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JUNIO 1973

REVÍSTA DE LA FAMILIA. SA tE SlAN A

COMO
U N VASO
DE A G U A
Queridos amigos Juanito y Mari:
Ya veo que estáis de exámenes. Estoy de acuerdo
con vosotros en que sería mucho más bonito estudiar
sin tener que examinarse. ¿Que si es molesto? Decíd­
melo a mí. Eso de tener que dar cuenta de lo que
uno sabe o deja de saber... ¿No os parece que cada
uno debería darse la nota a sí mismo y autocomprobar
el grado de ciencia o sabiduría que tiene? Lo de autocomprobar no se refiere a ninguna marca de coches,
¿entendido?
«A veces —me dice Mari— una se sabe todo es­
tupendamente y luego van y te preguntan una cosa
que' ni tiene que ver con lo que has estudiado y ¡zas!,
un suspenso que te pegan-. Tienes razón. Mari. Pero,
amigos, os quejáis ahora que estáis empezando. Y me
parece que os quedan por delante unos pocos exáme­
nes... El pensarlo es cosa de llorar...
Hay mucho que arreglar, es cierto. Y los «pedago­
gos- (¡menuda palabra!) también estudian otra pala­
bra tan difícil como la anterior; «evaluación-, otros
métodos para calificar a los estudiantes.
Pero lo más importante es que asi os vais dando

DON

BOSCO

tina página para loa niñoa
cuenta de que en la vida no se puede estar con los
brazos cruzados ni tan sólo pensar en jugar y divertir­
se. Hay que trabajar y ganarse el pan con el sudor
de la frente, que es como decir con el propio esfuerzo.
Mas también esto es bonito, ¿verdad?
Y a propósito de sudor, oíd;
«Era una hermosa tarde de verano —escribe el
mismo D. Bosco— y yo. que sólo tenía cuatro años,
salí a dar un paseo con mi hermano José. Cuando
volvimos veníamos cansados, pero sobre todo sedien­
tos: mi madre nos trajo agua, pero le dio primero a
José. Yo, viendo aquella especie de preferencia, cuan­
do llegó mi turno me mostré resentido y no quise
beber. Ella, sin decirme nada, tomó el jarro y lo puso
en su sitio. Me mantuve serio algunos minutos, pero
después dije con cierta timidez:
— ¡Mamá!

—¿Qué quieres?
—Dame agua.

—Creí que no tenías sed.
— Perdón, mamá.

—Eso ya es otra cosa.
Y sonriendo me presentó un vaso de agua».
Algo conmovedor, ¿verdad?
Bueno —me diréis— , esto no tiene que ver mucho
con ios exámenes. Pero sí con el trabajo, con el propio
esfuerzo. Porque si uno necesita apretar los codos
para estudiar —aunque se rompan—, también se ne­
cesita sudar y hasta morderse los labios, si es pre­
ciso, para dominarse a sí mismo.
Amigos, al final, siempre nos espera la alegría co­
mo un vaso de agua clara.
Vuestro amigo.
Padre RAFAEL

Revista de la Obra d e Don Bosco
Año LX X X V Ii • N « 6 - Ju n io 1973

Cuestión de generosidad

D ire c to r: RAFAEL ALFARO
D ire cció n , R edacción y A dm ón.:
A lcalá . 164
T e léfo no 255 20 00
M A D R ID -2 8
D epósito L egai: M. 3.044-1958
(Con censura e cle siá stica )
Im prim e: Escuela G rá fica Saleslana
M adrid-A tocha

EN ESTE NUMERO
Págs.
Cuestión de generosidad
Et sentido de la gratuid a d ..............................
Un centro de orientación
juvenil .........................
La esperanza de una des­
pedida ........................
Olvidadlo todo ..............
Javier Artuch, Presidente
nacional de Exalumnos
Perdido en la Polinesia.
A los veinticinco años
del Colegio de San
Fernando ....................
Pascua sacerdotal en Sa­
lamanca .....................
Bodas de p l a t a sacer­
dotales .......................
Los pequeños esparta­
nos kekchfes..............
La misión saiesiana de
Baucau ......................
Cooperación saiesiana y
Tercer Mundo .........
Nuestra gratitud .........
Fueron a la casa del Pa­
dre .............................

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NUESTRA PORTADA
Fin de curso. El colegio abre
sus puertas y los pájaros vue­
lan. Se recogen ios frutos del
trabajo. Las vacaciones brin­
dan so! y dicha. Atrás que­
dan los libros, los profesores,
el dulce recuerdo del colegio.
Foto.— Juan José Ramón.

• Hemos dado la noticia de diversas maneras en nuestra revis­
to. 36 han sido los nuevos sacerdotes de este año en el Teologado de
Salamanca. La cifra parece alta para los tiempos que corremos, pero
al dividirla entre las tres inspectorías de Bilbao, León y Madrid, to­
can a 12 en cada una. L o cuol no es mucho si se considera que han
recibido la ordenación sacerdotal los jóvenes salesianos de los dos
últimos cursos de Teología (3.® y 4.®), cuando antes sólo se ordena­
ban los de cuarto curso.
• L o cierto es que el Señor continúa llamando al corazón de los
jóvenes para invitarlos al ministerio sacerdotal <nAlzad vuestros ojos
y contemplad los campos que ya están blanquecinos para la siega»
(Jn., 4, 35). «M ucha es la mies y pocos los obreros...» (Mt., 9, 37)
« Y tú vete y anuncia el reino de D ios» (Le., 9, 60)...
Es necesario anunciar el Evangelio y el Espíritu Santo invita,
acude a la generosidad de los jóvenes y de las familias cristianas
para darles la gracia de ser los continuadores de Jesús en el minis­
terio sacerdotal de la Palabra, de la Eucaristía y de los Sacramentos.
¿Serán llamadas sin respuesta? ¿Serán desiertos los caminos de Dios?

• También el Papa, en su reciente mensaje para la jomada mun­
dial de las vocaciones, hace una llamada a los jóvenes cristianos:
«Queridísimos jóvenes. Os lo decimos a todos vosotros, hijos queri­
dísimos, jóvenes y menos jóvenes: no permitáis que personas o ideas
o acontecimientos, consigan bloquear vuestros elecciones y vuestros
decisiones. ¿Por qué deteneros y esperar? Mientras, la imagen de este
mundo se transforma rápidamente. Otras muchedumbres de hombres
llegan a la tierra. El Evangelio debe ser anunciado a todos. A los
pobres de ayer se añadirán los de mañana. Tenemos y tendremos
a los hambrientos, los sedientos, los encarcelados, los enfermos de
cuerpo y de espíritu. Ellos os esperan: en ellos os espera Cristo.
Hay trabajo para todos. Hay p<ira vosotros un puesto también».
• ¿A qué se deberá la merma de vocaciones en los últimos años?
N o es una pregunta de fácil respuesta. Hay múltiples causas y no
vamos a repetir los viejos y nuevos argumentos de falta de fe en un
mundo que acelera su proceso de secularización. N i siquiera abor­
daremos los momentos de duda en la estructura eclesiástica o en el
proceso de adaptación incierta de las congregaciones religiosas al
mundo actual. ¿Qué futuro ofrecen éstas a los jóvenes? ¿Cuáles son las
actitudes de estas instituciones ante los cambios sociales y políticos
que se están producietxdo...?
Una institución que se actualiza es una llamada poderosa a la
sensibilidad de la juventud. Una misión activa, viva y concreta reci­
birá respuestas generosas. La juventud no entrega normalmente los
tesoros de sus energías a una institución agonizante. Por eso ha sido
grande el afán de los institutos religiosos en renovarse y poner al día
los fines y los medios para que han sido fundados.
• Lo que ahora deseamos subrayar es la generosidad. Genero­
sidad por parte de Dios en llamar. Generosidad por parte de las
familias cristianas en responder. «Sois libres —dice el Papa— :
decidid, pues. Como lo hizo Cristo, el primero: Ofrezco mi vida por mi
propia volimtad».
Creemos, desde luego, que las vocaciones son cuestión de gene­
rosidad. Para cualquier ideal hay que entregar la vida, hay que com­
prometerse. Y este entregar la vida para ser los testigos del Señor
y del Evangelio requiere valentía y generosidad. Y es que la voca­
ción sacerdotal es un don, sU pero que exige no pocas renuncias.
Si el sacerdocio no ha sido nunca un camino fácil, hoy lo es mucho
menos.

1

LA ALABANZA DE LAS HORAS

por JOSE ALDAZABAL

El SENnOO DE LA GRATUIDAH
Una de las características de la ora­
ción que en el momento actual creo
que es más conveniente recordar es
BU sentido de G R ATU ID AD .
Buena parte de las dificultades que
sentimos ante la oración se deben a
que la hemos considerado con prefe­
rencia en su aspecto utilitario, como
medio para consolarnos, o para medir,
o para alimentar nuestra religiosidad,
o para mantenernos en forma espi­
ritual... Siempre “ un medio para...” .
Tal vez hemos olvidado que la ora­
ción, sobre todo la Alabanza de las
Horas, es una celebración fe s tiv a ,
gratuita, no interesada, centrada más
en la alabanza y en la contemplación
que en la petición o en la utilidad
práctica.

¿VAMOS PERDIENDO EL SENTIDO
DE LO GRATUITO?
La sociedad en que vivimos, socie­
dad de consumo, nos ha impregnado,
también para lo espiritual, de su sen­
tido de lo útil, lo que “ sirve” , lo que
es productivo,..
Tendemos a medirlo todo bajo ese
criterio de contabilidad. Casi podría­
mos decir de “ consumo espiritual” .
Una comunidad religiosa se pregunta
de qué sirve emplear media hora en
el canto de vísperas. Un sacerdote
puede quedar perplejo si considera
qué provecho le trac rezar las horas
litúrgicas. Una familia cristiana tal
vez no encuentra solución al interro­
gante de si le resulta “ útil” un rato
de oración en común...
Porque resulta que la oración N O
ES RENTABLE. No se mide según
su productividad, ni siquiera espiri­
tual. La disposición del que reza no
debe ser "porque sir\*e para algo*.
Cantar vísperas, con sus salmos,
himnos y oraciones, no nos “ apro\'echa" necesariamente ni como infor­
mación, ni como conocimiento más
profundo de las Escrituras, ni nos
enseña nada: ya eran salmos y can­

tos que habíamos entonado otras ve­
ces. A lo mejor tampoco nos produce
gran consuelo espiritual, ni podemos
medir los “ frutos” especiales que de
una oración así pueden venirnos...
Lo mismo pasa con la Eucaristía.
Tal vez hemos pecado, en los últimos
tiempos, de excesivo “ mercantilismo”
en torno a ella. Hemos ofrecido la
Misa para tal intención, para tal ne­
cesidad. O hemos comulgado con una
finalidad concreta: obtener tal gracia,
salvar a tal alma... ¿No es esto dema­
siado pragmatista? Lo que es “ euca­
ristía” (o sea, acción de gracias, ala­
banza y bendición) ¿no lo estamos
convirtiendo en un remedio para ob­
tener las gracias de Dios? Cierta­
mente nos las concederá, y en abun­
dancia. Y habrá momentos en la Misa
en que se las pediremos explícitamen­
te. Pero no es esa su finalidad pri­
mordial. La Eucaristía debe ser mucho
más “ gratuita” y desinteresada que
todo eso.
¿No pasa algo parecido con los
Sacramentos? Tendríamos que cele­
brar el Bautismo y el Matrimonio...
no [>or las ventajas sociales que nos
traen, ni siquiera por las espirituales,
sino como “ signos gratuitos de fe*...
Así también, y con mayor razón,
la Liturgia de las Horas. La oración
de la mañana y de la tarde, laudes y
vísperas, son una oración de alabanza.
Y la alabanza no debe ser interesada.
sino gratuita.

¿QUE ES LA GRATUIDAD?
Tener sentido de gratuidad, en la
oración;
• es tener capacidad de admirar
y exclamarse ante lo bueno y hermo­
so que hay a nuestro alrededor, sobre
todo lo que Dios ha hecho en !a crea­
ción, en la Historia y en los acon­
tecimientos salvadores de la vida y
muerte de Cristo Jesús;
• es saber alabar con cantos y
con himnos, y usar con gozo del es-

píritu un lenguaje poético, sin
ocupación por aprender nada, ni
resolver un determinado problema
nos acucia: sencillamente cantar
maravillas y la bondad de Dios;

prepor
que
las

• es tener el ánimo dispuesto a
la contemplación tranquila de las cosas
del espíritu, del plan de salvación
que Dios ha revelado en la historia,
meditando gozosamente en su Pala­
bra, saboreándola en el silencio in­
terior del corazón, sumergiéndonos
para nuestra oración en ese clima
gratuito, no utilitario, que es el pro­
pio de la amistad verdadera, de la
emoción poética, del goce de las di­
mensiones más sencillas y profundas
de la vida.
Si empezamos por preguntar: ¿de
qué me sirve la oración? ¿qué pro­
vecho me trae entonar estos salmos?,
ya nos ponemos en una clave que
impedirá lo mejor de nuestra oración;
la gratuidad, la disposición esponja­
da del alma para celebrar el don de
Dios y acogerlo con alegría y sen­
cillez.
Es como preguntar para qué sir\'e
un espacio verde en la dudad; mi­
rado bajo el criterio de la nostble
construcción de más bloques de vi­
viendas, es inútil. Pero es el pulmón
por donde respira la ciudad.
Es como preguntar qué provecho
traen a la humanidad una flor, o una
sinfonía, o unos niños jugando, u
un libro de poesías... N o “ sirven”
para nada. N o son “ rentables”. Pero
a veces lo superfluo y lo inútil es
lo más necesario. Como lo es una
conversación “ inútil” entre los espo­
sos o entre los amigos. Pero sin con
versaciones así (no de negodos, sino
“ inútiles” ), sin ese “ tiempo perdido”
de una sobremesa o de un diálogo
informal, no habría clima adecuado
para la convivenda familiar o amical.
Algo así pasa con nuestra oradón.
Nos es necesaria. Pero tenemos que
considerarla como gratuita, “ inútil”

T

I

PARA
PODER ORAR

Un poco de poesía
de fantasía creadora
y sobre todo
de sentido íntimo de alabanza
y contemplación
daría respiro y alegría
a nuestra oración.

hablando en términos de producti­
vidad.
Es verdad que muchas veces en ella
encontramos instrucción y consuelo
y luz y fuerza para el camino. Y en
ella pedimos a Dios ayuda para nues­
tros problemas. El mismo Señor nos
enseñó a rezar: el pan nuestro de ca­
da día dánosle hoy... Pero no lo prin­
cipal y no debe agotar toda nuestra
oración. La oración de Alabanza de­
be distinguirse precisamente por su
tono de alabanza gratuita y gozosa.

EL GUSTO DE LO FESTIVO
Y LO SUPERFLUO
En el momento actual coinciden
muchos pensadores cristianos en se­
ñalar esta falta de “ gratuidad” como
característica de nuestra espirituali­
dad. Y nos invitan a cultivar más
decididamente las dimensiones de
“ fiesta” , de celebración “ gratuita” ,
“ inútil” , desarrollando los valores
“ lúdicos” , “ o sea” , de juego y fanta­
sía, que hay en la oración y en la
vida cristiana.
Basta leer los títulos de algunas
obras aparecidas estos últimos años:
H. COX, "Las fiestas de locos” ;
J. LLO PIS, “ La inútil liturgia"; J.
MATEOS, “ Cristianos en fiesta"; R.
^2HUTZ, “ Tu fiesta sea sin fin";
T. MAERTENS, “ Fiesta en honor de
Yahvé"; J. M O LTM A N N , “ Sobre la
libertad, la alegría y el juego” ; re­
vista PHASE, núm. 63: “ El sentido
de la fiesta", etc.
Todos vienen a subrayar lo mismo:
que en medio de las complicaciones
a que hemos llevado en la vida social
y también espiritual, no tenemos que
olvidar lo más elemental: la capacidad
de amar, de gozarnos en Dios, de
verlo todo con ojos cristianos senci­
llos, de celebrar festivamente nuestra
salvación en Cristo... Que no tenemos
que convertirnos demasiado prosaica­
mente en el “ homo faber” , el hombre
que sólo entiende de máquinas y de
intereses, olvidando nuestra dimensión
de “ homo ludens”, el hombre que
sabe gozar con fantasía y libertad
de los valores de la vida humana
y cristiana. Tal vez habrá que repetir
también aquí lo de Cristo: “ si no os
hiciereis como niños...”

{Pasa a la página 7)

— 3

BARCELONA:
UN CENTRO
ORIENTACION JUVENIL
I.— El. PORQUE DE ESTE
CENTRO
V ivir es complicado..., mil pe­
queños problemas, en apariencia
insignificantes nos acechan. Y es­
tos vienen a sumarse a las múlti­
ples trampas que la vida y la so­
ciedad nos tiende. En muchas oca­
siones necesitamos un punto de
referencia, una mano que nos
guíe; un consejo que ponga un
poco de luz en nuestras dudas. La
vida actual crea una serie de
luz en nuestras dudas. La vida ac­
tual crea una serie de problemas
y necesidades de todo tipo, no
sólo en los adultos sino también
entre los jóvenes. Problemas fa­
miliares, laborales, económicos, de
incomprensión de inadaptación e,
incluso, de simple convivencia. Y
para intentar solucionarlos ha na­
cido este Centro de Orientación
Juvenil.

2.— ¿COMO H A SURGIDO?
Nos enorgullece decir que este
Centro de Orientación ha sido a

iniciativa de unos jóvenes deseo­
sos de despertar una ayuda a los
demás, incluso se han comprome­
tido a una aportación económica
para darle forma. Se pretende con
todo ello atender a este importan­
tísimo núcleo de jóvenes, enfren­
tados prácticamente con cualquier
tipo de problemas.

3.— LU G A R ; M AR TI-C O D O LAR
Estamos situados en un punto
que viene a ser confluencia de ba­
rriadas tan populosas en Barcelo­
na, como la de Horta, el Carmelo,
V alle Hebrón, Montbau... En ellas
abundan los jóvenes y la prueba
práctica la tenemos en que más de
cuatrocientos de ellos se reúnen to­
dos los domingos y festivos en
Martí-Codolar
donde
llevan
a
cabo distintas actividades recrea­
tivas, desde fútbol, baloncesto, ex ­
cursiones, fiestas; com o también
de carácter form ativo y de convi­
vencia; en retiros, jom adas de
estudio, conferencias, etc. Esta v i­
bración en cierto modo ha dado

por JOSE ORIK

m otivo a la creación de este Cen­
tro de Orientación Juvenil.
Existe sí, el problema de des­
plazamiento y
localización del
Centro para aquellas personas que
no conozcan suficientemente la
barriada de Horta, pero por otra
parte, si el caso no es muy urgen­
te, pueden exponerlo por carta o
telefónicamente. Esperamos que
cuando sea aprobado el Plan de
Urbanización y de Servicios Pú­
blicos será más fácil el acceso;
pero aun así, creemos que hoy,
por la abundancia de muchachos
de estos barrios la labor de este
Centro, se encuentra en un sitio
muy apropiado.

4.

SU FU N C IO N A M IE N TO
El Centro de Orientación Juve­
nil está dividido en dos secciones
fundamentales.
La primera de
ellas,
estrictamente
profesional,
está integrada por un Consejo de
Dirección que coordina las distin­
tas actividades y de un equipo téc­
nico que agrupa varios profesio­
nales.

4 —

A

OLIVERAS
Se trata de resolver casos que
se presentan tanto en el campo
personal — psicológico,
médico,
moral— como en el de relación
con los demás — familia, traba­
jo— . El equipo técnico debe inten­
tar hallar una solución a cada caso
concreto.
Una asistente social recibe los
casos, los examina cuidadosamen­
te y elabora un informe que pasa
al servicio de los técnicos. Este
equipo está a su v e z dividido en
distintas secciones, cada una de
las cuales está encabezada por un
representante. Un licenciado en
derecho está al frente de la ase­
soría jurídica, la asesoría laboral
está llevada por un graduado so­
cial, también hay un psicólogo, un
sacerdote, un médico y la asisten­
te social.
La consulta se lleva a cabo a
través de la asistente social, que
los lunes y jueves, de 5 a 8 de la
tarde, recibe en el Centro de Pastoraí a todos cuantos quieren
consultarla. El decir Orientación
Juvenil no elimina la consulta de

cualquier persona mayor, preocu­
pada por algún problema que afec­
ta a sus hijos, por ejemplo. La
asistente social en cada caso re­
currirá a los técnicos en distin­
tas materias que colaboran en el
Consultorio.
Todo este servicio es gratuito,
ya que ha nacido de la intención
de unos muchachos dispuestos a
ayudar a los demás. Sabemos que
la cuestión económica a veces pue­
de significar la verdadera solución
de los problemas. N o es el Cen­
tro propiamente algo benéfico,
pero en caso necesario podemos
orientar al consultante hacia si­
tios donde podrían resolver el
caso.
Otra de las secciones impor­
tantes del Consultorio es la orien­
tación en el campo juvenil, bien
sea en el campo de lo profesio­
nal o también el informar y orien­
tar sobre centros, lugares, activi­
dades a los que los jóvenes pue­
dan dirigirse. También el mismo
Centro programa mensualmente ac­
tividades con encuentros para re­
flexión, oración, charlas y promo­
ción de grupos.
En la sección de orientación en
el campo profesional para alum­
nos de COU y Sexto se han pre­
parado una serie de charlas que
abarcan cinco apartados: Profesio­
nes Humanas, Profesiones Técni­
cas, Grado Mercantil, Artes, Cien­
cias.
Para alumnos que terminan los
estudios de E. G. B. y no prosi­
guen el Bachillerato, se han pre­
parado charlas para la forma de
acceder a los estudios y prácti­
cas de la Formación Profesional
de primer grado. Administrativos.
Artes y Oficios aplicados.

5.—-RELACION D EL CENTRO DE
O R IE N TA C IO N JU VE N IL CON
O TR AS ENTIDADES
Desde la inauguración del Cen­
tro, han sido ya varias las enti­
dades que se han interesado por
los trabajos que realiza el Con­
sultorio en servicio a los jó v e ­
nes y algunas desde el comienzo
nos han brindado su colaboración.
Debemos
destacar
entre
ellas:
Centro de Orientación y Reeduca­
ción de Barcelona; Instituto de
Reinserción Social (IRES). Centro
de Orientación a la Joven; Insti­
tuto Social de la Mujer; Departa­
mento Psicológico de Orientación
Profesional: Dispensario Psiquiá­
trico del Doctor Ferrer; Cáritas
Diocesana; Delegación Provincial
de la Juventud. Existen además
instituciones dedicadas a la marginación, como pueden ser alcohó­
licos, drogas, minusválidos, vejez,
vivienda..., etc.,
entidades que
pensamos visitar y que son obje­
tivos de Consultorio en breve
plazo.

6.— PROBLEM AS QUE SE PRE­
S E N TA N E N EL CONSULTO­
RIO DE O R IE N TA C IO N JUVE­
N IL
Es difícil establecer una distin­
ción perfecta de los casos que se
han presentado: la clarificación
anularía el contenido de ios mis­
mos. Un caso cualquiera acostum­
bra a tener un problema manifies­
to. el que ha hecho que venga el
muchacho y uno o varios proble­
mas latentes que pueden ser la
causa del manifiesto. Agrupados
por áreas conflictivas lo señala­
ríamos de esta forma:

Despacho de! consultorio del Delegado de Pastoral Juvenil.

T

BARCELONA; UN CENTRO DE ORIENTACION JUVENIL
A .— Problemas de trabajo. Con
una característica común, el pro­
blema ha sido realmente la incer­
tidumbre juvenil, ante una socie­
dad laboral que desconoce y a la
que ofrece una formación técni­
ca, no comprobada y no valorada.
Vienen pidiendo un puesto de tra­
bajo, pero detrás está la pregun­
ta: ¿qué es lo que tengo que ha­
cer?
Hacerles reflexionar sobre su si­
tuación y las posibilidades a que
pueden aspirar con la preparación
que tienen: nos parece una orien­
tación inútil. Detrás estará la
problemática de una sociedad no
preparada para recibir a estos jó ­
venes.
B.— Orientación profesional. Son
cada ve z más los jóvenes que
piden una orientación profesional
sobre los alumnos de los últimos
cursos, también este servicio es
solicitado por colegios que desean
orientar a sus alumnos mayores
en las distintas profesiones que
les brinda la vida. En este campo
el Consultorio tiene un equipo de
técnicos y material apropiado para
esta orientación profesional.
C.— Problemas familiares. Los
conflictos familiares surgen de las
relaciones que se establecen entre
los miembros del grupo familiar.
Cuando el hijo se encuentra con
desorientación, toda la dinámica
fam iliar se resiente, pueden ser

los padres que piden ayuda, por la
responsabilidad que recae sobre
ellos muchas veces necesitan un
apoyo psicológico.
D.— Consultorio y orientación.
Dentro de nuestra sociedad exis­
ten recursos de varias clases, que
por lo general se desconocen, po­
ner en contacto a los individuos
con estos recursos, pueden ser en
muchos casos una buena ayuda.
Esto hace que el servicio puede te­
ner múltiples contactos con otras
instituciones existentes.
E.— Problemas presentados en
el consultorio. Desde la inaugura­
ción, el pasado mes de octubre
hasta el presente, se han presen­
tado estos casos:
I)

Infancia
Uno: Guardería para dos niños.
Adolescencia
Uno: Problema escolar.
Juventud
Orientación profesional.
Uno: Delincuencia
Ocho: Desadaptación social.

II)

Problemas familiares
Uno: Separación conyugal.
Uno: Conflicto familiar.
Cuatro: Conflicto generacional.

III)

Problemas de trabajo

Dos: Cambio de trabajo.
Cuatro: Paro laboral.

IV )

Problemas de conducta

Uno: Ex recluso.
V)

Problemas económicos
Ninguno.

V I)

Orientación

Ocho: Orientación a otros ser­
vicios de la comunidad.
V II) Salud
Dos: Tratamiento psiquiátrico.

7.— L A M ISIO N D EL C O N SU LTO ­
RIO ES E S TA R E N SERVICIO
PE R M A N E N TE A LOS PRO ­
BLEM AS DE LOS JOVENES
Este es el único fin por el que se
ha erigido este Consultorio Ju­
venil en que los jóvenes encuen­
tren en él, desde un simple con­
sejo, a la solución de sus proble­
mas y también para los adultos
que se encuentran con dificulta­
des, que tengan relación especial­
mente con la juventud. El Centro
de Orientación Juvenil tiene sus
puertas abiertas para estas con­
sultas, encuentros, charlas formativas, orientación a diversos mo­
vimientos juveniles, etc. Además
los educadores, religiosos, sacer­
dotes encontrarán en este Centro
salas con abundante material pas­
toral y catequético muy útiles para
poder trabajar en la formación
cristiana de los muchachos.
Todo ello quiere ser un servi­
cio y ayuda para los jóvenes de
hoy, y es la misión que este Centro
Inspectorial de Pastoral Juvenil de­
sea prestar siempre a los jó v e ­
nes y educadores.
Para cualquier consulta, nuestra
dirección es:
Consultorio de Orientación Ju­
venil
Marti-Codolar
Teléfono: 229 18 02
BARCELONA-16.

4

Los jóvenes esperan
de los mayores
palabras de verdad,
de amor,
1 de comprensión.

{Viene de la página 3)
Si la oración la “ medimos” con el rasero de la utilidad
no la llegaremos a saborear nunca: nos falta la disposición
de ánimo para poderla disfrutar.
Cuando Judas se quejó — perdón por la comparación, que
sólo traigo como ilustrativa del pensamiento— del vaso de
alabastro que la mujer pecadora derramó a los pies de Je­
sús, usó el argumento “ utilitario” : esto se podía haber
vendido y sacado tanto... Lo que le faltaba a él era tal vez
saber apreciar lo meramente gratuito: el detalle delicado de
una mujer que quería agradecer a Cristo todo lo que le
debía, “ despilfarrando” un perfume caro en su honor.
También una mujer, Nicol, se burló de David y le
despidió porque danzaba ante el Arca en presencia del
pueblo. Ella tampoco supo valorar el gesto totalmente su­
perfino y gratuito de un rey que celebra fiesta en honor
de Yahvé con una alegre danza.
¿No estamos desterrando también nosotros de nuestra
oración lo superfino, lo gratuito, lo estético, lo poético?
Y, sin embargo, los movimientos juveniles de hoy vuelven
a redescubrir los valores de lo bello y de las flores y de
la música y del “ happening” ...
Haciendo la prueba de ponernos de nuevo en clave de
graiuidad, y no de interés, descubriremos mejor el sen­
tido de la oración. Creo que un poco de poesía (incienso,
flores, música de fondo...), de fantasía creadora, y sobre
todo de sentido íntimo de alabanza y contemplación, daría
respiro y alegría a nuestra oración.
Poder “ malgastar” media hora, no precisamente para
aprender, ni para progresar en catcquesis, ni para discutir
métodos pastorales, ni para hallar solución a nuestros pro­
blemas... sino para cantar, para entonar alabanzas y sal­
mos, para escuchar y sumergirnos en la palabra de Dios,
para dejarnos conquistar por ella y gozarnos en su presen­
cia. alegrándonos también de la compañía de nuestros her­
manos: todo eso es el mejor signo de nuestra libertad in­
terior y de la calidad de nuestra fe.
A veces se oye decir: “ yo no sé rezar con este salmo” .
Y es que hay salmos que no son oración en el sentido
que le damos nosotros. Son sencillamente expresiones o
lamentaciones o exclamaciones o recuerdos EN CLAVE
PO ETICA. Y si uno no se pone en esa misma clave, no
le dicen nada. Es como si uno abriera un libro de poesías
y pretendiera de él lo que encuentra en uno de historia
o de ciencias o en una novela. O como si uno quisiera
captar los programas del segundo canal de televisión sin
cambiar a UHF.
Aquí, en la oración, el canal UHF es la disposición de
A LAB AN ZA G R A T U IT A y festiva del cristiano que
se sabe hijo y celebra la salvación que le ha sido ofrecida
en Cristo Jesús.
Ya sé que esto no lo es todo en la o ra d ^ . En ella,
como en la \áda, hay mucho de compromiso y de “ lucha".
Pero es una de las cosas que tenemos más descuidadas.
E invito a todos a que hagan la prueba de orar con esta
disposición de ánimo. S^uro que encontrarán más posible
y entrañable la oración.

LA ESPERANZA
DE UNA DESPEDIDA
“ Bienaventurados los limpios de corazón por­
que ellos verán a Dios" Mt. 5, 8.
Estas palabras del Evangelio compendian la
vida de María Dolores Lascorz, aspirante a Hija
de María Auxiliadora del Postulantado de Zara­
goza, quien a sus veinte años de edad realizó
su encuentro definitivo con el Señor.
“ Procuro cumplir siempre con alegría lo que
Dios me pide" *^fue su lema hecho vida— .
Un día oyó la voz del Señor: “Sígueme". Y
con su habitual generosidad le siguió siempre.
Le siguió en su vocación y en su fidelidad a las
cosas pequeñas. Sobre todo, le siguió en la in­
condicional entrega de una larga y dolorosa
enfermedad, ofrecida con amor de los diecisie­
te a los veinte años.
La enfermedad fue poco a poco robándole el
habla, la vista, el oído, el movimiento... Todo,
menos el poder de su inteligencia que conservó
hasta los últimos instantes, y la capacidad de
su amor para ofrecerse por los demás.
Entregó su hermosa alma al Señor el 24 de
febrero. Sus restos fueron trasladados de su
casa a la capilla del aspirantado. Quiso así dar
su última lección de amor, de pureza y gene­
rosidad.
¡Gracias, María Dolores, porque en vida y en
muerte nos ayudaste con tu ejemplo!



7

UNA PAGINA PANA TODA lA FAMILIA

ILIIDIILO
IIDI
Aquella semana mi mujer había
andado de cabeza. Todo eran pre­
parativos, cambios, arreglos y...
avisos.
— Cuidado no arrastréis los pies
que vais a rayar el suelo y está
encerado.
— Pero Luis, hijo mío. ¿no pue­
des acercarte más a las cortinas
para mancharlas?
— ¡Ah!, P a lo m a , esta semana
no traigas aquí a tus amigas a
estudiar. Y a ves qué trajín tengo.
Que ¿qué le pasa a mi mujer?
Sencillamente que mi jefe y su
esposa volvían de un viaje por
Japón y China y habían quedado
en venir el sábado a cenar. Pero,
¡ya saben lo que son las mujeres!
Para una simple cena ¡qué prepa­
rativos! Mis hijos hubieran prefe­
rido que don Ign a cio— mi jefe—
no se hubiera acordado de noso­
tros más que a la hora de la «n ó ­
mina», y yo, sin que se entere
mi mujer, poco menos. Fue un
verdadero martirio «chino». Tan
nerviosa y desasosegada encontra­
ba a Isabel que no pude por me­
nos de decirle:
— Isabel, ¡que es solamente una
cena, que no se casa todavía nin­
guna de tus hijas!
— C la r o — m e contestó— c o m o
a vosotros os da igual quedar
bien que mal. ¡Qué poco detallis­
tas! ¿Te imaginas cómo mirará
esa señora todo?, ¡con la casa que
tiene ella!

— Estoy seguro que ni se fijan
— proseguí— , don Ignacio es muy
campechano.

ella, muy mirona, Juan, no
me lo niegues.
— Una «virtu d » muy propia de
todas vosotras — corroboré.
— Mamá — apuntó Carlos— , pues
si pones una lucecita roja como
en el C lu b de los de C O U del
Colegio no verá muchas cosas.
— Pero da la casualidad — dijo
mi mujer enfadándose— que en
este momento hay luz verde, así
que tienes el paso abierto para irte
a estudiar a tu cuarto.
R eí interiormente la salida de
Isabel, sólo «interiorm ente», si no
es probable que me hubiera abier­
to el paso de peatones también
para mí.
El viernes, a la hora de la co­
mida, se planteó otro problema.
Lo inició Luis.
— Mamá, cenaremos todos, ¿no?
Es decir, nosotros también. ¿Qué
dices, papá?
Le hice señas que era su madre,
como anfitriona, la que tenía que
decidir.
— Cenarán solamente los tres
mayores. Tú cuidarás de Carlos y
de Natalia y os iréis a la cama.
V i com o se esponjaba Paloma
al ser elegida y el mohín de dis­
gusto de Juan, que aquellos con­
vencionalismos de sociedad le car­
gaban bastante.

UNA PAGINA PARA TODA LA FAMILIA
Cuando vuestro hijo
se encuentre arrepentido de la falta cometida,
sed fáciles en perdonarle, y perdonadle de corazón.
En estos casos olvidad absolutamente todo.
(Don Bosco)

La cena resultó formidable. Mi
mujer, una excelente anfitriona,
y a mis hijos no les pudo pedir
más. Incluso los pequeños vinie­
ron a dar las buenas noches an­
tes de irse a la cama.
La señora alababa la educación
y corrección de mis hijos, mientras
que yo invocaba al Todopoderoso
para que al menos esa noche todo
transcurriera normalmente.
El colofón de la cena fue el ob­
sequio que nos trajeron de su via­
je: un m agnífico jarrón de porce­
lana china.

Gracias a Dios todo terminó
bien. Los chicos ya se habían ido
a la cama y mi mujer seguía con­
templando el jarrón bajo todos los
ángulos, a s p e c t o s y puntos de
vista.
— ¿Verdad que es una m aravi­
lla, Juan? ¡Qué finura!, ¡fíjate qué
tonos! ¿Dónde lo pondremos? Me
da miedo con estos chicos, a ve ­
ces se llevan todo por delante.
Y esto cuesta una verdadera mi­
llonada.
— Mañana lo pensaremos, ¿quie­
res?— dije— , ahora me muero de
sueño.

Dos días habían pasado de la
«céleb re» cena, cuando estando to­
dos sentados a la mesa para co­
mer entró mi hijo Juan como una
exhalación.
— ¿Quién ha entrado en mi cuar­
to y me ha abierto la mesilla?
Silencio.
— Papá, te aseguro que me fal­
ta una cosa y han tenido que ser
éstos.
— M ejor será que ahora coma­
mos y después de comer lo solu­
cionéis — dije.
— Luis, ¿has sido tú?— le pre­
guntó Juan.

La confianza facilita la acción, la desconfianza suscita el deseo de hacer el mal.

— Y o no he cogido nada papá,
— A mí no me lo tienes que de­
c i r — p r o t e s t é — , sino a tu her­
mano.
Después de comer Carlos y Luis
salieron embalados para el C ole­
gio pretextando que tenían que
entrenarse. Antes de salir les oí
comentar.
— ¿ V e r d a d que es una birria,
Carlos? ¿Cómo se habrá enamora­
do Juan de ella? ¿Dónde la has
metido?
¿No te preocupes, Luis, ese no
la encuentra ni con lupa. Y el do­
mingo le pediremos diez duros de
rescate si quiere que se la demos.
¡Choca esos cinco, Luis!
Mis hijos h a b ía n entrado de
lleno en la política del secuestro.
Uní los datos. Le habían quitado
la foto de una chica y le pedían
un rescate. N o pude por menos
de sonreír, sin pensar las conse­
cuencias que eso tendría.
Cuando volvía a casa ya había
ocurrido la tragedia, la más es­
pantosa tragedia que puedan ima­
ginarse: mis hijos habían roto el
jarrón de porcelana china. Carlos
fue a sacar la fotografía de su in­
terior. donde la había escondido,
para pedir el rescate, se escurrió
y... lo demás ya lo saben. Los en­
contré intentando recomponer los
trozos.
— Papá, papaito — era Carlos— ,
me escurrí con la cera, yo no que­
ría hacerlo.
— Es verdad, papá — intercedía
Luis— , yo lo vi. A l hacer fuerza
para sacar la foto se escurrió. No
pudimos hacer nada.
Estaba atónito. N o sabía qué
decir...
— Papá, ¿se lo dirás tú? A yú ­
dame.
— No, hijo. no. Tienes que acos­
tumbrarte a afrontar la situación.
Es m ejor que se lo digas tú, ya
verás como ella te perdona. Pero

Si el niño
sufre un fracaso
no se le debe tratar
con rigor
y más si su faita
10 ha sido voluntaría.

IN A PAGINA PARA TODA LA FAMILIA
otra vez, jovencito, el objeto de
tu secuestro no lo metas en nin­
gún jarrón.
N o podía decir más a mi hijo,
porque e s ta b a blanco como la
cera. El recuerdo de la estima
que su madre tenía por el jarrón
le hacía sentir doblemente lo ocu­
rrido.
Ayudé a mis hijos a recoger los
trozos y decidimos que se lo di­
jera al día siguiente. Por la maña­
na. cuando su madre le llamó para
ir al Colegio, el niño estaba ar­
diendo. El termómetro marcaba 39
grados de fiebre.
— Juan — me dijo— , Carlos está
ardiendo. V o y a llamar inmediata­
mente al médico, no sé que será.

‘Todos los juicios de valor emitidos por los padres, so­
bre todo si son repetidos con frecuencia, confirmados
con ejemplos y sanciones, se graban de bueno o mal
grado en la conciencia profunda del niño y hasta en
sus músculos" (G, Courtois).

— No, Isabel, no llames al mé­
dico. Ninguno puede curar a tu
hijo en este momento como tú.
Le conté lo ocurrido la noche
anterior, la angustia del niño, el
miedo a una paliza... Todo.
— ¡Ah, sí! Si en esta casa no pue­
de durar nada..., ¡dos días! Espérate
que se ponga bueno, que me va
a oír.
— Isabel, la fiebre y el malestar
de tu hijo es signo de que está
arrepentido. Perdónale.
— Sí le perdono, pero se lo ten­
go que decir unas cuantas veces,
para que se le meta en la cabeza
que con esas cosas no se juega...
— Fue por lo del rescate — le in­
terrumpí.
— El rescate me lo vo y a cobrar
y o no dándole ni cinco en lo que
queda de año, y recordándole a
menudo por qué no se lo doy.
— Perdónale olvidándolo todo. El
chico está verdaderamente arre­
pentido y verás como para otra
v e z tiene más cuidado. Y no le
recuerdes más que en esta casa
hubo por espacio de dos días un
jarrón de porcelana china.

P. SALCEDO

10



J A V I E R A R T irC H ,
P R E SID E N T E NAC10NA.E DE EX ALUM N O S
“Vivimos, caminamos, somos como somos...
Pero lo que en cierto modo nos une es lo salesiano".
(J. Artuch, a los Antiguos Alumnos de Navarra)
Javier Artuch Marco es el nuevo presidente nacional
de los Antiguos Alumnos Salesianos, sucesor de don
Joaquín Polo y Diez, desde el pasado 28 de febrero,
según la comunicación del Rector Mayor. El mismo
Sucesor de Don Sosco lo felicita “ por la confianza
que los Inspectores de España han puesto en usted,
no sólo por sus cualidades organizativas, sino más
aún por su generosa disponibilidad al servicio del
ideal salesiano y, sobre todo, por el afecto a Don
Sosco que siempre ha manifestado en su vida familiar
y social” .
Pero Javier Artuch pertenece además al Consejo
directivo del SOLETIN SALESIANO. Es ésta una no­
ticia que pocos sabrán. Todos ios primeros jueves de
mes acude puntual al 164 de la calle de Alcalá para
planificar la revista junto con otros tres salesianos, una
hija de María Auxiliadora y un Cooperador.
¿Más conexión con la Familia Salesiana? Ahí está
su trabajo paciente y entregado a la revista “ Don Sos­
co en España” . Sabe dialogar con todos, trabajar como
compañero y amigo, servir a los demás. Su nuevo car­
go subrayará esta entrega y este servicio.

En sus declaraciones con motivo de su nombramien­
to ha dicho: Creo que no estaré en el cargo más de
cinco años. Los cambios de la vida y de las menta­
lidades lo piden asi... Y detrás viene gente de treinta
años apretando y pidiendo paso...” Esto también es
de sabios. Ya se ve que su pasión es la lectura — pa­
sión nunca satisfecha— . Es hombre que ha estudiado
y sabe Teología, posee una amplia cultura y escribe
con estilo ágil y ameno.
Por otra parte es hombre de su casa y su delicia
es la familia. La foto que presentamos habla con cla­
ridad de su entrega a los hijos y al hogar, siempre y
también menos de lo que quisiera. Y con el mismo
compromiso sabe darse a su trabajo y a sus amigos.
Como navarro de la tierra del Roncal, es hombre de
corazón. Nadie podría decir lo que le cuesta un "no”
cuando se trata de hacer favores.
Desde el B. S. le felicitamos cordialmente. También
damos nuestra enhorabuena a los Antiguos Alumnos
por este joven Presidente Nacional.

-mW

y

j

Javier Artuch
pasa ios ratos
más deliciosos
de su vida
conversartdo
con sus hijos.

11

Interesante aventura de un salesiano que
permutó el i o ^ c i o militar por un servi­
cio al lacfiBr Mundo.

Raymond M ayer es un joven salesiano
estudiante de Teología en Lyon. Llamado al
servicio militar en 1970, pidió cambiarlo por
un servicio social. Con él pedían lo mismo
otros 7.000 jóvenes franceses. Y fue envia­
do a la Polinesia, a las islas de W allis y
Futuna.
He aquí cómo narra su interesante expe­
riencia misionera.
«Proveniente de París, nuestro avión aterrizó un
miércoles por la tarde, después de sobrevolar una
isla como la mitad de Suiza. Maleta en mano, me
asomé a la puerta. Estaba en Polinesia. Un cura bajo
y gordo con una deliciosa perilla blanca me echó
los brazos al cuello, feliz de mi llegada. Apenas pudo
darme la bienvenida porque un aguacero violento
nos bañó de la cabeza a los pies. Bonita manera de
decirme que me encontraba en Oceanía.
En un cacharro de coche llegamos al extrem o del
campo. Detrás de una simple cerca de alambre de
púas esperaban los chicos de una clase. Habían lle­
gado en un camión para examinar (con algún recelo)
y dar la bienvenida al nuevo maestro. El aguacero,
con gran bondad, dejó de azotar y me echaron al
cuello el tradicional collar de rosas frescas.
Por un camino de tierra roja llegamos a una capi­
lla con sus paredes de caña trenzada. A llí me aguar­
daban 250 chicos y chicas, pies descalzos sobre es­
teras de palma, quienes se arrodillaron conmigo para
saludar a Jesús-Eucaristía.
Se cernía la noche. Pero por m otivo de esa trampa
que son los horarios, no tenía ni pizca de sueño. El
cura de la perilla me acompañó a la habitación, me
enseñó el uso de esa cosa tan complicada como es
el mosquitero y a la luz de una lámpara de petróleo,
desde una isla completamente diversa de lo que me
había imaginado, empecé a escribir mi primera carta.
El viernes por la mañana entré en un aula de clase
no muy diferente de la que había dejado ocho días
antes en Francia. A llí me encontraba para comenzar
mis clases con mi frase acostumbrada:
«Com o decíamos la última vez...»
Así empecé, entremezclando nerviosismo y ternura,
los veinticuatro meses de mi servicio social».

Raymond Mayer. el que escribe estas líneas, es
un joven salesiano estudiante de Teología en Lyon.
En 1970 era uno de los 7.000 jóvenes franceses que
debían haber ido al servicio militar; pero hicieron
la petición de cambiarlo por un servicio social en los
territorios de ultramar.
Hay en Francia una organización católica, creada
por los Obispos y reconocida por el Gobierno, que
selecciona las peticiones de cuantos deseen cambiar
el servicio militar por el social. Los juzgados idóneos
son enviados a centros misioneros del Tercer Mundo.
Raymond Mayer, el joven salesiano de 20 años,
fue enviado a Polinesia, a la misión de las islas W a ­
llis y Futuna.
De regreso a París, un periodista le pregunta a
quemarropa;

12



1
E l salesiano fra n c ^ Raymond Mayer nos
cuenta sus experiencias y nos ayuda a re­
flexionar.

— ¿Sus primeras impresiones de estos 24 meses
en Oceanía?
— M i ida a W allis con la ayuda de la Délégation
Catholique pour la Coopération, ha sido para mí una
suerte, mejor, una gracia: un tirocinio de dos años
con los antípodas de la tierra, una formación sólida
en la vida misionera y salesiana. Creo que una ex­
periencia como ésta puede cambiar una vida. Tener
la posibilidad de formarse una mentalidad misionera,
planetaria, es una ocasión única que no puede uno
dejarla escapar.
— ¿No ha sido también un riesgo?
— Sí, el de perderme completamente, de cambiar
de hoy a mañana mi saco de ideas. Es impresionante
descubrirse de buenas a primeras «eu ropeo» y «blan­
co», con profundas raíces de colonialismo y racismo.
Pero el m ejor riesgo en una experiencia semejante
es el de cambiar el porvenir. Uno no puede ser el mis­
mo después de haberse dado un testarazo contra lo
que vosotros llamáis, desde lejos, «subdesarrollo».
— ¿Conoce usted ahora bien esos países lejanos?
— ¿Sabe lo que pasa? Cuando uno llega cree conocer
muchas cosas. A l cabo de un año uno descubre que
no sabe casi nada. A l final, uno navega en aguas pro­
fundas.
— ¿Contará algo de esta experiencia?
— A sí lo espero, con humildad y con el sentido
de mis limitaciones. Contaré algo para decir, sobre
todo, que aquel mundo que nos parece lejano está
muy cerca del nuestro. Todo cuanto hacemos, pen­
samos, inventamos, tiene una enorme repercusión
en nuestros hermanos y en su mundo.

O C E A N IA ¿QUIEN CONOCE ESTE CONTINENTE?
Las incontables islas de Oceanía sólo cuentan unos
cinco millones de habitantes. Una ciudad como Sao
Paulo del Brasil o como Londres tiene mayor po­
blación. Por eso. en el pasado, muy pocos han to­
mado en serio a Oceanía, y el gesto de Pablo V I al
nombrar cardenal a monseñor Taofinu’u de Samoa les
ha parecido a muchos extraño.
En 1836 hacían falta seis meses para llegar al Pa­
cífico y los Padres Bataillon y Chanel emplearon 10
para arribar a las islas W allis y Futuna, por Valpa­
raíso y Tahití.
Aún hoy, de Sydney a Los Angeles hay 12.000 ki­
lómetros, pero han cambiado muchas cosas. Y hasta
resulta difícil imaginar que el aparato que despega
desde Nueva Caledonia a las cero horas del lunes
aterrice en París el mismo día a las dieciocho horas.
El viaje dura en realidad veintisiete horas, pero
nueve se las ha comido la diversidad de horario de
los meridianos. H o y los kilómetros no cuentan. Hay
que medirlos por el precio del billete, que es una
fortuna.
Los misioneros de los primeros tiempos, los que
tardaban diez meses en llegar, merecen todo nuestro
aprecio. En época de expansión colonial y política
no llevaban consigo ni siquiera una sombra de co­
lonialismo. El primer misionero de W allis no enseñó
a los isleños su idioma, sino que él aprendió la len­
gua de ellos. Les transmitió la Buena Nueva com o él
mismo la había recibido. Los religiosos y religiosas
franceses, irlandeses, belgas, italianos, canadienses.

— 13

que desembarcaron en las islas del Pacífico sólo fue­
ron allí para ser misioneros. Como hombres come­
tieron sus errores: llevaron su mentalidad, no supie­
ron ver la originalidad de la cultura indígena e im­
pusieron costumbres y usos de Occidente. Pero Pío
Taofinu’u, cardenal de Samoa; Coppenrath, obispo
de Papeete; Fanau, obispo de Tonga; Vanghété, obis­
po de Papuasia y Lolesio Fuahea, obispo de Wallis,
son hijos genuinos de estos pueblos, crecidos libres
y responsables en la Iglesia de Dios.
W A L L IS - FU T U N A , DOS FALSO S GEMELOS
Dos esquirlas de la Polinesia, todavía intactas por
el turismo masivo. Un mundo cerrado en sí mismo
que hasta ayer vivía de la agricultura y de la pesca.
H oy todo ha sufrido un cambio con el descubrimiento
de las minas de níquel de Nueva Caledonia. La emi­
gración hacia esta tierra del Pacífico Meridional está
cambiando el rostro de W allis y Futuna.
En 1969 aterrizaba en W allis un avión por mes. En
1972 son ya tres los aviones, todos con destino a
Nueva Caledonia. Las dos islas cambian por todo
lo que les llega de Nueva Caledonia: dinero, automó­
viles, techos de cinz e ideas bebidas al contacto con­
tinuo con el ambiente materialista y práctico de
Occidente. La exportación de mano de obra ha crea­
do a su ve z la importación de «p rogreso» ocasio­
nando una profunda ruptura con la vida y con los
valores tradicionales de los isleños.
W allis y Futuna son dos falsos gemelos. Están se­
parados por 230 kilómetros de Océano Pacífico. Son
diversas su lengua y sus costumbres. Sólo están uni­
das históricamente por la evangelización católica.
/Ü\ora es el níquel el que las une para su bien y
para su mal.
EL PROGRESO EN W A L L IS
El 11 de junio de 1970 aterrizó en W allis el primer
Caravelle. Raymond M ayer invitó a sus alumnos de
secundaria a hacer unas reflexiones sobre el acon­
tecimiento y sobre la transformación de la isla. He
aquí algunos ejemplos de redacciones.
«Las casas de W allis eran de madera y los techos
se cubrían con hojas de pandanus. H oy los edificios
son de cemento y los tejados cubiertos de chapa. Fi­
nalmente W allis sale de su pobreza enriqueciéndose
cada ve z más.
Es una pequeña isla de progreso».
Sopolina, trece años.
«E n años pasados se daba clase en las casas. Ahora
poco a poco se utilizan las salas de un nuevo edificio
construido como colegio. Todavía no hay electricidad
(sic). Los niños son más instruidos que antes. Apren­
den en bellos libros y cuadernos y no deben pagar
para ir a la d a se».
Raíala, trece años.
«A ntes la gente de W allis exportaba la copra. Ahora
no. Se deja allí en espera de que otros países nos
den sus riquezas».
Luisa, trece años.
« Y o me siento intranquila por nuestras hermosas
costumbres que van desapareciendo poco a poco con­
form e a la transformación rápida de la isla».
Nelea, doce años.
D ESARRO LLO V C U L T U R A P R IM m V A
En Europa se oye decir: «H a y que mantener estas
islas en su estado original». ¿Para quién? Para los

14 —

europeos. En el m ejor de los casos, para salvarguar
los valores culturales de la humanidad; pero lo peor
es que el fin es el de conservar un espectáculo raro al
turismo occidental. En resumidas cuentas, se quiere
que estas islas sean una reserva no de animales, sino
de hombres exóticos. Los habitantes de W allis nos
contestan: «Mañana yo me construyo una casa con
techo de lámina que durará quince ó veinte años,
mientras que uno de hojas tendría que cambiarlo cada
tres años». Queramos o no, hay que darle la razón.
Nosotros los europeos ¿no hemos cambiado la pareja
de muías por un tractor, el caballo por el coche y el
candil por los tubos de neón? N egar este desarrollo
y bienestar económico a los indígenas de la Polinesia,
en nombre de la cultura, es hipócrita. Nuestra respon­
sabilidad ha de ser otra. Queramos o no, nuestra
«civilización », nuestro «p rogreso» occidental será
imitado por todas las poblaciones primitivas del mun­
do. Esto debería estimularnos a restaurar nuestra civi­
lización, a recuperar los valores auténticos que hemos
despreciado: la estimación de la persona humana por
encima de todo; el respeto al anciano, al niño y a
la mujer; el aprecio del ambiente natural y de la pro­
pia originalidad, no valorados en dinero o en cosas...
Sólo nuestro ejemplo, y no nuestras cercas de alam­
bre de púas, podrá salvar la originalidad — que es
sin duda su humanidad profunda y genuina— de estos
indígenas.
E V AN G E LIO Y A L E G R IA
Todos los habitantes de W allis y Futuna están
bautizados en la religión Católica. Constituyen una
diócesis con cinco parroquias: tres en W allis y dos
en Futuna. Todos los isleños asisten a la misa domi­
nical y cantan a pleno pulmón. La liturgia se cele­
bra en lenguas wallisiana y futuniana. H ay adoración
nocturna y Legión de María. Las iglesias se constru­
yen con la aportación de toda la comunidad. Los
párrocos son sacerdotes indígenas. En una palabra:
hay una iglesia indígena sólida y bien estructurada.
Los domingos se celebran con danzas en la calle.
Los wallisianos tienen el sentido de la fiesta y la
aman. Se necesita haber visto una jornada de fiesta

patronal para comprender hasta donde llega la ale­
gría de estas personas. Después de la misa y de la
solemne ceremonia del «K a v a i (una bebida amarga
que se derrama con un rito antiguo ante los jefes de
la isla), aparece el gentío m ulticolor form ado de
50 danzantes rodeados por un semicírculo de perso­
nas excitadas que baten palmas rítmicamente. El rit­
mo de la danza se contagia y se apodera de todos.
Danzan hombres, mujeres, jóvenes, niños, todo el
pueblo. Las danzas W allis son cantadas al ritmo de
palmas. Hay color y armonía bajo un cielo esplén­
dido.
Se danza en las plazas de las iglesias. Se canta
ingenuamente las maravillas de la Virgen Asunta, de
los apóstoles Pedro y Pablo.
Pero si la fiesta se hace en honor de los Kau tulisos (de los emigrantes que fueron a Nueva Caledonia
y regresaron) se danza delante de los hoteles y se
canta las maravillas del alcohol, del automóvil, se
improvisan ruidosas carreras de motos...

U N A V U E L T A A L M U N D O P A R A REGRESAR
24 meses increíblemente rápidos y otra v ez tras
la cerca de alambre de púas del campo de aviación,
estrechando las manos de los que en el breve espacio
de dos años habían llegado a ser mis amigos y ami­
gas para siempre. He subido la escalerilla del avión,
he agitado mi mano una v e z más y he pensado que
lo m ejor que había hecho era v iv ir al lado de los
wallisianos: había trabajado, rezado, cantado junto
a ellos.
Desde la escotilla del avión he podido ver una ima­
gen de nuestro mundo, grande y pequeño a la vez,
rico y pobre... una imagen que quedará grabada para
siempre en mi mente.
N U E V A CALEEXDNIA. — Es .el Far-W est francés
La Iglesia llegó en 1840. A este bloque de níquel don­
de hay un automóvil por cada dos habitantes emi­
gran de todas las islas en un radio de 3.000 kilóm e­
tros. He encontrado a Francoise y a Alain, dos ami­
gos que cumplen allí su «servicio civil». «Trabajamos

en Noumea, con los obreros de las minas — me han
dicho— . N o hacemos gran cosa, pero estamos, nos
ven, y eso es lo m ejor».
A U S T R A L IA .— Ciudades, factorías y desiertos. Olea­
das de emigrantes: italianos, griegos, yugoslavos...
La Iglesia, sólidamente jerarquizada, afronta esta
realidad políglota con la eficacia de sus obras.
En el interior, los 500.000 aborígenes de raza ne­
gra sólo son fantasmas rodeados por el desierto aus­
traliano, visitados como objetos extraños por turistas
nacionales e internacionales. Hay allí 125 salesianos.
Trabajan en colegios, orfanatos y con emigrantes.
IN D O N ESIA.— Multitud. Por ve z primera veo con
mis propios ojos lo que es la inmensidad humana del
sudeste asiático. En un colegio católico asisto a tur­
nos sucesivos de escolares que utilizan las mismas
aulas. Inimaginable. M e da rabia ver a los turistas
europeos y americanos. Hacen danzar y reír ante su
máquina fotográfica a gente desnutrida, por un bi­
llete de diez rupias. Esta gente debe odiarnos y con
razón.
SAIGON, V IE TN A M .— Rodeamos el delta del Mekong y sobrevolamos una ciudad que parece europea
pero con trincheras de sacos de arena en sus calles
y cercada de alambre de púas. Hemos de partir en
seguida. En algunas pistas se ven bombarderos y avio­
nes de caza armados con misiles. Sobre el fondo ver­
doso del terreno, diseños geométricos de fortifica­
ciones.
Más allá está Dalat, el seminario salesiano lleno de
futuros sacerdotes vietnamitas.
HONG-KONG.— Cinco colegios salesianos de Secun­
daria y Técnicos. De mil a dos mil alumnos cada uno.
Un vie jo misionero francés, el padre Vetch, me
lleva a la isla de Coloane, junto a Macao, donde el
padre Nicosia vive en un pueblo de leprosos.
T O K Y O .— «Este hermano nuestro — me dice en in­
glés un salesiano japonés— tenía papá y mamá en
Nagasaki el 9 de agosto de 1945...»
Japón: 110 millones de habitantes, 300,000 católi­
cos. En Osaka, el señor Isu Mitani, profesor del enor­
me colegio Don Bosco en el centro de la ciudad, me
invita a pasar la tarde en su casa. Una sobrinita suya
interpreta a Beethoven en el piano.
S A N FR A N C IS C O -C A LIFO R N IA .— Un simpático jo ­
ven salesiano estudia en Berkeley, la universidadfaro de U. S. A . En este campus que cruzamos juntos
ha nacido la protesta estudiantil que se ha difundido
por todo el mundo como un incendio. Estudia T eo­
logía por 300 dólares al trimestre.
D AK AR -SE N E G AL.— Una comunidad democrática de
hermanos en una «b id on ville» bauti2ada por Pekín.
Trabajan en un colegio y dos dispensarios. A 60 ki­
lómetros, en Fandene, sobre la arena del desierto, se­
res harapientos y miserables como jamás he visto.
« Y , sin embargo, son felices» — me dice la hermana
enfermera— ... Campo y ciudad, como dos naciones
disociadas que no tienen nada en común.

THU DUC
(Vietnam):
Madres
prisioneras,
obsequiadas
por ios
Salesianos
de la ciudad.

F R A N C IA .— Este nuestro planeta, tan pequeño, está
haciéndose una sola nación. Habitado por ricos y po­
bres. Con un Evangelio que es levadura, pero que po­
cos se deciden a echarlo en la masa para hacerla fer­
mentar. Don Bosco h oy no tendría dudas; hay que
probar, experimentar, inventar nuevos caminos para
realizar nuestra única misión: insertar la levadura del
mensaje de Cristo en la masa de hoy para transfor­
m arla en pan, para el hombre de hoy y de mañana.

— 15

El Colegio de San Fernando de Madrid
acaba de cumplir sus bodas de plata.
La distancia de veinticinco años nos permite apreciar
la estupenda labor llevada a cabo por la Congregación Saiesiana
en colaboración con la Diputación Provincial.
El Colegio ofrece a ios hijos de Don Bosco
el campo más específico de su misión: la juventud más necesitada.

Acabo de visitar el colegio de San
Fernando de Madrid. Traigo frescas
las impresiones y quiero confiarlas
al papel antes de que se borren en
la memoria. El colegio de San Fer­
nando es un mundo con su población
juvenil y sus pabellones de ladrillo
piedra de sillería. Vieja consrojo
trucción de los años veinte, junto
a la carretera de Colmenar y al borde
de un inmenso pinar, Entre los pa­
bellones juegan los jardines, crecen

setas en renovación y rehabilitación
de locales. Era una exigencia de la
dignidad de estos muchachos y de
los tiempos que vivimos.
En efecto, el que conociera el co­
legio de los años cincuenta y viniera
ahora quedaría asombrado no sólo
de los cambios experimentados en los
edificios, sino, sobre todo, en el am­
biente de los jóvenes. Nuevos dor­
mitorios en habitaciones para cinco
chicos, con sus alfombrillas, sus cua­

Pasamos a la biblioteca de los mu­
chachos. Es enorme y dinámica. Los
chicos consultan libros y hojean re­
vistas. Es un placer contemplar a los
pequeños tomando notas con toda
seriedad o sacando fichas de los dic­
cionarios. De todo libro que leen
— me explican— , deben entregar una
breve reseña. Hay un bibliotecario
que ordena los liíjros y exige silen­
cio.
Salimos a los campos de deporte.

I

I IR 25 HK na Cfl
los árboles y hay un surtidor que
salta a las nubes.
Don Santiago, el director, me acom­
paña en un recorrido y me subraya la
renovación experimentada en sus
salones interiores. En estos últimos
tres años, con las subvenciones del
Ministerio de Educación y Ciencia y
de la Diputación Provincial, se. han
invertido más de 80 millones de pe­

dros, sus roperos; comedores desmasificados; estupendas aulas, modernos
talleres de Mecánica, Electricidad,
Ebanistería, Corte y Confección...
A la entrada de la iglesia — me
dice el director— había un busto de
Pablo Iglesias. El Colegio llevó su
nombre durante los años de la Re­
pública. Al terminar la guerra, su
estatua fue convertida en campana.

Hay para todos los gustos: fútbol,
baloncesto, balonmano, piscina. Has­
ta los pequeños tienen sus columpios
y toboganes. Entramos en el bar. Es
originalísimo, con sus adornos de rue­
das de carro castellano y sus herra­
duras. Los chicos lo frecuentan y se
convidan con naturalidad. Lo mejor
son los precios, asequibles a sus b>olsillos.
A l salir, me doy cuenta de una
chimenea que crece en el centro de
los edificios. Don Santiago me dice
que desearía cortarla siquiera por la
mitad. Pero é\ mismo se ha traicio­
nado y ha escrito sobre ella un her­
moso poema. He aquí algunos versos;

"Periscopio gigante, siempre alerta,
rojiza chimenea;
del colegio vigía siempre erguido,
de su vivir testigo,
índice de una mano sin más dedos,
que señalas el cielo..."

SAN FERNANDO:
Vista aérea:
“Junto a la carretera
de Colmenar
y ai borde
de un inmenso pínar.^'

i

Así de serios están estos muchachos en el taller de Corte y Confección...
V E IN T IC IN C O AÑOS DE
PROM OCION S O C IA L
Veinticinco son los años que lle­
van los salesianos en el colegio de
San Femando. Veinticinco años de
profunda transformación del centro
y de las generaciones que han pasado
por él.
“ Una señora — me dice don San­
tiago con soma— pidió un día visi­
tar a los niños aunque hubiera que
verlos entre rejas...” Los que no
conocen la institución no pueden ha­
cerse una idea de cómo son estos
muchachos. Son huérfanos, sí; pero
han encontrado en el colegio el ho­
gar y el centro donde orientar su
vida. Qaro que nadie sabe lo que
hubiera podido ser de estos chicos
de no haber venido aquí. Son mucha­
chos normales que crecen en el am­
biente de la pedagc^a salesiana he­
cha de amor y comprensión. Tienen
todos los cuidados de la medicina y
de la p>sidlogía y eligen libremente
sus estudios j oficios s^ún sus ap­
titudes y opdcmes.

Los exalumnos — subraya el di­
rector— tienen un inmenso cariño
al centro donde se educaron. Pre­
gunto por el número de alumnos.
Son 900 internos; 510 de Educación
General Básica y 390 de Formación
Profesional. Hay que sumar a éstos
los 200 del pabellón infantil. Total,
un pueblo de 1.100 muchachos in­
ternos. Aquí tienen su casa todo el
año, excepto los meses de vacaciones.
Pero, aun así, quedan muchos en el
colegio: los que no tienen familia.
Otros no van a casa o regresan en
seguida. Y es que atraen lo suyo las
C O LO N IA S VERANIEG AS.
Formidable es el campamento de
Rascafría, en la Sierra de Guadarra­
ma. Los muchachos se dividen en dos
tumos de 75 y pasan allí un mes de
veraneo. T am b iá hay colonias marí­
timas: Caleta de V áez, en Málaga,
y Burriana.
Veinticinco años de familiaridad,
viviendo el ambiente salesiano de la
pedagogía de Don Bosco han realizado
la conmovedora transformación de
estas generaciones de jóvenes. Mu­
chos de ellos ocupan ptiestos relevan­
tes en la sociedad.

U N POCO DE H ISTO R IA
Fue el mismo Rey Alfonso X I I I
el primero que ofreció este centro a
la Congregación Salesiana en la persona dcl entonces inspector de Madrid, don Marcelino Olaechca. En
1948, el Jefe de Estado repitió el
ofrecimiento a don Modesto Bellido
lo aceptó a instancias del Patriarca
de las Indias Occidentales, monseñor
Eijo y Garay.
El 30 de junio de ese año los Sa­
lesianos tomaban posesión del Cole­
gio. Lo primero que se realizó enton­
tas fue preparar intensivamente a los
que habían hecho el servido militar
y aún estaban en el colegio. Había
que colocarlos en seguida: Correo,
Ayuntamiento, etc. Después se tuvo
la preocupadón de ir colocando a los
que ya pasaban la edad escolar. Así
se comenzó luego a organizar la fun­
dón docente y profesional. Ardua
tarea. La Enseñanza Primaria se en­
caminó pronto; la Profesional em­
pezó a andar por el momento y, dos
años más tarde, la reconocía el M i­
nisterio de Educadón por orden del
13 de enero de 1951.

17

i

Mucha agua ha recorrido en estos
veinticinco años para llegar a la actual
organización de la enseñanza que hoy se
imparte. Mucho caudal humano. Salesianos entregados y sacrificados. Ge­
neraciones de alumnos y profesores.
Historia viva y conmovedora, escrita
en páginas no de papel, sino de co­
razones. Páginas a veces brillantes,
a veces amargas, a veces desconocidas
y anónimas, Sólo Dios sabe el es­
fuerzo realizado en este cuarto de
siglo en el Colegio de San Fernando
de Madrid.
Actualmente, en el colegio se im­
parten:
— Los seis primeros cursos de
Educación General Básica.
— 7.“ y 8." de Enseñanza Primaria.
— Adaptación Profesional.
— Oficialía Industrial.
— Primer grado experimental de
Corte y Confección Industrial.
— Primer grado experimental de
Auxiliadores Administrativos.
— Maestría Industrial.
Las ramas y especialidades recono­
cidas por el Ministerio de Educación
y Ciencia para el curso actual son
las siguientes:
Metal.— Mecánica: Ajuste, Torno y
Fresa. Construcciones metálicas: For­
ja y Cerrajería; Soldadura y Chapa.
Électriddad.— Instalación y bobina­
do.
Madera.— Ebanistería y Carpintería.
Corle y Confección Industrial.—
Confección Industrial y Sastrería de
caballero.
Delineantes.— Dibujo Industrial y
de la construcción
Los primeros beneficiados de la en­
trega u su formación profesional son
los mismos jóvenes. Del colegio salen
ya colocados a ocupar sus puestos en
la industria y en las empresas.
Pero además, han cosechado verda­
deros triunfos en sus participaciones

a los concursos nacionales e interna­
cionales de formación profesional. En
el concurso de este año pasado han
obtenido los seis primeros puestos
provinciales; de ellos, han sido tres
campeones del sector y el Colegio se
ha traído del certamen de Sevilla el
Campeonato nacional de Corte y Con­
fección. Se trata del alumno José
Martínez Bueno, quien recogió el pri­
mer premio de manos del Caudillo.
Los Antiguos Alumnos, agradeci­
dos a la labor de su colegio, regresan
a él con cariño, aunque tienen tam­
bién su centro independiente en Gar­
cía de Paredes, 92. Editan su revista
“ Unión" y tienen su club juvenil don­
de organizan fiestas, conferencias, re­
uniones... Y es que la semilla salesiana, sembrada con amor, cayó en
buena tierra para fructificar copiosa­
mente.

LOS EDUCADORES
Don Santiago me pondera la ardua
labor de los salesianos en estos vein­
ticinco años. Cuántos salesianos han
pasado por este colegio dejando hon­
da huella de hombres y de apóstoles.
Se ha sembrado en el dolor y en la
esperanza, en el gozo siempre. A
veces, el hombre ha quedado diluido
en la denominación de salesiano sacer­
dote o coadjutor. Es Don Bosco al
fin y al cabo, el que con su espíritu
ha obrado el prodigio.
Y me dice algunos nombres con
el miedo de callar muchos otros que,
en justicia, deberían citarse: don Agapito Roldán, don Benito Arambarri,
don Alejandro Vicente, don Honorino
Tejedor... Luego, don Cayetano Guidi, don Juan Alvarez, don Casimiro
Iraola, don Faustino Sánchez, don
Ramón Rueda, don José Juarros...

Ba}o la techumbre del ci«lo y de los árboles en el canH>amenlo de Ras*
cafría.

Todos ellos salesianos coadjutores que
son los que han hecho el colegio en
sentido profesional.
Continúa don Santiago hablándome
de la extraordinaria labor de la Dipu­
tación Provincial y de su dinámico
y eficaz Presidente don Carlos Gon­
zález Bueno; de los profesores laicos,
algxmos de ellos antiguos alumnos
del Colegio, y de las asistentes socia­
les que son como la “ lunga manus”
del director para la solución de múl­
tiples problemas humanos y para las
colocaciones de los chicos. Todos, en
unidad de colaboración para atender
y servir a los jóvenes necesitados,
ios más necesitados de Madrid y su
provincia.
La comunidad salesiana realiza una
formidable labor pastoral. Organiza
celebraciones eucarísticas por grupos,
charlas de formación, retiros. Hay
una ejemplar organización de un equi­
po de psicología y psicopedagogía te­
rapéutica para estudiar uno por uno
a todos los chicos.

A L G U N A S A C TIV ID A D E S
Esta ciudad de los muchachos que
es el San Fernando parece una colme­
na de actividad. El trabajo cunde,
aunque el tiempo es breve y limita­
do. N o se puede hacer todo lo que
se desea. Pero, al margen del taUer
y del aula, se desarrollan numerosas
actividades para escolares que dan
vida al colegio.
En sus días, fue célebre la Banda
de San Fernando. Sus notas resonaron
hasta en el extranjero con el prestigio
y nombradla de una de las mejores
bandas juveniles. De sus filas han
salido estupendos músicos que hoy
pertenecen a la Banda Municipal de
Madrid o a otros grupos artísticos
y musicales. Ahora resulta imposible

Aprenden a
dominar el hierro...

— 1 -r

continuar con ella. Las familias no
tienen excesiva fe en la música y
prefieren que sus hijos adquieran una
profesión que Ies permita alcanzar
en corto plazo im sueldo remunerador. La formación profesional es más
rápida y tiene mejores salidas.
N o obstante, en los ambientes ma­
drileños ha causado sensación EL
CORO de voces blancas. Es un buen
suplente de la antigua banda. Estos
chicos del coro de San Fernando son
unos verdaderos artistas. Cuentan con
ima buena cosecha de éxitos y han
grabado discos. Su director don Mi­
guel Groba ha logrado un conjunto
de calidad y no sólo interpreta piezas
folklóricas, sino atrevidas partituras
clásicas.
L A BIBLIO TECA. Es hermoso ver
a los jóvenes entregados a la lectura
de libros y revistas en el mayor si­
lencio. El amplio local luce sus arma­
rios y estanterías repletos de volú­
menes que no son simples adornos.
Una bibliotecaria y un asistente tie­
nen al día los ficheros y atienden al
orden. Los chicos leen, consultan li­
bros, sacan apuntes.
“ E N E Q U IP O ” es el título de la
revista colegial de deportes. Dirigidos
por un salesiano, la hacen ellos mis­
mos, entrenándose así ta m b ié n al
periodismo. Hojeo algunos números
y veo que hay estupendas crónicas
deportivas. En el colegio son muchos
los equipos de fútbol y de balon­
cesto. Pertenecen a diversas federa­
ciones colegiales y tienen en su haber
una espaciosa vitrina de trofeos. Dig­
no de destacar es el CROSS D ON
BOSCO que tiene lugar una vez al
año. Participan en él más de 1.000
jóvenes de distintos colegios y barrios
de Madrid.
Fabuloso — rae dice el director—
es el F E S T IV A L DE L A C ANCIO N.
Los chicos componen la música y la
letra de sus canciones. Hay sucesivos
programas de eliminación y selección.

ff
Lástima que no se oíga la melodía que están interpretando.

Para las canciones finalistas hay un
festival en el que interpretan las can­
ciones con acompañamiento de or­
questa, como Dios manda, al estilo
de los grandes festivales de la can­
ción. Naturalmente, se dan SUS co­
rrespondientes premios.
Mucha vida la de este pueblo ju­
venil que forja su futuro en la reali­
dad presente, alegre y prometedora.

U N COLEGIO
DE PU E R TAS AB IE R TA S
Muy cerca del colegio está también
la ciudad de los ancianos, con sus
nuevos pabellones y la elegancia de
sus loches. Pues asimismo resulta
simpática la presencia de los viejecitos que cambian su bar por el del
colegio. Con su cadiava y sus años,
paso a paso, llegan al colegio. Se
sientan a la mesa del bar, charlan y
regresan con gozo y como rejuvene­
cidos después de haber convivido en
el colegio de los muchachos.
Nuestro ambiente — me dice el di­
rector— es a b ie r to de puertas e
ideas. El c o l^ o está abierto para
todos. El pueblo de Fuencarral, por
ejemplo, se beneficia de nuestros cam­
pos deportivos. Los jóvenes gozan de
amplia libertad. De acuerdo con la
comunidad educativa, los muchachos
aceptan libremente el orden y el
horario de clases. Es el modo de
formarlos también para la posterior
participación en la vida social.
M IR A N D O A L FUTURO
Don Santiago me enseña unas cuar­
tillas mecanc^rafiadas con los prefec­
tos de un futuro inmediato para la
renovación y ampliación de! c o l^ o .

La Diputación Provincial se preocupa
de estas obras y prepara un bonito
presupuesto. Tenemos en perspectiva
unos 205 millones de pesetas para
la renovación y ampliación de la casa.
■Los veinticinco años nos han dejado
ya muchas cosas viejas. Hay que actua­
lizar y crear nuevas obras imprescin­
dibles para nuestra época. Así me
presenta un catálogo de próximas rea­
lizaciones; salón de actos, pabellón
de viviendas, central de transforma­
ción eléctrica, piscina cubierta y ves­
tuarios, gimnasio, nuevos pabeílones,
laboratorios, campo de fútbol y pis­
cina abierta, central tcléfonica, pór­
ticos, equipo de autobuses...
El director habla de estas cosas no
como sonando, sino como de reali­
dades que están a punto de florecer.
*

*

*

Veinticinco años de vida salcsiana en
el G)legio de San Fernando. Los Salcsianos de los primeros años se con­
mueven hoy al ver las realidades
presentes. Son los milagros del sis­
tema de D. Bosco y del trabajo de los
hmnbres que no dudaron en consa­
grar su vida a esta misión. Hoy se
recoge el fruto de sus sudores y se
confirma que el grano de mostaza
del Evangelio sigue creciendo y la fe
continúa obrando maravillas.
Es primavera. Por los jardines corre
un aire limpio con olor a pinos. Los
sauces peinan su verdor. Un cielo velazqueño aparece con celajes rosa.
Es el atardecer. El director pone a
mi disposicii^ el Simea 1200 del co­
legio para regresar a casa. Es natural,
tenía que volver “ en el cxxíie de San
Femando” . Pero modernizado, desde
lu^o.
R AFAE L ALFA R O

— 19

36 jóvenes salesianos han recibido la ordenación sacerdotal.
Al final de la ceremonia, cada nuevo sacerdote llevaba al altar a su
propia madre, para que el Obispo le impusiera la insignia de “Madre
de sacerdote'’.
Y a habíamos dado )a noticia el
mes pasado. Ahora ofrecemos el
número exacto de los nuevos
sacerdotes; 36. En unos tiempos
en los que se nos están olvidando
estas consagraciones masivas de
sacerdotes es una buena noticia
que conviene comentar para estí­
mulo y esperanza de todos. C ier­
to que las vocaciones han dismi­
nuido. Pero también es cierto que
hay vocaciones, es decir, hay jó ­
venes generosos que ofrecen su
vida, que la consagran al Evan­
gelio. Tampoco conviene callarlo.
El pa.sado 22 de abril. Fiesta de
la Pascua de Resurrección, en el
Teologado Salesiano de Salaman­
ca. 36 seminaristas salesianos re­
cibieron la ordenación sacerdotal
de manos de Monseñor Eugenio
Peirou, obispo salesiano de Com o­
doro de Rivadavia (Argentina).
UN LAR G O C A M IN O
Todos sabemos el largo camino
de estos jóvenes sacerdotes que
comenzaron sus estudios hace
diecisiete o dieciocho años. Atrás
quedan muchas armas vencidas

20

de otros que como ellos también
empezaron. Ahora ellos sentían
el gozo del ideal cumplido.
Primero fue el Bachillerato. De
pequeños sintieron la meta del
sacerdocio como algo lejano y a
la que irían acercándose paso a
paso, insensiblemente. Después, el
noviciado, para entregarse al Se­
ñor en la Congregación Salesiana. y los estudios de Filosofía y
Magisterio. Luego, tres años de
tirocinio práctico en los colegios
de sus Inspectorías, como profe­
sores y asistentes de los mucha­
chos. para concluir con los cua­
tro cursos de Teología, el último
período de su formación para el
sacerdocio. Hasta llegar al día de
Pascua del pasado 22 de abril.
Día eterno. Fecha inolvidable. Cris­
to ha llegado en primavera, como
en una Navidad equivocada, al
encarnarse de nuevo en estos 36
noveles sacerdotes.
Lejos, anidando en la nostalgia,
quedaban los días en que dijeron
adiós a sus familias para seguir
su vocación salesiana respondien­
do generosamente a la invitación
del Señor. Unos venían de la paz

de algún pueblo castellano, tal
vez, con la futura ilusión de ser,
acaso, misioneros. Otros cambia­
ron el colegio salesiano donde se
educaron por la casa de form a­
ción o seminario: Zuazo de Cuartango. Cambados, Arévalo...
N o pudieron faltar lágrimas, en
aquel entonces, en los ojos de sus
madres. H oy tampoco han falta­
do; pero de gozo y de esperanza
cumplida: sus hijos son ahora y
desde ahora ministros del Señor.
U NO ES EL ESPIRITU ,
Y D ISTINTO S, LOS CARISIMAS
Todos estos hermanos han reci­
bido el Espíritu, el don de Dios
que han de repartir mediante la
palabra y los sacramentos. A lgu ­
nos de ellos han trabajado ya du­
rante algunos años en tierras de
misiones y del Tercer Mundo. L le­
gan al sacerdocio con su vocación
agrandada, dispuestos a regresar
a aquellas regiones, donde almas
hambrientas de la palabra de Dios
carecen de quienes se la reparta.
Otros, en estos años de la cul­
minación de su preparación sacer-

i SACERDOTAL EN SALAM ANCA
dotal, han comprendidos que el
sacerdocio no tiene fronteras; que
no es lícito instalarse en posicio­
nes tomadas, sino que hay que
avanzar adonde aún no ha llegado
la luz cristiana... y han solicitado
partir para las Misiones.
Es estupendo p o d e r subrayar
estos rasgos de generosidad, que
vienen de los jóvenes. Con fre­
cuencia se generaliza y se define
a la juventud por algunos actos
delictivos o poco edificantes. N o
es justo. Ahora lo podíamos hacer
al revés. Lo cierto es que el Se­
ñor, en el Evangelio como en la
vida, invita siempre a los jóvenes,
generosos o menos generosos, jo ­
ven El, al fin y al cabo, que en­
tregó su vida a los treinta y tres
años de edad.
L A O RD ENACIO N
Es siempre emocionante presen­
ciar una o r d e n a c ió n sacerdotal.
Sobre todo, cuando entre los or­
denandos h a y un fam iliar o un
amigo. Se siguen con amor todos
sus pasos y movimientos.
La amplía iglesia del Teologado
estaba abarrotada de público: fa­
milias, amigos y compañeros de
los n u e v o s sacerdotes. Se suce­
dieron ordenadamente los puntos
de una liturgia impecable:






Llamada del director del Se­
minario: «Acérquense los que
van a recibir e! Presbiterado».
Palabras del Obispo en las que
explica las funciones y respon­
sabilidades de los Ministros de
C r is t o : celebrar los sagrados
misterios, p r e d ic a r , perdonar
los pecados... Para decirles des­
pués: «Im itad lo que hacéis».
Imposición de las manos del
O b is p o y de los sacerdotes
presentes para indicar la uni­
dad del sacerdocio y para con­
ferir la ordenación (rito que
viene d e s d e lo s Apóstoles,

El nuevo sacerdote
acompaña a su madre
para que
el obispo
le imponga la insignia
de “Madre de sacerdote”.



A l final cada nuevo sacerdo­
te llevó al altar a su propia
madre para que el Obispo le
impusiera la insignia de «M a ­
dre de sacerdote».

Con razón decía Bazin que hay
madres cristianas que tienen co­
razón sacerdotal. Y a que ellas no
lo son, saben vivir profundamen­
te el sacerdocio de sus hijos.
A l salir del templo, todos ex­
presaron su alegría en abrazos, sa­
ludos, efusiones, grupos fotogrófico.s.
L A F E LIC ITA C IO N
El homenaje a los noveles sacer­
dotes había comenzado en la mis­
ma liturgia de la ceremonia con
el estreno de una magnífica misa
cantada, compuesta expresamente
para el acto por el salesiano don
Antonio Zamorano, e interpretada
por un coro mixto con acompaña­
miento de instrumentos.
Por la tarde, en el teatro del
Seminario Salesiano, tuvo lugar
una artística velada organizada
por sus compañeros, con la cola­
boración de niños y niñas de los
colegios salesianos de la ciudad;
cuadros plásticos, folklore espa­
ñol, orquestina del mismo Teologado, canciones polifónicas...
Número especial fue la inter­
vención del padre de uno de los
nuevos sacerdotes que ofreció a
los asistentes las notas de su gui­

BECAS POR LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BILBAO
Beca «Mamá Margarita». L . Cañada. Pamplona. N. e .: 250. T . : 32.750 pts.
Beca «Sr. Magín». Bichar. Deusto. N. e.; 1.000 pts. Total: 4.000 pts.
Beca «Fam ilia Imbert». N. e.: 10.000 pts. Total: 60.000 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «D. Sebastián María Pastor». Córdeba. N. e.: 300. Total: 68.315 pts.
Boca «D. Vicente Reyes». N. e.: 300 pts. Total: 3.000 pts.
Beca «Arch. de María Auxil.» Sta. C. Tenerife. N. e .: 10.000. T . : 55.000.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«María Auxiliadora». Arch. Cádiz. N. e.: 1.000 pts. Total: 60.000 pts.
«Corpus Chrlsti». Srta. J. Quintana. Sevilla. N. e.: 100. T . : 16.300 pts.
«María Auxiliadora». Morón. N. e .: 5.000 pts. Total; 21.000 pts.
«R . D. José Monserrat». Cádiz. N. e .: 3.000 pts. Total: 16.000 pts.
«D. Rafael Romero». S. José del Valle. N. e.: 21.000. T .: 43.000 pts.
«Santiago Apóstol». Cádiz. N. e .: 25.000 pts. Total: 95.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«Fam ilia Francia G.» Salamanca. N. e .; 2.000 pts. Total: 23.000 pts.
«Besama». L . Limia, 100 pts. Total: 129.850 pts.
«Salesianos Don Bosco*. Primera entrega: 197.525 pts.
«D. Pedro Gil». N. e.: 2.000 pts. Total: 4.000 pts.
«Kybartas». N. e .: 10.000 pts. Total: 22.500 pts.
«M. A. L .» N. e.: 1.000 pts. Total: 63.000 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «Doña María Aguilar Vda. de Morales». Onteniente. N. e .: 50.000 pe­
setas. Total: 100.000 pts.
Beca «Santa Teresa». Crevillente. N. e.: 50.000 pts. Total: 88.000 pts.
Beca «Francisco Gil Esteve». Valencia. N. e .: 13.000 pts. Total: 37.000 pts.
Beca «Azul y Rosa». Valencia. N. e.: 9.000 pts. Total: 9.000 pts.
Beca «Antonia Cabot Aparicio». Albacete. 7.500 pts. Total: 7.500 pts.
Beca «San Bernardo». Vülena. N. e .: 10.000 pts. Total: 72.000 pts.

tarra. Uno de los nuevos orde­
nados dio las gracias a todos en
nombre de sus compañeros por
las felicitaciones recibidas en el
día inolvidable.
« « *
Detrás de ellos, otros cientos
de muchachos y jóvenes se pre­
paran en los seminarios salesia-

Imposíción
de manos
sobre
las cabezas
de los
ordenados.

nos para llegar un día a la mis­
ma meta. La sola provincia salesiana de Madrid cuenta con 400
seminaristas m e n o r e s y más de
100 seminaristas mayores. En to­
das las inspectorías e s p a ñ o la s
preocupa el problema vocacional,
sin duda uno de los más impor­
tantes para continuar en el futuro
con la misión salesiana. Y a el
Rector M ayor decía en su carta
de principio de año; «C om o se ve,
aunque no tenemos el florecim ien­
to vocacional de antes, el Señor
no deja de enviarnos vocaciones,
provenientes, por lo general, de
nuestras obras juveniles (señal del
buen trabajo que en ellas se rea­
liza). Subrayo la madurez y for­
mación de las mismas, por lo que
abrigo grandes esperanzas de per­
severancia. El problema de las vo ­
caciones exige de toda la Familia
Salesiana una asidua y continua
oración para que el Señor no cese
de enviar obreros a su mies.»
La Congregación Salesiana, na­
cida para la juventud, especial­
mente pobre y necesitada, ofrece
esta alegría a la Iglesia de Espa­
ña, como indicando que aún hay
generosidad cristiana en muchos
\6venes, que el ideal de seguir al
Señor sigue siendo hermoso, aun­
que sacrificado.
S. M . I.

BODAS
DE PLATA
SACERDOTALES
Estampa salesiana: Don Honortno Tejedor rodea*
do de muchachos.

Siete salesianos celebran en este mes de junio sus
bodas de plata sacerdotales. Son los que recibieron
la ordenación sacerdotal en 1948, en el Teologado de
Carabanchel. He aquí sus nombres: don Faustino Ayuso (Turín), don Benito Castejón (Cuenca), don Arsenio
Fernández (Logroño), don Manuel Kasik (Checoslova­
quia), don José Martín (Madrid-San Blas), don José
Ramos (Utrera), don Honorino Tejedor (Madrid-San Fer­
nando), don Ricardo Barrueco (t).
Veinticinco años de ministerio sacerdotal merecen
ser recordados por la Familia Salesiana, no sólo para
felicitar a los hermanos que han cumplido esta meta,
sino para agradecerles el servicio que han prestado
a lo largo y a lo ancho de la España Salesiana, sem­
brando el Evangelio y el espíritu de Don Bosco.
Hemos podido hacer una entrevista al padre Hono­
rino Tejedor, sacerdote que sufre en San Fernando los
efectos de una parálisis. Es un buen testimonio la res­
puesta de un salesiano que vive la alegría de su vo­
cación en el dolor.
PREGUNTA. — ¿Se siente feliz de sus veinticinco
años de sacerdocio?
RESPUESTA.— Muy feliz. Son veinticinco años entre­
gados al Señor en la Congregación Salesiana. He tra­
bajado por cumplir la misión que se me ha confiado
y siento alegría y satisfacción. Celebraré el aniversario
en un pueblecito de gentes sencillas que ha dado mu­
chas vocaciones: Collazos de Boedo. Y doy gracias ai
Señor por los favores recibidos y repartidos en estos
veinticinco años.
P.— ¿No se siente deprimido en su enfermedad?

R.— Creo que los enfermos somos ios miembros más
escogidos, la parte más sensible del Cuerpo Místico
de Cristo. Creo también que los pobres, los pecadores
y los enfermos son los que reciben las predilecciones
del Señor en el Evangelio. Asimismo me parece que
el dolor es una misión con un específico fin redentor.
Los términos cruz-alegría no son contradictorios.
P.— ¿Contento de su vocación salesiana?
R.— La vocación salesiana la llevo en el corazón
como el tesoro mayor de mi vida. Agradezco al Señor
su llamada. Expreso también mi agradecimiento a los
Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora por la
caridad que usan conmigo. Ofrezco mis sufrimientos
por la perseverancia de las vocaciones salesianas.
P.— Como salesiano, ¿qué piensa de los jóvenes de
hoy?
R.— Siempre me he entregado con amor a los jóve­
nes de nuestros colegios. Creo que los jóvenes nece­
sitan de nosotros. La juventud nunca debe renunciar
a la esperanza por difíciles que sean los tiempos.
P.— ¿Recomendaría algo a los lectores del BOLETIN
SALESIANO?
R.— La devoción a la Virgen. Creo haber vivido des­
de pequeño la devoción a María Auxiliadora. Hoy es
para mí un consuelo. Como sacerdote, me comprometí
a propagar su devoción sin descanso. Aprovecho esta
oportunidad para hacerlo.
*

iti

*

También aprovechamos esta oportunidad para feli­
citar a estos salesianos en sus Bodas de Plata Sacer­
dotales.

— 23

Los
pequeños
espartanos
Kekchíes
Con su estilo sencillo, pero gráfico, nos escribe otra vez, desde su misión de Carcha, en Guatemala,
G ABRIEL C A N O N IG A . Es un artículo estremecedor, para hacemos pensar.
En otras ocasiones lo prosentábamos como misionero bilbaíno. H oy nos corrige: «Padre Rafael, dis­
cúlpeme. Estudié cursillos de Medicina en Bilbao, pero soy leonés. Le agradecemos las publicaciones».

Ahora nos escribe enviándonos un S. O. S.: “NOS HACEN FALTA MUCHAS MEDICINAS”

Para mí lo más curioso de estas gentes siempre fue
fijarme con atención en un niño indígena, todavía
de pecho. A l mirarlo siento pena, y, al mismo tiem­
po. me da risa... Se me agolpan en cadena un mon­
tón de sentimientos contradictorios entre sí. algunos
parece que sólo tienen ojos, esos ojos redondos
y grandes, contrastando lo negro de su pupila con
lo blanco - amarillo de su conjuntiva, sus pómu­
los hinchados y su piel arrugada contra los hue­
sos, tomando su misma forma. Lo más llamativo, sin
lugar a duda, son sus ojos, señal de que en ese cuer­
po hay vida. A pesar de esta primera dramática des­
cripción, la vida le hará «resistente y sufrido».
N AC E EL FUTURO E S PA R TA N O
Poco menos que a la intemperie ven la luz estos
niños. A la sombra de unos cuantos palos clavados
en el suelo en forma cuadrada, y por techo hojas de
caña, nace el que más adelante recorrerá la flores­
ta con un quintal de carga a sus espaldas sujetada
a la frente, por el mecate (especie de correa que ama­
rran a su frente para trasportar la carga) caminando
por senderos que otros necesitarían el cayado para
sostenerse; recorriendo las fabulosas distancias de
veinte y treinta kilómetros, portando en su morral
por comida unas rodajas de maíz embadurnadas con
«ch ile», especie de pimienta picante, con la diferen­
cia que pica más, y como líquido una botella de
agua de masa de maíz.

24 —

A los pocos días de nacer, el pequeño indígena es
castigado duramente por los mosquitos y otros microenemigos del hombre de estas latitudes. Su cuerpecito se le llena de pequeñas ronchas, que le provocan
gran picazón. Sus mamás le cocerán unas hierbas,
y su jugo lo derramarán sobre sus ronchas para ali­
viarlos.
T A X I G R A TU ITO
Hasta los cinco o seis años, el niño indígena siem­
pre va colgado a las espaldas de su mamá, ese es su
nido permanente. Adonde vaya la mamá, allá va nues­
tro pequeño hombre, durmiendo la mayor de las ve ­
ces, o si no contemplando lo que va quedando del
sendero andado. Una v ez me dijo el P. Miguel: «M ira,
parece como si llevara un tronquito de leña a sus
espaldas. Y o le negué que fuera un tronco de leña.
Por supuesto, es un pequeño espartano — le dije.
Y cuando la mamá tiene que hacer la masa para
la tortilla (pan de maíz), no hay problema, el niño se
cuelga de un palo de la choza y. ahí suspendido, per­
manece nuestro hombre durante horas, y si están
en la floresta trabajando su tierra para el maíz, el
niño, ¿dónde está? Si tú miras alrededor, lo verás
colgado de un tronco de árbol, dormido seguramente
o si no meditando en la nada...
A los cinco o seis años el niño abandona el taxi.

sos para los niños. Por esto los papás prefieren que
su niño aprenda a manejar bien el machete, pues esto
le va a ser más útil en la vida.
Y así por cualquier sendero que pasamos vemos a
estos pequeños espartanos hacer vida libre, cami­
nando bajo el sol tropical, o ab an tan d o lluvias to­
rrenciales, a pie descalzo, cubriendo siempre su ca­
beza con un sombrero de paja y portando su arma
de trabajo: el machete.
Mientras el niño indígena toma del pecho de su
mamá, su aspecto no aparenta desnutrición; pero a)
dejar la leche por el maíz es un momento que deja
señales en sus cuerpos, todavía no hechos a la co­
mida de los mayores. Es el momento de la enferme­
dad que ataca y a muchos los pasa a la «vid a de los
espíritus». El niño indígena, una ve z que pasa los
doce años se hace resistente y sufrido. Con sus pies
descalzos trasporta cargas a grandes distancias, des­
de sus cultivos de maíz a sus chozas, y llegando su­
dorosos y mojados muchas veces por la lluvia, tal
cual llegan, se tumban en sus hamacas a esperar el
nuevo día.

V ID A A L A INTEM PERIE
A esa edad el niño indígena va con sus papás a to­
das partes, la niña im ita a su mamá llevando su pe­
queña bolsa colgada así a la espalda. El niño ya tiene
sus pantalones y su sombrero, y pronto le comprarán
el machete, arma inseparable de trabajo que, día
tras día, desde que sale el sol hasta su puesta, col­
gará de su cintura. A l niño indígena le gusta siem­
pre acompañar a sus papás a todas partes, y aunque
estos viajes siempre son de varias leguas, ahí va el
pequeño hombre abriendo la fila india. Un día irá
al mercado con sus papás o hermanitos, y allí en­
contrará muchos niños de su edad que también v i­
nieron de sus poblados. En el tiempo del «catoc»
(la quema de la maleza) también irá con su gente,
pues nadie queda en casa. Prim ero hay que cortar la
maleza y después se quema para más tarde poder
sembrar el maíz.
En la época de la quema (catoc), la serpiente, v ie ­
ja enemiga del hombre, se hace sentir mucho en es­
tos lugares, debido al calor que producen las quemas,
y más de uno, llega víctim a al pequeño dispensario
pidiendo medicina; pero lo curioso es que cuando v ie ­
nen a pedir medicina ya hace un mes que les picó
la serpiente. Y... ¿Cómo no se han muerto? Hay hier­
bas para eso y su brazo viene cubierto con un em­
paste que contrarresta el veneno, de manera que el
peligro ya pasó cuando ellos llegan al dispensario;
pero se les nota el brazo bastante hinchado y un
tanto insensible, pues ese empaste de hierbas actúa
impidiendo la circulación sanguínea.
A los doce años, algunos frecuentan algunas escuelitas, tipo choza, que el gobierno ha diseminado
por estos lugares; pero debido a muchas circuns­
tancias sólo un 40 por 100 las frecuentan. El indíge­
na todavía no ve la utilidad de la escuela; las distan­
cias son de horas a pie por senderos a veces peligro­

“Lo más
llamativo
de los niños
kekchies b
son sus ojos”,
por los
que enseñan .
el alma.

FUTBOL
El fútbol les encanta a estos niños, tanto que tene­
mos un campeonato en marcha. Cada poblado ha for­
mado un equipo, y aquí en la Misión se juntan todos
los sábados y domingos para los partidos, y salen
alegres a jugar después de haber caminado una hora
o dos para llegar, más el regreso que les espera. Al
principio era un espectáculo verlos jugar. Parecían
estatuas que sólo movían los pies, con sus lomos bar­
nizados por el sol y el duro trabajo (ya quisieran
muchas playistas tener el color de su piel). Son ocho
equipos, va en primer lugar el de Campur (caracol
amarillo) y le sigue Rubelchoc (bajo la nube). Eso
sí, el fútbol lo juegan con su filosofía, comedidamen-

/

te. en silencio, sin hacer bulla con gritos, disfrutan­
do del juego con calma. Esta es su manera de re­
crearse.
liN HECHO IN SO LITO
Era el mes de febrero de este año. En Campur y
alrededores había gripe. Llegó un indígena de Chunacte a decirme que en su casa había varios enfermos
con «calentura». Era tiempo de lluvias. Preparé el
«m aletín » con bastante medicina y en Land-Rover.
Después de media hora dejamos el coche a un lado
y nos pusimos a caminar por entre cafetales. Llega­
mos. Con permiso (kabanu), dije. Entre (ocan) — res­
pondió una v o z débil— . Lo primero que mis ojos vie­
ron; dos niños muertos, de diez y doce años, levanta­
dos del suelo como medio metro, sobre una especie
como de estante hecho de palos amarrados con fibras
de árboles. Quedé cortado. N o esperaba tanto. Frente
a ellos me paré, quité mi sombrero, y con profundo
respeto me acordé del Dueño de la vida y la muerte
para que los aceptase en su reino.
La escena me pareció demasiado «m acabra» cuan­
do empezaron a salir de junto al fuego niños y mayo­
res, cubiertos con algunas ropas. Permanecían agaza­
pados junto al fuego, recibiendo su calor, para soste­
ner la vida que se les iba.
Les mandé salir a todos, pues cuando empezó la
tosedera «ron cosa» pensé un poco en mí. Todo sería
m ejor al sol, que ya asomaba entre nubes. El «este­
toscopio» pasó por todas las espaldas, hasta contar
diez. A casi todos les había avanzado la gripe hasta
cogerles los pulmones. ¿Qué hago? Penicilina para to­
dos y jarabe expectorante, junto con aspirinas para
la calentura. A l regreso, notaba mi alma húmeda y
fría. También me acordé del «K acu a» (Señor).
Así, con este ánimo, todavía fui asaltado en el sen­
dero, un viejito estaba apostado junto al Land-Rover,
envuelta su cabeza en una toalla, que me hizo recor­
dar a los del norte de Africa.
También a él lo atendimos... y la tarde seguía hú­
meda...
Es terrible la vida de estos niños, cuando sus cuer­
pos todavía no adquirieron las resistencias que les
dará la vida.
Caminan horas descalzos bajo la lluvia, a veces se
cubren con la hoja de alguna palmera, o algún plás­
tico que han comprado en el mercado. Su comida es
a base de maíz tostado al fuego, algunos frijoles «ch i­
le » y agua de masa de maíz. Llevan sobre sus espaldas
buenas cargas de maíz, café o bananos; pasan sus
noches recostados sobre tablas, acometidos por mu­
chos microbios e insectos. Varias veces entré en sus
casas cuando ya estaban acostados. Una de esas ve ­
ces vi como dormía una gallina juntito a la cabeza
de un niño, más allá había un «chom pipe» y no fal­
taban dentro ni el perro ni el marranito; toda una
«fau na» de la que el hombre es el rey...
El niño indígena es muy aguantador caminando, con
paso ligero, su vista mira donde pisa, casi siempre
en silencio, por aquello de que el camino es largo
y las vitaminas son pocas: y regresa a su choza el
pequeño espartano; allí le espera su torta de maíz
y su «ch ile» y su agua que le introducirá millones
de microbios en su ya grande estómago.
Dios que alimenta a los lirios del campo y cuida de
ellos, también ha de alimentar a estos pequeños.
Por medio de los hombres cuide el Señor de los más
pobres.
G AB R IE L C A N O N IG A
Misionero salesiano

26



Grupo de parejas de recién casados en la nueva Iglesia.

El padre Alfonso María Nácher nos envía buenas
noticias desde su misión de Timor, donde acaba de
inaugurar una capilla dedicada a San Juan Bosco.
“ La Providencia es grande — nos dice— . No hay deu­
das, pero tenemos muchas cosas que hacer para pro­
mover a esta gente".
Timor es una isla de las últimas de Indonesia. Está
dividida en dos partes. La más oriental, donde están
los salesianos, pertenece a Portugal. Tiene 18.000 ki­
lómetros cuadrados y 610.270 habitantes. Según la es­
tadística de 1972, 317.468 son varones y 292.802 son
mujeres. De modo que hay 24.666 hombres más que
mujeres. Los solteros son 204.472 muchachos y sólo
166.334 muchachas.
La isla está dividida en 11 consejos provinciales.
Los más densos en población son: Baucau, con 87.794
habitantes: Bobonaro, con 72.791 h. y Dilí, la capital,
con 65.717 h.
Hay unos 6.000 chinos, 1.463 blancos. 42 indios, 22
negros, 1.939 mixtos y 599.891 timorenses. Los cató­
licos son ya 135.280. Después de la Segunda Guerra
Mundial eran apenas unos 60.000.
Los Salesianos trabajan en Timor desde 1946. La
misión de Fuiloro, con 37.000 habitantes, fue entrega­
da a los Salesianos el 31 de enero de 1948. Ahora se
ha cumplido los veinticinco años. Los misioneros no
habian entrado nunca en serlo en aquella región. Con­
fiada, virgen, a los Salesianos, cuenta hoy con 11.000
católicos Sólo dos sacerdotes se dedican en realidad
a misionar. Tienen un hermoso colegio de más de 100
metros de longitud por 16 de ancho y dos estupendas
iglesias, una dedicada a San Pablo y otra a San Juan
Bosco.
En Baucau trabajan los Salesianos desde hace diez
años. Se nos confió esta misión el 1 de enero de
1962, con 12.000 cristianos. Hoy cuenta con 22.000.
Se han construido de piedra y definitivas, las igle­
sias de Ossuqueli (1963). Bercoli (1965). Bucoli (1969).
Quelicai (1970), Vemasse (1971). Laga (1973). Además,
dos pabellones con nueve aulas en Baucau. una es­
cuela en Baguia, con cuatro aulas y secretaría. Falta
todavía la iglesia, ya en proyecto.

TIMOR:
LA MISION SALESIANA
DE BAUCAU

ALF0H 80 NACHER,
MÍsÍonei«o

En esta área, por iniciativa de los Salesianos y con
la ayuda del Estado, se ha construido un hermoso co­
legio internado en Futumaca, Escuela Elemental Agrí­
cola.
En Baucau trabajan cuatro sacerdotes y un coad­
jutor. En Futumaca trabajan dos sacerdotes, un diáco­
no y tres coadjutores.
LA PROTECCION DE SAN JUAN BOSCO
El día 4 de febrero de este año se inauguraba la
nueva iglesia de Laga, dedicada a San Juan Bosco.
Las lluvias y aguaceros no permitieron la llegada del
señor Obispo para bendecirla.
Es amplia y moderna. Mide 15 x 20 metros. El cua­
dro-mosaico de la fachada representa a San Juan Bos­
co invitando a todos a acercarse a la Virgen. Es obse­
quio de don Eduardo Eraso, de Madrid. El sagrario
lo regaló don Enrique Vallbona, de Valencia. La cam­
pana — está en camino— es una donación de don En­
rique Estrenjer Viader. El resto fue obra de los nativos.
Trabajaron hasta los leprosos de la región; "También
nosotros queremos contribuir en la construcción de la
casa de Dios" —dijeron—.
Experimentamos la protección de San Juan Bosco
el mismo día de la inauguración. Celebraron su matri­
monio 44 parejas. Cuando los nuevos esposos entra­
ban con el Superior de la Misión en la capilla antigua,
un bloque enorme de piedra se despeñó monte abajo.
Antes de llegar a la capilla se partió en dos. La mitad
quedó suspendida en la ladera. La otra mitad cayó,
destruyendo la pared de hojas de palmera. Sí como
era natural hubiera saltado en precipitada caída hu­
biera aplastado a muchos de ios recién casados.
Damos gracias a Dios por la protección experimen­
tada.
Desde este rincón del mundo, el misionero se siente
respaldado por sus amigos y se siente feliz de verse
enviado para el anuncio del Evangelio a los hombres
de estas lejanías.

Snlosln no

Desde el monte se desprendieron estas rocas. Mila­
gro que no aplastaran a los que estaban dentro...

COOPERACION 8ALE8IANA
Y TERCER MUNDO

Vyasarpadi nos llega la grata noticia de que
se ha inaugurado un hospital-asilo en donde se
recogen enfermos y leprosos, como el que mues­
tra la foto que al lado reproducimos.
A la inauguración asistieron un ministro del Estado
de Madrás y el Cardenal Perecattil y varios obispos. El
ministro hindú manifestó que estaba «profundamente
conmovido ante el maravilloso trabajo humanitario» que

D

e

H U EV O P A R A C A D A LEP R O S O
se llevaba a cabo en él. Y la ministro encargada de los
parias (de los fuera de casta indios), para quienes tra­
bajan los salesianos de Vyasarpadi dijo que «se sentía
orgullosa de tener en su distrito una institución tan
ejemplar».
Estas noticias nos las da el P. Schiooz, quien al mis­
mo tiempo que os agradece vuestra ayuda y asegura las
oraciones de los suyos para vosotros los que os acordáis
de aquellos hermanos en dolor, nos cuenta alguna anéc­
dota significativa. Por ejemplo, ésta: «Cuando nuestra
ex voluntaria W illy » (el Padre tiene voluntarios y v o ­
luntarias que le ayuden una temporada y luego retor­
nan a sus hogares) llegó aquí y supo que nuestra gente
no habían probado los huevos en más de un año regaló
uno para cada uno. Ahora, al casarse ella, sus padres
han regalado huevos y fruta para 700 enfermos, m ovi­
dos por el lema «N ad ie tiene derecho a ser feliz él solo»,
y para dar una alegría a su hija que sigue pensando en
los años felices que pasó sirviendo a sus hermanos
pobres.
Sigue el Padre diciendo; El mes de junio es siempre
un mes difícil para los padres y para nosotros, porque
en este mes empieza el curso escolar aquí. Y nosotros
tenemos que mandar a las escuelas con libros, vestidos
y el dinero de la pensión a más de mil chiquillos.... ade­
más de las tres mil comidas diarias que servimos y de
las medicinas y gastos que supone un día de atención
a estos miles de enfermos, niños y leprosos.

Vyasarpadi, Bienaventuranzas: De­
trás de esta fotografía escribe el
padre Schiooz: “Asi se encuentran
los leprosos fuera". Lo cual signi­
fica que asi llegan a las Bienaven­
turanzas, la obra salesiana, y asi
los recibe el leprosario salesiano
en donde son cuidados y atendi­
dos como hermanos. ¿Todos? To­
dos no; es imposible; harían falta
muchos más voluntarios y muchos
más donativos. Pero el leproso,
que llega a esas puertas, jamás es
rechazado.
28



Una visita a Vyasarpadi debe ser algo conmovedor
e impresionante, porque los que la hacen salen sorpren­
didos. El Cardenal Conway. enviado del Papa, declaró:
«E stoy profundamente impresionado con lo que he vis­
to en este Centro e invoco la Bendición de Dios sobre
esta bellísima obra». El obispo de Tiruvalla se expresó
así. «S o y feliz al ver el enorme esfuerzo caritativo que
se desarrolla aquí en nombre de Cristo. Dios bendiga
a los que de alguna forma cooperan en esta tarea de
ayudar a los pobres del Señor».
A l exponeros aquí algunas de las noticias que el padre
Schiooz nos da y al ver el bien, que se hace, y el testi­
monio de Cristo y de Evangelio, que se lleva a cabo en
Vyasarpadi, no puedo menos de pensar en todos vosotros
que estáis haciendo posible con vuestros donativos y
oraciones esa manifestación cristiana ante ojos paganos;
y sobre todo de pensar en vuestra dicha de haber sido
escogidos por nuestro Señor Jesucristo para aliviar el
dolor de tantos niños y hombres.
JAV IE R RUBIO
Delegado Nacional de Cooperadores Salesianos.

D O N A TIV O S P A R A EL TERCER MUNDO
Desde finales de mayo

VYASARPADI, BIENAVENTURANZAS; La historia, la terri­
ble historia de este anciano, que habla con el padre
Schiooz, se cuenta en pocas palabras: Un día no pudo
más con su hambre y su dolor. Los suyos no podían ha­
cer nada por él. Se tumbó a la orilla del camino para
morir. Alguien por ganar 50 rupias (500 pesetas) se lo
cargó y lo llevó a las Bienaventuranzas. No murió; los
cuidados, los alimentos y las atenciones médicas hicieron
el milagro; se repuso, recobró energías y sanó. En la foto,
con las manos juntas y con sus ojos fijos en los dei Padre
dice: “Gracias” un momento antes de salir para volver a
su casa, con los suyos, con los que le dejaban morir ma­
terialmente en la cuneta. ¿Se repetirá la historia? No, por­
que el Padre ie está asegurando que, si otra vez toma a ha­
llarse en iguales circunstancias, en cuanto vuelva tendrá
un rinconcito donde dormir y un plato caliente para su
hambre.

VYASARPADI, BIENAVENTURANZAS; Todas las necesida­
des, que en este rincón del amor cristiano abundan inaca­
bablemente, no podrían paliarse si no fuera por los volun­
tarios y voluntarías cristianas y seglares que ponen al ser­
vicio dei misionero, unos sus conocimientos médicos, otros
sus habilidades manuales. Unos voluntarios son de la mis­
ma nación India y otros extranjeros. En nuestra foto con­
templamos a dos voluntarias, hindú la sentada, la otra
suiza, encargadas de la sección de puericultura.

María Teresa Varona. Jaime Sesplupues, Mlonoln
Pérez, Idoya y Yon Andcr. José Montes, Luisa
Fernández, Concepción Guzmán. Familia Badta Kscala. Soledad Aguado, Juana Gutiérrez, Lorenzo Gar­
cía. Antonio Gázquez, Manola Fernández. C. A. M..
Teresa Marqués. Mariano Viíluelas, Moisés Mnrcilln.
Cooperadores AstudUIo. Esteban Cornil. Luis Veln.‘«co, Nieves Modela. Vda. Pereztevnr. Francisco de
Saro. Vicente Magro, Adela Santos, Uosarlo de la
Rosa, Antonia Martin, Angel Forrero, Ignacia Blan­
co, María Corral. Luis Javier y Marta del Carmen
Gutiérrez. Rocaredo Pérez, Cándida. Juanita y Mi­
caela Santos, Micaela García. Baltasara Rodríguez,
Carlos Sánchez. Gracia Hulz. Consuelo Diez, Parro­
quia María Auxiliadora de Salamanca, Miguel Puche.
Enzo Marchini, Concepción Barba, Socorro Fontán,
Cecilia Viloria. Lorenza Hernóndoz, Amparo Pascual.
R. y G., Dolores Mancebo. Miguel Díaz, Víctor Landuela. Longinos Soria, Eduardo Quiñonero, Virtudes
Casares, Mercedes Gutiérrez, Domingo Peiteado. F.
Cabello. Luisa Limia. María Auxiliadora N.. Rosa
Hernández, Isabel Gil. Manuel Ferreiro, Rosario Sán­
chez. Antonio Sánchez y María González, Francisco
Hidalgo. José Hernández, Antonia Diez. María Orte­
ga, María A. Pacheco, María Arias. Elisa Muñoz, En­
riqueta Jiménez, Concha Rosell, Encarnación Sardi­
na, Pablo Baraut, Susana Ellzalde. Maximino Rodrí­
guez. María Jesús Pérez, Octavio Armada. María
Claret. José Ramos, Juana Ramos, Carmen Falcón.
Angelina González. Lorenzo García. Felisa Fernán­
dez. María Ochando, Emilia Lorán. Emilio Fernán­
dez. Manuela Varela, Cooperadores de Guadalajara,
Clotilde Soria. José Luis Martin. Natividad López.
Marisol Trallero, Celia López. Conchita Linares. Bue­
naventura. Chicharro, Sra. de Grupeli, Martín More­
no, Rosarito G. del Prado. Cyra Villalta. Conchita do
la Garma. María Pareja, Marta Luisa Arroyo, Anto­
nia García. Lolita González. Pepita Salinas. Rosita
Hernández. Rosario Laguna, Pilar Berniola. Isabel
BouteHier. María Salinas. Asunción Alvear. Coopera­
dores de Baracaldo. Miguel Calleja. María Teresa Ca­
mino. Jerónimo Andrés, Juana González. Manufactu­
ras NIC. María Pilar Aroca, Amelia González, Pedro
Ramírez. Dolores Ferrer. Juan Díaz. María Luisa
Bazán. Camilo Ferreiro. María Pilar González. Luis
Puigjaner. Paulita Cayóla. Matías Vega. Antonio
Nuevo. M.S Julia. Juan Pérez. Joséfa García, Fran­
cisca García, Antípatro Candela. María Prieto. An­
tonio Sánchez. Mateo Fernández. Antonia Vilagelíu.
Félex de Vega. Andrés Valldeperas. E. Iglesias. A l­
fonso López. Consuelo de la Torre, Carmen Blanco.
Vda. de Burjons. Miguel Torrecilla, José L. Blanco.
Manuel León. Manuel Criado, Rufina Crespo. Jaime
Valí. Andrea Edesso, Josefina Matosos. Vda. de Bartelemy. Rosario Ramonet. María Martínez. Francis­
co Peinado. Antonio Ramos. Pedro Gómara, Marcos
A. Hernández. María Victoria Molina, Juan Martínez.
Ana María Curado, Esclavitud Salgado. Simón Gar­
cía. Alicia Ajenjo, Cira Arribas, José Luis Peña.
Francisco Araújo. Clementina de Vega. Carmen Benaiges. Juan Farrán. P ily Martínez. María Concep­
ción Lázaro. Ambrosia Justo. María Luisa Polo, Ma­
riano Gálvez. Antonio Fernández, Familia González.
Josefina Julii, Carmen Gálligo. J. L. Meraza, José
Castro. Joaquín Granero. José L. Idilio, Juan López.
Gloria Ayllón. Luis. A. M. A., Manuel Luque. José
Pérez. Aurelia Menéndez. Julia Izquierdo, Alejan­
dro Pascua. Anita Moreno. Jacinto Enríquez. Salomé
Casado. Esther Gómez, J. Cornelia. José Martín. Fé­
lix Tovar. Cooperadores de Monzón, Carmen Vázquez.
Montserrat Bofill. José María Planet. Remedios P é­
rez. Mariano Alonso. Juan Angel Rad, Aspirantes
Salesianos de Umíeta. Milagros Pérez. Manuel P al­
ma. Atanasio Rodríguez. Juana Sanmartín, Rafael
Sala. Flora Santín. Maruja Esté-vez. Pilar Fernández,
Estehr Mellid. Dolores Bastos. Carmen González. Cán­
dida Vázquez, Saturnino García. Irene Tamayo. Fran­
cisco Lorenzo. Josefa Fernández. Cándido Redondo.
Francisco Bellver. María Eatébanez, Luis Lon. José
Salafranca. Juan Gomíla. María D. Gorostiza, María
Antonia García. Miguel Villareal. Magdalena Manza­
no. Irene Muñoz, Maruja Conde. Emilia Valero. José
Vijande. Clara Menéndez. Jesús Urculo. Teresa Mo­
rro. Miguel Calleja. Teresa Colomer. Nieves Gómez.
José Baró. Joaquina Encinas. Luis López. Carmen
Capdevilla, Josefa Torruella, Josefina Muiet.Manuel
Neva. Juan María Ferreiro. Araccli Fernández. Fuen­
te Brígas. Amparo Cortiñas.

— 29

NUESTRA
A MARIA AUXILIADORA
Pozoblanco. — Se encontraba mi
hijo con una enfermedad muy gra­
ve y, sin saber lo que resultarla
después de dos operaciones, lo en­
comendé a María Auxiliadora. Hoy
está perfectamente. Agradecida, en­
vío un donativo. J. C. R.
Valencia.— Recurrí a María Auxi­
liadora pidiendo por la salud de mi
nietecita que se sentía muy mal.
Hoy se encuentra perfectamente
bien. Agradecida, envío un donati­
vo. Francisco Arroyo Saiz.
San Vicente deis Horts. — Doy
gracias a María Auxiliadora por el
feliz alumbramiento de un hermoso
niño, a pesar de las dificultades,
después de haber acudido a su pro­
tección. Por otros favores, envío un
donativo de agradecimiento. E. de P.
Gerona.— Habiendo sufrido una
paralización del lado izquierdo, me
encomendé a la Virgen y a Don
Bosco. Hoy estoy bien. Hago pú­
blico mi agradecimiento. N. N.
Gerona.—Tuvo mi hijo una caída
de moto ante la inminencia de unos
exámenes. Temiendo no pudiera ha­
cerlos, lo encomendamos a María
Auxiliadora y a Santo Domingo Savio. Pudo recuperarse y todo salió
bien. Agradecido, envío una limos­
na. N. N.
Salamanca.— Habiendo tenido un
grave accidente de carretera y ha­
biendo salido con vida, ai quitarme
la americana, noté que pesaba bas­
tante. Metí ia mano en el bolsillo
derecho y encontré la imagen de
María Auxiliadora metálica que, so­
bre un imán, llevaba siempre en el
salpicadero del coche. Atribuyo esta
gracia a la protección de la Virgen.
Creo que María Auxiliadora no aban­
dona nunca a sus hijos. José Torijano Sánchez, A. A.
Alicante.— Doy gracias a María
Auxiliadora por dos favores obte­
nidos. Primero, por la protección
sobre un familiar mío que, tenien­
do que someterse a una operación
con graves consecuencias y temien­
do lo peor, salió bien. Segundo por
una gracia de orden moral. Hago
público mi agradecimiento y envió
una limosna. Una A. A. de Alicante.

30

Ciudad Real.— Por haber encon­
trado trabajo un hijo mío tras apro­
bar unas oposiciones difíciles y des­
pués de haberlo encomendado a
Marta Auxiliadora, doy gracias y en­
vío un donativo. Marcelina Pereira.
Dan gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco por favores
recibidos y envían una limosna:
María Pérez, de Zafra; Nicolasa
Alfaro, de El Cañavate (Cuenca);
Toñi Rodríguez, de Salamanca; S.
D., de Burgos; C. Sánchez, de Ma­
drid; J. González, de Ciudad Rodri­
go; Mariluz Andrés, de Madrid; Bal­
tasar Rull Pailejá, de Zaragoza;
Deolinda Pérez Cid. de Orense; E.
Iglesias, de Soñar; Rafaela Carpió,
de Vailadolíd; M. V., de Barcelona;
A. T. de Villafranca, por haber en­
contrado una colocación difícil; An-

tonio Carrillo Moreno, de Montaña
Alta Guía (Las Palmas); I. E., de
Sádaba (Zaragoza); Irene Muñoz, de
Candelario (Salamanca); Pilar Velasco, de Arcediano (Salamanca);
J. Encinas, de Madrid; H. M., de
Zamora; Maximiliano Gallego, de
Salamanca; Pilar Pérez, de Zarago­
za; Pedro Rodríguez, de Zamora;
Carlos Carvajal, de Sevilla; Carmen
García, de Plasencia; Milagros Quesada, de Alicante; Teresa Llansana,
de igualada; María Nieves, de San­
ta Cruz de la Palma.
Teror (Las Palmas).— Llevábamos
casados más de año y medio y
nuestra mayor ilusión era que nues­
tro hogar fuera alegrado con un
hijo. Después de dos esperanzas
frustradas, hablamos con un padre
salesiano que nos recomendó el es­
capulario de Santo Domingo Savio.
A él nos encomendamos diariamen­
te. Hoy tenemos un precioso niño
con el nombre de César Domingo
Savio. Está lleno de salud y la ma­
dre se encuentra perfectamente.
Hacemos público nuestro agradeci­
miento y enviamos un donativo para
las Obras Salesianas. Tomás Ca­
brera y Exupería Lezcano.
Víllena (Alicante).— Cuando fal­
taban pocas semanas para cumplir
un año de edad mi nietecita cayó
enferma, sin que encontrase mejo­
ría, no obstante la frecuente aten­
ción médica. A los tres meses re­
currí a Santo Domingo Savio invo­
cando su protección y la niña
recuperó la salud en muy pocas
semanas. Agradecida, cumplo la
promesa de publicarlo y envío una
limosna. Milagros Cantos de Her­
nández.
Barcelona.— No atreviéndose los
médicos operar a mi sobrina de la
vista, puesto que un ojo lo tenía
ya perdido, y no respondiendo de
su resultado, con mucha fe y con­
fianza acudí a la Santísima Virgen
Auxiliadora, Ella hizo que la opera­
ción fuese un éxito.
Sinceramente agradecida le en­
vío una limosna. M. Ruiz.
Sevilla. — Habiendo sufrido una
fractura de caderas y aconsejada
por los médicos para una inmedia-

GRATITUD
V A SAN JUAN BUSCO
ta operación, que dada mi avanza­
da edad, sería a vida o muerte,
me encomendé fervorosamente al
nuevo Beato don Miguel Rúa pro­
metiéndole publicar la gracia y en­
viar una limosna; tras algunos me­
ses de espera y agudos dolores, la
enfermedad ha desaparecido y me
encuentro fuera de peligro. Cum­
plo la promesa agradecida a la In­
tercesión del Beato don Rúa. Con­
cha González Nogueral.
Salamanca.—Agradecida por un
favor recibido de don Rúa, envío
un donativo, rogando lo publiquen
en el Boletín Salesiano. T. M.
Víllena.— MI hermana estaba de­
sahuciada por los médicos a causa
de una pulmonía galopante. Cuan­
do ya no quedaba ninguna espe­
ranza, una persona, que había leí­
do en el Boletín las gracias con­
cedidas por mediación de la Sierva
de Dios Eudovigis Carfaone, nos in­
vitó a ponerla ante Dios por íntercesora de nuestras oraciones. Fue
todo uno: invocarla y comenzar a
sanar.
Posteriormente, otra hermana, en
trance de dar a luz, debía someter­
se necesariamente a operación qui­
rúrgica, lo que le aterraba enorme­
mente. Invocamos fervorosamente a
la Sierva de Dios y sin operación
ninguna vino al mundo una pre­
ciosa criatura.
En dos ocasiones más por lo me­
nos, hemos sentido la protección
de Eudovigis Carbone.
Por todo lo cual sentimos la ne­
cesidad de hacer pública nuestra
gratitud y prometemos mandar una
limosna. Lola Tarruella.

Cuenca.—Ante un asunto de su­
ma importancia para mí, acudí al
Beato Miguel Rúa y todo se ha so­
lucionado bien. Agradecida, envío
una limosna. Una devota.
Salamimca.— Por un favor recibi­
do por intercesión del Beato Miguel
Rúa, envío una limosna de agrade­
cimiento. Paz Martín.
Benavente (Zamora). — Envío una
limosna para la beatificación de do­
ña Dorotea de Chopitea por la cu­

ración de la meningitis de nuestra
hija, después de haber acudido a
su intercesión. José Román Rodrí­
guez.
Algeciras.— Encontrándome enfer­
ma, me encomendé a la sierva de
Dios doña Dorotea de Chopitea. Ha­
biendo sido escuchada, envío una
limosna de agradecimiento. Patro­
cinio Vicente.
Oliana (Lérida). — Doy gracias a
doña Dorotea por haber aprobado
mis hijos en sus exámenes. Con­
chita Puig.
San Román de la Vega (León).—
Debiendo operarse de la columna
vertebral una vecina nuestra, la en­
comendamos a doña Dorotea y todo
salió bien. Agradecidas, enviamos
una limosna. Gloria González.
Sevilla.— Habiendo caído muy en­
ferma mi madre, temíamos que el
médico nos obligara a llevarla a al­
gún hospital. Ante este inconve­
niente, me encomendé a doña Do­
rotea y mi madre pudo quedar en
casa. Agradecida, envío una limos­
na. M. Ruiz de Castro.
Pícasent (Valencia).— Hace tiem­
po que padecía de una infección
en los ojos, que me ocasionaba
constantes molestias. El médico me
recetaba pomadas y colirios, pero
el mal no desaparecía. En vista de
ello me encomendé al siervo de
Dios P. Juan Martoreil, pidiéndole
el cese de tantas molestias y pro­
metiendo publicar la gracia. Poco
a poco la infección fue desapare­
ciendo sin usar ningún remedio de
los prescritos, por lo que atribuyén­
dole al P. Juan esta gracia, envío,
junto con el testimonio de mi gra­
titud, una limosna para su Causa
de Beatificación. Amada M. Aguado.
Picasent. — Muy agradecida por
varios favores recibidos del Mártir
Salesiano P. Juan Martoreil, envío
una limosna para ayuda a la Causa
de su Beatificación. Carmen M. A.
Bilbao.— Habiendo recibido por
intercesión de María Auxiliadora y
de Santo Domingo Savío una gra­
cia muy especial con ocasión del
nacimiento de nuestro primer hijo,
que se presentaba en circunstancias

muy difíciles, y encontrándonos ya
madre e hijo en plena salud, da­
mos gracias a Maria Auxiliadora y
Santo Domingo Savio por medio
del BOLETIN SALESIANO y entre­
gamos una limosna para su culto.
Señora de Orúe.

FUERON

Reverendo don Antonio Prieto t
en Córdoba, ei 4 de febrero de
1973, a la edad de sesenta y cin­
co años. Había nacido en Barruecopardo (Salamanca) y era herma­
no de dos salesianos, don Julián
Prieto y Sor Juila.
Desarrolló con celo su vida sacer­
dotal en los colegios de Ronda,
Utrera, Málaga y Córdoba, siempre
dedicado a la enseñanza y entre­
gado a ella de corazón, como su
medio de apostolado más eficaz.
Era un trabajador incansable, el
hombre del detalle y la previsión.
Un sacerdote compañero suyo es­
cribe de él: "Era un salesiano com­
pleto, trabajador, serio, cumplidor
exacto de sus obligaciones, sacri­
ficado hasta límites poco conoci­
dos. Que el Señor suscite en nues­
tra Congregación almas de su tem­
ple salesiano".
Don Teódulo Fernández t en
Abastas (Falencia), en octubre de
1972. Su muerte fue como había
vivido, ejemplar. Era un gran ami­
go de las Obras Salesianas y un
asiduo lector del BOLETIN SALESIANO no sólo lo leía él con sumo
Interés, sino que hacia participe de
su contenido entre sus amistades.
Antonio Barbero Arribas f en Vi­
lladiego, a la edad de setenta y dos
años. Que descanse en paz quien
tanto se preocupó de dar educa­
ción a sus hijos. Y Dios, su amigo,
le reciba en su seno.
Nacido en Villahoz el día 13 fe­
brero 1901; tras diversos cambios, se

32 —

A LA

CASA

DEL

PADRE

estableció en Sasamón (Burgos) y
más tarde en Villadiego, de la mis­
ma provincia. Tuvo del matrimonio
con María Arnaiz, diez hijos; siete
viven en la actualidad. Era tanto el
empeño de regalar algunos de sus
hijos a Dios que en la actualidad
dos militan en el campo activo de
la iglesia: Saturnina, hermana de
San José de las "veladoras", y su
hijo Antonio Barbero, salesiano re­
sidente en DUITAMA, Colombia.
Se fue de esta vida, pero nos
deja su mensaje de alegría, de
compañerismo y de amistad. Quien
le conoció siempre dijo de él que
era todo un amigo.

Rossi, a sus hijos y familiares,
nuestra más viva condolencia.

Excelentísimo don Joaquín Ruiz y
Ruíz. Cuando menos podíamos ima­
ginarlo voló al Cíelo, el día 3 de
marzo, este gran Cooperador Sale­
siano.
Terminada la Guerra, cuando la
mayor parte de las Casas de la
Inspectoría de Madrid se hallaban
en ruinas, la Providencia puso en
contacto con los Salesianos a don
Joaquín.
Se dio cuenta que simultánea­
mente a la reconstrucción material
de las Casas debía pensarse ur­
gentemente en las vocaciones. Mu­
cho ayudó a que se levantara pron­
to la Casa de Arévalo, pero mucho
más ayudó a que tuviera vida vi­
gorosa. Fueron numerosas las be­
cas sacerdotales por él fundadas
en el correr de los años. Cómo dis­
frutaba con la marcha siempre as­
cendente del Aspirantado.

Doña Florencia Ordóñez f en Ma­
drid, el_ 1 de abril, a los sesenta y
siete años de edad, después de lar­
ga y penosa enfermedad llevada con
gran resignación cristiana. Su sen­
tido religioso y su vida profunda­
mente cristiana dio como fruto la
formación de sus siete hijos, dos
de los cuales pertenecen a la Con­
gregación Salesiana: don Fernando
Domínguez y Sor María Nieves, Hi­
ja de María Auxiliadora.

Ultimamente prestó también su
valiosa ayuda para ta construcción
del nuevo templo de María Auxilia­
dora en Ronda de Atocha. Quiso
así dar muestras de su gran devo­
ción a la Virgen.
Se diría que Don Sosco quiso
anticiparle una recompensa en la
Tierra antes de recibir la del Cielo.
Semanas antes de su fallecimiento,
visitaba las Regiones de la Patagonia y Tierra del Fuego, primeras
Misiones Salesianas. Mucho debió
disfrutar don Joaquín al contem­
plar la gran labor misionera reali­
zada por los Hijos de Don Bosco.
A su distinguida esposa, excelen­
tísima señora doña Josefina Cueto

Don Ernesto Pérez Iglesias t en
Salamanca. Fue antiguo alumno de
San Benito. Fue a la Casa del Padre
con la pregunta: "¿Verdad que yo
soy hijo de San Juan Bosco?” . Ha­
bla sido presidente de la Asocia­
ción de Antiguos Alumnos de San
Benito y toda su vida estuvo llena
de amor a todo lo que era sale­
siano.
Era padre dei sacerdote salesia­
no don José Luis Pérez, el funda­
dor del movimiento Adsis en Es­
paña.

Doña Concepción Fernández Ca­
ballero t en Astudillo, el 25 de fe­
brero de 1973, a los sesenta y tres
años de edad. Maestra nacional y
miembro del Consejo de Coopera­
dores. Los nueve años que estuvo
ejerciendo en Astudillo su docencia
estuvieron marcados por el escru­
puloso cumplimiento del deber. Una
semana antes de su inesperada
desaparición de este mundo, car­
gada ya con su dolencia, acudía
cojeando a la escuela hasta que el
médico la obligó a guardar cama.
Al ser trasladada en su labor do­
cente a esta villa y al conocer la
Asociación de tos Cooperadores Saiesianos dio en seguida su nom­
bre y muy pronto también fue lla­
mada a formar parte del Consejo.
Puntualísima a las reuniones, tomó
bajo su responsabilidad la enco­
mienda de promover y mantener en­
tre los niños y niñas de las escue­
las locales “ la práctica de los pri­
meros viernes de mes” . Ella les iba
avisando por las diferentes aulas y
les acompañaba a la iglesia del Co­
legio Salesiano.

r

Novedod: TEM AS DE JU V EN TU D
i.

C o le c c ió n

«HU ELLAS»

LOS JOVENES ANTE SI MISMOS.

*

Doce temas; Personalidad. Voluntad. Vocación. Sexualidad. Juventud ac­
tual. Amistades. Chicos-Chicas,
Tiempo libre.* Fe. Esperanza.
Caridad. Oración.

Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.

*

Folletos de 52 páginas en un estilo ágil
y nervioso. Se leen en breves minutos,
mientras se viaja en metro, en autobús.

Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.100 ptas.
II.

A

PUBLICADOS
1.— Basilio Bustilío.— «Un poema de amor».
(Don Bosco).
2.— Rafael Alfaro.— «A medias con D. Boscü». (Don Rúa).
5.— lesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María Mazzarello).
4.— Rafael Alfaro.— «Testimonio sellado».
(laime Ortiz).

LOS JOVENES ANTE EL MUNDO.
Doce temas: Participación. Sociedad de consumo. Trabajo. Cuestión socia!. Compromiso. Viviendas.
Emigración. Analfabetismo. Explosión demográfica. Hambre.
La guerra. Violencia.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.100 ptas.
Utilización:

EN PREPARACION
5.— Javier Rubio.— «Mamá Margarita».
5.— lesús Mairal.— «Padre Mantovani».
7.— Basilio Busiillo.— «D. Marcelino Olaechea».

Encuentros convivencias, reti­
ros, ejercicios espirituales,
charlas formativas, curso de
orientación universitaria (COU).

PEDIDOS.—Central Catequística Salesiana.

PEDIDOS.— Alcalá. 164.— MADRID - 28

Alcalá. 164. — MADRID-28.

V_________________________________________ J

V___________________________ ______________ /

OBRA VOCACIONAL
DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesíanas. los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII. por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION:
1.— Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
—La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.—La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacíonal Cooperadores Salesianos
Akalá, 164 - Madrid 28.

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Escrito con el pensamiento puesto en los
salesianos cooperadores, les brinda el ma­
terial formativo que deseaban.
Leído, comentado, hecho objeto de medi­
tación personal, de conferencias y mesas
redondas, será instrumento apto para lo­
grar los conocimientos teológicos y salesia­
nos que todo salesiano cooperador requiere.
PEDIDOS: Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. — MADRID - 28

NOVEDAD
EN
CATEQDETICA

CUADERNOS DE PEDAGOfilA
CATEQUISTICA

CUADERNOS
DE PEDABOGIA
CATEtUISTICA

PLAN DE LA COLECCION

1.
— E. Alberích.
Orientaciones actuales de la Catequesis.
2.
— E. Alberích.
Naturaleza y enfoques
de una Catequesis moderna.
3 — J. Gevaert.
Antropologia y Catequesis.
4 — J. Milanesí.
Psicología religiosa.
DE PROXIMA APARICION
5.
— J. Negri.
Problemas generales de la Catequesis.
6.
— J. Dho.
Principios de Pedagogía para la Catequesis.

PEDIDOS:

Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. — MADRID - 28
Texto
JUNIO 1973

REVÍSTA DE LA FAMILIA. SA tE SlAN A

COMO
U N VASO
DE A G U A
Queridos amigos Juanito y Mari:
Ya veo que estáis de exámenes. Estoy de acuerdo
con vosotros en que sería mucho más bonito estudiar
sin tener que examinarse. ¿Que si es molesto? Decíd­
melo a mí. Eso de tener que dar cuenta de lo que
uno sabe o deja de saber... ¿No os parece que cada
uno debería darse la nota a sí mismo y autocomprobar
el grado de ciencia o sabiduría que tiene? Lo de autocomprobar no se refiere a ninguna marca de coches,
¿entendido?
«A veces —me dice Mari— una se sabe todo es­
tupendamente y luego van y te preguntan una cosa
que' ni tiene que ver con lo que has estudiado y ¡zas!,
un suspenso que te pegan-. Tienes razón. Mari. Pero,
amigos, os quejáis ahora que estáis empezando. Y me
parece que os quedan por delante unos pocos exáme­
nes... El pensarlo es cosa de llorar...
Hay mucho que arreglar, es cierto. Y los «pedago­
gos- (¡menuda palabra!) también estudian otra pala­
bra tan difícil como la anterior; «evaluación-, otros
métodos para calificar a los estudiantes.
Pero lo más importante es que asi os vais dando

DON

BOSCO

tina página para loa niñoa
cuenta de que en la vida no se puede estar con los
brazos cruzados ni tan sólo pensar en jugar y divertir­
se. Hay que trabajar y ganarse el pan con el sudor
de la frente, que es como decir con el propio esfuerzo.
Mas también esto es bonito, ¿verdad?
Y a propósito de sudor, oíd;
«Era una hermosa tarde de verano —escribe el
mismo D. Bosco— y yo. que sólo tenía cuatro años,
salí a dar un paseo con mi hermano José. Cuando
volvimos veníamos cansados, pero sobre todo sedien­
tos: mi madre nos trajo agua, pero le dio primero a
José. Yo, viendo aquella especie de preferencia, cuan­
do llegó mi turno me mostré resentido y no quise
beber. Ella, sin decirme nada, tomó el jarro y lo puso
en su sitio. Me mantuve serio algunos minutos, pero
después dije con cierta timidez:
— ¡Mamá!

—¿Qué quieres?
—Dame agua.

—Creí que no tenías sed.
— Perdón, mamá.

—Eso ya es otra cosa.
Y sonriendo me presentó un vaso de agua».
Algo conmovedor, ¿verdad?
Bueno —me diréis— , esto no tiene que ver mucho
con ios exámenes. Pero sí con el trabajo, con el propio
esfuerzo. Porque si uno necesita apretar los codos
para estudiar —aunque se rompan—, también se ne­
cesita sudar y hasta morderse los labios, si es pre­
ciso, para dominarse a sí mismo.
Amigos, al final, siempre nos espera la alegría co­
mo un vaso de agua clara.
Vuestro amigo.
Padre RAFAEL

Revista de la Obra d e Don Bosco
Año LX X X V Ii • N « 6 - Ju n io 1973

Cuestión de generosidad

D ire c to r: RAFAEL ALFARO
D ire cció n , R edacción y A dm ón.:
A lcalá . 164
T e léfo no 255 20 00
M A D R ID -2 8
D epósito L egai: M. 3.044-1958
(Con censura e cle siá stica )
Im prim e: Escuela G rá fica Saleslana
M adrid-A tocha

EN ESTE NUMERO
Págs.
Cuestión de generosidad
Et sentido de la gratuid a d ..............................
Un centro de orientación
juvenil .........................
La esperanza de una des­
pedida ........................
Olvidadlo todo ..............
Javier Artuch, Presidente
nacional de Exalumnos
Perdido en la Polinesia.
A los veinticinco años
del Colegio de San
Fernando ....................
Pascua sacerdotal en Sa­
lamanca .....................
Bodas de p l a t a sacer­
dotales .......................
Los pequeños esparta­
nos kekchfes..............
La misión saiesiana de
Baucau ......................
Cooperación saiesiana y
Tercer Mundo .........
Nuestra gratitud .........
Fueron a la casa del Pa­
dre .............................

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23
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27
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30
32

NUESTRA PORTADA
Fin de curso. El colegio abre
sus puertas y los pájaros vue­
lan. Se recogen ios frutos del
trabajo. Las vacaciones brin­
dan so! y dicha. Atrás que­
dan los libros, los profesores,
el dulce recuerdo del colegio.
Foto.— Juan José Ramón.

• Hemos dado la noticia de diversas maneras en nuestra revis­
to. 36 han sido los nuevos sacerdotes de este año en el Teologado de
Salamanca. La cifra parece alta para los tiempos que corremos, pero
al dividirla entre las tres inspectorías de Bilbao, León y Madrid, to­
can a 12 en cada una. L o cuol no es mucho si se considera que han
recibido la ordenación sacerdotal los jóvenes salesianos de los dos
últimos cursos de Teología (3.® y 4.®), cuando antes sólo se ordena­
ban los de cuarto curso.
• L o cierto es que el Señor continúa llamando al corazón de los
jóvenes para invitarlos al ministerio sacerdotal sidlogía y eligen libremente
sus estudios j oficios s^ún sus ap­
titudes y opdcmes.

Los exalumnos — subraya el di­
rector— tienen un inmenso cariño
al centro donde se educaron. Pre­
gunto por el número de alumnos.
Son 900 internos; 510 de Educación
General Básica y 390 de Formación
Profesional. Hay que sumar a éstos
los 200 del pabellón infantil. Total,
un pueblo de 1.100 muchachos in­
ternos. Aquí tienen su casa todo el
año, excepto los meses de vacaciones.
Pero, aun así, quedan muchos en el
colegio: los que no tienen familia.
Otros no van a casa o regresan en
seguida. Y es que atraen lo suyo las
C O LO N IA S VERANIEG AS.
Formidable es el campamento de
Rascafría, en la Sierra de Guadarra­
ma. Los muchachos se dividen en dos
tumos de 75 y pasan allí un mes de
veraneo. T am b iá hay colonias marí­
timas: Caleta de V áez, en Málaga,
y Burriana.
Veinticinco años de familiaridad,
viviendo el ambiente salesiano de la
pedagogía de Don Bosco han realizado
la conmovedora transformación de
estas generaciones de jóvenes. Mu­
chos de ellos ocupan ptiestos relevan­
tes en la sociedad.

U N POCO DE H ISTO R IA
Fue el mismo Rey Alfonso X I I I
el primero que ofreció este centro a
la Congregación Salesiana en la persona dcl entonces inspector de Madrid, don Marcelino Olaechca. En
1948, el Jefe de Estado repitió el
ofrecimiento a don Modesto Bellido
lo aceptó a instancias del Patriarca
de las Indias Occidentales, monseñor
Eijo y Garay.
El 30 de junio de ese año los Sa­
lesianos tomaban posesión del Cole­
gio. Lo primero que se realizó enton­
tas fue preparar intensivamente a los
que habían hecho el servido militar
y aún estaban en el colegio. Había
que colocarlos en seguida: Correo,
Ayuntamiento, etc. Después se tuvo
la preocupadón de ir colocando a los
que ya pasaban la edad escolar. Así
se comenzó luego a organizar la fun­
dón docente y profesional. Ardua
tarea. La Enseñanza Primaria se en­
caminó pronto; la Profesional em­
pezó a andar por el momento y, dos
años más tarde, la reconocía el M i­
nisterio de Educadón por orden del
13 de enero de 1951.

17

i

Mucha agua ha recorrido en estos
veinticinco años para llegar a la actual
organización de la enseñanza que hoy se
imparte. Mucho caudal humano. Salesianos entregados y sacrificados. Ge­
neraciones de alumnos y profesores.
Historia viva y conmovedora, escrita
en páginas no de papel, sino de co­
razones. Páginas a veces brillantes,
a veces amargas, a veces desconocidas
y anónimas, Sólo Dios sabe el es­
fuerzo realizado en este cuarto de
siglo en el Colegio de San Fernando
de Madrid.
Actualmente, en el colegio se im­
parten:
— Los seis primeros cursos de
Educación General Básica.
— 7.“ y 8." de Enseñanza Primaria.
— Adaptación Profesional.
— Oficialía Industrial.
— Primer grado experimental de
Corte y Confección Industrial.
— Primer grado experimental de
Auxiliadores Administrativos.
— Maestría Industrial.
Las ramas y especialidades recono­
cidas por el Ministerio de Educación
y Ciencia para el curso actual son
las siguientes:
Metal.— Mecánica: Ajuste, Torno y
Fresa. Construcciones metálicas: For­
ja y Cerrajería; Soldadura y Chapa.
Électriddad.— Instalación y bobina­
do.
Madera.— Ebanistería y Carpintería.
Corle y Confección Industrial.—
Confección Industrial y Sastrería de
caballero.
Delineantes.— Dibujo Industrial y
de la construcción
Los primeros beneficiados de la en­
trega u su formación profesional son
los mismos jóvenes. Del colegio salen
ya colocados a ocupar sus puestos en
la industria y en las empresas.
Pero además, han cosechado verda­
deros triunfos en sus participaciones

a los concursos nacionales e interna­
cionales de formación profesional. En
el concurso de este año pasado han
obtenido los seis primeros puestos
provinciales; de ellos, han sido tres
campeones del sector y el Colegio se
ha traído del certamen de Sevilla el
Campeonato nacional de Corte y Con­
fección. Se trata del alumno José
Martínez Bueno, quien recogió el pri­
mer premio de manos del Caudillo.
Los Antiguos Alumnos, agradeci­
dos a la labor de su colegio, regresan
a él con cariño, aunque tienen tam­
bién su centro independiente en Gar­
cía de Paredes, 92. Editan su revista
“ Unión" y tienen su club juvenil don­
de organizan fiestas, conferencias, re­
uniones... Y es que la semilla salesiana, sembrada con amor, cayó en
buena tierra para fructificar copiosa­
mente.

LOS EDUCADORES
Don Santiago me pondera la ardua
labor de los salesianos en estos vein­
ticinco años. Cuántos salesianos han
pasado por este colegio dejando hon­
da huella de hombres y de apóstoles.
Se ha sembrado en el dolor y en la
esperanza, en el gozo siempre. A
veces, el hombre ha quedado diluido
en la denominación de salesiano sacer­
dote o coadjutor. Es Don Bosco al
fin y al cabo, el que con su espíritu
ha obrado el prodigio.
Y me dice algunos nombres con
el miedo de callar muchos otros que,
en justicia, deberían citarse: don Agapito Roldán, don Benito Arambarri,
don Alejandro Vicente, don Honorino
Tejedor... Luego, don Cayetano Guidi, don Juan Alvarez, don Casimiro
Iraola, don Faustino Sánchez, don
Ramón Rueda, don José Juarros...

Ba}o la techumbre del ci«lo y de los árboles en el canH>amenlo de Ras*
cafría.

Todos ellos salesianos coadjutores que
son los que han hecho el colegio en
sentido profesional.
Continúa don Santiago hablándome
de la extraordinaria labor de la Dipu­
tación Provincial y de su dinámico
y eficaz Presidente don Carlos Gon­
zález Bueno; de los profesores laicos,
algxmos de ellos antiguos alumnos
del Colegio, y de las asistentes socia­
les que son como la “ lunga manus”
del director para la solución de múl­
tiples problemas humanos y para las
colocaciones de los chicos. Todos, en
unidad de colaboración para atender
y servir a los jóvenes necesitados,
ios más necesitados de Madrid y su
provincia.
La comunidad salesiana realiza una
formidable labor pastoral. Organiza
celebraciones eucarísticas por grupos,
charlas de formación, retiros. Hay
una ejemplar organización de un equi­
po de psicología y psicopedagogía te­
rapéutica para estudiar uno por uno
a todos los chicos.

A L G U N A S A C TIV ID A D E S
Esta ciudad de los muchachos que
es el San Fernando parece una colme­
na de actividad. El trabajo cunde,
aunque el tiempo es breve y limita­
do. N o se puede hacer todo lo que
se desea. Pero, al margen del taUer
y del aula, se desarrollan numerosas
actividades para escolares que dan
vida al colegio.
En sus días, fue célebre la Banda
de San Fernando. Sus notas resonaron
hasta en el extranjero con el prestigio
y nombradla de una de las mejores
bandas juveniles. De sus filas han
salido estupendos músicos que hoy
pertenecen a la Banda Municipal de
Madrid o a otros grupos artísticos
y musicales. Ahora resulta imposible

Aprenden a
dominar el hierro...

— 1 -r

continuar con ella. Las familias no
tienen excesiva fe en la música y
prefieren que sus hijos adquieran una
profesión que Ies permita alcanzar
en corto plazo im sueldo remunerador. La formación profesional es más
rápida y tiene mejores salidas.
N o obstante, en los ambientes ma­
drileños ha causado sensación EL
CORO de voces blancas. Es un buen
suplente de la antigua banda. Estos
chicos del coro de San Fernando son
unos verdaderos artistas. Cuentan con
ima buena cosecha de éxitos y han
grabado discos. Su director don Mi­
guel Groba ha logrado un conjunto
de calidad y no sólo interpreta piezas
folklóricas, sino atrevidas partituras
clásicas.
L A BIBLIO TECA. Es hermoso ver
a los jóvenes entregados a la lectura
de libros y revistas en el mayor si­
lencio. El amplio local luce sus arma­
rios y estanterías repletos de volú­
menes que no son simples adornos.
Una bibliotecaria y un asistente tie­
nen al día los ficheros y atienden al
orden. Los chicos leen, consultan li­
bros, sacan apuntes.
“ E N E Q U IP O ” es el título de la
revista colegial de deportes. Dirigidos
por un salesiano, la hacen ellos mis­
mos, entrenándose así ta m b ié n al
periodismo. Hojeo algunos números
y veo que hay estupendas crónicas
deportivas. En el colegio son muchos
los equipos de fútbol y de balon­
cesto. Pertenecen a diversas federa­
ciones colegiales y tienen en su haber
una espaciosa vitrina de trofeos. Dig­
no de destacar es el CROSS D ON
BOSCO que tiene lugar una vez al
año. Participan en él más de 1.000
jóvenes de distintos colegios y barrios
de Madrid.
Fabuloso — rae dice el director—
es el F E S T IV A L DE L A C ANCIO N.
Los chicos componen la música y la
letra de sus canciones. Hay sucesivos
programas de eliminación y selección.

ff
Lástima que no se oíga la melodía que están interpretando.

Para las canciones finalistas hay un
festival en el que interpretan las can­
ciones con acompañamiento de or­
questa, como Dios manda, al estilo
de los grandes festivales de la can­
ción. Naturalmente, se dan SUS co­
rrespondientes premios.
Mucha vida la de este pueblo ju­
venil que forja su futuro en la reali­
dad presente, alegre y prometedora.

U N COLEGIO
DE PU E R TAS AB IE R TA S
Muy cerca del colegio está también
la ciudad de los ancianos, con sus
nuevos pabellones y la elegancia de
sus loches. Pues asimismo resulta
simpática la presencia de los viejecitos que cambian su bar por el del
colegio. Con su cadiava y sus años,
paso a paso, llegan al colegio. Se
sientan a la mesa del bar, charlan y
regresan con gozo y como rejuvene­
cidos después de haber convivido en
el colegio de los muchachos.
Nuestro ambiente — me dice el di­
rector— es a b ie r to de puertas e
ideas. El c o l^ o está abierto para
todos. El pueblo de Fuencarral, por
ejemplo, se beneficia de nuestros cam­
pos deportivos. Los jóvenes gozan de
amplia libertad. De acuerdo con la
comunidad educativa, los muchachos
aceptan libremente el orden y el
horario de clases. Es el modo de
formarlos también para la posterior
participación en la vida social.
M IR A N D O A L FUTURO
Don Santiago me enseña unas cuar­
tillas mecanc^rafiadas con los prefec­
tos de un futuro inmediato para la
renovación y ampliación de! c o l^ o .

La Diputación Provincial se preocupa
de estas obras y prepara un bonito
presupuesto. Tenemos en perspectiva
unos 205 millones de pesetas para
la renovación y ampliación de la casa.
■Los veinticinco años nos han dejado
ya muchas cosas viejas. Hay que actua­
lizar y crear nuevas obras imprescin­
dibles para nuestra época. Así me
presenta un catálogo de próximas rea­
lizaciones; salón de actos, pabellón
de viviendas, central de transforma­
ción eléctrica, piscina cubierta y ves­
tuarios, gimnasio, nuevos pabeílones,
laboratorios, campo de fútbol y pis­
cina abierta, central tcléfonica, pór­
ticos, equipo de autobuses...
El director habla de estas cosas no
como sonando, sino como de reali­
dades que están a punto de florecer.
*

*

*

Veinticinco años de vida salcsiana en
el G)legio de San Fernando. Los Salcsianos de los primeros años se con­
mueven hoy al ver las realidades
presentes. Son los milagros del sis­
tema de D. Bosco y del trabajo de los
hmnbres que no dudaron en consa­
grar su vida a esta misión. Hoy se
recoge el fruto de sus sudores y se
confirma que el grano de mostaza
del Evangelio sigue creciendo y la fe
continúa obrando maravillas.
Es primavera. Por los jardines corre
un aire limpio con olor a pinos. Los
sauces peinan su verdor. Un cielo velazqueño aparece con celajes rosa.
Es el atardecer. El director pone a
mi disposicii^ el Simea 1200 del co­
legio para regresar a casa. Es natural,
tenía que volver “ en el cxxíie de San
Femando” . Pero modernizado, desde
lu^o.
R AFAE L ALFA R O

— 19

36 jóvenes salesianos han recibido la ordenación sacerdotal.
Al final de la ceremonia, cada nuevo sacerdote llevaba al altar a su
propia madre, para que el Obispo le impusiera la insignia de “Madre
de sacerdote'’.
Y a habíamos dado )a noticia el
mes pasado. Ahora ofrecemos el
número exacto de los nuevos
sacerdotes; 36. En unos tiempos
en los que se nos están olvidando
estas consagraciones masivas de
sacerdotes es una buena noticia
que conviene comentar para estí­
mulo y esperanza de todos. C ier­
to que las vocaciones han dismi­
nuido. Pero también es cierto que
hay vocaciones, es decir, hay jó ­
venes generosos que ofrecen su
vida, que la consagran al Evan­
gelio. Tampoco conviene callarlo.
El pa.sado 22 de abril. Fiesta de
la Pascua de Resurrección, en el
Teologado Salesiano de Salaman­
ca. 36 seminaristas salesianos re­
cibieron la ordenación sacerdotal
de manos de Monseñor Eugenio
Peirou, obispo salesiano de Com o­
doro de Rivadavia (Argentina).
UN LAR G O C A M IN O
Todos sabemos el largo camino
de estos jóvenes sacerdotes que
comenzaron sus estudios hace
diecisiete o dieciocho años. Atrás
quedan muchas armas vencidas

20

de otros que como ellos también
empezaron. Ahora ellos sentían
el gozo del ideal cumplido.
Primero fue el Bachillerato. De
pequeños sintieron la meta del
sacerdocio como algo lejano y a
la que irían acercándose paso a
paso, insensiblemente. Después, el
noviciado, para entregarse al Se­
ñor en la Congregación Salesiana. y los estudios de Filosofía y
Magisterio. Luego, tres años de
tirocinio práctico en los colegios
de sus Inspectorías, como profe­
sores y asistentes de los mucha­
chos. para concluir con los cua­
tro cursos de Teología, el último
período de su formación para el
sacerdocio. Hasta llegar al día de
Pascua del pasado 22 de abril.
Día eterno. Fecha inolvidable. Cris­
to ha llegado en primavera, como
en una Navidad equivocada, al
encarnarse de nuevo en estos 36
noveles sacerdotes.
Lejos, anidando en la nostalgia,
quedaban los días en que dijeron
adiós a sus familias para seguir
su vocación salesiana respondien­
do generosamente a la invitación
del Señor. Unos venían de la paz

de algún pueblo castellano, tal
vez, con la futura ilusión de ser,
acaso, misioneros. Otros cambia­
ron el colegio salesiano donde se
educaron por la casa de form a­
ción o seminario: Zuazo de Cuartango. Cambados, Arévalo...
N o pudieron faltar lágrimas, en
aquel entonces, en los ojos de sus
madres. H oy tampoco han falta­
do; pero de gozo y de esperanza
cumplida: sus hijos son ahora y
desde ahora ministros del Señor.
U NO ES EL ESPIRITU ,
Y D ISTINTO S, LOS CARISIMAS
Todos estos hermanos han reci­
bido el Espíritu, el don de Dios
que han de repartir mediante la
palabra y los sacramentos. A lgu ­
nos de ellos han trabajado ya du­
rante algunos años en tierras de
misiones y del Tercer Mundo. L le­
gan al sacerdocio con su vocación
agrandada, dispuestos a regresar
a aquellas regiones, donde almas
hambrientas de la palabra de Dios
carecen de quienes se la reparta.
Otros, en estos años de la cul­
minación de su preparación sacer-

i SACERDOTAL EN SALAM ANCA
dotal, han comprendidos que el
sacerdocio no tiene fronteras; que
no es lícito instalarse en posicio­
nes tomadas, sino que hay que
avanzar adonde aún no ha llegado
la luz cristiana... y han solicitado
partir para las Misiones.
Es estupendo p o d e r subrayar
estos rasgos de generosidad, que
vienen de los jóvenes. Con fre­
cuencia se generaliza y se define
a la juventud por algunos actos
delictivos o poco edificantes. N o
es justo. Ahora lo podíamos hacer
al revés. Lo cierto es que el Se­
ñor, en el Evangelio como en la
vida, invita siempre a los jóvenes,
generosos o menos generosos, jo ­
ven El, al fin y al cabo, que en­
tregó su vida a los treinta y tres
años de edad.
L A O RD ENACIO N
Es siempre emocionante presen­
ciar una o r d e n a c ió n sacerdotal.
Sobre todo, cuando entre los or­
denandos h a y un fam iliar o un
amigo. Se siguen con amor todos
sus pasos y movimientos.
La amplía iglesia del Teologado
estaba abarrotada de público: fa­
milias, amigos y compañeros de
los n u e v o s sacerdotes. Se suce­
dieron ordenadamente los puntos
de una liturgia impecable:






Llamada del director del Se­
minario: «Acérquense los que
van a recibir e! Presbiterado».
Palabras del Obispo en las que
explica las funciones y respon­
sabilidades de los Ministros de
C r is t o : celebrar los sagrados
misterios, p r e d ic a r , perdonar
los pecados... Para decirles des­
pués: «Im itad lo que hacéis».
Imposición de las manos del
O b is p o y de los sacerdotes
presentes para indicar la uni­
dad del sacerdocio y para con­
ferir la ordenación (rito que
viene d e s d e lo s Apóstoles,

El nuevo sacerdote
acompaña a su madre
para que
el obispo
le imponga la insignia
de “Madre de sacerdote”.



A l final cada nuevo sacerdo­
te llevó al altar a su propia
madre para que el Obispo le
impusiera la insignia de «M a ­
dre de sacerdote».

Con razón decía Bazin que hay
madres cristianas que tienen co­
razón sacerdotal. Y a que ellas no
lo son, saben vivir profundamen­
te el sacerdocio de sus hijos.
A l salir del templo, todos ex­
presaron su alegría en abrazos, sa­
ludos, efusiones, grupos fotogrófico.s.
L A F E LIC ITA C IO N
El homenaje a los noveles sacer­
dotes había comenzado en la mis­
ma liturgia de la ceremonia con
el estreno de una magnífica misa
cantada, compuesta expresamente
para el acto por el salesiano don
Antonio Zamorano, e interpretada
por un coro mixto con acompaña­
miento de instrumentos.
Por la tarde, en el teatro del
Seminario Salesiano, tuvo lugar
una artística velada organizada
por sus compañeros, con la cola­
boración de niños y niñas de los
colegios salesianos de la ciudad;
cuadros plásticos, folklore espa­
ñol, orquestina del mismo Teologado, canciones polifónicas...
Número especial fue la inter­
vención del padre de uno de los
nuevos sacerdotes que ofreció a
los asistentes las notas de su gui­

BECAS POR LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BILBAO
Beca «Mamá Margarita». L . Cañada. Pamplona. N. e .: 250. T . : 32.750 pts.
Beca «Sr. Magín». Bichar. Deusto. N. e.; 1.000 pts. Total: 4.000 pts.
Beca «Fam ilia Imbert». N. e.: 10.000 pts. Total: 60.000 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «D. Sebastián María Pastor». Córdeba. N. e.: 300. Total: 68.315 pts.
Boca «D. Vicente Reyes». N. e.: 300 pts. Total: 3.000 pts.
Beca «Arch. de María Auxil.» Sta. C. Tenerife. N. e .: 10.000. T . : 55.000.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«María Auxiliadora». Arch. Cádiz. N. e.: 1.000 pts. Total: 60.000 pts.
«Corpus Chrlsti». Srta. J. Quintana. Sevilla. N. e.: 100. T . : 16.300 pts.
«María Auxiliadora». Morón. N. e .: 5.000 pts. Total; 21.000 pts.
«R . D. José Monserrat». Cádiz. N. e .: 3.000 pts. Total: 16.000 pts.
«D. Rafael Romero». S. José del Valle. N. e.: 21.000. T .: 43.000 pts.
«Santiago Apóstol». Cádiz. N. e .: 25.000 pts. Total: 95.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«Fam ilia Francia G.» Salamanca. N. e .; 2.000 pts. Total: 23.000 pts.
«Besama». L . Limia, 100 pts. Total: 129.850 pts.
«Salesianos Don Bosco*. Primera entrega: 197.525 pts.
«D. Pedro Gil». N. e.: 2.000 pts. Total: 4.000 pts.
«Kybartas». N. e .: 10.000 pts. Total: 22.500 pts.
«M. A. L .» N. e.: 1.000 pts. Total: 63.000 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «Doña María Aguilar Vda. de Morales». Onteniente. N. e .: 50.000 pe­
setas. Total: 100.000 pts.
Beca «Santa Teresa». Crevillente. N. e.: 50.000 pts. Total: 88.000 pts.
Beca «Francisco Gil Esteve». Valencia. N. e .: 13.000 pts. Total: 37.000 pts.
Beca «Azul y Rosa». Valencia. N. e.: 9.000 pts. Total: 9.000 pts.
Beca «Antonia Cabot Aparicio». Albacete. 7.500 pts. Total: 7.500 pts.
Beca «San Bernardo». Vülena. N. e .: 10.000 pts. Total: 72.000 pts.

tarra. Uno de los nuevos orde­
nados dio las gracias a todos en
nombre de sus compañeros por
las felicitaciones recibidas en el
día inolvidable.
« « *
Detrás de ellos, otros cientos
de muchachos y jóvenes se pre­
paran en los seminarios salesia-

Imposíción
de manos
sobre
las cabezas
de los
ordenados.

nos para llegar un día a la mis­
ma meta. La sola provincia salesiana de Madrid cuenta con 400
seminaristas m e n o r e s y más de
100 seminaristas mayores. En to­
das las inspectorías e s p a ñ o la s
preocupa el problema vocacional,
sin duda uno de los más impor­
tantes para continuar en el futuro
con la misión salesiana. Y a el
Rector M ayor decía en su carta
de principio de año; «C om o se ve,
aunque no tenemos el florecim ien­
to vocacional de antes, el Señor
no deja de enviarnos vocaciones,
provenientes, por lo general, de
nuestras obras juveniles (señal del
buen trabajo que en ellas se rea­
liza). Subrayo la madurez y for­
mación de las mismas, por lo que
abrigo grandes esperanzas de per­
severancia. El problema de las vo ­
caciones exige de toda la Familia
Salesiana una asidua y continua
oración para que el Señor no cese
de enviar obreros a su mies.»
La Congregación Salesiana, na­
cida para la juventud, especial­
mente pobre y necesitada, ofrece
esta alegría a la Iglesia de Espa­
ña, como indicando que aún hay
generosidad cristiana en muchos
\6venes, que el ideal de seguir al
Señor sigue siendo hermoso, aun­
que sacrificado.
S. M . I.

BODAS
DE PLATA
SACERDOTALES
Estampa salesiana: Don Honortno Tejedor rodea*
do de muchachos.

Siete salesianos celebran en este mes de junio sus
bodas de plata sacerdotales. Son los que recibieron
la ordenación sacerdotal en 1948, en el Teologado de
Carabanchel. He aquí sus nombres: don Faustino Ayuso (Turín), don Benito Castejón (Cuenca), don Arsenio
Fernández (Logroño), don Manuel Kasik (Checoslova­
quia), don José Martín (Madrid-San Blas), don José
Ramos (Utrera), don Honorino Tejedor (Madrid-San Fer­
nando), don Ricardo Barrueco (t).
Veinticinco años de ministerio sacerdotal merecen
ser recordados por la Familia Salesiana, no sólo para
felicitar a los hermanos que han cumplido esta meta,
sino para agradecerles el servicio que han prestado
a lo largo y a lo ancho de la España Salesiana, sem­
brando el Evangelio y el espíritu de Don Bosco.
Hemos podido hacer una entrevista al padre Hono­
rino Tejedor, sacerdote que sufre en San Fernando los
efectos de una parálisis. Es un buen testimonio la res­
puesta de un salesiano que vive la alegría de su vo­
cación en el dolor.
PREGUNTA. — ¿Se siente feliz de sus veinticinco
años de sacerdocio?
RESPUESTA.— Muy feliz. Son veinticinco años entre­
gados al Señor en la Congregación Salesiana. He tra­
bajado por cumplir la misión que se me ha confiado
y siento alegría y satisfacción. Celebraré el aniversario
en un pueblecito de gentes sencillas que ha dado mu­
chas vocaciones: Collazos de Boedo. Y doy gracias ai
Señor por los favores recibidos y repartidos en estos
veinticinco años.
P.— ¿No se siente deprimido en su enfermedad?

R.— Creo que los enfermos somos ios miembros más
escogidos, la parte más sensible del Cuerpo Místico
de Cristo. Creo también que los pobres, los pecadores
y los enfermos son los que reciben las predilecciones
del Señor en el Evangelio. Asimismo me parece que
el dolor es una misión con un específico fin redentor.
Los términos cruz-alegría no son contradictorios.
P.— ¿Contento de su vocación salesiana?
R.— La vocación salesiana la llevo en el corazón
como el tesoro mayor de mi vida. Agradezco al Señor
su llamada. Expreso también mi agradecimiento a los
Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora por la
caridad que usan conmigo. Ofrezco mis sufrimientos
por la perseverancia de las vocaciones salesianas.
P.— Como salesiano, ¿qué piensa de los jóvenes de
hoy?
R.— Siempre me he entregado con amor a los jóve­
nes de nuestros colegios. Creo que los jóvenes nece­
sitan de nosotros. La juventud nunca debe renunciar
a la esperanza por difíciles que sean los tiempos.
P.— ¿Recomendaría algo a los lectores del BOLETIN
SALESIANO?
R.— La devoción a la Virgen. Creo haber vivido des­
de pequeño la devoción a María Auxiliadora. Hoy es
para mí un consuelo. Como sacerdote, me comprometí
a propagar su devoción sin descanso. Aprovecho esta
oportunidad para hacerlo.
*

iti

*

También aprovechamos esta oportunidad para feli­
citar a estos salesianos en sus Bodas de Plata Sacer­
dotales.

— 23

Los
pequeños
espartanos
Kekchíes
Con su estilo sencillo, pero gráfico, nos escribe otra vez, desde su misión de Carcha, en Guatemala,
G ABRIEL C A N O N IG A . Es un artículo estremecedor, para hacemos pensar.
En otras ocasiones lo prosentábamos como misionero bilbaíno. H oy nos corrige: «Padre Rafael, dis­
cúlpeme. Estudié cursillos de Medicina en Bilbao, pero soy leonés. Le agradecemos las publicaciones».

Ahora nos escribe enviándonos un S. O. S.: “NOS HACEN FALTA MUCHAS MEDICINAS”

Para mí lo más curioso de estas gentes siempre fue
fijarme con atención en un niño indígena, todavía
de pecho. A l mirarlo siento pena, y, al mismo tiem­
po. me da risa... Se me agolpan en cadena un mon­
tón de sentimientos contradictorios entre sí. algunos
parece que sólo tienen ojos, esos ojos redondos
y grandes, contrastando lo negro de su pupila con
lo blanco - amarillo de su conjuntiva, sus pómu­
los hinchados y su piel arrugada contra los hue­
sos, tomando su misma forma. Lo más llamativo, sin
lugar a duda, son sus ojos, señal de que en ese cuer­
po hay vida. A pesar de esta primera dramática des­
cripción, la vida le hará «resistente y sufrido».
N AC E EL FUTURO E S PA R TA N O
Poco menos que a la intemperie ven la luz estos
niños. A la sombra de unos cuantos palos clavados
en el suelo en forma cuadrada, y por techo hojas de
caña, nace el que más adelante recorrerá la flores­
ta con un quintal de carga a sus espaldas sujetada
a la frente, por el mecate (especie de correa que ama­
rran a su frente para trasportar la carga) caminando
por senderos que otros necesitarían el cayado para
sostenerse; recorriendo las fabulosas distancias de
veinte y treinta kilómetros, portando en su morral
por comida unas rodajas de maíz embadurnadas con
«ch ile», especie de pimienta picante, con la diferen­
cia que pica más, y como líquido una botella de
agua de masa de maíz.

24 —

A los pocos días de nacer, el pequeño indígena es
castigado duramente por los mosquitos y otros microenemigos del hombre de estas latitudes. Su cuerpecito se le llena de pequeñas ronchas, que le provocan
gran picazón. Sus mamás le cocerán unas hierbas,
y su jugo lo derramarán sobre sus ronchas para ali­
viarlos.
T A X I G R A TU ITO
Hasta los cinco o seis años, el niño indígena siem­
pre va colgado a las espaldas de su mamá, ese es su
nido permanente. Adonde vaya la mamá, allá va nues­
tro pequeño hombre, durmiendo la mayor de las ve ­
ces, o si no contemplando lo que va quedando del
sendero andado. Una v ez me dijo el P. Miguel: «M ira,
parece como si llevara un tronquito de leña a sus
espaldas. Y o le negué que fuera un tronco de leña.
Por supuesto, es un pequeño espartano — le dije.
Y cuando la mamá tiene que hacer la masa para
la tortilla (pan de maíz), no hay problema, el niño se
cuelga de un palo de la choza y. ahí suspendido, per­
manece nuestro hombre durante horas, y si están
en la floresta trabajando su tierra para el maíz, el
niño, ¿dónde está? Si tú miras alrededor, lo verás
colgado de un tronco de árbol, dormido seguramente
o si no meditando en la nada...
A los cinco o seis años el niño abandona el taxi.

sos para los niños. Por esto los papás prefieren que
su niño aprenda a manejar bien el machete, pues esto
le va a ser más útil en la vida.
Y así por cualquier sendero que pasamos vemos a
estos pequeños espartanos hacer vida libre, cami­
nando bajo el sol tropical, o ab an tan d o lluvias to­
rrenciales, a pie descalzo, cubriendo siempre su ca­
beza con un sombrero de paja y portando su arma
de trabajo: el machete.
Mientras el niño indígena toma del pecho de su
mamá, su aspecto no aparenta desnutrición; pero a)
dejar la leche por el maíz es un momento que deja
señales en sus cuerpos, todavía no hechos a la co­
mida de los mayores. Es el momento de la enferme­
dad que ataca y a muchos los pasa a la «vid a de los
espíritus». El niño indígena, una ve z que pasa los
doce años se hace resistente y sufrido. Con sus pies
descalzos trasporta cargas a grandes distancias, des­
de sus cultivos de maíz a sus chozas, y llegando su­
dorosos y mojados muchas veces por la lluvia, tal
cual llegan, se tumban en sus hamacas a esperar el
nuevo día.

V ID A A L A INTEM PERIE
A esa edad el niño indígena va con sus papás a to­
das partes, la niña im ita a su mamá llevando su pe­
queña bolsa colgada así a la espalda. El niño ya tiene
sus pantalones y su sombrero, y pronto le comprarán
el machete, arma inseparable de trabajo que, día
tras día, desde que sale el sol hasta su puesta, col­
gará de su cintura. A l niño indígena le gusta siem­
pre acompañar a sus papás a todas partes, y aunque
estos viajes siempre son de varias leguas, ahí va el
pequeño hombre abriendo la fila india. Un día irá
al mercado con sus papás o hermanitos, y allí en­
contrará muchos niños de su edad que también v i­
nieron de sus poblados. En el tiempo del «catoc»
(la quema de la maleza) también irá con su gente,
pues nadie queda en casa. Prim ero hay que cortar la
maleza y después se quema para más tarde poder
sembrar el maíz.
En la época de la quema (catoc), la serpiente, v ie ­
ja enemiga del hombre, se hace sentir mucho en es­
tos lugares, debido al calor que producen las quemas,
y más de uno, llega víctim a al pequeño dispensario
pidiendo medicina; pero lo curioso es que cuando v ie ­
nen a pedir medicina ya hace un mes que les picó
la serpiente. Y... ¿Cómo no se han muerto? Hay hier­
bas para eso y su brazo viene cubierto con un em­
paste que contrarresta el veneno, de manera que el
peligro ya pasó cuando ellos llegan al dispensario;
pero se les nota el brazo bastante hinchado y un
tanto insensible, pues ese empaste de hierbas actúa
impidiendo la circulación sanguínea.
A los doce años, algunos frecuentan algunas escuelitas, tipo choza, que el gobierno ha diseminado
por estos lugares; pero debido a muchas circuns­
tancias sólo un 40 por 100 las frecuentan. El indíge­
na todavía no ve la utilidad de la escuela; las distan­
cias son de horas a pie por senderos a veces peligro­

“Lo más
llamativo
de los niños
kekchies b
son sus ojos”,
por los
que enseñan .
el alma.

FUTBOL
El fútbol les encanta a estos niños, tanto que tene­
mos un campeonato en marcha. Cada poblado ha for­
mado un equipo, y aquí en la Misión se juntan todos
los sábados y domingos para los partidos, y salen
alegres a jugar después de haber caminado una hora
o dos para llegar, más el regreso que les espera. Al
principio era un espectáculo verlos jugar. Parecían
estatuas que sólo movían los pies, con sus lomos bar­
nizados por el sol y el duro trabajo (ya quisieran
muchas playistas tener el color de su piel). Son ocho
equipos, va en primer lugar el de Campur (caracol
amarillo) y le sigue Rubelchoc (bajo la nube). Eso
sí, el fútbol lo juegan con su filosofía, comedidamen-

/

te. en silencio, sin hacer bulla con gritos, disfrutan­
do del juego con calma. Esta es su manera de re­
crearse.
liN HECHO IN SO LITO
Era el mes de febrero de este año. En Campur y
alrededores había gripe. Llegó un indígena de Chunacte a decirme que en su casa había varios enfermos
con «calentura». Era tiempo de lluvias. Preparé el
«m aletín » con bastante medicina y en Land-Rover.
Después de media hora dejamos el coche a un lado
y nos pusimos a caminar por entre cafetales. Llega­
mos. Con permiso (kabanu), dije. Entre (ocan) — res­
pondió una v o z débil— . Lo primero que mis ojos vie­
ron; dos niños muertos, de diez y doce años, levanta­
dos del suelo como medio metro, sobre una especie
como de estante hecho de palos amarrados con fibras
de árboles. Quedé cortado. N o esperaba tanto. Frente
a ellos me paré, quité mi sombrero, y con profundo
respeto me acordé del Dueño de la vida y la muerte
para que los aceptase en su reino.
La escena me pareció demasiado «m acabra» cuan­
do empezaron a salir de junto al fuego niños y mayo­
res, cubiertos con algunas ropas. Permanecían agaza­
pados junto al fuego, recibiendo su calor, para soste­
ner la vida que se les iba.
Les mandé salir a todos, pues cuando empezó la
tosedera «ron cosa» pensé un poco en mí. Todo sería
m ejor al sol, que ya asomaba entre nubes. El «este­
toscopio» pasó por todas las espaldas, hasta contar
diez. A casi todos les había avanzado la gripe hasta
cogerles los pulmones. ¿Qué hago? Penicilina para to­
dos y jarabe expectorante, junto con aspirinas para
la calentura. A l regreso, notaba mi alma húmeda y
fría. También me acordé del «K acu a» (Señor).
Así, con este ánimo, todavía fui asaltado en el sen­
dero, un viejito estaba apostado junto al Land-Rover,
envuelta su cabeza en una toalla, que me hizo recor­
dar a los del norte de Africa.
También a él lo atendimos... y la tarde seguía hú­
meda...
Es terrible la vida de estos niños, cuando sus cuer­
pos todavía no adquirieron las resistencias que les
dará la vida.
Caminan horas descalzos bajo la lluvia, a veces se
cubren con la hoja de alguna palmera, o algún plás­
tico que han comprado en el mercado. Su comida es
a base de maíz tostado al fuego, algunos frijoles «ch i­
le » y agua de masa de maíz. Llevan sobre sus espaldas
buenas cargas de maíz, café o bananos; pasan sus
noches recostados sobre tablas, acometidos por mu­
chos microbios e insectos. Varias veces entré en sus
casas cuando ya estaban acostados. Una de esas ve ­
ces vi como dormía una gallina juntito a la cabeza
de un niño, más allá había un «chom pipe» y no fal­
taban dentro ni el perro ni el marranito; toda una
«fau na» de la que el hombre es el rey...
El niño indígena es muy aguantador caminando, con
paso ligero, su vista mira donde pisa, casi siempre
en silencio, por aquello de que el camino es largo
y las vitaminas son pocas: y regresa a su choza el
pequeño espartano; allí le espera su torta de maíz
y su «ch ile» y su agua que le introducirá millones
de microbios en su ya grande estómago.
Dios que alimenta a los lirios del campo y cuida de
ellos, también ha de alimentar a estos pequeños.
Por medio de los hombres cuide el Señor de los más
pobres.
G AB R IE L C A N O N IG A
Misionero salesiano

26



Grupo de parejas de recién casados en la nueva Iglesia.

El padre Alfonso María Nácher nos envía buenas
noticias desde su misión de Timor, donde acaba de
inaugurar una capilla dedicada a San Juan Bosco.
“ La Providencia es grande — nos dice— . No hay deu­
das, pero tenemos muchas cosas que hacer para pro­
mover a esta gente".
Timor es una isla de las últimas de Indonesia. Está
dividida en dos partes. La más oriental, donde están
los salesianos, pertenece a Portugal. Tiene 18.000 ki­
lómetros cuadrados y 610.270 habitantes. Según la es­
tadística de 1972, 317.468 son varones y 292.802 son
mujeres. De modo que hay 24.666 hombres más que
mujeres. Los solteros son 204.472 muchachos y sólo
166.334 muchachas.
La isla está dividida en 11 consejos provinciales.
Los más densos en población son: Baucau, con 87.794
habitantes: Bobonaro, con 72.791 h. y Dilí, la capital,
con 65.717 h.
Hay unos 6.000 chinos, 1.463 blancos. 42 indios, 22
negros, 1.939 mixtos y 599.891 timorenses. Los cató­
licos son ya 135.280. Después de la Segunda Guerra
Mundial eran apenas unos 60.000.
Los Salesianos trabajan en Timor desde 1946. La
misión de Fuiloro, con 37.000 habitantes, fue entrega­
da a los Salesianos el 31 de enero de 1948. Ahora se
ha cumplido los veinticinco años. Los misioneros no
habian entrado nunca en serlo en aquella región. Con­
fiada, virgen, a los Salesianos, cuenta hoy con 11.000
católicos Sólo dos sacerdotes se dedican en realidad
a misionar. Tienen un hermoso colegio de más de 100
metros de longitud por 16 de ancho y dos estupendas
iglesias, una dedicada a San Pablo y otra a San Juan
Bosco.
En Baucau trabajan los Salesianos desde hace diez
años. Se nos confió esta misión el 1 de enero de
1962, con 12.000 cristianos. Hoy cuenta con 22.000.
Se han construido de piedra y definitivas, las igle­
sias de Ossuqueli (1963). Bercoli (1965). Bucoli (1969).
Quelicai (1970), Vemasse (1971). Laga (1973). Además,
dos pabellones con nueve aulas en Baucau. una es­
cuela en Baguia, con cuatro aulas y secretaría. Falta
todavía la iglesia, ya en proyecto.

TIMOR:
LA MISION SALESIANA
DE BAUCAU

ALF0H 80 NACHER,
MÍsÍonei«o

En esta área, por iniciativa de los Salesianos y con
la ayuda del Estado, se ha construido un hermoso co­
legio internado en Futumaca, Escuela Elemental Agrí­
cola.
En Baucau trabajan cuatro sacerdotes y un coad­
jutor. En Futumaca trabajan dos sacerdotes, un diáco­
no y tres coadjutores.
LA PROTECCION DE SAN JUAN BOSCO
El día 4 de febrero de este año se inauguraba la
nueva iglesia de Laga, dedicada a San Juan Bosco.
Las lluvias y aguaceros no permitieron la llegada del
señor Obispo para bendecirla.
Es amplia y moderna. Mide 15 x 20 metros. El cua­
dro-mosaico de la fachada representa a San Juan Bos­
co invitando a todos a acercarse a la Virgen. Es obse­
quio de don Eduardo Eraso, de Madrid. El sagrario
lo regaló don Enrique Vallbona, de Valencia. La cam­
pana — está en camino— es una donación de don En­
rique Estrenjer Viader. El resto fue obra de los nativos.
Trabajaron hasta los leprosos de la región; "También
nosotros queremos contribuir en la construcción de la
casa de Dios" —dijeron—.
Experimentamos la protección de San Juan Bosco
el mismo día de la inauguración. Celebraron su matri­
monio 44 parejas. Cuando los nuevos esposos entra­
ban con el Superior de la Misión en la capilla antigua,
un bloque enorme de piedra se despeñó monte abajo.
Antes de llegar a la capilla se partió en dos. La mitad
quedó suspendida en la ladera. La otra mitad cayó,
destruyendo la pared de hojas de palmera. Sí como
era natural hubiera saltado en precipitada caída hu­
biera aplastado a muchos de ios recién casados.
Damos gracias a Dios por la protección experimen­
tada.
Desde este rincón del mundo, el misionero se siente
respaldado por sus amigos y se siente feliz de verse
enviado para el anuncio del Evangelio a los hombres
de estas lejanías.

Snlosln no

Desde el monte se desprendieron estas rocas. Mila­
gro que no aplastaran a los que estaban dentro...

COOPERACION 8ALE8IANA
Y TERCER MUNDO

Vyasarpadi nos llega la grata noticia de que
se ha inaugurado un hospital-asilo en donde se
recogen enfermos y leprosos, como el que mues­
tra la foto que al lado reproducimos.
A la inauguración asistieron un ministro del Estado
de Madrás y el Cardenal Perecattil y varios obispos. El
ministro hindú manifestó que estaba «profundamente
conmovido ante el maravilloso trabajo humanitario» que

D

e

H U EV O P A R A C A D A LEP R O S O
se llevaba a cabo en él. Y la ministro encargada de los
parias (de los fuera de casta indios), para quienes tra­
bajan los salesianos de Vyasarpadi dijo que «se sentía
orgullosa de tener en su distrito una institución tan
ejemplar».
Estas noticias nos las da el P. Schiooz, quien al mis­
mo tiempo que os agradece vuestra ayuda y asegura las
oraciones de los suyos para vosotros los que os acordáis
de aquellos hermanos en dolor, nos cuenta alguna anéc­
dota significativa. Por ejemplo, ésta: «Cuando nuestra
ex voluntaria W illy » (el Padre tiene voluntarios y v o ­
luntarias que le ayuden una temporada y luego retor­
nan a sus hogares) llegó aquí y supo que nuestra gente
no habían probado los huevos en más de un año regaló
uno para cada uno. Ahora, al casarse ella, sus padres
han regalado huevos y fruta para 700 enfermos, m ovi­
dos por el lema «N ad ie tiene derecho a ser feliz él solo»,
y para dar una alegría a su hija que sigue pensando en
los años felices que pasó sirviendo a sus hermanos
pobres.
Sigue el Padre diciendo; El mes de junio es siempre
un mes difícil para los padres y para nosotros, porque
en este mes empieza el curso escolar aquí. Y nosotros
tenemos que mandar a las escuelas con libros, vestidos
y el dinero de la pensión a más de mil chiquillos.... ade­
más de las tres mil comidas diarias que servimos y de
las medicinas y gastos que supone un día de atención
a estos miles de enfermos, niños y leprosos.

Vyasarpadi, Bienaventuranzas: De­
trás de esta fotografía escribe el
padre Schiooz: “Asi se encuentran
los leprosos fuera". Lo cual signi­
fica que asi llegan a las Bienaven­
turanzas, la obra salesiana, y asi
los recibe el leprosario salesiano
en donde son cuidados y atendi­
dos como hermanos. ¿Todos? To­
dos no; es imposible; harían falta
muchos más voluntarios y muchos
más donativos. Pero el leproso,
que llega a esas puertas, jamás es
rechazado.
28



Una visita a Vyasarpadi debe ser algo conmovedor
e impresionante, porque los que la hacen salen sorpren­
didos. El Cardenal Conway. enviado del Papa, declaró:
«E stoy profundamente impresionado con lo que he vis­
to en este Centro e invoco la Bendición de Dios sobre
esta bellísima obra». El obispo de Tiruvalla se expresó
así. «S o y feliz al ver el enorme esfuerzo caritativo que
se desarrolla aquí en nombre de Cristo. Dios bendiga
a los que de alguna forma cooperan en esta tarea de
ayudar a los pobres del Señor».
A l exponeros aquí algunas de las noticias que el padre
Schiooz nos da y al ver el bien, que se hace, y el testi­
monio de Cristo y de Evangelio, que se lleva a cabo en
Vyasarpadi, no puedo menos de pensar en todos vosotros
que estáis haciendo posible con vuestros donativos y
oraciones esa manifestación cristiana ante ojos paganos;
y sobre todo de pensar en vuestra dicha de haber sido
escogidos por nuestro Señor Jesucristo para aliviar el
dolor de tantos niños y hombres.
JAV IE R RUBIO
Delegado Nacional de Cooperadores Salesianos.

D O N A TIV O S P A R A EL TERCER MUNDO
Desde finales de mayo

VYASARPADI, BIENAVENTURANZAS; La historia, la terri­
ble historia de este anciano, que habla con el padre
Schiooz, se cuenta en pocas palabras: Un día no pudo
más con su hambre y su dolor. Los suyos no podían ha­
cer nada por él. Se tumbó a la orilla del camino para
morir. Alguien por ganar 50 rupias (500 pesetas) se lo
cargó y lo llevó a las Bienaventuranzas. No murió; los
cuidados, los alimentos y las atenciones médicas hicieron
el milagro; se repuso, recobró energías y sanó. En la foto,
con las manos juntas y con sus ojos fijos en los dei Padre
dice: “Gracias” un momento antes de salir para volver a
su casa, con los suyos, con los que le dejaban morir ma­
terialmente en la cuneta. ¿Se repetirá la historia? No, por­
que el Padre ie está asegurando que, si otra vez toma a ha­
llarse en iguales circunstancias, en cuanto vuelva tendrá
un rinconcito donde dormir y un plato caliente para su
hambre.

VYASARPADI, BIENAVENTURANZAS; Todas las necesida­
des, que en este rincón del amor cristiano abundan inaca­
bablemente, no podrían paliarse si no fuera por los volun­
tarios y voluntarías cristianas y seglares que ponen al ser­
vicio dei misionero, unos sus conocimientos médicos, otros
sus habilidades manuales. Unos voluntarios son de la mis­
ma nación India y otros extranjeros. En nuestra foto con­
templamos a dos voluntarias, hindú la sentada, la otra
suiza, encargadas de la sección de puericultura.

María Teresa Varona. Jaime Sesplupues, Mlonoln
Pérez, Idoya y Yon Andcr. José Montes, Luisa
Fernández, Concepción Guzmán. Familia Badta Kscala. Soledad Aguado, Juana Gutiérrez, Lorenzo Gar­
cía. Antonio Gázquez, Manola Fernández. C. A. M..
Teresa Marqués. Mariano Viíluelas, Moisés Mnrcilln.
Cooperadores AstudUIo. Esteban Cornil. Luis Veln.‘«co, Nieves Modela. Vda. Pereztevnr. Francisco de
Saro. Vicente Magro, Adela Santos, Uosarlo de la
Rosa, Antonia Martin, Angel Forrero, Ignacia Blan­
co, María Corral. Luis Javier y Marta del Carmen
Gutiérrez. Rocaredo Pérez, Cándida. Juanita y Mi­
caela Santos, Micaela García. Baltasara Rodríguez,
Carlos Sánchez. Gracia Hulz. Consuelo Diez, Parro­
quia María Auxiliadora de Salamanca, Miguel Puche.
Enzo Marchini, Concepción Barba, Socorro Fontán,
Cecilia Viloria. Lorenza Hernóndoz, Amparo Pascual.
R. y G., Dolores Mancebo. Miguel Díaz, Víctor Landuela. Longinos Soria, Eduardo Quiñonero, Virtudes
Casares, Mercedes Gutiérrez, Domingo Peiteado. F.
Cabello. Luisa Limia. María Auxiliadora N.. Rosa
Hernández, Isabel Gil. Manuel Ferreiro, Rosario Sán­
chez. Antonio Sánchez y María González, Francisco
Hidalgo. José Hernández, Antonia Diez. María Orte­
ga, María A. Pacheco, María Arias. Elisa Muñoz, En­
riqueta Jiménez, Concha Rosell, Encarnación Sardi­
na, Pablo Baraut, Susana Ellzalde. Maximino Rodrí­
guez. María Jesús Pérez, Octavio Armada. María
Claret. José Ramos, Juana Ramos, Carmen Falcón.
Angelina González. Lorenzo García. Felisa Fernán­
dez. María Ochando, Emilia Lorán. Emilio Fernán­
dez. Manuela Varela, Cooperadores de Guadalajara,
Clotilde Soria. José Luis Martin. Natividad López.
Marisol Trallero, Celia López. Conchita Linares. Bue­
naventura. Chicharro, Sra. de Grupeli, Martín More­
no, Rosarito G. del Prado. Cyra Villalta. Conchita do
la Garma. María Pareja, Marta Luisa Arroyo, Anto­
nia García. Lolita González. Pepita Salinas. Rosita
Hernández. Rosario Laguna, Pilar Berniola. Isabel
BouteHier. María Salinas. Asunción Alvear. Coopera­
dores de Baracaldo. Miguel Calleja. María Teresa Ca­
mino. Jerónimo Andrés, Juana González. Manufactu­
ras NIC. María Pilar Aroca, Amelia González, Pedro
Ramírez. Dolores Ferrer. Juan Díaz. María Luisa
Bazán. Camilo Ferreiro. María Pilar González. Luis
Puigjaner. Paulita Cayóla. Matías Vega. Antonio
Nuevo. M.S Julia. Juan Pérez. Joséfa García, Fran­
cisca García, Antípatro Candela. María Prieto. An­
tonio Sánchez. Mateo Fernández. Antonia Vilagelíu.
Félex de Vega. Andrés Valldeperas. E. Iglesias. A l­
fonso López. Consuelo de la Torre, Carmen Blanco.
Vda. de Burjons. Miguel Torrecilla, José L. Blanco.
Manuel León. Manuel Criado, Rufina Crespo. Jaime
Valí. Andrea Edesso, Josefina Matosos. Vda. de Bartelemy. Rosario Ramonet. María Martínez. Francis­
co Peinado. Antonio Ramos. Pedro Gómara, Marcos
A. Hernández. María Victoria Molina, Juan Martínez.
Ana María Curado, Esclavitud Salgado. Simón Gar­
cía. Alicia Ajenjo, Cira Arribas, José Luis Peña.
Francisco Araújo. Clementina de Vega. Carmen Benaiges. Juan Farrán. P ily Martínez. María Concep­
ción Lázaro. Ambrosia Justo. María Luisa Polo, Ma­
riano Gálvez. Antonio Fernández, Familia González.
Josefina Julii, Carmen Gálligo. J. L. Meraza, José
Castro. Joaquín Granero. José L. Idilio, Juan López.
Gloria Ayllón. Luis. A. M. A., Manuel Luque. José
Pérez. Aurelia Menéndez. Julia Izquierdo, Alejan­
dro Pascua. Anita Moreno. Jacinto Enríquez. Salomé
Casado. Esther Gómez, J. Cornelia. José Martín. Fé­
lix Tovar. Cooperadores de Monzón, Carmen Vázquez.
Montserrat Bofill. José María Planet. Remedios P é­
rez. Mariano Alonso. Juan Angel Rad, Aspirantes
Salesianos de Umíeta. Milagros Pérez. Manuel P al­
ma. Atanasio Rodríguez. Juana Sanmartín, Rafael
Sala. Flora Santín. Maruja Esté-vez. Pilar Fernández,
Estehr Mellid. Dolores Bastos. Carmen González. Cán­
dida Vázquez, Saturnino García. Irene Tamayo. Fran­
cisco Lorenzo. Josefa Fernández. Cándido Redondo.
Francisco Bellver. María Eatébanez, Luis Lon. José
Salafranca. Juan Gomíla. María D. Gorostiza, María
Antonia García. Miguel Villareal. Magdalena Manza­
no. Irene Muñoz, Maruja Conde. Emilia Valero. José
Vijande. Clara Menéndez. Jesús Urculo. Teresa Mo­
rro. Miguel Calleja. Teresa Colomer. Nieves Gómez.
José Baró. Joaquina Encinas. Luis López. Carmen
Capdevilla, Josefa Torruella, Josefina Muiet.Manuel
Neva. Juan María Ferreiro. Araccli Fernández. Fuen­
te Brígas. Amparo Cortiñas.

— 29

NUESTRA
A MARIA AUXILIADORA
Pozoblanco. — Se encontraba mi
hijo con una enfermedad muy gra­
ve y, sin saber lo que resultarla
después de dos operaciones, lo en­
comendé a María Auxiliadora. Hoy
está perfectamente. Agradecida, en­
vío un donativo. J. C. R.
Valencia.— Recurrí a María Auxi­
liadora pidiendo por la salud de mi
nietecita que se sentía muy mal.
Hoy se encuentra perfectamente
bien. Agradecida, envío un donati­
vo. Francisco Arroyo Saiz.
San Vicente deis Horts. — Doy
gracias a María Auxiliadora por el
feliz alumbramiento de un hermoso
niño, a pesar de las dificultades,
después de haber acudido a su pro­
tección. Por otros favores, envío un
donativo de agradecimiento. E. de P.
Gerona.— Habiendo sufrido una
paralización del lado izquierdo, me
encomendé a la Virgen y a Don
Bosco. Hoy estoy bien. Hago pú­
blico mi agradecimiento. N. N.
Gerona.—Tuvo mi hijo una caída
de moto ante la inminencia de unos
exámenes. Temiendo no pudiera ha­
cerlos, lo encomendamos a María
Auxiliadora y a Santo Domingo Savio. Pudo recuperarse y todo salió
bien. Agradecido, envío una limos­
na. N. N.
Salamanca.— Habiendo tenido un
grave accidente de carretera y ha­
biendo salido con vida, ai quitarme
la americana, noté que pesaba bas­
tante. Metí ia mano en el bolsillo
derecho y encontré la imagen de
María Auxiliadora metálica que, so­
bre un imán, llevaba siempre en el
salpicadero del coche. Atribuyo esta
gracia a la protección de la Virgen.
Creo que María Auxiliadora no aban­
dona nunca a sus hijos. José Torijano Sánchez, A. A.
Alicante.— Doy gracias a María
Auxiliadora por dos favores obte­
nidos. Primero, por la protección
sobre un familiar mío que, tenien­
do que someterse a una operación
con graves consecuencias y temien­
do lo peor, salió bien. Segundo por
una gracia de orden moral. Hago
público mi agradecimiento y envió
una limosna. Una A. A. de Alicante.

30

Ciudad Real.— Por haber encon­
trado trabajo un hijo mío tras apro­
bar unas oposiciones difíciles y des­
pués de haberlo encomendado a
Marta Auxiliadora, doy gracias y en­
vío un donativo. Marcelina Pereira.
Dan gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco por favores
recibidos y envían una limosna:
María Pérez, de Zafra; Nicolasa
Alfaro, de El Cañavate (Cuenca);
Toñi Rodríguez, de Salamanca; S.
D., de Burgos; C. Sánchez, de Ma­
drid; J. González, de Ciudad Rodri­
go; Mariluz Andrés, de Madrid; Bal­
tasar Rull Pailejá, de Zaragoza;
Deolinda Pérez Cid. de Orense; E.
Iglesias, de Soñar; Rafaela Carpió,
de Vailadolíd; M. V., de Barcelona;
A. T. de Villafranca, por haber en­
contrado una colocación difícil; An-

tonio Carrillo Moreno, de Montaña
Alta Guía (Las Palmas); I. E., de
Sádaba (Zaragoza); Irene Muñoz, de
Candelario (Salamanca); Pilar Velasco, de Arcediano (Salamanca);
J. Encinas, de Madrid; H. M., de
Zamora; Maximiliano Gallego, de
Salamanca; Pilar Pérez, de Zarago­
za; Pedro Rodríguez, de Zamora;
Carlos Carvajal, de Sevilla; Carmen
García, de Plasencia; Milagros Quesada, de Alicante; Teresa Llansana,
de igualada; María Nieves, de San­
ta Cruz de la Palma.
Teror (Las Palmas).— Llevábamos
casados más de año y medio y
nuestra mayor ilusión era que nues­
tro hogar fuera alegrado con un
hijo. Después de dos esperanzas
frustradas, hablamos con un padre
salesiano que nos recomendó el es­
capulario de Santo Domingo Savio.
A él nos encomendamos diariamen­
te. Hoy tenemos un precioso niño
con el nombre de César Domingo
Savio. Está lleno de salud y la ma­
dre se encuentra perfectamente.
Hacemos público nuestro agradeci­
miento y enviamos un donativo para
las Obras Salesianas. Tomás Ca­
brera y Exupería Lezcano.
Víllena (Alicante).— Cuando fal­
taban pocas semanas para cumplir
un año de edad mi nietecita cayó
enferma, sin que encontrase mejo­
ría, no obstante la frecuente aten­
ción médica. A los tres meses re­
currí a Santo Domingo Savio invo­
cando su protección y la niña
recuperó la salud en muy pocas
semanas. Agradecida, cumplo la
promesa de publicarlo y envío una
limosna. Milagros Cantos de Her­
nández.
Barcelona.— No atreviéndose los
médicos operar a mi sobrina de la
vista, puesto que un ojo lo tenía
ya perdido, y no respondiendo de
su resultado, con mucha fe y con­
fianza acudí a la Santísima Virgen
Auxiliadora, Ella hizo que la opera­
ción fuese un éxito.
Sinceramente agradecida le en­
vío una limosna. M. Ruiz.
Sevilla. — Habiendo sufrido una
fractura de caderas y aconsejada
por los médicos para una inmedia-

GRATITUD
V A SAN JUAN BUSCO
ta operación, que dada mi avanza­
da edad, sería a vida o muerte,
me encomendé fervorosamente al
nuevo Beato don Miguel Rúa pro­
metiéndole publicar la gracia y en­
viar una limosna; tras algunos me­
ses de espera y agudos dolores, la
enfermedad ha desaparecido y me
encuentro fuera de peligro. Cum­
plo la promesa agradecida a la In­
tercesión del Beato don Rúa. Con­
cha González Nogueral.
Salamanca.—Agradecida por un
favor recibido de don Rúa, envío
un donativo, rogando lo publiquen
en el Boletín Salesiano. T. M.
Víllena.— MI hermana estaba de­
sahuciada por los médicos a causa
de una pulmonía galopante. Cuan­
do ya no quedaba ninguna espe­
ranza, una persona, que había leí­
do en el Boletín las gracias con­
cedidas por mediación de la Sierva
de Dios Eudovigis Carfaone, nos in­
vitó a ponerla ante Dios por íntercesora de nuestras oraciones. Fue
todo uno: invocarla y comenzar a
sanar.
Posteriormente, otra hermana, en
trance de dar a luz, debía someter­
se necesariamente a operación qui­
rúrgica, lo que le aterraba enorme­
mente. Invocamos fervorosamente a
la Sierva de Dios y sin operación
ninguna vino al mundo una pre­
ciosa criatura.
En dos ocasiones más por lo me­
nos, hemos sentido la protección
de Eudovigis Carbone.
Por todo lo cual sentimos la ne­
cesidad de hacer pública nuestra
gratitud y prometemos mandar una
limosna. Lola Tarruella.

Cuenca.—Ante un asunto de su­
ma importancia para mí, acudí al
Beato Miguel Rúa y todo se ha so­
lucionado bien. Agradecida, envío
una limosna. Una devota.
Salamimca.— Por un favor recibi­
do por intercesión del Beato Miguel
Rúa, envío una limosna de agrade­
cimiento. Paz Martín.
Benavente (Zamora). — Envío una
limosna para la beatificación de do­
ña Dorotea de Chopitea por la cu­

ración de la meningitis de nuestra
hija, después de haber acudido a
su intercesión. José Román Rodrí­
guez.
Algeciras.— Encontrándome enfer­
ma, me encomendé a la sierva de
Dios doña Dorotea de Chopitea. Ha­
biendo sido escuchada, envío una
limosna de agradecimiento. Patro­
cinio Vicente.
Oliana (Lérida). — Doy gracias a
doña Dorotea por haber aprobado
mis hijos en sus exámenes. Con­
chita Puig.
San Román de la Vega (León).—
Debiendo operarse de la columna
vertebral una vecina nuestra, la en­
comendamos a doña Dorotea y todo
salió bien. Agradecidas, enviamos
una limosna. Gloria González.
Sevilla.— Habiendo caído muy en­
ferma mi madre, temíamos que el
médico nos obligara a llevarla a al­
gún hospital. Ante este inconve­
niente, me encomendé a doña Do­
rotea y mi madre pudo quedar en
casa. Agradecida, envío una limos­
na. M. Ruiz de Castro.
Pícasent (Valencia).— Hace tiem­
po que padecía de una infección
en los ojos, que me ocasionaba
constantes molestias. El médico me
recetaba pomadas y colirios, pero
el mal no desaparecía. En vista de
ello me encomendé al siervo de
Dios P. Juan Martoreil, pidiéndole
el cese de tantas molestias y pro­
metiendo publicar la gracia. Poco
a poco la infección fue desapare­
ciendo sin usar ningún remedio de
los prescritos, por lo que atribuyén­
dole al P. Juan esta gracia, envío,
junto con el testimonio de mi gra­
titud, una limosna para su Causa
de Beatificación. Amada M. Aguado.
Picasent. — Muy agradecida por
varios favores recibidos del Mártir
Salesiano P. Juan Martoreil, envío
una limosna para ayuda a la Causa
de su Beatificación. Carmen M. A.
Bilbao.— Habiendo recibido por
intercesión de María Auxiliadora y
de Santo Domingo Savío una gra­
cia muy especial con ocasión del
nacimiento de nuestro primer hijo,
que se presentaba en circunstancias

muy difíciles, y encontrándonos ya
madre e hijo en plena salud, da­
mos gracias a Maria Auxiliadora y
Santo Domingo Savio por medio
del BOLETIN SALESIANO y entre­
gamos una limosna para su culto.
Señora de Orúe.

FUERON

Reverendo don Antonio Prieto t
en Córdoba, ei 4 de febrero de
1973, a la edad de sesenta y cin­
co años. Había nacido en Barruecopardo (Salamanca) y era herma­
no de dos salesianos, don Julián
Prieto y Sor Juila.
Desarrolló con celo su vida sacer­
dotal en los colegios de Ronda,
Utrera, Málaga y Córdoba, siempre
dedicado a la enseñanza y entre­
gado a ella de corazón, como su
medio de apostolado más eficaz.
Era un trabajador incansable, el
hombre del detalle y la previsión.
Un sacerdote compañero suyo es­
cribe de él: "Era un salesiano com­
pleto, trabajador, serio, cumplidor
exacto de sus obligaciones, sacri­
ficado hasta límites poco conoci­
dos. Que el Señor suscite en nues­
tra Congregación almas de su tem­
ple salesiano".
Don Teódulo Fernández t en
Abastas (Falencia), en octubre de
1972. Su muerte fue como había
vivido, ejemplar. Era un gran ami­
go de las Obras Salesianas y un
asiduo lector del BOLETIN SALESIANO no sólo lo leía él con sumo
Interés, sino que hacia participe de
su contenido entre sus amistades.
Antonio Barbero Arribas f en Vi­
lladiego, a la edad de setenta y dos
años. Que descanse en paz quien
tanto se preocupó de dar educa­
ción a sus hijos. Y Dios, su amigo,
le reciba en su seno.
Nacido en Villahoz el día 13 fe­
brero 1901; tras diversos cambios, se

32 —

A LA

CASA

DEL

PADRE

estableció en Sasamón (Burgos) y
más tarde en Villadiego, de la mis­
ma provincia. Tuvo del matrimonio
con María Arnaiz, diez hijos; siete
viven en la actualidad. Era tanto el
empeño de regalar algunos de sus
hijos a Dios que en la actualidad
dos militan en el campo activo de
la iglesia: Saturnina, hermana de
San José de las "veladoras", y su
hijo Antonio Barbero, salesiano re­
sidente en DUITAMA, Colombia.
Se fue de esta vida, pero nos
deja su mensaje de alegría, de
compañerismo y de amistad. Quien
le conoció siempre dijo de él que
era todo un amigo.

Rossi, a sus hijos y familiares,
nuestra más viva condolencia.

Excelentísimo don Joaquín Ruiz y
Ruíz. Cuando menos podíamos ima­
ginarlo voló al Cíelo, el día 3 de
marzo, este gran Cooperador Sale­
siano.
Terminada la Guerra, cuando la
mayor parte de las Casas de la
Inspectoría de Madrid se hallaban
en ruinas, la Providencia puso en
contacto con los Salesianos a don
Joaquín.
Se dio cuenta que simultánea­
mente a la reconstrucción material
de las Casas debía pensarse ur­
gentemente en las vocaciones. Mu­
cho ayudó a que se levantara pron­
to la Casa de Arévalo, pero mucho
más ayudó a que tuviera vida vi­
gorosa. Fueron numerosas las be­
cas sacerdotales por él fundadas
en el correr de los años. Cómo dis­
frutaba con la marcha siempre as­
cendente del Aspirantado.

Doña Florencia Ordóñez f en Ma­
drid, el_ 1 de abril, a los sesenta y
siete años de edad, después de lar­
ga y penosa enfermedad llevada con
gran resignación cristiana. Su sen­
tido religioso y su vida profunda­
mente cristiana dio como fruto la
formación de sus siete hijos, dos
de los cuales pertenecen a la Con­
gregación Salesiana: don Fernando
Domínguez y Sor María Nieves, Hi­
ja de María Auxiliadora.

Ultimamente prestó también su
valiosa ayuda para ta construcción
del nuevo templo de María Auxilia­
dora en Ronda de Atocha. Quiso
así dar muestras de su gran devo­
ción a la Virgen.
Se diría que Don Sosco quiso
anticiparle una recompensa en la
Tierra antes de recibir la del Cielo.
Semanas antes de su fallecimiento,
visitaba las Regiones de la Patagonia y Tierra del Fuego, primeras
Misiones Salesianas. Mucho debió
disfrutar don Joaquín al contem­
plar la gran labor misionera reali­
zada por los Hijos de Don Bosco.
A su distinguida esposa, excelen­
tísima señora doña Josefina Cueto

Don Ernesto Pérez Iglesias t en
Salamanca. Fue antiguo alumno de
San Benito. Fue a la Casa del Padre
con la pregunta: "¿Verdad que yo
soy hijo de San Juan Bosco?” . Ha­
bla sido presidente de la Asocia­
ción de Antiguos Alumnos de San
Benito y toda su vida estuvo llena
de amor a todo lo que era sale­
siano.
Era padre dei sacerdote salesia­
no don José Luis Pérez, el funda­
dor del movimiento Adsis en Es­
paña.

Doña Concepción Fernández Ca­
ballero t en Astudillo, el 25 de fe­
brero de 1973, a los sesenta y tres
años de edad. Maestra nacional y
miembro del Consejo de Coopera­
dores. Los nueve años que estuvo
ejerciendo en Astudillo su docencia
estuvieron marcados por el escru­
puloso cumplimiento del deber. Una
semana antes de su inesperada
desaparición de este mundo, car­
gada ya con su dolencia, acudía
cojeando a la escuela hasta que el
médico la obligó a guardar cama.
Al ser trasladada en su labor do­
cente a esta villa y al conocer la
Asociación de tos Cooperadores Saiesianos dio en seguida su nom­
bre y muy pronto también fue lla­
mada a formar parte del Consejo.
Puntualísima a las reuniones, tomó
bajo su responsabilidad la enco­
mienda de promover y mantener en­
tre los niños y niñas de las escue­
las locales “ la práctica de los pri­
meros viernes de mes” . Ella les iba
avisando por las diferentes aulas y
les acompañaba a la iglesia del Co­
legio Salesiano.

r

Novedod: TEM AS DE JU V EN TU D
i.

C o le c c ió n

«HU ELLAS»

LOS JOVENES ANTE SI MISMOS.

*

Doce temas; Personalidad. Voluntad. Vocación. Sexualidad. Juventud ac­
tual. Amistades. Chicos-Chicas,
Tiempo libre.* Fe. Esperanza.
Caridad. Oración.

Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.

*

Folletos de 52 páginas en un estilo ágil
y nervioso. Se leen en breves minutos,
mientras se viaja en metro, en autobús.

Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.100 ptas.
II.

A

PUBLICADOS
1.— Basilio Bustilío.— «Un poema de amor».
(Don Bosco).
2.— Rafael Alfaro.— «A medias con D. Boscü». (Don Rúa).
5.— lesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María Mazzarello).
4.— Rafael Alfaro.— «Testimonio sellado».
(laime Ortiz).

LOS JOVENES ANTE EL MUNDO.
Doce temas: Participación. Sociedad de consumo. Trabajo. Cuestión socia!. Compromiso. Viviendas.
Emigración. Analfabetismo. Explosión demográfica. Hambre.
La guerra. Violencia.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.100 ptas.
Utilización:

EN PREPARACION
5.— Javier Rubio.— «Mamá Margarita».
5.— lesús Mairal.— «Padre Mantovani».
7.— Basilio Busiillo.— «D. Marcelino Olaechea».

Encuentros convivencias, reti­
ros, ejercicios espirituales,
charlas formativas, curso de
orientación universitaria (COU).

PEDIDOS.—Central Catequística Salesiana.

PEDIDOS.— Alcalá. 164.— MADRID - 28

Alcalá. 164. — MADRID-28.

V_________________________________________ J

V___________________________ ______________ /

OBRA VOCACIONAL
DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesíanas. los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII. por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION:
1.— Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
—La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.—La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacíonal Cooperadores Salesianos
Akalá, 164 - Madrid 28.

TEOLOGIA SEGLAR SALESIANA
¡osé A. Rico.— ¡osé Aubry.
262 págs. — 100 ptas.
Escrito con el pensamiento puesto en los
salesianos cooperadores, les brinda el ma­
terial formativo que deseaban.
Leído, comentado, hecho objeto de medi­
tación personal, de conferencias y mesas
redondas, será instrumento apto para lo­
grar los conocimientos teológicos y salesia­
nos que todo salesiano cooperador requiere.
PEDIDOS: Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. — MADRID - 28

NOVEDAD
EN
CATEQDETICA

CUADERNOS DE PEDAGOfilA
CATEQUISTICA

CUADERNOS
DE PEDABOGIA
CATEtUISTICA

PLAN DE LA COLECCION

1.
— E. Alberích.
Orientaciones actuales de la Catequesis.
2.
— E. Alberích.
Naturaleza y enfoques
de una Catequesis moderna.
3 — J. Gevaert.
Antropologia y Catequesis.
4 — J. Milanesí.
Psicología religiosa.
DE PROXIMA APARICION
5.
— J. Negri.
Problemas generales de la Catequesis.
6.
— J. Dho.
Principios de Pedagogía para la Catequesis.

PEDIDOS:

Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. — MADRID - 28