Gil Esteve». Primera entrega V.: 12.000.
Beca «José Carbonell» perpetua. Primera entrega V.: 82.000.
Beca «Dña. Dolores Berenguer» perpetua. Alicante: 10.000.
Beca «Rvdo. Francisco Serrats». Valencia; 8.000 pesetas.
Beca «San Agustín». Alcoy: 18.000 pesetas.
Beca «D. Recadero de los ríos». Alicante. Total: 8.000 pts.
Beca «M uy Rvdo. D. José Calazanz». Total: 20.915 pta.
Beca «Rvdo. D. Luis Berenguer». Alicante. Total: 20.000.
Beca «Ramón Guerrero*. Albacete. T ota l: 22.550 pts.
Beca «Círculo Domingo Savio». Total: 2.000 pts.
Beca «Don Antonio Martin». Primera entrega: 60.000 pta.
Beca «D. Andrés Tari Navarro». Elche. Total 100.000. pts.
Beca «San Cayetano». Crevlllente. Total: 89.000 pts.
Beca perpetua «A . B. A .» Valencia. Total: 150.000 pts.
Beca «San Bernardo». Vlllena. Total: 46.000 pts.
Beca «D. Vicente Galván». Alicante. Total: 100.000 pts.
Beca «D. Manuel Pérez». Valencia. Total: 250.000 pts.
Beca «Arch. María Auxiliadora». Valencia. Total: 20.000 ptz.
Beca «Nifto Jesús». Entrega de 6.000 pts.
Beca «Doña Antonia Cabot». Albacete. Total: 20.000 pts.
Beca perpetua «San Patricio*. Ibi. Total: 50.000 pts.
Beca «María P eire» en memoria de su esposo. Total: 20.000.
Beca «Cooperadores de Valencia». Total: 13.000 pts.
Beca «Rvdo. D. Manuel Pérez» I I. Total: l.OOO pts.
Beca «Rvdo. D. Mariano Alsa». Burriana. Total: 17.600 pts.

INSPECTORIA DE LEON
INSPECTORIA DE SEVILLA - “BESASE"
P. P rovincial: C alle María A uxiliadora, 18 • Sevilla
Teléfono 35 04 86 - 30 01 00
BECAS COMPLETAS
Beca <D. Francisco Javier Montero». Donativo de sus Anti­
guos Alumnos. Total: 100.000 pts.
Beca «P . Ambrosio Diax. Inspector de Sevilla», donación
de los Colegios do la Inspectoría. Total: 100.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Mcalá. Beca «Ntra. Sra. del Aguila». Total 25.300 pts.
Alcalá. Beca «San Pedro». Cooperadores. Total: 4.000 pta.
Alcalá. Beca «Archlc. Mari Auxiliadora». Total: 6.000 pts.
Algociras. Beca «Don Andrés Yún». Total: 6.000 pts.
Almendralejo. Beca «Ntra. Sra. de la Piedad». Iniciada por
Familia Rafael Martines Cordón e Isabel Martines Asuar.
en memoria de doña Crecencia Asuar Total: 33.100 pts.
Cádiz. Beca «Maria Auxiliadora». Arch. N. e.: 1.000. T o­
tal: 33.000 pts.
Cádiz. Beca «Don Clemente Guede». Total: 11.176 pts.
Cádiz. Bt'ca «Maestro Pagés». Total: 13.296 pts.
Cádiz. Beca «Rvdo. D. José Monserrat». Total: 13.000 pts.
t'ádis. Beca «Santiago Apóstol». Total: 70.000 pts.
Cádiz. Beca «San José». Total. 4.000 pts.
Campano. Beca «Bertemati». Total: 6.000 pts.
Camiona. Beca «Don Fermín Molpeceres». Total: 13.000 pts.
Cáceres. Beca «San Juan Bosco». Total: 16.760 pts.

32



P. P rovincia l: A partado 425

-

León

BECAS COMPLETAS
Boca «Don Rafael Castells y Doña Valentina Cuadra». To­
tal: 100.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Oviedo-Naranco. Total: 50.000 pts.

Boca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

BECAS EN FORM ACION
.San Juan Bosco». Oviedo-Naranco. Total; 26.000 pts.
«P . Miguel Salgado*. Vigo. S. Matías. T . : 82.750 pts.
«Universidad Laboral». Zamora. Total: 27.000 pts.
«Don Pedro Masaveu». Oviedo. Total: 20.000 pts.
«D. José Saburido». Allariz. Total: 32.800 pts.
«P . Manuel Lino». L a Coruña. Total: 16.700 pts.
«Don Felipe García». Coop. Coruña. Total; 17.136 pts.
«María Auxiliadora». Allariz. Total: 28.000 pts.
«San José». Vigo. San Matías. Total; 73.000 pts.
«Doña Pilar Gago». Vigo. Total: 30.000 pts.
«Doña María del Carmen Oliveros». Total: 30.000 pts.
«Don Pedro Olivazzo». Astudlllo. Total: 18.700 pts.
«Virgen de V'illanue\'a». Allariz. T ota l: 22.726 pts.
«Angel Valverde». Vigo. Total: 50.000 pts.
«José Sabaté». Vigo. Total: 36.000 pts.
«María Auxiliadora». Celanova. Total: 82.000 pts.
«María Auxiliadora». Arch. Vigo. Total: 34.000
«Don Ernesto Armelles». Coruña. Colegio. T .: 38.260.
«María Auxil.» Zamora. Rey Femando. T .: 10.000 pt»«Domingo Savio». León. Total; 16.665 pts.
«Ntra. Sra. de Covadonga». Tudela Veguín. T .: 19.3*
«Don Emilio Montero». Orense. Total: 23.000 pts.

A USTED TAMBIEN PUEDE INTERESARLE
PIA OBRA DEL SACRADO CORAZON
San Juan Sosco, antes de su muerte, fundó con la aprobación
del Papa León XMI la Pía Obra de! Sagrado Corazón para que se
celebraran SEIS MISAS DIARIAS Y PERPETUAS en la Basílica del
mismo nombre, en Roma, a intendón de cuantos se inscribieran
en eila. Todos los inscritos participan a su vez del fnito aplicable
de las oraciones de los niños de los Colegios Salesianos y de las
oraciones y buenas obras de los Salesianos e Hijas de María Auxi*
liado ra.
INSCRIPCION
1. Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras personas, vivas
o difuntas, por las que quiere pedir o sufragar.
2. La inscripción, que es nominal, se efectúa tras la aportación
por una sola vez de una limosna superior a 25 pesetas, o de esa
cantidad {que se puede enviar por giro postal o en sellos de co­
rreos de cualquier valor). La inscripción se acredita con una Cédula.
3. Para inscribirse: Envíe con letra bien clara el nombre o nom­
bres y apellidos de la persona que se inscribe, indicando si es viva
o difunta (no olvide este detalle) a:
OBRA VOCACIONAL DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
Alcalá, 164 • MADRID (2)

¿QUE P U E D E H A C E R CON
E S T E TESORO ESPIRITUAL?
APROVECHELO PARA USTED MISMO
Tiene sin duda asuntos que le preocupan; quizás dificultades
en su familia; tal vez desea perfeccionarse en su vida cristiana o
asegurarse sufragios para su alma... Inscribiéndose en la Pía Obra
seis sacerdotes intercederán todos los días por usted.
HAGA PARTICIPES DE EL A LOS SUYOS
Usted desea para los suyos lo mejor: unos están estudiando,
otros abriéndose camino en la vida, tal vez haya algún enfermo...
Una ayuda positiva es encomendarlos al Señor; si usted no puede
pedir bastante, los miles de niños y salesianos lo harán por
usted.
APLIQUELO A LOS DIFUNTOS
Nada alivia a los difuntos: ni las flores,
mismo recuerdo. Sólo las oraciones y los
almas un alivio, inscribiéndolas en la Pía
parte cada día el mejor recuerdo: el tesoro
y de las oraciones de millares de niños.

ni las esquelas, ni su
sufragios llevan a ias
Obra recibirán de su
infinito de seis misas,

NOTA: La cédula artística en la que se acredita la Inscripción
en Obra Pía contiene dos rK>mbres: el de la persona inscrita y
el de la persona que hace el obsequio. Este detalle la hace muy
apta para hacer un delicado presente en una fecha familiar:
santo, cumpleaños, fin de carrera... Asi también las cédulas de
los difuntos pueden ser muy oportunas para dar el pésame o
recordar un aniversario.

Colección

ESPIRITUALIDAD
CONCILIAR
La renovación cristiana, que el
Concilio Vaticano II auspicia, no
tendrá lugar mientras su doctrina
y orientaciones no sean conocidas
y asimiladas por los cristianos. Con
el ánimo de promover su conoci­
miento y aplicarlas a la vida de los
cristianos fervorosos sale la pre­
sente Colección.
Está formada por folletos, de 24
a 48 páginas, en los que se expla­
na un punto doctrinal del Concillo
o se recogen las enseñanzas de Pa­
blo VI. el mejor intérprete, hoy por
hoy. del Vaticano II.
TITULOS PUBLICADOS
EL CREDO DE PABLO VI.
ENCICLICA HUMANAE VITAE, de
Pablo VI.
EL TESTIMONIO DE VIDA, de Ja­
vier Rubio.
EL DESPERTAR RELIGIOSO DE
VUESTRO HIJO, de José Maria
Martín Flores.
LOS SEGLARES Y SU APOSTOLA­
DO, de Javier Rubio.
JUAN XXIII Y LOS ESPOSOS CRIS­
TIANOS.
LA ASAMBLEA DOMINICAL CRIS­
TIANA, de Juan Laguardia.
DIAGNOSTICO DE LA IGLESIA, del
Cardenal Carroñe.
Cualquiera de estos folletos ofre­
ce temas para lectura espiritual,
para reflexionar meditando, ade­
más de una información precisa
sobre el asunto que trata.
SUSCRIPCION:
Número suelto:
12 números
24 números

5 pesetas
60
120

PEDIDOS:
C e n tra l C a te q u ís tic a S alesiana.

Alcalá. 164 - MADRID (2).

R E V IS T A
D E P A S T O R A L J U V E N IL P A R A
ED U CA D O R ES Y SA CERD O TES

TEMAS DEL MAYOR INTERES)

técnica

*

IDEAS

*

SUGERENCIAS
SUBSIDIOS
para la formación
humana,
social y
cristiana
de los jóvenes
y adolescentes.

9

N U M E R O S

9

EQUIPOS



9

TEMAS

ESPECIALIZADOS

ALGUNOS TEMAS PUBLICADOS
Evangelio y Juventud
Dinámica de grupos
Pastoral de tas vocaciones
Revisión pastoral de los Colegios
Campaña sobre la Fe y los jóvenes
Tercer Mundo y vocación cristiana
Comunidad Educativa y Equipo Pastoral
Tiempo Pascual
Penitencia: Virtud y Sacramento
Perspectivas actuales de la Educación
María. Subsidios Mayo
Los jóvenes y la oración

SUSCRIPCION:
España:
Extranjero;
Aérea:

180 pesetas
3 dólares
6.50 dólares

Número suelto:
España:
Extranjero:

25 pesetas
0.35 dólares

CENTRO
DE

NACIONAL
PASTORAL

SALESIANO
J UVENIL

Alcalá. 164 • Madrid-2

CURSO 1970-71
o
o
o
o
o

Motivaciones 70: Los -porqués- de la juventud
Plan de Ejercicios para Colegios
Dirección espiritual de jóvenes y adolescentes
Educación básica dei formador de la fe
Otros temas de actualidad.
Texto
Mis queridos amigos Juanito y Mari:
Me comunicáis vuestra alegría por las primeras sorpresas
del curso y por las buenas calificaciones. A Juanito le ha
gustado mucho el libro de Geografía, donde me dice que ha
aprendido nombres tan bonitos como Honolulú; y hasta sabe
señalar su lugar en el Pacífico. Pues claro, la Geografía es
como el turismo de los pobres, de ios que no pueden hacer
largos viajes. Pero nadie nos quita el que podamos soñar con
los caminos que realizaremos con el tiempo...
A Mari, en cambio, le gusta el dibujo. También es otra
manera de soñar eso de copiar a nuestro gusto la realidad de
las cosas. Bueno, pero todas las materias de estudio son im­
portantes para la vida y os harán falta para el día de mañana.
Lo peor sería el no poder estudiar. [Cuántos niños de vues­
tra edad no cogerán en su vida un libro en sus manos! ¿Por
qué? Pues porque no tienen escuelas a dónde ir, ni maestros
que les enseñen, ni dinero para comprar libros. Y. natural­
mente. los que no estudian son unos ignorantes...
Oíd lo que le sucedió un día a Don Bosco.
Por el año 1867 había en el Oratorio un chico llamado Patarelli. Tenía catorce años y unos ojos azules en los que revo­
loteaba un pájaro: la alegría. Pero, de buenas a primeras, este
chico guapo y estudioso quedó medio bobo. Perdió del todo
la memoria y andaba por el patío con los brazos caídos y la
cabeza lacia. En clase siempre se le veía mirando a las «mu­
sarañas». Daba lástima. Vosotros habéis visto a algún tonto,
¿no? Pues Patarelli daba la sensación de ser el chico tonto
del Oratorio.
El director de estudios, en vista de que no había más reme­
dio. determinó enviarlo a casa a ver si se curaba. Todos sus
compañeros sentían por él una gran pena.

DOH BASCO El CHIOUlllO TONTO
U N A P A G IN A P A R A LO S

N IÑ O S

Pero, antes de despedirlo, el director de estudios (o llevó
al despacho de Don Bosco. El santo ordenó que se arrodillara
y lo bendijo.
El chiquillo, entonces, como despertando de un profundo
sueño, exclamó lleno de asombro:
—¿Pero yo dónde me encuentro?
—En mi cuarto —dijo Don Bosco— . ¿Y por qué has venido
aquí en lugar de ir a clase?
—Pues no lo sé.
—Hala —lo acarició el santo— vete a clase porque han
tocado hace rato.
Y el muchacho, feliz y contento, atravesó el patio de una
carrera y entró en el aula. Sus compañeros lo miraron atónitos.
Pero contemplaron en sus ojos el aleteo de dos gorriones:
[Estaba perfectamente curado)
Ya véis cómo la bendición de Don Bosco hacía prodigios.
Claro que vosotros debéis suplir con vuestro esfuerzo la be^
dición del mejor amigo de los niños. Pero, ¿sabéis para quié"
nes tenéis que pedir su bendición? Veo la respuesta en os
ojos de Juanito. Naturalmente Don Bosco debe bendecir a los
niños pobres y necesitados para que puedan estudiar como
vosotros y no lleguen a ser ignorantes.
Basta por hoy.
Un abrazo de vuestro mejor amigo.
PADRE RAFAEL

BOLETIN SJILESIANO
ORGANO

DE

LA

PIA

UNION

COOPERADORES

DE

SALESIANOS

Revista de la obra de Don Bosco
Arto LXXXIV . N.° 11 • Noviembre, 1970

Director:
RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Administración.
Alcalá. 164
Teléfono 255 20 00
MADRID (2)
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Saleslans
Madrid-Atocha

EN

ESTE

NUMERO

La parábola de las sillas .

.

1

La contraseña de Dios .

.

2

.

Los milagros nuestros de cada día

4

Mensaje a España...................

8

Aquel montillano pozo

.

.

10

Cuando critican la religión .

.

11

.

El viraje salesiano de Suramérica

12

Primer Congreso Mundial de Anti­
guos Alumnos Salesianos . .

16

142 ratonemos en la isla del Ratón

22

Cooperadores Salesianos, ¿queréis
ayudar al Tercer Mundo?
. . 26
Gracias y fa v o re s ........................ 28
Cecas . . . .
31

nuestra

La parábola de las sillas

PORTADA:

José Luis Morta

En el año de la educación, los pegúe­
las sienten el cariño de los mayores
9ue les enseñan hasta ios secretos de
la cocina...

Acaba de salir un libro pequeño y luminoso con un título Heno
de misterio: «He buscado en la noche»; libro que ha obtenido el
Gran Premio Católico de Literatura 1970. Su autor, Jaeques Loew,
habla de buscar y encontrar a Dios. "Si osparece — dice— , os
diré cuál es, en mi opinión, la principal dificultad que encontramos
cuando buscamos a Dios. Es que muchos lo buscan, pero toman,
sin darse cuenta, la ruta opuesta a la que verdaderamente con­
duce hacia El. Les sucede como a esos técnicos que construyen,
retinen materiales, trazan planos, comprueban si aquello marcha
o no. Así /abrican un cohete extraordinariamente perfecto y lo
lanzan al cielo. De lo que se trata es de construir, de trabajar,
de alcanzar una meta. Pero cuando se trata de buscar a Dios,
tal actitud fracasa siempre. La verdadera búsqueda de Dios se
parece, por el contrario, a la actitud de un hombre que, después
de haberse sentado, escucha. Y es lógico que sea asi, porque, en
definitiva. Dios no es algo que hay que construir o que hacer,
sino que es alguien a quien hay que recibir. Y cuando se recibe
a alguno, hay que empezar por sentarse y escuchar.
A veces, el entendimiento del hombre lucha a brazo partido
en la oscuridad de la noche. Una búsqueda angustiosa de Dios
expresada en el verso machadiano: «Siempre buscando a Dios
entre la niebla.» Y no siempre se encuentra esta actitud entre los
hombres, pues, como recientemente dice Pablo VI, "los condicio­
nes mentales del hombre moderno no están habitualmente pre­
dispuestas para una búsqueda consciente ni para el conocimiento
de Dios que nos es posible. Buscar es una manera de encontrar".

Pero los hombres no escuchan. Están distraídos. Y hay que
saber sentarse para escucharlo sencillamente. Esta es la primera
condición de la oración: escuchar para poder hablar, para poder
dialogar. Rezar es, ante todo, "o ír a Dios". "Nadie conoce al Pa­
dre sino el Hijo, y aquel al que el Hijo haya querido revelarle."
(M t , II, 27.)
Para buscar a Dios, más que abrir los ojos hay que abrir los
oídos, porque la fe nos viene por la palabra. Oír las voces de la
naturaleza, los gritos que dan los signos de los tiempos, lo que el
Espíritu nos sugiere en la lectura de los libros santos. Estar aler­
tas, frecuentar la escuela de Dios.
Qué diversa es la actitud de los que creen saberlo todo, los
que no necesitan aprender ya nada, los que se creen estar defini­
tivamente en posesión de la verdad.
Hoy día hay una gran confusión de ideas. Con buenas inten­
ciones todos creen encontrar a "s u " Dios. ¿Quién está en la ver­
dad? Pero la realidad es ésta: "N o se encuentra a Dios constru­
yéndose cada cual, por sí mismo, una iglesia y una religión en la
que uno pueda instalarse para encontrar allí a Dios." Se encuentra
a Dios cuando se dice, como el adolescente Samuel: "Habla, Se­
ñor, que tu siervo escucha."
Sí, dejar que la palabra caiga en el corazón donde nos hable
en el silencio como se dice de la Virgen María: "Conferenciaba
en su corazón" (Luc., 2, 19), y nos encontraremos con la sorpresa
de que no es el hombre, sino Dios, el que encuentra: "E l hijo que
estaba perdido ha sido encontrado" (Le., 15, 32). Una inversión
de ese juego al escondite en el que tampoco es Dios, sino el hom­
bre, el que se esconde para ser, al fin, encontrado.
Escuchar, escuchar. La naturaleza se ha encargado — dice un
sabio— de damos dos orejas y una lengua, para que oigamos más
y hablemos menos. Jorge GuÜlén exulta de júbilo por la invención
de las sillas, que nos ofrecen su amistad para sentamos y enta­
blar el diálogo. También en las iglesias hay sillas, hay "bancos",
que no son para depositar nuestro dinero ni nuestros tesoros,
sino para sentamos a escuchar. Y Dios habla al que "tenga oídos
para o ír" (M t , 13, 9). Tal vez podríamos hablar de una "parábola
de las sülas...”



1

LOS MILA6R0S
Cada minuto de nuestra vida es un mi­
lagro.
¡Gracias, Señor, por haberme curado y
por las medicinas!

MILAQRITOS A MI...
iVAMOS HOMBRE!
No hace mucho me decía un mé­
dico mientras aplicaba la escayola
a mi brazo, después de un peque­
ño accidente: «N o me explico có­
mo hay todavía revistas religiosas
que continúan publicando esa se­
rie de milagritos que causan risa.
Si al menos llevaran la certifica­
ción médica... Con esto sólo se con­
sigue desorientar a la gente y caer
en el fetichismo, del que tantas ve­
ces hemos acusado a hombres de
civilizaciones pasadas».
A ñnal de verano, la prensa se
hizo eco de un prodigio ocurrido
en la vega de San Mateo, pueblecito de Gran Canaria: la Virgen
movía su rosario. Y todos hemos
oído hablar, a lo largo de dos años,
de las apariciones de Ei Palmar de
Troya, por tierras sevillanas.
Las manifestaciones sobrenatura­
les siempre han despertado el in­
terés de los hombres. En realidad
también lo mágico nos llama la
atención. Pero, ¿encaja esto en
unos tiempos en que acá y allá se
habla de secularización y de auto­
nomía humana?
En otro apartado de nuestra Re­
vista aparecen las autorizadas pa­
labras de Antonio María Javierre,
e.studioso profundo del tema. Pue­
den considerarse como los princi­
pios bateos sobre el problema del
hombre frente a lo sobrenatural.
De ellos voy a valerme en mi em­
peño de facilitar vuestra misión
como educadores de la fe de vues­
tros hijos.
Y los interrogantes a resolver

4



van a ser éstos: ¿Puede darse el
milagro en nuestros días? ¿Qué es
realmente un milagro? ¿Para qué
pedir si Dios sabe lo que necesi­
tamos? ¿Ha de estar la fe supedi­
tada a los acontecimientos sobre­
naturales?

POSTURAS EXTREMAS
EN TORNO AL MILAGRO
La primera postura, extrema y
peligrosa por lo que supone de de­
formación del milagro, es el «ape­
tito desordenado» de cosas extra­
ordinarias.
Este tipo de personas basa su fe
en los prodigios sobrenaturales;
cuando faltan éstos, su fe sucum­
be. Si tuviera una fe de verdad,
se sentiría completamente libre
frente al milagro, le importaría
poco que éste surgiera o no.
La fe no puede supeditarse a los
milagros.
La segunda postura se va al otro
extremo: una vez creado el Uni­
verso, todo se desarrolla en con­
formidad con las leyes puestas por
el Creador, sin que El vuelva a
intervenir, ni por excepción, para
cambiar el ritmo de la naturaleza.
Para los defensores de esta pos­
tura no tiene entrada en milagro.
Todo ocurre normalmente: hay
unas causas naturales que produ­
cen unos efectos también natura­
les. Por ejemplo, el enfermo cura
porque el médico ha recetado las
medicinas adecuadas.
No aceptan tampoco la posibi­
lidad de una relación interpersonal
del hombre con Dios que pudiera

i : hciuiidu

“ Cuanto más profundo se te encuentra, Señor,
más universal aparece tu influencia.’*
(Teilhard de Chardin.)

influir en la marcha ordinaria de
las leyes físicas.

DIOS
NO TIENE NADA
QUE CORREGIR
Alguien podría añadir todavía
que Dios para realizar un milagro
tiene que enmendar su obra, lo
cual repugna en un Creador que
todo lo ha hecho perfecto. Voy a
contestar en seguida.
Lo normal es esto, lo que esta­
mos viendo todos los días: Dios
no quiere violentar las leyes pues­
tas por £1; deja actuar a las cria­
turas.
Ya esto es un auténtico mila­
gro, un milagro continuado, que
nos hace arrodillarnos ante el Crea­
dor para darle gracias y adorarle
por su sabiduría y poder divinos.
Pero hay algo más. En cada ins­
tante de nuestra vida intervienen
infinidad de elementos, cuyo juego
combinatorio está en manos de Dios.
Entonces, ¿por qué ha de conside­
rarse un cambio, un volverse atrás,
el que Dios, en determinados mo­
mentos, combíne a su gusto esas
causas segundas para hacer cun
pequeño regalo» a uno de sus hi­
jos? ¿Es que le vamos a quitar has­
ta la libertad de tener «delícadeza.s» con alguien?
Esto, naturalmente, no lo admi­
tirán los que atan de pies y manos
a Dios una vez terminada su obra
creadora; negarán sin más la po­
sibilidad de esas «caricias extras»
de Dios a los hombres.
Los del otro extremo, en cam­
bio, se fijarán exclusivamente en
este tipo de «caricias», menospre­
ciando las «caricias ordinarias» que
Dios nos prodiga minuto a minuto.
Yo creo que una cosa no quita
la otra. Puede Dios muy bien obrar
a través de las leyes puestas a las
criaturas, y esos son «los milagros
nuestros de cada día», y puede
también permitir otro tipo de mi­
lagros. los que se dan sólo de tar­
de en tarde.
Aquí vendría un punto intere­
sante. pero que no puedo tocar por
la extensión que exigiría su com­
plejidad: ¿Qué criterio sigue Dios
pitra conceder favores extraordina­
rios? ¿Atiende a nuestros méritos?
¿Tiene preferencias? Bástenos re­
cordar que Dios es enteramente li­
bre y que con nuestra mentalidad
no podemos comprender sus deci­
siones. Pero una cosa es cierta:
Dios conoce nuestras necesidades
y nos quiere sin limites. Con esto
nos basta.
6 —

ENTONCES,
¿NO HAY QUE PEDIR?
La objeción se ve venir: «Si Dios
sabe lo que necesitamos, no hará
falta pedirlo». Es cierto. Dios lo sa­
be, pero ¿no es una cosa natural
la manifestación de nuestras pre­
ocupaciones al Padre?
También es posible que se oiga
decir: «Y o pediría cosas espiritua­
les, pero rezar por cosas de aquí
abajo no tiene sentido». Schillebeeckx contesta así: «Querer eli­
minar la oración por las cosas tem­
porales de nuestra relación con
Dios sería lo mismo que obrar co­
mo si nuestro Dios no hubiese
creado el mundo o como, si una
vez creado, se hubiera desintere­
sado de él.»
Dios quiere que le pidamos; está
deseando atendernos. Jesucristo
nos lo recuerda con estas palabras:
«SI vosotros sabéis dar cosas bue­
nas a vuestros hijos, ¡cuánto más
vuestro Padre que está en los cie­
los dará cosas buenas a los qué
se las pidan!» (Mt., 7, 11.)
Todo esto está claro, pero va­
mos a analizarlo a través de un
ejemplo.
Una pareja de enamorados. Sue­
ñan con su futuro hogar. El pre­
para unas oposiciones de las que
depende su porvenir. Las plazas
son pocas y los opositores muchos.
Acuden a Dios porque están con­
vencidos de que el diálogo con £1
es posible y puede atenderles. Y
así es. El novio hace un brillante
examen y gana las oposiciones.
Distingamos en todo el proceso
dos aspectos: el hecho religioso
(Dios responde a una petición sin­
cera) y la forma de realizarse (exa­
men brillante del joven).
Si atendemos solamente al se­
gundo aspecto, concluimos que to­
do se debe al esfuerzo realizado
por el joven y a su inteligencia.
Conforme. Pero es que no se pue­
de prescindir de la realidad reli­
giosa. también existente: los dos
jóvenes se pusieron en contacto
con Dios, sabiendo que Ies quería
y que estaba en sus manos el com­
binar los elementos en juego de
tal manera que les llevara a la me­
ta deseada. Bastaría, por ejemplo,
que hiciera coincidir el tema del
examen con el preferido por el jo­
ven; o si se quiere, cualquier otro
elemento de menor importancia:
un repaso de última hora, un olvi­
do de! catedrático, una ocurrencia
de la novia...
Con Schillebeeckx concluyo así:
«El gobierno providencial de Dios
es el oue crea la relación de cau­

salidad entre el esfuerzo personal
y el triunfo.»
Fríamente considerado el hecho,
puede decirse que todo ha seguido
los cauces normales. Pero para el
que ha tenido la vivencia del con­
tacto interpersonal con Dios, la
realidad religiosa prevalece sobre
la puramente humana. Para él ha
sido una auténtica concesión de
Dios.
Claro que todo esto sólo tiene
sentido si estamos colocados en el
plano de lo religioso, porque una
oración de sabor mágico (una se­
ñal de la cruz garabatosa al iniciar
una competición deportiva...), con­
siderada simplemente como un me­
dio humano más, con el ñn de con­
seguir la curación de una enferme­
dad o el récord de unos campeo­
natos, es inútil e incomprensible: lo
mismo que si lleváramos con nos­
otros un amuleto o trasladáramos
el viaje para el catorce y miér­
coles..
La esencia de la oración es el
diálogo personal del creyente con
Dios y no la recitación de una
determinada fórmula.

CUANDO
DIOS DICE ‘NO’
La escena de Getsemaní es bien
clara: «Padre, todo es posible para
ti; aparta de mí este cáliz; pero no
sea lo que yo quiero, sino lo que
quieras tú» (Me., 14, 36). Pocas ve­
ces existe en nuestra oración una
conformidad semejante.
Hay que partir del hecho de que
como cristianos nos hemos com­
prometido a seguir a Cristo con la
cruz. Lo cual significa que hemos
de admtir el dolor, y lo que lo ro­
dea, como compañero inseparable
de viaje. Podemos, y debemos, po­
nerlo en manos de Dios, pero con
la disposición constante de acep­
tarlo.
Y digo esto porque, de ordina­
rio. la mayor parte de nuestras pe­
ticiones no son atendidas. Bueno,
hablando con propiedad, Dios siem­
pre nos escucha; de no ser así, la
oración de petición no tendría sen­
tido. Lo que sucede es que no nos
escucha al modo humano, sino de
una f o r m a incomprensible para
nosotros. Pero vamos al fondo de
la cuestión.
Lo que Dios quiere es que nos­
otros le encontremos, le descubra­
mos como único y verdadero bien;
por eso se hace sordo tantas veces
cuando ve que lo que le pedimos
nos alejaría de El. Esto mismo es
lo que hacen los padres cuando
niegan algo a sus hijos: buscar su
bien futuro, aunque de momento

les cause un pequeño dolor. Un
cno» de Dios ahora es un peldaño
hacía un «si> posterior de mucha
más trascendencia.
Para aclarar más las cosas, voy
a analizar el problema en el caso
(Xmcreto de las almas piadosas, de
los «hombres de Dios». Parece co­
mo si siempre vieran atendidos sus
megos, tal es su alegría y sere­
nidad de espíritu en las contrarie­
dades de la vida. ¿Es que son ellos
una excepción? ¿Qué pasa enton­
ces? Algo muy sencillo.
Su intimidad con Dios se ha
hecho tan profunda que han con­
seguido lo que nosotros con tanta
dificultad intentamos: el diálogo
con Dios, la auténtica oración. Y
en esa intimidad todo es posible:
ser escuchados siempre o saber
aceptar el «no».
Por otra parte, su santidad les
hace tan ajenos a egoísmos y ca­
prichos que, en cierto modo, sien­
ten las cosas de la misma manera
que las siente Dios. Y o diría que
sus deseos llegan a coincidir con
los deseos de Dios.
Y aún habría que añadir otro
elemento, el más complejo de to­
dos: en todo este problema están
por medio los misteriosos desig­
nios de Dios.

venas, porque ya sabemos cuáles
son los criterios que sigue Dios.
Pues bien, para el que flaquea en
la fe, la publicación de este «milagrito» es motivo de risa y decep­
ción. La razón profunda será que
no ha penetrado en el significado
de la auténtica relación interper­
sonal que puede existir entre el
hombre y Dios, ya analizada. Es
cierto, pero ¿no habrá influido tam­
bién el desafortunado relato de «la
gracia», que deja en la oscuridad
el aspecto religioso (el único que
tiene valor) para destacar el as­
pecto «extraordinario», que por lo
demás para el común de los mor­
tales es totalmente «ordinario»?

VUESTRO HIJO
Y LO SOBRENATURAL

U

“SECCION DE GRACIAS” .
UN PREFACIO
POPULAR
En algunos casos, las concesio­
nes hechas por Dios a los que acu­
den a El revisten caracteres extra­
ordinarios, casi podría hablarse de
milagros. No hay que precipitarse,
sin embargo: es la Iglesia la que
tiene que decir la última palabra.
Y ya sabemos que en esto hila muy
fino. Basta recordar las decisiones
tomadas en Garabandal y en El
Palmar de Troya. O el largo ca­
mino que siguen las curaciones mi­
lagrosas con miras a una canoni­
zación. La Iglesia prefiere resaltar
e| milagro constante de la actua­
ción providencial de Dios en el
mundo.
Y esto también es lo que debe­
rta resaltarse cuando se publica
cuna gracia» en una revista, ya
que el lector, ajeno a la vi­
vencia religiosa de la persona
que ha visto atendida su oración,
difícilmente puede considerar el he­
cho como extraordinario.
Pero voy a verlo, para mayor
claridad, en el mismo ejemplo de
las oposiciones. Probablemente hu­
bo otros que aprobaron sin rezar
y quizá también quien fue suspen­
dido después de hacer varías no­

— Atribuir el favor principalmen­
te a Dios Gos santos son sim­
ples servidores suyos).
— Hacer de forma que aparezca la
vivencia religiosa (es lo funda­
mental del relato).
— No dar excesiva importancia a
los detalles del favor recibido
(no se trata de convencer a los
lectores de que ha sido un mi­
lagro).
— Hacer alusión al milagro con­
tinuado que supone la Provi­
dencia de Dios (probablemente
«mi gracia» no sale de ese mar­
co de lo normal).
— Desligar por completo la limos­
na del hecho religioso vivido;
darle otro destino: misiones,
tercer mundo, vocaciones... (así
se evitará toda apariencia de
mercantilismo).
— Firmar el relato con un seudó­
nimo (al alma religiosa no in­
teresa la publicidad de unos
apellidos). La carta sí tiene que
llevar el nombre verdadero por­
que lo exige la ley de Prensa.

A costum bradlos a una relación per­
sonal con Dios.
¿Qué hacer entonces? ¿Dejar de
publicar lo que personalmente con­
sidero como un favor de Dios? No.
Es precioso ver cómo la gente quie­
re hacer pública su acción de gra­
cias. Queramos o no, estos relatos
constituyen un auténtico «prefa­
cio popular», cuyo título común de­
biera ser éste: «Demos gracias a
Dios».
El defecto está en la forma. La
«Sección» de nuestra Revista no
tiene por fin relatar milagros, sino
dar «gracias» a Dios. Y yo añadi­
ría, dar gracias más bien que por
el favor obtenido, por la multitud
de favores que nos concede Dios
cada día, cada hora, cada minuto.
O sea. por los «milagros nuestros
de cada día».
Si yo tuviera que publicar «una
gracia» tendría en cuenta todo
esto:

No resulta difícil convencer al
niño de la existencia de los mila­
gros (bastará acudir al Evangelio),
pero más que educarlo en lo ex­
traordinario habría que educarlo en
lo ordinario, en ¡a manera normal
de actuar Dios cada día. El sol, el
campo, los animales, vosotros mis­
mos... todo cuanto encuentra a su
paso, son regalos de Dios que pien­
sa en él.
Insistid en esa relación perso­
nal con Dios. Es un ver vivo, cer­
cano, a quien se le puede hablar,
ofrecer y pedir. Esto tiene mucha
trascendencia años después.
No resultará tan fácil hacerle
comprender que también Dios al­
gunas veces dice «no». Y la razón
es sencilla: tampoco comprende las
negativas vuestras, puesto que no
llega a abarcar el bien posterior
que se encierra en ellas. No obs­
tante hay que intentarlo.
Que aprenda desde muy pequeño
a dar gracias, p>ero por todo, no só­
lo por las cosas que tienen visos
de extraordinarias. Enseñadle a dar
gracias a Dios por haberle puesto
bueno, pero también por las me­
dicinas, por el médico... Gracias
por haber sacado buena nota, pero
también por el maestro, por los li­
bros, por la inteligencia recibida...
Y gracias, sobre tc^o, por esos «supermilagros» de haber enviado a
Jesús para salvarnos, de habernos
hecho hijos suyos...
José María M AR TIN FLORES

ALEaANORO HALLO

M ENSAJE
A ESPAÑA

Santa Teresa
de Jesús
(cuadro de Ribera):
La santa
que encarna
las virtudes
de su patria.
(Rabio VI.)

Todo ei corazón de España estaba allí. ¿Quién hubiera sido tan
descortés como para dispensarse de acompañar a la Santa andariega
en el día de su hermoso triunfo? ¿Quién habrá olvidado la vieja galantería hasta el extremo de no festejar a todas las mujeres de la Iglesia
que, con ella, ascendían a un inopinado trono de gloria? Y, tanto
más, cuanto que, desde la altura de esta flamante sede doctoral, se
otean nuevos e inesperados panoramas eclesiales.

U N A AUD IENCIA
QUE MERECE L A PENA
A la cabeza de los miles de pe­
regrinos españoles iba la más lu­
cida representación oficial. Hubo
memorable audiencia pontificia y,
en ella, el don precioso de un men­
saje para la Iglesia de España. To­
dos los buenos hijos la escuchan
con la mejor de las disposiciones.
Nada seria más peligroso que des­
oír al Vicario de Cristo en un mo­
mento donde la disciplina se hace
tan urgente. Y, por supuesto, la
obediencia menuda de cada día;

8



las autoridades delegadas y parti­
cipadas, no pueden ni soñar ser re­
conocidas como tales si no trans­
miten en su pureza esta voz real­
mente superior que marca las gran­
des directivas.
ENCONTRAR
L A PROPIA IDENTIDAD
Y, para empezar, el Papa cree
que en la Iglesia de España hay
noticias. Y noticias buenas. Se no­
ta una brisa que sucede a una lar­
ga calma ligeramente angustiosa.
Una diócesis tras otra van toman­

do iniciativas que suponen valen­
tía, trabajo y sacrificios. Unas ce­
lebran sus Sínodos, otras afrontan
con realismo el problema de sus
Seminarios; las de más allá inician
profundas investigaciones socio-re­
ligiosas o toman posición en pro­
blemas laborales y humanos de di­
verso tipo. Las reuniones de 1>
Conferencia Episcopal atacan pro­
blemas de alta envergadura y s*
pronuncian con franqueza apostó­
lica. El fervor p>or estudiar y por
mejorar la formación inicial pre­
sente por doquiera. Nuevas fórmu­
las pastorales y apostólicas están

en curso y las relaciones con el
Estado y la cosa pública en gene­
ral son analizadas con creciente
audacia en muy diversos sectores
edesiales. La lista tendría que ser
muy larga. Bástenos decir con el
Papa: «Cada día nos llegan más in­
dicios de que la Iglesia de España
ra encontrando en esta época de
cambios su propia identidad». Re­
encontrarse, redescubrir la vieja
«cación apostólica y vanguardista
ipiizá algo empolvada por la lar­
ca felicidad: he aquí un don pre­
cioso del Espíritu, un auténtico
Evangelio.

DON
ANTONIO
HIDALGO

MSERTARSE E N EL PRESENTE
El Papa insinúa claramente los
caminos por los que la Iglesia es­
pañola «va encontrando su propia
identidad». Se trata de un proce­
so, complejo sin duda, por el que,
^ r a d o el puro regusto de glo^ pasadas, trata de «insertarse
idientemente en un presente y en
m futuro cargado de promesas».
Ugo así como un despertar, como
• volver a la punzante realidad
íaria donde graves deberes de pre­
c i a y testimonio aguardan a los
•ubres de fe. Las viejas glorias
« 1 la preciosa solera que dará el
•to preciso; pero necesitamos
íTObas de vino nuevo para ale■C3r a nuestro pueblo de gozo pasy redentor.
WA IGLESIA POBRE
Esta Iglesia bien despierta, bien
dualizada y mordaz, vigilará so^ todo la verdadera espiritualiW, como a ella esencialmente
6[npete y como Santa Teresa enPero este trabajo sublime no
i dispensará jamás de obtener
^ profunda proyección social».
' ya se sabe, los problemas de
*6 tipo están entre los pobres,
ja Iglesia rica, potente, aliada
s y mansa de los poderosos, ca­
si inevitablemente de la agilidad
*asaria para moveree entre aquéi a quienes es soberanamente
oí conservar la línea más esbelHJna Iglesia pobre y consciensu misión de servir, y sin
Colaciones de poder».

*

*

*

bonito mensaje en el día de
Cía de Santa Teresa, pobre de
by rica de espíritu; fiel a
or 'Iglesia más tradicional y ardienciformadora. Que las hermosas
tienen también, porqué no,
moraleja.

NUEVO INSPECTOR DE SEVILLA
Los superiores han nombrado
inspector de Sevilla a don An­
tonio Hidalgo. Hombre de gran
serenidad y equilibrio. Su na­
tural bondad lo inclina hacia
los demás en actitud de aten­
der, de escuchar.
Andaluz y sevillano, nadó el
8 de junio de 1928. Sevilla le

ha dado una aguda intuición
y un fino sentido del humor.
Hizo sus estudios elementales
con los Hermanos de las Es­
cuelas Cristianas y en el cole­
gio salesiano de Triana.
"Conocí al nuevo inspector de
Sevilla en el ya lejano año
1941. Empezábamos el aspirantado estrenando la casa de An­
tequera. Buen compañero y ami­
go, se distinguía por su inteli­
gencia despierta y cultivada.
Luego, los tres años de Montilla y el noviciado con el in­
olvidable padre Montaldo. en el
curso 1945-46. En Consolación
de Utrera hicimos los años de
Filosofía, al final de los cuales
fue destinado al noviciado de
San José del Valle, como asis­
tente de novicios. Realizó des­
pués sus estudios de Teología
en Carabanchel, recibiendo la
ordenación sacerdotal en 1955.”
Inmediatamente prosigue sus
estudios de especiaUdad en el

Pontificio Ateneo S a l e s i a n o
(PA S), que terminó adquiriendo
la licenciatura en Pedagogía.
Posteriormente

ha

ocupado

cargos de responsabilidad en la

Inspectoría de Sevilla. Primero
fue catequista y consejero de
los aspirantes en Campano. Ter­
minado ese año, durante un
trienio realizó una preciosa la­
bor como director del colegio
de Cádiz. Después, director de
la casa Jnspectorial de la Tri­
nidad, de Sevilla, durante el se­
xenio 1961-1967. Años de gran­
des reformas y de formidable

renovación en la vieja casa.
A l cabo de este periodo, ha
trabajado en la Universidad
Laboral de Sevilla como vice­
rrector y director de estudios.
Ultimamente estaba entregado
a la Normal de Magisterio y
CEC, habiendo colaborado con
gran eficacia en varios cursillos
realizados a nivel nacional.
Tras esta intensa experiencia
en el campo pastoral, recibe
ahora el cargo de inspector pro­
vincial de Sevilla. Reciba nues­
tra felicitación por la confian­
za que en él han depositado los
superiores. Y que María Auxi­
liadora guíe su mano en la di­
rección de la Obra Salesiana
en esa hermosa tierra.



9

Atarraya bien hechinda de peces, red
de jorro con un buen botín reluciente y
palpitante... Eso era aquel colegio salesiano de Montilla por los años 50. Como
madre en esperanzadora gestación, ali­
mentaba y contenía en su seno ancho,
iuminoso, unos buenos centenares de chi­
cos que soñábamos con ser algún dia
hijos de San Juan Bosco. San José del
Valle, por aquellos entonces, era un rin­
cón florido inolvidable, especie de pila
bautismal salesiana.
Recuerdo tres clérigos que en Monti­
lla no nos dejaban ni a sol ni a sombra.
Uno de ellos, después de américas le­
janas, ha vuelto a la SEI madrileña pa­
ra ponerse al frente de este Boletín.
Siempre tuvo este fino conquense des­
piertos ruiseñores en la garganta y en
sus páginas de versos un temblorcillo
Inefable que se colaba corazón aden­
tro... Nada ha extrañado su reciente y
flamante premio Boscán de poesía. Otro,
que se atrevía a leernos en el teatro
—¿quién lo diría?— rimas de su cose­
cha con temas de Semana Santa, se
echó a andar por el camino lleno de gui­
jarros del Derecho Canónico. Ello le valió
una cátedra y hoy lleva riendas de toda
una provincia salesiana andaluza. Don
Antonio, estoy seguro, mide y controla
(y puede ser que hasta los tenga regis­
trados en cinta magnetofónica), los mo­
vimientos diastólicos y los de sístole de
la viscera cardíaca de su Inspectoría. Fe­
licitaciones importantes ha recibido por
ello...
Completaba la terna don Domingo Gon­
zález. Un galleguiño serio como la som­
bra de una momia. |El muy tunante! Lue­
go hemos sabido todos que se trataba
de una bien construida tramoya. Sus
alumnos padecíamos tiritones de susto en
sus clases de latines, luchando a brazo
partido con los hexámetros del bucólico
poeta de Mantua. Ya entonces creíamos
oliscar sus largos saberes porque le cho­
rreaba el caletre. Las posteriores andan­
zas universitarias lo han confirmado ple­
namente.
Había un pozo en el colegio, de unos
cuarenta y tantos metros de profundidad.
Don Domingo tuvo que echar en él unos
sudorclllos, acompañado de un grupo de
aspirantes de los mayores. ¿Se mareó?
¿Perdió el pie? A lo hondo fue a parar,
golpeando a derecha e izquierda contra
las tuberías de la instalación. El pánico
se hizo presente. Don Rafael Infante era
nuestro director. Una especie de mártir
redivivo que tenía sobre su pellejo la

huella de muchos sustos. Echó una me­
dalla de María Auxiliadora en el pozo.
Don Domingo salió de él desbrozado...
Los médicos dijeron que cualquiera de
aquellas heridas era suficiente para aca­
rrear la muerte. Muy probablemente po­
día quedar sin vida en el trayecto de
Montilla a Córdoba. Pero, jca! Le bastó
una semana para ponerse a tono... En
la receta de! tratamiento no iba incluida
la bendición de María Auxiliadora, pero
don Rafael Infante se encargó de sub­
sanar el olvido...
El día 15 de septiembre había sido la
mortal caída y a los nueve días, en un
24 inolvidable, don Domingo se nos co­
laba por las puertas. Recuerdo aquel
nuestro silencio de estupor y de emo­
ción... Venía acribillado de trasquilones
y cicatrices. ¡Y sonreía! Calendas eran
aquellas en que, bien despachados en
solfa, podíamos con la polifonía de Iruarrízaga, de Tomás Luis de Victoria o del
inspirado y dulce claretiano García Ro­
mano. Quiero decir que ningún “Te
Deum” han conocido las piedras del fer­
voroso templo montillano como aquel, cu­
yos melismas no brotaban exclusivamente
de nuestras gargantas, sino también de
los pelos, de las orejas y de las suelas
de los zapatos...
Creía yo que con aquel “domingo-gonzalazo” que nuestro profesor había pega­
do, se le habrían descascarillado un tanto
sus profundas sabidurías. Las madres ga­
llegas gustaban antes de llevar a sus tier­
nos rapaciños ai “santo dos croques
—que no era sino el mismísimo maestro
Mateo, autor del “ Pórtico de la Glo­
ria"— ^ para que dando contra la cabeza
de bronce se le despertara el magín a
la criaturita... Pues bien: en el fondo del
pozo había seguramente un “ santo de los
coscorrones" corregido y aumentado.
Fue el año de la coronación canónica
de la imagen de dulce matrona de María
Auxiliadora montillana. Organización per­
fecta, al detalle, como dirigida por la
meticulosa mano de nuestro director. Fies­
ta de alegría restallante, de vibración po­
pular, masiva, inolvidable.
Bien dejó la Reina de aquella casa su
huella de predilección en aquel porten­
toso hecho ante el que la medicina se
hacía cruces...
Han pasado veinte años y muchas per­
sonas que quizá han tenido el valor de
terminar de leer este recuerdo apresura­
do, sentirán en su alma una ola de suave
emoción nostálgica...
Juan Manuel ESPINOSA

CUANDO
C R IT IC A N
I.A R E U G IO N
Sus expresiones son desconcer­
tantes, destructoras: «Los obispos
— dicen— son demasiado ricos y
se dan la gran vida. El Vaticano
es demasiado lujoso. El párroco
sólo piensa en el dinero. El domin­
go, sermones aburridos y misas
ídem. La censura de las películas
es una bobería: uno sabe a qué
atenerse. La confesión, una idiotez.
La misa, cosa de viejas...»

Eduquemos como D. Bosco

n septiembre de 1863 dio
San Juan Bosco unas char­
las de espiritualidad a sus
chicos del Oratorio. En una de ellas
Ies puso este ejemplo: «Cuando
San Nazario fue a Génova para
convertir a los genoveses, comen­
zó a hablarles del alma, de la re­
ligión, del paraíso..., pero ninguno
mostraba interés por dichos argu­
mentos. Entonces, el santo que los
conocía, les dijo: — Oídme, si os
convertís al verdadero Dios, él os
dará el ciento por uno. — Los ge­
noveses, que eran comerciantes, exclamaron: — ¡Caramba!, con que
nosotros a duras penas logramos
un cinco por ciento... ¿y este Dios
nos va a dar el ciento por uno?
— Y sin más, se hicieron cristia­
nos.» Después Don Bosco siguió
hablando de la verdadera religión
desinteresada.

E


Con frecuencia los adolescen­
tes tienen la lengiia larga. En se­
guida critican. Sobre todo tienen
intuiciones de la falsa y desfasada
religión que practican muchos cris­
tianos. Ellos no quieren ser lo mis­
mo. Lo malo es que tampoco tie­
nen ideas claras de lo que han de
practicar. Hay que educarlos.


¿Qué hacer en estos casos?
Como siempre, intentar compren­
der... — Criticar la religión no es
abandonar la fe, no es tomar posi­
ciones contra Dios. El adolescente,
cuando critica la religión, critica
a menudo a la Iglesia, a los cris­
tianos, a las organizaciones cató­
licas. Pero, en general, no pone a
Dios en tela de juicio.

El adolescente cree, redescu­
bre la religión. De niño, lo había
aceptado todo. Ahora quiere una
religión más reflexiva; razona, in­
tenta comprender. Esto es un bien.
Está permitido e incluso se acon­
seja discutir los problemas que uno
se plantea, reflexionar, preguntar­
se: «¿Por qué esto es así?» Es la
manera de llegar a adquirir una
religión menos rutinaria, más li­
bre y consciente.
Las expresiones mortificantes del
adolescente no son sino un biom­
bo: más allá de las criticas, existe
algo serio que se busca. Puesto
que quiere salir de una religión de
niño que ya no le conviene, ¿no
es preciso ayudarle a descubrir
una nueva religión?

El adolescente se destaca en
la denuncia de las deficiencias de
los que ejercen la autoridad. Por
otra parte, a menudo sus críticas
son justificadas. Demasiado idea­
lista. quisiera que todo fuese per­
fecto. Lo conveniente es reconocer

con él que todo podría cambiar y
ser mejor; pero empezando por
nosotros mismos...: « S í — dire­
mos— , es algo cierto que la Igle­
sia tiene apariencias de riqueza
Sería preciso que esto cambiara...,
pero nosotros mismos, ¿cómo uti­
lizamos nuestro dinero? ¿Qué se
podría hacer...?»

El adolescente reconoce y
admira los verdaderos valores cris­
tianos. Es preciso buscar con él lo
positivo que hay en la Iglesia. Pero
también puede plantearse nuestras
mismas actitudes cristianas. Nos­
otros, los padres de familia, debe­
mos preguntarnos si damos a nues­
tros hijos un verdadero testimonio
de cristianos. Cada una de sus crí­
ticas debería conducirnos a algu­
na revisión, a alguna conversión.
¿No contendrán estas críticas, tal
vez, una llamada de Dios?

Hay que aceptar la discu­
sión, el diálogo y buscar con ellos.
Podemos ayudarles a reconocer en
los cristianos y en la Iglesia lo que
podría ser mejorado. Y preguntar­
se cómo se puede hacer algo emzando por convertirse uno mismo.
Pero, sobre todo, fuera de la
familia, el chico debe ser ayudado
en este redescubrimiento de la vi­
da cristiana. Las ocasiones favora­
bles son infinitas: lecturas, cursos
de enseñanza religiosa, participa­
ción en un grupo cristiano, con­
tactos con un sacerdote...
Sí, lo importante es que no abdi­
quemos de nuestra paternidad en
uno de los momentos más decisi­
vos de la educación de nuestros
hijos, cuando podemos influir en
ellos positivamente s e m b r a n d o
ideas claras y actitudes cristianas.
Por favor, no nos asustemos cuan­
do nuestros chicos critiquen hasta
la religión...



11

Tres reuniones convocó el Rector Mayor con los lnspec«
lores de Latinoamérica el pasado junio. Caracas, Brasilia y
Asunción fueron las sedes de dichas asambleas. Es de gran
interés para nosotros todo cuanto sucede en aquel conti­
nente tan entrañable. El “ Boletín Salesíano" ha tenido una
entrevista con el Inspector de Venezuela, Don José Henrtquez; que ha participado en estos encuentros y ofrece sus
puntos de vista a los lectores de nuestra revista.
12



«U n viraje valiente, pero con
equilibrio». Estas palabras pronun­
ciadas en Caracas hace dos años
por el Rector Mayor repercutieron
en los oídos de los inspectores
americanos no sólo como un fácil
«slogan», sino como un programa
a realizar.
Y a en 1965, los Salesianos ha­
bían celebrado en Roma un Capí­
tulo General renovador. La reunión
de inspectores latinoamericanos de

lesianos. En 1969, los superiores de
las Congregaciones Religiosas ce­
lebraban nuevas rexmiones en Chile
y Colombia para preguntarse acer­
ca del subdesarrollo del testimonio
de pobreza que el religioso ha de
dar al mundo. Todo esto nos habla
de la enorme responsabilidad que
pesa sobre los religiosos en Latino­
américa.
Y el pasado junio, nuevas re­
uniones de los inspectores salesianos con el Rector Mayor en Cara­
cas, Brasilia y Asunción. Los salesianos de Suramérica se examinan;
controlan el camino recorrido, con­
frontan sus experiencias, reajustan
sus nuevos puntos de vista. El vi­
raje se está realizando.
Sobre estos temas hemos solici­
tado una entrevista con el Inspec­
tor de Venezuela, don José Henríquez. Este joven Inspector — 42
años— es venezolano y nos ha pa­
recido uno de los hombres más in­
dicados para trazar el cuadro de
la situación.
Boletín Salesiano. ¿Cuáles son
los problemas más importantes que
Latinoamérica suscita hoy en la
conciencia de la Congregación Salesiana?

l A M O

1968 puntualizó una serie de con­
clusiones que era todo un prograina de acción. Meses más tarde, se
reunían en la Conferencia de Me! dellín todos los Obispos de Latino^ é ric a donde redactaron los do­
cumentos que se han considerado
, justamente como continuación de
ios decretos conciliares. Por aque} Uos días, Pablo VI, en su viaje a
Bogotá, e lo g ia d públicamente las
conclusiones de los inspectores sa-

Don José Henríquez. Un enorme
abanico de problemas serios se
abre a la viste de la geografía hu­
mana y religiosa de nuestro conti­
nente. Toda América está en plena
ebullición: hombres, grupos, masas
de marginados sociales y desocu­
pados; la sociedad tradicional se
disgrega; el desarrollo económico,
la vida política, la familia, la cul­
tura, la religión, la explosión de­
mográfica, la misma cconciencia»
latinoamericana. Todo está en mo­
vimiento.
Esto sucede en todos los conti­
nentes, pero en el nuestro adquie­
re colores dramáticos y, a veces,
trágicos.
Y no nos hemos cruzado de bra­
zos. Y a se han realizado muchas
cosas. En algunos aspectos de in­
tegración económica, cultural y re­
ligiosa, estamos más avanzados
que algunos países de Europa. Pe­
ro se trata de una mínima parte,
prácticamente aquí está todo por
hacer. En muchísimos sectores to­
davía no se ha comenzado el des­
pegue. Nuestro crecimiento no ha
sido proporcional a la velocidad y
aceleración con que se han preci­
pitado los problemas con to d ^ las
complicaciones que han traído con­
sigo.
La Iglesia y la Congregación tie­
nen ante sus ojos una tarea in­
creíble; nos encontramos de nuevo

como David ante el gigante Go­
liat...
En segundo lugar, la conciencia
salesiana debe hacer suya la pro­
blemática de la Iglesia. Todos nues­
tros Obispos, reunidos en la Con­
ferencia de Medellín, han tenido
una especie de Vaticano II para
América Latina. Con las palabras
del Cardenal Suhard al día siguien­
te de la guerra mundial, podemos
decir que con Medellín aha muerto
algo que no se levantará ya más».
La Iglesia ha auscultado el corazón
del Continente, ha medido la pro­
fundidad abisal de sus problemas
y ha tomado como consigna la «Populorum progressio» de Pablo V II
que ha venido tan bien a nuestros
pueblos afligidos por ese terrible
nialestar que es la sobreabundan­
cia que goza un restringido grupo
contrastando con la miseria y el
subdesarrollo de la gran masa.
En tercer lugar, la Congregación
en Suramérica tiene sus propios
problemas concernientes a la mi­
sión que desarrolla en la Iglesia.
Dentro de un lustro, la Congrega­
ción cumplirá cien años de activi­
dad en América. Nadie le discute
sus méritos: desde México hasta
la Tierra de Fuego nos encontra­
mos con una tierra florecida de
obras y actividades salesianas. Casi
seis mil salesianos y otras tantas
salesianas trabajan en esta tierra.
Un enorme servicio de evangelización y humanización el que se
ha llevado a cabo en los pueblos
latinoamericanos. P e r o reciente­
mente se ha notado cierto cansan­
cio y se ha visto la necesidad de
afrontar los nuevos problemas con
nuevas soluciones.
B. S. ¿Cuáles son estos nuevos
problemas?
D. J. H. El problema de los jó­
venes, vivido en sus nuevas di­
mensiones. El trabajo febril de
nuestras obras nos ha absorbido
hasta tal punto que nos hemos ol­
vidado de la nueva clase de socie­
dad que ha aparecido en la histo­
ria: los jóvenes.
Inmersos en nuestro trabajo co­
tidiano no nos dábamos cuenta de
que quedaban totalmente al mar­
gen de nuestra acción millones de
jóvenes. Numéricamente superaban
nuestras posibilidades; por otra
parte se ofrecían nuevas situacio­
nes. No había más remedio que
acudir a la vocación salesiana en
sus orígenes. Tal vez se había per­
dido aquella vibración especial por
los jóvenes. Tal vez no se viera tan
claro que el corazón de la Congre­
gación debe latir junto al de los

13

jóvenes, que los salesianos están
ligados a la juventud por una con­
sagración peculiar, que están en­
tregados en cuerpo y alma a los
jóvenes.
El problema de la creatividad,
en conexión con el problema an­
terior. Una Congregación consa­
grada a los jóvenes debe ser con­
tinuamente creadora, de otro mo­
do será incapaz de seguir los pa­
sos rápidos de la juventud. Don
Hosco decía: «Cuando se trata de
hacer el bien a los jóvenes, yo es­
toy dispuesto a todo: hasta la auda­
cia».
Latinoamérica está pidiendo a
los salesianos — especialistas de la
juventud— esta creatividad y auda­
cia que haga superar los momen­
tos de cansancio, que alargue la
mirada, los brazos y el corazón y
se decida a avanzar y a amasarse
con la juventud latinoamericana.
El problema del subdcsarrollo,
que pesa angustiosamente sobre
las espaldas de Latinoamérica. La
Congregación, a pesar de su bri­
llante pasado, no aparecía hoy con­
sagrada de Deno al servicio de los
jóvenes y de las clases populares;
nuevos factores entorpecían la de­
dicación a los jóvenes obreros.
Frente al subdesarrollo de los pue­
blos se ha notado además una pro­
nunciada insuficiencia de testimo­
nio y de servicio en favor de las
masas juveniles populares, en las
que reside el corazón del carisma
salesiano.
Todos estos problemas han pe­
sado en la conciencia de la Con­
gregación Salesiana y se han dis­
cutido y afrontado ampliamente en
las recientes conferencias y re­
uniones.
B. S. Hace dos aflos, don Ricceri
habló en Caracas, por primera vez,
del «viraje» de la Congregación en
Iberoamérica. ¿Qué quiso decir con
ello? ¿Cómo se planteó este viraje
en la conferencia de Caracas?
D. J. H. Fue en el discurso de
introducción. Cuando don Ricceri
hablaba de la conversión en la vida
religiosa, añadió; «Para llegar a es­
ta conversión se necesita empuñar
el volante y dar una verdadera
«sterzata». ¿Cómo se dice en cas­
tellano? (Alguno sopló: viraje). Sí
— continuó— viraje, pero un viraje
total, un auténtico viraje en nues­
tra acción, en nuestro gobierno.
Viraje en la planificación; basta de
improvisación y empirismo, más
trabajo de equipo. Viraje del su­
perior que, hasta ahora, todo de­

14



pendía de él y lo hacía todo. Viraje
de nuestro apostolado en su senti­
do y en sus formas. Viraje en la
formación de los jóvenes y de los
salesianos. Viraje en la organiza­
ción y administración.»
Entre otras consideraciones, co­
mo fruto de este viraje, el Rector
Mayor indicó la necesidad «de ofre­
cer a Latinoamérica y a ia Iglesia
no sólo una Congregación que tra­
baja, sino una (Congregación que
piensa».
He aquí algunos de los principa­
les puntos de este cambio que se
ha de llevar a cabo:

Primacía del hombre sobre
las instituciones y estructuras. Esta
idea se expresó en el XIX Capítu­
lo General: «La preocupación cen­
tral de la Congregación no son las
obras, sino los salesianos». Don
Ricceri no ha dudado en llamar
«política del suicidio» al arrojar en
la «hoguera de las obras» a un per­
sonal sin preparación ni madurez
y, por consiguiente, destinado al
fracaso.

El Rector Mayor
vive la alegría
de estos muchachos
del colegio
de Los Teques
(Venezuela).
El problema
de la juventud
adquiere hoy
nuevas dimensiones
insospechadas.


La creación de auténticas co­
munidades saleslanas. Es una con­
secuencia de lo anterior. En dichas
comunidades el hermano ha de ser
la preocupación principal y cuyo
sentido pastoral brote de la fuente
de una Eucaristía plenamente vi­
vida.

Un mayor sentido pastoral
de las obras educativas. Para ello,
la Congregación ha de abrirse a
perspectivas de trabajo postescolar
a fin de llegar a las inmensas ma­
sas juveniles del continente.

Mayor dedicación a los jóve­
nes pobres procedentes de las cla­
ses obreras, de las familias deshe­
redadas y en estado de subdes­
arrollo.
Preocupación por las voca­
ciones. trabajando en la selección
y formación de las mismas con
nueva metodología.
El Papa aprobó todas las con­
clusiones de esta Conferencia, cosa
que fue para los inspectores una
garantía para recorrer sin miedo
el camino trazado.
B. S. La reciente, reunión del
Rector Mayor con los Inspectores,
¿ha sido como un balance? ¿Cuáles
han sido los resultados?
D. J. H. Ante todo, he de decir
que las (Conclusiones de (Caracas
no llegaron a la conciencia de to­
dos los salesianos. En un principio
nos asustó la tarea. Aún el pasado
año nos sentíamos desanimados.

Sin embargo, en la reciente reunión
hemos constatado que se han rea­
lizado muchas de las cosas pro­
puestas.

La creación de auténticas co­
munidades ha sido un buen vira­
je. Comunidad orante, educativa,
abierta a la colaboración de alum­
nos, maestros y padres de familia:
se han oído magníficos testimonios
y maravillosas experiencias.

La pastoral de las vocacio­
nes ha recibido nuevos impulsos.
Hoy son muchas las inspectorías
que sólo tienen aspirantes prove­
nientes de nuestros colegios. Esto
se debe a un incremento de la pas­
toral juvenil en nuestras casas.
Educar a nuestros jóvenes en una
fe auténtica es el mejor modo para
que sientan la llamada de Dios a
la vida religiosa. Sin duda que la
selección resulta mucho mejor que
antes.
La idea de la pastoral juvenil ha
tenido sus más y sus menos. La in­
decisión, la falta de preocupación
del personal nos hizo retrasar la
labor. En 1968 sólo dos o tres ins-

un centro juvenil o un oratorio sin
pastoralizar son tan inútiles como
un colegio en el que tampoco se
trabaja pastoralmente. Lo impor­
tante son las ideas, los hombres
que las llevan a la práctica. Al fin
y al cabo sólo se trata de desem­
polvar el viejo principio de Don
Bosco: «Lo sobrenatural sea el nú­
cleo de todo».

£n las reuniones con el Rec­
tor Mayor se ha subrayado cuanto
se ha llevado a cabo en todas las
inspectorías en lo referente al tes­
timonio de pobreza religiosa y en
el sector del subdesarrollo.
La reflexión sobre el problema
del subdesarrollo en Iberoamérica
marcó y renovó en todos una fir­
me voluntad de trabajar con todas
nuestras fuerzas en este campo.
Los salesianos saben que su ca­
mino no está en la «denuncia profética» de la injusticia. Sin embar­
go, los salesianos no quedan indi­
ferentes ante las injusticias insti­
tuidas en América Latina; pero pre­
fieren actuar en servicio de los po­
bres, de los más pobres: prefieren
lanzarse al trabajo con los jóvenes
obreros o fimdar un oratorio en el
corazón de una barriada. Pero esto
es de una urgencia inmediata que
no debemos aplazar.

Por otra parte estos cambios
nos deben llenar de entusiasmo.
Porque es Don Bosco mismo el
que desea este viraje de su obra.
pectorías tenían delegado de pas­
toral juvenil.
Don Ricceri nos hizo ver la ne­
cesidad de cambiar en este sentido
y nos trajo a colación una anéc­
dota de Rockefeller. A l célebre per­
sonaje norteamericano le pregun­
taron: e i
d icien do sí sólo nos cuidam os de los niños. Esta negrita es una de Iss
m uchas que se benefician del com edor del P. Bohnen. No se puede ne9^
que es sim pática y bien m erece que alguien la mantenga. Detrás de u .
foto hay un pie que d ice : Hacen fa lta 1.200 dólares diarios, o sea.
'
para sostener a los 40 m aestros y d a r de com er a 3.000 niños y n í j^
necesita diariam ente 84.000 pesetas lo que sale a 28 pesetas p o r nirto-

Fue una respuesta cortés, ha­
lagadora, pero evasiva. N o sé si
seria capaz de imitarle, por lo me­
aos tan a lo grande.
En las diversas conversaciones
pe, en un francés precario, sos­
tuve con él, pues coincidimos va­
rios días juntos en el comedor de
!a casa salesiana de New-Rochelle,
d padre Bohnen me contó diver­
sas anécdotas. Esta es una.
Ante un plato humeante de arroz
con alubias, un negrito, cuchara
m mano, está llorando. No come.
Sus compañeritos de al lado, al
Miilrario, tragan con avidez y, de
w)jo. miran el plato que no mer­
ina. Se las prometen felices pen­
sando que podrán comerse ellos lo
pe su amigo deja. Intentan, en
rfecto, hundir sus cucharas en el
plato del vecino, pero su dueño,
sin dejar de llorar, lo defiende co­
no un pájaro sus polluelos.
Ante el pequeño alboroto que
se arma, acudo a ver qué pasa,
tterrogo con la mirada al chiquib que no para de lagrimear. Se
iwanta y me dice: «Quiero llevar
stas alubias a mi madre. Está en'tfma y no tiene nada, nada que
amer y se pondrá peor. Y o quiero
levarle mi ración.»
“ Mira — le contestó el padre
Winen— , tu madre, si está en­
ferma, no puede comer esto; le
brá daño. Así que cómetelo tú
otes de que se enfríe.
No hubo manera de que se co­
siera aquello, hasta que le pro%t( que le daría una boisita de
*dio kilo de leche en polvo para
a madre. Oír esto y comenzar a
bvorar su ración fue todo lo misso. hasta que la escudilla quedó
bipia del todo.

Para este buen padre Bohnen,
be tan bien sabe hacer la caribd. os pedimos este año la vuesVamos a participar de sus
■íritos compartiendo sus traba­
os.
JAVIER RUBIO
Delegado Nacional de C.

d o n a t iv o s
^ien desee sum arse a la adopción
b Vyasarpadi puede m andar sus
Rosnas a:

SIEMPRE IfYASARPADI
El padre Pemía os escribe:
«Que' Dios os dé las gracias por vuestra caridad. El sabe bien
cuáles son nuestras necesidades y vosotros nos habéis ayudado de
ima manera que nunca hubiéramos esperado. Que os bendiga uno
por otro. Lo habéis hecho a sus pequeñuelos, los más pobres y ne­
cesitados del planeta, tal vez. Pues bien, por El lo hicisteis. Ahora
tendréis otra campaña: sed generosos también para los otros po­
bres de otras partes del mundo. Que la caridad nos ayude a sentir­
nos hermanos. En el nombre de todos estos leprosos y recogidos,
moribundos y deshauciados, os doy las gracias que me salen de lo
más profundo del corazón. Si alguna vez, algún cooperador salesiano viniese por la India que venga a ver a estos hermanos de Vya­
sarpadi.»

NOS HAN LLEGADO ESTOS DONATIVOS PA B A VTASARPAD I
Pesetas

Pesetas
M. C., de Reus . . . .
María Callis, de Figueras .
C. M. G., de Almansa . .
Luisa Sánchez, de Mérida
C. Gallego, de Mataró . .
M. Gracia Paláu, de Santa
Cruz de Tenerife . . .
E. Requena, de La Línea .
M. A. Mendive, de Pampl.
Peppy Paúl, de P. Real .
A. Roche, de Benavides .

200
100
50
100
500
1.000
100
500
1.100
200

Amelia Gómez, de Orense
A. Martínez, P. S. María
Sergio, de Orense . . .
F. Ruberte, Zaragoza . .
J. Galcerán, de Barcelona
S. Barquín, de Santander
E. Casadó, de Madrid . .
B. Colín, de Madrid . .
L. Parrondo, de Madrid .
A. Pintos y Sera., de Vigo
M. A. Mendive, Pamplona

100
200
100
1.000
100
200
2.000
500
300
1.000
150

V O C A L U M IS IO N E R A S A LE S IA N A EE RIPO LL [T e r c e r a ap ortació n ]
D. Losada y amistades. .
Jorge A ld o m á ..................
Esteban Orriols . . . .
Modesta Morera . . . .
Mariano Pardos . . . .
Familia Traveria Padrós .
Id. Agustí P.-Trimestre .
Montserrat Puig . . . .
Francisco Vila Soler . .
Carmen Salgado . . . .
Viuda S o l e r ..................
X. X ..................................
B. C. Castells . . . .
J. Castells Pujol . . . .
Margarita Uñó . . . .
María Puig Sala . . . .
Francisco Capdevila Uñó .
O. P u i g ...........................
José Pérez Alberto . . .
J. C a n a l s .......................
J.. P., A. V. y Elvira C.
S. V. S a d u m í..................
J. Orra - Constructor . .
T. M., de X. X .................
Caja Ahorros Pr. Gerona

700
1.000
500
100
500
500
500
250
500
300
2.000
500
500
500
LOGO
500
2.000
500
200
200
200
500
5.000
500
1.000

3.000
900
500
5.000
500
100
250
100
100
100

Caja Pensiones para Vejez
Familia Balcells - 2.* ent.
J. Roca Gárgol . . . .
Familia Tarracó . . . .
J. C a p d e v ila ..................
Viuda P i e l l a ..................
N. N. N .............................
H. Monasterio..................
Demetria Gómez . . . .
R. Pont - Pintor . . . .
Amigos de «Fuerza Nuev a » en Ripoll (3.* aport.):
Familia Vergés . . . .
Dos o b r e r o s ..................
E. Eiríz - M. Nac., 2.» ent.
R. Algar L lu c ..................
J. Serradell Gaja . . .
L. Puig R o c a ..................
Quintín P. Gómez - 2.* ent.
José F igueras..................
Un matrimonio - ahorros
pro Tercer Mundo . .
Total, tercer envío .
(Seguirá.)

.

2.0u0
300
500
2.000
6.500
5.000
200
1.000
5.000
53.000

1.

— Cooperadores Salesianos - A lcalá, 164 - M adrid (2), indicando
siem pre en el dorso del g iro postal esta palabra VYASARPADI.

2.

— O a Cta. Cte. Cooperadores Salesianos • S ucursal del Banco H is ­
pano Am ericano - Plaza de Roma - M adrid (2).



27

y de
su Apóstol
San Juan
Bosco

Gracias
de
María
Auxiliadora
DOS SEÑALADOS FAVORES
M adrid. — Uno de mis hijos tenia
molestias en un ojo. Fuimos al ocu­
lista y me dijo que podía ser grave,
pero no podia decidir nada hasta
contar con los análisis. Apenas lle­
gué a casa empecé una novena si­
guiendo las recompensas de San
Juan Bosco, pidiendo a la Virgen
que no dieran nada los análisis. Y
asi fue. Le pusieron un tratamiento
y hoy, gracias a su protección, se
encuentra bien.
—Otro de mis hijos, ya en edad
juvenil, tenia un defecto en la ve­
jiga. Después de recurrir a varias
medicinas, no experimentó ninguna
mejoría. El especialista me dio a
entender que no habla solución.
Entonces empecé a hacer otra no­
vena a la Santísima Virgen y, gra­
cias a su protección, mi hijo ha
quedado completamente curado.
— Por estas dos gracias y por ha­
ber salido mi hija de dos operacio­
nes con éxito, hago público mi agra­
decimiento a María Auxiliadora en
el "Boletín Salesiano” . Una Co­
operadora salesiana.
OPERACION INNECESARIA
M adrid. — Encontrándose mi hijo
enfermo y teniendo que someterse
a una delicada operación y estan­
do ya ingresado en la Clínica de
La Paz, empezamos con todas nues­
tras fuerzas una novena a María
Auxiliadora y al quinto dia de co­
menzar la novena, cuando el mé­
dico fue a reconocerle cual sería
la sorpresa al comprobar que ya no
era necesaria la operación que to­
dos temíamos. Agradecemos esta
gracia a María Auxiliadora y envío
una limosna en acción de gracias.
M ercedes González.
SALVA A MI MADRE
Y A M I HERMANO
Fuentes de Masueco. —Estando mi
madre enferma de diabetis y ponién­
dole unas inyecciones, se le infecta­
ron hasta tal punto que los médicos
la dieron por desahuciada. Hice
una novena con toda mi fe prometí
publicar la gracia en el "Boletín
Salesiano" y enviar un donativo

28



si mi madre curara. Hoy cumplo mi
promesa con gozo.
También mi hermano sufrió un
accidente de carretera que no pa­
reció grave pues no tenia ni un
rasguño. A tas pocas horas, mi her­
mano se agravó a causa de una he­
morragia interna. Llevado al hospi­
tal, los médicos le dieron pocas ho­
ras de vida. Al saber la gravedad,
comenzamos una novena a las 12 de
la noche. A esa hora se notó la
mejoría del enfermo que hoy hace
vida normal y sigue en su oficio
de camionero.
Agradecida a tan buena Madre,
envío una limosna y deseo se publi­
que en el "Boletín Salesiano” . M. J.
E. H.
SALVA A MI MADRE

Cartagena.—A María Auxiliadora
le debo la vida de mi madre. Asi
nos escribe una buena señora de
Cartagena, narrando emocionada la
curación de su madre, y rogándo­
nos que publiquemos la gracia en
el "Boletín Salesiano” .
Aquejada hacia un mes por las
molestias producidas por un cáculo
renal, por reblandecimiento de la
espina dorsal y por otras varias
molestias, mi pobre madre amane­
ció como inconsciente el dia 18 de
junio, lo que atribuimos al exceso
de calmantes. Nos decidimos a lla­
mar al médico, el cual aseguró que
mi madre se hallaba en estado de
coma. En medio de mi dolor y an­
gustia tuve una corazonada, llamé
una ambulancia y trasladamos a la
enferma a la Cruz Roja.
No había ninguna habitación li­
bre. pero en vista de la gravedad
del caso, la instalación en una ha­
bitación de aparatos.
Yo invocaba sin cesar a María
Auxiliadora, y aunque llegó muerta,
pues no acusaba ni fos pinchazos
en ios tendones ni daba señales
de vida, poco a poco empezó a
reaccionar, y ya no daba esperan­
zas de recuperación; pero el día
20 empeoró considerablemente re­
sintiéndose todo su organismo. Pi­
dió confesar y comulgar, lo que
hizo despidiéndose luego de todos,
mientras los médicos nos asegura­

ban que acabarla de un momento
a otro.
En esto llegó un pariente mío a
quien había enviado al cercano co­
legio de Cabezo de Torres, de los
padres Salesianos, trayendo una es­
tampa y una medalla de María Au­
xiliadora, las que coloqué inme­
diatamente bajo la almohada de la
querida enferma.
La reacción favorable no se hizo
esperar, y hoy mi madre está en
casa casi restablecida. Le han vi­
sitado 12 médicos, le han hecho ra­
diografías de la cabeza a_ los pies
sin encontrar nada extraño, y los
análisis son cada día más normales.
¿Qué ha ocurrido? Yo creo y se­
guiré creyendo ciegamente en la
protección de María Auxiliadora, y
animo a todos a que recurran con
plena confianza a tan bondadosa
Madre. Maria Rosario A.
OTROS
CORAZONES AGRADECIDOS
Vigo.—Tuve una nifta enferma de pleu­
resía. Estando desahuciada por los mé­
dicos. pedí con todo el fervor posible a
María Auxiliadora por su curación. Pro­
metí publicar la gracia y enviar limosna
si curaba. Ai mismo tiempo que empezaba
una novena, la niha comenzó a mejorar
hasta quedar sana por completo.
También doy gracias por una hermana
mía que sufrió una crisis nerviosa. Re­
petimos nuestra promesa y la me|orfa fue
instantánea al empezar la novena.
Llenas de agradecimiento publicamos las
gracias y enviamos una limosna. Florencia
y Dolores González
Orense.— Con una gran preocupación por
problema fam iliar que no parecía tener nin­
guna solución, me encomendé a María Au­
xiliadora y santos salesianos. Por dicha, to­
do salió como no se podia esperar. Agra­
decida. mando una limosna y ruego se
publique en el 'B oletín Salesiano'.
sefa Salgado
Avilés.— Doy gracias a Maria Auxiliadora
p o r haber logrado se iniciase la paz en un
matrimonio, por salvarse un niflo de un ata­
que y por otros favores recibidos. Cristina
Pobla de Segur (Lérida).— Ultimamente
nos hemos encontrado muy apurados, P®*
ro gracias a Dios y a su bendita Madre
todo se nos ha resuelto favorablemente.
Doy gracias a la Virgen por sus favores y
envió una limosna. Armando LuaAa
La BaAeza (León).— Me encomendé a
María Auxiliadora con gran fe cuando pa­
decía una enfermedad nerviosa que me
producía unos dolores grandes de cabeza y
me hacían temer una grave enfermedad
Hoy que me encuentro bien, le doy gra­
cias de todo corazón por haberme escuchedo y cumplo la prorrwsa de publicarlo a''
en Boletín y envío una limosna para las
obres salesianas. AracaÜ Martii>ez

Madrid.— Habiendo sido afectada mi la­
ringe de tal forma que me impedía hablar
normalmente, invoqué a mi querida Auxilia­
dora. Antes del mes se normalizó mi voz
y entregué la limosna prometida. Hoy, des­
pués de alio y medio, sin que haya vuelto
a repetirse la afección, cumplo la segunda
parte: publicar el favor en el Boletín con
toda mi gratitud. Andrea
Sevilla.—^Teniéndome que examinar libre
por primera vez, en septiembre, de todas
las asignaturas por no haberlo podido ha­
cer en Junio y siendo para mi muy impor­
tante sacar el curso completo, me enco­
mendé a María Auxiliadora. A todos los
exámenes llevaba una estampa suya. Gra­
cias a su protección he podido ver con
alegría el éxito de todos mis exámenes.
Agradecido, envío una limosna. A. S. L.
Salamanca.— Encontrándose una hermana
mfa con grandes dolores de cabeza y fuer­
tes vómitos, ie pusieron una inyección y
le cortó la orina. En seguida se llevo al
ambulatorio. Acudí a María Auxiliadora
pidiéndole su curación, prometiendo pu­
blicar la gracia y enviar una limosna. Hice
varias novenas. Espero en la protección
de la Virgen. C. V. B., Archicofrade.
Orense.— "Doy gracias a María Auxilia­
dora por un favor alcanzado suplicándole
perdone mi tardanza en publicarlo.
Envío una limosna rogándole me proteja
y sea mi amparo en mis muchas necesida­
des. Pongo en Ella toda mi confianza"
P. M.
Cabeza del Caballo (Salamanca). Por
favores recibidos de Maria Auxiliadora en
diversas circunstancias, agradecemos pú­
blicamente y enviamos una limosna. Filo­
mena Hernández y Romana Holgado Con­
de.
Pozoblanco. Envío un donativo para las
misiones salesianas como agradecimiento a
María Auxiliadora por un favor recibido.
C. H. E.
Horta.— Envío una limosna por las voca­
ciones salesianas en agradecimiento a los
muchos favores recibidos de María Au­
xiliadora: en primer lugar, el restableci­
miento de mis perdidas fuerzas al en-

corttrarme paralizada por un reuma atroz.
Y en segundo lugar, la ayuda prestada
a mis dos hijos salesianos a quienes veo
firmes en su vocación y entregados a su
trabajo. J. M.
La CoruRa.— En agradecimiento a varios
favores recibidos de Maria Auxiliadora,
cumplo mi promesa de enviar una limosna
y publicarlo en el “ Boletín Salesiano’ .
Aída Ballesteros.
Vigo.— Por el éxito de ios exámenes
de mi sobrina, doy gracias a María Au­
xiliadora y envío una limosna para que
me siga ayudando. Amanda Pérez.
Orense.— Por un favor señaladísimo de
María Auxiliadora, envío una limosna ro­
gándole siga protegiéndonos. M. L, F.
Vigo.— Hago público mi agradecimiento
8 María Auxiliadora y envío una limosna por
el feliz parto de una harmanita y por el
éxito en la operación de un cufiado mío
Milagros V. Rial.
Algeciras— Dan gracias a María Auxilia­
dora y envían una limosna para las misio­
nes Salesianas: Mercedes Enriquez de
Vails, por un favor recibido; Josefina Worboys, por varios favores recibidos; Angela
Ortiz de Molina, por la curación de una
nietecita enferma.
Gibrallar.— Envío una limosna para las
misiones salesianas en acción de gracias
a María Auxiliadora y pidiéndole nos siga
protegiendo siempre. Gertrudis Cardona de
Abrines.
Zamora.— Por favores recibidos de la
Virgen damos y enviamos una limosna para
las vocaciones salesianas, pidiéndole nos
siga protegiendo siempre. Tránsito Blanco.
Guardo (Palencla).—^ o r haber aprobado
mi hijo el cuarto curso de bachillerato
después de encomendarlo a la protección
de la Virgen, hago público mi agradeci­
miento y envío un donativo. Celerina García.
Fontanales.— Hice la novena a María Au­
xiliadora pidiéndole la gracia de salir bien
de una operación de visicula y obtuve
la gracia por lo cual lo hago público y
envió una limosna. Rita Rodríguez.
Montana Alta.—^Tenla un hijo enfermo
grave y comencé una novena a María Au­
xiliadora. A los tres días estaba mucho
mejor y hoy se encuentra completamente

bien. Muy agradecida a la Santísima Vir­
gen deseo se publique la gracia y envió
una limosna. Una devota.
Zamora.— Debiendo examinarse mi hija
de unos exámenes de d ifíc il resultado, ta
encomendé e María Auxiliadora, prome­
tiendo publioer la gracia an el “ Boletín
Salesiano". Cumplo la promesa y envío
una limosna, llana da gratitud, por haberse
solucionado el problema favorablemente.
A. M.
Cañizo de Campos (Zamora).— Teniendo
que someterse a una operación d ifíc il, me
encomendé a María Auxiliadora, y hablan­
do salido de ella con feliz resultado, muy
agradecida a tan buena Madre le envío
una limosna y deseo se publique en el
“ Boletín Salesiano". V. L.
DAN GRACIAS
A MARIA AUXILIADORA
Y A SAN JUAN BOSCO
Y ENVIAN UNA LIMOSNA;
Florentino Pérez, de Matalavilla; A. M.,
de Villarejo de Orblgo; N. N., de Salaman­
ca; Mercedes Fernández, de Vigo; D. P.,
de Alcalá de Guadeira; María Hernando, de
Ciudad Rodrigo; Concepción Torrero, de
Villafranca de Córdoba; Luisa Calvo, de
Madrid; Doña Vicenta Galberf, de Campello; Doña Roralla Campomanes; A. P. F.
y M. P. E., de la Coruña; Pilar Pelleja, de
Fabret (Tarragona); Miguel Sánchez Mata,
de Algorfa; José Payán VIguera, de Po­
sadas (Córdoba); Engracia González, de
Torrelavega; María Melián Rodríguez, de
Montana Alta (Gran Canaria); Doña Isabel
García, de Valladolid; N. N., de Avilés;
P. Ll. P.; Familia R. de Robles, de Madrid;
María Nieves Améraga, de Baracaldo; Aurorita Quintas, de A llariz; Doña Rosario López-Rúa, de La Coruña; N. N., de Llagostera (Gerona); Irene Ronchera, de Burriana;
Dona Ana Rodríguez, de Madrid; Una de­
vota, de Madrid; Juan de la Fuente, de
Penafiel; Josefa Hernández, A. M., Juana
Díaz y SIníorlano G., de Fontanales (Gran
Canaria); C. G. A., Santiago Almelda y
Adofina García, de Montana Alia, Moya
(Gran Canaria).

Gracias
de nuestros
siervos
de Dios
Miranda de Ebro. — Agradecida
envío una limosna a Santo Domingo
Savio, por un segundo favor obte­
nido por mediación del santo. Car­
inen Lacalle.
Elche.— Habiendo recibido de Ma­
ría Auxiliadora, de San Juan Bosco
y de Santo Domingo Savio muchos
y señalados favores, ya que los in­
voco a menudo y siempre noto su
ayuda e intercesión para mí y para
toda mi familia, hago público mi
agradecimiento en el “ Boletín Salesiano".
Sobre todo, agradezco el regalo
de un niño precioso pues temía no
Saliera del todo bien debido a algu­
nas complicaciones. Durante todo

el tiempo llevé la estampa de San­
to Domingo Savio conmigo.
También agradezco la rápida cu­
ración de mi abuela, quien a sus
89 años de edad sufrió una embo­
lia, recuperándose felizmente.
Envío una limosna a mis santos
protectores. Magdalena 6.
Dan gracias a Santo Domingo Sa­
vio por favores recibidos y envían
una limosna, P. L, de Azcoitia y
N. N., de Madrid.
Córdoba.— Habiéndome encontra­
do en dos ocasiones con un fuerte
dolor de muelas, acudí a Doña Do­
rotea suplicándole me alcanzase al­
gún alivio y, pronto, en ambas oca-

siones, el dolor desapareció total­
mente.
Agradecido, ruego sea publica­
do y envío una limosna para su
beatificación. J. García M,
Morón de la Frontera.— Envío un
donativo para la beatificación de
Doña Dorotea de Chopítea por va­
rios favores alcanzados por su me­
diación. Deseo hacer público mi
agradecimiento en el “ Boletín Sa­
lesiano” que recibo mensualmente.
C. C. T.
Barcelona.—^Agradecida una vez
más a los muchos favores que me
otorga la síerva de Dios Doña Do­
rotea de Chopítea, le envío una li­
mosna para la causa de beatifica—

li

29

clón. Gracias a su intercesión, me
encuentro muy recuperada de unos
vértigos de oído que me traían muy
atormentada. Por lo que creo mi de­
ber darle públicamente las gracias.
C. Guillaume de Sala.
Barcelona.— Encontrándome en un
grave conflicto familiar, sin encon­
trar la solución del mismo, puse el
caso en manos de Doña Dorotea
de Chopitea, encomendándole la so­
lución del caso, con una fervorosa
novena, y a los dos días de termi­
nada, el asunto tan dificultoso fue
resuelto y volvió la paz y la tran­
quilidad 3 la familia. Muy agrade­
cida le ruego publique la gracia y
acepte la limosna que envío para la
Causa de Beatificación. M. B. de M.
Gerona.— Soy deudora de Doña
Dorotea de Chopltea de dos gran­
des favores que ruego publique en
el "Boletín” para estímulo de sus
devotos. Hallábase mi hija aquejada
de una grave infección de los dien­
tes y encías que desde hacía tiem­
po la hacía sufrir mucho. Como
siempre, acudí con entera confian­
za a la sierva de Dios, que nos ins­
piró ir a otro dentista el cual acer­
tó definitivamente el tratamiento, de
manera que juzgo milagrosa y hoy
mi hija se encuentra perfectamente
curada, por lo que doy públicas gra­
cias a Doña Dorotea de Chopltea y
envío una limosna para su Bea­
tificación. También he de agradecer­
le el que no hubiera tenido que
ooerarme para la curación de una
afección a la nariz, que se resol­
vió por si sola, después de acudir
a la intercesión de Doña Dorotea
de Chopltea. A. M. M. Cooperadora
Salesiana.
Sevilla.—Tengo la satisfacción de
enviar un donativo para la causa de
Doña Dorotea Chopltea, a la cual
acudí en un momento grave para
mi salud y atendió solícita mi rue­
go. obrando lo que para mi es un
verdadero milagro, por lo que muy
agradecido le ruego publique la
gracia en el Boletín. Aurelio Garda.

VHIamayor. — Nos dimos cuenta
de que a una sobrinita mía de tres
años se le iban torciendo las pier­
nas. La reconocieron dos especia­
listas de Salamanca y acordaron
que necesitarla un tratamiento muy
largo; si no se le corrigiera, tendría
que ser operada de mayor, pero sin
quedar del todo bien. Para más se­
guridad, acudimos a una amiga mía:
ella y su marido son especialistas
de niños en Madrid. Les pareció
que era lo mismo que Ies habían
dicho los anteriores médicos y nos
enviaron a un gran cirujano para
confirmar lo mismo. En la segunda
visita que le hicimos al último mé­
dico, recomendó éste unos apara­
tos ortopédicos, pero sin afirmarse
mucho en su eficacia, pues, todos
creían que tenía atrofiamiento de
los músculos. En estas circunstan­
cias acudí con toda confianza al Se­
ñor poniendo por intercesor a mi
tío, Don Félix González. En las^siguientes visitas, ya nos dijo el doc­
tor que no era lo que habían pen­
sado. A los siete meses se encon­
traba perfectamente bien.
Agradecida, envío una limosna y
publico la gracia. Leonor Miguel.
Don Rafael Conde Hernández, de
Jerez de la Frontera, da gracias a
tos siervos de Dios Don Miguel Rúa,
Don Felipe RInaIdi y a Don Pedro
BerrutI, por favores recibidos.
De algún tiempo atrás venía yo
padeciendo bronquitis asmática, que
se agravó notablemente por causa
de un resfriado, y me puse tan
mala que hube de ser trasladada
con toda urgencia a una clínica.
A las pocas horas de ser ingre­
sada, sufrí un colapso en el que el
corazón dejó de funcionar, siendo
necesario el masaje de corazón pa­
ra reanimarlo.
Durante el día y la primera no­
che sufrí muchas veces estas cri­
sis. Al recuperar el conocimiento,
mi gran preocupación era invocar
al siervo de Dios Juan Luis Her­
nández Medina, hermano mío, mar­
tirizado en Ronda (Málaga), pidién­

dole me obtuciera del Señor la sa­
lud.
Al día siguiente otro hermano
mío, también salesiano, colocó ba­
jo mi cabecera una estampa del
mártir.
Fui escuchada, y fueron escucha­
dos todos ios que por mí rogaban,
pues progresivamente, aunque tentamente, fui mejorando, y hoy estoy
en casa y puedo realizar todos los
menesteres domésticos.
Le ruego, publique este favor pa­
ra estimular a todos a confiar en
nuestros mártires y se pondan bajo
su protección.
Envío una limosna para su bea­
tificación. María Rita Hernández.
PIcasent (Valencia). — Estoy muy
agradecida por un favor recibido
del padre Juan Martorell, mártir de
Cristo. Publico mi gratitud y envío
una limosna para la causa de bea­
tificación. Dolores Cuadro.
PIcasent.—^Tiempo atrás me aque­
jó un fuerte dolor de cabeza que
no había manera de aliviar. Temí
que se tratase de un tumor interno
y llena de pánico, acudí gracias a
la indicación de una buena amiga,
al mártir salesiano don Juan Marto­
rell. Comencé su novena Mena de
confianza y a los pocos días habían i
desaparecido por completo todos
los dolores. También debo manifes­
tar mi gratitud por otro favor: ha­
biendo fallecido un hermano mío,
que se encontraba en la Residen­
cia, queríamos llevar el cuerpo a
casa, pero surgieron dificultades,
que no se allanaron hasta que in­
vocamos la intercesión de don Juan
Martorell, Muy agradecida envío una
limosna y ruego publique la gra­
cia. Carmen Alegre.
Picasen!.— Por varios favores re­
cibidos del padre Juan Martorell,
envío una limosna y deseo sea pu­
blicada mi gratitud. Amada M. Agua­
do.
Mataró (Barcelona).— Para la cau­
sa de Beatificación del mártir don
José Calasanz, enviamos una limos­
na. Hermanas Miralpelx.

FUERON A LA CASA DEL PADRE
CarUanal Alóla) Maatlla. praloctor da la
Congragaclón Salaalana t an la Ciudad dal
Vaticano, al día 30. El cardanal Alotal Masalla, camarlango da la Santa Romana igle­
sia y arciprasie de In patriarca basílica da
San Juan de Lairén. ha muerto asta maAana El purpurado, que tenia noventa y un
aAos. estaba gravemente enfermo desde
hace algún llampo, y el pasado sábado,
dia 26. habla recibido la visita de Su Sanl'dad ol Papa Pablo VI.
El cardenal Benedetto Aloisi Mase''a na­
ció en Pontecorvo, lugar cercano a Roma,
el 29 de ¡unió de 1879. Fue nombrado car­
denal por el Pontífice Pío XII el 18 de le­
brero de 1946. En 1908 ocupó el cargo de

30



secretarlo de la Nunciatura de Lisboa,
puesto en el que permaneció hasta 1910.
en que. por motivos políticos, la Nuncia­
tura fue retirada. Entre oíros cargos ha
ocupado el de nuncio de Su Santidad en
Chile y, por espacio de veinte anos, en
Rio de Janeiro. En el ano 1956 fue nom­
brado camarlengo.
Don Juan Casas t en Málaga, el día 19 de
agosto. Los que tuvimos la suerte de co­
nocerla en aquellos anos duros de 1945,
como gobernador civil de la provincia de
Guadalajara, estando en el seminarlo de
Mohemando, sabemos de su generosidad

para los saleslanos. i Cuántas veces nos
ayudó con alimentos y con buenas cantida­
des de dinero para poder hacer frente e
aquellos anos difíciles. En él encontramos,
no un señor Gobernador, sino más bien
un verdadero amigo y un gran enam ora^
de San Juan Bosco y de la Congregación
Salesiana.
Era cooperador desde hacía muchos anos.
Lela con verdadero interós, todos los me­
ses. el "Boletín Salesiano*. Mandaba f ^
cuentes limosnas para las Obras y Misio­
nes SalesianasLos satesianos hemos perdido un gran am^
go y un excelente cooperador en todo el
sentido de la palabra. Descanse en paz.

BECAS PARA EL
SOSTENIMIENTO DE
LAS VOCACIONES
SALESIANAS
“ El mejor premio que Dios
concede a una familia es un
hijo sacerdote.” (Don Bosco.)
INSPECTORIA DE BARCELONA
P. Provincial: Paseo San Juan Bosco, 74 - Barcelona-17
BECA C O M PLETA
Beca «Fam ilia Sayós». Total: 100.000 pts.
BECAS E N FORMACION
Beca «Monseñor OIaechea>. Prim era entrega: 1.000 pts.
Beca «Monseñor Pintado». Primera entrega: 1.000 pesetas.
Beca «Fam ilia Martí Codolar». Primera entrega: 1.000 pts.
Beca «Daniel Conde». Prim era entrega: S5.000 pesetas.
Beca «Ntra. Sra. de Montserrat». Total: 97.000 pts.
Beca «Don Luis Cutillas». Total: 8.000 pts.
Beca «San José». Total: 22.000 pesetas.
Beca «Felipe Alcántara». Total: 6.000 pesetas.
Beca «Don Juan Antal». Total: 95.000 pesetas.
Beca «Juan Alberto». A. A. de Rocafort. Total: 13.000 ptas.
Beca «Son Cosme y Santa Magdalena». Total: 90.000 ptas.
Beca «San Pedro». T o ta l: 50.000 pesetas.
Beca «A g r a d o Corazón de Jesús». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «San Juan Bosco». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «San Francisco de Sales». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Santo Domingo Savio». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Santa María Mazzarello». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Felipe Rinaldi». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Doña Dorotea». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Mártires Salesianos». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Don José Binelli». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Martín Goicoechea». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Antonio Aime». 1.8 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Manuel Hermida». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Julián Massana». 1.3 e.: l.cioo pesetas.
Beca «Padre Viñas». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don Luis Cid». 1.3 e.: 1.000 pesetas.
Beca «Don José Marti». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «Don Federico Jordana». 1.3 e .: 1.000 pesetas.
Beca «D. Francisco d iv á n », por N. N. Total: 40.000 pts.
Beca «Juan Alberto». A. A. de Mataré. Total: 4.600 pts.
Beca «P ilar». Total: 25.000 pts.
Beca «Fam ilia Baraut-Obiols». T o ta l: 42.000 pts.
Beca «Un matrimonio feliz». Primera entrega: 5.000 pts.
Beca «Santos Antonio y Sebastián». Total: 26.000 pts.
Beca «J. M. y M. C.» Total: 20.000 pts.
Beca perpetua «Don José Paz Shaw». Total: 100.000 pts.
Beca «Beca «Febrer-Morlá». Unica entrega; 160.400pts.
Beca «Manolita Pérez» (por difuntos de su familia). To­
tal: 30.000 pts.
Beca «Amigos del Padre Escursell» (preces por amigos di­
funtos). Total: 35.000 pts.
Beca «San Marcos». Primera y única entrega: 100.000 pts.
Beca «José María Valles Plá». Total: 11.000 pts.
Beca «Amigos P. Escursell». Total: 41.000 pts.
Beca «Gratud» por amigos de las Vocaciones Salesianas.
Total: 35.000 pts.
Beca «Claudio Garcia» Total: 25.000 pts.

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P. P rovincial: Escueias Saiesianas - Deusto-Bilbao
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Beca